= Tene te pqntndar + ned a2 penes > vet reese ANALES DE Hast ORPA NATURAL. “Se-q Me Rare ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. SERKE fl ‘ TOMO _QOUINTO (SSD) MADRID: DON I. BOLIVAR, TESORERO PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO.—PALACIO DE BIBLIOTECAS Y MUSEOS NACIONALES 4896 1/ fA Lv y Articulo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memorias publica- das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29 MEMORIAS DE HIS TORTA. NATUR AT. SOBRE LA FAGOCITOSIS DE LAS PEAQUETAS DE LOS VERTEBRADOS INFERIORES, POR i) Sis AGING ayo 1A eA ee (Sesion del 8 de Enero de 1896.) Las prolijas investigaciones de Metchinikoff sobre la fago- citosis han dejado fuera de duda la propiedad englobante, tanto de leucocitos como de células conectivas, endoteliales, y en general, de todo corptisculo dotado de contractilidad ami- boidea. Entre las células sanguineas de los batracios, reptiles y pe- ces hallanse las plaquetas, cuya contractilidad nos parece in- dudable y en quienes, discurriendo por analogia, parece ra- cional suponer también actividad fagocitaria. Falta, empero, la prueba objetiva de esta presuncion, para lograr la cual he- mos emprendido algunas experiencias, seguidas de resultados positivos. Pero antes de relatarlas, debemos entrar en algunos antece- dentes histdricos. Después de las clasicas observaciones de Hayem (1) y de (1) HayveM: Recherches sur Vévolution des hematies dans le sang de Vhomme et des vertebrés. (Arch. de Physiol. de Brown Sequard, 2* serie. Tom. v, 1878. Tom. vr, 1879.): 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Bizzozero (1) tocante a la existencia de un elemento nuevo de la sangre circulante, se ha defendido la idea, por lo menos en lo referente a las plaquetas de los batracios, de que estos ele- mentos no son otra cosa que una variedad de leucocitos 6 una fase evolutiva de los mismos. Asi Hlava (2) afirma que las plaquetas de la rana estan do- tadas de contracciones amiboideas y provienen, en definitiva, de glébulos blancos ordinarios. Loewit (3) acepta parecida opi- nion, estimando las plaquetas de los batracios como una va- riedad de leucocitos, en la cual encuentra todas las modalida- des nucleares de los glébulos blancos (este Ultimo hecho es un error de observacién). La forma placular no representaria un corpusculo especifico, sino una modificacién experimentada por los leucocitos y hasta por los hematies, bajo la influencia de condiciones especiales. Eberth (4), por el contrario, defiende la opinién de Bizzo- zero acerca de la especificidad morfoldgica y fisioldgica de las plaquetas, negando que posean movimientos amiboides, y haciendo notar que, si su morfologia se altera por el reposo, nc recobran nunca su forma originaria. La movilidad amiboide de las plaquetas y su estrecho pa- rentesco con los leucocitos fueron primeramente demostrados por nosotros, en un trabajo que publicamos en 1880 acerca de la inflamacion (5), el cual, como todos los que dimos a luz por aquel tiempo, ha sido desconocido 6 desconsiderado por los sabios. Debemos confesar que ignorabamos entonces el descubri- miento, realizado por Hayem dos anos antes, de las plaquetas 6 hematoblastos de los vertebrados inferiores; pero este desco- nocimiento no merma en lo mas minimo, antes lo realza, el valor de nuestra observacién. Deciamos entonces: «No todos (1) BizzozERo: Ueber einen neuen Formbestandtheil des Blutes und dessen Rolle beim Thrombose und Blutgerinnung. (Virch. Archiv. Bd. 90, 1882.) (2) Huava: Die Beziehungen der Blutplattchen Bizzozero’s zur Blutgerinnung und Thronrbose. (Arch. f. experim. Pathol. Ba. 17, 1883.) ‘8) Lorwit: Ueber Neubildung und Zerfall weissen Bluthérperchen. (Sitzungsber. d. wien. Accad. xc, Ablh. 111, 1885.) (4) EsErtn: Zur Kenntniss der Blutplattchen bei den niederen Wirbelthieren, (Fests- chrift. Albert. v. Kélliker, 1887.) (5) S. Ramon Casau: Investigaciones experimentales sobre la genesis inflamatoria, y en especial sobre la emigracion de los leucocitos. Zaragoza, 1880. (3) Cajal.—FAGOCITOSIS DE LAS PLAQUETAS. 7 los leucocitos que circulan por los vasos durante la inflama- cidn experimental poseen los mismos caracteres. Ademas de los ordinarios que son esféricos, granulosos, blandos y elasti- cos, los hay también de figura eliptica, aplanados, granulo- sos, mas consistentes, sin viscosidad, y, por consiguiente, in- capaces de adherirse a las paredes vasculares. Nunca se los ve con asperezas y prolongaciones en su contorno, ni tampoco detenidos aisladamente en la superficie endotelial. Estos leu- cocitos singulares contienen muy a menudo particulas carmi- nosas y acaso provengan de leucocitos ordinarios, que por ha- ber estado anteriormente adheridos a la pared y haber sufrido, largo tiempo el frote de la corriente, se han aplanado y esti- rado, adoptando la figura de cantos rodados». En este trabajo dabamos una figura que representa un vaso sang@uineo vivo, con leucocitos emigradores y varias plaque- tas, 6 sea lo que estimabamos entonces como una variedad de leucocitos 6 como leucocitos modificados, que encerraban en su protoplasma granos de carmin (las experiencias de infla- macidn se habian hecho inyectando previamente en el saco linfatico dorsal de la rana polvo de carmin en suspension). La precedente observacion demuestra: 1.° La existencia en la san- ere viva circulante de una variedad de células semejantes a leucocitos, y esto en 1880, es decir, dos anos antes de que las plaquetas fueran observadas por Bizzozero en el interior de los vasos normales. 2.° La propiedad englobadora de particulas extranas, y, por consiguiente, la capacidad amiboide de di- chos elementos. Precisamente por esta virtud de engullir granos de carmin nos habiamos inclinado entonces a considerar las plaquetas de la rana como células que en una fase anterior habian sido ver- daderos leucocitos. Acaso actualmente no hallemos motivos bastantes para adoptar sin reservas esta explicacion del ori- gen de las plaquetas; pero cumplenos hacer constar que ella fué dada mucho antes que parecieran los trabajos de Hlava y de Loewit. También en nuestro Manual de Histologia, 1.* edicién, 1886, insistimos sobre el poder englobante de las plaquetas y su pro- bable parentesco con los leucocitos. En los mamiferos la cuestién varia de aspecto, pues, como es sabido, las plaquetas carecen de nucleo y no tienen repre- ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) sentacién de células, aun cuando es de suponer que en algu- nas fases de su evolucién han sido células perfectas. Por lo demas, las criticas dirigidas 4 la doctrina corrientemente ad- mitida en la ciencia de la preexistencia de las plaquetas en la sangre, por Loewit, Wooldridge y Lilienfeld, descansan en base tan deleznable, que se maravilla uno de los trabajos de refutacién seriamente emprendidos por Bizzozero, quien prueba la preexistencia de dichos corptsculos en la sangre de las alas del murciélago vivo, y por Sacerdotti (1) y Castelli- no (2), quienes los han observado, no sélo en este ultimo ani- mal, sino en la lengua de la rana viva. Por nuestra parte, ademas de haberlos visto hace muchos afios y con entera claridad en la sangre circulante de la rana (pulmon, mesenterio y membrana in- terdigital), en la del renacuajo y larva del sapo (expansiones membranosas de la cola), hemos podido también re- conocerlos en el mesenterio y epiplon mayor de pequenhos mamiferos clora- lizados 6 eterizados. El objeto de la presente investiga= cidn ha sido estudiar nuevamente la propiedad englobante de las plaque- tas, y determinar si semejante accion fagocitaria tiene lugar también con los microbios. Primera experiencia. En elsaco lin- fatico dorsal de la rana fueron inyec- tadas, en dos dias sucesivos, algunas cotas de agua que tenia en suspension una gran cantidad de granulos de car- min (mezcla de aguay de carmin laca Fig. 1.—Capilar del mesenterio OFdinario). Cuatro dias después de la de la rana. Examen en vivo.— inyeccidn curd el animal, y se exami- @, plaquetas con granos de y¥4 Ja circulacién de la sangre en el carmin; J, leucocito. ; mesenterio. (1) Sacervorti: Sur les plaguettes du sang. (Arch. per le Science ned. Vol. XviI, n.° 2, et Arch. Ital. d. Biol. Tom. 21, 1894.) (2) CasTELLIno: Swi la nature du zymogéene au fibrin-ferment du sang. (Arch. Ttal. a. Biol., 1895. Tom. 21.) (5) Cajal FAGOCITOSIS DE LAS PLAQUETAS. 9 El examen microscépico de los vasos vivos revelé una gran cantidad de plaquetas con granos de carmin. En general, cada plaqueta contiene un solo granulo, 4 veces grueso, y situado comunmente en el eje del corpusculo y en el paraje del proto- plasma en que arrancan las expansiones polares. En unos po- cos casos muestran las plaquetas dos 6 mas granulos de carmin. Estas plaquetas carminadas no han perdido ninguna de sus propiedades morfolégicas 6 fisioldgicas. Si se comprime a fa- vor de una pinza la pared del capilar observado, dichos cor- pusculos se adhieren al endotelio, y forman actimulos iguales a los descritos por Bizzozero, Eberth y Schimelbuch. Cuando se examina la sangre extravasada, las plaquetas se deforman, se reunen para constituir zogleas, emiten gotas hialinas, y se inicia en derredor la coagulacién de la fibrindgena. Esta experiencia, destinada a probar el poder englobante de las plaquetas, hémosla repetido con iguales resultados em- pleando, en vez del carmin, polvo de anilina azul, carbén, etc. En ocasiones, mas de la mitad de las plaquetas contienen par- ticulas extrahas. Lo més comun, sin embargo, es que sdlo presenten granulos colorados la cuarta 6 la tercera parte de dichos elementos. Excusado es decir que los leucocitos engloban también las mencionadas particulas, como ya demostré Cohnheim en sus memorables experiencias sobre la diapedesis inflamatoria; hallanse, empero, mas granulos en plaquetas que en leucoci- tos, lo que puede depender de la proporcidén mucho mayor de aquellos elementos. En cambio, el glébulo blanco suele en- globar mas cantidad de granulos. Segunda experiencia. Con cuatro, seis y ocho dias de anti- cipaciOn al examen de la sangre, se inyectdé en el saco linfa- tico dorsal de varias ranas cierta cantidad de culturas vivas, procedentes del agar. A dos ranas se les inocularon varias go- tas del cultivo del Staphilococcus pyogenes aureus; otras dos re- cibieron la misma cantidad del Streptococcus pyogenes; final- mente, en dos mas inyectdse el bacilo tifoso. Los animales resistieron muy bien las inoculaciones; seis dias después pare- cian hallarse en perfecta normalidad. El paraje del saco dor- sal donde se practicé la inoculacién contenia un exudado se- rofibrinoso rico en leucocitos, dentro y fuera de los cuales se 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) velan grandes aciumulos de microbios. Es indudable que una gran masa de parasitos habia sido inmovilizada en el mismo saco dorsal, y no habia podido, por tanto, dirigirse al torrente circulatorio. El examen de la sangre circulante mostro tal cual microbio en suspension, y en los animales inoculados con el Staphilo- coccus velanse dentro de algunas plaquetas ciertos granos re- fringentes. Pero sélo la observacién de la sangre extravasada permitid reconocer con entera evidencia que muchas plaque- tas encerraban dentro de su protoplasma una, dos, rara vez mas micrococos, perfectamente coloreables por las anilinas basicas. Aleunos acimulos placulares mostraron gran riqueza de microbios (fig. 2 ¢); otros estaban totalmente desprovistos de ellos. Iguales resultados se obtuvieron con el Streptococcus; por lo contrario, el bacilo tifoso no fué englobado, como no lo fue tampoco el Bacillus anthracis inyectado en otras experiencias. Esto no prueba una accidn selectiva particular por ciertos microbios, sino mas bien un caso de imposibilidad mecanica: la poca cantidad del protoplasma envolvente de las plaquetas no consiente sino la intromisién de muy pequenos corpusculos. Los métodos de preparacién de las plaquetas para la demos- tracidn de inclusiones son bastante delicados. La desecacidn rapida de la sangre y coloracion subsiguiente con una anilina basica da bas- tante buenos resultados, pues las plaquetas sue- len conservar bien su forma. También cabe distinguir los microbios Fig. 2.—Plaquetas de la rana.—a, plaquetas vivas; dentro de las plaquetas %, plaquetas cuyos microbios se timeron con el de ]q sangre fresca, SOo- azul de metileno revio fijado en sublimado; . , a8 : * metiendo ésta, una vez ¢, conglomerado de plaquetas; @, leucocitos con microbios. cubierta con el cubre- objetos, a la accién de una anilina basica adicionada de algunas gotas de acido acé— tico. Pero el mejor procedimiento es extender rapidamente la (7) Cajal.— raAGOCITOSIS DE LAS PLAQUETAS, ml sangre sobre un porta-objetos, abandonandola por algunos se- g@undos al aire para que se deseque ligeramente (no debe lle- g@arse a la desecacidn completa, sino a cierta condensacidn de] plasma), fijar durante algunos minutos con sublimado a sa- turacién, lavar suavemente para eliminar, sin menoscabo de los elébulos, el exceso de reactivo, tratar el preparado con unas gotas de alcohol, y tenir, finalmente, con una anilina basica, decolorando en agua 6 con el método de Gram. Kl bi- cloruro de mercurio fija perfectamente las plaquetas y permi-— te reconocerlas facilisimamente entre los demas elementos de la sangre. Por lo demas, este método es también excelente para la fijacién y tenhido nuclear de hematies y leucocitos. 4Queé interpretacién debemos hacer de los hechos expuestos? Nuestro primer pensamiento habia sido (1880) considerar las plaquetas como leucocitos modificados, y en tal supuesto ex— plicar la presencia de cuerpos extranos en aquéllas, por el hecho de la conservacién en su protoplasma de las particulas capturadas en su fase anterior de leucocitos. Pero no pudién- dose sorprender en ning tin caso el paso del leucocito al esta— dio de plaqueta, y no existiendo transiciones morfologicas en- tre ambas especies de corptsculos, nos inclinamos actualmen- te a conceder poder englobante a las plaquetas, por lo menos durante su circulacién en la sangre normal. Hé aqui como imaginamos el fendmeno: los microbios, par- ticulas extranas, etc., inyectados en el saco linfatico dorsal, pasarian, por mero desagiie linfatico, 4 la sangre, donde exci- tarian por accidn tactil la contractilidad del protoplasma pla- cular (contracciOn por excitacion tactil, de Masart). Hste poder englobante se ejerceria lo mismo contra particulas solubles que insolubles, porque, segtin nuestras observaciones, las pla- quetas carecen de sensibilidad quimiotactica. Por esta razon son incapaces de emigrar de los vasos, y no se las ve Jamas en los derrames serosos 6 fibrinosos de las fleg- masias. En suma; la plaqueta de los vertebrados inferiores, constituye un excelente recurso defensivo intravascular, cuyo fin es mantener la absoluta pureza del plasma circulante. En la rana normal no es raro ver plaquetas con uno 6 varios gra- nos gruesos, brillantes, que probablemente representan peda- z08 globulares hallados en su camino por dichos elementos. 2Desempenan también las plaquetas algun oficio mas im- ]2 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) portante? Su condicidén secretoria, demostrada por las obser- vaciones de Hayem, Bizzozero y las nuestras, su extrema vul- nerabilidad, que es tal que ante el menor obstaculo desagre- gan su protoplasma modificando la composicién del plasma sanguineo, gno podrian ser indicio de algwn fisiologismo de mayor alcance, por ejemplo, de la secrecién de alexinas 6 de substancias bactericidas, 4 las cuales quizas deba la sangre sus virtudes preservadoras y antitoxicas? Imposible contestar por ahora a estas preguntas. De todos modos, repugna a la razon considerar las plaquetas como elementos que sélo han perdido el nucleo y experimen- tado diferenciaciones quimicas tan radicales como las que ca- racterizan el hematie, para el solo oficio de constituir, en el accidentalisimo caso de una lesidn vascular, trombus hialinos obturadores de la brecha parietal. Mas verosimil parece que gocen ademas de alguna actividad de caracter permanente relacionada, ya con el poder nutritivo, ya con el papel bacte- ricida del plasma sanguineo (1). (1) En la sangre de los animales muertos del mal del bazo los bacilos forman aci- mulos, precisamente al nivel de los conglomerados placulares. Este hecho facilisimo de revelar en el higado del conejo, y particularmente en los vasos gruesos, geS un fendmeno post partem 6 una senal de que durante la vida las placulas envolvieron 6 tendieron 4 envolver, reunidas en gran numero, los bacilos invasores? Para contes- tar 4 estas y otras muchas cuestiones relacionadas con la fisiologia de las plaquetas, es preciso hacer algunas experiencias que hasta hoy no hemos tenido tiempo de eje- cutar. ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO, POR i Sateen @) ING "Cl Aud AEs: (Sesién del 8 de Enero de 1896.) Desde las investigaciones de M. Schultze y de Ranvier so- bre la textura de las células nerviosas, se admite casi unani- mente en el protoplasma de estas un sistema de filamentos finisimos, que, concentrandose en hacecillos en los angulos del cuerpo celular, pasan a constituir las expansiones nervio- sa y protoplasmicas. Este esquema estructural hallé confirmacion en las observa- ciones de Flemming (1), quien, con ayuda de nuevos méto- dos, distinguidé en el protoplasma de las células ganghonares unos hilos largos, flexuosos, independientes, los cuales pre- sentan en su trayecto ciertos engrosamientos avidos de la he- matoxilina y anilinas basicas. Semejantes engrosamientos, que Flemming reconocié tanto en los ganglios raquideos como en el asta anterior de la médula espinal, son finos en unas célu- las, mas gruesos en otras, lo que establece diferencias de co- lorabilidad y de aspecto entre los diversos corpusculos gan- glionares de un territorio nervioso. Semejantes diferencias tintoriales condujeron a Flesch (2) y (1) Fremmine: Vom Bau del Spinalganglienzellen. (Beitr. zur Anot. und LPmbryolo- gie als Testgabe f. J. Henle von seinen. Schitlern, \882.) (2) Friescu: Mittheilungen der Naturforschen de Gesellschaft in Bern. Nameros 1.169-1.104. lt ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) sus discipulas H. Koneff (1), Anna Gittis (2), Anna Kottarews- ky (8), 4 admitir en los ganglios y otros centros nerviosos dos especies celulares: elementos cromdéfilos, que atraen la hema- toxilina, carmin y anilinas basicas; y células cromd/fobas, que se caracterizan por su palidez y escasa fuerza de seleccién por dichos colores. El acido 6smico distingue también, como ya indicé Bellonci, estos dos tipos de células, tinendo las cromé- filas de un moreno mucho mas intenso que las cromdfobas. Por lo que toca a la significacién de estos dos tipos celula- res, Flesch y sus discipulos se inclinan 4 estimarlos como ra- zas diversas de elementos, 6, mejor, como células de distinta composicion quimica, y, por tanto, de diverso valor fun- cional. El avance mas importante dado en el estudio del protoplas— ma nervioso se debe a Nissl (4), que ya en 1885 publicé un método sencillo y eficaz de tenido de los granos cromaticos del cuerpo de las células ganglionares. Este método consiste esencialmente en indurar los centros nerviosos en alcohol de 96, y tenir los cortes microtémicos, que deben ser muy finos, en una solucion acuosa de rojo ma- e@enta 6 de azul de metileno B.; extraido el exceso de color con el alcohol 6 la esencia de clavos, 6 mejor con una mezcla de alcohol y de aceite de anilina, el cuerpo de las células nervio- sas muestra dos substancias: masas 6 grumos fuertemente co- loreados, de forma poligonal 6 alargada; y materia intergru- mosa incolora, que parece constar de un reticulo de hilos pa- (1) M. Konerr: Beitrage zur Kenntniss der peripheren Gainglien. ( Dissertatio. Bern, 1886.) (2) ANNA GiTtis: Beitruge zur verglei. Histologie der peripheren Ganglien. (Diss. Berna, 1887.) (83) Korrarevsky: Physiol. u mikrochem. Beitrage zur Kenntniss der Nervenzellen &. (Diss. Berna, 1887.) (4) Véanse los trabajos de Nissl: Veber die Untersuchungsmethoden des Grosshiri- rinde. (Tagebl. ad. Naturforsch. zu Strassburg. 1€85.) —Ueber den Zusammenhang von Zelistruktur und Zeilfunktion. (Tagebl. d. Natur- Sorschervers. zu Koln. 1889.) —Wittheilungen zur Anatomie der Nervenzelle. (Allgem. Zeitschr. f. Psychiatrie. Bd. 50, 1894. ) — Ueber eine neue Untersuchungsmethode dev Centralorgane speziell zur Feststeliuig der Lokalisation der Nervenzellen.(Centralb. f Nervenheilkunde u. Psychiatr. Bd. xvi, 1894.) —Ueber die Nomenclatur in der Nervenzellenanatomie und ihre niichsten Ziele. /Neu- rol. Centralbl. 1895.) (3) Cajal..-csTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 15 lidos. Bajo el punto de vista de la disposicién de estas dos substancias, Nissl distingue diversos tipos de corptisculos ner- viosos: 1.° Células arkyocromas, en las cuales la parte croma- tica se dispone en forma de red. 2.° Células estykocromas, en las cuales los grumos cromaticos forman estrias, husos 6 né- dulos sueltos, mas 6 menos paralelos al nucleo y contorno del cuerpo celular (células del asta anterior de la médula). 3.° Cé- lulas gryocomas, aquellas en que los grumos constituyen @ra— nos sueltos inconexos y sin orientacién bien marcada. 4.° Cé- lulas cuyo protoplasma, sumamente escaso, encierra poquisi— mos granulos cromaticos. Los estados croméfilo y cromoéfobo de Flesch se deberian al erado de aproximacién y apretamiento de los grumos croma-— ticos; en ciertas células de un mismo ganglio los grumos yacen proximos y el protoplasma resulta obscuro (células pyhno- mor fas); en otras, los depdésitos cromaticos se hallan distan- tes, a causa de la existencia de grandes espacios claros (célu- las apyknomorfas ). Semejante diversidad de aspectos depende- ria de los distintos estados funcionales del protoplasma nervioso: La existencia de los grumos cromaticos colorables por las anilinas basicas en el protoplasma nervioso, ha sido confir— mada por muchos autores, que han aplicado con leves varian- tes el método de Nissl. Citemos, entre otros, a H. Virchow (1), que ha estudiado las células de la médula espinal del conejo; a Friedmann (2), Sarbo (3), Querbain (4), quienes han deter- minado las alteraciones ofrecidas por los grumos cromaticos en distintos estados fisioldgicos; a Schaffer (5), que ha inves— (1) H. Vircuow: UVeler grosse Granula in Nervenzellen der Kaninchenriichenmarkes. (Centralb. f. Nervenheilkunde. Jahrg. xt. 1888.) (2) FRIEDMANN: Studien zur patholog. Anatomie der acuter Encephalitis. (Arch f Psych. Bd. xx1. 1891.) (3) Sarpo: Ueber die Normale Structur des Ganglienzellen des Kaninchenrittchenmar- kes und ueber deren pathologischen Veranderungen beim Vergiftung mit Phosphor und Morphium. Ung. (Arch. f. Medizin. Jahr. 1. 1892.) ; (4) QueERBAIN: Ueber die Veranderungen des Centralnerven systems bei experimente- ller Cachezia thyreopriva der Thiere. (Virchoiw’s Archiv. Bd. 133-1893.) (5) ScHarFFerR: Aurze Anmerkung uber die morphologische Differenz des Achsency- inder im Verhaltnis zu der protoplasmatischea Fortsutzen bei Niss?’s Farbung. (Neurol. Centralvl. Jarh. x11. 1893.) Véase también: Beitrag zur Histologie der Ammonshorinformation. (Arch. t. mik. And. Bd. xxix. 1892. ) 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) tigado la disposicion de la materia cromatica en los elementos piramidales del asta de Ammon; almalogrado Hammarberg (1), que en su trabajo postumo ha descrito los grumos cromaticos del cerebro humano normal y en estado de idiotia; a Vas (2), Lambert (3), Man (4), y Lugaro (5), quienes han tratado de fijar las variaciones experimentadas por los grumos proto- plasmicos y el nucleo en las células de los ganglios sometidas & fuertes corrientes eléctricas; finalmente, & von Lenhos- sek (6), que ha hecho un minucioso estudio de la cromatina protoplasmica de las células motrices medulares y de los gan- glios raquideos. La naturaleza de los grumos cromaticos es muy discutida. En opinidn de Simarro, Vas y de Lenhossek, e] método de Nissl colora las fibrillas de Flemming, quedando totalmente palida la materia interfilar. Lenhossek anade que las preten- didas fibras del protoplasma nervioso no representan, en rea- lidad, otra cosa que la imagen indistinta de los husos croma- ticos. Para Rosin (7), los citados grumos no serian mas que las eranulaciones basidfilas de Ehrlich. Ultimamente, Benda (8) ha defendido una opinién analoga, atribuyendo 4 las partes cromaticas la significacién de protoplasma indiferenciado, en el cual se depositarian los granos basidfilos; las partes acro- maticas constituirian el factor diferenciado 6 conductriz del cuerpo celular. Nuestros trabajos sobre la textura del protoplasma ner- vioso no estan todavia acabados. Vamos, no obstante, a indi- car sumariamente los resultados obtenidos. (1) C. HamMARBERG: Studien tiber Klinik und pathologie der Idiotie &. Upsala, 1595, (la ediciodn sueca es de 1898). 12) Vas: Studien uber d. Bau. ad. Chromatins in der sympathischen Ganglienzelle. (Arch. f. mik. Anat. Bd. 40, 1892.) (3) LamMBeErT: Note sur les modifications produites par UV excitation électrique dans les cellules nerveuses des ganglions sympathiques (Comp. rend. hebd. des Séances de la So- ciété de Biologie. 1893, num. 31.) (4) Man: Histological changes induced in sympathetic, motor, and sensory nerve cells by functional activity. (Read befere the scottisch microscopical society 13 Mai 1894. ; (5) Luaearo: Sulle Modificationi delle cellule nervose nei diversi stati funzionali. Pa- lermo. Maggio, 1893. (6) LENHOSSEK: Der feinere Bau des Nervensystemns im Lichte neuester. Forchun- gen, 1895. (7; Rosin: Ueber eine newe Farbungsmethode des gesammten Nervensy stems. (Neurol. Centralb. 1893.) (8) BENnpa: (Newrolog. Centralbl. 1893.) (5) Cajal— ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 17 El método de coloracién que hemos aplicado ha sido el de Nissl con el azul de metileno B 6 el de Lenhossek con la ¢thio- nina. Obtenemos la fijacién preliminar de las piezas, ya con el alcohol de 96°, ya con el bicloruro de mercurio a saturacién, reactivo que para este fin hallamos tan bueno 6 mejor que el alcohol. En ciertos casos usamos una mezcla de azul de meti- leno B y de fuchina basica (20 c. c. de solucion al 1 por 100 de fuchina, mezclados 4 20 c. c. de solucién al 1 por 100 de azul de metileno B); en esta solucién y previa decoloracién con alcohol los husos cromaticos aparecen tenidos de azul, mien- tras que los nucleolos de las células nerviosas grandes y la red cromatica de los corpuisculos neurdglicos y pequenos elementos ganglionares adquieren un tono rojo 6 violado rojo. Esta reaccién prueba que los grumos cromaticos es- tan formados de una materia especial distinta de la cro- matina. Células de la médula espinal.—Corresponden las motrices sobre todo al tipo stycocromo de Nissl, y han sido muy bien estudiadas por los autores, particularmente por Nissl mismo y Lenhossek. Un examen de estas células, con el objetivo 1,60 Zeiss de inmersion en el monobromuro de naftalina, permite distin- guir perfectamente tres cosas: los grumos cromaticos, la red acromatica 6 espongio—plasma nervioso, y las vacuolas 6 tra- yectos interreticulares. a. Grumos cromiticos.—Gruesos y poliédricos cerca del nu- cleo se alargan, como han descrito los autores, en la periferia celular, y sobre todo en el espesor de las expansiones proto- plasmicas, en las cuales toman la forma de husos prolonga- dos. Nada mas facil que observar al nivel de las bifurcaciones de dichas expansiones los grumos triangulares, Namados por Nissl conos de bifurcacion, asi como los huecos 6 vacuolas que en su espesor contienen algunos actmulos cromaticos. Tam- bién se advierte 4 menudo, como ha hecho notar Lenhossek, que algunos grumos cromaticos de las expansiones protoplas— micas forman eminencia en el contorno de estas, engendrando probablemente los espesamientos revelados por el método de Golgi. Del lado del arranque del cilindro-eje, el protoplasma carece de grumos cromaticos, formando una masa palida con- tinuada con la prolongacién nerviosa, disposicidn demostrada ANALIES DE HIST. NAT.—XXvV. 2 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) independientemente, y con métodos diversos, por Simarro (1) y Schaffer (2). La orientacidn de los grumos alargados es mas 6 menos paralela al contorno celular. Si en vez de practicar el examen en corpusculos motores, lo hacemos en elementos de menor talla, como son las células comisurales 6 las de los cordones, dichos grumos aparecen dispuestos segun la direccién misma de las expansiones protoplasmicas emergentes; asi cuando la célula es fusiforme, los husos cromaticos presentan todos una direccién longitudinal y paralela; mas si el corptisculo afecta figura multipolar, los husos constituyen sistemas diversa- mente polarizados. Esto depende de que, como luego veremos, los trayectos vacuolares, situados entre los grumos, se conti- nian segun lineas rectas, desde una expansién protoplas- mica a4 otra. El cilindro-eje no parece influir ni poco ni mucho en la orientacién de las masas cromaticas. El grumo cromatico no es homogéneo: sus contornos se muestran festoneados y erizados de espinas que dan insercién a trabéculas acromaticas, y en su espesor deja ver, como ha notado Lenhossek, vacuolas de forma casi perfectamente esfé- rica y de dimension variable. El nimero de estas vacuolas de- pende de la magnitud del grumo: en los mas grandes (fig. 1) pueden existir seis y ocho de ellas. Considerando atentamente con el objetivo 1,60 Zeiss, la disposicidn de semejantes cavida- des, se adquiere la conviccién de que el grumo cromatico no es una red sencilla, sino una especie de esponja, por lo menos (1) Las opiniones del Dr. Simarro se exponen en la tesis del doctorado de J. Pera- les, titulada Znvestiyaciones sobre la estructura de las células nerviosas. Mayo de 1890. En este trabajo, totalmente desconocido de los sabios, se consigna con toda claridad el hecho, generalmente atribuido 4 Schaffer, de que los husos cromaticos faltan por completo en elarranque y trayecto del cilindro-eje, hallandose constantemente en el cuerpo celular y porcién inicial de las prolongaciones protoplismicas. Estas investi- " paciones de Simarro son tanto mas interesantes, cuanto que han sido hechas en es- tado fresco 4 favor de un modo especial de aplicaci6n del azul de metileno (disocia- cién de las células vivas en porta-objeto, imbibicion por el azul de metileno, aplasta- miento del preparadv con el cubre-objetos, fijado del color bajo la influencia de la temperatura, decoloracion en alcohol y montaje en bilsamo), método que, dicho sea de paso, excluye la idea de que los husos cromaticos se deban a la accién coagulante del alcohol 6 bicloruro de mercurio. ; (2) ScHarreEerR: Kurze Anmerhkung itber die morpholoyische Differenz des Achsencylin- ders im Verhiatnisse zu den protoplasmatischen Fortsitzen beim Nisst's Farburg. (Neurol. Centralhi., pag. 849, 1893.) (7) Cajal. ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 19 en algunos parajes, por cuanto en todo huso algo espeso, al lado de vacuolas claras completamente incoloras, se advier- ten otras mucho menos distintas y tefidas, aunque con me- Fig. 1.— Célula motriz de la médula espinal del conejo. Coloracién por la tionina.— a cilindro-eje; 2 grumo cromatico; d nucleo; c esponjioplasma; e cono de bifurcaci6on. nor intensidad, con el matiz general del conglomerado croma- tico. Kstas vacuolas, relativamente obscuras, son, & nuestro jui-. cio, huecos labrados en el mismo espesor del grumo: su rela- tiva obscuridad depende de que entre ellas y el ojo del obser- vador existe una capa mas 6 menos gruesa de substancia cro- matica. En suma, cada grumo cromatico grueso se compone de una red, 6 mejor de una esponja de paredes palidas (espongio- plasma), sobre cuyos trabéculos se ha depositado una costra 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) continua de cromatina, cuyo espesor notable en muchos para- jes ha hecho desaparecer la disposicién alveolar originaria, mientras que en otros ha engruesado los tabiques y angostado las cavidades. Esta materia cromatica muéstrase, examinada con fuertes objetivos, ligeramente granugienta, autorizando a estimarla como una mezcla de dos materias: una basiodfila y otra incolorable por las anilinas basicas. Finalmente, de los bordes del grumo cromatico parten cuatro, seis 6 mas prolon— g@aciones, en cuyos vértices se insertan trabéculos mas 0 me- nos anchos de espongioplasma, merced a los cuales los husos se juntan entre si, asi como con el nucleo y la finisima cuti- cula periférica. En las células grandes, y aun en las de mediano calibre, existen dos especies de grumos: gruesos, poligonales 0 alarga- dos de los cuales parten multitud de trabéculas; y finos re- dondeados 6 irregulares, situados en un nudo de la red del espongioplasma. Conviene distinguir ambas especies de dep6- sitos, llamando 4 los primeros grumos cromaticos, y nudos 6 gra- nos cromaticos a los segundos. Espongioplasma 6 armazon acromatico. Seguin Nissl, los gru- mos cromaticos se juntarian entre si a favor de un sistema de filamentos palidos, que repugnan las anilinas basicas. Len- hossek por su parte, hace notar también una disposicién como esponjosa de la materia intergrumosa; pero tan vagamente perceptible, que no se atreve a afirmar su realidad. En nues— tras preparaciones tefidas por la tionina, previa coloracién con el carmin de Orth (lo que parece facilitar laimpregnacion ‘del reticulo), esta reticulacién se muestra con absoluta eviden- cia, 4 condicién de que el examen se practique con el objetivo 1,40 Zeiss 6 el 1,60. Los trabéculos son palidos, membraniformes, cortos, rectos y limitan mallas poligonales de corta extensién. Cuando los husos cromaticos estan prdximos, los hilos acromaticos los jun- tan entre si, sin reticulaciones intermedias; pero comunmente entre grumo y grumo median dos 6 tres mallas completas del reticulo.. En cada nudo suele haber un granito coloreable, di- ficil de percibir; otras veces estos granos son alargados y se prolongan en el espesor de un trabéculo. Los extremos de los husos sirven también de punto de insercién de trabéculos acromaticos enlazados con la red general. \9) Cajal. rSTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 21 Al nivel de las expansiones protoplasmicas los filamentos palidos se adelgazan, las mallas que estas limitan se estrechan, los granitos cromofilos de los nudos desaparecen y paulatina- mente se produce una trama incolora, apretadisima, que ni aun con el obj. 1,60 puede resolverse satisfactoriamente. Lo mismo sucede del lado del cilindro-eje: cesan casi repentina- mente los grumos y granos cromaticos, y los filamentos del espongioplasma se condensan en una red apretadisima y pa- lida, continuada con la trama fibrilar de esta expansidn. Fi- nalmente, la red mencionada termina periféricamente, inser- tandose en una finisima membrana protoplasmica 6 zona cor- : tical. ZH] espongioplasma de que estamos tratando representa un factor real de la estructura del protoplasma, 6 es el resultado de coagulaciones producidas en la célula por los reactivos fija- dores? } Imposible pronunciarse respecto de este particular; afirma- remos tan sdlo que dicha reticulacién acromatica aparece con los mismos caracteres, cualquiera que sea el liquido indurante y fijador empleado: formalina, alcohol, bicloruro de mercurio, liquido de Flemming, etc. | En pro de la preexistencia del espongioplasma reticulado, deponen también estos dos hechos: 1.° La fijeza de posicion y forma presentada por los husos cromaticos, fijeza que se com- prende perfectamente si se admite la existencia de una trama de sostén intermediaria. 2.° La existencia en los bordes de los grumos cromaticos de escotaduras y eminencias donde toman su insercién los trabéculos del espongioplasma. A menos de considerar los husos como producciones artificiales, la pre- existencia de tales espinas supone asimismo la preexistencia de los hilos que las juntan. Trayectos vacuolares. Kn las células de protoplasma cro- matico reticulado (células arkyocromas de Nissl), en el cual no existen grumos voluminosos, el hueco de las mallas no pre= senta orientacién bien precisa; pero en los elementos provistos de husos 6 triangulos cromaticos, por ejemplo, en los elemen- tos del asta anterior de la médula, los huecos 6 mallas de la red forman trayectos rectilineos que se dirigen de unas a otras expansiones, convergiendo en el cono de origen del cilindro- eje. Cuando el plotoplasma es escaso, casi todos los grumos 22 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) yacen periféricamente, 4 menudo por debajo de la membrana, reservando un espacio perinuclear por donde se establece la comunicacion de los huecos 6 trayectos intergrumosos de las expansiones celulares. El nucleo, empero, puede estar rodeado de alguna masa cromatica (capuchon cromatico de Nissl); pero esto sucede solamente en el lado nuclear que mira al arranque de alguna prolongacidn protoplasmica, es decir, en aquellos parajes en que dichos acimulos cromaticos no pueden estorbar la continuacion rectilinea de los trayectos palidos desde unas 4 otras expansiones (fig. 2, @. Semejante disposicidn se hace muy patente, sobre todo en las células de mediana talla de la médula de los mami- feros, asi como en los elementosde este mis- mo organo en los pe- ces, reptiles y batra- cios; loque parece dar aentender que los tra- yectos claros revela- dos en el protoplasma por el método de Nissl representan el verda- dero camino de las corrientes nerviosas. Y puesto que los gru- Fig. 2.—Células de mediano volumen (funiculares) de aye la médula del perro recién nacido (método de Nissl).— INOS cromaticos yacen A, célula triangular con grumos cromaticos vueltos siempre fuera de di- hacia las expansiones; #, célula fusiforme con dos ca- i 2 chas lineas de con- puchones nucleares; C, célula retraida con vacuolas = ; perifericas. duccion ; cabe conje— turar que su signifi- cacién es ajena 4 la propagacién de la conmocién nerviosa, representando quizas una inclusidn 6 reserva alimenticia de que la célula se sirve durante su actividad funcional. Esta conjetura adquiere mayor verosimilitud recordando que en ningtin caso los grumos cromaticos cierran el espacio que media entre el nticleo y la membrana protoplasmica, y que si, como sucede en los granos del cerebelo, en los pequenos corpusculos de la fascia dentada, en los diminutos elementos del ganglio ventral del actistico, la capa protoplasmica peri- nuclear se reduce 4 delgadisimo limbo, los citados grumos (11) Cajal.—rSTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 23 faltan por completo, con el objeto, sin duda, de mantener expeditos los trayectos palidos del cuerpo celular. Esta ultima particularidad revela también que en el orden funcional es mas importante el espongioplasma incoloro y espacios plas- maticos del protoplasma que los grumos y granos cromaticos, ya que éstos pueden faltar y aquéllos existen constantemente. La materia conductriz podria ser el mismo liquido de las mallas; pero parece mas probable atribuir este oficio a los tra- béculos palidos de la red de espongioplasma yacente entre los grumos cromaticos, red que se continua con la trama fibrilar palida que todos los autores senalan tanto en la prolongacién funcional como en el espesor de las expansiones nerviosas. (Flemming, Dogiel, etc.) Estados funcionales de los grumos cromaticos y reticulo ce- lular. Los trabajos de Max Flesch y discipulos, asi como los de Nissl, Lenhossek y Lugaro, han probado que las células nerviosas pueden presentarse en dos fases, expresidn anato- mica diversa, al parecer, de estados funcionales diferentes: 1.° Hstado oscuro cromdfilo 6 retraido, en el cual la célula. se adelgaza y retrae, y sus grumos cromaticos se estiran y apro- ximan. 2.° Hstado claro 6 cromofobo, caracterizado por el ma- yor volumen y palidez del protoplasma, asi como por el apar- tamiento y ensanche de los grumos y la notable amplitud de los trayectos del espongioplasma incoloro. Entre ambos esta- dos adviértense transiciones. Todos los focos de substancia gris encierran corpusculos de estos dos tipos, variando mucho las proporciones de entrambos en las diversas preparaciones de un mismo niticleo sensorial, motor 6 sensitivo. Ocasiones hay en que un examen cuidadoso de las células de Purkinje, de los focos motores del bulbo, de las piramides cerebrales, apenas permite reconocer algun corpusculo en estado de re- traccion; otras veces se presentan éstos bastante numerosos, aunque nunca tanto como los del tipo claro 6 turgescente, que debe estimarse como la condicién normal 6 general de las cé- lulas nerviosas. : 2Qué significacién atribuiremos a estos dos estados del pro- toplasma nervioso? K6lliker explica el estado retraido 6 cromdéfilo achacandolo a desdrdenes provocados por los reactivos fijadores: el alcohol y el bicromato de potasa. Habiendo notado Nissl que el nucleo 24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) del facial sometido a la excitacién faradica presentaba un ma- yor numero de células cromofilas 6 retraidas, se inclina a con- siderar éstas como estados de fatiga del protoplasma nervioso. El estado de reposo tendria como expresiédn anatémica, ade- mas del aumento volumétrico del cuerpo celular, un estado palido 6 apyknomor/o del citoplasma. Parecida asercién expone Vas (1), que ha estudiado los efectos de la excitacién eléctrica en las células simpaticas, y notado que la fatiga se caracteriza por la situacién relativamente periférica de la cromatina, por el aumento de volumen del cuerpo celular y por la posicion excéntrica del nucleo. En cambio Hodge (2), que ha realizado experiencias analo- gas, cree haber notado en las células fatigadas una disminu- cidn de la materia cromOfila. Recientemente Lugaro (3) hareproducido, con todas las pre- cauciones experimentales, los ensayos de excitacidn faradica del ganglio cervical superior del conejo, llegando a las si- guientes conclusiones: 1.“ La actividad de la célula nerviosa se acompana de un estado de turgescencia del protoplasma. 2." La fatiga induce una progresiva disminucion del cuerpo celular. 3.° Si la actividad es continua y de larga duracion, el nu- cleo sufre también modificaciones analogas al cuerpo celular, aunque siempre menos intensas y mas tardias. 4.“ La cantidad de la materia cromatica varia segun la magnitud celular. En las primeras fases de actividad es pro- bable un aumento de la parte cromatica, y en las ultimas fa- ses, acompanadas de fatiga, se produce una disminucidn 6 una distribucidn mas difusa. Segtin Lugaro, el estado funcional de las células nerviosas no altera las relaciones del cuerpo protoplasmico con las arbo- rizaciones pericelulares, pues al movimiento de turgescencia que la fase de actividad provoca en el protoplasma, correspon- (1) Vas: Studien iiber den Bau des Chromatins in der sympathischen Ganglienzellen. (Arch. f. mikr. Anat.Bd. 40, 1892.) (2) Hover: Centralbdl. f. Physiol., 1889, Bd. 11, y Journal de Morphology, Volu- men vil, 1892. (3) Luaaro: Sulle modificazioni delle cellule nervose nei diversi stati funzionali. (Hs- tratto dallo sperimentale, An. 11, 1895.) (18) Cajal. ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. deria un movimiento de estiramiento de las ramificaciones nerviosas contiguas. Pero si el cuerpo celular no experimenta variaciones de conexion, éstas, cualquiera que sea su dina- mismo, podrian tener lugar en las Ultimas ramillas protoplas- micas. Asi, en los glomerados olfatorios, la fatiga se acompa- naria de la relajacién 6 de apartamiento temporal de los dos factores conexos: las ramillas protoplasmicas terminales y las ramificaciones nerviosas olfativas. Por el contrario, el estado de actividad se traduciria por un aumento de turgescencia de las ramas protoplasmicas y arborizaciones nerviosas, a conse- cuencia de lo cual los contactos intercelulares serian mucho mis intimos, y mas facil, por tanto, el paso de las corrientes (asociacion, atencién, etc.). En cuanto al estado cromdfobo 6 cromofilo, Lugaro parece concederle poca importancia. Por nuestra parte, después de haber dudado mucho sobre la significacién de los citados estados, cromdfobo y cromofilo, nos inclinamos actualmente al parecer de Nissl, abandonando el de Kélliker, contra el cual militan los siguientes hechos: 1.° Cualquiera que sea el método de fijacién empleado (coc- cién, alcohol, bicloruro de mercurio, formalina, liquido de Flemming, bicromato de potasa, etc.), todo foco nervioso pre- senta constantemente células obscuras y células claras. 2.° Ambos estados se muestran lo mismo cuando la fijacién sigue inmediatamente 4 la muerte del animal que cuando se aplica seis, ocho y doce horas después de ocurrida ésta. 3.° Las capas prorundas de los centros nerviosos exhiben ambos tipos celulares con tanta abundancia como las superfi- ciales. 4.°. Los citados estados se encuentran en todos los vertebra- dos (médula, cerebro, cerebelo, focos motores, ganglios), in- dependientemente del tamano y del estado evolutivo del ani- mal (se ven en el perro recién nacido, como en el adulto, en los peces y batracios, como en el hombre). 5.° A menudo aparecen las células obscuras formando gru- pos rodeados por todas partes de corpusculos claros, no siendo concebible que el reactivo, que alcanzé casi al mismo tiempo un cierto nivel de la substancia gris, haya obrado de manera tan diversa en elementos situados en un mismo plano. A ve- ces los elementos claros se hallan salteados con los obscuros. 6.° El examen, con poderosos objetivos, de la distribucién 26 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) relativa de las partes cromaticas y acromaticas en los corpus- culos obscuros revela, no una simple aproximacién 6 apreta- miento de los grumos, sino variaciones notables, tanto en la posicién, como en la cantidad de cromatina. Por ejemplo: cuando se comparan los elementos obscuros con los claros en el ganglio de Deiters, oliva cerebelosa, nu- cleo del facial, etc., se advierte que el protoplasma ha sufrido una retraccidn tal, que los cuerpos celulares, en vez de con- servar su figura ordinaria, afectan formas prolongadas, fusi- formes, triangulares 6 cuadrilongas. Los grumos y granos. cromaticos han adquirido notable delgadez y gran longitud, particularmente al nivel de las expansiones protoplasmicas, y la materia clara que los separa se halla tan disminuida, que en ciertos parajes se diria que habia desaparecido por com- pleto. Esto explica el aspecto obscuro, opaco del cuerpo celular y lo dificil del reconocimiento, sobre todo en torno del nicleo, de los husos cromaticos. El nicleo se presenta obscuro, empe- quenecido, y sdlo se discierne en los cortes notablemente del- gados. Kn suma; el protoplasma no experimenta una retrac- cidn concéntrica y uniforme, sino una contraccién en un cierto sentido, que suele ser perpendicular a la direccién se- guida por las principales expansiones protoplasmicas, y ade- mas todos los grumos cromaticos se han alargado, orientan- dose en el sentido opuesto 4 la retraccidn y corriéndose, mucho mas que en el estado cromdfobo 6 palido, por el espesor de las expansiones protoplasmicas. Ksta ultima circunstancia, es decir, la dislocacién de los grumos y granos cromaticos 4 lo largo de las expansiones, permite seguir con gran facilidad el curso y divisiones de es- tas en los corpusculos obscuros. Es probable también que esta dislocacién cromatica no sea uniforme; asi, entre las pirami- des del cerebro (conejo, conejillo de Indias), ciertos elementos obscuros exhiben los granos y grumos cromaticos de manera preferente, ora por encima del nucleo a lo largo de la expan- sin radial, ora por debajo y en el espesor de los apéndices basales. Resumiendo, y después de confesar que toda opinién sobre la significacién de los citados estados cromofilo y cromdfobo es prematura, pues que no tiene en su abono ningun hecho concluyente, entendemos que para la adopcién de una expli- (15) Cajal.rsTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 27 eacién racional del fendmeno deben tenerse en cuenta estos datos: 1.° El aparato de recepcién del protoplasma esta repre- sentado por dos érganos diversos: primero, el cuerpo celular y porcién inicial de las expansiones protoplasmicas, en cuya constitucién entran los husos cromaticos; y segundo, las ra- mas secundarias y terciarias de estas, que, como se sabe, carecen en absoluto de cromatina. A una tal diversidad de propiedades puede corresponder también alguna distincion fisioldgica. 2.° En el estado cromofilo el cuerpo celular se halla retraido desigualmente, y, por consiguiente, cabria imaginar que se han aflojado en ciertos puntos los contactos entre el protoplasma y determinadas ramillas nerviosas peri- celulares. 3.° Los trayectos 6 pasos de las corrientes, repre- sentados por la red acromatica situada entre los husos, se han angostado, y acaso interrumpido, en algunos parajes, cir- cunstancia quizas desfavorable para la transmisién de la con- mocion nerviosa. 4.° La disminucién en la cantidad de jugo celular en las células obscuras se compadece mejor con la idea de que estas representan un estado de reposo que no con la suposicién de una fase de actividad. Sentados estos datos, y recordando que carecemos de toda observacion relativa 4 movimientos de las expansiones ner- viosas y protoplasmicas terminales, cabria imaginar que las células nerviosas poseen dos aparatos de relacién: uno fijo, representado por las ramas protoplasmicas acromaticas y Ci- lindros ejes; otro contractil en diversos sentidos, representado por el cuerpo protoplasmico y prolongaciones cromofilas. Mer- ced a esta retraccién del protoplasma, el cuerpo celular an- gostaria los trayectos del espongioplasma incoloro, y crearia resistencia al paso de las corrientes; y al propio tiempo, y por el hecho mismo del empequenecimiento de la célula, las arbo- rizaciones pericelulares perderian la intimidad de sus con- tactos. De todos modos, y cualquiera que sea el valor de esta con- jetura que harmoniza con las opiniones de Nissl sobre la signi- ficacidn del estado cromofilo, una cosa se explicaria satisfac— toriamente, a saber: la inhibiciédn de las células nerviosas para determinadas conducciones. Por ejemplo, por la retrac— cidn del cuerpo de las células de Purkinje, estas dejarian de recibir la influencia de los corptusculos productores de las cestas 28 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) terminales, mientras que podria continuar todavia la accion de las fibras trepadoras y fibrillas nerviosas de los granos. En la corteza cerebral, cuando el penacho terminal de las pirami- des recoge las corrientes aportadas por fibras sensitivas 6 de asociacién, nada impide suponer que el cuerpo celular cae en inhibicion, retrayéndose y apartandose de las arborizaciones pericelulares, estableciéndose de esta suerte una disociacién funcional entre el cuerpo y expansiones protoplasmicas de la capa molecular, que cuadra bien con el hecho de recibir di- chas células fibras terminales de Giversa naturaleza. La difi- cultad principal que salta al paso cuando se trata de funda- mentar esta hipotesis, es laimposibilidad de determinar si la retraccidn protoplasmica es un fendmeno activo 6 pasivo, es decir, sila célula cae en inhibicién por efecto de la fatiga y agotamiento de sus reservas alimenticias, 6 si lo hace en vir- tud de una verdadera contraccién, motivada por el estimulo de corrientes arribadas por una ramificacién nerviosa termi- nal. Este punto tan transcendental esta todavia envuelto en sombras, por lo cual todas nuestras hipdtesis pecan de move- dizas y carecen de la precision necesaria. Variedades celulares. 1.° Células sin granos cromaticos.— La existencia de grumos y de granos cromaticos no es priva- tiva de las células nerviosas: se hallan variedades de leucoci- tos y de células conectivas que ofrecen un protoplasma colo- rable en las mismas condiciones que el de los elementos ner- viosos, con la diferencia de que la cromatina protoplasmica esta difusamente esparcida por todo el reticulo. Muchas célu- las de neuroglia, particularmente las que residen en la subs- tancia blanca del cerebelo y del cerebro, poseen también una substancia cromatofila, no muy abundante, concentrada es- pecialmente en el cuerpo protoplasmico, y diseminada con cierta irregularidad. Kn cambio, hay células nerviosas totalmente exentas de granos y grumos cromaticos. Citemos: los granos del cerebelo, los llamados granos externos de la retina, los diminutos cor- pusculos del ganglio ventral del actstico, ete. Células con grumos perifericos. —Cuando la cantidad de pro- toplasma es muy escasa, como sucede con los elementos de la porcion interna del ganglio de la habenula, los elementos de la capa molecular del cerebro, muchos corpusculos de la subs- (17) Cajal.—rSTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 29 tancia de Rolando, etc., los grumos cromaticos, 6 son peque- fos y yacen por debajo de la membrana, reservando casi todo el espacio que media entre ésta y el nucleo para el paso de las corrientes, 6 son relativamente gruesos, triangulares 6 se- milunares, yaciendo en torno del nucleo, y constituyendo es- polon enfrente del arranque de la principal expansién proto- plésmica (células de la substancia de Rolando). 2.° Células de cromatina reticulada.—La cromatina del pro- toplasma de las células de Purkinje constituye, como ha indi- cado Nissl, una red, en la cual, de trecho en trecho, se halla aletin grumo cromatico espeso y de forma irregular. Encima del nucleo, y mirando a4 la gruesa expansidn protoplasmica ascendente, se nota casi siempre una masa semilunar 6 trian- gular de materia cromatica (capuchon nuclear), tan intima- mente adherida 4 la membrana nuclear, que se diria forma parte integrante de ella. En el conejo, la colorabilidad de la red y los grumos gruesos cesan cerca del arranque del tallo protoplasmico. Dos buenos ejemplos de células de cromatina reticulada, es decir, de cromatina difundida en los trabéculos del espon- gioplasma, nos ofrecen las células del ganglio ventral del aclistico y las yacentes en la oliva accesoria interna superior. En los elementos del ganglio ventral, la malla es tupida, los trabéculos espesos y cortos, y, ademas de la substancia colo- rable esparcida por los mismos, notanse granos cromaticos en muchas nudosidades. El nticleo es obscuro, y posee un nu- cleolo voluminoso. En los corpusculos fusiformes de la oliva accesoria interna, la red de mallas poligonales se prolonga a lo largo de las expansiones protoplasmicas, lo que presta a las mismas un aspecto muy caracteristico. Parecida disposi- cién se advierte en los gruesos elementos fusiformes del tu- bérculo acustico. 3.° Piramides cerebrales. — Los grumos y husos cromaticos de las piramides cerebrales han sido bien estudiados por di- versos autores, tales como Nissl, Schafer, Hammarberg, etc. En general, en el hombre y grandes mamiferos las pirami- des exhiben una disposicién protoplasmica comparable con la ofrecida por los grandes corpusculos motores 6 de asociacién de la médula espinal. Pero el aspecto del protoplasma varia bastante si se des— 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) ciende en la serie animal. Asi, en el conejo los grumos croma- ticos disminuyen en tamano, y tienden 4 formar una granu- lacion difusa. La red que reune entre si los grumos y granulos es sumamente delicada, y exige para su percepcidn los mas fuertes objetivos. Una particularidad, que no sabemos si es fendmeno cons- tante, presentan las células piramidales del conejo y conejillo de Indias. En estas células es muy frecuente ver que todos los granos cromaticos se acumulan por debajo del nucleo, es de- cir, en la mitad profunda de la célula, mientras que por enci- ma de éste el reticulo se aclara, cesando la materia croméfila en el mismo arranque del tallo radial. En los corpusculos po- limorfos se nota con frecuencia, ya una polarizacion inversa, ya una distribucién regular de la cromatina. Entre las piramides del conejo 6 conejillo de Indias domina el tipo cromodfobo 6 claro: se hallan, no obstante, y a veces constituyendo grupos 6 cantones, algunos representantes del tipo obscuro 6 cromofilo. En estos ultimos las mallas del re- ticulo se perciben dificilmente, los grumos se alargan en el sentido radial, y algunos de ellos pasan, no sdlo a la zona su- pranuclear y arranque del tallo, sino a la primera porcién de las expansiones basales. Parecidas disposiciones cabe observar en las piramides del asta de Ammon, cuyos tipos voluminosos, como ya demostro Schaffer, contienen gruesos husos. En el conejo la cromatina protoplasmica aparece unas veces concentrada en la mitad profunda 6 basal, otras repartida con cierta regularidad en todo el cuerpo celular. Las células de Golgi albergan por lo comin robustos grumos. En cuanto 4 los granos de la fascia dentada, la disposicién de los grumos cromaticos recuerda la de las pequenas células de la habenula y capa molecular del cerebelo. En torno del nucleo reside una zona sin granos, en continuacidn con la ex- pansidn radial que aparece clara, y por debajo de la mem- brana celular se advierten dos 6 mas granos de tamafo varia- ble y bien separados entre si. -Grumos cromaticos en las células embrionarias. Como afir- ma Lenhossek y hemos demostrado nosotros en animales re- cién nacidos, los grumos cromaticos aparecen muy temprana- mente en los elementos de la médula espinal. Los husos de las (19) Cajal. ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 31 células motrices son mas pequenios y estan mas proximos que en la médula adulta y su figura es mucho mas irregular. En los corptisculos motrices sobre todo, es muy facil apreciar que el grumo cromatico representa un trozo de red cuyos nudos y trabéculos se hubieran engruesado notablemente a beneficio del depdsito de materia cromatica. En los elementos comisu- rales y de los cordones, los grumos cromaticos son mucho mas macizos y voluminosos, yaciendo de preferencia por bajo de la membrana y en los polos nucleares. En el cerebelo del perro recién nacido la tionina colora muy bien la capa de los granos superficiales, en la cual, y de acuerdo con la opinién de Schaper (1) y de Calleja (2), yacen multitud de corpusculos indiferenciados, especie dé células germinales, a menudo en curso de mitosis. En la mitad inferior de esta capa, compuesta de las células fusiformes horizontales (que, como descubrimos nosotros y han confirmado Lugaro (3), Schaper y Calleja, representan granos profundos en evolu- cion), las mitosis faltan por completo, lo que autoriza a pen- sar que, por lo menos en el perro recién nacido, esta subcapa sdlo contiene neuroblastos relativamente diferenciados. En estas mismas preparaciones, las células de Purkinje se muestran muy embrionarias y afectan una forma oblonga, en cuya porcidn inferior yace el nucleo. La red cromatica es poco aparente y ofrece la particularidad de que los granos croma- ticos yacen exclusivamente por debajo de la membrana y en la regidn supranuclear: la porcién central del protoplasma se presenta palida y semeja 4 una gran vacuola. Cuando se examinan cortes, tenidos por la tionina, de la cor- teza cerebral del perro 6 gato recién nacidos, llama desde luego la atencién la gran riqueza de células y el poco desenvolvi- miento de la trama que las separa. Las piramides pequenas y medianas constituyen series ver- ticales separadas por fibras radiales del epitelio, entre las cua- les se hallan también elementos neurdéglicos, alargados, bien (1) ScHaper: Hinige Kritische Bemerkungen zu Lugaro’s Aufsatz: Ueber die Histo- genese den Korner des Kleinhirrinde. (Anat. Anzeige., 1895, n.° 13.) (2) CALLEJA: Histogénesis de los centros nerviosos. ‘Tesis del doctorado, 1896.) (3) LuGaro: Sulla Istogen-si dei granuli della corteccia cerebellare. (Mon. zool. ital. Tv, wi6ry-7:) 5 eel ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) reconocibles, gracias 4 su nucleo ovoideo, obscuro, pequeno y prolongado en el sentido de dichas fibras. Tan intimo es el contacto de las piramides pequenas dentro de las series, que a duras penas cabe distinguir los contornos separatorios. En lo que atane al protoplasma, cabe afirmar que las células mas superficiales (piramides pequenas) carecen de granos croma-— ticos 6 los contienen solamente en cantidad minima y disemi- nados, ora por el arranque del tallo radial, ora por la porcién infranuclear del protoplasma. Las piramides medianas participan también de estos carac- teres; no obstante, pueden verse ya en algunas de ellas gru- mos cromaticos irregulares situados, ya a los lados, ya por de- bajo del nucleo: la expansién radial carece de cromatina, como en las piramides pequenas. Las piramides grandesy medianas exhiben un aspecto menos embrionario. Por una parte, la forma oblonga 6 fusiforme en los corpusculos superficiales tiende a hacerse piramidal, y por otra, las distancias intercelulares han aumentado mucho, lo que prueba, dicho sea de pasada, un comienzo de estiramiento y ramificacion de las prolongaciones protoplasmicas colatera- les y basales. En muchos corpusculos, empero, se conserva to- davia la figura en huso con dos gruesas expansiones polares, de las cuales la ascendente carece por completo de cromatina, mientras que la descendente, mas 6 menos ramificada, con- tiene numerosos granos de Nissl. Es muy frecuente ver una prolongacién protoplasmica gruesa descendente salpicada de grumos cromofilos que, por yacer superficialmente y abultar un tanto al exterior, dan a la expansién un aspecto nudoso. Por encima del nucleo, que 4 menudo se muestra retraido dentro de una gran vacuola protoplasmica, la cromatina cons- tituye, bien dos 6 tres grumos verticales, bien una masa ci- lindrica cortada bruscamente al nivel del arranque del apén- dice ascendente. El cilindro-eje carece de granos cromaticos y brota por lo comutin de la gruesa prolongacién protoplasmica descendente. Las células polimorfas se muestran fusiformes, orientadas como las piramides, con un nucleo retraido en el centro del cuerpo celular y una expansién descendente ramificada, don- de se concentra toda la cromatina. Como en las piramides gruesas, la prolongacién ascendente carece por completo de (21) Cajal.— ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 33 grumos cromaticos. Entre las células de esta capa yace una materia fibrilar abundante incolorable por la tionina, y cons- tituida por numerosas expansiones protoplasmicas de segundo y de tercer orden. Esta disposicién prueba que los corpusculos polimorfos se hallan muy avanzados en su desarrollo. En suma, el desarrollo de las expansiones protoplasmicas y el de la cromatina son dos fendmenos paralelos. Cuanto mas diferenciada se halla la morfologia celular, mas abundantes, mas distintos y mejor separados se hallan los grumos croma-— tofilos. La evolucién marcha desde las capas profundas a las superficiales, en las cuales se presentan los elementos de ca- racter mas embrionario (piramides pequefnias). En cuanto a las variaciones progresivas de la cromatina pro- toplasmica, siguen esta serie: 1.° Diseminacién irregular de granos finos por todo el cuerpo celular. 2.° Concentracién ul- terior de los mismos en la porcién infranuclear del protoplas— ma y trayecto inicial de la gruesa expansion basilar. 3.° Loca- lizacion exclusiva de dichos granos en el cuerpo celular y di- ferenciacién en grumos 6 husos cromaticos. El cilindro-eje carece ya desde el principio de toda representacion cromatica. En el perro recién nacido, las células especiales de la capa molecular se hallan bien desenvueltas. El método de Nissl revela en ellas robustos granos cromaticos diseminados 4 ve- ces por el trayecto de las expansiones polares. La presencia de estos grumos prueba que se trata aqui de verdaderos cor- pusculos nerviosos, y no de elementos neurdglicos especiales. Células de los vertebrados inferiores.—Rana. Fijada la mé- dula espinal de la rana en el alcohol 6 bicloruro de mercurio, la coloracién de Nissl revela muy bien, particularmente en los gruesos corpusculos del asta anterior, los grumos y granos cromaticos. . Los mas gruesos grumos se observan en las células motri- ces, donde se nota que son muy numerosos y se disponen en una capa cortical. Estos grumos son manchas irregulares es— cotadas, mas 6 menos alargadas, y estan unidas entre si a favor de puentes de espongioplasma palido: en algunos cor- pusculos parece extenderse la cromatina por toda la periferia celular; pero en la mayor parte se advierte que dichos gru- mos se localizan especialmente en la zona cortical del ploto- plasma correspondiente al arranque de las gruesas expansio- ANALES DE HIST. NAT. — XV. 8 34 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) nes. En todo caso se ve un espacio perinuclear exento de cromatina, continuado con el espongioplasma incoloro del ci- lindro-eje y de los apéndices protoplasmicos (fig. 3 A). Las expansiones protoplasmicas gruesas, singularmente las que se dirigen hacia la periferia de la médula, ofrecen en una parte de su trayecto husos relativamente mucho mas finos y largos que los correspondientes del conejo. El nucleo muestra un nucleolo de cromatina y un gran numero de granulos, qui- zas de edematina, que atraen especialmente el verde de me- tileno, cuando se coloran los cortes en una mezcla de tionina y este reactivo. También en la médula de los batracios pueden verse los dos tipos cromofilo y croméfobo de Flesch. Las células obscuras 6 retraidas se reconocen facil- mente por su intensa colorabi- lidad, por la aproximacién y alargamiento de los husos cro- maticos, por estar provistas de un nucleo obscuro, como re- Fig. 3.—Dos células motrices de la mé- traido, y por exhibir un contor- dula espinal de larana.—A, célulaen- no festoneado, debido sin duda focada Santen Tete 25 pe en- Ala produccién de orandes va- focada por su cara superior; C, nucleo _de una célula neurdglica. Método de cuolas entre el protoplasma af Nissl. la membrana. Parecidos caracteres ofrecen las células motrices del facial y del trigémino, donde los husos cromaticos estan tan notablemente desarrollados. Un corte antero-posterior del cerebelo de la rana nos permi- te observar facilmente los granos y los elementos de Purkinje. Las células de Purkinje se hacen notar por su palidez, y, sobre todo, porque los husos cromaticos no estan esparcidos por toda la célula, sino confinados de manera exclusiva por debajo de la membrana en donde se adhieren, constituyendo grumos 6 nudosidades irregulares. Estos grumos son poco nu- (23) Cajal.—ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 35 merosos; en algunos corpusculos sdlo se ven dos. La zona peri- nuclear esta completamente libre de cromatina, y en ella el espongioplasma, delicadamente reticulado, se contintia con la estriacion fibrilar del cilindro-eje y la trama palida del tallo protoplasmico principal (fig. 4 4). Los granos carecen por completo de cromatina. Su nucleo muestra una reticulacién cromatica espesa y dos 6 mas nu- cleglos. En cuanto a las piramides cerebrales, preséntanse ovoideas, con un niicleo rico en cromatina, que encierra uno, dos 6 mas globos cromaticos, y un protoplasma casi uniformemente teni- do por la substancia cromofila. Este protoplasma esta situado exclusi- vamente sobre el nu- cleo, y en su corteza periférica aparece, ya : ‘eh ighks: 4 ,. Fig. 4.—A,célula de Purkinje de la rana; B, pirdmi- un depdsito cromati- des cerebrales: C, pirdmide retraida con vacuolas co difuso y sin granu- periféricas. Obj. 1,40, apocrom. Zeiss, lacion bien acusada, ya dos 6 tres acumulos croméfilos. También la regién perinu- clear comunicante con la trama del cilindro-eje y expansiones protoplasmaticas esta exenta de materia cromofila. Los hilos del espongioplasma son de extraordinaria tenuidad. Al lado de piramides claras se hallan siempre piramides obscuras 6 retraidas, en donde es imposible discernir los con- tornos de los grumos ni las mallas del espongioplasma. El nu- cleo, muy empequenecido, no consiente tampoco por su obs- curidad, un examen preciso de su disposicién estructural. Tanto en las células claras como en las obscuras, los apéndi- ces protoplasmicos y cilindro-eje carecen de cromatina. b. Lacerta agilis. —Hemos examinado la médula espinal, el cerebro y el cerebelo de este vertebrado, y los caracteres ha- llados en la materia cromofila corresponden casi perfectamente a los ofrecidos por las células de la rana. Los corpusculos motrices de la médula poseen una red de espongioplasma embebida en cromatina difusa, la cual se:con- 36 ANALES DE’ HISTORIA NATURAL. (24) centra también, como en la rana, en grumos irregulares, algo alargados y de pequena dimension. Las células piramidales de la corteza cerebral poseen mas cromatina que las de los batracios, disponiéndose esta subs— tancia en masas 6 grumos irregulares, situados en la region cortical del protoplasma. lin algunos elementos se advierte un capuchon nuclear, vuelto, como de costumbre, hacia la gruesa expansidn protoplasmica. Entre esta zona cortical y el nucleo yace un espacio claro sin cromatina, y constituido por un re- ticulo de extraordinaria delicadeza. Los grumos cromaticos faltan en el cilindro-eje y tallo radial. No es raro ver algunos corpusculos obscuros, casi negros, en los cuales el protoplas— ma, retraido y reducido escasamente al tercio de la dimensién normal, no permite apreciar ningun detalle de estructura. En los capilares adviértense a menudo leucocitos con granulacio— nes basidfilas, coloreadas en rojo heliotropo por la tionina. Estos leucocitos son de dos especies: los més numerosos encie- rran granitos finos apretados; los menos abundantes ofrecen gruesos globos basiofilos. En el cuerpo estriado (Stammganglion de Edinger) se ven también gruesas células con grumos cromofilos periféricos. Algunos de tales corpusculos se muestran rodeados de cuatro 6 seis pequenos nucleos dispuestos en corona, y pertenecientes quizas a4 diminutas células nerviosas. c. Peces.—En el ciprinus carpio y en la perca hemos exami- nado las células de la médula espinal, las cuales muestran, como las de los batracios y reptiles, numerosos grumos croma- ticos, observables, sobre todo, en los corpusculos motores si- tuados cerca del ependimo. Los grumos son mas pequenos é irregulares que en los vertebrados superiores, y estan disemi- nados por los nudos y trabéculos de la red de espongioplasma, sin constituir nunca gruesos husos. A lo largo dela expansion 6 expansiones protoplasmicas externas se prolonga la red cro- matica, en la cual se advierten 4 veces verdaderas estrias gra- nulosas mas 6 menos paralelas, que recuerdan algo los husos de los mamiferos. E] cilindro-eje carece de cromatina, lo mis= mo que las expansiones protoplasmicas delgadas. Células del mismo caracter se hallan en los nucleos moto- res del bulbo y en el ganglio fundamental. (Stammganglion, de Edinger.) <25) Cajal.— ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 3T Las células de Purkinje del cerebelo son mas gruesas que en la rana, afectan forma de pera, poseen un grueso nucleo situado en la porcién inferior del protoplasma y emiten hacia afuera una gruesa expansién exenta de cromatina. Esta se halla repartida difusamente en el reticulo celular sin formar grumos gruesos, excepto por debajo de la membrana, en don- de se dispone en placas 6 laminas verticales mucho mas es- pesas y extensas que las descritas en los batracios. Células de los invertebrados. 1.° Astacus fuviatilis.—En el cangrejo de rio las células ganglionares, cuyas propiedades morfologicas han sido bien estudiadas por Retcius, Bieder- mann, tinense bien por la tionina y azul de metileno B., y re- velan un protoplasma que recuerda por completo el de los cor- pusculos de los ganglios raquideos. Incluidos en una red apretadisima de espongioplasma incoloro, yacen granos cro- maticos irregulares de escasa dimensién, y los cuales en cier- tos elementos se orientan de un modo concéntrico. En ciertas células los granos adquieren dimensién de grumos que se lo- calizan especialmente en las capas periféricas del protoplas- ma. Del lado del cilindro-eje los granos cromaticos cesan, asi como la red de trabéculos gruesos, y en su lugar se ve una trama palida finisima, algo tehida de azul, continuada sin in- terrupcidn con la trama especial de la prolongacién funcio- nal. El nucleo es voluminoso, y contiene una red de hilos pa- lidos enlazados con granulaciones colorables en azul palido por la tionina, y una 6 dos robustas esferas de nucleina sin textura aparente, las cuales se impregnan por este reactivo en violeta rojizo. 2.° Helix Pomatia.—¥n los gasterdpodos se confirma la descripcidn precedente, apareciendo todavia mas acusados al- gunos caracteres. En las células medianamente voluminosas del ganglio ce- faldideo se advierten con toda claridad una membrana granu- losa, un protoplasma reticulado y ciertas inclusiones pigmen- tarias. La membrana se hace en ciertos sitios muy aparente, gracias a la retraccidn del reticulo y 4 la formacién de vacuo- las periféricas que en algunas células produce el alcohol; por su cara profunda recibe la insercién de los trabéculos del es- pongioplasma, y por su faz superficial, completamente lisa, se pone en contacto con las células neurdglicas. 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) El nucleo, generalmente voluminoso, revela, ademas de su capsula acromatica, dos clases de corpusculos: unos gruesos, en numero de 247, y fuertemente coloreables en rojo-violado por la tionina (nucleolos cromaticos), y otros mas numerosos y finos esparcidos por todo el espesor del érgano y coloreables en azul grisaceo palido por dicho reactivo. Estos ultimos gra— nos acaso correspondan a los globos de edematina que Rein- ke (1) y Schloter (2) han descrito recientemente en muchas células; de todos modos, sus propiedades quimicas son diver- sas que las de la cromatina, y entre ellas no parece existir re— ticulacién bien apreciable. El método de Heindenhain los im- pregna de una tinta morena menos intensa que la obtenida por los nucleolos. Kl protoplasma consta de un espongioplasma muy percepti- ble, que se colora no muy intensamente por el método de Nissl y que se prolonga con la delicada trama del cilindro-eje. Como en los ganglios raquideos de los vertebrados, la red citada pierde la cromatina en el arranque de la expansidén funcional, pero no de un modo brusco, sino por gradaciones. Grumos cromaticos gruesos no existen; solamente se advierte que se tinen algo mas intensamente las nudosidades del reticulo pro- toplasmico. Sin embargo, en algunas células se notan por fue- ra del nucleo algunos acimulos cromaticos adelgazados (3). EK] cilindro-eje se tine de azul palido por la tionina, y revela una fina estriacién longitudinal, que bajo la accidn de un objetivo de gran angulo (1,60 apo. Zeiss) nos ha parecido re— (1) REINKE: Zellstudien. (Arch. f. mikros. Anat. Bd. 48, H. 3, 1894.) (2) SCHLOTER: Zur Morphologie der Zelle. (Arch. f. mikros. Anat. Bd. 49, 1895.) (83) No hemos podido confirmar la opinion de Rohde /Ganglienzelle Axencylin der, Puntsubstanz und Neuroglia. (Arch. f. mik. Anatomie, Bd. 45, H. 3, 1895), quien describe en las células del Heliz dos redes de espongioplasma, una situada periféri- camente y formada por finos hilos, otra colocada mas concéntricamente y consti- tuida por gruesos trabéculos: el cilindro-eje se continuaria con el espongioplasma fino. Tampoco hemos logrado reconocer la penetracion en el interior del protoplasma de filamentos de neuroglia ni la existencia de nicleos de células neurdglicas en eb espesor del cuerpo celular. En el lébulo eléctrico del torpedo y en otros animales, describe Rohde células nerviosas, cuyo protoplasma seria atravesado por vasos. (Arch. f. mik. Anat. Bd. 42, 1893.) Este hecho es cierto, pero nonuevo, pues ya lo expusimos nosotros en 1888 en nuestra memoria, casi desconocida de los sabios (tampoco Lenhossek la cita en su reciente trabajo sobre la textura de las células nerviosas del torpedo), titulada Nota sobre la estructura de los tubos nerviosos det lébulo cerebral eléctrico del torpedo. (Rev. trim. de Histologia. Agosto, 1888.) (27) Cajal.—ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 39 solverse en una reticulacién de mallas estrechisimas y longi- tudinales. La ausencia de grumos cromaticos en la expansién funcional habla en favor del dictamen de Retzius, que estima la unica prolongacién de los corpusculos de los invertebrados como la representacién del cilindro-eje de las células de los vertebrados. En muchos corpusculos, particularmente en los medianos y gigantes, el polo profundo del protoplasma, es decir, el que da origen a la expansion funcio- nal, presenta una mancha pig- mentaria, que 4 menudo cons- tituye una giba 6 eminencia en el contorno protoplasmico. Consta este acimulo de esferas verdosas de dimensién varia- ble, unidas entre si por fila- mentos del espongioplasma, el cual carece precisamente en este sitio de substancia croma- tica. Con buenos aumentos (1,40 6 1,60 Zeiss), el aspecto general del espongioplasma de la region pigmentaria es el de un reticulo cromatico, en cuyos nudos se contiene la materia melanica. La morfologia de los granos Fig. 5.— Célula nerviosa del ganglio 5 x cerebroideo del caracol. (Reunién de pigmentarios nose aprecia con los detalles revelados por el método de perfecta claridad en las prepa- _ Nissl y el de Heidenhain.) —a, nucleo- favioupstenidacsconlasanili=y 10s decromatine; 0; eranoside'edema- ati tina; c, reticulo cromatico del proto- nas 0 con hematoxilina ; Pere plasma; d@, esferas de pigmento; @, ci- si, previo fijado en sublimado, lindro-eje. se colorean los cortes por el pro- ceder imaginado por M. Heindehain para la revelacién de los centrosomas, los granos pigmentarios se tinen intensamente en negro, mostrandose esféricos, homogéneos y de tamano alo diverso. Notase ademas que estan esparcidos, aunque en corto ntmero, por todo el cuerpo celular; pero sdélo constitu- yen montoén en el polo profundo del protoplasma. 40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) Por lo demas, estos acimulos pigmentarios han sido ya men- cionados por otros autores, particularmente por Vignal (1), que los ha tomado como un alimento de reserva, y por Na- bias (2), que los relaciona con estados funcionales de las célu- las nerviosas. En los corpusculos pequenos faltan por com- pleto. . Kn cuanto al centrosoma, recientemente observado por Len- hossek (3) en las células de los ganglios raquideos de la rana, nuestros esfuerzos por demostrar su presencia, con el método de Heindenhain, en los invertebrados, no han tenido ningtin éxito. Nucleo de las células nerviosas y neurdglicas. Hl nvicleo de las células nerviosas ha sido estudiado por numerosos auto- res, particularmente por Flemming, Nissl y Lenhossek. Nos- otros hémoslo observado con suma atencidn, valiéndonos del objetivo 1,60 apocromatico de Zeiss, asi como del 1,40, y sir- viéndonos preferentemente de piezas induradas en alcohol. El bicloruro de mercurio nos ha parecido que produce algunos cambios en la forma y posicion de los nucleolos, por cuya ra- zOn lo posponemos al alcohol, al formol y al liquido de Flem- ming, con los cuales hemos conseguido resultados bastante concordantes. Como colorante usamos de preferencia la tioni- na, de la cual ha afirmado M. Heidenhain que es un excelente reactivo de la cromatina, substancia 4 la que presta, por un fendmeno de metacromasia, una tinta violada, mientras que la red de linina se colora de un matiz azulado claro. Una mez- cla a partes iguales de dos soluciones acuosas, una de fuchina basica al 1 por 100 y otra de azul de metileno B en igual pro- porcién, nos ha dado también buen resultado. Cuando los cor- tes tenidos en esta mezcla se decoloran en alcohol y se aclaran en bergamota 6 xilol, los husos cromaticos se presentan azu- les, asi como la red de linina del interior del nticleo, en tanto que la cromatina adquiere un matiz rojo azulado caracteristi- co (4). Parecidas soluciones se obtienen con mezclas en pro- (1) ViGNAL: Recherches sur le systéme nerveux des invertébrés. (Arch.d. Zool. esper., 1883.) (2) Nasias: Theses sur le systéme nerveux des Gasteropodes. Bordeaux, 1894. (83) LENHOSSEK: Centrosom und Sphaere in der Spinalganglienzellen des Frosches. (Aus. @. Sitzungsb. der. Wiirzb. Phys.-med. Gesselisch., 1895. Sitzung, 18 Jul.) (4) Ream (Hinige neue Farbungsmethode zur Untersuchungen des centralen Nerven- (29) Cajal.— ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 41 porciones analogas de tionina y verde de metileno y de vesu- bina y rojo magenta. En cuanto al método de Rosin, excelente bajo otros aspectos, no le hallamos superior a los precedentes para el estudio del nucleo (1). Nuestras observaciones acerca de la disposicién de la croma- tina nuclear en las células de los vertebrados nos han conduci- do 4 establecer cuatro tipos 6 categorias de corpusculos: 1.2 Cromatina periferica.— Es el tipo nuclear de las células de neuroglia, y se observa, tanto en los mamiferos, como en los vertebrados inferiores (células epiteliales desplazadas). La cromatina forma una red, situada por debajo de la mem- brana de cubierta, red desigual, cortada en algunos puntos, y formada de granos y cordones relativamente gruesos, unidos por filamentos de gran tenuidad. Para observar bien este re- ticulo es preciso enfocar solamente (con el 1,40 6 1,60 de Zeiss) el plano superficial del nucleo. Si se baja el foco, la red des- aparece, y se advierte que el interior del nucleo encierra un liquido incoloro, en donde destaca uno, dos 6 tres granitos cromaticos, unidos por filamentos de linina con la red super- ficial. (Fig. 6.) ¥ El aspecto de membrana cromatica presentado por los nu- cleos de neuroglia es, pues, mera ilusién, resultado de la ob- servaciOn en seccién éptica y debajo de la membrana de una red cromatica periférica. Esta estructura nuclear que se observa también en la neu- roglia y células epiteliales de reptiles, peces y batracios, es absolutamente caracteristica y hace imposible la confusién de los corpusculos neurdglicos con los nerviosos. 2.° Cromatina central reticulada.—Tal es la construccién cromatica que presentan todas las células nerviosas de peque- nisimo tamano, y casi exentas de protoplasma, como son los granos del cerebelo, las células bipolares de la retina. systems. (Munch. med. Wochenschr. Jahr xxx, 1882) aconseja también para el estu- dio del sistema nervioso la doble coloracién de la fuchina y azul de metileno; pero en el método de este autor se procede separadamente, usando primeramente una so- luci6n caliente al 0,1 por 100 de azul, decolorando después en alcohol, y tinendo, por ultimo, en una solucion alcohdélica de fuchina al 0,1 por 100, con lo cual se complica el modus operandi, y los resultados, por lo que toca 4 los husos cromaticos, son muy imperfectos. (1) Rosin: Ueber eine neue Farbungsmethode des gesamten Nervensystem nebst Bemer- hungen uber Ganglienzellen und Gliazellen. (Neurol. Centraldl. Jahirg. x11, 1894.) 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) La cromatina no se modela sélo en granos sueltos, sino que se extiende en cordones espesos anastomosados, que rellenan todo el interior del nucleo y limitan mallas sumamente an- gostas. Al nivel de los nudos la cromatina forma granos espe- sos, de los cuales suele haber uno 6 dos mas robustos que to- dos los demas. Algunos granos cromaticos se adhieren a la membrana nuclear; pero no suelen dar nunca a ésta ese as— pecto de corteza cromatica privativo de los elementos neurdé- glicos 6 de los leucocitos. La pequeniez de los nucleos y el apre- tamiento de la red hacen imposible una distincidn correcta entre los hilos cromaticos y los de linina: puede, sin embargo, asegurarse que los primeros dominan sobre los segundos. Fig. 6.— Diversos tipos de niicleos de células nerviosas. Coloracién por la tionina.— A, nucleo de neuroglia, en el cual a representa el enfoque superficial y 4 el ecuato- rial; C, nucleo de un grano del cerebelo; D, nucleo de una pirdimide cerebral; #, nuicleo de una célula motriz. 3.° Cromatina central dispuesta en grdnulos, unos gruesos ¥ otros finisimos.—Tal es el tipo nuclear presentado por la in- mensa mayoria de las células nerviosas de mediana talla, como son los granos de la fascia dentata, los elementos de los cordones y de la substancia de Rolando de la médula, las pe- quefias piramides del cerebro, etc. La cavidad nuclear es recorrida por una red de linina suma- mente delicada, cuyas trabéculas son en gran parte conver- g@entes alos nucleolos. En el espesor de estos hilos palidos 6 en sus nudos se advierten algunos finisimos granos cromaticos, sdlo perceptibles con los mas potentes apocromaticos, y dos, tres 6 mas nucleolos, es decir, acumulos cromaticos, robustos a menudo, irregulares, sin orientacién determinada, y de los cuales, 4 veces, uno suele ser mucho mayor que los otros. Por debajo de la membrana no existe red ni granos de nucleina. En los reptiles, batracios y peces, las células de este tipo nuclear, como por ejemplo, las piramides del cerebro y los corpusculos de los cordones de la médula, ostentan mas abun- (31) Cajal.— ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 43 dancia de granos cromaticos finos, y presentan en algunos pa- rajes una verdadera reticulacién, que recuerda ya la arqui- tectura cromatica de los granos. 4.° Cromatina concentrada en un solo nucleolo homogéneo, es- ferico y mas 6 menos central.—Tal es la disposicién cromatica en todas las células de gran talla, como son: los corpusculos motores, los de los ganglios raquideos, las células de Purkin- je del cerebelo, las piramides gigantes del cerebro, los ele- mentos de Golgi del cerebelo, etc. En todas estas células el jugo nuclear esta recorrido por una red irregular de linina, en cuyos nudos no puede verse ningtin grano cromatico. El nucleolo, robusto y perfectamen-— te esférico, puede en algunos casos ser doble, y cuando esto sucede, una de las esferas cromaticas alcanza mayor tamano. Esta duplicidad del nucleolo, visible, sobre todo, en los elemen- tos gigantes menos voluminosos, establece una transicidn en- tre el tipo nuclear que estudiamos y el precedente. Notemos de pasada que el caracter mononucleado de los elementos gi- gantes se advierte también en los peces, batracios, reptiles y aves. De lo expuesto se infiere que la disposicién de la nucleina no depende de la significacién funcional de las células ner- viosas, puesto que la presentan idéntica los corpusculos mo- trices y sensitivo-sensoriales; antes bien parece relacionarse con el tamano del nticleo y con el grado de diferenciacién del protoplasma. Cuanto mas rica es la célula en protoplasma, y por tanto, en acumulos cromaticos, mayor concentracién y simplificacién experimenta la nucleina. Las formas nucleares caracterizadas por la presencia de cromatina reticulada, ya periférica, ya dispersa por todo el armazon de linina, corres— ponden siempre a elementos de escasa dimension y de limita- da diferenciacion protoplasmica. En nuestros estudios sobre la estructura de las neoplasias epiteliales, hemos notado que en las células cuya cromatina conserva una posicién periférica, 6 se dispone en red exten- dida por todo el nucleo, la capacidad de proliferar se mantiene; mientras que en aquellos corpusculos en donde la nuclei- na, no sdlo ha disminuido en cantidad, sino que se ha con—- centrado en un solo nédulo central, se ha perdido toda po- tencialidad proliferatoria. En el epidermis de la piel normal, 44 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) y sobre todo en el del cancroide, se advierten todos los transi- tos, desde la cromatina reticulada hasta la concentrada en una sola esfera, notandose que a medida que la célula enve- jece y la cromatina se concentra, se suspende la actividad generadora y el cuerpo celular experimenta diversas meta- morfosis (formacién de fibrillas de keratina y de granos de eleidina, derrames cromaticos en el protoplasma por destruc- cidn del nucleolo, etc.) Si conociéramos bien hasta qué punto han conservado su capacidad proliferatoria los granos del cerebelo y algunos pe- quenos elementos nerviosos, acaso podriamos aplicar a las células de los centros la ley que rige la actividad regenerativa de otros tejidos. Hsa concentracidn progresiva de la cromatina nuclear de los corpusculos nerviosos, representa quizas el transito de la fecundidad a la esterilidad, el paso de la fase reticulada bien conservada en la neurogilia (de la cual se sabe que es capaz de multiplicacién) al estadio de mononucleolaridad que se asocia a’ una elevada diferenciacién protoplasmica, y por cuya vir- tud ha perdido el nucleo su representacién de Organo repro- ductor, para mantener y acaso mejorar su cualidad de 6rgano nutritivo. A titulo de resumen de los precedentes datos, podemos ex- poner aqui las siguientes conclusiones: 1.*. La materia cromatica del protoplasma nervioso no es privativa de éste, pues se halla en ciertos leucocitos, en ele- mentos conectivos, hasta en células de neuroglia; pero sola- mente en los corpusculos ganglionares grandes se halla for- mando actimulos considerables. 2.° La significacidn de esta materia no parece relacionarse con el poder conductor, pues sobre faltar en algunas células nerviosas, cuando es abundante, se dispone siempre de tal modo, que deja libres ciertos caminos rectilineos extendidos desde una expansiOn protoplasmica a otra, y desde el cuerpo celular al cilindro-eje. Verosimil parece que se trate de una inclusién basidfila se- gregada por la célula, y destinada acaso 4 servir de pabulo nutritivo durante la actividad funcional de ésta. Nosotros com- parariamos de buen grado dicha inclusién basidfila adherida al reticulo con los grumos longitudinales también fusiformes, (33) Cajal.— ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 45 avidos del cloruro oro, que ofrecen los tabiques de sarcoplasma de la fibra muscular estriada, y cuyo espesor parece experi- mentar también variaciones importantes durante la contrac- cidn. 3." La parte conductriz de la excitacién nerviosa parece estar representada por un reticulo de espongioplasma acréma- tico. Este reticulo, cuyas trabéculas longitudinales son mas espesas que las transversales, se apretaria notablemente en el cilindro-eje y prolongaciones protoplasmicas, en donde origi- naria esa apariencia fibrilar vista por Schulze, Ranvier, Flem- ming, y recientemente por Dogiel. Por lo demas, en la apre- ciacidn del aspecto fibrilar entraria también por mucho, como han manifestado Simarro y Lenhossek, la percepcidn incom— pleta de los husos, particularmente en el estado de retraccién del protoplasma, en el cual alcanzan aquellos su maxima del- gadez y longitud. 4.“ Estudiando la distribuci‘n de la cromatina protoplas— mica, ya en la serie filogénica, ya en el] desenvolvimiento on- togénico, se observa en ella una diferenciacién, cuyas princi- pales fases son: a. Cromatina granular difusamente esparcida por el protoplasma, sin formacién de grumos bien aparentes. b. Aparicion de grumos periféricos, situados debajo de la mem- brana, reservando un gran espacio perinuclear palido conti- nuado con las expansiones. c. Adicién de grumos perinuclea- res 4 los grumos corticales. d. Extensién de los grumos croma- ticos por todo el cuerpo celular, y modelamiento de figuras fusiformes paralelas 4 las expansiones, a fin de no impedir el paso de las corrientes. Como sostiene Nissl, existe cierta relacién entre la dimen— sidn de los grumos y el volumen del protoplasma, lo que ex- cluye la idea de que la diferenciacién de la cromatina en mu- chos y espesos husos corresponda 4 una mayor dignidad fun- cional de la célula. Asi las células de los nicleos motores poseen grumos mas grandes, numerosos y bien limitados que los corpusculos piramidales de la corteza cerebral, y las célu- las voluminosas de los peces, batracios y reptiles (células mo- trices), exhiben una diferenciacién cromatica superior a los pequenos elementos nerviosos de los mamiferos (granos del cerebelo, del bulbo olfatorio, células de la capa molecular del cerebelo, etc.). 46 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) 5.2 Puesto que las expansiones protoplasmicas finas y la porcién terminal de las gruesas carecen de grumos cromati- cos, es muy posible que su accién fisiol6gica no sea entera- mente idéntica a la del cuerpo celular. Bajo el punto de vista de las conexiones, el método de Golgi nos permite ya estable- cer algunas diferencias, pues mientras que el protoplasma cromatico (cuerpo y gruesas expansiones) es liso y se relaciona con arborizaciones nerviosas pericelulares, las expansiones dendriticas finas estan erizadas de espinas y sdlo se cone- xionan con simples fibrillas terminales (relacién por contacto crucial). 6.°. Las células obscuras de Flesch se hallan en toda la se- rie animal y en todos los centros nerviosos (menos en las cé- lulas de Golgi, en donde jamas hemos visto estados retraidos), cualquiera que sea el fijador empleado, y se caracterizan por un alargamiento de los husus y por una disminucidn de los espacios conductores. Parece probable que estos elementos crom6filos representen, como asegura Nissl, algun estado fun- cional de la célula nerviosa, quizas un fendmeno de inhibicion suscitado por la contraccién del reticulo protoplasmico 6 el agotamiento del jugo celular. 7.° El nucleo de las células nerviosas sufre, conforme su di- ferenciacidn avanza, un proceso de simplificacién, que con- siste en la concentracién progresiva de toda la nucleina en uno 6 dos nucleolos esféricos. Es probable que las células ner- viosas, cuya nucleina esta representada solamente por uno 6 varios nucleolos, hayan perdido la propiedad de proliferar. Esta ha sido conservada por las células neurdglicas, en donde la nucleina mantiene todavia la disposicién reticulada. NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES PAR OS i as eB De ee (Sesion del 2 de Octubre de 1895. ) Iv. SUR QUELQUES PARTICULARITES DE L’ARMURE DES PATTES ET SUR L’AVORTEMENT DES AJLES DANS LE GENRE NEMOBIUS. Le but de cette notice est d’appeler Vattention sur divers détails auxquels leur généralité oblige 4 reconnaitre une cer- taine importance. Les uns sont relatifs a la conformation des pattes postérieures; ils regardent avant tout la spécigraphie et la classification; toutefois, les plus remarquables d’entre eux offrent un intérét plus général, en ce quwils montrent Vinfluen- ce de la sexualité sur des parties qui sont soustraites dordi- naire a son action, chez les Orthoptéres. Les autres, d’ordre strictement biologique, se rapportent a deux modes d’avorte- ment des ailes qui ont vraisemblablement une assez grande généralité chez divers Grillons, bien que mes observations ne portent directement que sur les Nemodius d'Europe. Aucun lien n’existe entre ces deux sortes de caracteres. Si je les réunis sous un méme intitulé, c’est seulement parce que les uns et les autres ont été étudiés dans le méme groupe. 1. Armure des pattes. L’armure des pattes est traitée avec tant d’ampleur et de précision par M. de Saussure, dans sa belle monographie des Grillons, qu’il ne peut étre question de revenir sur ses traits (1) I-III in ANAL. DE La Soc. Esp. DE HIST. NaT. t. x1x, 1890. 48 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (90) généraux. La description et la nomenclature de cet auteur étant prises pour base, je passe tout de suite aux détails que j'ai dessein d’étudier. Differenciation sexuelle dans les épines.—I\ s'agit, en premier lieu, des caracteres que la premiére et la derniére épine du bord interne du tibia postérieur peuvent affecter chez le ,. L’aspect singulier de la 1 épine et sa longueur trés réduite chez le % ont certainement été remarquées, dans plusieurs cas. Dans la description originale du NV. /icolor, de VInde orientale, M. de Saussure fait observer que cette épine est «petite et crochue» (1) et le dessin qu’il on donne (pl. 11, car- ré vil, fig. 6) exprime bien ce double caractere. M. Brunner, d’autre part, fait mention de sa petitesse dans le NV. lineolatus Brull. (2), et bien que V’affirmation de Villustre naturaliste ne soit pas restreinte a l'un des sexes, il B nest pas douteux qu'elle ne lui ait été suggérée par ’examen du oO’. Mais il ne semble point que cet accessoire ait été étudié comparativement, soit dans les deux sexes d’une méme espeéce, soit dans les diverses espéces du groupe tout entier. D’ot il est résulté que ni sa signification dattribut sexuel ni sa généralité n’ont pu étre mis en relief. Quant 4 la derniére épine, moins re- marquable d’ailleurs que la premiere, Wignie DivereccesGarueles, (Vucuue attention spéciale ne lui est A aS ees oii accordée dans les descriptions. tibia ie au Pour apprécier tout de suite la dif- le tibia et le tarse droits du CO’, vus par la face interne; férenciation sexuelle dont ces deux —a, premiere epine, trans- ein oe 3 formée en organe tactile; @pines sont susceptibles, soit comme 6, quatriéme épine, dilatée a : mas - ‘ la base: —c, poil de la base CXeMple typique le WV. /ineolatus. La du crochet tarsien interne, fig. 1 ci-contre met sous les yeux du courbé en s.— By), le tibia ane : A droit dela ©, vu parla face Jecteur le tibia droit du male et de la interne; la premiére et la femelle vus l’un et l’autre par la face quatriéme épines sont sem- , : blables aux autres. interne et dessinés dans les mémes A (1) Mé?. orth., ve fasc., p. 267. (2) Prodromus, p. 424. (91) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 49 conditions d’amplification, ce qui me permettra d’étre bref. L’épine supérieure offre chez le male un aspect tout a fait insolite: elle est en méme temps tres courte, trés large a la base, irrégulierement conique et subitement atténuée vers le bout, luisante et a peu prés glabre, tandis que les suivan- tes, aussi bien que la premiére chez la 9, sont aciculaires et revétues d’une longue et dense villosité, bien visible a la lou- pe. La couleur n’est pas moins remarquable que la forme et la vestiture: sombre a la base, @un blanc pur dans la partie distale, a ’exception cependant du bout apical, qui est, comme a Vordinaire, d'un jaune de chitine. Il est 4 remarquer toute- fois que l’écorce chitineuse est loin de prendre ici la méme épaisseur que dans les épines ordinaires. D’autre part, toute la partie blanche parait étre de consistance molle, turgescente sur le vivant, plus ou moins ratatinée sur les exemplaires des- séchés; il n’est pas rare que dans ces derniers l’épine paraisse un peu crochue, cette particularité s'accentuant davantage encore chez dautres especes. La méme figure permet de saisir une différenciation égale- ment fort remarquable de la 4° épine de la méme série, sur laquelle M. Bolivar attira autrefois mon attention. Toujours de forme ordinaire chez la 9, cette épine est fortement élar- gie a la base chez le o’, dans plusieurs espéces et nommé- ment dans celle-ci, au point que son diamétre atteint aisément les ?/, de celui du tibia. Elle est en méme temps convexe et comme bossue a son bord supérieur, un peu excavée a son bord inférieur, ce qui la fait paraitre coudée vers les éperons terminaux. Sur la signification physiologique de ces épines modifiées on ne peut qu’émettre des hypotheses. Il n’est guére dou- teux cependant que la premiére ne soit un organe tactile d’une délicatesse spéciale. C'est du moins la destination qui semble le mieux s’accorder soit avec sa conformation externe, soit avec sa structure interne. Mon but n’est point d’entrer dans beaucoup de détails relativement a ce dernier point et d’ail- leurs mes observations sont pour le moment trop incomplétes. Il suffira de constater en passant que les coupes axiales de. répine molle et des épines ordinaires montrent des différen- ces frappantes. Dans la premiére, l’hypoderme, fortement épaissi, forme un tissu massif, une sorte de manchon a pa- ANALES DE HIST. NAT. — XX¥. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (92) rois épaisses et a cavité tres réduite. Celle-ci est occupée par une assez mince gaine de tissu lache qui entoure un cordon central plus compact. Les constitutifs anatomiques de la gaine lache et du cordon qu'elle protége sont malheureusement indé- chiffrables, dans mes préparations (1), mais il faut s’attendre a y trouver des branches nerveuses et sans doute aussi de fins rameaux trachéens. Sur plusieurs coupes j’ai vu des trainées linéaires traversant Vhypoderme du corps tibial et pénétrant dans la pulpe de l’épine, en convergeant vers son axe, qui ne peuvent guere avoir d’autre signification. L’intérieur des épines ordinaires est creux et ne représente qu’une vaste lacune sanguine dont les parois sont tapissées par une trés mince couche hypodermique. La derniére épine a une signification plus énigmatique, sur laquelle je ne saurais fournir aucun renseignement. Quoi qwil en soit, il était intéressant de rechercher si de semblables modifications se retrouvent dans d’autres Nemo- bius. Apres avoir étudié a ce point de vue les especes euro- péennes et les rares exotiques a ma disposition, j’ai eu l’avan- tage d’examiner, avec le concours de M. Bolivar, celles de la collection de ce savant. Voici, sous forme tres résumée, les particularités relevées chez les cc’. Nemobius Heydeni Fisch. (Kurope).—l"* épine différenciée en organe tactile, robuste et brune a la base, blanche et comme vésiculeuse a l’apex, presque glabre. Derniere épine légére- ment modifiée dans le méme sens que chez NV. /ineolatus. N. monomorphus Bol. in litt. (Indes Or.) (2).—1"* épine bien différenciée, d’un noir brun, ovoide, atténuée au bout en une pointe un peu courbée, pale. La derniere, renflée et coudée, plus que dans Heydeni, moins que dans /iéneolatus. N. tagalicus Bol. (Ligao Albay).—1t* épine modifiée, bico- lore; derniére comme dans /ineolatus. N. 2 ceylonicus Sauss. (Ceylan).—1" épine modifiée, droite. Derniere ? (1) J'ai A peine besoin de faire remarquer que le traitement méthodique d’une épine chitineuse offre, au point de vue de la technique, de tres sérieuses difficultés. (2) Intéressante espéce, remarquable par l’absence de tambour musical. Elle sera décrite, dans un travail d’ensemble sur les Orthoptéres recueillis par un groupe de missionnaires Jésuites, professeurs au College de Trichinopoly (Présidence de Ma- dras), dont M. Bolivar a bien voulu se charger. (93) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 51 N. Novare Sauss. (Java).—l' épine modifiée, assez longue; moitié basilaire noire, moitié apicale blanche. Derniere non sensiblement modifiée. N. Histrio Sauss. (Java, Philippines, Trichinopoly).—l' épi- ne en organe tactile trés robuste, trapue, assez régulierement conique, finement mucronée au bout et presque entiérement blanche; le mucron ne parait pas toujours, les différents as- pects tenant sans doute a l'état plus ou moins affaissé de la partie molle. Derniére épine normale. N. cubensis Sauss. (Amérique).—1'e épine modifiée, assez allongée, un peu flexueuse, brune a la base et a apex, blan- che au milieu. Derniere non modifiée. N. fasciatus D. G. (Amérique).—l"* épine modifiée, bicolore, robuste a la base, rapidement atténuée en un stylet gréle et allongé ayant une tendance marquée a se recourber en arrie- re. Cette courbure d’ailleurs parait die a une cause purement mécanique et extérieure, car elle détermine dans la partie molle un pli bien reconnaissable et s’observe d’un facon tres inconstante, tantdt sur les deux tibias, tantét sur un seul et quelquefois sur aucun, La tache noire de la base est d’autant plus remarquable ici quwil s'agit d'une grande espece chez laquelle les épines ordinaires et le tibia lui-méme sont tres pales. La derniére épine est normale. N. longipennis Sauss. (Amérique).—1'e épine modifiée, ar- quée; derniere normale. N. sylvestris Fabr. (Kurope).—1e et derniere épines nor- males. De cet examen, il ressort que les nombreuses espéces du genre Nemobius se rangent. d’apres le caractére qui nous oc- cupe, en deux groupes: l’un ayant pour type le NV. sylvestris, chez lequel l’armure des tibias postérieurs ne présente d’un sexe a autre aucune différence; l’autre représenté en Europe par les VN. lineolatus et Heydeni, dans lequel les oo sont doués @attributs particuliers, affectant toujours la 1"e et sou- vent aussi la derniére épine de la série interne. C’est, si je ne me trompe, le premier fait de ce genre observé chez les Or- thopteres. Le cas est particulierement important pour le rangement des tres nombreuses especes de Nemodius et suffirait a lui seul pour faire assigner au NV. sy/restvis une place a part. Cette 52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . * (94) manieére de voir trouve (ailleurs un appui solide dans d'au- tres caracteres dont il me reste a parler; ils sont fournis par Pexamen microscopique du tibia. Particularités communes aux deux sexes.—Bien qwil ne soit pas encore entré dans les habitudes des entémologistes des— cripteurs d’en appeler au microscope, il est hors de doute que le recours @ cet instrument s’impose parfois, méme quand il ne s’agit que d’apprécier la structure externe. Les fins dé- tails, en effet, manifestent la spécificité des étres vivants aux mémes titres que la structure macroscopique. En tout cas, les renseignements acquis par cette voie, sur les Nemodius, ne paraissent pas entierement néglgeables. En premier lieu, ’examen comparatif de quelques prépara— tions empruntées a divers genres de la tribu des Gryllideées, permet de s’assurer que le groupe des Nemodbiites est caracté— risé par une vestiture tibiale et tarsienne d’un caractére par- ticulier, bien reconnaissable. Le fond en est constitué d’une seule sorte de poils robustes, plus ou moins dressés, et c’est seulement par endroits ou suivant certaines lignes que se montre une variété de poils plus grands, presque spinescents. Aucune différence n’existe, a cet égard entre le corps du tibia et ses appendices. Suivant une loi tres générale, les poils ces— sent a quelque distance de apex, sur les épines et sur les. éperons; la partie qui demeure nue est toujours de consistance: cornée, de couleur sombre et il est trés ordinaire que l’on re- marque & sa base un poil beaucoup plus développé. Cette der- niere particularité se vérifie spécialement pour les ongles des. tarses, et il est & noter que chez les Nemobiites ce poil ongu- laire est tres grand et trés flexueux (fig. 1, A, c). Dans les types voisins, au contraire, on trouve la vesti- ture composée de deux sortes de poils uniformément mélés: les uns robustes, sombres, plus dresés; les autres petits, hyalins, plus appliqués. Le poil ongulaire existe, mais il est en forme d’aiguille, droit ou tout au plus arqué vers le bout. Si maintenant il s’'agit des Nemobius comparés entre eux, d’autres différences, tout a fait d’accord avec celles tirées des attributs sexuels examinés plus haut, tendent a séparer le NV. sylvestris de ses congéneéres. ) La principale nous est offerte par deux crétes saillantes qui (95) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 58 longent latéralement soit les épines soit les éperons (1) et marquent le raccordement des deux surfaces, respectivement convexe et aplanie ou excavée, qui forment le contour de l’ap- pendice (pl. 1, fig. 1 et 2). On les distingue partout, sauf sur Pépine molle des oo’, quand elle existe, et partout elles sont saillantes, de teinte plus. sombre et de nature cornée. Or, tandis que chez le NV. sylvestris ces sortes d’arétes sont lisses ou tout au plus irrégulierement ridées, chez les autres elles sont tres réguliérement dentées en scie, les dents étant obli- ques en arriére, a pointe mousse, d’autant plus saillantes qu’on les examine sur un appendice plus robuste. Je ne signalerai que pour mémoire de tres fins reliefs a apparence d’écailles imbriquées, bien visibles sur l'ensemble du tégument, chez le V. sylvestris comme chez beaucoup d’au- tres Gryllides, mais que je n’ai pu retrouver dans les espéces congéneres. Tl eut été a désirer de rechercher comment se comportent, par rapport a ces divers caracteres, les quelques genres qui completent avec les Nemobius la sous-tribu des Nemobiites. Je n’ai pu soumettre a examen que le Pseudonemobius pictus Sauss., dont je possede un c’ en tres bon état, recu tout récem- ment de mes excellents correspondants et confréres du Collége St-Joseph de Trichinopoly. La vestiture des pattes y est la méme que dans les Nemobdius ordinaires et les crétes longitu- dinales de leurs appendices y sont dentées en scie, mais les épines premiére et derniere de la série interne, dans le tibia posterieur, sont normales. Conclusions.—1° Dans la grande généralité des Nemodbius, la premiére épine de l’aréte interne du tibia postérieur des males est différenciée en un organe spécial, probablement tactile, Vexistence de cet organe étant fréquemment accompagnée d’une modification dans la forme et dans les dimensions de la derniére épine de la méme série. Ces deux faits constituent le premier exemple connu d’une (1) M. Brunner /Prodromus, p. 418) suppose que les éperons se distinguent des épines par leur vestiture, mais ce criterium dont je ne conteste pas la valeur pour d’autres groupes n’est plus applicable dans celui-ci; on ne peut guére s’orienter, ainsi que le veut M. de Saussure (@ry/llides, p. 177) que par la position et la direction de l’appendice. 54 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (96) différenciation sexuelle affectant l’armure des pattes, chez les Grillons. 2° Les Nemobius se distinguent des autres Gryllodées par des caracteres nettement tranchés, offerts par la vestiture des pattes. 3° Le Nemobius sylvestris se sépare des autres, soit par l’absence de toute différenciation sexuelle dans les épines, soit par absence de serrulation aux arétes des épines et des éperons. 2. Avortement des ailes. C’est un fait assez commun chez les Grillons, que certaines especes, appartenant a des groupes tres divers, sont pourvues. délytres normalement développés ou simplement raccourcis et d’ailes tellement petites qu’elles passent facilement inaper- cues, en sorte que l’insecte est simplement qualifié d’aptére, méme dans les meilleurs ouvrages descriptifs. Nos trois Vemo- bius @EKurope et plusieurs autres Gryllides sont tout spéciale- ment dans ce cas. Cependant des ailes existent, dans ces di- verses espéces, mais tres petites, tout a fait latérales et plus ou moins ratatinées; elles atteignent le bord postérieur du metanotum chez le NV. sylvestris ot elles sont un peu plus difficiles & apercevoir, et le dépassent notablement dans les deux autres especes. Voila donc, chez ces Grillons, une complete uniformité, au point de vue de l’état définitif des organes du vol. Y a-t-il eu uniformité dans les processus biologiques préparatoires qui ont amené cet état? Telle est la question que je me propose d’examiner. Nemobius sylvestvis.—Si Yon observe une nymphe (1) bien développée de Nemobius sylvestris, et pour fixer davantage les idées, une 9 a laquelle il manque une seule mue, on lui re— connait les caractéres suivants (fig. 3): 1° le moignon de l’ély- tre, parfaitement reconnaissable & son insertion mésonotale, asa situation et aux futures nervures déja bien indiquées, est de beaucoup le plus grand; 2° le moignon de Vaile est plus (1) J’emploie ce mot dans le sens large et purement conventionnel qui seul lui correspond quand il s’agit d’insectes 4 métamorphoses incompletes. (97) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 55 réduit dans toutes ses dimensions, étroit, spatuliforme, nulle- ment triangulaire comme dans les cas ot l’adulte posséde des ailes normales. Ce sont bien les caracteres auxquels on pouvait s’attendre: les fourreaux sont entre eux dans le méme rapport de gran- deur que les appendices défi- nitifs; celui de Vaile n’a point la forme que lui imprime d’or- dinaire le développement pre- dominant du champ anal, d’ou il faut conclure que ce déve- loppement et par suite celui de Vaile tout entiere, a été de tres bonne heure frappé d’arrét. Autres espéeces européennes .— Les choses se passent tout au- trement chez les VN. lineola- tus et Heyden. Tout dabord, on est assez surpris de cons- tater, chez les nymphes de ces especes, Pexistence de grands fourreaux alaires, débordant notablement ceux des élytres et atteignant ou dépassant le milieu de abdomen (fig. 2). Leur forme est triangulaire et ne differe pas plus que les di- mensions de ce que l’on ob- serve chez les espéces a ailes normales. Ici Varrét de déve- loppementne porte jamais sur le fourreau. A quelle époque atteint-il Vorgane intérieur? L’observation microscopique des moignons, fixés et con- Fig. 2. Fig. 2 et 3.— Moignons des organes du vol dans les nymphes complétement dévelop- pées des deux types de Nemobius. Gr. 2). Nem. lineolatus O;—A, élytre droit ; — B, aile droite ;—a@, région sombre, corres- pondant a l’aile avortée. 3). Nem. sylvestris O;—A, élytre droit ;— B, aile droite. Dans les deux figures les organes ont été dessinés tels qu’ils se voient dans leur si- tuation normale, mais un peu écartés; les bords de droite correspondent, par suite du renversement qui caractérise les nymphes, aux bords internes des organes adultes. venablement éclaircis, fournit sur ce point quelques don- nées. Sagit-il d'un sujet ayant a subir plusieurs mues? j’ai tou- jours trouvé que Vaile remplit exactement son fourreau. On la reconnait aisément a ses grosses trachées qui marquent la 56 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (98) position des nervures définitives et & une réticulation fine, refringente, qui occupe le fond général. Trachées et réticula- tion sont a contours nets, sans indices de dégénérescence. Sest-on adressé a une nymphe bien développée, & laquelle il ne manque, semble-t-il (1), que la derniére mue? l'état de Vaile peut étre le méme que dans le cas précédent; mais il peut aussi étre tout autre, du moins chez le JV. lineolatus. Trois fois sur huit j’ai constaté.que Vaile ne remplit qu’a moitié son fourreau (fig. 2, @). Son. contour propre, parfaitement visi- ble (2) se maintient partout & une grande distance de celui du fourreau, principalement aux bords distal et postérieur. En méme temps, des indices de dégénérescence peuvent se re- marquer: les principales trachées sont encore visibles, mais sous la forme de canaux mal limités, sans filament spiral dis- cernable; la fine réticulation qui dessinait des aréoles a con- tours arrétés a fait place a un aspect chiffonné. Ces faits ne paraissent susceptibles que d’une interprétation: Vaile se développe normalement, jusqu’aux derniéres mues et ses dimensions accompagnent celles de son fourreau; a une époque probablement variable suivant les individus, mais qui semble coincider avec la derniére ou l’avant-derniere mue, elle est frappée d’atrophie et subit une dégénérescence plus ou moins profonde; chez Vadulte elle ne constitue qwune lame desséchée et inerte, n’atteignant pas, & beaucoup pres, la longueur qu’elle avait dans le moignon de la nymphe. Conclusions.—Les espéces qui font Vobjet de ces observations peuvent étre prises respectivement pour types de deux grou- pes de Grillons (peut-étre faudrait-il dire dInsectes), ayant cela de commun que sous leur forme définitive ils possedent des élytres développés ou simplement raccourcis, mais des ailes avortées. A Pun de ces groupes, représenté par le Nemobius sylvestris, je rapporterais surtout des espéces chez lesquelles les ély- tres ne sont bien développés que chez le ¢, p. ex. les Gryllo- (1) Sur ce point il regne toujours quelque incertitude. Une nymphe bien nourrie 4 laquelle il manque deux mues différe peu d’une nymphe malingre a laquelle il en manque une seule. C’est peut-étre a cette circonstance qu’il faut attribuer les diffé- rences observées. (2) L’observation est beaucoup plus malaisée chez le N. Heydeni, a cause de la couleur plus sombre de l’organe. (99) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 57 des (1) du type de pipiens Duf. Leur caractéristique, au point de vue qui nous occupe, est que: Les ailes se développent trés tard, et trés peu; leur fourreau waffecte point la forme de lame triangulaire et demeure plus petit que le fourreau élytral, pouvant étre débordé en arriére par celui-ci (So); Véetat définitif de Vaile résulte dun simple arrét de développement, plutot que @une dégénérescence. Un deuxieme groupe, représenté par les deux autres Vemo- bius européens, contient des especes a élytres bien développés, méme chez les ¢Q. Plusieurs Gry//us, p. ex. certaines variétés a ailes abortives du trés polymorphe G7. burdigalensis Latr., s’y rattachent, suivant toute probabilité. Dans ce groupe: Les ailes se développent dabord normalement; leur fourreau prend la forme et les dimensions qui caractérisent les espéces a ailes normales et déborde le fourreau élytral, méme chez le <; Vétat définitif résulte dune dégénérescence consécutive a la crise physiologique qui accompagne les derniéres mues. Si j’ai insisté quelque peu sur ces faits, c’est que je leur suppose une assez grande généralité et une assez grande im- portance, sil s'agit @apprécier en tant que caractére la pré- sence de rudiments alaires chez les adultes. Il est clair que les especes du premier groupe sont le plus éloignées de se montrer avec des ailes développées; pour elles, ’absence d’ai- les est rigoureusement un caractére spécifique. Celles du se- cond ne paraissent différer des especes & ailes normales que par ce fait que leurs ailes ne peuvent franchir la crise physio- logique contemporaine de la derniére ou de l’avant-derniére mue. Celles-ci sont bien moins éloignées de se montrer avec des ailes développées, ou du moins avec des ailes simplement raccourcies , comme il arrive chez divers Grillons; on concoit que des circonstances de milieu plus favorables soient la seule condition d’ou dépende un tel état. L’aptérisme, dans ce cas, n’est a la rigueur qu’un caractere de race. Les Nemobius syl- vestvis et ceux de son groupe (s'il en existe) sont essentielle- ment aptéres; les autres essentiellement ailés. (1) M. Bolivar, dans une étude ot il a heureusement débrouillé le genre Gry/Jlo- des, en ce qui touche les espéces européennes (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., t. xxi, Act., p. 44) a fait remarquer avec raison que des ailes existent dans plusieurs espéces de ce genre. Toutefois, celles dont il s’agit ici, ne paraissent pas étre celles visées par sa remarque. 58 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (100) La conséquence, relativement a la classification du Nemo- bius sylvestris, se dégage delle-méme: cette espéce, d’ailleurs si différente des autres par ’armure et la vestiture des pattes, peut et doit étre retirée du genre Nemobius pour étre placée dans un genre nouveau. Mais pour caractériser correctement ce dernier, il conviendra de soumettre 4 une révision géné- rale les tres nombreuses espéces exotiques de la tribu. (101) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 59 Ve LES ORTHOPTERES DU «SITIO» DANS LA SIERRA DE CUENCA. Introduction. Les notes qui suivent auraient pu recevoir pour titre: « Kx- cursions orthoptérologiques a la Ciudad encantada et dans ses environs.» Ce nom pittoresque, bien connu des lecteurs de ces ANALES ot a paru en 1875 (1) un important mémoire sur les curiosités géologiques qu'il rappelle, aurait eu Pavantage de fixer de suite les idées sur le lieu de l’exploration. Si je ne lui ai pas donné la préférence, c’est que tout en se trouvant inclus dans le cercle de mes excursions, le célébre plateau et le cir- que du Cambron qu'il domine n’en ont pas été le centre. C’est en réalité autor du Sitio, hameau situé sur la rive droite du Jucar, & une demi-heure de marche et au SO. du Cambron, qu’elles ont rayonné. Il m’en ett cotté, dailleurs, de ne point consacrer par ce petit travail scientifique le souvenir de cette hospitali¢re de- meure qu'un généreux bienfaiteur et ami, M. le Député Ortega, veut bien mettre annuellement a la disposition du Collége théologique d’Uclés, pour la période de ses vacances. J’y étais engagé non seulement par le sentiment de la recon— naissance, mais encore par le désir de rendre hommage a l’in- térét que M. Ortega a toujours gardé aux recherches scientifi- ques, méme parmi les préoccupations absorbantes de la car- riere parlementaire. (1) BorEeLtia y DE Hornos (D. F. de): Za Ciudad Encantada. Hoces salegas y torcas de la provincia de Cuenca. Serie 1, t. 1v. 60 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (102) Les descriptions de M. Botella me dispenseront d’entrer dans de longs détails topographiques. Nous sommes en pleine mon- tagne. Les excursions, en partant du Sitio, peuvent avoir pour but les champs et les landes graveleuses qui s’étendent au fond de la vallée, de part et d’autre du Jucar, ou, de préfé- rence, les hauteurs entrecoupées de gorges pittoresques qui se dressent de toutes parts a horizon. Les bois de pin forment le caractére saillant de la végétation wiaturelle. Ce ne sont point, il faut se hater de le dire, les stations préférées des Or- thopteres. Mais les nombreuses et larges clairiéres qui les sil- lonnent, les plateaux ou les pentes plus découverts, a végéta— tion rabougrie, ol dominent, parmi les arbrisseaux, des ché- nes et des genévriers, et parmi les arbustes, divers genéts épineux, l’épine-vinette, le romarin, parfois des cistes, comme entre le Sitio et Zarzuela, parfois le buis commun, comme au dessus de Villalba, enfin, et surtout.les nombreuses plages dénudées qui entourent toujours les masses rocheuses, dans ce pays si accidenté: tout cela constitue des conditions @habi- tat particuliérement favorables au développement de ces in- sectes. Les excursions qui ont fourni les matériaux de cette étude ont été commencées en 1891 et se sont repétées annuellement, depuis cette date, sauf en 1892. Malheureusement elles ont eu lieu toujours a la méme époque, du 1l* au 15 aout. Aussi, bien quwelles aient été assez assidues et favorisées par le con- cours trés actif de plusieurs de mes compagnons ou éléves que je me plais & remercier ici, on ne saurait considérer le fruit de nos chasses comme absolument suffisant pour représenter la faune orthoptérologique du pays. Plusieurs espéces ont deja disparu a cette époque: c’est le cas de Ameles Assoi Bol., Ste- nobothrus apicalis Herr.-Sch., divers Gryl/us, du moins pour les environs d’Uclés; d’autres, plus tardives, ne se sont pas encore montrées: peut-étre Jris oratoria L., Ameles decolor Charp., divers Hphippigera et bien d’autres especes que l’on pourrait étre surpris de ne pas rencontrer sur le catalogue qui suit. Il est a présumer néanmoins que le principal avan- tage que Von pourrait attendre de recherches ultérieures se réduirait & ajouter quelques unités au total actuel des espéces, sans modifier bien sensiblement le caractere de la faune. Je crois méme que les sites explorés, dans diverses directions, (103) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 61 sont assez nombreux et assez variés pour que l’on puisse voir dans notre catalogue une premiére esquisse de la faune de la Sierra en g@énéral. . PLAN DU TRAVAIL.—Bien que les zowveautés proprement dites dont j aia rendre compte soient relativement peu nombreu- ses, il m’a paru convenable de les décrire a part et en pre- mier lieu. ° L’énumeération générale des especes suivra, d’aprés l’ordre du Prodromus, si souvent et si justement loué, de M. Brunner de Wattenwyl. Le principal intérét @un catalogue étant avant tout faunis- tique, je m’attacherai, dans cette seconde partie, & donner quelques rapides renseignements sur les conditions de cap- ture et sur la zone géographique attribuée a Vinsecte; ce sera, avec Vindication de la description originale, le fond commun et le minimum de la mention consacrée a chaque espece. Il y sera ajouté a occasion des remarques du caractere le plus va- rié: descriptives, critiques, éthologiques, biologiques, pouvant servir a compléter la connaissance de certaines espéces ou méme de certains groupes. Ce travail deviendra ainsi une sorte de relevé du journal @observations. CrraTions.—Parmi les espéces énumérées, il en est de vul- gaires, dont la patrie est trop connue pour qu'il soit opportun de s’y arréter. Je ne lindiquerai que par un mot et seulement par raison d’uniformiteé. Quant a celles, assez nombreuses, dont l’aire de dispersion est restreinte ou incomplétement connue, j’ai cru utile d’énu- mérer les principales localités ot elles ont été signalées. Ces renseignements sont empruntés a un certain nombre de pu- blications soit générales, soit particuliéres 4 la faune espagno- le, qui seront citées par un simple numéro de renvoi a la liste ci-jointe. J’ai & peine besoin de faire remarquer que cette Liste, dressée dans un but tout spécial, laisse forcément de cété un grand nombre d’ouvrages et ne doit étre considérée que com- me un extrait de la bibliographie générale des Orthopteéres. 62 [3] [7] ANALES DE HISTORIA NATURAL. (104) Bo ivar (D. Ignacio). BRUNNER (C. v. Wattenwyl). CazuRRO (D. Manuel). Dvusrony (A, de Bormans). Finot (A.) Fiscuer (H.). PANTEL (J. 8. J.) SAUSSURE (H. de). 1875-77. Sinopsis de los Ortépteros de Espana y 1878. 1887. 1887. 1894. 1882. 1888. 1878. 1890. 1853. 1890. 1887. Portugal.(Anau. DE La Soc. Esp. pe Hist. NAT., tomos V, VI, VII.) Analecta orthopterologica. (Ibidem, t. v11.) Especies nuevas 6 criticas de Ortépteros. (Ibidem, t. xv1.) Essai sur les Acridiens de la tribu des Tettigide. (Annal. de la Soc. Ent. de Belgique, t. xxx1.) Ad cognitionem orthopterorum Europe et confinium. (Act. de la Soc. Ese. pe Hist. NaT., t. XXIII, sesidn de Febrero.) Prodromus der Europdischen Orthopteren. Leipzig.—J’emprunterai souvent 4 cette excellente source, entre autres rensei- gnements, l’indication de la description originale. Enumeracion de los Ortépteros de Espana y Portugal. (Anau. DE La Soc. Esp. pe His. nat., t. xvui.)—Cette publication est particulierement importante au point de vue des espéces espagnoles, lauteur s’étant attaché a y réunir, en les complétant, les données antérieures. Essai sur le genre «Chelidura». (Ann. del Mus. ciy. di Stor. nat. di Genova, t. x11.) Faune de la France. Insectes Orthoptéres. Fontainebleau. Paris. Orthoptera europaea. Lipsiae. Notes orthoptérologiques. III. Les Orthop- teres des environs d’Uclés. (ANAL. DE LA Soc. Esp. pe Hist. nat., t. xIx.) Spicilegia entomologica Genavensia. 2, Tri- bu des Pamphagiens. Genéve. 1884-88. Prodromus (Edipodiorum. Genéve. (105) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 63 1. Descriptions originales. GEN. Geomantis, gen. nov. (yi, terra; waves, mantis; alludit moribus essentialiter terrestribus speciei mox describende.) Genus.in divisione Gonypetarum, juzta gen. Entellam Stal collocandum. 72. —Caput robustum, latiusculum. Oculi globosi. Clypeus modice tumescens. Scutellum frontale fortiter transversum, mar- gine supero rotundato-producto. Fastigium frontis excavatum, cum fastigio capitis angulato-unitum. Ocelli expressi, plica ele- vata protecti, in triangulum rectangulum vel obtusangulum dis- positi. Fastigium capitis ab antico visum rotundatum [pl. 1, fig. 3 #]; hujus lobi laterales sulco subobsoleto distinguendi, postice, juxta oculos, in tuberculum producti [fig. 3 4, ¢]. Pronotum parum longius quam coxe antice, undique limba- tum, disco inequali, granoso, subtiliter carinato, marginibus lateralibus tuberculis setigeris per totam longitudinem armatis. Metazona diametrum transversum capitis circiter equans, fere 2-plo longior quam prozona, modice coarctata. Core antice mar- gine antico spinulis articulatis gracillimis (1), inter se inequali- bus, margine postico pilis spinescentibus irregulariter dispositis armato (2). Femora antica extus, preter spinam genicularem spinis quatuor erectis armata; spine discoidales quatuor, in se- riem leviter arcuatam disposite. Tibie antice extus spinis typice septem, spina basali aliquantulum a basi ipsa distante. Pedes intermedi et postici graciles, breviusculi. Femora subtus (lL) Ces accessoires ne sont en réalité que des poils spinescents, dont quelques- uns seulement peuvent recevoir le nom d’épines, 4 cause de l’importance de leur bourrelet basal, lequel, d’ailleurs, se fait généralement remarquer par une tache noire. Il importe de rappeler que dans quelques genres voisins on trouve, alaméme place, de véritables épines perpendiculaires, inarticulées. (2) J’omets 4 dessein de parler des lobes antérieurs des hanches. Stal a attribué une importance probablement exagérée a ce caractére essentiellement variable. Dans Pespéce qui sert 4 caractériser le nouveau genre, ils sont tantét seulement rapprochés de maniére 4 comprendre un sinus linéaire, tantodt soudés suivant la ligne de con- tact, et paraissent dans ce cas trés divergents. 64 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (106) serie spinularum subtilium unica, apice spina geniculari armata. Tibia subtus serie spinularum duplici. Tarsi articulo 1° elonga- lissimo, subtus serie duplict spinularum densissima armato. Abdomen parallelum. Cerci breves. Jo .—Antenne elongate, sat robuste. Abdominis segmenta 8™ et 9™™ abbreviata. Lamina supra-analis sat elongata, triangu- laris, laminam subgenitalem circiter obtegens. 0.—Antenne breves, gracillime. Abdomen apice rotundatum, marginibus sinum angulosum cum marginibus ovipositoris formantibus, segmenta 7™™, 8™™, 9™™ valde abbreviata. Lamina supra-analis distinctissime transversa, rotundata vel obtusis- sime triangularis. Lamina subgenitalis magna, apice fissa, lobis utrinque ovipositori adpressis. Ovipositor brevissimus, valvulis inferis (7x vivente) globoso-terminatis. J’établis ce genre sur une petite Mantide aptere et de mceurs terricoles que je n’ai pu rattacher a un des genres existants. Ses affinités, dailleurs, ne sont pas tellement manifestes quwelles s'imposent a observation. Si l’on se laissait impres- sionner par habitus, l’état du tegument, diverses particula- rités de conformation sur lesquelles je ne crois pas utile d’in- sister et surtout une communauté de mceurs assez étroite, on n’y verrait guere qwun Fischeria un peu raccourci, resté nain et aptere. Ce fut ma premiere pensée. Je me hate de reconnai- tre quelle n’était pas suffisamment raisonnée et qu’elle eut un premier inconvenient pratique regrettable, celui de me faire négliger durant plusieurs années cette petite espéce que j’avais une fois prise pour une larve de Fischeria betica Ramb. C’est en réalité dans un groupe nouveau pour la faune eu- ropéenne, parmi les Gonypete, qu'il convient de lui chercher une place, ainsi que M. Brunner, dont je suis heureux de pou- voir invoquer ici ’opinion, a bien voulu me le faire observer. On éprouve bien quelque embarras lorsqu’on cherche a clas- ser l’'insecte au moyen des tableaux dichotomiques de la Révi- sion du Systeme des Orthoptéres, dans lesquels le savant auteur a synthétisé les systemes de M. de Saussure et de Stal. On doit admettre, pour arriver au groupe des Gonypete que le prono- tum n’est pas plus long que les hanches antérieures, qu il est lisse en dessus et non caréné, tandis qu'il est visiblement plus long, tuberculeux et caréné. Mais de semblables difficultés (107) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 65 doivent se rencontrer forcément dans un systeme absolument général, surtout quand il s’agit dune tribu aussi riche en genres que celle des Mantide. D’ailleurs la véritable apprécia- tion des caractéres énoncés est quelque peu facilitée, dans le cas actuel, par la comparaison avec les tableaux moins con- densés de Stal. La parenté de Geomantis avec les Gonypete ressort avant tout de la biiéveté du pronotum et de la longueur du premier article des tarses intermédiaires et postérieurs, deux caracte- res qui se retrouvent isolément dans d’autres groupes (le pre- mier dans la division des Ameli, le second dans celle des Wa- nomantes), mais dont la coexistence est caractéristique de celui-ci. La briéveté du pronotum s’apprécie, d’aprés Stal, par comparaison avec le diamétre transversal de la téte (les yeux compris). Les résultats de la comparaison sont a vrai dire fort variables d’un individu al’autre. Cependant on peut se rendre compte que la largeur de la téte, dans Geomantis, est comprise entre la longueur totale du pronotum et la longueur de la métazone seule; par suite, le pronotum reste dans les limites de grandeur assignées pour les Gonypete. La longueur du pre- mier article des tarses est un caractere plus raide, dans son expression, et plus facile & saisir par comparaison avec les ar- ticles suivants pris ensemble. La fig. 3 D le met sous les yeux du lecteur. Reste a déterminer, parmi les genres nombreux qui consti- tuent le groupe, celui ou ceux auxquels le genre Geomantis parait plus étroitement allié. Nayant point & ma disposition les éléments d’une discussion d’aprés nature suffisamment compléte, j’indiquerai simplement, a titre de premiére appro- ximation, les résultats dune étude purement théorique, faite surtout @apres Stal (1) et de Saussure (2). Il est juste d’ajouter, cependant, que ces résultats me paraissent d’accord avec ceux fournis par l’observation directe de quelques types (Gonypeta, Entella, Dystacta) que M. Bolivar a bien voulu, tout récem- ment, me procurer. Le systeme de Stal conduit assez réguliérement et sans vio- lence aun rapprochement avec Hntel/a Stal. De fait, ce genre, (1) Recherches sur le Systeme des Mantides. Stockholm , 18738. (2) Mélanges orthoptérologiques, III et Suppl. Genéve et Bale, 1870-71. ANALES DE HIST. NAT. —XXV¥, 5 66 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (108) établi d’aprés le Gonypeta Delalandi Sauss., comprend des es— peces de petite taille, 4 99 presque entiérement privées d’ai- les, ayant tout un fonds de caractéres importants que l’on re- trouve dans Geomantis: vertex peu élevé et arrondi, métazone modérément étranglée, femurs antérieurs peu dilatés, armés de 4 épines discoidales, fémurs intermédiaires et postérieurs munis d’une épine géniculaire, tibias antérieurs portant exté- rieurement 7 épines. Quelques autres caractéres non signalés dans la caractéristique générique de Stal, mais attribués au Gonypeta Delalandi par M. de Saussure (1), sont également communs aux deux types: le pronotum et les hanches anté- rieures sont trés finement denticulés, le tégument est rugu- leux, du moins sur l’abdomen, et les segments 7, 8, 9 sont no- tablement raccourcis. D’autre part, la séparation du genre nouveau parait plus aisée encore que son rapprochement. Des caracteres propres assez nombreux et importants ont été soulignés dans la diag— nose ci-dessus. Je considere comme spécialement dignes d’at- tention : Le prolongement tuberculiforme des lobes juxta-oculaires, cons- tituant un caractére nouveau pour le groupe. Pour lap- précier il convient de regarder lVinsecte de profil et un peu en dessous, de telle sorte que l’avancement se pro- jette sur un fond clair. Le contour du pronotum, dans lequel, par suite de la briéveté de la prozone, la dilatation surcoxale se trouve reportée assez en avant, ce qui altére profondément la forme losangique, si commune dans tout le groupe. La forme paralléle de Vabdomen, dans les deux sexes. Chez FE. Delalandi Vabdomen de la Q s’élargit graduellement d’avant en arriére (figure citée); bien plus, M. de Saus- sure attribue a toute la division des Gonypeta propre- ment dits un «abdomen large, déprimé, triangulaire » (op. cit., p. 199). Peut-étre y aurait-il lieu de faire ob- server a ce sujet que la forme triangulaire peut bien tenir a un retrait accidentel des derniers seements. Une (1) Mélanges orthoptérologigues, III, p. 203; pl. rv, fig. 12 et 13. (109) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 67 telle modification est fréquente chez les exemplaires mal préparés de Ameles Spallanzania, p. ex. et a été précisément dessinée par Fischer (1), au lieu de la for- me normale en fuseau. Mais quoi qu'il en soit de ce dé- tail, il est hors de doute que l’abdomen de Geomantis n’est nullement fusiforme; il rappelle celui des Fische- rie, bien plus que celui des Gonypete. La briéveté des pieces génitales, dans les deux sexes, avec di- verses particularités de forme connexes avec ce carac- tere. L’oviscapte n’est pas beaucoup plus large a la base qu’a l’apex et se détache brusquement, comme si l’ab- domen avait été fortement pincé. Chez le o’, la plaque sous-génitale est a peu prés cachée sous la plaque sur- anale, tandisque dans Hnfe//a elle fait une forte saillie au dela. Les caracteres tirés des organes du vol ont été largement mis a profit, dans ce groupe, pour la délimitation des coupes génériques. Sans mettre en doute lutilité réelle de ce crite- rium j’ai préféré m’en affranchir tout a fait. Quant on voit dans des groupes voisins, dans le genre Ameles p. ex., des espéces dont les 99 seules possedent des organes réduits et d’autres dont les deux sexes sont completement aptéres (A. ap- zera La Fuente), on ne peut guére envisager Vaptérisme que comme un caractere d’ordre spécifique. Geomantis larvoides sp. n. (Pl. 1, fig. 3, A-//). Jd P.—Statura pusilla. Corpus cinerewm, vel terroso—ferrugi- neum, fusco-notatum, apterum. Pronoti dilatatio supra-coralis spatium inter-oculare latitu- dine fere attingens; sulcus transversus utrinque in prozonad an- trorsum continuatus , quomodo originatur area converiuscula, paulo longior quam latior; metazona antice utrinque foveola punctiform , a margine laterali et linea media fere eque distan- (1) Orthoptera europea, pl. viii, fig. 5. 68 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (110) te, impressa; postice, juxta lineam mediam, gibbulosa, margine postico truncato vel leviter exciso. Mesonotum distinctissime, metanotum subindistincte postice excisa, utrinque rugula arcuata, necnon carinula media perspi- cuis. Elytrorum alarumque rudimenta viz distinguenda, pallida, haud articulata. Segmenta abdominis basalia dorso medio-carinulata. Segmenta omnia margine postico granis atris, sepe elongatulis, seria- tis (1), scabra. o.--Gracilis. Corpus totum leviusculum, dorso regulariter obscuriore, lateribus pallescentibus, abdomine supra fusco-tenia- to, tenia interdum lineam albescentem includente. ) Prozona haud vel vir granosa, longitudinaliter medio impres- sa, impressione plus minusve antice interrupta et postice carinula oceupata. Metazona parce atro-granosa, carina media distinctiore. Segmenta abdominis dorsalia 8™™ et 9™™ inter se equalia, et si- mul sumpta segmento 6° longitudine subequalia. Lamina supra- analis segmento 9° paulo longior, subdeplanata, carinulata. Cerci longiusculi, articulo apicali oblongo, reliquis globosis. Lamina subgenitalis parcissime villosa. 0.—Crassiuscula. Corpus supra rugosum, fascia dorsali abdo- minali rarissime integra, interdum nulla , sepius maculis seria- tis indicata. Pyonotum disco granis elevatis, lateralibus pallidis, dorsalibus atris, ornatum; carina media, in vivente saltem, subobsoleta. Segmenta abdominis basalia dorso rugulis lateralibus perducto, necnon pliculis transversalibus, irregularibus, inequali; segmen- la 2-5, in exemplis coloris vividioris, macula discoidali pallida, subrhomboidea, ornata; segmenta 7™™, 8™™, 9™™ valde abbreviata, simul sumpta segmentum 6"™ longitudine subequalia. Lamina supraanalis dimidiam longitudinem segmenti 6* circiter attin- gens. Cerci breves; articulo apicali gracili, elongatulo; reliquis globosis. Lamina subgenitalis villosula, apicem cercorum attin- gens. Ovipositor parum exsertus, valvulis superis viz apparenti- bus, valoulis inferis dilatatione globoso-truncata laminam sub- genitalem superantibus. (1) Se correspondant d’un segment a l’autre. (111) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 69 MONIT COMP ee mively eed ares cc): (Co eee. Ogamm (1) <=) |S PROMOG sak ares miayciss 4,3 5 — CORARAMIUNG ace os oiaee woe 3,5 4 —_ PO TAREA ATMEL Cs che celay0, 4, dieterecs 4,2 5 HE y/ MOS bial ace & ele wi ate sve 6,2 6,8 <= MDE WPOSE. vse < cleie ee 010 © 6,5 7 =i PABST POSBICH ..cihe.4 sce'sso'e 6 6 — artic. primi, tarsi post. 3,9 3,5 Fischeria betica (larva), Pantel, 1886, «Contribution a Vorthop- térologie de ’ Espagne cen- trale.» (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., t. XV.) —_ — — 1890, «Notes orthoptérologi- ques.» (Ibidem, t. x1x.) Hapitat. Cerros dénudés et arides, aux environs d’Uclés et du Sitio; plus commun et moins cantonné dans cette derniére localité ot il se répand jusque dans les champs cultivés. On le trouve courant sur le sol, la larve en juin, l’adulte en juillet et aoit. L’impression que fait cette petite espéce, qu'on Vobserve vivante ou desséchée, est absolument celle d'une larve. Absen- ce compléte d’organes du vol, organes sexuels externes & peine saillants, taille chétive, tegument assez mou, malgré sa cou- leur terreuse, pour se ratatiner, durant la dessiccation, comme celui d’une larve délicate: tout semble conspirer pour dissimu- ler son véritable état. J’ai déja dit comment j’ai été trompé par ces apparences. Je dois ajouter que je n’ai été compléetement rassuré sur le (1) Toutes ces dimensions sont prises sur deux individus frais et de taille moyen- ne; elles sont destinées principalement 4 renseigner sur les grandeurs relatives des ‘diverses parties. La taille elle-méme est assez variable, comme toujours. Sur une nombreuse série d’xemplaires desséchés, et par suite trés rétractés, je la trouve com- prise entre 16 et 18™™ pour le CG, 19 et 25™™ pour la Q. Il me parait important de faire remarquer que la dessiccation, quelque ménagée qu’elle soit, détermine ici des altérations de forme assez profondes. Non seulement les segments et les piéces molles, en général, se contorsionnent et se dissimulent en partie, mais encore les petits accidents du tegument, tels que plis et reliefs de tou- tes formes, s’exageérent a tel point qu’une description faite d’aprés des exemplaires desséchés pourrait différer notablement de celle faite sur des exemplaires frais. 70 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (112) véritable état de l’insecte que par les preuves matérielles em- pruntées a des dissections répétées et par une petite oothe- que, obtenue en captivité. Je m’abstiens de décrire aujourd’hui cette ootheque, espérent m’en occuper un peu plus tard, dans un travail d’ensemble pour lequel je réunis en ce moment les matériaux. Le contraste est frappant entre les habitudes de cette espéce et celles des autres Mantodées que j’ai pu observer. Tandis que celles-ci vivent sur les plantes ott elles se tiennent a Vaffit, attendant leur proie, le Geomantis larvotdes court sur le sol terreux, & la maniére d’un Fischeria, a la recherche de. la sienne. Sa démarche n’est point saccadée ni malaisée, com- me celles des Mantis, mais continue et rapide. II fait la chasse a (les espéces trés variées, sans aucun doute; il semble cepen- dant que les Microlépidopteres soient particuli¢rement l’objet de ses poursuites. Il est fréquent en effet de retrouver leurs squamules entre les épines des pattes ravisseuses, quand on examine le petit mantien 4 un grossissement convenable. A ce titre, c’est une espece & énumérer parmi les Insectes utiles. Je termine ces observations déja trop longues en faisant re- marquer, comme conséquence de l’autonomie de la nouvelle espece, que le /ischeria betica Ramb. doit étre rayé du catalo- gue d’Uclés, et, par suite, du catalogue de ’Espagne centrale en général. Caloptenus italicus, var. Wattenwyliana, nov. A forma typica difert precipue: statura crassiore; pronoto lateribus plus minusve inflato-gibboso et postice rotundato, cari- nis lateralibus plerumque irregularibus, distinctissime extror- sum convexis; elytris abdomine semper distincte, persepe notabi- liter brevioribus, versus apicem attenuatis; femoribus posticis latissimis (1). Caloptenus italicus v. icterica Br., Prodrom., p. 217, nec. Ser- ville. (1) Comme il arrive toutes les fois que l’on a affaire 4 une race, non a une espéce, les divers caractéres signalés n’acquiérent pas chez tous les individus leur plus haute expression, (113) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 7 Hapsirat. Mémes conditions que le type: Malaga, Sicile, Algérie [6]; champs incultes de la vallée du Jucar, pres du Sitio [c. m.]. Il s’'agit manifestement d’une variété parfaitement caracté- risée par M. Brunner et rapportée par lui au Calliptanus icte- vicus Serv. Si j’ai cru en devoir changer le nom, c’est qwil m’a paru impossible de lui adapter la description originale de Serville. Cet auteur, en effet, attribue asa prétendue espece des caractéres directement en opposition avec ceux de la for- me qui nous occupe, p. ex.: des «élytres de la longueur de V’ab- domen, arrondies au bout, transparentes (Orthopt., p. 691)», des ailes «entiérement incolores»; et ne luien attribue aucun, d’autre part, qui lui convienne mieux qu’a aucun C. italicus quelconque. La couleur jaundatre a laquelle le nom ictericus fait allusion est une des innombrables variations assez fré- quentes dans les champs de blé. La seule particularité un peu embarrassante serait ’absence de couleur aux ailes: mais si lon a égard a cette circonstance que Serville a fait sa descrip- tion d’aprés un exemplaire unique, mutilé, non chassé par lui mais recu d’un correspondant qui n’était peut-étre pas entomologiste et qui avait bien pu l’exposer a des vapeurs décolorantes, on conviendra que ce caractére n’a aucune va- leur décisive. Au point ot les recherches de M. Bolivar et de ses éléves ont porté notre connaissance de la faune espagnole, il ne parait pas trop téméraire de conclure que le Calliptanus ictericus Serv. ne peut étre qu'un C. i¢alicus trés ordinaire. Ce nom, par suite, ne doit plus figurer que dans la syno- nymie. J’ajouterai encore une observation sur les variations du C. italicus. Cest par égard pour une autre description de Ser- ville que l’on a conservé le rang de varviété aux individus dont le dessus est orné de deux bandes longitudinales blanches. Ils constituent, comme on sait, dans les catalogues et dans les collections, la var. marginella Serv. Mais il est & remarquer que de tels individus se rencontrent partout ot se trouve les- péce, comme il s’en trouve partout de bruns, de ferrugineux, de mouchetés, etc. Bien plus, il s’en rencontre parmi ceux qui viennent d’étre caractérisés ci-dessus et décrits sous le nom de var. Wattenwyliana et que je crois constituer une race pro- prement dite. Sil’on maintenait la var. marginella, on se trou- R ANALES DE HISTORIA NATURAL. (114) verait conduit a considérer ces derniers comme une variété de variété et a les désigner par le nom inacceptable de C. ita- cus, Vv. Wattenwyliana, v. marginella. Ephippigera Ortegai, sp. n. (Pl. 1, fig. 4.) oY 9.—Stature modice, atro-violacea, rufo vel flavo-variegata. Caput parvum; fastigium verticis basi haud constrictum, trian- gulariter, parum profunde excavatum; fastigium frontis tuber- culiforme, elevato-productum. Pronotwm pallidum, macula dorsali atra, plus minusve inva- denti, ornatum; margine antico viz distincle, marginibus inferis et postico distinctissime limbatis; caring laterales express@, in- . crassale, crenulate, usque ad marginem posticum ducte. Pro- zona sublongior quam metazona, ab hac per sulcum transversum rectissimum, usque ad carinas laterales perductum, separata; disco levigato, medio longitudinaliter aliquantulum sulcato, transversim sulco arcuato, profundo, tmpresso; angulis anticis subrectis, apice hebetatis. Metazona fornicata, fossulato-rugulosa, postice late rotundato-truncata, medio, nedum carinata, potius longitudinaliter impressa, saltem juxta sulcum transversum. Lobi deflexi late impressi; margine infero sinuato, postice obli- quissime rotundato-ascendente. Llytra valde fornicata, fusca, venis incrassatis, aurentiaco- rufis; area marginali membranacea, haud areolata. Pedes modice elongati, graciles, rufo-violacei; tibia antice supra sola spina apicali externa armate, subtus utrinque 5-6-spi- nulose; femora postica subtus utringue spinulosa, spinulis inter- dun obsoletis. o-—Segmentum anale transversum. Lamina supraanalis mo- dice producta, a supero visa subrhomboidea, non nihil impressa, lobis lateralibus deflexis, angulato-productis, munita (1). Lamina subgenitalis ampla, rotundata, apice triangulariter excisa, stylis obscuris. Cerci cylindrici, pallidi, breviter pilosi, plica basali incrassata superne atra, apice oblique rotundato-truncati et spina (1) D’ow il résulte que lorsque ces parties défiéchies viennent a se relever, l’en- semble forme un processus coupé droit en arriére, ou 4 peine anguleux. (115) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 73 duplici introrsum plus minusve vergente armati, spina interna Jortiore. Valvule anales infere apice in mucronem desinentes. Q.—Lamina supraanalis triangularis. Lamina subgenitalis, apice triangulariter late excisa. Cerci conici, subulati. Ovipositor duplicem pronoti longitudinem haud vel via attingens , distincte recurvous (1). { abdomine valde turgescente et ) GLI AOU: ( ante dessiccationem.......... (oO cere oey. =a TOT OIRO Ue eelea mt tche is te ILS onsyaher are. ps Le (141) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 99 Les hauts plateaux et les vallées modérément ombragées: Cambron, Ciudad-Enecantada, Majadas; sur les buissons et les arbustes tels que Berberis vulgaris, Juniperus communis. De la France méridionale et du centre de l’Espagne: Pro- vence [9|; Burgos, Montes de Toledo, Albarracin [7]. Grn. Phaneroptera Serv. 53. Ph.? 4-punctata Br. 1878. «Monogr. des Phan.», p. 212. (Juelques exemplaires incomplétement développés, se rap— portant sans doute a cette espece qui est la plus répandue dans l’ Espagne centrale. GEN. Xiphidium Serr. 54. X. fuscum Fabr. 1793. «Ent. syst.», 11, p. 43. Sur les hautes herbes, au bord des cours d'eau. Assez commun. Kn catalogant sous ce nom les quelques exemplaires captu- rés au Sitio, je suis heureux d’adopter la conclusion de M. Red- tenbacher (1) relativement a Videntification du 1. ¢thoracicum Fisch. W., auquel les exemplaires de l’Espagne centrale sem- blent se rapporter de préférence, et du XY. fuscum Fabr. Je le fais avec d’autant plus de confiance que le savant monogra- phe a spécialement fait porter son examen sur les exemplai- res d'Uclés, desquels ceux de la montagne ne different pas. Par suite de cette fusion, Vaire @habitat du Y. fuscwm s’en- richit de toutes les localités assignées jusqwici au _Y. thoraci- cum, spécialement en Espagne et en Portugal: Barcelona, San- tander, Sevilla, Madrid, Escorial, Uclés, Coimbra [7]. GEN. Locusta de Geer. fe 59.. L. viridissima L. 1758. «Syst. nat.» 1, 2, p. 698. Lieux frais, sur les hautes herbes. Assez commun. De PEurope et du bassin de la Méditerranée. (1) Monographie der Conocephaliden, p. 195. 100 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (142) Grn. Gampsocleis ecb. 56. G. glabra Herbst. 1786, iz Fuessly, «Arch. der Insecteng.», fase. Ville p. 193; Sur les hautes herbes, au voisinage des cours d’eau (vert) ou dans les champs cultivés (brun): Sitio, Cambrén, Villalba de la Sierra, Portilla, Una. Cité comme propre a l'Europe septentrionale et orientale par Fischer et Brunner; signalé aussi de quelques localités de la France par Finot et des montagnes de |’Aragon par Bolivar et Cazurro. OpsERV. L’existence de ce joli Denticide, dans les montagnes de Cuenca, est assurément intéressante. Pour ma part, j’ai trouvé une satisfaction particuliere & voir pleinement justifiée la confiance persévérante avec laquelle, depuis la publication de son «Sinopsis», M. Bolivar incluait cette espéce dans la faune espagnole. Son opinion ne se basait que sur une description incomplete et une figure empruntées a un ouvrage déja an- cien, VZntroductio in Or. et Zool. Aragoni@, du jurisconsulte Asso. Il faut convenir que si la figure de cet ancien auteur, relative € une © vue de profil, ne laissait place & aucun doute pour le genre, vu la forme si caractéristique de loviscapte, il nen était pas de méme pour l’espéce; il fallait, pour y recon- naitre le Gampsocleis (Herbst une grande streté de coup d’ceil et une exacte appreciation des caracteres, dans tout le groupe. Il n’en est pas moins surprenant de constater, dans Vaire géographique du @. glabra, Vexistence d'une station isolée qwaucun intermédiaire ne rattache encore a la zone orientale. Ce sera affaire aux entomologistes de découvrir des localités qui établissent la continuité non seulement entre les monta- enes de Cuenca et celles de Aragon, mais entre celles-ci et les régions de l'Europe orientale oti l’espece est commune. Déja M. Finot a fait connaitre, dans son excellente «Faune des Or- thopteres de la France», quelques-unes de ces stations inter- médiaires. Les exemplaires de Cuenca présentent, vis-a-vis de ceux de Felixdorf et de Mehadia, auxquels je les ai pu comparer, grace (143) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 101 ala g@énérosité de M. le Dr. Krauss, quelques différences assez saillantes, qui pourraient les faire envisager comme consti- tuant une race géographique. Ils sont plus grands, plus ra- massés, & organes du vol proportionnellement plus courts, comme il ressort du dessin d’Asso (op. cit., tab. m1, fig. 5); le o ale tambour beaucoup plus développé et la région dis- coidale des élytres bombée, ce qui lui donne un facies a part. Ces divers caractéres sont trés nets. Il serait facile d’en ajouter d’autres que fourniraient les détails de la livrée, l’ar- mure des pattes et la conformation des pieces anales, surtout i prendre pour base de la comparaison les descriptions con— nues du @. glabra. Bornons-nous a une observation sur le segment anal chez le c’. Toutes les descriptions, depuis celle de Fischer, attribuent a cette piece un contour arrondi, un peu saillant au milieu, et les figures la représentent en effet arrondie et entiere. En réalité elle est échancrée chez tous les exemplaires de la montagne que j’ai étudiés. Je retrouve d’ail- leurs le méme détail dans un exemplaire de Felixdorf, une des localités citées dans le « Prodromus.» L’insecte se tient sur les hautes herbes, dans des conditions tres diverses: tantot dans les vallées fraitches et humides, tan- tot dans les champs cultivés. Le <7 fait entendre une stridula- tion continue, comme celle des Platycleis du groupe de grisea, mais plus faible, et d'un caractere particulier que Voreille dis- tingue parfaitement de toute autre. Il se tait des qwil est serré de trop pres et d’ordinaire saute dans lherbe oti il se dérobe avec agilité. C’est en nous guidant sur la stridulation que nous lavons toujours capturé, mes compagnons d’excursions et moi et j’estime qu'il est impossible & un entomologiste un peu fa- miliarisé avec le chant des insectes de parcourir les champs oll il se trouverait, sans étre averti de sa presence. Pour terminer cette notice, j’ajoute les dimensions de cette forme occidentale en regard de celles du type, transcrites du «Prodromus» de M. Brunner. cf (type du Prodr.) cy (de la sierra). Longit bis tree's. tele siseiole ... 05.2... 22. eee e eee ee che ateyeicie aie 12 Segmentos 3.° 4 6.° del abdomen rojos............ 20. A. Busmeti Kon. Todos los segmentos abdominales en parte negros. 21. A. nov. sp. Kon. (a). Quinto segmento abdominal amarillo............ 9. &. bicinetus Fabr. Quinto segmento en parte negro................. 7. A. varicarpus Andr. El primero 6 los dos primeros artejos de las antenas negros................-. 14 El primero 6 los dos primeros artejos de las antenas amarillos 6 rojizos, al AMON OS (EM PARlE secrete ye am lowed clereleieinieloictajeistevelowstowerle oo) clsheiele/azetereieVatter ieee tie \sert= 21 JM bhava aVzYe) ole pa wesc Aodur Ga ddmaad deco. cod cooOC DOOR DD HoéboctsnbooGnndd 15 Funiculo amarillo 6 ferruginoso................. 10. A. secrophulariz L. var. PrONOLO MEM TOs sere ele ee ec TO PRT Te eleteystelciele [otel spate kei set Ansett eke 16 Pronotoamarill Oem partes cr syers )elelols ave lelr' e/a 1. BP. lusitaniea Andr. =f DISHOIMMALES COUR UOnecp eteetavs stale eerelotaleleistela sels alesis [el s}ele)= 2. PB. histrio Ki. 8. Abdomen con algunos segmentos NEGTOS......---0 sere ee ee eee ees mocébt Goods 9 Abdomen todo él de color claro. -2.....-....-002ee00:- 4. PB. nassata L. 9. Primer segmento abdominal negro... 3. P. (Tenthredopsis) Raddatzi Fab. — Primer segmento en gran parte amarillo.............. 8. BP. scuteliaris Kon. 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) 1. P. lusitanica André. 6 Madrid (Fernandez Navarro! ) (Col. mia). Portugal (André. Spec. des Hymeén.). 2 © Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). El mal estado de los tres ejemplares del Museo de Historia natural de Madrid impide reconocer con certeza la especie. Bod Pe enistrion KL: San Esteban Palautordera (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). Region media de Cataluna ([ 7’. Aistvio] Martorell. Cat. Ins. de Cat.). 3. P. scutellaris Fabr. © Espana (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). Espana.—Portugal (André. Spec. des Himén.). 4. P. nassata L. Se halla en los tilos. Montserrat (Barcelona) ([7Z. nassata| (Antiga. Cat. Him. Princip.). 5. P. (Rhogogastera) picta L. Vive en Mayo y Junio. Su larva es verde-amarillenta con verrugas castanas y patas negras, hallandose en el Alnus glu- tinosda. co” Villaviciosa (Martinez Escalera!) (Col. mia). © Escorial.—Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). 6°) P--viridis’ L. Vive en Marzo, observandose que se alimenta de otros in- sectos. Su larva tiene 22 patas; la cabeza es gris verdosa con manchas negras y aterciopelada; el cuerpo de color aceituna manchado de diversos matices, hallandose de Agosto a Octu- bre sobre el Saltz alba, Alnus glutinosa, etc. © Alcarria (Guadalajara) (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). © Espana (Chicote!) (Mus. Madrid). Escorial (Laguna!) ([Z. vividis] ANALES DE LA SOC. ESP. DE LISM. GNA Soe): (43) Dusmet y Alonso.—TENTREDINIDOS DE ESPANA. 16) © Cerdafia (Gerona) ([Z. scalaris Vill.] Cuni!) ANALES DE LA Soc. ESP. DE HIST. NAT., X). Cerdana ([Z. scalaris Vill.|] Antiga. Cat. Him. Princip.). Espana (André. Spec. des Hymeén.). 7. P. (Tenthredopsis) rufonigra Konow. Q Espana (Mus. Madrid). 8. P. (Tenthredopsis) Raddatzi Konow. o” Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). 9. P. (Tenthredopsis) sp. nov. Konow. © Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). Esta especie, que no ha sido descrita por el Sr. Konow por existir un solo ejemplar, no en muy buen estado, parece afine ala P. histrio. 10. P. Coquebertii KI. o Espana (|7. rufimana] Spinola. Ann. de la Soc. Entom. de France. 2™ série, 1). 11. P. (Tenthredopsis) semirufa Kriechb. Albarracin (Kriechbaumer. Correspbl. nat. Ver. Regensd. 38). 12. P. (Tenthredopsis) limbilabris Kriechb. Chiclana (Kriechbaumer. Correspbl. naturw.Ver. Regensb. 38). 13. P. (Tenthredopsis) conjungens Kriechb. Chiclana (Kriechbaumer. Correspbl. naturi.Ver. Regensb. 38). No conozco los caracteres de estas tres Ultimas especies que, descritas como Zenthredopsis, incluyo en este género Perineu— va, siguiendo la clasificacién de André. Las cita Bertkau en sus Archiv. fiir Naturgeschichte, 1885, p. 162. 14. P. solitaria? Schr. o& Coruna (Bolivar!) (Mus. Madrid). Un solo ejemplar que me parece corresponde a esta especie, aunque no puede afirmarse con certeza. ANALES DE HIST. NAT.— XXV. 11 162 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (41) GEN. 23. Tenthredo Z. Antenas setiformes 0 filiformes, tan largas 0 mas que la cabeza y térax veunidos. Alas anteriores con dos células radiales y cua- tro cubitales: célula lanceolada dividida por un nervio recto. Alas posteriores con dos discoidales cerradas; los nervios forman wid XK en el extremo de la célula anal. lis PESoudeteimeonrds.. xascal. ctr avacratemiemes eel amen erie vers esis elsie ct oe cistelostetsteaeie a atershaae te 2 HScudeteide: colori Claroy.\iyate ao ereiaacitiereoipcteietnspsuitiey srewreisieis) -eielaveveatvaridereretarences 5 2. \LositreS' primeros artejos dejlasiantenas Megros.), ..ee.. sce 6 cise lscltesienicle'wleicietis 3 — Antenas amarillas.. oo... ci cir. Wed AdN DOs Go ONUROSE 3. 'R. flava Scop. By AbDOMEN NES TO MPOTIEM CLM Basie rcleleieicie le \eleisie)elele eto fete icicle . 1. T. atea L. O =~ ADAOMen Claro, alimMenOSteMm Par ceiw lade aevenrecisienterebieyeu is eieersleleisicle/oiieisrevelstetievatelre 4 Ae ADA GMenKe Me pATLeEMLO] Oxi snebt.locttoeiss cs m aicp ie lefetetenavere eherere epee ste ranataceiate ve eteleheheletsiete 5 — Abdomen con fajas amarillo azufre................00000e ‘. ©. bicineta L. O- eExtremordel abdomen) meer Once ciecieiatelsrelielelaveisieleisicieh Merete 1 TW atra L. CO —- Hxtremoidel abdomen) TO} Ons) isle ce iicje cclmwis 6p le)e ele . O. TW. nop. sp. Kon. Gi AtnasG ema el rieN MDL as therapere viavare eistelesavertnyoiere cl stoudleictetciereysielayn wisi /els 3. FT. flava Scop. ——w Amie na Si GUT aS alone cise et tekcusus actA bleplert ss bere sheratoetarct 4. VW. mesomelas L. i Tatra. Ty. Vive en Mayo y Junio. Larva de color verde obscuro jas- peado en el lomo, costados y vientre mas claros, verrugas blanquizcas en los pliegues; cabeza negra con la cara verde. Se halla en Julio y Agosto en el Alnus glutinosa. 2 Escorial (Gogorza!) (Mus. Madrid). 2% 42. bigincts 1. Vive en Mayo. cf Espana (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). 3. T. flava Scop. oy Espana (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid), 4. T. mesomelas L. Vive en Junio. Su larva es negra con los costados jaspeados y patas blancas: cabeza negra con la bova palida. Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). Kspana (Chicote!—Sanz!) (Mus. Madrid). Escorial (Laguna!) (AN. DE LA SoC. ESP. DE HIST, NAT., XI). (45) Dusmet y Alonso.—TENTREDINIDOS DE ESPANA. 163 5. T. sp. nov. Konow. co’ Navacerrada (Mus. Madrid). Un solo ejemplar, por lo cual, faltando el otro sexo, no ha hecho atin su descripcion el Sr. Konow. Sus caracteres con- cuerdan bastante con la descripcidn que el Sr. André hace del Tent’. atra; pero el que nos ocupa tiene los ultimos segmen- tos abdominales de color rojizo como los anteriores. Grn. 24. Tarpa /adr. Antenas cortas, gruesas, de 14 a 22 artejos; el primero mas largo; en los oo cada artejo lleva, desde el 3.° 6 4.°, un apéndice lateral foliaceo, que a veces también existe en las 22. Cabeza gruesa, redondeada. Abdomen convero, algo deprimido. Alas an- teriores con dos células radiales y cuatro cubitales, partiendo de la 2. y 3.* de estas los nervios recurrentes: célula lanceolada di- vidida por un nervio oblicuo. Alas posteriores con dos células dis- coidales cervradas. Tibias posteriores con dos espinas medias la- terales. 1. Fajas amarillas abdominales interrumpidas sdlo en los) ; 1. ©. bueephala Kl. GOS: Primeros:SC@MeEntOS?-.- etyesie~ clea sep cbs sciences 5 — Fajas amarillas abdominales interrumpidas en los cua-) . F : (2. VT. gratiosa Mocs. LLONPLUMETOS|SCSMENCOSL 4 verieisoiitas cone cscs Jae *) 1. T. bucephala Kl. © Escorial (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). Espana.—Portugal (André. Spec. des Hymen. ). Espana ([7’. Aispanica| Spinola. Annal. de la Soc. Lntom. de PONCE. ZY SCYIe . 1): 2. T. gratiosa Mocs. @ Granada (André. Spec. des Hymen.). Guin. 25. Lyda adr. Cabeza ancha, aplastada. Antenas scliformes, de 18 a 36 ar- lejos. Tibias posteriores é intermedias, y « veces. las anteriores con espinas en su parte media. Alas anteriores con dos células 164 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) radiales y cuatro cubitales; lanceolada dividida por un nervio oblicuo. Alas posteriores con dos células discoidales cerradas. Abdomen ancho, aplastado. 1 Tibiasianterionresicon! unaiespimasm diay. ce sere) ueseie’*\slo\e wle)- eels 2 -lelelejelateleletusvarstetetets é — ‘Tibias anteriores Sin espina media........2.6+...-.0- 3 95 idem del' Sr: 1): Melchor Palau... 2.200. 3 3. > 1 30 todos ellos completos; y fragmentos, pero con costra, dos ad- quiridos por el Observatorio Astronomico, cuyos pesos respec- tivos son 54 gr. y 19 gr. cada uno (1). No he visto el del Sr. Arcimis; ignoro, por consig@uiente, si sera auténtico; solo si advertiré que lo envidé al Sr. Flamma- rion, y éste dice que por el interior es gris de hierro.—¢Sera meteorito? Kl fragmento pesa 6 gramos. Notabilisima en extremo es la distribucién topografica de estos meteoritos, en relacidn con la regla general observada en la dispersién de las varias piedras metedricas que, proce- (1) Del fragmento de 54 gr. (hoy reducido « 44) se han separado las esquirlas nece- sarias para este estudio petrografico, y el resto esta en poder del Museo dle Historia natural, gracias 4 la donacién del Exemo. Sr, Director del Observatorio astronémico, D. Miguel Merino; olvidaba decir que también se quito parte para el andlisis quimico. ANALES VDE HIST. NAT.—XkV. 15 226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) dentes de la explosiédn de un bodlido, caen en una localidad dada (1). Es muy frecuente que los fragmentos se distribuyan for- mando en la superficie de la tierra una elipse cuyo didmetro mayor viene a ser la proyeccién de la direccién del meteorito; arco de curva que podemos hacer resaltar en los alrededores de Madrid si nos fijamos detenidamente en los lugares preci- sos en que se han encontrado los distintos meteoritos hasta hoy auténticos. El que posee el Sr. Iniguez, en la puerta de la Moncloa (la- mina 11, fig. 2). El del Exemo. Sr. Marqués del Socorro, en el paseo de la Castellana (lam. 11, fig. 6). El del Excmo. Sr. Canovas del Castillo, en la huerta del Sr. Medina, frente al Hipodromo (lam. ny, fig. 1). El de mayor peso, del Observatorio astrondmico, donado al Museo de Historia natural, en la calle de Serrano, frente al cuartel de la Guardia civil (lam. 1, fig. 3). El del Sr. Palau, en el jardin del colegio de las Ursulinas. El del Sr. Macpherson, en los solares del Marqués de Zafra, cerca de la fuente del Berro (lam. 1, fig. 5). Y finalmente, el fragmento de menor peso, del Observatorio astronémico, en el puente de Vallecas (lam. 11, fig. 4). Merece especial atencién advertir que acompano a la caida de estos meteoritos una verdadera //wvia de fina piedra meteo- rica, como lo demuestra el ruido que se produjo en los crista- les del colegio de las Ursulinas, muy semejante (segun relato de profesoras y colegialas) al efecto de una granizada en una tormenta (2), y ademas el hallazgo en el jardin de dicho cen- tro instructivo, como consecuencia del fendmeno anterior, de un humilde pero autentisimo meteorito que fué 4 parar, como correspondia, al Sr. D. Melchor Palau, profesor de Geologia de la Escuela de Caminos y padre de la senorita educanda que por casualidad lo encontré, a pesar de las codiciosas miradas de todas las alli presentes. (1) GreEvILLA: Lstudio sobre los meteoritos, 1892, pag. 16. (2) Terminada la granizada metedrica, todas las alli presentes salieron rapida- mente al jardin del establecimiento con objeto de observar por el suelo qué pudo ser lo que cayé y que fué motivo de la sensacién que experimentaron maestras y disci- pulas. (5) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 227 Claro es que el fenédmeno no tiene nada de extrafio, sino que, por el contrario, es muy natural, si se tiene en cuenta que dicho colegio esta situado en la curva topografica que co- rresponde al area de dispersion de los meteoritos encontrados. Todos ellos presentan los mismos caracteres externos fuera de la forma que, aunque variable, viene a tener siempre cierta semejanza en su configuracién; es decir, que se trata de un poliedro mas 6 menos irregular, y en general tetraédrico con angulos y aristas redondeados. Costra.—lLa superficie es obscura; negra en unos puntos y pardo negruzca en otros, resultado de la fusion 6 vitrificacién de la parte mineralégica que constituia aquella. En vista de esto, ;qué vertiginosa no sera la carrera que lleve el meteo- rito en su camino, para que por una oxidacién tan intensa, atravesando las capas de aire, se cubra de esa costra superfi- cial sin eiemplo en las rocas de nuestro globo! Dice el Sr. Iniguez (1) «de todos los ejemplares recogidos, el que mejor acusa los fenédmenos que por elevacién de tempe- ratura y roce con el aire se producen en la superficie de los meteoritos es el que posee el Sr. Canovas del Castillo. La parte anterior de este meteorito es lisa y parda, lo cual manifiesta que la pérdida de materia fundida fué casi total en aquella region: en los bordes aparecen lineas Asperas, negras y pro- minentes, formadas por materia fundida que no fué sustraida por el aire; en la parte posterior la superficie es granosa, as— pera y negra, indicando que alli, quiza mas que sustraccién de materia fundida, hubo acumulacién de la arrastrada por el aire en la parte anterior.» Surcan la superficie eminencias ligeras y depresiones poco profundas muy parecidas 6 semejantes a las producidas con los dedos amasando una substancia pastosa y cuyo efecto tiene por causa sin duda alguna la mayor fusibilidad de la masa en las regiones donde aparece deprimido, perdiéndose materia al atravesar el aire. Aspecto intevior.—En oposicion a los caracteres externos que acabamos de mencionar, la piedra de Madrid interiormente es de color blanco grisaceo que corresponde a la masa crista— (1) Zos b6lidos. «El Magisterio espanol», 20 Abril, 1896. 228 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) lina de que esta formada, observandose en algunos puntos manchas rojizas 6 pardo amarillentas bordeando los brillantes eranillos de hierro que abundan en la substancia gris de que se ha hecho referencia. Bastarian los datos que acabamos de relatar, para fijar la desemejanza completa que existe entre el meteorito y cual- quier roca terrestre; mas inconfundible todavia si, como dice muy bien el Excmo. Sr. Marqués del Socorro, lleva consigo el sello de fabrica, es decir, esa costra tan caracteristica, ese atri- buto especial, en una palabra, que coloca a estos seres extra- terrestres bajo el punto de vista de analogia 6 semejanza, 4 distancias inconmensurables de todas las rocas del globo te- rraqueo. Ya con la ayuda de la lente se hacen mas visibles y se des- tacan mejor las laminas brillantes de hierro, y se perciben ademas en la masa general grietas negras en direcciones di- versas, algunas de las cuales bordean a determinados crista- les blanco grisaceos. Brunendo 6 pulimentando una cara de paso que se prepara una seccidn para el estudio micrografico, y mediante el auxi- lio de la lente, se distinguen de una manera perfecta y con facilidad suma ciertos elementos minerales que luego seran descritos. Obsérvase en su parte metalica granos brillantes de color blanco de estano con bordes angulosos que corresponden a la substancia mineraldgica llamada Schreibersita, y ademas otros redondeados y de color pardo que han recibido el nombre de Troilita; y en su parte lapidea se reconocen no menos visible- mente tres substancias: hialina y de aspecto craso una de ellas, blanca la otra y verdosa la tercera, que corresponden respec— tivamente a los minerales olivino y feldespato las dos primeras y enstatita 6 augita sin precisar la ultima. De lo expuesto se deduce que el naturalista que es practico en esta clase de estudios descubre de un modo casi seguro las especies minerales de que esta coustituido el meteorito; y aun cuando no puede afirmarse de un modo concluyente valién- dose del mezquino medio de una lente, debe prever el resul- tado sin embargo, sin perjuicio de rectificar esta apreciacidn, si, como no creo, el examen microscépico cuyo tema ha de servir de base a la segunda parte de este estudio petrografico, (7) Gredilla.— EL METEORITO DE MADRID. 229 no viniera a confirmar esta clasificacién mineralégica objeto principal de este trabajo. Interesante es sobremanera se manifiesten también en la masa general esos granos redondeados de aspecto mate que diseminados en la trama interna de la roca comunica 4 su estructura una facies especial, y que han sido denominados condros por los naturalistas modernos, admitiendo de esta ma- nera la palabra empleada por Gustavo Rose. Estructura.— Estos minerales antedichos, uniéndose de ma- neras muy diversas, dan lugar a que la piedra metedrica de Madrid, aun siendo aparentemente grande y por tanto Aspera al tacto, se manifieste en ciertos puntos desmoronable y con bastante porosidad, y en otros, por el contrario, con adheren- cia suma y suficiente impermeabilidad. La primera propiedad fisica parece corresponder a tres cau- sas principalmente, cuales son: 1.*, las manchas ocraceas que por alteracion del hierro dan como resultado final el desgaste y la infiltracién de la substancia oxidada a través de la mate- ria lapidea; 2.*, las fisuras negras que atravesando el todo son lineas de menor resistencia que facilita la separacién de las partes, y 3.*, los condros, que siendo de formacién deuterog’é- nica, y aun cuando se asocien 4 la masa fundamental de un modo intimo y formen lo que pudiéramos decir un todo conti- nuo, se nota, sin embargo, cierta separacién en ellos, como lo prueba la facilidad con que se desmembran de la masa al menor roce y la dificultad en brunir una seccién micrografica. Por el contrario, en los lugares que estan libres de las causas que acabamos de enumerar, se nota una adherencia tan grande que no solo resiste 4 la ruptura, sino que también llegan a dar chispas con el eslabon. Magnetismo.—Su accién magnética es pasiva: es decir, que actua el meteorito sobre la barra imantada, atrayendo indis- tintamente los dos polos. Densidad.—Varios ensayos se han hecho para determinar la densidad del meteorito de Madrid; tres con fragmentos de substancia y uno con el meteorito que posee el Sr. Iniguez, prestandolo espontaneamente, aun a riesgo de las consecuen- cias que pudiera tener, en vista de las diferencias encon- tradas. Las densidades halladas son: 230 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Sres. Quintero y Marti....... 3.49 4la temperatura de 00 rie BOMMU A eee sala nvseeratebts 3.61 _ 160 Sr sMeumier. fn i2 hieveiewate Hoard 3.59 — 16° y con meteorito entero Sres. Quintero y Marti...... 3.55989 _ 170 Composicion quimica.—¥] meteorito de Madrid ha sido objeto de un analisis completo y cuantitativo llevado 4 cabo por don Santiago Bonilla, catedratico de Quimica general en la Facul- tad de Ciencias de la Universidad Central. Del trabajo realizado por dicho senor, resulta que dicho meteorito en cien partes contiene: SMI CGsk ok sc stack eerethe ae aiid IER Sd trate aes 58.8560 Magnesia...... sisjo odd ahh letiactidls Sete Save 15.9495 SUlfUrG FErrOsO ge sraxdhs cle Se bie sae dad bss de io 7.2344 Oxidoiomicon 2 ee ee Keo cae A 5.1089 Hierro, meLalico.... pis sae) poaseisia eae a 7.7454 AIMIMINA GS ois Moe renee we here ESC SBI 2.3607 Niguel cuss aeseuai’sidis el ate Gieieiehar Nel ovei cieReye 1.2984 Cale oceans eae aot ete ne seamen J 0.5099 Bidxido de manganeso.. ....ccets se celuse 0.0799 Fésforo, cromo, cobre, litio........ sissies] Sodio, potasio y materia organica........ { eet SUM AS, 3h vs ciara thee alate or eee cecoae --. 100.0000 EXAMEN MICROSCOPICO. Preparacion de la lamina.—Llegar a conseguir una seccién suficientemente delgada para el estudio micrografico, teniendo en cuenta la mezcla tan heterogénea de elementos mineralé- gicos, su desigual distribuciédn, y mas que todo lo deleznable de la estructura que poseen estos fragmentos extraterrestres, es problema que ofrece bastantes dificultades. Sin embargo, con bastante dosis de paciencia, habilidad poco comun en este g@énero de operaciones (1) y vista para descubrir una seccién (1) Tengo entendido que los naturalistas alemanes y franceses envian los frag- mentos a practicos para que hagan las preparaciones, defecto grande que lleva con- sigo no tener secciones que reunan las condiciones de un estudio completo. (9) Gredilla.— EL METEORITO DE MADRID. 231 que abarque el mayor numero de elementos mineraldgicos tratandose de una substancia tan heterogénea, se llega a la meta facilmente. Recomiendo, para conseguir este objeto pri- mordial, hacer uso continuo de la lente mientras se pulimenta la primera cara, y cuando el naturalista comprenda reune las condiciones que desea, fijarla en el cristal porta-objetos, con lo cual conseguimos ademas estudiar el aspecto interior en placa pulimentada. Ahora bien, dijimos en parrafos anteriores al tratar de la estructura, y es preciso recordar ahora, que el meteorito objeto de nuestro estudio, y todos en general, gozan de las condiciones de ser porosos é impermeables; como que de estas dos fuerzas la mayor en intensidad es la porosidad, la resul- tante paralelogramica acercandose a la mayor, dara por resul- tado que los meteoritos absorban agua, y claro es que enton- ces se dejaran penetrar por el balsamo del Canada en caliente, que es liquido, con suma facilidad; lo que asi sucede en efecto y es el fundamento principal de todas las preparaciones micro- graficas. En su consecuencia, para preparar una seccién delgada se sigue el método ordinario, usando ladrillos de esmeril muy fino y teniendo cuidado de adelgazar con suavidad. Algo antes de terminar la operacién, y cuando vea el operador que tiende a desgranarse el fragmento con facilidad, se hace una masa de la seccién con balsamo del Canada que, después de secarse, une fuertemente los elementos de ella como si fuera una pie- dra, y después se sigue adelgazando hasta que dicha sec- cidn reuna las condiciones de transparencia que todos cono- cemos. Composicion mineraldgica.—Bajo el campo microscdpico se notan en el meteorito dos partes completamente distintas: una metdlica y otra lapidea, advirtiéndose en esta ultima nddulos redondeados, empastados por la masa finamente gra- nudo-cristalina, alos cuales Gustavo Rose did el nombre de Chondrites 6 condros. Parte metalica.—He reconocido en ella tres minerales distin- tos, que son: la Schreibersita en la masa interna de otro mine- ral ferro-niquelifero que parece ser la Aamacita por el aspecto azulado que presenta, la Zvoilita y la Cromita. oa 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) (41-53). Schreibersita (fosfuro de hierro y niquel) (1).—Se pre- senta en forma de finas agujas muy brillantes, a las que Gus- tavo Rose did el nombre de Riabdites, en el interior de una masa negro-azulada que parece ser la Aamacita (Fe,, Ni) de forma poligonal é irregular (lam. 11, fig. 8). Estas finas agujas comunican a4 las laminitas en que se encuentran una flexibilidad y un brillo metalico muy notable; de aqui el nombre de hierro brillante con que es denominada la Schreibersita. Observadas ademas dichas laminitas 4 luz refleja fuera del campo microscopico, presenta el color blanco de estano carac- teristico de este mineral. Tiene absorcién de luz muy marcada, y para observar bien dichas agujitas y conseguir que se destaquen todo lo mejor posible, es necesario girar la platina 45° de la coincidencia 0° entre nonius y regla del microscopio; observando entonces con luz refleja los lugares que ocupa este mineral, aparecen en la seccidn como lagunas de agua. No queda duda con estos caracteres y 4 la vista de estos fenomenos que el mineral de que se trata es la Schreibersita. (41-53). Debido a la peroxidacién del hierro, bordean 4a estas laminas metalicas unas manchas de color pardo-rojizo 6 ama- rillentas, las que se comunican 4 la parte lapidea olivinica que les circunda, y 4 lo que Meunier ha dado en llamar posi- blemente Fayalita (silicato de hierro) (2). Para asegurarme de ésto he oxidado rapidamente, por inter- medio del calor, una de las preparaciones micrograficas y he obtenido el resultado. que deseaba, cual es, haber tenido todos los minerales lapideos 4 través de sus grietas reticulares del color rojizo amarillento que circundaba al hierro y éste se ha quedado libre de toda alteracién. (lL) Representan los nimeros (41-53) que van delante del nombre de las especies mineralégicas, los de las reglas vertical y horizontal de la platina del microscopio; medio sencillo en fijar la posicion de los cristales. (2) A mi modo de ver se trata simplemente de un olivino con todos sus caracteres, y inicamente en las grietas de éste se percibe el color rojizo del 6xido de hierro, peroxidacién que con el coeficiente tiempo seria mds bien producto de alteracién y destruccién que de formacion de fayalitas, como podemos observar en nuestras rocas terrestres , en las cuales dicha oxidacién perfora en grado maximo los materiales, y comunicandose mas facilmente el interior con los agentes externos, contribuye 4 la destruccién completa de la roca, agrietandola y pulverizindola previamente. (11) Gredilla.—rL METEORITO DE MADRID. 233 (30-55). Es interesantisimo que esta Schrebersita se halle bordeada por la ¢roilita; facies especial de asociacién que determina Tschermak en su obra de Mineralogia y que viene en apoyo de mi manera de ver. (48-51). Zrotlita (protosulfuro de hierro).—Este mineral me- talico se encuentra mas abundante que el anterior y se pre- senta en masas redondeadas de color pardo bronceado muy bajo, con brillo metalico, 4 los cuales se debe principalmente la accién magnética del hierro. Se pudiera confundir, sin embargo, con la pirrolita, inclui- das ambas por algunos autores en la misma especie minerald- g@ica; pero debe tenerse presente que la ¢/voz/ita no se ha encon- trado cristalizada y sien masas compactas y redondeadas, es de color amarillo bronceado muy bajo de tono, su composicién es Fe S y no es mineral terrestre; y la pirrotita se encuentra cristalizada en el sistema exagonal, y si a veces no cristaliza, se presenta en masas granudas de color amarillo—bronceado claro, oscilando su composicién entre Fe 8 y Fe, Sy. Otra particularidad de los granos de ¢rot/ita es, que ninguno de ellos, bajo el campo microscépico, esta bordeado de per- 6xido de hierro como sucedia a la Schreibersita, y también que suelen perder la forma redondeada para adquirir la de elipses alargadas cuando se encuentran estos granos encerrados en el interior de las grietas manganesiferas que circulan por la preparacion (lam. m1, fig. 9). (33-57). Cromita (hierro cromado).—Se presenta en la seccién micrografica menos abundante que las dos anteriores; sus contornos son redondeados 6 angulosos, y en este ultimo caso recuerdan la forma rombal 6 triangular del octaedro en que cristaliza esta substancia é imprimen al mismo tiempo cierto sello 4 la roca cuya importancia mas tarde manifestaremos. Estos granos, generalmente los angulosos, son negros mates, y no faltan, sino que por el contrario abundan, otros de color pardo-negruzco y pardos solamente, que mas pequenos se encuentran como inclusiones formando parte del olivino (la- mina tl, fig. 9). Parte lapidea.—Como mas abundante en la masa meteérica debemos fijar detenidamente nuestra atencidn para dar a conocer de una manera concluyente las especies mineralégicas 234 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) que la constituyen, sirviéndonos, claro esta, de los conoci- mientos que aporta la sana doctrina cristalografica con sus principios revelados por la geometria y fisica y sin el auxilio de la quimica, tan innecesaria como inutil en los estudios petrograficos. Bajo el primer concepto se determinan forma, lineas de cru- cero y maclas, que con las medidas de angulos y direcciones que este estudio aporta y con el auxilio que la luz convergente proporciona, fijan el sistema en que cristaliza la substancia; y el segundo medio determina, finalmente, con visible facilidad la medida de los angulos de extincidn (1), no olvidando otros caracteres como el color, policroismo y polarizacion cromatica, tan necesarios para la determinacién de las especies mine- ralogicas. Auxiliado con estos medios, y deseoso de cumplir con el honroso deber a que me he comprometido, gracias al carifo que tengo a las ciencias de observacién, empezaré por descri- bir los caracteres de aquellas especies esenciales que se en- cuentran en el meteorito, terminando con otras cuyo papel es mucho mas secundario. Olivino 0 peridoto (silicate de magnesia y hierro).—E] pri- mero que parece llenar toda la masa lapidea y como conse- cuencia elemento mas esencial que se encuentra, es sin duda alguna el olivino; bajo este punto de vista y por contener incluido bastante hierro cromado, pudiera compararse, y con (1) He observado con cierta sorpresa en los autores de Cristalografia, y entre ellos Gorecki (Manuel du Microscope Latteux , p. 742), que para medir los angulos de extincién después de hacer coincidir borde del cristal, linea de crucero 6 macla con el hilo del reticulo, se hace girar en wn sentido u otro \a platina del microscopio hasta la obscuridad completa. Nada mas erréneo que esto: supuesto que si el Angulo de extincion, por ejemplo, es de 25° en un sentido, haciendo girar en sentido contrario seraé de 65°, 6 sea el com- plemento de 25°; puesto que estando los ejées de elasticidad Optica del cristal perpen- diculares, y observandose la obscuridad completa en las coincidencias de estos con las secciones principales de los nicoles, que estan colocadas precisamente en Angulo recto, es matemiatico que sean complementariosilos dos dngulos, y inicamente serdn iguales cuando la coincidencia del hilo del reticulo esté en relacion con una linea de macla. Seria de desear, en atencidén 4 lo que llevamos dicho, que los autores fijaran para la medida del angulo de extinci6én (previa la coincidencia con linea de crucero 6 borde del cristal) se hiciera la revolucion en el sentido de la derecha 6 hacia el interior de la lamina cristalina. (13) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 235 razon, esta roca a otra de la Serrania de Ronda que, relacio- nada con la serpentina, se le ha dado el nombre de Dunita. Los caracteres tipicos que los micrégrafos asignan a esta especie se presentan de un modo marcadisimo. (24-47). En una de las preparaciones microscépicas se puede admirar un grueso semicristal con forma exagonal alargada, en el que se puede medir el angulo de 81° que forman los biseles contiguos de la arista macropinacoidal, el gran desarrollo de la cara basica y el alargamiento del cristal por la excesiva longitud de la truncadura macro- pinacoidal; la otra mitad ha sufrido una fragmentacién efecto de la rotura del bdélido (lam. Iv, fig. 10). Pero no es general esto; de ordinario el oli- vino se presenta en granos redondeados y angulosos, correspondiendo a los primeros un aspecto condritico y revelandose en los segundos una facies clastica. El angulo de extincidn en el cristal objeto de atencién ante- rior es de 0°, inclinacién que corresponde al borde de mayor longitud del cristal, paralelo al eje de zona pg,, 6 sea a la arista que forman las caras de la base y macropinacoide. Kn los cristales pequenos clasticos dicho angulo de extincidn es también de 0°, pudiendo asegurarse que, 6 Corresponden a la arista homéloga del cristal anterior, 6 4 la de la base con el braquipinacoide, cuyo eje de zona es ph,. Aunque bastarian estos‘datos, que la cristalografia nos ha ensenado para la determinacién de la especie de que se trata, la luz polarizada allana el camino en el esclarecimiento de la substancia en cuestién. Se presenta con el aspecto rugoso que ofrece habitualmente su superficie, es incolora y didfana en las secciones que tienen contornos redondeados, los cuales, reunidos, forman muchas veces condros monosomaticos; hialinidad que se empana cuando son angulosas de un tinte amarillento, claro 6 rojizo, producto de la oxidacién del hierro por ende las fisuras que desordenadamente le atraviesan y que corresponden 4 la reti- cularidad del mismo. El policroismo es nulo y la polarizacién cromatica vivisima, 236 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) datos que fielmente determinan en la seccién micrografica la especie de que tratamos. Presenta el olivino inclusiones de diferentes formas y subs- tancias, unas de vidrio ovoideas y amarillentas, otras peque- iisimas y pardas de cromita; con mayores aumentos se perci- ben poros gaseosos 6 inclusiones vitreas tramsparentes y alar- g@adas con burbuja fija, y otras, finalmente, pardo-amari- llentas. En suma, el diagndstico del mineral peridoto se basa en su forma, transparencia, rugosidad, peroxidacién del hierro en las hendiduras 4 expensas del vapor acuoso condensado en la rotura del bdlido (1) falta de crucero, nulo policroismo y viva polarizacién cromatica. Suele confundirse esta especie mine- raldgica con otra vecina suya que recibe el nombre de Faya- lita (silicato de hierro); pero el color pardo y el gran policrois- mo que ofrece esta Ultima substancia la separan grandemente del olivino. Sin embargo, nada de particular tendria que se hallaran asociadas, puesto que siendo los 6xidos de hierro y de magnesio bases isomorfas, pudiera el primero de dichos Oxidos sustituir totalmente al segundo y dieran origen al sili- cato de hierro, tanto mas esta hipdtesis genérica cuanto que abunda considerablemente el hierro en los meteoritos. Pero, ante todo, debo manifestar que en las secciones que he tenido el gusto de preparar para el estudio micrografico del meteorito, falta completamente la Fayalita. (37-45) (27-57). Hnstatita (silicato de magnesia con trazas de hierro).—Es un piroxeno del grupo de los ortorémbicos que se presenta en las preparaciones con su facies especial y ca- racteristica. No toma el desarrollo ni con mucho del olivino; pero el as- pecto fibroso, cristales alargados y & veces en haces divergen- (1) Para demostrar esta peroxidacién en las grietas del olivino, recordaremos lo que se dijo al hablar dela Schreibersita ; es decir, que habia separado el peréxido de hierro que 4 expensas de la humedad se ha formado y como condensado en derredor de los granos laminares de Schreibersita, por medio de una simple y rapida calcina- cién en el borde de la llama de alcohol de una de las preparaciones microgrificas ; y efectivamente, dicho perdxido ha dejado libres los granos de hierro, quedando los bordes de estos completamente limpios, y se ha corrido ahondando mis si se quiere la oxidacién por entre las grietas del olivino, tomando la seccién micrografica un aspecto rojizo. (15) Gredilla.—rEL METEORITO DE. MADRID. 237 tes que toman los condros de esta substancia, dan un sello especialisimo y sui generis a la especie mineraldgica objeto de nuestro estudio. Este alargamiento corresponde en todos ellos al eje de zona h,g, direccion que siguen cuando existen las lineas de cru- cero, faciles segtin el macropinacoide, y que como paralelo 6 coincidiendo con el eje cristalografico de mayor simetria le corresponden un angulo de extincidn = 0°; como asi sucede, en efecto, en todas las secciones que he observado, por su coin- cidencia.con el eje de mayor elasticidad éptica (lam. v, fig. 13). Es de un color amarillo claro y lustre perlado en los crista- les sueltos y con tintes blancos y negros alternados en aque- llos que presentan facies fibrosa 6 fibroso radiante. La falta de rugosidad y de policroismo y la debilidad en los colores polarizantes, son los signos decisivos que acreditan la existencia de esta especie y sus diferencias con el olivino. Las inclusiones son de naturaleza vitrea y ordenadas seein la direccién del eje de zona macro y braquipinacoidal, y entre los cristales cuando estos afectan la disposicién fibroso ra- diante, poros gaseosos. Suele confundirse esta especie con la droncita; pero he de advertir que en esta ultima substancia los cruceros son a ve- ces ondulados, que su color es pardo negruzco en general por la mayor cantidad de hierro que contiene; es mas bien lami- nar que bacilar, y finalmente que las secciones paralelas a Ia base tienen brillo metalico bronceado cuando su lustre se mira por reflexién; todo lo cual diferencia de una manera notable esta especie de la enstatita. (45-56). Augita (silicato.de alumina, cal, magnesia y hierro). —Hste piroxeno monosimétrico, juntamente con la Schreiber— sita, dan un realce y una fisonomia de individualidad al me- teorito de Madrid, que, aun siendo del grupo de los llamados del tipo comin, andariamos mal para darle cabida exacta en las clasificaciones hoy adoptadas. De dos secciones distintas se encuentran formas en la pre- paracién objeto de mi estudio; unas paralelas al clinopina— coide y otras al ortopinacoide. Las primeras son exagonas, algo alargadas, y sus lados co- rresponden 4 las proyecciones en el plano de la preparacién del ortopinacoide, cara basica y ortodomo, formando los an- 238 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) gulos 4, p= 105° proximamente y pa, = 148° 35’; es zonar 6 testaceo a luz polarizada paralelamente a las caras basicas y ortodémicas, y por la parte inferior pierde el caracter estrati- ficado, advirtiéndose los cruceros en an- gulo recto que diferencian estos cristales de la hornblenda, ademas de otros mu- chisimos caracteres que seria prolijo enu- merar (lam. u, fig. 7). Las segundas paralelas al ortopinacoi- de son exagonos mas simétricos, mani- festandose en sus bordes las interseccio- nes de las caras clinopinacoide y las dos hemipiramides 6 hemioctaedros con su angulo de 120°; angulo de apuntamiento interesante que separa estos cristales de los peridotos que miden 81°, cuando en aquellos faltan los cru- ceros. En las primeras el angulo de extincidn con relacién a la arista ortopinacoidal es de 0°, y en las segundas la arista cl- nopinacoidal revela unos 39°. Secciones hay que perpendiculares al eje de zona /, g, se extinguen segiin la bisectriz del Angulo agudo del protopris- | Ta — 9 Oe Kl color es amarillo claro; débil 6 mejor dicho nulo el poli- croismo, y vivisima la polarizacién cromatica. Aun cuando son frecuentes las maclas, es de sentir no haya cristal aleuno en estas condiciones para determinar y medir el angulo de extinciédn simétrico con relacién a4 la linea de macla. Con respecto 4 inclusiones diremos que las hay vitreas, de color pardo, alguna negra de hierro cromado y no pocas de poros gaseosos. Feldespato plagioclasico de oligoclasa (silicato de alumina y silicato de sosa y cal).—La formula segtin Dana es R Al, Sis O,,, correspondiendo al radical R = Na, (K,) Ca. No es elemento esencial: se encuentra en granos muy pe- quenos distribuidos confusamente en la mezcla de los anterio- res y presentan los caracteres siguientes: son incoloros, trans- parentes, poco refringentes y colores de polarizacién alterna- dos grises y azules por las maclas que forma dicho mineral. (32-69). En uno de los bordes de la preparacién se mani- (17) Gredilla.—rL METEORITO DE MADRID. 239 fiesta un buen cristal con los caracteres asignables a la oli- goclasa (lam. rv, figuras 11 y 12). Sus laminas se presentan macladas seguin la ley de la albi- ta, con bastante desigualdad en la anchura de las secciones hemitropiadas, cuyo caracter y el Angulo de extincién con relacion a la linea de macla 3° 4 6° aseguran su clasificacion. Kstas laminas tienen ademas el color blanco correspondien- te a todos los feldespatos; y como inclusiones se encuentran algunas vitreas redondeadas y alargadas en direccién de los planos de macla, y no deja de percibirse también algtin cris- tal de hierro cromado. : Condros.—Se refiere este nombre dado por Gustavo Rose a esas formas mas 6 menos redondeadas que experimentan no sdlo los cristales, sino también sus mezclas, y distribuidos por la masa general del meteorito comunican 4 su estructura una facies especial y sui generis a la cual se ha dado en Namar estructura condritica. No vayamos a creer que en todas las preparaciones micro- graficas se encuentran; pues siendo la substancia en que se hallan encerrados desordenada y heterogénea, sucede que en unos puntos estan en todo su esplendor, mientras que en otros faltan completamente; asi se comprende que de las dos seccio- nes preparadas para el estudio petrografico falten ejemplos en la una, y, aunque reducidos en la otra, proporcionan, sin em- bargo, medios de lucubracién para la determinacién de la es- pecie 6 especies mineraldgicas de que estan constituidos. A los condros se debe la estructura granuda que en general tienen todos los meteoritos oligosideros, y también que a su débil adherencia con la masa general tienda la piedra 4 dis— gregarse 6 desgranarse cuando se comprimen sus bordes fuer- temente con los dedos; mucho mas todavia si, al intentar ha- cer una placa delgada, no se tienen las precauciones necesa- rias al desgaste. Dos grupos de condros se advierten en la piedra de Madrid, los unos mates con polarizacién y extincidn cruzada y los de- mas cristalinos. (25-55). Los primeros se notan en un borde de la prepara- cién en bastante niimero con diseno redondeado y aspecto anubarrado. En los segundos se pueden distinguir condros olivinicos y 240 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) posiblemente los habra también enstatiticos y augiticos por la tendencia que se observa en estos cristales a las formas redondeadas. Entre los olivinicos se encuentran de dos clases, ooliticos y clasticos. (49-53). 1.° Condros monosomaticos ooliticos; esto es, cons- tituidos por un solo individuo de olivino que resulta de la suma de pequenos glébulos redondeados de la misma subs- tancia y con extincidn completa que acredita individualidad; han tomado forma elipsoidal merced 4 la materia manganesi- fera que los bordea y atraviesa la preparacidn (lam. v, fig. 13). (48-57). 2.° Condros monosomaticos clasticos; esto es, cons- tituidos por elementos de olivino formados por agrupaciones de fragmentos de dicho mineral y a luz polarizada, se observa un nucleo de la misma substancia con una grieta que le rodea. (25-55). No dejan de presentarse algunos condros olivini- cos clasticos con nucleo de troilita, y por ultimo (30-50) otros que pudiéramos Hamar compuestos, cuyo resultado final es a luz polarizada un conjunto de condros que forman uno ge- neral (lam. v, fig. 14). No hago mencidn de los condros enstatiticos y augiticos por- que, como he advertido anteriormente, se trata simplemente de cristales que conservan sus caracteres especificos, si bien se nota en ellos cierta tendencia en su periferia a tomar la forma redondeada. Micro-estrvuctura.—Si bajo.el punto de vista macroscopico hicimos notar que la estructura del meteorito era granuda y facilmente desmoronable, particularidad que correspondia de hecho a los condros que en la masa subsisten, la seccidn pre- parada para el estudio micrografico senala en la piedra «le Madrid una estructura condritico-clastico-cristalina con facies brechoidea. Tiene ademas la masa general cierto tono porfiroideo, pues se destacan cristales perfectamente asignables a especies de- terminadas en el fondo de la substancia olivinica eminente- mente clastica, destrozo que, al parecer, ha sufrido la materia por efecto de las grietas que por do quier caminan. Notase en los cristales de olivino, mejor que en otro alguno, los efectos de fragmentacién posterior 4 su formacidn, cam— biandose las posiciones de las secciones tan visiblemente, que (19) Gredilla.—rEL METEORITO DE MADRID. 241 mientras unos fragmentos se extinguen, otros, por el contra- rio, destellan sus colores polarizantes. Numerosas grietas rellenas de substancia manganesifera al parecer circulan por la preparacién, meras derivaciones en gerado mayor 6 menor de la general y dicotoma que atraviesa la seccién micrografica que aun a simple vista se puede ob- servar. Clasificacion.— En dos puntos de vista estimo que debemos fijar nuestra atencién antes de llevar la roca metedrica 4 gru- pos establecidos por clasificaciones adoptadas. En primer lugar, la consideracién de la estructura que pu- diera tener la roca antes de entrar en nuestra atmosfera, y en segundo la dislocacién sufrida en ella, consecuencia logica de su ruptura. Bajo el primer aspecto, no soy quien pueda determinar la disposicién de las especies mineraldgicas en la masa general allende los espacios, por mas que pueda suponer corresponda a la granudo-cristalina de los micro-granitos. Ahora bien: considerada la masa en su segunda fase, puedo decir se trata de una brecha de dislocacién con aspecto con- glomeriforme en las dos secciones que he preparado para este estudio; mas conviene notar que toda conclusién sera arbitra- ria sino tenemos presente la heterogeneidad del meteorito y la inseguridad en que estamos colocados para fijarle lugar en la clasificacién. Sin embargo, siguiendo cualquier camino y teniendo en cuenta la composicién mineralégica y la estructura, base de toda clasificacién, cabe colocar el meteorito de Madrid, si- cvuiendo la clasificacién de Meunier, en los grupos Sporaside— ros, Oligosideros: rocas poligénicas en razon a su estructura. Ahora bien; en esta ultima seccidu Meunier establece cuatro grupos fundados en la estructura principalmente y con dos tipos litol6gicos cada uno que no corresponden a este meteorito. Habria necesidad, en vista de esto, de establecer otro grupo con los tipos limerickita y chantonnita, y en este caso conce— derle al meteorito de Madrid como tipico un nombre especial. Colocado en este terreno, gseria conveniente seguir el proce- dimiento de Meunier?— Si? — entonces ya sabéis qué nombre debemos dar. Para terminar, sdlo me resta enviar desde estas lineas un ANALES DE HIST. NAT. — XXV. 16 242 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) carinoso recuerdo al Excmo. Sr. Marqués del Socorro, actual Presidente de nuestra Sociedad y catedratico de Geologia de la Universidad Central, quien con su bondad poco comun é ilimitada, me ha brindado espontaneamente cuantas obras necesitara referentes al asunto, y manifestar mi agradeci- miento al Sr. Iniguez, catedratico de Astronomia y Secretario de nuestra Facultad, por intermedio del cual y con anuencia del anterior, me ha sido proporcionada la materia prima que para este estudio habia recibido del Observatorio el Ilustri- simo Sr. D. Gonzalo Quintero, por creerme en condiciones in- fundada é inmerecidamente de darle los vuelos, realce y re- lieve que merece el humilde estudio cuya lectura habéis teni- do la bondad de escuchar. SOBRE LAS INGLUSIONES DE LOS CRISTALES DE CUARZO DISPERSOS EN LAS ROCAS EPIGENICAS DE ANDALUGEA, POR D. FEDERICO CHAVKS. (Seccion de Sevilla. ss SesiOn del 4 de Agosto de 1895.) El famoso gedlogo Du Verneuil, en su bosquejo geolégico de la Peninsula Espanola, decia que a falta de fésiles caracte- rizaba constantemente en nuestro suelo al terreno triasico la presencia de cristales de aragonito y sobre todo de cuarzos hematoideos con una constancia nunca desmentida. Asi es en efecto; pero no basta la presencia de estas substancias mine- rales para calificar de triasica una formacién, pues ambas, asi como todo el aparato de rocas metamorficas que las acompa- nan, se presentan a veces en nuestro pais en rocas de edades diversas, jurasicas, cretaceas y terciarias, hecho importanti- simo que puso en claro el Sr. Macpherson, primero en la pro- vincia de Cadiz y luego en el Pirineo, y que otros observadores han comprobado después en otras regiones y muy particular- mente el Sr. Calderon. De lo dicho se infiere que los fendmenos 4 que deben su origen las rocas triasicas metamorfizadas de tan singular composicion, se han repetido en otras épocas geoldgicas, cons- tituyendo una serie de procesos resumidos por el Sr. Calderén con el dictado de epigenismo ofitico (1), y que considera como (1) La région épigénique de Vv Andalousie. (Bull. de la Soc. géol. de France, 3° série, t. XVII.) 244 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) igual en el mecanismo, aunque en escala inmensamente mayor, que el de los volcanes 6 charcas barrosas actuales que ha estudiado en Moron (1). No hemos de repetir aqui las con- sideraciones en que se funda semejante teoria, con la que esta- mos enteramente de acuerdo; pero hemos de declarar que aun quedan muchos puntos obscuros para el esclarecimiento del problema, los cuales reclaman prolijos estudios de pormenor, y como un material para ellos hemos creido interesante el examen microscépico de los cristales de cuarzo encerrados en el seno de dichas rocas epigénicas de Andalucia y que creemos aplicable 4 todas las demas formaciones equivalentes de otras regiones, por mas que todavia no hayamos tenido ocasién de comprobarlo. Semejante estudio, y en particular el de las inclusiones de los cuarzos epigénicos, no sabemos se haya realizado todavia dentro ni fuera de la region, y le considera— mos sumamente adecuado para arrojar luz en el esclareci- miento de la cuestidn que breve é imperfectamente hemos bosquejado. Sdlo nos resta recordar, como precedente para la exposicién del asunto, que dichos cristales se encuentran dispersos en rocas distintas en la regién: en la caliza eocénica con Nummu- lites, y en la magnesiana, en las arcillas y margas abigarradas, pero sobre todo en los yesos rojos que son producto de meta- morfismo de las calizas primeramente mencionadas. Los cristales de cuarzo en cuestion ofrecen las formas mas frecuentes y sencillas de la especie, es decir, la combinacién del prisma con la piramide exagonal. En ninguno de los nume- rosos ejemplares que hemos examinado se encuentran formas que no sean las indicadas, pues no pueden considerarse como diversas las débiles oscilaciones que aparecen rara vez en las caras del prisma. No presentan indicios de las agrupaciones paralelas tan frecuentes en la especie, y si sdlo se observa una marcada tendencia 4 una agrupacién en que siendo perpen- (1) Los volcanes fangosos de Moron. (ANAL. DE LA Soc. ESPAN. DE HIST. NAT.), e-em ohh (3) Chaves.—CRISTALES DE CUARZO. 245 diculares los ejes ¢, la protopiramide de un individuo se adapta a la deutopiramide de otro. Traducese, en general, esta ley de agrupacién por la pre- sencia de drusas consistentes en diminutos cristales, a veces dos 6 tres, implantados en un cristal de mucho mayores dimensiones conservando la posicién relativa indicada. Las caras son con mucha constancia de una gran limpieza y las aristas sumamente vivas. Es de notar la ausencia de las estrias, tan caracteristicas en las caras de prisma de ciertos cuarzos, y muy especialmente en los de las formaciones gra- niticas, gneisicas y filonianas. Esta circunstancia, asi como la de ofrecer 4 veces una oquedad profunda y siempre irregular una de las caras de estos cristales, la cual acusa la desapari- cidn de una especie de nucleo blando 6 facilmente atacable, que parece como que sirvid de centro de orientacién de las moléculas de silice, recuerdan fielmente ciertos cuarzos del terreno carbonifero y reclaman tal vez para explicar su pro- ceso de formacién, acciones lentas analogas a las que M. de la Vallée-Poussin admitia tratando de los cristalitos de cuarzo de la caliza de montana belga. Los ejemplares de Morén, Osuna, Puerto Real y otras muchas localidades de la region ofitica, ofrecen en un mismo sitio las coloraciones mas variadas. Desde el cuarzo hialino pasan por tintas insensibles al lechoso, falso topacio, melado, rosa, hematoideo 6 jacinto de Compostela, pardo 6 gris mas 6 menos obscuros y negro. A veces las materias colorantes ocupan una regidn mas 6 menos limitada, mostrandose el resto limpido. Esta region coloreada se asienta en muchos casos en el centro y es facil también hallar individuos que ofrezcan dos 6 tres coloraciones simultaneas, cuya dispersiOn y distribucién oca- siona un aspecto musgoso. Las secciones delgadas que hemos examinado muestran que la cantidad de pigmento es relativamente pequena, debien- dose probablemente la intensidad del color que en apariencia ofrecen a la forma cristalina, a la disposicién en capas envol- ventes que con mucha frecuencia afectan estas materias y ala refringencia de las inclusiones que contienen los cristales. Mediante el microscopio se observa que las substancias pig- mentarias no constituyen como una especie de intrusion de ! cuerpos amorfos 06 cristalinos, sino que forman un pigmento 246 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) que con intensidad variable se difunde mas 6 menos gradual- mente en la masa del cristal, y que fué acumulado, con mucha verosimilitud, durante el deposito de ésta. Para averiguar la naturaleza de la substancia pigmentaria nos hemos valido de la elevacion de temperatura sometiendo distintos ejemplares 4 la llama de una lampara de alcohol, y hemos podido observar cambios de coloracién mas 6 menos permanentes con la temperatura y que acusan la presencia de materias or@anicas alterables. Las variedades rosadas pierden totalmente el color antes del rojo y permanecen descoloradas en frio. Los cuarzos hematoideos se vuelven incoloros al rojo, reapareciendo la coloracién por enfriamiento, pero mas debi- litada, y si se continian sometiendo al rojo durante algun tiempo, adquieren un tinte grisaceo, claro en frio. Calentando también al rojo los cristales melados 6 pardos, se tornan gri- ses mais 6 menos obscuros, mientras que los negros no se alte- ran. Durante todas estas experiencias los cuarzos estudiados no perdieron absolutamente nada del brillo de sus caras, y si sdlo se cuartearon, segun los cruceros, por efecto de las varia- ciones bruscas de temperatura. Estas propiedades de la materia pigmentaria nos conducen a considerarla comprendida en el grupo de combinaciones que Berthelot designa con el nombre genérico de productos ulmi- cos y carbonosos, entre los cuales se hallan los llamados acidos géico, crénico, apocrénico, ulmico, apoglicico, ulmina, etc., que con tanta abundancia se encuentran en las turbas, ligni- tos y aguas pantanosas entre los productos naturales, y conco- mitantes con las materias caramélicas en las melazas de cana y remolacha como productos de la industria. En efecto, asi como ya lo hace notar el Sr. Calderén (1), la actividad epigénica se halla intimamente ligada a los procesos destructivos de las substancias organizadas, los cuales recono- cen como causa principal muy probable la presencia de los lignitos inter-estratificados en el terreno. El proceso cae, pues, bajo el orden de alteraciones que Liebig, en la introduccion de su célebre Zratado de Quimica organica (2) denomina putre- (1). Zoe. ert: (2) Traité de Chim. org., par Justus Liebig. Ed. francaise publ. par Ch. Gerhardt. 1841-45. (5) Chaves.— CRISTALES DE CUARZO. 247 Jaccion seca (pourriture séche). Segun este ilustre quimico los suelos arenosos, y mas especialmente los formados por una mezcla de caliza y arena, y con toda evidencia los margosos, son muy aptos para acelerar la putrefaccién seca de las mate- rias vegetales. La zona epigénica de Andalucia, constituida en g@eneral, como se desprende de los trabajos del Sr. Calderéu, por margas, arcillas y calizas mas 6 menos mag nesianas, reune excepcionales condiciones para acelerar los procesos de alteraciénregresiva de estas materias. Ayudados estos, por otra parte, por una temperatura probablemente elevada y secundados por la accion del oxigeno del aire, debieron adqui- rir una energia quimica considerable reflejada en las multi- ples transformaciones que los minerales de la regidn acusan, las cuales constituyen la clave de aquel epigenismo. A las materias colorantes de origen organico mencionadas se unen en los cristales de Morén pequefas y escasas particu- las ferruginosas amorfas, cuya naturaleza se revela colocando sobre un porta-objetos cubierto de balsamo del Canada un pequeno trocito separado del interior del cristal y tratandolo por una gota de disolucién de acido hidrofluosilicico; des- pués de evaporacién en espacio confinado sobre acido sul- furico, pueden observarse los cristales muy escasos de fluosi- liciuro ferroso, que la accién del sulfuro aménico permite distinguir facilmente de los de magnesio y manganeso, con quienes pudieran confundirse por ofrecer las mismas formas cristalinas. En algunos ejemplares es bien perceptible la corrosién de las caras reducida 4 pequenos huecos poco profundos en el prisma, algo mas en la piramide. Estos huequecitos, bien espaciados y de forma irregular, parecen atestiguar reacciones quimicas verificadas merced al contacto de materias sdélidas que en determinadas condiciones de humedad, y gracias al acido carbdénico, hubieron de actuar a la manera como los carbonatos térreos del suelo lo hacen sobre los fragmentos y objetos de vidrio en él enterrados durante un tiempo mas 6 menos largo. La ausencia de las formas hemiédricas en los citados cristales esta perfectamente de acuerdo con la falta de poder rotatorio, el cual no se presenta en ninguna de nuestras preparaciones, talladas muy exactamente normales a c. Los cuarzos ahumados de Moron ofrecen numerosas inclu- £ 248 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) siones solidas, liquidas y gaseosas, que se encuentran de ordi- nario en todos los ejemplares. Cuando alguno de estos tres tipos falta, y esto sdlo se observa en los cristales poco colorea- dos y muy transparentes, es seguro que son liquidas y gaseo- sas, pues la presencia de las sdlidas es constante. Las inclusiones soélidas son de tal modo numerosas en todos ° los ejemplares estudiados, que & veces constituyen casi la mitad de la materia del cristal. E] mayor numero de ellas se encuentra en el centro y formando una envoltura que en una — de nuestras preparaciones se halla bastante préxima a la peri- feria; en ésta las inclusiones se espacian y van desapare- ciendo a medida que se acercan a la superficie. Por su /acies, por su alta refringencia y vivos colores de polarizacion, dichos microlitos nos recordaron desde luego el zircon; mas las direc- ciones de extincion, formando constantemente angulos de 90° entre si, nos sugirieron alguna duda, ya que los ejes de elas— ticidad de los distintos microlitos no guardaban relacién alguna entre si ni con el contorno de la seccién normal a ¢, y que las secciones de las inclusiones extinguidas eran rarisi- mas, pudiendo muy bien referirse 4 materias vitreas, que es sabido suelen existir en estos casos. Kl examen de una seccién paralela al prisma exagonal deci- did la cuestidn, mostrando numerosos microlitos generalmente alargados, alineados con bastante regularidad, formando zonas 6 capas que atravesaban la seccién de parte a parte, paralela— mente a la traza de una de las caras de piramide (lam. v1, figu- ra 1). Como en el caso anterior, las direcciones de extincién eran perpendiculares entre si, y las secciones extinguidas esca- sisimas; pero se observaba una cierta simultaneidad muy gene- ral en las extinciones, que en conjunto se verificaban paralela- mente a la traza de la piramide. Bastaba, pues, para desvane- cer las dudas, tallar una lamina paralelamente a esta cara de piramide; y en efecto, obtenida ésta después de varios tanteos, observamos en ella un mayor numero de secciones, extingui- das siempre, acompanadas de otras anisétropas irregularmente orientadas y de extinciones perpendiculares. Con esto queda- ron comprobados los caracteres épticos del zircon y demostrado también que sus cristales estaban orientados, satisfaciendo la unica condicién del paralelismo de su eje cuaternario al de la cara de piramide, pudiendo tener dicho eje todas las posicio- (7) Chaves.—CRISTALES DE CUARZO. 249 nes imaginables, aunque excepcionalmente dentro del plano paralelo a esta cara. Otras secciones examinadas posteriormente no ofrecieron esta manera especial de orientacién que, creemos por tanto, debe considerarse mas bien como caso particular que como ley general. La forma del zircon es ordinariamente redondeada y suma-— mente irregular. Aleunos granos ofrecen acentuados estre- chamientos (fig. 2), y en ocasiones vense también secciones de contorno regular mas 6 menos aproximado al exdgono y que no se presentan nunca totalmente extinguidos (fig. 3). Se perciben ademas, haciendo variar el foco, formas poliédricas muy determinadas, que en ciertos casos parecen afectar una simetria rombica (fig. 4). Los granos de zircén son incoloros y frecuentemente limpi- dos, pero se observan también algunos provistos de inclusio- nes. Entre estas las hay de dos clases: unas de apariencia vitrea, color pardo, a veces muy intenso, de alta refringencia y de forma redondeada; a estas, que son sumamente pequenas, se unen en el mismo grano otras inclusiones evidentemente gaseosas, muy alargadas de ordinario, orientadas paralela— mente a las direcciones de extincidn. Sus extremos son ya redondeados, ya poliédricos (fig. 5). Hemos tenido ocasién de observar muchas de estas inclusiones poliédricas bellisimas, y entre ellas una que, afectando exactamente la forma cristalina del zircon (fig. 6), lo caracterizaba a todas luces (1). Frecuen-— temente son de tal modo finas y alargadas estas inclusiones, que se tomarian por estrias (fig. 7). A las inclusiones de zircén se unen otras escasas, mucho mas pequenas, de turmalina, de un color verdoso, de contorno redondeado y en ocasiones con inclusiones heeramente polié- dricas de burbuja fija. Ademas, en una de nuestras prepara- ciones normales a ¢ hemos visto una laminilla de contorno recto, incolora y muy estriada, cuyo policroismo evidente per- mite considerarla como mica blanca (fig. 8). Por ultimo, se perciben escasisimos granos redondeados de apatito con sus inclusiones caracteristicas. (1) Fouqur ET MICHEL-LEvy: Minéralogie micrographique, pag. 407. 250 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Las de zircon alcanzan hasta 0,440 mm. de diametro. Las inclusiones liquidas son relativamente escasas y se hallan distribuidas en zonas irregulares y mezcladas con las gaseosas, siendo de notar que su tamano es bastante conside- rable. Su contorno es redondeado 6 mas 6 menos regularmente ovoideo. Siempre contienen una burbuja fija (fig. 9); mas a veces suelen aparentar dos de estas, lo cual se debe, segura- mente, a la disposicién irregular de la cavidad, cuyos salien- tes dan 4 aquella una forma arrinonada que aparece dividida en dos a causa de la reflexién total (fig. 10). Kn la masa del cuarzo hay también infinidad de pequeni- simos puntos que, por analogia con lo que de ordinario se observa, inducimos sean inclusiones liquidas. Los poros gaseosos se reparten en una zona que de ordinario no coincide con la pigmentaria y pocas veces constituye una envoltura completa del nucleo cristalino (fig. 11). Son mucho mas abundantes que las inclusiones liquidas, tanto, que con sdlo la ayuda de la lente se percibe en las secciones delgadas una especie de sombra mas 6 menos acusada, producida por las reflexiones totales de gran numero de burbujas 6 poros gaseosos. Hstos son en su inmensa mayoria de forma redon-= deada, alargada U ovoidea y 4 menudo de contornos irregula- res (fig. 12). A veces alcanzan las dimensiones de los granos de zircon, pero no es esto lo mas corriente. Unidas 4 estas inclusiones irregulares hemos observado alguna que otra claramente diexaédrica, cuyos elementos se hallaban perfectamente orientados (fig. 13) paralelamente a los correspondientes del cristal. Estas inclusiones diexaédricas han sido mencionadas de numerosos porfidos de Sierra- Morena, por el Sr. Macpherson (1), y su estudio se ha comple- tado en fecha reciente por el Sr. Calderén (2) en vista de nue= vos ejemplares que le han permitido ampliar las observaciones anteriormente hechas. (1) Estudio geol. y petr. del N. de la prov. de Nevilla. (Bol. de la Com. del Mapa geolo- gico de Espana, t. vi, 1889.) (2) CALDERON: Notas mineralogicas. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., Se- rie 11, t. 111, 1894.) (9) Chaves.—cCRISTALES DE CUARZO.| Wl HH: Como complemento a las observaciones que preceden sobre las inclusiones de los cuarzos de la regién epigénica de Anda- lucia, creemos conveniente detenernos un momento en la obscura cuestion del origen de los moldes negativos que con- tienen, generalmente acompanados de poros irregulares. Pro- blema es éste que ha ocupado la atencién de eminentes petro- grafos y que, por ofrecer alta transcendencia para la indaga- cidn del proceso genético de las rocas que ofrecen semejantes moldes, entendemos debe ocuparnos aqui. Kl eminente Sorby fué el primero que aventuré una hipote- sis cientifica sobre este asunto, fundandose en el hecho com- probado de que las disoluciones que cristalizan no depositan en los espacios capilares nada de la materia disuelta; si, por tanto, por una causa cualquiera lgada estrechamente con las circunstancias perturbadoras de la cristalizacién regular 6 perfecta de los cuerpos, se determina en el cristal un espacio 6 laguna capilar, no actuaran 4 través de ellas las fuerzas moleculares, quedando limitados los nuevos depdsitos de materia por las superficies de esta cavidad. Pero semejante explicacién tropieza con el inconveniente de que estas lagunas quedarian siempre abiertas, puesto que la misma causa que impidid el telleno de materia cristalina en un principio actua- ria hasta el ultimo instante del proceso cristalogénico, y Si esta causa actud cuando el cristal aleanzaba poco desarrollo, es evidente que en cualquier cristal voluminoso que se hallase en este caso se ofrecerian largos canales capilares cuyo extre- mo abierto tocaria la superficie. En el caso particular de las inclusiones diexaédricas de los cuarzos porfidicos, el Sr. Boscha (1) atribuye su origen a la disolucién de los materiales vitreos incluidos en el cuarzo, el cual durante el estado de fusién los disolveria desigualmente y con arreglo 4 las distintas direcciones, encontrandose, por consiguiente, el minimum de solubilidad en direccién normal (1) Véase el trabajo citado del Sr. Calderén. 252 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) a las caras del romboedro. Al comenzar el enfriamiento del cuarzo se iniciaria también el fendmeno inverso y el cuarzo abandonaria la materia disuelta, la cual se depositaria en las paredes de la cavidad en razon de la solubilidad con las distin- tas direcciones, es decir, cimentandose el minimum de subs- tancia en los angulos nuevamente formados. No escapa, a nuestro juicio, 4 objeciones importantes la hipo- tesis del Sr. Boscha. La primera y mas fundamental se refiere al supuesto de que en un sdlido fundido no existe orientacion molecular alguna, quedando en suspenso, 6 mejor dicho con- trarrestadas por las resultantes del dinamismo calorifico, las leyes de agrupacién de los primeros individuos cristalinos, y desapareciendo, por tanto, el valor relativo de las constantes fisicas con las distintas direcciones. Por otra parte, si al verifi- carse la disolucién de los corpusculos vitreos, con 6 sin con- traccion de la mezcla fluida, existian espacios vacios en el interior del cristal, es evidente que la presién exterior a que, sin género de duda, estuvo sometida la masa porfidica, haria desaparecer estos espacios; tratase, por consiguiente, del caso de un liquido homogéneo, mezclado 4 otro liquido también homogéneo, que pasan al estado sdlido en un medio continuo. Mas sencillo, y sobre todo por lo que respecta al caso que nos ocupa, es imaginar que las pequehas burbujas gaseosas 6 liquidas bajo la influencia de una presién considerable que, ya por efecto de la separacidn de los gases de los liquidos en que se hallaban disueltos 4 una mayor presién 6 mas baja temperatura, ya 4 causa de la formacién de gases 6 vapores producidos por accién quimica en el seno de las disoluciones 6 de las masas fundidas que cristalizan, se adhieren a las caras de los cristales en vias de formacioén y constituyen una laguna que impide el crecimiento del cristal en el punto de contacto, y que pueden ser aprisionadas en virtud de nuevos depdsitos de materia. Tratandose de masas fundidas bajo gran presion, las burbujas estarian formadas por gases liquidados (1) (1). Surge un problema interesante al tratar de saber si en un liquido acuoso saturado de gas carbonico pueden existir porciones de este gas al estado liquido por efecto de una presiOén elevada, lo cual explicaria suficientemente la presencia del Acido carbonico liquido en el seno de los medios acueos capaces de depositar crista- les. Tal vez en este caso intervino una mezcla de disoluciOn saturada de gas carbdé- nico que afluia en exceso, sometida 4 una enérgica presion, la cual determin6 el paso (11) Chaves.— CRISTALES DE CUARZO. 253 (anhidrido carbénico, carburos de hidrégeno), 6 si no, liqui- dados al menos en un estado de condensacidn molecular tal que afectasen el estado liquido por el enfriamiento, y se origi- narian inclusiones de burbuja (1); a baja presién se formarian inclusiones gaseosas. Si las burbujas de gases 6 vapores se desprendiesen de la cara del cristal 4 que estaban adheridas, ya por via de redisolucion, ya por una causa mecanica cual- quiera, quedaria un hueco, que bien pudiera ser rellenado por las aguas madres, y entonces nos hallariamos en el caso de las inclusiones liquidas con cristales (cloruro y sulfato de calcio, carbonatos alcalinos). La forma, tanto de las inclusiones liquidas como de las @aseosus, debiera ser constantemente regular, porque no hay razon alguna para creer que un fluido, cuya forma propia es la esférica, encerrado bajo una presién, que siempre seria igual 4 la que actuara sobre el medio en que la cristalizacién se verificaba, ejerciese influencia en la orientacién de las moléculas de cristal, pues siendo su presién, por ejemplo, igual para todos los puntos de su masa, habian de ser influidas estas moléculas homogéneamente, y sus relaciones dinamicas permanecerian las mismas. Apdyase esta idea en el hecho al estado liquido de parte de este gas. En efecto, como acontece con todas las leyes relativas 4 la mecAnica de los gases, la solubilidad no obedece absolutamente a la ley de Henry-Dalton, y dista de ella tanto mds cuanto las presiones son mas altas, es decir, cuanto mas proximo se halla el gas 4 pasar al estado liquido. Asi, pues, de acuerdo con experiencias de Wroblewski, es facil concebir que una gran presion no seria obstéculo para que, saturado el liquido en esas condiciones, quedase un exce- dente de gas carbonico liquido que, al estado de pequenisimas gotitas (quiza compa- rable al globular que ofrece el azufre cuando la condensaciOon de sus vapores se veri- fica en determinadas condiciones), y en virtud de un fendmeno puramente fisico, quedarian adheridas al cristal en vias de formacion. A esto se anade que las disolu- ciones de las sales metdlicas, cloruros, sulfatos, nitratos, no modificadas por el acido carboénico, disuelven 4 éste en menor proporcién que el agua pura. (Véase Dimitri Mendéléeff, Principes de Chimie, t. 1, paginas 129 y 141, notas. 1895.) (1) Es indudable que el contenido de estas inclusiones fué introducido al estado liquido. Asi lo demuestra el hecho, observade por Zirkel, de la desaparicion de la burbuja de ciertas inclusiones por la calefaccién, quedando la cavidad completa- mente llena de liquido. Por el enfriamiento reaparece la burbuja que la presion des- arrollada por la calefaccién condenso anteriormente. De acuerdo con las experiencias de Zirkel sobre este particular, se hallan también las de Vogelsang y Sorby. Todas ellas coinciden en probar que las inclusiones liquidas se efectuaron 4 gran presion. (Tschermak-Grattarola, 7rat¢. di Min., P. G., pag. 107, 1883. Calderon, Zes inclusiones microscopiques des minérauz. Extrait de la Feuille des Jeunes Naturalistes, trad. par André Colani.) 254 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) experimental de que las constantes geométricas de un cristal no sufren: variacién alguna sensible con el aumento de la presion. Asi, pues, los espacios determinados por gases 6 liquidos en la masa de los cristales durante el crecimiento, debieran afec- tar la forma del sélido envolvente, si bien ésta rara vez se presenta, merced a causas perturbadoras de las leyes cristalo- @énicas y muy verosimilmente ligadas con los fendmenos de capilaridad 6 de cohesion entre sdlidos y fluidos. Terminaremos resumiendo todas las precedentes considera- ciones con la afirmacién de que los datos proporcionados por el estudio de las inclusiones convienen perfectamente con los caracteres exteriores y de yacimiento de los cuarzos que las contienen en la regidn epigénica de Andalucia, para atribuir- les un origen hidrotermal, como lo ha hecho el Sr. Calderén en sus precedentes trabajos mencionados. CATALOGO GEOGRAFICO Y GEOLOGICO DE LAS CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES DE ESPANA, POR D. GABRIEL PUIG Y LARRAZ. (Sesion del 7 de Agosto de 1895.) Hace treinta afios que el sabio gedlogo 6 ingeniero de mi- nas D. Casiano de Prado publicé, como apéndice a la Descrip- cidn fisica y geologica de la provincia de Madrid, ana lista en que se daban 130 noticias referentes a cavernas de Espana. Nuestras frecuentes correrias estudiando la composicién del suelo de la Peninsula y la aficidn con que hace largos anos trabajamos en busca de notas histéricas y bibliograficas co- rrespondientes a las ciencias naturales espanolas, nos habian demostrado que el Catalogo del Sr. Prado, muy valioso como punto de partida, era deficiente y podia ampliarse sin mas que dedicar a ello la paciencia bastante para reunir los ele- mentos dispersos en multitud de obras, siquiera muchas de ellas estuvieran fuera del alcance de la generalidad de los naturalistas. Persistiendo en nuestra idea hubimos de poner manos a la obra, que, sin embargo, no se hubiera llevado 4 cabo a no mediar las excitaciones de nuestros amigos é ilustrados con- socios los Sres. D. Daniel de Cortazar, D. Serafin de Uhagén (1) (1) Las notas que acerca de cuevas exploradas en Espana habia recopilado el Sr. Uhagon, fneron remitidas por éste al sacerdote francés M. Lucaute, que venia 256 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) y D. Carlos Mazarredo, que no sdlo nos han alentado, sino tam- bién auxiliado durante el tiempo, no breve, que hemos dedi- cado a este trabajo, considerandole como de utilidad para cuantos se dediquen @ los varios linajes de exploraciones cientificas, que tan necesarias son en los diversos ramos de la Historia natural. El resultado final ha excedido 4 nuestras esperanzas; asi que, tanto por el numero de cavidades natu- rales que hemos podido consignar, como por la extensién y detalles que nos ha sido dable coleccionar, el tamano y di- mensiones de nuestro escrito no permiten que tenga cabida* en nuestros ANALES; por cuya razon, y 4 ruego de algunos de nuestros consocios, hemos hecho el catalogo que va a conti- nuacion, el cual es un extracto de la obra que hemos titulado Cavernas y simas de Espana (1), suprimiendo la parte descrip— tiva de las cavidades y la bibliografica, 6 sea la relacién de los autores que de ellas han tratado. Teniendo esta reunidn de datos cual mira principal el que pueda aprovechar al mayor numero de personas, y consi- derando que la forma bajo la cual el Sr. D. Casiano de Prado presentd sus noticias adolece de cierta vaguedad, hemos pro- curado consignar cuantos detalles es factible reunir para cada caso, a fin de satisfacer, en lo posible, los deseos que, segun las diferentes especialidades, pueda tener cada cual. Conservando la agrupacion por provincias y ordenando estas conforme lo hizo el Sr. Prado, las diferencias principales, ade- mas de la del numero, entre el trabajo de aquel autor y el nuestro son: 1.*. Reunir las cavernas, simas, cuevas, etc. por partidos judiciales y términos municipales, con lo cual se facilita al explorador el conocimiento del lugar, mejor que con el de la distancia aproximada 4 pueblos importantes de la provincia. 2.° Para la designacién hemos conservado de preferencia el nombre usual en la localidad, y si tiene varios, todos cuan- tos se han averiguado, pues aun cuando es mucho mas exacto publicando un estudio sobre las grutas de Europa; pero habiendo fallecido dicho senor, no le ha sido posible al Sr. Uhagon recoger su lista, pérdida que lamentamos nosotros los primeros, pues de seguro hubiera sido un poderoso auxiliar para nues-: tro trabajo. (1) Esta obra se ha publicado en el Boletin de la Comisién del Mapa Geoldgico de Pspana, 2.4 serie, tomo 1 (xx1), paginas 3 4 392. (3) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 257 referirse siempre a las voces cueva, gruta, caverna } sima, en las varias regiones de Espafia donde no se habla castellano seria facil que en mas de una ocasidn no se entendiese por la gente del pais de qué se trataba cuando se preguntase por un objeto con nombre castellano. 3.“ Hemos puesto cuidado en consignar los itinerarios y las circunstancias locales de los pueblos en que radican las diversas cavidades, hasta donde ha sido posible, como noticias necesarias para el viajero. 4.*° Senalamos la naturaleza geogndéstica del terreno en que se halla abierta la cueva 6 sima, pues asi pueden fundarse 6 no conjeturas respecto al hallazgo de objetos determinados. 5." Cuando nos ha sido posible, y siempre de una manera sucinta, damos cuenta de los exploradores y de los ebjetos encontrados por ellos. La lectura de las diferentes obras que hemos tenido 4 nues- tra disposicion, nos ha sugerido varias observaciones, que sin pretension alguna didactica y sdlo por creerlas titiles 4 los naturalistas exploradores nos vamos a permitir exponerlas. Consiste una de ellas en queen la terminologia que se emplea en obras antiguas y aun en algunas escritas antes de la mitad del presente siglo, se nota que se llama jaspe al marmol; y como el lenguaje vulgar de los campos se halla todavia lleno de palabras anticuadas y de otras que como ésta tienen en el lenguaje cientifico una acepciédn completamente distinta, las Namadas canteras de jaspe, por los autores 4 que nos referi- mos, pudiera ser que en muchos casos sean cavernas con capas estalactiticas (como lo hemos comprobado mas de una vez); sin embargo, en la relacién de las cavernas naturales que sigue no hemos consignado como tales las que con dicho nombre se encuentran en las diversas publicaciones y obras especiales consultadas, & no constarnos que realmente entra- ban de lleno en nuestro objeto. Asimismo, y también como resultado de observaciones pro- pias, tenemos que hacer presente que en varias localidades se senalan como cuevas artificiales, y por esto en muchos casos hemos dejado de mencionarlas, algunas que 6 no lo son, 6 de serlo pertenece su apertura 4 los tiempos Ilamados pre- historicos, y por consiguiente entran en el cuadro, que qui- siéramos ver completo y del que los presentes apuntes no son ANALES DE HIST. NAT.—XXV. 17 258 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) mas que el bosquejo. Por regla general, el vulgo de nuestros campos las designa con el nombre de cuevas de moros, bien por creer que éstos las fabricaban como viviendas, bien que las excavaban para ocultar tesoros, bien para explotar alguna. fabulosa mina de oro 6 plata. Es también, seguin nuestra opinidén, digno de tenerse pre— sente el sistema seguido por un distinguido ingeniero, el Sr. Gomis, en la exploracion de las cavidades subterraneas no conocidas con anterioridad, mas practico y cémodo que los usaaos generalmente y que permite encontrar la salida con mayor facilidad que sirviéndose de una cuerda que se va des— arrollando 6 el de senalar las paredes; el método es suma-— mente sencillo y semejante en si 4 la conocida anécdota del huevo de Coldn; después de sabida parece la cosa mas natural del mundo: consiste en que el acompanante del explorador, 6 éste si va solo (Aun cuando no es conveniente hacer aislado completamente esta clase de investigaciones), 6 si son varios, el que marche el ultimo vaya arrojando punados de paja for- mando un reguero en el suelo de la cueva y marcando por su naturaleza el camino seguro a la vuelta, camino que no ofrece la contingencia de romperse, como sucede alguna que otra vez a las guias de cuerda, 6 el de no poder encontrar las sefa- les que se hicieron 6 confundirlas con otras preexistentes, cosa bastante frecuente cuando tiene alguna extensién la cavidad y la luz no es muy suficiente; y ya que hablamos de ésta, no se debe olvidar que la mejor manera de alumbrarse son los faroles que en todas las posadas y casas de labor existen para entrar en los pajares, y nunca deben emplearse los candiles descubiertos, que puede apagar una rafaga de aire y compro- meter grandemente al que se ha aventurado en una caverna. Para terminar estas lineas, que como exordio van siendo ya demasiadamente largas, haremos constar que presentamos este catalogo como un avance susceptible de gran mejora, sobre todo si, como esperamos, nuestros ilustrados consocios de la espafiola de Historia natural nos auxilian con datos refe- rentes bien 4 las cavidades senaladas, bien 4 otras de que no nos haya sido posible encontrar noticias y sean de ellos cono— cidas, permitiéndonos formar apéndices anuales, en que con- signaremos las observaciones y datos que se nos comuniquen y los que podamos adquirir por nosotros mismos. (5) Puig.— CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 259 ALAVA. AMURRIO. CuUEVA DE SAN JUAN, CUEVA DE LOS Moros, CuEVA DE Corro. Téermino municipal: Valdegobia. || Datos itinerarios: Corro dista de Villanueva de Valdegobia, cabeza de ayuntamiento, unos 6 km.; hay diligencia diaria desde esta ultima 4 Miran-— da. || Zerreno geologico: Conglomerados calizos eocenos. CUEVA DE ARECHARO, CUEVA DE OQUENDO. T. M. Valle de Oquendo. || D. 7. A 5 km. de la estacién de Llodio (linea de Bilbao 4 Miranda), por caminos vecinales; desde Amurrio hay 12 km. proximamente por carreteras pro- vinciales. || 7. G. Calizas cenomanenses. LA GUARDIA. CUEVA DE SAN RomMAN, CUEVA DE CAMPEZO. T. M. Campezo. || D. J. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cenomanenses. VITORIA. CUEVA DE URRECAZOLA, CUEVA DE URRECAZULO. T. M. Aramayona. || ). 7. Carreteras de Aramayona 4 Mon- dragon y a Villarreal. En verano hay coche diario a Vitoria y en invierno sdlo dos veces por semana. || 7’. G. Calizas seno- nenses. CUEVAS DE AMBOTO. T. M. Aramayona. || 7’. G. Calizas senonenses. SIMA DE OQUINA. T. M. Arlucea. || D. 7. Los caminos que conducen a Oquina son todos de herradura, siendo el mas corto el que va por la parte alta de la sierra llamada Montes de Vitoria, a la carre- tera de Vitoria 4 Logrono. || 7. @. Areniscas del cretaceo su- perior. 260 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) CUEVA DE LOS GENTILES. T. M. Asparrena. || D. 7. A 3 km. de distancia se encuentra la estacidn de Araya, con la que se une por medio de una carretera. || 7. G. Calizas cenomanenses. CUEVA DE GORBEACHIQUI. T. M. Cigoitia. || D. 7. Carretera de Bilbao a Vitoria. || T. G. Calizas cretaceas. BocARRON DE ZARAGUA T. M. Cigoitia. || 7. G. Calizas cretaceas. Pozos DE LENDIA. T. M. Cigoitia. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE GUILLARTE T. M. Cuartango. || D. 7. En el lugar de Zuazo de este ayun- tamiento hay estacidn en la linea férrea de Miranda 4 Bil- bao; en la misma poblacién existe un conocido balneario. || T. G@. Calizas cretaceas. CUEVAS DE GoRO, CUEVAS DE GORGO, GRUTAS DE LOS HUETOS. T. M. Los Huetos. || D. J. All km. de Vitoria por caminos vecinales. || 7’. G. Calizas cretaceas. CUEVAS DE MARQUINEZ. T. M. Marquinez. || D. 7. A 5 km. de Vitoria. || 7. G. Arenis— cas cretaceas y calizas numuliticas. || Hzp/. Adan de Yarza: figuras toscamente esculpidas y sepulcros 6 nichos abiertos en la roca. ALBACETE. ALCARAZ. CUEVA DE MONTESINOS. T. M. Ossa de Montiel. || D. 7. Caminos de herradura; hay 3 posadas. || 7’. G. Calizas rojas espatizadas triasicas. || Hzp/. Oe vantes, Pellicer, Clemencin, Prado, Caminero, Pato. (7) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 261 CUEVAS DE LAS OVEJAS. T. M. Ossa de Montiel. || 7’. G. Calizas triasicas. CuEVA DE Hoyo GuarpIA, CUEVA DE LOS CHORROS DE Royo GUARDA, CUEVA DE LA ALMENARA, CUEVA DEL MunNpDo. T. M. Ridpar. || D. 7. Carretera de Elche al Puerto del Are- nal (Jaén); hay 3 posadas. || 7’. G. Calizas cretaceas. || Botella. ALMANSA. CAVERNA DE CASAS DE DELGADO. T. M. Alpera. || D. 7. Estacion del ferrocarril de Madrid a Alicante; hay 2 posadas. || 7. G. Calizas cretaceas. CASAS IBANEZ. CASAS DE LOS Moros. L. M. Jorquera. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas miocenas. CUEVA DEL PASEO DEL Rey Moro. T. M. Jorquera. || 7. G. Calizas miocenas. CUEVA DEL MOLINAR. T. M. Motilleja. || D. 7. A 18 km. de Albacete por caminos vecinales; hay posada. || 7. G. Calizas miocenas. CuEVA ALTA. T. M. Villa de Ves. || D. 7. Caminos vecinales. |] 7’. G. Calizas cretaceas. CHINCHILLA. CUEVA DE LA ENCANTADA. T. M. Chinchilla. || D. 7. Chinchilla tiene estacién en las lineas férreas de Madrid 4 Alicante y de Chinchilla 4 Carta- gena, carretera de Madrid 4 Valencia; hay 2 fondas y 2 posa- das. || 7’. G. Calizas cretaceas. 262 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) HELLIN. SIMA DE TOBARRA. 7. M. Tobarra. |} D. 7. Estacién en la linea de Chinchilla a Cartagena; hay 3 posadas. || 7’. G@. Calizas triasicas? YESTE. CUEVA DE LA TOBA. T. M. Ayna. || D. J. Desde Hellin por caminos vecinales. || T. G. Calizas triasicas. @CUEVA DE LA Mina? T. M. Letur. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cre- taceas? CUEVA DE LA RaDa. 7. M. Molinicos. || D. 7. Caminos vecinales; hay 3 posadas. || T. G. Calizas cretaceas. ALICANTE. ALCOY. CUEVA DE SAN JULIAN. T.M. Alcoy. || D. 7. Estacién en el ferrocarril de Alcoy a Gandia; diligencias 4 Villena, Albaida, Alicante y Baneras; hay 3 casas de huéspedes y 14 posadas. || 7’. G. Terciario nu- mulitico. || Hep. Ehlers descubrié en ella el Speleochlamys Ehlersi, Diek. Cova BLANCA. T.M. Agrés. || D. 7. Hay una carretera que atraviesa el valle de Agrés en direccién a Villena y otra que conduce a Albai- da. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVAS DE MARIOLA. Tf. M. Agrés. || Z. G. Calizas cretaceas. ALICANTE. CUEVA DEL BORRACHO. T. M. Alicante. || 7. G. Calizas? cuaternarias? (9) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. — 2638 CALLOSA DE EN SARRIA. CUEVAS DE LA PENA. T. M. Bolulla. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas miocenas? MONTE DELS AVENCHS. T.M. Bolulia. || 7. G. Calizas miocenas? CUEVAS DE BERNAL. T. M. Calpe. || D. 7. Carretera de Alicante 4 Silla; hay coches diarios y posada. || 7. @. Calizas miocenas. CUEVA DEL CABO Torx. T. M. Calpe. || 7. G. Calizas miocenas. COCENTAINA. CAVERNA DEL TUSAL. 7. M. Planes. || D. 7. Planes se halla a unos 4 km. de la estacién de Beniarrés, en la linea de Alcoy 4 Gandia. || 7. @. Calizas triasicas. || Hzpl. Bowles. CUEVA DE LA ENCANTADA. T. M. Planes. || 7’. G. Calizas cretaceas. / DENIA. CUEVA DEL AGUA. T. M. Denia. || D. 7. Estacién de la linea de Carcagente a Denia; hay 2 fondas, 2 casas de huéspedes y 3 posadas. Para subir al Mong se conocen nueve senderos, a los cuales se les da en el pais los nombres siguientes: Trencall del Cabo Gordo, Escalete, Barranch dels Emboxards, Single de la Cordeta, Assegadors, Portal, Portalet, Punta del Cabo Prim, Barranch de la Yedra. || 7. G. Calizas cretaceas. || Zzpd. D. Felipe II, Mechain, Biot, Chaix, Rodriguez, etc. Cova AMPLA. 7. M. Denia. || 7. G. Calizas cretaceas. 264 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Cova DE BONARMINI. T. M. Denia. || 7. G. Calizas cretaceas. CovA DEL LLIT DEL CAMP. T. M. Denia. || 7. G. Calizas cretaceas. Cova DE ANDRENET. 7. M. Denia. || 7. G. Calizas cretaceas. Cova CORTADA. 7. M. Denia. || 7’. G. Calizas miocenas. CUEVA DE LA PUNTA DE BENIMAQUIA. T. M. Denia. || 7. G. Calizas cretaceas. CovA DE LES CALAVERES, CUEVA DE LAS CALAVERAS, CUEVA DE ? ? BENIDOLEIG. 7. M. Benidoleig. || D. J. A 11 km. de Denia por caminos vecinales. || 7. G@. Calizas numuliticas. || Hzp7. En 1768 se en- contraron un martillo de hierro, 12 calaveras y diversos hue- sos humanos en la parte inferior de la cueva. En 1843 se repi- tid el reconocimiento de la misma, no hallandose nada de par- ticular. CUEVAS DE JAVEA, CUEVAS DEL CABO San MarrTIN. T. M. Javea. || D. £. Javea dista 5,5 km. de Denia; diligen- cias 4 Vergel y a Alicante; linea de vapores para Alicante y Argel; hay 3 posadas. || 7. G. Margas miocenas. CUEVA DEL AGUA DULCE. T. M. Javea. || 7. G. Margas miocenas. Ext PoRTICHOL. T. M. Javea. || 7. G. Margas miocenas. CUEVA DEL‘ Oro. T. M. Javea. || 7. G. Margas miocenas. CUEVA DEL ORGANO, CUEVA DE LAS PALOMAS. T. M. Javea. || 7. G. Margas miocenas. (1) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 265 CUEVA GRANDE. T. M. Javea. || 7. G. Margas miocenas. SUEVAS DE LA GRANADELLA. T. M. Javea. || 7. G. Margas miocenas y calizas cretaceas, Pozo DE LA ALBERCA. T. M. Pedreguer. || D. 7. A 5 km. de la estacién de Vergel (linea de Carcagente a Denia); hay café y casino. || 7. G. Cali- zas cretaceas. JIJONA. GROTA DELS CANELONS, CAVERNA DE LOS CANELONES. T. M. Busot. || D. 7, Caminos vecinales; 414 km. de Jijona. || T. G. Calizas triasicas. || Hapl. Valdés (D. Cayetano), Lagasca, Cavanilles. AVENCH DEL INFERN, BOCA DEL INFIERNO. T. M. Busot. || 7. G. Calizas triasicas. EL SIMARRO. T. M. Ibi. || D. J. Caminos vecinales; hay 3 casinos. |] 7. G. Calizas? numuliticas. SIMA DE ONIL. T. M. Onil. || D. 7. Carretera de Villena 4 Alcoy; hay 2 po- sadas. || 7. @. Calizas numuliticas. MONOVAR. CUEVA DEL VERDUGO. T. M. Salinas. |! D. J. A 9 km. de la estacién de Torrevieja; hay posada. || 7. G. Calizas miocenas. Cova Fria. T. M. Hl Pinoso. || D. 7. Diligencias 4 Mondévar; hay 4 posa- das. || 7’. G. Calizas miocenas. 266 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) NOVELDA. CUEVAS DE SIERRA GORDA. T. M. Novelda. || D. 7. Estacion del ferrocarril de Madrid a Alicante; carreteras de Ocana 4 Alicante, de Novelda 4 Torre- vieja y de Aspe a4 Santa Pola. || 7. G. Margas miocenas. CUEVA DE SAN PASCUAL. T. M. Monforte. || D. Z. A corta distancia pasa el camino carretero que va desde Elche 4 Agost, atravesando la carretera de Madrid, en la Venta del Batlo. || 7. G. Calizas tridsicas? ORIHUELA. SIMA DE ORIHUELA. T. M. Orihuela. || D. 7. Estacién de la linea de Alicante a Murcia; hay 2 fondas y 3 posadas. || 7. G@. Calizas? triasicas? CuEVA DE Roca. T. M. Orihuela. || 7. G. Calizas terciarias? || #zp/. Vilanova: restos humanos, conchas. Lopez y Moreno: perlas de esteatita y de serpentina y algunas puntas de flecha. CUEVAS DE HURCHILLO. 7. M. Orihuela. || 7. G. Calizas miocenas. PEGO. Cova SANTA. T. M. Vall de Ebo. || D. 7. A 5 km. de Pego y 15 de la esta-- cidn de Gandia (linea de Carcagente 4 Gandia). || 7. G@. Cali- zas eocenas. COVETA DEL SALT. T. M. Vall de Laguart. || D. Z| A 15 km. de Pego por cami-— nos vecinales. || 7’. G. Calizas cretaceas. Cova DEL MiTspia. 7. M. Vall de Laguart. || T. @. Calizas cretaceas. (13) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 267 ALMERIA. ALMERIA. GRUTA DE LA FUENTE. T. M. Almeria? CUEVA DEL Buso, CUEVA DE CABO DE GaTA. T. M. Almeria. || 7’. G. Traquitas y doleritas. || Hzpl. Bowles. CUEVA DE LOS GENOVESES. T. M. Almeria. || 7. G. Traquitas y doleritas. || Avp/. Donayre. CuEVAS DE Costa NortE, CUEVAS DE LA ISLA DE ALBORAN. T. M. Almeria? || 7. G. Margas terciarias. BERJA. CUEVA DE SAN TESIFON. T. M. Berja. || D. 7. Carreteras 4 Dalias, Roquetas y Adra; diligencias diarias 4 Almeria; coche correo 4 Adra; hay 2 ca- fés y 2 fondas. || 7’. G@. Calizas triasicas. CUEVA DE LA GUARDIA VIEJA. 7. M. Dalias. || D. /. Carretera de Berja 4 Ugijar; diligencias diarias 4 Berja y Almeria; hay 3 cafés y fonda. || 7’. @. Calizas tridsicas. CANJAYAR. CUEVA DE NIELES. T. M. Canjayar. || D. 7. De Canjayar parte una carretera de 6 km. 4 Alcora, en la de Murcia 4 Laujar, y otra de Laujar 4 Gador atraviesa 21 término; diligencia diaria a Almeria; hay 4 posadas. || 7. @. Calizas triasicas. || Hrp/. En 1841 se la ex- ploré cn busca de tesoros que se suponia existian en ella; se encontraron restos humanos y ceramica, que destruirian pro- bablemente los mismos que los hallaron. 268 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) CUEVA DEL SABINAR. 7. M. Fondon. || D. 7. A 14 km. de Canjayar; caminos veci- nales; hay 2 posadas. || 7. G. Calizas triasicas? GERGAL. CUEVA DE ABRUCENA. 7. M. Abrucena. || D. 7. A 3 km. de la poblacién pasa la carretera de Granada. || 7’. G. Calizas cambrianas? || Hzp/. Gon- gora encontré esqueletos humanos con adornos de paja. HUERCAL OVERA. CUEVA DE ALBOX. T. M. Albox. || D. 7. Diligencias diarias de Huércal Overa a Purchena; 4 3 km. de la estacién de Albox Almanzora con coches a la llegada de los trenes; hay 3 fondas. || 7. G. Maci- nos miocenos. GRUTA DE LA SIERRA. T. M. Huércal Overa. || D. J. Carretera de Almeria 4 Murcia y de Huércal & Baza; estacién del ferrocarril de Murcia 4 Gra- nada por Lorca; hay 3 fondas. || 7. G. Calizas triasicas meta— morfoseadas. || Hapl. Cortazar. PURCHENA. $ CUEVA DE LA PALOMA. 7. M. Bayarque. || D. 7. Caminos de herradura; 4 8 km. de Purchena. |! 7’. G. Calizas estrato-cristalinas. CUEVA DE LA MORCIGUILLA. T. M. Seron. || D. 7. Carretera de Huércal Overa a Baza; es— tacién de la linea de Murcia a Granada; hay 2 posadas. || 7. G. Calizas estrato-cristalinas. |} Hap/. Gongora: se hallaron restos humanos, armas de cobre y vasijas de barro. CUEVA DE LA SARNA. 7. M. Seron. || 7. G. Arcillas siliceas y cuarcitas del estrato- cristalino. |} Hap/. Gdngora: cadaveres con trajes y sombreros de palma, armas de cobre y de piedra. (15) Puig.—CaAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 269 VELEZ RUBIO. CUEVA DE La JITANA. 7. M. Maria. || D. 7. Caminos vecinales; hay restaurant y 4 herbolarios recolectores. {| 7’. @. Calizas jurasicas. || Hzp/. Cortazar. CUEVA DE PorTAL CHICO. T. M. Maria. || 7. G. Calizas jurasicas. || Zvpl. Cortazar: no hallo nada que justificase el hallazg@o, que se supone, de gran- des huesos que se remitieron al Instituto de Lorca. CUEVA DEL AIRE. T. M. Maria. || 7’. G. Calizas jurasicas. CUEVA DE LOS LETREROS. T. M. Vélez Bianco. || D. 7. Caminos vecinales; dista de Vélez Rubio unos 7 km. || 7’. G. Calizas jurasicas. || Hzp/. Gon- gora: restos humanos, ceramica? CUEVA DE JUAN PESCADOR. T. M., Vélez Blanco. || 7. G. Calizas jurasicas. |] Hzpl. Cor- tazar. CUEVA DE LA FUENTE DE LOS MOLINOS. T. M. Vélez Blanco. || 7’. G. Calizas jurasicas. GRUTAS DEL MAIMON. T. M. Vélez Blanco. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hzpl. Cor- tazar. CUEVA DE LOS GORULLOS. T. M. Vélez Blanco. || 7. G. Calizas magnesianas triasicas. CUEVA DE LA ENCANTADA. T. M. Vélez Blanco. || Toba cuaternaria. || Hzpl. Cortazar. CUEVA DEL Toro. 7. M. Vélez Rubio. || D. J. Carretera de Murcia a Granada; coche diario 4 Baza; hay café, fonda y 2 posadas. || 7’. G. Cali- zas triasicas metamorfoseadas. 270 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) CUEVA DE ESCIPION. T.M. Vélez Rubio? VERA. CUEVA DE GATAS? 7. M. Mojacar. || D. 7. Mojacar dista 11 km. de Vera. || 7. G. Calizas triasicas. |] #vpl. Hermanos Siret. CUEVA DEL CABEZO DEL Moro. 7. M. Antas. || D. 7. A 5 km. de Vera. || 7. G. Margas plio- cenas. || Hzp/. Hermanos Siret: en el interior hallaron, una al lado de otra, dos sepulturas formadas de piedras de canto sin cubrir; no habia osamentas, sdlo encontraron una taza de barro cocido labrada 4 mano. AVILA. AVILA. CUEVA DEL VOLTOYA. 7. M. Tolbanos. || D. J. A 5 km. de la estacién de Mingorria (linea de Madrid a Irun). || 7. G. Rocas graniticas. BADAJOZ. ALBURQUERQUE. CASA DE LA MONEDA. T. M. San Vicente de Alcantara. || D. Z. Estacién en la linea de Madrid a Caceres y Portugal; hay 2 cafés y fonda. || 7. G. Calizas silurianas. FREGENAL DE LA SIERRA. CUEVA DE GURUVIEJO, CUEVA DE GURGURUVIEJO. 7. M. Burguillos. j] D. 7. Carretera 4 la estacién de Zafra (linea de Zafra 4 Huelva); hay 3 posadas. || 7’. G. Calizas silu- rianas. (17) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES, 271 CUEVA DEL AGUA. T. M. Fuentes de Leon. || D. Z. Caminos vecinales; 4 15 km. de la estacién de Fregenal (linea de Zafra & Huelva). || T. G. Calizas silurianas. JEREZ DE LOS CABALLEROS. ZCUEVA DEL RIO OLIva? 7. M. Oliva de Jerez. || D. 7. Diligencia diaria 4 Fregenal de la Sierra; hay 3 paradores y 2 casas de huéspedes. || 7. G. Ca- lizas silurianas. CuEVA DE BARBELLIDO. 7. M. Salvaleén. || D. J. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas? silurianas. MERIDA. La ALHAMBRA. T.M. Alanje. || D. 7. Alanje esta situado a4 7km. de la Zarza (linea de Ciudad-Real a Badajoz). |] 7’. G. Calizas silurianas. CuEVA DE Los MARTIRES. T. M. Arroyo de San Servan. || D. 7. Caminos de herradura; a7km. proximamente de las estaciones de Garrovilla (linea de Ciudad-Real 4 Badajoz), Calamonte y Torremejia (linea de Mérida a Sevilla). || Z. G. Calizas terciarias. Curva LADRONERA. 7. M. Oliva de Mérida. || D. 7. Caminos vecinales; hay po- sada. || 7’. G. Calizas silurianas. CuEVA CHARNECA. T. M. Oliva de Mérida. || 7. G. Calizas silurianas. OLIVENZA. MINAS DE LOS ALBARBES. 7. M. Alconchel. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas? silurianas. 272 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) BALEARES. IBIZA. (ISLA DE IBIZA.) EL, Puig DES AVENCHS. 7. M. San Agustin. || Z. G. Calizas neocomienses. CUEVA SANTA, 7. M. Ibiza. || D. J. Caminos de herradura de Ibiza a San José; servicio de vapores con las demas islas y con Valencia; carreteras de Ibiza a San Antonio y a San José. || Z. @. Calizas neocomienses. CovA DE LAS FONTANELLAS. 7. M. Santa Inés. || 7. G. Calizas neocomienses. ISLA FORMENTERA. CUEVA DE PENAS ALTAS. 7. M. Formentera (San Francisco Javier). || Z. G. Calizas cuaternarias. ISLA DE TAGOMAGO. CUEVA DE TAGOMAGO. 7. M. Santa Eulalia. || 7’. G. Dolomias triasicas. INCA. (ISLA DE MALLORCA.) Ei BuFLADOR. 7. M. Alaro. || D. 7. Estacion de la linea férrea de Alaré a Consell; tranvia de Alaré a la estacién: diligencia & Palma. || T. G. Calizas jurasicas. CLOT DEL ARAM. 7. M. ¥Escorca. || D. J. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas jurasicas. (19) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 278 CovA DELS PORCHS. 7. M. Pollensa. || D. 7. Puerto de escala para los vapores de Barcelona @ Ciudadela; diligencia 4 Inca y 4 la Puebla; hay 3 fondas. || 7’. G. Calizas jurasicas. CLOT DEL’OR. 7. M. Pollensa. || 7’. G. Calizas jurasicas. CovAS DE SAN VICENS. T. M. Pollensa. || 7’. G. Calizas jurasicas. || Hap]. Martorell y Pena, Sampere y Miquel. MAHON. (ISLA DE MENORCA.) CaLAS CoVAS. ZT’. M. Alayor. || D. J. Camino vecinal de Mahon 4 Ciudadela; diligencias-correos; hay fonda y café. || 7’. G. Calizas del mio- ceno medio. CUEVA DE SANTA GALDANA. 7’. M. Ciudadela. || D. 7. Caminos vecinales; vapor semanal a Barcelona. || 7’. G. Calizas miocenas. CUEVA DEL DEGOLLADOR. T. M. Ciudadela. || 7’. G. Calizas miocenas. CUEVA DE SANTANDRIA. T. M. Ciudadela. || 7. G. Calizas miocenas. CUEVAS DE ADAYA. TL. M. Ciudadela. || 7. G. Calizas miocenas. Cova PARELLA. 7. M. Ciudadela. || 7’. G. Calizas miocenas. Cova DEL LLACH. T. M. Ciudadela. || 7. G. Calizas miocenas. ANALES DE HIST. NAT. — XXV¥. 18 274 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) CovA DEN LOSAN. T. M. Ciudadela. || 7’. I. Calizas miocenas. EL FUELLE DEL DIABLO. T. M. Ciudadela. || 7. G. Calizas miocenas. CAVERNA DE LAS OSTRAS. T. M. Mahon. || D. 7. Carreteras de Mahén a4 Ciudadela, 4 Villa Carlos, 4 San Luis, 4 San Clemente y 4 Alayor; vapores a Barcelona y a Palma; diligencias diarias 4 Ciudadela; hay 2 fondas. || 7’. G. Calizas miocenas. MANACOR. (IsLA DE MALLORCA.) Covas DE ARTA, Covas DE LA Ermita. T.M. Arta. || D. 7. Se sale de Palma en el tren de las seis de la manana, llegando a Manacor a las ocho y media; en esta poblacion se toman las tartanitas llamadas carri/ets y se Nega a Arta a las dos de la tarde; desde aqui hay que dirigirse por senderos a las cuevas, que estan 4 unas 2 leguas a la orilla del mar, cerca de la desembocadura del torrente de Canamel. || T. G. Calizas cuaternarias. CUEVAS DE Son CovaSs. 7. M. Campos. || D. J. Dos caminos vecinales, uno 4 Fela- nitx y el otro 4 Borreras; diligencias 4 Palma; hay 5 cafés y establecimiento balneario. {| 7’. G. Calizas miocenas. CUEVA DE FELANITX. T. M. Felanitx. || D. J. Desde Felanitx 4 Puerto Colén hay carretera; diligencia diaria 4 Palma. || 7. @. Calizas mio- cenas. Cova DEL DracH, Covas DE MANACOR. 7. M. Manacor. || D. J. Estacion de la linea de Palma a Manacor; hay 4 fondas. || 7’. @. Calizas miocenas y cuater- narias. Q1) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 275 GRUTAS DE SON LLUIS DE PORRERAS. L. M. Porreras. || D. 7. Diligencias diarias 4 Palma; hay 2 fondas. CAVERNA DE Son Pou. 7. M. Villafranca. || D. J. A 10 km. de Manacor. PALMA. (ISLA DE MALLORCA.) CUEVA DE CANET. T. M. Ksporlas. || D. Z. Desde Esporlas hay diligencias diarias 4 Palma, Banalbufar, Valldemosa y Establiments. || T. G. Calizas liasicas. GRUTAS DE LA GRANJA. T. M. ksporlas. |] 7’. G. Calizas liasicas. CUEVA DEL PUERTO. T. M. Kstellenchs. || D. 7. Caminos vecinales. || 7’. G. Calizas liasicas 2? CAVERNA DE BELLVER. T. M. Palma. || D. 7. Estacion en la linea de Palma a Inca y Manacor; tranvia de Palma a Porto Pi; hay 4 fondas. || T. G. Calizas miocenas. ISLA CABRERA, CUEVA DEL OBISPO. T. G. Calizas neocomienses. BARCELONA. BERGA. Cova TUTA. 7. M. Castellar de Nuch. || D. Z. Caminos vecinales. || T. G. Calizas triasicas. 276 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Cova DEL SALT DEL LLopP. T. M. Castellar de Nuch. || 7. G. Calizas triasicas. BALMA DE TRUCAFORT. T. M. Castellar de Nuch. || 7. G. Calizas numuliticas. LE Forat Mico. 7. M. Cardona. || D. J. Carretera de Manresa 4 Cardona; hay 4 cafés. || 7. G. Margas terciarias. La Bora GRAN. 7. M. Cardona. || 7. G. Margas terciarias. La Borta. 7. M. Montmajor. || D. Z. Caminos vecinales. || 7’. G. Calizas. eocenas. GRANOLLERS. CUEVAS DE LA CASCADA DE SAN MIGUEL. T. M. Bigas. || D. 7. Caminos de herradura. Desde la Ga- rriga (estacién de la linea de Barcelona a San Juan de las Abadesas) hay 7 km. pasando por Riells; desde Figaré (apea- dero de la misma linea) 4 km. por Monmany, y desde Caldas de Mombuy (estacidn) 12 km. || Z. G. Calizas cretaceas y tobas. CUEVA DE SAN MIGUEL DEL Fay. T. M. Bigas. || 7. G. Calizas cretaceas y tobas. CUEVA DE LA ERMITA. T. M. Bigas. || 7. G. Calizas cretaceas y tobas. CovA DE VALLDERROS. T. M. Bigas. || 7. G. Calizas cretaceas. CAVERNA DE LA BANCO. T. M. Bigas. || Calizas cretaceas. (23) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 277 Cova DEL Moro, Cova DEL Pf. T.M. Bigas. || 7.G. Brechas calizas cretaceas. || Hzpl. Graells en 1825. COVA DELS MOLTONS. T. M. Caldas de Mombuy. || D. 7. Caldas (estacién de la linea de Mollet 4 Caldas de Mombuy; hay balneario. || 7. G. Calizas devonianas? COVA DE GUANTA. 7. M. Caldas de Mombuy. || 7. G. Calizas devonianas? AVENCH DE CASTELLET DE DATT. 7’. M. Caldas de Mombuy. |] 7. G. Conglomerado calizo nu- mulitico. || Hxpl. Graells y Balart en 1825. La Casa Fatsa. T. M. San Feliu de Codinas. || D. Z. A unos 3 km. de la Ga- rriga (estacién de la linea de Barcelona 4 San Juan de las Abadesas). || 7’. G. Calizas triasicas. || Hvp/. Maspons. COVA DE LA VERGE. T. M. Taganament. || D. 7. Caminos de herradura; 4 unos 5 km. de la estacién de San Martin (linea de Barcelona 4 San Juan de las Abadesas). || 7. G. Calizas tridsicas. IGUALADA. GRUTA DE CAPELLADES. T. M. Capellades. || D. 7. Estacién de la linea férrea de Igua- lada a Martorell; diligencias 4 Martorell y San Saturnino de Noya; hay 2 fondas. || 7’. @. Calizas devonianas. Cova DEL MACaRI. T. M. Collbato. || D. Z. De Barcelona 4 Martorell por el ferro- carril; en esta ultima hay tartanas que llevan 4 Esparraguera, y desde aqui 4 Collbaté hay una hora de camino que puede hacerse a pie 6 en carruaje por la carretera de Igualada. En Collbaté hay la posada de las Cuevas. También puede irse del 278 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) Monasterio de Monserrat 4 Collbaté en caballertas. || 7’. G. Con- glomerado y margas numuliticas. BAUMA DE LO REMAT. 7.M. Collbato. || 7. G. Conglomerados y margas numuliticas. CUEVAS DE MONTSERRAT, CUEVAS DE COLLBATO. T. M. Collbato. || Z. G. Conglomerado califero, areniscas y marga numulitica. SIMAS DE MONSERRAT. 7. M. Collbato. || 7. G. Conglomerado califero numultico. Cova DE FRANSOLA. 7. M. Santa Maria de Mirallés. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. MANRESA. CUEVA DE SAN IGNACIO. T. M. Manresa. || D. 7. Estacion en los ferrocarriles de Bar- celona a Zaragoza y de Manresa a Berga; hay 4 fondas. || 7. G. Conglomerados calizos numuliticos. CUEVA DE LA VIRGEN. T. M. Monistrol. || D. 7. Estacion de la linea de Barcelona a Zaragoza y del ferrocarril de cremallera de Monistrol a Mon- serrat. || 7. G. Conglomerado numulitico. CUEVA DEL DIABLO, CUEVA DE SATANAS. T. M. Monistrol. || 7. G. Conglomerado califero numulitico. CUEVA DE Fray JUAN GARIN. T. M. Monistrol. || 7. G. Conglomerado califero numulitico. SIMA DE SAN SALVADOR. T. M. Monistrol. || 7. G. Conglomerado calizo numulitico. CovA DE LA MENTIROSA. T. M. Monistrol. || 7. G. Calizas y conglomerados eocenos. (25) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 279 CUEVA DE LA TOSOA. T. M. Moya. || D. Z. Carretera de Manresa a Vich y de Moya a Mollet; hay 2 fondas. || 7. G. Calizas numuliticas. BAUMAS DE MuRA. T. M. Mura. || D. 7. Caminos carreteros 4 Manresa y San Vicente de Castellet. || 7. G. Conglomerados y calizas numu- liticas. Cova SANTA. T. M. Santa Cecilia de Montserrat. || D. 7. La carretera de Barcelona a Lérida pasa por las inmediaciones. || 7. G. Calizas y conglomerados numuliticos. MATARO. CUEVA DEL CorRREDO. T. M. Dosrius. || D. 7. A unos 5 km. de la estacion de Llinas (linea de Barcelona a Francia (interior). || 7. G. Rocas gra- niticas. CUEVAS DE LA CISA. T. M. San Pedro de Premia. || D. 7. Estacién de Premia de Mar (linea del litoral en el ferrocarril de Barcelona a Fran- cia). || 7. G. Rocas graniticas? CUEVA DE MONGAT. T. M. Tiana. || D. J. Mongat (estacidn en la linea del litoral de Barcelona 4 Francia). || 7. G. Calizas devonianas. SABADELL. Cova DE NA GUILLEUMA. T. M. Moncada. || D. 7. Estaciones de la linea de Barcelona a Zaragoza, de Barcelona 4 San Juan de las Abadesas y de Barcelona a Francia (interior). || 7. G. Calizas devonianas? Cova DEL CASTELL. T. M. Moncada. || 7. G. Calizas devonianas? 280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) CovA DEL HERMITA. T. M. Moncada. || 7. G. Calizas devonianas. Cova DE LA MARE DE DEv. T. M. Moncada. || 7. G. Calizas devonianas? CAVERNA DE CASA SANS. T. M. Moncada. || 7. G. Caliza tobacea cuaternaria. || Hrpl. Almera: encontré restos de oso pardo y una valva de Pectunculus glycimeris. SAN FELIU DE LLOBREGAT. Cova Bonica. T. M. Castelldefels. || D. 7. Estacion de las lineas de Barce- lona a Zaragoza por Reus, de Valencia 4 Barcelona y de Bar- celona 4 Picamoixons. || 7. G. Calizas cretaceas. Cova Fosca. T. M. Castelldefels. || 7. G. Calizas cretaceas. Cova FuMADA. T. M. Castelldefels. || T. G. Calizas cretaceas. Pou DE LAS AGULLAS. T. M. San Cristéfol de Begas. || D. 7. Carretera 4 Gava (esta- cién de la linea de Barcelona 4 Zaragoza por Reus); hay cafés y fonda. !| 7. G. Calizas cretaceas. AVENCH DEL CLOos. T. M. San Cristdéfol de Begas. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVAS DE PENA BLANCA. T. M. Vallirana. || D. 7. Carretera de Tarragona 4 Barcelo- na. || 7. G. Margas triasicas. TARRASA. Cova DEL DRACH. T. M. Matadepera. || D. 7. Desde Barcelona a Sabadell en (27) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 281 ferrocarril; de Sabadell 4 Castellar en diligencia; de Castellar al Monasterio de San Llorens del Munt 4 pie, tres horas; desde Tarrasa por Matadepera a San Llorens, tres horas. |] 7. G. Ca- lizas eocenas. COVES DELS ESTABLES. T. M. Matadepera. || 7. G. Conglomerados eocenos. Los OBIts. T. M. Matadepera. || T. G. Conglomerados califeros eocenos. Cova SIMANYA. T. M. Matadepera. || 7. G. Conglomerados califeros eocenos. Cova DEL FONDAL. T. M. Matadepera. || 7. M@. Conglomerados califeros eocenos. Cova DE SANTA AGNES. T. M. Matadepera. || T. G. Conglomerados y calizas eocenas. Cova DEL FRARE, CAU DE LA MONEDA. T. M. Matadepera. || JT. G. Calizas? eocenas? VICH. CUEVAS DE MARFA, CUEVAS DE LA Tosca. T. M. Castellcir. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cuaternarias. Cova DELS ENCANTATS. T. M. San Quirse de Besora. || D. 7. Estacién del ferrocarril de Barcelona 4 San Juan de las Abadesas.||| 7. G. Calizas eocenas. CUEVA DE SAN SEGIMON, CUEVA DE SAN SEGISMUNDO. T. M. Seva? || D. J. Caminos de herradura; en el santuario de San Segimon, abierto solamente de Junio 4 mediados de Octubre, se puede comer y aun en caso necesario dormir. || T. G. Rocas graniticas. 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) Covas DELS HERMITANS, CovAs DEL MONSENY. T. M. Seva?|| T. G. Rocas graniticas? y calizas silurianas? CUEVA DE SAN MIGUEL DE LOS SANTOS. T. M. Seva?|| T. G. Calizas silurianas? VILLAFRANCA DEL PANADES. Cova DE L’AMETLLO. T. M. Olérdola. || D. 7. Desde San Miguel de Olérdola hay una senda que en poco mas de media hora conduce a esta cueva; puede irse también por Moja (2 km. al 8. de Villafran- ca), can Castellvi y can Guimet en hora y media. || 7. /. Ca- lizas miocenas. CovA DE LAS CALAVERAS. T. M. Pontons. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas triasicas. CUEVAS DE LAS VINAS. T. M. Pontons. || 7. G. Calizas triasicas. COVES D’ORDAL. T. M. Subirats. || D. 7. Carreteras de Barcelona a Zaragoza y de San Boy a la Llacuna; 4 9 km. de la estacién de San Sadurni de Noya (linea de Barcelona a Valencia). || 7. G. Ca- lizas cretaceas. | COVA DE LA VERGE. T. M. Torrellas de Foix. || D. 7. Caminos vecinales; a 14 km. de la estacién de Villafranca del Panadés (linea de Barcelona a Tarragona). || 7. G. Calizas y margas triasicas. Covas DEL Tux6. T. M. Torrellas de Foix. || 7. G. Calizas infracretaceas. Covas DELS Bovus. T. M. Torrellas de Foix. || T. G. Calizas triasicas. (29) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 283 VILLANUEVA Y GELTRU. CUEVAS DE PuNnTA GROSSA. T. M. Villanueva y Geltru. || D. 7. Estacion del ferrocarril de Tarragona a Barcelona. || 7. G. Calizas miocenas. BURGOS. BRIVIESCA. CAVERNA DE SAN VITORES? T. M. Cantabrana. || D. Z. Caminos de herradura. || 7. G. Ca- lizas cretaceas. BURGOS. CUEVA DE ATAPUERCA, CUEVAS DE IBEAS. T. M. Ibeas de Juarros. || D. 7. A corta distancia de la boca de la cueva pasa la carretera de Burgos 4 Logrono. || 7. G. Ca- lizas cretaceas. || Hzp/. Sampayo y Zuaznavar. CuEVA CIEGA. T. M. Ibeas de Juarros. || T. G. Calizas cretaceas. || Zap/. Arino é Inclan en 1863: encontraron restos humanos de extraor- dinaria magnitud (2), un colmillo de elefante y una concha marina. Sampayo y Zuaznavar en 1868. CUEVA DEL CASTILLO? T. M. Burgos. || D. 7. Estacién de la linea de Madrid a Iran; hay fondas. || 7. G. Calizas miocenas. CUEVA DE Los Moros, CuEVA DE HUMIENTA. T. M. Revillarruz. || D. 7. A 14 km. de Burgos. || 7. G. Cali- zas miocenas? CUEVAS DE SAN JUAN, CUEVAS DE UBIERNA. T. M. Ubierna. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cretaceas. 284 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) LERMA. CUEVAS DE CABANAS. T. M. Cabafas de Esgueva. || D. 7. Carretera de Lerma 4 San Martin de Rubiales. || 7. G. Margas miocenas. MIRANDA DE EBRO. CUEVAS DE ALBAINA. T. M. Trevino. || D. J. A 11 km. de la estacién de Manzanos (linea de Madrid a Irun). || 7. G. Calizas eocenas. CUEVA DE LOS Moros. T. M. Pancorbo. || D. J. Estacién de la linea férrea de Ma- drid 4 Irtn; hay 2 posadas. || 7. G. Calizas cretaceas. ROA. CUEVA DE LA VIRGEN. T. M. Hontangas. || D. 7. Caminos vecinales; 4 12 km. de Aranda de Duero. || 7. G. Calizas miocenas. SEDANO. CUEVA DE SAN MIGUEL. T. M. Alfoz de Bricia. || D. Z. Carretera de Burgos a San- tander. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DEL AGUA. T. M. Baiuelos de Rudron. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. CUEVAS DE RuDRON. T. M. Bafiuelos de Rudron. || 7. G. Calizas cretaceas. Simas DE RupRON. T. M. Banuelos de Rudron. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE SANTA COLOMA. T. M. Sargentes de Lora. || D. Z. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. (31) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 285 CUEVA DE VALDEAJOS. T. M. Sargentes de Lora. || 7. G. Calizas cretaceas. || Fapl. Manjon en 1876. CUEVA DEL ESTRECHO, CUEVA DE LA FUENTE. T. M. Orbaneja del Castillo. || D. 7. Caminos vecinales; hay posada. || 7. G. Calizas cretaceas. VILLARCAYO. CUEVAS DE ANGULO. T. M. Junta de Oteo. || D. J. Caminos de herradura. || T. G. Calizas cretaceas. CUEVAS DE QUINCOCES. T. M. Junta de Oteo. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DEL Rio, CurvA DE PENA COMPLACERA. T. M. Junta de Oteo. || 7. G. Calizas cretaceas. CuEVA DE MURITA. T. M. Junta de Villalba de Losa. || D. Z. Murita esta sitnado a unos 900 metros al N. de Berberana, en las inmediaciones de la carretera de Pancorbo 4 Orduna. || 7. G. Calizas cre- taceas. CAVERNA DE LASTRAS. T. M. Junta de Traslaloma. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE LA PENA DE LOS SEPULCROS. T. M. Merindad de Montija. || D. 7. Villasante, cabeza de la Merindad, esta 48 km. del establecimiento balneario de Ga- yangos y 43 de la estacién de Bercedo, linea de la Robla a Valmaseda. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DEL TaJO DE SAN VICENTE, CUEVA DE SAN VICENTE. T. M. Merindad de Montija. || 7. G. Calizas cretaceas. 286 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) CUEVA DE SAN BernaBi, La Curva. T. M. Merindad de Sotos Cueva, || D. 7. El lugar llamado Cueva de Sotos Cueva tiene estacién en la linea férrea de la Robla a Valmaseda. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE SAN TIRSO. T. M. Merindad de Sotos Cueva. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE TREMA. T. M. Merindad de Sotos Cueva. || 7. G. Calizas cretaceas? GRUTAS DE LA REDONDA. T. M. Merindad de Valdivielso. || D. 7. Por El Armina, ca- beza de la merindad, pasa la carretera de Logrono 4 Santan- der. || 7. G. Calizas cretaceas. CACERES. CACERES. LAS CUEVAS. T. M. La Aliseda. || D. 7. Estacion de la linea de Madrid a Caceres y Portugal. || 7. G. Calizas devonianas. La CUEVA. T. M. Caceres. || D. 7. Estacidn en las lineas de Mérida a4 Caceres y de Arroyo de Malpartida a Caceres; hay 4 fondas. || T. G. Calizas devonianas. GARROVILLAS. CUEVAS DE LA CoLUMNA?, CUEVAS DE LA PENA, CUEVAS DEL PORTICHUELO. T. M. Portezuelo. || D. 7. Caminos vecinales; 4 '7 km. de la estacién de Canaveral (linea de Madrid a Caceres y Portugal). || T. G. Pizarras? silurianas. (33) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. _ 287 GRANADILLA. CUEVA DE LA PALOMERA. T. M. Marchagaz. || D. J. Caminos vecinales. || 7. G. Fila- dios? cambrianos. CUEVA DE SIERRA FRAGOSA. T. M. Nuiiomoral. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Fila- dios? cambrianos. MINA DE LA MEANCERA. T. M. Nunomoral. || T. G. Tobas calizas? CUEVA DEL CoTORRO. T. M. Pinofranqueado. |] D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Fi- Jadios? cambrianos. CUEVA DEL Moro. T. M. Pinofranqueado. || 7. G. Filadios? cambrianos. CUEVA DEL CARDENAL. T. M. Pinofranqueado. || 7. G. Filadios? cambrianos. HOYOS. LAPA DE LA SIERPE. T. M. Trebejo. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Filadios? cambrianos. MONTANCHEZ. CUEVAS DE LA SIERRA. T. M. Zarza de Montanchez. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Rocas graniticas. VALENCIA DE ALCANTARA. CUEVA DE LA POLEA. T. M. Carbajo. || D. 7. Caminos de herradura. || 7. G. Cali- zas? y pizarras arcillosas silurianas. 288 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) CADIZ. ARCOS. CUEVA DEL NINO DE Dios. T. M. Arcos de la Frontera. || D. 7. Diligencia diaria 4 Jerez de la Frontera; hay 3 fondas. || 7. G. Calizas triasicas. CUEVA DE LOS SIETE VIRGOS. T. M. Arcos de la Frontera. || 7. G. Calizas terciarias. CUEVA DE SAN ANDRES. T. M. Arcos de la Frontera. || 7. G. Calizas terciarias. CUEVA DEL HIGUERAL. T. M. Arcos de la Frontera. || 7. G. Calizas triasicas. GRAZALEMA. CUEVAS DE BENAOCAZ. T. M. Benaocaz. || D. J. Caminos vecinales; hay 2 fondas. || T. G. Calizas jurasicas. CUEVA DE LA GOTERA. T. M. Grazalema. || D. J. Carretera de Ronda 4 Grazalema; diligencias diarias; hay 5 fondas. |] 7. G. Calizas liasicas. JEREZ. CUEVA DE LAS MOTILLAS. T. M. Jerez de la Frontera. || D. 7. Estacién en las lineas de Sevilla & Cadiz y de Jerez a Algeciras; carreteras de Jerez a Ronda por Arcos y de Jerez a Chipiona por Sanlucar de Barra- meda; hay alquiladores de caballos y carruajes, 8 casas de comidas, 7 cafés y 2 fondas. || 7. G. Calizas terciarias. MEDINA-SIDONIA. Las CUEVAS DE LEVANTE. T. M. Medina-Sidonia. || D. 7. Carreteras 4 San Fernando y (35) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 289 Arcos de la Frontera; diligencias 4 Chiclana, San Fernando, Veger, Conil, Algeciras, Jimena y Alcala; hay 3 cafés y fon- da. |j 7. G. Calizas numuliticas. OLVERA. CAVERNA DE ZAHARA. T. M. Zahara. || D. Z. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas jurasicas. SAN ROQUE. CUEVA DE LA BAHIA DE LOS CATALANES. T. M. Gibraltar. |] 7. G. Calizas jurasicas. || Hzp/. Brome. CUEVA DEL Mono. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hrp/. Brome. CUEVA DEL BEEFSTEAK. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hzpl. Brome. CUEVA DE PUERTA DE TIERRA. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurasicas. CUEVA DEL TESORO. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurasicas. CUEVA DE SAN CRISTOBAL. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurasicas. CUEVA DE SAN MIGUEL. T. M. Gibraltar. || T. G. Calizas jurasicas. CuEVA GENISTA, CUEVA DEL MOLINO DE VIENTO. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurasicas. || Yzp/. Brome: encontrd en la brecha estalagmitica fragmentos de huesos humanos empotrados, algunos bastante completos; craneos enteros; restos de Rinoceros, Cervus, Sus, Hyena, Canis, Vul- pes, Ursus, Feliz y de varias aves, peces y anfibios. ANALES DE HIST. NAT.—XXV. 19 290 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) Curva GENISTA NUM. 2. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hzp/. Brome: hallé restos de animales extinguidos y vivientes. CuEVA GENISTA NUM. 3. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hzpl. Brome. CurvA DE Caso Martin, CuEVA Martin. T. M. Gibraltar. || T. G. Calizas jurasicas. || Hzpl. Brome. CUEVA DE LA HIGUERA. T. MM. Gibraltar: | ZT. G. Calizas jurasicas. || Hap/. Brome. CANARIAS. No conociéndose de una manera bastante precisa la consti- tucién geoldgica del suelo de estas islas, suprimimos las notas relativas 4 la clase de rocas en que se abre la cavidad y a la edad de éstas. ARRECIFE. (ISLA DE FUERTEVENTURA.) CUEVAS DE MANINUBRE. T. M. Antigua. |] D. Z. Caminos de herradura. CUEVAS DE San DIEGO DE ALCALA. T. M. Antigua. || Hapl. Viera y Clavijo. ISLA DE LANZAROTE. CuEVA DE DoNA BLANCA. T. M. Arrecife. || D. J. Puerto habilitado; vapores franceses dos veces al mes; vapores correos interinsulares cuatro veces al mes y un vapor mensual para Sevilla; hay 2 fondas. CuEVA DE ANA VICIOSA. T. M. Tinajo. || D. J. Caminos de herradura. (37) Puig.— CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 291 CUEVA DE LOS VERDES. T. M. Haria? ||. 7. Caminos vecinales.|| #zp/. Viera y Clavijo. GUIA. (ISLA GRAN CANARIA.) CUEVA DE AGAETE. T. M. Agaete. || D. 7. Carretera de las Palmas 4 Agaete; hay casa de huéspedes. || Hzpl. Viera y Clavijo. CUEVAS DE ARTENARA. T. M. Artenara. || D. [. Caminos vecinales. CUEVA DE MEDIODIA. T. M. San Nicolas. |) D. J. Caminos vecinales. CUEVA DEL AGUA. T. M. Tejeda. || D. J. Caminos vecinales. LA OROTAVA. CUEVA DEL PUERTO, CUEVA DE ABONA. T. M. Arico.||D. 7. Caminos vecinales.||#zp/. Viera y Clavijo. Los BUFADEROS. T. M. Buenavista. |} D. 7. Caminos vecinales. CUEVAS DE GRANADILLA? T. M. Granadilla. || D. 7. Caminos de herradura; hay 2 po- sadas. CUEVA DE ICoD. T. M. Icod. || D. I. Carretera del Norte de la Isla; diligencias a Santa Cruz; hay 2 fondas. || Hzpl. Viera y Clavijo. CUEVA DEL HIELO, CUEVA DE LA NIEVE. T. M. Orotava (La)? || D. J. Diligencias 4 Santa Cruz é Icod; - Jardin de aclimatacion; hay 3 fondas. || Hzp/. Viera y Clavijo. 292 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) CUEVA DEL BURGAO. T. M. Orotava (La). CUEVA DE LA RAMBLA. T. M. San Juan de la Rambla. || D. J. Carretera del Norte de la Isla, con servicio diario de coches. CUEVAS DE ABACHE. T. M. Santiago. || D. 7. Caminos vecinales. CUEVAS DE ARAZ, CUEVAS?DE ARAZA. T. M. Santiago. CUEVAS DE ARCHEFE. T. M. Santiago. BUFADEROS DE SILOS. T. M. Silos.||D. 7. Caminos vecinales.||#zpl. Viera y Clavijo. LAS PALMAS. (ISLA GRAN CANARIA.) CUEVAS DE GUAYADEQUE. T. M. Agiiimes. || Hapl. Martinez de Escobar en 1880. CUEVA DEL SANTO. T. M. Arucas. || D. J. Diligencia 4 Las Palmas; hay fonda. CuEvaA DEL Morro. TM. Arucas: CUEVA DEL CAIDERO. T. M. Las Palmas? || #zpl. Viera y Clavijo. CUEVAS DE LA ANGOSTURA, CUEVAS DE DRAGONAL. T. M. San Lorenzo. || D. J. Caminos vecinales. CUEVAS DE LA ATALAYA. T. M. San Mateo. || D. J. Diligencia 4 Las Palmas; hay casa de huéspedes. 439) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 293 CUEVAS DE LOS FRAILES. T. M. Santa Brigida. || D. 7. Diligencia diaria 4 Las Palmas Tafira y San Mateo; hay fonda y restaurant. BUFADERO DE MELENARA. T. M. Telde. || D. J. Diligencias 4 Las Palmas y 4 Agtiimes; hay fonda. || Hzp/. Viera y Clavijo. CUEVAS DE LA GUALCHIA. T. M. Teror. || D. J. Caminos vecinales; hay fonda. SANTA CRUZ DE LA PALMA. (ISLA DE LA PALMA.) CUEVA DE BELMANCO. T. M. Mazo. || D. f. Caminos de herradura. || Hapl. Viera y Clavijo. EL BUFADERO. T. M. Santa Cruz de la Palma. || D. J. Museo de Historia Na- tural y Etnografico; hay 4 fondas. || Hzpl. Viera y Clavijo. La PENA HoRADADA. T. M. Tijarafe. || D. 1. Caminos vecinales. CUEVA DE NIQUIOMO. T. M. Tijarafe. || Aapl. Viera y Clavijo. SANTA CRUZ DE TENERIFE. (ISLA DE LA GOMERA.) CUEVA DE CHENEREPIN. T, M. Agulo.||D. J. Caminos vecinales.||#zp/. Viera y Clavijo. CuEVA Honpba. T. M. Alajero.||D.J. Caminos vecinales.||#zp/. Viera y Clavijo. CUEVA DEL SOBRADO. T. M. Hermigua. 294 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) CUEVA DEL CONDE. T. M. San Sebastian de la Gomera. || D. 7. Caminos veci- nales. CuEVA ENCANTADA. T. M. Valle Hermoso. |] Hzpl. Viera y Clavijo. (IsLA DE HIERRO.) CUEVAS DE LOS BIMBACHES. T. M. Valverde. CUEVA DE TENEGEITA. T. M. Valverde. CUEVAS DE LAZARO.. T. M. Valverde. (ISLA DE TENERIFE.) CuEvA SANTA, CUEVA DE ACHBINICO, CUEVA DE SAN BLAS. T. M. Candelaria. || D. [. Varios alquiladores de carruajes. GRUTA DEL SOCORRO. T. M. Giiimar. || D. J. Diligencias 4 Santa Cruz; hay 3 fondas. CUEVAS DE LOS REYES. , T. M. Giiimar. CUEVA DE LOS JUNCOS. T. M. Santa Cruz de Tenerife. || D. J. Vapores correos bi- mensuales 4 Cadiz; diligencias 4 La Laguna, Tacoronte, Sau- ral, Matanza, Vitoria, Santa Ursula, Orotava, Puerto de la Cruz, Icod, Realejo y San Juan de la Rambla; hay 5 cafés, 7 fondas y 6 casas de huéspedes. CUEVA DE LAS GOTAS. T. M. Santa Cruz de Tenerife. (41) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. — 295 CASTELLON. ALBOCACER. CUEVAS DE BENASAL. T. M. Benasal. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas in- fracretaceas. CASTELLON. CuUEVA DEL HERMANO BARTOLO. T. M. Benicasim. || D. I. Estacion de la linea férrea de Tarra- gona a Valencia; hay posada.— En el Desierto de las Palmas hay hospederia, mediante limosna, cuyo minimum es 1,50 pe- setas. || T. G. Calizas? tridsicas. CUEVAS DEL MONTE. T. M. Oropesa. || D. J. Estacion de la linea de Tarragona a Valencia. || T. G. Calizas triasicas. LUCENA. CAVERNAS DE PENAGOLOSA. T. M. Chodos. || D. I. Caminos vecinales. || T. G. Calizas in- fracretaceas. CUEVA DE LA VIRGEN. T. M. Torrechiva. |] D. 1. Caminos vecinales. || T. G. Calizas infracretaceas? CUEVA DEL CARBO. T. M. Vistabella. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas infracretaceas. : MORELLA. Curva ALTA. T. M. Castellfort. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas infracretaceas. 296 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) CUEVA DE VALLIBANA. T. M. Morella. || D. J. Diligencia diaria 4 Vinaroz (estacién de la linea de Tarragona 4 Valencia); hay fonda. || T. G. Cali- zas infracretaceas. NULES. CUEVA DE LoS Moros. T. M. Burriana. || D. J. Estaciédn del ferrocarril de Valencia a Tarragona; hay fonda. || 7. G. Cuaternario? CUEVAS DE ONDA. T. M. Onda. || D. J. Se halla unido a Castellén por un tran- via & vapor; hay 4 cafés. || T. G. Calizas triasicas. CUEVA DE SANTA BARBARA. T. M. Onda. || T. G. Calizas triasicas. Sima DE LA Moza. T. M. Tales. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas tria- sicas. CUEVAS DE SAN JOSE. T. M. Vall de Ux6. || D. 7. A 5,5 km. de la estacién de Nules; hay posada. || T. G. Calizas triasicas. sf SAN MATEO. CUEVA DEL CASTILLO. T. M. Cervera del Maestre. || D. 7. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || 7. G. Calizas infracretaceas. SEGORBE. CuEVA SANTA. T. M. Altura. || D. 7. Hay junto al santuario una hospederia de tres pisos, pero con la particularidad que las camas no tie- nen colchon. || 7. G. Calizas jurasicas. CUEVA DE LA REINA. T. M. Navajas. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas triasicas. (48) Puig.— CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 297 CUEVAS DE NAVAJAS. T. M. Navajas. VINAROZ. CUEVA DE BADUN. T. M. Peniscola. || D. J. Caminos vecinales; hay 7 cafés y posada. || 7. G. Calizas infracretaceas. BUFADOR DEL Papa LUNA. T. M. Peniscola. || T. G. Calizas infracretaceas. CUEVAS DE LA Costa. T. M. Peniscola. || T. G. Conglomerados y macinos. VIVER. CUEVA CERDANA. T. M. Pina. || D. I. Carretera de Valencia a Zaragoza. || T. G. Calizas dolomiticas triasicas. CARCAMAS DE CERDANA. T. M. Pina. || T. G. Dolomias triasicas. CIUDAD-REAL. ALCAZAR DE SAN JUAN. CUEVA ENCANTADA. T. M. Campo de Criptana. || D. /. Estacién en la linea de Madrid a Alicante; hay café, 2 casas de huéspedes y 3 posa- das. || T. G. Calizas miocenas. ALMADEN. GRUTAS DE FUENCALIENTE. T. M. Fuencaliente. || D. 7. Caminos de herradura; estable- cimiento de aguas minerales. || T. G. Cuarcitas silurianas. || Eapl. D. Fernando Lépez Cardenas, cura de Montoro, descu- 298 o ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) brid estas grutas en 1783 y did parte al conde de Florida- blanca. ALMAGRO. CUEVAS DE SALVATIERRA. T. M. Calzada de Calatrava. || D. f. Carretera 4 Almagro; hay una linea férrea de Calzada de Calatrava 4 Valdepenas; hay 2 posadas. || T. G. Calizas silurianas. CUEVA DEL JABALON. T. M. Pozuelo de Calatrava. || D. J. A 5 km. de la estacion de Miguelturra (estacién de la linea de Madrid 4 Ciudad-Real); aguas minerales de Fuensanta. || 7’. G. Calizas silurianas. ALMODOVAR DEL CAMPO. CUEVA DE OJALORA. T. M. Abenojar. || D. J. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || T. G. Calizas silurianas. || “ap/. Blazquez y Bentabol no halla- ron ningtn resto organico; sin embargo, los vecinos dicen que han encontrado en su interior un craneo, que parece de mamifero tapiroide. SIMA DE REJALGAR. T. M. Almodovar del Campo. || D. 7. Carreteras a Villamayor ya Puertollano; diligencias a este ultimo; hay casas de hués- pedes y posadas. |] T. G. Calizas silurianas. CUEVAS DEL REJALGAR. T. M. Almodovar del Campo. |] 7. G. Calizas silurianas. MANZANARES. Pozo DE LA MESNERA. T. M. Manzanares. || D. J. Estacién en la linea de Madrid a Ciudad-Real y de Madrid 4 Cérdoba y Sevilla; carretera de Madrid 4 Andalucia; hay 3 casas de huéspedes y 2 posadas. || T. G. Calizas? triasicas? (45) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 299 CORDOBA. BAENA. LAS CUEVAS DE CARCHENA. T. M. Baena? || D. J. Caminos provinciales; diligencias a Cas- tro y 4 Montilla; hay fonda y 3 posadas. || T. G. Margas numu- liticas. || Hzpl. Gongora. CABRA. Sima DE CABRA. T. M. Cabra. || D. J. Estacién de la linea férrea de Madrid a Malaga por Jaén; carreteras de Aguilar 4 Cabra, de Castro del Rio por Cabra 4 Rute, de Alcala la Real 4 Cabra y de Cabra a Baena; diligencias-correos 4 Aguilar y 4 Priego; hay 3 casas de huéspedes y 4 posadas. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hzp/. Mu- fioz Romero en 1683; Comisién oficial en 1841. CUEVA DE LAS JARCAS, CUEVA DE LAS XARCAS. T. M. Cabra. || T. G. Calizas jurasicas. || Yzpl. Vilanova y Tubino: dicese se han hallado restos humanos, ceramica y huesos labrados. CUEVA DE ARREBOLA. T, M. Zuheros. || D. J. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || T. G. Calizas jurasicas. || Hep/. Gongora: encontrdé utensilios de piedra. CUEVA DE CASTRO. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || Zzpl. Gongora: instrumentos de piedra. CUEVA DE CUCHACERO. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || H7p/. Gongora: objetos de piedra. CUEVA DEL FRAILE. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || Hapl. Gongora: diversos utensilios de piedra. 300 ANALES DE HISTORIA NATURAL. CUEVA DE LA FUENTE. T. M. Zuheros. || T. G.. Calizas jurasicas. || Hapl. hachas y utensilios de la edad de piedra. CUEVA DE GUITARRILLA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. CuEVA JURADA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || api. CUEVA DE MENGA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || Hzpl. hallé objetos de piedra. CUEVA DE LA PARIDA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || Hap. utensilios de piedra. CUEVA DE RopRIGO. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || #zpl. | Hapl. (46) Gongora: Gongora. Gongora. Gongora: Gongora: Gongora: encontrd diversos instrumentos del hombre primitivo. CUEVA DE LA TINAJA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || Zzpl. CUEVA DE LA VILLA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || api. CUEVA DE LA VIRGEN. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || Zap. utensilios de piedra. CUEVA DE LOS MURCIELAGOS. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || Hp. CuEVAS ESCRITAS. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || Hxpl. CAVERNA DEL PUERTO. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurasicas. || Hzp/. Géngora. Gongora. Gongora: Gongora. Gongora. Gongora. (47) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. © 301 CORDOBA. CUEVA DE CERRO MURIANO. T. M. Cordoba. || D. J. Estacion en las Hneas férreas de Ma- drid 4 Huelva, de Cérdoba 4 Malaga y de Almorchon a Cérdo- ba. || T. G. Calizas cambrianas. || #zp/. Gdmez de Salazar en 1845; Prado en 1864. Se han hallado restos de ceramica basta é instrumentos mineros de época remota, pero histoérica. FUENTE-OVEJUNA. CUEVA DE LA SAUCEDILLA. T. M. Obejo. || D. £. Estacién de la linea de Almorchén a Cordoba. || T. G. Calizas cambrianas? CUEVAS DE SIERRA-PALACIOS. T. M. Bélmez. || D. I. Estacién de la linea de Almorchon @ Cérdoba; hay 3 cafés y fonda. || T. G. Caliza carbonifera. || Fapl. Calderon. MONTORO. SAMBUCON DE SAN TORCAZ. T. M. Adamuz. || D. J. Caminos vecinales; hay 3 casas de huéspedes y 2 posadas. |] T. G. Calizas cambrianas? CUEVA DE Sawn ZOILO. T. M. Adamuz. || T. G. Caliza carbonifera. CUEVA DE MILLANTE. T. M. Adamuz. || T. G. Caliza carbonifera. || vp/. Mallada. RUTE. CUEVAS DE LA SIEERA, CUEVAS DE RUTE. T. M. Rute. 302 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) CORUNA. CARBALLO. Covas DE MonTE CUDEIRO. T. M. Cabana. || D. I. Caminos vecinales; 4 corta distancia pasa la carretera de Carballo 4 Corcubion. || T. G. Rocas gra- niticas y gneisicas? CUENCA. BELMONTE. LAS HORADADAS. T. M. Belmonte. || D. J. Carretera de Cuenca 4 Alcazar de San Juan. || 7. G. Margas yesosas miocenas. Las HORADADAS. T. M. Villaescusa de Haro. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Margas yesosas miocenas. CUEVAS DE LA VEGA. T. M. Osa de la Vega. || D. 7. Caminos vecinales; hay posa- da. || T. G. Calizas miocenas. CANETE. CUEVA DEL COLLADO DE LA PLATA, CUEVA DE ALIAGUILLA. T. M. Aliaguilla. || D. 7. Caminos de herradura. || T. G. Cali- zas jurasicas. || Hapl. Cortazar en 1872. CUEVA DEL AGUA. T. M. Canada del Hoyo. || D. J. Caminos de herradura. || T. G. Calizas cretaceas. || Hzpl. Cortazar en 1872. (49) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. — 303 CUEVA DEL AZABACHE. T. M. Cardeneto. || D. 7. Caminos vecinales; hay 3 posadas. || T. G. Calizas cavernosas miocenas. CUEVAS DE LA CIERVA. T. M. La Cierva. || Caminos vecinales. || T. G. Calizas jura- sicas. || AHvp/. Cortazar en 1872. Curva Santa (LA). T. M. Mira. || D. I. Caminos vecinales. || T. G. Calizas tria- sicas. || Hzpl. Cortazar; Calvo. Las TorcAs. T. M. Los Oteros. |] D. J. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cretaceas. || Hzpl. Cortazar en 1873. CUEVAS DEL CERRO DE LAS MINAS. T. M. Talayuelas. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas jurasicas. CUEVA DE LA PLATA. T. M. Tejadillos. || D. J. Caminos vecinales. |] T. G. Calizas jurasicas. CUENCA. CUEVA DEL ORO. T. M. Barbalimpia. || D. I. Caminos vecinales. || T. G. Margas y calizas miocenas. CAVERNAS DE BASCUNANA. T. M. Bascunana. || D. 1. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. || Hzp/. Cortazar en 1873. SIMA DE TIERRA MUERTA. T. M. Buenache de la Sierra. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas jurasicas. CUEVA DE LA VENTOSA. T. M. Cuevas de Velasco. || D. 7. Estacion de la linea do Ma- drid a Cuenca. || T. G. Calizas y margas miocenas. 304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) CUEVA DE ALGECIRA. T. M. Cuenca. || D. J. Linea de Aranjuez a Cuenca; hay 2 fondas y 9 posadas. || T. G. Calizas cretaceas? CUEVA DEL Moro. T. M. Las Majadas. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. || Hzpl. Cortazar en 1872. CUEVA DE ONTARRONDA. T. M. Las Majadas. || T. G. Calizas cretaceas. || Hzrp/. Corti - zar en 1872. ToRCA DE LA Novia. T. M. Palomera. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. || Hzpl. Cortazar en 1872. CAVERNA DE PEDRO COTILLAS. T. M. Palomera. || T. M. Calizas cretaceas. || Hzp/. Cortazar en 1873. CUEVA DE San ELoy. T. M. Palomera. || T. G. Calizas cretaceas. || #zpl. Cortazar en 1872. SIMAS DE LA PARRA. T. M. La Parra. || D. I. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE LOS ASERRADORES. , T. M. Valdecabras. || D. 7. Caminos de herradura. || T. G. Ca- lizas cretaceas. || Hvpl. Cortazar en 1872: CuEVA DE LOS MORCIGUILLOS. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE LA Moza. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretaceas. CUEVAS DE VALDECABRAS. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretaceas. EL SIMARRO DE LOS PERROS. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretaceas. (1) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. — 305 EL BoqueEron. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretaceas. HUETE. CUEVA DE VILLAVIEJA. T. M. Carrascosa del Campo. || D. I. Carretera de Madrid a Cuenca y de Carrascosa a Sacedén y Saelices. || T. @. Macinos terciarios. CUEVA DEL CARACENO. T. M. Jabalera. || D. 7. Caminos vecinales. j| T. G. Calizas cretaceas. CUEVAS DE LA SIERRA DE BUENDIA. T. M. Jabalera. || T. G. Calizas cretaceas. CUEVAS DEL CASTILLO. T. M. Mazarulleque. || D. J. A 11 km. de la estacién de Huete (linea de Aranjuez 4 Cuenca). || T. G. Margas terciarias la- custres. SIMAS DE LA MUDARRA. T. M. Mazarulleque. || T. G. Margas miocenas. MOTILLA DEL PALANCAR. CUEVA DE LA JUDIA. T. M. Buenache de Alarcon. |] D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas miocenas. || #zpl. Cortazar. CUEVA DE LA Hoz DE PENA- QUEBRADA. T. M. Gascas. || D. I. Caminos vecinales. || T. G. Calizas mio- cenas. || Hzpl. Cortazar. PRIEGO. CUEVA DEL H1IERRO. T. M. Beteta. || D. J. Carretera de Cuenca a Molina. || T. G. Do- lomias triasicas. || Hzpl. D. Francisco Forner; Cortazar. ANALES DE HIST. NAT.— XXV. 20 305 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) TORCAS DEL ALCOHOL. T. M. Canfiaveras. || D. I. Carretera de Canaveras 4 Alcan- tud. || T. G. Margas y arcillas miocenas. CUEVA DEL CASTRO. T. M. Canaveruelas. || D. 7. Caminos de herradura. || 7.G. Ma- cinos terciarios. CUEVA DE LOS GRIEGOS. T. M. Masegosa. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas jurasicas. || Yep. Cortazar. SIMA DEL RApaz. T. M. El Tobar. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas jurasicas. CuEVA DE HIERRO. T. M. Villaconejos. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. SAN CLEMENTE. Pozo AIRON. T. M. La Almarcha. || D. /. Caminos vecinales. || 7. G. Mar- gas miccenas. TORCA DE LA MUELA. T. M. Sisante. || D. 7. Caminos vecinales. || T.G. Margas mio- cenas. CUEVA DE LA MADRE CARDONA. T. M. Vara de Rey. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Mar- gas miocenas. TARANCON. CUEVA DE LA CANADA. T. M. Almendros. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Margas terciarias. (53) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 307. CUEVA DE LA PLATA. T. M. Almendros. CUEVA DE CABEZA DEL GRIEGO? T. M. Saelices. || D. J. Carretera de Madrid 4 Castellén; a 10 km. de la estaciodn de Paredes (linea de Madrid a Cuenca); hay 3 posadas. || T. G. Calizas cretaceas. || Hzp/. D. Ramon Garcia, que ha encontrado en ella multitud de fragmentos de vasijas de las llamadas célticas, huesos humanos, hachas de piedra y un colmillo de elefante de medio metro de largo. CUEVA DE SEGOBRIGA. T. M. Saelices. |} T. G. Calizas cretaceas. || Hzp/. Quintero, Saenz, Yastzambic, Deltour, Capelle, han hallado restos hu- manos y de animales diversos, ceramica y utensilios de piedra y de asta. CAVERNAS DE UCLES. T. M. Ucles. || D. J. A 6 km. de la estacién de Huelves (linea de Aranjuez a Cuenca); hay 3 posadas. || 7. G. gCalizas cre- taceas? GERONA. LA BISBAL. COVA DE GISPERT. T. M. Bagur. || D. I. Carretera vecinal hasta Palafrugell, que empalma con la de Palamos 4 Gerona; diligencias 4 Palafru- gell; hay 2 cafés. || T. G. Calizas marmoreas silurianas. COVA DELS CINCH, CAU DE LAS GARRIGAS, CUEVA DE TORROELLA. _ T. M. Torroella de Montgri. || D. 7. Caminos carreteros; hay café y 3 posadas. || T. G. Calizas cretaceas fosiliferas. || Expl. Marcort, Comisién de Monumentos, Pascual, Artigas: se encontraron en ella muchos huesos humanos, armas de silex, etc. 3 308 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) FIGUERAS. COVA DELS CAPELLANS. T. M. Cadaqués. || D. I. Puerto habilitado. || T. G. Rocas egneisicas. || Hvpl. Vayreda. Cova DEL JNFERN. T. M. Cadaqueés. || T. G. Pizarras micaceas. CUEVA DE San PAu. T. M. Puerto de la Selva. || D. J. A '7 km. de la estacién de Llansa (linea de Barcelona 4 Francia); hay 3 cafés. || T. G. Ro- cas eneisicas. CovA DE SERRA T. M. Castellon de Ampurias. || D. J. Carretera de Figueras a Rosas; 48 km. de la estacién de Figueras (linea de Barce- lona a Francia). || T. G. Calizas silurianas? Cova DELS ENCANTATS. T. M. Terradas. || Caminos vecinales; dista 11 km., de la estacién de Figueras (linea de Barcelona a Francia). |] T. G. Ca- lizas cretaceas. Cova DE SANTA MAGDALENA. T. M. Terradas. || T. G. Calizas cretaceas. GERONA. Covas DEL MontTGo. T. M. La Escala. || D. 7. Caminos vecinales; puerto. || T.G. Ca- lizas infracretaceas. CAU DE LAS GOJAS. T. M. Sarria. || D. J. Carretera general de Francia, 44 km. al NE. de Gerona y al pie de la costa roja. || 7. G. Margas creta- ceas. || Hzpl. Fué descubierta casualmente en 1889, y en ella se encontraron huesos humanos, instrumentos de silex y frag- mentos de carbén vegetal. (59) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 309 GRUTAS DE LAS ESTUNAS. T. M. Porqueras. || D. J. Carretera de Gerona 4 Olot. || T. G. Margas numuliticas. Cova DE SERINYA, BoRA GRAN DEN CARRERAS. T. M. Serina. || D. J. Carretera de Gerona a Olot. || T. G. Con- glomerado numulitico. || Hap. Harlé, Vidal, Alsius: se han hallado restos de mamiferos, aves y moluscos, objetos de silex y de asta. OLOT. COVA DE LAS PUSSAS. T. M. Argelaguer. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas silurianas? || Hzpl. Vergés en 1882. Covas DE SANT ANIOL. T. M. Basagoda. || D. I. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas marmoreas silurianas. || Hap/. Vergeés. BuFADO DEL Far. T. M. Beuda. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Margas nu- muliticas. Cova DELS ESQUELLONS. T. M. Las Planas. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas numuliticas. || Hapl. Osona. Cova DEL BISBE. T. M. Salas? j| D. I. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas y margas numuliticas. || Hepl. Vergés. PUIGCERDA. Covas DE RIBAS. T. M. Campellas. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. GRUTA DE LA VIRGEN. T. M. Caralps. || D. 1. Sélo puede visitarse de Julio 4 Sep- 310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) tiembre, asi como la siguiente; caminos de herradura; Caralps se halla 4 17 km. de la estacién de Ripoll (linea de Barcelona a San Juan de las Abadesas). |} 7. G. Gneis? calizas sacaroides? del estrato cristalino. COVA DE San GIL. T. M. Caralps. || T. G. Gneis? calizas sacaroides del estrato cristalino. Sot DE SANTONS. T. M. Gombreny. || D. J. En el monasterio de San Pedro de Montgrony se puede parar, pues hay cuartos con camas y los viveres necesarios; caminos vecinales; 4 12 km. de la estacién *de Ripoll (linea de Barcelona 4 San Juan de las Abadesas). |] T. G. Calizas numuliticas. Cova DE LA VERGE. T. M. Gombreny. || T. G. Calizas y margas numuliticas. CovaAs DE RIAL. T. M. Ribas. || D. /. Carretera & Puigcerda; establecimiento de aguas minerales; hay 4 cafés, 5 fondas y posada. || T. G. Ca- lizas silurianas. || #ap/. Bofill. LA CUYNA DELS BRIBONS. T. M. Ribas. || T. G. Calizas silurianas. || #zpl. Bofill. CovA DE LAS ENCANTADAS. T.M. Ribas. || T. G. Calizas marmoreas silurianas. Cova DEL DRacH. T. M. Vallfogona. || D. I. Caminos vecinales; 4 9 km. de Ripoll (linea de Barcelona 4 San Juan de las Abadesas); hay 2 posadas. || T. G. Calizas numuliticas. GRUTA DE VIDRA. T. M. Vidra. || D. I. Caminos vecinales. || T. G. Calizas? silu- rianas? || Hzpl. Vaireda y Vila. (57) Puig.—- CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 311 SANTA COLOMA DE FARNES. CovA DEN SERRALLONGA. T. M. Anglés. || D. 7. Caminos vecinales y de herradura; diligencias 4 Gerona; hay cafés. || 7. G. Calizas silurianas. CovA DEL BERGANTI. T. M. Tossa. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Granito. Cova DEL PALOMAR. T. M. Tossa. || 7. G. Granito. GRANADA. ALBUNOL. CUEVA DE LoS MURCIELAGOS. T. M. Albuiol. || D. 7. Carreteras de Granada a Albufiol, de Malaga 4 Almeria y de Tablate 4 la misma; hay 2 fondas y 3 posadas. || 7. G. Calizas cambrianas. || Hzpl. Rivas Ortiz, Mazuco, Géngora, etc. Se han hallado en las diversas explora- ciones de que ha sido objeto esta caverna, huesos humanos, restos de armas, utensilios de silex y fragmentos de ceramica; entre los hallazgos hechos por el Sr. Gongora hay el de unos colmillos de jabali uniformados por la mano del hombre, con agujeros en sus extremos y que presentan indicios de una escritura rudimentaria. CUEVA DEL PIoJo. T. M. Castaras. || D. 7. Establecimiento de aguas minera= les. || 7. G. Calizas triasicas? Ei Taso DEL VEREDON. T. M. (2) \| 7. G. Calizas cambrianas? ALHAMA. CUEVA DE LA MUJER. 7. M. Alhama de Granada. || D. 7. Diligencias 4 los bafios y 312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) a Granada; hay 2 fondas y 1 casa de huéspedes. || 7’. G. Calizas jurasicas. || #ap7. Macpherson (D. Guillermo) la exploré dete- nidamente en 1870 y 1871 y did a conocer en dos elegantes y concienzudos folletos con numerosas laminas; encontro cra- neos y otros restos humanos, fragmentos de ceramica, huesos de animales é instrumentos de pedernal. CUEVAS DE CHACIN. T. M. Arenas del Rey. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Ro- cas eneisicas. || Hap/. Gdngora en 1870 encontré entre abun- dante guano una vasija de barro. BAZA. CUEVA DEL Portros. T. M. Cortes de Baza. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Are- niscas y margas triasicas. CuEvA TORILES. T. M. Cortes de Baza. || 7. G. Areniscas y margas triasicas. CUEVA TINAILLAS. Tf. M. Cortes de Baza. || 7. G. Areniscas y margas triasicas. GUADIX. CUEVAS DE MONTUAL. T. M. Marchal. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. @. Calizas miocenas. CUEVAS DE ALCUDIA. T. M. Alcudia de Guadix. || D. 7. Caminos vecinales; 45 km. de Guadix; hay 2 posadas. || 7. G. Calizas miocenas? GRUTAS DEL ALICUN. T.M. Alicin de Ortega. || D. 7. Caminos de herradura. || 7T.G. Calizas eocenas. CUEVA DE LA BorTICa. 7. M. Gorafe. || D. J. Caminos vecinales. || 7. G. Margas pliocenas. (59) Puig.— CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 318 CUEVA DE JORAIQUE. 7. M. Huéneja. || D. 7. Caminos de herradura; hay 4 posa- das. || 7. @. Calizas estrato-cristalinas. CUEVA DE LOS CLAVOS. 7. M. Pedro Martinez. || D. 7. Carretera de Almeria a Lina- res. || Z. @. Calizas jurasicas. PUERTA DE La IGLESIA. 7. M. Pedro Martinez. || 7. G. Calizas jurasicas. CUEVAS DEL CONQUIL. T. M. Villanueva de las Torres. || D. 7. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || 7. G. Calizas cuaternarias? HUESCAR. / CUEVAS DE CASTILLEJAR. T. M. Castillejar. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Margas pliocenas. CUEVA DE ANTIRRINO. 7. M. Galera. || D. 7. Carretera de Cullar y Baza a Huéscar. || 7. G. Margas pliocenas. CUEVAS DE ORCE. T. M. Orce. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Margas plio- cenas. LOJA. CUEVA DE LOS INFIERNOS, LOS INFIERNOS DE LOJA. T. M. Loja. || D. J. Estacion en la linea férrea de Cordoba a Granada; carreteras de Bailén 4 Malaga, de Loja a Priego, de Rute 4 Loja y de Loja a Torre del Mar; hay 2 cafés y posada. || T. G. Calizas jurasicas. PUERTA DE ZAFARRAYA. 7. M. Zafarraya. || D. J. Caminos de herradura. || 7’. G. Cali- zas jurasicas. 314 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60) SUMIDERO DE ZAFARRAYA. 7. M. Zafarraya. || 7’. G. Calizas jurasicas. SUMIDERO DE DONAS. T. M. Zafarraya. || 7. G. Calizas jurasicas. IZNALLOZ. CUEVA DE PINAR. 7. M. Piiiar. || D. J. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas jura- sicas. CUEVA DEL MESTO. T. M. Diezma. || D. 7. Diligencias de Granada 4 Guadix; hay 3 posadas. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hvpd. Gongora. MONTEFRIO. CUEVA DE LA Raja DE LA Mora. T. M. Montefrio. || D. J. Caminos de herradura hasta la Pena de los Gitanos. || Z. G. Calizas jurasicas. || Hvp/. GOngora no le halld el fin. CUEVA DEL ALGARROBO. T. M. Montefrio. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hp]. Gongora. CUEVA DE LOS LLANOS DEL TORCEDOR. T. M. Montefrio. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hep/. Gongora. CUEVA DE MALASPATAS. T. M. Montefrio. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hzp/. Gongora. CuEva AHUMADA. 7. M. Montefrio. || 7. @. Calizas jurasicas. || Zzpl. Gongora. CuEva LARGA. 7. M. Montefrio. || 7. @. Calizas jurasicas. || Hzp/. Gongora. CUEVA DE LAS TONTAS. 7. M. Montefrio. || 7. G. Calizas jurasicas. || Hzp/. Gongora. (61) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 815 CAVERNAS DE PARAPANDA. 7. M. Mllora y Montefrio. || 7. @. Calizas jurasicas. MOTRIL. CUEVA DE LOS SIETE PALACIOS. T. M. Almunecar. || D. J. Carretera a Motril; coche diario; hay 3 cafés y 4 fondas. || 7. G. Calizas dolomiticas del estrato cristalino. CUEVA DE LA HERRADURA. 7. M. Almunecar. || 7. G. Calizas dolomiticas del estrato cristalino. CUEVAS DE LA SIERRA. T. M. Vélez de Benaudalla. || D. 7. Caminos vecinales. || LY. G. Calizas dolomiticas. CUEVAS DE La ERMITA. 1. M. Lentegi. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Dolomias triasicas. | ORGIVA. CUEVAS DE Rio SANTO. 7. M. Albufiuelas. j| D. Z. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cambrianas. CuEVA SORTES. 7. M. Bayacas..|| D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas tridsicas. CUEVA DE LOS PENONES, CUEVA DEL PADRE GALEROSA. 7. M. Busquistar. || D. 7. Caminos vecinales; hay posada. |} 7. G. Calizas estrato-cristalinas. CUEVAS DE LAS MINAS. 7. M. Canar. || D. 7. Caminos vecinales. 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) CUEVA DE LA ERMITA. 7. M. Diurcal. || D. 7. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || T. G. Micacitas y cipolinos. CUEVAS DE VACAMIA. 7. M. Diurcal. || 7. G. Calizas miocenas. SANTA FE. Sima DE MONTEVIVE. 7. M. Alhendin. || D. 7. A 8 km. de Granada; hay 2 posa- das. || 7. G. Calizas y margas miocenas. UGIJAR. SIMA DE BERCHULES. T. M. Bérchules. || D. J. Caminos vecinales. |j 7. G. Calizas estrato-cristalinas. GUADALAJARA. ATIENZA. CUEVAS DE LA PENAa. 7. M. Alcolea de las Penas. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas triasicas. SIMAS DE CAMPiSABALOS. 7. M. Campisabalos. || D. 7. Caminos de herradura. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DEL ACEITE. T. M. Condemios. || D. 7. Caminos de herradura; para legar a la cueva desde Albendiego, pueblo de mejores condiciones, por los pinares de Condemios, se va al puerto de Pelagallinas y fuente de la Entablada. || 7. G. Pizarras? silurianas. (63) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 317 CAVERNA DE CONGOSTRINA. T. M. Congostrina. || D. Z. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE HIJES. T. M. Hijes. |] D. 7. Caminos de herradura. || 7. G. Calizas triasicas. La Corran GARCIA. T. M. Miedes. || D. 7. Caminos vecinales; hay posada. || 7. G. Calizas triasicas. CUEVAS DEL CONGOSTO. T. M. San Andrés del Congosto. || D. 7. A tres horas al N. de la estacién de Espinosa de Henares. || 7’. G. Calizas cretaceas. || Fapl. Garcia (D. Juan Catalina) en 1893. Se encontré en ella varios huesos y unos coprolitos de hiena. BRIHUEGA. CUEVA DEL PALOMAR. T. M. Argecilla. || D. 7, A 2km. pasa la carretera de Madrid a Zaragoza; dista 9 km. de la estacién de Matilla (linea de Ma- drid a Zaragoza); hay posada. || 7. G. Calizas terciarias. || Fepl. Vilanova: no encontro nada. CUEVA DE LA SOLANA. T. M. Argecilla. || 7. G. Margas terciarias. || Hzp/.. Pefias: tiene objetos prehistéricos. GRUTAS DE LA PENA DE LA Hoz. T. M. Brihuega. || D. 7. Carretera 4 Guadalajara y a Trillo; hay diligencias diarias 4ambos puntos y 4 posadas. || 7. G. Ca- lizas miocenas. || Hzp/. Garcia (D. Juan Catalina). CUEVAS DE Civica. TI. M. Brihuega. || 7. G. Calizas miocenas. || Hzp/. Gomis. LA VIRGEN DE LA PENA. T. M. Brihuega. |! 7. G. Calizas miocenas. || Fvp/. Gomis. 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) CIFUENTES. CUEVA DEL CONVENTO LORADO. 7. M. Carrascosa del Tajo. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. || #vp/. Gomis. CUEVA DEL BEATO. 7. M. Cifuentes. || D. J. Diligencias 4 Trillo ya Guadalajara; hay 3 posadas. || 7’. G. Calizas cretaceas. Las CovaATILLAS. 7. M. Huerta Hernando. || D. 7. Caminos vecinales. || 7’. G. Ca- lizas jurasicas. Las IGLESIAS. 7. M. Huerta Hernando. || 7’. G. Calizas jurasicas. La PENA DEL AGUJERO. 7. M. Huerta Hernando. |] 7. G. Calizas jurasicas. LA MINA. — 7. M. Huerta Pelayo. || D. 7. Caminos vecinales. || 7’. @. Ca- lizas jurasicas. CUEVA DE LOS CASARES. ZT. M. Riba de Saelices. |] D. 7. Caminos vecinales. |! 7. G. Ca- lizas jurasicas. || Hzpl. Gomis. La Sima GRANDE. 7. M. Villanueva de Alcoron. || D. 7. Caminos vecinales; hay 3 posadas. || 7’. @. Calizas jurasicas. || #Hzpl. Garcia (D. Juan Catalina). COGOLLUDO. CAVERNA DE ALPEDRETE. 7. M. Alpedrete. || D. J. Caminos vecinales. || 7. G@. Pizarras? silurianas. loge (65) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 319 CUEVAS DE CABEZA TEJADA. T. M. Muriel. || D. 7. Caminos vecinales. |] 7. G. Calizas cre- taceas. || Hzpl. Castel. CUEVAS DE BONAVAL. 7. M. Retiendas. || D. £. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cretaceas. || Hzpl. Garcia (D. Juan Catalina). CUEVA DEL CHORRILLO. 7. M. Tamajon. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. @. Calizas cretaceas. || “xvp/. Castel, Garcia (D. Juan Catalina). CUEVA DE La VICIOSA. T. M. Tamajon. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE UCEDA. T. M. Uceda. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Caliza? ter- claria miocena. CUEVAS DE VALDEPENAS. 7. M. Valdepefias de la Sierra. || D. 7. Caminos vecinales. || I. G. Calizas cretaceas. || Hzp/. Calderon (8.). MOLINA. SIMA DE LA IGLESIA. T. M. Alcoroches. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas triasicas. CUEVAS DE LOS ALBARES. T. M. Algar. |! D. 7. Caminos vecinales; 4 15 km. de la esta- cidn de Ariza (lineas de Madrid a Zaragoza y de Valladolid 4 Ariza). || 7’. G@. Calizas cretaceas. CuEVA TORNERO. T. M. Checa. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G..Arenisca califera. || Hzpl. Castel. CUEVAS DE CASTILGRIEGOS. LT. M. Checa. || 7. G. Calizas jurasicas ? 320 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66) CUEVAS DE GENITORIS. T. M. Checa. || 7. G. Calizas triasicas ? SUMIDERO DEL CUBILLO. T. M. Checa. || 7. G. Calizas jurasicas? CUEVAS DE CHEQUILLA. T. M. Chequilla. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas triasicas. CUBVAS DE CUEVAS MINADAS. 7. M. Lebrancon. || D. 7. Caminos vecinales. || 7’. G. Calizas jurasicas. CUEVA DEL CABRERO, CUEVA DE LOS GIGANTES. T. M. Terraza. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Conglome- rados calizos triasicos. PASTRANA. PENA DE ALGARGA. T. M., Mllana. |] D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Margas mio- cenas. CUEVAS DE LA PENA DE LOS BARCHES, CUEVAS DE LOS MOROs. 7. M. lilana. || 7. G. Margas miocenas. SIMA DE HUEVa. T. M. Hueva. || D. 7. Carretera de Armuna 4 Tarancon. || T. G. Calizas miocenas. SACEDON. CUEVAS DE LAS ENTREPENAS. 7. M. Aunon. || D. 7. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || T. G. Calizas cretaceas. EL TABAQUE DE La Mora. T. M. Sacedon. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cretaceas? || Hzpl. Garcia (D. Juan Catalina). (67), Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 321 CUEVA DE LA Mora. 7. M. Salmeron. || D. 7. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || 7. G. Calizas margosas miocenas. || Hzpl. Garcia (D. Juan Ca- talina). SIGUENZA. CUEVA DE LA Moza. 7. M. Algora. || D. 7. Caminos vecinales; 4 13 km. de la estacién de Sigiienza (linea de Madrid 4 Zaragoza). || 7. G. Ca- lizas cretaceas. || Hvpl. Fernandez Navarro. CUEVAS DEL Rio. T. M. Jadraque. || D. 7. Estacién en la linea férrea de Ma- drid a Zaragoza. || 7. G. Margas miocenas. CUEVA DE GUARZAL. T. M. Olmedillas. || D. J. A 5 km. de la estacién de Sigiien- za. || 7. G. Calizas jurasicas. GUIPUZCOA. AZPEITIA, CUEVA DE SAN ADRIAN. T. M. Cegama. || D. 7. A 6 km. de la estacién de Otzaurte (linea de Madrid a Irtin); hay 3 posadas. || 7. G@. Calizas infra- cretaceas. CUEVAS DE APASTDOZA. T. M. Cerain. || D. 7. A 9,5 km. de la estacién de Benasain (linea de Madrid 4 Irtin). || 7. @. Calizas cretaceas. CUEVA DE ERCHINA. ZT’. M. Cestona. || D. 7. Diligencias 4 San Sebastian y a Azpei- tia; hay 7 fondas y posada. || 7. G@. Calizas infracretaceas. CUEVAS DEL IZARRAIZ. T. M. Cestona. || 7. G. Calizas cretaceas. ANALES DE HIST. NAT. — XXV. 21 322 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) CUEVA DE ITZIAR. T. M. Deva. || D. 7. Estacion de la nea de Deva 4 Malzaga; carreteras a San Sebastian, Zumarraga y Lequeitio; hay 5 ca- fés, fonda y 12 casas de huéspedes. |] Z. @. Calizas cretaceas. SAN SEBASTIAN. CUEVAS DE LA PENA DE AYA. T. M. Oyarzun. || D. 7. A 4 km. de la estacién de Renteria (linea de Madrid 4 Irtin); hay 4 casas de huéspedes. || 7’. G. Ro- cas graniticas; gcalizas devonianas? CUEVAS DE AITZBITARTE. T. M. Renteria. || D. 7. Estacién de Lezo-Renteria en la linea férrea de Madrid 4 Irin; hay un tranvia desde San Sebastian por Pasajes a Renteria y una fonda. || 7. @. Calizas infra- cretaceas. CUEVA DE URDABURU. T. M. Renteria. || 7’. G. Calizas triasicas. CUEVA DEL CASTILLO. 7. M. San Sebastian. || D. Z. Estacién en la linea de Madrid a Irtn; diligencias para Irtin, Hernani, Bilbao y pueblos de la costa. || T. G. Margas y areniscas cretaceas. CuEVA DE ALCANO. 7. M. San Sebastian. || 7. G. Calizas miocenas. CUEVA DE URNIETA. . F. M. Urnieta. || D. 7. Caminos vecinales; 4 3 km. de la esta- cidn de Hernani (linea de Madrid a Irtn). || 7. G. Calizas infra- cretaceas. TOLOSA. CUEVA DE JRUMENDI. T. M. Anoeta. || D. 7. A 3 km. de la estaciOn de Tolosa (linea de Madrid 4 Irun). || 7. G. Calizas liasicas. 469) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 323 CUEVA DE ZOPITE. T. M. Alquiza. || D. 7. A 7 km. de Tolosa; hay posada. || T. G. Calizas liasicas. MINA DE LOS Moros. fT. M. Cizurquil. {|.D. 7. A.7 km. de Tolosa. || 7. G. Calizas liasicas? CUEVA DE MENDECUTE, CUEVA DE MENDIZUT. T. M. (2). || Z. G. Calizas jurasicas? VERGARA. CAVERNA DE ACATEGUI. T. M. Oniate. || D. 7. A 11 km. de la estacién de Vergara (linea de Bilbao 4 Zumarraga); hay 4 cafés, alquiladores de carruajes y caballerias y 4 fondas. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE ALONA. T. M. Onate. || 7. G. Calizas cretaceas. CAVERNA DE San ELIAS. T. M. Onate. || T. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE GUESALZA. BOQUERON DE GUESALZA. T.M. Onate.||7Z. G. Calizas cretaceas.|| ¥zpl. Gordon en 1893. BOQUERON DE SAN ELIAS. T. M. Onate. |! 7’. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE AITZQUIRRI. T. M. Onate. || 7. G. Calizas cretaceas. || Hxrpl. Gascue, Ro- driguez Ferrer, Adan de Yarza, Vilanova y otros. Se han en- contrado abundantes restos del Ursus spele@us; los frailes domi- nicos del Seminario de Vergara han conseguido formar dos esqueletos completos de oso y de hiena de las cavernas. CUEVA DE SAN VALERIO. 7. M. Mondrag‘én. || D. J. A 8 km. de Vergara (linea de 324 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (70) Bilbao 4 Zumarraga); hay 4 cafés y fonda. || 7. G. Calizas cre— taceas. CUEVA DE GARAGAIZA. 7. M. Mondragon. || 7’. G. Calizas cretaceas. || Hxpl. Zavala (D. Casto). HUELVA. ARACENA. GRUTA DE LA PENA. T. M. Alajar. || D. 7. Carretera de Cortegana 4 Aracena; hay posada. || 7’. G. Calizas del estrato cristalino. CUEVA DE ARACENA. 7. M. Aracena. || D. J. Carreteras de Aracena 4 Ayamonte y de la Venta del Alto 4 Repilado; caminos vecinales 4 Sevilla y Huelva; hay 3 fondas, 4 cafés y 5 posadas. || 7’. G@. Calizas del estrato cristalino. HUESCA. BARBASTBO. CUEVA DE CHIMIACAS. T. M. Alquézar. || D. 7. A 14 km. de la estacién de Barbas— tro (linea de Selgua 4 Barbastro); camino carretero a las Cellas (carretera de Huesca a Barbastro). || 7. G. Calizas numuliticas. CUEVA PALOMERA. T. M. Alquézar. || 7. G. Calizas numuliticas. CUEVA DE LA REINA Mora. TL. M. Alquézar. || 7. G. Calizas numuliticas. BENABARRE. CuEVA VIEJA. T. M. Espés. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cre- taceas. (71) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 225 CuEVA FORNAZOS. T. M. Espés. || 7. G. Calizas triasicas. CUEVA DE GABASA. 7. M. Gabasa. || D. 7. A 12 km. de la estacién de Binefar (linea de Barcelona 4 Zaragoza). || 7’. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE LA PENA DE SAN CLEMENTE. T. M. Perarrua. || D. 7. Carretera de Barbastro 4 Francia, por Perarruia y Benasque. || 7’. G. Calizas eocenas. BOLTANA, CUEVA DE LAS BACHELLAS, T. M. Rodellar. || D. 7. Caminos vecinales; hay posada. || T. G. Calizas eocenas. CUEVA DE ANDREBOT. 7. M. Rodellar. || 7. G. Calizas eocenas? ForATS DE MINGOT. 7. M. Sahin. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G@. Calizas de- vonianas. Trd DE Los Moros, CUEVA DE Los Moros. ZT’. M. Sahin. || 7. G. Calizas devonianas. CUEVA DE SaHtn, CuEvA DE PENAS TRENCADAS. T. M. Sahin. || 7’. G. Calizas devonianas. GRUTA DE LA ZORRA. 7’. M. San Juan. || D. 7. Caminos provinciales. || 7. G. Cali- zas numuliticas. CUEVA DE SAN PEDRO. T. M. Seira. || D. 2. Caminos vecinales. || Z. G. Calizas cre- taceas. CUEVA DE EJEA. T. M. Serrate. Valle de Lierp. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretaceas. 326 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ; (72) HUESCA. CUEVA DE CHAVES. 7. M. Panzano. || D. J. Caminos vecinales. || T. G. Calizas. eocenas. CUEVA DE SOLENCIO. T. M. Panzano. || T. G. Calizas eocenas.—#zpl. Mallada. CUEVA DE LAS OVEJAS. T. M. Panzano. || T. G. Calizas eocenas. CUEVA DEL MELIZAR. T. M. Panzano. || T. G. Calizas eocenas. CUEVAS DE FABANA. T. M. Panzano. || T. G. Calizas eocenas. CUEVA DE LA VENTOSA. T. M. Panzano. || T. G. Calizas eocenas? CUEVA DE SAN GINES. T. M. Panzano. || T. G. Calizas eocenas? CUEVA DE LA GRIMA. T. M. Panzano. || T. G. Calizas cretaceas? CUEVA DE SAN COSME. T. M. Panzano. || T. G. Calizas cretaceas? JACA. Los Forats. T. M. Agiiero. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cre- taceas. Las FORATIESES. T. M. Agiiero. || T. G. Calizas cretaceas. (733) Puig.—CcAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 327 CUEVA DE LaS GRALLAS. T. M. Agiiero. || T. G. Calizas miocenas. CUEVA DEL PALOMAR. T. M. Ansé6. || D. Z. Carretera de Ansé a Laspufia; hay 3 ca- fés y 2 posadas. || T. G. Calizas numuliticas. Curva F6RCALA. T. M. Anso. || T. G. Calizas numuliticas. CUEVA DE ESPATO. T. M. Anso. || T. G. Calizas numuliticas. GRUTA DE LA GLORIOSA. T. M. Biescas. || D. 7. Carretera de Jaca 4 Pau (Francia). || T. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE SAN JUAN DE LA PENA, CUEVA DE PANO. T. M. Botaya. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Conglome- rados eocenos. CUEVA DE OROEL, CUEVA DE URUEL. T. M. Jaca. || D. 7. Carretera de Huesca; estacion de la linea de Tardienta 4 Jaca; hay 2 cafés, 2 fondas, 3 casas de huéspe- des y 4 posadas. |j T. G. Conglomerados calizos eocenos. CUEVAS DE LAS GUIXAS. T. M. Villaniua. || D. 7. Carretera de Zaragoza 4 Francia. || T. G. Calizas cretaceas. | Hzpl. Mallada. TAMARITE. Ext ForaT DE PISTOLES. 7. M. Albelda. || D. 7. A 12 km. de la estacién de Binefar (linea de Barcelona 4 Zaragoza). || 7. G. Calizas miocenas, EL CLotT DEL TORRENT. T.M. Alcampel. || D. 7. Caminos de herradura. || Z. G. Cali- zas miocenas. 328 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (74) GRUTA DE LA ALGARETA. 7. M. Estadilla. || D. 7. A 12 km. de Barbastro (linea de Sel- gua a Barbastro); hay establecimiento de aguas minerales. || T. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE LA TENALLETA. T. M. Estadilla. || 7. G. Calizas cretaceas. CUEVA DE San NICOLAS. 7. M. Tamarite de Litera. || D. 7. Carretera de 3. orden de Guell 4 Binefar; diligencias 4 Benabarre y a Binefar; hay 2 cafés, 1 casa de huéspedes y 1 posada. || 7. G. Calizas mio- cenas. JAEN. ALCALA LA REAL. CUEVA DEL AGUA. 7. M. Alcala la Real. || D. 7. Diligencias alternas 4 Jaén, Granada y Priego; carretera de Madrid 4 Granada; hay café, fonda, 2 casas de huéspedes, 6 posadas y observatorio meteo- rolégico. || 7’. G. Calizas jurasicas. CUEVA DE LA PIEDRA DE LUQUE. T. M. Alcala la Real. || 7. G. Calizas jurasicas? CAZORLA. CUEVA DE BRUNEL. T. M. Quesada. || D. 7. Coche diario 4 Peal, Ubeda y Baeza; a5 km. de Cazorla; hay casinos, 2 cafés, casa de huéspedes y 2 posadas. || 7’. G. Calizas cretaceas. JAEN. La CIMBRA DEL COBARRON. T. M. Jaén. || D. 7. Estacién de la linea de Madrid 4 Malaga por Jaén; hay fondas y posadas. || 7’. G. Calizas titdnicas. (75) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 329 MANCHA REAL. CUEVA DE La SIERRA. 7. M. Albanchez. || D. 7. Dista de Mancha Real 11 km. de camino vecinal. || 7’. G. Calizas titdnicas. || Hvp/. Gongora. Se han hallado restos humanos, vasijas de barro y armas de pe- dernal. CUEVA DE LoS Moros. T. M. Bedmar. || D. 7. Caminos vecinales; hay 3 posadas. || 7. G. Calizas cretaceas. MARTOS. CUEVA DE LA PENA. 7. M. Martos. || D. 7. Estacién en la linea de Madrid a Ma- laga por Jaén; diligencias 4 Jaén; hay casinos, 2 cafés, 6 po- sadas y 2 casas de huéspedes. || 7. G. Calizas infracretaceas. CUEVA DEL ToscON. 7. M. Martos? || 7. G. Calizas cuaternarias? ORCERA. SIMA DEL PINAR DEL RISCO. 7. M. Pontones. || D. 7. Caminos vecinales: hay posada. || T. G. Calizas dolomiticas infracretaceas. CUEVA DEL AGUA. 7. M. Pontones. || 7. G. Calizas infracretaceas. (Continuara.) % an wl Ruy + to (ert iY fore Yes 5 ch; J Wi _ es 7 Re ( rae fs ite VLA AO Pe he Hag mit) ei ‘i Ee bsineeanitce isi HAT See \ igi’ ay A ite 2h i ¥ Ly “ hii) 4 ane 5 aia ahaa on ae “aihantoe OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS PUNTOS DE LA TECNICA PARA EL ESTUDIO DE LA CONTRACCION MUSCULAR EN LA RANA, POR D. ENRIQUE PEREZ ZUNIGA. (Sesién del 4 de Marzo de 1896.) Cuando se emplea el método grafico en el estudio de la con- traccién muscular importa muy mucho tener presentes una _ porcién de circunstancias que pueden influir en el trazado grafico 6 miograma, alterando.su forma, amplitud, etc., y haciendo muchas veces errénea su interpretacién por traducir como modalidades de la contraccién misma lo que no es sino producto del modo de actuar los aparatos que se empleen 6 de condiciones organicas andmalas, en que se coloca a los anima- les sujetos 4 la experimentacién. Siempre que se trate de hacer comparables las curvas correspondientes 4 la contraccién mus- cular y de poder sacar partido de este método de investigacion fisioldgica es menester tomar toda suerte de precauciones para evitar influencias extrafias que vengan 4 alterar los resultados y consignar, al publicar las observaciones, todas las condicio— nes experimentales realizadas, por ejemplo: Aparato empleado (midgrafo)—peso tensor—longitud del estilo inscriptor—velo- cidad de la superficie receptora—excitante empleado é inten— sidad del mismo. Condiciones del animal—(especie,—talla,— sexo, etc., etc.) Sdlo asi se podria llegar 4 un acuerdo entre los diversos experimentadores. 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Kstudiando este punto de la fisiologia de la rana y a la vuelta de obtener un numero muy considerable de curvas miogramicas, me ha sido dable advertir algunas causas de modificacién del trazado, unas dependientes de condiciones organicas en que se coloca al animal, como es la ligadura de un miembro, la posicién, la sangria previa, etc., etc., y otras achacables a los distintos aparatos que se utilizan para dicho fin. Senalaré las principales, no consignadas, que yo sepa, por ningun autor. 1. ILnfluencia de la ligadura de una de las patas de la rana.— Entre los varios medios aplicables al estudio de la contraccién muscular sabese que uno de ellos consiste en hacer actuar substancias diversas que modifican de un modo 6 de otro la curva miogramica. Y nada mejor que obtener dos curvas simultaneas de los gemelos de ambas patas, colocandolas en idénticas condiciones experimentales salvo el que sobre uno se haga actuar el veneno 6 substancia modificadora y sobre el otro no; para esto es bien sabido que se apela entre otros medios a la ligadura de una de las patas. Inyectando en el saco dorsal de la rana una disolucién de la substancia que se va a ensayar, esta por absorcidén y con el torrente circulatorio llega al gemelo de un lado, pero no al correspondiente a la pata ligada. Pues, bien, el mero hecho de la ligadura cuyos vasos se hallan obstruidos, hace cambiar por completo la forma de la curva obtenida y por consiguiente deja de ser comparable con la curva de la pata envenenada. Hé aqui algunas observaciones que lo comprueban, tomadas de mi coleccién de estudios graficos hechos en el Laboratorio de Fisiologia de la Facultad de Medicina de Madrid. Observacion nim. 7. (Hoja nim. 51.)\—Condiciones: Midgrafo doble de Marey.—Velocidad del cilindro registrador 40 vueltas por minuto. Rana grande, se liga la pata 4 ambos. Excitacién de nervios ciaticos por redforos bifurcados procedentes de la bobina de Ranvier, separacién del carrete inducido 120. Notase una diferencia muy grande entre las curvas: La de la pata ligada se prolonga mucho (semi-contractura); sobre todo al interrumpir la corriente. Como se ve en el trazado el tiempo de contraccion latente no varia. Observaciones 164 y 166. (Hoja nun. 78.)—Condiciones: Velo- cidad del cilindro registrador 6 vueltas por minuto.—Se (3) Pérez Zufliga.—CONTRACCION MUSCULAR EN LA RANA. 333 emplea el-interruptor de ruedas dentadas, de Marey. Las demas condiciones como en observaciones anteriores. Comparese la primera en que todavia no se ha hecho la ligadura con la segunda. Las diferencias se senalan mas al interrumpir la corriente. Desde luego crei que la modificacidn dependia del estanca- miento de sangre en el musculo. Para comprobarlo hice ensa- yos sangrando previamente a la rana, y en efecto, no se pro-- dujo alteracién alguna en la curva, como puede notarse en las Observaciones 179 a@ 183. (Hoja nim. 81.)—Rana mediana. Se la sangra totalmente por el corazon. La sangria sola no produce modificacion apreciable como puede comprobarse por la inspeccién de la curva 179. 2. Influencia de los aparatos empleados.—Modificaciones en los miogramas segun la manera de interrumpir y establecer la corriente eléctrica excitadora.—Es de todos sabido que cuando se emplean las corrientes eléctricas inducidas, es necesario interrumpir el circuito inductor y restablecer alter- nativamente para producir ondas inducidas que provocan la contraccién del musculo con una intensidad mayor en el pri- mer caso, esto es, cuando la corriente se interrumpe, que en el segundo. Para efectuar estas interrupciones hemos hecho uso unas veces del mismo interruptor que lleva el aparatito de induccién de Ranvier; otras de la llave interruptora de mer- curio; otras de la llave de Morse, 6 de la rueda dentada de Marey, etc., y en igualdad de todas las demas circunstancias y segtin el modo de emplear dichos interruptores resultan diferencias en las curvas que es preciso tener presentes. Por ejemplo; levantando con mas 6 menos suavidad la manivela del interruptor del carrete de Ranvier se obtienen trazados como el correspondiente a la observacién 1.614 (hoja num. 198), en la que la separacién fué pronta y enérgica, y el de la obser- vacién 1.615 en que fué suave. Influencia del interruptor de ruedas dentadas de Marey.— Utilizando este aparato pudimos observar diferencias tan nota- bles, que, en apariencia al menos, se llega a invertir por com- pleto aquella ley, antes citada, de la mayor intensidad de la corriente inducida, al concluir que al empezar la inductora. Kjemplo: observacién 431 (hoja nim. 133.) gDe qué depende semejante efecto? Desde luego supuse que dada la manera de 334 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) funcionar el aparato, habria de producirse al caer la palanca (establecerse la corriente 6 cerrarse el circuito), no un contacto unico, sino una serie de repetidos contactos infinitesimales por rebote, digamoslo asi, que inapreciables 4 simple vista, multiplican de un modo extraordinario la accidn de la corriente y falsean por completo el resultado. Para comprobarlo se prac- ticaron una serie de experimentos que confirmaron la inter- pretacién que acabamos de indicar. Observaciones 444, 445 y 447. (Hoja nim. 135.)—Condiciones: Rana de tamano mediano.—Velocidad del cilindro 6 vueltas por minuto.—Separacién de las bobinas 120.—Excitacién de los ciaticos. Primeramente se hacen las interrupciones con el interruptor de la bobina y la curva (444) expresa la ley consabida; es mas alta al ¢ que al e. Interpdnese luego la rueda dentada y se observa (445) la inversion del fendmeno, mas alta al e que al 7. Lo mismo ocurre haciendo caer la palanca desde cierta altura, mas no asi cuando haciendo 4 mano las interrupciones y los contactos se comprime lgeramente la palanca para cerrar el circuito, evitando asi la produccién de los rebotes segtin se observa en 447. Claro esta que el efecto sera tanto mas marcado cuanto mayor sea la altura de que caiga la palanca, pues las oscilaciones resultantes del choque seran mas numerosas y amplias, lo cual se comprueba haciendo que dicha altura vaya siendo cada vez menor hasta que llegue un momento en que desaparezca esa influencia, como acontece en la observacién 454 (hoja num. 136), en la cual se produjo la caida de la palanca retirando con cuidado un pedacito de papel-tela entre los dos puntos de contacto. En el momento en que la altura se hizo mayor (interposicién de una cartulina), observacion 456, se volvié 4 producir el fendmeno. Todos estos ensayos fueron repetidos, con igual resultado, aplicando directamente a los gemelos la excitacién, ejem- plo 457 (hoja num. 137). ; Por si estas pruebas no eran suficientes, instituimos una serie de experimentos valiéndonos de la seal eléctrica de M. Desprez, haciéndose patente la causa eficiente del fend- meno. (Hoja num. 180), observaciones de 1.265 a 1. 273. a ae diciones: Rueda con 15 clavillos. (5) Pérez Zufiga.—CONTRACCION MUSCULAR EN LA RANA. 335 Rueda sola............. Observacién 1.265 Velocidad =1..) — conl1 plomo...... _ 1.266 — con2 — ...... _ 1,267 Rueda sola............. Observacioén 1.268 Velocidad —6.. — conl plomo....... —_— 1.269 — con2 — ...... — 1.270 Rueda sola............- Observacién 1.271 Velocidad= 40.’ — con1plomo....... _— 1.272 — CON 2). = ..... : — 1.273 Como se puede notar en las graficas, cuando la velocidad es de 6 vueltas por minuto y mucho mas cuando es de 40, existen 465 ondulaciones al efectuarse el contacto, lo que indica que este contacto, al parecer wnico, es en realidad multiple; y el no producirse con la velocidad minima es consecuencia de que siendo menor la energia los rebotes han de ser menos nume- rosos é intensos, de igual modo que aumentando el peso, aun- que las velocidades sean de 6 y de 4 vueltas por minuto. Por ultimo, existe una influencia combinada del modo de producir las interrupciones y las resistencias interpuestas en el circuito. Introdujimos la bobina de Ranvier y las ondula- ciones producidas por la rueda dentada de Marey 4 que nos acabamos de referir desaparecieron completamente. Véase la observacion 1.625 (hoja nim. 199). Lo mismo se consigue con resistencias mucho mas pequenas. Haciendo uso de la caja de resistencias de Gaiffe. Sdlo la resistencia minima propia del aparato bast6 a producir el resultado, observacién 1.630’. Com- parense con la 1.635’ en que se suprimidé totalmente la caja de resistencias. Otra cosa se observa en estos trazados, a saber: que la forma de los mismos cambia también y conforme se puede notar en las observaciones 1.336’ y siguientes, su altura va disminuyendo hasta llegar 4 desaparecer por completo en la 1.641’. De todo lo expuesto se desprende la mucha cautela con que hay que proceder cuando se trata de experimentacién fisiolo- gica. Son tantas las causas de error que pueden falsear los resultados, que nunca serén bastantes todas las precauciones que hemos de tomar para poder mas tarde interpretar recta- mente los trazados y sacar consecuencias de algun valor cien- tifico. OBSERVACIONES RECOGIDAS SOBRE LAS CIRCUNVOLUCIONES CBREBRALES DEL CRRDO DOMESTICO POR ee a ee A ee (Sesion del 2 de Diciembre de 1896.) Estudiando la morfologia macroscépica del encéfalo en los vertebrados y examinando con este objeto un numero consi- derable de peces, anfibios, reptiles, aves y mamiferos (1), ha llamado mi atencidn la disposicién, compleja en cierto modo, que ofrecen las circunvoluciones cerebrales del cerdo, sobre todo si se consideran desde el punto de vista de la inferioridad intelectiva del citado mamifero y del lugar que éste ocupa en la escala zoologica. No se me oculta que hay mucho escrito sobre el encéfalo de los mamiferos. El profesor Ch. Debierre y el Dr. Bole han es- tudiado en el Laboratorio anatémico de la Facultad de Medi- cina de Lille un gran numero de cerebros de perro, zorro, turén y gato (2). También tengo noticia de los trabajos que sobre este y otros asuntos analogos tienen publicados Broca, Schwalve, Giacomini, Zuckerkand, Trolard, Guldberg, Ebersta- ller, Cunningham y otros muchos distinguidos anatomistas y (1) La mayor parte de estas observaciones confirman las de Gegenbaur, Wie- dersheim, Vogt y demas tratadistas cldsicos contempordineos de Anatomia compa- rada. Algunas, sin embargo, por no estar de acuerdo con las citadas, las destino 4 la publicidad. (2) Essai sur la Morphologie comparée des circunvolutions cérébrales de quelques ecarnassiers.—/Jowrnal de l’ Anatomie et de la Physiologie.—Novemb. et Decemb., 1893.) ANALUS DE HIST. NAT.—XXV. 22 338 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) antropologos; pero no conozco ninguna tesis especial sobre las circunvoluciones del cerdo y de la cabra, sino sdélo algunos datos incompletos dispersos en otras publicaciones no mono— eraficas, como son todos los que se consignan en los tratados. elementales 6 magistrales de Zoologia 6 Anatomia comparada que circulan entre nosotros. Estos conocimientos los considero. fundados todos ellosen los trabajos de Huschke (1), Gratiolet (2), Waener (3) y Paasch (4); quiza por ignorancia de algunas len— g@uas extranjeras 6 por deficiencia de mis recursos, yo des— conozco alguna publicacion de indole especial sobre el asunto- que ha de ocuparme; y este desconocimiento es el que me im- pele a publicar, en primer término, mis observaciones sobre el cerebro del cerdo, teniendo en cuenta, como ya he indicado,. lo chocante que aquél me ha sido dada la colocacién taxo- nomo-zooldgica del citado artiodactilo y las reflexiones a que con tales motivos se prestan las teorlas reinantes en asuntos. filogénicos. Mis observaciones han recaido sobre un considerable nu— mero de ejemplares pertenecientes a cerdos adultos y a em- briones de dos edades distintas, y en la descripcion siguiente: adopto el término medio 6 tipico 4 que pueden referirse todas. ellas (5). HEMISFERIO CEREBRAL DEL CERDO ADULTO. Examinaré sucesivamente lo relativo 4 cada una de sus tres. caras, supero-interna, interna & inferior; me ocuparé luego de: algunos detalles que no hayan podido ser comprendidos en las descripciones indicadas y terminaré senalando la lobuliza— cién y las deducciones que quepa establecer como derivadas. de los datos que he de exponer. a. Cara supero-externa.—Ofrece de alto a bajo, de dentro a (1) Schadel Hirn und Seele. Jena, 1854. (2) Sur les plis cérébraux de l’homme et des primates, Paris, 1854. (8) Vorstudien zu einer wissenschaftlichen. (Morphologie d. Gehirns./ (4) De sulcis et gyris in cerebro simiarum et hominum. Kiliae, 1866. (5) Los ejemplares embrionarios me los facilitaron dos de mis alumnos: los se- hores Granados Ruano y Castroviejo (D. Ramon). (3) Pelaez.—cIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 339 afuera y de delante 4 atras las circunvoluciones y anfractuosi- dades siguientes (fig. 1.* y 2."): Bios a2 | fi : Ya Aa Ys ag SS Vista general superior del encéfalo de un cerdo Cara externa del hemisferio adulto. cerebral derecho. 1.° Unacircunvolucién que, empezando en la extremidad anterior del hemisferio, costea el borde superior de éste, pasa en parte a la cara interna y llega hasta la mitad del mencio- nado borde superior; alli termina continuandose con otra cir- cunvolucién situada inmediatamente por debajo, y forma con ella el labio anterior de una depresién cisuraria de un centi— metro a centimetro y medio de extensién, oblicua hacia ade- lante y abajo y comparable con la cisura de Rolando de los mamiferos superiores. Al continuarse con la circunvolucion 2.", de que hablaré en seguida, constituye un angulo agudo me- nor de 45°, cuyo vértice se prolonga por la cara interna hasta cerca de lo que puede compararse con la cisura sub- frontal. 2.° Por debajo de la precedente y 4 continuacidn de la co- rrespondiente cisura separatoria existe una segunda circunvo- lucién, que empieza también en el extremo anterior del 340 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) hemisferio, unida 4 la primera por un pliegue oblicuo; en se- cuida se dirige, oblicuamente también, ensanchandose de un modo paulatino, hasta la unién del cuarto anterior con los tres cuartos posteriores de la cara externa que nos ocupa, donde ofrece un surco oblicuo que la reduce a la tercera parte de su anchura. Mas arriba y atras se reconstruye en su pri- mitivo diametro transversal y converge con la circunvolucién precedente, para formar el labio anterior de la cisura pseudo- rolandica citada y el angulo de la cara interna, ya descrito. 3.° Por delante del punto en donde es casi interrumpida por adelgazamiento la circunvolucion 2.*, empieza otra que es cortada también, aunque de un modo completo, por el mismo surco que adelgaza 6 amenaza segmentar aquélla; y las dos porciones resultantes quedan unidas a dicha circunvolu- cidn 2.*° mediante anastémosis superficiales independientes y bien ostensibles; después, mas alla del surco interruptor, la circunvolucién que me ocupa, 6 3.* de la serie que reseno, va ensanchandose progresivamente y termina en un abulta- miento libre que forma parte del labio anterior de una nueva y notable cisura. Es ésta oblicua y larga, y existe en la union del tercio posterior con los dos tercios anteriores de la cara externa del hemisferio. 4.° Mas afuera y abajo hay otra circunvolucién que em- pieza también unida a la 2.* por una comisura oblicua hacia arriba, atras y afuera; en seguida que nace, asciende oblicua- mente como la 2.* y la 3.*, y asi que llega 4 la cisura oblicua y larga citada anteriormente, se acoda en angulo recto, forma la parte de labio anterior de aquella que no ha constituido la 3." y se bifurca formando dos circunvoluciones, cuyo tra- yecto, situacién y disposicién recuerdan las dos temporales primeras de los mamiferos superiores; ambas terminan unién- dose en comisura bastante notable para poderla referir a la constitucién de la punta de un pequeno lébulo. 5.° Por detras del punto donde queda dicho que esta si- tuada la cisura pseudo-rolandica y formando el labio posterior de ésta, arrancan dos circunvoluciones, de las cuales la in- terna es muy delgada y termina afilandose en la extremidad posterior del hemisferio para dividirse después en dos peque- nas ramas que se unen en la parte mas declive de dicha ex- tremidad posterior y se continuan con las de la circunvolucién ae (5) Pelaez.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 341 externa y con otra situada en la cara interna del hemisferio. 6.° La circunvolucion infero-externa de la zona situada por detras de la cisura pseudo-rolandica, nace unida 4 la ante- riormente descripta, es mucho mas ancha que ella y engruesa cada vez mas al dirigirse oblicuamente abajo, afuera y atras, paralela 4 lainterna; se bifurca como ésta, y sus dos ramas, ademas de unirse 4 la interna, se unen entre si, se prolongan por la cara inferior y terminan, también uniéndose, a las dos temporales antes citadas. Kn esta ultima parte de su trayecto y ya verdaderamente en la cara inferior del hemisferio, se hacen paralelas 4 las mismas y parecen una 3.* y una 4.” tem- porales. Por fin, el borde antero-externo de la circunvolucién que acabo de describir es el labio superior de la cisura oblicua y larga que citamos como situada en la unidén del tercio pos- terior con los dos anteriores de la cara externa del hemisferio. b. Cara interna. (Fig. 3.")—De delante 4 atras y de arriba a abajo, ofrece: Cara interna del hemisferio cerebral derecho. 1.° La prolongacién ya citada de la circunvolucidn 1.* de la cara externa, que se abulta considerablemente en la extremi- dad anterior del hemisferio. 2.° Una parte de la cisura pseudo-rolandica, separada de la sub-frontal por su comisura correspondiente. 3.° Debajo de estas partes, la cisura sub-frontal, larga, con- tinua hasta mas alla de la zona pseudo-rolandica, rodeando todo el lé6bulo limbico y llegando hasta la cara inferior, donde se termina en un surco que puede interpretarse sin violencia como el representante de aquel que en los mamiferos supe- riores corresponde 4 la eminencia intraventricular denomi- nada por Meckel eminencia colateral del hipocampo 6 pierna de palo, de las antiguas y chistosas nomenclaturas anatiémicas. 342 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) En la referida cisura sub-frontal existen dos pliegues de paso muy superficiales, que por su situaciOn en el tercio anterior le dan el aspecto de doble hoz, tan frecuente en muchos ma- miferos. 4.° Debajo de la cisura subfrontal se ve la circunvolucién calloso-marginal, limbica tt olfatoria, cuya continuacién, con todas las partes del sub-aparato del nervio olfatorio, es bien evidente. 5.° Por debajo hay un surco calloso-marginal indudable, y mas debajo todavia el cuerpo calloso; pero entre éste y la circunvolucién limbica no he encontrado nada que pueda compararse 4 nervios de Lancisi y fasciolas de Giacomini. 6.° Por ultimo, en la cara interna del hemisferio aislado es visible el septum lucidum, y separado éste, la amplia abertura que conduce al ventriculo lateral, en cuyo suelo son aprecia— bles el nucleo caudal, el surco opto-caudal y el talamo 6ptico; sobre éste se ve el trigono adherido al cuerpo calloso solamente al nivel del rodete, lo cual indica que las partes vestigiosas del septum lucidum se prolongan muy atras y quiza se atrofian y destruyen en cierto periodo de la vida. De aqui resulta la existencia en el cerdo de un extenso ventriculo de Berga, y quiza una comunicacidn entre los dos ventriculos laterales en la vida adulta. Nuestras observaciones, sin embargo, no con- sienten todavia tomar como definitiva ninguna de las dos in- dicadas deducciones hipotéticas. Tampoco podemos decir nada de epifisis, hipdfisis y parafisis en el cerdo adulto. ce. Cara inferior. (Fig. 4.°)—En una primera mirada inves- tigadora parece una superficie plana 6 casi plana, en la que no cabria admitir mas que ligeros indicios de lobulizacién; pero observando detenidamente la regién, se aprecian de atras a adelante los detalles siguientes: 1.°. Dos formaciones redondeadas que corresponden a la superficie de seccién del pedunculo cerebral y de la zona sub- Optica. 2.° Por fuera y delante un surco, que es el del hipocampo, y en su fondo la fascia dentata. 3.° Mas por fuera aun se ve un abultamiento continuo ha- cia atras con la circunvolucioén callosa y con las dos ramas de la postero-interna de la cara externa, al unirse con la infero- externa que le es paralela; este abultamiento es indiscutible- (7) Pelaez.— CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 343 mente el representante de la circunvolucién temporal 5.* de los mamiferos superiores; pero en su.parte mas ancha y antero- inferior se contintia con una superficie triangular, que a la vez se continua también con una pequena eminencia no visi- ble en la fig. 4.", y que es la representante del lobulo olfatorio; Fig. 4.3 Encéfalo de cerdo adulto, visto por su region inferior. éste termina en el punto de arranque de la primera circunyo- Jucion descrita en la cara externa, y de ella le separa un surco transversal. d. Cisuras y surcos no citados.— Entre éstos pueden contarse los siguientes: 1.° El correspondiente, por su topografia, a la cisura de Sylvio. El labio inferior de esta cisura se halla constituido por el bulbo olfatorio hacia adelante y adentro; y un poco mas hacia afuera y atras, por su continuacion con la representante del lobulillo del hipocampo. El labio superior lo forman lo mas inferior y anterior de la circunvolucién antero-externa 4.", y lo mas superior de lo que puede interpretarse como tempo- ral 1.*, que al continuarse con la temporal 2.* forma también - 314 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8p una incisura pre-limbica muy acentuada, y abierta en la ci-°* sura que me ocupa. En el fondo de ésta se ve un lobulillo trian- evular, sin diferenciacién circunvolucidnica apreciable, y que, como se comprendera, es el representante del l6bulo insular. Hacia delante, la cisura silviana se bifurca en dos pequenas. ramas que remedan la disposicién de las correspondientes del hombre: una es vertical posterior y a su nivel se deprime lige- ramente la corteza cerebral; esta depresidn corresponde al mismo nivel en que se continuan las dos primeras tempora— les; la otra es horizontal, transversa U oblicua, y se confunde unas veces con el Himite anterior del lébulo olfatorio, y otras veces avanza distintamente mas alla de dicho limite, por pleno territorio cértico-frontal. Por fin, por detras se continua con la cisura limbica y con la rama larga que corresponde al codo del dobladillo; razén por la cual puede terminarse diciendo que la cisura silviana en el cerdo es bifida hacia adelante y hacia atras, y que la bifidez anterior es mucho mas pequena. que la posterior. 2.° En la regidn frontal existen tres surcos de segundo or— den, antero-posteriores 6 ligeramente oblicuos, superior, me- dio é inferior; de ellos, los dos ultimos se abren en la cisura larga y oblicua de la cara externa del hemisferio. 3.° Confundido en parte con los surcos frontales dichos, existe otro mas profundo y oblicuo, que es el que segmenta las dos primeras circunvoluciones descritas. 4.° Hxisten ademas el interparietal y los cuatro temporales-. perfectamente distintos; de estos ¢! empieza por arriba, donde, la que podemos suponer como F"', se continua con 7" y 7; ¢ es continuo con el surco largo y oblicuo 6 fronto-parietal de la cara externa; /? se contintia con lo que podemos interpretar como ¢. parietal 2.*, segtin diremos ahora; y, por ultimo, ¢', alojado en el espesor de la supuesta c¢. parietal 2.*, viene a continuarse directamente, aunque con Cierta oblicuidad, con la cisura limbica, que si esta separada de dicho surco es sélo en la profundidad. ..° También hay los tres surcos que resultan de la doble bifurcacion de las circunvoluciones existentes por detras de la zona pseudo-rolandica. 6.° Por fin existen también algunos surcos de tercer orden, pero de escasa importancia. (9) Pelaez.— CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 345 e. Lobulizacion.— De cuanto llevo expuesto resulta que son perfectamente distintos en el cerebro del cerdo adulto los lébu- los frontal, parietal, temporal y imbico, y estan apenas bos— quejados el occipital y el insular. El lobulo frontal tiene cuatro circunvoluciones independien- tes, de las cuales, contadas con arreglo a la nomenclatura de Broca, la 3.* 6 #3 esta dividida por completo en dos porciones, una anterior menor y otra posterior mayor; F? casi llega a di- vidirse también al nivel del mismo punto en donde esta divi- dida 7%; #! tiene una porcidn interna bastante notable en ex- tension; y # es la mas larga é interesante de todas. Ninguna de ellas aparece diferenciada en la cara inferior; las dos supe- riores parecen pertenecer a un sistema distinto por su enlace supero-interno, y por formar parte de la zona pseudo-rolan- dica; las dos inferiores son independientes, fronto-parietales, y en parte representarian lobulillo anterior de lac. parietal 2.* de los mamiferos superiores; el limite posterior del ldbulo es la cisura pseudo-rolandica, y otra, muy notable por su exten- sidn, que separa lo fronto-temporal de lo parietal, y que es lo que he denominado en la descripcion precedente cisura oblicua y larga de la cara externa. Kl lébulo parietal, en su mitad inferior, pertenece en abso- luto a territorio frontal, y en su mitad superior ofrece dos cir- cunvoluciones que tienen mucho parecido en su disposicion con la propia de los mamiferos mas elevados de la escala. Kl /dbulo temporal casi no se separa en nada de la disposi- cidn mas sencilla considerada como tipica en los cuadrumanos y en el hombre. Kl /dbulo limbico es completo, pero 4 él se halla anejo un bulbo olfatorio no tan desarrollado en el cerdo adulto como a priori pudiera suponerse. El /ébulo occipital se dice ordinariamente que no existe, hasta llegar 4 los cuadrumanos, en la escala zooldgica; sin embargo, en el cerdo estan bosquejadas cuatro circunvolucio- nes occipitales, que corresponden evidentemente a la bifurca— cidn de las dos parietales; asi, pues, no existira cisura perpen- dicular interna, ni perpendicular externa, ni lobulillo cunei- forme, ni cisura calcarina, ni lobulo occipital con la forma simia titulada en calota; pero no es menos cierto que existen en bosquejo las cuatro circunvoluciones dichas. 346 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Algo semejante puede decirse del /dbu/o insular, que, aun- que pequeno, y sin tener mas que la forma de un mamelon triangular, existe. * * * Respecto de consideraciones de otra indole que resultan del paralelo que puede establecerse entre el cerebro del cerdo y el de otros mamiferos de jerarquia mucho mas elevada en la es— cala que senalan las taxonomias zooldgicas clasicas, es poco lo que podemos decir, porque nuestras observaciones han re- caido sobre un corto numero de especies; pero desde luego puede asegurarse que el cerebro del cerdo es mucho mas com- plicado qué el del perro y el del gato, entre los carniceros, animales evidentemente mas inteligentes que el cerdo. También podemos afirmar, atendiendo a los estudios de Eberstaller y Gratiolet sobre el cerebro de los cuadrumanos, que hay muchos de éstos cuyas circunvoluciones tienen una disposicidn evidentemente mas sencilla que la que hemos comprobado para el cerdo. Igualmente el cerebro de los ani- males citados, asi como el del castor, el de muchos titis y algunos otros de animales de los mismos grupos 6 de otros proximos, son inferiores en organizacion circunvolucidénica al cerebro del asno, el del buey, el del carnero y aun el de mu- chos cetaceos. Esto indica, no solo que no es indicio de superioridad inte- lectual la mayor complexidad de la plegadura cerebral, sino que tampoco lo es, aunque la comparacion se establezca entre animales de la misma talla 6 de igual volumen, como se habia venido creyendo. Manouvrier, sin embargo, ha demostrado por medio de pesadas minuciosas, lo mismo en el hombre que en varios animales, que todas las partes del encéfalo no estan igualmente influidas por la talla, el peso 6 el volumen, del organismo a que corresponda el cerebro examinado, y afirma, en vista de sus observaciones, que el ldbulo frontal, 6 sea el territorio considerado como asiento de los fendmenos intelec- tuales y del lenguaje articulado, es relativamente indepen- diente, en su desenvolvimiento, del volumen de la totalidad del cerebro y del volumen de todo el cuerpo. Por nuestra parte, atin afladiremos que el ldbulo frontal del cerdo ofrece circunvoluciones mas complicadas que las del (11) Pelaez.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 347 perro y el gato, razon por la cual la superioridad intelectual de estos animales respecto del cerdo debe atribuirse 4 otra razon distinta de la morfoldgica 6 de las puramente anatomi- cas. Los descubrimientos histoldgicos é hipotesis fisioldgicas del profesor S. Ramon y Cajal, pueden aportar alguna luz a la interpretacidén de los referidos hechos anatémicos; pero no entra por hoy en nuestro propésito mas que el senalar aque- llos, pues nos falta experiencia personal para poder sustentar alguna hipdtesis que explique el dinamismo y condiciones morfolégicas de agregacién elemental é histoldgica, en lo relativo al lébulo frontal del cerebro. Il. CEREBRO DE EMBRIONES. De los embriones que hemos examinado unos tentan 65 mi- limetros de longitud y otros 124. Los primeros eran completamente lisencéfalos y en ellos cada hemisferio cerebral estaba reducido a una pequena bolsa ovoide, elipsoide, 6 cuneiforme (fig. 5."). Esta forma se hallaba hgeramente modificada en virtud de cierto aplanamiento de las regiones interna é inferior; pero en cuan- to se refiere a su configuracién exterior, dicha vesicula nada ofrecia de notable en ambos lados. Los segundos (fig. 6.*) ya presentan algunos datos de interés. Carecen, como los anteriores, de cuerpo calloso y de toda clase de comisuras blancas interhemisféricas; pero cada hemisfe- rio ofrece dos regiones distintas: olfatoria y uo olfatoria. La primera tiene un tinte mas blanco y es mas apreciable por la cara inferior que por la cara interna; por delante, y a beneficio de un estrechisimo pediculo, se prolonga forman- Encéfalo de un embrion de cer- do de 65 mm. de longitud , visto por arriba. La gran cisura in- terhemisférica se ha entreabier to para hacer vi- sible el talamen- céfalo. do el bulbo olfatorio que es elipsoideo como en casi todas las especies que hemos examinado. La regién no olfatoria ofrece en la parte media de la cara externa un surco estelar; por 343 » ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) debajo, por fuera y por delante de este, otro longitudinal, y por encima, por dentro y por detras, otro, con una disposicién idéntica 4 la Ultimamente citada, y el cual parece continuarse siquiera sea por una linea corta, imaginaria, con el que se- para toda esta regidn de la olfatoria del hemisferio (fig. 7.*). Bigs 7.2 Fig. 6.2 ES ie ae ‘i ° Hemisferio cerebral de- Vista superior del en- recho del encéfalo re- céfalo de un embrién presentado en la figura de cerdo de 124 mm. de precedente. /, cara ex- longitud. terna; J, cara interna. En la cara interna existe, 4 menos de medio centimetro del borde superior del hemisferio, un surco anteroposterior exten- dido por toda esta regiédn y de una a otra extremidad hemis- férica, aunque interrumpido en un corto trecho hacia la unidn del tercio anterior con los dos tercios pos— teriores; debajo y en la mitad posterior hay otro que le es paralelo y presenta algunas ramificaciones, y todavia otro menos pro- fundo, aunque paralelo al anterior, tan ex- tenso como éste é inferiormente colocado; a los detalles. citados puede anadirse la existencia de algunas incisuras estelares que indican la tendencia a la lobulizacion. Por ultimo, en la cara inferior de la tota- Vista inferior del encé- lidad del cerebro (fig. 8.*) y entre las partes we Teas ess que representan las puntas de los dos lobu- los temporales, queda un espacio de forma tuberculosa con un punto mas obscuro en el centro. En otro, diametralmente opuesto, se ve otra formacién semejante. Es- Fig. 8.4 (18) Pelaez.—_CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 349 tan, pues, bosquejadas: hipdfisis y epifisis. Hay también indi- cios de fimbria, hipocampo y trigono. Respecto de otras partes encefalicas, el proceso morfogénico esta bastante avanzado aun en los embriones mas jOvenes que hemos observado; los tubérculos cuadrigéminos, de aspecto semejante al que ofrecen en el perro adulto, estan los cuatro completamente diferenciados: hemisféricos 6 semiovoideos y mayores, los anteriores, y casi semilunares, complanados de delante 4 atras y mucho mas pequetios, los posteriores. El cerebelo, apenas visible en los embriones mas pequenos. tiene ya en los mayores Iébulo medio y lobulos laterales. ~En los embriones de mas edad se observan otros dos datos de interés: el bulbo aparece doblado sobre si mismo al nivel de su corvadura nucal, pero de tal modo, que una ligera trac- cién deshace la mencionada corvadura, y la médula ofrece un engrosamiento braquial de doble longitud que el crural (1). (1) Las figuras que comprende este trabajo han sido dibujadas, frente 4 las prepa- raciones originales, por el habil dibujante de la Facultad de Medicina de Granada D. Manuel Ruiz Morales. ayy iW) fe Ligh i Ry ta area ‘ nes iss, Hare NUEVAS EXPLORAGIONES AG: YACIMIENTOS PREHISTORICOS BNC VE ASSP RONEN CA °D ES EVELILA,, POR Owl, Cua im tO Ss GAIN oie Poco mas de un ano ha transcurrido desde que vid la luz nuestra Sevilla prehistérica = Vacimientos prehistoricos de la provincia de Sevilla, y sin embargo tenemos ya necesidad de adicionarla, pues los nuevos é interesantes descubrimientos de objetos prehistéricos, hechos en la fértil vega de Carmona, y muy especialmente en los términos municipales del citado pueblo y de Mairena del Alcor, son acreedores 4 que se les de- dique, no una monografia como la presente, sino un estudio concienzudo y extenso en el cual las minuciosas descripciones de los productos del arte y de la industria de las Ultimas razas que en aquellos remotos tiempos ocuparon el suelo de Anda- lucia vayan aderezadas con los textos, que vienen a comple- tarlas, de los gedgrafos é historiadores clasicos que escribieron acerca de los primeros pobladores histéricos de la peninsula ibérica. Y si fecunda é interesante ha de ser siempre tal com- paracién, bien A las claras se notan sus ventajas en el caso presente, pues si en el trabajo ya citado logramos entrever la unién que puede establecerse entre la Prehistoria y la Histo- ria de Espana, merced a los hallazgos realizados en el S. y SE. de nuestro territorio, ahora, ante las recientes exploraciones, vemos, con mas claridad aun, el transito de una a otra edad, 352 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) sin abismo alguno que las separe, y que haga, como en otros paises, que, por no conocerse la verdadera extensidn del mis- mo, 4 los restos procedentes de la primera de aquéllas se les atribuya una antigiiedad que realmente no tienen. Como entre nosotros existen, por fortuna, quienes, cual Fernandez y Gonzalez, el R. P. Fita y Costa, sobre todo el pri- mero, dedican su tiempo 4 la fructifera pero penosa labor de concordar los testimonios antropologicos y arqueolégico-pre- histéricos con las mas antiguas memorias histéricas, hemos de limitarnos 4 resenar los descubrimientos, examinando, en primer término, los lugares donde se han llevado 4 cabo, y, después, los numerosos restos encontrados; pues si emprendié- ramos el otro trabajo, cuya conveniencia reconocemos, nos saldrian al paso, de una parte, porcién de dificultades que no venceriamos, y, de otra, seria necesario traer aqui el recuerdo de muchos hallazgos que, juntamente con los que vamos a describir, podrian ser utilizados como base, teniendo datos de varias regiones de la Peninsula, para hacer dicho estudio com- parativo. No quiere decir esto que consideremos de poco inte— rés lo encontrado recientemente en Carmona y Mairena; antes al contrario, de tanto lo creemos, que, como se dira mas ade- lante, gracias a ello pasamos con perfecta continuidad desde los tiempos verdaderamente prehistéricos, revelados hoy por los monumentos y objetos estudiados con anterioridad, a la época romana, de la cual Carmona conserva importantes ves— tigios, como el anfiteatro y la necrdépolis. A 2km. al 0. de Carmona, en terrenos que pertenecen al Exemo. Sr. Conde de Casa-Galindo, y frente al ventorrillo lla- mado de la Cruz del Negro, se encuentra una planicie, en la actualidad plantada de olivos, de figura ovalada, de 125 m. de longitud por 70 de latitud, proximamente, y 465 de altura, de donde procede la mayor parte de los objetos en que hemos de ocuparnos. Con seguridad, las gentes de los alrededores jamas sospecharon que aquel lugar, cuya topografia nada in- dica, era la necrépolis de uno de los pueblos que alla en remo- tos tiempos vivieron en la linea de a/cores, que comienza alli 43) Cafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 353 y que termina en Alcala de Guadaira, pues dicho ¢#mulo no presenta exteriormente ninguna particularidad digna de ser mencionada, apareciendo mas bien como una elevacién ente- ramente natural del terreno. Que ya se tenian noticias de estos enterramientos antes de realizarse su verdadera exploracion en el pasado aio de 1895, es también indudable, pues en la memoria de algunos estaba que, cuando fué construido el ramal de ferrocarril que une a Carmona con la estacién de Guadajoz, en la linea de Sevilla 4 Madrid, ramal que casualmente divide el tumulo en dos partes casi iguales, dada la elevacién de éste, hubo necesidad de abrir por su parte central un paso 6 trinchera, y que, al prac- ticar tales obras, habian aparecido varias anforas y otros obje- tos, cuyo paradero se ignora. Hecho el corte, quedaron a la vista en la parte mas alta de ambas caras, esto es, a muy poca distancia de la superficie de la meseta, unos espacios circula- res, completamente llenos de tierra de distinta clase que la que los rodea y muy mezclada con carbon, por lo cual los em- pleados en la reparacién de la via y otras personas de las in- mediaciones conocian dichos huecos con el nombre de carbo- neras, cuando, en realidad, no eran mas que quince 6 veinte sepulturas que habian sido cortadas verticalmente al hacer el desmonte. El recuerdo de los primeros hallazgos y la existencia de las carboneras motivaron que concibiera fundadas esperanzas acer- ca de lo que alli pudiera descubrirse el Sr. D. Rafael Pérez y Gonzalez, vecino de Carmona, diligente investigador de las antigtiedades prehistéricas, y cuyo nombre ha pasado en si- lencio, injusta aunque involuntariamente, para cuantos he- mos hablado de los yacimientos de #7 Acebuchal, Hl Judio y otros, explorados por D. Juan Pelaez desde el ano 1891 al 1894, a pesar de haber tomado el Sr. Pérez parte activa en estos tra- bajos y de realizar él por su cuenta algunos mas. Guiado por tales sospechas, hizo ligeras excavaciones en el lugar de las tumbas, y comprendié la importancia de aquella estacion, pues nunca dejé de encontrar restos en abundancia y de tipo distinto de lo conocido hasta el dia; en vista de lo cual se dis— puso a practicar un reconocimiento mas minucioso de aque- llas sepulturas, cosa que llevé a cabo en los primeros meses del pasado afio, segun hemos dicho. De la importancia de lo ANALES DE HIST. NAT.— XXV. 23 304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4y descubierto el lector juzgara ; nos limitamos 4 manifestar que mucha mayor sera la que adquiera el yacimiento, si, de un lado, el propietario del terreno, y, de otro, alguna persona de las que se ocupan en estos trabajos, deciden-explorar por com- pleto toda la meseta, pues, en realidad, hasta hoy sdlo han sido practicadas las bisquedas en las paredes laterales del desmonte y no en el resto de la planicie, que debe de estar también llena de enterramientos. A juzgar por las observaciones que hicimos sobre el terreno, la construccién de la sepultura y el entierro del cadaver veri- ficarianse del siguiente modo: en la roca terciaria (a/cor), a medio metro de la superficie, formaban una cavidad de figura ovoide, de 0,75 m. de diametro en su parte central y de 1,20 de altura (fig. 1), en el fondo de la cual esparcian gran can- tidad de carbon, al parecer de encina (1); el cadaver era colo— Mies, tii g Y G Y Fig. 1. cado en cuclillas, pues en otra posicién no cabria en la tumba, sobre el combustible, y 4 su lado las armas, vajilla, objetos de adorno, candiles y otros utensilios, que sufrian la cremacion, seguin puede notarse al examinarlos, a la vez que el cuerpo del difunto; las cenizas eran recogidas cuidadosamente cuando (1) No podemos afirmarlo, pues Marshall Ward, profesor extranjero, ha examinado’ varios trozos de carbon, semejantes 4 los de la Cruz del Negro, hallados en el Justum de la necrépolis romana, y no le ha sido posible precisar de qué madera procediesen. (5) Canal.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 355 la hoguera se apagaba, y colocadas luego, por regla general, en urnas cinerarias, que se encuentran, rellenas de tierra arci- llosa muy amarillenta, en la parte central de la cavidad; enci- ma de todo esto hallanse a las veces huesos de animales sin calcinar, lo que demuestra la existencia de sacrificios U ofren- das; después echaban tierra hasta cubrir en su totalidad el hueco abierto poco antes, y terminaba la ceremonia, sin que, de seguro, alos que a ella concurrian les viniera 4 la mente la idea de que aquel lugar, tenido desde entonces por sagrado, habia de sufrir profanaciones sin cuento por parte de los que reconstruyen el pasado de nuestra historia. Los objetos que proceden de la necropolis de la Cruz del Negro se hallan casi todos actualmente en poder del citado Sr. Pérez, y algunos en el de D. José Vega, quien ha descu- bierto varias tumbas de las que alli existen. Llama muy espe- cialmente la atencién el caracter propio que el mobiliar fune- rario ofrece, visto en conjunto. No es la reunidn de toscas pun- tas de piedra, de osamentas humanas sin calcinar y de otros restos de grandes animales, caracteristica de los mas antiguos yacimientos prehistoricos, ni aun la de instrumentos de piedra perfectamente pulimentados, 6 de grandes hachas de cobre 6 bronce, que si indican un adelanto en la industria, muestran a la vez la persistencia de una vida de trabajo y de lucha, para la que eran necesarios los tales utensilios. Lo recogido ultimamente revela el pasado de un pueblo que moraba con tranquilidad en aquellas colinas y cuyo ejercicio habitual no era la guerra, pues apenas se han encontrado armas ofensivas ni defensivas; que atendia preferentemente a las exigencias del espiritu, y que daba fijeza a sus ideas, representandolas en la forma que podia, que no por otra cosa que por representa— ciones de los actos que el hombre realiza debemos tomar las placas de hueso y las de pasta en que aparecen grabados dis— tintos animales y vegetales. Damos comienzo a la descripcidn de lo hallado en el yaci- miento que ahora estudiamos, haciendo notar la ausencia de toda clase de instrumentos de piedra. Cualquiera creeria que el uso de los metales, que ya venian desde antiguo siendo utilizados por los habitantes de la vega de Carmona, hubo de desterrar el del silex, roca de la cual ningtin utensilio queda en estas sepulturas; mas no fué esto asi, seguin veremos luego. 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Si hemos de ser logicos, hablaremos en primer término de las vasijas 6 urnas cinerarias, y despues de los objetos que encerraban. El Sr. Pérez guarda en su coleccioén seis de aqué- llas en perfecto estado y fragmentos de quince 6 veinte. Ta- les cantaros (figuras 2 y 3) tienen la particularidad de estar ee 7 i Fig. 2. Fig. 3. pintados, en su exterior, a franjas, paralelas a4 la base de los mismos, rojas y amarillas, alternando, y separadas las unas de las otras por una linea negra: en aleunos apenas quedan res- tos de esta decoracién, pero en otros pueden verse claramente. Las dimensiones varian; el representado en la fig. 3 tiene 0,30 m. de altura por 0,20 de diametro en su parte mas ancha, y el de la fig. 2, 0,22 por 0,20 m.; hay, sin embargo, uno que mide 0,40 por 0,25, dentro del cual se encontraban los mas valiosos vestigios. No reproducimos los broches de cobre para cinturones, ani- llos, fibulas y agujas, porque son muy semejantes a los que proceden de los tumulos de #7 Acebuchal y del de Don Modesto, ya descritos con toda suerte de detalles (1). Fueron recogidas también varias puntas de flecha (fig. 4); muchos clavos de forma idéntica, por regla general, a la de los conocidos, aun- que con la particularidad de que algunos tienen de cobre sdlo (1) Véase nuestra Sevilla Prehistorica, paginas 78-82. a. (7) Cafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 357 la cabeza, que suele ser semiesférica, y el espigén de hierro; hay, sin embargo, uno que difiere de los restantes (fig. 5); una especie de cincel 6 hacha ‘ pequena (fig. 6), y porcidn de =f a rodajitas que acaso formarian é parte de un collar. Todos estos objetos son de cobre. re Juntamente con ellos, se en- contraban en las sepulturas va- rias cuentas de oro pertenecien- i if | pte tes & cualquier objeto de ador- | no; candiles de barro, de forma ~ « 2 bastante rara, con uno, dos y Fig. 4. Fig. 5. hasta cuatro mecheros (figu- ra 7) (1); fragmentos de platos; otros de huevo de avestruz, habiendo logrado el Sr. Pérez reconstruir uno de éstos casi en su totalidad; porcién de amuletos, dos de los cuales, hechos de una pasta negra, cuya composicién igno- ramos en parte (2), merecen ser estudiados detenidamente; tienen en el anverso, en— tre los dos agujeros que servirian acaso para pasar por ellos una fibra vegetal con que poder colocarselos, el signo que se ve en la figura adjunta (fig. 8), si bien dicho signo no aparece en el otro amuleto con el guidn que en éste le hace semejarse a nuestra A; en el reverso ostentan grecas que corren paralelamente a los bordes, y en el centro, y perpendicularmente 4 las pe de los lados que tienen mas extensién, diez franjitas formadas por finisimas lineas en ziszas. Ks también muy interesante el hallazgo, verificado en (1) El que aqui reproducimos se halla‘en poder de D. José Vega. (2) El Sr. D. Salvador Calderon me comunica que, examinados unos fragmentos que le remiti, resulta que la substancia es indudablemente una arcilla carbonosa, porque se adhiere a la lengua, da la reaccion de la alumina con el nitrato de cobalto y se vuelve blanca por la accion del calor; la descomposicion de la materia orgdnica (carbonosa) es la que hace que las superficies alteradas presenten un color blan- quecino. mr, \ 358 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) estos enterramientos, de dos falos, uno de hueso (0,02 m.) y otro de barro (0,05 m.), pues utilizaremos en gran modo su si@nificacién, asi como la de algunos otros objetos de los ya enumerados, para determinar, hasta donde sea posible, qué gentes eran las que dejaron tales restos y de donde procedian. Pero el grupo verdaderamente notable y que mas llama la atencién es el de las obras de arte, formado por una diadema, dos pei- netas y porcién de fragmentos de otros ador- nos. La diadema estaba dentro de una de las anforas, con las cenizas de una joven, a juz- gar por los dientes y demas restos de la osa— menta que resistieron la accién del fuego, siendo logico el suponer, dada la escasez de aquéllas, que adornaria la frente de la que en vida debio de figurar como dama de ele- vada jerarquia; dicha joya, que es algo con- vexa y de pasta como los amuletos, ha podido ser reconstruida en parte (fig. 9), 4 pesar de que cuando fué descubierta se hallaba rota en muchos pedazos. Las peinetas son com- pletamente planas y han de producir admiracién en los que las examinen, por lo correcto del dibujo y la valentia de las (9) Cafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 359 lineas; la que reproducimos aqui (fig. 10) representa un ledn y varias aves, y por el reverso un animal que parece de la fa- milia de los rengiferos; la otra, en uno de los lados, ostenta AZVANAYE ae VaN"%, WNT GANG Wi Ce a. Vala Aa’ @ COOOOO OOOO HTarnrsecesUE UU | PAN: preciosas combinaciones de lineas rectas y en ziszas, y en el opuesto dos rumiantes muy bien dibujados, entre flores de Jotus: ambas estan hechas de dos placas que creemos de hueso. Same NANA Fig. 10. Son también dignos de mencidén algunos trocitos de huevo de avestruz y de concha, en los cuales hay grabados distintos animales, como el toro (figuras 11 y 12). 360 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10y Aqui terminamos la relacién del descubrimiento de la necré- polis de la Cruz del Negro, en la seguridad de que muy pronto tendremos necesidad de ampliar estas notas, pues no ha de pasar mucho tiempo sin que nuevas exploraciones vengan a Suministrar porcién de objetos interesantes para los historia— dores y arquedlogos. Kn la misma linea férrea de Carmona 4 Guadajoz, 44,50 km. de aquella ciudad, junto 4 un olivar de la Mata del Toro, existe otro desmonte parecido al ya descrito, en donde a primera vista hemos reconocido mas de diez sepulturas, si bien los tra- bajos practicados hasta el dia en dicho punto han sido mera- mente superficiales. Muy conveniente seria que a la mayor brevedad se realizase la exploracién de estos enterramientos. El ya citado D. Rafael Pérez y Gonzalez, descubridor del yacimiento de la Cruz del Negro, tiene en su coleccion otros muchos objetos prehistdricos que proceden de #1 Acebuchal, del grupo de sepulturas que existe junto a la mina de la Carne, y de algunas mas que se hallan, por regla general, proximas a Carmona. Como la base del Museo-Pelaez, al que hemos dedicado no pocas paginas (1), son los objetos encontrados en #7 Acebuchal, y los que el Sr. Pérez posee de este punto no difieren de aquée- (1) Sevilla prehistorica, paginas 89-128. (11) CGafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 361 llos, para evitar repeticiones diremos tan sdlo que abundan los instrumentos de silex,—buriles de punta, dardos, puntas de flecha sin entalladuras en los bordes, cuchillos, discos, puntas de flecha con pedinculo, otras con aletas, nucleos, ras- padores, laminas, barrenas 6 punzones, sierras, etc., etc.; muchos fragmentos de platos y vasijas; otros de hueso, con animales grabados; amuletos; hachas de diorita; un instru- mento de piedra, sumamente raro (fig. 13), muy pulimentado, con dos cortes oblicuos en doble bisel, y en cuyo centro hay labra- da una ranura, como la de los martillos, acaso para ser unido a un mango, lo cual lo haria muy semejante a los de hierro que los carniceros usan en la actualidad; dos craneos dolicocéfalos; un ma- xilar inferior algo prognato, y varios huesos largos, entre ellos una tibia, en la cual se nota la huella de una lesidn que debid de ser producida en vida por un lanzazo U otro golpe semejante; varios trozos de minerales de dis- tintos colores, que servirian para tenir las telas, de las que tambien ha recogido algunos pedacitos el Sr. Pérez, y otros muchos utiles, entre los cuales sobresale uno de hueso (fig. 14), que representa una mano en la extremidad mas pequena y una cara en la mayor, con la particularidad de -—~ = = ~~ SH > iY) que esta atravesado por un agujero en su parte central, lo que indica que fué usado como amuleto. En el yacimiento proximo a la mina de la Carne, han sido re- 362 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) cogidas osamentas humanas en abundancia; instrumentos de silex; dos placas de basalto negro taladradas en uno de los angulos; vasijas hechas 4 mano y cocidas alsol; un gran plato de asiento plano, de 0,30 m. de diametro, y algunos restos de menor interés. Luis Reyes descubrié hace poco tiempo un sepulcro prehis- torico en el Campo del Real, junto 4 la huerta denominada Isabela, propiedad de D. Francisco Pérez. Los escasos restos encontrados carecen de importancia. Ademas de los muchos tumulos que existen en los alrededo- res de la antigua Carmo, ya citados en obras, revistas y otras publicaciones, y que aun no han sido abiertos, hay que hacer mencion de los que estan situados en el cerro del Hsparraguero, dentro de la dehesa de la Trinidad, propia del marqués de las Torres de la Pressa; de los de la dehesa de la Higuera, a dere- cha é izquierda del carril Namado de la Motilla, cuyo propie— tario es D. Jorge Gémez; y de otros, entre los que sobresale el conocido con el nombre de /a motilla de Parias, en fincas de D. Lorenzo Dominguez y D. Ramon Gavira. Mile Conocida la importancia que bajo el punto de vista prehis— torico tiene la linea de colinas que se extiende desde Carmona hasta las proximidades de Alcala, pasando por el Viso y Maire- na, no es de extranar el considerable numero de objetos recogi- dos en los alrededores del ultimo de los citados pueblos, objetos que con gran solicitud, y con no menos provecho para la cien- cia guarda el ilustrado vecino D. Felipe Méndez, poseedor de un curioso museo de toda clase de antigiiedades, si bien dedica preferentemente su atencién a las que han de servir de base a nuestro estudio. Aunque, como decimos, tales restos proceden de todo el término de Mairena, hemos, sin embargo, de fijar la atencidn, en primer lugar, en los dos yacimientos mas nota- bles que alli existen, enumerando después los hallazgos ais- lados, siquiera varios de éstos tengan excepcional interés. Muy cerca de Gandul, a 4 km. de Mairena, junto 4 las ruinas de una importante poblacién romana, cuyo nombre es en estos 413) Cafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 363 momentos objeto de discusién entre los eruditos, pero que en tiempo de los arabes recibié el de Bencarrdn, y en el olivar llamado de /a raya, se encuentra un grupo de doce timulos, que acaba de ser explorado por el Sr. Méndez. El mobiliar funera— rio hallado es muy semejante al de #7 Acebuchal en Carmona: cuchillos, puntas y otros utensilios de silex; fragmentos de va- jilla tosca con dibujos ya conocidos, y multitud de restos huma- nos, calcinados la mayor parte. Tambien procede de estas sepul- turas una fi¢urita de piedra (fig. 15) que, a juzgar por su forma y dimensiones, debiéd de ser un idolillo. Los cadaveres aparecieron sin quemar en dos enterramientos, pero en completo es- tado de descomposicion, y a su lado varios montoncitos de piedras redondas , no muy grandes, que semejan cantos rodados. Kn terrenos de esta misma heredad ha sido descubierto otro timulo cuya cons- trucciOn difiere algo de la de los anterio- res. 4 0,50 m. de la superficie del suelo y en un espacio circular se hallaban coloca- das simétricamente siete vasijas (fig. 16), de 0,35 m. de altura, completamente lle- nas de osamentas que sufrieron la crema- cion. Algunas tumbas de las mencionadas pre- sentan evidentes senales de profanacion, lo cual se compa-— dece con las noticias que se conservan acerca de los muchos trabajos que D. Francisco Bruna, asistente de Sevilla hacia los ultimos anos del pa- sado siglo, realizé en aquellos lugares para conseguir buen numero de restos romanos y otros de época anterior, que mand6 tras- ladar al Alcazar de esta ciudad, de donde pasaron con posterioridad al Museo Ar- queologico Provincial. Fig. 16. Cerca de Bencarron, y a la izquierda de la linea férrea de Sevilla 4 Carmona por Alcala, existen varios tumulos mas pequenos que los anteriores, que piensa explo- rar su propietario D. Francisco Pacheco y Nunez de Prado, marques de Gandul. 364 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) El otro yacimiento, digno de ser estudiado detenidamente, es el que se encuentra en el olivar de los toruios de Santa Lucia (1), propiedad del Sr. Méndez, donde han sido abiertos cinco tiimulos, quedando atin diez 6 doce por explorar; uno de éstos alcanza dimensiones considerables (fig. 17). Los terrenos a tials Gai Sete! ASI = conocidos con elnombre de Santa Lucia estan situados a la mitad del camino que une 4 Mairena con el Viso, y en todos ellos ha recogido multitud de vestigios prehistoricos el infati- gable arquedlogo Mr. J. Bonsor, residente en Carmona. De las cinco sepulturas examinadas por los Sres. Méndez y Bonsor, cuatro no ofrecian particularidad alguna en su cons- truccidn ni en lo que encerraban, si se exceptia una, cuya apertura presenciamos, y en la cual fué hallado medio huevo de avestruz, roto en muchos pedazos, con lineas rectas y en Zis- zas de color rojo, en su parte exterior. La otra, que esta un poco separada de las anteriores, parece ser algo mas antigua, pues en ella no se ven huellas de la cremacion y si sdlo los restos de un hombre, que se conservaban en mal estado: el cadaver encontrabase completamente tendido; la cabeza descansaba sobre una piedra circular de 0,25 m. de diametro y 0,06 m. de espesor, & modo de almohada; encima de aqueélla y eutre la tierra que la cubria, fué descubierta otra piedra de 0,23 m. de altura, & primera vista informe, pero que, examinada con mas detencién, representa la figura de un gato (fig. 18), (1) Llaman en la localidad torufos a los timulos prehistoricos, del mismo modo que en Carmona son conocidos con el nombre de motillas, y en otros lugares de Ks- pana con los de mamoas, garitas, etc. (15) Gafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 365 siendo, por tanto, idéntica a las varias existentes en el Museo- Peldez (1); al lado del esqueleto habia unas cuantas hachas de piedra toscamente labradas, un instrumento de forma extrana, de 0,10 m. de longitud y a propdésito para ser unido a un mango (fig. 19), y muchos huesos de otros animales: la dis- posicién interior del tu- mulo consiste, segun pue- de observarse en el ad- junto corte (fig. 20), en una cavidad rectangular abierta en la roca que for- ma el subsuelo, dentro de la cual colocaban el cuer- po del difunto y todos los Fig. 18. Fig. 19. utensilios y ofrendas; des- pués de rellenar con tierra los huecos que quedaban, ponian cincuenta 6 sesenta pefascos 4 manera de tapa, y encima construian el otero que actualmente vemos. Al pié de la colina en donde se encuentra la necrépolis des- Le | Lj jj d Yj Y i ha Fig. 20. cripta hallanse las llamadas cuevas de Santa Lucia, que, en realidad, no son mas que unas oquedades, abiertas acaso por el hombre en lejana fecha, pero en las cuales no se ha reco- (1) Sevilla Prehistorica, pig. 94. 366 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) gido, que sepamos, objeto alguno que proceda de los tiempos prehistoricos. Deciamos antes que en todos aquellos olivares es muy fre- cuente el hallazgo de instrumentos de piedra, segtin hemos podido comprobar sobre el terreno. En el que llaman de/ so- nido, el Sr. Coca, antiguo médico del pueblo, encontré hace aleunos anos un hacha y una piedra para moler granos; ambos objetos estan en el museo de la Sociedad Arqueoldgica de Car- mona. Al lado de este predio hay una vina, en medio de la cual se levanta un enorme penasco de 2,50 m. de altura que los campesinos conocen con el nombre de /@ piedra del gallo, y que, en sentir de varias personas, es un menhir, hipotesis a la cual da fuerza el hecho de haberse recogido a su alrededor objetos de silex. Desde estos lugares, que distan de Mai- rena poco mas de 1 km., hasta la misma entrada del pueblo, toda la linea de a/coves esta sembrada de timulos y de sepul- turas abiertas en la roca; nosotros hemos visto hace muy poco tiempo los restos extraidos de dos de esta ultima clase que fueron descubiertos cn el corral de una casa. Entre las demas antigiiedades prehistoricas que conserva el Sr. Méndez hay algunas que suministran preciosas ense- hanzas para discurrir con seguro pulso acerca de los graves problemas que suscita el estudio de los yacimientos explo- rados en la provincia de Sevilla, y muy especialmente en su parte meridional. Abundan los objetos de piedra, como puntas de flecha; laminas; mas de veinte hachas de diorita, de basalto y de otras materias, presentando la menor de ellas la par- ticularidad de tener un corte en cada extremidad; amule- tos (fig. 21 y 22) (1); un instrumento que semeja un cuchillo de carnicero, provisto de mango labrado en el mismo trozo de roca que la hoja (fig. 23): varios picos, pulimentadores, una piedra para moler granos y ocho martillos del tipo corriente, muy grandes, pues uno de ellos mide 0,39 m. de longitud por 0,18 m. de diametro. (1) El primero fué recogido en la Vega, junto al rio Guadaira, y el segundo ep los alcoves de Carmona. (17) Cafial — YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA, 367 Los instrumentos de metal escasean no poco. De esta clase sdlo posee el Sr. Méndez un hacha, una punta de flecha de 0,08 m. de largo (fig. 24), encontrada al pie de uno de los tumulos de Santa Lucia; un cuchillo de co- bre (fig. 25), que acaso pertenezca a una época posterior, del Viso del Al- cor, y varios clavos, uno de los cuales ofrece de cu- rioso, segun se ha notado ya al ocuparnos de la es- tacidn carmonense, que la cabeza es de cobre y el resto de hierro. La ceramica cuenta con numerosa representacion. Fig. 22. Los muchos fragmentos hoy coleccionados nada de notable tie- nen, pues su ornamentacion es la ordinaria en esta parte dejla Peninsula, y muy especialmente en los yacimientos de Carmo- Fig. 23. Fig. 24. Fig. 2. na. Pero, en cambio, hemos de llamar la atencién hacia una copa de forma elegante (fig. 26), de paredes muy delgadas, y, 3638 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) al parecer, hecha a mano, tnico ejemplar de esta clase que registramos en la parte occidental de Andalucia (1). Tambien merece ser citada especialmente una vasija (fig. 27), de fond¢ Fig. 27. Fig, 28. semiesférico, que, con varios platos y algunos botones 6 cuen- tas de barro (fig. 28), completan la serie de objetos que ha logrado reunir el Sr. Méndez. ri. Si no han de resultar infructiferos los descubrimientos cuya relacion acabamos de hacer, es necesario que, elevandonos a puntos de vista mas generales, notemos la importancia que aquéllos tienen como eslabén que enlaza la cadena de los tiem- pos prehistéricos con la de los historicos; que expongamos las consideraciones que su examen nos ha sugerido acerca del estado en que la poblacién indigena del 8. de Espana se ha- llaba a la llegada de las primeras gentes de procedencia oriental que aqui se establecieron; veamos de qué modo ade- lantaron en el camino de la cultura los habitantes de la vega de Carmona, y, por ultimo, tratemos de fijar en qué tiempo (1) Conviene advertir que el borde superior de la copa esti vuelto hacia dentro, de modo que no pudo ser usada para beber; acaso serviria como joyero, esto es, para colocar dentro de ella algunos objetos de valor que parientes y amigos deposi- taran en la tumba del difunto. (19) Cafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 369 vivieron aquellos hombres cuyos restos estudiamos ahora, para asi contribuir en la medida de nuestras fuerzas 4 la re- construccién de las primeras paginas de la Historia de la peninsula ibérica. Ante todo, no estara de mas el advertir que el unico yaci- miento que ha de suministrarnos preciosas ensenanzas en este respecto es el de la Cruz del Negro, porque los de Mairena y los otros de Carmona pertenecen a un periodo francamente prehistorico y no modifican lo que en otras ocasiones hemos dicho acerca de la prehistoria de la provincia de Sevilla; y, si bien es cierto que en el primero de los mencionados pueblos han sido hallados varios objetos de extraha procedencia, a los cuales daremos oportunamente el valor que tienen, no lo es menos que no se ha descubierto, como en Carmona, una esta- cién que pertenezca a esa época, algo mas proxima a nosotros, en que las pruebas arqueologico-prehistoricas vienen a com- probar lo que de antiguo sabiamos por los testimonios histé- ricos; en una palabra: que pueda ser incluida en los tiempos protohistoricos de Broca. Los tumulos explorados en Mairena del Alcor fueron eri- gidos en su mayor parte durante todo el periodo neolitico; asi se explica el que varios presenten gran tosquedad en su fa- brica y en los instrumentos que encierran, dado que hubieron de transcurrir algunos siglos entre la construccidn de unos y otros. No queremos con esto atribuirles una remota antigte- dad, cosa que sdlo creeran quienes, con un concepto equivo- cado de la Prehistoria, tomen por norma 6 patron la del centro de Europa, siendo asi que es un conjunto de conocimientos enteramente local que tiene por objeto el estudio de un pe- riodo que en cadaregién suele tener duracién, comienzo y fin distintos. El no encontrarse en Mairena sepulturas con objetos de metal wnica y exclusivamente, no demuestra que los pobladores abandonasen aquellas necrdépolis en los ultimos tiempos de la piedra pulimentada, puesto que algunos utiles, de cobre han sido hallados con los de silex, sino que a los in- digenas les era mucho mas sencilla y econdmica la fabricacion de éstos, y sdlo empleaban aquéllos cuando tenian verdadera necesidad; de modo que el uso de la piedra coexiste en nuestra patria con el del metal, como se prueba por otras razones que no es del caso aducir, hasta muy pocos siglos antes de J.-C., ANALES DE HIST. NAT.—XXY. 24 370 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) quiza en los mismos dias en que las armas romanas penetran en el suelo ibérico. El que pasare la vista por las paginas anteriores no podra menos de preguntarse: si los timulos mas modernos de Mai- rena, como algunos de #/ Acebuchal en Carmona, nos ponen en los albores de la Historia propiamente dicha, a pesar de sus toscas armas y de la rusticidad que en sus constructores nos revelan los restos que dejaron, ~4 qué época hemos de referir el yacimiento de la Cruz del Negro, con su delicada industria y con las muestras de Arte que denotan ingenio, perspicacia y habilidad en sus autores? De dificil solucién parece este pro- blema, que no lo es mas que en la apariencia, pues bien claros y patentes estan los objetos encontrados, que 4 nuestra manera de ver resuelven, sin género aleuno de duda, las dificultades que puedan presentarse acerca de la procedencia del mobiliar funerario, en cuya significacién, importancia y antigiiedad vamos a entrar. «Al ocuparnos del Campo de timulos de #7 A cebuchal,—de- »clamos a otro propdsito (1),—llamamos la atencidn respecto »de las sepulturas existentes entre aquéllos, considerandolas »como hijas de una industria y de un arte extranos 4 la in- »dustria y al arte indigenas. Nos levoé 4 tal conclusién, no »sdlo la distinta construccién de las mismas, comparandola »con la de los tiumulos, sino también los objetos que en- »cerraban.» «No deja de sorprender, en efecto, el hallar grabada la flor »del dotus en algunas de las placas de hueso ya descritas (2), »lo que hace pensar en los medios por virtud de los cuales »llegaron a conocer aquella planta caracteristica, aunque no »propia ni exclusiva del valle del Nilo, los antiguos moradores »de esta region. Si tratando de descubrir el enigma estudiamos »detenidamente cuantos objetos encierra el Museo-Pelaez, he - »mos de fijarnos bien pronto en algunos que parecen resolver, »que quiza resuelven realmente, el problema que se nos pre- »senta, problema cuya solucién acabada en modo alguno as- »piramos a dar. » «Entre los grabados en hueso existe el que hemos desig— ee — — (1) Sevilla Prehistorica, paginas 167-168. (2) Sevilla Prehistérica, pagina 88-93, (21) Cafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 371 »nado con el nombre de la mujer asiria (1), que representa la »cara y la mitad superior del tronco de una mujer con un to- »cado marcadamente oriental y semejante, si no igual, al que »usaban las asirias, Wamado avrabaa. También debemos men- »cionar una placa donde se've la figura de un carnero cuyos »cuernos estan tratados al estilo caldeo (2), y que debe ser »una divinidad; asi como otro fragmento de hueso en donde »se halla grabado un rumiante que parece estar saliendo de »un arco, del cual, si realmente lo es, esta a la vista la mayor » parte (3); un vaso (4), idéntico a los recogidos en Caldea; y »por ultimo, anillos 6 brazaletes de cobre, cubiertos con una »ligera capa de oro», iguales a los que eran fabricados en Egipto y Asiria. Discurriamos después acerca del pueblo que pudo traer a Espana estos productos orientales, concluyendo que, ya que no obedecen exclusivamente al arte egipcio ni al asirio-cal- deo, hubieron de ser importados por gentes de procedencia africana, que, con practicas y ritos tomados de las civilizacio- nes que nacieron, y se desarrollaron y murieron en las orillas del Nilo, del Kufrates y del Tigris, pasaron el Estrecho en dis- tintas ocasiones (5). Los hallazgos de la Cruz del Negro suministran nuevos y poderosos argumentos en pro de nuestra teorla. Examinemos con detencién algunos objetos encontrados en esta necropolis y deduzcamos después las consecuencias oportunas. Los grabados en hueso, concha, pasta y huevo de avestruz son enteramente asirio-caldeos por el modo como estan hechos y por la materia sobre que se hallan. El leén de la peineta que reproduce la figura 10 parece copiado de los que ador- naban los palacios de Koyoundjik y Khorsabad, y algunas de las aves que se ven en otras placas son muy semejantes al avestruz que decora los vestidos de los reyes asirios (6); lo mismo decimos del toro (fig. 12), y de los dibujos que ostenta la diadema (fig. 9), casi iguales 4 algunos de pinturas mu-- (1) Sevilla prehistorica, pag. 1, fig. 81. (2) Ibid., pag. 92, fig. 84. (3) Ibid., pag. 90, fig. 75. (4) Ibid., pag. 97, fig. 89. (5) Sevilla prehistorica, paginas 168-170. (0) Layarp: The monuments of Nineveh, Londres, 1849, pl. 47. 372 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) rales citadas por Perrot y Chipiez (1); en el Museo Briténico se conservan, por ultimo, grabados sobre concha, recogidos en la Baja Caldea, en los cuales se ven las flores de lotus (2) reproducidas de idéntica manera que en Carmona. Y res- pecto de la materia sobre que estan hechos tales grabados baste consignar que fragmentos de marfil, de huevo de aves- truz, de concha y aun de pasta con dibujos varios, han sido encontrados en Asiria (3), en Caldea (4), y en Vulci (Etruria), en la tumba de Polledrara, adonde parece que los llevaron los fenicios (5). No han de ser menos interesantes para el esclarecimiento del punto que ahora tratamos los dos falos, uno de hueso y otro de barro, encontrados en este yacimiento. Muchos anos llevaban los aficionados a los estudios prehistéricos haciendo exploraciones en Europa y América principalmente, y jamais hallaron cosa semejante; mas en el ano de 1894, con motivo de ciertos trabajos practicados en el lago de Constanza, en Suiza, que, como es sabido, esta lleno de restos de habitaciones lacustres (palaffitos), aparecieron algunos objetos prehistéri- cos y entre ellos varias esculturas, de las cuales llamé la atencién en sumo grado una representacién, en madera, del falo, que, en sentir de M. Leiner (6), significa que entre los habitantes de aquellas estaciones recibia culto y estaba divi- nizada la fuerza generatriz, explicando M. Volkov (7) el que estas representaciones falicas no abunden, por la poca consis- tencia de la madera en que, 4 semejanza de la descubierta, debieron de estar hechas para resistir la accién continuada del tiempo. Bien a las claras esta el poco valor que, 4 nuestro juicio, tiene este hallazgo, pues, careciendo como carecemos, de otros datos que puedan venir 4 confirmar las opiniones expuestas, no estara fuera de proposito el pensamiento de que (1) Histoire del Art dans Vantiquite; tomo u, Caldea y Asiria, Paris, 1884, pag. 290, figuras 116 y 117, y pag. 310, fig. 126. (2) Perrot ET Cuiprez: ibid., tomo 11, pag. 670, fig. 32s. (8) Ibid., tomo m1, Meniciu y Chipre, Paris, 1885, pag. 801. (4) Ibid., tomo 11, paginas 669-670. (5) Ibid., tomo 111, piginas 855-856. (6) Bildnereien und Symbole in den Pfahibauten des Bodenseegebietes. Archiv fiir Anthropologie; tomo xxi, Braunschw. , 1894. (7) Sculptures et symboles des stations lacustres dela région du lac de Constance. LT Anthropologie; tomo vi, 1895, paginas 198-199. (28) Cafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 378 puede ser de otra época posterior lo que se reputa prehistorico en este caso, porque no basta el hecho de haber sido extraidos del lago de Constanza muchos restos pertenecientes a tiempos tan remotos para asegurar que el falo alcanza también dicha antigiiedad. En cambio, la existencia de los de Carmona se explica perfectamente; si todo el mobiliar funerario de la Cruz del Negro presenta un caracter marcadamente oriental, hemos de suponer que de Oriente vinieron tales representa- ciones, hipdtesis que encuentra fundamento en los cultos sensualistas de Babilonia, Biblos y Odeypur, que se extendie- ron, en parte, 4 Fenicia, Siria y Cartago (1), lugares en donde fué objeto de verdadero culto la fuerza generatriz. También hicimos mencién de dos amuletos (fig. 8) en los cuales se ve grabado un signo especial, muy semejante a nues- tra A el del primero, y sin el guidn central que esta letra tiene, el del segundo. Desde luego han de ser considerados estos sig- nos, por su figura, como pertenecientes a4 un abecedario, y el primero en que los encontramos es el griego, cuyas letras whoa Y Adpéda, capitales 6 mayulsculas, son iguales a las dibuja- das en los fragmentos de pasta que damos a conocer. Pero teniendo en cuenta que carecemos de noticias acerca de colo- nias griegas que hubieran podido establecerse aqui en los tiempos en que los pobladores de la Vega enterraban a sus muertos en la Cruz del Negro, y no ignorando los origenes del primitivo alfabeto conocido en Grecia, hemos de encontrar estos mMismos signos con muy pocas variantes, y con el mismo valor fonico que la A y Z de nosotros, en el fenicio, é idénti- cos en las inscripciones de antiguas medallas ibéricas (2), y aun en el dialecto turdetano, usado por las tribus del Mediodia de Espana que, con el bastulo-fenicio y el ibérico, forma una de las ramas que Lenormant, en su Hssai sur la propagation de Valphabet phenicien, considera derivadas del alfabeto fenicio. Lo que no aparece tan claro es la significacién que puedan tener estas letras grabadas en los amuletos, 4 pesar de que (1) Véase entre los escritores antiguos 4 Herodoto y Estrabon, y las obras moder- nas de Tiele, Lecky y la espanola de Sales y Ferré, Ystudios de sociologia = Hvolu- cion social y politica, 1.4 parte, Madrid, 1889, paginas 33-49 y 49-51, en los capitulos que dedican 4 las creencias religiosas entre los asirios, caldeos y fenicios. (2) DELGADO: Nuevo método de clasificacion de las medallas auto.omas de Espana. Sevilla, 1871. 374 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) no es el que ahora resenamos el primer descubrimiento de esta clase hecho en el 8. de Europa, pues en Etruria, en el lugar de Vu/ci, ya citado antes, encontraron los exploradores varios pedazos de huevo de avestruz con estas dos marcas (1). Si, pues, nos encontramos en presencia de enterramientos diferentes de los que construia el elemento indigena, y de restos también distintos de los que éste dejaba, nos ha de ser licito el pensar en un pueblo extraho que Hegd a nuestro suelo, que entro en relaciones con los habitantes del mismo, y que, a cambio de los preciados objetos que tenian, les entre- gaba los productos de su muy adelantada industria, a4 la ma- nera que Colén cuando descubriéd el Nuevo Mundo repartia cuentas de vidrio y otras baratijas 4 los de Guanahani, y estos le Hevaban ricos presentes. No de otro modo se explica, en nuestro concepto, el que en algunos tumulos de #7 Acebuchal hayan aparecido dos 6 tres placas de hueso de las que hemos dicho que proceden, a no dudarlo, del Oriente, y el que fuese encontrada en Mairena una copa (fig. 26), cuya forma no se parece a la que los alfareros prehistoricos de esta region daban a Sus vasijas y si a la de alguna de las encontradas en las tumbas de la necropolis de Warka (2), habiéndolos hallado MM. Siret exactamente iguales 4 la nuestra en las concienzu- das exploraciones que hace algunos anos practicaron en el SE. de la Peninsula, antiguo territorio Batistano (3), y que pusie- ron de manifiesto gran numero de objetos, 4 juicio del senor Fernandez y Gonzalez, de indudable procedencia oriental (4). Investigar ahora con toda precisidn qué pueblo fué el esta- blecido aqui, es cosa ya dificil en grado sumo y superior a nuestras fuerzas. Pudieron ser los fenicios, que en todas partes dejaron restos en abundancia, y cuya civilizacion, como mez- cla de todas las orientales, retratada en sus obras, hace que éstas parezcan unas veces egipcias y otras asirio-caldeas, y pudieron ser otras gentes de las muchas que, antes y después de la Negada de los de Tiro, pasaron el estrecho de Gibraltar (1) PERRoT ET CuiPiEz: Hist. de ?Art., tomo m1, paginas 55-856. (2) PErRRoT ET CuipiEz: Hist. del Art., tomo ir, pég. 711, fig. €57. (3) Srrev: Les premiéres dges du métal dans le sud-est de V’ Espagne. Anvers, 1887, album. (4) Primeros pobladores historicos de la peninsula ibérica, paginas 105 y siguien- tes, en la Historia de Espana que en la actualidad publica la Academia. (25) Cafial.— YACIMIENTOS PREHISTORICOS DE SEVILLA. 875 y continuaron viviendo én nuestro suelo. Que esto sucedia en época muy proxima relativamente a la de la entrada de los ejércitos romanos, pruébalo el uso del hierro, que hemos visto, si bien de un modo muy limitado, en Carmona y Mairena, y cuya propagacion coincidié con las luchas habidas en Espana entre fenicios, cartagineses y naturales del pais. ;Lastima grande que las pruebas antropologicas, de las cua- les casi carecemos, a causa de la cremaciodn que sufrieron los cadaveres, no puedan venir a decirnos con toda claridad a qué raza pertenecian aquellos extranjeros, llegados de lejanas tierras, que encuentran a los antiguos pobladores de la vega de Carmona en pleno periodo prehistérico, aunque con una civilizacién muy adelantada, y que acaso abren la serie de colonizaciones que la antigua Iberia ha recibido durante todo el curso de la Historia! Sevilla, 15 Enero 1896. Heit Ua ke i Wath Tomo XXV. Lam.1. An.de la Soc. esp. de Hist. nat. ELL emus, grab. J. Pantel, det. “An. de la Soc. csp de Hist. nat. Tomo XX V. Lam. I] 1 2 AUGITA METEORITO DE MADRID a evi) a la Soc. esp. Ip che Hist. nat. ry TROTLITA An. de la Soc. esp. de Hist. nat. Tomo XX V. Lam. II OLIVINO O LIGOCLASA OLIGOCLASA AUMENTADA METEORITO DE MADRID brag eon i y So. esp de Hi de la So Ait. IE i Ht y yy hint iene MA Bea A Ad tHe rived i arr Anales de la Soc. Esp. de Hist. nat. Tomo XXV. Lam. VI. INCLUSIONES EN LOS CRISTALES DE CUARZO. Sen Sanit rog Tenis 7 ae ~rm * ~ % oh K E ui > et Po en ace eens ets Om ee arene T An. de ja Soc. Esp. de Hist. Nat Tomo XXV. Lam. Vil. 0 N. 51 ra ai 0b 166 L nN°e1 06 172 b a N°198 / i Wi Whe Lis te ; Ny pS Ts SPE TA IRV SAS Becht aee RENAL AEN 8 Cold IEEE ORI LO Cv inae AYER ane en aU Cena | UROL s 78 RAP SS SEAR AE WINN FOR SE EOD a RELL NI NOAM ree EOE NETS REN ae (lowe ena fe ash eo Abe uy An. de Ja Soc.Esp. de Hist. Nat Tomo XXV. Lam. VIII N°133 a NN? 135 N° 136 0D €54 0b 456 N° 137 L 2 b Ze 3D 0b 401 a SSS 0b $038 PF eT ITT Tes ome clane bee 8 An. dela Soc. Esp. de Hist. Nat Wake || ' grin q ~ Pate a AE te tv non aman aad PE entation efits moran es : . eye" ite) Se eS, ‘ as be LEI oopesiat i i ‘ 7 r eS gi eel an oon ‘ Nepealfaey ow © of engeis nen ninsseiyenateg pth wo oy bret ethane Sesh rew rot MEG tice oe Sor 3 = ena fl : . pon mere . F , w , G ; i ere ip at ry NGO ped OE TEN BEM RAN Oe X, en 1809 aR ee rsh oer dali elaet APA sa Ay nd ge ge gti sete Fs ee. » Neetisai aniwrinatervnntqenrenyitel Seve eee): om SER dase ae s" ; aA x ae ‘ pee ai h Paver : Red EL pin, Maer noel SCS 12. tank, GON. ae SSO ee cele * L rs pe > at p pow Vs / att owndene HHH ieee +f se = : : Lea ©) eo = ae td i “ ac AS Fai, Soon ioe alee = ” » et ; e Shes Sie eee a ps Ne ert a) = ictal misennmenanld i 1 » Ro « _ a . ne A Nari, / eres Mente ewe Seda id \ (i eth Reo e tere : , 1 ee : ; aP es ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Sesion del 8 de Enero de 1896. PRESIDENCIA DEL SENOR DON JOSE MARIA SOLANO. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —E]l Sr. D. Marcos Jiménez de la Espada, Presidente de la Sociedad en el afio anterior, con sentidas y elocuentes frases dié gracias por el honor que la Sociedad le habia dispensado al elegirle para el cargo que habia venido desempenando y por la eficaz cooperacion que todos los sefiores socios le habian prestado facilitando su tarea, y al mismo tiempo se congratul6 de la préspera situacién de la Sociedad, que después de vein— ticuatro anos de laboriosa existencia acredita con sus publica- ciones, cdmo ha sabido, con sdélo sus propias fuerzas y sin sub- vencion alguna, cumplir los fines para que fué creada. Acto continuo invité al Sr. Presidente elegido por la Socie- dad para desempefiar este cargo en el corriente ano, 4 que tomase posesién de su cargo, cediéndole la Presidencia de la Sociedad. —E]l Sr. Solano tomé posesién de su cargo y did a la Socie— dad las mas cumplidas gracias por el honor que le hacia al acordarse de su persona para el cargo de Presidente, que aceptaba por el carifio que siempre habia tenido a la Sociedad y por gratitud & los senores socios que le habian honrado con su voto. —Puestas sobre la mesa las publicaciones remitidas como donativo y a cambio, la Sociedad acordo hacer constar su gra- ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXV. ] 2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA titud a los senores donantes, y muy especialmente con res- pecto 4 la donacién de D. Primitivo Artigas, de su interesan- tisimo estudio sobre Los alcornoques y la industria corchera. —Fué admitido como socio numerario D. Marcelo Rivas Mateo, Licenciado en Farmacia, resi- dente en Madrid, propuesto por D. Blas Lazaro é Ibiza. —Se hizo una propuesta de socio. Kl Sr. Vicesecretario did cuenta de una comunicacion del Sr. Director del Museo de la Plata, D. Francisco de Paula Mo- reno, saludando a la Sociedad de Historia natural, ofrecién- dola el envio de las publicaciones de dicho Museo, y rogan- dola acepte el cambio de las mismas, que acogerian con el mayor gusto por ser las de una nacién hermana y por tantos vinculos ligada 4 aquel pais. —KEl Sr. Jiménez de la Espada manifestd a la Sociedad el agrado con que se enteraba de aquella proposicion, que de ser aceptada habia de estrechar las relaciones cientificas de na- ciones tan intimamente unidas por mil lazos y tradiciones, y propuso que 7” continenti se correspondiese a la oferta del se- nor Director del Museo de la Plata, dandole las gracias por las publicaciones cuyo envio anunciaba, y aceptando gustosa la Sociedad el cambio que proponta. —El Sr. Presidente, después de consultar a la Sociedad su conformidad con lo propuesto por el Sr. Jiménez de la Espada, acordé acceder a ello y que constase la satisfacciOn y agrado con que se recibia la proposicion del Sr. Director del Museo de la Plata. —KEl Sr. Lopez de Zuazo, en nombre de la Comisién nombra- da por la Sociedad en la sesidn anterior para dar informe de las cuentas presentadas por el Sr. Tesorero de la misma, did lectura del siguiente dictamen: «Los que suscriben , comisionados por la Sociedad espanola de Historia natural, en la sesién ultima del ano préximo pa- sado, para el examen y comprobacion de las cuentas presen- tadas por el Sr. Tesorero D. Ignacio Bolivar, referentes al ano de 1895, tienen la satisfaccién de manifestar 4 sus consocios que, habiéndolas revisado con detenimiento, las hallan en un DE HISTORIA NATURAL. 3 todo conformes con sus respectivos comprobantes, y acusan un estado satisfactorio de la Sociedad, gracias 4 su buena ad- ministracidn, como lo demuestra la liquidacién total, exis— tiendo un saldo en efectivo a favor de la misma de 588,86 pe- setas y crédito 4 su favor de 3.149,03 pesetas. »Hemos de manifestar que no se ha hecho efectiva la sus— cripcién de 50 ejemplares, que importan 750 pesetas, que tenia el Ministerio de Fomento, en cuyo caso los ingresos hubieran llegado a la cifra del ano anterior, explicandose la diferencia atin sobrante por no haberse repartido en tiempo oportuno el cuaderno 1.°, por causas independientes de la Comisién de publicacion. »Al proponer a la Sociedad la aprobacidn de las cuentas pre- sentadas por su digno Tesorero, pedimos 4 la misma le con- ceda un voto de gracias por su celo en pro de los intereses que tan a satisfaccién de todos administra. »Madrid 8 de Enero de 1896.—Jos& L. pk Zuazo.—Jost Fuser y TuBiA.—MAXIMINO SANZ.» —La Sociedad oyo con agrado el informe de la Comisién, y cumpliendo lo que en él se propone, acordé conceder un voto de gracias al Sr. Tesorero y a toda la Junta Directiva por su gestion en el pasado ano. —E] Sr. Ramon y Cajal dio lectura de la siguiente nota: Sobre la existencia en el papiloma y polipos mucosos de cuerpos semejantes a blastomicetos. «fxaminando varios papilomas mucosos (dos anales y tres de los 6rganos genitales externos de la mujer), hemos hallado en gran abundancia, y en el espesor del dermis, infiltrado de células emigrantes, un gran numero de esferas brillantes, ri- gurosamente contorneadas, hialinas, y dispuestas en grupos que contienen de 2 hasta 10 6 12 individuos. Los mas gruesos de estos cuerpos yacen, por lo comun, extracelulares, alojan- dose ya entre elementos embrionarios, ya entre haces conjun- tivos; los medianos y pequenos, constitutivos de pléyades 6 co- lonias de muchos individuos, residen en el protoplasma de cé- lulas notablemente transformadas y dificilmente reconocibles. Tales esferas faltan por completo en las formaciones epitelia les. La talla es muy variable oscilando entre 2 y 14 u, exis— 4 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA tiendo pléyades en que casi todas las esferas son diminutas, y otras en que dominan las grandes. »Las citadas esferas son, como hemos dicho, absolutamente hialinas y se coloran vivamente por las anilinas basicas, re- chazando las acidas y el carmin y hematoxilina. La tionina la presta una débil tinta azulada. Pero el colorante por excelen- cia de las mismas es la fuchina 6 rojo magenta, con la cual, y usada simplemente en solucién acuosa se obtienen enérgicas impregnaciones. Aun decolorando por completo los ntcleos por el alcohol no pierden los citados corpusculos su tintura roja intensa. Hl proceder de Gram 6 la modificacién de Weigert los tiien también, asi como el método propuesto por Sanfelice para la coloracién de los blastomicetos. Un tenido exclusivo de ellos puede obtenerse de varias maneras: 1.” Tinendo pri- meramente por la hematoxilina y colorando después en fu- china; decolorando suficientemente en alcohol, apareceran los nticleos violados y rojos los parasitos. 2.° Empleando una mez- cla de dos partes de una solucién concentrada de azul de me- tileno B, y una parte de una solucion de fuchina: decolorando en alcohol los nucleos apareceran azules y rojos 6 rojo viola- dos los nicleos. 3.° Tratando los cortes por el método Gram- Weigert, en el cual el carmin dara un tinte rojo a los nucleos y el violado de genciana un color violado a las esferas hiali- nas. 4.° Colorando en una mezcla, compuesta de tres partes de tionina y una de fuchina, en la cual, después de decolorar en alcohol los nucleos se mostraran violados y rojas las esferas a. »Con todos estos métodos se logran buenos resultados; empe- ro, por ser el mas facil y seguro, nosotros preferimos el si- gwuiente, que sirve ademas para obtener espléndidas colo- raciones de la piel y tejidos compuestos de epitelios y transa— conectiva. 1.° Los cortes de piezas induradas en alcohol 6 en sublimado, permaneceran por algunos minutos en una so- lucién concentrada de fuchina. 2.° Lavado rapido de estos cor- tes en agua. 3.° Inmersidn por algunos minutos en una solucién saturada de acido picrico y adicionada de 2,5 dg. por 100 de carmin de Indigo. 4.° Lavado por algunos segundos en una solucioén de acido acético al 2 por 100. 5.° Decoloracién y des- hidratacién en alcohol absoluto. 6.° Aclaramiento en xilol 6 bergamota 6 montaje en balsamo 6 Damar disueltos en xilol. Los fasciculos conjuntivos apareceran azules; los nuicleos ro- DE HISTORIA NATURAL. 5 sados, los epitelios verdosos claros, y las esferas hialinas in- tensamente rojas. Forzando la decoloracién, solamente estos corpusculos conservaran el tinte rojo. »aQué representan semejantes esferas hialinas tan abun- dantes en los papilomas y mixomas? No podemos pronunciar- nos todavia sobre este punto. Es preciso, para que puedan ser estimadas por parasitos, probar su condicién de cuerpos vivos, su cultivabilidad artificial y su poder patégeno en los anima- les, cosas que todavia, por no disponer de tumores frescos, no hemos podido intentar. Es de toda necesidad, ademas, excluir por completo la idea de que son 6 producto de secrecién celu- lar 6 una materia especial hialina recogida en los vasos por células emigrantes (hagamos notar que la fibrina de los exu- dados antiguos se tiie también en rojo vivo por la fuchina y por el método de Weigert). : »En el supuesto que nuestras ulteriores indagacionss nos permitan afirmar la condicién parasitaria de tales cuerpos fuchindfilos, cabria sin esfuerzo asimilarlos 4 los llamados blastomicetos recientemente descritos en el sarcoma por Busse, Sanfelice, Roncali, Frisco y Corselli y Kahané. Quizas repre- sentan una especie 6 raza afine de dichos blastomicetos, 4 los que les aproximarian su gran talla, su forma esférica, su multiplicacién por gemacién y afinidad por el verde de mala- quita y violado de genciana; pero de los que parecen sepa- rarse por su residencia casi exclusivamente conjuntiva, por su disposicién en colonias y por algunos otros detalles. »Las referidas esferas fuchindfilas se encuentran también en otros tumores. En tres casos de sarcoma alveolar, es decir, de tumores sarcomatoides compuestos de actiimulos de cor- pusculos globulosos y pequefios separados por robustos tabi- ques conjuntivos, mostrabanse abundantisimas, residiendo de preferencia en las masas embrionarias. Algunas de ellas yacian dentro de células reducidas, por dilatacién progresiva, a una ténue pelicula envolvente. En algunos parajes, estas esferas fuchindfilas parecian haber suscitado una necrosis y un reblandecimiento de los nidos sarcomatosos. Coloreados por la safranina, ciertas esferas se tehian intensamente en rojo mientras que otras tomaban solamente un matiz amarillo 6 anaranjado claro. Finalmente, los corpusculos embrionarios constitutivos de los focos presentaban los caracteres de leuco- 6 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA citos monocelulares. Esta circunstancia y el formarse tales focos en torno de capilares, nos hacen sospechar que muchos de los Namados sarcomas alveolares, por lo menos los de pe- quenas células a que nosotros aludimos, representan verdade- ros granulomas infecciosos, y no tumores genuinos. »Recientemente, en un tumor mamario extirpado por el Dr. Sanmartin, y en el cual se velan nddulos carcinomatosos entremezclados con fuertes zonas fibrosas, salteadas de focos de infiltracién inflamatoria, las esferas hialinas se mostraban abundantes, pero no en las masas carcinomatosas sino en el tejido fibroso inflamatorio que las circundaba. En el supuesto que tales esferas correspondan a4 los blastomicetos hallados por Busse, Roncali, etc., en el sarcoma y carcinoma, en el caso actual parecian haber causado solamente una infeccion secundaria imprimiendo al tumor caracteres francamente inflamatorios. »Digamos para concluir que nuestras tentativas para hallar los blastomicetos de Busse en el carcinoma, epitelioma y sar- coma genuinos, sin mezclas flegmasicas no han tenido ningun resultado. En nuestro sentir, los parasitos descritos por estos autores representan simplemente, como Jos anunciados en estos ultimos anos por numerosos investigadores, ya degene- raciones intracelulares, ya fendmenos de destruccién nuclear, ya alteraciones producidas por los reactivos. Con lo cual no pretendemos negar la realidad de los blastomicetos del sar- coma, puesto que dichos sabios han logrado, segun parece, cultivar el parasito y provocar con é! efectos patégenos en los animales. Mas como tales blastomicetos no se encuentran en sarcomas genuinos sino en afecciones dudosamente sarcoma- tosas, y como ademas los referidos sabios no han suscitado en los animales por inoculacién de cultivos tumores positivos, sino infecciones inflamatorias de los ganglios, nosotros nos inclinamos a4 creer que Busse, Roncali, Corselli, etc., han ha- llado en realidad el parasito de una afeccién inflamatoria nueva, de un verdadero granuloma infeccioso, confundido hasta aqui con el fibrosarcoma, sarcoma alveolar quizas como el mismo linfoma y que seria preciso apartar del grupo de los tumores para constituir una especie patoldgica con el nombre de dlastomicosis sarcomatosa. »Si ulteriores experiencias nos consienten alejar toda duda DE HISTORIA NATURAL. 7 acerca de la naturaleza parasitaria y del poder patdgeno de aquellos corpusculos semejantes a blastomicetos hallados por nosotros en los papilomas y pdlipos mucosos, cabria conside- rar también el papiloma como una infeccién inflamatoria proliferante, la cual seria preciso desglosar del fibroma 6 mi- xoma, tumores en los que viene siendo englobado por los autores.» —kIl1 Sr. Rivas Mateos did lectura de las siguientes Notas para la Flora Espanola. «Si al conocimiento de las especies espontaneas de una deter- minada regién Namamos Flora, deduccién l6gica y axiomatica es, que si una 6 varias de las partes que componen la region no se halla explorada, no se halla conocida, el todo Flora ha de ser incompleto. Esto es, pues, lo que ocurre con la espa-— hola, pudiéndose afirmar, sin temor a equivocacidn, que todos los libros hasta hoy escritos sobre la Flora Espanola 6 Ibérica no son, ni mas ni menos, que series imperfectas de nuestra rica y hermosa flora. En prueba de lo que decimos, bastenos indicar que Extremadura, uno de los territorios espanoles mas vastos en vegetacién, mas importante, por ser limitrofe a Portugal, aparece, entre la generalidad de los botanicos, su- mida en el mas profundo silencio 6 ignorancia; y en este caso 2como es posible establecer y fijar el limite geografico de las especies?; y an mas, no existiendo entre Espana y Portugal un obstaculo ni climatolégico, ni geoldgico, ni orografico que impida el correrse las especies 4cOmo es posible y con qué datos hemos de responder al hacer indicacién de especies pro- pias de Espana y especies propias de Portugal? A la par que todo esto encierra dentro de si un maximo y reconocido inte- rés, quiza en ninguna como Extremadura pueda observarse con mayor precisién los imites geograficos de las regiones botanicas, su diversidad de terrenos, sus multiples y variados climas, los repentinos y continuados cambios orograficos, cau- sas por las cuales hacen que su flora sea rica en especies y a la par sustente en sus valles y montanas los seres vegetales mas culminantes de la Flora espafiola. »Entre los diversos datos que hemos recogido en nuestras 8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA excursiones por las provincias de Badajoz, Caceres, Avila y Toledo, se encuentran las siguientes: »Mibora Desvauacii Lge.; Agrostis minima Schous.—Hé aqui una especie indicada como propia de sitios humedos en la regidn Septentrional (Galicia), como también en Portugal, segun Schousboé, y es, sin embargo, una planta frecuente en la regién Central de nuestra Peninsula, en donde, ya se la considere como especie 6 como simple forma local de la M. verna, se encuentra perfectamente caracterizada. Valle de Plasencia (Caceres), Gredos (Avila). »Crypsis alopecuroides Schrad.; Cr. macrostachya Brot.; Helea- chloa alopecuroides Host.—Especie indicada por Brotero en las margenes del Duero durante el trayecto portugués. Nosotros la hemos recogido en los arenales del Tajo, Derriscadero, Lance de la Mora (Caceres). »A lopecurus agrestis L.; A. Creticus Wilk.— Esta, que es en efecto una de las especies mas comunes en la regién Central, no es, como dice el Sr. Amo y Mora, nula en Portugal. Ver- dad es que decrece el predominio 4 medida que se acerca la regidn Occidental, pero no tan en absoluto que no pueda verse en la frontera portuguesa. (Rosmaninha, Salvaterra do Ex- tremo.) »Arisarum vulgare Kunth.; Arum Arisarum L.—Segiin dice el Sr. Amo y Mora en su Flora Espafola, t. 1, pag. 393, es una especie muy rara en la regidn Central. En nuestras excursio- nes hemos podido ver esta especie muy abundante en las pro- vincias de Badajoz y Caceres, dehesas boyales de Serradilla, huertas de Abuelo, Santa Catalina, Virgen de la Montana en Caceres, Virgen del Puerto de Plasencia, valle de Plasencia, toda la sierra de Gredos, cordillera Oretana, sierra del Ba- rrao, etc., etc., todas ellas de la regién Central, donde reciben los nombres vulgares de candiles, candilejas y jarrillos. »Arum Italicum Mill.—Especie cuya area la reducen a la zona Meridional y region Oriental de nuestra Peninsula, no encon - trada en la regién Central y Septentrional, dudandose pueda existir en Portugal (Amo y Mora). No es ciertamente esta espe- cie una de las que por su predominio en la regién Central hayamos de colocarla al lado de las caracteristicas, pero no por eso hemos de negar su presencia. En una excursiOn veri- ficada al Valle de Plasencia, en el mes de Julio, pudimos verla DE HISTORIA NATURAL. 9 en flor y muy caracteristica entre unas pizarras de los arroyos venidos de la sierra del Villar y muy proximo al Jerte. Tam- bién la vimos en la misma época entre los castanos de la sie- rra de Hervas (Caceres). ES mas comun en la frontera, y de ésta en los terrenos htiimedos y sombrios del Tajo, Salvaterra do Extremo (Portugal). »Lemna arrhiza L.—Indicada en la Extremadura portuguesa, y como probable en la parte de esta antigua regién correspon- diente hoy 4 nuestro reino (Amo y Mora). La incertidumbre de existir en Espafia puede desaparecer por completo; hemos re- cogido flotando en las aguas del manantial que hay junto a la estacién del ferrocarril de Herreruela (Caceres). » Endymion cernuus Wilk.; Hyacinthus cernuus L.; Scilla cer- nua Hoft.; Agraphis cernua Link.—Vive en la sierra Arrabida, cerca de Coimbra, y en la Beira (Link, Hoffm.). Considérase como especie diferente 6 simple variedad del Hudymion nutans. Nosotros la hemos recogido perfectamente caracterizada en los montes de la Gibe (Aliseda) y en lo alto del tunel de Mira- bel. El Sr. Rivas y Santos la ha recogido en lo alto de la cor- dillera central de San Pablo (Cruz del Caucho). »Sali2 nigricans Smith.—Lange dice haber visto en el her- bario de Schousboé una ramita procedente de Extremadura, poniendo en duda sea de esta especie (M. Laguna, /lor. Hsp., t. 1, pag. 165). Sin haber visto el ejemplar 4 que se refiere Lange, creemos pertenezca 4 la especie en cuestién, por la razon de haberla nosotros recogido en un arroyo proximo a Caceres (Marco), sitios explorados, aunque a la ligera, por Schousboé. En una excursién que verificamos en unidn de mis distinguidos amigos H. Pacheco y M. Montanchez pudi- mos volverla 4 ver en la Virgen de la Montana. Existe en ma- yor abundancia en la orilla del rio Salor (Herreruela), Badajoz (Septentrional, Mérida) y garganta de Serradilla. »Rhododendron ferrugineum L.—Madronera angosta , madro- fera menor; nombres vulgares que a esta rarisima especie dan los pastores que andan por la Sierra de Gredos, sitios donde se encuentran escasos ejemplares de esta especie (Her- manitas). Es, por consecuencia, especie de interés, desde el momento que baja de la regidn Septentrional a la Central (2.311 m.).» —El Sr. Lazaro leyo la siguiente nota: 10 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA «El botanico francés M. Auguste de Coincy, cuya predilec- cién por nuestra flora es conocida por sus anteriores y valiosos trabajos, ha publicado recientemente un nuevo estudio refe— rente a ciertas especias espanolas, trabajo, que ciertamente merece llamar la atencidn de los botanicos, tanto por su nove- dad y valor cientifico, como por las excelentes condiciones de la edicién. »Titulase la nueva publicacién Leloga altera plantarum his- panicarum, y en ella aparecen minuciosamente descritas y comparadas en algunos casos con otras especies afines para fijar bien los caracteres distintivos, las siguientes especies y variedades; Alyssum Amoris Coincy, de Caravaca; Viola co- chieata Coincy, de Alcaraz; Paronychia Rouyana Coincy, de Plasencia; Kuwudmannia sicula var. longiseta del monte Hifac; Valeriana longiflora Wk. de la Sierra de Guara; Lcehium frati- cescens Coincy, de Gobantes; Linaria Gobantesiana Coincy, de Gobantes; Origanum compactum var. Rouyanum, de Cortes; Teucrium floccosum Coincy, de Aranjuez; Phalaris hispanica Coincy, de Aranjuez; Panicum eruciforme var. brevifolium, de Bobadilla; Agrostis castellana var. pilosa, de Chiclana. »Casi todas estas formas son de aquellas que solo una obser- vacidn sagaz y bien aplicada ha podido deslindar bien, sepa- randolas definitivamente de formas congéneres con las cuales pudieran confundirse, y deste trabajo, que al par que el mas dificil, es el que mas se necesita hacer hoy para ir ultimando el conocimiento de la rica flora de la Peninsula Ibérica, se ha consagrado esta vez M. de Coincy con no menos acierto al confeccionar su primera Fcloga. »Las descripciones detalladas y completas que la nueva con- tiene demuestra bien claramente la razén con que suautor ha procedido al escribir como nuevas siete de ellas, igualmente que las cuatro variedades indicadas, y en cuanto ala Valeriana longiflora, aunque dada 4 conocer por Willkomm, debe a la investigacién de M. de Coincy nuevos datos y algun aumento en su area conocida. »Las doce laminas de la Heloga altera, en las que figuran las plantas mencionadas en su conjunto y todos los detalles que pueden contribuir 4 su conocimiento, son de un dibujo per- fecto y tan detenido, que pueden ponerse como ejemplos de dibujos cientificos. Son debidos al trabajo de Mad. Hériucq, DE HISTORIA NATURAL. ll cuya cooperacion ha sido, indudablemente, muy util al autor. »De esperar es que no sera esta la ultima vez que M. de Coin- cy nos dé 4 conocer los frutos de sus exploraciones fitografi- cas en nuestra patria.» —lKl Sr. Martinez y Fernandez (D. Antonio) presentO un es- tudio del género Caloptenus y sus afines (ortdpteros acrididos), en el que describe las especies conocidas, rectificando la sino- nimia de algunas y dando a conocer otras nuevas. Las diag- nosis de estas Ultimas son las siguientes: Euryphymus capensis sp. nov. Pronotum carina media leviter arcuata a sulcis transversis via interrupta, carine lateralis sul- cis transversis luxate; elytra apicem femorum via attingentia; ale disco interno flavescentes ; tuberculum prosternale apicem versus haud angustatum , apice truncato-rotundatum 9. Long. corporis 29"™™"; pron. 6, 8; elytr. 20: femorum post, 16. Loc. Cabo de Buena Esperanza (Col. Bol.). Caloptenspsis Saussurei sp. nov. Ferrugineus; calcare secundo tibiarum posticarum apice pone ungiculam parce producto atgue piloso; tuberculum prosternale cilindricum apice acuminatum. Femora postica intus nigra &. Long. corp. 35™™; pron. 7; elytr. 30; fem. post. 21. Loc. India oriental (Col. Bol.). Caloptenopsis crassiusculus sp. nov. Flavus, pallidus; calcare secundo interiore tibiarum posticarum pone unguiculam haud producto; tuberculum prosternale transversum; intervalum labo- rum mesosternalium transversum; femorum posticorum facies externa haud longitudinaliter nigro-fasciata; ale disco interno 1'0S€0. Long. corp. S 20™™; pron. 4; elytr. 14,5; fem. post. 12. — 026 ; — 6 — 19; — 15. Loc. India oriental (Col. Pantel y Bol.). —Ei Sr. Bolivar presenté la siguiente nota: Accediendo 4 los deseos de nuestro consocio D. Napoleon M. Kheil, de Praga, he estudiado varios ortépteros recogidos por el Sr. Uraz en la cuenca del rio Atalapo, afluente del Amazonas, presentando 4 la Sociedad en la siguiente nota el resultado de este estudio, 6 sea la lista de las especies recolec- tadas y las descripciones de las que creo nuevas. Stratocles forcipatus sp. nov. o Caput supra nigro-nitidum, occipitem versus lineis impressis longitudinalibus tribus. Prono- 12 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA tum nigrum, subleve, linea mediatimpressa, marginibus angus- tissime flavescentibus. Mesonotum nigrum, granuloso-rugosum. Elytra marginem posticum metanott subattingentia, fusco-nigra, margine interno fasciaque media flavescentibus, medio obtuse gibbosa. Ale parte antica fusca, venis longitudinalibus nec non margine antico fiavo-virescentibus, parte postica fusco-nebulosa, basi hyalinis, venis radiantibus fuscis, basi favis. Pectus flavum. Femora fusca, basi carinisque rufo-flavescentibus. Tibie fusce. Tarst subtus dense rufo-villost. Abdomen gracile apice clavatum. Segmentum anale apice semicirculariter sinuatum et fere biden- tatum. Cerci elongati apicem versus intus compresso-subamplia- ti, ante medium biramosi, ramo antico brevi, spiniformi, postico magis elongato, subcylindrico. Long. corporis 47°"; pronoti 3™™; mesonoti 4™™,5; elytrorum 4mm; glarum 30"; femorum ant. 14"; fem. interm. 11™™; fem. post. 14™™, Tiene analogia con el Phasma flavomaculatum Gray, del que difiere como se hace notar en la diagnosis que antecede. Poseo otro ejemplar o” de Cumbase (Pert), recogido por Garlepp, que solo se diferencia por tener el pronoto con granillos ama- rillentos. Aun cuando el mesonoto es horizontal y mas largo que el pronoto, incluyo esta especie en el género Stratocles y no en el Phocylides, porque los restantes caracteres me parecen con- venir mejor al primero de los géneros citados, sobre todo la longitud de los fémures posteriores, que alcanzan casi la ex- tremidad del cuarto seemento abdominal. Pseudophasma auriculatum sp. nov. o”. Colore brunneo-palli- do, fusco-variegatum. Caput fusco-septem-lineatum. Pronotum granulatum fusco-variegatum. Mesonotum granoso-rugulosum, medio sulcatum, lateribus subtuberculatum. Hlytra marginem posticum metanoti haud superantia, postice oblique truncata, angulo postico subrotundato, disco medio lobo magno compresso- elevato atque rotundato formantia; campo interno fusco, venis valde expressis, campo externo pallide-brunneo. Ale parte antica pallide brunnea, fusco-variegata, parte postica pallidissime flava Sere hyalina, margine postico anguste nebuloso, venis radianti- bus pallide ochraceis. Pedes fusco-variegati. Femora apicem ver- sus infuscata, pone medium annulo pallido. Femora 4 posteriora prope apicem distincte compresso-dilatata. Segmenta dorsalia DE HISTORIA NATURAL. 13 abdominis juxta apicem gibbosa. Segmentum anale medio rotun:- datum, lateribus angulatum. Cerci brevi, subcylindrici, intus subindistincte sinuati, apice hebetato. Long. corp. 47™™; pron. 2™™,5; mes. 4™™,5; elytr. 4™™; alar. 32™™; fem. ant. 14™™; interm. 9™™; post. 13™™,5. Pseudophasma a gen. Phasma divert: femoribus quatuor pos- terioribus distincte clavatis, apicem versus compressiusculis atque elevatis, carinis superioribus curvatis et subapproximatis. Phasma Urazi sp. nov. 9. Colore brunneo. Antenne fusce, pone medium, articulis basi pallidis. Caput utrinque fascia lata Susca. Pronotum fusco-varium. Mesonotum ruguloso-scabrum medio sulcatum. Elytra marginem posticum metanoti haud su- perantia, postice oblique truncata atgue subsinuata, angulo pos- tico interno subrotundato, disco medio angulato-producto, supra cinereo-brunnea, extus fusca. Ale parte antica omnino fusca venis angustissime hyalino circundatis, parte postica rubiginosa marginem versus dilute infuscata. Pedes fusco-variegati. Long. corp. 70™™; pron. 3™™,8; mes. 6™™; elyir. 7™™; alar. 48™™; Jem. ant. 18™™; interm. 13™™; post. 17™™. Afine al Ph. necydaloides L., y es quiza la variedad 4 que se refiere Westwood como procedente de Bogota, si bien no dice que tenga las alas de color de orin con todo el borde negruzco formando una banda difusa hacia el interior del ala. Dedicada al Sr. Uraz, viajero y recolector de estas especies en el rio Atalapo. Phasma Kheili sp. nov. 9. Colore badio. Antenne fusco-cin- gulate. Caput nec granulatum nec spinatum, tantum lineis tri- bus subindistinctis fuscis ornatum. Mesonotum medio sulco lev, lateribus appendicibus seriatis subcylindricis nigris, 6 erectis, 7° decumbenti. Hlytra marginem posticum metanoti distincte supe- rantia, ante medium compresso-rotundato-elevata. Ale parte an- tica corpore concolores , parte postica transverse, dense diluteque Jusco-fasciate, prope venas radiantes fusco-tessellate. Femora antica margine superiore tantum compressiuscula sed haud di- latata. Long. corp. 79™™; pron. 5™™; mes. 6™™,5; elytr. 10™™,5; alar. 2mm: fem. ant. 20™™; enterm. 15™™; post. 20™™,5. A pesar de que los élitros son algo mayores que en las espe- cies de este género, puesto que se extienden hasta pasar un poco (2™™) del borde posterior del metanoto, aunque sin llegar 14 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA a la mitad del segemento mediano, incluyo esta especie en el owénero Phasma, porque tiene la cabeza y el protédrax comple- tamente lisos, no espinosos ni granosos, y el mismo metanoto es liso aparte de los curiosos apéndices de que se ha hecho mencién, y de los que alguno esta bifurcado, y el ultimo de cada lado dirigido hacia atras en vez de estar derecho como los otros. Dedicada al distinguido entomdélogo de Praga, nuestro con- socio, Sr. Kheil, 4 quien debo el haber conocido estas especies. Paratettix heteropus sp. nov. 9. Fusco-ferrugineus. Vertice oculo angustiore, medio obtuse carinato. Costa frontali inter an- tennas arcuato-rotundata. Pronoto longe subulato, dorso granu- loso, inter humeros converiusculo, pone eos transverse distinctis- simeque depresso et fusco—bimaculato, carina media lenuissima inter sulcos tectiforms et versus marginem anticum suboblitterata; angulo postico loborum lateralium apice oblique truncato. Ely- tris subacuminatis. Alis caudatis. Femoribus anticis angustis, supra carina integra, subtus medio subsinuata. Femoribus inter- mediis clypeatis, carinis compresso-dilatatis; carina superiort prope apicem sinuato-subundulata, carina inferiori pone medium magis dilatata et ante apicem valde sinuata. Femoribus posticis carinis haud dilatatis, subintegris, superior tantum et fere in- distincte lobata. Tibiis posticis pallide biannulatis, canthis inter spinas minute serrulatis. Articulo primo tarsorum posticorum ceteris unitis haud vel viz longiore; pulvillo tertio duobus pri- mis unilis subeque longo. Valvulis ovipositoris valde serrato- dentatis. Long. corp. 15™™; pron. 14™™; fem. post. 7™™, Proximo al P. Schochit Bol., pero de mayor tamano, con la quilla frontal bastante elevada y arqueada entre las antenas y distintamente sinuada entre los ojos; el dorso del pronoto convexo entre los angulos humerales y distintamente depri- mido después, en cuya parte la quilla media es undulada; el ldbulo lateral del pronoto tiene el Angulo postero-inferior trun- cado-redondeado. Los fémures anteriores no dilatados, estre- chos, con la quilla superior integra y la inferior ligeramente sinuada; los intermedios con las quillas comprimidas y ensan- chadas, la superior menos que la inferior, y ésta mas ancha después del medio, con una gran sinuosidad antes del apice; los fémures posteriores tienen enteras sus quillas pero granu- DE HISTORIA NATURAL. 15 losas, y la superior con dos 6 tres pequenias elevaciones casi imperceptibles. Celopterna Stali Scudd. Mastax nigra Scudd. Orphula jncunda sp. nov. 9. Colore fusco—ferrugineo, supra viride. Antenne distincte ensiformes, capite et pronoto unitis valde breviores. Vertex triangularis, antice fere rotundatus, mar- ginibus obtusis, haud carinulatus; inter oculos subsulcatus. Fo- veolis triangularis, antice prope oculos apertis, incompletis. Frons declivis a latere visa leviter subsinuata; costa inter anten- nas deplanata, angusta, subparallela, ante ocellum subsulcata et clypeum versus ampliata. Pronotum planiusculum, antice truncatum, postice obtusissime angulato-subrotundatum; margine antico ruguloso-punctato; disco prozone sublevi, subcarinato, disco metazone impresso-punctato haud carinato; carinis latera- libus parallelis, pone sulcum transversim oblitteratis, extus fas- cia nigro—fusca ab oculos oriunda apposita. Lobis mesosternt spatio subquadrato sejunctis. Elytra subparallela apicem abdo- minis superantia; campo mediastino bast ampliato; area anali viridt. Ale hyaline apicem versus leviter infumatis; margine antico pone medium vitta opaca angusta. Femora postica fusco- ferruginea; subtus olivacea, area infero-externa obscuriori. Tibie postice fusco-olivacea, spinis apice nigris. Abdomen fusco ferru- gineum. Long. corp. 22°"; pron. 4% 5; elytr. 19™™. Esta especie tiene bastante semejanza con la O. pagana Stal por su tamano y coloracién. La quilla frontal es plana y mas estrecha entre las antenas, pero no al unirse con el tu- bérculo del vertex, el cual es menos anguloso por delante; las quillas laterales del pronoto son paralelas y faltan en la meta- zona, y la quilla media falta 6 apenas quedan de ella vestigios en la prozona; los élitros estan redondeados en el apice y los fémures posteriores son mas anchos en la base, y por tanto sus quillas son mas sinuosas que en aquella especie. Orphula patruelis sp. nov. Colore fusco-ferrugineo. Antenne distincle ensiformes marginem posticum pronoti haud attingen - tes. Vertex triangularis , superne deplanatus ;i foveolis completis, triangularis. Costa frontalis basi valde angusta, apicem versus levissime dilatata atque subsulcata. Pronotum planiusculum, antice truncatum, postice obtuse angulatum, tricarinatum, cari- 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA nis lateralibus antice posticeque divergentibus, linea fusca secan- tibus. Flytra angusta apicem abdominis superantia, apice ro- tundata, pallide ferruginea, fusco-maculata, area analt ferru- ginea, campo mediastino basi ampliato. Ale hyaline apicem versus leviter infumatis, margine antico ad medium vitta opaca angusta. Femoribus posticis punctis adspersis, macula media dorsali nec non area infero-externa fuscis. Tibie postice pallide, Susco variegata, bast annulo-pallido; spinis apice nigris. Abdo- men fusco-varium. Long. corp. 19™™; pron. 4™™; elytr. 16™™,5. Recuerda esta especie la O.. maculipennis Scudd. (S'tenobo- thrus maculipennis Scudd.), pero es algo mas corta y propor- cionalmente mas gruesa, y el surco posterior del pronoto esta situado después del medio, de modo que la metazona es mas corta que la prozona, mientras que en la especie de Scudder son proximamente iguales. Los élitros son proporcionalmente mas cortos y los fémures posteriores mas anchos en la base. Protomachus depressus Stal. Colpolopha obsoleta Serv. Procolpia emarginata Serv. Rhomalea miles Drury.—El ejemplar corresponde a una va- riedad con el dorso del pronoto verde negruzco en la meta- zona, sin manchas; las patas anteriores son también de un verde obscuro con sdlo un pequeno anillo incompleto en la mitad de las tibias y dos fajas amarillas en los fémures pos- teriores. Rhomalea peruviana Pict. et Sauss. Titanacris Velasquezi Nieto.— Un ejemplar notable por su aspecto y tamafio, asi como por la longitud de los élitros; a primera vista se le tomaria mas bien por 7’. Ol/erst Burm.., pero la cresta del pronoto es mas alta y comprimida que en esta especie, y sus lébulos estan separados por escotaduras profundas como en el 7’. Velasquezi Nieto; ademas, los fémures posteriores presentan dos series bien distintas de manchas oli- vaceas como es caracteristico en esta ultima especie. Tropidacris cristata L. Copiocera lepida Gerst. Vilerna rugulosa Stal. — tibialis Gerst. -— geneo-oculata De Geer. DE HISTORIA NATURAL. 17 Xiphiola nov. gen. Corpus compressiusculum. Fastigium verti- cis triangulare, horizontaliter prominulum, acuminatum. Frons valde reclinata, a latere visa sinuata, carine laterales os versus parum divergentes. Costa frontalis angusta, inter antennas com- presso-producta, ante ocellum suhoblitierata. Antenne elongate , ensiformes. Articulus ultimus palporum macillarium depres - siusculus. Pronotum superne planiusculum antice truncatum postice angulato-productum, carina media nulla, sulco postico pone medium sito; lobis deflecis perpendiculariter inserlis , cart- ne@ laterales recte, fere parallele, punctate. Elytra per fecte ex- plicata, angusta, apice rotundato-angulata; area mediastina basi dilatata. Ale elytrorum longitudinis. Tuberculum prosternale gracile, conicum, acuminatum. Metapleure carina obliqua divise postice area triangulari levi formantes. Lobi metasternales 2 fere quam mesosternales remoti, ~ minus remoti. Femora postica crassiuscula basi supra oblique truncata, carinis superioribus serrulatis, area supero-externa scabriuscula, infero-externa lata. Tibie postice teretes, extus 7 intus 9 spinose, spina apicali ex- terna nulla. Tarsorum posticorum articulus secundus articulo primo valde brevior. Lamina supraanali <7 lanceolata, basi sulco medio, carina laterali terminato, apicem versus granuloso sca- bra. Cerci acuminati. Lamina subgenitali breviter conica. Este género viene 4 colocarse 4 continuacién de la seccién Vilerne (Brunner), con la que tiene indudablemente analogia por la forma y direccién del tubérculo del vértice y por las antenas ensiformes, 4 pesar de que los palpos tienen el ultimo artejo algo deprimido. Xiphiola cyanoptera sp. nov. Dilute ochracea, supra foveolato- punctata. Antenne subtus nigro-nitide, medio et ante apicem pallide annulate. Palpi articulo ultimo pallidi. Pronotum pos- tice rectangulum, angulo immo breviter truncato et utringue distincte sinuato. Elytra area mediastina basi, nec non area dis- coidalt fusco-nigris atque nitidiusculis. Alis cyaneis, antice api- ceque fuscescentes. Metaipleure parte postica nigerrime. Femora postica area infero-externa nigro-nitida, supra fasciis duabus obliquis geniculisque fuscis, latere interno nigro quadri-fusciato, area infero- interna b:st plus minusve cerulea. Tibie postice cerulee, basi supra pallescentes et fusco-maculate , spinis plus minusve nigris. Pectus abdominisque basi nigro-nitidis. Long. corp. % 24™™; pron. 5™™,8; elytr. 24™™; fem. post. 15™™,5. ACTAS DE LA SOC. ESP —XKXV. 2 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Long. corp. 2 31™™; pron. 7™™; elytr. 30™™; fem. post. 18™™. Poseia ya esta especie procedente de Cumbase (Pert) y re- cogida por Garlepp. Osmilia violacea Th. Ceraia cornuta Brunn. 9. Long. corp. 25™™; pron. 6™™,5; elytr. 40™™; Lat. elytr. medio SHE: LONG. fem. Posts Lone 0vIse. Ale. Esta especie es notable por el aspecto particular que ofrecen sus élitros, merced 4 que las venas transversas son bastante salientes y de coloracién algo mas obscura que el fondo; los ldbulos laterales del pronoto y los de todo el térax son de color e@lauco-nacarado, coloracién que en vida debe ser muy viva; el borde anterior de los lébulos laterales del pronoto esta en- grosado y es rojizo. El oviscapto es encorvado al principio y ascendente oblicuamente en la mitad apical, truncado-redon- deado en el apice que es obscuro y crenulado; la placa infra- anal es algo comprimida y tricispide; los cercos son bastante largos y conservan algo de la forma sigmoidea que tienen eneld. Scaphura nitida Perty. Conocephalus maxillosus F. Subria amazonica Redt. Como solo se conoce la © de esta especie, me queda alguna duda de que el ejemplar <7 4 que me refiero corresponda a la especie citada, si bien creo que mejor podra corresponder A ella que 4 la S'. nitida Redt., cuyo o” es también desconocido. Sus caracteres son: Segmentum dorsale ultimum productum, processo bidentato medio truncato-subemaginato. Cerci tereti, curvati haud dentati. Lamina subgenitalis inter stylos longiuscu- los subproducta. Long. corp. 27™™; pron. 7™™; elytr. 40™™; fem. post. 21™™. El Sr. Calderén did lectura de la siguiente nota: La sal azul de Villarubia de Santiago. «Los ejemplares de sal gema que presento, destinados a la coleccién de minerales espafioles del Museo de Historia natu- ral, son cubos, unos perfectamente limpidos y otros, que no lo son menos, conteniendo en su interior un nucleo azul, tras- lucido y perfectamente limitado. Proceden de la Mina Dolores, DE HISTORIA NATURAL. 19 en Villarubia de Santiago, 4 orillas del Tajo, en la provincia de Toledo. »El primero que did noticia, que yo sepa, de esta sal azul, fué el diligente profesor D. Juan Vilanova, de feliz recuerdo, quien lo hizo en esta Sociedad (1), ocupandose de su visita a dicho yacimiento, si bien limitandose 4 consignar el hecho. Segun mis averiguaciones, dicha variedad no es exclusiva en Espana del yacimiento de Villarubia, pues ademas de Aran- juez, donde la ha encontrado una vez nuestro consocio el Sr. Fernandez Navarro, se presenta asimismo en Cardona g@eneralmente asociada a la blanca, y en las colecciones de la Universidad Central existen ejemplares con bandas azules que tienen de localidad Minglanilla, aunque yo no pueda res- ponder de la exactitud de dicha indicacidn de procedencia. »En el extranjero se conoce la variedad azul en bastantes yacimientos de sal piedra, siendo, sobre todo, notable en este respecto el de Stassfurt y sus alrededores; la hay tambien en Wieliczka, Hallstadt y otros varios depésitos, y de color vio- leta al S. de Sicilia, en Castro Giovanni. »Por lo que se refiere 4 los ejemplares de Villarubia de San- tiago, donde no parece abundar mucho la variedad, consti- tuye el pigmento azul cobalto intenso zonas de contorno ondu- lado dentro de la sal didfana, siendo limpio el contacto de las dos variedades; es decir, que la zona azul, aunque traslucida en sus bordes, no se difunde por la masa transparente que la envuelve. Esta circunstancia es bastante singular. Como ya lo noté Kenngot en los ejemplares alemanes, el color azul se debilita y hasta desaparece por la accion del calor, y como observé F. Bischof (2), la disolucién acuosa es perfectamente transparente. Una seccién delgada de un ejemplar de Villa - rubia examinada al microscopio no ha ofrecido cavidad algu- na, cosa rara en la sal gema. »Es notable que los mineralogistas y los quimicos no hayan podido atin resolver cual sea la causa de esta singular colora- cién azul. Se han propuesto varias teorlas, pero ninguna parece basarse en observaciones seguras y comprobadas. La (1) Salinas de Villarubia de Santiago. (ANAL. DE LA SOC. ESPAN. DE HIST. NAT., tomo try. Actas, pag. 89.) (2) Steinsalzbergwerke bei Stassfurt, 1875. 20 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA primera suposicion fué la de que dependiera el pigmento de interposiciones de hidrdgeno carbonado, de subcloruro de sodio, como pretendian Johnson y Gmelin (1), y aun de azu- fre (Ochsenius); pero Wittjen y Precht (2) hicieron observar que ni el subcloruro de sodio ni el azufre pueden ser los cau- santes de este color, puesto que no cambia por la accién del cloro. Cuanto al hidrégeno carbonado, determinaron, en efecto, su existencia por medio del analisis, mas en cantidad tan reducida, que no les parece puede achacarse a este cuerpo influencia colorante. En vista de semejantes observaciones, deducen estos quimicos, aunque sin dar comprobacién de su teoria, que la coloracién azul de las variedades que la presen- tan es un puro efecto éptico, originado por pequenas cavida- des, por lo cual el polvo es siempre blanco. »Recordando que mi eminente amigo el profesor Arzruni, de Aachen, tuvo el propdsito de estudiar esta cuestion, le hice donacién de un ejemplar de Villarubia de Santiago, pregun- tandole su parecer sobre la teoria de Wittjen y Precht y la suya propia. Asi ha tenido la complacencia de hacerlo, mani- festando que él no puede participar de la opinién de aquellos investigadores, ni cree suficiente para sustentarla la escasez de los hidrocarburos en la variedad azul de que trato, al modo como tampoco Wyrouboff (3) los ha encontrado en abundan- cia en diversas fluoritas coloreadas, y nadie duda por eso del origen organico de las materias que las timen. «Tenia, en efecto, aflade, el propdésito de ocuparme de esta cuestién y de resolverla, si era esto posible, introduciendo una disolucion muy concentrada de sal azul en un largo tubo delgado y observar, poniéndole en rotacién, si el liquido incoloro daba las mismas bandas de absorcién que la sal en estado sdlido. Yo imaginaba que el hidrocarburo colorante podia no obrar de la misma manera en estado de disolucién que en estado sdlido y depositandose en el fondo del recipiente, donde per- maneceria invisible 4 causa de su cantidad minima. Otros tra- bajos han absorbido mi tiempo y me han impedido terminar estas experiencias.» (1) Handbuch der Chemie, 11, pag. 204. (2) Berichte der Chem. Ges. Berlin, 1883, x1v, pag. 1454. (3) Bull. Soc. chim. de Paris, 1866, Mai. DE HISTORIA NATURAL. 21 »Es lamentable, sin duda, que tales investigaciones no ha- yan sido concluidas por mineralogista tan habil; pero yo no creo que hubieran llegado 4 llevar la persuasién al animo de todos, pues si bien se mira, no solo es cierta la escasez de hidrocarburos en la variedad azul de la sal piedra, sino que estos existen en cambio en las que no presentan dicha colo- racion. »En vista de semejantes dificultades, y por analogia con lo que se ha dicho por algunos naturalistas, y especialmente por Jolly, sobre la naturaleza del pigmento rojo de la sal de Car- dona, que atribuye a monadas y bacillarias, pemsé yo si se trataria aqui de una piocianina 6 cosa semejante, producida también por organismos rudimentarios; mas extrano que semejante explicacién no se haya ocurrido alin 4 otros mine- ralogistas, y me hace dudar esto de la verosimilitud de ella. »De todos modos, es indudable que para ensayos ulteriores, y sobre todo quimicos, se necesita disponer de mucho mate- rial, lo cual no ha sido posible hasta ahora tratandose de la variedad azul de sal que ha motivado la presente nota.» —E] Sr. Vicesecretario did lectura de la siguiente acta: SECCION DE SEVILLA. Sesion del 18 de Diciembre de 1895, PRESIDENCIA DE D. FRANCISCO DE LAS BARRAS. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —Se repartié el cuaderno 1.° de los ANALEs. —Se leyé y aprobé el siguiente presupuesto para el ano 1896: Mozo para repartir....... iar otcrekars es... 30 pesetas. Gastos de Tesoreria y Secretaria....... 10 — MOWAT cveafate cfereiels oitaiel sieve! Moke 40 — —Procedidse 4 elegir la Mesa que ha de actuar en el pré- ximo afio de 1896, quedando ésta constituida en la forma siguiente: 22 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Presidente: D. Antonio Gonzalez y Garcia de Meneses. Vicepresidente: D. Romualdo Gonzalez Fragoso. Tesorero: D. Manuel de Patil y Arozarena. Secretario: D. Federico Chaves y Pérez del Pulgar. Vicesecretario: D. Francisco de las Barras de Aragon. Sesion del 5 de Febrero de 1896. PRESIDENCIA DE DON JOSE MARIA SOLANO. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. Enterada la Sociedad de las publicaciones ultimamente re- cibidas como donative 6 4 cambio, acordé hacer constar su eratitud & los senores donantes. —Fué admitido como socio D. Enrique de la Vega, subdelegado de Farmacia en San- tona, propuesto por D. Ignacio Bolivar, 4 nombre de D. José Hernandez Alvarez. —Se hizo una propuesta de socio, que segun dispone el Reglamento, quedé pendiente de informe hasta la sesién proxima. —HEl Secretario did lectura de una comunicacion de D. Car- los H. Porter, dando las gracias por el honor que le ha hecho la Sociedad al admitirle entre sus individuos. —También se recibié una comunicacion del Sr. Carez, direc- tor del Anuario Geoldgico Universal, participando a la Socie- dad, que 4 consecuencia del nuevo giro que se da a dicho Anuario, reservandole unicamente a la geologia francesa, muy a su pesar se ve obligado 4 renunciar al cambio que mantenia con nuestra Sociedad. —Los Sres. Hernandez y Cazurro presentaron 4 la Sociedad ejemplares de trigo y centeno atacados por un insecto diptero, la Cecidomyia destructor Say, que actualmente causa en gran parte de Castilla graves dafios en los cereales, y dieron curio- sas noticias acerca de sus caracteres, costumbres y medios para prevenir y destruir esta plaga. DE HISTORIA NATURAL. 23 —KHl Sr. Calderon (D. Salvador) did lectura de la siguiente nota: Plagioclasas espanolas. «Kl conocimiento que hasta hace poco tiempo se tenia de este interesantisimo grupo de minerales en la Peninsula era tan deficiente, que parecia no existir en ella ninguna repre- sentacidn macroscopica de feldespatos triclinicos; porque aun- que el Sr. Naranjo, en sus Hlementos de Mineralogia, habla ya en 1862 de la albita, la oligoclasa y el labrador de varias rocas espanolas, parece se refiere, las mas veces, & que estos feldes— patos intervienen en la composicidn de ellas, pero no & que constituyan verdaderos minerales en la acepcién usual de la palabra. »Los estudios petrograficos modernos, iniciados entre nos— otros por los Sres. Macpherson y Quiroga, empezaron 4 dar lu- ces sobre la naturaleza de estos y otros componentes de las rocas con una exactitud desconocida hasta que supieron apli- carse 4 Su investigacion los caracteres édpticos, y se descubrie- ron los medios de separacion de los elementos litolégicos pre- cisos para su ulterior analisis, asi como los procedimientos microquimicos. Pero no es mi propdsito ocuparme en esta breve nota de la naturaleza de los feldespatos constitutivos de las rocas macizas espanolas, sino enumerar los datos dispersos en varios trabajos sobre las plagioclasas conocidas hasta ahora en estado macroscépico en la Peninsula, 6 sea presentar en resumen el estado de nuestros conocimientos sobre dicha cuestion. »Para que no se dude de la significacién de los nombres que voy a emplear y para fijar el orden seguido y el numero de especies representadas en este resumen, conviene tener en cuenta que sigo el plan y nomenclatura del catalogo clasico del profesor Groth (1). »Microclina.—M. Barrois (2) describe entre las dioritas de As- turias una masa consistente en cristales de feldespato re- unidos por una pasta cloritica. Entre estos cristales dominan (1) Tabellarische Uebersicht der Mineralien. Braunschweig, 1889. (2, Recherches sur les terrains anciens des Asturies et dela Galice Lille. 1882. 24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA los de microclina en forma de individuos, que en el campo del microscopio aparecen muy rotos y montados unos en otros. A ellos se asocian otros cristales igualmente voluminosos y fracturados, con estrias hemitropas muy marcadas y las extin- ciones propias de la oligoclasa. Semejante agregado, que he creido debia mencionarse aqui como un producto mineralé-— gico, constituye un filén cerca de la Pola de Allande. »También en el gneis de Goirriz ha visto el mismo gedlogo erandes microclinas, asi como el Sr. Macpherson (1) en el de San Come, en Galicia. »El inolvidable profesor Quiroga (2) descubriéd que algunas ortoclasas de la Sierra de Guadarrama, como sucede 4 las de Segovia y a las interestratificadas con caliza granular en Ro- bledo de Chavela, son bastante ricas en microclina. En efecto, se recogen en algunos de estos filones trozos de esta ultima de aspecto espatizado bastante grandes y bien conservados. En el interesantisimo trabajo en publicacién del Sr. Fernandez Na- varro referente 4 minerales espanoles del Museo de Historia Natural de Madrid, se dardn detalles de estos ejemplares de plagioclasa de la citada sierra, por lo que me limito aqui a ci- tarlos solamente. »A lbita.—E1 Sr. Naranjo (3) cita como muy frecuentes los cristales de esta plagioclasa en el distrito de Hiendelaencina, aunque sin dar otra prueba de esta determinacién que la de presentar éstos la macla de la albita, lo cual no es extraiio. dado el escaso conocimiento que de los feldespatos se tenia atin en la época en que escribia el distinguido ingeniero. Mis averiguaciones para hallar ejemplares 6 nuevas noticias de la albita de Hiendelaencina no han dado resultado alguno, pero como luego diré, me inclino 4 suponer que pertenezcan mas bien a la oligoclasa. »La tunica noticia segura de la existencia de albita en Es- pana que conozco, es la hecha recientemente por el Sr. Chaves, que reproduzco textualmente: (1) Descripcion petrograjica de los nateriales arcdicos de Galicia. (ANAL. SOC. ESP. DE HIstT. NAT. t. xv, 1836.) (2) Historia natural, t x11. Mineralogia, por G Tschermak, traduccion, etc., por F. Quiroga. Barcelona, 194; pag. 329. (3) Elementos de Mineralogia general, Madrid, 1862; pag. 470 y fig. 136. DE HISTORIA NATURAL. 25 «En un desmonte de la carretera de Almunecar situado en »las proximidades de la Torre de Calaturco, hallanse peque- »fos prismas blancos de albita, implantados directamente en »las porciones mas compactas del gneis, de tal modo, que »forman geodas en sus grietas. Sus caracteres son los de la »especie: es fusible al soplete y se ataca algo por el acido clor- »hidrico en caliente. La disolucién diluida y filtrada, esta »exenta de hierro y precipita copitos de alumina por un ex- »ceso de amoniaco. En el liquido quedan vestigios de cal. El »acido fluorhidrico daexclusivamente cristales de fluosiliciuro »sddico.> »Las circunstancias especiales del yacimiento de esta albita »denotan su origen evidentemente secundario y lo corrobora la »asociacion de ella con cristales de pirita totalmente hematiti- »zados, asi como la ausencia del silicato en cuestidn en el »gneis de Maro y sus alrededores (1).» »Oligoclasa.—Como muestra sometida 4 mi examen con pro- posito industrial me presentaron este ano unos trozos proce- dentes de Hiendelaencina, de mas de un decimetro algunos, de esta plagioclasa, que encerraban algunas particulillas y nodulos de galena. Es una oligoclasa sumamente fresca, blanco azulada, de estructura hojosa alabeada, con aspecto de pegmatita, que debe formar filones en un gneis cloritico. Quizas se halle otras veces en cristales maclados y sean estos los que como de albita cita el Sr. Naranjo, como antes dije; lo que es indudable es que la muestra a que aludo debe referirse 4 la oligoclasa, pues ofrece las extinciones y demas caracteres fisicos y quimicos de dicha especie. Como acontece en la de los porfidos de varias regiones de Europa, se asocia con la ortosa, destacando esta ultima por su color de carne. La de Hiendelaencina recuerda la de Cotton (estado de Nueva- York), descrita por M. Des Cloizeaux (2), que la considera como una oligoclasa de su segundo grupo (anormales), en las que el plano de los ejes es sensiblemente paralelo 4 la base. »Este es el Unico hallazgo de oligoclasa en masa de que tengo noticia en Espafia, pues las demas citas se refieren a (1) CHaves. Notas mineralogicas. Contribuciones al estudio de los minerales de Maro (provincia de Malaga). (ANAL Soc. ESP. DE HIST, NAT., t. XxIV, 1895.) (2) Bull. Soc. min., t. vit, pig. 270. 26 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cristales porfidicos en rocas diversas, como indicaré a conti- nuacion. »E1 Sr. Macpherson (1) mencioné cristales de oligoclasa en una porfirita situada al O. de la ciudad de Avila, como a4 0,50 km. de la margen izquierda del Adaja, que adquieren a veces mas de 1 cm. en su maxima direccion. También el Sr. Brenosa (2) ha indicado que este feldespato constituye cristales macroscépicos en algunas porfiritas de San Ildefonso. »También parecen pertenecer a la oligoclasa unos grandes y abundantes cristales que contienen ciertas ofitas porfidicas recogidas por el Sr. Macpherson en la provincia de Cadiz, entre Zahara y el Gastor, y en la de Malaga en un manchén cercano 4 Antequera (3), y por mien las inmediaciones de Coripe, en la provincia de Sevilla. Los de esta ultima localidad, que figuran en las colecciones de la Universidad de Sevilla, son de color azulado, aleanzando algunos 1,5 cm. a 2 cm. Aunque no se ha hecho un ensayo quimico preciso de estos cristales, inclinan & referirlos a la oligoclasa sus caracteres Opticos y su insolubilidad en los acidos, conservando después de ser tratados por estos la misma viveza de colores 4 la luz polarizada que tenian antes de sufrir su accidn. »Las quersantitas de Salave, Pola de Allande y otras locali- dades de Asturias presentan también, seguin el Dr. Barrois (4), bellos y grandes cristales de hasta 0,2 m. de longitud de oli- goclasa, en masas verdosas, vitreas, que consisten en maclas, generalmente seguin la ley de la albita y otras veces asocia— ciones de ésta y de la periclina. »Labradorita.—Esta plagioclasa es, sin duda, la mas abun- dante bajo la forma de individuos porfidicos en las rocas ba- sicas de nuestra Peninsula. Bastard citar en comprobacidn de ello, la composicién de las eufétidas, muchas diabasas y de las porfiritas anfibélicas estudiadas por el Sr. Macpherson en la provincia de Sevilla (5). En estos cristales, por regla gene- (1) Astmilacion de los materiales adyacentes por las rocas eruptivas. (ANAL. Soc. ESP. DE HIST. NAT., t. xxI.) Memorias, pag. 409 y siguientes. 2) Porfiritas y microdioritas de San Ildefonso. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t XIII.) (3) Roeas eruptivas de la provincia de Cadiz. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. V.) (4) Obra citada; pag. 130 y 145. (5) Estudio geoldgico y petrograjico del Norte dela provincia de Sevilla. (Boletin de la Comision del Mapa geoldgico, 1879.) DE HISTORIA NATURAL. 27 ral de color verde .claro 6 blanco sucio, y sobre todo cuando su dimension lega 4 1 cm., no es raro ver que se transforman en saussurita, como lo indicd el Sr. Macpherson tratando de las eufétidas de la desembocadura del Huesna y del 8S. de Ca— zalla y después nosotros en la epidiorita cercana a esta ultima localidad (1). Un origen labradorico deben reconocer los filo- nes de epidota que arman entre las rocas diabasicas de Sierra Morena, como ocurre en Penaflor, aunque no lo he podido comprobar todavia en el yacimiento. »Ya el Sr. Naranjo (2) refirid 4 esta plagioclasa los ecristales de la roca de Chillén y de otros sitios al NE. de Almadén. Nosotros, estudiando petrograficamenteé dichos materiales (3), hemos hallado que consisten en diabasas y melafidos, siendo en ambos la labradorita el feldespato predominante por lo menos. Hay una variedad de melafido porfidico en la que los cristales del feldespato en cuestién son bastante voluminosos y a veces quedan libres después de la descomposicién de la roca que los encerraba, pudiendo figurar como ejemplares mineralogicos en las colecciones. »En estos cristales he reconocido 4 veces agrupaciones muy bellas consistentes en maclas complicadas, en parte de la de Carlsbad y de la albita y en otras reunidas la de la periclina y la de la albita. Dichos grupos del melafido porfidico perte- necen, a juzgar por los angulos de extincién observados, 4 un feldespato intermedio entre la anortita y la labradorita. »Anortita.—En un precedente estudio (4) he dado cuenta del hallazgo que tuve la fortuna de realizar de esta plagio- clasa (5), aunque bajo una forma anémala, con otros minera- les secundarios en los planos de juntura de! cerro eruptivo del Calvario, 4 lasalida de Moron. Constituye agregados fibro- laminosos y radiados de color blanco. Los prismas que los (1) CALDERON y Det Rio: Hpidiorita de Cazalla de la Sierra (provincia de Sevilla). (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. x1x, 1890.) (2) Obra citada. (8) CALDERON: Rocas eruptivas de Almadén. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. XIII, 1884.) (4) CALDERON: Notas mineraldgicas. Nuevos hallazgos en la provincia de Sevilla. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NaT., t. xxu1I, 1894.) (5) Por errata no subsanada dice en el mencionado estudio: «Se trata de un sili- cato monosimétrico», en vez de asimétrico. 28 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA forman suelen medir 1,5 cm. de largo por 2 mm. de seccidén; pero se hallan demasiado deformados y alterados en su super- ficie para poder medir el indice de sus caras. »La anortita es también el feldespato preponderante en los individuos porfidicos de las andesitas augiticas 6 hipersténi- cas del Cabo de Gata, segun el Dr. Osann (1), y del Mar Menor en Cartagena, segtin el malogrado profesor Quiroga (2), ad- quiriendo en las variedades de color claro, que son las ricas en plagioclasa, volumen a4 veces bastante considerable. »De la rapida enumeracién que precede se deduce que todas las especies fundamentales de plagioclasas, con excepcidn hasta ahora de la andesina, tienen representacidn macroscé- pica en la Peninsula (3). Unas aparecen en forma filoniana, como las microclinas de Asturias y Sierra de Guadarrama, y la oligoclasa de Hiendelaencina, otras en la de individuos porfidicos,'como la labradorita de Sierra Morena y Almadén y la oligoclasa de ciertas ofitas porfidicas andaluzas y de las quersantitas asturianas, y el resto son formaciones secunda- rias, como la albita de Almuifiecar y la anortita de Mordn. »Indudablemente es poco todavia lo que se sabe respecto a estos importantes minerales en la Peninsula, como, en gene- ral, ocurre en ella en punto a silicatos; pero, con todo, si se tiene en cuenta que casi todas las noticias antes extractadas datan de una fecha relativamente tan moderna y el escaso numero de exploradores nacionales en punto 4 mineralogia, hay que reconocer que no es poco lo adelantado. Por eso ter- minaré recomendando 4 los aficionados se fijen en las cavida- des y diaclasas de las rocas basicas sobre todo, y en los indi- viduos porfidicos de las mismas, cuyo reconocimiento puede proporcionar hallazgos importantes en este y otros grupos de la gran clase de los silicatos.» —E]l Sr. Presidente manifesté 4 la Sociedad, que estando 4 (1) Beitrige zur Kennbtnis der Eruptivgesteine der cabo de Gata ‘prov. de Almeria). (Zeitschr. d. Deutsch. geolog. Gesselischaft), 1889. (2) Andesitas del Mar Menor y Cartagena. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. X, 1891. Actas, pag. 58 y siguientes.) (8) El Dr. Barrois afirma que corresponden al tipo andesitico, parte de los cantos sueltos de diabasa de Santa Eulalia de Tineo, en Asturias, siendo ésta la Gnica in- dicacién que conozco referente al hallazgo en nuestro suelo de dicha plagioclasa, si bien bajo una forma en que no puede mencionarse como mineral macroscopico. DE HISTORIA NATURAL. 29 punto de terminarse la mudanza del Museo de Historia natu- ral, que tan generosa hospitalidad venia concediendo 4 nues- tra Sociedad, y no siendo facil que en el nuevo local pudiese seguir albergandola, era preciso pensar en buscar una nueva residencia para la Sociedad. —E] Sr. Bolivar dijo que el Sr. Director del Museo le habia manifestado que haria cuanto pudiera por proporcionar local a la Sociedad en el nuevo edificio que se destinaba al Museo, y que de todos modos la mudanza no era tan urgente, sobre todo por lo que 4 la biblioteca se referia, pues las bohardillas del Museo en que la biblioteca de la Sociedad esta provisio- nalmente instalada, no se habian de desocupar tan inmedia-— tamente. A pesar de los buenos deseos expresados por el Sr. Director del Museo, que la Sociedad debe agradecer muchisimo, como es de todos conocida la exigiiidad del nuevo local, manifesto el Sr. Bolivar la conveniencia de que se buscase una solucién para esta cuestién, en la forma mas ventajosa para la Sociedad. —EI]%$r. Antén hizo uso de la palabra para enterar a la So- ciedad de que por gestiones oficiosas habia tratado de inqui- rir si en el caso de que la Sociedad lo deseara, el Ateneo de Madrid la podria facilitar algun local para sus reuniones, y que la Junta directiva del mismo habia respondido favorable- mente, por estar autorizada para ello, puesto que en el regla— mento de dicho centro se la autoriza 4 ceder local para las reuniones de Sociedades cientificas. Y por tanto, manifesté el Sr. Anton, que si llegase el momento en que la Sociedad se viese en el caso de buscar sitio para sus sesiones fuera del Museo, el Ateneo de Madrid se lo podria facilitar. —KE1 Sr. Cazurro dijo que aun cuando este ofrecimiento era muy de agradecer por parte de la Sociedad, no resolvia por completo el conflicto en que nuestra Sociedad se puede encon- trar, puesto que el Ateneo no podria facilitar local para la biblioteca, que ha de estar siempre 4 la disposicién de los Sres. Socios. —H] Sr. Presidente hizo constar la gratitud con que la Socie- dad acogia el ofrecimiento que privada y oficiosamente trans- mitia el Sr. Antén, y que de todos modos presentaba una solu- cidn que quizds habria que utilizar para satisfacer parte de las necesidades de la Sociedad. 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —Después de varias observaciones de los Sres. Uhagén, Bo- livar y Puig, se acordo dar a la Junta directiva amplias facul- tades para que propusiera y resolviera cuanto en esta cuestion fuese preciso. Sesion del 4 de Marzo de i896. PRESIDENCIA DE D. JOSE MARIA SOLANO. —K1 Sr. Secretario did lectura del acta de la sesién anterior, que fué aprobada. —Enterada la Sociedad de las publicaciones ultimamente recibidas, acordé dar gracias a los sefores donantes. —(Juedé admitido como Socio numerario D. Angel Cabrera y Latorre, propuesto por D. Ignacio Bolivar, y residente en Madrid. —Se hicieron dos propuestas de Socios. —KHl Sr. Presidente did lectura de una carta del Sr. Jiménez de la Espada, remitiendo a la Sociedad una Memoria del senor Cadevall (D. Juan) titulada Apuntes para la flora del Valles, extenso estudio en el que se da cuenta de las especies obser= vadas en dicha regién, consignando su estacién y época en que florecen y citando numerosas especies hasta ahora no conocidas en aquel distrito. —La Sociedad, en cumplimiento de lo dispuesto por el Re- glamento, acordd pasase 4 informe de la Comisién de publi- cacion. —KEl mismo Sr. Presidente did cuenta 4 la Sociedad de que invitado por el Sr. Calleja en nombre del Comité formado en Espana para erigir una estatua al insigne sabio francés M. Pas- teur, y 4 titulo de Presidente de la Sociedad espafnola de His- toria natural, se habia creido en el deber de asistir 4 dicha reunidn para representar a la Sociedad; y habiéndose desig- nado una Junta encargada de promover la suscripcion nece- saria para el citado objeto, como Presidente de la Sociedad de Historia natural tuvo la honra de que se le designara para el cargo de Vocal de la misma. DE HISTORIA NATURAL. 31 —El Sr. Secretario did lectura de una carta del Sr. Tesorero (D. Ignacio: Bolivar) excusando su asistencia a la sesién por el estado de su salud y llamando la atencién a la Sociedad sobre la necesidad de resolver el problema pendiente acerca de su nueva instalacién, ya que la mudanza del Museo, tan proxima a terminarse, obliga a buscar un nuevo local para la Sociedad. En dicha carta el Sr. Bolivar propone que al buscar para la Sociedad un nuevo local, se tengan presentes no sélo sus nece- sidades actuales, sino las que en lo futuro pudiera tener, pues si hasta ahora se ha concretado nuestra Sociedad a la publi- cacion de sus ANALES, asegurada ya su vida, quizas para cum- plir mejor con su fin de cultivar y propagar en nuestra patria el estudio de las ciencias naturales, podria convenir que la Sociedad contribuyese a ello en otra forma, reuniendo colec- ciones espafiolas que fueran una sdlida base para el estudio de nuestra historia natural y para la difusién de estos conoci- mientos, logrando asi aficionar a estas ciencias mayor numero de personas que las cultivasen, y ampliando de este modo la vida y porvenir de la Sociedad espanola de Historia natural. —EIl Sr. Presidente, haciéndose intérprete de los sentimien- tos de los Sres. Socios presentes, manifesté el agrado con que la Sociedad habia escuchado la lectura de la carta del Sr. Bo- livar y lo conveniente que era el tomar en consideracion las ideas que exponia, y propuso que se nombrase una Comision que estudiase detenidamente esta cuestidn y diese cuenta de su dictamen en sesidn extraordinaria, ya que como se trataba de asuntos que exigian alguna reforma en el Reglamento de la Sociedad, era preciso este tramite. —Consultada la opinién de la Sociedad, se designaron para formar esta comisién a los Sres, Solano, Martinez y Saez, Uha- gon, Bolivar y Cazurro. —El Sr. Merino (D. Miguel), director del Observatorio astro- ndmico de Madrid, que honraba la sesidn con su presencia, invitado por el Sr. Presidente, presentd a la Sociedad dos inte- resantisimos ejemplares del meteorito caido en Madrid en la manana del 10 de Febrero ultimo. Pesa uno de estos ejempla- res 52 g@. y presenta numerosas vetas condriferas, y el otro pesa 19 g. solamente. El menor de ellos fué recogido el mismo dia 10 en la carretera de Vallecas, por un pedén caminero, de quien lo adquirieron los ayudantes del Observatorio que en 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA aquel dia recorrieron las inmediaciones de Madrid, buscando datos y ejemplares del meteorito, sin que sus pesquisas tuvie- sen éxito en ninguno de los pueblos inmediatos como Vical- varo, San Fernando, etc., en los que en los primeros momentos se dijo habia caido el meteorito. A juzgar por los datos reuni- dos opina el Sr. Merino, con su autorizado criterio, que la des- carga debid verificarse entre Vallecas y la cuenca alta del arro- yo Abronigal, como lo prueban los fragmentos recogidos en las inmediaciones del Hipédromo y la Prosperidad, uno de ellos en un jardin de la propiedad del Sr. Medina, que es el ejemplar de mayor peso, que ha sido regalado por dicho senor al Sr. Cano- vas del Castillo. En aquellas inmediaciones en que segun pa- rece se verificé la descarga, dicese que se presenté acompanado en algunos puntos de fendmenos eléctricos. En el Asilo del Corazén de Jestis, se dice que la descarga eléctrica que se pretende acompano la caida del meteorito, hizo saltar las tejas al lado del pararrayos partiéndolas y fundiendo algo la arga- masa que las unia, corrid por el conductor del pararrayos y rompidé uno de los gruesos aisladores de cristal que le sujeta- ban. El Sr. Merino refiere que lleno de entusiasmo por la cien- cia solicité se le permitiese subir al tejado para examinar los pretendidos destrozos, pero que no le fué concedido. Termin6 el Sr. Merino ofreciendo algunos ejemplares de las fotografias de los interesantes fragmentos del meteorito. —E] Sr. Presidente en nombre de la Sociedad, did las gra- cias al Sr. Merino por el honor que la habia dispensado hon- randola con su asistencia y comunicandola tan interesantes datos. —E] mismo Sr. Presidente presenté también otro fragmento del citado meteorito recogido al final del barrio de Salamanca, cerca del Hipédromo, por un caballero que marchaba por la calle leyendo un periddico que el meteorito atravesé en su cal- da, de modo que dicho senor pudo apreciar el momento preciso de las mismas circunstancias que la acompanaron. Dicho ejem- plar le fué vendido por el citado senior y es de forma redondea- da, alargada de color negruzco, de un peso de 33 g. y atraible por la barra imantada. —El Sr. Sanz de Diego presenté otro pequeno fragmento re- cogido en las inmediaciones del Puente de Vallecas. —Kl Sr. Calderén en nombre del Sr. Macpherson presenté a DE HISTORIA NATURAL. 33 la Sociedad una curiosa fotografia de la nube que se formd cuando se verificé la explosién que acompano la caida del me- teorito. Un aficionado 4 fotografia tuvo la fortuna de poder aprovechar aquellos momentos y obtener una reproduccion bastante exacta y detallada del fendmeno. El mismo Sr. Mac- pherson pudo también adquirir un fragmento del meteorito que remitié a Paris a M. Meunier, que tanto se ha ocupado del estudio de cuanto a estos cuerpos se refiere. —EI Sr. Dusmet dio lectura de la siguiente nota: El EHumenes pomiformis Rossi y el #. mediterraneus Kriechbaumer. «El Humenes pomiformis Rossi es una especie que presenta mucha variedad en algunos detalles de su coloracién. A pesar de esto, Kriechbaumer crey6 encontrar motivo para crear una nueva especie, el #. mediterraneus, faundandose en una man- cha semicircular amarilla del segundo segmento ventral. No he visto la descripcién original, pero André en su Species des Hyménoptéeres d'Europe et d’ Algerie, admite como especie el E. mediterraneus Kriechb., y aunque indica la posibilidad de que sea tan sdlo una variedad del 2. pomiformis Rossi, la considera, en este caso, como una variedad constante. »Ahora bien, del estudio de los Humenes del Museo de Histo- ria Natural de Madrid, parece que resulta inadmisible la sepa- racién entre ambas especies. En efecto, prescindiendo de diversos ejemplares recogidos en Madrid por los Sres. Chicote y Gogorza y en Sierra Morena por el Sr. Laguna, nos fijaremos tan sdlo, como mas numerosos y mejor conservados, en los procedentes de Ciudad Rodrigo, de donde los trajo el senor Sanz de Diego. Se trata, pues, de individuos de una misma localidad y cazados a la vez, lo que borra la idea de que la especie 6 variedad #. mediterraneus dependa de influencias climatolégicas. »Con los ejemplares indicados he podido formar una serie de 10, entre los cuales figuran o’o”’ y 99. En el nim. 1 el se- gundo segmento ventral tiene una estrecha cenefa amarilla con sdlo dos ligeros ensanchamientos centrales, separados por una escotadura (2. pomiformis); en los numeros siguientes se van haciendo mayores esas dos manchas amarillas, las cuales ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXV. 8 34 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA se reunen y acaban por constituir una gran mancha semicir- cular que ocupa mas del tercio del segmento y se halla unida con los costados por una delgada raya amarilla. La escotadura central de dicha mancha llega 4 desaparecer (num. 10 #. me- diterraneus ). »En cuanto al tamafo, que es menor en el #. mediterraneus, seglin André, varia también notablemente, tanto en los o’o% como en las ©°, y sin guardar relacién con la mayor 6 menor extensién de la mancha amarilla en los ejemplares citados. »Creo, pues, salvo opinién mas autorizada que la mia, que el F. mediterraneus Kriechb., no sdlo no es una especie distinta ni aun una variedad constante del #. pomiformis Rossi, sino que depende solamente de variaciones puramente individuales.» —KE1 Sr. Pau (D. Carlos) remitié la siguiente Lista de las especies a que pertenecen las plantas recogidas en la Sierra de Albarracin por D. Doroteo Almagro. «Este verano, a fines de Julio, tuve en mi casa la coleccién de casi todas las hierbas recogidas en el partido de Albarracin por el Sr. Almagro, subdelegado del partido de Calamocha (Teruel) y veterinario de Blanas; 4 primeros de Enero me comunicé la lista, que intitula: «Catalogo de las plantas que remiti a D. Carlos Pau, de Segorbe, en Agosto de 1895»; y anade: «Todas estan recolectadas por mi; si hubiera alguna excepcion, ya la expresaré. Después del nombre se expresa la localidad y época de su recoleccién.» »Ha de permitirme el Sr. Almagro la variacién y modifica- ciones que pienso introducir en su Catdlogo, pues algunas de las especies que indica no las conozco; otras, por su rareza, habitacién 6 novedad, necesitan de algun comentario; algunas no las recibi, y de bastantes tengo que rectificar las determi- naciones por no parecerme exactas. »Y he de advertir, antes de comenzar, que muy pocas, pero muy pocas plantas de las especies que aqui indico las poseo en mi herbario. Cuando la necesidad me obligue y lo dudoso del asunto lo requiera, me veré en la precision de escribirle. »Dos cartas, fecha 6 de Julio del 95, y otra, contestacién a la mia, del 13 de Agosto, debieran aqui servirnos de proélogo y debieran también tener presentes cuantos a estudios cientificos DE HISTORIA NATURAL. 35 se dedican, vienen de molde 4 mi manera de considerar las colecciones de los amigos que trato, que sudando y trabajando salen del montén anonimo, y que no quiero que luego, por su modestia, den motivo 4 que puedan decir: «Hoy comprendo que el Sr..... aprovechése cuanto pudo de mis pobres indica- ciones y tiempo tendremos de probar que algunos de los fa- mosos hallazgos que ha publicado (1) no los hubiera hecho sin mi humilde concurso. Yo, haciendo de pobre obrero de la ciencia...» Almagro, 6 Julio 95. »Que no se trata de pobres recolecciones ni de insignificante obrero de la ciencia, lo demuestra la presente relacién, que tengo el gusto de presentar a esta respetable Sociedad, como lo haria gustoso igualmente de todo aquel que me proporcio- nara el placer de entretenerme un rato en el estudio de las plantas, que es una de mis distracciones; y de ahi la ligereza con que acometo estos trabajos que requieren mas formalidad y cuidado, y sobre todo mas independencia. Thalictrum flavum L.—Villar del Cobo. Julio. Th. fetidum L.—Villar del Cobo y Tramacastilla. Julio. Th. tuberosum L.—Blancas. Mayo. Anemone Hepatica L..—Comun en la Sierra. A. montana Hoppe, forma grandiflora.—A. Pulsatilla auct. tur. (an L.?).—Villar del Cobo, Bronchales. Junio. Véase acerca de esta forma cuanto digo en mi fasciculo 6.° de las Nolas botainicas; pues no me parece que corresponde con exactitud al tipo. Adonis estivalis L.—Blancas. Mayo. Ceratocevhalus incanus Stev.—Blancas. Abril. — — forma Albarracini Pau.—Pozuel. Kl Sr. Almagro incluye en su lista el C. falcatus P. tipo. No lo he visto, ni lo creo probable. El C. falcatus auct. arag. creo que es igual al C. incanus Stev. gQue pudiera existir? No hay duda; pero es otra cuestion. Ranunculus confusus Gr. et Godr., forma heterophylla, car- pellis hixspidis.—Blancas, en Charconde. Agosto. (1) Meconsta, aunque no he leido ni visto nada, que esos descubrimientos han sido publicados en el extranjero, ocultando el nombre del descubridor Sr. Almagro. 36 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Me parece que esta especie no se indica en Aragén. El re- ceptaculo es francamente peloso, y los frutos en el apice con pelos cerdudos. Fl Sr. Almagro trae en su lista de la misma localidad el R. trichophyllus Chaix; no lo he visto, y por si estaba equivo- cado he repasado mis apuntes tomados 4 medida que revisaba sus plantas, y tampoco aparece tal especie. El &. trichophyllus difiere por las hojas uniformes y pedunculus mas largos que las hojas. Esta misma especie, de hojas uniformes, se encuen- tra abundante en Monreal del Campo (Benedicto, V-1894), que es la variedad sudmersus Freyn. El R. trichophyllus Chaix en Calatayud (B. Vicioso; 19 de Octubre de 1894). R. flabellatus Desf. var. cinerascens Freyn.—R. Monspeliacus Asso! (et auct.).—Al pie del monte Herrera. Julio. Esta forma es interesantisima para conocer el verdadero R. Monspeliacus de Asso, que, como decia en mi fasciculo 6.°, pagina 9, no se encuentra en Espana mas que en Llangostera (Gerona), descubierto y recogido por D. Federico Trémols en Abril del afio 1886, y alli propuesto como nuevo para la Flora espanola. La forma del monte Herrera es muy parecida al R. flabella- tus Desf., var... de Cadaques (Trémols) y Reverchon, P/. de VAnd., nim. 455 (1889). R. gramineus L..—Blancas. Junio. R. sceleratus L.—Blancas. Junio. R. arvensis L.—Tramacastilla. Julio. R. Ale@ Willk.—Blancas. Mayo. Helleborus fetidus L.—Calomarde. Mayo. Nigella dicvaricata Beaupré. Tramacastilla. Julio. La lista coloca, en vez de ésta, la N. arvensis L., que no he visto, ni es probable su existencia. Delphinium hispanicum Willk.—Tramacastilla. Junio. El catalogo trae también como diferente el D. orientale Gay. var. hisyanicum Pau, cuando son sindnimos. (Véase Nol. crit. sur les pl. distr. en el «Bulletin de l’Association pyrénéenne», pag. 6, num. 2.) Por estas determinaciones deduzco que en el estudio de las plantas del Sr. Almagro anduvieron varios botanicos. La va— riedad Aispanicum en Blancas. DE HISTORIA NATURAL. 37 Berberis hispanica B. R.—Tramacastilla; fruct. Agosto. Papaver Rheas L.—General? P. argemone L.—Blancas. Abril. P. hybridum L..—Blancas. Abril. Remeria hybrida DC.—Blancas. Mayo. Glaucium corniculatum Curt.—Blancas, Tramacastilla. Mayo- Agosto. Chelidonium majus L.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Hy pecoum gradiforum Benth.—Blancas, Tramacastilla. Todo el ano. Me parece que esta especie, que no he visto, ha de pertene- cer al 1. procumbens L. Véase mi opinion en las paginas 6 y 7 de mi fasciculo 5.° H. pendulum L.—Blancas, mas rara. Julio. Fumaria Vaillantii Lois.—Blancas. Junio. F. cespitosa Loscos.—Blancas. Junio. F.. spicata L.—Tramacastilla. Junio. Fruca vesicaria Cav.—Blancas. Todo el aio. Diplotazis Barrelieri DC.—Blancas. Julio. También cita el Catalogo, con duda, la D. brassicoides Rouy en el mismo sitio; no la he visto. La muestra remitida no lo es. Esta especie, Unicamente indicada en Aragon por Asso, ha sido observada en los sitios estériles de Monreal del Campo por D. Juan Benedicto, en donde anade que abunda. Malcolmia africana R. Br.—Ojos negros. Junio. Mathiola tristis L. var. hispanica Pau.—Blancas. Mayo y Julio. Erysimum Kunzeanum B. R.—Blancas. Junio. E. australe Gay.—Tramacastilla. Mayo. £. perfoliatum Crtz.— Blancas, Tramacastilla. Todo el ano. Sisymbrium asperum L.—Blancas. Mayo. S. rio L.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. S. Sophia L.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. Nasturtium pyrenaicum R. Br.—Monte Herrera. Mayo. LV. officinale R. Br.—Blancas. Todo el ano. Arabis auriculata Lam.—Blancas. Mayo. A. hirsuta Scop.—Monte Herrera. Junio. Alyssum calycinum L. b) hispidum Pau. —Tramacastilla, Blancas. Mayo. Puede existir en alguno de los dos pueblos el tipo. A. campestre L.—Blancas. Junio. 38 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Existe una.discusion entre el Sr. Zapater y el Sr. Reverchon: el primero afirma que se encuentra en la Sierra; el segundo lo niega. Puede estar tranquilo el Sr. Zapater; consta en mi herbario recolectada por usted mismo. A. spinosum L.—Tramacastilla. Junio. A. sergyllifolium Desf.—Blancas. Junio. Kk. Peyronsianum Gay.—Blancas. Mayo. Meniocus linifolius Desv.—Blancas. Mayo, Junio. Clypeola Jonthlaszi L.—Blancas, Tramacastilla. Mayo. Draba Zapaterit Willk. —- Tramacastilla, Villar del Cobo. Mayo. Hay que tener en cuenta que la D. hispanica B. R. puede confundirse con ésta; la muestra de Tramacastilla la he visto, pero no la de Villar del Cobo. Y digo esto, porque la D. hispa- nica se encuentra en Guadalaviar y no ha sido todavia reco- gida por los Sres. Zapater, Benedicto y Almagro. — Véase Not. bot., fase. 4.°, pag. 17, en donde indico la tinica manera de distinguirlas, faltando las flores. Puede consultarse tam— bién el fasciculo 6.° D. verna L.— Blancas. Mayo. Camelina microcarpa Andrz.— Blancas. Mayo. Biscutella auriculata L.—Blancas. Mayo. B. pyrenaica Willk.!—Blancas. Mayo, Junio. 4 thionema ovalifolium Boiss.— Blancas. Mayo. Thiaspi alpinum Jacq.—Blancas. Abril, Mayo. Th. per foliatum L.— Blancas. Mayo. Lepidium satioum L.—Tramacastilla. Mayo. L. hirtum DC. b) parviflorum Pau.—Blancas. Mayo. El Sr. Almagro indica ademas una variedad pauciflora en Blancas. L. graminifolium L. b) suffruticosum Pau, Not. bot., fas— ciculo 6.°—Z. /beris Almagro.—Tramacastilla. Junio. L. latifolium \..—Tramacastilla. Junio. Rapistrum rugosum All. Cistus laurifolius L.—Noguera, Blancas, Bronchales. Julio. Tuberaria vulgaris Willk.—Blancas. Junio. Helianthemum paniculatum Dun.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. i. ledifolium W.b) micropetalum Coss.—Blancas. Mayo. H. intermedium Thib.—Blancas. Mayo, Jnnio. DE HISTORIA NATURAL. 39 HI. montanum Vis. incanum acutifolium Willk. — Blancas. Junio. Al. glaucum (Cay.) 7’. erectum.— Blancas. Junio. H. vulyare G. flavum genuinum, discolor oblongifoliwm Willk. —Tramacastilla. Junio. H. polifolium P. var. angustifolium Koch.—Tramacastilla. Junio. H. hirtum P.—Blanecas. Junio. H. wmbellatum Mill.—Blancas, Monte Herrera. Julio. Hl. Fumana Mill.—Tramacastilla, Blancas. De Mayo a Sep- tiembre. Viola arenaria DC.—Blancas. Mayo. V. arvensis Murr., forma ¢asifolia Pau, Not. bot., fasc. 6.°— Blancas. ? Reseda aragonensis Los. Pard.—Blancas. Mayo. k. lutea L.—Blancas. De Mayo a Septiembre. £. virgala B. et R.— Monte de Herrera. Junio. Cf. Pau, Not. bot., fasc. 6.°, pag. 20. Parnasia palustris L.—Bronchales, Griegos. Septiembre. Polygala rosea Desf. var. occidentalis Willk.—Ojos negros. Julio. P. calcarea F. Schultz.—Tramacastilla. Mayo, con la varie- dad sudrosea Loscos, que no conozco. Silene inflata Sm.—Blancas. Junio. iS. contca L.—Blancas. Junio. S. nutans L. var. viridella Otth.—Blancas. Junio. S. nevadensis Boiss.—Blancas. Julio? Melandryum pratense Boehl.—Monte Herrera. Julio. También indica el Sr. Almagro en el mismo sitio el M. si- vestre Roehl., que no he visto ni conozco de Aragon. Agrostemma Githago L.—Tramacastilla. Junio. Saponaria ocymoides L.— Monte Herrera. Junio. Vaccaria parvifiora Mench., forma grandiflora Pau, Not. bot., fasc. 6.°—V. grandiflora J. et Sp.—Blancas. Junio. Dianthus Armeria L.—Prados del Monte Herrera. Junio. D. laricifolius B. et R.—D. Caryophylius Asso.—Tramacas- tilla. Junio. Hoy creo que el D. /aricifolius Asso constituye en totalidad el D. Caryophylius de Asso. D. brachyanthus Boiss. var. alpinus Willk.—Tramacastilla, Junio. 40 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA D. lusitanicus Brot.—Riscas de Herrera. Junio. Mi D. furcatus de la pagina 24 y fasciculo 4.° es una forma poco diferente. Alsine tenuifolia Crtz.—Blancas. Junio. Arenaria montana L.—Monte Herrera. Junio. A. Loscosit Tex.—Blancas. Junio. Stellaria media Vill.—Blancas. Abril. Cerastium per foliatum L.—Blancas. Abril. Holosteum umbellatum L..—Blancas. Mayo. Linum suffruticosum L.—Blancas. Junio. L. Narbonense L.— Blancas. Junio. Malva trifida Cav.—Tramacastilla. Junio. Geranium pyrenaicum L.—Tramacastilla. Junio. G. molle L..—Al] pie de las riscas de Herrera. Junio. G. lucidum L.—Idem, id. Erodium cicutarium 1”H.—Todo el ano. Hypericum hyssozifolium Vill.—Tramacastilla. Junio. Unica localidad aragonesa. H. perforatum L..—Tramacastilla, Blancas. Agosto. Rhamnus lycioides L.—Gea, Blancas. Mayo. kh. pumila L.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. Rh. Alaternus L.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. Rh. Frangula L.—Orihuela, Al. Septiembre. Genista purgans DC.—Bronchales, Orihuela. Julio. G. pilosa LL.—Ojosnegros, en la Sierra Herrera. Julio. G. florida 1..— Riscas de Bronchales. Julio. G. Lobelit DC.—Blancas, comunisima. Junio. También abunda en Monreal del Campo (Benedicto), y tam- bién es conocida con el nombre vulgar de Toyago. G. Scorpius DC.—Blancas. Junio. G. hispanica L..—Orihuela. Julio. Argyrolobium Linneanum Walp.—Tramacastilla. Junio. Ononis rotundifolia L.—Tramacastilla. Julio. O. Natriz L.—Tramacastilla. Junio. O. procurrens Wallr.—Tramacastilla. Junio. Anthyllis Webbiana Brot. R., forma hispida.—Blancas. Mayo, Junio. Véase mi parecer acerca de esta planta aragonesa en el fas- ciculo 6.° y pag. 43. Medicago sativa L..—Blancas. Mayo. DE HISTORIA NATURAL. 4] MM. minima Lam.— Blancas. Junio. M. Gerardi \Kit.—Blancas. Junio. Trifolium rubens L.—Blancas, Tramacastilla. Julio. T. arvense L.—Blancas. Julio. T. resupinatum L.—Prados del Monte Herrera. Julio. T. repens L.—Blancas. Junio. T. celiibericum Pau.—Blancas. Junio y Julio. Astragalus hamosus L.—Tramacastilla. Junio. A. austriacus L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. A. turolensis Pau.— Blancas, Tramacastilla. Junio muy comun. A. incurvus Desf.—Blancas, Tramacastilla. Mayo. A. macrorhizus Cav.—Blancas. Mayo. A. muticus Pau.—Villar del Cobo. Julio. Sus diferencias y sinonimia en mi fasciculo 6.°, pag. 46. Vicia striata M. B.—Tramacastilla, Blancas. Junio. V. onobrychioides L.. b) microphylla Willk.—Blancas. Julio. V. tenuifolia Rth.—Blancas. Julio. Orobus canescens L. f.—Blancas, Tramacastilla. Julio. Lroum hirsutum L.—Monte Herrera. Junio. Hippocrepis glauca Ten.—Blancas. Junio. H. comosa L.—Tramacastilla. Junio. Coronilla minima L.—Tramacastilla. Junio. Prunus spinosa L.—Tramacastilla, Blancas. Junio. P. Mahaleb L..—Tramacastilla, Noguera. Julio. Spirea Filipendula L. — Tramacastilla, Blancas. Junio- Agosto. Geum urbanum L.—Villar, Blancas. Mayo. G. nivale L.—Villar. Mayo. Potentilla opaca L.— Blancas. Abril. P. verna X subacaulis Pau.—Blancas. Abril. P. subacauli X verna Pau.— Blancas. Abril. P. verna L.—Blancas. Abril. P. Nevadensis Boiss.—Blancas. Abril. Aunque no he visto esta planta, no considero dudosa su existencia, por parecerme haberla recogido en Penagolosa, segtin dije en mi fasciculo 6.°, pag. 49. Le rogaré al Sr. Alma- ero me regale algun pliego. P. velutina Lehm.—Blancas. Mayo. P. reptans L.—Blancas. Junio. 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA P. rupestris L.—Bronchales, Herrera. Junio. P. argentea L.—Orihuela, Ojosnegros. Junio-Septiembre. P. recta L.—Monte Herrera. Julio. Como nueva para la flora aragonesa. P. hirta L.—No Ueva el Catalogo esta especie, que recibi y guardo en mi coleccién, segin hago constar en la pag. 49 de mi fasciculo 6.° con estas palabras: «La muestra del Sr. Alma- gro parece pertenecer al tipo y no a la variedad angustifolia (P. angustifolia DC.=P. lata Rchb.).» P. pensylvanica L.—Tramacastilla, Villar. Junio. Rosa micrantha Sm.—Blancas. Junio. | Rk. dunalis Bedwt.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Rk. myriacantha DC.—Blancas. Junio. R. rubiginosa L.—Pozuel. Junio. R. canina L.—Blancas. Julio. Poterium dictyocarpum Spach.— Blancas, Tramacastilla. Julio. Sorbus Aria L.—Tramacastilla, en las riscas de las Hoces. Agosto. Amelancher vulgaris M. -- Tramacastilla, Blancas. Mayo, Junio. Epilobium parviforum Schreb.—Tramacastilla. Agosto. E. hirsutum L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. Bryonia dioica L.—Blancas, Ojosnegros. Telephium Imperati L.—Ojosnegros, Blancas. Julio. Paronichia argentea Lam.— Blancas. Mayo. Herniaria glabra L.—Blancas. Mayo. Pistorina hispanica DC.—Blancas. Agosto. Scleranthus annuus L.—Blancas. Junio. Sedum album L.—Tramacastilla, Blancas. Junio. S. amplexicaule DC.—Tramacastilla, Blancas. Junio. S. brevifuliwm DC.—Tramacastilla, Monte Herrera. Julio. Ribes Uva crispa L.—Tramacastilla, Villar del Cobo. Julio. R. alpinum L.—Villar del Cobo. Julio. Sazifraga carpetana B. et R.—Blancas. Junio. Caucalis daucoides L— Blancas. Mayo. Angelica villosa Lag.—Tramacastilla: flor, Junio; fr. Sep- tiembre. Bupleurum rotundifolium L.—Tramacastilla. Junio. B. cpacum Lge.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. DE HISTORIA NATURAL. 43 B. rigidum L.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. Trinia vulgaris DC.—Blancas. Mayo. Scandiz australis L.—Blancas. Junio. Viburnum Lantana L.—Tramacastilla. Agosto. Lonicera hispanica Boiss.—Riscas de Bronchales. Junio. Lonicera Etrusca Santi.— Monte Herrera. Julio. Lonicera Xylosteum L.—Tramacastilla, Noguera. Agosto. Galium tricorne ;With.—Blancas. Mayo. Sherardia arvensis L.—Blancas. Mayo. Crucianella angustifolia L.—Blancas. Mayo. Centranthus Calcitrapa DC.—Blancas. Junio. Valeriana oficinalis L.—Villar del Cobo. Agosto. V. tuberosa L.—Tramacastilla, Blancas, Pozuel. Mayo, Junio. Valerianella carinata Lois.—Blancas. Mayo. Solidago Virga aurea L.—Tramacastilla. Julio. Dipsacus pilosus L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. Linosyris vulgaris Cass. b) pratensis.—Guadalaviar, Bron— chales. Agosto. Aster Willkhomm#ti C. H. Sch.—Tramacastilla, Blancas. Julio. A. acris L,—Tramacastilla. Septiembre. Bellis perennis L.—Blancas. Todo el afio. S. celtibericus Pau.—Tramacastilla, Dehesa de Guadalaviar. Agosto. Artenisia Assoana Willk.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. Anthemis tinctoria L.—Villar del Cobo. Junio. Pyretrum pulverulentum Lag. d) a/pinum.—Monte Herrera. — — b) favum.—Blancas. Julio. Acerca de esta especie polimorfa véase mi opinién Wot. bot., fasc. 6.°, pag. 61. Achillea tomentosa L.—Blancas. Mayo-Julio. A. microphylla W.—Blancas. Junio. A. Zapaterti Pau.— Guadalaviar, Orihuela. Septiembre. Ormenis nobilis Gay.—Monte Herrera. Julio. Inula montana L.—Tramacastilla. Agosto. Jasonia tuberosa DC.—Tramacastilla. Blancas. Agosto. J. glutinosa DC.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. Filago spathu'ata Pr.—Pozuel. Agosto. Echinops Ritro L.—Tramacastilla, Blancas. Julio-Septiembre, Onopordum acaule L.— Blancas. Julio. Picnomon Acarna Cass.—Blancas, Tramacastilla. Julio. 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Cirsium castellanum W.—Tramacastilla. Julio. C. lanceolatum Scop.—Tramacastilla, Blancas, Agosto. C. Odontoleyis Boiss. —Tramacastilla, Blancas. Agosto. C. acaule All. b) microcephalum Wk.—Tramacastilla, Blan- cas. Julio. Carduus Gayanus Dur.—Blancas. Mayo. Este es el Carduus nim. 2623 de Loscos, supl. 2.°, pag. 187, seglin dije en la pag. 66 del fasciculo 6.° Carduncelius milissimus DC.—Tramacastilla. Junio. C. Monspeliensium All.—Tramacastilla, Blancas. Junio. Centaurea lingulata Lag. — Guadalaviar, Monte Herrera. Mayo y Septiembre. C. Cyanus L.—Tramacastilla. Mayo. C. cephalariefolia Wk.—Tramacastilla, Blancas. Junio-Sep- tiembre. C. tenuifolia Duf.—Blancas. Julio. C. ornata W.—Blancas, Tramacastilla. Agosto. C. amara L.—Guadalaviar. Agosto. Kentrophyllum lanatum DC.—Tramacastilla, Blancas. Julio. Crupina vulgaris Cass.—Tramacastilla, Blancas. Julio. En Blancas, ademas la forma microplera. Jurinea humilis Willk.—Blaneas. Junio. Serratula albarracinensis Pau.—Blancas. Julio. Leuzea conifera L.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Atraclylis humilis L.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Xeranthemum inapertum W.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Catinauche cerulea L..— Blancas. Junio. Lapsana communis L.—Tramacastilla. Mayo. Taraxacum obovatum DC.—Blancas. Mayo, Septiembre. Lactuca muralis Gertn.—Bronchales. Mayo. L. tenervima Pourr.—-Tramacastilla. Mayo. Zollikoferia pumilla DC.—Blancas. Julio. Hieracium Pilosella L.—Tramacastilla. Julio. H. jabalambrense Pau.—Blancas. Junio. La sinonimia de esta especie es H. Hliseanum Arv. Touv.! = H. aragonense Scheele var. Trae el Catalogo, del mismo Blancas, un #. Reverchonit Willk. que desconozco en absoluto. Andryala ragusina J.—Tramacastilla. Junio. Scolymus hispanicus L..—Tramacastilla, Blancas. Julio. DE HISTORIA NATURAL. 45 AXanthium Strum+rium L.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. X. spinosum L.—Blancas. Septiembre. Jassione montana L.— Blancas. ~ Specularia castellana Lange.—Blancas Campanula iusitanica L.—Monte Herrera. Julio. Con este nombre hase dado en Espana otra especie, para nosotros muy diversa; por lo que precisa consultar mi fas- ciculo 6.° y paginas 76 y 77. C. Frinus L.—Blancas. Junio. Arctostaphylos Uva ursi Spr —Blancas, Tramacastilla: flor, Mayo; frut. Septiembre. Primula oficinalis Jaq.—Tramacastilla. Mayo. Androsace maxima L.—Blancas. Mayo. Glauz maritima L.—Blancas, en Charcondo. Julio. Coris monspeliensis L.—Blancas. Junio. Ligustrum vulgare L.—Tramacastilla. Julio. Jasminum fruticans L.—-Tramacastilla. Junio. Vincetoxicum nigrum L.—Tramacastilla, Ojosnegros. Julio. Erythrea Barreliert Duf.—forma? (F#. turolensis Pau?).— Tramacastilla, Blancas. Julio. También trae el Catalogo la &. Centaurium P. con duda, que no he visto. La F. turolensis se aparta de la #. major H. et L: = F&. Bar- reliert Duf. por sus hojas radicales mas cortas, mas anchas y corolas menores. FE. tenuiflora H. et L —&. pulchella Fr. b) maxima.— £. lati- Jolia auct. hisp (Pau, Wot. Got., fasc. 6.°, pag. 79).—Villar del Cobo. Agosto. Convolvulus lineatus L.—Tramacastilla, Blancas. Sympytum Almagroi Pau, Not. bot. fasc. 6.°, pag. 79.— Rio de Tramacastilla. Junio, 1894. El] Catalogo trae el 8. tubcrosum L. de Tramacastilla, pro- bablemente refiriéndose al anterior, pues yo no vi otro; y si asi fuera, extrano la determinacidn comunicada, porque nada tiene que ver, especificamente, el S. Almagroi con el 8. tube- rosum, por sus corolas pequenas y por el habito de S. medtter- raneum K. Lithospermum frut cosum L —Blancas, Tramacastilla. Mayo. L. officinale L.—Tramacastilla. Junio. L. arvense L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. 46 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Echium vulgare L.— Blancas, Tramacastilla. Mayo, Sep- tiembre. Con seguridad en estas localidades e] #. flavum Desf. tam- bién. Ya ha tiempo que D. Bernardo Zapater lo recogidé en la Sierra. Myosotis stricta Lk.—Monte Herrera. Junio. Cynog'ossum cheirifolium L.—Blancas. Junio. Asperugo procumbens L—Blancas, Tramacastilla. Julio. Solanum nigrum L.—Blancas, Tramacastilla. Septiembre. S. Dulcamara L.—Tramacastilla. Julio. Anarrhinum bellidifoliunm Desf.—Tramacastilla. Agosto. Linaria robusta Loscos.—Blancas. Junio-Septiembre. . Tournefortii Lge.—Monte Herrera. Julio. . hirta M.—Blancas. Mayo. . aragonense Loscos.—Blancas. Mayo. . melanantha B. & R.—Blancas. Abril. . crassifolia DC.— Blancas. Mayo. . delphinioides Gay.— Monte Herrera. Julio. . repens Mill.—Blancas. Junio. Veronica jabalambrensis Pau.—Monte Herrera, Tramacasti- lla, Pozuel. Junio-Agosto. En alguna de las localidades indicadas la V. A ssocum Willk. —La V. jabalambrensis Pau (1887)= V. commutata Willk. (1891). Cf. Wot. bot., fasc. 6.°, paginas 84 y 85. V. polita Fr.—Blancas. Mayo. V. hederafoliz L..— Blancas. Junio. El Sr. Almagro indica en la lista la V. arenarva? (nombre que desconozco) cerca de Blancas, en las Riscas del Orcajo. aQuiso escribir V. arvensis? Digitalis purpurea L. b) tomentosa Wbb.—Bronchales. Agosto. D. obscura L..—Tramacastilla, Blancas.—Junio-Agosto. Odontites longifora Whb.— Tramacastilla, Blancas. Sep- tiembre. 0. commutata Pau, Not. bot., fasc. 6.°, pag. 85.—0O. viscosa auct. tur.—O. hispanica auct. arag. — Tramacastilla. Sep- tiembre. 0. albarracinensis Pau in litt. ad Almagro.—0O. aragonensis Willk.!—Noguera, camino de Tramacastilla. Agosto. El Sr. Almagro fué el primer naturalista que descubrio esta especie nueva; comunicé el descubrimiento a los Sres. Zapa- NNN WAWAYa DE HISTORIA NATURAL. 47 ter y Reverchon, y este ultimo viajero la publicé en el extran- jero como cosa suya, ocultando el nombre del verdadero des- cubridor. O rubra P.—Tramacastilla. Julio. Origanum valgare L —Tramacastilla, Bronchales. Agosto. Thymus Mastichina L.—Tramacastilla. Junio. T. angustifolius P.—Blancas. Junio. Calamintha al;ina Bth.—Monte Herrera. Junio. Salvia lavandulefolia Vah\.—Blancas, Tramacastilla. Julio. S. @thiopis L —S. argentea Clem.—Blancas, Tramacastilla. Junio. S. Verbenaca L.—Blancas, Tramacastilla. Mayo. S. pratensis L.—Monte Herrera. Junio. Marrubium vulgare L. —Blancas, Tramacastilla. Junio-Sep- tiembre. Brunella vulgaris L.—Tramacastilla. Mayo. B. hyssoprfolia Lamk.—Monte Herrera. Junio. B. alba Pall.—Monte Herrera. Junio. Nepeta Nepelella K.—Tramacastilla. Mayo. N. amethystina Desf.—Blancas Junio. Lamium amplexicaule L.— Blancas, Tramacastilla. Mayo- Agosto. Ballota nigra L.—Blancas, Tramacastilla. Junio-Septiembre. Phlomis Herba-venti L.—Blancas. Septiembre. Sideritis hirsuta L.—Tramacastilla. Mayo. S. spinosa Lam.—Blancas. Junio-Agosto. S. montana L.—Blancas. Junio. Ajuga Chamepitys Schreb.—Blancas. Junio. Teucrium expassum Pau.—Z'. capitatum Loscos.—Tramacas- tilla. Julio. T. Chameirys L.—Blancas. Junio. T. gnaphalodes Vah\.—Blancas. Junio. Verbena oficinalis L.—Blancas, Tramacastilla. Julio. Pilantago serpentina Vill.—Blancas. Mayo. P. carinata Schrad.— Blancas. Orihuela, Guadalaviar. Sep- tiembre. , P. Lagopus L.—Blancas. Junio. P. lanceolata L.—Blancas. Julio. _ var. eriophylla.—Guadalaviar. Julio. P. albicans L.—Blancas. Julio. 48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Armeria allioides Boiss.— Blancas. Julio. Globularia valentina Ort.—Pozuel. Junio. Amarantus viridis L.—Tramacastilla. Agosto. Blitum virgatum L.—Tramacastilla, Orihuela. Septiembre. Kochia prostrata Schrad —Daroca, Teruel. Septiembre. Rumex intermedius DC.—Blancas. Agosto. También viene indicado el R. papillaris B. & R., que no he visto. Polygonum aviculare L. var. vegetum.—Blancas. Julio. Thymelea thesioides Endl.—Th. pubescens Loscos!—Blancas. Mayo-Agosto. Thesium divaricatum A. DC.—Th. linophyllum Asso.—Blan- cas. Julio. Oxyris alba L.—Blancas. Julio. Aristolochia Pistolochia L.—Blancas. Junio. Euphorbia serrata L.—Blancas. Junio. E. polygalefolia Boiss.—Blancas. Julio. Quercus Tozza Bosc.—Noguera, Bronchales, Octubre. Q. Lusitanica Lam.—Tramacastilla. Septiembre. Saliz alba L.—Tramacastilla. Junio. S. inewma Schrad.—Tramacastilla. Septiembre. Ephedra scoparia Lee.—Blancas. Junio. Merendera Bulbocadium Ram.—Blancas, Tramacastilla, Ori- huela. Agosto, Septiembre. Colchicum triphyllum Kze.— Blancas, Tramacastilla. Sep- tiembre, Marzo. Ornithojalum belicum Bois.—Blancas. Julio. El Catalogo Neva un Allium multiflorum Desf., variedad Zapatert sin autor alguno. Es muy dificil que este tipo se en- cuentre en la Sierra de Albarracin. Musecrri racemosum DC.—Blancas. Abril. M. comosum Mill.— Monte Herrera. Julio. Asphodelus fistulosus L.—Blancas Agosto. A. curasiferus Gay.— Blancas. Julio. Polygonatum vulgare Desf.—Tramacastilla. Junio. Narcissus triandrus . (Asso). — Meneras de Ojosnegros. Mayo. N. juncifolius Lag. b) parviforus.—Blancas. Febrero-Abril. N. Bulbocodium L.—Blancas, Bronchales, Griegos, Villar del Cobo. Marzo. “DE HISTORIA NATURAL. 49 Orchis carpetana Willk.— Monte Herrera. Junio. O. laxifiora Lam.—Monte Herrera. Junio. Luzula montana DC.—Blancas. Mayo. Ni he visto esta planta, ni conozco esta especie. Carex dioica L.—Blancas. Abril. No he visto muestras de esta especie. C. muricata L.—Blancas. Junio. C. glauca Scop.— Blancas. Abril. C. humilis Legss.—_Blancas. Abril, Marzo. C. hordeistichos Vill.—Blancas. Mayo. Anthoxanthum odoratum L.—Blancas. Mayo. Alopecurus castellanus B. et R.—Blancas. Junio. Echinaria capitata Desf.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Mibora verna P. B.—Blancas. Abril. Pertenece esta plantita a género nuevo en la flora arag‘o- nesa, descubierta el ano anterior por D. Benito Vicioso. Agrostis truncatula Parl.—Tramacastilla. Junio. No indicada en Aragon hasta el dia. Stipa barbata Desf.—Tramacastilla, Blancas. Julio, Agosto. S. Lagasce P. B.—Blancas. Julio. Piplatherum paradozum P. B.—Cristo M. Herrera. Julio. Aira lendigera Lag.—Blancas. Julio. Avena bromoides Gm.— Blancas. Julio. Trisetum ovatum P.—Blancas. Julio. Kelleria vallesiaca Gau.—Blancas. Mayo. XK. phleoides P.—Blancas. Mayo. Schismus marginatus P. B.—Blancas. Julio. Poa bulbosa L..—Blancas. Mayo. P. pratensis L.—Blancas. Mayo. Briza media LL.—Tramacastilla. Julio. Melica Magnolw Godr.—Tramacastilla, Blancas. Julio. Scleropoa rigida Gris.—Blancas. Julio. Dactylis glomerata ..—Tramacastilla, Blancas. Julio. Molineria minuta Par|.—Blancas. Julio. Cynosurus elegans Dest.—Blancas. Mayo. Festuca ovina L. —Blancas. Julio. F. indigesta Boiss.—Blancas. Julio. F. Hystriz Boiss.—Blancas. Julio. Bromus arvensis ..—Tramacastilla, Blancas. Julio. B. Tectorum L..—Blancas. Julio. ACTAS DE LA SOC. ESP — XXV. q 50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA B. rubens L..—Blancas. Julio. B. erectus Huds.—Blancas. Mayo. B. mollis \..—Blancas. Mayo. Elymus Caput;Meduse L..—Blancas, Tramacastilla. Julio. Hygilops ovata U.-—Blancas, Tramacastilla. Julio. Wangenheima Lima Trin.—Blancas. Julio. Lolium rigidum Gaud.—Blancas. Mayo. Nardurus tenuiforus Boiss.—Blancas. Junio. N. Lachenalii Godr. b) aristatus Bss.—Monte Herrera. Julio. Ceterach oficinarum W.—Blancas, Tramacastilla. Mayo. Polypodium vulgare L.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Asplenium leptophyllum Lag. Rodr.—Blancas. Junio. A. Trichomanes LL.— Blancas. Junio. A. Adiantum nigrum L.— Blancas. Julio. Cystopterts fragilis Bernh.—Blancas. Junio. Adiantum Capillus Veneris L.—Tramacastilla. Junio. Bee SINT Flelianthemum lineare P.—Blancas. Junio.—Crategus mono- gyna Jacq.— Blancas. Mayo.— Silene nutans L. var. viridella Otth.— WS. viridifora Asso!—Monte Herrera. Junio.— Reseda luteola L.—Blancas. Mayo.—Anthericum intermedium Willk.— Blancas. Agosto.—Dipcadi fulvoum Webb.—Blancas. Agosto.— Periballia hispanica Trin.—Teesdalia nudicaulis R. Br.—Seselt montanum L.—Cynodon Dactylon P.—Silene nevadensis Boiss. —Crucianella angustifolia L.—Lepidium fruticosum L..— Ruta montana L.—Calamintha rotund/folia Willk.— Allium panicu- latum L.—Scabiosa monspeliensis Jacq.—Preslia cervind Fresen. —Veronica Anagallis L.—Carlina vulgaris L. b) spinosissima Willk.— Mentha tomentella Hee. Lk.—Centaurea Pouzini DC. — Andropogon Ischenum L.—Scilla autumnalis L. (Montes de Blancas; Sept. 1895, como nueva para la flora aragonesa).— Armeria plantaginea W. (como nueva también en Aragon) — Rhamnus Cathartica L. (Tramacastilla). — Datum Tatula UL. (Tramacastilla).—Aphyllanthes Monspeliensis L.—A llium sphe- rocephalum L. (Tramacastilla).— Agrostis nebulosa Boiss. & Rt. DE HISTORIA NATURAL. 51 — Leontodon carpetanus Lge. — Taraxacum erythrospermum Andrz.—Symphytum tuberosum L. (Consta en mis notas, toma- das al tiempo-de revisar las muestras, 4 continuacién del S. Almagroi; por lo cual lo dicho atras debe pasarse por alto.) —Scorzonera crispatula Boiss.— Rhinanthus major Ehrh.— Lu- zula campestris DC.—(lapsu calami gmontana?— Orchis sestu- lata L..—Vicia onobrychioides L.—Thymus vulgaris L.—Cam- panula glomerata L. La adicién del Catalogo no consta de tantas especies; pero he creido oportuno afiadir las anotadas en mis apuntes y omi- tidas por el Sr. Almagro en su lista. También incluyo unas pocas que recibi estos dias. Seria de mucho consuelo para mi que la presente lista fuera del agrado del Sr. Almagro. SECCION DE SEVILLA. Sesién del 20 de Enero de 1896. PRESIDENCIA DE D. ANTONIO GONZALEZ Y GARCIA DE MENESES. —Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —Tom06 posesion la nueva Junta. —KEl Sr. Barras leyé y entrego para que sea remitida a Ma- drid y pase a la Comisién de publicacion de los ANALES una Memoria acerca del género Acridium y géneros proximos que se han ido desmembrando de él. —Terminada la lectura, y no habiendo otros asuntos de qué tratar, se levantdé la sesion. Sesi6én del 16 de Febrero de 1896. PRESIDENCIA DE D. MANUEL DE PAUL. —Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —KEl Sr. Presidente dijo breves palabras manifestando el g@usto con que la Sociedad veia llevadas a cabo las excursio- 52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA nes que algunos de sus individuos tienen proyectadas con objeto de recoger ejemplares de los aerolitos que se dicen haber caido en esta provincia. —KEl Sr. Secretario ley la siguiente nota: «Tenantita de Rio-Tinto. »Ignorando si hasta la presente ha sido descrita 6 siquiera mencionada la tenantita de Rio-Tinto, me ha parecido opor- tuno presentar a la Sociedad esta ligera nota, resultado del estudio de ejemplares de mineral conocido con el nombre de negrillos, que ha puesto a mi disposicion nuestro distinguido consocio el Sr. D. Antonio Gonzalez, el cual hizo una deter- minacién del cobre de dichos negrillos con un objetivo pura- mente industrial. »Los ejemplares que he examinado muestran un color gris de acero muy uniforme. Su homogeneidad es completa, y al primer golpe de vista parece tratarse de una especie aislada y no de una mezcla, como realmente acontece. »Se trata, en efecto, de una mezcla equiponderal de galena y tenantita de densidad 6,19 4 la temperatura de 21°,2 C., den- sidad muy aproximadamente igual a la tedrica. El color, gris acerado, como he dicho, aparece brillante y metalico en la raya. La dureza es algo menor que lia ordinaria de la tenan- tita y esta comprendida entre 3,5 y 4. Tine de negro el bizco- cho de porcelana. »Funde al soplete, dando una escoria negra de grafito muy magnética. Sobre el carbon da fuerte olor sulfuroso y humos ligerisimos de antimonio, dejando un residuo pardo, muy fra- gil y no magnético. Este mismo residuo se obtiene también en el tubo abierto. »En el tubo cerrado da sublimado rojo en caliente y ama- rillo en frio, y algo lejos del punto de caldeo se depositan pequenisimos cristales brillantes. »Calentado con la sosa en el tubo cerrado, deja un subli- mado blancuzco casi imperceptible y se desprenden vapores de fuerte olor arsenical. »E1 acido nitrico lo ataca vivamente en frio, separandose azu- fre y un ligero depésito blanco debido a la presencia del anti- monio. DE HISTORIA NATURAL. 53 »La disolucioén filtrada y tratada por el minio en caliente no produce ni Aun una tinta rosada, sefal evidente de la ausen- cia del manganeso. »La disolucién en el acido nitrico diluido precipita en blanco por el acido sulftirico (plomo).» —El Sr. Barras ley la siguiente Lista de los liquenes de Andalucia que existen en el Museo de Historia natural de la Universidad de Sevilla, coleccionados por D. Salvador Calderon. _Leptogium sp.—Moron. Cladonia fimbriata.—Constantina. Marzo. — endiviefolia.—Sobre tierra. Alcala de Guadaira, Mo- ron, Fuente Piedra. Julio. — alcicornis F\k.—Sobre tierra. Morén. Enero. — pyxidata Fr. var. pocillum Ach.—Sobre caliza descom- puesta. Alcala de Guadaira. Mayo.—Constantina. Marzo. Evernia Prunastri L.—Dos Hermanas, Constantina. Marzo. Ramalina fastigiata Ach.—Sobre encinas. Fuente Piedra. Ju- lio.—Constantina. Marzo. = evermioides Nyl.— Sobre pino. Dos Hermanas. Peltigera sp.—En el suelo. Constantina. Marzo. Parmelia caperata L.— Alcala de Guadaira. — perlata? L.—Dos Hermanas. = conspersa Khrh.—Sobre pizarra. Constantina. — tiliacea Ach.—Moron. Enero. — proliza Ach.—Sobre cuarcita. Constantina. Marzo. Usnea ceratites.— En el corcho. Provincia de Sevilla. — barbata Fr.—Constantina. Marzo. Physcia parietina L.—Tejados de Sevilla. Troncos de alamos.— Idem. Mayo.— Moron. Diciembre... — — L. var. ectanea Ach.—Moron. Enero y Julio. — Stellaris L. var. aipolia Ach.—Constantina. Marzo,— Sobre encinas. Fuente Piedra. Julio. Unbilicaria pustulata Hoffm.—Fregenal (Badajoz). Squameria crassa D. C.—Sobre la tierra. Moron. Julio.— Sobre caliza. Alcala de Guadaira. Mayo. _ lentigera D. C.—Carmona. 54 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Squameria saxicola Poll.—Moron. Julio. Placodium callopismum Ach.—Sobre caliza. Alcala de Guadaira. — murorum Hoffm.—Tejados de Sevilla. Diciembre. — — circinatum Pers.—Moron. Enero. — fulgens D.C.—Sobre caliza descompuesta. Alcala de Guadaira. Mayo. Lecanora conferta Daby.—Tejados de Sevilla. — cinerea Nyl. var. contorta.—Sobre caliza. Constantina. — subfusca Ach. var.2—Sobre paraiso. Sevilla. Di- ciembre. — atrynea Ach.—Sobre pizarra. Constantina. — campestris Schaer.—Sobre arenisca. Constantina. Marzo. — aurantiaca Nyl., var. erythrella Ach.—Sobre caliza. Alcala de Guadaira. Mayo. Pertusaria sorediata Frier.— Moron. Enero. Urceolaria ocellata D. C.—Sobre una noria. Alcala de Guadai- ra. Mayo. Lecidea vesicularis Ach.—Sobre la tierra. Alcala de Guadaira. Verrucaria rupestris D. C. (Tallus cinereus).—Sobre caliza. Al- cala de Guadaira. Mayo. —El Sr. Cafial entregd una Memoria titulada Nuevas explo- vaciones de yacimientos prehistoricos en la provincia de Sevilla. Sesion del 9 de Abril de 1896. PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERON. —Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —Quedaron admitidos como Socios D. Federico Oloriz, Catedratico de la Facultad de Medi- cina de la Universidad de Madrid, propuesto por D. José Rodriguez Mourelo, y D. Francisco Vinals y Torrero, Doctor en Medicina, propuesto por D. Enrique Pérez Zuniga. DE HISTORIA NATURAL. ah) —Se hizo una nueva propuesta. —El Sr. Bolivar, en nombre de nuestro consocio D. Miguel Cunt y Martorell, presenté un trabajo de que es autor este tl- timo, y que versa sobre la fauna entomoldgica de Calella, y en el cual se enumeran multitud de especies observadas en aquella regién y se dan interesantes datos acerca de su ha- bitat y época en que aparecen. . —HEl Sr. Rivas Mateo presenté una extensa Memoria titulada Apuntes para la flora de Caceres, en la que después de un razo- nado prélogo acerca de la geografia botanica de dicha region y sus confines y condiciones naturales, se citan mas de 2.326 especies de vegetales, muchos de ellos por primera vez encon- trados en aquella provincia. —La Sociedad acogiéd con gusto las citadas Memorias, y cumpliendo con lo dispuesto en el Reglamento acord6 pasasen a informe de la Comisién de publicacién. —E]I Sr. Calderén presentd también un trabajo de nuestro malogrado consocio D. Miguel Cala, acerca de la Geologia de Moron y sus yacimientos diatomiferos. Dicha Memoria, que comprende las laboriosas investigaciones del Sr. Cala, quedo a su muerte algo incompleta y falta de ordenacién, pero el se- for Calderén y algtin otro amigo del Sr. Cala han tratado de completarla y piensan que seria lastimoso dejar inédito tan importante trabajo. Acompanan a dicha Memoria numerosas fotografias, per- fectamente ejecutadas, de las diatomeas descritas, que pueden seguramente competir con los mejores trabajos de esta dificil parte de la fotomicrografia. —La Sociedad, haciéndose cargo de las razones expuestas por el Sr. Calderén, acogié dicha Memoria y acordé pasase a estudio de la Comisién de publicacién. —El Sr. Calderon dié algunas noticias biograficas sobre el sabio ingeniero y gedlogo mejicano D. Antonio del Castillo, fallecido en 27 de Octubre préximo pasado, en la capital de su pais, 4 los 80 anos de edad. Dijo que al expresar su senti- miento por tan sensible pérdida, pagaba una deuda de grati- tud hacia un hombre eminentisimo, 4 quien era acreedor de inmerecidas atenciones. Sucedidé el Sr. Castillo 4 su famoso maestro D. Andrés del Rio en la catedra de mineralogia de la Escuela de Mineria, 56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA siendo después director de ésta, desde 1876 hasta su muerte, en cuyo tiempo aumentd las ensefanzas y colecciones de tan importante centro. Obra no menos trascendental fué la Comi- sidn Geolégica mejicana, que él fundé y presidiéd durante mu- chos aos, y de cuya utilidad da testimonio la carta geoldgica de aquella Repwblica. Hl Sr. Castillo escribiéd numerosos trabajos sueltos sobre mi- neralogia mejicana, tanto monograficos como de conjunto, que desgraciadamente andan dispersos y que quizas él mismo hubiera coleccionado y depurado, como estaba haciendo tam— bién con su carta geolégica mejicana. Otras importantes pro- ducciones de sabio tan preclaro, cuya actividad parecia crecer con los anos, versaron sobre Paleontologia, y entre ellos es verdaderamente admirable la monografia titulada Mauna fosil de la Sierra de Catorce, en colaboracién con el reputado ged- logo D. José G. Aguilera. Cuantas veces asistid el finado 4 Congresos cientificos en representaciOn de su pais, obtuvo las mayores distinciones, como fué concederle la presidencia de una de las sesiones en el de Paris de 1889 y formarle una vez valla de honor 4 la salida de la sala en el de Washington de 1891. No pudo con- currir, como se proponta, al Congreso de Americanistas, pero a él dedicé su tiltimo trabajo cientifico, remitiendo una piedra hallada en Amanalco, que tiene una capa de lava en que se ven huellas de pies humanos. A este ejemplar concedia mu- cha importancia como testimonio de la existencia del hombre prehistorico en Méjico. En todos los ramos de la ciencia geolégica dejé rastro la actividad y el talento de D. Antonio del Castillo; pero ademas su gran cultura abarcaba otras diversas materias, y particu- larmente la literatura, de que era muy apasionado. Sabio, diligente, honrado y buen ciudadano, el finado llend como pocos su fecunda existencia. DE HISTORIA NATURAL. a SECCION DE SEVILLA. f- Sesi6én del 13 de Marzo de 4896. \ PRESIDENCIA DE D. MANUEL DE PAUL. ‘ -—Se ley6 y aprobéo el acta de la anterior. —E]l Sr. Presidente did, ante todo, cuenta del fallecimiento de nuestro consocio D. Miguel Cala y Sanchez, dedicandole sentidas frases y encareciendo la necesidad de que alguno de los amigos del finado se encargara de escribir una noticia necroldgica de éste, como se acordd, haciendo constar el una- nime sentimiento de los miembros de la Seccién por tan sen— sible é irreparable pérdida. —Fué admitido como Socio el senor D. José Joaquin Arraez y Carnas, propuesto en la sesién anterior por el Sr. Barras. —E] Sr. Secretario participd el propdsito de algunos senores Socios de la Seccién encaminado 4 formar un Museo regional de productos naturales en Sevilla con los donativos y recolec— ciones de cuantas personas se interesan en el pais por este @énero de estudios; y después de varias observaciones para el mejor éxito de tan loable propdésito, quedé encargada la Junta directiva de hacer las gestiones preliminares para la conse- cucién del proyecto. —E] Sr. Barras did cuenta de las noticias que ha podido reunir referentes 4 la percepcién en Andalucia del gran fend- meno de la explosién del bélido que tuvo lugar en Madrid el dia 10 de Febrero ultimo y de Ja supuesta caida de fragmen- tos del mismo en Mairena del Alcor y algun otro punto; diciendo respecto 4 ésta, que, no obstante asegurar algunas personas haberla presenciado, la verdad es que hasta ahora han resultado inttiles las gestiones hechas para confirmarlo, y que conviene suspender el juicio respecto a si ha habido 6 no proyeccion de fragmentos en la provincia de Sevilla. 58 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —Hl mismo sefor se ocupo después de un trabajo del senor Calderon sobre la «Estructura del terreno terciario del Gua- dalquivir en la provincia de Sevilla», publicado en el Boletin de la Comision del Mapa Geologico de Espana, 1896. —KHl Sr. Cafial leyé la nota siguiente: «El Sr. D. José Vega, vecino de la inmediata ciudad de Car- mona y aficionado a los estudios prehistéricos, ha publicado en La Andalucia del 20 del pasado Febrero una carta, en la que se ocupa principalmente de los hallazgos arqueoldgicos realizados en el ultimo mes, entre los cuales sobresale uno que completa la relacidn de los que tuve el honor de dar cuenta a la Sociedad en la sesién anterior. »Dice asi el Sr. Vega: »Por un querido amigo nuestro nos ha sido donada una lanza de bronce (?) de 16,50 mm. de largo y 0,04 mm. de ancho. Su figura es alargada y puntiaguda, los bordes afilados y cor- tantes, y relativamente bien forjada, constituyendo por esta circunstancia uno de los ejemplares mas notables del periodo de los metales que hemos visto en esta region. »E1 descubrimiento de esta punta de lanza en la necrdépolis de la Cruz del Negro, es un dato mas para su historia y au- menta el numero de los objetos encontrados en este sitio, que tiene un nombre conocido entre los célebres yacimientos de Carmona. »De la misma sepultura donde fué hallada la lanza extrajo el descubridor, entre los carbones, varios pedazos de cobre convertidos casi en escorias. »La circunstancia de ser esta lanza la primera encontrada en dicho lugar (al menos nosotros no tenemos noticias de otras), aquilata su valor y es un nuevo aliciente, pues la com- pleta exploracién de la necrépolis, cuyo estudio, hecho por el Sr. Canal de la parte descubierta, tal vez resuelva un gran problema y aclare un tanto la densa niebla que hasta ahora ha envuelto lo relativo 4 los ultimos tiempos prehistoricos y el comienzo de los histéricos.» DE HISTORIA NATURAL. BY) Sesién del 6 de Mayo de 1896. PRESIDENCIA DE D. JOSE MARIA SOLANO. —Leida el acta de la sesidn anterior fué aprobada. —(Jued6 admitido como socio D. Federico Muguruza, presentado en la sesién anterior por el Sr. Bolivar en nombre de D. Domingo Sanchez y Sanchez, de Manila. —Kl Sr. Vicesecretario did cuenta de las publicaciones ulti- mamente recibidas por la Sociedad como donativo y a cambio, y se acordé hacer constar el agrado con que la Sociedad habia recibido dichos donativos, dando las gracias 4 los senores do- nantes y muy especialmente al Sr. Puig y Larraz por los ejem- plares remitidos del indice de los trabajos publicados en el Boletin de la Comisién del Mapa geoldgico, y 4 D. I. M. Ruiz de Salazar por los que envia de la biografia de su senor her- mano D. Emilio, recientemente fallecido. —Se hizo una propuesta de Socio, que cumpliendo lo dis- puesto en el Reglamento, quedé para ser admitido en la sesion siguiente. —E] Sr. Presidente did cuenta a la Sociedad de haberse re- unido la Junta Directiva de la misma para ocuparse de las cuestiones referentes a la instalacioén de la Sociedad, y parti- cipO que la Biblioteca habia sido trasladada al edificio del Museo del Dr. Velasco, que hoy en parte pertenece al Gabinete de Historia Natural, cuyo Director habia tenido la bondad de autorizar su instalacién, hasta tanto que pudiera encontrarse local mas apropiado. La Junta Directiva acordé tambien que Jas sesiones se siguieran verificando interinamente en el nuevo local del Museo de Historia Natural, por la tarde, puesto que las horas en que dicho Museo esta abierto no consentian cele— brar las sesiones por la noche. —Participéd también el Sr. Presidente, 4 los sefores Socios reunidos, los propdsitos que animaban a la Junta Directiva, 60 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA con objeto de que refiejando el espiritu que anima 4 la Socie- dad, se emprendiese en ocasién oportuna una activa campana de propaganda destinada 4 aumentar el niimero de los asocia- dos y a procurar por cuantos medios fuera posible el engran- decimiento de la Sociedad espanola de Historia Natural, que siempre, dentro de lo que sus pocos medios han consentido, ha sabido cumplir dignamente con los fines para que fué creada. —KEl Sr. Vicesecretario did lectura de una extensa noticia necrologica en castellano que remite nuestro consocio, el ilus- trado entomdlogo D. Napoleén Kheil de Praga, referente al botanico Willkomm, que consagré tantos anos de su laboriosa vida al estudio de la botanica de nuestra patria. Necrologia del profesor Mauricio Willkomm. «El 26 de Agosto de 1895 falleciéd en Wastenberg, Bohemia, ala edad de 74 anos el ilustre profesor de botanica de la Uni- versidad de Praga, cuyo nombre encabeza esta ligera resena. Kl recuerdo de sabio tan eminente esta de tal modo unido a la historia cientifica de Espana, que no es posible dejara de dedi- carse un testimonio de carino en la publicacién de esta Socie- dad, a quien como él consagré casi toda su fecunda vida al esclarecimiento de la flora de ila Peninsula Ibérica, que como nadie conocia. »Nacid Willkomm en Herwigsdorf, en Sajonia, en 1821. Pas6 a Leipzig en 1841 para estudiar alli la medicina y las ciencias naturales, en época en que agitaban a la juventud alemana ideas reformistas con aspiracién 4 la unidad de los pueblos germanicos, cuyo credo, hoy realizado después de la terrible guerra de 1871, era en la fecha antes citada el de un partido perseguido tenazmente como revolucionario. No pocos estu- diantes fueron con semejante motivo juzgados por delito de alta traicién, y entre ellos Willkomm, que se asocié con en- tusiasmo 4 este movimiento liberal, tuvo que emigrar, hacién- dolo 4 Espana, donde vivid subvencionado por amigos que le protegieron, acogiendo con entusiasmo el propdésito de her- borizar por la Peninsula que animaba al joven botanico. Entre estos se distinguid el profesor Kuntz, algunos directores de jardines botanicos y otros amantes de esta ciencia. DE HISTORIA NATURAL. 61 »En estas circunstancias llegd Willkomm a Barcelona en la primavera del ano 1844, entregandose desde luego a su aficién favorita en el Principado y en los alrededores de Valencia; fué después a Madrid, recorrid durante varios meses Andalucia, pasando desde ella al Algarbe, en Portugal, viaje penosisimo y atrevido en aquellos tiempos. Mas le recompensé amplia- mente de sus fatigas el gran numero de plantas nuevas para la ciencia 6 raras al menos que le proporciono. Fruto del mis- mo fué su importante obra «Dos afos en Espana y Portugal», que publico en aleman, dividida en tres tomos, cuando regresé en 1846 a su patria; libro que aun no ha perdido interés, gra- cias a la transcendencia de las excursiones cientificas que contiene. »Graduado de doctor en la Universidad de Leipzig, realizé en 1850 otro segundo viaje por Espana, durante nueve meses, fijandose esta vez en la region de Castilla y de las Provincias Vascongadas. »Regresé después a su pais y se consagré entonces con ardor a componer varias obras de capital importancia que labraron su justo renombre. Entre estas figuran su «Viaje por las pro- vincias del Nordeste y del centro de Espana», Leipzig, 1852 (en aleman); «Investigaciones sobre la organografia y la clasifica- cidn de las globulasicas» (en francés); «Las regiones de costa y de estepas de la Peninsula ibérica y su vegetacién», Leipzig, 1852 (en latin), y «Sertum floree hispanice», Leipzig, 1852. Por entonces comenzo su memorable trabajo titulado «Icones et descriptiones plantarum novarum, criticarum et rariorum Europe austro-occidentalis, preecipue Hispanize» (1852 a 1864), en dos tomos y con 166 laminas. Simultaneamente did a luz otra obra de distinta indole y no mencs famosa: «La Peninsula de los Pirineos» (en aleman), la cual ha sido la fuente princi- pal de cuantos se han ocupado despues de asuntos relaciona— dos con la geografia fisica y botanica de Espana. »Kn 1852 fué nombrado Willkomm privat-docent de botani- ca en la Universidad de Leipzig y mas tarde profesor en la Escuela de Montes de Tharandt, Sajonia, donde publicé en aleman su trabajo sobre «Los enemigos microscépicos de los montes». Desde 1868 hasta 1873 fué catedratico de la Univer- sidad de Dorpart (Rusia) y director del jardin botanico de la misma, en cuyo tiempo escribid algunas obras importantes, 62 ACTAS DE LA SOCIED3ID ESPANOLA como todas las suyas, sobre la flora del imperio moscovita. »Mas los nuevos trabajos y obligaciones no apagaron un momento las preferencias por la flora espanola que abrigo siempre el gran botanico sajén. Desde Dorpat vino por tercera vez A Espana; fijandose entonces en la parte meridional de ella y en el archipiélago balear, recogiendo nuevos datos para su libro «Espana y las Baleares», que vid la luz en Berlin, en 1876. »Nombrado catedratico de Praga en 1873, abandono la Rusia para consagrarse 4 la ensefianza de la botanica en su nuevo destino, que ejercid hasta 1893, en que, cumpliendo los 70 anos, fué jubilado, segtin dispone la ley de Instruccién publica de Austria, que por este medio inexorable se propone dar en- trada 4 los catedraticos jévenes y evitar el estancamiento de la ensenanza. »Retirado 4 la vida privada, atin no pudieron los anos en- friar el entusiasmo de Willkomm por el estudio y en particu- lar por el de la flora ibérica, asi es que los dos ultimos anos de su vida (de 1893 4 1895) se consagraron a componer la gran obra «Sobre la distribucién geografica de las plantas en Kspa- fia», de cuyo libro corrigié once pliegos y el resto ha podido imprimirse, habiendo aparecido el trabajo después de la muer- te de su infatigable autor. »La gran obra del_venerable profesor de Praga es, sin duda, el «Prodromus flor Hispaniz, seu synopsis methodica omnium plantarum in Hispania sponte nascentium vel frequentis cul- tarum que inotuerunt». Este memorable trabajo, fruto de mas de treinta anos de asidua labor, constituye el principal monu- mento que se posee referente a la flora espanola y un modelo de trabajo en su género. Se publicd en colaboracién con J. Lange (aunque la inmensa mayortia es obra de Willkomm, como me lo dijo él mismo confidencialmente), apareciendo en tres tomos, en Stuttgart, de 1861 4 1880. Con objeto de com pletarla con sus nuevos descubrimientos y con los datos pro- porcionados merced & los envios de los botanicos espanoles que le remitian numerosos ejemplares en consulta, did a luz en 1893 un Suplementum & su obra magistral, en 188] 4 1892 un atlas magnifico titulado J//ustrationes fore Hispania insu- larumque Balearicum, que consta de 20 cuadernos con 183 la- minas y multitud de notas y trabajos sueltos. DE HISTORIA NATURAL. 63 »Tratando 4 Willkomm sorprendia tanto como su ciencia su afabilidad y su modestia verdaderamente extraordinarias. Mi amistad con él data de hace once anos y partié de mi pro- yecto de realizar un segundo viaje por Espana, de la que soy muy afecto, y con el proposito preferente de recorrer la Sierra de Filabres, por la que con tanto fruto habia herborizado en 1845 aquel sabio maestro y que tan magistralmente describié en su libro «Las sierras de Granada», aparecido en Viena en 1882. Ninguin titulo mayor podia ostentar para mi amigo que el serlo yo de los espanoles, y asi desde aquel dia reind entre nosotros un afecto y una cordialidad, que no hubiera sido mayor si nos hubiesemos conocido de antiguo y no mediase entre ambos una diferencia de edad de treinta anos. Durante los diez de nuestro trato he visitado seis veces el suelo espanol, nada menos, y debo declarar que mi viejo amigo ha sido la causa principal de que haya menudeado tanto los viajes. Era tanta la alegria que experimentaba leyendo las cartas que desde Espana le escribia y tal su complacencia oyéndome a mi vuelta contar los incidentes y sucesos de mis correrias, que pasabamos en ello largas horas gratamente transcurridas que me incitaban a emprender de nuevo mis excursiones a la pa- tria de Cervantes y Calderon. »Fisicamente era Willkomm hombre de estatura mediana y de finas facciones, tez colorada y fresca y semblante apacible; usaba larga melena cana, asi como el bigote, a la edad avan- zada en que solo le he conocido, Su complexién era sana y vigorosa, conservandose tan incdlume aun en su vejez, que recuerdo me decia no ha mucho, dando una patada en el sue- lo:—jAh, todavia me siento joven!—jPobre Willkomm! ,Quién habia de decirle que poco después aleve enfermedad contraida veraneando en un pueblo del Norte de la Bohemia le habia de conducir tan rapidamente al sepulcro? Cumpliendo su volun- tad fué enterrado en el pueblo de su nacimiento, Herwigsdorf, en Sajonia, donde reposa al lado de los suyos. »Willkomm ejerciéd muchos cargos de caracter cientifico y pedagdgico, presidiéd algunas sociedades sabias y humanitarias de Praga, fué miembro de numerosas sociedades de Historia natural y academias, entre ellas la de Madrid, y obtuvo muchas condecoraciones, como las de comendador de la orden de Esta- nislao de Rusia, de la de Isabel la Catdélica, de la de mérito 64 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de Oldenburgo (Gran Ducado) y caballero de la de Carlos II. »Descanse en paz el venerable maestro, de quien puede de- cirse que fué en vida perfecto caballero, amigo leal, hombre afable y sabio eminentisimo de universal renombre.» —KEl Sr. Calderén did lectura a una carta escrita por Will- komm en que contestaba a unas consultas hechas por este senor; carta que acredita el dominio de nuestra lengua que poseia el ilustre finado, su vivo interés por cuanto se refiere al movimiento cientifico de nuestro pais, y el vigor que con- servaba a los 71 anos, todo lo cual confirma las aseveraciones de la sentida necrologia que acababa de leerse. Anadioé el Sr. Calderon que asi como era justo tributo a la memoria de un sabio casi compatriota nuestro el dedicarle en nuestros ANALES la bien escrita noticia del Sr. Kheil, deberia también constar en ellos el sentimiento de la Sociedad por la pérdida de otro finado no menos ilustre por lo que a la bota- nica fdsil se refiere: el marqués Gaston de Saporta, fallecido el 26 de Enero de 1895. También con Saporta nos unijan lazos, no sdlo de admiracién hacia el sabio genial, sino de patriotismo por su abolengo espanol, del cual hacia gala, y por sus traba- jos sobre la flora fosil ibérica. Una excelente necrologia y retrato del autor de Za evolucion del reino vegetal, escrita por D. Wenceslao de Lima, ha apa- recido en las Communicacées da Direccao dos Trabalhos geologi- cos de Portugal, tomo ul, fase. 1, 1895-1896. —FEl1 mismo Sr. Calderon dijo que el Sr. Macpherson poseia un pequeno ejemplar (3,91 gramos) del meteorito Ultimamente caido en Madrid, cuyo ejemplar esta envuelto por una costra obscura y brillante en casi su totalidad. Anadio que segun el estudio publicado por el Sr. Meunier en los Comptes rendus de la Academia de Ciencias de Paris, la densidad de esta piedra meteorica es de 3,4 y esta compuesta de peridoto, fayalita, piroxeno y feldespato, con granitos de hierro niquelado y pirrotina. Segun este sabio debe referirse al grupo Chiantonita. Por ultimo, indicé el Sr. Calderon que habian llegado a su poder trozos del supuesto meteorito. caido en Mairena del Al- cor (Sevilla), el mismo dia que en Madrid, los cuales desgra- ciadamente no son mas que fragmentos de ofitas transporta- das alli, sin duda, por accidente casual. DE HISTORIA NATURAL. 65 —HEl Sr. Lazaro dio lectura de la siguiente nota: «Segun me indica el botanico D. José Secall, en carta de fecha reciente, ha tenido ocasiédn de observar en la Escuela especial de Ingenieros de Montes del Escorial la existencia del Merulius lacrimans Fabr., especie interesante de hongo poli- poraceo, y acerca de cuya aparicidn me envia las siguientes noticias: «Esta especie, que vive sobre las maderas de construccién y ha causado y causa grandes danos en el Norte y Centro de Europa, en las maderas puestas en obra, sobre todo cuando estan colocadas en sitios himedos, creo haya sido importada en nuestro pais con las muchas maderas del Norte que entran en Espana, principalmente por Bilbao. »Tal especie, ya citada en Portugal, sin duda debe hacer bastantes anos que vive en las maderas de la citada proceden- cia, de las cuales estan construidos no pocos edificios de nues- tras provincias del litoral cantabrico, pero el no haber sido observada por quien la pudiera clasificar ha hecho que hasta ahora no hayamos tenido conocimiento de ella. »A San Lorenzo del Escorial ha sido conducida en un madero de pino silvestre que, entre otras maderas del Norte, se adqui- rid cuando, hara unos tres afios, se construyé el laboratorio ictiogénico de dicha Escuela. »Al encontrarse esa viga, que es la que sin duda alguna traia el micelio del Merulius lacrimans en las condiciones favo- rables, por ser el laboratorio un sitio muy humedo, desarrollé su receptaculo y cuerpos reproductores, que son los que se han mostrado al exterior, y mas tarde he podido también observar las distintas formas de las linfas que constituyen su variado micelio. »No creo que esta especie pueda ocasionar en Espana gran- des danos en las maderas de construccion, 4 no ser en el litoral cantabrico, por necesitarse un estado de gran humedad para su desarrollo y porque las corrientes de aire seco bastan en muchos casos para destruirla.» »Siendo realmente interesante la noticia que debo a la ama- bilidad del Sr. Secall, tanto mas cuanto que creo que es la primera vez que en las provincias del interior se ha obser- vado esta curiosa especie, tengo el gusto de transmitirla 4 la Sociedad.» ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXY. 5) 66 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA SECCION DE SEVILLA. Sesion del 6 de Abril de 1896, PRESIDENCIA DE D. ANTONIO GONZALEZ Y GARCIA DE MENESES. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —Se dio lectura 4 la siguiente nota necrolégica enviada por D. Salvador Calderén: El Dr. D. Miguel Cala y Sanchez. «Mal repuestos todavia del quebranto experimentado en las filas de los escasos naturalistas jévenes espanoles con la pér- dida de Laureano Calderon, Francisco Quiroga y Manuel Janer, un nuevo golpe viene 4 destruir otra esperanza de regeneraciOn cientifica de nuestro pais y a sumir nuestro animo en honda amargura. El querido companero y consocio cuyo nombre encabeza esta noticia, fallecido en Madrid el dia 7 de Marzo ultimo, a4 los 27 anos de edad, apartado del seno de su amorosa familia, era uno de los mejores obreros de dicha abrumadora tarea. »La historia externa del infortunado Cala ha sido demasiado breve para ofrecer sucesos notables ni éxitos ostentosos. Tras brillante carrera habia obtenido el titulo de Doctor en Ciencias naturales, desarrollando como tesis el estudio de la geologia de la region de Moron de la Frontera, de donde era natural, y en particular el del incomparable yacimiento diatomifero que se extiende por el término de aquella ciudad. ;Cuantas dificul- tades se ofrecieron al joven naturalista para llevar a cabo su empeno! La falta de obras de consulta y clasificacién, el apren- dizaje de una técnica tan ardua como especial para separar y preparar las diatomeas, la carencia de medios que aquel estudio delicado requeria, todo lo vencieron las especiales condiciones de inteligencia y caracter tenaz y perseverante del pobre Cala, no sin la ayuda de sacrificios pecuniarios rela- tivamente considerables. Las personas peritas en estos asuntos DE HISTORIA NATURAL. 67 admiran la rara perfeccién con que habia llegado, con elemen- tos notoriamente deficientes, 4 obtener fotografias de las dia- tomeas, incluso las formas mas pequenas, que no desmerecen de lo mejor realizado en este género en el extranjero. »Desgraciadamente estaba ocupandose el finado en ampliar y reformar su trabajo cuando la muerte descargé sobre él subito golpe, y asi los apuntes y materiales han quedado en un estado en que es dificil a otra persona que el mismo autor coordinarlos debidamente; trabajo que intento con temor, aunque alentado por la ayuda insustituible del reputado mi- crografo el Sr. Fungairino, grande amigo del malogrado Cala. »Ni el mencionado trabajo, con dar gallarda muestra de las sobresalientes aptitudes de nuestro desgraciado amigo para este @énero de investigaciones y de su loable tendencia & seguir derroteros originales, ni su hoja de estudios que acre- dita un excesivo esfuerzo, que influyé mas que otra causa alguna en el quebrantamiento de su salud, constituyen sus mayores titulos a esta modesta pero espontanea manifestacién de simpatico recuerdo. Lo que tenia Cala de mas hermoso eran sus condiciones personales, en que maestros y companeros fundaban tantas esperanzas, hoy bruscamente desvanecidas. Inteligente, dotado de una perseverancia incomparable, atrac- tivo por su modestia y noble sinceridad, todos cuantos le han tratado le querian entranablemente. No olvidaran, segura-— mente, sus companieros de estudios de Sevilla la gran partici- pacién que tuvo en los constantes trabajos del arreglo de las colecciones de aquella Universidad y en la formacién de las que alli se crearon. Nadie como él siempre dispuesto 4 encar- garse de las tareas mas penosas y a consagrar a ellas con en- tusiasmo y jovial alegria todas las horas que le dejaban libres sus estudios oficiales. »Cifraba el malogrado naturalista su mayor anhelo en la posesién de una catedra, como medio de consagrarse al cultivo de sus aficiones, para lo que iba reuniendo elementos 4 medida que se lo permitian sus recursos, habiéndose adquirido un magnifico microscopio petrografico, el gran modelo Rei- chert, completo. Manifestaba decidida vocacién hacia los estudios geolégicos, y en las excursiones que con él realicé tuve ocasién de descubrir su notable perspicuidad y elevacién de miras para semejante linaje de investigaciones. 68 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »La muerte de Cala, al atraer el pensamiento 4 los penosos sucesos de las otras pérdidas analogas que hemos experimen- tado en breve tiempo, viene a acrecentar el desaliento que ya sentiamos, viéndonos, al parecer, condenados en este pais a vivir estéril y lastimosamente en prolongado marasmo cienti- fico. Para mayor crueldad la muerte viene a ensanarse con lo mas sano y entusiasta del elemento joven, con cuya pérdida se desvanece hasta esa esperanza de reemplazo que dejan tras si los hombres encanecidos y ya probados, de que otros, dotados de juvenil ardor, continuen la vida cientifica con mayores brios, desarrollando su obra con sangre nueva y no gastada. »Descanse en paz el naturalista entusiasta, el leal amigo, el hijo carinoso, y si de algtin consuelo puede servir esta manifestacién & su buena madre y hermanos, sepan que la SociepAp EspANoLA DE HISTORIA NATURAL Se asocia a su duelo por tan grande é inesperada desventura.» Sesion del 3 de Junio de 1896. PRESIDENCIA DE D. JOSE MARIA SOLANO. —Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —Puestas sobre la mesa las publicaciones recibidas como donativo y 4 cambio, la Sociedad acordé hacer constar su gra- titud a los sefores donantes. —(Juedé admitido como socio D. Francisco de Salazar y Quintana, Licenciado en Far- macia, propuesto por D. Blas Lazaro. —KEl Sr. Oloriz dié gracias 4 la Sociedad por haberle admitido en el nimero de sus miembros, y presenté un ejemplar del notabilisimo trabajo del Dr. Livi, médico militar italiano, acerca de la talla en los reclutas de Italia y consideracioén de sus relaciones con las diversas razas y regiones de aquella nacion. Dicho trabajo, que el Dr. Livi habia remitido al senor Olériz para que en su nombre le ofreciese 4 alguna corporacién cientifica, le ofrece el Sr. Olériz 4 nuestra Sociedad. DE HISTORIA NATURAL. 69 El Sr. Presidente, interpretando los sentimientos de los senores socios, manifesto al Sr. Oloriz el agrado y placer con que la Sociedad le veia en su seno y la gratitud por el regalo que 4 nombre del Sr. Livi hacia a la Sociedad. —El Sr. Gredilla (D. Apolinar Federico) presentd a la Socie- dad y dio lectura de una interesaniisima Memoria acerca del meteorito caido en Madrid en el mes de Febrero ultimo, en la cual se hace un detenido estudio de su composicién y caracte- res petrograficos, y a la que acompanan fotografias de los ejemplares recogidos y de los detalles mas interesantes de su estructura microscopica. La Sociedad oy6 con agrado la lectura del trabajo del senor Gredilla, y, segtin previene el Reglamento, qued6 a informe de la Comision de publicaciones. —E] Sr. Calderén ley6 lo siguiente: «Durante el ultimo tiempo de mi residencia en Sevilla me fueron enviadas de Bollullos del Condado, en la provincia de Huelva, unas muestras de arenisca blanquecina basta, sacadas a cierta profundidad al hacer los trabajos para la perforacién de un pozo, y que despertaron la curiosidad del propietario de la finca en que dicha obra se realizé por los abundantes Car- diwm que contenia la roca. El trozo enviado llamo desde luego mi atencién, porque sospeché correspondia 4 un horizonte mas moderno que la formacién pliocénica que atraviesa el Guadal- quivir en la provincia de Sevilla (1) y hallaba interesante comparar las faunas de ambos; asi es que rogué al remitente me enviase abundante material, como lo hizo, y a fuerza de partir pedazos consegui recoger bastantes fdsiles, aunque des- graciadamente mal conservados, como sucede de ordinario en el seno de las rocas arenosas. »Enviados en consulta al distinguido especialista el doctor Schrodt, de Heidelberg, no ha podido comunicarme sus deter- minaciones hasta después de mi salida de Sevilla, por lo cual y para que no se pierdan estos datos interesantes por el escaso conocimiento que atin se tiene de la sucesién de las formacio- nes terciarias en la Andalucia, baja, doy 4 continuacién la lista de los mencionados fosiles: (1) CaLDERON: Estructura del terreno terciario del Guadalquivir en la provincia de Sevilla (Bol. de la Com, del Mapa geol. de Espaiia, 1896.) 70 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Ostrea cochlear Poli. Clavagella bacillaris Desh. Pecten aduncus Kichiw. Solarium caracollatum Lam. Lima inflata Chen. Murex sp. (grupo Torularius). Modiola barbata lL. FUssus sp. — cf. Brocchi May. Nassa semistriata Brocch. Arca barbata L. — limata Chen. Pectunculus sp. Ficula cf. ficoides Brocch. Glycimeris Faujasi Men. Chenopus cf. pes-pelecani L. Cardium sp. Turritella sp. Cytherea sp. (grupo Chione). Natica sp. Corbula gibba Oliv. Sigaretus haliotideus L. Tellina compressa Brocch. Calyptrea chinensis L. — planata Brocch. »Comparando esta fauna con la del pliocénico que se halla en la veguada del Guadalquivir, se observa que hay una dife- rencia considerable entre ambas, tanto por la escasez de espe- cies comunes, que son sdlo dos (la Corbula gibba y la Nassa semistviata), como por predominar en aquella los pectenes y la Cytherea islandicoides, al paso que en Bollullos del Conda- do lo hacen las Zellinas, los Cardium y \a Caliptrea chinensis. Dije en el mencionado trabajo que el pliocénico de Sevilla. corresponde al horizonte inferior; el de la arenisca de Bollullos del Condado lo hace al superior, y es probable que el medio sean los alcores 6 calizas margosas con Ostrea plicata y Pecten scabrellus que coronan los cerros de denudacién que cercan la veguada, quedando asi completa la serie de capas del mencio- nado terreno en la region de que se trata.» SECCION DE SEVILLA. Sesi6n del 6 de Mayo de 1896. PRESIDENCIA DE D. MANUEL DE PAUL. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —E] Secretario did cuenta de un oficio en que con fecha 8 de Abril el Sr. Presidente del Ateneo y Sociedad de Excur- DE HISTORIA NATURAL. 71 siones comunica el acuerdo tomado por la Junta Directiva de aquel Centro de ceder local a esta Seccién para establecer sus colecciones regionales, entregandole ademas, previa formacién de inventario, y solo en concepto de deposito, el material de Historia natural que posee el Ateneo. —Hl Sr. Barras leyé la siguiente nota bibliografica: «Por lo interesante y sin duda poco conocido, creo deber dar cuenta de un librito que recientemente ha venido 4 mis manos, impreso en Madrid en 1795, en casa de Sancha, y que se titula: Memoria en que se trata del insecto Grana 6 Cochinilla, de su naturaleca y de su vida, como también del método para propa- garla y vreducirla al estado en que forma uno de los ramos mas utiles de comercio, escrita en México en 1777 por D. José Anto- nio de Alzate. »Este autor, que también lo fué de otros trabajos de Historia natural, como los publicados en la Gaceta de Literatura de México y las notas a la historia de Clavijero, demuestra en las numerosas citas y notas de la obra un gran conocimiento de los trabajos mas importantes de los naturalistas de su tiempo y serlo él, y muy notable, como se desprende de la detalladi- sima descripcién que hace del macho y la hembra de la cochi- nilla y su manera de vivir y de las curiosas experiencias que verificd para el estudio de sus metamorfosis. También son notables sus observaciones criticas respecto 4 si son 6 no espe- cies distintas la Cochinilla fina y la silvestre, y el estudio de las variedades de la Grana. »La obra va acompanada de tres laminas, de las que la pri- mera esta dedicada 4 representar en distintas figuras muy exactas el macho y la hembra del insecto en cuestidn. En la explicacién de esta lamina dice el autor: «Si se vé tan corpu- lenta (la Grana) en la estampa 6 lamina, depende esto de haber executado las observaciones con microscopio de mucha amplitud: esto es, que abulta mucho los objetos. Tengo la satisfaccion de que el instrumento se fabricé aqui por mi direc- cion, el que se hallara entre los muebles de mi grande y eficaz protector el Sr. D. Melchor de Paramas, secretario que fué del Virreinato y Oydor honorario de esta Real Audiencia.» »Aunque el resto del trabajo no sea de interés esencial para nosotros, por considerar la cochinilla desde el punto de vista industrial, se observa en él que su autor era un acabado natu- 2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA ralista, sobre todo al tratar de los animales que la destruyen y de las plantas sobre que se cria. »Aunque sea alterando el orden que siguié el autor, no puedo resistir 4 la tentacidn de citar, antes de concluir, la introduccién de la obra, en que echa una ojeada magistral 4 la Historia natural americana y copiar los siguientes ren- glones: «Los hombres (dice Alzate) por lo general encerrados en sus casas 6 embebecidos en pensamientos dirigidos 4 dar ensan- ches 4 su fortuna, desdefian aun el mirar un pequeno insecto; llegados 4 un lugar, lo primero 6 lo nico 4 que se dedican es a registrar los edificios publicos y 4 pensar arbitrios con que establecer 6 aumentar los caudales, sin considerar que en el mas despreciado viviente se hallan mas maravillas en su constitucion orgdnica que en el conjunto de todas las obras antiguas y modernas fabricadas por la direccion de los mor- tales.» «La Historia natural no presenta 4 primera vista medios proporcionados 4 establecer fortuna; pero la complacencia que se experimenta en la contemplacion de cualesquiera produc- cion, acarrea al alma un regocijo que no es capaz de expli- carse, solo lo siente quien lo experimenta...» »Mas adelante, hablando de las producciones de América y de lo abandonado que estaba el estudio de su Historia natural, que «por la mayor parte yace olvidada 6 desconocida», dice: «Si tantas ventajas se logran cuando sdélo se han visto las cosas por la corteza, gun estudio particular no traeria infinitas utilidades 4 la humanidad? » »Con lo dicho basta para hacerse cargo de los profundos conocimientos histdrico-naturales y de la alteza de miras en este sentido de tan eminente espanol, que si bien es bastante conocido por otros conceptos, lo es muy poco como naturalista.» Sesion del 1.° de Julio de 1896. PRESIDENCIA DE DON CARLOS MAZARREDO. —Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario did cuenta de las publicaciones ultima- DE HISTORIA NATURAL. 1 mente remitidas como donativos 6 a cambio, y la Sociedad acordé dar las gracias a los sefores donantes. —Se hicieron dos propuestas de socios que, en conformidad con lo prevenido en el Reglamento de la Sociedad, queda- ron pendientes de informe para ser admitidos en la sesién si- guiente. —FE1 Sr. Calderén did las siguientes noticias bibliograficas: «l.° Die Meteoriten von Laborel und Guarena. Von EK. Cohen in Greifswald. (Annal. des kK. K. naturhist. Hofmuseum, x1. Wien. 1896.) «En el trabajo asi titulado, el eminente profesor de Greifs— wald recopila noticias ya publicadas sobre dichos meteoritos y proporciona algunas nuevas ampliaciones. Por lo que toca al de Guarena, el Sr. Cohen da una completa noticia del estu- dio que el malogrado Quiroga y yo realizamos y aparecié en el tomo xxr de estos ANALES, confirmando con su gran auto- ridad nuestras observaciones en vista de un trocito que de dicha piedra metedrica le envié hace algun tiempo. Resu- miendo su opinidn sobre ella, termina su nota haciendo las siguientes observaciones: «La estructura del meteorito de Guarena es de grano bas- tante grueso para una condrita, y se ven en ella destacar casi porfidicamente individuos aislados mas gruesos, especialmen- te de olivino. Los componentes se limitan en general muy dis- tintamente unos a otros. Hay agregados de silicatos tan fina- mente distribuidos que toman forma pulverulenta é impreg- naciones de particulas opacas pulverulentas también, que otras veces faltan por completo.» «En vista de mis preparaciones aparece como disposicion caracteristica, no sdlo en la caida de Guarefia, sino de otras condritas cristalinas, la escasez de condros, su forma irregu- lar y sus contornos poco marcados, asi como la falta de cris— tales desarrollados hendidos.» »2.° Sur les terrains secondaires des provinces de Murcie, Almeria, Grenade et Alicante (Espagne), par M. René Nickles. (Compt. rend. Acad. des Scienc., 1896.) »Kn esta interesante nota resume el autor sus transcen- dentales observaciones sobre la tecténica de la vasta region 74 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA del SE. de la Peninsula, ampliandolas con el estudio estrati- grafico de los terrenos secundarios, comprendidos entre la Sierra Sagra, al NE. de la provincia de Granada y la provin- cia de Alicante. »Encuentra este gedlogo confirmada en esta regidn la es— tructura atribuida por MM. Bertrand y Kilian 4 la zona sub- bética, la cual se halla recorrida por un sistema de pliegues paralelos a la direccién general de la cordillera bética y de la gran falla del Guadalquivir. Ademas se revela en toda la zona la existencia de un segundo sistema de dislocaciones en direc- cién perpendicular 4 la primera, de donde infiere el senor Nickles una cierta analogia con la red octogonal que Bertrand reconocid hace algunos anos en Francia. »Como consecuencia de sus investigaciones sobre los terre- nos secundarios de la regién mencionada, llega el autor de la nota de que doy cuenta a las siguientes consecuencias: «Los mares jurasicos y cretacicos, dice, circularon libre- mente por el estrecho bético: la facies tan constante del neo- comiense (facies fangosa con cefalépodos) parece hasta excluir toda idea de costa préxima, y permite atribuir al mar una anchura mas considerable que la que se supondria exami-— nando los mapas geoldgicos. Las faunas ofrecen un caracter decididamente alpino, que no vuelve a encontrarse ni en el lias de Portugal ni en el malm de la provincia de Teruel. En esto se halla una confirmacién de la hipdétesis de M. Munier- Chalmas,. sobre el transporte de estas formas alpinas por co- rrientes orientales durante los tiempos secundarios. »Queda por estudiar la posibilidad de una discordancia transgresiva del cenomaniense, no obstante todas las obser- vaciones perseguidas con este objeto. La presencia, sin em- bargo, del cretacico superior en el estrecho bético es induda- ble; parece presentarse en él con facies andlogas a las que ofrece en las provincias de Alicante y de Valencia, en forma de macizos frecuentemente dolomiticos, tratandose de las eda- des mas antiguas; en cambio en las mas recientes la escasez relativa de sus afloramientos puede explicarse por la retroce- sién del mar al fin del cretacico y su acantonamiento en el fondo de los sinclinales, particularmente durante el damiense, segun la observacién de M. Munier-Chalmas.» »3.° El Sr. Waliszewsky, ingeniero director de la mina de DE HISTORIA NATURAL. wh) carbon de Pola de Gordon, ha enviado a la Sociedad Geoldgica de Francia una importante nota Sw des fossiles dévoniens re- cucillis @ Santa Lucia, en la provincia de Ledn. Estos fosiles, recogidos en rocas calizas y pizarrosas , componen un total de mas de 80 especies, mereciendo citarse entre los braquiépodos los géneros Orthotheles, Cyrtina, etc., entre los crinoideos los Megistocrinus, Codiacrinus y otros, y entre los blastoideos, la familia de los pentatremitidios. La investigacién de esta rica fauna ha proporcionado 4 su autor resultados importantes, tanto en punto a la organizacioén de esos antiguos seres como en relacién con la estratigrafia, revelando la existencia en dicha localidad de diferentes niveles que corresponden a los de Ferronés, Moniello y Arnao. »A este primer trabajo seguira otro destinado a dar a cono- cer los hallazgos de los demas grupos de tan importante yaci- miento, que por tratarse de una localidad espanola he creido interesaria doblemente 4 nuestra Sociedad.» SECCION DE SEVILLA. Sesién del 6 de Junio de i896. PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZALEZ Y G. DE MENESES. —Se ley el acta de la anterior, que fué aprobada. —Hl Sr. Secretario manifesté la complacencia con que la So- CIEDAD veia la actividad y celo desplegados por algunos de sus individuos con objeto de llegar 4 la formacién de colecciones regionales que sirvan en su dia para el conocimiento de las producciones naturales del pais. Did cuenta de los siguientes donativos hechos 4 este fin recientemente: Varios ejemplares interesantes de carbonatos de manganeso de la provincia de Huelva, donados por el Sr. Presidente; Una coleccién de 50 ejemplares de minerales, rocas y fo- siles de la region andaluza, clasificados en su mayoria, dona- tivo de D. Manuel Paul y Arozarena; Numerosos ejemplares de minerales, rocas y fosiles, unos 76 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA del Norte de la provincia de Sevilla y el resto de otras proce- dencias, cedidos por D. Carlos del Rio; Una coleccion de minerales y rocas de la regién y una serie de fésiles del pliocénico de Huelva, donativo de D. Francisco de las Barras; Un ejemplar de albita secundaria procedente del gneis de los alrededores de Maro (Malaga), recogido y regalado por D. Federico Chaves. Manifestd, por ultimo, el Sr. Secretario, que estando co- locando y catalogandose actualmente los objetos reunidos ya para el Museo regional que trata de formarse, la enumera- cidn detallada de ellos no puede hacerse atin, pero sera objeto de ulteriores comunicaciones. —KE]l Sr. Barras did lectura 4 la siguiente nota bibliografica: «El reputadisimo Dr. William Nylander ha tenido reciente- mente la bondad, que le estimo infinito, de enviarme un ejemplar de su importante trabajo intitulado Hnumération des lichens de Vile Annobon. Este trabajo (que en realidad no es mas que un suplemento al de los Lichenes insularum Guineensis, que publicd el mismo autor en 1889, y en el que did noticia de 129 especies), con - siste en una lista de 31 especies de liquenes de nuestra po- sesidn del Golfo de Guinea, los cuales fueron recogidos en 1892 por Mr. F. Newton en un viaje que en aquélla realizo. Acom- panan ala enumeracién las /rases de las nuevas especies que da a conocer Nylander en dicho estudio, y una lista general de todos los liquenes conocidos del mencionado Golfo. La competencia del autor, por nadie superada en este ramo de la criptogamia, excusa todo encomio respecto de la impor- tancia del trabajo, y el referirse 4 una posesién espanola ex- plica bien el motivo de esta ligera noticia. Al examinar estudios como el referido no puede menos de notarse con pena que casi todo el conocimiento que se tiene de nuestras posesiones es debido a los exploradores y natura- listas extranjeros. Parece increible que no se haya pensado todavia en enviar una comisién que estudie y recoja las pro- ducciones de territorios tan importantes para nuestro porvenir colonial como los del Golfo de Guinea, trayendo colecciones que debieran figurar en nuestros Museos y evitandonos el bo- chorno de tener que acudir 4 los extranjeros y 4 los escritos DE HISTORIA NATURAL. 77 de sus sabios para saber algo referente a nuestros propios dominios. No terminaré sin consignar mi agradecimiento al Dr. Ny- lander por la atencién con que me ha honrado enviandome el importante trabajo a que me he referido.» —EI1 Sr. Arraez leyo la’siguiente nota: Piel y sistema piloso de los delincuentes andaluces. «Es un hecho innegable que no obstante la pacientisima y enorme labor realizada en estos Ultimos tiempos por los an- tropdlogos criminalistas, los documentos, los datos hasta el dia obtenidos distan mucho aun de ser tan homogéneos y com-— pletos como fuera de desear. De aqui ciertas dudas, ciertas aparentes contradicciones faciles de observar en el campo de la moderna Antropologia criminal, debidas seguramente, mas que a otra causa, a la insuficiencia de las cifras de que se ob- tienen los medios proporcionales, insuficiencia que ya hiciera resaltar M. Manouvrier en el segundo Congreso de Antropologia Criminal, celebrado en Paris en 1889, y que pone de manifiesto lo mucho que aun resta por hacer y el interés que para la ciencia tienen cuantas investigaciones y estudios vengan a aumentar el caudal de los hechos ya observados y anotados. »Los estudios personales de Antropologia Criminal que ins- pirado en las ideas ya expuestas llevo realizados, si bien to- davia no permiten sentar afirmaciones decisivas 6 dar expli- caciones precisas, me parecen, sin embargo, dignos de ser conocidos por si en algo pueden contribuir 4 la determinacién de los caracteres antropoldgicos de los delincuentes. »Voy, pues, a exponer algunas observaciones que hacen referencia a la piel y sistema piloso de los delincuentes anda- Juces, resultado del examen comparativo de una serie de 150 criminales procedentes todos de las provincias de Andalucia, y de otra de 150 individuos honrados 6 normales también pro- cedentes de la misma regién de Espana. »Nada de particular he observado acerca de la coloracion de la piel de los delincuentes. Desde luego en los 150 estudiados predominaba el color obscuro 6 moreno, que asigna Lombroso a los criminales, pero cosa analoga ocurria en la serie de in- 78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA dividuos honrados, por ser el tipo moreno, el color subido de la piel el general y corriente en esta regidén del Mediodia de la Peninsula. »En algunos delincuentes observé, sin embargo, un cierto color amarillento verdoso en la piel, debido quizas a la diliver- dina, que engendrada en el higado colora de amarillo los te- jidos en la ictericia. »He notado ya signos diferenciales muy marcados entre los delincuentes y los normales estudiados, en las arrugas del rostro. Estas aparecieron como mucho mas frecuentes y pre- coces en los primeros que no en los segundos. »La arruga zigomdtica que Ottolenghi senala como predomi- nante entre las que se observan en el rostro de los criminales y el Dr. Francotte llama «la arruga del vicio», «la caracte- ristica del delincuente», la he hallado en un 58 por 100 de los delincuentes y sélo en un 11,5 por 100 de los honrados. »La proporcién en que he observado las arrugas en el rostro de los criminales andaluces de la serie por mi examinada y en los normales que servian de tipo de comparacion, se halla determinada en el siguiente cuadro, que puede compararse a su vez con el que Ottolenghi nos da como resultado del estudio por él realizado de dos series, de 200 individuos normales la una y de 200 delincuentes la otra: ANTES DE LOS 25 ANOS. ENTRE LOS 25 Y 50 ANOS. Se ncn nk Normales. Delincuentes. Normales. Delincuentes. Arrugas de lafrente. 5,5 por100 25 por 100. 61 por 100. 77 por 100. Arruga naso-labial.. 17 = 58 — 59 — 740 — Arruga zigomatica.. 1 = 130 — 10,5 — 45 — »E1 cabello en los 150 delincuentes sdélo era escaso en el 11 por 100; en el resto era espeso, daspero y duro. »La canicie sélo la observé en el 12 por 100 de los delin- cuentes y en el 25 por 100 de los honrados, y siempre en unos y otros en individuos que pasaban de los 28 anos. »La calvicie no la hallé en ninguno de los criminales, y si en el 3 por 100 de la serie de normales estudiados, en indivi- duos de mas de 40 anos. »l1 color de los cabellos resulté ser el que indican las si- guientes cifras: DE HISTORIA NATURAL. 79 Normales. Delincuentes. Cabellos negros...... Fs 39 por 100. 53 por 100. — castanios..... 50 = 39 — = TUDTOS arses 11 — "i — — rojos........ 3 — 1 — »Predominé, pues, en los delincuentes estudiados el color negro de los cabellos, mientras que en los honrados predomi- no el color castano. »La barba era escasa y rala en los delincuentes de la serie objeto de estudio, con mucha mas frecuencia que en los hon- rados; y mientras en la serie de éstos sdlo hallé que carecieran de ella 2 de los 150 individuos que la componian, en los cri- minales faltaba en un 17 por 100. »En dos estupradores y un violador, que no formaban parte de la serie 4 que me vengo refiriendo en estas observaciones, y que recientemente he estudiado, faltaba por completo en uno de los primeros y en el segundo, y en el otro estuprador era tan rala que apenas se conocia. »Como el objeto de esta nota es sdlo suministrar algunos nuevos datos que puedan servir al estudio del delincuente, limito 4 esto mi trabajo y me abstengo de sacar consecuencias que no encajarian dentro de los moldes de este ligerisimo re- sumen antropologico.» Sesion del 5 de Agosto de 1896. PRESIDENCIA DE DON FEDERICO DE BOTELLA. —Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —Puestas sobre la mesa las publicaciones ultimamente re- cibidas como donativo 6 4 cambio, la Sociedad acordé que constase su gratitud a los sefiores donantes. —Quedaron admitidos como socios los sefiores Aguilar y Cuadrado (D. Miguel), Doctor en Ciencias y Auxiliar del Observatorio de Madrid, propuesto por D. Enrique Pérez Zuniga; y el Sr. Rector de San Juan de Letran, de Manila, propuesto por D. Ignacio Bolivar. 80 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —Se hizo una propuesta de socio. —El Sr. Botella (D. Federico) did noticias del hallazgo, en la ciudad de Valencia, de una losa del empedrado, que conte- nia notables impresiones fésiles de un alga curiosa; dicho fosil, por pertenecer a los terrenos secundarios, es bastante intere- sante, y el Sr. Botella dijo que se proponia adquirir dicha losa para poderla conservar y estudiar con mayor facilidad. —El Sr. Pau remitidé la siguiente Nota sobre mi «Arenaria betica.» «En las paginas 36 y 37 de mi fasciculo 6.° propongo la A. spathulata de los autores espanoles, bajo 4. betica; porque «no siendo la misma planta, sino muy diferente la planta espanola de la argelina, segun muestras recogidas por el excelente botanico Sr. O. Debeaux, precisa darla nombre dife- rente. Desfontaines dice que su especie crece en Argelia: ésta debe considerarse como tipica. »Nuestro estimado colega el Sr. O. Debeaux, en su trabajo Les régions botaniques de Varrondissement d’ Oran, indica en las paginas 14 y 16 la Arenaria spathulata Desf., que es la misma de mi herbario y que tomo por tipo, y se aparta enormemente de la planta espanola; Unicamente el habito lo tiene parecido. »J. Ball, Spic. fl. mar., pag. 364, cita de Tanger cierta Stellaria Arenaria Salzm., que es muy posible se refiera a nuestra especie propuesta. Como mas abajo indica la A. spathu- lata Desf. también, y no las describe, es imposible conocer a cual de las dos puede convenir la A. dbetica. Al citar la St. Arenaria Salzm. dice: «Species mihi non satis cognita, facie Avrenarie spathulate Desf., valde similis. An propia dicionis Tingitane ? »Una de las dos, con certeza, se refiere a la A. betica.» Pails leaCe »Con el fin de comparar mi especie con las variedades del Sr. Debeaux, este amable botanico me remitié el siguiente extracto: »Observations sur l’Arenaria spathulata Dest., par O. De- beaux («Revue de botanique», numéro de Novembre, 1890, page 398). »M. Debeaux admet 3 formes dans l'A. spathulata Desf. DE HISTORIA NATURAL. 81 »l° Var. « typica O. Deb.; A. spathulata Desf., Fl. atlant. 1, 358 (1798); DC. in Prod7. 1, 413; O. Debx. in Soc. Dauph. exsice. n° 1993.—Tiges dressées, filiformes, pubescentes, rameuses souvent dés la base, de 10 a 18 centimétres de haut, rarement simples, rameaux dressés, paniculés; feuilles inférieures lar- gement ovales-lancéolées, spathulées, obtuses, pubescentes, atténuées en pétiole, larges de 2-4 millimetres, longues de 4-14 millimétres, les supérieures lancéolées, ciliées; fleurs blanches terminales, pedicellées, a divisions calicinales ova- les, membraneuses sur la marge, pubescentes sur le dos. Fleurs avril, mai.—Habite les sables maritimes et les collines du littoral algérien, depuis La Calle jusqu’a Némours. Com- mun & Oran (O. Debx.). »2° Var. 8 cerastoides; A. cerastoides Poiret, Voyage en Bar- barie 11, p. 166 (1789) et Hacycl. méth. v1, 363 (1804) non DC.; Balansa, Plant. algéer. exs. n° 453 (1852); Billot Flora gall. et germ. exsicc. n° 5542. »Tiges gréles elancées, dressées, simples ou rameuses dans leur partie supérieure seulement, pubescentes, de 8-12 centi- métres de haut; feuilles supérieures ovales-lencéolées, atté- nuées en un courte pétiole, les supérieures linéaires-lancéo- lées ou souvent linéaires sessiles; péduncules floraux dressés avant l’anthese. Fleur. mi-mars a fin avril. — Habite les co- teaux incultés a Mostaganem, Oran, Alger, Bone, etc. Gibral- tar (Dautez). »3° Var. c. crassifolia O. Debx. in Hb. et in sched. (1859). »Plante ayant un port court et trapu bien plus velue que dans les variétés a) et 0) & tiges couchées rameuses dés la base etalées sur le sol, fortement glanduleuses, pubescentes; feuilles épaisses, charnues, a limbe largement ovale, arrondi au som- met et brusquement rétréci en un court pétiole, large de 8-10 mm. sur 10-15 mm. de longueur; péduncules fioriferes trés courts (48 mm.) paraissant parfois presque sessiles, tres glanduleux, penchés, avant l’anthese. Fleur. du 15 au 30 mars. Des falaises de la Pointe-Pescade a Alger (O. Debx.).» »Yo distingo la A. betica de la verdadera A. spathulata por sus semillas unicamente; asi es que estas variedades, no refi- riéndose para nada a los caracteres que presentan sus semi- llas, creo que nada mas pueden servirnos que para distinguir estas formas en la especie fontainesiana. ACTAS DE LA SOC, ESP.—XXV. 6 82 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »A. SPATHULATA Desf.—Semillas arrifonadas, de color pardo y mate, cubiertas de tubérculos. »A. BuTiIca Pau, Vol. dot., fasc. 6.°, pag. 36.—A. spathulata auct. hisp. Semillas discoideas 6 globoso-lenticulares, de color negro y brillante; superficie levisima. »No hay que confundir mi A. betica con la A. betica Salz- mann Pl. exsicc., que se refiere a la A. emarginata Brot. Y por ultimo, los caracteres sacados de las semillas no permiten reunirlos en una misma especie, ni como variedades, ni como sindnimos, segtin hasta el dia venta haciéndose.» SECCION DE SEVILLA. Sesi6n del 30 dade Julio de 1896. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAUL. —Fué leida y aprobada el acta de la sesién anterior. —Kl Sr. Presidente propuso se hiciera constar en el acta el sentimiento vivisimo con que la Seccién ha recibido la noti- cia de la muerte del profesor D. Antonio Machado, activo y distinguido naturalista, maestro de larga y respetable historia y a cuya laboriosidad é inteligencia debe gran parte de sus colecciones el Museo de Historia Natural de la Universidad de Sevilla. Asi se acordo. —Se leyé el siguiente trabajo remitido desde Madrid por el Sr. Calderén: Aves de Andalucia existentes en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Sevilla. «Posee el Museo de la Universidad de Sevilla tres series de ejemplares de ornitologia: la pequena coleccién de ensenanza compuesta de 130 ejemplares en piel, tanto de Espana como exdticos entre los que estan representadas las principales familias, 6 esqueletos y algunos 6rganos caracteristicos; una coleccién de 150 aves exdticas, en su mayoria de Guatemala, procedentes de un donativo hecho en remota época al profesor DE HISTORIA NATURAL. 83 Sr. Machado, y la coleccién de Andalucia, que es de la que vamos a decir algunas palabras. »Siendo las aves los animales que siempre han llamado mas la atencidn del hombre por su privilegiada locomocién, sus bellos y variados colores y sus admirables y simpaticas cos- tumbres, no es mucho que existan de ellas mas intentos que de ningtin otro grupo de colecciones regionales. En muchos Institutos y en casi todas las Universidades de la Peninsula figuran, en efecto, series locales, cuya compilacién y estudio seria, sin duda alguna, muy provechosa y enriqueceria seg@u- ramente el catalogo de las aves de Espana. En Sevilla, encon- tramos al hacernos cargo de la catedra de Historia Natural, la coleccién de los seres de esta clase casi tan rica en especies como se encuentra en la actualidad, habiéndose reducido nuestra misidn en este ramo a conservar lo existente 6 renovar algunas piezas, adquirir ciertas especies que faltaban, sobre todo de las pequenas, y a clasificarlas con arreglo a las obras clasicas mas modernas. »La fauna ornitol6gica de Andalucia considerada en con- junto, esto es, incluyendo en ella las aves sedentarias y las de paso, comprende una gran parte de las especies europeas, “algunas exclusivas de la Peninsula y las del N. del Africa. Las sierras numerosas de la zona 8. de Espana y entre ellas, la Nevada y la Morena, la abundancia de manantiales y corrientes de agua que en ella existen y el gran nimero de cotos y dehesas como el de Donana y otros, favorecen la mul- tiplicacidn de numerosas especies de pajaros, asi como de palmipedas y zancudas en las marismas meridionales, como en las de la margen izquierda del Guadalquivir, en las salinas de la Isla de Leén y Chiclana y en las costas de Rota y Puerto Real. Las lagunas, y particularmente la de Fuente Piedra antes de su desecacién, también han proporcionado un crecido numero de aves 4 los naturalistas. »Por lo que se refiere a las especies de paso no es mucho que en Andalucia se halle la regidn por excelencia para su estudio, siendo el Africa la parte del mundo a4 que se dirigen casi todas las aves europeas, atravesando el Estrecho de Gibraltar y costas inmediatas. En Septiembre y Octubre el -cabo de Gador frente 4 Cadiz, el de Trafalgar, Tarifa y Alge- ciras son, entre otros, lugares especiales de reuniédn como 81 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA punto de partida para estos admirables viajes periddicos. Algunos individuos en vez de pasar a Africa, se establecen en esta regidn meridional, y de aqui que no sea raro hallar en invierno ejemplares de formas extranas 4 su fauna ornitolé- gica habitual, como la Ciconia Abdimii Licht., especie de la Nubia, la Querquedula marmorata, de Cerdefia y el Ligurinus chloroticus Licht., de Persia y Siria. »No es extrano que fauna tan interesante haya sido objeto de sabias investigaciones por parte de los naturalistas nacio— nales y extranjeros, El Sr. Machado es uno de los iniciadores de este estudio (1), continuado por Rosenhauer (2), por los seno- res Lopez Seoane (3) y Sainz Gutiérrez (4) en Granada y com- pletado con los trabajos clasicos de Saunders (5) y de Irby (6). La ornitologia de esta parte de Espana se conoce merced a estas investigaciones bastante bien en sus lineamientos generales; mas para agotar su interesante pormenor, para seguir en dis— tintos periodos la vida de los individuos, determinar las épo- cas y parajes en que crian, observar las emigraciones y reco- ger, en fin, el material preciso para una ornitologia local, que no se reduce a meros catalogos, falta la labor lenta pero cons- tante de los especialistas del pais, desgraciadamente poco numerosos, aunque entusiastas: permitasenos recordar aqui los nombres de D. Francisco de los Rios, preparador y cazador experto de Malaga; del doctor D. Alberto Ruiz, de Sevilla; de D. José Soto, de Jeréz de la Frontera, y de D. Anatael Cabrera, que durante su estancia en Sevilla, se dedico con su actividad de naturalista expedicionario y su competencia como ornit6- logo a estas interesantes y bellas investigaciones. »La zona de los cotos del Rey y de Dofana es famosa desde antiguo y desafia 4 los mejores de Europa por su brillante tra- dicién cinegética, su clima benigno, su posicién pintoresca a (1) Catalogo de las aves observadas en algunas de las provincias de Andalucia. Sevilla, 1854. (2) Die Thiere andalusiens. Erlangen, 1856. (8) Catdlogo de las aves observadas en Andalucia. (« Revista de los progresos de las Ciencias», Madrid, 1861.) (4) Observaciones al Catalogo de aves de Andalucia publicado por D. Victor Lépez Seoane. («Revista ibérica.»» Madrid, 1862.) (5) On the Birds of Southern Spain; The Ibis. Londres, 1869. (6) The ornithology of the Straits of Gibraltar. Londres, 1875. DE HISTORIA NATURAL. 85 la orilla del mar y lo variado de su terreno, que consiste tan pronto en inmensos arenales, como en selva virgen. La repu- tacion de estos cotos remonta a una gran antigiiedad; don Pedro Lépez de Ayala, cronista de D. Pedro I, el Crwe/, que era muy dado a la caceria, en su libro titulado De la caza de las aves, é de sus plumages, é dolencias, é melecinamientos, nota- ble por mas de un concepto, ya habla de la abundancia de aves en dicha regién. Los historiadores nos refieren el esplen- dor inaudito que en ella alcanzaron las reuniones cinegéticas celebradas en honor de los Austrias, que fueron tales, que causaron la admiracién de toda Europa. Todavia algunos potentados, y particularmente ingleses, tienen marcada pasidn por cazar en los referidos cotos, y aunque estas partidas no llegan a la opulencia de las antiguas, constituyen campanas cinegéticas ricas, elegantes y confortables. »Si las condiciones naturales son por todo extremo favora- bles para el desarrollo de las aves en Andalucia, en cambio las creadas por el hombre constituyen causas permanentes de destruccion. De una parte tienden 4 esta obra la desecacién de las lagunas, la disminucién creciente del arbolado y la introduccién de nuevos cultivos; cooperan de otra los milla- res de cazadores que pululan por todas partes sin respeto a vedas ni 4 consideracién de ninguna especie, poseidos de la idea de que realizan una buena misién con su obra de exter- minio. Ni remotamente sospechan que la destruccién de las aves trae consigo el aumento inevitable de seres nocivos para la vida del hombre y destructores de todas las plantas utiles, tanto espontaneas como cultivadas; y las mismas autoridades y corporaciones, lejos de emplear los medios que se ponen en practica con éxito en otras naciones, ven impasibles los des— trozos que ano tras ano se advierten en el mundo alado. Hemos tenido ocasién de citar las disposiciones sabias y acerta- das, segun el Diario de Sevilla, dictadas por la Intendencia de esta provincia en 1829 para la extincidn de los gorriones, y las ideas sobre la utilidad de los pajaros no se han modificado aqui mucho desde entonces. La ley de caza de 10 de Enero de 1879, se ocupa de la proteccién de las aves insectivoras; pero el reglamento no se ha dado todavia (al menos en 1896). Hace falta que se dé y que se cumpla... »Sabida es, ademas, la manera como cazan los pateros en 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA los grandes cotos de la provincia de Huelva, haciendo verda— deras descargas de artilleria con sus colosales trabucos cons— truidos ad hoc y el inmenso numero de piezas que destruyen. »Otro poderoso elemento de destruccién de las mas bellas especies de aves de Andalucia, son ciertos cazadores que co— mercian con los naturalistas extranjeros y particularmente con los ingleses, persiguiendo a los individuos adultos, a los polluelos y, sobre todo, buscando los huevos, de los que hay algunos muy estimados para las colecciones. A esta industria se debe la préxima desaparicion de la Aguila imperialis Bechs, una de las bellezas de esta regiédn zooldgica, del Porphyrio hyacinthinus Temm., abundante antes en el Coto de Donana y de otras varias especies. Algunas hay, como la Zadorna ru— tila Pall., que por si mismas, y sin que sean conocidas las. causas del hecho, tienden 4 desaparecer 6 han desaparecido ya, no obstante de haber sido frecuentes en otro tiempo. »El Museo de la Universidad de Sevilla posee ejemplares de las especies citadas y de otras varias que se van haciendo raras, sobre todo de falcénidas. También se han reunido en lo posible los huevos y los nidos de las aves de la regién, reco— giendo los nombres vulgares y cuantas indicaciones locales ha sido dado averiguar. Hemos consignado sélo los nombres que tienen interés local y que nos ha parecido se aplican con precision en el pais, pues hay otros con que designan diversas especies 6 que tienen una acepcidn colectiva. »Compone nuestra coleccion ornitoldgica de Andalucia un total de 500 ejemplares, representantes de 208 especies, que no son ciertamente todas las de la regién, pero si una buena parte de ellas. La escasez de sitio hace que se encuentren demasiado amontonados los ejemplares y la penuria de recur- sos no ha permitido uniformar por completo las peanas ni llegar a la meta en otros detalles de instalacién, aunque estas deficiencias no son tales, por fortuna, que impidan estudiar la coleccién. En su ordenacién, asi como en la de la enume— racién que va 4 continuaciédn, hemos seguido el plan adop- tado en el excelente Catdlogo de las aves de Espana, de D. Ven- tura Reyes y Prosper (1). (1) ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT.; tomo xv, 1883. DE HISTORIA NATURAL. 87 »Acompanan a los ejemplares montados los de los nidos y huevos que han podido reunirse, aunque en esta parte falta mucho que hacer todavia, asi como seria muy conveniente tener duplicados en piel sin montar para poderlos estudiar completa y cémodamente; pero es de esperar que, conti- nuando la labor emprendida, se llegue mas 6 menos pronto a realizar todos estos propositos. Accipitres. Gypaétus barbatus Z.—Coto de Donana. Neophron percnopterus Z.—Idem. Vultur monachus Z.—#Buitre.—Cazalla de la Sierra y Coto de Donana. Gyps fulvus Briss.— Coto de Donana. Aquila imperialis Bechst.—Idem. — fasciata Vieil/ (A. Bonelli Zemm.)—Idem. — pennata Gme/.—idem. — nevia Briss.—Idem. Circaétus gallicus V7e7/7.—Sevilla. Buteo vulgaris Z.—Idem. Milvus regalis Briss.—Coto del Rey. — niger Briss.— Milano negro.— Sevilla.— Es tan abun- dante que destruye la caza. El Conde de Paris paga a 10 rs. cada cabeza de este milano que le presentan en sus cotos de la provincia de Huelva. Falco subbuteo Z.—Sevilla y Coto del Rey. — vespertinus Z.—Sevilla. — tinnunculus Z.—Cernicalo.—Idem. — cenchris Nawm.—Cernicalo.—Idem. Accipiter nisus Z.—Primilla.—\dem. Astur palumbarius Z.—A zor, aguilucho.—Coto de Donana. Circus eruginosus Z.—dA guila marismena.—ldem. — cineraceus Montagu.—Provincia de Sevilla. Bubo maximus Flemm.—Buho grande (1).—Sevilla. (1) En los nombres vulgares de las estrigidas hay mucha confusiO6n en Andalucia; pues aunque usan los castizos, los aplican 4 diferentes especies que en Castilla, y esta misma aplicaciOn varia notablemente segtin las provincias. 88 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Scops Aldrovandi W7lug.—Corneja.—Idem. Otus brachyotos Gmel.—Lechuza.—Idem. — vulgaris Plemm.—Buho mediano.—Idem. Surnia passerina Z.—Mochuelo.—Idem. Noctua minor B7iss.—Mochuelo?—Idem. Strix flammea Z.—Zechuza.—Idem. Scansores. Picus major Z.—Cazalla. Gecinus viridis Z.—Pito real.—Coto de Donana. — — var. Sharpii Saund.—Cazalla. — canus Gmel.—Arahal. Yunx torquilla Z.—Hormiguero.— Sevilla. Cuculus canorus Z.—Cuco.—Idem. Oxylophus glandarius Z.— Cuco real.—Sevilla y Coto del Rey. Passeres. Caprimulgus europeus Z.—Zamaya.—Sevilla. — ruficollis Zemm.—Zamaya,—Idem. Cypselus murarius Zemm.—A vidn.—Idem. — melba Z.— Idem. El C. melba L. es la especie dominante hasta llegar al Cho- rro, en la provincia de Malaga, y desde alli se extingue casi ésta para ser reemplazada por el C. pallidus Shel. Chelidon urbica Z.—G@olondrina.—Sevilla. Hirundo rustica Z.—Idem. Cotyle riparia Z.—Golondrina de ribera.—idem. Coracias garrula Z.—Carlanco.—Gerena, Alcala de Guadaira. Merops apiaster Z.— A bejarruco.—Sevilla. Alcedo ispida Z.—Martin pescador.—Orillas del Guadalquivir. Sitta cesia Mey. et Volf.—Provincia de Sevilla. Certhia familiaris Z.— Sevilla. — brachydactyla Brehm.—Coria del Rio. Upupa epops Z.—A dudilla.—Sevilla (frecuentisima durante todo el verano). DE HISTORIA NATURAL. 89 Saxicola enanthe Z.—Sevilla y Jerez de la Frontera. — aurita Zemm.—Sevilla y Coria. — stapazina Gmel.—Idem. Pratincola rubicola Z.—Cagaarrope.—Idem. Accentor alpinus Gme/.—Idem. Sylvia hortensis Gme/.—Idem. — atricapilla Z.—Idem. Curruca garrula Briss.—Idem. — melanocephala Gmel.—Hsculamatas.—ldem. Melizophilus provincialis Gmel.—Cagachin.—lIdem. Phyllopneuste rufa Briss.—Idem. — trochilus Z.—Idem. ad sibilatrix Bechst.— Pajarita rubia. — Constan- tina (Sevilla). Regulus ignicapillus BreAm.—Sevilla. Cisticola scheenicola Bp.—Gileisito.—Coria. Calamodyta schcenobeenus Scop.—Idem. Calamoherpe arundinacea Gme/.—Sevilla. Aidon galactodes Zemm.—Coria. Ruticilla tithys Scop.—Colirojo.—Sevilla. — phenicura Z.—Colirojo.—Idem. Rubecula familiaris Blyth.—Gargantirojo.—Sevilla y Coria. Cyanecula suecica Z.—Idem. Lusciola luscinia Z.—Ruiseior.—Seviila, Gerena y Constantina. Motacilla alba Z.—Pepita.—Sevilla. Budytes flava Z.—Pepita.—Idem. Agrodroma campestris Briss.—Sevilla y Coria. Anthus arboreus &riss.—Pajarilla.—Coria. — pratensis Z.—Sevilla y Constantina. Parus major Z.—/Herreril/o.—Sevilla y Coria. — ater Z.—Granada. Ampelis garrulus Z.—(Véase Machado.) Turdus merula Z.—Mir/o.—Sevilla. — iliacus Z.—A /cogela (en Sierra Morena).—Idem. — torquatus Z.—Idem. — viscivorus Z.—Guila de zorzales.—Hueévar. — musicus Z.—T7ordo.—Sevilla. — pilaris Z.—Zorzal.—Idem. Petrocincla cyanea Z.— Idem. — saxatilis Z.—Mirlo de rocas.—Constantina. 90 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Oriolus galbula Z.—Ovropéndola.—Sevilla y Guadalcanal, Lanius meridionalis Zemm.—A /lcaudon.—Sevilla. — excubitor 7.—Alcaudon real.—ldem. — minor Gmel.—A /caudon.—ldem. — rufus Briss. — Alcauddn.—Penafior, Sevilla y Cons- tantina. Telephonus tschagra Zev. Esta especie del N. de Africa dicen suele presentarse acci- dentalmente en Andalucia; pero el ejemplar de la Universidad procede de Tetuan. Muscicapa atricapilla Z.—Coria. Butalis grisola Z.—Idem. Corvus corax L.—Cuervo, cuervo negro.—Sevilla y Constantina. — corone Z.—Graja.—Pedroso. — monedula Z.—Sierra Morena. Pica caudata Z.—Uvraca, marica.—Sevilla. — cyanea Pall.— kabudo, mohino.—Sevilla, Penaflor y Gua- dalcanal. Garrulus glandarius Z.—Avrrendajo, cabezon.—Gerena. Sturnus vulgaris L.—Estornino.—Sevilla. — unicolor Za Marm.—Idem. Passer montana Z.—Guadalcanal. — domestica Z.—Gorridn.—sSevilla. — hispaniolensis Zemm.—Gorrion morisco.—Idem. Petronia rupestris Bp.—Gorridn de bosque.—Sevilla y Moron. Fringilla celebs Z.—Pinzon.—Sevilla y Penafior. —- montifringilla Z.—d7//ero.— Sevilla. Montifringilla nivalis Briss.—Idem. Carduelis elegans Steph.—Jilguero.—ldem. Ligurinus chloris Z.—Verdon.— Idem. chloroticus Zicht.—Idem.4 Chrysomitris spinus Z.— Zugano.—Idem. Citrinella alpina Bp.—Cadiz. Serinus meridionalis Bp.—Chamari.—Sevilla. Cannabina linota Gmel.—/Jamds.—Idem. Linaria borealis Vieil/.—Pardillo.—Idem. Coccothraustes vulgaris Viei//.—Pico grande.—ldem. Loxia curvirostra Z.—Piquituerto.— Idem. DE HISTORIA NATURAL. 91 Emberiza cia Z.—Hortelano (segun Machado).—Coria del Rio. Miliaria europea Sws.—Triguero.—Sevilla. Alauda arvensis Z.—TZerrera de wia larga.—Sevilla y Penaflor. — arborea Z.—Alondra.—idem. — brachydactyla Zezs/.— Idem. — calandra Z.~TZerrera.—Idem. Calandrella betica Zil7._—Cujadilla.—Idem. Galerida cristata Z.—Terrera, cogujada.—ldem. Columbe. Columba palumbus Z.— Paloma torcaz.— Sevilla. — cenas Z.—Zurita.—Idem. Turtur auritus Ray.—TZortola.—ldem. Gallince. Pterocles alchata Z.—Ganga.—Sevilla. — arenarius Pall.—Corteza, ortega.— Coto del Rey. Tetrao andalusicus Gme/.—Sevilla. Perdix rubra Briss.—Perdiz roja.—lidem. — petrosa Gmel.—Gibraltar? Coturnix communis Bonnat.—Codorniz.—Sevilla. Turnix sylvaticus Des/.—Torito.—Idem. Grallatores. Otis tarda Z.—Avutarda, barbon (el g&).-—Sevilla. — tetrax Z.—Sison real.—Idem. Glareola pratincola Z.—Alcala del Rio. (Hdicnemus crepitans Zemm.— A/lcaravdan.— Provincia de Se- villa. Sus huevos. Charadrius pluvialis Z.—Chorlito.—Coto del Rey y Sevilla. — minor Mey.—Frailecillo.—Marismas. _— cantianus Lath.—Charran.—Orillas del Guadal- quivir. Pluvialis varius Briss.—Chorlito marismeio.—Marismas. Vanellus cristatus Mey.—Ave fria, dominguillo.—Orillas del Guadalquivir. 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Strepsilas interpres Z.—Revuelve piedras.—Coto de Donana. Numenius arquata Z.—Zarapito real.—Idem. Limosa rufa Briss.—Idem. Scolopax rusticola Z.—G@allineta.—Sevilla. Gallinago scolopacinus Bp.— Agachadiza. — Orillas del Gua- dalquivir. — gallinula Z.—A gachadiza.—Idem. Tringa subarquata Gii/d.—Sevilla. Machetes pugnax Z.—Pajarilla de agua.—Marismas. Totanus calidris Z.—Coto del Rey. — ochropus Z.—Anda rio.—Orillas del Guadalquivir. Actitis hypoleucos Z.—Caballero del vientre blanco, lavandero. —Idem. Recurvirostra avocetta 7.—Idem. Himantopus candidus Bonnat.—Caballero del manto negro.— Marismas. Rallus aquaticus Z.—Rascon.—Orillas del Guadalquivir. — crex LZ.—Guidn de las codornices.—Idem. Porzana maruetta Zeach.—Polluela.—Coria. — Baillonii Viei/?.—Polluela.—Idem. Gallinula chloropus Z.—Pol/wela.— Coria y Alcala del Rio. Procedentes de las orillas del Guadaira y de Coria, se han cazado ejemplares sin placa frontal. Porphyrio cesius Barr.— Gallo azul.—Coto de Donana. Fulica atra Z.—G@allina de agua.—Cordoba. — cristata Gmel.— Gallina de agua.—Orillas del Guadal- quivir. Grus cinerea Bechst.—Grulla cenicienta.— Cadiz. Anthropoides virgo L.—G@rulla moruna.—Coto de Donana. Ardea cinerea Z.— Garza real.—Orillas del Guadalquivir. — purpurea Z.—Garza imperial.—idem. Kgretta garzetta Z.—Garceta menor.— Coto de Donana. Bubulcus ibis Hassel.—Hspurga bueyes.— Guadaira. Buphus ralloides Scop.— Garza cangrejera.—Orillas del Gua- dalquivir. Ardeola minuta Z.—Martinito, mira para el cielo.—Lebrija y Sevilla. Nycticorax europreus Heph.—Garza de noche.—Orillas del Gua- dalquivir. Botaurus stellaris Z.—A ve fovo.—Idem. DE HISTORIA NATURAL. 93 Ciconia alba Willug.—Cigitiena.—Sevilla. — nigra Z.—Cigiieia negra.— Coto de Dofana. Platalea leucorodia Z.—/spdtula, paleto.—Orillas del Guadal-— quivir. Falcinellus igneus Gme/l.—Morito.— Marismas. Anseres. Phalacrocorax carbo Z.—Pato cuervo.— Marismas. Larus fuscus Z.—A /catraz.—Idem. — leucopterus /ab.—Coto de Donana. — ridibundus Z.—Orillas del Guadalquivir. — melanocephalus Vazer.—Coto de Donana. Sterna anglica Wont.—Golondrina de mar.—Sanlicar. — minuta Z.—Golondrina charrana.—Marismas. Hydrochelidon nigra Z.—Golondrina morisca.—ldem. — hybrida Pall.— Golondrina de mar.—l\dem. Pheenicopterus roseus Pall.—Flamenco, cagarzo.—Coto de Do- nana y laguna de Fuente Piedra. Anser cinereus Mey.—Ganso.—Coto de Donana. — sylvestris Briss.—Silvon, ganso silvestve.—Idem. — brachyrhynchus #ai//.—Idem. Tadorna casarca 1.—Pato tarro.—Idem. Spatula clypeata Z.—Pato sardinero, cuchareta.—Coto de Dona- na y orillas del Guadalquivir. Anas boschas Z.—Pato real.—Orillas de] Guadalquivir. Mareca Penelope Z.—Si/vdn.—Coto de Donana. Dafila acuta 4.—Pato de cola larga.—Orillas del Guadalquivir. Querquedula circia 1.—Zarceta real.—Idem. — crecca L.—Zarceta menor.—\dem. — angustirostris Menet.—Pardilla.—Idem. Nyroca leucophtalmos Bechst.— Negrete, pato gitano.—Coto de Donana. Podiceps cristatus Z.—Zarabujon.—Idem. — fluviatilis Briss.—Idem. — nigricollis Suad.—Zarabujon real.—Orillas del Gua- dalquivir. Colymbus glacialis L.—Zarabujon.—Coria. Fratercula arctica Z.—/railecillo,—Cadiz. D4 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA El Sr. Paul record6, a propdsito de este trabajo, el proyecto de ley que en 1876 presentd la Sociedad protectora de anima- les y plantas, proyecto que no llegé a realizarse, y describid varios procedimientos empleados por los cazadores en algu- nos pueblos de Andalucia, procedimientos casi exclusivamente destructores muchas veces. —KE] Sr. Chaves leyo la nota siguiente: Sobre las inclusiones de materias orgdnicas en los cristales de cuarzo coloreados de las rocas eocénicas de Andalucia y sobre la cubierta 6 envuelta de jacinto de Compostela que ofrece un ejemplar de cuarzo de localidad dudosa. «La lectura de una nota presentada en el pasado ano por el profesor L. Bombicci 4 la Real Academia de Ciencias del Ins- tituto de Bolonia, y titulada Sulle velature carboniose bitumi- noidi e sulle incrostazioni ferro-manganesifere e finamente sabbiose vricuoprenti il quarzo cristallizeatto del macigno di Porretta, me ha sugerido consideraciones acerca de una cues- tidn relacionada con hechos de bastante interés bio-mineralé- gico local, cuestién que tuve ocasidn de tocar, aunque super- ficialmente en otro trabajo presentado 4 esta Sociedad (1). En él relacionaba el resultado de las inclusiones de los cristales de cuarzo que yacen con los yesos de las margas eocenas de la Andalucia baja, con el origen y evoluciones de dichos cris— tales de cuarzo, los cuales ofrecen un vasto campo de investi- ewacion y de estudio desde el punto de vista quimico-genético y en sus relacioaes con problemas atin no resueltos de orden dinamico. »A dichos puntos de vista afectan, sin duda, las considera- ciones que hace el profesor Bombicci acerca de las variadisi- mas fases del metamorfismo de los materiales de Porretta, en la nota antes citada, al par que estudia el caracter geoldgico de aquellos terrenos en donde se halla la piedra de construc- cién (macigno), rica en cristalizaciones de variadas especies minerales. Entre estas se encuentran cristales de cuarzo (1) Sobre las inclusiones de los cristales de cuarzo dispersos en las rocas epigénicas de Andalucia. (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., tomo XXIV.) DE HISTORIA NATURAL. 95 J cubiertos por patinas 6 incrustaciones, ya carbonosas, ya ferruginosas, ya manganesiferas. »Todas las cristalizaciones del terreno del macigno de Porretta, indican, seguin el autor, un origen evidentemente acueo, y se han formado a la temperatura ordinaria 6 poco elevada, desenvolviéndose en una fase relativamente reciente, posterior al levantamiento de aquellos terrenos. En opinidn del Sr. Bombicci, estas cristalizaciones necesitaron para cons- tituir una agrupacién molecular estable, y para consolidarse, un espacio de tiempo inmensamente largo: el de toda la época cuaternaria. Recordando después la extremada lentitud de las formaciones madreporicas, tales como las que constituyen la Peninsula de la Florida, cuyo proceso exigiria, segiin Sterry Hunt, 54.000 anos, no vacila en asignar también a los fendé- menos cristalogénicos de las rocas terciarias, como las de Porretta, una duracién infinitamente mas larga; por !o cual no puede ser ni aun remotamente comparable al brevisimo espacio concedido a las experiencias del labératorio. »E] Sr. Calderon (1) ha precisado ya bien la edad y caracter de los terrenos en donde yacen las rocas que aprisionan los cristales de cuarzo 4 que he hecho referencia. El mismo senor Calderén (2) ha emitido la hipdtesis razonable de que el volca- nismo barroso de esta parte de Andalucia, no es mas que un resto moribundo de las actividades quimicas que transforma- ron las capas eocénicas que hoy aparecen metamorfizadas en toda la regién que él llama epigénica. A mas de estas consi- deraciones, que revelan una estrecha dependencia entre ma- nifestaciones locales y fendmenos geoldgicos de cierta genera- lidad, conviene recordar que las mismas formaciones barrosas de épocas pasadas alcanzan gran espesor en los parajes 4 que aludimos, y que su actividad fué grande y enérgica, como vigorosas fueron las manifestaciones quimicas que acompa- Naron a la génesis de las diferentes especies minerales que aquella zona ofrece. »Las formaciones de minerales epigénicos de los barros ma- calubicos de Morén hubieron de efectuarse, como consecuen— (Ll) Los volcanes fungosos de Moron. (AN. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. XX.) (2) La région épigénique de V Andalousie. (Bull. Soc. géol. de Fr., 3° série, t. xvi.) 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cia del volcanismo barroso, durante todo el periodo de mayor actividad de éste, como efectos de un proceso distinto y conti- nuado. Este punto de vista es el que trato de hacer resaltar en la presente nota, y solo a este titulo relaciono los cristales de cuarzo coloreados de Morén con los recubiertos por barnices 6 patinas bituminosas, ferruginosas 6 manganesiferas de los yacimientos de Porretta. »Hs de notar que entre las formaciones minerales de Porretta, que, como se desprende del trabajo del profesor Bombicci, se relacionan directamente con las manifestaciones de las sa/zas, macalubas 6 volcancitos de barro de caracter geyseriano, y las formaciones minerales de los volcanes de Moron, existe una gran analogia de productos y de circunstancias genéticas que no deben pasar desapercibidas, no obstante tratarse de fendmenos de orden geoldgico diferente. »Para no repetir lo que en mi citada nota dije acerca de la naturaleza y propiedades de las materias pigmentarias de los cuarzos incluidos en los yesos eocenos de Andalucia, recordaré solamente que alli indiqué el origen organico de dichas materias y su distribucién en forma de tunica interna no bien limitada y como difundida. »Con posterioridad a aquellas observaciones he tenido oca- sidn de examinar un ejemplar curiosisimo, cuya procedencia supone el Sr. Calderén sea la Sierra de Guadarrama. Esta constituido por un grupito de cristales implantados de cuarzo lechoso, recubiertos totalmente por una tunica de otro hema- toideo, unas veces en forma de cara lisa y brillante, y otras en la de diminutos cristales bien reflejantes. La zona de limitacién de ambas formaciones esta claramente definida, 4 pesar de la fuerte adherencia entre ellas, que no permite sino considerar estas como un solo edificio molecular operado por un proceso no interrumpido. La masa de los cristales esta dispuesta, a veces, en zonas irregulares alternativamente hialinas y lecho- sas 6 blancas. »La distribucién en capas 6 envueltas no bien limitadas y como difundidas en la masa del cristal, de los pigmentos de los cuarzos de Moron, Puerto-Real y otros muchos sitios, pare- cen acusar un cambio quimico en las condiciones del medio cristalogénico, el cual aportaba silice como precedentemente; pero, al propio tiempo, y como consecuencia de reacciones en DE HISTORIA NATURAL. 97 que intervinieron las materias organicas, cedia substancias carbonosas, principios analogos a los designados con el nom-— bre de productos ulmicos. Terminada esta fase de perturbacién, este cambio accesorio en las condiciones del medio, se recons- tituyé la primitiva fase, y por esto los cristales ofrecen esa especie de tunica pigmentaria interna cubierta a su vez por cuarzo hialino. Pero estas alteraciones del medio cristalog@é— nico se verificaron sin duda de una manera paulatina, insen— siblemente, y fueron de tal indole, que no afectaron en modo alguno a la continuidad del edificio molecular, quedando constituido el cristal en un periodo de tiempo secular, pero unico y continuado. »Respecto a los cristalitos de cuarzo cubiertos por una capa hematoidea de que antes hice mérito, parecen haber sido ori- ginados por un proceso cristalogénico no interrumpido, pero en el que, a diferencia de lo que acontecidé en los de Morén, el cambio quimico accesorio en las condiciones del medio, tuvo lugar de una manera brusca. »Los cristales de Porretta corresponden, sin duda, a dos procesos aislados. Las dos formaciones que los constituyen son perfectamente independientes, y entre ambas medio un pe- riodo de tiempo indeterminado que puede suponerse de corta 6 de muy larga duracidn; tiempo quiza medido tnicamente por las evoluciones geoldgicas locales, pero ajeno en un todo a la marcha de los fendmenos de orden molecular que concu- rren en la génesis de los cristales. »Como conclusién de estos hechos y observaciones es forzo- so suponer que la discontinuidad substancial de los cristales esta invariablemente ligada alos cambios quimicos del medio cristalogénico, sean estos intermitentes 6 continuos. Si en un medio semejante sujeto 4 cambios quimicos predominase una accidn cristalogénica determinada, y esta acciédn conti- nuase indefinidamente, las acciones perturbadoras causantes de la discontinuidad quimica de la masa, obedecerian proba- blemente a cierto ritmo, sin el cual la actividad diologica de los minerales decreceria rapidamente y cesaria, por ultimo, bajo la influencia de las leyes de la estatica quimica. Quiza la periodicidad, ley desatendida hasta ahora en el campo de los fendmenos minero-genésicos, explicara muchos problemas no resueltos y arrojara luz sobre diversos fendmenos relacionados ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXV. 7 98 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de una manera directa con las diferentes fases que los mine- rales atraviesan en el ciclo de su evolucién.» —E] Sr. Cafial dond, para las colecciones de la Seccion, esta- lactitas procedentes de la cueva de Careses en Pola de Siero (Oviedo), y otras de una cueva de Cazalla. —E]l Sr. Chaves presentéd ejemplares de flores de cana de azucar, de Maro (Malaga), que donaba igualmente para dichas colecciones. Sin otros asuntos de que tratar se levanté la sesién. Sesion del 2 de Septiembre de 1896. PRESIDENCIA DE DON ENRIQUE PEREZ ZUNIGA. —Abierta la sesidn el Sr. Secretario did lectura del acta de la anterior que fué aprobada. —()ued6 admitido como socio numerario D. Federico de Muguruza y Recio, de Manila, licenciado en medicina que se dedica a estudios de botanica, propuesto por D. Ignacio Bolivar, en nombre de don Domingo Sanchez. —Kl Sr. Presidente did cuenta 4 la Sociedad del falleci- miento de D. Antonio Machado, catedratico de Malacologia y Actinologia en la Facultad de Ciencias naturales de la Univer- sidad central y Museo de Historia natural y uno de los natu- ralistas mas antiguos é¢ ilustrados de nuestra patria que siem- pre se habia dedicado con el mayor entusiasmo al cultivo de las ciencias naturales. D. Antonio Machado era doctor en Ciencias y en Medicina y habia hecho gran parte de sus estudios en Paris, luego pasé a América, completando alli sus conocimientos sobre las cien- cias naturales; regresé después 4 Europa y fué catedratico de la Universidad de Sevilla y mas tarde rector de la misma y gobernador de dicha provincia. Sus estudios, sus viajes y las excursiones hechas por Anda- lucia en compania de du Verneuil y otros distinguidisimos gedlogos, le dieron no escasos conocimientos en esta rama de DE HISTORIA NATURAL. 99 la Historia natural y en la Zoologia, que cultivaba con gran amor. Public6é varios trabajos de Geologia, sobre todo acerca de las provincias andaluzas, v los catalogos de mamiferos y peces de aquella region, contribuyendo con sus escritos 4 propagar los conocimientos de las ciencias naturales y las ideas moder- nas, de que era acérrimo y entusiasta defensor. Ya entrado en anos paso por concurso a la catedra que ulti- mamente desempenaba en la Universidad Central, y en la que con un entusiasmo verdaderamente juvenil propagaba siem- pre sus conocimientos y su amor a las ideas modernas que dominan en el campo de la Zoologia. D. Antonio Machado fué siempre un naturalista entusiasta que contribuyo no poco a introducir en nuestra patria las afi- ciones a las ciencias naturales, en especial a la Geologia y Prehistoria; pertenecia a una generacién que por desgracia va desapareciendo, maestra de la presente, y cuyas pérdidas no se reparan con facilidad. Cumple, pues, a nuestra Sociedad, ala que tanto tiempo hacia que pertenecia y de la que fué su dignisimo presidente, rendir aqui un justo tributo de respeto y carino a la memoria de tan meritisimo naturalista. —Kl Sr. Secretario did lectura de la siguiente é interesante nota que remite el Sr. D. José Duart, y que, previo informe de la Comision de publicacion, se acord6 se insertase en las actas. Verdadera estructura de la flor del «Arachis hypogea» 6 cacahuet. «La flor del cacahuet ha sido descrita por varios autores que se contradicen unos a otros, y todos los que yo he podido consultar distan muchisimo de la verdad. »MM. A. Payen y A. Richard, en su Precis d Agriculture (Paris, 1851, pag. 526), dicen: «Esta planta singular lleva dos especies de flores: unas superiores, amarillas, colocadas en la axila de las hojas, son estériles; otras inferidres, @eneral- mente desprovistas de corola, sostenidas por un largo pe- dunculo, son las inicas que dan frutos; pero por un fendmeno fisioldgico singular, asi que los ovarios de estas flores han sido fecundados, su pedunculo se encorva, se dirige hacia 100 ACTAS DE LA SUCIEDAD ESPANOLA tierra, hunde en ella el ovario fecundado, y en esta posicién es como maduran los frutos y los grands». »E] Sr. D. Joaquin Carrascosa, en una monografia titulada «Del cacahuete, su cultivo y aprovechamiento» publicada en el tomo primero de 1863 a 1864 de la revista Za Agricultura Valenciana, dice que sus flores son amarillas, hermafroditas y fértiles, axilares, cada una sobre su pedtnculo, y nacen dos en cada axila; y mas adelante: «después de la fecundacidén el pedunculo de la flor se alarga poco a poco y termina por en- corvarse hacia abajo, introduciéndose en el suelo para dilatar la legumbre a corta profundidad». »Cuando lei este autor valenciano no pude admitir eso de que el pedtnculo de la flor se introduzca en la tierra después de la fecundacién, porque mi experiencia de diez anos culti- vandolo me habia ensenado que la flor parece marchitarse y caer con su pedtinculo después de la fecundacion, apareciendo al mismo tiempo unas como raices gruesas, llamadas agujas por los valencianos, las cuales se introducen bajo tierra, y cuya punta, engrosando poco a poco, queda convertida en fruto. »Estando el afio pasado en mi campo de cacahuet, acordéme de esto, y habiendo examinado con alguna detencidn de dénde nacian las agujas, vi que salian de la base misma de lo que parecia el pedtinculo marchito de la flor, del interior de éste, desgarrando para ello sus tejidos. Este descubri- miento es de importancia y ha sido verdaderamente el punto de partida que me ha conducido a la verdad; sin embargo, entonces le atribui bien poca, pues me constaba con cuanta ligereza suele escribirse en los periddicos y pensaba que los verdaderos botinicos no dejarian de conocer bien dicha flor. Pero algun tiempo después, cuando ya no habia flores que estudiar, llegd 4 mis manos la obra de las dos eminencias antes citadas, MM. Payen y Richard, y vi con asombro que sustentaban semejante error, aumentado con otros. Desde entonces he estado esperando que aparecieran las primeras flores para estudiarlas y darlas 4 conocer, pues, si bien los autores citados son algo antiguos y pudiera habérseme ade- lantado aleuien, nada se habria perdido; mas una considera- cién me hace esperar que no ha de resultar innecesario mi trabajo y es que, en varios tratados de botanica mas moder- DE HISTORIA NATURAL. 101 nos que los libros anteriormente citados, no he podido encon- trar que digan nada de caliz pedunculiforme 6 cosa parecida, ni de podogino desarrollado después de la fecundacién, sin- gularidades de esta flor que se podran ver en la descripcién que de ella voy a hacer y en las dos flores que, para su com- probacidn acompanan a esta memoria. »Considerando las contradicciones tan enormes en que han incurrido los autores que se han ocupado de dicha flor, crei que seria muy dificil su estudio, que no podria distinguir los estambres y el pistilo sin hacer antes preparaciones micros— copicas; pero a la primera flor que abri 4lo largo desde la base de lo que parecia su pedunculo hasta el extremo del tubo de los estambres, vi a simple vista que la flor es sentada y no pedunculada como parece mirada superficialmente; que lo que se ha tomado por pedunculo no es otra cosa que el tubo del caliz, el cual es tan delgado y prolongado como no hay ejemplo, por lo cual he creido poder dar a esta forma el nombre de cié/liz pedunculiforme. Del cuello del caliz, que a primera vista parece el receptaculo, parte en primer lugar su limbo, que al primer golpe de vista parece él sdélo el caliz, compuesto de dos ldbulos, uno entero y otro cuadridentado; sigue una corola amariposada de color amarillo y, finalmente, los diez estambres reunidos en un tubo hasta la mitad de su longitud, continuando unidos algo mas alla los tres del seno de la curvatura, dos de los cuales carecen de antera y el del medio con el filamento mas corto que apenas sobresale del punto de separacidn. »En la base de esta flor sentada, es decir, en la misma axila de donde nace la flor, rodeado, por la base de lo que parece pedunculo y es tubo del caliz, vése un ovario libre también sentado en forma de una bellota pequenisima, aun- que algo irregular en la punta por tener el estilo hacia un lado; el estilo es muy largo, se prolonga por el interior del tubo formado por el caliz y los estambres y, doblandose con estos a modo de hoz, termina 4 la altura de las anteras. Si se aplasta el ovario después de fecundado entre dos vidrios, vense dos puntitos verdes en el sitio que mas tarde han de ocupar los granos de cacahuet. Después de la fecundacién la flor se marchita, y en el ovario, que hasta entonces era senta- do, se desarrolla poco 4 poco un podogino muy largo del mismo 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA erosor, teniendo el conjunto la apariencia de una raiz @ruesa y carnosa, llamada aguja por los labradores, que se va intro— duciendo en tierra, bajo la cual se desarrolla el fruto cuando el podogino ha alcanzado toda 6 casi toda su longitud. En este estado no queda de la flor mas que el fruto y dos bracteas que la rodeaban en forma de caliz, una de las cuales es entera y la otra bifida, y no cabe duda que esto es lo que los dos autores citados han tomado por una flor fértil y sin corola. »Termino llamando la atencién de los botanicos sobre las dos formas nuevas con que el estudio de esta flor singular viene a enriquecer la organografia vegetal : »].* Un caliz pedunculiforme. »2." Un podogino que no aparece hasta después de la fecun- dacion, ofreciéndonos el fenomeno singular de un /ruto con podogino, procedente de un ovario sentado.» SECCION DE SEVILLA. Sesién del 314 de Agosto de 1896. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. —Se leyé y aprobé el acta de la sesion anterior. —lKl Sr. Medina did lectura a la siguiente nota: «Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologice de Espana. (Adiciones y rectificaciones.) Tentredinidos. Hylotoma melanochroa Gmel.—Aranjuez (Barras!). — Rosé Deg.—Idem. Athalia Rose L..—Sevilla! Evanidos. Evania appendigaster 1.—Sevilla! DE HISTORIA NATURAL. 103 Icneumodnidos. Ichneumon nudicoxa Thom. (1). Braconidos. Bracon wrinatoy Fab.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente! ). Crisididos. Ellampus punctulatus Dahlb.—Sevilla! Chrysis Taczanowskyi Rad.—Fuente-Piedra (Calderon!). — estiva Dahlb.—Villaharta (Cordoba) (Paul!). — ignita L. var. wncifere afinis Ab. — wncifera Ab. (2). Mutilidos (3). Mutilla montana Panz.—7. Cazalla (Rio! ). — — var.? Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — greca Lep. var. nigra Saund.—c’. Sevilla! — barbara lL. var. decoratifrons Costa.—Q. Sevilla!; Villa- harta (Sanchez-Navarro! ); Sierra de Espada (Pau!). — (Myrmilla) capitata Lucas—y. Sevilla! — — calva Vill. var. distincta Lep.—Q. Calanas y Moron (Calderon!) — Dasylabris regalis Fab.—Q. Jerez y Cadiz (Sanchez- Navarro!) — _ maura L. var.—-Q. Cadiz (Sanchez-Navarro!). — (Stenomutilla) argentata Vill. var. bifasciata K\.—®. Villaharta (Sanchez-Navarro!). (1) En mi nota del tomo xxi de los ANaLES, pag. 149, Actas, dice medicora, en vez de nudicoxa. (2) En mi nota publicada en el tomo xxu1 de los ANALES, pag. 116, Actas, dice por errata Chi. ignita var. crucifera y Chr. crucifera, debiendo decir wucifera en ambos casos. (3) Consultados con M. Ernest André. 104 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Esfégidos. Ammophila hirsuta Scop.—Peguerinos (Guadarrama) (Barras! . Pelopeus spirifexr L.—Jerez y Cadiz (Sanchez-Navarro)). — pensilis l.—Alcala de Guadaira! Sphex pubescens Fab.—Cadiz (Sanchez—Navarro!). Trypoxylon albipes Smith. (1). Cerceris quadricincta Panzer. — Pozuelo de Calatrava (La Fuente! ). Philanthus apivorus Latr.—Sevilla! Nysson maculatus Van der Lind.—Alcala de Guadaira! Véspidos. Vespa Germanica F.—Cadiz (Sanchez-Navarro! ). Euménidos. Odynerus Buyssoni Medina. — Pauli Medina. Consultadas estas especies con M. Robert de Buysson, cree este distinguido himenopterdlogo que no son mas que varia- ciones de coloracién del Odynerus regulus Sauss. Odynerus regulus Sauss.—Cazalla (Rio!). Pterocheilus hispanicus Medina. Cree M. R. du Buysson que los individuos con que se ha for- mado esta especie pertenecen al P/. grandis Lep. con algunas variaciones de coloracién, insuficientes para crear una espe- cie nueva. Masaridos. Ceramius Fonscolombe:i Latr. — Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). (1) En mi nota del tomo xx de los ANALES, pig. 260, Actas, dice: «Esta especie no ha sido descrita todavia», debiendo decir que no ha sido citada de Espana todavia. DE HISTORIA NATURAL. 105 Apidos. Anthophora nidulans Lep.—° ~. Sevilla!; Coria del Rio!; Can- tillana y Morén (Calderén!); Constantina!; Hue- var (Paul!); Cazalla (Rio!); Puerto-Real (Paul!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!); Laguna (Ca- narias) (Cabrera!). — estivalis Panz.—°2 oo. Sevilla!; Dos-Hermanas!: Al- cala de Guadaira!; Constantina!; Cazalla (Rio! ): Pozuelo de Calatrava (La Fuente! ). — nigro-cincta Lep.—® co. Sevilla!; Pozuelo de Cala- trava (La Fuente!). — pilipes F.—Q 7. Sevilla!; Dos-Hermanas!; Pozuelo de Calatrava (La Fuente! ). — personata INl.—° %. Sevilla! ; Alcala de Guadaira!; Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). —_— senescens Lep.—® co. Sevilla!; Dos-Hermanas!; Po- zuelo de Calatrava (La Fuente!). — Jemorata Latr. — ~~. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). -- albigena Lep. —©. Constantina!; Cazalla (Rio! ): Puerto—Real (Paul!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Tetralonia pollinosa Lep.—Sevilla! Bombus hortorum V..—Barcelona (Cabrera!). — nivalis Dahlb.—Cazalla (Rio!). — agrorum ¥.—Coruna (Bolivar!); Barcelona (Cabrera!). — lapidarius U.—Barcelona (Cabrera!). — soroeensis F.—Canarias (Cabrera!). — mastrucatus Gerst.—Pirineos (Cabrera! ). — terrestris L.—Sevilla!; Cazalla (Rio!); Llerena (Calde- rén!); Puerto—Real (Paul!). — — var. —Cazalla (Rio!); Constantina!; Cala- fas (Huelva) (Calderén!); Hornachuelos (G. Nufiez!). Psithyrus quadricolor Lep.—Barcelona (Cabrera! ). Apis mellifica L.—En toda Andalucia!; Pozuelo de Calatrava (La Fuente!); Coruna (Bolivar!). 103 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Systropha spiralis Ol._—Sevilla!; Hueévar (Paul!); Hornachue- los (G. Nufiez! ). Yylocopa violacea ¥.—¥n toda Andalucia!; Pozuelo de Cala- trava (La Fuente!). Ceratina albilabris F.—Sevilla!; Alcala de Guadaira!; Cazalla (Rio!); Morén (Calderon!); Chiclana (L. Cepero!); Puerto- Real (Paul!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Panurgus cephalotes Latr.—Utrera!; Chiclana (L. Cepero!); Hor- nachuelos (G. Nunez!); Coruna (Bolivar!). Andrena nigro-olivacea Dours.—Barcelona (Cabrera!). Halictus malachurus W.—Idem. Chalicodoma sicula? Rossi.—Carmona! Osmia tricornis Latr.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — Latreillei Spin.—Idem. Anthidium sticticum F.—Sevilla!; Alcala de Guadaira!; Chi- clana (L. Cepero!). Escolidos. Tiphia morio F.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) (La Fuente! ). Pompilidos. Priocnemis luteipennis F.—Chiclana (L. Cepero!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Pompilus quadripunctatus F.—Idem. Ceropales variegata? Spin.—Chiclana (L. Cepero!). Esfégidos. Anthophilus nov. sp.?-—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Philanthus apivorus Latr.—Idem. _— coronatus F.—Idem. Larra nitida? Spin.—Idem. Sticus tridens F.—Idem. — rapaxr? var. vel nov. sp. Handl.—Idem. Hoplisus punctuosus? Evers.—Idem. — fallax Handl.—Idem. Tachysphex Panzeri V. der L. var. Oraniensis Lep.—Idem. (Consultados con M. R. du Buysson.) DE HISTORIA NATURAL. 107 Sesion del 7 de Octubre de 1896. PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERON. —Leida el acta de la anterior fué aprobada. —Puestas a disposicién de los Sres. Socios las publicaciones ultimamente recibidas como donativo 6 a cambio, la Sociedad acordé que constase su gratitud a los sehores donantes. —Il Sr. Secretario did cuenta a la Sociedad del fallecimiento de los Socios D. José Capdebou, Rvdo. P. Ibanez Puerta, don Carlos Hernandez y D. José Sanchez Gomez; la Sociedad oyé con verdadera pena la noticia de la muerte de tan queridos consocios, que constituia una irreparable pérdida para la So- ciedad, y acordé que se hiciera constar el dolor con que se ha- bia enterado de tan lamentables desgracias. —HK1 Sr. Secretario presentéala Sociedad dos interesantisimas Memorias que remite nuestro consocio de Filipinas D. Domingo Sanchez, acerca de la fauna de los mamiferos y aves de aque- lla regién, tan falta de estudio por los naturalistas espanoles. Dichas Memorias vienen, pues, a llenar un vacio en nues- tros estudios, y aumenta su mérito el ser su autor D. Domingo Sanchez, agregado a la comisién de la Flora de Filipinas, que desde hace tanto tiempo se viene dedicando al estudio de la fauna de aquellas islas que ha recorrido en sus numerosas ex- cursiones, recogiendo abundantes materiales para su estudio. La Sociedad oyé con agrado el extracto que de ellas hizo el Sr. Secretario, y cumpliendo con lo prevenido en el Regla- mento, se acordé pasasen a informe de la comisién de publi- cacion. —Hl Sr. Rivas Mateos (D. Marcelo) leyé la siguiente nota: Una excursidn al Lance de la Mora (provincia de Caceres). «La excursién objeto de este pequenisimo estudio la verifi- camos en unidn de mi padre, el farmacéutico D. José Rivas y Santos, el dia 30 de Julio de 1896. »El «Lance de la Mora,» es uno de esos sitios que debido a su majestad y hermosura parece encantado; todo aquel que por vez primera lo visite, no podra por menos de quedar sor- 108 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA prendido ante tan bello panorama. Yo ya lo conocia hace bas- tante tiempo y a él habia dirigido diversas exploraciones en distintas épocas del afio, pero en ninguna encontré material suficiente de interés para poderlo publicar, hasta que en la excursién de fines del mes de Julio pasado, pude apreciar algunos datos que creo valgan la pena de ser dichos. Para for- marse idea de este sitio, que sin disputa aleuna es uno de los mas encantadores y pintorescos de la provincia de Caceres, no hay mas remedio que observarlo de cerca y contemplarlo muy despacio; todo lo que sea describirlo con la palabra 6 la pluma, es vana pretension de querer imitar al libro universal llamado «Naturaleza.» Este sitio, que los naturales del pais Haman «Lance de la Mora» por referirse a él ciertas leyendas y pasa- jes ocurridos en tiempos de los reyes de Toledo, esta colocado en la Cordillera Central de San Pablo, junto al rio Tajo, frente al castillo arabe denominado «Monfragiie,» & unos 2 km. del «Puente del Cardenal» y unos 100 m. de la carretera de Pla- sencia 4 Trujillo. Alli, y notorio es de todas las gentes de los pueblos limitrofes (Serradilla, Torrejon, etc.), se presenta el Platanus orientalis L., en todo su vigor y lozania. Claro es que no lo suponemos y ni es posible suponerlo espontaneo, sino que por seimillas arrastradas por las aguas desde Aranjuez, Talavera de la Reina U otros tan frecuentes jardines que hay en las vegas del Tajo, llegé a este sitio y encontré suelo abo- nado y condiciones climatolégicas aptas para su germinacién y completo desarrollo. No es la presencia del platano lo que sorprende, sino la de otras especies que, bien propias de sitios alpinos 6 terrenos yesosos, se encuentran tan lozanas en un sitio cuya altitud sobre el nivel del mar es de 209 m. y cuyo suelo es cambrico, cosa que, la verdad, es curiosa, atendiendo 4 que el resto de la sierra es silurico con minimos afloramien- tos dioriticos. En la pequena lista de especies que a continuacién damos, se notara este contraste. De todas las especies recogidas, solo publicamos las mas importantes y aquellas otras que caracte— rizan el soto. De los insectos que recogimos, no haremos men- cién alguna, porque todos eran, segun nuestro malogrado amigo D. Carlos Hernandez, que fué quien los clasifico, muy comunes y de ningun interés. Las especies vegetales son las siguientes: DE HISTORIA NATURAL. 109 Milium montanum Parl. Aira multiculmis Dum. Narcissus multifiorus Lamk. Tris fetidissima lL. Crocus Carpetanus Boiss. et Reut. Gynandriris sisyrichium Parl. Orchis maculata L. Serapias pseudo-cordigera Mori. Spiranthes estivalis Rich. Salix cinerea L. — triandra L. Celtis Australis L. Humulus Lupulus L. Ficus carica L. Cerathophyllum submersum lL. Chenopodium Botrys L. —_— ambrosioides L. — Bonus-Henricus lL. Atriplex glauca L. — hastata L. — hortensis L. Salsola vermiculata L. Polycnemum arvense L. Tliecebrum verticillatum L. Daphne Laureola L. Passerina Thymelea DC. Alnus glutinosa Gertn. Quercus Tozza Bosc. Hronymus Buropeus L. Securinega buxifolia Mill. Malva Alcea \. Althea hirsuta L. Hypericum hirsutum L. Tamariz Anglica Webb. Drosera rotundifolia lL. Nasturtium sylvestre R. Br. Cardamine pratensis L. Sedum Dasyphyllum lL. — altissimum Poir. Ruta montana Clus. Rosa Pouzini Trant. — rubiginosa lL. Alchemilla microcarpa Boiss. et Reut. Genista Hispanica \. Melilotus alba Lamk. Oxrytropis montana DC. Vicia Pyrenaica Pourr. Dianthus Armeria L. Thalictrum minus L. — flavum L. Torilis helvetica Gm. Lythrum Salicaria L. Calystegia sepium R. Br. Solanum Dulcamara L. Erinus Alpinus L. Acanthus mollis L. Origanum virens Link et Hoff. Thymus Zygis L. Preslia cervina Fresen. Lrythrea spicata Pers. Orobanche Castellana Reut. Samolus Valerandi lL. Armeria cespitosa Boiss. Wahlenbergia hederacea Rehb.- Lobelia urens L. Rubia peregrina L. Galium pedemontanum All. — vrotundifolium L. — tenellum Jord. — Aparine L. Sambucus nigra L. Pulicaria dysenterica Gert. Evar Carpetana Lge. Santolina rosmarinifolia L. 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —l] Sr. Calderon did noticia de haber fallecido en Santiago de Chile, siendo profesor en aquella Universidad, el reputado gedlogo 6 ingeniero francés Alfonso Francisco Nogues, el cual, durante su larga residencia en Espana, habia pertenecido 4 nuestra Sociedad. Los primeros trabajos de Nogues, que desde luego le dieron a conocer como un cientifico de altos vuelos, versan sobre la geologia del Mediodia de Francia y remontan al ano 1856. Durante su larga carrera cientifica ha publicado multitud de notas y comunicaciones, tanto en el Boletin de la Sociedad geolo- gica de Francia, como en otras muchas revistas. De estos escritos versan, entre otros, sobre nuestro suelo, los siguientes: Memo- via sobre la California espanola; Comparacion de la rigueza de los terrenos auriferos de Granada con los yacimientos de Penaflor; Les tremblements de terre de ? Andalousie, publicado en La Ne- lwie y El oro de la Sierra de Penaflor, aparecido en el tomo x11 del Boletin de la Comision del Mapa geologico de Espana. —Kl mismo Sr. Calderén dié a continuacién cuenta de un trabajo recientemente aparecido, del profesor Sr. Cohen, de Greifswald, sobre el meteorito de Madrid (1). Puede dividirse éste en dos partes: una en que resefia las circunstancias de la caida del bélido y otra petrografica. En la primera se atiene a las publicaciones del Sr. Calderon sobre el fendmeno del 10 de Febrero del corriente, y en esta parte no ofrece novedad el trabajo; en cambio la segunda merece una resena, siquiera sea ligera. El estudio ha sido llevado 4 cabo con un trozo de3y % gr., adquirido al Sr. Sanz de Diego, de Madrid; cantidad insufi- cliente para realizar todos los ensayos necesarios para una in- vestigacion detenida, pero de la que el citado profesor ha sabido sacar gran partido, gracias a su excepcional competencia. Por los caracteres megascopicos pertenece el meteorito de Madrid a la seccién de las condritas blancas venosas de la cla- sificacidn de Brezina. Kl examen microscépico en las secciones delgadas revela como elementos constitutivos predominantes el olivino y el piroxeno rémbico, tanto en grandes individuos como en granillos, pero no en estado de polvo. Son muy pobres (1) Ueber den Meteoritenfall bei Madrid: Mittheilungen des naturwissenschaftlichen Vereines fitr Neu-Vorpommern und Riigen. 23 Jahrg. 186. DE HISTORIA NATURAL. 111 en inclusiones ambos minerales, viéndose solo en los grandes olivinos escasos granos ferruginosos, granos pardos, que pro- bablemente pertenecen a la cromita, y poros gaseosos. Los hierros niquelado y sulfurado suelen hallarse en canti- dad aproximadamente igual y asociados. Entre los componentes ahora citados yacen entremezclados unas particulas 6 granos alargados, diafanos, de contorno irre- gular, que poseen casi el mismo indice de refraccién que el balsamo del Canada y que calcinando el polvo de la roca me- tedrica permanecen inalterables. A veces se asocian con otros elementos de ésta, simulando condros. Deduce el sabio profe-— sor de sus ensayos (que no pueden mencionarse sin reprodu- cir su trabajo integro), que estos granos pertenecen a la mas— quelinita, mineral que se conoce de otros meteoritos condriti- cos y respecto a cuyas afinidades mineraldgicas no reina aun acuerdo. El Sr. Cohen, cree debe referirse al grupo de la leu- cita, como ya lo suponia Groth, y que disponiendo de suficiente cantidad de materia, esta piedra meteorica podria servir para dilucidar definitivamente la naturaleza de dicho silicato. En el campo del microscopio es bastante reducida la canti- dad de condros y faltan los redondeados, asi como las agrupa- ciones radiantes bien conformadas. Fuera de la abundancia verdaderamente excepcional de la masquelinita, nada encuentra de nuevo el profesor Cohen en el meteorito de Madrid que no se conozca ya de las condritas del grupo a que pertenece. —Hl Sr. Gredilla (D. Federico), dié lectura de la siguien- te nota: La masquelinita sin lugar fijo en las clasificaciones mineralogicds. «Con gran satisfaccidn he oido de labios del Sr. Calderén, la traduccién que del aleman ha vertido a nuestro idioma refe- rente al estudio petrografico sobre el meteorito de Madrid, por el profesor Cohen, de la Universidad de Greifswald. »Todos los aqui congregados habéis tenido el gusto de escucharla, y yo con tanto mas motivo, cuanto que de persona tan autorizada como Cohen, su estudio habia de servir para comprobacion del practicado sobre la misma piedra metedrica, 112 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA por el que tiene el honor de dirigiros la palabra, y que os lei en la sesidn del 3 de Junio del presente ano. »La comprobacién solo es en parte: y digo ésto, porque el sabio profesor aleman nos hace conocer un cuerpo nuevo llamado masquelinita que cree abunda en el meteorito de Madrid, muy distinto de el que con el mismo nombre fué des- crito por Tschermak; y en cambio, no ha tenido ocasién de admirar en el fragmento 6 fragmentos que le han proporcio- nado los hermosos cristales del triclinico /eldespato oligoclasa, los marcadisimos de piroxeno dugita y los no menos caracte- risticos de schreibersita enclavados en la masa de_hierro niquelado, probablemente correspondiente a la aleacion hamacita. »jCuanto siento que por causa de nuestra peculiar tardanza no haya ojeado el profesor Cohen a su debido tiempo todos nuestros trabajos referentes al asunto y no conozca otros escritos serios que los publicados por el distinguidisimo com- panero Sr. Calderén! Porque, si hubiera llegado a sus manos en tiempo oportuno el optsculo del dignisimo catedratico de Astronomia Sr. Iniguez (1), en el que sinceramente se han resenado los profesores que han colaborado en tan importante estudio; quiza hubiera fijado mejor Cohen la posicién de la nube que se formo en la trayectoria del meteorito y con el examen quimico habilmente practicado por el Sr. Bonilla y estampado también en dicho folleto, creo 4 mi humilde modo dle ver, hubiera deducido algo mas concreto referente al nuevo cuerpo llamado masquelinita, y digo nuevo, porque en nada se parece al que describe el padre de la criatura, Sr. Tschermak. »Encauzada la cuestidn en ese terreno, me limito solo a indicarla dejando que el tiempo abra camino al derrotero de la verdad.sobre la substancia mineraldégica antedicha, aun cuando algo de anormal y confuso debe caracterizar esta espe- cie mineral, desde el momento en que cada petrografo aleman le asigna atributos distintos, lo cual contribuye lamentable- mente a un forzoso retraso en el conocimiento de la misma. »Abandonada dicha divergencia sobre el tapete de la ver- dad, no habra uniformidad para la tipica colocacién de la (1) Zos dolidos publicado en el Magisterio Espaiol. Madrid, 1896. DE HISTORIA NATURAL. 118 masquelinita segun el parecer de los clasicos petrégrafos ale- manes y resultara, que con gran detrimento de la ciencia, no surgira la verdadera posicion que en las clasificaciones mine- raldgicas corresponde a este mineral, hasta tanto que un me- teorito de grandes dimensiones caiga sobre la tierra que pro- porcione al profesor Cohen los cientos de gramos que él nece- sita para el analisis quimico de dicha substancia mineral. »Para Tschermak que did nombre a esta substancia y fué el primero en describir los caracteres de este mineral, es un ele- mento incoloro, isotropo, con contornos de cristales alargados, estriacidn que recuerda la plagioclasa y cuya composicién quimica corresponde 4 la labradorita. »La misma opinion acepta Dana (1) y creo no dudaréis que la obra de Mineralogia de este autor es la mas completa de cuantas se han publicado, lo cual no tiene nada de extrano si tenemos en cuenta que los mineralogistas norte-americanos viven entre tanta montana pedregosa. »Si nos fijamos en los catalogos modernos (2), sean france- ses, ingleses 6 norte-americanos, todos y cada uno de ellos colocan esta substancia mineral en el mismo lugar respetando la ciencia de Tschermak, y mi humilde persona, que ha bebido en todas estas fuentes de conocimientos, siempre ha tenido la misma opinion. »Ahora bien: gse halla esta especie en el meteorito de Madrid? el mismo Cohen asegura que no, y si dais crédito a mi humil- de parecer, que he estudiado el meteorito en cuestidn, yo no he visto cuerpo isdtropo alguno en las placas que he tenido la satisfaccién de estudiar. »No era facil encontrarla tampoco, supuesto que sabiendo que la labradorita tiene bastante cal en su composicion, no estaria conforme con el examen quimico habilmente practi- cado por el Sr. Bonilla que ha determinado el medio por ciento de dicha base, suficiente cantidad para la distribucién basica entre los minerales augita y oligoclasa. »Resulta de esto, que masquelinita con los caracteres asig- nados por Tschermak y aceptados por la casi totalidad de los (1) A text book of Mineralogy .. Dana. New-York, 1890. (2) Catalogue of Minerals ..Geo L. England & Co 1890, ACTAS DE LA SOG EKSP.— XXV. 8 114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mineralogistas europeos y americanos, no se encuentra en el meteorito de Madrid. »Para Groth (1) y Cohen la masquelinita es una especie afine a la leucita, presentandose en los condros, generalmente en granos redondeados y en cristalitos alargados en la masa @eneral, pero careciendo de la estriacién que recuerda la pla— gioclasa con refraccién doble muy débil y sin isotropismo com- pleto por consiguiente. »Refiriéndose a Tschermak, dice ademas Cohen: si los granos. de masquelinita tienen estriacidn semejante a la plagioclasa, es porque ordinariamente esta substancia parece ser su acom— panante, y por consiguiente, dicha especie mineral debe con- siderarse como una masquelinita con doble refraccién anormal. »De modo que segtn Cohen, el meteorito de Madrid le ha servido para asegurar que la masquelinita determinada por él es muy semejante a los granos de la misma substancia del meteorito de Umjhiawar hasta donde es posible afirmarlo sin realizar un analisis quimico de la misma, y que ademas debe considerarse dicha substancia como la masquelinita mas pura y neta, mientras que la descrita por Tschermak en otros me- teoritos es anormal. »De mi puedo decir que en las preparaciones que he tenido el gusto de examinar no he encontrado ningun grano mas 6 menos isétropo que pudiera referir 4 la especie indicada, y por consiguiente, que asi como Cohen afirma con Ciertas reservas la presencia de esta especie en el meteorito de Madrid, yo dudo que se encuentre, por lasrazones que expongo a continuacidn. »En primer lugar, porque si es especie afine a la deucita como mineral feldespatico que es, hubiera obtenido el Sr. Bo- nilla buenos precipitados de bases alcalinas 6 alcalino-térreas como la cal en su analisis, y ha resultado todo lo contrario. »En segundo lugar, que aun cuando el fragmento 6 fragmen- tos que ha analizado el Sr. Cohen hayan sido favorecidos en tan gran cantidad de esta substancia, no por eso dejarian de presentarse en proporcion mas limitada en las preparaciones que he examinado, asi es que ante la respetabilidad de Cohen, me pone en duda si conoceré los cuerpos isétropos de puro. olvidados. (1) Tabelarische Uebersicht der Mineralien. 3 Aufi.: Braunsweig, 1889. DE HISTORIA NATURAL. 115 »Y finalmente, que el agregado finamente granudo que se advierte en los condros muy abundantemente, y que yo llamo condros oolitico-clasticos, son sencillamente de olivino (sili- cato de magnesia y hierro) con la unica particularidad que han perdido la rugosidad y son incoloros, y han tomado la forma globular todos aquellos que estan bordeados por las erietas que circulan por la masa, mientras que conservan tal estructura fragmentaria los demas. »He terminado; dispensadme os haya molestado con la lec- tura de estas cuartillas; pero bien comprenderéis estaba obli- gado a hacer estas observaciones, supuesto que como en Kspa- ha se me brindd a que hiciera el estudio petrografico del me- teorito de Madrid, respetuoso y obediente accedi a los deseos de mis companeros; y aunque conocia que el trabajo era muy superior a mis fuerzas, ofuscado por el sendero conocido y pro- verbial que mds hace el que quiere que el que puede, pude salir sino airoso, por lo menos en el lugar digno que con el titulo académico y profesional me coronaron mis maestros.» SECCION DE SEVILLA. Sesion del 30 de Septiembre de 1896. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAUL. —Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —El Sr. Chaves did noticia de un trabajo del profesor Cohen, de Greifswald, sobre el meteorito de Madrid, haciendo algunas consideraciones referentes al hallazgo en él de la masquelinita eu abundancia, si bien para su reconocimiento es preciso practicar secciones sumamente delgadas. Lamenté que la esca- sez y poco tamano de los ejemplares recogidos no permitan proseguir aqui la investigacién emprendida por tan eminente profesor con el propdsito de esclarecer la verdadera naturaleza y afinidades de dicho mineral meteoritico. —Los Sres. Barras y Medina presentaron el siguiente escrito: 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Notas antropologicas. «Deseosos de contribuir en la escasa medida de nuestras fuerzas al esclarecimiento de los problemas. antropolégicos en nuestra patria, hemos emprendido una serie de trabajos enca- minados 4 lograr el objeto expresado; meros observadores modestisimos, simples obreros de la ciencia, queremos poner nuestro grano de arena en el edificio que han levantado en nuestro pais hombres tan eminentes como los Sres. Ol6riz, Anton, Hoyos, Aranzadi y otros, algunas de cuyas publicacio- nes han visto la luz en nuestros ANALES. »Justo es consignar aqui, y lo hacemos con el mayor placer, que la iniciativa de los trabajos que ofrecemos se debe al digno Director de la Escuela de Medicina de Sevilla, Dr. D. José Moreno Fernandez, el cual nos anim6é 4 emprender estos tra- bajos, poniendo 4 nuestra disposicién el, hasta hoy, reducido material técnico con que cuenta este Hstablecimiento y una coleccién de craneos, en su mayoria de andaluces. Al comienzo de nuestros estudios en la Escuela de Medicina (estudios que habremos de comunicar mas tarde a esta Socie- dad) nos ocurrié la idea de consultar las colecciones regionales del Museo de Historia Natural de nuestra Universidad, creadas, ordenadas y clasificadas por el infatigable y dignisimo cate- dratico que fué de esta asignatura hasta hace poco, nuestro sabio amigo D. Salvador Calderon; las esperanzas que conce- bimos al visitar dicho Museo, no quedaron defraudadas, pues alli hemos recogido preciosos datos que habremos de comuni- car sucesivamente en estas WVotas antropologicas. »Réstanos anadir que en nuestros trabajos hemos de seguir casi siempre las indicaciones de la Técnica antropologica de los Sres. Hoyos y Aranzadi.» Restos humanos procedentes de la Cueva de la Mujer. «Dada la importancia que tiene la determinacidén de las pri- mitivas razas que poblaron a Espana en las épocas prehistori- cas, hemos creido deber comenzar estas Notas por las medidas realizadas en los restos humanos recogidos por D. Guillermo Macpherson en la Cueva de la Mujer (Alhama de Granada) y DE HISTORIA NATURAL. 117 que se encuentran en las colecciones de la Universidad de Sevilla. »Como no es nuestro proposito hacer deducciones de los tra- bajos llevados 4 efecto, nos remitimos 4a las Memorias del Sr. Macpherson sobre la citada cueva, publicadas en Cadiz en 1870 y 1871 y 4 la del Sr. Canal (1) en lo tocante a la parte prehistérica de dichos restos, y nos limitamos 4 consignar aqui los resultados de nuestro estudio puramente antropoldgico.» Num. 165. Calvaria. Falta el temporal izquierdo y parte del parietal del mismo lado. Milimetros. Antero-posterior MAaximo.......... i290) TransversoO Maximo..... UE OR NE a a hs 13 Dknceiet. eastesyerucal MED ATO: Mae glee atote ce Woe Basio-bregmatico....... B mtanses: eae sre hl kee) | FromtalmiaimiO:s: eas Bah ede orOays eAce P09 PrantSVeLsO AStCEICOs.:-t ees fe ecece ce Like Horizontal mWaximMds co .ncoh 36 Se OS Horizontal ofriaca.. 2... were eal) ieren een Veruical MAasio—OpilStiGaiove meus icoe cto LOUD Vertical nasio-lambdica. ....... is fet, geo Vertical nasio-bregmatica.......... 137 Vertical nasio-ofriaca...... BR herons 20 Orificio ocei-\( Longitud........2..0.... BPE endian cn diese 37 Ditties sat atime: ees Rec wiaane natal aay ts S20 Transverso-longitudinal........... ‘ 71.05 Wertico—loneitudimalin seuss. 2k ct 81.57 Indices... =e TRANSMELRSO—VETtLCALY fe)swniakies sige. PLILALST | Fronto-transversal maximo......... 80.74 ( Del ormtieio,ocerpital ces. S scree ayet-r ‘ 78.37 hatiimdes dex Biorbitaria externa, 5 2.62 i... Bee aes LOD la cara.... ' Interorbitaria......... Pee ay ot (OA? DISEAN CLA MASIO—DASICALh ovas-o% 2%, oils 0 ie #\0is ost HEE 112 Num. 1. Calvaria incompleta. Por carecer de occipital se han tomado el diametro antero-posterior y las curvas hasta el lambda. (1) Sevilla prehistorica, 1894. Pag. 105, nota 5.4 118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Milimetros- { Antero-posterior lambdico.......... 191 ve \ PransVverso* MAX UMNO .2/5.40 Gees, sl s bbjet pt ee Dirametros... <= Ae Frontal imimimOs seen ose Jer Wes EHOES \ Transverso astérico........ Pe cute ld nar neeal e / Horizontal maximo-lambdica....... 560? Horizontal ofriaco-lambdica........ 550? GilemaSices ~~) Vertical ofrio=lambdica......2..-..5.) 7200 \ Vertical ofrio-bregmatica........... 115 ( Transverso-longitudinal............ 74.34 Indices...... ea soe ‘ ( Fronto-transversal maximo.’........ 76.0: Num. 2. Frontal completo. Diametro frontal mimimo:. sc... Dine hte aioe tices : 92 Curva vertical nasio-bregmatica....... Pepi teaeny 127 Curva vertical nasio-ofriaca........... Puree Loar 20 Distancia bi-orbitaria externa....... pt Mowe euats tot ae 98 Num. 3. Frontal incompleto. Le falta la porcién corres- pondiente al bregma. Milimetros. Diametro frontal mimimo........... Wags Waa plalestoveres same Oe Curvavertical masio-ofciacay ws csc. 6.02 be eee eeiee 2) Distancia bi-orbitaria externa.......... ieee aleree chee LOO Num. 4. Occipital y parietal derecho reunidos. Curva vertical bregmatico-opistica................ 246 Curva vertical bregmatico-lambdica............... 136 Curva, vertical lam Ddico—OpistiCa .% wt cis... <.ceclae see ae LO ToOWMer iif «especies oe Bees ray BARE og HS 34 Orificio occi- es : ; * ee pace abba Hie eats ss Seen ae te tears a reeetere 29 yeaa ce Cinder. simu Mee ee RAC SONG eM aiganag Num. 9. Occipital y parietal derecho reunidos (el primero incompleto). Milimetros. Diametro transverso maximo (tomada su mitad en PLOY CCCWOM)oavercie jo arse Sia ie ebaretou mele eie/ sues ete oy eee A ela 2 Diametro transverso astérico........ SP aielae ean ee OO Curvasvertical am bdico-opistica. .4 2 ag. os0.< soak bed Latitud delOriicio Occipital cee. cee sre ere ec 30 DE HISTORIA NATURAL. 119 Num. 5. Maxilar superior izquierdo. he Milimetros. EMME WASTO— eo VCO lui else os icc erat aoialacsieuke Gi ala i amelbiena ahs 70 Altura espino-alveolar........ ........ Bef iiae te 24 Latitud bimalar inferior (ind neta aay, as lt ase O2 TLE OME TELOT DU LALIO.-icc0)0 verde 'e alt satisl Slee leidie tiara O% « 20? Lge eee ON Ge edb gie se us 68262 PHOW Ors UI ray a2 48 Sahoke be of oneieiore saiphens eis 2 “ell 48 ete copweee se ocy pate aA GGL yagells c's eaters lala asta so tues Shee AA 28? frnneetya ey Sake A eat asad ese Sin MeOSTaBe FST ORVO MAE. yore ct miei ol sfe arene eho S 2 eve ie an a 53 Paladar.2.... iri eye ae RO ee 40? SIMGICEh ae enh dow SER Gh SS a55 Sass Poe Num. 6. Dos maxilares superiores unidos. Altura DAasiO-alVveOlatin. i. 2 oases Bere hvarakeee t. ciet eke 63? Altura espino- coe BS does AHS Gunn Cita stag cae 20 Latitud bimalar inferior (Bimalar MAaXani A) 31 eet 88 Latitud interorbitaria..... Je, Seat ae igre vrei ate om Siete eels 18 fd gc CEE STE as el aa ee MOM: itis aise c aierole ay c2r0 Peto ret Setst 45 WNATIZA. % . «2's sents shthel seca 92 Altura-dedaeramaascendente ¢ a/c 3c s.-= » state eloreed aie-sts 63 Latitud minima de la rama ascendente............ 35 Indice de la rama ascendente..............-.0000- 55.55 Num. 13. Mandibula incompleta, careciendo de la rama ascendente izquierda y del céndilo derecho. Milimetros. DIStAHCIA DIG ONTACA MS .te's sista We aise slore wa he eo Elsie lens 112 Alturatde: la’ Sim iisise etek togeeeraet se os eoniataem eka bite 26 Dista wea sINHSIO-—GOMIACA,-~,cercs se vec sic ad aide iets 87 Latitad minimadevlaramiar nu sco bcs sae ddtelaers cee 30 Num. 13, 1.” Mandibula incompleta. Altura de 18 Sinitsis: 252 te ctone ate keh cveseiretee ees eta 27 Num. 13, 2.° Mandibula incompleta. ATLAS: 1a, SUMEISISe) oi «0-6 avctaiatsare Settee SORCT AM aH TRE, 26 Num. 10. Fémur. Alta atin Kame TOGA AS Sonovscecs aroeet whe Biotec «alte seraket aoe mens 478 Alturasen posicion (trocanteriana)=: <2’... Jvc cas. 470 Cin @uMiGlLenClacGess oad s cic ce ee CO Coat Omar 95 Num. 44. Fémur. AT GU LOA KdTA OLalns chetaie Rickans eretcisl ta clabeache oem ake 476 Alturasen posicion (trocanteriama): <.. <.o..cisseiinest. 469 GUE CHILE TCT Cla s).ces cualecc's ores eee eld, deere etter cerns hay cease 93 Num. 42. Hiimero. ATP a KAA eee: Vane ences Sale ae ee aes oe 363 AdGare em "POSICLOM yar o/s. torsere atnare sate etleles wre te 304 CIECUNTErEN CHA Ya ea oes ee Se ae 71 Num. 14. Sacro. BNE OH D Wes RM Rennes ex A A Caan SM Set tN AG AN ait He AN AAAS ALG of 103 Anchiltasesvetseret cree eae oe Ae ST a pre Bie eed BIE C8 NE Se 107 DE HISTORIA NATURAL. 121 Sesion del 4 de Noviembre de 1896. PRESIDENCIA DE DON JOSE MARIA SOLANO. —Leida el acta de la sesidn anterior fué aprobada. —Puestas sobre la mesa las publicaciones ultimamente re- cibidas como donativo 6 a cambio, la Sociedad acordd hacer constar su gratitud a los senores donantes. —Se hicieron siete propuestas de socio. —El Sr. Botella (D. Federico) did lectura de algunas paginas de su interesantisima Memoria sobre la orografia de nuestra Peninsula, en las cuales, haciendo resaltar el grandisimo in- terés de estos estudios, demuestra la importancia que ofrece al considerar el relieve, no sdlo en la porcién emergida, sino también en las profundidades cubiertas por los mares, enla-— zando ias curvas hipsométricas con las batimétricas y ha- ciendo ver las verdaderas formas y dimensiones de la masa continental, al propio tiempo que los enlaces y conexiones que nuestra Peninsula tiene y tuvo en tiempos geoldgicos no muy remotos con otros continentes. De este modo la unién entre la Peninsula y las islas Baleares a unos 1.000 m. de profundidad en el fondo del Mediterraneo se hace patente, como los vestigios de la union entre Espana y el continente africano, aun casi ligada por una especie de puente 6 profundidad minima en el Estrecho de solo 300 m. de fondo, que demuestra, como facilmente expuso el Sr. Botella con pruebas geoldégicas é histéricas, que el Estrecho se ha ido ensanchando paulatinamente aun en tiempos que la historia recuerda. Asimismo el gran continente atlantico pudo existir aun a principios del cuaternario, sirviendo de union entre nuestra Peninsula y América y siendo aniquilado por una te- rrible y rapidisima catastrofe de que atin se conservo la tra- dicién en los tiempos antiguos, como demuestran los dialogos de Platén y los escritos de otros filésofos de Grecia. El Sr. Botella presenté y regaldé 4 la Sociedad algunos ma-— pas que sirven de demostracién a su doctrina, y el Sr. Presi- dente, interpretando los deseos de la Sociedad, did las gracias al Sr. Botella por su estimable regalo y le manifesté el gusto 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA con que la Sociedad habia escuchado la lectura de su intere- sante Memoria. —Hl Sr. Macpherson presenté una fotografia obtenida con un objetivo telescépico, en la que se ve un gran pliegue que en la vecina sierra presentan las capas de gneis, hecho que explica perfectamente el fendmeno que se habia obser- vado de que se presentaran repetidas veces y a niveles muy diversos series de las mismas rocas. En las fotografias que el Sr. Macpherson hizo ver a la Sociedad, aparece claramente este pliegue, formando en el gneis una gran onda que buza hacia el SE. en una gran extension. —H] Sr. Fernandez Navarro (D. Lucas) did lectura de la si- guiente nota: «Verhalten der Mineralien eu den Rintgenschen X-Strahlen. (La conducta de los minerales bajo los rayos X. de Réntgen). Neues Jahrbuch fiir Mineralogie, etc., 1 Band, 1896, pag. 87. »En vista de la gran diferencia que ofrecen algunos mine- rales en cuanto a los rayos X de Réntgen, el autor ha exami- nado sistematicamente las relaciones entre la permeabilidad, el peso especifico y la composicién quimica de mayor numero dle especies. Resultd que en algunos casos, sobre todo en la distincidén de las gemas, el ensayo con los rayos Réntgen puede suministrar un caracter diagnostico. Los métodos ac- tuales de la distincién de las piedras preciosas se basan casi exclusivamente en la dureza, el peso especifico y las propie— dades O6pticas y exigen piedras no engastadas. Kl ensayo Réntgen es aplicable 4 piedras engastadas y sirve, por ejem- plo, para distinguir el diamante de sus imitaciones. »Los experimentos del autor le inducen aestablecer, entre los minerales, ocho grupos, segin su permeabilidad, y lo llevan a las siguientes conclusiones: »1.* La permeabilidad de los diferentes minerales es muy distinta. No se pueden establecer en general relaciones entre el peso especifico y la permeabilidad; solamente parece que los minerales cuyo peso especifico es superior a 5, son imper- meables. No hay relaciones generales con la composicién qui- mica, pero las combinaciones con azufre y arsénico son, en su mayor parte, impermeables; el contenido de hierro aumenta DE HISTORIA NATURAL. 123 en los silicatos la impermeabilidad. No se pueden encontrar relaciones con el peso molecular. Los minerales dimorfos pre- sentan diferencias insignificantes. »2.° Los cristales no presentan en diferentes direcciones sino diferencias minimas. »3.° Las condiciones de permeabilidad se prestan para ob- jetos diagndésticos con respecto a las piedras preciosas. Lista de los minerales segin la permeabilidad. »l Grupo (completamente permeables): Acido bérico, ambar, azabache, grafito, diamante; »LT Grupo (muy permeables): Borax, corinddn, sepiolita, kaolin, amianto, criolita; »LTT Grupo (permeables): Talco, épalo, andalucita, distena, analcima, crisoberilo; »IV Grupo (semi-permeables): Albita, cuarzo, enstatita, an- tofilita, labradorita, anortita, adularia, topacio; »V Grupo (poco permeables): Leucita, moscovita, horn- blenda, flogopita, espinelita, sal gema, hessonita, biotita, nitro, espato fluor; »VI Grupo (casi impermeables): Yeso, turquesa, turmalina, biotita ferruginosa, augita de Oxido de hierro y aluminio, es- pato calizo, aragonito, apatito, blenda, pirita magnética; »VII Grupo (impermeables): Brookita, melanita, alman- dina, berilo, hierro oligisto, epidotita, rutilo, hierro magneé- tico, marcasita, azufre, pirita, cerusita, zircdn, cinabrio; »VITT Grupo (completamente impermeables): Baritina, braunita, senarmontita, arsenita, oropimente, rejalgar.» Kl mismo Sr. Fernandez Navarro dijo que en la sesidn de 13 de Abril del ano corriente de la Sociedad Geoldgica de Francia ha presentado M. de Lapparent algunos ejemplares de mineral de cobre procedentes de los Pirineos espanoles. Estos ejemplares consisten en porfido petrosiliceo y espilita con nucleos de calcita, ambas rocas impregnadas de cobre nativo en condiciones idénticas 4 las que caracterizan el yacimiento del Lago Superior. Respecto a la localidad fija de donde puedan provenir di- chos ejemplares, nada de cierto sabe M. de Lapparent, sino que han sido recogidos cerca de Canfranc, tal vez en el pico 124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Anayet, donde la leyenda coloca una mina de cobre, oro y plata, en otro tiempo explotada y después perdida. Como por la indole del yacimiento seria interesante llegar a conocerle con exactitud, me ha parecido conveniente re- producir la anterior noticia, por si pudiera servir de base a las investigaciones de algtin aficionado a este género de estudios. —KH] Sr. Pau (D. Carlos) remitié la siguiente nota: Consideraciones sobre algunas curiosas plantas recogidas en Cataluna por el Sr. Cadevall. «Nuestro querido companero y distinguido amigo D. Juan Cadevall pertenece al reducido grupo de botanicos espanoles que, sin hacer que hacen, sin ruido ni pretensiones, llaman hacia sila atencién de los inteligentes por sus notables descu- brimientos. Sorprende, en efecto, que en Cataluna, que pasa justamente por ser una de las regiones mas y mejor estudia— das de la Peninsula, haya nuestro amigo descubierto unica- mente del género Carex cuatro especies nuevas para la flora espanola, y que poseo en mi herbario determinadas con acierto por tan laborioso como inteligente naturalista. Son las C. alba Scop., C. nitida Host. =C. obesa auct., C. olbiensis Jord. y C'. tomentosa L. Y se puede aumentar la lista con la C. basila- ris Jord., de Moncada, admitida en nuestra flora solamente de Algeciras por J. Ball. Ciento diez son los nimeros recibidos; pero aqui tnica- mente me ocuparé de aquellos que, a4 mi entender, merezcan cuatro palabras. Centaurea cerulescens W. 8 contracta Cadevall. Difiere del tipo por sus cabezuelas Hevadas en cortos pe- dunculos, resultando su panoja abreviada. Encuéntrase esta forma en Moncada acompanada del tipo. Costa (#7. cat., pag. 140) supone que la planta catalana per- tenece a la C. cw@rulescens de los autores franceses; es posible que las muestras procedentes de los sitios que alli se indican pertenezcan realmente al tipo de Jordan; pero no la planta de Cardona, seguin ejemplares de los Dres. Tremols y Cadevall. Los autores franceses se refieren a la C. spina belia Bub., variedad parcesquamata de la C. cwrulescens W., que muy pro- DE HISTORIA NATURAL. 125 bablemente se encuentra en Cataluia, aunque no se indica. Bunium Coste Pau, Not. bot., fasc. 6.°, pag. 56.—Conopodium ramosum Costa (loc. class.). Para llevar esta especie del género Conopodium Koch al Bu- nium L., segin hice en el fasciculo 6.° de mis Notas botanicas, atendi a la divergencia de sus estilos y habito de Bunium Ma- cuca Boiss. Y esta afinidad es tan notable, que me extrana no haya sido advertida antes por los botanicos, pues tengo al Bunium Cost@ como subespecie 6 variedad del 2. Macuca Boiss. En Alazor (Navas de Torrijas 6 Avejuela, probablemente el Sacaniet del viajero Reverchon), el tipo y la variedad son veci- nos; pero el B. Macuca en lus campos y el B. Coste en los pi- nares; uno en tierras cultivadas y otro en terrenos incultos. Las semillas del ultimo, arrastradas por las aguas hasta los campos cercanos, producen probablemente el B. A/acuca, por mejorar la planta de terreno. Saxifraga paniculata Cav. 6 angustisecta. —S. exarata var. intricata 1. Gorb ad Soc. bot. bare. (1876). Sierra la Llena, 12 Mayo, 1876, Gorb; San Llorens del Munt, Junio, Cadevall. Forma perteneciente a especie no indicada en la flora catalana. La muestra de San Llorens del Munt la tomé por especie nueva (S. 7remolsiana Pau in litt. ad Cadevall), y difiere de la S. paniculata Cav. por sus hojas con los segmentos divergen- tes, divisiones Ultimas partidas y no enteras, como general- mente se presentan en las especies cercanas. La forma mas afine de mi coleccién es la §. paniculata Cav., forma leptophylla, recogida por el Sr. Vicioso en las rocas de Campiel; pero la planta catalana parece pertenecer a tipo in- termedio entre la S. paniculata Cav. y S. Pentadactylis Lap. La estrechez de sus sépalos apartan esta forma de la S. ¢77- furcata Schrad. y de su variedad S. canaliculata B. et R. (1); (1) Saxifraga trifurcata Schrad. 8 condensata. Los botanicos Leresche y Levier di- cen (Deus exc., pag. 191) que los sépalos «dentibus calycis sublinearibus, acutis» son lineales y agudos. Agudos lo son como en el tipo, pero no lineales, si hemos de creer en su misma estampa, que los trae aovado-triangulares. Sin embargo, la muestra de mi coleccion los lleva lineales, conforme la descripcion. El nombre especifico tampoco es exclusivo en esta forma, pues que la S. trifurcata Schrad. presenta algunos peciolos con esa plegadura. La S. canaliculata B. et R. difiere muy poco de la S. trifwreata Schrad.; y me apoyo, 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA las hojas con su lamina de figura arriNonada no pueden per- mitir que la unamos a la S. Pentadactylis Lap.; su panoja, hojas y flores la separan de la S. Wil/hommiana Boiss. Tamarix hispanica Boiss. Riera de Tarrasa, Mayo, Cadevall: «Rambla seca», junto a Segorbe, 1.° de Mayo, 1886. Las especies de este género son dificiles de distinguir por las descripciones que conozco; con el fin de facilitar su deter- minacion, presento el siguiente cuadro de las especies espa— nolas. Seccion I.—Parvifloree.— Flores pequefiitas; en capullo apenas exce- den la altura de 1 mm. Bracteas.mas.cortas quevel caliz.. oe. tein bw icte ta T. gallica L. Bracteas mas largas que los capullos 6 muy poco menores. T. Anglica Web. Seccton Il.— Grandiflorze.—Flores mayores; 2 mm. de altura lo menos. CAPSUla AO VAadeiaonaain dist sortase hacdencibonena deere omelets T. Africana Poir. Capsula trigona, piramidal; flores menores......... T. hispanica Boiss. La 7. hispanica no se ha indicado en Cataluna y Valencia; los caracteres de las capsulas tampoco eran conocidos. La localidad catalana es de mucha importancia porque me demuestra que los autores franceses tomaron por 7’. 4 /ricand nuestra 7’. hispanica de Boissier. Dijo Godron, en Grenier y Godron, Flore de France, 1, pa- gina 601: «Capsule courte ovoide trigone, un peu attenuée au sommet.» Caracteres que no convienen ala 7’. A/ricana Poir, y siala 7. hispanica Boiss. Los Sres. Rouy y Joucaud, en su reciente tomo 11 de la Flore de France, todavia hacen mas imposible la identidad de su T. Africana con la T. Africana de Poiret, pues expresan (pa- gina 318), en la llave dicotémica capsule ovoide trigone para las A. Anglica y T. Africana, y efectivamente asi las lleva la T. hispanica Boiss., pero no la T. Africana Poir. para creerlo, en la poca importancia que tienen los caracteres aducidos por los auto- res Leresche y Levier para separarlas, a pesar de escribir que « C’est une trés belle espece, d’entre les plus distinctes du genre.» Es un tipo de los mas variables y de los mis extendidos en la Peninsula, existiendo en mi herbario hasta cinco «especies» diferentes. DE HISTORIA NATURAL. 127 Hieracium cesium ¥r. f. rubescens.—H. rubescens Auct. cat. Monserrat, Junio, Cadevall.—E1 difunto Willkomm asimi- laba esta forma al H. murorum L.; nosotros creemos que cabe bien en el H. cesium, no indicado en Espana. Papaver setigerum DC. Los autores suponen que esta especie es variedad del P. som- niferum L., y asi la formulan, equivocandose ciertamente, pues no concebimos como puede ser variedad de un tipo cul- tivado la especie que produce ese tipo, asi venga apoyando ese raro discurrir, todas las leyes de nomenclatura habidas y por haber. Debera expresarse el P. somniferum L.=P. setige- rum DC. 8 hortense y no al contrario. Sideritis littoralis Gaut. & Timb.—S. hirsuta L. 8 bracteosa Willk. Tarrasa, sitios aridos; Junio.—Ademas de sus bracteas trae sus hojas mayores anchas y es planta mas robusta. Veronica tenuifolia Asso. & Cadevalli. Difiere del tipo por sus lacinias foliares capilares y racimo mas alargado.—Bosque del Cairat, inmediato a la Puda de Monserrat; Mayo. La V. tenuifolia Asso. =V. Assoana Willk. no creo que difiera especificamente de la V. austriaca L. y la V. commutata Willk.! es idéntica a mi V. jabalambrensis. Haplophyllum Hispanicum Sp. & latifolium forma pubescens. Castellgali, orillas del Llobregat, raro.—Entre las varieda- des latifolium y angustifolium existen diferencias importantes, ademas de sus hojas, si atendemos al caliz y corola, por lo cual creemos infundada y exagerada la teoria de los autores del Prodromus Fl. Hisp. al presentar bajo una sola denomi- nacion plantas tan diferentes. Trinia Dufouret DC. ’ Kl Sr. Cadevall ha recogido en San Llorens del Munt dos ejemplares que pertenecen probablemente a la 77. Dufoure/, por sus pedunculillos muy cortos, peciolos de los ramos mem-— branosos y sin hojas. Pedidas muestras de la misma localidad en fruto, este laborioso naturalista nos ha complacido con dos fragmentos, en donde observo los caracteres que todos cono- cemos en la 77. vulgaris DC.; luego la 77. Dufourei no resulta otra cosa que planta muy joven de la 77. vulgaris, y por lo mismo un sindnimo. 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Carex nitida Host. C. obesa auct. (Not. bot., 6, 103.) Encinares de Ubach, Tarrasa; 10 de Abril de 1885. Pertenece esta planta 4 especie nueva en nuestra flora. C. olbiensis Jord. (Not. bot., 6, 102.) San Llorens del Munt, Montalegre, etc. 12 de Abril de 1881. También es nueva para Espana. C. alba Scop. Puigreig (debe pronunciarse, segun mis paisanos, Pude- rrech), bosque Pinebret, Mayo de 1896. Esta especie, nueva para la flora espanola, ha sido compa- rada con los cuatro pliegos de mi herbario, procedentes de Haut-Marne, Iser, Tosserberg y Muhlnethel (Francia y Suiza). CG. Linki W. Matorrales de Montalagre en compania de la C. olbiensis. Junio, 1896. Esta especie no ha sido indicada por los botanicos catalanes en esta region. C. tomentosa L. Sitios herbosos, aridos de Ribas; 16 de Agosto de 1896. Es nueva para la flora espafiola, y no difiere de mis muestras de la Kuropa Central mas que por su humildad y escamas mas cortas. C. basilaris Jord. Bosques de Moncada; 13 de Mayo de 1883. Es nueva para la flora catalana, yen Espana se indicé unicamente en Algeciras por J. Ball. Este descubrimiento demuestra que la especie se extiende por toda la costa espanola; y el no indicarse por los autores se debe a que probablemente fué considerada por algunos como C. Halleriana Asso, especie que ciertamente es de las mas extendidas y frecuentes. Lamium flecuosum Ten. Kn San Llorens del Munt, en donde se ha indicado el @. Ga- leobdolon Crtz.; pero nosotros no hemos recibido mas que la apuntada. Astragalus Pentaglottis L. Este tipo especifico se presenta en Espana bajo dos formas: pico del fruto prolongado (vostratum) 6 sin pico (erostris). La planta catalana pertenece a la primera. Saxifraga capitata Lap.—S. aquatica X ajugefolia Timb. Montes de Nuria (Tremols, Julio de 1877); sitios aguanosos de Nuria (Cadevall, 11 Agosto 1896). DE HISTORIA NATURAL. 129 Unica localidad conocida en la flora espanola y wnicos na- turalistas que la recogieron. Suncus pyrendicus Cad. & Pau. Planta de 9 cm., cespitosa; hojas filiformes, mas cortas que el tallo, de 7 cm.; tallos derechos, largamente desnudos; inflo- rescencia terminal, unica, en cabezuela; bractea aovada, lan- ceolado y aristado su apice, 3 nervios; perigonio de piezas oblongas, tan largas como las dos terceras partes de la cap- sula. Junco de la Seccion Stye Fries, é intermedio entre los J. Stygius L. y J. Triglumis L. Del primero difiere por sus tallos desnudos, bractea y piezas del perigonio mucho mas anchas; del J. Zriglumis L., muy parecido por su cesped y tallos des— nudos, se aparta notablemente por el color y forma de las bracteas y longitud de las capsulas. Nuria, frente al Salt del Aigua; 12 de Agosto de 1896. Thlaspi virgatum G.G. Es interesante esta especie de Nuria, por no estar indicada en Espana mas que en Cataluna, faltando en muchos herba- rios espanoles, como en el mio, hasta que la he recibido del Sr. Cadevall. Trifolium aureun Poll. Bosques de Ribas. En mi coleccién todavia no constaba como muestra de Espana. Veronica latifolia lL. Hace tiempo que poseo una variedad de esta especie, reco- gida por el Sr. Tremols, que es la misma de Ribas enviada por el Sr. Cadevall y distinta del tipo por sus capsulas bilobu- ladas (var. di/oba). D. Juan Cadevall remite el tipo también. Melica pyramidalis Lam. Ksta planta curiosa no la traen los naturalistas espafioles como diversa de la I/. minuta L., y yo la considero como inter- media entre las WM. major 8. & S. y M. minuta L., siguiendo el parecer de algunos botanicos europeos. Las hojas angostas, rigidas y arrolladas, asi como las ligu- las cortas, le acercan 4 la MW. minuta y la separan de la MW. ma- jor; pero sus espiguillas de J/. major la apartan bien de la M. minuta. Cytissus Gallicus Kern.—C. supinus L. var. gallicus. Varios autores espanoles han dado como especies diversas ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXV. 9 130 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA los C. hirsutus L., C. capitatus Jacq. y C. supinus L., y & mi parecer, estas tres especies, con el C. prostratus Scop., perte- necen al mismo tipo especifico; y apartandose estas formas entre si por caracteres de tan poca importancia, que apenas se pueden crear variedades (morfologicas) de verdadero valor taxonomico. Kerner ha demostrado que el C. supinus L. es idéntico al C. capitatus Scop., Jacq.; y siendo esto evidente, resulta que las indicaciones de algunos autores no se contradicen, como parecia (Costa, fl. cat., pag. 56; ampl., 74; supl., 18; Vayre- da, pl. not., pags. 48 y 194). Pero el Sr. Kerner anade que el C. supinus de los autores franceses difiere del verdadero C. supi- nus L. y ha dado a esta forma occidental el nombre de C. Ga-— Hlicus. La identidad de la forma catalana con la francesa es cierta, solamente que es forma parvifolia, y difiere ligeramente del C. capitatus Jacq., de la Hungria, y se acerca bastante al C. prostratus Scop., sino atendemos 4 su inflorescencia. La muestra del Sr. Cadevall fué recogida en los montes de Matadepera, Olesa y Ribas. Scleranthus Delorti Gren.—S. polycarpus DC.—S. pseudopo- lycarpus de Lerx. Terrenos arenosos del Monseny, 8. Hilario y 8. Llorens del Munt. Loscos! did bajo S. De/orti otra forma muy diversa, perte— neciente probablemente al S. annuus L. S. perennis L. 8 polycnemoides.—S'. polycnemoides Willk. & Costa. A esta especie 6 variedad asimilaba con duda el S. /iennis R1. recogido por el Sr. Cadevall en la riera de Tarrasa (ot. bot., fasc. 6.°, pag. 51), considerando al S. polycnemoides diferente del S. perennis; mas, comparados con la descripcién, encontré que no podia pertenecer al S. polycnemoides mas que la planta recogida por el Sr. Tremols (Junio de 1884) en la localidad cla- sica, diversa inicamente del S. perennis por su cesped, hojas y entrenudos inferiores; pues segun muestras de ambos explo- radores, en el Monseny se encuentran todas las especies cita- das en Espana, menos el S. wacinatus Sdner. Viola sciaphila Koch. — Matadepera y Ubach (1896) en Tarrasa. Aspecto de V’. alba DE HISTORIA NATURAL. 131 Bess., sin renuevos rastreros y capsulas lampinas, pero no creo que pertenezca a especie nueva.» —El Sr. Rivas Mateos (D. Marcelo) did lectura de la siguien- te nota: «Preliminares para el estudio de las especies espanolas del género GratioLa (Lscrofulariaceds ). »Notorias son para los botanicos las caprichosas divisiones de que son objeto las especies vegetales; el caracter mas acci- dental y pasajero producido por el medio de vida, es causa su- ficiente para que haya quien vea en aquel anormal individuo una nueva variedad, viniendo, por consecuencia, a introducir en el campo de la Botanica un farrago ininteligible y confuso de variedades, fantasticas las unas, incomprobables y sin re- presentacién las otras. No es, en verdad, el género Gratiola uno de los que mas hayan corrido tal suerte, y sin embargo, hoy existe tal confusiOn y tan poca certeza en el conocimiento y distincién de sus especies, que muchas veces se encuentra uno con ejemplares de imposible 6, a lo menos, de indecisa clasificacion. »En las investigaciones y estudios que hemos hecho de las especies espanolas hasta hoy conocidas del género Gratiola, hemos tenido 4 la vista ejemplares procedentes de la Sierra de Gredos, cordillera central de San Pablo, garganta y arroyo Barbaon de Serradilla, arroyos de Garganta de Banos, Isla de Plasencia (Caceres), Puerto de Béjar, arroyos limitrofes a Can- delario, rio Tormes (Salamanca), orillas del rio Tajo en Aran- juez (Madrid) y, por ultimo, todos los existentes en el herbario del Jardin Botanico de Madrid. Del estudio detenido de estos ejemplares deducimos: 1.°, que racionalmente sdlo podemos admitir hasta hoy dos especies espanolas del género Gratiola; y 2.°, que una de las especies debe llevar el nombre de Gra- tiola officinalis L., como ya Linneo la denominé en su Species plantarum, y \a otra el de Gratiola crassifolia. Veamos las razones: Al hacer la caracteristica, no ya de un género, sino de una determinada especie, lo racional, lo cientifico, es el marcar los caracteres naturales que ligan y separan con cla- ridad, con precisién, unas especies de otras colocadas en el mismo género; ademas, estos caracteres deben ser persisten- 132 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA tes. Hé aqui, pues, los fundamentos que nos han servido para deducir y dar conclusiones nada mas que preventivas para rectificar en caso necesario. »Respecto a la Gratiola officinalis L. nada hemos de decir, pues esta perfectamente caracterizada y no admite discusién alguna. Ahora, respecto a la Gratiola linifolia Vahl. queda mucho que desear, tanto la especie como las variedades 8 /us7- tanica (Gratiola linifolia Brot.) y y Salmantica (Gratiola crassi- Jolia et Salmantica Lag.). Discutamos: Si la var. 8 Lusitanica se halla caracterizada por tener las hojas lanceolado-lineares, crasas, enteras 6 débilmente dentadas, y las dos bracteitas que llevan en la terminacion del pedunculo iguales en longi- tud a las lacinias del caliz y la var. y Salmantica por tener las hojas enterisimas y crasas, lo natural es que estos caracteres sean persistentes 6, a lo menos, no se hallen confundidos todos en un solo individuo; si esto asi no ocurriera, los carac— teres indicados podrian, aunque malamente, formar las dos variedades antes indicadas; pero como no es asi, sino que el caracter de las hojas, como el de las bracteas, son tan fugaces é inconstantes, que no es dificil ni raro, sino lo normal, el en- contrarse con ejemplares que reunan la caracteristica de una y otra variedad. Asi, pues, vemos que la presencia de tales caracteres son insuficientes para poder por si solos distinguir y formar los dos grupos. Ocurre, por ejemplo, que la Gratiola recogida en la Sierra de Gredos presenta las hojas lanceolado- obtusas, crasas, cubiertas de pelos brillantes y cristalinos; son ademas trinerviadas 6 por excepcidn uninerviadas, con los bor- des enteros en unas, casi invisiblemente dentados en otras. La recogida en el Tormes de Salamanca conviene con ésta en la crasitud, forma, nerviacién y pubescencia, y difiere en que Jos bordes son enteros en todas las hojas. Las de Aranjuez recogidas por los Sres. Lazaro y Aterido presentan, ademas de los caracteres de crasitud y pubescencia, las hojas visible- mente trinerviadas y dentadas. Una cosa analoga ocurre con las procedentes de Candelario y Serradilla. De los ejemplares existentes en el herbario del Jardin Botapico de Madrid, sdlo merece indicacién para nuestro objeto el que lleva nombre de Gratiola crassifolia Lag., el cual efectivamente tiene las hojas crasas y enteras, siendo, por consecuencia, idéntico al que nosotros poseemos del rio Tormes. En resumen, podemos DE HISTORIA NATURAL. 133 decir que no existe un caracter por el cual podamos separar una de otra variedad. Sin duda alguna observé Willkomm todas estas analogias, despreciando las fugaces diferencias producidas por la adaptacion al medio de vida, cuando en su Prodromus flore hispanice reune, sin admitir variedades, la Gratiola linifolia Hoftm. et Link., G. crassifolia y G. Saliman- tica Lag. bajo el sindnimo de Gratiola linifolia Vahl. »Ahora, respecto al nombre especifico de esta especie, nin- uno creo, a mi juicio, se acomoda mejor que el de G@. crassi- folia, por ser la crasitud de la hoja el caracter mas sencillo y constante; de ningtin modo el de @. linifolia, pues la forma de la hoja dista bastante de parecerse a la del lino. »Después de las anteriores reflexiones, hagamos un estudio detenido de la caracteristica de las dos especies Gratiola offici- nalis y G. crassifolia. »Gratiola oficinalis L.—Planta de 3 4 4 decimetros, con raiz rastrera, poco dividida y de matiz rojizo. Tallos erguidos, fis— tulosos y muy marcadamente tetragonos, con las aristas algo salientes. Hojas opuestas, sentadas, abrazadoras, lanceoladas, de unos 5 cm. de longitud por 4a 5 mm. de ancho, completa- mente lampinas, 6 cuando mas, las del centro con una ligeri- sima pubescencia en la base y por el haz; nunca son agudas, notandose que las inferiores son un poco mas romas y obtusas que las superiores, son trinerviadas y dentadas sélo en la mi- tad superior; los dientes, débilmente mucronados, estan en trechos de 5 en 5 mm.; los nervios, en numero de 3, rara vez 5, aparecen indivisos, 6 a lo mas, los laterales dan casi imper- ceptibles nerviecitos que van 4 parar al vértice del diente. Las flores, que son axilares y solitarias, constan de un pe- dunculo ascendente igual en longitud a la corola y lleva en su parte superior 2 6 3 bracteitas dos veces mas largas y an- chas que las lacinias del caliz; el caliz, formado por 5 lacinias que llevan en la parte interior y junto al nervio medio una 6 dos series de pelitos casi imperceptibles mates é indivisos, que decrecen en ntimero a medida que se acercan al vértice de la lacinia; la corola, irregular tubulosa 6 ligeramente tetragona y barbada en el interior, consta de 4 ldbulos, dispuestos en 2 labios, de los cuales’ el superior es bifido, mientras que el inferior aparece de 3 ldbulos iguales; el matiz de la corola es blanco-rosaceo, con los nerviecitos muy marcadamente rojos; 134 ACTAS DE La SUCIEDAD ESPANOLA los estambres en numero de 4, de los cuales, 2 son estériles y poco desarrollados, constan de un filamento corto y una antera redondeada y bilocular; el ovario esta compuesto de 2 car- pelos cerrados y multiovulados. Fruto en caja, aovado-cénica, compuesta de 2 valvas que terminan en punta rigida, debido a que el nervio medio de cada carpelo es fuerte y prominente en el apice; las semillas, que son pequenisimas, alveoladas y rugosas, presentan un color leonado. Fl. Julio a Septiembre. Es frecuente en sitios humedos de toda Espana, siendo mas comun en la region Central. »Gratiola crassifolia R. M. (Gratiola linifolia Martin Vahl. Gratiola linifolia Hoftm. et Link.—Gratiola Salmantica et cras- sifolia Lag). Planta de 1 4 2 decimetros con raiz casi indivisa y de un tinte algo rojizo. Tallo fistuloso semirastrero, cuadran- cular y con pelos carnosos, brillantes y cristalinos. Hojas crasas, sentadas, abrazadoras, aovado-lanceoladas, obtusas, general- mente trinerviadas, 6, por excepcidn rarisima, uninerviadas, repletas por ambas caras de pelos carnosos, cortos é indivisos; los bordes aparecen: en las hojas inferiores enéeros, en las su- periores ligerisimamente dentados. Las flores son axilares, soli- tarias y constan de un pedunculo vez y media mds largo que la corola, pubescente, cilindrico en la parte inferior, ensanchado y tetragono en la superior; bracteitas de igual longitud que las lacinias calicinales; caliz compuesto de cinco lacinias pubescen- tes en el exterior y lampiias en el interior; corola irregular, tu- bulosa, barbada, compuesta de cuatro lébulos, de los cuales el superior es generalmente escotado, los restantes iguales; el matiz de la corola es rojo violaceo; estambres dos por aborto constante de los otros dos, que suelen hallarse rudimentarios 6 nulos; filamento corto y antera alargada y bilocular. Ovario bicarpelar y multiovulado. Fruto caja, redondeada, bi-valve y polisperma. Semillas alveoladas, rugosas y blanquecinas. Flo- rece Agosto-Septiembre. Habita en los arroyos y sitios hume- dos de Salamanca, Caceres, Madrid y Portugal.» —El Sr. Calderén presento, por encargo del profesor del Instituto de Huelva, D. Manuel Paz Sabugo, dos fotografias de un borrego monstruoso encontrado y disecado por dicho se- nor, y ley6 ademas una descripcidn remitida por el mismo senor del citado ejemplar, que pertenece A la familia de los monstruos aprosopos. DE HISTORIA NATURAL. 135 —El Sr. Bolivar (D. I.) manifestd que en una nota que pre- sentd en la sesidn de Enero de este ano y que fué publicada en el acta correspondiente, se habian deslizado algunas inco- rrecciones que creia conveniente rectificar; son éstas el nom- bre del viajero que recogio los insectos, y que fué el Sr. Vraz, y el del rio explorado que es el Atabapo, afluente del Orinoco. SECCION DE SEVILLA. Sesién del 2 de Noviembre de 1896. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAUL. —Se leyo y aprobo el acta de la anterior. —E] Sr. Secretario, dando cuenta de un moderno trabajo del profesor aleman Kamtz sobre la relaciOn que existe entre la temperatura de los manantiales y la del aire ambiente, expuso algunas consideraciones sobre los datos instructivos que proporciona la observacidn de la temperatura de los rios y la comparacion de la de los pozos y de los manantiales mas proximos durante un periodo algo largo, unico medio de sa- ber la temperatura de la zona acuifera de una localidad y la influencia térmica de la lluvia en cada region, encareciendo la utilidad de practicar estas observaciones en Andalucia. Se hicieron algunas aclaraciones por parte de los senores socios presentes. —KHl Sr. Barras leyo la siguiente nota, escrita en colabora- cion con el Sr. Medina: Notas antropologicas. (Continuacion.) Craneo prehistorico hallado con otros objetos (martillo, huesos de cier- vo, ete.), en la mina «La Preciosa», término de Penaflor, existente con el num. 164 en el Museo de Historia natural de la Universidad de Sevilla. Donativo de D. Antonio Gonzalez y Garcia de Meneses. v Esta calavera se halla impregnada de sales cupricas, y sdlo 135 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA conserva la boveda del craneo y la cara sin mandibula infe- rior (1). Estan osificadas las suturas en parte. Nora. Por faltar el occipital se han tomado los diametros y curvas hasta el lambda. Milimetros. Diametro antero-posterior maximo-lambdico......... 170 — transverso Maximo....... Sroahcla ete et arm ereiok ak we OO — frontalsm immo yee fos i srsoetie bl bevel cuctaccis neo Curva orizontal:maximo-lam bdica wn 26% aiesens acess 490 —— — Olriaco-lam DdI1 Car. eiey. seen wna tie eaOO ~ _— PLrCAUTICWIAL.... < 100 Indice bi-malar inferior ofrio-alveolar >< 100 a Saad eteland Blake apsie te bis avarei ei Ree tebancter ph OUSUO bi-malar inferior Bonoitudsde Va Oroitan) SMe ve cee weeenares as ee eee OD AEVULUUDEL CBSA chet. Lista)’ iad tucstara sola Beater siaermatoe ecstaletaanes Gtalete as rnOM) TROUT Noel Wiel a Oe Ee ee ok AE on ole oe og Longitud de la nariz..... DN FAR Cae ec ceyee siete OO Latitudtz 775% cig lerbts eis kis\va oe’ Stakefetaiensene (ora. casters felst accurate, ee Pan COS CARIN ark hee cies srw ake Verein Stati, MRR Ios ore Meer HPL Longitudidelpaladar ii. oiic gis ie clsten,siale ee. eee weer WO Fea Aso; sie hoRe estas lsh elena ap Meera chelate Bieta ahdccltls Mean Gee [rad MOO RsiiAy: ee le, Sei 3%. GitoReR te ONS St loa nie chet ra OS (1) CANAL: Sevilla prehistorica, 1894, pag. 141.—Canpau: Prehistoria de la provin-~- cia de Sevilla, 1894, pag. 43. DE HISTORIA NATURAL. 137 YACIMIENTO PREHISTORICO DEL CORONIL. Restos humanos recogidos por D. Feliciano Candau, existentes en el Museo del Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla (1). Num. 143. Frontal. Milimetros. Mime iro-trontalemimMimMos. 21. ice ates. snc ee s Saversleftin TOS Circa NASIO— Dre MaAid. «5... sje' kia © «eles ee aie tamed ve SG — Seeni oy AMONG EY Ste te, oncka tn ncom pans o: beste fatty eke Lee eee Este frontal esta algo incompleto y ofrece de notable ser bastante pronunciados los arcos superciliares, ast como la gla- bela que resulta prominente y la curva de su cara anterior inclinada repentinamente hacia atras, lo que produciria una frente bastante deprimida. La cresta coronal (cara posterior) bastante pronunciada. Num. 146. Maxilar superior derecho. Milimetros. Altura.espimo-alveolaric:. its. sisi ccnmes b Sec iack Se iciaiels a eee Monetauds del aladartsistc «26 see crows core eee a clehaie’e sss Saree A SAE fkcvc en pa Ve rotate aycys bidet Bed i oF a-oeniar hie! cm ond Eat A aiioin chav gralren Oe WCE cy ities nt Oot ewer secre at ieee, BIEN NON aay OT Se Num. 144. Mandibula inferior. Esta incompleta, faltan- dole toda la rama ascendente derecha y una parte de la iz- quierda. Milimetros. Distal a SiN MSI O-COMIACA. 55. n5. chs oa we wc vlareie ob ale Piss OU) Ml Turache laxSiMisis;.% cies, isla oos. es Be ATCA wile wie s Se seme Latitud minima de la.rama ascendentée...:.......6.... 33 Num. 145. Tibia platicnémica. Trozo de la tibia izquierda de 124 mm. de longitud, correspondiente al tercio superior, faltando la epifisis. (1) CALDERON: ANALES DE LA Soc. ESP. DE HIST. NAT., tomo xvnil: Actas, pagi- nas 23, 24, 31 y 389.—CaNaL: Sevilla prehistorica, pag. 131.—CaANDAU : Prehistoria de la provincia de Sevilla, pig. 99. 138 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Milimetros. Distancia maxima antero-posterior en la extremidad INLERIOT MeL LLOZO's (5: «gascertse as ys wise @ o areheie olce'a/o eben mame Separacién minima de las caras interna y externa.... 18 Occipital procedente de La Campana (Sevilla), existente en el Museo de Historia natural de la Universidad de Sevilla, donde figura con el num. 163. Donativo de D. José Dominguez Venegas, médico titular de dicha villa (1). Presenta un exostosis entre las dos lineas curvas del lado derecho, en forma de mamila y dirigido hacia abajo. Milimetros. Diametro! transverso-asteriGO. (0, 08 RESUMEN. Suman loS inGresos 3... seen eesice sees Fasbastasnnoeaau de 4.568,86 Id. los gastos........ Bae Doccdd dcospoCOoCUGec bdodhans 4.380,08 Saldo sobrante 4 favor de la Sociedad en 1.° de Diciembre de 1896..... aiatetalecisianis tare clerieaste Bia sntn lave ahelloleisisysie-acienetole es 188,78 Las cuentas y sus comprobantes quedaron sobre la mesa y para cumplir lo prevenido en el Reglamento se acordé desig— nar a los Sres. Macpherson (D. José), Puig y Pérez Zuniga para constituir la Comisién que ha de examinarlas y dar cuenta a la Sociedad en la sesién proxima. —H]1 Sr. Secretario cumpliendo con lo dispuesto en el art. 21 del Reglamento de la Sociedad, did lectura del resumen que a’ continuacidn se inserta, del estado del personal y trabajos en que se ha ocupado la Sociedad en el presente ano. El vigésimo quinto ano de existencia de nuestra Sociedad Espanola de Historia Natural no ha desmerecido ciertamente de los que le han precedido; como siempre, ha sabido llenar con verdadero entusiasmo la misién para que fué creada, traba— jando con afan constante en cuanto se refiere al cultivo de la Historia Natural en nuestra patria y publicando valiosas Me- morias que prueban de qué modo se cultivan las ciencias natu- rales en Espana. Un cuarto de siglo ha pasado la Sociedad Espanola de Historia Natural en esta vida laboriosa, trabajando con sus propios recursos y sin subvencién ni auxilio oficial alguno, y en esos cinco lustros ha logrado siempre dar gallarda muestra de su vitalidad y del entusiasmo y cultura de los senores socios que la forman, enriqueciendo cada vez mas con nuevos estudios y monografias el conocimiento de la natura— leza de nuestra patria. Dificultades surgidas en el ano anterior para la confeccién de algunas laminas y la gran abundancia de original retrasaron DE HISTORIA NATURAL. 151 algo la aparicién de los cuadernos correspondientes a dicho ano, y por tanto, los del presente, y asi el cuaderno segundo del tomo xxiv, no aparecidé hasta el 31 de Diciembre, y el ter- cero hasta el 15 de Mayo del corriente ano. Pero este retraso, hijo solamente del deseo de que las Memorias apareciesen debidamente acompanadas de sus grabados y laminas, fué absolutamente inevitable a pesar de los esfuerzos de la Comi- sidn de publicacién y Junta directiva, y no es de extrafar en publicaciones de este género, en las cuales es sumamente fre- cuente aun en las que poseen mas recursos, como ocurre con varias del extranjero. De todos modos, deseosa la Junta directiva y Comisién de publicaciones de vencer esta dificultad, ha procurado apresu- rar la aparicidn de sus cuadernos, y ha logrado poner comple- tamente al corriente la publicacién, repartiendo el primero, del tomo xxv, en 30 de Septiembre de 1896, y el segundo, en 15 de Noviembre, con lo cual, vencido ya el atraso, no se hara esperar el reparto del tercero. La abundancia de original que ya se hizo observar en el ano anterior, ha aumentado aun mas en el presente, de tal modo, que después de las Memorias que se incluyen en el tomo correspondiente a este ano, atin quedara un buen nimero de ellas para ser publicadas en el ano siguiente. En el corriente ano han sido publicadas las siguientes Me- morias y comunicaciones: E] cuaderno primero comienza con un trabajo tan notable é interesante como todos los que publica el sabio profesor don Santiago Ramon y Cajal sobre La fagocitosis de las plaquetas de los vertebrados inferiores, al que sigue otro atin mas impor- tante del mismo senor sobre la #structura del ,rotoplasma ner- vioso, en el cual resume y discute las observaciones de los his- tologos modernos y las completa con sus interesantisimos estudios y descubrimientos sobre tan interesante punto. En el mismo cuaderno bajo el modesto titulo de Noles orthop- lerologiques, incluye tres notables estudios sobre los ortdépteros, nuestro respetable consocio el Rvdo. P. Pantel. En el primero examina ciertas cuestiones relativas 4 la morfologia del género Nemobius y descubre un nuevo organo tactil en la armadura espinosa de sus patas. En el segundo describe un nuevo @énero de mantido, Geomantis y otras especies que enriquecen la fauna 152 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de ortépteros de Espana, y en el tercero, al propio tiempo que enumera las especies de ortdpteros del Sitio en la serrania de Cuenca, precisa las diagnosis de muchas de ellas y da curio- sas noticias sobre su biologia. A continuacién se publica otro trabajo de entomologia, del Sr. Dusmet y Alonso que aunque solo le titula A/yunos datos para el estudio de los tentredinidos de Espana, constituye una monografia de las especies de este grupo que viven en nuestro pais. En él describe todos los géneros del grupo, expone tablas dicotémicas para su determinacién y enumera todas las espe- cies conocidas, buena parte de ellas encontradas por el senor Dusmet y algunas completamente desconocidas. Forman también parte de este cuaderno las Actas corres— pondientes a los meses de Enero, Febrero y Marzo, que con- tienen interesantes comunicaciones: del Sr. Cajal sobre la existencia en el papiloma y pélipos mucosos de cuerpos seme- jantes 4 los blastomicetos; del Sr. Rivas Mateos, acerca de especies criticas para la flora de la regién extremena, en cuya nota estudia un gran nimero de plantas no citadas de aquella regidn y precisa la distribucién geografica de buen numero de especies; del Sr. Lazaro, dando noticia de una publicacién del botanico Augusto Coincy, titulada Leloga altera plantarum Hispanicorum, en la que describe varias especies nuevas de nuestra flora; del Sr. Martinez y Fernandez del Castillo, pre- sentando un estudio del género Caloptenus y otros afines, en el cual describe varias especies nuevas; del Sr. Bolivar, una nota acerca de los ortépteros que le remitid nuestro distin- guido consocio D. Napoleon Kheil, recogidos por el Sr. Vraz en la cuenca del rio Atabapo, y del Sr. Calderén, acerca de la sal azul de Villarrubia de Santiago. Kn el acta de la sesidn de Febrero se incluye una importante nota del Sr. Calderon sobre /as plagioclasas espaiolas, y en la de Marzo interesantes comunicaciones verbales del Sr. D. Mi- guel Merino, director del Observatorio de Madrid, que honr6 con su presencia la sesion y presenté diversos ejemplares del meteorito caido en Madrid, dando curiosos datos acerca del mismo, que aumentaron también presentando asimismo otros ejemplares los Sres. D. José Maria Solano y D. Maximino Sanz. En dicha sesidn se did lectura también de otras comunicacio- nes: del Sr. Dusmet sobre la sinonimia de dos especies de Hu- DE HISTORIA NATURAL. 1533 menes, el HB. pomiformis Rossi y el £. mediterraneus Wriech; del Sr. Pau acerca de las plantas recogidas en la serrania de Albarracin por D. Doroteo Almagro, y finalmente, las actas correspondientes a las sesiones celebradas por la seccion de Sevilla en los meses de Enero y Febrero, que contienen comu- nicaciones del Sr. Chaves sobre la tenantita de Rio-Tinto, y del Sr. Barras sobre los liquenes de Andalucia que existen en las colecciones del Museo de Historia natural de Sevilla. En el segundo cuaderno termina el trabajo citado del senor Dusmet, sigue la continuacién del no menos importante del Sr. Pérez Lara titulado Wlorula Gaditana, de cuyo mérito se ha podido juzgar por lo ya publicado en voltiimenes anteriores. Contiene también el estudio del Sr. Gredilla acerca del me- teorito caido en Madrid en el mes de Febrero, trabajo en el cual se examinan los elementos que le forman, estudiando su composicion quimica, analizada por el Sr. Bonilla, catedratico de esta asignatura; sus caracteres fisicos, estudiados por los Sres. D. Gonzalo Quintero y D. Ignacio Gonzalez Marti, cate- dratico y auxiliar respectivamente de Fisica de la Facultad de Ciencias, estudios tan precisos y exactos como era de esperar de fisicos y quimico tan competentes; su estructura micros- copica determinando los minerales que le constituyen, dificil trabajo que acredita la gran competencia del Sr. Gredilla en este género de estudios, y finalmente, que va acompanado de cuatro preciosas laminas en fototipia, ejecutadas por los seno- res Hauser y Menet, una de ellas costeada por el Sr. Gredilla, en las que se representan con gran exactitud los principales fragmentos recogidos del citado meteorito y las preparaciones micrograficas del Sr. Gredilla, que ofrecen los detalles mas interesantes, fotografiadas con gran precision, a pesar de las dificultades que esto ofrece, por el Sr. Lopez Dominguez, ayu- dante de Fisica de la Facultad de Ciencias. En dicho segundo cuaderno se incluye asimismo un estudio del Sr. D. Federico Chaves acerca de las inclusiones en los cristales de cuarzo, sumamente interesante, en el cual exa- mina los materiales que las forman y su génesis probable, y que va acompanado de una lamina en fotograbado en que se representan sus principales clases, y finalmente, tambien el comienzo del catalogo de las cuevas de Espana, de D. Gabriel Puig, ingeniero de la Comision del Mapa geoldgico, en el cual 154 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA se recopilan cuantos datos existen acerca de estas Cuevas, pre- cisando su situacién, terreno en que estan formadas, obras en que se hallan descritas y medios de comunicacion para visi- tarlas. Este trabajo, que viene a llenar un verdadero vacio en la geografia y geologia de Hspana, es extracto de otro mas extenso publicado en el Boletin de la Comision del Mapa geo- l6gico por nuestro consocio. Las actas de Marzo, terminacién, Abril y Mayo, son las in- cluidas en este cuaderno, y contienen comunicaciones y no- tas del Sr. Calderén dando noticias biograficas del gedlogo americano D. Antonio del Castillo; del Sr. Canal acerca de objetos prehistéricos encontrados en Carmona; del Sr. D. Na- poleon Kheil, de Praga, referentes a la biografia del ilustre botanico Willkomm, recientemente fallecido, y a quien tanto debe la botanica espanola. El Sr. Kheil, que, como Willkomm, profesa gran carino a nuestra patria, remitid a nuestros ANALES una extensa noticia necroldgica del gran botanico, que constituye un detenido estudio de su vida y obras, en puro castellano, que prueba el dominio que de esta lengua posee nuestro distinguido consocio de Bohemia. Y también otras del Sr. Calderén sobre el estudio hecho por el Sr. Meu- nier del meteorito de Madrid y del Sr. Lazaro sobre una especie de hongo, el Aerulius lacrimans, observado en el Escorial por el Sr. Secall, catedratico de la Escuela de Montes. Estas son las Memorias y actas hasta ahora publicadas, y en el tercer cuaderno, actualmente en prensa, se incluira: la continuacidn del Catalogo de las cuevas de Espana, del senor Puig; un estudio sobre la contraccidn muscular, de D. Enrique Perez Zuniga, profesor de la Facultad de Medicina, en el cual resume el resultado de numerosisimas observaciones sobre este punto; las observaciones sobre las circunvoluciones cere- brales del cerdo doméstico, trabajo de investigacidn verificado por el profesor D. Pedro Lopez Pelaez en su laboratorio de la Facultad de Medicina de Granada, y finalmente, los resul- tados de las nuevas exploraciones de yacimientos prehistoricos en la provincia de Sevilla, de D. Carlos Canal. Terminara el cuaderno con las actas correspondientes a los restantes meses del ano, en las que se incluyen interesantes notas y observaciones de los Sres. Calderén, Gredilla, Pau, Medina, Botella, Cajal, Macpherson, Navarro, Cisneros, Barras, DE HISTORIA NATURAL, 155 Chaves, Rivas y tantos otros que con su celo por las Ciencias naturales han contribuido a sostener la vida cientifica de nuestra Sociedad. Aun después de publicadas las citadas Memorias en el tomo correspondiente al ano de 1896 quedan sin publicar casi otras tantas, entre las que citaremos la continuacion del Catalogo de las cuevas de Espana, del Sr. Puig, y la de la Florula gadi- tana, del Sr. Pérez Lara. Ademas quedan referentes a zoologia los catalogos de mamiferos y aves de Filipinas, extensas é im- portantes Memorias del Sr. D. Domingo Sanchez; el Catalogo de coledpteros de Calella, del Sr. Cuni, que tanto tiene hecho por el estudio de la fauna catalana; las monografias de los gé- neros Acridium y Caloptenus, de los Sres. Barras y Martinez Fernandez; referentes a botanica, la flora del Vallés, del senor Cadevall; la de la provincia de Caceres, del Sr. Rivas Mateos, cuyos trabajos en botanica ya conoce y aprecia la Sociedad, y de geologia las Memorias del Sr. Chaves acerca del metamor- fismo, y la de nuestro malogrado consocio el’Sr. Cala sobre la geologia de Moron y su yacimiento diatomifero. La ligere enumeracién que antecede de las Memorias y prin- cipales comunicaciones hechas a la Sociedad en el corriente ano, prueba evidentemente el fruto de sus tareas y el entu- siasmo que sus autores demuestran por estas ciencias. Sdlo asi puede explicarse la préspera vida de nuestra Sociedad, y que en veinticinco anos de existencia no haya decaido un mo- mento siquiera en el cumplimiento de los fines para que fué instituida. Justo es, pues, consignar aqui la gratitud que la Sociedad debe a los autores de tan valiosos estudios, que tanto interés demuestran por las Ciencias naturales y por la cultura cientifica de nuestra patria. Justo sera también consignar la valiosa parte que en sus tareas toma la seccién de Sevilla, fundada por nuestro querido consocio D. Salvador Calderon y sustentada merced a los trabajos de los Sres. Paul, Chaves, Barras, Garcia de Meneses, Canal y tantos otros distinguidos naturalistas de aquella regién, que llenos de entusiasmo tra- bajan con afan constante en el progreso de las Ciencias naturales. Ocasion es ésta de hacer constar la gratitud que debe la So- ciedad al Sr. Rodriguez Femenias por haberse ofrecido a abo- nar la mitad del coste de las dos laminas grabadas en acero, 156 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA correspondientes 4 su Memoria titulada «Datos algoldgicos», asi como al Sr. Gredilla, que ha abonado el gasto total de una de las cuatro laminas fototipicas que acompanhan 4 la suya sobre el meteorito. Una modificacion se prepara para el aio proximo en las publicaciones de la Sociedad. La Junta de gobierno y Comision de publicacién han creido que darian mayor interés 4 nues— tros ANALES si las actas se publicasen mensualmente, como han venido hoy a hacer casi todas las Sociedades cientificas del extranjero. De este modo los socios estaran en relacién mas constante con la Sociedad y tendran con mucha mayor frecuencia y prontitud noticia de sus trabajos. Ademas, ciertos estudios de oportunidad, diagnosis de especies, etc., podran ver antes la luz, aumentando el interés de nuestras publica- ciones. Por efecto de estas modificaciones y habiéndose acor- dado publicar la lista de socios al principio de las actas, no se insertara al fin del cuaderno m1, como era costumbre. Si el movimiento cientifico de nuestra Sociedad ha sido tan satisfactorio, desgraciadamente en su personal ha tenido que lamentar dolorosisimas pérdidas; pocos anos han sido tan tristes bajo este aspecto como el corriente de 1896. Once seno- res socios han fallecido, privandonos de su valiosisima coope- racion. El Sr. Conde de Moriana, antiguo presidente de nuestra Sociedad; D. Antonio Machado, catedratico del Museo y entusiasta y distinguido naturalista; D. Vicente Martin de Argenta, profesor de la Facultad de Ciencias y académico de Medicina; D. Juan Gundlach, a quien se debe el conocimiento de la fauna de Puerto-Rico, antiguo y constante socio y cola- borador de nuestros ANALES; D. Miguel Cala, D. Carlos Her- nandez y D. José Sanchez Gomez, jovenes y entusiastas natu- ralistas, muertos en lo mejor de su vida, cuando empezaban a coger el fruto de sus trabajos en las ciencias naturales; el reverendo P. Ibanez Puerta, religioso dominico y distingui- do naturalista; D. Juan Montserrat y Archs y D. José Cap- debou y Singala, antiguos socios y entusiastas naturalistas de Cataluna y Baleares, y finalmente, D. Vicente de la Riva Palacio, embajador de Méjico, socio desde 1892 y distinguido gedlogo. Todos ellos dejan en la Sociedad un vacio dificil de llenar y un recuerdo en la memoria de los que han sido sus consocios. DE HISTORIA NATURAL. 157 —Los Socios que se han dado de baja en el presente ano son son los siguientes: 1872 Baranpica (D. Torcuato), de Bilbao. 1892 Camino (D. Tadeo), de Irun. Ka 1893 FERNANDEZ PinEDA (D. Cayetano), de Sevilla. fs a 1887 Girona y VitANnova (D. Ignacio), de Barcelona i 1894 Gurrras Satcepo (D. Félix), de Avila. iy 1874 Henriques (D. Julio A.), de Coimbra. \e 1872 Luiucu y Diaz (D. José Marta), de Boston. ie # 1893 Mutier (D. Daniel), de Barcelona. Ney 1894 OtiveE y Prieto (D. Federico de), de Madrid. = 1890 Rivera y Ruiz (D. Miguel), de Madrid. 1880 RopriguEz NuNez (D. Eduardo), de Santa Cruz (Te- nerife). 1872 SuArez (D. Sergio), de Madrid. Estas bajas han sido compensadas con el ingreso de los 18 nuevos Socios que han sido admitidos en el alo que acaba de transcurrir. —EI Sr. Bibliotecario manifestd que se estaba imprimiendo el Catalogo de las obras de la Biblioteca, retrasado por causas ajenas 4 la voluntad de la Junta Directiva, y presento la si- guiente lista de las obras recibidas 4 titulo de donacién gra- tuita y por cambio durante el ano 1896. A cambio: ACADEMIA NACIONAL DE Ciencias EN CorpoBa (ReetBiicaA ARGENTINA ).— Boletin. Tomo xiv, entregas 3.° y 4.3 Acapemra R. pas Sciencias DE Lissoa.---Jornal das Sciencias mathematicas, physicas e naturaes. Segunda serie, 0. XIII, XIV, XV. AcADEMIe DES ScieNcES DE Cracovis.—Builletin international. Année 1895, Octobre, Novembre, Décembre. Année 1896, Février, Mars, Mai-No- vembre. AcApEMY oF Scrence or St. Lours.— Transactions. Vol. vi, n. 18; vol. vu, ine eae American AssociaTiON FOR THE ADVANCEMENT OF Scrence. SaLem.—Procee- dings. Vol. xii, xiv (1894, 1895). ANNAES DE SCIENCIAS NaTuRAES. Porto.— Volume 1; terceiro anno, n. 1, 2, 33. 1894 (pags. 53 4 100 y 165 al final). 158 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Australian Museum. Syoney.—Records. Vol. 11, n. 7. — Report. Year 1895. ComisiON DEL Mara Gko.ocico pe EseaNa. Maprip.-- Boletin. Tomos xx y. XSi. — Indice de la primera serie. Tomos I-XX (1874-1893). DirecCAO DOS TRABALHOS GEOLOGICOS DE PortucaL. Lissoa.— Communi- cacées. T. 11, fase. 1. ‘ — Description des Echinodermes tertiaires du Portugal. Lisbonne, 1896, por P. de Loriol. EyromMoLociscHe NACHRICHTEN. BeruiIn.—xx1 Jahrg., heft. xiv, xvi, XVIiI, XXUI y xxiv; xxu Jahrg., heft. 1-v, vil-x, X1I-xxXIv. Facutté pes Scrences pE Marsritte.— Annales. Tome vy, fase. iv; t. v1, fase. 11; t. Vit. GeotocicaL Institution oF THe University oF Upsata.—Bulletin. Vol. 1, part. 2, n. 4. GeoxocicaL Survey. Wasuinetron.— Bulletin, n. 118-126, 128, 129, 131-134. — Annual report. 1892-93, 1893-94, 1894-95 (Part. 11, 111, Iv). Missouri BoranicaL Garpen Sr. Louis.—Sixth and Seventh Annual Rep- port, 1895-1896. Moser pi ZooLocia EO ANATOMIA COMPARATA DELLA R. Untversira pi To- r1N0.—Bolletino. Vol. x, nu. 210-220; vol. x1, n. 221-242. Museo pe LA Piata.—Revista. Tomo vu (parte 1.°*). — Anales: Seccidn zoologica. II. (Contributions wl’ étude des edentés a ban- des mobiles de la République Argentine, par F. Lahille; premiére partie.) III. (Nota sobre los restos de hyperodontes conservados en el Museo de la Plata, por D. Francisco P. Moreno.) Museo pt Zootocia E ANATOMIA CoMPARATA DELLA R, Universita Di Ge- nova.— Bolletino. N. 34-39. Mostum p’Hisroire NATURELLE. Paris.— Bulletin. Année 1895, n. 1, 4-6, 7, 8; année 1896, n. 1. . Museum or Comparative Zootocy at Harvard CoLLece. CAMBRIDGE.— _ Bulletin. Vol. xxvu, n. 6, 7; vol. xxvin, n. 2; vol. xxcx, n. 1-6. — Annual report. 1894-95. Nationan Museum (U.S.). Wasuincron.— Bulletin. N. 48. — Proceedings. Vol. 17. — Report (Smithsonian), 1893. Narurat uistory Sociery or Giascow.— Transactions. Vol. 1v (N. 8.), part. 11, 1894-95. NaturHistoriscHeN Hormuseums. Wirn.—Annalen. Band x. Nr. 1-4. New-York Strate Museum. ALbany.—Annual Repport. 47: (1894). PHYSIKALISCH-MEDICINISCHEN GESELLSCHAFT ZU WurzBure.— Verhandlungen. Band. xxix, n. 2-7. Bd. xxx, n. 1-4. — Sitzungsberichte. Jahrg. 1895, n. 1-9. DE HISTORIA NATURAL. 159 Rea AcApemIA DE CipNnciAS y Artes. BArceLona.— Sesidn solemne dedi- cada a& honrar la memoria del esclarecido botdénico D. 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Soctera ToscANA pr Scienze NatuRALt. Pisa.—Atti; Memorie. Vol. xiv. — Atti; Processi verbali. Vol. 1x, pags. 243-310; vol. x, pags. 1-167. Socisrk BoTANIQUE DE CopenHAGue.— Journal de Botanique. Tome xx, PASC Oe SociETE BOTANIQUE DE France. Paris.—Bulletin. T, x1 (1894), Sess. extraor- 160 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA dinaire en Suisse, deuxieme et derniere partie; t. x11 (1895), 8, 9; t. xLir (1896) 1-7. Sociére Boranigue dE Lyon.—Bulletin. Années 1883-1891; 1892 (n. 1-3); 1893 (n. 1, 2). — Annales, T. x-xtt, xvI-xx. SoclkTE ENTOMOLOGIQUE A StockHoim.— Journal entomologique. Tome xv, fase. 4. SocikTE ENTOMOLOGIQUE DE BeLeique. BruxeLLes.— Annales. Tome xxxIx, {ASCs X11; La XL, TASC: 1, Vi-viIl. SocikTe ENTOMOLOGIQUE DE France. Parts —Annales. Année 1895 (vol. xiv). Soci£TE ENTOMOLOGIQUE SUISSE. SCHAFFHAUSEN.— Bulletin. Vol. 1x, heft 7, 8, 9. Sociirk GkOLOGIQuE DE France. Parts. — Bulletin. 3° série. Tome xxii, De enol ts ke Vey Or Socim#ré HOLLANDAISE Des Sciences A HartemM.—Archives néerlandaises des Sciences exactes et naturelles. Tome xxix, livr. 4, 5; t. xxx, livr. 1, 2,9. Socisrh IMPERIALE DES NATURALISTES DE Moscov.—- Bulletin. 1829, 4-11; 1830, 2; 1832; 1837-1841; 1844; 1845; 1847, 1; 1848, 2-4; 1849; 1852, 4; 1853; 1854, 1855, 1, 4; 1860; 1862, 3; 1867, 3, 4; 1868, 2; 1869, 3; 1872, 4; 1873; 1874, 1, 3, 4; 1875, 2-4; 1886, 2; 1889, 4; 1890, 4; 1895, 3, 4. — Mémoires. 1, ur-v. — Nouveaux Mémoires. v1, 1x-xu, x1 (livr. 1-5), xiv (livr. 1, 2, 4), xv (livr. 1, 2: 3, B). Socikth LINNEENNE DE Borpeaux.—Actes. Cinquieme série. T. vii, 1x. Sociffh OURALIENNE pD’AMATEURS DEs SCIENCES NATURELLES. EKATERINEN- BuRG.— Bulletin. Tome xiv, livr. 5; t. xv, livr. 2. Socimré sciENTIFIQUE DU CHILI. SantiAco.— Actes. Tome 1 (1892), 5° livr.; t. v (1895); t. vi, 1° livr. Sociéré ZOOLOGIQUE DE France. Parts.— Bulietin. Année 7° (1882), 6° partie. Tae American Narurauist. 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T. tv; serie 2, t. 1. 164 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA MusekE0 NACIONAL DE Cute. Santraco.—Anales. Segunda seccién. Botanica. I. El drbol de sandalo de la isla de Juan Fernandez, por Federico Philippi. II. Za alcayota de los chilenos, cidracayote de los espafioles. III. Epipetrum bilubum Ph. IV. Stipa amphicarpa Ph. V. Elymus evianthus Ph., por el Dr. R. A. Philippi. Moseo nacional DE Montevipeo.— Anales. IV (Las gramineas uruguayas [continuacion], por el prof. J. Arechavaleta); V (Las gramineas uru- guayas, por el prof. J. Arechavaleta). Museu PARAENSE DE Historia NaTuRAL E Erunocrapuia. Pars.—Boletim. Vol. 1, n. 3. Museu pauuista. 8S. Pauto.—Revista. Vol. t. Pater y Barsa (D. Domingo).—Estudio del terreno plioceno de Tarrasa y de sus relaciones con las formaciones contiguas. Barcelona, 1896. Do- nativo del autor. Pantuxnoy (I. I.) —Cavernes et habitations modernes au Caucase. 1896. Don. del autor. Pav (D. Carlos).— Notas botanicas a la flora espaviola. Madrid, 1887-1895. Don. del autor. : Pérez Lara (Josepho M.— Florula gaditana. Pars quinta. Madrid, 1896. Don. del autor. Pierre (Ed.)\— Etudes d’ Ethnographie préhistorique. Les plantes cultivées de la période de transition au Mas-D'Azil. (Extr. de «L’Antropolo- gie», T. vu, n. 1.) Don. del autor. PrecpuomMe DE Borre (Alfred).—Sur une capture en Belgique du Pyrrho- coris marginatus Kol. (Extr. des Ann. de Ja Soc. ent. de Belgique.) Gand, 1896. Don. del autor. Prixce Acsert I®® pe Monaco.—Campagnes scientifiques. Fasc. x (1896). Don. del autor. Pusnic Museum or tHe Crry or MitwauKer.— Thirteenth annual report, Milwaukee, 1895. Qurroca (D. Francisco).— Cuadros para la determinacion de los minerales petrograficos. Madrid, 1895. (Péstuma.) Don. de la Sefiora viuda de Quiroga. Ramon y Casa (D. Santiago).— Beitrag zum Studium der Medulla oblon- gata des Kleinhirns und des Ursprungs der Gehirnnerven, Leipzig, 1896. Don. del autor. — Estructura del protoplasma nervioso. Madrid, 1896. Don. del autor. — Sobre la fagocitosis de las plaquetas de los vertebrados inferiores. Ma- drid, 1896. Don. del autor. Revista Mépica Rurat. Bianes.—Afio J, n. 6, 7. Roprieuez (J. J.) — Note sur le Nitophillum Lenormandit. Mahon, 1896. Do- nativo del autor. — Datos algolégicos. Madrid, 1896. Don. del autor. DE HISTORIA NATURAL. 165 Scumirz (P. Ernesto).— Die Vogel Madeira’s. (Ornith Monat.) Bernburg. 1896. Don. del autor. Scuocn (Dr. G.)—Genera und Species meiner Cetoniden-Sammlung. (Mitt. der schw. ent. Gessells. Bd. 9, H. 9.) SEMANARIO FARMACEUTICO. Maprip.— Suplementos 17, 18 y 19 al ano xxii. Don. del Sr. Argenta, Serrano Monraner (D, Ramon).—Limites con la Republica Argentina. Santiago de Chile, 1895. Don. del Sr. Porter. Sociére p’Horticutture pu Dovuss (Besancon). Saunt Vir.— Bulletin. N. 60. — Série illustrée. Bulletin. N. 2-9, 11, 12. SOCIETE SCIENTIFIQUE ET STATION ZOOLOGIQUE D ARCACHON.— Travaux des Laboratoires. Année 1895. Turrs Contece Srupies. Mass.—N. 1v. (The morphology and classification of the pauropoda, with notes on the morphology of the diplopoda.) 1895. Unirep-States ComMission To THE COLUMBIAN HISTORICAL EXPOSITION AT Maprip.—Report. Washington, 1895. Vauior (J.) et Durarc (L.)—Sur un synclinal schisteux ancien, formant le coeur du massif du Mon-Blanc. (Extr. des Comp.-rend. de |’Acad. des Sc.) Paris, 1896. Don. de los autores. VERHANDLUNGEN DER K. K. ZooLoGiscH-BOTANISCHEN GESELLSCHAFT 1N Wien, Tomos xxv, XXVI, Xxvil y xxix. Don. de D. I. Boliyar. —Hl estado del personal de la Sociedad en fin del ano corriente es el que se expresa a continuacion : Socios que la formaban en 1.° de Diciembre de 1895........ SIO ODO Ca SOCIO ASE DOUG 289 : ‘ 2 ( Por fallecimiento. 11 ) : — dados de baja en el corriente ano.............. ‘ y 23 3 / Por renuncia..... 12 $ 266 eae IN PLESAT OSKEM ICL AO) 1896 tis atoersiets atsolarelele o allan eplareisie asi awiaiaisicielelolete Heise sere 18 —MeeXIStenves enwlec dey WIClEMbPRENMe BOG em act teeiss cvla tities cleisisiieltcctesnelstereset 8 284 - oar De este numero son Socios: INAUNN CT ATLOSH resererets eer vies cioveierel ci alsisthrevelclceicislelcle\eleietetalctopn acids asaibire epi le ocean am ence 279 POAT eee BAD BONE tic SOOo HOOD O ROTO? COSCON I OT O U0 GN BRE ACER OC are ta CeO on Raaee 5 284 MD SIV Meera cs Ascadratars reine! 100.00 = atrOmtO+LaUSVeLSal MAXMNO.. is. cc. asteee we | ids00 SUCHE] (OLINGLO, OCCIPUEAL. serie hevets ate ole a bale oeie's » ei S2ca0 = weaacielsuperion de) AVOCA. 2 coes. lsc. d scons) GOATS SSBLOVI I AELOM Otis ce sees ot SSRN via he wists tiara aceset) 2 ODeaO Seal leat tar te ereiaitict stalls 0 Glaip.eoa's sees of stale Sera ree Ghee Sua 7
    Mi svetauaiaem Mera e ke ater nfs: classi nee Catperon.—Noticia del gedlogo francés A. F. Nogués, fallecido en Santiago de Chile Ce re — Idem de un trabajo publicado por Cohen sobre el me- teorito de Madrid........ Biavel Gor etenolene stone Nien Sogrerctare GrepDILLa.—La masquelinita sin lugar fijo en las clasificaciones mi- MEA NG CIC DS eA cnewea ct oie Sashes See aha wih fey sio sn ECT R Vou he oars Barras y Mepina.— Notas antropologicas Cy Sesion del 4 de Noviembre ay Boteiua.—Sobre orografia de la Peninsula....................225 Macpnerson.—Sobre un pliegue del gneis de la sierra préxima con motivo de la presentacién de una fotografia de la misma... Fernandez Navarro.—Nota bibliogrdéfica acerca de una publicacién sobre los rayos X de Réntgen por el sefior MOeltery ea ee ee PL ai cca eee eed ate Nee — Sobre minerales de cobre de los Pirineos CSP AMMEN paysejnis oles tho. te ceyeie' aipya tie alalererers Pav.—Consideraciones sobre algunas plantas curiosas recogidas en Cutalnna,porelesr Cadevallic). ois ccd ic a cie dk wcecre asian Be Rivas Marreos.— Preliminares para el estudio de las especies espa- folas del género Gratiola eee eee eee eer eee eee ese eeeesrenee ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXV. 12 17 178 INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO V, SERIE II (XXV). Barras y Mepina.—Notas antropoldgicas. (Continuacién).......... SesiOn Gel Ade, PCTEMOTE’. ios Bioeais Asie s,< odie se Rie wae ceo crattsletn oe Acuerdos sobre modificacién en las publicaciones................. JIMENEZ DE Cisneros.—Nota necroldégica acerca de D. José Sanchez Gomer ese hore oie Giel h ani Be Se eenotae te ake — Noticia acerca de un balenoptérido encon- trado y remolcado por el vapor Sultan en aguas. de, Gijons.:') Wovens sa eee Fernandez Navarro.—Mas datos sobre aplicacién de los rayos Réntgen 4 los estudios paleontolégicos.....,......+...--- Cuaves.— Yeso de sintesis accidental por via himeda............- — Nota bibliografica sobre Ja tesis de Mr. Stroesco acerca de las formas cristalinas del timoquinén y sus derivados. Barras y Mepina.—Notas antropologicas (Continuacion).......... Indice de lo contenido en el tomo y de la serie 11 (xxv)..... sharaietsie Indice alfabético de los géneros y especies descritos, 6 acerca de cuya patria 6 sinonimia se dan noticias interesantes...... NGVETECI CIS Vey cy tastan o Orne ee ete ene BOR chee a Dee ahahaveh anaeate INDIGE ALFABETIGO DE LOS GENEROS Y ESPECIES DESCRITOS, 6 ACERCA DE CUYA PATRIA 6 SINONIMIA SE DAN NOTICIAS INTERESANTES EN ESTE TOMO. Acanthus mollis, 109’. Ampelis garrulus, 89’. Accentor alpinus, 89’. Anas boschas, 93’. Accipiter nisus, 87’. | Andesitas, 28! Acridium, 51’. | Andrena nigro-olivacea, 106’. Actitis hvpoleucos, 92’. | Anortita, 27’. Aidon galactodes, 89’. | Anser brachyrhynchus, 93’. Agrodroma campestris, 89’. — cinereus, 93’. Agrostis castellana, 10’. . | — sylvestris, 93. Aira multiculmis, 109’. - Anthidium sticticum, 106’. Alauda arborea, 91’. | Anthophilus noy. sp.?, 106’. — arvensis, 91’. Anthophora estivalis, 105’. — brachydactyla, 91’. — albigena, 105’. — calandra, 91’. — femorata, 105’. Albita, 24’, 76’. — nidulans, 105’. Alcedo ispida, 88’. — nigro-cincta, 105’. Alchemilla microcarpa, 109’. | — personata, 105!. Alnus glutinosa, 109’. — pilipes, 105’. Alopecurus agrestis, 8’. | — senescens, 105’. Althzea hirsuta, 109’. | Anthropoides virgo, 92’. Alyssum Amoris, 10’. _ Anthus arboreus, 89’. Ammophila hirsuta, 104’. — pratensis, 89’. NOTAS.—1.? Los nombres vulgares van escritos con letra cursiva; los de géneros 6 especies ya conocidos, pero descritos en este tomo, van precedidos de un asterisco, y de dos los que se dan 4 conocer como nuevos para la ciencia. 2.2 Los nimeros que indican paginas de las Actas van seguidos de una coma. 3.2. No se incluyen en este indice los nombres de los géneros y especies que apare- cen agrupados formando catdlogos 6 listas en el cuerpo de los ANALES. Los eatélogos excluidos de este indice en el presente tomo son los siguientes: re Pantel.—Notes orthoptérologiques. Dusmet.—Tentredinidos de Espafa. Perez Lara.—Florula gaditana. Pau.—lLista de plantas recogidas en Albarracin /Actas, sesion de Marzo), 1x0 INDICE ALBKABHWTICO, Apatito, 249. Buteo vulgaris, 87’. Apis mellifica, 105’. Calamodita schzenobzenus, 89’. Aquila fasciata, 87’. Calamoherpe arundinacea, 89’. — imperialis, 87’. Calandrella beetica, 91’. — nvevia, 87’. | Calcita, 123°. — pennata, 87/. Calizas margosas, 70’. Arachis hypogzea, 99’. Caloptenopsis ** crassiusculus, 11’. Arca barbata, 70’. | — ** Saussurei, 11’. Ardea cinerea, 92’. Calyptreea chinensis, 70’. — purpurea, 92’. Calystegia sepium, 109’. Ardeola minuta, 92’. Cannabina linota, 90’. Arenaria beetica, 80’. | Caprimulgus europzeus, 88’. — spathulata, 80’. | — ruficollis, 88’. Arenisca, 69’. | Cardamine pratensis, 109’. Arisarum vulgare, 8’. - Cardium sp., 70!. Armeria ccespitosa, 109!. Carduelis elegans, 90’. Arum italicum, 8’. | Carex alba, 124’. Astacus fluviatilis, 37. — basilaris, 124’. Astragalus Pentaglottis, 128’. — Halleriana, 128’. Astur palumbarius, 87’. | == Linkii, 1128’. Athalia Rose, 102’. — nitida, 124’. Atriplex glauca, 109’. — olbrensis, 124’. — hastata, 109’. — tomentosa, 124’. — hortensis, 109’. | Cecidomyia destructor, 22’. Augita, 228, 112’. | Celtis Australis, 109’. Bacillus anthracis, 10. Centaurea ccerulescens, 124’. Bombus agrorum, 105’. | — gpina-beelia, 124’. — hortorum, 105’. Ceraia cornuta, 18’. — lapidarius, 105’. | Ceramius Fonscolombei, 104’. — mastrucatus, 105’. | Ceratina albilabris, 106’. — nivalis, 105’. | Cerathophyllum submersum , 109’. — soroeensis, 105’. _ Cerceris quadricincta, 104’. — terrestris, 105’. | Cerdo, 337. Botaurus stellaris, 92’. | Ceropales variegata?, 106’. Bracon urinator, 103’. - Certhia brachydactyla, 88’. Broncita, 237. | — tamiliaris, 83’. Bubo maximus, 87’. Chalicodoma sicula?, 106’. Bubulcus ibis, 92’. | Charadrius cantianus, 91’. Budytes flava, 89’. | — minor, 91/. Bunium Coste, 125’. | — pluvialis, 91’. — Macuea, 125’. | Chelidon urbica, 88’. Buphus ralloides, 92’. | Chenopodium ambrosioides, 109’. Butalis grisola, $10’. _ — Bonus-Henricus, 109!, INDICE ALFABETICO. Chenopodium Botrys, 109’. Chenopus cf. pes—pelecani, 70’. Chrysis estiva, 103’. — ignita, 103’. — Taczanowskyi, 103’. — uncifera, 103’. Chrysomitris spinus, 90’. Ciconia Abdimii, 84’. — alba, 93’. — nigra, 93’. Circaétus gallicus, 87’. Circus sruginosus, 87’. — cinerascens, 87’. Cisticola schzenicola, 89’. Citrinella alpina, 90’. Cladonia alcicornis, 53’. — endiviefolia, 53’. — fimbriata, 53’. — pyxidata, 53’. Clavagella bacillaris, 70’. Cobre nativo, 123’. Coccothraustes vulgaris, 90’. Cochinilla, 71’. Codiacrinus, 75’. Celopterna Stali, 15’. Colpolopha obsoleta, 16’. Columba cenas, 91’. — palumbus, 91’. Colymbus glacialis, 93’. Conejillo de Indias, 26 y siguientes. Conejo, 12, 15 y siguientes. Conocephalus maxillosus, 18’. Copiocera lepida, 16’. Coracias garrula, 88’. Corbula gibba, 70’. Corvus corax, 90’. — corone, 90'. — monedula, 90’. Coturnix communis, 91’. Cotyle riparia, 88’. Crocus carpetanus, 109’. Cromita, 231. Crypsis alopecuroides, 8’, Cuarzo, 243 y siguientes, 94’. Cuculus canorus, 88’. Curruea garrula, 89’. — melanocephala, 89’. Cyanecula suecica, 89’. Cyprinus carpio, 36. _ Cypselus melba, 88’. — murarius, 88’. — pallidus, 88’. | Cyrtina, 75’. Cytherea islandicoides, 70’. — sp. (grupo Chione), 70’. Cytissus capitatus, 130’. — Gallicus, 129’. — hirsutus, 130’. — prostratus, 130’. — supinus, 130’. Dafila acuta, 93’. Daphne Laureola, 109’. Diabasa, 26’. Dianthus Armeria, 109’. | Diatomeas, 67’. Dioritas, 23’. Drosera rotundifolia, 109’. Echium fruticescens, 10’. | Egretta garzetta, 92’. Ellampus punctulatus, 103’. Emberiza cia, 91/. Endymion cernuus, 9’. — nutans, 9’. Enstatita, 228. | Erinus Alpinus, 109’. | Erythreea spicata, 109’. Espilita, 123’. Eufoétida, 26’. Eumenes mediterraneus, 33’. — pomiformis, 33’. Euryphymus ** capensis, 11’. Evania appendigaster, 102’. Evax Carpetana, 109’. Evernia Prunastri, 53’. ! Evonymus Europzus, 109’. Falcinellus igneus, 93’, 121 182 INDICE ALFABETICO. Falco cenchris, 87’. — subbuteo, 87/. — tinnunculus, 87’. — vespertinus, 87’. Fayalita, 232. Himantopus candidus, 92’. Hirundo rustica, 88’. Hoplisus fallax, 106’. — punctuosus, 106’. Huniulus Lupulus, 109’. Feldespato, 228. Ficula cf. ficoides, 70’. Ficus carica, 109!. Hydrochelidon hybrida, 93’. — nigra, 93’. Hylotoma melanochroa, 102’. = Roseze, 1027. Hypericum hirsutum, 109’. Fratercula arctica, 93’. Fringilla czelebs, 90’. — montifringilla, 90’. Ichneumon nudicoxa, 103’. Fulica atra, 92’. Illecebrum verticillatum, 109/. — cristata, 92’. Fusus sp., 70’. Galena, 25’. Galerida cristata, 91’. Gallinago gallinula, 92’. — scolopacina, 92’. Gallinula chloropus, 92’. Gallium Aparine, 109’. — pedemontanum, 109’. — rotundifolium, 109’. — tenellum, 109’. Garrulus glandarius, 90’. Gato, 31. Gecinus canus, 88’. — viridis, 88’. Genista Hispanica, 109’. Glareola pratincola, 91’. Glycimeris Faujasi, 70’. Gneis, 24’. Gratiola crassifolia, 134’. — linifolia, 132’. — officinalis, 133’. Grus cinerea, 92’. Gynandriris: sisyrichium, 109’. Gypaétus barbatus, 87’. Gyps fulvus, 87’. Halictus malachurus, 106’. Haplophyllum hispanicum, 127’. Helix Pomatia,: 37.. Hieracium, eesium, 127’. — murorum, 127’. Tris foetidissima, 109’. Juncus pyrenaicus, 129’. — Stygius, 129’. — Triglumis, 129/. Kamacita, 231. Kundmannia sicula, 10’. Labradorita, 26’. Lacerta agilis, 35. Lamium flexuosum, 128’. Lanius excubitor, 90’. — meridionalis, 90’. — minor, 90’. — rufus, 90’. Larra nitida?, 106’. Larus fuscus, 93’. — leucopterus, 93’. — melanocephalus, 93’. — ridibundus, 93’. Lecanora atrynea, 54’. — aurantiaca, 54’. — campestris, 54’. — cinerea, 54’. — conferta, 54’. — subfusca, 54’. Lecidea vesicularis, 54’. Lemna arrhiza, 9'. Leptogium sp.?, 53’. Ligurinus chloris, 90’. — chloroticus, 84’, 90’. Lima inflata, 70’. Limosa rufa, 92’. INDICE -ALFABETICO, Linaria borealis, 90’. - -— Gobantesiana, 10’. Lobelia urens, 109’. Loxia curvirostra, 90’. Lusciola luscinia, 89’. Lythrum Salicaria, 109/. Machetes pugnax, 92’. Malva Alcea, 109’. Mareca Penelope, 93’. Masquelinita, 111’. Mastax nigra, 15’. Megistocrinus, 75’. Melafido, 27’. Melica major, 129’. — minuta; 129’. — pyramidalis, 129’. Melilotus alba, 109’. Melizophilus provincialis, 89’. Merops apiaster, 88. Merulius lacrimans, 65’. Mibora Desvauxii, 8’. — verna, 8’. Mica, 249. Microclina, 23’. Miliaria europea, 91. Milium montanum, 109’. Milvus niger, 87’. — regalis, 87’. Modiola barbata, 70’. — ef. Brocchi, 70’. Montifringilla nivalis, 90’. Motavilla alba, 89’. Murciélago, 8. Murex sp. (grupo Torularius), 70’. Muscicapa atricapilla, 90’. Mutilla (Stenomutilla). argentata, 103’, — barbara, 103’. — (Myrmilla) calva,. 103’. — — capitata, 103/> - — greca, 108’.-~ .. — (Dasylabris) maura, 103’. — — montana, 103’, Ul 183 Mutilla (Dasylabris) regalis, 103’. - Narcissus multiflorus, 109’. Nassa limata, 70’. — semistriata, 70’. Nasturtium sylvestre, 109’. Natica sp., 70’. Neophron perenopterus, 87!. Noctua minor, 88’. Numenius arquata, 92!. Nycticorax europzeus, 92’. Nyroca leucophtalmos, 93’. Nysson maculatus, 104’. Odynerus Buyssoni, 104’. — Pauli, 104’. — regulus, 104’. (Edicnemus crepitans, 91’. Ofitas, 26’. Oligoclasa, 25’, 112’. Olivino, 228. Orchis maculata, 109’. Origanum compactum, 10’. — virens, 109’. Oriolus galbula, 90’. Orobanche Castellana, 109’. Orphula ** jucunda, 15’. — maculipennis, 16’. — pagana, 15’. — ** patruelis, 15’. Orthoteles, 75’. Osmia Latreillei, 106’. — tricornis, 106’. | Osmilia violacea. 18’. | Ostrea cochlear, 70’. — plicata, 70’. | Otis tarda, 91’. — tetrax, 91. Otus brachyotos, 88’. — vulgaris, 88’. Oxylophus glandarius, 88’. Panicum eruciforme, 10’. Panurgus cephalotes, 106’. Papaver setigerum, 127’. — sgomniferum, 127’, )R4e INDICE ALFABETICO. Paratettix ** heteropus, 14’. — Schochii, 14’. Parmelia caperata, 53’. — conspersa, 53’. — perlata?, 53’. — prolixa, 53’. — tiliacea, 53’. Paronychia Rouyana, 10’. Parus ater, 89’. — major, 89’. Passer domestica, #0’. — hispaniolensis, 90’. — montana, 90’. Passerina Thymelza, 109’. Pecten aduncus, 70’. — scabrellus, 70’. Pectunculus sp., 70’. Pelopzeus pensilis, 104’, — spirifex, 104’, Peltigera, 53’. Perca, 36, Perdix petrosa, 91’. — rubra, 91’. Perro, 22 y siguientes. Pertusaria sorediata, 54’. Petrocincla cyanea, 89'. — saxatilis, 89’. Petronia rupestris, 90’. Pheenicopterus roseus, 93’. Phalacrocorax carbo, 93’. Phalaris hispanica, 10’. Phasma flavomaculatum, 12’. — ** Kheili, 13’. — necydaloides, 13’. — ** Vrazi, 13’. Philanthus apivorus, 106’. — coronatus, 106’. Phyllopneuste rufa, 89’. — sibilatrix, 89’. — trochilus, 89’. Physcia parietina, 53’. — stellaris, 53’. Pica caudata, 90’, Pica cyanea, 90!. Picus major, 88’. Pirrotita, 233. Placodium callopismum, 54’. — circinatum, 54’. — fulgens, 54’. — murorum, 54’. Plagioclasas, 23’. Platalea leucorodia, 93’. Platanus orientalis, 108’. Pluvialis varius, 91’. Podiceps cristatus, 93’. — fluviatilis, 93’. — nigricollis, 93’. Polyenemum arvense, 109’. Pompilus quadripunctatus, 106’. Porfido petrosiliceo, 123’. | Porfirita, 26’. Porphyrio cesius, 92’. — hyacinthinus, 86’. Porzana Baillonii, 92’. — maruetta, 92’. Pratincola rubicola, 89’. | Preslia cervina, 109’. Priocnemis luteipennis, 106’. Procolpia emarginata, 16’. Protomachus depressus, 16’. Pseudophasma * * auriculatum, 12’. Psithyrus quadricolor, 105’. Pterocheilus grandis, 104’. — hispanicus, 104’. Pterocles alchata, 91’. — arenarius, 91’. Pulicaria Dysenterica, 109’. Quercus Tozza, 109’. Querquedula angustirostris, 93’. — circia, 93’. — crecca, 93!. — marmorata, 84’. ~ Quersantitas, 26’. Rallus aquaticus, 92’. — crex, 92’. Ramalina evernioides, 53’, INDICE ALFABETICO. 185 Ramalina fastigiata, 53’. Sedum Dasyphyllum, 109’. . _ Rana, 6, 33 y siguientes. _ Serapias pseudo-cordigera, 109. Recurvirostra avocetta, 92’. | Serinus meridionalis, 90’. Regulus ignicapillus, 89’. _ Sideritis littoralis, 127’. Rhododendron ferrugineum, 9’. | Sigaretus haliotideus, 70’. Rhomalea miles, 16’, _ Sitta ceesia, 88’. — peruviana, 16’. _ Solanum Duleamara, 109’. Rosa Pouzini, 109’. | Solarium caracollatum, 70’. — rubiginosa, 109’. | Spatula clypeata, 93’. Rubecula familiaris, 89’. | Spelzochlamys Ehlersi, 262. Rubia peregrina, 109’. Sphex pubescens, 104’. Ruta montana, 109’. Spiranthes estivalis, 109’. Ruticilla phzenicura, 89". Squameria crassa, 53’. — tithys, 89’. — lentigera, 53’. Sal gema, 18’. — saxicola, 54’. Salix cinerea, 109’. Staphilococcus pyogenes aureus, 9. — nigricans, 8’. Stellaria Arenaria, 80’. — triandra, 109’. Sterna anglica, 93’. Salsola vermiculata, 109’. — minuta, 93’. Sambucus nigra, 109’. Stizus rapax?, 106!. Samolus Valerandi, 109’. — tridens, 106’. Santolina rosmarinifolia, 109’. Stratocles ** forcipatus, 11’. Saussurita, 27’. Strepsilas interpres, 92! Saxicola zenanthe, 89’. Streptococcus pyogenes, 9. — aurita, 89’. | Strix flammea, 88’. — stapazina, 89’. Sturnus unicolor, 90’. Saxifraga capitata, 128’. — vulgaris, 90’. — paniculata, 125’. | Subria * amazonica, 18’. — Pentadactylis, 125’. |, Senitida: 18” — Tremolsiana, 125’. Surnia passerina, 88’. — trifurcata, 125/. Sylvia atricapilla, 89’. — Willkommiana, 126’. — hortensis, 89’. Scaphura nitida, 18’. Systropha spiralis, 106’. Schreibersita, 228, 112’. Tachysphex Panzeri, 106’. Scleranthus annuus, 130’. Tadorna casarca, 93". — Delorti, 130’. — rutila, 86’. — liennis, 130’. Tamarix Africana, 126’. — perennis, 130’. — Anglica, 109’, 126’. — uncinatus, 130’. — Gallica, 126’. Scolopax rusticola, 92’. — Hispanica, 126’. Scops Aldrovandi, 88’. Telephonus tschagra, 90’. Securinega buxifolia, 109’. Tellina compressa, 70’. Sedum altissimum, 109’. — planata, 70’, 186 Tenantita, 52’. Tetralonia pollinosa, 105’. Tetrao andalusicus, 91’. Teucrium floceosum, 10’. Thalictrum flavum, 109’. — minus, 109’. Thlaspi virgatum, 129’. Thymus Zygis, 109’. Tiphia morio, 106’. Titanacris Olfersi, 16’. — Velazquezi, 16’. Torilis helvetica, 109’. Torpedo, 38. Totanus calidris, 92". — ochropus, 92’. Frifolium aureum, 129'. Tringa subarquata, 92’. Trinia Dufourei, 127’. — vulgaris, 127’. Troilita, 228. Tropidacris cristata, 16’. Trypoxylon albipes, 104’. Turdus iliacus, 89’. — merula, 89’. — musicus, 89’. — pilaris, 89’. torquatus, 89’. — viscivorus, 89’. Turmalina, 249. Turnix sylvaticus, 91’. INDICE ALPABETICO. Turritella sp., 70’. Turtur auritus, 91!. Umbilicaria pustulata, 53’. Upupa epops, 88’. Urceolaria ocellata, 54’. Usnea barbata, 53’. — ceratites, 53’. Valeriana longiflora, 10’. Vanellus cristatus, 91’. Veronica austriaca, 127’. - commutata, 127’. jabalambrensis. 127 . latifolia, 129’. tenuifolia, 127’. Verrucaria rupestris, 54’. Vespa Germanica, 104!. Vicia Pyrenaica, 109’. Vilerna zeneo-oculata, 16.’ — rugulosa, 16’. — tibialis, 16’. Viola alba, 130’. -— cochleata, 10’. -- gsciaphila, 130!. Vultur monachus, 87!. Wahlenbergia hederacea, 109!. ** Xiphiola cyanoptera, 17’. Xylocopa violacea, 106/. Yunx torquilla, 88’. Zircon, 248. ADVERTENCIA. Kl tomo vy, serie m (xxv) de los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE Historia NATURAL se publico dividido en tres cuadernos de la manera siguiente: Cuaderno t.", paginas 1-128 de las Memorias y 1-32 de las Ac/as, en 30 de Septiembre de 1896. CGuaderno 2.°, paginas 129-272 de las Memorias y 35- 64 de las Actas, en 15 de Noviembre de 1896. Cuaderno 3.°, paginas 273-375 de las Memorias y 65- [87 de las Actas, en 31 de Marzo de 1897. Acompanian 4 este tomo nueve laminas, una grabada en acero, cuatro fototipicas, una fotozincografiada y tres litografiadas vy 48 grabados intercalados en el texto, y le forman 23 pliegos vy medio de Memorias v 12 de Actas. pee hee LPs Mee tee Ph OLR SES) ie ay ps ee # Yer ae) WAN Sati Cy Cea a 2a, f Corb ea tie Rani an Ae tseHiige Aiea hese RAN af por bt ky ze i eee. Ms , tute vik dial ttel DE LA SOCIEDAD ESPANULA DE HISTORIA NATURAL SRE. 1. TOMO QUINTO. C2 We) 2 AMADRID ‘DON I. BOLIVAR, TESORERO PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO.—PALACIO DE BIBLIOTECAS Y¥Y MUSEOS NACIONALES i : 30 DE SEPTIEMBRE DE 1896 SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Junta Directiva para el afio 1896. Presidente..... D. José Solano y Eulate.—C. de Jacometrezo, 41. Vicepresidente. D. Santiago Ramon y Cajal.—C. de Atocha, 64, 3.° dra. Tesorero...... D. Ignacio Bolivar.— Calle de Moreto; 1, 10 Secretario..... D. Manuel Cazurro.—C. de Alarcon, num. 3. Vicesecretario.. D. Carlos Hernandez.—Calle Mayor, 18, 3.° dra. Bibliotecario... D. Lucas Fernandez Navarro.—Santa Engracia, 29, 2.° Comision de eS DlcaclOr: D. Francisco de Paula Martinez y Saez. —Calle de San Quintin, | num. 6. D. José Macpherson.—Calle de la Exposicién, nim. 4. _ D. Blas Lazaro é Ibiza.—Calle de Carranza, num. 10. 4 Por acuerdo de la Sociedad, en la sesién de 4 de Abril de 1877, los autores de las Memorias que se inserten en los Anaes, tienen derecho 4 50 ejemplares, impresos sin levantar el molde de la méquina, ni mds correcciones que poner en vez de la sesidn en que se leyé la Memoria, la indicacién del afio y tomo de los AnaLes en que se publica ésta. Los autores que deseen mayor nimero de ejemplares en la forma ex- presada, pagaran con arreglo 4 la siguiente tarifa: 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejen:plares. ejemplares. Siemplare 4 paginas Bais hevarsesaaiile etoheletatelsieretelsielaieteiavantetete Ryn. ~~ 3,50 7 10,50 a Sy ee his teas ae sleeicelee BeOS 55900 » Pie eS: 19 13 MOT asa iat Parasetn (ecereie e/e Sieias slots vies Sistely ele Soe ae deseo 39 26 Los autores que.quieran tiradas aparte de sus Memorias, dejando una sola paginacién y afiadiendo sus titulos después del nombre, pagardn con- forme 4 la tarifa siguiente: 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. Sener AAS INA Seas shes sore Neat cuete sieves al tena eas Rvn. 17,50 20 22,50 20 Sire Pe epicictasateiereie oie’ ebuie ere erakssate thor taniohe ae 23 28 33 28 Opa ep tae Loney aes cine Mette icialeleertiteinicic = aan — 34 44 dt 44 En ambos casos seraén iguales los siguientes gastos: 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. eyemplares. elempleven OO x Una lim. grabada en acero é iluminada. Rvn. 64 128 192 128 Una td idsid Sinem TAI. 6 sare) ois a oyels » 20 40 60 40 Uita id yidee ensniedina. islets miele -<)-e-se eie » 8 16 24 16 Cubierta de color sin imprimir.......... » 5 10 15 10 Portadaa pari tery ices tema e \eienie oo icaretoinciels stave enst tefovelalereintetetes nis ate, clevaictals bie year LUV TAS Poner cierre en la portada para que sirva de marian arc laspintiatare’ dl aislererere inte stays » 1 ADVERTENCIA. Si la l4mina iluminada contuviese mas figuras de lo ordinario, aumen- tara su precio proporcionalmente al mayor trabajo que se hubiese de em- plear; y lo mismo si fuere de tamafio superior al de la caja de impresién (10™:;por 18°™), Las laminas cromolitografiadas, fotografiadas 6 de indole Senos de las que anteriormente se. indican, se pagardn al precio que resulte para la Sociedad. : Por las correcciones que mandaren hacer los autores en los moldes se abonaran 4 rs. por cada hora de trabajo. ~ Ve a +. ie pel ee ee oa ‘DE LO CONTENIDO EN EF! ‘Ramén | vy Caj al.— brads inferiores.... “SE eee oe Ramon y Cajal.— Estructura del i naeas mes tee “em : - Pantel.— Notes orthoptérologiques, LIV. (La lamina correspondiente epste: articulo se ees con ome: OS ANALES DE HISTORIA NATURAL - > SERPT ESP “TOMO QUINTO. (SES Ves MADRID DON I. BOLIVAR, TESORERO PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO.—PALACIO DE BIBLIOTECAS Y MUSEOS NACIONALES ~ 15 DE NOVIEMBRE DE 1896 S0CIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. AVISOS A LOS SOCIOS. Los Socios estan obligados 4 remitir su cuota (15 pesetas) por con- ‘ducto seguro y sin descuento, al Tesorero, en la época de admisién y posteriormente en el mes de Enero de cada afio.— Articulo 4.0 del Re- glamento. ; . La SoctepapD se reune en sesidn ordinaria el primer miércoles, no festivo, de cada mes, en el Gabinete de Historia Natural, Palacio de Bibliotecas y Museos, Paseo de Recoletos, 20, bajo. La primera serie de los ANALEs (1872 4 1891) se compone de 20 tomos, que se venden separadamente al precio de 15 pesetas, excepto el 1.°, que esta agotado, y el 5.° y el 11.°, cuyo precio pan el publico se ha fijado en — 25 pesetas. Los Sres. Socios tienen derecho 4 adquirir por una sola vez un ejem- plar de cada uno de los tomos de la primera serie, 4 los precios siguientes: Momog2,2.3.0, 4 oboe aoe, 1° ABs 19.° y 20.°.... 8 pesetas. EE Aik gs We A fe be aes aaa es eG OnFs0. NBO BOOP OB Oy On TG ee eee ele SST ee Los cuadernos sueltos, siempre que de ellos haya sobrantes, sin desca- balar tomos, para los Socios 4 2 pesetas, para el publico 5 pesetas. ‘La coleccién completa de la 1.* serie (20 tomos) incluyendo el tomo 1.°, para los Socios y por un solo ejemplar eae hay disponible un cortisimo numero) 250 pesetas. Notas. Por reciente acuerdo de la Socrepap, los Sres. Socios deberan hacer las reclamaciones de los cuadernos que hubieren dejado de recibir por extravio dentro de los seis meses siguientes 4 su publicacion; pasado este tiempo habran de adquirirlos al precio fijado y bajo las condiciones expresadas mas arriba. Los autores de Memorias con destino 4 los ANaLEs se servirdn indicar al tiempo de entregar el original el numero de ejemplares que deseen de la tirada aparte de su trabajo y las condiciones 4 que hayan de ajustarse con arreglo 4 la tarifa que se publica en la 2.* pagina de la cubierta del cuaderno primero de todos los tomos; advirtiéndoles que de no hacerlo asi no recibirAn mas que los 50 ejemplares sin variacién alguna que regala la Socrepap. Igual adyertencia deberan hacer los que deseen tiradas aparte de las notas de las Actas, no haciéndose tirada de estas sino 4 peticidn de aquellos. Los gastos que ocasionen estas tiradas seran de cuenta de los autores. ee NS ee a Bee wee ee CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los seiiores Socios de provincias que han satislecho sus cuotas desde 1.° de Mayo 4 15 de Noviembre de 1896. CUOTA DE 4893. CUOTA DE 1896. Sdenz Lopez, de Zafra. Becerra, de Baeza. CUOTA DE 1894. Blanco del Valle, de Ciudad-Real. Capdebou, de Palma. + Garcia Arenal, de Pontevedra. CUOTA DE 1895. Pau, de Segorbe. Sdéenz Lopez, de Zafra. Saenz Lépez, de Zafra. Saenz Lépez, de Zafra. El Tesorero, I. Boxuivar. INDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 2.° DEL TOMO XXV. - Dusmet y Alonso.—Algunos datos para el estudio de los tentredini- dos de. Mspana (COnCLUSIGH) £.t,2stod's « #' tenis ga inrele slo = eles «arta a Perez Lara.— Florula gaditana (continuacion).................-- Gredilla.— Estudio petrografico del meteorito de Madrid (con cuatro l4minas, I1-v) ee eee ere trees eee ee eee ese eee eeeseeeeseeeeeseseereesee Chaves.—Sobre las inclusiones de los cristales de cuarzo dispersos en las rocas epigénicas de Andalucia. (LAm. V1)..........eeeeeeeees Puig y Larraz.— Catalogo geogrdfico y geologico de las cavidades na- turales y minas primordiales de Espafta 3 Sere ererereeeeseeeeeeseese Actas de la Sociedad Espafiola de Historia natural. (Marzo (conclu- sidn), Abril y Mayo.) MADRID. — IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. - . Pags. i ANALES SERIE II. TOMO QUINTO. (2S Sein) MADRID DON Il. BOLIVAR, TESORE RO | PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO.—PALACIO DE BIBLIOTECAS Y MUSEOS NACIONALES | DE HISTORIA NATURAL 31 DE MARZO DE 1897 -{NDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 3.° DEL TOMO XXV. Puig y Larraz.— Catdlogo geografico y geoldgico de las cavidades na- turales y minas primordiales de Espafia.........ceeceeeeeeeeee Pérez Zufiiga.— Observaciones sobre algunos puntos de la técnica para el estudio de la contraccidén muscular en la rana. (Con tres 1a- TUUUTRGASD) rsh tavegee tare, ie talav ets) cine aaeee eos on ne eee Geraci es sieves Swe Lépez Pelaez.— Observaciones recogidas sobre las circunvoluciones cerebrales del cerdo doméstico en el curso de 1895 d 1896......... Cafial._Nuevas exploraciones de yacimientos prehistoricos en la pro- MEDIC UE, LC WS CV ELL Soca ees ate ce ie oP nists Oe Neat a he SR Va wid Actas de la Sociedad Espafiola de Historia natural. (Mayo (conclu- NOM) LIICLO MDT) rode e'o ma, wal a SE oe ee ee Sanaa Indice de lo contenido en el tomo y de la serie 11 (EXV).-++ eee eee Indice alfabético de los géneros y especies descritos 6 acerca de cuya patria 6 sinonimia se dan noticias interesantes....... ioe ae Oe Advertencia..... sieeve Bh sot wie) okt «cal ar dine « ‘ota vaoteeeinuer stain in erate Maxed mise Pags. 273. 331 337 351 (Con este cuaderno se reparte ademas la ldmina 1.* correspondiente al articulo del R. P. Pantel titulado Notes orthoptérologiques.) MADRID.— IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. UEC Ta UT TT oe) N N = oO LU ep) as = Ko) Lec AP a it Se pornbabiinks nea paeree ’ _ ¢ ier: + mbes ar ea ; cape gnemeerese ree porns ~ ne as ae Nee