Seevbid 044 Hare be ie ister) as Ses asses $3 nit i aye) Le Botenis EpSSrESSESE, nHRESES 5338 =>s eT ee — ih ig atari , a} he ut rie) 4 di + a 2: MA oss ae Eh A Pita 3 sae ANALES DE HISTORIA NATURAL. ANALES | DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. SE Rie ie. TOMO SEGUNDO. GSerT) MADRID: HON | BOnTVAR, TESORERO. el Nae aaa) aoa SNanoy wae NS lst 14893: Articulo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memorias publica- das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, MEMORIAS DE HISTORIA NATURAL. MOVIMIENTOS: PLIOCENICOS Y POST-PLIOCENICOS EN EL VALLE DEL GUADALQUIVIR, POR DON SALVADOR CALDERON. (Seccién de Sevilla.— Sesion del 8 de Febrero de 1892.) Los trabajos geolédgicos realizados en el valle del Guadal- quivir desde la aparicién de la Memoria clasica del Sr. Mac- pherson sobre el N. de la provincia de Sevilla (1), han puesto de manifiesto que dicho valle forma un gran geosinclinal en cuyos terrenos antiguos dominan los arrumbamientos dirigi— dos de SO. 4 NE. reemplazando a las dislocaciones al O. 30° N. que atraviesan la Peninsula desde Galicia hasta el Guadalqui- vir. Es sabido también que desde el principio de los tiempos secundarios la actual Sierra Morena formaba el limite septen— trional del mar que por dicho valle y por la zona sub-bética ponia en comunicacién hasta los tiempos del miocénico supe— rior al Mediterraneo con el Atlantico. Una antigua falla esta— blecia el limite costero, impidiendo penetrar a los depositos terciarios 4 mucha distancia en el interior de la Sierra. Mas tarde, 4.consecuencia del alzamiento de los depositos miocénicos, qued6é interrumpida la unidn entre los dos mares (1) Hstudio geologico y petrograjfico del N. de la provincia de Sevilla. (Bovetin de la Com, del Mapa geol. de Hspana; t. v1, 1879.) 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) por la cuenca del Guadalquivir, estableciéndose en el valle geolfos de facies lagunares hasta la emersion definitiva de dicho valle. Las edades miocénica y pliocénica aparecen claramente dis- tintas y sin transicién de una a otra en la cuenca que me ocupa, indicando una interrupcidn en la sedimentacién de ambas, bien al contrario de lo que se observa en tantas regio- nes terciarias de Europa. Quizas un reconocimiento prolijo de las antiguas costas miocénicas del pie de la Sierra descubriera las huellas de la erosion del mar pliocénico que azotara las rocas 6 dejara alli la obra de los moluscos perforantes, si bien al N. de Sevilla poco deben de haber dejado de estos restos los grandes trabajos posteriores de denudacién que esta parte de la provincia ha sufrido. Kn suma, el valle del Guadalquivir no es mas que una len- gua de tierra cortada por fallas y comprimida entre la Sierra Morena y la serie de sierras meridionales, en la que los anti- guos depdsitas han sido alzados y deprimidos diversas veces durante el periodo secundario. Este valle parece jugar, entre la antigua meseta y la cadena bética, un papel analogo al del valle del Rodano entre la meseta central francesa y los Alpes. La serie bosquejada de movimientos y de acciones mecanicas de que fué teatro la regién bética, ha sido sistematizada ma-— gistralmente por el eminente profesor Suess (1). A las oscila- ciones acaecidas al fin del cretacico corresponden las discor- dancias de estratificacidn, 4 veces marcadisimas, que se obser- van al SE. del valle del Guadalquivir, como dicen acontece en la cordillera del Atlas entre el nummulitico y las formaciones subyacentes. Mas tarde, en los tiempos comprendidos entre el nummulitico y el miocénico se acentuaron los relieves de la parte occidental del actual Mediterraneo, al parecer como efecto del contragolpe de las presiones que actuaban sobre el Pirineo, hasta que entre el miocénico inferior y el medio se inicié un movimiento inverso de progresién del Mediterraneo. En fin, después del miocénico medio se produjo el gran levan- tamiento principal del Atlas como contragolpe del principal de los Alpes, y desde entonces el Mediterraneo fué empujado (1) Das Antlitz der Erde, 1885. (3) Calder6n.—MoOVIMIENTOS DEL VALLE DEL GUADALQUIVIR. 7 al pie de la cordillera africana mientras se producia el canal actual del Estrecho de Gibraltar por un hundimiento en sen- tido del eje de dislocacion del litoral argelino entre las costas espanolas y marroquies. Muy poco se sabe todavia con respecto a los movimientos del suelo de Andalucia de fecha posterior a estos ultimos de que acabo de hablar, y a contribuir a su esclarecimiento he dirigido mi atencidn en estos Ultimos anos. Recordaré como precedentes que el Sr. Macpherson (1) ha encontrado en la provincia de Cadiz testimonios seguros de que en la zona costera el suelo ha sufrido hondas perturbacio- nes en época reciente, geoldgicamente hablando. En efecto, los depoésitos diluviales aparecen alli ocupando lugares relati- vamente altos, con frecuencia la cima de las colinas, en vez de cubrir las actuales depresiones del terreno, siendo mani- fiesto que el origen de dichos depdsitos es anterior a las ero- siones que rebajaron a sus niveles actuales el terreno Ultima-— mente plegado, formando los mas profundos valles actuales, y que no habia ocurrido atin el quebrantamiento que agrieted y alteré después todas las capas de esta region en angulo recto a su direccién primitiva. Es decir, que las concavidades de los pliegues, entonces antiguos valles por donde corrian las aguas, son hoy, a consecuencia de tan hondos trastornos post-diltivi- cos, las cumbres de las colinas. El Sr. Orueta (2) y nosotros (3) hemos comprobado al N. de la provincia de Malaga y al S. de la de Sevilla, la obra de grandes movimientos post-miocénicos, que produjeron plie- gues en sentido normal 4 los que se fraguaron antes del depé- sito de los primeros sedimentos terciarios. Por su virtud, casi todos los rios y arroyos de dicha regién corren por lechos que se han socavado nuevamente, practicando erosiones y corta— duras de caracter moderno manifiesto, por cuyos nuevos cau- ces se verificé el desagiie de las lagunas que hacian antes de la region un pais esencialmente pantanoso. (1) Bosquejo geol. de la prov. de Cadiz, 1873. (2) Bosquejo fis. y geol. sobre el N. de la prov. de Malaga. (Bol. de la Com. del Mapa geol. de Espana; t. 1v, 1877.) (3) La région épigenique del’ Andalousie et l’origine de ses ophites. (Bull. de la Soc. gol. de France; 3.2 serie, t. xv11, 1888.) 8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) En esta época de perturbaciones estratigraficas y de profundo cambio en el régimen de las aguas superficiales se desarrollan por excelencia en Andalucia, como en el Mediodia de Tiinez, seglin las investigaciones de M. Ph. Thomas (1), las activida- des hidrotermales, geiserianas y solfataricas. Pero estas sdélo pudieron obrar donde el suelo ofrecia los materiales necesarios para desarrollar tal quimismo y donde las acciones orogénicas actuaron con mayor energia, que es en la vasta zona que en otro trabajo he descrito con el dictado de epigénica, zona que se extiende entre la veguada del Guadalquivir y la costa me- diterranea. Recorriendo los depdsitos miocénicos y pliocénicos de la provincia de Sevilla llama la atencién el contraste de su hori- zontalidad casi perfecta en Utrera, Mairena del Alcor, Alcala de Guadaira y el Aljarafe con los notables pliegues y pequenas sierras que los mismos estratos manifiestan 4 corta distancia entre Arcos y Montellano, donde adquieren también mucho mas espesor que en la parte prdxima al rio. Los mismos depdsi-— tos miocénicos se alzan en Alhama de Granada y en la Serra— nia de Ronda hasta alturas que oscilan entre 1.000 y 1.100 m. y desde alli descienden, describiendo una serie de pliegues mas 6 menos pronunciados, para volverse horizontales en la misma veguada del Guadalquivir. La linea de separacién entre los depdsitos horizontales y los plegados no es rectilinea, como ya lo ha notado el Sr. Macpherson (2), sino que forma una serie de escalones con marcado retroceso al S., corriendo desde Lebrija y Sanlucar en la provincia de Cadiz hasta el Mediodia de la loma de Chiclana en la de Jaén. Semejante contraste entre la accidentacidn y altura del miocénico en los sitios mencionados y su horizontalidad en la veguada del rio haria creer que en esta Ultima parte ningun movimiento post-plioceno haya. dejado su huella. Mas esta es una apariencia enganosa, como voy 4 tratar de demostrar, poniendo de manifiesto una serie de movimientos alternativos importantes en la vertical en la veguada misma del Guadal— quivir. (1) Recherches sur quelques roches ophitiques du Sud de la Tunisie. (Bull. de la Soc, géol. de France; 3.* serie, t. x1x, 1891.) (2) Relaciones entre lu forma de las depresiones ocednicas y las dislocuciones geoldgicas. 1888; pag. 11. @) Calderén.—MOVIMIENTOS DEL VALLE DEL GUADALQUIVIR. |e Estudiando la serie de ca- pas que afioran en torno de Sevilla en los bordes del es- peso manto de diluvium y aluviones en que se asienta esta capital, es dado com- probar las huellas de una serie de fendmenos geologi- cos del mayor interés. El Guadalquivir corre en esta parte en un anchuroso valle limitado por una serie de colinas margo-arenosas que le cercan al NO. y otra de calizas detriticas en el lado opuesto. Ambas forma- ciones pertenecen al terreno pliocénico y estan limitadas bruscamente por calizas mio- cénicas, las cuales a su vez, cortadas repentinamente, ce- den su puesto 4 rocas mas antiguas. El adjunto corte general da idea de esta dis— posicion y de otras circuns- tancias que examinaré des— pués. Partiendo del NO. de Gui- Nena en el arroyo del Moli- nillo 4 60 m. de altitud, se ven sucesivamente las piza— rras cambricas levantadas a veces casi hasta la vertical, y en contacto con los gra- nitos porfidicos atravesados por diabasas cristalinas. So- alcakar de, Gua daar 1. Granito porfidico atravesado por diabasas.—2. Pizarra cémbrica.—8. Conglomerado calizo miocénico (helveciense) con grandes Ostreas, Clypeuster, ete.— 4. Calizas miocéniecas (helvecienses) con areniscas ricas en Pectenes.—5. Marga azulada pliocénica con Cythereas, Corbulas, Naticas, etc., y muchos foraminiferos.— 6. Arenisca margosa pliocénica con Dentalium, Cardium, ete., y muchos foraminiferos.—7. Caliza pliocénica detritica fosilifera.— 8. Diluyium y aluviones, 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6): bre este conjunto de rocas profundamente trastornadas des— cansa una estrecha faja de capas horizontales consistentes en un conglomerado calizo-siliceo cuya edad helveciense y carac- ter costero declaran los abundantes y ricos fosiles que encierra, entre ellos los siguientes: Pecten cf. Besseri Andrz., P. Beu- danti Bast., P. gigas Schl., Ostrea crassisima Lmk., O. Velaint Mum.-Ch., Clypeaster insignis Seg., Cl. altus Lamk. y Cl. pira- midalis Mich., determinados por el Dr. W. Kilian (1) en vista de los ejemplares que le entregué a su paso por Sevilla. Una falla, por la que corre la ribera de Huelva, interrumpe rapidamente la extensidn meridional de dichos sedimentos miocénicos, que vienen a chocar en contacto anormal con las margas pliocénicas de Guillena, hasta el punto de que a pri- mera vista pareceria que estas Ultimas penetraban debajo de aquellas. La formacién margo-arenosa pliocénica contintia al Medio— dia hasta ocultarse en Sevilla bajo el di/uvium. En el extremo opuesto es reemplazada por las formaciones calizas detriticas de Dos Hermanas y Alcala de Guadaira, de las cuales trataré a continuacién con mayor detalle. Detras del castillo de esta ultima villa el dilwvium cubre al terreno subyacente después del cual afloran bancos horizontales de caliza con otros de arenisca interestratificados ricos en restos fosiles y particular- mente Ostveas. El nivel del terreno sigue elevandose gradual- mente al Mediodia y 4 Oriente con la misma composicion y estructura, hasta llegar en Morén a los 150 m., siendo alli bruscamente cortado y sustituido por calizas eocénicas fuerte- mente plegadas y dislocadas de mil modos por acciones de empuje lateral que no ha obrado al parecer sobre los sedimen- tos miocénicos ni pliocénicos. Voy 4 examinar ahora mas en particular la composicion y estructura de las capas pliocénicas cuyos movimientos consti- tuyen el asunto especial de la presente investigacion. ) Partiendo de la serie de colinas que al N. y NO. de Sevilla, desde el cerro de Santa Brigida que por ser el mas empinado de aquella (112 m.) figura en el corte, hasta Coria forman en (1) Etudes paléont. sur les terrains second. et tertiair. de l’Andalousie. (Mém. de l’Acad. des Scienres. t. XXX; 1889.) Q@) Calderén.—MOVIMIENTOS DEL VALLE DEL GUADALQUIVIR. 1} la margen del rio una especie de dique a sus avenidas, se hallan, viniendo hacia la poblacién, capas horizontales esen— cialmente arcillosas, margosas y arenosas. Al descender al nivel del valle los rellenos cuaternarios con Hlephas antiquus y los aluviones del Guadalquivir ocultan la citada formacion, como queda dicho, hasta que al alzarse el terreno a unos 30 metros reaparecen los sedimentos pliocénicos que se elevan a mas de 70 m. en el castillo de Alcala de Guadaira. Pero es lo singular que estos ultimos en nada se parecen ni por su com— posicién ni por el aspecto de su fauna a los del lado opuesto;: pues en tanto que alli dominaba el elemento arcilloso, aqui lo hace el calizo y sus fdsiles estan triturados y dispersos en pedazos por la roca. El sedimento margo-arenoso ocupa una banda relativamente estrecha, siendo reemplazado en Sierra Morena por las calizas y arenas gruesas del helveciense antes mencionado. Compone el primero el territorio conocido con el nombre de Aljarafe, que desde la Rinconada y la isla Mayor va a la provincia de Huelva (1), y en estrecha banda corre por toda la extensién de la margen derecha del Guadalquivir. Esta formacion particu- larmente interesante y poco estudiada todavia, se halla cons— tituida por dos series de capas: { 1.“ Arcillas arenosas de grano fino de Tomares; 2.° Margas arcillosas azuladas compactas de la Cuesta de Castilleja. Ambas divisiones, que pasan insensiblemente de una 4 otra, componen una formacidn cuyo espesor excede seguramente de 130 m., sin que se conozca su limite inferior. La marga arcillosa gris azulada que se ve extenderse en el corte desde la cuesta de Castilleja hasta Guillena, es un barro azulado, compacto y homogéneo, excelente para modelar y que se explota para la alfareria en una cantera abierta al pie de dicha cuesta. Durante la estacién lluviosa todo el terreno barroso que ocupa se encharca y se pone resbaladizo en tér- minos de hacerse imposible el transito en algunos sitios. En- cierra la roca en cuestidn muchos moluscos y tan bien conser- (1). Esta formacién que corre hasta Sanluicar de Barrameda, es igual por sus rocas y por los fosiles que encierra 4 la de los Cabezos de Huelva, descritos por el Sr. Gon- zalo y Tarin. 12 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) vados, que sus conchas enteras presentan casi siempre el pano marino y aun ofrecen el color que tenian durante la vida del animal que las produjo. Los géneros y especies contenidos en este interesante depé— sito pliocénico, no son muy variados: en su mayoria consisten en especies de Cytherea, Corbula, Pectunculus, Venus y Denta- dium, abundantes fragmentos de testas de equinodermos gran- des y numerosisimos foraminiferos, muy bien conservados, que es facil separar mediante lavados sucesivos y tamizacio- nes, y de los cuales he tenido ocasién de decir algo anterior- mente (1). El Dr. Schrodt, 4 quien he enviado ejemplares que esta estudiando, me comunica que entre la multitud de espe- cies de este yacimiento rizopédico unas son comunes al de Garrucha, en la provincia de Almeria, que él ha descrito (2) y otras son distintas (3). Entre los moluscos recogidos y que ca- racterizan bien la edad pliocénica del horizonte en cuestion, citaré las siguientes especies: Ostrea lamellosa Brocch. Dosinia exoleta Link. Corbula gibba Oliv. | Pecten cristatus Bronn. Venus multilamellata Link. Arca diluvii Link. Cytherea islandicoides Lmk. Nassa semistriata Brocch. Tapes aurea Gm. Natica helicina Brocch. Petricola ceratophaga Retz. Dentalium sexangulare Lk. (4). El Sr. Paul ha extraido de la misma roca una diatomea, pero estas algas parecen escasear bastante en ella. Sobre dichas capas vienen las de la arenisca margosa, con— sistentes en una roca homogénea, de fino grano y de color (1) Foraminiferos fosiles de Andalucia, (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. Nat.; t. xvi1, Actas, pag. 52 y siguientes.) (2) Beitrage zur Kenntniss der Pliocenfauna Siid-Spaniens. (Disertacion inaugural.) Con dos laminas. Berlin, 1890. (8) Después de entregado este trabajo he dado cuenta en esta SocrEDAD de la de- terminaci6n hecha por el Dr. Schrodt de los foraminiferos extraidos de la marga arci- llosa gris azulada de Sevilla. Dicha lista comprende 30 especies, y muchas de ellas son comunes 4 las de los Cabezos de Huelva. (4) Delos cabezos de Huelva posee la coleccién de la Universidad de Sevilla las siguientes especies comunes 4 las de la Cuesta de Castilleja: Ostréa lamellosa Brocch., Venus multilamellata Lmk., Cytherea islandicoides Lmk., Pecten cristutus Bronn., Arca diluvit Lmk., Natica helicina Lmk. y Dentulium sexangulare Lmk. 9) Calder6dn.—MOVIMIENTOS DEL VALLE DEL GUADALQUIVIR. 13 amarillento; se deshace entre los dedos, resolviéndose en una arena silicea fina, micacea, un barro pegajoso que los traba y una parte caliza. En las secciones transparentes se ven al microscopio algunos granos formados por fragmentos de rocas antiguas, cristalitos raros de piroxeno y anfibol y con ellos encontramos un cristalito perfecto de cuarzo hialino bipiramidado. Hay en la Cuesta de la Mascareta canteras abiertas para la explotacién de esta roca, pues por su estruc— tura y favorable proporcién en que se hallan en ella el ele— mento siliceo y el calizo, constituye un material de tan exce— lentes condiciones para la metalurgia del hierro, que en con— cepto de algunos a ella se debe el desarrollo que esta industria ha adquirido en Sevilla desde tiempos remotos. En las citadas canteras se ven bastantes fdsiles, sobre todo de bivalvas y equinodermos; pero, al contrario que en la divisién margosa, estan mal conservados y en un estado de gran fragilidad 6 reducidos a moldes por haber sido disueltas y arrastradas las conchas por el agua infiltrada en la roca porosa que las encie- tra. Sdlo los foraminiferos han resistido merced a su pequenez y al inmenso numero en que se hallan, siendo facil separarlos para su estudio. Examinando ahora la otra roca pliocénica que constituye los bancos calizos del lado opuesto del valle, sobre los que se asientan Alcala de Guadaira y Dos Hermanas se encuentra, como he dicho, un material completamente distinto. Consiste en una caliza arenacea amarillenta, detritica, constituida en su mayor parte por fragmentos de conchas de moluscos, brio- zoos y equinodermos. Como fosiles caracteristicos y perfecta-— mente determinables citaré Pecten cristatus Bronn., P. opercu- laris L., P. cf. scabrellus Link., P. jacobaeus L., Ostrea plica- tula L., Terebratula ampulla Brocch., Retepora cellulosa Lyk. y Oxyrhina hartalis Ag. A estos fosiles, que recogi en Alcala de Guadaira y que figuran en las colecciones de la Universi-— dad de Sevilla, acompanan otros que no acreditan menos el caracter mediterraneo de la formacién en que se encuentran. Las dos formaciones pliocénicas de tan distinta facies ahora descritas, se alzan 4 cada lado del manto diluvial del Guadal-— quivir, estando una y otra en posicién horizontal, prescin— diendo de pequenas alteraciones puramente locales. Pareceria 4 primera vista que no han sufrido movimiento alguno desde 14 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) la época de su sedimentacion; y, sin embargo, basta prolongar las lineas de sus niveles superiores a través del valle, para advertir que la formacién de Alcala de Guadaira vendria a corresponder al centro del cerro de Santa Brigida, lo cual no se explica sino por un descenso en sentido vertical de uno de los dos macizos pliocénicos. Es indudable, por consiguiente, que debajo del dilwvium de Sevilla corre una falla paralela 4 la de Guillena, falla que aprovecharia el rio en su antiguo curso. La petrografia y la paleontologia vienen también en apoyo de esta suposicién exigida por la estratigrafia. El caracter del sedimento y la fauna que cada una de las dos formaciones pliocénicas indicadas contienen, no puede a mi juicio expli- carse por un mero cambio gradual de las condiciones en que se efectuara la sedimentacién, conforme suele acontecer en los actuales depdésitos litorales en via de formacién, donde estos van variando de composicién con la direccién de las corrientes y con la mayor 6 menor distancia de las costas. En el valle del Guadalquivir no se observa transito de una a otra formacién, y sobre todo las faunas respectivas atestiguan la muy distinta profundidad y diversidad de condiciones en que ambas se sedimentaron: asi las calizas de la orilla izquierda por su aspecto detritico, sus moluscos costeros y sus bancos de Pectenes, indican depositos terrigenos y quizas vecinos a una costa escarpada, al paso que la formacién margosa del lado opuesto, tan andloga por su aspecto al limo gris azulado del MediterrAneo, llamado por los franceses limo g/uant, revela por la tenuidad de sus elementos, la obra de la sedimentacion en un mar bastante profundo. El Dr. Schrodt encuentra que este material es casi idéntico al del horizonte piacontino, tan conocido por su bella fauna pliocénica. Es natural que las conchas encerradas en estos barros finos, 4 diferencia de las que contienen formaciones de sustancias gruesas como las calizas de Alcalé de Guadaira, se hallen en buen estado de conservacidn; las bivalvas del barro de la Castilleja poseen sus dos valvas, lo que muestra que vivieron donde hoy se encuentran, y esto se confirma por no estar trituradas ni rodadas, como acontece en los parajes que fueron playas 6 en los individuos precedentes de capas anteriores removidas; antes bien conservan, como se ha dicho muchas veces, el pano (0) Calder6n.—MOVIMIENTOS DEL VALLE DEL GUADALQUIVIR. 15 marino y casi siempre los adornos en las que los tenian. Algunos de los fosiles mas abundantes en dicha roca (Arca, Limopsis, Leda, Dentaliwm y corales), no dejan lugar 4 duda sobre el caracter mediterraneo y bastante profundo de la citada formacion. Por lo que se refiere al horizonte margo-arenoso superpuesto al barro ahora mencionado, quizas corresponda ya 4 un mar de menor profundidad, a juzgar por el caracter de su fauna en lo poco que atin he podido recoger de ésta, y sobre todo por la naturaleza del sedimento. En los dos horizontes mencionados del Aljarafe se ve ese transito gradual é insensible de que antes hablaba como hecho corriente y conocido en los sedimentos mediterraneos, en los que se ha intentado diferentes veces establecer una divisidn entre dos edades, una margosa azul y otra arenosa amarillenta y nunca se ha podido establecer el Hmite de su separacién. Esta division no es sostenible aqui tampoco, pues aparte de la perfecta concordancia de estratificacién de los dos horizontes, las diferencias litolégicas sefaladas entre ambos se explican por variaciones en la profundidad del mar y consiguiente- mente en la naturaleza del fondo, lo que implica cambios en las condiciones biolégicas. Por el contrario, entre estas dos formaciones y la caliza detritica de la banda izquierda del rio no existe transicién alguna. Ih: Todos los hechos que acabo de exponer referentes 4 la com— posicion litoldgica, a la estratigrafia y 4 la fauna de las for- maciones terciarias que atraviesa el Guadalquivir en la pro- vincia de Sevilla, indican que esta parte de Andalucia ha estado sujeta durante los tiempos pliocénicos y post-miocéni- cos a la influencia de los agentes orogénicos que han obrado sobre ella, produciendo ascensos y descensos, y sobre todo esto ultimo, en el sentido vertical. Los sedimentos miocénicos, que en forma de estrecha banda corren de E. 4 O. al pie de la Sierra Morena marcando el limite septentrional de la cuenca en dicha provincia, ofrecen el mismo caracter terrigeno que la anchurosa banda del mismo terreno que se desarrolla en la — 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) orilla opuesta viniendo de la provincia de Cordoba y yendo estrechando al SO. 4 morir después de Jerez. Ese antiguo golfo empezo por emergir y mas tarde en la parte prodxima a la Sierra Morena hubo de deprimirse descendiendo en la vertical para dar entrada al mar pliocénico. He dicho también que entre la banda miocénica de Sierra Morena, terrigena, como lo es siempre aqui este terreno, y el pliocénico terrigeno también de la orilla opuesta del rio, mar- cha paralelamente el pliocénico margoso del Aljarafe y de Sevilla, con los caracteres de un depdsito de mar de fondo, y poco 4 poco se va transformando hacia la parte superior en un sedimento arenaceo que revela un ascenso del fondo de dicho mar. Ks de notar que en toda la mencionada serie de rocas de uno y otro lado del Guadalquivir no se ha hallado hasta ahore ningtin depdsito de agua dulce, lo cual indica que la serie de movimientos pliocenos del valle no produjo ninguna emersion, por lo menos prolongada, y que estos consistieron principal— mente en ascensos y descensos bajo el mar. En definitiva, las vicisitudes post-miocénicas del valle del Guadalquivir en la provincia de Sevilla pueden sintetizarse del modo siguiente: 1.° Descenso del macizo miocénico comprendido en el corte precedente entre el N. de Guillena, 6 sea la vertiente meridio- nal de la Sierra Morena, y el 8. de Alcala de Guadaira; 2.° Depdsito del pliocénico costero de Alcala de Guadaira, Dos Hermanas, etc.; 3.° Nuevo descenso de este depdsito desde el N. de Guillena hasta el 8. de Sevilla y sedimentacién sobre él en un mar bastante profundo; 4.° EKlevacién del mismo macizo por lo menos hasta la altura del cerro de Santa Brigida (112 m.). Toda esta serie de fendmenos consecutivos, que se verificd sin producir notables cambios en la topografia de la region, puede explicarse bien por alternativos ascensos y descensos del fondo de la bahia que entonces constitula la actual ve— guada del Guadalquivir. Mas estos no se hubieran verificado a no producirse un sistema de fallas aproximadamente paralelas a la principal de Sierra Morena, de las cuales unas se obser- van directamente, al paso que otras, ocultas bajo los depcsitos (3) Caldero6n.—MOVIMIENTOS DEL VALLE DEL GUADALQUIVIR. 17 diluviales 6 modernos, solo es dado adivinar por razones estratigraficas. Este sistema debe constar en la vaguada del Guadalquivir y en la regién descrita y representada en el precedente corte, de las fallas siguientes: una al N. de Guillena, que pone en contacto anormal el miocénico con el pliecénico; otra al Me- diodia de Sevilla, cubierta por el cuaternario del Guadalquivir, que separa el pliocénico de mar profundo del pliocénico terri- geno; falla al Mediodia de Alcala de Guadaira por la que se tocan el pliocénico y el miocénico, también oculta por depdsi- tos modernos, y falla de Montellano y Moron donde cesa brus- camente el miocénico horizontal para ceder su puesto al eocé- nico comprimido entre las sierras liasicas del 8. de la provin- cia de Sevilla (1). De esta suerte el valle del Guadalquivir desde que se dobla al SO. cerca de Cantillana hasta su desembocadura, consiste en una serie de segmentos paralelos al rio cortados por fallas que han jugado libremente en la vertical diferentes veces desde el comienzo de los tiempos secundarios hasta después de los pliocénicos de caracter mediterraneo, permitiendo la entrada del mar al pie de Sierra Morena por un canal cada vez mas estrecho y mas corto que acabo por obstruirse al comienzo de la época cuaternaria. Sin dificultad se comprende que las mismas capas falladas en la veguada del Guadalquivir aparezcan horizontales, al paso que describen pliegues acentuados mas lejos, como se ha indicado. Bajo la influencia de las fuerzas orogénicas que em- pujaron al Mediterraneo y le hicieron ocupar su actual em- plazamiento, las capas eocénicas y miocénicas se plegaron donde tenian espacio para hacerlo y otras capas flexibles bajo ellas; pero donde chocaron con un macizo resistente, como ocurrié al pie de Sierra Morena, los pliegues acortados y vio- lentamente estrujados habrian de convertirse inmediatamente (1) Este terreno eocénico de Moron, confundido generalmente de un modo indebido con el triasico, merced 4 las formaciones epigénicas que contiene, pertenece al hori- zonte medio, como he tenido ocasion de indicar en otros trabajos; asi lo demuestra la presencia de los Nummulites Murchisoni y atessicu en sus calizas. Las formaciones de moronita interestratificadas en estas calizas y en los yesos pasan insensiblemente 4 un barro de Glovigerinas, que indica un mar profundo, en oposicion 4 la formacion miocénica que esta en su contacto, la cual es esencialmente terrigena. ANALLES DE HIST, NAT.—XXII. 2 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) en fallas paralelas. Ahora bien, una vez recortado por ellas el suelo en segmentos, estos pudieron jugar libremente en el sentido vertical y ascender y descender diferentes veces sin perder su horizontalidad bajo el impulso de las presiones que hacian doblarse en pliegues diclinales 4 la porcidén de las ca- pas mismas situadas mas lejos de la invencible resistencia. De todo lo dicho parece deducirse que el valle del Guadal- quivir es un sinclinal descompuesto en una serie de fallas, analogamente a las dislocaciones dadas a conocer reciente- mente por el Sr. Michel-Lévy en los movimientos terciarios emanados de la regién alpina que han obrado sobre los maci- zos hercinianos previamente plegados (valle del Rédano, Cha- rollais, valle del Allier, etc.). Seria, sin duda, de la mayor importancia ampliar este bos- quejado estudio y seguir las lineas de dislocacion para precisar las investigaciones aqui apuntadas, extendiéndolas a toda la cuenca del Guadalquivir; pues, como ha dicho el Dr. Nicklés (1), las cuestiones referentes 4 esta antigua comunicacién entre los dos mares que hoy establece el Estrecho de Gibraltar, son capitales, no ya solo para el estudio de nuestra Peninsula, sino para la geologia de Europa entera. (1) Recherches géologiques sur les terrains secondaires et tertiaires de la province ad’ Alicante y du Sud de la province de Valence. Lille, 1891. CONTRIBUCIONES A LA FLORA DE LA PENINSULA IBERICA NOTAS CRITICAS ACERCA DE LA FLORA ESPANOLA (PRIMERA SERIE), POR See te Ae AG) ee) eS ee (Sesion del 6 de Abril de 1892.) Para que el conocimiento de la flora de un pais pueda llegar a completarse, es preciso que su estudio pase sucesivamente por varios aspectos 6 fases, que en sintesis pueden reducirse a dos grandes periodos. En el primero se inicia la reunién de los datos, el reconocimiento de las especies que en él existen para formar un catalogo de su flora que se aproxime 4 la rea- lidad, la evaluacién de su riqueza fitografica del modo mas aproximado posible. El] segundo se caracteriza por la critica, y en él se lleva 4 cabo la seleccién y comprobacién de los datos que se hayan publicado, adicionando las pocas especies que antes hayan podido ocultarse 4 los investigadores, pero sobre todo, perfeccionando las caracteristicas, distinguiendo bien las especies que puedan prestarse 4 confusién, estudiando las variedades y formas locales con que cada especie aparece, mar- cando bien las areas, razonando su distribucién geografica, aclarando las indicaciones dudosas y rectificando los errores en que haya podido incurrirse en publicaciones anteriores. Aunque estos dos periodos no se separen de un modo abso— luto, por la imposibilidad de que el estudio de una flora tan rica como la espanola avance con idéntica progresién respecto 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2); de todos los grupos y por la dificultad de que este género de trabajos se cultiven con igual intensidad en todas las regio- nes de un pais tan variado como es el nuestro, parécenos que tomando la cuestion en su conjunto y por lo menos en lo que a los vegetales vasculares se refiere, el estudio de la flora espa- nola va saliendo ya del primer periodo y entrando en su fase critica y de comprobacion. No puede decirse que el primer periodo haya terminado ya por completo en nuestro pais, que la exploracién botanica haya dado ya todos los frutos que pueden esperarse de ella y que no puedan encontrarse atin especies nuevas, pero es indu- dable que ya estas escasean y que hoy mas que nada debemos tender 4 comprobar y completar los datos reunidos y, al par que se adicione cuanto posible sea, se cuide mas especialmente de distinguir bien las variedades, determinar las areas de las especies, buscando nuevas localidades de las plantas que no son comunes en nuestra flora y mencionando las localidades nuevas en que se encuentren plantas que, aunque conocidas antes, sdlo hayan sido citadas en otras regiones de Hspana 6 fuera de nuestro pais. Pensando asi, las notas que ahora tengo el honor de presen- tar 4 la Sociedad Espafiola de Historia Natural y que forman la primera serie de un trabajo mas extenso, tendran en lo posible este caracter critico que es el que juzgamos mas ade- cuado en el estado actual de esta cuestion. Interesa también cuanto tienda 4 examinar con sentido cri- tico las indicaciones que hasta hoy se han hecho, una vez que desgraciadamente no todas puedan considerarse como incues- tionables, aun cuando en este género de indicaciones debe marcharse con gran prudencia por lo dificil que es siempre toda rectificacion referente a hechos. Dos obras descriptivas existen que al presente pueden con— siderarse de capital interés para cuantos practiquen estudios acerca de la flora espanola, y son el Prodromus flore hispanice, de los Sres. Willkomm y Lange, con su complemento natural Icones flore hispanice insularumque balearicum, obras que re- unidas forman el mejor conjunto y la base de todo estudio practico y descriptivo que a nuestra flora haya de referirse; pero aparte de que siendo ambas valiosisimas, sdlo se atiende en ellas 4 las plantas vasculares, no pueden ser completas en 8) Lazaro.—FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 2] lo que a la distribuciOn geografica y a la distincidn de las va— riedades se refiere, deficiencias que nacen de no estar el es- tudio fitografico de nuestra patria todo lo avanzado que de- biera en comparaciOn con otros paises europeos, no de los au- tores de ellas que han realizado empresa de tal valor, que estas dos obras son y seran por muchos anos la base de todos los trabajos que se publiquen. Otra obra se ha dado a luz en estos ultimos anos, la de mi querido y respetado maestro Sr. Colmeiro, Hnuumeracion y revi- sion de las plantas de la Peninsula hispano-lusitana é islas Ba- leares, que por el cimulo de datos en ella reunidos, que la hacen completisima hasta la fecha de su publicacién, y por el cuidado con que estos han sido recogidos, ahorra considera- blemente el trabajo de consultar muchos libros y facilita de un modo eficaz cuanto 4 bibliografia, sinonimia y enumera- cidn de localidades se refiere. Si esta obra fuese al propio tiempo descriptiva y si a las citas en ella acumuladas se uniese algun examen critico, constituiria por si sola indudablemente un resumen completo de cuanto se conoce al presente respecto de nuestra flora. Con la base de estas obras, cuyo manejo cuotidiano se im- pone hoy a cuantos se ocupan de un modo activo de la flora espanola, y procurando siempre referirnos 4 ellas en estas notas, cuando no se trate de floras 6 especies respecto de las cuales se haya publicado algo con posterioridad, podemos simplificar la enumeracion de estas observaciones, dandoles la forma de adiciones, ampliaciones 6 analisis criticos con ellas relacionados. Finalmente, debemos advertir que cuantas observaciones aparezcan en este trabajo y en su continuacidn, son fruto de trabajo personal y de investigacién propia, no utilizando datos de otras publicaciones ni refiriéndonos a ellas sino en aquellos puntos en que la critica lo exige. Llevaran, pues, todos los datos consignados, aun cuando se trata solamente de observa- ciones modestisimas, el sello de una perfecta autenticidad. Hydrodyction utriculatum Roth. (H. pentagonum Vauch., la- mina Ix, fig. 1-6. Conferva reticulata Pluk., Phyt., lami- na XxIv, fig. 2.) 22 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4> Alga cloroficea no citada en Madrid y de la que no se conocen sino contadisimas localidades en Espana, probablemente por falta de observacién. Existe en la Moncloa donde la recogi en el invierno de 1890-91 y la tuve en cultivo hasta fin de la pri- mawera de 1891. (v. v.) FEOFICEAS NO CITADAS HASTA HOY EN LA COSTA DE GUIPUZCOA. Cystosira barbata Ag. (Cystosira Hoppei Ag.; Fucus barbatus Good. et Woodw.) Guetaria. Agosto y Septiembre. (v. v.) Sargassum linifolium Ag. (Mucus linifolius Turn.; Sargassum Boryanum Mont.; S. obtusatum Borg.; S. coarctatum Witz.) San Sebastian. Agosto. (v. v.) Padina Pavonia Gaill. (U/va Pavonial.; Zonaria Pavonia Kiitz.; Z. tenuis Kiitz.) Guetaria. Septiembre. (v. v.) Dictyopteris polypodioides Lamour. (Fucus polypodioides Dest.; Halyseris polypodioides Ag.) Guetaria y San Sebastian. Agosto y Septiembre. (v. v.) Entre los Agaricineos de pequeno tamano, y que por esto suelen ser poco estudiados y respecto de los cuales no abundan las citas precisas de localidad determinada, podemos mencio— nar las tres especies siguientes que abundan hacia el final del otonio, sobre todo si éste ha sido luvioso: Schyzophyllum commune L. (Agaricus multifidus Batsch.; A. al- neus Scheff.) Especie que sdlo se habia citado en Castilla por Lagasca, quien le hallé en el Jardin Botanico de Madrid, y que se en- cuentra en.la Moncloa y en la Casa de Campo, especialmente sobre los céspedes formados por musgos. (V. V-) (5) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 23 Collybia velutipes Curt. (Agaricus migripes Bull.) Citado ya en Madrid en el Catalogo que publiqué en colabo- racidn con mi malogrado amigo el Sr. Tubilla en 1881, y que durante el ultimo otono he podido hallar en abundancia en los jardines de la Moncloa. Esta localidad y las de Aragén (Loscés) y Vertizarana (Lacoizqueta) son las tnicas en que hasta hoy ha sido mencionado en nuestra patria. (Vv. v.) Mycena gypsea Fr. Hallado en primavera entre los musgos y raices de arboles que revisten algunos trayectos de los canalillos de conduccién de aguas en la Casa de Campo. No citado nunca en la Penin- sula. (Vv. v.) Mycena Epipterygia Scopt. (Ag. epipterygius Scopt.; Ag. plica- tus Scheeff.) Sobre los fondos de bosque y pradera en la Moncloa y Casa de Campo. Aparece en Noviembre y Diciembre. Esta especie solo se habia indicado en Espana por los seno- res Loscos y Pardo en Aragon. (Vv. v.) Mycena nivea (). Este pequeno y notable Agaricineo, nuevo para la flora es— panola, existe en la Casa de Campo durante los meses de No- viembre y Diciembre segun he podido apreciar por ejemplares recogidos en diversos anos. _ Los caracteres mejores para distinguir esta especie de sus congéneres mas proximos son los siguientes: Hongo sin zumo latescente, de 2 a 3 cm. de altura, con el pedicelo no viscoso, encorvado en la base y no bulboso y el sombrerillo de un color blanco puro exteriormente, de 1 a 2 centimetros de diametro, acampanado, ligeramente estriado, y las laminillas himeniales muy espaciadas. Es una especie afine, sobre todo, 4 la Mycena lactea Pers. de la que difiere principalmente porque el sombrerillo no se abre ni se distiende en la maduracién como ocurre en esta ultima especie. (v. v.) 24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ; (6) También entre los Agaricaceos de mayor talla los hay que han pasado desapercibidos hasta el dia, y en este caso se hallan las especies indicadas en las tres notas siguientes: Lepiota procera Scop. (Agaricus colubrinus Bull.; A. extineto- rius L. Fr.) Especie que unicamente se habia citado en la Peninsula en algunas localidades de Portugal y Cataluna, y la cual se en- cuentra alguna vez en las inmediaciones de Madrid, en el Canal, Moncloa y Casa de Campo. (Vv. v.) Coprinus stercorarius Fr. (C. ephemerus Fr.; A. stercorarius Bull.; 4. radiatus Bolt.; Ag. crenulatus Flor. Dan., lamina 832, fig. 2.) Citado ya en Castilla la Nueva por el Sr. Colmeiro, aunque sin mencionar localidad. Se encuentra alguna vez en la Casa de Campo. (Vv. v.) Hypholoma fasciculare Huds. Hongo que no se ha mencionado nunca en Espaiia y del que he recogido bastantes ejemplares en la Casa de Campo durante la primavera actual. Sphagnum acutifolium Ehrb. (8. capillifolium Hed.; Schimper, lam. 13 y 14.) Este musgo tan interesante y que creo no ha sido citado hasta hoy en Espana, sino en muy pocas localidades de la cordillera pirenaica, ha sido hallado por mi en Julio en la sierra de Guadarrama, en la vertiente SO. del Pico de la Cierva (Madrid) y en término del Espinar (Segovia) préximo al puerto - de Guadarrama. No hay en estas localidades verdaderas turberas, pero hay en los remansos formados por los arroyuelos cerca de los ma— nantiales en la parte mas altade la montana, sitios encharca— dos en los cuales aparece este musgo, propio de las formacio— nes turbosas. (v. Vv.) 7) _ Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 25 Cystopteris regia Presl. (Roze, Les Fougeres, tomo 11, lam. 205; Polypodium regium .; Aspidium regium Sw.; Cyathea regia Forst.; Cycopteris regia Gray.) Seguin puede verse en la nota publicada en 1880 (Memorias de la Sociedad Linneana Matritense) esta especie fué ya indi— cada por mi como propia de la flora espanola por haberla hallado sobre una de las estribaciones del NO. de la Sierra de Villarroya en el término de Malanquilla (Zaragoza). Posteriormente mi malogrado amigo el Sr. Tubilla la recog id en las alturas proximas 4 Panticosa, y los ejemplares por él recogidos se hallan en el herbario espanol del Jardin Botanico de Madrid. En la misma coleccién existen también otros enviados por el Sr. Zubia, por quien fueron recogidos en el Pico de Urbidn, los que me parece pertenecen también a la misma especie. Como Willkomm describe sélo dos especies de este género como propias de Espana (el C. fragilis Bernh. y el C. montana Link.) en su Prodromus y como tampoco en la Hnumeracion del Sr. Colmeiro aparece mencionado el C. regia Presl., cree— mos que puede ofrecer algun interés la publicacién de estos datos segun los que esta especie debe figurar entre las propias de nuestra flora por hallarse representada en las montamas del NE. de Espana. En cuanto a los ejemplares citados como de C. regia que fueron recogidos en el Escorial por el Sr. Cutanda, me parece que pertenecen mas bien al C. fragilis Bernh., especie que he recogido con alguna frecuencia en dicha localidad y en otras proximas. (Vv. v.) Gymnadenia densiflora Dietr. (Orchis conopsea L. v. densiflora.) En el herbario espanol del Jardin Botanico de Madrid existen ejemplares de un Orchis que he determinado como correspon- dientes a esta especie, los cuales fueron recogidos en el término de Rasillo de Cameros (Logrono) por el profesor de esta Univer- sidad Sr. Iniguez, que hizo donacién de ellos 4 dicho estable- cimiento. Es la primera vez que esta orquidea ha sido citada en Espana, donde ni siquiera como probable habia sido indicada hasta ahora, y aun cuando la especie es afine al 0. conopsea L., difiere de ella lo bastante para ser considerada como distinta. 26 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8> Ophrys iricolor Desf. Esta especie se indica en Willkomm, Prodromus flore his— panice, como sindnima de la Ophrys fusca Lk., especie, ésta ultima, que ya se ha citado en varios puntos de Andalucia, aunque no en la Serrania de Ronda, de donde procede el ejemplar de Ophrys iricolor que, recogido por el Sr. Pérez de Guzman en la primavera de 1891, he tenido ocasion de estudiar. Estas dos especies difieren notablemente, y toda la cuestién estara en si se deben considerar como distintas 6 si puede ad— mitirse la primera como variedad de la segunda, pero en todo caso, variedad 6 especie, no ha sido indicada hasta hoy como planta espanola. Para facilitar la distincién de estas dos formas, indicaremos la sinonimia de cada una y sus caracteres diferenciales. Ophrys fusca Lk. (Rehb., Ic. fl. germ., tomo xi, lam. 444, figuras 1 4 3; Ophrys insectifora L. pars; O. lutea Viv.; O. funerea Viv.; O. myodes Lap.; Arachnites fusca Tod.) Labelo pardo purpurescente, con manchas pardas 6 negruz— cas en su centro; ldbulos laterales marcadamente obtusos. Ophrys iricolor Desf., Choix des plantes du corollaire des Inst. Tournef. (Rchb., Ic. fl. germ., tomo xu, lam. 444, figuras 4 y 5; Ophrys fusca Reg. non Lk.) Labelo pardo, violaceo, solamente en el margen, y verdoso, en el resto; manchas grises 6 azuladas y aun azules, bordeadas siempre por una linea de color pardo-oscuro; ldbulos laterales poco obtusos. (Vv. v.) Limodorum abortivum Sw. (Rchb., Ic. fil. germ., tomo x1, la- mina 129. Orchis abortiva L.) Esta interesante orquidea, de la Europa mediterranea, citada ya en diversas localidades de Espafia, no ha sido hallada hasta hoy en Castilla la Nueva y aun en la Vieja tan sélo ha sido indicada en Penafiel por el Sr. Pérez Minguez. Existe en la misma provincia de Madrid en la dehesa de Arganda, aun cuando es en ella rarisima. (v. v.) (9) Lazaro. FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 27 Merendera Bulbocodium Ramond. Creemos que este es el nombre que debe adoptarse para de— signar la especie conocida por AZ. montana Lge. por ser aquel muy anterior (1801) y el mas antiguo de los sinénimos que a esta especie corresponden dentro del género Merendera. Esta especie, propia de los Pirineos franceses y de la Penin- sula Ibérica, comprende en realidad dos formas bien diferen- ciadas. a. genuina. (Colchicum montanum Clus.; C. herapetalum et C. pyrenaicum Pourr.; Bulbocodium autumnale Lapeyr.) Esta forma es la representada en Red. Lil. lam. 25, y la des— crita por los autores como tipo. 8. Bulbocodioides Lge. (Colchicum Bulbocodioides Brot. non Bicb.; Merendera Bulbocodioides Stend.) Esta forma es la representada por Brotero en su Phyt. lus. tab. 50, fig. 3, la que difiere notablemente de la anterior por su menor tamano, sus sépalos y pétalos bastante mas estre— chos, casi lineales y apenas rosados y por presentar siempre las flores solitarias. Ambas formas existen en Espana y Portugal con bastante abundancia sin que sea aun posible fijar el area de cada una. En los Pirineos, 6 al menos en los espanoles, no se ha encon— trado hasta hoy mas que la forma tipo. (vy. v.) Dioscorea Pyrenaica Bubani et Bordere. No indicada ni siquiera como probable en nuestro territorio en el Prodromus de Willkomm, pero que existe indudable- mente entre los ejemplares procedentes del Sr. Campo y ad- quiridos por el Jardin Botanico. (Herbario espanol.) Dicho recolector la hallé en Bielsa y de ella dice «muy rara en la gran roca de Montinier, hacia la Estiviella.—Julio y Agosto.» Merece mencion especial este hallazgo, de cuya certidumbre puedo certificar por haber estudiado los ejemplares. (vy. s.) 28 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Allium nigrum L. (All. fi. Ped., tomo mm, lam. 25: Redouté, Lil., tomo 1, lam. 102; Rchb., Ic. fl. Germ., tomo x, 1l4— mina 505; Adliwm magicum Brot., Phyt., lam. 47 y 48; A. monspessulanum Gou., Ul., lam. 16; Sibth., Fl. gree. 323; Webb, Phyt. Canar., lam. 234.) [sta especie, que es una de las mejor caracterizadas del gé- nero, no se cita por los Sres. Willkomm y Lange (Pr. 71. hisp.) sino en el Mediodia de Espana. En la Hnaumeracion del senor Colmeiro se menciona en otras localidades de Portugal, Valen- cia y Cataluna y aun en una de Castilla la Vieja, pero lo cierto es que no se ha citado en esta provincia ni en ninguna de Castilla la Nueva. Kl Sr. Andrés y Tubilla recogid ejemplares indudables de ella cerca de Ribas; posteriormente tuve ocasidn de recoger ejemplares al E. de Vicalvaro, y el ano ultimo el Sr. Aterido me presenté ejemplares recogidos también en Ribas, los que determiné como pertenecientes a esta especie. Ks, pues, indudable la existencia de esta especie en el centro de Espafia. (v. v.) Dipsacus laciniatus L. (Rchb., Ic. fl. germ., tomo xu, lam. 705; Jacq., Fl. austr., tomo v, lam. 403.) Kista especie, facil de confundir por los principiantes con el D. sylvestris Dod., que es la mas comun en casi toda Espana, solo aparece citada en cuatro localidades y ninguna de ellas en la cordillera carpetana, en la que, sin abundar, hay ejem- plares en diversos prados y arroyos de la falda de la sierra (Guadarrama) mezclados con los muy abundantes que de la especie ultimamente nombrada se presentan. Como es muy posible que exista en varias otras localidades, para que el numero de estas pueda ir aumentando, indicaré que los caracteres diferenciales que encuentro mas faciles de apreciar son, que la primera tiene las hojas caulinares pinna- tifidas, espinas en los nervios secundarios, las corolas blancas y las anteras ligeramente azuladas 6 violaceas. (Vv. V.) Artemisia Villarsi Gr. Godr. (Rchb., Ic. fl. germ., t. xvi, lami- na 150, figuras 1 y 2; A. rupestris Vill. non L.) (1) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 29 Indicada ya como probable en las /nguerende del Willkomm, pero de la cual no se ha publicado hasta hoy ninguna mencidn positiva, siendo la primera la que se refiere a los ejemplares adquiridos por el Jardin Botanico del Sr. Campo, quien los recogié en Marmorés. Son ejemplares que representan la espe- cie de un modo indudable. (v. s.) Leuzea raponticoides Graells (Wk. Ic. fl. hisp., tomo 1, la— mina 150; Z. eraltata Cut.) Recogida en Emperador (montes de Toledo) en Julio de 1884, y no citada hasta hoy fuera de la cordillera carpetana y la Sierra de Guadalupe. Como se ve esta nueva localidad aumenta considerablemente el area hasta hoy conocida de esta notable especie de nuestra flora. (Vv. v.) Saussurea macrophylla Sant. (Rchb., Ic. fl. germ., tomo xv, la- mina 817; Serratula alpina Lap. non L.) Especie que figura en las listas del Jnqguerend@ del Pr. fl. hisp. de Wk. et Lge. y cuya existencia en Espana puedo afirmar por figurar en el herbario espanol del Jardin Botanico, proce— dente de las recolecciones hechas en Bielsa por el Sr. Campo y adquiridas por el indicado establecimiento. Esta recolectada en el término conocido por el Bradamar de Pineta y es indudablemente de la especie mencionada segun he podido observar. (v. s.) ' Cirsium heterophyllum All. (Fl. ped., tomo 1, lam. 34. Rchb., Ic. fl. germ., tomo xv, lam. 838; Carduus heterophyllus L., Flora danica, tomor, lam. 109; Engl., Bot., tomo x, la- mina 675; Carduus polymorphus Lap.) Indicado como probable en las listas de Juguerende del Pr. fl. hisp. de Willkomm. Los ejemplares remitidos al Jardin Botanico desde Vergara por el Sr. Mieg, y que he tenido oca— sién de estudiar al formar el herbario espafiol del mencionado 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) establecimiento, representan de un modo indudable el tipo genuino de esta especie, quedando asi afirmada su existencia en nuestro suelo. (v. s.) Cirsium oleraceum Scop. (Rchb., Ic. fi. germ., tomo xv, la- mina 834; Dietr., Fl. Bor., tomo vin, lam. 552; Cnicus ole- raceus L.; Carduus oleraceus Will.) * Esta planta que no habia sido citada en Espana, existe sin duda en ella, pues el Sr. Mieg remitio al Jardin Botanico ejem- plares de un Cirsium que en mi opinion corresponde a esta es- pecie y que habian sido recogidos en las inmediaciones de Vergara. En Agosto de 1891 la he hallado abundantemente en la costa de Guipuzcoa, desde Zarauz a Zumaya, y con todos los carac- teres que distinguen a esta especie. No debe alejarse mucho de la costa ni existir en los lugares elevados de esta region, pues no la he visto fuera de los sitios indicados. Tampoco el Sr. Lacoizqueta la cita en su catalogo del valle de Vertizarana, lo que confirma esta opinion. El Sr. Colmeiro la cita de Durango y Alona, segun ejempla- res que le fueron remitidos por el Sr. Mieg. Willkomm la in- dica sdlo como probable en Espana. (v. v.) Viburnum Opulus L., Engl. Bot., tomo v, lam. 332. (ider, Flora danica, tomo tv, lam. 661; Rchb., Ic. fl. germ., tomo xvu, hams P1715) Esta especie, que no ha sido citada por Cutanda en su flora de la provincia de Madrid y que posteriormente se ha indicado en algunos puntos de ella, es bastante frecuente en la primera parte del curso del rio Guadarrama. Desde los Molinos al pue- blo de aquel nombre y aun hasta bastante mas abajo son fre- cuentes los arbustos de esta especie. La flora forestal le cita concretamente en algunos puntos de esta cordillera, en los Pirineos y provincias vascongadas, y podria citarle en las de Santander y Asturias, en donde se en- cuentra con alguna frecuencia. (v. v.) (13) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 31 Lonicera implexa Ait. (Bot. Mag., tomo xvir, lam. 640; Rehb., Ic. fl. germ., tomo xvi, lam. 1.173; LZ. balearica Viv.; Ca- prifolium balearicum Dum.) Especie no citada nunca en la provincia de Madrid, y lo mas cerca de ella en Sierra Morena y los montes de Toledo. En el herbario espanol del Jardin Botanico existen ejempla- res que he determinado como pertenecientes a esta especie, y los cuales fueron recogidos por el Sr. Isern en Guadarrama, localidad cuidadosamente explorada por mi, sin haber visto en ella ningun representante de esta madreselva. Tanto por esto como por hallarse la mencionada localidad bastante fuera del area que segtin todos los datos recogidos hasta ahora se atri- buia 4 esta planta en la Peninsula, yo no me habia decidido 4 publicar esta observacion, no obstante lo caracterizado de los ejemplares del Sr. Isern, por mi temor de que no procediesen de la localidad mencionada. Hoy ya creo muy verosimil que esta especie pueda encon- trarse en la prodxima sierra-por haberla visto y recogido en abundancia en la dehesa de Arganda en una de las canadas abierta al NE., observacién que me permite agregar esta espe- cie a las mencionadas como de la flora matritense y demostrar al propio tiempo que esta especie tiene entre nosotros area mas extensa de lo que se habia creido. (v. v.) Solanum sufruticosum Schousb. in Willd., Enum. Berol., 1, 1236. (Solanum nigrum L. 8. induratum Boiss., Fl. or.; S. nigrum v. sufruticosum Moris., Fl. sard., tomo 11, p. 148; S. Memphiticum Mart.?) Hay cuestidn pendiente sobre si esta especie existe 6 no en Espana. Boissier le cita como de Portugal y Mediodia de Es- pana, por ejemplares que existen en el herbario de De Candolle con indicacién de esta procedencia, sin citar localidad en que él personalmente la haya recogido. Lange atribuyo a esta especie los ejemplares recogidos en la Coruna y Pontevedra (Pugillus, pag. 197), pero esta indicacién ha sido puesta en duda por Willkomm, porque la descripcidn que de esta planta hace Lange se compagina mal con la de la especie de Schousboe. 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) En este estado nada puede ser mas util para decidir sobre esta cuestiOn, que buscar nuevos datos sobre el terreno, y ha- biendo tenido ocasién de visitar diversas veces y en estacién oportuna la parte de Galicia en que Lange ha citado esta planta, he buscado alguna explicacién de esta divergencia entre las descripciones de Schousboe y Lange. Lo que de mis observaciones resulta, es que la especie de Schousboe, con todos los caracteres que éste le asigna, y con— forme también con lo que de ella dice Boissier en su Flora orientalis refiriéndose a los ejemplares recogidos en Judea y en la Persia meridional, existe efectivamente en la costa de Galicia, por lo menos en Pontevedra. Pero la descripcidn que Lange pone a continuacién de este nombre, y que Willkomm, con su excelente criterio, repugna admitir como de la especie de Schousboe, corresponde a otra planta bien distinta, y opino que ésta podria referirse a otra especie del mismo género, también fruticosa pero muy dis— tinta, que he visto y recogido, no sdlo en la Coruna, sino en algun otro punto de la costa fuera ya de Galicia, y que creo sea un Solanum exotico, introducido en nuestra flora, y acerca de cuya determinacién abrigo atin algunas dudas que no per- mite resolver el estado en que yo he hallado los ejemplares. Linaria viscosa Dum. (Antirrhimum viscosum L.; Linaria spi- cata Kze.; L. aparinoides Boiss.) Ya Cutanda consideraba dudosa la existencia de esta especie en la provincia de Madrid, y con mas razén habremos de dudar hoy de su existencia no habiéndola hallado ni Cutanda ni Willkomm que omite toda mencidén de las localidades en que los antiguos la habian indicado en esta provincia, ni Lan- ge, ni Boissier, ni ninguno de los contemporaneos. Todo hace sospechar que las citas de esta Zinaria deban referirse 4 alguna otra de las congéneres que con ella tienen mayor afinidad, y tal creo que debe ser la opinién de los que tantos anos la hemos buscado intitilmente en las localidades mencionadas. Pero como las negativas en estas cuestiones han de fundarse en razones de gran valor, y aun asi sdlo deben hacerse en 415) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 33 muy contadas ocasiones, como cosa probable y no como nega- ciones absolutas, es conveniente manifestar las razones que tengo para considerar probable que nuestros antiguos botani- cos hayan sufrido un error en esta cuestién. Si la especie 4 que ellos se referian es la representada como Antirrhinum viscosum L. en la lam. 368 del tomo xr del Botanical Magazine de William Curtis, que es la que también cita Cutanda al hablar de esta especie, nada es mas cierto que la existencia de esta especie en muchos puntos de nuestra provincia con todos los caracteres que alli se la representa y describe, pero lo curioso del caso es que la mencionada espe- cie no es la que Curtis creyé al incluirla en su notabilisima obra, sino que aquella lamina corresponde al Antirrhinum hirtum L. 6 sea la Linaria hirta Moench (Antirrhinum ara- gonense Pour.), error que vale la pena de desvanecer. No es este el Unico error padecido por Curtis acerca de esta especie, pues transcribe en la explicacién que acompaiia a la lamina una descripcidn que dice ser del Antirrhinum hirtum de Jacq. al cual considera como sindnimo del Axtirrhinum hirtum L. y aun cita la lam. 30 de los Zcones plantarum rario- rum de Jacq., y no es la lam. 30 de esta obra, sino la 117 la que debiera citar. En efecto, la lam. 117 coincide en un todc con la 368 del Botanical Magazine, pero en el texto que la acompana dice Jacquin que es el Antirrhinum hirtum de L. y la descripcidn dice esta transcripta del Systema nature del mismo autor. No hay, pues, tal A. Airtum de Jacquin, sino de Linneo, y la descripcidn transcripta por Curtis como de un sindnimo de su pretendido A. viscosum corresponde, como la lamina, al A. hirtum L., 6 sea ala Linaria hirta Moench. Se comprende que en el Botanical Magazine, cuyo tomo x1 Heva la fecha de 1797 se haya padecido un error de esta natu- raleza por tratarse de una planta espanola mal conocida en- tonces en Inglaterra, en cuyo Jardin de Kew fué introducida en 1786 por Monsenor Thouin, quien la llevé de Espana, segtin en la mencionada obra se refiere. Este error fué tanto mas ex- plicable cuanto que la Zinaria hirta Moench. es también vis- cosa, como ya lo hacia notar antes de Linneo nuestro botanico Salvador, al decir de ella «Linaria hispanica arvensis latis— simo folio, viscosa et villosa, flore luteo magno.» ANALES DE HIST. NAT.— XXII. 3 34 ’ ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Nadie puede confundir hoy la Z. viscosa y la LZ. hirta, que tan marcadamente difieren, pero cabe que, atribuyendo como. lo hizo Curtis el nombre de A. viscosum de Linneo al que era el A. hirtwm del mismo autor, al citar la primera de estas. especies en los campos de esta provincia se refiriesen a la segunda que tan frecuente es en ellos. Por lo demas, la Z. viscosa Dum. es planta propia de Africa, Portugal y 8. de Espana, pero no parece que llega al centro. de la Peninsula, mientras la Z. hirta Moench, que hasta hoy es exclusiva de Espana, se encuentra abundante en casi todas. huestras provincias. Tales son las razones que nos inducen a sospechar que el error del Botanical Magazine haya hecho considerar alguna vez como ZL. viscosa ejemplares de la LZ. hirta. Conviene ademas, aparte de esta posibilidad, Hamar la atencidn respecto de la lam. 368 del Botanical Magazine, lamina que ni Colmeiro ni Willkomm citan, sin duda por haber notado. que no era del A. viscosum como Curtis creyo al publicarla, y que representa exactamente la Linaria hirta Moench. Odontites tenuifolia G. Don. (Huphrasia tenuifolia Pers.; Brot., Phyt., lam. 124; Huphrasia linifolia Brot. non L.; Lasiopera tenuifolia Lk. et Hoffm., Fl. port., tomo 1, lam. 60.) Esta especie, que tan comun es en el N. de la provincia de Madrid, no ha sido citada en Aragén de donde tengo ejempla- res indudables recogidos en diversos lugares montuosos de los pueblos de Clares y Aranda de Moncayo (Zaragoza). (Vv. v.) Primula Elatior Jacq. (P. veris 8. elatior L., Rchb. Ic. fl. germ., tomo vu, lam. 49, fig. 1; Dietr., Flora Bor., tomo x1, la— mina 793; Sturm, Flora, tomo Iv, lam. 14; Engl., Bot., tomo vit, lam. 513; Gider, Flora danica, tomo m1, lam. 433.) Esta planta se cita en diversas localidades del N., E. y Centro. de Espana, pero de Andalucia sélo existia una indicacién de Fernandez Navarrete (1742) sin citar localidad determinada. Al determinar unos ejemplares recogidos por el Sr. Sainz Gutiérrez en las inmediaciones de Granada y regalados al Jardin Botanico de Madrid, pude notar que entre ellos habia :(17) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 35 aleuno que indudablemente pertenecia a esta especie entre varios de la P. vulgaris Huds., de lo que juzgo de interés por ser la primera cita determinada que de la P. Hlatior se hace en Andalucia. (v. s.) Cachrys laevigata Lam. (C. Libanotis a. L.) Siendo muy pocas las localidades en que esta planta se cita en Castilla la Vieja, estimo interesante mencionar que los ejemplares fructificados que tuve ocasién de ver en Junio de 1890, recogidos en dicha época en el valle de Tejadilla (Sego- via) por el farmacéutico de esta corte D. Gregorio Gomez y Garcia, pertenecian indudablemente a dicha especie. (Vv. Vv.) Anthriscus silvestris Hoffm. (Rchb., Ic. fi. germ., tomo xx1, lam. 183; Cherophyllum sylvestre L., Cider., Fl. dan., tomo x1, tab. 2.050, Engl., Bot., tomo x1, lam. 752; Cere- Jolium sylvestre Grisl.) Las localidades en que esta planta se ha indicado en Espana ofrecen la particularidad de que perteneciendo a todas las regiones de la Peninsula, Portugal inclusive, no se ha indicado nunca ni siquiera en una localidad de Castilla la Nueva. Tal excepcion seria dificil de explicar si, realmente existiese, por tratarse de una planta que habita en toda Europa y llega hasta nuestras provincias mas meridionales, pero, como era de suponer, esta especie existe también en Castilla la Nueva y solo por lo deficiente que atin es la observacién de nuestra flora ha podido pasar hasta hoy sin indicarse en la regién mencionada. La primera localidad en que me ha sido posible comprobar su existencia ha sido en la inmediata de Arganda. (v. v.) Reutera gracilis Boiss. v. catalaunica Costa. Algunos ejemplares de Reutera recogidos hace anos en Aranda de Moncayo, en una garganta de la conocida con el nombre de Pea Magiinera, creo deben referirse a la especie y variedad con cuyo nombre encabezo esta nota. 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) La forma genuina de esta especie es hasta hoy exclusiva de nuestras provincias del Mediodia y la variedad creo no haya sido citada hasta hoy en Aragon. (v. v.) Circea lutetiana L. (der, Fl. dan., tomo m, lam. 210.) Esta onagrariea, no hallada jamas en Castilla la Nueva, y sdlo en contadisimas localidades de la Vieja, localidades que por otra parte no se encuentran proximas a esta provincia, existe sin embargo, aunque es muy escasa, en la cordillera carpetana. En esta misma provincia, en el término de Guada-— rrama, en los pinares que cubren las laderas del Pico de la Cierva, y los que al N. de esta altura corresponden al término del Espinar (Segovia) se encuentra alguno que otro ejemplar de esta especie, que siendo comuin en el N. no se habia citado nunca por esta region. Aunque tampoco es frecuente en el Moncayo he recogido también algtin ejemplar en el hayedal que hay préximo al santuario de dicho nombre, siendo una de las pocas especies de la flora aragonesa que no fueron conocidas del Sr. Loscos, quien no la incluy6 en los catalogos tan completos que le debe la flora de esta region, sin duda por no haber visitado nunca esta importante localidad. Extratio que no la hayan hallado ninguno de los botanicos que anteriormente han recogido plantas en la cordillera del Moncayo. Estos datos amplian considerablemente el area de esta espe- cie por lo que 4 nuestro pais se refiere, resultando de los datos recogidos hasta hoy que es comunisima en el Norte, muy rarz en el Centro y falta completamente en el Mediodia. (v. v.) Cotoneaster tomentosa Lindl. (Mespilus tomentosa W. non Lamk.) Esta especie se cita hoy en varias localidades del Pirineo aragonés, en la sierra de Santa Ana, Soria y en Monserrat (Costa). Dentro de este triangulo se halla situado el Moncayo, y los ejemplares que recogi hace algunos anos en el hayedal que existe en la parte alta de la vertiente NE. de dicha cordi- liera, sobre el pueblo de San Martin, corresponden indudable- mente a esta especie y no difieren en nada de los recogidos en (19) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 37 Bielsa por el Sr. Campo. Los ejemplares de ambas procedencias han sido comparados detenidamente con los de la forma ge- nuina del C. vulgaris Lindl., de los que difieren notablemente y no dejan lugar a duda respecto 4 corresponder a la especie cuyo nombre encabeza esta nota. (Vv. V.) Crategus maura L., fil. (Crategus maroccana Webb, Bot. Reg., 1855.) Especie norte-africana que Unicamente se ha citado en el Penon de Gibraltar y la cual debe existir en otros puntos de Andalucia, pues por mediacion del Sr. Gonzalez Fragoso lle- garon a mi poder unos ejemplares recogidos por nuestro con- socio D. Manuel Paul en el término de Dos Hermanas (Sevilla) y que corresponden a la mencionada especie, cuya area en la Peninsula se ensancha notablemente con solo este dato. (v. s.) Alchemilla alpina L. (Cider, Fl. dan., tomo 1, lam. 79.) Planta no citada hasta hoy en la provincia de Madrid, ni creo que en toda Castilla la Nueva, y aun en la Vieja solo ha sido hallada en la vertiente N. de Gredos (Isern) y en el valle de Salazar (Née) y hallada por mi en Julio de 1890 en el Pico de la Cierva, término municipal de Guadarrama. (Vv. Vv.) Astragalus Boissieri Fisch. (Syn. Astr. Trag., p. 1], tab. A, num. 1; Astragalus creticus Boiss., Voy.; A. Lchinus Boiss., herb.; A. siculus, v. nebrodensis Guss.) Durante el verano de 1890 encontré en Guadarrama un rodal pequefio de esta interesante especie, que llamdé mi atencion por no haberse indicado nunca sino en localidades muy dis— tantes de la sierra de Guadarrama. Crei en un principio que se trataria del Astragalus Clusit Boiss. Reut., que ya habia sido indicado préximo a los limites meridionales-de la provincia de Madrid; pero bien pronto me convenci de que no era asf por los caracteres que tan marcada diferencia establecen entre estas dos especies. En la flora de la provincia de Madrid, del Sr. Cutanda, no se menciona mas que una especie espinosa de este género, de- 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ; (20) signada alli como A. Zragacantha L., indicada con duda de Aranjuez, y que sin duda no fué recogida por dicho autor, y como los caracteres que alli se indican no le convenian, ni el verdadero A. 7ragacanta existe en Espana, tampoco pudimos referirle a esta especie. Kl Astragalus por mi hallado entonces y observado después con frecuencia y repetidamente en diversas estaciones del ano, le he hallado formando un solo rodal en el término de Guada- rrama, entre los sitios Namados Los Picotos y Pena Cervera. Ks planta perenne, fruticosa, muy ramosa, con los ramos ten- didos algo crasos, hasta de un centimetro de grueso, los cua- les forman céspedes redondeados que Negan a tener un metro de diametro. Los ramos estan recubiertos por los peciolos de anos ante- riores, que son espinosos, de 2 6 3 cm. de longitud, y llevan adheridas las bases de las estipulas. Las hojas existen en las terminaciones de los ramos y resultan de yemas axilares que se desenvuelven en Agosto y Septiembre, después de la flora— cién, siendo en las axilas de estas ya bien desarrolladas, en las que aparecen las flores al ano siguiente. Las hojas jévenes tienen uno 6 dos pares de hojuelas menos que las adultas, son mas tomentosas y menos espinescentes; las adultas tienen el peciolo rigido y punzante y levan seis, rara vez siete, pares de foliolas; estas son lanceolado-lineales, y terminadas en un mucron espinescente de cerca de un milimetro; presentan un color verde palido 6 blanquecino, por estar cubiertos por am— bas caras por largos pelos blancos, y estan siempre plegados por su nervio medio en forma de canal, disposicidn que adop- tan igualmente todas ellas sobre el peciolo comin. Las estipu- las estan libres entre si, soldadas hasta su mitad al peciolo, amarillentas, coriaceas, y son anchas en la base, lanceolado— lineales en la parte libre, lampinas por ambas caras, brillantes por el haz y con largas pestanas blancas marginales. Las flores nacen en glomérulos, formados por dos 6 tres flo— res en la axila de cada hoja, flores todas sentadas é insertas separadamente cada una con bracteas verdoso-amarillentas, ligeramente coriaceas, naviculares, la quilla erizada de pelos blancos. El caliz con los dientes tan largos como el tubo, linea- les, iguales y terminados en una brocha blanca, formada por la reunidn de los pelos numerosos largos y blanquisimos que ’ 1) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 39 recubren toda la cara exterior del céliz. La corola es persis— tente y tiene doble longitud que el caliz poco mas de un cen- timetro, y es de un color blanco levemente amarillento, con las alas espatuladas estrechisimas y el estandarte pandurifor— me y la quilla en forma de cuchara, plegada por medio, esco- tada en su apice y algo sombreada de pardo en la parte inte- rior de su terminacién donde esta en contacto con las anteras;: estas de color anaranjado; los filamentos son rectos. El caliz no es acrescente ni se infla en la fructificacién; la legumbre es tan corta 6 mas que el caliz, dentro del cual queda inclusa, recubierta de tomento blanco plateado, con una sola cavidad, y ésta monosperma. Esta descripcion, hecha con repetidos ejemplares estudiados en fresco y en la época conveniente para cada organo, es lo suficiente para afirmar que se refiere al Astragalus Boissieri Fich., cuya sinonimia ponemos a la cabeza de esta nota; mas quedaria alejada toda duda haciendo notar la imposibilidad de referirla 4 ninguna otra especie de Astragalus espinosos que puedan hallarse en nuestro pais. Difiere la especie por mi observada en Guadarrama de los Astragalus aristatus L’Heérit., Nevadensis Boiss. y Clusii Boiss. et Reut., por tener todas estas especies varias flores sobre un pedunculo comtn, formando en la axila un racimo de pocas flores, y los calices fructiferos acrecidos 6 inflados, y se distin- gue no menos marcadamente del Astragalus Massiliensis Lamk., porque en esta especie las flores forman un racimo con un pe- dunculo relativamente largo, los pelos son ahorquillados, las corolas caedizas y las legumbres salientes, doble mas largas que el caliz y con dos cavidades dispermas. Estas son las tini- €as especies espinosas que de este @énero han sido halladas en Espana. Es, pues, indudable que esta interesante especie que se men- ciona en esta nota, no puede referirse sino al A. Boissieri Fisch., de la que difiere en algun detalle’ que creemos no justificaria su consideracién como especie distinta, dado el severo criterio que es preciso mantener en la fitografia, y la importancia del hallazgo nace de que esta especie no ha sido indicada nunca en la provincia de Madrid, y sdlo en una localidad de una de las provincias colindantes, habiéndose citado primeramente en Andalucia y en el Bajo Aragén; y por ultimo, la Comision 40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22% de la Flora forestal espanola la recogié en la provincia de Gua- dalajara (Rincén de Orea). Por eso creemos que la localidad ahora descubierta viene a aumentar el area de una especie interesante, encontrandola no solamente en la provincia de Madrid, sino en la misma Sie- rra de Guadarrama, que tanto dista de las demas localidades. en que hasta hoy se la habia indicado. Cierto que en la provincia de Madrid se ha citado ya algun otro Astragalus espinoso, pues el mismo Cutanda cita uno con duda de que sea de Aranjuez; supongo que la duda se refiera a que el ejemplar fuese recogido dentro de la provincia, por tratarse de un pueblo fronterizo con la de Toledo, y bajo el nombre de Astragalus Tragacantha L. No hubiera venido mal en esta denominacion el interrogante que el mencionado autor puso en la localidad, pues se trata de una especie indicada varias veces en Espana por los antiguos, por confusién con otras que tienen un porte parecido, pero cuyo tipo genuino no parece existir en nuestro pais. Lastima es que el Sr. Cutanda no indique si llegé 4 ver 6 no el ejemplar que le indujo a incluir esta especie entre las de la provincia de Madrid, y que en su herbario no se hallen ejem— plares de este ni de ningun otro As/ragalus espinoso, pero en buena critica debe suponerse que le vid y que a él corresponde la descripcidn que hace en su flora de la mencionada provin— cia (pag. 241), y en este caso no tiene duda que no se refiere tampoco al A. Boissier?, pues la planta indicada por Cutanda tenia 13-25 foliolas, flores en racimos y legumbres salientes, ca- racteres que imposibilitan su referencia al A. Bossieri, como puede verse por la descripcién hecha, y creemos que se refiere a algtin ejemplar del A. Clusii que le trajesen de las inmedia- ciones de Aranjuez, sin poder afirmar si de esta provincia 6 de la de Toledo. Creemos esto porque los caracteres mencionados por Cutanda parecen convenir al A. Clusii, y porque esta especie fué ya citada de Aranjuez a Urda por Quer, y en el mismo Aranjuez por Garcia Ortega. Se trata, pues, de una es— pecie que es comun en el Centro, KE. y 8. de Espana, y que ha sido citada también por Loefling y por Rodriguez en la Man- cha y la Alearria, y por los autores modernos; pero que no puede ser la misma que creemos haber hallado por primera vez en esta provincia, por tener la especie citada por Cutanda (23) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 4] como la verdadera 7ragacantha las flores dispuestas en racimo. En cuanto al nombre de Astragalus Tragacantha L., aplicado a plantas cogidas en Espana es inadmisible, pues el tipo ge- nuino de esta especie no alcanza a nuestro pais, y aunque puede considerarse como una parte de desmembracidn de esta especie linneana el A. massiliensis Lam., éste tampoco existe mas que en algunos puntos de la costa catalana sin avanzar hacia el Centro. Ya el Sr. Willkomm indica que las citas de A. Tragacantha en Espana deben atribuirse al A. massiliensis y al A. aristatus, y mas generalmente atin creo que ha podido dar margen a este error el A. Clusii, que es bastante mas comun que las dos indicadas por Willkomm. Asi en el caso de Cutanda creemos mas posible que se tratase de esta especie que de las dos anteriores, que nadie ha visto ni indicado por aquellos contornos. Lo dicho basta para que se comprenda que el Astragalus hallado en Guadarrama no puede ser otro que el A. Botssieri Fisch., y que no pueden referirse 4 él ninguna de las citas de plantas espinosas que de este género se hayan hecho mas 6 menos cerca de la provincia de Madrid, y de las que ninguna tampoco se refiere a localidades proximas a la mencionada sierra. , Esta especie es afine al verdadero A. Zragacantha L., pero admitido wndnimemente por los autores como distinta de ella, si bien figurando en el mismo subgénero Zragacantha, mien- tras que los demas Astragalus espinosos de Espana correspon— den a los subgéneros Calycophysa y Cercidothriz. Lupinus leucospermus Boiss., Reut. Esta especie, formada por Boissier segun los caracteres nota- dos en unos ejemplares existentes en el herbario de Pavon, procedentes de los alrededores de Madrid, sin determinar loca- lidad, carecia hasta hoy de localidad determinada, pues nin- gin otro autor la ha mencionado desde entonces. Puedo citar la localidad de la Casa de Campo y la de Car- mena (Toledo), esta Ultima segun ejemplares indudables que debo al Sr. Fragoso. Probablemente la especie no es rara en esta parte de Castilla la Nueva, pero puede pasar facilmente desapercibida por su gran semejanza con el LZ. angustifolius L. 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) Las diferencias mas precisas que entre estas dos especies existen, son las siguientes: El LZ. angustifolius tiene las estipulas lanceoladas y las semi- llas con la texta decorada por manchas jaspeadas de negro y amarillento, mientras en el Z. deucospermus las estipulas son lineales y las semillas enteramente blancas. Es dificil distinguir bien estas dos especies mientras no tie-- nen legumbres granadas, pero llegado este caso cesa toda dificultad, y convencido de esto he procurado recoger semillas en Junio y Julio, resultando que no es raro encontrar en las inmediaciones de Madrid ejemplares genuinos del Z. leucos— permus, y al pie de la sierra proxima, en el término municipal de Guadarrama, en praderas que se agostan por el verano, le he hallado muy abundante, habiendo podido recoger semillas en cantidad suficiente para los cambios del Jardin botanico. Erodium carvifolium B. R. Esta geraniacea, exclusiva de Espana hasta hoy, no se ha citado mas que en los montes de Avila y en Gredos; pero existe también en la provincia de Madrid, en la parte baja de la sierra de Guadarrama, entre el pueblo de este nombre y los Molinos. Observada en flor en Abril y Mayo. (v. Vv.) Malope trifida Cav. (Diss. II, lam. 27, fig. 2.*) Esta planta figura entre las especies interesantes que he re- cibido del Sr. Gonzalez Fragoso, y procedente de la localidad de Dos Hermanas (Sevilla), en que hasta hoy no se habia cita- do. Aunque esta localidad esta dentro del area que anterior-— mente se habia senalado en Espana, es siempre de interés adi- cionar una localidad tratandose de una especie tan rara. Por cierto que las indicaciones hechas por algunos botani - cos de haber hallado esta especie en alguna localidad arago- nesa y aun navarra, me parece algo dificil de admitir, y con todo el respeto que las indicaciones de personas competentes me merecen, creo seria interesante confirmar este hecho 6 re- solverle negativamente, pues no habiéndose citado en la Pe- (25) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 43 ninsula mas que en contadas localidades de las provincias de Sevilla y Cadiz y del S. de Portugal, seria curiosa la existen— cia de esta especie en regidn tan diversa de ella. De todos modos, una negacién 6 una afirmacion terminante, sélo podria hacerse teniendo ante la vista los ejemplares que han motivado la indicacion. (Vv. s.) Malope multiflora Trig. in Cay. Esta notable malvacea, que parece ser hasta hoy exclusiva de nuestro suelo, y de la que tampoco se citan localidades de— terminadas, pues sdlo poseemos la indicacién hecha por Tri-— gueros, existe entre las plantas de que me hizo donacidn el botanico sevillano Sr. Gonzalez Fragoso. _ El ejemplar que obra en mi poder, y en el que he compro- bado cuidadosamente los caracteres de esta interesante espe- cie, procede de Dos Hermanas, en la provincia de Sevilla, en Abril de 1883. Ya hay, pues, una localidad mas de esta especie, que proba- blemente existe en otras de la misma regién, pero que facil= mente pasa desapercibida. Su aspecto es el de una malva co- mun, pues la forma y tamano de sus hojas y sus flores peque— fas, que no llaman la atencidn como en otras congéneres, la hacen asemejarse mucho a la M. silvestris y otras especies vulgares del mismo género y para distinguirla de estas es preciso examinar el fruto. (Vv. s.) Myricaria germanica Desv. (Zamariz germanica L.; Tamariscus germanicus Desv.; Myrica silvestris Clus.) Esta tamariscinea, que parece ser bastante rara y escasa en Espana, existe ademas de los contados puntos que se citan en la Flora forestal, recientemente publicada, en el término de Ateca (Zaragoza), en el valle del Jalon, de donde tuve ocasion de recoger ejemplares que existen en mi herbario y en el de la Sociedad Linneana Matritense. Como se trata de una especie bien caracterizada y descrita en los libros corrientes, no creo necesario indicar sus caracte— res, pero si juzgo conveniente indicar esta localidad donde positivamente existe, aunque es rara, por ser la localidad mas a cn * 44 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) proxima al centro de la Peninsula que las que se citan en la. mencionada flora, y por lo que pueda contribuir este dato po- sitivo 4 fijar el 4rea de una planta no comun en nuestro pais. (v. Vv.) Silene mellifera Boiss. et Reut. (Ic. et descr. pl. nov., crit. et rar., tomo 1, lam. 46; S. nutans G. Ort. et Lag. non L.; S. ttalica Duf. non Pers.) Planta de la Peninsula ibérica y de la Argelia, y citada ya en diversas localidades de las provincias orientales, centrales y meridionales. Ks planta menos rara en el centro de Espana de lo que pu— diera pensarse por las localidades hasta hoy publicadas. En la provincia de Madrid se habia ya hecho de ella alguna mencién aunque sin gran certidumbre. Sin embargo, es indudable su existencia, por lo menos en la parte baja de la provincia, pu- diendo citarla concretamente en Aranjuez y en Arganda. También en Aragén, donde tnicamente se la mencionaba en Tolocha y Javalambre, avanza bastante mas, pudiendo afirmar por mi propia cuenta su existencia en la provincia de Zarago— za, en el lugar denominado La Serrezuela, que constituye la prolongacion de la sierra de Villarroya hacia el NO. En la por- cidn mas elevada de la Serrezuela, en la divisoria de los pue- blos de Clares y Aranda de Moncayo, tuve ocasién de recogerla en Julio de 1880. (Vv. v.) Erysimum repandum L. (Rchb., Ic. fl. germ., tomo 11, lam. 62; Jacq., fl. austr., tomo 1, lam. 22; 2. ramosissimum Crtz.; Cheiranthus ramosissimus Lam.; Cheirinia repanda Lk.) Opina Willkomm que la planta citada algunas veces con este nombre por los botanicos espafioles, debe referirse al HH. Kunzeanun Boiss. et Reut., que efectivamente no es rara en gran parte de nuestro pais. Pero los ejemplares que en diversas ocasiones he podido re- coger en diversas localidades de las inmediaciones de Madrid (La Moncloa, El Pardo, Chamartin), son indudablemente /. 7e- pondum ., bien diverso del #. Kunzeanum, por carecer de tomento ceniciento verdoso, por los dientes que manifiesta— (27) Lazaro.— FLORA DE LA PENINSULA IBERICA. 45 mente ostentan sus hojas, sus flores abiertas poco numerosas y no apretadas en la inflorescencia, limbo de los pétalos mas corto que el caliz, silicuas largas patentisimas y sostenidas por pedicelos cortos y tan gruesos como las mismas silicuas, y estas no recubiertas de pelos ramificados sino lampifias. Como dados estos caracteres no cabe confundir estas dos es— pecies, y como ambas las hemos recogido en las inmediaciones de la capital, creemos de interés afirmar que ambas habitan en nuestro pais y que en este punto no carecian de razon nues- tros antiguos botanicos al citar en Espana el 2. repanduwm L. (Vv. Vv.) Turritis planisiliqua Pers. (Av. sagitata DC.; A. planisiliqua Rchb.) . En el herbario de Cutanda hallé sin determinar ejemplares de un Avabis recogido por dicho botanico en el Nuevo Baztan, los que presentan todos los caracteres del A. planisiliqua Pers., especie que no creo haya sido indicada hasta hoy en Espana. Los ejemplares forman hoy parte del herbario espanol del Jar- din botanico. (Vv. s.) Draba incana L. (Engl. Bot., tomo v1, lam. 388; Cider, Fl. Dan., tomo 1, lam. 130; Rchb., Ic. Fl. germ., tomo my, p. 14.) Especie citada en la Peninsula tinicamente, y con alguna vaguedad en el Pirineo catalan y aragonés y con duda en Por- tugal. Willkomm ante estos datos pregunta si realmente existe en Espana esta planta. Con estos antecedentes se comprende que el hallazgo de una localidad del interior ofrece interés evidente. Debo 4 mi amigo el Sr. Estébanez y Mazon un ejemplar bien caracterizado de esta especie, el cual fué recogido en Soncillo, en las montafas de Burgos proximas a la provincia de Santander. (v. s.) Peonia peregrina Mill. B. leiocarpa (P. officinalis Ass. et Cav. non L.; P. microcapia Boiss., Reut.) La variedad de este nombre se halla citada en la parte cen- tral de Espana, en la provincia de Madrid, en su parte sud-— 46 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) oriental (Carabana), en algunos puntos de la de Guadalajara y en algunos otros de la proxima de Avila. . En la primavera y verano ultimos he tenido ocasién de observar que en la parte mas alta de la vertiente 8. de la altura que domina el puerto de Guadarrama por la parte de Poniente, en la canada donde se recogen las aguas que afluyen al lla- mado Arroyo de la Barraca, es esta variedad de la P. peregrina Mill., la que abunda, y no la P. Broteri Boiss. et Reut., como generalmente ocurre en esa parte de la sierra carpetana. La variedad 4 que me refiero contrasta marcadamente con esta ultima especie, por ser diversa la divisién de sus hojas, como hacen notar las descripciones, y sobre todo por tener los carpelos enteramente lampinos y no cubiertos de tomento den so, de color leonado, como los de la P. Broter?. (v. v.) CATALOGUE RAISONNE DES ISOPODES TERRESTRES DE LESPAGNE, PAR IO Mie: aN) |) eee” CSS (4=F® SUPPLEMENT) (1) (Sesion del 5 de Abril de 1893.) Les exemplaires qui m’ont été soumis a la fin de 1892 par M. I. Bolivar et qui appartiennent au Musée de Madrid, ne modifient pas les caractéres de la faune Isopodique espagnole que j’avais indiqués dans mon premier travail. Il_y a une es— pece nouvelle, Bathytropa hispana, appartenant & la micro- faune de la région méditerranéenne (Valencia). L’aire eéogra- phique de quelques autres espéces se trouve étendue, ainsi qu’on le verra par la liste ci-dessous ott je conserve le numé— rotage du premier Catalogue. ]1.—Armadillo officinalis Desm. Zaragoza (déja signalé a Zuera dans la méme province).— Valencia. 15.—Porcellio pulverulentus Budde-Lund. Madrid (n’avait été rencontré jusqu’a présent que dans les provinces de Malaga et de Granada). (1) V. ANAL. DE LA Soc. ESP. DE Hist. NAT , tomo xxI, paginas 161-190, 1892. 48 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 16.—Porcellio dilatatus Brandt. Pasaje et Rocas del Arenal (Coruna). 22.—Porcellio ornatus M. Kdw. Dehesa de la Albufera (Valencia). C’est la localité la plus septentrionale du continent ou on ait trouvé cette espéce. 24.—Porcellio violaceus Budde-Lund. Valencia (déja signalé a Murviedro par Budde-Lund). Ops. Ce Porcellion, que je n’avais pas encore vu, est voisin du P. Bolivari; il en differe par les caractéres suivants: corps moins large, plus petit (dimens. maxima des exemplaires vus: 19 * 9 mill.); granulations moins fortes, plus réguleres, et non coniques, méme sur le bord postérieur des somites; lobe médian du front tres—peu accentué, arrondi; troisieme article des antennes présentant une dent forte, mais non divergente; uropodes a exopodite beaucoup moins développé, méme chez le o. Couleur, d’un gris violacé, presqu’uniforme, cephalon plus foncé; le reste du corps est plus rarement presque blan- chatre. 27.—Porcellio Bolivari Dollfus? Valencia. Ops. Sagit-il bien du P. Bolivari, qui serait dans ce cas assez polymorphe: les exemplaires de Valencia que j’ai sous les yeux different du type (de la province d’Alicante) par leur corps moins large, le lobe frontal médian moins accentué et surtout moins large, les lobes latéraux plus larges et presque quadrangulaires—arrondis, la coloration générale presqu’uni-— forme, les taches foncées étant & peu pres effacées. Ce n’est la, il est vrai, que des différences de degrés, et les caractéres plus importants: fortes granulations coniques sur la partie postérieure des somites, uropodes si développés, dis— position des antennes et de l’épistome, sont les mémes. 30.—Porcellio lugubris Koch. Teruel, Soria. (3) Dollfus.—1IsoPpoDES TERRESTRES DE L’ESPAGNE. 49 Oss. Voila une nouvelle extension de l’aire géographique de cette espéce septentrionale que nous n’avions signalée jus- qu’a présent en Espagne que dans les hautes vallées des Pyré- nées (Bielsa). Elle est done aussi répandue au Sud de I’Ebre, dans le grand massif montagneux qui sépare l’Aragon de la Castille, de la Sierra de Moncayo aux Montes Universales. 32.—Porcellio De Bueni Dollfus. Pasaje, Rocas del Arenal, El Burgo (Coruna). Ons. Reste confiné dans la méme région de la province de La Corogne, oti il parait du reste tres-commun. 33.—Porcellio scaber Latr. Localités diverses de la province de La Corogne.—San Se- bastian.— Teruel. ; Orns. Cette derniere localité est intéressante a noter, car elle confirme le caractére septentrional de la faune de la région montueuse ott lon trouve aussi P. lugwris. 4(.—Porcellio levis Latr. Zaragoza.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real). 49.—Metoponorthrus cingendus Kinah., sp. Villa Rutis, El Burgo, Pasaje (Coruna). 50.—Metoponorthrus rufocinctus Dollfus. San Roque (Coruna). Oss. J’avais décrit cette espéce d’aprés un seul exemplaire provenant de Villa Rutis. Sa coloration varie et celle qui ca-— ractérisait ’exemplaire décrit et figuré parait la moins fré- quente. Au contraire, elle présente plus souvent, dans les exemplaires de San Roque, des bandes claires longitudinales, bien nettes surtout sur le pleon et un granule perliforme blanc de chaque cdté des somites péréiaux; cette disposition rappelle celle du M. sexfasciatus B. L., mais le MW. rufocinctus sen dis— tingue absolument par le prosépistome dépourvu de relies trans- versal et par le pleotelson bien plus court. ANALES DE HIST. NAT.—XXII. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) 53 bis.—Bathytropa hispana, nova species. Description: Corps allongé, étroit, finement sétacé et couvert de fortes granulations disposées en reliefs longitudinaux qui deviennent de chaque coté de véritables cotes.—Cephalon: Lo-. bes frontaux latéraux assez courts, largement arrondis, lobe médian peu accentué. Epistome fortement bombé et proéminent. Yeux sim- ples, circulaires, tres—-noirs. An- tennes courtes, fouet bi-articulé, le premier article environ deux fois plus court que le second.— Pereion: Premier somite a bord pos- térieur trés—-faiblement sinueux, —Pleon, Telson: Pleotelson trape- zoidal & cotés incurvés. Uropodes a base trés-large, atteignant l’ex- trémité du pleotelson, & bord laté- ral arrondi prolongés en processus obtus (moins développé cependant que dans Chavesia et Armadilloniscus); exopodites médiocres, coniques: endopodites appliqués lun contre Vautre et dépas- sant beaucoup le sommet du pleotelson.— Couleur: blanche.— Dimensions: 31/, sur 1 '/, millimétre. Plusieurs exemplaires, Valencia. Oss. Cette petite espéce est la premiere du genre Bathytropa qui ait été trouvée en Espagne. I] est regrettable que Vhabitat n’on ait pas été indiqué, car toute la microfaune isopodique donne lieu & ce sujet a de trés—curieuses observations. 58.—Philoscia elongata Dollfus. Madrid.—Dehesa de la Albufera (Valencia). 61 bis.—Trichoniscus pusillus Brandt. Pasaje (Coruna). Ops. Cette petite espéce n’avait pas encore été signalée en Espagne. Elle doit cependant étre commune dans tout le NO.; ®) Dollfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L’ESPAGNE. 51 elle vit dans les lieux frais, sous la mousse, les feuilles mortes, dans le bois pourri, etc. ° Le total des espéces d’Isopodes terrestres trouvées jusqu’a ce jour en Espagne s’éleve donc a 69. Je recommande encore tout particuliérement de faire des recherches dans les régions montagneuses du Sud et de l'Est et aux Baléares; ces régions ont été peu explorées au point de vue des Isopodes, et les eespeces qui y ont été recueillies sont toutes ¢7és intéressantes. . Hiienastie au) ck ' hes Ay ein’ <1 i. aie t cain AV ops SMU, 30) aU ve a ' (i IOS ae Cask a i ane re HE: Cree vg ais lak chennd st Ob beat. By Ra Tih me thy Geert ih Meters ih) Bee 1.5 ite b gi With acy Fhe ae ae load ail hs Dt att aie Fhe Ree vr ord, HS iemen Es 1 mil i. Wre< he aia A. i a Dy soiree te ‘. ESTRUCTURA DEL ASTA DE AMMON POR Spree WAIVE Gunn ian) Gia) Al Ts. (Sesion del 5 de Abril de 1893.) Nuestras primeras investigaciones relativas a la textura del asta de Ammon se remontan al ano 1888. En ellas nos servi- mos tanto del método de Weigert como del de Golgi (proceder lento), y los resultados obtenidos, aunque algo incompletos, persuadiéronnos de que, como afirman Golgi y su discipulo L. Sala, el asta de Ammon y Fascia dentata son quizas las partes nerviosas donde mas facilmente se logra la reaccién negra, y donde con mas comodidad pueden perseguirse las fibras nerviosas y sus colaterales. La aparicion del trabajo de L. Sala (1), que venia a completar notablemente las observaciones clasicas de Golgi, y la urgencia de terminar otras indagaciones no menos interesantes tocante a la médula, cerebelo, etc., nos obligaron a aplazar la publi- cacion de nuestros ensayos. El tiempo transcurrido desde que abandonamos el estudio del asta de Ammon no ha sido estéril para la ciencia. Nuestro concepto sobre la morfologia y relaciones de las células ner-— viosas se ha esclarecido, y se han ampliado notablemente los datos concernientes a la corteza tipica. Gracias 4 los trabajos de His, Forel, Kélliker, von Lenhosseck, Retzius, van Gehuch- ten, P. Ramon, Martinotti y los nuestros, muchas cuestiones (1) Lura1Saua: Zur Anatomie des grossen Seepferdefusses. (Zeitschr J. wissenschaftl. Zool. L. 11. Leipzig, 189]. St ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) g@enerales, que embarazaban al investigador en todo estudio parcial de los centros, pueden darse como definitivamente resueltas, y la tarea del anatdmico consagrado al examen de un 6rgano nervioso particular queda circunscrita a determinar en qué condiciones y modalidades de detalle se cumplen las leyes fundamentales que rigen la distribucién y conexiones de las células nerviosas. Bajo este aspecto, el asta de Ammon, que pasa por ser una corteza tipica, pero simplificada, puede ofrecernos, ya que no la solucién de problemas generales, detalles de estructura que proyecten alguna luz en la interpretacioén de disposiciones todavia oscuras 6 dificilmente interpretables de la trama de otras provincias del sistema nervioso. Con estas esperanzas reanudamos nuestras indagaciones. durante el pasado ano; y cuando, dando de mano a otros tra— bajos, nos disponiamos a coordinar los datos recogidos, apare- cid una notable monografia de Schaffer (1) que amplia nota— blemente las indagaciones de Golgi (2) y de L. Sala, y en la cual, dicho sabio, movido de un sentido generalizador muy plausible, interpreta la textura de aquel 6rgano con la clave: que las nuevas ideas sobre la construccion de la corteza tipica proporcionan. Para no perder por completo el fruto de nuestra labor, re- dactamos una nota que se leyé el 7 de Diciembre de 1892 ante la Sociedad Espanola de Historia Natural (3). El presente es— crito representa una ampliacién de dicha nota ilustrada con dibujos que consienten la comprension del texto, y adicionada con algunos nuevos datos, fruto de posteriores pesquisas. Indicaciones técnicas. Tres métodos hemos utilizado en la ejecucién de las prepa— raciones del asta de Ammon y Fascia dentata: el de Weigert- Pal, el de Golgi rapido y el de Cox. (1) K. Scuarrer: Beitrag zur Histologie der Ammons Hornformation. (Archiv. f. mikros. Anat. Bd. xxx1x; 1. Heft, 1£92.) (2) Gout: Sulla flna Anatomia degli organi centrali del sistema nervoso. Milano, 1886. (8) CagsaL: Observaciones anatémicas sobre la corteza cerebral y asta de Ammon. (Actas de la Sociedad Espanola de Historia Natural. Segunda serie. Tomo 1. Sesion de Diciem- bre de 1892.) (3) Cajal. AsTaA DE AMMON. 55 El método de Weigert-Pal es sobrado conocido para que nece- sitemos insistir sobre él. Diremos solamente, que lo hemos aplicado al asta de Ammon del hombre, conejo comtin, cone- jillo de Indias y raton. Recientemente hemos aprovechado también con buen resultado el metodo rapido de Berkley (1) en que la induracién preliminar se efectta con el liquido de Flemming. El método de Golgi rapido proporciona preparaciones esplén- didas, pero a condicién de aplicarlo en animales jévenes: el conejillo de Indias recién nacido, el conejo comin de 8 a 15 dias y el raton de 15 a 20, son particularmente favorables a la obtencidn de impregnaciones finas bastante completas, reca— yentes tanto en las células como en las fibras nerviosas. En cuanto aparece la mielina, la reaccién negra se torna incom— pleta é inconstante, particularmente en lo que respecta a los cilindros-ejes y colaterales de las células del asta de Ammon y region central (hileo) de la fascia dentata. En cambio, pue- den obtenerse coloraciones bastante completas de los cilindros- ejes y células de los granos de la fascia dentata aun del conejo adulto, lo que se explica por carecer dichos cilindros-ejes de envoltura medular. El tiempo de induracidn en la mezcla osmio-bicrémica oscila entre dos y cuatro dias. Con frecuencia hemos utilizado el método de doble impregnacion en vez del proceder ordinario 6 sencillo; se obtienen asi preparaciones muy completas donde casi todas las células y fibras aparecen tenidas. En general, cabe tentar una segunda impregnacion solamente cuando, por exceso de induracion, 6 por hallarse el asta de Ammon en una fase evolutiva demasiado temprana, fuera escaso el nui— mero de células impregnadas; en otro caso, nos arriesgamos a provocar coloraciones demasiado generales y completas, donde la persecucion individual de las fibras nerviosas es punto menos que imposible. El método de Cox (2), preconizado por W. Krause (3), quien lo ha aplicado con buen éxito a la retina, es de éxito constante (1) J. BerKuey: Die Osmium-Kupfer-Hamatoxy lin-Farbung. Neurologisches Central- blatt. 1892, num. 9, (2) Cox: Nederlandsch Tijdschrift woor Genceskunde, 1890. D. xu, nim. 15.— Jahres- lerich f. d. ges. Medicin von Virchow u. Hirsch. 1891. Bd. 1. (3) KRAuSE: Die Retina. (Intern. Monatschrift s. Anat. u. Physiol. v111, 1891.) 56 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) y tine un gran numero de células y fibras. Posee, sobre todo, la inapreciable ventaja de no suscitar precipitados irregulares en la superficie de las piezas, y la no menos importante de permitir la coloracién subsiguiente de los cortes con los car- mines (carmin aluminoso por ejemplo) y hematoxilina. Consiste el método de Cox en indurar trozos no muy grandes de centros nerviosos en la mezcla siguiente: Bicromato de potasa al 6 por L00:. is. tees. -», ano 1.°, num. 25. Diciembre 8 de 1879. Serra y Moratin (Leandro).—Ornitologia Canaria. «Revista de Canarias», afios 1.°, 2.° y 4.°, numeros 12 de 1879; 35 de 1880; 36 de 1880; 48 de 1880; 79 de 1882. Bouts (Charles).—Anthus Berthelotii; The Ibis, 1862. Mrapr-Watpo (E. G.).—Further Notes on the Birds of the Canary Islands; The Ibis, October, 1889; January, 1889; October, 1890. (3) Cabrera y Diaz.—AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 158 ‘Tristram (H. B. DD., F. R. S.).— Ornithological Notes on the Island of Gran Canaria, The Ibis, January, 1889. — Notes on the Island of Palma in the Canary Group, The Ibis, January, 1890. Koeynie (Dr. A.) J. f. O., 1890.— Ornithologische Forschungsergebnisse einer Reise nach Madeira und den Canarischen Inseln. Rew (8. G. Captain).— Notes on the Birds of Teneriffe; Ibis 1887, paginas 424 4 435; Ibis 1888, paginas 73 4 83. Esta situado el archipiélago canario entre el cabo Bojador y el Jubi, 4 unas 50 leguas proximamente de la costa occidental de Africa, hallandose la mas cerca A unas 14, y todas entre el 5° del tropico de Cancer, y se compone de siete islas, como es sabido: Tenerife, Gran Canaria, Palma, Lanzarote, Fuerte- ventura, Gomera y Hierro; seis islotes importantes: Alegranza, Graciosa, Montana clara, Roque del Este, Roque del Oeste é isla de Lobos, y un gran numero de pequenos roquedales, in- teresantes, por cierto, para nuestro asunto, y que se hallan inmediatos a las mayores de las islas. Encontrandose este archipiélago entre el Africa y Europa, tanto la fauna como la flora se presentan con caracteres en parte africanos y en parte europeos; es decir, muy semejante 4 la del Africa septentrional y 4 la del Mediodia de Europa. Dicha fauna canaria se compone de reducido ntimero de es— pecies, pero caracteristicas de la region paleartica. Si examinamos desde el punto de vista de su distribucion geografica las formas aladas que habitan el archipiélago, en- contramos que un reducido ntimero son peculiares a él, y contribuyen a caracterizarle zoologicamente. Aleunas no aban- donan el archipiélago en sus correrias que realizan de la cum- bre al valle 6 de la llanura a las montanas. En este grupo po- drian incluirse también algunas especies como emigrantes al Africa y que réetornan en la época de la cria. aprovechando la mejor estacién de este clima, y volviendo otra vez después de haber verificado sus puestas en busca de condiciones mas ade- cuadas para su subsistencia. A otro grupo, que es el mas nu— meroso, pertenecen las aves viajeras, tanto africanas como europeas, el cual es susceptible de subdividirse en otros dos grupos: uno el de las especies que vienen a Canarias todos los 154 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4p anos en periodos mas 6 menos conocidos, y otro de especies que no son tan frecuentes, pero cuya llegada en determinada época, que se conoce aproximadamente, se relaciona con las grandes emigraciones del continente africano al europeo. Un ultimo grupo mas corto le componen ciertas especies también mas raras, que son las arrojadas a estas islas , quiza extraviadas 6 arrastradas por los huracanes 6 los grandes vientos que las encuentran en el curso de sus emigraciones- La permanencia de estas es naturalmente muy limitada en el archipiélago. Corresponden al primer grupo de nuestra divisién, esto es, al de las aves propias de Canarias, sdlo las siguientes especies: Falco tinnunculus var. canariensis Ke., Picus major var. cana— riensis Kge., Cypselus unicolor Jard., Pratincola daconte M. Waldo, Sylvia atricapilla var. Heinekeni Jard., Phyllosco- pus rufa var. fortunatus Tristram, Regulus cristatus var. satelles Ke., Rubicula familiaris var. superbus Ke., Anthus Berthelotit Bolle, Parus Tenerife Lesson, Parus Palmensis M. Waldo, Parus ombriosus M. Waldo, Fringilla tintillon Berth., Fringilla teidea Webb et Berth., Mringilla Palme Tristram, Serinus canarius Ln., Columba Bolli Godman, Columba laurivora Webb et Berth., Perdiz rufa var. australis Tristram, y Buliveria columbina Moq-Tand. Total 14 especies y 7 variedades de las tipicas europeas. Kl segundo grupo, 6 sea el de las aves que anidan en las islas y no emigran, sdlo presenta variedades de interés cien— tifico en la coloracién de sus plumajes 6 en la longitud de sus miembros, debidos, 4 no dudarlo, 4 la adaptacién a las condi— -ciones del terreno, alimentos, presidn atmosférica, tempera— tura, etc. Entre estas se cuentan: el Neophron percnopterus Sav., Halidetus albicilla L., Otus vulgaris Flemim., Strix flam— mea L., Sylvia atricapilla L., Curruca conspicillata Marm., Curruca melanocephala Gimnel., Regulus cristatus Char., Rubecula Jamiliaris Blyth, Motacilla melahope Pall., Parus ceruleus L., Tividus merula L., Lanius algeriensis Lesson, Corvus tingitanus Irby, Pyrrhocorar graculus L., Passer hispanolensis Temm., Passer petronia L., Carduelis elegans Steph., Cannabina linota Gmel., Pyrrhula githaginea Licht., Miliaria Furopea Sws.,; Alauda brachydactyla Siesl., Calandrella minor Cab., Columba livia Briss., Turtur auritus Ray, Pterocles arenarius Pall., Per- 4 6) Cabrera y Diaz.—AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO, 155 dix petrosa Gmel., Otis houbara Gmel., Cursorius gallicus Gmel., @dicnemus crepitans Temm., Charadrius cantianus Lth., Scolo- pax rusticola L., Ardea cinerea L., Pufinus cineraceus Kuhl, Larus leucopheus Licht., y Sterna hirundo lL. Una segunda divisién de este grupo podria formarse con las especies que criando en el archipiélago, realizan emigraciones periddicas desde la primavera hasta la entrada del otono. En esta divisidn entrarian las siguientes especies: Cypselus apus L., Cypselus pallidus Shel, Cypselus unicolor Jard., Upupa epops L., Zurtur auritus Ray, Coturnix communis Bonn., Scolopar rusticola L., y Pufinus cinerascens Kuhl. Sin embargo, algunas de estas especies, adaptadas ya al clima de Canarias no llegan & abandonar las islas, como sucede 4 algunas parejas del Upupa epops L., que se estacionan en invierno en los sitios de las costas mas abrigados de los vientos, asi como algunas Coturniz communis Bonn., buscan las templadas orillas de los bosquecillos de retamas y brezos, donde pueden verse libres de las continuadas persecuciones de las aves de rapina. El grupo de aves viajeras es el més numeroso del archipié- lago, y de éstas, como dejamos dicho, pueden hacerse tres grandes subdivisiones, que son: 1.2 Viajeras periddicas, 6 sean aquellas que vienen todos los anos en perfodos mas 6 menos fijos, a saber: el Falco pere- grinus Briss., Circus eruginosus L., Chelidon urbica L., Hirundo rustica L., Coracias garrula L., Motacilla alba L., Turdus pila- ris L., Turdus iliacus L., Sturnus vulgaris L., Alauda arven— sis L., Pluvialis varius Briss., Charadrius hiaticula L., Chara- drius cantianus Lath., Vanellus cristatus Mey., Numenius pheopus L., Gallinago scolopacinus Bp., Gallinago Gallinula L., Actitis hypoleucos Boie ex Linn., Porzana minuta Pall., Gallinula chloropus L., Fulica Atra L., Fulica cristata Gmel., Pufinus anglorum Kuhl, Pufinus major Fabr., Thalassidroma pela- gica L., Thalassidroma occeanica Kuhl, Procellaria marina Lath., Larus marinus L., Larus fuscus L., Larus tridactylus L., Sterna cantiaca Gmel., Sterna minuta L., Anas boschas L., Mareca penelope L. y Querquedula crecca L. 2.° Frecuentes, que son las que vulgarmente denominan en el pais aves raras, que hacen su aparicidn en determinados anos sin guardar un pertodo fijo: Pandion halidetus L., Pernis apivorus L., Milvus niger Briss., 153 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Falco barbarus L., Falco subbuteo Bp., Falco esaton \., Falco vespertinus L., Astur palumbarius L., Circus cineraceus Montagu, Otus brachyotus Gmel., Noctua minor Briss., Picus minor L., Gecinus viridis L., Cuculus canorus L., Oxylophus glandarius L., Caprimulgus europeus L., Caprimulgus ruficollis Temm., Cypse- lus Melba L., Cotyle rupestris Scop., Cotyle riparia L., Merops » apiaster L., Merops viridis Gmel., Alcedo ispida L., Sitta cesia Mey.et Wolf., Sttta europea L., Saxicola enanthe L., Pratincola rubicola L., Pratincola rubetra L., Sylvia hortensis Gmel., Curruca orfea Temm., Curruca cinerea Briss., Curruca subal- pind Bonelli, Phyllopneuste trochilus L., Ruticilla phenicura L.. Ruticilla tithys Scop., Cyanecula suecica L., Motacilla lugu- bris Temm., Budytes fava L., Anthus trivialis Gemm., Turdus musicus L., Turdus viscivorus L., Hydrobata cinclus L. , Lanius hemileucurus Fisch., Lanius minor Gmel., Lanius icterus Cuv., Lanius rufus Briss., Muscicapa atricapilla L., Butalis griseola L., Stuwrnus unicolor La Marm., Montifringilla nivalis Briss., Ligu- vinus Chloris L., Chrysomiiris spinus L., Hinberiza citrinella L., Emberiza cia L., Emberiza hortulana \., Galerida cristata L., Columba trocaz Heinek., Columba senegalensis L., Pterocles alchata ., Glareola pratincola L., Piuvianus egyptius Vieill., Pluvialis apricarius L., Morinellus tartaricus Pall., Hemato- pus ostralegus L., Tringa interpres L., Numenius arcuata L., Limosa egocephala L., Limosa rufa Briss., Gallinago major Gmel., Calidris arenaria L., Pelidna subarquata Gild., Ma- chetes pugnaxr L., Totanus griseus L., Totanus ochropus Temm., Crez pratensis Bechst., Porzana marnetta Leach, Ardea purpu- rea L., Hyretta alba L., Hgretta garzetta L., Buphus ralloi- des Scop., Ardeola minuta L., Nycticorax europeus- Heph., Bo- taurus stellaris L., Ciconia alba Willung., Platalea leucorodia L., Pelecanus onocrotalus L., Sula fulva Vieill., Phalacrocorax car- boL., Larus ridibundus L., Larus minutus Pall., Spatula clypea- tal., Querquedula circia L., Querquedula angustirostris Menet., Fuligula ferina L., Fuligula africana Gmel., Niroca leucoph- thalmos Bechst., Oidemia nigra L., Uria troile L., Alca torda L. 3." Aves extraviadas por causas desconocidas y cuya apari- cién en el archipiélago es muy poco frecuente: Neophron pileatus Savg., Gyps fulvus Bris., Aquila nevia Briss., Syrnium aluco ., Noctua Siju VOrb., Hirundo Savignii Steph., Merops persica Pall., Halcyon rufiventris Svr., Troglodites par- (7) Cabrera y Diaz—AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. — 157 culus Koch, Hypolais polyglotta Vieill., Regulus maderen— sis Hare., Calamodita schenobenus Scop., Cyanecula Wolf Br., Lusciola philomela Bescht., Zurdus solitarius Wils., Corvus mo- nedula L., Fringilia spodiogena Bp., Loria curvirostra L., Hmbe- rica Sahare Le Vaill., Calandrella pispoleta Pall., Pterocles alchata L., Hematopus Moquini Bp., Recurvirostra avocetta L., Himantopus candidus Bram., Rallus aquaticus L., Porzana Bai- lloimi Vieill., Porphyrio cesius Waw., Anthropoides virgo L., Ardea Goliath Brehm., Ardeola Sturmi Wagl., Botaurus Freti- Hudsonis Briss., Sula bassana L., Phalacrocoraz cristatus Fab., Diomedea exulans L., Procellaria gigantea Gmel., Phaéton ethe- reus L., Larus Gelastes Licht., Sterna senegalensis Sws., Hydro- chelidon fissipes L., Phenicopterus roseus Pall., Anser cinereus Mey., Uria grylle L. y Mergulus alle L. Resumiendo los datos que dejamos apuntados, se deduce que la fauna ornitol6gica de Canarias es de caracter mixto y que el grupo mas numeroso esta representado por las aves europeas, siendo estas mas abundantes en las islas que cons— tituyen el grupo occidental: Tenerife, La Palma, Gomera y Hierro. Las condiciones fisicas de estas islas, la elevacién de sus montanas, la composicion basaltica de sus rocas, asi como también lo templado de su clima y su vegetacion persistente, son causas de que dichas aves encuentren medios adecuados para su completa adaptacion, y por consiguiente el perfecto desarrollo de su vida. El otro grupo de islas, 6 sea el que denominamos oriental, perfectamente representado por Lan- zarote y Fuerteventura y la serie de grandes islotes desiertos del NE., ofrece una semejanza bien marcada con la fauna del Sahara; pues no sdlo las extensas llanuras de sus playas arenosas, sino la vegetaciOn raquitica y subtropical, unida a la temperatura de 30°, son causa de que las especies de aquella region se adapten bien a la de ésta, y su procedencia sea casi exclusivamente africana. Una tercera divisidn pudiéramcs hacer colocando en ella la isla de Gran Canaria por participar ésta de ambas condiciones y vivir en ella algunas aves perte— necientes 4 ambos grupos. Algunas especies de las enumeradas presentan ciertas par- ticularidades que han llamado nuestra atencion y creemos merecen ser consignadas; asi entre las cantoras hay notables diferencias entre las que habitan la parte N. y las de la misma 158 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) especie que se encuentran en el 8., como también ofrecen diferencias bien marcadas las de las llanuras comparadas con las de los valles. Las inflexiones que sufre la voz de los pajaros que habitan las ondulaciones que forman las rocas en aquellos sitios, hace variar notablemente sus cantos, y asi no es extrano escuchar en algunas especies, tales como el Zwrdus merula L. y la Sylvia atricapilla L., que habitan en los sitios ya nom- brados, su canto particular consistente en una repeticidn con- tinuada en el mismo tono de la primera fase de la serie de sonidos que emite. Otras especies se hallan localizadas de tal manera, que todos cuantos esfuerzos se han hecho para propagarlas por medio de la adaptacion por otras regiones en que serian muy conve- nientes, han resultado infructuosos, presentandose siempre rebeldes a toda clase de ensajos. Entre estas, citaremos el Pyrrhocorar graculus L., que habita exclusivamente en la isla de la Palma, el cual nunca ha sido observado en la de Tene- rife y Gomera sus vecinas. En la Palma no se encuentra la Perdiz petrosa Gmel., siendo abundantisima en la ultima de las citadas islas; asimismo el Plerocles arenarius Pall., la Olis houbara Gmel., y el Cursorius gallicus Gmel., etc., estan confinadas en Canarias en las desiertas Hanuras arenosas de Lanzarote y Fuerteventura, con excepcidn del Ultimo que no es raro verle en determinados sitios de la Gran Canaria. Otras aves se encuentran extendidas en las diversas alturas de las montanhas del archipiélago, en relacién con las zonas botanicas: asi el /ringilla Teydea Berth., y el Fringilla Palme Tristram, son de la regidn en que vegeta el Pinus canarien- sis Chr. Sm., aunque también el primero se encuentra en la region de la retama blanca (Spartocytisus nubigenus Brouss.). El Lanius algeriensis Lesson, habita en el litoral y en las ca— jadas en la isla de Tenerife, ‘sin que en las zonas intermedias se encuentre (a lo menos con frecuencia) habiendo producido este alejamiento de unos grupos de individuos con respecto a otros, variedades que parecen sub-especies climaticas diver- sas en la coloracién, determinadas por la altitud y otras cau- sas fisicas. La Columba laurivora Berth., y Bollii Godman, que busca los sitios mas sombrios de los bosques donde crecen con asombrosa exuberancia los laureles, hayas, tilos, /fol/aos y acebiios, nunca se las encuentra fuera de estas regiones. <9) Cabrera y Diaz.— AVES DEL ARCHIPINLAGO CANARIO. 159 Entendemos que puede ser de utilidad a las personas que piensen ocuparse en el porvenir de la ornitologia canaria ofre- cerles el catalogo general con cuantos hallazgos se han reali- zado hasta el dia; pero que todavia obtendran mayor provecho completandole con las descripciones de las especies puramente atlanticas, debidas a varios naturalistas eminentes, y publica- das en obras diversas y en revistas cuya compilacién por extremo penosa y dificil, hemos podido ir haciendo en’ un periodo de muchos anos, como hemos dicho, merced al cono- cimiento personal de varios de los citados naturalistas, a quienes somos deudores de sus valiosas monografias. Empeza- remos, por tanto, por la descripcioOn de las citadas especies atlanticas, acompanadas de algunas observaciones bioldgicas sobre las mismas, como haremos también en el catalogo gene- ral, remitiéndonos casi siempre a nuestras propias observacio- nes recogidas en el transcurso de continuadas cacerias y exploraciones ornitoldgicas en el archipiélago. 1. Falco tinnunculus L., var. canariensis Ke. Cerchneis tinnunculus canariensis Kg. Op. cit., paginas 324 4 332. . Diagnosis.— ¢%. simillimus, sed multo minor; 2 haud multo minore fenina falconis tinnunculi, sed in toto saturatiore; capite rufescente longitudinaliter nigro striato; dorso rufescente late nigro transfasciato etiamgque cauda et rufescente (juv.) et pulchre cinereo (ad.) late nigricante fasciata et punctata; genis albicanti- bus; pectore rufescente longitudinaliter nigro striato; abdonine imo non maculato, hypochondriis cum maculis nigris saggitte- Sormibus notatis. Has.—/isulis Madeira et Canariis. La parte superior del cuerpo de color rojo moreno con pintas negras en el macho, y formando rayas en la hembra mas 6 menos prolongadas; la parte inferior de! cuerpo de color rojo tachonado de pintas longitudinales; redondeadas u ovales en los flancos; patas amarillas; uias negras. Largo total: 30,5 cm.; longitud del ala, 22,5 cm.; tarso 3,8 cm.; longitud del pico desde su arranque 1,7 cm. Kje mayor del huevo, 3 cm. a 4 cm.: eje menor, 24 mm. a 31 mm. Macho adulto.—A primera vista el macho de esta especie 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) parece mucho mas pequefio que la hembra, pero su coloracién es mas obscura por encima y por los flancos: las plumas de la parte superior de la cabeza son de color gris azulado palido; debajo del cuerpo y de las alas de un color rojo claro salpicado de manchas angulares negras; la pechuga rojiza con rayas longitudinales en el pecho y manchas redondeadas ti ovales en el abdomen y en los costados; mejillas de color gris azulado y delante de los ojos blanco amarillento; rémiges morenas, ter- minadas y bordeadas de gris rojizo; la cola es gris azulada, con una ancha banda negra y otra blanca mas pequena en la extremidad; pico azulado, parpados, cara y patas amarillas; el iris de color avellana tostado. Hembra adulta.—La parte superior de color moreno rojo con manchas longitudinales; la cabeza y el cuello de color moreno; las rayas angulares sobre el dorso, y listas del mismo color en la cola, que es bermeja; las manchas del cuerpo son muy numerosas, formando por su disposicién especies de bandas transversales; parte inferior del cuerpo de un color rojo mas fuerte. Jévenes antes de la primera muda.—Se parecen a la hembra y solamente difieren en que el color en la parte superior es mas oscuro. Los pequefios recién nacidos estan cubiertos de plumo6n blanco. Esta especie se halla extendida, presentando los caracteres mas marcados en la isla de Tenerife, Fuerte— ventura y la Palma; en la primera es mas frecuente encontrar los machos en los sitios préximos al litoral en las alturas, a no ser en época de cria. Anidan en las grietas de las rocas, siendo raro encontrar aletin nido en los arboles; ponen de cuatro a cinco huevos, presentando algunas veces diferencias tanto en la distribu— . cién de sus pintas como en el tamano y en la intensidad de coloracién; muchas veces, bajo un fondo amarillo, se encuen- tran completamente cubiertos de pequenas manchas y pun- titos de color rojo tostado 6 ferruginoso, y otras de un gris rojizo con manchas muy largas y algunos puntos: otras veces se hallan algunos con las manchas tan confusas que el fondo de la cAscara parece enteramente rojizo con algunas manchas mas 6 menos obscuras dispersas por toda la superficie. Estas variedades pueden llegar hasta nueve, pero las mas marcadas se reducen a tres. di) Cabrera y Diaz—avES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 161 El cernicalo de Canarias se alimenta principalmente de insectos ortépteros, reptiles, ratoncillos, y ataca a los pajaros y pequenos pollos, atreviéndose con los que estan enjau-— lados. El Dr. A. Koennig en su obra Ornithologische Forschungser- gebnisse einer Reise nach Madeira und den Canarischen Inseln, hace una disertacién comparando el Cerchneis tinnunculus canariensis Kg. con el Cerchneis tinnunculus japonicus Tram. et Schl., en punto a las diferencias que entre ambas ha encon— trado, en las cuales funda la nueva especie climatica de Cana- rias que él describe. Entre las variedades de coloracién, ha hallado una M. Meade- Waldo en la isla de Fuerteventura que tenia todo el plumaje palido. Yo también he observado algunas hembras con la cola azul. 2. Picus major L., var. canariensis Koennig. Op. cit. pags. 350 a 354. Dendrocopus major canariensis. Koennig. Nombre vulgar: pajaro peto, carpintero, 6 picamadero. Diagnosis.— Dendrocopo majori ex Buropa omnino similis, sed subtus sordidior atque rostro majore et fortiore. Kje mayor del huevo: 2,5 a 3 cm.: eje menor: 2,5 ¢m. Plumaje negro, variado de blanco, asi como tambien la base del dorso; las subcaudales rojas y los flancos de color blanco sucio sin pintas. Macho.—ULas plumas del dorso de color negro brillante con una banda carmesi en el occipucio y otra rubia con lgeros reflejos rosados en las plumas de la entrada del pico, y entre esta banda y la otra, la coloracién es negra; flancos de color eris rosado hasta el vientre, en donde se encuentra una estre- cha faja de color blanco palido; desde esta parte las subcau- dales son rojas; las plumas que cubren las fosas nasales, ne- gras; region parotidea, lados de la cabeza y del cuello de color blanco mas 6 menos puro; una pequeha banda negra toma origen en la base del pico, pasa por debajo de las mejillas, se divide, y desde aqui vuelve hacia la espalda y lados del pecho, escapulares de color blanco puro, rémiges pintadas de blanco, rectrices laterales manchadas con bandas transversales de color negro sobre un fondo blanco y las demas enteramente ANALES DE HIST. NAT. — XXII. 11 162 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) negras; pico y patas de color moreno plomizo, parpados del color del pico y desnudos, iris moreno rojizo. Hembra.—Se parece mucho al macho, pero carece de banda roja en el occipucio, debajo del cuerpo es mas blanca que en el macho. Jovenes antes de la primera muda.— Frente de color rojo tos— tado; debajo del cuerpo sembrado de puntos negruzcos; a los lados del cuello la coloracién aparece como desvanecida. El carpintero se encuentra en el archipiélago en la isla de Tene- rife, en Gran Canaria, etc., habitando en la regién del Pinus canariensis Chr. Smith, en cuyos viejos troncos anida, ponien- do de cuatro a seis huevos de color blanco lustroso sin man- chas. Su alimento consiste en larvas é insectos coledpteros y for- micidos, que picoteando encuentra bajo la corteza de los pinos. Esta especie tiene gran semejanza con el Picus Poelzamé Bogd. del Caucaso, siendo su unica diferencia el tener los flancos mucho mas obscuros. 3. Cypselus unicolor Jardin. Godmam: Birds of Madeira and the Canaries. « Ibis», 1872, pag. 170; Harwig: Die Vogel Madeira’s, J. f. Ori., 1886, p. 457. Nombre vulgar: avurrion 6 andorina. Longitud total: 16 cm.; anchura, 34,5 cm.; largo de la cola, 7,5 cm.; anchura del pecho, 4,5 cm. Eje mayor del huevo, 2 cm.: eje menor, 14 mm. Macho. —Célor enteramente obscuro verdoso y brillante, a excepcién de la garganta, que es blanco opalino, asi como también las plumas del pecho, del vientre y las de entre las patas. En los viejos algunas veces estas regiones son blancas, con plumillas negras entremezcladas; dorso y alas negras brillantes, con reflejos metalicos. Hembra.—Difiere muy poco del macho, siendo su coloracién un poco mas débil. Esta especie, que casi todo el afio se le encuentra en las islas Canarias, anida en las grietas de las rocas de los barrancos; pone de tres 4 cuatro huevos, de forma alargada, blanco puro, sin manchas. Yo he observado esta ave en los montecillos de la parte NE. de Tenerife en el mes de Febrero, cuando retorna de Africa a verificar las crias; con alguna frecuencia se la ve volar déntro de.las poblaciones con la destreza y agilidad de (3) Cabrera y Diaz— AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 163 todas las golondrinas,.y en el verano, durante las horas de calor fuerte, se retira 4 las rocas donde habita. Se alimenta de insectos, principalmente dipteros. 4. Pratincola Dacontice Meade-Waldo. Notes on the Island of Gran Canaria « Ibis», 1889, pag. 504 (plate xv). Diagnosis.—P. cy. Supra brunneo-nigra, fusco limbata: cauda brunnea, rectricibus extimis albo limbatis: loris et capitis lateri- bus nigris, linea supraoculari et postoculari alba, gula et thorace albis: pectoris cinctura pallide castanea, abdomine albido: hypo- chondriis et crisso albis, secundariis majoribus interioribus albis, reliquis albo marginatis: rostro et pedibus nigris. Q Supra brunnea: gula, thorace et abdomine albidis, cinctura castanea pectoris pene obsoleta, aliter mari similis. HLongitud tot::.\2,2 cm.; ale, 6,2 em..;.;caud@, 5,7 rosir., O15 em.; tars., 0,22 cm. Has.—Jns. Fuerteventura, Mauritanice Dacos. Kje mayor del huevo proximamente, 1,8 cm.; eje menor, even. Macho.—E€1| dorso y la parte superior de la cabeza moreno obscuro jaspeado de negro; pecho y flancos de color rojizo des- vaneciéndose hacia la cola en gris azulado; en medio del pecho una mancha de color rojo tostado; garganta blanca debajo del pico, desvaneciéndose en gris hacia los costados; linea super- ciliar desde el arranque del pico hasta el cuello, blanca; alas pardas bordeadas de rojo; cobertoras de la cola, y ésta, del mismo color; pico gris; patas negras; iris avellana amarillento. Hembra.— Parte superior morena con las plumas bordeadas de rojo claro; partes inferiores de un e@ris azulado menos vivo que en el macho; mancha del pecho ligeramente marcada; garganta y linea superciliar gris azulado palido; el color de las alas y de la cola mas débil que en el macho. Ksta especie, que ha sido descrita por mi amigo M. Meade- Waldo, se encuentra en la isla de Fuerteventura, anidando en los tarajes (Tamariz Gallica L.). Pone de cuatro a cinco huevos de un color azul verdoso poco intenso, manchado de pintas cms$ rosadas, algunas veces formando en la extremidad una orla ‘mas @ruesa. Se alimenta de insectos, sobre todo del grupo de los dipteros. “G4; ‘ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) ~ 5. Sylvia atricapilla L., x77. Heineckenii Jardin. Godman: B. of Mad. and the Canar., Ibis, 1892; M. Waldo: This, 1889, paginas 174 y 513; Hartwig: Die Vigel Madeira’s, J. f. Orn. , 1886, pag. 475. Nombre vulgar: capirote tocado, en ‘Tenerife; cupirote de la Caldera, en la Palma. Macho en primavera.—La cabeza y el cuello negro intensos; dorso y subcaudales de color moreno olivaceo; abdomen gris blanco; alas y cola semejantes al dorso; pico y patas de color plomizo, iris moreno negruzco Hembra.—¥sta tiene la misma coloracion que el macho, pero un poco mas débil, continuandose hasta la cabeza y el cuello; los flancos de un gris olivaceo con ciertas tintas de tono rosado. Ejemplares de esta variedad se encuentran, aunque en es— ‘aso ntumero, en la isla de Tenerife, siendo mas frecuente en la Caldera de la Palma. Anida entre los arbustos, a corta dis— tancia del suelo, pone de cuatro a cinco huevos de color gris débil completamente salpicado de pequenisimas -pintas more- nas muy pronunciadas; en algunos, reuniéndose, forman una corona hacia la extremidad mas gruesa. El nido se diferencia notablemente del que construye la Sy/- via atricapilla L., la que no cubre la capa mas interna con cri- nes, sino con largos y finos tallitos de algunas gramineas, los cuales une perfectamente con hilos de arana, asemejandose mas por esto al nido de la Sylvia melanocephala Gmel. Pone de cuatro a cinco huevos, en los cuales el eje mayor es de 2 cm. y el menor de 16 mm. Observaciones.—Los diferentes caracteres que esta Sy/ria pre- senta en la distribucién de la coloracién del plumaje, lo abun- dante que es en ciertas islas, como en la de Palma, Madera, etc., y el haber observado un nido en los montecillos de la parte NE. de Tenerife, me han hecho creer, conforme con la opinion de M. Jardin, que el pajaro en cuestidn esta bien caracterizado y puede considerarse como una forma climatica peculiar a la fauna de las islas Atlinticas. Confirma esta opinion, y no la de que se trate de una aberracidén de color, la gran cantidad de ejemplares que existen, asi como los caracteres de los hue- vos y del nido. No acontece esto en la especie europea, de la que M. C. D. Degland y Z. Gerbe citan en su Ornithologie Européenne des oiseaux observés en Burope (tomo 1, pag. 172, (5), Cabrera y Diaz—aAvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. — 165 2." edicidn) un individuo enjaulado que era enteramente ne- ero, fendmeno que creen debido a la alimentacidn 4 que estaba sometido, mientras que en la especie Canaria se dan los carac- teres en gran numero de casos, transmitiéndose de un modo. constante de padres a hijos. 6. Phylloscopus fortunatus (sp. noy. Tristram). Ornit. Notes on Gran Canaria, Ibis, 1889, pag. 21; Koennig: (Dr. A.): J. f. Orm.; 1889, pag. 368. Nombre vulgar: ratonero U horuero. Diagnosis.—Ph. Phylloscopus rufus (Bechst) = Ph. enahie (V.) simillimus, sed tarsis et pedibus pallide flavidis: vemigibus quarto et quinto, nec tertio et quarto longissimis: et remige se- cundo octavo breviore. Has.—Jusule Canarienses. [sta especie, que atin no he tenido ocasidn de observar, ha- bita en.la isla de Gran Canaria, en donde Mr. H. B. Tristram la encontré, como también vive en la de Tenerife, segun el Dr. Koennig. Este ultimo observa que 4 su entender no exis— ten caracteres suficientes para la creacién de esta nueva espe- cie, y que es meramente una variedad climatica, a su juicio, pues solo ha notado ligeras diferencias entre ella y la de Eu- ropa, en la que el canto es mas fuerte y chillon y la coloracién un poco mas subida. Insiste después en la analogia de ambos pajaros en lo referente a sus costumbres y alimentacion. El nido contiene por lo general, segun Koennig, cuatro hue- vos, a veces tres, pero nunca cinco, alos cuales asigna de dia- metro, como término medio, entre 1,6a1,5 cm. de longitud, y transversal casi constante de 1,2 cm. 7. Regulus cristatus L., var. satelles ke. Regulus satelles Ke., sp. nova. J. f. Orn., 1889, pag. 263; Re- gulus Tenerife Seebohm: Brit. Birds. Vol. 1, pag. 459; Regulus sp. Bolle: J. f. Orn., 1854, pag. 455; C. Tristram: Noles on the Island of Palma, Lbis, 1890, pag. 73; lam. v. Nombre vulgar: Reyezuelo. Macho en primavera.—Dorso y parte posterior del cuello oli- vaceo, extendiéndose este color hasta las subcaudales, que son de un verde amarillento; garganta, pecho y entrada del abdo- men, de color blanco sucio; plumitas desde la entrada del pico 166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) hasta el cerco orbicular, blanco; mas 6 menos manchado de rubio; las plumas de la parte central de la cabeza encarna- do-rojas de fuego, rodeadas por una pequena lista amarilla, que a su vez esta rodeada por otra negra, la cual envuelve todo el mono. En el ala se destaca una linea blanca verdosa, mas 6 menos marcada, y sobre ésta otra situada un poco mas arriba, pero muy borrosa y casi confundida con el fondo del ala. Hembra.—Se diferencia del ¥ en tener la coloracién mas apagada, asi como el mono amarillo uniforme. Jovenes antes dela primera muda.—Carecen de mono, estando reemplazado por una pluma gris olivacea, sin el amarillo y sin la banda negra; cuerpo y alas del color de la hembra, pero las tintas en general son olivaceas mas finas. El Regulus anida en Tenerife en el brezo (rica arborea L.); construyendo artisticamente un nido muy voluminoso con mus- gos entretejidos con telas de aranas. La forma es casi esférica, y se halla abierto por la parte superior. La puesta es de seis a ocho huevos ordinariamente obtusos y de color blanco amari-— llento, algo rosado y sin manchas; a veces se presentan ejem- plares salpicados de puntitos y manchitas grises sonrosadas, predominando hacia la extremidad mas gruesa. Su eje mayor es de 0,013 m. y el menor de 0,009. Las especies que he observado y'recogido en los pinares de la Esperanza (isla de Tenerife) tienen caracteres semejantes al Regulus cristatus L., siendo menos comun que el Regulus sa- telles Ke, el cual habita los montes de laureles y brezos. 8. Erythacus rubecula L., var. superbus Ke. Erythacus superbus Ke. nov. sp. Op. cit. pag. 383. Nombre vulgar: papito, pajaro de San Antonio, ete. Diagnosis.—< ad. Hrythaco hircano, Blandford e Persia si- milis, sed plumis uropygio haud rubro marginatis: corpore su- pra obscuro-olivaceo, capite paullo saturatiore: fronte, gula cum capitis lateribus usque ad oculos, jugulo et pectore superiore letis- sime rubro, pene coccineo; qui color in colli lateribus cerulescent- cinereo cingitur; pectore imo et abdomine albicante: hypochondriis et crisso olivaceo adumbratis: vostro pedibusque nigris, wide SJused. Qad. haud a mare distinguenda, sed minor. Lone. ¢7 13,5 cm.; anchura, 18 cm.; cola, 5,5 cm.; amplitud (7 Cabrera y Diaz—AvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 167 del pecho, 5 cm.; pata, 2,8 cm.; dedo medio, 1,5 cm.; ufia del mismo, 0,5 em.) ©. Long. 12,2 em.; anchura, 18 cm.; cola, 5,5 cm.; amplitud del pecho, 5 cm. Garganta y debajo del cuello de color rojo vivo y una pinta en las extremidades de cada una de las cobertoras medias del ala. Macho.—Ua parte superior es de color olivaceo; la frente, carrillos, debajo del cuerpo y pecho, de un rojo vivo, que en esta especie no se extiende nunca tanto como en el Z. rubecula de Europa, y adopta una forma acorazonada. Esta parte llega a las mejillas, pero nunca lo hace sobre los ojos, y tampoco se extiende hacia aquellos, como-ocurre en el ya citado; el pecho por debajo y el vientre son de un blanco limpio y delicado, al paso que el que nos sirye de comparacidn es de un blanco amarillento; los flancos son grises, el pico delgado, negro. y la punta corva; patas de color cOrneo obscuro; unas plumitas blancas alrededor del ojo, y éste de color gris. Hembra.—Se diferencia del macho en que la coloracién de ésta es un poco mas apagada. Jovenes con la primera pluma.—De color moreno, mosqueado de rojo por encima y rojo olivaceo por debajo. El #rythacus satelles se encuentra en la isla de Tenerife, ha- bitando los montes de laureles de la elevada reg@idén (2.500 m.), no encontrandosele nunca en el litoral. Yo he cogido sus nidos en los brezos, palmas, laureles, naranjos, etc. Pone de cuatro 4 cinco huevos de color nevado, con ligeras manchas desvanecidas de color tostado mas numerosas, y aproximandose al extremo mas grueso. El eje mayor es de 18,9 mm. y el menor de 14,9 mm. Esta especie se alimenta de insectos que viven entre las ho- jas secas de los montes, a la manera de los mirlos. Su canto es melancolico mas bien que.armonioso. Las especies que he recogido en los pinares de la Orotava se asemejan mas por sus caracteres al Hrythacus rubecula L. que al superbus Ke. 9. Anthus Berthelotii Bolle (J. f. Orn., 1862, pag. 357). Anthus Berthelotii Bolle: bis, 1862, pag. 343; Anthus Berthe- lotii Serra: Revista de Canarias, nim. 79, ano Iv, pag. 72. 158 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Nombre vulgar: Caminero. Largo total, 150 mm.; amplitud de vuelo, 225 mm.; cola, 60 milimetros; altura de sus patas, 51 mm.; largo del pico, 12 mm. Hl dedo posterior, sin la una, 9 mm.; una del mismo, 8mm. Kje mayor del huevo, 20 mm.; eje menor, 14 mm. Macho.—Ua parte superior de color ceniciento con pintas longitudinales morenas en el centro de las plumas de la ca— beza, del cuello y del dorso. La mitad del vientre y de la regién anal blancos; pecho y flancos de un blanco sucio, con ligeras pintas alargadas de color negro desvanecidas; parpados, cejas y garganta de un blanco agrisado; cobertoras de las alas ré= miges, rectrices laterales, negruzcas, excepto la mas externa, — que es de un gris blanquecino en la parte exterior y en la mi- tad de la extension de las barbas internas; pico moreno en la parte superior y rojo apagado en la inferior; patas color tos— tado; iris moreno. Hembra.—\gual al macho, aunque de coloracién mas débil: Es especie sedentaria, habitando tanto en las costas como en las mas altas montanas, hasta 2.500 m.; pero no penetra ‘en los montes sombrios de laureles. Construye su nido en el suelo, tanto en los terrenos aridos como en los cultivados , y siempre 4 la sombra 6 entre los pe- quenos grupos de gramineas, por lo cual es dificil encontrar- los. Pone de cuatro a cinco huevos de color gris claro con pin- tas rojizas. Se alimenta de pequenas semillas é insectos, sobre todo del orden de los dipteros. 10. Parus Teneriffee Lesson (7railé d’Ornit., 1, pag. 456, 1831.) Godman: /bis, 1872, pag. 172; Captain Reid: 7b7s, 1889, pa- gina 433; C. Tristram: /d7s, 1889; pag. 29 (Gran Canaria); Mea- de-Waldo: Jbis, 1889, paginas 507 a 516; Koennig: Ornith. Forschungsergebnisse einer Reise nach Madeira, etc., pag. 362. Nombre vulgar en Tenerife: /raz/lesco: Macho.—Mono de color azul de cielo: la frente, la region pardtida y linea por encima de los ojos hasta la entrada del cuello, blanco; una linea de color ne@ruzcomas 6 menos ancha se extiende desde las partes laterales del pico hasta la nuca, asi como desde la parte inferior otra mas ancha que va a (9) Cabrera y Diaz—aAvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 169 unirse 4 la primera en el plano ‘posterior del cuello; la parte superior del cuerpo azul, presentando ciertos reflejos verdosos en la rabadilla; la parte inferior del cuerpo amarilla, asi como la anterior del cuello; una ligera banda longitudinal en medio del abdomen, y unas plumas blancas bordeando a aquella,, alas azules sin estar bordeadas en la extremidad de las cober= toras azules, diferenciandose en esto del P. wltramarinus: cola azul, pico azulado tostado; patas de color phimbeo tostado; iris negruzco. Hembra.—Semejante al macho, aunque su coloracion es menos brillante; la mancha negra azulada delabdomen menos extendida, pero mas pronunciada. Jovenes antes dela primera muda.—Tienen las tintas menos vivas; las partes blancas en los adultos son en los jovenes de color camello y agrisadas las azules. Esta especie habita en Tenerife, Gran Canaria, y Gomera, encontrandose tanto en los jardines como en los bosques de pinos y de laureles; anida en las poblaciones en los huecos de los muros viejos, y en los bosques en las hendiduras de los troncos. Su nido esta construido con musgos, hojas, plumas y sustancias aleodonosas; pone de cuatro a seis huevos de color blanco, con algunas pintas moreno obscuras y otras de color de ladrillo. Su eje mayor es de 1,6 cm. y el menor de 1,2 cm. Largo total, 11,5 cm.; amplitud de vuelo, 16,5 cm.; cola, 2 Cm.; pico, 1,1 ¢m.; patas, 1;9 em:; dedo interno; 0,8 em.; dedo medio, 1,7 cm. Su alimento consiste en insectos, tales como pequenas ma- riposas y algunos dipteros, asi como también gusta mucho de libar el jugo azucarado que contiene en su caliz la flor del abutilon. ll. Parus Palmensis Meade-Waldo. Parus Palmensis Meade-Waldo: Ann. § Mag. N. H., ser. 6, pag. 490. (Pl. xvi); Parus Palmensis C. Tristram: Notes on the Island of Palma, Ibis, 1889, pag. 68; Dr. A. Koennig: Ornith. Forschungsergebnisse einer Reise nach Madeira, etc., pag. 476. Diagnosis.—P. o& Par. Tenerife similis, sed differt pectore et abdomine pure albis, nec flavis, sine linea nigra; stature majore: cauda et tarsis longioribus. Q mari similis: 170 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Long. tot., 12,5 cm.; al@, 6,12 cm.; caude, 5,7 cm.; tarsi, 2,1 cm. (caude P. Tenerifa@, 5,2 cm.; tarsi, 1,7 cm.). Macho.—La parte superior de la cabeza de color azul; la frente blanca, prolongandose lateralmente en forma de banda que pasando por encima de los ojos va a unirse en la parte posterior del cuello, regién parotidea de la misma coloracién separada de la banda anterior por otra azul obscuro que par- tiendo de las partes laterales del pico se continua atravesando el cerco orbicular y va 4 unirse en la nuca; la garganta, de igual coloracién, forma un collar que se une con la faja ante- rior encerrando entre ambas la mancha blanca de la region parotidea; el manto es azul celeste con ligeros visos verdosos, continuando este mismo color en el obispillo y la cola; el pecho, partes laterales del abdomen y subcaudales amarillo vivo, desvaneciéndose hacia el centro del pecho en blanco; las alas son del mismo color del manto y la extremidad y parte externa de los cobertores, ligeramente bordeadas de blanco, asi como tambien las rémiges secundarias y las primarias, que hacia su mitad estan ligeramente manchadas de blanco en las barbas externas, siendo el resto de un azul mas obscuro; pico azul; patas plomizas, iris avellanado. Hembra.—Semejante al macho, pero de coloracién mas débil. Esta especie es propia de la isla de la Palma, habitando las florestas de pino hasta una elevacién de 1.200 m. Seguin Mr. M.-Waldo anida en los huecos de los troncos de los pinos, poniendo de tres a cinco huevos. Se alimenta de insectos como lo hace el Parus Teneriffe, con el cual tiene mucha semejanza. 12. Parus ombriosus. Parus ombriosus Meade-Waldo: Ann. Mag. N. H., ser. 6 V., pag. 103. (Pl. x11.) Diagnosis. — Parus Tenerife similis, sed fortior et robus- tior; tergo toto olivaceo—viridescente nec ceruleo ; tectricibus alu- rum viridibus, majoribus angustissime albo terminatis; subtus citrinus, P. Tenerif@ similis. Femina haud a mari distinguenda. Macho.—La parte superior de la cabeza de color azul obscuro, frente blanca extendiéndose lateralmente en forma de fajas que van a unirse en el occipucio: mejillas blancas, ocupando @l) Cabrera y Diaz—AvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 171 este color toda la region parotidea; una faja azul muy obscuro parte de los costados del pico atravesando el cerco orbicular y se une en el arranque del cuello con otra faja del mismo color, que partiendo de la parte inferior del pico forma collar y encierra con la anterior la mancha blanca de la region parotidea; manto de un azul marcadamente verdoso; cola azul; pecho amarillo, desvaneciéndose en obscuro hacia las subcaudales; una pinta longitudinal en el centro del pecho de color negro; alas azules con las medianas y las grandes cober- toras ligeramente bordeadas de blanco; pico azul; patas plomi- zas; iris de color avellana. Hembra.—Semejante a la del Parus Tenerife. Esta especie es propia de la isla del Hierro, habita en los bosques de pinos y por accidente suele verse en los brezos y laureles, segun Mr. Meade-—Waldo. Se alimenta de insectos; pero en cuanto a los detalles de su nido é incubacién nada se sabe aun. 13. Fringilla canariensis Vieill. Nowy. Dict. x11, pag. 232 (1816). Fringilla tintillon Webb et Berth.: Orn. Can., 11, pag. 21, pl. iv, fig. 1 (1841); Bolle: 7. 7. Orn., 1854, pag. 457; id., 1857, pag. 315; id., 1860, pag. 348; Godman: Jdis, 1872, pag. 211; Captain Reid: Zdis, 1887, pag. 434; M.-Waldo: Jbis, 1889, pag. 8 (Gomera); C. Tristram: Jd/s, 1889, pag. 19; M.-Waldo: Jdzs, 1889, pag. 516; Koennig: Orn. Morschungsergebnisse einer Reise nach Madeira, etc., pag. 404, pl. vi, fig. 2¢7, 3 9. Nombre vulgar: Pajaro tortolo, tintillon, pinson, same, etc. Kje mayor del huevo, 2,3 cm.; eje menor, 1,6 cm. Macho en primavera.—ta frente es negra, coloracién que va perdiéndose a medida que se aproxima al dorso, que es azulado ceniciento mas 6 menos puro, rabadilla y subcaudales verde mas 6 menos puro: la regién parotidea, mejillas, garganta y delante del cuello, pecho y abdomen de color camello; bajo vientre y subcaudales blancas; alas negras con dos bandas transversales blancas, siendo la primera mas gruesa y de mas puro color; lasremeras franjeadas de blanco verdoso; cola mas 6 menos negra, con una gran pinta blanca sobre las dos rec— trices laterales; pico azulado; patas 6 iris moreno. Ll macho en otoio.—Tiene los colores menos puros y las 1a ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) plumas bordeadas de agrisado; este color va desapareciendo @ medida que se acerca la primavera; el pico gris con tintas azulado claras. Hembra en primavera.—Las partes superiores y los costados de la cabeza gris tostado, con matices olivaceos; parte inferior del cuerpo de color ceniza blancuzco; fajas blancas del ala mas pequenas; pico gris tostado claro. En otono, las plumas aparecen bordeadas de un color agri- sado, y el blanco de las alas mezelado unas veces de amarillo y otras de rojo. Los jévenes antes de la primera muda se asemejan a la hembra. Cada sexo toma en la muda el plumaje de otono del o 6 la Q; pero el pico es mas corto que el de los adultos. Se encuentra la Pringilla canariensis Vieill:, en la isla de, Tenerife, Gran Canaria, Palma, Gomera y Hierro en los som- brios montes de laureles, no siendo tampoco raro verla en los pinares. Su nido, artisticamente construido, se compone exte- riormente de finas hojas de gramineas y musgos entrelazados con telas de aranas, é¢ interiormente de crines, plumas y sus- tancias algodonosas. Yo le he observado tanto en los pinos como en los brezos y laureles, pero con mayor abundancia en en los dos ultimos: Pone este pajaro de cuatro a cinco huevos de color blanco azulado con pintas de color rojo ladrillo palido, presentando comunmente entre estas pintas otras pequenas de color café tostado. Se alimenta de semillas 6 insectos. El Dr. A. Koennig cree que debe conservarse el nombre de Fringilla tintillon canariensis de Vieill., para distinguirla de la que habita en la isla de la Madera, que es distinta. 14. Fringilla teydea Webb et Berth. (Orn. Can., pag. 20). Bolle: J. 7. Orn., 1854, pag. 456; id. 1857, pag. 312; Godman: Ibis, 1872, pag. 210; Hartwig: J. f. Orn., 1886, pag. 486; Cap— tain Reid: Jbis, 1887, pag. 434; M.-Waldo: Jdis, 1889, paginas 3 y 517; Koennig. Ornith. Forschungsergebnisse einer Reise nach Madeira, pag. 412. Nombre vulgar: Pdjaro de la cumbre 6 pdjaro azul del Teide. Log. total, 17 em.; amplitud de vuelo, 25 cm.; ala, 10 cm.; cola, 7,5 cm.; pico, 2 cm.; patas, 2,5 cm.; dedo posterior, 1,3 cm.; una del mismo, | cm. (3) Cabrera y Diaz—aveES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 178 Kje mayor del huevo, 2,6 a 2,3 cm.;ieje menor, 1,7 cm. Macho.—Toda la parte superior azul ceniciento; la inferior, -debajo del pico, del mismo color, pero desvaneciéndose hacia la regidn anal y subcaudales, que son de un azul tan débil que casi se confunde con el blanco; dos bandas blancas en las alas, y de ellas la superior mas ancha y mas corta; las reme— ras obscuras bordeadas de azul, asi como también la cola, pre- sentando las plumas mas externas una ligera mancha blanca: pico fuerte y de color azulado; patas cenicientas; iris pardo. La hembra se diferencia del macho en ser de talla mas corta y el colorido mas apagado. Esta especie habita exclusivamente en la isla de Tenerife, hasta la altitud de 2.500 m., en la region del Pinus canariensis Chr. Smith y del Spartocytissus nubigenus Brouss. Anida en los pinares y nunca en las retamas, como se.venia creyendo; empieza la construccién del nido en los meses de Junio a Julio, tardanza que esta relacionada con la tempera- tura que en esta época reina en aquellas regiones situadas a una gran altitud. Este nido se halla protegido exteriormente con hojas de pino y tallitos secos de algunas gramineas per- fectamente unidos con algodones y telas de arana; la parte interior esta tapizada de plumitas, entre las cuales se obser— van algunas tectrices del Picus major canariensis Ke.; su for- ma es semiesférica, teniendo de diametro exterior 39 cm., el interior de 6,5 cm., la profundidad interior de 4,7 em. y la al- tura total del nido de 6,5 cm. La puesta es de dos huevos, que son de un color verde claro, principalmente en la extremidad mas delgada, con pintas y manchas moradas mezcladas con otras de color café tostado, formando como una orla en la extremidad mas gruesa. La hembra incuba sola y el macho se encarga de proporcio- narle mientras tanto la comida, que consiste en lepidépteros heterdceros y semillas del pino canario. No se sabe si la misma pareja hace dos crias en el mismo ano. Esta preciosa especie fué descubierta por M. Sabin Berthe- lot en el invierno de 1825, y se consideré después como extin— guida, hasta que en estos Ultimos anos se la ha vuelto 4 en- contrar, por mas que no esté lejos de desaparecer muy pronto por la continuada persecucion que sufre, tanto por parte de los naturalistas como de su enemigo el Accipiter nisus L. 174 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) 15. Fringilla Palme Tristram. Notes on the island of Palma, Ibis, 1890, pag. 71, c. tabula. Fringilla cerulescens Kg. Ornith. Forschungsergebnisse einer Reise nach Madeira, etc., pag. 479, tab. 7; M.-Waldo: dis, 1880, pag. 511. Diagnosis.— Vas ad. Fronte nigra; capite supra, nucha dorso et uropygio supra caudalibusque cerulescenti-plumbeis, haud viridi lavatis; rectricibus externis pogonio exrterno ad basim, et. interno ad apicem albis; tectricibus alarum medianis pure albis, majoribus nigris albido viridibus terminatis; scapulari- bus nigro fuscis viride marginatis; gula, facie suboculari brun— nescenti-isabellinis; gutture pallide rosaceis; pectore et ventre albicante idemque crisso et subcaudalibus; hypochondriis griseo— plumbeis; rostro cerulescenti-corneo; pedibus incarnatis; iride Susea. Macho.—Wa distribucién de los colores en esta especie es muy caracteristica, asemejandose algo al Fringilla tintillon canariensis Vieill., pero distinguiéndose desde luego por el color azulado plomizo del dorso desprovisto de matiz verde; la frente es de color negro brillante, tornandose en la parte su- perior de la cabeza en azulado con reflejos metalicos; el cuello es azul plomo mate; las caudales del centro de la cola son las mas obscuras, y las dos medianas pardo-negruzcas bordeadas de verdoso; la distribucién del blanco en las plumas de la cola ofrece la misma disposicién que en la especie que habita en la isla de la Madera, sdlo que la mancha extrema en la tercera pluma es mayor; el comorno de los ojos y mejillas, asi como toda la garganta, son de color de camello, mientras que por debajo del cuello se cambia en rojo carmin, desvanecido hacia la parte superior del pecho, y éste, como el vientre y las plu- mas de la region anal, son de un blanco brillante, que en la hembra es ceniciento; las alas tienen dos bandas blancas y se- paradas por otra obscura formada por plumas bordeadas de verde obscuro; el pico muy fuerte y de color azul, sobresaliendo la mandibula superior, que es encorvada ligeramente; las pa— tas son azuladas. La hembra presenta la misma coloracién que el macho, pero mas apagada. Kste pajaro, propio de las islas Canarias, habita en la de la Palma exclusivamente, en la zona de los laureles, 4 2.000 m. 5) Cabrera y Diaz—AvES DEL ARCHIPIBLAGO CANARIO. 175) Su canto difiere mucho de el del #ringilla de Tenerife; y éste como aquel anida en los laureles. Se alimenta de semillas é insectos. Respecto al nido no se ha hecho observacion alguna hasta el presente. 16. Serinus canarius L. Fringilla canaria L.; Webb et Berth.: Orn. Can., pag. 21; Bolle: J. 7. Orn., 1854, pag. 457; id. 1858, paginas 125-151; id.: Der wilde Canarienvigel eine Biographie; Godman: Jbis, 1872, ‘pag. 212; Captain Reid: dis, 1887, pag. 434; M.-Waldo: Jbzs, 1889, pag. 2; Koennig: Ornith. Forschungsergebnisse einer Reise nach Madeira, etc., pag. 432. Nombre vulgar: Canario, pajaro de la tierra. Kje mayor del huevo, 1,8 cm.; eje menor, 1,7 cm. Macho en primavera.—La parte superior de color olivaceo, con manchitas longitudinales negras; una especie de semi-— collar en la parte baja del cuello, y el obispillo amarillo ver— doso; garganta, pecho y abdomen, del mismo color, un poco verdoso; bajo vientre y subcaudales blancos; cerco orbicular amarillo; mejillas y lados del cuello, verdoso, matizado de ce— niza y amarillo; las alas semejantes a la parte superior, con dos pequenas fajas transversales de un amarillo verdoso; rémi- ewes y rectrices tostadas rodeadas de verdoso; la mandibula superior gris tostado y blancuzca la inferior; patas é iris de color tostado. El plumaje de muda de otono es de tintas menos puras y mezcladas de un ceniza amarillento, que desaparece en la primavera. Hembra.—Tiene la coloracion menos amarilla; la parte su- perior mas negra, y abundantes las manchas tostadas por debajo. Joévenes antes dela primera muda.—Estan matizados de gris y de verdoso, con manchas tostadas alargadas. El canario, tipo del género Serinus, es peculiar de las islas atlanticas, habitando en las de Canarias, Azores y Madera, extendiéndose en las dos primeras desde el litoral hasta 2.000. metros. Anida en los grandes arboles, tanto en los montes de laureles como en los de pino, construyendo su-nido con tallos de gramineas tejidos artisticamente con telas de arana y tapi- zado interiormente con sustancias algodonosas, producto de aleunas semillas, como la de los Sonchus y otras compuestas. 176 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ‘ (26) Pone de cuatro a cinco huevos de color azulado, con ligeras tintas cenicientas, y en la extremidad mayor presenta algu- nas manchitas tostadas y rojizas mezcladas con otras pequenas é irregulares de color rojo subido. Su alimento consiste en pequenas semillas. 17. Columba Bollei Godman: /dis, 1872, pag. 217. Captain Reid: dis, 1887, pag. 425; M.-Waldo: /b7s, 1889, pa- gina 6 (Gomera); id., pag. 510 (Palma); C. Tristram: /d7s, 1889, paginas 17 y 18 (Gran Canaria); Koennig: Ornith. Forschung-— sergebnisse einer Reise nach Madeira, etc. Nombre vulgar: Paloma torcaz. . Largo total, 41cm.; amplitud de vuelo, 61 cm.; cola, 14 cm.; pico, 21cm: Macho.— Cabeza, cuello, rabadilla y cobertoras superiores de la cola de color gris plomizo obscuro; cuello y garganta con un collar de colores vivos con reflejos metalicos; pecho canelo, terminando hacia las subcaudales, de color agrisado claro; cola gris obscura, terminando por una banda clara; pico rojo; patas rojas de sangre; iris moreno negruzco; parpados encarnados. Hembra.—Se asemeja al macho, pero la coloracion es mas clara y su tamanho un poco menor que el del macho. Jovenes antes de la primera muda.—Su coloracion es parecida 4 la de la hembra, y sus tintas son menos brillantes. Esta especie, peculiar del archipiélago canario, habita en la isla de Tenerife, Gomera y Palma, en los bosques de laurelés, hallandose bastante repartida en Tenerife. Es solitaria, por efecto de la escasa multiplicacion de su especie, lo cual le impide formar los grandes bandos en que se reunen otras es- pecies afines; prefiere siempre las altitudes medias. Anida en los grandes arboles (Persea indica Spreng., Apollonia Cana- riensis Nees y la Hrica arborea L.), donde construye su nido con palitos y raicillas, poniendo solo un huevo de color blanco pure, cuyas dimensiones son: eje mayor, 4,2 cm.; eje menor, 2,8 cm. Su arrullo es cadencioso y melancolico. Se alimenta de semillas de laurel, mocanes y aceviio. 18. Columba laurivora Webb et Berth. Orn: Can., pags 26, 184; Bolle: J. 7. Orn. ; 1855, pag. W725 7) Cabrera y Diaz.—AvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 177 il., 1857, paginas 324 a 329; Godman: Jdis, 1872, pag. 216: Captain Reid: Jdis, 1887, pag. 425; M.-Waldo: Jdis, 1889, pa- gina 509; C. Tristram: Jd7s, 1890, pag. 72; Koennig: Ornith. Forschungsergebnisse einer Reise nach Madeira, etc., pig. 483. Nombre vulgar: Paloma rabiche 6 rabil. Longitud total, 39 cm.; ancho, 60 cm.; amplitud del pecho, 12,5 cm.; cabeza, incluyendo el pico, 7-cm.; long. del pico, 3 em.; espesor del mismo, 1,7 cm.; cola, 17em.; patas, 3,5 cm.; dedo medio, 3,5 cm.; una del mismo, 1,4 cm.; dedo externo, 2.6 cm.; ua del mismo,.1,1 cm. Macho.—\a parte superior, de color gris plomizo azulado; cuello con un collar marcado y provisto de reflejos metalicos; pecho canelo, desvaneciéndose insensiblemente hasta la base de la cola, la cual presenta una faja blanca cerca de su extre- midad; alas con un borde mas claro; pico rojo vinoso en la base y manchado de rosado en el resto; la extremidad de la mandibula superior sobresale de la inferior; iris anaranjado rojo-en el circulo externo; patas de color rojo laca; unas ne- ras. Hembra.—ta coloracion es mas débil, pero igualmente dis- puesta que en el macho. Esta paloma habita en la isla de la Palma y Gomera, en los montes de laureles y brezos. En cuanto al nido nada se sabe aun; sin embargo, mi amigo Mr. Meade-Waldo me ha referido que la paloma en cuestion anida en los huecos de las rocas proximas a los barrancos del interior de los bosques, entre los helechos y demas plantas que vegetan en estos sitios. 19. Perdix rufa Lath., var. australis Tristram. Caccabis rufa, var. australis Tristram. Ornithological Notes on the island of Gran Canaria: The Ibis for January 1889, p. 28. Diagnosis.—C. vostro quarta parte robustiore et longiore quam in C. rufa; tarsis robustioribus et dimidio pollicis longioribus; dorso cinereo, nec rufescenti-fusco; fascia nigra circum guttur latiore quam in C. rufa. Tarsus long. 4,5 cm.; rostrum a culmine ad imum 0,8 cm.; long. 2,4 cm. De esta especie, descrita por M. H. B. Tristram, y conocida en Canarias con el nombre de Perdiz de la aldea, no puedo dar ANALES DD HIST. NAT.— XXII. 12 178 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) mas detalles, por ho haber tenido ocasién de observar ningtin ejemplar. u 20. Bulweria columbina Moq.-Tand. Pufinus columbinus Webb et Berth. Orn. Can., pag. 44; Bolle: J. f. Orn., 1855, pag. 178; id., 1857, pag. 345; Godman: Jdis, 1872, pag. 223; Captain Reid: Zbis, 1888, pag. 80; M.-Waldo: Ibis, 1889, pag. 517; Koennig: Ornith. Forschungsergebnisse einer Reise nach Madeira, etc., pag. 463. 21. Thalassidroma Bulwerii Degland et Gerbe. Ornith. #., pag. 388, tomo 1. Procellaria Bulweri Jardine: Illustr. of Ornith. (182), pl. 65; Procellaria Anginho Heineken: Birds of Madeira, Brewst. Journ. ' (1829), pag. 231; Bulweria columbina Bp.: Consp. Gen. Av. (1857), -tomo m1, p. 194. Presenta una. faja oblicua de color gris rosado sobre el ala, que pasa por las grandes sub-alares secundarias; bajo vientre, encima y debajo de los caudales de un moreno negruzco; patas morenas; long. del tarso, 2,5 cm.; talla, 29 a 30 em. Macho y hembra adultos.—La cabeza, el dorso y la rabadilla de un moreno negruzco, un poco mas obseuro por debajo de aquella; en el dorso mas palido que en la rabadilla; las partes inferiores negro mate; las cobertoras superiores de las alas, mas claras que las del dorso, volviéndose grises en el borde -externo de las plumas; pico negro; patas negruzcas con las membranas interdigitales de color moreno. Esta especie habita en las islas Canarias, siendo comin en los islotes desiertos. Anida entre las rocas, poniendo un solo huevo de color blanco sin puntos ni mancha alguna, y de cas- cara mas gruesa en la extremidad ancha que en el resto del huevo. El eje mayor es de 4,3.44,5 cm.; el menor, de 3,1 4 3,2 cm. Pueden obtenerse los huevos en el mes de Julio. Esta procelaria emigra en el mes de Septiembre para volver en la primavera, y sus costumbres son nocturnas, albergan- dose durante el dia en las grietas de las rocas. 429) Cabrera y Diaz—AvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 179 CATALOGO AVES OBSERVADAS EN EL ARCHIPIELAGO CANARIO. ACCIPITRES Z. VouLtTuribz Vig. G.1. Neophron Savig. l. Neophron percnopterus L. Vultur percnopterus L.; Vultur meleagris Pall.—Nombre vul- gar: guirre. Sedentario, comtin y generalmente distribuido en todas las islas, en las cuales cria, siendo mas facil proporcionarse los huevos en las de Lanzarote y Fuerteventura. En mi coleccién poseo varios ejemplares con distinta coloracién del plumaje, asi como también en la de los huevos de esta especie (1). Viera, Berthelot, Bolle, Godman, Busto, Ledri, Mompdé, Se- rra, Meade—Waldo, Tristram y Koennig, hacen mencidn de la existencia de esta especie en Canarias. 2. Neophron piieatus Savig. . Esta especie, habitante del Africa central, es sumamente rara en el archipiélago, donde se la ha observado, sin embar- go, en union con la anterior. Ledrt la cita en su obra. G. 2. Gyps Savig. 3. Gyps fulvus Briss. Gyps vulgaris Savig.; Vultur persicus Pall. Este buitre, de-paso accidental en el archipiélago, ha sido mencionado por Busto. (1) Por brevedad, y para evitar repeticiones, senalaré con los signos A y >) res- pectivamente las pieles y los huevos que poseo en mis colecciones. 180 ind, ANALES DE HISTORIA NATURAG..= 2 Jaystaty.. ” @P) FALconipbz Svs. oe G. 3. Haliaétus Savig. 4. Haliaétus albicilla L. Falco albicitla L.; Haliaétus nisus Savig.— Nombre vulgar: Guincho. Se encuentra en la regidén del litoral marino del archipiéla- go, anidando en los roquedales y sitios escarpados é inaccesi- bles de las costas. Yo, sdlo he observado tres ejemplares, dos de los cuales habian sido arrojados por las olas con un gran pez entre sus garras. Ha sido citado por Viera, Berthelot y Godman. G. 4. Pandion Savig. Pandion haliaétus L. Falco. halietus L.: Aquila marina Briss. En el invierno:se encuentra de paso accidental en Tenerife. Or , G. 5. Aquila Briss. 6. Aquila neevia Briss. Falco nevius Gmel.; Aquila melanetos Savig. Se ha mencionado como de paso accidental en estas islas, pero quiza ha sido confundida con el Buteo vulgaris L. Sin embargo, Mompo la cita como observada en Tenerife. G. 6. Buteo Cuv. 7. Buteo vulgaris L. Falco vulgaris L.; Accipiter buteo Pall.; Falco pojana Savig.— Nombre vulgar: aguelilla, 6 también aguililla. Se encuentra sedentario y abundante en la zona compren— dida desde 600 4 2.000 m. Anida en los matorrales de los sitios escarpados y en las eminencias rocosas de los montes y bos— ques del archipiélago: A ©. La mayor parte de los autores han senalado la existencia de esta especie en Canarias. 431) Cabrera y Diaz—AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 181 G. 7. Pernis Cuv. 8. Pernis apivorus L. Falco apivorus L.; Accipiter lacertarius Pall. Esta especie ha sido muerta por Mr. Meade—Waldo en las proximidades del Jardin Botanico de la Orotava: yo he obser- vado en la Laguna otro ejemplar en el mes de Mayo. G. 8. Milvus Cuv. 9. Milvus ictinus Savig. Milvus regalis Briss.; Falco milous L.; Falco austriacus Gmel.; Milvus ruber Brehm.—Nombre vulgar: milano 6 villano. Este milano es sedentario y bastante frecuente desde las costas hasta los 2.000 m. He observado su nido entre las ramas del Pinus canariensis Chr: Sm.: A. y © recogidos en el pinar de la Esperanza, jurisdiccién de la Laguna. En la isla de la Palma no se le ha visto, hallandose, por el contrario, muy repartido en la de Gran Canaria, de donde le citan todos los autores. 10. Milvus niger Briss. Milvus ater Daud.; Milvus fuscus Brehm. De paso en épocas no determinadas. G. 9. Falco L. 11. Falco peregrinus Briss. Falco communis Gmel.; Falco cornicum Brehm. Viajera accidental, frecuente en los meses de Marzo a Mayo, habiéndosela observado en los pinares, aunque creo que algu- nos autores la han confundido con el Accipiter nisus L. Berthelot, Bolle, Busto, Serra, Meade-Waldo, etc., lo citan. 12. Falco barbarus L. Falco tunetanus Ray.; Falco puniceus Le Vaill. De paso accidental, muy raro. En el Museo de Las Palmas se encuentra un ejemplar que se cree procedente de esta Gran Canaria. : | 1§2 ANALES DE HISTORIA: NATURAL. ir Ry 13. Falco subbuteo L. Dendrofalco subbuteo Bp.; Hypotriorchis subbuteo Boie. specie de paso accidental en la primavera, citada por Ber- thelot y Serra. paced SPS Aas a hs 14. Falco esalon L. ef Falco lithofaico Briss.; Falco smirillus Savig. Especie viajera Sumamente rara, y que se presenta acciden- talmente de Abril & Mayo: ha sido citado por Viera y Ledru. 15. Falco vespertinus L. Falco rufipes Beschs; Falco rubripes Less. De paso accidental. Un ejemplar fué cazado por D. Ignacio Llarena en la carretera de la Orotava en el mes de Mayo. 16. Falco tinnunculus L., var. canariensis Koennig. | Nombre vulgar: sarnicalo 6 cernicalo. Comin y citada del archipiélago por todos los autores. Se habia considerado como el Falco tinnunculus L. tipico, hasta que el Dr. Koennig la determind como nueva variedad. Cria en Tenerife, La Palma y Fuerteventura, construyendo su nido Slempre en las rocas. Observaciones hechas en esta especie me han demostrado que los machos se encuentran en el litoral, siendo muy raro el verlos en los bosques de la parte central de la isla, a no ser en la primavera, que es cuando unicamente suele encontrarse aleviin macho, al paso que la hembra se observa en mayor abundancia en aquellos sitios; la coloracién del plumaje varia notablemente con la edad y el sexo, como lo prueban los ejem- plares de mi coleccién, hecho que se observa también en los huevos. G. 10. Accipiter Briss. 17. Accipiter nisus L. Falco nisus L.; Delalion fringillarius Savig., Sparvius nisus Vieill. past eae Especie sedentaria y abundante en los bosques de las islas del grupo occidental. Anida en los gigantescos brezos, pinos y laureles (Hrica arborea L., Apollonia canariensis Nees, Lau- yus canariensis Willd. y Pinus Pinea L. y canariensis Chr. Sm.). 33) Cabrera y Diaz—AvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 188. La mayor parte de los autores citan esta especie de Canarias. Poseo algunos ejemplares, tanto del o como de, la 9, con, dis— tinta coloracién, asi como: variedades de color, distribucién de las pintas y forma en los huevos. G. 11. Astur. 18. Astur palumbarius L. Falco palumbarius L,; Falco gallinarius Gmel. Especie sélo citada por Mompo. G. 12. Circus Lacep. 19. Circus seruginosus L. - Falco eruginosus L.; Falco arundinaceus Bechst.— Nombre vulgar: aguililla de mona dorada. . Especie notada por Ledrti y Serra. Yo he cazado dos ejem— plares en el mes de Diciembre en las charcas que se forman en los alrededores de la Laguna. 20. Circus cineraceus Montagu. Falco cineraceus Montagu.; Circus Montagwi Vieill. De paso accidental en la primavera. (Berthelot, Bolle y Serra.) Srricipz Leach. G. 13. Otus Cuv. 21. Otus brachyotos Gmel. Strix brachyotos Gmel.; Otus palustris Brehm.—Nombre vul- gar: mochuelo. Especie de paso bastante rara, citada por Mompo y Busto; en mi coleccidn un ejemplar cazado en Los Rodeos en el mes de Julio. 22. Otus vulgaris Flemm. Strix otus L.; @golius otus Keys. et Blas.—Nombre vulgar: coruja. Especie sedentaria y comun-en todo el archipiélago;- cria entre los matorrales de las rocas en sitios escarpados; pero 184 ANALES DE HISTORIA: NATURAL. : (31) también he observado sus nidos en la palmera (Phenix cana- riensis). La mayor parte de'los autores la citan del archi- piélago. G. 14. Syrnium Savig. 23: Syrnium aluco L. Strix aluco L.; Ulula aluco oe et Blas.— Nombre vulgar: pajaro cochino. Ha recogido ejemplares en el barranco del Agua de Dios, en Tenerife, el distinguido botanico D. Domingo Bello y Hs- pinosa. G. 15. Noctua Savig. 24. Noctua minor Briss. Noctua veterum Licht.; Striz Noctua Retzius. Especie sedentaria sumamente rara. Serra cita un esereite recogido en Tegueste de Tenerife. 25. Noctua Siju d’Orb. — Glaucidium siju Cab. Especie americana citada por el Dr. A. Koennig como en— contrada en Tenerife. G. 16. Strix L. 26. Strix flammea L. Aluco fammeus Flem.; Strix guttata Brehm.—Nombre vul-— gar: lechuza. Sedentaria y comin en los bosques; también se encuentra la lechuza en las grietas de las rocas prdximas al mar y en los barrancos. La mayor parte de los autores citan el hallazgo en Canarias de esta especie: A y @. SCANSORES Gray. Picipox Leach. G. 17. Picus L. 27. Picus major L., var. canariensis Koennig. Nombre vulgar: pedo, 6 también pico carpintero. 435) Cabrera y Diaz.—AvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 185 Sedentario en las islas del grupo occidental, y frecuente en los Pinus canariensis Chr. Sm., en donde también anidan. A. Ofrece distintas coloraciones, tanto en el macho como en la hembra. 28. Picus minor L. Picus pipra Pall.; Dryobates minor Boie. Especie encontrada accidentalmente en Canarias, y citada por Busto; Mr. Meade-Waldo cree haber visto un individuo en los laureles de la isla de la Gomera. G. 18. Gecinus Boie. 29. Gecinus viridis L. Picus viridis L.; Brachylophus viridis Savig.. Viajero accidental. (Viera, Berthelot y Serra.) Cucutipz Leach. G. 19. GCuculus L. 30. Cuculus canorus L. / Cuculus rufus Bechst.; Cuculus borealis Pall.— Nombre vul- gar: cuclillo. De paso en la primavera; en mi coleccidn existen dos ejem— plares recogidos en el mes de Mayo en la Laguna. Ha sido citado por Bolle y Busto. G. 20. Oxylophus Srvs. 3l. Oxylophus glandarius L. Cuculus glandarius L.; Cuculus carolinensis Briss.; Curcus americanus Boie. De paso accidental en el verano; en mi coleccién un ejem— plar recogido en Los Rodeos (Tenerife). 186 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : ' (36) - PASSERES JZ. CAPRIMULGIDE Vig. G. 21, Gaprimulgus L. 32. Caprimulgus europzeus L. Viajera accidental citada por Bustos. Yo he visto un ejem— plar en la costa de Tejina, en Tenerife. 33. Caprimulgus ruficollis Temm. Especie considerada como de paso accidental y.citada por: Berthelot y Bolle. CypsELIDe Cab. G. 22. Cypselus LIllig. 34. Cypselus apus L. Hirundo apus L.; Cypselus murarius Temm.—Nombre vul— gar: andoriia. Especie viajera periddica y frecuente, que anida en las. grie- tas de las rocas en los barrancos. Ha sido citada del pais, por la mayoria de los autores. En mi coleccién A y ©. 3). Cypselus melba L. Hirundo melba L.; Cypselus alpinus Scop. Hsta especie, que no ha sido mencionada del archipiélago hasta ahora, es de paso aunque accidental. Yo he cazado en el mes de Mayo un ejemplar en las costas de Santa Cruz. 36. Cypselus pallidus Shel. Nombre vulgar: a@ndoriia. Es frecuente en Tenerife (Godman y Serra). En mi colec— ciin Ay ©. 37. Cypselus unicolor Jard. Nombre vulgar: A durrion. i)’ Cabrera y Diaz.—avES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 187 Se encuentra con frecuencia, siendo una de las primeras especies que arriban 4 las islas a la entrada de la primavera. (Berthelot, Bolle y Godman.) En mi.coleccién A y ©. z r ae 1 HiguNDINIDEZ Leach. G. 23. Chelidon JBoie. 38. Chelidon urbica L. Hirundo. urbica L.—Nombre vulgar: golondrina. Especie viajera periddica en su paso para Europa y también en el retorno al Africa. (Viera, Comaen, Momp6o, Busto y Se- rra.) En mi coleccion A. G. 24. Hirundo L. 39. Hirundo rustica L. Nombre vulgar: golondrina. Se presenta esta golondrina en Canarias casi en la misma época que la anterior, aunque en mayor numero que ella. To- dos los autores la citan. En mi coleccién A. 40. Hirundo Savignyi Steph. Hirundo Cahirica Lichst.; Hirundo rustica orientalis Schlee. Esta especie, sumamente rara, es de paso accidental, ha- biendo sido citada por Godman como cazada en la isla de Tene- rife. En mi coleccién A recogida en la Laguna en Noviembre. G. 25. Cotyle Boie. 41. Cotyle rupestris Scop. Hirundo rupestris Scop.; Hirundo montana Gmel. De paso accidental; sin embargo, en algunos anos es bas— tante frecuente. En mi coleccién varios A. 42. Cotyle riparia L. Hirundo riparia L.; Hirundo cinerea Vieill. Ksta especie suele presentarse acompanada de la antes ci- tada. En mi coleccién A. 188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ois (38) Coraciapa Gray. G. 26. Coracias L. 43. Coracias garrula L. De paso, con bastante frecuencia; por lo cual se la puede considerar como Viajera periddica en los meses de Mayo.a Sep- tiembre. (Bolle, Momp6, Serra y Meade-Waldo.) En mi colec- cién varios A recogidos en Tenerife en los anos 1890-92. Meropiwo.z Leach. G. 27. Merops L. 44. Merops apiaster L. ; Merops chrysocephalus Gmel.—Nombre vulgar: piaenniag. Especie de paso accidental, presentandose en grandes ban- dadas en el mes de Mayo..En mi coleccién A. 45. Merops viridis Gmel. Viajero que se ha presentado accidentalmente. con .la espe- cie anterior. 46. Merops persica Pall. Merops Avgyptius Forsk. He cazado un ejemplar de esta especie cerca de la ieee: en San Diego del Monte, en el mes de Mayo. ALCEDINIDE Bp. G. 28. Alcedo L. 47. Alcedo ispida L. Ha sido citado el martin pescador como observado’en las costas de la parte N. de la isla de Tenerife y la Palma por Ber- thelot, Godman y Busto; mas yo atin no he podido confirmar su existencia en el archipiélago. (39) Cabrera y Diaz.—AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 189 1; G. 29. Halcyon, 48. Halcyon rufiventris Sw. las islas de Cabo Verde. No he tenido ocasién de observar esta especie que ha sido presente en él accidentalmente, puesto que es muy comun en mencionada del archipiélago por Bolle, aunque no dudo se MsBLiPHAGIDe Vig. G. 30: Sitta L. 49. Sitta ceesia Mey. et Wolf. Sitta afinis Blyth. selvas de las Mercedes. Esta especie ha sido citada por Bolle como encontrada en las 3 S05 Sitta europea L. Sitta asiatica Bp.; Sitta wralensis Lichst. Del archipiélago, segtin Ledrii; aunque yo supongo que puede haberse confundido con la especie anterior. TROGLODYTIDA Well. ile G. 31. Troglodytes Vieill. Troglodytes parvulus Kock. Motacilla troglodytes L.; Troglodytes europeus Vieill. Esta especie ha sido mencionada por Ledru, aunque después de él no se la ha observado en Canarias. Upupi2 &p. G. 32. Upupa L. Upupa epops L. Upupa vulgaris Pall.—Nombre vulgar: ¢abobo 6 abobito. Sedentaria y también viajera; numerosa en ciertas épocas, sobre todo en la primavera y el verano; las parejas que no abandonan el archipiélago tienen un color mas claro que las 190 ‘ ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) que arriban del Africa. Aquellas, cuando la temperatura des-— ciende, se retiran, situandose en los sitios mas abrigados de las costas. Por la variedad de coloracién que presentan, se les podria considerar como una subvariedad climatica, aunque los caracteres no estén todavia tan perfectamente marcados que se la pueda deslindar de la especie tipica. Todos los auto— res la citan de Canarias. En mi Buoy Ay 9. Luscinib# Gray. G. 33. Saxicola Bechst. 53. Saxicola cenanthe L. Motacilla enanthe L.; Vitiflora enanthe Boie. De paso en el mes de Septiembre. (Berthelot, Bustos y Se- rra.) En mi coleccion A. G. 34. Pratincola Koch. 54. Pratincola rubicola L. Motacilla rubicola L. Especie viajera, habiéndosela encontrado en las prea des de las Mercedes. (Berthelot y Godman.) En mi coleccion A. 55). Pratincola rubetra L. Motacilla rubetra L.; Fruticicola rubetra Macgill. Yo he recogido dos ejemplares en la primavera de 1890 en el barranco de las Mercedes. 56. Pratincola dacontize Meade-Waldo. Esta especie, descrita por Mr. Meade-Waldo, se encuentra en la isla de Fuerteventura, y es propia del archipiélago. G. 35 Sylvia Scop. 57. Sylvia hortensis Gmel. Motacilla hortensis Gmel.; Adornis hortensis Gray. De paso accidental. En mi coleccién A, recogido en la isla de Tenerife, en las proximidades de la Laguna, en la prima— vera de 1890. 41) Cabrera y Diaz—AvrEs DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. © 191 58. Sylvia atricapilla L. Motacilla atricapilla L.—Nombre vulgar: Capirote. Este bonito pajaro‘es bastante comun y sedentario en Cana- riae, habiendo sido citado por todos los autores. En mi colec- cin Ay ©. 59. Sylvia atricapilla, var. Heineckenii Vermon. Nombre vulgar: capirote de la Caldera en la isla de la Palma y capirote tocado en la de Tenerife. Esta variedad, que la mayor parte de los autores han consi-— derado como una aberracién de la S. atricapilla L., puede ser una variedad climatica de las islas Canarias y de la de Ma- dera, puesto que no sdlo su coloracién es mas marcada, sino que los diametros son mas pequefios, tanto el longitudinal como el transversal, encontrandose diferencias notables, asi en el nido como en los huevos. La citan del archipiélago Se- tra, Meade-Waldo y Tristram. En mi coleccién A y ©. G. 36. Curruca Boie. 60. Curruca orphea Temm. Sylvia orphea Temm. Mencionada por Busto en su catalogo. 61. Curruca cinerea Briss. Sylvia cinerea Lath.; Curruca sylvia Steph. Especie viajera citada por Berthelot, Busto, Godman y Serra. 62. Curruca conspicillata Marm. Sylvia conspicillata Marm.; Stoparola conspicillata Bp.—Nom- bre vulgar: Zarzalero. Sedentario y comun. (Godman, Serra, Meade-Waldo.) En mi coleccién varios A y @; tengo también A albinos, recogidos en las inmediaciones de la Laguna. 63. Curruca melanocephala Gmel. Motacilla melanocephala Gmel.; Sylvia melanocephala Lath.; Sylvia ruscicola Vieill.—Nombre vulgar: Capirollo. Ksta especie, correspondiente al grupo occidental de las is— las, es selvatica y sedentaria; todos los autores la citan de dicha localidad. En mi coleccién A y ©. 192 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) 64. Curruca subalpina Bonelli. Sylvia subalpina Bonelli. Especie de paso. accidental. (Berthelot, Bolle, Godman y Ledru.) G. 37. Phyllopneuste Mey. et W. 65. Phyllopneuste trochilus L. Motacilla trochilus L.; Phyllopneuste icterina Bp. Especie de paso accidental. Yo he cazado varios A en la primavera y otros en verano. 66. Phyllopneuste rufa Briss. Curruca rufa Briss.; Phylloscopus rufus Kaup.—Nombre vul- gar: Hornero. Este pajaro sedentario, selvatico y frecuente, ha sido citado por todos los autores. En mi coleccién varios A y ©. 67. Phyllopneuste fortunatus Tristram. Phylloscopus fortunatus Tristram. Individuos de esta especie han: sido encontrados en la isla de Gran Canaria por H. B. Tristram, quien la ha descrito como nueva. G. 38. Hipolais Brehm, 68. Hypolais polyglotta Vieill. Sylvia polyglotta Schleg. Especie citada de Tenerife por Mompo. G. 39. Regulus @. Cuv. 69. Regulus cristatus Charp. Motacilla regulus L.; Regulus flavicapillus Naum. Se encuentra en los montes de las Mercedes, en la isla de Tenerife. En mi coleccién A y ©. 70. Regulus Maderensis Harc. Esta especie, de la isla de Madera, se ve de paso accidental— mente en los bosques de Tenerife. 71. Regulus satelles ke. I’specie descrita como nueva por el Dr. A. Koennig. 43) Cabrera y Diaz— AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. — 198 G. 40. Galamodita Mey. 72. Calamodita schoenobcenus Scop. Sylvia schenobenus Scop.; Sylvia aquatica Bp.; Calamodyta aquatica Bp. Viajera accidental, citada por Berthelot. G. 41. Ruticilla Brehm. 73. Ruticilla phoenicura L. Motacilla phenicurus L. Hspecie citada de Canarias por Berthelot, Bolle, Godman y Serra. En mis colecciones A. 74. Ruticilla tithys Scop. Sylvia tithys Scop. De paso accidental en primavera. En mi coleccién un A ca- zado en el barranco de Santo Domingo de la Laguna. G. 42. Rubecula Brehm. 75., Rubecula familiaris Blyth. Motacilla rubecula L.; Erythacus rubecula Macgill.— Nombre vulgar: Papito. Especie selvatica occidental y comun. Todos los autores la citan del archipiélago. En mi coleccién A, © y nidos. 76. Rubecula superba Koennig. Especie descrita como nueva por el Dr. A. Koennig. G. 43. Cyanecula Brehm. 77. Gyanecula suecica L. Sylvia cyanecula Mey. et W. En mi coleccién un ejemplar recogido en el mes de Octubre en la Laguna. 78. CGyanecula Wolfi Br. En mi coleccién dos A, co y 9, en el mes de Noviembre de 1889. ANALES DE GIST. NAT.— XXII. 13 194 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) G. 44. Lusciola Keys et Bl. 79. Lusciola philomela Bechst. Sylvia philomela Bechst.; Philomela major Brehm. Citada por Busto. MoraciLLiba #ote. G. 45. Motacilla L. 80. Motacilla alba L. Nombre vulgar: Pispita africana. Especie de paso en invierno, y distribuida en distintas re- giones. (Berthelot, Busto, Mompo y Serra.) En mis colecciones varios A. 81. Motacilla lugubris Temm. Viajera accidental sumamente rara. (Ledru y Busto.) 82. Motacilla melanope Pall. Nombre vulgar: A/pispa. Sumamente comin y sedentaria en todas las islas. Anida en las proximidades de las aguas corrientes. En mi coleccién IE =F G. 46. Budytes Cuuv. 83. Budytes flava L. Motacilla flava L. Especie viajera accidental. (Berthelot, Busto y Ledru.) G. 47. Anthus Bechst. 84. Anthus trivialis Gmel. Este pajaro es de paso frecuente en el mes de Septiembre en la isla de Tenerife, encontrandose en compaiiia de la Alauda arvensis L. En mi coleccién A. 85. Anthus Bertheloti Boll. Nombre vulgar: pajaro caminero. 445) Cabrera y Diaz— AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. — 195 Especie propia de Canarias y abundante en ella. La citan casi todos los autores. En mi coleccién A y ©. Parib& Bp. G. 48. Parus L. 86. Parus coeruleus L. Se encuentra en la isla de Fuerteventura. 87. Parus Teneriffe Les. Nombre vulgar: F’railesco. Especie propia de Canarias, donde es sedentaria, y abun- dante sobre todo en la isla de Tenerife. Anida en los huecos de las paredes y en las grietas de los arboles. En mi coleccién varios A y ©. 88. Parus palmensis Meade-Waldo. Meade-Waldo ha descrito como nueva esta especie, que ha- bita en los pinares de la isla de la Palma. 89. Parus ombriosus Meade-—Waldo. También descrito como especie nueva por este naturalista, quien la menciona como peculiar de la isla del Hierro. Turpips Gray. G. 49. Turdus L 90. Turdus merula L. Nombre vulgar: J/r/o. Especie sedentaria, accidental y frecuente, citada por todos los autores. En mi coleccién A y @ y también un JA albino procedente de las Montanas, en Tenerife. 91. Turdus musicus L. Sylvia musica Savig. , Viajero de paso accidental. (Berthelot, Mompd, Ledru, Busto y Meade-Waldo.) A cazado en la punta del Hidalgo. 195 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) 92. Turdus viscivorus L. Turdus arboreus Brehin.; Turdus major Briss. Figura en el catalogo de Busto. 93. Turdus pilaris L. Sylvia pilaris Sav. Citado como viajero accidental por Busto y Blanco. 94. Turdus iliacus L. De paso periddico, bastante abundante en ciertos aos, en- contrandose tanto en las costas como en los montes de la isla de Tenerife. (Berthelot, Bolle, Serra y Meade-Waldo.) En mi coleccion A. 95. Turdus solitarius Wils. Esta especie, que corresponde a la fauna americana, ha sido citada por Busto en su obra como hallada en Canarias. Hypronatipe Gray. G. 50 Hydrobata Véieill. 96. Hydrobata cinclus L. Sturnus cinclus L. Citada por Berthelot. Or1oLID.zA Bole. G. 51. Oriolus L. 97. Oriolus galbula L. ‘ Nombre vulgar: Oropéndola. Especie de paso accidental, aunque frecuente en la prima— vera. (Mompo, Serra y Berthelot.) Yo he recogido varios A en los alrededores de la Laguna. LANIIDEZ Sws. G. 52. Lanius L. 98. Lanius algeriensis Lesson. Nombre vulgar: Alcairén y alcaudon. 47) Cabrera y Diaz.—AvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. — 197 Los autores que se han ocupado de la ornitologia canaria parece han confundido las especies Lanius meridionalis Temm. y Lanius excubitor L., entre los cuales Viera, Berthelot, Busto, Godman y Ledrt, citan la existencia en el archipiélago del primero, y Bolle y Mompo del segundo. Hoy se cree que nin- euna de estas especies se encuentra en Canarias, donde sdélo habita el Zanius algericnsis Lesson, que vulgarmente los cam- pesinos conocen con el nombre de alcairdn 6 el de alcaudon. En la isla de Tenerife, como ya hemos hecho notar, esta espe- cie habita en dos zonas distintas, en cada una de las cuales difieren en su coloracién y en algunos otros caracteres. La zona mas abundante en ejemplares es la del litoral, hasta la altitud de 200 m., mientras los mas reducidos de la otra, en la region del Spartium cytisus nubigenus Brss., 6 sea 2.300 m., presentan los caracteres anteridrmente anotados, por lo cual puede considerarse como una subespecie climatica. En mi co- leccidn A y ©. 99. Lanius minor Gmel. Lanius ttalticus Lath. Esta especie ha sido citada por Serra como cazada en las costas de la isla de Tenerife. 100. Lanius rufus Briss. Lanius pomeranus Gmel.; Hnneoctonus rufus Bp. Hjemplares de esta especie han sido cazados por mi en la Punta del Hidalgo. 101. Lanius icterus Cuv. Viajero accidental, citado por Bolle. 102. Lanius hemileucurus Finsch et Hartl. specie que se encuentra en la isla de Fuerteventura. Muscicapip® Vig. G. 538. Muscicapa Briss. 103. Muscicapa atricapilla L. Muscicapa nigra Briss. 198 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48} De paso accidental. (Berthelot, Bolle, Busto y Godman.) Yo he recogido varios A en los alrededores de la Laguna en el mes de Mayo. G 54. Butalis BPoie. 104. Butalis grisola L. Muscicapa grisola L. Este pajaro es de paso accidental, arribando a estas islas en la misma época que la anterior. En mi coleccién varios A\ re— cogidos eu la Laguna. Corvipz Leach. G. 55. Corvus L. 105. Corvus tingitanus Irby. Nombre vulgar: cvervo. Ksta especie la habian confundido casi todos los autores con el Corvus coraz L. Es bastante comun en las islas, donde anida en las grietas de las rocas inaccesibles; también he visto un nido en los pinares de La Esperanza. En mi coleccién A y @. 106. Corvus monedula L. Berthelot cita esta especie como recogida por él en Canarias. G. 56. Pyrrhocorax Vieill. 107. Pyrrhocorax graculus L. Nombre vulgar: g7aja. Especie sedentaria que habita en la isla de la Palma, y que ha sido citada por todos los autores que se han ocupado de ornitologia canaria. En mi coleccioén A. STURNIDE Vig. G. 57, Sturnus L. 108. Sturnus vulgaris L. Nombre vulgar: estornino, y también tordo. Se encuentra de paso todos los anos en el otono. Todos los autores le citan. En mi coleccion A. - (49) Gabrera y Diaz.—AvrS DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 199 109. -Sturnus unicolor La Marm. Un solo ejemplar he recogido en la Laguna. FRINGILLIDE S7vS. G. 58. Passer Briss. 110. Passer hispanolensis Temm. Fringilla hispanolensis Temm.; Fringilla salicicola Vieill. Especie sedentaria en el grupo oriental, citada por Berthe— lot, Bolle, Godman y Serra. lll. Passer petronia L. Fringilla petronia L.; Petronia rupestris Bp.— Nombre vul- gar: Pajaro risquero 6 tejalero. Pajaro abundante en Canarias y sedentario, que han men-— cionado todos los autores. En mi coleccién A y ©. G. 59. Fringilla L. 112. Fringiila tintillon Berth. Fringilla tintillon-canariensis Ke.—Nombre vulgar: pdjaro tortola 6 pinson. Kspecie selvatica y frecuente, conocida de todos los autores. Kn mi coleccién A, © y nidos. 113. Fringilla Teydea Webb et Berth. Nombre vulgar: pdjaro del Teide. Los individuos de esta especie, peculiar de la isla de Tene- rife, se encuentran, como se ha dicho, ocupando la zona del pino y de la retama blanca. En mi coleccién A So yO E€. 114. Fringilla Palmee Tristram. Fringilla cerulescens Ke. Especie peculiar de la isla de la Palma, recientemente des— cubierta, y que habita, como la especie anterior, la zona del pino. 115. Fringilla Spodiogena Bp. Pringilla africana Le Vaill. Suele presentarse de paso accidental en las islas Canarias. 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) G. 60. Montifringilla Brehm. 116. Montifringilla nivalis Briss. Fringilla nivalis Briss. Especie de paso accidental, citada por M. Berthelot como re- cogida en los bosquss de la Orotava. En mi coleccién un A cazado en la Punta del Hidalgo. G. 61. Ligurinus Koch. 117. Ligurinus chloris L. Fringilla chloris L. Viajero accidental citado por Bolle, Ledru, Godman y Serra. En mi coleccién un A recogido en los alrededores del pueblo de Tegueste en la isla de Tenerife. G. 62. Garduelis Briss. 118. Carduelis elegans Steph. Fringilla carduelis L.—Nombre vulgar: pajaro pintado 6 pin- tacilgo. EH] jilguero es sedentario y comtin, como lo han hecho notar todos los autores. En mi coleccién A, @ y nidos. G. 63. Chrysomitris Zoie. 119. Chrysomitris spinus L. Fringilla spinus \. Especie de paso accidental. (Berthelot, Bolle, Ledri, Momp6é y Serra.) G. 64. Serinus Koch. 120. Serinus canarius Webb et Berth. Nombre vulgar: pajaro de la tierra, 6 tambien canario. Pajaro propio de Canarias, donde es comtin. Citado por todos los autores. En mi coleccién A., @ y nidos. G. 65. Gannabina Brehm. 121. Cannabina linota Gmel. (1) Cabrera y Diaz.—AVvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. — 201 Fringilla cannabina L.—Nombre vulgar: pdjaro millero, y el S pinta roja. Especie sedentaria y comin, citada por todos los autores. En mi coleccién A, © y nidos. G. 66. Loxia Briss. 122. Loxia curvirostra L. Figura en el catalogo de Busto. G. 67. Pyrrhula Briss. 123. Pyrrhula githaginea Licht. Nombre vulgar: pdjaro moro. Espécie sedentaria en las islas orientales, citada por Berthe- lot, Bolle y Godman, Serra, Meade-Waldo, Tristram y Koennig.. EMBERIZIDE /Vew. G. 68. Emberiza L. 124. Emberiza citrinella L. Especie viajera, citada de la regidn por una gran parte de los autores. 125. Emberiza cia L. Hallada en Canarias por Busto y Ledrut. 126. Emberiza hortulana L. Especie de paso accidental, citada por Busto y Ledru. 127. Emberiza Saharee La Vaill. Poseo un ejemplar recogido en la Punta del Hidalgo, Te- nerife. G. 69. Miliaria Brehm. 128. Miliaria europzea Sws. Emberiza miliaria L.—Nombre vulgar: pdjaro triguero. Especie sedentaria y abundante, conocida por todos los orni- tologos citados. 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) ALAUDIDZ #oie. G..70. Alauda L. 129. Alauda arvensis L. De paso en los meses de Octubre a Diciembre, que he obser- vado en los alrededores de la Laguna. La citan del archipié— lago Viera, Berthelot, Ledru, Busto y Mompo. En mi colec— cidn A. 130. Alauda brachydactyla Leisl. Nombre vulgar: calandra 6 calandria. Abundante y sedentaria. (Bolle, Godman, Mompo, Serra, etc.) En mi coleccion varios ejemplares, y entre ellos algunos al— binos. ; G. 71. Galandrella Kaup, 131. CGalandrella minor Cab. Especie sedentaria, que se encuentra con frecuencia en la isla de Fuerteventura. En mi coleccién poseo huevos con dis— tintas coloraciones. 132. Calandrella pispoletta Pall. Calandritis pispoletta Cab. Citada por Mompo de Tenerife. G. 72. Galerida Boie. 133. Galerida cristata L. Alauda cristata L. Especie de paso, en Canarias, segun Busto. COLUMBA Lath. COLUMBID.E Leach. G. 73. Golumba L. 134. Columba palumbus L. Viajera de paso accidental, aunque no muy frecuente; en (68) Cabrera y Diaz— AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 203 algunos anos se la suele encontrar en el monte de Aguirre, cerca de Santa Cruz de Tenerire. Ha sido citada por Berthelot, Busto y Mompo. 135. Columba livia Briss. Nombre vulgar: paloma salvaje 6 roquera. Especie sedentaria y abundante, que citan como tal de Ca- narias los autores anteriormente mencionados. En mi colec— cin A y ©. 136. Columba Bolli Godman. Nombre vulgar: paloma torcaz. Paloma sedentaria accidental que habita la regién selvicola de los grandes laureles. (Godman, Bolle, Serra, Meade-Waldo, Tristram, Koennig.) 137. Columba laurivora Berth. Nombre vulgar: paloma rabiche. Anida en los bosques de laureles de la Palma y la Gomera. Todos los autores la citan. 138. Columba trocaz Jard. Esta especie, peculiar de la isla de Madera, se presenta, aunque rara vez, en las Canarias. G. 74. Turtur Selby. 139. Turtur auritus Ray. Nombre vulgar: ¢drtola. Viajera anual en primavera y otono. (Viera, Bolle, Busto, Mompo, Serra y Meade-Waldo.) En mi coleccidn A y ©. 140. Turtur senegalensis L. Columba senegalensis L.—Nombre vulgar: ¢tortola. Viajera accidental que suele encontrarse en los bosques de castanos de Santa Ursula y la Victoria. Citada por Bolle y Serra. 204 ANALES. DE HISTORIA NATURAL. (54) GALLINA ZL. PrEROCLIDE £B7. G. 75. Pterocles Temm. 141. Pterocles arenarius Pall. Tetrao arenarius Pall.—Nombre vulgar: gangd. Sedentaria en las islas del grupo oriental y numerosa en la de Fuerteventura; donde anida. En mi coleccién varios A. 142. Pterocles alchata L. Tetrao alchata L. Especie que suele observarse en los arenales de Fuerte- ventura. TETRAONIDE Leach. G. 76. Perdix Briss. 143. Perdix australis Tristram. Nombre vulgar: perdiz de la aldea. Especie sedentaria y local que sdélo habita la isla de Gran Canaria. 144. Perdix petrosa Gmel. Tetrao petrosus Gmel. Se encuentra en algunas islas en gran cantidad, excepto en la de la Palma, donde no la han podido aclimatar tampoco. En mi coleccidn varios A y ©. G. 77. Coturnix Moelr. 145. Coturnix communis Bonn. Tetrao coturniz L. Nombre vulgar: codorniz. Es muy comtin desde primavera a otono en los Rodeos, en Tenerife. ; 65) Cabrera y Diaz. AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 205 GRALLATORES Jllig. Oriwipe Selys. G. TP. Otis L. 146. Otis houbara Gmel. Nombre vulgar: A vutarda. Especie sedentaria y local en las islas de Lanzarote y Fuer- teventura (Viera, Berthelot, Bolle, Godman, Meade-Waldo, Tristram y Koening). En mi coleccién @. GLAREOLIDE Selys. G. 79. Glareola Briss. 147. Glareola pratincola L. Hirundo pratincola L; Glareola nevia Briss. En mi coleccién existe un ejemplar recogido en la prima— vera de 1889 en los fuertes del barranco de la Montana de Guerra. G. 80. Gursorius Lath. 148. Cursorius gallicus Gmel. Charadrius gallicus Gmel.; Cursorius isabellinus Mey.—Nom- bre vulgar: engaia muchachos. Comin en las islas de Lanzarote y Fuerteventura; acciden— talmente suele presentarse en la de Tenerife. En mi coleccion varios © procedentes de Fuerteventura. CHARADRID.Z Leach. G. 81. Gdicnemus Zemm 149. G&dicnemus crepitans Temm. Charadrius edicnemus L.—Nombre vulgar: aearabin 6 tam— bién Pedro Luis. Es sedentario y sumamente comtin en los terrenos calizos y baldios, como lo han indicado ya los autores citados. En mi coleccion A y ©: 206 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) G. 82. Pluvianus VJieill. 150. Pluvianus Agyptius Vieill. Especie viajera accidental: en mi coleccién un A recogido en las inmediaciones de la Laguna. G. 83. Pluvialis Parr. 151. Pluvialis apricarius L. Charadrius pluvialis L. Esta especie se suele encontrar en invierno en las playas de la punta del Hidalgo, en Tenerife. En mi coleccién un A. 152. Pluvialis varius Briss. Tringa squatarola L.; Pluvialis helveticus Vieill. Vive esta especie casi todo el ano en las playas de la isla de Tenerife. En mi coleccién A. G. 84. Morinellus Bp. 153. Morinellus tartaricus Pall. Charadrius morinellus L. He obtenido un ejemplar en verano en las inmediaciones de la Laguna. ' G 8&5. Charadrius. L. 154. Charadrius hiaticula L. Charadrius torquata Briss. Especie de paso durante la primavera: en mi coleccién varios A. 155. Charadrius cantianus Leach. Sedentaria en las islas, criando en las de Lanzarote, Fuer- teventura y Roquedales desiertos. (Berthelot, Busto, Serra, Meade-Waldo y Koennig). En mi coleccién A y ©. G. 86. Vanellus L. 156. Vanellus cristatus Mey. Tringa vanellus L.—Nombre vulgar: ave /ria. 457) Cabrera y Diaz.—AvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 207 Especie viajera, comun en el invierno. En mi coleccién poseo varios ejemplares recogidos en la isla de Tenerife. Hamatopopipaz Selys. G. 87. Heematopus L. 157. Heematopus ostralegus L. Viajero accidental, citado por Busto y Serra. 158. Hzeematopus Moquini Bp. Esta especie se suele encontrar en los islotes desiertos del grupo oriental. (Berthelot, Bolle y Godman.) G. 88. Strepsilas Illig. 159. Strepsilas interpres L. Tringa interpres L. Especie sedentaria frecuente en las orillas del mar; citada por varios autores. En mi coleccién A. SCOLOPACIDE Gray. G. 89. Numenius YVoehr. 160. Numenius arquata L. Scolopar arquata L.—Nombre vulgar: zarapico cachimbero. Se encuentra en Canarias accidentalmente esta especie y con mas frecuencia en las islas de Lanzarote y Fuerteventura. En mi coleccion un A recogido en primavera en Tenerife. 161. Numenius phezopus L. Scolopax pheopus L..—Nombre vulgar: zarapico cachimbero. Habita todo el ano en las playas y sus inmediaciones. (Ber- thelot, Bolle y Serra.) En mi coleccién varios A. G. 90. Limosa Briss. 162. Limosa egocephala L. Scolopax egocephala L. 208 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) En ciertos inviernos es frecuente en los alrededores de la Laguna. (Berthelot, Ledri.) En mi coleccion varios A. 163. Limosa rufa Briss. Scolopax lapponica UL. En mi coleccién dos A, obtenidos en la misma época que la especie anterior. Berthelot y Serra mencionan esta especie de las islas. . G. 91. Scolopax L. 164. Scolopax rusticula L. Rusticula vulgaris Vieill.—Nombre vulgar: chocha perdiz. Especie citada por la mayor parte de los autores, y que en efecto se encuentra con frecuencia en los montes de laurel, donde cria. En mi coleccién AV y ©, obtenidos en los montes de la parte NE. de Tenerife. G. 92. Gallinago Leach. 165. Gallinago major Gmel. Scolopaz major Gmel. Especie de paso accidental, sumamente rara. En mi colec- cidn un ejemplar obtenido en la Laguna. 166. Gallinago scolopacinus Bp. Scolopax gallinago L.—Nombre vulgar: gachona. Viajera periédica, algo frecuente en invierno. En mi colec- cién existen varios ejemplares. Ha sido citada por casi todos los autores. 167. Gallinago gallinula L. Scolopaxr gallinula L. Es menos frecuente que la S. scolopacinus Bp.; sin embargo, se presenta antes que las anteriores, estacionandose proxima 4 los montes. En mi coleccién varios A recogidos en el monte de las Mercedes. G. 93. Calidris Illig. 168. Calidris arenaria L. Tringa arenaria L.—Nombre vulgar: Zarapico. nat, Tist. + L C. esp. de Soc. An. de la Madrid Fototipia de Hauser y Menet esp. de Hist. nat. de la Soc. An. adrid , M Menet Fototipia de Hauser y An. de la Soc. esp. de Hist. nat. Tomo KAT Lam Fototipia de Hauser y Menet Madrid, (9) Cabrera y Diaz —AvVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 209 Viajera accidental citada por Berthelot, Bolle, Serra. En mi coleccién existe un ejemplar recogido en la Punta del Hidalgo. G. 94. Pelidna Cuv. 169. Pelidna subarquata Giild. Scolopar subarquata Giild. Especie accidental citada por Berthelot, Godman y Serra. En mi coleccién varios A. G. 95. Machetes Cuv. 170. Machetes pugnax L. Tringa pugnaz L. Especie viajera accidental. En mi coleccién un A obtenido en las charcas que existen en las inmediaciones de la Laguna. G. 96. Totanus Bechst. 171. Totanus griseus Briss. Limosa grisea Briss.; Glottis natans Koch. Viajera accidental citada por Meade-Waldo. Recogida por mi; varios A en los alrededores de la Laguna. 172. Totanus ochropus Temm. Tringa ochropus L. Viajera accidental citada por Bolle y Ledra. En mi coleccion varios A. G. 97. Actitis Boie. 173. Actitis hypoleucos L. Tringa hypoleucos L.—Nombre vulgar: Patito de A frica. Especie frecuente en invierno y casi todo el ano, citada por la mayoria de los autores. En mi coleccidn varios A. G 98. Recurvirostra L. 174. Recurvirostra avocetta L. Mencionada de Canarias por Busto. ANALES DE HIST. NAT. —XX'l. 14 210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. G. 99. Himantopus SLriss. 175. Himantopus candidus Bonn. Charadrius Himantopus \. Especie rara en Canarias, citada por Berthelot y Bolle. Ratu Leach. G. 100. Rallus L. 176. Rallus aquaticus L. Rallus germanicus Brehin. (60) Especie citada como accidental en Canarias. (Momp6 y Serra.) C. 101. Crex Bechst. 177. Grex pratensis Bechst. Rallus crez L.—Nombre vulgar: guion de codornices. Viajera accidental. (Berthelot y Serra.) En mi coleccién 4 AQ procedentes de Tenerife. GALLINULIDZ Alas. G. 102. Porzana VJieill. 178. Porzana maruetta Leach. Rallus porzana L. En mi coleccién existen dos ejemplares recogidos en las in— mediaciones de la Laguna. 179. Porzana Baillonii Vieill. Poseo en mi colecciédn un ejemplar que cacé en la misma localidad que los anteriores. 180. Porzana minuta Pall. He obtenido dos A en la primavera, en los barrancos de la Laguna. 1) Cabrera y Diaz.—AvrES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. — 2U1 G. 103. Gallinula Briss. 181. Gallinula chloropus L. Fulica chloropus L. Especie de paso accidental, siendo algo frecuente cuando arriba a las islas. Todos los autores la citan. He recogido va— rios ejemplares en las proximidades de la Laguna. G. 104. Porphyrio Barr. 182. Porphyrio ceesius Barr. Fulica porphyrio Pall. Especie de paso accidental, sumamente rara, citada por Mompo. Yo he visto también un ejemplar recogido en la isla de Tenerife. . G. 105. Fulica L. 183. Fulica atra L. Nombre vulgar: gallinuela de agua. Viajera accidental y abundante entonces, citada por la ma— yoria de los autores. En mi coleccién varios A. 184. Fulica cristata Gmel. _ Especie sumamente rara en Canarias, pero que suele encon- trarsela en compania de la anterior. Grupbz Vig. G. 106. Anthropoides Vig. 185. Anthropoides virgo L. Grus virgo L. Especie citada de Canarias por Busto. - ArbDEIDA Leach. G. 107. Ardea L. 186. Ardea cinerea L. Nombre vulgar: garzd. 212 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62p Se encuentra frecuentemente la garza en todas épocas en el archipiélago, creyéndose que anida en los islotes desiertos. Ha sido citada por la mayoria de los autores. En mi coleccién varios A\, con plumaje de invierno y primavera. 187. Ardea purpurea L. He cazado un ejemplar en los alrededores de la Laguna. 188. Ardea Goliath Brehm. Especie sumamente rara citada por Serra. G. 108. Egretta Bp. 189. Egretta alba L. Ardea alba L. Un ejemplar en mi coleccién, procedente de un bando que aparecié en el verano de 1889 en los Rodeos de Tenerife. 190. Egretta garzetta L. Ardea garzetta L. Viajera accidental en invierno. (Viera, Berthelot, Bolle y Serra.) G. 109. Buphus Boie. 191. Buphus ralloides Scop. Ardea ralloides Scop. Viajera accidental en Canarias. (Viera, Berthelot, Bolle y Serra.) Poseo en mi coleccién dos A procedentes de los alre— dedores de la Laguna. G. 110. Ardeola Bp. 192. Ardeola minuta L. Ardea minuta L. Especie accidental rara, citada de Tenerife por Bolle. En mi coleccidn un A recogido en primavera. 193. Ardeola Sturmi Wael. En mi coleccién un A procedente de los alrededores de la Laguna. 463) Cabrera y Diaz—AveES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 218 G. 111. Nycticorax Stph. 194. Nycticorax europzeus Stph. Ardea nycticoraz L. Especie viajera accidental, rara. En mi coleccién un A, y en la Laguna, en el Gabinete del Instituto provincial de Ca- narias, otro A\, obtenido en la localidad. G. 112, Botaurus Stph. 195. Botaurus stellaris L. Ardea stellaris L. Viajera accidental citada por Viera, Berthelot y Serra. En mi coleccién un A cazado en la Laguna. 196. Botaurus Freti-Hudsonis Briss. En mi coleccién un ejemplar muerto en la Madre del Agua, en las inmediaciones de la Laguna. Ciconib# Selys. G. 113. Giconia Briss. 197. Ciconia alba Willung. Ardea ciconia L.—Nombre vulgar: cigiieid. Especie viajera, mas frecuente en el grupo oriental que en el occidental, citada por Berthelot, Bolle y Serra. En el invierno de 1891 aparecié un bando en las inmediaciones de la Laguna. PLATALEIDE Bp. G. 1:4, Platalea L. 198. Platalea leucorodia L.— Nombre vulgar: pajaro espdtula. Se ha citado de Canarias , como viajera accidental. (Berthe— lot, Bolle y Serra.) Yo he visto tres ejemplares recogidos en la isla de Tenerife. 214 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) ANSERES Z. PELECANID® Leach. G. 115. Pelecanus L. 199. Pelecanus onocrotalus L. Kste pelicano, viajero y sumamente raro en Canarias, ha sido citado por Berthelot del grupo oriental. G. 116. Sula Briss. 200. Sula bassana L. Pelecanus bassanus L. Especie muy rara citada por Bolle. 201. Sula fulva Vieill. De paso accidental, se@uin Serra. Se encuentran dos ejem— plares, cogidos en la costa de Tenerife, en el Gabinete cienti— fico de la capital. G. 117. Phalacrocorax Briss. 202. Phalacrocorax carbo L. Pelecanus carbo L. Especie citada por Busto. 203. Phalacrocorax cristatus Fabr. Pelecanus graculus L.; Pelecanus cristatus Fabr. Mas escaso que la especie anterior, y citado por Busto- PROCELLARID.Z Role. G. 118. Diomedea L. 204. Diomedea exulans L. Plautus albatrus Klein. Serra la menciona como recogida en las Canarias. (65) Cabrera y Diaz—AVES DEL ARCHIPIKLAGO CANARIO. — 215 G. 119. Puffinus Briss. 205. Puffinus cinereus Kuhl. Procellaria cinerea Kuhl.—Nombre vulgar: pardela. Especie comun y abundante, que cria en las islas Canarias. En mi coleccion A y ©. 206. Puffinus anglorum Kuhl. Comun en las islas del grupo occidental, anidando en los roquedales desiertos. (Berthelot y Godman.) 207. Puffinus major Fabr. Suele encontrarse en compania con las especies anterior- mente citadas. G. 120. Thalassidroma Jig. 208. Thalassidroma pelagica L. Procellaria pelagica L.—Nombre vulgar: bailarin. Suele presentarse con frecuencia, aunque en ciertas épocas sea rara. (Viera, Berthelot, Ledru y Tristram.) En mi colec- cidn un A recogido en la Punta del Hidalgo, en Tenerife. G. 121. Occeanites Keys. 209. Occeanites Wilsoni Keys. Procellaria occeanica Kuhl. Citada por Meade-Waldo y Tristram. G. 122. Bulweria Bp. 210. Bulweria columbina Bp. Puffinus columbinus Moquin. Especie peculiar de las islas Canarias. En mi coleccién A. G. 123. Procellaria L. 211. Procellaria marina Lath. Nombre vulgar: dbailarin. Sedentaria y localizada en ciertas costas de las islas. (Ber— 216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. _ (66) thelot, Bolle y Serra.) En mi coleccién un A recogido en las costas de Tegina. 212. Procellaria gigantea Gmel. Citada por Serra, de Tenerife. Puatronrip® Selys. G. 124. Phaéton L. 213. Phaéton cethereus L. Especie citada como de Canarias por Serra. Lariw2 Leach. G. 125. Larus L. 214. Larus marinus L. Nombre vulgar: gaviota. Sedentaria en las islas del grupo oriental. (Berthelot, Bolle y Godman.) 215. Larus fuscus L. Especie de paso y comtin en el invierno. (Godman, Busto, Ledra y Serra.) 216. Larus gelastes Licht. Especie citada por Mompo, de Tenerife. 217. Larus tridactylus L. Nombre vulgar: gaviotilla. Viajera accidental; suele presentarse en la isla de la Palma, segun Koennig, y en la de Tenerife segun Godman. También la mencionan Bolle, Busto y Serra. 218. Larus ridibundus L. Xema ridibundus L.—Nombre vulgar: gabina. Especie de paso accidental y rara, citada.por Serra. 219. Larus minutus Pall. Especie viajera citada por Mompo. 67) (Cabrera y DiaZ—AVES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 217 220. Larus cachinnans Pall. Nombre vulgar: gaviota. Comin en Tenerife. En mi coleccién A y @. G. 126. Sterna L. 221. Sterna cantiaca Gmel. Nombre vulgar: garajao. Especie sedentaria y oriental citada por Berthelot y Godman. 22. Sterna hirundo LL. Nombre vulgar: garajao. Especie sedentaria citada por casi todos los autores. En mi colecciin A y @. 223. Sterna senegalensis Sws. : Suele presentarse en las islas Canarias. 224. Sterna minuta L. Nombre vulgar: garajaito. Especie de paso que se encuentra con frecuencia en las islas del grupo oriental. G. 127. Hydrochelidon Bvie. 225. Hydrochelidon fissipes L. Sterna fissipes lL. Especie de paso accidental, citada por Mompo. PHOENICOPTERIDE Bp. G. 128. Phoenicopterus L. 226. Phoenicopterus roseus Pall. Viajero accidental en las islas del grupo oriental. (Bolle y Busto.) Mi amigo Mr. Meade-Waldo me ha communicado que encontré en las playas de la isla de Fuerteventura un ejem- plar muerto de este flamenco, del cual aproveché la cabeza que forma hoy parte de su coleccién. 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) ANATIDH Leach. G. 129. Anser Barr. 227. Anser cinereus Mey. Anas anser Gmel. | | Esta especie, mencionada por Viera y Manrique, fué en un tiempo frecuente en las lagunas de la isla de Tenerife. G. 130. Spatula Boie. 228. Spatula clypeata L. Anas clypeata L. Especie viajera. (Berthelot, Bolle y Serra.) En mi colec— cidn A. G. 131. Anas L. 229. Anas boschas L. Nombre vulgar: pato salvaje. Especie viajera y frecuente en los inviernos que ha sido mencionada por la mayor parte de los autores como de la fauna canaria. En mi coleccién poseo un A. G, 132. Mareca Steph. 230. Mareca penelope L. Anas penelope L. En mi coleccién figuran dos ejemplares recogidos en la Laguna. G, 133. Querquedula Steph. 231. Querquedula circia L. Anas circia L. Especie viajera accidental en Canarias. 232. Querquedula crecca L. Anas crecca L.—Nombre vulgar: patito. Viajera frecuente. (Berthelot, Bolle, Mompo y Serra.) En mi coleccién varios A, recogidos en distintas localidades de la isla de Tenerife. (9) Cabrera y Diaz.—AvES DEL ARCHIPIELAGO CANARIO. 219 233. Querquedula angustirostris Ménét. Anas angustirostris Ménét. : Especie citada como viajera accidental. (Bolle y Serra.) En mi coleccién un A recogido en la Laguna. G. 134. Fuligula Steph. 234. Fuligula ferina L. Anas ferina lL. Especie citada por Mr. Meade-Waldo. 235. Fuligula africana Gmel. Nombre vulgar; pato berberisco. En invierno de paso accidental. (Berthelot, Bolle y Serra.) G. 135. Nyroca Flemm. 236. Nyroca leucophthalmos Bechst. Anas leucophtalmos Bechst. Bolle menciona este pato como cazado en la isla de Gran Canaria. G. 136. Oidemia Flemm. 237. Oidemia nigra L. Anas nigra L. Viajera accidental, citada como las anteriores por Bolle. Urnivn&® Kaup. G. 137. Uria Briss. 238. Uria troile L. Colymbus troile L. Especie viajera accidental. (Berthelot, Bolle y Manrique.) 239. Uria grylle L. Nombre vulgar: ¢ahorce. Citada como accidental por Viera. 7a) ANALES DE. HISTORIA NATURAL. (70) G. 188. Mergulus Vieill. 240. Mergulus alle L. Alca alle L. Viajero accidental, mencionado por Godman. ALecipa , Vige G. 139. Alea L. 241. Alca torda L. Citada como viajera accidental en Canarias. (Berthelot, Bolle y Serra.) RECUERDOS DE LA FAUNA DE GALICIA. INSECTOS LEPIDOPTEROS OBSERVADOS EN DICHA COMARCA, P POR DON JERONIMO MACHO VELADO.. (Sesion del 2 de Agosto de 1893.) La existencia de determinadas especies animales en un pais supone la de otras vegetales 6 animales, aexpensas de las que aquellas han de vivir. Esto no obstante, hay otros términos del circulo biol6gico que completan el cuadro, tales son: todos los relativos a las condiciones del clima, latitud, estado higro- métrico del aire, etc. Asi se explica por qué no he hallado en Galicia los Yylocopa Latr., insectos que son frecuentes en el interior de Espana, sobre todo en las dos Castillas; y no sera porque falten a estos himendpteros las plantas de donde toman sus alimentos, y el de sus larvas, sino tal vez por no poder taladrar con sus mandibulas el tejido lefioso de las maderas de los aleros de las cases donde hacen sus nidos, 6 no poderse desarrollar sus crias en un pais himedo y lluvioso. A este pais montanoso y accidentado no legan las gallinaceas de paises Nanos, Péerocies Temm., ni las zancudas de paises secos y la- nos, Otis L.; alguno que otro ano, en la época del regreso de la emigracién, he muerto en el otofo algtin individuo joven del Otis tetrar L., tal vez extraviado en su camino. La perdiz roja es abundante en Galicia; pero el ano de 1850, subiendo el puerto de Piedrafita en el mes de Diciembre, los aldeanos me ofrecian 4 docenas la perdiz gris, que cogian entre la nieve. De entonces data el conocimiento de dicha especie en nuestro 222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) pais, puesto que los ejemplares que habia en la citada época en el Museo de Ciencias naturales procedian de Francia; los que hay en la Universidad de Santiago los Nevé yo de Piedra- fita. No se hallan tampoco en Galicia las cigtiehas; alguna que otra pareja llega hasta la provincia de Orense, pero sdlo en el punto limitrofe con la de Zamora, donde ya las condi- ciones del clima son parecidas a las de Castilla (1). El Gypaé- tus barbatus L. anida en algunos penascos inaccesibles de la provincia de Orense (2), pero no se interna en el resto de Ga- licia. Los abejarucos Merops apiaster L. no pasan del Vierzo, en la provincia de Leén; acaso no encuentran en las marge- nes de los rios caudalosos de Galicia, que surcan terrenos gra- niticos y pizarrosos, condiciones para hacer sus nidos. El rui- senor Sylvia luscinia L. se extiende por las provincias de Orense y Pontevedra, pero no llega a la parte montanosa; siendo de notar que, avanzando algunos individuos hasta el valle del Ulla y Villagarcia, no suben hasta Santiago, que esta 4 corta distancia de los puntos citados, y hay pequena diferencia de altura sobre el nivel del mar. En la parte montanosa le susti- tuye la Sylvia cinerea Lath., que los aldeanos conocen con el nombre de papuda, sin duda porque al cantar eleva las plumas de debajo del pico. Nose halla en Galicia el vencejo de vientre blanco, Cypselus alpinus Scop., que se queda en los penascos elevados de Gi- braltar, 6 se interna poco en las provincias meridionales; y del Cypselus murarius Temm. he visto un individuo albino cogido en el mes de Julio de 1867 en un nido en la capilla de Animas de Santiago, pero proximo a volar. La fauna herpetologica de Galicia es notable por la abun- dancia de ciertos anfibios. El 7riton punctatus Latr. se le en- cuentra con frecuencia en los pequenios charcos, y aun debajo de las piedras, como el 7. marmoratus Latr., en las fuentes. No es dificil encontrar el curioso anfibio Chioglossa lusitani- cum Barb. en los sitios hiimedos y proximos a los arroyos, en- (1) Enel mes de Abril de 1864 llegaron 4 San Cristobal de Beseo, partido judi- cial de Arztia, distante 20 km. al E. de Santiago, siete cigiiehas, que se posaron en un prado, y los aldeanos las destrozaron 4 tiros y 4 pedradas. (2) De este punto procede un ejemplar deteriorado que hay en la Universidad de Santiago. 3) Macho Velado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 223 tre los detritus vegetales. El Alytes obstetricans Laur. hace sentir su monodtono silbido desde los primeros dias de prima- vera, y la Salamandra maculosa Laur., tan temida de los aldea- nos, abunda entre las piedras de los setos humedos. Sobre las frondes del Péeris aquilina L., y en sitios proximos a algun arroyo 6 fuente, he cogido con frecuencia la bonita Hyla viridis L. En las laderas de los montes, y deslizandose por entre los brezos, abunda el Seps chalcides Cuv., notable por su repro- duccidn vivipara (1), como la de las viboras; por la tarde, al anochecer, es facil sorprenderles debajo de las piedras, siendo de notar que la 2 se encuentra metida en un agujero y el¢@y simplemente debajo de la piedra. La vibora del pais, Pelias berus Merr., no es temible bajo ningtin concepto, puesto que en mas de una docena de casos de mordedura de este ofidio, en individuos de distintas edades y sexos, nunca ha ocasionado la muerte , aunque presentando los lesionados sintomas alarmantes. El Anguis fragilis L. es tan abundante entre las piedras de las cercas de las hereda— des como el Seps chalcides en las laderas de los montes. No escasea el Zropidonotus natriz L.; un poco menos abundante es el 7. viperinus Latr. No hay en Galicia la salamanquesa de las paredes, Ascalabotes mauritanicus L., tan abundante en Zamora y Portugal. Los mamiferos de Galicia merecen ser mejor estudiados; pues aunque son bien conocidos los de mas tamano, los peque- nos insectivoros y los roedores creo que no lo estan tanto, y podria acaso descubrirse alguna especie nueva. El dia 28 de Noviembre de 1870, D. Jestis Varela, ayudante de la Facultad de Farmacia de Santiago, mato un individuo 9 del Herpestes Widdringtonii Gray en la margen del, rio de La- bacolla, a unos 6 km. al EH. de Santiago, tinico ejemplar de que tengo noticia en Galicia. La liebre del pais es el Lepus meridionalis Géné. No tengo noticia de que la ardilla comtm viva en Galicia; los ejempla— ‘res que hay en el Gabinete de la Universidad no son del pais. (1) En las disecciones que hecho en las Q prefiadas del Seps chalcides Cuv. nunca he hallado mas que dos fetos, arrollados sobre si mismos; mientras que en las de la vibora del pais he encontrado nueve y hasta diez viboreznos. 224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Es verosimil que no se encuentre en un pais tan himedo y lluvioso. Las fieras mas abundantes en los campos, prescindiendo de los lobos y los zorros, que no escasean, son: los turones J/us— tela putorius L., la gineta Viverra genetta L., la comadreja Mustela vulgaris L. No he visto en este pais la garduna comun Mustela foina L., abundante en los desvanes de los caserios y aun de las poblaciones grandes de Castilla. Los ejemplares que hay en el Gabinete de la Universidad los Hevé yo de Castilla. La nutria comin, Mustela lutra L., no escasea en Galicia, no solo en las rias y rios caudalosos, sino también en los pe— quenos arroyuelos, como el Sar y el Sarela de las inmediacio— nes de Santiago. Aleuno que otro gato montés , Melis catus L., se encuentra todavia en los bosques. El Sr. Lépez Seoane, en su Fauna mastoldgica de Galicia, cita al lobo negro Canis Lycaon L.; pero yo no he visto ningun individuo, ni nadie me ha dado noticia de dicha especie, que es del N. de Europa. Tampoco he visto el Melis pardina Oken, que el Sr. Barbosa cita de Portugal. De los quirépteros he visto el Vespertilio murinus Schreb.; Vesperugo pipistrellus Schreb.; Plecotus auritus L.; este ultimo escaso. Los insectivoros mas frecuentes son: los topos Za/pa euro- pea l.., que al hacer sus galerias subterraneas en los prados producen desviaciones en las aguas destinadas a los riegos. Se encuentra alguna variedad albina. Los erizos Hrinaceus evropeus L. van escaseando, por la guerra inconsciente que se les hace. Las musaranas Sorer araneus L., no sdlo son abun- dantes, sino que son pasto habitual de las aves de rapina noc- turnas. En las piedras salientes de una excavacién hecha para sacar cuarzo para el firme de la carretera en el valle de Santa Lucia, 4 unos 6 km. al S. de Santiago, cogi en Diciembre de 1867 hasta siete individuos que las lechuzas habian dejado alli la noche anterior estrangulados, pero en perfecto estado para que aumentasen la coleccién de la Universidad. Los in- ~ dividuos jévenes producen un estridor parecido al del grillo doméstico. Revolviendo piedras, y guiado por este ruido, cre— yendo encontrar algtin insecto, me he hallado con musaranhas jovenes. (5) Macho Velado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 225 No he hallado en Galicia el Myogale pyrenaica FE. Geoftr., que Barbosa cita de Portugal. Si acaso hubiese alguna proba- bilidad de hallarle, seria en la provincia de Orense, por donde pasa el Tamega, antes de internarse en Portugal, puesto que el que figura en el Museo de Lisboa fué cogido en un afluente a este rio. No cito ningtin molusco terrestre ni de agua dulce de Gali- cia, por figurar todos ellos en mis dos catalogos, 4 los que no tengo que anadir ninguna especie nueva. Las observaciones hechas en los moluscos marinos del lito— ral gallego se las he remitido con los ejemplares 4 D. Joaquin Gonzalez Hidalgo, cuyos trabajos en la materia son ya bien conocidos. Los articulados de Galicia, si todos estuviesen ya estudiados en su parte analitica, formarian acaso algunos voltimenes; pero, aun apreciados en conjunto, se observan también algu- nas diferencias respecto a la fauna de Castilla. No se halla en las aguas cristalinas y de rapida corriente de los rios de Galicia el cangrejo de rio Astacus fluviatilis Fabr., propio solamente de las aguas turbias, calizas y de curso lento de los rios del interior. Ninguna de las dos especies de escorpiones que viven en el Mediodia de Espana se hallan en Galicia; ni el terreno, ni la excesiva humedad del pais, son propios para la vida de estos aracnidos. El vulgo Hama alacranes a las larvas de algunas mariposas. Los Acarus L. se desarrollan facilmente sobre los objetos de historia natural en un pais htimedo y templado; como el Gamasus coleopterorum Dug., chupa con ansia & aleunos la- melicornios coprofagos, Geotrupes corruscans Chy., stercora— ius L., etc. Debajo de las piedras son frecuentes algunos miridpodos: Lithobius forcipatus Gerv. (que en este clima sustituye 4 la Scolopendra morsicans L., tan abundante en Madrid); Geophilus Gabrielis Gerv.; Polydesmus complanatus Latr., y varias espe- cies del @énero Julius L. En las casas, entre las tablas de los tabiques y del pavimento (1), no escasea la Scutigera arancot- (1). En las casas antiguas de Galicia hay alguno que otro tabique construido con tablas de castano. ANALES DE HIST. NAT. — XXII. 15 226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) des Latr., que aparece en las paredes de las habitaciones cuando amenaza lluvia, después de una temporada de sequia. Es un verdadero higroémetro vivo que indica el maximum de saturaciOn y la proxima condensacion del vapor acuoso. Los insectos coledpteros de Galicia han sido estudiados par- cialmente. Un examen general de las condiciones del clima y la ve@etacidn hacen conocer que no han de escasear los cara- bicos. Sdlo del género Carabus L. tengo en mi coleccién siete especies del pais (1). Del género Calosoma Weber no he hallado mas que una es— pecie, C. indagator Fab., en los prados turbosos y en el mes de Julio. Los insectos ortdpteros de Galicia han sido ya estudiados muchos de ellos por el sabio profesor de Entomologia de la Universidad Central, D. Ignacio Bolivar; pero una inspeccion detenida en el pais haria acaso conocer nuevas especies. No escasean los grilidos ni los Zetriz Latr. en algunos valles hu- medos. El Mantis religiosa L., asi como algunos Bacillus Latr., se encuentran ya en estado completo de desarrollo en el mes de Junio. En este mismo mes la Locusta viridissima lL. ¢ se anuncia ya con el molesto estridor de sus alas, ocultando su vestidura verde entre el follaje del Sambucus nigra L., tan abundante en los setos; mientras que, monte arriba, y sobre el abundante y espinoso Tojo (Ulex europeus L.), los Ephippi- gera Latr., hacen sentir hasta fin de Noviembre su casi triste y compasado ruido de las alas, sirviendo algunos individuos para entretener el hambre de algun perro de aldea, y aun del astuto zorro, cuando los viveres escasean. No llegan a este pais las langostas, que tantos dafos ocasionan en las provin- cias meridionales y en las dos Castillas (2). Acaso aqui se lena la ley del justo equilibrio en las producciones; ninguna espe— (1) Carabus Deyrollei Gory, en los montes, en toda Galicia, escaso; celtibericus Dej., Puente Ledesma (Orense), poco abundante; cantabricus (macrocephalus \e}.), en los montes en todo el pais; gadl/ecianus Gory, provincia de Orense; melancholicus Fabr., en toda Galicia, en sitios bajus, en las zanjas; errans Gory, en todo el pais, poco abun- dante; dineatus (lateralis Dej.), abundante,en toda Galicia, principalmente en las huertas. (2) Algunos anos, y ya en los meses de Noviembre y Diciembre, he encontrado en los campos y en el jardin de la Universidad alguno que otro individuo del Pachyty- lus cinerascens Fabr., pero muy raros. 47) Macho Velado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 227 cie vegetal supera sobre las demas en grande escala para que el Creador interponga un intermediario que mantenga el justo equilibrio. Tal vez lo accidentado del pais y su posicidn occi- dental se oponen a la invasion de tan terrible huesped. De los neurdpteros del pais son frecuentes en las orillas de los rios los Hemerobius chrysops LL. et fuscatus; Hphemera vul- gata L. et bioculata; Sialis niger Latr.; Libellula cerulescens de Sélys; Perla bicaudata Latr., ete. No se siente en Galicia el mondétono ruido de las cigarras, porque no hay en el pais estos hemipteros; pero con la manga de arrastre se coge con frecuencia en los prados el Centrotus cornutus L., del mismo orden. La Notonecta glauca lL. y al- guna de sus variedades se la encuentra nadando en todas di- recciones en las fuentes. No escasean tampoco en las aguas de los arroyos la Velia currens Latr. y el Gerris lacustris L. La Nepa cinerea L. se pasea lentamente en el fondo de las aguas de los charcos y arroyos. Los himenopteros y dipteros son acaso los dos érdenes de insectos menos estudiados hasta la fecha en Galicia. Los insectos lepidépteros han Hamado siempre la aten- cion de los coleccionistas por sus brillantes colores, pero su conservacion es dificil, porque pierden facilmente las antenas y las patas. Su estudio es de grande importancia en agricul— tura, por los danos que, en estado de larva, algunas especies ocasionan en las plantaciones. Otras, en estado de insecto perfecto, contribuyen a la fecundacién vegetal, llevando en los palpos pelosos de su boca el polen de una flor 4 otra, pro- duciendo asi el hibridismo. Los naturalistas han reproducido las transformaciones mito- logicas de la antigiiedad, con aplicacién a los nombres grené- ricos y especificos de los lepidépteros. Todavia se encuentran en los bosques los satiros y faunos, pero convertidos en elegantes y igeras mariposas. Si los poetas de la antigiiedad nos han contado que las lagrimas de Arethusa, al caer en el Eridan (1), se convertian en succino, los naturalistas han sacado a flote a la Venus emer- gente, y sus diversos nombres les han aplicado 4 los géneros Argynnis y Colias. (1) Nombre antiguo del Po. 228 ANALES DE HISTORIA: NATURAL. (8» Las musas Pierides, hijas de Pierius, rey de Macedonia, revolotean todavia entre las flores de las cruciferas de nues— tros jardines, y las metamorfosis, supuestas de entonces, son reales ahora, por los danos que causan sus larvas en las plan— tas de esta familia. Las especies que voy a enumerar, aunque en reducido numero, han sido cazadas por mi en el pais, de suerte que no puede quedar duda de su existencia en Galicia. Las observa— ciones que acerca de las mismas hago, asi como de todo lo consignado en este pequeno trabajo, son fruto de algunos anos. En cada especie expreso las observaciones que sobre la misma he podido hacer; en algunas quedan reducidas a la determinacién de la misma, sitio y mes en que la he cazado. Prescindo de los micro-lepidépteros, para cuyo estudio no bastaria la vida de un.hombre, si ha de ser resultado de obser- vacion propia; siendo necesario ademas un caudal para em— plearlo en revistas y memorias de que, por desgracia, carecen nuestras bibliotecas. Se necesita en Espafia mucha fe y una abnegacidén a toda prueba para dedicarse 4 este género de estudios; en un pais en que las personas menos*ilustradas, vy las que, aunque parezcan ilustradas, no suelen serlo, consideran al naturalista, a lo mas, como una persona curiosa, y lo comparan, tal vez, con el coleccionista de sellos de franqueo 6 de laminas de cajas de fésforos...! Al entrar en el gabinete de un naturalista y ver sus mine- rales y rocas clasificados y colocados con cierto orden, los insectos prendidos con alfileres y las plantas secas en un herbario, no alcanzan a ver en el estudio de los seres natura— les, el origen de la agricultura, de la mayoria de las industrias y hasta de la filosofia. Siendo la naturaleza la parte visible de la divinidad, su estudio no puede conducir sino 4 un fin moral. En las condiciones de la vida humana, las pasiones suelen ser, por desgracia, el timén que empuja nuestra pasajera exis- tencia en el torbellino social. En la atmdsfera limitada de artesonados salones no han nacido nunca las sublimes inspiraciones del genio; alli las miserias humanas oprimen el corazon y abaten el espiritu; (9) Macho YVelado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 929 aquel, hastiado tal vez del material sensualismo, y éste, humi- llado acaso con los remordimientos. Bajo la sombra del corpulento roble, viendo al diminuto pulgon, que se oculta en la axila de una hoja, y el aguila que se mece en los espacios aéreos, el genio desarrolla sus grandes pensamientos, no liado ya con los compromisos sociales ni la ceremoniosa politica. La vanidad no tiene ya con quien luchar, el espiritu queda absorto, y la fingida afectacién ha desapare- cido ante la sublime verdad, ante el majestuoso espectaculo de la Creacion. LEPIDOPTEROS. Diurnos Auwct.; Achalinoptera Blanch. Papilio L. Ps PopaAtrrivus L. En toda Galicia: San Nicolas de Neda, Puentedeume, Santia- go, en el mes de Julio. En los,pinares de Puente Ledesma una variedad la mitad mas pequena que el tamano ordinario, Abril. La larva sobre los Prunus, Amygdalus, Berberis, etc. P. MacHaon ZL. Santiago, Mayo, en los jardines. Orense. La larva sobre las umbeliferas Daucus, Feniculum y algunas compuestas, Achillea millefolium. Thais Fabr. Tu. Hypsipite /adr. Orense, Julio. Pieris Bdv. P. Brassicz L. En toda Galicia, desde el mes de Abril a Octubre. La mari-— posa de la col deposita los huevos en las hojas de varias plan— tas de la familia de las Cruciferas, 4 expensas de las que vive la larva, pero principalmente en las diversas especies de coles cultivadas: Brassica oleracea, vapa, etc. En ciertos anos el nu- 230 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) mero de orugas es incalculable, y dejan las hojas de las coles reducidas 4 los nervios; pero tienen también sus enemigos en aleunos ichneumones. Microgaster glomeratus, que depositan los huevos en el cuerpo de estas orugas. Las aves se encargan, por ultimo, de mantener el justo equilibrio, comiendose las larvas de la mariposa y del ichneumon. P. Napi Z. En todo el pais, desde primavera a principios de invierno. P. Rapa J. Frecuente en toda Galicia, en las huertas, jardines y prados, desde Mayo a Septiembre. La larva, como la de la anterior, sobre las Cruciferas; pero no ocasionan tantos danos en las plantaciones como la de la P. Brassice, sin duda porque no viven muchas reunidas. P. DAPLIDICE ZL. Santiago, de Abril 4 Agosto. La larva sobre las Resedaceas y Cruciferas. Leucophasia Steph. L. Srnapis Z. Santiago, Agosto, en los prados de Sar. Rara. La larva en las Leqguminosas. Rhodocera Bdyvy. R. RHAMNI JL. En todo el pais, en primavera y verano, a veces en algunos dias de Noviembre. La larva sobre los Quercus et Rhamnus. Colias Bdv. C. Epusa Bdv. En toda Galicia, Abril 4 Septiembre. La larva sobre las Le- @uminosas. En los prados y jardines. C. Hyae L. Frecuente en el pais, Mayo 4 Julio. En los jardines y en los prados, sobre las leguminosas principalmente. (11) Macho Velado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 231 Argynnis Och. A. LATHONIA JL. Santiago, Junio, Agosto. La larva sobre la Viola arvensis et tricolor. A. Papuia ZL. Al N. de Santiago (Chayan), Julio, en las flores de la rosa silvestre. San Nicolas de Neda, Puentedeume. A. SELENE abr. Santiago, Junio, en los bosques y en los prados. La larva sobre las violetas y los Hantenes. Melithzea Fabr. M. Artemis Fadr. Santiago, Mayo, Julio, en los prados y en las margenes de los bosques. La larva sobre la Lonicera periclymenum et Scabiosa SUCCISA. M. DicTYNNA sp. Galicia, Junio, Julio, en los prados; rara. M. Atuauia Bork. Galicia, en los prados y en los sitios descubiertos de los bos— ques; Mayo, Julio. La larva sobre los llantenes. Vanessa Och. Vi eCaRpul 7): Galicia, abundante, Abril, Octubre. La larva vive principal— mente sobre los cardos. La mariposa vuela con mucha rapidez y se complace en ponerse al sol, posandose en sitios aridos, elevando y bajando las alas. Vi. Tod. Abundante en todo el pais, desde la primavera a otono. La larva vive en sociedad, principalmente sobre las ortigas ( Urti- ca dioica). 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Vie VATALANTA 32. Frecuente en los jardines y prados de Abril a Septiembre. La larva sobre las ortigas. V. Urtica 2. Santiago (soto de Conjo), Abril, Junio. Las larvas viven en familia sobre las ortigas. V. ANTIOPA JZ. Santiago, Abril, en el bosque de la Sionla; Julio y Agosto en el Faramello. Las larvas sobre los Saliz, Populus. Es dificil coger la mariposa porque vuela muy alto. Los individuos que han invernado y vuelan en los primeros dias de primavera, tienen el borde de las alas blanco en vez de amarillo. V. PotycHLoros JZ. Santiago, Orense, Abril, Julio. La larva de esta mariposa es una de las mas perjudiciales para los arboles frutales (cerezos y perales), sobre los que viven. Forman una especie de tela, en la que viven muchas en sociedad, destruyendo las yemas y las hojas. Los ichneumones matan muchas, depositando en ellas los huevos. Los gorriones y los Parus, destruyen también mu- chos huevos y larvas. V. TRIANGULUM Fadr. Santiago, Agosto. V. C-ALBuM JZ. Orense, Santiago, Julio. La larva sobre las ortigas, el lipu- ’ toon’) co) ? i lo, el grosellero, etc. Charaxes Och. CH: JASIUS? 2. Esta especie es rara en toda Galicia. En la provincia de Orense, donde no escasea el Arbutus unedo, sobre cuyo arbusto vive la larva, no abunda tampoco. En Santiago no he cogido mas que un ejemplar, el dia 29 de Septiembre de 1867, posado en la arena himeda, orilla del Sar. (18) Macho Velado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 233 Arge Bdv. A. Lacussis HO. Santiago, Mayo y Junio, en los prados. Satyrus Latr. S. JANIRA Och. Galicia, en los prados y montes, de Junio a Septiembre. La larva sobre las Gramineas. S. AIGERIA LZ. Santiago, Junio, Agosto, en los caminos estrechos y hondos (corredoiras) y en los lindes de los montes en sitios abrigados. La larva sobre Gramineas (Z7iticwm repens, etc.) S. Fauna Fadr. Galicia, en los montes, de Julio a Septiembre, poco abun- dante. S. Tirnonus Z. Santiago, de Junio 4 Septiembre, en los setos, en sitios abri- gados. La larva sobre la Pod annua. S. Mara ZL. Abundante en toda Galicia, en las laderas aridas de los mon- tes, de Mayo a Agosto. La larva sobre las Gramineas. S. GEpieus adr. Agosto, en los prados pantanosos y de poca hierba, al NE. de Santiago. S. Aretuusa Fadr. Santiago, Agosto, en los montes. S.. Meera JZ. Galicia, Mayo, Agosto. La larva sobre las Gramineas. 224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) S. Circe Fabr. Santiago, Julio, Agosto, en los montes altos, en sitios pedre- 2080S. S. PAMPHILUS JZ. Galicia, Junio, Agosto, en los prados. La larva vive sobre el Cynosurus cristatus. S. SEMELE JZ. Portonovo (Pontevedra), en terrenos aridos. Julio, Agosto. La larva sobre las Gramineas. S. Ina F#sp. Santiago, Julio. Thecla Fabr. Aho! ionsiey be Galicia, Abril, Mayo, sobre las florés de los brezos. La larva sobre las zarzas y retamas. Cuando esta mariposa esta posada sobre las partes verdes de los vegetales es dificil verla, por el color verde mate de la parte inferior de sus alas. T. Lynceus Fabr. of 9. Santiago, Julio. La larva sobre los robles. Polyommatus Bdv. P. Puuamas L. En toda Galicia, en los sitios abrigados y descubiertos de los montes, Abril, Mayo. La larva sobre los Rumez. P. Gorvius F#sp. Santiago, Julio, Agosto, en los montes. P. XaAnTHE Fadbr. Galicia, en sitios descubiertos de los montes y en los prados, de Junio 4 Septiembre. La larva sobre los Rumex et Genista. POARGUS sion: Galicia, en los montes, sobre los brezos: también en los jar- (15) Macho Velado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 295 dines y en los prados, de Mayo a Agosto. La larva sobre las Genista. Lyceena Bdv. L. Baztica LZ. Galicia, Julio, Agosto, en los jardines y en los prados. L. Hyztas Fadr. En todo el pais, en los montes; rara en los jardines, Julio, Agosto. L. AGon Bork. En sitios descubiertos y abrigados de los montes, entre los tojos, brezos y retamas, Julio, Agosto. La larva sobre las Ge- nista. L. AMyntas? Faodr. Santiago, Agosto. L. Areiouus LZ. Galicia, Mayo, Julio. La larva sobre la Hedera helix. Hesperia Bdv. H. Comma JZ. Galicia, Julio, Agosto, en los sitios descubiertos de los montes. H. Linea Faodr. Santiago, Junio, Julio, en sitios descubiertos de los montes. La larva sobre las Gramineas. H. Sytvanus Fadr. Galicia, Julio, Agosto. Syricthus Bdv. S. ALVEoLUS ZO. Santiago, Julio, Agosto. La larva sobre la Fragaria vesca. 236 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) S. Matvz fFadbr. Galicia, frecuente, Mayo, Agosto. La larva sobre las Malva— ceas. Crepusculares y nocturnas 4Aucl. Chalinoptera Blanch. Trochilium Scop. T. APIFoRMIS? JZ. Santiago, Julio, en la Trisca. Zygeena Latr. Z. FILIPENDULA JZ. Galicia, Mayo, Junio, en los prados. La larva sobre varias especies de plantas, principalmente de la familia de las Legu- minosas: Zrifolium, Lotus corniculatus, etc. La mariposa vuela por el dia, como todas las especies del género; pero su vuelo es incierto, y se posa sobre las flores de los prados. Macroglossa Och. M. STELLATARUM Z. Kn todo el pais, en primavera y otono. Tiene un vuelo muy rapido, y se introduce 4 veces en las habitaciones. La larva vive sobre los Gallium. M. Bompyuirormis Och. Santiago, Mayo, Junio, rara. Vuela en pleno dia sobre las flores. Sphinx Och. S. VespertTinio adr. Santiago, Mayo, Junio, rara. (17) Macho Velado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 237 Deilephila Och. D. Nerv Fadr. Santiago, Septiembre de 1875, rara. La larva vive sobre la Adelfa, Nerium oleander. D. PorcELLUS Z. Santiago, Julio, en el jardin botanico. La larva sobre los Gallium, Epilobium, etc. D. ELPENoR ZL. Santiago, Mayo, Junio, en el jardin botanico, volando al anochecer sobre las flores de la Saponaria officinalis. La larva sobre los Hpilobium, Lythrum et Lappa. D. CELERIO Z. Santiago, de Septiembre 4 Noviembre, cogida en las habita- ciones. La larva sobre la Vitis vinifera et Gallium verum. Acherontia Och. A. Arropos Z. Galicia, Mayo a Septiembre inclusive. La larva, no vive sdlo sobre las plantas de la familia de las Solandceas, aunque es frecuente encontrarla en las patatas, sino también en las de otras familias: Convallaria majalis, Daucus carota, etc.; y no es de las mas perjudiciales 4 la agricultura; pero dicen que, en estado de insecto perfecto, se introduce en las colmenas a chupar la miel, ocasionando su presencia la dispersidn de las abejas, lo que necesitara confirmacion. Smerinthus Och. S. OCELLATA Z. Santiago, Julio. La larva vive sobre varios arboles y arbus— tos: Salix, Populus, Prunus, Quercus robur, ete. 5. -Porunn £: Santiago, Mayo. La larva sobre los Populus, Saliz, Rhamnuse 238 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) S.aebeLian 7A Galicia, Junio, Julio. En Santiago la he cogido en el paseo de Bobeda, y en las aldeas de la izquierda del crucero de Sar. La larva vive sobre la Zilia europea, Salix alba, Castanea vesca, Ulmus campestris, etc. Saturnia Schr. S. Pyri Bork. Santiago, Mayo, Julio, en las huertas del camino nuevo; capilla de Leijo (Santa Lucia); Portomouro, en Mayo de 1868. La larva vive ordinariamente sobre las especies del género Ulmus, y sobre los arboles frutales. Es la mariposa de mas tamano de Europa. S. Spin’ Bork. Amio, Angrois (Santiago), Mayo, Julio. S. Carpini Bork. Santiago, en el monte Dalmasico, Abril, Junio. Cossus Bdv. C. LIGNIPERDA Fadr. Santiago, Mayo, Julio, Agosto, en los robles del camino de Sar. Es una de las mariposas mas perjudiciales a los bosques, por los arboles que destruyen las larvas. Estas, después de haber permanecido dos 6 tres anos en las galerias que han hecho en el tronco, para transformarse en ninfa, se entierran al pie del arbol. Acabadas de salir de la cascara, que habian dejado en el agujero, cogi dos en los robles que hay a la izquierda del crucero de Sar. La 9 tiene un oviducto retractil, con el que introduce los huevos en las resquebrajaduras de la corteza de los arboles. Platypterix Lasp. P. HamMuLa Zsp. Santiago, Agosto. (19) Macho Velado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 239 Dicranura Latr. DD: ViInUiAS 2: Santiago, Julio, sobre el alamo blanco, en el camino de la Coruna y en el paseo de la Alameda. La larva vive sobre varias especies de los g@éneros Populus, Salix et Tilia. Para transformarse en ninfa se construye una cascara con detritus vegetales, y en este estado, 6 queda pegada al arbol 6 al pie del mismo, entre los restos de hojas y cortezas. Pygeera Bdv. P. BuCEPHALA L. Santiago, Junio. La larva que vive sobre varios arboles, Tilia europea, Quercus robur, Salix alba, etc., ocasiona algunos anos mucho dano, porque deja a los arboles sin hojas. Callimorpha Bdv. C. JACOBHA L. En todo Galicia, Julio, Agosto. Las larvas se encuentran a millares sobre el Senecio jacobea, abundante en el pais, del que se comen hasta los tallos. C. Hera ZL. En todo el pais, Santiago, Puentedeume, San Nicolas de Neda, Julio, Agosto, en las corredoiras (1). La he cogido libando en pleno dia las flores del Hupatorium cannabinum, en la mar- gen del rio Sar, en el soto de Conjo, 1 km. al SO. de Santiago. Chelonia Latr. Cu. VILLICA ZL. Orense, Junio, Julio. Cu. DEJEANI God. Santiago, Julio. (1) Llaman asi en Galicia 4 los caminos estrechos y hondos. 240 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Cu. Pupica Fsp. Santiago, Septiembre. Cu. Fascrata Hsp. Santiago, Mayo, Junio. Cu. Casa Z. Santiago, Junio, en la Alameda. Esta especie, que no sdlo se la encuentra en Europa, sino también en Asia y América, no debe escasear en Galicia, aunque yo no la he cogido mas que en las inmediaciones de Santiago. La larva vive sobre varias plantas herbaceas: Solanum tuberosum, Taraxacum dens leonis, etc. Dichas larvas no viven asociadas, y por eso no ocasionan danos en los jardines. Muehas ninfas son atacadas por los ichneumones. Arctia Bdvy. A. MENTHASTRI Fadr. Oo’. Santiago, Junio, Julio. A. LusricIpeDA Fadr. Santiago. Junio, en los setos. La larva vive sobre varias plantas herbaceas: Mentha, Plantago, Gallium, y arboreas Sam- bucus nigra, Rubus fruticosus, etc.; y causan algunos danos en los arboles frutales, principalmente en los albaricoqueros. A. FULIGINOSA JZ. Santiago, Julio, Septiembre. Liparis Bdv. L: SALIcis: 2: Santiago, Julio, Agosto. Esta especie es abundante en toda Espana, sobre los Saliz et Populus. Tengo también ejemplares de Madrid, Agosto. L. CHRYSORHZA ZL. Santiago, Julio. La larva de esta especie ocasiona muchos (21) Macho Velado.—INSECTOS LEPIDOPTEROS. 24] danos en los arboles frutales; pero los gorriones destruyen muchas, por cuya razon se debia respetar mas a estos pobres pajarillos. Zeuzera Latr. LZ. BSCULINL., ©. Santiago, Junio. Bombyx Bdv. B. Quercus LZ. oO &. Santiago, Julio, (casal de Horta). La larva la he cogido en primavera sobre el roble del pais, Quercus pedunculata, aunque vive también sobre las retamas y arboles de otras familias. B. Trirotu Far. Santiago, Julio. B. Rupe, 7. Santiago, Mayo, Junio. Tripheena Och. T. PRONUBA JZ. Santiago, Julio. La larva sobre las Cruciferas. T. OrBona Fadr. Galicia, Julio. La he cogido dentro de las habitaciones. Plusia Och. P. Gamma JL. Galicia, Mayo, Agosto. Frecuente en los campos y jardines. Vuela por el dia, ya espontaneamente, 6 bien que se la levante de las plantas sobre las que esta fija. Tiene sobre las alas supe- riores un signo que imita bien la letra vy de los griegos. Catocala Och. C. Nupra Z. Santiago, Agosto. La larva, sobre los sauces, alamos, etc. ANALES DE HiST. NAT.—XXII. 16 242 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Phlogophora Och. PH. METICULOSA JZ. Santiago, Junio. Hadena Och. H. OLERACEA JZ. Santiago, Mayo, Julio. La larva que es de un color verde obscuro, vive sobre las coles en las que hace algunos danos. Cucullia Och. C. UmMBRATICA JZ. Galicia, Junio, Julio. Anarta Och. A. MyrtTiLui ves. Santiago, Junio, Julio. La larva sobre varias Hrica, Vaccinium myrtilus, etc. Abrostola Och. Ab. TRIPLASIA Z. Santiago, Mayo, Julio. La larva sobre la U7tica dioica. Cabera Dup. C. Pusaria AO. Galicia, Mayo, Junio. SANGUIJUELAS DE LA PHNINSULA ITBERICA, POR DON ~-RAPA EL BLANCHARD; (Sesion del 2 de Agosto de 1893.) Muy poco se sabe atin acerca de la fauna de las aguas dulces de la Peninsula Ibérica, y, por lo que respecta 4 los Hirudineos, la ignorancia es completa. Creemos que la presente nota es la primera que trata de esta cuestiOn especial. Los animales que hemos estudiado son de procedencia muy diversa. El catedratico D. Ignacio Bolivar nos ha comunicado los ejemplares pertenecientes al Museo de Madrid. El Sr. Don V. Lopez Seoane nos ha hecho importantes envios de Galicia. Debemos también ejemplares de los alrededores de Valencia al catedratico D. Eduardo Bosca, y por ultimo el profesor senor Paulino d‘Oliveira nos ha enviado diversos ejemplares de Por- tugal. También han contribuido a este trabajo, suministran- donos algunos Hirndineos espanoles, otras personas cuyos nombres citaremos mas adelante. Hé aqui, por provincias, y siguiendo la direccion de N. a&., la enumeracion de las localidades, de donde proceden los ani- males que hemos estudiado. Los ejemplares pertenecientes al Museo de Madrid, van designados de un modo especial. 244 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . (2) Espana. Estacién num. 1. Vilaboa, alrededores de la Coruna (envio del Sr. D. V. Lopez Seoane). Num. 2. Vilaboa, Coruna (Museo de Madrid, regalo del Sr: De l-- Bolivar, 1893). Num. 3. Betanzos, provincia de la Coruna (Sr. Seoane). Num. 4, Rio Kume en Caabeiro, Coruna (Sr. Seoane). Num. 5. Erines y Caabeiro (Sr. Seoane). Num. 6. Cabanas, cerca de Puentedeume, Coruna (senor Seoane). Num. 7. Regato en las Nieves, Capela, Coruna (Sr. Seoane). Num. 8. Ordenes, Coruna (Sr. Seoane). Num. 9. Ardemil, Ordenes (Sr. Seoane). Num. 10. Torres de Allo, entre Carballo y Corcubion, pro- vincia de la Coruna (Sr. Seoane ). Num. 11. Alrededores de Santiago de Compostela, provincia de la Coruna (Sr. Seoane). Num. 12. Monte Pedroso, cerca de Santiago de Compostela (Sr. Seoane). Num. 13. Padrén Santa Maria, en el limite meridional de la provincia de la Coruna (Sr. Seoane). Num. 14. Alrededores de Lugo (Sr. Seoane). Num. 15. Rio da Ponte dos Pazos, en Lanzés, Villalba, pro- vincia de Lugo (Sr. Seoane). Nim. 16. Rego do Porto, en Lanzés, Villalba (Sr. Seoane). Num. 17. Lago de la Limia 6 Laguna Antela, provincia de Orense, 4 una altitud de 736 varas castellanas (proximamente 611 metros), (Sr. Seoane). Num. 18. Gijon, en el mar Cantabrico (Museo de Madrid; ejemplar adquirido de Sanz). Nim. 19. Las Hurdes, cerca de Ciudad-Rodrigo (Museo de Madrid; adquirido de Sanz). Nim. 20. Ciudad—Rodrigo, provincia de Salamanca (Museo de Madrid; ejemplar adquirido de Sanz, Enero de 1883). Num. 21. Castroceniza, cerca de Burgos (Museo de Madrid: ejemplar adquirido de Sanz). 43) Blanchard.—sSANGUIJUELAS DE LA PENINSULA IBERICA. 245 Num. 22. Alrededores de Madrid (regalo de M. EH. Traizet, miembro de la Sociedad entomoldgica de Francia). Num. 23. Alrededores de Madrid (Museo de Madrid, regalo del Sr. Bolivar, 1893). Num. 24. El Escorial (Museo de Madrid, regalo del senor Graells). Num. 25. Ciudad—Real (Museo de Madrid, regalo del senior Bosca, Marzo de 1880). Num. 26. Alrededores de Valencia (diversos ejemplares recogidos por el Sr. Bosca, y pertenecientes, unos al Museo de Madrid y otros a nuestra coleccién). Num. 27. Albufera, cerca de Valencia (envio de M. Ouellard). Num. 28. Bunol, provincia de Valencia (Museo de Madrid, regalo del Sr. Bosca). Num. 29. Siete aguas, provincia de Valencia. Num. 30. Jativa (diversos ejemplares recogidos por el senor Bosca, y pertenecientes, unos al Museo de Madrid, y otros a nuestra coleccion). Num. 31. Aguas del Pego, cerca de Alicante (Museo de Madrid, regalo del Sr. Bosca). Num. 32. Aguas del Sallent (Museo de Madrid, regalo del Sr. Bosca, Diciembre de 1885). Num. 33. Arroyo de los alrededores de Granada (regalo de M. Adrien Dollfus, miembro de la Sociedad zoolégica de Francia). Num. 34. Sevilla (Museo de Madrid, regalo del Sr. D. Fran- cisco de las Barras de Aragén, 1893). Portugal. Num. 35. Serra do Gerez, provincia de Traz—os—Montes (envio del Sr. Paulino d’Oliveira). Num. 36. Serra da Estrella, provincia de Beira (Museo de Gottingen). Num. 37. Esmoriz, provincia de Beira (Beira mar), en el litoral (Sr. Paulino d’Oliveira). Num. 38. Buarcos, provincia de Beira (Beira mar), en el litoral (Sr. Paulino d’Oliveira). 246 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4): Num. 39. Sado Thiago de Cacem, provincia d’Extremadura (Sr. Paulino d’Oliveira). Nim. 40. Sines, provincia d’Extremadura (Sr. Paulino d’Oliveira). Hé aqui ahora la enumeracién de los Hirudineos recogidos en diversas localidades: 1. PoNTOBDELLA MURICATA (Linneo), 1761.—Un ejemplar adulto, cogido por el Sr. Seoane en un pescado de altura, de especie indeterminada; otros, también adultos, del Museo de Madrid procedentes de Valencia (Gonzalez Linares, Gogorza). 2. GLOSSIPHONIA BIOCULATA (Bergmann), 1757.— Estaciém nuimero 2, diez y siete ejemplares. Cinco de ellos Ilaman espe- cialmente nuestra atencién, a causa del aspecto velloso parti- cular que presenta la regidn cervical; en dicho punto se ha desarrollado una especie de copete blanquizco, que se deja arrancar facilmente, con ayuda de una aguja, y que exami-— nado al microscopio se resuelve en una colonia de “pistylis, que se ha fijado en la glandula del cuello. Hemos observado una disposicidén enteramente semejante en dos G/. bioculata del gran lago de Plén (Holstein) comuni- cadas por el Dr. O. Zacharias, y en gran ntimero de ejemplares recogidos en Siria por el Dr. Th. Barrois. Hasta el presente no hemos logrado observar este comensalismo singular sino en dos individuos recogidos en Francia, a pesar de que hemos examinado cientos de ellos. Estacion ntiim. 28, un ejemplar. 3. GLOSSIPHONIA MARGINATA (QO. F. Miiller), 1774.—Estacién numero 2, dos ejemplares de pequenas dimensiones. Son idénticos a los de Francia y presentan una particularidad que merece ser notada. En uno de ellos los ojos del primer par han abortado por completo; por lo tanto, el animal no tiene sino los dos ojos posteriores. En el otro, el ojo anterior iz— quierdo también ha abortado. He observado una anomalia enteramente analoga en un 4) Blanchard.—SANGUIJUELAS DE LA PENINSULA IBERICA. 247 individuo hallado en el Allier, en Vichy, solo que era el ojo anterior derecho el que faltaba. 4. GLOSSIPHONIA SEXOCULATA (Bergmann), 1757.—Estacio— nes: num. 28, un ejemplar; num. 35, un ejemplar. 5. GLOSSIPHONIA ALGIRA (Moquin-Tandon), 1846. Sinoni- mia: Batracobdella Latastii Viguier, 1879.—Estacion nim. 23, diez y ocho ejemplares recogidos sobre un Discoglossus pictus. Esta especie, que vive parasita sobre gran numero de Batra- cios de Argelia, fué exactamente descrita por Moquin-Tandon por un ejemplar vivo que le fué enviado por Guyon, cirujano- jefe del ejército de Africa, acompafiando su descripcién con buenos dibujos del referido ejemplar (1), el cual media de 17 a 18 mm. de largo por 3 a5 mm. de ancho, alcanzando a 23 y hasta 24 mm. en su mayor distension. Viguier en 1879 (2) describid, bajo el nombre de Batraco- bdella Latastii, una pequena sanguijuela, de la que el senor F. Lataste habia encontrado numerosos ejemplares sobre Dis— coglossus procedentes de Argelia, y el mismo Viguier recogid mas tarde esta especie en Argel sobre los Batracios que pue- blan las charcas del Jardin @essa. Desde entonces no ha vuelto a ser indicada esta especie por ningun observador, a menos de que pertenecieran 4 ella unas pequenas sanguijuelas que Héron—Royer me participd hace tiempo que habia visto con frecuencia sobre Discoglossus espa- noles que le habia enviado de Galicia el Sr. Lopez Seoane. Si asi fuese, podria deducirse la presencia de esta Glossiphonia donde quiera que se encuentre el Batracio indicado, es decir, por lo que a la fauna que estudiamos respecta, en casi toda Kspana, en Portugal y en las Baleares. Hé aqui en qué términos describe Viguier la forma externa del animal: (1) Moquin-Tanpon: Monographie des Hirudinées. Paris, 2¢ édition, 1846. Véase pag. 364, pl. x11, figuras 10-15. (2) C.-Viaurer: Mémoire sur l’organisation de la Batracobdelie, Batracobdella Latastii (C. Vig.) «Archives de zoologie expérimentale», t. v1, paginas 373-390, 1880. 248 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) «Comme la Glossiphonia algira, \a Batracobdelle présente deux yeux seulement, trés rapprochés, et de forme irrégulié- rement quadrangulaire. Le corps, tres aplati en dessous, est de largeur a peu pres réguliere, et moins atténué en avant que chez lautre espéce. Il porte, sur le vingt-uniéme anneau, la verge tres peu développée, et réduite, comme celle des Glossiphonia, a un simple bouton; Vorifice femelle se trouve entre le vingt-troisieme et le vingt-quatriéme anneau. Le corps entier contient de soixante—cing a soixante-dix anneaux, assez distincts, sauf vers la téte et vers lextrémité postérieure du corps. La ventouse postérieure est proportionnellement plus large que chez les Glossiphonies. Il n’existe pas de glande dorsale; enfin, les dimensions de l’animal sont de 7a 8 milli- métres sur 1 ou 1,5, au leu de 17 a 18 millimetres et méme 23 ou 24, sur 3 a 5. La couleur de la Batracobdelle est plutot verte que brune, du moins sur la plupart des sujets, et l’opa— cité du corps est presque absolue.» El autor agrega que ha encontrado en Argelia ejemplares mayores, pero cuya talla no pasaba de 15 mm. Describe suce- sivamente el aparato digestivo, los drganos genitales, el apa- rato circulatorio y el sistema nervioso, y deduce «que la Batracobdelle se range parmi les Hirudinées siphoniennes, et qu'elle ressemble beaucoup aux Glossiphonies par son appareil vasculaire et son systeme nerveux. La disposition générale de ses appareils @énitaux (1) la rapproche au contraire des Pon- tobdelles. Quant & Vappareil digestif, la disposition des poches gastriques (2) est completement différente de ce que l’on voit non seulement chez les Clepsines, mais chez toutes les autres Hirudinées.» De donde, segtin Viguier, nace la necesidad de sacar este hirudineo del género Glossiphonia y de crear en su favor el nuevo género Batracobdella. A pesar de esto Viguier pensé ya, pero sin aceptarla, en la identidad de su especie con la Glossiphonia algira. No seguiré 4 este autor, por lo menos ahora, en el terreno de la anatomia descriptiva, y me concretare exclusivamente (1) Seis pares de testiculos que alternan con los seis primeros de los ciegos intes- tinales. ; (2) En ntamero de once pares. @) Blanchard.—sSANGUIJUELAS DE LA PENINSULA IBERICA. 219 al estudio morfoldgico. Este estudio demuestra que la especie en cuestidn corresponde sin duda alguna al género Glossipho- nia, tal como hoy puede definirsele, y que es idéntico a la Glossiphonia algira; por \o tanto el establecimiento del género Batrachobdella nos parece prematuro. . Ademas de los diez y ocho ejemplares recogidos en los alre- dedores de Madrid, hemos estudiado algunos otros de Argelia que forman parte de nuestra coleccién, a saber: cuatro envia- dos de Blidah en Julio de 1891 por M. Blaise, veterinario de la remonta, cogidos por los soldados sobre unas ranas que se encontraron en el forraje verde destinado a los caballos de la enfermeria; tres recibidos en Junio de 1893 de M. Edouard Chevreux, que los habia encontrado en la Bouzaréah, cerca de Argel, en las orillas de un arroyo, bajo las piedras; dos de es- tos ejemplares llevaban otros jOvenes bajo la ventosa. Todos estos individuos, de procedencia tan diversa, son por completo semejantes entre si, y a todos ellos convienen la des- cripcion y las figuras de Moquin-Tandon. Tenemos, pues, la seguridad de que los ejemplares de Argelia y los de Espana pertenecen a una misma y unica especie. Los ejemplares espanoles que he estudiado estaban sumer-— gidos en alcohol desde hacia tres 6 cuatro dias, y se hallaban en estado de semiextensién, presentando una dimensidn ma- xima de 10 mm. en cuanto a la longitud, y de 3,5 mm. en cuanto a la anchura, cifras que estan sensiblemente de acuer- do con las que Viguier atribuye al animal vivo. El alcohol habia adquirido un ligero tinte verde, pero el animal presen- taba atin una coloracidn que verosimilmente diferiria poco de la normal. El color 6 tinte fundamental es el verde suave mas 6 menos combinado con el color de castana obscuro, segun las regiones. La cabeza y cara inferior de la ventosa posterior presentan un matiz verde sin mezcla; la superficie ventral es por completo de los mismos colores obscuro y verde; el verde puro reaparece, sin embargo, al nivel de los poros genitales y del contorno de la ventosa bucal. Kn la superficie dorsal el color castano obscuro esta dispuesto en fajas longitudinales mas 6 menos anchas, entre las que el color fundamental queda reducido al estado de estrechas lineas verdes: una de ellas ocupa siempre la linea del medio. 250 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8y No se cuentan menos de 14 lineas, bandas 6 fajas de color castahlo y de anchura muy desigual, alternando con 13 lineas verdes estrechas. Partiendo de la linea media, se encuentran primero dos bandas entre las que se ven las papilas segmentarias internas en forma de puntitos verdosos; después sigue una banda estrecha que algunas veces puede abortar; esta seguida de una banda bastante ancha y de otra estrecha entre las cuales se ven las papilas intermediarias; por ultimo, las partes late- rales estan ocupadas por dos bandas muy anchas, fusionadas frecuentemente en parte, y entre las que se observan las papilas externas. Las bandas de color de castana conservan esta regularidad hasta la extremidad posterior del cuerpo; en la parte anterior se fusionan mas 6 menos y luego desapare— cen al nivel del somita mr, al paso que el tinte 6 color verdoso invade la cabeza. La ventosa posterior es ligera- Fig. 1.3 mente oblicua; su faz superior tiene un color verde uniforme. Debido 4 una contraccién 6 es- trechamiento considerable que presenta la extremidad posterior del cuerpo, hay entre éste y la ventosa una estrechez mas gran- de que en ningtin otro Glosifo— nido, y en breve indicaremos el motivo. Se cuentan dos anillos pre- oculares. Los dos ojos (fig. 1.*) son grandes y muy visibles. La region cervical no presenta huella de un 6rgano analogo a la glandula caracteristica de la Glossiphonia bioculata. Las papilas segmentarias, segtin dejamos dicho, son muy aparentes, siendo facil distinguir el limite de los diferentes somitas. El somita 1 esté constituido tnicamente por el anillo oculifero; el somita 1 comprende dos anillos; el somita m1 y los demas, hasta el xx inclusive (figuras 1.* y 2.*), estan forma— dos cada uno por tres anillos. El somita xxi comprende los dos anillos 64 y 65, siendo este Ultimo mas estrecho que el anterior. Glossiphonia algira. Esquema de la extremidad anterior. 9) Blanchard.—SANGUIJUELAS DE LA PENINSULA IBERICA. 251 El somita xxrv y el xxv no tienen la misma constitucién en todos los individuos; hemos observado los dos casos siguientes: 1." ejemplar (fig. 2.*).— El] somita xxiv esta formado por dos anillos, siendo el segundo muy estrecho; el somita xxv esta formado de un solo anillo ancho, pero que presenta por cada lado, 4 partir del borde lateral, huellas 6 senales manifiestas de desdoblamiento. 2.° ejemplar.— El somita xxiv esta formado por un solo ani— Ilo desdoblado en toda su anchura; el somita xxv comprende un solo anillo sin huellas de desdoblamiento. Glossiphonia algira. Glossiphonia algira. Extremidad posterior E 1 x i sterior (1). squema de la extremidad posterior (1) SE eee El ano desemboca en la parte posterior del anillo que re- presenta el somita xxv; se abre, pues, detras del anillo 68, en el primer caso, y detras del 67, en el segundo. Detras de él se observa un anillo muy desarrollado, que esta en contacto con. la ventosa posterior en el animal visto de espaldas; pero el cuerpo no se detiene alli, estréchase considerablemente y se insintia hacia adelante y hacia abajo, entre el anillo post- anal y la ventosa, para insertarse finalmente sobre ésta por medio de una porcién muy estrechada (fig. 3.°). Esta prolon- (1) Obsérvese que en esta figura se ha cometido la errata de indicar como x1vy eb somita xXIv. 252 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (10) gacién post-anal, de que no conocemos ningun otro ejemplo en los Glossifonidos, comprende Fig. 4.3 : cuatro anillos que representan lea eal aparentemente el somita xxvI, wee x pormas que no se encuentre en — su superficie ninguna huella de 28-29 . : ¢ Xr —s papilas segmentarias. cacroenes El orificio genital masculino hess (fig. 4.*) desemboca entre los anillos 2 y 3 del somita x, es decir, entre los anillos 26 y 27. La vulva se abre entre los anillos 1 y 2 del somita x1, es de— cir, entre los anillos 28 y 29. Glosssiphonia algira. Posicion de los orificios genitales. 6. PLACOBDELLA CATENIGERA (Moquin-Tandon), 1846.—Ksta_ cidn nti. 25, un ejemplar. 7. Hirupo MEDICINALIS (Bergmann), 1757.—Kstaciones: nu- mero 3, dos ejemplares; nim. 14, dos ejemplares; num. 17, tres ejemplares. Segiin me escribe el Sr. Lopez Seoane, «son las sanguijuelas oficinales de que se hace uso en el pais.» 8. Hrrupo rroctina (Johnson), 1816.—Estaciones: num. 1, dos ejemplares; ntim. 4, cuatro ejemplares; nim. 11, un ejemplar; nim. 12, un ejem- plar joven; nim. 15, dos ejemplares; nu— mero 37, un ejemplar que presenta una anomalia del somita xxui (fig. 5.*). Es interesante hacer constar que esta especie, considerada como particular del Norte de Africa, remonta hasta el NO. de la Peninsula Ibérica, mas alla del gra-— do 43 de latitud N. Hemos senalado recien- temente (1) su existencia en Cerdena; de- bera, por lo tanto, encontrarse también en Sicilia, Corcega, las Baleares y al 8. de la Italia continental. Hirudo troctina. Ejemplar anormal. (1) R. BLrancuarp: Révision des Hirudinées du Musée de Turin. «Bollettino dei Musei di Zool. ed Anat. comp.», t. vill, num. 145, 1893. (1) Blanchard.—SANGUIJUELAS DE LA PENINSULA IBERICA. 253 9. H#MoPIS SANGUISUGA (Bergmann), 1757. Sinonimia: Aulastoma gulo Moquin-Tandon, 1846.— Estaciones: num. 1, siete ejemplares; num. 4, cinco ejemplares; num. 5, cinco ejemplares; num. 6, cuatro ejemplares; num. 7, siete ejem— plares; num. 8, cuatro ejemplares; nim. 9, cuatro ejemplares; num. 10, cinco ejemplares; num. 13, dos ejemplares; num. 15, dos ejemplares; nim. 16, dos ejemplares; num. 21, un ejem— plar; num. 24, un ejemplar; nim. 26, tres ejemplares; num. 27, tres ejemplares; num. 29, un ejemplar joven; num. 39, un ejemplar; ntim. 40, trece ejemplares. Esta especie es, pues, comun en el N. y E. de la Peninsula. Ya la habiamos senalado en Portugal (1) en vista de dos ejem- plares del Museo de Turin, procedentes de la Serra da Gerez. Segun el Sr. Bosca, en los alrededores de Valencia se le da el nombre de Sanguijuela borriquera. El individuo de fa estacién nim. 1 es muy notable. Su color general es amarillo leonado, su dorso esta adornado de siete lineas obscuras longitudinales, de una ancha banda en el medio, de dos bandas marginales bastante anchas que bordean la banda lateral amarilla y de otras cuatro bandas mas estre— chas. En la superficie ventral la banda lateral amarilla esta bordeada de negro, que se esfuma y borra muy pronto; el resto de la superficie 6 cara ventral es concoloro. Podria con- fundirse facilmente este ejemplar con la Zimnatis nilotica, si la posicidn del ano y la carencia de surco labial no demostra— sen su verdadera naturaleza. 10. LIMNATIS NILOTICA (Savigny), 1820. Sinonimia: Hemo- pis sanguisuga Moquin-Tandon, 1846.— Estaciones: num, 2, dos ejemplares, uno joven y otro adulto; nim. 20, dos ejemplares grandes; num. 22, dos ejemplares jovenes; num. 26, tres ejem- plares jovenes (Museo de Madrid); nim. 26, dos hermosos ejemplares (Museo de Madrid); num. 26, otros dos ejemplares (de mi coleccién); num. 27, un ejemplar; nim. 29, un ejem— plar muy joven; nim. 32, un ejemplar joven; nim. 34, un ejemplar muy joven, con banda amarilla sobre los costados y seis lineas negras sobre el dorso. (1) R. BLancHarp: Révision des Hirudinées du Musée de Turin. «Bollettino dei Musei di Zool. e1 Anat. comp.», t. vir, nim. 145, 1893. 254 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (12) Segtin el Sr. Bosca esta especie es Wamada Sanguijuela fina en los alrededores de Valencia. Después de permanecer diez anos en el alcohol los dos ejem- plares de la estacién num. 20, tienen un tinte leonado unifor- me, algo mas claro en la superficie ventral, y estan despro- vistos de bandas ventrales. El clitelo comprende los anillos 25 a 39 inclusive, es decir, que deja aun lado el primer anillo del somita Ix, pero comprende, en cambio, el primer anillo del somita x11. El ano se abre detras del anillo 102 que esta unido al 101 en la parte media. Los tres ejemplares jovenes de la estacién num. 26 conser- van aun un tinte leonado uniforme, pero presentan bandas laterales color de naranja. El Fig. 6.7 clitelo comprende también los anillos 25 a 39. Uno de los ejem- eee ee SS ‘ g plares presenta anomalias de x segmentacion que interesan los Bat somitas XI, x11 y xvi (fig. 6.”). En los otros dos individuos de la estacién 26, que pertenecen sie al Museo de Madrid, el cuerpo es de un color gris uniforme; las bandas laterales son de un Bm Ee _.. color amarillo paja y estan muy Ywit marcadas. eae eva La Limnatis nilotica se halla probablemente repartida en to- A B da la Peninsula Ibérica. Hasta Limnatis wilotica. franquea los Pirineos y llega & Francia; el Museo de Paris Ejemplar anormal.—A, superficie ; : dorsal; B, superficie ventral. (frasco ntim. 18), posee cuatro ejemplares pequenos, recogi- dos en Abril de 1878 en los riachuelos de los alrededores de Collioure (Pirineos orientales). El area de distribucion de esta especie, que senalabamos recientemente (1) en el Caucaso y el Turkestan, se extiende mas y mas. Sabido es que la Limnatis nilotica ataca con facilidad 4 los (1) R. BrancHarp: Révision des Hirudinées du Musée de Turin. «Bollettino dei Musei di zool. ed anat. comp.», t. vi, num. 145, 1893. 413) Blanchard.—sANGUIJUELAS DE LA PENINSULA IBERICA. 255 animales que van a abrevarse en las aguas que le sirven de habitaculo; se fija especialmente en la boca 6 en la faring del caballo y del buey. El hombre mismo no esta al abrigo de sus ataques y se la ha encontrado varias veces en la garganta de los soldados que, a consecuencia de una larga marcha, habian bebido agua -en los arroyos 6 lagos. En su relacién de la campana de Egipto, Larrey senala la frecuencia de seme- jantes accidentes, y, a partir de aquella fecha, los médicos militares los han observado muy freécuentemente en Argelia y Tunez. Ahora bien, se han sefialado u observado accidentes de esta misma naturaleza en las Baleares y en Sicilia, y hasta en la Italia continental, y nosotros los consideramos, sin ningun género de vacilacién, como una prueba de la presencia de la Limnatis nilotica en las citadas regiones. Acaso se encontraria también esta especie en Cerdena, donde se conoce ya la exis— tencia de la Hirudo troctina. Passerat de la Chapelle (1) observé cuatro casos en Mahén (Baleares) en soldados franceses; resumamoslos brevemente: 1.°. Soldado de 35 anos. El vinagre tomado como gar- garismo le hizo devolver 6 arrojar una sanguijuela que tenia lo menos seis pulgadas y se hallaba a la entrada de la faringe. 2.° Soldado de 42 anos. Gracias a la observaciOn anterior, el diagnoéstico se hizo sin dificultad: la sanguijuela estaba agarrada detras de la campanilla. 3.° Soldado de 21 anos. Desde hacia cuatro 6 cinco dias escupia un poco de sangre. El diagnodstico se hizo con la misma exactitud, y se vid en la garganta una sanguijuela de 8 a 10 lineas de larga. 4.° Soldado de 21 anos. Desde hacia siete dias escupia sangre con abundancia y estaba atacado de una tos obstinada. El] diagnostico se hizo con exactitud y se vid en la garganta una sanguijuela de unas dos pulgadas de larga. Hé aqui de qué manera refieren y aprecian estas observacio- nes Dujardin y Peyrilhe (2): (1) PASSERAT DE LA CHAPELLE: Hémorragies occasionnées par des Nangsues. «Jour- nal de méd., chir., pharm., etc.», t. vill, pag. 127, 1758. (2) DugsaRDIN et PEYRILHE: Histoire de lu chirurgie depuis son origine jusqu’a nos jours. Paris, 2 vol. in-4.°, 1774-1780. Vol. mu, pag. 51. 256 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) «La sangsue avalée, s’attache @ l’arriére-bouche, Virrite, et produit un sentiment désagréable. On fera lacher prise a cet insecte, par une abondante boisson de vinaigre pur, ou dans lequel on aura dissout du sel de nitre, ou fait infuser des racines de laser: des boules de neige avalées en grand nombre, produisent le méme effet. Ce cas, qui doit étre fort rare, repa— rut a Mahon pendant qwil étoit au pouvoir des Francois, en 1757, accompagné de crachement de sang; circonstance dont Scribonius ne parle point. Les différens remédes employés par le Médecin, et douze livres de sang rendu par les crachats, sans compter celui qui fut tiré par quatre saignées, mirent un malheureux soldat a la veille de périr d’une maladie, qui cesse den étre une, dés qu’on la reconnoit. Ce qwil y a de plus singulier et de plus remarquable dans Vobservation moderne, c’est que tandis que tous les remédes ordonnés par le Médecin Francois portoient a faux, le malade demanda lui-méme celui qui devoit opérer la guérison, et précisément celui-la méme que lui ett prescrit le Chirurgien Romain, le vinaigre.» Los casos observados en Italia no son menos demostrativos. En Caltagirone (Sicilia) Clementi (1) ha descubierto con el laringoscopio, una sanguijuela fijada en el borde posterior del cartilago aritenoides, en una mujer de 58 anos; la extraccion se hizo con facilidad. Otro caso del mismo observador se halla citado por Calandruccio (2) al cual aseguré F. Pettinato, de Troina, haber observado un término medio anual de cuatro casos de sanguijuelas implantadas en la faringe, durante veintiocho anos de practica médica, 6 sea un total de mas de 100 casos. En Misterbianco, cerca de Catana, Condorelli Francaviglia (3) vio en la ventana izquierda de la nariz de un muchacho de 12 (1) G. Ciementi: Caso raro di mignatta della glottide e della trachea, «Osservatore medico , Palermo, ntimeros 5 y 6, 1874.—Idem, Caso rarissimo di una sanguisuga, adesa allo interno della glottide e della trachea, segnalata dal laringoscopio e felicemente estrat- ta. «Gazetta med. ital., provincie venete», t. xvi, pag 381, 1874. (2) CaLaNnpRuccio: Animali parassi'i dell’ uomo in Sicilia «Atti dell’ Accad. gioenia di se. nat. in Catania» (4), t. 11, 18-9. Véase pag. 33. (3) M. CONDORELLI FRANCAVIGLIA: A proposito di un grave caso di epistassi prodotta da puntura del’ Hirudo sanguisuga Bergmann. «Lo Spallanzani», t. xxx, num. 10, 1892. «Bollettino della Soc. romana per gli studi zoologici», t. 1, pag. 233, 1892.— Este autor copia una pagina entera de mi articulo Hirudinées del Dictionnaire encyclopédigue des sciences médicales, por Supuesto sin hacer alusion 4 dicho trabajo. 415) Blanchard.—SANGUIJUELAS DE LA PENINSULA IBERICA. 257 anos una sanguijuela pequena, que, desde hacia unos diez dias, producia epistaxis casi constantes; se la pudo extraer con unas pinzas, después de haber cocainizado la membrana pitul- taria. El parasito fué clasificado como Hirudo sanguisuga, de- terminacién que nos parece exacta @ priov7i si se entiende por este nombre la especie asi llamada falsamente por Moquin- Tandon, es decir, la Zimnatis nilotica (Savigny ). Esto por lo que respecta a Sicilia. Hn cuanto a la Italia con- tinental, podemos citar el caso observado en Napoles en 1874 por Massei (1): en el surco faringolaringico de un hombre de 33 anos que habitaba en San Antonio, cerca de Napoles, encontré una sanguijuela de color gris y de algo mas de 4 cm. A este proposito Fr. Vizioli, uno de los redactores del perid- dico /1 Morgagni, refiere que su padre observ6 por si mismo, en un zapatero, una sanguijuela que vivia en la garganta del mismo hacia dos meses. El paciente la habia tragado por equi- vocacién 6 descuido: creyendo durante la noche, beber en un frasco lleno de una pocidn, bebid en otro que contentia tres san- guijuelas; al dia siguiente el frasco sdlo contenia dos sanguijue- las. Este caso que mencionamos aqui por curiosidad, se refiere evidentemente a la Hirudo medicinalis; mientras que en el anterior creemos que se trata, por el contrario de la Limnatis nilotica. El Dr. Creus ha dado 4 conocer en la Gaceta Médica de Cata- Zuia, num. 11 del ano 1, correspondiente al 20 de Abril de 1878, algunos casos observados por él en Espana de sanguijuelas que habian Hegado a fijarse en diversos puntos de la laringe y que fueron facilmente arrojadas al exterior en accesos de tos después de desprendidas por un sencillo procedimiento operatorio; pero como nada dice respecto a la procedencia de los sujetos operados, no podemos utilizar este trabajo para el objeto que nos proponemos. 11. NEPHELIS OCTOCULATA (Bergmann), 1757.—Kstacién nu- mero 2, un ejemplar de 8 cm. de largo. Por este solo dato puede observarse lo raras que parecen (1) F. Massei: Corpo estranco nella laringe. Estrazione per le vie naturali. «11 Mor- gagni», t. XVI, pag. 749, 1874. ANALES DE HIST. NAT. —XXII. 1k7/ 258 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) ser las verdaderas Nephelis en las regiones meridionales; en el S. de Europa yen el N. de Africa estos Hirudineos desapare- cen para ceder el puesto al @énero Dina. 12. Dina Bratser R. Blanchard, 1892.—Kstaciones: nim. 18, un ejemplar; num. 19, dos ejemplares; num. 29, siete ejempla- res; num. 30, nueve ejemplares (Museo de Madrid); nim. 30, veintiseis ejemplares de mi coleccién; ntm. 31, seis ejempla- res; num. 32, dos ejemplares; nim. 33, cinco ejemplares. Creemos que deben referirse a esta especie tres Nefélidos de la estaciOn num. 38, que llegaron en seco por un accidente del viaje. La presencia de la Dina Blaisei en Portugal nos la ha demostrado, por otra parte, un Hirudineo que figura en el Mu- seo zoologico de Gottingen, con el nombre de Zvrocheta y que procede de la Serra da Estrella (estaciOn nim. 36). Referiremos también a la Dina Blaisei, hasta tanto que po- damos hacer un estudio mas profundo, tres individuos de la es— tacién 11 y tres de la estacion 21 (Museo de Madrid). Diferén— cianse del tipo en que los orificios sexuales estan separados por tres anillos llenos; la vulva se abre detras del tercer anillo del somita xt. La Dina Blaisei vive también en el extremo SO. de Francia, en los confines de Espana. El Sr. D. G. Neumann, catedratico en la Escuela de medicina veterinaria de Tolosa, nos ha enviado un ejemplar joven de Socoa, cerca del camino de Sokori, y otros cuatro ejemplares del arroyo de Billitorte (alrededores de San Juan de Luz). APUNTES PARA LA FAUNA PUERTO-RIOUENA. POR GOT ry lyse AGN! = (Gs IN DD TEAS COED + (Sesion del 6 de Septiembre de 1893.) OCTAVA PARTE, “ ORDEN NEUROPTEROS. La coleccién de los Neurdpteros, tanto de los verdaderos como de los Pseudo—Neurépteros, formada por el Sr. Leopoldo Krug, y por mien la isla de Puerto—Rico no es tan completa como las colecciones de los otros érdenes de insectos, porque como los ejemplares son muy fragiles después de estar secos, muchos se han descompuesto. Los salvados se han regalado al Real Museo Zooldgico de Berlin, con la condicién de que sean Clasificados. Pasaron muchos anos antes de haber un naturalista especia- lista para el estudio de los Neurdpteros. En 1888 emprendio el Sr. H. J. Kolbe el estudio de las espe- cies de este orden y publicé en el Archiv. fiir Naturgeschichte, del ano 1888, tomo 1, cuaderno 2.°, el resultado de sus estudios con el titulo «Distribucién geografica de los Neurépteros y Pseudo-—Neuropteros de las Antillas», con una Revista sobre las especies recogidas por el Consul Sr. Krug en Puerto-Rico. (1) Véanse para las Partes primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexcta y séptima, los tomos vil, piginas 185 y 343; x, pag. 3.5; x11, paginas 5 y 411; xvi, pdg. 115; y xx, paginas 109 y 323. Léase lo que he dicho en la Introduccién 4 los Insectos en la pdg. 347 de estos Apun- tes, 0 sea pag. 187 del tomo xv1, 1887, de los ANALES. 260 » ANALES DE HISTORIA NATURAL. (574) En el mismo ano 1888 empezd la publicacién mia sobre los Neurdpteros de la Isla de Cuba en el tomo 11 de mi Contribucion dla Fauna cubana, Entomologia (1). No me era posible comparar la coleccién puerto-riquena con la cubana, la cual ha sido clasificada por el Dr. H. Hagen en KGnigsberge (hoy en Cambridge, Mass.), uno de los mejores neuropterdlogos. La publicacion del Sr. Kolbe me ha sido muy Util para estos mis Apuntes, asi como he usado en los anteriores los trabajos de los especialistas de cada parte, tratada en mis A puntes. Las consideraciones sobre la distribucién geografica cam- biaran cuando se hayan podido colectar y clasificar las espe- cies de las otras Antillas. Asi dice el Sr. Kolbe, que el género Mantispa no existe en las Antillas, pero yo he cogido dos espe- cies, las IZ. brunnea Say 6 interrupta Say, citadas por el senor Hagen en su Synopsis, paginas 207 y 209. Las Antillas menores ofreceran aun especies desconocidas y daran otro resultado respecto de la distribucién geografica de las Antillas. Cito en las especies las obras que tratan de las que existen en Puerto—Rico. Son las siguientes: ' Burm.— Burmeister, Handbuch der Entomologie. Neuroptera, 1, 1839. Drury.—Drury, Illustrations of Natural History, 1779-1782, tomo u. Fab., Syst. Ent.—Fabricius, Systema Entomologiae, 1775. Fab., Ent. Syst —Fabricius, Entomologia Systematica, 1792-1795; supple- mentum, 1798. Gundl., Contr.— Gundlach, Contribucién 4 la Entomologia cubana, tomo n, 2.8 parte, Neurdpteros. Hagen, en Linnea.— Hagen, en Linnea Entomol., 12.° tomo (1885-1860). Monographie von Termes. Hagen, Syn.—Hagen, Synopsis of Neuroptera of North-America, 1861. Es parte de Smithsonian Miscellaneous Collections. Hagen, en Stett. Ent. Zeit.—Hagen, en el periddico, Stettiner Entomolo- gische Zeitung, 1867. (1) Desde hace muchos afios empecé 4 publicar mis observaciones sobre la Fauna cubana con el titulo Contribucidn & la Fauna cubana. Se publico y se publica aun, en pliegos mensuales especiales, como parte de los Anales de la Academia de Ciencias médicas, fisicas y naturales de la Habana. Comencé con la Ornitologia y segui con la Mammalogia, Erpetologia y Entomologia. De la Entomologia contiene el tomo 1 los Lepiddépteros, el tomo los Himenépteros, Neur6pteros y Ortopteros. El tomo m1 prin- cipid con los Coleopteros. ~Z (575) Gundlach.— FraAUNA PUERTO—RIQUENA. 261 Hagen, Proc.—Hagen, en Proceedings of Boston Society of Nat. Hist, vo- lumen x1, 1867, sobre Odonat. Fauna of the Island of Cuba. Hagen, en Canadian Entomologist, vol. xvir, 1885. Heer.—O. Heer, Die Insectenfauna der Tertiargebilde yon Oeningen und Radoboj, 1845. Kolbe, Archiv.—Kolbe, Archiv. fiir Naturgeschichte, 1888, tomo 1, cuader- no 2. (Neuroptera de la coleccion del Sr. Krug.) Latr., in Humboldt, Recueil, 1. Latr., Hist.—Latreille, Histoire naturelle ete., des Insectes, 1792-1805. Leach.—Hist. of Entomology. : Linné.—Linné, Syst. Nat., editio xm, 1767. Rambur.—Rambur, Histoire Naturelle des Neuropteres, 1842. Scudder.—Scudder, Notes upon some Odonata from the isle of Pines, in Proceedings of Boston Society of Natural History, x; addicional marks, Xt. Selys, en Sagra.—Selys Longchamps, autor de la parte sobre Neurépteros de la obra Historia fisica, politica y natural de la isla de Cuba, por Ramon de la Sagra. Tomo vu, 1856. Edicion espanola. Selys, Syn. Agr.—Selys Longchamps, Synopsis des Agrionines, en Bulle- tin de l Académie royale de Belgique, 1862-1877. Selys, Rev.—Selys Longchamps, Revision du Synopsis des Agrionines. Primera parte. Walk., Cat.— Walker, Catalogue of the Specimens of Neuropterous Insects, in the British Museum. Parte 1.2, 1882; parte 2.a-4.8, 1853. SECCION I.—NEUROPTEROS VERDADEROS. Fammia Hemerobide. GENERO CGhrysopa, Leach. Chrysopa externa. Chrysopa externa, Hagen, Syn., p. 221. — — — ; Kolbe, Archiy., 1888, p. 173. No he observado esta especie en Cuba; acaso es una de las indeterminadas que hoy no poseo. Se encuentra en el Conti- nente norte-americano hasta Méjico. 262 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (576) Chrysopa collaris. Chrysopa collaris, Schneider; Hagen, Syn., p. 218. —- — — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 173. Esta especie, observada ya en Santo Tomas, no la he reco- nocido entre las varias especies cubanas. Chrysopa thoracica. Chrysopa thoracica, Walk., Cat. 243, 15, 1852. — _ — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 173. — — — ; Gundl., Contr. u, p. 198. Se encuentra también en Santo Domingo y Cuba. Chrysopa Krugii. Chrysopa Krugii, Kolbe, n. sp., Archiv., 1888, p. 173. Hasta ahora es conocida solamente de Puerto—Rico. GENERO Protochrysopa, Kolbe, n. gen. Protochrysopa insularis. Chrysopa insularis, Walk., Cat., 1852. Protochrysopa insularis, Walk.; Kolbe, Archiv., 1888, p. 174. No se encuentra en Cuba. Faminia Myrmeleontide. Grtnrero Acanthaclisis , Ramb. Acanthaclisis fallax. Myrmeleon fallax, Ramb., 3835, 1. — impostor, Walk., Cat., 324, 41. Acanthaclisis fallax, Ramb.; Hagen, Syn., p. 223. — — ; Gundl., Contr., u, p. 199. (577) Gundlach.— FraUNA PUERTO—-RIQUENA. 263 Es una especie que se encuentra, no solamente en varias Antillas, sino también en Méjico, Colombia, Guayana y Brasil. GENERO Myrmeleon, Linn. Myrmeleon insertus. Myrmeleon insertus, Hagen, Syn., p. 233. == = — ; Kolbe, Archiv., 1888, p..174. -- — — ; Gundl., Contr., 1, p. 200. Vive también en Cuba y Santo Domingo. Es especie comun. GrNreRO Ascalaphus, Fab. Ascalaphus_hyalinus. Ascalaphus hyalinus, Laty., en Humb. Ree., 1, p. 118, tab. x1, f. 7. — senex, Burm.,u, 1001, 7. Ulula _ — ; Selys, en Sagra, p. 201. Ascalaphus — — ; Hagen, Syn., p. 238. Ulula hyalina, Zatr.; Kolbe, Archiv., 1888, p. 174. Ascalaphus hyalinus, Latr.; Gundi., Contr., 11, p. 201. Se encuentra ademas de varias Antillas también en los Ks— tados meridionales de los Estados-Unidos y en Méjico. FamintiA Phryganide. GENERO Setodes, Ramb. Setodes candida. Setodes candida, Hagen, Syn., p. 280. —— —- Kolbe, Archiv., 1888, p. 174. Hasta ahora se encontrd de las Antillas solamente en la isla de Puerto-Rico, pero se la conoce en varios Estados del Conti- nente norte-americano. (578) 264 ANALES DE HISTORIA NATURAL. GENERO Chimarrha, Leach. Chimarrha albomaculata. Chimarrha albomaculata, Kolbe, n. sp. Archiv., 1888, p. 175. ‘Es una especie nueva y solamente conocida hoy en Puerto— Rico. Es parecida a Ch. pulchra, Hagen, Syn., p. 298, que es especie Cubana. SECCION II.—PSEUDO-NEUROPTEROS. Fama Termitide. GruNERO Galotermes, Hagen. Calotermes castaneus. Termes castaneus, Burm., t. 11, p. 764, Nr. 3. > anticus, Walk., Cat., 523, 31, 1853. 528, 38, 1853. — Guatemalae, Walk., Cat., Calotermes castaneus, Burm.; Hagen, en Linnea, x11, 38,1; tab. u, fig. 2; iGiif, aoKeg, Ae — ; Hagen, Syn., p. 1. — ; Gundl., Contr., u, p. 204. Esta especie no esta en la coleccién que Hevo el Sr. Krug, pero yo la he visto en Puerto-Rico. Existe también en Cuba, Cayo-Hueso, Florida, el Continente meridional americano y en las islas Sandwich. Vive escondida dentro de las maderas muertas. Calotermes brevis. Walk., Cat., 524, 33, 1853. = 524. 39,1863. Termes brevis, — 502 (parte), 1, el insecto perfecto, 503 soldado. — indecisus — flavicollis — lucifugus — — 605, 3 (parte). (579) Gundlach.—rauNA PUERTO-RIQUENA. 265 Calotermes brevis, Walk.; Hagen, en Linnea, xu, 68, 16; tab. u, fig. 6; 111, fig. 5. — - — ; Hagen, Syn., p. 2. -— = — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 172. — —_ — ; Gundl., Contr., u, p. 205. Es una especie observada también en Cuba, Santo Tomas, Jamaica, Méjico, América Central, Santa Fe de Bogota y Bra- sil. Vive como la precedente. GiNERO Eutermes, Hagen. Eutermes morio. Termes morio, Latr., Hist., x1, p. 69, Nr. 3. —_ — — ; Hagen, en Linnea, xu, p. 201, Nr. 34; tab. 11, fig. 29. — — — ; Hagen, Syn., p. 4. Eutermes — — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 173. Termes — — ; Gundl., Contr., 1, p. 206. Se encuentra también en Santo Domingo, Martinica, Guate- mala, Panama, Venezuela, Brasil. En Cuba es muy comun y causa mucho dano cuando se ha fijado en habitaciones del campo. Su nido es visible y consiste en una masa pardo-oscura, dura, alcanzando un gran tamano. Eutermes debilis. Termes debilis, Heer. El Sr. Kolbe menciona esta especie de la América meridio-— nal como existente en Puerto-Rico, pero no la hemos cogido. Cuba tampoco la tiene. Fama Embidide. GENERO Oligotoma, Westw. Oligotoma cubana. Oligotoma cubana, Hagen, en Canadian Entomologist, vol. xvu, p. 142, 1885. Olynthia especie? larva, Hagen, Syn., p. 7. ~ 266 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (580) Oligotoma cubana, Hagen; Kolbe, Archiv., 1888, p. 173. — — — ; Gundl., Contr., 11, p. 208. El ejemplar tipico era de la isla de Cuba. FamintiA Libellulidee. TRIBU AGRIONINAE. GrNERO Protoneura, Selys. Protoneura, capillaris. Agrion capillaris, Ramb., 280, 30. Protoneura — — ;Selys, en Sagra, p. 200. — ; Hagen, Syn., p. 73. — — — ; Kolbe, Archiy., 1888, p. 170. — — — ; Gundl., Contr., 11, p. 218. Se encuentra también en la isla de Cuba. GENERO Ceratura, de Selys. Ceratura capreola. Agrion capreolus, Hagen, Syn., p. 78. Ceratura — — ; Selys, Syn. Agr., 1876, p. 8, Nr. 31. — — — ; Kolbe, mencionada solamente en la lista, p.: 165. — — — ; Gundl., Contr., u, p. 233. Kolbe ha puesto esta especie en la lista como que se ha ob- servado en Puerto-Rico y con razon, pero no la tiene apuntada en la p. 170 entre los numeros 14 y 15. Vive también en Cuba y Brasil. GrNERO Ischnura, Charp. Ischnura Ramburii. Agrion Ramburii, Selys, Rev., p. 1&6. — — — ;en Sagra, p. 199. (581) Gundlach.— rauUNA PUERTC—RIQUENA. 287 Agrion (Ischnura) Ramburii, Selys; Hagen, Syn., p. 76. = a — — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 170. a —_— — — ; Gundl., Contr., 11, p. 223. Se encuentra también en Cuba, Santo Tomas, Martinica, etc.. y en Yucatan, Méjico, Campeche, Cayena y los Estados-Unidos norte-americanos. GENERO Enallagma, Charp. Enallagma civile. Agrion civile, Hagen, Syn., p. 88. Enallagma civile, Hagen; Selys, Syn. Agr., 1876, p. 97, Nr. 102. _— — — ; Kolbe, Archivy., 1888, p. 170. Agrion _ — ; Gundl., Contr., u, p. 226. Esta especie vive también en Cuba y en los Estados-Unidos de la América septentrional. Enallagma coecum. Agrion cceecum, Hagen, Syn., p. 84. — — — ; Scudder, Proceed., x, p. 189. Enallagma coecum, Hagen; Kolbe, en Archiv., 1888, p. 165, pero no en De Lii0: Agrion — — ; Gundl., Contr., u, p. 224. Se encuentra también en Cuba y Santo Tomas. Enallagma Krugii. Enallagma Krugii, Kolbe, n. sp. en Archiv., 1888, p. 171. Kolbe dice que es parecida al cu/ellatum de Cuba, pero dife- rente por el color del pterostigma, del mesotorax y del tercer segmento del abdomen; ademas por el ntiimero de las nervia-— ciones postcubitales de las dos alas. 20Smee ANALES DE HISTORIA NATURAL. (582) GrNnERO Erythragrion, de Selys. Erythragrion dominicanum. Agrion dominicanum, Selys, en Sagra, p. 198. = — — ; Hagen, Syn., p. 86. Erythragrion — — ; Kolbe, Archiy., 1888, p. 172. Agrion _ — ; Gundl., Contr., 1, p. 229. No he observado esta especie en Cuba, pero Selys y Magen le asignan Cuba y Haiti como patria. Erythragrion vulneratum. Agrion vulneratum, Hagen, Syn., p. 86. Erythragrion yulneratum, Hagen; Kolbe, Archiv., 1880, p. 165, pero no en p. 172, porque no estaba en la coleccion. Agrion (Pyrrhosoma) vulneratum, Hagen; Gundl., Contr, 11, p. 228. Se la ha observado también en Cuba, Guayana y Esequibo. Gunrro Leptobasis, de Selys. Leptobasis vacillans. Agrion vacillans, Hagen, mss.; Selys, Syn. Agr., 1877, p. 7, Nr. 209. — (Leptobasis) vacillans, Hagen; Gundl., Contr., 1. p. 231. Esta especie no estaba en la coleccién de Krug; pero fué co- gida por Moritz en Puerto-Rico, segtin la coleccién del Real Museo Zoologico de Berlin. Kolbe la indica en la p. 172. GuNERO Lestes, Leach. Lestes spumaria. Lestes spumaria, Hagen. — — — ;Selys, Syn. Agr., 1862, p. 25. — — — ; Kolbe, Archiy., 1888, p. 172. — a= — ; Gundl., Contr., u, p. 215. Esta especie vive también en Cuba. (583) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUENA. TRIBU AESCHININA. GENERO Gynacantha, Rambur. Gynacantha trifida. Gynacantha trifida, Rambur, Neur. 210, 3. ~- — Selys, en Sagra, p. 194. — — Gundl, Contr. 1, p. 240. Se ha observado esta especie también en Cuba, Brasil: suele volar al anochecer. Gynacantha nervosa. Gynacantha nervosa, Ranib., 213, 7. = — — ; Kolbe, Archiy., 1888, p. 168. 26) Jamaica y Hagen reuniéd en su Synopsis, pag. 315, G. nervosa Ramb. con &. gracilis Burm. 11, 837, 6, pero Kolbe las encontroé dife- rentes y describe las dos y ademas G@. robusta del Museo de Berlin, cuya descripcidn no estaba publicada. Yo en mi Con- tribucién, 1, p. 242, he seguido a Hagen. G. nervosa vive segun Kolbe en Cuba, Puerto-Cabello, Guayana y Puerto-Rico; gra- cilis en Brasil, Bahia, Rio-Janeiro y Surinam; robusta en el Brasil, Rio-Janeiro y Surinam. TRIBU LIBELLULINE. GrNrERO Pantala, Hagen. Pantala flavescens. Libellula flavescens, Fab., Ent. Syst. suppl. 285, 18-19. — _ — ; Selys, en Sagra, p. 186. — analis, Burnv., 11, 852, 28. — terminalis, Burm., 1, 852, 24. Pantala florescens, Fab.; Hagen, Syn., p. 142, 1. = —_— — ; Gundl., Contr., 11, p. 245. Pa ANALES DE HISTORIA NATURAL. (534) Esta es una especie cosmopolita, pues se la encuentra en Asia, Africa, Oceania y América; hay ejemplo de su existencia accidental en Europa (Inglaterra). GENERO Tramea, Hagen. Tramea abdominalis. Libellula abdominalis, Ramb., 37, 8. — basalis, Burm.; Selys en Sagra, p. 185. — abdominalis, Ramb.; Hagen, Syn. Tramea insularis, Scudder; p. 191, pero no ins. Hagen. — abdominalis Ramb.; Hagen, en Stett. Ent. = = Hag., Zeit., xxvit, p. 224. — — — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 167. — — — ; Gundl., Contr., 11, p. 251. Se encuentra también en las islas de Cuba, Guadalupe y en Méjico. GrENERO Libellula, Linné. Libellula umbrata. Libellula umbrata, Linn., 8. N., edit. xu, p. 903, 13. == oss — ; Selys, en Sagra, p. 189. — tripartita, Burm., 11, 856, 47 (of ad.), de Cuba. woe umbrata, Linn.; Hagen, Syn., p. 158. i — = — ; Hagen, en Stett. Ent. Zeit., xxviu, p. 274. —- — — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 167. — — — ; Gundl., Cont., n, p. 257. Es una especie no solamente muy distribuida sobre muchas Antillas, América meridional, y rara en la septentrional, sino también muy variable segtin la edad y sexo. A ella pertenecen los nombres wnifasciata de Geér, de Surinam: /a//az Burm., de Surinam (el joven); swb/asciata Burm., de Rio Janeiro (el macho joven); vuralis Burm., de Santo Tomas (la hembra); a- eicais Ramb., (la hembra). nm -~! _ (585) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUENA. GENERO Orthemis, Hagen. Orthemis discolor. Libellula discolor, Burm., Handbuch, 1, 856, 51. — macrostigma, Ramb., 57, 54. — discolor, Burm., Selys, en Sagra, p. 188. Orthemis — — ; Hagen, Syn., p. 161. a a — ; Hagen, en Stett. Ent. Zeit., xxvii, p. 279. — = — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 168. _ — — ; Gundl., Contr., 11, p. 262. Ademas de Puerto-Rico ha sido observada en Cuba, Santo Domingo, Jamaica, Santo Tomas, Martinica y otras Antillas menores, en Tejas, Méjico y en casi toda la América meridio— nal, pero no en los Estados-Unidos, excepto Tejas occidental. GENERO Lepthemis, Hagen. Lepthemis vesiculosa. Libellula vesiculosa, Fab., S. E., 121, 7; E. m, 377, 12. — — — ; Selys, en Sagra, p. 187. Lepthemis vesiculosa, Fab.; Hagen, Syn., p. 161. — — — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 168. — — — ; Gundl., Contr., 11, p. 264, Se encuentra también en Cuba, Santo Domingo, Santo To— mas, Méjico, Guayana y Brasil. GuENERO Dythemis, Hagen. Dythemis rufinervis. Libellula rufinervis, Burm., Handb., 11, 815, 15. — conjuncta, Ramb., p. 91, nim. 34. -—— rufinervis, Burm.; Selys, en Sagra, p. 187. Dythemis — — ; Hagen, Syn., p. 162. _ _- — ; Kolbe, Archiy., 1888, p. 168. _- — — ; Gundl, Contr., 11, 266. i 272 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (586) Se la encuentra también en Cuba, Santo Domingo con Haiti. Es especie comun. ; Dythemis dicrota. Dythemis dicrota, Hagen, Syn., p. 166. Mesothemis Poeyi, Scudder, p. 194. Dythemis dicrota, Hagen; Kolbe, Archiy., 1888, p. 168. — — — ; Gundl., Contr., u, p. 269. Hasta ahora se conoce la especie solamente de Cuba y de Puerto-Rico, pero existira también en Santo Domingo y otras Antillas. Observada también en la América central. GENERO Macrothemis, Hagen. Macrothemis celeno. Libellula celeno, Selys, en Sagra, p. 192. Dythemis pleurosticta, Hagen, Syn,, p. 165 (pero no es Lib. pleurosticta Burm.) = -- — ; Scudder, p. 194. Macrothemis celeno, Selys; Hagen, en Stett. Ent. Zeit., xxv, p. 281. — —_ — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 168. - — — ; Gundl., Contr., 1, p. 273. Esta especie vive también en Cuba, Santo Domingo, Santo Tomas y Brasil, seein Hagen en su Synopsis. Ginrro Diplax, Charpentier. Diplax ambusta. Diplax Justiniana, Hagen, Syn., p. 181 (pero no es Libellula Justiniana Selys, que vive también en Cuba.) — — Selys; Scudder, p. 197. — ambusta, Hagen, Proceedings, p. 293. — — — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 168. a == — ; Gundl., Contr., 1, p. 279. (587) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUENA. 273 Observada también en las islas de Cuba y de Pinos. El Dr. Hagen considero esta especie igual a Libel/ula Justi- nianda Selys, en Sagra, p. 190, y reunid con ella la Libellula minuscula Ramb.; pero mas tarde reconocid que sus ejemplares no eran iguales a la Justiniana y les did elnombre D. ambusta, en Proceedings, p. 293. El Dr. Hagen describe la minuscula, en Syn., p. 183, aunque la habia considerado en p. 181, sind- nimo de la Justiniana. Diplax portoricensis. Diplax portoricensis, Kolbe, Archiy., 1888, p. 168. El Sr. Kolbe comparo esta especie con minuscula y dice que tiene, longitud del cuerpo 24,5 mm. y la anchura entre las puntas de las alas abiertas 43 mm., cuando en minuscula la longitud es 21-26 y la anchura 34-36 mm. D. portoricensis tiene 9-10 nerviaciones antecubitales, minuscula 8. GENERO Perithemis Hagen. Perithemis domitia. Libellula domitia, Drury, Ins., 11, 83; pl. xty, p. 4. = — — ; Ramb., 124, 132. — chora, Ramb., 125, 133. — metella, Selys, en Sagra, p. 190. Perithemis domitia, Dr.; Hagen, Syn., p. 185. — — — ; Kolbe, Archiv., 1888, p. 168. — — — ; Gundl., Contr., 1, p. 280. El Sr. Hagen no esta atin seguro si la especie de Cuba, y de consiguiente también de Puerto—Rico, es 6 no desigual a la nombrada por Drury Z. domitia. Si fuese igual debia tener el nombre dado por Drury. La patria es muy extensa, desde Maryland y New-Jersey, bahia de Campeche, algunas Antillas hasta Brasil. ANALES DE HIST. NAT. — XXII. 18 274 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (588) ORDEN HEMIPTEROS. Muchas especies de la coleccién de Hemipteros puerto-rique- nos he podido nombrar comparandolas con los ejemplares de mi coleccion cubana, la que fué clasificada primeramente por mi, usando la obra de la Sagra, en la cual publicé Guerin Me- naville las especies llevadas 4 Europa por la Sagra, y luego clasificé el Dr. Uhler la coleccién mia, mandada al efecto a Baltimore. Este sabio entomologo clasificé todos los Heterdpte- ros y de los Homopteros solamente las especies bien conserva- das y mayores, dandome de las menores los nombres genéricos. No teniendo esperanza de que pronto sean examinados y clasificados los Hemipteros puerto-riquenos, he preferido dar noticia de lo que sé de seguro para no demorar tanto la publi- cacion sobre los Hemipteros y Coleépteros. Las obras que tratan sobre especies puerto-riquenas y que he citado son las siguientes: Burm.— Burmeister, Handbuch der Entomologie.—Hemiptera. Dall.—Dallas, List of Hemipterous Insects, Brit. Museum, part. I. Drury.—Drury, Illustrations of Natural History, 1779-1782. Fabr.—Fabricius, Syst. Entomolog. Fitch.—Catalogue of Homopt. Cab. of N. H. Germ.—Germar, Entomologische Zeitschrift, t. 1. Guér. en Sagra.—Guérin Méneyille, en la obra de la Sagra.— Historia politica, fisica y natural de la isla de Cuba.—Hemipteros en tomo vil, de la edicién espanola, 1856. Guér., leonogr.— Guérin, Iconographie du regne animal. Insectes. Herbts.—Gem. Nat. Herr. Sch.—Herrich Schaeffer. Die Wanzen. Linn., Syst. Nat.—Linneus, Systema naturae, editio xu. Pal. de Beawv.—Palisot de Beauvais, Insects d'Afrique et d’Amérique. St. Fargeau.—Ene. x. Say.—New. Harm. Ind. Jan. 1832. Signoret.—Revue icon. des Tettigonides. Thunberg.—Nova insect. spec. Uhler, mss.— Uhler, Clasificacién manuscrita de los Hemipteros cubanos de la coleecién mia. Westwood.—Ann. Soc. Ent. France, 1.2 serie, t. 11. Voet, Cat. Syst.— Voet, Catalogus systematicus, t. Ivy. (589) Gundlach.— FAUNA PUERTO—-RIQUENA. 275 HEMIPTERA HETEROPTERA SECCION I.—GEOCORIS&. FaminiA Pentatomide. GrNERO Pachycoris, Burm. Pachycoris Fabricii. Scutellera Fabricii, Pal. de Beauwv., p. 31, pl. v, figuras 1 y 2. Pachycoris guttula, Herrich. Sch., t. tv, p. 7, pl. cxt, f. 350. — nitens, Dall.; Guér. en Sagra, p. 150. -- Fabricii, Linn.; Uhler, mss. Se encuentra también en la isla de Cuba. Grinero Augocoris, Burm. Augocoris sexpunctatus. Cimex sexpunctatus, Fabr. — cretaceus, Voet, Cat. syst., 1v, 110, 8; t. xivir, f. 8. Augocoris unicolor, Burm., 11, p. 396. Scutellera pallida, Pal. de Beauv., p. 234, pl. v, 6, fig. 8. Augocoris — — ; Guér., en Sagra, p, 149. — sexpunctatus, Fabr.; Uhler, mss. Esta especie varia mucho en su colorido. Vive también en Cuba. GENERO Mesotrypa, Burm. Mesotrypa sinuosa. Mesotrypa sinuosa, Uhler, mss. n. sp. El tipo es de Cuba. 276 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (590) GuNERO Sphyrocoris, Mayr. Sphyrocoris obliquus. Pachycoris obliquus, Germ., 1, p 94. — — — ; Herr. Sch., t. v, p. 54, pl. civi, f. 491. Sphyrocoris — — ; Uhler, mss. Esta también en Cuba y en Martinica. GENERO Amnestus, Dallas. Amnestus pusillus. Amnestus pusillus, Uhler, mss. Parece que el Sr. Uhler lo encontrd diferente de spini- trons Say. Kn la isla de Cuba vuela 4 menudo hacia las luces encendi— das en las casas. GENERO Nezara, Am. et Serv. Nezara marginata. Pentatoma marginata, Pal. de Beawv., p. 147, pl. x, f. 1. — (Nezara) marginata, Pal. de Beauv.; Guér., en Sagra, p. 155. — — — ; Uhler, mss. Ademas de Puerto-Rico vive en Cuba, Santo Domingo y Gua- dalupe. GENERO Thyanta, Stal. Thyanta perditor. Cimex perditor, Fab., Ent. Syst., t. tv, p. 102. Pentatoma fascifera, Pal. de Beawv., p. 150, pl. x, f. 9. (591) Gundlach.—FrauNA PUERTO-RIQUENA. : ~ Pentatoma (Mormidea) perditor, Fab.; Guér., en Sagra, p. 152. Thymota — — ; Uhler, mss. Existe también en la Florida y en la isla de Cuba. GENERO CEibalus, Stal. (Ebalus pugnax. Cimex pugnax, Fabr., Syst. Ent., p. 704. — typhceus, Fab., Syst. Rhyng., p. 162. Pentatoma orthacantha, Pal. de Beawv., p. 130, pl. 1x, f. 94. _ (Mormidea) typhus, Fab.; Guér., en Sagra, p. 153. (Ebalus pugnax, Lab.; Uhler, mss. Habita también en Cuba y Santo Domingo. GENERO Prooxys, Spin. Prooxys punctulatus. Halys punctulata, Pal. de Beauv., p. 188, pl. x1, fig. 9. Pent. (Prooxys) punctulata, Pal. de Beauv.; Guér., en Sagra, p. 154, lami- ri) SMGth 3h, Bb — — — ; Uhler, mss. Esta especie es también habitante de Cuba. GENERO Arvelius, Spin. Arvelius albopunctatus. Cimex albopunctatus, de Geér., Mém., t. 10, p. 331, pl. v, fig. 6. — gladiator, Fabr., Syst. Rhyng., p. 162, Nr. 36. Pentatoma gladiator, Fabr.; Pal. de Beawv., p. 127, pl. 1x, f. 1. Acanthosoma — — ; Burm., t. 1, p. 359. Arvelius — — ; Herr. Scheff., t. v, p. 104, pl. ctxxx, figuras 557, 558. ; —_— albopunctatus, Am. et Serv., Hemipt., p. 150. Pent. (Arvelius) — de Geer; Guér., en Sagra, p. 155. Arvelius , — — ; Uhler, mss. Existe también en Cuba, Santo Domingo y Méjico. 78 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (592) GENERO Loxa, Am. et Serv.. Loxa flavicollis. Cimex flavicollis, Drury, Ill. 2, p. 67. Loxa — — ; Uhler, mss. Se encuentra también en Cuba y otras localidades. GENERO Edessa, Fab. Edessa bifida. Ascra bifida, Say, New. Harm., Ind. Jan. 1832, p. 7. Edessa cornuta, Burm., 1, p. 356. Pent. (Aceratodes) cornuta, Burm.; Guér., en Sagra, p. 156. Edessa — — ; Uhler, mss. Se encuentra también en Cuba. GENERO Mutyca, Stal. Mutyca phymatoptera. Pentatoma phymatoptera, Pal. de Beawv., p. 112, pl. vin, f. 2. Canthecoma — —- ; Guérin, en Sagra, p. 151. Mutyca —_— -- ; Uhler, mss. Ademas de la isla de Puerto—Rico vive en Santo Domingo y Cuba. GUuNERO Podysus, Herr. Sch. Podysus sagitta. Cimex sagitta, Fabr., Ent. Syst. 4, p. 99. Podysus — — ; Uhler, mss. Es también habitante de Cuba. (593) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUENA. Famitia Goreidee. GENERO Zicca, Am. et Serv. Zicca teniola. Clavigrallia teeniola, Dallas, List. hem. ii, p. 514. Zicca — — =; Uhler, mss. Se encuentra también en toda la isla de Cuba. GENERO Corizus, Fall. Corizus Side. Coreus Side, Fab., Syst. Rhyng., p. 201. Lygeus — — Ent. Syst., 1v, p. 169. Cor. (Rhopalus) Side, Fab.; Guérin, en Sagra. p. 160. Corizus — — ; Uhler, mss. Existe en la isla de Cuba. GENERO Spartocera, Lap. Spartocera fusca. Cimex fuscus, Thunberg, Nov. ins. sp. li, p. 44; Uhler, mss. Vive también en toda la isla de Cuba. GriNERO Leptoglossus, Guer. Leptoglossus stigma. Cimex stigma, Herbst, Gens. Nat. v1, p. 258. 279 Anisoscelis serrulatus, Herr. Scheff., vu, p. 10, pl. coxx, figuras 687, 688. — — — ; Guér., en Sagra, p. 160. Leptoglossus stigma; Herbst; Uhlev, mss. Habita también la isla de Cuba. 280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Leptoglossus balteatus. Cimex balteatus, Linn.; Fabr., Sp. Ins., 1, p. 352. Anisoscelis thoracicus, Guér., en Sagra, n. sp. p. 160, tab. xu, f. 7. Leptoglossus balteatus. Fabr.; Uhler, mss. Esta especie es rara en Cuba. Leptoglossus gonagra. Cimex gonagra, Fabr., Syst. Rhyng., p. 210. Anisoscelis gonagra, Fabr.; Guér., en Sagra, p. 161. Leptoglossus — — ; Uhler, mss. Se encuentra también en la isla de Cuba. GENERO Phthia, Stal. Phthia picta. Cimex pictus, Drury, Ins., 1, p. 107. Anisoscelis (Leptoscelis) annulipes, Guér., en Sagra n. sp., p. 161. Phthia picta, Drury; Uhler, mss. Se encuentra en toda la isla de Cuba. Phthia lunata. Lygzeus lunatus, Fabr., Ent. Syst., t. 1v, p. 142; Syst. Rhyng., p. 212. Anisoscelis fastuosus, Herr. Schaeff., t. vil, p. 8, pl. coxix, f. 684. — (Leptoscelis) lunatus, Fab.; Guér., en Sagra, p. 161. Phthia lunata, Fabr.; Uhler, mss. Esta especie vive también en Cuba. GrENERO Alydus, Fabr. Alydus pallescens. Alydus pallescens, Stal, Rio Jan., Hem., 1, p. 34. — — — ; Uhler, mss. (594) (595) Gundlach.— FAUNA PUERTO-—-RIQUENA. 281 Ignoro si el A. signatus, Herr. Schaeff., citado por Guérin en la Sagra es otra especie 6 sindnimo. Vive en toda la isla de Cuba. GrENERO Chariesterus, Lap. Chariesterus gracilicornis. Chariesterus gracilicornis, Stal. pe — — ; Uhlev, mss. Lo he cogido también en la isla de Cuba. GENERO Leptocorisa, Fab. Leptocorisa filiformis. Cimex filiformis, Fab., Syst. Ent., p. 727. Leptocorisa — — _ ; Uhler, mss. Es posible que el Z. ¢ipuloides de Geer, citado por Guérin en Sagra sea sindnimo. Se encuentra también en Cuba. GinreRo Jadera, Stal. Jadera sanguinolenta. Cimex sanguinolentus, Fab., Syst. Ent., p. 721. Leptocoris coturnix, Burm., t. u, p. 305. Serinetha — ==) Dalle. Aone Lyg. (Serinetha) coturnix, Burm.; Guér., en Sagra, p. 163. Jadera sanguinolenta, Fub.; Uhler, mss. Creo que cofwrniz es un sindnimo y no otra especie. Es muy comin en la isla de Cuba. 282 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (596) FamitiA Lygeeidee. GriNERO Lygeeus, Fabr. Lygeus fasciatus. Lygzeus fasciatus, Dallas, part. 11, p. 538. — aulicus, Herr. Schaeff., t. v1, p. 76, pl. ccvi, f. 646. — fasciatus, Dall.; Guér., en Sagra, p. 164. — —_ — ; Uhler, mss. Guérin dice en Sagra que esta especie, muy comun en la isla de Cuba, no es el Lyg@us aulicus, de Fabricius. | GENERO Pamera, Say. Pamera longula. Pamera longula, Dallas. Lygzeus (Plociomerus) Dohrnii, Guér., en Sagra n. sp., p. 166. Pamera longula, Dail.; Uhler, mss. Es también habitante de la isla de Cuba. Pamera vincta. Pamera vincta, Say. Lygzeus (Plociomerus) Amyotii, Guér., en Sagra n. sp., p. 166. Pamera vincta, Say; Uhler, mss. Se encuentra también en la isla de Cuba. GENERO Clerada, Sign. Clerada apicicornis. Slerada apicicornis, Signoret. Clerada — — ; Uhler, mss. Se encuentra en toda la isla. (597) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUENA. 283 GENERO Gidancala, Am. et Serv.. (Edancala cubana. (Edancala cubana, Stal, En. Hem. tv, p. 139. — — — , Uhler, mss. Habita en toda la isla de Cuba. FamiriA Gapsidee. GENERO Pycnoderes, Guérin-Méneville. Pycnoderes quadrimaculatus. Pycnoderes quadrimaculatus, Guér., en Sagra, n.s., p. 168, lm. xu, fig. 12. — —_ — ; Uhler, mss. En la isla de Cuba no es raro en el Solanum torvwn. GiNERO Lygus, Hahn. Lygus Sallei. Lygus Sallei, Stal, Stett. Ent. Zeitschr. xxu, p. 321. == — — var.; Uhler, mss. Lo he cogido también en la isla de Cuba. Famit1a Phymatidee. GrENERO Phymata, Latr. Phymata erosa. Cimex erosa, Zinn., Syst. Nat., 1, p. 718. Syrtis — — ; Fabr., Syst. Rhyng., p. 121. 284 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Phymata erosa, Linn.; Westw., t. m1, p. 21, pl. n, fig. 3. Syrtis (Phym.) erosa, Linn.; Guér., en Sagra, p. 169. Phymata — — ; Uhler. Existe también en Cuba. Phymata emarginata. Syrtis (Phymata) emarginata, Guér., en Sagra, n. sp., p. 170. 2s = = —— + Unler, mss. El tipo de la especie era de Cuba. Faminta Reduvide. GENERO Zelus, Fabricius. Zelus rubidus. Zelus rubidus, St. Farg., Enc., x, p. 278. a -- — ; Uhler, mss. Se encuentra en Cuba. Ginrero Diplodus, Stal. Diplodus subimpressus. Zelus (Diplodus) subimpressus, Stal, Enum., Hém., u, p. 91. Diplodus — — ; Uhler, mss. Vive también en toda la isla de Cuba. GinERO Stenopoda, Lap. Stenopoda culiciformis. Cimex culiciformis, Fabr., Syst., Ent., p. 728. Stenopoda — — ; Uhler. mss. (598) (599) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUENA. 285 En la isla de Cuba vuela 4 menudo hacia las luces encen— didas. GuNERO Emesa, Fabr. Emesa affinis longipes. Emesa affinis longipes, De Geer. Con este nombre deyolvié el Sr. Uhler la especie. Ignoro si la palabra latina a@finis es verdadero nombre dado por De Geer, 6 si es sindnimo de parecido del idioma espanol, es decir, Hmesa que se parece a la longipes. Fama Hydrometridee. GENERO Limnotrechus. Limnotrechus marginatus. Gerris marginatus, Guér., Iconogr., 351, pl. uv, f. 2. _ — — en Sagra, p. 173. Limnotrechus marginatus, Guér., Uhler, mss. Se encuentra también en toda la isla de Cuba. GENERO Microvelia, Westw. Microvelia pulchella. Microyelia pulchella, Westwood, Annales de Soc. ent. de Fr., 1.* serie, t. 111, Ds G41, Dl. IVs 4. Os Hydroessa reticulata, Burm., u, p. 213. — pulchella, Herrich-Schaeffer, v1, p. 37, pl. cxcin, f. 595. Microvelia — Westw.; Guér., en Sagra, p. 174. — _ — ; Uhler, mss. Se encuentra también en las islas de Cuba y San Vincente. 286 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (600) SECCION Il.—HYDROCORISAE. Faminia Nepidee. GENERO Belostoma, Latr. Belostoma medium. Belostoma medium, Guér., en Sagra, n. sp.. p. 175. — = — ; Uhler, mss. Lo he cogido también en la isla de Cuba. GENERO Zaitha, Am. et Serv. Zaitha anura. Zaita anura, Herr.-Schaeff. = == io ; Uhler, mss. También en la isla de Cuba en las lagunas. FaminiA Corixidee. GENERO Gorixa, Oliv. Corixa reticulata. Corisa reticulata, Guér., en Sagra, n. sp., p. 177. — — — ; Uhler, mss. HEMIPTERA HOMOPTERA. FamMiItiA Jassidee. GiNERO Deltocephalus, Burm. Deltocephalus contestus. Deltocephalus contestus, Uler, mss. Se encuentra también en Cuba. (601) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUENA. 287 Deltocephalus Harrisii. Deltocephalus Harrisii, Fitch. Esta especie es comun en Cuba. GrNERO Tettigonia, Ol. Tettigonia geometrica. Tettigonia geometrica, Signoret, Uhler, mss. Es una especie rara en Cuba. Grnero Agallia, Curt. Agallia fumosa. Agallia fumosa, Uhler, mss. (acaso nueva especie). Se encuentra también en la isla de Cuba. ORDEN COLEOPTEROS. La clasificacién de los Coledpteros puerto-riquenos, recogi- dos por el Sr. Krug y yo, es aun muy incompleta, por no haberse encontrado un entomodlogo especialista para muchas familias que quisiera hacerse cargo de la clasificacion. Com— parando con mi coleccién cubana, he podido nombrar muchas especies que son iguales, pero no todas, pues mi coleccion tiene muchas familias bien clasificadas por autores compe- tentes, y también muchas enteramente sin clasificaciOn. Apun- taré en este tratado las especies nombradas. Si mas tarde se encontrasen mas entomdlogos para Clasificar el resto, se dara un suplemento. Por peticidn del Dr. Davitz, del Museo Zoold- gico de Berlin, se hizo cargo el Sr. G. Guedenfeldt de un ntimero de Heterdmeros y publico su lista en el Berliner Hnto- mologische Zeitschrift, xxx, 1886, Heft 1, p. 119. Después des— 288 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (602) cribié el profesor Dr. Fischer tres nuevas especies del género Anthonomus, también en el mismo periddico, xxx, 1888, Hef. 11, p. 487. Pero mas importante es una contribucién «Beitrag zur Chrysomeliden und Coccinelliden Fauna von Portorico», von J. Weise, en el Archiv fiir Naturgeschichte, 1, tomo I, con una lamina. M. Auguste de Chevrolat, de Paris, publicd en Annales de la Société Hutomologique de France, en 1876, p. 243, la lista de once curculidnidos, de los cuales cinco eran de especies nuevas; y en 1877, p. vill, ocho especies de diferentes familias, de ellas seis nuevas. En la sinonimia citaré solamente los autores y sus publica— ciones, que tienen relacién con especies puerto-riquenas, ya traten de especies indigenas de Puerto-Rico solo, 6 ya de las que también viven en la isla de Cuba ti otras Antillas y el Continente americano. Los autores citados en la sinonimia de las especies son: Aubé.—Aubé, Species des Hydrocanth. Bohem., en Schh.—Boheman, en Schonherr. — Mon. Cassid.—Boheman, Monographia Cassid. Burmeister, Handb. — Burmeister, Handbuch der Entomologie. Co- leépteros. Candéze, Mon. El.—Candéze, Monographia Elateridum. Chaudoir, Mém.—Chaudoir, Mémoires sur les Carabides. — Bull.— — Bulletin de Moscou. Chevr., Rev.— Chevrolat, Revue zoologique. — Col. Méx.—Chevrolat, Coléoptéres du Méxique. — Sp.—Chevrolat, Species Coléopt. — Bull.—Chevrolat, Bulletin de la Société Entomol. de France. — OCol.—Chevrolat, Coléoptéres de lile de Cuba. Dejean, Spec.—Dejean, Species des Coléoptéres. — Cat.— — Catalogue, 3° édition. Er. 6 Erichs., en Germ.—Erichson, en Germar’s Zeitschrift. = Ins. Deutschl.—Erichson, Insecten Deutschlands. Fabr., Ent. Syst.—Fabricius, Entomologia systematica. — Syst. Eleuth.—Fabricius, Systema Eleutheratorum. — Spec.—Fabricius, Species Coleopterorum, Fischer.—Fischer, en Berl., Entomol. Zeitschrift, xxx11. Germar, Zeitsch.—Germar, Entomologische Zeitschrift. — Sp. Ins— — _ _ Species Insectorum. Gerstaecker.—Gerstaecker, citado en Fam. Rhipicerides. Grav.—Grayenhorst, Col. microp. (603) Gundlach.— FAUNA PUERTO—RIQUENA. 289 Grouvelle.—Grouvelle. Guér., Icon.—Guérin, Ieoncgraphie du Régne animal de Cuvier. — Rev. zool.—Guérin, Revue zoologique. Herbst, Col.—Herbst, Coléopteres. Jacq 6 Jacq. Duv.—Jacquelin-Duval, en la obra Historia fisica, politica y natural de la isla de Cuba, por Ramon de la Sagra, tomo vit. Edicién espafiola, 1856. Klug, Nov. Act.—Klug, Nova Acta E. Leopold. — Dej. Cat.— — _ en Dejean Catalogo Ins. Col. Lacord. Mém. Phyt.—Lacordaire, Mémoire des Phytophages. Laport. 6 Lap., Kt. Ent.—Laporte, Etudes Entomologiques. — Hist. Nat.—Laporte, Histoire naturelle des Coléopteres. — Mon. Diap.— — Monographia des Diaperides. Latreille 6 Latr., Voy.—Latreille, Humboldt Voyage. Leconte 6 Le Conte.—Proceedings. Linné.—Linné, Systema Naturae, edit xm. Mannerh.—Mannerheim, citado en el género Brachinus. Mars., Mon. Hist.—Marseul, Monographia Histeridum. — Suppl. Cat— — Supplement au Catalogue. Melsheimer.—Melsheimer, Proceedings Acad. N. H. Philadelphia. Mulsant.—Mulsant, Essai monographique, en Annales. — Sp. Sec.—Mulsant, Species des Securipalpes. Oliv., Ent.—Olivier, Entomologia. — Col.— — _ Coleoptera. Poey, Mem.—Poey, Memorias. Pal. de Beauv.—Palisot de Beauv., Insectes d'Afrique et d’America. Panzer.—Panzer, Fauna, Ins. Germ. Paykull 6 Payk.—Paykull, Monographie Iisterid. Puéz., Mon.—Putzeys, Monographie des Clivinides. Qued.— Quedenfeld, en Berliner Entomologische Zeitschrift, xxx, 1886. Reiche.—Reiche, citado en el género Rhombodera. Say, Phil.—Say, Transanctions of the Society at Philadelphia. — Journ.—Say, Journal. Schonh. 6 Schh.—Schoénherr, citado en el.género Allecula. — Cure.—Schonher, Genera et Species Curculionidum. Sturm.—Sturm, Insecten Catalog. Suffr., Linn.—Suffrian, en Linnea. — Weise, Arch, i, p. Lis Se encuentra también en Cuba y América meridional. Diabrotica impressa. Diabrotica impressa, Suffr., Arch. xxx, t. 1, p. 309. = — — ; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 157. Existe también en Cuba. GENERO Cerotoma, Erichson. Cerotoma denticornis. Crioceris denticornis, Fab., Ent. Syst. u, 24, Nr. 52. (649) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUENA. 235 Crioceris denticornis, Fab., Syst. Eleuth., 1, p. 457, 37, -/. Cerotoma —_ — ; Jacq. Duv., en Sagra, p. 120. cs a — ; Suffr., Arch, xxxu1, t.1, p. 317. = = — ; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 157. Es comtin en Cuba. GENERO Galerucella, Crotch. Galerucella varicornis. Galerucella varicornis, Weise, Arch. 11, t. 1, p. 157. No se encuentra en Cuba. GriNERO Blepharida, Chevr. Blepharida irrorata. Blepharida irrorata, Chevr., en Guér., Rey. et Mag. de Zool., 1864, Nr. 6, p. 180. —- ~ — ;Suffr., Arch. xxxm1, t. 1, p. 323. — — — ; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 159. Existe en Cuba. GENERO Gidionychis, Latr. (Edionychis cyanipennis. Galleruca cyanipennis, Fab., Syst. El., 1, 494, Nr. 86. Haltica = — ; Olw., Ent. vi, p. 676, 12, tab. 1, y f. 12. Omophoita — — ; Jacq. Diw., en Sagra, p. 128. (Edionychis — — ; Suffr., Arch. xxxult, t. 1, p. 165. = — — ; Weise, Arch. LI, t. 1, p. 159. Ks especie comuin en Cuba. (Edionychis bicolor. Chrysomela bicolor, Linn., Syst. Nat. ed x11, 593. (Edionychis — — ; Weise, Arch. LI, t. 1, p. 159. 336 ANALES. DE HISTORIA NATURAL. (650) Suffrian no encontré /ico/or entre las especies cubanas, sino Galleruca fasciata, Fab., Syst. El. Parece que las dos seran variedades de una sola especie. (Edionychis 10 guttatus. Galleruca 10 guttata, Yab., Syst. El. 1, p. 492. (Edionychis 10 guttatus, Weise., Arch. 11, t. 1, p. 159. No se ha observado en Cuba. SUBFAMILIA HALTICIN.E. GENERO Omototus, Clark. Omototus ferrugineus. Hadropoda ferruginea, Suffr., Arch. xxx1v, t. 1, p. 174. Omototus == -= |; Weise, Arch. 31, t.1,"ps 100: Vive también en Cuba. GENERO Disonycha, Chevr. Disonycha chlorotica. Galleruca chlorotica, Oliv., Ent. v1, p. 690, Nr. 37, t. 1, f. 37. Haltica a — ; Suffr., Arch. xxx.v, t. 1, p. 181. Disonycha — — ; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 159. En Cuba no es especie rara. Disonycha interstitialis. Haltica interstitialis, Suffr., Arch. xxx1v, t. 1, p. 187. Disonycha — — ; Weise, Arch. Lr, t. 1, p. 159. Existe también en Cuba. Disonycha pallipes. Disonycha pallipes, Weise, Arch. 11, t. 1, p. 159. (651) Gundlach.—FraUNA PUERTO-RIQUENA. 337 No existe en Cuba, donde viven H. pyritosa y robusta, Suffy., que son muy semejantes. ENERO Lactica, Erichson. Lactica scutellaris. Galleruca scutellaris, Oliv., Ent. vi, p. 699. Lactica = — ; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 160. Yo tenia una especie bajo el nombre Avrabala scutella- vis, Oliv.. pero Suffrian dice que mi ejemplar no conviene a este nombre y la llamo ZH. ambulans, Suffr., en pag. 182. Dice que Olivier indica su especie como de Francia meridional, y que hay algunas diferencias entre el insecto y la descripcion. GENERO Haltica, Illiger. Haltica plebeja. Galleruca plebeja, Oliv., Ent. v1, p. 62¢, Nr. 19, t. 11, f. 27. — jamaicensis, /'4b., Ent. Syst. 1, p. 16, 14. Graptodera plebeja, Oliv.; Jacq. Duv., en Sagra, p. 128. Haltica — — ; Suffr., Arch. xxx1v, t. 1, p. 195. et. ou —. » Weise, Arch. 11, t. 1, p. 160. Ks en Cuba muy comun. Haltica occidentalis. Haltica occidentalis, Suff., Arch. xx‘xtvy, t. 1, p. 196. a = — ; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 160. Existe también en la isla de Cuba. Haltica gravidula. Haltica gravidula, Suffr., Arch., xxxiv, t.1, p. 201. == =e — ; Weise, Arch. 11, t. I, p. 160. {s también especie cubana. rw me ANALES DE HIST. NAT.— XXII. 338 ANALES DE HISTORIA NATURAL. GriNERO Hermezeophaga, Foudras. Hermwzophaga cylindrica. Hermzeophaga cylindrica, Weise, Arch. 11, t. 1, p. 160. No se ha observado en Cuba. GrENERO Phyllotreta, Chevr. Phyllotreta fallax. Haltica fallax, Suffr., Arch. xxxtv, t. I, p. 214. — — — ; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 162. Existe en Cuba. Bohm. Cassidid. GinrRO Longitarsus, Latr. Longitarsus varicornis. Longitarsus varicornis, Suff7., Arch. xxxiv, t. 1, p. 215. —= == — ; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 162. También en Cuba. GriNERO Aphthona, Chevr. Aphthona compressa. Haltica compressa, Suffr., Arch. xxxiv, t. 1, p. 211. Aphtona — — ; Weise, Arch., L1, t. 1, p. 162. Existe en Cuba. GiNERO Megistops, Bohem. Megistops fictor. Megistops fictor, Weise, Arch. 11, t. 1, p. 162. No existe en Cuba. (653) Gundlach.—FraAuNA PUERTO-RIQUENA. GENERO Homophyla, Harold. Homophyla Krugii. Homophyla Krugi, Weise, Arch. 11, t. 1, p. 163. No se encuentra en Cuba. GENERO Systena, Chevr. Systena basalis. Systena basalis, Jacq. Duv., en Sagra, p. 129. Haltica — — ; Suffr., Arch, xxxiv, t. 1, p. 212. Systena — —-. Wetse, Arch, ut, ..1, ps 162: Es especie comtin en Cuba. Ambos sexos difieren mucho. Systena varia. Systena varia, Weise, Arch. 11, t. 3, p. 164. No se ha encontrado en Cuba. GrNERO Crepidodera, Chevr. Crepidodera asphaltina. Haltica asphaltina, Suffr., Arch. xxxiv, t. 1. p. 201. Crepidodera — — ; Weise, Arch. ut, t.3, p. 165. GENERO Epitrix, Foudras. Epitrix fuscata. Crepidodera fuscata, Dej., Cat., 3.2 edic., p. 415. — — — ; Jacq. Duv., en Sagra, p. 180. Haltica pubescens, Hint. Hefte, 11, 37, Nr. 17. — — — ;Suffr., Arch. xxxIvy, t. 1, p. 208. Epitrix fuscata, Dej.; Weise, Arch. 11, t. 1. 339 310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (654) Suffrian creyo que la especie cubana era igual a la //. pubes- cens, KH. H., de Europa, pero Weise dice que no es igual. Epitrix parvula. Crioceris parvula, Fab., Syst. El., 1, p. 468, Nr. 94. Haltica hirtipennis, Melsheimer, Proc. Acad. Phil. 111, p. 165. =e = — ; Suffr., Arch. xxxtv, t. 1, p. 209. Epitrix parvula, /ab.; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 166. El nombre dado por Fabricio no conviene, pues es posterior & una especie parvula, de Paykull, segun Suffrian. Existe en Cuba. GrNERO Plectroscelis, Redt. Plectroscelis apricaria. Plectroscelis apricaria, Suffr., Arch, xxxtv, t.1, p. 219. = -- — ; Weise, Arch. 11, t. 1, p. 166. Es especie comtin en Cuba. SUBFAMILIA HISPIN-E. GENERO Odontota, Chevr. Odontota axillaris. Odontota axillaris, Dej., Cat., 3.8 edic., p. 388. — — — ; Jacq. Dww., en Sagra, p. 130, Linn. rx, f. 9. _ _ — ; Suffr., Arch. xxx1v, t.1, p. 226. = — — ; Weise, Arch. UI, t. 1, p. 166. Se encuentra en Cuba. GENERO Octispa. Octispa loricata. Octispa loricata, Weise, Arch. LI, t. 1, p. 166. No se encuentra en Cuba. (655) Gundlach.— FAUNA PUERTO—RIQUENA. 311 SUBFAMILIA CASSIDIN-E. Ginrro Ghelymorpha, Bohem. 47,50 —Se procedid 4 la eleccion de la Junta directiva de la Sec- cin para el préximo ano, quedando constituida en la forma siguiente: DE HISTORIA NATURAL. 27 Presidente: D. Salvador Calderén. Vicepresidente: D. Miguel Iborra. Tesorero: D. Manuel de Paul. Secretario: D. Manuel Medina. Vicesecretario: D. José Puigeener. —El Sr. Medina leyo la nota siguiente: «Recientemente he tenido ocasién de consultar los ejempla- res que poseo en mi coleccién de la familia de los tentredini- dos (himendépteros) con el reputado especialista aleman senor Kkonow; y aunque la lista de las especies no sea grande, es importante, sin embargo, si se tiene en cuenta que en ella figuran tres especies nuevas y dos variedades, una de las cuales ha tenido la bondad de dedicarme dicho senor, por lo cual me complazco en hacer publica aqui mi gratitud. »Hé aqui la lista de las especies, todas ellas procedentes de localidades espanolas: Amasis jucunda Klg.—o. Ciudad-Real (La Fuente!). Arge Pyrenaica André.—9Q. Idem. Cladius pectinicorms Geoftr.—2. Fuente-Piedra (Malaga) (Cal- derén!). — difformis Panz.—9Q. Cazalla (Rio!). Pteronus sp. nov., pavidus Lep. aftinis.—Coruna (Bolivar!). Emphytus Viennensis Schrank var. Medine Konow, var. nov.— Huévar (Paul!). A thalia spinarum ¥.—Q cy. Ciudad-Real (La Fuente!). — glabricollis Thom.—Q oo. Sevilla!, Hueévar (Paul!), Chiclana (Lopez Cepero!), Ciudad-Real (La Fuente! ). — annulata F.—Q. Sevilla! — Rose lL. var. cordata Lep.—° o. Sevilla!, Dos Herma- nas!, Cazalla (Rio!). — — var. liberta Klg.—o”. Dos Hermanas!, Coruna (Bolivar!). Macrophya neglecta Kg. var. nigra Konow, var. nov.—Alcala de Guadaira! Allantus fulviventris? Mocs.—9. Sevilla! — sp. nov.—@. Sevilla!, Benacazén (Centeno!). Tomostehus sp. nov.—Chiclana (Lopez Cepero)). 28 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —El Sr. Gonzalez Fragoso leyo las notas siguientes: «I. Estudiando, ha pocos dias, algunas algas de agua dulce recogidas en los alrededores de Sevilla, al buscar en unos fila- mentos de Vaucheria los érganos reproductores, noté en uno de aquellos una protuberancia, 6 por mejor decir, una excre- cencia algo irregular, de dimensiones relativamente consi- derables—*/, 4 '/, de milimetro—que confundi al pronto con un oogonio. No era asi, se trataba de una agalla formada por un parasito al que servia de alojamiento, y que, confusa- mente se distinguia, moviéndose con dificultad, en aquella cavidad algo pequena para su volumen. Aun cuando prolon- gué por bastante tiempo la observacidn, no lo vi salir, como hubiera podido hacer, pues ningun tabique cerraba la comu- nicacién de la agalla con el interior del filamento. En otro ejemplar, por el contrario, el animalillo se paseaba por el interior del alga, descomponiendo la distribucién de los cro- matdforos, giraba rapidamente sobre su extremidad posterior cuando tropezaba con algtin obstaculo, recorriendo entonces la luz del filamento en sentido contrario, 6 bien introducia su boca, rodeada de pestanas vibratiles, en una agalla, mas pe- quena que la anteriormente citada y que llevaba este ejemplar de Vaucheria. En otras pude notar la presencia de agallas, si bien desprovistas del parasito, del cual pude observar otros ejemplares nadando libremente en el agua, con bastante rapi- dez, 6 arrastrandose por la superficie de las Vaucheria y Spiro- gyra que se hallaban en la preparacion. »Bien hubiera querido fijar algunos ejemplares del parasito, tanto para conservarlos definitivamente como para poder es- tudiarlo y dibujarlo mas detenida y detalladamente de lo que he podido hacerlo. Desgraciadamente los agentes fijadores usados para tan pequenos seres—el acido ésmico, el cloruro de oro, el cloruro de oro y paladio, particularmente éste tltimo— no suelen encontrarse en laboratorios tan modestos como el mio, ni es facil proporcionarselos en Sevilla, en un momento dado. Careciendo de estos medios traté de usar un reactivo colorante, la safranina; facil y rapidamente la absorbieron, mas solo consegui que a los pocos instantes murieran, contra- yéendose y quedando reducidos 4 pequefas masas informes tenidas en anaranjado por la solucién de safranina. Igual suerte tuvieron otras especies de infusorios que se hallaban DE HISTORIA NATURAL. 9) en la misma preparacion. En vista de esto estoy cultivando otros ejemplares de las mismas algas con objeto de completar estas observaciones, con mayores medios. »La explicacion de este caso de parasitismo es bien facil, pues no es ciertamente nuevo ni mucho menos desconocido. Se trata de un rotifero, la Notommata Werneckii Khr., parasito de las Vaucheria. Ya en 1803 y con el nombre de Cyclops lupula la describid Vaucher (1); también lo menciona Lyngbye como excrecentia Vaucheri@ dichotome@ en 1819 (2); lo coloca en 1834 Werneck en su verdadero género (3), y Ehrenberg en 1838 lo describid con el nombre especifico Werneckii (4). Muy poste- riormente, en 1878, Balbiani le dedicé un trabajo (5) y mi amigo el Dr. Debray, profesor en la Escuela superior de Cien- cias de Argel, escribid en 1890 una Memoria muy interesante sobre el mismo asunto (6). Otros casos analogos podria citar, por ejemplo, los infusorios parasitos de las Spirogyra que Pringsheim (7) describid como segunda forma de esporas de la dicha alga, y cuya verdadera naturaleza demostro Cien- kowski (8); asi como el caso descrito por mi amigo el doctor Ed. Bornet con respecto a la Valonia utricularis Ag. (9). Y para que se vea cuan castigadas se hallan las algas por los parasitos, basta decir que ha dos anos publicd Wildemann una mono~ grafia de las Chytudiaceas de Bélgica, en la cual se citan 21 es- pecies de estos hongos que infestan las algas de aquel pats (10), »Acaso no hubiera hecho publicas mis cortas observaciones Si no pensara ampliarlas, y si todo se hubiera dicho ya acerca del fendmeno en cuestidn. Mas no es asi, pues existen dudas y contradicciones entre las investigaciones de Balbiani y De- (1) Hist. des conferves d’ eau douce. Geneve, 1803; p.39, pl. m1, fig. 8, r. f. 11,5 (¢. p. Ehrenberg.) (2) Tent. hydrophyt. danice. Hafnie, 1819; p. 82. (c. p. Er.) (3) En carta 4 Ehrenberg. (c. p. Ehr.) (4) Rech. sur Vorganis. des anim. infus. Paris, 1839; p. 384. (5) Ann. des Sciences nat. Zool. et Paleont. Ge série, t. vir, 2e mém. (c. p. Debray.) (6) Sur Notommata Werneckii Ehr., parasite des Vauchériées. Bull. scient. de la France et de la Belgique. Paris, 1890; pags. 222 4 248 inclusive. (7) Algologische Mittheilungen, in Flora, 1852; p. 476 y siguientes. (¢. p. Bornet.) (8) Die Pseudogonien, en Jahrbiicher fiir Wissenschaftliche Botanik, 1857; vol. 1, p. 371. (c. p. Bornet.) (9) Obs. sur le dével. dinfus. dans le Valonia utricularis Ag., Extr. del t. v1 de las Mém de la Soc. des Sciences nat. de Cherburgo. (10) V. Recensiones in Notarisia, nim, 19, 30 Guigno 1890. Venezia, 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA bray, tanto acerca de la penetracién del rotifero en la planta, como con respecto 4 la formacidn de las agallas. Tanto de estos puntos como de la descripcién del gusano me ocuparé otro dia si, con mas datos, puedo completar esta nota. »II. Recientemente he recogido en mis excursiones por los alrededores de Sevilla las siguientes especies de algas de agua dulce: Conferva bombycina (Ag.) Lagerh. — — var. elongata Rabenh. En un pozo. Cuarto. Sevilla. Cladophora fracta (Dillw.) Kuetz. a — var. capillaris Mont. En una fuente, Delicias, Sevilla. Hydrodictyon reticulatum (L.) Lagerh. En un arroyo, Prado de Santa Justa, Sevilla. »III. Las resoluciones relativas a la nomenclatura botanica acordadas por los Sres. P. Ascherson, A. Engler, K. Schumann y J. Urban, y aceptadas por Alph. de Candolle, son las si- guientes: »l. La prioridad de los géneros y especies datara de 1752 a 1753. »2. Los nombres nuda y seminuda seran rechazados. Las figuras dadas sin diagnosis no daran derecho para la prioridad de un nombre genérico. »3. Los nombres de géneros semejantes entre si se conser- vardn, aun cuando solo se distingan por las desinencias. »4. Algunos géneros grandes 6 generalmente conocidos, conservaran sus nombres aun cuando, en rigor, deberian des- echarse. Anadase que, para algunos de estos géneros, no es evidente la necesidad de cambiar, por razon de prioridad las denominaciones aceptadas hasta el presente. » —El Sr. Calderon participd 4 la Seccidn el fallecimiento del reputado malacdlogo Morelet, autor de la Zestacea novissima Cubane et Americe centralis y de la Description des mollusques terrestres-et luviatiles du Portugal, Paris, 1845; obra clasica para la malacologia del vecino reino y en la que se dan muchas noticias referentes 4 la de Espana. DE HISTORIA NATURAL. 3) —El mismo Sr. Calderdén did lectura 4 la siguiente nota sobre Foraminiferos pliocenos de Andalucia. «Habiendo remitido al Dr. Schrodt, bien conocido por sus estudios sobre la fauna pliocena de Almeria, de que di cuenta en otra sesidn, muestras de las rocas rizopddicas del Aljarafe y de los Cabezos de Huelva, para que las comparase con las analogas descritas por él, ha tenido la bondad de co- municarme la lista de sus determinaciones, que proporcionan datos estimables sobre un asunto poco conocido atin en Espaiia. Por esta razon he creido util reproducir la lista en cuestion con las observaciones que se ha servido acompanarla tan com- placiente sabio. Marga azulada de la cuesta de Castilleja (Sevilla). Miliolina seminulwm Lin. sp.; bastante escasa. Adelosina levigata VOrb.; escasa. Textilaria sagittula Defr.; bastante abundante. a subangulata VOrb.; escasa. Bulimina aculeata VOrb.; escasa. os af. ovata V’Orb.; escasa. No es completamente tipica y se aproxima a la Bul. pyrula d’Orb. Virgulina Schreibersiana Ezig.; no escasa. Bolivina punctata VOrb. (tipo y var.) Abundantes. — at. robusta Brdy.; bastante abundante. Es algo mas comprimida que la forma tipica. — dilatata Ros.: escasa. — af. textilaroides Rss.; escasa. Cassidulina levigata VOrb.; abundante. Lagena sulcata W. et Jac.; escasa. — gracillima Seg. sp.; escasa. Nodosaria scalaris Batsch. sp.; abundante. Cristellaria inornata d’Orb.; bastante escasa. a= cultrata Montf. sp.; escasa. = calcar Lin. sp.; no escasa. Sagrina virgula Brdy.; escasa. Globigerina bulloides d’Orb.; abundante. 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD BSPANOLA Orbulina universa dOrb.: bastante abundante. Pullenia spheroides VOrb. sp.; escasa. Discorbina orbicularis Terq. sp.; no escasa. Truncatulina lobatula W. et Jac. sp.; no escasa. — Haidingeri VOrb.; bastante abundante. -— Hungeriana VOrb. sp.: escasa. a Dutemplei VOrb. sp.; bastante abundante. Rotalia Soldanii VOrb.; escasa. Nonioninag Boucana Lin. sp.; abundante. — scapha Ticht. et Moll.; bastante abundante. Avrenisca margosa de Tomares (Sevilla). »Sin duda los trozos remitidos al Dr. Schrod hubieron de ser por excepcidn de los pobres en foraminiferos, pues éste pa- leontédlogo no pudo encontrar en aquellos sino escasos ejem- plares y mal conservados, al paso que tanto nuestro consocio D. Manuel de Paul como yo los habiamos hallado abundantes y frescos en las muestras de la misma procedencia que exami- namos. Entre tanto que subsano esta falta, examinando pre- viamente los trozos que haya de enviar 4 mi sabio y compla— ciente colega, indicaré las formas que ha podido comprobar en la muestra remitida. Bolivina cf. vobusta Brdy. Tertilaria sp. Globigerina bulloides VOrb. Sagrina virgula Brdy. Truncatulina lobatula W. et Jac. sp.? Rotalia Beccarii Lin. sp. Nonionina Boucana Lin. sp. _ scapha Ticht. et Moll. Cabezos de Huelva. »Del sedimento marg‘oso sacado del interior de un Pecten cristatus Bron. Psammosphera fusca Schulze.; bastante abundante. ZRhabdammina abyssorum M. Sars.; abundante, pero sdlo en fragmentos. DE HISTORIA NATURAL. 98 Textilaria sagittula Defr.; no escasa. Clavulina communis V@Orb.; abundante. Bulimina pupoides VOrb.; escasa. — pyrula VOrb.; escasa. Virgulina Schreibersiana Ezis.; bastante abundante. Bolivina punctata a’Orb.; tipo y variedad bastante fre- cuentes. — af. robusta Brdy.; mas comprimida que el tipo; abun- dante. — lextilaroides Rss.; escasa. Marginulina Pecketi Schr.; abundante. Cristellaria calcar Lin. sp.; abundante. Globigerina bulloides VOrb.; no escasa. Pullenia sphacroides VOrb. sp.; escasa. Truncatulina Haidingeri; no escasa. — Dutemplei VOrb. sp.; bastante escasa. Rotalia Beccartvi Lin. sp.; bastante abundante. Nonionina Boucana Lin. sp.; abundante. — scapha Ticht. et Moll.; no escasa. »Con posterioridad ha publicado el mismo Dr. Schrodt una carta dirigida al Dr. C. A. Tenne en la que le da cuenta de los foraminiferos contenidos en la marga de Oran, pliocena proba- blemente, con analogo conjunto de especies é indicando un deposito de igual profundidad que los mencionados» (1). —K] Sr. Gonzalez y Garcia de Meneses comunico a la Seccion que el 29 de Septiembre del corriente ano se sintid en Huelva entre doce y cuarto y doce y media de la noche un temblor de tierra intenso, precedido de ruido subterraneo como el del paso de un carruaje pesado y acompanado de una fuerte tre- pidacion en sentido vertical que se hizo notar en las casas por el movimiento de los objetos, tan perceptible, que ocasiondé general alarma en dicha poblacion. Kl Sr. Paul dijo que proximamente a la misma hora se hizo sentir el mismo movimiento seismico en Sevilla, siendo percibido por muchas personas y despertando a no pocas que dormian 4 la sazén. (1) Zeitschr. d. Deutschen geolog. Geselischaft, 1892. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXII. 3 34 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Sesién del 1.° de Febrero de 1893. PRESIDENCIA DE DON MAXIMO LAGUNA. —Se ley y aprobo el acta de la sesién anterior. —(Jued6 admitido como socio numerario el P. Zacarias Mar- tinez, Religioso Agustino, presentado en la sesién anterior por D. I. Bolivar, y se hicieron dos nuevas propuestas. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor— dando la Sociedad que se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. ' } ——HIl Sr. Hoyos envio la nota siguiente, remitida por el senor Puiggari de San Paulo en el Brasil, y que fué leida por el se- nor Secretario: «Las antigiiedades de este pais son de dos clases: indigenas y portuguesas; en cuanto a las primeras, hay los llamados Sambachis, que corresponden con los Kit’?chen—Middens, de Dinamarca. He visto alguno de ellos en las orillas del rio Iguape, que desagua en el mar junto 4 la ciudad de Iguape, situada entre Santos y Parnagua; pero hay muchisimos, tanto en las orillas de este rio como en todo el litoral; son montones de mariscos, particularmente ostras iguales 4 las que se en— cuentran vivas en las orillas del mar, si bien alguno de estos mariscos hay sospechas de que sea nuevo 6 desconocido; el vulgo los llama Casqueras, y los utilizan para la fabricacién de cal; algunos de ellos se encuentran 4 mucha distancia del mar. Es opinidn mia que en época remota habia en este punto una gran bahia que posteriormente fué Menandose con los detritus acarreados por el rio; y fundo esta opinién en que en los alrededores de Iguape, hasta una considerable distancia rio arriba, la tierra es arena fina, esta cubierta de una fron— dosa vegetacién y no tiene foraminiferos. Estos monticulos 6 Sambachis son poco elevados, escasamente alcanzan la al- tura de un hombre y profundizan en el suelo, formando lineas comparativamente estrechas, pero muy largas. Las conchas se encuentran las:mas de las veces adheridas unas con otras, siendo de dificil separacion, y junto con ellas restos de indus— tria, como son hachas de piedra pulida de diferentes formas y DE HISTORIA NATURAL. 30 tamafios, seg@un las localidades, manos de almirez, puntas de flechas (una existe enviada por mi en el Museo de Historia Natural de Madrid), aunque raras, restos de ceramica confor- mes con el adelanto que demuestran las piedras pulidas y huesos humanos. En puntos un poco distantes del rio expre- sado, pero a orillas de sus afluentes, se encuentran varios Sambachis, con la notable particularidad de estar formados por grandes Bulimus analogos 6 iguales a los que viven en los bosques. Uno que visité estaba en terreno cultivado y no pre- sentaba elevacion alguna, hallandose el suelo cubierto de pe- quenos fragmentos de Bulimus y alguno entero; este Sambachi profundizaba mucho. Un habitante de alli me presentd, 4 mas de alguna piedra pulida, un pedazo de pizarra con una Cavi- dad eliptica que supuso que servia de almirez 4 los indigenas, lo que encontré probable. Mi opinidn en cuanto a los Samba- chis de Bulimus es, que los indigenas de las orillas del mar se internaron, y no pudiendo procurarse ostras ni otros mariscos, hicieron uso de Bulimus, que se encontrarian en grande abun- dancia en aquella época, cuando actualmente son muy raros; no tengo noticia de que haya en la actualidad persona alguna que se sirva de ellos como alimento. He visto también, proce- dentes de Sambachis, algin marisco y fragmento de hueso humano con incrustaciones de poliperos y Serpu/as bien mar- cadas; en cuanto a los huesos, a primera vista noté el mucho espesor que tenia un coronal. En Apiahy recogi, procedentes de varios puntos de estos alrededores, varias piedras pulidas muy bien trabajadas que correspondian a dos tipos diferentes por su tamano; eran hachas y manos de almirez, mas perfec- tas las pequenas, hechas las primeras de piedra muy dura y las segundas de piedra mas facil de trabajar. Se encontro tam- bién en la ribera del Iguape un hacha de bronce, ejemplar unico conocido, que regald al Museo de Historia Natural de Rio Janeiro mi amigo D. Enrique Bauer, quien me ensené una piedra durisima, encontrada también por alli, de color rojo vivo, transparente, en forma de T, que supone pertenecia aun jefe de los Botucudos, que acostumbran a levarlas en- gastadas en el labio inferior. De lo que antecede deduzco que los indigenas en los puntos expresados formaban un todo muy compacto y numeroso, pero perteneciente 4 diferentes tribus 'y razas; que estaban adelantados en civilizacidn, que han ido 36 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA perdiendo, lo que se comprueba por su estado actual y su len- cuaje tan cultivado y perfecto que tiene algo del estilo griego. » Los indigenas que acostumbran a transitar alguna vez por este pais son los Guaranies, los Botucudos y los Coronados; los que vi de los primeros, aunque formando tribu, estaban civili- zados desde hacia largo tiempo, de manera que los mas de ellos ignoraban su lenguaje primitivo, entre los cuales el capitan, titulo dado por el Gobierno y alguno que otro de los mas viejos sabian el lenguaje primitivo, y una mujer de la comitiva no sabia hablar portugués; acampaban cerca de la poblacion, su campamento tenia algo de caracter primitivo y del que usan en la actualidad los arrieros, pero con mas comodidad, puesto que extendian cubiertas de telas para resguardarse; algunos de ellos usaban cajas para el equipaje, traian algunas caballe- rias, ya de monteria, ya de carga; iban vestidos segun uso del pais y se presentaban muy afables y corteses y demostraban tener buenas costumbres; su aspecto era agradable, pero pa- recian endebles; al llegar hicieron bautizar una porcidn de criaturas y vendian hamacas fabricadas por ellos, y caballos. »En cuanto 4a costumbres y naturaleza de los indigenas, se pueden consultar las obras del novelista Aleucar y la obra Cuadro historico de la provincia de Sao Paulo, por Machado y Oliveira, obra magnifica, deseraciadamente agotada. »Respecto 4 los Botucudos y Coronados poca cosa le podré decir, pues solo vi dos tribus que venian de San Pablo y se recogian 4 su poblacién; el Gobierno les habia dado vesti-— dos y armas, y su aspecto era tosco y arisco. Los hombres iban con la escopeta al hombro y las mujeres con un gran fardo en las espaldas, que las obligaba a caminar encor- vadas, sujeto con cuerdas que les pasaban por los soba- cos; acampaban debajo de un arbol sin abrigo ni cama. Los Coronados tienen fama de mentirosos, traidores y crueles; en cuanto 4 los Botucudos se puede confiar mas en su palabra. He ofdo contar que muchas veces al recibir vestidos y armas del Gobierno guardan las armas y municiones, pero los vesti- dos los abandonan, colgandolos de los arboles del camino. Un sujeto queria tratar con una tribu salvaje y conocerla, para lo que se hizo acompanar por un indigena manso, es decir, mas 6 menos civilizado; al atravesar un bosque encontraron en el camino una flecha clavada en medio del camino, y el indige- DE HISTORIA NATURAL. 37 na le explicé que aquello significabaque no pasasen mas alla, pues de lo contrario habia peligro de muerte. Se sentaron en el suelo y esperaron; al cabo de algunas horas comparecieron algunos indigenas que les preguntaron qué querian, y después de dadas las explicaciones les dejaron pasar. Contd un italiano que iba con su organillo que una vez se encontré con indige— nas; que de pronto creyeron que aquella caja que llevaba con- tenia objetos para vender, pero que cuando se puso a tocar todos se alegraron, dando grandes saltos y pernadas; que le trataron muy bien, dandole de comer; que de pronto, al ver el puchero, pensd que contenia macarrones, pero después supo que eran gusanillos que se criaban en los troncos de los arbo- les, y como se mostrase disg@ustado, uno de ellos tomé el arco y mato un pajaro, lo desplumaron y asaron; pero que ningu- no de los indigenas lo quiso probar. Cuentan que un viajero fué acogido en una tribu de Botucudos que le trataban muy bien, particularmente el cacique, y que una vez, entrando de sorpresa en la tienda de éste, lo encontré que estaba sin la pie- dra en el labio y que esto le hizo un efecto de pudor mayor , que si a un civilizado le hubieran encontrado sin camisa; no contesto al saludo ni dijo una palabra, huyd, y después de un corto espacio, se presenté con la piedra en el labio y le traté cortésmente, como de costumbre. El uso de la piedra entre los Botucudos no es general, sino una senal de grande distincidn, porque cuesta mucho trabajarlas y hay pocos que puedan ha- cerlo, resultando cara su obtencién. »Corre aqui como cosa comprobada la existencia de una raza de indigenas de pequena estatura, muy inteligentes, pero muy rebeldes a la civilizacion europea, que presentan el ca- acter fenomenal de poseer una cola, 6 bien sea un coxis, com- puesto de mas piezas que las normales a las razas humanas y visible al exterior de la piel, cosa muy dudosa y que encuen- tro poco comprobada; sin embargo, algo semejante se cuenta también del centro de Africa, donde se dice que existe én las inmediaciones de los montes de la Luna una raza negra, an— tropofaga con iguales caracteres que los atribuidos 4 estos in- digenas. »En cuanto 4 antigiiedades portuguesas, son de fecha muy reciente; consisten en restos de tapias pertenecientes a casas, con senales de puertas y ventanas, tejas iguales 4 las de ahora, £8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA restos de cercas de mucha extensién, formadas por cavaguatas (planta de la familia de las Bromeliaceas), alguna que otra vez se encuentran mezcladas con ellas alguna Opuntia; creo yo que los primeros portugueses cerraron sus huertas con estas plan— tas, costumbre que podian haber traido de la Peninsula, pero viendo que cerraban mal, tomaron de los indigenas el cerrar- las con Cavaguatas. También se encuentra 4 veces alguna palmera, llevada de localidades proximas; grandes grupos de membrillos, formando un todo muy agreste por su poca eleva- cién y lo muy ensortijado de sus numerosos ramos que florecen todos los anos y fructifican tan bien como lo permite la vora— cidad de los muchachos; varios naranjos amargos, y supongo que si no hay dulces ni de otras razas, es por haberlos des— truido con el tiempo para apoderarse de su fruto. Si bien los naranjos, limas, limones y cidras, a pesar de nacer bien, cre— cer y dar sazonados frutos, duran pocos anos cultivados en las huertas de Apiahy por motivo de enfermedad muy general; pero en cambio los naranjos agrios tienen una muy notable resistencia; se encuentra ademas alguna planta pequena, res— to de antiguas plantaciones é indicio de terreno cultivado, como llantén, verdolaga, manzanidla, mil hojas (Achillea), ete. A este conjunto de restos dan el nombre de éaperas, y en los alrededores de Apiahy hay muchisimos que los viejos del pais conservan memoria de las personas que los ocuparon. Hallan- sa también restos de la antigua explotacién del oro, pero este trabajo es ahora poco productivo; asies que si alguno comien- za a dedicarse a él, pronto lo abandona en vista de su escaso resultado. Estos restos son grandes montones de pedrezuelas é indicios de conduccidn de aguas para el lavado del oro; algunos de estos canalizos estan formados con paredes de piedra. Consta que se pagé derecho al Gobierno por 420 arrobas de oro lo que no da 4 conocer el oro extraido, pues que mucho mas se exploto de una manera furtiva. Los primitivos pobladores, ya sea como alimentos, ya como remedios 6 como recreo Ut otros usos, acli- mataron diferentes plantas, ya de la Peninsula, ya de otras par- tes del mundo, y muchas otras emigraron adheridas a los ob- jetos que transportaban; ademas hay otras que se encuentran ya sea en América, ya en Kuropa y cuya primitiva proceden- cia es muy dificil deslindar. Es interesante y muy util el estu- dio de las plantas aclimatadas por los portugueses, aunque -DE HISTORIA NATURAL. 39 2 ‘ también aclimataron algunas antes que ellos los indigenas, estudio muy erizado de dificultades que no sé que nadie haya emprendido, Es indudable que los indigenas, por motivo de alimentacion, para curarse sus enfermedades y otros usos de- bieron transportar de unas a otras partes diferentes plantas, sin contar las que, adheridas a diferentes objetos, transporta— ban inconscientemente. En la actualidad hay alguna poblacién indigena que tiene arboles de ornamentacion para resguardar- se de los ardores del sol, siendo estos arboles ajenos a la flora de aquella localidad. »Es muy notable la diferencia de acampar entre los indige- nas y las personas llamadas civilizadas; los primeros entran en las selvas y escogen un arbol frondoso que esté aislado y debajo de él arreglan su campamento. Cuando los arrieros y demas viajeros no tienen proporcidn de guarecerse en alguna casa al atravesar estas inmensas selvas, escogen cuando quie- ren acampar un gran claro para descargar y cargar las acémi- las, recogen estacas que plantan en el suelo y que después abandonan, cerrando con ellas el camino para que los anima-— les sueltos no las puedan atravesar; con los arreos se arregilan su cama, y con parte de ellos y con las cargas, se forman un recinto para guarecerse del aire; con cuatro piedras arreglan su fogon y procuran mantener todo el tiempo de su campamen- to el fuego encendido ; comen habichuelas negras con harina dle tapioca, condimentadas con tocino, lo que es un alimento sano, barato, gustoso y nutritivo y alguna vez después toman café; se sientan en el suelo alrededor de la lumbre hasta que el sueno les rinde, y a la manana siguiente van a buscar los animales en la selva que les rodea, los que hallan facilmente, a no ser alguna que otra vez que se haya extraviado a uno, lo que les hace perder algun tiempo. »En cuanto a medicina popular, se puede decir que no exis- te, pues los conocimientos que trajeron los portugueses res— pecto a ella de su pais, de poco les podian servir, puesto que no encontraban aqui las plantas que estaban acostumbrados a usar, y las noticias tradicionales de los indigenas eran de muy dificil adquisicién por motivo de la falta de comunicaciones y la reserva de estos ultimos. Asi es que la medicina popular puede decirse se halla reunida en la obra de Chernoviz Formulario y Guia Médico, que se halla en manos de los curiosos, los curan- 40 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA deros y de todos los médicos y farmacéuticos. Por lo demas, hay aqui muchas plantas medicinales conocidas, pero poco 6 nada usadas, como porejemplo, una Copaiba, que sin ser la ofi- cinal, me parece que daria el mismo resultado que ella; lo mismo podria decirse de un Sassafras, cuya madera cortada deja percibir inmediatamente el olor caracteristico de esta planta; entre los Smz/ar de aqui hay quiza alguno que podria sustituir 4 la zarzaparrilla; Sangre de Drago, Croton salutaris, Quina, Solanum; Pseudo-quina, etc. »A proposito de creencias y preocupaciones, es curioso lo siguiente: »Corre muy valida la creencia de que el dar leche 4 los gatos y también tirarla al fuego, hace parar la secrecién de la leche de las vacas, y digo vacas y no incluyo las cabras, por no haber costumbre de tomar leche de cabra, porque dicen que despide mal olor (catinga), lo que no es de extranar, pues an- dan sueltas las cabras y machos cabrios. Hay también muy ex- tendida la creencia en Lobishome, que me parece que corres— ponde al Compadre Lobo de las consejas de nuestra primera infancia y al Loup-garon de los franceses. El ganado vacuno esta expuesto a dos enfermedades muy comunes aqui produci- das ambas por picaduras de ciertas moscas; en ambas se for- man tumores, que en la una contiene un solo gusano corto, rollizo, blanquizco y con punta aguda en sus extremos; en la otra el tumor es mucho mayor, desigual, formado de varias cavidades. Generalmente estos tumores estan situados en el cuello, a veces sueltan mucha sangre, que en ocasiones llega hasta el suelo, y hay personas que hacen sus operaciones ca— balisticas sin comunicacién con el ganado enfermo muy en secreto, y dicen que curan el ganado, a esto llaman curar por simpatia; también emplean medios semejantes para la curacién de las personas. »Los caballos aleuna vez se presentan. con las crines del pescuezo sumamente enmarafadas, que no pueden desenre- darse, y dicen que esto es producido por las vampiros, lo que, no obstante no tener una explicacidn satisfactoria, encuentro probable. Los vampiros abundan aqui, particularmente en verano, y 4 lo mejor se entran en las casas atraidos por la luz. Estos ensortijamientos de crines son muchas veces producidos por frutos diferentes cubiertos de espinas ganchudas. DE HISTORIA NATURAL. 4l Cuadrumanos hay aqui pertenecientes a tres géneros: monos, odugios y macacos; de estos ultimos cuentan, dandolo como cosa muy sabida y comprobada, que atacan las plantaciones de maiz en gran numero, poniendo de centinela a uno de ellos encima de un arbol, y en caso de ser sorprendidos, antes de huir, cogen dos 6 cuatro espigas, vuelven las cubiertas al revés y las atan unas con otras y se las cuelgan al cuello, y después al que estaba de centinela todos le castigan con golpes; en cuanto a lo del centinela puede pasar, pues otros animales también lo hacen; pero esto de atar las espigas lo pongo en cuarentena. Dicen de los monos que abundan aqui, que le- gan hasta las orillas del rio Iguape, pero que nunca pasan a la otra parte: esto todos los riberenos lo confirman; pero un habitante de las cabeceras del rio, en donde es muy estrecho, de manera que los arboles de una orilla se ponen en contacto con los de la otra, me dijo que habia observado que algun mono pasaba a la otra parte del rio, pero esto accidentalmente y al poco tiempo volvia a pasar. »Uno de los grandes peligros de Apiahy son las culebras ve- nenosas. Hay las llamadas jararacas, que, segun mi opinion, con este nombre van incluidas diferentes especies que seria interesante estudiar. Entre las raras que yo he visto, figura una negra 6 negruzca y otra de un rojo de ladrillo, pero am— bas bien caracterizadas como jararacas. Hay también la la- mada jararacusv, con caracteres que la hacen distinguir facil- mente de las demas, y son también abundantes. No pasa ano sin que sean estas culebras causa instantanea, 6 poco menos, de la muerte de una persona. Un ajo causaron tres victimas en este municipio, que, a pesar de ser muy extenso, es muy poco poblado. Este peligro es mucho mayor que el de las onzas, ya sea de las pintadas que son las comunes, ya sean las negras, ya las pardas, estas dos Uultimas mas raras. Hay ademas la jabutirica, que es una onza pequenia, y los llamados gatos do mato, de los que creo que hay mas de una especie; una de grande y otra de pequeno tamano como el del gato doméstico. En todo el tiempo que residi en Apiahy (catorce anos) no tuve noticia de la muerte de persona alguna causada por la onza, pero se conserva la tradicion de la muerte de dos personas en tiempo remoto; ahora heridos hay algunos, pero estos casos cada dia son mas raros. Entre las culebras vene— 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA nosas de aqui, la opinién vulgar incluye 4 la llamada cora/,. aunque con este nombre se designan varias especies, segun mi entender, poseyendo todas un color vivo de coral; una de ellas tiene anchos anillos completos negros que en otra forman series de tres; hay algunas en que los anillos se interrumpen en su parte abdominal 6 inferior, siendo algo desiguales 6 bien formando zig-zag; vi una en Iporanga, sin anillos, ex— cepto la cabeza, de color de coral uniforme, y otra en Apiahy, con anillos, pero de tamano descomunal, que pasaba del doble de las comunes. Basta dar solamente una ojeada 4 la cabeza de estas culebras para ver que no son venenosas; sin embargo, he oido contar casos tan detallados por personas dignas de crédito que podrian hacer dudar a cualquiera. Consideran también como venenosa la llamada aqui cobra ciega, 6 de dos cabezas, que es una Amphisbena, y la llamada cobra cabello, que es el Gordius aquaticus Duj. De esta Ultima cuentan que es producida por cabellos humanos, que cayendo en el agua se transforman en este gusano. En cuanto 4 la culebra de cas— cabel, no se ve en Apiahy, pues es sabido que no se encuentra en las matas virgenes, sino en los campos, hallandose las mas cercanas en Faxina 4 12 leguas de Apiahy; lo mismo acontece con el tamandud, bandeira, 6 bien sea hormiguero, & pesar de encontrarse aqui otra especie mas pequena del mismo @énero. »Cuentan aqui que a los mordidos por culebra y que han sido emponzonados y curados, hay personas que poseen la facultad de que, con solo mirarles involuntariamente y des— pués de mucho tiempo de haber recibido la mordedura, les renuevan todos los sintomas que con la mordedura sufrieron. En cuanto a esto, sdlo creo que alguno de los mordidos, al cabo de algun tiempo, pueden sufrir muchos de los sintomas subsiguientes 4 la mordedura, asunto éste que convendria averiguar. »Hay aqui una costumbre absurda y barbara que merecia ser prohibida por medio de una ley especial. Consiste en que cuando una persona sufre al morir una agonia muy prolon— gada, dicen que le falta fuerza para morir, y en este caso emplean, si se trata de una criatura pequefia, el medio de golpearles fuertemente en diferentes partes del cuerpo; a otras personas les dan un alimento muy sustancioso, y entre ellos merece su preferencia la carne de mono; pero lo mas DE HISTORIA NATURAL. 43 comun, y esto es inocente, es aplicarles en las munecas un emplasto formado de carne de membrillo. »Consideran aqui dias aciagos, muchos dias del ano que corresponden 4 ciertos dias del Calendario, que hay la costum- bre de no trabajar y en los que tampoco se frecuentan las es— cuelas, de manera que entre estos dias, los domingos y fiestas religiosas, las politicas, los dias en que por mucha lluvia 6 tempestuoso viento ti otras causas climatoldgicas no puede trabajarse, los de enfermedad 6 creencia de tenerla, los viajes, los fandangos, los San Gonzalo y los Puchirons, restan pocos dias para el trabajo, y aun de estos, muchos no se trabaja por falta de voluntad de hacerlo. i »Hay personas que por motivo de enfermedad suya 6 de alguno de sus allegados, hacen voto de que en caso de curarse bailaran un San Gonzalo. Para ello arreglan en una sala un altar del modo que saben 6 pueden, y organizan un baile colocandose en dos filas, en una los hombres y en otra las mujeres en numero igual; al principio de cada fila se pone un tocador de guitarra y cantador, después va el que ha hecho el voto con una vela en la mano, y hacen diferentes y complica- das evoluciones que duran muchas veces mas de una noche, y cada vez que pasan por delaate del santo, le hacen un aca— tamiento; de cuando en cuando hacen un pequeno alto, y en- tonces se reparte aguardiente a los danzantes y concurrentes. Las canciones que acompanan al baile son por este estilo: «San Gonzalo de Amarantha, casamentero de vellas, gpor qué no casais las mozas, qué mal os fixeron ellas? San Gonzalo n’ era santo, mas agora es marifeiro, se ha embarcado de pasagen para 6 Rio de Janeyro.» Y otros disparates por el estilo que nada tienen de religién, pero que mucha gente piensa que esto es un acto muy piadoso. »Cuando muere una criatura la visten de blanco, con mu- chos lazos de colores 6 flores; alguna vez la pintan las mejillas de color encarnado, la colocan encima de una mesa, y muchos hombres y mujeres pasan la noche bailando el fandango a su 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA alrededor, acompanados de cantos 4 grandes voces; estos can- tos, como todos los del pais, consisten en que uno canta el verso en tono regular y muchos al final de cada verso dan un gran grito prolongado, todos con el mismo tono, pero cam— biando este cada vez; oido esto de noche causa buen efecto; a lo mejor paran y beben aguardiente, quedando las mas veces, aleunos de ellos, completamente borrachos. »Por Semana Santa se reunen varias partidas de hombres y mujeres y van por las noches por las calles y caminos, y muy en particular en donde hay cruces, que de antemano las han adornado con coronas de flores naturales y cantan; a esto llaman recomendar las almas, y también va acompanado con la bebida de aguardiente, y muchas veces acontece acabar la funcion a trancazos. »Los Puchirons los llevan a cabo los que quieren hacer una gran plantacién de maiz; empiezan por derribar una gran porcién de elevados arboles, les pegan fuego y después plan- tan lo que quieren; para esta fatigosa tarea convidan a todos los de los alrededores, se reune mucha gente, muchas mujeres y muchos que no van alli sino porque aquello es una fiesta; por la noche hay el fandango. Muchas veces resulta que el gasto ha sido grande y el provecho poco. »Existe aqui un monstruo terrible que tiene horrorizado a la gente, es conocido con el nombre de Geguitiranaboya, vuela rapida y descompasadamente, no retrocede delante de ningun obstaculo y mata 6 muere. gQué es este tan temido animal? Es un simple hemiptero, conocido con el nombre de Fulgora, Lanterna de Surinan.6 Lanternaria, género que tiene diferen- tes especies. He recogido algunos ejemplares de Iporanga. Un autor de aqui, el Sr. Manoel Ferreira Lagos, escribe en 1861. «Donde naceria esta tradicion a respeito de Getiranaboia, que tanto voga no Para, e attestada ati pelos propios indios, que nao se arreceiéao de animal algun, mesmo das mais pego- nhentas serpentes, e todavia se horrorisao quando faltao da— quelle insecto? Que verdade se ocultara envolta neste mysterio ou enigma, cuja palabra ainda ignoramos? En quanto espera- mos un Oedipo sera bom suspendermos nosso juizo: e sem acceitarmos o facto como real por falta de provas incontesta— veis, apezar de sua inverosimelhanza nao lhe votemos desprezo absoluto, pois 4 incredulidade, que nada prova tambem, ca-— DE HISTORIA NATURAL. 45 racteriza os semi-sabios; e as tradicoes e historias fabulosas do vulgo tem sempre mais 6 menos un fundo de verdade, é muy- tas veces se procede mal rejeitando-as completamente. Nao sirvao de corollario estas minhas palavras para induzir-se que ew pretendo authenticar a fabula da Getiranaboia; 0 que desajamos 6 achar quem nos esplique a moralidade dessa fabula.» El Sr. Ferreira da 4 esta creencia el nombre de fabula, y soy de su misma opinién; vaya esta conseja a reunirse con las de Lobishome, con las sirenas, los centauros, la gran ser— piente de los mares, las aguilas austriacas, las apariciones de almas, etc., etc.» —Kl &r. Bolivar ley6é la nota siguiente: VIAJE DE M. CH. ALLUAUD A LAS ISLAS CANARIAS. (Noviembre 1889 4 Junio 1890.) Ortopteros de las islas Canarias. «Los insectos de este orden han sido objeto recientemente de una interesante publicacién del Dr. H. Krauss, de Tubinga (Systematisches Verzeichnis der canarischen Dermapteren und Orthopteren mit Diagnosen der neuen Gattungen und Arten), en la que este entendido entomdlogo, no sdlo ha enumerado las especies recogidas en la excursién que efectud por dichas islas en compania del Sr. Brunner de Wattenwyl, de Viena, y del Sr. Pictet, de Ginebra, en Mayo y Junio de 1889, y las del viaje del profesor O. Simony, de Viena (1888-90), y del Dr. A. KGnig’ de Bonn, de Enero a Abril de 1889, sino que ha recopilado las anteriormente citadas. Por numeroso que sea el catalogo del Dr. Krauss, puede ase— gwurarse que no representa la totalidad de las especies propias de estas interesantes islas, cuya fauna importa mucho conocer para ulteriores estudios sobre la geografia zooldgica de una regién cuyos origenes son tan debatidos; y a la natural sospe- cha de la imperfeccién del conocimiento de la fauna ortopte- rologica de estas islas, nacida de la falta de una exploracion metodica é intensiva de ellas, puedo yo afiadir la seguridad de aquella deficiencia por el conocimiento de especies del mis- 46 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mo origen que me ha comunicado nuestro distinguido conso-— cio de Sevilla D. Anatael Cabrera, no citadas alin como cana- rias 6 nuevas enteramente para la ciencia, pero de las que no he de ocuparme ahora porque para el estudio de muchas de ellas se necesita mayor ntimero de ejemplares de los que exis- ten en poder del Sr. Cabrera, y también porque quisiera reser- var este estudio 4 nuestro entusiasta amigo, interesandole en la exploracién de una fauna que, a pesar de cuanto acerca de ella se ha escrito, es ain muy poco conocida. Voy 4 ocuparme sdlo en este escrito en enumerar los ortép- teros recogidos por M. Ch. Alluaud en su viaje a las Canarias, citando las especies que ha recogido y describiendo las nue- vas, valiéndome de la coleccién que el distinguido y sabio via- jero ha cedido al Museo de Historia Natural de Madrid, en la que, como he dicho, hay algunas que por primera vez se de- signan como de las islas Afortunadas. Dermaptera. Forficulide. 1. Labidura riparia Pallas.—Gomera, Lanzarote, Las Salinas y Playa Confital (Gran Canaria), Fuerteventura. 2. Anisolabis maritima Gené.—Fuerteventura. 3. Anisolabis maxima Brullé.—Tenerife, Gran Canaria. La descripcién que Brullé did de esta especie en la obra de Webb y Berthelot es tan incompleta que no puede servir para distinguirla de sus afines, 4 pesar de ser esta especie la mas notable del género y la que mayores diferencias presenta con sus congéneres; por esto me ha parecido conveniente descri— birla de nuevo, aprovechando la ocasién de poder examinar los ejemplares recogidos por el Sr. Alluaud y los que me ha enviado el Sr. Brunner, recogidos durante su expedicidn 4 las islas Canarias. Anisolabis maxima Brullé: Magna, nitida, aptera, supra picea, pedes cum pectore fulvis. Caput supra inter oculos punctis duobus callosis rufis. Antenne 25-articulate, grisea, pubescentes, articu- lis primis nitidiusculis. Pronotum retrorsum distincte ampliatum suavissime ruguloso-punctatum , sulco medio subtilissimo instruc- Zum, marginibus lateralibus limbatis subsinuatis, angulis posticis DE HISTORJA NATURAL. 47 rotundatis , margine postico truncato vel subsinuato. Abdomen segm. tertio et quarto levissime vel subindistincte plicatis: Seg- mentis ultimis lateribus fortiter rugoso-punctatis. Segmento anali magno, subguadrato, medio distincte canaliculato, longitrorsum substriato et inter strias suaviter ruguloso-seriato, lateribus in S plus quam in 2 compresso-carinato, carina rugulosa antice abbreviata et in tuberculum in < magis prominulum terminata; margine postico rugis transversis sinuatis sculpto. Pygidio con- caviusculo medio plus minusve fossulato, apicem versus angus- tato et apice ipso subbituberculato. Abdomen subtus pilis erectis rujis vestito. Cruribus forcipis co et Q a basi subcontiguis usque medium valde triquetris, carina superiore a punctis impressis cre- nulata, margine interno dentibus triangularibus obtusis crenulato; a medio incurvis, in Jf valde quam in © decussatis. Long. corporis 7 30™™ Q 25mm - pronoti 3,9 3,5 - forcipis 8 6,5 La Forficula (Forficesila) major Brullé es distinta de esta es- pecie? Aun cuando he visto, segun dejo dicho, varios ejemplares de la especie anterior, y entre ellos algunos jévenes, no puedo decidir nada respecto a esta cuestidn. 4. Forficula auricularia L.—Tenerife, Lanzarote, isla de Hie- rro, Gran Canaria. 5. Forficula Cabrere sp. nov. Fusco-ferruginea, caput supra fuscum postice ferrugineum. Antenne 13 articulate, pallide rufe. Pronotum fuscwm margini- bus lateralibus palidioribus, subquadratum, angulis posticis ro- tundatis. Elytra obscure testacea apice conjunctim emarginata, margine externo anguste refleco. Ale nulle. Pedes pallidi; fe- mora dimidio apicali cum tibiis maxima parte fusco-castaneis. Abdomen minutissime impressopunctatum, segmentis 3 et 4 plicis valde compressis, segmentis 5 et 6 ceteris latioribus, deinde api- cem versus sensim angustatum. oo. Segmento anali angusto medio breviter canaliculato, mar- gine postico subbituberculato; cruribus forcipis subsemicirculari- ler curvatis in basi ipsa intus breviter dilatata, contigua; margine 48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA interno minute crenulato, dehine divergentibus, edentulis, pone medium obtuse angulatis, apice haud tangentibus; lamina subge- nitalis rotundata. Q. Segmento anali retrorsum valde angustato, tuberculis minus distinctis; cruribus forcipis, elongatis, parum curvatis, apice de- cussatis, marginibus integris. Long. corporis o% 12™™ Om3am — pronoti 1.8 1,8 - elytrorum 1,5 2 - forcipis 3,5 4 Gran Canaria. Esta especie tiene aspecto de Chelidura por la forma del abdomen; pero las pinzas del <7, en contacto por el tubérculo de su base, la Nevan al género Forficula, aceptando la distincién establecida por el Sr. Brunner en su Prodromus. Sin esta particularidad quizas hubiera referido esta especie a la Chelidwra edentula Woll. de Madera, especie poco conocida y con la que tiene algunos caracteres comunes, y para mejor asegurarme en mi determinacién he pedido al Sr. Bormans, el naturalista mas competente hoy en esta materia, los datos que tuviera respecto a la especie de Wollaston, facilitandome este senor, con la amabilidad que le distingue, copia del di- bujo que de la expresada especie le hizo el dibujante del Mu- seo britanico, y por el que he podido asegurarme mas de la distincién de ambas especies, pues aun prescindiendo del ta— mano de las pinzas, que como es sabido varia con frecuencia dentro de la especie, ofreciendo muchas de ellas las formas macro y cyclolabia, ni su forma ni su disposicion general per- miten sospechar que ambas formas puedan referirse a una misma especie, la de Wollaston es una verdadera Chelidura, mientras que la Cadrere corresponde realmente al género Mor- ficula, muy afine, salvo la escotadura posterior de los élitros y la falta de alas 4 la Forficula lurida Fisch. Dedico la especie al Sr. D. Anatael Cabrera, de quien ya habia recibido un ejem- plar hembra y de quien puede esperar la ciencia espanola in— teresantes descubrimientos, 4 juzgar por el entusiasmo y acti- vidad con que ha emprendido la exploracién de las islas Ca- narias. ~) 10. ti vs 18. il)s 20. DE HISTORIA NATURAL. 49 Orthoptera. Blattidce. Aphlelia bivittata Brullé.—Gran Canaria, Tafira. Periplaneta orientalis L.—Gran Canaria. Esta especie no la cita el Dr. Krauss. Periplaneta Americana L.—Gran Canaria, Tafira. Rhyparobia Madere Faby.—Gran Canaria, Tafira. Mantide. Mantis religiosa L.—Gran Canaria. Blepharis mendica Fabr.— Gran Canaria, Guananteme (principios de Marzo). Acrididee. Epacromia thalassina Fabr.—Gran Canaria. Especie que ya cité de Canarias en la Sinopsis de los Ortdpteros de Espana, pag. 142, y en el Viaje del Sr. Quiroga por el Sdhara (ANALES DE LA Soc. ESP. DE Hist. Nat., tomo x, pag. 514). _Epacromia strepens Latr.—Gran Canaria, Tenerife. Stauronotus maroccanus Th.—Tenerife. Sphingonotus cerulans L.—Gran Canaria. Sphingonotus canariensis Sauss.—Gran Canaria. Esta es- pecie, que el Sr. Saussure duda en su Additamenta ad Prodromus edipodiorum, se encuentre en Canarias, por no haberla recibido sino de Cabo Verde, existe realmente en estas islas; el Dr. Krauss la ha citado ademas de Te- nerife y Lanzarote. Acrotylus insubricus Scop.—Fuerteventura. @dipoda canariensis Krauss. — Gran Canaria. Con igual nombre la tenia yo en mi coleccién desde hace algu- nos aos. Quizas no sea mas que una variedad de la @. cerulescens L. Pachytylus cinerascens Fabr.—Las Palmas, Gran Canaria, Tenerife. Citado por mi en la Sinopsis, p. 150, y en el Viaje al Sahara. Quiroguesia miniata Brullé.—Tenerife. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXII. 4 50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 21. Caloptenus vulcanius Krauss.—Gran Canaria, Tenerife. — _ var. bifasciata Krauss.—Con el an— terior. 22. Dericorys lobata Brullé.—Fuerteventura. Esta especie es, en efecto, distinta de la que se encuentra en Rio de Oro, y que el Sr. Krauss propone se designe con el nombre de D. Bolivari Krauss; las diferencias, sin embargo, son de tal naturaleza, que se necesita conocer ejemplares de una y otra procedencia para poder apreciarlas, por no. estar especificadas hasta ahora en las descripciones. El vértice es mas estrecho en el D. /obata, nada 6 breve- mente carinulado en el medio; la quilla frontal mas igual en toda su extensidn, menos bruscamente estre- chada por debajo del estemma medio; el pronoto, aun cuando es granoso, no lo es tan fuertemente como en el D. Bolivari Krauss; es al mismo tiempo mas agudo por detras y mas alta y comprimida la quilla media. El area escapular de los élitros no esta ensanchada cerca de la base ni tiene la vena adventicia que se ve en la especie de Rio de Oro, los fémures posteriores son mas largos y estrechos; y, por ultimo, el tubérculo prosternal no es: bilobo. 23. Paratettiz meridionalis Rb.—Gran Canaria. Locustide., 24. Phaneroptera nana Fieb.—Gran Canaria. 25. Calliphona Alluaudi sp. nov. Statura robusta. Colore viridi. Fastigium verticis sulcatum. Antennis articulo primo excepto rufo-castaneis. Pronotum dorso deplanatum subconcaviusculum, carina media subtili prope mar— ginem anticum evanescente; prozona rugosa, metazona suaviter ryugulosa, carinis lateralibus castaneis, rotundatis, antice vm- presso-rugosis; lobis deflexis perpendiculariter insertis. Elytra abdomine valde longiora apicem versus leviter angustata, campo marginali pellucido, laxe reticulato, venis viridibus: campo analt Susco-castaneo. Femora postica gracilia, basi leviter incrassata, subtus spinis fuscis pone medium biseriatim armata. Ovipositor vectissimus, corporis longitudine. Lamina subgenitalis postice arcuatim excisa, angulis posticis acutis sed haud productis ©. El género Calliphona Krauss reemplaza en las islas Canarias — DE HISTORIA NATURAL. 51 Long. corporis Q 35mm - pronoti 9 - elytrorum 54 — ovipositoris 28 al Locusta De Geer y encierra como éste especies de élitros cor- tos, como la C. Xénigi Krauss, y macropteras como la (. Alluau- di Bol. Esta ultima es un poco mas robusta que la Z. viridissi- ma L., y semejante 4 ella por sus formas y aspecto. El macho de esta especie me es desconocido. 26. 21. 28. 3l. Platycleis intermedia Serv.— Tenerife. Esta especie no la enumera el Dr. Krauss, y sin embargo la habia citado yo como de Canarias en mi Sinopsis, pag. 249. | Decticus albifrons Fabr.— Tenerife. También la he citado anteriormente como de Las Palmas (véase Viaje al Sd- hara por el prof. Quiroga). Gryllidze. Gryllus bimaculatus De Geer.— Gran Canaria, Gomera, Tafira, Tenerife. También la habia citado en el Viaje al Sahara como de las Palmas. Gryllus Guanchicus Krauss.—Gran Canaria. Gryllus hispanicus Ramb.—Gran Canaria. Otra especie de Grylius existe en la coleccién a que me refiero; pero como no he visto mas que un solo ejemplar o’, y las es- pecies de este género son tan variables, no me decido a darla nombre. Es especie analoga al G. conspersus Schaum. Gryllotalpa africana Palisot.—Gran Canaria. Esta especie sdlo la cita el Sr. Krauss por una antigua indicacién mia. Probablemente el Gryllotalpa vulgaris Latr. que cita Brullé se refiere 4 la misma especie. Ademas de las especies que he indicado tenia yo cita- das como de Canarias, por ejemplares que recogié mi buen amigo D. Salvador Calderén, el Zryralis unguicu- lata (Sinopsis, 104), Acrotylus patruelis Sturm, (Viaje al Sahara), Gdipoda cerulescens L. (Viaje al Sahara). 52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Caloptenus italicus L. y var. marginellus Serv. Monte- verde y Las Canadas (Viaje al Sahara), Platycleis gri- sea Fab. (Viaje al Sahara). Después de la enumeracién que antecede, creo util resumir las especies citadas hasta hoy como de las islas Canarias, y de las que algunas sdlo se incluyen por la indicacién que de ellas hace Brullé en la obra citada. 1. Labidwra riparia Pallas. 20. Holocompsa Simony? Kraus. 2. Anisolabis annulipes Lucas | 21. — vestita Brullé. 3. — maritima Géné. | 22. Mantis religiosa L. 4. — maxima Brullé. | 23. Ameles limbata Brullé. #3: — major Brullé?(1) | 24. — = gracilis Brullé? (2). 6. Labia minor L. 25. Blepharis mendica Fabr. 7. Forficula awricularia L. 26. Hmpusa egena Charp. (3). 8. — Cabrere Bol. 27. Hypsicorypha Julia Kraus. 9. Aphlebia bivittata Brullé. | 28. Tryxalis unguiculata Rb. 10. Loboptera fortunataKraus. | 29. Oxycoryphus compressicor- ll. Blatta Germanica UL. nis Latr. (4). 12. Periplaneta orientalis L. 30. Stenobothrus Simony? 13. — Americana L. Krauss. (5). 14. — truncata Brun. | 31. Stenobothrus epacromioides 15. — Australasie Krauss. Fabr. — var. nigrovil- 16. Rhyparobia Madere Faby. tata Krauss. 17. Leucophea surinamensis L. | 32. Epacromia strepens Latr. (6) 18. Nauphoeta levigata Pal. 33. — thalassina Fabr. 19. — circumvagans | 34. Stawronotus maroccanus Th. Burm. 35. Sphingonotus cerulans L. (1) Véase la observacién que hemos hecho al tratar de la A. maxima Brull. (2) Esta especie no ha sido observada recientemente, asi es que estamos en duda respecto 4 su verdadero valor. (8) gExiste esta especie en Canarias, 6 se refiere el dato de Brullé 4 la especie si- guiente? M. de Saussure refiere el Mantis pauperata Brullé 4 la especie de Charpen- tier, que muy bien podria existir en esta regidn, puesto que es una especie meri- dional. (4) Trycalis tereticornis Brullé. (5) gPodrda referirse 4 esta especie el Acridium biguttatum de Brullé? (6) Probablemente se refiere 4 esta especie el Acridium letum Br., asi como el Acri- dium vittatum Br ; de esta ultima asi lo afirma Brunner (Prodromus/. 36. 49. 50. dl. a2. DE HISTORIA NATURAL. 53 Sphingonotus Canariensis Sauss. asper Brullé (1) . Acrotylus insubricus Scop. patruelis Sturm.- longipes Charp. . Thalpomena Picteti Kraus. . Oedipoda canariensis Krauss. _ Susco-cincta Lucas. Pachytylus cinerascens Fabr. (2). . Oedaleus senegalensis Krauss. Quiroguesia miniata Brullé . Schistocerca peregrina Ol. . Caloptenus italicus L. _ var. marginellus Serv. Caloptenus vulcanius Krauss. var. bifasciata Krauss. Arminda Brunneri Krauss. Dericorys lobata Brullé. Tettiz subulata L. (3). 73. Gryllomorpha . Paratettix meridionalis Rd. . Phaneroptera nana Fieb. (4) . Orophila nubigena Krauss. . Conocephalus mandibularis Charp. (5). . Calliphona Konigi Krauss. Alluaudi Bol. . Ariagona Margarita Kraus. Platycleis grisea Fabr. intermedia Serv. laticauda Brann tessellata Charp. . Decticus albifrons Fabr. . Oecanthus pellucens Scop. 3. Trigonidium cicindeloides Serv. . Gryllus bimaculatus de Geer. . Gryllus Brunneri de Sélys. hispanicus Ramb. domesticus L. guanchicus Krauss. sp. longicauda Ramb. Gryllotalpa africana Pal. vulgaris Latr. —KHEl Sr. Hernandez (D. Carlos) leyo lo que sigue: «La tribu de los Gecarcininos, establecida por Milne Edwards en la familia de los catometopos de los crustaceos decapodos braquiuros ofrece los caracteres siguientes: (1) Acridium asperum Brullé. (2) Acridium migratorium Brullé. (3) Esta especie la incluyo solo por la indicacién de Brullé. gPodra esta cita refe- rirse al 7. Ceperoi Bol.? (4) Es de suponer que esta sea la especie citada por Brullé bajo el nombre de Ph. falcata y en \a lamina con el de Ph. Webdii. (5) A esta especie refiere Redtenbacher (Monogr. der Conoceph.)la Locusta brevi- cauda Brullé. 54 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Caparazon ovoideo, muy elevado y convexo por encima; re- giones branquiales bombeadas, ocupando casi los dos tercios de la superficie del caparazén. Frente casi tan ancha como el area bucal, que es cuadrada. Orbitas ovales y muy profundas. Antenas internas, alojadas bajo la frente y replegadas trans— versalmente en fositas estrechas y 4 menudo lineales; maxili-— pedos variables, unas veces el cuarto artejo se inserta en el angulo externo del precedente y queda descubierto y otras se oculta por completo bajo su cara interna. »Las patas del primer par son largas y robustas. » El pleon del macho se aloja en una ancha fosa de la placa external y su segundo artejo alcanza casi siempre la base de las patas posteriores, siendo tan largo, en general, que llega hasta la base de la boca. »Las branquias son nueve a cada lado generalmente, aun— que a veces se cuentan solo siete, de las cuales dos son rudi— mentarias. » El aparato respiratorio esta muy desarrollado y se aloja en una cavidad muy abovedada por encima de las branquias de modo que queda mucho espacio vacio. La membrana tegumen- taria de que esta tapizada es bastante esponjosa y forma algu- nas veces a lo largo del borde superior de la cavidad una es— pecie de canalito que le sirve para contener el agua cuando el animal esta en seco. »Habitan en las regiones calidas de los dos hemisferios. »E] género Cardisona Latreille, comprende dentro de la tribu los de caparazén mas elevado y cuyos maxilipedos externos es- tan escotados por su borde interno de modo que dejan entre si en medio del area bucal un espacio vacio en forma de rombo; el tercer artejo, que es casi cordiforme, esta escotado en su bor- de anterior y en su Angulo externo se inserta el cuarto artejo, que lo mismo que los siguientes, queda siempre a descubierto. »El tercero y cuarto par de pereidpodos son los mas largos y los tarsos son de seccién cuadrilatera y bastante espinosos. » Las dos especies principales son el C. carnifex Herbst y el C. Guanhumi Latreille, de las que la primera se distingue por tener el caparazOn con los bordes laterales senalados por una linea saliente y elevada, un dientecito en el angulo orbitario externo y los dedos que forman las pinzas tocandose en casi toda su longitud: habita en la India. DE HISTORIA NATURAL. 5D »La segunda, C. Guanhumi Latr., tiene muy poco marcada la linea que indica el borde lateral del caparazén; la mayor de las pinzas es extremadamente grande, los dedos muy encorva- dos y no se tocan mas que por su extremo: habita en las An- tillas. »Los individuos de la tribu, cuyos caracteres hemos expues- to, debieron indudablemente llamar mucho la atencidn de los primeros europeos que pudieron observarlos, lo cual se ex- plica si se tiene en cuenta la costumbre de relacionar todo lo nuevo que veian con lo que conocian de Europa, comparacio-— nes que se ven en los tres reinos naturales: asi nada tiene de extrano que relacionasen los Cardisoma con los Cancer, Carci- nus y otros decapodos braquiuros que sdélo viven en el mar, y que les chocase encontrarlos 4 grandes distancias tierra adentro. »El historiador Gonzalo Hernandez de Oviedo y Valdés, en en su obra Sumario de la Natural Historia de las Indias, capi- tulo Lx, que en el orden cronoldgico es el primero de los autores que hemos podido consultar, dice hablando de estos animales: «Cangrejos son unos animales terrestres que salen de unos »agujeros que ellos hacen en tierra, y la cabeza y cuerpo es »todo una cosa redonda que quiere mucho parescer capirote »de halcon, y del un costado le salen cuatro piés y otros tan- »tos del otro lado, y dos bocas como pincetas, la una mayor »que la otra, con que muerden, pero su bocado no duele mu-— »cho ni es ponzonoso; su cascara 6 cuerpo y lo demas, es liso »y delgado como la cascara del huevo, salvo que es mas dura. »La color es parda 6 blanca 6 morada que tira a azul, y andan »de lado, y son buenos de comer, y los indios se dan mucho a »este Manjar, y aun también en Tierra Firme muchos cristia- »nos porque se hallan muchos, y no son manjar costoso ni de »mal sabor: y cuando los cristianos van por la tierra adentro, »esS Manjar presto y que no desplace, y cOmense asados en las »brasas. Finalmente, la hechura de ellos es de la misma ma- »nera que se pinta el signo de Cancer. »En el Andalucia, a la costa de la mar y del rio de Guadal- »quivir, donde entra en ella, en Sant Luicar y en otras partes »muchas, hay cangrejos, pero son de agua, y los que he dicho »de suso son de tierra. Aleunas veces son dafiosos y mueren »los que los comen, en especial cuando los dichos cangrejos 56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »han comido algunas cosas ponzonosas 6 manzanillas de aque— »llas de que se hace la yerba con que tiran los indios caribes, »precheros, de la cual se dira mas adelante; pero por esto se: »guardan los cristianos de comer de ellos cuando los hallan »cerca de donde hay los dichos arboles de la manzanilla: aun— »que se coman muchos de aquellos que son buenos no hacen »mal ni es vianda que empacha.» »En la obra Descripcion de diferentes piezas de Historia Na- tural, las mas del ramo maritimo, de D. Antonio Parra, lam. 57,. ano de 1787, se dibujan y describen distintos gecarcininos, siendo lamentable la poca precisién de las descripciones y de los dibujos. »Dice asi en su libro: «Cangrejos terrestres.—Estos tienen los bordes del carapacho: »romos, y tienen de particular, que no se nota en los marinos, »las cavidades de los ojos, U 6rbitas, ovaladas de una pulgada. »>de largo y poco ménos de ancho, desproporcionadas al tama— »flo que tienen. La boca derecha es mucho mas chica que la »izquierda, aunque suelen en esto variar, pero de la misma »>figura que la de los marinos; lo mismo decimos de las patas. »En estas se notan unas lineas de pelos bastantemente negros; »las unas no son tan duras ni consistentes como las de los »marinos, pero tienen dos bordes dentados. En las partes late- »rales de la boca tienen un pelo amarillo obscuro, que se puede: »llamar barba; el color del cuerpo y de las bocas blanco, algo. »rosado; el de las piernas verde, aunque en otros es blanco. »Estos hacen unos hoyos bastantemente profundos en donde: »se esconden y evan las presas para comer. »Se comen, y se hace gran uso de ellos en toda la Isla de »Cuba; de modo, que los traen 4 esta ciudad de la Havana, en »costales, & su tiempo, para venderlos\al publico. Se hallan a »distancia de mas de 10 leguas del mar; y los hay todos blan- »cos, y todos azules; de estos no se presenta ninguno, porque yal disecarlos y extraher la carne, se arranca una tunica azul »que es la que les da dicho color.» »D. Ramon de la Sagra en su obra Historia fisica, politica y natural de la isla de Cuba. Paris, ano de MDCCCLVI, tomo vu,, pag. vit, en la parte correspondiente 4 los crustaceos, cuyo estudio y clasificacién estan hechos por Guerin Meneville, no. habla de las costumbres de estos animales. DE HISTORIA NATURAL. 57 »Siguiendo Guerin Meneville 4 Latreille, admite el género Cardisoma de este autor, descrito en la Hucycl. méthod., tomo x, pag. 685, y describe el C. Guanhumi, Marcer. »Igual deficiencia en cuanto a las costumbres y utilizacién por el hombre de estos animales, he encontrado en otras mu- chas obras antiguas y modernas que he consultado, por lo que me ha parecido oportuno dar algunas noticias acerca de estos animales, tan conocidos por los naturales de las Antillas. »Los géneros Gecarcinus y Cardisoma viven generalmente en la proximidad de las playas, en terrenos arenosos, donde fabrican cuevas, 6 sea agujeros bastante profundos, en los que se guarecen: dichos agujeros llevan por lo general a una capa mas himeda del suelo, consiguiendo tener una atmés— fera mas saturada de vapor de agua, cuyo medio les es bene— ficioso, 6 por lo menos atenuar la temperatura elevada del suelo y la evaporacién producida por el aire y el sol. »Prefieren los bosques frondosos, por lo mismo de suelo mas huimedo, aunque no es raro encontrarlos 4 bastante altura y a distancias considerables del mar en rocas calizas y con muy poca vegetacion. »Los que viven proximos a las playas, en los bordes de los pantanos den las aguas estancadas, no abandonan la residen- cia durante el afio, pero los que habitan en terrenos poco hu- medos y no muy distantes del mar, emprenden el viaje hacia la costa por los meses de Febrero 6 Marzo, con cuyo motivo se forman legiones tan numerosas, y producen tal ruido al con— tacto de las pinzas y los caparazones unos contra otros, que segun historiadores de América, se did el caso de desbandarse un ejército de soldados espafioles, atemorizados por creer que se trataba de un gran numero de enemigos que con las armas causaban aquel ruido. »Prosiguen su viaje, y llegados a4 la costa, acampan en la proximidad de ella y entran en el mar algunas veces, pero sdlo por momentos y casi sin perder tierra, pues son malos nadadores; asi que parece no tienen razdn los viajeros que afirman se abandonan 4 las olas, aunque afaden que evitan los sitios en que estas baten con mucha fuerza. »Hay un hecho que no he podido observar y acerca del que se emiten distintas opiniones. Es indudable que la hembra, como la de casi todos los decapodos tiene el pleon conformado 58 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de manera que puede replegarse y llevar los huevos después de la puesta; en el género de que nos ocupamos, cuyo pleon se repliega contra el pereion, sirviendo la forma de aquel para distinguir al macho de la hembra, se verifica lo mismo; pero lo que no hemos podido observar, ni saber por otros observa— dlores, es si abandona la hembra en la proximidad del mar los huevos ya fecundados 6 si los lleva consigo hasta el nacimiento de los hijos, encargandose de cuidarlos. »En los meses de Mayo 6 Junio emprenden el viaje de vuelta: en esta época enflaquecen considerablemente, y lo que gene- ralmente se lama higado, mejor glandula gastrica, segrega gran cantidad de un liquido amargo, lo que comunica al ani- mal sabor muy desagradable en la parte comestible del capa- razon y poca carne en las pinzas que son las que Casi se esti- man mas para comer, como sucede con las Namadas «bocas de la Isla», aunque no hay costumbre de mutilar al animal. »Pocos dias bastan para restablecerse, asi que a mediados 6 fines de Julio ya ha podido hacer provision de sustancias ali- menticias en su organismo y se encuentra en condiciones de sufrir la muda, fendmeno que no he podido observar, pero cuyo estudio no dejaria de ser interesante. Oculto en la cueva se despoja de los tegumentos externos, pareciendo tardar bas- tante en verificarse el endurecimiento del nuevo tegumento y no es raro encontrarlos con la cubierta blanda, en cuyo caso se dice que estan ¢oninos. »A fines de Agosto 6 Septiembre vuelven a encontrarse en condiciones normales y a poco entran en celo. Son muy poco sociables y casi siempre andan solos 6 en parejas, y sdlo se ven reunidos en gran numero cuando emigran. »Con respecto a su alimentacién existen bastantes fabulas 6 creencias mas 6 menos infundadas. Asi se dice por algunos viajeros que sélo viven en sitios donde haya materias en des— composicion, y hasta llegan a afirmar que en la proximidad de los cementerios fabrican galerias que Negan hasta los ca— daveres, de los cuales se alimentan. Aun cuando estos anima- les son carnivoros, y pudieran llegar tal vez a nutrirse con la carne humana en descomposicion, no puede afirmarse de una manera general que asi sea, sino mas bien que, de Verificarse, constituiria un caso aislado. Ademas, es bien sabido el régi— men alimenticio a que se los somete para desaziguatarlos cuan- DE HISTORIA NATURAL. 59 do se les supone envenenados por el manzanillo, y que con— siste sencillamente en alimentarlos con legumbres crudas 6 cocidas y con los restos de la comida sobrante en las casas du- rante algunos dias (1). »El] alimentarse con estas frutas y otras distintas partes de vegetales, como hojas, tallos tiernos, etc., parece venir en con- firmacién de lo que dijimos antes refiriéndonos a lo expuesto por distintos viajeros con respecto a la vida de estos animales. »No obstante su respiracion branquial, perecen asfixiados al poco tiempo de encontrarse sumergidos en el agua. Asi es que cuando llega la estacién de las lluvias se les ve por el campo andar de un lado para otro, a causa de haberse inundado la cueva en que vivian, y de esta circunstancia se aprovechan los que se dedican a cazarlos, pues echando agua en las gale- rias los obligan 4 abandonarlas, y luego con la mano, aunque no sin exposicion, por la enorme presidn que ejercen con sus robustas pinzas, pueden apoderarse de ellos para venderlos en el mercado, donde se aprecian bastante, tanto que se les cria y se atiende 4 su reproduccioén en cercados 6 parques cons— (1) Con motivo del envenenamiento de estos crustaceos, y de casi todos los peces, por haber comido las frutas del manzanillo (Hippomane Mancinella L.), de que habla ya Hernandez de Oviedo, citaré algunas de las observaciones de M. Grosourdy en su obra HZ médico botanico criollo, tomo iv, pig. 105. Dice asi: «Las frutas del manzanillo parecen, 4 primera vista, manzanitas llamadas api, »cuyo olor agradable tienen, mientras que su sabor es acre algun rato después de »probadas; partidas transversalmente tienen en su centro ux hueso tinico, mientras »las manzanas legitimas tienen en el mismo lugar cuatro 6 cinco pepitas contenidas »en otras tantas celdillas de paredes cartilaginosas, cardcter suficiente para diferen- »ciar unas de las otras y evitar accidentes de mayor gravedad » «Los peces y cangrejos que se alimentan con los frutos de este arbol se aziguatan 6 »se vuelven venenosos, segun dicen; lo que ha sido causa de muchas desgracias, por- »que los que los comen en ese estado, sin tener el cuidado de alimentarlos en casa »durante algun tiempo con platanos 0 otros frutos, se envenenan, y se lia visto mo- »rirse 4 algunos con célicos atroces y deposiciones muy repetidas , casi como acome- »tidos del célera.» Describe después los sintomas del envenenamiento que producen las frutas del manzanillo comidas y los experimentos que hizo en distintos animales; asi observé que el jugo lechoso de dicha euforbidcea, ingerido en el aparato de un perro, lo mata casi instantaneamente, pero que no envenena tomada junto con algtin alimento; con lo que se explica que los peces y los C. Guanhumi, vulgarmente hucyes 6 jueyes , pue- dan comerlos sin perjuicio para ellos, y sean venenosos para las personas. Algunas otras observaciones hace también sobre las propiedades y aplicaciones terapéuticas de esta planta en ciertas enfermedades, entre ellas la elefantiasis , de las que no nos ocuparemos. 60 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA truidos 4 este efecto, y de los que se obtienen grandes rendi— mientos; la construccién casi queda reducida a buscar lugares algo humedos y de vegetacién abundante, y a cercarlos con estacadas que entran en tierra lo bastante para evitar que puedan escaparse, abriendo galerias mas 6 menos profundas.» —Kl Sr. Secretario leyé el acta de la Ultima sesién de la Seccién de Sevilla que va 4 continuacidén. SECCION DE SEVILLA. Sesién del 12 de Enero de 18938. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —KH] Sr. Gonzalez Fragoso ley6 la nota siguiente: Especies de algas de agua dulce recientemente encontradas por mt. Chara aspera Willd.—Sevilla, Delicias. En una fuente. Microspora fontinalis De Toni.—Sevilla, San Bernardo. En un estanque. Ludorina elegans Khr.—Sevilla. En una vasija abandonada con agua al aire libre. Hematococcus lacustris Rostaf.—Sevilla. Como la anterior. Protococcus botryoides Kirchn.—Sevilla. Como la anterior. Spirogyra porticalis Cleve. - var. Juergensis Kirchn.—Sevilla. Fuente de la Uni- versidad. Nostoc muscorum Ag.—Sevilla. Después de las Huvias en las azoteas y tejados, entre los musgos. —Se did lectura 4 la siguiente nota remitida por D. Felicia- no Candau: DE HISTORIA NATURAL. 61 «Un yacimiento prehistorico en Carmona. »Excepcional interés despiertan las investigaciones que per— sigue el Sr. D. Juan Pelaez en Carmona, de cuyo nuevo yaci- miento ha extraido materiales bastante abundantes para reunir un pequeno pero curiosisimo museo local, que honra por ex— tremo a la diligencia y amor cientifico de este arquedlogo espanol. »A 4 km. al NO. de la poblacién, que tantos restos de las edades pasadas contiene, en una pequena altura, 4 la izquierda de la carretera general de Madrid y limitado al lado opuesto por hondo tajo de arenisca terciaria roja, se extiende el campo de tumulos, de donde se han extraido las aludidas riquezas arqueoldgicas. Cerca de veinte han sido excavados, y desde luego puede hacerse de ellos dos grupos: unos, mas antiguos, en los que se recogen objetos de silex, huesos grabados y tro- zos de vajilla mezclados con huesos humanos y que no encie- rran el menor rastro de metal, y otros en menor numero, mas recientes, en los cuales los restos aparecen calcinados y de los que se han extraido los ejemplares de bronce y oro con que cuenta el museo. »Aunque .perteneciendo a distintas épocas unos y otros ti mulos ofrecen construccién muy semejante: a veces se hicieron abriendo en la arenisca una cavidad rectangular en la cual colocaban el cadaver, rellenando luego el interior de la cavidad de arena fina, que cubrian con un gran montén de piedreci- llas, y cubriendo el todo con una capa de tierra de bastante espesor; otras veces, en vez de excavar la sepultura en la roca, formaban la cavidad con piedras, que en algunos ttiimulos se ven cementadas con barro, y sobre dicha cavidad se construia el monticulo. De acuerdo con el culto al sol, que revelan todos los enterramientos primitivos, estas sepulturas estan orienta— das de E. a O., al paso que los cadaveres en unas se hallan tendidos a lo largo de la cavidad y mirando 4a Oriente, pero en otras fueron enterrados sentados con la cabeza junto a las rodillas, como se observa en muchas momias americanas, y en este caso mirando al N. »Por ultimo, encuéntrase en la parte exterior de cada ente— rramiento una 6 varias piedras de hechura especial, que, tos— 62 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA camente talladas, reproducen las formas del cuerpo 6 de la cabeza de un animal, y obsérvase en muchos casos senales de hogueras que arderian sobre los tumulos antes de cubrirlos con la capa de tierra que forma su exterior. Mas seria prema— turo entrar en demasiados pormenores de esta indole, y aun en lo referente 4 las medidas de los enterramientos, cuando aun faltan muchos por descubrir, que seran explorados con mayor detenimiento, dada la pericia adquirida en estas em— presas por el Sr. Pelaez. »Desde la base de la meseta se extiende en suave declive, abriéndose hacia la vega, un campo ocupado por trozos volu- minosos de roca desprendidos de la altura y en él se recogen facilmente muchisimos objetos de silex tallado; alli se ven asimismo en dos sitios algo apartados el uno del otro, restos de construcciones formadas de enormes piedras, lugar de ha- bitacidn de los hombres que fabricaron para sus muertos los tumulos descritos. »Visitando el museo, atin no arreglado definitivamente del Sr. Pelaez, llama la atencién el numero crecido de pequenos y finos buriles de silex terminados en punta aguzada, porcion de raspadores, lindos cuchillitos delicadamente tallados, nu- cleos en los que atin se distinguen las huellas de las astillas separadas, angulosos rompe-cabezas, discos muy retallados y algunas, muy pocas, puntas de flecha. Es de notar la abun— dancia de buriles, los cuales servian a aquellos hombres para grabar dibujos sobre placas de hueso. Estos dibujos son por todo extremo notables: representan un animal solo 6 varios uno detras de otro. »Otro grupo, quizas el mas importante, y desde luego el mas completo del museo en cuestidn, es el de la vajilla, por la abundancia que se observa en sus restos de grabados en los cuales se pueden seguir, casi paso 4 paso, todas las evolucio— nes y el desarrollo del adorno, desde el mas rudimentario, limitado 4 impresiones hechas con la una 6 con una punta sobre el barro blando, hasta el mas complicado, consistente en fajas de puntos y de lineas rectas, en zig-zag 0 cruzadas, que forman muy bellas combinaciones, aunque sin llegar jamas a la linea curva y mucho menos al circulo. Treinta ejemplares, todos de diversa decoracién, proporcionan una riqueza sin igual en su @énero al museo de Carmona. DE HISTORIA NATURAL. 63 »Algunos restos dseos de aquellos primitivos fabricantes han sido también encontrados; pero desgraciadamente los craneos recogidos no son tan numerosos como para asentar con ellos un juicio definitivo sobre la raza 4 que pertenecen. Parecen corresponder a una superior, como la de Cro-Magnon 6 de Furfooz, pero conviene aplazar el juicio hasta fundarle en nuevos hallazgos. »No faltan alguyos objetos de adorno, tales como un collar de conchas horadadas, trozos de minerales, que como el cina- brio y la hematites, servirian para obtener colores y que prue- ban que aquellas gentes acostumbraban 4 adornar su cuerpo con pinturas, mas otras muchas piezas de uso diverso, de que no hablamos por no hacer interminable esta relacion. »A primera vista el examen en conjunto de los materiales reunidos en el museo, sobre todo las laminitas tan abundantes de silex, los raspadores, las serretas y particularmente los grabados en hueso, haria ver en todo este material la conocida industria de Madelaine; pero al fijarse en el adelanto que senalan la perfeccion de los grabados, en las formas de algu— nos objetos y, sobre todo, la vajilla, se modifica la primera opinion, atribuyendo estas obras a razas mas modernas. Diriase que los objetos fueron fabricados dentro de la edad neolitica por hombres de Cro-Magnon que conservaban la tradicioén de Madelaine; suposicién perfectamente admisible y que explica- ria la aparente paradoja de la fusidn de dos civilizaciones tan diversas en un mismo yacimiento. La tribu de Carmona pudo muy bien salvarse en medio de la irrupcidén de la raza de Cro- Magnon conservando la tradicién artistica de sus antepasados y admitiendo después de los invasores la vajilla en el orden material y las ideas religiosas en el moral, de que dan testi—- monio los tumulos antes descritos. De todos modos, una cosa resulta clara y totalmente probada: la excepcional importancia de este yacimiento, cuyos hallazgos son los mas valiosos de cuantos las modernas exploraciones han suministrado.» —El Sr. Calderén did lectura 4 una nota de M. Tardy sobre La accion de la lluvia sobre las calizas y los fosfatos de cal, inserta en el Compte rendu de 4 de Abril de 1892 de la Sociedad Geologica de Francia, y cité algunos casos en apoyo de la idea sostenida en dicha nota sobre la accién disgregante del agua de imbibicién de las rocas al evaporarse rapidamente. 64 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Sesion del 4.° de Marzo de 1893. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Leida el acta de la sesién anterior quedaron admitidos como socios numerarios los senores Hernandez Pacheco y Esteban (D. Eduardo), de Madrid, propuesto en la sesién anterior por el Sr. Goitia, y Gonzalez Pérez (D. Lino Victoriano), de Sisante (Cuenca), propuesto en igual fecha por los Sres. Lazaro, Her- nandez Alvarez y Fernandez Navarro. —Se hicieron dos nuevas propuestas. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. —FEl Sr. Secretario leyd la nota siguiente del Sr. Pau, de Segorbe. Nota sobre la «Cervia saturejefoliar Rodr. «La importancia de este sindnimo es de tal naturaleza, que nos ha parecido necesaria una observacién detenida y completa de la planta apenas descrita por Lagasca en la pag. 7 de su notabilisima obra Genera et species plantarum bajo el nuevo género Cervia. Este sindnimo, asi como otros muchos que colecciono, veran la luz en una obra que pienso publicar bajo el titulo de Synonima plantarum hispaniensium; de manera, que aqui tmicamente debe verse el ensayo de lo que mas ade- lante daré. »Cuanto de esta planta se sabia, encuéntrase en la obra y sitio indicados, ast: G. N. «Cervia»y Rod. »Ord. nat. Borraginee Juss. »Char. gen. Caliz liber, 5-partitus. Corolla infundibuliformis, fauce nude: limbo quinquelobo, hyppogina. Stamina tria. Styli duo. Capsula bilocularis. . DE HISTORIA NATURAL. 65 »98. Cervia saturejeefolia Rodriguez. »Planta herbacea a spithama ad pedem alta, Satureje hor- tensis facie. »H. circa Hispalim.—oO. (Vv. v.)» »Y en llamada al pie de la pagina, anade Lagasca: «Genus novum ex Borraginearum ordine naturali Hidrolee lL. affine, a cel. D. Josepho Rodriguez detectum, qui Cerviam dixit in memo- riam clar. D. D. Josephi Cervi, Archicatri, hispani, Academize medice alliarumque Scienciarum Hispalensis fundatoris, atque Botanices promotoris.» | »Los autores que de este @énero se ocuparon tan solamente sirvieron para desorientarnos, y algunos que no leyeron el Systema vegetabilium de Sprengel, 6 el Prodromus systematis nat. regni vegetabilis de A. P. De Candolle, no llevando a las convolvulaceas la especie en cuestion, nada nuevo indicaron con sus Citas ni tampoco aclararon el asunto. »Sprengel, Sys., t. 1, pag. 138, lo Neva a las convolvulaceas y lo mismo De Candolle, Prodr. syst. nat., t. x, pag. 462, pues lo incluye en la seccién «Genera ignota aut ordinis ignoti, ad convolvulaceas a nonnullis auctoribus relata.»’ »En este estado el problema, dirigime primeramente a las cortisimas indicaciones dadas por Lagasca; y, dando por su- puesto el ser planta espanola la propuesta por Rodriguez, averigiié la existencia de la borraginacea con habito de Satu- reja hortensis y no encontré otra en toda la familia mas que Rochelia stellulata Rehb. »Un defecto grande noto en la obra citada de nuestro insigne aragones, sin que por esto el mérito sea menor. Las descrip- ciones son cortas y muchas veces imperfectas. Los nombres, hasta los genéricos, escritos con descuido; asi por fortuna su- ceda rara vez.— No gozaba Lagasca ciertamente de tranquili- dad y su estado de animo no parece fuera lo bastante tranquilo y sereno que esta clase de trabajos requieren. La politica le lle@6 a interesar; cartas he leido dirigidas a mi paisano Rojas Clemente en las que no habla mas que de lo borrascosas que se esperaba fueran las sesiones de la Camara. »Esto por delante, necesario es mirar con indulgencia estos errores de pluma (que por tal los tengo, segun dije en otra parte). »Lagasca dice: «Calix liber 5-partitus». ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXI1. oo 66 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »La descripcién del género Rochelia eva caliz hasta la base, 6 desde la base (ad basim usque) mejor dicho, partido en cinco divisiones. Que es libre no hay que decirlo. «Carolla infundibuliformis» Lagasca.—Lo mismo sucede en el Rochelia, pero anadiendo que la garganta lleva cinco doble- ces pequenos y Lagasca afirma que es desnuda. »No hay duda que Lagasca desprecié por insignificantes los espolones corolinos no encontrando la longitud notable obser- vada en otros g@éneros de la familia. «Limbo quinquelobo, hyppogina» Lagasca.—Nada tiene que objetar. «Stamina tria. Styli duo.» Lagasca.—En efecto, aqui se hace imposible toda semejanza si no atribuimos a error de pluma 6 defecto de observacion. Estoy por lo ultimo: las hidrofilaceas tampoco poseen tres estambres, aunque tengan algunos dos estilos. | »Es muy posible que Lagasca contara por estambres los tres unicos que Hevaban anteras en la flor observada y tomara por estilos los dos restantes que de ellas carecian: cosa probable y no imposible si se tiene en cuenta la cortedad del estilo con el e@énero Rochelia. «Capsula bilocularis» Lagasca.—Ovarium carpellis 2... fruc- tus in nuculas 2. (auct.) «Planta herbacea aspithama ad pedem alta, Satureje horten— sis L. facie» Lagasca.—Exactisima y sin poder decir cosa me— jor en menos palabras. A no existir mas datos, era lo suficiente para descubrir y predicar la identidad del género Cervia con el Rochelia. 3 »Unicamente falta ahora descubrirla en las cercanias de Se- villa, cosa dificil por parecerme que no debera encontrarse la planta en region tan baja. No obstante; pudo encontrarse y puede descubrirse en el dia si se tiene presente la presencia del Guadalquivir, que bien pudo traerla de las sierras cercanas.» —HE] Sr. Secretario leyé el acta de la Seccion de Sevilla que se inserta 4 continuacion. DE HISTORIA NATURAL. 67 SECCION DE SEVILLA. AN f~ PRY Sesién del 14 de Febrero de 1893. @ 1e7 Ke PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERON. \? —Se leyo y aprobo el acta de la anterior. —E]l Sr. Calderon participo la muerte reciente del di Jeni mineralogista y gedlogo el abate A. F. Renard, profesor en la Universidad de Gante. —A continuacién el mismo sefor did lectura 4 la comunica— cidn siguiente: Una carta de A. P. de Candolle. «Entre varias cartas que por extrana coincidencia llegaron a poder de un discipulo mio muy querido, y.que ha tenido la complacencia de entregarme, se encuentra una dirigida por el gran botanico A. P. de Candolle al entonces recién nombrado profesor y director del Jardin Botanico de Madrid D. Mariano Lagasca. Este documento tiene a mi juicio dos cosas intere- santes: una el hacer alusién a los revueltos tiempos de la guerra de la Independencia y mostrar la perturbacién que esta produjo en nuestro pais en el orden cientifico, como en todos los demas Ordenes; otra el fraternal consorcio y comercio de ideas en que vivian antes de aquellos sucesos los sabios espa- holes con los del otro lado de los Pirineos. »Hé aqui la carta, que por su indole exclusivamente cienti— fica, no contiene nada en que pueda pecar de indiscreta su publicidad. «Montpellier, 11 Février 1814. > MONSIEUR ET AMI: »Je viens d’apprendre par une lettre de notre ami commun M. Léon Dufour que yous étes enfin échappé a tous les malheurs qui ont tourmenté votre pays et que vous étes tranquille 4 Madrid: je m’empresse de yous en témoigner ma joye et de vous exprimer combien je serai satistait de 68 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA pouvoir reprendre avec vous les relations que cette guerre malencontreuse avait interrompues; j’ai pendant sa durée—et a plusieurs reprises cherché 2 vous écrire et 4 avoir de yos nouvelles de maniere ou d’autre: j'ignore si mes lettres vous sont parvenues, mais je sais bien que je n'ai recu aucune des votres et que j’ai été dans lignorance absolue de votre sort. Depuis notre séparation la mien a changé: il y a environ sept ans que jai été nommé professeur de Botanique 4 la faculté de Médecine de Montpellier et directeur du Jardin des plantes: nous voila par conséquent beaucoup plus voisins que nous n’étions et chargés l'un et l'autre a ce qu'il me paroit d’aprés la lettre de Dufour de fonctions analogues: les jardins de Madrid et de Montpellier ont été longtemps en correspondance intime et je serais bien charmé, si nous pouvions la rétablir: soyez assuré de l’empressement avec lequel je vous adresserai les grains ou autres objets que vous pourrez désirer et du plaisir avec lequel je recevrai ce dont vous pourriez disposer en notre fayveur. Depuis l’époque ot j'ai cessé de correspondre avec vous j’ai beaucoup voyagé en France et en Italie, et je puiss vous offrir d’assez belles espéces de ces voyages: des que j’aurai recu votre réponse, je me ferai un plaisir de vous en adresser une pacotille, pourvu que vous mindiquiez la voye et la maniére par laquelle vous désirez que je vous fasse cet envoit: jimagine que vous avez aussi mis vos courses a profit pour la botanique, et je recevrai avec bien de la reconnaissance ce que vous youdrez bien me communiquer en plantes seches. J'ai mis aussi en réserve pour vous un exemplaire de quelques ouvyrages que jai publiés pendant linterruption de nos communications, savoir: un Recueil de mémoires botaniques, la Théorie élémentaire de la Botanique et le Catalogue du jardin de Montpellier accompagné de notes descriptives: je ne me souviens plus si je vous ai envoyé dans le temps mes Jcones plantarum Gallie rariorum et, dans le cas ou yous ne les auriez pas, je me ferais aussi un plaisir de vous les adresser. »Au moment ot la guerre d’Espagne commencoit, je terminois un mémoire sur les Composées a4 corolle labiée et je la lus a l'Institut: M. Bonpland me montra alors un mémoire manuscrit que vous lui aviez envoyé sur le méme-sujet et jy vis avec beaucoup de satisfaction l’accord qui regnoit entre nos idées et nos manieéres de voir: je pensai qu'il étoit inutile de charger la botanique d’une double nomenclature et qu'il seroit plus avantageux de réunir nos deux mémoires en un pour donner de suite une histoire un peu compléte de ce nouveau groupe: je vous écrivis plusieurs fois pour vous le proposer et je ne regus aucune réponse de vous: enfin au bout de cing ans ignorant absolument votre sort, je pris le parti de publier mon mémoire en y ajoutant les genres 4 moi inconnus et décrits dans le votre, et en relatant ce que vous aviez fait pour cette partie de la Botanique: depuis lors M. Dufour, & son retour d’Espagne, a bien youlu me donner un exemplaire du primer cahier de vos Amenidades DE HISTORIA NATURAL. 69 naturales et j'y ai retrouvé le mémoire manuscrit dont Bonpland m’avyait donné communication; a quelque changements de nom pres, il se trouve semblable ace que j'ai cité de vous: je ferai en sorte de yous envoyer mon mémoire aussitdt que je le pourrai, et, comme je le dis, je désire qwil vous parvienne et que vous ratifiez cette espece d’association sur laquelle je n'ai pu vous consulter. S’'il a paru plusieurs cahiers des Ameni- dades, vous seriez bien aimable de me les faire parvenir: le seul que je possede est intitulé tome1, num. 1, et se termine a la page 44. Si vous avez quelque chose a m’expédier, veuillez le faire par la messagerie, s'il en existe en Espagne actuellement: sinon, vous pourriez profiter d'une occasion quelconque pour une ville de la France dans laquelle il seroit mis a la messagerie, ou bien enfin envoyer votre paquet a quelque ami 4 Barcelone ou 1’on trouveroit sirement un moyen de l’expédier ici. Veuillez cependant me dire comment vous désirez que je vous adresse les objets que vous pourriez désirer: veuillez, je vous prie, me donner de vos nou- velles qui me seront fort prétieuses: nous avons souvent parlé de yous avec le bon M. Mocifio qui-est ici depuis pres d’un an et que j'ai le plaisir de voir tres-souvent. Il est bien malheureux, et ce sera un vrai bonheur pour moi que de voir une amélioration dans son sort: la sérénité de son carac- tere le soutient dans ses revers, et nous admirons tous ce caractére 4 la fois sensible et ferme, gai et résigné, insouciant et courageux. En atten- dant que jaye de vos nouvelles, je suis, monsieur et ami, avec les senti- ments d’estime et de considération que vous sont dts, votre tres-humble et affectionné serviteur A. 8. pe CanDo.us, professeur de Botanique et directeur du Jardin Royal des Plantes & Montpellier, département de l’Hérault.» —I] Sr. Chaves leyé la nota siguiente: Nota sobre una macla de cerusita. «Existe en las colecciones del Museo de Historia Natural de esta Universidad un ejemplar curioso de cerusita de localidad desconocida, pero que supone el Sr. Cal- deron ser de Linares. Aunque solo ofrece un grupo de cristales de dicho mineral, sin que apenas se distinga la totalidad de las formas cristalinas que presenta, a cau- sa de su mal estado, puede distinguirse muy bien en el mayor de los cristales 70 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA una macla cuyo plano de composicién es un macrodomo, que segun el calculo, formaria con el macropinacoide un angulo de 92° 48". He podido hacer las medidas necesarias con el go— nidmetro y valiéndome de la incidencia rasante, deducir que se trata de una ley de geminacién que no he visto citada a proposito de la cerusita. El dibujo adjunto da una idea fiel de este cristal que sdlo mide 7 mm. de longitud. »Hé aqui las medidas halladas: i] mm (110) = 60° 80 ht ,y (cPoo) = 175° 51’ (1). »E1 valor de 2! ,yv corresponde casi al valor de 03 «g (174° 35’) que da Des Cloizeaux (2) para la macla de los cristales de cerusita de Altai. 4! y m estan fina y hgeramente estriados en el ejemplar en cuestidn. » —Kl Sr. Vinsac dijo que en las Notas carcinoldgicas comuni- cadas por el Sr. Calderon a la Seccién y que aparecen en el acta del 3 de Junio de 1891 habia visto consignado un dato que creia deber rectificar. Tratando nuestro Presidente de la escasez, S1 no ausencia completa del cangrejo de rio en Anda- lucia, le habia parecido digna de notarse la abundancia rela- tiva con que se presenta dicha especie en Loja, de donde habia recibido ejemplares para las colecciones que estan 4 su cargo. El Sr. Vinsac observé que no podia sacarse ninguna conse- cuencia para la geografia zoologica de la existencia de dicho cangrejo en el indicado sitio, por cuanto se trata de una im- portacion realizada hace unos treinta anos por iniciativa del general Narvaez en su posesion y que luego se ha propagado. aletin tanto. De aqui se deduce la natural escasez, por lo me- nos del cangrejo de rio en Andalucia y el hecho de ser cono- cida desde hace tiempo, lo demuestra la referida importacion. Anadié el mismo senor que él habia llevado individuos a Malaga y que alli habia obtenido su reproduccién, y termindé ofreciendo 4 la Seccién hacer mayores averiguaciones sobre fechas y otros pormenores referentes a la introduccion y pro— pagacidn del cangrejo de rio en Loja, siempre que se juzgasen utiles estos datos. (1) Término medio de 10 medidas. (2) Manuel de Minéralogie. DE HISTORIA NATURAL. 7 —K]l Sr. Gonzalez Fragoso leyo la siguiente nota: Especies de algas de agua dulce recientemente encontradas por mi. @dogonium undulatum A. Br. En un estanque, San Benito, Sevilla. Conferva rigida Reinsch. Como la anterior. Scenedesmus bijugatus Kuetz. Con la anterior. | Gonatonema ventricosum Wittr. Patio de los Naranjos, Sevilla. En una fuente. Zygnema pectinatum Ag. En una charca. Cuesta de Castilleja (Medina!). Hormiscia subtilis De Toni. Fuente del Patio de los Naranjos, Sevilla. Gleotila protogenita Kuetz. En una vasija abandonada con agua al aire libre, Sevilla. Sesién del 5 de Abril de 1893. PRESIDENCIA DE D. MAXIMO LAGUNA. —Se leyé y aprobé el acta de la sesidén anterior. —Quedaron admitidos como socios numerarios los senores Fernandez Duro (D. Gabriel), de Madrid, presentado por los Sres. Martinez de la Escalera y Be- cerra y Fernandez, y Ibanez Puerta (D. Amador), Religioso dominico, de Madrid, propuesto por los Sres. Barras y Becerra. —Se hizo una nueva propuesta de socio. -—Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. —Kl Sr. Secretario leyé la nota siguiente del Sr. Uhagon.. 72 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Nota acerca de las especies espanolas del génevo Pimelia. «Nuestro consocio el Sr. Prado y Sainz leyé en la sesién del 1.° de Octubre de 1890 una interesante nota sobre las especies espanolas del género Pimelia F. existentes en el Museo de Madrid, consignando los resultados del examen que de ellas hizo el difunto Dr. Senac, a quien debe la ciencia una exce- lente monografia de este g@énero. »Con el deseo de contribuir al mejor conocimiento de algu- nas de las especies que en dicha nota se mencionan, voy a ocupar por breve tiempo la atencién de la Sociedad comuni- candola las noticias siguientes: Pimelia Perez Senac. »E] Dr. Senac ha visto tan solo tres ejemplares de esta espe- cie encontrados en Aguilas (Murcia) por el Sr. Ehlers y proce- dentes de la coleccion del Sr. Pérez Arcas. En la mia figuraban desde hace tiempo dos de Almeria, regalados por D. Carlos Oberthiir, pero en el verano de 1881 la encontré en considera— ble numero entre Villaricos y Garrucha, puertos de la misma provincia, en la playa de Palomares, también conocida con el nombre de Puerto del Rey. »Durante las horas de gran calor se guarecia al pie de las’ plantas crasas que crecen a orillas del mar, enterrandose casi en la arena, y en cada planta podian recogerse dos, tres y aun mayor numero de ejemplares. La he hallado asimismo en Abril de 1891 en la playa de Parazuelos, cerca de Mazarrén (Murcia) y tiendo a creer que es una especie que se aparta muy poco del litoral, pues mas al interior de dicha ultima localidad, hacia el Valle de Morata, sélo he hallado la P. betica Sol. y mas comunmente aun la P. brevicollis Sol. »Como la generalidad de las especies del género, la P. Perezi Senac, es muy variable en cuanto al tamanio, la forma, el brillo de los tegumentos y la disposicién de las costillas de los élitros. De estas, la primera dorsal constituye 4 veces una linea sa— liente y seguida hasta llegar 4 la declividad posterior, adel— gazandose luego poco a poco y convirtiéndose en granulosa; la segunda dorsal, formada por una fila de granulaciones, es la mas débil, se sefala poco al principio y aparece mas sa— DE HISTORIA NATURAL. 7B liente, por estar las granulaciones mas apretadas, desde el tercio de la longitud hasta la declividad posterior; la costilla lateral, mas pronunciada que la segunda dorsal y también mas larga, continta elevada atin después de la declividad hasta poco antes de su terminacién; la marginal, siempre granulosa, es saliente en todo su trayecto y separa de un modo evidente la parte superior del élitro del borde epipleural. »Pero otras veces las granulaciones de las costillas son iguales alas de los intervalos y se confunden con estas Uulti- mas de tal suerte, que las costillas se obliteran y llegan a des- aparecer Casi por completo, sobre todo las dorsales. Poseo un ejemplar en el que la primera dorsal es solo perceptible hacia la declividad posterior, reducida 4 una docena de granulacio- nes colocadas en fila; la segunda dorsal falta totalmente; la lateral es tan borrosa en su parte anterior, que no sin dificul- tad puede seguirse alli su trayecto, siendo la marginal la unica bien definida en toda 6 casi toda su extension. »Esta ultima variedad se asemeja mucho a la P. variolosa Sol. tipica; sin embargo, en la P. Perezi Senac, los bordes laterales del protérax, en su ultima parte, son un poco entran- tes 6 ligeramente escotados, y este caracter, que me ha pare- cido constante, unido a la mayor elevacion de la costilla mar- ginal, permiten distinguirla bastante facilmente. »En la numerosa serie de ejemplares que he tenido ocasién de observar, ninguno he encontrado completamente lampino, como parece serlo uno de los examinados por el Dr. Senac, asi es que entiendo que 4 esta expresidn ha de darse tan sdlo un valor relativo. Con buen aumento puede observarse que todos 6 casi todos los tubérculos 6 granulaciones de los élitros, aun los del dorso, tienen en su parte posterior un pelito amari— lento, dirigido hacia atras, y también los tubérculos de los lados del protorax presentan una cerdita 6 pelo analogo, aun- que inserto mas bien en su vértice. Es un caracter comun, a mi juicio, a la generalidad de nuestras especies, si bien menos aparente en algunasde ellas, como en la cribra Sol., brevicollis Sol., punctata Sol.,monticola Rosenh.; pero en muchos ejem— plares de la P. Perezi Senac, los pelos adquieren en el cuarto intervalo y en la ultima parte del tercero extraordinaria lon— gitud, sirviendo también esta particularidad, cuando existe, de caracter distintivo. 74 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Pudiera quizds explicarse el mayor 6 menor desarrollo de los pelos de los élitros, 6 mejor dicho, su mejor 6 peor conser— vacion en la especie que nos ocupa, como resultado del roce por los esfuerzos hechos al enterrarse en la arena en donde se oculta durante las horas de gran calor, como antes he indicado. Pimelia castellana Pérez Arcas. »A las localidades citadas por el Sr. Prado y Sainz tengo que anadir: Las Navas (Avila), Donhierro (Segovia), Aleorcén (Ma- drid), segun ejemplares de mi coleccion. »En la segunda parte de mi Catdlogo de los Coledpteros de Badajoz, publicado en los ANAtES de nuestra Sociedad, t. xvi, pag. 375, referi a esta especie cuatro ejemplares de aquella procedencia y de ellos vuelvo a ocuparme después del nuevo examen a que los he sometido, utilizando los elementos de estudio que desde entonces he conseguido reunir. Por su forma general pueden referirse tanto a la P. castellana Pérez Arcas, como a la P. betica Sol.; por la. de los angulos posteriores del protorax se asemejan mas bien 4 la primera; las costillas de los élitros son tan salientes como en los ejemplares normales de la segunda y aun de su variedad distincta Sol.; en los in— tervalos, sobre todo en los dos mas proéximos a la sutura, las eranulaciones se reunen formando verdaderas arrugas, unas en sentido transversal, otras en sentido oblicuo, algunas de’ las cuales corren de una a otra costilla sin interrupcién; las eranulaciones resultan mas definidas, mas separadas, hacia la extremidad y en los intervalos externos. »Otro eyjemplar de mi coleccién, procedente de Salamanca, tiene las costillas de los élitros tan pronunciadas como los extremefios de que acabo de hacer mencidn; en los intervalos las granulaciones son muy apretadas, desiguales, bien defini- das, aunque no obliteradas en el primer intervalo y en la parte anterior del segundo, como ocurre en los ejemplares normales de la P. castellana Pérez Arcas. »En otros de Alcorcén, que debo 4 la amabilidad de nuestro eonsocio el Sr. Martinez de la Escalera, las granulaciones de los élitros tienden a obliterarse en la base de los intervalos primero y segundo y son también desiguales, pero mas sepa- radas unas de otras, asemejandose mas, por lo tanto, a la P. betica Sol. DE HISTORIA NATURAL. Ve »Por fin, poseo ejemplares de Valladolid, que por la granu- lacion de los intervalos y la elevacién de las costillas de los élitros ocupan un lugar intermedio entre la P. caslellana y la P. betica. : »Aun cuando el Dr. Senac al tratar de la P. castedlana Pérez Arcas (ssai monographique sur le genre Pimelia ¥F., 2° partie, p. 80), no hace mencidn de estas variaciones, es lo cierto que ha devuelto algunos ejemplares de la coleccidn del Museo de Madrid, indicando en la etiqueta que son mas proximos 4a la P. betica Sol. que a la P. castellana Pérez Arcas (Prado y Sainz, loc. cit., pag. 109) y en efecto es por todo extremo dificil, si se pasa revista 4 un numero algo considerable de ejemplares el establecer de un modo preciso los mites de ambas especies. »En la P. betica Sol. los bordes laterales del protorax ofrecen al Negara los angulos posteriores una sinuosidad mas 6 menos pronunciada que hace que el angulo, siempre anchamente obtuso, sea mas perceptible, mientras que en la generalidad de los ejemplares de la P. castellana Pérez Arcas, los bordes laterales carecen de esta sinuosidad y los angulos posteriores resultan redondeados 6 indicados apenas. Poseo, no obstante, un ejemplar de esta ultima especie, encontrado en los alrede- dores de Madrid, en que el mencionado caracter esta tan indi- cado y aun mas que en la mayor parte de los de la P. betica Sol. que he podido examinar. Pimelia brevicollis Sol. . »Almeria (R. Oberthiir), Valle de Morata! (Murcia); 4 afadir alas localidades indicadas por el Sr. Prado y Sainz. »El Dr. Senac la cita también de Badajoz, y considero esta ultima localidad digna de mencién, pues la especie parece mas bien propia de la zona oriental del Mediodia de nuestra Peninsula. Pimelia modesta Hbst. »Como tal considero un ejemplar de mi coleccién procedente de Chinchilla, en la provincia de Albacete. Pimelia betica Sol. »Cordoba (C. Oberthiir), Valle de Morata! (Murcia); segtin ejemplares de mi coleccién. 76 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Pimelia betica Sol. var. distincta Sol. »Torrevieja (Tejerizo), Aranjuez!; en mi coleccion. »Poseo también tres ejemplares, regalados por el Sr. Pérez Arcas y procedentes de Valencia, y a otros analogos se refirid, sin duda, el Dr. Senac al decir (/oc. ci¢., pag. 75) que le parecen establecer una forma intermedia entre la P. betica var. dis- tincta y la P. cribra var. elevata Senac. Se asemejan, en efecto, a esta ultima por la fuerte elevacién de las costillas y por la granulacion saliente, irregular y rugosa de los intervalos; pero la forma de los élitros, deprimidos por encima, ayuda a distinguirlos de la referida especie, la cual, & juzgar por la numerosa serie de ejemplares de mi coleccién (Mallorca, Me- norca, tipo; Ibiza, Islas Columbretes, var. e/evata), resulta siempre mas oblonga y mas regularmente convexa. Pimelia punctata Sol. »Localidades a anadir: Albarracin (Zapater), Illescas (M. de Uhagon), Munera (Arenas), Chinchilla (Fernandez), Aranjuez! »Dos ejemplares de Chinchilla y uno de Aranjuez, que figu- ran en mi coleccidn, se separan del tipo por la notable eleva- cion de las costillas de los élitros. En aquellos la primera dorsal forma una linea saliente y seguida en casi toda su ex- tensidn, no convirtiéndose en granulosa sino hacia el fin de su trayecto; la segunda dorsal, mas 6 menos obliterada en su nacimiento, es también saliente y seguida en toda su longitud, si bien un poco mas delgada que la primera; la lateral empieza por una fila mas 6 menos confusa de granulaciones y se con- vierte asimismo poco después en linea saliente y seguida hasta su ultimo tercio, desde donde gradualmente van indicandose mas las granulaciones que la forman; la marginal, al princi- pio constituida por una aglomeracién de pequenos granulos aplastados, se conserva saliente en todo su extensidn y estos van poco a poco reduciéndose en nimero para formar una sola serie de granulaciones muy apretadas. En el ejemplar de Aranjuez, las costillas dorsales ofrecen una disposicién casi igual a los de Chinchilla, la lateral se manifiesta mas franca- mente tuberculosa y los granulos aglomerados al comienzo de la marginal son mucho menos numerosos, sin que esto no obstante pueda decirse que constituyen alli una serie wnica. »En unos y otros el fondo de los élitros es finamente granu- DE HISTORIA NATURAL. 77 gwiento, caracter que me ha parecido constante en la especie que nos ocupay 4 ella refiero los anteriores ejemplares a titulo de curiosa variedad. Pimelia monticola Rosenh. »Un ejemplar de Cordoba, regalado por D. C. Oberthiir. Los demas de mi coleccién proceden de Granada. Pimelia scabrosa Sol. »Muy frecuente en Azimur, a unos 12 km. de Mazagan (costa occidental de Marruecos). La he recibido en abundancia de mi primo D. Enrique de Vedia, Consul de Espafia en dicho ultimo puerto. Pimelia fornicata Hbst. »También muy frecuente en Mazagan, segun envios del Sr. Vedia. »En Mazagan y Azimur es asimismo abundantisima la P7— melia Fairmaire’ Kraatz, si bien esta especie no figura ya en el numero de las de Espana.» —Hl Sr. Secretario leyé la nota siguiente remitida por el Sr. Pau, de Segorbe. Plantas espanolas recogidas el ano pasado por mi distinguido amigo y colega Sr. A. EH. Lomax, de Liverpool, segun muestras enviadas por el mismo. «Preciosa coleccién logré el Sr. Lomax, y si mi dicho de algo sirve, sirva al menos este trabajo de felicitacidn.—Sus plantas por la rareza son notables: y buenos estudios lleva hechos de nuestra flora, cuando vienen los pliegos propia— mente determinados. Salvo rarisimas excepciones, Sus mismas determinaciones copio a ciegas, tal es la confianza que me inspira; y, si de aleunas nada digo, débese a la falta de abun- dantes muestras, que impiden dar con certeza el nombre especifico. »Comienzo la lista, copiando al pie de la letra sus etiquetas y sin meterme en honduras, salvo raros casos, pues en otros procuro dejar el asunto sin resolver a fin de quesel Sr. Lomax 78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA dé su opinion, pues no quiero hurtar 4 nadie lo que de hecho a él pertenece. Aquilegia pyrenaica DC. var. (A. discolor Ler. et Lev.? ex Lo- max, pl. exs.—Véase Pau, notas tv, 12.—In valle, supra Pajares, Asturias. Cardamine latifolia Wahl.—In valle, supra Arvas, Leén; et supra Pajares. Peonia Brotert B. et R.—Cerro de las Machotas, Escorial. Aconitum Napellus L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Aquilegia vulgaris L.—Prope pagum Pajares, Asturias: juxta viam. Ranunculus Alee Wk.—In monte, Pico de Penalara, Castilla. Delphinium peregrinum L.—Prope urbem Avila, Castilla. Thalictrum glaucum Desf.—Prope urbem Avila, Castilla. Scutellaria galericulata L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Cardamine sylvatica L.—In valle, supra Pajares, Asturias. Biscutella levigata L. var. integrata.—In valle, supra Pajares, Asturias. Lberis conferta Lag.—In monte, Pico de Arvas, Asturias. Hutchinsia Auerswaldii Wk.—In monte, Pico de Arvas, As- turias. Lepidium heterophyllum Bth.—Juxta viam ferream, Busdongo, Leon. Brassica setigera Gay.—In monte, Pico de Arvas, Asturias. Reseda lutea L.—In locis saxosis, Avila, Castilla. Diplotaris erucastrum G. et G. var. (Sinapis subbipinnati- fida Lag.)—In valle, supra Pajares, Asturias. Crucianella angustifolia L.—Prope pagum, La Granja, Castilla. Helianthemum criocaulon Dun.—In collibus, prope La Granja. Cucubalus baccifer L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Dianthus monspessulanus L.—In pratis prope Arvas et Pajares. Leon et Asturias. Copiosa. Arenaria montana L.—In monte, supra Busdongo, Leén; et prope Pajares, Asturias. Dianthus brachianthus Boiss. var. alpinus Wk.—In monte, Pico de Arvas, Asturias. D. lusitanicus Brot.—In rupibus, prope Avila, Castilla. D. laricifolius B. et R.—In arvis, prope La Granja. D. Armeria L.—Cerro de las Machotas, Escorial. DE HISTORIA NATURAL. W D. Toletanus Bss.—Cerro de las Machotas. Escorial. Malva fastigiata Cav.—Cerro de las Machotas, Escorial. Hypericum montanum L.—In locis saxosis, Avila, Castilla. H. tomentosum L.—In fossa pr. Badajoz. H. Burseri Sp.—Prope pagum Busdongo, Leén. H. undulatum Schomb.—In silva, Pico de Penalara, Castilla. Ruta montana L.—Cerro-de las Machotas, Escorial. Hypericum humifusum L.—Prope pagum, Busdongo, Leon. Pegamum Harmala L.—In locis saxosis, Toledo. Genista leptoclada Gay.—In valle, supra Busdongo, Leén; prope pagum Pajares; juxta viam, Asturias. G. florida L.—In montis, Pico de Pefialara, Castilla. G. obtusiramea Gay.—In valle, supra Arvas, Leén. G. hispanica L.—In valle, supra Pajares, Asturias. Cytisus purgans Willk.—In montis, Pico de Penalara, Castilla. Potentilla hirta L. vax. obscura K.—Cerro de las Machotas, Es-: corial. Lythrum flexuosum Lag.—In fossa, prope Badajoz. Umbilicus pendulinus L.—Cerro de las Machotas, Escorial. Sedum brevifolium DC.—In montis, Pico de Arvas. S. hirsutwm All.—In valle, supra Pajares, Asturias. S. dasyphyllum U.—In valle, supra Pajares. Umbilicus sedoides.—In cacumina montis, Pico de Pefialara. Sedum anglicum Huds. &. pyrenaicum Lge.—In valle, supra Pajares. S. amplexicaule DC.—Prope pagum, La Granja. S. pruinatum Brot.—Prope pagum, Pajares. Saxrifraga trifurcata Scload.—In rupibus, prope Pajares. S. Atzoon Jacq. 8. recta Ser.—In valle, supra Pajares. S.umbrosa L.var. serratifolia (Mackay).—In valle, supra Pajares. S. wnbrosa L. var. punctata Mackay!—In valle, supra Pajares. Eryngium Bourgati Gou.—In valle, supra Pajares. Sazifraga hirsuta L.—In valle, supra Pajares. Eryngium tenue L.—Prope urbem, Avila. Caucalis leptophylla L.—Prope urbem, Avila. Tordylium maximum L.—Cerro de las Machotas, Escorial. Ligusticum pyreneum Gou.—Juxta viam, prope Pajares, As- turias. Laserpitium latifolium L. forma aspera.—In valle, supra Ar- vas, Ledn. 80 ACTAS.DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Thapsia villosa L.—Ad pedem montis, Pico de Penalara, Castilla. Conopodium subcarneum Boiss.— Prope pagum, La Granja. Asperula aristata L. £. var. macrosiphon Lge.—Prope urbem, Avila. Pulicaria hispanica Bss.—In fossa, prope Badajoz. Anacyclus radiatus Lois.—In fossa, prope Badajoz. Helichrysum serotinum Boiss.—Cerro.de las Machotas, Escorial. Micropus erectus L.—Prope urbem, Avila. Pyrethrum corymbosum W.—Penalara in sylva montis. Artemisia A bsinthium L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Senecio gallicus Chaix. var. dificilis DC.—In ripis fluvii, prope urbem Leon, Avila et La Granja. Cirsium flavispina Bss. y.—In ripis fluvii, prope Leon et Avila. Senecio Duriew Gay.—In sylva, in montis Pico de Penalara. Carduus tenuiflorus Curt.—Prope pagum Pajares, juxta viam. Carduncellus mitissimus DC.—Prope pontem, supra Arvas. Centaurea castellana Boiss.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. C. alba L. 8. deusta DC.—In ripis fluvii, prope urbem Leén et prope La Granja. Microlonchus Clusii Sp.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Erigeron acre L.—Cerro de las Machotas, Escorial. Tieracium Pilosella L. var. tncanum DC.—Cerro de las Ma— chotas, Escorial. Scolymus hispanicus L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Lactuca viminea Link.—Prope pedem montis, Pico ve Penalara et in ripis fluvii prope urbem Leon. Crepis Lampsanoides Froe|.—Juxta viam, prope pagum Pajares. Andryala ragusing L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Wahlenbergia hederacea Rchb.—In montis, Pico de Penalara et Cerro de las Machotas. Jasione humilis Lois. var. pygmea Lee.—In montis, Pico de Penalara. Campanula Herminii H. et L.—In montis, Pico de Penalara. Daboecia polifolia Don.—In montis, supra Busdongo, Leon. Monotropa Hypopitys L. var. hirsuta Roth.—In pineto montis, Pico de Penalara. Anagallis linifolia L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Armeria cespitosa Boiss.—In cacumine montis, Pico de Pena- lara Fraxinus angustifolia Vahl.—Cerro de las Machotas, Escorial. DE HISTORIA NATURAL. 8] Cynoglossum pictum Ail.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Linaria minor Duf.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. L. melanantha B. et. R.—Prope urbem Avila. LI. nivea B. et R.—In sylva montis, Pico de Penalara. L. Tournefortii Lge.—Pico de Penalara et Cerro de las Machotas. LI. supina Duf. var. pyrenaica Duby.—In valle, supra Pajares. L. triornithophora Willd.—In valle, supra Pajares. L. spartea UL. et H. var. ramosissima Bth.—Prope urbem Avila. Scrophularia alpestris J. Gay.—In valle, supra pagum Arvas. S. canina L.—Prope pagum Pajares. ~ Digitalis Thapsi L.—In locis saxosis, Avila. D. purpurea L.—In valle, supra Arvas. Veronica Anagallis.L.. var. anagalloides (Guss.)—Prope pagum Zarzalejo, Castilla. V. appenina Tsch.—In montis, Pico de Penalara. V. Poue Gou.—In valle, supra Pajares. ' Pedicularis verticillata L.—Juxta viam prope pagum Pajares. Pedicularis mixta G. et G.—In monte, Pico de Arvas. P. silvatica L.—In monte, Pico de Penalara. Phelipea cwrulea C. A. Mey.—In Cerro de las Machotas, Escorial. Teucrium pyrenaicum L.—In valle, supra Pajares et prope Arvas. Thymus Mastichina l.—In ripis fluvii, prope urbem Leon et prope Avila, La Granja et Escorial. Lavandula pedunculata Cav.—Cerro de las Machotas, Escorial; La Granja. Copiosa. Prunella grandifiora Jacq.—In valle, supra Pajares. Salvia ethiopis L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Origanum virens H. et L.—In valle, supra Pajares. Stachys alpina L.—In valle, supra Arvas. Rumer induratus B. et R.—Prope urbem Avila. Daphne Gnridium L.—Cerro de las Machotas, Escorial. D. Lawreola L.—In valle, supra Arvas. Euphorbia amygdaloides L.—In valle, supra Pajares. Thesium pratense Khrh.—In valle, supra Pajares. Luphorbia hiberna L.—Iin valle, supra Arvas. Iris ciphioides Ehrh.—In valle, supra Pajares, Asturias. Arnoseris pusilla Gart.—In monte, Pico de Penalara. Lychnis macrocarpa Boiss.—In sylva, prope et Escorial. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXII. 6 82 ACTAS DE LA- SOCIEDAD ESPANOLA Verbascum phtomoides L.—Prope et Escorial. Habita también en la Alcarria. Epilobium alpinum L.—In valle, supra Pajares. Trifolium ochroleucum L.—In valle, supra Pajares. Galium verum li.— Prope pagum Pajares. Veronica fruticulosa L.—In valle, supra Pajares; Pico de Pe- nalara. Lpilobium tetraquetrum L.—In valle, supra Pajares. Malva moschata L. var. geraniifolia Gay.—IMn valle, supra Paja- res, Asturias. Herniaria cinerea DC.—In valle, supra Pajares et Cerro de las Machotas. Geranium pyrenaicum L.—In valle, supra Pajares. Valeriana montana L.—In valle, supra Pajares. Phleum alpinum ..—In valle, supra Pajares. Vicia pyrenaica Pourr. ( Lotus tetragonolobus Cav. Penagolosa!). —In valle, supra Pajares et Pico de Penalara. Lotus corniculatus L.—In valle, supra Pajares. Campanula Rapunculus L.—In vaile, supra Pajares. Homogine alpina Cass.—In valle, supra Pajares. Scilla verna Huds.—In monte, Pico de Arvas. Lilium Martagon L.—In valle, supra Arvas. Merendera Bulbocodium Ram.—M valle, supra Arvas (15 Julio). Lucula lactea %. Mey.—In valle, supra Arvas. Cyperus longus L.—In ripis fluvii. prope urbem Leon. Scirpus lacustris L.—Iin ripis fluvii, prope urbem Leon. Calamagrostis littorea DC.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Elymus Caput-Meduse L.—ITn ripis fluvii, prope urbem Leon et Avila. Vulpia Myurus Grml.—tIn ripis fluvii, prope urbem Leon. Carex setifolia Godr.—Prope urbem Avila. Scirpus Holoschenus L.—Prope urbem Avila. Hordeum maritimum, L.—Prope urbem Avila. Avena barbata Brot.—Prope urbem Avila. Cynosurus elegans Dest.—Prope urbem Avila. Piptather multiforum P. B.—Prope urbem Avila. Aygilops triuncialis L.—Prope urbem Avila. Deschampsia flexuosa Grisb.—In valle, supra Arvas. Agrostis truncatula Parl.—Ad pedem montis, Pico de Penalara et prope caminum montis forma pumila. DE HISTORIA NATURAL. 83 Lagurus ovatus L.—1u litore prope Gijon. Brachypodium pinnatum P. B.—Prope Gijon, Asturias. Macrochloa arenaria Kth.—Prope pagum La Granja. ~ Nardus stricta L.—In monte, Pico de Penalara. Bromus rubens L.—In locis saxosis Avila. A splenium septentrionale Hull.—Cerro de las Machotas, Escorial. Carer glauca Scop.—Prope paguin Pajares. Allosorus crispus Brnhd.—In monte, Pico de Penalara, Castilla. Rosa tomentosa ..—In valle, supra Pajares. Juncus lamprocarpus Ehrh.—In valle, supra Pajares. Campanula glomerata L.—In valle, supra Pajares. Meum athamanticum Jacq.—In valle, supra Pajares. “Silene maritima With.—In litore prope Gijon, Asturias. Lamium maculatum L.—In valle, supra Pajares. Narthecium oxifragum Huds.—In valle, supra Pajares. Pyrethrum hispanicum Wk. var. versicolor Wk.—In monte, Pico de Penalara. Spergula vernalis W.—In monte, Pico de Penalara. Teesdalia nudicaulis R. Br.—In monte, Pico de Penalara. Drosera rotundifolia L.—In monte, Pico de Penalara. Braya pinnatifida Koch.—In monte, Pico de Penalara. Silene Legionensis Lag.—Prope urbem Avila. Heliotropium europeuwm L.—Prope urbem Avila. Trifolium Lagopus L.—Prope urbem Avila. Rumer scutatus L.—Prope urbem Avila. Plantago Cynops L.— Prope urbem Avila. Smyrnrium per foliatum U.—Prope urbem Avila. Trifolium arvense L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. T. scabrum ..—Prope urbem Avila. Lysimachia vulgaris L.—In ripis flavii, prope urbem Leon. Corrigiola telephiifolia Pourr.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Aconitum pyrenaicum Lam.—In valle, supra Arvas. Polygonum Bistorta L.—In valle, supra Arvas. Epilobium Duri@i Gay.—In valle, supra Arvas. Ceterach oficinarum L.—Prope pagum Pajares. Alchemilla alpina L.—In valle, supra Arvas. Blechnum Spicant Rth.—In valle, supra Pajares. Galium rotundifolium L.—In valle, supra Pajares. Sagina subulata L.—In valle, supra Arvas. 84 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Calamintha alpina Benth.—In valle, supra Pajares. Erinus alpinus L.—In valle, supra Pajares. Crepis albida Vill. var. minov.—Prope pagum Pajares, juxta viam. Hieracium legionense Coss.—In muros et rupibus prope viam ferream Busdongo, Leén. Hieracium Pilossella L. var. incaswm.—Cerro de las Machotas, Escorial. ' TTieracium Pilosella L. «. pullchellum Schesle.—In valle, supra Pajares. La forma comtin en Espana y que abunda sobre manera por las regiones exploradas por mi se refiere a la variedad ¢nca— num DC. HH. myriadenum B. et R.—H. Pilosella * amplericaula Pau in litt. ad amicos.—In monte, Pico de Penalara. También he recibido el Z. castellanum B. et R., considerado por algun autor como especie subordinada; es mi opinidn de ser forma autOnoma buena é independiente de las conocidas hasta hoy. Hieracium amplexicaule L.—In valle, supra Arvas. Es tal el ntimero de especies propuestas por Schesle, Jordan y Arvez-Touvetz principalmente, pertenecientes a esta especie, que renuncio a mentar el tipo. Doronicum carpetanun Bss. et R.—In valle supra puerto de Pa- jares. Jurinea pyrendica G. et G.—In monte, Pico de Arvas. A esta forma no pertenece la Serratula mollis Cav., sino a la forma J. Bocconi Guss.—Carduus mollis Asso. Teesdalia nudicaulis R. Br.—In valle, supra Arvas, Leon, etiam in Castilla. Silene portensis L.—Prope pagum La Granja, in Cordillera Car- petana, Castilla. DE HISTORIA NATURAL. 85 Helianthemum alyssoides Vent. var. vulgare Wk.—In valle, supra Pajares. Sazifraga granulata L.—In monte, Pico de Arvas. Santolina rosmarinifolia L.—In ripis fluvii, prope urbem Ledn. Senecio Doria L.—In ripis fluvii, prope Avila et Leon. S. Tournefortii Lap. 8. carpetanus Wk.—Pico de Penalara. S. Doronicum L.—In monte, Pico de Arvas. Campanula asturica Lomax (sp. noy.) pl. exs. ad me: Planta de raiz perenne: tallos capilares, derechos, rectos, in- divisos y estriados hgeramente, con pocos pelos blancos; hojas desiguales, enteras, sentadas, elipticas 6 ligeramente aovadas, ligeramente pestanosas en la base, mucronuladas, eminerves, con los bordes apenas revueltos, pequenisimos en la base del tallo, bracteiformes las del apice. Inflorescencia reducida a una sola flor; caliz cénico al revés, lacinias triangulado-linea- res, doble mayores que el caliz y cinco veces menores que la corola tubulosa que lleva cinco ldbulos cuatro veces menores que el tubo, su color es blanquecino menos los lébulos que son azules. Capsula desconocida. Su clasificacién en el grupo de la Campanula linifolia Lamk. que no se cita en Espana a pesar de existir en Castanesa y valle de Aran y Vielsa. De la especie de Lamarck dice Timbal-Lagrave: «Le C. lini- Jolia, tel que nous venons de la décrire, et d’aprés la synony- mie que nous venons d’établir, a été confondue par les auteurs avec une foule d’especes voisines, qu’on a tantot placé, comme nous l’avons dit, dans les C. rotundifolia, Scheuzeri, cespitosa, lanceolata.» Etude sur quelques campanules des Pyrénées: extrait des Memoires de l’Académie des Sciences, Inscriptions et Belles Lettres de Toulouse, 7° serie, t. v, p. 209-277. De todas las especies propuestas por Timbal tinicamente con la C. ficarioides guarda un remoto parecido. Anchusa undulata L.—Prope urbem Avila. Verbascum virgatum With.—In valle, supra Pajares. Pedicularis pyrendica Gay. var. lasiocalyz G. et G.—In monte, Pico de Arvas. P. sylvatica L.—In monte, Pico de Pefalara. Orobanche Rapum Thuill.—In valle, supra Arvas. 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Teucrium pyrenaicum W.—In valle, supra Pajares et prope Arvas. Prunella grandiflora Meth.—In sylva Pefialara et in valle su- pra Pajares. Rumex Acetosa L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Tris ziphioides Khrh.—In valle, supra Pajares. Mentha rotundifolia L.—Prope el Escorial. Viola palustris LL.—In monte, Pico de Penalara. Ranunculus bulbosus L. var. hispanicus Freyn.— Pico de Arvas.- Phyteuma orbiculare ML. Heracleum pyrenaicum Lamk.—In valle, supra Arvas. Allium oleraceum L.—In valle, supra Pajares. A. Schenoprasum L.—Prope pagum La Granja. A. (Schenoprasum) foliosum Clar.—In monte, Pico de Arvas. A. carinatum L.—Ad pedem montis, Pico de Penalara. A. pallens L.—Prope urbem Avila. A. spherocephalum L.—Prope pagum La Granja. Alchemilla alpina U.—IM valle, supra Arvas. Seguin los trabajos analiticos del ginebrino R. Buser, publi- cados en el Bulletin de la Société Delphynoise, 1892, y muestras repartidas por la misma, esta forma pudiera pertenecer a su A. pallens. Daria buenamente la critica de estos estudios si no temiera apartarme de mi idea. Generalmente estos trabajos tan dete— nidos producen muy buen efecto entre los naturalistas de g@abinete. Carduus medius Gou.—Prope pagum Pajares, Asturias. Phyteuma hemispherica L.—\n monte, Pico de Penalara, Cas— tilla. Erica arborea L.—In valle, supra Arvas, Leon; in monte, Pico. de Penalara, Castilla. Pyrola minor L.—In monte, Pico de Penalara. Yrica vagans L..— Prope pagum Pajares. E. cinerea L.—Prope pagum Pajares. E. tetralyx L.—Prope pagum Arvas. E. aragonensis Wk.—In valle, supra Aryas. Anagallis linifolia L.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Vincetoxicum nigrum Monch.—In sepe prope La Granja. DE HISTORIA NATURAL. 87 Erythrea Centaurium P.—In ripis fluvii, prope urbem Leon. Lithospermum prostratum Lois.—Im valle, supra Pajares. Biscutella levigata L. var. integrata Gr. et Godr.—In valle, supra Pajares. Biscutella levigata var. dentata.— Prope pagum Zarzalejo, Castilla. Festuca spadicea L.—In valle, supra Arvas. Carex Reuteriana Boiss.—In monte, Pico de Penalara. Agrostis truncatula Parl,—In monte, Pico de Penalara. Galactites tomentosa Mch. var.? microcephala Lomax in sch.— G. Lomaxti Mihi.—Gijon, Asturias, 12 Julio 1892. Planta sumamente parecida a la @. tomentosa y diferente por carecer de estrias los aquenios, por el apice de las anteras triangular y menos puntiagudas, color de las flores, senos de las lacinias notablemente mayores, tamano de las cabezuelas menores, etc. Saxifraga moschata Wulf.—Pico de Arvas. Leucanthemum montanwm DC.—In valle, supra Arvas. Filago spathulata Pres|.—Prope urbem Avila. Polygala vulgaris L.—In valle, supra Pajares. Viola sp. nov. V. cornuta? Lomax in sch.—In valle, supra Pajares. Intermedia entre la V. calcarata y V. lutea. De la primera tiene el habito y de la otra las hojas. Los sépalos dela Viola de Pajares son mas estrechos que los de la V’. calcarata, pero se presentan redondeados y obtusos en el apice, lo contrario su- cede en la V’. /utea que los presenta acuminados. La Vola del Sr. Lomax leva los sépalos con el margen membranoso y éste ligeramente aserrado pestanoso. De la V. cornuta se aparta por completo. Mas cercana es por sus sépalos de la )’. sudetica Willd. pero la longitud de sus pedtinculos ya son mayores que la muestra asturiana, pues no tiene de altura desde el primer par de hojas rudimentarias hasta la flor inclusive mas de 0,10 de metro. V. (canina) lucorum. La planta colectada por el Sr. Lomax en Penalara pareciéme 88 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA al principio pertenecer 4 especie nueva para Espana, pues a pesar del parecido que guarda con /. /ancifolia de ninguna manera lo es. En vista de una muestra que poseo colectada y etiquetada por F. Schultz (F. Schultz ipse legit et scripsit) la doy con el nombre dicho. Varios son los géneros descuidados y despreciados por los botanicos espanoles, y el V7o/a es uno de tantos. No ignoro lo dificil de su estudio y la desesperacioOn que nos causa deter- minar el nombre especifico; mas creo, que, todos estos traba- jos y desvelos, serian premiados con el descubrimiento de muchas especies nuevas. Quizas sea una de estas la violeta de Pajares que no me atrevo 4 nombrar por no poseer mas que un miserable pie. Otro de los inconvenientes con que lucha el naturalista es el descuido en la preparacion. Adenostyles Lomazii sp. nov.—A. pyrendica? (Lomax non Lge. in sched.)—In valle, supra Pajares. Planta que unicamente puede compararse con la A. albi- Jrous y A. pyrendica. Se aparta de la primera por sus hojas reniformes, simple- mente dentadas, seno basilar ancho y cabezuelas doble 6 triple mayores y por lo tanto con mayor ntmero de escamas. De la A. pyrendica que presenta el margen de la hoja igual, por el seno basilar ancho, orejuelas de las hojas superiores notable- mente desarrolladas, abrazando casi el tallo y por sus escamas no lanceoladas y agudas, sino redondeadas y obtusas en el apice. Respecto ala A. pyrenaica debo manifestar mi conformidad con lo dicho por Costa en las paginas 118 y 119 de la Fora catalana en vista de las muestras repartidas con el nim. 2.225 pertenecientes a la Flora selecta exsiccata de C. Magnier, pues lleva una muestra las escamas redondeadas y obtusas y la otra lanceoladas y agudas. Por el seno ancho de las hojas se parece la A. Lomazii a la A. alpina Bl. et Jing., pero la forma general de sus hojas es bien diversa. Myosotis (cespitosa 8) stolonifera Gay.—In valle, supra Arvas. In rivulis copiosa. Melampyrum arvense L.—Castelle vel Asturize lectum. Sine schedula. DE HISTORIA NATURAL. 89 Anarrhinum bellidifolium Desf.—In valle, supra Pajares, As— turias. Lrythrea tenuiflora H. et L.—Prope Gijon, Asturias. Orobanche minor Sult. (forma?).—Prope urbem Avila. Entre las plantas no determinadas se encuentran dos formas del género Cuscuta y una Luphorbia; probablemente la #. au— gulata Jacq. No la he comparado con las muestras de mi her- bario por parecerme en un principio que las remitidas perte— necian a dos especies diferentes, pues una Leva las hojas aserraditas y la otra enteras; no obstante, segtin los herbori— zadores nada indica este caracter, pues la exsiccata de Reichem- bach también da las hojas aserradas en el ntim. 1.294.» —HEl Sr. Secretario leyé el acta siguiente de la Seccién de Sevilla. SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 10 de Marzo de 1893. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyo y aprobo el acta de la anterior. —Se repartio el cuaderno 3.° del tomo 1 (xx1) de los ANALES. El Sr. Gonzalez Fragoso dio lectura 4 la siguiente enumera— cidn de algas de agua dulce Ultimamente observadas por él. Hormiscia subtilis. (suetz). De Toni, Var. variabilis. (Kuetz), Kuchn var. compacta. (Roth).—En una fuente; Delicias, Sevilla. Hormiscia Kochii, Kuetz.—En un estanque; Cartuja, Sevilla. Cladophora fracta. (Dillw), Kuetz, var. leptoderma, Lewin.— En un estanque; Cartuja, Sevilla. Cladophora crispata. (Roth), Kuetz, var. genuina. (Kuetz), Rabenh.—En una fuente; Delicias, Sevilla. Protococcus olivaceus. (Rabenh), Hansg.—Sobre un fruto de acacia, en una fuente; Delicias, Sevilla. Spirogyra nitida. (Dillw), Linck.—En una fuente; Delicias, Sevilla. 90 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Spirogyra afinis. (Hassall), Petit—En un estanque, Cartuja, Sevilla. Spirogyra lara, WKuaetz.—En una fuente; Delicias, Sevilla (escasa). Spirogyra decimina. (Muller), Kuetz, var. dara. Kuetz.—En una fuente; Sevilla (Medina!) Docidium Baculum, Brét.—En una fuente; Delicias, Sevilla. (Hydrococus) rigidula, Kuetz.—Sobre la Cladophora fracta. (Dillw), Kuetz.—Cartuja, Sevilla. Nostoc rufescens. Ag.—En las paredes de una vasija expuestas con agua al aire libre; Sevilla. —KHKl Sr. Medina leyo la siguiente nota bibliografica. Quelqgues fourmis de la Faune méditerranéenne, PAR AUGUSTE FOREL, Professeur & Zivrich. Con este titulo acaba de publicar el distinguido mirmecdélogo suizo (1) la descripcién de algunas especies y variedades nue— vas de formicidos, de las cuales pertenecen unas a la fauna espanola y otras a la del archipiélago canario. Por tratarse de especies interesantes para el conocimiento de nuestra fauna voy 4 permitirme copiar sus descripciones. «El Sr. Dr. M. Medina de Sevilla, me ha enviado un cierto numero de hormigas muy interesantes de Andalucia (2) y Canarias, y mi amigo y colega Sr. Dr. Ris me ha traido dos curiosas formas de estas Ultimas islas. Hé aqui la descripcion de lo que es nuevo para la fauna mediterranea: A phenogaster (Messor) barbara L. x: sordida n. st. 0 L.6 mm. (6 media?) Aspecto de un Messor structor, media. Las mandibulas tienen de 1] 4 12 dientes, de los cuales los tres anteriores son fuertes y los 8 6 9 posteriores pequenos, pero muy puntiagudos y de longitud irregular (este hecho no (1) Extrait des Ann. de la Soc. Entomol. de Belgique. Tome xxxv1, 1892, pag. 452. (2) El Sr. Forel ha consignado como de Andalucia estas especies, por un error. DE. HISTORIA NATURAL. 91, excluye la existencia de individuos con mandibulas gastadas como en todos los Messor.) Por lo demas las mandibulas son exactamente como en la forma ordinaria. Epistoma no escotado en el centro, convexo por delante, groseramente estriado y fuertemente acanalado en su borde anterior, que presenta en el centro seis dientes 6 fuertes canales, de los que cada uno esta excavado en su cara anterior. El insecto es liso y brillante, la cabeza muy débil, muy fina y vagamente estriada con impre— siones borradas sobre el vértice. El pronoto y el mesonoto son muy gibosos, lisos y brillantes. El metanoto estriado transver- salmente. Por lo demas idéntico al IZ. barbarus ordinario pero de un color pardo sucio, bastante claro, idéntico al del I. strue- tor del cual se distingue en seguida por su brillo, su forma exterior y su pelosidad mas débil. Esta forma se parece un poco al M. rufo-testaceus pero se distingue de él por sus antenas y sus patas mucho mas delga- das, ast como por su color mas opaco y oscuro. Su color, su epistoma acanalado y sus dientes lo distinguen del IZ. barba- PUS 1. SP.» Localidad.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real). Recogida por el Sr. Lafuente y enviada por mi al Sr. Forel en consulta. «A phenogaster striola. Roger, var: /e@rior, 1. var. © L. 4 mm. A primera vista parece una A. subterraned, tanto por el color como por la forma. Sin embargo, cuando se examina atentamente se conoce por la forma de las antenas, por la cabeza estrecha y alargada y por la forma del metanoto que se trata de una A. sfriola de forma y color completamente aberrantes. Su color es de un pardo rojizo sucio con las ante- nas, las patas y las mandibulas de un amarillo testaceo. El torax es liso y brillante asi como el peciolo; solamente el metanoto y los lados del mesonoto son rugosos. La mitad pos— terior de la cabeza es brillante y débilmente reticulada.» Localidad.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real). Lafuente! «A phenogaster hispanica, André. 6 L. 3,7a 4 mm.—Caracteres de la 9 pero el diente terminal de las mandibulas es mucho mas corto, de forma ordinaria y 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA los ojos son alargados, terminados por abajo en una prolon- gacién puntiaguda casi tan acentuada como en la 4. Blanci; pero los ojos estan mas alejados de la articulacién de las man- dibulas que en la 4. Blanci. El epistoma es lo que distingue mejor estas dos especies tan préximas; en la A. Blanci es extremadamente corto, de suerte que las aristas frontales alcanzan casi el borde anterior de la cabeza y estan ademas muy aproximadas, no dejando entre si mas que la porcién media estrecha del epistoma y un area frontal muy estrecha. En la A. Aispanica las aristas frontales, el area frontal y el epistoma estan dispuestos como en las otras especies. El torax es robusto; el pronoto y el mesonoto forman una eminencia uniforme (el mesonoto no es prominente en ning@tin punto). Kl metanoto no forma escalén, es como en las A. A. striola y splendida. La cara Dasal es mas larga que la cara declive, las espinas estan separadas, son agudas y mas cortas que la distancia de sus bases. El metanoto esta transversalmente estriado; como en la Y las estrias cuando llegan a los lados se dirigen longitudinalmente hacia adelante lo que hace que los lados del térax sean longitudinalmente estriados. El resto del torax es grosera é irregularmente rugoso asi como el peciolo; en todo lo demas es semejante a la 9. Localidad.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad—Real). Lafuente! La © de la A. hispanica era todavia desconocida y la que acabo de describir ha sido recogida sin Q ni <7 correspondien- tes. No la refiero, pues, sin temor a la especie de André. M. André ha tenido la bondad de comunicarme un ejemplar de la 9. He podido apreciar que los ojos de la © sin ser tan alargados y sobre todo tan puntiagudos hacia abajo como los de la ©, tienen, sin embargo, una forma alargada y una posi- cidn antero-lateral bien marcadas, que M. André no habia senalado en su descripcidn aunque reconocid las afinidades de esta especie con la A. Blanci. La diferencia del diente anterior de las mandibulas es muy singular; quizas este diente se ha gastado por el uso en las 9. Todos los detalles de forma, pelo- sidad y color, concuerdan por lo demas tan plenamente, que estoy obligado a determinar esta 6 como una 4. hispanica hasta que se pruebe lo contrario. Ademas, el Dr. Medina ha recogido también el oo” de la A. Aispanica en Andalucia, en otra localidad.» . DE HISTORIA NATURAL. _ 93 »Monomorium Medine, n. sp. »0 L. 2,3 mm.—Muy afine al J/. Salomonis L., del cual se dis- tingue por los caracteres siguientes: Kl] metanoto es muy bajo: su cara basal no forma angulo con el dorso del mesonoto, como en el JZ. Salomonis, sino que se encuentra en el mismo plano horizontal que ella; la escotadura entre el mesonoto y el metanoto es sin embargo muy distinta; la cara declive del metanoto es muy corta, muy oblicua y pasa por una curva tan insensible a la cara basal que apenas se pueden distinguir las dos caras; el cuerpo es enteramente liso y brillante, excepto los lados del mesotérax y del metatdrax, asi como la cara de- clive del metanoto, que son reticuladas, punteadas y sub-opa— cas 6 mates; de un pardo castano muy oscuro con el torax y el peciolo, sobre todo muy cerca de las suturas y de las articula— ciones, de un pardo mas rojizo; patas, antenas y mandibulas de un pardo rojizo 6 amarillento, mas claro en las articulaciones, mas oscuro en la parte media de los miembros; las mandibu- las, muy estrechas, tienen cuatro pequenos dientes; la cabeza es mas corta y mas ancha que la del WW. Salomonis; la cara ba- sal del metanoto es larga y estrecha, mas larga que el meso- noto, al menos tan larga como el pronoto. »Esta especie se parece mucho al YW. gracillimum Sm.. pero en el VW. gracillimum \a cara basal del metanoto es distinta, perfectamente limitada por delante y por detras, mucho mas corta, casi rectangular, estriada transversalmente. Los angu-— - los anteriores del pronoto son también mas redondeados, me- nos levantados en el W/. Medine, en el que todo el cuerpo es mas estrecho y alargado. Ademas el WZ. gracillimum esta eri— zado de pelos y es pubescente en la parte dorsal de la cabeza, torax y abdomen, mientras que estas partes son casi comple- tamente lampinas en el Weding (como en el Salomonis); ape nas si se ven uno 6 dos pequenos pelos buscando atentamente. Las patas no tienen mas que una pubescencia adyacente bas- tante separada. La cabeza del Jf. Medine es muy lisa y muy brillante, solamente en la parte anterior de las mejillas se observan algunas estrias muy cortas; en el IW. gracillimum la parte anterior de la cabeza es mas estriada, los ojos son pe— quenos, lo que le distingue del darbatulum. En fin, nuestra 94 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA especie no tiene relacién con los WM. minutum, carbonarium y clavicorne, Cayas antenas, metanoto y nudos del peciolo estan conformados de otra manera. Las antenas y los nudos del pe- ciolo del W. Medine estan conformados como en el JZ. Sa/omo- nis, pero el primer artejo del funiculo es sensiblemente mas largo, casi tan largo como los cuatro siguientes reunidos. En el M. gracillimwm los artejos 2 a 8 del funiculo son mas estre— chos, mas distintos los unos de los otros (mas redondeados) y mas claramente separados de la maza. En el d/. Medine, el ultimo artejo de la maza es apenas mas largo que los dos pre- cedentes reunidos. »Las diferentes especies del género Monomorium no son muy faciles de distinguir, y las dos vecinas de nuestra especie estan sujetas a variar mucho. Un examen atento muestra que el M. Medine se acerca en realidad al Salomonis y no al gracilli— mum, A pesar desu aspecto liso y brillante. Hasta nueva orden creo, sin embargo, sus caracteres bastante marcados para dis— tinguirla especificamente del Salomonis. »Laguna (Canarias). »Esta especie ha sido recogida por mi distinguido amigo D. Anatael Cabrera y enviada por mi en consulta al Sr. Forel. Después de las descripciones que acabamos de copiar, con- signa M. Forel una raza y una especie nuevas, el Ze/ramoriwm cespitum \., var, depressum y el Leptothorax Risii, ambas de las Palmas (Canarias), y recogidas por el Dr. Ris, cuyas descrip- ciones podra ver quien lo desee en dicho trabajo. Réstame tan solo manifestar mi gratitud mas profunda al eminente Dr. Forel, por la especie que ha tenido la galanteria de dedicarme.» —Kl Sr. Chaves leyo la siguiente «Nota cristalografica sobre las celestinas de la Peninsula. «En una monografia cristalografica sobre las celestinas, es— crita por C. Barwald (1), ultimo trabajo especial sobre este asunto de que tengo noticia, se mencionan y describen como de la Peninsula, cuatro localidades en que se halla el mineral (1) Zeitschr. f. Kryst. u. Min., t. x11, 1887, pag. 228-233.—E] extracto de este trabajo en Neues Jahrbuch. f. Min., Geol. u. Pal., 1888, t.1, pag. 403. DE HISTORIA NATURAL. 95 en cuestidn: Moron (Sevilla), Conil (Cadiz) y La Garrucha (Al- meria), en Espana, y la costa de Guiaios y Buarcos (al O. de Coimbra), en Portugal. »Habiendo tenido ocasion de estudiar unos cristales de celes- tina, que debo a la amabilidad del eminente gedlogo Sr. Mac— pherson, procedentes del ttinel del Rocio en Lisboa, localidad no citada por el Sr. Barwald, asi como otros de Morén y Conil, me ha parecido util presentar brevemente el resultado de mis medidas en dichos ejemplares como materiales para el estudio de la mineralogia espanola. »Ante todo debo advertir que para determinar la relacién axica, me he valido siempre de la combinacidn x2 P(110)$Px% basandome en que dichas formas se hallan constantemente en todos los cristales que he observado, y en la mayor facilidad que para las medidas goniométricas presentan a causa de su mucho brillo. »Celestina de Moron. »Proceden estos cristales de la Dehesa de los Charcos, lin-— dante con la hacienda de los Gatos, a 3 km. de Montellano, y yacen en la marga oscura inmediata a los volcanes fangosos (1). Forman unas veces geodas en esta marga muy caliza, y otras se hallan sueltos y empotrados en ella. En este ultimo caso se les desembaraza facilmente de la marga tratandola con acido clorhidrico diluido. Estan desarrollados segiin el eje @ y alcan- zan a veces unos 9 610 mm. »La relacion axica es: G06 0.8816 = Le IOs »Las formas observadas son: o P (110); P % (011) domin.; $ P% (102); 0 P (001); 4 P2 (124). »Angulos medidos: (110) A (110) = 78° 27” (102) A (102) = 104° 23’ (1) Véanse para el yacimiento los ANALES de esta Sociedad, S. Calderon, Los volca- nes Jangosos de Moron, t. xx, cuad. 1.°, pag. 5. 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Los cristales de las geodas son muy limpios é incoloros a veces, pero los separados mediante el Acido clorhidrico, no se prestan bien A las medidas con el gonidmetro. En estos ulti- mos no se observa la forma $ P 2 (124). »Celestina de Conil. »Estos cristales estan mezclados con otros de calcita y aso- ciados al azufre. Se hallan muy desarrollados see@tin @ y son generalmente incoloros y muy pequenos. Sin embargo, el Sr. Macpherson posee un ejemplar de esta localidad, en el cual se presentan implantados y muy comprimidos, cristales lecho- sos de 1 cm. proximamente, pero de caras poco brillantes. »Relacién axica: C200 Osle2 lke Oleg »Formas observadas: oo P (110); $ Po (102); o P&% (010). »Angulos medidos: (110) A (110) = 78° 39’; (102) A (102) = 103° 47’. »Celestina de Lisboa. »Como he dicho, estos cris— tales proceden del tunel del Rocio. Forman geodas en una arcilla, y son incoloros, muy limpios y brillantes. Estan des- \ arrollados también segun @. »Relacién axica: a’: 6: ¢ = 0,8493 : 1: 1,0128. »Formas observadas: co P (110); «© P2 (210); oo P% (010); P% (011) domin.; 4 P x (102); 4 P2 (124); y la forma representada por zen el dibujo adjun- to (1), que es una braquipiramide, y que no ha podido ser exactamente medida 4 causa de su pequefiez y poco brillo. (1) Este dibujo esta hecho habida cuenta de la posicién del plano de los ejes opti- cos. (Véase Dana, System of Mineralogy, 1892, pag. 905.) DE HISTORIA NATURAL. 97 Los angulos medidos son los siguientes: (OY No 1/0) =r 78e 50 (210) A (210) = 31° 10'; (USD: (124) == ep ralise Nz (102) A (102) 27° 6 aproximada; 104° 5, Kl examen de estos cristales recuerda en cierto modo las formas de los de La Garrucha, dibujados por Schrauf (1), pero se presenta ademas en los de Lisboa la forma (210), que no ha sido mencionada hasta ahora en ninguna celestina de la Pe- ninsula. La pequenez de estos cristales me ha impedido la determinacion del valor del angulo de los ejes épticos. Resumiendo: si se comparan las relaciones axicas de los cristales de estas tres localidades, se observa que permanc-— ciendo constantes los valores de 6 y ¢, @ varia en la progresién siguiente: AS GOAT cp hes inasts ce Meroe aren se OSL 22 PASO shia ohn tee AS ee eee 0.8493 WEGROIDA Lae dence ele atop ies, ee BO LOO 40 cuya diferencia es sensiblemente 0,03. De los cristales de las dos localidades restantes de la Penin- sula, 6 sean La Garrucha y la costa de Guiaios y Buarcos, no he podido proporcionarme ejemplares.» —Ili] mismo Sr. Chaves leyo lo siguiente: «Involuntariamente se han omitido en la No/a sobre unos cristales de fuchsina, publicada en el cuaderno 3.° del tomo xx1 de los ANALES, pag. 155, las cifras que expresan las medidas obtenidas. Dichas cifras, correspondientes a la fig. 1.*, son las siguientes: i210) hoe b- G——60" 7207: MU) es SS) Ag El Sr. Galderdn did lectura a las siguientes (1) Atlas der Krystall/, Wien, 1878; taf. xivu1, fig. 4. ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXII. ~) ACTAS DE-LA SCCIEDAD ESPANOLA ito} BD «Notas bibliogrdficas: En la segunda parte, aparecida recientemente de la impor- tante obra del profesor H. P. Pohlig «Dentition und Kranologie des Hlephas antiquus» al dar cuenta (pag. 300 vy siguientes) de los ejemplares de molares de esta especie existentes en los museos de Europa hace con respecto a los de Espana las siouientes consideraciones: «Los tinicos molares completos de los museos espanoles (1) »los he representado ya en la lam. 4, fig. 1, 1.*, y su descrip- »cion se encuentra en la primera parte de esta obra (pag. 204, »nota 2). Hoy puedo completar aquella descripcién, hecha en »vista de vaciados, con mi ulterior examen de los originales »del Museo de Sevilla. El ejemplar representado como uno de »los mayores y mas pesados de su especie, debe incluirse, sin »duda, entre los de Hlephas antiquus, y enriquece el conoci- »miento de la especie con un nuevo documento muy intere- »sante & causa de la anchura de su seccidn; ésta, que llega a »su marimum, coexiste con el minimum de laminas en los »terceros molares de la especie, que se reducen a 14 7 (un poco »mas de 0,02 m. de largo las coronas por una lamina -+ | inter- »valo de cemento!); por esto ocupa el ejemplar en cuestidn, »con otros de diversas y distintas localidades, un lugar comple- »tamente original dentro de la especie. Ademas, en este molar »maxilar gigantesco, como en los fragmentos laterales del de »Jena, es solo anormal la anchura maxima de casi 1 dm. debida >a una aglomeracién de tres fuertes laminas digitales externas »adosadas hacia la extremidad, mientras que el diente ofrece »una anchura muy uniforme de 0,091 a 0,098 a lo mas.» «Procede de los antiguos estuarios, planos y bajos del »Guadalquivir junto al cementerio de Sevilla, donde se halld »también un tercer molar superior de Rhinoceros Merchianus »perteneciente al mismo Museo» (2). «Los demas restos de molares fésiles de elefantes de Espana (;) Restos del mammout que se suponen de Espana han sido mencionados por L. Adams en el Quart. Journ. Geol. Soc , 1877, pig. 5°38. (Nota del Si. Pohl'g.) (2) Es la primera prueba cierta de la existencia del Rhinoceros Merckianus en Espana, y como tal de un grandisimo interés (Nola del Sr. Pohlig.) DE HISTORIA NATURAL. SI) »existentes en los museos espanoles, que son escasos, perte— »necen todos 4 la misma especie. En Sevilla hay, ademas del »descrito, otros mandibulares perfectamente conservados de »Brenes y un par de molares terceros encajados en una man— »dibula inferior; el Museo de Historia Natural de Madrid tiene »aleunos fragmentos procedentes de molares de los alrededores »de la capital, y la Comision del Mapa geolégico posee otros de »tamano mediano de las minas de Santander. HE] molar segundo »superior representado por Busk y Falconer (1) se encuentra »bien instalado en una de las colecciones de Londres, y en »cuanto al molar maxilar izquierdo Ultimo de Africa (Tanger), »representado por Ramsay y perfectamente conservado, debe »ofrecer analogos caracteres al citado de Sevilla, si bien seevin »la descripcién dada por este naturalista, mide 15 z en solo »0,2 & 0,0875 m., siendo, por tanto, diminuto y relacionado »por tanto con laraza enana mediterranea a que pertenecen los »molares de Roma representados en la primera parte de esta »obra (fig. 93); hecho de interés capital. En Dublin existen al »decir de L. Adams (2) restos de mammut del Norte de Espana.» Estas interesantes noticias que he creido util comunicar a la Sociedad, dado lo costoso y raro de la obra del Sr. Pohlie, me han sugerido algunas observaciones que voy a exponer breve- inente. Parece definitiva la opinidn del distinguido paleontdélo- eo sobre la reduccidn de todos los restos espanoles del citado eé- nero al #. antiquus; pero entonces, gcual es su opinion defniliva en punto a los molares de Brenes y Cantillana existentes en la Universidad de Sevilla, sobre los que me expresé una manera de ver tan distinta de la que ahora consigna en su obra, du- dando entonces hasta de que se tratase de verdaderos fisiles? Por lo que se refiere al Rhinocerus Merchianus ni fué hallado en el diluvium del cementerio de Sevilla con el molar famoso de elefante, ni es la primera vez que se menciona de Espana. Ya he tenido ocasidn de decir en esta Sociedad que el citado ejemplar fué recogido en un relleno de di/uviuni rojo de Alcala de Guadaira en una de nuestras excursiones, hace cinco anos. La misma especie se habia citado ya por D. Casiano de Prado como hallada en la caverna de Muda, en Palencia. (1) Quart. Journ. Geol. Soc.; 1865, pag 366. (2) Lbidem, \ST7, pag. £37, 100 ACTAS DE LA SOCIEDAD FSPANOLA En cuanto a la existencia del mammut en Espana, no acierto por qué se ha fijado el Sr. Pohlig en el dato tan vago de Mr. Adams, cuando esta especie ha sido mencionada diversas veces como hallada en la Peninsula, desde el mismo Cuvier, y hay una cita precisa de los gedlogos ingleses Sullivan y O'Reilly que la mencionan de la caverna de San Bartolomé de Udias (Santander). ; No por estas rectificaciones, que a mi juicio conventia hacer notar, trato de rebajar laimportancia de las noticias que revela el trabajo del Sr. Pohlig referentes a Espana, de uno de los @éneros mas importantes que hayan existido, sino el mas im— portante de todos, bajo el punto de vista paleontolégico. El mismo Sr. Calderén did algunas noticias sobre el nuevo Mapa geologico de los Pirineos francés y espanol publicado por los Sres. de Margerie y Schrader en el tomo xviu del Annuaire du club alpin francais. A este mapa, cuidadosamente trazado, y sin embargo, de dimensiones manejables, acompana una inte- resante memoria: 4 percu de la structure géologique des Pyrenees. Por lo que se refiere a la vertiente espanola:distinguen los autores a partir de la zona central, las siguientes: 1.“ zona del Mont Perdu (cretacico superior y numiulitico), sin equiva— lente en la vertiente francesa; 2.* zona de Aragon (eocénico), y 3.* zona de las Sierras (Monsech, Guara,’etc.), formada por el triasico, el cretacico y el eocénico; homdloga a los Pequenos Pirineos franceses. Un hecho muy interesante viene a establecer la conclusion orogénica de este importante trabajo. Citan los autores 30 ejemplos de trastornos, estiramientos 6 recubrimientos en la vertiente francesa, y de ellos 27 miran al N.; al contrario los 13 casos analogos senalados hasta ahora en la vertiente espanola, se dirigen todos hacia el 8. De aqui deducen que existe en los Pirineos una tendencia a la produccion de la estructura en abanico compuesto, como acontece en la mitad oriental de los Alpes. Los cortes de la zona del Mont Perdu ponen de manifiesto la importancia de los movimientos hori- zontales que han impreso su estructura actual a la vertiente meridional de la cadena. Termind el Sr. Calderén insistiendo en la importancia de este trabajo, inspirado en los mas recientes adelantos de la ciencia orogénica. DE HISTORIA NATURAL. 101 Sesion del 3 de Mayo de 1893. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Se leyo y aprobé el acta de la sesion anterior. —(Juedé admitido como socio numerario el senor Cortijo y Alvarez (D. Angel), de la Coruna; : presentado en la sesién anterior por el Sr. Bolivar. —Se hicieron tres nuevas propuestas de socio numerario¢ y una de agregado. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad que se diesen las gracias a los donantes de las que son regaladas. —Kl senor Secretario dijo que en reunion del 11 del pasado Abril la Junta directiva acordé proponer a la Sociedad para su aprobacion las siguientes cuestiones: 1.*) Poner 4 la venta para los socios, y por un solo ejem— plar, las existencias de los 20 tomos de la 1.* serie de los ANa- LES, & precios reducidos y variables para cada uno de ellos, seein la cantidad que exista en depdsito de los mismos, ex— cepto aquellos tomos de que hubiese un ntimero reducido de ejemplares, y aumentar para el ptblico el precio de los que se encuentren en este caso. 2.") No vender ni facilitar cuadernos sueltos de los ANALES sino en el caso de que existan ejemplares descabalados, ni en- tregar otro nitmero en caso de pérdida 6 extravio, si la recla— macién no se hace dentro de los seis meses siguientes a la re— particion del cuaderno. 3.°) Poner a la venta, en iguales condiciones que las que se dejan senaladas, la tirada aparte que existe de la Memoria del Sr. Masferrer, titulada Recuerdos botanicos de Tencrife, que no ha sido retirada por la familia del autor, a pesar de las ges- tiones hechas con tal objeto por la Junta directiva y del largo tiempo transcurrido desde su publicacién, é igualmente el Indice de las materias contenidas en los 20 tomos que forman la 1.* serie de los ANaEs, y el facsimile de una carta de Humboldt, 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA haciendo una rebaja del 50 por 100 4 los socios sobre el precio asignado a dichas publicaciones. 4.*) Ampliar el cambio de los ANALES con otras publicacio— nes analogas de Sociedades extranjeras que lo han solicitado, dejando al criterio de la Junta decidir las proposiciones de este e@énero que deben ser aceptadas. Asuntos que fueron unanimemente aprobados por la Socie— dad, como también la tarifa de los precios de todas estas pu- blicaciones, que se acorddé fuese publicada en la cubierta de los ANALES. —KEl1 Sr. Quiroga leyé la siguiente nota: Sobre la exristencia de la humita en algunas calizas arcdicas de la Sierra de Guadarrana. «Los silicatos fluoriferos de magnesio fueron reconocidos por primera vez en calizas arcaicas espanolas por los senores Michel Lévy y Bergeron en la Serrania de Ronda (1). Poste- riormente yo encontré un mineral de este grupo en algunas de las calizas granulares intercaladas en el yacimiento de magnetita de Marbella, en la misma comarca (2). El verano pasado, durante una excursion que llevé a cabo por la Sierra de Guadarrama en compania de los Sres. Mazarredo y Hernan- dez (D. Carlos), hallamos en el Collado de la Felecha, situado 4 1.883 m. sobre el nivel del mar entre los puertos de Reventon y Mal Agosto, una bellisima falla transversa, en virtud de la que se pone en contacto anormal el gneis glandular, inferior, con el micaceo 6 superior, y formando parte de este encontra— mos una caliza cristalina cuyo estudio me revel la existencia de la humita. Asimismo he hallado este mineral en la caliza granular que aflora, gracias también a una falla por encima del macizo granitico del Carro del Diablo, bajando desde el Puerto del Reventén 4 Rascafria en el pintoresco valle del Paular, falla y materiales que vimos el Sr. Hernandez y yo durante la misma excursién de este verano, y por ultimo, acabo de encontrar la misma sustancia en las calizas cristali- nas de Robledo de Chavela, explotadas como marmoles grises (1) Mission d’Andalousie, pig. 190. 42) ANAL. DE LA Soc. Esp. DE His. NaT., XX, Actas, pig. 31. DE HISTORIA NATURAL. 108 y que, de igual modo que las anteriores, aparecen en la su- perficie, merced a una falla. Son ya, pues, tres las localidades de la proxima Sierra donde he reconocido humita en las cali- zas arcaicas, a saber: Collado de la Felecha, Carro del Diablo y Robledo de Chavela. En todas tres, como he dicho, la pre- sencia de este material en la superficie se debe a fallas que producen contactos anormales y bruscos entre los horizontes mas antiguos y los mas modernos de la serie gneisica, fenc— menos interesantes que describiré en detalle en trabajos pos— teriores, y cuya indicacién general ha sido ya hecha por el Sr. Macpherson en sus importantes publicaciones acerca del arcaico espanol. »La mayoria de estas calizas son de color gris ceniza claro y erano fino, a excepcidn de la del Collado de la Felecha, cuyos eranos son mayores y el color amarillento. A simple vista se reconocen en ellas sobre todos los demas elementos hojuelas de mica blanca plateada 6 bastante dorada en ocasiones por alteracidn, sobre todo en la superficie de los estratos del ma-— terial de Robledo. A mas de esto se ven particularmente en las de esta localidad, granillos oscuros elipsoidales y algunos otros metalicos. En la caliza de la Felecha se perciben ade- mas otros granitos muy pequenos de color canela claro redon- deados, que son de humita; es el Unico de estos materiales en que se nota a simple vista este elemento. »La observacién microscodpica de sus secciones delgadas muestra que a mas de la calcita granular, con frecuencia en maclas polisintéticas seein —34 &#, y constituyendo el elemento dominante, existen humita, serpentina, mica, magnetita, ilmenita y pirrotita. »La humita constituye granos elipsoidales redondeados, que conservan muy rara vez cierta forma prismatoidea que recuerda la de sus cristales. Sus caracteres épticos y quimicos bien marcados no dejan duda alguna acerca de la colocacién de este mineral en el grupo de las humitas, si bien la carencia de contornos cristalinos de sus individuos impiden una espe- cificacidn mas detallada, & causa de la imposibilidad de fijar con exactitud las relaciones que guarden sus elementos de simetria con los épticos. Haré, sin embargo, notar que aquellos eranos de este mineral que posean algun resto de forma pris— matoidea, se extinguen paralela y normalmente a su mayor 101 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA longitud, perpendicularmente a la cual existen algunas grie— tas que pudieran referirse @ la exfoliacidn segtin (001). Los individuos prismatoideos de humita son mais abundantes en las calizas de Robledo de Chavela y Collado de la Felecha, y en cambio sumamente raros en la del Carro del Diablo donde abunda, por el contrario, la forma de pequenos granos elip— soidales. Las inclusiones de este mineral son pequenisimos granitos de magnetita y poros gaseosos. »Con mucha frecuencia esta en un principio de serpentini— zacion que comienza en la superficie externa y se propaga por las grietas, proceso en un todo analogo al del olivino, siendo frecuente en la caliza de Robledo hallar granillos totalmente convertidos en serpentina, que Casi siempre-yacen en el sitio. en que se han formado, pseudomorfizando los individuos de humita, pero que en otras ocasiones, como acontece en las calizas del puerto de Malagén, en el Escorial, ha emigrado la sustancia serpentinica de su yacimiento originario, exten— diéndose por la roca 6 impregnandola y formando a veces un espejo de serpentina noble, verde amarillenta, en las superfi— cies de separacién de los estratos calizos, sobre todo si han resbalado algo. »La produccion de esta serpentina Heva consigo la de mag- netita secundaria en granitos sumamente pequenhos que se acumulan en la proximidad de aquel mineral deutdgeno, y bien distinta de la magnetita primaria que también encierra la roca. »Estas calizas Jlevan ademas cantidades variables de mica, que abunda sobre todo en algunas de Robledo de Chavela. Constituyen escamitas aisladas, de contorno exagonal redon— deado, mas abundantes en las proximidades de los planos de separaciOn de los estratos que en el seno de la masa; de color blanco plateado en general y dorado mas 6 menos intenso en las que se hallan préximas 4 superficies expuestas al aire por efecto de una peroxidacidn del hierro. Esta mica, que es blance en secciones delgadas y exhibe una brillante polarizacién cromatica, corresponde por sus propiedades quimicas y dpticas y figuras de percusidn a las flogopitas. »Tres son los minerales opacos que contienen estas rocas en forma de pequenos granos irregulares, que son: magnetita rodeada a veces de escamitas de oligisto, ilmenita convertida DE HISTORIA NATURAL. 105 ‘parcialmente en titanita gris casi opaca, y por ultimo, pirrotita bien caracterizada por su color, propiedades magnéticas y quimicas.» —E] Sr. Secretario leyé el acta de Sevilla que se inserta a continuacion: SECCION DE SEVILLA. Sesion del 14 de Abril de 1893. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —KEl Sr. Cabrera (D. Anatael) presenté un trabajo titulado: Catalogo de las aves del Archipiélago canario, del cual ley6 algunos parrafos. —Se acordé pasara & la Comisién de publicacion. —Se did lectura 4 la siguiente comunicacioén remitida por D. Francisco de Asis Vera, de Cadiz: La polilla de mar en Cadiz. «A instancia de mi distinguido amigo D. Salvador Calderon me propongo reunir cuantos datos me sea posible coleccionar sobre la interesante cuestidn que encabeza esta ligera nota. Entre tanto, y en contestacién 4 las indicaciones que dicho profesor me ha hecho en carta particular, me voy 4 permitir comunicar a esa SociepAp en extracto las noticias que hace tiempo poseo. »El Zeredo, molusco perforante lamado vulgarmente polil/a de mar 6 simplemente polilla, es conocido aqui de tan antiguo, que es notable no se haya citado esta localidad por los natura- listas que se han ocupado de la fauna espanola, y que nunca se haya tomado medida alguna para evitar su propagacion. No se trata, pues, de una plaga introducida recientemente, ni siquiera que haya alcanzado un desarrollo inusitado en la época moderna, pues tengo datos de que el ano 1500 alguna fortaleza avanzada en el mar hubo de resentirse grandemente por los ataques de esta polilla. 106 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA , »Lo que ha hecho fijarse aqui en los tiempos modernos mis que en otras épocas en la existencia del molusco perforante, es el hacerse mayor nimero de obras de madera sumergidas, las cuales constituyen el medio mas a proposito para el des- arrollo del Zeredo. Yo he visto trozos de madera desbaratados que tenian en algunos sitios tres pulgadas de diametro y estaban totalmente acribillados como un panal. Lo mismo sucedia a las estacas que sostenian los banos de Nuestra Se- flora del Carmen, hace poco derribados, cuyas estacas han tenido que ser sustituidas por esta causa por soportes de hie- rro. Tales son los estragos que la polilla causa en las embar- caciones que no limpian sus fondos por falta de medios 6 en las que sirven de pozas, que al cabo de pocos anos necesitan carenarse, pues quedan imposibilitadas para navegar. »Como he dicho, ninguna precaucion ha partido de los po- deres publicos ni de la iniciativa particular para tratar de des- truir el parasito 6 de aminorar al menos sus efectos destructo- res. Lo tinico que se practica a veces es banar de alquitran las estacas de madera 6 durmientes destinados a sumergirse, a pesar de lo cual el molusco acaba por abrir en ellos sus ga— lerias. »Terminaré por hoy haciendo notar que el Zeredo esta bas— tante extendido en la costa gaditana, abundando excesiva— mente en la Ribera del Puerto de Santa Maria, Trocadero, Ar- senal, Matagorda, el Dique y los Canos de Puerto Real.» El Sr. Calderén manifestd que habia pedido estos datos al Sr. Vera, vocal naturalista en la Junta de Pesca de la provin- cia de Cadiz. y persona sumamente aficionada a los estudios referentes 4 zoologia marina, por haber recibido de nuestro consocio, el Sr. Ferrand, noticias de los importantes danos que causaba en Cadiz la polilla de mar. El mismo senor habia do— nado un trozo de madera de esta localidad para las colecciones de la Universidad, completamente atravesado por los tubos revestidos de caliza, aunque sin contener ejemplares de la concha que serian necesarios para poder determinar la espe- cie. Del interior de estos tubos se extrajeron varios ejemplares de Nereis, ese anélido marino carnicero que vive en comtn con las polillas de mar, royendo sus tegumentos para penetrar en el cuerpo del molusco perforante, al cual va devorando poco a poco, DE HISTORIA NATURAL. 107 Insistid el Sr. Calderén en que era notable no se hubiese aun mencionado la existencia de estos moluscos daninos en la costa g@aditana, pues segtin el trabajo de recopilacion del Sr. Hidalgo (1), sdlo aparecen citados de Espana el Zeredo Phi- lipii de Menorca y el 7. norvegica y pedicellata de Pasajes. In- dudablemente los datos deben ser muy insuficientes, dado el numero de especies que se mencionan de Francia, donde se sabe que existen en casi todas las costas. De todos modos, en- tendia el Sr. Calderén, importaba el dato del Sr. Vera, de que no se podia imputar 4 una importacidn moderna la existencia en Cadiz de la polilla de mar, cuestidn que se relaciona con la muy debatida en otra época respecto a si los Zevedos europeos son autéctonos 6 mera importacidn por los navios de indivi— duos procedentes de las Indias orientales y occidentales. KE conocimiento que hoy se tiene de las especies fosiles parece decidir la cuestion en contra de esta segunda opinion. Indicé, por ultimo, el Sr. Calderon, la dificultad que ofrece la destruccién de los Zeredos y la ineficacia de casi todos los medios propuestos para lograrlo; podria, sin embargo, ensa— yarse la impregnacién de las maderas destinadas a estar su— mergidas en el aceite de creosota, agente econdmico y al pare- cer de bastante resultado para evitar su ataque por los molus- cos perforantes citados. Sesiodn del 7 de Junio de 1893. PRESIDENCIA DE D. MAXIMO LAGUNA. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —Iltl Sr. Presidente did cuenta del fallecimiento del profesor y miembro fundador y Presidente que habia sido de la Socie— dad, Sr. D. Juan Vilanova, acaecido a4 las cuatro de la madru- gada de aquel mismo dia, é interpretando los sentimientos de la Sociedad propuso que se levantara la sesidn en senal de duelo y se nombrase una Comisidn que, ademas de asistir al entierro, manifestara personalmente a la familia del finado el (1) Lstudios preliminares sobre los moluscos terrestres y marinos de Hspana, Portugal y Baleares. (Mem. de la Real Academia de Ciencias , tomo xv, 1890.) 108 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA sentimiento con que la Sociedad habia sabido la desgracia que In afligia, y que se designase también el socio que habia de redactar la noticia necrolégica del sabio maestro para inser— tarla en las Actas. La Sociedad, aprobando en un todo unanimemente lo pro— puesto por su Presidente, le designé para que representase a la Sociedad en el entierro del Sr. Vilanova y diera el pésame ala familia de éste en nombre de aquella, y al Secretario para que redactase la noticia biografica que, acompanada, a ser posible, de un retrato de tan ilustre consocio, se insertara en las Actas de la Sociedad. Sesidn del 5 de Julio de 1893. PRESIDENCIA DE DON MAXIMO LAGUNA. Kl Secretario accidental Sr. Fernandez Navarro, en ausen- cia del Secretario, ley6 el acta de la anterior, que fué aprobada. —(Juedaron admitidos como socios numerarios los senores siguientes: D. Vicente Guillén, de Valencia, propuesto por D. Eduardo Bosca; D. Felipe Arana, de Madrid, propuesto por D. Manuel Anton ; D. Pedro Antiga, de Barcelona, propuesto por D. Ignacio Bolivar: y como agregado, D. Abdon Sanchez, de Madrid, propuesto por D. Francisco Angulo. —Se hicieron tres nuevas propuestas de socios. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor— dando la Sociedad que se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. é —El] Sr. Fernandez Navarro ley6 la siguiente nota: DE HISTORIA NATURAL. 109 Minerales de Espana existentes en el Museo de Historia Natural. «Con motivo de la Exposicién de Mineria verificada ultima- mente en Madrid, hubo de reunir el profesor Sr. Quiroga los diferentes minerales de localidad espanola que hasta entonces se hallaban dispersos por las numerosas colecciones existentes en nuestro Museo. Estos ejemplares, que entonces no pudieron ser estudiados con detenimiento, y a los cuales se han ido agregando los que desde dicha fecha se han adquirido por donativos de particulares, forman actualmente un nucleo con- siderable que puede constituir una coleccién de minerales es- panoles digna de ser atendida con esmero; pues ya que nues— tra penuria no nos permita competir en las colecciones gene- rales con los Museos extranjeros, debemos aspirar por lo menos 4 no pasar por la vergiienza de carecer de aquello que se puede tener casi sin otro trabajo que alargar la mano. »Entendiéndolo asi, y contando para ello con la ayuda de mis sabios profesores, y muy especialmente de D. Francisco Quiroga, me propuse hace algun tiempo emprender el arreglo de esta coleccién y su estudio, ejemplar por ejemplar, siendo la presente nota el fruto de los primeros trabajos verificados, y la primera de una serie de ellas que iré presentando a la Sociedad en las sesiones sucesivas. No seran estos trabajos la historia detallada de cada ejemplar, pues ni esto seria de uti- lidad alguna, ni los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE His— ‘rorta NATURAL disponen de espacio para tarea tan extensa y de ninguna oportunidad. Esto sera consignado en el catalogo que a la vez voy formando, limitandome aqui a dar cuenta de los resultados generales, sin descender al estudio de ejempla— res mas que en el caso de encontrar alguno de excepcional valor. De esta manera, sin recargar mis notas de detalles in- titiles, podran mis consocios formar una idea de la riqueza mineralégica de nuestro pais, débilmente reflejada por la co- leccién harto incompleta que poseemos. »Al mismo tiempo dirijo a mis consocios una excitacion pare que en las localidades que tengan ocasion de visitar procuren recoger ejemplares con que aumentar esta coleccion, cuya importancia no se ocultara a ninguno. No olviden que hoy por hoy es muy poco numerosa, sobre todo en minerales no mete- 1:0 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA licos, y que por el esfuerzo de todos se la podria hacer muy rica é interesante. »Por ultimo, antes de entrar en materia advertiré que la clasificacidn adoptada es la que sigue el Profesor P. Groth (1) y que casi todos los ejemplares proceden de las colecciones de Parga y de la Hamada de estudio, no contando entre ellos los que pertenecen a las colecciones del publico por estar ya cata- logados. »La clase Hlementos de la clasificacién de Groth esta repre— sentada en nuestra coleccién por grafito, azufre, arsénico, antimonio, oro, plata, mercurio y cobre. »Acufres.—Hay 29 ejemplares, procedentes en su mayoria de Conil y de Hellin, habiendo algunos de Lorea, Sierra de Gador, Petrel (Alicante), Arcos de la Frontera, Gravalos y Cervera de Rio Alhama. »Los del primer punto son generalmente de un color amarillo puro, llevan como ganga una marga en que frecuentemente se destacan cristales escalenoédricos de calcita y se presentan a veces muy bien cristalizados; en ellos he podido reconocer las formas (111), (113), (001), (011) y (101), predominando en gene- ral la piramide fundamental (111). »No se presentan tan bien terminados los ejemplares proce— dentes de Hellin, cuyos cristales suelen ser indeterminables cuando existen y que generalmente son masas, a veces con— crecionadas, con una ganga margosa 6 arcillosa. Estos no son nunca del color amarillo de limon que los anteriores sino que pueden ser pardos, blancos 6 de un color rojizo melado. Los de color pardo 6 blanco tienen interpuesta en su masa una gran cantidad de arcilla que dejan libre cuando se les disuelve en sulfuro de carbono. Los de color ligeramente rojizo tal vez deban esto 4 la presencia del selenio, como es hoy la opinion mas @eneralizada, pero debe estar dicho cuerpo en pequeni— sima cantidad pues no le he podido hacer patente por ningun medio; solo el espectroscopio habria podido sacarme de la duda, pero en nuestro Museo no tenemos medios para usar tan precioso instrumento de analisis. Acompana a algunos de estos ejemplares el yeso cristalizado. (1) Tabellarische Uebersicht der Mineralien. Braunschweig, 18€9. DE HISTORIA NATURAL. Nt »Los dos ejemplares procedentes de Lorca se presentan en cristales bastante informes de un color amarillo ligeramente melado, acompanados de caliza en menudisimos cristales. Los de la provincia de Almeria estan siempre en masa, ya uniforme y con abundante arcilla interpuesta, ya formando capas alter— nantes de azufre bastante puro y otras de azufre negruzco (bituminoso y arcilloso). El de Petrel se encuentra impreg— nando una marea bituminosa. Con mucha arcilla interpuesta é imperfectamente cristalizado en la superficie, el de Arcos de la Frontera. El de Logrono aparece formando capas inter— puestas entre otras arcillosas, 6 bien depositado en cristales sobre la superficie de las margas. Por ultimo, el de Cervera de Rio Alhama, se halla en el interior de unas vetas yesosas que a su vez atraviesan una marga. »Grafito.—Nada de particular presentau los 8 ejemplares de esta sustancia que existen en la coleccién. Todos estan for- mando masas compactas y hay algunos de ellos, procedentes de Marbella, que pueden competir con los mejores ejemplares que he visto. Algo peores son los de Huelma, Puerto de Sahun y provincia de Soria, valiendo menos todavia un ejemplar de Yegua Grande (Toledo), escoriforme y muy ferruginoso. »Arsenico nativo.—ista representado por un solo ejemplar, de aspecto testaceo y recubierto de plata roja antimonial, pro— cedente de Guadalcanal. »Antimonio nativo.—Tampoco de esta especie hay mas que un ejemplar. El que nosotros poseemos procede de Vinuela (Malaga) y lo regald D. Domingo de Orueta en Junio de 1885. E! antimonio esta en él formando pequenos filones entrecru- zados que impregnan una cuarcita muy ferruginosa, tiene bien marcado su crucero basico y no esta nada empanado en la superficie. No da indicios del arsénico, la plata, ni el hierro, que tan frecuentemente le acompana. »Oro.—Aunque los mejores ejemplares del apreciado metal se encuentran en las colecciones del publico, quedan sin em— bargo en esta 16 de diferentes localidades, de los cuales son los mejores los procedentes de los rios Sil, Darro y Mino. Entre los del Sil hay dos pepitas de bastante tamano, esferoidales y tuberculosas, una de ellas erizada de tubérculos que a su vez lo estan de pequenisimos cristales; también proceden de este rio numerosas escamitas y unas arenas de magnetita con 112 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA muy poco oro. Los ejemplares procedentes del Darro estan constituidos por escamitas que dejan un gran residuo de plata en el agua regia 6 por dendritas depositadas sobre cuarzo. Por ultimo, el ejemplar procedente del Mino es una pepita bastante grande, de aspecto analogo al de la descrita prime- ramente. »Hay otros ejemplares sobre cuarzo, procedentes de Filipinas, la provincia de Leén, La Nava de Jadraque (Guadalajara), Caniles, y uno dendritico y en masas laminosas depositadas sobre cuarzo finisimamente cristalizado, precioso ejemplar cuya localidad exacta no me es conocida. También de Las Hurdes y Escambrax hay ejemplares generalmente en escamas O pepitas. »Plata nativa.—"ntre los 17 ejemplares de esta especie, son notables, en primer lugar, los de Herrerias, que se pre- sentan generalmente formando una masa esponjosa que frecuentemente aprisiona granos feldespaticos; otras veces son dendriticos, sobre una brecha formada principalmente de ar- cilla y ocres rojo y amarillo, a veces con baritina. Los ejem- plares de El Horcajo se presentan en forma capilar sobre gale- nas y alguna vez en planchuelas sobre cuarzo. Los de Hiende- laencina acusan bien su procedencia por el eneis que les sirve de ganga y pueden presentarse en alambres, en planchuelas y en dendritas. Ademas de estas tres localidades, clasicas en Espana para los minerales de plata, esta representada también alguna otra por ejemplares de escaso valor. Ks muy notable un ejemplar en planchuelas depositadas sobre una arcilla muy pura del grupo de las haloisitas, de Cartagena. »Mercurio nativo.—Procediendo este metal de la reduccion del cinabrio, sdlo se encuentra en las localidades en que éste es abundante; asi que todos los ejemplares de la coleccién proce- den de Almadén 6 Almadenejos. En la mayoria de los 13 ejemplares que poseemos, el mercurio ocupa las cavidades de la cuarcita, frecuentemente acompanado de la pirita y la bari- tina y casi siempre con el cinabrio, ya en masa, ya cristali- zado. Aletin ejemplar esta constituido por una pirita impreg— nada del mercurio y otros suelen estar recubiertos de silicato de cobre, procedente tal vez de las piritas. »Cobre nativo.—De esta especie hay numerosisimos ejem-— plares, sobre todo de Villa del Cobre (Isla de Cuba), entre los DE HISTORIA NATURAL. ae cuales he escogido para formar parte de la coleccién los 17 que me han parecido mas notables. Los hay como el prece— dente de Huerce (Cuenca), alguno de Linares, Villa del Cobre y Rio Tinto, que estan depositados sobre cuprita 6 acompana— dos de dicho mineral, que a su vez suele estar cristalizado. También es frecuente en los de Cuba y Linares yacer el me- tal depositado por cementacion sobre limonita compacta mas 6 menos testacea; y por ultimo es frecuente en otros como el de Biel (Zaragoza) el ir acompanados del cuarzo y la malaquita. Muchos ejemplares de estos son cristalizados, dominando en ellos la forma octaédrica, a veces perfectamente terminada y a la que suelen acompanar cubos que frecuentemente se alargan y parecen entonces prismas cuadraticos apuntados por la pira- mide tetragonal. También se presenta en masas de tamano considerable, en planchas, en dendritas y en alambres mas 6 menos finos, erizados de pequenos octaedros.» El senor Secretario leyo el acta siguiente: SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 4140 de Mayo de 1893. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —Hl Sr. Gonzalez Fragoso ley6 la siguiente: Nota bibliografica. «H] distinguido botanico francés M. Auguste de Coincy, cuyo nombre es bien conocido y estimado de cuantos se dedican a estudiog fitograficos, y a quien Espana debe interesantisimos trabajos acerca de su flora, acaba de publicar bajo el titulo de Ecloga plantarum Hispanicarum, en un fasciculo elegantemente editado, ocho diagnosis y dos notas, referentes a plantas de la Peninsula Ibérica. La colaboracidn en esta obra de otro bota- nico, también de gran autoridad, M. Georges Rouy, daria aun ACTAS DE LA SOC. ESP,— XXII. 8 114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mas valor al trabajo de cuya publicacién damos cuenta, si el solo nombre de M: Coincy no bastara. Las diagnosis, admira— blemente hechas, con descripciones claras y suficientemente detalladas son, tres de plantas descritas ahora por vez primera, y cinco de especies raras 6 poco conocidas. Las nuevas: Aradis Malinvaldiana, Rouy et De Coincy, forma « glabra, del Monte del Lloro (Cieza); forma £ hirsuta, de Batna (Argelia); Sazvifra- ga Aliciana, Rouy et De Coincy, de Alcaraz y Robledo (Alba- cete); y Zeucrium Franchetianum, Rouy et De Coincy, de la misma localidad que la Avadis espanola antes citada. Las des- cripciones de especies raras se refieren a la Coiacya rupestris, Rouy, curiosisima crucifera descubierta por M. de Coincy en Alcaraz, y que ha sido el tipo de un nuevo género préximo al Brassica, del que difiere, principalmente, por la reduccion de la parte valvar de su silicua, 4 expensas del mayor desenvol— vimiento de su pico; Carthamus Dianius,.De Coincy (Cardunce- llus Dianius, Webb.), de Denia (Alicante); Senecio Coincyi, Rouy, del Pinar de Hoyo-Quesero (Avila); Zhymus Antonine, Rouy et De Coincy, tomillo muy curioso que parece deber for- mar una seccidn aparte en el extenso género a que pertenece y que ha sido encontrado en Azaroque (Albacete), Calasparra (Murcia) y al pie de la sierra de Muyron (Porta y Rigo); y por ultimo, al Ornithogalum subcucullatum, Rouy et De Coincy, de Avila, Hoyo-Quesero y Bejar. Las notas se refieren al A pteran- thes Gussoneana, Mik, y Cheilanthes hispanica, Metten, helecho este ultimo de no facil diagndéstico y que muchas veces se con- fundiéd con su congénere el Ch. odora. Acompanan las descrip- ciones y notas, diez laminas perfectamente dibujadas y graba- das, donde se figuran minuciosamente las especies antes cita- das, y aun, en alguna, aquellas especies con quienes pudieran confundirse. »Para terminar esta ligera resefia bibliografica, y parafra— seando el lema que va al frente de su Ultima produccidn (1), sdlo puedo decir al distinguido botanico, con cuanto gusto veremos sea grande su recoleccién en nuestra Peninsula, seguros de que en la rica naturaleza de nuestro suelo atin (1) ... Ce champ ne se peut tellement moissonner Que les derniers venus n’y trouvent 4 glaner. DE HISTORIA NATURAL. 15 quedara mucho. por espigar a los botanicos espanoles que, con trabajos como el que acabamos de ocuparnos podran estudiar con mayor facilidad la variada flora de nuestros feraces campos.» —E] Sr. Calderén presentéd un ejemplar de jaspe completa- mente plagado de cristales claros de pirita, el cual le habia sido entregado para las colecciones locales en la Universidad, como procedente de la provincia de Huelva, pero sin localidad detallada. Dijo que la presencia de dichos cristales en el.seno del jaspe no podia explicarse sino por un fendmeno geiseriano. El proceso consiste en la consolidacién de una arcilla ferrugi- nosa hasta convertirse en jaspe en presencia del azufre en una fumarola, el cual, reaccionando sobre el hierro de la pri- mitiva arcilla habria dado lugar a los cristales de pirita. Casos enteramente analogos ha descrito Des Cloizeaux en los depdési- tos geiserianos de Islandia (1). —El] mismo Sr. Calderén did cuenta en extracto de una reciente tesis doctoral, de M. Moynier de Villepoix, titulada Recherches sur la formation et Vaccroissement de la coquille des mollusques. Recorddé que en otra sesidn habia tratado delante de la SocrepaD de las opiniones y experiencias de algunos alema- nes, segun las cuales los moluscos, los pélipos y los forami- niferos no segregaban sus esqueletos calizos, sino que deter- minaban la precipitacidn de las sales que los constituyen disueltas en el medio en que viven. También entonces hizo mérito de la inmensa transcendencia de semejantes puntos de vista para los problemas multiples y obscuros de la formacion de las rocas de sedimento quimico. Las experiencias quimico-fisiolégicas habilmente realizadas por M. de Villepoix le Nevan a formular la hipdtesis de que el carbonato de cal es conducido por la sangre y derramado al exterior por las células epiteliales en estado de bicarbonato, en disoluciédn en el mucus, para cristalizar en seguida mez— clado con la materia organica después de la eliminacién del acido carbénico. Hay que reconocer, sin embargo, que ni las experiencias son concluyentes, ni el autor ha logrado completar el cuestio- (1) Annales de Chimie et de Physique, 3.3 serie, t. XIx. 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA nario de la historia de las formaciones calizas en el organismo, pudiéndose concluir en definitiva que el problema no esta _ resuelto y que quizas se den procesos de formacion enddgena y exogena en la constitucién de los esqueletos de los animales acuaticos. —F] Sr. Vinsac dijo que en los alrededores de Sevilla se habia desarrollado una enfermedad en las patatas y los toma- tes calificada de yangrena por los hortelanos, la cual ocasionaba el ennegrecimiento de las hojas y tubérculos, acabando por determinar la putrefaccién de estos ultimos. Kl Sr. Paul manifestd' que con el nombre de gangrend se designan Warias enfermedades que producen manchas negras en el tubérculo; pero la de que se trata hoy es nueva en Anda- lucia, aunque hace tiempo existe en la Mancha y esta descrita en Europa desde el ano 1842. Se trata del Phytophtora infestans Bary, el cual ataca a la hoja que empieza por ponerse amarilla y mas tarde negra, permaneciendo sano el tubérculo en el primer periodo de la invasidn, a diferencia de lo que sucede-en la gangrena. A sim- ple' vista el pardsito, poco perceptible, se confunde entre los pelos de la hoja. El Sr. Calderén anadid que los sefiores socios podian exami- nar la preparacién de una hoja de patata atacada por el para- sito'en cuestidn' procedente de Huévar, hecha por el Sr. Paul y donada a las colecciones del Museo de Historia Natural de i‘ Universidad. Sesion de 2 de Agosto de 1893. f PRESIDENCIA DE DON MAXIMO, LAGUNA —El senor Secretario accidental leyé el acta de la sesién anterior, que fué aprobada. —Quedaron admitidos como socios los senores siguientes: D. Daniel Miiller, de Barcelona; D. Luis Truan, de Gijon; R. P. Eduardo Capelle, de Uclés (Cuenca); propuestos por D. Ignacio Bolivar. DE HISTORIA NATURAL. 117 —Se hizo una nueva propuesta de socio. El senor Vicesecretario presentO una Memoria de D. Jeré- nimo Macho de Velado titulada Recuerdos de la fauna de Ga- licia, otra remitida desde Paris por su autor el Dr. R. Blan- chard, con el nombre de Sanguijuelas de la Peninsula ibérica, y finalmente la ultima parte de los Apuntes sobre la fauna Puerto-riquena, de D. Juan-Gundlach, que envia dicho senor desde la Habana, acordando la Sociedad que los tres trabajos pasaran a la Comisién de publicacion. —Kl Sr. Fernandez Navarro ley6 la siguiente nota: Lacursion & Cercedilla. «Saliendo de Madrid a las siete de la manana en el tren de Galicia, se llega a las nueve y media a la estacién de Cerce- dilla, pueblo situado en la Sierra de Guadarrama, al pie de Siete-Picos y no lejos del Puerto de Navacerrada. A las ocho puede tomarse el tren de vuelta, que llega a Madrid a las diez y veinte minutos de la noche, quedando, por lo tanto, unas diez horas disponibles para explorar los extensos pinares que rodean al pueblo y hacer la subida, bien al puerto antes cita- do, bien al de la Fuenfria, que esta ain mas cerca. »Esta excursidn hicimos el dia 9 de Julio los Sres. Bolivar, Fernandez Duro, Hernandez, Blanco, Murillo, Aterido, Mar- tinez, y el que suscribe, acordando dar la presente nota & la Sociedad con el objeto de que, por los ejemplares recogidos, pueda formarse idea de lo fecunda que puede ser, sobre todo para los principiantes, que dificilmente encontraran en la pro- vincia de Madrid otro punto en que, con mas facilidad, pue- dan recoger plantas é insectos propios de ciertas alturas. »La lista de las plantas me ha sido facilitada por el ilustrado jardinero del Botanico, D. Luis Aterido; la de los lepidépteros, por el distinguido aficionado D. Gabriel Fernandez Duro, y los demas insectos han sido determinados por D. Ignacio Bo- livar. Desde luego debo advertir que las listas seran muy incompletas, tanto porque no hubimos de recoger todo cuanto encontramos, como por limitarnos a permanecer en los pina- res proximos al pueblo, sin subir, como pensabamos al prin- cipio, y puede hacerse con facilidad, hasta la Fuenfria. 1:8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Plantas vistas el dia 9 de Julio de 1893, subiendo a la Fuentria desde Cercedilla. Peonia Broteri Boiss. et Reut. Ranunculus aquatilis L. — carpetanus Boiss. et Reut. — cheerophyllus L. — Flammula 1. — Jluitans Lam. Cardamine pratensis L. Lepidium campestre R. Br. Nasturtium hispanicum Boiss. et Reut. Teesdalia Lepidium DC. Thiaspi arvense L. Astrocarpus Clusit Gay. Reseda luteola L. Cistus ladaniferus L. — laurifolius L. Helianthemum glaucum Pers. — guttatum Mill. Viola odorata lL. — palustris L. Drosera rotundifolia L. Parnasia palustris L. Polygala vulgaris L. Arenaria montana L. Dianthus prolifer L. — hispanicus Asso. Lychnis macrocarpa Boiss. et Reut. Silene bipartita Desf. — italica Pers. — /hirsutissima Ott. Spergularia rubra Fenzl. Stellaria graminea L. Malva Alcea L. Hypericum humifusum L. — perforatum L. — quadrangulum L. Geranium columbinum L. — lucidum L. Geranium Robertianum L. — sanguineum L. ’ Rhamnus Frangula L. Adenocarpus hispanicus DC. Genista cinerea DC. — florida-L. — tinctoria L. Lotus corniculatus L. -— pedunculatus Cay. Ornithopus perpusillus L. Sarothamnus vulgaris Wimm. Trifolium arvense L. — ochroleucum L. — pratense L. — repens L. Alchemilla microcarpa Boiss. Reut. Crataegus Oxyacantha L. Fragaria vesca lL. Geum urbanum L, Potentilla hirta L. — tormentilla Nestl. Prunus insititia L. — spinosa. L. Rubus corylifolius Smith. — discolor Weihe. — fruticosus L. ! Spirea Filipendula L. Epilobium carpetanum Willk. — palustre L. Bryonia dioica Jacq. Montia fontana L. Corrigiola telephiifolia Pourr. Herniaria glabra lL. — hirsuta L. Scleranthus annuus L. Sedum altissimum Poir. — amplexicaule DC. — brevifolium DC. et ‘DE_ HISTORIA NATURAL. Sedum hirsutum All. hispanicum L. Umbilicus pendulinus DC. Bunium Bulbocastanum L. verticillatum Gr. et Godr. Cherophyllum nodosum Lam. Helosciadium nodiflorum Koch. Cnanthe crocata L. Thapsia villosa L. Tordylium maximum 1. Torilis Anthriscus Gmel. Lonicera hispanica Boiss. et Reut. Sambucus Ebulus L. Crucianella angustifolia L. Galium Aparine L. — Broterianum Boiss. et Reut. — Cruciata Scop. palustre, L. rotundifolium L. vernum Scop. — verum Ll. Sherardia arvensis L. Knautia arvensis Coult. g collina. Achillea Millefolium L. Andryala macrocephala Boiss. — sinuata L. Arnoseris pusilla Gaertn. Bellis perennis L. Carduus Bourgeanus Boiss. et Reut. Centaurea alba L. 8 deusta. carpetana Boiss. et Reut. Cyanus L. ornata Willd. Erigeron acre L. Evazx carpetana Lge. Hieracium castellanum Boiss. et Reut. Hispidella hispanica Lam. Micropus erectus L. Pyrethrum pulverulentum Lag. Reut. Santolina Chameecyparissus L. sulphureum Boiss. et 119 Santolina rosmarinifolia L. Senecio foliosus Salzm. — gallicus Chaix, Thrincia tuberosa DC, Campanula decumbens Alph. DC. Rapunculus L. — Jasione carpetana Boiss. et Reut. — montana L. Wahlenbergia hederacea Reichb. Erica arborea L, Anagallis tenella L. Cuscuta major DC. Caryolopha sempervirens Fisch. Echium vulgare L. Lycopsis arvensis L. Myosotis lingulata Lehm, Solanum Dulcamara L. Digitalis purpurea L. Thapsi Li: Euphrasia officinalis L. Linaria delphinioides Gay. jilifolia Lag. nivea Boiss. et Reut. sacatilis Link. et Hoffm. Pedicularis sylvatica L. Rhinanthus minor Ehrh. Scrophularia aquatica L. canina Li. Veronica Beccabunga L. scutellata L. Orobanche cruenta Bertol. Verbena officinalis L. Calamintia alpina Lam. — Clinopodium Benth, Lavandula pedunculata Cav. Mentha Pulegium L. sylvestris L. Nepeta latifolia DC. Prunella alba Pall. vulgaris L. Thymus Mastichina L. Serpyllum L. Teucrium Scorodonia L. 120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Armeria bupleuroides Gr. et Godr. Plantago lanceolata L. — media L. — subulata L. Rumex bucephalophorus L. — papillaris Boiss. et Reut. — scutatus L. Thesium ramosum Hayne. Aristolochia longa L. Urtica dioica L. Orchis coriophora L. — fragrans Pollin. — Moriol. Tamus communis L. Asphodelus albus Willd. Allium pallens L. Juncus Bufonius L. = squarrosus L. Anthoxanthum ovatum Lag. Cynosurus cristatus L. — echinatus L. Macrochloa arenaria Kunth. Aspidium fragile Sw. Athyrium Filix-foeemina Roth. Folystichum Filix-mas Roth. Pteris Aquilina L. — crispa All. ORTOPTEROS. Forficula auricularia L. — pubescens Géné. Ectobia ericetorum Wesm. Aphlebia carpetana Bol. Loboptera decipiens Germ. Leptinia hispanica Bol. Paracinema tricolor Th. Stenobothrus stigmaticus Rb. -- festivus Bol. — Bolivari Brunn. — morio Charp. — Panteli Bol. — vagans Fieb. — bicolor Charp. Stauronotus maroccanus Th. Arcyptera Tornosi Bol. Oedaleus nigrofasciatus De Geer. Oedipoda fusco-cincta Lue. — ccerulescens L. oa Charpentieri Fieb. Caloptenus italicus L. Platyphyma Giorne Rossi. Locusta viridissima L. Platycleis grisea Fabr. — tessellata Charp. Ephippigera Miegi Bol. (larva). Oecanthus pellucens Scop. (larva). Gryllus campestris L. _ pulvinatus Fisch. — SBurdigalensis Latr. _ parallelus Zett. COLEOPTEROS. Nebria andalusica Rb. Lebia turcica F. Aristus spheerocephalus Ol. Harpalus decipiens Dej. Steropus globosus F. Zabrus Seidlitzi Schm. / Stilicus orbiculatus Payk. Tachyporus hypnorum F. Platysoma oblongum F. Hister sinuatus lllig. Paromalus flavicornis Herbst. Cerylon ferrugineum Steph. DE HISTORIA NATURAL. 121 Endophleus spinulosus Ltr. Bothryderes interstitialis Heyd. Gymnopleurus flagellatus F. Onthophagus fracticornis Preyssl. — Surcatus F. Aphodius castaneus Illig. Geotrupes hypocrita llig. Anomala rugatipennis Grlls. Tropinota squalida L. - Antaxia inculta Germ. Cardiophorus signatus Ol. Athous rufus DG. Hydrocyphon deflexicollis Mill. Telephorus melanurus Oliv. Malachius lusitanicus Er. Trichodes amnios F. Uroblaps hispanica Sol. Nalassus striatus Fourer. Xilita Parreyssi Muls. Cneorhinus dispar Graells. Strophosomus erinaceus Chevr. Brachyderes lusitanicus ¥. Phyllobius tuberculifer Chevr. Dichotrachelus Graelisi Perr. Scytropus glabratus Chev. Apion difficile Herbst. — nigritarse Kirb. Magdalinus aterrimus L. Rhyncolus porcatus Serm. Tomicus stenographus Duft. — rectangulus Ferr. Spondylis buprestoides L. Criocephalus rusticus L. Leptura rubra L. — stragulata Germ. Clythra atraphaxidis F. Cryptocephalus celtibericus Sufr. — larvatus Sutr. Chrysomela hemoptera L. —— menthastri Sufr. Malacosoma lusitanicum L. Luperus sulphuripes Grils. — circumfusus Marsh. Thyamis verbasci Panz. Coccinella septem punctata L. HEMIPTEROS. Eurygaster maura L. — hottentota F. Graphosoma lineatum L. Podops dilatata Put. Brachypelta aterrima Feerst. Sciocoris homalonotus Fieb. Ablia acuminata L. — cribrosa Fieb. Carpocoris lynx F, _ baccarum L. Piezodorus incarnatus Germ. Rhaphigaster grisea F. Eurydema oleraceum L. Phyllomorpha laciniata Vill. Syromastes marginatus L. Verlusia sinuata. Fieb. Camptopus lateralis Germ. Alydus calcaratus L. Corizus parumpunctatus Schill. Ligaus apuanus Rossi. Cymus glandicolor Hahn. — melanocephalus Fieb. Macroplax fasciata H. 8. Aphanus Pini L. — saturnius Rossi. Scolopostethus affinis Schill. | Pyrrhocoris apterus L. Monanthia Wolffit Fieb. Megalocerea erratica L. Leptopterna pilosa Reut. Lopus sulcatus Fieb. Phytocoris varipes Boh. Strongylocoris obesus Perris. Heterocordylus tibialis Hahn, 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Hysteropterum grylloides F. Tettigometra sulphurea M. et R. Lepyronia caleoptrata L. Leptopus echinops Duf. Harpactor erythropus L. Hydrometra stagnorum L. Gerris najas de G. Velia currens F. Tibicina nigronervosa Fieb. Centrotus chloroticus Fair. Gargara Geniste F. Acocephalus histrionicus F. Helicoptera sp. nov. Athysanus obscurellus Kb. Cixius stigmaticus Germ. Encontramos la /elicoptera citada en alguna abundancia ~ debajo de las cortezas de los pinos. Segun el Sr. Bolivar esta especie, que es del tamano de la Parnasica, difiere notable- mente de ésta como de todas las especies europeas, por lo que se inclina 4 considerarla como nueva, reservando el hacer un estudio definitivo para cuando publique la Sinopsis de los he- mipteros de Espana que tiene en preparacién. También es cu— riosa la observaciOn que pudimos hacer acerca de la Phyllo— morfa laciniata Will.; este insecto produce una estridulacién particular bastante intensa cuando se le coge, que es debida a la vibracién de las antenas; dichos érganos vibran con tal ra— pidez, que dejan de ser visibles, y el ruido que producen es una especie de zumbido muy apreciable aun a cierta distancia del insecto. No creo que semejante hecho haya sido observado muchas veces; nosotros mismos no lo hemos apreciado en otras. especies de coreidos. LEPIDOPTEROS. Pieris Rape L. Argynnis Niobe L. Aporia Crategi L. — v.b. Chlorodippe Bdv. Colias Edusa L. Melanargia Lachesis Hb. Rhodocera Rhamni L. Polyommatus v. Miegii. — Briseis L. —_—- v. Gordius Esp. — Semele L. Satyrus Circe Fab. Lycena Agestis Esp. Lycena Cyllarus Fab. _Limenitis Camilla Fab. Vanessa Cardui L. — Atalanta L. — YolL. — C. Album L. Melitea Parthenie Bork. Epinephele v. Hispulla Ub. Ceenonympha Pamphilus L. Hesperia Lineola Och. Zygena Sarpedon Bay. ‘Emydia Striata L. Bombyx Quercus L. Psilura Monacha Fab. Odesia Atrata L. DE HISTORIA NATURAL. 123 —El Sr. Secretario accidental leyé la siguiente acta: SECCION DE SEVILLA. Sesi6n del 5 de Julio de 1893. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —Se repartié el cuaderno 1.° del temo xxi de los ANALES. —Se hicieron dos propuestas de Socios. —Hl] Sr. Galderén comunicé que, segtin noticias que habia recibido, una nueva enfermedad se ha desarrollado en planta- ciones de tomate en Canarias. Las plantas atacadas presentan de trecho en trecho unas manchas negras en las que se des— cubre un hongo parasito: el Cladosporium fulvoum. Asi ha sido determinado en Londres, donde se han remitido ejemplares en consulta. Se ha aconsejado a los agricultores canarios para destruir el parasito, el empleo de una disolicién de 3 gramos de sulfato potasico por 1 litro de agua; con ella se han de rociar las tomateras una vez cada tres dias y antes que haya el menor indicio de la enfermedad; una vez desarrollado el hongo todo tratamiento es ineficaz. ) Sesién del 6 de Septiembre de 1893. PRESIDENCIA DE D. MAXIMO LAGUNA. Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —(Quedaron admitidos como socios los sefiores D. Emilio Heredia Santa Cruz, de Madrid, propuesto por el Sr. Fernandez Navarro; D. Pedro Varenzow, de Aschabad Rusia transcaspiana, presentado por el Sr. Martinez de la Escalera. —D. Serafin de Uhagén dio lectura 4 la presente nota: «Hl distinguido naturalista M. E. Abeille de Perrin describié 121 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA en los Annales de la Société entomologique de France, 1881, Bulletin, pag. 1X, varias especies nuevas del g@énero Bathyscia y entre ellas la B. tropica, descubierta, segtin su autor, por el difunto D. Guillermo Ehlers en las cercanias de Cartagena. »En Noviembre del ano ultimo de 1892, nuestro consocio el Sr. Martinez de la Escalera encontrd con alguna abundancia en las grutas conocidas con los nombres de «Sima del Aigua» y «Cueva de las Maravillas», no lejos de Carcagente, una espe- cie del mismo: género, y habiéndome regalado, con su acos— tumbrada amabilidad, numero suficiente de ejemplares para poderla estudiar con todo detenimiento, de este estudio ha resultado para mi el convencimiento de que la especie no es otra que la descubierta aos atras por el Sr. Ehlers. »Ocurridseme. con tal motivo la idea de que la semejanza relativa de los nombres Cartagena y Carcagente pudiera haber inducido en error al Sr. Abeille de Perrin, y recordando haber visto, si no la especie, otra muy proxima, en la coleccién del Sr. Pérez Arcas, hoy propiedad de] Museo de Madrid, encontré en efecto en ella un ejemplar, el cual, sometido 4 examen gracias a las facilidades que a tal fin me did mi buen amigo el Catedratico de Entomologia D. Ignacio Bolivar, resulta ser idéntico a los recogidos por el Sr. Martinez de la Escalera. La etiqueta de dicho ejemplar indica claramente que procede del Sr. Ehlers y es de Carcagente, sdlo que por un lapsus calami sin duda, y siempre, segun la etiqueta, debid el Sr. Ehlers remitirlo al Sr. Pérez Arcas con el nombre evidentemente erréneo de B. Lhlersi Dieck, pues no es el Sr. Dieck, sino el Sr. Abeille de Perrin el autor de esta especie (Htudes sur les Coléoptéeres cavernicoles, 1872, pag. 17), que, por otra parte, no es espanola, sino que procede de la gruta de Saleich, en el departamento del Ariege (Francia), y se distingue facilmente por su gran tamano y por las dos costillas longitudinales de sus élitros. »Recorriendo también mi correspondencia con el Sr. Ehlers, he encontrado una carta de éste del 15 de Enero de 1877 en que me decia textualmente: «Debieran ustedes proyectar un viaje 4 Alcoy, Carcagente y »otros pueblos de las provincias de Alicante y Valencia, donde »hay muchas cuevas. Yo no he visitado mas que la cueva de »San Julian, cerca de Alcoy, donde descubri el Speleochlamys DE HISTORIA NATURAL. 125 »y una cueva cerca de Carcagente, donde encontré en abun— »dancia un Adelops también nuevo: Aispanicus, i. 1.» »Durante el curso de estas investigaciones habia escrito asimismo al Sr. Abeille de Perrin por quien sabia ya’ que la especie le habia sido’ dada por el Sr. Ehlers con el nombre inédito de Aispanica, y Ultimamente volvi a hacerlo remitién— dole varios ejemplares de los encontrados por el Sr. Martinez dela Escalera en las grutas antes citadas, cerca de Carcagente. Kl Sr. Abeille de Perrin me contesta: Zournés et retournés dans tous les sens, vos sujets, bien que de deux origines diferentes ne mont rien présenté de disemblable entre eux et ils sont bien con- Sormes aux miens. »Queda asi fuera de duda que la patria verdadera de la B. tropica Ab. es Carcagente, y debe; parecer a& todas luces disculpable el error del Sr. Abeille de Perrin, si se tiene en cuenta que el Sr. Ehlers, cuyo caracter de letra era muy ten— dido, con frecuencia escribia sus indicaciones de localidad al lapiz en etiquetas pegadas sobre tubos, las cuales, con el uso manual, podian borrarse en parte facilmente; que la residencia habitual de nuestro sentido consocio era Cartagena y que Carcagente no es poblacién tan importante que haya de ser necesariamente conocida por los naturalistas extranjeros de modo a precaverles contra tan natural confusidn. »La B. tropica Ab. varia notablemente en cuanto al tamano, habiendo entre mis ejemplares algunos que apenas tienen 1,60 mm., mientras que otros alcanzan 2mm. Los ejemplares erandes parecen abundar mas en la sima del Aigua que en la cueva de Las Maravillas. »En cierto niimero de ellos de-una y otra procedencia, los élitros resultan algo dehiscentes en su extremidad y con el angulo sutural de cada uno mas 6 menos agudo; caracter que en un principio crei pudiera ser sexual, pero que después he visto se presenta lo mismo en los c* que en las 9, por lo cual no lo creo de importancia para la distincidn de la especie que nos ocupa. € »No habia pasado desapercibida esta particularidad para el Sr. Abeille de Perrin, quien, observandola tan sélo en uno de sus ejemplares, hubo, segtin me escribe, de considerarla como anormal. »En sus Vecrophaga (pag. 37) el-Sr. Reitter incluye la B. ¢yo- 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA pica Ab. en el numero de las Laubbewohner, suponiendo que vive entre las hojas caidas, y ciertamente que por su aspecto y la poca longitud relativa de sus antenas y de sus 6rganos de locomocién con dificultad, y de no conocer con exactitud las circunstancias de su hallazgo, se la haria figurar entre las Grottenbewohner que, segin es sabido presentan por lo comun una forma mas oblonga y tienen, sobre todo, aquellos érganos mucho mas desarrollados.» —Se did lectura 4 la siguiente acta: SECCION DE SEVILLA. Sesion del 5 de Agosto de 18938, PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —(Quedaron admitidos como socios numerarios los senores Cafial y Migolla (D. Carlos); Fernandez Pineda (D. Cayetano); presentados por D. Manuel Medina. —Se did lectura 4 la siguiente comunicacidn remitida por el Sr. Relimpio (D. Federico): Sobre la piro-electricidad en el tetraborato sédico 0 boraz. «Al catalogo de las sustancias piroeléctricas hay que anadir una mas, segun he tenido ocasién de observar: el tetraborato sédico 6 borax, tanto natural como obtenido artificialmente por los procedimientos que la quimica ensefa. »En efecto, cuando se someten los cristales de dicho cuerpo a una pulverizacién enérgica en un mortero cualquiera, ya sea de vidrio, de agata, de porcelana 6 de hierro, se observa una fuerte adherencia 4 la mano y paredes de éste, al mismo DE HISTORIA NATURAL. 127 tiempo que se oyen chasquidos muy perceptibles. La adheren- cia es tal, que impide llevar la pulverizacién mas alla de cierto limite, determinado por la formacién de una capa con- sistente y que se pega con tenacidad a las paredes y mano del mortero, haciendo que esta segunda resbale sin producir efecto mecanico utilizable. »Aunque desde luego supuse que este fendmeno no podia ser atribuido 4 la humedad del cuerpo en cuestidn, experi— menté con él después de haberle desecado cuidadosamente 4 170°, obteniendo los mismos resultados. »Colocando en un vidrio de reloj, el cuerpo pulverizado y sometiéndole 4 la accién del calor, se observa ya & los 100° que las particulas se aglutinan, formando terrones bastante volu- minosos. »Estos mismos hechos, que noté primero en el borax artifi- cial, los he comprobado después en el natural, sirviéndome de ejemplares del Thibet y de China, proporcionados a este fin por mi companero D. Salvador Calderon. »Semejantes fendmenos son completamente analogos y dependen de la misma causa, que los conocidos en la resina cuando se la pulveriza en un mortero de hierro; es decir que, dependen de la electricidad desarrollada por la accién del calor producido mediante el trabajo de trituracion. »Réstame, por ultimo, consignar que habiendo repetido las experiencias indicadas con el borax fundido, no se han pre- sentado los referidos fenomenos.» —El Sr. Calderén leyé una nota de M. Kilian sobre una sacu- dida sismica sentida en Grenoble el dia 8 de Abril, nota publi- cada en los Comptes rendus de la Academia de Ciencias de Paris. Uniendo el aparato invencién de Kilian y Paulin, que en este estudio se describe, al sismégrafo de Angot, se puede reconocer la hora exacta inicial del fendmeno, el orden de sucesidn de las sacudidas verticales y laterales, la direccidn, duracién y forma de estas. Ademas, con ayuda de un timbre de alarma, el aparato permite un estudio atento de los fen¢- menos que siguen a la primera conmociodn. Estas circunstan- cias y la sensibilidad del aparato, merecen fijar la atencion para tratar de instalarle en las regiones de Andalucia castiga- das por los terremotos. —E] Sr. Gonzalez Fragoso leyo la siguiente comunicacion: 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Algunas Cloroficeas del Brasil. «La rapidez con que he tenido que recorrer una buena parte del Brasil, y la circunstancia de hacerlo en tiempo no muy propicio para la recoleccién de algas, no me han permitido, cual era mi deseo, coleccionar numero suficiente para un estudio de alguna importancia. Ademas la hermosura de aquella naturaleza, de la que, con justa razon, pudo Darwin decir que nunca encontré palabras bastantes para expresar los sentimientos de admiracién que le inspiraba, no consiente, & quien por poco tiempo la visita, mas que extasiarse ante el espléndido espectaculo que, por todas partes nos ofrece la vegetaciOn intertropical. Es preciso habituarse al constante deslumbramiento que el conjunto produce para fijarse en aletin detalle, y parece una profanacidn coger sélo algunos ejemplares de plantas en aquella flora riquisima. »Contingencias propias de todo viaje hiciéronme también perder buena parte de lo recolectado, y por salvar algo voy a dar a conocer las Cloroficeas que hasta ahora he podido estudiar. 1.—Colechete soluta Pringsh. Cellulis vegetativis 10-30 u latis. Sobre las Ninfeaceas.—Jardin Botanico. Rio de Janeiro. 2.— dogonium crispum (Hassall) Wittz. Forma paulistana, nov. Cellulis vegetativis 10-15 # crassis, 3-4—plo longioribus; o0os- poris 30-40 »; cellulis antheridium 8-8 4. En un deposito de agua.—Alto da Serra. Camino de hierro entre Santos y Sao Paulo. 3.— ddogonium sexangulare Cleve. Con la anterior. 4.—Hnteromorpha lingulata J. Ag. Sobre las piedras banadas por la marea.—Paqueta. Rio de Janeiro. Hormiscia subtilis (Wuetz) De-Toni. Forma brasiliensis, nov. Mucosa, flavescens; cellulis 8-10 4, 3-4-plo longioribus. En una fuente muy sucia.—Santos. 5. a DE HISTORIA NATURAL. 129 6.—Cladophora fracta (Dillw.) Kuetz, var. bahiana, nov. Fuscescens vel nigrescens, rigida; articulis filamentis pri- mariis 40-60 u crassis, 5-6-plo longioribus; secundis abbre- viatis. En una fuente.—Bahia. 7.—Cladophora crispata (Roth) Kuetz, var. genuina (Kuetz) Rabenh. En una charca.— Botafogo, Rio de Janeiro. 8.—Pithophora Roettleri (Roth) Wittr. En un deposito de agua.—Sao Paulo. 9.—Hematococcus lacustris (Girod) Rostaf. En las paredes del Acueducto.—Panieras, Rio de Janeiro. 10.—Mougeotia levis Archer. Cellulis vegetativis 15-20 » latis, 2-3 longioribus. Con la Cladophora fracta.— Bahia. 11.—De Barya glyptosperma (De Bary) Wittz. Brasil (Bahia ?). 12.—Spirogyra jugalis (Dillw.) Kuetz. En un arroyuelo.—Barra, Bahia. 13.—Spirogyra neglecta (Hassall) Kuetz. Cellulis vegetativis 60-80 » latis, diametro 2-3-plo lon- gioribus. En una fuente.—Passeio publico, Rio de Janeiro. 14.—Spirogyra varians (Hassall) Kuetz. En una fuente.—Santos.» —KHKl Sr. Barras ley6 la siguiente nota: Peces de agua dulce de la parte occidental de la region betico-ertremenda. «Habiendo recogido en mis recientes excursiones al rio Gua- daira, con ayuda de los Sres. Cabrera y Pineda, bastantes peces de agua dulce, y proponiéndome clasificarlos, me acon- sejO mi maestro D. Salvador Calderon que revisara, al mismo tiempo que hacia este trabajo, todos los ejemplares de la misma y otras procedencias de la regién bético-extremena que exis— ten en las colecciones de la Universidad de Sevilla. Esta revi- sidn constituye el asunto de la presente nota. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXII. 9 130 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »La serie en cuestidn se compone, ademas de nuestras Uulti- mas recolecciones, de ejemplares procedentes del Guadalqui- vir y Guadaira, arroyos del Pedroso, Dos Hermanas y del Guadiana, recogidos en estos Ultimos anos por los Sres. Cal- derén, Mota y Salado, G. Fragoso y D. Antonio Gutiérrez, de Badajoz; este ultimo senor donante de todos los peces que habitualmente se pescan en el Guadiana y acompanados de los nombres vulgares con que se designan en la localidad y que figuran en la lista que va a continuacion. »El total de especies no deja de ser relativamente de alguna importancia, si bien muchas de ellas fueron citadas ya en 1857 por mi maestro D. Antonio Machado en su Catdlogo de los peces que habitan 6 frecuentan las costas de Cadiz y Huelva, con inclu- sidn de los del rio Guadalquiviy, impreso en Sevilla en aquel ano. »Es digno de notarse que se encuentran en esta regién representadas casi todas las especies que menciona el Sr. Cis- ternas en un Husayo descriptivo de los peces de agua dulce que habitan en la provincia de Valencia (1) y algunas no citadas por este distinguido naturalista. Sin embargo, el presente cata- logo, aun limitado a la parte occidental de la regién bético- extremena, no puede ofrecer mas valor que el de un trabajo preliminar, y para cuya terminacién serian necesarios mate- riales de otras procedencias y, sobre todo, disponer de mayor numero de obras de las que he podido consultar. CUENCA DEL GUADALQUIVIR. Suspcias. 1.* Euictios. Orb. Condrosteos. Fam. Acipenséridos. Acipenser sturio L. (Sollo).—Sevilla (Guadalquivir). (Cit. Ma- chado.) Orv. Fiséstomos. “i FaM. Ciprinidos. Carassius vulgaris Nilss.—Sevilla (Guadaira). Barbus Bocagei Steind. (Albur.)—Sevilla (Guadalquivir, Gua- daira). (1) ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. NAt., tomo v1. DE HISTORIA NATURAL. 131 Barbus comiza Steind.—Sevilla (Guadalquivir, Guadaira). Chondrostoma seva Cuv.—Sevilla (Guadalquivir, Guadaira). Cobitis barbatula L. (Perro.)—Sevilla (Guadaira). Pedroso (Ri- bera de Guezua). Acanthopsis Tenia L.—Dos Hermanas (afiuentes al Guadaira). Fam. Ciprinodontidos. Lebias ibera Bonap. ¢ y 9.—Dos Hermanas (afluentes al Gua daira). (Cit. Machado.) FTydrargyra hispanica Val. (Peje.) —Sevilla (Guadalquivir, Biar). (Cit. Machado.) Fam. Murénidos. Anguilla acutivrostris Riss.—Sevilla (Guadalquivir, Guadaira). Dos Hermanas (afluentes al Guadaira). (Cit. Machado.) Anguilla mediorostris Riss.—Sevilla (Guadalquivir). Orv. Acantopterigios. Fam. Aterinidos. A therina mochon Cuv.—Sevilla (Guadaira). (Cit. Machado.) Fam. Gasterosteidos. Gasterosteus aculeatus L., var. brachycentrus Cisternas.—Sevi- lla (Guadalquiviz). Suspcias. 2.° Marsupibranquios. Orp. Cieléstomos. Fam. Petromizontidos, Petromyzon fluviatilis L. (hamprea).—Sevilla (Guadalquivir y afluentes). Muy escasa. (Cit. Machado.) GUADIANA (BADAJOZ). Susc as. 1l.* Euictios. Orv. Fisdéstomos. Fam. GCiprinidos. Cyprinus carpio L. (Carpa.) <4 Barbus Bocaget Steind. “ad Barbus comiza Steind. 132 k ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Leuciscus Arcasi Steind. (Jaramugo.) Leuciscus muticellus Ch. Bon. (Pardilla.) Squalius cephalus L. (Bordallo.) Tinca vulgaris Cuv. (Tenca.) Chondrostoma seva Cuv. (Boga.) Cobitis barbatula L. Fam. Clupeidos. Alosa vulgaris Valenc. (Sabaleta.) Orp. Acantopterigios. Fam. Gasterosteidos. Gasterosteus aculeatus L., var. levurus Cisternas. Supcias. 2.° Marsupibranquios. Orv. Ciclédstomos. Fam. PetromizoOntidos. Petromyzon fluviatilis L. (Lamprea.)—Fregenal (Ribera del Alamo, que por la de Ardila afluye al Guadiana). Sesion del 4 de Octubre de 1893. PRESIDENCIA DE DON MAXIMO LAGUNA. —Se leyé y aprobo el acta de la sesién anterior. —KEstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor— dando la Sociedad se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. —Se hicieron dos nuevas propuestas de socios. —El Sr. Secretario accidental leyé la siguiente noticia ne- croldgica escrita por el Sr. Quiroga: El profesor D. Juan Vilanova y Piera. «E17 del proéximo pasado Junio 4 las dos de su madrugada fallecié en esta capital este sabio 6 incansable profesor, nues— tro maestro y amigo, cuando acababa de cumplir los 71 anos DE HISTORIA NATURAL. 133 de edad, y llevaba veinte de explicar Paleontologia y veintiuno Geologia en nuestro Museo y Facultad de Ciencias. »Nacid en Valencia, donde hizo sus estudios de Medicina y Cirugia y Ciencias con notable aprovechamiento, y licenciado en 1845 en esta ultima Facultad, cursé en el Museo de Madrid DON JUAN VILANOVA Y PIBRA. el doctorado, abandonando la carrera de Medicina para consa- grarse por completo a las Ciencias naturales y su ensenanza. Después de haber hecho oposiciones 4 la Catedra de Zoologia de la Universidad Central, 4 la de Mineralogia y Botanica de 134 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Barcelona y de Historia Natural de Oviedo, y ya con el nom- bramiento de esta Ultima Catedra, recibid el de Ayudante del Museo y la.comision de ir a estudiar durante cuatro anos al extranjero los progresos de la Geologia y Paleontologia. De regreso a Espana, adornado con gran cantidad de conocimien- tos geoldgicos adquiridos en el trato frecuente de los primeros gvedlogos franceses, suizos, italianos y alemanes, cuyas leccio- nes orales escuchara y a quienes habia acompanado en fre- cuentes excursiones por las localidades mas clasicas de aque- llos paises y acompanado de numerosa y rica coleccién de materiales por él recolectados en su mayor parte, fué nom- brado catedratico de Geologia y Paleontologia en el Museo de Historia Natural y Facultad de Ciencias en Febrero de 1852, Catedra que desempeno hasta 1873, en que dividida esta asig- natura en Geologia y Paleontologia optd por esta ultima que ha desempenado hasta su muerte. »Fué nota caracteristica del profesor Vilanova una actividad incansable que no le abandono ni aun en la enfermedad car- diaca que le llevara al sepulcro, pues que postrado en un sill6n durante todo el ano anterior a su fallecimiento, y en lucha con pertinaz disnea, dictaba a sus hijos el original, ya de alguno de los ultimos Congresos cientificos extranjeros a que habia asistido, ya el de la Memoria geognostico-agricola y protohistorica de Valencia, que ha concluido de imprimirse después de su fallecimiento, 6 arreglaha sus notas para la descripcion geolégica de la provincia de Alicante, que llevaba muy adelantada, haciendo ademas que sus alumnos fuesen a su casa a recibir sus lecciones de Paleontologia, ya que él se hallaba imposibilitado de ir a darselas al Museo. Fruto de esta labor incesante han sido numerosas publicaciones bien cono- cidas de todos, entre las que figuran como principales, a mas de numerosos articulos en multitud de periddicos y revistas, las siguientes: Manual de Geologia y Memoria geogndstico- agricola de la provincia de Castellon, premiadas por la Academia de Ciencias; 7vatado y Compendio de Geologia; Geologia agricola; Teoria y practica de pozos artesianos y arte de buscar manantia- les; Origen, naturaleza y antigiedad del hombre; Atlas geogrd fico- universal; Ensayo de Diccionario geografico-geoldgico espanol- Jrances y francés-espanol; Descripcion geoldgico-agricola de la provincia de Teruel, de la de Valencia, publicaciones muchas DE HISTORIA NATURAL. 135 de ellas agotadas, a mas de las referentes a conferencias y a dar cuenta de viajes y Congresos cientificos como los de Berna, Paris, Londres, Viena, Berlin, etc., etc. »Por caracter, D. Juan Vilanova gustaba mas que de la tran- quila y lenta investigacion cientifica, de la propaganda activa y constante, segun muestra la indole misma de la mayoria de sus publicaciones, pues que al lado de trabajos de investiga— cién tan notables y concienzudos como las descripciones geo- ldgicas de las provincias de Castellon, Teruel y Valencia, y los numerosos articulos en que da cuenta de sus exploraciones geologicas y prehistoricas por nuestra Peninsula, publicados la mayoria en los ANALES de esta Sociedad, figura un numero mucho mayor de libros, folletos, articulos y conferencias, dadas estas ultimas sobre todo en el Ateneo Cientifico y Lite- rario de Madrid, al que era concurrente asiduo, asi como en otros centros y en gran numero de las poblaciones importantes por donde pasaba en sus expediciones. A D. Juan Vilanova deben muchas personas, ajenas 4 los trabajos cientificos, el tener alguna idea de los mas importantes fenomenos geoldgi- cos 6 de los descubrimientos prehistoricos de mayor transcen- dencia, asi del extranjero como de Espana, y esta propaganda fué causa de la notoriedad que alcanzé en nuestro pais; era el naturalista mas conocido en Madrid y casi el nico en provin- cias. Su amor a la propaganda cientifica le llevo a ser profesor de Geologia en la Escuela de Institutrices desde su fundacidén por D. Fernando de Castro. Espiritu abierto a todo progreso cientifico, acaso en gran parte, probablemente como conse- cuencia de los viajes anuales del profesor Vilanova al extran- jero, en los que saliendo de esta atmésfera espanola asfixiante por su falta de amor, sentido y movimiento cientificos, recibia el aura vivificadora de Europa, le vemos ser en Geologia el paladin constante y decidido del hidrotermalismo, cuando en Espana no se hablaba de otras causas que las exclusivamente igneas en la produccioén de los materiales eruptivos de la corteza terrestre; aceptar con gozo y entusiasmo las primeras investigaciones microlitolégicas del Sr. Macpherson y favore- cer su prosecucién en el Museo; convertirse en defensor y propagandista decidido de la prehistoria, una vez que el inolvidable D. Casiano de Prado hubo llamado la atencion alla por los afios 1862 y 63, acerca de los silex tallados de San 136 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Isidro, y en los Ultimos anos ser de los primeros en Europa en sostener la existencia indudable en el desarrollo de la civili- zacion humana de un periodo del cobre precursor del de bronce y primero de la edad de los metales, periodo que en la actualidad esta casi unanimemente admitido. Su ardor infati- gable en la propaganda de las investigaciones y estudios prehistoricos ha conducido a no pocos descubrimientos prehis- toricos en Espana y abrié a nuestro sabio consocio en estos Ultimos afios las puertas de la Academia de la Historia, siendo el primer naturalista miembro efectivo de aquella Corporacion. »Es bien sabido que Vilanova fué el primer profesor de Geologia y Paleontologia en el Museo. Las colecciones de que se ha servido en esta ensenanza, creacién suya han sido tam- bién, fruto de su pension en el extranjero y de algunas de sus excursiones posteriores. Si bien no tan numerosas como las del mismo orden en otros Museos por no haber seguido teniendo el incremento debido, no son de las mas pobres de este esta— blecimiento, y algunas, como las de los materiales volcanicos de Italia, de moluscos fésiles terciarios de la cuenca de Paris, restos de /c¢hiosaurus, etc., no dejan de contener bastantes y curiosos ejemplares. De desear seria que para enriquecerlas el Gobierno adquiriese los abundantes objetos geoldgicos y pre- historicos que él habia recogido en sus excursiones por la Pe- ninsula y extranjero y que esperando la resolucién del Minis- tro de Fomento se hallan @uardados en cajones depositados en el Museo. »E] profesor D. Juan Vilanova, que era miembro de la Academia de Ciencias desde 1875, y de las de Medicina y la Historia, fué también Socio fundador de nuestra Sociedad y su Presidente durante el ano 1878, y antes y después de esa fecha individuo de la Comisién de publicacién por espacio de varios anos, asistiendo con puntualidad 4 nuestras reuniones, mien— tras su salud se lo permitiéd, a las que no dejaba de aportar con frecuencia noticias interesantes, ya sobre los resultados de sus correrias geolégicas y prehistéricas por dentro y fuera de nuestro pais, ya sobre trabajos acerca de los mismos asun- tos, tanto nacionales como extranjeros, noticias que constitu— yen gran numero de notas que figuran en nuestros ANALES. »Esta Sociedad guardara siempre un recuerdo gratisimo é indeleble de tan activo como modesto sabio que tanto ha con— DE HISTORIA NATURAL. 137 tribuido 4 los fines de la Sociedad de Historia Natural como propagador infatigable y como profesor eminente.» —E] Sr. Secretario accidental manifestdé que el Sr. D. José Ma- ria de la Fuente enviaba para que se inserten en las actas de la Sociedad las diagnosis de dos especies nuevas de ortopteros que ha descubierto en Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real), donde reside, manifestando que mas adelante tendra el gusto de pre- sentar un estudio mas completo de estas especies, con ocasiOn del catalogo de los insectos de aquella localidad que esta re- dactando. AMELES APTERA, SP. 200. Major, viridis. Latitudo capitis dimidiam longitudinem pronoti haud attingens. Vertex concavus. Oculi conici, valde acuminati. Scutellum frontale supra lateribus rotundatum, medio obtuse an- gulatum. Pronotum latiusculum, marginibus integerrimis. Elytra nulla, ale nulle. Pedes postici breviter griseo—pilosi. Abdomen o parallelum, Q latiusculum, depressiusculum. Longitudo corporis: of 27,™™, pron. 6™™. a = Q 35 — 8. Ks la especie de mayor tamano de todas las europeas, y se distingue inmediatamente por su completa carencia de alas y de élitros. GRYLLODES MACROPTERUS, Sp. 200. Testaceus, castaneo—maculatus. Caput incrassatum fascia fusco- castanea transversa inter oculos. o” Pronotum antrorsum angustatum, margine antico sinuato; lobis deflexis pallidis. Elytra abdomine valde longiora, harpa venulis obliquis duabus subrectis; campo apicali magno, sub- triangulari, areolato. Tibie postice tertia parte femoribus bre- vores. © Caput majusculum.Elytra abdomine fere toto tegentia, apice anguste rotundata intus sese tegentibus. Ovipositor femoribus posticis tertia parte brevior. Long. corporis: o 13-14™™, pron. 2™™, elytr. 10, fem. posti- —corum 7T™™,5, — — Q 14-15, pron. 2,5, elytr. 7, fem. posticorwm 8,5, ovipositor 6™™. La especie viene 4 colocarse en la proximidad del @r. late- ralis Fieb. y del Kerkennensis Finot, distinguiéndose del pri- 138 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mero, entre otros caracteres, por tener dos venas oblicuas en el harpa, en vez de cuatro que tiene el @. /ateralis Fieb.; espe- cie que, por otra parte, habita en el Sur de Rusia y en el Tur- questan. Mas dificil es senalar las diferencias entre la nueva especie y el Gr. Kerkennensis Finot. Ha sido esta especie des- crita en el Bulletin de la Société entomologique de France, Seance du 12 juillet del ano corriente, y la frase descriptiva es tan breve, que no hace mencidén de caracteres muy importantes para el conocimiento y distincidn de las especies de este gé- nero: ni siquiera indica si tiene campo apical en los élitros del %, ni si estos son anchamente redondeados en el apice, como en la mayoria de las especies, 6 si son prolongados y estrechamente redondeados en el apice, dando lugar a un campo apical subtriangular, como sucede en nuestra especie, que bajo este respecto es, sin duda alguna, la mejor dotada de todas las conocidas, siendo comparable, seguin me asegura el Sr. Bolivar, con las especies americanas del tipo del Carai- beus Sauss. Por ciertos detalles de proporciones de los organos, como las tibias posteriores, que son poco mas largas que la mitad de los fémures correspondientes, y la longitud del ovis- capto, sdlo un tercio mas corto que los dichos fémures, y por la patria, tan distinta y tan distante, puesto que el Gr. Kerken- nensis Finot es de Biskra, en Argelia, y de la isla de Kerken- nah, en Tiinez, me inclino 4 considerar como distinta la espe- cie de Pozuelo de Calatrava; a diferencia de lo que dice de sus ejemplares el Sr. Finot, yo si estoy segurisimo de que los ma- chos y hembras que he descrito pertenecen a la misma es- pecie. —F] Sr. Secretario accidental ley6 el acta siguiente : SECCION DE SEVILLA. Sesion del 6 de Septiembre de 18958. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyo y aprobo el acta de la anterior. —E] Sr. D. Anatael Cabrera leyo un trabajo titulado Un viaje a Carmona, que se acordé pasara 4 la Comisién de publicacién. DE HISTORIA NATURAL. 139 —Se leyé un trabajo de los Sres. D. Salvador Calderén y D. Federico Chaves, titulado Contribuciones al estudio de la glauconita, acordandose pasara también a la misma Comisién. —El Sr. Gonzalez Fragoso leyé la siguieute nota biblio- erafica: «il distinguido botanico y profesor de la Escuela de Ciencias. de Argel, Dr. F. Debray, acaba de publicar un interesante cata- logo de las algas marinas y de agua dulce de Argelia (1). En ese excelente trabajo, 4 que da gran valor la reconocida com- petencia y el justo renombre que en ese género de estudios gvoza su autor, se comprenden, no sdlo las 224 especies y varie- dades descubiertas por él en aquella regién tan rica, sino ade- mas las 246 citadas por Montagne (2), y 10 citadas por Piccone, y procedentes de los dragados hechos por el crucero Corsa7vo en las costas de Argelia (3), formando un total de cerca de 500 es- pecies. Puede calcularse, en vista de ese nimero, que el catalogo resulta muy completo, y aun cuando los datos que, respecto a nuestra flora algoldgica, poseemos, son muy incompletos, fa- cilmente se aprecian las semejanzas que presenta comparada con la de Argelia. Es, en resumen, la Memoria del distinguido botanico un trabajo de gran interés para los espanoles, que habran de tenerlo presente cuando con mas conocimiento de nuestra flora criptogamica, pueda hacerse un trabajo de‘ con- junto. » Sesion del 8 de Noviembre de 1893. PRESIDENCIA DE D. MAXIMO LAGUNA. —Leida el acta de la sesion anterior, fué aprobada. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad se dieran las gracias 4 los donantes de las regaladas. (1) F. Depray.—Ziste des Algues marines et @eau douce récoltées jusqgu’a ce jour en Algérie. Extr. du tome xxv du Bull. Scient. de la France et la Belgique. — Paris, Ju- nio, 1893. (2) MONTAGNE.—Hapl. scient. de lV Algérie. — Algues,—Paris, 1856. — Cryptogames algériennes. (In Ann. Scienc. nat., 2.¢ serie, t. x.) — Paris, 1838. (8) Piccone.—Alghe della crociera del «Corsaro» alle Azore.—In Nuovo Giornale bo- tanico italiano.—T. xxI. 140 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —(uedaron admitidos como socios numerarios los sefores Dios Sampedro (D. Antonio de), Farmacéutico en Alcolea (Almeria); y Rosa Abad (D. Ramon de la), Médico-cirujano en Alcolea (Almeria), presentados por los Sres. Calderén y Medina. —Se hizo una propuesta de socio numerario. —HKl Sr. Secretario did cuenta de un trabajo titulado Cata- logo de las Periantiadas cubanas, espontaneas y cultivadas, de que es autor el socio Dr. Gomez de la Maza, de la Habana, con- tinuacién del que con el mismo titulo se publicé en el tomo x1x de los ANALES, acordando la Sociedad que pasase a la Comision de publicacion. —KEl Sr. Secretario leyé la nota que sigue, escrita por el se- nor Uhagoén (D. Serafin): «Con motivo de la revisién que se esta llevando a cabo, del Diccionario de la Academia de la Lengua, nuestro digno Vice- presidente, el Excmo. Sr. D. Daniel de Cortazar, llamado a in- tervenir en dicho trabajo, ha tenido 4 bien consultarme sobre la palabra corocha, que, segtin el léxico nacional, tiene la si- guiente definicién: Oruga pequena, enemiga particular de la vid. » El Sr. Cortazar, desde luego y con propio criterio, habia formado la opinién, 4 mi juicio exacta, de que: en el caso de usarse aquella palabra entre los viticultores de algunas de nuestras provincias, habia de servir para designar la larva de la Graptodera ampelophaga Guérin, coledéptero de la familia de los Crisomélidos, tribu de los Halticinos, que, no sdlo en Es— pana, sino en el Mediodia de Francia y en otras localidades, ocasiona en los vinedos, en determinadas circunstancias, da— nos de gran consideracion. »Como antecedentes de este aserto, recordaré que el Sr. Pe- rez Arcas habia ya llamado la atencién de la Sociedad sobre dicha plaga (ANALES, tomo 1, 1872, actas, pag. 17), senalando los danos causados por el mencionado coledptero en los vine- dos de Lerma (Burgos) y de Requena (Valencia), asi como en las islas Baleares y en las provincias de Castellon y de Huelva. »Yo mismo cité la especie como dafina en mi catalogo de los coledpteros de Badajoz, publicado también en nuestros ANALES (tomo x1, pag. 398); pero he de confesar que debo la DE HISTORIA NATURAL. 141 noticia y los ejemplares que entonces estudié a nuestro conso- cio Sr. Sanz de Diego, y que ignoraba su nombre vulgar. »Segiin los datos que sobre este asunto me ha proporcionado el Sr. Cortazar, en el Diccionario dei P. Esteban de Terreros, tomo 1, Madrid, 1786, se inserta la definicion siguiente : «Corocha. Kn Extremadura y otras partes, gusano a modo »de oruga pequena, enemigo particular de las vides, y que »las va corroyendo y consumiendo la hoja y el fruto: en algu- »nas partes le llaman gusano absolutamente. El remedio que »le aplican, por lo comin, es quitar la hoja a la vid; pero si »se quita toda, es notoriamente nocivo: dicese corocha, de » corroer. » : »Deseoso de comprobar si la referida palabra es de uso fre- cuente entre los viticultores de Extremadura, escribi 4 mis amigos de Badajoz encargandoles averiguasen la exactitud de tal indicacién y que a todo evento me remitieran la larva y el insecto perfecto de la especie alli mas conocida por los estragos que produce en los vinedos. »Mi suplica fué atendida, y poco después recibi del senor D. Manuel Maria Albarran, ex diputado a Cortes, con quien me unen relaciones de parentesco, ejemplares del insecto y de su larva, los cuales pertenecen, en efecto, ala Graptodera ain- pelophaga Guér., y ademas una nota, que copio a4 continua— cidn, pues aun cuando se trata de hechos conocidos, en parte al menos, no deja, 4 mi juicio, de ofrecer cierto interés, pri- mero por el espiritu de observacién que su autor demuestra, y luego porque de ella se desprende que la larva del precitado Halticino no es conocida, al menos en Badajoz y sus cercanias, con el nombre de Corocha, sino con el de Lagarta, y con el de Pulgon el insecto perfecto. «Pulgon: Este insecto, del tamano de un pequeno coco de »haba, de color brillante tornasolado, aparece en los vinedos »de determinadas comarcas de este pais, en ntimero conside— »rable, a la entrada de la primavera. Adelantase, si la tempe— »ratura es templada, pues algunos anos se presenta ya en el »mes de Febrero. Tan luego como empieza a hinchar la yema »6 capullo de la vid, se introduce en ella por arriba, la ba— »rrena y se come y destroza el fruto antes de desenvolverse el »capullo 6 yema. Se les persigue, y aminoran algo, con man- »gas de angeo, cuya operacidn precisa hacerla por la manana 142 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »temprano y en dias frescos, pues luego que entra el dia, 6 »cuando es mas templada la temperatura, saltan mucho, y »aun vuelan, y ya no es facil cogerlos en los mangullos; para »matarlos hay que quemarlos, pues aunque se entierren, no »mueren; al quemarlos producen muy mal olor.—Atacan los »pulgones, con preferencia a todas, a la uva negra, y en las »blancas prefieren las pedro-jiménez, jemén parda y la mosca- »fel.—Ya desarrolladas las yemas, se alimentan lo mismo del »fruto que de la hoja que esta mas tierna.— Mucho es el dano »que causa el pulgon en los vinedos; mas a decir verdad, no »hay término de comparacion con el que ocasiona y las con- »secuencias que trae el sucesor del pulgén, que es, y le cono- »cemos con el nombre de Zagarta. Este segundo y mas temi- »ble insecto lo procrea el pulgén, pues tan luego se presenta »la primavera y esta ya la cepa con sus tallos y hojas, en el »reverso de la hoja deposita el pulgon, muy juntitos, multitud »de huevecillos blanquecinos, con algun tinte amarillento, los »enales, al cabo de algunos dias, mis 6 menos segtin mas fria »6 mas templada es la temperatura, y a medida de los dias »que van transcurriendo, se van poniendo mas amarillos, hasta »que de cada huevecito se desenvuelve un bichillo negrito, »delgado, que es el que denominamos Zagarta, y que no llega »a crecer mas de lo que senala esta linea ——. En la hoja »en que depuso el pulgon, la Zagarta se alimenta, y crece »poco mas 6 menos que la linea trazada, y queda la hoja en »que se desarrolla entera, pero sin mas que las fibras, y lo »mismo todas las que invade, que generalmente son las del »casco de la cepa y sus tallos mas tiernos, que son los sar- »mientos que han de servir de carga 6 para uveros al ano si- »guiente, los cuales, una vez invadidos por la Lagarta, como »que ésta destruye su piel, se secan, y muchas cepas conclu- »yen por enfermar y morir a la vez que los sarmientos.—Tam- »bién sufre mucho el fruto, pues obsérvanse muchos racimos »de uva fea donde hay l/agarta, y es debido a que, segun va »comiendo la cascara del sarmiento, al llegar al pezin del ra- »cimo, come también de él y sécase el fruto.» »Para terminar, y con el fin de reunir en lo posible mayor numero de datos sobre el insecto que nos ocupa, no me parece fuera de lugar el dar cuenta a la Sociedad de una carta, bas- tante original y curiosa, publicada en el Semanario de Agri- DE HISTORIA NATURAL. 143 cultura y Artes (tomo 11, pag. 51; Madrid, 1797), de la cual he venido en conocimiento gracias también a nuestro consocio el Sr. D. Daniel de Cortazar: «Kl Cura de Montuenga a los editores del Semanario: » Muy senores mios: Al venirme 4 mi lugar desde Madrid »pasé por Arganda el 20 de Mayo, y quise saber como estaban »las vias: me respondieron que tenian excelente esquilmo, »pero que les habia dado gusano; pregunté que como princi- »piaba el gusano, y de qué provenia, y me dixeron que de la »freza de ciertos insectillos nacian unos gusanos U orugas que »corroian la pampana y el fruto: dixeles que si no hacian algo »para acabar con el gusano, y me contestd un hombre de »cierta edad que no habia mas medio que conjurarle y bende- »cir el campo: Aqui en Arganda, anadid, nos valemos del agua »de San Gregorio, que no hay remedio mds eficaz; pero un joven »despejado, que estaba presente, dijo: «También a mi vina la »han bendecido y la han echado el agua de San Gregorio; »pero como yo creo que Dios no hace milagros cuando nosotros »queremos, y gue al que madruga Dios le ayuda, he trabajado »como un negro en despampanar y desfollar las vides, quitan- »dolas las hojas danadas; y la verdad es que mis vinas estan »mejor que las de aquellos maltrabaja que esperan milagros »estandose en conversacion al banco del herrador. Al que anda »listo, cuidadoso y aplicado, es al que ayuda Su Magestad, que »el que anda de viga larga sin trabajar, de seguro tiene a Dios »enfadado, y apuest usté. Lo peor es que, como los demas no »hacen el mismo trabajo que yo, no tardaran mis vides en vol- »verse a cubrir del mismo gusano.» Se me quedo tan impresa »esta sabia respuesta del mozo, que me parece harian ustedes »bien en publicarla en el Semanario, para que sirva de regla »a los que se hallan en igual caso que los vecinos de Ar- ganda.» »En resumen: el nombre de covocha no se conoce hoy en Ex- tremadura, al menos en Badajoz y su comarca; pero, segtin los datos del P. Terreros y lo que respecto al gusano de la vid dice la carta inserta en el Semanario de Agricultura y Artes, esta voz solo puede designar, 4 nuestro juicio, la larva de la Grapsodera ampelophaga Guer.» —KHl Sr. Macpherson (D. José), presentd y regaldé a la Socie- dad una coleccién de diez y seis fotografias de los fendmenos 144 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA glaciares que observé este verano en los alrededores de San Ildefonso, leyendo acerca de este asunto la nota siguiente : Fendmenos glaciares en San Ildefonso (Segovia). «Que nuestra cordillera central no debe de haber sido una excepcién a otras en condiciones analogas de nuestro Conti- nente durante la época cuaternaria, en que espeso manto de hielo las cubria, parece suposicion légica. »Que esto ha sido asi en una de sus extremidades, lo ha puesto de manifiesto D. Wenceslao Lima en su trabajo sobre acciones glaciares en la Sierra de Estrella, en Portugal. »Pero en nuestra cordillera central sucede que, aunque son numerosos los hechos que ponen de manifiesto acciones gla-— ciares, son estos con frecuencia tan ambiguos, y aun tan con- tradictorios, que cuando menos, hacen que el juicio se sus- penda, falto de una prueba concluyente. »A finales del actual verano tuve ocasion, en el Real Sitio de San Ildefonso, de visitar con alguna frecuencia el espacio com- prendido entre los dos arroyos llamados el Chorro grande y el Chorro chico, antes de juntarse ambos en la Dehesa de Nave- lizar. »Llaméme la atencién en ese espacio la inmensa cantidad de cantos de grandes dimensiones que por entre la espesa vege—- tacién de la mata de roble que cubre esos lugares sobresalen, hasta el punto que con frecuencia tomaba por rocas de gneis in situ & algunos de estos cantos; pero las anomalias que su estratificacién presentaba bien pronto hacian ver su verdadere naturaleza. »En efecto; al investigar con atencién estos parajes, bien pronto se adquiere el convencimiento de que son cantos trans- portados y que se trata de un verdadero depdsito de acarreo, formado por una aglomeracién de cantos, casi siempre angu- losos, y de todas dimensiones, pues algunos de ellos tienen hasta 15 6 20 metros ctibicos. ; »Con frecuencia sus caras se encuentran labradas y brunidas, y proceden de todas las rocas que forman la cumbre de la Sierra en este sitio, y todos mezclados sin orden ni concierto, y empastados en un barro mas 6 menos arenoso. »Dadas estas propiedades, se ve claramente que no se trata DE HISTORIA NATURAL. 145 de un simple depésito diluvial, sino de un verdadero depésito elaciar, en un todo semejante 4 las acumulaciones morénicas de la actualidad. »Su extensidén es considerable, pues en algunos sitios Negara 4 medir de 600 a 800 metros, y su espesor no bajara quizas, en algunos parajes, de 30 a 40 metros, a pesar de que la denuda- cién debe de haber sido considerable. »Sin embargo, en la actualidad los arroyos parecen limitarse a arrastrar las arenas y cantos menudos y a dejar en el cauce los grandes, los cuales forman una aglomeracion irregular que contrasta con lo que se observa en los mismos cauces, tanto aguas abajo como aguas arriba. »Comparando la posicién ‘de este depdsito con la estructuré orografica actual de la cordillera, se percibe, no sdlo que du- rante la formacidn de este depdsito la estructura orografica era idéntica 4 lo que es en la actualidad, sino que la existen- cia de fendmenos glaciares en esta parte de la cordillera data de una época relativamente reciente. »En efecto; este depdsito, como ya he indicado, se halla en la confiuencia de los dos valles del Chorro chico y del Chorro grande; valles en que, a poco que se fije el observador, en- contrara pruebas en abundancia de que hasta considerable altura han sido cubiertos por los hielos. »La misma estructura de estos valles indica también que a poco que bajase la temperatura 6 aumentara la nieve que so- bre ellos cayera, en ellos seria en donde de preferencia se for- marian las acumulaciones de nieve necesaria para la forma- cidn de glaciares en toda esta parte de la cordillera Carpetana. »Kstos valles presentan, no sdlo las rocas graniticas de su parte inferior brunidas y pulimentadas al perderse bajo el manto de deposito glaciar, sino que hasta considerable altura se hallan sus paredes abiertas en el gneis, por completo puli- mentadas y redondeadas en el sentido actual de su pendiente. »Como ejemplo de la accién preponderante de la fuerza ero- siva de los hielos en este sitio, puede citarse un dique de por- firita que atraviesa el granito en el fondo del valle del Chorro grande y a considerable distancia del cauce actual del arroyo en que, a pesar de su distinto indice de descomposicion por los agentes atmosféricos, se hallan ambas rocas labradas y pulimentadas a nivel; hecho que, como*facilmente se percibe, ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXII. 10 246 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA sdlo puede tener lugar como consecuencia de una fuerza que ha borrado las diferencias de ambas rocas a la accion de los agentes atmosféricos ordinarios. »Las aguas de estos rios tienen su origen en el sitio llamado Regajos llanos. Estos parajes estan formados por una serie de terrenos poco accidentados, y que se hallan comprendidos en— tre la cumbre principal del Guadarrama, que divide las aguas del Tajo de las del Duero, y un ramal paralelo a esta cumbre, y que es conocido en parte con el nombre de Penas Buitreras. »Estos llanos se hallan elevados a mas de 1.800 m. sobre el nivel del mar, y su extensién puede calcularse en 4 65 km. en su mayor anchura, paralela 4 ambas cumbres por mas de 1 km. en su dimensién transversa. »Hxiste, pues, entre ambas cumbres un receptaculo, en donde pueden haberse acumulado las grandes cantidades de nieve que, convertidas en zéré, daban alimento a los dos gla— ciares que a la sazon ocupaban los dos valles por donde en la actualidad corren los dos arroyos amados el Chorro grande y el Chorro chico. »Estos glaciares, aunque considerables, son, sin embargo, de exiguas dimensiones, si se les compara a los que cubrian las montanas de Europa durante la época glaciar, pues si el depdosito morénico que ocupa la confluencia de ambos valles era la morena terminal, como todo indica ser, desde alli 4 la cumbre en linea recta sdlo hay 5 km., y el limite de los hielos se encontraria entonces a solo 1.200 m. sobre el mar, altura muy superior a la que en otros lugares de Europa, y bajo ana- loga latitud, bajaban los hielos en aquella época. »Como al mismo tiempo sucede que las acciones glaciares, en la misma cordillera Carpetana, parecen haberse extendido & alturas mucho mas bajas durante el periodo cuaternario, todo lleva a considerar el depdsito de que me estoy ocupando como de época posterior. » Por ejemplo: los depodsitos de grandes cantos qne forman el borde de la laguna cuaternaria de la planicie madrilena, en donde linda con la sierra, y que pueden estudiarse en todos sus detalles en las trincheras del ferrocarril del Norte, entre las estaciones de Torrelodones y Las Rozas, estan sdlo 4 800 metros sobre el mar. »Estas acumulaciones todo indica que son los acarreos de DE HISTORIA NATURAL. 17 inmensos glaciares que vertieran sus detritus en esta laguna, que recibia los despojos de la vertiente meridional. »Como en la otra vertiente existen también indicios, en el mismo valle de Valsain, por ejemplo, de una accidn glaciar en grande escala, todo induce a suponer que el depdsito gla- ciar de que se trata es de época posterior a la cuaternaria, y puede considerarse como un remanente del antiguo manto de hielo que cubrio la cordillera Carpetana en aquellos tiempos. »Considero, pues, que el glaciar que rellend los dos valles del Chorro grande y del Chorro chico, y cuyos campos de névé se hallaban en Regajos llanos, es un fendmeno posterior a la época glaciar, y que fué quizas el ultimo en grande escala, de las grandes acumulaciones de hielo en la cordillera Car- petana. » —KEl Sr. Quiroga leyé también la nota siguiente: Sienita de San Blas, en el camino de Miraflores de la Sierra ad Manzanares el Real ( Madrid). «La primera y tnica noticia, hasta ahora, de este yacimiento de la sienita, se debe a Prado, quien se limité a citar, después de senalar su existencia en otras localidades de la sierra de Guadarrama, /a ermita de San Blas, térmiuo de Miraflores (i). »Con efecto, en el lugar donde existid en lo antiguo una er- mita a San Blas, y hoy se ve un modesto cerradero de hierba y ganado, bajo la sombra de dos copudos olmos, a los 4 km. escasos en direccidn SO., camino de Miraflores a Manzanares, a unos 4 a 6 km. del contacto de la masa granitica de las Pedrizas de Manzanares con la gneisica de la Najarra, pero dentro por completo del granito, en el mismo camino indi- ceado, existe un manchoncillo de sienita, limitado por dicho camino y un barranquillo paralelo a él, de forma eliptica, y cuyo eje mayor medira 8a 10 m., mientras que el menor no pasara de 3 6 4. La rodea por todas partes un granito de grano grueso, poco coherente y con grandes cristales de ortosa, el mismo que se extiende por aquel lado de la falda de las agres- tes Pedrizas de Manzanares. Cantos redondeados, de 1 a 2m. (1) Deserip. fis. y geol. de la prov. de Mudvid , pig. 47. 148 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de diametro los mayores de los que estan sobre la superficie. constituyen el afloramiento sienitico. Por el N. y NE. del gra- nito que rodea la sienita se ven granitos gruesos térreos, en los que han abierto barrancos las aguas, atravesados por ve- nas y filones de granitos de filon y grano mas grueso, asi como pegmatitas, y también algun filoncillo de un lampro- firo casi totalmente convertido en arcilla; materiales que es- tan en contacto inmediato del gneis, también térreo y alte- rado en aquel punto. Existen dentro de éste en aquellas proxi- midades numerosos filoncitos de microgranito. , >Esta sienita es, en general, de grano mediano y color gris, con excepcion de algunos trozos, que se hallan sueltos casi siempre, de color tostado amarillento ferruginoso, por ser el del feldespato, y cuya hornblenda constituye prismas de un par de centimetros de largo a veces. Al lado de la sienita fresca, y sin que me haya sido dado hallar las relaciones que con ésta tenga, a causa de cubrir los contactos la tierra vegetal y el detritus de las mismas rocas, hallé otra, también granuda, de feldespato rosado y silicato ferro-magnésico de color verde, mas claro que la hornblenda, cloritico. »En la sienita se reconocen a simple vista una materia blanca 6 gris verdosa, poco brillante, de facies feldespatica, agujas y prismitas de hornblenda y laminillas de biotita. » Kl microscopio revela la existencia en esta roca de ortosa, plagioclasa, hornblenda, biotita, cuarzo, ilmenita, apatito, esfena. »La ortoclasa es el mineral mas abundante entre los ele— mentos blancos de esta roca. Sus granos tienen mas completa su forma cristalina que los de la ortosa de los granitos, y casi todos van maclados segun la ley de Karlsbad, predominando sobre todas las demas formas el prisma y el clinopinacoide. Estas maclas casi siempre son de contacto, y es muy raro que haya alguna penetracién de uno de los dos individuos en la masa del otro. La mayor parte de los cristales de ortosa estan turbios en su centro y completamente limpios en la periferia. La porcién central opalina esta constituida por fibrillas que brillan mucho entre los nicoles cruzados, y que habran de re— ferirse probablemente, a juzgar por su facies, mas bien a las micas que al kaolin. En algunos cristales de este elemento la substancia que enturbia su centro tiene color ligeramente ver- DE HISTORIA NATURAL. 14) doso amarillento, forma masas y venas que se ramifican y anastomosan, propagandose por las grietas y lineas de exfo- liacién hasta el exterior, de donde parecen proceder, en vista de su estrecha unidn con materias analogas que ocupan algu- nos huecos que dejan los feldespatos. Estas masas y fibrillas no tienen débil accién sobre la luz polarizada y son atacadas por el acido clorhidrico, debiendo referirse a productos cloriticos secundarios que han penetrado del exterior aprovechando las grietas y huecos existentes en la masa de la ortosa por su des- composicion. Mas raras que estas secciones de ortosa son otras de forma cuadrada, que parecen corresponder a cristales desarrollados segtin @ en que dominen la base y el clinopinacoide. Tales secciones no aparecen nunca macladas en estas rocas. »Muchas ortosas muestran una extincidn zonar, sin que en luz natural se vean indicios siquiera de semejante estruc— tura, ni aun bajando el condensador. Casi siempre son dos las zonas que existen, el centro y la periferia, mediando un an- gulo hasta de 35° entre las extinciones sucesivas de una y otra regidn; angulo que en el mayor numero de casos oscila alre- dedor de los 28°, bajando en algunos a 18°, en cuyo caso apa— rece extinguida toda la seccidn, aunque no enteramente con igual intensidad, durante el momento en que la extincidn as- cendente de una zona y la descendente de la otra adquieren — igual valor. De todos modos, el paso de una a otra zona de extincidn es lento y sucesivo. Presentan a veces algunas sec— ciones, durante este fendmeno, el hecho curioso de que su zona central de extincidn homogénea tiene distinta figura que el contorno de la totalidad de la seccién cristalina. Asi algunas secciones cuadradas de ortosa, mas 6 menos paralelas a (100), poseen un nucleo central octdgono, de cuatro lados alternos mayores, paralelos a los cuatro lados que limitan la totalidad de la seccién, y que pueden considerarse proyecciones de (001) y (010), formas que dominan en los cristales desarrollados se- gin @, mientras que los cuatro lados menores de este oct6gono que van opuestos a los Aangulos del perimetro cuadrado exte— rior serian las trazas de (021). Esto parece demostrar que la zona central de extincidn corresponde a un primer cristal de ortosa con (001), (010) y (021), forma esta ultima que en un crecimiento ulterior ‘del cristal ha desaparecido mediante el 150 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA desarrollo de las dos primeras. En algunas secciones de ortosa hay tres zonas diferentes de extincidn. » Al lado de la ortosa existen, aunque escasas, ciertas sec— ciones cristalinas, constituidas unas veces por dos y otras por mas individuos, maclados segtin la ley de la albita, de los cua- les son bastante anchos los de los extremos, mientras que los del centro se hallan reducidos a finisimas estrias. Aquellos. contienen siempre, en diversos puntos de su masa, maclas po- lisintéticas muy finas, también segvin la ley de la albita, vi- niendo a formar con la anterior una macla mixta albita-peri- clina. Esta disposicién, unida a los valores de las extinciones maximas referidas al plano de combinacidn de los individuos. mayores maclados segtin la ley de la albita, valores que han oscilado entre 30° y 38° en las pocas secciones de este caracter que contienen las diversas preparaciones que he hecho de esta sienita, me han hecho pensar si deberian referirse a la anor— tosa, por mas que falta la macla segun la ley de la periclina en cada uno de los grandes individuos unidos segtin la ley de la albita. Por efecto de su escasez no he podido separar granos. de esta naturaleza para reconocer su composicion. »A mas de la ortosa, se halla también alguna oligoclasa enteramente igual 4 la que se encuentra en los granitos. » El cuarzo, que escasea en esta roca, tiene la facies grani— tica y rellena los huecos que dejan los demas elementos. »La hornblenda es el mineral ferro-magnésico mas abun— dante en esta roca. Forma prismas que, en seccidn delgada y en luz natural, aparecen casi siempre constituidos por dos zo- nas: una mayor, central, pardo-rojiza, casi del color de la hornblenda basaltica, si bien un poco mas claro, cuyo con- torno es paralelo al de la seccidn; y otra periférica, mas estre— cha, que rodea a la anterior, y tiene color verde amarillento, nunca muy intenso. Cuando estas secciones estan a 45° de sus direcciones de extincion, entre los nicoles cruzados, presentan diferencia muy marcada en las tintas de su polarizacién cro— matica, siendo, por el contrario, muy pequeno el angulo que forman entre si dos extinciones sucesivas de entrambas zonas. Los valores de los Angulos que forman una de las direcciones. de extincién con la de alargamiento, no pasa de 25°, ni baja de 11°. El sentido de su alargamiento es siempre (+-). El poli- croismo es bastante marcado, pero 2g no toma nunca colora— 7 DE HISTORIA NATURAL. lol cién verde-azulada, sino la pardo-amarillenta mas proxima & la que caracteriza las hornblendas ferriferas 6 basalticas. Un hecho interesante que presentan algunos cristales de esta horn- blenda es su tendenciaa deshacerse en fibras, siendo frecuente gue sus bordes estén como deshilachados, mientras que otras secciones ofrecen en toda su masa una textura fibrosa, ha- biendo regiones de la roca cubiertas de fibras de anfibol en todas las orientaciones posibles, pero la mayoria con el aspecto de la hornblenda, y alguna que otra completamente transpa- rente, pero con las extinciones indicadas, que se aproximan mas a4 las de las hornblendas ferriferas que a las de las comu- nes. Parecen estas masas aciculares de hornblenda restos de cristales preexistentes. No dejan de hallarse de cuando en cuando cristales de hornblenda torcidos, aun rotos y hasta se- parados sus fragmentos por efecto de acciones mecanicas. Son muy raras en esta roca las maclas de este mineral. »En estrecha relacion con la hornblenda van alguna clorita, escasa, y laminas de biotita, mas abundantes, que no ofrecen de notable sino las finisimas agujas de rutilo, formando es-— trellas de seis radios, que algunas contienen. No escasean en esta sienita, titanita muy bien cristalizada, con sus formas tan caracteristicas; ilmenita, que suele ocupar el centro de colo- nias aciculares de hornblenda algo cloritizadas, y por ultimo, el apatito, tanto en prismas bastante @ruesos, ya rectos, ya quebrados, que atraviesan todos los demas elementos de la roca, cuanto en secciones exagonales. »Inmediatamente al lado de esta sienita, pero sin que me haya sido posible ver su contacto, a causa de la tierra que le cubre, hay otra roca, que al examen macroscdpico muestre hallarse formada de dos elementos: el uno de color rosado y facies feldespatica, aunque algo mate, y el otro mate también y de color verde mas claro que el de la hornblenda. Ensena el estudio con el microscopio de sus secciones delgadas que este material esta intimamente relacionado con la sienita anterior, de la cual deriva. En efecto; su estructura es también granudo- cristalina, y sus componentes proceden de los de aquella roca. Los feldespatos son mucho mas turbios, estan rodeados de una costra rojiza de limonita, 4 la que deben su color rosado, y encierran abundante epidota en granos irregulares, sueltos unas veces y aglomerados con mucha frecuencia, y la horn- 152 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA blenda ha desaparecido por completo, siendo sustituida por clorita de birefringencia escasa, rica en granillos grises de ti- tanita deutdgena, que no sdlo se ha conservado dentro del pe- rimetro de prismas de hornblenda, pseudomorfizandolos, sino que ha emigrado, extendiéndose por la masa de la roca. El cuarzo es mas abundante que en la sienita primitiva, formando venas y nidos irregulares y poco definidos, con todas las sena- les de ser un producto deutdgeno separado de los minerales anteriores durante su evolucién. La ilmenita primitiva de la sienita también se ha transformado, hallandose totalmente cambiada en productos grises opacos que conservan la forma del hierro titanado. El apatito es el nico mineral de la sienita que ha pasado incélume 4 través de las acciones que transfor- maron todos los otros elementos de la roca, » Tal es la composicion y estructura de la sienita de San Blas, enclavada en el granito en su contacto con el gneis, especie de roca que es bastante escasa en la inmediata sierra de Gua— darrama. » —KEI Sr. Secretario leyd las actas siguientes: SECCION DE SEVILLA. Sesion del 7 de Octubre de 1893. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —El Sr. Cafial (D. Carlos), leyé la siguiente comunicacidén: La prehistoria en Espana. Notas historico-bibliogrificas. «En la primera mitad de este siglo, cuando sustituyendo a las luchas de que habian sido teatro las naciones europeas, se produjo la calma que sigue necesariamente a los grandes pe— riodos de agitacién, del mismo modo que la luz aparece al ocultarse la obscuridad, cuando la actividad humana, sumida antes en los combates producidos por las revoluciones, se DE HISTORIA NATURAL. 153 aplicd de lleno al cultivo de la ciencia, aparecid en el centro de Kuropa una nueva rama de conocimientos que habia de ser fecunda en ensenhanzas, Util 4 la humanidad y de resultados positivos y en alto grado reales. Nos referimos, como es facil comprender, a la prehistoria. »No cumple a nuestro propdsito hacer un estudio detenido de las vicisitudes, de los obstaculos y de los triunfos de la nueva ciencia hasta constituirse como tal. Hacia el ano 1850, merced a los trabajos é investigaciones del francés Boucher de Perthes, en casi todas las naciones europeas buen numero de sabios y hombres estudiosos consiguieron, tras una ruda cam- pana, implantar las investigaciones prehistéricas, que han ve- nido luchando hasta nuestros dias contra prejuicios de escuela y preocupaciones infundadas de algunos que al cabo han lle- gado a comprender la perfecta armonia que puede existir, y efectivamente existe, 4 nuestro modo de ver, entre lo que ellos creian inconciliable. »En Congresos, Ateneos, Academias, Revistas y libros, lcs cultivadores de la nueva ciencia han expuesto sus doctrinas, dando cuenta de sus descubrimientos y emitiendo acerca de ellos, después de haberlos estudiado detenidamente, los jui- cios y las opiniones que tenian por mas exactos. »Pero, fuerza es decirlo, mientras que los demas Estados, tanto europeos como americanos, trabajan sin cesar en la magna obra de reconstruir la historia primitiva del hombre, Espana ocupa en dicho orden de investigaciones un papel muy secundario, y si no yace por completo relegada al olvido en este respecto, es merced al esfuerzo individual, el cual ha pro- ducido libros que los gobiernos, por especiales circunstancias, no pueden amparar, 6 realizado exploraciones que la nacidén no subvenciona. » Nuestra patria fué la ultima de toda Europa en tener hijos dedicados al estudio de la prehistoria, y mientras que en Fran- cia brillaban hacia la mitad de este siglo el ya citado Boucher de Perthes, Tournal, Bourgeois, Quatrefages, Lartet y Vibraye, en Inglaterra Lyell y Lubbok, en Bélgica Schmerling, le Hon y Shuermans, en Dinamarca Worsiie y Steenstrup, en Suiza Morlot, Keller y Pictet, en Italia Cocchi, de Rossi y Pigorini, en Alemania y Rusia de Bauer y Vogt, en el Nuevo Mundo Nott, Morton y Davis, y hasta dentro del suelo ibérico, en 151 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Portugal, Pereira da Costa, Delgado y Ribeiro, Espana no con- taba todavia con un solo nombre que poder citar al lado de los mencionados, que no son mas que los principales de los dis— tintos pueblos. »Aunque tardio, al fin se hace sentir entre nosotros el in- flujo de tan importante movimiento, originando investigacio— nes que motivan una literatura no desprovista ciertamente de: interés, y acreedora 4 un trabajo de conjunto, todavia no rea- lizado, que motiva la ligera reseha que presento a continua- cidn de las obras y escritos de prehistoria producidos por au- tores espanoles. »E! inolvidable D. Casiano de Prado fué el primero que en Espana traté con alguna extensidn de cuestiones prehistoricas en su clasica Descripcion fisica y geologica de la provincia de Madrid, Madrid, 1864, y en una circular que dirigié a todos los ingenieros de las provincias, senald las cuevas, cavernas 6 grutas de que tenia noticias, recomendéndoles su explora— cién. Poco después, el profesor D. Juan Vilanova y Piera pu- blicaba una serie de articulos sobre Za antigiedad del hombre en la Revista de Sanidad Militar (1), y luego la obra titulada Origen, naturaleza y antigiedad dcl hombre, Madrid, 1872, des- tinada a exponer los descubrimientos mas importantes reali— zados hasta aquella fecha en nuestro suelo, si bien lo hace subordinando con exceso al geoldgico todos los demas aspec— tos de la cuestion. El Sr. Vilanova, cuya reciente muerte de- ploran todos los amantes de las ciencias naturales, ha sido durante treinta anos el propagandista mas activo de los estu- dios prehistéricos que ha existido en Espana. »Figura también entre los iniciadores de la nueva ciencia en nuestra patria el Sr. Gdngora, profesor de Historia en la Universidad de Granada, el cual did a luz las Antigiiedades prehistoricas de Andalucia, Madrid, 1868, obra lujosamente impresa, y que llamd mucho la atencidn en su tiempo (2), en la que su autor, sin entrar, como era muy natural en aquella (1) Vol. 11 y 1v; Madrid, 1866 y 1867. (2) Posteriormente publicé su Carta sobre algunis nuevos descubrimientos. Ma- drid , 1870. DE HISTORIA NATURAL. 155 fecha, en ningtin examen critico de los objetos encontrados, describe estos minuciosamente y da noticias de muchas cuevas prehistoricas y monumentos megaliticos existentes en las pro- vincias de Malaga, Granada, Cordoba y Jaén. Por este tiempo, el profesor de la Universidad de Sevilla, Sr. D. Antonio Ma- chado, publicaba en esta capital andaluza varios articulos y folletos referentes a la ciencia prehistérica. El Sr. D. Francisco Maria Tubino, en sus “studios prehistoricos, Madrid, 1868, re- unid aleunos escritos que acerca de los progresos de la arqueo- logia prehistdrica y otros asuntos con éste relacionados, habia dado a luz en distintas publicaciones. » Para el ano siguiente, 1869, estaba convocada en Copenha- e@ue una de las sesiones del Congreso internacional de arqueo- logia prehistérica, ala cual habian de concurrir los mas sa- bios arquedlogos, gedlogos y antropdlogos del mundo. Los pocos adeptos con que aun contaba la prehistoria entre nos- otros, viendo con disgusto que nuestra nacidn no estuviese dignamente representada en tan docta asamblea, hicieron cuanto les fué posible hasta conseguir que el Gobierno espa-— nol nombrase sus comisionados: fueron estos los ya citados Vilanova y Tubino, los cuales intervinieron buen ntiimero de veces en las discusiones del Congreso y publicaron a su re- greso a Espana el Viaje cientifico 4 Dinamarca y Suecia, con notivo del Congreso prehistorico celebrado en Copenhague en 1869, Madrid, 1871. En tal ocasidn nuestra patria ocup6é por primera vez el puesto que nunca debidé dejar de tener al lado de los de- mas Estados europeos y americanos. »Desde este momento fueron familiares a los espanoles las ultimas noticias y descubrimientos prehistoricos y se despertd un verdadero afan por explorar todos los rincones del suelo hispano, siendo rara la provincia que no tuvo su prehistoria-— dor, si se nos permite la palabra. En el decenio comprendido entre los anos 1870 y 1880 se publicaron algunos folletos de diversa importancia, en los que se describen los hallazgos mis valiosos realizados en varias regiones. En el ano 1871 comenzé a ver la luz publica, bajo la direccién del Sr. D. Juan de Dios de la Rada y Delgado, la notable revista artistica denominada Museo Espanol de Antigiiedades (1), una de cuyas secciones (1) 10 vol. Madrid, 1871-1579. 156 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA estaba reservada a la aun naciente en Espana ciencia prehis— torica: los escritores que mas trabajos publicaron en ella fue- ron los Sres. Vilanova (1), Tubino (2) y Villa-amil (3). A la fe- cunda iniciativa de los dos primeros sabios, en unidn con el Dr. Velasco, cuya casi coetanea muerte lloramos en estos mc- mentos, se debe la fundacién, en el ano 1874, de la Revista Antropologica Espanola, organo de la Sociedad que levaba el mismo nombre, y de la cual solo aparecieron dos volumenes. »Al Hegar, pues, el ano 1880 contaba ya la literatura pre- histodrica espanola con no escaso ntimero de obras. Mas, sin embargo, atin no se habia dado a la estampa un libro en el cual el lector encontrase cuanto hasta entonces se hubiese des- cubierto, ni la exposicién de las teorias que diariamente fun- daban 6 iniciaban, en vista de los continuos hallazgos, los autores extranjeros. Esta necesidad, desde hacia largo tiempo sentida en Espana, fué satisfecha por el estudio, notable por muchos conceptos, titulado Prehistoria y origen de la civiliza- cion (4), debido a la pluma de nuestro sabio y querido maestro D. Manuel Sales y Ferré, quien presté con él un verdadero servicio a la cultura patria, poniendo al alcance de todos los aficionados a estos estudios los conocimientos que antes sdlo eran privilegio de los doctos (5). »Multiplicaronse los folletos en que se daba cuenta de los hallazgos prehistoricos realizados en nuestra Peninsula, tanto de objetos como de monumentos, ambos abundantisimos en ella. A partir de tal fecha, aio 1880, creemos que no se ha publicado Historia de Hspaia de alguna importancia que no lleve dedicadas sus primeras paginas a la prehistoria patria. Notase, sin embargo, en aquellos la carencia de toda critica al hacer la descripcién de los objetos y yacimientos, y mas que (1) Lstudio sobre lo prehistorico espanol. Museo esp. de ant.; vol. 1, 1872, pags. 129 y tl. (2) Historia y progresos de la arqueologia prehistorica. Mus20, etc.; vol. 1, pag. 1.2— Los monumentos megatiticos de Andalucia, Extremadura y Portugal, y los Aborigenes ibéricos. Museo; vol. vil, 1876, pag. 203. (3) Castros y mamoas de Galicia. Museo; vol. vu, pag. 195.-—Armas, utensilios y adornos dé Vronce vecogidos en Galicia. Museo; vol. rv, pag. 59. (4) In publicacion. Vol. 1, Sevilla, 1880. Con grabados. (5) La amistad que nos une con el rr. Sales vedanos hacer de su Prehistoria los muchos elogios que merece; mas innumerables obras y Revistas, tanto espanolas 2 como extranjeras, se han encargado de fijar su verdadero valor y mérito. DE HISTORIA NATURAL. 157 nada la falta de estudio comparativo de lo descubierto en el pais con lo analizado y clasificado por los autores de otras na- ciones. Debido a esta causa, y para vergtienza nuestra, han tenido que venir los Lartet, los Siret, los Cartailhac y otros extranjeros a llenar tan importante laguna (1). »No dejan, sin embargo, de publicarse obras de prehistoria, 6 al menos que en parte de ella traten, y la Historia general del Arte, bajo la direccion de D. Luis Domenech (2); los notables Estudios de Sociologia, de D. Manuel Sales y Ferré (3); la H/7is- toria general de Espana, escrita por individuos de numero de (1) El Sr. Hoyos y Sainz publics, ha poco tiempo, una nota bibliogrdfica de los autores extranjeros que han escrito de prehistoria espanola. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. Nat.; vol. xxr, 1892; Actas, pag. 39-49), nota que vamos 4 permitirnos au- mentar con la indicacion de algunos otros trabajos, de los cuales unos han visto la luz después de escrito el del Sr. Hoyos, en Julio de 1889, y con algunos pocos no. mencionados por dicho senor Hé aqui los nombres de los autores y de sus obras: VERNEUIL Y LaRTET: Nofe sur wun silex taillé trouvé duns le diluvium des environs de Madrid. Buil. de la Soc. géol. de France; Paris, 1863, 2° serie, vol. xx, pig. 698 702. Harue: La grotte d@ Altamira, pres de Santander (Espagne ). Matériaux pour Vhis- toire primit. et nat. de Vhomme; vol. xvi, 1881, pag. 275-233. ZABOROWSK(: Lhomme préhistorique en Espagne et en Portugal. Revue scientifique, Paris, 1887, pag. 321. Siret: Les premiers dges du metal dans le sud-est del Espagne (a). Anvers, 1887. texto, 1 vol. en 4°; atlas, | vol. en f.°— Revue des questions scientifiques; Bruse- las, 1888.— Collignon: Revue ad’ Anthropologie, 3.4 serie, vol. 111, Paris, 1888, pag. 597. JACQUES: L’ethnologie préhistorique dans le sud de VEspagne. Bull. de la Société @Anth. de Bruxelles , 1888. ENGEL: Fouilles exécutées auc environs de Séville. Revue archéologique, Paris, 1891, pigina 87. E. H.: Powilles en Espagne L’ Anthropologie, vol. 1, Paris, 1890, pag. 153. SrrET: Nouvelle campagne de recherches areheologiques en Espagne. La fin de Vépoque néolithique. L’Anth., vol. 111, 1893, nam. 4,.°, Julio-Agosto. E. C.: Découvertes préhistorigues en Espagne. L'Anth., vol. 1v, pag. 123. (2) Barcelona, 1886; en publicacion. La parte que en ella se dedica 4 la arqueolo- gia prehistorica es importante, m*s que por el texto, por el gran numero de graba- dos y dibujos intercalados en el mismo, y que contribuyen en gran modo 4 ilustrar al lector. (3) En publicacién. Vol.1, Hstado primitivo de la sociedad humana, Madrid, 1839. Puede considerarse este volumen, al que seguiran otros tres que en breve ha de dar 4 la estampa el Sr. Sales, como continuacién desu Prehistoria, La nueva publicacion de nuestro docto maest7o encierra datos interesantisimos, y tiene mas valor atin por ser la primera obra de Sociologia qne ha visto la luz publica en Espana, como acer- tadamente dice el Sr. Altamira al hacer un juicio critico de la misma en Za Espana Moderna, Madrid, 1889, pag. 198203, y en el Boletin de la Institucion libre de ense- janza, Vol. xu, Madrid,*1889, num. 294, pag. 1,2-144. (a) Esta obra fué citada por el Sr. Hoyos; nosotros afiadimos los extractos mas completos que de ella se han hecho. 158 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA la Real Academia de la Historia y dirigida por el Excelentisimo Sr. D. Antonio Canovas del Castillo (1); la Arqueologia prehis— tévica, de D. Manuel de la Pena y Fernandez (2), y la Jberia protohistorica, Valladolid, 1891, del Sr. Cuveiro Pinol, bastan para comprobarlo. » Debemos, antes de terminar esta ligera resena, hacer mé- rito de dos publicaciones que honran sobremanera a nuestra patria. Nos referimos a los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA pE Hisrorra Naturat (3) y al Boletin de la Asociacion de Hr- cursiones Catalana (4), que da cuenta muy a menudo de las excursiones realizadas por dicho Centro a los distintos puntos del Principado (5). »Para concluir estos apuntes no podemos menos de citar también dos corporaciones que han contribuido de una ma- nera eficaz al adelantamiento de las investigaciones prehisto- ricas en Espafia, que son el Ateneo Cientifico y Literario de Madrid y el Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla. Hanse sostenido en el primero interesantes discusiones, y larga ha sido la serie de conferencias iniciada por el Sr. Vilanova en el curso de 1867 4 1868, pronunciadas desde su catedra. Funddse la segunda Sociedad el ano 1886, merced a la iniciativa del profesor de Historia Universal de nuestro primer centro do- (1) Madrid, 1890; en publicacion. Tiene e-ta obra dos partes relacionadas con nuestro estudio, que son las tituladas Geologia y protohistoria ibéricas y Primeros pobladoves historicos de la Peninsula [berica. Débese la primera, que, asi como la se- gunda, esté aun por terminar, 4 los Sres. D. Juan Vilanova y Piera y D. Juan de Dios de la Rada y Delgado. La referente 4 los Primeros polladores... se encomendo al sabio orientalista, Exemo. Sr. D. Francisco Ferndndez y Gonzalez, y en verdad que estuvo acertada la Real Academia al designar individuo tan docto para escribir la parte quizd mds interesante de la Historia de Espana; el trabajo del Sr Fernandez y Gonzalez revela una erudicion tan inmensa y unos conocimientos tan vastos, que creemos seria dificilmente sustituible sin gran perjuicio para la his‘oria patria; jlas- tima grande que la muchedumbre de datos que su autor ha aportado introduzca alguna confusi6n en la forma del trabajo! (2) Sevilla, 1892. Merece consultarse este libro como recopilacién que es de lo mas importante que hasta hoy se ha dicho en prehistoria, y que se halla esparcido en Re- vistas y obras extranjeras de no facil consulta. (3) Esta interesante Revista ha terminado ya su primera serie, que consta de 20 volimenes; Madrid, 1572-1891, conteniendo muchos trabajos de antropologia y pre- historia, debidos 4 las plumas de los mas versados en Espana en tales estudios. (1) Butlleti de VAssociacid a Lacursions Catalana, Barcelona. Lieva publicados 15 volimenes, siendo el primero el correspondiente al ano 1877. (5) También la Revista de Ciencias historicas , de Barcelona, se ocupa con frecuen- cia de las investigaciones prehistoéricas. DE HISTORIA NATURAL. 159 cente, Sr. Sales y Ferré, y desde entonces ha dado 4 conocer “en innumerables excursiones no pocos restos prehistéricos que antes yacian en el olvido; notables han sido, por ultimo, las conferencias dadas por el mencionado sr. Sales, por el sabio gedlogo, nuestro Presidente, Sr. D. Salvador Calderén, y por algunos otros aficionados a estos estudios que, segun frase ajena, tienen de nobles lo que de desinteresados y patridticos. » —H] Sr. Calderén dijo que acababa de hallar ejemplares del Buliminus ( Mastus) hispalensis, descrito recientemente por el Sr. Westerlund en su Faunula de Sevilla, en la lama proce- dente de las crecidas del Guadaira en Mordn. Como se trata de una especie y un género citado en Espana de una sola locali- dad, Alcala de Guadaira, donde el Sr. Calderén lo recogié hace algun tiempo, el nuevo hallazgo es digno de mencién. —A continuaciodn el mismo senor did lectura a algunas co- municaciones de eminentes botanicos sobre la simbiosis de los liquenes, insertas en el num. 158 de Ze Naturaliste, lo que motivo algunas observaciones de varios senores socios. SECCION DE SEVILLA. Sesién del 4 de Noviembre de 1893. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —KH]l Sr. Medina ley la siguiente nota bibliografica: Algunas hormigas de Canarias recogidas por el Si. Cabrera y Diaz, por M. Auguste Forel. «El distinguido mirmecdlogo de Zurich acaba de publicer una interesante nota (1) acerca de los formicidos recogidos pcr nuestro diligente consocio Sr. Cabrera, y que amplia los datos que tuve el honor de comunicar a esta SocreDAD el pasado ano, (1) Fetrait des Annales de la Socicté Entomologigue de Belgique, tomo xxxvit, 183. 160 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA para el conocimiento de la fauna mirmecoldgica canariense- »Hé aqui la nota integra del Sr. Forel. »Camponotus maculatus Fab., 7. hesperinus Emery. La Punta Tenerife (Cabrera y Diaz); Tenerife (Heer). »Leptothorar Cabrere n. sp. © L. 2,8a 3,8 mm. Ocupa por su forma y su aspecto un lugar intermedio entre los Z. Roften— bergi Emery y Risii Forel. Tiene el color enteramente negro del Z. Rottenbergi, y se aproxima también por los demas carac- teres a esta especie. »Se distingue de ambas especies por la ausencia completa de espinas en el metanoto; la 9 major tiene en él dos pequenos dientes triangulares, mas anchos que largos; la 9 minor no tiene rastro de dientes. Esta ultima tiene la escultura mas débil y la talla mas estrecha que la 9 major, como sucede en el L. Rottenbergi. »La Punta en el tanquillo, Tenerife (Cabrera y Diaz). »Pheidole tenerifana n. sp. 4. L. 3,8 mm. Difiere de la P. me- gacephala por los caracteres siguientes: cabeza tan ancha como larga, mas ancha que en la megacephala, fuerte y anchamente escotada por detras (mas anchamente que en la megacephala), fuertemente estriado-rugosa a lo largo, de un extremo al otro, excepto por detras del occipucio (alrededor del agujero occipi- tal), donde es bastante lisa. Las arrugas son paralelas del occipucio al borde anterior y sus intervalos son lisos y brillan- tes. Hl centro del epistoma es liso y brillante. Las aristas fron- tales estan prolongadas por una fuerte arruga hasta la extre— midad de los escapos. Estos ultimos estan alojados en un ca— nal distinto, apenas débilmente reticulado en el fondo. Los lados de la cabeza son bastante paralelos y la cabeza no se estrecha hacia el occipucio como en la megacephala, 6 no lo esta sino un poco en los angulos occipitales, inmediata— mente después de su porcién mas ancha. Prongto apenas tu— berculado por encima. Una impresién transversal muy dis— tinta en el centro del mesonoto. Espinas del metanoto mas anchas en su base que en la megacephala, formando una piramide con tres aristas. Nudo del primer artejo del peciolo bastante grueso, obtuso, entero y redondeado en el vértice, mucho mas grueso que en la megacephala. Segundo nudo, casi dos veces mas ancho que largo (tan largo como ancho en la aeegacephala). Lo demas como en la megacephala, en particular DE HISTORIA NATURAL. 161 la pelosidad, el color y el resto de la escultura; pero la parte anterior del abdomen (la base) es de un amarillo parduzco, mientras que el resto del abdomen es de un pardo-oscuro. »Laguna, Tenerife (M. Medina). »O L. 2,8 mm. Relativamente al soldado, y aun de un modo absoluto, es mas grande que la megacephala, de la cual se dis- tingue por su cabeza mucho mas gruesa, por el segundo nudo del peciolo que es mas ancho que largo, y por la impresién transversal muy distinta que se encuentra en el centro del mesonoto. Cabeza lisa y brillante, excepto por delante , donde presenta algunas estrias. Abdomen pardo-oscuro, con el tercio basal anterior amarillento. Pilosidad un poco mas levantada 6 erizada y mas larga que en la megacephala. Lo demas como en esta especie. »Las Palmas, Canarias (Cabrera y Diaz). »No estoy absolutamente cierto que esta 9 pertenezca al sol- dado que acabo de describir, pero es mas que probable porque los caracteres fundamentales son los mismos. Se parece bas- tante ala Ph. striativentris Mayr, de la India, pero la cabeza se parece mas a la de la rhombinoda Mayr. »Solenopsis orbuloides André, 7. canariensis n. st. L. 1,3 mm. aproximadamente. El epistoma avanza mucho mas hacia de- lante que en el orbuloides tipico y se termina por dos dientes distintos; sus aristas estan mas aproximadas y divergen menos hacia delante; las aristas frontales estan también mas aproxi- madas. (En el orduloides las aristas del epistoma estan muy separadas y son muy divergentes; no se terminan por dos an- gulos, y el epistoma, bastante truncado, no avanza mas que muy débilmente hacia el centro.) Ultimo artejo de la antena fusiforme (en el orbuloides es grueso y obtuso en la extremi- dad). Los ojos son ligeramente mas pequenos (en el orbuloides son relativamente tan grandes como en el S. fugaz). El pri- mer nudo del peciolo es mas pequeno, menos elevado, y sobre todo menos largamente peciolado que en el orbuloides (apenas peciolado). La base del abdomen, fuertemente atenuada en el orbuloides, lo es apenas en el canariensis; es un poco truncada. La pilosidad, y sobre todo la puntuacién piligera, son mas fuertes que en el orduloides. Lo demas como en el orbuloides, pero de un amarillo un poco menos claro. »Esta raza debera probablemente formar una especie cuando ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXII. ll 162 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA se la conozca mejor. La refiero al orduldoides que es muy vecina para no multiplicar las especies de un género ya tan dificil. »La Punta, Tenerife (Cabrera y Diaz). »Un o negro, con patas de un pardo amarillento, con alas hialinas y de una longitud proximamente de 3,4 mm.; me ha parecido pertenecer a esta especie; pero es preferible no des- cribirlo hasta que se haya encontrado la obrera correspon- diente. Proviene de Laguna, Tenerife (Cabrera y Diaz). »Las especies siguientes han sido ademas recogidas en Te- nerife por el Sr. Cabrera y Diaz: Camponotus Fee Emery, erythropes Emery in. litt. © Lasius niger L. © of Prenolepis longicornis Latr. % Plagiolepis pygmed Latr. © Q Tetramorium cespitum L., raza depressum Forel. 9 2 Tetramorium cespitum L. var. Aphenogaster (Messor) barbara, raza sordida Forel. 9 Monomorium Salomonis L. © Monomorium Medine Forel. 9 Cremastogaster Allwaudi Emery in. litt.» —KHl Sr. Gonzalez Fragoso leyo las siguientes Notas algologicas. Algas de la costa de Cadiz. Laminaria Phyllitis Lamour.—Cadiz! Chorda lomentaria Lyngb.—Idem. Cutleria multifida Sm.—Idem. Dictyota dichotoma Huds.—Idem. A sperococcus echinatus Mert.—Idem. Rhodomela lycopodioides L.—idem. Jana rubens L.—idem. Rhodymenia laciniata Huds.—Idem. Gracilaria compressa Ag.—Idem. Ceramium rubrum Huads.—Idem. C. acanthonotum Carm.—Idem. Ulva Linza L.—Idem. Porphyra laciniata Lightf.—Idem. P. miniata Ag.—Idem. DE HISTORIA NATURAL. 163 Algas recogidas cerca de Laredo por D. Odon de Buen. Cystoseira fibrosa Huds.—Laredo. Striaria attenuata Grev.—Idem. Corallina officinalis L.—Idem. C. squamata Parck.—Idem. Calliblefaris jubata (Woodw. et Good).—Idem. Gelidium corneum Huds. G. latifolius Harv.—Idem. Chondrus crispus L.—Idem. Ch. norvegicus Gm.—Idem. Algas de la provincia de Sevilla. Oscillaria tenuis Ag. En una charca con la Clodophora fracta. Carmona (Cabrera). Nostoc humifusum Carm. En tierra, después de lluvias. Sevilla! Lyngbya ochracea Thur. En un deposito de agua estancada. Sevilla! —KHl Sr. Calderon leyo la siguiente nota bibliografica: Noticias de un trabajo de mecanica geologica del Sr. G. F. Becker. «Hl distinguido gedlogo norte-americano, cuyo nombre enca- beza esta nota, ha publicado recientemente un trabajo trans— ’ r cendental, como todos los suyos, encaminado @ examinar los resultados del esfuerzo de compresion homogéneo y circuns- crito sobre las rocas, el movimiento de corriente y la ruptura de las mismas bajo dicha accidn compresora (1). Es un estudio transcendental, dificil de comprender en su totalidad por las personas no versadas en los estudios matematicos, y que se presta poco 4 ser extractado con brevedad; a pesar de lo cual me ha parecido que podria interesar 4 mis consocios un breve cuestionario del contenido de trabajo tan importante. »Han sugerido al autor el pensamiento de las investigacio— nes que voy a resenar, los trabajos de campo realizados por él mismo en la Sierra Nevada de California, que es una cadena (1) Finite homogeneus strain, flow and rupture of rocks.—(Bulletin af the geological Society af America, vol. tv, paginas 18-90. Rochester, 1893.) 164 ACTAS DE LA SCCIEDAD ESPANOLA cortada por fallas, planos de juntura y exfoliaciones imposi— bles de representar en una escala pequena. En ciertas areas las citadas manifestaciones dinamicas se presentan en una forma muy sistematica, como afectadas uniformemente por esfuerzos circunscritos, y son las que se toman en cuenta para el estudio del proceso mecanico que investiga el Sr. Becker. »E] trabajo en cuesti6n puede dividirse en dos partes: una preliminar, que se refiere a la doctrina fisica y mecanica del problema; otra a las aplicaciones geoldgicas que pueden sacarse de las anteriores investigaciones. »Empieza el autor por considerar el trabajo de compresién limitado como un punto bajo el respecto cinematico, tomando en cuenta todos los casos posibles de un modo general. La consideracién mas importante se refiere a la teoria de los planos de esfuerzo tangencial maximo y a la manera segun la cual se disponen estos con relacién a la masa del sdlido que sufre el esfuerzo. Esquematiza las relaciones de este trabajo mecanico con el de compresién y examina la ley de Hooke, aleo diferente de la formulada por él, diciendo que el esfuerzo es proporcional 4 la compresidn cuando las deformaciones son limitadas. »Termina el autor esta parte preliminar dando los conceptos de viscosidad, corriente de masa, plasticidad, ductilidad y ruptura, y examinando las semejanzas del estado s6lido plastico con el fluido. »La segunda parte del trabajo que reseno se refiere a las aplicaciones 4 la geologia de la doctrina mecanica expuesta en la primera. Se hace cargo de los efectos de la simple pre- sién rotatoria, y muestra cOmo una misma presion puede pro- ducir dos series de grietas 6 roturas que se crucen proxima-— mente en angulo recto si obran sobre una roca fragil. Si ésta. en cambio, es plastica, se originan en vez de los dos sistemas de fractura, dos de hojosidad. La disposicién paralela a las capas que adoptan los granos achatados de arena y las lami— nillas de mica se explica también por la misma causa. »Examina después el autor el caso de una masa rocosa que descansa sobre un cimiento dictil y que esta sometida 4 una fuerza inclinada, el cual se aproxima indudablemente al de una presién sencilla rotatoria. El resultado de ambas cosas. parece ser la produccién de una hojosidad asimétrica. DE HISTORIA NATURAL. 165 »En otro caso, aun mas interesante que el anterior, sobre una masa que reposa sobre un cimiento rigido actha una fuerza en direccién oblicua 4 dicho cimiento. La accion es en ultimo término la de una simple presidn rotatoria, pero los resultados variaran segun que la materia rocosa afectada sea rigida y fragil, 6, por el contrario, plastica. En el primer caso, si la compresidn obra gradualmente y el material no se hace, por tanto, viscoso, se rompera en columnas cuyos ejes seran paralelos al plano fijo del soporte y perpendiculares al esfuerzo; mas si la accién obra tan rapidamente que produce el reblan- decimiento de la roca, se origina una serie de grietas dirigi- das segun una linea intermedia entre la de fuerza y la pro- yeccién de ésta sobre el plano fijo. Si se trata de una roca plastica, las fracturas que intersecan el angulo formado por la linea de fuerza y el plano fijo seran remplazadas por exfolia— ciones planas de una extensidén mayor 6 menor, las cuales pueden adquirir el caracter hojoso (1) cuando conservan una direccion casi constante. »Pasa el autor a discutir la cuestidn del espaciamiento de las fracturas por la accion de presiones inclinadas, en la hipotesis de que su disposicién determina una gran despotencializacién de la energia. Semejante proceso se expresa por una sencilla formula que representa el espesor de una columna en una direccion perpendicular a cada par de planos limites, formula aplicable solamente cuando la ruptura no es producida por un empuje stbito. Como casos particulares comprende dicha for- mula la formacidn de sistemas regulares de grietas paralelas y de fallas desordenadas. Cuando el esfuerzo es impulsivo, la interferencia de las vibraciones que siguen a la ruptura, pue- de causar otras rupturas paralelas, y quizas del mismo modo se origine la hojosidad grosera de las pizarras tegulares. »Las rupturas producidas por la tensién originan lineas encorvadas 6 interrumpidas y no planos aislados. A este pro- ceso atribuye la estructura columnar de las lavas. (1) En realidad ni los adjetivos Aojoso ni pizarroso expresan la idea de la estructura de que aqui se trata: la slaty de los ingleses y ardoisé de los franceses. Carecemos de palabras que distingan la pizarra arcillosa y la ardoisé, ésta de estructura mas regular que la anterior y que se deja dividir facilmente en un ntimero ilimitado de laminas finisimas. Semejante estructura podria llamarse quizds hojaldrada, palabra castiza y que se aproxima mas que ninguna de las usadas entre nosotros para expre- sar dicha propiedad. 166 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »En la ultima parte de su trabajo examina el autor las teo— rias y observaciones dadas 4 conocer por los gedlogos sobre las junturas y la exfoliacién pizarrosa, mostrando un amplio conocimiento de la literatura cientifica en la materia. Sostiene que las junturas van siempre seguidas de fallas macro y mi- croscopicas y que estan intimamente relacionadas con la ex— foliacion laminar. Esta ha solido explicarse por la presencia de hojuelas de mica y de particulillas echadas en el seno de la roca; pero semejante explicaciOn resulta inaceptable desde el momento en que se sabe que el vidrio, la cera y otras substan- cias han adquirido artificialmente la estructura pizarrosa sin necesidad de adicionarlas cuerpos extranos, y que, en cambio, se observan 4 cada paso rocas sedimentarias con particulas aplanadas y paralelas 4 la estratificacidn que no muestran, sin embargo, ninguna exfoliacién pizarrosa. Esta resulta, segtin la teoria del Sr. Becker, de agentes dinamicos en de- terminadas condiciones, esto es, de presiones inclinadas bajo pequenos angulos con respecto al plano de exfoliacién y en angulo recto 4 los granos de la pizarra, calculando en cada erano los lados y las terminaciones. Asi los fésiles se prolon— ean por deformacién mecanica en una direccién determinable, que es la del grano, y se contraen en los planos de exfoliacion en angulo recto 4 éste y por junturas principales que interse— can los planos de exfoliacidén a lo largo del grano. »Como se ve en el proceso mecanico de las deformaciones de las recas por presién, tal como le estudia el Sr. Becker, se toman en cuenta, ademas de los movimientos generales, hasta ahora casi exclusivamente atendidos por los gedlogos, los re— lativos y moleculares. Sin estos Ultimos no pueden fraguarse junturas, exfoliaciones ni hojosidades, y por tanto tienen tanta transcendencia orogénica como los movimientos generales de masa que producen las fallas mas considerables. Tales conclu- siones son indudablemente las mas importantes a que llega el autor, pues convierten el fendmeno local y aislado de las gran- des fallas en un caso particular de un numero indefinido de fallas diminutas, la suma de cuyos efectos debe constituir un poderoso agente, cuya transcendencia podran revelar los ulte- riores trabajos del eminente gedlogo norte-americano.» DE HISTORIA NATURAL. 167 Sesion del 6 de Diciembre de 1893. PRESIDENCIA DEL SENOR D. FRANCISCO DE P. MARTINEZ Y SAEZ. —Se leyo y aprobo el acta de la sesién anterior. —(Qued6 admitido como socio numerario el senor Davila (D. Mariano), de Badajoz, propuesto en la sesidn anterior por el Sr. Quiroga en nombre del Sr. Saenz. —Se hicieron dos nuevas propuestas de socios. —KH]l Sr. Fernandez Navarro leyo la siguiente nota, remitida por el distinguido jardinero del Botanico D. Luis Aterido: Dos nuevas especies de la Flora de Madrid. «En una excursion que hice a primeros de Septiembre del corriente ano por los alrededores del Cerro negro, en busca de aleunas especies propias de dicha época é indicadas en la mis- ma localidad, Negué hasta el sitio denominado Pradera del Corregidor, y en las orillas del rio Manzanares la casualidad me hizo fijar en una planta que me llamo la atencion por su aspecto: se trataba de una Amarantacea, Amaranthus spino- sus L., Cuya especie no ha sido citada como espontanea en la provincia de Madrid. De dicha planta recogi algunos ejempla- res, que poseo, cuando observé que no era una planta sola la que existia, y después de recorrer parte de la ribera, pude ver tres ejemplares bastante frondosos en una de las isletas que se forman en el Manzanares por esta época. »La especie no es indigena de Espana, ni menos de la pro- vincia de Madrid; pero muy bien pudiera encontrarse en el caso de otras que han legado a considerarse espontaneas, de la misma familia, y aun del mismo género, como son algunos Amaranthus, y una Alternanthera que abunda en las calles de Cadiz y Jerez. »Al mismo tiempo encontré por el sitio indicado otra planta de la familia de las Compuestas, Pascalia glauca Orteg., que Si bien es americana, se ha propagado bastante en el Jardin 168 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Botanico hace algunos anos, costando trabajo descastarla, y que puede considerarse como espontanea en dicho Jardin. Tal vez huida 6 escapada del mismo, haya encontrado sitio a pro- posito para su vegetacion. »Dos son, por lo tanto, las especies, que muy bien pudieran considerarse como espontaneas en la provincia de Madrid para el aumento de su fiora, si, como es mi deseo, vuelvo a encon- trar en tiempo oportuno dichas especies, ya en el sitio indi- cado, 6 bien siguiendo el cauce del Manzanares hasta su union con el Jarama en Vaciamadrid, por encontrarse las plantas indicadas en lugar donde las semillas pueden ser arrastradas por la corriente de las aguas 4 puntos mas distantes del en que las he encontrado en el presente ano. Kn este caso se po- dra asegurar la existencia de dichas especies como formando parte de la Flora de Madrid. » —E] Sr. Hernandez (D. Carlos), manifest6 a propdsito de la comunicacion anterior que él también habia visitado la loca- ' lidad 4 que se refiere el Sr. Aterido, aun cuando en época an— terior, esto es, a principios de Julio, en compania del Sr. Bo- livar, y que habian obtenido un resultado analogo en lo relativo a la fauna entomoldgica, encontrando un ortéptero, Platycleis laticauda Brunn., que se tenia por mas meridional, puesto que sdlo se habia citado de Mesina, Argelia, Andalucia y de las islas Canarias. Dicha especie se encontraba en alguna abun- dancia en la meseta del Cerro negro. Dijo, ademas, que en las laderas que bajan hacia el rio habian hallado tambien dos hemipteros, no muy, frecuentes en los alrededores de Madrid, y que, si bien estaban citados de dicha localidad en la Hnumeracion de los hemipteros de los Sres. Bolivar y Chicote, publicada en estos mismos ANALES (tomo vu), lo habian sido tan sdlo con referencia 4 la coleccién del senor Pérez Arcas, sin que después se hubiesen vuelto a encontrar. Son dichos hemipteros el Zrigonosoma eruginosum Cyrillo y el Orgerius Perezii Bolivar, de cuya ultima especie sdlo se co- nocia el ejemplar que sirvid para la descripcidn. Anadié que no era el Platycleis laticauda Brunn. la tnica especie hallada durante el verano que acababa de transcurrir, y que habia venido 4 aumentar la fauna ortopteroldgica de los alrededo- res de Madrid, sino que también se encontraban en el mismo caso la Labia minor L., de la que el Sr. Cazurro habia cogido DE HISTORIA NATURAL. 169 un ejemplar, y el Stawronotus brevicollis Eversm., especie esta ultima que se encuentra a ambos lados del Manzanares, entre la Puerta de Hierro y el puente de San Fernando , y que pro- bablemente se extendera 4 otras localidades de estos alrededo- res, de la cual se ha podido recoger suficiente numero para resolver las dudas que respecto 4 ella tenian los Sres. Bolivar y Cazurro, que en anos anteriores habian hallado algun ejem- plar 2 aislado, mezclado con el Stawronotus maroccanus Thunb.; y por ultimo, citd también como especies recogidas en las ex- cursiones a Ribas, en esta misma provincia, que se habian llevado 4 cabo por los Sres. Bolivar, Cazurro y varios alumnos del Museo, el Slauronotus crassiusculus Pantel, Ocnerodes Brun- nevi Bol., Saga serrata Fabr., Platyblemmus lusitanicus Serv. y otras varias especies menos raras, y de las que las dos prime- ras son también adquisiciones nuevas para la fauna de Madrid, si bien el Ocnerodes no se encuentra sdlo en Ribas, sino en las machotas de El Escorial.» —El socio D. Luis de Hoyos Sainz leyé el siguiente estudio sobre “Los campurrianos. «Llamase campurrianos & los habitantes del valle alto del Ebro, que en general comprende la mayoria del partido de Reinosa (Santander), y que aqui le incluimos totalmente, uniendo a los tres valles de Campdo y los ayuntamientos de Valdeolea, Valdeprado y Valderredible al Sur, y Pesquera, Santiurde y San Miguel de Aguayo al Norte. Esta region, muy bien limitada por caracteres geoldgico-topograficos, es intere- sante etnologicamente considerada, pues corresponde @ los antiguos cdntabros juliobrigenses, que eran considerados como los mas puros, por ser los de la Cantabria central y hallarse menos mezclados, por tanto, al resto de las razas que poblaron la regién norte 6 céltica, probablemente. Habiendo reunido un regular numero de observaciones sobre tal region , ayuda- do en parte por los doctores Rabago y Vinals, y pudiendo am- pliarle hasta la cifra de 62 por el generoso ofrecimiento del Dr. Oldriz, que nos ha cedido las por él recogidas en indivi- duos de dicha procedencia, podemos adelantar algunos datos antropométricos que aclararan lo que a la etnogenia de los 170 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cantabros en general, y de los campurrianos especialmente, se refiere. »En primer lugar, puede afirmarse la dualidad de los indi- viduos de tal regidn , pero debida 4 un antiguo cruzamiento que no ha conseguido fundir en una las dos razas componen- tes, como se observa por la yustaposicién de caracteres en ciertos individuos, y la separacion de los mismos en los repre- sentantes mas puros de las dos razas elementales. » El INDICE CEFALICO y sus elementos nos dan los resultados siguientes: como valor medio sintético de los indices obteni- dos, la cifra 78,21, exactamente igual en nuestras observacio- nes que en las del Sr. Oldriz, coincidencia de capital interés, pues indica una constancia que prueba la homogeneidad de la poblacién, en dos series diversas de observaciones. Los va- lores del indice son: wean OIC OOOO se Variacién ae 7 oe 30 INEGGIO® »,eretsces ss 78,2 Total, 12,2. Casos (1) _ WHMITINOS 3. fe) ei (oie) Variacion — 6,2 e Corresponde el valor medio 4 un minimo central que separa los dos elementos, dandose, como se ve, los maximos de fre- cuencia en 76 y en 80, aunque prolongandose mas la variacion en el sentido de la braquicefalia, como si esta fuera el ele- mento mas antiguo. El minimo de 73 corresponde ademas & un reinosano de poca pureza de sangre, como la mayoria de los dolicocéfalos que los da la villa, en donde seguramente han influido mas los elementos extrafos 6 posteriores en el pats; por el contrario, el maximo corresponde a Celada de los Cal- derones, que como todo Campoéo de Suso, es mas braquicéfalo en general que el resto del partido, coincidiendo con un indi- viduo de indice gonio-cigomatico minimo que da la cara mas triangular 6 estrecha por abajo, caracter que parece acompana a la braquicefalia. La amplitud de la variacién de 12,2 nos muestra una pureza de raza notable, pues en las poblaciones de Europa la variacién es mayor, siendo de 20 unidades en raza que se cita como homogénea que son los Auvernios, su- biendo a 27 en los Bavaros y quedando en 19 en las Kabilas y (1) Los positivos + son los que estén por encima del valor medio, y los negati- vos — por bajo de él. DE HISTORIA NATURAL. 171 16 en varios distritos alemanes; de la unica regién de Espana que hay datos, que es la vasca, la variacioén es de 13, resultan- do igual por ser alli mayor el nimero de observaciones. La distribucion serial es la siguiente: SIG 77 . 78. 795 BOr eel 2:82"83 84. 85 mS (4. Ge Seepetemen as 22 en la que coinciden las hechas separadamente con las dos series y también la de craneos de la misma regién medidos por mi, previa la reduccidn de las dos unidades de exceso del indice en el vivo. La comparacién con los datos de los vascos nos muestra una menor braquicefalia, pues el indice medio vasco es de 79,1 y los maximos con frecuencia son mas altos en una unidad que en Campoo. En el mapa inédito del Sr. Oloriz puede hacerse la comparacidn con los partidos circundantes, y vemos que por todas partes, excepto la SE. que corresponde a Sedano y Villarcayo, es mayor la braquicefalia, pues por el NO., que alcanza el maximo, llega a 84,56, término medio de la zona formada por los cuatro partidos de Cabuérniga........ eald suleaye oie 84546 POLES sate epee ove chalice ai siegete -.. 84,26 SANMVAICEMtOsanis a ceia cee Soc. SZ) WEVAMOS ao cicievevee orate awokavets S008 sila) que forman en toda la region Norte 6 cantabrica uno de los nucleos de braquicefalia. Por el N., siguiendo la cuenca del Besaya y luego del Pas que comprende el partido de Torrela- vega, el indice se mantiene en 79,8, separando la regidn occi- dental de la oriental formada por el valle de Pas con los par- tidos de Villacarriedo....... shatele raya Boo. pilleihs) RaMAlesi i cfojereseisicisie!o cieshe aise) 1 O2,04- que unidos dan un indice de 81,39, separado por los montes del Escudo y sierras de Espinosa, de la gran influencia dolico- céfala de los partidos de 172 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA que unidos dan 77,80, y que han influido mas, como es natu- ral, en la region occidental subpirenaica formada por que sin embargo se mantienen superiores a el de Reinosa por su valor medio de 78,96. Es de presumir, pues, que los dolicocéfalos subieron del SE. viniendo de Tierra de Campos, atravesando el valle por las vias mas practicables que hoy coinciden con la carretera y el fe- rrocarril, se detuvieron pasada la sierra de Branosera en las vegas y Hanuras de Campdo dejando sentir su influencia, y continuaron por la cuenca del Besaya, si bien ya con menor intensidad hasta llegar a la costa, donde los indices vuelven a descender bastante. Los dos factores del indice cefalométrico corresponden, como es natural, a las propiedades del mismo: el didmetro antero pos- terior de la cabeza varia de 180 4 200 mm., siendo este maximo bastante frecuente, su valor medio es de 190,3, inferior en 3,7 al de los vascos, asi como el diametro ¢ransverso maximo lo es en 3,4 (cifra casi igual, lo que teniendo en cuenta la mayor medida del primero, ya nos indica que los campurrianos han de ser mas dolicocéfalos), con un valor medio de 150 mm. y unos limites de 143 y 160, siendo esta cifra también frecuente. El INDICE NASAL nos da una mayor diversidad, si bien es constante en todas las series la gran amplitud de sus Hmites, y mas aun en las medidas del vivo. Su caracteristica es la siguiente: Maximo. .....0- 85,3 Variacion + 18,5 ( Bk 34 Medio...... ae ae O68 ) Total, 30,2. Casos oe Minimo......... 55,1 5 Variacion — 11,7 Ge Lo que llama inmediatamente la atencién es la gran plati-— rrinia de Campoéo, y aunque puede que se reduzca algo en pos- teriores observaciones, no bajara mucho del medio 66,8, pues el maximo con frecuencia en la serie esta en 72, y como se ve tanto la diferencia por exceso, como el ntimero de casos que exceden del valor medio, son mas numerosos que el de los inferiores 4 él. Esta platirrinia tan extremada es mas de notar cuanto los valores de los vascos varian de 43 a 68 con un me- DE HISTORIA NATURAL. 173 dio de 56,9, cifra en la que casi empieza nuestra serie, que se prolonga en los valores altos de 70 a 80, indicando una gran intensidad y predominio de los platirrinos, no compensada con la cifra aislada de 49 que nos ha dado un individuo y que no podemos tomar en cuenta: esta es, pues, la diferencia esencial que puede separar a la regién cantabrica de la vasca, cosa ya indicada por nosotros (1) y que se ve en la correlacién de los indices del vivo con el craneo, pues mientras en los craneos vascos el indice maximo es de 53, el de los cantabros sube a 62, y el medio es respectivamente de 45,4 y 47,3. La altura media de la nariz es de 49,5 mm., que baja a 45 y sube @ 55, lo que da una diferencia de 12 mm., que resulta bastante grande en magnitudes tan pequenas: el @ucho maxi- mo en la separacién de las alas tiene un valor medio de 33, pero Hega a 39 y baja a 30, dando por tanto las extremadas platirrinias que individualmente alcanzan a las de las razas negras y amarillas de nariz mas ancha, si bien veremos que por la forma de la nariz y con un criterio meramente impre— sionista y morfoldgico, no se sospecha tal platirrinia en los habitantes de Campoo. La TALLA, aunque es un factor muy personal, nos da una de las caracteristicas de los individuos que estudiamos, y hacien- do la separacion serial en cada uno de los grupos admitidos, tenemos: Tallas muy pequefias, hasta 1.500......... O00) Malas pequenass ail GOOR sce. « ells, ccie,s S860 yits Tallas medias, 1.600 41.650......... Seisives fF LS Mallasraltase dled OOM, a scevvee + 363,9; D > | taleceveteyous 345 MGhabeoKO, SB eae . > 340 ; > scare Seokete 310 quedando la mayoria de los casos en nuestra regidn por cima del valor medio, lo que demuestra una mayor hipsicefalia 6 (1) Por las cifras del médulo 6 semisuma de los didmetros horizontales, del Avance a la Antropologia de Espana, se deduce lo que decimos, pues da para Guiptizcoa 162,7 y para Santander 159,6, afirmd4ndose aventuradamente el mayor volumen de los primeros. DE HISTORIA NATURAL. 177 altura de la cabeza que en los vascos, marcadamente platicé— falos. Obteniendo la suma de los tres valores singulares (ma-— ximo, medio y minimo) en las dos circunferencias, la hori- zontal y la vertical, vemos que su medio 6 modulo es de 463,3 en los campurrianos y solo de 456 en los vascos; y hallando solo el medio de los valores medios respectivos, por si lo individual de los valores extremos fuera causa de error, vemos confirmadas las cifras anteriores, pues el médulo de los medios es igual al obtenido con todos los valores en Campdéo y sube a 458 en los vascos; si a esto anadimos el aumento proporcional que llevaria el sector inio-opistico y opisto-ofriaco, con los que se completaria la circunferencia vertical y tenemos en cuenta que el frontal minimo es mayor en Campdo, podemos afirmar la mayor capacidad cerebral en esta regidn. La anchura biorbitaria externa es otro de los elementos de la forma de la cara y nos da una cifra media de 101,5 con limites de 117 y 83, dandose dos maximos de frecuencia en los valores de 100 a 105 y superiores a 115, coincidiendo estos con los individuos de ojos verde avellana. Lateralmente la magnitud de la cara, 6 mejor la de la mandibula inferior, se mide por la distancia sinfisio-goniaca de la barbilla 4 el angulo posterior de la mandibula, y sus valores oscilan entre 90 y 116 con un medio de 99,3 superior, asi como los limites, 4 los de igual medida en Guipuzcoa y correspondiendo los mayores valores a los individuos bajos, morenos, en contraposicién a la retrac- cidn de la medida en los altos claros. De la latitud palpebral que da el ancho del ojo, solo diremos que varia 6 unidades. La COLORACION es con los indices cefalico y nasal y la talla los cuatro puntos cardinales para la separacion de las razas, y fijandonos aqui en ella, trataremos primero de la de los ojos que podemos clasificar en tres grupos por la tinta 6 matiz y tres por la intensidad 6 tono (1). CASTANOS. AZULES. VERDES. Ci Ms Os: Ci Mi (Os: Gil Mile MOE 14 12 26 By tne’ 4°" 1.2, (1) Los obscuros son los de las columnas 1 y 2 de la escala de Broca, los medios la 3 y los claros la 4 y 5. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXII. 12 178 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Atendiendo sdélo a la intensidad, tenemos que hay 26 de ojos oscuros, 16 de tono medio y 21 de color claro y por la duali- dad de coloracién que algunos presentan, hallamos una mez- cla muy frecuente de pardo 6 castano medio que da un matiz que llamamos verde avellana en 14 individuos y una colora- cidn azul verdosa en 7 que suele presentarse en la periferia formando circulos externos claros, azules,y verdes. El ojo gris 6 pizarra, mezcla de los otros, sélo lo hemos hallado una vez; de fondo azul y radios amarillos hemos hallado otros dos, y con manchas irregulares dos también. El conjunto de la pro- vincia presenta algunas diferencias del resto de la region en que esta comprendida; pues siendo la caracteristica el predo- minio de los ojos castanhos y claros, Santander muestra un ex- ceso de pardos, pues lo son el 52 por 100, como en la zona me- diterranea; los castanos y claros en general sélo dan el 20 por 100, y los azules y garzos reunidos el 16,6 por 100, igual a su media total de Espana, é inferior 4 la proporcidn que corres— ponde a la zona de la cuenca media y alta del Ebro, que es donde abundan. El color del pelo también permite hacer una separacion ana- loga a la de los ojos y hallamos que por la intensidad hay 39 individuos de pelo negro 6 muy obscuro, 11 de tonos medios y 6 claros (1), y por el color podemos distribuirlos en 15 negros, 30 pardo 6 castano obscuro y 9 castanos claros 6 rubios. La piel, sometida 4 mas variaciones individuales da resultados de menor fijeza y valor, pero en general se forman dos grupos: el uno de los tonos mas claros, 23 y 24 de Broca de una tercera parte de los observados, y el otro del resto del 25 y 26, presen— tandose ademas este segundo tono como accesorio en las colo- raciones dobles, asi como el 32 y 33 y rara vez el 21 y 54; de modo que considerando como dos sencillas, separadas las colo- raciones dobles resulta un maximo en el 26 bastante marcado. CARACTERES MORFOLOGICOS. Poco diremos de este grupo por el gran numero de observaciones que necesita, limitandonos ‘i los mas esenciales. La wariz es en la gran mayortia recta de la raiz 4 la punta, pues asi es en 33 casos y se distribuyen los (1) Obscuros son los nimeros, 34, 41 y 48 de Broca; pardos 6 medios los 27, 35, 42 y 49, y claros, castanos y rubios todas las coloraciones mas claras, presentandose especialmente la 29, 36 y 45. DE HISTORIA NATURAL. 179 restantes muy igualmente en ocho veces cada una de las otras, aguilena, chata 6 aplastada y acaballada 6 sinuosa; lo cual permite hacer pocas inducciones de la distribucién de este caracter, si bien es caracteristica en la parte alta la forma acaballada y saliente marcadisima. Los ojos son algo en forma de almendra con tendencia a la forma mogoloide, presentando cuatro veces la oblicuidad de ojos y cejas que son fuertes y suelen ser de cola. El sistema piloso es muy desarrollado y el cabello es fuerte y grueso, de insercién frontal cuadrangular en la mayoria. Los pomulos se marcan extraordinariamente en tres casos y el mentén 6 barbilla se divide en dos. Lo mas caracteristico de la parte descriptiva de la cabeza es su curva media que se eleva gradualmente hacia arriba y atras, siendo bajo el bregma y elevadisimo el obelio que sirve de vértice a un casquete que se compone de toda la parte obelico-lambdoidea, vulgarmente la coronilla, que es la region mas desarrollada, dando desde alli una linea muy rapida y vertical hasta el occipital inferior 6 nuca, que rara vez es prominente; esta forma se presenta en los dolicocéfalos que parece ser el elemento propio del pais, como veremos en la comparacidn de los diversos caracteres. cas * *& En el estudio de cada caracter, se esboza ya la divisién de la poblacién campurriana en dos tipos 6 elementos etnogénicos fundamentales, si bien por ahora todas las deducciones tienen un caracter provisional que fundamentara el estudio de toda la region que formaba la antigua Cantabria que nos propone- mos terminar. Por hoy, pues, imposible determinar si descen- demos de las primeras tribus sammitas 6 igletas que haciendo vida riberena las unas y montaraz las otras, se asignaa como las primitivas de la region; lo que sf aparece es que la com- pleta asimilacién a los ce/éas, hasta componer los cantabros una rama de ellos, es algo prematura, como se ve comparando sintéticamente los anteriores datos. De la relacién de los indices cefalico y nasal, obtenemos que la braquicefalia y platirrinia se combinan dando el factor mas general é importante, pues se presenta en veinticuatro casos distribuidos por igual en las dos series de observaciones, si- 180 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA guiendo después los dolicocéfalos leptorrinos 6 sea el elemento completamente opuesto por ambos caracteres, como si ellos fueran los integrantes del pais, resultando las otras dos com— binaciones y sobre todo la braquicefala-leptorrina que es la menos frecuente, como mezcla y fusidn cruzadas de ambos tipos primitivos, si bien el elemento dolicocéfalo muestra una. mayor influencia en el numero de casos, que le hace aparecer como posterior. La forma 6 largura de la cabeza comparada al color, nos prueba que se unen la cabeza corta y ancha de los braquicéfa- los 4 la coloraciOn clara, coincidiendo en veintinueve casos, que dan un maximo muy marcado y como a su vez la compa- raciOn anterior une la braquicefalia 4 la platirrinia, deducimos que los colores claros deben ir acompanados de narices anchas, y en efecto, combinando el indice nasal y el color, hallamos la prevista coincidencia de los platirrinos claros de ojos y pelo. Por el indice facial vemos que las caras largas 6 de indice alto son de dolicocéfalos, si bien por exclusién, pues la bra— quicefalia con los indices bajos de caras estrechas son las que mas se presentan de ordinario; entiéndase estrechas totalmen- te, no por abajo, pues que la disminucién del contorno inferior de la cara dado por la latitud bigoniaca en su relacién a la bicigomatica, nos da una combinacidn inversa por correspon— der los menores indices goniocigomaticos 6 sean las caras mas triangulares a la braquicefalia extrema en individuos de color obscuro. Relacionando el indice frontal con el cefalico se observa una curiosa correlacién de los indices frontales maximos con la dolicocefalia y leptorrinia, dando las curvas horizontales elip— ticas por la anchura de la frente y la estrechez relativa de el diametro parietal maximo; correspondiendo por el contrario las frentes estrechas que dan una apariencia triangular a la norma 6 vista superior del craneo que se estrecha por delante en los braquicéfalos extremos, cosa analoga a lo observado en los vascos. ; La correspondencia de la coloracién y la talla, aunque no muy acentuada, se manifiesta reuniendo los colores claros con los individuos altos é inversamente, cosa que no se ajusta ala distribucién de los otros caracteres, pues hace que la braqui— cefalia corresponda al elemento alto y obscuro, dato no muy DE HISTORIA NATURAL. 181 presumible. Tampoco resulta mas satisfactoria la correlacién del color de los ojos con la talla, ni con la misma del cabello mas que en terminos muy generales y por tanto de poco valor, pues los individuos de ojos verde-pardos 6 verde-avellana se reparten casi por igual entre los de cabello obscuro y claro. También puede senalarse la relacién entre la talla y la cir cunferencia maxima horizontal, correspondiendo los valores mayores a los individuos altos: la curva ofrio-iniaca crece con la dolicocefalia como ya hemos visto. Después del analisis de los caracteres y como resultado del mismo, podemos sintetizar en una doble agrupacién de carac- teres correlativos, el doble tipo que desde el principio hemos podido senalar; asi como dar la caracteristica de su fusidn 6 mejor yustaposicidn que da por resultado el campurriano actual. Nada mas dificil que calificar el uno y el otro é impo- sible por hoy darlos nombre y saber a cual corresponde cada uno; el primero, probablemente el mas antiguo, no tenemos a quien compararle; el segundo, tal vez de procedencia celta, quédase también por calificar. 4.0 Dolicocéfalo. Indice cefalico, 76? Ojos y cabello obscuros. Leptorrinos. Indice nasal, 60. Cara larga. Indice facial, 100. Cara ancha por abajo: relacién go- niocigomatica, 85. Frente ancha. Indice frontal, 80. Talla alta, 1,670 m. Cabeza alta, prolongada hacia la coronilla: curya ofrio-iniaca, 378? 2.° Braquicéfalo. Indice cefdlico, 80? Ojos y cabello claros. Platirrinos. Indice nasal, 72. Cara corta. Indice facial, 92. Cara estrecha inferiormente; rela- cidn goniocigomatica, 77. Frente estrecha. Indice frontal, 70. Talla baja, 1,600 m. Cabeza baja, de regién occipital sa- liente en la nuca: curya ofrio- iniaca, 345? De los dos elementos anteriores resulta la caracteristica si- guiente del campurriano actual. Su cabeza es mesaticéfala por el indice de 78,2, inferior al de los vascos é igual entre las diversas poblaciones a quien interesa comparar, al departa— mento francés de los Bajos Pirineos, que viene a estar habi- tado en su totalidad por vascos franceses; es bastante mas dolicocéfala la poblacién, que las consideradas como celtas en Francia, pues su indice es de 84,9, y mas braquicéfala que los 182 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA elementos semitas que pudieron influir en ella fueran arabes 6 bereberes, cuyo indice es de 76 por término medio. Por la nariz es leptorrino el cantabro absolutamente consi— derado, pues su indice queda en 66,8, si bien comparado con las poblaciones que le rodean aparece de nariz chata y corta; también aqui su indice es mas bajo que en los celtas que dan 67, coincidiendo con una tribu del Caucaso, los galtchas; y siendo casi igual a él los semitas africanos, no explicandose, pues, el origen del elemento leptorrino que tanto se marca en los vascos. Son los restantes caracteres del campurriano, una talla de 1,642 m., una gran anchura de la espalda de 382,8 mm.; su extensa braza de 1,740 m.; la elevada curva media de la ca- beza de 364 mm., y los indices, facial de 97,1; frontoparietal muy alto de 74,9; elevado goniocigomatico de 81,5 y gran desarrollo mandibular que se expresa por una distancia sinfi- sio-goniaca de 99,3. Tales son los datos que por hoy adelantamos sobre la pobla-— cién cantabra en una de sus ramas, tal vez la mas interesante, pues 4 ella en sus primitivos representantes débense los mas antiguos vestigios humanos de la provincia exceptuados los pobladores de la cueva de Altamira, que bien pudiera estar representada en Campoo, por los que habitaron las de la Ojan- cana, las de Buellén y el Poyo en los puertos de Palombera y Sejos, la de la Raposa en Matamorosa y la de las Nieves en Monegro, y 4 ella indudablemente se deben el do/men funera- rio de Pena Labra en Ijer, las piedras oscilantes de la Boariza en Sejos y los menhires que representan probablemente la Penona de Izara y la Pena Larga en Fresno, descubiertos todos ellos por uno de los mejores representantes de la raza que lo es, sin duda, D. Angel de los Rios. —EI Sr. Secretario leyé la nota siguiente del Sr. Vazquez (D. Aurelio), de Valladolid: El Bombyx Vandalicia Mill. «La oruga del B. Vandalicia es algo abundante en Espana; en cambio, la mariposa ha sido desconocida hasta que en Agosto de 1886 recogi en San Hdefonso, a la luz de una lam— para, dos pequefios Bombices con las alas bastante estropea— DE HISTORIA NATURAL. 183 das y que me eran completamente desconocidos. Enviados al Dr. Staudinger para su determinacién, me devolvié uno de ellos, manifestandome que creia que debia ser el B. Vandali- cia, determinacion que hacia mas bien por exclusién que por conocer la especie, que nunca habia visto, siendo ademas di- ficiles de estudiar, por su mal estado, los individuos sometidos a su examen. »Consultado el gran catalogo de Staudinger de 1871, se en- cuentra en el lugar correspondiente: «B.? Vandalicia Mill: »Ic. IT, p. 93, Pl. 62, 6,7 (sec. larvam descripta, imago. adhuc »ignota)... Castilia.» »Tanto el Sr. Staudinger como el Sr. Castro, que ha residido largo tiempo en El Escorial, me han manifestado repetidas veces que les ha sido imposible obtener mariposas de las oru- gas recogidas. El] primero crid mas de 300 en 1884 cuando es- tuvo en San Ildefonso, y aunque consiguidé varios capullos, no pudo obtener ni una mariposa. El Sr. Castro, que ha podido dedicarse varios anos a la cria de dicha oruga, tampoco ha obtenido resultado. » Esta circunstancia ha llamado vivamente mi atencién, pues parecia imposible que no se hallara medio de criar unas orugas que se encuentran con bastante frecuencia; y hace unos cinco anos que me he ocupado de ellas con gran cuidado. En los cuatro primeros anos el resultado ha sido negativo; es verdad que el numero de las que habia cogido no era muy considera- ble, y ademas los medios empleados para criarlas no eran muy adecuados. »Por fin, este ano, que he recogido unas 80 de todos tama- nos, he conseguido ver salir de sus capullos, en los primeros dias de Agosto, 4 o&% y 8 Q en perfecto estado, ademas de 3 perdidos: el primero, porque no teniendo yo ninguna espe- ranza de conseguir el resultado, no noté su salida hasta que el ruido de sus alas llamo mi atenciéu, y ya estaba completa- mente pelado (peor que los que cogi en San Ildefonso); los otros dos no pudieron extender las alas. »No me creo competente para hacer la descripcion de esta especie, pues soy solo un aficionado. Cuando el Dr. Staudin— ger la haya hecho la comunicaré 4 la Sociedad. Sdélo diré por ahora que, al contrario de lo que ocurre en todas las especies del genero Bombyz, la 9 del Vandalicia es aptera, y por con— 184 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA siguiente, esta mariposa, tanto por esta razon como por varios caracteres de la oruga, tiene necesariamente que ser elimi- nada de este @énero, pasando a formar parte de otro inme-— diato, que sera probablemente el género Chondrostega, La.» —Leidos que fueron por el Sr. Secretario, 4 indicacién del Sr. Presidente, los articulos 12, 13, 16 y 21 del Reglamento, el Sr. Tesorero leyé el adjunto estado de Tesoreria: Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Espanola de Historia Natural, desde 1.° de Diciembre de 1892 a 30 de Noviembre de 1893. INGRESOS. PESETAS. Saldo en 1:° de Diciembre-de 1892. 0. oe. esc cinc onesie ne iiele[elelei+)ie/elc.e aisiells 503, 25 GODLAAD/ POLK CUOTAS ALLASATAS scenic cles en cs ees oe eee ae Casrera Y Diaz. — Catalogo de las aves del archipiélago canario.... Macuo Vetapo.—Recuerdos de la Fauna de Galicia.— Insectos lepi- dopteros observados en dicha comarca................-. BiancHarp.—Sanguijuelas de la Peninsula................2.0200- GunpLacu.—Apuntes para la Fauna Puerto-Riquefia.............. AUCrIE AGS CaLtesa.—La region olfatoria del cerebrO..............ce cece cece GONZALEZ Y FernANDEZ.—Un caso de microcefalia................ Pav.—ter in Hispania, t. 1891, Ay B. Lomawi.. one 2 eRe Botivar.—Ad cognitionem orihopterorum Europe et confinium.—So- prevelieonero: Locusta. “De Géer: . 3 ss Heese ck Se owe Mepina.—Lista de algunos tentredinidos espafioles............ Jide Pags. bo SS (ey NS) 224. INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO II, SERIE II (XXII). GoNzALEZ FRAGOSO.—Notas sobreialgas.. 2b... sae 6 ecrercle eels ate CatpEeRON.—Foraminiferos pliocénicos de Andalucia........ dee GonzA.Lez ¥ Garcia De Meneses.—Noticia sobre un temblor de tierra en Huelva. Fe del apeet ace etan anal ere “~ yea Mueeetaere ec ertin He : Purceari.—Relacion ae ier costumbres de ise habitantes de S Paulon(Srasil) ssemeaekec Be dake cicteanketsanieiereie ne soon avers Botivar.—Viaje de M. Ch. Alluaud 4 las Canarias.— Ortépteros de las islas Canarias..... Seite Ts Je s¥slishove vel ee tial s terete loreererey: Sooke Herninpdez.—Noticias sobre los cangrejos de tierra de las Antillas.. GonzsLez Fracoso.—Especies de algas de agua dulce encontradas en Sevillas. chess: FRR aie ee acer ee ere sala ia ee ots Canpau.—Un yacimiento prehistorico en Carmona......... leseitayer Pav.—Nota sobre la Cervia saturejefolia Rodr...............- 0 CALDERON-— Una carta de A-ieader@andollet.:..s, ci ace e eee Cuaves.—Nota sobre una macla de cerusita........ Seer saeben on . Vinsac.—Observaciones sobre la existencia del cangrejo de rio en Andalucia...... Setar tefeeee tetoneres nietay ee DARPA Pen OR RAR ori GonzALez Fracoso.—Especies de algas de agua dulce encontradas MECIGULEIMEM LES yep apejeialoeaewe asveastael=telehetenetien-geinte RAO soo one Unacon.—Nota acerca de las especies espafiolas del género Pimelia. Pav.—Plantas espafiolas recogidas por el Sr. Lomax......... sete Gonzdvtez Fracoso.—Noticia de algunas algas de Sevilla.......... Mepina.— Quelques fourmis de la Faune méditerranéenne, por A. Gre leeereranae ee nieve erie mete tele chester Peper op eonocisa Cuaves.—Nota cristalogrifica sobre las celestinas de la jee ‘ — Correccion 4 la nota sobre cristales de fuchsina publicada en el tomo anterior de estos ANALES:..............----- ; CALDERON-—Notas) bibliooraficas’: 2 )3.<2)<- cic. o- = 020 eeMetere sisi stele Quiroca.—Sobre la existencia de la humita en algunas calizas arcai- cas dedarsierra derGuadarrama. «jo <0). ys, rien: oe © PRS koe 2 Wara:— ba polilla de marven Cadiz. <5 o-oo cs liste pp vusiomictirieteokee rae Frerninpez Navarro.—Minerales de Espana existentes en el Museo dey Madi dis smeer ona Sanat Iokere ere tans olersonaewe renee Sa legcicene z GonzA.ez Fracoso.—Nota bibliografica...............-..--- Sislorte Catperon.—Sobre la presencia de la pirita en un ejemplar de jaspe. os Sobre el crecimiento de ]a concha de los moluscos, con motivo de la tesis doctoral de M. Moynier de Villepoix.... Vinsac y Paun.—Sobre la gangrena de las patatas en Seyvilla....... Fernandez Navarro.—Excursion 4 Cercedilla.......... soles ee ete CaLpERON.— Sobre una enfermedad producida en el tomate en Cana- Has por el Cladosporta Ni gfAelouUmy «, oinvcioiaia farmio <-> lo issere sueke pie ahs 3 Unacon.—Nota sobre especies espaiolas del género Bathyscia..... Revimp1o.—Sobre la piro-electricidad en el tetraborato sddico 6 borax. 28 31 94 INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO II, SERIE II (XXII). 25 CaLpERON.—Nota breve sobre observaciones sismicas............. 122i, GonziLez Fracoso.—Algunas cloroficeas del Brasil............... > Barras.—Peces de agua dulce de la parte occidental de la regién DELLE OFEXTNEMICTI A epse erste cae akoxs Sroksteepetorne oars eer aieto wie 66 ewie 129 Quiroca.— Noticia necroldgica de D. Juan Vilanova y Piera........ 132 Furnte.—Dos nuevos ortdédpteros de Espafia..........-...0.2c0ces 137 Gonzituz FRagoso.— Nota Dibliografica.. 5 ois. ccirc sh oc 1c esei0 oeicss 139 Unacon.—Sobre la palabra corocha aplicada 4 un insecto que ataca 1S VA seta Fe) ooh cites Peas CLS + sia sexes Se MRR e cok ere 140 Macruerson.—Fendomenos glaciares en San Ildefonso (Segovia)..... 144 Qurroeca. — Sienita de San Blas, en el camino de Miraflores de la Sierra 4 Manzanares el Real (Madrid).......... Se acs os Sele ete Tole 147 CaNaut y Micotiua.—La prehistoria en Espafia.— Notas histdérico-bi- TOT OMICS Meee icv ARS exe. cle. svers, chee, bie Goel eee OTE Serene 152 Catperon.—Hallazgo del Buliminus hispalensis. en Morén.......... 159 Mepina.—Algunas hormigas de Canarias recogidas por el Sr. Cabrera yaliazeepor MAL: Horelis.:. 4 a iicsts eenee tie om siete ss aitobotele este © 159 GonzAutrz Fracoso.—Notas algolégicas............ Aor hlarcaer oe ere tere 162 Catperon.—Noticia de un trabajo de mecanica geoldgica del Sr. G. F. FORCE SAE caer ite & ate Sid eee catorenee terol aise Ciotaterd ari Co OOS 163 AtreRrtIpo.— Dos especies de plantas no citadas de los alrededores de Wierdlirich ee Sy AtOe eae Weer e edrtrer tetas’ Seo Mice fees a ot) GN Hernanpez.— Ortdpteros y hemipteros nuevos para la fauna matri- UGIEOSS Geo 45 oo goabcpuosoUGanous Sop edccoda0dE Soo 00CdaC 168 Hoyos.—Los campurrianos....... Se ach cze Weteetaie nrcts chess ae Ono dLe 169 VAzquez Ficueroa.—Noticia sobre el Bombyx Vandalicia.......... 182 Lista de los sefiores socios de la Espafiola de Historia natural...... 195 Indice de lo contenido en el tomo m de la serie 11 (xxm)....... emir eae Indice alfabético de los géneros y especies descritos, 6 acerca de cuya patria 6 sinonimia se dan noticias interesantes....... 227 PANU OE UETA CIE see. ctaralwfofer = esa airare.s tol ehone tleyade ns os ors SPSTE oo cet © BIS less ce oe sive Pete ACTAS DE LA SOC. ESP. —XXI1 15 Rr, Ad eed MS As uel i Ae ~ frre, tee Ve uae ane ie ie ag bey x: INDICE ALFABETICO DE LOS GENEROS Y ESPECIES DESCRITOS, 6 ACERCA DE CUYA PATRIA 6 SINONIMIA SE DAN NOTICIAS INTERESANTES EN ESTE TOMO. Acanthopsis Tzenia, 131’. /Kgilops triuncialis, 82’. Achilea Millefolium, 119’. Alia acuminata, 121’. Acipenser sturio, 130!. — cribrosa, 121’. Acocephalus histrionicus, 122’. Agave americana, 18’. Aconitum Napellus, 78’. Agrostis truncatula, 82’, 87’. — pyrenaicum, 83’, 125’. Albita, 133. Acrotylus insubricus, 49‘, 53’, 58’. Alchemilla alpina, 37, 83’, 86’. — longipes, 53’. — micrecarpa, 118’. — patruelis, 51’, 53’. Allantus fulviventris, 27’. Adelosina leyigata, 31’. Allium carinatum, 86’. Adenocarpus hispanicus, 118’. — foliosum, 86’. Adenostyles albifrons, 88’. — nigrum, 28. — alpina, 88’. — oleraceum, 86’. — Lomazxii, 88’. — pallens, 17’, 86’, 120’. — pyrenaica, 88’. — Schcenoprasum, 86’. Adianthum capillus Veneris, 211. — spherocephalum, 19’. JEdogonium crispum, 128/. Allosorus crispus, 83’. — sexangulare, 128’. Alosa vulgaris, 132’. NOTAS.—1.? Los nombres vulgares van escritos con letra cursiva; los de géneros 6 especies ya conocidos, pero descritos en este tomo, van precedidos de un asterisco, y de dos los que se dan 4 conocer como nuevos para la ciencia. 2.2 Los nimeros que indican paginas de las Actas llevan después este signo’. 3.4 Nose incluyen en este indice los nombres de los géneros y especies que apare_ cen aerupados formando catdlogos 6 listas en el cuerpo de los ANALES. Los catdlogos excluidos de este indice en el presente tomo son los siguientes: Lazaro.—Flora de la Peninsula, pag. 19. Cabrera y Diaz.—Aves de Canarias, pag. 151. Macho Velado.—Lepidopteros de Galicia, pag. 221. Gundlach.—Neuropteros, Hemipteros y Coledpteros de Puerto-Rico, pag. 259. * ISU AT 228 INDICE ALFABETICO. Alternanthera, 167’. Altimina, 130. Alydus calcaratus, 121’. Alyssum serpyllifolium, 19’. Amaranthus spinosus, 167’. Amasis jucunda, 27’. ** Ameles aptera, 137’. — gracilis, 52’. — limbata, 52’. Anacyclus radiatus, 17’, 80’. Anagallis arvensis, 19'. — linifolia, 80’, 86. — tenella, 119’. Anarrhinum bellidifolium, 89’. Anchusa italica, 17’, 19’. — undulata, 22’, 85’. Andropogon hirtum, 17’. Andryala corymbosa, 20’. — integrifolia, 17’. — macrocephala, 119’. — ragusina, 17’, 18’, 21’, 80’. — sinuata, 114’. Anguilla acutirrostris, 131’. — mediorrostris, 131’. Anisolabis annulipes, 52’. — major, 52'. — maritima, 46’, 52’. — * maxima, 46’, 52’. Anomala rugatipennis, 121’. Anortita, 133. Antaxia inculta, 121’. Anthirrhinum glutinosum, 21’, Anthoxanthum ovatum, 120’. Anthriscus silvestris, 35. Anthyllis arundana, 20’. — Webbiana, 20’. Antimonio, 110’, 111’. Apatito, 148’. Aphanus Pini, 121’. — saturnius, 121’. Apheenogaster barbara, 90’. — Blanci, 92’. — hispanica, 91', 92’. Apheenogaster sordida 162’. — splendida, 92’. — striola, 91', 92’. Aphlebia bivittata, 49’, 52’. — carpetana, 120’. Aphodius castaneus, 121’. Apion difficile, 121’. — nigritarse,121’. Aporia Crateegi, 122. Apteranthes Gussoneana, 114’. Aquilegia nevadensis, 20’. — pyrenaica, 78!. — vulgaris, 78’. Arabis sp., 114’. — Malinvaldia na, 114’. Arca diluvii, 12. Arcillas, 137. Arcyptera Tornosii, 120’. Arenaria armeriastrum, 19’. — montana, 78’, 118’. — tetraquetra, 20’. Arge Pyrenaica, 27’. Argynnis Niobe, 122’. Ariagona Margaritie, 53/. Aristolochia longa, 120’. Aristus sphzrocephalus, 120’. Armadillo officinalis, 47. Armeria allioides, 19’. — bupleuroides, 120’. — cespitosa, 80’. — splendens, 21’. Arminda Brunneri, 53’. Arnoseris pusilla, 81’, 119’. Arsénico, 110’, 111’. Artemisia Absinthium, 80’. — granatensis, 21’. — Villarsi, 28. Asperococcus echinatus, 162’. Asperula aristata, 80’. Asphodelus albus, 17’, 120’. — fistulosus, 17’. Aspidium fragile, 120’. Asplenium septentrionale, 83’. INDICE ALFABETICO. 229 * Astragalus Boissieri, 37. Astrocarpus Clussii, 118’. Athalia annulata, 27’. — glabricollis, 27’. — Rose, 27’. — spinarum, 27’. Atherina mochon, 131’. Athous rufus, 121’. Athyrium Filix foemina, 120’. Athysanus obscurellus, 122’. Aulostoma gulo, 253. Avena barbata, 17!, 82’. Azutre, 110’ 111’, 130. Ballota hirsuta, 18’. Barbus Bocagei, 130’, 131’. — comiza, 131’. Baritina, 112’. Bathyscia, 124’. — Ehlersi, 124’. — tropica, 124’, 125’. ** Bathytropa hispana, 50. Batracobdella Latastei, 247. Bellis perennis, 119’. Biotita, 148’. Biscutella leevigata, 78’, 87’. — laxa, 20’. Blatta germanica, 52’. Blechnum Spicant, 83’. Blepharis mendica, 49’, 52’. Boga, 132’. Bolivina dilatata, 31’. — punctata, 31’, 33’. — robusta, 32’. — textilaroides, 33’. Bombyx Quercus, 122’. — Vandalicia, 182’. Borax, 126’. Bordallo, 132’. Bothryderes interstitialis, 121’. — lusitanicus, 121’. Brachypelta aterrima, 121’. Brachypodium pinnatum, 83’, Brassica sp., 114’. Brassica montana, 20’. — setigera, 78’. Braya pinnatifida, 83’. Bromus rubens, 21‘, 83’. Broncita, 130, 132, 133, 134, 135, 136. Bryonia dioica, 118’. Bulimina aculeata, 31’. — pupoides, 33’. — pyrula, 33’. Buliminus(Mastus) hispalensis, 159". Bunium Bulbocastanum, 119’. — verticillatum, 119’. Bupleurum fruticosum, 21’. — spinosum, 18’, Butinia bunioides, 20’. Cachrys levigata, 19’, 35’. Czenonympha Pamphilus, 122’. Calamagrostris littorea, 82’. Calamintha alpina, 84’, 119’. — Clinopodium, 119’. — granatensis, 19’. Calcita, 110’. Caliza, 102’, 108’, 104’, 105’, 106’, ii i Calliblefaris jubata, 163’. ** Calliphona Alluaudi, 50’, 53’. — Ko6nigi, 53’. Caloptenus italicus, 52’, 53’, 120’. — marginellus, 53’. — vulcanius, 50’, 53’. Campanula asturica, 85’. — cespitosa, 85’. — decumbens, 119’. — ficarioides, 85’. — glomerata, 83’. — Herminii, 20’, 80!. — lanceolata, 85’. — linifolia,; 85’: — mollis, 19’. — rapunculus, 18’, 21’, 82’, 119’. — rotundifolia, 85’. — Scheuzeri, 85’. Camphorosma monspeliaca, 21’. 230 INDICE ALFABETICO. Camponotus erytropus, 162’. —- maculatus, 160’. Camptopus lateralis, 121’. Campurrianos, 169!. Cangrejo de rio, 70'. Cantabros juliobrigenses, 169’. Capparis spinosa, 21’. Carassius vulgaris, 130’. Cardamine latifolia, 78’. — pratensis, 118’. — sylvatica, 78’. Cardiophorus signatus, 121’. Carduncellus Dianius, 114’. — mitissimus, 80!. Carduus Bourgeanus, 119’. — carlinoides, 20’. — medius, 86’. — mollis, 84’. — tenuiflorus, 80’. Carex glauca, 83’. — Reuteriana, 87’. Carlyna corymbosa, 17’. Carpa, 131’. Carpocoris baccarum, 121’. — lynx, 121’. Carthamus Dianius, 114’. Carum verticilatum, 20’. Caryolopha sempervirens, 119’. Cassidulina leevigata, 31’. Catananche ceerulea, 19’. Caucalis leptophylla, 79’. Celestinas, 94’, 95', 96’. Centaurea alba, 80’, 119. — Calcytrapa, 18’. — carpetana, 119’. — castellana, 17’, 80’. — Cyanus, 119’. — granatensis, 19’. — melitensis, 18/. — ornata, 18’, 21’, 119’. Centrotus chloroticus, 122’. Ceramium acanthonotum, 162’. — rubrum, 162’. Cerastium Boissieri, 20’. — trigynum, 20/. Cerusita, 69’, 70’. Cervia sp., 66’. — saturejefolia, 60’, 65’. Cerylon ferrugineum, 120!. Ceterach officinarum, 83’. Cheerophyllum nodosum, 119’. Chameepeuce hispanica, 19’. Chara aspera, 60'. Cheilanthes hispanica, 114’. — odora, 114’. Chondrostoma seva, 131’, 132’. Chondrus crispus, 163’. — norvegicus, 163’. Chorda lomentaria, 162’. Chrysomela heemoptera, 121’. — menthastri, 121’. Cinabrio, 112’. Circeea lutetiana, 36. Cirsium flavispina, 19’, 21’, 80’. — gregarium, 20’. — heterophyllum, 29. — oleraceum, 30. Cistus ladaniferus, 118’. — laurifolius, 20’, 118’. Cixius stigmaticus, 122’. Cladius difformis, 27’. — pectinicornis, 27’. Cladophora crispata, 89’, 129’. — fracta, 30’, 89’, 90’, 129’, 163’. Clavulina communis, 33’. Cleonia lusitanica, 19’. Clypeaster altus, 10. — insignis, 10. — piramidalis, 10. Clythra atraphaxidis, 121’. Cneorhinus dispar, 121’. Cobitis barbatula, 131’, 132’. Cobre, 110’, 112’. — cristalizado, 112’. Coccinella septem-punctata, 121’. Cochlearia glastifolia, 20’. INDICE ALFABETICO. Coincya rupestris, 114’. Colechxte soluta, 128’. Colias Edusa, 122’. Collybia velutipes, 23’. Conferva bombycina, 30’. — rigida, 71’. Conocephalus mandibularis, 53’. Conopodium subcarneum, 80’. Convolvulus althzeoides, 17’. — arvensis, 19’. Coprinus stercorarius, 24. Corallina officinalis, 163’. — squamata, 163’. Corbula gibba, 12. Coriaria myrtifolia, 21’. Coris monspeliensis, 18’. Corizus parumpunctatus, 121’. Corocha, 140’, 141', 143/. Corrigiola telephiifolia, 83’, 118’. Cotoneaster tomentosa, 36’. Cratzegus maura, 37. a oxyacantha, 118’. Cremastogaster Alluaudi, 162’. Crepis albida, 19’, 84’. — Lampsanoides, 80’. Criocephalus rusticus, 121’. Cristellaria calcar, 31’, 33’. — cultrata, 31’. — inornata, 31’. Cromita, 130, 131, 132, 135. Crucianella angustifolia, 78’, 119’. Crupina vulgaris, 18’. Cryptocephalus celtibericus, 121’. — larvatus, 121’. Cuarcita, 111’. Cuarzo, 113’, 148’. Cucubalus baccifer, 78’. Cuscuta sp., 89’. — major, 119’. —- planiflora, 19’. Cutleria multifida, 162’. Cymnademia densiflora, 25. Cymus glandicolor, 121’. Cymus melanocephalus, 121’. Cynodon Dactylon, 18’. Cynoglossum pictum, 81’. Cynosurus cristatus, 120’. — echinatus, 120’. — elegans, 82’. Cyperus longus, 82’. Cyprinus carpio, 131’. Cystopteris fragilis, 25. — regia, 25. Cystoseira fibrosa, 163/. — barbata, 22. Cytherea islandicoides, 12. Cytisus purgans, 79’. Daboecia polifolia, 80’. Daphne Gnidium, 19’, 81’. — Laureola, 81’. De Barya glyptosperma, 129’. Decticus albifrons, 51’, 53’. Delphinium peregrinum, 18', 78’. Déntalium sexangulare, 12. * Dericorys lobata, 50’, 53’. Deschampsia flexuosa, 82’. Dianthus Armeria, 78’. — brachyanthus, 19’, 20’, 78’. — hispanicus, 118’. — laricifolius, 78’. — lusitanicus, 21’, 78’. — monspessulanus, 78’. — prolifer, 118/. — Toletanus, 79’. Dichotrachelus Graellsi, 121’. Dictyopteris polypodioides, 22. Dictyota dichotoma, 162’. Digitalis obscura, 19’. — purpurea, 20’, 81’, 119’. — Thapsi, 21’, 81’, 119’. Dina Blaisei, 258. Dioscorea Pyrenaica, 27. Diplotaxis erucastrum, 78’. Dipsacus laciniatus, 28. Discoglossus pictus, 247. Discorbina orbicularis, 32’. 231 232 INDICE ALFABETICO. Docidium Baculum, 90’. Erysimum spicata, 17’. Doronicum carpetanum, 84’. — tenuiflora, 89/. Dosinia exoleta, 12. — Centarium, 87’. Draba incana, 45. Drosera rotundifolia, 83’, 118/. Eeballium Elaterium, 17’. Echium albicans, 19’. — vulgare, 119’. Erythrzea centaurium, 19’, 87’. Esfena, 148’. Eudorina elegans, 60’. Euphorbia sp., 89/. — angulata, 89’. Ectobia ericetorum, 120’. — amyegdaloides, 81’. Elephas antiquus, 98’, 99’. — Chamesyce, 18’, 19’. Elymus Caput-Meduse. 82’. — falcata, 18’, 20/. Empusa egena, 52’. — hiberna, 81’. Emphytus Viennensis, 27. — niceensis, 19’. Emydia Striata, 122’. — serrata, 19’. Endophleus spinulosus, 121’. — officinalis, 119/. Enstatita, 135. Enteromorpha lingulata, 128’. Eurydema oleraceum, 121’. Eurygaster hottentota, 121’. Epacromia strepens, 49’, 52’. — maura, 121’. — thalassina, 49/, 52’. Ephippigera Miegi, 120’. Epilobium alpinum, 82’. — carpetanum, 118’. — Duriczi, 83’. — palustre, 118’. — tetraquetrum, 82’. Epistylis sp., 246. Erica aragonensis, 86’. — arborea, 86’, 119’. — cinerea, 86’. — tetralyx, 86’. — yagans, 86’. Erigeron acre, 80’, 119’. — frigidus, 21’. Erinus alpinus, 84’. Erodium caryifolium, 42. Eruca sativa, 18’. Eryngium Bourgati, 79’. — campestre, 19’. — dilatatum, 19’. — gallioides, 17’, 18’. — tenue, 79’. * Erysimum repandum, 44. — pulchella, 17', 19’. Evax carpetana, 119’. Feldespato, 130, 133. Festuca Clementei, 21’. — spadicea, 87/. Filage spathulata, 87’. Forficula auricularia, 47’, 52’, 120’. — ** Cabrere, 47’, 52’. — pubescens, 120’. Fragaria vesca, 118’. Fraxinus angustifolia, 80’. Fuchsina, 97’. Galactites Lomaxii, 87’. — tomentosa, 87’. Galena, 112’. Galium Aparine, 119’. — Broterianum, 119’. — Cruciata, 119’. — palustre, 119’. — rotundifolium, 83’, 119’. — verum, 82’, 119’. Gargara Geniste, 122’. Gasterosteus brachycentrus, 131’. = Jeiunusle2< Gastridium lendigerum, 17’. Gaudinia fragilis, 17/. INDICE ALFABETICO. 233 Gelidium corneum, 163’. — latifolius, 163’. Genista Boissieri, 20’. — cinerea, 118’. — florida, 79’, 118’. — hispanica, 79’. ' — leptoclada, 79!. — obtusiramea, 79’. — tinctoria, 118’. Gentiana alpina, 21’. Geotrupes hypocrita, 121’. Geranium columbinum, 118’. — lucidum, 118’. — pyrenaicum, 82’. — Robertianum, 118’. — sanguineum, 118’. Gerris najas, 122’. Geum urbanum, 118’. Glaciares, 144’. Gleotila protogenita, 71’. Globigerina bulloides, 31’, 32’, 33’. * Glossiphonia algira, 247. — bioculata, 246. — marginata, 246. — sexoculata, 247. Gnaphalium luteo-album, 21’. Gneis, 102’. Gonatonema ventricosum, 71’. Gracilaria compressa, 162’. Grafito, 110’, 111’. Graphosona lineatum, 121’. Graptodera ampelophaga, 140’, 141’, 143’, Gryllodes Kerkennensis, 137’. — caraibzeus, 138!. — lateralis, 137’. — ** macropterus, 137’. Gryllomorpha longicauda, 52’, 53’. Gryllotalpa africana, 51’, 53’. — vulgaris, 53’. Gryllus bimaculatus, 51’, 53’. — Brunneri, 53’. — Burdigalensis, 120’. Gryllus campestris, 120’. — domesticus, 53’. — Guanchicus, 51’, 53’. — hispanicus, 51’, 53’. Gymnopleurus flagellatus, 121’. Heematococcus lacustris, 60’, 129’. Heemopis sanguisuga, 253. Haloisita, 112’. Harpactor erythropus, 122’. Harpalus decipiens, 120’. Helianthemum egyptiacum, 18’. — alyssoides, 85’, — criocaulon, 78’. — glaucum, 18’, 20’, 118’. — glutinosum, 18’. — guttatum, 118’. — viscidulum, 19’. Helichrysum Serotinum, 18’, 80’. ** Helicoptera, 122’. — parnassia, 122’. Heliotropium europzeum, 17’, 83’. Helosciadium nodiflorum, 119’. Heracleum pyrenaicum, 86’, Herniaria cinerea, §2'. — glabra, 118’. — hirsuta, 118’. Hesperia lineola, 122’. Heterocordylus tibialis, 121’. Hidrolea, 65’. Hieracium amplexicaule, 84’. — castellanum, 20’, 84’, 119’. — legionense, 84’. — myriadenum, 84’. — pilosella, 80’, 84’. Hierro, 130, 131, 132, 135, 136, 111’. — metalico, 131. — niquelifero, 131. — sulfurado, 130. Hirudo medicinalis, 252. — troctina, 252. Hispidella hispanica, 119’. Hister sinuatus, 120’. Holocompsa Simonyi, 52’, 234 INDICE ALFABETICO. Holocompsa vestita, 52’. Homogine alpina, 82!. Hordeum maritimum, 82’. Hormigas, 159’. Hormiscia Kochii, 89!. — subtilis, 71’, 89’, 128’. Hornblenda, 148’. Humita, 102’, 103’, 104’. Hutchinsia Auerswaldii, 78’. Hydrargyra hispanica, 131!. Hydrococcus rigidula, 99’, Hydrocyphon deflexicollis, 121’. Hydrodictyon reticulatum, 30’. — utriculatum, 21. Hydrometra stagnorum, 122’. Hyoscyamus albus, 18’. Hypecoum grandiflorum, 22!. Hypericum Burseri, 79’. — humifusum, 79’, 118’. — montanum, 21’, 79’. — perforatum, 118’. — quadrangulum, 118’. — tomentosum, 17’, 19’, 79’. — undulatum, 21’, 79’. — yveronense, 19’. Hypholoma fasciculare, 24. Hypsicorypha Julie, 52’. Hysteropterum grylloides, 122’. Iberis conferta, 78’. Ilmenita, 103’, 104’, 148’. Inula montana, 18’. Iris xiphioides, 81', 86’. Jania rubens, 162’. Jaramugo, 132’. Jasione amethystina, 20’. — carpetana, 119'. — humilis, 80’. — montana, 119’. Jasonia tuberosa, 18’. Jaspe, 115’. Juncus Bufonius, 120’. — lamprocarpus, 83’. — squarrosus, 120! Jurinea Bocconi, 84’. — pyrenaica, 84’. — humilis, 20’. Kentrophyllum lanatum, 17’. Knautia arvensis, 119’. Koniga Lagasce, 21’. — spinosa, 20’. Labia minor, 52’, 168’. Labidura riparia, 46’, 52’. Lactuca tenerrima, 19’. — viminea, 17’, 80’. Lagarta, 141’, 142’. . Lagena gracillima, 31’. — sulcata, 31’. Lagurus ovatus, 83’. Laminaria Phyllitis, 162’. Lamium maculatum, 83’. Lamprea, 131', 132'. Laserpitium latifolium, 79’. Lasius niger, 162/. Lavandula lanata, 18. — pedunculata, 18’, 81, 119’. Lebia turcica, 120/. Lebias ibera, 131’. Leontodon Boryi, 20’. — microcephalus, 21’. Lepidium heterophyllum, 78’. — campestre, 118’. -— stylatum, 20’. Lepiota procera, 24. Leptinia hispanica, 120’. — attenuata, 120’. Leptopterna pilosa, 121’. Leptopus echinops, 122’. ** Leptothorax Cabreree, 160’. — Rissi, 94’, 160’. — Rottenbergi, 160!. Leptura stragulata, 121'. — rubra, 121’. Lepyronia coleoptrata, 122’. Leucanthemum montanum, 87’. Leuciscus Arcasi, 132’. — muticellus, 132’. INDICE ALFABETICO. Leucophza surinamensis, 52’. Leuzea raponticoides, 29. Ligseus apuanus, 121’. Ligusticum pyreneum, 19’, 79’. Lilium Martagon, 82’. Limenitis Camilla, 122’. Limnatis nilotica, 253. Limodorum abortivum, 26’. Limonita, 129, 113’. Linaria delphinioides, 119’. — filifolia, 119’. -— glareosa, 21’. — melanantha, 8’, 21’. — minor, 81’. — nivea, 81’, 119’. — saxatilis, 119’. — spartea, 31’, 81’. — supina, 81’. — Tournefortii, 81’. — triornithophora, 81’. — villosa, 19’, 20’, 21’. — viscosa, 19’, 20’, 21’, 32’. Linum suffruticosum, 18’, — tenue, 18’. Lithospermum prostratum, 87’. Loboptera decipiens, 120!. — fortunata, 52’. ** Locusta algerica, 24’, 25’. — * cantans, 23’, 24’. — * caudata, 23’, 24’. — ** Hispanica, 23’, 24’. — ** Maroccana, 23’, 24’. — * yiridissima, 23’, 24’, 120’. Lonicera hispanica, 119!. — implexa, 31. Lopus sulcatus, 121’. Lotus corniculatus, 82’, 118’. — glareosus, 19’. — pedunculatus, 118’. Luperus circumfusus, 121'. — sulphuripes, 121!. * Lupinus angustifolius, 42. — * leucospermus, 41. Luzula lactea, 82’. Lycena Cyllarus, 122’. — Agestis, 122’. Lychnis macrocarpa, 81’, 118’. Lycopsis arvensis, 119’. Lyngbya ochracea, 163’. Lysimachia vulgaris, 83’. 23% Lythrum flexuosum, 17/, 19’, 79’. Macrochloa arenaria, 83’, 120'- Macrophya neglecta, 27’. Macroplax fasciata, 121’. Magdalinus aterrimus, 121’. Magnesia, 130. Magnetita, 131, 134, 102’, 104’, 111’. Malachius lusitanicus, 121’. Malacosoma lusitanicum, 121’. Malaquita, 113’. Malope multiflora, 43. — trifida, 42. Malva Alcea, 118’. — fastigiata, 79’. — moschata, 82’. Mantis religiosa, 49’, 52’. Marginulina Pecketi, 33’. Marrubium supinum, 19’. — vulgare, 18’. Masquelinita, 133. Megalocervea erratica, 121’. Melampyrum arvense, 88’. Melanargia Lachesis, 122’. Melitzea Parthenie, 122’. Mentha Pulegium, 33’, 119/. — rotundifolia, 86’. — sylvestris, 119’. Mercurialis tomentosa, 19’. Mercurio, 110’, 112’. Merendera bulbocodium, 27’, 82’. Messor barbarus, 91’. — rufo-testaceus, 91’. — structor, 91’. Meteoritos, 128. Metoponorthrus cingendus, 49. — rufocinctus, 49. 236 INDICE ALFABETICO. Meum athamanticum, 83’. Mica, 103’, 104’. Microlonchus Clusii, 80’. Micropus bombycinus, 19’. — erectus, 80’, 119’. Microspora fontinalis, 60’. Miliolina seminulum, 31’. Monanthia Wolffii, 121’. Monomorium barbatulum, 93’. — carbonarium, 94’. — clavicorne, 94’. — gracillimum, 93’, 94’. — ** Medine, 93’, 94’. — minutum, 94’. — Salomonis, 93’, 94’, 162’. Monotropa Hypopitys, 80’. Montia fontana, 118’. Mougestia leevis, 129’. Mycena Epipterygia, 23. — gypsea, 23. — * nivea, 23. Myosotis lingulata, 119’. — stolonifera, 88’. Myricaria germanica, 43. Nalassus striatus, 121’. Nardus stricta, 83”. Narthecium oxifragum, 83’. Nassa semistriata, 12. Nasturtium hispanicum, 118’. Natica helicina, 12. Nauphoeta circumyagans, 52’. — levigata, 52’. Nebria andalusica, 120’. Nepeta granatensis, 20’. — latifolia, 119’. Nephelis octoculata, 257. Nereis, 106’. Nerium oleander, 17’, 18’. Niquel, 130. Nodosaria sealaris, 31’. Nonionina Boucana, 32/, 33’. — scapha, 32’, 33’. Nostoe humifusum, 163’. Nostoc muscorum, 60’. — rufescens, 90’. Notommata Werneckii, 29’. Nummulites atessica, 17. — Murchisoni, 17. Ocnerodes Brunneri, 169’. Odesia Atrata, 122’. Odontites tenuifolia, 34. (Ecanthus pellucens, 53’, 120’. (Edaleus nigrofasciatus, 120’. — senegalensis, 53’. (Edipoda canariensis, 49’, 53’. — ccerulescens, 51’, 120’. — Charpentieri, 120’. — fusco-cincta, 53’, 120’. (Edogonium undulatum, 71’. (Enanthe crocata, 119’. Oligisto, 104’. Oligoclasa, 133. Olivino, 106, 132, 183, 134, 104’. Ononis procurrens, 19’, — viscosa, 19’, 21’. Onopordon neryosum, 17’. Onthophagus fracticornis, 121’. — furcatus, 121’. * Ophrys fusca, 25. — * iricolor, 26. Orbulina inversa, 32’. Orchis coriophora, 120’. — fragrans, 120’. — Morio, 120’. Orgerius Perezii, 168’. Origanum virens, 17’, 81’. Ornithogalum subcucullatum, 114’. Ornithopus perpusillus, 118’. Oro 110’, 111’, 112’. Orobanche cruenta, 119’. — minor, 19! 89’. — Rapum, 85’. Orophila nubigena, 53’. Ortosa, 148’. Oscillaria tenuis, 163’. Ostrea crassissima, 10. INDICE ALFABETICO. Ostrea lamellosa, 12. — plicatula, 13. — Velaini, 10. Oxycoryphus compressicornis, 52’. Oxyrhina hartalis, 13. Pachytylus cinerascens, 49’, 53’. Padina Pavonia, 22. Pallenis spinosa, 17’. Paracinema tricolor. 120’. Paratettix meridionalis, 50’, 53’. Pardilla, 132’. Parnasia palustris, 118’. Paromalus flavicornis, 120’. Paronychia argentea, 17/, 18’. Pascalia glauca, 167’. Passerina annua, 19’. Pecten Besseri, 10. — Beudanti, 10. — cristatus, 12, 13. — gigas, 10. — jacobaeus, 13. — opercularis, 13. — scabrellus, 13. Pedicularis mixta, 81’. — pyrenaica, 85’. — silvatica, 81’, 85’, 119’. — verticillata, 81’. Peganum Harmala, 21’, 79’. Peje, 131". Peridoto, 130, 132, 135. Periplaneta Americana, 49’, 52’. — Australasie, 52’. — orientalis, 49’, 52’. — truncata, 52’. Perro, 131". Petricola ceratophaga, 12. Petromyzon fluviatilis, 131’, 132’. Phalaris bulbosa, 17’. Phaneroptera nana, 50’, 53’. Pheidole megacephala, 160’. — rhombinoda, 161’. — striativentris, 161’. — ** teneriffana, 160’. Phelipea czerulea, 81’. Philoscia elongata, 50. Phleum alpinum, 82’. Phlomis crinita, 19’. — Herbaventi, 19’. — Lychnitis, 18’. Pheenix humilis, 18’. Phyllobius tuberculifer, 121’. Phyllomorpha laciniata, 121’, 122’. Phyteuma hemispheerica, 86’. _— orbiculare, 86/. Phytocoris varipes, 121’. Phytophtora infestans, 116’. Pieris Rape, 122’. Piezodorus incarnatus, 121’. Pimelia, 72’. — betica, 72’, 74’, 75’, 76’. T3/5 00 — castellana, 74’, 75’. — cribra, 73’, 76’. — Fairmairei, 77’. — brevicollis, 72’, Die — fornicata, 77’. — modesta, 75’. — monticola, 73’, 77’. — Perezi, 72’, 73’. — punctata, 73’, 76’. — scabrosa, 77’. — variolosa, 73’. Pimpinella Tragium, 18’. Piptather multiflorum, 82’. Piritay 112") 5" Piroxeno, 130, 133. Pirrotita, 129; 131; 132;11038', 105’. Pithophora Roettleri, 129’ Placobdella catenigera, 252. Plagioclasa, 133, 148’. Plagiolepis pygmea, 162’. Plantago carinata, 21’. — Cynops, 18’, 83’, — Lagopus, 18’. — lanceolata, 120’. — media, 120/. — nivalis, 20’. 237 233 INDICE ALFABETICO. Plantago subulata, 19’ 120’. DEER NO, il — roja, 111’. Platyblemmus lusitanicus, 169’. Platycleis grisea, 52', 53’, 120’. — intermedia, 51’, 53’. — laticauda, 53’, 168’. — tessellata, 53’, 120’. Platyphyma Giorne, 120’. Platysoma oblongum, 120’. Podops dilatata, 121’. Poeonia Broteri, 78’, 118’. — peregrina, 45. Polilla de mar, 105’, 106.’ Polygala Boissieri, 19’. — vulgaris, 87’, 118’. Polygonum Bistorta, 83’. Polyommatus v. Miegi, 122’. Polypogon maritimum, 17’. Polystichum Filix-mas, 120’. Pontobdella muricata, 246. Porcellio Bolivari, 48. — de Bueni, 49. — dilatatus, 48. — levis, 49. — lugubris, 48. — ornatus, 48. — pulverulentus, 47. — scaber, 49. — violaceus, 48. Porphyra laciniata, 162’. — miniata, 162’. Potentilla hirta, 79’, 118’. — tormentilla, 118’. Prenolepis longicornis, 162’. Preslia cervina, 17', 21’. Primula Elatior, 34. Protococcus botryoides, 60’. — olivaceus, 89’. Prunella alba, 19’, 119’. — grandiflora, 81’, 86’. — vulgaris, 119’. Prunus insititia, 118’. Prunus spinosa, 118’. Psammospheera fusca, 32’. Psilura Monacha, 122’. Pteris Aquilina, 120’. — crispa, 120’. Pteronus pavidus, 27’. Pulgon, 141’. Pulicaria hispanica, 17’, 18’, 80’. — vulgaris, 22’. Pullenia sphzeroides, 32’, 33’. Punica Granatum, 18’. Putoria hispanica, 18’, 121’. Pyrethrum corymbosum, 80’. — hispanicum, 83’. — pulverulentum, 119’. — radicans, 20’. — sulphureum, 119’. Pyrola minor, 86’. Pyrrhocoris apterus, 121’. Quiroguesia miniata, 49’, 53’. Ranunculus acetoselleefolius, 20’. — Ales, 78’. — angustifolius, 20’. — aquatilis, 118’. — bulbosus, 86’. — carpetanus, 118’. — cherophyllus, 118’. — demissus, 20’. — Flammula, 118’. — fluitans, 118’. Reseda complicata, 20’. — lutea, 18’, 21’, 78’. — luteola, 118’. — Phyteuma, 18’. Retepora cellulosa, 13. Reutera gracilis, 35. Rhabdammina abyssorum, 32’. Rhaphigaster grisea, 121’. Rhammus Frangula, 118’. Rhinanthus minor, 119’. Rhinocerus Merckianus, 98’, 99’. Rhodocera Rhamni, 122’. Rhodomela lycopodioides, 162’. INDICE ALFABETICO. 239 Rhodymenia laciniata, 162’. Rhyncolus porcatus, 121’. Rhyparobia Maderee, 49’, 52’. Rochelia stellulata, 65’. Rosa tomentosa, 83’. Rotalia Beccarii, 32’, 33’. — Soldanii, 32’. Rubus corylifolius, 118’. — discolor, 118’. — fruticosus, 118’. Rumex Acetosa, 86’. — bucephalophorus, 120’. — induratus, 17’, 81’. — papillaris, 120’. — scutatus, 83’, 120’. Ruta montana, 17’, 79’. Sabaleta, 132’. Saga serrata, 169’. Sagina subulata, 83’. Sagrina virgula, 31’, 32’. Salvia Aethiopis, 21’, 81’. — hispanorum, 19’. Sambucus Ebulus, 119’. Samolus Valerandi, 19’. Sanguijuela borriquera, 253. Santolina Chamecyparissus, 119’. — rosmarinifolia, 18',21’,85’,119'. Sargassum linifolium, 22. Sarothammus vulgaris, 118’. Satureja hortensis, 65’, 66’. Satyrus Briseis, 122’. — Circe, 122’. — Semele, 122’. Saussurea macrophylla, 29. Saxifraga Aizoon, 79’. — Aliciana, 114’. — granulata, 85’. — hirsuta, 79’. — moschata, 87’. — nevadensis, 21’. — trifureata, 79’. — umbrosa, 79’. Scabiosa monspeliensis, 18’. Scenedesmus bijugatus, 71’. Schistocerca peregrina, 53’. Schreibersita, 131. Schyzophyllum commune, 22. Scilla verna; 82’. Sciocoris homalonotus, 121’. Scirpus Holoscheenus, 17’. — lacustris, 82’. Scleranthus annuus, 118’. Scolopostethus aflinis, 121’, Scolymus hispanicus, 80’. Scorzonera graminifolia, 19’, Scrophularia alpestris, 81’. — aquatica, 119’. — canina, 81’, 119’. Scutellaria galericulata, 78’. Scytropus glabratus, 121’. Sedum altissimum, 118’. — amplexicaule, 20’, 79’, 118’. — anglicum, 79’. — brevifolium, 79', 118’. . — dasyphyllum, 79’. — glanduliferum, 19’. — hirsutum, 79’, 119’. — hispanicum, 119’. — pruinatum, 79’. Selenio, 110’. Sempervivum tectorum, 20’. Senecio Boissieri, 20'. — Coincyi, 114’. — Doria, 19’, 21’, 85’. — Doronicum, 84’. — Durivei, 20’, 80’. — foliosus, 119’. — gallicus, 21’, 80’, 119’. — Tournefortii, 20’, 85’. Serpentina, 108’, 104’. Serratula mollis, 84’. Sherardia arvensis, 119!. Sideritis glacialis, 20’. — hirsuta, 18’. Sienita, 147’. Silene bipartita, 118’. 240 INDICE ALFABETICO. Silene hirsutissima, 118’. — italica, 118’. — Legionensis, 83’. — maritima, 83’. — mellifera, 44. — portensis, 84’. — rupestris, 20’. Silicatos, 136. Silice, 130. Smyrnium perfoliatum, 83’. Solanum Dulcamara, 119!. — sufruticosum, 31. — villosum, 18’. Solenopsis orbuloides, 161’. Speleochlamys, 124’. Spergula vernalis, 83’. Spergularia rubra, 118’. Sphagnum acutifolium, 24. Sphingonotus asper, 53’. — cerulans, 49’, 52’. — canariensis, 49’, 53’. Spireea Filipendula, 118’. Spirogyra affinis, 90’. — decimina, 90’. — jugalis, 129’. — laxa, 90’. — neglecta, 129’. — nitida, 89’. — porticalis, 60’. — varians, 129’. Spondylis buprestoides, 121’. Squalius cephalus, 132". Stachys alpina, 81’. Stauronotus brevicollis, 169’. — crassiusculus, 169’. — maroccanus, 49’, 52’, 120’, 169’. Stellaria graminea, 118’. Stenobothrus bicolor, 120’. — Bolivarii, 120’. — epacromioides, 52’. — festivus, 120’. — morio, 120’. — Panteli, 120’. Stenobothrus parallelus, 120’. — pulvinatus, 120’. — Simonyi, 52’. — stigmaticus, 120’. — vagans, 120’. Steropus globosus, 120’. Stilicus orbiculatus, 120’. Striaria attenuata, 163/. Strongylocoris obesus, 121’. Strophosomus erinaceus, 121’. Syromastes marginatus, 121’. Tachyporus hypnorum, 120’. Talpis barbata, Wiphe Tamus communis, 120’. Tapes aurea, 12. Teesdalia Lepidium, 118’. — nudicaulis, 83’, 84’. Telephorus melanurus, 121’. Tenca, 132’. Terebratula ampulla, 13. Teredo, 105', 106’, 107.’ — pedicellata, 107’. — Philipii, 106’. — norvegica, 107’. Tetramorium czespitum, 94’. — —r. depressum, 162’. Tettigometra sulphurea, 122!. Tettix subulata, 53’. Teucrium aureum, 18’. — capitatum, 18’. — Franchetianum, 114’. — granatense, 19’. — polium, 18’. — pyrenaicum, 81’, 86’. — Scorodonia, 119’. — Webbianum, 18’. Textilaria sagittula, 31’, 33’. — subangulata, 31’. Thalictrum glaucum, 21’, 78’. Thalpomena Picteti, 53’. Thapsia villosa, 19’, 80’, 119’. Thesium pratense, 81’. — ramosum, 120’. INDICE ALFABETICO. 24) Thlaspi arvense, 118’. Vanessa Atalanta, 122’. Thrincia tuberosa, 119’. — C. Album, 122’. Thyamis verbasci, 121’. — Cardui, 122’. Thymus granatensis, 19’. — Yo, 122’. — Mastichina, 17’, 18’, 81’, 119’. Velezia rigida, 19’. — Serpyllum, 119’. Velia currens, 122’. — serpylloides, 20’. Venus multilamellata, 12. — Zigis, 18’, 21’. Verbascum nevadense, 19’. — Antoni, 114’. — phlomoides, 82’. Tibicina nigronervosa, 122’. — pulverulentum, 21’. Tinca vulgaris, 132’. — virgatum, 85’. Titanita, 105’. — sinuatum, 17’. Tomicus rectangulus, 121’. Verbena officinalis, 119’. — stenographus, 121’. Verlusia sinuata, 121’. Tordylium maximum, 79’, 119’. Veronica Anagallis, 81’. Torilis Anthriscus, 119’. — appenina, 81’. Trachelium czeruleum, 21’. — Beccabunga, 119’. Trichera subscaposa, 19’. — fruticulosa, 82’. Trichodes amnios, 121’. — Pour, 81’. Trichoniscus pusillus, 50. — scutellata, 119’. Trifolium arvense, 83’, 118’. Viburnum opulus, 30. — fragiferum, 18’. Vicia onobrychoides, 19’. — Lagopus, 83’. — pelyphylla, 19’. — ochroleucum, 82!, 118’. — pyrenaica, 82’. — pratense, 118’. Vincetoxicum nigrum, 86’. — repens, 118’. Viola calcarata, 87’. — scabrum, 83’. — cornuta, 87’. Trigonidium cicindeloides, 53’. — lancifolia, 88’. Trigonosoma eruginosum, 168’, — lucorum, 87’. Trocheta sp., 258, — lutea, 87’. Tropinota squalida, 121. — nevadensis, 21’. Truncatulina Dutemplei, 32’, 33/. — odorata, 118’. — Haidingeri, 32!, 33’. — palustris, 86’, 118’. — Hungeriana, 32’. — sudetica, 87. — lobatula, 32’. Virgulina Schreibersiana, 31’, 33’. Turritis planisiliqua, 45. Vulpia Myurus, 82’. Tryxalis unguiculata, 51’, 52’. Wahlenbergia hederacea, 80’, 119’. Ulva Linza, 162’. Xanthium spinosum, 21’. Umbilicus pendulinus, 79’, 119’. Xilita Parreyssi, 121’. — sedoides, 79’. Yeso, 110’. Uroblaps hispanica, 121’. Zabrus Seidlitzi, 120’. Urtica dioica, 120’. Zignema pectinatum, 71’. Valeriana montana, 82’. Zygzena Sarpedon, 122’. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXII. i6 sa Sth Rene é ADVERTENCIA. El tomo n, serie m (xxi) de los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE Historia NATURAL se publico dividido en tres cuadernos de la manera siguiente: Cuaderno |.”, paginas 1-112 de las Memorias y 1-64 de las Acias en 31 de Mayo de 1893. Cuaderno 2.’, paginas 113-208 de las Memorias y 6o- 128 de las Acfas en 1.° de Noviembre de 1893. Cuaderno 3.°, paginas 209-344 de las Memorias y 129- 244 de las Actas en 31 de Enero de 1894. Acompeffan 4 este tomo cuatro laminas fototipicas y va ilustrado con 24 grabados intercalados en el texto. ‘ANALES ~ DE HISTORIA NATURAL SERIE 11, TOMO SEGUNDO. 2 oe Se Tey os . MADRID. DON I. BOLIVAR, TESORERO ALCALA, 11, TERCERO 31 DE MAYO DE 1893 ie SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Junta Directiva para el aiio 1893. Presidente.....+......+-+..- Excmo. Sr. D. Maximo Laguna.— Trave- sia de la Ballesta, 8. Vicepresidente........ Gras Ilmo. Sr. D. Daniel de Cortézar.— Calle de Velazquez, 32. . TCSOVEr Ow oeis:as Se vee eat D. Ignacio Bolivar.—Calle de Moreto, 7. SECTELONRD saw bo sto are Spe D. Francisco Quiroga.— Calle de Orella- na, 10. Vicesecretario y Bibliotecario. D.Manuel Janer.—Calle de las Infantas, 8. Comisi6n de publicacidon. D. José Macpherson.—Calle de la Exposicion 4 (Barrio de Monasterio). D. Francisco de P. Martinez y Saez.—Plaza de los Ministerios, 5. D. Blas Lazaro é Ibiza.—Calle de Carranza, 10. Por acuerdo de la Sociedad, en la sesién de 4 de Abril de 1877, los autores de las Memorias que se inserten en los Anaugs, tienen derecho 4 50 ejemplares, impresos sin levantar el molde de la maquina, ni mas correcciones que poner en vez de la sesidn en que se leyé la Memoria, la indicacién del afio y tomo de los AnaLes en que se publica ésta. Los autores que deseen mayor numero de ejemplares en la forma ex- presada, pagarén con arreglo 4 la siguiente tarifa: 50 | 400 . 450 Cada 100 ejemplares. ejeniplares. ejemplares. clamps Sof 4 DAGINOS! fis Lista de los seiiores socios de provincias que han satisfecho sus cuotas desde 4.° de Febrero 4 34 de Octubre del aio corriente. GUOTA DE 1892, - Mufioz Cobo, de Jaén. Pantel, de Uclés. Rio, de El Escorial. Vayreda, de Lladé. CUOTA DE 41893. Bolés, de San Rafael. - Bosed, de Valencia. Caballero, de Pontevedra. _ Calandre, de Cartagena. ‘ Capelle, de Uclés. . Comerma, del Ferrol. | Cortijo, de Corufia. Crespi, de Pontevedra. Dargent, de Malaga. Fernandez de Castro (D. A.), de Cadiz. : Flores, de Cangas de Tineo. Fuente, de Pozuelo. Gasco, de Valencia. Gonzalez Pérez, de Sisante. Guallart, de Avila. Guillén, de Valencia. Jiménez de Cisneros, de Gijon. Lopez Seoane, de Corufia. Moragues (D. Ignacio), de Palma. Ochoa, de Logrofio. Pantel, de Uclés. . Pau, de Segorbe. Pérez Arce, de Guadalajara. Pombo, de Vitoria. Ribera, de- Valencia. Rio, de El Escorial. Rodriguez Femenias, de Mahén. Truan, de Gijon. Vayreda, de Llado: Vazquez Figueroa, de Valladolid. CUOTA DE 1894. Moragues (D. Ignacio), de Palma. - El Tesorero, I. Bouivar. , INDICE =. a DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 2.° DEL TOMO XXIL Pags. Ramon y Cajal.— Estructura del asta de Ammon. (Conclusién),.... 113 ~ = Estructura de la conten occipital inferior de los ees pequefios Mamiferos......+s.esee = ae eat e Wats a ahs ORR as Are 115 Calderén (8.) y Quiroga (@.). Sada die petrografico del meteorito. de Guarefia {Badajoz). Con cuatro laminas.............0200+ Bei 6 Calderén (S.).— Nota preliminar sobre la clasifieacién geologica de LAScOTCUMAS: conn Css eaie wee 63% Sna-5e-8 tere ees te as ae BESS rege NS Cabrera y Diaz.— Catalogo de las aves del archipiélago canario.... 151 Actas de la Sociedad Espafiola de Historia Natural. (Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto y Septiembre)........++. bites a ge Pam Pegi eaea eae ee AVISO IMPORTANTE. El sefior Tesorero recuerda 4 los sefiores socios de provincias y ultra- mar el art. 4.° del Reglamento, el cual previene que cada socio debe hacer llegar 4 Tesoreria su cuota anual de 15 pesetas sim descuento en el mes de Enero de cada afio. Los residentes en Barcelona la abonaran en casa de. D. Pedro Antiga, Claris, 100, y los de Sevilla en la del Sr. D. Manuel Paul y Arozarena, calle de Alfonso XII, 27, Tesoreros respectivamente de las Secciones de Barcelona y Sevilla. Los de 1a Habana en la del Sr. D. Fer- nando J. Reynoso, calle del Obispo, 37 (altos), y los de Filipinas en la del Sr. D. Domingo Sanchez y Sanchez, en la Inspeccién de Montes: debiendo- los de Ia Habana y Filipinas abonar la diferencia del cambio, 4 fin de percibir en Madrid el importe de las cuotas respectivas sin descuento alguno. La correspondencia sobre asuntos cientificos se dirigiré al Secretario de ia Sociedad, D. Francisco Quiroga, Alcala, 11, 3.°, Madrid, y sobre los administrativos, reclamacién de cuadernos de los Anatns, titulos, pago — de cotizaciones, etc., al Tesorero, D, Ignacio Bolivar, Alcala, 11, 3.° La Tesoreria y la Biblioteca estan aierey todos los dias no festivos, er diez 4.doce de la mafiana, cite MADRID.— IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. z ss La s0ctEDAD espa80va RIA NATURAL oo 2 SERre Th TOMO SEGUNDO. “MADRID — NI. BOLIVAR, TESORERO | oe aALcats, 11, TERCERO ; | - 31 DE ENERO DE 1894 SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. _Junta Directiva para el afio 1894. Presidente..... EExcmo. Sr. D. Daniel de Cortézar. Vicepresidente. D. Marcos Jiménez de la Espada. Tesorero... .. D.Ignacio Bolivar. Secretario..... D. Francisco Quiroga. Bibliotecario... D. Manuel Janer y Ferrdn. Vicesecretario.. D. Carlos Hernandez. Comisién de publicacion. D. Francisco de Paula Martinez y Saez. — D. José Macpherson. D. Blas Lazaro é Ibiza. Por acuerdo de la Sociedad, en la sesidn de 4 de Abril de 1877, los autores de las Memorias que se inserten en los Awaves, tienen derecho 4 50 ejemplares, impresos sin levantar el molde de la maquina, ni mas correcciones que poner en vez dé la sesién en que se leyé la Memoria, la’ indicacién del afio y tomo de los Ana.es en que se publica ésta. Los autores que deseen mayor numero de ejemplares en la forma ex- 'presada, pagardn con arreglo 4 la siguiente tarifa: 50 100 150 Cada 100 ejeroplares. ejemplares. ejemplares, ep eee 4 DAPINAR 6 oc es oes sakes Bya. 9) S60-540 To a0 nits SY ct hao dn ke atlas Pale savotase\ e's SPE ooh ere » 7 18 19 pe 3 SL Gis Saar oe Waiters anaes Lo ateue yn elats ateaeaees » 13 sen 26 39 26 Los autores que quieran tiradas aparte de sus Memorias, dejando una — sola paginacién y aflaliendo sus titulos después del nombre, pagaran con- forme 4 la tarifa siguiente: 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. clemipipnee 4 péginas......-...-. Mensa enc atee: .. Ryn. 17.50 2 22.50 "20 ein tse aaraalarstorata tte wiatdcasye onl We cea lars — 5 2 3 28 NG Eien SA Ber Oey ak ut ciel eb ore sch aie ech — 34 44 | 54 : 44 En ambos casos serdn iguales los siguientes gastos: 50° 400 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. elemplares S. Una lam. grabada en acero 6 iluminada. Rvn. 64 128 ee 128 Tnaid. id. id ,siniluminar ..... ...... » 20 40 40 Una id. id., en Piedra... se evens cesses » 8 16-- 24 16 Cubierta de color sin WMP. sare ae 6 » 5 10 15. 10 POTbAdA APACS) orate isa elnies cise este Ve kippamuaieanal ateiee Ricerca ea nrarcle siete esi nee ame Rvn. 8 Poner cierre en la portada para que sirva de cubierta.......... a(n cate asset a) 4 ADVERTENCIA. Sila ldmina iluminada contuviese mas figuras de lo ordinario, aumen- tard su precio proporcionalmente al mayor trabajo que se hubiese de em- plear; y lo mismo si fuere de tamafio superior al de la caja de impresion (10™: por 18°™), Las ldminas cromolitografiadas, fotografiadas 6 de indole distinta de las que anteriormente se indican, ‘se pagaran al precio que resulte para la Sociedad. Por las correcciones que mandaren hacer los autores en los moldes se abonaran 4 rs. por cada hora de trabajo. ~ CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los Sefiores socios de provineias que han salisfecho sus cuolas desde 1° de Noviembre de 1893 4 31 de A de 1894. _CUOTA DE 1892. - | Reyes (D. Ventura}, de Cuenca. St Ruiz Casayiella, de Caparroso. Siret, de Aguilas. Zapater, de Albarracin. Coscollano, de Cordoba. CUOTA DE 1898. Acosta, de la Unién. ae ee 824 Andrés Montalvo, de Santiago. * Codorniu, de Murcia. ' Benet, de Teruel. .. Cortijo, de Corufa. Blanco del Valle, de Ciudad-Real. Flores, de Cangas de Tineo. Canovas, de Murcia. ° Gila, de Santiago. Coscollano, de Cérdoba. Guillén, de Valencia. Conder, de Avila. | Jiménez de Cisneros, de Gijon. Espluga, de Quintanar de la Orden Lépez Seoane, de Corufia. Garcia Arenal, de Pontevedra. Madariaga, de Murcia. Gila, de Santiago. Pau, de Segorbe. Trastorza, de San Sebastian. ; i | Sanchez Navarro (D. E.), de Cadiz. Jiménez R° le Burgos. Sanchez Navarro (D. M.), de Cadiz. Mac Lenna:. “ortugalete. Siret, de Aguilas. Musso, de Murcia. | Truan, _de Gijon. El Tesorero, I. Bouivar. Notas. Por reciente acuerdo de la Soct&pap, los seflores socios deberan hacer las reclamaciones de los cuadernos que hubieren dejado de recibir por extravio dentro de los seis meses siguientes 4 su publicacién; pasado este tiempo habran de adquirirlos al precio fijado y bajo las condiciones acordadas por la Sociedad. Log autores de Memorias con destino 4 los Anates se servirdn indicar al tiempo de entregar el original el ntitmero de ejemplares que deseen de la tirada aparte de su trabajo y las condiciones 4 que hayan de ajustarse con arreglo 4 la tarifa que se publica en la 2.* pdgina de la cubierta de - este cuaderno; adyirtiéndoles que de no hacerlo asi ne recibirdn mas que los 50 ejemplares sin variacion alguna que regala la Socirpap. {INDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 3.° DEL TOMO XXII. ‘3 Pags. Cabrera y Diaz.— Catdlogo de las aves del archipiélago Ron; (Conclusién) Seis eS ie che Mare eer Psi wi trees: wns “aly. SHER et RRR Le a 209 Macho de Velado.— Recuerdos de la Gunn: de Galicia. Insectos _ lepiddpteros observados en dicha comarca............ Sse eee Blanchard.— Sanguijuelas de la Peninsula ibérica.......... ee 243 Gundlach.-—Apuntes para la fauna puerto-riquena, (Octava parte.). 259 Actas de la Sociedad Espafiola de Historia Natural. (‘ Octubre, No- VECMDIE 4iEDMCIENTOTE) oi ka {We ODS Os ono ng Sis aie Lista de los sefiores socios de la Espafiola de Historia Natural... Sepa 05 Indice de lo contenido en el tomo xx de los ANALKS............ aes RLS Indice alfabético de los. géneros y especies descritos, 6 acerca de cuya patria 6 sinonimia se dan novelas interesantes. Sigedca eta Spex uuacacn eee 227 AT veriengiayGe crt tek rs oy. aeiia Meta ©. SL ge ei geeee ct Dass AVISO IMPORTANTE. El sefor Tesorero recuerda 4 los sefiores socios de provincias y ultra- mar el art. 4.° del Reglamento, el cual previene que cada socio debe hacer llegar 4 ‘l'esoreria su cuota anual de 15 pesetas sin descuento en el mes de Enero de cada afio. Los residentes en Barcelona la abonaran en casa de D. Pedro Antiga, Claris, 100, y los de Sevilla en la del Sr. D. Manuel Paul — y Arozarena, calle de Alfonso XII, 27, Tesoreros respectivamente de las Secciones de Barcelona y Sevilla. Los de la Habana en Ja del Sr. D. Fer- nando J. Reynoso, calle del Obispo, 37 (altos), y los de Filipinas en la del Sr. D. Domingo Sanchez y Sanchez, en la Inspeccioén de. Montes: debiendo los de la Habana y Filipinas abonar la diferencia del cambio, 4 fin de percibir en Madrid el importe de las cuotas respectivas sin descuento alguno. La correspondencia sobre asuntos cientificos se dirigira al Sr. Secretario de ja Sociedad, D. Francisco Quiroga; la que verse sobre los administra- tivos, reclamaciones y pago de cotizaciones, al Tesorero, D, Ignacio Boli- var, y para los asuntos relacionados con la Tabiintecn al Bibliotecario don Manuel Janer y Ferran. Todas ellas se dirigirin al domicilio de la Socie- — dad, calle de Alcal4, i1, 3.° La Tesoreria y la Biblioteca glee’ abiertas todos los dias no festivos, de diez 4 doce de la mafana, — ‘MADRID. - IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. mee TUGECES SITS See Shs Shree sere lhit Se ‘a che we bee ah lee ae! 5 WHSE 01220 4 jronee ue bedeb hammond shaceher tiene) etemgerpays di bi then #0 hey ebb he¥e ies PEt a oh =6 18 shops ¥ Phat fate bp vane etl on oboe ORR‘ teledvs shayatir letueledebsean mors spaces Bitbiboec th taithet agate odes atnekteteten esha antsy p tO ht ansee e ways teva preee HNB EI ob s/s intended lee serve Hotavatehrtnsss a etery i dohoihan te Ep topeobleds! vial str tebe te creaky a? vty al ft Whe tehpistetebertpesebsye ite ssi bp Niererel arate tamer satay isthe ysbearegteet nies pees be pehowrtebe ist verbs -eierel erate eS Fattotieieee WvOrsres ht! heart fst sgh ft Mestre pringettonodh saree hre rh te are mi ttatodtenet strpcrastistvbehedinls prope tone tot eitaningchineraed itt splinropstennacy tty rth eh pad hr dares t is es dane Lenssen gers pntvetet ys pei ene Sic ee oor bene vieeea ‘es Sbbendorherd Wiettinie peste anrs everenateepeanieig magne fosieieeceatig’ cpitiner coats pote taba awa tt tbeseeeserte geen va vie aseperaehons oat os jeanitarto tine sa degered ab deve sd MOS the wet wet pe stecieens i weyeaton wea. {+r 1188 ite seagaeeiage 11) Boa hUNd Sethe ay he sl eds Mapp pene mage rite mh Ho ebed J. vt 4 = he 7 eet haere b ror roene ae irimivonest ee ii seeths eheniat) ot . +p tthe fetore fe srifortevsonabesisasy Breve tel evel open poet 01 tipind dre sitaia ot rete heer neraiebsse sets hiskees spe aeteancicalithena essstanetirh efitonttttyaaecitect trot ‘ ith r ‘es dom mbt Neher ta gs +ahe fee Tor ebyertr ere ayby rd cote Heeb ihad. th Obs aL wap nee Hee be 44445 pd epee Heyelareatypes be bite yeaes arr; Leb ngees4bek phesarite emebeak ey eel ney elena aie Lin gach otiog Fhpomhh| perky rk plan of ae ee ouons tb bess pa lone ny Gigs t esate pitierera! 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A Lt betpoes jecsdel ban poses cide ips print be her srhots inenenie! bene ot metPoss 4h dtobosssestiteaiarienrerapeatrtrecs eaten SLING hehe es hee pis rite aidbhstdabhetectbe tel phthe Sete lobbed ond pus TOOP Ee hones atte reer peertea rly Fee bend yratie beje ws paresoe ees aierstsh 4 see ve bs beg ant eg smiewvresprores ye sett bene Sor SSreasibsege inte tsttees Hobs rrveetce se bes sa pote tag i caeteibisteree + ret phobnieae ieee lent os Deke ig en paola neha eae Rt saeg sie oath lbsoeedpecs boas Ee crttcs foe Tint «Be seneiecebe ied bespaevess Bsa eserensheneomrpon raver ivcinp Wt He Ait EW efile, iH isi feat vith it Sige Miehhe Surtitees cy ais Weird gied tes eet a lane Tatess teeters vireaeonttt Whee oi Wiscespeee lt Tih steal tap: he ehh while POSE MEM a Coytaye ea ating ror seb ayy eit ac Het Ha bbe i: tes event ptt yy ite eat set Hide ober ig behets h Ph ane fist ve Weabtiadedesy Hea ya this. Siagbe hy dann be HGH DEE the dees pelie wy Hitatiyses 3 ub i ‘BF Pa fhibe oe ¢' j She Chileee leo the (yee bub saiby ‘ i es Mpeekl t ee} “on +48 Loh Beg yp Benielet 4fth ist; f tet bets ice ierrnra! reat ra wt EE aealete oT atte ¢ ‘baal ented se rit bth fe Fat elie duit resi ait iL he! am 3 esis * eit Ett ie at ie i aie pe rita yi Wty fl eae ayn 3 ea OB) aa } rage Xi Ea peat Matiem eh ae tis lelttestteae ; werd i HY tk eat » Lf, dentate Gai Weer eshete Rh ocr sviaaevain versatacgeeey pt esenae Bel Woeuiles gered i tite iieabitae j Pareles eeatarbete gt te te i et pribigatte i. 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AE ihs TRAE 19 Pireeepewehvntety fate hae qt i Meashessaet} Ire ERD SBS ays eich int ‘a 4 Diori pra pe { nee He? batet é eherr itr i es sith i oy r Hi ps hired rye as beibhe ie 7 it HY h 4 ‘| et ayy a — cee Hs oe ’ Se ba nh aia He eee ee eee ers a the oH ate tition ct ace se riety te i MH Adis Bee fosiget yah uch eu Hee ¥ c 44 it adsl ae Pope et aes eat ; ea er Harte Pua oteeh 14 Niche ich ietite v sip eli ial sie 2 tet Ht ma : Phat Ly + Wehbe! eae: abd 4: Deus tay 4 Reni € atte \ re ba * aaanie i pinta ae clone star heceaee ate ; ; melt 5 sibearisatevetas ; i i Sips ieee uth Rta Hee . Nena acted ne S a ine i edd ttl Ther : i Teena haere ele tl " als rt ” ‘ ' ta as 9D ivi gn iM iT bt te ae te Bia Sanit ee te Meeetantebesi es +4 > * ie i Pali sats ts ay ithe be nitiben ati iii Het i at Hiatt Nie if VL c 4 ‘iy SOF Reger tatifh hb ity), Waders Mi eed hae uecoris trates iatebel 5) fit ese eae neste peike eas Witty sets ratios at Sheree Bove par hehoaens ante ne presse reetreit eipresastieess Recent teat Lise ete, LP RpELE Ramer oor Se eeaiete gest Pete te it) seoreesevarr ever) yer" i eee {antes iit Tenses sek os nite rH pprietistien ese ve mince der ie dei dhoseassetesig etal ded itostoel oe crater Daya pose tigeseeperhere ratieaes tr sothgeg pres Men abe Speer teats ts ravrtn besten ett lia Ivieget beberpes foo 8 bias Satonisate times Sian Nee thm ptaae ot De dert bess ssarbe 4 baspretivecenssi Sepaer ted mrtetates Pitty aetesrvopetieaverey seeacoten eae. pre pnertet tate Ronpaebes jeudenveede oe & he 4-4-4 pach paitherorme dary wer DtBar vaspemhmien ste! 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