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Das in A! * (Qi eicd 4 ; ) 4 4 y 4 y era 20d 1] O ww” $ == un rs > Su? A Ny a » fuel d > cs Y TI A E IIS NI 0 58 ES ES guas pl Ny Y e] y TA A EVA II A PPFT RUSA TT FUÍ ln ARA do] E IR y A A A vw añ O ' Ade Tute o” mie py. Ae a vv y0 ¿ ¿N Ñ E E . w» z PI A ¡he We $47 ERA o mar” . Da! AA ? y Vos? 8l Les 33 a DP NT W as y presos ss y LA IQ > y Y PA IN » vo O WA "Mun e A y ya IN q0 Was eg "hs vy.” | a A Y APA A CoN ¡NOE PANDO +14) y HITA , Ya YN CIS Ni yyy y v0 E pp ICO A po wa ú Y UNS Y di SÓMA CINTA EA a TON Y Y E de 4d dd. LA A Y > Mo ? Da JA y Yu Pr un S De te, PODA Y Ú Yy eu y Ye AE : 90d A A a ' : Wan. 5 "h ¡ "Y y . TOS a y MU MS 14 y? Ulsa 0% mas 2 NA 2 A! ANO] Aa | él voy de Ú N A AESOS Mii HH 394 449 “Plo ..._) y AN Li GDL y IA A. a A AR y y op , A AUS Ii mty PO” Y pr o Uy Y) a AN Car at qn s ] alo A yor hn CARAS A PUES : HAS a, AOS e LG MITA dd Y. E EA A d 7 F 1 So -- 3. 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E 2 Lo VAS Ad ; XA h A A y RADA la, de 3 e at” NA 14 i 4 PE y AA A dalla hd E SR jo “Y z IEEE ELLA TA 419 44 dio Ne nyd AH] Ab ps 4 Ye SA 27 te A! Xx asi a ad nda AEDA o ER a A q h ae 2 dd A ¿hdts y y SW 1 MA e tds Mba ve Mea Ar der 'dUe 0% cl í > Mee Sra EEES 01b A ea rt 7 a” A A IAN ES e: > ¿A di 7) | y Mi vr» E Dn. Ji y q nt! 444 44444 4Hud O 0. ., A Min ba Y . E ws yy a “a A » $? PUTA qe ds sb a, 9% ¿ASES - 1 ” Ay en Mud 4411 z $ - A, Mo ¿ de INOADAE iy) d,> ¡3 DAIAAIAA ás a, AO MIT w 1. > by Sa a gl de vt uz Pe o- sed úN : py! 4 $4 [A AN A add yu y d tl Y "A wYy ES paa ida vr ty Dt A Hp ñ IO ia Ed se AN sl e, oy = A | - Ly CA ' a 4 E de Ari ly y SS UTN «Py 4. y 4 PARA SD! y rs a Noves, e mar DAS -' > » 1 % > BR ! Irma ges AA IA hs y so.”” P IN 4 Y v 0! 1 TO AA » ness SR SAS 6% Add JAN das gan NW ¿Y Uy Ni "o ee me, HERE sm» » S 2 Ñ ».. “9 UNA iy) 0” =E A As AA Mido Aus : we A hn ¿4 JE AD e A > Y “Ue y, ” du» A Ig as AAN e dd MINOS Y id "yy MIR An El $0 War 00 : E III Y Per, dede, ET Vigo vi 5 NES P" PRA yr" OA ep ee >. / dde e O ai 5 y ty V- E, A Z E 7 ! » as AA Vos LN ATT a Mo vo »: si p 5 K ha jes A ya y Ara 1 ALTAS b sd a y ) h A de. ns je Ú 'w As IN «yy yA se qn : Pa bd HF na, ATA va e po Dt Ue l a pie ¡RNA A Egin. hyyvv A 7] A a nap” E E ABRA UE UNA AI e cata! Mira Vero DEMIAN a Mee 11439 ¿ab de A 4414) LL .ogyoo q A, 32 HEENA| A > OS E y J 6 lr 4.4 tes ul s ho h Mt. la”). Je 1347 'y a h N) A PAI A LAA hb. ICA URNA boss bo kl E y NANI 1 A qe ida! ve y ¡ PRINCIP, -680 á a OS A E DIRECTIVA Presidente........ D* CÁRLOS M. MORALES. j O Vice-Pr Oe Jo Ingeniero EDUARDO AGUIRRE. o Y , Id. 2 Ingeniero Juan F. SarHy. ARS SECretariO....... Senor ANGEL GALLARDO. ds E A Tesorero ......... SALVADOR VELAZCO LUGONES. Ingeniero. ALEJANDRO. MOLINO ToRRr ] o MARCIAL R. CANDIOTI. VOCALES aa e Señor MIGUEL ITURBE. — Señor BENITO MALLOL. Señor CÁrLOS WAUTERS. INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA TI. — LOS FUNDAMENTOS DE La GEOMETRÍA Y EL conocmemo ] ESPACIO, por Jorge Duclout. E 1 — APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES, por Pp. Wedel. 111. — INFORME SOBRE LAS OBRAS DEL DOCK SUD dd LA CAPITA! “IV. — CONSULTA DE LA INTENDENCIA MUNICIPAL SOBRE LA -—NANZA GENERAL DE CONSTRUCCIONES. no. v. — FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES tinuacion,, por D. Juan Llerena. VI. — REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍEI C ¡Continuacion;, por Marcial KR. Candioti. VII. — MISCELANEA. VII. — MOVIMIENTO SOCIAL. JX. — NECROLOGIA. - A LOS SOCIO: Se ruega á los señores sócios com ría de la Sociedad su ausencia, cami y cualquier irregularidad en el E cobro de la cuota. Se ruega tambien á los que da prestadas pertenecientes á la Biblioteca de =sirvan devolverlas á la brevedad oiga SE las en el catálogo que en breve apareo los suplementos sucesivos. de domicilio, eto, e de los Ano EDAD CIOVTÍFICA ARGENTIM le ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA — —_——_— COMISION REDACTORA E Festdentes io D*r CÁrLOS M. MORALES. SECRETARIO aa Señor ANGEL GALLARDO. | Ingeniero MANUEL B. BaHIa. MOCA eS vación D*” ATANASIO QUIROGA. Ingeniero JORGE DUCLOUT. E TOMOREXNXX 1 Primer semestre de 41891 BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS 680 — CALLE PERÚ — 680 143941 e LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA Y EL CONOCIMIENTO DEL ESPACIO POR JORGE DUCLOUT Ingeniero civil, etc. CONFERENCIA DADA EN LOS SALONES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA EL 15 DE AGOSTO DE 1890 (Continuacion) La distancia entre dos elementos es 2gual a la de sus conjuga- dos absolutos. — Vemos que á cada punto del espacio podemos hacer corresponder como conjugado un plano polar absoluto, y recíprocamente, á cada plano, un polo absoluto; asimismo, á la recta que une dos puntos corresponderá como conjugada su polar absoluta, intersección de los planos polares absolutos correspon- dientes á aquellos dos puntos, y recíprocamente, á la recta de inter- seccion de dos planos corresponde como conjugada su polar abso- luta, que es la recta que une los polos absolutos de aquellos dos planos. Consideremos ahora dos planos cualesquiera 4,4, y bib, (fig. 25). Hagamos girar a, al rededor de la interseccion o de ambos planos hasta superponerla á b,. El movimiento que produce esta superpo- sición está determinado sin ambigiedad, como resulta del exámen de la figura: hay una sola manera de superponer la cara a, á la b,; el movimiento opuesto produciría la superposicion de la cara a, á la b3; concluido este movimiento, el polo P,, se superpone al P,,, mientras que el movimiento opuesto produce la superposicion del polo P., al P,». : T La esfera de radio < 3 (es decir el plano), con centro (ó sea polo 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA absoluto del plano), en un punto cualquiera O de la recta 0, pasa por los puntos P.1, Paz, Por y Pos, y corta á cada uno de los planos E (ó sea una recta), que tiene al por centro (ó sea un polo absoluto de la recta), el punto O. El plano O Pos Pas Pos Poo, corta á ambos planos 4,4 y b,b, segun rectas 0 Gn q yO ; E y se demostraría, superponiéndolos por rotacion al rededor del eje 0, que los ángulos A, O B, y P., O P;, son iguales, y que el arco A, B,=P,, P,,; como el arco A, B, es el que determina la medida del ángulo A, O B,, que es la seccion recta del diedro a,a,, O, b,b., obtenemos el teorema siguiente: El número que resulta de la medicion del ángulo de Se a ad, y b,b, segun un círculo de radio el espacio) : n : | P les igual al número que resulta de la medi un mismo plano) cion de la distancia de sus respectivos polos, y recíprocamente. Se ve tambien que esta distancia es una funcion periódica que no varía cuando se agrega á la distancia de los polos ó al ángulo los planos a rectas es E 2kr. Pero, no solo sí: superponemos dos planos, sus polos se super ponen describiendo un camino igual á la distancia, ó ángulo, de ambos planos, sinó tambien que si superponemos dos rectas cua- lesquiera en el espacio, sus polares se superpondrán tambien. Sean, en etecto, a y b dos rectas que podemos considerar: la pri- mera como union de dos puntos A; y A», y la segunda como union de dos puntos B, y B., que estén entre sí á la misma distancia que A, de Az. Designaremos con a' y b' las polares de a y b, y, por lo espuesto, a será la interseccion de los planos polares A, y A» de A, y As y b' la de los planos polares B, y Bs de B, y B;. Ahora bien, superponiendo A, á B, y Az á B,, ambas rectas a y hb se superponen; pero, entónces, se han superpuesto tambien los planos A, al B, y el Azal B,, recorriendo iguales distancias á las que recorren A, y Az, de tal manera que la distancia de dos rectas es agual á la de sus polares absolutas. un múltiplo cualquiera de 27, cuya forma general Figuras polares recíprocas absolutas. — En general, puede consi- derarse un punto movible en el espacio, que describe un cierto lu- LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 1 gar geométrico; su plano polar describirá otro lugar geométrico, y la distancia entre dos puntos de una figura será igual al ángulo de los dos planos polares de la otra, y recíprocamente; si el punto describe una recta, el plano polar envuelve á la recta polar de aquella, y la distancia entre dos rectas, sean ellas punteadas ó . planeadas, es igual á la de sus polares. Dos figuras ligadas por esta correspondencia geométrica. se lla- Man POLARES RECÍPROCAS absolutas una de otra. Los elementos y formas de la una son conjugados ó polares absolutos de los de la otra; la distancia entre un elemento y su conjugado es constante é y TO z ; j , igual á ¿> la distancia entre dos elementos es 1gual ú la de sus con- , Al jugados. La distancia de un elemento al conjugado de otro, es el COMPLEMENTO de la distancia de los dos elementos. De las propiedades de una figura se deducen las de su polar re- cíproca absoluta, cambiando la palabra punto por plano, recta punteada por recta planeada, y recíprocamente; la union de dos puntos, por la interseccion de dos planos; el plano comun á un punto y una recta por el punto comun á un plano y una recta. En lo siguiente van las trasformaciones de las formas geomé- tricas principales, superficies y curvas, por polares recíprocas; la simple lectura de las proposiciones enunciadas basta para hacer comprender su verdad, y sería fácil estender este método á las de- más formas, lo que nos conduciría á las mismas deducciones que obtuvimos al principio de este estudio. Una superficie cualquiera en el es- pacio puede considerarse como for= mada por varias posiciones sucesivas de un punto movible: tres posiciones muy próximas del punto movible, que no se encuentren en la misma recta, determinan un plano, que es el plano tangente á la superficie considerada y que es el plano comun de estos ¿res puntos. Una curva cualquiera en el espacio puede considerarse como descrita por un punto movible; dos posiciones su- cesivas del punto determinan una tan- gente á la curva que es la recta de union de estos dos puntos; tres pun— ¿0s sucesivos determinan un plano Una superficie cualquiera en el es- pacio puede considerarse como en— vuelta por varias posiciones sucesivas de un plano movible: tres posiciones muy próximas del plano movible, y que no pasen por la misma recta de— terminan un punto, que es el punto de contacto en la superficie conside- rada y que es el punto comun á estos tres planos. Una superficie desarrollable cual- quiera en el espacio puede conside— rarse como descrita por un plano movible ; dos posiciones sucesivas del plano determinan una tangente de la desarrollable, que es la recta de ¿n- terseccion de estos dos planos; tres 8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA osculador de la curva, que es el plano comun á dos tangentes consecutivas. — El conjunto de las tangentes forma una superficie desarrollable, y dos tan- gentes consecutivas determinan un plano tangente á esta superficie. Una forma geométrica engendrada por un elemento punto, que describe rectas punteadas, planos punteados y demás formas compuestas de puntos, tendrá por figura polar recíproca otra forma, de mismas dimensiones, en— gendrada por un elemento plano, que describe rectas planeadas, puntos pla- neados (gerba de planos) y demás formas compuestas de planos. planos sucesivos determinan un punto de contacto de la desarrollable, que es el punto comun á dos tangentes con— secutivas. El conjunto de las tangen— tes envuelve una curva, y dos tan— gentes consecutivas determinan un punto de contacto de esta curva. Una forma geométrica engendrada por un elemento plano, que descri- be rectas planeadas, puntos planea dos (gerba de planos) y demás formas compuestas de planos, tendrá por figura polar recíproca otra forma, de misma dimension, engendrada por un elemento punto, que describe rectas punteadas, planos punteados, y de- más formas compuestas de puntos. Las propiedades de distancia entre los elementos de una figura y los de su recíproca se conservan como lo vimos más arriba, y todo o Aso h o elemento de la una es normal (de distancia a á su conjugado. Polaridad en el plano *. — Si por un polo P,, trazamos un plano OQ, este corta al plano polar a,az, de P,,, segun una recta 2,0%, que en este plano, será un círculo de radio > descrito desde P., como centro. Toda recta que pasa por P., en el plano Q pasa tambien por el otro polo P,. de a,az; la recta «as es normal á todas las rectas que, en el plano Q, pasan por Po, y Paz. Se dice que, en el plano Q, la recta aja, es la polar del punto Pa, y del P,.. Los planos polares de los puntos de ax» pasan por P., y P,,, de suerte que su intersección con (Q pasa tambien por estos puntos. De ahí se deduce que: cuando un punto describe una recta, su po- lar deseribe un haz, envolviendo al sosten de este haz, que es el polo de aquella recta, y recíprocamente. La polar del punto de imterseccion de dos rectas es la recta de union de los polos de estas, y reciprocamente. * Se entiende que se trata siempre aquí y en lo siguiente de polaridad absoluta. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 9 El ángulo de dos rectas es 21gual dá la distancia de sus polos, y re- ciprocamente. La distancia de un punto d otro es igual al ángulo de sus polares, Dos elementos como polo y polar en el plano se llaman conjuga- dos absolutos en el plano, y las figuras que describen son polares recíprocas absolutas uno de otra. La trasformacion por polares recíprocas en el plano se obtiene cambiando la palabra punto por recta, y recíprocamente; recta de union de dos puntos por punto de interseccion de dos rectas ; cur- va descrita por un punto por curva envuelta por una recta; punto de contacto de una curva por tangente á la misma, etc. La distancia. de dos elementos conjugados es siempre + La dastan- cia entre dos elementos es 1gual ú la de sus elementos trasformados por polares recíprocas. La distancia de un elemento al conjugado de otro es el complemento de la distancia de ambos elementos. Sería fácil, pero de poco interés seguir aquí este estudio que encontraremos más detallado en la Teoria de la Medicion. Pares de elementos inversos 0 drades. — Simetría absoluta. — El par de polos corespondientes al mismo plano se llama un par de puntos inversos ; ellos forman lo que se podría llamar una diada, por analogía con una designacion empleada por el profesor Smith, de Oxford *, para espresar que estos dos elementos andan siempre juntos. A uno de los polos P,, de un plano bb», lod el otró polo P,», del mismo; ambas forman una diada, y su distancia es z, el semi-período de la recta, ó sea la mayor distancia posible. Sea a,az otro plano cualquiera y P.: Pa», la diada de sus po- los (fig. 24). La recta Po, Pos Poo Py2 tiene su centro (considerándola como sl- tuada en un plano), ó polo absoluto, en un punto cualquiera O de su polar absoluta N, O N,/. El plano OP,, P,, corta á los planos aa, y b,b, en dos rectas ÓN y BB que se cortan en O, y es claro que los triángulos Az Az) . B.') * Véase Memoire sur quelques problemes cubiques el biguadratiqwes por el profesor H. J. Etienne Smith, de Oxford; Annala di Matematica, seccion II, tomo TIT, Milano 1869-1870. $ 4 Ñ 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA A0P 1 y A2'OP,e son iguales, por tener un ángulo en O igual, y dos lados OP», = OA, == == OP,» = OA» y . Por consiguiente, P,¡A, = P,sA2'. (Esto podía verse tambien observando que PA, y¡i P,eA2" son los complementos de los ángulos jguales P,, OP, y Po OP»). Además, las rectas P,¡A, y P,2A5' sonnormales á a,a», pues pasan por sus polos P., y Pz. De modo que se ve que una diada de polos es, siempre partida por mitad por cualquier plano, y sus puntos están SIMETRICAMENTE sITuADOS con relacion ú plano, ú la polar (N,N>) de cualquier recta que pase por ellos, y al polo, O, de cualquier plano que los con- tenga. Por consiguiente, una diada se compone de dos puntos absolu- tamente simétricos en el espacio, con relacion 4 cualquier plano, y con relacion a toda recta y ú todo punto de su plano polar abso- luto. wa Los dos lados de una esfera. — Si desde P;, como centro y So un radio arbitrario » trazamos una esfera YX, mientras r < = esta es- fera se encontrará enteramente del lado b, del plano polar abso- luto 6,b», con centro en P,,; creciendo r, cuando r = o la esfera se 1 confunde con el plano polar absoluto b,b2; para r >= esta esfera NO] +1 tiene que encontrarse del lado bz del plano polar absoluto bb»; como todos los radios, como ser P,, P,,, que pasan por el polo P,,, pasan tambien por P,,, y como la distancia P,, P,, =7" es cons= tante, siMes un punto de 2, P,¿M =r, y P,M == --r. De tal manera que si de P,, como centro se describiera una es- Lal : ICE 4 d fera de radio >» é igual áz —r, siendo r < => esta esfera se 9 o confundiría con la esfera * de radio r descrita de P,, como cen= tro: esta esfera % debe pues, lo mismo que el plano, considerarse como teniendo dos caras ó superficies superpuestas; la una exte- rior y la otra interior: cuando r < a la cara interior tiene por A] centro P,,, y la exterior por centro P,»; cuando r ==» ambas caras m 2 pueden considerarse como interiores ó exteriores, es el caso del LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 11 , T : $ plano con sus dos polos P,, y P;»; cuando r > 5 la cara interior Pl - tiene por centro P,, y la exterior por centro P;. Esfera nula. — Finalmente, cuando r ==, la esfera interior P., se reduce al punto P,,, considerado como esfera de radio nulo, y la exterior al mismo punto P,,, considerado como esfera de radio z. Como á un centro dado P,,, respectivamente P,,, y 4 un radio deter- minado (0, ó respectivamente z) corresponde una sola esfera, vemos que al punto P,, corresponde un solo punto como P,,, que ambos - juntos determinan una esfera de radio nulo, siendo uno de ellos el centro interior y el otro el centro exterior de dicha esfera; am- bos juntos, ó sea una diada, determmnan tambien el valor de z, y el del cuadrante 5 Cada uno de ellos es el centro exterior de las esfe- sol ras que lienen el otro por centro interior. Ambos tienen el mismo plano polar absoluto, y cada uno deter- mina una cara de este plano y la region que este envuelve. Toda recta y todo plano que pasa por el uno pasa tambien por el otro, y es normal d su plano polar absoluto. Sentidos de rotacion. — Una linea cualquiera cerrada, trazada sobre la cara a, de un plano, vista del polo P,, determina un cierto sentido de rotacion, por ejemplo, el en que un móvil M se ve recor- riendo dicha línea, ó el en quese consideran sucesivamente desde P.,, los varios elementos que sucesivamente forman esta figura : el ór- den sucesivo sobre la cara a, determina, pues, visto del polo P,, un cierto sentido de rotacion; el mismo órden sucesivo de los elemen- tos, visto desde el polo A,, es decir, sobre la cara az opuesta á a, determina un sentido de rotacion opuesto al anterior. Para conce- birlo basta considerar el sentido en que se siguen los 3 vértices ABC de un triángulo trazado sobre una cara de una hoja de papel trasparente, y mirados directamente sobre esta cara, ó por traspa- rencia sobre la cara opuesta: si en el primer caso giran de 23quier- da á derecha para el observador, en el segundo giran de derecha d1zquierda. Poresta razon se puede tambien decir que ambos puntos de una diada son ABSOLUTAMENTE INVERSOS el uno del otró. Inversion absoluta. — Como los dos puntos de una diada están separados por todos los planos del espacio, lo serán tambien por 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA toda superficie ó línea considerada como envuelta por sus planos tangentes, y en general por cualquier figura. En efecto, esta figura podrá cortarse por una infinidad de planos infinitamente próximos unos á otros, hasta que todos los planos de la figura se encuen— tren en algun plano; entónces se ve que como todo estos planos se encuentran entre los dos puntos de cualquier ta sucede lo mismo con toda la figura. De suerte que: Una diada 0 esfera de radio nulo está dividida por cualquier figura del espacio en dos partes (puntos); y esta figu- ra vista de uno ú otro de los dos puntos que componen la diada, de- termina dos sentidos de rotacion opuestos. Dualidad é inversion en el espacio eliíptico. — Esta propiedad tan original de la diada, y que sorprende á primera vista, no es más. que la trasformacion por polares recíprocas de la propiedad de cualquier plano de tener dos caras, y de la de cualquier forma cerrada, de que pueda recorrerse en dos sentidos opuestos. En efecto, la figura polar recíproca de una diada es su plano polar, y recíprocamente, correspondiendo una cara del plano á cada punto de la diada. Ahora bien, un plano que pasa por un polo P,, de un plano a,a,, pasa tambien por el otro P,., de suerte que si gira al rededor de P,,, un observador situado sobre a, y mirando el polo P.,, lo verá girar en un cierto sentido, v. g., de izquierda á dere- cha, mientras que el observador situado sobre a», y mirando el polo P,,, lo verá girar en sentido opuesto, de derecha á izquierda. A una figura compuesta de puntos P,,, corresponde en el espa- cio otro, drddica de la anterior, compuesta de puntos P,. que for- man diadas con los P,,. Todo plano del espacio separa estas dos figuras, y, vista de una ú otra cara de cualquier plano, cada una de estas figuras determina dos sentidos de rotacion inversos. La reciprocidad es pues completa, y vemos que si se supone el espacio finito, ó como se suele decir, el espacio elíptico, la tras- formacion por polares recíprocas conserva los sentidos de rota= cion. Esta bipólesis nos obliga á considerar á la vez son una figura su diádica, ó simétrica absoluta, y á distinguir, del punto de vista geométrico, los dos lados de cualquier superficie, ó los dos senti- dos en que se puede recorrer cualquier forma. En un tal espacio finito ó elíptico, las propiedades de reciproci- dad, ó, como se suelen llamar, de dualidad, se producen, pues, en toda su pureza, sin que ninguna parte ó elemento del espacio Á LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 13 deje de obedecer á esta ley tan notable; ellas desempeñan un papel predominante en toda la geometría moderna, tanto en la gráfica como en la analítica. En la superficie de la esfera rigen perfectamente estas leyes, y debe ser así, pues las hemos deducido para el plano suponiendo precisamente que este fuera una esfera de cierto diámetro z, igual á la mayor distancia posible. La idea del espacio elíptico, es decir, limitado por una esfera, ó sea la idea de que la recta puede ser cerrada, se debe á B. Riemann * Ella responde no solo 4 muy elevadas concepciones filosóficas, sinó que, como acabamos de verlo, ella echa una luz muy viva so- bre la razon de todas las cuestiones geométricas ligadas con la ley de la dualidad, y facilita sobre manera su comprension ver- dadera. La idea misma de que la recta no es cerrada, que nos parece 1n- herente á su plates no es lógicamente forzosa ni quizá tan natural.como parece á primera vista. Seguramente que si la tierra no fuera una esfera tan grande con relacion á las dimensiones del hombre, esta idea preconce- bida de la posibilidad de prolongar un camino recto hasta el infi- nito, nunca habría sido considerada como cosa natural, sinó que habría parecido tan estraña como les pareció á nuestros. antepa- sados la redondez de aquella, y que existieran seres que viven con la cabeza abajo y los piés arriba con relacion á nosotros, y que siguiendo siempre adelante un hombre pudiera volver al punto de partida, habiéndose dado vuelta ese hombre para un observa- dor situado en el punto de partida, sin haber girado de derecha á izquierda ni de izquierda á derecha. Caso en que falla la proposicion XVI de Euclides. — Volvamos ahora á la proposicion XVI de Euclides. La demostracion que hi- cimos se basa esclusivamente en que la recta CF (fig. 15 y 16) se encuentra en el interior del ángulo ACD, es decir, entre CA y CD. Pues bien: las tres rectas BA, BE y BC (fig. 25) concurren todas al polo B' conjugado de B, y la recta FC es interior al ángulo ACD=ACB', mientras el punto F se encuentre entre E y B/', es * Véase B. RIEMANN, Memotre posthume sur les. hypotheses qui servent de fon- dement u la Geometrie publicado por R. DeDeExiND, en aleman, en el tomo XIII de las memorias de la Sociedad real de Goettingen, 1867, y vertido al francés por J. HoúeL en los Annalt di Matematica, tomo III, seccion II, Milano 1869-70. 14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA decir, mientras BE < => Pero si BE fuera mayor que 3 F vendría á colocarse por ejemplo en F,, fuera del segmento BEB”, y es evidente que entónces la recia F,C esta fuera del ángulo ACD, y que el ángulo BAC = F,CA > B'CA = DCA. Es decir que: sí la recta es una línea cerrada, el ángulo exterior 4 un triángulo puede ser menor que cualquiera de los dos ángulos no adyacentes de este imángulo. » el punto Cuando la mediana AE es mayor que 5» el ángulo B del tmán— 4, da - gulo, es mayor que el ángulo anterior en U, y recíprocamente. Exactamente se produce lo propio en la esfera, y debe tambien suceder en el plano, si este es una esfera límite, cuyo radio es la o z Ti distancia EF =EB =: De esto deducimos en consecuencia, que la demostracion de Eu- clides de las proposiciones XVII, XIX, XXVI y siguientes *, se puede admitir como general solo en el caso de que una dimension del triángulo no sea infinita, ó que la línea recta no sea cerrada. z ¿Existen rectas paralelas ? —Asiímismo, no es exacta en absoluto su demostracion de la existencia de las paralelas (proposiciones XXVII y XXVIID. E Euclides dice en su proposicion XXVII: «Si una trasversal EF (fig. 26) forma con las rectas AB y CD án=. gulos alternos internos iguales, estas rectas son paralelas ». Lo de- muestra basándose en quesi no fuera así, se cortarían en un pun- to G, y se tendría que el ángulo BEF, exterior al triángulo EGE sería igual al EFG interior á este triángulo y no adyacente al ante- rior. De suerte que su teoría resulta exacta solo en el caso de que /a recta no sea linea cerrada. St la recta es cerrada en el infinito el teorema no es exacto, en el sentido que le daba Euclides, porque en este caso pueden serigua- les los ángulos citados cuando G esté en el infinito; entónces las paralelas de Euclides se cortan, pero en el infinito. Y finalmente, en el caso de cerrarse la recta á distancia finita, las * Se trata aquí únicamente del Libro I de Euclides. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 15 rectas que Euclides llama paralelas, se cortan á la distancia So del punto medio de la trasversal EF. En efecto (fig. 27), sea O el punto medio de la trasversal EF. Desde M bajemos las perpendiculares OM y ON 6 AB y CD respecti- vamente; los triángulos rectángulos EOM y FON, tendrán la hipo- tenusa igual, y siendo los ángulos OEM y OFM iguales por hipóte- sis, resulta que dichos triángulos son iguales, y que tambien lo son, pues, los ángulos EOM y FON ; es decir, que MON es una línea rec- ta, perpendicular á la vez á ambas rectas AB y CO; estas rectas se cortan, por consiguiente, pues en los polos P, y P, de MN, cuyas . E G T distancias al punto medio, O, de la trasversal, es > Definicion exacta de las paralelas. — Pero, st se llama paralela por un punto A á una recta b, la recta p trazada por A, que corta b á4 una distancia infinitamente grande de A, es claro que sy la recta no es cerrada, ella tendrá dos puntos M, y M» infinitamente distan- tes de uno cualquiera de sus puntos situados en la parte finita del plano, y las rectas AM, Ó p,, y AM2 Ó p,, serán ambas paralelas á b; ellas se acercarán asintóticamente á b, y la parte finita de b, sea MM», se encontrará comprendida enteramente entre ambos lados del ángulo M¡AM>; toda recta trazada por el punto A en el ángulo M,AM:; cortará b, mientras que al contrario, si AM,” es la prolonga- cion más allá de A de M,A, las rectas trazadas en el ángulo M.AM,”, no cortarán la recta b en ningun punto real. S1, al contrario, la recta es una línea cerrada, sean P, y P, sus po- los; la recta AP,P, es la normal trazada desde A á b, y uno de los po- los, P, por ejemplo, se encontrará del mismo lado que A, respecti- vamente á la recta b. Entónces, A está situado en el interior del cír- culo de centro P, y de radio = que es la misma recta b, y toda rec- la trazada por A tiene que cortar á la recta Ben un punto € (y en su conjugado C”), es decir, que: ss la recta es cerrada no se le pue- de trazar ninguna paralela real. Como caso límite entre los dos anteriores se presenta el de la recta cerrada en el infinito; los dos puntos M, y M, se unen en uno solo; las dos paralelas p, y p» se superponen, y hay una pa- ralela, y una sola, del punto A á la recta b; el ángulo M¿AM, ' se re- IR REE MET MEAN ES o AA 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA duce á cero, y todas las rectas que se pueden trazar por el ponion A cortan á la recta b. En este caso, el semi-periodo la recta es infinitamente grande : S ambos polos P, y P, se confunden, y la recta que une A con ellos, es la normal trazada de A á b; sea N el pié de esta normal; los po- los de la normal AN, se encuentran sobre la recta b, á una distan= as « A = 4 o de N, y ambos se confunden en un solo punto M, que es el punto al oo de la recta b; la recta AM es la paralela tra- zada de A á b, yse ve que hay una sola paralela p á b porel punto: A, y que b y p son ambas perpendiculares á la recta AN, la una en A, y la otra en N. Es el caso de la geometría euclideana. La primera hipótesis (recta no cerrada), conduce á la geometría llamada absoluta por Bolyal, imaginaria por Lobatschewsky, y que hoy se llama geometria mperbólica, por las razones que veremos en la teoría de la medicion. La segunda hipótesis conduce á la geo- metria llamada eltpiica, y, como caso intermediario á ambas, se lla- ma tambien geometría parabólica á la euclideana. Los tres casos son formas particulares de la geometría absoluta, y se pasa de una á otra por trasformaciones análogas á las que conducen de la hi- pérbole á la parábola ó elipse en la teoría de las curvas de segundo órden. El desarrollo de esta idea se encontrará más adelante en la teoria de la medicion. (Continuara). a A 3 APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES (QUAIES) POR P. VEDEL Ingeniero PP — Importante papel desempeñan en toda obra de puerto los revesti- mientos de los muelles hácia el agua, tanto por las dificultades téc- nicas de su construccion como por los elevados gastos que represen- tan. Hay veces que el importe para los muros de muelle alcanza en el presupuesto á la mitad ó por lo menos al 30 6 40 %/, de los gastos para todas las obras, con galpones, vías férreas, escavacion, etc., y cuando sobrevienen desastres se puede casi siempre imputárseles. Por estas razones es muy importante estudiar cuáles son los revesti- mientos más seguros y al mismo tiempo más baratos. Se precisa un muro ó un muelle para proteger la tierra é impedir que se deslize. Lo que determina pues la construccion es el empu- - je de esa tierra y el muro es un muro de sostenimiento. Pero la teoría del empuje de las tierras es quizás la parte de la mecánica técnica que ofrece mayores dificultades y este empuje no se puede calcular teóricamente exacto sin introducir una série de suposiciones especiales. Casi siempre se supone una homogeneidad perfecta de la tierra, ó por lo menos de la parte considerada de ella, y solamente se toma en cuenta la friccion entre las partículas omitiendo la cohesion por ser esta de menor importancia. Además se supone que la direccion del empuje de la tierra forma con la normal al revés del muro un án- gulo igual al ángulo de frotamiento entre muro y tierra, y que las superficies de deslizamiento son planas. Una vez admitidas estas suposiciones, ó más bien dicho, aproximaciones, las dos primeras y ANAL, SOC. CIENT. ARG. To XXXI 2 AIR DAA NAAA RES EniósS Ed 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA , verdaderas hipótesis las dos últimas, se establece generalmente (0 siempre en la práctica), el siguiente principio llamado de Coulomb : que el plano de deslizamiento que efectivamente se va á formar, es. el que corresponde al empuje máximo contra el muro. Esta es la ba-= se de casi todos los cálculos y construcciones que se emplean, tra- tando como cuerpo sólido é inalterable el prisma de tierra entre el muro y el plano de deslizamiento ósea el prisma de máximo empuje. - Lo dicho se refiere á las teorías antiguas de Coulomb, Prony, Ey- telwein, Francais, Navier, etc., á los cálculos de Saint-Guilhem y otros, á los métodos gráficos de Poncelet y Culmann, á las modifi- caciones de Curie, Baker, Schaffer, Lagrené, etc., y á la teoría más elaborada vcompleta de Rebhann (*), cuya elegante construccion es la que recomienda, entre otros, el bien conocido memorial técni- co de la sociedad « Hutte » (15. Pero en la época moderna varios autores han sometido dichas suposiciones á especulaciones más profundas, esforzándose en eli minarlas en cuanto sea posible. Las dos aproximaciones menciona- das, aunque no sean siempre rigurosamente necesarias, son por lo ménos convenientes y generalmente inofensivas. No se puede decir lo mismo respecto á las dos hipótesis. Es verdad que el principio de Coulomb no es correcto como va enunciado, pero como lo que se precisa para averiguar las dimensiones del muro no es el empuje verdadero sinó el máximo posible, es evidente que se debe conside- rar el prisma de máximo empuje. Faltan así solamente aquellas dos hipótesis cuyo valor y justificacion son bastantes dudosas. La nueva teoría llamada « racional » no introduce la suposicion de ser planas las superficies de deslizamiento ni tampoco el princi- pio de Coulomb, pero á ambos y á la consideracion del prisma como conjunto inalterable sustituye á su turno otra hipótesis. Conside- rando solamente el estado límite de estabilidad de la tierra, en el cual el resbalamiento está á punto de efectuarse, se supone que estén en este estado todas las particulas á punto de deslizarse entre sí la una sobre la otra, asique en todas las partes de la masa actúa la friccion con su valor máximo en una sola ó en varias direccio- nes para cada punto. Para muchos terrenos es más plausible esta suposicion que la (*) Theorie des Erddruckes und der Futtermauern, Wien, 1871. (**) Des Ingenieurs Taschenbuch, herausgegeben von dem Veremm Hútte, Ber— lin, 1 » APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES 49 del prisma entero y más conforme con las experiencias que mues- tran como la tierra se disgrega en sus partículas cuando resbala. Además, no cabe duda que las incesantes variaciones de temperatu- ra; de presion atmosférica, de humedad, así como tambien las per- cusiones y golpes accidentales, no pueden menos de producir alte- raciones en el arreglo de las partículas, las cuales se estienden y contraen, se alargan por acá y se acortan por allá, cambiando siem- pre de tamaño y de forma; y así están necesariamente en un movi- miento perpétuo entre sí y la friccion tiene forzosamente que reac- cionar en cada punto por lo menos en una direccion con su máxi- mo valor. : En todas las ciencias exactas se percibe en nuestra época una ten- dencia comun de estudiar la naturaleza y relaciones mútuas de las partes mas mínimas, ya se llamen diferenciales, moléculas, áto- mos ó células, y tanto en la mecánica técnica como en la física ma- temática hace tiempo que se han introducido tales investigaciones fundándose toda la teoría de la elasticidad en la consideracion de las fibras elementales. El mismo rumbo sigue la teoría racional del empuje de las tierras, considerando en la masa el prisma elemental de Cauchy en vez del prisma finito de Coulomb. La teoría que establece sobre esa base las ecuaciones diferencia- les del problema en toda su generalidad, ha sido tratada por auto- res como Scheffer y Rankine, y más recientemente por Levy, Consi- dere, Winkler, Boussinesq y otros (*). No es menester entrar aquí en los detalles, pero baste decir, que esas consideraciones conducen en el caso ordinario (una masa de tierra de perfil constante perpendicular á la direccion longitudinal del muro de sostenimiento), á una ecuacion diferencial del segundo órden y segundo grado, cuya integracion no puede efectuarse sinó en un caso particular. Se precisa para ello que la superficie supe- rior del terreno sea plana, que este sea ilimitado por abajo y por los lados con tal que no le limite el revestimiento, y que el revés del (*) SCHEFFER: Theorie de gewolle, Futtermauern und eisernen Briúcken. Braunschweig, 1857; RANKINE: A manual of applied mechanics, London, 1858 ; WINKLER : Neue Theorie des Erddruckes, Wien, 1872; Boussineso : Essas théo- rique sur Véquilibre des massifs pulvérulents, etc., Paris, 1876; Comples rendus t. 68, 1869; t. 70, 1870; t. 77, 1873; t. 98, 1884 — Annales des ponts et chaussées 1870, 1882, 1883, 1884, 1885. — Expuesta también por el autor bajo el título: Yordtrykkets rationelle Theorie, Kjobenhaon, 1889. -20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA muro tenga un talud determinado entre límites bastantes estrechos, Es verdad que para otros taludes del muro, Levy y principalmente Boussinesq han dado integraciones aproximadas de la ecuacion, pero estas son soluciones complicadas y á veces nada seguras, aun- que con ciertas suposiciones pequen siempre por exceso de seguri- dad. , En el caso mencionado, el único que admite un cálculo extricto por la nueva teoría, esta demuestra que son planas las superficies de deslizamiento y que son justas las otras suposiciones de la anti- gua teoría y además que eso sucede solamente en este mismo caso. - Así queda demostrado que las construcciones y cálculos de aquella teoría son exactos bajo las condiciones enunciadas, faltando las cuales no son más que aproximaciones más ó menos cercanas. Delos ángulos de frotamiento máximo en la masa y entre ella y el revestimiento ó seao y 9”, siempre debe sero' £ o. Si fuese o” > e, una capa delgada (acaso tambien un prisma más ó menos grande) seguiría al mismo al zozobrar y el deslizamiento se verifi— caría entre aquella capa (ó el prisma) y la tierra situada detrás, ac- tuando la friccion máxima en la masa ; así que, en efecto, el mayor ángulo posible entre el empuje y la normal de la cara del muro ó sea el ángulo de frotamiento máximo no puede ser más grande que el de la tierra misma, es decir que o. Segun las consideraciones de la teoría moderna, á fin que el problema sea soluble por ella y exacta. la antigua teoría, debe ser el ángulo, 4, entre el revés del revesti- miento y el plano de deslizamiento más grande ó igual que » deter- minado por el valor positivo 2 —4 + ¿' de la ecuacion (*): / A cd (1) cos icon , y siendo vu el ángulo, bajo el cual sube la superficie superior del terreno, los dos sistemas de planos de deslizamiento formarán con la vertical ángulos iguales á los dos valores de 3, que da la fórmula: Ea sen w cos (23 + y — 0) = o (2) correspondiendo el valor positivo de 23 + ¿— ou al plano que par- tiendo de la arista inferior del revestimiento se aleja de la masa de (*) Puede ser además como caso particular Y igual á » determinado por el va= lor negativo de 2 »—p+y” APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES 21 tierra; es este plano desde el cual se mide y positivo en el sentido de rotacion de la vertical hácia el plano. Para todo talud y > y el empuje está dirijido bajo un ángulo, p,, con la normal, más pequeño que el ángulo de frotamiento máxi- mo, 7”, y determinado por el valor de ¿” que se deduce de la ecua- cion (1) reemplazando » por y. En tal caso la tierra resbalará por los dos planos de deslizamiento que salen de la base del muro, si- guiendo á este un prisma cuyo ángulo inferior será igual á y. Y únicamente cuando sea y = y actuará el máximo de friccion sobre el muro. Especialmente en cuanto á los revestimientos de fábrica se puede poner en la mayoría de los casos q” = e siendo la superficie poco lisa capaz de desarrollar una friccion todavía más grande, de modo que sucederá lo que se ha dicho arriba. Entónces para que el ángulo del frotamiento que obra actualmente, y, sea igual á su máximo va- lor posible, y, el revés del muro debe formar con la vertical un ángulo igual á 3, determinado por (2). Y para ser aplicables las teorías an- tiguas y modernas es menester que el mismo ángulo sea igual ó mayor que 3, determinado por el valor positivo de (2). Cálculo del perfil del muelle Teniendo el revés del muro la inclinacion 3 de (2) será más in- clinado de lo que generalmente se emplea en la práctica por ser el perfil casi rectangular un poco más conveniente para la ejecucion, y ya por eso no sería recomendable darle un desplome más grande que 3. Pero lo mismo se deduce, por lo demás, en consideracion de la economía de material, puesto que se precisa siempre un cierto espesor en el vértice del muro y el paramento exterior de todos mo- dos no puede ser sobresaliente. Luego se debe siempre dar al revés del muro la inclinacion 2 determinada por el valor positiva de (2) y el cálculo puede hacerse entónces por cualquiera de las dos teo- rías, siendo rigurosamente exacto á pesar de ser falsas las suposi- ciones de una ú otra de esas teorías. Mientras que las dimensiones de tal muro se pueden determinar con toda seguridad, no es posible hacer ningun cálculo digno de confianza para los taludes ordinariamente usados. Sea, pues, el revés del muro paralelo á uno de los dos sistemas de planos de deslizamiento, inclinado bajo el ángulo 3 con la vertical. 99 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El empuje de la tierra, T, sobre una pared plana, que forma un ángulo « con la vertical, está expresado por la teoría moderna por: 11 ( ña LA L 5) sen e cOs (< — w) (8) COSES sen (e — w + q1) y la distancia de su punto de aplicacion á la cima de la pared, medida por el talud : mM 291 cos (E —w) +3 pL cos o (4) 30 Lcos(. —w) + 6 cos w siendo ú el peso de la unidad cúbica de la tierra, p la sobrecarga por unidad de la superficie inclinada, L la altura de la pared medi- da por su revés inclinado, w y ¿ lo mismo que antes y ,, como ya va dicho, el valor de $” que se saca de (1) cuando se reemplaza y por y, ósea el ángulo de frotamiento actualmente activo. Yen el caso especial que sea e igual á3 de la ecuacion (2) como tambien o = ese reducirá la fórmula susodicha (3) á:: (+) e-0 6) 2 cos (3 — - Son estas expresiones en realidad las mismas que las de la anti- gua teoría, á saber en el caso general (5). UE E 2 HE costeo) CUE) ( a T=35 RE des e tang* | 450. 3 a E il | MUI Enuonde Hr 2 E sen (g—) sen (g+ 9) wcosíle=w)” ==. cos(e—0w)cos (e -+ q1) y designa la altura vertical del OO (H = L cose), K la distancia ver- tical del punto de aplicacion sobre el borde inferior de la pared (*) Waterbowwkunde door Heuket, Schools en Telders. I Deel : Beschoeúimgen en Bekleedingsmuren. s'Gravenhage, 1885. APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES 33 (K = H — M cose =(L — M) cos <). Y en el caso particular igua- landoo 4poyeás: Me POE ose ajess6.) 9 Ys e +) cos (¿=w-+2 9) tang” (45 5), en que me A sen (9 — w) sen 2 4 SI == ==> 55 cos (3 — w) cos (3 + q) El cálculo de las dimensiones del muro para que resista este em- - puje se efectúa de la manera conocida; sin admitir, sin embargo, en ninguna junta más que compresion de las fibras. Así para cualquie- ra junta real ó imaginaria la resultante del empuje de la tierra, de otras fuerzas exleriores y del peso total del muro, todos correspon- dientes á la parte superior de este, debe cortarla en un punto si- tuado á una distancia de su arista exterior más grande ó, por lo menos, igual á un tercio de su anchura. A fin, pues, de hacer el muro tan delgado como sea posible se determina la seccion de mo- do que todos los centros de presion coincidan con los puntos de tri- seccion de las juntas, con tal que queden satisfechas al mismo tiempo las condiciones principales; es decir que toda resultante forme con la normal á la junta un ángulo menor que el ángulo de frotamiento y que en ningun punto pase la presion del límite per- mitido para el material. ¡ Hé aquí todos los principios para el cálculo ! Sin embargo aun- que vaya así expuesto todo lo teóricamente necesario, no se puede, por lo complicado de las fórmulas, llegar al fin y determinar la sec- cion del muro en el caso general. Pero no ofrece dificultad ningu- na en cualquier caso concreto con valores dados de las constantes. Para los muros de muelle la superficie del terreno es casi siem- pre horizontal ó puede considerarse así, partiendo del vértice del muro; luego « = 0. Además se supone, tomando como ejemplo un caso común, que el peso específico de la tierra sea ¿35 E 0167 Su angulo de frotamiento . = q, = 24” y la sobrecarga p = 5 1/2 tons = 5500 kilógramos por metro cuadrado. (4) La identidad de esas fórmulas (7) y (5) ó sea de las expresiones : cos (8 — 0) cos (8 — y) (159 5) MO aa tang? (45 5 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Entónces la ecuación (2) dará : cos (23 + 24) =0 y sea o=330 que es el ángulo que debe formar el revés del muro con la vertical; el talud será de ese modo igual á tang 33% = 0,6494! =75 Sustituyendo estos valores especiales en (5) se encuentra : T= (800 L* + 2AD0n 1) cos 37% = 3572 L + 436 L? = eu cos 330 A : y = 4259 H + 619 HP? US) 4, H+10.83125 E 3 - H + 6.8750 Calculando ahora el perfil teórico del muro se toma el espesor en el vértice igual á cero. Luego se considera una seccion horizontal á la profundidad H, siendo H y v las coordenadas del frente con re- lacion á dos ejes trazados por el vértice como orígen, el uno verti- cal, el otro horizontal, y dirigidos respectivamente hácia abajo y. hácia afuera. Sean además s el peso de la unidad cúbica de mampostería, P el peso por metro corrido del muro hasta la profundidad H, R la resultante del empuje T y del peso P, f£ el ángulo que forma R con la vertical y designemos por p y r las abseisas respectivamente del y cos (0 + pj) se demuestra sin gran dificultad, teniendo en cuenta la relacion (2). Primero se deduce de (7) y (2) que: e E da n0= 2 sen 2 sen? y Sena) y luego recordando siempre las fórmulas para la suma y la diferencia de dos se= nos ó dos cosenos: A 9 13 1 seno 0 da e IO sen (p + 0) $ en] (SE Le sen 9 =2 amg p 0 1 —sen 0 cos (8 — w + 2 y) cos (8 + y) ó 2 poc UA YLLA MEA E a (6 5) 1 + sen 0 cos (9 — «) cos (8 — y) que por sustitucion prueba lo dicho. APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES 25 centro de gravedad del muro y del punto de encuentro de R con la seccion considerada. Luego se tendrá P=L0 (Hiang339 +2 f ad =3 cl lang 39% + f. za. H lena pateo dl dE A A 6 P (9) R= YO cos 33” + Py =- Tr? senó3 20 tangf= T sen 33 T ecos 337 +P pe sen 33 (2K —H)-EPp | a T cos 337 + P p==:05 donde se ve que siempre 6 < 33" (P positivo), así que tomando el ángulo de frotamiento entre dos superficies de mampostería igual 435 no habrá posibilidad de deslizamiento. Ya se ha dicho que el punto de encuentro de R con la junta cor- respondiente debe encontrarse dentro del tercio mediano de ésta á fin de que ninguno de los elementos del muro sea sometido á es- fuerzos de traccion. Verdad es que muchas veces las construcciones no cumplen con esta condicion y que la resultante se acerca más á la arista exterior; pero aunque en tal caso se calcule el máximo esfuerzo molecu- 2/3 R cos $ DO — tencia que ofrecen al esfuerzo de traccion otros elementos del mu- ro, á saber los de la arista interior, no cabe duda sin embargo que, - en la realidad, están expuestos á tal traccion, tanto mayor cuanto más se acortan las fibras comprimidas que tiene que resistirla la adhesion entre el mortero y la piedra, por poca que sea, y que el muro tiene una tendencia á abrirse por las juntas en su cara in- terior. No es recomendable teóricamente exponer el muro á tales esfuerzos ni contar con la adhesion del mortero. Más seguro es no admitir jamás otra cosa que compresion de las fibras. Así que debe ser siempre : lar e porla fórmula: e = sin tener en cuenta la resis- ao —r 53(H tang 330 +0) (10) y el máximo esfuerzo molecular se calcula entónces por la fórmula : pi 2R cos f e 3 (a —r) A =; —Htang 33 + x a 26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA donde ces el límite de presion ó sea la carga de seguridad que se admite para el material. Cuando se iguale w — r al tercio de la anchura de la junta, coin- cidirán las dos expresiones de e y sereducirán á : 9 32008 É 9 (Tecos 33% +1) > e — Htang33 +w ds cda Como en esta fraccion el numerador crece mas rápidamente con H que el denominador por ser T cos 33 + P de segundo y H tang 337 + w de primer grado en H, se reconoce que la seccion peligrosa corresponderá al máximo de H ó sea á la base del muro. En el ejemplo considerado se verá que el frente del perfil no se aleja mucho de una recta, por la cual se puede reemplazar, dando al vértice del muro un cierto espesor 4. Pero entónces será con aproximacion : SS > cs H (H tang 339 + x% + a) y la condicion (11) se transfor- mará por (8) en : 2 (800 H* + 5500 H) tang 33 + «Ha H tang 33" + u nu SS Da o < 1600 H + 11000 + lang 33% +0H Sustituvendo aquí en vez de s, a y e sus valores concretos, d sa= ber el peso de la unidad de mampostería s = 2400 kg, el espesor ficticio en el vértice del muro 4 = 0,5—0,6 m. y la carga de segu- ridad por metro cuadrado de mampostería de granito c= 10 >< 10*— 15 x< 10* Kg se encuentra : H Z 22— 34 metros Luego hasta una altura del muro de 22 á 34 metros no es me- nester que el punto de encuentro de R con la junta correspondiente se aleje más que un tercio de su anchura, y en (10) se puede despre- ciar el signo de desigualdad, igualando w — ral tercio de H tang 33 +2. Así la ecuacion del frente del muro será: 20 =H tang 3329 +31 APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES 21 ó reemplazando r por su expresion (9) y sustituyendo en esta T, K y Pd (8700): H 'H 580 1 +390H f vd H-+ 90 / 0d H O O o 1786 H + 649 HP + 1200 f o d H E 0 Por diferenciación se deduce una ecuacion diferencial del segun- do órden que no se puede integrar. Pero reemplazando aproxima- damente la curva por una línea quebrada se calculan sucesivamen- te de metro en metro de la profuadidad H los valores de x y se determinan así los vértices que unidos por rectas constituyen el perfil. En el dibujo de la lámina adjunta, que representa este perfil teórico, están inscritos aquellos valores calculados de w aumentados por H tang 33". El área del corte para una altura del muro de 20 metros es igual á . >+<20* < tang 33” + 17,5 = 147,4 m* y por consiguiente el es- 2 > pesor medio — se e 1.31.m. 06 o = 0,369 de la altura. Esto se aleja poco de lo que corresponde al precepto antiguo, á saber que el espesor medio se haga igual al tercio de la altura, regla establecida sin embargo sobre una teoría falsa y que conduce en los más casos á dimensiones insuficientes. Para los muros de muelle como se construyen generalmente con un talud interior de 1/5 6 1/6 se en- cuentra tambien un espesor medio de 0,37-0,40 de la altura. El tipo de muro puede ser alterado sin perjuicio alguno en un perfil práctico dándole en el vértice el espesor necesario para la eje- 'cucion y la colocacion de amarraderos, argollas, rieles, etc., Óó sea por ejemplo unos 50-60 centímetros, y reemplazando la superficie curva ó quebrada del frente por otra plana. En el dibujo se ha to- mado un espesor de 55 centímetros para la cresta del muro y una in- elinacion de 1 en 30 para el frente plano, no aumentando así más que con un décimo de metro cuadrado el área del perfil. (*) Recuérdese que transformando (5) en ad y, 008 (8 + e) T=¿9 H(H+ 2H”) cos? 8 se tendrá el numerador de r en (6) igual á: Pp — 206,5 H? sen 332 28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Segun se lleva dicho, la principal calidad del muro es esta: que la parte superior tiene para cualquier corte horizontal justamente el perfil necesario para sostener el empuje de la tierra, calculado imdi- ferentemente este empuje por la teoría antigua ó por la moderna. Aunque sean falsas las suposiciones de una ú otra de aquellas teo- rías, cuando admitidas en todo rigor, es probable por lo menos que la verdad queda entre estos dos límites, acercándose unas veces más al uno y otras veces más al otro. Pero en cualquier caso, entre esos límites puede suponerse que el cálculo del empuje de la tierra contra el muro sea exacto siempre que la inclinacion de su cara 1n- terior esté determinada por la ecuacion (2). Es esa independencia parcial de las suposiciones la gran ventaja del tipo propuesto, ven=- taja de cuya trascendencia se puede juzgar por lo frecuente de los desastres en donde no se puede atribuir la destruccion del muro más que a! defecto de estas mismas suposiciones, que forman la base del avalúo del empuje de la tierra. Verdad es que el espesor del cimiento de este muro es más gran- de que el de los ordinarios y que se precisa por eso una escavacion más considerable. Verdad tambien que habrá que aumentar este es- pesor para disminuir la presion máxima elemental sobre el funda- mento, tanto más cuanto menos sólido es el terreno y menos carga puede soportar. Pero generalmente no alcanza á mucho el aumen- to así producido en la escavacion, ni faltan tampoco casos absolu- tamente sin escavacion, y, al fin pueden compensar ámpliamente á este defecto la economía en material, por poca que sea, y en parti- cular la seguridad adquirida. Además, sería posible economizar mampostería en el muro disponiendo huecos en su parte inferior, para dejarlos vacios ó llenarlos con concreto. Es escusado decir que habría que modificar un poco el perfil pero eso no perjudicaría al tipo siempre que se conservase la cara interior y entre ciertos lími- tes la inclinacion de la exterior. A fin de comparar los muros de muelle con los muelles de made- ra se considerará en lo que sigue un caso determinado á saber un muelle de 10 metros de altura cuyas dimensiones segun el tipo se- rán: espesor del vértice, 055; de la base, 745; inclinacion de la cara interior, cotang 33?; del frente 1/¿,; área del perfil, 40 m?; es- pesor medio, 4 metros. La presion máxima sobre el fundamento será igual á4,9 kg. por *, lo que se puede admitir para un terreno bueno. APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES 29 Muelles de Madera / Aunque haya diferencias en los detalles de la construccion de tales muelles, son estas generalmente de poca importancia y en las partes principales concuerdan casi siempre los diferentes tipos entre sí. Pero distan todos de los muros en cuanto á su modo de obrar y por consiguiente su cálculo se basa sobre un principjo enteramente diferente, y por eso ofrece alguna dificultad la comparacion estricta entre muros y muelles de madera. Resisten aquellos al empuje de la tierra por medio de su peso ó sea por la fuerza de la gravedad, al paso que éstos, por pesados que sean, no lo contrarían sinó por la tierra misma ó sea por la contra- presion ó empuje pasivo. He aquí lo que parece al primer aspecto una verdadera ventaja de los muelles. Es el caso que probablemente parte de los errores cometidos en las suposiciones del estado interior de la tierra influi- rán igualmente en el cálculo del empuje activo y en el del pasivo, así que, con tal que las suposiciones sean las mismas, las conse— cuencias de aquellos errores se anularán hasta cierto grado en el resultado final para estas fuerzas mútuamente opuestas. Pero preciso es recordar por otra parte que hay tambien errores — como ser los del ángulo de frotamiento, — los cuales, lejos de anularse, influyen por el contrario de manera opuesta en las fuerzas opues- tas y así tienden á aumentar su efecto dañoso. Además, aunque suceda algunas veces que se suponen las mismas calidades para la tierra de ambos lados de la pared, no se puede sostener tal supo- sicion en la mayoría de los casos por ser clavados los pilotes en un terreno mucho más sólido que la tierra de rellenamiento situada atras del muelle. Así, de todos modos, esta ventaja tiene solo poca importancia en la realidad. Una construccion muy empleada en el Norte de Europa (*) ha sido dibujada en la lámina adjunta. Corresponde á una profundi- (*) En el puerto de la ciudad de Copenhague, por ejemplo, hay por lo menos 20 kilómetros revestidos por tales muelles, todos más ó menos del mismo tipo. 30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dad del puerto de 7,50 metros ó sean 25 piés ingleses, y una altura del muelle de 2 metros sobre el nivel del agua; los pilotes toman pié en un terreno muy sólido, 2.50 metros bajo el fondo. El desplome es poca cosa, á saber 1 en 20, así que se puede omi- tir en el cálculo, y el frotamiento entre madera y tierra es tan des- preciable — aunque no se anule completamente — que es apropiado y lo más seguro omitirle tambien, suponiendo así horizontal el empuje del terreno. Pero en una masa de tierra ilimitada por los lados y con la superficie superior horizontal es inmediatamente evidente que las superficies isostáticas ó sea el conjunto de aque- llos elementos consecutivos en la masa en que están espuestos cada uno á un esfuerzo perpendicular á su plano, son planos hori- zontales y verticales. Luego, segun la teoría racional del empuje de las tierras, no se alteraría el estado de equilibrio interior de la masa con introducir en ella una pared firme, siempre que sea ver- tical y bastante lisa para no ofrecer frotamiento apreciable al ter- reno. Y así el empuje que sostienen los muelles de madera se puede calcular por las fórmulas de la teoría moderna ó, lo que es equivalente en este caso, por la teoría antigua. Lo mismo se infiere de las ecuaciones (1) y (2) y es exacto tambien en cuanto á la contrapresion de la tierra, cuyo importe se deducirá de la fórmula (6) cambiando en esta de signo losángulos y, +, y 6; en el caso pre- sente, de una pared vertical sin friccion, su relacion al empuje activo de la misma tierra sobre la misma pared será igual á AS SE GU cotg (45 2) Luego los muelles de madera tienen la misma calidad que el muro especial antes determinado, á saber que el empuje se calcula inde- pendientemente de cual de las dos teorías sea la más justa, porque para ellos, tambien, una y otra conducen al mismo resultado. Pero el cálculo de tal muelle, aunque así sea fácil el avalúo de]. empuje de la tierra, ofrece dificultades por lo complejo de la cons-- truccion, lo vago en la determinacion del contraempuje y lo inde- terminable que es el modo de combinarse este con el empuje acti- vo, obrando en realidad los dos simultáneamente de ambos lados - de la pared. Por estas razones, muchas veces, cuando el muelle no sea de los más sencillos, no se puede obtener más que una estimacion aproxi= mada y eso es lo que sucede tambien con el tipo representado en la lámina. APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES 31 Sin embargo, podemos hacernos una idea de las dimensiones que deben darse á las piezas principales, con tal que se establezcan primeramente las suposiciones necesarias. Lo poco que, segun el dibujo, entran en el suelo los pilotes y pal- planchas machihembradas indica que debe ser este de una consis- tencia muy firme y buena para las fundaciones; y verdad es que consiste en el caso considerado en una arcilla muy sólida que contiene piedras calcáreas y guijarros tanto más numerosos cuanto más se baja, hasta que se encuentra en poca profundidad una capa delgada exclusivamente de tales piedras ósea de cascajo, cubriendo la roca calcárea compacta. Para esta clase de terreno que delermina el contraempuje, pue- de suponerse un ángulo de frotamiento bastante grande como ser de 40 450% y un peso especifico de cerca de 2,00, al paso que para el material de rellenamiento atrás del muelle se toma con sufi- ciente seguridad 24 y 1,6 como para el muro. Empezando por las palplanchas se calcula el empuje de la tierra con su sobre- carga, el contra-empuje del terreno y los respectivos puntos de aplicacion; restando el último del primero se halla la reaccion que deben prestar las tablas horizontales, y el punto de aplica- cion está determinado de modo que sean iguales los dos momen- tos con relacion á él. Luego se calculan los pilotes, que tienen que prestar aquella reaccion á las tablas horizontales y que están sometidos por lo demás al empuje de la tierra sobre el entablado arriba del agua, al empuje sobre sus propias espaldas abajo de ella y al contra-empuje del terreno del frente; están sostenidos á flor de agua de tres en tres por una ancla ó atravesaño del arma- zon, los otros por el tirante longitudinal delantero, y más arriba res- pectivamente por una torna punta y porel tirante de coronamiento. Conocidos así los apoyos y las fuerzas se determinan fácilmente las escuadrías de las diferentes piezas. Pero se puede tener en cuenta aquí la presencia del agua y la disminucion consiguiente del peso y empuje de la tierra, tanto detrás como delante del muelle. Al calcular los muros se ha omitido esta consideracion por tener menor importancia ya que se disminuye el peso de la fábrica al par que de la tierra. Por otra parte, los muros, forzosamente eje- cutados en seco y no como los muelles muchas veces en el agua, deben ser capaces de sostener la presion del rellenamiento antes que entre el agua en el recinto. Mo E MEA A ROS a A A E O ET e 32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las dimensiones indicadas en el dibujo corresponden bastante bien á tal cálculo y por lo demás la experiencia de muchos años las ha demostrado convenientes para muelles en aguas pro- fundas. Pero con todo — como vá dicho — no se puede negar que ofrece dificultades casi insuperables el calcular un muelle complicado tan estrictamente como un muro y hay que buscar en otra parte las ventajas del maderamen. Tiene en efecto una de gran impor- tancia en la vida práctica, á saber su baratura relativa y no carece de interés la comparacion de las dos clases de revestimiento bajo este punto de vista. El tipo trazado contiene poco más ó menos 5*/,m* de madera por metro corrido y 50-130 kilógramos de hierro en clavos, pernos y acaso puntas para los pilotes y palplanchas ; el tipo de muro ele- jido contiene 40 m* de mampostería. Llamemos a el precio por me- tro cúbico de mampostería y b el de la madera con el fierro cor- respondiente, precios que dependen no solo de los materiales mis- mos y de la mano de obra sinó tambien del modo de ejecucion ; entónces valdrán de nuevo y por metro corrido el muro 40 a y el muelle 5,5 6, omitiendo del cálculo las zapatas de los pilotes y palplanchas cuya utilidad será siempre muy problemática. Pero la duracion de un muro es muy diferente de la de un mue- lle de madera y esto es importantísimo en pro del primero; porque es evidente que cualquiera compostura de los revestimientos cau- sará gran estorbo en un puerto que tenga un tráfico vivo y cuyos muelles estén siempre ocupados. Así como para un muro se puede suponer una vida casi eterna, no se debe contar en cuanto al ma- deramen más que con un número muy reducido de años. Sin em- bargo, esto no se refiere á la parte del muelle que está siempre su- mergida en el agua, por considerarse ella prácticamente eterna, pero si ála parte alternativamente mojada y seca que está expuesta á los cambios del tiempo, de temperatura y humedad del aire, á los ardores del sol y á las lluvias, en fin á los agentes que más ó menos pronto, conforme al clima, causarán la putrefaccion de la madera aunque sea bien alquitranada, pintada ó protegida de otro modo. Así la compostura que precise un muelle de madera se re- ducirá generalmente á ponerle en pié ó sea cortar y reemplazar la parte superior de los pilotes con el entallado, las tornapuntas, etc., trabajo que se hace sin costo ó dificultad excesiva y que no ocasiona más que una escavacion de la tierra del quar hasta el cero ó sea TIPO DE MURO DE MUELLE (QUA!) Escala 1:200 TIPO DE MUELLE DE MADERA Escala 1:150 4.00 (2 E 10 EA 220 1 Distancia entre piloles 1 1 ) CIENTIFICA ARGENTINA APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES 33 las aguas bajas ordinarias. Además, tal compostura se puede hacer en secciones bastante cortas— por ejemplo, unos cincuenta me- . tros —y en la mayoría de los casos no habrá tanto tráfico en el puerto que se produzca por ello una molestia de verdadera im- -portancia. Pero no cabe duda sin embargo que hay casos especia- les como son generalmente los puertos francos ó docks entrepóts, en donde es preciso concentrar todas las manipulaciones de carga y descarga en un espacio tan estrecho como sea posible, y en tales casos puede que sea tan escaso el largo del muelle y por con- siguiente tan importante el uso de todo él que serían incon- venientes los muelles de madera á causa de sus frecuentes com- posturas. Supóngase ahora que el muelle dura n años hasta que sea me- nester renovar todas sus partes superiores, que valga esta compos- tura la mitad ó sea hasta la totalidad del importe del muelle nue- vo y la conservacion anual con alquitranaje, etc. 100 c por ciento del mismo importe y que el interés con el cual se puede contar generalmente sea 100 r por ciento al año. Supóngase además que el muro no precise composturas ni conservacion. Luego se puede calcular cuál debe ser el costo por metro cú- bico de mampostería en proporcion á el del metro cúbico de la madera, para que no sea más económico el empleo de muelles de este material que de muros de aquel. Despreciando el valor del aprovechamiento del maderamen al fin de su vida se tendrá la ecuacion siguiente : (404 — 5,5b) (1 + 1)” = 5,50 =5,5cb A da 20800 de donde a C l a a : : Conforme sea q mayor Ó menor de lo que da esta expresion serán respectivamente más económicos ó «costosos los de madera ó los muros de fábrica. Sin entrar en más detalles sobre este asunto nos limitaremos á apuntar como ejemplo los valores : r = 0,05, c = 0,02 yn =18, que sustituidos en la fórmula darán : a = 0,320 ANAL, SOC, CIENT. ARG. To XXXI as 34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Como en Buenos Aires a es mayor que este valor, á saber gene- ralmente entre 0,30 (quebracho, etc.) y 0,5b (pitchpine), se cunoce que en el caso considerado son más económicos aquí los muelles de madera que los muros. E igualando a á 0,50 se encontrará el límite de duracion del maderamen para que sea el más barato, á saber 1 Igual á 7,5 años. Pero sea lo que fuere, es verdad que hay muchos casos en que no se puede emplear con ventaja revestimientos de madera por es- tar infestada el agua de mar por ciertos animalitos dañosos como ser los teredos (Teredo navalis) y limnorias (Limnoria terebrans). En tal caso está muy lejos de ser eterna la parte de muelle debajo de flor de agua, siendo perforados y destruidos tanto pilotes como palplanchas á veces en unos pocos años ; y aunque sea la madera de clase especial como ser madera greenheart (Nectandra rod1cr) ú otra semejante no es en realidad inatacable ni indestructible sinó solo un poco más durable, y tarde ó temprano estará esponjosa del mismo modo, aventurando así la existencia del muelle. Poco sirve creosolar ó impregnar con vitriolo de cobre los pilotes y tablones, y el revestirlos de chapas de hierro ó clavazones de cabezas grandes y planas ó ceñirlos con tubos amoldados de concreto, es costoso y no siempre es suficiente. Concluyamos estos ligeros apuntes, resumiendo las principales ventajas y desventajas de los dos sistemas de revestimiento. En pro de los muelles de madera puede decirse, que son generalmente más baratos que los muros, que la mayor elasticidad de la madera disminuirá el daño que se haga el buque que colida con el muelle, que el principio mismo de reaccionar contra el empuje de la tier- ra por la resistencia de esta es más racional que buscar la fuerza de fuera, que el revestimirnto se construye en el agua aún mejor que en seco y por esto sin necesidad de tajamares ni del trabajo contínuo para el desague, que la escavacion es menor, y por fin que lo reducido del peso de la construccion hace más fácil y mejor la fundacion cuando el suelo sea blando y poco resistente (*). En con- tra hay que apuntar el cálculo más difícil é incompleto — supuesto que el muro tenga el revés teórico—la más corta duracion y las com- (*) Puede citarse tambien como una ventaja práctica la de poder salvarse quien haya caido en el agua, subiendo por los longerones del frente, al paso que no hay posibilidad alguna para subir en un dique limitado por muros á no ser por las escaleras. A APUNTES SOBRE LOS REVESTIMIENTOS DE MUELLES 35 posturas frecuentes; y particularmente cuando haya teredos y lim- norias en el agua y cuando difieran mucho las aguas altas de las : bajas. Además, no sería posible, por lo menos sin gastos extraordinarios, el suministrar la madera de las dimensiones necesarias, cuando sean muy grandes las sobrecargas del terreno ó muy alto el mue- lle, sea por causa de la profundidad que exija el calado de los bu- ques, sea á causa de las variaciones de las mareas. - Por otra parte, para pequeñas profundidades ó circunstancias más favorables que las del ejemplo, no sería posible reducir, tanto como permite el cálculo, las dimensiones y con ellas el volúmen del muro; porque siempre se necesita cierto espesor en el vértice y el frente nunca debe ser sobresaliente sinó á lo más vertical. Las construcciones combinadas que consisten en un muro de sostenimiento arriba de flor de agua, que descansa sobre pilotes con tablas de retencion debajo del mismo nivel, ofrecen muchas ventajas, pero son difíciles de calcular á causa de la cooperacion de los dos agentes diferentes, que tienden á resistir el empuje de la tierra. Lo mismo sucede con otras combinaciones de madera y ple- dra ó concreto, para las cuales se acentúan aún más las dificultades ó mejor dicho, la imposibilidad del cálculo; pero no entraremos por ahora más difusamente en los detalles de estos tipos. P. VEDEL. INFORME SOBRE LAS OBRAS DEL DOCK SUD DE LA CAPITAL Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina, Dr. Carlos M. Morales. "En la visita realizada en 19 de Octubre del corriente año, á las obras del Dock Sud de la Capital, por la Sociedad que Vd. preside, hemos sido designados para informar á esa Sociedad sobre el es- tado actual de las obras, lo que efectuamos con nuestra mayor sa- tisfaccion, esperando solo responder á la confianza que Vd. ha he- cho en nosotros. No es posible hablar del «Riachuelo» ni referirse á cosa al- guna que con él tenga conexion, sin que la imaginacion se tras- porte recorriendo los diferentes períodos porque ha pasado la tan debatida cuestion «Puerto de Buenos Aires» desde la época en que D. Juan de Garay fundó esta ciudad, hasta nuestros dias. Los primeros estudios y proyectos conocidos datan del año 1805; son los efectuados por el ingeniero Eustaquio Giannini, por órden del virey Sobremonte. En 1822, el Superior Gobierno de Buenos Aires, cumpliendo una ley de ese mismo año, sobre construccion de un puerto, comisiona al señor ingeniero Santiago Bevans, para que efectúe los estudios del caso y proyecte las obras, presentando este varios proyectos en uno de los cuales proyectaba un canal que partiendo de la En— senada ó Rio Santiago terminara en la Capital; y por otro deri- vando un canal desde el Riachuelo hasta el bajo de la Residencia, donde construía un Dock con un canal al Rio de la Plata, etc. El eminente estadista D. Bernardino Rivadavia precursor de to— dos los grandes hechos de trascendental progreso, cuya iniciativa se adelantó á la época de su realizacion, marcando al país con se- ve DEA GS e RIO A A o ei e TON e AA CO A A td CERA a ó 7 8 as E Te PARAR INFORME SOBRE LAS OBRAS DEL DOCK SUD DE LA CAPITAL 31 guro acierto los rumbos de su futura grandeza, indicaba la Ense- - nada como el puerto del porvenir. El ingeniero Juan Coghlan, que todos conocimos, presentó en 1859 un proyecto que consistía en la construccion de un puerto transformando en isla el banco de la ciudad entre balizas interio- res y exteriores, proyecto que no tuvo trascendencia por los acon- tecimientos políticos que sobrevinieron. En 1869 los ingenieros Bell y Miller formularon otro proyecto para los señores Madero Prondfoot y €*, proyecto que fué discutido en la Legisiatura de la Provincia de Buenos Aires y en el Congreso de la Nacion, siendo en ambos rechazado. Las cámaras nacionales dictaron la ley de Agosto de 1870, auto- rizando la construccion del puerto de la Capital, encargando os estudios del mismo al ingeniero Juan J. Bateman. Este proyecto como asimismo. sus resultados y discusiones puede decirse que son historia contemporánea, pues que los dictámenes de las co- misiones nombradas al efecto, se dieron en folletos que se repar- tieron profusamente. - Otros estudiaron y formularon proyectos ya en el Riachuelo, ya en la Ensenada, como los de los ingenieros J. J. Revy, D. K. Lind- mack, etc., sin resultado práctico alguno. Por fin, en el año 1875 cumpliéndose una ley que acababa de sancionar la Honorable Legislatura de la Provincia de Buenos Ai- res destinando pesos fuertes 500.000 á mejoras del Riachuelo y es- tableciendo que las otras tenderían á resolver la posibilidad de un puerto para la Capital, puede decirse que fué resuelto el problema tan debatido de puerto de Buenos Aires. En el concurso que tuvo lugar en ese entónces fueron presenta- dos varios proyectos; despues de los informes de las oficinas téc- nicas nacionales y provinciales, cúpole la honra para honor y glo- ria nuestra de ser aprobado por los Superiores Gobiernos de la - Nacion y Provincia, el proyecto presentado por nuestro estimable compatriota y colega, ingeniero Luis A. Huergo. ¡Que el problema del puerto de la Capital quedó resuelto lo ida atestiguado los trabajos practicados en el «Puerto Huergo » que principiando en el mes de Noviembre de 1876, dos años despues, en Mayo de 1878, permitían la entrada por el nuevo canal de bu- ques de 13 y 14 piés de calado! Los hechos eran elocuentes, la incógnita estaba despejada, el Ria= chuelo era un puerto y solo se habían gastado pesos fuertes 500.000! 38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los buques que fondeaban á algunos kilómetros de la costa podían ya atracar á tierra firme con toda facilidad, demostrando con su presencia que el problema tan debatido desde la fundacion de esta ciudad había sido resuelto por un ingeniero argentino sa- lido de las aulas de nuestra Universidad. El pueblo bautizó este puerto con el nombre de «Huergo » que- riendo quizá con esta modesta ofrenda pagar la labor, la constan- cia y la honradez de quien lo creó. La posteridad dará aún mayor valor á esta obra y designará con más justicia aún la recompensa á que se ha hecho acreedor. Paulatinamente y con exíguos recursos fueron las obras del «puerto Huergo » desarrollándose, y ya en 1881 entraban buques de 181/, piés ingleses de calado, habiendo más tarde navegado por el mismo cana) otros de 21 piés. En esa misma época pasaron las obras del Riachuelo á ser pro- piedad de la Nacion, y una ley del Congreso autorizó la inversion de pesos fuertes 4.000.000 para continuacion y término de las mis- mas. Fué comisionado el señor Huergo para proyectar el plano definitivo del puerto de la Capital y así lo hizo presentándolo al Gobierno Nacional en 30 de Abril de 1882. Este proyecto es de todos conocido y aceptado por la gran ma- yoría del cuerpo técnico de la República como resultó de las reu- niones que se celebraron cuando se discutieron los proyectos del que actualmente se construye. Sin embargo, á pesar de su bon- dad y sencillez nunca fué tomado en consideracion, y en 1884 se firmó con el señor Eduardo Madero, el contrato para la constrie- cion del puerto de la Capital, segun el proyecto formulado por los señores Hawkshaw Son y Hayter. El Dock Sud de la Capital, tiene su orígen en una concesion he- cha por la Nacion á los señores Paul Angulo y (C*, para construir un canal navegable que partiendo del ante puerto del Riachuelo se interne unos 3050 metros hácia el interior. Esta concesion fué transferida á la sociedad que se fundó al. efecto denominada «Dock Sud de la Capital », la que nombró su ingeniero director al señor Luis A. Huergo. Este canal parte del Riachuelo en rumbo sud rócmanenl Sl- guiendo una curva de 2500 metros de radio en una estension de 4800 metros, para continuar en línea recta hasta su terminacion ó sea hasta 5050 metros del punto de arranque. El ancho:en el fondo es de 90 metros y la profundidad media de más de 8 me- f INFORME SOBRE LAS OBRAS DEL DOCK SUD DE LA CAPITAL 39 tros, lo que dará 6”40 ó sea 21 piés en aguas bajas ordinarias. El talud de la ribera oeste tendrá una inclinacion de uno y me- dio por uno, y de dos por uno en la ribera este. El Dock, teniendo una estension de ribera utilizable de 10200 metros lineales permite la construccion de igual longitud de mue- lles ó sea las dos terceras partes de la totalidad de los del puerto de la Capital ó la mitad más de los que se proyecta construir actualmente que serán los del lado de la ciudad, única estension libre de los inconvenientes de los puentes giratorios. Por ahora, la empresa se limitará á construir los muelles de la ribera Oeste, destinando con buen criterio una parte del costado este, al esta- blecimiento de varaderos y talleres de construccion y reparacion de buques. - Los muelles se construirán de pino de tea, con cuatro hileras de pilotes en un ancho de 8 metros, con calles adoquinadas de 27 metros y depósitos de 15 metros de ancho. Como defensa y para facilitar los trabajos del canal se construye al éste sobre el Rio de la Plata un malecon esterior de unos 1050 metros de longitud, protegiendo así las obras contra los vientos del sudeste. El volumen proveniente de la escavacion del canal y que ascien- de próximamente á 4.500.000 metros cúbicos, se destina al terra- plenamiento de los terrenos contiguos que en su mayor parte son bajos é intransitables, quedando así á cubierto de las más altas mareas. Estas obras se desarrollan en su mayor parte en terrenos que fueron de propiedad de los señores Demarchi y Nuñez, permitiendo los ventajosos arreglos hechos con dichos señores, que la compa- nía independientemente de la superficie ocupada por el canal y sus dependencias que es de 1.100.000 varas cuadradas más ó me- nos, posee al rededor de 1.500.000 varas cuadradas de terreno que podrá ser más tarde perfectamente accesible y útil para el co- mercio é industria, y cuyo valor superará seguramente los gastos hechos en la construccion del Dock. La crísis que de algun tiempo á esta parte se ha sentido ha sido causa de que los trabajos no hayan adelantado como se hubiera deseado, pero su estado actual es muy satisfactorio, pues el male- con esterior se encuentra casi terminado en una estension de 900 metros, y se espera brevemente concluirlo para atacar la parte que él protejerá en una estension de 800 metros. 40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA De aquí hasta el límite de la primera seccion, ó sea hasta los 2500 metros, el canal tiene ya una profundidad de 3"50 y unos 2780 en toda la estension de la 2* seccion. Como el arroyo Maciel cortaba este canal, se ha hecho necesaria la construccion de otro de desviacion de sus aguas, que al mismo tiempo sirve de desagúe á una laguna adyacente. Su seccion es de 20 metros de ancho por 270 del nivel natural del terreno, con taludes de 2: 1 estando ya casi terminado. Este canal puede utilizarse para buques de cabotage pues ten- drá 1'50 en aguas bajas. El volúmen total de escavacion hasta la fecha es próximamente 1.000.000 de metros cúbicos, hecho en el espacio de trece meses, cantidad más que suficiente si se tiene en cuenta que todo ha sido estraido á pico y pala y el transporte hasta los terraplenes en car- retillas y zorras Decauville. Esta escavacion ha sido hecha toda en terreno arcilloso, siendo de la misma calidad con escepcion de unos 350 metros en que ha- brá que escavar como un metro de tosca, cuyo trecho se en- cuentra á partir del arranque del canal sobre el Riachuelo. Es de notar que las filtraciones son por lo general de muy poca importancia, habiéndose hallado, segun los sondajes practicados, solo una zona en la primera seccion de unos trescientos -metros próximamente en que abunda el barro líquido. | Las obras están dotadas de siete bombas convenientemente dis- tribuidas en toda la longitud del canal, con poder suficiente para estraer el agua ya sea por efecto de infiltraciones y lluvia ó ya por motivo de inundaciones. Estas obras van á sufrir un fuerte impulso dentro de muy poco tiempo, pues los contratistas señores Jones Barber y (?, quienes han dado pruebas más que suficientes de actividad y competen- cia, en las numerosas empresas de importancia en que han toma- do parte, tienen ya encargada maquinaria por valor de 50.000 li- bras, entrando en ella dos escavadoras sistema Wilson, para la estraccion de la tosca, cuyo rendimiénto se calcula al rededor de 1000 metros cúbicos por dia de trabajo; dos escavadoras de can— jilones sistema Lúbeck, las que pueden escavar hasta 20 piés bajo - los rieles y otro tanto sobre ellos, siendo su rendimiento enorme, pues en los trabajos que se hicieron en el «Manchester Ship Can- nal» han estraido hasta 5000"* en un dia de ensayo, dando un término medio de 2500"* diarios. INFORME SOBRE LAS OBRAS DEL DOCK SUD DE LA CAPITAL 41 Además han encargado doscientos wagones, seis locomotoras, etc., etc. Con tales elementos se calcula poder librar al servicio público, la primer seccion del canal en un plazo de diez y ocho meses. Descritas á grandes rasgos estas obras, en cuanto nos permiten los límites de este informe, réstanos solo decir algunas palabras sobre su porvenir y el rol que desempeñará como puerto. La ubicacion de este canal hará indudablemente que sea pre- ferido por los buques, debido á su fácil acceso, buen acomoda- miento en sus cinco mil metros de muelle que tendrá solo la ri- bera Oeste, facilidad de carga y descarga ya en sus depósitos ya en ferro-carriles, libertad en sus evoluciones facilitadas por su di que de maniobras, comodidad y baratura en sus composturas, etc., etc. Ni el Riachuelo, ni el puerto de la Capital podrán dar lugar á un desarrollo industrial tan vasto como el «Dock Sud de la Capi- tal», pues los primeros ya sea por la falta de terrenos ó por su precio elevado, no podrán nunca ponerse al alcance del industrial, y en cambio este podrá llegar sin mucho esfuerze á poder formar en sus riberas una ciudad eminentemente fabril en que tenga asiento desde el más humilde obrero, hasta el más colosal esta- blecimiento de la industria nacional. Hoy que nuestra industria pecuaria, busca una válvula de sa- lida para mostrar al mundo su enorme vitalidad, y que aunque lentamente va dia á dia ganando terreno gracias á los esfuerzos de unos patriotas que con empeño han tomado la empresa, por nin- guna parte mejor que por este canal podrán mandar al viejo mundo sus productos; y mañana cuando buques de construccion especial lleguen á nuestras playas no dudamos que será el local preferido, pues allí será donde con más facilidad y espansion po drán todas nuestras líneas férreas darse cita y poder despues de haber recorrido cientos de kilómetros colocar sus largos convoyes paralelos al canal, facilitando así enormemente su embarque ó trasbordo. Teniendo presente el costo de estas obras, debemos hacer notar que constituirán el puerto más económico construido en Buenos Ares. La manera como se ha constituido la empresa que los lleva á cabo, debe servir además de poderoso estímulo á nuestros hacen- dados y agricultores, permitiéndoles sentar prácticamente un 42 “ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA principio de capital importancia para ellos; así como con la me- jora de los terrenos adyacentes puede costearse un puerto, con el aumento de valor de sus campos se compensará con exceso los gastos que hagan para regarlos y librarlos de las inundacio- nes. Para terminar permítasenos una pequeña digresion, la idea fe- liz de la construccion del Dock Sud de la Capital nació del señor Paul y Angulo, español de nacimiento, pero argentino de corazon, su director y los capitales que en él se emplean son tambien ar- gentinos, como argentino el suelo en que se halla y es siempre un honor para nosotros poder decir al mundo que tenemos elementos técnicos y espiritu de asociacion suficiente para poder emprender y llevar á feliz término obras que hacen honor y embellecen -el suelo de la patria. Noviembre de 1890. Eduardo E. Clericr. — Cárlos D. Duncan — Cárlos Bunge. CONSULTA DE LA INTENDENCIA MUNICIPAL DE LA CAPITAL SOBRE LA ORDENANZA GENERAL DE CONSTRUCCIONES La Intendencia Municipal de la Capital solicitó la opinion de la Sociedad Científica Argentina sobre algunas reformas á la Ordenan- za General de Construcciones por medio de la siguiente nota : Intendencia Municipal. Buenos Aires, Julio 22 de 1890. Sr. Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. Tengo la satisfaccion de dirijirme al Señor Presidente adjuntán- dole original el espediente número 14677, €. 1889, al que corren agregados los números 441, 1, y 2369 C. 90 iniaciados con motivo de modificaciones que se ha creido necesario hacer á la ordenanza general de construcciones. El móvil de este envío es el de poner bajo el estudio y exámen de esa Sociedad las reformas que esta Intendencia ha proyectado in- troducir en aquella ordenanza, de acuerdo con lo resuelto por el H. Consejo Municipal. La labor asídua y el noble empeño que viene demostrando esa asociacion en secundar así la accion particular como la de los po- deres públicos en beneficio de las cuestiones que abarca y entre las que esta se encuentra, é igualmente la circunstancia de reunir en su seno un núcleo de personas reconocidamente competentes en la materia, han inducido al infrascrito á requerir su concurso en este caso. Tratándose de un asunto de tan marcada importancia para el progreso del Municipio, abrigo la seguridad de queesa Sociedad 44 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA prestará á la Intendencia su más decidida cooperacion y que le ex- presará su opinion á la mayor brevedad. Saludo al Señor Presidente con toda consideracion. FRANCISCO PA Porn Jorge N. Williams. Secretario. La Junta Directiva nombró una comision compuesta por los Se- ñores Ingenieros Eduardo Aguirre y Cárlos Burge y Arquitecto Joa= quin M. Belgrano, para que propusiese las reformas solicitadas. Esta Comision presentó su informe, el cual debía ser discutido en la Asamblea del 5 de Diciembre, la cual resolvió que la Junta Di- rectiva asesorada por algunas personas, cuya designacion corres- pondería á la Presidencia, resolviese definitivamente la cuestion. El Presidente designó á los Señores Ingenieros Carlos Bunge, Fé= lix Amoretti y Rómulo Otamendi y Arquitectos Juan A. Buschiazzo, y Joaquin M. Belgrano. La Junta Directiva así asesorada aprobó en general el informe de la Comision, introduciendo pequeñas modificaciones y las re= formas definitivas han sido comunicadas á la Intendencia por me- dio de la siguiente nota: Buenos Aires, Diciembre 11 de 1890. Señor Intendente Municipal de la Capital, D. Francisco P. Bollim. La «Sociedad Cientifica Argentina » despues de estudiar deteni- damente la ordenanza reglamentaria de construcciones y las re- formas propuestas por la Sociedad Central de Arquitectos y el De- partamento de Obras Públicas municipales, considera que deben aceptarse las siguientes modificaciones 4 dicha ordenanza, las que para mayor claridad, se hallan tambien indicadas en el ejemplar impreso que se acompaña: Art. 2* inciso c). — Segun aconseja la Sociedad de Arquitectos. Art. 9”. —Se aconseja que termine así : debiendo ser este último en tela de calcar ó en papel ó tela fotográfica. Art. 32. —Se sustituye 16 metros por 18 metros. Art. 39 y 40. —Se suprimen sustituyéndolos por los artículos 40 - ORDENANZA GENERAL DE CONSTRUCCIUNES ds (bis), 39 (bis), 45 (bis) y 46 (bis), de la oficina de obras muaa, en el órden en que se mencionan. Art. 43. —La Sociedad considera que el final del artículo Mela redactarse como sigue : Siempre que su perfil no sobresalga del que determina una lí- nea que arrancando de la altura máxima esté inclinada de 30% con respecto á la vertical que pasa por la línea municipal. Art. 43 (bis). — Los cuerpos salientes de las mansardes podrán sobresalir del perfil fijado, siempre que su ancho no exceda de */, del ancho total de la fachada. Art. 45. — Se suprime. Art. 56. — Se suprime. Art. 57. —La Sociedad propone cambiar 13 metros 85 centíme- tros por 17 metros y suprimir la última parte: Estos balcones, etc. Art. 58. —Cambiar 1,20 metros por 1,50 metros. Art. 78. — Agregar ó madera dura. Art. 87. — Como la oficina de Obras Públicas: los incisos a) b) y c); modificándose los d) y e) como sigue: d) En edificios de tres pisos: 0,45 metros para los dos primeros, 0,30 metros para el ter- cero. c) En edificios de cuatro pisos: 0,60 metros para el pri-. mero, 0,45 metros para el segundo y tercero y 0,30 metros para el cuarto. Art. 90. — Suprimido. Art. 91. — Como la oficina de Obras Públicas, agregando al pri- mer párrafo, despues de 0,45 metros de espesor: en los tres prime- ros pisos; y cambiando al final 2 pisos por más de 2 pasos. Art. 150. —La Sociedad opina, como la Sociedad Central de Ar- quitectos, que entre los materiales que espresa este artículo, no debe ser permitido el ladrillo prensado sinó para las calles sin em- pedrado. y Las principales modificaciones consisten, pues, en la altura de los edificios, en el número de pisos de los techos ála mansarde y en la forma de estas y finalmente en las dimensiones de los patios. Se ha tratado de dar mayor libertad á los propietarios, facili- tando la construccion de casas de cinco pisos y la Sociedad acepta la indicacion de la oficina de Obras Públicas respecto á los patios estableciendo su superficie con relacion á las: del edificio. Cree además que el proyecto que obliga á poner verjas en vez de pared llena para cerrar el terreno, es contrario al código y atentatorio al derecho de propiedad. 46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Agradeciendo al señor Intendente los términos benévolos en que se expresa, con respecto á la Sociedad que presido y manifestán-- dole que esta se ocupará complacida de cualquier asunto respecto al cual crea conveniente consultarla, saluda al señor Intendente con su más distinguida consideracion. CaArLOs M. MORALES, Presidente. Angel Gallardo, Secretario. La Intendencia Municipal ha acusado recibo en la forma si- guiente: Buenos Aires, Diciembre 16 de 1890. Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. Tengo el agrado de acusar recibo de la nota del señor Presi- dente, de 11 del corriente, con la que se sirve devolver el proyecto de reformas y ampliaciones al reglamento general de construccio- nes, que fué pasado á estudio de esa Sociedad. A la vez agradezco á esa corporacion el concurso que ha pres- tado á la administracion municipal en obsequio á los intereses generales. Saluda al señor Presidente con toda consideracion. Francisco P. BOLLIMI. Jorge N. Williams, Secretario. FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO Por JUAN EEERENA (Continuacion) En el mar suelen sentirse con alguna frecuencia ciertas conmo- siones inesperadas. Hay algunas notables perturbaciones de esta especie, que los marinos no saben á qué atribuir. Cerca del Ecuador y con especial al norte de él, en el Atlántico, se hace mencion de tide-rips, «rompientes de marea >» que es una conmoción en el mar parecida á la que puede resultar de un conflicto de mareas, ó de otras poderosas corrientes. Estas rompientes de marea, suelen moverse á veces con estruendo, como la rompiente de un rio que se estrellase contra unas rocas, y el navegante inesperto siempre espera encon- trar á su buqué apartado por ella de su curso; pero tal cosa no acon- tece comunmente. Estas conmociones son frecuentes en las regiones ecuatoriales. Humboldt presenció una en los 34” norte, y la describe como sigue: «Cuando el mar se halla en perfecta calma, aparecen en su superficie estrechas zonas, como pequeños rios, en los cuales el agua corre con un ruido muy perceptible al oido de un esperimentado piloto. El 145 de Junio, en los 34?36' nórte, nos hallamos en medio de un gran número de estas lonjas de corrientes; pudimos determinar su direccion con la brújula. Algunas corrían al noreste y otras al este y nordeste, aunque el movimiento general del océano, indicado por una comparacion con la carta, continuaba hácia el sud-este. Es muy comun ver en una masa de agua inmóvil cruzada por lonjas de agua que corren en diferentes direcciones ; pero es mucho más raro hallar movimientos parciales impresos por causas locales, sobre pe- queñas porciones de agua, en medio de un rio oceánico que ocupa un inmenso espacio, y que se mueve en una constante direccion, aunque con una velocidad inconsiderable. En este conflicto de cor- rientes, lo mismo que en las oscilaciones de las olas, nuestra ima- ginacion queda herida con estos movimientos, que parecen penetrarse unos á otros, y que tienen al océano en constante agitacion. » Y ya que hemos hablado de los insectos microscópicos del mar, ¿por qué no hablar de sus gigantes? Enla actualidad, más de 12.000 naves de pesca, de todos los tamaños y banderas, asisten 4las pesque- rías conocidas, ó recorren los mares del mundo en busca de la más valiosa de todas las pescas, cual es la de la ballena. De estas se co- nocen dos clases, á saber: la ballena de esperma, que es un pescado a A A A RE E a 2 IP O E 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de agua caliente; yla ballena verdadera, la cual se deleita en las - aguas frías y que por consiguiente, abunda en los mares glaciales. - Así, para estas últimas la zona tórrida es como un mar de fuego, al través del cual no pueden pasar. A esto se debe el que la ballena del hemisferio norte, y la ballena del hemisferio sud, sean dos animales distintos, esto es, dos especies formadas en condiciones diversas, y que no han podido cruzarse. Así, jamás se ha visto á la ballena de esperma Zoblar el Cabo de Buena Esperanza; pero ella dobla perfec- tamente el Cabo de Hornos, lo cual indica que este, como lo hemos indicado en otra parte, se halla bañado por una corriente cálida: de otro modo la ballena de esperma no lo habría doblado. El Cabo de Buena Esperanza, por el contrario, debe hallarse bañado por aguas. frias, cuando la ballena de esperma se resiste á pasarlo. En la lámi- na 297 se hallan trazadas líneas que marcan los sitios frecuentados por las verdaderas ballenas ; y tambien aquellos en que la ballena de esperma es comun. Tambien se hallan representados en esa misma lámina, los « Sargasos » Ó mares de despojo. Ya hemos hecho ver en otra parte que los vientos alisios del S.É., esto es, de nuestro hemisferio, son más fuertes que los del N.E., esto es, que los alisios del otro hemisferio. En efecto los alisios del N.E., segun una enorme cantidad de observaciones, solo presentan una velocidad de 6 '/, nudos por hora; mientras que, por una igual can- tidad de observaciones, los alisios del S.E. esto es del hemisferio aus- tral, tanto los del Atlántico sud, como los del Océaro Indico sud, tienen ambos la velocidad de 8 nudos por hora. De estas, como de otras observaciones, resulta pues que la circulacion atmosférica es más activa en el hemisferio sud que en el hemisferio norte. Estable- cido esto, debe deducirse como consecuencia lógica, que desde que la aimósfera se mueve más activamente y por corrientes más cons- tantes al través de sus canales propios de circulacion en el hemisfe- rio sud, que en el hemisferio norte; y desde que no se hallan dete- nidas en su curso por calmas. con tanta frecuencia en el primero, como en el último; no pueden ser vueltos para atrás en su camino, soplando en direccion opuesta á aquella á que la cireulacion general lo impulsa. ) , FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 49 XV - POR QUÉ LAS COSTAS PATAGÓNICAS SON UNA REGION SIN LLUVIAS. — EN EL HEMISFERIO AUSTRAL. — RASGOS ME- 'TEOROLÓGICOS DE ESTE. — CONTRASTE ENTRE EL CLIMA CANADENSE Y EL PATAGÓNICO. Así, las cartas de borrascas y lluvias muestran que entre los para- lelos de los 40% y 55 hubieron para el hemisferio norte, 33,515 ob- servaciones; y que en cada 1000 de estas observaciones hubieron 94 - vendabales con este y 105 con oeste. Que en el hemisferio sud se practicaron 19,473 observaciones, y por cada 1000 de ellas hubieron 5 vendabales con esté y 80 con oeste. Las practicadas en el hemis- ferio sud pertenecen á esa parte del océano que sirve de derrotero á los buques para doblar el Cabo de Hornos. Esa parte de este camino que se halla entre los 40% y 55” S. se halla bajo el sotavento de Sud-América; y la Patagonia, que se halla al este de los Andes, es casi una region sin lluvias; por consiguiente, debería esperarse hallar vientos más instables y menos lluvia en esa parte del océano, en que las observaciones para la parte sud de las tablas fueron hechas, que las que de otro modo podrían haberse encontrado en alta mar, como ser á una distancia de dos á tres mil millas al este de la Patagonia. Por manera que el contraste presentado por el anterior aserto, sería, probablemente mucho mayor, si las observaciones se estendiesen al través del Atlántico sud, como se estienden al través del Atlántico norte. Pero tal cuales son, el contraste es muy notable. En algunos respectos, los agentes meteorológicos de los dos hemisferios, con es- pecial las fuerzas que controlan los vientos y el tiempo, difieren en estremo. La diferencia es tan amplia, que sugiere una mayor regu- laridad y rapidez de circulacion en el costado sud, que en el costado norte del Ecuador. Y esto se comprende. El hemisferio sud es más despejado y las fuerzas dé la naturaleza obran allí con toda libertad, esto es, regularidad; mientras la complicacion que la aglomeracion de vastas y edentadas costas, en el hemisferio norte, producen, es muy grande. ve: : ANAL. SOC. CIENT. ARG. To XXXI d. A 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Probablemente lo que los marinos ingleses aman «the brave ot se Es awinds» en nuestro hemisferio, sin ser una misma cosa, tienen sin embar 3) algo de análogo con nuestro pampero, cuya influencia suele estenderse á largas distanciás en alta mar. Hemos atribuido los vientos alisios á la zona de calmas ecuatoriales. ¿Pero á qué causa podrían atribuirse los contra-alisios del hemisferio meridional, que soplan con tanta regularidad hácia el polo, como los Alisics del nor-deste del Atlántico soplan hácia el Evuador? ¿Podría suponerse que esos vien- tos son atraidos hácia el polo sud por el calor, quelos hace espanderse y subir á las regiones antárticas? Parece tener mucho de paradojal esta espresion, de que el calor hace áestos vientos soplar en la direc- cion del polo, como si dijesemos en la direccion del Ecuador; pero de despues de meditarlo un poco, y de pasar en revista algunos hechos y circunstancias, la paradoja se desvanece. Se dá como un hecho es- tablecido por los meteorologistas que el monto medio de la precipi- tacion es mayor en el hemisferio norte que en el sud; pero esto debe entenderse más bien de la tierra, que del mar. Al sud de los 409, el hemisferio meridional es más bien acuático que terrestre, todo lo con- trario de lo que pasa en el otro. Se puede determinar por medidas cuantitativas, la diferencia en el monto de la precipitacion sobre la tierra en los dos hemisferios; y es tal vez el resultado de esta deter minacion, lo que ha dado lugar á la observacion más especificada de que la precipitacion de lluvia es mayor en el hemisferio norte que en el sud. La verdad de los hechos constatados por numerosas obser- vaciones hasta hoy, es que de cada 10 temporales, en el hemisferio sud, llueven los 9; y en el hemisferio norte solo 4.7. ¿En cuál hemis- ferio llueve más en cada lluvia en el mar? La observacion no lo dice, pero hay una razon filosófica que nos hace ver que no solo llue- ve con más frecuencia, sinó más copiosamente en el mar, en el hemis- ferio sud, que en el hemisferio norte. En el costado polar de los 40* de latitud N. por ejemplo, la tierra se espande en vastas masas con= tinentales, svbre cuyo seno sediento, cuando el aire descuelga su carga de humedad, solo muy poca parte de ella puede ser devuelta de nuevo á las nubes; el resto es absorbido por la tierra para alimentar sus fuentes. En el costado polar de los 40”sud, tenemos, por el con- trario, una superficie de agua en vez de tierra, y tan luego como la precipitacion tiene allí lugar, el océano repleta de nuevo el aire con humedad. Hay por consiguiente que suponer que un alto punto de rocío, tan alto por lo menos como el océano puede sostener en con- tacto con los vientos que sobre él predominan, y que pasan de lati- : FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 31 +tudes más calientes á otras más frias sucesivamente, es la condicion normal del aire en el costado polar de los 40 $S.; mientras en el cos- tado polar de los 40” N. un bajo punto de rocío tiene forzosamente que prevalecer. Los rios al norte de los 40, estoy seguro, no podrían aunque fuesen todos convertidos en vapor, suministrar la cantidad suficiente para suplir esta diferencia del punto del rocío en los dos hemisferios. La simetría de la curva de lluvias y borrasca del cos- tado polar de los 40" $S., indica que es la condensacion de este vapor la que, con la liberacion de su calor latente, da tal actividad y regu- laridad á la circulacion de la atmósfera en nuestro hemisferio austral. En el costado polar de los 40% $S., en la Tierra del Fuego y Cabo de Hornos, el pluviómetro ha marcado en dos períodos diferentes, en la época del capitan King y Fitzroy, y posteriormente cuando la comision francesa de 1883, una precipitacion de lluvia extraordina- ria, hasta el grado de marcar 143.75 pulgadas en 41 dias; precipi- -tacion que tiene lugar con ese mismo exceso, durante 9 á 10 meses - del año, en toda la costa occidental de la estremidad sud de América, hasta Valdivia. No hay lugar en el hemisferio norte, si se exceptúa Cherrapongie en la India, en que la precipitacion se aproxime á ese enorme monto. Cherrapongie es una estacion montañil de la India, á la altura de 4500 piés (1500 metros), la cual en la latitud de los 25" norte, obra como un condensador para los monzones recien Su- bidos del mar. Pero en el costado polar de la latitud de los 45% norte, es una imposibilidad física el que pueda haber una region de tan - gran precipitacion, excepto en las riberas americanas del Pacífico norte, como en el Cabo de Hornos y las costas occidentales inmedia- tas. Y esta imposibilidad física proviene, no tanto de la falta de una superficie de agua suficiente, como de la falta de vientos contínuos del oeste que lleven la cantidad suficiente de vapores para tal preci- pitacion. Y aún cuando en el hemisferiv norte los vientos del oeste fuesen tan fuertes y constantes como los del sud, siempre faltaría el relieve continental; una cadena de montañas á la altura de las nie- ves permanentes, como la que forman los Andes en la Patagonia aus- tral, condensador indispensable para producir una gran masa de llu- vias. Segun Seykes, las lluvias precipitadas en Cherrapongie, alcan- zan á 605.25 pulgadas en 214 dias, desde Abril á Octubre, que es la estacion de los monzones del sud-oeste. Entre tanto, la lluvia pre- cipitada en Cabo de Hornos y Tierra del Fuego, lo mismo que en toda la Patagonia occidental (la oriental ya sabemos es más seca por esa misma razon) llega á 825 pulgadas en 214 dias; lo que dá un ” 52 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA monto anual de lluvias de 1368.7 pulgadas. Tampoco las lluvias de - - Cabo de Hornos, Tierra de Fuego y Patagonia occidental al sud de eN los 45% son periódicas. Ellas son contínuas, más copiosas bal vez. durante 10 meses del año, de Marzo á Diciembre, que en los me- ses de Enero y Febrero; pero abundantes en todo tiempo y estacion. Ahora teniendo en vista la estension de la superficie acuática del costado Polar de la zona de los vientos alisios del sudeste. no vemos por qué , bajo esos paralelos, la atmósfera que rodea toda esa region, - que es casi un hemisferio entero, no se halle tan cargada de vapores como la masa de aire que diluvia en la estremidad sud de América y la Patagonia occidental. Si los Andes australes no se alzasen allí, la condensación sin duda habría sido menor, porque las altas tierras. in- fluyen y auxilian la precipitacion de los vapores, más que la simple llanura marina. Pero la cantidad de vapores del aire no por eso debe . ser ménor en esa region, tanto más cuanto sabemos que una inmensa cantidad de aguas caldentes, tanto del Atlántico, como del Pacífico, se precipitan en ellas, contribuyendo de este modo, como quien dice artificialmente, á la humectacion de la atmósfera austral. Ahora bien, este vapor elevado por sus canales de circulacion á la region antár-- tica para su condensacion y liberacion de un calor latente, debe for= mar en ella un bonete ó zona de nubes peculiarmente favorable para una fuerte é incesante precipitacion. Ahora bien, esta abundante pre- cipitacion, con el desprendimiento de calor correspondiente, en la re- gion de las calmas y nubes del sud, es más que suficiente para pro- vocar las corrientes permanentes de los contra alisios del sudoeste. Para dar la última pincelada á nuestro cuadro, solo nos falta decir algo respecto al monto de este calor latente desprendido por la con- densacion incesante de la zona de nubes australes, y la influencia que puede tener en las tempestades de los cabos australes, el Cabo de Hornos y el Cabo de Buena Esperanza. Baste saber que en la evapo- racion de cada medida de agua, se hace latente durante el procedi- miento, calor suficiente para levantar de un grado Fahrenheit la tem- peratura de 1030 de estas medidas, sean pulgadas ó metros cúbicos. Si ese vapor llega á condensarse, este enorme calor latente será puesto en libertad, convirtiéndose de nuevo en un calor perceptible. De ahí la deduecion lógica de que cada gota de lluvia que cae del cielo duran- te el procedimiento de la condensacion de los vapores de las nubes, exhala el calor necesario para elevar un grado de temperatura 1030 gotas de agua de su mismo tamaño. Pero si el vapor de las nubes, en vez de descender en el estado líquido ,como en la lluvia, desciende en el x FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 53 estado sólido como es la nieve ó el granizo, entónces se pone además en libertad el calor suficiente para elevar de un grado 140 gotas adi- - cionales á las 1030; esto es, eleva de un grado la temperatura de 1170 gotas del mismo tamaño que la convertida en nieve ó granizo. Este solo hecho que acabamos de enunciar, basta para revelarnos la causa del viento violento que acompaña las mangas de piedra de un lado, y las frecuentes tempestades que se producen en el Cabo de Hornos y los otros grandes cabos australes. El calor latente que es puesto en libertad por el vapor á medida que se condensa en lluyia, tiene el efecto de producir una gran intumescencia en el aire de las regiones superiores en torno de él, el cual 4 su turno produce una conmocion en el aire inferior, produciendo esos movimientos torbellinarios de que nos hemos ocupado en otra parte, y cuyo resultado es las tempes- tades y las borrascas. Podemos formarnos una idea del monto de calor puesto en libertad, en la condensacion y congelacion que tiene lugar en las regiones antárticas, de tanto vapor como el que se necesita para las lluvias del Cabo de Hornos y la Patagonia: occidental, con solo su- poner que esta lluvia de 153,75 pulgadas se estiende sobre una área de 1000 millas cuadradas, y de que cae en forma de nieve ó granizo. El calor latente que se desprende de las nubes, durante estos 41 dias de precipitacion, es más que suficiente para elevar del punto de con= gelacion al punto de ebullicion, toda el agua de un lago de 1000 millas cuadradas y de 8374 piés de profundidad. Ahora bien, el área ines— plorada que en las regiones antárticas se halla en estas condiciones, es de 8 millones de millas cuadradas. Con esto hemos puesto en evi- dencia cómo el frio de los polos, facilitando la precipitacion de los va- pores atmosféricos de nuestro hemisferio austral, tiene necesaria- mente que reaccionar y desarrollar calor suficiente para espander el aire y dar fuerza á los vientos contra-alisios. De este modo vemos que los 2cebergs polares, son una parte de la ma- quinaria meteorológica de nuestro planeta; en nuestro hemisferio austral, ellos contribuyen á dar actividad y energía al sistema meri- dional de circulacion atmosférica, calentando y espandiendo el aire en su sitio de ascencion. Así, el agua que al desprenderse de su calor de liquefaccion, ha agotado su energía meteorológica, dando fuerza dinámica al aire, queda reducida á la inercia. En la gran máquina meteorológica que impulsa el viento en su circuito y lo atempera ha- ciéndolo más adaptable á la vida orgánica, esta agua de desecho se reune en los icebergs antárticos, siendo conducida por las corrientes á climas más benignos, donde recobrando su calor latente y resolvién- 34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dose de nuevo en agua, la cual penetrando en la zona tórrida en forma de corrientes frías, llevando allí el movimiento, la frescura y la vida, - entra de nuevo en juego ayudando al enfriamiento del aire de los vien=* tos alisios, 4 mitigar el clima y á moderar los vientos. De este modo es como los ¿cebergs vienen á desempeñar las funciones de regulado- res, en la gran maquinaria de la atmósfera. La region de las calmas antárticas, es pues al mismo tiempo, una zona de constante precipitacion. Esos vientos conductores de vapores que llevan las lluvias á la Patagonia Occidental (dejando en seco la. costa Atlántica de la Oriental), son como los hemos Hamado, los con- tra-alisios del hemisferio meridional. Como tales, ellos tienen que rea- lizar su ronda en el gran sistema de circulacion aérea; y como en todo sistema de circulacion aérea debe haber algun punto ó lugar en el cual el movimiento cesa de ser directo y comienza á volverse retró— grado ; por manera que debe existir una region en la superficie de nuestro planeta, en que estos vientos cesan de marchar adelante, se detienen y condensan su retorno para el norte. Este lugar se halla justamente, según la teoría y los hechos lo comprueban, en las regio= nes antárticas, y consiste en una área dentro del círculo polar antár-- tico, en donde, como en la zona ecuatorial de calmas, se halla esta= cionada una zona de reposo y aires ligeros, en donde una columna de aire ascendente, hace volver por lo alto al ecuador, el aire que penetra en el polo, viniendo del ecuador; una region de nubes, de vientos va- riables y de constante precipitacion. Así, los vientos que penetran en esta region donde predomina la inercia y la calma del polo, tienen á causa del movimiento circulato= rio que asumen, que subir en espiral á formar una corriente superior, la cual se dirije á llenar en el ecuador, el vacío dejado por la corrien=. te inferior. Al subir, esas columnas espirales de aire, se espanden y se enfrían, y conforme se enfría, la condensacion y precipitacion de sus vapores tiene lugar. Con esto, vastas cantidades de calor latente, que ha servido para convertir el agua del mar en vapor, queda libre en la atmósfera superior. Allí reacciona calentando la columna ascen= dente enfriada al entrar en su contacto, haciéndola espanderse de nuevo y alzándola cada vez más alto; mientras el barómetro, por el contrario, desciende cada vez más; y es justamente esta zona de bajas presiones señalada por el barómetro, la que ha revelado la existencia y. límites de la zona austral de que hablamos. En las zonas ecuatoriales de calmas, la presion barométrica media es 0.25 pulgadas menos que se Observa en los vientos alisios; y esta disminucion de presion €s FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 55 suficiente para crear un perpétuo influjo de aire de ambos hemisferios, produciendo los vientos alisios. En el Cabo de Hornos, la presion ba- rométrica media es 0.75 pulgadas menor que en la region de los vientos alisios; esto es para los paralelos entre los 8? y los 57” de la- titud sud. En el Cabo de Buena Esperanza, la presion barométrica media al Sud de los 42? de latitud es 0.33 pulgadas menos que en los “vientos alisios. La presion media en esta parte del Océano Indico austral es de 29.8 pulgadas y en los vientos con oeste de 29.6 pul- gadas. En la lámina 243 se halla marcada la presion media de las cal- mas polares, que es de 28.75 pulgadas; sin embargo, la: más proba- ble presion media deducida de 2500 observaciones es de 28.14 pul— gadas. Es pues lójico, en vista de lo espuesto, atribuir al efecto de la con- densacion de los vapores de que estos vientos australes se hallan re- cargados, y á una inmensa precipitacion constatada en las regiones australes, la disminucion de la presion atmosférica en las altas latitu- des antárticas. Por la prevalencia de hechos opuestos, esa depresion no es tan elevada en las altas latitudes seteatrionales, escepto en las Islas Aleusianas en el Pacífico, donde el mar á barlovento es tambien vasto, y donde la precipitacion es frecuente, aunque no tan abundan- te. El constante flujo de vientos hácia el polo sud parece indicar una combinacion de condiciones físicas en la region de las calmas antár- ticas, enextremo favorables á una rápida, fuerte y constante precipi- -tacion. Esta condicion no puede ser otra, segun lo vemos por Cher- rapongie y los Andés patagónicos, sinó la presencia de altas tierras congeladas en la zona polar antártica ; y las esploraciones más avan- zadas hechas en esa direccion, prueban el hecho. Esa tierra inesplo- rada, en su mayor parte, sesabe hallarse dotada de numerosos vol- canes activos. No hay pues que buscar en otras circunstancias que las enunciadas, la fuente de la energía dinámica suficiente para dar fres- cura y vigor á la circulacion atmosférica, quela observacion ha seña- lado como peculiar del hemiferio Sud. Los vientos, pues, que llegan cargados de vapores al polo antártico, habiéndose desprendido de su humedad del modo y por los medios indicados, despues de recibir la fuerza espansiva del calor latente puesto en libertad por la condensa- cion, comienza su retorno al ecuador en forma de una corriente supe- rior de aire seco, que segun sabemos, es más liviano que el aire de abajo cargado de humedad. Este aire seco solo vuelve á descender más adelante, en la zona de calmas del trópico, despues que se ha hecho pesado absorbiendo vapores durante su tránsito. 56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Así, pues, esos «bravos vientos oestes » peculiares del hemisferio Sud, forman en realidad una especie de perpétuo ciclon en escala ji- gantesca. El continente antártico se halla en el vortex, en torno del cual el viento, en el gran océano atmosférico que rodea el globo, desde el polo hasta la zona de calmas del Capricornio, pasa descri- biendo curvas espirales (en consecuencia con la direccion de los movi- mientos de los punteros de un reloj), jirando izquierda á derecha. Tal es el resultado que los hechos demuestran de un lado, y que están perfectamente conforme cón las consecuencias lógicas de la teoría de los dos movimientos principales á que la tierra obedece como planeta, á saber, el movimiento de rotacion y el de traslacion al través del espacio. Influencia innegable desde que se ha impreso en forma espi- ral en la configuracion misma de nuestro planeta. Los hechos, hemos dicho, lo confirman. En efecto, las esploraciones más recientes, 4. partir del capitan Ross, practicadas en los mares polares antárticos, muestran que allí existen dispuestas en torno del círculo polar, altas tierras y montañas congeladas; habiendo los que más han avauzado, visto los volcanes arder más al interior. Esta area inexplorada en tor- no del polo Sud, es dos veces mayor que la Europa. Su forma es cir- cular y su circunferencia no mide menos de 7000 millas. Sus bordes, donde quiera que han sido penetrados, se han presentado altos y es-- carpados. De toda esta zona circular se desprenden en direccion del ecuador durante todo el año, un gran número de 1cebergs ó montañas de hielo flotante, las cuales en nuestro hemisferio suelen avanzar hasta los paralelos de los 38* y 37> de latitud sud. La zona de océa- no que se estiende en la direccion del polo desde los 55% de latitud sud, nunca se halla libre de vcebergs. Muchos de estos témpanos pre- sentan muchos millares de metros de estension, y centenares de piés de espesor. La área polar que se extiende de entre el paralelo de los 59” comprende un espacio de cerca de 18 millones de millas cuadradas. Es pues una inmensa pepinera de 1cebergs, la cual no puede hallarse asentada sobre el mar, pues los ¿cebergs necesitan riberas para for- marse y adquirir todo su volúmen. Esos ¿cebergs tan abundantes en los mares antárticos, nos hacen pues veer que allí existen riberas terrestres de gran estension, identadas de profundas bahías, donde pueden formarse, y herizadas de altas quebradas y picos, desde los cuales pueden ser lanzados. El círculo ártico, sabemos, se forma principalmente de tierras ; el antártico se estiende en medio de las aguas. Así, siguiendo la ley de contraposiciones, tan notable en nuestro planeta, mientras las tierras 13 s » FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO ol boreales se abren en círeulo para dar lugar al mar polar setentrional; > el polo antártico, por el contrario, rodeado de mares, se condensa en. “una masa continental que esos mares rodean. De esto se sigue que cuando los vientos penetran en el uno, el austral, vienen cargados de vapores, habiendo tenido que atravesar mares. Por el contrario, los vientos que penetran en el otro, habiendo tenido que atravesar tierras, se presentan desecados. Las montañas y mesetas de las regiones seten- trionales, absorben á estos últimos sus vapores para alimentar sus rios y lagos de Siberia y de la América ártica. Estos vientos, por consiguien- te, llegan áridos al cruzar el círculo ártico; y al llegar al disco de cal- mas, el lugar de ascencion de la espiral, el vapor condensado en el ac- to de ascender, no pone en libertad bastante calor para producir una rarefaccion suficiente para atraer una fuerte corriente del esterior más allá de los 40% (2400 millas ); y no siendola rarefaccion tan grande, el barómetro no desciende tan bajo allí como en las regiones antárticas. Ya sabemos que hay otras razones además para este fenómeno. A pe- sar de esto, siempre hay rarefaccion en las regiones árticas, segun lo testifican el barómetro y los vientos. La presencia dentro del círculo ártico, de una masa de agua comparativamente caliente, que la obser- vacion ha mostrado formar una corriente inferior, y la cual debe ne- cesariamente levantarse, suministra abundantes vapores. Como este vapor es más ligero y más elástico al mismo tiempo que el aire, él na- turalmente desaloja una porcion de la atmósfera. Al elevarse y con- densarse, él abandona su calor latente en la region de las nubes, don- de elevando la temperatura, ocasiona ese moderado grado de rarefac- cion que el barómetro señala. Dentro del círculo antártico, por el contrario, los vientos traen aire que viene corriendo sobre aguas de una temperatura relativamente elevada, durante centenares delleguas; por consiguiente una gran por- cion del aire atmosférico es espulsado de las regiones australes, sosti- tuyéndolo el vapor acuoso que allí ocupa su lugar. Pero en el centro del círculo polar antártico existe una cireunscripcion elevada edentada de continente; y allí, estos vientos polares se detienen, se desprenden de sus vapores por precipitacion y una vez alivianados y secos, suben á formar la corriente superior de que hemos hablado. Ahora bien, en el calor latente abandonado por esta abundante precipitacion, se tiene no solo el calor indispensable para producir un descenso barométrico y la consiguiente poderosa corriente de aire, sinó tambien una miti- gacion adecuada de clima. Conocemos la medida de las abundantes lluvias que tienen lugar . 58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA á la estremidad occidental de Sud-América. El calor latente puesto en libertad durante estas lluvias, da ála Patagonia oriental su suave clima, poco en armonía con su latitud y con sus condiciones higros- cópicas. Es este calor latente el que ocasiona la irregularidad que se observa en la curva barométrica entre los paralelos de los 50% y 55” de latitud sud. Allí los vientos oeste, modificados más al norte por la interposicion de los ángulos continentales, prevalecen sin control. ; en su direccion normal; ellos llevan á las costas orientales el aire que al pasar por las montañas es calentado por esa ráfaga de calor 53 que de las lluvias se alza, produciéndose una escepcion á la regla formulada por lus meteorologistas, que atribuyen un clima frio y severo á las costas de barlovento ú occidentales, y suave 6 templado á las de sotavento ú orientales, en los océanos extratropicales. Ya hemos visto el contraste que forman el Labrador y las Islas Malvi- nas, situados en la misma latitud en los opuestos hemisferios. El. Labrador es, en efecto, inhabilitable á causa de la severidad de su clima ; mientras en las Malvinas, los ganados pastan al aire libre en invierno y verano. La diferencia termométrica de clima entre esos dos lugares, debe tomarse como una especie de índice de la diferen- cia relativa entre los climas árticos y antárticos de nuestro planeta. Esta suavidad de los climas antárticos es un hecho general, y fun- dado en la predominancia del elemento acuoso en nuestro hemisferio, Ya sabemos que el agua conserva mucho más tiempo el calor que la tierra, y su influencia decisiva para atemperar los excesos de frio y de calor á que la tierra y el aire están espuestos. | Sin embargo, es prevalente la opinion de que á ¡igualdad de latitud, nuestro hemisferio es más frio que su opuesto; y nosotros mismos hemos hecho ver en otra parte, que esa diferencia puede avaluarse con relacion al clima Europeo, en 10? de latitud. Pero esa es la escepcion, no la regla; habiendo causales conocidas que engendran ; esa escepcion. Además, esas diferencias es preciso valorizarlas en su verdadero sentido. Si las costas occidentales de Europa son más cálidas que las de Norte-América, esto es debido á que nuestro he-.. misferio envía en esa direccion sus aguas y sus vientos más calientes (vientos del sud, del sud-oeste y del oeste). Hay pues una circuns- tancia escepcional conocida y real. Pero el hecho general de las temperaturas de los dos hemisferios, es este. Las regiones intertro-= picales del hemisferio sud, son en realidad relativamente más frescas y frias que las del hemisferio norte, que son mucho más calientes en la misma latitud. Pero la razon es óbvia: la predominancia del ele- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 99 - mento acuoso que sirve para atemperar las tierras meridionales más avanzadas en el sud; sirviendo tambien para atemperar el mayor calor . de la zona equinoccial. Así entre los 40? á 45? á uno y otro lado del ecuador, si se examina paralelo por paralelo, el hemisferio austral es más fresco qne el setentrional. Pero de los 46” adelante en la direc- - cion de los polos, el hecho se reversa, y esto es lo lógico, por la razon - que ya hemos dado. Además, ya lo hemos dicho, una parte del calor correspondiente al hemisferio austral, es conducido al otro hemisfe- rio por las corrientes marítimas y atmosféricas. Este calor es tomado latente por la evaporacion ó por la corriente acuática del hemisferio sud, y trasportado al hemisferio norte, donde se hace sensible como hemos visto, por la precipitacion, la convexion y la difusion. Una parte de él es puesto en libertad en la zona de las calmas ecuatoria- les; y es este calor puesto en libertad en esa zona, el que ayuda - poderosamente á mantener el ecuador termal del lado boreal de la línea equinoccial. Del mismo modo, los vapores trasportados á las regiones antárti- cas por los vientos que se dirijen al polo, trasportan inmensos vo- lúmenes de calor de las latitudes más templadas de: sud, para darle libertad en las regiones polares. Este movimiento tiende tambien á disminuir el exceso de calor de las regiones equinocciales de nuestro hemisferio, dejando como indemnizacion una saludable frescura ; y trasportado por los vientos, ese exceso de calor que podía ser funesto entre los trópicos, álas regiones polares donde hace falta y es muy útil, es allí puesto en libertad por la condensacion. Los 2cebergs abundan, es verdad, en la estremidad polar del hemisferio sud ; pero estos son de agua dulce, y son el medio por el cual el agua caliente que viene delos trópicos, es devuelta en forma de hielos flotantes. La cireunstancia de ser de agua dulce estos ¿cebergs, muestra la es- tension de las tierras y su elevacion, puesto que pueden contener - poderosas corrientes de agua dulce; al mismo tiempo que la abun- - dante precipitacion. Los 1cebergs australes son verdaderos glaciales flotantes. Entre tanto, los vientos árticos son bastante secos para evaporar muchos de los hielos y nieves de la cuenca polar. Los 2ce- bergs de esa procedencia tienen menos poder refrescante sobre las aguas tropicales marinas, vor su menor volúmen é importancia. Com- parados con los climas árticos, los antárticos son marítimos; los árticos, por el contrario, son continentales; y por la misma razon que el clima inglés es más fresco en estío y más caliente en invierno que el' clima canadense de igual latitud; así el invierno en el hemis- 60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ferio austral es mucho menos severo que en el hemisferio boreal. Con lo espuesto basta para lo general. Respecto á las varjaciones locales de clima, he aquí cuál puede ser su causa en muchos casos. El calor que la precipitacion de los vapores pone en libertad, puede hallarse en dos casos : Ó bien es tan grande la capa de los vapores superiores, que el calor queda concentrado en la parte inferior de ellos, en este caso se biene calor, bochorno despues de la lluvia ó nevazon, siendo este el signo de una atmósfera muy cargada, y por consiguiente, de la continuacion del mal tiempo. O bien la capa de nubes en procedimiento de condensacion es de poco espesor; en este caso el calor siempre ligero, sube, siendo ocasion de un descenso de aire frío de las regiones superiores. A esta causa el doctor Franklin atribuía las frias ráfagas del oeste que se hacen sentir en el estío en Norte-América. Al efecto del calor latente desprendido de estos va- pores, junta con la constante circulaicon vertical impartida á la atmósfera, se deben esas súbitas variaciones de temperatura, que hacen un dia dado del año, diferir de su correspondiente dia del año siguiente. Si no fuese por estos movimientos verticales, nuestros dias se irían enfriando ó calentando por grados del rigor del verano al rigor del invierno. Simo fuese por esta circulacion vertical, la temperatura del dia de cada mes, como la salida y puesta del sol, ó comolos cambios de la luna podrían predecirse por el almanaque. XVI DESCRIPCION DE UNA AURORA AUSTRALIS, Ó AURORA POLAR MERIDIO= NAL.—PROYECTO DE UNA ESPLORACION DEL POLO ANTARTICO EN 1890. — ACTITOMETRÍA DEL MAR. Pero los dos hemisferios no solo difieren como acabamos de verlo, por su clima y por sus rasgos hidrográficos, sinó tambien por otras cit- cunstancias y aspecbos físicos que vamos á tocar solo de paso. Una de estas cireunstancias diferenciales es en la Aurora polar. Hé aquí la Aurora Australis descrita por capitan Howes en los 58? de latitud sud y 70% de longitud oeste: ella difiere bien de la Aurora Borealas FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 61 de que hemos hablado en otra parte: «En la mañana del 2 de Se- tiembre, á la 1 */, de la tarde, pude contemplar el raro fenómeno de la Aurora Australis en su más espléndida magnificencia. Nuestro buque se hallaba frente al Cabo de Hornos, acosado por un fuerte vendabal, y el cual se debatía pesalamente en medio de las más furiosas olas, que barrían su cubierta y á veces hundían toda su proa bajo las olas. El cielo se presentaba negro como la muerte : no se veía una sola estrella, cuando el brillante espectáculo se mostró por primera vez. Imposible me sería espresar la formidable grandeza de la escena, Los cielos cambiaron gradualmente del más lóbrego negror, hasta convertirse en un plano de vívido fuego, reflejando una luz al mismo tiempo espléndida y siniestra, sobre todos los objetos. El alborotado océano se presentaba como un mar de vermellon, con- vulsionado por la tempestad ; sus olas estrellándose furiosas contra nuestros flancos, se precipitaban á menudo á sotavento, en torrentes carmesies. Todo nuestro buque, con sus velas, aparejos y demás, parecía participar de esos mismos matices rojizos. Parecían como alumbrados por una espantosa conflagracion. Tomada en su conjunto la furibunda y rugiente borrasca, la noble nave arrojándose intrépida entre las furiosas olas de crestas carmesíes; los tremendos chu- bascos de granizo, de nieve y de hielo que barrían la nave y caían á sotavento en gruesa lluvia; los misteriosos globos de fuego que se asentaban sobre el tope de los masteleros y peñoles de las vergas; y más que todo, la tremenda sublimidad de los cielos, al través del cual estallaban á menudo coruscasiones de luz auroral en líneas espirales y con un esplendor meteórico, presentaba un espectáculo que por su terrible grandeza y sublime magnificencia, subrepujaba las más tremendas creaciones de la fantasía. Las palabras no pueden dar una justa idea de la magnificencia que presentaba. Hay que verlo y sen- tirlo para poderlo comprender bien. Escribo esto porque creo una cosa extraordinaria el poder presenciar las luces australes ; y porque este espectáculo era muy superior y completamente diverso de nues- tra aurora boreal, vista desde el paralelo de Boston ». La Asociacion Británica que es la gran academia libre de Ciencias del imperio británico, en sus últimas sesiones de Setiembre del corriente año de 1886, ha resuelto disipar, por medio de una espé- dicion especial esploradora, las incertidumbres y aún tinieblas que aún reinan sobre las condiciones del polo austral. En Europa las esploraciones árticas nunca han carecido ni de partidarios, ni de suscritores, y hasta el Austria que es una potencia interterránea, ha 62 ANALES DE LA' SOCIEDAD. CIENTÍFICA ARGENTINA enviado esploradores al polo norte, y descubierto las tierras de Franz- . 4 Joseph-Land, hazaña magnífica para un principiante, y que ella sola. ha superado á los esploradores de otras naciones que habían espedi- cionado siglos en esas regiones. Verdad es que fué un fracaso y un acaso, lo que hizo ese descubrimiento más que otra cosa ; pero suerte ó habilidad, ellos lo ban hecho. Así, de todos los paises y para todos los objetos, los mares árticos han sido recorridos, esplorados y esplo-- tados en todos sentidos, con gran detrimento de sus ballenas, de sus - focas, de sus osos blancos y zorros azules. La fortuna y el fracaso han sido igualmente inducentes para nuevos esfuerzos en esa direc= cion. En este mismo año, en presencia puede decirse, de los sufri- mientos y trágicos sucesos de la espedicion del Temente Greeley, en Setiembre de 1886, una nueva espedicion ha partido hácia el polo norte bajo la direccion del Coronel Gilder. Cualquiera que sea la fortuna que lo acorra, otros viajeros émulos, anglo-sajones, estan- dinavos ó teutones, es seguro se esforzarán por seguirlo y supe-- rarlo. En el entretanto, al polo opuesto, nuestro polo austral, se le deja yacer en la oscuridad y el misterio, con una indeferencia que es el signo significativo del desprecio. La visita pasajera que el Challenger pagó á las aguas antárticas, apenas si merece ser contada como una escepcion á la regla general del olvido y abandono; olvido que si ha predominado en los siglos de navegacion por el Cabo de Hornos y el Estrecho de Magallanes, quedará aún más consumado cuando un canal interoceánico, abierto en el Estrecho de Panamá, ponga en comunicacion directa los dos océanos, el Pacífico y el Atlántico. El- interés de la espedicion del Challenger era propiamente el conoci- miento de los habitantes de sus abismos, más bien que el de la geo- erafía de la region. Pero la verdad es que en la vía de una esploracion positiva nada ó muy poco se ha hecho en el precinto del círculo antártico, despues de ese grupo de espediciones iniciadas á principios de este siglo, del cual la mandada por Sir James Clark Ross, es la más memorable; el cual despues de plantar la bandera Británica en el polo magnético norte, pasó. á la conquista del polo magnético del sud. Más de un siglo hace, James Ross, el mayor navegante de todas las edades, aunque por un defecto de distincion personal ó por un desco- nocimiento de su mérito, no haya figurado entre los primeros perso- najes de su época, fué el primero en desafiar los. hielos antárticos entre los años 1839 y 1843, venciendo todo género de peligros y FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 63. dificultades, y dando nombres á los volcanes inmediatos al polo antártico, y esplorando sus glaciares, sus montañas y su meteorolo- gía. El empleó tres años consecutivos en la tarea de llegar al polo sud, y si no llegó á él, realizó por lo menos el descubrimiento de un continente polar, acercándose mucho al polo magnético sud, y vol- viendo seguro de su espedicion, con importantes observaciones y des- cubrimientos científicos que levantaron el velo que cubría dicho polo. Cerca de 50 años transcurrieron sin que Cook tuviera ningun imitador. En seguida una sucesion de viageros la emprendieron con -el polo sud. El Capitan John Biscue fué el primer descubridor real del continente meridional en 1831. Pero su ejemplo fué rápidamente imitado, y durante decenas de años, el Océano Antártico fué el campo favorito de las aventuras marítimas, como lo es hoy el Océano Artico. Franceses y Americanos, los últimos bajo el Comodoro Wilkes, á quien ha dado fama el infortunio del Trent, holló sus indeterminables glaciares y descubrió tierras. Sir James Clark Ross fué aún más feliz, y en 1841 navegó hasta ponerse á 12% del polo sud. El llegó hasta calcular la aproximada elevacion de dos distantes montañas, de las cuales una era de un volcan activo, bautizándolas á ambas con los nombres de sus buques el Erebo y el Terror. Una espedicion posterior llenó un vacío dejado en las observaciones magnéticas y meteorológicas de Sir James Ross; y bien había motivos para esperar que tierra, alre y agua de las regiones antárticas, iban á ser ilumina- das con los rayos de luz de la ciencia y de la publicidad, descu- briendo sus secretos. Pero una vez más el silencio y el olvido se estendieron sobre los desiertos de agua del polo antártico; silencio que se ha mantenido sin interrupcion por más de 40 años, con la sola y breve incursion del Challenger. A juicio de la Asociacion Bri- tánica, ha llegado el tiempo de educar la opinion pública y de disipar las nieblas que le tapan la vista, impidiéndole ver la conveniencia de llevar las esploraciones al polo antártico. | - Las ventajas que la esploracion moderna, en los mares polares, de- riva del vapor no pueden ser cuestionadas. En vista de la indepen- dencia de los vientos y de las corrientes que un steamer disfruta, los triunfos obtenidos por los Cook y Ross de las pasadas generaciones, ante la pulsilanimidad de los navegantes modernos que disponen de tan poderosos medios, y que sin embargo nada hacen de adecuado á ellos, esos triunfos, decimos, obtenidos sin esos medios, parecen cosa prodigiosa. Justamente lo que obra los prodigios es la voluntad, el genio del hombre, no las máquinas. Con máquinas sin duda hará 64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA más, con tal de saberlas manejar bien; pero aún con las mejores má- quinas, sin genio y sin voluntad, no se hacen jamás grandes cosas. Si ellos hubiesen podido preveer, en medio de sus habituales perple- jidades, ocasionadas por las calmas, borrascas y hielos flotantes, los poderosos recursos que la ciencia se hallaba en vísperas de inventar, ellos se habrían imaginado con la posibilidad de obtener medios para hacer la pronta y fácil esploracion de ambos polos; siendo en reali- dad estraño que hasta hoy nose haya obtenido con ellos. Porque ambos polos cuentan islas próximas donde se pueden hacer depósitos de carbon, y aún minas de este mineral, que es abundante en el Es- trecho de Magallanes y en las tierras árticas. Desgraciadamente, la esperiencia haprobado, no tanto que las ven- tajas del vapor tienen sus límites, cuanto la falta real de genio y voluntad de las generaciones actuales. Verdad es que en ciertas re- giones dentro del círculo polar, los calderos suelen ser tan impoten- tes como las velas. Pero aún entónces pueden ponerse en movimien- to cierras y poderosas máquinas para la abertura de los hielos; siendo sabido que una barra de hielo fácil de cortarse, por medios mecá- nicos, suele detener por meses el paso de los navegantes. ¿Por qué no se han puesto en práctica esos poderosos medios? Simplemente por la pusilanimidad y poca capacidad de los esploradores modernos, que disponiendo de tan variados y poderosos medios, no saben hacer un uso adecuado de ellos, ni preveer nada, ni arreglar atinados planes de esploracion, y ni siquiera atinan á safar con bien de una dificul- tad; pues atenidos á que el vapor y las máquinas lo hagan todo por ellos, no hacen el menor ejercicio de sus facultades, ante una difi- cultad cualquiera. Ellos desearían que las máquinas hasta dirijiesen la empresa, tal es su supina pereza é ineptitud. Pero las máquinas son instrumentos, no cabezas; y cuando la inteligencia humana se infatua, tiene menos actividad directiva que una máquina. « Con la pasion puede disputarse, dicen, no con la muerte. La ciencia, que es capaz de un modo ú otro, de sobreponerse á las furias de la natura- leza, no ha encontrado maquinaria más segura en su madurez, que en su infancia, para sobreponerse adecuadamente á unas condiciones físicas, que se semejan á una privacion de facultades, más bien que á una inconveniencia. Un buque de vapor es tan impotente como uno de velas, para fundir ó abrirse paso á través de centenares de millas de ásperos y densos campos de hielo. Tarde ó temprano, hay siempre que tocar un punto en las espediciones polares, en que el esplorador tiene que depender absolutamente de sus propias facultades para -FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 65 safar de los dilemas y dificultades en que el clima polar, que convierte las aguas en piedra y el aire en afilado acero, pueda envolverlo.. - Pero nosotros decimos, el vapor, la maquinaria, los recursos infi- nitos y poderosos de la ciencia moderna han sido dados al hombre para hacerlo más inteligente, más elevado, más poderoso; y no para hacerlo más vano, ni más impotente. La inteligencia y el vigor le son ahora más que nunca necesarios. Si la maquinaria terrestre es impotente para llevarlo al polo, él puede emplear en el estado en que hoy se encuentra la aerostática, la maquinaria aérea, aún cuando solo se sirviese de ella como torre, para llegar á grandes distancias con la vista, 6 con los instrumentos ópticos. Por lo demás, aún sin un talento y un vigor extraordinario, la ciencia ha colocado hoy el punto de la dificultad mucho más adentro que lo estaba antes, capa- sitando á los espedicionarios del polo para llegar en frente á la eran dificultad más espeditamente que antes, y con el riesgo de en- - contrar menos obstáculos intermedios. Cuando el objeto sea accesible y digno de ser obtenido, no faltarán pioneers que se ocupen de la esploracion de los mares antárticos, y el continente meridional aún no hollado, pronto será esplorado de los límites de lo conocido á lo desconocido, estudiando los fenómenos estraños que allí se producen, - las tempestades de nieve interminables, y el tremendo torbellino de los guapos vientos oeste. Pero antes que esas empresas se inicien, corresponde á la comision de la Asociacion Británica despejar clara la incógnita y presentar al público el problema con todas las ventajas y dificultades de una solucion. Respecto á la salvabilidad de la in- cógnita austral, solo el hecho, el esperimento, podrán demostrarlo. Respecto al carácter de las ventajas que la ciencia ha de obtener de su solucion, es preciso ponerlas en evidencia, á fin de que los sacrifi- cios puedan ser proporcionados áesas ventajas. A este respecto, el Comité de la Asociacion, con la cautela propia de anglo-sajones, pide más tiempo para examinarlo, á fin de poder definir mejor los fines, y obtener un más eficaz apoyo de la opinion. - Esos fines á obtenerse, no son sin embargo tan oscuros, ni tan difíciles de hallarse. Si es importante conocer el polo norte, no lo es menos conocer el polo sud. Solo el conocimiento perfecto de los fenó- menos peculiares de los dos polos, puede dar resultados positivos y prácticos, respecto al perfecto conocimiento de la fisiografía de nues- tro planeta, que se ligan con las leyes de su naturaleza, de su orígen, de su pasado y de su evolucion próxima en el porvenir. No es lo - mismo uno y otro polo. Sus condiciones fisiográficas son diversas, y ANAL. SOC. CIENT. ARG. To XXXI 5 66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA su conocimiento es de un grande y positivo interés para la ciencia y , la navegacion. El uno es un polo de agua, rodeado de tierras, el polo le norte; el otro es un polo de tierra, rodeado de mares; el uno tiene un surplus de atmósfera gravitando sobre sus glaciares; el otro tiene. menos atmósfera, pero más vapores que remolinean en torno al eje de terrestre cuya estremidad aún no ha sido dado al hombre conocer e materialmente en un hemisferio y el otro. Aún cuando solo fuese para E. la constatación de estos heehos, la esploracion del polo sud sería de eran importancia, independientemente de los grandes descubrimientos nuevos que podrían hacerse en todos sentidos. La misma comision confiesa que las condiciones físicas de la asociacion con las dos zonas frígidas del globo, se hallan en contradiccion en diversos misteriosos aspectos; fuera de que ningun ser humano hainvernado dentro del círculo antártico, como se ha hecho en el ártico. Hé aquí lo que á este respecto dice el Temes del 13 de Setiembre del corriente año: : ¿ «Las espediciones al polo norte gozan de poco favor actualmente en el público ; debiendo tenerse presente que las esploraciones árticas . tienen en su favor muchas más conveniencias, prácticas que las antár_ a ticas. Para las Islas Británicas, para el continente Europeo, para los Estados Unidos y para el dominio del Canadá, el polo norte es un vecino con muchos derechos para ser reconocido y visitado. El Mar Artico se encuentra entre los confines del nuevo y del viejo con= tinente. Sus entradas son fácilmente accesibles y son muy frecnen= tadas. Si un medio pudiese descubrirse para la eliminacion ó evasion de sus mortíferas obstrucciones, la utilidad es manifiesta é indispu= table. La incapacidad para salvar sus barreras debe mirarse como ] una desgracia. Es como si una llave de comunicacion interior hubiese sido retirada por el propietario de una casa á su inquilino, Hasta que un camino regular, por poco frecuentado que él llegue á ser, - quede señalado al través del Océano Artico, el alma científica y na- vegante del oeste, es seguro continuará más Ó menos inquieta, turba= da y angustiada. La ofensa es tanto más insoportable, cuanto que : pasa la vida animal, con tal de que no sea humana, Ó por lo menos civilizada, el camino no solo no es insuperable, sinó que es hasta bo atractivo. Es tantalisante para las naves, los yacht clubs, los Bios, comerciantes y las sociedades reales, hallarse escluidos de regiones E que no tienen misterios, y sí muchos atractivos, pata esquimales, peces y aves silvestres. «Las proximidades, mientras tanto del imoala at se hallan por el conratrio inmensamente remotas del mundo Occidental Boreal. FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 67 El Cabo de Hornos, el Cabo de Buena Esperanza y Tasmania son sus vecinos más inmediatos, y vastas espansiones de mares lo separan de nosotros y entre sí. Aún cuando hubiese un camino señalado á su través, y se hubiesen encontrado medios de mitigar los horrores de los parajes intermediarios, pocos serían los viajeros que lo aprove- charían. Se necesitaría un espíritu muy entusiasta para acometer los preparativos necesarios destinados á conjurar los peligros y alarmas de esa patria de los 2cebergs errantes, y de las salvages tempestades. La fantasía permite á los geógrafos el evocar la vision de un camino imposible de pastos estivales y de verdes bosques dentro del seno del círculo ártico. Donde la vida animal conocidamente florece, la vida vegetal puede tambien florecer á su turno, y en su estacion respec- tiva. Nose han observado por cierto] los síntomas de una reserva análoga de riquezas naturales en el Océano Antártico. Los montes Erebo y Terror, si pudiesen ser trepados, probablemente se mostra- rían fieles ¿sus nombres, presentando á la distancia un paisage tan triste y estéril como ellos mismos. Los balleneros mismos han cesado de hallar suficiente recompensa para sus empresas en las inmediacio- nes de esas lúgubres aguas. <« Si hay resultados científicos que puedan obtenerse de la inves- tigacion que actualmente se tiene en vista, es preciso que sean más considerables de lo que sus abogados científicos lo han demostrado hasta aquí, para justificar las fatigas y peligros que deben acompa- narla. El único motivo eficiente que hasta hoy se ha hecho valer, para el acometimiento de la empresa, es su comparativa novedad. Mientras por todo se abren caminos al través de los más oscuros rin- cones de nuestro globo, al polo antártico se le ha dejado dormitar entre sus hielos y nieblas. Este es un motivo para un celo adicional en la esploracion, en caso existan tesoros reales (que puedan obte- nerse. Pero generalmente las minas abandonadas no lo son tanto por su esterilidad real, como por la apatía de sus mineros. La larga pau- sa en las esploraciones antárticas da lugar á suponer que la ciencia ha sido hasta hoy aquiescente en ese abandono únicamente á causa de su escepticismo, respecto á la existencia de bastantes riquezas ocultas para costear el gasto y trabajo de obtenerlas. » Toda esta apreciacion del Tímes la consideramos en mucha parte inexacta é injusta. El polo sud se halla en realidad en condiciones de ser mucho más atractivo y fecundo, respecto á objetos interesantes, que el polo norte; y léjos de carecer como hemos demostrado, de obje- tivos de una gran importancia científica, los tiene tantos Ó en más 08 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA abundancia que su polo antagónico. Vamos á demostrarlo. El polo norte se halla en condiciones más desfavorecidas que el polo sud ad á condiciones de habitabilidad y fecundidad. En el polo norte, á igual latitud, los frios son 10% más intensos que el polo sud. Las razones, apoyadas en los hechos, se han dado en otra parte, sien- do la principal que el hemisferio Boreal es un hemisferio de tierras, mientras el polo sud lo es de mares. Ahora bien, todo el mundo sabe que los mares dan un clima iuvernal más templado que las tierras. En el hemisferio norte, por otro lado, deben existir pocas tierras inmediatas al polo. Tal vez no existe sinó el Mar libre de que se ha hablado. Entre tanto, sabemos que el polo antártico se halla rodeado de tierras que tal vez forman un continente circular en toda su esten- sion. E Las observaciones de los navegantes, tanto como la abundancia de los 2cebergs, lo prueban. Además, la corriente circular de aire que gira en torno del polo antártico, se halla cargada de vapor acuoso, el cual se condensa al tocar á las tierras antárticas, en forma de nieve y de lluvia. Ahora bien, toda condensacion produce un gran despren- dimiento de calórico, y es justamente la humedad y el calor reunidos cuanto se precisa para un abundante desarrollo de vida orgánica, animal y vegetal. En torno del polo sud es pues muy probable exista una zona abundante en pastos, en arbustos, en flores y en todo género de vida animal aérea, marítima y terrestre. La prueba de esto la tenenos en la costa occidental de la Patagonia y en la Tierra del Fuego, en donde los guapos vientos oeste como los llaman los ingleses, que giran en torno del polo antártico, depositan su humedad, su calor y su fecun- didad. (Continuará). REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por MARCIAL R. CANDIOTI (Continuacion) «Buenos Aires, Agosto 30 de 1876. «Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina, D. Pedro Pico. - «Tengo el honor de poner en manos de Vd., la solicitud adjunta suscrita por el número de sócios que prescribe nuestro reglamento - para proponer la admision de sócios corresponsales y honorarios. «Al hacerlo me cabe la satisfaccion de haber sido uno de los ini- ciadores de este pensamiento que ha encontrado la más simpática acogida de parte de nuestros consócios, quienes se han prestado _deferentes á prohijar con su nombre tan loable pensamiento. «No dudo, señor Presidente, que él encontrará igual acogida de parte de los demás miembros que componen nuestra asociacion, y en ese caso me sería grato poder ofrecer al señor Presidente y á la asociacion que tan dignamente preside, mis buenos oficios para hacer llegar por conducto seguro, los diplomas á las personas agra- ciadas, proporcionándome así la ocasion de hacer conocer nuestra asociacion del esterior y especialmente de mi pátria, honor que me sería sumamente satisfactorio merecer, haciendo de mi parte lo po- sible por corresponder á tan significativa prueba de confianza. Dios guarde al señor Presidente. «A. Floro Costa.» TON ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (TRADUCCION) - « Museo Nacional. « Directorio General. «Rio de Janeiro, 31 de Octubre de 1876. «Ilustrisimos señores D. Pedro Pico y D. a S. 7 eDallas. Pre= cd sadente y Secretario de la Sociedad Cientifica Argentina. | «Acabo de recibir con la comunicacion de vuestras señorías, el di- ploma de miembro corresponsal de la Sociedad Cuentos Argentina, de cuya honra me siento satisfecho . : | «Agradeciendo la atenta comunicacion , Tuégoles especialmente de de poner en conocimiento de esa importante institucion, mis agrade= cimientos, y hacerle presente que en primera oportunidad remitiré las dos primeras entregas del primer volúmen de los Archivos del Museo Nacional. e «Pido particularmente á vuestras señorías, la gracia de enviarme - cuando sea posible una lista de las instituciones de educacion su= perior más importantes, para poderles ofrecer tambien los archi- vos del Museo brasilero en cange de sus publicaciones. «Recibí el órgano importante de la Sociedad Cientifica "Argentina, como tambien el reglamento de esa asociacion. «Aprovecho esta oportunidad para presentará vuestras señorías mi mayor consideracion. «Ladislao Netto. » « Sociedad Científica Argentina. «Buenos Aires, Enero 3 de 1877. «Señor Dr. D. Ladislao Netto, miembro corresponsal de la Sociedad. Cuentifica Argentina. «Cumpliendo con los deseos manifestados por Vd. en su nota de fecha 31 de Octubre, he dado cuenta de ella á la Sociedad Crenti- fica Argentina, que agradece la oferta que Vd. hace de remitirle en primera oportunidad las dos primeras entregas del primer volúmen de los Archivos del Museo Nacional que Vd. tan dignamente dirije. «El señor miembro corresponsal solicita tambien de nosotros una lista de los establecimientos de instruccion superior con asiento en - esta capital, y que cuenten con órganos de publicidad que puedan ser cangeados por los Archwos del Museo Nacional. En la Provincia REVISTA DEL ARCHIVO 71 de Buenos Aires, como en el resto de la República, varios son los establecimientos del género á que Vd. se refiere, y bien arraigado es el crédito que gozan en la opinion de personas caracterizadas ; pero no lodos ellos están representados en la prensa periódica. «Sin embargo, me es muy grato poder adjuntar á Vd. la lista si- guiente, que no solo comprende establecimientos de educacion, sinó tambien algunas sociedades de indisputable interés nacional, - cuyo marcado celo y competencia en cuestiones de ciencias natura- les y sociales, de ganadería, etc., han hecho llamar sobre sí la aten- cion del público y del gobierno. «Hé aqui la lista á que me refiero : «1% Anales de Educacion de la Provincia de Buenos Aires; «22 Academia de Ciencias Exactas de la Universidad de Córdoba ; «3% Anales del Museo Público de Buenos Aires (aparece en perío- dos indeterminados); «4 La Biblioteca Pública de Buenos Aires, con la cual, bien po- - día establecerse el cange entre sus importantes materiales y los - Archivos del Museo Nacional; «5% La Facultad de Medicina ; «6 La Facultad de Farmacia ; «7% La Biblioteca Nacional (en las mismas condiciones que la de la provincia) ; «8% La Sociedad Rural Argentina ; «9% La Academia Argentina de Ciencias y Letras, que se halla en vísperas de publicar la primera entrega de un Diccionario de Ar- gentinismos. «Antes de terminar, creo muy oportuno indicar á Vd. la conve- niencia que habría en servirse de la influencia y de la buena volun- tad del señor Cónsul Brasilero en esta capital, para poder alcanzar con buen resultado el fin plausible que Vd. se propone. «Sin otro motivo me es grato saludar á Vd. con mi mayor consi- -— deracion. « PenroO Pico, «Presidente. « Estanislao S. Zeballos, «Secretario.» 79 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA « Buenos Aires, 12 de Marzo de 1877. «Señor Doctor Don Ladislao Netto « Rio de Janeiro. « He tenido el honor de recibir su comunicacion fecha 24 de Fe- _brero de 1877, con la cual nos remite algunos números de los Archivos de ese Museo, para ser distribuidos aquí, 4 lo cual hemos dado exacto cumplimiento. - «Esperando que nuestras relaciones continuarán en el mismo pié y recíprocamente benéficas, tengo el placer de saludar á Vd. á nombre de la Sociedad Científica Argentina que presido. « Pebro Pico, « Presidente. « Estanislao S. Zeballos, « Secretario ». N* 73. Sócios activos aceptados en 1876. Solicitudes y propost- ciones de 1mgreso. (Fojas 825-858). — El número de sócios activos alcanzó en 1876 á ciento cuarenta y dos, es decir, treínta y nueve más que el año anterior. Las solicitudes de ingreso que compren- de este espediente, corresponden á los nuevos sócios: Alfredo Huergo, O. Knoblauch, J. Palmer Smythies, Joaquin Cascallares, Angel de la Cuesta, Enrique Gore, Luis A. Viglione, ingeniero Pru- dencio Guerrico, Doctor Norberto Quirno Costa, Jorge Higgin, ingeniero Rodolfo Palacios, Doctor Rafael Herrera Vegas, Doctor Augusto C. de Pádua Fleury, Doctor Juan Adrian Chaves, Carlos Gallarani, José Benitez, Jorge Cadrés, J. Maraini, Otto Krause, Pastor del Valle, Saturnino L. Salas, Doctor Juan Agustin García, Simon Zárraga, Doctor Felipe L. Ardenghi, Doctor Domingo Pa- rodi, Pedro Coni, Carlos Gaffarot, Ernesto Madero, Ezequiel de Elía, Miguel T. Salas, José Antonio Lagos, Fermin Gorordo, inge- niero Joaquin Maqueda, Doctor Pedro F. Roberts, Doctor Pedro A. Mattos, Otto Schnyder y Doctor Felipe Solá. Finalmente, en el movimiento social de este año se cuentan : Visitas y escursiones científicas.......... 5 Sesiones de la Comision Directiva........ 36 Asambleas ..... OE e Rd 19 Comunicaciones salidas de la Sociedad... 316 REVISTA DEL ARCHIVO : ON La mayor parte de las actas de sesiones fueron publicadas en los primeros tomos de los Anales. Las comunicaciones constan en el primer libro copiador de Secretaría. eS 6 Ml Año 1877 (Libro 111 del Archivo) Los espedientes de este año alcanzan á sesenta y cuatro. 2 IN" 4. Informe del Doctor Pedro N. Arata, sobre una muestra de ! carnes conservadas. (Fojas 1-2). «Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. « He recibido una muestra de carne seca, remitida á la Sociedad por el señor Mistory, y por intermedio del socio Doctor Salas; y « cumpliendo con el encargo de la Junta Directiva, doy cuenta de mi cometido. : | « Habiendo tenido ocasion de hablar con el interesado sobre este asunto, he podido comprender que lo que este señor pide á la So- - ciedad es un certificado de bondad de su producto. Me presentó un espediente en el que aparecen un certificado de varios profeso- res de Nápoles espedido al inventor del proceder (que no es el solicitante, sinó otro cuyo nombre no recuerdo), atestiguando que «su pedazo de carne conservada fué cocinado en el laboratorio de esa Universidad produciendo un buen caldo y un excelente puchero. « Por el mismo espediente he podido apercibirme que este ha corrido algunos trámites, en algunas oficinas nacionales llegando hasta la de Patentes de Invencion. Una resolucion de esta oficina pide al inventor la descripcion del proceder empleado, para paten- | tarlo en caso de novedad, segun los términos de la ley de pa- tentes. «El interesado me manifestó que no era su ánimo revelar el secreto. Habiéndole hecho notar que tendría mayores garantías 714 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA adquiriendo la patente en forma, se mostró muy poco dispuesto 4 á someterse á las leyes de patentes de invencion que nos rijen. «Despues de estos antecedentes no me pareció prudente proce- der á una investigacion séria sobre la carne remitida. | «Creo que la Sociedad Cientifica Argentina no puede ni debe erigirse en Oficina de Certificados para todos los que quieran obte- ner alguno, para hacerlo más tarde figurar como un título esplo- table en sus relaciones con el consumidor. «Por otra parte, conservar carnes en condiciones como la que se adjunta como muestra, no es tan difícil como se puede creer á primera vista. Sal comun, acetatos alcalinos y térreos, los boratos, la goma, el azúcar, la glicerina, etc., y hasta la disecacion por sí sola producen carnes conservadas iguales y hasta mejores de la que me ocupa. «En consecuencia sería de parecer que la Comision Directiva re= solviese agradeciendo al solicitante su comunicacion (y esto por deferencia al socio Doctor Salas que lo ha presentado) y no espi- diendo certificado de ningun género al señor Mistory. al « Aprovecho la oportunidad para saludar al señor Presidente. « Pedro N. Arata ». Este informe fué aprobado por la Sociedad. N* 2. El ingemero Don Juan Pirovano comunica aceptar el puesto de vocal de la Comision Redactora de los Anales. (Foja 3). N* 3. Sobre exoneracion de patente al aserradero de los señores Bletscher y compañia. Informe de la Sociedad y resolucion del Go- bierno. (Fojas 4-7). — Habiéndose presentado los señores Bletscher y compañía en 1876 al Gobierno de la Provincia solicitando exone- racion del pago de patente por su curtiembre y aserradero á vapor, y oido el dictámen del Fiscal, aquel Gobierno pidió informe á la Sociedad sobre el asunto, nombrándose en la sesion del 16 de No=- viembre al Doctor Juan J. J. Kyle para que se espidiera en este punto á la brevedad posible. He aquí el informe del Dector Kyle : «Señor Presidente de la Socredad Crentifica Argentina. « Los señores Bletscher y compañía, en la solicitud que antecede, piden al Exmo. Gobierno la exoneracion de una patente industrial, REVISTA DEL ARCHIVO 70 -fundándose en que, en su establecimiento solo se elaboran produc- tos del pars; y existiendo una duda si se debe considerar el aserra- dero á vapor y curtiembre de que los solicitantes son los propieta- rios, comprendidos entre las establecimientos industriales á que se refiere la ley de 22 de Marzo de este año, el. Exmo Gobierno ha te- nido á bien consultar á la Sociedad Cientifica Argentina sobre el particular. «Señor Presidente : creo no equivocarme, suponiendo que, al dic- tar la referida ley, la Legislatura ha querido dar estímulo á las . Industrias nacionales y especialmenteá aquellas que benefician las materias primas que produce nuestro país. «El señor Fiscal en su informe de fecha 16 de Agosto, opina que el curtir cueros y aserrar madera no sea la elaboracion y transfor- macion de las materias primas que quiere la ley, y dice que es el zapatero y no el curtidor que elabora ó transforma la materia prima ó piel. Creo que no es admisible esta opinion. La transformacion de la piel se hace durante el curtumiento y el cuero curtido es un producto industrial muy diferente en sus propiedades físicas y quí- micas de la piel ó materia prima. «El curtidor efectúa una transformacion mucho más importante en la materia, que el zapatero, y propiamente hablando, este no transforma una materia prima sinó que hace uso en su oficio de un material elaborado y transformado en distintas operaciones, especialmente bajo la accion química de la materia curtiente. «No puedo creer que sea el espíritu de la ley protejer al zapatero, al sastre ú otros industriales, en cuyos talleres se trabajan cortando y cosiendo los cueros y telas curtidos ó tejidas en el pais, y negar la misma proteccion á aquellos industriales que han tenido que arriesgar fuertes capitales y luchar con mil obstáculos para fundar las curtiembres y establecimientos fabriles en que se transforman las materias primas, elaborando productos en estado de ser usados -por los industriales antedichos. «Para curtir un cuero es menester emplear una materia curtiente, una de las más empleadas siendo el tansmo, ó alguna materia vege- tal que contiene este principio astringente; cuya combinacion con la materia gelatigena de la piel, constituye el curtido. La fuente más económica de dicho principio que existe aquí es el aserrin de ciertas maderas, como por ejemplo el quebracho; y el medio más económico de obtener el aserrin es presisamente el que han adop- tado los solicitantes; — tener un aserradero á vapor, y, combinan- 76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA do las dos industrias, hacer una el complemento de la otra. Al hacer esto los señores Bletscher y compañía han procedido estrictamente de acuerdo con lo prescrito por las leyes de la tecnología. Por lo tanto, y sin omitir un juicio sobre la cuestion, si el cortar á cer- rucho un tronco de árbol en tablas, vigas ó tirantillos debe consi- derarse una elaboracion de una materia prima (que es una trans- formacion mecánica, no puede haber duda), creo que la Comision Directiva de la Sociedad Cientifica Argentina haría bien en recomen- dar al Exmo. Gobierno haga lugar á lo solicitado por los señores Bletscher y compañía. «Dios guarde al señor Presidenie. : «Juan J. J. Kyle ». La Junta Directiva resolvió aprobar este informe relativamente á la exoneración aconsejada por el Doctor Kyle, de la fábrica de curtiembre, y pasar una nota al Gobierno, haciéndole presente, que respecto al aserradero á vapor no se le consideraba en las mismas condiciones para pretender igual exoneracion, punto sobre el cual el señor Kyle en su informe no abría opinion alguna. ci Pasada aquella nota, el Gobierno resolvió de conformidad con el informe de la Sociedad Cientifica Argentina y contestó en estos tér- minos: « Ministerio de Hacienda de la Provincia. « Buenos Aires, Enero 13 de 1877. «Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentma. « Tengo el honor de trascribir al señor Presidente para su cono- cimiento y fines consiguientes la resolucion espedida por el Poder Ejecutivo en la solicitud presentada por los señores Bletscher y compañía, pidiendo se les exonere del pago de patente por el aser- radero á vapor y curtiembre que tienen establecido en la esquina de las calles Centro-América y Cangallo : | «Buenos Aires, Enero 13 de 1877. « Visto lo solitado, dictaminado por el Fiscal é informado por la. Sociedad Cientifica Argentina, el Poder Ejecutivo resuelve exonerar REVISTA DEL ARCHIVO Ad por el término de 5 años del impuesto de patente que corresponde á la fábrica de curtiembre á que se hace referencia, no compren- diéndose en esta escepcion el aserradero de maderas que poseen; - en la inteligencia que deberán emplear esclusivamente materias primas del país para la elaboracion de sus productos y que en caso asi no lo hicieren quedará sin efecto esta concesion y abonarán la patente que les corresponda con más la multa que determina la ley. Hágase saber á los interesados, á la rencionada Sociedad Cientifica y al Fiscal, encargándose á la Direccion de Rentas de la vigilancia en el cumplimiento de esta resolucion, y repónganse los sellos; á sus efectos vuelva á esta. — €. Casares. —R. Varela. «Dios guarde al señor Presidente. «R. Varela ». N* 4. Una comunicacion del amgemero José Mazzr, proponiendo una conferencia sobre el teodolito-cleps. Enero de 1877. (Foja 8). — - La conferencia tuvo lugar en la Asamblea del 18 de Febrero. N' 5. Espediente de la comision encargada de reunir antecedentes Y documentos para el Archivo de la Sociedad Cientifica Argentina. - (Fojas 9-17). — La Sociedad nombró en Enero de 1877 una comi- sion compuesta de los ingenieros: Luis Silveyra, Carlos Stegman, Rómulo Otamendi, Juan Pirovano y Félix Rojas para que proce- dieran á reunir todos los antecedentes y documentos posibles sobre obras públicas, los que serían conservados en el Archivo de la Sociedad. En el espediente se encuentra 1% Una nota de la comision aconsejando las medidas á tomar para realizar su plan ; | 2% Una nota de los Administradores de la Biblioteca Pública ofreciendo los antecedentes que sobre obras públicas posee el esta- blecimiento. Comunicaciones análogas se conservan del Archivo General de la Provincia, del Ministerio de Hacienda de Buenos Aires, del Ferro= Carril del Oeste, del Ferro-Carril del Sud, del Senado de la Provin- Cia y del Departamento de Ingenieros Nacionales. Casi todos estos documentos se publicaron « en los primeros tomos de los Anales. ON, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA - El resultado práctico no fué lo que se esperaba; sin a se encuentran algunos documentos y antecedentes obtenidos por este. ) proceder de la comision. E, N* 6. El señor Eduardo A. Hopkins ofrece para el Archiwo de la Sociedad las observaciones de vientos y mareas del Rio de la Plata, en los años 1869 y 1870. (Foja 18). os Nas Una: comunicación del señor Florentino o da dh Junta Redactora. (Foja 19). d N* 8. Dosnotas de la comision de la Exposicion de Paris (1878 ) a solvertando el concurso de la Sociedad Cientifica Argentina. (Fojas 20 y 21). N* 9. Sobre exoneración de Patente y Contribución Directa d fábricas de harina. Informe dá los Poderes Públicos. (Fojas 22-23).— La Cámara de Diputados de la Nacion remitió en Noviembre de - 1876 á la Sociedad, el espediente de la solicitud de algunos fabri- cantes de harina, sobre exoneración 1 de Patente y Contribución Di- recta, para oir su informe. ento el Ministro de Hacienda de la Provincia de puna Aires remitió otro espediente análogo, pidiendo informe á la Socie= dad sobre la solicitud de los señores Riton é hijos en igual carácter. El señor Marcos Mañé encargado del informe presentó el escrito que más abajo transcribimos, modificado por la Comision Directiva, y el que fué elevado al gato quien resolvió de acuerdo con el E . dictámen de la Sociedad. o - He aquí el documento que se conserva al respecto. « Buenos Aires, Marzo 21 de 1877, «Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. « Muy á pesar mio he dilatado el informe que adjunto, por causas cuya produccion es independiente de la voluntad. : «No encontrando punto obligado al informe que se me po contesto por órden los puntos que puedan interesar: «19 Si bien los molinos están en general montados especialmente REVISTA DEL ARCHIVO 79 para la molienda de los trigos, basta simplemente cambiar el pica- do de las piedras, para que se puedan moler otras materias; «2 Para hacer la concesion que se pide al enunciar el artículo de la ley, es necesario, no solo impedir que los molineros compren _trigos estrangeros, de los cuales se introduce en cantidad y con los que se hacen las mezclas ; «3% Es imprescindible la imposición de una fuerte pena para el caso de. una contravención ó lo que se indica en el período 2*, y además, imposible la verificacion, si el Gobierno no nombra uno ó más agentes, que velen de cerca su cumplimiento. «Por lo demás es evidente que esta industria es de gran utilidad para el país y la disminucion de los cargos que sufra, se ha de hacer sentir favorablemente en la masa de la poblacion. - «Saludo al señor Presidente con la mayor consideracion, $. $. «M. Mañé ». « Buenos Aires, Abril 3 de 1877. «Señor Ministro de Hacienda, D. Rufino Varela. « Remito á manos de V. S. los espedientes sobre exoneracion de Patente y Contribución Directa, formados á consecuencia de las solicitudes de varios dueños de establecimientos de molinos para fabricacion de harinas. ) «La Sociedad Cientifica Argentina pidió informe á uno de sus sócios señor M. Mañé, y este señor le remitió el que en cópia se acompaña. « Considerado por la Junta Directiva de la Sociedad resolvió modificarlo y aconsejar al Gobierno el conceder á los solicitantes la exoneración que solicitan, ya sea que elaboren trigos ú otros granos, siempre que ellos sean producidos en el país. «Respecto á la pena que deberá imponerse á los que faltaren á ley, V. S. está en mejor aptitud para resolver lo que sea más con- veniente. « Tengo el honor de saludar al señor Ministro con mi mayor con- -Ssideracion. « Penro Pico, « Presidente. « Estanislao S. Zeballos, « Secretario. » A NR ES a 80 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA N* 10. Una nota de la Comasion Directiva de la Biblioteca Popu- lar de Belgrano solicitando la coleccion de los Anales. (Foja 24). N* 11. Donacion de obras para la Biblioteca de la Sociedad por Don Juan Marta Gutierrez. (Fojas 25-26). N* 12. Antonto Somellera. Comunicacion sobre su crítica al puerto Buenos Arres. (Foja 27). N* 13. Lavaderos y criaderos en San Luis. Memoria dirijida d la Sociedad Cientifica Argentina por German Avé-Lallemant. (Fojas 28-31). — Publicada en el tomo Ide los Anales. N' 14. Varios socios proponiendo reformas del Reglamento. (Foja 32). sd N* 45. Una nota del señor Juan Dillon aceptando una comision de la Junta Directiva. (Foja 33). N* 16. Instalacion de la Sociedad de Agrimensores. Comunica- ciones. (Fojas 34-36). —Se fundó en Mayo de 1877 bajo la presiden- cia del señor Justiniano Linch ; posteriormente sedisolvió haciendo donacion de todo su mobiliario y útiles á la Sociedad Cientifica Argentina. N* 17. Comuncaciones de la Sociedad Argentina de Horticultura. Instalacion de la Biblioteca. (Foja 37). N” 18. Comunicacion del Club Industrial Argentino. Eleccion de Junta Directiva. (Foja 38). r N* 49. Observaciones meteorológicas de San Luis, de Enero d Julvw de 1877, por German Avé-Lallemant. (Fojas 39- + — Publi- cadas en el tomo III de los Anales. N* 20. Nómina firmada por varros socios comprometiéndose 4 dar : conferencias cientificas en el local. (Fojas 42-43). N* 21. Convento celebrado entre la. Sociedad Crentifica Argentina, y la Asaciacion Médica Bonaerense para adquirir un local comun. (Foja 44). — «El Doctor Don Rafael Herrera Vegas, por la Sociedad Médico Bonaerense y el Doctor Don Estanislao S. Zeballos, por la U REVISTA DEL ARCHIVO : 81 Socredad Cientifica Argentina, corapetentemente autorizados han convenido: «1* Ambas Sociedades se unen con el objeto de alquilar un local: adaptado á sus necesidades é instalarse en él de acuerdo con las siguientes bases : «a) Cada una de las Sociedades nombradas concurre hasta con dos mal pesos m/c. para los gastos comunes. «b) Son gastos comunes: el alquiler de casa, pago de portero, de alumbrado é impuestos. «c) Los gastos de refaccion general del local, dotacion de mobilia- rio é instalacion de las oficinas de uso comun á ambas sociedades. será pagado mitad á mitad. « d) Son oficinas de uso comun: un salon para las asambleas y reuniones de las sociedades y un salon de lectura. «e) Las bibliotecas de una y otra Sociedad serán de'uso comun entre los miembros de ella, con sujecion á los reglamentos respec- tivos... «f) Las resvectivas Comisiones Directivas ó sus delegados, arre- - glarán todo lo concerniente á la mejor instalacion de las sociedades en el local, y harán cuanto la buena armonía exija para la mejor ejecucion de este convenio, dictando los reglamentos internos que fuesen necesarios. « Buenos Aires, Mayo 28 de 1877. « Estanislao S. Zeballos. — Rafael Herrera Vegas ». N* 22. Comunicaciones de la Sociedad Argentina de Horticultura. (Foja 45). N* 23. Informe sobre enfermedades de la viña, presentado dá la Sociedad Cientifica Argentina por Miguel Puiggari, Pedro N. Arata y Cárlos Berg. (Foja 46). — Las autoridades de Bahia Blanca fueron las primeras en preocuparse de la destruccion de las viñas de aquel partido, elevando con este motivo al Gobierno de la Provincia un espediente con algunos informes adquiridos en la localidad para que tomara las medidas del caso. | Este espediente lo remitió el Gobierno á la Sociedad Cientifica ANAL. SOC. CIENT. ARG. To XXXI 6 82 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Argentina en 1877, y esta nombró una comision que debía sols el punto. Se espidió así : ; «Señor Presidente de la Sociedad Crentifica Argentina. « Los que suscribimos nombrados en comision para estudiar el asunto remitido por el Gobierno de la Provincia, relativo á la en- fermedad de la viña que se ha desarrollado en Bahia Blanca, tene- mos el honor de presentar 4 la Comision Directiva las siguientes consideraciones: «El único dato que puede servirnos como antecedente para dilu- cidacion de la cuestion es un informe de los señores Teófilo y Car- los Tschudi. En dicho informe no existen los elementos necesarios - para formular un diagnóstico de la enfermedad que ha atacado á las viñas de aquel partido; los señores Tschudi nos lo han formu- lado, atribuyendo el mal al Ovdvum Tucker: y al Phailervum vitas. «Careciendo de ejemplares de las viñas enfermas, no podemos nosotros decidirnos, ni en favor ni en contra de la clasificacion hecha por los informantes. Nos limitamos á apoyar todas las me- didas que ellos proponen para conjurar el mal, siempre que sea verdadero el mencionado diagnóstico. «Debemos hacer presente tambien que no creimos necesario el concurso que ofreció á la Sociedad el señor Yeanne por la razon mencionada. «Aprovechamos la oportunidad para saludar al señor Presidente. «Pedro N. Arata. — Miguel Purggart. — Cárlos Berg.» Este informe se elevó en seguida al Gobierno. N' 24. Reformas del Reglamento de la Sociedad Cientifica Ar- gentina. Dictámen de la comision. (Fojas 47-51). — Se publicaron las actas correspondientes en los Anales. El nuevo Reglamento empezó á regir en 1878. | N* 25. Donacion de minerales para el Museo de la Sociedad, por Félix Rojas. (Foja 52). REVISTA DEL ARCHIVO 83 N* 26. Donacion de muestras de fósiles de Arrecifes por Adolfo Buttner, para el Museo de la Sociedad. (Fojas 53-54). « Buenos Aires, Junio 11 de 1877. «Señor Don Pedro Pico, Presidente de la Sociedad Cientifica Ar- gentina. «Encontrándome en el partido de Arrecifes á principios de este mes, llegó á mi conocimiento que muy cerca del pueblo, y sobre un arroyo, segun tengo entendido, se encuentra un depósito de hue- sos fósiles, que por su tamaño no deben pertenecer á animales de nuestra época. Debido al poco tiempo de que disponía, no pude cerciorarme de lo espuesto, y al efecto encargué allí á la misma persona de quien obtuve la noticia, que tuviera á bien remitirme algunos de esos huesos. «Mi pedido no se ha dejado esperar, señor Presidente, y hoy tengo el gusto de adjuntarle una de aquellos, con el vbjeto de que alguno de nuestros consócios se sirva estudiarlo, y si en caso lo encontrara de mérito creo que la Sociedad no debería trepidar en comisionar alguno de sus miembros para proceder á su estraccion ; pues que segun me manifiesta la persona á que me refiero, existe completo el armazon (textual); y como Vd. comprenderá si esto fuera cierto, sería una adquisicion muy valiosa la que se obtendría para el Museo de nuestra Sociedad. En el caso de que esta resolviera de acuerdo con lo que he indicado, yo daría al sócio comisionado las esplicaciones necesarias para llegar al lugar del depósito. «Sin más, saluda al señor Presidente con toda consideracion. «A. F. Bultner. » _N* 27. Sobre la. comision encargada de estudiar las dumensrones más convenientes del ladrillo de construccion. Nota del señor Adolfo Buttner. (Foja 55). No 28. Donacion de fotograJías celestes por el Doctor Benjamin A. Gould. (Foja 56). — Se conservan en los salones dos grandes fotografías de la luna, tomadas en el observatorio de Boston en 1877, y la correspondiente nota de remision. 84 ANALES DE LÁ SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA N* 29. la Sociedad Rural Argentina sobre cambio de local (Foja 57). N* 30. Comunicacion del señor Juan M. Cagnoni sobre regla- mentación de planos de topografía y construcciones civiles. (Foja 58). N* 31. Espediente sobre el descubrimiento de. un cementerio indigena en el partido de la Exaltacion de la Cruz (Campana). (Foja 59-87). — Documentos: 12 Comunicacion de los señores E. S. Zeballos y Pedro Pico sobre el descubrimiento del cementerio indígena. Resolucion de la Junta Directiva; 2 Comunicacion del señor German Burmeister; 3 Comunicacion del Ferro-Carril de Buenos Aires y Campana; 4 Comunicacion del señor Pedro Pico, aceptando formar parte .de la Comision de Investigaciones ; 5% Comunicacion del señor Francisco P. Moreno, en el mismo sentido; 6” Comunicacion de los señores Pedro Pico y aaa s. Zeballos; 7% Nota del Ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, ofreciendo su concurso, éincitando á la Sociedad á la formacion del Museo Arqueológico y Antropológico de Buenos Avres; 8 Comunicacion del Doctor F. P. Moreno; 9” Resoluciones de la Junta; 10. Informe de la Comision; 11. Nota del Ferro-Carril de Buenos Aires y Campana ; 12. Comunicaciones del señor R. Lapage; 13. Observaciones al informe de la Comision por Carlos Berg y Francisco P. Moreno ; 14. Contestacion á las observaciones de los señores Berg y Moreno, firmada por los señores Zeballos y Pico; 15. Comunicacion del señor M. Agrelo; 16. Acta de la comision encargada de estudiar el cementerio indígena. Las actas de Asambleas y de sesiones de la Junta Directiva cor— respondientes á 1877 y 1878 contienen tambien las Pao y resoluciones adoptadas sobre este asunto. Los señores Zeballos y Pico empezaron á publicar en el tomo vi de los Anales un informe sobre las investigaciones que habían REVISTA DEL ARCHIVO : 85 hecho en el Túmulo histórico de Campana. Ignoramos la causa de haberse interrumpido la publicacion de un artículo por demás - interesante. Efectuando el señor Pico una mensura en estos terrenos anega- dizos del gran bañado del Paraná, en Campana, llegó, segun dice aquel informe, á un sitio donde la horizontalidad del terreno era interrumpida por una pequeña colina, la cual siendo un accidente muy estraño en el terreno llamó vivamente su curiosidad. Encon- tró en aquel paraje varios objetos de alfarería y piedra disemina- dos en una larga estension. Posteriormente el señor Pico comunicaba su descubrimiento al Dr. Zeballos, y ambos, animados por laimportancia de las investiga- ciones que bajo el punto de vista histórico y arqueológico podían efectuarse sobre esta base, se trasladaron á aquel sitio dispuestos á adquirir todos los datos posibles y recojer los objetos que supo- -nían ser: útiles, fósiles, etc., de tiempos prehistóricos. Es muy curioso y digno de leerse el artículo del Doctor Zeballos, que hemos citado, y en el cual describe totalmente la escursion y los curiosos objetos encontrados, en todos los puntos que recorrie- ron. Estos señores, con el noble propósito de que su descubri- miento fuera de utilidad práctica é inmediata á la Sociedad Crenti- fica Argenta, haciéndola propietaria de su coleccion, no trepidaron en comunicárselo, proponiendo seguir adelante las investigaciones que ellos comenzaron, exigiendo solamente algunas condiciones que detallan al fin de la siguiente comunicacion : «Buenos Aires, Julio 12 de 1877. «Señor Presidente de la Sociedad Crentifica Argentina. «Los infrascritos tienen el honor de rogar al señor Presidente, se sirva poner en conocimiento de esa Asociacion, el hecho que pasan á comunicarle y que importa un acontecimiento notable, llamado á despertar la atencion del mundo científico. «Uno de nosotros viajaba hace meses por el partido de la Exal- tacion de la Cruz, no léjos de la costa del Paraná, y halló sobre un .médano de tierra vegetal que se destacaba sobre la horizontalidad del bañado algunos fragmentos de barro cocido al fuego, un tanto análogos á los de tiestos de plantas que todos conocen; pero con 86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA las huellas de un arte embrionario representados en dibujos más ó menos caprichosos. « Habiendo cambiado ideas sobre el particular, los abajo firma= dos convinieron en que aquellas valiosas reliquias de una industria primitiva, eran monumentos prebistóricos de la famosa raza Guara- ni que derramó sus tribus y sus armas sobre la América del Sud, desde las Antillas al norte, hasta las márgenes del Rio Salado, por lo menos, al sud de Buenos Aires. « Convinieron asímismo en trasladarse al paraje en que dichas huellas fueron halladas, para verificar una esploracion detenida, con el fin de reconocer la procedencia de aquellos misteriosos tes- timonios de una civilizacion primitiva. «En la semana que ha pasado logramos la oportunidad de rea- lizar nuestro prolijo reconocimiento de aquellos terrenos, en los cuales tuvo su asiento hace siglos el imperio de la raza (ruarant, ya del todo extinguida en esta provincia. «Recomendados por nuestro compatriota el Doctor Don Eduardo Costa, llegamos á Campana, donde fuimos recibidos de la mejor manera posible, y prolijamente atendidos por las autoridades y vecinos más respetables, especialmente por los señores Don Emilio y Don Julio Costa, á quienes agradecemos el esmero y entusiasmo con que cooperaron á la empresa cientifica que nos llevaba. « Trasladadns al terreno, establecidos en nuestro campamento y con peones suficientes para nuestras investigaciones, obtuvimos un resultado que ha excedido en mucho nuestras esperanzas. «Sobre un campo absolutamente llano, de bañado, se levantaba un médano de tierra vegetal, afectando en su contorno la forma de una elipse, cuyo diámetro mayor mide 79 varas; 32 varas el el diámetro menor y algo más de 3 varas la mayor altura del mo- numento sobre el plano del terreno. Basta un simple golpe de vista para comprender que aquello no es efecto de una causa natural, sinó de la obra del hombre. Los paisanos nos decían que era el altode un antiguo redil de aio pero allí no hay un solo indicio de estas. «En cambio, el suelo parece enladrillado, lo cubren innumera- bles fragmentos de tiestos, dearmas y de otros utensilios, en abun- dancia de tal manera sorprendente, que uno se siente embazarado en el primer momento, sin saber qué alzar primero y desde dónde empezar las pesquizas, pues en todas partes se pisa reliquias de primitiva industria. REVISTA DEL ARCHIVO 87 «Este hecho da por sí solo la clave para esplicarse el orígen de aquel médano. Es obra de los Guaranís, que desaparecieron de nuestro suelo cediendo el campo á las armas del Rey, despues de disputarselo en combates famosos y horrendos. «¿A qué había sido destinado este monumento ? «¿Era un simple paradero, es decir, un asiento permanente de sus tolderías? ¿Era un cementerio ? ¿ «Desde que salimos de Buenos Aires llevábamos esta sospecha, y apenas parados sobre el médano, tomó el carácter de una conviccion. «Comenzamos, pues, nuestras escavaciones dirijiéndolas cen todo género de precauciones y practicándolas personalmente á menudo. «Abrimos un foso de una vara de ancho atravesando el médano de humus en el sentido de su eje menor. La profundidad que di— mos al foso fué toda la del médano hasta la misma capa de tierra del bañado. «A vara y media habiamos profundizado nuestra escavacion y ya teníamos recogidos innumerables objetos de piedra, de hueso y de barro, trabajados, labrados y pintados, etc., por el hombre pre- histórico. «Alí mismo empezamos á descubrir una veta de tierra amarillenta con grandes nódulos de tierra vegetal carbonizada y con un copioso depósito de huesos de pescado y de cuadrúpedos, rotos y enteros. « Descubierta esta tierra, abrazaba una estension de dos varas cuadradas próximamente : era el asiento de uno ó de varios fogones primitivos. « La esploracion completa de este accidente nos dió un rico re— sultado en piedras talladas y alfarería. « Habiamos descubierto pues las huellas evidentes de un pobla- cion prehistórica. Allíestaban sus armas, sus utensilios, sus obras de arte, los detritus de sus festines... |! ¿No estarían tambien sus esqueletos ? «Nuestra convicción nos inclinaba á la afirmativa y aunque á las veinte y cuatro horas de cavar teniamos un foso estenso sin vestigios de aquellos, no por eso perdimos la fé que nos animaba. «Resolvimos entónces abrir el terreno en muchos puntos dife- rentes. Eran las tres de la tarde del 9 de Julio y nos ocupábamos de esta tentativa, cuando un peon hizo saltar de un golpe de pala un hueso partido en tres fracciones. (Continuard). MISCELÁNEA Exploracion de la Sierra de la Ventana. — A principios de Di- ciembre ha salido nuestro consocio señor Julio Koslowsky, conservador del Museo de * la Universidad, para efectuar una exploracion preliminar en las Sierras de la Ven= tana, Curamalán y Pillahuincó. El profesor Aguirre le ha dado las instrucciones para hacer las colecciones de minerales y de rocas, y si resultan estas de algun interés científico ó industrial, irá á los yacimientos mismos á completar su estu— dio. El Ministro de obras públicas señor Huergo ha cooperado por su parte al buen resultado de esta expedicion. Segun noticias del Curumalán, Koslowsky había encontrado, además de la cuar- cita, que es la roca más abundante, granito, gneis, diorita? y otras rocas crista- linas aún no señaladas allí. Ha encontrado en el Abra 27 de Diciembre algunás capas delgadas de caolín y fragmentos de piedra pómez, análogos á los que han sido donados últimamente al Museo de la Universidad, provenientes de Bahía Blanca. Las colecciones que ha hecho de plantas y de insectos son hasta ahora muy pequeñas, y á su regreso serán estudiadas por el Dr. Holmberg. Las langostas, sus depredaciones, medios de combatir- las, ete. — Las terribles langostas han hecho su aparicion en la Provincia de - Buenos Aires y la Sociedad Rural Argentina ha tomado la iniciativa para des- truirlas. Por su encargo, el señor Frers y nuestro consocio el señor Enrique Lynch Arribálzaga han confeccionado unas claras instrucciones dirigidas á los hacen= dados. Según el Dr Berg (*) nuestras langostas pertenecen á la especie, Acridium pere grinum, que tantos destrozos causa en todas partes del mundo, inclinándose aún á creer que sea originaria del nuevo mundo y que voluntaria ó involuntariamente haya atravesado el Océano. Tratándose, pues, de un tema de actualidad y á pesar de no contener ninguna novedad para los que se dedican á tan atrayentes estudios, creemos que presen— tarán algún interés para los lectores de los Anales los siguientes datos sobre las langostas que extractamos en su mayor parte del Traité d'Entomologie por M. Girard. Sin duda alguna el punto más importante del estudio biológico de los acridios es el hecho de las migraciones que llevan á cabo algunas especies en número in— menso y á gran distancia. : La especie más funesta, sobre todo por la gran extension geográfica sobre la cual se abaten sus famélicas cohortes, es el Acridium peregrinum, que se en— cuentra desde las costas de la China hasta la extremidad de Marruecos, en la Amé- () Véase Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, tomo IX, página 275 y siguientes. IS > MISCELANEA 89 rica Meridional, en Méjico y accidentalmente en la parte sud de Europa. Este continente es atacado á intérvalos, sobre todo en sus regiones orientales y meri- dionales por otras especies del mismo género ó de géneros vecinos. No ha podido aún esplicarse por qué ciertas especies de Acridios, aún cuando considerables por el número de sus indivíduos, permanecen siempre diseminados sobre inmensos espacios, sobre todo en las localidades montañosas y áridas, sin reunirse jamás en mangas y causar verdaderos destrozos ; otras, por el contrario, organizadas de la misma manera, permanecen de ordinario confinadas en deter— minadas regiones ; pero, á veces, en lugar de su limitada locomocion habitual, emprenden lejanos viages formando mangas impelidas por los vientos. Es muy probable que el instinto migratorio solo se desarrolle cuando les falta en absoluto el alimento y cuando los parásitos y demás enemigos naturales han sido impotentes para contener en justos límites el desarrollo de esta hambrienta muchedumbre. Despues de algunos dias empleados en hinchar de aire sus trá- queas, como obedeciendo á una señal y precedido de algunos enjambres avanzados, un inmenso ejército de destruccion toma vuelo y, ganando una capa atmosférica en que reine una corriente propicia, se dirige hácia las regiones cultivadas, for— mando nubes que interceptan la luz del sol; el choque repetido de las alas semeja el mujido del mar agitado. Las migraciones de las langostas no se producen en períodos determinados co- mo las de las aves. Parecen ser efecto de una verdadera voluntad y. segun el entomólogo erudito Amyot por esta razon las habría colocado Salomon en el nú- mero de los cuatro animales á los cuales acuerda la sabiduría. La compilacion entomológica de Moufett (*) contiene numerosísimos pero muy confusos datos sobre los acridios desvastadores . Este autor inocentemente da el siguiente ejemplo de la inteligencia de las lan gostas viageras : « Viven en concordia entre ellas sin necesidad del auxilio de un rey ó de un emperador. Aún vuelan juntas (Salomon, Proverbios XXX) sin rey, y conservan habitualmente la buena armonía ». Leemos en el Exodo (cap. X, versículos 13, 14 y 15): «El Señor hizo soplar un viento ardiente (el viento del sud, chamsin simoum) todo el dia y toda la noche. A la mañana este viento ardiente hizo elevar las langostas que cayeron sobre to= do el Egipto,y se detuvieron en todas las tierras de los egipcios en una cantidad tan terrible, que ni antes ni despues, jamás se vió tan gran número; cubrieron toda la superficie de la tierra y destruyeron todo ; comieron toda la yerba y todos los frutos que había sobre los árboles que habían escapado del granizo; y no quedó absolutamente nada verde, ni sobre los árboles, ni sobre las yerbas de la tierra en todo el Egipto ». Este relato bíblico es de una exacta y terrible verdad. El número de langostas sobrepasa todo lo imaginable en estas invasiones lo que justifica el nombre Arbeh (multiplicacion) dado por los hebreos á los insectos de la octava plaga de Egipto . Las mangas oscurecen el cielo á su pasage hasta tal punto que á veces no se puede leer en las casas. Vamos á dar algunos ejemplos de épocas relativamente recientes. Si las melolontas hicieron retroceder á una diligencia, las langostas dificulta- ron la marcha de un ejército. Despues de la derrota de Pultawa y en re— (*) Insectorum sive minimorum Animalium theatrum. Lóndres, 1634. 90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tirada en la Bessarabia, las tropas de Cárlos XII fueron obligadas á de- tenerse en un desfiladero. Los hombres y los caballos eran enceguecidos por una granizada viviente que salía de una espesa manga que interceptaba el sol. La aproximacion de las langostas fué anunciada por un silvido. El viagero in—- glés Barrow refiere que en el Africa Austral, en 1797, estos insectos cubrieron el suelo en una estension de dos millas cuadradas, y siendo impelidas hácia el mar por un viento violento, formaron cerca de la costa un banco de más de un metro de altura, sobre una longitud de 50 millas; luego cuando el viento cambió, el olor á putrefaccion se hizo sentir á 150 millas de distancia. Las invasiones de las langostas son verdaderas calamidades nacionales. Producen la devastacion completa de todos los cultivos y plantaciones del país y cuando ya no hay ni yerbas ni hojas estos insectos roen la corteza de los ár— boles y devoran los techos de paja de las habitaciones. En 1835 la China fué de— solada por los Aeridios. Los campos arrasados, las cosechas encerradas en las granjas fueron consumidas en gran parte. Los habitantes, aterrados huían de to= das partes á las montañas. En las localidades inundadas, donde la voracidad de estos insectos no podía sa= ciarse en detrimento de las cosechas en pié, entraban á las casas y comían las ropas, medias, etc. Las nubes de acridios cubrían el sol y la luna y sus depreda= ciones, comenzadas en Abril, continuaron sin interrupcion hasta las primeras he= ladas y nieves. En 1845 el general Levaillant vió en Philippeville (Argelia) una nube alada de 3 á 4 miriámetros de longitud, que formó sobre el suelo, al caer, una capa de varios centímetros de alto. Los vientos impelen á menudo las mangas de langotas á alta mar muy lejos de las costas. Kirby refiere que en 1811 un navío retenido por la calma á 200 millas de las “Islas Canarias, fué súbitamente, despues que comenzó á soplar un ligero viento que venía del Africa, rodeado por una nube de Acridios, que abatiéndose sobre el navío cubrieron el puente y las hunas. : Según Fischer se han observado en el Atlántico, grandes mangas de langos— tas, durante dós dias y á 450 millas del continente. Durante los dias subsiguien- tes una masa considerable de estos insectos muertos nadó sobre el Océano. La Europa Occidental sufre mucho menos el flagelo de las langostas que su parte oriental y meridional. Sin embargo las confusas referencias de Moufett nos muestran que la Francia ha sufrido esta calamidad. En 181, despues de J. C. en iria, Galia é Italia, durante la guerra y aún despues de su cesación, como un castigo suplementario á las naciones culpables, las langostas en número infinito devastaron toda la vegetacion. La Francia, dice Moufett, fué miserablemente des- poblada, en las años de la era cristiana 455, 874, 1337, 1358 y 1374. Llevados por los vientos al mar y arrojados por el flujo sobre las costas, los cadáveres de los acridios infectaban el aire y acababan por la peste las pobla ciones de estas sombrías épocas ya agotadas por el hambre, En efecto, las epidemias pestilenciales debidas á las exhalaciones pútridas vie- nen á veces á reunir sus desastres á los que resultan de la privacion de todo ali miento vegetal para el hombre y los animales domésticos. En épocas más pró- ximas las langostas se han señalado en diversas partes de la Europa, en 1552 en Silesia, en 1556 en Milan, en 1618 en Marsella, en 1693 de la Tracia sobre una parte de la Alemania, en 1713 en Silesia, en 1747 y 1748 de la Turquía en MISCELANEA 91 la Valaquia, la Moldavia, la Transilvania, la Hungría, y de allí en 1749 en Aus— tria y en Baviera, y en 1750 en la Marca de Brandeburgo. Estas grandes invasiones alcanzaron á Francia, y en 1748 una nube de lan— gostas llegó hasta Inglaterra. En 1780 invadieron la Transilvania y 1834 cu- brieron durante varios dias las casas de Paris. La Provenza es la region francesa en que estas imvasiones son más temibles y Marsella y Arles han gastado grandes sumas eu diversas épocas para conseguir la destruccion de las langostas ó de sus huevos. : En Argelia se producen terribles invasiones y los árabes sostienen que el país es completamente arrasado cada 25 años en término medio por el Acridium pe- regrinum, sin contar los daños parciales causados por esta ú otras especies. En 1816 y 1845 tuvieron lugar grandes invasiones, cuya consecuencia fué el hambre y la peste. En 1866 la colonizacion francesa estaba muy avanzada y la tierra revestida de sus más espléndidas galas cuando los famélicos enjambres, salidos del Sa- hara, invadieron toda la colonia. Jos desastres merecieron el nombre de cala— midad pública. La invasion comenzó en el mes de Abril ; las langostas salidas de las gargantas y valles del sud devoraron las colzas, los trigos, la cebada, la avena, ete. y los devastadores insectos penetraron aún en las casas, destrozando las ro— pas. Al fin de Junio, las larvas salidas de los huevos, al morirse de hambre, á causa de la depredacion precedente, llenaban las fuentes, los canales y los arroyos. Atacaron los tabacos, las viñas, las higueras y hasta los olivos, á pesar de su amargo follaje. Llegaron á devorar las espesas hojas de los aloes y los tallos foliiformes y espinosos de los cactus. Un camino de 80 kilómetros de Mascara á Mostaganem, estaba cubierto de ca— dáveres de langostas en toda su estension. Del mismo modo que en la invasion de 1845 los enjambres de destruccion: continuaron su obra en los años siguientes y el territorio árabe fué presa del hambre, que produjo numerosas muertes. El mal era aumentado por un pésimo sistema de propiedad y de cultura y el fatalismo musulman. En fin, se produ— jeron calamidades que se creían esclusivas de la Edad Media. En 1873 y 1874 aparecieron de nuevo las langostas tomando la autoridad militar las disposicio— nes ordinarias para combatir el flagelo. En mayo de 1874 las langostas amonto- nadas en la via detuvieron un tren del ferro-carril de Orán. La preocupacion pública ha sido siempre encontrar los medios de impedir ó por lo menos disminuir tales desastres. La supersticion y el terror han imaginado en la antigúedad una multitud de recetas pueriles Ó ridículas cuyos estravagantes enunciados trae Moufett. Se recomendaba regar las culturas con decocciones de plantas amargas, quemar azufre, estirax, aspa de ciervo, bosta de vaca y cuerno pero eligiendo el iz- quierdo. E Se esperaba combatir las langostas atando murciélagos en lo alto de los árbo— les, etc. Si pasamos á los medios eficaces, encontramos en Moufett, segun Plinio, Va- leriola y Peucer que hay muchos métodos para destruir los huevos. Al princi> pio de la primavera se deriva los torrentes sobre los lugares en que están los huevos, á fin de inundar la superficie del suelo. Si la localidad no permite este medio, se hace pisar la tierra por una multi- 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tud de hombres: si esto no basta es necesario emplear el rodillo á fin de que- brar los tubos de huevos y aplanar mejor el suelo. Era útil servirse de un gran número de carros de guerra, pues el pasage repetido de sus ruedas aplasta fá- cilmente los huevos. Se debe recomendar el uso del arado, que remueve las tierras escavadas por las hembras y corta los tubos de huevos. Plinio refiere que era ley en el país de Cirene combatir á las langostas de tres maneras : des— truyendo los huevos, matando las larvas, esterminando los adultos y si alguno faltaba á este deber era castigado por ello. Los habitantes de Magnesia y Efeso marcnaban contra las langostas en órden militar. En la isla de Lemnos todo ciudadano estaba obligado á presentar cada dia al magistrado una cierta canti- dad de langostas. En Argelia, en 1866, se reconoció quo el mejor procedimiento de destruccion consistía en atacar los canutos de huevos removiendo con el arado ó con rastras las tierras muebles en las que se opera la puesta, de ma- nera que la mayor parte de los huevos quedan al aire pereciendo por la accion del sol. Pueden servir para su destruccion los cerdos que son muy golosos de ellos y en fin, puestos al aire los huevos puede contarse con el auxilio de los animales acridófagos. Se ha tratado tambien de impedir las depredaciones de los acridios adultos. Moufett habla de la costumbre de espantar estos insectos por el ruido de cam= panas, trompetas, cimbalos y las detonaciones del cañon á fin de desviar sus co- hortes. Se trata igualmente de impedir su descenso por los clamores de una multitud humana y, en 1866, los árabes argelianós empleaban grandes fuegos y espesas humaredas. El ejército, en destacamentos de muchos millares de hom- bres, había reunido sus esfuerzos á los de los indígenas y colonos para enterrar los cadáveres amontonados. Se reunían los insectos vivos con grandes redes que se arrastraban sobre el suelo, sobre todo á la mañana, cuando las langostas están aún embotadas y á la noche cuando comienzan á dormir; se les ponía en sacos y se les enterraba 6 se les arrojaba en cal viva. El fuego es tambien un poderoso auxiliar. : En 1866, en la comuna de Hussein-Dey, para garantir los hermosos jardines de esta localidad, se dirigían por medio de soldados las bandadas de langostas aún ápteras hácia macizos preparados con paja y maleza á los cuales se prendía fuego cuando estaban llenos de insectos. En 1873, en la provincia de Oran, con el auxilio de escuadrones de caballería y de destacamentos de infantería fueron aplastadas enormes cantidades de langostas bajo los piés de los caballos é in— fantes, quemadas con malezas regadas con petróleo y en fin recogidas en sacos y arrojadas al fuego. En 1866, en Alma, donde convergían numerosas y grandes bandadas de larvas, que costeaban el rio, se habían practicado en el terreno fo- zos más anchos en el fondo que en la entrada y hombres provistos de escobas conducían á estos fosos grandes bandas de insectos que eran en seguida enter— rados. Hay que tener siempre la precaucion de quemar ó enterrar los cadáveres de las langostas de temor á la infeccion. En la Provenza se les caza anualmente para impedir su multiplicacion. La terrible plaga de las langostas esplica las numerosas fábulas que han rei- nado á su respecto con la amplificacion del miedo. Plinio refiere (libro X, cap. 20) que ciertas langostas de las Indias no tienen menos de cuatro codos de largo y que sus grandes patas dentadas sirven para serruchar la madera. Se ha querido utilizar las langostas. Se les recomendaba MISCELANEA 93 para la nutricion de las gallinas, de los ganzos y de los patos y aún de los cer- dos y carneros segun Plutarco (libro de Isis y Osiris). Columelle indica que las langostas, privadas de sus patas y sus alas, sirven como alimento á los pichones de pavo real. Se debe comprender que los acri- dios hayan figurado en la antigua farmacopea en la época en que se conside— raba que todos los seres de la creacion debían servir á algun uso para el hom- bre. Se les recomendaba confitadas contra la retencion de orina sobre todo para las mujeres. Dioscorides aconseja á los que padecen de cálculos el comer un pan hecho con la carne de las langostas; según Plinio sus muslos molidos con sangre de bouc curan la lepra. . Sirven tambien segun Dioscorides y Plinio, secas y diluidas en vino contra Jas picaduras de los escorpiones, abejas y avispas y las mordeduras de las san— guijuelas. Se decía que muy saladas exitan la sed y hacen orinar sangre, mien- tras que poco saladas son afrodisiacas, cualidad bastante probable por analogía de lo que se sabe de ciertos crustáceos decápodos, lo que esplicaría el gusto de los orientales por estos insectos. Se comprende, en efecto, que el hombre, á la vista de los terribles desastres de que era víctima y obligado porel hambre, haya tratado, por una espe cie de legítima venganza, de sacar un alimento de estas hordas desvasta- doras. Las langostas son clasificadas por Moisés en el número de los animales cuya carne era permitida á los hebreos. San Mateo (Evang. cap. 111) refiere que San Juan Bautista en el desierto se mantenía de langostas mezcladas á la miel sal- vage de los bosques y San Juan Evangelista se alimentaba de acridios en la isla de Pathmos. Un gran número de autores antiguos hacen mencion de pueblos acridófagos: en Asia, los partos, los árabes, los persas; en Africa, los etiopes, los libios, los moros, etc. Estos pueblos escavaban vastas fosas en los sitios por donde pasaban las nubes de langostas y las hacían caer en ellos por medio del humo de grandes fuegos; en seguida las desecaban por el sol ó el humo ó bien las salaban y estos insectos almacenados servían para el alimento del año como las pescados secos. : Las langostas son un objeto de comercio usual en los mercados de Oriente, ya sean asadas sobre carbones y espolvoreadas de sal, ya sean hervidas ó co- . Cidas con manteca, ó conservadas en salmuera despues de haberles arrancado las alas y las patas. En cambio los árabes de Oriente se sorprenden de nuestro gusto por los articulados de caparazon (cangrejos, langostas de mar, etc.) y se rehusan á comerlos. H. Lucas refiere interesantes detalles sobre el Acridium pe- regrínum, única especie comestible en Argelia. Segun Sparmann, los hotentotes del Africa austral hacen gran consumo de langostas y ven llegar con placer la época de su aparicion. Entran tambien en la alimentacion de muchos australianos, entomófagos por necesidad. Seguramente nosotros no nos veremos reducidos á tan triste extremidad. La invasion actual está lejos de asumir las proporciones espantosas de las que se han citado y es de esperar que gracias á la iniciativa tomada, á las medidas dictadas por el Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires, á cuyo frente está nuestro distinguido consocio el ingeniero Huergo y al deci- dido concurso de todos los hacendados, los destrozos se reducirán grande- mente. MOVIMIENTO SOCIAL Ha sido aceptado en calidad de socio activo el Sr. Enrique Bancalari. Se ha establecido cange con el Boletin de la Sociedad Geográfica Rumano, [Bukarest). El Sr. Angel Machado ha donado dos acciones de las emitidas para la ereccion del edificio social. Habiéndose presentado algunos señores solicitando informes sobre aparatos de su invencion con los que pretenden realizar el movimiento contínuo, la J. D. ha resuelto no hacer lugar á lo solicitado, resolucion que se hará extensiva á cuan tos se presenten sobre la cuestion. Han tenido lugar dos asambleas generales. En la primera se dió lectura de la siguiente nota del Dr. Cárlos Berg : 3 Montevideo, 21 de Octubre de 1890. Al Sr. Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina, Dr. Cárlos M. Mora— les. Recibí á su tiempo la nota del Sr. Presidente la cual me hace saber que la So— ciedad Científica Argentina, por unanimidad de votos, me ha nombrado miem- bro honorario. Reiteradas veces he tenido que manifestar mi agradecimiento á la Sociedad Científica. Hoy lo hago detodo corazon, pues la distincion que me ha conferido al separarme de la República Argentina, le considero como la más alta y más A A O A TA A INN MOVIMIENTO SOCIAL 95 honrosa: como el coronamiento de mis exíguos trabajos relacionados con la so- ciedad y el país de su accion. : A pesar de haberme separado de la República Argentina, en el deseo de llevar uná vida más descansada despues de muchosaños de trabajo contínuo y más ade— cuada á mis estudios, puedo y debo asegurar á la Sociedad que mi separacion no afectará mi cariño para con ella, ni mis investigaciones relacionadas con el país que me ha acogido con afabilidad y á que debo caros y gratos recuerdos. Mis ob- servaciones y una parte de mi material de estudio que se relacionan íntimamente con el suelo argentino, serán objeto de muchas de mis futuras publicaciones y de nuevos vínculos que á él y sus progresos me liguen. Pido al Sr. Presidente que manifieste mi gratitud á los señores consocios, y que reciba las seguridades de mi más alta consideracion. Cárlos Berg. En la segunda, el Dr. Federico G. A. Haft espuso una nueva ley de resistencia del aire. Los demás asuntos tratados en las asambleas ocupan otras secciones de esta misma entrega. Debido á la prisa con que se procedió á su impresion ha resultado con algunas repeticiones la circular relativa al concurso de 1891 que ha sido pasada á los se- hores socios, debía en verdad decir así : «La J. D. ha resuelto invitar á los estudiantes de la Facultad de Ciencias Físico- Matemáticas á un concurso para el año próximo. « Con la base de las sumas donadas para este objeto se establecen dos premios ; uno para los trabajos sobre matemáticas puras y otro para los de matemáticas aplicadas, destinando para la adquisicion de cada uno de ellos la suma de 150 pesos moneda nacional. « Estos premios serán adjudicados por jurados que laJ. D. designará el 15 de Junio del año próximo, y su entrega solemne tendrá lugar en la sesion pública que celebrará la Sociedad el 28 de Julio de 1891, xrx aniversario de su instala— cion. « Para optar áellos los estudiantes deberán sujetarse á las bases siguientes : « 1* Presentar un trabajo inédito sobre alguna cuestion comprendida en la divi- sion general que se establece. «2% Los trabajos serán entregados sin firmar, pero encabezados con un lema, adjuntándose un sobre cerrado y rotulado con el mismo lema, que contenga el nombre y domicilio del autor. « 3" La entregase efectuará en Secretaríá antes del 15 de Junio de 1891. «4% Los trabajos que no fuesen premiados serán devueltos con los sobres respec- tivos por medio de la simple presentacion del recibo que entregará la Secretaría al recibirlos. » NECROLOGIA Francisco Tamburimi. — El 4 de Diciembre último falleció nues- tro consocio el arquitecto Francisco Tamburini. Contratado por el gobierno argentino, ha estado durante seis años al frente de la sec- cion Inspeccion de Obras Públicas, pasando despues ájla direccion de edificios nacionales, puesto que ha desempeñado durante un año. En estos siete años ha proyectado y dirijido la construccion de numerosos edificios públicos, entre los que se hallan el hospital militar, de Policía, Facultad de Medicina y muchos colegios nor- males y escuelas elementales. Ultimamente se había dedicado por completo á dirijir la construccion del teatro Colon cuyos planos había confeccionado. Antes de venir á nuestro país había sido profesor de arquitectura en la Real Aeademia de bellas artes Rafael Sanzio en Urbino, en la Academia de bellas artes de Niza y en la universidad de esa misma ciudad. Ultimamente tenía una cátedra en la escuela de aplicacion de ingenieros en Roma. A 4 1 | Ame 0; tu: Arroyo, Rufino. Alvarez, Teodoro. Battilana, Máximo. Berretta, Sebastian. Beuf, Francisco. Calvo, Edelmiro. Cerdeña, Fernando. )lombres, Justo V. Delgado, Agustin. Diaz, CT berg, Enrique. ña, Demetrio G.. El Aguirre, Eduardo. Agrelo,, Emilio €. Albert, Francisco. z Aldao, Cárlos A. - Alegre, Leonidas S. Almada Luis E. —Alrich, Francisco. E Alsina, Augusto. Amespil, Lorenzo. Amoretti, Félix. nasagasli, Ireneo. Arata, Pedro N. Araujo, Gregorio L. E Arias, Bonifacio. —Arigós, Máximo. - Arnaldi, Juan B. - Arteaga, Alberto de Peste Cárlos. — Avenalli, Bruno. Avila, Delfio. E NAyerza, Rómulo. Aguirre, Pedro. Sl ad Arteaga Rodolfo de... e-Lallemant, German ackebusch, Luis... rvalho, José Cárlos de..... Rio Janeiro. Anasagasli, Federico. rchavala, Francisco. Albertolí, Giocondo. HONORARIOS Dr. Cárlos Berg. CORRESPONSALES ....... Montevideo. ...»» Mendoza. aa CORAODA: Netto, Ladislao.... Paterno, Manuel... Reid, Walter F........ Stróbel, Pellegrino. . - —Moncalieri (Italia) LA PLATA Diaz, Ernesto. Dillon, Alberto. Gianelli, José P. Glade, Cárlos. Guastavino, Ramon. Guido Lavalle, R. Lagos, José A. Landois, Emilio. Lanusse, Juan José. Maqueda, Joaquin. Martinez, Roberto. Maso, Juan. Meyer, Ernesto. Monteverde, Luis. Moreno, Francisco P. Palacio, Osvaldo. Pando, Pedro J. Pascalli, Justo. Perdomo, Eduardo. Perdomo, Domingo. Pita, José. Preiswerly, Lucas. Ramorino, Florentino - Renon, Domingo. Rivera, Juan B. CAPITAL Bahia, Manuel B. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. - Balbin, Valentin. - Barabino, Santiago E. Barberan, Abelardo. Barra, Cárlos de la. Barzi, Federico. Basterrechea, José. —Bastianini, Egidio. Battilana Pedro. Becker, Eduardo. Belgrano, Joaquin M. Benavidez, Roque F. Benoit, Pedro. Bergadá, Héctor, Bergallo, Arsenio. Beron de Astrada, E. Besio, Silvio. Biraben, Federico. Blanco, Ramon €” Blot, Pablo. Brian, Santiago | Bosque y Reyes, F. Booth, Luis A. Bugni Félix. | Bunge, Cárlos. Burgos, Juan M, Burmeister, Carlos. Buschiazzo, Gárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, Jusé L. Basarte, Rómulo E. Cadrés, Jorge. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, José M. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Canale, Julio. Candiani, Emilio. Candioti, MarcialR. de Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. Caride, Estéban S. Carmona, Enrique. Carreras José M. de las Carlavio, Angel R. Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Alberto Casal Carranza, Roque. Cascallar, Joaquin. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castilla, Eduardo. Castro, Rumon B. Castro, Vicente... Castelhun, Ernesto. Cejas, Agustin. Cerri, César. Ghanourdie, Enrique. Chapeaurouge, Carlos. Chueca, Tomás. | Claypole, Alejandro G, Clérici, Eduardo E. .... DE LOS SOCIOS Dr. German Burmeister.—Dr. Benjamin A. Gould.—Dr. R. A.¡Philippi.—Dr. Guillermo Rawson; ..... Rio Janeiro. ..... Palermo(It.). ..... Lóndres. ..... Parma (Ital.). Romerct, Julian. Sal, Benjamin. Seguí, Francisco. Sienra y Carranza, L. Spegazzini, Cárlos. Spotti, César. Tapia, Francisco. Tapia, Pastor. Trachia, Adolfo. Villamonte, Isaac. Weigel, Emilio C. Cobos, Francisco. Cobos, Norberto. Coghland, Juan. Coni, Pedro. Cominges, Juan de. Coronell, J. M. Coronel, Policarpo. Correas, Alberto. Corti, José S. Costas, Rodolfo. Courtois, U. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S. Cuenca, Felipe. Correas, Waldino. Campo, Leopoldo del. Darquier, Juan A. Dawney, Carlos. Dellepiani, Juan. Dellepiani, Luis J. Diana, Pablo. Diaz, Abel. Díaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro. Dillon Justo R. - Domiuguez, Enrique Domíbico, Augusto G, Doncel, Juan A. Dubourcq, Herman. Duciout, Jorge. Durrieu, Mauricio, z - Gentilini, -- Giment; a -Guerrico, - Guevara, ; ; Guevara, Roberto. - s Huidobro, Luis. Duncan, - Huergo, Luis A : Irigoyen, Guillermo Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Cárlos D. Dufaur, Estevan F. Echagiie, Cárlos. Eizaguirre, Ignacio. Elguera, Eduardo. Elordi, Alberto. Elordi, Martin. Escobar, Justo Y. Espinosa, Adrian. . Esquivel, José. Estrella, Guillermo. Etcheverry, Angel. e ES Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fernandez, Daniel. Fernandez, Honorato. | Fernandez, “Ladislao M. | Fernandez. Pastor. Fernandez Blanco, €. Ferrari, Rómulo. Ferrari, Santiago. - Ferrer, Jorge F. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Forgues, Eduardo. Frogone, José I. Frogoue, José V. Fuente, Juan de la. Funes, Lindoro. Gainza, Alberto de. Gallardo. Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Garcia, Eusebio. Garcia, Francisco J. Gastaldi, Juan F. Gayangos, Julio E. de] Pascual. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. : Gilardón, Luis. Joaquin. Gioachini, Arriodante. Girado, José L. En - Girondo,-Juan. se a, Gonzalez; Arturo Goúzalez, Agustin. - “Gonzalez, Daniel M. + Grámondo;. Ernesto... sé P. de [Amon ; Guglielmi, Cayetano. Giúnther, Guillermo. Gutierrez, J osé Maria. Haft, Federico BA: Hainard, Jorge. Herrera Vegas, | uel. Holmwberg, Eduar Hughes, Miguel. - Inurrigarro, T MM Isnardi, Vicente. - - es lturbe, "Miguel. se Iturbe, Atanasio. > Iturbe, Octavio. Isnardi, Daniel. - Jacques, Nicolás. -_Labarthe, Julio. ve -Lafferriere, Lodo dE | Lavalle, Francisco. LISTA. DE E socIoS (Contimacin) Tacernies Victor JJ Jasidakis, Juan. Jauregui, Nicolás. — - Koslowsky., Julio. Krause, Otto. Krause, Eduardo. Krause, Domingo. Kyle, Juan J. J.. Lagos, José M. Langdon, Juan A. Lanús, Juan. C. Larguía, Carlos. Lavalle, José F.- Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo: Lecureux, Gaston. Leon, Rafael. -Limendoux, Emilio. Lizarralde, Ramon. Lopez Sanbidet, os Loudet, Osvaldo. Llosa, Alejandro. Lucero, Apolinario, Lugones, Arturo.- Lugones. Velazco, uo - Luro, Rufino. .Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. - Lynch Arribálzaga, F. ) Lagos, Bismarck. Machado, Angel. Madrid, Enrique aa Mallol, Benito Mandino, Oscar. Manterola, Luis (.. Mañé, Cárlos. Marini, A. Mariño, José. Martinez, Carlos. E; “Maschwitz, Cárlos. Massini, Cárlos. Mattos, Manuel F. de. Maza, Fidel. Medina y Santurio, B.. Medina, Arturo J. A | Mendez, Teólilo E Mendoza, Juan A. Meza, Dionisio €. Mezquita, Salvador. Maupas, Ernesto. Molina Civit, Juan. Molina Salas, Cárlos. Molinari, José. Molino Torres, A Mon, Josué R. Moneta, José. Montes, Juan A. Moog, Fernando. Moores, Suillermo. Morales, Cárlos Maria. Mors, Adolfo. : Moyano, Cárlos M. Murzi, Eduardo... Mendez, Teófilo F, Matienzo, Emil O. Nocetti,, Domingo. Nocetti, Gregorio. Nougues, Luis. E. Ocampo, Manuel SS Ochoa, Juan M. Ojeda, José T. E A -| Oribe, Francisco. Jaureguiberry Enrique E al 0'Donell, Alberto es | Palacios, Alberto. - Languasco, de mE 5 Pawlowsky,. ¡Aron | Pereyra, Horacio. | Petit de Murat ar dul —Piana, Juan. | Piaggio, Pedro. SSP | Quiroga, Atanasio. : Olivera, Cárlos. íS | Olmos, Miguel. Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. | Otamendi, Rómulo, Otamendi, Alberto. | Otamendi, Juan B. Oyuela, Wenceslao. Otamendi, Juan B. Padilla «Etil Eee. ES Palacio, Emilio. a —Paguet, Cárlos. Pelizza, José. | Pereyra, Manuel. y Philip, Adrian. Pico, Octavio ¡23 Pirovano, Ignacio. " Pirovano, Juan. | Posadas, Vicente: Pons, Miguel B. Puyrredon, Honorio. Pozzo, Segundo. — |:S Juan de la Cruz. , L e DIS g Quadri, Juan B.. EN Quesnel, Pascual. Quijarro, José A. Quintana, aba na: dl Quiroga, a. : IP Ramalló: Carlos. . : Ramirez, ero E. Ramos Mejia. MORE Rams, nd -Rapelli, Luis. | Rebora, Juan. Repelto, José. Riglos, OS Rigoli, Leopoldo. — | valle. Pas Robin Rafael, P. aL Rub "| Rodriguez, Fermín. lv Rodriguez, EduardoS,| y Rocamora, Jaime. | - Rodriguez, Andrés E. «Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Martin. Rodriguez, Miguel. * aa Rojas, Estéban C. | Rojas, Félix. | Romero, Armando. | Romero, Aifredo. —. S Romero, Cárlos L. Roselti, "Emilio. E Rospide, Juan. Ruiz de los adas l j ci Alfredo. Recalde, Felipe. - | Renaud, Eugen : Romero. Emili Malergi Or iñas, Urqui | Villanueva, G Saccone, E ANALES DE LA. EDAD, CIENTE ARGENTINA. ———— RA AAXKÁ he COMISIÓN. REDACTORA En Presidente....... Dor CárLOS M. MORALES. “.Secretario...... Señor ANGEL: GALLARDO. IA MO Ingeniero MANUEL B. BAHIA. AMOLES bo lilas D*” ATANASIO QUIROGA. E AS Ingeniero JORGE DucLour. de Me (La Comision Redactora se reune todos los Lúnes á las 8 p.-m.) l + FEBRERO DE 1891. — ENTREGA II. — TOMO XXXI PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, VICTORIA, 1102 (2* piso), Y PRINCIPALES LIBRERÍAS E Por mes, en la Ciudad........ ao A Pe Un semestre.. ....... O pS A E A Un año. OU UU ODO saco de DOUE ae O Moo a E E Or mes, fuera de la Ciudaa. » 1.50 porentrega E E Lar suscricion se paga anticipada BUENOS ATRES o IMPRENTA DE PABLO. E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS e 680 - — CALLE PERÚ — 680 1501 AS $ Y s ye 2 E 7 pe A A . AS ¿8 Ñ AEdES Sd, EI 5 a 0 A 4 « y DET: , AS PASS E z Pas] Pu JUNTA DIRECTIVA Presidente........ D'” CárLOS M. MORALES. Vice-Presidente 1* Ingeniero EDUARDO AGUIRRE. 1d. 2 Ingeniero Juan F. SARHY. Secretari0........ Señor ÁNGEL GALLARDO. Tesorero. oe Capitan SALVADOR VELAZCO LUGONES. Ingeniero ALEJANDRO MOLINO TORRES. - Ingeniero MarciaL R. CANDIOTI. Vocales tal: | Señor MIGUEL ITURBE. Señor BENITO MALLOL. Señor CÁRLOS WAUTERS. INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA — I.— SOBRE LA CARPOCAPSA SALTITANS WESTW. Y LA GRAPHOLITA 3 ¡ Pe MOTRIX BERG, N. SP., por el Dr. Cárlos Berg. cuy -II.—LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA Y EL CONOCIMIENTO DEL E a ESPACIO, por Jorge Duclout. > 111. — FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO e 7 tinuacion,, por WD. Juan Llerena. AA IV. — REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA se (Continuacion), por Marcial E. Candioti. V. — MISCELANEA. VI. — MOVIMIENTO SOCIAL. VII. —FÉ DE ERRATAS A LOS SOCIOS Se ruega á los señores sócios comuniquen á la Secreta= DES ría de la Sociedad su ausencia, cambio de domicilio, etc., y cualquier irregularidad en a reparto de los Anales al a cobro de la cuota. it Se ruega tambien á los que tengan en su poder. obras A prestadas pertenecientes á la Biblioteca de la Sociedad, se. sirvan devolverlas á la brevedad posible, á fin de anotaron las en el catálogo que en breve cod a ó en los suplementos sucesivos. 7 de SOBRE LA CARPOCAPSA- SALTITANS srsrw Y LA GRAPHOLITHA MOTRIX Bere, n. sp. POR EL Dr CARLOS BERG Miembro honorario de la Sociedad Cientifica Argentina. Sabido es, que gran número de insectos se crían en frutos, pene- trando en éstos sus larvas cuando se inicia la formación ó al tener el fruto ya cierto grado de desarrollo. Recordaremos, por vía de ejemplos, la oruga de la pequeña mariposa ó polilla Sitotroga ce- realella (Oliv.) Hein., que ahueca los granos de maíz; los Brúqui- dos, que habitan las legumbres ! de las arvejas, porotos, acacias, etc., y varios dípteros y microlepidópteros, cuyas larvas pasan por sus estados preparatorios en los frutos de las Pomáceas y otros árboles frutales. : En varios casos, el inquilino dañoso se descubre desde el princi- pio, porla lastimadura ó cicatriz de la cáscara del fruto; en otros no se nota su existencia: el fruto no muestra señal exterior algu- na, sino después de la salida del insecto, que deja en él un orificio más ó menos marcado. Lo último acontece, por lo general, cuan- - do el insecto deposita el huevo en la flor y la pequeña larva se in- troduce en el ovario ó bien en el fruto cuyo desarrollo comienza. La lastimadura producida en estos órganos desaparece con su transfor- mación y crecimiento, y de allí la imposibilidad de la percepción * Llamamos así los frutos de las Leguminosas, conocidos vulgarmente con el nombre de vaina ó vainilla. ANAL. SOC, CIENT. ARG. T. XXXI 7 : | | 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA del intruso. Sin embargo, esta regla, como todas, tiene su excep- ción. Hay frutos cuyos íncolas les proporcionan ciertos movimien- tos, descubriéndose de esta manera. Trataremos en seguida de dos microlepidópteros, productores de movimientos en los frutos que habitan. El uno es mexicano, descri- to por vez primera en el año 1857; el otro pertenece á la fauna uruguaya y constituye una nueva especie. l. Carpocapsa saltitans Wesrw. Esta pequeña mariposa, perteneciente al grupo de los Tortríci- dos, fué descrita primeramente por Wesrwoop, en el año 1857, con el nombre de Carpocapsa saltitans *. Un año después, Lucas la describió de nuevo,dándole la denominación de Carpocapsa Deshar- siana. Ambos autores la obtuvieron de frutos procedentes de Méxi- co y conocidos vulgarmente con el nombre de semillas brincado- ras. Por mucho tiempo sólo se conocían las descripciones de la ma=- riposa y sus estados preparatorios. Los movimientos (saltos, brin= cos. etc.) del fruto producidos por la larva inquilina, quedaban ' de cierta manera problemáticos, hasta la aparición de la publica- ción de los estudios detallados hechos por los Sres. RiLeY y Ramí- REZ. Del extenso trabajo publicado por el Dr. José Ramírez en «La Naturaleza » de México, trascribimos en seguida una parte, para proporcionar á nuestros lectores el conocimiento de los diversos movimientos de las semillas brincadoras y del microlepidóptero en cuestión y, por otra parte, para facilitarnos la comparación de la descripción de la especie uruguaya y los fenómenos que produce en el fruto de la coluguaya. de, ) « Con el nombre de semillas brincadoras, frijoles del diablo, olipasos, ete., se conocen los cocos del fruto de una Euphorbia que son notables porque se mueven espontáneamente y con más actividad bajo la influencia del calor. Los cocos por su aspecto exterior tienen bastante semejanza con los frutos de las Convolvuláceas, su forma es algo triangular; dos de sus caras son planas y la otra convexa, en la que se dibuja per- 1 Véanse las notas bibliográficas en las páginas 104 y 105. E A ¿ S = e UA A de BERG: SOBRE LA CARPOCAPSA SALTITANS WESTW. 99 fectamente el trayecto del hacecillo fibrovascular y una ligera cos- tilla mediana. Colocados los cocos sobre una mesa ó mejoren la palma dela mano, se observan dos clases de movimientos : uno consiste en una progresión intermitente, deslizándose la semilla sobre la superficie en que está colocada ; el otro movimiento se ve- rifica por saltos ó brincos que levantan al fruto hasta una altura de un centímetro y aun más. El primer movimiento dura algún tiempo, y de este modo he visto á una de estas semillas trasladarse en una extensión de 40 450 centímetros. Experimentalmente he de- mostrado que el movimiento progresivo siempre se hace del lado en que está colocada la cabeza del animal que las mueve. El se- _-gundo movimiento es esencialmente intermitente, y cuandoes muy fuerte entre uno y otro brinco, siempre transcurren unos 30 á 40 segundos ; luego veremos la explicación de esta diferencia. Teniendo el coco dentro de la mano cerrada ó entre las extremi- dades del pulgar, índice y medio, se percibe una serie de choques periódicos y vigorosos, que cuando duran algún tiempo producen la sensación de un pulso amplio y bien desarrollado. Es divertido escuchar las numerosas hipótesis que hacen las personas que por vez primera observan estos frutos; unos atribu- yen el movimiento á efectos de la electricidad, otros al calórico, y aun el mismo H. Lucas, distinguido naturalista y uno de los pri- meros que describieron estos frutos, al principio supuso que el movimiento era debido al desprendimiento rápido de un aceite esencial contenido en ellos y facilitado bajo la influencia del calor; pero pronto demostró experimentalmente que esta no era la causa del fenómeno. No es poca la sorpresa que manifiesta el observa- dor cuando roto y abierto el coco ve que en el interior está alojado un ser viviente, un gusanito, y aumenta su sorpresa considerando la fuerza que tiene que desplegar esta oruga y el mecanismo que debe emplear para mover su cuerpo y el cascarón que lo contiene. Abierto cuidadosamente uno de estos frutos, siempre se encuen- | tra queel grano ha desaparecido y que las paredes de la cavidad ovariana están tapizadas por una capa de seda muy fina por una oruga amarillenta y gorda. Esta oruga tiene una longitud de 11 milímetros y una anchura de 3; la cabeza es un poco rojiza, así como sus diez y seis patas, que son escamosas y están bien desa— rrolladas. Cuando se coloca á una de estas orugas fuera de su cel- da, parece inquieta y embarazada, como si huyera de la luz; ca= lentada si la temperatura es baja, sus movimientos son más ac- 100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tivos y procura formar un capullo, colocando aquí y allá algunos hilos de seda. Si solamente se rompe una porción del fruto, inme- diatamente el animal comienza á secretar la seda y con sus hilos forma una tela resistente con la que tapa todo el espacio que falta, aun cuando éste sea considerable. Este trabajo lo ejecuta en un tiempo variable; he separado una tercera parte de las paredes del fruto y la oruga empleó dos ó tres horas en reponer los perjuicios causados á su habitación. Al comenzar á hacer la tela, sus movi- mientos son muy activos, y procura cubrir rápidamente la abertu- ra con una capa de hilos ralos, pero que tapan todo el agujero; después la consolida poniendo los hilos más juntos y apretados; pero entonces ya su trabajo lo hace consuma lentitud. Una vez remendado el fruto vuelve á moverse con Ja misma actitud que cuando estaba íntegra. En estas condiciones he observado la trans- formación de la oruga en ninfa, pero nunca la de ésta en maripo— sa; esto depende probablemente de que el animal gasta su alimen- to almacenado convirtiéndolo en seda, y no le alcanza para llegar á su transformación completa, y además de las otras condiciones diferentes en que se encuentra. Como los excrementos que arroja la larva la molestarían en sus movimientos, ésta tiene el cuidado de aislarlos, fijándolos con algunos hilos de seda en uno de los án- gulos de la cavidad !. La oruga permanece siete meses en el grano antes de transfor= marse en crisálida, lo que verifica en el mes de Febrero, según H. Lucas. Después de que la oruga se ha comido todo el grano, lo que ha=- ce en un tiempo muy corto, puesto que todos los cocos que se abren desde el mes de Agosto aparecen completamente vacíos, y después de que ha permanecido cinco meses ó más sin comer, for- ma en el interior desu celda un capullo tejido con seda muy fina y grande con relación al tamaño de la crisálida. Como la mariposa no tiene los órganos de la boca organizados para romper ó cortar las substancias duras, la oruga, cuando forma su capullo recorta con sus mandíbulas córneas y dentadas una tapa circular en las paredes del pericarpio, tapa que permanece adherida por medio de algunos hilos de seda. Esta tapa está tan bien recortada, que si 2 También la oruga de la Cecidoses eremita Curt., que produce gallas en el molle (Duvaua longifolia Lindl.), reune su excremento en un pequeño montón, para no ensuciar las paredes de su habitación que le sirven al mismo tiempo de alimento. C. B. mi BERG: SOBRE LA CARPOCAPSA SALTITANS WESTW. 101 se observa la superficie del coco, no se descubre nada, y sólo des- pués de un exámen muy atento y pocos días antes de que nazca la mariposa, se verá una línea perfectamente circular que corres- ponde al lugar en donde estará la abertura que servirá para darle salida, porque moriría prisionera si no se hubiera perfeccionado este instinto perforador, que es general en el grupo de las Carpo- capsas. | En todos los cocos que han estado en mi poder, sin excepción ninguna, la abertura se encuentra colocada en la cara convexa y al nivel de la pequeña costilla que forma la nervadura principal. Indudablemente que la mariposa deposita su huevo sobre el ovario joven y la larvita penetra hasta el interior de los lóbulos, desapareciendo el canal que. taladra y los agujeros, á consecuen- cia del crecimiento ulterior de este verticilo floral. Igual cosa acon- tece en otros frutos y semillas que también contienen frecuente- mente larvas en su interior, como por ejemplo en la manzana, ata- cada por la Carpocapsa pomonella, en la naranja, en donde se aloja la larva de otro lepidóptero, y en el garbanzo roído por un gorgojo, el Bruchus p1s%. Las larvas de las otras Carpocapsas que viven á expensas de los frutos del castaño, el encino y la haya, perforan sus paredes y los abandonan cuanto antes á punto de transformarse en ninfas, re- fugiándose debajo de las cortezas ó en la tierra para alcanzar su astado perfecto. Sabemos que no pasa lo mismo conla €. saltitans, que sufre todas sus metamorfosis en el interior de la semilla ; por lo mismo el instinto de perforarla antes de transformarse en ninfa, debemos considerarlo como un instituto perfeccionado en la espe- cie. Es de suponerse que la selección mostró que no había lugar más propio para el desarrollo completo del animal, que la misma semilla, y bajo suinfluencia se modificó el instinto emigrador de la larva, dejando intacto el otro, el de perforar las paredes de su habitación. Otro fenómeno que igualmente llama la atención, es cómo esta larva puede alimentarse con un vegetal que posee propiedades ex- cesivamente tóxicas, como lo veremos al tratar de la planta. Respecto al mecanismo del movimiento, el Sr. RiLeY, de los Es- tados Unidos, procedió de la siguiente manera para ver cómo se movía la larva: cortó los ángulos opuestos del coco, esperó á que la oruga los cubriera con su tela sedosa, y en estas condiciones, lo observó contra la luz; entonces vió que el movimiento es produci- 109 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA - do por la oruga que se agarra fuertemente á la capa de seda con las falsas patas anales y las cuatro abdominales, que tienen gan- chos muy fuertes, y después, llevando hacia atrás la cabeza y parte anterior del cuerpo, golpea la pared de su celdilla con la ca- beza, en algunos casos dirigiéndola de uno á otro lado, pero más frecuentemente llevándola directamente hacia abajo, como en el movimiento de la cabeza de un pájaro carpintero cuando golpea las cortezas buscando insectos. Al llevar hacia atrás la porción an- terior, la región torácica se dilata y sus patas córneas quedan se= paradas, así es que ayudan á las mandíbulas á recibir el choque del golpe, el que es muy vigoroso y frecuentemente dado dos ve= ces por segundo y repetido veinte veces y aun más sin interrup- ción. Para confirmar lo que dice el Sr. RiteY, procedi de la siguiente manera: descubrí una sexta parte del fruto, esperé á que la oruga lo cubriera con la tela, y cuando el animal comenzó á saltar, lo que hizo cuatro horas después de terminado su trabajo de repara- ción, entonces observé el coco con la luz de una lámpara concen- poda con un lente sobre la tela, que aun estaba tan delgada que me permitió ver todos los movimientos de la oruga, tales como los describe el naturalista americano; además, hice este otro experi- mento, que fué más demostrativo : extraje una larva de su celda y la coloqué en un tubo de vidrio semejante á los que contienen las medicinas homeopáticas, lo cerré con un tapón de corcho; la larva lo cubrió todo con una capa de seda, pero tan transparente, que al través de ella se percibían todos los detalles del animal. Al día si- guiente, calentando el tubo con el calor de la mano, la larva co- menzó á golpear las paredes de la manera como ha sido descrita, pudiendo en estas condiciones observar el fenómeno varias per- sonas á la vez. Conocido el mecanismo del movimiento del fruto, ya podemos explicarnos por qué cuando la larva golpea suavemente y el coco está colocado sobre una de las caras planas, se traslade, deslizán- dose, y cuando está colocado sobre la cara convexa, ó cuando el golpe es muy vigoroso, salte con intermitencias, pues en este caso necesita cierto tiempo para colocarse en una posición apropiada. Por más que he reflexionado buscando cuál sea el objeto de es- te movimiento, no he encontrado una explicación que me satisfa— ga: es indudable que este fenómeno excepcional ha de ser de al= guna utilidad para la especie, y lo único que podemos inferir es A A AN e - BERG: SOBRE LA CARPOCAPSA SALTITANS WESTW 1083 que la oruga corre peligro permaneciendo cerca de la planta en que vive, y de aquí laemigración del animal; pero creo que sólo se podrá resolver la cuestión estudiando al insecto en el lugar en donde crece la euforbia, pues sólo así se podrán conocer las cir-- -—cunstancias que influyeron para que la especie haya adquirido es- -——tafacultad. La ninfa ó erisálida tiene una longitud de 10 milímetros y una anchura de 3; toda es de un color moreno ferruginoso, gorda; to- dos los segmentos tienen por arriba dos hileras transversales de espinitas dirigidas hacia atrás. Está envuelta en el capullo formado por seda blanca y fina, y muy tupido en la porción anterior. La mariposa, en los movimientos que hace para dejar la envoltu- rade la ninfa, empuja la tapa que recortó la oruga en la semalla; cede el opérculo, quedando adherido al pericarpio por medio de algunos hilos de seda que sirven como de bisagra, y el insecto per- fecto, no encontrando obstáculo, sale del fruto, y poco después emprende su vuelo. Las mariposas nacen en México en los meses de Julio y Agosto. La mariposa hembra tiene de veinte á veintitrés milímetros de envergadura. Las alas superiores, por arriba, tienen un fondo de color gris cenizo, con estrías negras, apenas marcadas en las áreas basal y media, y una faja morena que ocupa el área limbal. El borde anterior, estriado de moreno obscuro; cerca del ángulo api- cal una mancha gris, rodeada por una faja blanca, y después por una color moreno obscuro, de forma triangular; borde exterior ó posterior franjeado y estriado de blanco y moreno obscuro; franja limitada hacia adentro por una línea blanca; borde interno, estria= do de negro, y en la unión de las áreas basal y media tres estrías más marcadas, una morena dentro de dos negras, que en algunos ejemplares forman una mancha triangular. Las alas inferiores por arriba son de un pardo obscuro y su franja de un pardo roji- zo; el borde anterior tiene una faja blanca que no llega hasta el ángulo anterior. Las antenas, morenas, teñidas de leonado. La ca- beza, ferruginosa, con los ojos negros; los palpos son rojizos con la extremidad de un moreno obscuro. El tórax es de un gris cenizo, con su borde anterior teñido de moreno. El abdomen, moreno, es- tá anillado de ferruginoso. Las patas son de un gris cenizo claro. Existen variedades con los colores más 6 menos pálidos, lo que cambia un poco la forma de las manchas. He obtenido ejemplares de dimensiones más pequeñas que por la forma estrecha del abdo- 104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA men supongo que son los machos; pero aun no he tenido la prue- y ba anatómica ó fisiológica. La C.saltrtans vive en los siguientes Estados de México: Sonora, | especialmente en Álamos; Michoacán, en los siguientes districtos : Tacámbaro, sobre todo en Turicato, Uruapan, Plan de Taretán, y - en el distrito de Ario en todo el Plan de Urecho. En Puebla y Gue- rrero en la parte que forma el valle de Huamuxtitlán, y en algu- nas localidades no determinadas del Estado de Veracruz ». Sobre la planta productora del fruto que sirve de alimento y de habitación á la oruga de la Carpocapsa saltitans Westw., los pri- meros autores hacen muy pocas anotaciones. Wesrwoop dice só- lo: « Larva in semimibus plantae peruvianae Calliguaja dictae, quae motu saltatorio mire progrediuuntur. » Aun el Dr. Ramírzz, enel año 1888, no resuelvela cuestion de la especie, creyéndola perteneciente al género Sapium de la familia de las Euforbiáceas, cuyos nombres vulgares son : Tronadora, Vergonzosa, Brincadora, Yerba de flecha y Coliyuaya. Sólo en el año 1889 llegamos á sa- ber *, que la especie de vegetal es la Colliguaya odorifera Mol., ar- busto que se encuentra con frecuencia en las regiones andinas, y descrito primeramente por el Abad MoLina, en su Saggío sulla sto- ria naturale del Chile, que apareció en el año 1782? en Boloña, siendo la primera obra que trata con cierta extensión de los pro- ductos naturales de Chile. Antes de tratar de la nueva especie uruguaya, damos en segul- da la bibliografía de la Carpocapsa saltitans, para facilitar el estu- dio detallado de este singular microlepidóptero. WesrwooD: Proc. Ashmolean Soc. of Oxford. Il, p. 137-138 (1857); Trans. Ent. Soc. of London. N.'S. V, 4, p. 90. Proc. for 5 October (1857); Trans. Ent. Soc. of London. N. $. V, 5, p. 8. Proc. for 1 March (1858), y Trans. Ent. Soc. of London. N.S. V, 5, p. 27. Proc. for 7 June (1858). Lucas : Ann. Soc. Ent. de France. S. 3. V, 6. Bull. 10, p.33 et - 41-44 (1858); Ann. Soc. Ent. de France. S. 3. V, 7, p. 561-566 (1858); C.-R. Acad. des Sc. Paris. V, 46, p. 685-689, Avril (1858); Rev. et Mag. de Zool. V, 10, p. 171-177, Avril (1858); L'Institut. 1) SOMMERVILLE, Proc. and Trans. of the Natural History Society of Glasgow. N. S. HI. Proc. p. 26. — 26 March, 1889. 2) La obra fué reimpresa en el año 1810, y traducida al español, alemán, fran Bes! é inglés. y BERG: SOBRE LA GRAPHOLITHA MOTRIX' BERG 105 Y, 26, p. 127-128 (1858), y Rev. et Mag. de Zool. V, 10, p. 470-482, Novembre (1858). (1876) y Proc. U. S. Nat. Mus. V, 5, p. 632-635. -——G1RARD: Traité élém. d'Entomologie, IL, p. 718 (1885). Ramírez: La Naturaleza. Periódico Cient. de la Soc. Mex. de Hist. Nat. Serie 2.1, 2, p.54-59, lám. VII (1888). - SOMMERVILLE : Proc. and Trans. of the Nat. Hist. Soc. of Glasgow. O N.S. V,3,p. 26. Proc. for 26 March (1889). Varia: Gardener's Chronicle, p. 909. 12 November (1859). — El Monitor Médico-farmacéutico é Industrial. N* 5. Morelia, 1887. -—Psyche. V, N* 171, p. 380 (1890). | 2. Grapholitha motrix BERG. Al publicar su estudio en el año 1888, el Dr. Ramírez no tenía de todo razón, cuando dijo : Entre todos los lepidópteros, la Carpo- capsa saltíitans es la única que tiene larvas que mueven á los fru- tos en que se alojan. Es verdad, la Carpocapsa saltitans era enton- ces la única especie de cuyas costumbres particulares se tenía no- ticias por las publicaciones científicas, pero no la única y sola dotada de las propiedades motrices de que anteriormente hemos hablado. Quince años antes descubrí yo otra congénere ! en la Re- pública Oriental del Uruguay. Tuve que postergar su publicación : mis múltiples ocupaciones, obstáculos de la promulgación de otros tantos descubrimientos entomológicos, han sido la causa de esta demora. La larva de la nueva especie que llamo Grapholitha motrwo, la observé por vez primera en el mes de Setiembre de 1873, en los frutos de la Colliguaya brasiliensis J. Múll., arbusto que abunda en las orillas de los arroyos Corralito y Maciel, en la Estancia Ger- mania, Departamento de Soriano. Al tener varios frutos reunidos para el aprovechamiento de las Eje 1) El género Carpocapsa (Tr.) Led. representa sólo un subgénero del de Gra- -——pholitha, distinguiéndose casi únicamente en el sexo masculino, por tener éste las alas posteriores con una depresión en la celdilla 1*; en varios casos este ho- yuelo es poco visible. : —RueEY: Trans. Acad. Sc. St. Louis. Y, 3, Proc. p. 190-191. 106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA semillas, y colocados en la mesa, llamaban mi atención ciertos mo- vimientos de muchos de ellos: unos se movían oscilatoriamente, otros rodaban, pasando los últimos á la primera clase de movi- mientos, ó los primeros á la segunda ó locomotoria. La investiga= ción del fruto dió por resultado el descubrimiento de una oruga inquilina y el origen de los singulares movimientos del fruto de la Colliguaya brasiliensis. El fruto de la Colliguaya brasiliensis 3. Mill. cuyo arbusto productor ha prestado su nombre vulgar col.guaya para la deno-. minación científica del género, es, como en el mayor número de las Euforbiáceas, una cápsula trilocular, con los dos polos achata- dos, y de corte de triángulo esférico ; tiene las suturas de los tabi- ques un poco retiradas y la dela parte media del carpelo algo sa- liente, como lo es arqueado todo el carpelo que constituye el lócu- lo ; es septícida, provista de columela; mide de 8 á 11 milímetros de ancho y de 6,54 10 de alto. Durante ocho meses, desde el de Abril hasta el de Noviembre, he tenido ocasión de encontrar la oruga de la Grapholitha motrix en la mayor parte de los frutos de la col1yuaya. La oruga es muy parecida á la de la Carpocapsa saltitans Westw. Su cuerpo es de un amarillo impuro, con la porción ventral blan- * quizca y la cabeza, el escudo nucal y las patas torácicas de un ocre rojizo ó. leonino. La longitud alcanza 10 milímetros. Aunque muy semejante á la especie de que hemos tratado en el capítulo anterior, se distingue, sin embargo, mucho de ella, por la clase de movimientos que produce en el fruto. Los movimientos del fruto, como lo hemos dicho arriba, son de dos categorías : unos oscilatorios, otros giratorio-locomolorios.. En los movimientos oscilatorios, la oruga se fija por sus patas espurias y las últimas ventrales en la columela del fruto y oscila con la porción anterior del cuerpo, cambiando de esta manera el punto de gravedad en el fruto y transfiriendo á éste el movimiento de oscilación. Cuando este movimiento es de mucha energía, la oruga golpea con la cabeza y las patas torácicas contra la pared ó bien el tabique del fruto. Rarísima vez, esta clase de movimientos se efectúan con regularidad ; casi siempre sucede lo contrario : el fruto se mueve á un lado más que al otro, de un polo al opuesto, ósólo unas cuantas veces, con intermitencias largas ó cortas, sin orden alguno. Esta irregularidad se explica por el fruto de caras de estructura más ó menos desigual, los polos á veces muy achata= BERG: SOBRE LA GRAPHOLITHA MOTRIX BERG 107 os y la estrechez del lóculo, campo de acción de la oruga ó larva; por otra parte, ésta tampoco se mueve con precisión. El movimiento giratorio-locomotorio del fruto se efectúa, cuan- do la oruga pasa de un lóculo al otro, cambiando así el punto de gravedad en el fruto y haciéndolo rodar ó girar al rededor de su je y mudar al mismo tiempo de lugar. El mejor ejemplo de esta clase de movimiento nos ofrecería la ardilla corriendo en su jaula otiforme, si ésta no tuviera el eje fijo. Tampoco esta clase de mo- vimiento se produce con regularidad y frecuencia: el fruto es muy á menudo desigual y cae sobre uno de los polos achatados, ó los orificios hechos por la oruga en los tabiques, se hallan general- mente muy próximos á la columela central, por lo cual el fruto á veces sólo oscila un poco, pero no entra en rotación locomo- toria. El calor, gases irrespirables y otras causas que alteran el bie- - nestar de la oruga, producen en ella movimientos más ó menos A rápidos y, por consiguiente, también en el fruto separado del ar- busto. E Los frutos que se hallan en el arbusto y contienen la oruga, no muestran sino rara vez movimiento oscilatorio apenas percepti- ble: la fuerza de la oruga no es suficiente para mover el fruto brevemente pedunculado y sito en ramas bastante gruesas y rígl- das. Tampoco no hay objeto en mover el fruto fijado en la rama, como no hay fin alguno en producir los movimientos, visto el caso - que el fruto permanece en el arbusto durante todo el tiempo de - desarrollo de la oruga y mariposa, y aún muchos meses después. - Solamente en casos excepcionales, los movimientos impulsados por la oruga al fruto, pueden redundar en beneficio de la primera: - El arbusto coluguaya crece porlo común en orillas de arroyos y entre rocas; si por casualidad un fruto habitado por la oruga se - desprendiese y cayera al agua ó en las piedras insoladas, los mo- - vimientos podrían tal vez salvar la oruga de la muerte por ahoga- miento ó por desecación. Objeto pl no puede atribuirse tam- poco á los movimientos de la oruga de la Carpocapsa salirtans Westw., permaneciendo los frutos de las coliguayas en el arbusto durante la evolución dela mariposa y aún mucho tiempo después. Sólo desprendidos de la planta, las orugas sienten las condiciones anormales en que se hallan, y buscan á salir de ellas, sin darse cuenta del cómo. La oruga de nuestra Grapholitha motrisw se nutre primeramente mE 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de la semilla de uno de los lóculos, y pasa luego al otro y más - tarde al tercero, haciéndose camino al través de los tabiques que 8 taladra cerca de la columela. 3 El excremento queda generalmente hjado en los lóculos vacios del fruto. Perforado ó cortado algún lóculo vacio, la oruga lo re- para mediante hilos sedosos y lo tapa al fin con una tela compacta. Los lóculos no los reviste de tela sedosa, dejando en estado natu-= ral las paredes duras y lisas del endocarpio. La transformación de la oruga en crisálida tiene lugar dentro del mismo fruto. Antes de la transformación, la oruga hace una incisión más ó menos circular en el pericarpo, formando así la futura tapa ó puerta de salida para la mariposa; la reviste de hi- los, y hace luego un saco sedoso que llena casi todo el lóculo ó pasa de uno al otro; lo último sucede cuando el fruto es peque- ño y un solo lóculo no da lugar á la crisálida extendida. ON No todas las orugas llegan á la transformación. Á muchas les es= casea el alimento, á causa del poco desarrollo del fruto ó la atrofia de las semillas; otras son invadidas por parásitos, que las destru= yen y dejan el fruto lleno de residuos ó partículas de pellejos ama= rillentos ó fuscescentes. | La crisálida es de un amarillo impuro ó ferruginoso muy claro, con la porción anterior y sobre todo la cefaloteca, la oftalmoteca y la glosoteca más obscuras ; los segmentos de la parte superior de la gasteroteca llevan dos hileras transversales de pequeñas espinas dirigidas hacia atrás, y en los últimos anillos se ven algunos pe- los rígidos ; mide de 7 á 9 milímetros de largo, y de 242,5 de an- cho en la parte torácica. La mariposa sale en los meses de Noviembre á Diciembre, y se caracteriza del modo siguiente : GRAPHOLITHA MOTRIX Berg, N. Sp. Fuscescenti-ferruginea vel cinnamomea ; alarum anticarum costa lineolas duplicatis obliquis, basí brevissimas, apicem versus longitudine crescentibus, griseis, ex parte argenleis et area limbala lineis duabus transversalibus plumbeis serieque pun- ctorum (6-8) obscure fuscorum prope lineam exteriorem, orna- tas, area media ad limeam limbalem interiorem et cellula media . BERG: SOBRE LA GRAPHOLITHA MOTRIX BERG 109 saepiwsume valde anfuscatis, caltis basi obscure fuscis, demde griserws et fortiter micantibus: alis posticis eonnamomers aut fuseis, crltas ante partem basilarem fuscam linea pallada prae- datis. — Exp. alar. ant. 17-18; long. corp. 7-8 mm. — Larva In fructibus Collaguayae brasiliensis J. Múll. Patria: Respublica uruguayensis. 1 El color general de la mariposa es de un ferruginoso obscuro ó de canela. La cabeza, los palpos y las antenas son más elaros que la mitad terminal de las alas; el artículo medio de los palpos es ancho, escamoso y ascendente, y el terminal es corto, poco esca- -moso é inclinado hacia abajo; las antenas son robustas, con ar- tejos bien visibles, de los cuales el basilar es grueso y bastante largo. El tórax es de la tinta de la cabeza, y tiene las escamas 6 pelos escapulares algo levantados. Las alas anteriores están ador- nadas en el borde anterior ó costal de 11 á 12 pares de líneas ama- rillentas ó grisáceas, en parte plateadas, que son muy cortas en la base y van aumentando de longitud en dirección de la punta del ala, en donde se ve uma línea simple encorvada y divergente; en el área limbar, las líneas costo-limbares comunican vagamente con dos líneas limbares transversales plomizas ó parcialmente ce- nicientas; delante de la línea limbar exterior, pero muy cerca de ella, hay una serie de 6 48 puntos negruzcos, y el espacio entre las dos líneas limbares, el espejo, es algo grisáceo y poco lustroso; el área media es de color de canela muy obscuro cerca de la línea limbar interior; de tinta parecida son la celdilla media y los inters- pacios de las líneas costales; el área basilar es ferrugíneo, sem- brado de átomos fuscescentes. Las alas posteriores son de color fusco ó canela, con excepción de la parte del borde que cubre el ala anterior, de las franjas y de una línea divisoria de éstas, que son grisáceas ó blanquizcas. El abdomen es de un ferruginoso ro- jizo, en el macho con manojo terminal más claro. Las patas son de color de canela claro, en parte grisáceas, en parte sembradas de átomos fuscos, lo que se ve principalmente en las tibias poste- riores, cuyas espuelas son muy grandes y mucho más largas las interiores que las exteriores; los tarsos llevan anillos fuscos. — Longitud del ala anterior, 7,5á 8,5; del cuerpo, 7 á 8 milíme- tros. Examiné la especie conjuntamente con el célebre microlepidop- ro logis ta no LELLER 2 con ea da ¡Esla! o del región de la América. meridional. Debo haber distribuido antes algunos : provisorio de Grapholitha Colliguayae. Montevideo, Enero de 1891. om bh e ¿LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA Y EL CONOCIMIENTO DEL ESPACIO POR JORGE DUCLOUT Ingeniero civil, etc. CONFERENCIA DADA EN LOS SALONES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA EL 15 DE AGOSTO DE- 1890 (Continuacion) V EL POSTULADO DE EUCLIDES Axioma XI. — Euclides, guiado instintivamente por el senti- miento de la superficie del mar, — superficie esférica de radio casi infinitamente grande con relacion al hombre, — guiado por la es- pecie de intuicion que la contemplacion contínua de este plano, había hecho aparecer como evidencia á los antiguos egipcios y eriegos, necesitaba probar que se puede trazar por un punto dado una paralela 4 una recta, y nada más que una. No encontrando demostracion satisfactoria y no pudiendo imagi- nar que fuera posible tener concepciones diferentes de las suyas, que respondían á la geometría de la esfera de radio infinitamente erande, admitió finalmente como axioma el célebre postulado, asi llamado impropiamente por los geómetras posteriores, que com- prendieron que este no era axioma. El texto de Euclides dice: «Axioma XI. — Si dos rectas son cortadas por una tercera que hace con ellas dos ángulos internos á un mismo lado, cuya suma es menor que dos ángulos rectos, estas dos rectas prolongadas 119 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA indefinidamente, se cortarán del lado que forman los dos ángulos - cuya suma es menor que dos rectos. » Forma de la recia 4 que corresponde el aswcioma XI. — Ya hemos visto al estudiar la proposicion XVI que esto equivale á admitir que la recta se cierra en el infinito (1). Partiendo de su axioma XI, Euclides demuestra que la suma de los tresángulos de un triángulo (proposicion XXXIT) es igual á dos rectos. Esta propiedad depende, pues, directamente del postulado, y vamos á ver que tambien se puede deducir directamente de la hipótesis de que la línea recta sea cerrada en el infinito ó, lo que es lo mismo, de que el plano sea efectuvamente una esfera de radio mfinvtamente grande; en seguida, se podrá deducir de aquella pro- piedad la demostracion del postulado. Consideremos un triángulo ABC de dimensiones finitas (fig. 28) sobre una esfera infinitamente grande, y hagamos pasar porel centro de la esfera los planos OAB, OBC y OCA; estos cortan la superficie en tres círculos máximos B'B”, C'C” y A'A”. Si un plano coincide con una esfera de radio infinitamente grande, un arco de círculo máximo es la interseccion de dos planos, ó sea una recta. o Podemos suponer siempre que el triángulo ABC, infinitamente pequeño con relacion á las dimensiones de la esfera, sea el polo de de un círculo máximo que cortará á los anteriores en los puntos A”, B",C' yA”, B”, C”; siendo infinitamente pequeño con relacion á ese circulo el triángulo considerado, sus tres vértices se confunden con el centro de aquel cireulo máximo, y se ve ¡inmediatamente que la suma de todos los ángulos A + B + € será igual á la suma de los ángulos C"AR” y R'AC”, que hace una recta cualquiera AR” con BC prolongada, es decir, igual á dos ángulos rectos. Si se admite que la esfera infinitamente grande se confunde con un plano, se debe admitir tambien que una esfera de centro 0, si- tuada debajo del plano tangente PA (fig. 29) y otra de centro 0», situada arriba del mismo, se confunden en el límite con dicho pla- no, es decir coinciden ; por consiguiente, dos esferas cuyos centros se encuentran á la distancia + o< de un plano sobre una misma normal á este plano, se confunden entre sí y con él; es precisamen= te el mismo caso que encontramos en el capítulo IV al tratar de la (1) Véase Proposicion XVI de Euclides, segundo caso, y comparte tambien con Definicion exacta de las paralelas, en el capítulo TV anterior. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 143 , Ti o recta cerrada, —solo que damos aquí al cuadrante 3 Un valor in- fimtamente grande. Como al tratar de la recta cerrada, podría T p2.) probarse que para r = 2= 3? los puntos P, y P, se confunden (1), es decir, que la recta se cierra en el infinito, á una distancia 7 = >0 del punto P (compárese con las fig. 20 y 22). Todo plano se compone de una parte situada en la region finita del espacio, y del plano del infinito que se encuentra infinitamente léjos de todo punto del espacio. Todos los planos polares de los puntos del espacio se unen en el plano del infinito, que contiene todas las polares recíprocas de las rectas del espacio. A todo plano del espacio corresponde un polo que es la direccion de su normal, y recíprocamente. En una palabra, todas las propiedades de la po- laridad subsisten, salvo modificaciones evidentes, y su aplicacion constante forma precisamente lo que, en geometría moderna, carac- teriza el paralelismo en sus varias formas y aplicaciones. Anteriormente hemos visto (2) que esta hipótesis equivale á ad- mitir que dos rectas perpendiculares á una tercera y situadas en el mismo plano se cortan en el infinito, y queda, por consiguiente, perfectamente establecida la unidad de la hipótesis que se hace en las varias formas que puede darse al postulado, como tambien que no es axioma la proposicion XI de Euclides; no se la puede consi- derar evidente, desde que á nadie se le ocurre considerar como lógi- camente evidente que una linea recta se cierre en el unfinato, ni que una misma esfera pueda encontrarse á la vez enteramente á ambos lados de un plano, y ser tangente á sí misma. Aproximación de la geometria euclideana. — Pero este análisis nos demuestra tambien que la geometría de Euclides es estricta- mente exacta, si se sustituyen esferas y círculos de radio infinita- mente grande á los planos y rectas de la geometría ordinaria. Tales esferas y circulos, llamadas horisferas y horiciclos por Lobat- chewsky, y por Bolyai líneas L y superficies F, gozarían de todas las propiedades de las rectas y planos en geometría euclideana, de un modo absolutamente exacto; y tambien se podría establecer la (1) Véase capitulo IV, Identidad del plano con una esfera de radio añ (2) Véase capítulo IV, Segundo caso. ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXI 8 114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA trigonometría sustituyendo las rectas que miden los senos, cosenos, tangentes, etc., por arcos de horiciclos. De lo que precede se deduce otra consecuencia de muy cra alcance, observando que un plano tangente á una esfera y, por consiguiente, á una horisfera, tiene comun con ella un círculo ele- mental infinitamente pequeño; por consiguiente, la geometría eu- clideanaplana, que es la de la horisfera, es matemáticamente exacta para los elementos infinitamente pequeños, infinitamente próximos de un punto dado, tanto sobre la esfera como en el plano mismo y en el espacio en general, por cuya razon puede aplicársele las re— glas ordinarias del cálculo infinitesimal con exactitud absoluta. El valor del elemento ds de una curva, cualquiera que sea la hipótesis acerca de lo infinito en la recta, es yda* 4- dy? + dí?, pero x, y y 3 son arcos de horiciclo, y la longitud ds asi obtenida está expresada en unidades de arco de horiciclo. Volveremos sobre este punto más adelante. Consideraciones históricas. — La necesidad de esclarecer el mis- terio del axioma XI de Euclides, hizo como ya hemos dicho, que se le diera el nombre de postulado cuando los matemáticos trataron de salir de los elementos; pero estaba reservado á nuestro siglo el resolver tan árdua cuestion. Puede decirse que Lagrange, demostrando que la geometría y trigonometría esféricas eran independientes del postulado, dió el primer paso en el buen camino que llevaría á los geómetras á la solucion del problema. Legendre, buscando la demostracion del postulado, pensó haber probado que la suma de los tres ángulos de un triángulo no podía exceder de dos rectos ; esta demostracion se encuentra en las edi- ciones 3* á 8% de su geometría, pero, sin duda al apercibirse de su inexactitud, la suprimió en las ediciones posteriores. Esta demos— tración se basa en que la línea recta no es cerrada, y se encuentra en la excelente obra de J. Hoúel : Essar critique sur les prinerpes fondamentaux de la geométrie élémentatre (1). Basta leerla con detencion, para notar que en la hipótesis de la recta no cerrada está la clave de aquella demostracion, y al mismo tiempo su inexactitud. Como sabemos que en una esfera la suma de los ángulos de un triángulo esférico es siempre mayor que dos rectos, la demostra- (1) Nota VI, página 80, loc. cit. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 115 cion debe fallar cuando se considera la recta como línea cerrada y Ti E ) Persiguiendo el mismo propósito de demostrar el postulado de * Euclides, Gauss y despues J. Bolyai y J. N. Lobastchewsky, bus- caron su demostracion por reduccion al absurdo, suprimiéndolo; el plano como esfera de radio guiados por esta idea errónea en sí, pero lógicamente buena, die- ron con la verdad de que la geometria podía edificarse toda, y muy bien, sin el auxilio del postulado. Gauss no publicó nada sobre este resultado, pero de su correspondencia con Schumann, resulta que lo conocía; el honor de haberlo revelado primero pertenece sin duda alguna á Bolyai y á Lobatchefsky (1), quienes establecieron por los años de 1830 toda la geometría, suponiendo que la recta no fuera cerrada en el infinito y haciendo ver que la geometría eucli- deana era estrictamente exacta sobre una horisfera; más tarde, B. Riemann (2) (1867) hizo ver que a priori no se podía pretender que la recta no fuera cerrada, y que era posible fundar toda una geometría admitiendo que la recta fuera línea cerrada. Desde entónces quedó expedito el camino. Obsérvese que la única diferencia entre un plano y una esfera es que esta no puede superponerse á sí misma por inversion; pero cortando un pedazo de esta, y suponiéndola flexible é ¡nextensible, este se deja superponer á la esfera y á todas las superficies forma- das por deformaciones de la misma esfera, por inversion y resba- lamiento, lo mismo como el plano á sí mismo. Obsérvese además que hay superficies de curvatura constante negativa, como la pseudo-esfera, engendrada por la rotacion de la curva D)> ve k ey yk e al rededor del eje de las ¿, que gozan de la misma propiedad de que cada una de sus partes puede trasladarse sobre ó superponerse por inversion, á la pseudo-esfera y sobre todas las superficies pro- (1) Siendo este un apellido ruso, puede escribirse con el alfabeto latino de varios modos. Se pronuncia Labachefsky. (2) Sobre las hipótesis que sirven de fundamento d la geometría. Memoria póstuma de B. Riemann, publicada por R. Bedekind, é insertada en el tomo XIII de las Memorias de la Sociedad real de Ciencias de Gotiimmgen, en 1867. Una traduccion al francés, por J. Houel, de esta notable memoria se encuentra en lo Anali de Matematica. seccion 11, tomo 111. Milano, 1869-1870. 146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ducidas por deformación de la misma, si se supone esta parte fle- xible é inextensible; se concebirá inmediatamente que toda pro- piedad de las figuras planas que no dependa del postulado, Pi probarse sobre la esfera y la pseudo-esfera. Beltrami, basándose en este resultado dió su Ensayo de mterpre- tacion de la geometria no euclideana (1868). Para él las geometrías euclideana, esférica ó elíptica, y pseudo-esférica ó hiperbólica, corresponden á los tres casos de que la línea recta sea cerrada, cerrada en el infinito, ó no cerrada. Pero esto es puramente una interpretacion, pues en la pseudo-esfera ó en la esfera de la geome- tría ordinaria, si bien la línea geodésica que une dos puntos, goza de la propiedad de la recta sobre el plano (de ser el camino más corto sobre la superficie), no deja de existir entre aquellos una. recta que los une, no comprendida en la superficie de la esfera ó pseudo-esfera á que pertenecen. Como se trata de la teoría general de las rectas en el espacio, el ensayo queda subsistente como inter- pretacion ó representacion, pero de ningun modo en absoluto. Yendo más adelante, Beltrami publicó en 1869 su Teoría de los espacios de curvatura constante. La idea fundamental de esta obra, á parte de la teoría puramente matemática que contiene, es la misma que sirvió de baseá B. Riemann en el ya referido estudio, y consiste en que un ser de dos dimensiones nunca podría saber si un espacio de curvatura constante en que viviera (plano, esfera, ó pseudo-esfera), es curvo ó no, porque podría desplazarse arbitra- riamente en él sin modificar las dimensiones, ángulos ó superficies de los elementos de una figura cualquiera. Por consiguiente, como este ser nunca podría comprobar si una línea geodésica de la su= perficie en que existe tiene uno ó más puntos en el infinito, al cual no podría llegar, no podría él establecer la geometría sin admitir un postulado; admitiría que no haya, que haya uno solo ó que haya dos puntos de una línea geodésica en el infinito, y de esta manera obtendría líneas geodésicas á que podría trazar por cada punto de la superficie una infinidad, una sola ó ninguna paralela. | Beltrami generaliza esta idea y resulta que nosotros, seres de tres dimensiones á quienes nos falta la sensacion de una cuarta dimen- sion, no podemos sentvr si nuestro espacio es curvo; todo lo que sabemos es que su curvatura es constánte, porque á esto correspon- de el axioma del desplazamiento de la figuras (1). (1) La concepcion de un espacio á cuatro y más dimensiones es muy sencilla. En efecto, el sentido de la cuarta dimension nos falta sólo si se hace abstracción LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 417 Además Beltrami establece la geometría de un espacio de n di- mensiones de curvatura constante, y demuestra que la geometría euclideana supone implícitamente que la curvatura de nuestro es— pacio es nula ; que si se admite que la recta tiene dos puntos en el infinito, esto equivale á suponer negativa la curvatura del espa- cio, y que si esta fuera positiva, la recta no tendría ningun punto en el infinito. Pero la idea del espacio curvo no es de fácil comprension; na- - cida de una abstraccion del espíritu, no es apropiada en el estado actual de la enseñanza elemental, para fundar una teoría general de todas las propiedades del espacio, salvo las de extension; pero si se tiene en - cuenta alguna otra propiedad comun á todos los puntos del espacio, alguna otra variable independiente además de las tres coordenadas de un punto, el conjunto de los puntos del espacio formará un espacio á cuatro dimensiones. Si, por ejemplo, se supone que cada punto del espacio esté afectado de un cierto coefi- ciente, como ser, por ejemplo, la densidad arbitrariamente variable en cada punto de un polvo impalpable que llenara todo el espacio, el conjunto así obtenido es un espacio á cuatro dimensiones, cuyo elemento es el punto. Tomando como ele- mento del espacio la recta, se tiene igualmente un espacio á cuatro dimensiones como lo hicimos ver al principio de este estudio (cap. II). Tales espacios pueden muy bien tratarse geométricamente. Si en un espacio de cuatro dimensiones, cuyo elemento es el punto, se supone que una dimension, la densidad del punto por ejemplo, siga una cierta ley en fun- cion de las otras tres dimensiones, se obtiene un espacio á tres dimensiones; p. ej., la densidad varía proporcionalmente á la distancia de los puntos á un plano fijo ; entónces existe entre las coordenadas (w, y, 3, y la densidad uw del punto %, Y, z) una ecuacion de primer grado: el espacio que forman es un espacio pla- no de tres dimensiones. Eliminando u entre dos ecuaciones de primer grado en x, Y, z yu, se obtiene una ecuacion en x, y, z solo, que nos da la situacion de los puntos que satisfacen á las dos ecuaciones precedentes: es la ecuacion de un plano, interseccion de los espacios planos considerados. En general, dos espacios de tres dimensiones que tienen por elemento el punto, se corían segun una su- perficie, es decir, tienen una superficie comun cuyos puntos satisfacen á las con diciones de ambos espacios. No es aquí el lugar de examinar más detenidamente esta cuestion: todo lo que he querido hacer notar es que no se necesita ninguna nocion metafísica superior á las de la geometría ordinaria para comprender lo que es un espacio de cuatro dimensiones, y para construir con este espacio. En geometría ordinaria admitimos que todos los puntos del espacio son 2démticos, es decir, que hacemos la cuarta dimension (densidad, por ejemplo) de estos puntos igual á una constante, y así podemos hacer abstraccion de ella. Sobre el tema de los espacios á más de tres dimensiones puede leerse con mu- chísimo provecho y del punto de vista práctico, la excelente obra de 1. Boussi— nesq, Cowrs d'analyse infinitésimale, tomo I, página 21 y siguientes. (Paris, Gauthier—Villars, 1887). | N 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de la geometría absoluta, la que se puede basar de un modo mucho más simple en los principios elementales que preceden á la pro- posicion XVI de Euclides, como se verá en el capítulo siguiente. vi DESARROLLO ELEMENTAL DE LOS PRINCIPIOS DE LA GEOMETRIA ABSOLUTA Hasta aquí hemos procedido de una manera analítica, buscando lo que había de cierto en las verdades admitidas en el orígen de la Geometria, y demostrando que el axioma XI de Euclides, el postu- lado, no se podía demostrar sin hacer una hipótesis sobre la forma de la recta. Encontramos que esta hipótesis correspondía á una forma particular de la recta, y para llegar á verlo con toda clari- dad, hicimos el estudio de los principios de la Geometría en el caso de admitirse que la recta fuera una línea cerrada, lo que es uno de los tres casos que se pueden presentar; este estudio que forma la parte principal del capítulo IV, nos condujo á propiedades de dua- lidad y polaridad muy notables. En él procedimos sintéticamente, tomando como base admitida que la recta no tenga ningun punto á distancia infinita. Para completar la prueba de la imposibilidad de la demostracion del postulado, nos falta ahora seguir el mismo procedimiento con la tercer hipótesis: admitir que cada recta tenga dos puntos en el infinito, uno en cada una de las dos direcciones que puede seguir un móvil que se desplaza sobre ella, y basados en esta hipótesis establecer sintéticamente los fundamentos de la Geometría. Encontraremos de esta manera que la geometría de la recta cer- rada, ó sea la elíptica, y la geometría de la recta no cerrada, ó sea la haperbólica, son idénticas: que lo que las distingue es única= mente el valor real ó 1maginario (en el sentido geométrico que vamos á esponer) de una cierta constante, el cuadrante, y que la geometría euclideana, ó sea la parabólica, se deduce indistinta- mente de una ú otra como caso límite en que se da al cuadrante un valor mfinito. 0 ] De esta manera dejaremos bien sentados los principios de la geo- LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 119 metría, sobre la base inconmovible de los nueve primeros axiomas y del axioma del movimiento, que es el más importante de todos, aunque hn siquiera se encuentre mencionado en muchos tratados. . Pero, además, esta reconstruccion sintética dela geometría segun los nuevos principios debidos á tantos grandes matemáticos tiene va- rias otras ventajas no despreciables. En primer lugar, da cuenta claramente de la significacion geométrica de lo que se llama ele- mentos imaginarios, al mismo tiempo que permite su representa- cion gráfica, haciendo desaparecer completamente el misterio que los envuelve en geometría euclideana ; en segundo lugar, pone en evidencia todas las propiedades proyectivas de las secciones cóni- cas; y finalmente, nos da un medio experimental de verificar cuál de las hipótesis sobre la forma de la recta se realiza en nuestro es- pacio. Aún puede decirse que sólo por el conocimiento de los ele- mentos de la geometría absoluta se llega á una concepcion clara de lo imaginario, de la polaridad y proyectividad en el plano y en el espacio; todos estos problemas tan complicados en apariencia se reducen entónces á simples cuestiones de igualdad de ángulos 6 de segmentos de rectas, y de sentidos de traslación con una recta ó de sentidos de rotacion al rededor de un punto. Lineas equidistantes de una recta. — Analogía con el circulo. — Considérese una recta cualquiera AB, y en uno de sus puntos, A, una perpendicular AN á AB. Si AN se mueve en el plano NAB, de manera á quedar siempre normal á AB, y conservar la misma lon- gitud AN = d, el lugar geométrico del punto Ñ es una línea equi- distante de AB; d es el parámetro de esta línea, AB su eje, y la recta AN su radio. Si se hace resbalar el eje sobre sí mismo, la equi- distante resbala tambien sobre sí misma. Si se abate el plano N. AB sobre si mismo al rededor de AB como eje, la equidistante N,N, viene á ocupar una posicion N¿', N,” simétrica de la anterior con relacion á AB. Si se abate el plano NAB, y la recta AB, sobre sí mismo por rotacion al rededor de una normal cualquiera á AB, como ser el radio DN, los puntos €. y E equidistantes de D sobre AB, se superponen el uno al otro, asi como los radios CN. y EN, y tambien, por consiguiente, los puntos N, y N, de la equidistante; en general, toda la parte izquierda de esta, con relacion á DN, se superpone á la parte derecha de la misma con relacion al mismo radio ; los triángulos DN¿N. y DN.¿N. son iguales, pues se superpo- nen, y de ahí resulta 120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA A DN¿N. E A DN¿N. Si € y E se mueven acercándose de D, N. y N, se acercan de N y las rectas NaN. y N¿N, tienden hácia una misma recta límite, que es la tangente de la equidistante en N,,; como los ángulos N,N¿D y N¿N,¿D no dejan de ser iguales, resulta que la tangente en cual- quier punto de la equidistante es normal al radio que pasa por este punto. En resúmen : Una línea equidistante es simétrica de sí misma con relacion 4 uno cualquiera de sus radios ; sus tangentes son normales al radio en el punto de contacto, y esta linea resbala sobre si misma sin defor- marse. Dos equidistantes de un mismo eje que tienen parámetros iguales, y de sentido opuesto son simétricas con relacion al eje. Sy la recta fuera una linea cerrada es evidente que la equidistante con parámetro d, sería un circulo descrito desde el polo de la recta como centro y con a — d como rado. El eje mismo es una equidistante con parámetro cero. Sy la recta se cierra en el infinito, como 5 toma el valor >o, re- el sulta que en geometría euclideana las equidistantes de una recta A E E a son círculos de radio 5 d = >>, con centro en la direccion normal á la generatriz; es decir, que en este; caso, todas las equidistantes son 1guales entre si; son rectas paralelas, todas normales á una nor- mal cualquiera ú4 una de ellas arbrtrarmmamente elejida. Si la recta no es cerrada, la línea equidistante sigue gozando de la principal propiedad del círculo, que es de resbalar sobre sí mis- mo sin cambiar de forma, y de ser simétrico con relacion á una cualquiera de sus normales ó radios. Sin embargo, en este caso las normales AA” y BB' á una misma recta AB, no se encuentran en ningun punto real. Si se cortasen en algun punto N, se tendría que el ángulo A'AB exterior al triángulo ABN, sería mayor que el ABN en virtud de la proposicion XVI del libro I de Euclides, cuya ver- dad hemos establecido para esta forma de la recta; pero como los ángulos A'AB y ABN son rectos ambos, é iguales por consiguiente, resulta que ningun punto real N del plano puede satisfacer á la condicion de ser punto de encuentro de estas dos normales. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 421 Superficie equidistante de un plano. — Analogía con la esfera. — Se entiende sin necesidad de demostracion que todas las propieda- des anteriores se estienden al espacio y al plano, y que en general: : Toda superficie equidistante de un plano, que llamaremos plano asial, es simétrica de si misma con relacion 4 cualquier normal d dicho plano 6 4 cualquier plano normal d este; sus tangentes y planos tangentes son normales 4 aquellos planos y rectas normales al plano axial; los unos se pueden llamar planos radrales, y las rectas ra- dios de la equidistante. En el caso de la recta cerrada, las superficies equidistantes son esferas cuyo radio es el complemento del parámetro, ó sea ¿— d> y cuyo centro es el polo del plano axial (1). 26 2 En el caso de la recta cerrada en el infinito, 5 — d = >o, todas las superficies equidistantes son esferas del mismo radio >o, igua- les entre sí y al plano axial generador, que es una superficie equi- “distante de parámetro cero. Todas ellas forman un haz de planos paralelos al plano generador, y una recta ó un plano normal á una de ellos lo es á todos los demás. En el caso de la recta no cerrada, subsiste la analogía de la su- perficie equidistante con la esfera, fundada en sus propiedades fundamentales, de resbalar sobre sí misma sin deformación y de ser simétrica á sí misma con relacion á cualquier recta ó plano que le es normal. Pero como las normales no concurren ya á ningun punto real del espacio, estas superficies son como esferas á las cuales no se pudiera asignar centro real alguno. (1) Véase capitulo IV, Polo y plano polar absoluto. Como, en este caso, el plano ll es una esfera que tiene por centro el polo P de este plano, y por radio 3 re- sulta que cualquier esfera * de centro en P, y de radio arbitrariamente elegido r es concéntrica con HU. Un radio cualquiera PA” de la esfera * le es normal en A”, y es tambien normal al plano U (pues pasa por el centro de II, su polo) en un cierto punto A. La distancia AA! => — res constante, y se ve que cual- quier esfera * de centro P es equidistante del plano axial Il, que es el plano polar de P. Cortando el sistema de esferas concéntricas *, por un plano diametral Y que pase por P, se obtiene como seccion de Il una recta z, la polar de P en el plano P, y como secciones de las esferas 2 los círculos s con centro en P, que forman el sistema de las equidistantes de la recta = que es el eje de que se trató antes. 199 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Esta analogía y otras que vamos á demostrar en seguida, nos conducen á llamarlas esferas con centro imaginario, lo mismo que, en este caso, las equidistantes de una recta se llamarán circulos con centro 1maginarto. ] Diremos recíprocamente que tales equidistantes, ó círculos y es- feras TIENEN UN CENTRO IMAGINARO. La definicion del círculo 6 de la esfera será entónces la siguiente : (círeulo | un plano ) (línea al Ñ l esfera el espacio $ le (superficie $ Lio N Z Se llama da resbalar sobre sí mismo sin cambiar de forma, y sea simétrica de sí misma con relacion á cualquier plano ó recta que la corte normalmente, cuyos planos y rectas se llaman planos radiales y radios. La parte del espacio que no cambia de lugar cuando tal superficie resbala sobre sí misma, arrastrando en su movimiento todo el espacio que se supone ligado con ella, es su centro, Y SE LE LLAMA PUNTO; se dice que este punto es real cuando se puede llegar hasta él por algun movimiento en el espacio, y se dice que es ¿magi- nario cuando no se puede llegar hasta él por ningun movimiento en el espacto. En el caso del punto real la nueva definicion coincide con la que dimos del centro de la esfera en el capítulo II; en el caso del punto imaginario es una generalizacion de la idea de es- fera que se armoniza perfectamente con la definicion primitiva (1). (1) Véase la definicion del punto en el capítulo 11, y la generacion de la es- fera en el capítulo III. Obsérvese que al decir allí: « recíprocamente todo lugar geométrico que resbala sobre sí mismo cuando sus puntos A giran de un modo cualquiera al rededor de un punto fijo O, es una esfera »; hubiéramos rigurosa= mente debido suprimir la parte subrayada y decir: « Todo lugar geométrico que resbala sobre sí mismo, de una infinidad de maneras distintas sin cambiar de forma, es una esfera », sustituyendo al texto primitivo en su parte subrayada la parte subrayada del texto anterior. Entónces se habría debido agregar : «Si hay. alguna parte del espacio, d quepodamos llegar por un movimiento cualquiera, que quede inmóvil cuando se supone todo el espacio ligado con la esfera y arras- trado con ella en un movimiento de resbalamiento sobre sí misma, esta parte del espacio se reduce á un punto, que se llama el centro de dicha esfera. » En este caso se habría llegado desde el primer paso á la introduccion forzosa de los elementos imaginarios, y he creido mejor no hacerlo, mientras no estuviera bien esclarecida la generacion de los elementos reales. (Continuard). FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MIAEESs DBL ¿CILO50 Por JUAN LLERENA (Conclusion) En efecto, mientras la Patagonia setentrional y oriental es un desierto estéril y sin lluvias, las Cordilleras occidentales, las Tierras magallánicas y la Isla del Fuego ostentan la más rica vegetacion herbácea y arborescente, y una gran abundancia de aguas dulces en forma de rios y de magníficos lagos, parecidos á los de la Suiza. Todo esto es debido al calor y la humedad que los vientos oeste predomi- nantes, depositan en esas regiones. Hay, pues, más motivos y facili- dades que lo que la Asociacion Británica es capaz de declarar, para una esploracion del polo sud sea en estremo fecunda en resultados útiles para la ciencia y el comercio del mundo. Pero no es de la Asociacion Británica, por grande y gloriosa que esa corporacion se haya mostrado, con sus trabajos científicos, de quien debemos esperar, nosotros los habitantes del hemisferio sud, el conocimiento y esplo- racion de esas regiones. Nuestros gobiernos debieran adelantarse á eso y obrar en combinacion. El Gobierno argentino, por ejemplo, debiera acometer los gastos de una espedicion de reconocimiento á las regiones adyacentes al Cabo de Hornos, estendida hasta el inte- rior del círculo antártico, en combinacion con el Gobierno de Chile, costeando este, sinó una parte de los gastos, una parte de la tripula- cion. Es en esas empresas donde se forman los hábiles, espertos é intrépidos marinos; y para ambas naciones que se están creando una marina, esto debe ser de un interés decisivo. Nuestro hemisferio es nuestro; somos nosotros, sas habitantes, los que debemos estudiarlo, conocerlo, dominarlo. A nadie le interesa tanto la esploracion y conocimiento de las regiones untárticas, como á las Repúblicas argentina y chilena, las cuales pueden, con el tiem- po, establecer en ellas pesquerías, fuente inagotable de riquezas para los pueblos que las esplotan. Terminaremos este libro diciendo algo sobre la Actinometría del mar. Esto hace referencia, no solo á la temperatura de superficie de las aguas, sinó de su interior. Porque la mayor temperatura del mar suele hallarse no en la superficie, sinó en la capa que la sigue más 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA abajo. Sin embargo, de las observaciones conocidas no resulta que el agua más caliente de los mares intertropicales no se hallen en la - superficie. En efecto, solo despues del perfeccionamiento de la termo- metría, y de la invencion de los termómetros automáticos de mar profunda, se ha llegado á conocer algo de la temperatura interior marina, como ser, por ejemplo, que la capa más caliente no es la su- perficial, sinó más bien la que la sigue, sobre todo en las aguas azules, esto es, en las aguas de mar profundo. La razon que se ha dado para este O la vamos á esponer á continnacion. o el calor que la tierra recibe del sol es el mismo todos los años, y sin embargo, la temperatura de todos los años no es la misma. Pero el calor desprendido ó producido por la accion solar, es una cosa, y la temperatura de la tierra es otra. Esta última es una coordenada de muchos esponentes; porque sin dejar de ser el mismo el calor del sol, los vientos, las nubes, las lluvias por su disposicion, por su distribucion, pueden hacer variar la temperatura del año. La evolucion periódica de las manchas solares puede hacer esta constan-= te una variable; pero el calor anualmente recibido por la tierra se acerca tanto á lo uniforme, que los mejores instrumentos no han po- dido demostrar ninguna variacion en su uniformidad. Puede en consecuencia suponerse que para toda la tierra no ha habido no solo desde la invencion del termómetro, sinó aún desde los tiempos histó- ricos ningun cambio apreciable en la temperatura de la corteza ter- restre. Este cambio ha existido, sin embargo, en el pasado geológico, pero hoy se halla en uno de esos períodos de estabilidad que a durar aún muchos siglos, como ha durado en el pasado. La tierra recibe del sol diariamente calor bastante para fundir una capa de kielo de 1 */, pulgadas de espesor estendida por toda su su- perficie. ¿(Qué se hace de este calor despues de haber sido impartido ; cómo es difundido por la tierra? ¿Cómo por el mar? Los rayos del sol solo penetran la corteza terrestre hasta unas pocas pulgadas de espesor. Pero en sus partes fluidas, es otra cosa. La masa del océano aéreo él lo penetra en su totalidad, calentando más las capas inferio- res, que las superiores. En las aguas, el calor del sol penetra hasta donde penetra su luz. Mas probablemente ó los rayos del color oscuro penetran más abajo de donde llega la luz; y el agua inferior se ca- lienta por conveccion y por circulacion vertical. Ahora dividamos con la imaginacion las profundidades del agua, cualquiera que ella sea en un número cualquiera de capas, estratificaciones de un igual espesor. El calor directo del sol lo supondremos extinguido en la capa más FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 125 inferior; la capa del fondo por consiguiente recibirá y absorberá el minimum; la de la superficie el máximo. Si el agua se pareciese al aire, no serían las capas superiores, sinó las más inferiores las más calentadas. Pero nuestros físicos han hallado lo contrario con sus observaciones termométricas de mar profundo. Ahora bien, esas premisas asentadas, ¿cuál capa será la que retenga más calor y al- cance la más elevada temperatura? No debe ser por cierto la de la superficie, porque aún cuando esta reciba más calor directo, no obs- tante, ese calor la evaporacion lo arrebata incesantemente; ni tam- poco la del fondo, porque recibe un mínimo. La capa, pues, que reci- be más calor no debe ser ni la primera, ni la última, por las razones que hemos dado, sinó más bien una capa intermediaria cuya exacta posicion y profundidad importa conocer y determinar. Como la evaporacion tiene lugar incesantemente, de dia como de noche, la capa superior, sobre todo en el mar, se hace más pesada, porque el calor del sol le arrebata el agua y le deja la sal que es más pesada que el agua; y como queda al mismo tiempo que más salada, más fria, su gravedad específica se hace mayor. Por otro lado la capa inferior que recibe menus calor, pero que tambien irradía menos y que no pierde nada por evaporacion, llegada la noche, se hace más liviana, moviéndose en consecuencia á ocupar la superficie en razon de su mayor levedad; mientras que la de la superficie, hecha más pesada por la evaporacion, desciende á ocupar su puesto abajo; de este modo llega á establecerse en el mar un sistema de circulacion vertical que es justamente un procedimiento actínico, 6 la actinome- tría del mar. Así, en la economía física del océano, las olas tienen sus funciones. A ellas les está confiada la tarea de sacar á la super- ficie por su agitacion, las capas de agua caliente que se conservan debajo; y ellas aumentan además la superficie de evaporacion de las olas, que sin su auxilio sería insuficiente y defectuoso, y ni libraría á las aguas de la estagnacion y corrupcion consiguiente; ni enviaría al aire la cantidad de vapores que este necesita para el mejor desempeño de sus funciones. Silas olas y las tempestades que las mueven, no removiesen las aguas de abajo subiéndolas á la superficie y vice-versa, los vientos tendrían entónces un menor poder motivo y la armonía climatérica actual quedaría trastornada. En el movimiento de las olas del mar se ve pues, que no solo entran los vientos y las atraccio- nes del sol y de la luna, sinó tambien las diversas temperaturas y movimientos verticales de las capas acuosas, esto es, la actinometría peculiar del mar. 126 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA. Terminaremos hablando de la radiacion comparativa de la tierra, del aire y del agua, los cuales presentan peculiaridades especiales en sus facultades absorbentes y radiantes; y en sus funciones, por con- siguiente. La atmósfera por su parte es un regulador entre el globo terrestre de un lado y el poder calorífico del sol, del otro. Por su par- te, la tierra y el agua reciben más calor del sol del que pueden radiar; pero la atmósfera recibe menos calor directo del que ella radía en realidad en el espacio. Conforme el calor desciende del sol, una parte de él es absorbido por la atmósfera; pero la mayor parte de él es retenido por la tierra y el agua. De este, una parte pasa á la atmós- fera por conduccion, mientras otra parte es radiado directamente en las regiones del espacio. ¿Qué se hace el resto? Importa saberlo, pues si no llegara á escapar, la tierra y el agua se pondrían cada vez más calientes, produciendo al fin una confusion ó un cactalismo en la economía terrestre. El resto de este calor, no siendo radiado por la tierra y el agua directamente en el espacio, ni impartido por ellos al aire por conduccion, se halla absorbido por el vasto procedimiento de la evaporacion terrestre. Hé ahí, pues, dónde se oculta en forma de calor latente. Por lo demás, él es entregado á la atmósfera en forma de vapores, y de nubes, que son estos mismcs vapores hechos visibles por el enfriamiento. Cuando estos vapores se condensan, su calor latente queda libre y sirve para calentar las regiones frias del globo y atemperar los vientos polares, y su exceso va al fin á irradiarse y perderse en el espacio. El aire pues, por su actinometría, impide que el agua y la tierra guarden más calor del conveniente. ¿Es esto Providencia? Este nombre podemos dar al admirable órden y equili- brio de los elementos y fuerzas de la naturaleza. XVII ÚLTIMOS PROGRESOS DE LA OCEANOGRAFÍA Hemos llegado al final de nuestra jornada, vasta jornada cuyo tea- tro se estiende por el globo entero, abarcando todas sus zonas y todas sus superficies. Esa inmensa escursion, hay que confesarlo, ha sido variada; nada ha escapado á nuestras miradas ansiosas de conocer y FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 197 de instruirse. Los mares, los océanos, los continentes, las islas, los fenómenos superiores del aire, lo mismo que los inferiores del océano, las profundidades del espacio, la evolucion de los mundos y las pri- meras transformaciones del planeta en su génesis y de la vida orgá-" nica naciente, la cronología del globo deducida de la historia de sus capas geológicas ó sub-marinas ; y la cronología de la especie humana, deducida de la etnografía de sus variedades ó razas, todo eso lo he- mos estudiado, reconocido y valorado, con muchos objetos más que sería largo enumerar aquí. Pero lo estensivo, no ha sido un obstáculo á lo intensivo, y hemos profundizado nuestros asuntos hasta donde ello ha sido posible. Pero la ciencia, como la vida, es una corriente que no se detiene. Mientras hemos do el globo del año 1882 á4 1887, la oceano- grafía que es la ciencia especial de que nos hemos ocupado, ha reali- “zado nuevos progresos en todos sus ramos. Y al terminar nuestra publicacion en 1890, necesariamente debemos dar cuenta de esos últi- mos progresos, para que á su salida, nuestro trabajo se halle al nivel con los últimos trabajos y descubrimientos del ramo, esto es, para que la última parte de nuestro trabajo que ve la luz en 1890 repre- presente el nivel de la ciencia en esa misma fecha. Desde luego dire- mos que, á medida que la civilizacion progresa, y que los continentes, las islas y las zonas aún las más apartadas, se aproximan por el co- mercio y por el perfeccionamiento de la navegacion y de las cons— trucciones navales, la importancia de la ciencia oceanográfica es mayor. Pero nosotros no hemos estudiado la ciencia oceanográfica solo en aquello que hace referencia á la investigacion y descubri miento de las leyes que rigen los fenómenos múltiples que tiene lugar tanto en el seno como en la superficie del océano. Nosotros hemos estendido esta ciencia al conocimiento de nuestro planeta entero y de su forma ; porque esta forma, lo hemos demostrado, tiene mucho que ver con el océano, no solo en lo que respecta á su conformacion, sinó hasta en su origen. Son muy pocas las partes sólidas de nuestro pla- neta que no se han formado bajo la accion, ó mejor, bajo la presion de las olas oceánicas; y hasta las moles plutónicas más sober- bias, el Himalaya y el Tupungato, llevan impresa sobre su frente la huella del océano. No obstante su vasta estension, la oceanografía, aún en los vastos límites indicados, hemos demostrado ser una ciencia exacta, basada sobre medidas, sobre números, sobre cáleulos matemáticos, sobre esperimentos; una verdadera ciencia, en fin, que resume y prevee. 128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Nou la constituyen por cierto, ni la topografía, ni la geografía, ni la química, ni la física, ni la geología, ni la paleontología, ni la botá- nica, ni la zoología, ni la astronomía, ni la meteorología, ni la hidro- grafía, ni la navegacion; y sin embargo, como hemos visto, ella toca á todas esas ciencias y Ú veces de una manera detenida, tomándoles y dándoles mucho. La astronomía, se dirá, esa ciencia tan remota, ¿qué tiene que ver con nuestra oceanografía terrestre? Mucho, lo hemos demostrado. La tierra es un planeta, es un astro y tiene mucho que ver con los otros astros sus hermanos; y es tan grande su influencia, que las mareas cuotidianas, el fenómeno más notable de los. océanos, son debidas á la infiuencia de esos astros. ¿Y la meteoro-= logía? Su accion es aún más demostrable. En éfecto, el agua, fluido más ó menos incompresible, lenta para calentarse, para enfriarse, para moverse, á ceder á las fuerzas naturales perturbatrices, parece deber dejarnos más fácilmente poner en limpio el secreto de sus leyes; con menos dificultad, por lo menos que el aire atmosférico, fluido tambien, pero en la forma más espansiva del gas, y por consiguiente esencialmente móvil, sensitivo, si es permitido aplicarleesta palabra; pronto 4 obedecer á las mil causas que tienden á turbar un equilibrio eternamente buscado y jamás poseido, á las aJternativas de tempera- tura del invierno y del estío, del día y de la noche, hasta las produ- cidas por la nube que pasa delante del sol. La geología casi en su totalidad, es la historia de las capas sedi- mentarias que forman los continentes é islas actuales; y las cuales se formaron en el fondo mismo del océano que cubría el globo terres= tre, por deposicion gradual, durante más de un centenar de millones de años en el largo y sucesivo trascurso de las edades y períodos geo- lógicos. Y sin embargo, apenas hoy el hombre comienza á descifrar, gracias á la oceanografía, el rol desempeñado en la naturaleza por los mares que hoy atraviesan nuestras naves cargadas de riquezas y de pueblos que, en un exodo jigantesco, emigran de un continennte á- otro. Al atravesar los bancos de Terranova, recordará el lector, he- mos calculado la provinencia de los depósitos que los constituyen ; la profundidad y naturaleza de los mares primitivos y el tiempo que han podido emplear las corrientes marinas que los forman, desde los comienzos del período glacial, para elevarlos á su altura actual sobre una profundidad primitiva de más de 6000 metros; y hemos ha- llado, para el solo período glacial desde su comienzo hasta nuestros dias, por la ley de Liell aplicable 4 los depósitos marinos, para todo el período geológico, de que datan esos depósitos, el mínimo FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 199 de más de un millon de años, con un máximo que puede elevarse has- ta mucho más. Para los detalles, referimos al lector á ese capítulo. Es un primer ejemplar de la aplicacion útil que puede hacerse de las - matemáticas á la interpretacion de los fenómenos físicos. La importancia de la oceanografía no es menor bajo el punto de vista práctico. El éxito del viaje del sabio Nordeuskjóld en ¿orno del Asia ha consistido en su conocimiento de las leyes oceanográficas ; pues en lugar de partir, como sus predecesores, desde los comienzos del estío, el lustre naturalista no temió los rigores del otoño. Se hallaba persuadido de que las aguas ligeras y calientes que descen- dían al mar glacial por los rios Siberianos, corriendo de sud á norte, flotaban en la superficie de las aguas saladas y frias, dejando en consecuencia lo largo de las costas de la Siberia un canal libre al través del cual el Vega debía encontrar un camino. El éxito coronó estas previsiones. La geología y la topografía sub-marinas permiten en ciertas circunstancias, tales como el tiempo de niebla tan frecuente en ciertos parages, reemplazar las coordenadas astronómicas, que en estos casos se hacen imposibles de determinar, por coordenadas físicas, fijando de este modo, la posicion de una nave. El método Tru- delle es la aplicacion de una parte de estos principios. La industria de las pesquerías es tan ciertamente una cuestion de oceanografía, como de zoología; porque las condiciones favorables 6 desfavorables al habitado y al desarrollo de los animales comestibles que viven en el mar por la profundidad, la naturaleza del fondo, la salumbre, la densidad, la temperatura delagvua, son datos pertenecien- tes esencialmente á la oceanografía. Hemos hablado de los bancos de Terranova. Todo.el mundo sabe que este es el punto de cita para los enjambres de peces, sea que desciendan del polo ó que suban del ecuador, cuyas corrientes acarrean allí, sea los moluscos ú otros me- nudos é innumerables habitantes de la fauna marina, y que son el alimento de los peces del norte; como las fresas y ovas de estos, al llegar á las aguas templadas, son el alimento de los peces que suben del ecuador. Siendo los bancos el punto de concentracion y depósito de estos víveres oceánicos, naturalmente los habitantes del mar acu- den á ese inagotable dispensario comun, siendo en consecuencia el punto de cita del mundo viviente acuático, y por consiguiente de los que los pescan ; no existiendo pesquerías más afamadas en el globo, de tal modo, que han promovido enconadas cuestiones de pesca entre las diversas naciones, cuyas marinas frecuentan esos parages. Pues bien, el mundo civilizado consume cada año 400 millones de dollars ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXI 9 130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (pesos fuertes) ó dos mil millones de francos, su equivalente, en pesca= do. Unos 85.000 pescadores franceses capturan anualmente pescado «por valor de 110 millones de francos; la Inglaterra, con sus 120.000 pescadores, por valor de 330 millones ; los 130.000 pescadores de los Estados Escandinavos, por valor de 400 millones ; la Rusia por valor de 100 millones ; los pueblos de la cuenca del Mediterráneo, por va- lor de 100 millones y la América del Norte, ella sola, por valor de más de 400 millones. Y sin embargo, la oceanografía es una ciencia reciente; su verda—=- dero fundador es el americano Maury, qué ha enunciado sus pricipios y formulado sus primeras leyes. En Norte-América nació, porque todas las buenas cosas nacen en los paises libres y arreglados; y na= ció muy avanzado el presente siglo (la obra de Maury se publicó en 1860) porque no podía ser de otro modo; pues para poder existir en el estado de ciencia, se necesitaban sus instrumentos de precision; esto es, zondas capaces de tocar el fondo, de morder en él y de traer= nos muestras de su suelo; problema tan difícil, que despues de muchas tentativas, segun hemos visto en su respectivo lugar, recién fué resuelto por Brooke, discípulo de Maury, en 1854; lazonda de este ya sabemos, despues de abandonar su bala, podía subir llevando una muestra del fondo suficiente para un análisis completo; termómetros resistentes á las espantosas presiones de los abismos, como los de Miller-Case:la, y de Negreti y Zambra; areómetros á la vez perfec- tos y en estremo sensibles; botellas de recoger agua de una capa determinada, sin mezcla con el agua de las capas vecinas; en fin, aparatos propios para medir la velocidad de las corrientes y muchos otros que no perderían nada en ser otra vez perfeccionados. La oceanografía se halla cultivada en casi todas las naciones del globo; en nuestro país es enseñada competentemente en el Colegio Naval ; pero no cultivada, para esto se necesitarían otros gastos de los que el gobierno se halla en estado ó tiene la voluntad de hacer. En Alemania, en dos establecimientos especiales ampliamente dotados, el Observatorio Marítimo Aleman de Hamburgo, y la Comi- sion de estudios de los mares alemanes en Kiel; en los Estados-Uni- dos, en Washington, sobre el Potomak, rio navegable; y sobre los dos vapores nacionales, el Blake de que ya hemos hablado, del U. S. Coast and geodetrc Sur vey, y Albatros, de la Comision de pesca de los Estados Unidos; en Inglaterra, en Dinamarca, en Austria (ya hemos mentado su Oceanografía), en Noruega, en uedca y aún en Suiza, cuyos bellos trabajos sobre sus lagos hemos dado tambien á conocer. z -. FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 131 En Noruega, los estudios oceanográficos han sido centralizados en el instituto meteorológico Noruego de Christiania, colocado bajo la alta direccion del eminente meteorologista Mohn, el Grefe del Estado Mayor Científico que, á bordo del Vórimgen, ha ejecutado á espensas del gobierno, de 1876 á 1878, tres campañas sucesivas en el Océano del Norte. Diez y ocho volúmenes resúmen los resultados de esta -espedicion ; la mayor parte concierne á la historia natural; y la série “no ha terminado todavía ; pero todo lo que se refiere á la oceanografía propiamente dicha, ha sido ya publicado. Las diferentes memorias son debidas 4 M. Mon. el capitan Wille, comandante el Vóringen: y a los químicos Sanet y Fornóe. La cuenca oceánica esplorada en detalle posee un gran interés, y su estudio es de una complicación estrema, porque es el punto terminal del curso de la Gulf stream, y el punto de partida de la corriente de Groenlandia. Se halla delimitado por la costa de Noruega, el Mar del Norte, la costa oriental de Escocia, las Faroer, la Islandia, la Groen- landia, el Spitzberg, la Isla Jan Mayen y Baren-Eiland, y el mar de Barentz y el Cabo Norte. Compónese de cuvetas separadas por cade- denas sub-marinas, poniéndose en contacto hácia el nordeste con la vasta meseta del Mar de Barentz y del Océano glacial ártico, El Gulf stream, ó más bien, la última ramificacion de esta corriente ca- liente entra allí por el oeste, entre la Islandia y el norte de la Escocia, atravieza la barrera de la cresta de me Thomson y sus aguas, forzadas á remontar á la superficie, van á calentar el clima de la pe- nínsula Escandinava, que tanto lo necesita; y las fjordas noruegas en cuyo interior la navegacion no se halla Jamás interrumpida durante el invierno. La corriente polar de Groenlandia, contornea al cabo Farewell y penetra en seguida en el mar de Baffin. Mohn ha puesto en relieve con una estrema exactitud la topografía del suelo sub-marino por medio de curvas isobates espaciadas de 100 —brazas en 100 brazas ; él ha estudiado y diseñado cartas relativas á la distribucion de la temperatura en las profundidades y. en las corrien- tes que, de conformidad con la teoría de Sopvritz, él atribuye á los vientos, sin sostener, no obstante, que este agente sea la única causa del fenómeno; y teniendo sin duda en vista esa combinacion de cau- sas que nosotros hemos señalado en otra parte. Una corriente marina siendo, en efecto, el resultado de acciones de importancia variable segun la region y debidos al viento, á la rotacion de la tierra, á la evaporacion de la superficie del mar, ála temperatura, á la mezcla de aguas dulces traidas por los hielos, los rios ó las meteoros acuosos, 132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA á la configuracion geográfica de los continentes, á la conformacion y á la naturaleza del suelo sub=marino. Acordando la preponderancia al viento (lo que no impide que una corriente rápida pueda ella en- eendrar vientos, en vez de ser engendrada por los vientos), el señor Mohn se halla en este caso tanto más en la verdad, cuanto que esta influencia, aún para los que discuten su absoluta generalidad para el conjunto de las corrientes marinas, no podría ser negada para el Océano del Norte. El sabio director del Instituto de Christiania ase- gura además la impulsion natural que le da su alta competencia en la ciencia que cultiva especialmente, la meteorología. Existen en efecto ciertas ciencias, sobre todo en las de aplicacion, que en el órden de los conocimientos humanos, se hallan colocadas como en el límite de muchas otras; pueden tambien ser tratadas por especialidades diversas que, segun la disposicion particular de su espí- rito y sus habitudes científicas, dan á sus investigaciones una especie de sello particular. Lo mismo acontece con la oceanografía. Los traba- jos americanos é ingleses, practicados por marinos, llevan consigo un notable carácter de sencillez y claridad, que no escluye la elevación y que son prácticamente de una gran utilidad inmediata. El señor : Mohn en consecuencia, debido á esta idiosincrasis del espíritu huma- no, ha comunicado á sus trabajos oceanográficos un carácter meteoro- lógico pronunciado. Silos ingleses y americanos, despues de haber observado y medido sobre el terreno, resúmen ó tratan de reasumir sus cifras bajo la forma de una ley, el señor Mohn parte de una idea general que él traduce en una fórmula algebraica, en que entran como coeficientes ciertos datos físicos, que ensaya en seguida de medir sobre el terreno. Estos obtenidos, los introduce en su fórmula y cons- tata si resulta una esplicacion satisfactoria de los fenómenos. Habituado á hacer meteorología con el aire, el señor Mohn ensaya hacer meteorología con el agua; mientras que esa agua que él conoce poco para saberla manejar bien, es mucho más conocida y familiar á los ingleses. Pero si los métodos son diversos, el objeto queda siempre el mismo, no siendo este otro que la investigacion y el descubrimiento de las leyes naturales que gobiernan el océano. Independientemente de la disposicion especial de los espíritus que los hace capaces de comprender un cierto conjunto de hechos, y no otro, y vice-versa; de percibir las relaciones y penetrar las consecuencias más netamente cuando se hallan agrupadas de tal y tal modo, de preferencia á otro, la ciencia obtiene gran ventaja en variar sus procedimientos de inves- tigacion. Análisis ó síntesis, todavía es fructuosa cuando es buena en FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 133 , sí; el esclusivismo no conduce á ningun resultado, mientras la diversidad de métodos es siempre conveniente para el conocimiento de la verdad. No nos es posible entrar aquí en detalles técnicos, que por otra parte hemos dado abundantemente en sus lugares correspondientes. No nos ocuparemos de describir, ¿omándolos del capitan Wille, los diversos instrumentos y aparatos empleados y su modo de funcionamiento, que ya hemos hecho conocer en otros capítulos en sus aparatos más -—perfeccionados y recientes. Tampoco nos ocuparemos de dar indica- ciones relativas á las maniobras de una nave durante las operaciones que comporta una espedicion científica oceanográfica, sondajes, dra- _gajes 6 pescas con el chalut ó trahul. De todo esto hemos hablado abundantemente en sus respectivos capítulos, durante toda la esten- sion de nuestra obra. Solo nos detendremos á dar una idea de los trabajos de Schmelck y Fornoé, siendo nuestro objeto en este capitulo final hablar de los últimos progresos y trabajos de la oceanografía. El primero de estos químicos ha examinado la naturaleza de los fondos estraidos por la zonda (y ya en su respectivo lugar hemos hablado de la naturaleza calcárea, globigerínica, del fondo de! Atlán- tico norte y por consiguiente del Mar del Norte europeo, que forma parte de él). El en consecuencia ha dispuesto una carta geológica del Océano del Norte, que él tuvo la idea de colorear por la sustancia de los fondos mismos que el quería representar ; y los cuales, desecados y reducidos á polvo fino, los estendía sobre el espacio que les estaba reservado sobre la carta prealablemente dispuesta con una capa de goma arábiga húmeda que pudiese retener la sustancia pulverulenta. Sehmelck ha querido además saber si el mar formaba por todo un líquido homogéneo, es decir, una mezcla de cantidades variables de agua dulce, con una mezcla en proporciones constantes, aunque va- riables en lo que respecta á la cantidad total de sales. Para esto él ha dosificado la cal, la magnesia, el ácido sulfúrico y el cloro en líquidos en que conocía de antemano la proporcion exacta de los cuerpos á de- terminar; él ha avaluado el error esperimental, y como ha constata- do que en los números y análisis de las muestras obtenidas, las varia- ciones sobrepujaban este error, él ha podido resolver por la negativa lá importante cuestion que se había planteado. Estas diferencias son débiles, es verdad, y en muchos casos es permitido prescindir de ellas. Esto es lo que ha hecho M. Fornoé estableciendo la exac- titud práctica de la proporcion empírica : 434 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cantidad de sal peso específico — 1 e al Ú | Ed == O a 17.5, ES Esta fórmula permite darse una cuenta muy aproximada de la can- tidad de sal contenida en un litro de agua de mar, gracias á un sim- ple y rápido esperimento con el areómetro. El señor Fornoé se ha ocupado tambien de la distribucion de los gases en el océano. Lo primero ha verificado por la reaccion del torna- sol y de la coralina, el carácter básico de las aguas del mar prove-= nientes de todas las muestras, y por consiguiente la ausencia del ácido carbónico libre en este líquido, en el cual no existe sinó en una com- binacion de carbonatos y de bicarbonatos. Esta observacion tiene graves consecuencias para la teoría relativa á la formacion de las capas calcáreas en el seno de las aguas; ó mejor, da su verdadero sen- tido 4 muchos fenómenos que de otro modo se hubiesen conservado un misterio. Porque esto nos revela que todos los depósitos, carbonatos y bicarbonatos de cal marinos tienen un orígen orgánico y no mineral. Y esas potentes masas de la calcárea primordial ó Laurentina, tienen pues un orígen orgánico y no mineral como se había creido; y el Eoozon canadense, es una realidad orgánica y no una cristalizacion mineral como se había supuesto; y la vida ha existido en nuestro planeta desde las primeras estratificaciones del período Lauren- tino. Tornoe ha determinado en seguida la cantidad de aire disuelto en el .aguadel mar, y que es sensiblemente la mismaen todas las profandida- des y en todas las regiones, correcciones hechas de la temperatura y de la presion. Como el coeficiente de absorcion en el agua es más grande para el oxígeno que para el ázoe, el aire disuelto es más rico en oxígeno que el aire de la atmósfera, condicion eminentemente favo- rable á la vida de los seres marinos, plantas ó animales. La química oceanográfica señala además una ligera disminucion en la cantidad de oxígeno de su superficie hasta trescientas brazas, profundidad á par- tir de la cual la proporcion se hace constante, lo que la zoolugía esplica por un desarrollo de la vida mucho más considerable en su superficie. Be En algunos casos raros, dos veces solamente para las muestras del FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA -DE LOS MARES DEL GLOBO 135 Challenger, el señor Dittmar cree haber reconocido la presencia del ácido carbónico libre en el agua de las profundidades; y supone que en la vecindad de los espiráculos volcánicos sub-marinos, el ácido carbónico liquefacto bajo la presion delas masas de agua subyacentes * se ha entreverado con el agua ambiente. En Noruega la oceanocrafía se halla en manos del Gobierno, que naturalmente comprendiendo la utilidad material y las ventajas generales presentadas por estos estudios, ha autorizado á sus funcio- narios, marinos Ó sabios, 4 entregarse á ellas, y ha suministrado las sumas necesarias para ejecutar las esploraciones, poner en obra ó estudio los documentos recogidos y publicar sus resultados. Pero en las condiciones actuales le bastaría cesar de prestar su apoyo, para que el desarrollo de la ciencia del océano quedase bruscamente dete- nido en ese interesante pais. En las Islas Británicas no sucedería lo mismo. El Estado toma á su cargo aquello que, aún en Inglaterra, liega á sobrepujar los recursos privados, esto es, el costo de las gran- des espediciones, el Porcupine, el Ligihnmmg, el Challenger, el Alert y el Discovery, el Knight-Errant, el Triton y tantos otros buques le pertenecen ; él estimula y auxilia las investigaciones, pone sus embar- caciones y sus equipages á la disposicion de los hombres de ciencia; los provee de los aparatos perfeccionados indispensables: permite á sus comandantes, y aún les ordena frecuentemente, en curso de todo via— je que los haga pasar cerca de una localidad interesante del océano, ejecutar sobre las indicaciones de especialistas, ciertas observaciones como ser sondages, toma de temperaturas, densidades y aún dragages. Empéñase con un legítimo orgullo en que los oficiales de su marina, continnando las tradiciones de los Cook, de los Franklin, de los Ross, de los Mac—Clintock, de los Nares, completen la hidrografía por la oceanografía, se familiarizen con estas cuestiones y contribuyaú á la solucion de los problemas en los cuales, en definitiva, son ellos los más interesados. Sin embargo, el estado deja una gran parte la ini- clativa particular, y suponiendo aún que llegase á desinteresarse, el desarrollo de la oceanografía, privada de un poderoso socorro, sería en verdad menos rápido, pero no se detendría. La estacion Granton, cerca de Edimburgo, fundada en 1884 bajo el nombre de Scotish-Marine-Station, solo se halla sostenida por sus- criciones particulares. Al cabo de cerca de cinco años de existencia, hasta 1889, ella ha prestado grandes servicios. Débelo á la consagra- cion de Mr. John Murray, antiguo miembro del Estado Mayor Cien- tífico del Challenger y que dirije actualmente la publicacion de sus 136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Reports, en el Challenger Ofice de Edimburgo. Esta oficina es guber- vamental; se han depositado allí la mayor parte de las muestras trai- das por la espedicion, y los empleados tienen el encargo de dirijirlas á los especialistas que las estudian; de recibir las memorias, de ha- cerlas imprimir y de publicarlas. Fuera de su situacion oficial, Mr. John Murray ha puesto al servicio de la oceanográfica su esperiencia y su fortuna; él ha sabido persuadir á todos los que se le han acer- cado que estudiar los mares, era contribuir á aumentar el dominio de los conocimientos humanos, y también la riqueza de un país, una gran parte de cuyos habitantes viven del océano y en el océano; y era como acudir con un auxilio precioso á sas pescadores y marinos; y tambien realizar un deber de patriotismo; él ha despertado en torno suyo el ardor de que se halla penetrado, creándose de este modo há- biles y adictos colaboradores. La Scotish-Marine-Station comprende el laboratorio de Granton, especialmente afectado á la zoología, un laboratorio flvtante, el Arka, y un yacht, la Medusa. Como lo indica su nombre, el Arka es un gran cajon á la manera del arca Noé de los Hebreos; esto es, un ponton de carena muy ancha en estado de flotar ó de quedar encallado á volun- tad, sin dejar por eso de hallarse en equilibrio. Contiene un aloja- miento para el guardian; zotas para el carbon; un receptáculo de agua de mar y dos salas iluminadas por grandes ventanas en que seis personas pueden trabajar cómodamente. La Medusa es un yacht á vapor de 30 toneladas, con un equipaje de tres hombres, maniobrado de una manera muy práctica y al cual no se podría reprochar sinó su tonelaje demasiado débil, que no le permite siempre alejarse suficien- temente de las costas. Todos tres, el laboratorio de (Grranton, la Me- dusa y el Arka forman un conjunto completo; los dos últimos comien- zan la obra; el laboratorio de Granton la termina. Esta obra es el estudio completo y sistemático, localidad por lo calidad,delsub-basamento continental de la Escocia; es decir del espa- cio submarino comprendido entre la ribera tal como se halla indicada en las cartas geográficas, y una profundidad de 100 toesas inglesas ó 200 metros. Consideraciones particulares asignan ú esta zona una importancia especial. La region escojida es examinada primero bajo el punto de vista oceanográfico puro, lo que comprende su relieve topográfico completo por curvas isobates, ligadas al relieve conti- nental que confina con la ribera; una geología del fondo, puesta en concordancia con la geología terrestre; el reconocimiedto de las va- riaciones de densidad, salumbre, temperatura; en una palabra, de le E É q FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 137 todas las propiedades físicas y químicas adquiridas por la mar, por el efecto de las mareas y de las estaciones, y que, en ciertas circunstan- cias, en el seno de los estuarios, por ejemplo, pueden hacerse en es-- tremo complejas; la medida de las corrientes y de sus efectos sobre el fondo y á lo largo de las riberas; en fin, la observacion preliminar y rápida, aunque esmerada y precisa de la fauna marina. El estudio muy profundo de la fauna y de la flora es emprendido en seguida y concierne entónces especialmente á los naturalistas. - La Medusa y el Arka toman como base de operaciones una locali- dad determinada; en otro tiempo, en Grauton, en la embocadura del rio Furth, su principal estacion es hoy sobre la costa oeste; y Mill- port, en la la Isla Cumbrae, á la entrada del estuario del Clyde. El yacht navega durante el dia y gana el puerto á la entrada de la no- che ; durante este tiempo el Arka ha quedado cerca de la tierra ó sobre la tierra, sirviendo de asilo al zoologista, al físico Ó al químico que examina con toda calma y comodidad la cosecha obtenida. Cuando se hace necesario, la Medusa aprovecha la primera marea, que hace flotar el Arka, para sacarla á remolque; la conduce á otro paraje; la hace encallarse,” y esta misma maniobra se renueva durante toda la bella estacion. El trabajo metódicamente distribuido, se realiza pronto y con regularidad. Mr. John Murray se halla convencido de la alianza estrecha de la historia natural y de la oceanografía. Cada una de estas ciencias esplica y completa la otra ciencia. Un animal ó una planta, susceptibles el uno de huir y el otro de no esperimentar modificacio- nes en su vitalidad y su desarrollo, permiten evaluar en globo todas las condiciones de un medio que el termómetro, areómetro ó análisis químico miden aisladamente. El animal y la planta son instrumentos de física muy sensibles y muy precisos, importa saber leer sus indicaciones. No tenemos tiempo para detenernos en los nuevos trabajo ejecuta- dos cada año y publicados por Mr. John Murray y por sus colabora- dores, Ellos no se limitan á la oceanografía de las costas de Escocia, pues, además de las esperiencias relativas ¿la accion ejercida por el viento sobre la distribucion de las temperaturas en el interior de los lochs, de los lagos y aún del océano; además de las investigaciones sobre el modo de formacion de la Islas de Coral, que han conducido á su autor á formular sobre su formacion una hipótesis del todo dife- rente de las teorías de Dana y de Darwin, Mr. John Murray ba eje- cutado bellos trabajos de generalizacion, entre otros una carta bato- métrica de los océanos con el cálculo de las áreas y de los volúmenes 138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de las aguas aparentes á cada zona; una carta de la distribucion de las lluvias sobre el globo, con la evaluacion de las cantidades de agua dulce acarreadas al mar por la mayor parte de los grandes rios. Mr. Buchanan ha puesto en relieve la toposrafía submarina de la costa de Guinea. En fin, un químico, Mr. Irvine, ha ejecutado interesan- tes esperimentos de biología marítima examinando los efectos produ- cidos sobre cangrejos que viven en el seno de una agua de mar artifi- cial, en la cual se cambia la naturaleza química de uno de los elemen- bos componentes. El ha llegado á demostrar que el animal transforma en carbonato de cal toda sal calcárea introducida en solucion en el agua; pero no tarda en perecer cuando la cal es reemplazada por una sal cualquiera de magnesia, de barita ó de estronciana. Tal es, bosquejado á grandes rasgos, el modo cómo se estudia el mar en las Islas Británicas. Los métodos, es preciso no olvidarlo, se aplican no solo al océano, sinó tambien á los lagos. Nosotros hemos dado á conocer los estudios y esperimentos fisiográficos practicados en los lagos de Suiza, haciendo algunos parangones con los elementos análogos de la oceanografía. No necesitamus, pues, detenernos en los estudios practicados en los lochs ó lagos de Escocia por los sabios escoceses, cuyos importantes trabajos sobre las costas caledónicas hemos dado á conocer. Independientemente del interés que se liga no solo al conocimiento de la economía general de estas grandes masa- de agua dulce, estas permiten hacer en condiciones de sencillez relas tiva, un gran número de observaciones 6 de esperimentos sistemático- que sería muy difícil de acometer en el mar sin un conocimiento prealable aproximado de los resultados con que es permitido lison= jearse se puedan obtener. | ls una obra análoga á la que hemos dado cuenta en Suiza, la que se ha practicado en Escocia, y esta ha tenido necesariamente que ejes cutarse sobre un plan uniforme ó aproximado, de manera que sus conclusiones son comparables. Para reasumir el rol de las naciones civilizadas de nuestro planeta en el desarrollo de la ciencia del ocíano, de que hemos dado cuenta en el transcurso de los dos grandes volú- menes de nuestro trabajo, se podría decir que la Alemania se entrega por todo á la oceanografía de laboratorio; los Americanos, los No-. ruegos y los Ingleses á la oceanografía de alta mar; mientras que en Escocia y en Francia los estudios en general, se han especializado en la oceanografía de las Costas; lo que no es olvidar las brillantes es- cursiones de la Francia en alta mar, de que hemos dado cuenta en otra parte. : REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA PoR MARCIAL R. CANDIOTL (Continuacion) . « Teníamos á la vista un fémur humano, tan viejo. que apenas resistía el tacto más delicado. | «Por ese mismo momento comenzaban á llegar numerosos ve- cinos de todos lados, traidos por las noticias de las escavaciones que practicábamos. «Con la mayor atencion comenzamos el nuevo foso alli donde el peon sacó el fémur; y á poco andar una pala hizo volar la corona ó parte superior de la bóveda cerebral del cráneo humano. « ¡ Estaba allí nuestro tesoro ! « Suspendimos el trabajo de las palas despues de hacer un hondo pozo del gran pan de tierra en que sospechábamos que debía estar el esqueleto; y emprendimos una tardía escavacion á cuchillo empleando todo el cuidado que exigen aquellos huesos humanos tan delesnables. Una hora y tres cuartos despues estaba descu- bierto todo el esqueleto, presentando el espectáculo más sorpren- dente y entusiasmador para todos los curiosos que nos rodeaban, acompañándonos con sus votos y ayudándonos en nuestros trabajos. « El esqueleto presentaba la posicion de las mómias peruanas, de las cuales se ha podido ver una aquí, en el Museo Hartkoff; yacía horizontalmente de este á oeste. El cráneo descansaba sobre el occipital. Le falta una parte de la mandíbula superior que se deshizo apenas movimos la tierra que la cubría. El resto del crá- -neo se hallaba íntegro inclusive la dentadura de la mandíbula inferior con escepcion de un incisivo y un canino. De la mandíbula superior tenemos cuatro muelas. «Los miembros superiores estaban tendidos horizontalmente hasta las caderas, cerca de las cuales había allí varias falanges de los dedos, habiéndose perdido las restantés. «Los miembros inferiores afectan una posicion que revela la violencia á que era sujetado el cadáver para enterrarlo, apareciendo rotos algunos huesos por esa causa. 140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «El fémur descansaba sobre la cavidad del vientre, la tibia y el peroné de uno y otro miembro reposabán á los lados de la claví- cula; de esta suerte parece que el cadáver fue enterrado en una. posicion que se parece á la de cluquillas; pero con las rodillas plegadas sobre la clavícula. «De la curiosisima posicion de los huesos tomamos un croquis que particularmente hemos hecho conocer á muchas personas y varios miembros de esa Sociedad, no adjuntándolo ahora porque nos servirá de guía para dibujos completos. « Al rededor del esqueleto del viejo guaraní había innumerables tiestos rotos y obras de arte prehistórico. «Nos fué sumamente difícil estraer este esqueleto antiquisimo, porque, como dijimos, los huesos se deshacían y operábamos bajo un cielo encapotado con tiempo lluvioso y húmedo, de suerte que el aire no contribuía á secar los huesos con la rapidez que era de desear. «Para salvarnos de una destruccion segura los sacamos envuel- tos en panes de tierra, y hemos tenido la fortuna de llegar 4 Buenos Aires con la mayor parte de ellos en el mejor estado. Aquí han sido incorporados en el Museo de uno de nosotros (1); y muy pronto será restaurado el esqueleto en la misma posicion que tenía en la tierra. « El esqueleto no tiene todas sus piezas, por las causas sp tas, pero está lo sustancial. «Abajo, á media vara del primer hallazgo, encontramos otra man- díbula inferior humana con varias muelas; pero en un estado tan delicado que se deshacía al contacto de los dedos. «Calculamos que los indios harían sus entierros observando ' ciertas reglas, y cavamos en la prolongacion de la línea del pri- mer cadáver, al primer golpe de pico empezaron á salir huesos de otro cadáver. «La noche lluviosa detuvo nuestra empresa y el diez de Julio nos pusimos en marcha para Buenos Aires con el siguiente mate- rial científico arrancado á la tierra que lo cubría : « Las partes principales de un esqueleto del hombre prehistórico (Guaraní). (1) El Museo del Doctor Zeballos ya muy rico en restos industriales del hombre primitivo de Buenos Aires. El señor Pico tuvo la deferencia de cederle su parte en los hallazgos. (Anales, tomo VI. S A E OS: 3 IS AA EE ad L EZ ES E REVISTA DEL ARCHIVO 144 «Un hear de mandíbula humana con varias muelas. «Una tibia y peroné de otro esqueleto. « Un peroné de otro individuo. «Quinientos ochenta y tantos objetos de procedencia industrial entre fragmentos de tiestos de barro (cocidos, labrados y pintados), armas de piedra, rotas y enteras, huesos utilizados ó rotos para comer la médula, etc. «Varias muestras de tierras de fogones. « Una medallita de mica con agujero en el medio, y pintada de verde, de algun collar quizá. «Una cabeza de animal acuático hecha en barro cocido y pintada de colorado. «Una gran variedad de otros objetos. «Aquel era pues un cementerio Guaraní. « Nos limitaremos á las precedentes indicaciones porque en un estudio especial profundizaremos el asunto acompañando varias láminas. «Este descubrimiento, señor Presidente, tiene una importancia extraordinaria para la ciencia. El hombre anterior á la conquista de la Provincia de Buenos Aires no era conocido sinó por sus armas y utensilios; pero sus esqueletos no parecían. Uno de nosotros se preguntaba en una publicacion reciente; ¿Qué hacían los indios con sus muertos? El problema no ha sido resuelto aún respecto al hombre primitivo de la pampa; el del litoral tenía sus cementerios como queda demostrado con este primer descubrimiento. « ¿Cuál es su importancia entónces ? « Desde luego es el primero de su naturaleza que se realiza. El Doctor Burmeister comunicó al Congreso de Antropología y Arqueo- logía Prehistórica reunido en Bruselas en 1872, algunas noticias Cubre unas urnas funerarias de Paicarabi (Buenos Aires) en las cuales se suponen que los guaranís enterraban sus muertos; pero en esas urnas no se hallaban los esqueletos. «El esqueleto que acabamos de exhumar es el primero de las razas primitivas de Buenos Aires, de una grande antigúedad, que se exhibirá al mundo científico, siempre ansioso de protejer este género de investigaciones que arrojan luz sobre la historia primi- j tiva de la humanidad. «Aparte de ser esto el primer descubrimiento en su género veri- ficado aquí, tiene otra gran importancia científica. « La forma de este monumento prehistórico tiene una forma 01] 149 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA completamente análoga á los de igual clase conocidos en el Brasil con el nombre de Sambaquas ú Ostrerras ; en Italia con el de Terra- mares y en Dinamarca con el de Kroken-Moeding (sobras de comida). Probaremos esta analogía con el trabajo fundamental que prepa- ramos sobre este trabajo. « Analogía tanto más admirable es esta, como que los depósitos dinamarqueses son de una antigúedad inmensamente mayor. « Dados estos suscintos detalles sobre el descubrimiento, pasamos al objeto de esta. | «Modestos aficionados al estudio de la ciencia, le consagramos nuestros momentos de ócio, con el fin de satisfacer inelinaciones propias, y anhelosos de dar un ejemplo útil, que, hallando imita- dores, abriría á la juventud estudiosa nuevos rumbos en el vasto teatro de los conocimientos humanos, presentando un nuevo esce- nario á su actividad intelectual. « El cementerio mide, como dijimos, 79 varas de largo por 32 de ancho; y apenas hemos removido unos diez metros cúbicos. «¡Queda todo por hacer aún! Nosotros continuaremos las inves- tigaciones para completar la coleccion valiosísima que ya hemos traido ; pero como interesados en el éxito de las tareas de la Socre- dad Cientifica Argentina, hemos querido dedicarle la gloria de ha= ber descubierto y esplorado el primer túmulo del hombre prehis- tórico en Buenos Aires. «Sin que ningun sentimiento egoista turbe nuestro espíritu, nos apresuramos á comunicar á la Sociedad la creencia de que en el cementerio que nos ocupa, hay elementos para dotar de ricas co= lecciones arqueológicas y antropológicas á todos los museos y esta- blecimientos de educacion superior de la Provincia ; y que sicon este objeto se creyera conveniente remover todo el cementerio y extraer sus preciosas reliquias, nosotros tendríamos la mayor satisfaccion en suministrar los datos, señalando el ignorado parage que escon- de prendas de tan subido valor para la ciencia. «En tal caso exigiríamos la observancia de las siguientes condi- ciones: «1% Que ninguno de los objetos extraidos salga de la República Argentina; «92 Que las investigaciones sean dirijidas por delegados de la Sociedad. «Al dar este paso obedecemos al deseo de unir el nombre de esta laboriosa Sociedad á un hecho de tanta importancia, que llamará l REVISTA DEL ARCHIVO 143 la atencion de todos los que se dedican al estudio del orígen y an- tigúedad del hombre y de las variedades de su especie. «Por lo demás, aunque abrigamos la conviccion de que la So— ciedad estimará dignamente nuestro ofrecimiento, repetimos que en todo caso continuaremos nuestras investigaciones particulares en aquel cementerio en servicio de la ciencia, con la fé y el entu- siasmo que nos guiaron en el hallazgo que motiva esta nota. « Estanislao S. Zeballos. — Pedro Pico. » Sobre la anterior nota se resolvió del siguiente modo : po La Junta Directiva de la Sociedad 3 Científica Argentina. Buenos Aires, Julio 12 de 1877. Considerando: 1* Que los señores D. Pedro P. Pico y D. Estanis- lao S. Zeballos comunican en la nota precedente el descubrimiento de un cementerio guaraní prehistórico en el partido de la Exalta- | cion de la Cruz, distrito de Campana, dedicando á la Sociedad Científica Argentina la gloria de este suceso; 22 Que á pesar de estar dichos señores resueltos á continuar sus investigaciones en servicio de la ciencia, desean unir el nombre de la Sociedad á un acontecimiento tan importante ; 3” Que con este objeto prometen dar toda clase de datos á la So- ciedad, si ella resuelve nombrar delegados que dirijan sus traba- jos, á fin de aprovechar aquellos materiales científicos ; «4 Que exigen en tal caso que los materiales extraidos no sal- gan de la República Argentina ; «5 Que el artículo 21, inciso 22 del Reglamento de la Sociedad, autoriza á la Junta Directiva para adoptar las medidas que crea oportunas en servicio de los propósitos de la institucion. «RESUELVE «1% Aceptar la participacion que los autores de este notable descubrimiento ofrecen á la Sociedad Cientifica Argentina, y felici- tarlos por el éxito de su dedicacion al servicio de la ciencia; «2% Nombrar una comision compuesta de los señores : Doctor SN 7 144 ; ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Don German Burmeister, Doctor Don Pedro P. Pico, Doctor Don Estanislao S. Zeballos, Doctor Don Francisco P. Moreno, para que dirijan los trabajos de extraccion del material científico que encier- ra el cementerio denunciado ; «3 Poner á disposicion de los comisionados la suma de cinco mal pesos m/c, en que lcs autores del descubrimiento estiman los gastos necesarios para las escavacioness y demás trabajos; «4% Autorizar al Presidente de la Sociedad para que solicite la cooperacion del Doctor Don Eduardo Costa, vecino del parage en que se hallan las reliquias prehistóricas, y de la Empresa del Ferro-Carril á Campana; «5% Reunir en el Museo de la Sociedad todos los objetos que ob- tenga la comision para darles el destino que la Sociedad estime oportuno; p «6% Elevar copia de la nola precedente y de esta resolucion al - Poder Ejecutivo de la Provincia, rogándole se sirva adoptar medi- didas eficaces á fin de que personas estrañas á la comision nom- brada, no vayan á remover el terreno del Estado en que yacen las reliquias prehistóricas, y para que la misma comision pueda contar con el apoyo de las autoridades locales ; «7% Comunicar á la comision que deberá presentar un informe sobre el éxito de sus trabajos, el cual será publicado en los Anales de la Sociedad con todos sus antecedentes. « Penro Pico, « Presidente. «Florencio del Mármol, « Secretario. » Los señores Pico, Zeballos y Moreno contestaron á la comunica=. cion que les dirijió la Sociedad aceptando la comision que se les había confiado; el Doctor Burmeister se escusó por motivos de su salud delicada; con todo La Revista de Antropología y Arqueolo- gía prehistóricas de Berlin, publicó un artículo suyo, en que des- cribía el túmulo y los objetos allí encontrados por el Doctor Zeballos. : El Gobierno de la Provincia se asoció á la resolucion de la Socie- dad. Publicamos los documentos cambiados. REVISTA DEL ARCHIVO 145 « Buenos Aires, Julio 13 de 1877. «Al señor Ministro de Gobierno, Doctor Don Vicente G.. Quesada. « Tengo el honor de elevar á Y. S., en copia el espediente inicia- - do en esta Sociedad, á propósito del descubrimiento de un cemen- terio guarani, prehistórico, al norte de Buenos Aires, no léjos de - Campana. | «Conociendo la consagración de V. S. al adelanto moral del país y al fomento del progreso científico, tengo la honra de suplicar en - nombre de la Sociedad Cientifica Argentina, al Gobierno de que -——V.S. forma parte, se sirva asociarse á los trabajos que ella ha emprendido sobre aquel monumento antiguo y de los que V. $. se formará idea por la resolucion adjunta. « La Sociedad solicita del Poder Ejecutivo que, si lo estima conveniente, tenga á bien adoptar medidas eficaces á fin de que personas estrañas á la comision nombrada, no vayan á remover el terreno del Estado en que yacen las reliquias prehistóricas, y para que la misma comision pueda contar con la ayuda de las autorida- des locales. «Esperando que V. S. se servirá tomar el empeño que merece este asunto, me es grato reiterarle las seguridades de mi conside- racion. « PEDRO PICO, « Presidente. « Estanislao S. Zeballos, «Secretario. » He aquí la contestacion del Ministro, Doctor Quesada : « Ministerio de Gobierno. « Buenos Aires, Agosto 6 de 1877. « Al señor Presidente de la Sovedad Crentifica Argentina. « Tuve el honor de recibir la nota de Vd. de fecha 13 de Julio pasado, relativa al descubrimiento de un cementerio guaraní pre- histórico. Llevada á conocimiento del señor Gobernador, ha man= E ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXI 10 146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dado se cole orden por telégrafo al Juez de Paz de la Exaltacion de la Cruz, dentro de cuyo distrito está situado Campana, para que no permita por medio de la policía, sinó á la comision nombrada E por esa Sociedad, el practicar escavaciones con aquel objeto. «La comision podrá contar con la cooperacion de las autorida= des locales, bien entendido que los objetos extraidos no podi ser esportados al estrangero. E « Esa Sociedad no ignora que el Poder Ejecutivo ha elevado un proyecto á las Honorables Cámaras Legislativas para la formacion de un Museo Arqueológico y Antropológico de Buenos Aires, en cuyas colecciones deberían figurar en adelante los objetos que pueden descubrirse; pero deseoso de propender al progreso de la Sociedad Crentifica Argenima, se complace en accederá su pedido, puesto que espera que los ejemplares dobles le servirán para el Museo proyectado. | le «Con este motivo aprovecho la ocasion de saludar al señor Pre- sidente, con mi mayor consideracion. « Vicente G. Quesada. » La empresa del ferro-carril de Buenos Aires á Campana, puso á disposicion de la Sociedad todos los elementos que pudiera necesi- tar para la mejor realizacion de los trabajos, como tambien mu- chas personas que se ofrecieron y cooperaron á este fin, y entre los que se cuentan á los ingenieros Coghlan y Clark, y ¿os señores Costa, Cuel1, Posse, etc. : La Comision Especial fué citada para partir el dia 7 de Agosto con el objeto de comenzar los trabajos de esploracion; pero uno de sus miembros, el señor Moreno, se escusó, avisando que se ha- llaba indispuesto. y La comision tenía una vacante dejada por renuncia del Doctor Burmeister, quien había indicado para reemplazarlo al Doctor Cár= los Berg, quien fué nombrado con fecha 8 de Agosto. La comision empezó sus trabajos en esta fecha, siendo la primera operacion 0 remover todo el monumento, haciendo así una escavacion próxi-. mamente de mil seiscientos metros cúbicos. Los resultados obte= nidos y las medidas que aconsejaba tomar la comision constan del siguiente informe elevado por los señores Pico y Zeballos. REVISTA DEL ARCHIVO 147 « Buenos Aires, 21 de Agosto de 1877. «Al señor Don Guillermo White, Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. - «Los infrascritos, miembros de la comision nombrada por la Sociedad con fecha 12 de Julio, para extraer y estudiar los ma= teriales del antiguo cementerio indígena descubierto en Campana, tenemos el honor de comunicar á Vd. que hemos terminado la pri- mera parte de nuestra tarea. «El dia7 del corriente nos pusimos en camino provistos de los elementos necesarios para los trabajos de escavacioón á practicarse. « Desde el 8 hasta el 14 del mes trabajamos sin cesar con veinte y dos peones aparte de la cooperacion que nos prestó la partida ono de Campana y algunos vecinos. Dirijíamos cuidadosa - mente las escavaciones, practicándolas personalmente cuando era necesario desplegar mayor atencion y esmero. «Hemos removido todo el cementerio hasta una profundidad que alcanzaba, en su parte más elevada, á dos metros, deteniéndonos allí porencontrarse á esta profundidad el plan del bañado de donde - surgía agua. «Calculamos en mil seiscientos métros cúbicos próximamente, el movimiento de tierra efectuado. «Los hallazgos esceden de lo que nos habíamos imaginado. «Descubrimos veinte y siete esqueletos inclusive dos de cria- turas, de todos los cuales pudimos reunir restos importantes de 18, pués la naturaleza del terreno del todo absorbente, mantenía en muy alto grado la humedad. «El más completo y mejor conservado de los esqueletos se ha- Haba á un metro ochenta centímetros de profundidad sobre una de: capa de tierra más dura, y en la cual aparece ya, la formacion -margosa que marca un grado de transicion de la tierra al estado de toba vulgarmente llamada tosca. ) «Couseguimos levantar este esqueleto, en su cajon especial con una masa de la tierra en que yacía, de suerte que viene tal cual se hallaba y podrá ser.visto en las mismas condiciones en que lo descubrimos sobre el terreno. Y «Además hemos traido 18 paquetes que contienen restos huma= nos más ó menos completos, y útiles. Bs: ; dk ¿] E le» a 148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «No hemos podido encontrar cráneos enteros, debidos á que, la q humedad del suelo ha producido reblandecimiento de los huesos y su ruptura: no obstante, es posible la restauracion de algunos - de ellos. 3 « La coleccion de objetos de piedra es notable. Hallamos puntas de dardos y de flechas primorosamente trabajadas, morteros, manos de los mismos, hachas, piedras de honda, bolas perdidas, piedritas que los indios usaban como adornos y varios otros instrumentos, todos los cuales suman más de ciento cincuenta piezas. | « Reunimos más de tres mil fragmentos de ollas, vasos y otros utensilios de barro, de los cuales hemos traido lo más importante en número muy crecido de piezas, dejando aquello que por.su . pequeñez no merecía ser coleccionado. 3 «Tenemos de diez á quince vasijas rotas pero completas y varias con más de la mitad de su composicion, de suerte que su restau. ración es muy fácil. el «A todo esto, hay que agregar cerca de cincuenta ejemplares de obras de arte indígena en barro cocido, todas ellas pintadas, des- tinadas á adornos de los vasos, y entre las que citaremos varias cabezas de aves comunes. « Es tambien particularmente notable, la coleccion de huesos trabajados por el hombre. «Hay entre ellos unos treinta ó cuarenta cuernos de ciervo pre= parados para diferentes aplicaciones, como la agricultura, la guerra, la música, etc., etc. «Reunimos ena varios otros restos de huesos de animales, pertenecientes á restos de comidas de los indios, tierras donde existieron sus fogones, etc., etc. «Nos limitamos, señor Presidente, á esta breve noticia, porque, en un informe fundamental que preparamos sobre este asunto, en cumplimiento de la promesa que hicimos er nuestra nota de 11 de Julio y de la base 7* de la Resolucion de esa Sociedad de fecha 12 del mismo, daremos con el reposo, estudio y meditacion necesarios, todos los esclarecimientos cientificos que requiere la mision que nos ha sido confiada. | « Como esta es obra de importancia que reclama la mayor pre- caucion y sérios estudios, nos tomaremos el tiempo que fuese suficiente para desempeñarla con arreglo á nuestro deber y á los. deseos que nos animan. « Los trabajos de que en potas palabras hemos dado cuenta, han REVISTA DEL ARCHIVO 149 “sido presenciados consecutivamente por personas respetables, algunas de ellas muy competentes. «El señor Edwin Clark nos visitó largamente con su esposa y secretario. «El señor Clark es un distinguido ingeniero inglés altamente con- —siderado en Europa, constructor y propietario del ferro-carril á Campana y del ferro-carril del Salto Oriental á Santa Rosa. -«Estecaballero, cuya ilustracion y competencia en el asunto que nos ocupaba pudimos apreciar con placer, nos acompañó en algu- nos trabajos, revisó todas las colecciones, demostrando el mayor interés y procurando cerciorarse escrupulosamente de todos los trabajos realizados. «En su presencia tomamos la direccion en que se encontraban los esqueletos, varios de los cuales fueron estraidos á su vista. «El señor Clark debía ausentarse muy pronto de Buenos Aires, y antes de hacerlo, se apresuró á visitar aquellas reliquias antiguas segun él nos lo manifestó. «El ingeniero don Juan Coghlan con varios amigos y señoras, salió de Buenos Aires en viaje especial con el objeto de visitar el cemen- terio, y sabemos que este señor ha manifestado un vivo interés por - obtener un esqueleto para remitirselo á los célebres sabios ingleses Owen y Darwin. « Aunque de paso, tuvimos el gusto de ver por allí al señor don Pedro Agote, Presidente del Crédito Público Nacional, quien ha - seguido con marcado interés nuestros trabajos. «El ingeniero don Roberto A. Lapage, director de los talleres del -—ferro-carrilá Campana nos visitó varias veces y fué testigo de nuestros principales hallazgos. «Este distinguido caballero nos ha colmado de atenciones parti- cularmente y á nombre de la empresa del ferro-carril. «El señor don Julio Costa, del establecimiento de los señores Costa en Campana, nos visitaba diariamente y cooperó eficazmente á nuestros trabajos, atendiéndonos con especial solicitud. «El señor don Emilio Costa, del mismo establecimiento, comisario de Campana, nos visitaba á menudo y nos dió una guardia perma- - nente de la escasa partida de la localidad. «Además estuvieron en el local objeto de nuestras escavaciones, el señor Yorster, constructor le ferro-carriles, y su familia, el señor Barral, agente de la Compañía del Frigorífico, el señor Iglesias, el señor Posse, Administrador de Correos de Campana, el señor Cuelli, 150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA segundo Gefe de la Estacion, varios capitanes de buques de ultra- Ñ mar surtos en el Puerto de Campana y muchos vecinos respetables de la localidad. «Los señores Cuelli y Posse cooperaron tambien personalmente á nuestro objeto con el mayor interés. «El hacendado don Norberto Quirno, nos manifestó que deseaba a asociarse de algun modo á nuestra empresa y espontáneamente ordenó á su capataz que carneara una res para la peonada, lo cual: nos proporcionó alguna economía en los gastos. «La empresa del ferro-carril 4 Campana, señor Presidente, se ha conducido de una manera que merece ser especialmente mencionada. «El señor Coghlan nos dió una carta para que la Comision transi-=- tara libremente por la línea, recomendándonos al ingeniero Lapage, residente en Campana y cuyas atenciones mencionamos ya. «Se nos proporcionó una zorra que viajaba diariamente de Campa- na al cementerio y vice-versa: Además, los trenes paraban en el ce- menterio á manera de una estacion provisoria, de suerte que, los interesados en nuestras tareas podían jr y venir con comodidad. «Allí mismo paraban lostrenes para cargar las colecciones hechas, rivalizando los empleados en el deseo de ayudarnos, especialmente el señor Linares, gefe de la Estacion Campana, y el señor Growford, á quienes quedamos reconocidos. «Tanto en la estacion de aquel punto como en la casa de los señores Costa había alojamiento preparado para nosotros, pero lo rehusamos con gratitud, pues llevabamos el propósito de establecer-- nos en tiendas de campaña sobre el mismo cementerio á fin de que. la vigilancia fuese más completa y mayor la actividad en el trabajo. «Nuestro distinguido amigo el coronel don José Ignacio Gar-- merdia tuvo la bondad de proporcionarnos algunas carpas de tro-- pa, las cuales fueron muy útiles para las peonadas,: y nos propor- cionaron de este modo nuevas economías. «Llegados á Buenos Aires depositamos los objetos extraidos y cunvocamos á una reunion á los señores Moreno, miembro de la Comision, y Berg nombrado recientemente para integrarla. « Nuestro colega Moreno no pudo asistirá los trabajos á causa de la enfermedad que desgraciadamente lo aqueja, y el señor Berg fué nombrado cuando la tarea llegaba á su fin; sin embargo, cum- pliendo con un deber agradable hemos impuesto á estos señores de todo cuanto hemos hecho, ofreciéndoles con este motivo la partici- pacion que desearan tomar en los estudios consiguientes. REVISTA DEL ARCHIVO | 151 «En dicha reunion resolvimos con dichos señores lo siguiente : «12 Que habrá dos informes en este asunto: primero el de los abajo firmados relativo á los trabajos practicados, sus resultados y observaciones verificadas en el terreno; el segundo, de los cuatro ' miembros de la Comision, contendrá el estudio y descripcion de los objetos coleccionados. «Al espresar la satisfaccion que nos proporciona el resultado de nuestros trabajos, nos permitimos llamar la atencion del señor Presidente sobre el mérito de los objetos encontrados. «Ellos constituyen un tesoro de verdadero valor científico para . todos los estudios arqueológicos y antropológicos que en lo suce- -sivo se hagan en esta Provincia y servirán siempre de base compa- raliva, por ser los primeros adquiridos y los que al mismo tiempo han venido á disipar opiniones erradas y á servir de base á nuevos estudios respecto á los indígenas de esta localidad, de tiempos ante- riores á la conquista. «Es pues, por estas razones, que nos atrevemos á felicitar á la Sociedad Cientifica Argentina por tan valiosa adquisicion y nos -—congratulamos de que esa Sociedad haya tomado medidas tan. previsoras para asegurar la posesion indisputable de las impor- tantes reliquias que en breve depositaremos en su museo. « Réstanos, señor Presidente, dar cuenta de la inversion de los cinco mil pesos moneda corriente votados para gastos de comision. « Herramientas : S $ m/c Dos palitas pequeñas......-..-...- 25 DOS escardillos oa 25 Dosicarprdores. ue. bra ele q u0 45 Unisertucho. lc oo 45 Una hachita...... ios 25 A O o a 10 Tabla asis e eo 40 : 215 Alimentos y útiles de cocina...... 1425 : 4640 Changadores y CarTOS.......... 910 1950 Salario de peones... .oooooo..... 2480- Suma de e TEN nat O 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «Saludamos al señor Presidente con consideracion y respeto. « Pedro P. Pico. — Estanislao S. Zeballos.» Al anterior informe se hicieron algunas observaciones por los otros miembros de la Comision, los Doctores Berg y Moreno; existe | en el archivo este documento. «Buenos Aires, Octubre 3 de 1877. «Al señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. «Como miembros de la Comision que la Sociedad nombró para estudiar las antigúedades de Campana nos hemos impuesto en la Secretaría de un informe de los señores Pico y Zeballos sobre los primeros resultados de los trabajos. «A esa nota tenemos que hacer varias observaciones y entre ellas. las siguientes : « 19 Hasta ahora ninguno de los objetos ha sidu estudiado y creemos que por esto no se puede formar juicio exacto sobre la importancia del descubrimiento ni saber si él viene á disipar opi= ; niones erradas respecto á los indígenas de esas localidades, de: tiempos anteriores á la conquista ; | «9 No es exacto que estos sean los primeros objetos encontrados en la Provincia de Buenos Aires, los señores Strobel y Burmeister y uno de los que suscriben han publicado varias veces descripcio- nes de objetos recojidos en esta Provincia. «Si el descubrimiento que han hecho los señores Pico y Zeballos tiene importancia, no debe dudarse que otros los han precedido. «No ponemos en duda la competencia de nuestros colegas ya citados, pero creemos que debe esperarse el informe definitivo, con S el exámen detenido, con los objetos y hechos los estudios que sean necesarios para formar entónces una idea exacta de la importancia del descubrimiento y de los objetos exhumados. «Pedimos, pues, á la Comision Directiva que se suspenda la publi- cacion de todo lo que se relaciona con las antigúedades de Campana mientras la Comision especial nombrada para el estudio de ellas no haya presentado su informe detallado. « Así se evitarán muchas contradicciones y errores que no faltan nunca en informes hechos á la ligera. «Carlos Berg. — Francisco P. Moreno. » REVISTA DEL ARCHIVO 153 « Buenos Aires, Octubre 17 de 1877. Al señor Presudente de la Sociedad Cientifica Argentina. «Hemos leido en la Secretaría una nota de nuestros estimables colegas los señores Moreno y Berg, en la cual piden á la Junta Directiva, que guarde en impenetrable misterio por ahora, todo lo que se refiere al cementerio indígena descubierto en Campana por uno de los que suscriben. Pasamos á contestarla en guarda de nuestra reputacion y en servicio de la ciencia misma que exige la publicidad y discusion de sus intereses y en ningun caso el silencio egoista. «El señor Moreno acompañado por el Doctor Berg, firma una nota euyo contenido nos ha sorprendido, porque no encontramos motivo para que se trate de una manera tan injusta á compañeros de tarea que con la más pura intencion han dedicado sus momentos de ocio al estudio y servicio de la ciencia. « Los señores Moreno y Berg, fundan su pedido en los siguientes argumentos: «1% Que hasta abora ninguno de los objetos ha sido estudiado, y que por lo tanto, no se puede decir cuál sea la importancia del descubrimiento verificado en Campana. «En efecto, no lo han estudiado á pesar de que particularmente los hemos invitado á ir á Campana por repetidas veces y con ins- tancia. « Tampoco fueron como miembros de la Comision encargada de hacer las escavaciones aunque había naceptado los nombramientos. «Por último, cuando nosotros estábamos en Campana, los lla- mamos una vez más por intermedio del señor Presidente de esta Sociedad, en nota que es conocida. «Es efectivamente exacto, que ellos no han estudiado los objetos, pero nosotros sí y en esta virtud afirmamos que el descubrimiento es muy importante. « Antes de presentarnos á la Sociedad ofreciéndole aquel valioso material científico, habíamos estudiado, escrito y dibujado muchos objetos. «Posteriormente estuvimos varias veces en el cementerio, objeto - de nuestras observaciones, y por último lo removimos todo por órden de la Sociedad con toda la proligidad que requería el caso. 154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Así , Pues, lo hemos estudiado detenidamente á la luz de los principios científicos. « Ahora bien, lo que ha mandado publicar la Junta DN es nuestra opinion (fruto de aquellos estudios), respecto al mérito del monumento y una enumeración de los objetos que él contenía, y no alcanzamos á esplicarnos, cómo nuestros ilustrados colegas pre- tenden imponernos el silencio de nuestras convicciones, que si son erróneas, nosotros y no ellos sufrirán las consecuencias. «Además, el que estos señores se hayan privado voluntariamente del estudio del monumento esplorado no es un argumento en con— tra de la publicacion de nuestra nota. « Pasemos al segundo punto. «Dicen: «No es exacto que estos sean los primeros objetos en- contrados en la Provincia de Buenos Aires, los señores Strobel, Burmeister y uno de los que suscriben, han publicado varias veces descripciones de objetos recojidos en esta Provincia. | «Señor Presidente, nosotros no hemos dicho semejante. cosa. Nuestros colegas en el deseo de objetar algo más á nuestra nota, abusan hasta atribuirnos algo que no se nos ha cruzado ni por la ¡maginacion. «¿Cómo hemos de sostener que estos son los primeros objetos hallados en esta Provincia, si hace años conservamos en nuestras colecciones muchos objetos aislados? «Además de las personas nombradas, otras (que los señores Moreno y Berg olvidan) han hecho estudios y colecciones sobre el mismo asunto : tales son el distinguido publicista Ductor Manuel Ricardo Trelles, el meritorio sócio corresponsal en Londres de esta Sociedad don Walter F. Reid, el señor Doctor Manuel Eguia, el joven Lista, el señor Ameghino y los abajo firmados. «Así, pues, no hemos podido afirmar lo que arbitrariamente se nos imputa. «Lo que sí hemos dicho en nuestra nota y nos ratificamos en ello, es que, hasta el dia del descubrimiento del cementerio de Campana, no se había encontrado en Buenos Aires otro monumento igual en sepulturas indígenas. « Hemos podido afirmar que es lo primero que se halla en su género porque ningun autor menciona otro, limitándose á estudiar y describir objetos aislados, hallados generalmente en terreno removido por las aguas. (Continuará). MISCELÁNEA Viaje á la Tierra del Fuego.—El ministerio de instruccion pública de la República francesa ha comisionado á los jóvenes naturalistas Rousson y Willems para llevar á cabó una exploracion en la Tierra del Fuego, en la que “tratarán de continuar los trabajos del argentino Sr. Lista y del danés Sr. Pop- per, penetrando en el interior del país, hasta donde les sea posible. Esta explora cion debía principiar en Mayo de 1890. (Pettermann's Mittherlungen, XI Heft, 1890). Porvenir de la tierra firme. — El señor A. de Lapparent, examina en una curiosa comunicacion hecha últimamente á la Société de Geographre de Paris, cuál es el porvenir de la tierra firme, investigando si esta estaría fatal- mente destinada á desaparecer y evaluando el tiempo que necesitaría para elo Hubiera sido temerario abordar esta cuestion hace algunos años, pues entónces faltaban datos precisos sobre el valor del relieve terrestre y sobre la intensidad de las acciones que lo modifican. Hoy nos encontramos en.otras condiciones. Por los últimos trabajos de los geógrafos, conocemos mucho mejor el relieve terrestre. Hace diez años aún se creía con Humboldt que todas las asperezas terrestres, uniformemente repartidas sobre la superficie del globo, formarían una meseta de 305 metros de elevacion sobre el nivel del mar. Cerca de 1880, Krúummel eleva la cifra á 444 metros. Poco después, de Lapparent deduce que es seguramente supe- rior á 500 y más próximo á 600 metros. John Murray, Penck, Supan y de Tillo han llegado á la conclusion de que la tierra firme puede ser representada por una meseta uniforme que se eleva á 700 metros sobre el nivel del mar. - Ahora bien, esta meseta es objeto de incesantes ataques por parte del océano, de los agentes atmosféricos, etc. Segun Murray, considerando los diez y nueve principales rios del globo se en- cuentra que su gasto anual es de 3610 kilómetros cúbicos, los que arrastran al mar en un año, una masa de 1 kilómetro cúbico y 385 milésimos de materias só= lidas en suspension, lo que da una proporcion en volúmen de 38 partes en 100.000. Aplicando la misma proporcion al gasto total de todos los rios de la tierra, que Murray estima en 23.000 kilómetros cúbicos, se tienen 10 kilómetros y 43 centé— simos de materias sólidas anualmente acarreadas por los rios. Veamos qué parte le corresponde á las olas del mar. Puede considerarse á Inglaterra como uno de los paises en que se ejerce con 156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA más violencia el ataque de las costas, y sin embargo los geólogos ingleses están contestes en que el retroceso de las costas británicas no es superior á 3 metros por siglo. En ciertas partes del litoral francés, el desgaste es mayor, pero en cambio hay mares cuyo trabajo es insignificante, sin contar las costas en que el mar, al for= mar cordones litorales, construye en vez de destruir. De Lapparent cree, pues, que admitiéndose un ablacion de 3 metros por siglo se excede á la realidad. Admitiendo que la altura media de los acantilados sea de 50 metros y avaluando en 200.000 kilómetros la estension total de costas del globo, se tendrá una pér= dida anual de 300 millones de metros cúbicos, es decir, 3 décimos de kilómetro cúbico. Así, pues, el mar no alcanza á destruir la vigésima parte de lo que arrastran los rios, inversamente de lo que parece á primera vista. Hay que tener todavía en cuenta la accion disolvente de las aguas continen= tales. E a Segun los trabajos de comisiones cientificas que han estudiado el Mississipi, el Danubio y el Támesis, se puede admitir que la cantidad de materias que disuelven las aguas fluviales con ayuda del ácido carbónico no es inferior á 5 kilómetros cúbicos por año. : Luego los rios arrebatan 15 kilómetros cúbicos y medio, y teniendo en cuenta la accion marina, podemos representar por 16 kilómetros cúbicos lo que pierde anualmente la masa continental. Representémonos ahora la meseta uniforme de 700 metros de alto y los 16 ki - lómetros cúbicos que le son arrebatados por año á esta masa, es fácil calcular que esta ablacion le hace perder anualmente á la superficie continental que es de 146 millones de kilómetros cuadrados, una faja de 5 de milímetro de espesor. Estos escombros al depositarse en el fondo del mar producen una cierta eleva= cion del nivel de las aguas y como la relacion de la superficie continental á la de los mares es próximamente de 100/252, resulta que, en total, la altura de la meseta sufre cada año una pérdida de 155 milésimos de milímetro. Ahora bien, se necesitarán tantos años para la total desaparicion de la tierra firme cuantas sean las veces que estos 155 milésimos de milímetros estén conte= nidos en 700 metros. Luego se necesitan 4 millones y medio de años para producir esta desapari- cion. La cifra es consoladora. Pero el geólogo que mira, tanto en el pasado como en el presente, mucho más allá de las generaciones presentes puede sacar de ella más de una leccion. Primeramente, no pudiendo encerrarse la historia total del globo en un espacio de tiempo tan corto relativamente, este resultado nos enseña, que por cierto más de una vez, el equilibrio adquirido debe haberse turbado por grandes fenómenos de dislocacion, demasiado raros por otra parte para que el hombre haya podido aún contemplarlos y que, reconstituyendo un relieve en vía de destruccion, han dado un nuevo impulso á la accion de las potencias naturales. Por otra parte, las observaciones geológicas suministran una medida bastante aproximada del máximo espesor de los depósitos que se producen en el fondo del mar. Este espesor es, segun Dana, de 45.000 metros. Para saber cuánto tiempo se ha MISCELÁNEA 151 necesitado para la formacion de tales depósitos, tratemos de representarnos lo que sucede actualmente con los productos de la destruccion de los continentes. Segun Murray, estos despojos se estienden próximamente sobre un quinto de la superficie océanica. Así, aún cuando esta última es superior á la superficie de la tierra, como la masa de los depósitos se reparte sobre una fraccion de ella, puede resultar al cabo de 4 Ó 5 millones de año una masa de sedimentos que for- ma una capa de 750 metros de espesor medio. Pero como este es casi nulo donde terminan los depósitos, podría avaluarse el espesor cerca de las costas en 2000 y aún 3000 metros. Luego para realizar el es— pesor total de 45.000 metros, es decir para esplicar la historia geológica, basta admitir que la historia del globo haya abrazado de 15 á 20 períodos de cuatro y medio millones de años, es decir 67 á 90 millones de años, lo que es inferior á los 100 millones que admite sir W. Thomson, partiendo de la pérdida de calor interno. Puede objetarse que de Lapparent no ha tenido en cuenta la accion volcánica; pero por los cálculos de la cantidad de lava proyectada, y de las pérdidas que producen las explosiones volcánicas, puede decirse que la accion ígnea activa la degradacion constante del relieve continental. Estasson las consideraciones del Sr. de Lapparent que no pretende, sin embar- go, dar cifras exactas. La desaparicion del relieve continental puede preocupar al geólogo ó al pa dor, pero las actuales generaciones no deben inquietarse por ella. Por eso el Sr. de Lapparent termina así : « Si quereis permitirme concluir esta conferencia con una frase un poco... fin de siecle, diré que el colmo de la prevision sería seguramente construir desde hoy un buque para poder escapar á las consecuencias finales de esta destruccion de los continentes que debe lógicamente terminar por su definitiva sumersion. » (Estractado de la Revue Scientifique, n' 24, t. 46). Las alucinaciones telepáticas. — En el n* 25 del tomo 46 publica la Revue Scientifique el interesante prefacio escrito por el Sr. Cárlos Richet para un libro que aparecerá próximamente titulado : Las alucinaciones telepáticas, el cual es la reduccion de una considerable obra inglesa : Phantasms of Living, por Gurney, Myers, Podmore, Londres, 1888. El estudio de los fenómenos telepáticos ha adquirido importancia en los últi- mos tiempos, y por él se podrán esplicar científicamente las apariciones, corazo— nadas y otros movimientos psíquicos que hasta ahora se han considerado como ridículas supersticiones, indignas de ocupar la atencion de la ciencia (*). Para probar que la legimitidad del estudio de tan árduas cuestiones ligadas con los más trascendentales problemas filosóficos, dice Richet : (*) Tenemos un ejemplo práctico. A... que está en la India, vé el 12 de Enero. á las 8 de la noche, la sombra ó fantasma de su hermano B..., que está en Inglaterra y al cual cree fuera de peligro. > Ahora bien, B... ha muerto precisamente de un accidente el 12 de Enero, algunas horas antes, lo que A... no puede saber. Este es un fenómeno telepático relativamente frecuente. j / tratar de comprenderlos, pues sobrepasan los límites de nuestro conocimiento. » conocidos ; es condenarse á la inaccion, es negar el progreso, es rechazar de “ante < E enicalido lo que cnc da con oe que Eb nuestros . A. de 1490, admiraremos la marcha conquistadora hecha pon el hombre en cuatro ; siglos. j e CUELA « Cuatro siglos han bastado para crear ciencias que no existían, ni de nombre, desde la astronomía y la mecánica hasta la química y la fisiología. Pero ¿qué son cuatro siglos en comparacion del porvenir que se presenta al hombre? ¿ Es per- mitido suponer que hayamos agotado en tan poco tiempo todo lo que podemos aprender? Dentro de cuatro siglos, en 2290 ¿nose quedarán estupefactos nuestros sucesores de nuestra ignorancia actual ? ¿no se quedarán aún más estupefactos de nuestra presunción al negar, sin examen, lo que no comprendemos ? ñ ¡ Sí! nuestra ciencia es demasiado jóven para tener derecho de ser absoluta en sus negaciones, es absurdo decir: «No iremos más lejos. Estos son hechos que el hombre jamás explicará. Estos son fenómeros absurdos y ni aún debemos Hablar así es limitarse al pequeño número de leyes ya establecidas y de hechos ya mano uno de esos descubrimientos fundamentales, que, abriendo una vía desco= nocida crean un mundo nuevo ; es hacer suceder la rutina al progreso. » Finalmente despues de algunas consideraciones sobre la telepatía en sí y de los métodos de estudio que le son aplicables, etc., termina su prólogo con el eniena párrafo : Se « Esperamos que todos los lectores de este libro co pusiledan que se trata de una gran cosa. Es el primer paso dado en una vía absolutamente nueva. Por eso es necesaria la indulgencia. La obra no es perfecta ; hay. en ella muchos aro al público le corresponde suplirlos con consejos, observaciones, esperimentos ; ayudarnos, convertirse en nuestro ilustrado y asíduo colaborador. Con él, por el contrario, podemos, esta es por lo menos nuestra firme esperanza, crear los fun= A damentos de una ciencia metafísica positiva, que, en vez de apoyarse en vagas y nebulosas disertaciones, se apoye sobre hechos, fenómenos y esperimentos. >» Se ha aceptado el cange con las siguientes publicaciones : Annali della Societa degli Ingegner: e degli Architetts, de Roma. -Anales del Instituto Fisico-Geográfico Nacional de Costa Rica. Anales de la Asistencia Pública, de Buenos Aires. Se ha recibido una coleccion de tésis presentadas en la promocion de 1890 á la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Provincia de Buenos Aires. Debiendo ausentarse del país, el señor ingeniero Alejandro Molino Torres ha presentado su renuncia del cargo de vocal de la Junta Directiva. En vista de la causa que la motiva, la Junta Directiva ha aceptado dicha renun- cia, enviándole una carta de agradecimiento por los importantes servicios que ha tenido ocasion de prestar á la Sociedad durante su ejercicio. Próximamente se citará á la Asamblea para darle cuenta de dicha renuncia y proceder á la eleccion del sócio que deberá ocupar la vacante producida. La última Asamblea resolvió por unanimidad de votos que continuase con ca- rácter permanente el aumento de la cuota mensual que segun resolucion de fecha 2 de Diciembre de 1889, tenía solo carácter transitorio. El señor Juan Llerena ha donado á la Sociedad 90 ejemplares completos de su obra sobre la Fisiografía y Meteorología de los Mares del globo, cuya publica cion en los Anales, termina en la presente entrega. ERRATAS NOTABLES del artículo Apuntes sobrellos revestimientos, etc.. tomo XXXI, páginas 17 y siguientes. Página 19, línea 17 de abajo, dice Schefter léase Scheffler Página 19, línea 7 de abajo, dice Scheffer : Theorie de gewolle léase Scheffler : Theorie der Gewólbe Página 21, línea 18 de abajo, dice muelle léase muro Página 22, línea 10 de abajo, fórm. (5), dice cos (8 — p) léase cos (9 + p) Página 22, línea 5 de abajo, dice H” = a etc. léase H” = E etc. Página 22, línea 2 de abajo, dice Heuket léase Henket A A cos (2 + 4) EL cos (8 — 0) Página 24, línea 10 de arriba, fórm. (8), dice 10.83125 léase 10.3125 Página 25, línea 4 de arriba, fórm. (9), dice H*tang*33" léase H*tang*332 Página 27, línea 2 de abajo, dice (6) léase (9) Página 33. línea 10 de abajo, dice 5.5 b =5.5 cb eS léase 5.5 b + Página 23, línea 3 de arriba, fórm. (7), dice 5.5 cb Página 33, línea 6 de abajo, dice : económicos ó costosos los de léase económicos los muelles de y Lámina, tipo de muro, dice S, = 24? léase y, = 24 (Ll +ry= 1 Ma (o) meghino, Florentino. ntonini, Santiago. Arroyo, Rulino. “Alvarez, Teodoro. -Battilana, Máximo. erretta, Sebastian. Cerdeña, Fernando. - Colombres, Justo V. Delgado, Agustin. Diaz, Adriano. -Aberg, Enrique. Acuña, Demetrio G. Agote, Cárlos. ES guirre, Eduardo. -Agrelo, Emilio C. Albert, Francisco. Alrich, Francisco. Alsina, Augusto. -Amespil, Lorenzo. - Amoretti, Félix. Anasagasli, Federico. nasagasti, Ireneo. drieux, Julio. ata, Pedro N. aujo, Gregorio L. chavala, ETARCIStO. Arias, Bonifacio. igós, Máximo. naldi, Juan B. teaga, Alberto de bone, -Cárlos. erza, Rómulo. uirre, Pedro. Buedbtico Y. ni, Euranio.. co roo» 1ga Rodolfo de... a German HONORARIOS . Cárlos Berg. CORRESPONSALES Montevideo. Mendoza. Cordoba. Netto, Ladislao. Paterno, Manuel... Reid, Walter F. '; Stróbel, Pellegsrino ..» Moncalieri (Italia) LA PLATA Diaz, Ernesto. Dillon, Alberto. Canelo dose P: “Glade, Cárlos. Guastavino, Ramon. Guido Lavalle, R. | Lagos, José A. Landois, Emilio. Lanusse, Juan José. Maqueda, Joaquin. Martinez, Roberto. Maso, Juan. Meyer, Ernesto. Monteverde, Luis. Moreno, Francisco P. Palacio, Osvaldo. Pando, Pedro J. Pascalli, Justo. Perdomo, Eduardo. Perdomo, Domingo. Pita, José. Preiswerly, Lucas. Ramorino, Florentino Renon, Domingo. Rivera, Juan B. CAPITAL Bahia, Manuel B. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Balbin, Valentin. Barabino, Santiago E. Barberan, Abelardo Barra, Cárlos de la. Barzi, Federico. Basterrechea, José. Bastianini, Egidio. Battilana Pedro. Becker, Eduardo. Belgrano, Joaquin M. - Benavidez, Roque F. Benoit, Pedro. Bergadá, Héctor. Bergallo, Arsenio. Beron de Astrada, E. —Besio, Silvio. Biraben, Federico. Blanco, Ramon €* Blot, Pablo. Brian, Santiago Bosque y Reyes, F. Booth, Luis A. Bueni Félix. Bunge, Cárlos. Burgos, Juan M. A Giocondo. - q - - Buschiazzo, Cárlos. | -Buschiazzo, Francisco. Burmeister, Carlos. Buschiazzo, Juan A. - Bustamante, Jusé L. Basarte, Rómulo E. Cadrés, Jorge. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, José M. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Canale, Julio. Candiani, Emilio. Candioti, MarcialR. de Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. - Caride, Estéban S. Carmona, Enrique. Carreras José M. de las Cartavio, Angel R. Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Alberto Casal Carranza, Roque. Cascallar, Joaquin. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo- Castilla, Eduardo. Castro, Ramon B. Castro, Vicente. - Castelhun, Ernesto. Cejas, Agustin. Cerri, César. ' Chanourdie, Enrique. Chapeaurouge, Cárlos. Chueca, Tomás. Claypole, Alejandro G. ' Clérici, Eduardo E. ma DE LOS SOCIOS Ge man Burneister.—Dr. Benjamin, A. Gould.—Dr.R., A. (Philippi.—Dr. Guillermo Rawson; Rio Janeiro. Palermo (1t.). Lóndres. Parma (Ital.). Romer, Julian. Sal, Benjamin. Seguí, Francisco. ; Sienra y Carranza, L, Spegazzini, Cárlos. Spotti, César. Tapia, Francisco. Tapia, Pastor. Trachia, Adolfo. Villamonte, Isaac. Weigel, Emilio C. Cobos, Francisco . Cobos, Norberto. Coghland, Juan. Coni, Pedro. Cominges, Juan de. Coronell, J. M. Coronel, Policarpo. Correas, Alberto. Corti, José S. Costas, Rodolfo. Courtois, Ú. Cremona, Andrés Y. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos $. Cuenca, Felipe. Correas, Waldino. Campo, Leopoldo del. Darquier, Juan A. Dawney, Carlos. Dellepiani, Juan. Dellepiani, Luis J. Diana, Pablo. Diaz, Abel. - Diaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro. Dillon Justo R. Dominguez, Enrique Domínico, Augusto (. Doncel, Juan A. Dubourcg, Herman. Duclout, Jorge. Durrieu, Mauricio Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, "Estevan F. Echagie, Cárlos. Eizaguirre, Ignacio. Elguera, Eduardo. Elordi, Alberto. Elordi, Martin. Escobar, Justo V. Espinosa, Adrian. Esquivel, José. Estrella, Guillermo. Etcheverry, Angel. Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fernandez, Daniel. Fernandez, Honorato. Fernandez, Ladislao M. Fernandez. Pastor. Fernandez Blanco, C. Ferrari, Rómulo. Ferrari, Santiago. Ferrer, Jorge F. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Forgues, Eduardo. Frogone, José l. - Frogome, José V. Fuente, Juan de la. Funes, "Lindoro. Gainza, Alberto de. Gallardo. Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Garcia, Eusebio. - Garcia, Francisco J. Gastaldi, Juan F. Gayangos, Julio E. de Gentilini, Pascual. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gioachini, Arriodante. Girado, José I. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gonzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. “Gonzalez, Daniel M. Gramondo, Ernesto. Guerrico, José P. de Guevara, Ramon. Guevara, Roberto. Guglielmi, Cayetano. Gunther, Guillermo. Gutierrez, José Maria. Haft, Federico G. A. Hainard, Jorge. Herrera Vegas, Rafuel. ' Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. Hughes, Miguel. Huidobro, Luis. Inurrigarro, T. M. José Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. -—Tturbe, Octavio. Isnardi, Daniel. - Jacques, Nicolás. LISTA DE SOCIOS: (Continuacion) Jaeschke, Victor J. Jasidakis, Juan. Jauregui, "Nicolás. Jaureguiberry Enrique Koslowsky, Julio. Krause, Otto.- Krause, Eduardo. Krause, Domingo. Kyle, Juan J. J. Labarthe, Julio. Lafferriere, Arturo. Lagos, José M. Langdon, Juan A. Languasco, Domingo. Lanús, Juan. C. Larguía, Carlos. Lavalle, Francisco. Lavalle, José F. Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Lecureux, Gaston. Leon, Rafael. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Ramon. Lopez Saubidet, P. Loudet, Osvaldo. Llosa, Alejandro. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velazco, Sdor, Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Lynch Arribálzaga. F. Lagos, Bismarck. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Mallol, Benito Mandino, Oscar. Manterola, Luis €. Mañé, Carlos. Marini, A. Mariño, José. Martinez, Carlos. E. Maschwitz, Cárlos. -Massini, Carlos. Mattos, Manuel F. de. Maza, Fidel. Medina y Santurio, B. Medina, Arturo J. Mendez, Teólilo F. Mendoza, Juan A. Meza, Dionisio C. Mezquita, Salvador. Maupas, irnesto. Molina Civit, Juan. Molina Salas, Cárlos. Molinari, José. Molino Torres, A. Mon, Josué R. Moneta, José. Montes, Juan A. Moog, Fernando. Moores, suillermo. Morales, Cárlos Maria. Mors, Adolfo. Moyano, Cárlos M. Murzi, Eduardo. Mendez, Teófilo F. Matienzo, Emilio. - Nocetti, Domingo. Nocetti, Gregorio. . Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel-S. Ochoa, Juan M. .*“: Ojeda, José. ADA | Otamendi, -| Oyuela, Wenceslao. Otamendi, Juan B. - Rigoli, Rospide, Juan. | Olivera, Cárlos C. Olmos, Miguel. Oribe, Francisco. Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Juan B. 0'Donell, Alberto €... Padilla, Emilio H. de Palacios, Alberto. Palacio, Emilio. Paguet, Cárlos. Pawlowsky, Aaron. Pelizza, José. Pereyra, Horacio. Pereyra, Manuel. Petit de Murat Czar. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Pedro. Pico, Octavio S. Pidelaserra, Jaime. Pirovano, Ignacio. Pirovano, Juan. Posadas, Vicente Pons, Miguel B. Puyrredon, Honorio. Pozzo, Segundo. Puig, Juan. de la Cruz. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel. M. Palacios, Ainerto. Pico, Pedro P. Quadri, Juan B. Quesnel, Pascual. | Quijarro, José A. Quintana, Mariano. Quiroga, Atanasio. Ramallo, Carlos. Ramirez, FernandoF. Ramos Mejia, lldefso P. Rams, Estevan. Rapelli, Luis. Rebora, Juan. Repelto, José. Riglos, Martiniano. Leopoldo. Robin Rafael, P. Rodriguez, Fermin. Rodriguez, Eduardo S.| Rocamora, Jaime. Rodriguez, Andrés E. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Martin. Rodriguez, Miguel. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Alfredo. Romero, Cárlos L. Rosetti, "Emilio. Ruiz de los Llanos R. Romero, Alfredo. Recalde, Felipe. Renaud, Eugenio. Romero. Emilio. j Romero, Luis €. —Saccone, Enrique. 3 * Sagastume, Demetrio. o José. E RNA ol Vineut, Pedro SA ET Saguier, Pedro. Salas, Estanislao. Salas, ño S. Salvá, J. : Sanchez, Ecutio: Ja Sanchez, Matias. Sanglas, Rodolfo. Señorans, Arturo 0. Saralegui, Luis. Sarhy, José. V. Sarhy, Juan F. _Scarpa, José. Schickendantz, Emilio. Schmitt, Hans. Schróder, Enrique. Schwartz, Felipe. Schwarz, Mauricio. Selstrang, Arturo. -Senillosa, Juan A. Serna, Gerónimo dela Seurot, Alfredo. Schaw, Arturo E, Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. Selva, Domingo Í. Senillosa, Juan A. Silveira, Luis. y Simonazzi, Guillermo. Sirven, Joaquin. Sota, Alberto de la. Soto, José María. Spika, Augusto. Stavelius, Federico. Stegman, Cárlos. Súnico, Victor: 7: Taboada, Miguel A. 7 Taurel, Luis. - jee Tedin, Virgilio. Tessi, Sebastian T. Thedy, Héctor. Thompson, Valentin. Torino, Desiderio. Tornú, Elias. Treglia, Horacio. Trifoglio, Ricardo. Tressens, José A, Tzaut, Constante. - Unanue, Ignacio. Urraco, Leodoro G. Valerga, Oronte A. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vedoya, Joaquin J. Vernaudon, Eugenio. Victorica y Soneira, JE ' Victorica y Urquiza E. Videla, Baldomero. Viglione, Luis A. Vielione, Marcelino... Viñas, Urquiza rusia Villanueva, Guillermo Villegas, Belisario: Vineut, Arturo. Wauters, Cárlos. > Wauters, Enrique. Wheeler, Guillermo. White, Guillermo. Williams, Orlando E. Zambrano, Pedro. “Zamudio, Eugenio. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao IN Sh Zunino, Epia ANALES DE LA EDAD CIENTÍA ARGENTINA ___—— AD E A AÁAÁáKÁ COMISIÓN REDACTORA Prestdentes... - Dor CárLOS M. MORALES. SCERCLO rolas Señor ANGEL GALLARDO. E e Ingeniero MANUEL B. BAHIA. MOCOS ade D* ATANASIO QUIROGA. Ingeniero JorRGE DucLour. (La Comision Redactora se reune todos los Lúnes á las 8 p. m.) : MARZO DEIS ENTREGA IM. — TOMO XXXI | PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION —y00AL DE LA SOCIEDAD, VICTORIA, 1499 (2: piso), Y PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad............ Bra 1 >» ; Un semestre.. ...... donconcoorsoso .. » 3 0» Un ano...... Lcrboonoa oo uas Docaouados : » 10 » Por mes, fuera de la Ciudad.. » 1.50 porentrega | La suscricion se paga anticipada Poy dy / 3 | al BUENOS AIRES o 2d | JUNTA DIR ECTIVA Presidente........ D”" CárLOSs M. MORALES. Více-Presidente 1” Ingeniero EDUARDO AGUIRRE. YEC4S - 2” Ingeniero JUAN F. SARHY. SOCTOLOTIO als de Señor ANGEL ( tro; llamaremos esta cantidad el complementu del parámetro. Es evidente tambien que el plano es una esfera cuyo radio es un cua- drante. Las normales á una recta, ó d un piano, concurren dá su polo abso- luto. — El movimiento de resbalamiento de una recta ó de un pla= no, ó bien el de una equidistante sobre sí misma, es un movi- miento de rotacion alrededor del centro imaginario, ó polo abso= luto, que se considera como fijo : a tal movimiento los elementos que lo determinan no a y por consiguiente, to- das las normales 4 una recta, ó á un plano, y á sus equidistantes, concurren al centro imaginario, ó polo absoluto, de esta recta, ó de aquel plano, y de sus equidistantes; pues solo de esta manera no cambian de posicion relativamente á este polo al girar al rededor del mismo. Distancia entre puntos imaginarios de una misma recta real. — Sean A, By € tres puntos en línea recta (fig. 33), y A'AA!, B'BB' y C:CC”, tres normales á AB. Cada una de estas rectas, como eje, determina un sistema de equidistantes, y los polos. absolutos P,, P,, P., de los respectivos ejes. Los tres puntos imaginarios P,, P,, P. se encuentran en la recta AB, que pasa por ales segun acabamos de ver. Si hacemos resbalar la recta sobre sí misma, de manera á super= poner sucesivamente A á €, y despuesá B, como, en virtud del axro- ma del movimiento, las relaciones de distancia no cambian entre dos elementos fijos entre sí, como son Á y P,,, vemos que al superpo- nerse A y €, P, se superpone á P., y cuando A llega en B, P, coin- cide con P,. Por consiguiente, tendremos que admitir que : Dist. AC= dist. P, P.. Dist. CB = dist. P, P,. Dist. AB= dist. P, P,. (ap) Qu “LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 1 La definicion de la adicion de las distancias es que Dist. AB=dist. AC ÁH- dist. CB, y esta relacion subsiste entre tres puntos imaginarios cualesquiera situados en una misma recta real, pues, de las ecuaciones ante- riores se deduce: Mist. Po — dish Bo Bo dist: Po Poo Por consiguiente, las distancias entre puntos imaginarios de una -isma recta son distancias iguales á distancias reales: ellas obe- - decen á la ley de adición de las distancias reales, y siguen pues - en todo las mismas reglas matemáticas que aquellas; en una pa- labra la distancia entre dos puntos imaginarios situados en una misma recta es una longitud real, y es agual á la distancia, medida sobre esta misma recta, entre los ejes de aquellos puntos imagina- r10S. El cuadrante define una distancia imaginaria. —La cantidad «un cuadrante» no es comparable con las demás longitudes del plano, porque si lo fuera, repitiendo un número suficiente de veces una longitud bastante pequeña, podríamos medir sobre la recta AB, desde A, una longitud igual al cuadrante; es decir, que llegaría- mos á un punto real P,, y la recta sería un círculo con radio real P,A, ósea, una línea realmente cerrada, al revés de la hipó- tesis que nos sirve de hase. Provisoriamente designaremos el cua- drante con el simbolo K, y queda entendido que K no es una lon- eitud que se pueda medir con la misma unidad que las distancias entre puntos reales del plano. No es homogénea con ellas. Dire- mos que es una distancia amaginaria. Tal distancia no puede ser engendrada de ningun modo por distancia real alguna. Más adelante demostraremos que K es un múltiple de Nas - que por consiguiente, la palabra imaginaria en el sentido geomé- -trico que le damos aquí, tiene el mismo valor que en álgebra, pero esta demostracion no es necesaria para lo que sigue inme- diatamente; la reservaremos hasta estudiar la cuestion de la suma de los tres ángulos de un triángulo, y de la superficie de los triángulos reales é imaginarios: allí resultará con toda evi- dencia. : | 166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Recta 1mayimaria.—Imaginemos ahora (fig. 33) una recta ABC... y el polo (imaginario) P,, de la normal a á dicha recta en el punto A. Si hacemos girar la recta ABC al rededor de A como centro, todos sus puntos, B...C, describirán círculos: lo mismo sucederá con P,,; en efecto al girar ABC de un cierto ángulo, la polar a, de P,, gira al rededor de A del mismo ángulo, y su polo P, seen= cuentra siempre sobre la recta ABC, y siempre á la distanciaK= un cuadrante, del punto A. Quiere deciresto, que el punto P, gira al rededor de A como centro, siendo su distancia á A constante é igual á un cuadrante; el punto P, describe pues un círculo cuyo radio es un cuadrante. Como dos círculos de mismo radio son iguales y como la recta es un círculo de radio un cuadrante, se ve que este circulo es una recta; pero no se puede llegar á su circun-. ferencia por mingun movimiento real desde su centro ó polo; por esto se dice que esta recta es amagimaria, y ella está compuesta de puros puntos imaginarios. Así pues vemos que: El polo de una recta real es el punto imaginario á que concurren todas las normales á esta recta, y el polo de una recta imaginaria es el punto real á que concurren todas las normales á esta recta imaginaria. | De la misma manera que una recta real determina un punto imaginario, su polo, un punto real determina una recta imagi- naria, su polar. Nos falta encontrar la representacion gráfica de estas proposi- ciones, y para ello es necesario que entremos á considerar más de cerca la manera de representar los elementos al infinito; hecho esto volveremos sobre las definiciones anteriores: es conveniente, en efecto, mirar bajo todas sus fases las cuestiones tan importan- tes que estamos tratando, aún á pesar de algunas repeticiones apa- rentes. 1 Circulo del infinito del plano. — Considérese un punto real O en un plano real (fig. 34), cuya geometría estamos estudiando ;. al rededor de este punto como centro podemos trazar un sistema de líneas equidistantes de este punto, llamadas círculos, siendo el radio del círculo la distancia constante de la equidistante al cen- tro; el círculo de radio nulo coincide con el centro, y podemos ha- cer crecer el radio hasta darle un valor infinitamente grande, en cuyo caso llamaremos horiciclo el círculo obtenido. “LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 167 Si la distancia OA del centro O á otro punto A del plano es fini- ta, debemos tambien considerar el punto A como centro del horí- ciclo con centro en O. En efecto, tracemos la recta OA; ella corta normalmente al horíciclo, en dos puntos U, y Uz, que se encuen- - tran sobre la recta OA saliendo de O en el sentido OA y en el sen- - tido opuesto; pero 0U, == OA = AU, = 0 ly OU, =0A + AU, + 0 de donde se deduce que siendo OA finito: AU, = AU, = wo Los dos circulos (horíciclos) descritos de O y de A como centros, y con “o como radio, tienen las dos estremidades del diámetro OA comunes, y por consiguiente coinciden. De ahí se deduce que: Todos los puntos en el infinito de un plano se encuentran sobre el mismo circulo (horiciclo), cuyo centro es cualquier punto real del plano; lo llamaremos el CÍRCULO DEL INFINITO del plano. Toda recta real, es decir, que une dos puntos reales del plano, corta el circulo del infinito en dos puntos reales, y lo corta normal- mente, pues ella es siempre un diámetro de este círculo. El cvrculo del so es equidistante de todas las rectas reales del plano. — Elíjase una recta cualquiera a en un plano; sea C, el cír- culo del infinito de este plano, y U un punto cualquiera de este círculo. Como todo punto de la recta a puede tomarse para centro del circulo C,, resulta que a pasa porel centro de (;, y lo corta nor- - malmente en dos puntos diametralmente opuestos, como lo obser- vamos ya; los designaremos con U., y Uso. Si de un punto U, arbitrariamente elejido sobre €;, bajamos una normal UA á a, la distancia del punto U al punto A, es decir, el segmento UA, será infinitamente grande, y por consiguiente, la equidistante Eso cuyo parámetro es = “o, comerde con el circulo del infinito, cualquier que sea la recta generatriz, ó eje de dicha equidistante. ; : ¿Como la distancia UA = we = Us A, Un y U,o son tambien puntos de la equidistante Eso = (¿; en esto hay una contradic- 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cion aparente, porque, á primer vista, parece que la equidistante Ex y su eje no se pudiesen cortar. Pero, en realidad, no hay tal 3 contradicción. Distancia entre puntos del circulo del infinito. —En efecto, sea U, un punto de C;; si de este punto como centro, con una distan- cia finita y real cualquiera d, como radio, describimos un circulo, este cortará á (¿en dos puntos U,' y U,'; si unimos un punto cualquiera A del plano con U;,, U,” y U,.', obtendremos tres radios, del círculo C,, y estos radios determinarán sobre un círculo cual- quiera de radio finito y real, r, y de centro A, tres puntos Ay, Az” y A,', tales que se tendrá evidentemente Arco A A narco: A da arco U, Uj'. arco Uz Uz! A a paa OE dIMO qe ae r r AU AU (Véase cap. IV, Medicion del ángulo de dos rectas). Como AU = o, resulta que Arco Ar Az == arco Ar A == 00 es decir, que los puntos Az, Az * y Az” coinciden; lo mismo, sucede pues, con sus proyecciones Uz, U,” y Uy" sobre el círculo del infi- nito C,, ya que las rectas AA/Uj, AA Ur”, AA." Us” comciden tam- -bien. | : Por consiguiente: la distancia entre dos puntos consecutivos del circulo Jel infinito es Indeterminada, é 2gual ¿cualquier distancia fimta; y como el raciocinio es exacto, cualquiera que sea la magni- tud de d, resulta, al dejar crecer dl más allá de todo valor finito, que: en el límite, puede tambien considerarse como infimtamente grande la distancia de dos puntos consecutivos del circulo del infi- nito. Saliendo de la proposicion evidente de que la distancia de dos puntos distintos del circulo del infinito es sempre infinitamente grande, y pasando al límite, se llegaría al mismo teorema ante= rior. Se ve con claridad que el punto U., se encuentra infinitamente distante de otro U,,', que se supondría situado sobre una nor- mal á a en M,,, cuya normal sería tangente al circulo del oo, €;, en U,,, y se confundiría con este círculo entre U,, y Us,” ; estos uv serían pues, dos puntos consecutivos del circulo del infinito C;. A LOS FUNDANENTOS DE LA GEOMETRÍA 169 No hay pues, contradiccion en el hecho de la interseccion de una equidistante con su eje, en el infinito. En resúmen: Todas las rectas que pasan por puntos reales del plano cortan nor- - malmente el circulo del infinito, cuyo centro es uno cualquiera de estos puntos; el circulo del infinito es al mismo tiempo la línea equidistante de todas las rectas del plano y su distancia constante ú todas ellas (parámetro), es infinitamente grande. La distancia de dos puntos consecutiwos del circulo del infinito, es indetermmnada, émfinitamente grande la de dos puntos distintos sobre el mismo. Tangentes al circulo del «0 , ó rectas isótropas. — Cualquier punto del plano puede considerarse como centro de €, y es claro que: toda recta tangente al circulo del infinito está enteramente fuera del espacio á que podemos llegar por cualquier movimiento real en el plano. En efecto, un movimiento que nos hiciera llegar á una tal taogente, tendría que conducirnos fuera del círculo del infinito, por ser la tangente enteramente esteriorá este círculo, en cuyo cen- tro nos podemos considerar situados al iniciar un movimiento; y como un movimento real nunca puede conducirnos mas allá del infinito, resulta la exactitud de lo espuesto. Las tangentes al círculo del infinito se llaman rectas 2sótr o0pas. Todas las rectas que concurren al punto de contacto M de una tal tangente u al círculo del infinito, son normales á dicho círculo, como lo hemos visto; sean a, b y c tales rectas (fig. 35), ellas hacen con u ángulos rectos az, f, y, y COMO En ÑO pe y BL De a === O se ve que ángulo ab =f—a=0 áangulobc=y —-PB=0 ángulo ac =xy—u=0 Esto nos prueba que: rectas concurrentes á un mismo punto del circulo del infinito (1), hacen ángulos nulos entre sí, y son todas nor- (1) Las rectas concurrentes de que se trata aquí son paralelas en el sentido que -espusimos en el capítulo V, en el párrafo Definicion exacta de las paralelas. Forman lo que en geometría euclideana, se llana un haz de rectas] paralelas, cuya denominacion puede estenderse al caso más general que consideramos. 170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA males á la recta isótropa que pasa por aquel punto. Tales rectas se llaman paralelas. y Objetividad de los elementos imaginarios. — De las propiedades : que acabamos de ver resulta con evidencia que hay una grande analogía entre rectas imaginarias y rectas isótropas: ambas son rectas á que no podemos llegar por ningun movimiento real. Esta analogía es más que una casualidad, y la generaliza- cion de la idea de recta isótropa, es decir de la recta tangente al «circulo del infinito, y por consiguiente exterior ú este circulo, nos conduce directamente al concepto objetivo (1) de lo que son los ele- mentos puntos y rectas imaginarias. Hay varios modos de llegar á e este concepto; los espondremos sucesivamente en un órden qu facilite la plena comprension de estas ideas un tanto estrañas á primera vista. : Consideremos (fig. 36) un círculo a con centro O,, y sea ” su ra- dio. Desde un punto 0,, de la circunferencia de a como centro, y con el mismo radio », describamos un segundo círculo b; este pasa por O, y corta aen dos puntos O, y O,'; finalmente con centro en O., y con el mismo radior, tracemos un tercer círculo c, que pasará por 0,, y 0,. Las tres rectas y los tres arcos 0, 0), O, O. y O, O, forman dos triángulos equiláteros, siendo ” la longitud de los lados del trián= gulo rectilíneo. Sean ta y tac, loo Y loa, lea y to) las tangentes tra- zadas en sus vértices, á los lados de cada uno de los arcos que forman el triángulo curvilíneo equilátero (el primer índice infe- rior designa el arco, y el segundo índice es el mismo del punto O en que se traza la tangente). Dos tangentes á un mismo lado, como tay y ta por ejemplo, se cortan en un punto A' (misma letra ro- mana con un acento, que la minúscula del arco), y, por simetría, es evidente que la recta que une el centro del arco considerado con este punto, O, A”, es mediana y bisectriz del triángulo equilátero; ella divide en dos partes iguales el ángulo opuesto al arco consi- derado, así como el lado recto y elarco opuestos á aquel ángulo. Es evidente por la misma razon, que el triángulo 0,4 '0, es isóce- les, y que por consiguiente, los ángulos A'0,0. y A'0,0, son 1gua- les. (1) Digo objetivo, porque se trata de la comprension en sí mismo, como objeto, como cosa que tiene una existencia efectiva, independiente del concepto subjetivo que antes nos condujo á la idea, ó concepto, de dichos elementos. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA : 174 De la misma manera se obtendrían puntos, B' y C”, deintersec- cion de las tangentes t,. Y toa, y de ton y l.); se vería que los tres triángulos 0,4'0,, 0,B'0, y 0, '0, son iguales entre sí; que las tres rectas O,A”, 0,B” y 0,€', medianas del triángulo equilátero considerado se cortan en un punto M, y cortan en sus puntos me- 3 dios los respectivos arcos y segmentos de rectas, 0,0, en A y A!, RSO-0, en By B:, 0,0, en Cy (2, Designemos con = el ángulo 0,0,0, =0,0,0,, = 0,0.0,, del trián- - gulo equilátero, y con 3 el ángulo adyacente á la base A'0,0, = A'0,0,=B'0.0, =... =(€'0,0, que forma cada una de las tan- - gentes con la base de los triángulos isóceles considerados. Del simple exámen de la figura resulta que: z+035=1 recto. Sea 1, un circulo descrito desde O, como centro, y que pase por los puntos medios B' y C! de los lados adyacentes á O,; y análoga- mente, consideremos los círculos 2,, 2., descritos de O, y O. como centros. Estos tres círculos son tangentes entre sí en GC”, (1, 2), OE ba) Considérese uno de los dos triángulos 0,€'0, y 0,B'0O., el pri- mero, por ejemplo. Tracemos en C* la tangente t,' al círculo e; ella corta las tangentes fo, y ty en los puntos Na, y No, respectl- vamente (fig. 37), y los segmentos NoO., Neal, Nal y Nep0, SON Iguales entre sí pur simetría, y forman con las rectas 0O,€ y 0,€ ángulos como N,¿OC, etc., todos iguales y que designaremos por 3001). Ahora bien: conservemos fijo el punto O,, y la direccion de la recta O,A', y hayamos crecer indefinidamente la distancia 0,B" =0,€'. Las propiedades antes referidas se conservan, por erande que sea la distancia O,B*, y subsistirán en el límite cuan- do esta distancia llegue á ser infinitamente grande. Entónces el círculo 2, comeide con el circulo del infinito del plano de la figura, y las rectas 0,0", 0,B", tangentes á este círculo, son rectas 1só- tropas. Pero el ángulo 3” que hacen las dos rectas paralelas 0,€ y Nal (1) Es muy conveniente para el lector, que construya las figuras 36 y 37 á la escala, con la regla y el compás. Ellas forman la base elemental de abundan- tes propiedades proyectivas de las secciones cónicas, especialmente de los trián- gulos auto-polares. 479 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA es nulo; por consiguiente, los demás ángulos iquales á 3” lo son tambien, y de ahí resulta que el punto N., se encuentra sobre la recta 0,€, que esta coincide con CN... y que la prolongacion CN. de esta coincide con N.¿0, (1); es decir, que las tres tangentes tea, lo” y tay. colmciden entre sí, y con las cuerdas 0,€ y CO,; que, E por consiguiente, el arco de círculo 0,€0, que está comprendido entre las líneas 0,€0, y Oz Neo € Ney O, que coinciden y forman una sola recta, se reduce tambien á una recta. eN El ángulo 3 es pues nulo tambien, y se tiene == 1 recto. Su- cede lo mismo con los demás lados, arcos y ángulos correspon= dientes á los otros dos lados del triángulo equilátero considerado, y resulta finalmente que: Si suponemos que el círculo 2, repre= sente el círculo del infinito, cada lado del triángulo rectilíneo considerado es un arco de círculo que tiene por centro el vértice - Opuesto. Los tres ángulos del triángulo así obtenido, y que llamaremos auto-polar, son ángulos rectos, es decir, que cada vértice es el punto de concurrencia de dos normales al lado opuesto (0. es. el.” punto de concurrencia de 0,0, y 0,0., normales ambas á la recta 0,0. 0 e Los vértices y lados del triángulo sde tienen pues la posi= cion respectiva del polo absoluto con relacion á su polar absoluta. No se puede llegar del polo á la polar, nt rectprocamente, por mo- vimiento real alguno, pues para ello tendría que atravesarse el circulo del infinito 2,. Es claro que toda recta que pasa por un polo (O,) es normal á su polar (4), pues esta es un círculo que tiene aquel para centro, y los radios que pasan por el centro cortan normalmente á este círculo. Llegamos así á la noción fundamental de que : (1) Es evidente tambien que siendo C” un punto del círculo del infinito y C*Nca = € “Ney = 00 = Oa Nea = Ob Neo, los: puntos Nca y Ney se confunden, en este caso límite, con el mismo C”: esto es posible, porque siendo indeter= minada, segun vimos antes, la distancia de dos puntos consecutivos del círculo del infinito, lo es tambien la distancia de dicho círculo á un punto situado infi= nitamente cerca de él, y aún puede considerarse como infinitamente grande. Esta consideracion permite además, presentar de otra manera la demostracion que sigue. Puede decirse: como en el límite, los puntos Ne y € coinciden, su= cede lo mismo con las rectas Ou Nea y Oa C; el ángulo 0” se reduce á cero, y el arco de círculo O, C que está siempre comprendido entre aduce dos rec= tas se confunde con ellas en el límite. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 173 Los elementos ¿maginarios, que hemos definido geométricamente de una manera subjetiva, tienen una existencia objetiva : son todos los elementos situados fuera (del otro lado con relacion á nosotros) del córculo infinito Pero ya que el cuadrante tiene una existencia objetiva, debemos considerar que efectivamente el plano es una esfera de radio, un - cuadrante, como lo encontramos al comenzar este capítulo, y po- demos desde ya aplicar en el caso presente de la recta. no cerrada ó sea de la geometria hiperbólica, todas las propiedades de polaridad encontradas al estudiar la geometría elíptica en el capítulo IV. En efecto, no hemos basado las propiedades de polaridad allí demostrada sobre el hecho de que el cuadrante sea una longitud realmente medible, sinó únicamente en el hecho de que es una can- tidad constante, y de que los ángulos de un triángulo equilateral que tiene por lados tres rectas cuya longitud es un cuadrante (án- -gulo autopolar) son ángulos rectos (1). (1) Véase capítulo IV, Unidad de distancia entre puntos, rectas y planos... «... Entónces, el círculo de radio unitario se trasforma en una línea recta; el ángulo que tiene su vértice en el centro del círculo y comprende el cuadrante en- tre sus lados es un ángulo recto. » Es la misma propiedad que la demostrada del triángulo autopolar cuyos tres lados son iguales á un cuadrante, y cuyos tres ángalos son rectos. (Continuard). APUNTES SOBRE LA EXISTENCIA DEL VANADIO EN EL CARBON DÉ PIEDRA DE SN RATA, (PROVINCIA DE MENDOZA) El Vanadio es un elemento relativamente raro, formando parte esencial de muy escaso número de minerales, como la vanadinita, la descloizita, la psittacinita y la roscoelita. Las tres primeras se encuentran en la Sierras de Córdoba y de San Luis, habiendo estudiado sus vetas y minerales vanadiníferes los doctores A. Doering, L. Brackebusch, €. Rammelsberg y M. Websky, quienes ban publicado una monografía muy completa sobre la ma= teria en el Boletin de la a Nacional de Córdoba, Lomo Mos páginas 441-522. Rastros de Vanadio se hallan muy distribuidos en nuestro plane=. ta y parece que existe en el sol. Se han descubierto indicios en muchas arcillas, en el basalto, en algunos minerales de hierro y hasta en la sosa artificial. La aplicacion del ácido vanádico y de sus sales en la industria, es ahora de gran importancia, especialmente en la tintura y por este motivo se busca con afan nuevas fuentes del Vanadio, que pue- den utilizarse en la preparacion económica del ácido vanádico. El objeto del artículo presente es dar cuenta de haber su autor descubierto el Vanadio en un carbon fósil, extraido de vetas carbo=- niferas situadas en las inmediaciones se San Kafael, Provincia de Mendoza. El carbon de San Rafael, tiene un lindo aspecto, es negro aún en polvo, lustroso, de fractura resinoídea, arde con llama larga y brillante, deja un coke aglomerado y esponjoso, pero adolece del defecto de ser muy frágil, quebrándose con suma facilidad. Su densidad =1.173. Por destilación despréndense vapores con- ; densables de reaccion ácida, á más de vapores breosos y gases com-- bustibles. Su análisis inmediato dió los resultados siguientes : A VANADIO EN EL CARBON DE PIEDRA DE SAN RAFAEL ¿Wi Agua higroscópica......... AA Scar AR 2.05 Gases y materias volatilizableS................... 49.51 Caron O ete e a o a 47.81 EN Stat od e A AN EE 0.63 100.00 Su análisis elemental, despues de la eliminacion del agua y de la ceniza ha dado las siguientes cifras : CATDOMO- Sens IS A E RARA O Sd 60.59 O O A O e Aa e la Dis 8.63 Oxigeno... iO - o AS 25.12 ÁAZ0€..... dls O OE Aa se 1.43 AZUR ei OS a USO anota calas e aL 4.23 100.00 El ensayo calorimétrico por el método de Berthier dió como pro- medio de dos operaciones concordantes á gramo 0.1: Plomo reducido por 1 gramo = 23,102 Ó sea un poder calorífico absoluto de 5405 calorias. Las calorias determinadas por cálculo sobre la composicion ele- mental alcanzarían á 6.000 calorias. Siento no haber podido deter- minar su poder calorífico por medios directos por carecer de apa- rato adecuado. Sin embargo es evidente que el carbon de San Rafael reune exce- lentes Udo. como combustible, y puede compararse favora- blemente con las lignitas bituminosas y ullas terciarias de esta y la: vecina República de Chile. Dos circunstancias necesariamente llaman la atencion al fijarse en los datos analíticos que preceden, á saber: la proporcion muy reducida de cenizas; 6 por mil y la cantidad notable de azufre, En las hullas y lignitas es muy comun hallarse las piritas ferrugino- sas, y por consiguiente el azufre combinado al hierro; pero en mi- nerales de esta clase, siempre se encuentra despues de la combus- tion una ceniza abundante ó cuando menos proporcional de un color rojizo. Muy diferente es el caso del carbon de San Rafael; la proporcion de cenizas dista mucho de ser equivalente á la ley de azufre; por tanto, es evidente que este se halla ya libre, ya en com- binacion orgánica. Aunque muy excepcional, esta ocurrencia de - azufre en tales condiciones como elemento del carbon fósil ha sido Observada antes, é indicada como hecho conocido por los autores. Otra particularidad del carbon de San Rafael es menos evidente; 176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA me refiero á la composicion completamente anormal de las cenizas. - Estas presentan un color verdoso, y al ser tratados por el ácido clor= hídrico la disolucion tiene en el primer momento un color rojo subido. pasando en seguida á verde y luego á celeste. Al principio. suponía que tenía que ver con un compuesto cúprico, pero pron- to comprendí que era bien distinta la causa de la coloracion del líquido. La ceniza contenía un compuesto del Vanadio, y en tal dósis que á pesar de disponer de solo unos decígramos de ceniza, he podido comprobar ámpliamente la presencia del Vanadio, y preparar de tan exigua cantidad de materia prima, el vanadato de amonio, el pentóxido de Vanadio y el vanadato argéntico. No se trata pues de meros rastros, sinó de un contenido muy conside- rable del compuesto a : He solicitado oficialmente mayor cantidad de las cenizas para proceder á su análisis; verificado este, recien será posible determi= nar la importancia comercial del hallazgo, pero no me sorprendería si resulta la ceniza de un valor muy superior al del mineral consi- derado como combustible, y utilizable como una nueva fuente del valioso ácido vanádico, un producto cuyo precio gira alredezor de pesos 100 oro el kilo. | Tenga ó no importancia industrial, la existencia del Vanadio en el boa fósil es, segun mi creencia, un hecho nuevo, y como tal digno de ser anunciado en los Anales de la Sociedad Cientifica Ar- gentina. JUAN J. J. KYLE | POZOS ARTESIANOS NEROVISION DÉ AGUA a EN EL PUERTO DE BAHIA BLANCA POR EDUARDO AGUIRRE Dos causas poderosas han producido, á mi juicio, el atraso en que se encuentra el puerto de Bahía Blanca (1): el muelle del Ferro-Carril del Sud y la falta de agua potable. De la primera se puede dar cuenta, el que imagine lo que sería ahora esta localidad, si existiera un dique, aunque fuera insigni- ficante en vez del actual muelle, demasiado corto para que atra— - quen los numerosos buques de gran calado y demasiado largo para poder establecer depósitos y elevadores en tierra firme. Su costo enorme (2) de 1 á 1.500.000 pesos oro, recarga enor— memente los gastos de carga y descarga, y sus tarifas son casl h (1) Es asombroso que este puerto con un movimiento que es ya bastante con- siderable y con un porvenir del que nalie puede dudar, se encuentre en un completo desierto. Hay tres puntos de embarque: embocadura del Napostá y del Maldonado, para lanchas, y el muelle del F.-C. del Sud para grandes buques, y en todos estos no hay una poblacion que alcance á doscientos habitantes, no contando los de los establecimientos de Salinas, Conservas de pescado, Sala= deros y Talleres, que existen cerca del puerto; pero que no constituyen una poblacion ocupada directa Ó indirectamente en las operaciones de importacion ó exportacion. (2) El mayor costo de un dique, si el Ferro-Carril lo hubiere hecho de gran- des dimensiones, lo hubiera compensado con las mayores facilidades del puerto, con el mayor tráfico en eus líneas y sobre todo por el mayor precio en sus tier- ras de la Nueva Liverpool, que al presente están desiertas y son invendi- bles. ANAL. SOC. CIENT. ARG. T XXXI 12 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA prohibitivas (1). Se llega así al absurdo económico de que casi todo e! trasporte de mercaderías entre Bahía Blanca y Buenos Ai- res se hace por el Ferro-Carril recorriendo 700 kilómetros, en vez de usar la vía marítima, y hasta se envian á Buenos Aires por Ferro-Carril algunos frutos destinados á la exportacion. Se ha dicho alguna vez y es aún opinion corriente en Bahia Blanca, que el suelo de los terrenos del puerto no permite buenas fundaciones; pero bastaría para rebatir esta opinion mostrar los edificios de talleres y de la nueva estacion del F. €. S. El suelo es un limo endurecido como el del cangrejal, y puede compararse con las arcillas de las embocaduras de muchos rios, donde hay ciudades importantes, Rotterdam, Amsterdam, etc., no siendo peor que nuestra Boca del Riachuelo, Tigre, Ensenada y otros puertos. Dentro de poco ha de resolverse de algun modo la primera di- ficultad indicada al principio, por las exijencias del tráfico cre- ciente del Puerto con las tres líneás de Ferro-carril que converjen á el (2). Para la segunda, podemos adelantar los siguientes apuntes. PROVISION DE AGUA Por el agua de lluvia, puede hacerse una provision limitada de- positándola en cisternas (algibes) apropiados. Para este objeto ayuda el suelo bastante impermeable, que permitiría la construc- cion de cisternas venecianas, con arena colocada sobre un lecho de arcilla. : : Segun la obra del señor Gualterio 6. Davis: Ligeros apuntes so- bre el clima de la República Argentina (Buenos Aires 1889), la can= tidad de lluvia anual (media de 23 años) es de 488.2 milímetros, habiendo un minimo de 207.4 milímetros en 1861 y varios años entre 300 y 325. Nose presentan períodos sin lluvia que alcancen á 2 meses; pero hay períodos hasta de 4+ meses sin lluvia sufi- ciente; 19.8 en 1861 y 7.1 en 1869, de Mayo á Agosto. (1) El servicio de pasageros entre el puerto y el pueblo (9 kilóm., es muy de- ficiente: 3 trenes al dia en cada sentido. Los pasageros desembarcan á más de 800 metros de los buques y la tarifa es elevadísima 0.20 pesos oro por billete simple en 1*. (2; Estas líneas son: Buenos Aires, Azul y Bahia Blanca, Buenos Aires, Tan- dil y Bahia Blanca y Nord-Oeste de Bahia Blanca que llegará pronto á Acha. e POZOS ARTESIANOS Y PROVISION DE AGUA 179 Estos periodos de seca y el clima seco y ventoso que produce una evaporación abundante, harían necesario un depósito bas- tante considerable para una poblacion escasa. Una familia que consumiere 100 litros por dia (empleando esta agua solo en la: alimentacion), necesitaría un depósito para 200 dias ó sean 20 m? de capacidad, lo cual le permitiría pasar el período con lluvia mí- _nima de 66.7 en 1869 y 77.1 en 1861 en 6 meses. La superficie de 200m* sería más que suficiente para recoger esta cantidad de agua, necesilando solo 100 milímetros de lluvia fuera de la eva- poracion. No incluyendo la destilacion del agua de mar, que. por su alto precio puede considerarse el último recurso, puede hacerse la pro- vision á los terrenos del puerto, comprendidos entre el Napostá y el Maldonado (1): 1? con el agua de este arroyo Napostá; 2% por medio de pozos en la antigua línea de la costa (Loma de los Para- guayos); y 3 por pozos artesianos. I. El Napostá baja desde la Sierra de la Ventana, donde tiene una cuenca bastante estensa al Norte de los cerros del Aguila, en los que ha formado una garganta. Se alimenta de diversos ma- nantiales y su corriente es permanente, aunque en algunos vera- nos secos queda reducido á un pequeño caudal. Puede servir para la provision del pueblo de Bahia Blanca (15 metros sobre el mar) y del puerto (de 3.734 4.41) por simple gravitación, por la gran pendiente de su curso. El F. €. S. ha establecido un caño, que toma el agua en el bañado de Gimenez (2 kilómetros del pueblo) y lo lleva con presion na- tural suficiente hasta la punta del muelle para la provision de los buques. Esta toma se hace en las peores condiciones higiénicas, en un pozo cavado en el mismo cauce del arroyo, en un punto, donde se estiende en un bañado, muy cercano al pueblo. Allí acude la poblacion á lavar ropa, bañar los animales, etc., y pueden calcu- larse fácilmente, los peligros que traería una enfermedad infec- ciosa que se desarrollara en las numerosas poblaciones ribereñas contiguas, y aguas arriba de la toma, la que contaminaría el es- caso caudal de agua del arroyo. (1) Este último es un brazo del Napostá que solo recibe las azuas de exceso en las avenidas cuando se llena y desborda el cauce menor. Arranca á 12 kilóme- tros de la costa y desemboca á 9 kilómetros de la desembocadura de Napostá y á 2 kilómetros aproximadamente de las Salinas. 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Esto sucedió en la epidemia de cólera de 1884 en que las aguas del Napostá se contaminaron y produjeron en la poblacion (pro- porcionalmente al número de sus habitantes), más víctimas que en cualquier otro punto de la República, incluso Mendoza. El hecho puede producirse cualquier dia con muchas enfermedades infecciosas y alcanzaría en este caso, tambien á los buques que se surten del agua del muelle. E No tengo duda que la provision de la ciudad de Bahia Blanca podrá hacerse en lo futuro de este arroyo, mejorando la toma de dos modos; 1% por medio de pozos separados de 100 Ó más me- tros del cauce, aprovechando así alguna capa permeable para la filtración y 2* elijiendo un punto más arriba de la actual, yendo s1 es necesario, cerca del nacimiento á 80 kilómetros de Bahia Bianca. La pendiente es suficiente; pues es de 2á 3 por 1000 en término medio. Queda que determinar si el caudal es sufi- ciente, aún en la época de seca prolongada. Haciendo la toma más arriba, el agua tendrá un grado de dureza menor; pues todo el terreno que atraviesa es calcáreo, lo que hace que disuelva carbo- nato cálcico en su trayecto, empeorándose progresivamente para los usos industriales y domésticos. Si se hiciera en el porvenir la provision de agua del pueblo, po- dría aprovecharse esta misma para el puerto; pero es evidente que conviene buscar una solucion independiente, como las indi- cadas á continuacion. IM. La Loma ó Médano de los Paraguayos ó de la Calera es la antigua línea de la costa de la bahia, á cuya línea actual corre paralela á una distancia de 3 kilómetros aproximadamente. Del lado del pueblo la cota del terreno sobre la línea del EF. C. S. (1) (empalme con la línea del N.O.B.B.) es 11”85 y pasando este médano es de solo 707, descendiendo la llanura baja hácia el Puerto hasta 3"73 y ascendiendo de nuevo á 441 en la costa actual ó línea de las más altas mareas (2). La elevacion de estos médanos es pequeña sobre la línea del F.C. S. (1 á 2 metros) y es algo mayoren la Calera (5 á 10 me- (1) Por órden de nuestro consocio señor ingeniero G. White, me han sido su= ministradas estas cotas en la oficina del F. €. Sud. (2) La cota del muelle es 5*17 y el O de la escala está 19 metros debajo de la estrella del peristilo de la Catedral de Buenos Aires. : POZOS ARTESIANOS Y PROVISIÓN DE AGUA 181 o. Su composicion es arena CUALZOSA, con moluscos de agua salada, iguales á los actuales, nódulos de tosca y cantos rodados ó fragmentos redondeados de pPrIeDRA POMEZ (1). La vegetacion - cambia al bajar de la llanura alta limitada al Sud por estos mé- danos y predomina abajo el junquillo de agua salada, dando to- dos los pozos agua salobre, hasta cerca de la costa dende es com- pletamente salada y sigue las fluctuaciones de la marea. Junto á los médanos, del lado alto ó del pueblo los pozos dan agua dulce á 2 ó 3 metros de profundidad, siendo el terreno atra- vesado de loes arenoso. Esta agua es posible que esté conservada dentro del mismo mé- dano y no en el terreno que se estiende al norte de este, de un modo análogo á lo que sucede en los médanos de la costa del mar que dan pozos de agua dulce (2). La cantidad de agua que puede dar cada pozo es muy grande por los datos recogidos en la Calera, donde la estraccion se hace por mangas tiradas por ca- ballos; pero debería hacerse un ensayo sobre esta cantidad antes - de proyectar la instalacion de los pozos. Estraida el agua de ellos, con un nivel piezométrico de 8.85, (11.85 — 3) se tendría una diferencia de nivel suficiente para hacer la provision de agua del puerto (cota menor de 5) por gravita- cion. La muestra de agua del pozo de la Calera contenía mucha ma— teria orgánica, arrastrada por una lluvia reciente desde los con- tornos muy sucios del pozo. El agua se alteró en la botella al cabo de 2 dias, aunque no despedía ningun olor recien sacada. Salvo esto, que creo no es un inconveniente insalvable; pues la toma puede hacerse en buenas condiciones, evitando toda conta= minacion, el agua es perfectamente potable y apta para todos los ¡1) El Dr. R. Wernicke me remitió hace algun tiempo fragmentos de esta roca, provenientes de allí mismo. En la inspeccion que hice del yacimiento en la Calera. me convencí que estos fragmentos son parte de aluviones marinos, que talvez han sido arrastrados desde la costa patagónica; pues en los alrede— dores del rio Negro he encontrado esta piedra pomez entre otros guijarros. Es imposible, por ahora, afirmar que sean originarios de los volcanes de los Andes, arrastrados por los rios ó bien de alguna manifestacion volcánica en la costa del Atlántico de la cual no tenemos más datos. (2) Puede verse al respecto : Heusser y Claraz, Essays pour servir ú une des- craption géologique de la Province de Buénos—Ayres. II parte, Zurich 1857, y E. Aguirre, Constitucion geológica de la Provincia de Buenos Aúres, parte del Censo de 1881. 182 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA usos industriales, como alimentacion de calderas, lavado, etc. El siguiente ensayo lo comprueba (1). 00 Grado hidrotimétrico de la escala Boudron y Boudet... 7967 Resíduo por litro (calcinado!, gram0S........oo.o.... 0.925 Carbonato stalcións e IA 0.S10 Sulalo calco al ala AT AOES 0.925 Segun se ve esta agua es muy superior á la de los pozos ordi= narios en la Provincia de Buenos Aires y aún á la delos pozos semi-surgentes de los cuales se surte La Plata (2). Valdría entón- ces la pena de hacer ensayos completos sobre la cantidad de agua de que puede disponerse para proveer el Puerto, haciendo los aná- lisis en épocas de secas, cuando existe la mayor concentracicn de sales por la evaporacion. Desde ya puede asegurarse, sin embar= go, de que es posible proveer á una pequeña poblacion y á los - buques con un gasto insignificante y sin máquinas elevadoras, haciendo la distribucion por simple gravitacion, desde los méda- nos hasta el puerto. III. Pozos artesranos. — Existen dos perforaciones actualmente : una en la estacion del puerto del Ferro-carril Sud y la otra en las Salinas. La primera se encuentra á poco más de 100 metros del princi- pio del muelle y fué ejecutada en 1888 por el sondador Peirce, que despues practicó la de las Salinas. Tiene un diámetro de 12 pul- gadas (0.30 metros) en el principio y su nivel piezométrico es 10"50 aproximadamente, siendo el del suelo 4"41, de modo que tiene un salto de 609. Se ha empleado el agua de este pozo para alimentar locomotoras; pero se ha abandonado su uso, sustitu- yéndola por el agua del Napostá, que trae el caño hasta el mue- lle. i | La profundidad alcanzada es de más de 240 metros y el agua no ha mejorado despues del análisis de Agosto de 1888. No he obtenido aún la coleccion de rocas atravesadas por la sonda. (1) Debo agradecer al Dr. Quiroga la ayuda que me ha prestado enel Labo- - ratorio de la Universidad para hacer estas determinaciones. ; (2) E. Acuirre. Pozos artesianos en la Provincia de Buenos Avres, Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, 1882. Tomo VIII, página 224, POZOS ARTESIANOS Y PROVISION DE AGUA' 183 Los análisis del Dr. Kyle son los siguientes : Abril 1888. Agosto 1888 Densidad (corregida á4 4% C.)............. 1.0044 Resíduo total á 120%, gramo0S............. 10.590 » CO 9.470 4.64 MArbQnalo:CalCICO loss SAIs E Ulea Solo SOMO 0.078 » magnésiCO......... enana 0.016 0.027 SOLO: CAlcicO ces cil rele aa A 0896 0.534 SOC A laos eioiae 0.749 0.843 CIOTURO SO ICO e arca alas lira lo 0.478 2.606 A O ea aia tea 1.215 0.392 SIC o barata e Adal ai qlo alto o da _0.012 rastros Gramo0S...... 9.466 4.480 -NOTA. — En Agosto 31 de 1838, tenía 769 piés (231 metros) de profundidad. Los carbonatos se representan como neutros y no bicarbonatos. No se ha dosado el potasio en los cloruros y sulfatos, se representan como sódicos. No se dosa= ron los nitratos que en corta cantidad existían en el agua. No había materias orgánicas oxidables por permanganato. La segunda perforacion se encuentra á 4 kilómetros al nord-oeste de la primera sobre la costa de la bahia, en el estremo oeste de las obras de las Salinas. La perforacion ha principiado con 16 pulgadas (040); pero se ha colocado un caño interior de 2 pulgadas (0705), tapando en la boca el caño grande. El nivel piezométrico es el mismo que en la anterior y el agua llena un tanque elevado, de donde se utiliza. | La perforacion ha alcanzado 268 metros segun datos del señor ingeniero Gardi; pero por la muerte del sondador Peirce no ha sido aún arreglada para utilizar toda la seccion del tubo de reves- timiento del pozo. Las capas atravesadas hasta 200 metros, se- gun Peirce, son los siguientes, lo que he comprobado por las mues- tras acondicionadas por este. CAPAS ATRAVESADAS EN LA PERFORACIÓN DE LAS SALINAS DE BAHÍA BLANCA N* 1, 12 piés ingleses (030) Blue Clay) Arcilla azul IA SU » (Sand) Arena E DL > (Tosker) Tosca a SS >» (Sand) Arena d ed HUA » (Tosker) Tosca A » (Sand Rock) Roca arenosa UA ES » (Sand Rock) >» > 184 REANDODaLlaRAA ela nl DOTA y ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 6 piés ingleses (030) (Black Sand) Arena negra (Sandy clay) Arcilla arenosa (Sandy rock) Roca arenosa (Clay) Arcilla 1 Ea ES: 9) R0A+2>00n0Qa 9) Re QD w (Me) » >» » >» >» » » » » > » > >» » » » > >» v (Sand) Arena (Clay) Arcilla (Clay; (Sand) Arena (Clay red) Arcilla roja (Clay white; Arcilla blanca (Clay sandy) Arcilla arenosa : A) et Clay) » 2 (Clay sandy) (Sand rock) Roca arenosa (Sand, clay) arena y arcilla (Clay white, Tosker) Arcilla blanca da tosca (Clay sandy) arcilla arenosa (Sand, clay) (Sand, clay) (Clay) Arcilla (Soap stone) Saponita : (Shells and clay) Moluscos y arcilla (Clay) Arcilla (Stone) Piedra (Clay) Arcilla / ( > >» » » » « » » >» » 2 piés de piedra y tosca (Clay) Arcilla En (Clay and tosker mixed) Arcilla y tosca mez—. clada. Clay) » » >» » » » >» > >» (Clay stony) ' ! ( Clay stony) Stone) Piedra » > >» >» » » > » » >» (Sand fine) Arena fina Clay) Arcilla (Clay stony) Arcilla dura » » » » » » » Gravel coarce) Pedregullo grueso (Clay stony) Arcilla dura » 93, WN HF 0000 0090rpr0ro0Rs> wo 010000? 0R>0o0u0 000. UY = YN Y -—l 0 «0 00 CY) Ra A pus l- ¡A POZOS ARTESIANOS Y PROVíSION DE AGUA piés ingleses (0"30) (Clay) Arcilla » > » » > » » > » » > » » » » » y » » » 2 » » >» » > » >» » » >» » » » » » » > > » » y » » » > » » > » >» ») » » » >» » » > >» > >» » » » >» > » >» » > » » » ¡Clay) >» (Clay sandy) Arcilla arenosa (Clay) Arcilla (Stone) Piedra (Sand rock) Roca arenosa (Sand black) Arena negra (Clay) Arcilla (Sand and clay) Arena y arcilla ¡Stonej Piedra (Clay) Arcilla » > » >» »” > » > >» » » » » > (Sand rock) Roca arenosa (Sandy clay) Arcilla arenosa (Sand) Arena (Clay green) Arcilla verde (Clay black) Arcilla negra (Clay green; Arcilla verde (Clay blue) Arcilla azul ¡Clay light sandey) Arcilla algo arenosa (Clay blue) Arcilla azul (Tosker) Tosca (Sand light) Arena clara (Saud brown! Arena morena (Clay blue and tosker; Arcilla azul y tosca (Clay blue and stone; Arcilla azul y piedra (Clay brown) Arcilla morena ¡Sand) Arena » » » » » » (Tosker) Tosca Observaciones de la perforacion : A 33 piés se rompió el tubo, se sacó dejando un trozo en el agu- jero. Se empezó una nueva perforacion. A 46 piés se rompió la zapata (shoe) de acero, y se empezó otro pozo. A 461 piés se encontró una roca muy dura y se puso un lorpedo de dinamita, que sacó la obstruccion. 186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA A 576 piés se tuvo que poner tres nuevas cargas de dinamita. | Hubo varias demoras entre 500 y 600 piés, causadas por la ro= tura de los útiles, que hubo que sacar para repararlos. | Su ensayo me dió lo siguiente: Grado hidrotimétrico (escala de Boudron y Boudet).... 25970 Resíduo por litro (calcinado!, gram0S.........o.o..... 3.950 Carbonalo-calciaota aia a SO) Carbonato magnésiCO0........o...... 0.076 Cloruro SOC SO Sulfato cálcico, sílice, etC........... 1.669 : oo 3.950 Esta agua ha sido usada en las Salinas para la alimentacion de calderas en máquinas sin condensación, sin haberse notado in- crustaciones. Aún cuando tiene alguna cantidad de cloruro só- dico no produce ningun inconveniente para este objeto, siendo de cualquier modo mejor que el agua de mar, (con 25.18 de cloruro sódico y 31.14 de residuo por litro). Es notable que en el agua de este pozo, faltan las sales de mag- nesio, siendo por esta razon muy superiores á las del pozo de la estacion para la alimentacion. A este respecto, el ensayo hecho en las Salinas, es concluyente; la poblacion entera, que se compone siempre de varios cientos de personas no emplea ni bebe otra agua, y en los muchos meses que está el pozo en servicio no se ha notado ningun inconveniente. El agua tiene un sabor ligeramente salado; pero no amargo, y no es desagradable. La temperatura de esta agua es constante y próximamente de 26%, siendo la media anual de Bahia Blanca 15226. Se ha empleado esta agua en el riego de diferentes hortalizas con excelente resultado, lo que ha demostrado tambien, que el limo endurecido del puerto es muy fértil cuando se encuentra re- gado y en parte lavado por el agua dulce. La cantidad de sal contenida en esta agua, proviene á mi juicio de su mezcla con las aguas superficiales que son saladas como el agua de mar. Esta mezcla está ayudada por la diferencia de tem- peratura menor, que llega á 10 próximamente y por la mayor salazon del agua superficial, lo que le da mayor densidad ; te- niendo en sentido contrario la presion de la napa inferior mucho más fuerte que la superficial, como lo demuestra su nivel piezo- métrico más elevado. POZOS ARTESIANOS Y PROVISION DE AGUA 187 Sin embargo, en el pozo de las Salinas la proporcion de magne- sia con relacion al cloruro sódico es algo diferente de la que existe enel agua de mar, lo que haría suponer en un orígen propio y no por mezcla. -——Enensayos más completos, debería tratarse de aislar la napa in- - ferior colocando un tubo de revestimiento bien impermeable ó mejor, colocando un nuevo tubo dentro de este y cerrando bien en la estremidad inferior la parte comprendida entre los dos - tubos. No he podido identificar hasta ahora las rocas estraidas en la perforacion con ninguna de las rocas que componen el sistema de - Sierras de la Ventana. Es posible que las capas atravesadas per— tenezcan á este sistema de sierras que se inclinan al sud-oeste; pu- diendo suceder que se encuentren cubiertas con la formacion de calcáreo en los 80 k:lómetros que las separa de Bahia Blanca. En esta hipótesis el orígen de esta napa estaría entre los valles de la - Ventana ó mejor al nord-oeste de este sistema orográfico. Otro orígen posible serían las capas del terciario patagónico que - se estienden al norte del Rio Negro y que parece llegan cerca de Bahia Blanca, apareciendo de nuevo en las barrancas del Paraná y en la Colonia, frente á Buenos Aires. Hay alguna similitud en- tre las arcillas verdes del terciario y las encontradas en la perfo- - racion, pero debe observarse que todas las arcillas del terciario - han dado hasta ahora aguas saladas en las perforaciones de Bar- racas, Buenos Aires, Tuyú y Magdalena. Por último, podría suceder que el orígen de esta napa se encon- trara hácia al oeste, donde hay varias formaciones desde Choyque- - Mahuida al este, que han sido aún poco estudiadas. De todas maneras, sería muy interesante ensayar el alcanzar esta misma napa al sud de Bahia Blanca, donde hay grandes zonas sin agua. El nivel piezométrico no permitirá nunca que estos pozos sean artesianos (surgentes); pues el suelo es elevado de más de 50 metros sobre el mar; pero serían siempre de gran utilidad, cualquiera que fuera su nivel. En la ausencia de datos geognós- ticos bastantes, solo la observacion directa puede resolver este problema de proveer de agua á aquellos terrenos, que deben su aridez á la gran permeabilidad de sus capas superficiales. En las cercanías de las estaciones la Vitícola y Napostá se han encontrado tambien una capa de arenas aquiferas, análoga á la de los pozos semi-surgentes en las arenas sub-pampeanas en los Ho oo o de limites de los a , surgentes en Buenos Aires en el estudio -SIanos. de Ñ ¿Pe Puede suceder que estas mapas tengan dos lo suficiente | para establecer esta relacion. 1 Ms Y x YN ALUMBRE FERROSO Son dos los caminos que del mineral de las Capillitas (Catamar- ca), conducen á la region llamada el campo de Tampa-tampa. El primero baja hácia el norte á las Lomas Picazas para despues, si- -—guiendo al pié de la sierra en direccion oeste, llegar á un campito, el Bobadal, en que se junta con el camino que, pasando por Ama- nas, va del fuerte de Andalgalá á Santa María. El segundo camino se eleva desde las Capillitas hasta la cumbre de la sierra en la que continúa por una legua más ó menos para en seguida bajar á un estrecho valle y juntarse en el Bobadal con los dos caminos que - acabo de mencionar. Al seguir de esta encrucijada el camino que va hácia el poniente para, bajando la cuesta de las Escaleras, lle- r -— garal campo de Tampa-tampa, acompáñanos á la derecha la sier- ra de las Cuevas, á la izquierda un cordon que separa el campo que atravesamos del valle de Vis-vis. Es en este cordon que ocur- re, segun me informa D. Augusto Metzler, administrador de la mina Restauradora, la sustancia cuyo análisis presento en segui- da. He conocido desde muchos años la existencia de este mineral, como tambien sabía, lo que confirma el Sr. Metzler, que dicho mi- neral existe allíen gran abundancia, pero recien en el presente - año me ha sido dado analizarlo. Toda aquella region desde el atajo hasta Gualfin, pasando por la Aguada de Dionisio, es rica en minerales, productos principal- mente de la descomposicion de la pirita de hierro de que innume- rables vetas revientan en toda aquella region. Recibí el material para el análisis en pedazos del tamaño de un puño, más ó menos. Los mismos encierran pedacitos de la ganga, una roca al parecer tufatraquítica. El mineral se presenta en forma - de una masa compacta de estructura cristalina formada de hebras —prismáticas por lo comun torcidas, de color verdoso claro (en ale- man apfelgrin, verde manzana) de lustre sedoso, apareciendo en la masa partículas celestes de sulfato cúprico. 42. 080 35, 104 cuya relacion atómica es: AER e O q a eee O aa OS O o no Pd ruso oo ao le 050. an que conduce á la fórmula: a * AR(S0 Y + reso! + 23 n FEDERICO SCHICKENDANT AÑ REVISTA DEL ARCHIVO - DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por MARCIAL R. CANDIOTI /Continuacion) «Hemos podido decir que este cementerio viene á despejar mu- chas dudas y á corregir opiniones erróneas y lodemostraremos asi en oportunidad. « Concluyen nuestros distinguidos colegas diciendo que se debe — suspender la publicacion de nuestro informe para evitar « muchas contradicciones y errores que nunca faltan en informes hechos á la ligera ». | « Prescindiendo de la ofensa que con tono magistral se nos infiere, este es un argumento que se desvanece preguntando, ¿por qué no senalan esos errores y contradicciones para discutirlos ? « La publicidad que nosotros buscamos, dará motivo para que se nos instruya sobre esos errores y nosotros olremos con placer toda opinion racional y fundada. «Ratificándonos por segunda vez en todo lo que hemos escrito y firmado, protestamos contra las imputaciones de que somos objeto. « Señor Presidente : no se justifica que nuestros colegas quieran imponernos silencio, cuando el mismo señor Moreno fué comisio- nado por el sabio Doctor Burmeister para decirnos que deseaba ver algunos de los objetos exhumados y extraidos del cementerio de Campana, con el fin de dar una noticia breve sobre este hallazgo á la Real Academia de Ciencias de Berlin. Un cráneo, varias armas -y utensilios, fueron examinados con señalado placer por el respeta- ble Doctor Burmeister, quien ha incluido ya esa noticia en una co- municacion sobre otros asuntos dirijida á aquella alta institucion. «Sea cual fuere la opinion que el Doctor Burmeister consigna en su nota que no hemos leido, ella es un precedente que debe tener en cuenta la Junta para no hacer lugar á las pretensiones de la peticion que refutamos. 199 : ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ABGENTINA- « Pedimos señor Presidente, á la Junta, que respele nuestras | convicciones, mucho más cuando aceptamos toda responsabi= lidad. « Pedimos tambien á la Junta: «1% Que publique todos los antecedentes de este asunto y estas — mismas notas, con especialidad la de los señores Moreno y Berg, pues no deseamos que queden en el misterio, sus ilustradas Opi- niones. « Esta publicacion es indispensable para que los demás miem-= bros de la Sociedad y el vúblico puedan conocer y juzgar del esta= do de esta cuestion; «2% Que siendo cuatro los miembros de la Comision Especial encargada de dar el informe definitivo, y estando en desacuerdo dos contra dos como resulta de estas notas, se nombre un quinto en discordia, para que se pronuncie en caso de disidencia entre nosotros y los señores Moreno y Berg. «Proponemos por nuestra parte al Doctor Don Juan M. Gutier- rez, cuya vasta instruccion y especial competencia en estas male= ria nos inspira el mayor respeto. «Por último debemos hacer presente una vez más á la Junta que en nuestro informe objetado, no hemos abierto opinion sobre nin- guno de los objetos habiéndonos limitado á dar cuenta del resul- tado é importancia de las escavaciones que nos encomendaron, avisando que las colecciones están listas para que las estudie la Comision Especial. e « Deplorando el tono poco armonioso con que nuestros compa- ñeros de tarea se han producido, nos es grato saludar al señor Presidente con consideracion y estima. «Dios guarde al señor Presidente. «Pero P. PICO, « Presidente. <« Estanislao S. Zeballos, « Secretario ». Se conserva tambien en el espediente la siguiente acta de una sesion celebrada por la Comision Especial; ignoramos el paradero de las demás. REVISTA DEL ARCHIVO ; 493 « SESION DEL 28 DE NOVIEMBRE DE 1878 ca Presentes, Reunidos en esta fecha los miembros de Gutierrez, Juan María. la comision cuyos nombres se leen en el Moreno, Francisco P. márgen, procedieron á instalarse nombrando Zeballos, Estanislao S. - Pico, Pedro P. Presidente de la Comision con voz y voto en los debates al Doctor Don Juan María Gutier- | Ausente. rez, y autorizando para actuar como Secre- Berg, Cárlos. tario al de la Comision Doctor Don Estanislao : S. Zeballos. en el terreno. S « En seguida se recibieron de las colecciones traidas de Campana por los señores Pico y Zeballos y las cuales consisten en un crecido número de objetos de piedra, de hueso, de alfarería, de restos humanos y un cajon conteniendo un esqueleto tal cual se hallaba «Cambiadas algunas ideas respecto á la forma y manera en que había de procederse á desempeñar la comision aceptada se tomaron las siguientes resoluciones ; «1? Que ninguno de los objetos podría ser sacado del local de- signado por la Sociedad para su depósito y estudio; «2% Que la llave del depósito sea entregada al gerente de la So- ciedad, bajo cuya custodia quedan las colecciones, encargándosele de que no permita ver los objetos sinó á los miembros de la comi- sion y sus acompañantes; «3% Que se divida la tarea en la siguiente forma : « Restos humanos. — Señor Don Francisco P. Moreno. - «Alfareria. — Señores Don Estanislao S. Zeballos y Don Pedro PSICO. « Huesos de animales que han servido de alimento y conglomera- ciones. — Señor Doctor Don Cárlos Berg. «Objetos de piedra é imstrumentos de hueso. -— Doctor Don Juan María Gutierrez (1) ; «4* Que cada uno de los miembros de la Comision presente un informe parcial sobre los estudios de que se halla encargado, (1) Habiendo fallecido el Doctor Gutierrez, fué reemplazado por el señor don José M. Lagos. Por renuncia del señor Moreno, fué incorporado á la Comision el Doctor Lanús. ANAL. SOC, CIENT. ARG. T XXXI 13 194 ANALES DE LA SOCIELAD CIENTÍFICA ARGENTINA debiendo resolverse en oportunidad, la manera de dar el informe general ; Ca «5% Que en cuanto al túmulo y terreno de que fueron estraidos los objetos, la Comision en conjunto nada diría, pues no habían estado en el terreno todos sus miembros; y el informe sobre el particular había sido ya encomendado á los señores Pico y Zeballos, que habían estudiado y esplorado el monumento; «6? Que estas actas fuesen leidas en la Junta Directiva de la Sociedad, para imponerla del estado de los trabajos. «717 Que se haría tomar un dibujo del esqueleto levantado con un trozo de terreno, aceptándose para este caso, como para todos los dibujos que en adelante fuese necesario hacer el concurso gratuito del señor Don Mariano Agrelo, ofrecido por intermedio del señor Don Estanislao S. Zeballos; : «8* Que se pidiera autorizacion á la Comision Directiva para hacer algunos gastos que pudiese exijw el desempeño de las fun- ciones de la Comision, habiéndose agotado ya los escasos fundos de que se disponía. « Con lo cual se dió por terminado el acto, resolviéndose que la Comision se reunirá en casa del señor Presidente toda vez que fuese necesario. | «JUAN MARÍA GUTIERREZ, « Presidente. «Estanislao S. Zeballos, « Secretario ». Los últimos documentos que se conservan en el Archivo sobre este asunto son: una comunicacion del señor M. Agrelo, ofreciendo su concurso, y una resolucion de la Comision. Hélos aquí : « Buenos Aires, Diciembre 17 de 1877. « Señor Doctor Don Juan Maria Gutierrez. > «Muy señor mio: «En contestacion á su atenta nota fecha 7 del corriente, ratifico- el ofrecimiento que hice al Doctor Don Estanislao S. Zeballos, de prestar mi humilde concurso para la ejecucion de los dibujos necesarios á ilustrar el informe de la Comision encargada porla % REVISTA DEL ARCHIVO 195 Sociedad Científica Argentina del estudio de las colecciones reuni- das en la esploracion de un cementerio indígena. «Altamente agradecido por el honor que se me quiere dispensar de asociar mi nombre á los trabajos de aquella Comision, debo manifestar á Va. que tendré el mayor placer en cooperar con mi insignificante contingente á la realizacion de tan importante obra. «Aprovecho esta oportunidad para saludará Vd. con mi más distinguida consideracion. es «M. Agrelo ». - «Reunida en mayoría la Comision encargada del estudio de las - antiguedades de Campana, y atenta la escusacion verbal del miembro de ella Don Francisco P. Moreno, encargado de estudiar los restos humanos, haciendo presente no poder efectuar este estu- dio antes de mucho tiempo, y la urgencia de volver al propietario la pieza ocupada por estos objetos, resuelve: encargar á los seño- res Zeballos y Pico el estudio de esa parte, debiendo retirarla del local antes del dia primero del mes entrante si les fuese posible, y á quienes se les trasmitirá esta resolucion. « Mayo 29 de 1878. - «José M. Lagos. — Cárlos Berg. — F. P. Moreno ». En el Museo de la Sociedad que fué abandonado hace muchos años no hemos visto ni uno solo de los objetos traidos del túmulo de Campana. S XI (Libro 111 del archivo) -N*32. Proyecto de curso de arquitectura y dibujo de la Sociedad Cientifica Argentina. (Fojas 88-89). —Habiéndose suprimido en este año las clases de arquitectura en la Universidad de Buenos Aires, el sócio D. Luis A. Viglione, presentó á la Sociedad una mocion, que fué convertida en resolucion por la asamblea; esta dispuso de acuerdo con la iniciativa del Sr. Viglione pasar una circular á los arquitectos miembros de la Sociedad, invitándolos á dar en sus $- Í 4 196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA salones un curso de arquitectura y dibujo por períodos determi nados entre cada uno de ellos. Publicaremos los siguientes documentos: « Buenos Aires, Julio 4 de 1877. « Señor D. Adolfo Buttner. «En la Asamblea celebrada el 1” de mes próximo pasado, el só- cioD. Luis A. Viglione hizo presente á la Sociedad. que por el pre: supuesto del Gobierno de la Provincia había quedado suprimida la cátedra de arquitectura y dibujo; esencialmente necesaria para los estudiantes que siguen la carrera de ingeniero, é hizo mocion para que la Sociedad llenase de algun modo ese vacio de acuerdo con las bases de su institucion. «La Sociedad aceptó unánimementela 1ndicacion del Sr. Viglione y entre varios medios que se propusieron para el efecto se acordó hacerun llamado á los señores sócios arquitectos, invitándolos á dictar gratuitamente y por períodos determinados la cátedra alu- dida, á cuyo efecto podrán aprovecharse los salones de la Socie- dad. e «Es en tal carácter que me dirijo á usted, como arquitecto y con- sócio, eligiéndolo por su competencia primero en turno, y espe- rando quiera usted tenerla bondad de contestar á la presente, es- presando sus ideas y resolucion acerca del objeto en cuestion. « Aprovecho la oportunidad para saludar á usted con mi mayor consideracion. « Penro Pico, « Presidente. « Estanislao S. Zeballos, « Secretario ». « Buenos Aires, Julio 16 de 1877. « Señor D. Pedro Pico, Presidente, etc. « Acuso recibo á la nota de usted del 4 del corriente, en la cual me comunica, que la Sociedad que usted preside en asamblea del 1* del mes próximo pasado y á proposición del Sr. Viglione, había resuelto que se pasara una nota á los sócios arquitectos, invitándo- REVISTA DEL ARCHIVO 197 los á dictar gratuitamente y por períodos determinados, un curso de dibujo y arquitectura, en virtud de haberse suprimido la cáte- - dra que con este objeto se dictaba en la Universidad, yá cuyo efec- to podrían utilizarse los salones de la Sociedad. Al mismo tiempo me pide usted que al contestar la precitada nota, esponga mis ideas y resolucion acerca del objeto en cuestion. «La idea, Sr. Presidente, me parece muy plausible, pues que en efecto es incomprensible que de nuestra facultad salgan ingenie- ros sin conocer el dibujo y tener por lo menos nociones de arqui- teclura. « Es así como se justifica la razon por la cual ninguno de nues- tros colegas se dedique á este arte, el cual no solo requiere gusto sinó tambien ciencia. «El gusto, Sr. Presidente, que es complemento de la ciencia, no se puede adquirir en una escuela, pues que noes posible trasmitir- loá los discípulos; pero sí, se le puede despertar, haciendo un - estudio y práctica del dibujo, es decir, un estudio del elemento -nlás necesario, para poder trasmitir al pa lo queen la imagi- - nacion se representa. «El Sr. Presidente no desconocerá, que Us condiciones en que este arte se encuentra en Buenos Aires (me refiero á que en general es esplotado por individuos que no saben darle valor) es imposible que un jóven que se dedique al estudio pueda, en el cor- to tiempo á que está obligadoá asistir á nuestra Universidad, pue- da, decía, salir de ella con la práctica suficiente como para lanzar- se á proyectar y dibujar un edificio cualquiera pues que no ha dis- puesto del tiempo. ni tampoco ha tenido ocasion de oir los cursos necesarios para ello. « La idea de que este curso se dicte por períodos determinados, - no me parece conveniente. « En efecto, suponiendo que yo aceptara este nombramiento, es preciso voolvidar que jamás me he dedicado á la enseñanza, por consiguiente tendría aue principiar por estudiar á la par de los discípulos, para poder formar un método regular de enseñanza. «El método que yo adoptaría, Sr. Presidente, sería probablemente diferente al que aceptaría algun otro, y suponiendo que el período que se fijara fuera el de un año, entónces en ese corto tiempo no se habría concluido con los rudimentos del dibujo, y el sucesor que tuviera, se vería obligado á principiar nuevamente lo que redunda- Tía en perjuicio de los estudiantes. 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA « En vista de estas razones creo que habría conveniencia en que - la idea se madurara algo más llamando al seno dela comisioná aquellos socios en quienes ella se haya fijado, para cambiar ideas al respecto; pues que soy de opinion : 1% Que aquel que se obli- gara á aceptar el puesto, debe permauecer en él, hasta tanto que tenga alguna causa que le obligue á renunciar; «2% Que este curso debe ser atendido por des arquitectos, uno para la parte práctica y el otro para la teórico-práctica; «3% Que deben formularse los programas de uno y otro curso, y deacuerdo con ellos pensar recien en crear las clases. «Sin más, saludo al Sr. Presidente con toda consideracion. 7 «A. Butiner» . Las ideas del Sr. Buttner fueron aceptadas por la Asamblea, pe ro creemos que nunca fueron puestas en práctica. N* 33. Una comunicacion del Sr. F. Sola ofreciendo una confe- rencia para la celebracion del V* aniversario de la padedón de la Sociedad. (Foja 92). ES S Ss ED O dd N" 34. Las leyes de la Diálisis. Memoria presentada á la Socie= dan Cientifica Argentina por Miguel Puiygar:, y premiada en el con- curso de 1877. (Foja 93-112). — La memoria del Dr. Puiggari fué publicada en el tomo IV de los 4nales, premiada con una medalla E. de oro. Hé aquí el informe del juri : « Buenos Aires, Julio 15 de 1877. « Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina, D. Pedro Pico. « Los abajos firmados miembros, de la comision de sócios nom= brada para el estudio y clasificacion de una memoria presentada en el concurso para 1877, titulada Leyes de la diálisis y su demostra- cion esperamental, tenemos el honor de informarle á usted que hemos hecho de ella un estudio detenido y nos es grato recomen=- dar que á su autor se le premie con la medalla que acuerda la So- ciedad. Esta recomendacion la hacemos, Sr. Presidente, fundándo- laen las razones siguientes : A a ES PA iS A E A A a REVISTA DEL ARCHIVO - 499 « El autor de la memoria que nos ocupa ha hecho un servicio á la ciencia, reuniendo en la memoria concisa y clara las opiniones de casi todos los sabios que se han ocupado de la diálisis y ponien- do de manifiesto la falta de precision que por lo general caracte= riza los escritos sobre la materia. Graham, Tick, Beilsten y otros físicos, han dado á conocer los fenómenos de la difusion y el pri- - mero de estos sabios ha formulado las leyes que la rigen. Han si- do públicados igualmente los resultados de muchas esperiencias sobre los fenómenos de ósmosis, practicadas por Dutrochet, Vie- rordt, Folly y Graham; pero de la diálisis propiamente dicha, á pesar de su grande importancia como medio analítico, hasta ahora no se -ha ocupado nadie que sepamos nosotros de un todo completo ó de manera á establecer esperimentalmente sus leyes especiales. El autor de la memoria ha reconocido esta falta y ha hecho un estado prolijo y laborioso de algunos fenómenos de la diálisis: ha for- mulado algunas de las leyes que rigen dichos fenómenos, dedu- _ ciéndola de los resultados de muchísimas observaciones esperi- mentales hechas por él, y en nuestra opinion se ha hechc acreedor al premio que ofrece la Sociedad en su concurso científico. No por esc, somos de opinion que son nuevas todas las proposiciones esta- blecidas, por causas que el mismo autor reconoce. «Dios guarde al Sr. Presidente. « Juan J. J. Kyle. — Emilio Rosettr. — Pedro N. Arata. < Sociedad Científica Argentina « Buenos Aires, Julio 16 de 1877. La Asamblea, reunida en esta fecha y teniendo en cuenta el in- forme precedente, resuelve acordar la medalla de oro al Sr. D. Mi- guel Puiggari, autor de la memoria sobre las leyes de Málisis. « Penro Pico, « Presidente. « Estanislao S. Zeballos, « Secretario. N* 35. Estudios médicos practicados en la provincia de Jujuy. Memoria presentada al concurso de la Sociedad Cientifica Argentina en 15877 por Ismael Carrillo. (Fojas 113-167).—Manuscrito original 3 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de ciento una páginas. — El trabajo del Sr. Carrillo fué premiado con mencion honorífica; es la base de su tésis inaugural para op= tar al título de doctoren medicina, que presentó á la facultad res pectiva en 1878. Es un artículo interesante en que el autor estudia detalladamente los siguientes puntos: ya 1 Clima de la provincia de Jujuy ; 2% Influencia de los bos- ques ; 3 Producciones ; 4” Datos estadísticos ; 5% Datos en las montañas; 6% Bocio y cretinismo; 7 Fiebres intermitentes; 8% Terrenos palúdicos ; 9% Saneamiento y medidas profilácticas; 10% Relacion entre la fermentación y los fenómenos mórbidos. Trascribimos aquí la introduccion de esta interésanle memoria : «Había reunido algunos apuntes para escribir mi tésis ¡inaugu- ral sobre algun punto útil para el estudio de nuestras secciones argentinas eligiendo la provincia de Jujuy : empezaba recien á coordinar algo para darle una forma determinada cuando he sabi- do que esta ilustrada y ya tan útil Sociedad había establecido un concurso de trabajos científicos para celebrar el aniversario de su fundacicn. ? «Aceptando la idea de formar parte de él, colocando un modesto trabajo entre los que figurarán en tan recomendable certámen, me he apresurado á continuar con alguna prisa este trabajo que tenía bosquejado y que la premura del tiempo ha hecho que él adolezca de algunas deficiencias. : | «El trabajo que presento versa sobre 4lgunos estudios médicos sobre la provincia de Jujuy. «El Dr. Joaquin Carrillo ha dado á luz un libro en que hace la historia de aquella provincia desde su conquista hasta nuestros dias (1); y por mi parte he querido, al par que hacer una ligera des- cripcion física para hacer conocer y resaltar más los tesoros que aquella tierra feraz encierra, estudiar al mismo tiempo su clima, producciones, enfermedades, etc., y aconsejar algunos medios que deben ponerse en práctica para conseguir librarla de los inconve- nientes que hoy tiene, principalmente en sus condiciones sanita- rias, debidas en su mayor parte á las emanaciones mefíticas que hacen desarrollar de una manera prodigiosa el paludismo y las consecuencias que este trae. E « Hasta hoy esta provincia solo ha sido conocida por la obra del Dr. Moussy, que escasamente se ocupa de ella, y he visto la nece= (1) Joaquin CarriLLO. Historia Civil de Jujuy. Buenos Aires, 1877. REVISTA DEL ARCHIVO 201 sidad « que hayde llamar la atencion sobre estudios de este género que son necesarios para todos y que merece cada una de nuestras provincias. «A mnadie debe ocultarse la dificultad de emprender un traba-. Jo de esta clase sin guía, sin precedentes, con carencia de los datos estadísticos y trabajos anleriores de hombres competentes. « Por otra parte, el territorio que estudiamos abraza más de 3000 leguas cuadradas, y presenta la reunion de todos los climas, todas las alturas desde 300 metros hasta 35000 y más; su suelo ofrece todas las producciones del globo, todo es original allí, como su luz, la vida quese desarrolla, la vegetacion, etc. «El aspecto de las grandes elevaciones, esa importante masa de cadenas montañosas, nos trae el deseo instintivo de trepar los vér- tices escarpados para dominar de allí los grandes espectáculos de la naturaleza, y ver un país diversamente nivelado y de bosques dentellados por elegantes colinas, valles de una feracidad prodi- giosa, hermosos bosques regados por arroyos de cristalinas aguas, rios numerosos que en el verano aturden con el ruido de su cor- riente y con los despojos que arrastran consigo como pedrones, troncos, árboles enteros, que van sembrando, luego que baja el ni- vel de sus aguas. «El prodigioso levautamiento de los Andes no solamente ha trasportado alturas grandísimas, picos áridos y rocas inaccesibles; enormes masas ha elevado aún en forma de mesetas muy estensas óen vallesconsiderables, cuyas dimensiones, formas y fertilidad ofrecen la imágen del nuevo paraiso y todos los atractivos de una - habitacion envidiable. «Sus ondulaciones y vértices apilados, alturas áridas y cubier- tas de nieve, la admirable variedad de aspectos, que atrae y cautl- va nuestra vista, los innumerables accidentes que se multiplican en el suelo, aquí graduados con medida, allí bruscos y como des- prendidos; la vegetacion de todos los climas, quese mezcla y su- cede con una prodigalidad de naturaleza que causa admiracion... «Siguiendo al norte, en los límites de nuestro territorio con los límitesde Bolivia nos encontramos con la Puna, altas é ¡inmensas planicies, solo cubiertas de gramíneas que luchan contra el frio y la sequedad del aire por la altura, á pesar de encontrarse bajo el trópico. « Bien merece todo aquel país, arrojar una mirada á esa distan- te tierra, separadas por enormes distancias encajonadas en el inte- 202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA rior de sus cerranías, pero ofreciendo ese grandioso conjunto donde - los ardores ecuatoriales son extinguidos por las benéficas influen= E cias; este mismo calor victoriosamente combatido y Y mente decreciente por la influencia de sus hermosos bosques y - montañas, y un clima muy frio reemplazando la temperatura tro- pical, las nieves perpétuas en fin que con sus brisas contribuyen ás rebajar la temperatura. : «En presencia de tantos efectos físicos y las variedades que pre- sentan los terrenos por alturas y formaciones especiales sobre los demás, se hace necesario un estudio particular sobre cada! cOo- 3 marca. «La patología, la terapéutica, la higiene, etc., ofrecen sus va- riedades, y muy esenciales segun los accidentes naturales del país que se considera, y el que los estudia debe observar todos los cam- bios caonds por esas diferencias y alteraciones; tiene que aclimalarse y adaptarse haciendo un estudio nuevo con las modifi= caciones quese le presentan. «Los estudios higiénicos han venido á utilizar hoy las inteligen= cias que en otro tiempo se estraviaban en las interminables cues= tiones de sistemas, escuelas y partidismo; y por eso vemos ope- rarse una reacion feliz en sus propósitos segun la cual elevándose el hombre del arte 4 un órden de ideas infinitamente superior y más práctico, propende á que la medicina por medio de una de sus ramas más importante: la higiene, preste los servicios valiosos 3 > Ls” que de ella se esperan y que si tanto valen, es debido á que se rela= 3 ciona con la salud pública. «Estoy convencido de que los servicios que en este centro se pres=. tan, son los más grandes que se pueden hacerá mi pueblo para aumentar el bienestar y la salud de sus semejantes, primera con- dicion del empleo de sus facultades y organismo. «La higiene pública debe despertarla mas profunda atencion, no solo en el médico sinó en todos los hombres de alguna instruccion $ que estén en aptitud de prestar servicios de alta importancia á su país, aconsejando á los encargados de la administracion pública y - nes. «A tal fin responde este ensayo de las condiciones de la provin- cia de Jujuy, la más apartada de los centros de estudio y de las im- —fluencias ventajosas del progreso diario de todas las ciencias. Como tiene grandeza y magestad en su naturaleza física, tiene tambien 34 ES ES lo al pueblo mismo medidas para el saneamiento de las boblació E j REVISTA DEL ARCHIVO 203 - Males endémicos que la afectan y que deben serestudiados con cui- dadoso empeño, para contribuir al adelanto combisado de todos los ramos del progreso humano». Hé aqui et informe del jurado: « Buenos Aires, Julio 17 de 1877. «Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina « Llenando la comision de que fuimos encargados, leimos con de- tenimiento el trabajo médico sobre la provincia de San Luis y he- mos creido que la Sociedad debe premiar este trabajo dando á su autor una Mencion Honorífica. « Las razones que nos inducen á opinar así son: que este estu- dio que abarca las condiciones cosmológicas que influyen sobre el organismo animal y esplican en parte las enfermedades que con más frecuencia se observan en aquella parte de la República, tiene una importancia práctica y puede servir de base para estudios su- cesivos más completos. «Sería de desear que los médicos de las otras provincias argenti- nas se dedicasen á estudios de igual naturaleza, los cuales ven- drían á llenar un vacío que se hace sentir en este ramo de las cien- Clas. « Dios guarde á usted muchos años. «Rafael Herrera Vegas. — Pedro F. Roberts. — P. 4. Mattos ». En la introduccion de la tésis que el Dr. Carrillo publicó en 1878, constan las palabras con que el Presidente de la Sociedad le entregó en sesion pública el premio acordado, como tambien la Opinion que sobre su trabajo hizo el Círculo Médico, quien le pre- mió con una medalla y un diploma. N* 36. Nota del Club Universitario de Montevideo solicitando pu- blicaciones. (Foja 168). No 37. Instalacion de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes. Co- municaciones. (Foja 169). 204 : ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA N” 38. Comunicacion del Sr. F. Solá sobre una conferencia pú blica en la Socredad Cientifica Argentina. (Fojas 170-171). N* 39. Camino de hierro Rig yhi-Hulm. Memoria presentada d la Sociedad Crentifica Argentina por Rómulo Ayerza. (Fojas 1 4A — Manuscrito original de 16 páginas. ds N* 40. El túnel de San Gotardo. Memoria presentadad la Socre- Se dad Cientifica Argentina por Rómulo Ayerza. (Fojas 189- -206). — 3 Manuscrito original de diez y siete páginas. Inédito. N* 41. Estado de los fondos de la Sociedad al 15 de Julro de 1887. (Fojas 207-211). N* 42. Renuncia del Dr. Pedro N. Arata del puesto de vocal de la Junta Direcirva. (Foja 212). N* 43. El Sr. M. Lagos es nombrado vocal y acepta este puesto. (Foja 215). N* 44. daa de la Biblioteca Pública de Buenos dares. (Foja 214). N* 45. Comunicacion del Dr. E. S. Zeballos proponiendo refor- mas del reglamento. (Fojas 215-216). | N* 46. El Sr. Flórencio sobre alquiler del local. (Foja 217). O a í 2 PASES OS PS TA A A N* 47. Sobre elanvento de una arma de fuego por el Sr. J. Lar- guía. Informe de la Sociedad. (Fojas 218-221). — El primer docu- mento que existe en este espediente es la solicitud del Sr. Larguía, pidiendo opinion sobre un sistema de armas de fuego que le valió una patente de invencion en 1877; dice así : a 1 Pi « Buenos Aires, Setiembre 29 de 1877. e A «ALSr. Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. rá « Habiendo obtenido patente de invencion por un sistema dear- mas de fuego, que creo uy conveniente para el uso del ejército y los particulares, tengo el honor de someter mi invencion al juicio REVISTA DEL ARCHIVO 205 del alto tribunal que ese honorable centro representa, porque sus fallos llevan impreso el sello de la ilustracion y la justicia para - nacionales y estrangeros. «Animado de estos mismos sentimientos, y con la esperanza de obtener aquellos, vengo á suplicar á la Sociedad Científica se dig- ne nombrar una comision que se ocupe de informar sobre mis ar- mas, haciendo de ellas un juicio comparativo con las de otros siste- mas, á fin de que se forme en el país y fuera de él, una opinion ilustrada é imparcial sobre la materia y cortar apreciaciones injus- tas con que se juzga muchas veces toda idea nueva, todo paso dado enel camino del progreso industrial. «Con tal motivo tengo el honor de saludar al Sr. Presidente con mi consideracion distinguida. «Jonás Larguta». d «Comision Directiva de la Sociedad Científica Argentina. « Buenos Aires, Octubre 19 de 1877. Pase á informe delos señores: coronel José Ignacio Garmendia á quien se pedirá se sirva prestar su concurso en este caso á la So- ciedad, y del sócio D. José Marcelino Lagos, dándose cuenta á la Asamblea de estos nombramientos. « GUILLERMO WHITE, « Presidente. «Estanislao S. Zeballos, « Secretario». El informe del coronel Garmendia, cuyo original se conserva, es el siguiente : Señor Presidente, etc. «He tenido el honor de recibir su muy atenta del mes pasado en la que me confiere el nombramiento con que la junta directiva de esa Sociedad ha tenido á bien honrarme. «Anteriormente á esta disposicion fuí nombrado por el Exmo. Go- bierno Nacional, en concurso con otros gefes para el mismo desti= nO, pero no pudimos dictaminar sobre el arma que presenta el se- E hor Larguía á consecuencia de tener presente la esposicion que 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA este señor hacía referente á las dificultades de construccion desu invento por no tener operarios á propósito para e á cabo tan noble empresa. «En vista de estas consideraciones elevamos una nota al señor Ministro de la Guerra pidiendo pusiese á disposicion del inventor el taller de armería del Parque, y una vez construida el arma allí, si los defectos que él atribuye á los malos operarios desapareciesen, podríamos entónces hacer el exámen científico y dictaminar al res- pecto. «Pero desde ahora diré á usted que jamás será una arma de guerra aunque fuese construida en los talleres europeos. Me voy á: permitir agregar aquí algo de lo que espuseen mi informe en 1873 sobre el exámen de los fusiles Martin Henry, Chassepot y Dreyse que me encomendó el gobierno de la provincia en esa fecha. «Como en esta esposicion que voy á tener la majadería de repe- tir, está sepuede decir el fusil del Sr. Larguía, la anticipo al dictá- men científico que reclama la Sociedad sobre este invento. «Los principales elementos de una arma de guerra son : la raya=- dura, que produce la rapidez inicial del proyectil, el mecanismo de obturación, la precision del cartucho y la apropiación del conjunto de las piezas mecánicas del arma á las exigencias del servicio mi- litar. Es preciso establecer una línea de demarcacion bien fija entre sus diferentes condiciones que son independientes unas de otras y persuadirse que no hay ninguna relacion entre la precision y la rapidez del tiro, porque una arma puede ser rápida y precisa sien- do peligrosa al mismo tiempo; tambien puede llenar todas la con- diciones dealcance, de rapidez, de precision y deseguridad, faltán- dole á todas esas buenas condiciones un excelente cartucho, ó no será propósito para soportar el activo servicio militar, así vemos que cada una de esas cualidades puede existir y en el caso que una arma reuna todas esas condiciones es la que se debe dar al ejér- cito. « Aplicando el exámen anterior al fusil del Sr. Larguía resulta á primera vista que la rapidez inicial del proyectil, es mínima por. carecer de rayadura el cañon del inventor, luego su alcance es ne- gativo, sa mecanismo de obturación es imperfecto, el cierre no es justo y el escape de gas se nota á la simple vista; en cuanto á la precision del cartucho se necesita un exámen detenido lo mismo que la apropiacion del conjunto de las piezas mecánicas del arma á las exigencias del servicio militar. La posicion del brazo derecho A 1 2 » RA a a A A RE a A Al - REVISTA DEL ARCHIVO 9207 al hacer fuego, tocando el resorte que deja escapar el percutor, es violenta y es preciso tener la práctica de la instruccion de las ar= mas para conocer como fatigan al soldado los movimientos más sencillos en que hay que tener el arma suspendida. La culata no responde á ninguna necesidad teniendo más ventaja ser de made- ra porque la mejilla apoya en el plano inquierdo cuando se hace fuego. Estas culatas las he visto empleadas en pistolas, escopetas, armas que son de lujo y nada mas; la espada de que está munido ese fusil, noes sinó una copia de la de los cien guardias de Napo- leon II, con la diferencia que aquella era una espada derecha y es- ta es un estoque completamente inadecuado al servicio militar» como lo era aqueila de construccion más sólida. « Estós son los principales defectos que se notan á primera vista en este fusil, y estimando altamente los talentos del Sr. Larguía que lo ponen en camino indudablemente de hacer algo mejor, le rogaría á este compatriota que, antes de presentar el arma de su invención, medite sobre ella y trate de reformar los defectos capi- tales de que adolece y entónces podremos dictaminar científica- mente sobre ella. Pues, ¿qué podríamos informar hoy sobre este fusil que no es rayado y cuya obiuracion imperfecta produce un largo escape de gas ? ¿Es acaso admisible un estoque por bayoneta ? «Concluyo Señor Presidente agradeciendo el honor que se me ha hecho y aunque este no es el trabajo que se reclama de mi temien- do que pudiera estar ausente, no he querido dejar de decir algo respecto del arma cuyo exámen se me pedía. « Reitero mis mayores consideraciones al señor Presidente. «José Ignacio Garmendia ». Por resolucion de la Comision directiva se pasó cópia del prece= dente informe al Sr. Larguía. N* 48. Comunicacion del Ingeniero Gurllermo White sobre pre- mios en la Exposicion de Filadelfia. (Fojas 222-223). N* 49. Comunicaciones de la Sociedad con la Bilroteca pública de Buenos Atres. (Fojas 224-228). N* 50. Comunicacion de la empresa de la Guia general de Comer- cio. (Foja 229). (Continuará. ) MOVIMIENTO SOCIAL Se ha aceptado el cange con las publicaciones siguientes : El Estudro (Méjico). — Revista del Paraguay (Buenos Aires). — Revista Argentina de Historia Natural (Buenos Aires). — Boletin de de Samdad Militar (Buenos Aires). — Revista Tecnológico-Indus- | trial (Barcelona). A fin de que los alumnos de la Facultad de Ciencias Físico-Ma- temáticas se familiaricen con el manejo de instrumentos y lleven: á cabo operaciones prácticas de topografía, observaciones astro- nómicas, etc., se trata de organizar comisiones formadas portalum- nos de dicha Facultad que, bajo la direccion de personas compe- tentes designadas en oportunidad por la J. D. lleven á cabo ejer= cicios prácticos adecuados. 1 La idea ha tenido aceptacion entre los sócios y es de esperarse que con buena voluntad se allanen las últimas dificultades. En la última asamblea ha sido elejido vocal de la J. D. el señor Tomás Chueca en reemplazo del ingeniero Molino Torres que re- NUNCIÓ. El 28 de Febrero último efectuó la Sociedad una visita á la fun- dicion que el señor Cadret posee en Barracas. Asistieron unos 80 sócios que salieron sumamente complacidos del estado de ade- lanto del establecimiento que contará en breve con grandes ele- mentos de trabajo. El ingeniero señor Pastor del Valle ha sido en- cargado por la J. D. de presentar el informe dando cuenta del re- sultado de la visita, que viene á inaugurar la série de las que se. efectuarán en este año. LISTA DE LOS da HONORARIOS Arteaga Rodolfo de... -— Ave-Lallemant, German Brackebusch, Luis... y Carvalho, José Cárlos de -Albarracin, Cárlos. Ameghino, Florentino. Antonini, Santiago. Arroyo, Rulino. Alvarez, Teodoro. Battilana, Máximo. _Berretta, Sebastian. Beuf, Francisco. Calvo, Edelmiro. Cerdeña, Fernando. «Colombres, Justo V. - Delgado, Agustin. Je Diaz, Adriano. Aberg, Enrique. Acuña, Demetrio G. Agote, Cárlos. Aguirre, Eduardo. Acrelo, Emilio C. Albert, Francisco. Aldao, Cárlos A. Alegre, Leonidas $. Almada Luis E. _Alrich, Francisco. Alsina, Augusto. - Amespil, Lorenzo. -Amoretti, Félix. Anasagasli, Federico. : Anasagasti, Ireneo. - Andrieux, Julio. Arata, Pedro N. E Araujo, Gregorio L. - Archavala, Francisco. -Arjas, Bonifacio. - Arigós, Máximo. — Arnaldi, Juan B. - Arteaga, Alberto de - Aubone, Cárlos. - Avenatti, Bruno. Avila, Delfin. Ayerza, Rómulo. Aguirre, Pedro. Albertollí, Giocondo. - Babuglia, Antonio. Badell, Federico V. - Bacciarini, Euranio. Barzi, . Cárlos Berg, A Ue Montevideo. Mendoza. Cordoba. Rio Janeiro. Netto, Ladislao.... Paterno, Manuel... Reid, Walter F.. Stróbel, Pellegrino Moncalieri (Italia) o. LA PLATA Diaz, Ernesto. Dillon, Alberto. -—Gianelli, José P. Glade, Cárlos. Guastavino, Ramon. Guido Lavalle, R. Lagos, José A. Landois, Emilio. Lanusse, Juan José. Maqueda, Joaquin. Martinez, Roberto. Maso, Juan. Meyer, Ernesto. Monteverde, Luis. Moreno, Francisco P. Palacio, Osvaldo. Pando, Pedro J. Pascalli, Justo. Perdomo, Eduardo. Perdomo, Domingo. Pita, José. Preiswerly, Lucas. Ramorino, Florentino Renon, Domingo. Rivera, Juan B. CAPITAL | Bahia, Manuel B. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Balbin, Valentin. Barabino, Santiago E. Barberan, Abelardo. Barra, Cárlos de la. Federico. Basterrechea, José. Bastianini, Egidio. Battilana Pedro. Becker, Eduardo. Belgrano, Joaquin M. Benavidez, Roque F. Benoit, Pedro. Bergadá, Héctor. Bergallo, Arsenio. Beron de Astrada, E. Besio, Silvio. Biraben, Federico. Blanco, Ramon C* 'Blot, Pablo. Brian, Santiago. Bosque y Reyes, F. Booth, Luis A. Bugni Félix. Bunge, Cárlos. Burgos, Juan M. Burmeister, Carlos. Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. | Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. | Cerri, Basarte, Rómulo E. Cadres, Jorge. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, José M. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Canale, Julio. Candiani, Emilio. Candioti, MarcialR. de Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. Caride, Estéban S. Carmona, Enrique. Carreras José M. de las Cartavio, Angel R. Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Alberto Casal Carranza, Roque. Cascallar, Joaquin. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo- Castilla, Eduardo. Castro, Rumon B. Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cejas, Agustin. César. Chanourdie, Enrique. Chapeaurouge, Cárlos. Chueca, Tomás. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. ... o». Dr: German Burmeister. —Dr. Benjamin A. Gould. —Dr.R A. 'Philippi. —Dr. Guillermo Rawsont Rio Janeiro. Palermo (1t.). Lóndres. Parma (Ital.). Romers, Julian. Sal, Benjamin. Seguí, Francisco. Sienra y Carranza, L. Spegazzini, Cárlos. Spotti, César. Tapia, Francisco, Tapia, Pastor. Trachia, Adolfo. Villamonte, Isaac. Weigel, Emilio C. Cobos, Francisco . ' Cobos, Norberto. Coghland, Juan. Coni, Pedro. Cominges, Juan de. Coronell, J. M. Coronel, Policarpo. Correas, Alberto. Corti, José S. Costas, Rodolfo. Courtois, U. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S. Cuenca, Felipe. Correas, Waldino. Campo, Leopoldo del. Darquier, Juan A. Dawney, Carlos. Dellepiani, Juan. Dellepiani, Luis J Diana, Pablo. Diaz, Abel. Diaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro. "Dillon Justo R. Dominguez, Enrique Domínico, Augusto G, Doncel, Juan A. : Duboureq, Herman. Duclout, Jorge. -Durrieu, Mauricio. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, "Estevan F. Echagúe, Cárlos. Eizaguirre, Ignacio. Elguera, Eduardo. Elordi, Alberto. Elordi, Marlin. Escobar, Justo Y. Espinosa, Adrian, Esquivel, José. Estrella, Guillermo. Etcheverry, Angel. Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fernandez, Daniel. Fernandez, Honorato. Fernandez, Ladislao M. Fernandez. Pastor. Fernandez Blanco, €. Ferrari, Rómulo. Ferrari, Santiago. Ferrer, Jorge F. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Forgues, Eduardo. Frogone, José l. Frogune, José V. Fuente, Juan de la. Funes, "Lindoro. -Gainza, Alberto de. Gallardo. Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Garcia, Eusebio. Garcia, Francisco J. Gastaldi, Juan F. Gayangos, Julio E. de Gentilini, Pascual, Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José... Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gioachini, Arriodante. Girado, José 1. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gonzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Daniel M. Gramondo, Ernesto. Guerrico, José P. de Guevara, Ramon. Guevara, Roberto. Guglielmi, Cayetano. Gúnther, Guillermo. Gutierrez, José Maria. Haft, Federico G. A. Hainard, Jorge. Herrera Vegas, Rafael. Holwmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. Hughes, Miguel. Huidobro, Luis. Inurrigarro, T. M. José Irigoyen, Guillermo. lsnardi, Vicente. lturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. - Iturbe, Octavio. Isnardi, Daniel. Jacques, Nicolás. LISTA DE SOCIOS (Continmacion) : Jaeschke, Victor. E Jasidakis, Juan. Jauregui, "Nicolás. Jaureguiberry Enrique Koslowsky, Julio. Krause, Olto. Krause, Eduardo. Krause, Domingo. Kyle, Juan J. e Labarthe, Julio. Lafferriere, Arturo. Lagos, José M. Langdon, Juan A. Languasco, Domingo. Lanús, Juan. C. Larguía, Carlos. Lavalle, Francisco. Lavalle, José F. Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Lecureux, Gaston. Leon, Rafuel. Limendoux, Emilio. Lizarralde, “Ramon. Lopez Saubidet, Ea Loudet,.Osvaldo. Llosa. Alejandro. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velazco, Sdor, Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Lynch Arribálzaga. F. Lagos, Bismarck. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Mallol, Benito Mandino, Oscar. Manterola, Luis €. Mañé, Cárlos. Marini, A. Marino, José. Martinez, Carlos. E. Maschwitz, Cárlos. Massini, Cárlos. Mattos, Manuel F. de. Maza, Videl. Medina y Santurio, B. Medina, Arturo J. Mendez, Teófilo F. Mendoza, Juan A. Meza, Dionisio (€. Mezquita, Salvador. Maupas, Ernesto. Molina Civit, Juan. Molina Salas, Cárlos. Molinari, José. Molino Torres, A. Mon, Josué R. Moneta, José. Montes, Juan A. Moog, Fernando. Moores, Guillermo. Morales, Cárlos Maria. Mors, Adolfo. Moyano, Cárlos M, Murzi, Eduardo. Mendez, Teófilo F. Matienzo, Emilio. -Nocetli, Domingo. Nocetti, Gregorio. Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel S. Ochoa, Juan M, Ojeda, José T.- A e Cárlos C. Olmos, Miguel. Oribe, Francisco. Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi. Juan B. Oyuela, Wenceslao. Otamendi, Juan B. 0'Donell, Alberto €. Padilla, Emilio H. de - Palacios, Alberto. Palacio, Emilio. Paguet, Cárlos, Pawlowsky, Aaron. Pelizza, José. Pereyra, Horacio. Pereyra, Manuel. Petit de Murat Czar. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Pedro. Pico, Octavio S. Pidelaserra, Jaime. Pirovano, Ignacio. Pirovano, Juan. Posadas, Vicente. Pons, Miguel B. Puyrredon, Honorio. Pozzo, Segundo. Puig, Juan de la Cruz. Puiegari, Pio. Puiggari, Miguel. M. Palacios, A¡pnerto. Pico, Pedro P. Quadri, Juan B. Quesnel, Pascual. Quijarro, José A. Quintana, Mariano. Quiroga, Atanasio. Ramallo, Carlos. Ramirez, FernandoF. Ramos Mejia, Hdefso P Rams, Estevan. Rapelli, Luis. Rebora, Juan. Repelto, José. Riglos, Martiniano. Rigoli, Leopoldo. Robin Rafael, P. Rodriguez, Fermin. Rodriguez, Eduardo 5. Rocamora, Jaime. Rodriguez, Andrés E. Rodriguez, Luis €. Rodriguez, Martin. Rodriguez, Miguel. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix... Romero, Armando. Romero, Alfredo. Romero; Cárlos L. Rosetti. Emilio. Rospide, Juan. Ruiz de los Llanos R. Romero, Alfredo. Recalde, Felipe. Renaud, Eugenio. Romero Emilio. Romero, Luis C. - Saccone, Enrique. Sagastume, Demetrio. OS José. -M. Mi Unanue, Ignacio. : a | Urraco, Leodoro G. | Victorica y "Sone a, ms A ee | Zavalia, Salust a Estabis a Salas, Julio S. Salvá, J. M. Sanchez, Emilio J. Sanchez, Matias. Sanglas, Rodolfo. Señorans, A Saralegui, Luis. Do le Sarhy, José. V e 0 Sarhy, Juan E Scarpa, José. , - Schickendantz, Emilio, y A - Schmitt, Hans. - Schróder, Enrique. | Schwartz, Felipe. el Schwartz, Mauricio. Selstrang, Arturo. Senillosa, Juan A. 0 Serna, Gerónimo dela E Seurol, Alfredo. ; Schaw, Arturo E, Schaw., Cárlos E. Silva, Angel. Selva, Domingo. I ñ9 Senillosa, Juan. pc Silveira, Luis. oe Simonazzi, Guillermo. Sirven, Joaquin. Sota, Alberto de da Soto, José María. | Spika, Augusto. e Stavelius, Federico.» - Stegman, "Carlos. Súnico, Víctor. Taboada, Miguel A. Taurel, Luis. Tedin, Virgilio. Tessi, Sebastian T. Thedy, Héctor. Thompson, Valentin. Torino, Desiderio. Tornú, Elias. Treglia, Horacio. Trifoglio, Ricardo. Ge | Tressens, José A. Tzaut, Constante. a A Valerga, Oronte AS Valle, Pastor del. Je Varela Rufino (t ) Vedoya, Joaquin -Vernaudon, Eu Victorica y Urqu Videla, Baldon Viglione, Luis A Mare Vinent, Ar bro: Palo Zamudio, Eugenio Zeballos, Esta Zunino, Enriq EDAD CIEN ARGENTINA ———— > E Ñ———— COMISION REDACTORA a o a De" CÁrLOS M. MORALES. A SOC Fe tario... Señor ANGEL GALLARDO. Di Ingeniero MANUEL B. BaAHia. "Wocales 010000 De ATANASIO QUIROGA. ES Ingeniero JORGE DUCLOUT. (La Comision Redactora se reune todos los Lúnes á las 8 p.m.) ABRIL DE 1891. — ENTREGA IV. — TOMO XXXI PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, VICTORIA, 1492 (2 piso), Y PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, er la Ciudad...... on .ns $ m/a Xx » Un semestre.. ....ooooooooooooorossos o Aa NEO) UA alas salsa als ae ela sa » 10 » Por mes, fuera de la Ciudad.. » 1.50 porentrega La susericion se paga anticipada x—___—-— o — "BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS E -680 — CALLE PERÚ — 680 1891 AN de lási Wi PS E EN JUNTA DIRECTIVA larestuente ide De" CárLOS M. MORALES. Vice-Presidente 1” Ingeniero EDUARDO AGUIRRE. Id. 2 Ingeniero Juan F. SARHY. EN SecretariO........ Señor ÁNGEL GALLARDO. 0 Tesorero NoE Capitan SALVADOR VELAZCO LUGONES. | Ingeniero MarciaL R. CANDIOTI. : | Señor MIGUEL ITURBE. . Vocales. aan ngemero BENIEO 'MALEOr: o : [Señor CARLOS WAUTERS. IN Señor Tomás CHUECA. E ON INDICE DE La PRESENTE ENTREGA I. —LA FUMACIÓN CARBONÍFERA DZ LA REPÚBLICA ARGENTINA, por al Dr. Carlos Berg. de 11. —LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA Y EL CONOCIMIENTO DEL ! ESPACIO (Continuacion), por Jorge Duclout. III. — INFORME SOBRE LA CLOACA LIQUEFACTORA, presentado á la Socie- dad por los señores Dr. Atanasio Quiroga, arquitecto Juan A. Buschiazzo é ico Carlos Echague IV. — REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (Continuacion), por Marcial KR. Candioti. V. — MOVIMIENTO SOCIAL. A LOS SÓCIOS Se ruega á los señores sócios comuniquen á la Secreta= ría de la Sociedad su ausencia, cambio de domicilio, etc., | y cualquier a EnNe) OA de los: Anales ó cobro de la cuota. 2 Se ruega tambien á los que tengan en su poder obras prestadas pertenecientes á la Biblioteca de la Sociedad, se sirvan devolverlas á la brevedad posible, á fin de anotar las en el catálogo que en breve a o. 0 en LOs suplementos sucesivos. LA - FORMACIÓN CARBONÍFERA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA POR EL Dr CARLOS BERG Miembro honorario de la Sociedad Científica Argentina La Prensa de Buenos Aires, en su retrospecto político, noticioso y estadistico de 1890, del 1? de Enero de este año y en el resúmen que trata de las Ciencias Naturales, revela un hecho importantí- simo para el país: el descubrimiento de la formación carbonífera en la República Argentina. La comunicación de esta nueva la hace en los términos siguientes : «En primer lugar debe notarse el importante descubrimiento de la formación carbonífera en la República Argentina. «Hasta ahora no hubo pruebas evidentes de su existencia: va- - rios autores la adiaitían, basándose sólo en presunciones subje- tivas, y otros “la confundían con la formación rética, teniendo muestras de carbón pertenecientes á ésta y no á la formación car- bónica. «Las muestras de esta última fueron recogidas en Retamito, en la provincia de San Juan, por el Reverendo Padre Fernando Meis- ter, y enviadas para su estudio al Dr. Cárlos Berg. «Este último, reconociendo su importancia, las transfirió al es— pecialista en este ramo, el profesor Dr. Ladislao Szajnocha en Cra- - covia, que en el mes de Diciembre debe haber publicado el no- - table descubrimiento en los Anales de la Imperial Academia de Viena. «En una estensa carta dirijida al Dr. Berg, habla de la importan= cia del descubrimiento y de las diversas especies de vegetales fó- ANAL, SOC. CIENT. ARG. T. XXXI 14 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA siles que le ha enviado. De allí sacamos el párrafo siguiente. Los fósiles son, por lo que yo sepa, las primeras plantas indudable-- mente carbónicas de la República Argentina, y este descubrimien- to, además de la importancia científica, ha de tenér su valor prác- tico para la minería argentina, pues, allí hay ahora una base real y racional para la busca de la hulla ó verdadero carbón de piedra en ese país ». Así rezaba la comunicación de La Prensa. Se debía esperar que ella hubiera sido acogida con ufanía por toda la prensa diaria, dada la importancia que encierra y el im- terés que tenía que despertar. Nada de esto parece haber suce- dido. Absuelvo la prensa de toda la culpa. ¿Quién puede infor- marse con detalle de un Retrospecto de 28 páginas del grandor de las de La Prensa y dadas de un golpe, además de las 8 cotidia- nas? Por otra parte, no se esperan novedades de especial alcance en resúmenes retrospectivos, que, como lo imdica su nombre, tienen por objeto sólo repetir en términos breves lo anteriormente observado y escrito. | Soy yo el culpable. Había reservado la importante nueva para el Retrospecto de La Prensa, en la cual ha quedado. Pero me corrijo hoy, en vista de la importancia del asunto, y lo llevo ante la Sociedad Científica Argentina, que le sabrá dar la divulgación y el mérito que le corresponda. El hecho del descubrimiento de la formación carbonífera en la República Argentina, queda designado en las líneas de introduc- ción de este pequeño trabajo; sólo agregamos algunos detalles para su ampliación. | Las muestras de las plantas fósiles fueron coleccionadas en las minas de carbón de Retamito, en San Juan, cerca de la Estación del mismo nombre; minas entonces pertenecientes á los señores Caballi y C*. Al Reverendo Padre señor D. Fernando Meister, Di- rector del Seminario Conciliar de San Juan, con quien he tenido re- laciones científicas y amistosas en Buenos Aires, y que conserva aún su vivo interés por las producciones de la naturaleza y las ciencias correspondientes en su actual residencia, le debemos la colección de estas plantas fósiles. : El señor Meister me comunicó las muestras de plantas fósiles, pidiendo su clasificación. Reconocí la importancia del hallazgo, pero no me fué posible la determinación de las especies, por falta de ciertas obras paleontológicas y el material de comparación ne- LA FORMACIÓN CARBONÍFERA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 911 cesario. Tuve en vista al profesor Dr. Ladislao Szajnocha, Direc- tor del Gabinete Geológico de la Universidad de Cracovia, el cual, como especialista en la materia, podía resolver de la manera más «satisfactoria todas las cuestiones referentes á la formación geoló- gica y las especies de los restos vegetales. El mismo naturalista ya había hecho en el año 1888 dos trabajos de sumo interés y relacionados con la Geología y Paleontología de la República Ar- gentina (1). El Dr. Szajnocha, después de haber examinado las muestras enviadas, me dice en una carta lo siguiente : «Tengo que agradecer á Vd. su envío de una manera muy es- pecial. Creo que estos restos vegetales, por la determinación de la formación á que pertenecen, serán de doble interés é importan- cia para Vd. y la Geología de la República Argentina. Es á saber que son plantas carbónicas: Archaeocalamites radratus BRONEN., -Cordaites bananifoltus BroncN., un Lepidodendron (probablemente nueva especie), una especie dudosa de Rhaeopteris, en mal estado de conservación, y el tallo de un helecho ó Cicadima apenas de- terminable. : «Aunque el material conste de pocas especies y se halla en mal estado de conservación, sin embargo, bastan Archaeocalamites, Cordartes y Lepidodendron, considerando al mismo tiempo el há- bito petrográfico, para la determinación completa y exacta de la formación carbonífera, y muy probablemente, de la división infe- rior de la misma. «Hasta ahora no se conocía la formación carbonífera paleontoló- gicamente atestiguada en la República Argentina, como Vd. bien lo sabe por la grande obra del profesor SrELZNER. Las opiniones an- teriores relativas á ella y emitidas por BURMEISTER y RICKARD se basan en parte en conjeturas subjetivas sin pruebas, en parte en hallazgos de carbón no perteneciente á la formación hullera sino á la rética. Los fósiles de Vd. son ahora, por lo que yo sepa, las primeras plantas indudablemente hulleras de la República Ar- gentina, y este descubrimiento, además de la importancia cientí- fica, tendrá su valor práctico para la minería argentina, pues, las (1) SzavocHa, Dr. Lapistaus, Ueber die von Dr. Zuber im Súd-Argentina und Patagonien gesammelten Fossilien. — 1d. Ueber fossile Pflanzemreste aus Ca= cheuta in der Argentinischen Republik. (Sitzungsberichte d. Kais. Akademie d. Wissenschaften in Wien. chathem.—naturid. Classe. Bd. XCVIL. -Ablheil. I., 1888). ; 912 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA investigaciones futuras acerca de la hulla ó verdadero carbón de piedra, ya tienen encontrada la base verdadera y racional ». El Dr. Szajnocha pidió varios datos sobre las minas de Reta-- mito, nuevas muestras de fósiles y mi consentimiento para la pu- blicación del considerable descubrimiento en los Anales de la Im- perial Academia de Ciencias de Viena. Del Padre Meister obtuve los datos deseados y también el resto de los fósiles que poseía ; ellos habrán servido al profesor Szajnocha para su interesante tra- bajo. Antes de obtener los primeros fósiles del Padre Meister, ya los señores Caballi y C?, en una visita que me hicieron por asuntos de su carbón de piedra, tuvieron la fineza de prometerme un envío de fósiles hulleros de Retamito; promesa que fué renovada en otra ocasión. Estos fósiles nunca llegaron, ó bien pasaron á otras manos, si no estoy mal informado. Los señores Caballi y C*, ven- dieron la propiedad de sus minas, y éstas se hallaban últimamente abandonadas, á causa de cuestiones jurídicas suscitadas entre vendedores y com prad Ores. Al terminar mi comunicación, no dudo que la demosirodN de existencia de la formación carbonifera en la República Ar- gentina le abrirá pronto nuevas fuentes de industria, en prove- cho del progreso y bienestar del país. Yo por mi parte me consi- deraría bien venturoso, si en algo hubiera contribuido para el adelanto de un país, al que debo tantas consideraciones y para el cual tengo recuerdos muy gratos. ' Montevideo, 26 de Marzo de 1891. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA ,ETC. POR Joror DUSLOUT Fig. 32 Pra Ro Pa 0 SR 3 nd PAS? es , y a . 5 yy E a a my y e a ELA EAN: y . -- E a E Pp UGR Alo ic lips rl na ia EA 1 dre TAO X AS yl LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA,ETC. FOR dor: DUCLOUT PE OS AS y MAP ios Dv Ñ k o ANO AA ¿ E BON 1 Gone farma! Repara A A e pi e ” s M4 ” ps Y La E e Y Ñ ¿l NY TEA dee 1 LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRIA,ETC. For doroz DUCLOUT ADN, LAN Epia RS A ini series ob ps A 0 po or ha pera A J A AA NM A pa INAP IRA A Ate DES e. La % » » y qe e mero rn PI AE an CTA a 1 Y E , Ú 4 E e / É ( y > Ye y sl añ > , AL ee! 145 ds Ass e 0 A A AR dd PRO Ud A A mia po qt ot reel a de rc » LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA Y EL CONOCIMIENTO DEL ESPACIO POR JORGE DUCLOUT Ingeniero civil, etc. CONFERENCIA DADA EN LOS SALONES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA EL 15 DE AGOSTO DE 1890 (Continuacion) La sola diferencia entre ambas geometrías, consiste en que en el “plano, existe un círculo del infinito real en el caso de la geome- tría hiperbólica, cuyo círculo no existe en el caso de la geometría elíptica; en el espacio, existe una esfera del infinito en el caso de la geometría hiperbólica, la que tampoco tiene existencia real en el caso de la geometría elíptica. Ahora se comprende que para dar objetividad á los elementos imaginarios tuvimos que considerar primeramente las propiedades fundamentales del círculo del infi- nito, y que en geometría elíptica no encontramos tales elementos, pues no existía esfera, del infinito en la parte propia del espacio considerado, ya que todos los elementos (rectas, planos, etc.), se cortan en puntos situados á distancia finita. Y por la misma razon, no se puede dar existencia objetiva á los elementos imaginarios en geometría euclideana ó parabólica, pues esta es un caso límite de la geometría esférica, y el círculo (en el plano), ó esfera (en el espacio) del infinito se manifiesta en una forma singular que no permite descubrir con facilidad todas sus propiedades. Esta misma es la razon que nos obliga á penetrar más en el fon- do del estudio de la geometría hiperbólica, para encontrar en ella una solucion completa de la geometría proyectiva, cuya solucion nos esplicará todas las singularidades de ciertas partes de la geo- 914 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA - metría euclideana, cuando deduzcamos esta última como caso lí= mite y de transicion de la geometría elíptica ó de la hiperbólica, haciendo el cuadrante igual al infinito. Perspectiwas en el plano y en el espacio. — Antes de seguir el es- tudio de la figura tan interesante obtenida en el párrafo anterior, observaremos que un punto arbitrariamente elejido de un plano, puede considerarse como centro del círculo ai infinito de dicho plano; si en este punto trazamos una normal al plano, y junta=- mos mediante rectas un punto al infinito de aquella normal (1) con todos los puntos del círculo del o», cuyo centro es el pié dela normal, obtendremos una superficie llamada cono circular, cuyo vértice es aquel punto; la perpendicular al plano es el eje del cono, las ree- tas que forman la superficie son las generatrices del mismo; todo plano que pasa por el eje es un plano diametral, y tal plano corta la superficie del cono segun dos o simétricas con rela- cion al eje. Toda seccion del cono por un plano es una cierta curva que se llama seccion cónica; cuando el plano secante es a al eje, la seccion cónica se nal á un circulo. : El diámetro del círculo así obtenido puede variar desde cero, cuando el plano secante pasa por el vértice, hasta el 1mfimito cuando su distancia al vértice es infinitamente grande. Si se considera una figura trazada en un plano secante y todos sus puntos unidos por rectas con el vértice, como este puede siem- pre considerarse como interior á una esfera de radio un cuadrante, es decir á cualquier otro plano (2), todas las rectas que salen del vértice cortan aquel otro plano en ciertos puntos que se llaman las imágenes ó pr 0yecerones de los puntos de la figura considerada, y. las dos figuras mismas se llaman 2mágen, proyeccion ó perspectiva una de otra; así, el círculo es la proyeccion de una seccion cual- quiera del cono considerado y recíprocamente. (1) La demostracion que sigue no requiere absolutamente que este punto se en- cuentre en el infinito; lo admitimos para simplificar el discurso, y porque no cambia nada á la generalidad de los resultados obtenidos. (2) Véase Capítulo IV, Formas conjugadas, ó polares, absolutas en el espacio. La demostracion al final de aquel párrafo, de que una recta y un plano se cortan siempre, se estendería con suma facilidad al caso considerado de la recta no cer— rada; solo que ahora, en geometría hiperbólica, las intersecciones pueden ser reales ó imaginarias segun sean interiores ó exteriores á la esfera del infinito. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 215 La figura que se proyecta se llama tambien original en opos1- - cionála otra que es su imágen. El vértice del cono se llama -1gualmente centro de proyeccion, el plano de la imágen plano de proyeccion. Para obtener la proyeccion de una recta se trazan todas las rec- tas que van del centro de proyeccion á la recta; estas forman un haz plano, ó radiacion plana, y cortan el plano de proyeccion se- gun una segunda recta imágen de la primera, que es la intersec- cion, con este, del plano de la radiacion; la recta y su imágen se cortan en un punto que es el punto de interseccion de la primera con el plano de proyeccion, ó sea, su (raza en este plano; y esta traza se encuentra evidentemente situada sobre la recta de inter- seccion del plano de la figura y del de proyeccion ó sea, sobre la traza del plano de la figura en el plano de proyeccion. Asi queda establecido que la recta AB que une dos puntos y la -.A“B” que unesus proyecciones se cortan siempre sobre la recta s traza del plano de la figura en el de proyeccion, cuya recta se llama eje de perspectiva. Si se abate el plano II de la figura en el, - 11” de proyeccion, al rededor de su intersección como eje, esta pro- piedad subsiste. Pero, además, las rectas AA', BB”, CC.', etc., que antes del aba- timiento pasaban todas por construccion, por un mismo punto, el centro de proyeccion, siguen gozando de la misma propiedad, y se cortan todas en un cierto punto O' (1). En efecto, sean ABC y A'B'C” (fig. 38) dos triángulos perspectívicos uno de otro, y s el eje de perspectiva. Los lados AB y A'B” se cortan en un punto $, del ejes; asímismo, BC y B'C” se cortan en S,, y CA y C'A' en S,. Si nos representamos, en el espacio, tres planos S,AA”, S¿BB' y S¿CC', estos tres planos formarán las tres caras de un ángulo _triedro, y los triángulos ABC. y A'B'C/' serán las intersecciones de este triedro por dos planos, cuya intersección es s. Las tres aristas AA', BB! y CC” se cortan en el vértice O' de este triedro, y pro- yectando el todo sobre el plano de proyeccion vemos que las tres rectas en cuestion concurren efectivamente al mismo punto. Dos figuras que gozan de la propiedad anterior se llaman pers- pectivas una de otra, aunque situadas en el mismo plano; elemen- (1) Puede verse de otra manera la exactitud de lo que sigue: suponiendo que al abatir un plano en el otro el centro vaya poco á poco acercándose á uno de los planos, en el límite los dos planos se confunden, y el centro cae en ellos. 916 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tos como A y A” se llaman homólogos y se ve que rectas homólogas secortan sobre el eje de perspectiva, y rectas que unen puntos ho- mólogos pasan por el centro de perspectiva; el eje de perspectiva y el centro son perspectívicas de sí mismo: son elementos dobles. Conociendo el centro 0”, el eje s y dos puntos homólogos A y A”, toda la perspectiva está determinada: se obtiene el punto B” cor- respondiente á otro B trazando AB que corta el eje $ en un punto S; O'B y A'S se cortan en B'. Lo mismo sucederá si en lugar de conocer dos puntos homólogos, se conocieren dos rectas homólo- as, como a ya', que se cortan sobre el eje s, pues todo radio. ») Y : por el centro 0” corta a y a” en dos puntos homólogos A y A”, lo que reduce el problema al caso anterior. Tres pares de puntos ho- mólogos determinan igualmente el problema, como se ve por la figura 38. Las propiedades anteriores se estienden fácilmente al espacio de tres dimensiones: Considérese un punto € como centro de perspectiva, y un plano Y como plano awral de perspectiva. Sean ABC y A'B*C” dos triángulos en el espacio tales que AA”, BB” y CC” pasen por €, y que sus pla- nos se corten en el plano 2 segun una recta s. Entónces, podemos determinar un punto D' correspondiente á un cuarto punto D ar- bitrariamente elejido, de tal manera que DD” pase por €, que ade- más las rectas AD y A'D”, BD y B'D', CDyC'D” se corten en el plano 2, y que dos planos homólogos como ABD y A'B'D' se corten tambien en este plano. En efecto, primero, es claro que rectas como la AB y la AB” se cortan en un punto Sy de la traza s en el plano *, cuyo punto $,» es la interseccion de s con el plano CAB A'B”. Si trazamos AD esta recta cortará el plano Xen un punto Sa; el punto Sa. y la recta CA'S, A determinan un plano que corta el * segun una recta Saa, que pasa por la traza S del rayo proyectante CD, y, en este plano, la recta Saa A” determina en su interseccion con CD el punto bus- cado D”. El simple exámen de la figura es suficiente para hacer ver la exactitud de lo espuesto. Si se describe una figura cualquiera en el espacio y se le cons- truye por el método que precede, punto por punto y recta por recta, la figura homóloga, se dice que esta última es un modelo perspec- tívico de la primera, ó simplemente una perspectiva á tres dimen- siones de la primera. Como á cada punto del espacio corresponde LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 27 un punto homólogo, puede considerarse el conjunto de estos últi- mos puntos como formando un espacio aparte del primero ó, como se dice, un espacio perspectívico de este, cuyo dos espacios son cada uno la proyeccion, modelo, ó imágen del otro, para (como centro y * como plano axial de perspectiva. Los elementos de X son su propia perspectiva, se confunden con sus homólogos, lo que se espresa tambien diciendo que: dos espacios perspectivicos se cortan segun un plano, que es el plano axial de perspectiwa (1). En el espacio original podemos, por ejemplo, figurarnos todos los pun- tos equidistantes unos de otros, su densidad constante: entónces, en el segundo esta densidad variará de un cierto modo; á los cuer- pos del primer espacio corresponderán ciertos cuerpos del otro cuyas formas se obtendrán por perspectiva. Al hacer una perspectiva, sea en el plano ó bien en el espacio, todas las promedades de posicion que existen en la figura original se conservan en su imágen, y reciprocamente: si tres puntos de la una están en línea recta, sucederá lo mismo con sus homólogos; si tres rectas pasan por el mismo punto, si una línea es tangente á otra ó la corta en un cierto número de puntos, todas estas pro- piedades se conservan en perspectiva, pues los rayos ó planos proyectantes, de los puntos, rectas ó líneas consideradas forman superficies cónicas ó radiaciones de las figuras consideradas que poseen tantos elementos comunes ó dobles como los originales, y por consiguiente todo plano secante corta á tal radiacion segun figuras que tienen estos mismos elementos comunes ó do- bles. : Todos los circulos son perspectwwas del. circulo del anfimito. Po- laridad en el plano y en el espacio. — Podemos, segun lo que pre- cede, considerar cualquier circulo del plano como perspectiwa del circulo del infimto;!las dos secciones cónicas tienen mismo centro, que es el centro de perspectiva; y el eje de perspectiva es la polar absoluta de este centro. En efecto sea €, el círculo del infinito y €” otro círculo arbitra- riamente elejido en el plano, con centro en O (fig. 40). Sea OA” un radio cualquiera a, de €”; si queremos considerar (' como perspectiva de C;, la tangente en A” y la tangente en A (intersec- cion de a con €, en el sentido OA”), han de cortarse sobre el eje de (1) Véase capítulo V, Consideraciones históricas, la nota sobre la cuarta di- mension. 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA perspectiva; pero ambas tangentes son normales á la recta a, y. por consiguiente se cortan en su polo absoluto P,. La distancia OP, es un cuadrante. De la misma manera se vería que si B' es otro punto cualquiera de C/, las tangentes en B y B' se cortan en el polo P, de la recta OB'B = 0, y que la distancia OP, es igual á un cuadrante. En una palabra, las tangentes en los puntos homólogos se cortan sobre un círculo, el de los P,, P,, etc., que tiene por centro O y por radio un cuadrante, es decir, sobre la recta o que es la pull absoluta del centro 0. Así vemos primeramente, que: so una recta a gira al rededor de un punto fijo O, su polo describe la polar o del punto fijo. La recíproca de este teorema se demostraría exactamente de la mis- ma manera que en geometría elíptica; si P, es un punto de o, su distancia á O es un cuadrante, y por consiguiente, O es un punto de su polar. De suerte que podemos enunciar aquí el mismo teo- rema ya encontrado en geometría elíptica (1). Los polos de un haz plano de rectas se encuentran en la polar del sosten ó vértice del haz, y reciprocamente, las polares de los pun- tos de una linea recta, ó sea de una punteada, se encuentran en el polo de la recta considerada sosten de dicha punteada. : La polar de? punto de Anterseccion de dos rectas es la recta de umion de sus polos, y reciprocamente. La generalización para el es- pacio es evidente; encontramos aquí, como tambien en geometría elíptica, que : Los planos polares de los puntos de un plano forman una gerba de planos que tiene por vértice ó sosten, el polo de aquel plano y recíprocamente. Si un plano gira al rededor de una recta describiendo un haz de planos, cuyo sosten es aquella recta planeada, su polo describe una recta punteada, la polar del sosten del haz, y recíprocamente. El plano polar del punto de w1nterseccion de tres planos es el plano que pasa por sus tres polos. : La distancia de dos elementos polares uno de otro es constante é igual á un cuadrante. Hubiéramos podido deducir directamente todos estos teoremas de la propiedad subjetiva que encontramos de que el plano es una 11) Véase capítulo IV, Polaridad en el plano.—Polo y plano polar absoluto.— Rectas conjugadas 6 polares absolutas. — Formas conjugadas 0 polares abso= lutas en el espacio. —Figuras polares recíprocas absolutas. — Dualidad é m- version en el espacio absoluto. E iS LOS FUNDAMENTOS VE LA GEOMETRÍA 9219 esfera con radio igual á un cuadrante; al encontrar esta propiedad al principio de este capítulo, hemos observado ya, que la exactitud delos teoremas de la geometría elíptica en la geometría hiperbó- -—lica se deduce directamente de ella: pero no nos parece supérflua la repeticion de estas demostraciones que se ofrecen ahora bajo un punto de vista tan natural, y distinta en apariencia del anterior. Pero volvamos á nuestra perspectiva y á la figura 40. Dos rectas homólogas cualesquiera, como AB y A'B”, se cortan tambien so- bre la polar o, pues ambas son normales á la bisectriz OC” =c del ángulo A'OB” que parte por mitad los segmentos AB y A'B”, y concurren pues en el polo P. del radio c, cuyo polo se encuentra precisamente sobre la polar o, como resulta del mismo raciocinio anterior. De tal suerte, queda completamente probado el teorema enun- clado al principiar este párrafo. Ahora bien, siendo las propiedades de dos figuras perspectivi- cas, propiedades de pura posicion, encontramos en una perspec- tiva, como la estudiada, un método gráfico que nos permite estu- diar, visible y objetivamente á la vez, las propiedades de los ele- mentos reales é imaginarios del espacio. Con este objeto, trazaremos en un plano un círculo cualquiera, yy lo consideraremos como la imágen ó perspectiva del círculo del infinito; todas las propiedades de posicion demostradas para este se verificarán en su imágen y recíprocamente. Podremos así obte- ner conjuntamente las propiedades métricas de toda figura tra- zada en el plano, y las propiedades de posicion no solo de cual- quier circulo, sinó tambien de cualquier seccion cónica en el plano considerado. En el espacio tomaremos como perspectiva de la esfera del in- finito, una esfera cualquiera, que nos permitirá estudiar á la vez las propiedades métricas de todas las figuras del espacio, y las propiedades de posicion de todas las superficies que se obtienen como modelos perspectivos de una esfera, cuyas superficies se llaman: de segundo órden y clase, por razones que veremos más adelante. Es evidente que el desarrollo completo de tal estudio saldría completamente de los límites de nuestro trabajo; así que nos con- cretaremos á los puntos que se ligan directamente con su ob- jeto: los fundamentos de la geometría y la teoría de la medi- cion. 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ld perspectivica del polo y de su polar absoluta. =—- Sea 2 (fig. 41) un círculo cualquiera, imágen del círculo del infi=- nito, y b una recta real que pase por un punto real P,. Siendo b- real, es decir, interior al círculo Y, ella corta el círculo del infi= nito, ó mejor dicho, su imágen *, en dos puntos M,, y M». Las tangentes al circulo del abmito en My, y M., son normales á b (1), y se cortan pues en su polo P,, punto de interseccion de todas las normales á b. Las imágenes de estas tangentes, son las tan= gentes tip y lo al circulo Y en My, y Ma. Trazándolos obtenemos en su intersección P, el polo de b. Toda recta que pasa por P, es la: imágen de una recta normal áb, en el plano original, cuya pers- pectiva estamos dibujando; diremos que es una recta normal á b, para abreviar el discurso. El punto P,, situado fuera del círculo del infinito Y, es bien un punto imaginario, en el sentido de que ningun movimiento real nos puede conducir hasta P,, desde la parte real del plano, situada al interior de %, las tangentes ty, y t¿ son dos rectas isótropas, y vemos que pasan dos rectas análogas por cada punto imaginario: son las dos tangentes trazadas ono este panid al circulo del i 10-> finito. Triángulo auto-polar. — Juntemos P, P, por una recta c. Esta recta es real, pues tiene un punto P,, situado en el interior del círculo del infinito Y; corta pues, dicho circulo en dos puntos M;. y Mo.. Las tangentes, ti. y foo, al círculo del infinito en M,. y Me. son normales á la recta c, y se cortan en su polo P.; como e pasa por P,, resulta que su polo P. debe encontrarse sobre la polar b de P,.. Las dos tangentes ti. y la se cortan pues en un punto P, de la recta b. Finalmente, la recta que une P, con P., y que designaremos con a, es la polar del punto de intersección P, de las polares 6 y e de los dos puntos que une. Los tres puntos P,,, P,, P. forman un imángulo autopolar; en este triángulo, cada vértice es el pelo del lado opuesto, y cada lado es la polar del vértice opuesto; es el mismo triángulo á que llegamos en un párrafo anterior, como límite del triángulo rectilíneo O, 0,0. de la figura 36. (1) Véase en este mismo capítulo el párrafo: Tangentes al circulo del 00, Ó rec- tarisótropos. É : (Contmuaráa). INFORME SOBRE LA CLOACA LIQUEFACTORA PRESENTADO A LA SOCIEDAD POR LOS SEÑORES Doctor ATANASIO QUIROGA, Arquitecto JUAN A. BUSCHIAZZO é Ingeniero CARLOS ECHAGUE Buenos Aires, 16 de Agosto de 1890. Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. Guillermo de Almeida Magalhaes habiendo obtenido del Supe— rior Gobierno Nacional la patente de invención para su sistema de cloacas denominadas «Liquefactoras », sistema el más perfecto, que se conoce en el presente, se dirije á Vd. pidiendo la aproba= cion de esa corporacion científica para su aparato, que puede ser examinado en la calle de Brasil, número 940, donde funciona hace más de un mes. Permita Vd. repetir algunas consideraciones establecidas en la patente del privilegio. «La nueva cloaca-liquefactora está llamada á realizar el des- deratum de los higienistas en la cuestion de las cloacas en las erandes ciudades, es decir que las materias fecales se evacúan de las habitaciones sin la menor infeccion de las casas ni del suelo. ¡ «Efectivamente las cubetas 6 Water-closet de este aparato son protegidas cuando menos por dos barreras líquidas, segun se in- dica en el dibujo del prospecto adjunto, y por consiguiente no de- jan escapar ninguna emanacion, lo que produce un resultado tal 222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que no puede sospecharse siquiera la presencia de una letrina: un cuarto en donde esté escondida detrás de una cortina. | «Como este es el único sistema que posee cubetas inodoras el. liquefactor es por lo mismo muy superior á todo otro sistema des- tinado á la evacuacion de las materias fecales; conserva asímismo su superioridad para impedir el contacto de las materias con el suelo, por cuanto esas materias se trasforman automáticamente en el deposito liquefactor en líquido medio eristalino, cuyo líqui-- do se canaliza en tubos de pequeño diámetro sean de hierro fun= dido ó de loza, de barro y hasta su liegada al depósito de desin-- A feccion d á isa campos de cultura, y por ese medio no puede ni saturar ni aún contaminar el suelo adyacente, por cuanto esta ca= nalizacion, de una impermeabilidad igual á sus semejantes. para A los conductores de agua, se considera le en circuns= | da, tancias normales. a En el prospecto adjunto es especialmente recomendable el acta de la Sociedad de Medicina y Cirujía de Rio de Janeiro (página 26 A anexo A y tambien el anexo N? 2). SS Terminando pide el infrascripto que la Sociedad Científica con= sidere en su aprobacion los siguientes puntos fuera de otros que juzgue conveniente: o 12 Las cubetas de los liquefactores son inodoras; . a 22 Como no sale sinó líquido de estos aparatos, no puede haber jamás incrustaciones en las cañerías de las casas ni de las calles, dispensándose por lo tanto los lavajes que son necesarios en otros sistemas de cloacas; A 3 No hay formacion de gases, á lo menos apreciables, en el líquido del liquefactor, como se constata por el agua del respec- tivo tubo de sondaje; ni el líquido tiene tiempo de fermentar hasta que llegue afuera de las ciudades, donde será utilizado en los campos de cultura. da Siendo un aparato que tiene en su favor la experiencia de mu- chos años, como se ve en el prospecto adjunto, espera el infras- crito que Vd. le conceda su plena aprobacion. : GUILLERMO DE ALMEIDA MAGALHAES. ON En sesion del 28 de Agosto de 1890 la Junta Directiva designó á los señores Dr. Atanasio Quiroga, arquitecto Juan A. Buschiazzo é ingeniero Cárlos Echagúe para que informasen á la Sociedad so- AR INFORME SOBRE LA CLOACA LIQUEFACTORA 273 bre los puntos que menciona la nota que precede. Dichos señores - presentaron el siguiente informe que fué aprobado por la Junta Directiva en sesion del 4 de Marzo último. Buenos Aires, Diciembre 6 de 1890. Señor Presidente de la Sociedad Urentifica Argentina, Doctor Don Carlos M. Morales. El aparato que presenta á la aprobacion de la Sociedad el señor don Guillermo de Almeida Magalhaes, con el nombre de «Cloaca liquefactora » es idéntico al conocido por Fosa Mouras, cuya his- toria y descripcion es la siguiente : Un señor Mouras, vecino de la ciudad de Vesoul (Haute Saóne) quizo introducir en su casa el sistema de los Watter Closett, pero encontrando sérios inconvenientes para desembarazarse de la gran cantidad de líquido producido por el mucho consumo de agua, necesaria al funcionamiento de los nuevos aparatos, pensó recoger en un solo depósito bastante amplio todas las materias provenien= tes de las letrinas, baños, aguas de lluvia y de cocina para de allí conducirlos por medio de un caño á un pozo absorbente. El objeto del señor Mouras era servirse de las aguas de cocina, de los baños y de los techos, como vehículo para conducir las materias fecales al pozo y librarse así de las incomodidades y gastos frecuentes que le ocasionaría el desagotamiento de los pozos impermeables. Para interceptar las emanaciones nauseabundas del depósito colector, hizo que los tubos de acometida fueran sumergidos unos -29 centimetros dentro del líquido y el tubo de salida encorvado en sifon tenía un brazo más corto igualmente introducido como 15 centimetros dentro del mismo líquido. Así instalado el muevo aparato las cosas marcharon perfecta- mente por muchos años, al decir del autor, hasta que sobrevino la invasion prusiana. La casa fué ocupada por las tropas que durante su permanencia echaron á las letrinas toda clase de resíduos, so- bras de raciones, verduras, carnes, etc., de manera que al ser desalojada creyó que había llegado el momento de proceder á la limpieza del depósito; pero al ir á verificarlo se encontró que este -no contenía más que líquido. Cerró nuevamente la cubierta del receptácnlo y las cosas siguieron marchando del mismo modo. 994 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Abate Moigno, fundador y director del periódico Les Monda e al cual comunicó el señor Mouras este descubrimiento, creyó en= trever en la causa del fenómeno una accion especial del sulfhidrato A de amoníaco sobre las materias fecales en virtud de la cual estas vinieran á disolverse, é instituyó una série de esperiencias sustitu- yendo al depósito un pequeño receptáculo con paredes de vidrio herméticamente cerrado. Comenzó sus esperimentos introduciendo - en el receptáculo orinas y materias fecales agregándole una peque- ña cantidad de agua; á los veinte dias la disolucion de los escre- mentos era completa, escepto las materias no digeridas por el estómago, como las semillas de frutas, carozos, ete. Los resíduos vegetales, coles, zanahorias, etc., y los papeles despues de haber flotado por algun tiempo caían al fondo formando un depósito filamentoso que pronto se disolvía. El líquido que salia del receptáculo, por la pequeña cantidad de agua que contenía, podía considerarse como derivado de las Orinas - y su color era parecido al de una ligera infusion de café con olor á sulfhidrato de amoníaco, Se observó que las materias fecales flota= ban enla superficie del líquido contenido en el receptáculo formando una pasta glutinosa y que los resíduos ó materias estrañas se dis= ponían en capas superpuestas en órden de su densidad para caer luego al fondo en donde se efectuaba su liquidacion ó disgregación. Adaptando á la cubierta una vejiga á tornillo, se observó que en vez de inflarse, su volúmen disminuyó más bien, lo que prueba que la descomposicion se efectúa sin desarrollo de gases. Sacando la vejiga y dejando entrar libremente el aire al receptáculo, al principio no se esperimentó mal olor, pero más tarde se inició la descomposicion de la manera ordinaria con desarrollo de gases iS ES E lo E A RO IS A E bl A o e fétidos y colocando de nuevo la vegiga se constató un aumento de volúmen de un tercio de la misma. Continuando estos esperimentos quedó probado que la abun- dancia de agua favorece el proceso especial de descomposición de las deyecciones y resíduos, mientras que escaseando esta, el líquido contenido en el depósito adquiere tal grado de saturacion que la disgregación cesa. Esto es, señor Presidente, cuanto se sabe hasta la fecha res- pecto á la Fosa Mouras ó sea Cloaca liquefactora, cuya relacion hemos tomado en su mayor parte de la Memoria del ingeniero. Guilio Fettarappa, publicada en Turin en 1885 (1). (1) Il Bottino Automatico Mowras. INFORME SOBRE LA CLOACA LIQUEFACTORA 92925 Parece que en los primeros tiempos en que se conocieron estos hechos, despertaron bastante interés entre los hombres de ciencia y el señor Mouras obtuvo privilegio en Europa y parte de la Amé- rica por su descubrimiento. Esto sucedia en 1881, pero desde entónces hasta la fecha no se conocen estudios sérios sobre esta materia ni la esperiencia ha confirmado tampoco la verdad del fenómeno de la liquefaccion de las materias fecales y resíduos. Los Doctores Napias y Martin en su obra L'étude et les progrés de l'hygieneen France de 1878 d 1882, se limitan simplemente á dar la noticia y descripcion de la fosa Mouras. Wazon (Assaimssements des Villes) la describe tambien y al cora- pararla con otros aparatos análogos dice: «Quoiqu'1l en sort nous « repoussons encore le systeme Deplanque-Mouras comme vmposant « Pobligation d'une fosse fiwe sujette ú de dangereuses mmfiltrations, « pouvant produrre des émanations félides, et surtout comme for- « mant un magasimn de virus conservés q l'abri de l'arr, puisque, dans «ce systeme, U'arr est rigoureusement écarté de Uinnterieur de la « fosse par la plongée du tuyau de chute et dusyphon dans le laqua- «de et par le jomtotement mgoureusw des dalles au morlrer de « ceméni ». Mille (Assaimissement des Valles) hace mencion de la fosa Mou- ras y otros aparatos inventados para sustituir á las fosas lijas y refiriéndose á los estudios hechos por la Comision de higiene de Paris dice : «La Commission n a vu dans ces dermiers procédés qui veu- « lent simplifier les fosses fises que «Y hypocrisie du tout 4 Pegout» «ses inconvements sans ces avantages. On ne soustrart men d Pecou- « lement souterrain, et enfin du compte, on n'evite pas les vidanges «des fosses ». Bentivegna (Trattato della Fognatura Cittadina, 1889) despues de describirla, concluye con las siguientes palabras: « Questa fogna « Mouras fu esperimentata a Parig e la Commassione tecnica del 1883 «ne constató resultats molto infeltc: ». Los informes anexos al opúsculo que acompaña € el señor doctor Magalhaes espedidos por varios médicos é ingenieros de Rio Ja- neiro nada adelantan á lo expuesto, dejando la cuestion en el esta- do hipotético que se encuentra. Asímismo, los análisis que tambien se acompañan son tan incompletos que no arrojan ninguna luz para fundar una opinion científica. La comision se trasladó al corralon de la calle Brasil donde el doctor Magalhaes ha instalado un depósito liquefactor que está en ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXI 15 9226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA uso desde varios meses y ha observado que al echar agua á la cubeta del inodoro sale por el sifon del depósito (cubierto con un vidrio) un líquido de un lijero color de café bastante transparente. El doctor Magalhaes destapó un tubo que penetra en la cubierta del aparato, introdujo una varilla con unos trapos atados á su es- tremidad con la que revolvió el fondo del mismo sin que aparecie- ra en los trapos depósito ó sedimento alguno. Por la abertura no salía sinó un lijero olor amoniacal. Los que suscriben creen que con la observacion de estos he- chos no se encuentran habilitados para dar una opinion categórica sobre el aparato nuevamente propuesto por el solicitante y en vista de lo expuesto anteriormente, para tener una idoa bien fundada tal como lo aconseja la ciencia en sus últimos adelantos, piensan que se debe probar la eficacia del «Esgoto liquefactor» (cloaca liquefactora) ó Fosa Mouras, etc., con estudios químicos, micrográ- ficos y bateriológicos que satisfagan completamente las exigencias de la higiene moderna. Con lo espuesto damos por terminado nuestro cometido salu- dando al señor Presidente con nuestra consideracion distinguida. Atanasio Quiroga. — Cárlos Echagite. — Juan A. Buschiazzo. INFORME SOBRE EL ESTABLECIMIENTO DE FUNDICION “EL CARMEN" PRESENTADO Á LA SOCIEDAD POR El. INGENIERO PASTOR DEL VALLE Buenos Aires, Marzo 11 de 1891. Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentmna, Dr. D. Cár- los M. Morales. He recibido su atenta nota del 3 del corriente en la que me co- munica que la Junta Directiva me ha nombrado para que pre- sente un informe sobre el establecimiento de fundicion, etc., que visitó la Sociedad el Sábado 28 de Febrero próximo pasado. Agradeciendo el honor que se me hace paso á ocuparme de él, pidiendo disculpa por mi falta de preparacion en la mate- ria. El establecimiento «El Cármen » de los señores Baldor, Ro- ques, Cadret y C* se ocupa de la fabricacion de hierros en gene- ral, tiene un taller mecánico y fundicion de hierro y bronce; está situado en la calle de Tacuarí, número 2101 esquina á la calle 92. El terreno en que está instalado mide 70 varas de frente á la calle de Tacuarí por 75 de fondo. Existen dos hornos de fundicion los que tienen la siguiente ca- pacidad: diámetro interior 1%30 y alto parte cilíndrica 4 metros sobre la que va una parte cónica de 2 metros de altura y sobre ella la chimenea; estos hornos son hechos de chapas de fierro y 9228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA revestidos interiormente de ladrillos refractarios, se cargan por la parte superior por capas alternativas de fierro y coke, tienen dos ventanitas para observar la marcha de la fusion. El metal fundido se recibe en grandes cucharas con las que se distribuye á los moldes preparados de antemano; estos moldes son formados de una pasta hecha de arena y tierra cocida y alisados con plombagina. Despues de sacadas las piezas que se han fun- dido en los moldes, se burinan ó se rebarban con limas y corta- fierros, otras piezas se ponen á las cepilladoras y á los tornos. En el taller existen una cepilladora y 4 torno, máquinas de tas- ladrar, etc., uno de los tornos puede turnear piezas de 4 toneladas teniendo una longitud hasta de 3 metros y diámetro hasta, 090. Es digno de notarse que los cilindros, laminadores, volantes, un poderoso martillo pilon, etc., han sido hechos en el estableci- miento dando un espléndido resultado tanto en buena fabricacion como en precio; pues habría costado mucho más traerlos del es- trangero á causa del alto premio del oro. La fábrica de hierro dulce tiene dos hornos calentadores cuya longitud interior es de 2 metros con una altura de 0"70; están forrados de chapas de fundicion sostenidas por grampas y re- vestidas interiormente de ladrillos refractarios y piso de arena suelta. Estos hornos se calientan con carbon Cardiff cuya llama pasa por los paquetes de fierro (tochos) depositando la escoria ó flux á la salida del horno; en seguida el calor pasa á las calde- ras cuyo vapor sirve á dos motores, de 60 y 120 caballos, los que producen el movimiento de todos los útiles mecánicos, laminado= ras, tijeras, tornos, elc.; el calor que ha pasado por las calderas va en seguida á la gran chimenea de 45 metros que es la que pro= duce un activo tiraje y sirve á la vezá varios hornos. Existen dos calderas de 100 caballos de vapor cada una, y se instala otra para el nuevo horno de pudlear que se está por con- cluir y en el cual se podrán preparar tochos como para árboles y otras piezas de grandes dimensiones. El agua para las calderas es provista por dos grandes bombas que la sacan de pozos artesianos. Existen dos trenes completos de laminadores, uno grande y otro pequeño. En el grande se laminan fierros de 2 45 pd re- dondos y cuadrados y en el pequeño fierros de 2 líneas á 2 pul- gadas, en este se hacen flejes y varilla media redonda. Fierro-án- gulo, T y doble T se fabricará en breve. ESTABLECIMIENTO DE FUNDICION «EL CARMEN» 929 Calentados los paquetes de fierro hasta la temperatura de 1700 grados próximamente, loque que se reconoce por el color rojo blanco que toma el fierro, se llevan los tochos á los laminadores en un carrito de fierro y pasados por este repetidas veces por ca= nales cada vez más pequeños, el fierro va adelgazándose y esti- rándose hasta quedar de las dimensiones deseadas; despues el fierro es cortado de las dimensiones convenientes y colocado en estantes donde queda depositado y pronto para la venta. El galpon donde están los laminadores es de 40 por 50 metros y es hecho con columnas de fierro, las que han sido fundidas en el establecimiento. | El martillo pilon está basado sobre un bloc de 60 metros cúbi- cos de buena albañilería de arena oriental, Portland y ladrillo de máquina, la bigornia pesa ocho toneladas y el martillo 1200 kilos y marchando á contra vapor el efecto será de 16 toneladas; este eran martillo pilon fabricado en el establecimiento, será el mayor de la República y hace honor á la direccion del mismo. Existen tres balanzas y una gran báscula en el establecimiento; esla pesa hasta 10,000 kilos y en su plataforma caben carros de cuatro ruedas ó de dos ruedas con caballos; al entrar al estable- cimiento los carros los pesan concaballos y carga yá la salida los pesan vacíos, anotando la diferencia, se obtiene así el peso de la carga, lo cual facilita la pesada; las otras balanzas se usan para pesar los paquetes y el hierro que se vende. Hav dos grandes tijeras para cortar el fierro, una á vapor di- recto que puede cortar barras de + pulgadas y otra movida por correa que corta barras de 2 pulgadas. Los paquetes se forman con una gran variedad de fierros viejos, para lo cual se cortan estos en pequeños pedazos con la tijera mo- vida por correa y se hacen de las siguientes dimensiones: 124/15 centímetros de ancho y alto por 40 á 50 de largo y pesando de 60 áS0 kilógramos, tambien se hacen paquetes especiales hasta de 300 kilos; en la formacion de estos se ocupan unas doce mujeres y otros tantos hombres, ganando un jornal que depende del ma- yor ó mejor trabajo hecho. El personal actual de la fábrica, en la que se trabaja dia y noche es de 190 á 200 personas, entre ellos 20 muchachos apren- dices que ganan su buen jornal. Cuando el establecimiento esté enfplena actividad su personal aumentará á unas 250 per- sonas. 230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los operarios han sido traidos de las fábricas de Vizcaya y Astu- rias en España y su jornal varía de 3 á 6 pesos diarios. En este establecimiento se aprovecha todo el fierro viejo que an- tes se mandaba á Europa en calidad de lastre y se ensayará el mi- neral de la mina Romay. Si el fierro viejo existente y el que resulte más adelante no fuera suficiente para alimentar la materia prima de esta Usina, en vista de las proporciones importantes de desar:ollo que la empresa piensa darle y hasta que el país no pueda dar el mineral por sus minas de Romay ú otras, tendrán que recurrir si el caso llegare, á introducir hierro en lingotes, con el cual se podrá fabricar hierro mucho más barato que el elaborado en el estrangero y prestar así trabajo á centenares de personas. Como el hierro elaborado en esta Usina ya ha sido trabajado an- teriormente resulta un fierro mucho más dulce y de mejor cali- dad que el que generalmente se encuentra en el comercio, con la ventaja para los compradores de ser mucho más barato que en plaza, por lo cual los industriales lo ocuparán de preferencia. Ya el señor Cardini fabricante de camas y los señores Ottonello y C* fabricantes de tornillos, etc., son clientes de la casa y para los cuales se fabrica fierro especial. Industrias como esta deben merecer el apoyo de la autoridad y de todos en general, pero desgraciadamente, en este caso como en muchos, no ha sido así y una de las mayores dificultades que ha tenido en su planteacion ha sido la oposicion de los vecinos á que la Municipalidad les concediese el permiso necesario. Para terminar hago votos por la prosperidad del gran estableci- miento «El Cármen» y porque se funden otras industrias, que como la presente, serán las que nos libren del tributo que paga= mos al estrangero y que en el futuro serán, seguramente, nuestro orgullo y fuente segura de riquezas. PASTOR DEL VALLE. REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por MARCIAL R. CANDIOTI Continuacion) N* 51. El Sr. M. Duboss solicitando fondos para realizar su1m- vento de un motor automático. Resolucion. (Fojas 230-232). N* 52. Sobre el viaje del Sr. Ramon Lista 4 Patagonia. Resolu- ciones. (Fojas 233-236). — El viaje del señor Lista tenía por objeto esplorar y estudiar detenidamente el interior de la Patagonia entre los 43" y 49" de latitud sud ; con este propósito se dirijió á la Sociedad Científica Argentina solicitando su cooperación para reali- zarlo y esta corporacion así lo resolvió, como resolvió tambien pa- trocinar el viaje que poco antes realizara el Sr. D. Francisco P. Moreno. La solicitud del Sr. Lista va en la siguiente nota sobre la cual dictaminó definitivamente la Asamblea en sesion del 3 de Noviem= bre: «Buenos Aires, Octubre 22 de 1877. «Al Sr. D. Guillermo White, Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. « Hace ya algun tiempo que había pensado en efectuar un viaje científico al interior de la Patagonia, entre los 43% y 49* de latitud sud, donde como es sabido, no ha penetrado hasta el dia ningun viajero, exceptuando el capitan Musters que ha visitado la parte occidental (1869-1870). «Pero un viaje de esa naturaleza, paraque dé buenos resultados, 132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA requiere en el viajero conocimientos muy variados de las ciencias naturales que yo no poseía entónces. AÁ partir, pues, de aquel mo- mento me impuse la tarea de adquirirlos, consultando al mismo tiempo todos aquellos trabajos más notablés que se refieren á la historia, geología, etnología, fauna y flora del inmenso territorio que me proponía explorar algun dia. «He seguido igualmente, con verdadero interés, las recientes esploraciones en el estremo sud de la Patagonia por mi distinguido compatriota señor Moreno, y debo decirlo aquí para que sirva co- mo testimonio de mi profundo agradecimiento, á él soy deudor de datos importantes y de consejos que aprecio en alto grado. Hoy pues, Sr. Presidente, habiendo llenado convenientemente la tarea que me impusiera entónces, vengo á comunicar á la Socie- dad Científica Argentina, que estoy dispuesto á llevará cabo dicho viaje, siempre que ella, mirando por su propio crédito y por la glo- ria del nombre argentino, quiera contribuir con la pequeña suma de 10.000 pesos moneda corriente, solicitando igual cantidad ó mayor si es posible, del Gobierno Nacional. «Es indiscutible la importancia de un viaje en una zona tan d:- latada de territorio casi totalmente desconocido, y la Sociedad que cooperó tan generosamente para la esploracion de la Patagonia Setentrional, debe echar una mirada sobre ese país misterioso des- tinado quizás á resolver muchos problemas importantes que ocu- pan la atencion delos sabios. « La geología de la Patagonia presenta un interés muy notable, y á pesar de las investigaciones de Darwin, D'Orbigny, Bravard y Bur- meister, queda aún mucho que estudiar, y para descubrir en esa tierra fantástica en donde la imaginacion poética de los conquista= dores españoles, colocó la ciudad de los Césares. «La formacion terciaria inferior ó guaranítica, aún no ha sido observada allí, é ignórase igualmente la estension geográfica de la formacion superior ó patagónica. Por otra parte, he sabido que abundan aJlí minerales de mucha utilidad, como el cobre, el estaño y el plomo. El carbon fósil se encuentra en abundancia en la peninsula de Brunwisch, y no me parece difícil el hallarlo en el interior del país. «Si he de dar crédito á la noticia dada últimamente por un dia— rio de esta ciudad, el Departamento de Agricultura ha recibido una muestra de hulla proveniente del norte del ¿rio Santa Cruz. REVISTA DEL ARCHIVO 9233 « Tambien la antropología tiene allí un campo muy vasto para la invesilgacion. «El orígen del hombre americano se pierde en la oscuridad de los tiempos, y aquellos que se dedican á restaurar las costumbres, las creencias y la fisonomía física de las razas prehistóricas, tienen su vista fija en ese territorio que guarda en las entrañas de la tier— rra los restos de una raza autóctona dolicocéfala. « Además existen algunos rios cuyas nacientes se ignoran, tales como el rio Deseado y el rio Chico, que algunos suponen tengan su nacimiento en una laguna llamada Coluguapo. Conocer sus nacien- tes y la direccion en que corren dichos rios hasta lanzarse en el Atlántico, es de una importancia inmensa para la geografía. «Ahora bien, yo me propongo remontar por tierra el rio Chico hasta el pié de la Cordillera, dirijiendo en seguida mi esploracion hácia el 45? paralelo donde supongo tenga su nacimiento el rio De- seado, á la vez que el Seuguel, que considera Muster como un brazo del Chubut; de allí encaminarme á la Bahia de los Camerones y de este ultimo punto, sin apartarme mucho de la costa, hasta dar con la Colonia Galense del Chubut. Este viaje durará cinco meses próximamente, y abrigo la firme conviccion de no encontrar obstáculo insuperable que detenga mi marcha ó haga modificar el itinerario que dejo trazado, pues para el buen resultado de la espedicion cuento con el carácter noble y generoso de los indios tehuelches. «Comprendiendo que es muy justo hacer participe ála Sociedad de los resultados de mi esploracion, dado el caso que ella acceda á mi peticion, me obligo á escribir para ella la relacion de mi viaje, y entregar ásu museo la mitad de los objetos que haya enleccio- nado. Esperando que los miembros de la Sociedad Cientifica Argentina se presten á dar vida á mi proyecto, tengo el honor de saludar al Sr. Presidente, quedando desde ya á sus órdenes para dar todos aquellos informes que considere necesarios. «Ramon Lista ». Comision Directiva de la Sociedad Científica Argentina. Buenos Aires, Octubre 24 de 1877. Apruébase por unanimidad el pensamiento de la presente nota, 934 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y dése cuenta á la Asamblea, nombrándose miembro informante al Sr. D. José M. Lagos. GUILLERMO WHITE Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario. El Sr. Lagos (J. M.)en su carácter de miembro informante de la Junta Directiva dijo que poco tenía que decir, además de lo dicho en la nota leida. Crela que el viaje produciría resultados satisfactorios y pedía el pronto despacho del asunto, en atencion á que el Sr Lista estaba resuelto á partir en el paquete del Pacífico del 9 del mes. Despues de una breve discusion y no habiendo quien hiciere uso de la palabra, el Sr. Presidente puso á votacion el dictámen de la Junta Directiva ya leido y fué aprobado por 13 votos contra 4. Esta resolucion está publicada en las narraciones que escribió el Sr. Lista sobre estos viajes (1). Al propio tiempo la Sociedad solicitó á su vez la cooperacion del Gobierno Nacional, pasando al ministerio respectivo esta nota: «Buenos Aires, Noviembre 6 de 1877. Señor Ministro de Justicia, Culto é Instruccion Pública de la Na- cion. : La Socredad Cientifica Argentna que tengo el honor de presidir ha resuelto en su Asamblea del 3 del corriente ayudar con la súma de 10.000 pesos moneda corriente al jóven argentino D. Ramon Lis- ta, que partirá el 11 del corriente con destino á la Patagonia en la cual proyecta realizar un viaje científico de importancia. «Saldrá del Estrecho de Magallanes y esplorará el interior del país, sus rios y accidentes notables dirijiéndose de allí á la Bahía de los Camerones, desde la cual se internará de nuevo hasta llegar á la Colonia Galense del Chubut. «El jóven Lista se propone sacar de este viaje el mayor partido posible estudiando el hombre y la naturaleza y practicando las ob- (1) R. Lista. Viaje al pars de los tehuelches. 1879. REVISTA DEL ARCHIVO 235 servaciones que permitan las condiciones en que sea posible prac- ticar la espedicion. «La Sociedad cree que conviene al país estimular esta clase de espediciones, porque su resultado completo ó mediano aprovecha siempre de una manera directa al estudio de los territorios argen- tinos australes, fomenta y provoca su esploracion, abriendo nue- vos rumbos á los viajeros del porvenir. « Por otra parte estas empresas atrevidas influyen vivamente en el ánimo de la juventud á abrazar con ardor estudios de importan- cia y á que poco se ha dedicado todavía. «Por estas razones, la Sociedad que tengoel honor de presidir, ac- cede al pedido del Sr. Lista de solicitar la cooperacion del Gobrerno Nacional en la forma de subsidio de diez mil pesos moneda corrien- te para ayudar á costear :os gastos del viaje, y de recomendaciones oficiales para el caso de que el Sr. Lista pudiera hacer uso de ellas ante las autoridades dependientes de la Nacion. « No dudamos de que V. E. apreciará merecidamente el proyecto de viaje, me abstengo de entrar en otras esplicaciones que se da- rán verbalmente á V. E. si fuere necesario. « Esperando del patriotismo é ilustracion de V. E. una resolu- cion favorable tengo el honor de saludar á usted con las segurida— des de mi consideracion más distinguida, « GUILLERMO WHITE, « Presidente. «Estanislao S. Zeballos, « Secretario ». Esta nota fué contestada por el ministerio, aceptando la indica- cion de la Sociedad. El Sr. Lista regresóde Punta Arenas el 28 de Diciembre, despues de haberse internado en el territorio patagónico hasta Rio Galle- - gos, y prometiéndose salir en unos dias más para continuar su esploracion al sud. La memoria que el Sr. Lista presentó á la Socie- dad está en la obra ya citada, y en otra que dedicó á la misma So- ciedad Científica y á los señoree Busmeister, Zeballos y Andrade, y titulada: La Patagonia Austral. N* 53. El Sr. Buttner remiurendo un artículo del Dr. Wernicke desde Europa. (Foja 237). 236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA N* 54. Observaciones meteorológicas en San Lwis por German Ave-Lallemant. (Fojas 238-241). — Están publicadas. N* 55. El Sr. S. Schnyder sobre un viaje de esploracion al sud, delcontinente. (Foja 242). — El sócio Sr. Sehnyder solicitaba de la Sociedad algunos elementos para efectuar un viaje científico al sud de Buenos Aires con el objeto de estudiar la flora de los territorios tomados recientemente á los indios. Se conserva este documento : « Buenos Aires Noviembre 1* de 1877. «Al Sr. Presidente de la Sociedad Crentifica Argentina. «Teniendo la intencion de'hacer en el próximo mes de Diciembre un viaje de esploracioón hác:a el sud y sud-oeste de la Provincia de Buenos Aires, á fin de estudiar la flora de los nuevos territorios conquistados á los indios, territorios que por su configuracion físi- ca prometen dar una rica cosecha de elementos nuevos para la ciencia, me dirijo á usted, Sr. Presidente, esperando se sirva poner en conocimiento de la Sociedad Científica, que me honra contándo- me entresus miembros, la solicitud que le hago para queayude la empresa de este viaje facilitándome al efecto la suma de diez mil pesos moneda corriente. «Creo inútil por ahora una descripcion detallada de las riquezas naturales que espero hallar, pero mis estimados colegas están to- dos enterados de lo importante que son estos viajes á parajes no esplorados. Unicamente digo que no limitaré mis estudios única- mente sobre la flora sola, sinó que trataré de observar todo cuanto entra en el dominio de las ciencias naturales. «En cambio de su concurso y ayuda, mees grato ofrecerá la So- ciedad Científica, que remitiré todas las publicaciones á que diere lugar este viaje á la comision encargada de los Anales, así como muestras de las colecciones que haga. « Dios guarde á usted. O. Schnyder. » La Junta Directiva remitió este asunto á la Asamblea del 9 de No= REVISTA DEL ARCHIVO 931 viembre, la que resolvió no hacer lugar á lo solicitado, indudable- mente por el estado poco próspero de los fondos sociales. N* 56. Remision de obras. Proposicion del Sr. B. Victory y Suarez. (Foja 242). N* 57. Varios socios piden reconsideración del titulo 141 del Re- glamento. (Museo. Foja 244). N* 58. Solicitud de los señores Holsey y Carreras. Informe y re- soluciones. (Foja 245-247). Habiéndose presentado al Ministerio de Hacienda de la Provin— cia, los señores Holsey y Carreras, solicitando privilegio para es- plotar la esteatita de las sierras del sud de Buenos Aires, se solicitó el informe de la Sociedad segun decreto del 20 de Noviembre. La Sociedad pasó el espediente á dictámen del señor Puiggari, el que no fué aceptado. He aquí los documentos cambiados : « Sr. Presidente de la Socredad Cientifica Argentina, « Tengo conocimiento de que pretensiones análogas á las de los señores Holsey y Carréras, han sido en otras épocas desestimadas por el Gobierno Nacional y me parece justo, pues no se apoyan en las conveniencias generales de la industria ni en las leyes vigentes sobre la materia. « Yo creo que lo único que pueden hacer los espresados señores circunscribiéndose al limite de lo justo y en resguardo de sus inte- reses y derechos, es arrendar ó comprar el terreno donde existe la materia que piensan esplotar y pedir privilegio al Gobierno Nacio- nal por lo que se refiere al procedimiento especial que dicen em- plear para elaborarla. « Dios guarde al Sr. Presidente. « M. Purccarr ». Se acordó archivar este informe, fundando esta resolucion en que no debía tocar la sociedad la cuestion de derecho, para la cual no ha podido ser consultada por el Ministerio. - En consecuencia quedó adoptada la siguiente resolucion : 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA « Ruenos Aires, 7 de Diciembre de 1877. « Exmo. Señor: « La piedra de la Tinta á que se refieren los solicitantes es la es- teatita, salicato magnésico, que tiene la propiedad que ellos le asig- nan. « Su esplotacion es conocida. « La parte sustancial de esta peticion es la que se refiere al pro- cedimiento inventado por los señores Holsey y Carreras; y como no lo conoce esta sociedad, nada puede informar á Vd. sobre el parti- cular. » « GUILLERMO WHITE, - « Presidente ». « Estanislao S. Zeballos, « Secretario ». N* 59. Renuncia del Dr. Cárlos Berg de Drrector del Museo de la Sociedad. (Foja 248). N* 60. Estado de la Tesorería de la Sociedad Crentifica Argenti- na d 14 de Diciembre de 1877. Informe. (Fojas 249-251). N* 61. La dureza de los minerales. Memoria presentada a la So- ciedad Cientifica Argentina por German Avé-Lallemant. (Fuja 252). — Manuscrito original de diez páginas al cual acompaña una nota del señor Juan J. J. Kyle. N* 62. Consulta sobre una coleccion de minerales del señor En- rique de Carlés. (Foja 263). — Se conserva este documento: « Buenos Aires, Diciembre 24 de 1877. « Sr. Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina, D. Guillermo White. « El abajo firmado tiene el honor de ofrecer á la aprobacion de esa Sociedad Científica una muestra de las colecciones de minerales que ha preparado en esta ciudad. REVISTA DEL ARCHIVO 239 « No habiéndome sido posible el formarlas todavía con produc- tos del país, me he visto obligado á hacerlo con minerales estran- geros; pero si esa Sociedad Científica se digna acogerla con su pro- teccion, me prometo en lo sucesivo hacerlo con minerales del país, que en breve voy á coleccionar. « Con este motivo tengo la satisfaccion de saludar á esa impor- tante asociacion con el más profundo respeto. « Enrique de Carlés ». « Comision Directiva de la Sociedad Cientifica Argentina. « Buenos Aires, Diciembre 28 de 1877. « Contéstese que aún cuando el sistema de estos muestrarios mineralógicos no es nuevo, la sociedad ve con placer su aplicacion al estudio elemental de los minerales argentinos en cuya aplicacion puede producir útiles resultados. » N* 63. Sócios activos; solicitudes de ingreso en 4877. (Fojas 264-270). N* 64. Sócios corresponsales y miembros honorarios de la So- ciedad Cientifica Argentina, nombrados en 1877. (Fojas 271-278). « Buenos Aires, Julio 21 de 1877. « Sr. Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. « Los abajo firmados tenemos el placer de presentar á la Comi- sion Directiva al señor D. Cárlos Darwin, solicitando que se le espi- da el diploma de sócio honorario en Lóndres. « Así lo indica tambien en carta recientemente recibida nuestro -sócio corresponsal en aquella ciudad D. Walter F. Reid, quien pro- mete presentar personalmente el diploma al señor Darwin. « Saludan á Vd. atentamente, « Estamslao S. Zeballos. — Pedro N. Arata. — Valen- tin Balbín. — Angel Silva. — Pedro Pico. — Ma- guel Purggar:. — Ramon Lasta. — Juan Pirovano. — Luas A. Viglione. — Juan A. Buschiazzo ». 240 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El señor Darwin fué nombrado miembro honorario de la Socie- dad el 8 de Agosto de 1877 en pública asamblea. El Sr. Darwin re- cibió el diploma por intermedio del Dr. Reid quien contestó así: « Staines Middlesex, 28 de Diciembre de 1877. « Al Sr. Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina D. Guillermo White. « Mi distinguido señor: « Cumpliendo con el encargo de la Sociedad he entregado al Sr. Cárlos Darwin el diploma nombrándole socio honorario de nuestra Sociedad. Encontrándose enfermo al momento, el Sr. Darwin me ha pedido agradecer en su nombre á la Sociedad y decir que es muy sensible el honor que se le ha hecho. « Estoy á la disposicion de la Sociedad para todo lo que pue- da serle útil. « Saludo á Vd., Sr. Presidente y á mis consocios con la mayor consideracion. « Walter F. Rerd ». Tambien se nombró miembro honorario, con fecha 28 de Diciem- bre de 1877. al Dr. R. A. Philippi, en Chile, y como sócios correspon- sales al Dr. Manuel Paternó, en Palermo (Italia) y al Sr. Ernesto Gibert, en Montevideo. El Dr. Roberto Wernicke durante su permanencia eu Europa fué nombrado sócio corresponsal en Alemania. El número de socios activos alcanzó en 1877 á ciento cincuenta y uno, es decir nueve más que el año anterior. Además el movimiento social da en 1877: Asambleas E orton ESE Ie 20 Sesiones de la Junta Directiva......... YY Comunicaciones salidas en el año...... 170 (1* libro copiador) = REVISTA DEL ARCHIVO 941 S XIII CONVERSACIONES CIENTÍFICAS En Mayo de 1877 propuso el ingeniero White á la Comision Di- rectiva la idea de iniciar en el seno de la Sociedad una série de conversaciones científicas, de acuerdo con las bases de la misma. Al efecto entre varios de los sócios firmaron el siguiente com- promiso : «Los que suscriben, se comprometen á preparar conferencias privadas sobre asuntos científicos comprendidos en el reglamento de esta Sociedad. «Las conversaciones tendrán lugar en asambleas ordinarias ó extraordinarias, segun resolucion de la Junta Directiva. « Cada uno de los conferenciantes elegirá su lema. «La Secretaría citará á los sócios como de costumbre, espre- sando la cuestion á la órden del dia y quién ha de tratarla. «Las conversaciones serán estractadas por el Secretario, apun- tando los puntos y conclusiones capitales para su publicacion en el acta. «En la discusion á que den lugar estas conferencias se observa- rán en todo las prescripciones del Reglamento. « Buenos Aires, 28 de Mayo de 1877. «Guillermo White. — Miguel Puiggari. — Estanislao S. Zeballos. — Valentin Balbin. — Enrique Abery. — Cárlos C. Olivera. — Angel Silva. — Pedro Pico. —Juan M. Burgos. — José M. Lagos. — Cárlos Aro- cena.-— Féliso Amoretti. — Cárlos Fader. — Lmas A. Huergo. — Cárlos Salas. — Santiago Brian. — Cárlos Berg. — Juan J. J. Kyle. — Pedro N. Arata. — Emilio Rossetti. — Francisco P. Moreno. — Eduardo Aguirre. — Ramon Lista.— Luis Sulvey- ra. —L. Sienra y Carranza. “ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXI 16 9242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En 1877 se iniciaron cinco conversaciones científicas sobre di—- versos temas, bien interesantes y de actualidad. Aunque la mayor parte de las conversaciones se publicaban en las actas de asam- bleas, las insertaremos aquí, por su órden. 1* Conversacion cientifica Estas conferencias fueron iniciadas por el Ingeniero D. Guiller- mo White, en la asamblea del 3 de Setiembre, en la que presentó. un estudio sobre puentes en el territorio de la República. He aquí el estracto de las palabras del Sr. White: «He creido conveniente iniciar las conversaciones de la Sociedad Científica con un tema de actualidad y de gran interés, porque se relaciona con nuestros rios del interior, que hasta ahora nadie los ha estudiado y que quizás pasen algunos años antes que se dedi- que á ellos una atencion especial, como la reclamada hoy por los rios y arroyos del sur de la Provincia de Buenos Aires. «Los puentes del ferro-carril á Tucuman son un solo sistema aún cuando haya varios tipos; todos son de fierro sobre pilares de fundicion, variando el tipo con el ancho del rio y circunstancias. locales, pero en general limitándose á dos tipos en la 4* seccion Ó sea en la provincia de Tucuman, que es de la que me voy á ocupar. «Los puentes fueron proyectados con tramos de 10 y 20 metros, descansando sobre pilares formados por dos columnas de fundi- cion de 075 de diámetro exterior en los de mayor luz, y de 9”35 en los de menor, apoyando sus estremos en estribos de mampostería. «Al estudiar el trazado de la línea en la cuarta seccion ó sea en la provincia de Tucuman, no se han elejido los puntos más conve- nientes para cruzar los rios, sin entrar á estudiar la traza adopta= da, nos limitamos á observar que hay algunos puentes cuya situa- cion no podía haber sido peor, aún cuando se hubiese estudiado el rio para encontrar el punto más desventajoso para colocar el puente, lo que se puede ver en los planos que pongo á la vista de Vds. y que corresponden á los rios de Albigasta y Gastona. «La mala situacion de los puentes es debida á la dificultad de establecer el trazado de un ferro-carril, en un país cruzado por numerosos rios y arroyos que cruzan en diversas direcciones y á muy corta distancia uno de otro. « Ya sea por la causa espuesta, por negligencia de los ingenieros REVISTA DEL ARCHIVO 9243 que hicieron los estudios ó por la falta de una inspeccion regular y constante, el resultado es que, los puentes no han sido construi- dos bajo un plan que responda á las exigencias de la localidad y naturaleza de los rios. «Los puentes en general son cortos, y algunos algo bajos, estando todos sumamente espuestos á ser deztruidos durante la primer lluvia ordinaria del verano. « Hasta fines de 1875 no se había tenido dificultad alguna con los puentes, porque no hubo tiempo de armar sinó el de Albigas- ta, y las crecientes de ese año se limitaron á atacar el estribo nor- te, el que fué defendido con obras provisorias. «Las crecientes en los rios de la provincia de Tucuman, suceden durante el período de las lluvias, que principia en el mes de No= viembre y termina en Abril. : «Durante la creciente de 1875á 1876, del 27 al 29 de Marzo de 1876, se rompió una columna del puente de Albigasta y se defor- mó este, viniendo á demostrarse prácticamente que los puentes no habían sido proyectados para resistir al choque de los árboles que arrastran los rios durante las crecientes, ni el mayor esfuerzo del agua sobre los pilares, debido á las ramas que se enredan y de- tienen en estos. «En efecto, los pilares del puente de Albigasta como todos los de- más del mismo tipo, son formados por dos columnas de fundicion de 075 de diámetro esterior y de 025 de espesor, columnas que pueden resistir al peso del puente y carga móvil, asi como el de la columna de agua que tiene una base igual á su diámetro, pero nunca se ha pensado que pudiese resistir al choque de árboles ó á una columna de agua con una base igual á 6 ú 8 veces su diáme- tro, como tiene que suceder en el caso que árboles de pequeño tallo ó ramas se detengan en las columnas. « La rotura del puente de Albigasta en Marzo y la destruccion de algunos puentes de servicio así como del estribo sur del de Grane- ros, hizo que la empresa tomase un poco de más cuidado y com- prendiese que los rios que se tenían que salvar no se habían estu- diado como se debía. «El Departamento de Ingenieros que en esa época recien se ins- talaba, que carecía de datos y encontraba á la empresa construc- tora sin los que era de esperarse tuviera y que por el contrario, venía al departamento á pedirle le indicase lo que debía hacer, fué de opinion que se dedicase una atencion preferente á los puentes 944 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y se exigiese al empresario los planos y estudios que decía haber ejecutado. «En este estado, con los materiales para los puentes al pié de la obra y con el convencimiento práctico de que no servían, no había más que un camino á seguir y fué el que se adoptó. Colocar los puentes, cambiando los estribos de mampostería por columnas de fierro y ordenar el estudio de los rios para proyectar defensa de las barrancas y de las columnas de los puentes, teniendo presente que se podía hacer esto independientemente del puente. «Los rios que cruzan la provincia de Tucuman nacen en la cor- dillera del Aconquija y corren de este á oeste, por terrenos de alu- vion; están secos durante la mayor parte del año, y algunos con un poco de agua. Durante las lluvias arrastran árboles, arbustos y ramas, su talla depende del movimiento del rio, pues los que nacen dentro de la sierra misma son los que traen árboles de ma- yor volúmen, y los otros más chicos, debido á que solo en la sierra ó cordiilera existen árboles de gran talla. «El lecho de los rios es en general deleznable, como tiene que suceder cuando se cruzan terrenos de aluvion, sus barrancas en general son inconsistentes, y debido á la pendiente del terreno y velocidad delagua, facilmente son socavados, cayendo estos en vo- lúmenes considerables durante las crecientes, en que son atacadas ó socavadas su base. y «Los terrenos que se caen durante la creciente y que son arras- trados por las aguas, forman bancos, que al año subsiguiente ha- cen que el rio se desvíe, y es esta una de las causas porque en ge- neral estos rios no tienen un curso determinado, que es sinuoso y que no obstante haber algunos con barrancas de cuatro y cinco metros de alto, con un curso aparentemente regular, se nota que tiende á variar y que variará mientras no desaparezcan las causas que he espuesto. «Dados los antecedentes que he indicado, y teniendo presente que la empresa constructora se limitó á armar los puentes y hacer modificaciones á que no estaba autorizada, dejando los puentes sin estribos y solo descansando sus estremos en las barrancas sobre pilas de traviesas de madera, fué que el Gobierno ordenó á princi- pios de este año la ejecucion de algunas obras que si no garantían el servicio de esplotacion del ferro-carril no fuese interrumpido, por lo menos se podía esperar que los puentes no se destruyesen completamente durante las lluvias. REVISTA DEL ARCHIVO 245 «Con las obras ejecutadas al principio del año no se podía espe- rar que los puentes no fueran destruidos en las crecientes del pró- ximo verano, y es debido á esto que por indicacion del Departa— mento de Ingenieros, resolvió el Gobierno se procediese á recoger los datos y hacer los estudios indispensables para proyectar las obras que se lienen que construir. «A fin de proceder con el mayor acierto posible, se convino en hacer una inspeccion detenida y despues de convenir sobre el ter- reno mismo, dar las instrucciones para que se verificasen los estu- dios que se creyesen convenientes. «Dada la urgencia por lo avanzado de la estacion, se preveía que no sería posible esperar la terminacion de los estudios que se or- denaran, y el Gobierno autorizó al Consejo de Obras Públicas para que procediese á la ejecucion de las obras en la forma y modo que encontrase más conveniente. «Con los datos que se habían recogido sobre el terreno mismo y por el resultado obtenido en otros rios en condiciones análogas, se resolvió proyectar tipos de defensa que serían aplicados segun el resultado del estudio que se había ordenado ejecutar. « Los estudios que se han mandado ejecutar son los siguientes : relevamiento de los rios en las inmediaciones de los puentes en una estension por lo menos de un kilómetro aguas arriba y de me- dio kilómetro aguas abajo del puente; perfiles longitudinales y secciones trasversales, para conocer la cantidad de agua que debe pasar por el puente y su velocidad. Además deben hacerse perfo- raciones, que permitan conocer si las columnas están en el terreno firme ó si descansan en la capa deleznable. «Con los datos anteriores se pueden verificar los que se tienen de la empresa constructora y determinar el grado de confianza que se pueda depositar en ellos. Mientras estos datos se recogen, se han aprobado los proyectos de tipos para las obras, que se apli- carán con las modificaciones que exija el rio segun los estudios á que me he referido. «Prolongacion de los puentes. — Los que sea necesario alargar ó aumentar en luz, se hará empleando vigas de los puentes que se trazaron para los caminos carreteros de la campaña de la provin- cia de Buenos Aires, y con este objeto se han proyectado tres tipos diferentes, que dependen del material de que se podía disponer. «Se ha calculado la existencia de las vigas y columnas, teniendo , 246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que reforzarlas segun la luz del tronco y-distancia de las vigas en- tre sí. Los cálculos son demasiados largos, y no he creido que po- drían interesar á los señores sócios ; pero si alguna duda hubiera, quedan á disposicion de Vds. « Los tipos que se han proyectado son tres, habiéndome limitado á traerles uno que corresponde á la prolongacion de un puente de tramos de 20 metros de luz, en tramos de 10 metros. «Siendo las vigas de los puentes de la campaña de 9 y 10 metros de luz, y los puentes del ferro-carril 4 Tucuman de 10 y de 20 me- tros de luz y de diferente ancho, esta ha sido la causa de lener que adoptar tres tipos, que son: «1% Tramos de 10 metros de luz y de 3"91 de distancia trasver- sal de viga á viga; «2% Tramos de 9 metros de luz y de 371 de distancia trasversal de viga á viga; «3% Tramos de 9 metros de luz y de 271 de distancia trasversal de viga á viga. « Los más anchos servirán para prolongar los puentes de tramos de 20 metros y los otros los de tramos de 10 metros. «En cuanto al sistema, es el que se indicó en el plano que Vds. tienen á la vista. Como se vé, para poder emplear las columnas de hierro batido, ha sido necesario usar cuatro para formar cada pi- lar, y se necesitarán seis en caso de que se tenga que hacer des- cansar un tronco de 20 metros. « Defensa de las columnas. — Se han proyectado varios sistemas y se han elegido los dos tipos que se indican en los planos que pongo á disposicion de Vds. «Al proyectar la defensa de las columnas, se ha tenido en vista la conveniencia de que la defensa resista por sí sola el choque de los árboles y empuje de la corriente, etc., dejando á las columnas para que solo resistan al peso del puente y carga móvil. « La defensa de madera que es formada por doce pilares y dos marcos que forman con su conjunto un cuerpo rígido, ha sido proyectado, teniendo presente que es difícil obtener morteros de mayor longitud de 7 metros, y que no conviene que las piezas sean ensambladas, porque sería dificil que una construccion en esa forma diese un buen resultado. ; «La defensa de rieles Barlow es formada por cuatro pilotes, siendo cada uno construido de dos rieles. Esta defensa sería la me- REVISTA DEL ARCHIVO 941 jor, por el menos espacio que ocupa; pero su costo se eleva por las dificultades del trasporte y la construccion del pilote. «Se construirá una ú otra defensa, segun las circunstancias lo- cales y clase del terreno. No creo necesario entrar á hacer una descripcion más detallada, desde que los planos que tienen Vds. á la vista, demuestran con toda claridad y en todos sus detalles los dos sistemas de defensa. «Los puentes de 10 metros de luz que descansan sus troncos sobre pilares formados por dos columnas de 033 de diámetro, no pueden ser estos defendidos por defensas como las indicadas. Los rios en que se ha colocado un puente, arrastran arbustos y ramas, y aún cuando las columnas no podrán resistir el mayor esfuerzo posible que estos ocasionarían, se ha creido que con un fuerte es- polon, formado por tres pilotes y una diagonal, se evitaría la des- trucción de estos puentes, adoptándose como tipo el que se ha em- pleado en el puente sobre el rio Salí. « Defensa de las barrancas y estribos. — Se han adoptado los tres tipos de defensa que se indican en los planos adjuntos, que ya se han usado con éxito en otros análogos. Consisten en diques y ata- jados formados con fajinas y ramas, sujetas con filete y colocados como se indica en el plano. «Segun la altura y forma de la barranca, varía la construccion. En caso de que la barranca sea alta como en Albigasta, se colocará en la parte inferior ó base un metro y medio á dos metros de ra- mas y encima de estas las fajinas, llenando los vacíos con tierra ó ripio si fuera posible. «En los demás casos se colocaron las fajinas en el modo ordina- rio y se sujetaron por medio de pilotes y una solera, cubriendo todo con una capa de cesped, clavado con estacas de sauce, procu- rando que' estas prendan y consoliden la defensa. «Tambien se tratará de hacer plantaciones de mimbres, cañas, tamarindo, sauce, etc., por cuyo medio se consolidará las barran- cas y será menos peligroso que el terraplen sea cortado por el rio. «Si las obras que se han emprendido terminan antes de las llu- vias del verano, es probable que los puentes y la línea sufran poco este año, lo que depende de la intensidad de la lluvia. Asímismo es de temerse que el daño sea considerable, si se tiene presente que el año anterior fué extraordinariamente seco y que por conse- cuencia se debe esperar que en este suceda lo contrario. «El año próximo conoceremos el resultado que dén las obras 248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que actualmente se ejecutan y como será interesante á la Sociedad conocerlo, trataré entónces con mayores datos y comunicaré á Vds. el resultado que se obtenga. » El ingeniero Luis A. Huergo, hizo uso de la palabra en la misma asamblea que el señor White y dijo á propósito de la conversa— cion iniciada que: «Al firmar el compromiso de iniciar conversaciones había creido que sus temas debían ser discutidos, comentados y aún ensan- chados por los demás socios, sin pretensiones de traer cosas nue- vas para los que escuchan, sinó con el fin de que estas conversa- ciones instructivas fuesen útiles á todos los sócios en su vida pro- fesional ó en los estudios á que dedicasen su atencion. « Había pensado hacer algunas observaciones sobre las palabras del señor ¡White, porque tambien lo han preocupado los rios de la República y las lluvias que afectan tal estado. « Cuando se estudia un rio, es menester realizar largas obser- vaciones sobre los accidentes de su cauce, variaciones de nivel del agua, corrientes, velocidad de las mismas, etc., todo lo cual es fá- cil en países muy poblados, mientras que aquí no sucede eso. «Así, porejemplo, no hay noticias exactas del nivel del rio en años pasados y si uno recoje datos de algun vecino, la primer creciente los rectifica. « Esto es sensible, porque en la República Argentina hay que construir muchos puentes y sin embargo, los estudios que le sir- ven de base están en su cuna Ó quizás nadie los ha emprendido como corresponde. «Las previsiones no pueden suplir la falta de datos, porque son difíciles, tanto sobre las variaciones del nivel de las aguas, como del lecho de los rios. «El rio Juramento, verbigracia, ha cambiado de curso varias veces, de una manera verdaderamente nolable. «Hoy mismo los ingenieros de la Nacion, se ocupan de la de- fensa de los rios de San Juan y de Mendoza, cuyo nivel ordinario se teme suba hasta producir inundaciones, durante los deshielos próximos. «Las inundaciones que aún sutre Buenos Aires, no tienen prece- dentes, «Hay sobre ellas un buen dato á la mano. En el Riachuelo, el agua de la inundacion llegó hasta 10 centímetros más abajo de la REVISTA DEL ARCHIVO 949 plataforma del puente del Ferro-Carril del Sud, y se temió que la cubriese, mientras que antes jamás alcanzó ni á los 030 de aquella. «Todo esto demuestra que para construir los puentes conviene y es forzoso averiguar el caudal de agua de los rios y un nivel su- perior al de las mayores avenidas y al de los objetos que ellas arrastran, como troncos de árbcles, animales muertos, etc. «Las lluvias de Julio de 1877, habían llamado la atencion del se- ñor Huergo, dado el resultado que arrojaban los pluviómetros. No solamente el agua caida era más copiosa que en años precedentes, sinó que la avenida se produjo simultáneamente con la lluvia y su velocidad era notable. «De sus observaciones deducía que la mayor parte del agua caida en la cuenca del Riachuelo, no era absorbida, ni se evapora, der- ramándose toda en el lecho del rio y en el de La Plata. «Hizo referencia á los trabajos del Congreso internacional de dis- tinguidos profesores en la ciencia de los bosques, reunidos en Viena en 1873, que resolvió dirijir á los diferentes gobiernos del mundo civilizado la siguiente espresion de sus vistas sobre el asunto : «1? Reconocemos el hecho de que para impedir con eficacia la devastación, continuamente mayor quese hace de los bosques, es necesario un convenio internacional, sobre todo respecto á la conservacion y propio cultivo de los que se encuentran en las na- cientes y en las riberas de los rios, desde que es bien sabido que con la destruccion (recklew) de ellos resulta una gran disminu- cion en el volúmen de las aguas, causando perjuicios considera- bles al comercio, el levantamiento del lecho de los rios con arenas, el desmoronamiento de sus riberas y las 21nundaciones de los ter- renos de agricultura. «2% Reconocemos tambien que es recíproco deber de todas las naciones civilizadas conservar y cultivar todos aquellos bosques que son de vital importancia al bienestar — rural, comercial, etc., —de todo el país, como los de las costas arenosas, en la altura, -ladera y base de las montañas y otros parajes, y que deben esta- blecerse reglas internacionales á las que los propietarios de tales bosques protectores deberán someterse á fin de evitar grandes males al país. «3% Reconocemos además que no tenemos hasta ahora un co- nocimiento completo de todos los males (alteraciones en la natu- raleza) causados por la destruccion de los bosques, y por consi- 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA guiente los esfuerzos del legislador deben dirijirse á hacer que se recojan los datos que con ellos se relaciona ». «Recordó que el profesor Wex, de Aleraania, había efectuado un estudio comparativo de las observaciones hechas en cinco de los rios principales de Europa, á saber: el Danubo, el Elba, el Vistu- la, el Rhin y el Oder, observaciones que para algunos abarcan un término de 143 años, y que había deducido de ellas que la canti- dad de agua descargada por estos rios, disminuía constantemente, mientras las secas por una parte y las inundaciones por otra, se hacían tambien cada vez más frecuentes. Estas conclusiones fue- ron examinadas y aprobadas por la Academia Imperial de Cien- cias de Viena, á p?dido de la cual la Academia Imperial de Cien- cias de San Petersburgo nombró una comision para que investi- gase fenómenos de igual naturaleza ocurrentes en Rusia. Esta comision presentó un informe sometido á la Academia el 27 de Enero de 1876. El señor Huergo citó las siguientes palabras de ese documento altamente interesante: «A los ejemplos ánteriores tenemos que agregar los distritos del sud de Rusia, donde es bien sabido existían hace 150 á 200 años grandes bosques, y hoy han sido invadidos por las estepas, con- virtiéndose las partes altas en terrenos tan áridos que para que sus habitantes no se mueran de sed tienen forzosamente que vivir en las orillas de pequeños arroyos en los puntos más bajos de los valles. Debemos mencionar aquí el Volga y el Nieper, donde la destruccion de los bosques de sud á norte, se hace con tal ra- pidez que rios como estos tan indispensables para la prosperidad comercial de la Rusia corren hoy por terrenos en la mayor parte de su curso libre completamente de bosques. — Las inundaciones alli suben hoy 4 un mwel muy superior al que anternormente llega- ban. ¿Y quién no ha oido los continuos lamentos repetidos cada año, respecto á las modificaciones del curso de los rios causadas por las avenidas que cambian la direccion del canal navegable es- cavando nuevos lechos para su desague? ¿Y quién no conoce que los cauces (gorges) privados de agua en el invierno y secos en el verano á consecuencia del rápido deshielo en las desnudas este- pas, se vuelven despues de fuertes lluvias torrentes impetuosos que minan ó socavan las riberas y arrebatan grandes porciones de valiosos terrenos? Más aún, todos los afluentes de estos rios arrastran cantidades de detritus que año por año contribuyen á la formacion de nuevos leshos de rios. — Podemos afirmar, con toda REVISTA DEL ARCHIVO - 251 conviccion, que los inmensos daños causados hoy por el Volga, el Don y el Nieper serían muy insignificantes si los terrenos á lo largo de las riberas se hubieran conservado cubiertos de bos- ques ». «Despues de estas observaciones, el señor Huergo declaró que creía que hasta ahora nadie se había preocupado en la República de estudiar las profundas modificaciones que sufrían los rios en Buenos Aires por la destruccion de los pajonales y en las Provin- cias por los bosques. «Esas modificaciones deben sin embargo, preocupar sériamente á todos, porque ellas van á afectar más tarde la navegacion y las obras de union de una y otra ribera de los rios. «En consecuencia llamaba especialmente la atencion de la So- ciedad Cientifica Argentina, sobre este punto que parecía no ser considerado de importancia y que, no obstante, es muy digno de sérios y detenidos estudios. » La segunda conversacion científica fué iniciada en la Asamblea del 15 de Setiembre de 1877. Su tema comprendía las siguientes cues- tiones : 1? El drenaje permeable como cuestion de higiene urbana; 22 Las obras de salubrificacion proyectadas para la ciudad de Buenos Aires no remedian los peligros existentes ; 3 La salubrificacion completa debe ser retrospectiva y preven- tiva. En esta conversacion hicieron uso de la palabra además del ini- ciador, los señores Balbin, Huergo, Kyle y otros. La crónica bien interesante de esta conversacion forma parte del acta de la sesion en que tuvo lugar, y que fué publicada en el tomo 4o de los Anales; trascribiremos aquí solo la parte referente á la cuestion debatida. El señor Puiggari espuso los hechos que comprobaban el des- cuido de los habitantes y de las autoridades de Buenos Aires, que han sido la causa principal de los estragos de las tres últimas epidemias. « Pasó en revista los medios que habían sido propuestos al espre- sado fin, para venirse á adoptar por último el más racional, ó sea el sistema de salubrificacion urbana por circulacion continua : que la racionalidad de este sistema se basaba en el conocimiento de las propiedades de la materia ; en su eterna existencia; en la rota- OA ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cion perpétua á que se halla condenada, metamorfoseándose para contribuir en cualquier estado á los fines inescrutables de la natu- raleza : que esta verdad inconcusa había dado orígen al axioma higiénico de Mr. Austin hoy aceptado por todos los hombres de ciencia que se espresa diciendo: «Las leyes de la naturaleza no deben ser interrumpidas; el simple alejamiento de una materia putrescible no es más que un pretesto ; el gran círculo de la vida, de la muerte y de la reproduccion debe quedar cerrado pues mien- tras los elementos de la reproduccion no se utilicen para producir el bien, han de trabajar para acarrear el mal ». « De este axioma, agregó, emanan las prescripciones sobre hi- viene urbana, que exigen una abundante provision de aguas para los usos de la vida y demás necesidades del hombre ; los medios de darles fácil desagúe despues de utilizarlas, arrastrando consigo los productos de la economía doméstica é industrial, y la utilizacion de estas aguas, llamadas sewage por los ingleses, en la agricultura, como medio el más seguido para cerrar el círculo de la vida y de la muerte, ó sea para alimentar á la generacion que se levanta con los productos de la generacion que termina ; productos que de otro modo pasarían á este estado intermediario susceptible de producir efectos altamente nocivos, viciando la pureza del aire atmos— férico. « Pero, agregó, los principios cientificos, lo mismo que las leyes humanas, por racionales que sean, no pueden considerarse como absolutos; de otro modo bastaría un reducido número de doctrinas ó un conciso catecismo para que pudieran rejir en todo país civili- zado; siendo por lo contrario óbvio que para el conocimiento de cuslquier ramo del saber humano se necesita poseer el de muchos más ó menos allegados, á fin de poder aplicar dichos principios ó leyes á circunstancias dadas; por ejemplo, tratándose de higiene pública, segun sean las condiciones climatéricas, geológicas, geo- gráficas, la riqueza, las costumbres y demás especiales á cada país, á cada pueblo, á cada localidad. Es por esto que si bien conside- raba muy racional, bajo el punto de vista de la ciencia pura el principio de salubrificacion adoptado para Buenos Aires, no lo consideraba del mismo modo en cuanto á la aplicacion del sewaye á la agricultura, conforme había sido resuelto sin un estudio prévio y concienzudo y mucho menos aplicable entre nosotros que en otros países donde con mayores ventajas no había aún podido conse- guirse adoptarlo impunemente de un modo general. A A A e REVISTA DEL ARCHIVO 2395 « Pero aún en la hipótesis, añadió, de que las obras de salubri- ficación proyectadas y principiadas, fuesen intachables, científica y técnicamente consideradas, aún cuando las supiéramos conclui- das desde ahora; ¿podríamos considerarnos al abrigo de los peligros emanados de las causas que produjeron las calamidades citadas ? ¿Mejorarían por esto las condiciones de las materias que existan en el subsuelo de la ciudad y que representan una amenaza contí- nua contra la salud de sus hab:lantes ? «Dijo que no concebía cómo tal cosa pudiese suceder, y que estaba en contra de la opinion de algunas personas que habían supuesto esta posibilidad fundándose en la existencia de corrientes de aguas subterráneas. Negó tal acerto, y dijo que el cambio de nivel de nuestros pozos, razon alegada para probar la existencia de dichas corrientes, era debido á que ellos son con respecto al Rio de la Plata vasos comunicantes como los que sirven para demostrar una de las leyes de hidrostática ; y que las presiones ó depresiones del rio producían una columna de fluctuación en los pozos propor- cionada á la que sufre aquel, modificada por el roce, segun la distancia del pozo al rio, y por las infiltraciones superficiales de la tierra. Citó además como prueba varios análisis que ha practicado de aguas de pozo de la ciudad y de sus suburbios, de los cuales resulta que todos revelan un estado de contaminacion notable sea por la cantidad de materias orgánicas existentes, sea por el nitro como producto de la reduccion de estas : dijo que era muy frecuente encontrar una composicion muy distinta en pozos inmediatos, y que no podía suponerse que fuese por causas accidentales, pues repi- tiendo el análisis al cabo de algun tiempo vuelve á encontrarse la composicion hallada anteriormente ; todolo que desvanece la hipó- tesis sobre la existencia de corrientes subterráneas. « Agregó, en vista de esto, que no veía otro medio de destruir las causas de insalubridad existentes por efecto del acumulamiento de materjas putrefactas y putrescibles en el seno de la tierra, que acudirá los adoquines del drenage permeable. « Para fundar esta opinion, espuso ideas y ejemplos tendentes á demostrar los efectos de la putrefaceion de las materias orgánicas, segun se efectúe al aire libre ó en el seno de la tierra, deduciendo que en el primer caso no eran de temer sus efectos, mientras que en el segundo eran muy peligrosos por los productos complexos que se originan, susceptibles de esparcirse por la atmósfera y de alterar las condiciones de esta hasta el punto de contribuir al de- 954 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sarrollo de enfermedades reinantes ó de desarrollar epidemias bajo la accion de tipos especiales, como tifus, cólera, fiebre amarilla, etc., conforme á la opinion general de médicos é higienistas; y agregó que siendo la combustion incompleta por falta de oxígeno, la causa de la complexidad de las moléculas orgánicas originadas en la putrefaccion lenta, el drenage permeable tendía á reparar este defecto suministrando una corriente de aire suficiente para la combustion completa. «Al objeto de dar á comprender los efectos del drenage, bajo este punto de vista, comparó una área cualquiera de terreno des- cansando sobre un subsuelo impermeable á una maceta de flores, cuya abertura inferior se halla obstruida; de manera que el dre- nage será para dicho terreno lo mismo que desobstruir la citada abertura, ó sea restituir á dicho terreno ó á la supuesta maceta la corriente de aire y de agua que vivifica á la vegetacion y que Oxi- da las materias orgánicas evitando que se esparsan por la atmós- fera en estado de combinaciones complexas. « Es, dijo, considerando los efectos del drenage permeable que Mr. Freycinet, despues de estudiarlo bajo el punto de vista higié- nico, lo compara con el impermeable estableciendo una notable diferencia en sus efectos, por cuya razon considera al último en la categoría de los procedimientos llamados preventivos, por cuanto tienden á impedir que los líquidos servidos penetren en la tierra, previniendo su infeccion; mientras que el drenage permeable lo califica justamente de curalivo puesto que no previene el mal, pe- ro si tiende á curarlo suministrando á las materias infectantes existentes en el suelo, el oxigeno necesario para destruirlas. « Aceptando esta clasificacion como muy racional, agregó que ella venía en apoyo de su proposición sobre que las obras droyec- tadas y principiadas no remedia los peligros existentes; de manera que en su opinion el drenage permeable debía practicarse aún adritiendo la hipótesis de que dichas obras pudiesen considerar- se como medio eficaz para que fuesen desapareciendo por si solas las causas de insalubridad emanadas de los materiales acumula- dos en el seno de la tierra. Hizo sobre el particular varias obser- vaciones respecto del tiempo que dichas obras podrán estar con- cluidas, basándose en el estado actual de ellas, segun la última memoria publicada por el señor Ministro de Hacienda de la Pro- vincia, y en vista de los recursos propuestos para poderlas conti- nuar; y admitiendo como mínimo el término de 10 años, dijo, REVISTA DEL ARCHIVO 2535 ¿podemos esperar tranquilamente este trascurso de tiempo sin te- mor que se reproduzca alguna esplosion epidémica? No estaría este hecho en oposicion á lo que se ha observado en todos los pai- ses que despues de haber sufrido tales calamidades se han olvidado de prevenirse contra ellas. ¿ Y para evitarlos, había algun sacrifi- cio comparable á sus terribles consecuencias ? « Agregó luego que bajo cualquiera faz en que se considere la cuestion no existía otro remedio que proceder á la salubrificacion curativa por el drenage permeable. Esplicó luego el modo de esta- blecerlo segun la práctica general de los países que lo habían adop- tado y agregó que pudiendo ligarse ó ser independiente del imper- meable, permitía esta misma consideracion establecerlo ya desde el momento, sin que pudiera alegarse como razon de economía la conveniencia de esperar la conclusion de las obras proyectadas : que no poseía datos exactos para calcular los costos que exigiría la adopcion de dicho sistema, pero que atendida la naturaleza tosca de los materiales y la poca proligidad que requiere la colocacion de los tubos de drenage, se comprende fácilmente que no vale la pe- na de detenerse ante la consideracion de dicho costo, y menos en vista de las ventajas que ofrece; las que redundando además en beneficio de las fincas por la estension de las humedades que en la planta baja de los mismos suele siempre existir, sería fácilmen- te aceptable por los propietarios sin necesidad de imposicion oficial. « Manifestó que en la necesidad de adoptar uno ú otro de los dos drenages se decidiría sin titubear por el permeable, cuyos efec- tos son inmediatos y mil veces más económico que el impermea— ble: que estaba muy léjos de suponer que este fuere inútil; y al contrario creía que uno con otro se apoyan y complementan el sis- tema de salubrificacion por circulación contínua. » Tales fueron las ideas del conferenciante, sobre el tema que se había propuesto; agregó que tenía la convicción de que sus pare- ceres en nada harían modificar el proyecto de obras de salubridad para Buenos Aires, pero que creía útil tratar científicamente estas cuestiones. (Continuard). MOVIMIENTO SOCIAL En las siete s s"enes celebradas por la Junta Directiva durante el mes de Marzo han sido aceptados como sócios activos los siguientes señores: Pedro Bazán, Be=" nedicto Maza, Victor M. Herrera, Emilio R. Olivé, Manuel Ruiz (hijo), Alberto Fernandez Cueva, Esteban Mazini, Luis A. Huergo (hijo) é ingeniero Adolfo Ke- ravenant. Cumplidas las prescripciones reglamentarias ha sido/nombrado socio corres- ponsal en Portugal, el Sr. D. Luciano Cerdeiro, secretario perpétuo de la socie— dad de Geografía de Lisboa. Fué aceptado el cange con el Bulletin de la Société d'étude des Sciencies Na= turelles de Reims. La Facultad de Derecho y Ciencias Sociales ha donado á la biblioteca de la Sociedad 56 tésis que le han sido presentadas en los últimos años. o Se ha solicitado de las casas editoras establecidas en el país, el envío de las obras por ellas publicadas. El Sr. Ingeniero Luis Rapelli ha donado á la Sociedad veinte (20) acciones de las que fueron emitidas para la ereccion del edificio social. Con gran asistencia de sucios han tenido lugar dos interesantes visitas durante el mes trascurrido. Para la primeraen que se visitaron las obras del gran parque de las aguas cor rientes fué nombrado miembro informante el Sr. Ingeniero Jorge Duclout. En la segunda se recorrieron los trabajos del sifon del Riachuelo siendo desig- nado para informar sobre ellos el Sr. D. Tomas Chueca. El Sr. C. Dellachá, propietario de «La actualidad », fábrica de sombreros, ha solicitado una visita á su establecimiento. Los señores Iturbe y Candioti han sido comisivnados para estudiar préviamente la fábrica y poder así dar las esplica= ciones necesarias en compañía del propietario, durante la visita que tendrá lugar oportunamente. Ade es A A e LISTA DE LOS SOCIOS HONORARIOS S Dr. German Burmeister.—Dr. a: Gould.—Dr.R. A. Philippi.—Dr. Guillermo a - Cárlos Berg. CORRESPONSALES a. Arteaga Rodolfo de....... Ae ñ Montevideo. | Netto, Ladislao......... SENO a -— Ave-Lallemant, German..... Mencoza. Paterno, Manuel........ .... Palermo(lt.). -— Brackebusch, Luis. a e Cordoba? Reid, Walter F........... +... Lóndres. Carvalho, José Cárlos de...... Rio Janeiro Stróbel, Pellegrino..... ..... Parma(Ital.). Denzas. Foo crio Moncalieri (Italia) LA PLATA - Albarracin, Cárlos. - Ameghino, Florentino. - Antonini, Santiago. Arroyo, Rufino. Alvarez, Teodoro. - Battilana, Máximo. -Berretta, Sebastian. - Beuf, Francisco. Calvo, Edelmiro. - Cerdeña, Fernando. - Colombres, Justo V. Í Delgado, Agustin. - Diaz, Adriano. Ñ Abors. Enrique. y Acuña, Demetrio G. - Agote, Cárlos. Aguirre, Eduardo. - Asrelo, Emilio €. a Albert, Francisco. Aldao, Cárlos A. E Alegre, Eeonidas S. Almada Luis E. _Alrich, Francisco. Alsina, Augusto. —Amespil, Lorenzo. - Amoretti, Félix. ca Federico. es Ireneo. -Andrieux, Julio. Arata, Pedro N. z Araujo, Gregorio L.. - Archavala, Francisco. —Arjas, Bonifacio. le Arigós, Máximo. - Arnaldi, Juan B. - Arteaga, Alberto de a Cárlos. - Avenatti, Bruno. - Avila, Delfin. -Ayerza, Rómulo. Aguirre, Pedro. | - Albertolli, Gioeondo. - Babuela, Antonio. Badell, Federico Y. - Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. Bancalari, Enrique. -— Bancalari, Juan. - Balbin, Valentin. AN Diaz, Ernesto. Dillon, Alberto. Gianelli, José P. Glade, Cárlos. Guastavino, Ramon. Guido Lavalle, R. Lagos, José A. Landois, Emilio. Lanusse, Juan José. Maqueda, Joaquin. Martinez Roberto. Maso, Juan. Meyer, Ernesto. Monteverde, Luis. Moreno, Francisco P. Palacio, Osvaldo. Pando, Pedro J. Pascalli, Justo. Perdomo, Eduardo. Perdomo, Domingo. Pita, José. Preiswerty, Lucas. Ramorino, Florentino Renon, Domingo. Rivera, Juan B. CAPITAL Barabino, Santiago E. | Barberan, Abelardo. Barra, Cárlos de la. Barzi, Federico. Basterrechea, José. Bastianini, Esidio. Battilana Pedro. Bazan, Pedro. Becker, Eduardo. - Belgrano, Joaquin M. Benavidez, Roque F. Benoit, Pedro. Bergadá, Héctor. Bergallo, Arsenio. Beron úe Astrada, E. Besio, Silvio. Biraben, Federico. Blanco, Ramon € Blot, Pablo. Brian, Santiago | Bosque y Reyes, F. Booth, Luis A. Bugni Félix. Bunge, Cárlos. Burgos, Juan M. Burmeister, Carlos. Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, Jusé L. Basarte, Rómulo E. Cadrés, Jorge. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, José M. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Canale, Julio. Candiani, Emilio. Candioti, MarcialR. de Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. Caride, Estéban S. Carmona, Enrique. Carreras José M. de las Cartavio, Angel R. Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Alberto Casal Carranza, Roque. Cascallar, Joaquin. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castilla, Eduardo. Castro, Ramon B. Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cejas, Agustin. Cerri, César. Chanourdie, Enrique. Chapeaurouge, Carlos. Chueca, Tomás. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cobos, Norberto. Coghland, Juan. Coni, Pedro. Cominges, Juan de. Coronell, J. M. Coronel, Policarpo. Correas, Alberto. Corti, José S. Costas, Rodolfo. Courtois, U.. Romerc, Julian. Sal, Benjamin. Seguí, Francisco. Sienra y Carranza, L. Spegazzini, Cárlos. Spotti, César. Tapia, Francisco, Tapia, Pastor. Trachia, Adolfo. Villamonte, Isaac. Weigel, Emilio C. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos $. Cuenca, Felipe. Correas, Waldino. Campo, Leopoldo del. Darquier, Juan A. Dawney, Carlos. Dellepiani, Juan. Dellepiani, Luis J. Diana, Pablo. Diaz, Abel. Diaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro. Dillon Justo R. Dominguez, Enrique Domínico, Augusto G. Doncel, Juan A. Dubourcg, Herman. Duclout, Jorge. Durrieu, Mauricio. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F. Echagiúe, Cárlos.. Eizaguirre, Ignacio. Elguera, Eduardo. Elordi, Alberto. Elordi, Martin. Escobar, Justo V. Espinosa, Adrian. Esquivel, José. Estrella, Guillermo. Etcheverry, Angel. one iRedro a Ezquer, Octavio A. Fernandez, Daniel. Fernandez, Fernandez, Ladislao M. Fernandez. Pastor. - Fernandez Blanco, €. Fernandez, C. Alberto Ferrari, Rómulo. Ferrari, Santiago. Ferrer, Jorge F. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Forgues, Eduardo. Frogone, José l. Frogone, José Y. Fuente, Juan de la. Funes, Lindoro. Gainza, Alberto de. Gallardo. Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Garcia, Eusebio. Garcia, Francisco J. Gastaldi, Juan F. Gayangos, Julio E. de Gentilimi, Pascual. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gioachini, Arriodante. Girado, José 1. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gunzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Daniel M. Gramondo, Ernesto. Guerrico, José P. de Guevara, Ramon. Guevara, Roberto. Guglielmi, Cayetano. Gúnther, Guillermo. Gutierrez, José Maria. Haft, Federico G. A. Hainard, Jorge. Herrera Vegas, Rafael. Herrera, Victor M. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Huidobro, Luis. Inurrigarro, T. M. José Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Iturbe, Octavio. Isnardi, Daniel. Jacques, Nicolás. Jaeschke, Victor J. Jasidakis, Juan. Jauregui, Niculás. Jaureguiberry Enrique Koslowsky, Julio. Krause, Otto. Krause, Eduardo. Krause, Domingo. Honorato. Kyle, Juan UN q Keravenant, Adolfo. Labartho, Julio. Ñ Lafferriere, Arturo. Lagos, José M. ' Langdon, Juan A Languasco, Domingo. Lanús, Juan. C. Larguía, Carlos. Lavalle, Francisco. Lavalle, José P. Lazo, Anselmo. _Leconte, Ricardo. Lecureux, Gaston. Leon, Rafael. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Ramon. Lopez Saubidet, Pp. Loudet, Osvaldo. Llosa. Alejandro. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velazco, Sdor, Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Lynch Arribálzaga, F. | Lagos, Bismarck. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Mallol, Benito Mandino, Oscar. Manterola, Luis C. Manñé, Cárlos. | Marini, A. Mariño, José. Martinez, Carlos. E. Maschwitz, Cárlos. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Mattos, Manuel F. de. Maza, Fidot. -Maza, Benedicto. Medina y Santurio, B. Mendez, Teólilo EF. Mendoza, Juan A. Meza, Dionisio C. Mezquita, Salvador. Maupas, Ernesto. Molina Civit, Juan. Molina Salas, Cárlos. Molinari, José. Molino Torres, A. Mon, Josué R. Moneta, José. Montes, Juan A. Moog, Fernando. Moores, Guillermo. Morales, Cárlos Maria. Mors, Adolfo. Moyano, Cárlos M. Murzi, Eduardo. . z Mendez, Teófilo F. Matienzo, Emilio. Nocetti, Domingo. Nocelti, Gregorio. Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel S. Ochoa, Juan M. Ojeda, José T. | Olivé, Emilio R. Olivera, Cárlos €. Olmos, Miguel. á Oribe; Frauciso ha -Orzabal, Arturo. a : Otamendi, Eduardo. Ñ Otamendi, Rómulo. o LISTA DE Socios Continua Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Oyuela, Wenceslao. O'Donell, Alberto €. Padilla, Emilio H. de | Palacios, Alberto. Palacio, Emilio. Paguet, Cárlos. Pawlowsky, Aaron. Pelizza, José. Pereyra, “Horacio. Pereyra, Manuel. Pelit de Murat Czar. Philip, Adrian. Piana, Juan. aan Piaggio, Pedro. Pico, Octavio S. P idelaserra, Jaime. Pirovano, Ignacio. Pirovano, Juan. Posadas, Vicente. Pons, Miguel B. Puyrredon, Honorio. Pozzo, Segundo. Puig, Juan de la Cruz. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel. M. Pico, Pedro P. Quadri, Juan B. Quesnel, Pascual. Quijarro, José A. Quintana, Mariano. Quiroga, Atanasio. Ramallo, Carlos. Ramirez, Fernando F.. Ramos Mejia, Ildefso P Rams, Estevan. Rapelli, Luis, Rebora, Juan. Repetto, José. Riglos, Martiniano. Rigoli, Leopoldo. - Robin Rafael, P. Rodriguez, Fermin. - Rodriguez, Eduardo S. Rocamora, Jaime. Rodriguez, Andrés E. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Martin. Rodriguez, Miguel. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Roselti, Emilio. Rospide, Juan. Shit? Schróder, En Schwartz, | “Silveira, L Simonazzi, -Stavelius Stegman Súnico, Víctor. ; Tedin, Virgilio. Tessi, "Sebastian" ¿Es Thedy, Héctor. Thompson, Ica 0 Torino, Desiderio. Tornú,. Elias. Treglia, Ho Trifoglio, Ricar Tressens, José . Tzaut, Constant Vedoya, Joa Vernaudo A Viñas, Urqui ; Villanueva ; Ay illegas, Ruiz de los Llanos R.| Vine Ruiz, Manuel. Romero, Alfredo. Recalde, Felipe. — Renaud, Eugenio. Romero Emilio. - Romero, Luis as ' Saccone, Enrique. Sagastume, IC Sagastume, José. M.. Saguier, Pedro. - Salas, Estanislao. Salas, Julio S. DE de JIEDAD, CIENTÍE ARGENTINA SO E RR AÁAAU;> = 3 = le = P¿Uzz . Por consiguiente, siendo el punto Uz, el medio del segmento 2n- terior P.P;, tendremos que el punto Uzg cuya distancia á U;z» es un cuadrante, es el medio del segmento exterior P¿P,. Si se considera uno de estos puntos como centro del segmento, su polar se llama eje del mismo, y, por lo visto; es la normal á la recta P2P,, en 260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ABGENTINA el otro punto medio. Por ejemplo, si Pz es el medio, ó centro, de U»U:., p. es el eje de este segmento, y pasa por el otro punto medio P,; si al contrario se considera P, como centro, pz, que pasa por P,, es el eje correspondiente. Si se abate el plano de la figura sobre sí mismo alrededor de DD, como eje, el círculo en el infinito, E, que gira alrededor de uno de sus diámetros, D,D;, se abate sobre sí mismo, y las tangen- tes D¿U,2 y D¿U,z se permutan entre si, lo mismo que D,Uz y D¡Uz; las rectas U;U¡» y U2Us se abaten sobre sí mismas, pues este movi- miento no es más que una permutacion de U;z por U;z y de Us, por Us, ; luego, aquellas rectas son normales al eje de rotacion, y pasan por su polo Uz,. De la misma manera se vería que UssUz y UjUs: pasan por el punto Uz,, y que por consiguiente: El cuadrilátero formado por 4 tangentes ád una seccion conca (Us, Usz, Ue, Y), y el cuadrángulo formado por sus 4 puntos de contacto (Uz,, Uss, Us, Uy») ienen los mismos centros y ejes, Yy determinan un solo imángulo autopolar, P,P.P,. Habríamos llegado á las mismas conclusiones partiendo dela figura 43. En lugar de las tangentes Us, y %13, que se pueden trazar á 2, desde un punto P,, imaginario ó exterior á 2, y de los puntos de contacto Uy, y U,, sobre estas tangentes, habríamos tenido los puntos de interseccion que se pueden obtener con *, sobre una recta po, real'ó interior á *, y las tangentes Uy, 41 en estos puntos. La figura no habría cambiado, solamente se habría sustituido á la tangente su punto de contacto, y recíprocamente. Además, es visible que las tangentes á 2 por U;z» y Uz, tienen por puntos de contacto los de interseccion de las rectas D¿D, y D,D, con Y, pues estas rectas son las polares, uz» y Uzs, de aquellos puntos; y como P, y P, son los medios de Uz¿Us?, y P3, Pe los ejes de este seg- mento, resulta de lo anterior que si por los puntos U;z y Uzs se trazan las 4 tangentes á *, ellas se cortan dos á dos sobre las polares p» y ps, pues el triángulo autopolar determinado por el cuadrilátero que forman aquellas taugentes, es el P¿P,P, = pip:ps- Combinando 4 á 4 las ocho tangentes trazadas á 2 por P», P3, Uxs y Usa, y los ocho puntos de interseccion con 2 de Po, P3, Use Y Uzzs y á su vez los nuevos puntos y tangentes obtenidos de esta manera, entre sí y con los puntos y tangentes anteriores, etc., podrían multiplicarse infinitamente las propiedades de los polígo- nos de un número par de lados circunscriptos á 2, y que desempe- LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 261 ñarían el papel de poligonos regulares, pues todos sus ángulos serían iguales entre sí, así como sus lados, si se considera % como círculo en el infinito, ó bien como círculo de centro P,. Obtendríamos tambien de esta manera la subdivision en un nú- - mero creciente de partes, igual á cualquier potencia entera y po- sitiva de 2, del ángulo recto P,, y de la recta imaginaria p,. Construccion lineal de la polar y del pólo, con relacion ú una có- meca dada. — Pero la consecuencia más importante del teorema relativo al triángulo autopolar formado por los centros y ejes de un ( cuadrángulo inscripto ), : e e ., (4 una seccion cónica, es la manera de cuadrilátero circunscripto) construir, con la sola regla, la polar de un punto, ó el polo de una recta con relacion á una cónica dada. Sea P” (fig. 44) (1) el punto cuya Sea p (fig. 45) la recta cuyo polo polar se pide con relacion á la có se pide con relacion á la cónica 2%. nica *. Se trazan por P dos rectas Se eligen en p dos puntos en que pa- que corten 2 en puntos A, B, C, D. sen tangentes a, b, c, d, á *. p es P es uno de los centros del cuadrán— uno de los ejes del cuadrilátero abcd. gulo ABCD. Los otros dos centros se Los otros dos ejes se encuentran en encuentran sobre la polar buscada. el polo buscado. Esta construccion es siempre posible. Además, pueda repetirse tantas veces como se quiere, y obtenerse tantos puntos de la po- lar, ó tantas rectas por el polo, como lo requiere la exactitud de la construccion. Las figuras 44 y 45 demuestran esta construccion para los pun- tos P,, P., Py, Ó paralas rectas p,, Pz, pz. Dado el punto P,, por ejemplo (fig. 44), se obtienen los puntos P; y Py de la polar p,, como puntos diagonales, ó centros, del cuadrángulo ABCD, en las intersecciones de AB con CD y de B€ con AD. O bien se obtiene la polar p, de P», como recta de union de los puntos AC. BD =P, y AD. BC =P.. A veces, puede no convenir trazar tangentes á la cónica para en- contrar el polo de una recta; entónces, sobre la recta dada, p,, por ejemplo (fig. 44), se elije un punto cualquiera P., y se busca su polar p,, como eje correspondiente á P, en un cuadrilátero cual- quiera ABC'D', determinado sobre la cónica 2 por dos secantes cualesquier por P,. p, corta p, en otro punto Pz; se juntan A y B (1) En las figuras, el punto P es uno cualquiera de los puntos P,, P, ó P,, por - cuya razon no le damos índice alguno. 2692 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA con P, cuyas rectas cortan la cónica en D y €; las rectas AC y BD es cortan en P,, que es el polo buscado. O bien, si Pz se encuentra en una posicion incómoda para la construccion, se elije otro punto cualquiera Q de la recta p,, y se determina su polar q; esta corta la pz en el polo buscado P,, pues la recta de union de los puntos Pz y Q es la polar del punto de in-= terseccion de sus polares p» y 4- Al contrario, si no se quisiera hacer uso de la construccion de los puntos de intersección de rectas con 2, sinó al contrario de las tangentes, se haría la construccion recíproca de la anterior, la que es demasiado evidente para detenernos en ella. Esta construccion permite tambien trazar las tangentes de un punto á una cónica, y fijar sus puntos de contacto: son las rectas que unen este punto con los puntos de intersección de su polar con aquella cónica. La recíproca es evidente: los puntos de intersec- cion de una recta con una cónica, son los puntos de intersección de esta recta con las tangentes de su polo á aquella cónica. Polo de la tangente 4 una cónica, y recíproca. —El polo de una tangente á una cónica YE es su punto de contacto, y la polar de un punto de Y es su tangente. En efecto, si el punto P, (fig. 46) se acerca mucho á 2, y sl tra- zamos dos rectas P¿AB y P2CD, los puntos A y €, se encontrarán muy próximos uno de otro. Construimos los centros y ejes del cuadrángulo AB€D. P, se encontrará muy próximo de P, y, al límite, la figura 46 degenera en la figura 47; los + puntos P,, A, € y P, se confunden, la recta AC coincide con la polar p, =P; P,, y con la tangente en P. á la cónica. El triángulo autopolar P, P»P, degenera en la sola recta P. P,, el punto P, se confunde con P», y el punto P; es cualquier punto de la tangente po. Algunas propiedades de las rectas asótropas. — Siguiendo en la misma figura 47, vemos que cualquier punto P, de la tangente p, al círculo en el infinito 3, determina con el punto de contacto P, de dicha tangente un triángulo autopolar. Si P, y P, son dos puntos distintos en la tangente p,, resulta que P,P. =P,P.=un cuadrante, lo que requiere que P¿P, es igual á cero, cualesquiera que sean los puntos P; y P, de la tangente en P.. En otros términos : | LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 263 La distancia de dos puntos cualesquiera de una recta isótropa (tangente al círculo en el infinito) es nula. Este resultado no es más que la recíproca del teorema que de- mostramos antes (1): Rectas concurrentes á un mismo punto del circulo en el infinito, hacen ángulos nulos entre st; pues trasfor- mando este teorema por polares recíprocas absolutas, obtenemos en lugar del punto del círculo en el infinito, una recta tangente á este mismo círculo, polar de aquel punto, y en lugar de las rectas que se encuentran en dicho punto, sus polos que se encuentran en aquella tangente; el final del mismo teorema espresaba que estas rectas «son todas normales á la recta isótropa que pasa por aquel punto», y su recíproca nos dice que «estos puntos (los de la tan- gente ó recta isótropa considerada) están todos á la distancia un cuadrante del punto de contacto que se encuentra en aquella tan- gente ». En efecto, sabemos que la distancia entre dos elementos es igual á la distancia entre sus recíprocas polares absolutos (2); para ello es suficiente que elijamos como unidad de longitud la del cuadrante, y el ángulo recto por unidad de ángulo, como ya lo hicimos en geometría elíptica, en el capítulo IV (3). Entónces, la figura recíproca de dos rectas normales, cuyo ángulo ó distan- cia es «un cuadrante», está formada por dos puntos que se en- cuentran á la distancia «un cuadrante» uno de otro; en efecto, rec- tas normales son tales que cada una de ellas pasa por el polo de la otra, como lo son por ejemplo p, y pz en la figura 44, mientras que sus polos P, y P, se encuentran á «un cuadrante » uno de otro (4). Asímismo, vimos (fig. 47) que P¿P,, ó P,P, forman un triángulo (1) Véase, Tangentes al córculo en el infinito, ó rectas isótropas, y espe cialmente la nota al pié de la página 169. (2) Véase capítulo IV, La distancia entre dos elementos es igual d la de sus conjugados absolutos, y la observacion en el capítulo VI, Objetividad de los ele- mentos imaginarios, sobre la conservacion en geometría hiperbólica de todas las propiedades de polaridad encontradas al estudiar la geometría elíptica en el capítulo IV. (3) Véase capítulo IV, Unidad de distancia entre puntos, rectas y planos. Es evidente, sin demostracion alguna, que los párrafos que preceden aquél, re— lativos á la medicion del ángulo plano y del diedro, se conservan idénticos en geometría hiperbólica, visto que se han establecido abstraccion, hecha de cualquier hipótesis, respecto á la forma de la recta. (4) Esto resulta además de la definicion misma del polo y de la polar; véase capítulo VI, Determinacion del punto imaginario, página 162, y Definicion ge neral del cuadrante, página 163. E 264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA autopolar, y que, por consiguiente, la distancia de P; ó P,, ó de cualquier otro punto de la recta isótropa, p,, á su punto de con= tacto, P,, es un cuadrante. Desarrollando más el resultado que precede, y recordando lo de- mostrado anteriormente, de que la distancia entre dos puntos con- secutivos del círculo en el infinito es indeterminada, encontramos que se puede atribuir á la distancia de dos puntos tales, no sólo todo valor numérico comprendido entre cero y el infinito, sinó tambien cualquier valor comprendido entre cero y un cuadrante; en efecto, el punto de contacto P,, puede considerarse ad libitum como posicion límite del punto Pz que se acerca indefinidamente á P,, en cuyo caso la distancia PP, tiene como límite el valor cons- tante P,P,, que es un cuadrante, ó bien puede considerarse como límite de dos puntos P,P, que se van acercando el uno á P, y el otro al punto infinitamente próximo P,: en este caso la distancia P,P, es el límite de P¿P,, cuyo valor es constante é igual á cero. Podemos además considerar como nula la distancia de P, á Pz, y asignar un valor cualquiera á PP, (fig. 48); por consiguiente, podemos asignar cualquier valor finito á la distancia : P.P, = P;P, + P2P, = cero + una distancia real indeterminada. S1, al contrario, admitimos para P;P, el valor «un cuadrante» : tendremos que P.P, = P¿P, + P»P, =un cuadrante + una distancia real indeterminada. Es decir, igual á la distaucia de cualquier punto real á un punto imaginario arbitrariamente elegido. Por consiguiente: La distancia de cualquier punto de una recta 1sótropa hasta el punto de contacto de dicha recta con el circulo en el infinito, es inde- terminada, en el sentido de que se puede admitir que esta longi- tud sea igual á cualquier longitud real ó imaginaria, sin que las consecuencias de los raciocinios que se hagan basándose sobre ello dejen de ser perfectamente exactos. La proposicion recíproca es que: el ángulo de cualquier recta que pasa por un punto del círculo en el infinito, con la tangente á este círculo en aquel punto, es indeterminado. En efecto, una tan- gente al círculo en el infinito 2 en un punto P,, p. e, (fig. 49), puede considerarse como límite de una recta cualquiera 4, que LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 265 pa pase tambien por P,, y gire al rededor de este punto acercándose siempre á p, ; el ángulo de a con otra recta bh por P, es constante é igual á cero, de suerte que, al límite, el de p, con b será tambien igual á cero. Si, al contrario, se considera que el ángulo de a con p; es constante é igual á un cuadrante (un recto), se ve que el án- gulo de una recta isótropa con cualquier recta que pasa por su punto de contacto con el círculo en el infinito puede indiferente- mente suponerse igual á cero ó áun cuadrante; observando que una misma magnitud no puede ser igual á dos otras distintas una de otra, á menos de ser indeterminada, resulta la exactitud de la recíproca enunciada. Habríamos podido evitar toda la demostracion anterior, basán- donos en la propiedad, ya enunciada, de que la distancia entre dos elementos, es igual á la de sus elementos polares recíprocos. Pero es conveniente penetrarse bien de la verdad que encierran las pro- piedades fundamentales de las rectas isótropas, y ver con claridad que son la consecuencia lógica de las nociones elementales de adi- cion de distancias y de ángulos, y de nuestro concepto del infi- nito. Normales á una recta asótropa. —S1 p, (fig. 47) es una recta 1só- tropa, su polo es su punto de contacto P,; si desde cualquier pun- to A queremas trazar una normal á P,, no tenemos más que unir A con el polo de p,. La recta AP, es, pues, normal á p,; pero p, pasa tambien por su polo P,; se ve, pues, que «una recta asótropa es nor- mal á si misma », y como dos rectas que se cortan sobre el círculo en el infinito son paralelas, «toda recta paralela á una recta 156- tropa le es tambien normal, y una recta asótropa es normal y para- lela ú si misma» . La contradicción aparente de estas verdades es muy á propósito para hacer resaltar ciertos puntos de contacto, que irán esclare- ciéndose poco á poco en el curso de este estudio, entre la geome- tría absoluta, y la euclideana; en esta última tenemos tambien rectas normales á sí mismas, y una de ellas, de que continuamente hace uso la geometría proyectiva la más elemental, es la recta en el infinito, que en el caso de esta geometría viene á sustituir el círculo en el infinito; en efecto, la recta en el infinito contiene la direccion de todas las rectas del plano, ó sea sus puntos en el infi- nito; por consiguiente, es paralela á cualquier recta a, y entre otras á sí misma; pero, esta recta en el infinito contiene tambien la di- 266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA reccion de la recta 6 normal á a, y es, pues, paralela á esta nor- mal, es decir que es normal á la recta a, normal á todas sus para- lelas, y normal á sí misma. Se ve que no hay más contradiccion en lo que hemos demos- trado relativamente á rectas isótropas, que en cualquier teorema de geometría ordinaria. Al estudiar el modo de medir los ángulos y segmentos encontraremos, además, la comprobacion numérica de todas estas propiedades de las rectas isótropas. La distancia de cualquier punto A (fig. 47) á la recta isótropa ps, que es la longitud de la recta AP,, perpendicular trazada de Aá ps, es siempre infinitamente grande, pues P, es un punto del círculo en el infinito 2, y AP, es, pues, infinitamente grande por definicion. Esta proposiciones simplemente la inversa de esta otra esta- blecida antes: la distancia de una recta cualquiera del plano á un punto del circulo en el infinito, es infinitamente grande. Más adelante tendremos ocasion y necesidad de volver sobre es- tas y otras propiedades de las rectas isótropas. Por ahora seguimos desarrollando las consecuencias de los teoremas, antes establecidos, : (| cuadrángulo inscripto ),__,. relativos al ; a AI CÓMICA: (cuadrilátero circunscripto Perspectiva involutiva. —Sea AA'BB” un cuadrángulo cualquie- ra inscrito en una cónica *%, imágen del círculo en el infinito (fig. 50, a y b). Sea P, el punto de intersección de los lados diagonales AA' y BB' y P», P; los otros dos puntos diagonales ó centros del cuadrángulo; la recta P.P, es la polar de P, con respecto á la có- nica *; es un eje p, del cuadrángulo dado, y los otros dos lados del triángulo autopolar P,P,P, son sus otros dos ejes, y son tam- bien las polares p, y pz de los dos otros centros P. y Pa. Tomemos como centro de perspectiva el punto P,, y como eje de perspectiva su polar p,; sabemos que si suponemos conocidos, ade- más de estos elementos, un par de elementos correspondientes, toda la perspectiva está determinada (1). Como elementos corres- pondientes elejimos A y A'. Entónces, si buscamos la imágen de B, la obtendremos, uniendo AB, que corta el eje perspectiva en P,, en la interseccion del rayo proyectante P,B con la recta AP, pro- yeccion de AP, es decir, por construccion, en B/. (1) Vease capítulo VI, Perspectiva en el plano y en el espacio, página 216, donde está demostrada esta proposicion. a LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 267 Para obtener la perspectiva de otro punto, €, de la cónica, tra- zamos el rayo P,C, y juntamos el punto €. con cualquier otro pun-= to de la cónica, cuya perspectiva se conozca préviamente, por ejem- . plo, con A ó con B; la recta AC corta el eje de perspectiva en P,, y P,A' es la perspectiva de P,A. El punto €” se encuentra en la in- terseccion de P,A” con P,A. Pero, en virtud del teorema sobre los ejes y centros de un cua- 2rángulo inscrito en una cónica, si hubieramos prolongado el rayo P,A, que penetra en el interior del círculo Y, hasta encontrarlo en otro punto €* (el punto de salida «le la recta P,A que penetra en el interior de * considerado como circulo), las rectas AC y A*C* tendrían que cortarse sobre la polar p, del centro P, del cuadrán- gulo AA'C*C, es decir que A'C* pasaría por P,, y que €* y €” coin- ciden. De la misma manera se vería que, en general, la perspec- tiva de un punto cualquiera E de 2 es el otro punto de intersección E', del rayo proyectante P,E, con la cónica 2. Si, en lugar de con- siderar A' como imágen ó perspectiva de A, lo consideramos como punto de la figura original, y lo designamos con D, su perspectiva D' es el punto A mismo, pues las rectas CD y C*D” se cortan sobre el eje de perspectiva p, en virtud del mismo teorema relativo al cuadrángulo. En resúmen: St se toma como centro de perspectiva un punto del plano, como eje su polar con relacion d una cónica Y, y como par de ¡puntos correspundientes dos puntos de esta cómca almneados con el centro, la cónica E es perspectiva de sí misma en el sistema con- siderado. El sistema perpectivo obtenido goza de esta importante propiedad de que, si 4 un elemento E considerado como original, le corresponde otro FE” como perspectiva, reciprocamente, á E' considerado como original, corresponde como perspectiva el mismo elemento anterior E. En efecto, sea F un punto del sistema original; juntemos BF que corta en P, el eje de perspectiva P,; tracemos BP;, el rayo P,B corta esta recta en B”, perspectiva de B. Observemos ahora que, si con- sideramos 2 como círculo en el infinito, la recta P,BB”, que pasa por el polo de p,, es normal á p,, y la corta en el punto B* medio de BB”, como lo demostramos al establecer la propiedad de los ejes del cuadrángulo (1); así mismo, la recta P,FF” corta nor- (1) Véase el teorema sobre el cuadrángulo inscripto y el cuadrilátero circuns- cripto una seccion cónica en este mismo capítulo, página 258. 268 .- ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA malmente p, en un punto F”; además, la recta FB y su perspec- tiva F"B” cortan 2 en dos puntos G y G” perspectivos el uno del otro, pues 2 es perspectiva de sí misma; los puntos G y G” están pues alineados ea un mismo rayo proyectante P,GG”, normal á Pi, y que la corta en un punto 6”, medio de 6G'. Abatiendo el plano sobre sí mismo, al rededor de p, como eje, el círculo en el infinito 2 se abate sobre sí mismo (1), B” sobre B, G' sobre G- y recíproca- mente, P, queda inmóvil, y FF” normal á p, se abate sobre sí mis- mo; el punto F' abatido caerá pues, á la vez sobre FE” y sobre P.BG, es decir, en la intersección, F, de estas dos rectas; de la mis- ma manera se vería que F cae sobre F”; el punto F” situado sobre el eje de rotacion queda inmóvil, y los segmentos F”F y EF” son iguales entre si. Uniendo B'F y BF”, estas dos rectas se superponen tambien una á otra, y de ahí se deduce que su punto de interseccion P,, que no cambia de lugar, se encuentra sobre el eje de rotacion p1;5 de suerte que si hubieramos tomado F* como original, para obtener su imá- gen habríamos tenido que trazar BA”, que corta el eje de perspee- tiva en P;,', y la interseccion de P;,'B” con el rayo proyectante P,F” nos habría dado la imágen de F”, que no es otra que el mis- mo punto F. A una recta FK (fig. 50e) del original corresponde como imágen otra, F'K” ; ambas se cortan sobre el eje de perpectiva en P,, y las rectas FF”, KK” son normales á p,, que las parte por la mitad ; eli- jiendo la recta E” K” como original, se obtiene, recíprocamente, como imágen, la recta FK, pues la imágen de F' es F, y la de K' es K. Queda, pues, bien comprobada la proposicion expresada al prin- cipio de esta demostracion : los elementos de la figura original y de su perspectiva se pueden permutar unos por otros. Cuando dos formas geométricas superpuestas corresponden entre sí de tal ma- nera que á un elemento A de la una corresponda el A' de la otra, y que si se considera el A* como elemento de la primera forma, llamándolo B por ejemplo, le corresponda, en la segunda forma, un B' que coincida con A, es decir, cuando los elementos corres-- pondientes son permutables entre sí, se dice que las dos formas son formas correspondiente en INVOLUCION. (1) Esto resulta de que cualquier recta, como p, por ejemplo, es un diámetro del círculo en el infinito, y que un círculo se abate sobre sí mismo por rotacion al rededor de un diámetro; es precisamente la propiedad en que se basa la de- mostracion anterior del teorema sobre el cuadrángulo inscripto á una cónica. LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA 269 En el presente caso se trata de dos formas perspectivas en involu- cion. Ya hemos encontrado otras formas que gozan de esta propiedad ; por ejemplo, la polaridad recíproca. En esta, á un punto A, consi- derado como sosten de una radiacion plana, corresponde como polar recíproca una série de puntos en línea recta ó puntual, a; si, al contrario, consideramos la puntual como figura original, y to- mamos las polares de todos sus puntos, la figura recíproca coinci- dirá con la A: será el mismo punto anterior considerado como sosten de la radiacion que forman las polares de todos los puntos de la puntual. Involucion y simetria. — La figura 50c llama la atencion sobre otra propiedad importante de la perspectiva involutiva. Las rectas KK”, FE” son normales al eje de perspectiva que las corta en sus puntos medios K”, F”; es decir, que la figura perspectiva (K”, E”, etc.) es simétrica de la figura original, con relacion al eje de perspec- tia p. Y recíprocamente, dos figuras simétricas, como F'K' y FK en la figura 50c, son perspectivas una de otra para el eje de sime- tría como eje de perspectiva, y para el punto de encuentro de las normales KK', FF” etc., como centro de perspectiva; este punto de encuentro es precisamente lo que hemos definido como punto awmagmario (1), y especialmente como polo absoluto de p,, es decir, como polo de p, con relacion al círculo en el infinito *. Pero estas perspectivas involutivas no solo son figuras simétricas una de otra con relacion ú un eje, el de perspectiva, sinó que son tambien simétricas con relacion á un centro, el de perspectiva, si se considera la cónica 2 como imágen del círculo en el infinito. En efecto (fig. 50 a y b), si L es un punto del original, es el si- métrico de su imágen L', con relacion á p,; luego p, corta LL” normalmente en su punto medio L” ; como P, es el polo de p,, P,L” es una constante para todos los pares de puntos homólogos, y es igual á un cuadrante, k; entónces PL = ELLA LL =P De; esto prueba que dos puntos correspondientes cualesquiera del ori- É (1) Véase capítulo VI Lineas equidistantes de una recta, página 121 y si- guientes. En el mismo capítulo, página 162: Determinacion del punto imagi- nario por elementos reales, y especialmente, página 164: Las normales d una recta, ó 4 un plano, concurren 4 su polo absoluto. 970 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ginal y de su perspectiva involutiva, están simétricamente situados con relacion al centro de perspectiva P,. En resúmen : Dos figuras situadas en el mismo plano, y simétricas con relacion á un cierto eje, centro, soy. tambien simétricas con relacion á un cierto centro, que es el polo absoluto eje, que es la polar absoluta del eje de simetría del centro de simetría Dos figuras simétricas con relacion á un cierto eje, centro, son perspectivas involutivas una de otra, con relacion al eje de simetría como eje de al centro de simetría como cen- perspectiva, y á su polo abso- tro de perspectiva, y á su polar luto como centro de perspe— absoluta como eje de perspec- tiva. tiva. El círculo en el infinito es simétrico de sí mismo con relacion á cualquier recta del plano como eje de simetría, ó á cualquier pun- to del plano como centro de simetría. Las propiedades de simetría son de capital importancia en todos los fenómenos naturales, y aún en los de nuestra concepcion; es por esto que la involucion, y especialmente la perspectiva involuti- va, desempeñan un papel dominante en geometría, segun veremos en el curso de este estudio, y como es bien sabido de todos los que se han ocupado de geometría. (Continuard). LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA,ETC. per VorcE DUCLOUT QUe | ¡N Ñ A Fi. 42. ' a S lu 3 b E q. e LE q rin e = pS f HS 5 > .. LÑ E pa gob e . 4 1 ñ La o e rg e a o Medal tr A pego > y dl Ú z DUGLOUT TC. Por VozS sE 4 LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRIA LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA ETC. par VoRGE DUGLOUT poc aa A O ye Cra lA LOS FUNDAMENTOS DE LA GEOMETRÍA ETC. por VORGE DUCLOUT e / | y ASLTAE z Dl E had ts 1 pd e a » «LA ACTUALIDAD > FÁBRICA NACIONAL DE SOMBREROS Señor Presidente de ta Sociedad Cientifica Argentina. Designados por la Junta Directiva que Vd. preside para dar cuenta de la visita efectuada en la mañana del 12 del corriente, por la Sociedad Cientifica á la fábrica de sombreros de D. Caye- tano Dellachá, tenemos el honor de elevar al señor Presidente el presente informe, procurando hacer una descripcion de tan im- portante establecimiento y detallar las operaciones de la indus- tria que en él prospera, cuyo conocimiento es necesario tratar de divulgar. Instalacion. — La fábrica está situada en las manzana formada por las calles de Solis, 2* Patagones y 19 A, cuya superficie es de nueve mal ochocientos metros cuadrados. Comprende ocho cuerpos de edificio con distribucion adecuada en conjunto y al destino es- pecial de cada uno de ellos, ocupando una área total de cuatro mal doscientos metros cuadrados. El primero de estos cuerpos es de dos pisos, siendo ocupado el inferior por la administracion de la fábrica, las habitaciones de los empleados y la portería, que permite vigilar la entrada y sa- lida de los obreros. En el piso superior está la habitacion del propietario y los sótanos están destinados á depósito de las mer- caderías; ocupa este cuerpo de edificio una estension de quinientos metros cuadrados. El segundo cuerpo se estiende en una superficie de un mal sete- cientos metros cuadrados ; está dividido en tres secciones, de tres pisos cada una, con sus respectivos sótanos en comunicacion con los del cuerpo anterior, hallándose instalados en él: los almace- nes de materias primas, los talleres de preparacion de las lanas y Ea 7jó ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pelos, de hacer las embastiduras, de refinacion de los fieltros; las máquinas de prensar y planchar, los talleres de apropiaje y ulti- macion de los sombreros, así como las de embalaje y espedicion, que comprenden una fábrica de cajas de carton. Este edificio es el más importante del establecimiento y su construccion afecta. una acertada distribucion, habiéndose empleado en ella buenos materiales. El tercer cuerpo está destinado á la fula y enformadura de los sombreros de lana y de fieltro; ocupa una superficie de setecientos metros cuadrados. En el cuarto cuerpo hállanse instaladas la tintorería, el lava- torio y las estufas de secamiento de los sombreros, con un sótano para depósito de drogas, cubriendo una área de quimentos metros cuadrados. El quinto cuerpo, contiguo al tercero, se halla ocupado por los generadores del vapor y el gran motor á condensación de 150 ca- ballos. Al lado se ha construido un pozo semi-surgente, dotado de bombas que llenan de agua un depósito subterráneo. En el tercer piso, sobre el motor, existe un depósito de agua corriente de cien metros cúbicos de capacidad; el segundo piso en comunicacion con el taller de apropiaje, está ocupado por las hornallas de ca- lentar las planchas á mano. Este cuerpo abarca doscientos cuarenta metros cuadrados de terreno. En el sexto cuerpo, aislado de todos los demás, funcionan la herrería y el taller mecánico; la carpintería y tornería para la preparacion de las hormas de madera; cubre el todo una área de doscientos metros cuadrados. La fundicion de las hormas de zinc y otros útiles de metal, ocu- pa el sétimo cuerpo de edificio, que consiste en un sótano de se— senta metros cuadrados. Finalmente, para la caballeriza y abrigo de los carros de la fá- brica, y habitacion para doce peones, hay un octavo edificio que cubre un paralelógramo de trescientos metros cuadrados. Enumeradas las diferentes partes del establecimiento, entrare- mos á describir la elaboracion de los sombreros anotando las fases sucesivas que toma esta prenda del vestido humano, cuyo uso data del siglo xrv en que se generalizó, habiendo servido antes de distintivo especial del clero, que hoy se ve obligado á usarla de formas estrañas. Distinguiremos á objeto de esta descripcion, dos clases de som- «(LA ACTUALIDAD » 973 breros : los de lana y los de fieltro que son los que prepara, en su inmensa variedad, este establecimiento, porque las primeras ope- raciones de su elaboracion son diferentes. SOMBREROS DE PELO. — La tela que constituye el sombrero de fieltro está formada de pelos finos, de diversas pieles, mezclados. El me- Jor pelo es el de castor, pero su elevado precio restringe mucho su empleo. El señor Dellachá, afanoso por hacer uso de las materias primas del país, utiliza principalmente la piel de nutria que consigue con relativa facilidad, mezclando el pelo de ésta á los de la liebre de Francia y Asia y del conejo (garonne) de Escocia, que son muy es- timados. Utiliza tambien pieles de conejo del país y no pierde oca- sion de aconsejar la cría de estos en regiones frias de la repúbli- ca, como una industria de provechosos resultados para quien la emprendiera en grande escala y que requeriría un capital insig- nificante. Se provee tambien de pieles de vicuña y alpaca, aunque no en el grado que desea, por la dificultad de conseguir tanto es- tas como las de conejos. Despues de estiradas y secas las pieles, son despuntadas á mano, quitándoles así los pelos que sobresalen y que son los más grue— sos; en seguida son secretadas y divididas como para entrar en las máquinas cortadoras, donde son asidas por dos cilindros es- triados rotatorios, que comprimiendo los pelos, llevan las pieles á una cuchilla fija de acero, la cual roza con otras tres cuchillas en- corvadas (helicoidales) de tal modo que al girar estas, se produzca el contacto con aquella, sucesivamente de un estremo al otro. Las tres cuchillas helicoidales se hallan aseguradas á un cilindro que gira con ellas dando un mal doscrentás vueltas por minuto y sepa- ran por completo el pelo de la piel, dejando aquel en un pequeño plano inclinado sobre el cual se desliza para llegar á un depósito portátil, en tanto que la piel cae destrozada en pequeños filamen- tos á la parte inferior ¡de la máquina; esta inutilizacion de la piel es su único defecto, pues por lo demás trabaja con tal perfeccion, que el copo de pelo perteneciente á una piel se puede recoger sin el menor desperdicio. De las cortadoras pasa el pelo á las “mezcladoras, máquinas di- vididas en compartimentos donde se hace las mezclas de las di- versas clases de pelo, segun lo exigen las conveniencias de la fabri- cacion respecto á fineza y solidez del fieltro, separándolos unos de ANAL. SOC, CIENT. ARG. To XXXI 18 274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA otros, por medio de batidores y, en algunas máquinas, de cilindros guarnecidos de puntas de acero, que abren los pelos arrojándo- los á otros compartimentos provistos de un ventilador que los hace flotar. Pasa luego el pelo á las sopladoras, donde colocado aquel en camada sobre una mesa repartidora, es introducido á una gran cámara por medio de un ventilador que dá un mal quimentas vuel- tas por minuto. La introduccion se efectúa por un conducto infe— rior que se estiende por debajo de aquella en toda su flongitud, para ascender á la parte superior de la cámara, dividida en diez compartimentos, en los cuales el pelo se asienta progresivamente segun su grado de pureza y separacion. El pelo listo ya para la fabricacion es el recogido en los compartimentos primero y se- gundo y á veces, en el tercero, es decir, el que más trayecto ha recorrido. El resto vuelve á pasar por las mismas máquinas, hasta dejar toda la parte utilizable. En seguida el pelo es colocado en la máquina de fieltrar, que consiste en un ventilador de un mal quinientas vueltas por minuto, que lo arroja en forma de lluvia, por un prisma horizontal y hue- co, sobre conos de tejido de alambre [terminados en forma esfé- rica; estos conos se disponen sobre una mesa circular giratoria, frente á la base abierta del prisma horizontal; dicha mesa forma cuerpo con un cilindro hueco, en cuyo interior se produce una corriente absorbente de aire, de manera que el pelo arrojado por la fieltradora — cuya salida se regla con una tabla suelta mane- jada á mano, —cubre gradualmente el. cono empezando por la base, y no puede esparcirse en el aire, no ubstante el impulso que lleva, en virtud de dicha corriente absorbente que lo obliga á adherirse sobre el tejido metálico. Cubierto totalmente este, se suspende la salida del pelo y se moja la embastidura formada sobre el cono, con una lluvia de agua caliente que surte un inyector adecuado; este toma su fuer- za espelente de una caldera á vapor, de la cual parten cañerías especiales que distribuyen el agua caliente por todos los talleres en que se necesita. En seguida se retira el cono de la plataforma, que continúa gi- rando, y se le reemplaza por otro. La debil tela asi formada, cae de aquel fácilmente en virtud del baño caliente que ha recibido, y constituye el fieltro, afectando la primitiva forma del sombrero . y es lo que se denomina embastidura. La cantidad de pelo que «LA ACTUALIDAD » 215 entra en ella, es pesada préviamente por una obrera que no tiene otra tarea. Los fieltros obtenidos son arrollados y cubiertos por una lona para colocarlos en una secadora centrifuga que les esprime toda el agua que contenían. Llévanse luego á las máquinas compresoras, que las hay de dos clases, teniendo todas por objeto darles suficiente consistencia para que puedan soportar las operaciones ulteriores. Estas compreso- ras están animadas de un movimiento circular y otro trepidatorio y en la primera á que llegan los fieltros, solo son calentados por el vapor. En las segundas, formadas por dos séries de cilindros, en número de catorce por cada série, dispuestos horizontalmente y forrados con trozos de madera, pasan los fieltros compri- miéndose en virtud del movimiento trepidatorio de los cilindros y bañados por vapor y agua caliente; cambiados los dobleces de los fieltros pasan de nuevo y tantas veces como aconseja la práctica. Van despues á las arrolladoras, máquinas que tienen tres cilin- dros de madera dotados de rotacion encontrada, dispuestos sobre un depósito de agua caliente, destinadas como las anteriores, á dar á las embastiduras consistencia y regularidad, lo que logran con más celeridad que aquellas, aunque ocasionando mayor gasto, porque en ellas deben entrar envueltas en pedazos de arpillera que se inutilizan con facilidad. Reducido y consolidado el fieltro, pasa luego á las máquinas afertadoras y á las de enformar, lo que se hace sobre hormas de madera que afectan la forma de la copa del sombrero que se quie- re obtener, cubiertas por una campana adecuada, en cuyo inte- rior reciben un baño de vapor. En seguida es llevado el fieltro á las pomezadoras. En el taller donde se encuentran estas máquinas, solo hay obreras encargadas de pulir el sombrero ya conformado, sobre hormas giratorias mo- vidas por el vapor, frotándolo con papel de esmeril finísimo, sien- do de notar que las moléculas que se desprenden del sombrero al ser pomezado, son recogidas en un cuarto subterráneo por me- dio de ventiladores adecuados, ingeniosamente colocados, que no dejan flotar en el aire ninguna partícula. Pasa luego á la máquina de engomar; introducida la parte que forma el ala del sombrero en un depósito de goma líquida, se hace 276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pasar entre dos cilindros que la comprimen auxiliando su absor- cion y le quitan el exceso de goma, para ser despues trasladados al taller de lavado. De este son llevados á la tintorería y sumergidos en los baños, . donde se les da el color fijo é inmutable que se desea. Despues de tenidos son secados, primero en máquinas centrífugas y lavados por segunda vez para secarlos nuevamente por el calor natural ó en hornos adecuados. Van en seguida al apropiage donde son planchados á mano y clasificados, pasando al taller inmediato de las guarnecedoras, donde se confeccionan, colocándoles los forros, cintas, ribetes y tafiletes, volviendo al apropiaje, donde son nuevamente plancha- dos, recibiendo así la última mano. Desgraciadamente no funcionan todavía dos máquinas de plan- char muy ingeniosas, una francesa y otra americana, que posee la fábrica, á causa de que las empresas de gas no han querido pro- longar sus cañerías, no obstante los beneficios que ello les repor- taría. Esta arbitrariedad de las empresas, que les permite impo- ner trabas para exijir mayores desembolsos, es uno de tantos in- convenientes con que tropieza el desarrollo de las industrias en nuestro país. En seguida pasan los sombreros al taller de embalaje y de alli á los depósitos. El taller de embalaje está en comunicacion por me- dio de un ascensor con el piso inferior y con el superior en donde se preparan las cajas de carton. SOMBREROS DE LANA. — La lana que se emplea es la de borrego y es comprada en plaza escogiendo las mejores clases, siendo la- vada y cardada fuera del establecimiento, aunque en breve se ha- rán las instalaciones adecuadas al efecto, beneficiando el agua ca- liente condensada por el motor. Entra desde luego en una batr- lana, máquina que solo tiene por objeto prepararla, para que pase á la gran cardadora. Comprende esta máquina en su interior, varias series de cilin- dros superpuestos, cubiertos de guarniciones de cuero con puntas de acero de diversas dimensiones, tanto más agrupadas cuanto más finas, destinadas á trabajar la lana hasta reducirla á un lige- rísimo velo, que desprendido por un peine en movimiento alter- nativo del último cilindro guarnecido, va á arrollarse en un gran torno que gira lentamente, anexoá la máquina; en este forma «LA ACTUALIDAD » am una especie de colchon, como puede llamarse á la multitud de ca- pas superpuestas del sútil velo. Cuando este colchon ha adquirido un cierto espesor, se le corta en trozos que son distribuidos á las pequeñas cardadoras, de con- figuracion idéntica á la de la grande, pero de dimensiones mucho menores. Su objeto es trabajar nuevamente la lana hasta darle la fineza y sutilidad necesarias para formar la embastidura ó sea la primera etapa del sombrero, que se obtiene por medio de má- quinas accesorias anexas á las cardadoras. Aquellas consisten en cuatro brazos inclinados, sostenidos por un eje vertical que puede ser animado de un movimiento circular recorriendo en vaiven, un arco de ciento veinte grados próximamente, ó puede permanecer fijo abandonando el pedal que lo pone en comunicacion con la trasmision. Engranajes cónicos apropiados hacen girar los cuatro brazos al rededor de sus ejes de figura, cuya rotacion se comunica á la horma que soportan, formada por dos conos de madera su- perpuestos por la base donde se arrolla el velo de lana que pro- duce dos embastiduras á la vez, las cuales son separadas por la obrera que cuida de su formacion. Con el funcionamiento de estas cuatro cardadoras se pueden fa- bricar un mal seiscientas embastiduras por dia. Una vez verificada la exactitud de su peso, que generalmente es de 80 y 90 gramos, y la buena condicion de las embastiduras, que tienen entonces ciento vete y cinco centímetros de circunferencia y treimta centimetros de alto, pasan á las planchadoras. Las pri- mitivas planchadoras exijían tres operaciones sucesivas, á saber: planchado de dos caras de la embastidura, bañada por el vapor, colocando préviamente en su interior un paño, sobre una plata- forma de hierro colchado, lo que se hace por medio de dos plan- chuelas del mismo metal igualmente colchadas y animadas de un movimiento de trepidacion; segundo planchado desdoblando las embastiduras para doblarlas de nuevo haciendo quedar las orillas en el centro y, finalmente, planchado de la copa que sustituye al vértice del cono. Estas máquinas quejaún funcionan en el establecimiento pue- den ser sustituidas por otra que reduce todas las operaciones des- critas á una sola. Consiste en una campana de fundicion pasible de un movimiento vertical alternativo y de otro trepidatorio, cam- pana que cubre un cono de fundicion tambien colchado, sobre el cual se coloca la embastidura inmediatamente despues de forma— 2978 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA da; se logra así plancharla y comprimirla en una sola operacion, adquiriendo bastante consistencia para pasar á las compresoras ya descritas al tratar de los sombreros de fieltro. Es de advertir que la planchadora perfeccionada que existe en el establecimiento del Sr. Dellachá, es la primera que ha salido de las fábricas europeas, habiendo funcionado por primera vez en la exposicion universal de 1889; y que, no obstante su sim- plicidad y ventajas consiguientes, ha encontrado, en virtud de las innovaciones introducidas en ella, tropiezos para generalizarse en los establecimientos de Europa. De las compresoras pasan las embastiduras á los fulones, má- quinas que tienen por objeto comprimirlas y darles mayor consis- tencia, reduciendo á noventa centímetros su circunferencia primi- tiva y á vemtidos su altura; dos grandes martillos de madera que las golpean alternativamente dentro de un baño de agua caliente, son los que efectúan la fula; la forma encorvada de estos martillos logra renovarsucesivamente las embastiduras para caer sobre to- das ellas, pues sería muy perjudicial apretaran siempre las mis- mas. Cada fulon puede operar sobre seiscientas ú ochocientas for- mas á la vez. De estos van las embastiduras, siguiendo ya las mismas opera- ciones que los fieltros, á las máquinas arrolladoras y á las enforma- doras, pudiéndose darles la forma que se desea á mano, como se practica en esta fábrica, no obstante poseer las máquinas adecua- Jas. Conformados los sombreros pasan á ser pomezados, engoma- dos, lavados y teñidos sucesivamente. Despues de teñidos y lavados por segunda vez los sombreros de lana, así como los blandos de fieltro, van á las máquinas destina- das á darles la pulidez y limpieza necesarias, para que puedan pasar á las prensas hidráulicas ; dispuestos en este taller sobre hor- mas de zinc, fundidas y preparadas en todos sus detalles en el mismo establecimiento, son sometidos á una presion que puede pasar de tremta y cinco atmósferas, presion que trasmitida por medio de un sombrerete de goma, obliga á la embastidura á adhe- rirse á la horma de zinc, determinando la forma definitiva de la copa y del ala. De aquí pasan á los talleres de apropiage, donde reciben la úl- tima mano, confeccion y embalaje. PRODUCCION Y DISTRIBUCION DE LA FUERZA. —En el quinto cuerpo “(LA ACTUALIDAD » 979 del edificio, se hallan instalados los generadores y el motor á va- por; los primeros consisten en dos calderas sistema Cormwall, que impulsan un motor horizontal de ciento cincuenta caballos va- por comunicados á un árbol horizontal que da setenta y dos vuel- tas por minuto; este árbol se estiende á lo largo de un sótano es- trecho en toda la longitud del segundo cuerpo de edificio y una ramificacion perpendicular comunica su fuerza en todo el ancho de dicho cuerpo, llevándola tambien al tercero; esta instalacion tan sencilla permite multiplicar las trasmisiones en todo el esta- blecimiento, facilitando la instalacion de nuevas máquinas á me- dida que lo exija el desarrollo de la fábrica. Orros peraLLES. —El establecimiento está dotado de trescientas máquinas de las cuales: 115 están destinadas á la elaboracion de los sombreros de lana, 140 á la de los de fieltro y 45 al uso general de la fábrica. La produccion diaria actual es de cerca de un mil doscientos sombreros de lana y seiscientos de pelo; sin embargo la fábrica está preparada para producir cinco mil de los primeros y dos mil sombreros de fieltro por dia, habiéndose dado á todos los talleres la amplitud necesaria para ello. Muy pocos son los que saben que existe en el país un estableci- miento donde ha alcanzado tan importante desarrollo la industria de los sombreros y muchos dudarán se haya empleado en esta un capital de más de un millon de pesos ($ 1.200.000). Sin embar- go, en la República, son raros los habitantes que no cubren su cabeza, sin saberlo, con los productos de esta fábrica. Actualmente trabajan en ella 430 obreros de ambos sexos, pero estando en completa actividad pueden trabajar más de 1500. Como sucede en general con todas las industrias que empiezan á desarrollarse en los paises nuevos, esta obliga á inmovilizar parte de su capital en instalaciones accesorias, como ser: la fundicion de hormas de zinc y tornería de las de madera, que en otras na- ciones, merced á la division del trabajo y sus ventajas consiguien- tes, constituyen industrias separadas. No es posible prescindir en este informe de hacer constar el elo- gio espontáneo y sincero de todos los miembros de la Sociedad que asistieron á la visita de esta fábrica, una de la más concurridas, no bajando de 150 el número de socios presentes, elogio que con justicia se tributó á su propietario como una prueba del interés 280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que despierta el progreso industrial del país al que ella hace honor. El señor Dellachá, ventajosamente conocido desde que con tanto éxito cultivó la fabricacion de fósforos, debe perseverar en el per- feccionamiento de sus productos que ya rivalizan con los euro- peos ventajosamente, habiendo sido premiados en la última expo- sicion universal de Paris. Cumplida, en la medida de nuestras fuerzas, la honrosa tarea que nos ha confiado la Junta Directiva, tenemos el honor de sa- ludar atentamente al señor Presidente. Buenos Aires. Abril 20 de 1891. Miguel Iturbe. — Marcial R. de Candao ts. REVISTA DEL ARGHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por MARCIAL R. CANDIOTI /Continuacion) Al Sr. Puiggari siguió en el uso de la palabra el Sr. Balbin, quien sostuvo que el sistema del drenage permeable había sido emplea- do con el mejor éxito, pues drena el terreno y mejora sus condicio- nes higiénicas. Presentó varios datos estadísticos que demostraban la disminu- cion de la mortalidad en algunas ciudades europeas donde se ha- bía hecho aplicacion de aquel sistema. Manifestó despues que la creencia de que todo el terreno de Bue- nos Aires era permeable, era errónea, citando las palabras del Dr. Wilde sobre esta misma cuestion. Siguióse sobre este punto un interesante debate entre los Sres. Balbin y Puiggari, y el Sr. Kyle que se estendió sobre el mismo tema esponiendo las ideas siguientes : « Hace algunos años, el ingeniero Moore proyectó algunas mo- dificaciones á los planos del ingeniero Bateman para las obras de salubrificacion. « El tuvo el honor de pertenecer á la Comision nombrada para informar sobre el proyecto del Sr. Moore, que era basado sobre un sistema doble, de drenage permeable é impermeable. « El sistema impermeable comprendía la red de cloacas destina- das á recojer las materias contaminadas. « El permeable era destinado á recibir las aguas, y tendría en consecuencia propiedades secantes. « La Comision fué subdividida en comisiones de ingenieros y de químicos y médicos. « La Sub-comision de que el esponente formaba parte opinó conforme á las vistas del Sr. Moore, pues creía conveniente proce- 982 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA der á secar el terreno que habitamos á lo menos de 1 metro á 2 me- tros de profundidad. « La Sub-comision de ingenieros se decidió por el rechazo de los planos del Sr. Moore, fundándose en razones de economía y de presupuesto y llegó hasta afirmar que no eran necesarias las mo- dificaciones proyectadas. «En consecuencia el proyecto fué rechazado, pero á pesar de eso, él sigue creyendo que debe ser desecado el suelo de la ciudad, de acuerdo con el Sr. Puiggari. « Cree tambien que la capa de terreno ofensivo se encuentra al nivel del fondo de los pozos desde donde se desprenden gérmenes pestíferos que escapan y se confunden con el aire. «Cree tambien que ácorta distancia de estos pozos no hay ma- terias orgánicas, lo que arguye en contra de la infeccion general del terreno. « Dijo que el terreno es eminentemente propio para la oxidacion y destruccion de las materias orgánicas. « Deseando corroborar sus observaciones hábia pedido al im- geniero Higgin muestras de agua infiltrada en el terreno que se trabaja para las Obras de salnbrificacion. «La primera muestra que se le facilitó había sido tomada en la esquina de Cangallo y Florida, frente á la tienda de Burgos, ha- biéndose elegido este punto, porser uno de los más antiguamente poblados de la ciudad y por consiguiente are la contaminacion debía ser mayor. « Sin embargo, aquella agua resultó excelente, mejor que la de algibe y libre de materias orgánicas; contenía abundancia de pro- ductos de oxidacion y una proporcion muy elevada de nitratos, relativamente á otras aguas. « Así, pues, el peligro no se estendía á todo el terreno, quedaba limitado á los mismos pozos infestados y no pudiendo descender hasta ellos el drenage permeable, pensaba que el modo de hacerlos inofensivos era echarles alcaparrosa ú otro desinfectante y tapar- los absolutamente, impidiendo toda comunicacion con la atmós- fera. » Concluida esta esposicion, y siguiendo el mismo órden de dia, manifestó sus ideas el señor Huergo, empezando por declararse conforme con las ¡emitidas y completadas por los que le prece- dieron. Segun él era una cuestion sabida que el drenage permeable no REVISTA DEL ARCHIVO 283 podía profundizarse sino hasta los seis ó siete piés, y que la con- taminación de los pozos era indudable. «A su juicio el drenage permeable era aceptable bajo el doble punto de vista de las conveniencias higiénicas, y de la necesidad - de secar el asiento de la ciudad, evitando la descomposición de las materias que contiene. «En cuanto al sistema Moore es de observarse que no era com- pleto, pues solamente se estendía en las calles en el sentido longi- tudinal de las mismas; mientras que el sistema completo debe estenderse hácia el centro de las manzanas. «Creyendo que las opiniones se hallaban ya bastante uniforma- das sobre el interesante tópico iniciado por el señor Puiggari, el señor Huergo, quería provocar la conversacion sobre otro punto de la mayor trascendencia y oportunidad para Buenos Aires, á saber, el destino que se ha de dar á las materias inmundas que las cloa= cas reunen. «Recordó que el sistema de la circulacion contínua para esta clase de obras había sido universalmente admitido. «Que sus productos eran aplicables á la irrigacion, lo cual si tenía exito en teoría, la práctica no lo había aún sancionado. «Considera este asunto de mayor importancia que el mismo del drenage permeable. «Le causa sorpresa que se hubiese procedido á comenzar las Obras de Salubrificacion sin haber antes resuelto qué ha de hacer- se con los productos de la circulacion cloacal; y esperando que Santa Bárbara truene, como decía el señor Puiggari, para mo- vernos. «La primera idea que se tuvo fué la de llevar los materiales fera- les á la altura de Quilmes por medio de caños y hacer allí un depósito. «Cuando el rio estuviese en marea alta las materias fecales irían directamente al agua; cuando estuviesen en marea baja, aquellas esperarían la creciente en los depósitos. «Este sistema es el que en Inglaterra ha dado por resultado lo que allí se llama the river polution ó corrupcion de los rios; pero eso sucede porque allí las condiciones de los rios son deficien- tes. «Aquí tambien se ha pretendido, como “allá se ha realizado, inundar terrenos de materias fecales y dejar salida á sus aguas hácia el rio. 984 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «El señor Huergo, no cree que haya peligro en arrojar al Rio de la Plata la recoleccion cloacal. «Si este peligro existe realmente en Europa, es porque allí los rios tienen un pequeño volúmen de agua. «Así, los tres ó cuatro millones de habitantes de Londres conta- minaban fácilmente las aguas del Támesis. « Allí había que esperar la marea alta para que el rio arrastrase sin pasear por delante de la ciudad las materias fecales. «En marea alta el Támesis podía recibir aquellas materias y las arrastraba á 15 millas de distancia. «Consultando este hecho y las alternativas de las mareas se construyeron tres sistemas de cloacas. «Respecto al sistema adoptado en Inglaterra para la irrigación de terrenos, el señor Huergo decía que hay análisis de químicos distinguidos, de los cuales resulta que las aguas despues de pasar por los campos de irrigacion contienen más materia orgánica que al salir de las cloacas. « En consecuencia, no cree que en Buenos Aires pueda seguirse más que uno de estos caminos: «O se arroja las materias cloacales al Rio de la Plata, cuyo gran volumen de agua hace desaparecer todo peligro ; «0 se las emplea en la irrigación antermitente, cuyos resultados son hasta ahora los más importantes. « Fundado en estas consideraciones sometió al debate el proble- ma del destino que debe darse á las recolecciones cloacales. » Alseñor Huergo siguió el señor Guerrico, quien manifestó que quería hacer algunas observaciones á las ideas de aquel. « Dijo que se refería á la afirmacion del señor Huergo, segun la cual las aguas que salían de un terreno de irrigacion de Inglaterra, contenían más sustancias orgánicas que al salir de las cloacas. « Recordó que en una conferencia que celebró la Comision de Aguas Corrientes, cloacas y adoquinado de Buenos Aires con el Ministro de Hacienda señor D. Rufino Varela, se trató del asunto en debate y el señor Varela dijo que en Croydon, durante sus viajes en Inglaterra le había sido presentado un vaso de agua esquisita que bebió con placer, sabiendo en seguida que había salido del terreno de irrigacion. «Todas sus impurezas habían quedado en el suelo. «Pasó en seguida á dar esplicaciones detalladas acerca del espe- rimento hecho en Paris en el llano de Gennevilliers, donde se hacía REVISTA DEL ARCHIVO 285 la irrigación con los productos cloacales que antes se amontonaban en el lecho del Sena y provocaban el descontento de los vecinos. «Despues abonado el terreno de Gennevilliers con gran éxito para la agricultura había sobrante de materias ofensivas, las cua- les eran reunidas en depósitos adecuados y tratadas química y mecánicamente hasta reducirlas á una especie de polvillo aplica- ble al abono de los terrenos y á sales amoniacales. «Así, las aguas, volvían al Sena sin impurezas potables. «El señor Huergo contestó que no había contradiccion en sus palabras y los hechos recordados por el señor Guerrico, y agregó que él había tambien estado en Croydon y había tratado allí á Mr. Lathan, ingeniero de las obras, quien le hizo ver el agua del cam- po de irrigacion. | «Pero esta opinion es interesada y merece más fé la de los quí- micos Huxley y Shashair, autoridades universalmente respetadas, quienes analizaron las aguas despues de dejar los terrenos irriga- dos y las hallaron contaminadas. «La cita de lo que pasa en el llano de Gennevilliers, lejos de rec- tificar sus opiniones las confirma, pues en ese llano se había re- suelto únicamente la cuestion referente á la agricultura, mas no la higiénica. «Declaró que en materia de obras de drenage, cloacas y aguas corrientes, Inglaterra era la nacion más adelantada y la primera autoridad, pues sus estudios y su práctica datan desde el siglo XIV. «En Inglaterra ha sido irrevocablemente condenada la aplica- cion de procedimientos químicos y mecánicos en el tratamiento de las materias cloacales. » Entre los concurrentes se cambiaron despues algunas ideas so— bre el sistema de irrigacion más conveniente, opinando unos por el drenaje, otros por el intermitente; y manifestándose deseos de continuar esta conversacion bajo este punto de vista se convino tratarla en otra Asamblea. Tercera conversacion cientifica La tercera cuestion científica, debatida en las Asambleas de la Sociedad, fué iniciada por el ingeniero Valentin Balbin, tomando como tema las Obras de Salubrificacion que entónces se construian 286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en la ciudad de Buenos Aires ; tuvo lugar en la Asamblea del 1* de Octubre de 1877. | El conferenciante espuso primeramente la clase de obras en construccion que es la de circulacion contínua; por este sistema las materias fecales y aguas servidas no se reunen en depósitos especiales que posee cada casa, sinó en conductos subterráneos ó cloacas que lá depositan en un local elegido generalmente fuera de la ciudad. « Por esta razon este sistema, dice el señor Balbin, no responde debidamente á su fin si no, se emplea otro que haga inócuos los productos de las cloacas, cuyos efectos son perjudiciales á la salud pública como los que provienen de los sumideros y letrinas fijas. Conociendo sin duda la importancia de estas breves consideracio- nes la Comision de Aguas Corrientes, que es la que corre con la construccion de las Obras de Salubridad desde la ley de 26 de Se- tiembre de 1870, se ha ocupado más de una vez en averiguar cuál. sería el sistema más conveniente para desinfectar y utilizar las materias que provendrian de las cloacas, cuando estas se diesen al servicio público. En el año 1872 hizo con ese objeto una série de preguntas á las personas que creía más competentes en el asunto y obtuvo las respuestas é informes que se contienen en el libro titulado Obras de desagúe y de Salubridad para la ciudad de Buenos Atres, que creo que ya conoce la Sociedad. Y en el año de 1876 sometió la cuestion á estudio del Consejo de Higiene Pública, des- pues de haber mandado practicar trabajos de nivelacion en los campos de Santa Catalina, al sur de la ciudad, y de tener los in- formes de sus ingenieros, como consta de las memorias oficiales y principalmente de la del año próximo pasado. Pero, á pesar de todos estos informes y estudios, puede decirse que la cuestion no ha adelantado casi nada desde el año 1869 en que la inició el señor D. Juan Coghlan, y despues de las observaciones que hicieron algunos ingenieros al primer proyecto del señor D. J. F. Bateman en el año 1871 ; porque en todo lo que se ha hecho desde entonces hasta acá, no se ha procedido con método, á tal punto que hoy dia nos encontramos poco más ó menos, en el mismo estado que cuando se dió comienzo á la construccion de las Obras de Salubri- dad, esto, es, sin saber con entera seguridad, tal como debiéramos saberlo, cuál es el sistema que más nos conviene aplicar para deshacernos de las materias que provengan de las cloacas una vez que estén en servicio. REVISTA DEL ARCHIVO 981 «Una cuestion tan importante como esta, de la cual depende el estado futuro de salubridad de la ciudad, y cuya solucion es ur- gentísima, debe llamar necesariamente la atencion de esta Socie- dad ; y por eso la he elejido para tema de la conversacion de esta noche, en la creencia de que su discusion no puede menos que sernos provechosa, cualquiera que sean las conclusiones á que lleguemos. «Los diferentes sistemas que se conocen para desinfectar las materias provenientes de las cloacas, ya sea utilizándolas ó no, y que se han llevado al terreno de la práctica en las ciudades euro- peas y americanas, son muchísimos; pero pueden dividirse en sels clases, á saber: «1% Sistema de precipitacion por medio de sustancias quimi- cas; «22 Sistema de usinas de desinfección ; «3 Sistema de arrojar á las corrientes naturales de agua las materias ofensivas ; « 4” Sistema de precipitación espontánea y filtracion ; «5 Sistema de irrigacion ; «6 Sistema de filtracion intermitente descendente. «Me voy á ocupar de cada uno de estos sistemas, no solo bajo el punio de vista teórico sinó tambien práctico; porque creo que de otra manera no puede resolverse la cuestion satisfactoriamente para el caso especial de esta ciudad. «Los sistemas de precipitacion, como lo indica su nombre, con- sisten en tratar las materias provenientes de las cloacas por medio de sustancias químicas, con el objeto de hacerlas inocuas y de ob- tener productos útiles á la agricultura. «Los sistemas de esta clase que han ensayado en Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania é Italia, ascienden actualmente á más de doscientos treinta, y solamente su descripcion ocupa nueve vo- lúmenes en octavo; pero con ninguno se ha podido obtener hasta ahora resultados satisfactorios. Hé aquí por qué razones : «En primer lugar, los sistemas de precipitacion son de dificilí- sima aplicacion práctica, cualquiera que sea el proceder que se siga, no solo por la enorme cantidad de materias ofensivas con que hay que operar sinó tambien por la diferencia de composicion que presentan estas mismas de dia en dia y aún de hora en hora, en una misma ciudad, lo que hace que las reacciones químicas n. se efectúen con la exactitud deseable, así como se efectúan en un 288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA laboratorio. Y de ahí resulta que los líquidos provenientes de la precipitación no son siempre inócuos, siendo á veces tan ofensivos como la misma materia fecal, segun consta de todos los informes de la Real Ccmision de Inglaterra, que es la primera autoridad en el asunto, y que tiene que estar lidiando constantemente contra la infeccion que producen dichos líquidos. «En segundo lugar, los sistemas de precipitacion son suma- mente anti-higiénicos; porque requieren para su establecimiento la construccion de grandes depósitos, los cuales, por más cuidados y precauciones que se tomen, se tornan á poco de uso en verdaderos focos de infeccion que contaminan la atmósfera con sus emana- ciones mefíticas. En Leamington, donde las materias de las cloa- cas se trataban por estos sistemas, siguiendo los mejores procede- res conocidos, la infeccion de la atmósfera fué tan grande en el año 1871, que sus habitantes pidieron á las autoridades que hicie- sen parar los trabajos de desinfeccion, porque «se hallaban ya demasiado infectados noche y dia, para aguantar más ». Son pala- bras textuales de las memorias oficiales. Otro tanto ha pasado en otras ciudades, como por ejemplo, Edmonton, Fottenham, etc. «En virtud de las razones que acabo de esponer, los sistemas de precipitacion ya no se emplean sinó en algunas ciudades que se encuentran en condiciones especialísimas. La ciudad de Birmin- ghan, por ejemplo, tiene forzosamente que emplearlos ; porque su municipalidad no ha podido obtener todavía el terreno necesario para deshacerse de las materias ofensivas por medio del sistema de filtracion intermitente descendente. En Leeds, Nuneatun y Waltham Holy Cross, se siguen aplicando diferentes procederes, ya sea por no perder las obras construidas ó bien por haber con- tratado su explotacion á empresas particulares. « Una razon que se daba hasta hace poco en favor de los siste- mas de que hablo, eran que permitían extraer los elementos fer— tilizantes de la materia fecal á precios módicos para el comercio, pero hoy dia no tiene ninguna importancia, porque la esperiencia ha demostrado de un modo concluyente que el abono que produ- cen es tanto ó más caro que los abonos naturales y muy inferiorá estos bajo todo respecto. En las ciudades de Leeds y Lóndres, donde se aplicó últimamente el sistema llamado A, B, €, que tanta bulla ha estado haciendo en Europa desde el año 1861 en que fué pa- tentado por M. Sillar, el abono no ha resultado tan bueno ni tan barato como se esperaba ; y en dove ciudades de Inglaterra, cuyos REVISTA DEL ARCHIVO 289 nombres citaré si es menester, donde estos sistemas se plantearon con todos los cuidados del arte, no se ha logrado ningun beneficio pecuniario y ni siquiera se han costeado los gastos de extraccion * del abono, segun consta de la memoria oficial norte-americana del corriente año, titulada The pollution of streams, que es la última palabra de la ciencia al respecto. «Por las razones que he espuesto creo que no sedebe adoptar nin- gun sistema de precipitación para desinfectar las materias prove- nientes de las cloacas de la ciudad, y además hay razones especia- les para opinar así. | «En primer lugar, cualquiera que fuese el proceder de la precipi- tacion quese adoptase, el sistema sería costosísimo, porque no tenemos en el país las sustancias químicas necesarias para efec- tuar la precipitación, si se esceptúa la cal; pero se sabe que todos los procederes en que se ha empleado esta sustancia no han dado resultados satisfactorios. En Rochdale y Edmonton los resultados obtenidos por medio de la cal han sido pésimos, segun consta de las memorias oficiales del corriente año. Y en segundo lugar, el sistema no sería higiénico, porque si en climas mucho más frios que el nuestro, todos los sistemas conocidos de precipitacion ori- ginan olores pestilenciales, claro es que aquí los originaría en ma- yor abundancia, y nos serían sumamente incómodos en razon de tener que estar situados al sud de la ciudad los depósitos de de- sinfeccion, y de ser muy frecuentes los vientos que soplan de esa direccion. « En cuanto á la idea que se puede tener de que el abono que se fabricase aquí pudiera espenderse en el mercado, la creo comple- tamente ilusoria, porque el estado actual de nuestra agricultura, no es, por desgracia, tan floreciente como para necesitar, no digo la centésima, ni siquiera la milésima parte del abono que produ- cirían las materias de las cloacas de la ciudad. Y si en Leicester, Rochdale y Paris, donde los terrenos están casi exhautos de ele- mentos fertilizantes y el abono natural es bastante caro, se han tenido que tirar los tales abonos, con mucha más razon aquí no tendrán ningun empleo. «Como los sistemas de que estoy tratando cuentan aquí con algunos partidarios, me-voy á permitir citar como último ar- gumento en favor de las ideas que sostengo, las conclusiones á que ha llegado la Real Comision de Inglaterra despues de pro- lijos estudios á que ha estado contraida por espacio de muchos ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXI 19 290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA años. Esta comision, dice en uno de sus últimos informes: « Los comisionados están obligados á admitir que la química no «da actualmente ningun recurso para precipitar las sustancias « pútridas suspendidas en la materia fecal, y para deshacerse de « los líquidos inmundos por la accion de agentes químicos. Las afi- « nidades de la materia fecal son tan débiles y la materia misma «se halla tan disuelta en volúmenes inmensos de agua, que su « precipitacion es un problema de estrema dificultad, si no impo- «sible ». Y más adelante agrega: « los desinfectantes no desin- « fectan ». « No diría una palabra acerca de los sistemas de usinas de de- sinfeccion, si no fuera porque han sido propuestas á las autorida- des para desinfectar, y segun se ha dicho tambien, para utilizar las materias fecales de la ciudad. Estos sistemas son, en mi opi nion, de los peores que se hayan ensayado, porque : « 19 El tratamiento de las materias ofensivas en las usinas da orígen á contínuos desprendimientos de gases malsanos que conta- minan la atmósfera ; « 2 Exigen enormes gastos de primer establecimiento, y el tra- tamiento de las materias es muy costoso y comunmente imper- fecto ; «3 El abono que producen es ai de muy mala calidad y escesivamente caro. «En virtud deestas razones ya se han desechado en las ciudades de alguna importancia. Hoy dia ya no se aplican en Manchester, la Villete y Rio de Janeiro. En Manchester se les sustituyó hace po- co el antihigiénico sistema de letrinas fijas á causa de no poder aplicar otro mejor, y esto basta para hacerse una idea de lo que son los sistemas de usinas de desinfeccion. » Segun el conferenciante, en nuestra capital sería sumamente perjudicial el empleo de los sistemas de usinas de desinfección, y á parte de las razones antes espuestas, hace un cálculo, fundán- dose en datos estadísticos, del volúmen de líquidos que tendría que desinfectar una usina, y que da el enorme resultado de trein- ta yseis mil metros cúbicos por dia. Examina despues el sistema empleado en Lóndres y otras ciuda- des europeas de arrojar á los cursos de agua los productos arras- trados por las cloacas; indudablemente el procedimiento no es el mejor pero es el de más fácil aplicacion en algunos puntos; en Lóndres no puede decirse que sea perjudicial para la salud públi- REVISTA DEL ARCHIVO 291 ca, pues, siendo la corriente descendente del Támesis más rápida que la ascendente, las sustancias arrastradas por ella, no vuelven al punto de partida; y en Odessa, las corrientes marinas alejan de las costas las materias que allí son arrojadas. Refiriéndose al empleo de ese procedimiento en Buenos Aires, dice el Sr. Balbin: «Que no se tienen aún datos suficientes para calificarlo de inconveniente, pues las esperiencias hasta ahora hechas han sido muy pocas y á muy poca distancia de la costa, donde existe la denominada corriente costanera que se hace sentir en todos los grandes estuarios; y es evidente que las ¡materias arro- jadas al rio por las cloacas, no deberán nunca serlo á pequeña distancia de la costa. Lo que puede establecerse sobre este sistema y que está probado por muchos hechos, es que para obtener un buen resultado, sería necesario arrojar las materias ofensivas du- rante el curso de la marea baja, pero el inconveniente que resul - taría de detener aquellos productos durante las altas mareas que á veces duran varios dias, sería siempre de mucha consideracion, porque su conservacion en todo ese tiempo no sería otra cosa que la conservacion de un foco infeccioso. «Sistemas análogos á los que se usan para clarificar el agua de fuentes impuras destinada al uso delas poblaciones, se han ensa- yado para hacer inócuas á las materias fecales. Los sistemas de esta clase se conocen con el nombre de sistemas de precipitación espontánea y filtracion, y consisten en hacer asentar la materia fe- cal diluida, tal como sale de las cloacas, en depósitos especiales, y en filtrarla despues en filtros hechos de arena, grava, piedra ma- chacada y sustancias antisépticas, segun el sistema inglés y esco- sés. El sistema inglés es, á mijuicio, mejor que el escosés á juz- gar por lo que pasa con la filtracion del agua sucia del rio. «Los sistemas de esta clase ya no se usan en grandes ciudades sinó en aldeas y villoríos, que se encuentran en condiciones de no poder aplicar otros sistemas. Los principales inconvenientes que presentan sonlos siguientes : «12 Los depósitos y filtros dan orígen á emanaciones pestilenciales; «2% Las materias fecales obstruyen con sus impurezas los poros de los filtros ó los saturan tanto á poco tiempo de uso que no fil- tran más. « La Real Comision de Inglaterra espresaba esto mismo en uno de sus informes, diciendo: los filtros no filtran; 9292 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «3% Los gastos de construccion, entretenimiento y limpieza de los filtros son ingentísimos ; «ko Los liquidos provenientes. de la filtración son sumamente ofensivos. «En la ciudad de Coventry/se trató de remediar este último in- conveniente regando con los líquidos ofensivos, pero no se obtu- vieron buenos resultados. Todos los ingenieros que estudiaron este sistema mixto en el año de 1868, lo consideraron muy inferior al de irrigacion. «Por estas razones creo que los sistemas de precipitacion espon- tánea y filtracion no nos convienen; y edemás porque la tempera- tura que se siente aquí en el verano, es tan elevada que haría en- trar en putrefacción á las materias fecales antes de que pudieran filtrar. La operacion del barreno no remediaría nada, al contrario, la creo sumamente antihigiénica y perjudicial. La única vez que la he visto hacer ha sido en los filtros de las actuales obras de aguas corrientes, á fines del año 1869, operando con agua sucia del rio, y el resultado que dió fué pésimo, pues se llenaron de agua mala las cañerías de la ciudad. «El sistema de irrigacion de que voy á ocuparme, consiste en ha- cer el riego de un área determinada de terreno plantado con las materias que arrastran las cloacas. El riego es una operacion fácil y comun, y se hace de diferentes modos, á saber: por cañerías porosas (que algunos llaman sistema de irrigacion subterránea ó filtracion dao. por distribuidores de chorro, por canaletas superficiales y por sumersion. De estos cuatro ados. el primero es el mejor, porque la distribucion de la materia fecal diluida se hace con toda uniformidad, lo que es esencial para que las plan- tas la absorban y trasformen pronto y eficazmente. «El sistema de ¿irrigacion presenta, en general, sobre (todo los sistemas que acabo de tratar, ventajas importantísimas que las co- misiones nombradas por los gobiernos de Inglaterra, Francia y Bélgica han consignado en muchos de sus informes con gran copia de datos. Estan ventajas son : «1? La desinfeccion de las materias fecales es menos costosa, por- que haciéndose por fuerzas naturales y automáticas no se necesl- tan desinfectantes, filtros, etc. La desinfeccion'es más completa, porque la accion combina- da del terreno y de la planta es contínua ; « 3? Es más higiénico; REVISTA DEL ARCHIVO 293 «4* Es más económico, porque no ha menester de depósito, fil- tros, sustancias precipitantes, etc. «3% La utilizacion de los elementos fertilizantes de e materia fecal se hace siempre de un modo más completo. «En virtud de estas razones el sistema de irrigacion fué consi- derado por los ingenieros, hasta mediados del año de 1872, como el más higiénico y provechoso; pero á partir de dicho año las más altas autoridades en la materia, en vista de los resultados obtenidos en Merthyr Tydfil y Reudal se decidieron por el sistema de filtracion intermitente descendente de que más adelante me ocuparé deteni- damente. Una de las razones que tuvieron para ello es que, en determinadas circunstancias, el sistema de irrigacion no produce la desinfeccion completa de las materias fecales, esto es, no las hace del todo inócuas. Estoseobservó detenidamente en las cercanías de Londres, donde se hacía el riego por medio de canaletas super- ficiales ; y actualmente en Paris, donde se está aplicando el siste- ma, se acaba de evidenciar de un modo que ya no' deja duda, pues se ha tenido que recurrir á los sistemas de precipitación por sustancias químicas para tratar los líquidos resultantes del riego que se hace en la llanura de Gennevilliers, en una estension de ter- reno que ocupa más de 1350 hectáreas. «Tratándose de esta ciudad, la grande estension de terreno que requiere el sistema no es un inconveniente grave en contra de su adopcion, como creen algunos. En efecto, segun los datos obteni- dos por varias comisiones facultativas, despues de largos y proli- jos estudios, se necesita disponer de una heclárea y media por cada grupo de doscientos cincuenta habitantes (250) para obtener buen provecho agrícola y buena desinfeccion. Entónces suponiendo que la poblacion de la ciudad fuese de 200.000 almas cuando todas las obras estuviesen concluidas, se deduce que se necesitarían seiscientas hectáreas (600) ósea un poco más de un cuarto de legua. Una estension mucho mayor que esta existe en más de un campo al Sur de la ciudad. « Lo que obsta á la adopcion del sistema no es la estension del terreno sinó la naturaleza del mismo; porque, aunque se haya dicho que el sistema se puede aplicar desde las arenas silíceas de Edimburgo hasta las arcillas compactas de South Norwood, el he— cho es que en estos cinco últimos años se ha observado en muchas partes que no todos los terrenos son completamente buenos. Al Sur de la ciudad, que es donde convendría que estuviesen los 294 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA campos de riego por ciertas razones de economía, los terrenos conocidos con el nombre de Santa Catalina son muy poco permea- bles; y los que están más cercanos á la ciudad, lo son demasiado y además no conviene por distar poco de centros poblados. Los terrenos situados al Oeste que pudieran emplearse son, á mijuicio, inferiores á los de Santa Catalina, y sumamente caros. « Pero el inconveniente más grave que siempre he encontrado al sistema de irrigacion, y desde hace seis años lo vengo repitiendo, es que, en ciertos dias en que llueve copiosamente muchas horas consecutivas, no se podrá hacer el riego con feliz éxito; porque las materias ofensivas no serán desinfectadas por la accion combina- da del terreno y de la planta. Las grandes lluvias que acaecieron en el invierno que acaba de pasar, las cuales saturaron completa- mente la capa superior del terreno, que es la permeable, me han confirmado más en esta opinion. Por consiguiente, adoptando el sistema de irrigacion, se tendrá necesariamente que echar al rio las materias ofensivas en las circunstancias que acabo de indicar; porque no convendría que quedasen en las cloacas, como han opi- nado algunos, pues entrarían en putrefacción al cabo de veinte y cuatro horas, principalmente si las fuertes lluvias acaeciesen en verano, como sucedió de 1870 41872. El conservar las materias fecales en depósitos es inadmisible, por razones que ya he manmifes- tado. « A pesar de los inconvenientes que he enumerado, creo, como siempre lo he dicho, que el sistema de irrigación es más provechoso é higiénico que el de arrojar al rio las materias ofensivas ; porque : 1? permite utilizar, sinó en totalidad, al menos en parte, los ele- mentos fertilizantes de la materia fecal ; y 22 originaría menos con- taminacion en las aguas del rio y menos denudaciones en sus fon- dos, pues se comprende claramente que menos daño producirán las tales materias echadas al rio una que otra vez que echadas constantemente. | « El último sistema de que voy á ocuparme es el denominado sistema de filtracion intermitente. Este sistema consiste en regar con las materias ofensivas una área determinada de terreno plan- tado, provisto de tubos de drenage espaciados de diez á doce me— tros los unos de los otros y colocados a un metro y medio ó dos metros de profundidad ; y dividido en cuadros ó tablones de modo que cada uno de ellos reciba una porcion igual de materias por un cierto espacio, descansando despues por lo menos tantas horas REVISTA DEL ARCHIVO 9295 como las que estuvo en uso. Por este sislema las materias ofensi- vas, al estado de dilución bajan junto con el aire atmosférico al través del terreno y se despojan de sus elementos malsanos, los cuales son trasformados y desinfectados por las plantas. «Los líquidos provenientes de la filtracion que se escapan por los tubos de drenage, son enteramente inócuos. En Merthyr Tidfil y Kendal, donde el sistema está en uso desde algun tiempo, la Real Comision de Inglaterra mo ha formulado todavía ninguna queja acerca del estado de los mismos, mientras que está lidiando siempre contra la infeccion que producen los liquidos provenientes de los sistemas de que ya he tratado. Segun los numerosos análi- sis hechos por Iranklaud, Russell, Paul y otros químicos de nota, los tales líquidos contienen muchísima menos cantidad de materia orgánica de la que fija la Real Comision de Inglaterra para clasifi- car de inócuos á los líquidos resultantes del riego. Por consiguien- te, aquí no habría inconveniente alguno en arrojarlos al Rio de la Plata, cuanto más que en Inglaterra se arrojan en riachos de cor- tísimo caudal. Hasta hace algunos años los ingenieros temían aplicar el sistema de que estoy tratando, porque creían que la materia fecal saturaba el terreno á poco tiempo de uso y lo hacía una ciénaga infecta; pero los resultados obtenidos en Merthyr Tydfil, Croydon y Welling- borough, desde el año de 1871 hiasta acá, han demostrado de un modo concluyente que dicha idea era completamente infundada. Por numerosos análisis que se han hecho, resulta que el terreno dedi- cado á este sistema por espacio de cinco ó seis años consecutivos, contiene menos cantidad de materias nocivas que el terreno ordi- nario de huerta en que se emplea abono. «El sistema de filtración intermitente descendente permite utili- zar más los elementos fertilizantes de la materia fecal que el sis- tema de irrigacion. Las cosechas obtenidas en Merthyr Tidíil y Kendal bajo condiciones de clima muy desfavorables, no dejan duda alguna al respecto. Allí se cultiva toda clase de legumbres; pero aquí convendría el cultivo de la alfalfa por ser más fácil y prove- choso. Todavía no tengo datos para afirmar que el cultivo del eucaliptus nos conviniese, como creen algunos. «Los ingenieros consideran hoy día al sistema de filtracion inter- mitente descendente como el más higiénico y económico que se conoce. Las ciudades de Kendal, Croydon, Merthyr Tidfil y We- llingborough lo emplean con muy buen éxito; y algunas ciudades 996 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de Inglaterra y Francia se preparan á ponerlo en práctica. Si la ciudad de Birmingham, que tiene una poblacion de 320.000 almas, casi doble de la poblacion actual de esta ciudad, está demorando en aplicarla, es porque su municipalidad no ha podido obtener to- davía todo el terreno que necesita, como he dicho ya. « El sistema de filtracion intermitente descendente no necesita tanta estension de terreno como el de irrigacion. Segun los datos recogidos por varias comisiones facultativas, en cada hectárea de terreno se puede desinfectar completamente, durante veinte y cuatro horas, la cantidad de novecientos diez metros cúbicos (910) de materias ofensivas. Por consiguiente, para desinfectar los treinta y seis mil metros cúbicos (36,000) de materias que proven- drán de las cloacas en el supuesto que :a ciudad tuviese 200,000 almas, se necesitarían cuarenta hectáreas (40) de terreno; y supo- niendo que este guarismo se elevase de un 50 %/,, resulta que se necesitarían sesenta hectáreas (60) ó sea diez veces menos esten- sion de terreno adoptando el sistema de irrigacion. Por consi- guiente, bajo este punto de vista, la aplicacion del sistema no puede ofrecer aquí ninguna dificultad. « El sistema de filtracion de que estoy tratando no presenta como ' el de irrigación, el grave inconveniente de tener que echar al rio las materias ofensivas en los dias de grandes lluvias; porque, á causa del arreglo de los tablones y de la colocacion de los tubos de drenage, el terreno no es fácil de saturar, de modo que la filtra- cion puede efectuarse sin inconveniente. En la ciudad de Merthyr Tidfil, con lluvias de 0,070 milímetros en 24. horas, el sistema ha dado muy buenos resultados. Por consiguiente, adoptando aquí el sistema, los líquidos resultantes de la filtracion podrían ser arrojados al rio sin peligro alguno para la higiene, durante los dias de grandes lluvias, pues haciendo bien la filtracion serían completamente imócuos. Para garantirse de ello no habría más que destinar una superficie de terreno arreglado segun el sistema mayor de un 20 á 30 %/, que la necesaria en las circunstancias nor- males, en lo que no se tocaría inconveniente alguno, pues en los campos de Santa Catalina hay muchísimo terreno disponible, como he dicho ya. «El sistema de filtracion intermitente descendente es de más fácil aplicacion que el de irrigacion; porque el riego se puede efectuar por medio de canaletas ó tubos y compuertas automáticas sin necesidad de un personal muy práctico y numeroso. Esta es REVISTA DEL ARCHIVO 991 una ventaja que no debemos perder de vista; porque los salarios son aquí muy caros y las personas especiales en la materia son muy raras. «Algunos han opinado que el sistema de que trato presentaría aquí el inconveniente de tener que separar la materia sólida de la líquida antes de hacer el riego. A mi juicio, este no es un Inconve- niente tan grave como para no adoptar el sistema ; porque la separa- cion de la materia sólida se puede hacer económicamente por medio de la rueda separadora de Milburne, que se emplea en la ciudad inglesa de Cowntry, la cual permite separar seis toneladas (6) de materia sólida por cada cuatro mil quinientos diez metros cúbicos (4510) de materia líquida. En cuanto á la materia sólida, una vez separada, podría ser desecada por otra máquina del mismo siste- ma Milburne ; pero aquí creo que sería más económico mezclarla con tierra seca como se hace en Caling, Norwood y otras ciudades. En esto no habría ninguna dificultad, porque actualmente nos estamos deshaciendo diariamente de más de trescientas toneladas (300) de basuras, empleando sistemas muy imperfectos y sin el me- nor peligro para la higiene, segun consta de las memorias oficiales. » Tales fueron las opiniones del señor Balbin sobre las obras de salubrificacion, entónces en construccion en Buenos Aires, decla- rándose partidario del sistema de filtracion intermitente descen- dente como el más conveniente. Estas opiniones encontraron sus partidarios y sus adversarios entre los señores sócios. El señor Puiggari, declaró que ásu modo de ver el sistema más conveniente para nosotros era el de circulacion contínua; en cuanto á la aplicacion del líquido proveniente de las cloacas á la irrigación dijo que no era tan sencilla su aplicacion en la práctica. Dice el se- ñor Puiggari : «Para aplicar al país la irrigacion es indispensable estudiar las circunstancias especiales de la localidad, riqueza, geología, cos- tumbres, etc. Un estudio semejante revelaría que no estamos en condiciones de aplicar lo que otros ensayaron mal. Como ejemplo puede citarse la Compañía inglesa Metropolitana que se proponía esplotar el líquido cloacal ó sewage; la Compañía se había fundado sobre bases altamente ventajosas con la condicion de irrigar terrenos sometidos al cultivo en una escala de la cual noso- tros distamos muchísimo. El sobrante de materia cloacal, hecha aquella irrigacion, sería aplicado á unos arenales estériles con el fin de hacerlos fecundos. 998 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «La Compañía construyó ciento cincuenta kilómetros de caños, cuatro establecimientos de bombas, con una fuerza nominal de 2300 caballos y un capital de cien millones de francos. «Todo fué tirado á la calle. El fracaso fué completo. «Los cultivadores no pidieron ó no quisieron el sewage; y uno de los más inteligentes, Mr. Campbell, declaraba que él no se ser- viría para sus campos de dicho abono. «Si esto ha sucedido en Inglaterra y tratándose de una Sociedad tan fuerte, ¿qué nos encedería á nosotros ? « Y sea cual fuere la cantidad de materia cloacal que se produzca, nosotros no tenemos agricultura y habría que aplicarla á un campo determinado. Pero esto no sería más que un simulacro de irri- gación, porque al fin las materias cloacales irían á parar al Rio de la Plata. «En 1869, por encargo del Consejo de Higiene Pública, había he- cho un estudio para ver hasta qué punto las aguas del Riachuelo contaminaban las aguas de Buenos Aires. «Entónces tomó y estudió muchas muestras de agua, no que- dando probada la contaminacion. Ultimamente había vuelto á le- vantar muestras en el Riachuelo y frente á la casilla del Resguardo del mismo, resultando del análisis : «1? Muestra: Grado hidrotimétrico 48; conteniendo mucha ma- teria Orgánica. «2% Muestra: Grado hidrotimétrico 3; de suerte que el agua del canal y casilla mencionada aparecía en condiciones más venta- josas y con menos cantidad de materia orgánica. « ¿S1, pues, en tan corta distancia esa agua había mejorado tanto, qué impurezas podría llevar cuando llegase al caño de toma de los filtros ? «Se dirá que ciertos vientos, como el del sud, hacen rotroceder las materias orgánicas; pero debe notarse que la misma agitacion del rio roda. la dilucion y se produce una accion química mu- cho más intensa, por la mezcla del oxígeno del aire que reduce las materias Orgánicas. «Persuadido del inconveniente de la irrigación notaba que no siendo este país agricultor, no se sabría qué hacer con el área es» pecial sometida á aquel tratamiento. «Creia ver en todo esto una profunda carencía de estudios sérios, de suerte que cualquier sistema que se adopte, costará muchos millones y no habrá nada de seguro y definitivo. REVISTA DEL ARCHIVO 299 «Cuando la Comision de Aguas Corrientes, Cloacas y Adoquinado dirijió á varias corporaciones y personas, diferentes preguntas que envolvían un plan general de higiene urbana, decía en una de ellas si se consideraba sin peligro para la salud de los habitantes - de Buenos Aires el arrojar los productos cloacales junto á la ciu— dad. Esta pregunta, que establecida de este modo no tenía por contestacion más que una negación terminante, adolecía de falta de franqueza, pues lo que quería realmente saber la Comision, era el mejor medio de deshacerse de los líquidos cloacales. «Así lo comprendí yo, y así lo manifesté en el seno del Consejo de Higiene de que formaba entónces parte, y así lo comprendió igualmente el Dr. Gutierrez, cuya contestacion es una de las más notables que se dirijieron entónces á la Comision citada, yen la que su autor con vistas puramente locales rechaza terminan- temente la irrigación como medio de deshacerse de los productos cloacales. «Tambien el Consejo fué consultado sobre el punto más conve- niente para tomar agua para surtirá la poblacion y el Consejo in- dicó el Paraná de las Palmas. Si se hubiera aceptado esa indica- cion nos veríamos libres de sérios perjuicios, de gastos muy erecidos que demanda el medio de librarnos de las materias feca— les, y nos habríamos ahorrado los depósitos abiertos v cubiertos para la provision de agua. «Así como cree que se vaá hacer un simulacro de irrigacion, tiene la conviccion de que se hace un simulacro de provision de agua; pues hoy las filtradas son peores que las turbias, siendo de 10413 su grado hidrotimétrico y de 344 el que señala el agua natural. «Concluyó diciendo que no conocía el sistema de filtración intermitente, que se dice adoptado recientemente con buen éxito, de manera que nada diría sobre él. » El debate continuó sobre este tópico, tocando á su vez al señor ingeniero Huergo esponer sus opiniones, quien dijo que en la disertación del conferenciante había algunos puntos que era nece- sario esclarecer, especialmente sobre el medio de depositar los productos arrastrados por las cloacas. « Creía que aún no hay estudios suficientes para poder delerminar las corrientes del Rio de la Plata, y por consiguiente no bastan los análisis químicos para poder apreciar los estados de contamina- cion de las aguas en las costas. En cuanto á las observaciones so- 300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA bre el agua del Rio de la Plata, que acaba de recordar el señor Puiggari, dijo que este señor había olvidado decir cuál era el esta— do de aquel rio en el momento en que tomaba las muestras de agua. « Y esto, agregaba, es indispensable porque las mareas influ- yen indudablemente en la direccion que tomen las aguas prove- nientes del Riachuelo. « Además de los inconvenientes que el señor Balbin encontraba para arrojar las aguas al rio, existe el de los bancos de materias fecales que se forman. « En Glasgow, por ejemplo, se invertían 8000 libras en destruir los bancos cloacales. «Naturalmente aquí habría bancos en la desembocadura de los caños. « Creía como el señor Balbin, que era muy conveniente para Buenos Aires el sistema de la infiltracion intermitente. Este siste- ma reclama pequeño terreno, por otra parte. Creía que era bas- tante al efecto, la tercera parte de la propiedad fiscal de Santa Catalina. La parte alta de esos terrenos es perfectamente per- meable. No se componen de arena ó arcilla puras. Estos dos elementos geológicos están mezclados allí. « La prueba de la bondad del terreno es la rica vegetacion que en él crece. » Con esta esposicion del ingeniero Huergo y alguna otra acla- ración dada por el conferenciante se cerró esta discusion por demás interesante entónces, y en todo tiempo, pues juega allí su principal rol la salud y la higiene pública. (Continuará). MISCELÁNEA La profesora Sofía Kovalevsky. — Los periódicos suecos nos traen la triste noticia de la muerte de la profesora de matemáticas de la universidad de Estocolmo, señora Sofía Kovalevsky. Había pasado la Navidad en el sud de Fran- cia, volviendo á Estocolmo el 4 de Febrero y comenzó su curso el 6 del mismo mes. A la tarde de ese dia se sintió enferma y el 10 murió de un ataque de pleure- sía. Nacida en Moscow en 1853, pasó su primera niñez en una pequeña ciudad de la Rusia Occidental en donde se hallaba por aquel tiempo su padre el general de artillería Corvin—Krukowski; y posteriormente habitó en la posesion paterna en la misma parte de Rusia. La primera instruccion la recibió de su padre, pero pare- ce que quien despertó en ella el interés por las ciencias fué su tio materno Schu-= bert, ingeniero de alguna reputacion. Perdió muy temprano á sus progenitores, y simpatizando ardientemente con el movimiento que se producía en la juventud rusa, solicitó y finalmente obtuvo el permiso de estudiar en San Petersburgo. Al año siguiente, es decir en 1869, cuando solo tenía 16 años, fué admitida como estudiante en la universidad de Heidelberg y comenzó el estudio de las matemá- ticas superiores. Por esa época y siendo extremadamente jóven casó con Kova- levsky, el conocido profesor de paleontología en Moscow. De1871 á 1874 estuvo de nuevo en Alemania. estudiando matemáticas en Berlin bajo la dirección de Weierstrass; y á la edad de 21 años recibió el título de doctor en filosofía en Gottingen. Su esposo falleció en 1883, y en Junio del año siguiente le fué ofrecida la cáte- dra de análisis matemático superior en la Stockholm Hógskola, bajo la condicion de que la dictaría el primer añoen aleman, y posteriormente en sueco. Así lo hi- zo y con muchísimo éxito, siendo hoy profesores algunos de sus alumnos sue- Cos. Sus principales trabajos matemáticos son: Sobre la teoría de las ecua- ciones diferenciales parciales (en el Journal fir Mathematik, 1874, vol LXXX), Sobre la reduccion de una clase de los integrales de Abel de tercer grado ú in- tegrales elipticos (en las Acta mathematica, 1884, vol. IV), ambos trabajos es- tán ligados cor las investigaciones de Weierstrass; Sobre la trasmiston de la luz en un medio cristalino (primeramente en el Forhandlingar sueco, y luego en los Comptes rendus, 1884, vol. XCVIIT), el que forma parte de un trabajo ma- yor, en el cual la señora Kovalevsky muestra los medios de integrar algunas ecuaciones diferenciales parciales que juegan un importante papel en óptica: y Sobre un caso particular del problema en la rotacion de un cuerpo pesado al rededor de un punto fijo (en las Mémotrres de la Academia de Paris : Savants étrangers, vol. XXXI, 1888). 302 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La tercera de estas obras recibió de la Academia Francesa el premio Baudin, el cual fué duplicado teniendo en cuenta «el extraordinario servicio» prestado á la física matemática por esta obra de Sofía Kovalevsky. Fué tambien elegida miembro corresponsal de la Academia de ciencias de San Petersburgo. Además de su obra matemática, Sofía Kovalevsky había comenzado última= mente á publicar la expresión literaria de sus ideas. La autobiografía de su más tierna edad (Reminiscencias de la mimez), publicada el ano pasado en una re- vista rusa: es una de las más hermosas producciones de la literatura rusa contem- poránea. En 1887 publicó en la revista sueca Norna la introducción de su nove- la Ve Victis ! Y en el último número de la Nordisk Fidskrift dió á luz, bajo el seudónimo de Tanya Rerevski, un fragmento de una novela más larga La fa= milia Vorontsoffs, que ha dejado manuscrita y completamente lista para la im- prenta. En su última carta al autor de estas líneas en Diciembre último, habla de editar una versión inglesa de esta novela, que, aunque escrita en ruso, no pudo publicar en su país natal. No hay para qué decir que una mujer tan altamente dotada como Sofía Kova-= levsky era la modestia en persona. Tomó el más vivo interés por la vida intelec— tual sueca, y tenía muchos amigos tanto en Estocolmo como en su país, al cual visitó el ano pasado. Los periódicos suecos hablan con la mayor simpatía y sentimiento de su profe sor Sonia (disminutivo ruso de Sofía) Kovalevsky. La señora Kovalevsky recuerda en sus Reminiscencias de laniñez un he- cho muy digno de atención. Tenía entónces próximamente diez años y se hallaba en casa de su padre en el campo. Habiéndose efectuado algunas reparaciones en la casa fueron traidos de San Petersburgo papeles para empapelar; pero resultó que no alcanzaba el papel para la pieza de la nodriza. Así que fué empapelada con el gran curso litografiado de Ostrogradski sobre análisis matemático superior que su padre tenía de sus tiempos de estudiante; y la pequeña Sofía, que devo raba todo impreso que encontraba, con gran desesperación de su aya inglesa, continuamente leía' estas disertaciones matemáticas cubiertas con incomprensi- bles geroglíficos. « Y lo que es bastante extraño », dice en sus memorias «es que cuando comencé á estudiar á los 16 años, el cálculo diferencial, mi profesor se asombraba de la rapidez con que lo entendía diciendo que era « justamente como un recuerdo de algo que usted hubiese sabido antes ». « La contínua lectura de los papeles de las paredes había dejado ciertamente algunos rastros inconscientes en mi mente infantil ». PEE (Traducido de The Nature, N* 1112, vol. 43, Febrero 19 de 1891). MOVIMIENTO SOCIAL Durante el mes de Abril la Junta Directiva ha celebrado cinco sesiones en las que han sido aceptados como socios activos los siguientes señores: Antonio Mólner, Juan M. Igoa, ingeniero Leopoldo F. Ratto, Oscar J. Rodriguez, Guiller— mo Navarro, Manuel €. Baudrix, Arturo Ochoa y Juan E. Vacarezza. Se ha aceptado el cange con el « Jornal da Sociedade das Sciencias Médicas de Lisboa». El Señor Martin Biedma ha enviado en calidad de donación para la biblioteca social una colección completa de las obras editadas en su establecimiento. Así mismo la Universidad de Montevideo ha donado una colección de tesis y otras publicaciones hechas por dicha Universidad. La Biblioteca se ha enriquecido además con los siguientes envíos : Estudio sobre la composición química y aplicación d la industria de Zantho- xaylum coco (Gill) por el Dr. Luis Harperath, tésis presentada á la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de Córdoba para revalidar el título de Doctor en Ciencias Naturales y donada á la Socieadd por aquella Facultad. Exdmen Químico y Bacteriológico de las Aguas Potables, por A. E. Salazar y C. Newman. Observaciones efecíuadas durante el año 1890 en la Estacion Meteorológica de Villafranca del Panadés, publicadas por el director José Balta R. de Cela. El Señor Cárlos Wauters ha donado á nombre de su señor padre las dos acciones con que se suscribió para la erección del edificio social. 304 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Domingo 12 de Abril tuvo lugar una interesante visita á la Fábrica de Sombreros « La Actualidad » del Señor C. Dellachá. Los señores Miguel Iturbe é Ingeniero Marcial R. de Candioti, comisionados al efecto, han presentado á la Junta Directiva el informe que puede leerse en otro sitio de la presente entrega. | El Comité de Organizacion del Congreso Geológico Internacional cuya, 5* sesion deberá tener lugar en Washington el 26 de Agosto de 1891 ha resuelto invitar á los socios de la Sociedad Científica Argentina á concurrir á dicho Congreso. La sesion del Congreso será seguida de muchas excursiones organizadas con el objeto de hacer visitar á los miembros del Congreso aquellos sitios que les ofrezcan más interés. Los que quieran simplemente ser inscriptos como miembros deberán abonar una cuota de dos dollars y medio. El recibo del Tesorero da derecho á la tarjeta de miembro, al Compte rendu y demás publicaciones ordinarias del Congreso. En el local. de la Sociedad pueden obtenerse más informes, formularios de inscripción, etc. Arteaga Rodolfo de... German “Brackebusch, Luis... Carvalho, José Gárlos de Ave-Lallemant, -Albarracin, Cárlos. - Ameghino, Florentino, Antonini, Santiago. Arroyo, Rulino. : Alvarez, Teodoro. "—Battilana, Máximo. Berretta, Sebastian. Beuf, Francisco. dE Calvo, Edelmiro. Cerdeña, Fernando. - Colombres, Justo V. Delgado, Agustin. Diaz, Adriano. Aberg, Enrique. Acuña, Demetrio G.- Agote, Cárlos. Aguirre, Eduardo. 'Agrelo, Emilio €. Albert, Francisco. Aldao, Cárlos A. Alegre, Leonidas $. Almada Luis E. Alrich, Francisco. Alsina, Augusto. + Amespil, Lorenzo. Amoretti, Félix. Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo. Andrieux, Julio. Arata, Pedro N. Araujo, Gregorio L. Arechavala, Francisco. - Arjas, Bouifacio N. - Arigós, Máximo. $ Avenatti, Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Aubone, Cárlos. Bruno. Avila, Delfin. Ayerza, Rómulo. Aguirre, Pedro. Albertollí, Giocondo. -— Babuslia, Antonio. A Badell, Federico V.: Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. 'Balbin, Valentin. E cs .»...oo HONORARIOS se - Cárlos Berg. CORRESPONSALES Montevideo. Mendoza. Cordoba. Rio Janeiro. ..... -Netto, Ladislao... ... Paterno, Manuel....... Reid, Walter F-..... Stróbel, Pellegrino..... Doo ab Moncalieri (Italia) Lisboa. LA PLATA Diaz, Ernesto. Dillon, Alberto. Gianelli, José P. Glade, Cárlos. Guastavino, Ramon. Guido Lavalle, R. Lagos, José A. Landois, Emilio. Lanusse, Juan José. Maqueda, Joaquin. Martinez, Roberto. Maso, Juan. Meyer, Ernesto. Monteverde, Luis. Moreno, Francisco P. Palacio, Osvaldo. Pando, Pedro J. Pascalli, Justo. Perdomo, Eduardo. Perdomo, Domingo. Pita, José. Preiswerty, Lucas. Ramorino, Florentino Renon, Domingo. Rivera, Juan B. CAPITAL Barabino, Santiago E, Barberan, Abelardo. Barra, Cárlos de la. Barzi, Federico. Basterrechea, José. 'Bastianini, Esidio. Battilana Pedro. Bazan, Pedro. Becker, Eduardo. Belgrano, Joaquin M. —Benavidez, Roque F. Benoit, Pedro. Bergadá, Héctor. Bergallo, Arsenio. Beron de Astrada, E. Besio, Silvio. Biraben, Federico. ' Blaneo, Ramon € Blot, Pablo. Brian, ¡Santiago Bosque y Reyes, F. Booth, Luis A. Bugni NENAS Bunge, Carlos. Burgos, Juan M. Burmeister, Carlos. Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. | Buschiazzo, Juan A. Bustamante, Jusé L. Basarte, Rómulo E. Cadrés, Jorge. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, José M. Cagnoni, Juan M. - Campo, Cristobal del Corti, - Costas, Rodolfo. Canale, Julio. Candiani, Emilio. " Candioti, MarcialR. de Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. Caride, Estéban S. Carmona, Enrique. Carreras JoséM. de las Cartavio, Angel R. Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Alberto Casal Carranza, Roque. Cascallar, Joaquin. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castilla, Eduardo. Castro, Rumon B. Castro, Viceute. Castelhun, Ernesto. Cejas, Agustin. Cerri, César. Chanourdie, Enrique. Chapeaurouge, Cárlos. Chueca, Tomás. Claypole, Alejandro (. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cobos, Norberto. Coshland, Juan. Coni, Pedro. Cominges, Juan de. Coronell, J. M. Coronel, Policarpo. Correas, Alberto. José S Courtois, UÚ. - LISTA DE LOS SOCIOS ¿Do German Burmeister.—Dr. o Gould.—Dr.R. A. Philippi. —Dr. Clas Rawson: Rio Janeiro. Palermo/(It.). Lóndres. Parma (Ital.). Romero, Julian. Sal, Benjamin. Seguí, Francisco. Sienra y Carranza, L. * Spegazzini, Cárlos. Spotti, César, Tapia, Francisco. Tapia, Pastor. Trachia, Adolfo. Villamonte, Isaac. Weigel, Emilio GC. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos $. Cuenca, Felipe. Correas, Waldino. Campo, Leopoldo del. Darquier, Juan A. Dawney, Carlos. Dellepiani, Juan. Dellepiani, Luis J. Diana, Pablo. Diaz, Abel. Diaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro. Dillon Justo R. Dominguez, Enrique Domínico, Augusto G. Doncel, Juan A. Dubourcq, Herman. Duclout, Jorge. Durrieu, Mauricio. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F. Echagúe, Cárlos. Fizaguirre, Ignacio. Elguera, Eduardo. Elordi, Alberto. Elordi, Martin. Escobar, Justo V. Espinosa, Adrian. Esquivel, José. Estrella, Guillermo. Etcheverry, Angel. bdo Podio Ezquer, "Octavio A. ade, Daniel. Fernandez, Honorato. Fernandez, Ladislao M. Fernandez. Pastor. Fernandez Blanco, €. Fernandez,.C. Alberto Ferrari, Rómulo. Ferrari, Santiago. Ferrer, Jorge F. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Forgues, Eduardo. Frogone, José. Frognne, José V. Fuente, Juan de la. Funes, Lindoro. Gainza, Alberto de. Gallardo. Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Garcia, Eusebio. Garcia, Francisco J. Gastaldi, Juan F. Gayangos, Julio E. de Gentilini, Pascual. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gioachini, Arriodante. Girado, José Í. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gonzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Daniel M. Gramondo, Ernesto. Guerrico, José P. de Guevara, Ramon. Guevara, Roberto. Guelielmi, Cayetano. Ginther, Guillermo. Gutierrez, José Maria. Maft, Federico G. A Hainard, Jorge. Herrera Vegas, Rufuel. Herrera, Victor M. Holwberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Huidobro, Luis. Igoa, Juan M. Inurrigarro, T. M. José Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. lturbe, Miguel. Iturbe, Atauasio. Iturbe, Uctavio. Isnardi, Daniel. Jacques, Nicolás. Jaeschke, Victor J. Jasidakis, Juan. Jauregui, Nicolás. -Jaureguiberry Enrique Koslowsky, Julio. Krause, Otto. Krause, Eduardo. Massin1, Krause, Das Kyle, Juan O Keravenant, Adolfo, Labarthe, Paila Lafferriere, Arturo. Lagos, José M. Langdon, Juan 4. Languasco, Domingo. Lanús, Juan. C. Larguía, Carlos. Lavalle; Francisco. Lavalle, José F. Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Lecureux, Gaston. Leon, Rafael. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Ramon. Lopez Saubidet, P. Loudet, Osvaldo. Llosa. Alejandro, Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Lyuch Arribálzaga. F. Lagos, Bismarck. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Mallol, Benito J. Mandino, Oscar. Manterola, Luis (. Mané, Cárlos. 4 Marini, A. Marino, José. Martinez, Carlos. E. Maschwitz, Cárlos. Cárlos. Massini, Estevan. - Mattos, Manuel F. de. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Medina y Santurio, B. Mendez, Teófilo E. Mendoza, Juan A. Meza, Dionisio €. Mezquita, Salvador. Maupas, EÉrnesto. Molina Civit, Juan. Molina Salas, Cárlos. Molinari, José. Molino Torres, A. Molner, Antonio. Mon, Josué R. Moneta, José. Montes, Juan A. Moores, Guillermo. Morales, Cárlos Maria. Mors, Adolfo. Moyano, Cárlos M, Murzi, Eduardo. Matienzo, Emilio. Navarro, Guillermo. Nocetti, Domingo. Noceltti, Gregorio. Nougues, Luis EF. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Juan M. Ojeda, José T. Olivé, Emilio R. Olivera, Cárlos €. - a Miguel. Orzabal, Arturo. le Otamendi, Eduardo. |. Otamendi, Rómulo. : Otamendi, “Oyuela, Wenceslao. Palacios. ribe, Francisco. Alberto. Juan B. Otamendi, 0'Donell, Alberto. E Padilla, Poda H. de Alberto. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Pawlowsky, Aaron. Pelizza, José. Pereyra, Horacio. Pereyra, Manuel. Petit de Murat Czar. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Pedro. Pico, Octavio S. Pidelaserra, Jaime. Pirovano, Ienacio. Piróvano, Juan. Posadas, Vicente Pons, Miguel B. Pozzo, Segundo. Puig, Juan de la Cruz. Puisgari, Pio. Pujggari, Miguel. M. Pico, Pedro P. Quadri, Juan B. Quesnel, Pascual. Quijarro, José A. Quintana, Mariano. Quiroga, Atanasio. Kamallo, Carlos. Ramirez, Fernando F. Ramos Mejia. Hdefso P, Rams, Estevan. Rapelli, Luis. Ralto, Leopoldo. Rebora, Juan. Repetto, José. Riglos, Martiniano. Rigoli., a Robió Rafael, Rodriguez, il Rodriguez, Eduardo $. Rocamora, Jaime. Rodriguez, Andrés E. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Martin. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Oscar J. Rojas, Estéban C.: Rojas, Félix. Romero, Armando, Romero, Cárlos L. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz de los Llanos R. Ruiz, Manuel. Romero, Alfredo. Recalde, Felipe. Renaud, Eugenio. Romero Emilio. Romero, Luis C. Saccone, Enrique. Sagastume, Demetrio. Sagastume, José. M.. Saguier, Pedro. o e Saralegui, Luis. Sarhy,. José. AUD" Sarhy, Juan F.. Scarpa, José: Schickendantz, Emi iO. - Schmitt, Mans. Schróder, Enrique. Schwartz, Felipe. - Schwartz, Mauricio Selstrang, Arturo. Serna, Gerónimo di Seurot, Alfredo. Schaw, Arturo E, Sehaw. Cárlos pa Silva, Angel. Selva, Domingo Yen Silveira, Luis: : Simonazzi, Guillerm Sirven, Joaquin. Sota, Alberto de la. Soto, José María. Spika, Augusto. Stavelius, A relemeal Stegmán,, Cárlos.. Súnico, Víctor. Taboada, Miguel A Taurel, Luis. y Tedin, Virgilio. Tessi, Sebastian 1 Thedy, Héctor. Thompson, Valentin. Torivo, Desiderio. Tornú, Elias. Treglia, Horacio, Trifoglio, Ricardo, * Tressens, José A. Tzaut, Constante. S Unanue, lenacio. Urraco, Leodoro CG. Valerga, Oronte A. Valle, Pastor del. Varela Rufino. (hijo) Vedoya, Joaquin J. Vernaudon, Eres Victorica y 'Soncira, Victorica y Urquiza E —Viaela, Baldomero, Viglione, LUISA aia Viglione, Marcelino. Viñas, Urquiza Justo. Villanueva, Guillermo. Villegas, Belisario. Vineut, Arturo. Vineut, Pedro Wauters, Cárlos. - Wauters, Enrique. Wheeler, Guillermo. 6 White, Guillermo. a Williams, ¿Online Zambrano, Pedro? Zamudio, Eugenio. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S. Zunino, Enrique. ñ Ls SOCIEDAD CIENTÍFICA ENTINA COMISION REDACTORA -Presidente...... D* CÁrLOS M. MORALES. Secretari0....,. Señor ANGEL GALLARDO. Ingeniero MANUEL B. BAHIA. VOCALES sj D* ATANASIO QUIROGA. Ingeniero JORGE DUCLOUT. (La Comision Redactora se reune todos los Lúnes á las 8 p. m.) JUNIO DE 1891. — ENTREGA VI. — TOMO XXXI PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, VICTORIA, 1492 (2* piso), Y PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad............ Boa L >» Un semestre.. ...oooooocoroooocoooo DS » Unarno aaa seas ale nl jaca » 10 » Por mes, fuera de la Ciudad.. » 1.50 porentrega: La suscricion se paga anticipada éáLIIAIEÓAAAAÓA BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS. 680 — CALLE PERÚ — 680 14894 A Mi á cla E ' JUNTA DIRECTIVA Presidente........ D" CárLos M. MORALES. Vice-Presidente 1” Ingeniero EDUARDO AGUIRRE. 1d. 22 Ingeniero JUAN F. SARHY. SECrelariO...... .. Señor ANGEL GALLARDO. TESOTCERO Aa .. Capitan SALVADOR VELAZCO LUGONES. Ingeniero MARCIAL R. CANDIOTI. Señor MIGUEL ITURBE. Vocales adn. da | Ingeniero BENITO MALLOL. Señor CÁRLOS WAUTERS. Señor Tomás CHUECA. NE INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA 1. — BIBLIOGRAFÍA. Exámen químico y bateriológico de las aguas potables, por E A. E. Salazar y C. Newman.—Lóndres: Burns y Aates, 1890. 11. —PROYECTOS SOBRE MODIFICACION Á LAS LEYES Y ORDENANZAS SOBRE CONSTRUCCION DE AFIRMADOS, y transformacion económica del contrato de afirmados de madera, por Pablo Blot. Tl,— LUIS PASTEUR, J. Paget. IV. — REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (Continuacion, por MWarcial KE. Candioti. - V. — MISCELANEA. VI. — MOVIMIENTO SOCIAL. A LOS SÓCIOS Se ruega á los señores sócios comuniquen á la Secreta= | Tía de la Sociedad su ausencia, cambio de domicilio, etc., y cualquier irregularidad en el reparto de los as on cobro de la cuota. | | Se ruega tambien á los que tengan en su poder obras prestadas pertenecientes á la Biblioteca de la Sociedad, se sirvan devolverlas á la brevedad posible, á fin de anotar— las en el catálogo que en breve aparecerá impreso, Ó en. , las o sucesivos. F y FANS BIBLIOGRAFÍA EXÁMEN QUÍMICO Y BACTERIOLÓGICO DE LAS AGUAS POTABLES Por A. E. SALAZAR Y C. NEWMAN.— Lóndres: Burns y Aates, 1890 Verdadera satisfaccion hemos experimentado en la lectura de la obra cuyo título damos arriba. Es este un libro escrito en caste- llano, de 500 páginas, bien impreso y encuadernado, cuyo conte- " nido en nada desmerece la opinion favorable que á su respecto se concibe al abrirlo hojeándo!o á la ligera. Sus autores se han pro- puesto describir y discutir conforme á un plan sistemático los resul- tados de su estudio higiénico de las aguas de Valparaiso, llevado á cabo en el laboratorio de la Escuela Navel de esa ciudad durante los años 1887-88 y su publicacion obedece al doble propósito de ofrecer indicaciones prácticas para investigaciones del mismo gé- nero y datos que no carecerán de interés á las personas que nece- siten formarse cabal concepto de una cuestion higiénica de general importancia. Ellos han dedicado á su delicada tarea gran acopio de conocimientos adquiridos en su práctica y en una visita que recientemente hicieron á los principales laboratorios europeos, y en esta obra el lector hallará una descripcion clara y minuciosa de los diversos métodos que actualmente se emplean para determinar las buenas ó malas condiciones higiénicas del agua potable. Cada uno de dichos métodos se halla descrito con tal claridad que hasta los menos expertos podrán comprender y aún practicarlos guiándose por las instrucciones dadas y ayudados por los grabados que re- presentan los aparatos indispensables para llevar á cabo las ope- raciones analíticas. Mas los autores no se han limitado á describir los métodos practicados en los laboratorios de química y de bacte- riología, el lector encontrará en ese libro una crítica bien medi- tada de cada uno de los métodos descritos y al reves de lo que des- ANAL. SOC. CIENT. ARG. To XXXI , 20 Ñ A p R ./ 306 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA graciadamente sucede y puede observarse en obras de la misma indole escritas por los fundadores ó partidarios de tal ó cual mé- todo analítico; hay en la obra de Salazar y Newman el deseo ma- nifiesto de mirar cada cuestion bajo todos sus aspectos y de de- mostrar sin pasion y sin opiniones preconcebidas las ventajas y los defectos de cada método y de confesar sin ambajes que, nin- guno de los métodos químicos, puede por sí solo, satisfacer al hi- gienista y que, aún reuniendo todos los datos que las operaciones químicas por precisas que fueran puedan proporcionar, siempre subsistirá la duda sobre la posibilidad de hallarse en el agua, las temibles baterías tíficas ú otros micro-organismos patogénicos, que eluden las indicaciones micro-químicas y que son invisibles aún bajo los objetivos más poderosos, y que solo se revelan con ayuda de los cultivos practicables en el laboratorio bacterioló- gICO. El libro comprende una introduccion, tres partes descriptivas y críticas, y un apéndice. Es este último, un capítulo escrito por el Dr. Rafael Blanchard, profesor agregado de la Facultad de Medi- cina de Paris, sobre: «Los animales parásitos introducidos por el agua en el organismo ». Las tres partes divididas en trece capítulos, contienen: 1 Las instrucciones más necesarias para el exámen mineral; 90 El exámen orgánico; 32 El exámen bacteriológico de las aguas potables. Es precedida cada parte por observaciones muy sensatas sobre el objeto y alcance de la investigacion de los principios inorgánicos, - orgánicos y organizados, cuya presencia en el agua potable puede: afectar más ó menos sériamente sus condiciones higiénicas. Completamente de acuerdo con los autores en casi todo lo dicho referente al exámen mineral, una observacion se nos ocurre con respecto al capítulo sobre «Alcalinidad », página 79 y es la si- guiente: Dicen los autores: «Por alcalinidad del agua se entiende la pro- piedad que tiene de neutralizar los ácidos en virtud del carbonato de calcio que encierra. Gracias á los métodos que hemos descrito. puede apreciarse la dureza cálcica del agua separada de la corres- pondiente á la dureza magnesiana ; pero lo que importa en el con= cepto higiénico segun se demuestra en el capítulo E, no es saber la mayor ó menor cantidad de los compuestos de calcio sinó determi- nar qué proporcion corresponde al carbonato, sustancia útil ó por BIBLIOGRAFÍA 307 lo menos inofensiva y cuál al sulfato, sustancia decididamente no- civa». Perfectamente, mas tratándose de las aguas naturales en la Re- pública Argentina, la determinacion de la alcalinidad de la ma- nera que aconsejan los autores, solo en ciertos casos daría indica- cion segura con respecto al carbonato cálcico y sería causa de error el cálculo del carbonato cálerco basado sobre el consumo de ácido en la neutralización de la materia alcalina. Nuestras aguas proce- dentes de la capa de arenas fluidas ó sea el agua de los titulados pozos semi-surgentes é igualmente muchas aguas de los pozos co= munes y hasta las aguas corrientes de Buenos Aires deben en parte y á veces la mayor parte de su alcalinidad al carbonato sódico, siendo pues indispensable tener presente esta circunstancia como muy posible y practicar la neutralizacion con el ácido deci-normal no solamente en el agua natural sinó repetir el dosaje en el líqui- do préviamente concentrado y filtrado para eliminar los carbonatos precipitados. En la segunda parte ó sea la referente al exámen orgánico el lec- tor hallará descripciones muy completas del « Método del Amonía- co» ideado por Wanklyn y Chapman y de tres modificaciones del «Método de la oxidacion» por el permanganato de potasio. El «Método de la combustion » de Frankland y Armstrong no se des- cribe en detalle por los autores de la obra, sin embargo en la in- troduccion se hace referencia á este método calificándolo como se : merece; como más laborioso y complicado que los otros dos y di- ciendo, con mucha razon, á nuestro concepto, que «no da ni puede dar resultados numéricos ni cualitativos de más utilidad práctica, de suerte que no hay ventaja en su adopcion como procedimiento que deba usarse regularmente ». Ya hemos dicho que la tercera parte trata del «exámen bacte- riológico de las aguas potables». No pretendemos criticarla, de- clarándonos sin la competencia necesaria por carecer de conoci- mientos prácticos en la bacteriología. Nos concretamos pues á la simple enumeración de los puntos principales comprendidos en esta parte del libro que ocupa casi la mitad del tomo, y escrita con la misma claridad y abundancia de detalle que caracterizan la parte química. Hé aquí su contenido: Nociones generales sobre las bacterias y sus relaziones con la in- feccion de las aguas. 308 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Doble objeto del exámen bacteriológico y la interpretacion de los resultados. | Elementos y méiodos generales de investigacion, inclusive de la cultivacion bacteriológica y la técnica micrográfica. Métodos especiales para el exámen estadístico y el exámen cua- litatLvo. | Esta parte de la obra abunda en grabados primorosamente eje- cutados, habiendo además 16 foto-micrografías y 5 fotogramos de cultivos. No podemos omitir la mencion de dos cuadros-gulas para el aislamiento é identificacion del bacilo tífico y del espirilo cole- rígeno, con los que termina la parte tercera de la obra que en su conjunto nos ha parecido un resúmen admirable de los conoci- mientos y métodos modernos que se refieren al análisis de las “aguas potables como no existe otro en idioma castellano, en la actualidad. El lector no dejará de apreciar en lo que vale el capítulo-apén- dice sobre los animales parásitos introducidos por el agua en el organismo, muy digno de su autor y bien ilustrado con numerosos grabados. No dudamos que la obra de Salazar y Newman hallará lectores donde quiera que haya hombres de ciencia que hablan el español y nos estrañaríamos si dentro de breve plazo no aparece en otros idiomas para ocupar un sitio en las bibliotecas de todos los quí- micos é higienistas. Mientras tanto felicitamos y agradecemos á sus autores. JUAN J. J. KYLE. PROYECTOS SOBRE MODIFICACION Á LAS LEYES Y ORDENANZAS SOBRE CONSTRUCCION DE AFIRMADOS Y TRANSFORMACIÓN ECONÓMICA DEL CONTRATO DE AFIRMADOS DE MADERA ProYECTO N? 1 Modificacion á las leyes y ordenanzas sobre construccion de afirmados Uno de los elementos principales de adelanto en todos los bar- rios del municipio, es sin duda alguna el afirmado de las calles, y si no hubiera de arbitrarse un medio de realizarlo aún á pesar de las dificultades económicas del presente, podría decirse con segu- ridad que el progreso se había estancado, trayendo los gravísimos perjuicios que le son inherentes; sobre todo en la estacion de in- vierno que entra, en que á causa de las contínuas lluvias, se for- man verdaderos fangales de todo punto intransitables, sobre todo en las calles desprovistas de afirmados. El presupuesto sancionado por el Honorable Concejo para el año económico de 1891, asigna solamente un millon de pesos para los gastos del año, para el pago de cuadrillas en general, de materia- les y costo de las varias obras que hayan de ejecutarse. Haciéndose la distribucion de ese millon de pesos, en las obras enunciadas, bajo un presupuesto lo más aproximado, no ha sido posible asignar para la construccion de adoquinados más que cien mil pesos, que apenas alcanzan á cubrir el costo de unas diez cua- dras. Es pues resolver un grave problema, arbitrar un medio de con- ar 310 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tinuar los adoquinados dentro de la situacion actual y de los esca- sos recursos de que puede disponerse. En el Proyecto N* 2 que se acompaña, el cual trata de transfor- macion del contrato de afirmado de madera, podrá verse que si es aceptado, tendrá la Municipalidad á su disposicion todos los ado- quines que resulten de dichas obras, y que podrían emplearse con beneficio de la Municipalidad en el presente proyecto (N' 1). A más, la gran cantidad de adoquines existentes actualmente, en las canteras sin empleo, tendrán su-aplicacion inmediata y á precios relativamente bajos, dada la necesidad de los propie- tarios de canteras, de realizar el capital que tienen inmovili- zado. Con todas estas razones, cree el que suscribe que podría arribarse á una solucion equitativa, razonable y conveniente sin perjudi- carse la viabilidad pública y sin un peso de desembolso por parte de la Municipalidad con la sancion de un Proyecto, bajo las si- guientes bases (estableciéndose como ley de la Nacion). En las calles de 1732 de ancho, la calzada adoquinada queda- ría reducida á 650 (que es el ancho actual de la calle Florida) en vez de 11”32 exijido por las ordenanzas vigentes. Con arreglo á las mismas ordenanzas, la parte que corresponde pagar á los propietarios, es de 3"77 centímetros, es decir, la terce- ra parte, no babiendo tramway, y 283 ó sea la cuarta parte del an- cho de la calzada, habiendo tramway. En este proyecto, teniendo la calzada solamente 6"50, cada pro- pietario pagaría la mitad, es decir 3"25 de ancho, cantidad que corresponde á un poco menos de su parte actual. II Los tramways (si hubiera) se colocarán en la vereda conforme lo indica el plano y los perfiles adjuntos. La obligacion de las compañías de Tramways, en este caso, se- ría de empedrar el entre-vía y abonar los gastos mensuales ó trimestrales de la conservacion de la calzada adoquinada. MODIFICACION Á LAS LEYES SOBRE CONSTRUCCION DE AFIRMADOS 311 100 La vereda á construir por los propietarios, de piedra ó ladri- llos de máquina, sería de 150 en vez de 3 á que están obligados hoy. 1v La colocacion de cañería de gas, aguas corrientes, etc., se haria en la parte de tierra ó cesped comprendida entre la vereda de ma- terial y el cordon de adoquinado, debiendo pagar un derecho de... pesos, por cada cuadra de caño colocada. y En los puntos que juzgue conveniente la Municipalidad, se to- marán las juntas de los adoquines con cemento hidrófugo Poggi entrando este material en el precio de costo del afirmado. vi Los empresarios ó constructores de afirmado, recibirán las cuen- los respectivas de cada propietario con la firma del señor Inten- dente, encargándose de la cobranza. VII Los propietarios podrán pagar el importe del afirmado al contado, ó en seis semestres, agregando los intereses de cada sexta parte, á razon de 8 %, anual. | A los efectos de la cobranza de las cuentas indicadas, estas se considerarán como impuestos generales, de acuerdo con la Ley NCAAder VHl Solo se procederá á la construccion del adoquinado en las calles cuya mayoría de propietarios lo hayan pedido por medio de soli- citudes colectivas á la Intendencia. En caso de trasformacion de empedrado comun en adoquinado 3192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ó macadam, la Municipalidad pagará á los propietarios que hayan abonado el afirmado anterior, el valor de la piedra, al momento de dicha transformacion. IX Los trabajos de afirmado se sacarán á licitacion por cantidad de cincuenta cuadras cada vez, bajo las bases que se establecerán por la Intendencia y bajo la direccion de la Oficina de Obras Públicas. X La Intendencia, á más de la inspeccion de la Oficina de Obras Públicas, podrá nombrar de entre los propietarios firmantes de las solicitudes una Comision de tres de ellos para vijilar el cumpli- miento estrictolde las condiciones del contrato respectivo. XI Los movimientos de tierra que haya que hacer en desmontes ú terraplenes, podrán hacerse directamente por la Municipalidad, con sus cuadrillas, ó á precios convencionales con los Empresarios, siendo siempre abonado por la Municipalidad, constituyendo este trabajo el único desembolso ó cooperacion de ella. XII Fé Cuando el aumento del tráfico exijiera ensanchar la calzada hasta su ancho reglamentario, la Municipalidad, hará de su cuenta el adoquinado que falte, sin cooperacion de los propietarios, siendo esta un poco más de la tercera parte que le corresponde y que por ahora se posterga. Los tramways entónces abonarán tambien la parte que les cor- responda cuando se establezcan las vias en el centro de la calzada como lo exijen las actuales ordenanzas. Las veredas serán completadas hasta 3 metros de ancho á costa de los propietarios. Demostracion práctica de las cantidades que tendrán que pagar los propietarios con las disposiciones propuestas : MODIFICACION Á LAS LEYES SOBRE CONSTRUCCION DE AFIRMADOS 313 Con el precio de 8 pesos moneda nacional el metro cuadrado un propietario tendría que pagar por metro lineal de frente, adoqui- nando las calles segun las ordenanzas en vigencia : 8 ><11732 => 30,184 pesos ó sea por 10 metros de frente 301 y 84 Con el presente proyecto solo tendría que pagar: 8 >< 650 2 = 26 pesos y por 10 metros 260 pesos Pagaderos al contado ó en dos años y medio del modo siguiente: cOmO panic $ 43.33 A seis meses, */¿ parte é interés 8 V......... 45.06 Uniano39/5 parte cra ieres ls. 46.80 Diez y ocho meses, */¿ parte é interés 8 %V.... 48.53 Dostanos parte csmteres iS ió 50.26 Treinta meses, !/¿ parie é interés 8 %V...... 52.00 Es decir, 8 y 504 papel más ó menos por mes durante 30 meses y por diez metros de frente. Con las ordenanzas actuales un propietario tendría que pagar por cordon y veredas en un frente de diez metros: Diez metros cordon de vereda á pesos 3.... $ 30 Diez metros por 3” =30"* vereda de piedra alta DOS is Dl eo lado. dos a 120 Mientras que con el presente proyecto pagaría : Diez metros cordon de vereda á 3 pesos.... $ 30 Diez metros por 150= 15"? vereda de ladrillo LAU ES O 30 Tota ls: $ 60 Las calles ó arterias principales de acceso á la ciudad que requie- ren el afirmado en todo el ancho de la calzada, como ser la calle de Santa Fé, Rivadavia, Corrientes, Ministro Inglés, Gauna, Bella- Vista, Independencia, San Juan, Santa Lucia, etc., etc., serían es- cluidas de este proyecto y la Municipalidad determinaría la clase de 314 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ABGENTINA afirmado que convendría y las condiciones especiales de su cons- trucción y de los pagos. Como se vé, la limitacion del ancho de las calles, no perjudica absolutamente, la viabilidad pública, puesto que se conserva una calzada de estension equivalente á la de la calle de Fiorida y como está limitada esclusivamente al tránsito de vehículos, puesto que los tramways tienen destinada su parte especial de calzada, bien sea que ellas aumenten el ancho del adoquinado, ó bien que ha- gan su recorrido sobre las veredas anexas á las existentes. Es indudable que este proyecto es susceptible de observaciones más ó menos fundadas ó atendibles, pero sin que ellas escapen á la penetracion del que suscribe y sin que se hayan dejado de pre- sentar á su mente, es preciso convenir, que se trata de una solu- cion transitoria y que los beneficios inmediatos que debe producir deben primar sobre toda otra consideracion de conveniencia rela- tiva, bien que afecte intereses particulares ó públicos. La solucion en esta forma se impone, por la situacion económica del país y por las necesidades y aún por las exigencias de los vecinos. ; Hay en la Municipalidad multitud de espedientes de vecinos pi- diendo el adoquinado de sus respectivas cuadras; y muchas cua- dras que se adoquinan actualmente por iniciativa de vecinos, pa- gando ellos íntegramente el adoquinado. Esto demuestra evidentemente que el dia que se ofrezca, al ha- bitante de calles sin pavimento alguno, el medio de adoquinarlas sin que tenga que pagar, sinó apenas la parte que les asigna la ley, lo aceptarán aún con el mayor contento y han de aglomerarse gran número de solicitudes que demanden la ejecucion de los trabajos. Millares de obreros tendrán ocupacion, y esta será otra de las faces cuyos beneficios son palpables. Se pondrá en movimiento y en actividad grandísimos elementos de trabajo ahora paralizados y finalmente se habrá producido mucho bien sin sacrificio alguno. Proyecto N* 2 I Transformacion económica del contrato de afirmado de madera La esperiencia ha demostrado: 1% Que el afirmado de madera bien hecho, tiene muy buen éxito y que resiste satisfactoriamente en Buenos Aires ; MODIFICACION Á LAS LEYES SOBRE CONSTRUCCION DE AFIRMADuS 315 2% Que el pago de todo afirmado al contado, está arriba de las fuerzas financieras de la Municipalidad, de las compañías de tram- ways y de los propietarios; 3" Que es inútil y onerosa la aplicacion del mismo sistema de afirmado á las calles anchas y de mucho tráfico, como á las de poco tráfico y ancho reducido; 49 Que el afirmado se mantiene en perfecto estado siendo bien conservado, pero que es absurdo pagar el mismo precio de conser- vación para una calzada sin tráfico que para una de gran circu- lacion ; 59 Que no es lógico, como en el caso del afirmado de madera, pagar adelantado, la suma que debe servir á la renovacion de los adoquines despues de su completa destruccion; 6" Que tambien es onerosa la obligacion de renovar los adoqui- nes cuando quedan reducidos á 0" 07 de altura, estando todavía en buen estado. Si á estas observaciones se añade las que hago en otro proyecto (adjunto) demostrando la inutilidad de construir el afirmado de todo el ancho reglamentario en calles de poca circulacion; llega- mos á las siguientes : Conclus1ones Que el afirmado de madera tal cual se ejecuta actualmente debe aplicarse solamente á las calles de gran tráfico y cuyas propiedades laterales, siendo de gran valor, pueden soportar el costo de prime- ra instalacion. Que en las calles anchas y de poco tráfico, el afirmado debe li- mitarse á lo necesario, para cruzarse con facilidad dos vehículos y que sus condiciones de construccion como su espesor y la com- posicion del concreto del subsuelo, debe determinarse de manera á reducir el costo, conservando sin embargo, la resistencia nece— saria. i Que en estas calles el precio de conservacion debe ser considera- blemente reducido. De lo que se desprende : 1% Que el afirmado de madera debe dividirse en tres categorías, tanto para su construccion primitiva como para su conservacion; 22 Que en estas condiciones las propiedades pueden soportar su costo en el centro de la ciudad, como en las calles centrales tam- 316 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA bien de Flores y Belgrano y otros suburbios, en caso que se quiera aceptar en ellos esta clase de afirmados. En ese órden de ideas se puede formular el siguiente: Proyecto a) El afirmado de madera se construirá como actualmente se hace, en las calles centrales de Buenos Aires, donde el tráfico es grande y la propiedad de mucho valor; b) El mismo sistema, pero con adoquines de 0”12 en vez de 0715 y admitiendo en la composicion del croncreto cal del país, piedra y cascotes conservando la mezcla del portland actual en la capa superior del concreto en las calles de poco tráfico; c) El mismo sistema, pero con adoquines 0"10 de altura y 010 de espesor de concreto construido como e! anterior, con la misma capa superior de cemento puro y arena oriental, en las calles de Belgrano, Flores y otras si se juzga conveniente. Pagos A. Los pagos de construccion segun el proyecto a) serán efectua- dos íntegros por los propietarios segun los precios acordados por la Municipalidad, sea al contado ó bien en seis semestres á elec- cion del propietario. Aceptado el pago por semestre, un sexto será pagado á la pre- sentación de la cuenta, un sexto seis meses despues, siguiendo así hasta el pago completo. En este caso la cantidad á pagar será aumentada con los inte- reses al ocho por ciento anual. La conservacion será dividida en dos partes : 42 Los tres quintos de la anualidad total serán reservados y for- marán un fondo especial que será remitido al empresario cuando haya lugar á la renovacion general de los adoquines. 9 Los dos quintos restantes serán abonados al empresario por trimestre á contar de la recepcion del trabajo y representarán to- dos los gastos de conservacion previstos en los artículos 31, 32, 33, 34 y 35 del actual contrato Andrieux fuera de la renovacion ge- neral de los adoquines. Se fijará un precio por refacciones sobre zanjas y este precio ” MODIFICACION Á LAS LEYES SOBRE CONSTRUCCION DE AFIRMADOS 317 será abonado íntegro al contado por las compañías ó personas autoras de estos trabajos. En las calles donde existan tramways, estos pagarán una anua- lidad de... pesos... por metro lineal de vía cuya suma será afec- tada esclusivamente al pago de la conservacion. En general la conservacion será considerada de cuenta de la Municipalidad, reglamentando el cobro como lo juzgue más con- veniente á sus intereses. B. Mismas condiciones de pago que para el proyecto a), con la diferencia que el costo de construccion sea reducido del 15/,, y el costo de conservacion tambien reducido del 25 %/.. C. Mismas condiciones que para el proyecto 4), con la diferencia que el costo de la construccion sea reducido de 25 %/,, y el costo de la conservacion reducido de 40 /.. Demostracion práctica de la distribucion de la cantidad á pagar por cada uno de los contribuyentes Tipo A. —Tomamos por ejemplo, la calle de Rivadavia en la par- te de la plaza Victoria á Callao, con el ancho actual de 650. Con el precio actual 7 pesos y 70 centavos oro, un propietario tendría que pagar por metro lineal de frente 7,70 < 2 9, De = 25 pe- sos, y suponiendo un frente de 10 metros, 250 pesos. AUEONALOs e Vie es ba os OS a 41.66 A 6 meses, !/¿ parte más intereses 8 %V....... 43.32 A un año, */¿ » aos ... 44.99 A 18 meses, */4 O do O 46.65 A 2 años, ?*/6 » e ac 48.32 A 30 meses ó sea 2'/, de año, 1/2 care más in- ¡eresesi A, do and 49.98 Es decir que un propietario de 10 metros de frente sobre la ca- lle Rivadavia en el centro de la ciudad, tendría que pagar más ó menos 7 pesos oro por mes, durante dos años y medio para tener un afirmado perfecto, bien conservado y la seguridad de no tener absolutamente que pagar más nada, nunca. Para la conservacion, las dos quintas partes á pagar al empre- sario al contado, tomando el precio actual del contrato Andrieux de 318 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 0.62 oro anua!, resultaría por metro lineal de calzada; 0.24 <68.50 = pesos oro 1.56 por metro lineal y por año, de calle ó de vía de tramways como existe en Rivadavia que se toma como ejemplo. Esta cantidad de 1.56 por metro lineal podría cobrarse anual- mente de las compañías de tramways en sustitucion á la participa- cion que hoy tienen que abonar para la construccion. De esta manera la construccion sería pagada por los propietarios y la conservacion por las compañías de tramways, no teniendo absolutamente nada que pagar la municipalidad. Los propietarios y las compañías de tramways con esta forma de pago, en pequeñas cantidades, podrán efectuarla perfectamente, sin dificultad. Solo en las calles donde no hay tramways que son muy pocas en el centro de la capital (comprendidas entre la Ribera, Caseros, Entre-Rios y Callao), quedaría á cargo de la municipalidad la con- servacion y renovacion de los adoquines cuando sea necesario. Tendría para hacer frente á estos gastos: 1% El impuesto actual de 6 %/, sobre las entradas de los tramways; 2% El impuesto anual de 50 pesos por cuadra de vía recorrida; 3% Las patentes de rodados, estaciones de carruaje, derechos de curvas, desvíos, construcciones de nuevas vías de-tramways (500 pesos por cuadra hasta 8 cuadras de la Plaza Victoria; 400 pesos hasta 20 cuadras de la misma plaza y 200 pesos fuera de este radio, segun ordenanza de 20 de Setiembre de... en vigencia); 4 Derechos de cañerías, compañías de gas, etc. Tipo B.— Con el mismo ancho 650 que el tipo A costaría más ó menos 6 pesos oro mensuales á los propietarios, durante 30 meses y como conservación 0.48 <6.50 =1.17 pesos por metro líneal de calle y por año; Tipo C.—Con este tipo, teniendo solo la calzada 3 metros de ancho, los propietarios tendrían cd pagar para la construccion: $ 7.70 menos 25 /, Ó sea 5,78 a 5 = 14.45 $ oro, es decir, que por cada metro de frente, un Opina pagaría en Flores y Belgrano : Al o y parte de Ao La. e ¡0214 A 6 meses */¿ parte más interes 8 “/, anual. 2.50 A un año */; » du 2 A 18 meses */; » 2.69 A 2 años */4 » 2.79 A 30 meses ó 2 '/2años '/¿ » + 21192489 MODIFICACION Á LAS LEYES SOBRE CONSTRUCCION DE AFIRMADOS 319 ó sea un término medio de 0.45 pesos oro por metro de frente y por mes durante 30 meses. La conservacion ordinaria costaría 60 %/, de los dos quintos de pesos 0,62, es decir, por año y por metro cuadrado 0,144 y por cada metro líneal de calle 0.72 pesos ó sea pesos 93.60 por cuadra de 130 metros lo que no sería un gasto excesivo para la municipalidad en el caso de que no hubiese tramway. Las calles ó arterias principales y avenidas que requieran el afir- mado en todo el ancho como ser la calle Santa Fé, Rivadavia, Corrientes, etc., serían excluidas de este proyecto y la municipali- dad determinaría la clase de afirmado que convendría y las condi- ciones especiales de esta construccion y pago. La municipalidad podría mandar construir el afirmado de madera solamente en las calles cuya mayoría de propietarios asi lo pidiera. Las principales modificaciones del contrato existente, con este proyecto, tienen por base los puntos siguientes : 1* Sustitucion Ce la obligacion de pagar al contado la parte que actualmente tienen que pagar las compañías de tramways en la construccion de afirmado de madera, reemplazándolo con el pago anual de la conservacion; 22 Division de la anualidad de conservacion en dos partes, las primeras dos quintas partes pagaderas por trimestre para servir á la conservacion del afirmado y las otras tres quintas partes, acu- muladas por la Municipalidad para costear la renovacion general periódica de los adoquines. La primera de estas modificaciones queda justificada por la im- posibilidad de parte de los tramways de satisfacer las condiciones actuales de pago en caso de seguir el afirmado en las condicio- nes y cantidades estipuladas en el actual contrato Andrieux. Si tomamos por ejemplo la calle Rivadavia en una estension de un kilómetro (ocho cuadras) por 630 de ancho, resulta que la parte que actualmente tendrían que pagar las compañías de tram- ways sería de: 1000 metros >< 650 < 7.70 4 en las 200 cuadras del contrato 312.000 pesos oro. Estas 200 cuadras segun lo establece el contrato deberían con- cluirse en 18 meses, y la evidencia resulta que las compañías de tramways no encontrarían con sus recursos ordinarios los medios de hacer frente á ese pago. = 12.400 pesos oro que representan 320 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA II Sería necesario recabar del Honorable Congreso de la Nacion la modificacion y ampliacion de la ley de 13 de Noviembre de 1888 por e: siguiente Proyecto de Ley Art. 12. —En las calles del municipio de la Capital Federal, donde la Municipalidad mande construir el afirmado de madera, el costo de dichas obras se repartirá del modo siguiente: a) El costo de su construccion será abonado en su totalidad por los propietarios de cada acera pagando cada uno la mitad. El pago se verificará á la presentacion de la cuenta por el cons- tructor de las obras. Dicha cuenta deberá llevar la firma del señor Intendente Munici- pal como prueba de exactitud. Los propietarios tendrán obligacion de pagar al contado sola- mente la sesta parte del importe de la cuenta pagando lo demás en cinco semestres y agregando al importe de cada semestre el in- terés vencido al 8 %/, al año; b) En las calles donde haya tramways, estos pagarán dos quintas partes de la anualidad de conservacion fijada en el con- trato respectivo. Estos pagos se verificarán á presentacion de la cuenta como se esplica en el segundo párrafo del inciso 4) y por trimestre venci- do, empezando á contar desde la fecha de la recepcion de las obras. En las calles donde haya dos ó más líneas de tramways, cada una pagará la parte que le corresponda proporcionalmente á la estension de su vía; c) Las 3/, partes de la anualidad de conservacion en las calles donde haya tramways ó la totalidad en las otras, correrá de cuenta de la Municipalidad. Art. 2. —A los efectos de la cobranza de las cuentas indicadas en el artículo anterior, estas se considerarán como impuestos ge- nerales de acuerdo con la ley, número... de... Art. 3%. — La Municipalidad mandará construir el afirmado de madera solamente en las cuadras cuya mayoría de propietarios lo haya solicitado. E ==7e <= A AR LA a q v6- E NE == A == So e ARTO 5 2 TAE AER SÁ == : a . | | ÚS | YA== A, HO 22 22 = a E = =2A% a DOE, NT ó SA a. = 25 SS => ADS =- 2 A a —3S AA CADDA SDEGA A S AAA RARA RES o N E A A ED REALI ON ON ADAA Ge E a ACA ZACAZA AAA a A * Mm e o A S 2 A => Z 8 A A 2 RI >, E 235 q e ÉN 2 0 z $ 7 44 Es :SezZueiaplo $s9]721279% se 2111.098 11413 d Y Neil, bag dos Y MODIFICACION Á LAS LEYES SOBRE CONSTRUCCION DE AFIRMADOS 321 Art. 4%. —La Municipalidad pagará á los propietarios, el valor de la piedra estraida de las calzadas á transformar pudiendo em- plearla en otros parajes. El precio será fijado por la Municipalidad teniendo en cuenta el estado de desgaste de dicho material. Art. 5%. — Comuníquese, etc. Sobre la base que antecede, la situacion de la Municipalidad ante la compañía de afirmado de madera Andrieux y C€*, podría li- quidarse de la manera siguiente : Se haría la liquidacion de todas las cuentas de construccion he= chas hasta la fecha. II Se liquidaría tambien las cuentas de conservacion sobre la base establecida más arriba, es decir las ?/, partes de 0.62 pesos oro. TI Se devolvería á las compañías de tramways las cantidades cobra= das, menos las correspondientes á la conservacion vencida con el fin de dejar libre la aplicacion de la nueva ley. IV Se nombraría una comision de peritos para establecer las indem- nizaciones á que pueda ser acreedora la sociedad de afirmado de madera. AY El importe total de las cantidades que resulte deberse á la Socie- dad con la transformacion de su contrato, sería pagado segun acuerdo entre la Municipalidad y la Sociedad, en títulos de la deu- da consolidada (en proyecto) ó en otra forma á juicio de la superio- ridad. ANAL, SOC, CIENT. ARG. T. XXXI 21 322 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA VI Se establecería que la Municipalidad tendrá el derecho de orde- nar la construccion del afirmado de madera en las cuadras que juzgue conveniente. Para la eleccion de la clase de los tres tipos proyectados se hará de comun acuerdo entre la Sociedad y la Municipalidad. VII La Municipalidad podrá limitar la cantidad anual de afirmado á construir hasta setenta y cinco mil metros cuadrados por año. Abril 22 de 1891. PABLO BLoT. LUIS PASTEUR Luis Pasteur nació el 27 de Diciembre de 1822, en Dóle, donde su padre, antiguo soldado condecorado en el campo de batalla, tra- bajaba asiduamente de curtidor. Era un hombre sério, industrioso y reflexivo, amigo de la instruccion y muy deseoso de que su hijo fuese bien educado y obtuviese nombradía en alguna rama del saber. Padre y madre dotados de igual entusiasmo y ambicion se dedi- dicaron á su hijo; querían « hacer de él un hombre », segun decían. En 1825 se trasladaron á Arbois, y en cuanto tuvo bastante edad para ser admitido como externo, Pasteur comenzó sus estudios en el Colegio Municipal, donde se distinguió despues de uno ó dos años de severa labor. En seguida pasóá Besancon y despues de un año de provechoso estudio, en la École Normale de Paris, á la que fué admitido en 1843 habiendo obtenido un elevado rango en el exá=. men de ingreso. Su aficion por la quimica había comenzado mien- tras era alumno del profesor Darlay en Besancon, y ahora la estu- diaba bajo la direccion de Dumas en la Sorbona, y de Balard en la École Normale. Su amor á la ciencia se hizo sumamente intenso : empleaba sus dias en seguir los cursos, en la lectura y en traba- jos prácticos tanto de química como de físisa. Quién más lo alentó entre los maestros de la École fué Delafosse, que estudiaba especialmente la física molecular, y precisamente á consecuencia de una conversacion con él, Pasteur fué guiado al es- tudio prolijo de los cristales y á la investigacion que lo condujo á su primer descubrimiento importante. Se sabía que el tartrato y paratartrato de sodio y amonio, aún siendo exactamente isoméricos, semejantes en su composicion ató- mica, peso especifico y forma cristalina, difieren, sin embargo, no sólo en muchas de sus-relaciones químicas, sino tambien en el hecho demostrado por Biot de que la solucion acuosa del tartrato, desvía el 324 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA plano de la luz polarizada, mientras que la del paratartrato no lo hace. Pasteur no podía creer que cuerpos aparentemente idénticos en construccion y composicion química pudiesen diferir así en sus relaciones con la luz. Ya había observado una desemejanza entre los cristales de los ácidos tartárico y paratartárico, consistente en que estos son simétricos mientras que los primeros no, y encontró la misma diferencia entre los cristales de sus sales. En seguida, por un estudio laborioso y repetidas mediciones de los cristales de estos y otros compuestos análogos, demostró que en el ácido para- tartárico (hoy llamado racénico) hay dos formas distintas de ácido tartárico, una de las cuales (dextro-tartárico) es idéntica con el tar- tárico ordinario, hasta en que sus soluciones desvían igualmente la luz á la derecha; la otra (levo-tartárico) la desvía á la izquierda. Combinadas, como ocurre en el ácido paratartárico, se neutralizan ambas en cuanto á su influencia sobre la luz polarizada y no la des- vían nien una nien otra direccion. Análogamente encontró que los cristales de los dos ácidos y de sus sales respectivas son dife- rentes en forma; los cristales del dextro-tartárico y sus sales son semejantes á los del tartárico ordinario y sus sales por la disime- tría ; aquellos del levo-tartárico son tambien disimétricos, pero en la direccion opuesta; en cuanto á los cristales de ambos, combina- dos en el paratartárico y sus sales, son simétricos. Así seesplicó la aparente anomalía de una diferencia tan notable entre cuerpos exactamente isoméricos. Se había resuelto un gran problema, y fué gracias á estos resul- tados que gradualmente se aclaró la vía por la cual se llevó á cabo la síntesis de los alcaloides orgánicos y de los azúcares. Estas investigaciones habían ocupado seis años y Pasteur había obtenido con ellas una elevada y temprana reputacion, y continuan- do su trabajo en la misma direccion, esperaba obtener resultados aún más importantes, especialmente por el contraste entre las formas simétricas de los cristales derivados de la química delas sustancias inertes y las formas disimétricas de aquellos derivados de la quí- mica de los cuerpos vivientes. Había inventado instrumentos y mé- todos de esperimentacion. Pero aconteció que en este período de su ubra, es decir, en 1854, fué designado décano de la Facultad de Ciencias de Lille, y aún cuando abandonó con gran pesar la cristalografía, determinó im- vestigar y enseñar un asunto de utilidad más directa. La principal industria de la ciudad consistía en la fabricacion de alcohol de re- LUIS PASTEUR 325 molacha y granos y decidió enseñar los métodos científicos para hacerla progresar y promover la fabricacion científica de cervezas que pudiesen competir con las de Alemania y Austria. Por consiguiente, la fermentacion llegó á ser su principal estu- dio y este fué el comienzo de las investigaciones que lo condujeron á sus descubrimientos más importantes. Pero aún cuando parecía haber entrado en una nueva materia, el cambio fué solo un escla- recimiento de la regular hilacion que puede observarse en el órden de toda la obra de Pasteur, porque precisamente uno de los hechos que había observado en su estudio de las sales tartáricas se cuenta en el número de los que tuvieron más influencia en el curso de sus investigaciones. Habiendo investigado la fermentación del tartrato de amonio derecho y ordinario en una solucion que contenía ma- teria albuminosa, observó la aparicion coincidente de un micro- organismo distinto. Además había mostrado la descomposicion del ácido paratartárico por medio de un procedimiento análogo de fermentacion; poniéndo una mínima porcion de moho verde en agua que contenía fosfato de potasio y amonio, pero no materia albuminosa. Aquí había tambien abundante formacion de orga- nismos y con esto la desaparicion gradual del ácido dextro-tartá- rico cuyo carbon era tomado, segun demostraron otros esperimen= tos, para la mantencion y crecimiento del organismo del moho. En ambos casos la fermentacion parecía debida á la accion de un organismo viviente. La crencia de Pasteur de que estos y todos los procesos de fer- mentación eran primaria y esencialmente debidos á la accion de pequeños organismos vivientes sobre los varios líquidos fermen- tescibles lo condujo á estudiarlos por medios químicos y micros- -cópicos combinados que nadie antes que él había usado con la misma constancia ó la misma habilidad. Existían excelentes quí- micos y excelentes microcoscopistas, pero generalmente trabaja- ban separados y apenas se ayudaban. Pasteur bien instruido en los métodos exactos de investigación, químico y microseopista á la vez alcanzó resultados muy superiores á los que se habían obtenido antes de él. Nole era fácil justificar el estudio de la fermentación en el sen- tido indicado por lo que se llamaba la teoría vital ó de los gérmenes, cuando la hipótesis de la generacion espontánea era cocida por muchos y cuando todo el proceso de la fermentación parecía tan bien esplicado por la teoría química de Berzelius ó por la del mo- 326 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vimiento molecular comunicado, sostenida por Liebig y otros que estaban de acuerdo con él en pensar que los organismos en los lí- quidos fermentados podían considerarse como accidentales, escepto en cuanto podían suministrar materia orgánica al líquido. Pero Pasteur no solo justificó la teoría de los gérmenes sinó que demostró su verdad por una multitud de hechos no observados anterior- mente, de donde dedujo principios generales cuyo valor cientifico y utilidad práctica son ahora superiores á toda ponderacion. No es posible describir en detalle ó en órden cronológico el curso y métodos de las investigaciones de Pasteur á cerca de las varias fermentaciones y de los procesos estrechamente ligados con ellas. Solamente pueden referirse aquí los principales resultados y aque- llas cosas que ha descubierto ó que despues que él las ha estudia- do se consideran no ya probables sinó seguras. Así demostró la pre- sencia constante de micro-organismos vivientes no solo en la levadura, donde habían sido estudiados por Cagniard-Latour y es- pecialmente por Sehwann, sinó tambien en ¡todas las sustancias en fermentación que examinó ; probó que la fermentacion, la pu- trefaccion y otros procesos análogos en muchas sustancias natural- mente sujetas á ellos, se prevenían completa y ciertamente por la esclusion de todos los micro-organismos y de sus gérmenes ó por su destruccion si se hallaban presentes ; y mostró la presencia cons- tante de varios micro-organismos y de sus gérmenes en el aire, en el agua, en la tierra, en el polvo, en las suciedades de cualquier clase, en una palabra, su abundancia en «todas partes ». Por la demostracion de estos hechos se llegó á la completa evidencia de que la fermentación y otros procesos análogos eran primaria y esen- cialmente debidos á la accion de organismos vivientes en la mate- ria en fermentacion. Además se evidenció que cada método de fer- mentacion — vinosa, láctica, acética, pútrida ó cualquier otra — es debida á un micro-crganismo específico distinto, adecuado á ese método, el cual por su propio proceso vital inicia los cambios que conducen á la formacion de los « productos específicos » de la fer- mentación : alcohol, vinagre, vírus ú otro cualquiera. Porque cada micro-organismo específico vive de los constituyentes de un flui- do fermentescible apropiado, al cual descompone, asimilándose aquellas sustancias elementales que necesita para su propia man- tencion y crecimiento, dejando un resto que se combina para for- mar los « productos especílicos ». Las investigaciones de Pasteur demostraron algo más importante y es que por varios métodos LUIS PASTEUR 321 apropiados de « cultivo », que inventó, los individuos de cada es- pecie de fermento pueden ser separados de otros con los cuales están mezclados y que una vez separados estos individuos, pueden ser multiplicados indefinidamente por medio de un cultivo pu- ro como sucede especialmente en la produccion de la « levadura pura ». Y en ciertos casos se demostró que el poder activo de los micro-organismos puede ser « atenuado» de tal manera por el cultivo que solo producen cambios comparativamente ligeros en sustancias que afectan poderosamente en su estado natural. Las aplicaciones más directas dle los resultados obtenidos por los estudios de Pasteur sobre la fermentacion se hicieron naturalmente en la fabricacion del vino y del vinagre y últimamente en la de la cerveza. Las justamente llamadas « enfermedades » de estos licores fermentados, la «espesura », «viscosidad », «acritud » y varias otras, pudieron ser atribuidas á la influencia perturbadora de otros varios micro-organismos mezclados con los del verdadero fermento alcohólico, los que producían una fermentación dañosa. Asegurado este punto se hizo posible la prevencion de las enfermedades esclu- yendo ó destruyendo cualquier otro organismo diferente del verda- dero, y por el cultivo apropiado de este último pudo asegurarse su produccion suficiente. Los métodos de prevenir ó detener las enfermedades han llegado á ser demasiado variados para ser aquí descritos. Se cuenta entre ellos el de calentar los vinos y la cerveza lo suficiente para destruir todos los gérmenes restantes en ellos; y el uso de este método, que ha sido especialmente llamado Pasteurizacion y de muchos otros ha asegurado casi completamente la fabricacion de la cerveza y el vino contra las grandes pérdidas á que estaba expuesta antes de Pasteur, á causa de la perturbación de sus fermentaciones. Pronto se vió la utilidad de la demostracion de que todas las fer- mentaciones, incluso la pútrida, dependían absolutamente de la acción de micro-organismos vivientes, al poder prevenir ó remediar enfermedades mucho más importantes que las del vino y la cerve- za. El descubrimiento de las causas y procesos de las justamente llamadas enfermedades de los líquidos fermentados amplió el campo de una gran sección de la patología, descubriendo, como pronto se hizo, tan íntimas relaciones entre las enfermedades con- tagiosas y las fermentaciones desordenadas que fué posible aplicar los hechos hallados para estos casos sencillos al estudio y trata- miento de los más complejos. El estudio de las enfermedades de los 328 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA líquidos fermentados conducía en línea recta á la práctica de la cirujía antiséptica. Su primer aplicacion práctica en medicina tuvo lugar en 1862; Pasteur que había probado la existencia de un orga- nismo viviente en la orina amoniacal fermentada de un enfermo de la vejiga, recomendó el lavage de la vejiga com una solución de ácido bórico que es ahora un conocido « germicida ». M. Guyon lo llevó á cabo con todo éxito y aún se sigue comun- mente esta práctica. En cuanto al tratamiento de las heridas fué estudiado con espe- cial cuidado por Sir Joseph Lister desde el año 1865 en adelante, tratando el asunto referente á la exclusion ó destruccion de los micro-organismos, y los resultados obtenidos por él y por los que siguieron su ejemplo fueron tan convincentes que hoy dia todos los buenos cirujanos del mundo siguen esta práctica antiséptica, por muchos llamada Listerismo con toda justicia. Los métodos para excluir á los micro-organismos de toda clase de heridas, las sustancias antisépticas empleadas, los modos de aplicarlas son numerosísimos y aumentan año por año; pero todos ellos tienen el mismo propósito—la completa exclusion ó destruccion de cualquier gérmen viviente ó micro-organismo capaz de exitar putrefacción ó cualquier otra fermentacion en las partes compro- metidas por heridas; su exclusion del aire, agua, esponjas, instru— mentos quirúrgicos, ropas ó cualquier cosa que llegue á estar en contacto con dichas partes. El sistema no se limita meramente al tratamiento de los heridos. En muchas maneras y grados es aplica- do á la construccion de hospitales y enfermerías y para impedir que la infeccion se estienda. Es imposible avaluar el número de miles de vidas que son anualmente salvadas por los procedimientos directamente deducidos de las observaciones de Pasteur sobre la accion de los fermentos vivientes y de su aplicacion por Lister. Te- niendo solo en cuenta la práctica quirúrgica estos son los medios más importantes que han logrado reducir á menos de la mitad de lo que eran hace 30 años los riesgos de muerte ó de seria enferme- dad causados por heridas; y gracias á ellos se ejecutan ahora con toda seguridad un gran número de operaciones que antes hubiesen sido tan peligrosas que ningun cirujano prudente se hubiera atre— vido á llevarlas á cabo. Tanto en la práctica antiséptica como en las industrias ligadas con la fermentación, el propósito es escluir ó destruir todos los micro-organismos. Muchas especies serán inofensivas pero actual- LUIS PASTEUR 329 mente no hay métodos rápidos y seguros para excluir solamente aquellos que pueden producir daño y por consiguiente en los esque- mas de esclusion completa no se toma en cuenta el gran principio general establecido por Pasteur de que cada método de fermenta- cion es debido á la accion de un organismo viviente especial. Este principio aplicado á las enfermecades contagiosas habría llegado á ser hoy dia uno de los principales objetivos de su estudio. Pero fué obligado á cambiar de nuevo el sujeto de su trabajo, por- que en 1865, instado por Dumas, tuvo que consentir en emprender la investigación de una enfermedad de los gusanos de seda en el Sud de Francia. Desde 1849 esta enfermedad, llamada pébrine había prevalecido ruinosamente. En 1865 las pérdidas debidas á ella fueron estima- das en cuatro millones de esterlinas y se había estendido á muchas otras localidades. Quatrefages había informado á la Academia que entre los resultados de muchos años prévios se habían encontra- do, especialmente por naturalistas italianos, pequeños «corpúscu- los » en los cadáveres de los gusanos de seda, en las mariposas y sus huevos. Pasteur sospechó en seguida que estos eran los organismos pro- ductores de la enfermedad y aplicó especialmente á ellos sus estu- dios, aún cuando no dejó de hacer una cuidadosa investigacion de toda la enfermedad, tarea en la que demostró ser no solo químico -y microscopista, sinó tambien un excelente observador clínico.* Pronto encontró que, entre varias enfermedades de los gusanos de seda, las dos más importantes eran la pébrane, especialmente llamada la enfermedad del gusano de seda, que es la más destruc- tora, y otra, á menudo muy prevalente, llamada flacherie. En am- bas halló «corpúsculos» y confirmó y extendió ámpliamente las observaciones de aquellos que ya los habían estudiado. Pero los hechos más importantes tanto para la prevencion de la pébrine cuanto para la patología general fueron aquellos con los cuales demostró que esta enfermedad no solo es contagiosa sinó tambien hereditaria. Se vió principalmente que era contagiosa gracias á la inoculación de los gusanos por heridas accidentales y por las consecuencias de su alimentacion con hojas de morera en que se habían depositado los gérmenes de la enfermedad. Muchos de los gusanos infectados por este ú otro medio murieron prontamente : en muchos se arrul- nó el material de la seda; en otros la enfermedad continuó des- 330 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pues de hilar, en sus crisálidas y en las mariposas salidas de ellas. Estas mariposas pusieron huevos enfermos, de los que nacieron gusanos enfermos, que murieron jóvenes ó por lo menos fueron in- capaces de producir seda, siendo fuentes de contagio en tanto vi- vieron. Así la enfermedad pasaba por herencia de un año á otro. Los gérmenes sobrevivían en los huevos puestos por las maripo- -sas enfermas; pero aquellos que quedaban en las hojas, en el polvo óen el cuerpo de las mariposas muertas, pronto perecían; el conta- glo solo se mantenía en los huevos vivos y enfermos. Estos hechos fueron demostrados por repetidos experimentos y por las observaciones de Pasteur en su propio criadero año tras año; y.esto lo indujo á creer que podía ponerse término á la en— fermedad con la destrucción de todos los huevos enfermos. Con este fin inventó un plan que ha sido universalmente adopta- do y que ha devuelto la prosperidad á los distritos sericicultores. Cada hembra pronta á poner sus huevos es colocada en un de- terminado trozo de género de hilo para que pueda allí ponerlos á todos. Despues que los ha puesto y muere, es secada y sumergida en el agua, y esta agua se examina al microscopio. Si se encuentran «corpúsculos » en ella se queman todos los huevos puestos por dicha mariposa así como tambien el paño en que se hallan; si nose hallan corpúsculos se conservan los huevos para que encubados en tiempo oportuno produzcan orugas sanas. Pasteur continuó estos estudios durante cuatro años, yendo cada año por varios mesesá una pequeña casa cerca de Alais donde seguía atentamente cada paso de la vida de los gusanos que él. mismo ó sus vecinos criaban. Sus otras investigaciones habían sido pues bastante interrump!- das; pero peor fué la interrup:ion que sobrevino en Octubre de 1868, cuando sufrió un ataque de parálisis producido al parecer por exceso de trabajo. Durante algun tiempo su vida estuvo en gran peligro; pero, felizmente, se repuso, sin detrimento mental, aún cuando con una pérdida permanente de fuerza en el ladoizquierdo. Durante dos años muy poco pudo hacer aparte de la direccion de experimentos hechos en Alais en 1869 y en Austria en 1870 con el objeto de repetir y comprobar sus investigaciones. Entónces se produjo la guerra Franco-Alemana, cuyas calamida- des añadidas á las de su parálisis lo pusieron sumamente mal para trabajar. Al fin de la guerra volvió á la obra, y despues de prolijas LUIS PASTEUR 331 investigaciones sobre las enfermedades de la cerveza, análogas á aquellas con las cuales había estudiado las enfermedades de los vinos, se dedicó especialmente al estudio de las «enfermedades. virulentas» de los animales, á aquell«s enfermedades que podía sospecharse razonablemente fueran debidas á diferentes clases de « virus» derivados de diversas especies de micro-organismos. Esta sospecha estaba ya justificada por lo que había observado acerca de las enfermedades del vino y de la cerveza, y por muchos otros he-— chos directos : porque, en efecto, Rayer y Davaine, en 1850, habían encontrado organismos en la sangre de animales atacados de car— bunclo ; yen 1865, Davaine, provocado por la reciente demostra— cion de Pasteur de la existencia de organismos muy análogos que actuaban como agentes de la fermentación butírica, había eviden— ciado una absoluta dependencia entre el carbunclo y la presencia en la sangre de dichos micro-organismos. Pero estas observaciones eran discutidas y no se aceptaban sus conclusiones, hasta que Pas- teur demostró su correccion y entonces estendió sus investiga- ciones sobre un campo mucho más amplio. Sin duda que los objetos incluidos en este campo más amplio eran solamente una pequeña proporción de las enfermedades ligadas con los micro—organismos ; pero en pocos años se adquirió la certeza de que muchas y probablemente todas las enfermedades generalmente clasificadas de virulentas, contagiosas ó específicas, son debidas á distintos mi- cro-organismos vivos, y á los productos de los cambios que inician en la sangre ú otros fluidos ó sustancias en que viven. Asi fué acep- tada como ley general, lo que solo había sido á menudo una inge- niosa hipótesis : la de un contagium animatum ; las enfermedades que habían sido llamadas virulentas fueron más generalmente desig- nadas por parasitarias; y puede justamente decirse que las i¡nves— tigaciones de Pasteur fueron el comienzo eficiente de la vasta cien— cia bacteriológica, vasta por igual en la historia natural, en la patología y en sus íntimas relaciones con la química orgánica. Despues de reconocer los micro-organismos propios de varias enfermedades, Pasteur trabajando aún con el mismo método que había seguido para el estudio de las enfermedades de la cerveza y del vino, encontró varios procedimientos para «cultivar», sepa- rar y multiplicar los gérmenes y comprobó sus diferentes influen- cias en diversos animales, en unos mismos animales en condicio- nes diferentes ó cuando habían sobrevenido variados cambios en los micro-organismos mismos. 332 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los más importantes y fructíferos entre estos cambios para su ulterior estudio fueron los diversos medios de «atenuacion », gra- cias á los cuales puede disminuirse gradualmente la virulencia de los organismos patógenos hasta el punto de poder ser. inoculados ó inyectados sin peligro en un animal que hubiera muerto rápi- damente si se les hubiese introducido en estado natural. Y se demostró que estas inoculaciones eran algo mejor que ino- fensivas porque, al producir la enfermedad en una forma muy suave, prevenían por mucho tiempo al animal del ataque de esa enfermedad en una forma más severa, le conferían una inmuni- dad análoga á la que procuran los ataques levés de las fiebres con- tagiosas, las que como se dice comunmente y con verdad, « pueden solo tenerse una vez ». Por consiguiente, segun Pasteur sostenía, la inoculacion con el virus atenuado era semejante á la vacuna, que protege contra la 'viruela al producir una enfermedad análoga en una forma más suave. Esto dió comienzo á la práctica de las «inoculaciones pre- ventivas» para muchas enfermedades además de la viruela. Al estudiar los métodos de atenuación, Pasteur encontró muchos hechos que no solo tienen gran importancia en bacteriología, sinó tambien por la ayuda que prestan al conocimiento de importantes principios de patología general. Para citar solo algunos ejemplos, halló notables diferencias respecto á la influencia del aire sobre los micro-organismos de los diferentes fermentos. La gran mayoría necesita oxígeno para mantener su vida; pero independientemente de estos, que llamó aerobios, hay otros anaerobios, que fueron los primeros ejemplos de organismos capaces de vivir sin oxígeno. Demostró que los bacilos del carbunclo que son aerobios, pronto mueren y desaparecen de la sangre de los animales muertos por las enfermedades que les son debidas y que en esa misma sangre aparecen y se multiplican los bacilos sépticos que no necesitan oxÍ- geno. Tambien mostró en el carbunclo que puede obtenerse mejor la atenuación conservando los bacilos cultivados á una alta tem- peratura (próximamente 42? €.) durante un cierto número de dias, regulados segun diarios ensayos de la reduccion de su virulencia. Al fin no pueden matar ni á las lauchas y son protectoras para las ovejas, vacas y otros animales que casi con seguridad hubieran muerto con su intensidad natural. Demostró en el cólera de las gallinas, enfermedad para la cual se hicieron los primeros experi- mentos de inoculación preventiva, que la atenuación ordinaria LUIS PASTEUR 308 puede ser obtenida por una série de cultivos sucesivos de los mi- cro-organismos en aire puro, con tal que 'se dejen intérvalos de varios dias ó semanas entre dos cultivos de la serie. En sus experimentos sobre la trasmision del virus de una enfer- medad particular de una cierta especie al través de una sucesion de animales de otras especies demostró que la virulencia de los baci- los de la erisipela del cerdo aumenta al trasmitirse á palomas, pero disminuye por la trasmision entre conejos y en cuanto á la varia- ble susceptibilidad del mismo animal en condiciones diferentes, hecho comunmente observado en el hombre, demostró que las ga- llinas, generalmente inmunes contra el carbunclo, pueden adqui- rirlo si se baja su temperatura. Nuevamente perdían la suscepti- bilidad cuando volvían á su temperatura natural; y cuando aparentemente morían de carbunclo en el frio, se reponían al ser calentadas. Se avanzó un paso sobre el resultado obtenido por las inocula- ciones preventivas cuando Pasteur inventó y demostró la utilidad del tratamiento de la rabia. Aquí probó que cuando un vírus ha sido inoculado ó introducido de tal manera que puede justamente considerarse que destruirá la vida, es posible impedir este resul- tado, á lo menos en el caso de la rabia, porséries diarias, ó gradua- les en alguna otra forma, de inoculaciones, que comiencen con el mismo vírus muy atenuado y que vayan disminuyendo el grado de atenuación hasta ser usado con una intensidad tal que sería cierta- mente fatal sin las inoculaciones graduales prévias. Los resultados del tratamiento de la rabia fundado en este prin- cipio son bien conocidos; su éxito es seguro y basta para justifi- car la esperanza de que puedan ser análogamente combatidas otras enfermedades específicas, ya sea por un tratamiento idéntico, con vírus simplemente atenuado, ya con alguna « linfa » derivada de un virus en cultivo ó de los productos químicos de la accion de dicho vírus sobre los líquidos en que ha crecido. Esto es más pro- bable para aquellos en que hay un intérvalo definido, como sucede en la rabia, entre la inoculacion del vírus y la primer manifesta- cion de la enfermedad, y parece muy probable que la tuberculosis se cuente entre ellas. Pero es inútil tratar de imaginarse las pro- babilidades de lo que se deducirá de las investigaciones que han seguido á los descubrimientos de Pasteur. Apenas es necesario decir que este sumario de la vida y obras de Pasteur y de los principales resultados á que han conducido no 334 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA puede dar idea justa del número y variedad de sus esperimentos y observaciones. Solamente un estudio personal y completo de sus obras y espe- cialmente de aquellas publicadas en los Comptes rendus de l"Acadé- mie des Serences puede dar idea de ello. Sin embargo, un mero su- mario puede indicar los puntos más notables que pueden ser estudiados en su carácter científico; en cuanto á su encantador ca- rácter personal no hay para qué hablar de él aquí. Es evidente que ha tenido un amor y aptitud nativos para el estudio de las ciencias naturales y estas cualidades, bien educadas, han estado de mani- fiesto durante toda su vida. Pero conjuntamente con esta amorosa dedicacion á la ciencia ha demostrado no solo un rarísimo poder de pensamiento y observacion sino tambien ese espíritu de empresa que impulsa á una constante actividad en la investigacion de la verdad por medio de la experi- mentacion. Además de la facultad de discernir exactamente lo vero- simil, presenta un ingenio muy felizmente apropiado á la invencion de experimentos destinados á comprobar sus pensamientos, y tam- bien el hábito de dudar del valor de toda idea científica, aún de las suyas propias, cuando no admite comprobaciones experimentales. Especialmente aquellas ideas acerca de lo que puede ser verdad en biología parecen haber sido siempre sometidas en lo posible á com- probaciones tan estrictas como las usadas en química y física; y ellas han sido repetidas y variadas con admirable paciencia y perse- verancia siempre que se le ocurrió alguna duda ú ésta fué razona- blemente indicada por otros. Ha practicado exactamente lo que aconsejabaásus jóvenes colegas en la apertura del Instituto Pasteur N'avancez rien qui ne puisse étre prouvé d'une facon simple et décr= sive. Además de toda su prudencia y poder mental, puede obser- varse en el curso y resultados de la obra de Pasteur un valor y fuer- za de voluntad extraordinarios y una singular habilidad en el uso de los mejores medios de investigacion científica. Ha sido químico, microscopista y naturalista y ha aplicado todos los conocimientos así adquiridos al estudio práctico de la patología. No es extraño que haya alcanzado los resultados que hemos referido aquí, indi- cando solamente los más importantes. No es necesario mencionar los honores tributados á Pasteur. Su principal recompensa se halla en la felicidad de ver algunos de los resultados del trabajo desu vida; y, en verdad, muy pocos hombres científicos han alcanzado á ver que su obra produce tan abundan- LUIS PASTEUR 335 tes y tan buenos frutos. Ningun campo de estudio biológico ha sido tan estudiado en los últimos 20 años como el que Pasteur ha abierto y cuyos correctos métodos de investigacion ha enseñado. Hoy en en dia en cualquier parte que se enseña extensamente la biología se halla el laboratorio bacteriológico conjuntamente con el químico y fisiológico ; y en conmemoración de la gratitud de la Francia y de muchas otras naciones existe en Paris el Instituto Pasteur, cuya construcción costó más de 100,000 libras y cuya apertura tuvo lugar en 1889. Allí no solo puede ver el diario empleo de su tratamiento preventivo de la rabia, sinó tambien observar y aun tomar parteen la extension de esa vasta rama del saber que ha crecido constante- mente desde que sus descubrimientos dieron en ella los primeros pasos seguros. J. Paget. (Traducido de Nature, N* 1117, volúmen 43 Marzo 1891). REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por MARCIAL R. CANDIOTI (Continuacion) Cuarta conversacion cientifica La cuarta conversacion fué iniciada por el arquitecto don Juan M. Burgos en la Asamblea del 3 de Noviembre de 1877, estudiando detenidamente bajo el punto de vista arquitectónico tres edificios, unos construidos y otros proyectados recientemente en Buenos Aires, á saber: la Nueva Cárcel, el Hospital San Roque y el Hospi- tal de Hombres. La disertacion del señor Burgos es detallada sobre cada uno de aquellos edificios, haciendo la historia de sus géneros, las condi- ciones ventajosas que deben emplearse, bajo el punto de vista de la arquitectura, de la higiene, etc., y los inconvenientes que aten- diendo á estas mismas condiciones deben evitarse. «Nueva Cárcel. — Sobre nuestra penitenciaria el señor conferen- ciante espone las siguientes ideas : «Ella en primer lugar, pertenece al sistema de órden panóp- tico. «En el año 1870 fuí nombrado por el Gobierno para que en compañía de los señores Bunge y Benoit procediéramos á hacer los planos para la nueva Cárcel que se proyectaba. El proyecto que presenté correspondía al sistema radial, el del señor Bunge al panóptico que tienen entre sí muy poca diferencia; hasta entónces estos eran los sistemas adoptados para las Cárceles, y debo confe- sar lealmente de que he participado de esas ideas y hoy me admiro cómo no se ha reaccionado antes contra una disposicion condenada enérgicamente para otros edificios destinados á servicios seme- jantes. «Las observaciones al edificio que voy á hacer no servirán sin REVISTA DEL ARCHIVO 331 duda para corregir algunos defectos que pueda presentar, muy disculpables por otra parte tratándose de un establecimiento de la magnitud de este, que requiere gran contracción y estudios. sinó - para aquellos que pudieran construirse en adelante. «Los defectos principales que he notado bajo el punto de vista higiénico, son los siguientes: «1% Las cocinas, letrinas, lavaderos, etc., han debido colocarse en la parte posterior del edificio, en vez del lugar que ocupan ; « 2% Los pabellones son muy largos, están completamente cerra- des por comunicar por un estremo con la Capilla central, por el otro con los Talleres y sus Oficinas; «3% Las letrinas no desagúan, quedando estancadas en ellas las materias fecales. «La colocacion dada á las cocinas y demás oficinas de servicio, me parece inconveniente, porque ellos exhalan vapores, malos olores y calor que se difunde por la parte anterior, donde están si- tuadas las oficinas dela administracion, lo que es molesto, y mucho más cuando suceden accidentes como los que han tenido lugar pocas semanas ha que por haberse llenado los sumideros de las cocinas era necesario hacer concurrir al patio de entrada un gran número de carros y este mismo hecho dió lugar á exhala- ciones de olores pútridos muy desagradables; igual cosa debe temerse del lavadero. « Creemos que estos inconvenientes hubieran podido hacerse me- nores colocando dichas oficinas en la parte posterior, lo que hu- biera privado á los empleados de tan desagradable necesidad y no por eso se hubieran aumentado las distancias en el servicio, sinó por el contrario disminuido. « Los pabellones por tener una longitud de 100 metros próxi— mamente hacen que la ventilacion y respiracion de aire de la gale- ría central sea nula, porque no existe ningun punto en toda esa estension que establezca una corriente directa. «El aire se introduce por las ventanas á las celdas y no tiene otra salida que una ventanilla colocada sebre la puerta que va á la galería la que por consiguiente es un depósito de aire viciado que permanece estancado por falta de movimiento, en ciertas circuns- tancias este arre vuelve á introducirse en las celdas por las puertas por donde salió, produciendo una atmósfera dañosa para los dete- nidos, y es tan positivo lo expuesto que se nota un cierto malestar permaneciendo algun tiempo en las galerías. ANAL, SOL, CIENT. ARG. T. XXXI 22 338 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «El dia de nuestra visita al edificio, nuestro amigo el señor Wright nos condujo á un pabellon donde fuimos desagradablemente sorprendidos por un olor especial ó semejante al que se toma en las salas de Jos hospitales; pregunté entónces si había detenidos allí y me contestó que se encontraban alojados 280. individuos. « La causa pues de este olor tan desagradable no era otra que la estancacion del aire:en la galería inmediata. «Tuve tan presente este inconveniente que en el ho que pre- senté á la Comision, á pesar de ser los pabellones mucho más cor- tos, cada uno era dividido en dos por un vestíbulo de tres metros de ancho, y los dos estremos se encontraban comple abiertos. i «Las letras no desagiian. — Este es tambien un inconveniente muy sério para la buena higiene del establecimiento, porque si cada letrina es un foco de infeccion, habiendo una en cada celda de nuestra Penitenciaria, resulta que habrá 800 focos de infeccion fuera de los del servicio especial. Entre las prisiones más no- tables de Europa que dejamos nombradas, solamente las de Mazas en Paris tiene letrinas en cada celda ; para desagotarlas ha debido hacerse una construccion costosísima porque cada uma desagúa en un túnel especial al que concurren los caños de ventilacion por aspiracion; muy estenso sería describir estas operaciones, básta- nos saber que ha preocupado mucho á los directores del estable- cimiento y los higienistas que han tratado de ella, no se hallan del todo satisfechos con los resultados. «Me parece haber oido decir que se había pedido el dictámen del Departamento de Ingenieros, sobre este punto, no sé lo que sobre él habrá resuelto : yo no creo que sea indispensable el poner una letrina fija en cada celda porque á pesar del cuidado que se tenga de ellas será siempre un foco de infeccion, bajo este punto de vista los considero perjudiciales é inútiles, porque las funciones: corporales son periódicas y estando los presos la mayor parte del, tiempo fuera de sus celdas podrían hacerlo en las letrinas comures, y para el lijero servicio de la noche usar el sistema de sillas her- méticas y movibles que se usan en Inglaterra. En tres años que he estado en Roma, he visto aún en las mejores pens sillas- letrinas perfectamente inodoras. «A pesar de todo esto, se dirá que el estado sanitario allí es excelente; no lo dudo, hace muy poco tiempo que se ha abierto al servicio, y además es preciso no olvidar de que el carácter de las REVISTA DEL ARCHIVO A 339 enfermedadas de las prisiones es atónico, anemioso y crónico como lo ha observado M. De Chassinat. La opinion de M. De Toe- queville de que lo más que se puede exigir de una Cárcel es que. no mate, no tiene aceptacion entre los higienistas. » El conferenciante recordó algunos hechos que demuestran los peligros de la higiene en las cárceles, y continuó así : «Algunas otras observaciones debo hacer sobre la Cárcel, bajo el punto de vista de la construccion, y son: | «10 Los techos de pizarra se llueven; «20 El murallon de circunvalacion ofrece facilidad para evadirse. « El primer punto tiene por causa la colocacion defectuosa de las pizarras en los techos de los pabellones, cuyo inconveniente es difícil de remediar porque sería preciso remover gran parte de él para corregirlo, y produciría sin duda deterioros de consideracion en las bóvedas interiores, con el tiempo, porque aunque estén estas cons- truidas con muy buenos materiales, la humedad las penetrará pro- duciendo desuniones más ó menos importantes y además viene esto áaumentar los elementos nocivos que contiene el aire confinado en las galerías por el exceso de vapor de agua que le comunica. Las pizarras de dichos techos no han sido colocadas como es de prác- tica y cuyos resultados son conocidos. «El muro de circunvalación debido al ático final en forma de al- menado ofrece facilidad de evadirse, por los puntos de apoyo que ofrece cada pilar, en el que fácilmente puede asegurarse una cuer- da; hasta este momento, en corroboracion de lo dicho, se han es- capado tres soldados de la guardia. La decoracion del finimento, bajc el punto de vista artístico, pertenece á un estilo antiguo y proserito del arte arquitectural. «En resúmen la prision de Buenos Aires se asemeja á la mayor parte de las que se han construido hasta estos últimos años, pero acaba de introducirse una modificacion radical en la distribucion de estos edificios. «En la esposicion que antecede he tratado de fundar las causas de estas dos conclusiones importantes, tratándose de la forma y disposicion que deberá en adelante adoptarse en-los planos para las cárceles. « 1% Abandonar el sistema panóptico y sostituirlo por el de pabe- llones paralelos; «2% Suprimir el muro de circunvalación por un enrejado de ba- randa de hierro. » 340 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sobre el segundo y tercer punto de su conversacion, trascribi- mos aquí íntegra la parte referente del acta de la asamblea. «La epidemia del año 1871 vino á darnos la voz de alarma y hacernos descender hasta las profundidades del terreno que ocu- pamos en esta ciudad, desde donde empezamos á ascender nueva- mente hasta el nivel del suelo y tendiendo una mirada ansiosa descubrimos de que carecíamos de todo aquello que es indispen- sable para la salubridad de una ciudad y semejante á un hombre que es arrojado al suelo violentamente por un inesperado ciclon de viento, una vez pasado este se apresura á lanzar una mirada en derredor para buscar un punto seguro donde esconderse si vol- viese á producirse. Pasado este momento de dolor y espanto para los habitantes de esta ciudad, la Municipalidad tratando de encontrar un punto don- de escudarse, proyecta la construccion de un lazareto que fuera destinado en adelante para los enfermos de las epidemias que pu- dieran producirse, abre un concurso para que fueran presentados planos, fijando un presupuesto de cerca de 5 millones, 9 fueron los concurrentes, algunos de los cuales eran bien estudiados y es- taban conforme á los consejos de la ciencia higiénica. «Pero parece que la comision nombrada para examinar los pla- nos, no comprendió la idea de la Municipalidad porque en vez de aceptar un proyecto que fuera destinado para lazareto con su administracion, aceptó uno que podría emplearse para lazareto ú hospital de la administracion. «Y así es en efecto, porque generalmente la administracion es un accesorio del hospital, reientras que en este, el hospital lo es de la administracion. Al inspeccionar un plano de este género, por la disposicion más caprichosa que se ha dado conceder al au- tor de él, podrá ofrecer dificultad en encontrar ese departamento, ya que pueda haberse colocado al frente ó al fondo de él, ó en los lados, pero el plano en cuestion, lo dificil es el encontrar la parte destinada á los enfermos ó al hospital. «Imaginemos un terreno de 130 metros de ancho por 250 próxi- mamente, cuya longitud es ocupada, en su mayor parte, por un edificio de doble piso en el centro, y dos cuerpos laterales de uno; que estos encierran 5 grandes patios, y que allá en los cuatro án- gulos del paralelógramo del gran patio central, se ven dos salas diminutas, que son más grandes de lo que parecen, porque ten- drán 30 metros de largo; esas salas son dobles, es decir hay una REVISTA DEL ARCHIVO 341 al lado de otra, separada solamente por una galería de tres me- Lros. «Pues bien estas se encuentran en oposicion á todas las dispo- siciones que la higiene aconseja para estos casos, como lo vamos á ver. «Si se hubiera pedido un establecimiento que no las reuniera no podía haberse elegido un plano que las llenara más satisfacto- riamente. «Todos los higienistas más notables aconsejan para la coloca- cion de los pabellones, de que sean completamente separados unos de otros, y que la distancia mínima sea igual á la altura del pabe- llon, que tanto más sanos serán cuanto más distantes se hallen unos de otros, y que el espacio que los separe se halle plantado de árboles; estas indicaciones se han aceptado de un modo absoluto como lo demuestran los planos de los hospitales que de treinta años acá se vienen construyendo en Europa y América, y recorda— remos los siguientes. «El hospital de la princesa en Madrid, los hospitales de Malta de Lisboa y todos aquellos que hace poco se han hecho, y en Santiago de Chile existe el famoso hospital de San Vicente de Paul. « Nadie ha puesto en duda estas opiniones, pero se han olvidado completamente en el plano del hospital en cuestion ; sus salas es- tán unas de otras separadas por un corredor de 3 metros por lo que se impide la ventilacion por tres lados, hallándose una sala situada de N. á $. resulta que por uno de los lados comunica con un patio, por el otro con la galería que les divide, por un estremo solo tiene una ventana y por el otro, con las habitaciones para los asistentes, los cuales se encuentran tambien eo la galería. Esta comunica con todas las piezas de la doble fila, que unas tienen sus ventanas al gran patio central y otras al de las salas, pero todas las puertas en un corredor comun. «Fácilmente se persuade cualquiera, que esta es la colocacion más favorable para la mezcla de los olores fétidos y mal sanos de las salas, y esto porque siendo directa la corriente de afuera para adentro por las ventanas, el aire: interior no tiene otra salida que las ventanillas que dan á la galería intermedia para volver á ¡n- troducirse ea ellas despues de permanecer estancado allí más ó menos tiempo, así el aire puro esterior tiene entrada en las salas y el aire viciado de ellas no tiene escape. Por desgracia, no faltan disposiciones semejantes. 342 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «Las salas, pues, dada la colocacion que tienen, se encuentran pésimamente ventiladas y domina en ellas una atmósfera picante é insoportable en los primeros momentos en que se entra, como tuve la ocasion de esperimentarlo personalmente dias pasados. Si en cuanto á su colocacion estas se hallan reñidas con la higiene tambien lo están en lo que se refiere á su construccion interior, porque al encontrarse en una de esas salas choca á primera vista los travesaños salientes que tiene y que están adornados con un arquitrave y choca aún más, cuando se sabe que los higienistas más distinguidos aconsejan de que las salas tengan sus ángulos redondos en el techo y que no se vea ningun traves saliente, ni moldura donde se deposite el polvo, que suspende el aire de ellas. «Es un hecho tan cierto el de que el áire de las salas de enfer mos contiene materias orgánicas y que esta se adhiere á las pare- des, que el Dr. Rawson en sus conferencias de higiene, asegura que el Dr. Parckins en un hospital de Nueva-York, ha encontrado que la raspadura de los muros de un hospital contenía 45 %/, de materias orgánicas, Kuhlman ha hecho igual cosa en el hospital San Luis encontrando 46 */, y en 1862, Chavet, ha analizado el aire de las salas del mismo hospital encontrando una considerable pro- porcion de materias orgánicas; siendo enorme la que contenía el aire que circundaba á un enfermo de gangrena de hospital; sería fastidioso seguirenumerando los defectos del llamado hospital San Roque, cuya obra se encuentra abandonada porque se había pre— supuestado en 4.900.000 y pico de pesos, se han gastado 5 y fal- tarán aún 2 para terminarlo, y el mejor espediente que debía adop- tar la Municipalidad, es no concluirlo, porque tal como debe ser, segun los planos, sería no un establecimiento para curar, sinó para matar á los enfermos. «Sin embargo si él no sirve para hospital podía emplearse para otros usos. «Señor Presidente: Actualmente se trata de construir un edifi- cio destinado á hospital general de hombres, entre las calles de Córdoba, Paraguay, Junin y Andes, el plano que se ha adoptado no carece de mérito, aunque ofrece algunos inconvenientes, á mi juicio, y mi deber es dar las razones en que fundo mi opinion so- bre este punto : «12 Cuatro de los pabellones son de dos pisos; «20 Las cocinas, baños, lavatorios y otras oficinas se encuentran situadas en un lugar inconveniente; REVISTA DEL ARCHIVO 343 «32 Una galería cubierta une estas oficinas con aquellos. «Fácilmente se comprende el defecto de esta última disposicion, las otras. merecen más atencion. a - «Hace algunos años ya que los higienistas se ocupan de estu- diar si conviene que los hospitales tengan más de un piso, y los señores Hunter, Coste, Desgenets, Pastoret y Villerme han obser- vado que la mortalidad en las salas de los pisos altos es mucho más considerable, porque en los momentos en que no hay bas- tante movimiento en la masa de aire circundante, los miasmas del piso bajo se introducen en los pisos superiores y á pesar de todo lo que se pueda alegar en contra tenemos las observaciones he- chas en los años 1862 y 63 por Husson, que arrojan los siguientes datos : dd Mortalidad por cada piso en 8 hospitales de Paris : Medicina Cirujía Partos Piso bajo.... 13.60 7.61 3.87 A ta 14.91 5.48 3.85 DO e IAS 14.15 5.23 3.8! A 14.57 » 1.91 - «Además de este inconveniente principal se me ocurre observar estos otros: «1% Los pacientes que pueden levantarse y los convalecientes se encuentran sin un lugar aparente para paseo y movimiento, y obligados á permanecer en las salas donde por bien tenidas que estén, por eficaz que sea el cuidado, reina siempre una atmósfera desagradable, y creo que no sería poca su afliccion al conside- rarse de que se hallan como presos allí, porque quizá su debili- dad ó la enfermedad que les aflije, no les permita la fatiga de su- bir y bajar las escaleras y recrearse entre los amenos jardines que les rodean. Este inconveniente quedaría en parte aminorado si se construyera como creo la galería que une ambos pabellones en el primer piso, de lo contrario sucedería lo dicho. «La mayor parte de los hospitales en Europa, tienen 3, 4 y hasta 5 pisos, constituyendo así una estiva de enfermos; la razon fun- damental de esta disposicion es que, con dificultad pueden obte- nerse grandes áreas de terreno en el interior de la ciudad, para aglomerar 6, 7,800 6 1000 individuos, son casi todos ellos cons- truidos en épocas remotas; los hospitales ingleses generalmente 344 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA no tienen más de dos pisos, pero se ha aconsejado por todos los higievistas, no solamente los franceses ya citados, sinó ingleses como el Dr. Roberston, Mis Nightingale y por los alemanes como el Dr. Opper y el Dr. Esse y otros, que las salas de los enfermos no tengan sinó uno solo. | «No veo, pues, una razon fundamental para que se hayan pro- yectado pabellones de dos pisos; nosotros aún no nos encontramos en las condiciones de las ciudades europeas, ni en cuanto á esca- sez de terreno, ni tampoco á su excesivo costo, con mucha facilidad pueden encontrarse aún á pequeña distancia de la poblacion áreas á propósito, si se trata de economizar superficie para dársela á la ventilacion lo acepto, pero es inconsiderado hacerlo á espensas de los pobres enfermos, pudiendo disponerse los departamentos de sirvientes y otros de dos pisos, en vez de los destinados á aquellos como se ha hecho. «En mi opinion, y segun los planos que he visto del proyecto el nuevo hospital tiende hácia los hospitales ingleses, que no tienen aceptacion ni en la opinion de los higienistas ingleses. Mis Nigh- tingale hablando de ellos despues de hacer sus operaciones com- parativas sobre los hospitales ingleses de King's College, Victory, y de los franceses Lariboissiére y Vincennes, dice, creo reconocer la superioridad de los planos en los hospitales franceses, aunque con pequeños defectos, demuestran una alta apreciacion de la im- portancia de la higiene en:los hospitales. Los planos ingleses al contrario, prueban que nosotros apenas hemos comenzado á estu- diar este ramo de conocimientos. «En el plano en cuestion se vequese trata de construir dos pabe- llones llamados de sistema Barraca, sus paredes son de material, pero el techo es á la americana ó Reiterdach. «Es la mejor y la única que yo considero que debería emplearse para los hospitales que hubiéramos aún de construir, porque las aberturas laterales dan salida fácilmente al aire viciado del inte- rior de las salas, lo que hasta ahora se había dado por la parte su- perior de las ventanas y por chimeneas de escape, hecho que no siempre podía producirse, porquelas corrientes de aire podían ven- cer la fuerza de espansion del aire producido por el calor in- terior. « Así que pabellones de un piso dispuestos del modo más conve- niente á la insolacion, ventilacion, y techos á la americana serían elementos muy eficaces para la higiene en la construccion de nue- REVISTA DEL ARCHIVO 345 vos hospitales, como satisfactorios en el mayor grado han sido los esperimentos hechos en Alemania en estos últimos tiempos y en Francia en 1871 á consecuencia de la guerra y lo fueron en Norte América cuando la guerra civil. «El otro inconveniente que presenta tambien á mi juicio el plano aprobado es: el de disponer para las oficinas de servicio como ba- ños simples y medicinales, cocinas y otras oficinas en el departa- mento dela administracion y en el contiguo á este, la capilla y oficina del servicio médico. « Todo esto ocupa el centro del gran patio comprendido entre los pabellones que están en los lados estremos al que son perpen- diculares los departamentos antedichos, estando unidos además por una galería cubierta hasta la altura del 1* piso. «En primer lugar las oficinas del primer departamento tienen que irradiar en todos sentidos los malos olores, el calor y la hu- medal, porque se encuentran rodeados todos los departamentos de los enfermos, con los segundos sucederá lo mismo. «Yo creo la disposicion indicada un defecto por las razones ante dichas y que no se han escapado á los higienistas, pues M. Levy al tratar de la colocacion que debe darse á estas oficinas dice : «deben establecerse lo más lejos posible de las salas para que no sean el foco de malos olores, vapores, calor, humedad, etc. ». «Esto en principio teórico; en la práctica no hay uno solo de los edificios que gozan de más fama en Europa que tengan una dispo- sicion semejante y citaremos los siguientes : « Hospitales de Malta construido por el gobierno inglés en 1862, Lariboissiére, Vincennes, en Francia, ni aún en los hospitales de Alemania que hasta estos últimos años no han sido sinó muy ma- los modelos, solamente se encuentra en algunos hospitales ingle- ses como el de la Reina Victoria, queno es bajo ningun concepto digno de imitarse. «Para terminar esta conversacion solo me queda recordar sobre lo dicho un punto que es de mucha importancia, tratándose de la cuestion presupuestos de las obras públicas, esto no es un asunto nuevo ni entre nosotros, ni tampoco de nuestros tiempos, tenemos para definirlo que remontarnos á las épocas históricas anteriores, - en efecto dejamos á Vitruvio, primer arquitecto que haya man- dado á la posteridad los conocimientos del arte y que vivió un si- glo antes de la era cristiana refiriéndose á una ley de Efeso y en vi- gencia muchos años antes en toda lá Grecia por la cual el arqui- 346 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tecto (no conociéndose entónces la calificacion de ingenieros civiles, hidráulicos, arquitectos, propiamente dichos, etc.) antes de empe- zarlas tenía la obligacion de fijar el costo de la obra y sus bienes quedaban en garantía... «Concluida que fuera si el valor de bla: estaba conforme al pre- supuesto le eran devueltos y se le otorgaban decretos honrosos, y aunque superase de 10 %/, le era aún tolerado. Pero si pasaba de este límite debía concluirla á su costo. «Oh si los dioses inmortales, esclama Vitruvio, hicieran. que esta ley fuera establecida entre el pueblo romano, no solo para los edificios públicos sinó para los particulares, no esplotarían impu- nemente los ignorantes, sinó que solo serían arquitectos aquellos que además de reunir los conocimientos especiales fueran prácti- cos; ni padres de familia se verían obligados á contraer deudas que no podrían pagar, viéndose obligados á abandonar hasta el mismo fundo : y continúa, estos arquitectos por temor de la pena impues- ta, examinarían mejor sus proyectos antes de fijar los presu- puestos y así todo el que se encontrara empeñado en un edificio público ó privado, tendría la seguridad de concluirlo en la suma fijada ó poco más. «Esto se ha dicho hace dos mil años y lo ha aceptado el Sr. Mi- lizia á mediados del siglo pasado, lo dirán en todas partes y en todos los tiempos con muy justa razon, porque sería preciso decir que las matemáticas y sus aplicaciones no son ciencias exactas, lo que sería absurdo, y de estos errores solo tienen la culpa los que al hacer un presupuesto no averiguamos bien los precios de cada cosa en particular. » El señor Buttner emitió sus opiniones, conformes á la del confe- renciante, pero creyendo aún que este no hubiera atacado suficien- temente los puntos criticables de la Nueva Cárcel. « Allí hay dinero malgastado, decía, pues en honorá la verdad se nota un lujo excesivo. «Noes de estrañarse que los techos den paso á la lluvia en al- gunos puntos, como lo denunciaba el señor Burgos, pues, eso era frecuente en todo techo nuevo, siendo fácil reparar las goteras sin destruir el todo. «Por atra parte esas goteras no podían comprometer la estabi- lidad del edificio, porque los pabellones son de bóveda. (Continuard). - MISCELÁNEA Los artículos de los « Anales » en el exterior. — En el número 9 [8 de Marzo) del año 1891, el Boletin de Obras Públicas de Madrid ha comen- zado á publicar una trascripcion del trabajo sobre las Reglas de Descartes y de Newton, presentado por su autor el actual ingeniero Arturo Orzabal al concurso de la Sociedad Científica en 1886 y premiado con una placa de oro. En el nú- mero 10 (15 de Marzo) de la misma publicacion aparece tambien trascripto el artículo del Dr. Federico G. A. Haft, Sobre la construccion de una superficie del tercer órden de Grassmann y una afinidad recíproca del tercer grado en el espacio. : ] Es de extrañarse que en ninguna de estas reproducciones se haya indicado la publicacion de que han sido tomadas ni siquiera el nombre de sus autores. A Se ha hecho el reclamo correspondiente á fin de salvar esta omision. Observaciones heliométricas de Londres. — De la Revista inglesa Nature extractamos los siguientes datos : Desde algunos años atrás las observaciones heliométricas se efectúan en cuatro estaciones situadas en distintos puntos de Londres; la que da resultados más exactos es la de Greenwich por las condiciones en que se halla, y de las observa- ciones hechas durante catorce años, de 1877 á 1890, se obtiene como promedio, que en Londres se ha tenido las horas de sol que indica el siguiente cuadro : Enron ie ici0s 26 horas O A A ea SS MAZO o atte teta eya ToDo Eolo SÓ» IU e a 122 » MAYO docs Eta e AS ES ASA MA JO eat e IO das 157.5 IS a EOS 154 » Setembre aten isa tea tauad e US.» AR e A wi » Nombra ia Diciembre SS PRIME tele llei fe 396 » MERA Ot aser a O 495 » Da A 239 » DAVE N tano SA 348 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El mes de menos sol en el año es Diciembre con solo veinte horas de sol ú 8 por ciento del total que alumbra, y con veinte dias sin sol. El mes de más dias nublados en el trascurso de los catorce años mencionados fué el de Diciembre último en el cual el sol brilló un tiempo menor que dos horas y media ó sea 1 por ciento del total que podría haber lucido; durante 28 dias hubo completa ausencia del sol, y de estos, no menos de 18 consecutivos. Respecto á las estaciones, se ve que el máximo de sol corresponde al verano que da 495 horas de sol brillante 6 sea 34 por ciento del total. El verano que dió un máximo entre los de los 14 años observados, fué el de 1887 con 715 horas de sol ó 50 por ciento del total. El número de los dias sin sol avanza de las estaciones de más sol á las más nubladas en una progresion geométrica aproximada, siendo doble en la prima- vera que en el verano, doble en el otoño que en la primavera, y doble en el in- vierno que en el otoño. En un invierno de Londres hay más dias nublados que con sol. Los valores de todo el año muestran que el número total de horas de sol es 1214 6 sea 27 por ciento del tota]. El número mayor registrado en los 14 años observados corresponde al 1887 en el que hubo 1407 horas de sol: y el menor al 1879 con solo 984 horas de sol. Finalmente los resultados de las observaciones durante los 14 años, demuestran que hay 94 dias de los 365, ó sea más de una cuarta parte del año en los cuales los rayos solares se hallan totalmente ausentes, Ó son demasiado débiles para dejar señal alguna en el heliógrafo. Comparando ligeramente estos resultados con los obtenidos por nuestro consó= cio doctor Arata en esta capital y que fueron publicados en el tomo XXX de estos . Anales, páginas 209 á 214, resulta que en los dos años observados hemos tenido el doble número de horas de sol que en Londres. La proporcion de horas de sol observadas sobre el total de las que se podría tener, es en Buenos Aires casi el triple de la de Londres. En esta última las estaciones que dan mayor número de horas de sol utilizables son por órden decreciente, el verano, primavera, otoño é invierno, mientras que en Buenos Aires son la primavera, verano, otoño é invierno. Hallazgo de un fosil. — A mediados del mes de Mayo unos obreros del Tramway Rural, que extraían tosca destinada á afirmar la vía hallaron un glipto- donte, situado 4 6 metros de profundidad, cerca del kilómetro 21 de esa linea de comunicacion. El sitio del hallazgo dista unos 3 kilómetros del rio de las Conchas. MOVIMIENTO SOCIAL Durante el mes de Mayo han sido aceptados como sócios activos los siguientes señores: Benito Mamberto, Luis Imperiale, Pedro Mohorade, Juan M. Siri, David E. Soria, Juan P. Soldani, Iberio San Roman, José Chenú, Bernardo Meyer, Daniel R. Bernardo, Pablo J. Crohare, Emiliano Jauregui, Julio Molina y Vedia y Estalislao R. Rojas. Se ha aceptado el cange con las publicaciones que á continuacion se expresan : The Journal of Comparatiwe Newrology. Cincinnati. Abhandlungen und Molnatliche Mittheilungen aus dem Gesammigebrete der Naturwissenschaften. Berlin. Societatum Littere. Verzeichniss der in dem Publikationen der Akademieen und Vereiíne alle Lander. Berlin. Bulletin de la Société de Géographie de Marsetlle. El señor ingeniero Otto Krause ha donado las 10 acciones con que se suscribió para la ereccion del edificio social. Como se había anunciado el Domingo 17 de Mayo tuvo lugar la visita de la Sociedad á la Cervecería « La Argentina » establecida en Quilmes. Asistió gran número de sócios siendo nombrado miembro informante el señor ingeniero Otto Krause. Por una lamentable desinteligencia no pudo visitarse ese mismo dia la Fábrica de Carnes Conservadas de Highland, Scott y C* á pesar de tener la Sociedad auto— rizacion formal y escrita para llevar á cabo esa visita. El Presidente de la Fábrica Nacional de Calzado dirijió una atenta nota solici- tando una visita á este importante establecimiento. En consecuencia se designó SU ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA el Domingo 31 de Mayo para efectuarla. Los señores ingenieros Eduardo E. Clerice y Cárlos D. Duncan han sido nombrados para visitar préviamente la fábrica. Preocupada la Junta Directiva de aminorar en lo posible los daños que la mala situacion económica del país puede producir á la Sociedad, resolvió convocar á la Asamblea para consultarla á cerca de las medidas que deben tomarse con las Cédulas Hipotecarias Provinciales que posee la Sociedad Científica Argentina. Reunida la Asamblea el 13 de Mayo resolvió despues de un detenido cambio de ideas, que se hiciese una nueva convocatoria á fin de conocer del mejor modo posible la opinion de los señores sócios, En la nueva reunion que tuvo lugar el 20 del mismo mes se resolvió autorizar á la Junta Directiva para efectuar la venta de las cédulas enel momento que conceptúe oportuno. i Debe recordarse álos alumnos de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas que, de acuerdo con las bases publicadas, el 15 de Junio vence el plazo fijado para la presentacion de trabajos al concurso de 1891. El 2 de Junio tendrá lugar en los salones de la Sociedad una conferencia del Dr, Federico G. A. Haft, sobre « El fenómeno de la condensacion ». ÍNDICE GENERAL DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO TRIGÉSIMO PRIMER Los fundamentos de la geometría y el conocimiento del espacio, por Jorge Du- A ala IIS EA) ALO A de 5) IU SL MN, Apuntes sobre los revestimientos de muelles, por IP. Vedel................... Informe sobre las obras del dock sud de la Capital..........oo.oooooooooooooo... Consulta de la Intendencia Municipal sobre la Ordenanza general de Construccio- Fisiografía y meteorología de los mares del globo, por W. Juan Llerena... 47, Revista del archivo de la Sociedad Científica Argentina por Marcial R. Can- dioti........ tas da aa ans 69, 139, 191, 231, 281, Miscelánea............... A US E ACNE OA co E SM Movimiento social....... A ROS 94, 159, 208, 256, 303, Necro lo e alcala oca! Vte ollo llo ado A Sobre la carpocapsa saltitans Wesrw. y la grapholita motrix BERG, n. sp., por el Dr. Cárlos Berg.................o..o..oo.o.o SL TOdo OA aos poa Oe Herde ternas o: A oa a Apuntes sobre la existencia del vanadio en el carbon de piedra de San Rafael (Pro- vincía de Mendoza), por el Dr. Juan J. 3. MylC.........0..o.ooooocooo ooo... Pozos artesianos y provision de agua en el puerto de Bahía Blanca, por Eduardo GUION tada a o POLO ESO o eS ROS a e O oooO Alumbre ferroso, por Federico Schickendantz La formacion carbonífera de la República Argentina, por el Dr. Cárlos Berg.. Informe sobre la cloaca liquefactora, presentado á la Sociedad por los Sres. Dr. Atanasio Quiroga, arquitecto Juan A. ¡Buschiazzo é ingeniero Cárlos ne ala alo sc o e e e Sala ee Informe sobre el establecimiento de fundicion «El Cármen», presentado á la Socie- dad por el ingeniero Pastor del Valle ...............ooo.oooocoocomomom...o La Actualidad. Informe sobre la fábrica nacional de sombreros, presentado por los Sres. Miguel Iturbe y Marcial R. Candioti........ a OA oa aaa ac e A IS ONES Bibliografía : Exámen químico y bacteriológico de las aguas potables por A. E. Sa- lazar y C. Newman. Lóndres, 1890, porel Dr. Juan JJ. J. Kyle.............. Proyecto sobre modificacion á las leyes y ordenanzas sobre construccion de afir- mados, por Pablo Blot......... A E NN ER o o o ar l Páginas 257 17 36 43 123 336 347 221 227 211 323 305 309 OA f ada a ap LA AOL A Ad e Aa 000 0 det del ida $4 A > YO ete Do ¡bad DOS al: eres AS 5 ee Ps > MIA AS: a ADO a 0 : e DAS) E Dd ae .* OS ¡ad ES i ¡ado AN EE a 0 ES Md dar E el : AN Va; da DA A o > ' DE: o: ANO po di 9 O ia P ATAR ye : i nos, LOT Ss a e o 1 QU A RR A o El e NE ¿ ce IM a añ ; / : gel E A RS ISE OO POD et Md Ns ' ire mi 30 anal it: vir ore day nado ale nojartosd! Ñ . UTA E OR O e O e A TEA SI ; IA A A E IL AS its 0 aras 17 » ¿0% 805080 dnd "240 lr 194 TE e A a tn ao a RO E ia aolí sos A anda A va y MOR eli A «de diario ts tipos eS A cid ¿N l ó y . t " HA A IIA Y PD O AA A A a AA A sobr qa Md aa Ñ Ei 10d Laralanas aUIGO LAS e do, AN eee) pane e e ¿A K . AN Ñ PES ' A id LE . 28 dE; Ae el a 1 ao Hide "oie DE Los socrOs. HONORARIOS Dr. German Burmeister.—Dr. O Gould.—Dr.R, A. Philippi. —Dr. Guillermo O - Cárlos Berg. CORRESPONSALES “Arteaga Rodolfo de... - Ave-Lallemant, German Brackebusch, Luis.... Carvalho, José Cárlos de..... Albarracio, Cárlos. Ameghino, Florentino. - Antonini, Santiago. Arroyo, Rufino. Alvarez, Teodoro. - Battilana, Máximo. Berretta, Sebastian. Beuf, Francisco. Calvo, Edelmiro. Cerdeña, Fernando. Colombres, Justo V. Delgado, Agustin. Diaz, Adriano. - Aberg, Enrique. Acuña, Demetrio G. Agote, Cárlos. Aguirre, Eduardo. Aguirre, Pedro. Asrelo, Emilio €. Albert, Francisco. _Albertolli, Giocondo, Aldao, Cárlos A. Alegre, Leonidas $. , Almada Luis E. Alrich, Francisco. Alsina, Augusto. Amespil, Lorenzo. Amoretti, Félix. Anasagasti, Federico. Anasagasti, lreneo, Andrieux, Julio. - Arata, Pedro N. Araujo, Gregorio L. Arechavala, Francisco. Arjas, Bonifacio N. ] Arigós, Máximo. Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Aubone, Cárlos. Avenatti, Bruno. Avila, Delfin. —Ayerza, Rómulo... Babuglia, Antonio. Badell, Federico Y. - Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Balbin, Valentin. Montevideo. Mendoza. Cordoba. Netto, Ladislao Paterno, Manuel......... Dei Reid, Walter F..... E Stróbel, Pellegrino .. Moncalieri (Italia) +. . Lisboa. LA PLATA Diaz, Ernesto. Dillon, Alberto. Gianelli, José P. Glade, Cárlos. Guastavino, Ramon. Guido Lavalle, R. Lagos, José A. Landois, Emilio. Lanusse, Juan José. Maqueda, Joaquin. Martinez, Roberto. Maso, Juan. Meyer, Ernesto. Monteverde, Luis. Moreno, Francisco P. Palacio, Osvaldo. Pando, Pedro J. Pascalli, Justo. Perdomo, Eduardo. Perdomo, Domingo. Pita, José. Preiswerty, Lucas. Ramorino, Florentino 'Renon, Domingo. Rivera, Juan B. CAPITAL Barabino, Santiago E.¡ Juan M. Casnoni, Barberan, Abelardo. Barra, Cárlos de la. Barzi, Federico Basarte, Rómulo E. Basterrechea, José. Bastianini, Egidio. Battilana Pedro... - Baudrix, Manuel €. Bazan, Pedro. Becker, Eduardo. Belgrano, Joaquin M. Benavidez, Roque F. Benoit, Pedro. Bergadá, Héctor. Bergallo, Arsenio. Bernardo, Daniel R. Beron de Astrada, E. Besio, Silvio. Biraben, Federico. Blanco, Ramon € Blot, Pablo. Brian, Santiago "Bosque y Reyes, F. Booth, Luis A. Bugni Félix. Bunge, Cárlos. Burgos, Juan M. Burmeister, Carlos. Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, Jusé L. Cadrés, Jorge. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, José M. Campo, Cristobal del Campo, Leopoldo del Canale, Julio. Candiani, Emilio. Candioti, MarcialR. de Cano, Roberto.: Carbone, Augustin P. Caride, Estéban $. Carmona, Enrique. Carreras José M. de las Carlavio, Angel R. Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Alberto Casal Carranza, Roque. Cascallar, Joaquin. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castilla, Eduardo. Castro, Ramon B. Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cejas, Agustin. Cerri, César. Chanourdie, Enrique. Chapeaurouge, Cárlos. Chenú, José. Chueca, Tomás. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco, Cobos, Norberto. Coghland, Juan. Coni, Pedro. Cominges, Juan de. Coronell, J. M. - Coronel, Policarpo. | Cuadros, Rio Janeiro. Palermo (1t.). Lóndres. Parma (Ital.). Romerc, Julian. Sal, Benjamin. Seguí, Francisco. Sienra y Carranza, L. Spegazzini, Cárlos. Spotti, César, Tapia, Francisco. Tapia, Pastor. Trachia, Adolfo. Villamonte, Isaac. Weigel, Emilio C. Correas, Waldino. Correas, Alberto. Corti, José S. Costas, Rodolfo. Courtois, U. Cremona, Andrés Y. Cremona, Victor. Crohare, Pablo J. Carlos. S. Cuenca, Felipe. Darquier, Juan A. Dawney, Carlos. Dellepiani, Juan. Dellepiani, Luis J. Diana, Pablo. Diaz, Abel. Diaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro. Dillon Justo R. Dominguez, Enrique Domínico, Augusto (G. Doncel, Juan A. Dubourecg, Herman. Duclout, Jorge. Durrieu, Mauricio. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D Dufaur, Estevan F. Echagie, Cárlos. Fizaguirre, lenacio. Elguera, Eduardo. Elordi, Alberto. Elordi, Martin. Escobar, Justo V. Espinosa, Adrian. Esquivel, José. Estrella, Guillermo. - Etcheverry, Angel. Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fernandez, Daniel. Fernandez, Honorato. Fernandez, Ladislao M. Fernandez. Pastor. Fernandez Blanco, €. Fernandez, €. Alberto Ferrari, Rómulo. Ferrari, Santiago. Ferrer, Jorge F. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Forgues, Eduardo. Frogone, José l. Frogone, José Y. Fuente, Juan de la. Funes, Lindoro. Gainza, Alberto de, Gallardo. Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Garcia, Eusebio. Gastaldi, Juan F. Gayangos, Julio E. de Gentilini, Pascual, Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gioachini, Arriodante. Girado, José 1. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gonzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Daniel M. -Gramondo, Ernesto. Guerrico, José P. de Guevara, Ramon. Guevara, Roberto. Guglielmi, Cayetano. Gúnther, Guillermo. : Gutierrez, José Maria. Haft, Federico G. A. Hainard, Jorge. Herrera Vegas, Rafael. Herrera, Victor M. Holmbers, Eduardo L. Huergo, Luis A. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Huidobro, Luis. Igoa, Juan M. Imperiale, Luis. Inurrigarro, T. M. José Irigoyeu, Guillermo. - Isnardi, Daniel. Isnardi, Vicente. lturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Iturbe, Octavio. Jacques, Nicolás. Jaeschke, Victor J: Jasidakis, Juan. Jauregui, Emiliano. * Jauregui, Niculás. Jaureguiberry Enrique Keravenant, Adolfo. Koslowsky, Julio. Krause, Otto. Krause, Eduardo. Krause, Domingo. Kyle, Juan J. 3 Labarthe, Julio. Lafferriere, Arturo. Lagos, Bismark. Lagos, José M. Langdon, Juan 4. Languasco, Domingo. Lanús, Juan. C. Larguía, Carlos. Lavalle, Francisco. Lavalle, José F. Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Lecureux, Gaston. Leon, Rafael. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Ramon. Lopez Saubidet, P. Loudet, Osvaldo. ' Llosa. Alejandro. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Lynch Arribálzaga. F. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Maliol, Benito J. Mamberto, Benito. Mandino, Oscar. Manterola, Luis €. Mañé, Cárlos. Marini, A. Marino, José. Martinez, Carlos. E. Maschwitz, Cárlos. ' Massint, Cárlos. Massini, Estevan, Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel F. de: Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Medina y Santurio, B. Mendez, Teófilo F. Mendoza, Juan A. Meyer, Bernardo. Meza, Dionisio C. Mezquita, Salvador. Maupas, Ernesto. Mohorade, Pedro. Molina Civit, Juan. Molina Salas, Cárlos. Molina y Vedia Julio. Molinari, José. Molino Torres, A. Molner, Antonio. Mon, Josué R. Moneta, José. “Montes, Juan A. Moores, Guillermo. Morales, Cárlos Maria. Mors, Adolfo. “Moyano, Cárlos M. Murza, Eduardo. Navarro, Guillermo. - Nocetti, Domingo. - Nocetti, Gregorio. Nougues, Luis, F. «Ocampo, Manuel S. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto C. a LISTA DE SOCIOS (Continuacion) Ojeda, JosézT. Olivé, Emilio he Olivera, Cárlos C. Olmos, Miguel. Oribe, Francisco. Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Oyuela, Wenceslao. Padilla, Emilio H. de Palacios, Alberto.: - Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Pawlowsky, Aaron. Pelizza, José. Pereyra, Horacio. Pereyra, Manuel. Petit de Murat Czar. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Pedro. Pico, Octavio S. Pico, Pedro: P. Pidelaserra, Jaime. Pirovano, Ignacio. Pirovano, Juan. Posadas, Vicente Pons, Miguel B. Pozzo, Segundo. Puig, Juan de la Cruz. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel. M. Quadri, Juan B. Quesne!, Pascual. Quijarro, José A. Quintana, Mariano, Quiroga, Atanasio. kamallo, Carlos. Ramiréz, Fernando F. Ramos Mejia. lldefso P, Rams, Estevan. Rapelli, Luis. Ratto, Leopoldo. Rebora, Juan. Recalde, Felipe. Renaud, Eugenio. Repetto, José. Riglos, Martiniano. Rigoli, Leopoldo. Robin Rafael, P. Rocamora, Jaime. Rodriguez, Fermin. Rodriguez, Eduardo S. Rodriguez, Andrés E. Rodriguez, Luis (. Rodriguez, Martin. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Oscar J. Rojas, Estéban €. Rojas, Félix. Romero, Alfredo. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero, Emilio. Romero, Luis C. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. | Ruiz de los Llanos R. Ruiz, Manuel. Saccone, Enrique. Sagastume, Demetri». Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Salas, Estanislao. E Salvá, J. M. Salas, ula: Sa Sanchez, Emilio J, Sanchez, Matias. Sanglas, Rodolfo. San Roman, Iberio. Señorans, Arturo 0. Saralegui, Luis. : Sarhy, José. V Sarhy, Juan F. =Searpa, José. Schickendantz, Emilio. Schmitt, Hans. Schróder, Enrique. Schwartz, Felipe. Schwartz, Mauricio. Selstrans, Arturo. Selva, Domingo l. Serna, Gerónimo de la Seurot, Alfredo. Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. Silveira, Luis. Simonazzi, Guillermo. Siri, Juan "M. OS Sirven, Joaquin. "Soldani, Juan A. Soria, David E. Sota, Alberto de la. Soto, José María. Spika, Augusto. Stavelius, Federico. Stegman, Cárlos. Súnico, Víctor. Taboada, Miguel A. Taurel, Luis. Tedin, Virgilio. Tessi, "Sebastian T. Thedy, Héctor. 20d Thompson, Valentin. Torino, Desiderio. Tornú, Elias. > Treglia, Horacio. Trifoglio, Ricardo. Tressens, José A. Tzaut, Constante. dy Unanue, Ignacio. Urraco, Leodoro G.. Vacarezzi, Juan E. Valerga, Oronte A. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vedoya, Joaquin J. Vernaudon, Eugenio. Victorica y "Soneira, J. Victorica y Urquiza Eu Viúela, Baldomero, Vigliome, Luis A Viglione, Marcelino. Viñas, Urquiza Justo. Villanueva, Guillermo. Villegas, Belisario. e Vineut, Arturo. Vineut, Pedro > Wauters, Cárlos. DS Wauters, Enrique. pe Wheeler, Guillermo White, Guillermo. Williams, Orlando E. Zambrano, Pedro. Zamudio, Eugenio, Zavalia, Salustiano.. gÓ : Zeballos, Estanislao S. Zunino, Enrique. A ARA EOS *- . PERE En AP AA AA / $ METIA ] “yl pa q y a 0 | ny. 1 a. ss... A A. 4 : POVANAAN IRA AI po ( 108 1.2.2 2” : sórra? “y a . | poda? ATA | Y Y OR por. p 7 Dl orPrapo - a de 9? pa % CA a e? rr litres 8 Ac onnals dde 4 “De ' = CAMA A 1 gr MINIEAOS SANA Ma il INS A . ¿a : a pa HH e- Se A Araña Nira mprprte, S al . E «08 ARS ¡a Ma ¿EA E A AS a añ a; Pa Na : ya a e> LAY As, 20ñl 342) a dl? 2. el. 22. 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