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o ss > Y | A A E Y

[PICA ARGENTINA

A DE LA | EDAD CIEN ARGENTINA COMISION REDACTORA Presidente...... Ingeniero CÁrLOS BUNGE. Secretario...... Señor ÁRMANDO ROMERO. l Ingeniero MANUEL B. BAHIA. Vocales as D* ATANASIO QUIROGA.

Señor FÉLIX LYNCH ARRIBÁLZAGA.

A | ii (E 658 LOMO XERVLA |

Segundo semestre de 1893 a

BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS

680 CALLE PERÚ 680

14893 cd

od E a

¡eñor ARMANDO ROMERO. ES MANUEL B. BAHIA.

-D* ATANASIO QUIROGA. Señor FÉLIX LYNCH ARRIBÁLZAGA-

TREGA de - TOMO XXXVI.

pital, Interior. y Exterior,

Capital, 6 Interior al Exterior

,

E PABLO 0. CO o HnOS, ESPECIAL PARA

CALLE: PERÚ 680.

E E A

Vice Presidente 1 Ingeniero DOMINGO Noce: | La. 25 o Demerrio SAGASTU Secretario. Ron DesOonerOo ds eos VOCES cab. | Señor a OTAMENDI. e

JUNTA DIRECTIVA

Presidente... . Ingeniero cádS Bu

| Capitan ARTURO LuGoNEs. Ingeniero. MiGuEL ITURBE. | e

1. MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR ón POLÍGONO,. por. - Edmundo. Soulages.

nasio Quiroga. AE LES MISCELANEA. eE : EE. e cen e a a

cobro de la cuota. 7 ia Se ruega tambien á los que ono

las en el catálogo.

E MÉTODO RACIONAL PARA

CERRAR UN POLÍGON >

É -— RELACION ENTRE EL ERROR DE SUPERFICIE Y LOS ERRORES. -EN LOS ELEMENTOS. FÓRMULAS PARA LA SUBDIVISION EN LOTES

EDMUNDO SOULAGES

Ex-alumno de la Escuela Politécnica de Paris; Ingeniero

1. Algunas definiciones preliminares

Supongamos que A B CD (fig. 1) representa el poligono verdadero es decir, el polígono cuyos elementos son iguales respectivamente : 4 los del polígono del terreno : A, B,€, D, a, b, c, d.

- Conocemos los ce con errores zo, Bo, Yo, do las longitudes EG errores a”, b',c', d'; de modo que si se traza el plano: de los - elementos medidos, sin correccion de ninguna clase, obtenemos

partiendo de D la línea quebrada D A'B'C'D”; DA'B'C'D'D será

E El ago observado.

6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA -

ticularmente el error DD' en el vértice orígen D será el error total.

Las proyecciones de DD' sobre los ejes rectangulares oX, oY, serán el residuo sobre 0X y el residuo sobre oY.

El polígono cuyos elementos son los del polígono observado cor- regido para que cierre será el poligono calculado.

a, E, y... serán los ángulos a, fo, yo... expresados en partes del radio.

Í. TEOREMA FUNDAMENTAL

2. Demostracion analitica

Lema. El ángulo de dos lados correspondientes del poligono ver- dadero y del observado es 1gual ú lasuma de los errores en los angu- los desde el origen

En efecto, tenemos que :

Ang. AB con 0X =A » += ¿BC » =A-+B-—180

Ang. A'B' conoX =A + » BAC Y. =A + a +B + f)— 1809

. . . . . . . . . . -

Por lo tanto, restando respectivamente los primeros de los se- gundos . Ang. AB” con AB= a,

» BUC” SABOR 06 280

OsservacioN. Excusado es decir que se aplica el lema á dos cualesquiera de los polígonos observado, calculados ó verdadero.

Teorema. Los residuos sobre oX y oY son iguales respectiva-

mente ú :

(1) E f. ordenada B' + suma de las proyecciones sobre OX de los errores de longitud - (2) XEf. abscisa B” + suma de las proyecerones sobre oY de los

errores de longitud

o

ze MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 7 S significa : suma de términos análogos para cada vértice del polígono. : Vamos á probar (1), (2) se prueba del mismo modo. En el polígono verdadero, tenemos que, Jlamando M, NX, P... los ángulos de los lados sucesivos con oX :

a+bcosM+eccosN + == O.

La diferencial de esta expresion, sidamosáa, b,c... incrementos a',b',c'...,4M, N,P... incrementos 2, % + Bo, 20 + Bo + Yo, ->- (Lema) será el resíduo sobre oX Por lo tanto :

residuo oX = a' +b' cos M-—e” cos N +... (6 sen M.a + cesenN(a + f£) +...)

a +b'cosM—c' cos N +... es la suma de las proyecciones sobre o X de los errores de longitud. Desarrollando la segunda parte y sacando á a, f, y... como fac- tores comunes en los términos en que se encuentra, tenemos

a (bsenM=+ecsenN +...) + f£(ecsenN + dsenP +...) + vy(dsenP+...) +...

El coeficiente de x es igual á o, el de la ordenada de B' el de y ála ordenada de c, ... y esa suma se puede escribir

A

Y ordenada de B

No conocemos los vértices verdaderos, pero podemos sustituir esta última suma por Y ordenada de B”

en la que las ordenadas son las del poligono observado.

Lo que viene á decir que considerando á $, y,... como infinita- mente pequeños, la diferencia de esas sumas es de segundo órden !. QUESDO

1 En efecto por un cálculo análogo al que acabamos de hacer, encontraremoS para (ord. B” ord. B) ó proyeccion sobre o Y del error en B, una expresion análoga á (1) que podemos escribir

1,

metia

suma de términos infinitamente pequeños.

8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

3. Demostracion geométrica

Consideremos la figura (2). ABCD es el polígono verdadero.

12 Supongamos por lo pronto que se conocen exactamente las longitudes y que no hay sinó un error en los ángulos y que esté en Aéigual á x, . Al trazar el plano de los elementos medidos, obtene= mos DAB'C,D, y para error total DD, que podemos considerar como el camino descrito por D suponiendo que gire el sistema ABCD Ó AD alrededor de A en un ángulo «y, es igual á

% distancia de A al orígen.

Si hubiera dos errores en los ángulos : a, en A, f, en B, obtendría- mos un error total DD, suma geométrica de DD, y D,D.; podemos considerar D,Dz como el camino descrito por D, suponiendo que gire el sistema B'C,D, ó B'D, alrededor de B' en un ángulo f, ó el camino descrito por D suponiendo que gire BCD ó BD alrededor de B en el mismo ángulo; es igual á

Bo distancia de B al origen.

(Fig. 2)

Siguiendo del mismo modo hasta el último lado del polígono, vemos que, llamando error angular al producto del error en un ángulo por la distancia del vértice verdadero correspondiente al origen; el error total es la suma geométrica de los errores angulares.

22 Supongamos ahora que siendo los ángulos conocidos con erro- res % Bo ... , los lados lo son con errores a'b'c'...

0 MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍ 9

| En este caso el plano de los elementos medidos sE IB” C"D” y el error total DD”. | |

(Fig. 3)

Se ve que la existencia de un error sobre un lado cualquiera tiene por efecto trasladar el punto D' paralelamente al lado á una dis- tancia igual al error. El efecto total de los errores a',b”,c'... será el de mover D' en D”;D'D” es la suma geométrica de los errores de longitud.

En resolución :

El error total es la suma geométrica de los errores angulares y de los errores de longitud .

Por ser muy pequeña la distancia de dos vértices correspon- dientes del polígono verdadero y del observado, podemos sustituir en la definicion del error angular la distancia del vértice verdadero al orígen por la distancia del vértice observado al mismo.

Proyectando sobre oX y oY, la suma geométrica de los errores angulares ósuma de términos análogos á

p. dist. de B' al orígen

3 f. ordenada de B' y * fabcisa de B” O. E. D.

OBSERVACION I. Es de notar que á cada vértice corresponde un error total y par tanto dos resíduos, y un poligono observado. Ve- remos en lo sucesivo las relaciones que tienen entre los errores totales, da

O3sERVACION 11. El teorema es exacto para cualquier sistema de ejes rectangulares pasando por el vértice que se toma por orígen.

10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

4. Errores de longitud

La longitud de un lado es la distancia de los dos vértices que lo determinan. La línea que medimos es la interseccion con el suelo del plano vertical pasando por dichos vértices, línea que puede

-_distar mucho de ser una recta por las ondulaciones del terreno.

Al error así originado, hay que agregar tambien los errores pro- ducidos á causa de estar más ó menos floja la cadena ó de apar- tarse los cadeneros á la izquierda ó derecha de la línea arriba definida. /

Todas esas causas contribuyen á dar una longitud demasiada para el lado, es decir que usando la cadena los errores de longitud son siempre postl1vos. ;

Se puede admitir, lo que por otra parte parece conforme con la razon, que el error originado por las últimas causas es proporcio- nal á la longitud del lado.

Llamaremos al error total sobre el lado error absoluto, al origi- nado por la primera causa error accidental, y error relatiwwo al ori-

ginado por las últimas, de modo que

error absoluto = error relativo + error accidental error relativo = m. longitud del lado

siendo m un coeficiente que varía con las circunstancias de la men- sura. :

5. Inconsistencia del método generalmente empleado para cerrar un poligono

Este método es como sigue :

I. Se suman los ángulos medidos : se resta de esta suma la suma de los ángulos del polígono verdadero que es, sin expresa el número de los vértices del mismo, (n 2) 180? y se reparte la diferencia sobre los ángulos medidos de modo que la suma de los angulos corregidos sea (n 2) 1807.

Esa correccion preliminar es absurda :

Sean %, Bo, . - - los errores de los ángulos antes de corregirlos, a Bo”, ... los errores despues de la correccion.

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 14

Si se calculase el residuo oX, por Eon sin corregir los án- gulos, se obtendría

p. ord. B' + y. ord.C' +... despues de la correccion : 6. ord. B, + y!. ord. €, +...

Siendo B, C, ... los nuevos vértices, cuyas coordenadas se dife- rencian muy poco de las de B'C/'... (pág. 7 nota). El segundo resíduo es por tanto sensiblemente

8 ord. BOL y or 0...

Restando este del primero, tenemos

(B— PB") ord.B' Ey y) ord.C* +., obtendríamos una expresion análoga á esta para cada vértice.

Nada se puede decir acerca del signo de esta expresion, puede ser positiva-ó negativa, es decir que el resíduo puede ser mayor des- pues de la correccion que antes, ó que el error, en un vértice cual- quiera, puede aumentar con la correccion y por tanto, tambien la deformacion del polígono verdadero ó en resolucion que es absurda la correccion preliminar. .

TI. Despues de hacer la correccion preliminarse hace otra en que se modifican las longitudes de los lados y al mismo tiempo los 4n- gulos por segunda vez.

Sea P la suma de las proyecciones positivas, N la suma de las negativas, sobre 0X; P”, N” las sumas correspondientes sobre oY, tenemos que

L=!"=D= residuo sobre oX P' N' =E” = residuo sobre oY

Se reparten E sobre P y N, E” sobre P' y N' de modo que

12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Por varias razones es absurda esta segunda correccion :

1? Para los lados cuyas proyecciones son negativas se les aumenta la longitud al aumentar ambas proyecciones; para los lados cuyas proyecciones son de signo contrario, puede suceder que sumando á una y restando á otra se les aumente tambien la longitud.

Hemos visto (4) que empleando la cadena, los errores de lon- gitud son siempre positivos lo que viene á decir que EN NINGUN CASO SE DEBE AUMENTAR UNA LONGITUD MEDIDA.

2* Sabemos (2 y 3) que el residuo sobre uno de los ejes es

2 proy. errores angulares + Y proy. errores de longitud Se puede escribir sustituyendo (4)

err. absoluto de longitud por err. relativo + err. accidental 2 proy.err. angulares + E proy. err. relativos + 2 proy. err. accidentales

Por ser los errores relativos aproximadamente proporcionales á la longitud del lado correspondiente, 2 proy. err. relativos es extre- madamente pequeño y podemos suponerla igual á o lo que suce- derá en el caso de una exacta proporcionalidad.

Y proy. err. accidentales es tambien muy pequeña porque si. bien el error accidental no es proporcional á la longitud del lado, varía con ella, es siempre positiva y es por otra parte muy pequeña.

De lo dicho resulta que

Los RESIDUOS SON ORIGINADOS CASI EXCLUSIVAMENTE POR LOS ERRORES EN LOS ÁNGULOS, EN TANTO QUE EL MÉTODO GENERALMENTE ADOPTADO SU= PONE QUE SON ORIGINADOS EXCLUSIVAMENTE POR LOS ERRORES DE LONGITUD. .

3* Despues de esta segunda correccion ya no son iguales los nuevos ángulos á los ángulos obtenidos por la correccion prelimi- nar, y nada sabemos de las variaciones que sufrieron por la modi- ficacion de las coordenadas, es decir que LOS ÁNGULOS DEL POLÍGONO CALCULADO SON DEL TODO DESCONOCIDOS.

De otro modo : si se vuelven á hacer los cálculos con las longitu- des corregidas y los ángulos obtenidos por la correccion preliminar, ya no cierra el polígono es decir que SE EFECTÚA LA DIVISION EN LOTES SOBRE UN POLÍGONO QUE NO CIERRA.

De esta discusion resulta que no hay que extrañar las diferencias enormes, á veces, que diariamente se suelen encontrar entre las. diversas mensuras de un mismo campo.

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 13

6. Método racional

Tenemos que (2) :

eS ON Bord.B"+... + nord.L'—t (1) Res. 0Y =4ab8.A' + Babs.B' + ... + nabs. L' +1" (2)

¿y t' son las sumas de las proyecciones accidentales que son muy pequeñas (5, IL, 39. Tenemos además que :

do + fo +... + mw + »M=suma ángulos observados 08) (n 2) 180? sE

Las relaciones análogas (1) y (2) para los demás vértices son consecuencia de (1), (2) y (3), es decir que esas últimas son las únicas relaciones que tenemos.

Se buscan valores de «, f, ... 3 inferiores en valor absoluto al error posible en la medida de un ángulo, tales que

pord. B' +... FE nord. L” a. abs. A + abs. B' + ... + nabs. L'

sean respectivamente poco diferentes de residuo oX y residuo oY y se reparte luego la pequeña diferencia sobre t y t” es decir sobre las longitudes, teniendo presente que siempre se deben acortar y no alargar las longitudes y teniendo en cuenta dentro de los límites de lo posible las causas que puedan haber influido diversamente “sobre las longitudes, tales como por ejemplo, las ondulaciones del terreno. Es obvio que teniendo 3 relaciones para delerminar n in- cógnitas más bien 2 para (n 1) incógnitas pues A no existe sinó en la última) si bien deben ser inferiores en valor absoluto á cierta cantidad, hay, algebráicamente, una infinidad de valores para cada una y por lo tanto no puede haber método exacto. El método racional consiste en tener en cuenta que :

lo Los errores de longitud son siempre positivos 20 Residuo oX =— Y f ord. B'

30 Residuo: 0 =- NB abs. B'- se ooo

1 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

que son las condiciones á que son sujetos los errores; lo que desco- noce.en absoluto el método generalmente empleado.

7. Aplicacion práctica

Vamos á dar el ejemplo de un polígono cuyos elementos fueron medidos segun el procedimiento vigente sea : sin trazar la línea cuando está alambrado el lado y por lo tanto midiendo en vez de los ángulos del polígono el ángulo de las tangentes á las curvas for- madas por los alambrados en cada vértice) y que sin embargo dió resultado muy satisfactorios en la subdivision en lotes, por la apli- cacion de las consideraciones que anteceden.

El polígono tiene 8 lados y da para suma de los errores en los ángulos : 10”, para residuo sobre oX : 267, sobre 0Y : —8"86.

Las tres relaciones del artículo (6) son :

2,67 =y. 268 + 34680 + e. 42516 + (12269

(7) ; ¿ + 7 7508 + 06318 e) 8,86 =P. 2994 + y 8228 + 2 7976 + <. 3841 4 [+33 + y 668 9 366 (3) 2 == dp == eo. E ly == 100

En las relaciones (1) y (2) se pueden despreciar los centímetros en los coeficientes de £, y,... ;

Al mirar en la tabla de logaritmos en la que encontramos al mismo tiempo los senos naturales para los primeros minutos, ve- mos que, si llamamos f ' el ángulo fi, expresado en minutos y fraccion decimal de minuto, tenemos la relacion

sen fo =P =0,00029 . p”

para todos los valores que puede tomar el error en un ángulo; es obvio que la tenemos tambien para los valores negativos de fj, por lo tanto dentro de los limites entre los cuales se encuentra un error cualquiera, tenemos que

B:=0,00029: 38%

sustituyendo f, y... porsus valores en funcion de f*, y'... Y

A A RS e ARA A O A E AS ., A AI RL E

O e a ne gg AA

E. a

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLIGONO 15

cambiando los signos de todas esas cantidades, tenemos

¿

2,67=0,08. y" + 1,43"+3,6.< +3,62' +27 +1,86*

8,86=0,86.£" + 2,46 y" +2143"+1,1£<' LE AN e ES

(0)

a+ +... +0 =10'

Vemos que los sistemas

o para los demás - 4,2 » 0 >) 0 »

satisfacen á (1), (2) y (3), es decir dan resultados que se diferencian de 2.67 y 8.85 en pocos centímetros.

Si se conociera el límite superior del error en un ángulo se po- dría desde luego eliminar ciertos sistemas ó más bien evitar el tra- bajo de sustituir en las relaciones valores de £' y” ... superiores á este límite. Pero hay que advertir que con el procedimiento adop- tado es del todo amposible determinar los limites del error en la me- dida de un ángulo, pues no dependen del teodolito como en el caso de trazarse las líneas, sinó del acaso, que dispone las direcciones de las tangentes á las curvas determinadas por los alambrados en los diversos vértices del polígono. Consideraciones ulteriores nos enseñarán que hay muchas probabilidades de que el error de más consideracion está en B, lo que elimina el segundo sistema. Des- pues de volver á hacer los cálculos con los ángulos corregidos, se deben encontrar resíduos E,, E,* de pocos centímetros.

Sea P, la suma de las proyecciones positivas sobre oX, N, la su- ma de los negativos tenemos que : |

P; => N; = es E, Se debe repartir de modo que, si el residuo es positivo : (P, E;) E N;='0

si es negativo : : P, (N, E,) =0.

LES

A IA y

16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Lo mismo para E,'. Como son muy pequeños estos resíduos basta modificar las longitudes de dos lados que se deben elegir entre los que presenten más ondulaciones, que sean más largos y más cerca * posible del orígen. Veremos en lo sucesivo el por qué de esta última condicion.

8. Eguiwocacion en la medida de un elemento z

Si conocemos un límite superior q del error en un ángulo vemos que el residuo de los ángulos debe ser inferior á ng, n expresa como siempre el número de vértices; si es superior á esta cantidad hay equivocación sobre uno ó más ángulos.

Sustituyendo a, f,... por en Ef. ord. B” y Y f abs. B” obtene- mos asimismo un límite superior de los residuos sobre oX y oY

¿ord.B” y q¿2Zabs. B'.

Si uno de los residuos ó ambos son superiores á dichas cantida- des hay equivocación á lo menos sobre una de las longitudes.

Si hay equivocacion tan sólo en un elemento, podemos Sa brirlo. :

Sabemos (3) que el error total en un vértice es la suma geomé— trica de los errores angulares y de los errores de longitud, cuales quiera que sean los valores de dichos errores, pues no tenemos hecha hipótesis ninguna á este respecto, por lo tanto el error total se diferenciara poco del término de la suma geométrica que corres- ponde al elemento en que está la equivocacion.

1* Si hay equivocaciones en una longitud, el error total será cast paralelo al lado en que está la equivocación. Si hay varios lados paralelos ó casi paralelos á aquel, no hay más remedio que vol- verlos á medir sucesivamente hasta dar con el en que nos hemos equivocado.

20 S1 hay equivocación en un ángulo, el error angular que le corresponde será el término más grande de la suma geométrica y por lo tanto el error total será casi perpendicular á la recta que une el orígen al vértice ó en resolucion el vértice en que está la equivocación se encuentra cerca de la perpendicular al error total - levantada á este en el origen. Si varios vértices caen cerca de esta perpendicular se debe, como en el caso que antecede, volver á medir los ángulos en estos vértices. Pero ulteriormente, daremos un

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 407

método para determinar en seguida el ángulo sin necesidad de volver á medir en ningun caso.

9. Superficie del poligono cerrado

Tenemos que :

28 (Wo 2, ) (Yon + 05) A UE)

= A (Cera Yp Lp Yp+1)

mara

Las tres son la generalizacion de la fórmula que da la superficie de un triángulo.

No nos pararemos en demostrar que la primera expresa la suma de los trapecios “determinados por un lado, su proyeccion sobre oX y las ordenadas en los vértices; la segunda, la suma de trapecios análogos perpendicularesá oY; la tercera, la suma de los triángu- los cuyos vértices están en el orígen y cuyas bases son los lados del polígono.

ERRORES .DE SUPERFICIE ORIGINADOS POR ERRORES SOBRE LOS ELEMENTOS DEL POLÍGONO:

- 10. Efecto de los errores en los ángulos

Teorema U. Un error q, en un ángulo da un error de superficie agual d gas distancia del vértice correspondiente al origen.

Consideremos el término general de la primera fórmula de super- ficie

(1) : (Ca Lp) (Ya la Un) SIM, N,... T,U, V ... sonlos ángulos de los lados con oX,

%) =4acosM+... +FhcosT... Y =asenM+... HhsenT+...

Gia=4c0osM+... FhcosT+2Cc0sU... Va = UEM e O Ue

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI 2

18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

El error total de superficie es igual á la diferencial de

(a a Yo)

11

cuando se daná M, N ... incrementos ay, % + Po, ... (Lema) La diferencial de (1) es:

a) ' (Lp, 0) [2.0 (a sen M +... —h sen T) + d.1 sen U] ( == (Yom + Yp) dl cos U

La diferencial del término p 1, pes:

(0, —%,1)[2d(asenM+...) + d.hsenT] + (Y, + Yp-1) d.h cos T

Sumando obtenemos para término en 2, 2%, (d.h sen T + d.1 sen U) Igualmente, obtendríamos para término en Lp.,1 1 (d.1 sen U + d.? sen V) Sumando, encontramos para término en d.2 sen U Ax (0, + Lp+1) d.e sen U

Vemos que la suma de los términos en w es simétrica de la suma de los términos en y, lo que era de prever, por ser las fórmulas de superficie simétricas en y.

Así es que la diferencial de

2 00) a E Us) es : ne

a 0 sen E

y a Yp+1) d.1i cos U,

e

d.¿ sen U =4c09ÚU. = (Goa Dope

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 19

La primera suma se puede escribir

E (0, + Dor) (Up 0) <= E (Mp Lp) e

La segunda se puede transformar idénticamente y en resolucion la diferencial total es

Y [ano 50% 20) hn (esas 7 Yp)) = == Y [(Waié + Yo") (Wo + Yo dls

Desarrollando esta suma, y llamando <, la abcisa de A” ( su or- denada es =0), %, y, las coordenadas de B', w. yz de €”... obte nemos

(0? + y?) 28] a + [(0 + y) (04 + y 1é)] (a + B) =P es [e a Ya Me ban 3)

y sacando á a, f, ... como factores comunes en los términos en que se encuentran :

am? —plaor + y) 1 (ue + Yó)—-..

o restableciendo el signo de la diferencial tenemos en resolucion que: :

Error total de superficie = . y Bla? +Y1) O. E. D.

11. Efecto de un error de longitud

Teorema 1. Un error de longitud sobre un lado cualquiera da un error de superficie igual al error < distancia del origen al mis- mo lado.

La diferencial del mismo término general, cuando damos á a,

'

Do incrementos a, 0. 0,

. (Yori + Yp) cos U. 2” + (11: 0),) [2d. (a sen M+...) + sen U. 2']

920 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Por un cálculo análogo al que antecede, encontraremos

2 [(Upes + 9) eos U— (¿py + 2) sen U] á'

El coeficiente de 2” es el doble de la distancia del orígen al lado pp+1!. Por lo tanto :

Error total de superficie = Y error < distancia del orígen al lado. O. E. D.

OservAcioN 1. Hay que advertir que los errores relativos de longitud no influyen en los residuos, pero en el error de superfi- cie. Podemos obtener una expresion muy sencilla del error podu- cido.

Tenemos que (4) :

error relativo = m. longitud del lado y error de superficie= (m. longtt. del lado < dist. del origen al lado) Ó = m2 (longit. del lado < dist. del origen)

esa suma es igual (9) á 2

Por lo tanto el error de a debido á los errores relativos es 2m $.

Lo que podemos enunciar : El coeficiente del error relativo de superficie es 2gual al doble del coeficiente del error relativo de longitud.

OssErvAcIóN 1. Siempre que se aumenta una longitud medida, estamos seguros de que, por lo mismo, se aumenta el error de super-

ficre.

- 1 En efecto, podemos escribir la ecuacion del lado pp+1 A D [y Ye tes] A na

Sustituyendo x é y por las coordenadas del orígen o o, y dividiendo por ycos2 U + sen? U ó 1 se obtiene el coeficiente de ¿'

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 21

12. Error total de superficie

El error total de superficie es igual á la suma de los errores cal- culados en ambos casos, ó sea

3 B. dist. origen” + Y error de longit. <dist. origen.

191

13. Limite superior del error de superficie

z : l E y A Sustituyendo en 5 2 f. dist. orígen”, af ... por el limite supe-

rior del error en la medida de un ángulo ¿ aumentado de la correc- cion más grande s (véase pág. 35), obtenemos para límite supe- rior del error de superficie originado por los errores en los ángulos

(o + 5) 2 cuadrados de las coordenadas.

1y|—

El error accidental sobre un lado se puede representar por m' longitud del lado. Este coeficiente m' tiene un valor determinado para cada uno de los lados; suponiendo que sea el más grande, 2m'S (11, Des un límite superior del error de superficie debido á los errores accidentales. Sumando á estos dos límites parciales, el error 2m S debido á los errores relativos de longitud (11, D) obtene- mos para el límite superior del error total de superficie

lo + 5) 2 cuadrados de las coordenadas + 2 (m + m') S

14. Demostracion geométrica de los teoremas sobre el error de superficie |

Lema. Sea ABCD un sistema de rectas, (fig 4), AD la resultante. Si se hace gúrar dicho sistema alrededor del vértice A en un ángulo

-99 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

cualquiera, la superficie descrita por la resultante es 2gual ú la su= perficie descrita por el sistema. :

(Fig. 4)

En efecto : AB'C'D'DA =ADD' + AB'C'D =AB'C'D'DCBA + ABCD Siendo por hipótesis ABCD =AB'C'D”, resulta que

ADD' =AB'C'D'DCBA. QUEDE

OBSERVACION. El teorema es idéntico en el caso de una tras- - lacion, como es fácil verlo por la segunda figura.

TrorEmA Il (pág. 17). Consideremos la figura 2, (pág. 8). Vemos que Error de superficie =AB'C'D'D ABCD

DD,D¿D” es despreciable con respecto á la superficie total y pode- mos escribir :

Error de superficie = AB'C*D'“D,D,DCBA. Lo que se descompone : ABCDD,C,B'A + B'C,D,D,C'B' + C'D¿D*

Segun el lema son esas superficies respectivamente iguales á

ADD, 670. AD? , B'D;D, 6; e. B'DZ, C'D¿D' 6 y C'DF

AS AS + aa AA ARI IIS A 4 ee E A AR Par

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 93

y resulta que (por ser DD,, DD,, DD” muy pequeños con respecto á AD, BD)

Error de superficie =

Y f. dist. origen”

191 —=

O. E. D.

OBsERVACcION. Acabamos de demostrar la fórmula para el po— lígono obseryado, pero es obvio que subsiste en el caso del polí- gono calculado.

Teorema HI (pág. 19). Consideremos la figura 3 (pág. 9), vemos que la existencia de errores de longitud originan el error de superficie :

D"C"B”A”B'C'D'D” (despreciando DD 'D”) lo que se descompone en D'C*B'AA”FC,'A,” + A,'C,'FB"LB,” + B,"LC”“C;,”. Segun el lema son esas iguales respectivamente á %) B,”B"FA,” BEE

y por lo tanto, por ser DA,”, DB,” infinitamente pequeños con res- pectoá B*D, C”D”, ..., el error total es igual á la suma de los pa— ralelógramos cuya base es el error y uno delos vertices el orígen ó

2 error de longitud >< dist. del origen al lado

O. E. D.

24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

—SUBDIVISION EN LOTES

lo 15. TEOREMA. Las rectas MN que determinan con un sistema de 0% rectas fijas GABCD un poligono de superficie constante son tangentes -

Me

un hipérbola cuyas asintotas son las rectas extremas s del sistema AG, CD cortadas por la recta variable.

Prolonguemos AG, CD hasta su encuentro en O y sean a y b las longitudes OM, ON. Para cualquiera recta satisfaciendo á la hipóte- sis, tenemos que :

MABCN = constante ó MABCN + ABCO = OMN = constante

Lo que se puede escribir :

1

- ab sen u = constante =S' 06

a s' S A 9

qa == constante INIA

Sy o son las coordenadas del punto medio de MN en el sistema de

AS ejes GOL. 0 = = constante es la ecuacion de una hipérbola cuyas

Bo: asíntotas son e mismos ejes 06, OL, y sabemos que el punto de

NN contacto de una tangente á la hipérbola es el punto medio de la porcion de tangente interceptada por las asintotas, por lo tanto - MN es tangente á esta hipérbola.

O. E. D.

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 95

16. ProBLEMA 1. Determinar con los elementos del poligono cal- culado una recta paralela 4 una direccion dada y apoyándose sobre AG y CD (fig. 5) de modo que MABCN tenga una superficie

dada.

Desde luego se ve que el problema tal como está enunciado tiene dos soluciones : la recta MN á la derecha de ABC, que es la verdadera solucion, y otra recta á la izquierda de ABC que corta AG y UD á un lado ú otro de o según el valor de la superficie dada.

Por una transformacion sencilla podemos evitar esta solucion ex-' _traña. Basta para eso calcular la superficie ABCO ! y determinar la recta MN por la condicion de que el triángulo OMN tenga una “superficie igual á: S' + superficie del polígono auxiliar, sea $, la superficie conocida de este triángulo OMN.

Sean a, b, l las distancias desconocidas OM, ON, MN.

En el triángulo OMN, tenemos que :

(1) 28, = ab sen u= al sen v = bl sen (v u) De donde sacamos :

sen u sen (v—u P= 28, => = 28, SONO 90) (2) sen v sen (v— u) sen v sen u MN e sen 0

“2 sen u sen (uv u)

Fórmulas calculables por logaritmos. De a y b sededucen AM y CN y así conocemos todos los elementos que se refieren á la posicion de MN.

OBSERVACION 1. Se ven desde luego con la hipérbola (15) las condiciones y los límites de posibilidad : la recta de division debe hacer con oX un ángulo comprendido entre XGG' y XD'D, ángulos

* ABCO = triángulo OCH suma de los trapecios BC, AB .

tada uno de esos trapecios es conocido, puesto que fueron calculados para de- terminar la superficie del polígono total. En cuanto al triángulo e es igual, Ele

llamando CH, á ar 18 e

26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

que hacen con oX las tangentes á la hipérbola pasando por D y (..

OpseErVvAcIioN 11. Cuando u es pequeño, obtendríamos para a y b valores muy grandes, pero se pueden eliminar esas longitudes auxiliares.

Por tracemos CM” parálela á MN.

Sean a,b”, 1' las longitudes oM”, 0€, CM'/.

19 S,=S' + triángulo OCH suma trapecios BC, AB, ... ha 7]

= triángulo OCH + (S” suma de trapecios) = en +8

(S” expresa la diferencia entre corchetes). Si sustituimos $, por esta expresion en (1), obtenemos

, cos u sen u P= >= + S” 2 sen v sen (v— u) sen v sen (v u) 09 y SO o Ja Seu sen u sen u sen v de donde b—b' =(1— 1') =(CN | sen u

( o SS ) l' es igual á : sen v

sen (v 4) en 20 sen (v y) sen u E sen y

A ll

sen (v u) === Y)

de donde a—a' =(1— 1”) on

y deducimos fácilmente AM.

Orro MÉTODO. Tracemos CM' (fig. 5) paralela á la direccion dada, y CC” paralela á oX. Calculemos CR de modo que CRQABC sea Igual á la superficie dada, tenemos que

ho CR = 5 sup AB OME

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR. UN POLÍGONO AT

La recta OR que corta OL en r noes la recta que buscamos, la su- perficie que determina con GABCD es igual á

S' + triángulo Ckr,

tenemos que removerla hácia 0; por» tracemos rR” paralela á oX, y calculemos »R' de modo que

sup. -R'0'0 = triángulo CRr.

Vemos que Q'r'UBA es igual á S' + triángulo Rrr' y que hay que remover Q 'r' hácia o. *

En el caso general tendríamos que hacer la misma operacion re- petidas veces, lo que hace el método muy largo, pero, en el caso de ser el ángulo u muy pequeño (es decir en el caso de ser casi parale- las AG y CD) basta la segunda aproximacion, por ser la superficie del triángulo Rr»' despreciable en este caso.

17. ProBLEMA IL. Determinar con los elementos del poligono calcu- lado una recta MN pasando por un punto T de modo que MABCN tenga superficie dada.

El problema se transforma como en el primer caso, sean XoY dos ejes rectangulares, %.Yo las coordenadas de T, u el ángulo XoD, v el ángulo desconocido XMN |

Eliminando » entre

0 E sen (0 u tg v == Jo Ps 0) ao sen v sen y

obtenemos sen u. Yp. 4” 28, sen yu. a 28, (yyCos u 2%, Sen 4) =0

Ya Cos U x, sen u es la distancia de CD, llamemosla d

Yo S, sen u y Si 2dY 0 que se resuelve por medio del ángulo auxiliar y dado por 2%— d : S, sen u Seno y ES h : o

en Sol Y Yo 2 Yo 2

b y 1 se deducen por las fórmulas (1) (pág. 25).

98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

OBSERVACION. Encontramos dos soluciones que corresponden á las tangentes á la hipérbola trazadas por el punto T. De esas solu- ciones, ninguna, una ó ambas pueden ser aceptables, según el caso.

Con la hipérbola vemos que en el punto T una solucion es acep- table, la segunda tangente cortando DE antes de encontrar €D, y que las condiciones y límites de posibilidad son : que el punto T debe encontrarse en el interior del polígono formado por los lados rectílineos G,G, D”, PG'DD, y el arco de hipérbola G,D,. Al interior de PG,D, hay dos soluciones aceptables, al interior de G'DD'G, una. :

18. ProBLEMA MUI. Reemplazar el limite común DEFG de dos ter- renos CDEFGA, ZDEFGX por una recta D,G, sín que se alteren sus valores totales respectivos, supomiendo ambos terrenos de igual precio.

El problema se reduce á calcular una recta D,G, de modo que la superficie del triángulo 0G,D, sea equivalente á

sup. 0CBA + sup. ABCDEFG.

El problema admite una infinidad de soluciones cuando no se da para la recta la condicion de ser paralela á una direccion dada ó de pasar por un punto dado.

La hipérbola correspondiente H' da las condiciones y límites de posibilidad. Todos los puntos interiores de la rama de hipérbola H' quedan para el terreno ZDEFGX, y se ve que cualquiera que sea la solucion, se le debe quitar al terreno CDEFGA la parte compren— dida entre El” y elsegmento de hapérbola H' ; por lo tanto ninguno de los puntos en el internor de TEFI” puede ser comun ú4 ambos ter- renos.

19. Inconsistencia del método de correccion de las discrepancias entre el cálculo y la observacion

Sean ABCD el polígono verdadero, A'B'C'D el calculado (fig. 6),

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 99

M'N' una recla determinada de modo que M'DCN' tenga una su-

perficie dada.

Para colocar sobre el terreno el punto correspondiente á M', me- dimos á partir de D una longitud igual á la longitud de M'D, lo que da un punto M, á la derecha de M” enel caso de la figura.

MM' es el error de longitud sobre MD.

Trazamos por M, una recta que hace con oX el ángulo v (dado ó calculado). Por el error en el ángulo en M, trazamos en vez de una paralela á M'N” una recta MN,, y llegamos en un punto N, de BC. La longitud medida MN, se diferencia de M'N”, y CN, de CN”.

El método generalmente empleado en la correccion de esas dife— rencias consiste en trasladar longitudinalmente cada uno de los mojones (colocados á cierta distancia uno de otro sobre MN,) á una distancia proporcional á su distancia á M, de modo que MN, parezca teneruna longitud queno tiene; y al tiempo de moverles en el sentido MN, se trasladan paralelamente á BC. para colocarlos sobre MN; N es el punto del terreno que corresponde á N”.

La primera correccion es absurda :

En efecto, tenemos : M'D = MD error sobre MD C'N'= CN + error sobre CN C'D =€D + error sobre CD

M'N' = MN, + diferencia observada, MN, = MN = cierta longitud fácil de determinar por el trián- gulo MNN,, llamemosla /, tenemos :

M'N' = MN + (diferencia observada = /)

1 En la figura, hay que leer M en vez de M', y viceversa.

30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Aplicando el teorema fundamental modificado (5, IL, 2%) á los po- lígonos MDCN, M'DC 'N', resulta que : (diferencia observada + /) es casi en todo rigor igual á la suma geométrica de los errores an- gulares, es decir que la diferencia proviene casi exclussvamente de los errores en los ángulos y que es absurda la correccion, pues admite que está originada por el error en la medida de MN, la cual no mfluye ó en todo caso cuyo efecto es despreciable.

En cuanto á la segunda correccion, claro es que si bien NN, de- pende de los errores en los elementos, nada tiene que ver con el signo del error de superficie, se hace únicamente para eliminar el error en M.

UBsERvVACION 1. El valor de la diferencia observada =E l, (segun el valor del ángulo en N), que depende de los errores en los ángulos del polígono total es una comprobacion de la más ó menos grande exactitud del método empleado en el cierro del polígono.

Es de notar que siempre que haya discrepancias entre el cálculo y la observacion, existe un error de superficie que puede aumentar con el método general de correccion.

ObsERVACION II. Tenemos, llamando o, fo, yo los errores en DCN :

(1) -proy. de (dif. obs. + l)sobreoX=— 2 f ord. (2) proy. de (dif. obs. E !) sobreoY = 2 Babs.

(3) / Err. de superficie =52 f dist. origen” +- 2 error long. CES < dist. orígen.

En el caso de ser posible se resuelven (1) y (2) y se sustituyen a B... en 2 f. dist. orígen*; de la segunda suma se puede obtener un valor aproximado y por lo tanto corregir el error de superficie.

20. Interpretacion mecánica de los teoremas sobre los errores

Supongamos que en cada vértice del polígono verdadero se apli- can : una fuerza p proporcional al error en el ángulo, perpendi- cular al plano del polígono, á un lado ú otro segun el signo del - error; una fuerza q proporcional al error de longitud, cuya línea de accion sea el lado mismo.

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 31

Los teoremas que anteceden se pueden enunciar clara y sencilla- mente.

TEOREMA FUNDAMENTAL. 1” El residuo sobre un eje es agual la suma de los momentos de las fuerzas p con respecto al mismo eje.

92 La suma de las proyecciones de las fuerzas q sobre cualquier eje es despreciable.

Teorema 1. El error de superficie debido á los errores en los ún- gulos es agual alenomento de imercia con respecto al origen del siste- ma de fuerzas p.

TEoREMA IM. El error de superficie debido ú los errores de lon-

gitud es igual la suma de los momentos de las fuerzas q con res- pecto al origen.

9í. Centro de los errores

Sea (fig. 7) DABCD'D el polígono observado que obtenemos to- mando á D por orígen. Supongamos que habiendo llegado en D”,

(Fig. 7)

seguimos trazando con los mismos elementos D'A'B'C'D”D'; este polígono es igual á DABCD'D vemos que la distancia de dos vérti- ces correspondientes en esos polígonos es el error total en el vértice

32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

de mismo nombre; por ejemplo, BCD'A'B'B es el polígono obser vado que obtenemos tomando á B por orígen.

Teorema 1V. El error total en un vértice cualquiera es igual d e< distancia del mismo vértice 4 un punto fijo del plano. (sy es igual á: suma de los ángulos observádos (n 2) 1809) El ángulo de dos lados correspondientes de esos polígonos es igual á ey, en efecto :

angulo de AB con oX=A + 0% A'B' =A +0 + Bo + Yo + d0 + do == Á + an 30

La diferencia 6 ángulo de A'B” con AB es e,

Sabemos que á todo desplazamiento infinitamente pequeño de una figura en un plano corresponde un centro instantáneo de rota- cion, los dos polígonos iguales DABCD'D, D'A'B'C'D"D” se pueden sore none: por una rotacion ey al rededor del centro instantáneo de rotacion p, que se encuentra á la intersección común de las perpen- diculares á los caminos descritos durante la rotacion, esto es de DD', AA”, ... DD”; y como esos caminos son los errores totales correspondientes resulta que :

error total en un vértice =+< < distancia del vértice al centro ins- tantáneo de rotacion O. E. D.

A este punto fijo lo llamaremos centro de los errores.

Coordenadas del centro de los errores

En un vértice cualquiera tenemos que : error total =+<. distancia al centro de los errores Si proyectamos sucesivamente sobre oX y oY, obtenemos :

residuo oX =—+< abcisa del centro =E residuo 0Y = <ordenada del centro =E”

De donde las coordenadas del centro

A EE

m

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 33

92. Teorema V. El centro de los errores es el centro de gravedail de pesos proporcionales á dichos errores aplicados en los vértices del poligono observado.

(Para los vértices D y D', debemos suponer el peso aplicado en D 6 enD”, los centros de gravedad de D, A, B,C y A, B, C,D' coin- ciden por ser DD” muy pequeño con respecto á las longitudes de los lados).

Consideremos la figura 2 (pág. 8).

El error total DD' es la resultante de 0D,, D,D., D.D' 6 3 la resul- tante de rotaciones a, en A, fpen B, yy en €, es decir el camino des- crito por D en una rotacion a, + fo + yo alrededor de un punto P, centro de las rotaciones %, Bo, yo, y tenemos que

DD' =PD (a + +y)

Segun el teorema que antecede

DD' =PD (a + B + Y + 9)

De donde sacamos :

PD +8 do, PD—PD_ PP, 3

PD Caer PD PO a

Lo que expresa que P esel centro de las rotaciones 3 enDya +4 + yen P,. :

Como la composicion de rotaciones en un plano es, en cuanto á la construccion, idéntica con la composicion de fuerzas paralelas proporcionales á dichas rotaciones, resulta que podemos considerar á P como el centro de gravedad de pesos proporcionales á los erro- res aplicados en los vértices, considerando los pesos como positivos ó negativos según el signo del error. O. E. D.

OBSERVACION. Se puede demostrar el teorema por medio de las relaciones

res. 0X =—Xford.B' óÓ res. oY Y f abs. B'.

ANAL. SOC, CIENT. ARG. T. XXXVI 3

34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

23. Teorema VI. Elerror de superficie de cualquier poligono observado es ¿igual á :

l Le p|

Tes el momento de wmercra de las fuerzas p con respecto al centro de gravedad de los errores, l la distancia del vértice considerado con

wl|=

12)

a el triángulo determinado por el cen-

respecto al mismo y por tanto =

tro y el error total.

Sabemos (teorema 1) que el error de superficie es el momento de inercia de las fuerzas p con respecto al orígen; sabemos por otra parte que : el momento de inercia con respecto á cualquier eje es igual al momento de inercia con respecto al eje paralelo que pasa porel centro de gravedad del sistema 4 masa total < cuadrado de la distancia de ambos ejes.

El teorema es la expresion de esta onosiadad, cuya demostracion directa es muy sencilla. O: "ED:

24. Consecuencias prácticas que se deducen de la consideracion del centro de los errores

El teorema IV manifiesta que el valor de los residuos en un véri1ce cualquiera no significa nada en cuanto á la exactitud de las medidas puesto que pueden ser pequeños en un vértice y muy grandes en otro

El teorema Y suministra indicios sobre la distribucion de los errores : y

lo Si el centro de errores est, fuera del poligono, hay ú lo menos un error de consideracion de signo contrario á ey y se encuentra este en uno de los vértices más distantes del centro ;

2 Si el centro se encuentra mucho más cerca de un vértice que de los demás, hay probabilidades de que el error más grande está en el mismo vértice, y el error tiene el signo de <o.

3 Cuando el centro está en el interior del polígono y no se en- cuentra cerca del perímetro hay probabilidades de que los errores de más consideracion son de mismo signo.

AS Ed y bli AR did 72 EE A e

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 39

Esas reglas sirven para la resolucion de las ecuaciones (1) y (2) [6]. |

ko Si hay equivocación en la medida de un ángulo, el centro de errores se encuentra muy cerca del mismo vértice [8].

El teorema VI señala el vértice que conviene tomar por origen de coordenadas :

Entre los diversos polígonos observados, claro es que se debe ele- gir aquel que un error de superficie mínimo, antes de las cor- recciones. El doble del error de superficie es 1 + e P.

Sil y e son designo contrario, esta expresion podrá ser positiva ó negativa según el polígono considerado y el vértice que un error mínimo no es determinado.

Si I y e son de mismo signo, esta misma expresion será mínima para el vértice más cerca del centro.

Vemos que de cada cuatro casos posibles é igualmente posibles, hay dos en que el vértice más cerca del centro da el error de superficie

EU a E l minimo, es decir que en todos casos hay una probabilidad 7 de que Al

este vértice el polígono para el que el error es mínimo; lo que sería razon bastante para justificar la eleccion de dicho vértice por origen.

Sin embargo, como á veces puede ser muy incómodo tomarlo á este por orígen, se debe elegir otro más conveniente y lo más cerca posible del centro.

25. Podemos ahora completar el enunciado del método racional : Se calculan las coordenadas del centro de errores, que son iguales - E' E

(teorema IV) == Yy ===

E s

su posicion si corresponde á uno de los casos examinados (24), nos indicará el vértice en que está el error de más consideracion y su signo, y en muchos casos que no hemos enumerado, dará indicios seguros respecto de la distribucion de los errores.

Esas consideraciones permiten resolver con mayor facilidad las ecuaciones del artículo 6 y se sigue como queda expuesto en dicho artículo y el siguiente.

36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ¡

NOTAS

Sobre las correcciones de los errores en los ángulos del poligono

Sean a Boro o los errores en los angulos, sea L uno de los ángulos del polígono verdadero, L = el ángulo correspon- diente en el polígono observado. Si á este ángulo, se le resta ó suma, según el caso, una cantidad «, inferiorá o +B+.... suma de los errores, el ángulo corregido es L + Ay +00, y pueden tener mismo signo y por tanto, por la correccion se puede aumentar el error en el ángulo. El mejor sistema de corecciones sería el en que esas cantidades «y serían todas iguales, es decir

dy ar ln Ep + n

iguales á —» puesto que no hay rázon para corregir un

angulo antes que otro.

En este caso, la aproximacion del sistema corregido es la mitad de la del sistema primitivo.

En efecto, sea q la aproximacion del sistema primitivo. Elán- sulo observado L + hy despues de la correccion es

E cor OA O o

LxHhd A : a La n=/1 ó L + E SE a 0 Bd h 4 E Ay noO entra en A esa suma es por tanto inferior á n— WE!

es inferior á

l AO L0) Mo Po *

E: Ñ . ,n—Á n>+41 El error en el ángulo corregido es inferior á os

Ó 2 D0- Por un sistema cualquiera de correcciones la aproximacion es inferior ú la mitad de la aproximacion del sistema no corregido. |

MÉTODO RACIONAL PARA CERRAR UN POLÍGONO 31

Sobre el problema III (pág. 28).

En el caso de no ser iguales los valores de ambos terrenos, se determina primero la posicion de D,G, en la hipótesis de que son iguales los valores; despues hay que trasladar la recta á izquierda ó derecha de la primera posicion según los valores respectivos de los terrenos, ó hacerla girar en un ángulo pequeño alrededor de T,, s1 G,D, fué determinada por la condicion de pasar por el punto T.

1% Sean p el valor del terreno á izquierda de G,D, (fig. 8), p' el valor del á derecha de G,D,. Supongamos p > p', se ve, sobre la figura, que hay que trasladar G,D, á la derecha, sea « el desplaza- rriento perpendicular á G,D,; 2,f, y, 3, los ángulos de DZ, DE, GF, GX con la perpendicular ú G,D,; 1 el segmento de G,D, en el terre- no (p), mn los segmentos de GD, en (p”).

GD, dividide (p) y (p”) de modo que

sup. EFF'E' sup. DD,E” + sup. GG,F'

Sea s lasuma delas superficies de DD,E', GG,F', que se debe calcular. Con tomará GD, por límite comun, quitamos á (p) la superficie EE'F'E cuyo valores sp y le agregamos la superficie (DD,E” + GG,F 5), cuyo valor es sp'. El valor total de (p) queda disminuido en s(p —p”), y por tanto el de (p”) aumentado en la "misma cantidad. Para que sean iguales los valores totales de (p) y

(p”) hay que agregar, por la traslacion de G,D,, Bs (pp á (p). G,9:d,D, se compone de: E'E,'F,'F” de valor p y (Dd,E,'E' + G,9F, 'F”) de valor p”. Ó o[mn+Zga+ig0+-.)]p" 00

+o|1—=5 (60 +18

Lo que se generaliza en el caso de un límite comun compuesto de un número cualquiera de lados en

0| m+F3a ]o+o] 31 G 3086 ]p"

-38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ym es la parte de G,D, comprendida en (p'), 2" la parte com- prendida en (p), Y tga y 2” tg f la suma de las tangentes de los ángulos a, £ ... , en los extremos de cada segmento de Em y 2”l. Debemos tener : o A y 90 23M + DA gap va D ¿e o p|p

(PS

NAS

ó Plpliga+ p Y te.p] + 20 | pim + p'2'1] —(p —p')s=0

Obtenemos dos soluciones, una á derecha la otra á izquierda de : G,D, ; el exámen de la figura indica cuál es la verdadera. El coeficiente de w*es :

pp tea +2 (p' —Pligl+p' 193,

lo que podemos escribir E (p —p”) tg f, recordando que p no entra en los términos extremos; un medio para ello es suponer que se recorra la línea como para trazarla y que en cada punto de inter seccion con los lados límites se calcula (p —p') tg £ (8 : ¿ngulo del lado con la perpendicular á la recta trazada, p, p' : valores de los terrenos á izquierda y derecha de esta), en D, y G, estamos fuera del terreno (p), por eso no entra p. En resolucion la ecuacion que determina x es :

aN(p =p") tg R +20 2pm— (p —p')s=0

22 En el caso de pasar D,G, por un punto dado T, se encuentra llamando 7, m, n ... las distancias de cada punto de interseccion de D,G, con los lados límites á T, y haciendo las convenciones del primer caso, |

a e A 0) 0 08 0

para el ángulo « en el que debe girar G,D, alrededor de T.

SOBRE EL DIQUE SAN ROQUE

(PROVINCIA DE CÓRDOBA)

Buenos Aires, Julio 10 de 1893.

Sres. Ingeniero Rafael Aranda, Cárlos Doynel y Emiro Grrardet.

+

He tenido el honor de recibir de Vds. seis muestras de morleros para ser analizados de la manera que sea conveniente para contri- buir á formar un criterio acerca desu valor actual, como materia- les de construcción.

Al imponer á Vds. del resultado de mi trabajo, les debo mani- festar que no lo acompaño de ninguna consideración teórica, aná- lisis, ni discusión de su contenido, porque entiendo llenar mi cometido limitándome á un caso particular de la pericia que les ha sido encomendada. Los antecedentes y datos necesarivs para el desarrollo de esas ideas, no los tengo en mi poder; por cuya razón, el resultado del análisis que he practicado, en cuanto á sus especiales aplicaciones sólo podrán interpretarlo Vds. que han ele- gido las muestras de los morteros, como ha sido conveniente, para el objeto de sus trabajos.

Por razones análogas el número de determinaciones no es el mismo para cada ejemplar, concretándome en algunos á las escric- tas indicaciones que he recibido directamente del Sr. Ingeniero Cárlos Doynel. Asimismo, no describo especialmente la forma en que me han sido entregadas las diferentes piezas, haciendo cons- tar, sin embargo, que todas estaban debidamente selladas y que la

40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

inscripción que inserto en los diferentes números, es copia de los rótulos que las acompañan.

NÚMERO 1

Pedazo de mortero extraido de las mezclas volcadas como inútiles al pie del Dique expuestas al aire

Mayo 31 de 1893.

C. D.—Em. G.—R. A.

ANALISIS FÍSICO

Este mortero es de color blanco, superficie rugosa, áspera al tacto; en trozos pequeños, en algunos puntos, se disgrega fácil- mente, en otros, es muy resistente; su fractura es irregular y muestra que su masa está compuesta de fragmentos muy distintos, variando su tamaño de 1.48 centímetros de diámetro, hasta el de polvo impalpable.

La substancia que tiene un:dos los diferentes elementos del alos merado, en algunos casos, no los envuelve completamente.

Densidad Eco an Edd AA BI SAO O LA a AY Porosidad da EN a RS ADAN La A OA, UA

Magnitud de los elementos que componen el mortero :

Material cuyo tamaño varía entre 1.48 centí- metros y 0.9 centimetros.....

Material que queda sobre el tamiz N* 12.... 18.30 » » Ads OA OS (0) » » » O OR » » » O SAO

SOBRE EL DIQUE SAN ROQUE

441

Material que queda sobre el tamíz N* 70.... 17.20 » » » SO OZ » » » 90 3.96 » » » 100 2.06 (e) » » » 120 3.26 » E » O 90 » » » 210 A o A 0.65 100.00 lea 8.76 Dn 571.39 CURA a: 33.20 99.35 Resistencia á la tracción por centímetros cua- A da A 3827 gramos Resistencia á la compresión por centímetro cua- drado : media de seis determinaciones....... 20540 » ANÁLISIS QUÍMICO Parte soluble en el agua, á la que comunica reacción claramente alcalina e deloe cole a alada ls 8.00 %. Solubilidadientacdorclorhidcon a ia 14.25 » A a 1.214 > Silice combinada o a e ed dd 8.700 » A a o E ae EA 68.903 » A A A A o 6.6715 » ero nde mero al. ta ata eel al ato e 0.830 » Óxido cálcico...... O ae 6.102 » co mac nesico ra a Eo Ode lala do 0.622 » O e e OS 0.150 » Cloruro olicO ea al Al Lao oa día 0.333 » AU O O 5.041 » Productos no determinados, pérdida y érrores...... 1.423 »

42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

NUMERO 2

Desarenador Sud; mortero tomado del cuerpo del muro á un metro del intrados de la bóveda del mismo en la parte rota por las aguas

Mayo 31 de 1893.

C. D.—Em. G.—R. A.

ANÁLISIS FÍSICO

Este mortero es de color blanco grisáceo; superficie cubierta, en algunas partes, de subtancias cristalinas contenidas en una masa exteriormente parda obcura. No se disgrega con facilidad ; su frac- tura es irregular; pero poco escabrosa. Los elementos que forman este aglomerado no aparecen en tanta diversidad de tamaño, como el ejemplar anterior.

Densidad A a 2.221 Porosidad root e O 10.20 Resistencia a la acción ps 4413 gramos

Resistencia á la compresión por c?: media de seis MANI ACIOMES ole alo ol e sd 125163 gramos

ANALISIS QUÍMICO

Parte soluble en agua, á la que le comunica reac-

ciónalcalnans 0 a e a AAA O Solubilidad en ácido clorhidrico............ SETA 19.30 » IN MITOS COPICA o e IO A RUE 1.600 %, Siticeicombinada nde DAN AE ERA ea DEA 7.902 »

Arena cc a e 66.292 »

SOBRE EL DIQUE SAN ROQUE 43 IO o aa o E O ESO Its 8.050 9%, Peróxido. de hierro... .- A SI e ASA 1.071 > Undo cálcico: ESO UA NN OS 8.960 » Dado mae ao o 0.715 » cido lo as IAE USA, AROS E 0.290 » lo TUE OSO CURS e ii la UA ae iia 0.523 » Amiludrido carbomicOs nai LES A IE O: Productos no determinados, pérdida y errores...... 0.997 »

SUMA Un 100.00 NÚMERO 3

Mortero del interior del Vertedero Norte

Junio 3 de 1893.

ins. Im 0 10

ANÁLISIS FÍSICO

Este mortero es de color gris; fractura irregular, escabrosa ; presenta numerosos poros; algunos aisladamente, hasta de tres. milímetros de diámetro. —Los elementos de su composición €s parecida al número 1.

Didi A A Ea ASE Porosidad a. eli. Y ALE Pi AO is NA 11.70

Resistencia á la tracción por centímetro cuadrado: No se ha podido determinar por ser los trozos muy pequeños, no pudiéndose formar con alguno de ellos el ladrillo de prueba.

Resistencia á la compresión por centímetro cuadrado: media de seis determinaciOnEs.......o ooo... o... Dos 20900

Adi ReS 0 NITIDAN

44 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

ANÁLISIS QUÍMICO

Parte soluble en agua, á la que le comunica reacción

uertemente alcalina 0d NOS Solubilidad acido clorhidiico o AS 23.5 » cua MICrOSCÓPICA laa a Ea 2.151.) Stice.combinada a O 4.1458 » Arena Micacea e A O Ac 65.057 » Alma PA SÓN O aL Ñ 10.500 » Peroxido de Metro as 4.542 » Oxido calcio OO 10.083 » Óxido magnésico...... O ola e 0.497 » edo sulla AS CANO aca MIN COD 0.291 » Cloruro sódico....... A RS A O ENS 0.582 » Anhidrido carbónico Y ACA ; 4.480 » Productos no determinados, pérdida y errores...... 0.429 »

UI a DIO)

NÚMERO 4

Fragmentos del depósito calcareo hecho en el paramento del estribo por la filtración más importante del vertedero Norte

Julio 10 de 1893.

C. D.—Em. G.—R. A.

Como lo que interesa saber respecto á estos fragmentos, es sola- mente si la susbtancia colorante que presentan, es igualá la de otro fragmento que tiene por rótulo:

Ab EME EN MIRAS OA Th, A AN: PESAR NEAR Y y al mE EA esla ON PA od '

SOBRE EL DIQUE SAN ROQUE AS

Cedimentos depositados sobre las rocas al pié del vertedero Norte:

San Roque, 30 Mayo de 1893.

C. D.—Em. G.—R. A.

Debo contestar, en vista de las comprobaciones hechas, que la materia colorante es la misma, constituvéndola, especialmente, compuestos al máximum y al mínimum de hierro.

NUMERO 5

Obras de Riego de Córdoba. Revoque con cemento Bialet del acueducto dela Cañada. Bloque núm. 7

Es de color pardo gris, superficie lisa y poco áspera; difícil de romper, siendo su fractura algo concoide. Los fragmentos de la masa son homogéneos, nótase en ella muy pocos poros.

No se ha podido hacer el ladrillo de prueba para determinar su tracción, por su dureza y fragilidad.

Resistencia á la compresión por centímetro cua- drado : media de seis determinaciones........ 63 * 200

El mortero que venía adherido á este trozo de cemento, tenía el color blanco rojizo, aspecto térreo y bastante poroso,—los elemen- tos que lo forman son poco uniformes, y se disgregan con facili- dad, en algunos puntos ofrece mayor resistencia. Por estas razones ha sido imposible formar el ladrillo de prueba para la tracción, á la compresión se ha notado que resiste 11 * 680 gr. por centímetro cuadrado, media de seis determinaciones.

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

NÚMERO 6

Mezcla del interior del bloque número 10 del acueducto de la Cañada

Es de consistencia y aspecto térreo, fácilmente disgregable; algunos puntos, pero sin uniformidad, ofrece alguna resistencia.

Los elementos de composición son poco homogéneos, encontrán- dose guijarros hasta de tres y cinco centímetros de diámetro.

Siendo imposible formar el ladrillo de prueba para la tracción, con alguna dificultad se hicieron los cubos para la compresión ha- biendo dado la resistencia de 3*860 gr. término medio de seis

determinaciones.

Los datos analíticos consignados en la exvosición precedente, se prestan á consideraciones muy variadas ; pero por las razones 10-

dicadas al principio de este informe, me limito solamente á hacer

presente de un modo general que las muestras de los diferentes morteros que he analizado, no obstante las resistencias observa- das en algunos de ellos, se encuentran en malas condiciones por estar evidentemente everaalos. mayormente si se tiene en cuenta la cantidad que de ellos disuelve el agua y estando aquélla repre- sentada por el elemento calcáreo.

Dejando de este modo terminado mi cometido, tengo el agrado de saludar á Vdes. con mi consideración más distinguida

Atanasio Quiroga.

3 de e

MISCELÁNEA

Los más grandes vegetales del globo. Hace cuarenta años el

+ mayor árbol era el Baobab, Adansonia digitata, de la familia de las Malváceas.

Se citaban troncos de ocho metros de diámetro y más. Es verdad que su al-

tura no está en relacion con su espesor: es un árbol rechoncho, que recuerda

algo al elefante por su aspecto exterior en caso que sea permitido comparar un

árbol á un animal. Sin embargo esta particularidad había sido notada por el mismo Adanson.

Por lo que aún conserva la prioridad es por su edad. Enel Senegal se en— cuentran troncos que tienen 20 á 23 metros de altura, 30 metros de circunferen— cia y que deben tener 5000 años próximamente.

Hace unos cuarenta años se descubrieron en California las gigantescas We-

_llingtonia, Washingtonia, Seguoia gigantea, tres nombres dados al mismo gé- nero. Estos Coníferos son más gruesos que los Baobabs y son, sobre todo, incomparabiemente más altos. Muchos de ellos tienen de 100 á 125 metros de

alto econ un diámetro de diez metros. El más grueso de todos los árboles co- > nocidos es un Sequoia gigantea, que crece en la orilla del rio del Rey, á 40 E. millas de Visalia. Tiene 44 piés ingleses de diámetro es decir cerca de 14 me- E

tros! No se conoce exactamente su altura, pero no debe alcanzar á 130 metros. Desde hace una veintena de años se ha descubierto en Australia, Eucaliptus gigantescos, cuyo tronco es generalmente más delgado que el de las Sequoias, aunque no siempre, como vamos á ver. Los Eucalyptus obliqua y E. pilularis tienen 20 metros de alto y el E. amygdalina puede alcanzar hasta 150 metros, -El que alcanza mayores dimensiones es el Eucalyptus regnans. Hay algunos de 415 piés de alto por sólo 5 metros de diámetro. Sin embargo en Mount Di- sappointment un Eucaliptus de esta especie tiene 11 metros de diámetro. El más elevado de los árboles del mundo se encuentra en la provincia de Victoria. Tiene 471 piés de alto ó sea 157 metros próximamente. Es un Eucaliptus reg- nans, que merece bien su nombre de Eucaliptus dominador, que reina sobre

todas las especies del mismo género. 3 Y bien, hay vegetales más grandes aún que estos gigantes: son ciertas lianas. : Sería curioso medir su longitud exacta; pero es seguro que muchas sobrepasan E fácilmente los 150 metros. ¿ A

pe

A

. 48 y ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

Hay otra planta, la Higuera de las pagodas, el Ficus indica, tambien llamado Ficus religiosa, de la familia de las Moraceas, que ofrece maravillosas dimen—=

“siones. Eltronco es muy grueso para su altura, pero dejando ésta de lado para

tomar solamente las dimensiones del desarrollo de las ramas de un sólo tronco, con las numerosas raices adventicias que descienden de ellas para formar otras tantas columnas de soporte, se obtienen cifras completamente inverosímiles. En las Indias inglesas, en los alrededores de Broach, se encuentra un Baniano cuyas ramificaciones describen, alrededor del tronco principal, una circunferen- cia de más¡de 600Jmetros ; 200 metros de diámetro cubiertos al abrigo de un sólo árbol! LA ¿Oué diremoside las"algas marinas, algunas de cuyas especies tienen dimen- siones prodigiosas ? Los Sgarzos podían alcanzar, segun Trouessart, varios kilómetros de largo. Cualquiera que sea su dimension exacta son verdaderamente los mayores vege- tales del globo.

( Segun una noticia del Dr. Bougon en Le Naturaliste, extractada en el N* - 1050 de La Nature).

Velocidad de las locomotoras. Los diarios de Nueva York anun- cian que un tren expreso remolcado por una locomotora de un nuevo tipo ha recorrido una milla (1609 metros ) en veintidos segundos, poco más de un tercio de minuto.

Esto representa próximamente. 162 kilómetros por hora y sobrepasa así en mucho las volocidades más extraordinarias que se hayan realizado. Si no nos equivocamos la marcha más rápida precedentemente alcanzada fué la del Ferro- carril Central de New-Jersey (Estados Unidos). :

Un tren, con una locomotora especial de 56 toneladas de peso, recorrió la línea de Jersey-City á Filadelfia con una velocidad media 147 kilómetros y medio por hora. Hemos alcanzado los 162 kilómetros. ¿Cuándo llegaremos á 200 ?

(Traducido del N* 1051 de La Nature). |

LISTA DE LOS SOCIOS

HONORARIOS

Dr. German ont —Dr. Benjamin A. Gould. —Dr.R, A. Philippi.—Dr. Guillermo Rawson | Dr. Cárlos Berg.”

CORRESPONSALES

P | : A 4 O

MNettos Ladislio. das

- Parma (Ital.).

Arteaga Rodolfo de......... Montevideo. Rio Janeiro. -Ave-Lallemant, German.... - Mendoza. Paterno, Manuel......... ... Palermo(1t.). : Brackebusch, Luis.......... Cordoba. - Reid, Walter Ma e o LOMATES: Carvalho, José Cárlos de..... Rio Saneiro. Stróbel, Pellegrino. .... ROO

Aberg, Enrique. Agote, Cárlos. Aguirre, Eduardo. Aguirre, Pedro. Albert, pS Aldao, Cárlos A. Almada Luis E. lrich, Francisco. Isina, Augusto. une Lorenzo.

Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo. Araoz, Aurelio. Aranzadi, Gerardo. Arata, Pedro N. -Arigós, Máximo.

snaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Aubone, Cárlos. Avenatti, Bruno. Avila, Delfin.

Badell, Federico Y. 'Bacciarini » Euranio. Bahia, Manuel B. Baigorría, Raimundo, Bancalari, Enrique. -Bancalari, Juan. _Barabino, Santiago E. Barilari, Mariane S.

Lisboa.

CAPITAL

Barra, Cárlos la. Barzi, Federico, Basarte, Rómulo E. Bastianini, Egidio. Battilana Pedro.

| Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro.

Becker, Eduardo. Belgrano, Joaquin M. Belsunce, Esteban Beltrami, Federico Benavidez, Roque F.

| Benoit, Pedro. | Bernardo, Daniel R. Biraben, Federico. - Blanco, Ramon C.

Brian, Santiago. Brian, Santos: Bosque y Reyes, F. Booth, Luis A. - Bueni Félix. -

| Bunge, Cárlos. -

Buschiazzo, Cárlos.

5

Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del - Campo, Leopoldo de Canale, Julio. Candiani, Emilio. Candioti, MarcialR.de

| Canovi, Arturo

Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. Caride, Estéban S.

- Carmona, Enrique.

Carreras José M. de las Carrique, Domingo

| Carvalho, Antonio J.

Casal Carranza, Roque. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente.

1 Castelhun, -Ernesto. Cerri, César.

Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique.

-Buschiazzo, Francisco. o C. de. Buschiazzo, Juan A. $ Bustamante, Jusé L.

Chueca, Tomás A. - Claypole, Alejandro G.

'¿Clérici, Eduardo E “| Cobos, Francisco.

Cominges, Juan de.

- Córdoba Félix.

Moncalieri (Italia) +

Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel, Policarpo. Corti, José S. Courtois, U. Cremona, Andrés Y. Cremona, Victor, Crohare, Pablo" J.

| Crotto, Silvano.

Cuadros, Carlos S.

Damianovich, E. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dawney, Carlos. Dellepiane, Juan. Dellepiane, Luis J Diaz, Adolfo M.

Dillon, Alejandro.

Dillon Justo R. Dominguez, Enrique Doncel, Juan A. Dubourcq, Herman. Duclout, Jorge. Durrieu, Mauricio. Duhart, Martin. - Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F.

7 rm e qee

Echagúe, Cárlos.

Eguzquiza, Rafael Elguera, Eduardo, Escobar, Justo Y. Espinosa, Adrian.

Etchecopar, Evaristo.

Etcheverry, Angel. Ezcurra, Pedro

_Ezquer, Octavio A.

Fernandez, Daniel. Fernandez,

Fernandez. Pastor. Ferrari Rómulo. Ferrari, Santiago. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Fox, Eduardo

- Frogone, José l.

Frugone, José Y. Fuente, Juan de la.

Gainza, Alberto de. ' Galtero, Alfredo. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Gastaldi, Juan F. - Gentilini, Pascual.

Ghigliazza, Sebastian.

Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Girado, José 1. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gonzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Velez, Alej. Gorbea, Julio Gramondo, Ernesto. Guerrico, José P. de Guevara, "Roberto. Guelielmi, Cayetano. Gutierrez, José Maria.

- Mainard, Jorge.

Hary, Pablo Herrera Vegas, Rafael. Hidalgo, Martin.

e Huergo, Luis A:

Huergo, Luis A. (hijo).

- Hughes, Miguel.

Igoa, Juan M. Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe,, Atanasio.

Jaeschke, Victor J. Jameson de laPrecilla. Jauregui, Nicolás.

pl

Honorato. Fernandez, Ladislao M.

LISTA DE SOCIOS (Continuacion).

Krause, Otto.

Kyle, Juan J. J.

Labarthe, Julio. Lafferriere, Arturo. Lagos, Bismark. Lange, Enrique 5. Eangedon, Juan A. Lanús, Juan. C. Lara, Alfredo. Larguía, Carlos. Lavalle, Francisco. Lavalle, José F. Lazo, Anselmo. E Leconte, Ricardo. Lederer, Julio. Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. Limendoux, Emilio. Lizarralde, "Ramon. Lopez Saubidet, Pp. Loudet, Osvnaldo. Llosa, Alejaldro. Lucero, Apoinario. Lugones, Arturo.

Lugones Velasco, Sdor,

Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique.

Lynch Arribálzaga, F.

Machado, Angel. Madrid, Enrique de Madrid, Samuel de. -Mallol, Benito J. Mamberto, Benito. Marini, A.

Martinez, Carlos. E.

- Massini, Cárlos. - Massini, Estevan.

Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Maupas, Ernesto. Mendez, Teólilo F. Meza, Dionisio C. Mezquita, Salvador.: Mignagúy, Luis P. Mohr, Alejandro. Molina Civit, Juan. Molina Salas, Cárlos. Molina y Vedia Julio. Molinari, José. Molino Torres, A. Molteni, José Y.. Mon, Josué R. Montes, Juan A.

Morales, Cárlos Maria.

Moyano, Cárlos M. Murzi, Eduardo. -

Nocetti, Domingo. Nocelti, Gregorio. Nougues, Luis F.

Ocampo, Manuel S,, Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto €.

Al Otamendi,

Olivera, Cárlos G. Olmos, Miguel. Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Juan B.

Padilla, Emilio H. de Palacios, Alberto Palacio,Emilio. Páquet, Cárlos. Pasalacqua, Juan V. Pawlowsky, Aaron. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Peyret, Alejo

| Pereyra, Horacio.

Pereyra, Manuel. Philip, Adrian. Piana, Juan.

- Piaggio, Pedro. Pico, Octavio S.

Pico Pedro Ps

Pirovano, Ignacio» Puiggari, Pio.

Puiggari, Miguel. M.

Quadri, Juan B. Quijarro, José A.

Quiroga, Atanasio.

Ratto, Leopoldo, Rebora, Juan. ' Recalde, Felipe.

Real de Azúa, Cárlos- Riglos, Martiniano.

Rigoli, Leopoldo. Roux, Alejandro - Rodriguez, Andrés E. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. [Rodriguez de la Torre, €. Rojas, Estéban C. Rojas; Feli o Romero, Armando. Romero, Cárlos L.

| Rosetti, Emilio.

Rospide, Juan. Rostagno, Enríque. - Ruiz, Hermógenes.

Ruiz. de los Llanos, C. pan

Ruiz, Manuel.

Rufraucos, Ceferino. Al

Sad: Eduardo. Sagastume, Demetrio. |

Sagastume, José. M. Saguier, Pedro.

- Salas, Estanislao.

Salas, Julio S. Salvá, J. M.

Samper, Sebastian qe

| Vidart, E. (hijo)

| Simonazxi, Guillermo.

-Taurel, Lu so

Sanchez, Emilio J. - Sanglas, Rodolfo.

San Roman, Í berio. Santillan, Santiago P,

Senillosa, Juan A.

Señorans, Arturo O. Sarrabayrouse, Eugen. Saralegui, Luis.

“Sarhy,. José. V A

Sarhy, Juan F. Scarpa, José. h Schneidewind, Aba Schickendantz, Emilio.

- Schróder, Enrique.

Schwartz, A Scotti, Cárlos F

Segovia, Fernando. Seguí, Francisco. Selstrang, Arturo. Serna, Gerónimo dela ¿Schaw, Arturo E. SchaW, Carlos” A Silva, Angel. ER Silveira, DIS

29

Siri, Juan M.

: Sirven, Joaquin.

Solá, Ricardo. EAS Soldani, TU A NO Sota, Alberto de la. Spika, Augusto... Stavelius, Federico. Stegman, Cárlos..

E e

Taba. -Mign el A

Tessi, “Sebastian T. Thedy, Héctor.

Thompson, Valentin. me Treglia, Horacio. eros q A

E 'Páblor: “dell: Varela Rufino ijo)

Victorica y Spnelra;,

Videla, Baldomero

a a a. White, Guillermo. e : Orlando E.

ANALES SOCIEDAD CIENTÍFICA

ARGENTINA

<A A ———

COMISION REDACTORA

Presidente...:.. Ingeniero CARLOS BUNGE. SECTELATÍO ¿0 . Señor ARMANDO ROMERO. Ingeniero MANUEL B. BAHIA.

MOCOS oO o cias D* ATANASIO QUIROGA. k Señor FÉLIx LYNCH ARRIBÁLZAGA.

AGOSTO DE 1893. ENTREGA Il. TOMO XXXVI

PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE-LA SOCIEDAD, VICTORIA, 1492 (2 piso), Y PRINCIPALES LIBRERÍAS

Por mes, en la Capital, Interior y Exterior,

TIEACLUsSO” PpOrtO. ras rada ados ade acacia sa ' Por año, en la Capital, Interior y Exterior

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BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS

680 CALLE PERÚ 680

1393

» 12,00 Gl Ny] No Th y cl Í

JUNTA DIRECTIVA

Presidente taa Ingeniero CÁRLOS BUNGE. Vice-Presidente 1? Ingeniero DOMINGO NOCETTI.

Id. 22 Ingeniero DEMETRIO: SAGASTUME. Secretario... ca Señor ARMANDO ROMERO. Tesorero Nooo Señor JosÉ Il. GIRADO.

Señor José VicTORICA Y SONEYRA. Señor ERNESTO MAUPAS. | Señor ALBERTO OTAMENDI. Capitan ARTURO LUGONES. Ingeniero MIGUEL ITURBE.

Vocales:...

INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA

Il. MEMORIA ANUAL DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA, correspondiente al XXI período, 1892-1893.

U. CONTRIBUCION A LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA, por Alcides Merecerat.

A LOS SÓCIOS

Se ruega á los señores sócios comuniquen á la Secreta- ría de la Sociedad su ausencia, cambio de domicilio, etc., y cualquier irregularidad en cel reparto de los. Anales ó ) cobro de la cuota. SN Se ruega tambien á los que tengan en su poder obras prestadas pertenecientes á la Biblioteca de la Sociedad, se -

sirvan devolverlas á la brevedad po á fin de anotar= las en el catálogo. o

MEMORIA ANUAL

DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

(CORRESPONDIENTE AL XXI PERÍODO, 1892-1893)

Señores socios:

En cumplimiento á lo dispuesto por el artículo 22 inciso 9” del . Reglamento general, voy á daros cuenta detallada del estado de la sociedad y de su marcha durante el XXI? período administrativo.

>

Socios. —La sociedad cuenta actualmente con 361 socios activos, 3 honorarios y 10 corresponsales. En 15 de Julio de 1892 el número de socios activos era de 415. Han ingresado durante el presente periodo 46 y han sido reincorporados +. Han salido por diferentes causas 104. El número de socios que figuran como salidos es debido casi exclusivamente á que la Junta Directiva, en vista del eran número de socios morosos, resolvió declararlos cesantes, de acuerdo con el artículo 15 del Reglamento. Esta resolucion fué

tomada despues de haberles pasado varias circulares invitándolos á ponerse dentro del Reglamento.

aqui la nómina de los socios aceptados:

Alberto Jameson de la Presilla, Alfredo Galtero, Alfredo Lara, Felix Córdoba, Gerardo Aranzadi, Alejandro Lucadamo, Raimundo Baigorria, Alejandro Gonzalez Velez, Carlos F. Scott1, Luis P. Cilley, Eduardo Sagasta, Alberto Schneidewind, Alfredo Friedel, Julio S. Gorbea, Rafael Esusquiza, Cárlos Rodriguez de la Torre, Mario Gonzalez del Solar, Claro €. Dassen, Arturo Canovi, José F. Molteni,

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI 4

IV do | AQ AA O RN el Y Ii

50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Carlos Real de Azúa, Eleodoro A. Damianovich, Estéban Belsunce, Luis P. Miñagúy, Eugenio Sarrabairouse, Domingo Carrique, Eduardo Fox, Alejandro Roux, Enrique Pellegrini, Federico Belra— mi, Santos Brian, Silvano Crotto, Domingo Peluffo, Martin Hidalgo, Pablo Hary, Eliseo Vidart, Ceferino Rufrancos, Hermógenes Ruiz, Wenceslao Calero, Juan V. Passalacqua, Sebastian Samper, Tomás B. Garcia, Alejo Peyret, Enrique M. Lange, Mariano S. Barilari, Bernardo Villanueva, Francisco Seguí, Hermógenes Ruiz, Domingo I. Selva y Leonardo de Leonardi.

Asambleas. La sociedad ha celebrado 6 asambleas generales, habiéndose dado cuenta en ellas de las principales resoluciones tomadas por la Junta Directiva, pasándose luego á tratar los asun— tos á la órden del dia.

En la asamblea del 28 de Enero próximo pasado se resolvió defi- nitivamente autorizar á la Junta Directiva para proceder á las refacciones de la casa Zeballos 269, de propiedad de la sociedad, y la Junta Directiva, de acuerdo con lo resuelto por dicha asamblea, ha celebrado contrato para llevará cabo las obras segun los planos propuestos por el señor Belgrano, con los constructores señores Ballestrero y Pinaroli, quienes han dado principio á los trabajos en el mes de Junio próximo pasado, y es probable que para media- dos de Setiembre, la sociedad podrá quedar instalada en su propio local. '

Debo advertir á la asamblea que antes de celebrarse el contrato con los mencionados constructores, se llamó á licitacion y las pro- puestas presentadas, que variaban entre 5750 pesos y 8946, fueron pasadas á informe del Dr. Cárlos M. Morales, despues de haberlas tomado en consideracion la Junta Directiva. El objeto de esta últi- ma medida fué el de que el señor Morales se sirviera manifestar cuál de ellas, á su juicio, podría aceptarse, esto es, teniendo en cuenta no solamente el precio de la construccion, sinó tambien la responsabilidad de cada uno de los proponentes.

El señor Morales se expidió aconsejando la aceptacion de la pro- puesta presentada por los mencionados constructores señores Ballestrero y Pinaroli, y cuyo precio es de seis mil pesos moneda nacional (6000 $), resolviéndose nombrar al señor arquitecto Joaquin M. Belgrano para dirijir los trabajos.

Los señores arquitectos Joaquin M. Belgrano y Juan A. Buschiaz- zo, tuvieron la bondad de preparar planos, presupusstos y plie=

MEMORIA ANUAL DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD 51

gos de condiciones para las refacciones que actualmente se es- tán practicando en la casa Zeballos 269, y la Junta Directiva se hace un deber en manifestarlo á la asamblea, aprovechando esta oportunidad para agradecer á dichos señores, en nombre de la sociedad, sus importantes servicios.

Conferencias. Cinco han sido las conferencias dadas en los salones de la sociedad durante el actual período. He aquí la nómina :

Ingeniero Jorge Duclout: Las leyes del equilibrio.

Ingeniero Jorge Duclout: La nocion de energía como base de la mecánica.

Dr. Federico G. A. Haft: La influencia mútua de dos esferas eléctricas .

Dr. Carlos Berg: Cuestion de límates.

Dr. Juan J. J. Kyle: Una caza de fósforos.

Estas dos últimas conferencias fueron dadas en el Teatro Odeon, en la fiesta que tuvo lugar con motivo del XX aniversario de la fundacion de la sociedad.

Dichas conferencias fueron publicadas oportunamente en los Anales, á excepcion de las del Dr. Haft y Dr. Kyle, por no haber dichos señores enviados los originales.

Junta Directiva. —En la asamblea del 5 de Agosto próximo pasa- do fué electa la siguiente Junta Directiva para el XXI período admi- nIstrativo.

Presidente: Ingeniero Carlos Echagúe.

Vice-Presidente 4%: Dr. Juan J. J. Kyle.

Vice-Presidente 22: Sr. Angel Gallardo.

Secretario: Sr. José Pelizza.

Tesorero : Ingeniero Enrique de Madrid.

Vocales: Ingeniero Demetrio Sagastume, señores Horacio Perey- ra, Octavio S. Pico, Ernesto Maupas, Alberto Utamendi.

Habiendo renunciado los señores ingeniero Carlos Echagúe del puesto de Presidente, ingeniero Enrique de Madrid del de Tesore- ro, Angel Gallardo del de Vice-Presidente 2%, José Pelizza del de Secretario, Octavio S. Pico y Demetrio Sagastume del de vocal, fueron electos para desempeñar dichos puestos respectivamente los señores ingeniero Jorge Duclout, Sebastian Ghigliazza, capitan Arturo Lugones, Armando Romero y José Victorica y Soneyra, no

A NO A

92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

habiéndose procedido aún á la eleccion del señor socio que debía reemplazar al señor Sagastume.

Con fecha 11 de Febrero próximo pasado el señor ingeniero Jorge Duclout, solicitó de la Junta Directiva, permiso por tiempo indeter- minado para faltar á las sesiones, y habiéndosele acordado dicho permiso, se hizo cargo de la presidencia el Dr. Juan J. J. Kyle, quien ha desempeñado el cargo hasta la fecha.

Se han celebrado 21 sesiones en las que se han tomado las si- guientes resoluciones :

“Nombrar para desempeñar el puesto de cobradorá D. Francisco Cánepa, prévia fianza, y la dió hipotecando una finca de su pro- piedad á favor de la sociedad.

Habiendo dicho señor pedido aumento de sueldo, se resolvió abonarle el 10 9/, de comision sobre el importe de lo que cobrase, en cambio del sueldo mensual de cincuenta pesos moneda nacional que se le abonaba, y en Mayo del corriente año renunció el cargo y la Junta Directiva, en su sesion del 6 de Mayo próximo pasado resolvió encargar al señor Gerente para mandar cobrar de la ma- nera que creyese conveniente, abonándosele la misma comision que se le abonaba al cobrador.

En vista de una propuesta presentada por el litógrafo señor Ru- land ofreciendo imprimir gratuitamente las láminas para los Anales, con el solo interés de que se le permitiera agregar avisos 1mpresos por su cuenta en hojas sueltas, se resolvió aceptarla por el tér- mino de un año.

En virtud del resultado negativo que dió la circular que se pasó á los señores socios pidiéndoles manifestaran cuál era el último recibo que habían abonado, con el objeto de regularizar la cobran- za, que había quedado desordenada con motivo de la defraudacion efectuada por el ex-cobrador Juan Rodriguez, se resolvió cobrar los recibos existentes y dar por cobrados los que aparecían impagos cargándolos á la cuenta del cobrador y suspender hasta otra opor- tunidad la demanda penal.

Se resolvió pasar á informe del señor ingeniero Otto Krause la mernoria sobre un aparato denominado «La pedal hélice», pre- sentada á la sociedad por el señor Luis Sikara, de cuyo aparato es inventor.

El señor Krause aun no se ha expedido.

Con motivo de estarse edificando en el terreno de la calle del Cerrito entre las de Arenales y Juncal, que la sociedad enagenó el

MEMORIA ANUAL DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD 98

año próximo pasado, la Junta Directiva encargó al señor Gerente para hacer extraer la piedra fundamental del edificio social que fué colocada solemnemente el 28 de Julio de 1886. Verificada la ex- traccion, prévio permiso del propietario actual del terreno, resultó que la caja de madera que contenía los documentos referentes al acto de la colocacion, estaba llena de agua, y como es consiguien- te, destruidos dichos documentos.

La caja permanece aún cerrada y creo que debería colocarse en el estado en que se encuentra en el nuevo edificio que posee la sociedad en la calle de Zeballos 269, y que actualmente se está refarcionando.

Escursiones y visitas. La Junta Directiva, siguiendo la práctica establecida, resolvió al principio del período pasar una circular á los propietarios de establecimientos industriales, á fin de que se sirvieran manifestar si era de su agrado que la sociedad visitase sus establecimientos. Dichos señores contestaron galantemente á la circular, manifestando el gran placer que experimentarían al recibir la visita que se les ofrecía.

Se han realizado con completo éxito y concurrencia las si- guientes :

11 de Setiembre de 1892. sia ála maquinaria hidráulica del puerto de la Capital.

18 de Setiembre de 1892. Visita á la fábrica de carnes conge- ladas de los señores Sansinena y C* en Barracas.

25 de Setiembre de 1892. Visita á la fábrica que la Compañía General de Fósforos posee en Barracas.

2 de Octubre de 1892. Visita ála usina que la Compañía de Gas Argentino posee en Corrales.

9 de Octubre de 1892. Visita á la usina que la Compañía de Gas Argentino posee en Almagro.

23 de Octubre de 1892. Visita al Museo Nacional.

30 de Octubre de 1892. Visita al aserradero y carpintería mecá- nica de los señores Sackman y C?.

26 de Noviembre de 1892. Visita á los talleres del Gran Ferro- carril del Sud de Buenos Aires.

3 de Diciembre de 1892. Visita á los talleres de la Compañía Sud Americana de billetes de banco.

11 de Diciembre de 1892. via al edificio en construccion del nuevo Teatro Colon.

54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

17 de Diciembre de 1892. Visita á la Fábrica Nacional de puntas de Paris, delos señores Freisz y C?.

24 de Diciembre de 1892. Visita al Arsenal de guerra de la Nacion.

12 de Enero de 1893. Visita á la Exposicion preliminar de la de Chicago.

La Compañía Sud-Americana de Billetes de Banco sacó una folo- grafía en grupo de los socios que asistieron á la visita y el arqui- tecto señor Victor Meano obsequió á la sociedad con la Memoria descriptiva y los planos correspondientes impresos por su cuenta, cuyo importante trabajo apareció en la entrega de los Anales cor respondiente al mes de Enero próximo pasado.

Se nombró como miembro informante de todas las visitas efec- tuadas al señor ingeniero Federico Biraben, quien presentó en oportunidad una crónica detallada de ellas y que fué publicada en la entrega de los Anales correspondiente al mes de Diciembre del año próximo pasado.

Biblioteca. Han ingresado á la Biblioteca por donacion 54 vo- lúmenes, entre los cuales figuran las siguientes obras de bastante interés científico:

Méthodes de travail pour les laboratorres de chimie organique, por Lassar Cohn.

Atlas umwversal, por F. Volckmar.

Antecedentes del puerto de Montevideo.

Manuel prataque de Peclarrage electraque, por E. M. Cohen.

Trarté de topographre, por A. Pelletan.

Trarté des machines d vapeur, por R. H. Thurston (en dos tomos).

El nuevo Teatro Colon (album), y otras que sería largo enu- merar.

Además, la Biblioteca ha enriquecido con las continuaciones de las publicaciones que en número de 250 se reciben en canje de los Anales, las que forman una coleccion de más de 300 volúmenes.

Durante el pasado y presente período nose ha encuadernado ningun libro por falta de fondos, pues las entradas se han invertido casi en su totalidad en el pago de cuentas atrasadas y gastos ordi- narios, pero creo que en adelante se podrá fácilmente destinar una pequeña suma mensual á encuadernacion de obras, dado el estado económico algo halagiveño porque atraviesa actualmente la sociedad.

MEMORIA ANUAL DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD 50

Memorras é mmformes. —Se han presentado en el presente período las siguientes memorias é informes, las que han sido tomadas en consideracion por la Comision redactora y publicadas en oportu- nidad en los Anales:

Crónica de la fiesta que tuvo lugar en el Teatro Odeon, en conme- moracion del XX aniversarro de la fundacion de la sociedad.

Dr. Carlos Berg: Cuestion de límites.

Dr. Juan J. J. Kyle: Una caja de fósforos (no se publicó).

- Ingeniero Jorge Duclout: La nocion de energía como base de la mecánica.

Dr. Carlos Berg: Nova Hemaiptera Faunarum Argentina et Uru- quayensis.

Ingeniero Federico Stavelius: Investigación é informe sobre el estado del que San Roque.

Sr. Félix Lynch Arribálzaga: Dipterologiía Argentina, Syrphaidae.

Departamento de Obras Públicas y arquitecto Victor Meano: El nuevo Teatro Colon, Memoria é informe.

Ingeniero J. €. Thierry : Combustibles minerales.

Ingeniero J. €. Thierry: Nota sobre la formacion del carbon de piedra.

Ingeniero Manuel B. Bahía: Curso de electricidad industrial.

Dr. Juan J. J. Kyle: Licuacion y solidificación de los gases. Las investigaciones de Dewar.

Sr. Federico Biraben: Monografías de establecimientos indus- imales.

Sr. Federico Biraben: Fábrica « La Negra» de carnes congeladas de la Compañia Sansmena (informe). |

Dr. Carlos Berg: Canibalismo entre insectos.

Sr. Federico Biraben: Crónica de las visitas de la Sociedad Cien- tifica Argentina.

Dr. J.J. J. Kyle: La fermentacion de los azúcares artificiales.

Sr. Félix Lynch Arribálzaga: El género Sapromyza en Amé- rica.

La Redaccion: —Misceláneas. Instrucciones y reglamentos para la prueba de los tableros mecánicos, dictado por el Minasterio de Obras Públicas de la República de Francia. Las vertientes de agua salada de Tapras, por E. Tornow.— Los yacimientos auriferos de la Puna de Jujuy, por V. Novarese. —Bibliografía. Movimiento Sso- cral. La region aurifera en la Tierra «el Fuego, por M. Señoret.

96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Anales. —La Comision Redactora quedó constituida al empezar el periodo, de la manera siguiente :

Presidente : Ingeniero Carlos Echagúe.

Secretario: Sr. José Pelizza.

Vocales : Dr. Atanasio Quiroga, ingeniero Manuel B. Bahía, señor Félix Lynch Arribálzaga.

Por renuncia del señor Carlos Echagúe y José Pelizza, fueron nombrados respectivamente en su reemplazo los señores ingeniero Jorge Duclout y Armando Romero, y así constituida ha funcionado hasta la fecha.

El número de suseritores es muy reducido, pues sólo alcan- zaá 6.

El tiraje de 700 ejemplares cuesta 170 $ m4, sin incluir láminas.

Han contribuido á su publicacion durante el presente período los siguientes señores :

Dr. Juan J. J. Kyle, ingeniero Jorge Duclout, Dr. Carlos Berg, ingeniero Federico Stavelius, señor Felix Lynch Arribálzaga, señor Federico Biraben, arquitecto Victor Meano, ingeniero J. €. Thierry, ingeniero Manuel B. Bahia y la Redaccion.

Actualmente se mantiene el canje de los Anales con 250 publica- ciones: argentinas, alemanas, belgas, brasileras. chilenas, cuba- nas, colombianas, costarriqueñas, españolas, norte-americanas, francesas, gualemaltetas, holandesas, inglesas, italianas, mejica- nas, peruanas, salvadoreñas, portuguesas, rusas, suizas, suecas y noruegas, uruguayas y rolas

Durante el período se han establecido los siguientes canjes nuevos :

New England Magazine, de Boston.

Berichte der Naturforschende (resellschaft, de Freibourg.

Proceedings of the Philosophical Socrety, de Philadelphia.

Les Nouvelles Géographiques, de Paris.

Boletin de la Asociacion Nacional de Ingemieros industriales, de Madrid.

L?Umwversaille, de Paris.

La sociedad ha concurrido á la Exposicion de Chicago, con una coleccion completa de los Anales y una coleccion de los folle por ella publicados.

Secretaria. —La Secretaría ha sido desempeñada por el señor José Pelizza hasta el mes de Abril próximo pasado. Habiendo re-

a MEMORIA ANUAL DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD 51

nunciado en dicha fecha fué nombrado para reemplazarlo el señor Armando Romero.

Han salido por secretaría 238 notas y han sido llevados en forma los libros de actas de la Junta Directiva, asambleas, copiador de notas y demás auxiliares.

Tesoreria. —La Tesorería ha sido desempeñada por el señor ingeniero Enrique de Madrid hasta el mes de Setiembre próximo pasado, y habiendo en esa fecha renunciado, fué nombrado en sn reemplazo el señor Sebastian Ghigliazza, quien ha desempeñado el cargo hasta la fecha, y da idea de la contraccion con que ha lle- nado sus funciones los cuadros que se agregan á esta Memoria.

Los libros de Tesorería están al dia y han sido llevados en forma.

Gerencia. Ha seguido á cargo del señor Juan V. Botto, quien ha desempeñado su puesto con actividad digna de encomio, secun- dando eficazmente al Secretario y Tesorero en sus diferentes fun- ciones.

Edificio social. —Como he dicho anteriormente, el edificio social estará en breve en condiciones de poder trasladarse á él definiti- vamente el local de la sociedad, donde ésta podrá contraerse exclu- sivamente á la realizacion de sus fines, contribuyendo con todas sus fuerzas al progreso científico de nuestro país.

La Junta Directiva en vista de la próxima terminacion de los tra= bajos en la nueva casa y la instalacion de la sociedad en su local propio, ha resuelto dejar sin efecto el artículo 5% del Reglamento que dispone la celebracion del aniversario de la fundacion de la sociedad y en su reemplazo recomienda que la nueva casa sea inaugurada con una fiesta adecuada.

Seccion San Juan

La «Seccion San Juan », en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 7% del Reglamento de las Secciones, ha enviado el siguiente informe sobre los trabajos efectuados por la seccion durante el año:

E E

98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

«Asambleas. —Se han celebrado diez asamblas entre ordinarias y extraorninarias, en las cuales se dió cuenta de la marcha de esta Seccion y de las resoluciones de la Comision Directiva.

«Lecturas. —El ingeniero señor Corti ha dado dos lecturas en la sala de la sociedad: una sobre un nuevo método de aproximacion para la rectificación de la circunferencia y otra sobre lugares geo- métricos.

«Sobre este mismo tema, tratado analíticamente y sobre aproxi-. maciones de logaritmos, han sido dadas otras dos lecturas por el señor Nestor Etcheverry.

«Tales trabajos, con excepcion del tercero, han vista la luz en la «Revista de matemáticas», que se publica en Buenos Aires.

«El señor Juan Campbell ha dado tambien dos interesantes lectu- ras: una sobre meteorología de San Juan, en la cual se propone explicar la formacion del viento Zonda, y otra de arqueología.

«Informes. Dos informes han sido hechos por comisiones nom- bradas en el seno de la Sección, sobre estudio de alumbrado eléc- trico, en virtud de encargo recibido por el Ministro de Gobierno de esta Provincia.

«Escursiones y visitas. —El 31 de julio de 1892 se hizo una visita á las obras del puente carretero que está acabándose de construir sobre el rio «San Juan» en el paso del Sauce, y á mediados de agosto del mismo año se efectuó una excursion á las minas de car- bón que la sociedad Cavalli y C* posee en los Cerros de la Dehesa.

«Actualmente está verificándose una exploración científica á la Laja, bajo la direccion del ingeniero de minas señor Angel Cantoni, de cuyo resultado se dará cuenta en oportunidad.

«Comision Directiva. Esta comision ha celebrado durante su segundo año social 20 reuniones, tendentes todas á fomentar la naciente institución; y, á pesar de haber tenido que luchar con- tra dificultades económicas, no ha dejado de enriquecer la Biblio- teca con nuevas obras y de comprar muebles y útiles para la socie- dad. Además se ha suscrito á varias importantes revistas, que atraen en la sala de lectura á la juventud estudiosa.

«De lo expuesto, resulta que, si esta seccion no ha progresado

neto ha o por 10 menos su existencia; y es de a apra que su labor constante dará un dia benéficos frutos.

1

«LEOPOLDO GOMEZ DE TERÁN, O O E E «Presidente. A TAR A GON RE «Manuel J. Jofré, CO CA

«Secretario. » de

Señores socios :

| - Creo que con lo expuesto podreis daros exacta cuenta de la mar- cha de la sociedad durante el XXI período administrativo que termina hoy. He dicho.

A A O RA

60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Movimiento general de la Caja de la Sociedad Científica Argen- tina durante el XXI período administrativo de 1592-1893

ENTRADAS

1892 JM MO a AS $ 1.650 » ADOS LO e DO ed sil» Setiembre ee 631 »

Detubre. A ARE Pel 689 » Noviembre e a iS RA RICOS 1.070 » Diciembre il ad e 630 »

1893 Enero ME A a De Ad 494 » Hebreo OA e 618 20

MAZO 0 ARO MA ENE A A 630 »

ATA O e o 666 »

E o A Da 946 »

TUDO ar E a oe E O EA $33 »

Julio 10 al 15 (inclusive)............... 942 52

LOTA cua $ m4 10.010 72

Existencia anterior: 46 de Julio de 1892.. 50 44

ToTAL GENERAL.... $ mf 10.061 16

A deducir salidas A 9.654 18

Existencia en Caja en 15 de Julio de 1893. 406 98 Banco de la Nacion Argentina : el depósito

encuenta comente $ ma 71.566 21 MAS 9 SALIDAS 1892 Inicial $ m4 1.256 93 ADOS LO rn a oe a AA Eo 1.081 01 Se osos IT e 339 » Octubre e e E E 4.119 50 Noviembrer a ds de a 71712 65 Diciembre e ic 953 20 1893 ECON 463 99 da TA o a Ad O ado 603 26 Marzo aaa pe e ose Dc TORN 644 50 Ab a ea 690 60 Mayo. EAS RA Lon... .. 672 90 UM 911 62 Julio 40 al 15 (MIO se cos bo 149 02 TOTAL al $ m4 9.654 18 Buenos Aires, Julio 15 de 1893. yo Bo S. E. 40. ARMANDO ROMERO, JUAN J. J. KYLE, S. GHIGLIASSA,

Secretario. Presidente. Tesorero.

MEMORIA ANUAL DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD

Movimiento de Cuotas Mensuales durante el XXI periodo administrativo de 1592-1593

1892 Recibos firmados, segun libro de planillas en:

O A $ 22.» IO pus coa OS SAS oN 1.000 » AMEN ee NENE ARA 1.064 » DA ei El E 1.076 Noviercas O O PON roads do 892 » Diciembre....... E DE A OS 1893 NED IN O o E O 830 » A A 368 » MEA il MA o O OREA 832 » A Ae REO, A 858 » MENO ON o e aa 804 » E ar a AA 792 » ON A io eo ES UA 7184 » DOTA cue afaiss 0 $ ma 10.654 » A cobrar en 16 de Julio de 1892......... IEA

TorAL Á COBRAR... $ m/a 18.310 » A deducir:

Detraudados ......... $ m5 1.310 Otiliza dos no 5.516 CoObradosetia oa. dae sob 7.186 414.672 »

A cobrar en 15 de Julio de 1893.. $ m/, 3.698 »

1892 Recibos cobrados, segun libro de Caja, en:

A A lo $ m4 1450» Agosto A A DA 526 » SOCIO DECO o ne ofertas 506 » A e ces 564 » NOAA a O OO NA 1.070 » De mbrea a o Ea na STE 630 » 1893 O e 494 » O O ao IN ZN Marzo ao A A A RN 630 » Abril .. cnn... o... cono. copos. 666 » Mayo oe ooo oo oa DIO laa OO OO 946 » A e O A AA 812 » Julio. 10 al 15 (inclusive). .....+........ 220 » ROTA As $ mv ASO Yo B2 S. E. ú4 0.

ARMANDO ROMERO, JUAN J. J. KYLE, S. GHIGLIASSA,

Secretario. ; Presidente. E Tesorero.

62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA:

Movimiento de recibos de Anales durante el XXI período administrativo de 1592-1893

1892 Recibos firmados, segun libro de planillas, en:

Julio TOR $ nv INS ASAS o le do pol ATA Sie 6 » ñ Setembre IR 2000.» E Octubre: E (O y Noviembre eos e NS SS Diciembre e US 6 » 1893 Enero e eo Ea CA ER 6 » Febrero..... a ALO EA aro 49 20 Marzo de E e A ON DER E Ab A e o A 6 » y Mago A a ANS 4 50 D a IA a 4 50 e Julio 1 IM cl) a A 4 50. a Por venta de números sueltos........... 294» MOTA 0d. oe: 5 0/a 434 70 A cobrarien Age Julio deso a 19 08 3 TOTAL GENERAL.... $ M/a 213 18 l A deducir conpados o Ha 67 20 , A cobrar en 15 de Julio de 1893... $ m/ 146 58 ñ 1892 Recibos cobrados, segun libro de Caja, en: CN JUL LO (A Ñ AOS Oro didas toa E ALA See aos ada ae als MOE, ESE Oc aid ads LAS Noviembre da ios olaa Dicen aaa Maio ls o EA = 1893 Enero. an a aa to RS a Febrero eo a RA e 465 20 Marzo. a US a OO O ; ADT A AS = a Mayos mua dl nad AE SEA 0 A a a is o do NOS Julio. al A == d Tora e a na 67 20 Vo Bo S. E. ú 0. ARMANDO ROMERO, JUAN J. J. KYLE, S. GHIGLIASSA,

Secretario. Presidente. Tesorero.

MEMORIA ANUAL DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD 63

Balance de comprobacion en 15 de Julio de 1593

CUENTAS SALDOS CUENTAS

Muebles y útiles

MUSGO Lo pelada hase Nicho en la Recoleta

Biblioteca

Edificio social (Zeballos 269)..... Acciones á cobrar

Juan Rodriguez

Anales de la Sociedad

Gastos generales

«El Paramillo de Uspallata » Conferencia 28 de Julio de 1892.. Contribuciones mensuales Donaciones

Ganancias y pérdidas

Intereses

Acciones del edificio social Concurso para estudiantes Capital

Banco Hipotecario de la Provincia 792» Balance de entradas 2.702 25

SUMAS IGUALES 34.598 531164.598 53

Buenos Aires, Julio 15 de 1893.

yo Bo S. E. ú0. ARMANDO ROMERO, JUAN J. J. KYLE, S. GHIGLIASSA, Secretario. Presidente. Tesorero.

64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Movimiento de Sócios durante el XXI período administrativo y

Ñ de 1892-1593

Í

Nude de sócios activos en 15 de Julio de 1892.... 415

Han ingresado durante el XXI periodo.........-... 46

SO encon d ' To ao ADN

Han salido por diferentes CausaS........oo.o..oooo... 104

Quedan en 45 de Julio de 1898........ocooooo.... 361

Socios ausentes que no pasan Se

Sócios que Pagado. .oooooconoonrencorerrcrr o 29

118 pagan cuota de...... K MA 4 | E 16 pasan cuota dea AS an cp

TOTAL DE SOcIos..... 219

Buenos Aires, Julio 15 de 1893.

yo Bo ; SB 00) ARMANDO ROMERO, JUAN J. J. KYLE, S. GHIGLIASSA, Secretario. Presidente. Tesorero. $ S J y ÓN o

CONTRIBUCION

GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA

POR ALCIDES MERCERAT

(CONFERENCIA LEIDA EL 26 DE AGOSTO EN LOS SALONES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA)

INTRODUCCION

Acabo de regresar de un viaje á la Patagonia Austral, en el cual he recogido datos de importancia, formulados de una manera sus- cinta en un folleto publicado hace poco: Note sur la géologie de la Patagonie, Buenos Aires, 1893, 8%. El presente trabajo no tiene otro objeto sino dar algunas ampliaciones al folleto mencionado. .

Nuestros conocimientos sobre la geología de la Patagonia se ba- san en las observaciones de la primera mitad de este siglo, que nos han trasmitido dos grandes sabios Alcide d'Orbigny y Charles Darwin. En su viajeá la América Meridional, Alcide d'Orbigny visi- tóla embocadura del Rio Negro (1828) y estudió las capas sedimen- - tarias de las barrancas. Con los datos allí recogidos y otros de fuen- tes muy diversas, considera los depósitos terciarios de la Patagonia como de una misma formacion, la cual tuvo oportunidad de estu-

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI 5

no a A E pr e AA Lie A e A A IL e AD es ds, PESAS bs ; Il

La = AE! A k Ya, ; J

s AOS

66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

diar en la embocadura del Rio Negro. Segun el ilustre sabio, com-

- prende esta formacion (1) depósitos marinos en los cuales han venido á intercalarse algunos restos orgánicos terrestres ó fluviátiles, acar- reados por afluentes. Le asigna la siguiente área de distribucion : al Sud del 39?de latitud Sud, se extiende hasta el Estrecho de Maga- llanes, y se acerca mucho hacia el W. de los últimos contrafuertes de la Cordillera de los Andes.

Darwin, en el viaje de circunnavegacion del «Beagle», tocó en Patagonia (1833-34) en Puerto Deseado y en San Julian, é hizo la ascencion de la parte inferior del valle del Rio Santa Cruz.

Si el gran naturalista se refiere en su obra Geological Observations on South America, London, 1851, 8”, á otros puntos de esta region, lo hace conforme con los datos que le suministraron varios oficiales del «Beagle». Es de sentirse que el autor no haya podido visitar él mismo todos los parajes de los cuales nos suministra datos, cuanto más que su obra esla única sobre la geología de Patagonia, excep- tuando la obra del Dr. Doering, basada en observaciones metó-

: dicas.

Be El Dr. Doering, que ha tomado parte como geólogo en la expedi-

; cion del Rio Negro dirigida por el General Roca, publicó un trabajo

Eo bastante voluminoso (2), cuyo mérito es presentar una clasificacion

de los terrenos cenozóicos de la República Argentina más apropiada al estado de nuestros conocimientos que las que habían sido pro- puestas hasta entónces.

: Experimentó algunas modificaciones por parte del Sr. Florentino

DN Ameghino en su obra sobre los Mamiferos fósiles de la República

. Argentina, basándose en el estudio preliminar de restos fósiles de

3 Mamíferos procedentes del viaje del Sr. Morenoen la Patagonia Aus-

y tral (1877-78) y de una exploracion mandada en 1887 por el Museo de

a La Plata á las mismas regiones. Los materiales recogidos revelaban

una fauna desconocida con caracteres de parentesco con las faunas del eoceno inferior de la América del Norte y de Europa en sus tipos principales. Estas relaciones parecieron suficientes al autor para considerar todos los restos que ha tenido asi ocasion de estudiar como de la misma edad. )

(1) ALcines D'OrBIcNY, Voyage dans l Amérique Méridionale, t. UI, p. 164. .Q) Informe oficial de la Comision Científica agregada ú la Expedicion al Rio Negro bajo las órdenes del General D. Julio A. Roca; Buenos Aires, 1883, 4, III, Geología por el Dr. Doering, p. 401-530.

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 67

Guiado por datos que están lejos de responder á observaciones rigurosamente científicas, clasifica todas las capas de los terrenos en que fueron encontrados estos restos en su piso santa-cruzeño, al cual da proporciones que en realidad no tiene. El resúmen geo- lógico que nos da de Patagonia el autor en la obra mencionada, es puramente fantástico, y los dos perfiles de las páginas 18 y 22 son erróneos (1).

Jules Marcou, en su Explication d'une seconde édition de la carte géologique de la terre, Zúrich, 1875, 4, dice: «La structure géognos- tique de l'Amérique du Sud paraít assez simple; toutefois, cette simplicité tient plutót a l'imperfection de nos études et aux limites fortrestreintes de nos connaissances, qu'a la composition géologique de ce continent. Plus nous connaítrons cette derniére, plus nous verrons cette simplicité disparaítre ».

Durante los ocho meses que he permanecido en Patagonia en la parte que se extiende al Sud del Rio Santa Cruz (50? latitud Sud) hasta el Estrecho de Magallanes, he tenido la oportunidad, á cada paso, puede decirse, de cerciorarme de la gran verdad que encierran las palabras del sabio geólogo de Cambridge (Estados Unidos del Norte), que creo se aplican de preferencia á la Patagonia que á cual- quier otra parte del continente.

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DATOS TOPOGRÁFICO-GEOGNÓSTICOS

La parle de la Patagonia que se extiende al Sud del Rio Santa Cruz hasta el Estrecho de Magallanes, no tiene menos de 140.000 kilómetros cuadrados de superficie, extension que equivale próxi- mamente á cuatro veces la de Suiza.

El sistema hidrográfico de esta region, á juzgar por los mapas publicados hasta hoy día es imperfectamente conocido. No tengo sin embargo el propósito de examinar esta cuestion.

(1) Han sido reproducidos por su autor, Cárlos Ameghino, en el Boletin del Instituto Geográfico, Buenos Aires, 1889, t. XI, p. 46.

68 ANALFS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Tres valles principales cruzan, entre los 50% y 52? de latitud Sud, esta parte del continente en dirección del W. al E. Al Sud se encuentran varios otros valles de importancia, cuyos rios vienen á desembocar en el Estrecho de Magallanes.

Se deben los valles á las elo caciones sufridas por las capas y á la erosion. El valle de más importancia es el del Rio Santa Cruz. Es profundo, con paredes que se elevan á veces á pique y presentan en su cumbre un espeso manto de basalto. En otras partes son mesetas muy irregulares y muy cortadas formando enormes esca- lones. En el fondo de este romántico valle corren con una gran velocidad las aguas de este r:o, de un purísimo azul.

El ancho medio del rio es como de 150 4200 metros; tiene en el medio de su cauce 5 metros de profundidad, y corre de 6 á 7 millas por hora, teniendo su corriente una uniformidad notable desde su salida del lago Argentino, hasta la Isla de Pavon, donde se hacen sentir ya las mareas que penetran en la inmensa bahía formada por el Rio Santa Cruz y el Rio Chico. En el cauce del rio en su parte superior se encuentran bloques erráticos de dimensio- nes á veces tan enormes que podrían dificultar la navegacion, sin hablar de otras dificultades más serias á este respecto, tal como la corriente vertiginosa, y las grandes sinuosidades de su cauce. El rio recibe un solo afluente de alguna importancia, el Arroyo del Bote, que tiene su nacimiento en las barrancas que se elevan en la orilla Sud de la parte superior del valle. Subiendo los cerros en esta parte, se desarrolla sobre el Lago Argentino y las montañas nevadas en direccion al NW. un panorama de los más impo- nentes.

El valle del Rio Gallegos, se encuentra al Norte del 52? de latitud Sud. Noes tan hondo como el del Rio Santa Cruz, y es menos pintoresco. El Rio Gallegos acarrea un volumen de agua que no representa más de la décima parte de la acarreada por el Rio Santa Cruz. En la bahía del Rio Gallegos viene á desembocar en la orilla Sud el Rio Escorias, el cual atraviesa un hermoso valle muy si- nuoso que se abre en direccion al W. entre murallones de basalto.

La cuenca del Rio Coy Inlet, al N. del valle del Rio Gallegos, no tiene menos de treinta leguas de ancho en su parte media y supe- rior. Aquel mismo rio, á juzgar por la cantidad de agua que con- tiene á alguna salen de su embocadura, parece de poca impor- tancia. Tiene, sin embargo, numerosos afluentes, entre los cuales hay algunos de curso más largo y con más agua en puntos dados

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 69

que el mismo rio en el cual desemboca. La cuenca del Coy Inlet comprende un sistema de valles bastante anchos pero poco pro- fundos. La circulación subterránea es activa. En la parte supe- rior de esta cuenca, se ve de repente desaparecer los rios, y reapa- recer un poco más lejos, en forma de laguna, ó más bien de un pozo, con una salida lateral subterránea que da lugar, á alguna distancia, á otra laguna semejante á la primera. Sobre largos trayectos puédense á veces observar disposiciones parecidas. En terreno inclinado hay una sucesion de lagunas en las cuales el nivel de las aguas responde á la inclinacion de la pendiente. La cuenca del Coy Inlet como la del Rio Gallegos no llegan al W. hasta la línea de las cumbres más altas, que pertenecen en toda la region á una vertiente occidental.

La topografía dela Patagonia presenta un carácter muy peculiar que resalta todavía con más evidencia en la parte austral. El geó- logo familiarizado con los fenómenos glaciales, y que llega pór primera vez á estos parajes, cree encontrarse en medio de un pai— saje morénico que se ha desarrollado en una inmensa escala. La ilusion es tan completa, que le parece á uno encontrarse en el valle del Rhin ó del Rhóne, ó en el mismo vaile del Aar. Con las investigaciones pronto desaparece semejante ilusion.

Se explica sin embargo con tanta más facilidad, cuanto que en la ciencia se admite aún, quelos terrenos que constituyen el suelo de la Patagonia, no han sufrido ninguna dislocacion, y que sus relaciones fisiográficas no han encontrado todavía su explicacion en geología.

La cantidad enorme de rodados que se encuentran en la superfi- cie del suelo y los esparcidos en las escarpas de las mesetas favo- recen tambien tal interpretacion.

Consiste el carácter peculiar del país, en la presencia de un sistema de mesetas que Darwin (1) describe en algunas líneas refiriéndose á Puerto Deseado con una precision demasiado asombrosa, que traduzco sin embargo en este lugar, porque hacen resaltar bien el carácter topográfico del país. « Auna altura de 200 á 300 piés sobre algunas masas de pórfido se extiende una inmensa llanura, carác- ter particular de la Patagonia. Esta llanura es perfectamente plana y su superficie se compone de rodados, con los cuales se mezcla una tierra blanquizca. Esparcidos aquí y allá, se ven algunos ma-

(1) Voyage d'un naturaliste autour du monde.

70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA -

torrales de yerbas pardas y coriáceas y con más escasez aún, algunos arbustillos espinosos. El clima es seco y agradable y el hermoso cielo azul, rara vez se encuentra velado por nubes. Al encontrarse el viajero en medio de una de estas llanuras desier- tas y cuando mira al interior de la comarca, su vista se halla limi- tada regularmente por la escarpa de otra llanura un poco más elevada, pero tan plana y tan desolada como la primera. En cualquiera otra direccion, el miraje, que parece elevarse de la superficie recalentada, hace el horizonte confuso ».

Las escarpas que soportan las mesetas contribuyen á determinar un sistema de lomas al pié de las cuales se encuentran frecuente- mente lagunas de agua dulce ó de agua salada. Numerosos caña- dones surcan las mesetas. Están distribuidos sin regla ninguna. En las faldas de los cañadones se ven surgir manantiales de agua que revisten las mejores condiciones, y que tiene la más favorable influencia sobre la vegetacion. Algunos parajes están muy acci- dentados porque se multiplican los cañadones. Puede llegar este fenómeno al punto de no quedar más que un sistema de colinas, más ó menos elevadas, como vestigios de las mesetas.

Los cañadones son, por lo general, valles de poca extension. Bastante angostos, rara vez su largo alcanza algunos kilómetros. El cañadon de Chickerook-Aiken, el más largo que conozco en el valle del Rio Santa Cruz, alcanza sin embargo á 12 kilómetros de largo. En los cañadones suele correr un pequeño arroyo por lo general subterráneo en el sentido del eje longitudina). Se acusa á la superficie del suelo por depresiones de dimensiones variables, con agua, cuando no se ha secado todavía el arroyo, ó cuando no ha cavado su cauce á mayor profundidad, ó efectuado alguna des- viacion. Me parece apenas necesario agregar que son estos arroyos los verdaderos generadores de los cañadones. Cuando estos no tienen ninguna desembocadura, se presentan como una depresion - del suelo, constituida por la confluencia en úun mismo punto de dos ó de varios cañadones primitivos. En estas depresiones, las lagunas presentan, por lo general, en sus orillas, barrancas de gran interés para el estudio. ]

En algunos parajes, las aguas atraviesan capas que contienen mucha sal, y cuando por una causa ó por otra disminuye la circu- lacion, las aguas tienen en disolucion mayores proporciones de esta sustancia mineral hasta llegará veces al punto de no servir para la alimentacion de los animales. Afortunadamente son bas-

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA yl

tante limitadas las regiones donde se encuentran aguas de esta naturaleza. Esta observacion se refiere á algunos puntos del lito- ral; pero eso no quiere decir que carezcan de agua potable los mencionados parajes.

Las lagunas, por lo general, se alimentan por manantiales que surgen del pié de las escarpas que se encuentran en las orillas. Su presencia encuentra una explicacion en las relaciones arquitec- tónicas del suelo. En la gran mayoría de los casos, las lagunas no tienen salida aparente, y no pueden desaguar sinó por evapo- racion y por filtracion á traves de las capas del fondo, cuando la naturaleza de éste no lo impide. El fondo fangoso de estas lagunas contribuye á disminuir el grado de permeabilidad de las capas, hasta imposibilitar la (iltracion de las aguas, condenadas á demorar por largo tiempo en estas lagunas. Bajo la influencia de la eva- poracion aumenta en ellas la proporcion de sal que contienen primitivamente, á un punto tal que con la impermeabilidad del suelo se tornan las aguas salobres.

Las lagunas de agua dulce son más frecuentes que las de agua salada. Por las explicaciones expuestas, se comprende cómo es posible que la misma laguna presente durante una parte del año agua dulce y algun tiempo más tarde agua salobre, y vice-versa. Esta teoría nos explica tambien por qué las lagunas de agua salada no se encuentran de preferencia en tal ó cual paraje, sino distribui- das indistintamente en todos los puntos del territorio.

En las escarpas de las mesetas, cuando están desprovistas de ve- getacion, la denudacion llega al punto de dejar ver una série de capas horizontales compuestas de areniscas, de margas, de arenas, de rodados, etc., superpuestas las unas á las otras.

Son esos parajes los que especialmente se designan con el nom- bre de barrancas. Toman su mayor desarrollo á lo largo de la costa, en los valles, á la orilla de los rios y en los bajos. Se encuentran bajos de mucha extension que han sido el teatro de grandes dislocaciones, donde, como vestigios de la meseta que en tiempos remotos se extendía sobre la region, no existen sinó nu- merosas elevaciones blanquizcas ó amarillentas, que alcanzan hasta 200 metros de altura, formando enormes pirámides, torres, obeliscos, etc., ete. Difícil es dar cuenta de las impresiones que se experimenta en medio de estas escenas. Los fenóme- nos de denudacion son tan variados, que de repente se cree uno transportado al centro de una inmensa ciudad en ruinas, con for-

72 ANALES DE La SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

tificaciones en todas partes, cuando un poco más lejos el relieve de los macizos denudados hace recordar el névé de un ventisquero delos Alpes. Equivalen por lo menos estas escenas á las que co- nocemos de Norte-América, de la formacion terciaria de Wyoming, por ejemplo.

El plan de orientacion de las barrancas, en el interior princi- palmente, está dispuesto de manera que el viento puede operar con toda su fuerza sobre la superficie inclinada.

Los materiales que se desprenden de las barrancas, bajo la 1m- fluencia de los más diversos agentes, cuando ei peso no es dema- siado, los transporta el viento á la cumbre, donde se acumulan á la orilla de las mesetas y constituyen médanos, los cuales, por la accion de los organismos vegetales esencialmente, se transforman en loess, cuyas capas alcanzan en su conjunto hasta 20 metros de espesor. Esta es la que Darwin llama tierra roja. Existen mon- tículos que se divisan á grandes distancias y que deben su 1 existen- cia al fenómeno que acabo de explicar.

Desde el Cabo de las Vírgenes, á la entrada del Estrecho de Ma- gallanes, sale una inmensa cadena basáltica en direccion al NW.W. hasta llegar al 52 de latitud S. y despues se dirige al N. formando así un medio círculo con la parte abierta hácia el Oceano Atlántico. He seguido esta cadena hasta el valle del Rio Santa Cruz y continúa todavía más al N. En elS. presenta gran número de conos, todos antiguos volcanes que dan á la region un aspecto que tiene algo de mágico. Los cerros conocidos con los nombres de Monte Dinero, Monte Aymond, Orejas de Asno, los Conventos, los Frailes, los Cerros del Norte, el Cerro de la Pi- cana, el Monte Gay, etc., pertenecen á esta inmensa cadena, ignorada todavía en las obras clásicas más recientes. Más al N. no ofrece más que algunos conos. Las erupciones de lava han dado lugar á espesos mantos de basalto.

Al W. de la cadena basáltica, el paisaje presenta los mismos ca- racteres generales que al E. Penetrando al interior estos carac- teres se acentúan con una gran rapidez hasta llegar á las cumbres del centro de la Cordillera de los Andes, donde sin embargo se reconocen todavía los caracteres peculiares de que hablé más ade- lante, pero profundamente alterados. No es repentina la transi- cion entre la llanura y la Cordillera, y ésta no se eleva tampoco como un murallon gigantesco, segun la creencia general, sepa- rando el territorio de la República Argentina del de Chile.

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CONTRIBUCIÓN Á GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 713

¿En qué consiste la alteracion experimentada en los caracteres peculiares de este paisaje patagónico? Las mesetas no forman ya llanuras, sinó pendientes cuya inclinacion aumenta hasta no constituir en el interior sino crestas elevadas, desapareciendo en otras partes y dejando como solo vestigio una montaña que ter- mina en una cumbre nevada. Los valles y los cañadones son verdaderos abismos, en los cuales ruedan sus aguas en torrentes tumultuosos. Las escarpas constituyen barrancas á pique que alcanzan hasta 400 metros de altura, al pié de las cuales se en- cuentran amontonadas cantidades de materiales desprendidos de las barrancas. Únicamente las cumbres de las más elevadas montañas del centro de la Cordillera son nevadas. El nivel de los valles difiere muy poco del del mar, y las cumbres más importan- tes no alcanzan á 2000 metros de altura. Esta region de la Cor- dillera está poblada por montes vírgenes de hayas ( Fagus Dombeya Mirb.) llamadas vulgarmente roble.

El clima es agradable y muy sano. Es seco entre los 50% y 52 de latitud S. En las ¡inmediaciones de la Cordillera de los Andes, las precipitaciones atmosféricas son bastante abundantes. Al $. del 52% de latitud S., el clima es húmedo. En verano sopla el viento casi continuamente. Varía mucho en su direccion y cam- bia generalmente dos ó tres veces en el mismo dia. El viento del SW. es sin embargo el viento dominante. El humus, si se puede designar con este nombre la capa negra que se encuentra de pre- ferencia en el Sur, contiene muy poco lehm, cuando esta sus- tancia no falta por completo. El suelo, es sin embargo, muy rico en su composicion, lo que queda demostrado con toda evidencia como se verá. Sien el N. principalmente se encuentran grandes extensiones completamente áridas es debido más bien que á la composicion química del suelo, álos caracteres físicos de éste y

á circunstancias accesorias contra las cuales se podría combatir

frecuentemente con ventaja.

- Voy á agregar aquí una observacion que si no se relaciona di- rectamente con el tema que estoy tratando, nos da al menos un testimonio del poder de accion de un agente que desempeña un papel importantísimo en la geología del continente. Nos hace re- saltar mejor la influencia de los vientos en estas regiones, que por su permanencia, más bien que por su violencia, constituyen un agente del cual se ignora á menudo el poder en muchos fenóme- nos, cuando no es dado apreciarlo por observaciones personales.

74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

En el valle del Rio Gallegos llegan los montes de roble hácia el E. hasta alcanzar casi el 71? de longitud W. de Greenwich. Los vientos que soplan continuamente, en verano al menos, tienen una eran influencia sobre la vegetacion. Se hace sentir principal- mente sobre el roble que queda en un estado raquítico, ó hace com— pletamente falta donde no encuentra suficiente abrigo. Un ejemplo de los más elocuentes nos ofrece la Cordillera de Latorre, que corre al N. del valle del Rio Gallegos entre los 71% y 72% de longitud W. de Greenwich, con su eje en direccion. NW.W., de modo que por su orientacion los vientos dominantes baten con toda su fuerza la vertiente SW. de esta cadena poblada de un monte de roble en su mitad inferior solamente, mientras la mitad supe- rior está á descubierto. Del canal de Ultima Esperanza sale otra cadena con su eje en direccion al N.NE. y que viene á concluir bruscamente á poca distancia de la extremidad W. de la Cordillera de Latorre, con la cual determina una quebrada. Su altura es mayor que la de la Cordillera de Latorre, y sin embargo tiene su vertiente SE.E. poblada de un monte de robles bien desarrollados hasta la misma cumbre. )

1001

DATOS PETROGRÁFICOS Y RELACIONES DE ESTRATIFICACIÓN

La region que se extiende entre el Océano Atlántico y la Cordi- llera de los Andes, pertenece á depósitos terciarios y cuaternarios. Las capas terciarias de Patagonia, como se sabe, reposan directa- mente sobre depósitos cretáceos. En el interior de la Cordillera es donde se puede estudiar esta formacion. Porlos 7240” de longi- tud W. Greenwich y 51930” de latitud S., he llegado á una cresta formada porun calcáreo negruzco, en el cual he podido reconocer el género Inoceramus. La vegetacion que á uno y otro lado se eleva en este sitio, impide los estudios de concordancia. Esta cresta corre de N. á S. y pertenece á un montículo que no tiene 500 me- tros de altura. Sus capas están inclinadas hácia el E. Un valle angosto lo separa de un macizo de más de 1000 metros de altura,

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 15

cuya cresta domina una barranca á pique de capas terciarias. Al pié, sobre una pendiente bastante inclinada, se encuentra un monte de roble que imposibilita Jos estudios á los cuales hubiera querido dedicarme con tanto empeño. Penetrando más al W. no he llega- do á lugares más apropiados á mis investigaciones, Algunos dias antes había buscado penetrar en el interior por la orila del canal de Última Esperanza, pero sin éxito. Había penetra- do dos meses antes, con el mismo objeto tambien, por el 51% de latitud S., hasta más allá del 73% de longitud W. sin llegar á me- jores resultados.

Las capas terciarias constituyen depósitos de gran espesor y que por su extension tambien no se pueden comparar sino á los cono- cidos en Norte América. Son constituidas por areniscas á cemen- to arcilloso ó calcáreo. Varían mucho en sus colores, en su dureza, en su estructura y en su textura. Se reconoce con facili- dad entre las areniscas de elementos gruesos, los detritos de an- tiguos pórfidos. Entre las areniscas, y alternando con ellas, se encuentran numerosas capas de margas que varían tambien mu- cho; en sus caracteres. A niveles muy distintos, se encuentran bancos de un calcáreo compacto, blanco ó rojizo, por lo general muy dendrítico. Se intercalan á menudo en estas capas, bancos de rodados de dimensiones muy variables y de nagelfluh. Estos rodados como tambien los de nagelfluh son pórfidos. Los tufos volcánicos se encuentran con frecuencia entre las capas terciarias. Digna de mencion me parece tambien una sustancia pisolítica, blanda, untuosa y de tinte rosado cuando está fresca. Al contacto del aire, se vuelve dura y blanquizca. No encontré en ninguna parte al S. del Rio Santa Cruz la roca blanca que menciona Darwin en San Julian, donde he recogido yo mismo algunas muestras. El yeso se encuentra con bastante abundancia entre las capas tercia- rias, y los elementos pumiciticeos tienen su importancia. Entre las sustancias minerales accesorias hay tambien que mencionar varias clases de sales, óxidos de hierro y de manganeso, la pirita y el azufre. Las concreciones de todas clases abundan, y en los ban- cos de rodados y de nagelfluh se encuentran pedazos de madera sili- cificada, testigos mudos de la existencia en otros tiempos deinmensos bosques poblados especialmente de Coníferos y de Dicotiledones.

Son muy frecuentes las barrancas que cuentan 80 á 100 dife- rentes capas dispuestas horizontalmente las unas sobre las otras, y en las cuales se puede estudiar los elementos de las masas que

76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

las constituyen. Sonde la mayor importancia para el geólogo los bancos de Moluscos y de Equinodermos, que alcanzan á veces hasta 60 metros de espesor. :

Mencionaré aún poderosos yacimientos de carbon, que Negarán un día á tener su rol en la economía del país. Encontré yacimien- tos importantes en la cuenca del Coy Inlet, por 73* de longitud W. de Greenwich, y en las inmediaciones de Punta Arenas. En es- ta última localidad, he logrado, internándome bastante por una quebrada muy angosta, por la que corren las aguas de un torren- te poderoso, establecer el nivel geológico de las capas. Enel límite del plano de una falla, encontré un banco de Ostrea pátá- gónica d'Orb. Debajo de las ostras, y separado de ellas por una arenisca verdosa, se encuentra un banco de carbon. Sus capas están casi en posicion horizontal, y éste, al nivel de las aguas, sólo queda á descubierto algunos metros. Bajando la quebrada, á poca distancia, se eleva una barranca de más de 120 metros de altura y en la cual no se cuenta menos de cinco bancos diferentes de car- bon separados los unos de los otros por varias capas. Entre estos bancos, el intermediario es más poderoso. Tiene de 10 4/12 me- tros de espesor. Las capas de la quebrada han participado de la falla que acabo de mencionar y son de edad más reciente, aunque por error se les ha atribuido edad más remota. En la cuenca del Coy Inlet, encontré, debajo de un banco de Ostrea pátagónica d'Orb., y separado de éste por la misma arenisca verdosa que en Punta Arenas, un banco de carbon de 4+á 5 metros de espesor. Debajo de éste, y sobre una altura de 15 4 20 metros, esquistos, are- niscas y calcáreos conduciendo vetas de carbon. Tomando en consideracion este dato, bien podría resultar quese encuentren otros bancos de carbon á un nivel inferior. No he descubierto en este paraje señales de carbon encima del banco de Ostrea patagón:- ca, cubierto por capas de nagelfluh y areniscas. Encima deestas areniscas se halla la capa clásica de rodados, cubierta por un po- deroso depósito de loess. En Punta Arenas, el carbon extraido del banco inferior, es decir, de la capa situada debajo del banco de Ostrea patagónica, es de mejor calidad que el que procede de los bancos más recientes. En Monte Observación, sobre la costa del Atlántico por los 50935* de latitud S., he sacado algunas muestras de esquistos bituminosos debajo de un poderoso banco de Ostrea patagónica.

El carbon, como resulta siempre en los yacimientos terciarios,

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA led

presenta una gran variabilidad en sus caracteres. Se encuentran de vez en cuando pedazos de verdadera lignita; pero, por lo gene- ral, no se reconoce ya la estructura vegetal en este carbon, y re- cuerda por su color como. por su brillo los productos de la verda- dera formacion carbonífera. Se explotan minas de este carbon en Lota, el que, mezclado á otra clase de carbon, se usa á bordo de los vapores del Pacífico.

Llego á la capa clásica de rodados mencionada por Darwin, y que constituye el piso tehuelche de Doering. Al mencionar en el presente trabajo esta capa, la designo con el nombre de « roda- dos tehuelches» para distinguirla de las otras capas de rodados. Ningun dato permite determinar con entera seguridad la edad de los rodados tehuelches. Solamente los datos estratigráficos per- miten asignarles una edad relativa. En todas partes la capa de rodados tehuelches se encuentra encima de los depósitos terciarios los más recientes; encontrándose superpuesta á ella depósitos que se puede atribuir con toda seguridad al diluvium. Establece así la capa de rodados tehuelches el límite entre los depósitos tercia- rios y los depósitos cuaternarios. |

Esta capa constituye un depósito estratificado. No es un depósito glacial, como varios autores, cometiendo un error muy grave, han llegado á hacerle decir á Darwin. Si este sabio no se ha expresado categóricamente sobre la naturaleza de este depósito, por lo menos ha reconocido una estratificación en esta capa, en el punto mismo del valle del rio Santa Gruz que le suministra el perfil publicado en su obra, Geol. Obs., etc. (1), y en muchas partes de la misma obra hace resaltar la accion del mar en el depósito de esta capa. Dice en la página 32: «Considerando la capa de rodados en cual— quiera de las mesetas no puedo dudar, con todos los datos consig— nados en este capitulo, de que los sonados han sido derosiados y distribuidos por la accion lenta y duradera del mar, probablemente durante el paulatino levantamiento del suelo. El estado de puli- mento y la forma bien redondeada de esta infinidad de rodados indican ya una accion continua y larga. Otra cuestion más difícil de. resolver es la de saber cómo han sido transportados las mate- riales de esta capa de las montañas del interiorá la planicie». Des- pues de invocar muchos ejemplos concluyentes, dice el mismo

(1) Cu. Darwin, Geol. Beob. ú. Sud-America; ges. Werke a. d. do úbers. v. J. V. Carus, Bd. XII, Abth. 1, 1878, 80, p. 51-59.

78 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

autor en la página 33 de su obra: «No puedo dudar de que el po- der de distribucion de rodados sobre grandes extensiones sea una manifestacion de la actividad regular del mar, y que en cuanto á la enorme capa de rodados de Patagonia no hay necesidad de invo-= car la accion de una catástrofe ».

Podría multiplicar las citas, pero me parece suficiente con estas dos para demostrar que Darwin estaba muy lejos de considerar la capa de rodados de Patagonia como un depósito glacial.

Muy á menudo presenta la capa de rodados tehuelches varios estratos bien distintos los unos de los otros, que no permiten dudar un momento de la naturaleza de tal depósito. Cuando no consta de varios estratos es fácil tambien asegurarse que esta capa repre- senta un depósito estratificado.

Solamente las escarpas que presentan una vegetacion escasa, y de donde resbalaron los rodados, podrían hacer creer en un depó- sito en el cual los elementos están amontonados sin órden ninguno, como sucede en los depósitos glaciales. Los elementos de esta capa son todos rodados; y no me ha sido posible encontrar, en todo el tiempo que han durado mis investigaciones, un solo rodado con las estrías características de los rodados glaciales procedentes de las morenas profundas (Grundmoráne ). i

Los rodados tehuelches no constituyen tampoco una capa conti- nua, aumentando gradualmente de espesor al acercarse á la Cor- dillera y cubriendo literalmente el suelo de la Patagonia desde el Estrecho de Magallanes hasta el Rio Colorado. Se ha exagerado tambien su espesor. Es verdad, sin embargo, que por lo general tiene más espesor en las cercanías de la Cordillera que en el litoral. Contiene tambien generalmente, en el interior, elementos no tan perfectamente rodados y de mayores dimensiones que en el litoral, Si bien están distribuidos los rodados, sobre toda la superficie del suelo de la Patagonia, fácil es asegurarse que esta capa ha sido depositada por rios, por lagos ó por el mar que ha tenido el papel más importante, y que por consiguiente hace siempre falla en algunos puntos. Han sido transportados á veces sus elementos por denudacion, pero en muchas partes donde no se ha manifes- tado tal fenómeno, no se encuentra tampoco esta capa de rodados.

Como Darwin lo ha hecho notar en Puerto Deseado, donde he tenido ocasion de verificarlo tambien, los elementos de esta capa no provienen de las rocas porfíricas 1n situ, que aparecen con tanta frecuencia al norte del valle del rio Santa Cruz. Supone Darwin

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGIA DE LA PATAGONIA 719

que sus elementos han sido acarreados de la cordillera de los Andes. Esta opinion me parece admisible, aunque aún no se ha señalado los puntos de la Cordillera donde se encuentran las rocas que han suministrado los rodados. Es esta una tarea interesantísima, pero ligada á enormes dificultades materiales. Los rodados tehuelches, por sus caracteres petrográficos, son idénticos á los de las capas más antiguas en la série de los depósitos terciarios, lo son á los de la nagelfluh mencionada más adelante, y tambien á los de las dife- rentes capas del diluvium. Los pórfidos son los que desempeñan el papel más importante entre estos rodados. Sólo por el facies que le da el cemento se puede distinguir con facilidad la capa de rodados tehuelches de las otras capas de rodados. Es un cemento rojizo, ferruginoso, que contiene generalmente mucha arcilla. Nunca contiene esa arena volcánica, negruzca y fina, tan abundante en los depósitos del diluvium.

En las capas de rodados más antiguas, el cemento es muy pobre, es una arena gruesa. El nagelfluh es un conglomerado de rodados y de arenisca que los liga, constituyendo un cemento bastante duro.

El cemento de la capa de rodados tehuelches está frecuentemente

impregnado de una sustancia blanca, que en tiempo de lluvia re- cuerda la cal viva. Esta sustancia procede de los detritos de las “conchas de Moluscos que poblaban las aguas del mar que ha de- positado los rodados. Un carácter de distincion, útil á veces, es la presencia, entre los rodados tehuelches, de elementos de dimen- siones mayores, y no tan perfectamente rodados, que los que se en- cuentran en las otras capas.

Los depósitos terciarios que acabo de describir en sus caracteres petrográficos más salientes, me recuerdan, bajo varios puntos de vista, la serie helvética de los depósitos terciarios de Suiza.

Antes de pasar á los depósitos del diluvium, me parece aquí el momento de decir algunas palabras sobre los bloques erráticos que se encuentran en tanta abundancia á lo largo de la Cordillera, hasta media distancia entre ésta y la costa del Atlántico. Enel $. llegan estos bloques hasta la playa, entre los que se encuentran algunos de más de 100 metros cúbicos de volúmen.

Sus caracteres petrográficos indican las mismas rocas que los rodados. En la cuenca del Coy Ynlet, en una superficie que no al- canza 4 km?*, he recogido muestras de bloques erráticos que acusan al menos diez clases diferentes de rocas. Entre los bloques errá- ticos son los pórfidos los que desempeñan el rol más importante.

80 ANALES DE: LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA -

bi

Aparecen tambien las siguientes rocas: la sienita, el granito, el. gneiss, la diabasa, la diorita, los esquistos cloríticos, la cuarcita,

el basalto, el melafiro, etc. La distribucion de los bloques erráticos

permite reconocer ya, en algunos puntos, antiguas morenas. Algu- nos de estos bloques están más ó menos rodados. Sin embargo, no

he encontrado en ninguno estrías glaciales. En el valle del rio

Santa Cruz encontré mezclados con bloques de basalto 1n situ,

otros bloques de basalto, que á los caracteres macroscópicos de la

roca solamente, se reconoce no proceden del basalto 2m situ. Bajo la. accion de las intemperies, los bloques erráticos se alteran y se re- ducen poco á poco á pedazos. Este fenómeno da lugar á observa=. ciones de mucho interés.

Los depósitos del diluvium no son para comparar por su impor- tancia con los de otros continentes. Se han desarrollado sobre una escala mucho menor que en Europa, por el motivo de que los ven= tisqueros han tenido muy poca extension en los tiempos cuaterna- rios conocidos en geología con la denominacion de Eno gla- cial ».

- En toda la region que he recorrido de Palagonia no he ono do absolutamente. ningun rastro de fenómenos glaciales de esta época.

Las erupciones que han dado lugar. á la cadena basáltica que sale de Cabo de las Virgenes, y que he seguido hasta el valle del rio Santa Cruz, están en relacion íntima con la capa de rodados tehuelches. El depósito de estos rodados, las erupciones volcánicas de esta cadena y las dislocaciones que han determinado el relieve actual de la Patagonia son fenómenos que se han manifestado. con la simultaneidad que se puede admitir entre fenómenos tan distin- (os, pero relacionados los unos con los otros. De conformidad con las ideas de su tiempo, Darwin censidera las erupciones volcánicas como una de las causas que han originado un levantamiento del suelo para determinar el relieve actual del país. Hoy ya no tienen más curso estas ideas, á pesar de las relaciones que ligan estos dos fenómenos; todas las observaciones concuerdan en demostrar que no es posible admitir por ninguna parte del globo un levanta- miento del suelo (1). Principiaron las erupciones con el depósito de la capa de rodados tehuelches y se manifestaron hasta despues de efectuarse los depósitos más recientes del diluvium.

(1) Ep. Suezs, Das Antlitz d. Erde, 1885, 82, Bd. I, p. 99-142.

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 81

Esta cadena basáltica atestigua erupciones muy abundantes, las que han determinado conos ó mantos espesos. Se observan tam- bien los vestigios de olas de lava y cerros formados por basalto dividido en columnas. Darwin, que observó esta cadena en el valle del rio Santa Cruz, dice: «Es en las montañas de esta gran cadena (la Cordillera de los Andes) en donde tenemos que buscar la fuente de esta capa, y son dignos de tal orígen estos torrentes de lava que han corrido á una distancia de 100 millas sobre el “fondo tan poco inclinado del mar. Sólo es menester dar una ojea- da sobre las escarpas de basalto de los dos lados opuestos del rio, para llegará la conclusion que en otros tiempos tenían que for- mar un solo banco» (1). Puedo dispensarme, creo, el refutar una opinion tan singular sobre el orígen de este basalto. En ningun caso corre la lava en una distancia tan enorme como lo admite Darwin. Si además, hubiese emprendido una corta excursion há- cia el S. habría encontrado, á algunas leguas de distancia, vol- canes bien caracterizados pertenecientes á la misma cadena basáltica. No se puede admitir tampoco como cierta la idea de que han formado estos mantos de lava de un lado á otro del valle un solo banco.

Las rápidas observaciones que he logrado consigvar en San Ju- lian, en Puerto Deseado y en la Isla de Tovas, me inducen á creer que las masas porfíricas tan abundantes en esta region, son de la misma edad que la cadena basáltica de la cual acabo de hablar.

Durante el período del diluvium, la erosion ha tenido una ac- cion muy poderosa, principalmente en los valles. Demasiado lar- go sería seguir el fenómeno en todas sus manifestaciones. Los rodados tehuelches con algunas otras capas terciarias, en regla general, han sido arrastrados y transportados para suministrar los elementos de los depósitos diluviales, constituidos por una capa de rodados mezclados con arena, y cubierta por una capa de tierra arenácea que presenta un cierto número de estratos. Se distingue con facilidad de la tierra roja Ó loess por sus elementos más finos, por la proporcion menos constante de arcilla, y por la ausencia de la estructura tan característica de les depósitos de origen eolítico. Encima de esa tierra, seencuentra, por fin, otra capa constituida por rodados de poca dimension mezclados con tierra y arena.

Además de estos depósitos fluvio-terrestres y lacustres del di--

(1) CH. DARWIN, Voy. d'un nat. autour du monde. Paris, 1883, 8”, 2% ed, p. 194.

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI 6

89 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

luvium, hay que mencionar otra serie de depósitos que tambien desempeñan un rol importantísimo, de orígen exclusivamente eo- lítico. La tierra roja, es la que constituye un depósito de loess. Esta formacion se encuentra con más frecuencia en las cadenas del interior de la Cordillera que en la planicie. Se encuentra di- rectamente encima de la capa de los rodados tehuelches, cuando éstos no faltan, en las cumbres de las barrancas. Comprende va- rios estratos que á menudo constituyen sobre las mesetas mon- tículos de más ó menos extension. Los estratos de esta capa de loess, en número de diez á doce, encima uno de los otros, determi- nan un depósito que alcanza hasta 30 metros de espesor. Presen- tan la estratificacion característica de los depósitos eolíticos. La estructura de su masa acusa igualmente el mismo orígen. Es una tierra arenácea, que contiene una proporcion de arcilla bastante constante. Su color es un rojizo de varios matices. Como se sabe, de estas procedencias han llegado ya al mercado

cantidades respetables de oro. Nome he detenido en el estudio de la reparticion del metal precioso.

RELACIONES ARQUITECTÓNICAS

Suess, en su obra magistral Das Antlitz d. Erde, 1888, 8%, Bd. IT, p. 383, basándose en los datos recogidos en los trabajos del Dr. Doering, dice: «Los depósitos terciarios de Patagonia no están dislocados en ninguna parte. Siguiendo, sin embargo, en la cos- ta el nivel de los depósitos marinos supuestos oligocenos, se ve que desde la embocadura del Paraná hasta el Sur de Patagonia experimentan una curva convexa, de la cual una parte corresponde á la Pampa y la otra á la Patagonia Austral. De vez en cuando es- tán sumergidos estos depósitos por el mar. La curva es tan poco pronunciada, que tomando en consideracion su inmenso largo, se puede atribuir esta desviacion de la posicion horizontal al fondo del mar primitivamente alterado ».

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 283

La costa occidental del continente sud-americano, á través de

Perú y Chile hasta el Estrecho de Magallanes, presenta tambien '

mesetas que han preocupado á los sabios desde el principio de este siglo. Es al referirse á este carácter tan peculiar de la parte aus- tral del continente, tanto en su vertiente occidental como en la oriental, que Darwin (1) dice: «in South America, every thing has take place on a gran scale». En 1838 ya (2), este autor guiado por las teorías de su tiempo, establece relaciones de causas entre los fenómenos volcánicos, los temblores de tierra y las mesetas del continente, emitiendo la opinion, hoy absolutamente insostenible, del levantamiento intermitente de toda la parte austral del conti- nente, desde el 30% de latitud S. Nohace alusion á dislocaciones, y parece más bien admitir que las mesetas son la obra del mar y de las corrientes.

En 1843, Alc. d'Orbigny (3), que profesaba las ideas de la anti- gua escuela de Elie de Beaumont, atribuye el levantamiento del continente sud-americano á una grande catástrofe acompañada de sacudimientos violentos. Kjerulf, al referirse á Noruega, había emitido la misma idea. En 1848, Domeyko (4) da una descripcion de las mesetas de las costas de Chile, comparándolas con las de No- ruega ; y, basándose en la coincidencia de hechos observados por Bravais en Altenfjord y en Coquimbo, llega á la conclusion de que no se trata simplemente de un fenómeno local, sinó más bien de un

fenómeno cuyas causas están en relacion con las grandes revolu-.

ciones del globo, que se habrán manifestado al mismo tiempo en ambos hemisferios. |

D'Orbigny reconoció sobre el curso del Paraná (5) una inmensa falla que se extiende desde Corrientes hasta la Bajada sobre 125 leguas de longitud. Moreno, en su Viaje á la Patagonia Austral, Buenos Aires, 1879, 8”, p. 304, hace mencion de un paraje en el valle del rio Santa Cruz, donde ha encontrado, como dice: «se- ñales evidentes de la alteracion de las capas terciarias, producidas

(1) Cu. Darwin, Geol. Obs. on South America, p. 246.

(2) Cu. Darwix, On the connect. of certain volcan. Phenomena in S. Amer. (read 1838), Trans. Geol. Soc., 1840, V, p. 505-510.

(3) Comptes-Rendus, 1843, XVIL, p. 401.

(4) DomeYxo, Mém. s. le terrain tert. et les lignes d'anciens niveaux de 'Océam du Sud aux environs de Coquimbo (Chile); Ann, d. Mines, 1848, 4: serie, XIV, p. 153-162.

(5) Anc. D'ORBICNY, Voy. d. Amér. mér., t. III, 3* p., p. 80.

> ñ E E A RT A A A A De E REA a da de

84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

por algun levantamiento rápido ». En la página 161 de la misma obra dice tambien este autor: «Como sucede generalmente con el aspecto topográfico de los puertos patagónicos, donde algun rio desagua, sus dos costas no tienen el mismo nivel. A la inversa de Puerto Deseado, en que su entrada tiene la costa elevada al norte y baja la del sur, las costas de la bahía Santa Cruz tienen en general - la misma disposicion que en el rio Chubut y rio Negro, cuyas márgenes izquierdas, al llegar al Atlántico, bañan una larga extension de médanos, y en la derecha, orillean murallones ter- ciarios á pique. La excepcion de Puerto Deseado puede ser debida á su formacion geológica distinta, y la igualdad de la dis- posicion de la desembocadura de los tres rios patagónicos, que conozco, á partir del Rio Negro, de igual formacion geológica,

no deja de ser curiosa y digna de mencionarse; lo mismo sucede

con las de los rios Colorado, el que desagua en Coy Inlet y rio Ga- llegos. Aunque no he visitado estos últimos puntos, por las cartas geográficas y los datos que poseo estoy seguro que así sucede».

Estos fenómenos no son sinó una manifestacion de las grandiosas dislocaciones que ha sufrido el suelo de la Patagonia.

Se sabe, además, que en la embocadura del Coy Ynlet: este carácter esindeciso; y, en rio (rallegos, la ribera norte es conside- rablemente más elevada que la ribera sud.

Las dislocaciones de que ha sido teatro el suelo de la Patagonia, se deben á numerosas fallas que se manifiestan en toda la extension del país. Hácia el fin de los tiempos terciarios ó al principio de la era actual, debido á la disminucion constante del volúmen de nues- tro Lima, y á la erosion subterránea se ha verificado en el suelo un hundimiento general, que ha determinado una alteracion en la disposicion primitivamente horizontal de las capas, actualmente inclinadas hácia el este, bajo un ángulo que aumenta bastante

rápidamente, penetrando al interior de la cordillera. A alguna dis-

tancia de ésta, la inclinacion es muy poco sensible y las capas están casi en disposicion horizontal hasta la costa. Este hundi- miento del suelo corresponde á una transgresión del mar hácia el este, y es el que ha determinado tambien en las capas superficia- les de la costra terrestre un sistema complicado de hendiduras. Entre las partes de terreno de más ó menos extension, limitadas: por estas hendiduras, unas se han detenido en su marcha, mien- tras que las otras han continuado este movimiento general de hundimiento para detenerse á distintos niveles. Asi se verificaron

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 85

las fallas, y aparecieron las mesetas que dan á la Patagonia su carácter topográfico tan peculiar. En toda la parte del continente que se extiende entre el Estrecho de Magallanes y el rio Santa Cruz, no he observado ningun fenómeno de otra clase referente á las re- laciones arquitectónicas del suelo. En ninguna parte del mundo, de que tenga conocimiento al menos, ha adquirido este fenómeno de las dislocaciones proporciones tan imponentes como en Pa- tagonia, tanto por la extension de su área como por su varie- dad. ¡

Es de creer que la costa occidental del continente, donde se en- cuentran tambien mesetas, ha sido teatro de dislocaciones análo- gas y que la cordillera de los Andes, segun la clasificacion admitida en geología, constituye un « Horstgebirge». Si no nos encontramos en presencia de un grupo de estructura unilateral, el ala occiden- tal de este grupo tiene proporciones mucho menores que el ala oriental, ó habrá experimentado una truncatura.

La observación que precede me parece encontrarse confirmada en las siguientes líneas de Ed. Suess (1), uno de los representantes más autorizados de la nueva escuela: «Entre Caldera y Coquimbo, las mesetas que salen del valle de Huasco, como todos los valles transversales de esta costa, se eleva rápidamente, y con él los va- rios escalones de las mesetas que alcanzan al mar. Hasta la ciudad de Vallenar, es decir, hasta una distancia de 53 km. de la costa, la anchura del valle es de 6 á 7 kilómetros. Las mesetas, se- gun Mallard y Fuchs, se elevan al rededor de la ciudad en un anfiteatro de 16 á 17 kilómetros de diámetro. Vallenar tiene 513 m. de alto; las mesetas forman 3 escalones; el superior está a 650 m. sobre el nivel del mar. Está admitido que un fjord no ha sido llenado enteramente de detritus hasta el nivel de la meseta más elevada, y que con el levantamiento del suelo han sido cava- dos sucesivamente los varios escalones por la corriente de las aguas. Hay que observar, sin embargo, que la meseta más elevada no se apoya en la montaña, sinó que está separada de ésta por un valle angosto, cuyo nivel corresponde al de la segunda meseta. Aparece por consiguiente la meseta más elevada como un espolon, y el mar no tiene la facultad de originar espolones ».

(1) Eb. Suess, Loc. cit., p. 664.

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86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA '

EDAD RELATIVA DE LAS CAPAS

D'Orbigny, Darwin y Philippi nos han dado á conocer una fauna maria de los terrenos cenozóicos de la Patagonia y de Chile, muy interesante y muy rica en sus formas. Por los trabajos de estos sa= bios se conocen varios horizontes geológicos, que constituyen para el geólogo una guía segura. Philippi (1), cuya autoridad en el co- nocimiento de la fauna mediterránea de Europa es conocida, en- contró en el estudio de los moluscos terciarios de Chile analogías mayores con aquella fauna que con la fauna actual de ese país. Muy extraña parece esta conclusion, pero observaciones recientes establecen con la mayor evidencia que los depósitos marinos de la costa occidental de América del Sud y de las Antillas presentan desde los tiempos más remotos, analogías con los de Europa. Recien en la segunda mitad de la era terciaria se han alterado estas relacio- nes, y de esta alteracion resulta la fauna actual peculiar que cono- cemos y que no se encuentra en los mares de Europa. Las costas de Chile presentan otra particularidad. No suministran una suce- sion de faunas que se encadenan unas con otras y cuyo término es la fauna actual. El carácter mediterráneo de la fauna terciaria des- aparece por completo, y la fauna cuaternaria ofrece el carácter de la actual. Resulta, pues, una gran dificultad para la determinacion precisa de la edad relativa de las capas terciarias en Chile. Insiste particularmente Philippi en la identidad de los restos fósiles de Santa Cruz, en Patagonia (50* lat. S.), con los de la costa occidental, y tambien con los de la Navidad en la costa oriental (33% 54 ' lat. S.).

En Patagonia los depósitos terrestres son de mucho más impor- tancia que los depósitos marinos. La facies varía mucho y los restos fósiles de vertebrados y de plantas que contienen en abun- cia son de gran utilidad para la determinacion de la edad de los

(1) R. A.fPuiiper, Die tert. u. quart. Verst. Chile's; Leipzig, 1887, 4?, p. 257.

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 81

terrenos. Se conoce ya en el Museo de La Plata, principalmente, una fauna muy rica de mamiferos y de pájaros. Los materiales que hacen el objeto de las publicaciones aparecidas hasta hoy so- bre esta fauna, sólo tienen para la ciencia un valor relativo, dado el estado de nuestros conocimientos sobre la geología de la Pata— sonia. Las excavaciones que los han revelado no han sido nunca el objeto de observaciones metódicas, absolutamente indispensables á los trabajos científicos que resulten de ellos, y de las cuales cons- tituyen la verdadera base. Estas circunstancias me han conducido ya en 1891 á observaciones de la misma naturaleza (1).

Las observaciones que puede recoger el especialista en los yaci- mientos de la Patagonia son del mayor interés. Es sorprendente ver desaparecer, en yacimientos que están muchas veces á poca distancia los unos de los otros, segun el grado de hundimiento de las mesetas á que pertenecen, géneros, familias y hasta órdenes enteros, para reaparecer, un poco más lejos, más abundantes ó más raros, y mezclados entónces con nuevas formas. Las observaciones que he recogido con el mayor empeño, prueban hasta la evidencia que no se trata simplemente de fenómenos que se puedan atribuir á las costumbres, á los hábitos ó á la distribucion geográfica de los animales. Estas observaciones me autorizan desde ya á dar por sentada la presencia de varios pisos, de series, y hasta sistemas de la era terciaria.

El punto que he tocado es uno de los más delicados, y requiere del especialista estudios minuciosos y muy largos., Podría sumi- nistrar ya numerosos datos, referentes á la reparticion de los repre- sentantes de distintos grupos de mamiferos y de pájaros, que se han atribuido al eoceno inferior, y de los cuales se encuentran todavía restos en capas de edad más reciente que el horizonte de la Ostrea patagontca, d'Orb. En este caso se encuentran los Creodonta, los Pro- towodontidae, los Homalodontotheridae, algunos Edentados, como tambien varias formas entre los gigantescos pájaros llamados Ste- reornithes. Los Astrapotheridae y los Diadiaphoridae (2) están to-

(1) A. MERCERAT, Observations, etc.. Buenos Aires, 1891, 8”, p. 18. Catálo- go de los Pájaros fósiles de la Rep. Arg., An. del Mus. de La Plata, 1891, 4”, pnl

(2) Nombre nuevo destinado á reemplazar el de Bunodontheridae Merc. En mi Sinopsis de la Fam. de los Bunodontheridae (Rev. Mus. de La Plata, t. 1, p. 445 y sig.) he dado algunas líneas de la descripcion del Dr. Burmeister del género Anisolophus (An. Mus. Nac. de Buenos Aires, t. III, e. 14, p. 169-172, pl. II,

88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

davía bien representados en las capas de edad más reciente que el horizonte de Ja Ostrea Ferraris d'Orb. He encontrado tambien en estas capas restos de Propalaehoplophorus Amegh. y. de Theosodon Amegh. :

El prof. Neumayer en su importante obra Erdgeschichte, Leip-

o, 1887, 8%, Bd. IT, p. 473, dice : « Parece que en las capas más antiguas del terciario de Sud América se ha encontrado un animal (Mesotherium) que establece la transicion entre los Roedores y los Elefantes. La presencia de tal animal es posible, pero segun nues- tros conocimientos un parentesco más directo entre estos dos gru— pos es poco admisible ». El Mesothervum ha sido señalado por Moreno (1) y Ameghino lo describe en su obra sobre los Mam. fós. de la República Argentina, 1889, 4*, p. 267-8, con el nombre de

fig. 7) una significacion que no tienen en realidad. Resulta de un exámen de la pieza típica del Dr. Burmeister que he podido comparar directamente con las piezas por estudiadas, que Anisolophus Burm. tiene por sinónimo Diadia= phorus Amegh. tal cual lo he definido (Loc. cit. p. 449 y 458) con dos especies Anisolophus velox (Amegh.) Merc. y A. australis Burm. Habiendo el Sr. Ame- ghino confundido con el nombre de Diadiaphorus piezas pertenecientes á tres géneros diferentes, resulta el nombre Bunodonthertum que había propuesto, ser, segun las leyes de prioridad, un sinónimo de Diadiaphorus, el cual cuenta tam- bien con dos especies Diadiaphorus patagonicus Merc. y D. majusculus Amegh. Resulta, por fin, que el género Anisolophus, tal cual lo he definido no tiene ahora ninguna denominacion; lo designo con el nombre de Diaphragmodon Merc. $. nov., con las siguientes especies Diaphragmodon cavus (Amesh.) Merc. D. Bur- meisteri Merc. y D. Fischer Merc. En la Rev. Arg. de Hist. Nat.,t. L, p. 338, da el Sr. Ameghino la afirmacion de que los Bunodontheridae son los mismos ani- males que él ha designado con anterioridad bajo el nombre de Proterotheridae, y que no hay ningun carácter que permita separarlos y considerarlos como de una familia distinta. Se ha admitido esta indicacion en la parte recien aparecida de la obra de Zittel : Handb. d. Palaeont., 1, Abth., Bd. IV, p. 263-267, donde se reproducen tambien las figuras muy poco exactas publicadas por el Sr. Ameghino.

Es falsa la indicacion del Sr. Ameghino. Los Bunodontheridae son animales que presentan caracteres mucho más primitivos que los Proterotheridae, los cuales en la constitucion de sus molares superiores tienen una tendencia mucho más acentuada hácia el tipo selenodonte que los Bunodontheridae. Los elemen- tos internos de los molares superiores, en los Proterotheridae, simulan siempre en su disposicion un arco de círculo En los Bunodontherídae no se presenta nunca ese caso; los elementos internos de los molares superiores, cuando en número de cuatro, son dispuestos segun dos líneas paralelas dirigidas oblícuamente del exterior hácia el interior y de adelante hácia atras, y cuando en número de tres solamente, afectan la misma disposicion relativa, lo que contribuye á a al tipo bunodonte.

(1) Moreno, Patagonia, etc., p. 25 (1882).

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 89

Macropristis (1), colocándolo en la familia de los Macropodidae, es decir en la familia á la cual pertenece el kanguroo de Australia. En 1890, este mismo autor, en un trabajo (2) sobre los Plagiaulaci- deos Argentinos, lo considera como el representante de una nueva familia, los Macropristidae entre los Diprotodonta, y agrega que es el más gigantesco de los Plagiaulacideos que hasta ahora se cono- cen. La pieza descrita por el Sr. Ameghino, que es la misma que había servido al Sr. Moreno, no pertenece á un cráneo de mamifero; es la epífisis de la parte distal del húmero de un reptil gigante, de un Dinosauriano. Los dientes señalados en esta pieza son los ves- tigios de suturas entre la epífisis y la diáfisis.

Entre los representantes más característicos del mioceno se de- ben mencionar los monos y los verdaderos Rumiantes, que hacen entónces su aparición. Se encuentran también restos de Macrau- chenia, de Cetáceos, de Pájaros, de Reptiles, de Batracios y de Pescados con bastante abundancia. Es tambien en este período en el que la flora ha alcanzado su mayor desarrollo. |

A mi parecer, se debe atribuir la capa de rodados tehuelches al plioceno. A este depósito corresponde una nueva transgresión del mar. Como lo cree haber observado el doctor Doering, no existe continuidad en cuanto á la superposicion de las diversas capas de los depósitos marinos cenozóicos de la República Argentina. Debo manifestar que las capas que faltan no presentan un vacio tan grande, como lo supone el doctor Doering. Segun este autor, com- prenden el tiempo que separa el período oligoceno del dilu- vium >; mientras que se debe admitir en realidad una transgresión del mar en el período mioceno (Echinodermata), y otra al fin del período plioceno (Rodados tehuelches). En la República Argentiná ha tenido este intervalo proporciones un poco mayores que el que resulta en Europa de los estudios del célebre profesor Neumayr, pero menores que el señalado por Heilprin en la costa Atlántica de Norte-América que comprende el periodo que separa los depósitos miocenos de los del diluvium.

Si los depósitos terrestres de la Patagonia presentan en su facies una gran variabilidad, no encontré, en ninguna parte, en la

(1) El Dr. Trouessart ha propuesto en 1883 para designar este animal el nombre de Mesitotherium.

(2, AmecnINO, Los Plagiaulacideos argentinos, etc.; Bol. Inst. Geog. Ars., t. XI, p. 158 y 174. :

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90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

série delas capas terciarias, depósitos de orígen eólítico ó sub-aéreo, y no es posible, en todo caso, atribuir tal orígen, como lo hace Ameghino(1), á las capas de su piso santa-cruzeño. Habrá segura- mente considerado como tal, depósitos de un fondo fangoso que se encuentran con frecuencia entre las capas terciarias. La tierra roja ó loess es el único depósito de orígen eolítico. Pertenece al diluvium. El profesor G. Steinmann, que ha hecho un viaje en la Cordillera Bo de los Andes en 1881, ha publicado en el American Naturalist, : octubre 1891, una nota de la cual se publicó una traducción en la Revista del Museo de La Plata, 8%, t. TM, p. 13-18. En esta nota, el sabio profesor hace observar que, lo que se ha llamado en la República Argentina formacion pampeana, y referido al período plioceno, es el equivalente del loess de Europa, que se ha deposi- tado en los dos últimos periodos glaciales. Deduce de esta obser- vacion que los estratos de Monte Hermoso atribuidos al mioceno, y en los cuales Ameghino ha señalado restos humanos, pertenecen probablemente al gran período glacial, ya sea al primero, y que los estratos tehuelches representan sólo los depósitos morénicos del segundo período glacial. Despues de los estudios magistrales del finado doctor Burmeister (2) sobre la formación pampeana, no es permitido á mi parecer poner en duda el hecho, de que parte de la formacion pampeana pertenece á la era terciaria. Las observa- ciones tan interesantes del excelente trabajo del señor S. Roth sobre la formacion pampeana (3) lo prueban tambien con toda evi- dencia. En Patagonia, el loess ó tierra roja de Darwin, que se en- cuentra hasta en la cumbre de los macizos de la Cordillera, es, como lo he demostrado, un depósito perteneciente al diluvium. Este es probablemente el hecho que ha motivado la observacion del profesor Steinmann. Por lo que se relaciona á la formacion pampeana, esta observacion no tiene absolutamente ninguna razon de existir. Hablando de los depósitos de Monte Hermoso, tengo que hacer una advertencia. Es un error el considerar las capas de este yacimiento como pertenecientes exclusivamente al período mio- ceno. Los restos fósiles que se conocen de este yacimiento dan la

(1) F. Amechino. Contribucion al conocimiento de los Mamiferos fósiles de la : República Argentina, Actas de la Academia Nacional de ciencias, t. IV; 1889, p. 17. E (2) BurmeIsTER, Descripivon physique de la République Argentine, Paris, 1876, Deo 8, t. IL, p. 155-255. p

(3) S. Rorh, Beob. ú. Entsieh. u. Alter d. Pampaformation in Argentinien, Zeitschr. d. Deutsch. geol. Gesell. Jabrg. 1888.

IAS

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 91

prueba de que las capas pertenecen á varios sistemas, es decir á di- ferentes periodos. El yacimiento de Monte Hermoso comprende capas pertenecientes al mioceno, al plioceno y al diluvium. Si se han en- contrado restos humanos en este yacimiento, bien seguro es que no son del período mioceno. Hasta Creodontes se han encontrado en este yacimiento de Monte Hermoso (1). Su presencia se confirma por nuevos descubrimientos (2).

vi

ORIGEN DE LOS MATERIALES QUE CONSTITUYEN LOS DEPÓSITOS

Los bloques erráticos, los rodados, el nagelfluh, las arenas, las areniscas y las margas, son las rocas que juegan el rol principal en la série de los depósitos cenozóicos. Por sus caracteres petrográ- ficos acusan un orígen comun. No pueden por consiguiente consi-

r

derarse, sinó como los productos llegados á varios grados de la misma masa primitiva, sometida bajo la accion de los fenómenos mecánicos los más diversos. Entre los bloques erráticos distribuidos por la superficie del suelo, algunos se encuentran muy alterados por la accion de los agentes atmosféricos, ó reducidos á pedazos. Se explica, con facili- dad, que estos bloques, alterándose así poco á poco, den lugar, con la ayuda de agentes mecánicos, á rodados, y que de la accion com-

(1) A. MerceRAT, Sobre un max. inf. de Creodonta de Monte Hermoso, Rev. del Museo de La Plata, t. IT, p. 80.

(2) Sin tener absolutamente ningun dato sobre qué apoyar su afirmacion se ha permitido el Sr. Amecuiyo declarar que los restos de Notocymus hermo- sicus Merc. son de .Didelphys triforata Amegh. (Rev. Arg. Hist. Nat., t. 1, p. 438), y el Dr. E. TROUESSART parece prestarle fe (Ann. Géol. Univ., t. VIII, 1891, 8”, p. 649). Si hubiese leido con detencion la nota publicada al respecto, hubiese al menos tenido que declarar tambien, para ser consecuente, que los dos géneros fundados por él Agustylus y Hathliacynws y considerados como Creo— donta, como lo son en realidad, pertenecen tambien al género Didelphys L. 6 por lo menos á la familia de los Didelphidae. Las suposiciones malévolas no reemplazan los hechos positivos que sólo contribuyen á enriquecer la ciencia.

92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

binada de estos fenómenos mecánicos resulte una cantidad no menos importante de materiales que suministran los elementos de las arenas, de las areniscas y de las margas. Estos fenómenos, aunque muy poderosos, no son suficientes para explicarnos de por solos la transformacion de una cantidad tan enorme de mate- riales, como la representada vor los depósitos cenozóicos. Única= .mente á los ventisqueros se puede referir un fenómeno de tritura- cion, que ha tomado proporciones tan grandiosas. Es tambien el único medio por el que ha podido efectuarse el transporte de todos estos materiales de naturaleza errática.

La abundancia de los rodados en toda la serie de los depósitos ce- nozóicos, que va aumentando á medida que penetra al interior, da el testimonio de una enorme acumulación de materiales hasta cierta distancia de la Cordillera de los Andes. Por las proporciones que alcanza esta acumulacion no puede ser sinó la obra de los ventis- queros. Se manifiesta muy claramente, comparando la cantidad de los rodados interpuestos en los depósitos terciarios del interior del país, con la que presentan estos mismos depósitos en el litoral. Se encuentran, efectivamente, en el litoral bancos de rodados y de na- gelfluh anteriores á la capa de rodados tehuelches. Estos bancos son, sinembargo, bastante raros y presentan muy poca extension. Su grueso sobrepasa rara vez algunos decímetros, y los rodados están siempre perfectamente redondeados y son de poco tamaño. Penetrando hácia el W., estos bancos se encuentran con más fre- cuencia y son tambien muy numerosos. Los rodados muchas veces ' no están tan regularmente pulidos, y son por lo general de mayor tamaño. En las cercanías de la Cordillera, como también en el inte- rior, los bancos de rodados y de nagelfluh intercalados entre los depósitos terciarios alcanzan frecuentemente un gran espesor, y se repiten en el mismo perfil unos encima de los otros.

Al señalar los bloques erráticos del valle del Rio Santa Cruz, invocó Darwin la teoría de Lyell. De ningun modo puede esta teoría de los drafts explicarnos una acumulacion de materiales como la que acabo de señalar. Darwin hace alusion á esta acumulacion, sin atribuirle, sin embargo, las enormes proporciones que ha tenido en realidad. No se detiene en la identidad de los caracteres petro- gráficos entre los bloques erráticos, y los rodados de todas las edades en la série de los depósitos cenozoicos. No habla tampoco sinó de una sola capa de rodados, los rodados tebuelches. Es verdad que los parajes visitados por Darwin no son los más propi-

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 93

cios á los estudios. Ya es menester dejar á un lado la teoría de los drifts en el momento de abordar el problema de la distribucion de los bloques erráticos, sin tener en cuenta que entre estos se- nota todavía alguna alineación. Nose puede, efectivamente, atribuir á los tempanos una repartición localizada á la vez en puntos dados que indican la cuenca de antiguos ventisqueros, y tan general como aparece al mismo tiempo en el continente sud-americano.

Estas consideraciones me parece que tambien permiten aceptar

la manifestacion de fenómenos glaciales antiguos que han suminis- trado los elementos de la masa de los depósitos cenozóicos. He dicho ya, que no encontré en ninguna parte los vestigios directos de estos fenómenos glaciales. No observé en parte alguna ranuras, estrías, superficies pulidas Ó rocas moutonnées, tan abundantes en los terrenos por donde se han deslizado los ventisqueros. He aquí la razón, que es muy sencilla : en toda la region que recorrí no aparecen rocas antiguas. No encontré tampoco, como ya he dicho, ni un rodado con las estrías características de los elementos de los ventisqueros. Atribuyo esta ausencia de las estrías glaciales en la superficie de los rodados, al hecho de que han sido removidos los depósitos glaciales, y sus elementos han sido sometidos á la accion de los fenómenos mecánicos los más diversos, y perdieron, princi- palmente en el acarreo, sus caracteres primitivos.

El campo de mis investigaciones no me ha suministrado argu- mentos suficientes para determinar con precision la edad á la cual pertenecen estos antiguos fenómenos glaciales. No me es posible tampoco determinar el área de distribucion de estos ventisqueros. -

El doctor Nogués hizo una comunicacion en la Société scienti- fique du Chili, en su sesion del 21 de Marzo de 1892 (1) que apoya mucho las consideraciónes que preceden. Se trata de observa- ciones hechas por este eminente geólogo en la Cordillera de Chillan (36% de lat. S.). Dice :

« Nous voulons démontrer, dans cette note, que les glaciers, á une époque antérieure á l'éruption des volcans de Chillan, exis-

“talent dans la Cordillére, et que leur puissance était supérieure á ceux d'aujourd”hui. C'est-á-dire que, dans la Cordillere de Chillan, on distingue deux sortes de moraines, de deux époques distinctes et différentes : 1? Moraes antérieures a la formation ou a l'érup- tion des volcans actuels, probablement tertiaires ; 22 Morawmes pos-

(1) Actes de la Soc. scient. du Chili, t. 11 (1892), p. XLIT-XLIV.

94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

iérieures ú U'éruption des volcans actuels et formées avec des débris de roches et laves rejelées par ces volcans. SN

« Pissis, dans sa Geografía fisica de la República de Chale, émet, sous forme dubitative, opinion qu'a la fin de la période tertiaire un grand cataclysme, á la fusion des glaciers par la chaleur des éruptions volcaniques qui eurent lieu alors, sema et dispersa, dans toute Pétendue de la grande vallée longitudinale du Chilt, l'énorme masse de terrain de transport quí la couvre aujourd*hul. Mes observations tendralent á confirmer ces vues de Pissis.

«Dans létroite vallée du Renegado, aux thermes méme de Chillan, au-dessous des glaciers, se montrent les moraines for- mées par les glaciers actuels. L'hótel des thermes est báti sur Pune de ces moraines, qui a pour caractere distinctif de contenir des laves, débris de roches volcaniques modernes, sables provenant: des cendres volcaniques (trumao). La coulée des laves est descen- due fort avant dans la vallée ; mais la moraine moderne est loin d'avoir la méme extension.

« Aux environs des thermes, mais plus bas, sur la rive gauche du torrent qui descend du glacier, se trouve une puissante mo- raine ancienne formée de cailloux et blocs non roulés, anguleux, de toutes dimensions, dont les argiles ou boues ont été durcies et ont cimenté les débris de roches. :

« Par rapport á lorographie actuelle de la région, cette moraine se trouve dans une situation anormale. Une portion de la Cordil- lére a été arrachée et a disparu. C'était une moraine terminale par rapport á cette partie arrachée. Des cratéres ont été brisés et leurs parois emportées; surgissent les fumaroles, se montrent tous les signes d'un cratére dégradé et démantelé.

« Cette moraine ancienne est caractérisée par l'absence de laves et roches rejetées par les volcans de Chillan. Ses matériaux sont différents de ceux de la moraine moderne : j?y al trouvé des débris de roches qui ne se trouvent pas aux environs. Enfin, sa position, sa composition, font prévoir une antiquité qui la rapporte á une époque les volcans de Chillan n'avaient EE encore rejeté leurs laves et leurs scories.

« Donc il y a des moraines antérieures aux volcans de la conló lére de Chillan, donc il y a eu des glaciers sur la méme Cordillére, avant la formation et l'éruption de ces volcans.

« Il nous reste á rechercher, par des observations ultérieures, si le phénoméne glaciaire ancien est général dans les Andes méri-

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 95

dionales, ce qui est probable. Nous communiquerons á la Société scientifique du Chile les résultats de nos recherches, quand elles auront un caractére de certitude et de généralité. » :

Soy de parecer que debe darse á las observaciones de Agassiz, referentes á fenómenos glaciales durante su viaje en el Brazil, una interpretación un poco d:ferente de la que se le ha aplicado. Las recientes comunicaciones del docteur Siemiradgki sobre el Neu- quen (1) se refieren, segun todas las probabilidades, á fenómenos glaciales antiguos. El Sr. Santiago Roth, que ha hecho el año pa- sado un viaje en estas regiones, me escribe que no ha encontrado absolutamente ningun rastro de fenómenos glaciales del diluvium. En sus comunicaciones el doctor Siemiradgki hace tambien decir a Darwin, que los rodados tehuelches constituyen un depósito gla- cial, pero protesta enérgicamente contra tal ideá, diciendo que los fenómenos glaciales en la República Argentina están localiza- dos. Las ideas emitidas por este sabio sobre la formacion pam- peana no están en armonía con nuestros conocimientos.

La serie de los depósitos terciarios nos indica condiciones clima- téricas muy diferentes de las de hoy. El estudio de los fósiles conduce tambien á las mismas conclusiones. El clima era mucho más cálido, y las precipitaciones atmosféricas muy abundantes.

Los productos de las erupciones volcánicas de aquella época son los únicos elementos petrográficos nuevos que se encuentran entre los depósitos del diluvium. Los materiales de estos depósitos pro- ceden en su mayor parte de las capas terciarias superficiales aras- tradas por la erosion. Estos se mezclaron con una notable propor- cion de arenas volcánicas. Los fenómenos glaciales de la época del diluvium se han desarrollado, como ya lo he dicho, en una pe- queña escala, como tambien es el caso en varias otras regiones conocidas de la República Argentina.

En 1884 (2), el Sr. Ameghino afirma, con la más absoluta con- viccion, la manifestacion, en plena formacion pampeana, de fenó- menos glaciales en la República Argentina, dando solamente las

(1) Dr. Jos. DE SIEMIRADGKI. Apuntes s. la region sub-andina del alto Limay, Rev. del Mus. de La Plata, t. III (1892), p. 305-312. IBtD. Zur Geologie v. Nord-Patagonien, N. Jahrb. f. Min. Geol. y Pal., Jahrg. 1893, Bd. 1, p. 22-32. IBID. Eme Forschungsrewse in Patagomien, Dr. A. Petermann's Mitth., Bd. XL, LS

(2) F. Amecuino, Excursiones geol. y pal.; Boletin de la Academia nacional de ciencias, t. VI, p. 189-191.

principios más Saenales que se iia estos oa En 1889 (1), este mismo autor niega redondamente, y de la misma manera, la existencia de una época glacial en el continente sud- americano. Muy poco se preocupa el autor de averiguar los hechos; - establece, como si fuera la ciencia una diversion pueril, un racio- cinio que no tiene para el geólogo el más mínimo valor, creyéndose cl así autorizado para burlarse tan descaradamente de la ciencia de 3 de los sabios. dE

-[1) Im. Contribucion al conocimiento de los Mamiferos fósiles de la Repú= A blica Argentina, Actas de la Academia Nacional de ciencias, 1889, 4”, t. IV,p. .

(Continuard) a me

LISTA DE LOS

¡HONORARIOS

SOCIOS

Dr. German Burmeister +. —Dr. Benjamin A. Gould. —Dr.R, A. Philippi.—Dr. Guillermo Rawson | . Cárlos Berg.

Arteaga Rodolfo de........ - Montevideo. Netto, Ladisla0........ Ave-Lallemant, German...... Mendoza. Paterno, Manuel....... Brackebusch, Luis...... .... Cordoba. Reid, W. alter Fono... Carvalho, José Cárlos dez... Rio Janeiro. Stróbel, Pellesrino...... z ADA ais Moncalieri (Italia) Cordeiro, Luciano....... Lisboa. CAPITAL

-Aberg, ques Agote, Gárlos. Aguirre, Eduardo. Aguirre, Pedro. Albert, Francisco. Aldao, Cárlos A. Almada Luis E. . Alrich, Francisco. Alsina, Augusto. Amespil, Lorenzo. Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo. Araoz, Aurelio. - Aranzadi, Gerardo. Arata, Pedro N. Arigós, Máximo. Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Aubone, Carlos. Avenatti, Bruno. Avila, Delfin.

Badell, Federico V: Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B.

Baigorría, Raimundo.

Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan.

Barabino, ls ys

Barilari, Marianc S..

CORRESPONSALES

Barra, Cárlos de la.

.Barzi, Federico, Basarte, Rómulo E. Bastianini, Egidio. Battilana Pedro. Baudrix, -Manuel €. Bazan, Pedro. Becker, Eduardo.

Belgrano, Joaquin M.

Belsunce, Esteban

Beltrami, Federico

Benavidez, Roque EF. Benoit, Pedro.

Bernardo, Daniel. R, 4

Biraben, Federico. Blanco, Ramon Brian, Santiago. Brian, Santos Bosque y: Reyes, F.: Booth,'Luis A. Bugni Félix. 'Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Cárlos.

Buschiazzo, Francisco.

.Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L.

Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Campo, Leopoldo de

. Canale, Julio.

Candigni, Emilio. Candioti, Marcial R.de Canovi, Arturo

Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. Caride, Estéban S, Carmona, Enrique. Carreras José M. de las Carrique, Domingo Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Roque. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cerri, César.

Cilley, Luis P. Chanourdie, abia.

| Chapeaurouge, C. de.

Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco.

Cominges, Juan de.

Córdoba Félix.

Rio Janeiro. Palermo (It.). Lóndres.

Parma (Ital.).

Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel, Policarpo. Corti, José S. Courtois, U. Cremona, Andrés Y. Cremona, Victor. Crohare, Pablo J. Crotto, Silvano. Cuadros, Carlos S.

Damianovich, E. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dawney, Carlos. Dellepiane, Juan. Dellepiane, Luis J Diaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro. Dillon Justo R. Dominguez, Enrique Doncel, Juan A... Dubourcg, Herman. Duclout, Jorge. Durrieu, Mauricio. Dubart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D.. Dufaur, Estevan F.

Echagúe, Cárlos. Eguzquiza, Rafael Elguera, Eduardo, Escobar, Justo Y. Espinosa, Adrian. Etchecopar, Evaristo. Etcheverry, Angel. Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A.

Fernandez, Daniel. Fernandez, Honorato. Fernandez, Ladislao M. Fernandez. Pastor. Ferrari Rómulo. Ferrari, Santiago. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Fox, Eduardo Frogone, José l. Frugoue, José V. Fuente, Juan de la.

Gainza, Alberto de. Galtero, Alfredo. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Gastaldi, Juan F. Gentilini, Pascual. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Girado, José 1. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gonzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Velez, Alej. Gorbea, Julio Gramondo, Ernesto. Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guelielmi, Cayetano.

Gutierrez, José Maria.

Hainard, Jorge. Hary, Pablo

Herrera Vegas, Rafael.

Hidalgo, Martin Huergo, Luis A.

Huergo, Luis A. (hijo).

Hughes, Miguel.

Igoa, Juan M. Irigoyen, Guillermo. lsnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio.

Jaeschke, Victor J. Jameson de laPrecilla. Jauregui, Nicolás.

LISTA DE SOCIOS (Continuacion)

Krause, Otto. Kyle, Juan J. J.

Labarthe, Julio. Lafferriere, Arturo. Lagos, Bismark. Lange, Enrique 5. Langdon, Juan A. Lanús, Juan. C. Lara, Alfredo. Larguía, Carlos. Lavalle, Francisco. Lavalle, José F. Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Lederer, Julio. Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Ramon. Lopez Saubidet, P. Loudet, Osvnaldo. Llosa, Alejaldro. Lucero, Apoinario. Lugones, Arturo.

Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Lynch Arribálzaga, F.

Machado, Angel. Madrid, Enrique de Madrid, Samuel de. Mallol, Benito J. Mamberto, Benito. Marini, A.

Martinez, Carlos. E, Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Maupas, Ernesto. Mendez, Teófilo F. Meza, Dionisio C. Mezquita, Salvador. Mignagiy, Luis P. Mohr, Alejandro. Molina Civit, Juan. Molina Sajas, Cárlos. Molina y Vedia Julio. Molinari, José. Molino Torres, A. Molteni, José T. Mon, Josué R. Montes, Juan A.

Moyano, Cárlos M. Murzi, Eduardo.

Nocetti, Domingo. Nocetti, Gregorio. Nougues, Luis F.

Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M.

| O'Donell, Alberto C.

Lugones Velasco, Sir,

Morales, Cárlos Maria.

Olivera, Cárlos C. Olmos, Miguel. Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto.

Otamendi, Juan B.

Padilla, Emilio H. de Palacios, Alberto Palacio,Emilio. Páquet, Cárlos. Pasalacqua, Juan Y. Pawlowsky, Aaron. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. : Peluffo, Domingo Peyret, Alejo Pereyra, Horacio. Pereyra, Manuel. Philip, Adrian, Piana, Juan. Piaggio, Pedro. Pico, Octavio 5. Pico, Pedro P.- Pirovano, Ignacio. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel. M.

Quadri, Juan B. Quijarro, José A. Quiroga, Atanasio.

Ratto, Leopoldo. Rebora, Juan. Recalde, Felipe. Real de Azúa, Cárlos Riglos, Martiniano. Rigoli, Leopoldo. Roux, Alejandro Rodriguez, Andrés E. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel.

Rodriguez de la Torre, €.

Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Carlos L. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Rostagno, Enríque. Ruiz, Hermógenes. Ruiz de los Llanos, €. Ruiz, Manuel. Rufrancos, Ceferino.

Sagasta, Eduardo. Sagastume, Demetrin. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Salas, Estanislao. Salas, Julio S.

Salvá, J. M.

Samper, Sebastian

Sanchez, Emilio J: Sanglas, Rodolfo. San Roman, Í berío. Santillan, Santiago P. Senillosa, Juan A. Señorans, Arturo 0. Sarrabayrouse, Eugen. Saralegui, Luis. Sarhy, José. V. Sarhy, Juan F. Scarpa, José. Schneidewind, Alberto Schickendantz, Emilio. Schróder, Enrique: Schwartz, Felipe. ¿Scotti, Carlos F. Segovia, Fernando. Seguí, Francisco. Selstrang, Arturo. Serna, Gerónimo de la Schaw, Arturo E, Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. Silveira, Luis. Simonazzi, Guillermo. Siri, Juan: M. Sirven. Joaquin. Solá, Ricardo. Soldani, Juan A. Sota, Alberto de la. Spika, Augusto. Stavelius, Federico. Stegman, Cárlos.

Taboada, Miguel A. Taurel, Luis.

Tessi, Sebastian T. Thedy, Hector. Thompson, Valentin. Treglia, Horacio. Tressens, José A.

Unanue, Ignacio. Urraco, Leodoro (6.

Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo)

Victorica y Soneira,J, -,

Vidart, E. (hijo) Videla, Baldomero. Viñas, Urquiza Justo. Villanueva, Bernardo. Villegas, Belisario. Vinent, Pedro

Wauters, Cárlos. Wauters, Enrique. White, Guillermo. Williams, Orlando E.

Zamudio, Eugenio. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S, Zunino, Enrique.

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ANALES

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CCOMISION REDACTORA

ROS Tdente os. Ingeniero CÁrLOS BUNGE. SOEROLOTTO ccoo Senor ARMANDO ROMERO. : PE es Ingeniero ManueL B. Bahia. MO CUA leS sia. | Do" ATANASIO QUIROGA.

Señor FÉLIx LYNCH ARRBIBÁLZAGA.

SETIEMBRE 1808. ENTREGA 111. TOMO XXXVI iS "PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION E -LOCAL-DE LA SOCIEDAD, VICTORIA, 1402 (2* piso), Y PRINCIPALES LIBRERÍAS

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“limcluso porte....... A E E OA $ mA 1.50 4 Por: ano, en la Capital; Interior y Exterior _inelúso pones: AN ICON [ea » 12, 90, MEF E QM O Nui

La suscricion “se ds a anticipaggú"

E y : 2 ) É j ed 0) 19% A A 4 ES NATION al ME»

ha BUENOS AIRES ds IMPRENTA. DE PABLO E. CONI É' HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS

680 CALLE PERÚ 680

1898

JUNTA DIRECTIVA

Previdente a Ingeniero CÁrRLOS BUNGE. Vice Presidente 1% Ingeniero DoMINGO NOCETTI. Id. 22 Ingeniero DEMETRIO SAGASTUME. SLCIeLartO 0. ds Señor ARMANDO ROMERO. ROBOT ero... coo ae Señor JosÉ I. GIRADO.

Señor JOSÉ VICTORICA- Y SONEYRA. y Señor ERNESTO. MAUFAS. Señor ALBERTO OTAMENDI. a ARTURO LUGONES. Ingeniero MIGUEL ITURBE.

Vocales Aa

INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA

I. CONTRIBUCIÓN A LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA, por Alcides :

Wercerat, (Conclusión).

II. OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA. Informe pericial por los ingenieros, D. Rafael Aranda, Carlos Doy mel y Emilio Girardet. |

TIT. MISCELANEA.

IV. BIBLIOGRAFÍA

A LOS SÓCIOS

a

Se ruega á los señores sócios comuniquen á la Secreta=

ría de la Sociedad su ausencia, cambio de domicilio, etc., y cualquier irregularidad en el OS de los Anales Ó cobro de la cuota.

Se ruega tambien á los que tengan en su poder obras.

prestadas pertenecientes á la Biblioteca de la Sociedad, se * E

sirvan devolverlas á la brevedad posible, á fin de anotar— las en el catálogo. |

nd.

CONTRIBUCION

GEOLOGÍA DE LA PATAGONTA

POR ALCIDES MERCERAT

(CONFERENCIA LEIDA EL 26 DE AGOSTO EN LOS SALONES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA)

(Conclusion)

Transcribo el texto para que juzgue el lector. He aquí lo que dice en 1884 : |

« Sin embargo, bajo el punto de vista geológico, la parte más interesante de esta barranca la constituyen las dos capas superio- res del pampeano lacustre, señaladas en el corte con los núme- ros 5 y 6, por cuanto se relacionan con la época glacial en nuestro suelo, fijando su antigúedad con relacion al terreno pampeano.

« Hasta ahora, en la Pampa, no se habían encontrado trazas olaciales, y se discutía sobre si las que se encuentran en Patagonia y al pié de los Andes indican una época glacial anterior ó posterior al terreno pampeano. Los trabajos más modernos sobre la época olacial ponen ya fuera de duda que ésta fué general y única, aunque se manifestó con intervalos de frio de mayor ó menor in- tensidad. Si la época glacial resultara haber sido anterior al ter- reno pampeano, éste, contra lo que demuestran infinidad de otros

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI Y

98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

hechos, resultaría ser de época geológica relativamente moderna. Si por el contrario y como se deduce de observaciones del doctor Doering, practicadas en las cercanías de la Sierra de la Ventana, la época glacial resultara haber sido post-pampeana, entónces la for- macion pampeana, de acuerdo con lo que nos enseñan los demás datos geológicos, estratigráficos y paleontológicos, resultaría ser terciaria. Ahora, es este importantísimo problema geológico que vienen á resolver las capas en cuestion.

«Como se puede ver por el corte geológico de la barranca, las dos capas superiores de la formacion lacustre pampeana (números 5 y 6) constan de una acumulacion de estratos que en vez de pre- sentarse colocados horizontalmente é inclinados, pero como de cos- tumbre más ó menos paralelos, muéstranse plegados y dados vuel- tas sobre mismos de mil distintas maneras. Este fenómeno es bien conocido en Europa y Norte-América, y es igualmente sabido que se produce por las capas de arena y arcilla que se depositan encima de grandes témpanos que al fundirse dejan caer al fondo esos materiales, en donde se acumulan afectando disposiciones es- tratigráficas las más caprichosas. Se trata, pues, de fenómenos gla- ciales que se observan por primera vez en el centro de la llanura argentina, lejos de las montañas, y ellos se muestran por primera vez cerrando justamente los tiempos pampeanos, en las últimas y más modernas capas de terreno depositados en esta época, en donde ya es raro encontrar fósiles de grandes mamiferos que fueron sin duda aniquilados por el fri>. Esta estratificación nos demuestra entónces de una manera evidente que el principio de la época gla= cial aceleró la extincion de los grandes edentados de otras épocas, y marcó el fin de la época pampeana. Luego el terreno pampeano, como lo demostraba la estratigrafia y la paleontología es real- mente preglacial, es decir, terciario superior ó plioceno. Sólo las capas superiores números 5 y 6 de la formacion lacustre pampeana pertenecen ya á la época glacial de la que representan sus prime- ras fases, de modo que dichas capas pueden considerarse como representando en la Pampa el piso tehuelche ó errático del Dr. Doe- ring, que se extiende sobre casi toda la superficie de los territorios del Sur.

« La época glacial en nuestro suelo que vemos empezó con el fin de la época pampeana, se prolongó durante los tiempos post-pam- peanos, adquiriendo el frio durante ellos sa maximun de intensi— dad, que coincidió con un abajamiento general del continente sud=

CONTRIBUCION Á “LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 99

americano que fué en parte cubierto por las aguas marinas, avance oceánico que sin duda: no fué ajeno á ese extraño descenso de tem- peratura. » cade

aquí lo que escribe el mismo autor en 1889:

« Aquí es el lugar aparente para decir algunas palabras sobre la enorme capa de rodados que cubre el territorio de la Patagonia en toda su extension, con un espesor que pasa en puntos de 50 metros, predominando en ella los rodados de pórfido, á menudo fuerte- mente conglomerados por un cemento calcáreo y á veces ferrugi- DOSO. | |

«Esta formacion, sin duda una de las capas de rodados más vas- tas y de mayor espesor que exista sobre la superficie de la tierra, ha sido considerada por casi todos los autores modernos como de orígen glacial, emitiéndose en cuanto á su época con relacion á la formacion pampeana, los juicios más encontrados. Los que su- ponían el limo pampeano como un detrito producido por el derre- timiento de los hielos, consideraban los rodados patagónicos como sincrónicos de la formación pampeana; aquellos que creían ésta de época muy antigua suponían los rodados mucho más modernos, y vice-versa, los que creían la formacion pampeana muy moderna, atribuían á los rodados una considerable antiguedad.

«Las observaciones directas se prestaban á todas las suposicio- nes, pues en unas partes se encontraron depósitos de limo pam- peano encima de los rodados patagónicos, en otras se observaron los rodados encima del limo pampeano, y en algunos puntos se pudo constatar que estaban engastados en la parte superior de di- cha formacion.

« Lo que hay de positivo es que, la formacion pampeana, como se ha demostrado de una manera evidente, no presenta vestigios de un clima glacial, y por los datos que me ha suministrado mi her- mano tárlos Ameghino, parece que tampoco los presenta la forma- cion de los rodados patagónicos, pues no se trata de un depósito depiedras angulosas y estríadas como las que resultan por el trans- porte y friccion de los glaciares, sinó de una vasta acumulacion de guijarros redondeados por el agua como todos los que se forman en los cauces de los rios que corren por comarcas pedregosas.

«Puede así esa formacion corresponder á épocas distintas, sin que sea por el momento posible establecer ninguna corresponden- cia sincrónica exacta con las capas sedimentarias de la Pampa, á causa de la ausencia completa de fósiles que puedan servir de guía.

100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

« Es tambien un hecho que la Patagonia es una tierra emergida desde la época antiquísima de la formacion del basalto, que por consiguiente desde entónces pudieron empezar á acumularse los depósitos de rodados, y esa acumulacion puede haber continuado hasta la época relativamente reciente en quese ha producido el es- -cavamiento de los cauces de los rios actuales de esa region. Es con todo probable que los ventisqueros de los últimos tiempos de la época terciaria y del principio de la cuaternaria, hayan desempe- ñado en este proceso un papel importantísimo, sin que por esto haya habido una época glacial, en la verdadera acepcion de esta palabra.

«No puedo así prescindir de dedicar algunas líneas á la preten- dida época glacial, para desarraigar, á lo menos en parte, esa creen- cia en una época de intenso frio que en cierto momento hubiera hecho sentir sus efectos sobre la superficie entera de la tierra, sin duda el mayor de los contrasentidos á la cosmogonia terrestre que se haya podido inventar en este siglo. La pretendida época glacial ha dado orígen, para explicarla, á las más raras teorías que se pue- den imaginar, entre otras, á aquella dela periodicidad de las épo- cas glaciales, á favor de la cual se pudieron encontrar vestigios de la accion de los hielos en los terrenos pérmicos y silúricos, y por poco que hubieran continuado hubiéranlos encontrado desde la época en que nuestro globo estaba todavía en estado incandes- cente.

«Concretándome exclusivamente á la América del Sud, puedo avanzar que las trazas glaciales descubiertas por Agassiz en las comarcas tropicales del Brasil son un mito. El inmenso depósito de drift glacial de la cuenca del Amazonas, es un depósito de loess como el de la Pampa ; y como afortunadamente todavía estamos en la época de los glaciares se ha podido constatar de la manera más perentoria que en ninguna parte del mundo los ventisqueros dan orígen á depósitos parecidos al /oess. Este, así en la India como en la China, tanto en las llanuras argentinas como en el valle del: Rhin, en todas partes donde ha sido objeto de un estudio especial, ha sido reconocido como formado al aire libre porlas aguas plu- viales y los vientos, ó empleando la palabra adoptada, ha sido re conocido como de orígen sub-aéreo.

«El gran depósito de piedras erráticas delas cercanías del cerro de Montevideo, ha resultado ser una vasta acumulacion de piedras procedentes de distintas regiones de la Banda Oriental, traídas allí

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 101

por los charrúas encima de algunos médanos que los convirtieron en un vasto taller de ¡instrumentos de piedra, y las famosas roches moutonnées de la playa, son grandes bloques de granito desprendi-- dos sobre estrechos senderos, en los que millares de cabezas de ga- nado vacuno que diariamente iban á apagarla sed en estanques ve- cinos, refregaban de paso sus lomos sobre esos trozos que tomaron con el tiempo un aspecto parecido al de las rocas pulidas por el hielo.

« La mayoró menor extension en latitud y en altitud de los ventisqueros, son hechos locales, debidos á accidentes físicos de las regiones locales y de los mares adyacentes, como tambien de la direccion de las corrientes almosféricas que dichos accidentes de- terminan y deí grado de humedad que contienen, sin que esos fenómenos lecales hayan podido en ningun caso alterar en lo más miuimo la temperatura media general del globo.

« Hay un hecho incontestable que está más arriba de todas las teorías. Silos ventisqueres son el producto directo de las nieves, las nieves son el resultado indirecto del calor que proporcionó el vapor de agua indispensable. No pudo formarse sobre un punto dado de nuestro globo una inmensa acumulacion de nieve, sin que en algun otro punto hubiera una vaslísima evaporación, indi- cio evidente de una temperatura elevada; y si en nuestra época no existieran los calores estivales en las zonas templadas y los tropica- les de la tórrida, ni sobre las mismas regiones polares se ME BOsi taría una parienta de nieve.

« En las zonas templadas pudieron formarse ventisqueros desde el momento que hubo montañas que alcanzaron en altitud el lími- tede las nieves perpétuas.

« La Cordillera de los Andes en Patagonia alcanzó al fin del pe- ríodo plioceno un volúmen y una altura probablemente triple de la actual. Tan sólo los rodados patagónicos, destrozos de la anti- gua cordillera, bastarían para formar otra cadena de un volúmen igual á la actual y que á ella sobrepuesta le daría doble eleva- cion.

« El máximo de desarrollo de los Andes, en volúmen y en elevacion, coexistió precisamente con una temperatura quizás apenas un poco más elevada que la actual, pero con un clima más húmedo, como lo demuestran evidentemente los cauces de los grandes rios, hoy sin una gota de agua, cavados en la misma formacion pampeana, y los grandes lagos deseca-

109 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

dos que se encuentran de un estremo á otro de la República.

« Esa gigantesca cadena de montañas se convirtió entonces en un condensador y congelador inmenso del que descendieron los grandes ventisqueros que bajaron á la Jlanura llevándose á gran- des trozos la antigua cordillera para ser desparramada por las aguas en forma de rodados, sobre toda la superficie del territorio austral de la República, sin que por eso las mesetas palagónicas estuvieran cubiertas por una capa de hielo, nien la Pampa existie- ra un clima glacial. »

Entre los depósitos del diluvium, la formacion del loess, de la cual ya he hablado, presenta en Patagonia tanto interés que acon- sejo á todos los adversarios de la teoría de von Richthofen, de ha- cer un viaje en esta parte del continente sud-americano, donde se sorprende la naturaleza sobre el hecho, y donde se acusan los fenó- menos relacionados con esa teoría con la mayor evidencia. Se com- prueba tambien toda la exactitud de las minuciosas observaciones del Sr. S. Roth en su explicacion de la formacion del loess en la Pampa Argentina, la másen armonía con nuestros conocimientos, y se llega al mismo tiempo á llenar algunos vacíos que presenta el importante trabajo de este autor.

El Sr. Ameghino que se da como*el autor de una nueva teoría sobre la formacion pampeana, se ha limitado á buscar una conci- pacion entre la teoría expuesta por Bravard y la del Dr. Burmeister, cayendo en errores que no han cometido estos dos ilustres sabios. Es de creer que en la Pampa se verificaron fenómenos análogos á los que estamos presenciando actualmente en la Patagonia. La única diferencia es que en la Pampa, estos fenómenos se verifica- ron desde tiempos mucho más remotos. Se señalan depósitos de loess más antiguos que el horizonte de la Ostrea patagonica d”Orb.

La presencia de rodados de tamaño reducido en el loess ha con- ducido á varios autores á la creencia de que tales depósitos no podían tener un orígen eolítico. Presenciando en Patagonia, en un dia de viento, en la cumbre de las barrancas, el transporte de materiales, puede cerciorarse uno de que el viento tiene el poder de poner en movimiento estos elementos sobre la pendiente inclinada de las barrancas, y de transportarlos, con la mayor facilidad, hasta la cum- bre, donde se acumulan con los otros materiales que contribuyen á la formacion del loess. |

CONTRIBUCION Á LA GEOLOGÍA DE LA PATAGONIA 103

Al concluir, cumplo con gusto el deber de manifestar aquí mis agradecimientos, á los Sres. prof. Dr. Cárlos Berg, director del Mu- seo Nacional, y D. A. Pendola, secretario del mismo, por las aten-- ciones que me han dispensado mientras he escrito el presente

trabajo.

Publicado, el 30 de Setiembre de 1893.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDODA

INFORME PERICIAL EXPEDIDO POR LOS INGENIEROS CIVILES RAFAEL ARANDA, CÁRLOS DOYNEL Y EMILIO GIRARDET, EN EL JUICIO CRIMINAL PROMOVIDO POR EL EXCELENTÍSIMO GOBIERNO DE LA PROVINCIA AL DIRECTOR Y Á LOS EMPRESARIOS DE LAS OBRAS, DE ÓRDEN DEL SEÑOR JUEZ DE SENTENCIA EN -LO CRIMINAL, DOCTOR DON ANTENOR DE LA VEGA.

Señor de Juez de Sentencia en lo Criminal :

Los Ingenieros Civiles que suscriben peritos nombrados por Y. $. para dictaminar en el juicio quese sigue contra el Director y em- presario de las obras de Riego de los Altos, en descargo del jura- mento que tenemos prestado y fiel cumplimiento de nuestro come- tido áV. S. decimos: Que al aceptar este delicado cargo nos hemos dado bien cuenta de la importancia del asunto que se ventila y de la responsabilidad que contraemos ante esta sociedad, ante la jus- ticia y ante nuestra propia conciencia.

Conocíamos de antemano, aunque de un modo general, lo que se había dicho en pró y en contra de estas grandes obras y el proceso que se había iniciado; lo que hemos podido profundizar más tar= deal estudiar el minucioso cuestionario que resulta de los puntos fijados por V. S., por el señor Agente Fiscal y por los procesados, á los que debemos contestar pericialmente. |

Nuestra tarea no es, sin embargo, tan difícil como á primera vista parece, porque, en todas partes donde se han hecho obras análogas, y cualesquiera que haya sido el estado de cultura de las naciones que se han lanzado á semejantes trabajos, ellas han sus-

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 105

citado temores nacidos de los desastres que alguna vez han pro- ducido los desperfectos de las obras, del suelo ó de los grandes fenómenos de la naturaleza.

Estos temores son el orígen de los hechos producidos, si bien no tenemos conocimiento que en parte alguna ellos hayan causado un proceso como éste.

Nuestro dictámen ha sido precedido de los informes de los Sres. Huergo, Saint-Ives, Giagnoni, Duclout, Arata, Kyle, Doering, Seu- rot, Barabino y otros Ingenieros y Químicos de notoria competen- cia, cuyos trabajos hemos tenido á la vista, habiendo estudiado todo lo que, sobre esta clase de obras, se ha publicado, y hemos podido conseguir, por autoridades reconocidas en la ciencia, como tambien cuanto se ha publicado y dicho sobre ellas, sea en la pren- sa local, sea en la exterior, sea por personas peritas Ó ¡Incompeten- tes, racional ó disparatado, para extraer ó depurar todo concepto, que pudiera y debiera tenerse en cuenta.

De conformidad á las instrucciones recibidas de V. $S. en diver- sas Ocasiones hemos procedido como V. S. verá en los capítulos siguientes que responden á cada uno de los puntos fijados, en el órden en que se ha servido establecerlos; lo que da á este dictámen una forma poco metódica en cuanto á la correlacion en que las cuestiones se presentan, pero que creemos satisfará los deseos de V. S. con relacion á las necesidades del proceso.

Sin vacilaciones ni duda, sobre cada una de las conclusiones que consignamos en este dictámen procedemos á exponer nuestras opiniones dando cumplimiento al mandado recibido.

CUESTIÓN 1

Sobre si al producirse la mundacion de esta ciudad d fines de 4590, producida por la creciente que vino por la Cañada, la luz de la al- cantarilla que habia en el terraplen del ferrocarril 4 Malagueño, que cruza la Cañada, era más pequeña que cualquiera de los 4 arcos del acueducto del canal del; Sud que atraviesa también la Cañada cerca de kilómetro y medio arriba, y st el desastre se habría pro- ducado con y sín ambas obras de arte, á causa de la estrechez de la Cañada dentro de la ciudad, desde la calle de Caseros.

106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

El 19 de Diciembre de 1890 fué inundada esta ciudad por las aguas de la Cañada, las que desbordando en inmensa masa por las calles de Ayacucho y Caseros causaron grandes daños materiales y muchas víctimas.

El thalweg de la cañada está formado por una depresión del te- rreno que corta las vertientes de la sierra recibiendo las aguas en una gran extensión superficial, llevándolas al Rio 1, después de atravesar la ciudad por su parte más elevada.

Tiene desde su orígen hasta su desembocadura próximamente 25. kilómetros, siendo su parte más estrecha y tortuosa aquella que atraviesa la ciudad, próxima á su desembocadura, llevando por consiguiente, su mayor volúmen de agua.

La superficiede la cuenca de la cañada puede estimarse en 25 kilómetros de Norte á Sud por 26 kilómetros de Este á Oeste, siendo por consiguiente la zona de las lluvias que alimentan la cañada de una superficie de 500 kilómetros cuadrados próximamente.

El thalweg de la cañada está cruzado por obras de arte que por su posición topográfica clasificaremos de la siguiente manera:

12A 8 kilómetros y medio aguas arriba de la ciudad el acueduc- to del Canal Maestro del Sud ;

22 A 6 kilómetros y medio aguas arriba de la ciudad el terraplen de ferrocarril á Malagueño con su correspondiente viaducto;

3% El conjunto de los numerosos puentes que cruzan la cañada en la ciudad misma, de los cuales tres, nos ocuparán de una mane- ra particular, por ser los tres primeros que encuentran las aguas sobre las calles Belgrano, Ayacucho y Caseros.

Habiendo tomado los datos de las mejores fuentes, vamos á estudiar:

1% La cantidad de agua caida el 1” de Diciembre de 1890;

2% La cantidad de agua que pasó por cada uno de los puntos citados;

3 Las respectivas secciones libres de estas obras.

Comparando el conjunto de estos datos veremos que parte de la responsabilidad se puede atribuir en el desastre á cada una de las obras indicadas.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 107

Cantidad de agua caida

Con fecha 22 de Diciembre de 1890, días despues de la catástrofe, el Exmo. Gobierno de la Provincia nombró una comision compuesta de los Sres. Ingenieros D. €. Cuadros, D. M. Piñero y D. A. Lazo, para estudiar las causas de la inundación y proponer los medios de evitarlas en lo futuro.

En el prolijo estudio que presentó esta comisión acompañado de planos y perfiles, hallamos los datos siguientes:

La inundación fué causada por la copiosa lluvia del 19 de Diciem- bre, la que en algunos puntos como la Lagunilla y Alto Gracia, alcanzó á 0"40 de altura.

De una nota queá pedido nuestro, se sirvió mandarnos el Sr. Davis, Director del Observatorio Mateorológico Nacional, y que se halla integra en los documentos anexos, extractamos lo siguiente:

«1 Cantidad y duración de la lluvia en ese día en la Cañada.

« La lluvia del 19 de Diciembre empezó á las 2h. y 50 m.de la tarde, desde esa hora hasta las 6 cayeron tres aguaceros de poca duracion y de cantidades comparativamente insignificantes; —á las 6h.y5m.p. m. principió la lluvia fuerte, la que continuó sin cesar hasta las 12 dela noche; en los primeros 25 minutos la caída fué torrencial.

«En las doce horas siguientes cayó áintervalos una lluvia suave. La observacion hechaá las 7 de la mañana del día 20, dió la canti- dad de 92,7 milímetros cayendo 9""6 más.entre esa hora y la del medio dia, ú sean 102%" 3 para la lluvia total de los días 19 y 20 de Diciembre.

«2 Cantidad y duración de la lluvia en la falda de sierra que vacia sus aguas en la Cañada.

- «Desgraciadamente la oficina no tenía pluviómetros colocados en la región de las pendientes de las sierras que vierten sus aguas en la Cañada.

«Así no puedo facilitarles datos exactos sobre la cantidad de llu- via que cayó en ese día en toda la cuenca de la Cañada.

« Pero pocos días despues, en la creencia que el volúmen de agua

108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

traido por la cañada en la noche del 19 de Diciembre fué mayor que el que habían producido las lluvias que cayeron en la ciudad, hice un viaje de inspección hasta la Lagunilla siguiendo las faldas de las colinas desde un punto cerca á la estacion de Malagueño.

«En este trayecto pude encontrar bastante evidencia (por las se- ñales que el agua había dejado de su altura en los pequeños em- balses ó depresiones del suelo que no recibieron otra agua que la que cae del cielo) de que la cantidad de agua llovida allí ha sido muy superior á la que cayó enla ciudad.

«Así tengo la seguridad queen las faldas de las sierras desde Ma- lagueño hasta la Lagunilla la caída de la lluvia no fué menor que 020.

«La mayor parte de la cual cayó entre las 5 y las 9 dela noche del 19 de Diciembre.

«3 Cantidad de agua que produjo la nundación de la ciudad en la noche del 19 de Diciembre.

«A esta pregunta no puedo contestar, pues me faltan datos ade- cuados para formar mi juicio sobre la extensión de la cuenca de la Cañada, pero en cuanto á la lluvia que cayó en ella, en término me- dio se puede asignar la cantidad de 13 á 17 centímetros. »

Vemos per el conjunto de estas dos notas que la lluvia caída en la zona que vierte sus aguas en la cañada no fué menor de 200 milí- metros con la circunstancia especial que esta masa de agua cayó en 4 horas, lo que representa una cantidad de agua no conocida en estos lugares y mayor que la cantidad normal que cae en esta ciu- dad durante cualquiera delos meses de lluvias del año, según se deduce de la nota siguiente, tomada del mismo observatorio.

Lluvia normal en los meses de:

Diciembre ee re AAA 106**7

E le e e e 114""8

NN A O O 89] U

Cantidad de agua que pasó en los diferentes puntos de la Cañada

Calculemos el agua que ha pasado por la cañada en la noche del 19 de Diciembre.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 109

Tomemos, como indica el señor Director del Observatorio Meteo- rológico ana altura media de 0.15 m. en toda la cuenca de la Caña- da que hemos estimado en 500 kilómetros cuadrados. El volúmen resultante es 75.000,000 de metros cúbicos. :

La forma torrencial de la lluvia, nos permite suponer que las pérdidas por filtraciones en el suelo han sido casi nulas.

Encontrándose el acueducto del canal á 9 kilómetros de la des- embocadura y á 16 del principio de la cuenca, la cantidad de agua quedebió pasar porese punto fué: 150,000>16><20—48.000,000"”; por el puente de Malagueño, situado kilómetro y medio más abajo, pasaron 150,000 < 17.5 < 20 = 52.000,000%3.

Y por el primer puente que se encuentra á la entrada de la ciu- dad 150.000 < 24 <20=72.000,000"*.

MI

Seccion libre de las diferentes obras

Según los datos de la Oficina de Riego y el informe de la Comision ya citada, en un todo conformes, la seccion libre de las alcantari- llas era de 24 metros cuadrados, para dar paso á 48.000,000 de metros cúbicos.

La seccion del puente del ferrocarril á Malagueño—obtenidos en las mismas fuentes resultaba de 18 metros cuadrados, para dar paso á 52,000,000 de metros cúbicos.

La seccion del puente de la calle Belgrano era de 18"?, la del puente de la calle Ayacucho de 30"? y la del puente de la calle Caseros de 18"*; para dar paso por cada una de ellas á una canti- dad de agua estimada en 72.000.000 de metros cúbicos.

Hasta el momento de su destruccion, las alcantarillas del canal Sud, dieron paso á una cierta cantidad de agua—y por no poderse saber la hora fija en que se produjo el derrumbe, no pode- mos calcularla.

La Comision ya citada, tomando en cuenta la mayor altura al- canzada por el agua en el vertedor que se formó y que resultó ser de 0%60* por encima del canal; calculó en 75,024" la cantidad de agua represada.

En el viaducto del ferrocarril la represa puede haber sido ma-

E PEN

110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

yor ó menor, segun el momento preciso del derrumbe del terra- plen, habiendo alcanzado el agua una altura de 8 metros 11 cen- tímetros.

Dice el informe de la Comision:

«Después de ser destruido el viaducto y parte del terraplen el agua ha seguido su curso, aumentándose con las abundantes avenidas de Yoccina y sus cercanías, arrastrando todo lo que se encontraba á su paso en la gran seccion que ocupaban, hasta lle- gar al puente de la calle de Belgrano, donde se depositaron parte de las basuras y árboles que en gran abundancia arrastraba la creciente obstruyendo por completo y formándose una gran represa, como lo manifiesta la altura que el agua ha alcanzado en esa parte, y como se puede ver en la sección D, habiendo empezado el derrame de la cañada hacia la ciudad en ese lugar. »

El fondo del thalweg, como resulta del plano de la Comisión, tiene una pendiente bastante uniforme hasta su entrada en la ciudad, punto en que la arena depositada en el fondo del lecho ocasiona forzosamente una sobre elevación del nivel de las aguas, lo que constituye un peligro constante en las grandes crecientes.

Estudiando las diferentes alturas del agua en las secciones de- terminadas en el detallado informe de la Comisión, encontramos los siguientes datos:

Puente de la calle Belgrano

Altura

SECCION AO 413 > Aa > DECO OUEN Sl

» ISE e oe: AN 2 44

» A o E 3 60

Puentes de las calles Ayacucho y Caseros

Altura

SEC A O 3"14 » Met e o A: 3 4l » ii TOR 3 10 » A NS FIS SS » RO MEA e ea 3 8) » So ARO 4 91

A un kilómetro de la ciudad las aguas tenían una altura muy

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 111

inferior á las que fueron tomando sucesivamente, á consecuencia de no poder dar salida á ellas, los puentes de Belgrano, Ayacucho y Caseros, lo que indica de una manera evidente que, indepen- dientemente de las represas que se formaron en el acueducto y viaducto, la inundacion en la ciudad hubiera tenido las mismas proporciones en intensidad y fuerza.

La cañada, tal cual esiá, representa á nuestro juicio, una amena- za constante para la ciudad.

En su interesante nota el Sr. Davis transcribe el siguiente juicio hecho por M. de Moussy en su « Deseripcion de la Confederacion Ar- gentina », publicada en 1864, que traducimos integra:

«Esta conformación coluca á Córdoba en un bajo arenoso y la sujeta no sólo á las inundaciones del río sinó tambien á las causa- das por un pequeño torrente, seco la mayor parte del tiempo, pero que crece de una manera considerable con las lluvias, y que ha sido preciso encerrar por un fuerte muro de mampostería cono- cido con el nombre de calicanto, cuya primera construcción tuvo lugar en 1671 hajo el Gobierno de Peredo .

«Efectivamente el 31 de Enero del mismo año, una enorme cre- ciente igual á la del 1? de Mayo de 1623, medio siglo antes, ame- nazó la existencia de la ciudad y produjo grandes daños. Posterior- mente, gracias á esta construccion, iguales desastres ya no son de temer. »

Hacemos notar que desde aquella época, no se han hecho nuevos trabajos de defensa; por el contrario, se ha ido reduciendo, con las nuevas construcciones, la seccion libre de la cañada hasta al- canzarjen la época presente á menos de la tercera parte de su primitivo lecho.

Mientras subsista este estado de cosas existirá el peligro se- ñalado.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez:

«Sobre si al producirse la imundación de esta ciudad ú fines de 1890, producida por la creciente que vino por la cañada, la luz de la alcantarilla que había en el terraplen del Ferrocarril d Malagueño que cruza la cañada, era más pequeña que cualquiera de los 4 arcos del acueducto del Canal Sud que atraviesa tambien la cañada cerca de kilómetro y medio aguas arriba, y si el de- sastre se habría producido con y sin ambas obras de arte, 4 cau- sa de la estrechez de la cañada dentro de la ciudad desde la calle Caseros. »

119 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Contestamos:

La luz del viaducto del Ferrocarril 4 Malagueño era superior d la de una de las cuatro alcantarillas del acueducto, pero inferior d la luz total de las mismas y la inundación hubiera producido en la ciudad los mismos efectos con d sin estas obras de arte.

CUESTION Il

Sobre si las cales de indice 0.45 son cales limites y por lo tanto impropias para todo género de construcciones (1).

Autes de estudiar el fondo de esta cuestion sobre la que se po- drían escrib:r volúmenes, pero que condensaremos lo más posible, en obsequio á la brevedad, debemos recordar algunas definiciones sobre las cales en general. Sabemos que hidraulicidad es la pro- piedad que tienen ciertos compuestos calcárees de endurecerse su- mergidos en el agua, al contrario de lo que sucede con otros compuestos de la misma familia, los cuales solamente pueden endurecerse al aire libre.

La hidraulicidad, segun los estudios de Vicat (años 1820 á 1840), depende de la existencia ó no de arcillas en los compuestos calcá-

(1) Esta pregunta concuerda con el cargo presentado en la acusacion por el señor Fiscal y que corresponde al número 9% de los mismos, el que dice como sigue: « 1" De fraudacion en la cantidad, mala calidad de los materiales y sin arreglo al contrato ». 9* Este contrato cuyo original no ha sido posible encontrar, como consta á foja 118, pero que está publicado á la página 179 tomo 12 (Compilación de leyes y decretos de la Pro- vincia del año 1885) dice: Que el índice hidráulico de las cales debe ser 0.45 y segun los análisis del Dr. D. Juan J. Kyle (anexo fojas 66 y 67) no da sino 0.35 (informe Sta- velius, foja 4%) y, segun el procesado Bialet en su declaración indagatoria á foja 75, es de 0.37 y segun Casaffousth en su indagatoria foja 83 debe ser de 0.35, lo que da una diferencia de diez en menos de lo contratado ó sea una cal muy inferior á las cales emi- nentemente hidráulicas, lo que hace indudablemente una gran diferencia en el precio y especialmente en la calidad (informe Stavelius, foja 47 vuelta). Así se explica lo que aparece en el acta de foja 35 de que la mezcla extraída de las partes del muro donde se encontraba húmedo se deshacía á la simple frotación de la mano, lo que prueba que era una cal inservible é inadecuada para la obra en que se ha empleado, pues se ablan- da al contacto del agua.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 113

reos, los cuales se clasifican segun la cantidad de esta sustancia que contienen :

12 En las cales grasas (cantidad insignificante de arcilla );

2 En las cales hidráulicas (arcilla en proporción que determi-- naremos más adelante ); :

3 En los cementos y puzoianas (arcilla en gran cantidad).

Se ha llamado ¿ndice de hidraulicidad al cociente de la arcilla por la cal cáustica contenida en un calcáreo.

En los estudios más modernos se ha hecho tambien entrar para la determinacion de los índices de hidraulicidad otras sustancias que contienen los calcáreos en cantidad variable; tales como: la cal, la sílice y la alúmiva no combinadas; el sulfato de cal, el manganeso, el óxido de hierro ete., pero dichas materias si bien influyen algo en el resultado de la resistencia final, no han modi- ficado las clasificaciones.

La hidraulicidad se indica por el índice y se mide por el tiempo que tarda una cal ó cemento en fraguar bajo el agua.

Los resultados obtenidos por estos dos procedimientos de análisis y ensayos guardan un paralelismo bastante marcado, para que no resulten contradicciones, podemos por consiguiente con suficiente aproximación, considerar estos datos como concordantes.

La escala indicada más arriba basada en el índice de hidraulici- dad presenta una laguna, pues entre las cales y los cementos hay una clase intermediaria que abraza varios índices y cuyos produc- tos denominados cales limites, resultan impropios para toda clase de construcciones, ya sean ejecutadas al aire libre ó debajo del agua.

Vamos á demostrar primero la existencia de estas cales límites, y determinaremos en seguida los índices que les corresponden, tra- tando al mismo tiempo las dos cuestiones de hidraulicidad y de la resistencia final de las cales hidráulicas.

- Existencia de las cales limites

Consultando las autoridades en la materia, encontramos bajo varias denominaciones la más completa unanimidad sobre la exis- tencia de estas cales intermediarias, que Vicat clasificó por primera vez en 1828. Dice Vicat :

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI 8

114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

«Sobre el límite que separa las cales hidráulicas de los cementos se hallan ciertas especies de cales las cuales, rebeldes á los proce dimientos ordinarios de extincion, parecen querer ser tratadas como los cementos, y fraguan, efectivamente, de la misma manera, pero se ablandan despues de algun tiempo obedeciendo á una ex- tincion lenta, cuyo efecto es de aniquilar en gran parte las propie- dades hidráulicas de la combinación.

« Estas cales límites son de un empleo peligroso y deben ser prohibidas en todas las obras. »

H. Bonnami, en su obra Fabricacion y comprobacion de las cales hidrawlicas y cementos dice lo siguiente (página 32):

«Todo producto hidráulico debe ser considerado en el momento de su empleo como compuesto de dos partes:

«1% Materia activa dando orígen á la fuerza de cohesion P;

«2% Materia expansiva dando origen á fuerza de desagresa-

ción Q. P 0 el tiempo y la proporción de agua disponible permiten explicar facilmente :

A A Ts ooo

«2% El fenómeno presentado por los productos llamados cales límites;

«3% Cómo por exceso de cochura se transforma una cal límite en Portland;

«4 Cómo se hace que por exceso de cochura se transforma en cal límite un calcáreo de índice mediano;

«6 Cómo las cales de indice elevado y fragúe rápido no alcan- zan bajo el agua una resistencia igual á la que alcanzan al aire y son susceptibles de desagregacion. »

Esto nos muestra no sólo la existencia de las cales límites sinó cómo, por el solo hecho del exceso de calcinación, se puede alte- rar el índice de hidraulicidad y hacer pasar un producto calcáreo de la clase que le corresponde á la claseinmediatamente superior.

De esto deducimos tambien que bajo el punto de vista que nos interesa, no debemos ocuparnos de las piedras calcáreas, sinó de los productos eloborados, puesto que su elaboracion modifica las proporciones de sus componentes y las cualidades hidráulicas de una manera á veces completa.

« La releción 5 la cochura, el índice de hidraulicidad, tamisaje,

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 115

Dice el mismo autor en la misma obra (pag. 35): «que se les llame cales eminentemente hidráulicas, cales límites ó Portland, siempre darán productos dudosos».

Esto nos explica cómo estas cales límites comprendidas entre las eminentemente hidráulicas y los Portlands,nombre genérico con el que se denomina en general todos los cementos, han sido á veces confundidas y otras veces, designadas por ciertos autores, con uno y otro nombre.

El Dr. Adolfo Doering en su estudio Las toscas caledreas y su apla- cacion para la fabricacion de cemento y cales hidráulicas, publicado en 1891, los liama á veces, cemento básico y á veces cemento con exceso de cal, lo que es lógico y conforme con la escala indicada

más arriba, pues figurando la cal en el denominador del índice de

hidraulicidad, aumentando aquélla disminuye éste, y tenemos un cemento de indice 1nferior al que debe tener un cemento, esto es, un producto comprendido entre las cales hidráulicas y los cementos.

Dice el Dr. Doering (pág. 35 y 36):

«Sacando las piezas endurecidas en el agua al aire húmedo, em- pieza gradualmente á verificarse una segunda escala de endureci- miento, debida á la absorción del ácido carbónico y la trasformacion del hidrato de calcio existente en carbonato; proceso completamen- te idéntico á aquel que se observa en circunstancias análogas entre las morteros vulgares y el cual en los cementos buenos de compos1- cion normales acompañada de un motab:e aumento en la cohesión de las masas ya endurecidas, mientras que en ciertos cementos de composicion anormal con exceso de cal, este proceso afloja 6 desha- ce lo que ya se había soldado y puede producir el reventamiento y la completa transformación en polvo,de la masa endurecida al prin- CIpio. »

Estudiando despues si mezclándolo con cales grasas esle cemen- to anormal puede emplearse útilmente; en vista de los resultados de experiencias y análisis (pág. 45) dice lo siguiente: «de lo que se deduce que esta clase de cemento debe ser rechazada tambien para las argamasas con las cales vulgares mostrándose inútil para otra aplicacion cualquiera».

Más adelante (pág. 64), el mismo autor los trata de Cementos inú- tiles, reventadores y peligrosos.

El profesor Emilio Muller, en su curso de Construcciones de la escuela Central de Artes y Manufacturas, dice (4? leccion):

«Las cales se apagan bien, mientras no alcancen á cales límiles,

116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

estas últimas empleadas en la mampostería se apagan á veces un mes y dos meses despues, y son, por consiguiente, peligrosas para la solidez de las mamposterías. » |

Prudhome, en su curso de CONStrucciones (22 volúmen, pág. 15) dice:

«Cales límites. Estas cales que constituyen el intermediario entre las cales hidráulicas y los cementos etc.», hablando de su empleo, agrega: «que toda muestra en que hayan sido empleadas, despues de algun tiempo acaba por reducirse á polvo».

Dice Pardo en su obra «Materiales de Construcción » (pág. 63).

«Grupo de cales límites, que hoy se llaman con preferencia, cuando se preparan como luego se dura, cementos de fraguado lento ó cementos de Portland debiendo considerarse este úlitmo nombre cOmO genérico.

«Las cales límites fabricadas como las ordinarias deben pr birse severamente en las construcciones. »

El célebre Ingeniero Durand Claye en su estudio sobre las cales (Annales des Ponts et chaussées, año 1871, pag. 456) los indica 1gual- mente.

4.7 Vicat, cuyas concluciones de 1828 hemos traserito anterior- mente, dice en 1840:

«Cales límites.— indicaremos bajo este nombre las substancias anormales que no son completamente cales puesto que no se apagan sinó parcialmente, y que no son completamente cementos puesto que no persisten en el fragúe instantáneo por el que comienzan.»

El mismo autor trata de nuevo la cuestión de las cales límites en su «Tratado teórico y práctico» publicado en 1856, como veremos más adelante.

Hemos probado, pues, la existencia de un grupo de productos cal- cáreos inaceptables para la construcción, á no ser que un trala— miento especial lo transforme en otro producto totalmente distinto; grupo que, los más de los autores, llaman cales límites pero que

algunos tambien por no hacer de ellos una clase especial, clasifi- can ó como cales eminentemente hidráulicas ó como cementos.

Vamos á buscar ahora entre qué índices de hidraulicidad se ha- lan comprendidas estas cales límites.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 417

Indices de las cales límites y de las cales hidráulicas

Dice el Dr. Doering en su obra ya citada (pág. 28):

«Las obras al respecto, sobre todo las publicaciones no recientes, son muy superficiales y al entrar en el estudio de esta materia, fá- cilmente se marcado al principio, con motivo de la disconformi- dad de los datos ó ideas quelos diversos autores traen sobre la com- posición debida de los cementos.

«Lo mismo podemos decir de la composición de las tres clases sucesivas:

«Cales eminentemente hidráulicas;

«Gales límites ;

«Cemento de frague lento. »

Hemos visto que la hidraulicidad de las cales se mide ó por su índice, ó por el tiempo que necesitan para fraguar, datos en gene- ral concordantes; pero de los que debemos deducir, que si la escala va en razon de la rapidez del fragúe de los productos, no en razon de la dureza y resistencia final de los mismos productos, lo que es muy diferente.

Dice, en efecto, Bonnami, obra ya citada, introduccion, pág. VII:

«En las cales, como en los cementos, existen dos categorías bien distintas de productos:

«1% Productos de fuerte resistencia inicial y de débil resistencia aaa:

«22 Productos de resistencia inicial mediana y de fuerte resis tencia final.»

Comparando estos productos dice el mismo autor (pág. 29):

«Lo que se gana en resistencia imicial seprerde en resistencia final. Resulta efectivamente de una observacion aun grosera, que no existe absolutamente ninguna relacion entre la resistencia futura de un producto y el tiempo que pone para resistir á la presion sin penetracion apreciable de una aguja de 1 c/mc. de sección cargán- dola con 300 gramos. »

Como se sabe, esta aguja, conocida con el nombre de Aguja de Vicat, es la que sirve para determinar el tiempo que invierten las cales para su frague.

118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Vemos, pues, que la resistencia de una cal hidráulica es muy dis- tinta dela rapidez de su fragúe y los errores y contradicciones que se encuentran en los autores que han tratado esta materia, los ha motivado Vicat mismo con la denominación defectuosa que ha adop- tado para una de las clases.

Divide este célebre ingeniero las cales y cementos por el valor creciente de sus índices de hidraulicidad de la manera si- guiente:

12 Cales crasas;

20 Cales débil y medianamente hidráulicas;

3 Cales hidráulicas propiamente dichas;

4” Cales eminentemente hidráulicas;

5 Cales límites;

6” Cementos.

Demostraremos más adelante que la 4* clase es muy inferior co- mo calidad y resistencia final á la 3*, pero es de un fragúe más rapido, lo que nos hace recordar y repetir la expresión de Bonnami ya citada, que: «lo que se gana en resistencia inicial se pierde en resistencia final»; si se nos admile provisoriamente el hecho, y si se considera que esta cal de la 4* clase, de toma rápida y de resis- tencia inferior, es llamada emmnentemente hidráulica, se compren- derá los errores que pueden resultar de esta denominación equivoca

En efecto, quien dice eminente parece expresar una cualidad po- seida á un grado perfecto; la hidraulicidad es la propiedad de endu- recerse bajo el agua (independientemente de toda cuestion de tiem- po), de lo que resulta que la cal eminentemente hidráulica debe ser la que posée en grado eminente la propiedad de endurecer bajo el agua sin límite de tiempo.

Para designar esta 4* clase de cuaje rápido Vicat hubiera debido. elegir otro vocablo, v. g.: «cales excesivamente hidráulicas », pala- bra que en vez de suponer la perfeccion indica los inconvenientes del exceso de hidraulicidad.

¿Qué ha resultado de esta mala denominacion ?

Que todos los autores que han estudiado esta materia siguiendo á Vicat, han caido en el mismo defecto llegando á la contradicción siguiente:

En todas sus clasificaciones, indican la cal del Teil, de la que nos ocuparemos detalladamente, como perteneciente á la 3? clase, Cales hidráulicas; pero cuando quieren ponderar en el curso de un

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 119

estudio las perfectas condiciones de dicha cal del Teil no pueden menos de ponerle el epíteto y darle las cualidades deeminentemen- te hidráulicas, contradiciéndose ellos mismos.

ultaremos como prueba algunos autores.

El Dr. Doering, pág. 25, habla de «la cal emmnentemente hidráu- lica del Ter! ». |

El mismo, pág. 39: «Cales eminentemente hidráulicas de fra— guación lenta como, por ejemplo, la cal del Tell ».

El mismo pág. 57: «Es muy reputada en aquel país (Francia) y en el extranjero la cal enmentemente iidráulica del Teil ».

El mismo pág. 108: «Las cales eminentemente hidráulicas ela- boradas en esta forma han alcanzado mucha aplicación en la prác- tica, EL PROTOTIPO DE ELLAS es la famosa cal hidráulica del Teil, en Francia ».

Dice Pardo (obra citada, pág. 67):

« Cales hidráulicas. —Excelente es la del Teil, la mejor de cuantas se fabrican en Francia; pertenece al grupo de las eminentemente hi- drdulicas ».

Vicat, la llama: «Cal fuera de concurso ».

Bonnami y Prudhome, la consideran igualmente como la mejor de las cales y numerosas veces citan sus propiedades eminentemen-

te hidráulicas, y esta cal como lo probaremos, pertenece al 32 grupo llamado «cales hidráulicas » y no al 4* que llamaremos para mejor inteligencia, y sin ninguna pretencion de imponer esta nueva deno- minación «cales excesivamente hidráulicas ».

Siendo el índice de hidraulicidad el cociente de la arcilla por la cal cáustica, este puede variar de 0 (cal químicamente pura) has= ta el infinito (arcilla químicamente pura ).

Veamos qué límites han designado los diferentes autores á las diversas clases, en funcion, de sus índices.

Vicat ha publicado diferentes clasificaciones desde 1828 á 1856 y en todas ellas á medida que se perfeccionaban los estudios, iban bajando los índices; como resulta de la comparacion del cuadro siguiente de los diferentes valores de los índices de hidraulicidad :

120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Clasificación KA,

año 1828 año 1856 Calesterasas, 18. uc a teja 0410 0ál10 Débilmente hidráulicas, de...... 10» 16 10 » 24 Medianamente hidráulicas, de.. 16» 31 24 » 30 ENdrallicas 31 » 42 30 » 36 Excesivamente hidráulicas, de.. 42 » 50 36 » 40 Cales Limites de OS 50 » 45 » 34

Haremos observar tres cosas:

12 Los índices de hidraulicidad sólo los indica Vicat por primera vez en su obra de 1856, y la columna que corresponde á 1828 la calculó Durand-Claye segun las respectivas cantidades de cal y arcilla marcadas por Vicat;

22 Hemos reemplazado en esta clasificacion la palabra eminente- mente por excesivamente ;

3 Hay al llegar á las cales límites una laguna; las cales de indi- ce 10445 ¿á cuál clasificación pertenecen? ¿á las excesivamente hidráulicas 6 á las límites ?

Siendo las dos clases de cal defectuosas y desechables para las construcciones, el asunto sólo tiene un interés secundario.

Las clasificaciones de todos los otros autores se hallan compren- didas entre las dos que publicó Vicat, la una al empezar sus eslu- dios sobre las cales, y la otra al concluir su carrera, ilustrado ya por una larga experiencia.

Los errores en la primera clasificacion de Vicat provienen la ma- yor parte, de que sus trabajos eraa hechos sobre las piedras calcá- reas y no sobre cales elaboradas, y hemos visto ya de qué manera radical puede ser modificada la naturaleza de un producto calcáreo segun el tratamiento á que haya sido sometido.

Para demostrar la confusion existente entre las diferentes clasifi- caciones citaremos algunas.

Dice Muller :

«Cales medianamente hidráulicas indice hasta 0.44.

«Hidráulicas ordinarias hasta 0.37.

« Excesivamente hidráulicas basta 0.44.

« Cales límites hasta 0.53 etc. »

Bonnamj repite la clasificación de Vicat de 1856.

Durand-Claye la de 1828.

Segun A. Doering los cementos (en los que él comprende las ca-

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 191

les límites) tienen índice de 0.46 á 0.65, y los buenos tienen índi— de 0.50 á 0.60.

De lo que resultaría para las cales límites el indice de 0.464 0.50. Pero en su mismo estudio cita Doering una muestra analizada por él, No TI que clasifica de cemento reventador, y al cual da un índice hidráulico de 0.44.

En vista de todas estas contradicciones dejaremos á un lado toda denominación genérica y nos ocuparemos únicamente de buscar qué índice se debe aceptar y cuáles se deben rechazar.

La cal de índice 0.45 es, segun la última clasificación de Vicat, como lo hemos visto, de las que deben rechazarse.

Pardo (página 15, obra citada) rechaza toda sal comprendida entre 0.43 y 0.50,

Segun Muller el índice 0.43 está comprendido en las cales lími- tes que van de 0.444 0.53.

Docring clasifica los productos entre 0.44 y 0.50 de cementos re- ventadores.

Veamos ahora lo que dice V. Bonnami, sobre les índices de 0.28 20.48 (obra citada, página 35):

«Ast, la resistencia final de los Portland es muy superior á los cementos de fragúe rápido, y en el mismo órden de ideas las cales de índice medio de 0.28 4 0.38, son á las cales de fuerte índice de 0.38 40.48, lo que son los Portland á los cementos de fragúe rá- pido...

«En todo caso si con los calcáreos de índice elevados se consigue disminuir el trabajo de expansion de manera que la solidificación pueda tener lugar sin accidentes, se obtendrá siempre un producto de gran resistencia inicial pero rápidamente estacionaria, de tal modo que un producto de índice mediano, de fragúe sensi- blemente más lento, pero presentando una resistencia francamen- te progresiva, sería muy superior á la traccion y ála compresion sobre lodo para los morteros conservados bajo el agua.

Los calcáreos cuyo indice está comprendido entre 0.42 y 0.48 en razon de dificultades de fabricacion en gran escala y de la alterna- tiva en que se encuentra el fabricante de averiar el producto para destruir los expansivos ó dejar subsistir estos últimos, estos calcá- reos que se les llama cales eminentemente hidráulicas, cales limates ó Portland, darán siempre productos dudosos; á no ser que se les trate como productos artificiales .

« Arriba de 0.48 podrán dar buenos Portland, pero tratados y

122 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

vendidos como cales, su descomposición futura es casi segura. Es menester observar que, á pesar de su resistencia relativamente dé- bil en los primeros tiempos, las cales de índice más bajo que 0.40, bien tratadas representan sobre los cementos una ventaja incontes- table en lo que se refiere á la descomposicion ulterior. Ellas no tienen ya expansiones capaces de turbar la continuidad de la resis- tencia efectiva, y además contienen una notable proporcion de cal libre, la cual transformándose al aire y bajo el agua, en carbonato de cal insoluble disminuye sensiblemente el índice de porosidad, de tal manera que un producto de estas condiciones ofrece una gran resistencia á la accion de los agentes exteriores y llega á ser final= mente casi del todo inalterable. »

En otro lugar de la misma obra hemos encontrado y citado va que: «las cales de índices elevados y fragúe rápido no alcanzan bajo el agua una resistencia igual á la que alcanzan al aire y son susceptibles de desagregarse ».

En los cuadros de Doering encontramos que la muestra N* 14 de índice 0.38 excesivamente calcinada, reventó á los pocos meses (cuadro, página 50).

Resulta, pues, de todo esto que la cal de índice 0.45, cualquier nombre que lleve, debe rechazarse en toda mampostería, hidráu- lica ó no.

¿Qué índice esel que se debe preferir?

Bajemos la escala de las cales empezando por su límite su- perior.

Bonnam: aconseja, ya lo hemos visto, las cales de índice com- prendido entre 0.28 y 0.38. |

El Dr. Doering recomienda (página 106) las de índice hidrául:- co de 0.30 á 0.40.

El Ingeniero Ravier (Annales des Ponts et chaussées, 1854) con- sidera como mejor el tipo de 32 4 33.

Vicat, que en sus primeros trabajos pedía índices elevados, ha- biéndose convencido de su error, bajaba estos índicesá cada nueva clasificacion para terminar clasificando como perfecta la del Tel.

Vamos, pues, á completar loque hemos dicho sobre esta cal que ha sido empleada en la mayor parte del ftsmo de Suez, y exclusi- vamente en los puertos de Toulon, Barcelona, Marsella, Cette, Pont-Vendres, Argel, Cádiz, etc., y en los diques de Furens,- Char- train, Ternay, etc., etc.

Prudhonme (obra ya citada, página 33) dice: «que jamás se

' OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 123

puede observar alteración alguna en los morteros hechos con esta cal ».

Durand-Claye dice, estudio ya citado: «El cuidado con que se fabrica y sus bien probadas cualidades ponen la cal del Teil á la cabeza de los productos similares de Francia y de toda Europa ».

El Ingeniero Duclout dice: « La cal del Teil es una de las mejo- res cales hidráulicas ».

Dice el Dr. Doering (obra ya citada, página 108): «El prototipo de ellas es la famosa cal hidráulica del Teil en Francia... de indice hidráulico de 0.582, y con cuya cal puede decirse, han sido construidas las obras hidráulicas más extensas ó importantes del mundo ».

Admitiremos, pues, que la cal-lipo, es la cal del Te:l, y por con- siguiente que, cuanto más se aproxime á ella una cal, mejor será ésta.

¿Cuál es el índice de la cal del Teil ?

Una sola experiencia no basta para determinarlo, siendo 1mposi- ble la uniformidad completa en la fabricacion ni la homogeneidad absoluta en los bancos de calcáreos; obtendremos este coeficiente como media de numerosas experiencias.

Pardo indica 0.40 como índice dela cal del Teil, esto es inexacto; y proviene de que Pardo en el deseo de hacer entrar la cal del Teil en el grupo de las llamadas emmentemente hidráulicas no encontró otro modo que tomar de todos los ensayos hechos por Durand-Claye y Herve Mangon el único que dió un índice tan elevado. Tratábase evidentemente de un ejemplar recocido.

El Dr. Doering, por análisis prop10, le da el índice 0.32, y está muy próximo á la verdad.

El profesor Muller le da como índice 0.36.

Segun los Annales des Ponts et Chaussées (año 1854), página 55, el promedio de cuarenta y un análisis de cal del Teil ha sido de 0.32,8.

Una série de análisis señalada en el mismo trabajo ha dado co- mo índice medio 0.32,45

Para conformarnos á la numeracion adoptada tomaremos como indice de la cal del Teil 0.33 y consideraremos este índice como el de la cal tipo para todo trabajo hidráulico.

Una cuestion importante se presenta ahora á nosotros como con- secuencia de este estudio :

¿La cal de Cosquín empleada en el Dique San Roque tiene ó no analogías suficientes con la cal del Teil ?

124 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

¿Tiene un índice bueno? ¿Es demasiado elevado ó demasiado bajo? |

Dice el Dr. Doering (obra ya citada, página 110): «En las cante- ras de Cosquin existe un calcáreo arcilloso en capas bien explota- bles que ofrece casi el mismo coeficiente é índice hidráulico y muchas otras analogías con el calcáreo del Teil, y que elaborado segun el mismo método ya indicado y normalizado por la sulfata- ción, da necesariamente un producto que, en general, tiene mucha analogía con aquella tan renombrada especie y tal vez superior todavía, por las proporciones más ventajosas que existen entre su contenido de sílice y sesquióxido ».

Analizando una muestra de cada especie de cal, obtiene el si- guiente resultado :

Componentes a a Cal del Teil Acidos, alúmina y sesquióxido de fierro..... 24,27 23.43 Óxido de calcio, magnesio, potasio y sodio.. 74.40 72.90 Nc MA EA 0.33 0.32

La semejanza de los dos productos es evidente. | Dice el Ingeniero Duclout en su informe: «De estos resultados, se deduce que las cales y cementos de Córdoba experimentados son de primera calidad, y especialmente las cales son superiores á las

del Teil, contadas entre las mejores que en Europa se conocen ».

Dice el Ingeniero Armand Saint-lves, en su segundo informe (1% Octubre de 1888):

«La muestra (cal de Cosquin) tiene cualidades idénticas á las del Teil. »

Considerando bajo el punto de vista absoluto las cales y cemen- tos de Cosquin, dice el mismo Ingeniero en su primer informe (Julio 28 de 1886 ): «Cales y cementos son muy buenos, las mez- clas hechas con ellas adquieren una dureza perfecta; y, observa- cion muy importante, la argamasa á pesar de haber sido empleada en una corriente de agua renovada sin cesar, había bien conser- vado toda la cal.

«Nuestra convicción es, que mejores resultados no se hubieran conseguido con cal y cemento de Europa y aun hubieran podido ser peores, por causa de las averías que con frecuencia se produ- cen durante la travesía.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 195

«Este resultado de nuestra investigacion nos dejó maravi- llados .

«Euando se habla de la cal de Córdoba siempre se sobreentiende que es cal gorda, lo mismo sucede con las de las caleras de las ori- llas de los ríos Paraná y Paraguay. Pero los yacimientos de Cosquin son de una naturaleza completamente diferente de las de las cale- ras de mármol de la sierra de Córdoba, ó de las de carbonato de cal delas orillas del Paraná y Paraguay. »

Los cuadros de resistencia de la cal de £osquin, confirman en un todo estas Opiniones.

La Comisión especial del Departamento de Ingenieros de la Na- cion que ha practicado los ensayos y análisis de la cales de Cos- quin al autorizar su empleo en las obras públicas dice lo siguien-

te (14 de Agosto de 1890):

« En presencia de este resultado, de los obtenidos posteriormente y del análisis químico efectuado por el Sr. Kyle, declaramos que la cal elaborada por el Sr. Bialet es emmentemente hidráulica », y como conclusión:

« La cal hidráulica elaborada en la « Primera Argentina » es de superior calidad y puede sustituirá las más reputadas de proceden— cia extranjera. »

Firman este documento los ingenieros Schneidewind, A. Seurot, G. Domenico, S. Barabino y J. Sarhy.

Ilnformando más tarde el inspector General Seurot sobre la ma- nera de comportarse de estas cales en las obras del puente del Valle de Catamarca, dico :

«Demostraron una resistencia y una fuerza de hidraulicidad tan buena como la mejor cal del Teil. »

Informando el mismo Ingeniero sobre las obras de Jujuy, las que fueron inundadas mientras se ejecutaban, dice lo siguiente :

«El mortero formado únicamente con cal de Cosquin no había podido tomar la consistencia requerida; ni una sola de las pie- dras que constituyen el muro fué removida á pesar del choque de los cantos rodados, que dejaron señas muy caracterizadas en bu- merosos puntos del paramento de piedra de suma dureza...

« Las mezclas y reboques ejecutados con la referida cal tienen la dureza de la piedra, y no se ha producido la más minima altera- ción en los trabajos ejecutados hace ya varios años. »

En cuanto á su índice de hidraulicidad ya hemos visto que el Dr. Doering le da 0.33, pero el Sr. Kyle en 1890, encuentra 0.35, y

126 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

en 1892 á la muestra N* 4 remitida por el Sr. Stavelius da el mis- mo índice 0.35 y á la muestra N* 6 el índice 0.38.

Las otras muestras entregadas por el Sr. Stavelius al Sr. Kyle eran la una cal alterada y las otras fragmentos del reboque de cemento.

Por consiguiente :

De un análisis del Dr. Doering resulta un índice de 0.33;

De dos del Dr. Kyle, índice 0.35;

De uno del Dr. Kyle, índice 0.38.

El promedio es de 0.35, que aceptamos como índice hidráulico de las cales de Cosquin empleadas en el dique San Roque.

RESÚMEN

Hemos demostrado :

1" La existencia de un grupo de cales impropias á toda cons- trucción ;

9 Que las cales de índice hidráulico 0.45 están comprendidas en este grupo;

30 Que las cales llamadas por error eminentemente hidráulicas, son inferiores en calidad álas de índice más bajo;

1% Que el prototipo de las cales para trabajos hidráulicos es la cal del Teil;

5% Que la cal de Cosquin empleada en el dique de San Roque presenta con la cal del Teil por su composición, índice de hi- dvaulicidad y propiedades, la más completa analogía y es por consiguiente de todo punto recomendable para construcciones hi- dráulicas.

CONCLUSION

Porlo tanto á la pregunta del señor Juez :

Sobre si las cales de indice 0.45 son cales limites, y por lo tanto impropias para todo género de construccion?

Contestamos ampliándola :

Las cales de indrce de hidraulicadad de 0.45 son cales limites, es decir, impropias para toda obra, y las cales de indice 0.35 son las mejores cales hidráulicas cuyo empleo está wmdicado especialmente para obras de la naturaleza de las que motiva este juicio.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 1297

CUESTION III

Sobre si las proporciones que tiene el diquede San Roque satisfa— cen ampliamente el objeto ú que está destinado y si correspon- den ú las que prescribe la ciencia actual.

Contestar á la proposición 3* no es otra cosa que analizar las condiciones de estabilidad del dique San Roque, estudiando si con sus formas y condiciones actuales de construccion satisface cum- plidamente á los esfuerzos que está obligado á soportar.

Despues de analizado y estudiado en detalle el dique de San Ro- que los peritos han encontrado que la referida obra responde en todas sus partes al perfil estudiado por el Ingeniero Krantz para 35 metros de altura en su obra «Murs de Reservoirs », notoria- mente reputada como la última palabra de la ciencia actual, comprobada por la experiencia de largos años y sancionada por los más eminentes Ingenieros.

El Sr. Ingeniero D. J. Giagnon: estudió, con acierto y abundan- te material técnico, el perfil de este muro bajo la base de un em- balse de agua de 32 metros, llegando en su estudio á demostrarque las dimensiones dada por los ingenieros que proyectaron estas obras respondían á las exigencias de su destino.

Diversos ingemieros cuyos informes corren en documentos oficia- les han hecho análogos estudios confirmando todos ellos las exce- lentes condiciones de estabilidad de estas obras, y el mismo señor Stavelius, que no se ha mostrado en su informe favorable á ellas, encuentra que el perfil tipo establecido por Krantz, es análogo al del dique de San Roque yque en su consecuencia llena éste, en cuanto á su estabilidad los requisitos requeridos (página 6 de su informe ).

El mismo señor Stavelius en la página 5 de su informe compara el tipo adoptado por Krantz y el del Ingeniero Delocre que ha servi- do de base para la construccion del dique Furens en Francia, en- contrando segun su criterio, que este ultimo ofrece mayores condi- ciones de resistencia que el primero probablemente sin haber he- cho el estudio comparativo correspondiente.

128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

¡Siendo así que entre uno y otro existe, por el contrario, condi- ciones favorables al de Krantz, segun resulta de sus mayores di- mensiones en la base y en casi la totalidad de la seccion, con excepción de su coronamiento, en lo que existe una pequeña dife- rencia con el perfil de Delocre, como puede comprobarse por la superposicion de ambos perfiles hecha por Krantz en su obra ya citada !

No satisfechos á pesar de loexpuesto con las anteriores referen- cias hemos pedido al cálculo la demostración de los principios de estabilidad de esta obra, empleando para ellos los procedimientos gráficos y analíticos aconsejados por la ciencia con objeto de sa- tisfacer cumplidamente el problema que encierra la pregunta.

El Dique de San Roque ha sido construido para embalsar 35 metros de agua, como altura máxima.

Nosotros hemos supuesto en nuestros cálculos que esta altura puede alcanzar hasta 37 metros, es decir, pasar sobre la corona del muro, caso completamente asco comolo veremos al estu: dEl la cuestion número XXXVII,

Con estos datos, los más desfavorables á la estabilidad, hemos calculado los tres esfuerzos que tienden á destruirlo, es decir, por aplastamiento, por resbalamiento, por giro al rededor de la arista exterior aguas abajo (rotacion).

Hemos tomado como peso del metro cúbico 2300 kilogramos que corresponden aproximadamente á la mampostería empleada.

Resistencra la compresion

Las fórmulas mecánicas que nos dan la presion máxima que obra en la arista exterior del muro, cuando el depósito está lle- nO, SON:

(1) o=2(2- 52) E para uz> he (Es) o =3 parau < Le

en las cuales w representa la presión máxima que buscamos en la base, u es la distancia que hay del punto en que la resultante to-

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRLOBA 199

tal de pesos y presiones, corta la base del muro á la arista exterior, e representa el espesor del muro en su base, y P es la componente vertical de esta resultante, comprendiendo ella la suma de los pesos y la componente vertical de la presion del agua.

En el caso presente, como puede verse en el plano que se acom- paña, u es mayor que ¿e y por consiguiente hemos empleado la fórmula (1) que nos da:

= 64,712 kilógramos

(o) 29.50

a SI 223.186 da dl 29.50

por metro cuadrado, lo que da un esfuerzo máximo de 6,47 kiló- gramos por centímetro cuadrado. Gomo se vé, en el supuesto caso el trabajo del muro no alcanzaá los esfuerzos á que los diferentes diques están sometidos como se demuestra en el cuadro que se acompaña hecho por el Ingeniero Graelf.

Por centímetro cuadrado

A DiquerdetBos mel da e 0569 O IA AS O AAA 6 59 2 de Lorca. aras he ica ack: AO 6 50 OS AE a o Ads 150 AGO POIS a dotado cl aaa e) elo a ISO 10 40 O A A A O RAS LA NP 11 30 A OS A Ae 12 70 AS AE OIE 14 00 » de San Roque, con los 37 metros hipo- téticos con que lo hemos calculado......... 6 47 Con la carga efectiva máxima de 35 metros de altura en el embalse trabaja á............- 5 68

Resistencia á la compresion (por su propio peso)

En el cálculo anterior hemos tomado en cuenta la componente vertical de la presion del «gua y la hemos sumado álos pesos para determinar la presión máxima cuando el depósito estaba lleno.

Calculemos ahora la presión máxima que está obligado á sopor- tar el muro cuando no hay embalse alguno. La fórmula que em- plearemos es la misma.

NULES AS: UN ANA e e

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI 9

130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

En esta misma fórmula todos los valores asignables á las expre- siones algebráicas que contiene son los mismos, con excepcion del valor de u y del de P' que en este caso representa el peso total del muro solamente.

Asignando valores tendremos que:

3><11,8N 1.047.236 : E > (2 o pS = 56,796 kilógramos

SO i 929.50

por metro cuadrado, ósea 5 ks. 68 por centímetro cuadrado como máxima presion cuando el depósito está vacío.

Debemos observar que no sólo hemos estudiado las presiones máximas que corresponden á la base del muro, sino que tambien hemos determinado de la misma manera los correspondientes á las bases de las distintas secciones en que hemos dividido el muro, para hacer el cálculo gráfico como seindica en el plano que se acompaña, en el cual se han determinado las curvás de presion correspondientes.

Resistencia al resbalamieato

Para comprobar si el muro puede resbalar sobre su base ó sobre cualquiera de los planos de sección en que hemos dividido el maci- 70, es necesario que se verifique la siguiente condicion:

o (M+P)>0

en la cual e representa el coeficiente de frotamiento; M la compo- nente vertical de la presion; P' el peso del muro y Q la componen- te horizontal de la presion.

Veamos si esta condicion se verifica; asignemos á Jas cantidades que entran en la fórmula anterior los valores particulares que les corresponden, y tendremos que siendo e = 0.66, P" = 1.047,236 kilógramos, M =176,500 kilógramos, (Q = 681.500 kilógramos, tendremos:

0.66 (176.500 + 1.047.236) > 684.500.

La relacion entre la resistencia al resbalamiento y el empuje horizontal es de 1 á 0,84 que satisface cumplidamente la resisten- cia que se busca. No se ha tenido en cuenta al llegar á estos resul-

pe e

OBRAS DE RIFGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 131

tados la resistencia proveniente de la trabazon de los materiales que componen el muro, nila adherencia de los morteros cuyo coe- ficiente es muy grande cuando las cales y las arenas son de pri- mera calidad.

No se ha tenido tampoco en cuenta los empotramientos en los cerros, ni que la fundacion ha sido establecida en roca compacta, ni tampoco que el muro ha sido asentado irregularmente sobre ésta. De todo esto deducimos que el muro no puede resbalar sobre su base ni sobre ninguno de los planos en que hemos dividido su seccion.

La relacion entre la resistencia y el empujees de 1 á 0,84 corres- pondiente á un ángulo de 29”, como se verá por los planos que acompañamos. Los estribos de los vertedores sirven tambien de contrafuertes al dique y no han sido tomados en cuenta.

Resistencia al giro al rededor de la arista exterior

Sabemos que para que esta resistencia se verifique es necesario que el momento de todas las fuerzas verticales, tomadas con res-- pecto al punto extremo de la arista exterior aguas abajo, sea ma- yor que el momento del empuje, es decir, que se verifique la si- guiente expresión:

Mx +P'y > Qm. (1)

-En esta fórmula M, P” y Q representan como en las fórmulas anteriores los siguientes valores:

M = 176.500 klgms. P' =1.047.236 klgms. O = 684.500 klgms. WES == 0 = 25,50 y =17.80.

Para simplificar hallaremos la resultante de M y P” lo que nos

ela M +P' = 1.223.736 klgms.

y su brazo de palanca k = 18"90, tendremos pues,

(M + P)k>Q><m

132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

sustituyendo tendremos que

1.223.736 < 18,9 > 684.500 < 12,33 es decir:

23,141.610 > 8.439.885.

Con lo que se demuestra que el momento del empuje es inferior al momento de resistencia. La relacion entre dos cantidades es de 140,36.

La resistencia al giro está, pues, asegurada.

Reasumiendo, del estudio analítico que antecede, tomando el caso absolutamente imposible de que el dique tuviera 37 metros de altura de embalse, pasando el agua por encima de su corona- miento vemos que se realizarían todas las condiciones necesarias para su estabilidad, es decir:

1? Que el muro no se aplastará;

2 Que el muro no resbalará ni sobre su base, ni sobre ninguna de las secciones que han servido para el cálculo;

3% Que el muro no puede girar al rededor de su arista exterior, una vez lleno.

Estos resultados analíticos concuerdan con entera precision con los resultados cbtenidos en el estudio gráfico preliminar que he- mos practicado y cuyo plano se acompaña.

Como hemos visto por los cálculos que anteceden las condicio- - nes de estabilidad del dique estín asegurados no sólo para los 35 metros á que debe trabajar en su máximo de embalsesino tambien para el caso imposible de los 37 metros supuestos.

Notemos, además, que mientras no se repongan las compuertas automáticas de los vertedores, sólo podrá embalsar el dique 33 m.

Por lo tanto, á la pregunta del señor Juez :

«Sobre las proporciones que tiene el dique satisfacen amplia- mente el objeto ú que está destinado y st corresponde d las que pres- eribe la ciencia actual.»

Contestamos:

Las proporciones del dique de San Roque son inmejorables.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 133

CUESTION IV

Sobre si el Dique de San Roque está terminado en cuanto d sus pro- porciones de conformidad á los planos aprobados por el Esemo. (o- bierno, que fueron los que sireieron al Ingemero Luis A. Huergo para la inspeccion que hizo de la obra 4 reqguisicion del (Gobierno de la Provincia, y d cuyo respecto elevó su informe al mismo.

Para contestar este punto, hemos requerido de la Oficina de Rie- go se nos facilite todos los planos que han servido para la cons- truccion de las obras, especialmente aquellos que debían formar parte del contrato mismo firmado por el Excmo. Gobierno y los constructores.

Ni la Oficina ni el Departamento Topográfico, que en su tiempo tuvo ásu cargo estas obras, á pesar de su buena voluntad, han podido facilitarnos dato alguno de los pedidos. El mismo resultado hemos obtenido en las oficinas del Ministerio de Obras Públicas.

En la Direccion de Riego no existe propiamente un archivo cata- logado; sólo un índice defectuoso de planos truncos, sin firma los más de ellos, y en general, simplemente acotados.

Los únicos planos que hemos encontrado aprobados y completos han sido los correspondientes á las compuertas y aparatos de ma- niobra de las mismas, pertenecientes al dique de San Roque, y el plano general de todos los canales maestros y secundarios.

Figura en el laudo arbitral expedido porel Ingeniero Huergo un plano general acotado correspondiente al dique de San Roque, el cual sirvió de base para dirimir la cuestion que dió motivo á su fallo. Es el único documento deesta naturaleza, en forma legal, sobre el cual hayamos pod:do hacer los estudios necesarios para contestar la presente cuestion y los demás que con esta obra se relacionan.

El dique de San Roque ha sido ejecutado con entera sujecion á estos planos, en todas y cada una de las partes que lo com- ponen.

Comprobados sobre la obra misma las cotas que ellos indican han resultado ser exactas, con excepcion de los vertedores, donde

134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

se ha encontrado una diferencia en la seccion compuertas equiva- lente á 7.20 metros lineales de cuya diferencia nos ocuparemos detalladamente al contestar el punto XXXII.

Como complemento de nuestras operaciones, hemos verificado el espesor del muro que corresponde á la seccion de su perfil para los cálculos de su estabilidad; constatando que este es exacto en toda su extension.

Contestando ú la pregunta que antecede, los peritos declaran que las obras del Dique de San Roque han sido terminadas en cuanto d sus proporciones con entera sujeción al plano que figura en el laudo arbitral del señor Ingemero Huergo, con la única diferencia indr- cada en la seccion de los vertedores.

CUESTION V

Sobre si las proporciones y forma de los desarenadores es buena 6 mala (1).

El punto que mayor importancia tiene en un desarenador es saber si puede dar paso á las materias acumuladas en el fondo del pan- tano. Para resolver esta cuestion teóricamente se necesita conocer el régimen, depósito de materias, naturaleza de estas mismas, etc., etc., datos que, solamente se pueden conseguir una vez construi- do el Dique y por consiguiente, los mismos desarenadores, y para obtenerlos es menesterá más una observación contínua de algunos anos.

No hay, por consiguiente, sobre las dimensiones que deben tener los desarenadores, datos precisos ni reglas fijas teóricas, y sólo puede guíarse el constructor por comparacion con los existentes que hayan dado un resultado satisfactorio.

Diques hay que no tienen desarenadores, olros hay que tienen

(1) Esta pregunta concuerda con el juicio emitido por el señor Stavelius en su informe que corre de fojas 31 á 51, donde dice, hablando de los desarenadores :

« Es claro que hay en esto un error de ingeniería y se ha faltado á una de las reglas adoptadas por todos los ingenieros que han tratado esta materia, pues á conductos de esta clase debe darse una seccion uniforme. »

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CORDOBA 135

uno solo y otros que se sirven del mismo conductocomo desagúe y como desarenador.

Estudiando los tipos de desarenadores existenies en los diques de España, vemos que el más general y el empleado en los diques del Tibi y del Etche es el que ha servido de modelo á los del Dique de San Roque.

Llaurado, en su Tratado de Aguas y riego, tomo 1”, página 204, describe ese desarenador en los términos siguientes :

« La abertura de entrada tiene 1.80 m. de áncho por 2.10 de altura cuyas dimensiones se conservan en los 2.78 primeros metros de la galería.

«A esta distancia del orígen experimenta un ensanche brusco de 0*60 en las dimensiones indicadas, de modo que su seccion pasa á ser de 3 m. por 3.30, la cual va aumentando de una manera constan- te en todo su perímetro—inelinándose á la vez la solera—los muros laterales y la bóveda hasta ofrecer una seccion de salida, en el pa- ramento de aguas abajo, de 4 metros de ancho por 5.85 de altura.

«Esta forma embudada de las galerías en su trayecto inferior tiene por objeto facilitar la salida del tarquin acumulado en el embalse, é impedir atascamientos que pondrían en gravísimo ries- go la vida de los obreros que intentaran removerlos. »

La semejanza es pues completa, entre este desarenador y el tantas veces descrito del Dique San Roque con una sola diferencia en favor de este último, y es que el gaño que reemplaza la primera galería cilíndrica del desarenador del Tibi suprime el ensanche brusco de seccion, lo que es bueno siempre evitar en todo conducto destinado al escape de agua.

Considerando la cuestión bajo el punto de vista teórico, vemos que se debe buscar en un desarenador :

12 Que la boca de entrada sea de poca seccion, pues el esfuerzo necesario para la maniobra de la compuerta depende de la super ficie de la misma;

22 Que la galería tenga la forma más adecuada á la salida del mayor volúmen posible de agua y materias en suspension.

Sabemos que en pared gruesa el aforo de un conducto depende no solamente de su seccion de abertura, sinó tambien de su forma interior, que la vena líquida tiene una estrangulación en ese plano que la experiencia ha demostrado estar colocada á una distancia de la abertura que es aproximadamente la mitad del ancho de ésta, y que vuelve luego la vena á su primitiva forma.

136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Sabemos tambien que, en un recipiente que contiene un líquido la presion es en cada punto, normal á la pared; siendo la .com- puerta vertical y vertical tambien el plano de los marcos que limi- tan la obertura, serán penpendiculares á este plano y por consi- guiente horizontal la presion ejercida por el agua y la direccion inicial de la vena líquida al entrar en el desarenador.

La sola fuerza que tiende á modificar la direccion inicial, es la gravedad, y bajo esta accion combinada describe la vena una pará- bola de eje horizontal.

Teniendo la bóveda una sobre-elevacion debida á su forma trun- co-cónica, y siendo la parábola de eje horizontal, resulta que en condiciones normales no debe el agua en su entrada en el desarenador tocar la bóveda detrás del marco. |

Sigamos estudiando la vena líquida: la parábola que describe se halla cortada por el plano del piso del desarenador, lo que modi- fica posteriormente su forma. ¿Cómo se produce esta deformación?

El piso del desarenador tiene una pendiente uniforme de 35 por 1000.

El plano tangente á la vena parabólica, es horizontal á la entrada del agua y se inclina luego poco á poco, pasa por una posicion paralela al piso y continúa acercándose á la vertical.

Es evidente, pues, que el plano del piso en el desarenador y el plano tangente al filete inferior de la vena líquida, muy vecinos el uno del otro, se cortan segun un ávgulo muy pequeño, y que el líquido debe resaltar segun un ángulo de reflexion igual al de inci- dencia; esto es, muy pequeño; pero selo impedirán los filetes supe- riores, los que, no habiendo todavía encontrado el plano del piso, siguen la marcha primitiva y tienden á bajar; por consiguiente, la vena líquida no tiene causa que la obligue á chocar tampoco á la salida con la bóveda del desarenador.

Debemos recordar que en las consideraciones que preceden, como en las que siguen, sup»nemos el camino libre al agua y que nin- guna sobre-elevacion del piso aguas abajo venga á modificar su salida.

Dice el señor Stavelius en su informe de Agosto de 1892 que, sien- do á la salida la seccion tres veces mayor que á la entrada, la ve- locidad del agua es lógicamente, tres veces menor (pag. 17 de su informe). Esto supone que la seccion de salida se halla ocupada totalmente por el agua, lo que no podemos admitir en condiciones normales.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 137

En efecto, supongamos que, detrás de la compuerta los desarena- dores tengan el mismo piso y los mismos muros laterales prolon= gados indelinidamente sin bóveda y estén al aire libre. (Hipótesis evidentemente irrealizable en un dique, por la resistencia que debe oponer el muro al agua embalzada, pero que podriamos muy bien observar en el canal de salida de una bomba centrífuga, la cual una vena líquida de la misma forma, dimension y velocidad qUe la que se produce en el marco de la compuerta).

Preguntamos al Sr. Stavelius: ¿Qué seccion tiene este acueducto?

Indefinida, pues una de sus dimensiones es indefinida, y si este canal tiene sólo 34 metros de largo como el piso de los desarena— dores, ¿qué velocidad conservará en él el agua?

Tendría que contestarnos lógicamente el Sr. Stavelius, que la velocidad sería nula, puesto que la seccion es indefinida, Jo que es un absurdo.

El piso de los desarenadores tiene 55/1000 de pendiente, es decir, que si fuese largo de un kilómetro tendría cincuenta y cinco metros de desnivel, de su entrada á su salida, cantidad muy elevada y que en un río de lecho y orillas desiguales, determinaría un curso tor-

rentoso.

Tomamos un conducto abierto al aire, teniendo éste la seccion media de un desarenador con sus paramentos rebocados y la misma inclinacion de su piso; caleulemos con las fórmulas y coeficientes de Bazin, la velogsidad que tendrá en él un volúmen, cuya altura fuera la de las compuertas.

yoyÚ A Siendo R la relación entre el perímetro mojado y la super- ficie; E la inclinación del piso; A un coeficiente que depende de la naturaleza de las pare- des, | | Remplazando obtendremos

V= 19 metros

Consideremos ahora el dique con 33 metros de embalse—habrá en ese momento 32 metros de presión de agua—sobre el centro de figura, y la velocidad de entrada del agua al desarenador será:

V = 2% metros

138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

cantidad que disminuye en seguida por la acción del roza- miento.

Vemos, pues, que la diferencia entre la velocidad del agua debida á la altura de 35 metros de embalse y la velocidad debida á la pen- diente de los desarenadores será siempre menor que 5 metros por

m

2 segundo y que la velocidad del agua á la salida no es de a 38

metros, como afirma erróneamente el Sr. Stavelius, sino de 19 metros.

Aquí hallamos confirmada nuestra primera deduccion de que el agua no debe tocar la bóveda á la salida. |

En efecto, admitamos 0,92 como coeficiente de contracción de la vena líquida á su entrada en el desarenador.

La cantidad que entra en un segundo, es:

Q = 2.81 >< 0.92 < 24

O = 61"*93 por segundo

aforo del desarenador cuando el embalse tiene 35 metros; á la sa—= lida tomemos el problema inverso, pues es conocida la cantidad de agua que pasa, la velocidad, el ancho de la vena líquida y bus- camos su altura:

Q = 2.00< H < 19 = 61.92

31.92 y peda

38 = 4 Ude

Por consiguiente en condiciones normales tendrá la vena líquida á su salida del desarenador 1”63 de alto y no tocará la búó- veda.

¿A qué causa atribuir los desperfectos existentes en las bóve- das, puesto que no deberían ellas sufrir accion alguna directa del agua?

Esto forma parte de otra cuestion y lo trataremos en momento Oportuno.

Al terminar hacemos observar que, de los diferentes coefientes de contraccion de la vena líquida que resultan de la forma de un conducto, el de mayor efecto, 0.62, corresponde al conducto cilín-

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 139

dríco que aconseja con extraño criterio el Sr. Stavelius, fundado en autoridades que no cita, y el de menor efecto, que Graeft, Petil, Bazin, etc. fijan en 0,92 corresponde á la forma cónica empleada aquí.

De una seccion cilíndrica, nos resultaría menor salida de agua; como los desarenadores del dique en San Roque sirven indistinta- mente de caños suplementarios de desaguúe y de desarenadores, la consideracion del mayor ó menor aforo tiene una gran impor- tancia.

Por tanto á la pregunta del señor Juez:

Sobre si las proporciones y forma de los desarenadores es buena 6 mala. :

Contestamos:

Las proporciones y forma de los desarenadores son del todo confor- mes di las reglas del arte.

(Continuará).

MISCELANEA

El congreso internacional de electricistas en Chicago.

Después del Congreso internacional de electricistas en 1881 y de la Conferen— cia internacional de 1884, no había habido congreso oficial. Los congresos de 1889 en París y de 1891 fueron congresos libres, que no tenían ninguna sancion oficial. El congreso de Chicago, en 1893, ha sido caracterizado por la existencia deuna cámara de delegados de diversos gobiernos, la cual sesionaba al mismo tiempo que el congreso general, y cuyas decisiones tendrán ciertamente una in fluencia marcada sobre el desarrollo internacional del sistema C. G. S. de unida- des, llamado tarde ó temprano á implantar en todas las naciones civilizadas el uso del sistema métrico del cual directamente deriva. La evolucion, cuya más reciente manifestacion hoy es el congreso de Chicago, remonta ya á treinta anos, á la época de los primeros trabajos de la Asociacion Brilánica y es probable que el sistema internacional de unidades elaborado por este Congreso obtendrá la sancion legal y el reconocimiento oficial de los diversos gobiernos representados: Alemania, Austria, Estados-Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, Suiza. Esta adhe- sion arrastrará naturalmente la de todas las otras naciones no representadas ofi- cialmente.

El sistema internacional de unidades sancionado por el congreso de Chicago no difiere esencialmente en principio del que había sido elaborado por los congresos precedentes, pero difiere en el hecho de dar una sancion oficial á definiciones y medios de realizacion de tipos (étalons/ internacionales de las principales unida— des prácticas: resistencia, fuerza electromotriz é intensidad.

aquí las definiciones adoptadas :

« Como unidad de resistencia, el Ohm internacional, basado sobre el ohm igual á 10* unidades del sistema electromagnético C. G S., representada por la resistencia que ofrece á una corriente eléctrica constante una columna de mercu- rio, á la temperatura del hielo fundente, de 14,452] gramos-masa, de una seccion transversal constante, y de una longitud de 106.3 cm.

« Como unidad de corriente, el Ampére internacional, igual á 1/10 de la unidad electro-magnética C. G. S., suficientemente bien representada, para las necesida— des de la práctica, por la corriente constante que deposita á razon de 6,00118 gra- mos de plata por segundo, al alravezar una solucion de nitrato de plata en agua,

MISCELANEA 141

conforme á las especificaciones adjuntas (1) « como unidad de fuerza electromo- triz, el Volt internacional, que es la fuerza electromotriz que, aplicada de una ma- nera constante á un conductor cuya resistencia es de'un ohminternacional, produ- ce una corriente igual á un ampére internacional, representada con una exactitud suficiente, para las necesidades de la práctica, por los e de la fuerza electromo- triz de la pila conocida bajo el nombre de pila clark, á la temperatura de 159 C, y preparada conforme á las especificaciones adjuntas (1).

« Como unidad de cantidad. el coulomb internacional, que es la cantidad de electricidad transportada por una corriente de 1 ampére internacional durante 1 segundo.

« Como unidad de capacidad, la capacidad de un conductor cargado al poten cial de 1 volt internacional con 1 coulomb internacional. '

« Como unidad de trabajo, el Jowle, igual á 10” unidades C. G. S. de trabajo, re- presentado con una exactitud suficiente para las necesidades de la práctica, por la energía gastadaen 1 segundo por 1 ohm internacional atravesado por una cor- riente de 1 ampére internacional.

« Como unidad de potencia, el Volí internacional, igual á 107 unidades C. G. S. de potencia, y representado con bastante exactitud, para las necesidades de la práctica, como la potencia de un joule por segundo.

« Como unidad de inducción, el Henry, que es la induccion de un circuito cuando la fuerza electromotriz inducida en dicho circuito es igual á 1 volt inter nacional, y que la corriente inductora varía de 1 ampére por segundo. »

En lo concerniente á la creacion y reconocimiento oficial de un patron (étalon) práctico de luz, la comision especialmente nombrada para deteminarlo no ha podido ponerse de acuerdo, y despues de una larga discusion, ha presentado á la cámara de los delegados la siguiente resolucion que ésta aceptó.

« Resolucion.— El comité, reconociendo los grandes progresos realizados por la lámpara patron de Von Hefner—Alteneck y la importancia de las investigacio- nes perseguidas en el Reichsaustalt, reconociendo que se han propuesto otros pa= trones, los que están actualmente en ensayo, que se han hecho sérias objecio- nes á todos los patrones de llama libre, no puede, pues, actualmente recomendar la adopcion de la lampara de Von Hefner ó de la lámpara de pentano, pero reco- mienda que todas las naciones sean invitadas á efectuar investigaciones acerca de patrones prácticos y bien definidos y sobre la realización satisfactoria de una uni dad absoluta.»

En cuanto concierne á la adopcion de un sistema internacional de notaciones, simbolos y observaciones, la comision especial nombrada por la cámara de dele- gados ha adoptado, introduciendo en”él ciertas juiciosas modificaciones, el siste ma propuesto por E. Hospitalier.

El informe de la comision fué presentado demasiado tarde á la cámara para po= der ser discutido. En estas condiciones, y á propuesta del señor W. H. Prece, la cámara de los delegados adoptó la siguiente resolucion

(1) Las especificaciones relativas álas condiciones de electrolfísis del nitrato de plata y á la construccion del patron (étalon) de Clarc serán redactadas ulteriormente bajo la alta direccion del senor von Helmholtz.

142 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

«Resolucion.-- Que este informe sea recibido como informe del comité especial encargado del estudio de las notaciones, y que sea impreso como apéndice al in- forme generaldela cámara de los delegados.»

Faltó completamente el tiempo material para permitir la introduccion al estu= dio de la cámara de los delegados de otras cuestiones que no figuraban en el pro— grama provisorio confeccionado por [la comision de organizacion.

Teníamos, antes de 1881, un sistema de unidades B. 4. de la Asociacion Bri- tánica, sistema basado sobre el valor del ohm determinado por la Asociacion Bri- tánica; hemos tenido, á lo menos en Francia, desde la conferencia de 1884, un sistema de wusdades legales, basado sobre el ohm legal definido por dicha con—= ferencia y que corresponde á la resistencia de una columna de mercurio, á la temperatura de hielo fandente, de 106 centímetros de longitud y de 1 milímetro cuadrado de seccion. Tenemos hoy, despues del congreso de Chicago, un siste ma de unidades internacionales, basado subre nuevas definiciones que toman para representar el ohm una columna de mercurio de 106,5 centímetros de longitud y definida, no ya por su seccion, sinó por su masa. Como las decisio— nes relativas á esta eleccion de unidades internacionales y de patrones interna= - cionales han sido votadas por unanimidad, es probable que estas unidades y es— tos patrones internacionales serán igualmente definitivos, y que no habrá ya que alterar los tipos cada diez años.

En vano hemos luchado en París para conseguir la sustitucion de la palabra Henry á la palabra cuadrante para designar la unidad práctica del coeficiente de induccion.

Los americanos han sabido vencer fácilmente las resistencias que habíamos encontrado y nosotros los felicitamos sinceramente por ello. La misma oposi- cion había igualmente acogido la creacion de un sistema internacional de nota= ciones, por consiguiente nos consideramos muy felices de haber podido, despues de diez años de lucha. obtener la sancion de una comision, aguardando la de un congreso, ó aún mejor, aquella ya en parte adquirida, de los electricistas prácti- cos que siententoda la utilidad de un sistema internacional de notaciones.

En cuanto al congreso general, ha recibido, como todos los congresos, un gran número de comunicaciones, unas de un interés general, las otras de un interés particular, todas ellas por otra parte, habrían estado igualmente en su sitio en las sesiones ordinarias de las sociedades cientificas ó industriales competentes. 4

Un análisis, aun suscinto, de esas comunicaciones ultrapasaría mucho Jos: lí- mites que nos son impuestos por la naturaleza de este periódico.

E. HOSPITALIER.

¿La Nature, N* 1063.)

3

BIBLIOGRAFÍA

Acaba de aparecer editado por Baudry y C* (Librairie Polytechnique, Paris) un «Traité de la Machine a Vapeur» por Robert H. Thurston, director del « Sibley College » Cornell University, etc., traducido del inglés por Mauricio Demoulin.

Esta obra, en dos volúmenes de 900 páginas en 8”, se divide en dos partes; la primera que trata de la descripcion de los principales tipos de máquinas y su teoría y la segunda del estudio, construccion y manejo y aplicaciones de la misma.

La obra está dividida así :

Tomo I: I. Historia de la máquina á vapor.

II. Principales tipos de máquinas modernas.

III. Teoría general.

IV. Termodinámica de los gases y vapores.

V. Teoría de la máquina á vapor.

VI. Sistema Compound. Envolturas Ó camisas de vapor. Sobrecaldeo.

Apéndice.

Tomo 11: 1. Estudio de la máquina á vapor.

II. Distribucion.

III. Reguladores. Volantes. Efectos de la inercia.

IWY. Construccion y montaje.

V. Funcionamiento.

VI. Ensayo de mánuinas y calderas.

VII. Especificaciones.

VIII. Consideraciones financieras.

Como puede verse, la obra trata de la teoría completa de la máquina á vapor y tambien de sus aplicaciones en la práctica del taller, en la construccion, montaje, mantencion y conservacion de las mismas; es, bajo distintos puntos de vista una obra completa en que se hace un estudio prolijo y detallado de la máquina á va— por, á lo que hay que agregar una cualidad poco comun en este género de traba- jos, que generalmente son ó eminentemente teóricos ó por completo prácticos. La obra de Thurston, escrita para personas familiarizadas con los principios de ter- modinámica, con las matemáticas superiores, en fin, con las diversas ciencias que constituyen los conocimientos teóricos que hoy forman la base de la educa-

144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

cion del ingeniero, encierra tambien datos de gran utilidad para los constructores, operarios y maquinistas, no sólo por la gran cantidad de detalles y datos prácticos que encierra, sinó tambien por las tablas completas y las prolijas ilustraciones que hay en todas sus partes, y, lo que es más, por el método especial que en ella se sigue de traducir siempre los resultados de teorías más ó menos elevadas á conclusiones prácticas que están al alcance de cualquier persona, que si bien no alcanza aquéllas, tiene en éstas los resultados en que ha de fundarse. Es, pues, una obra verdaderamente útil para el teórico como para el mecánico práctico.

4

Arteaga Rodolfo de... Ave-Lallemant, German

Brackebusch, Luis.

Abers, Enrique. -Agote, Cárlos, Aguirre, Eduardo.

Aguirre, Pedro.

Albert, Francisco.

Aldao, Cárlos A. :

¿Almada Luis E.

2 Alrich, Francisco.

o Alsina, Augusto. Amespil, Lorenzo. - Anasagasti, Federico.

- Anasagasti, lreneo,

“Araoz, Aurelio.

Aranzadi, Gerardo.

Arata, Pedro N.

Arigós, Máximo.

-Arnaldi, Juan B.

Arteaga, Alberto de

-Aubone, Cárlos. Avenatti, Bruno. Avila, Delfin.

Badell, Federico Y. -—Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. -Baigorría, Raimundo. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan.

-Barilari,SMariane S.

Carvalho, José Cárlos de.....

Denzel a Cordeiro, Luciano.....

Barabino, Santiago, E,

HONORARIOS

Dr. Cárlos Berg.

CORRESPONSALES

.. no. Montevideo.

Mendoza. Cordoba. Rio Janeiro.

Netto, Ladislao. ... Paterno, Manuel...:..... Reid, Walter F......... Stróbel, Pellegrino

.- Moncalieri (Italia)

. Lisboa.

CAPITAL

$

Barra, Cárlos de la. Barzi, Federico Basarte, Rómulo E. Bastianini, Egidio. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan,' Pedro. Becker, Eduardo. Belerano, Joaquin M.

“Belsúunce, Esteban

Beltrami, Federica Benavidez, Roque F. Benoit, Pedro. Bernardo, Daniel R. Biraben, Federico. Blanco, Ramon G Brian, Santiago. Brian, Santos Bosque y Reyes, F. Booth, Luis A. Bueni Félix. Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Cárlos.

-Buschiazzo, Francisco,

Buschiazzo, Juan A.

- Bustamante, Jusé L,

Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Campo, Leopoldo de Canale, Julio. Candianí, Emilio. Candioti, Marcial R.de Canovi, Arturo

Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. Caride, Estéban S. Carmona, Enrique.

Carreras José M. de las|

Carríique, Domingo Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Roque. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cerri, César,

Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapeaurouge, CG. de. Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco. Comiozes, Juan de. Córdoba Félix.

LISTA DE LOS SOCIOS

É | Dr. German Burmeister T.—Dr. Benjamin A. Gould.—Dr.R, A. Philippi.—Dr. Guillermo Rawson +

Rio Janeiro. ... Palermo(1t.). Lóndres. Parma (Ital.).

Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel, Policarpo. Corti, José S. Courtois, U. Cremona, Andrés Y. Cremona, Victor. Crohare, Pablo J. Crotto, Silvano: Cuadros, Carlos $.

Damianovich, E. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dawney, Carlos. Dellepiane, Juan. Dellepiane, Luis J. Diaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro. Dillon Justo R. Dominguez, Enrique Doncel, Juan A. Dubourcq, Herman. Duclout, Jorge. Durrieu, Mauricio Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F.

Echagúe, Cárlos. Eguzquiza, Rafael Elguera, Eduardo. Escobar, Justo Y. Espinosa, Adrian. Etchecopar; Evariste. Etcheverry, Angel. Ezcurra, Pedro. Ezquer, Octavio As

Fernandez, Daniel. Fernandez,

Fernandez. Pastor. Ferrari. Rómulo. - Ferrari, Saufiago. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Flemivg, Santiago. Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Fox, Eduardo Frogone, José l. Frugnne, José V. Fuente, Juan de la.

Gainza, Alberto de. Galtero, Alfredo. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Gastaldi, Juan EF. Gentilini, Pascual.

Ghigliazza, Sebastian,

Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Girado, José 1. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato: Gunzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin» Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Velez, Alej Gorbea, Julio Gramondo, Ernesto. Guerrico, José. P. de Guevara, Roberto. Guglielmi, Cayetano.

Gutierrez, José Maria.

Bainard, Jorge. Hary, Pablo

-, Herrera-Vegas, Rafael.

Hidalgo, Martin Huergo, Luis A. Huergo, Luis A. Hughes, Miguel.

Igoa, Juan M. Irigoyen, Guillermo. =Isnardi, Vicente. lturbe; Miguel. lturbe, Atanasio.

Jaeschke, Victor J.

Jameson de laPrecilla.

Jauregui, Nicolás.

Honorato. Fernandez, Ladislao M.

(hijo)

LISTA DE SOCIOS (Continuacion)

Krause, Otto. Kyle, Juan J. J,

Labarthe, Julio. Lafferriere, Arturo. Lagos, + Bismark. Lange, Enrique >. Langdon, Juan A. Lanús, Juan. €. Lara, Alfredo. Larguía, Carlos. Lavalle, Francisco. Lavalle, José E. Lazo, Anselmo: Eeconte, Ricardo. Lederer, Julio. Leovardis, Leonardo Leon, Rafael. Limendoux, Emilio. Lizarralde, "Ramon. Lopez Saubidet, P. Loudet, Osvnaldo. Llosa. Alejaldro. Lucero, Apolnario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sd, Luro, Ruíino. Ludwis, Cárlos. Lynch, Enrique. Lynch Arribálzaga. E.

Machado, Angel. Madrid, Enrique de Madrid, Samuel de. Mallol, Benito J. Mamberto, Benito. Marini, A, Martinez, Carlos. E. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Maupas, Ernesto. Mendez, Teófilo P. Meza, Dionisio C, Mezquita, Salvador. Mignagúy, Luis-P. Mohw, Alejandro, Molina Civit, Juan. Molina Salas, Cárlos. Molina y Vedia Julio. Molinari, José: Molino Torres, A. Molteni, José P. Mon, Josué KR. Montes, Juan Á. -

| Moyano, Cárlos M. Murzi, Eduardo.

Nocetti, Domingo. Nocelti, Gregorio. Nougues, Luis F

Ocampo, Manuel S. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. | 0"Donell, Alberto C.

Morales, Cárlos Maria.

Otamendi,

Olivera, Cárlos C. Olmos, Miguel. Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi; Rómulo. Alberto.

Otamendi, Juan B.

Padilla, Emilio H..de Palacios, Alberto Palacio,Emilio. Páquet, Cárlos. Pasalacqua, Juan V. Pawlowsky, Aaron. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Peyrel, "Alejo “Pereyra, Horacio. Pereyra, Manuel, Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Pedro. Pico, Octavio 5. Pico, Pedro P. Pirovano, Ignacio. Puiggari, Pio. Puiggart, Miguel.

Quadri, Juan B.- Quijarro, José A. Quiroga, Atanasio.

Ratto, Leopoldo. Rebora, Juan. lecalde, Felipe. Real de Azúa, Cárlos Riglos, Martiniano, Rigoli, Leopoldo: Roux, Alejandro Rodriguez, Andrés E. Rodriguez, Luis O, Rodríguez, Miguel. Rodriguez de la Torre, C. Rojas, Estéban C.: Rojas, Félix. Romero, Armando, Romero, Carlos L. = Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Rostagno, Enrique, Ruiz! Hermógenés: Ruiz de los Llanos, E: Ruiz, Manuel. Rufraneos, Ceferino.

Sagasta, fool: Sagastume, Demetrio. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. * Salas, Estanislao. Salas, Julio S:

Salvá, J. M.

| Samper, Sebastian; -

M.

¡Spika, Augusto. -Stavellus, Federico.

Viñas, Urquiza. Justo.

% Sanchez, Emilio J-- e

Senillosa, Juan A.

-Tresselsy: José: “A

"Victorica y Soneira,-

E daadids Eugen 0% -Zavalia, Salustián pe

+ Zunino, EoAgRES

Sanglas, Rodolfo. > o ES San Roman, Í Derio. 175 Santillan; Sántiago. P.

Señorans, Arturo. o. Sarrabay1ouse, Eugen: Saralegui, LAS Sarhy. José. Vo Sarhy, Juan F- Searpa, José. : Schneidewind, Alberto Schickendantz Emilio. Schróder, Enrique. Schwartz, Felipe. 000 Scotti, Carlos FF. Segovia, Fernando. Seguí, Francisco; Selstrane, Artaro. Serna, Gerónimo ae SchawW, Arturo E.. Schaw, Cárlos E.* O Silva, Augel. DS e Silveira uses Simonazzi; Guillermo Sict, Juan M. E Sirven, Joaquin Solá, Ricardo. Soldani, Juan A. Sota, Alberto de dE

Sleguan, Cánlos. OR

Taboada, Miguel: eso Taurel, Luis, o Tessi, Sebastian LT They. Hector: aros Thompson, Valentin. Jet

Treglia, Horacio. '

Unanue, Ignacio. A de pEnQUTa de o q

ade Patos EE Varela Rufino (Mj0)

Vidart, E. (hijo) - Vicela, Baldomero o

Villanueva, Bernard Villegas, Belisario. cd Pedro.

de

Wautéis, 'Cárlos Wauters; Enrique, , White, Guillermó. Wilhiarasy Orlando:

Zeballos, Estánislao

AER CR

ANALES SOCIEDAD CIENTÍFICA E. ARGENTINA

AE AAA ÁáAÁAÁAÁAÁáKÁ

COMISION REDACTORA

PrROstdentesi..a Ingeniero CÁrLOS BUNGE. Secretari0...... Señor ARMANDO ROMERO. : Ingeniero MANUEL B. BAHIA. ES MOCOS is D* ATANASIO QUIROGA.

Señor FÉLIX LYNCH ARRIBÁLZAGA.

E OCTUBRE DE 1893. ENTREGA IV.— TOMO XXXVI

PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DB. LA' SOCIEDAD, VICTORIA, 1492 (2* piso), Y PRINCIPALES LIBRERÍAS.

Por mes, en la Capital, Interior y Exterior,

iMCluso porte....oooocoooooocononarcacroroccononcoo..» $ wpa 1,50 Por ano, en la Capital, Interior y Exterior iMCLIUSO POLO... .o.oo ennroomorcrraccna raro o » 12,00

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AS SS q RN La suscricion se paga anticipada" ES

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680 CALLE PERÚ 680

18393

JUNTA DIRECTIVA

Presidente”. 0, Ingeniero CÁRLOS BUNGE. Vice Presidente 1% Ingeniero DomMInGO NocETTI.

Id. 22 Ingeniero DEMETRIO SAGASTUME: SECNCÍO rio ello Señor ARMANDO ROMERO. Fesoreroi.. e Señor JosÉ I. GIRADO.

/ Señor JosÉ VICTORICA Y SONEYRA. panas ERNESTO MAUPAS. WOCa les: an SR ¿Señor ALBERTO OTAMENDI. a Capitan ARTURO LUGONES.

¡Inseniero MIGUEL ITURBE.

INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA -

I. OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA. Informe pericial por los ingenieros, D. Rafael Aranda, Carlos Doynel y Emilio Girardet, (Continuación). A

IT. MISCELANEA.

A LOS SÓCIOS

Se ruega á los señores sócios comuniquen á la Secreta= ría de la Sociedad su ausencia, cambio de domicilio, etc., y cualquier irregularidad en el reparto de los Anales ó cobro de la cuota.

Se ruega tambien á los que tengan en su poder obras prestadas pertenecientes á la Biblioteca de la Sociedad, se sirvan devolverlas á la brevedad posible, á fin de anotar= las en el catálogo.

UBRAS DE RIEGO DE LON ALIOS CÓRDODA

INFORME PERICIAL EXPEDIDO POR LOS INGENIEROS CIVILES RAFAEL ARANDA,.

CÁRLOS DOYNEL Y EMILIO GIRARDET, EN EL JUICIO CRIMINAL PROMOVIDO POR EL EXCELENTÍSIMO GOBIERNO DE LA PROVINCIA AL DIRECTOR Y Á LOS EMPRESARIOS DE LAS OBRAS, DE ÓRDEN DEL SEÑOR JUEZ DE SENTENCIA EN LO CRIMINAL, DOCTOR DON ANTENOR DE LA VEGA. :

(Continuacion)

CUESTION VI

Sobre existe aguas abajo del dique de San Roque en el lecho del Rio I, piso firme quese halle 4 un nivel que justifique que el umbral de las galerias de los desarenadores se ha colocado dun mwvel inferior alde las aguas del m0 donde está ubicada la obra (1).

¿Cuál es el nivel del río aguas abajo ? Por el lecho de un río se entiende algunas veces el nivel acciden- tal formado por materias fáciles de remover, y Otras veces se en-

(1) Este punto concuerda con el cargo número 14 hecho por el Ministerio pú-

blico contra los procesados en el capítulo que dice:

«3" Malas construcciones.

« Los desarenadores están construidos de tal modo que sus bocas de salida se encuentran un metro veinte centímetros más bajas que el lecho del Rio por donde debían deslizarse las arenas (acta f. 73 y vuelta).

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI 10

146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

tiende el fondo de roca viva - E sólo con grandes trabajos se puede modificar.

El nivel accidental del Rio [, aguas abajo del dique de San Ro- que, está ahora más elevado que el piso de los desarenadores.

¿Coincide este fondo con el fondo de roca viva, ó es debido á fenó- menos accidentales posteriores á la construccion del dique y cuyos inconvenientes serán fáciles de subsanar?

. Es este el punto á cuyo exámen vamos á proceder.

Notemos que no podían tener interés de ninguna clase ingenie- ros ni constructores, en poner el piso de los desarenadores á un ni- vel con preferencia á otro; por consiguiente si el lecho accidental es el lecho natural, habría el Ingeniero autor de los planos cometido, sin utilidad posible, un error craso y demostrado una Ignorancia supina que el conjunto de los planos v obras no nos permite suponer.

Consta, además, por una prueba material, las fotografías que se nos han remitido, y por pruebas morales, las e: que se nos han comunicado que para hallar el fondo de roca viva para los cimientos del dique se han alcanzado puntos á una profundidad mayor de 14 metros, y deberíamos admitir entónces que el thalweg del Rio presentaba un resalto en ese punto, de más de 16 metros. Lo que no puede admitirse racionalmente.

En 1886 el ingeniero Saint-Ives estudia los planos presentados por el Ingeniero constructor, visita el lugar indicado, y en su informe de 28 de Julio, aprueba los planos en su conjunto y cl sin observar un punto de tanta importancia.

En 1888 el ingeniero Luis A. Huergo, despues de estudiar deta= lladamente los planos y cálculos y visitar el dique en construccion, que en aquella época tenía veinte y siete metros terminados, y por consiguiente los desarenadores concluidos, no sólo no nota una cosa tan fácil de observar, como sería una diferencia de más de dos metros, en contrapendiente, sinó que aprueba lo hecho y habla en los siguientes términos de los Ingenieros y delas obras (pág. 52): «hasta donde humanamente es posible, en la época actual de nues- tros conocimientos, proyectar con conciencia la obra, hicieron los planos y los cómputos métricos... etc.».

Es imposible admitir que dos Ingenieros de tan justificada repu- tacion como los señores Saint-Ives y Huergo hubiesen dejado pa= sar sin observarlo un error tan importante y cuya verificacion era tan facil.

De todos los informes oficiales que se han producido sobre el

OBRAS DE RIFGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 147

Dique de San Roque el primero que habla de la diferencia de nivel entre el lecho del Río aguas abajo y el piso de los desarenadores es

el del Sr. Tessi (Junio 30 de 1888) que dice lo siguiente: «He encon- -

trado poco eficaz la accion de los desarenadores ya debilitada por la pequeña pendiente del Río y perjudicada por las obstrucciones que se producen aguas abajo del Dique, con motivo de las aperturas de caminos y rampas de servicio».

Este testimonio es categórico, pues es de una persona técnica, la que en un informe en que ataca á la Direccion de las Obras, reco- noce el hecho de las obstrucciones en aquella época.

El Sr. Stavelius dice en su informe ya citado, página 17:

«Una parte del lecho que debería rebajarse, es constituido de peña que habría necesidad de romper con dinamita. »

Si una parte solamente del lecho es de peña, la otra es de arena y piedras movibles, y el thalweg debe buscarse abajo de ellas en el punto inferior de la roca natural aparente.

Con estos datos, y no pudiendo por la insuficiencia de los recursos disponibles, desviar el agua para buscar en los puntos principales el nivel del lecho de piedra viva, hemos debido contentarnos con el estudio del lecho accidental del Río y sólo en él hemos podido ver arena y piedras movibles ( proviniendo éstas en su mayor parte de los trabajos hechos para el establecimiento de la vía del Ferro-Carril Córdoba y Nord-Oeste), las cuales presentan naturalmente cotas di- versas—pero á distancia de 225 metros aguas abajo del Dique en- contramos un punto en que el lecho accidental resulta, de nuestras operaciones de nivelación, estará 40 metros 18 abajo de la clave del intrados dela bóveda de los desarenadores en el paramento aguas abajo, lo que da un nivel más bajo de 0”58 del umbral de dichos desarenadores.

Habría que agregar á esta diferencia el espesor de arena y piedra para alcanzar el lecho de roca viva, espesor que no pudimos deter- minar pero que no puede ser despreciable.

Coincide este dato con el dado por el Sr. Stavelius en su informe provisorio de Junio de 1892 pidiendo que se l¿mpre el lecho del Río 228 metros aguas abajo (limpiar no es remover rocas vivas con di- namita sinó sacar las materias extrañas depositadas). Por consi- guiente :

Considerando:

12 La profundidad de los cimientos del Dique y las reglas de formacion de los thalwegs; :

apo?

148 ' ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA pin

2” La naturaleza del lecho actual del Río 1” aguas abajo ;

3% El punto determinado á 228 metros aguas abajo sobre capas de arena y piedra movible;

o El silencio que guardan sobre ese punto los informes de los. Ingenieros Saint-Ives y Huergo;

5 El informe del Sr. Tessi indicando la sobre-elevacion en formacion.

A la pregunta VI:

Sobre existe aguas abajo del Dique de San Roque en el lecho del Rio 4? piso firme que se halle dun nivel que justafique que el umbral de las galerias de los desarenadores se han colocado 4 un nwel anfe- rior al de las aguas del Rio donde está ubicada la obra.

Contestamos :

No existe aguas abajo del Dique en el lecho del Rio 1% piso firme. alguno superior al umbral de los desarenadores, y si solamente mate- rias depositadas con posterioridad ú4 la construccion del Dique.

CUESTION VI

Sobre la obstrucción de las galerias de los desarenadores debe atribuirse 6 nod la falta de limpieza del lecho del Río aguas abajo del Dique de los depósitos mencionados (1).

La resolucion de este punto depende evidentemente de la del

punto anterior. Contra un muro cualquiera de represa hay siempre rondas de

r

depósitos tales como légamos, arena, etc.; para dar paso á estos depósitos son los desarenadores. Si al salir de estos el agua vuelve

(1) Este punto concuerda con la segunda parte del cargo número 14 del señor Fiscal que dice como sigue :

«3"” Malas construcciones.

IA habiéndose (se refiere á los desarenadores) convertido por este de- fecto en arenadores en vez de desarenadores como dice el Sr. Stavelius en su in forme, y este defecto fué lya indicado en mil ochocientos ochenta y ocho por el Presidente de la Seccion de Obras Públicas Sr. Tessi en un informe que aparece publicado, por la página 243 del tomo 15 de la Compilacion de leyes y decretos, y sin embargo la idea de lucro probablemente impidió subsanar este defecto.»

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 149

á encontrarse con un segundo muro de represa, que es lo que forma

en realidad la sobre-elevacion estudiada anteriormente, contra este.

muro vuelve á depositar el agua las materias que traía en suspen- sion, y los desarenadores tienen siempre que obstruirse gradual- mente, empezando aguas abajo y subiendo hasta que el depósito en ellos formado alcance el nivel del obstáculo como lo hemos verificado en el desarenador Sud.

Si estuviere libre el paso, el agua cuya velocidad en los desarena- dores alcanza hasta 24 metros por segundo, arrastraría más allá las materias en suspension.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez,

Contestamos :

La obstruccion de los desarenadores debe atribuirse ú la sobre- elevacion accidental del lecho del Río aguas abajo.

CUESTION VIII

Sobre si los desperfectos que comportan los desarenadores cons- iituyen un desperfecto local que no trene conexion con el resto de la obra.

Vamos á darnos cuenta exactamente del valor de estos desperfec- tos; para el desarenador Norte los datos y planos nos han sido suministrados oficialmente por la Direccion de la Oficina de Riego; para el desarenador Sur los hemos relevado por medidas directas en la bóveda y en los paramentos verticales y sondajes á cada me- tro lineal del piso. y

Desarenador Norte

En el piso, la mayor profundidad del desperfecto alcanzaría á 560, en cuyo punto se encontró la parte más baja de la roca natu-

ral según datos de la Oficina de Riego.

Esto nos inlica que la profundidad de los cimientos no es de 040 como erróneamente se dijo, puesto que su fondo es muy irre- gular y que en un solo punto sobre una longitud de más de 3 me- tros, pasa éste de 5 metros de profundidad.

a >

150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

El cubo aproximado del desperfecto sería 117%. En los paramentos aproximadamente 35%, En la bóveda, más ó menos, 10",

Desarenador Sud.

En el piso, la mayor profundidad del desperfecto es de 316 de-

bajo del piso, y el cubo es en el piso y paramento vertical exacta- mente de 45"*36.

En la bóveda es de 22%, Tenemos pues los resultados siguientes :

Desarenador Norte scubono la e 62m3 Desarenadon Su cc. 673

De estas dos cantidades sólo podemos garantizar la segunda, pues no nos fué posible entrar en el desarenador Norte, el cual, por otra parte, tenía ya gran parte de su piso restablecido; además en los planos que se nos facilitaron observamos varios errores de cotas que hacen que no podamos dar á los cubos que resultan sino una muy relativa.

Considerando ahora estos desperfectos en su conjunto y en su re- lacion con la obra, es evidente que no afectan en manera alguna la solidez del muro, y no tienden á aumentarse.

12 Por haberse descubierio en algunos puntos de ellos la roca natural; E

22 Por ser en todos los puntos examinados muy duras las mez- clas y perfecta la adherencia.

Por tanto á la pregunta del señor Juez, contestamos:

Los desperfectos que comportan los desarenadores cuyo cubo exac- to no podemos garantizar, son absolutamente locales y no afectan en. manera alguna el conjunto de la obra.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 151

CUESTION IX

Sobre si los aparatos y compuertas que comporta el dique de San Roque están conformes con los planos aprobados por el Exwmo. robrer- no, su mecanismo es bueno asi como tambien si es buena la calidad de los materiales de que están compuestos.

Al contestar al punto número IVen este informe, hemos dado cuenta de nuestra investigacion á objeto de obtener todos los datos pertenecientes á las obras ejecutadas y hacíamos notar que sólo ha-

bíamos encontrado el que corresponde á las compuertas del dique.

de San Roque y sus aparatos de maniobra, y el plano general de toda la superficie regable.

Las compuertas y maquinarias han sido construidas con entera sujecion á los planos aprobados y que hemos tenido á la vista, sien- do de notar en su ejecucion y materiales el más perfecto trabajo y la mejor calidad en la materia.

Su comportamiento, hasta ahora, no ofrece inconveniente alguno apreciable, ni en su manipulacion ni en su montaje.

En otro punto nos ocuparemos con toda la extension requerida, de los daños ocasionados en el tornillo de la compuerta Sud, de- jando para entónces las observaciones del caso.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez, contestamos :

Los aparatos están conformes ú los planos aprobados; su mecanismo es bueno y el material empleado de la mejor calidad.

CUESTION X

Sobre los aparatos del dique de San Roque permiten hacer el ser- vicio de distribucion del agua, convenientemente.

Tres son estos aparatos: 1? Tubode descarga;

152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

2 Desarenador Norte; 3% Desarenador Sud. > Estudiemos el gasto del tubo central. Consideremos el Dique con el embalse máximum-—la presion so- bre el centro de figura será de 3100 á lo que ooo una ve- locidad inicial aproximada de 24 metros.

“e D? . T > Su seccion es Por DEIS 0015/05

2 El coeficiente de contraccion m = 0,62 para un tubo cilíndrico,

y Mm SV , . -0=0.62 >< 0,786><22. Q = 11769 por segundo.

Siendo relativamente corto el caño, no tomamos en cuenta la pér- dida de carga por friccion.

Cada uno de los desarenadores, como lo hemos visto ( Cuestion V ) puede dar en condiciones normales, y para el máximo embalse, un gasto de 61**92 por segundo. Lo que sumando representa:

Cano dedescargacni a 69 Desarenador Norte. ...... ; 61 92 Desarenador Sud......... 61 92

ISSUOS

Aforo de estos conductos para el embalse máximo.

Supongamos ahora el dique vacío.

Segun la cantidad de agua que llega á él, ó puede pasar toda ella por el caño de desagúe y los desarenadores, ó no puede, y entónces aumenta el embalse.

Consideremos la cantidad de agua que pasa por estos tres caños

al llegar el agua en el Dique al punto más elevado del caño central, ó sea 3"40 de la zapata.

Q=mSV para H =0.50 O=mSy 2yH mM 02IS US

0=W:6022<0:185< 31 SS E

» : , $ OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDORA 153 e] >

Para los desarenadores la carga sobre el centro de figura será A aproximadamente 2.20. : En Repitiendo el mismo cálculo con las mismas fórmulas. Ha- $; llamos:

O 2.81 ><0.92 5< / TIA AN Q = 169940.

Lo que nos de para los tres caños :

Cao e E o O) Ai Desarenador Norte. ........ 16 940 dl Desarenador Sud. ......... 16 940

35"*400

Entre las dos cargas el aforo va aumentando progresivamente.

Siel agua represada no alcanza el plano superior del caño de des- carga, será no que las bocas de salida sean insuficientes para el servicio que de ellas se espera, sino que, no se habrá tenido la pre- caución de embalsará tiempo y que la cantidad de agua que llega al valle de San Roque es insuficiente para las necesidades del ser- vicio del río y canales.

El régimen permanente del río pide un cubo de 6** por segundo, para el servicio correspondiente á los derechos adquiridos.

Para el primer proyecto de 30 metros de embalse se calculó un gasto total para los dos canales de 9 metros por segundo.

Elevando el dique á 35 metros de altura su cubo ha sido aumen- tado de 80 %/,; estaremos, pues, arriba de la verdad suponiendo que para regar la totalidad de las tierras se precisa cien por ciento más que el proyecto primitivo.

Serían, pues, 18 metros para los canales y seis para el río, total 24 metros.

Hemos visto ya que para todo embalse cuyo nivel sea compren- dido entre el caño de descarga y 33 metros, el aforo de los tubos vacía de 3540 á 13553 por segundo. En todo caso, pues, estarían los servicios asegurados.

En cuanto á la insuficiencia de dichos caños para dejar pasar en un momento dado, las aguas que los ríos Cosquín y San Roque le traen en sus mayores crecientes, la estudiaremos detalladamente en el punto XXXVIIL.

: “a

154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Por lo tanto á la pregunta X contestamos : Los aparatos existentes en el Dique de San Roque permiten hacer el servicio de distribucion del agua, convenientemente.

CUESTION XI

Sobre sq el sistema del Dique de Mal Paso permite el aforo del vo- lúmen de agua que de aguas arriba llega hasta él (1).

*

Las obras del Dique de Mal Paso fueron entregadas concluidas á la Empresa Funes y Bialet, y la supresion del vertedor de aforo no ha podido beneficiar á nadie sino al Gobierno (su valor era de 1104 pesos, segun presupuesto).

Averigúemos solamente, por consiguiente, si el Dique actual per- mite la medicion de las aguas.

Los diques que tienen el todo ó parte de su coronamiento en for- ma de vertedor, limitado éste á sus extremidades por planos ver- ticales, y destinados á dejar pasar el agua de una manera contí— nua, llevan el nombre genérico de diques de aforo. El dique de Mal Paso es, pues, uno de ellos.

Para saber la cantidad de agua que pasa por él, basta tener, dos ó tres metros aguas arriba del umbral del vertedor, una regla bien aparente que indique la altura del nivel del agua sobre el um-

_bral del vertedor. Dos ó tres metros aguas arriba, decimos, y no

sobre el umbral mismo, porque es sabido que en este punto sufre la vena liquida una deformacion.

Tablas que existen en todos los manuales para cada forma de vertedor, dan por una simple lectura la velocidad que corresponde á la altura considerada.

- Debe ponerse en Mal Paso de una manera fija, un cuadro, muy fácil de calcular conociendo el largo del vertedor y la velocidad que corresponde á cada altura de la capa de agua.

Este cuadro colocado arriba de la regla, dará al primer golpe de vista la cantidad de agua aforada por cada altura de la regla.

(1) Esta pregunta concuerda con el cargo número 7 del senor Fiscal en el que dice: «Tambien se ha suprimido el vertedor de aforo para las aguas de este dique Mal Paso.»

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 455

Existe tambien en el Dique un tubo de descarga que puede ser- vir de desarenador.

Siendo el nivel de la capa de agua susceptible de variaciones de poca importancia, se podría calcular una vez para todas, el ¿zasto de este tubo de descarga el que se agregará ó no al aforo del Dique

segun esté abierto ó cerrado.

Debemos hacer notar que en el proyecto primitivo se ha hecho un lujo de aparatos y construcciones inútiles, que sólo tienen co- mo excusa que ese proyecto no era, propiamente hablando, sino ante-proyecto.

Un estudio más detallado ha necios despues y con toda razón de- saparecer del proyecto:

1 El vertedor de aforo de San Roque;

2% El vertedor de aforo de Mal Paso;

3 Tubos, cámaras y llaves de ambos diques.

La precipitacion con que han sido hechos los planos, hubiera de- bido dar todavía mayores defectos.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez:

Sobre si el sistema del Dique de Mal Paso permite el aforo del vo- lúmen de agua que, de aguas arriba, llega hasta él.

Contestamos :

La forma adoptada en el Dique de Mal Pasoes la mejor para medar la cantidad de agua que pasa; perteneciendo este Dique los llama- dos Diques de aforo.

CUESTION XII

Sobre si los aparatos y compuertas del Dique de Mal Paso perma- ten la conventente distribucion de las aguas que llegan hasta él.

De las aguas que llegan hasta el Dique de Mal Paso, una parte pasa á los Canales Maestros y la otra cae al Río 1”.

Agua para los canales

La compuerta del Canal Norte tiene 6"50 de ancho, la del Canal Sud 540 : la carrera es de un metro en ambas.

Pie

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

156 le La presion sobre el centro de figura es de 1”80. ás Ei r 7 y 0 Fomaremos en la fórmula Q =mMmS V y mm == 0112

por sercanal descubierto y de pequeña pendiente. El gasto de cada una de las compuertas será

Canal Norte: 279896 por segundo

Al

0 == 6:505< 01905 ME00S <=

Canal Sud: 9937147.

O = 5.40 < 0.72 >< 1.00 >< y 29 < 1.80

Por lo tanto siempre que haya embalse en Mal Paso, condicion indispensable para regar, podrán las compuertas dar á los canales

agua en cantidad más que suficiente.

Agua para el Rio 1*

El desarenador ó caño de desagúe de la misma forma que los desarenadores del Dique de San Roque, tiene como seccion á la en-

trada del agua S= 1.20 1.40 + E < 0.607

S —2.24 su aforo será

0=mS3V.:

Fórmula en la que hacemos MESES

á Causa de la forma cónica del conducto.

Q = 0.82 >< 2.24 < y 29H

El embalse es de 9 metros; la presion sobre su centro de seccion

aproximadamente 1 metro.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 1517

Haciendo los cálculos, hallamos :

0 =1192% por

aforo del caño cuando el dique está rebalsando por el ventedor.

Consideremos ahora el caso en que el embalse llega hasta el pla- no superior de la boca del caño aguas arriba; con las mismas fór- mulas y coeficientes obtenemos:

OE 0290

Hemos visto que la cantidad de agua necesaria para el servicio de los derechos adquiridos era de 6”” solamente.

El caño de desagúe, si el agua que llega hasta él es suficiente, lo dejará pasar siempre en la cantidad necesaria.

Si una fuerte creciente trae un gran volúmen, éste se derramará por el vertedor que tiene todo el ancho del dique, en la cantidad que llegue hasta él, como lo hemos visto en el punto anterior.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez,

Contestamos :

Los aparatos y compuertas del Dique de Mal Paso permiten la con- ventente distribucion de las aguas que llegan hasta él.

CUESTIÓN XIII

Sobre es posible que las salidas de las aguas por las bocas de servicio que comparte el Dique de San Roque y por los desarenado- res originen trepidaciones que desperfeccionen la obra ó comprometan su estabilidad. |

Los puntos para las salidas de las aguas del Dique de San Ro- que son tres: los desarenadores, el tubo central de descarga y los vertedores colocados á uno y otro costado del muro. Los desarena- dores, por su forma y colocacion en la base del muro, no hubieran podido dar lugar á vibraciones sensibles, si su funcionamiento hu- biera sido regular.

La sobre-elevacion del lecho del Rio, de la que hemos hablado extensamente al contestar de la proposicion N* Y, ha producido re-

pR

a,

dE Du EE

158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

molinos que, como ya hemos dicho, han causado algunos daños en la mampostería .

Careciendo de personal técnico la Direccion del Riego, los datos que esta reparticion puede dar y ha dado, han sido siempre tan extraños que no han podido servir para ilustrar ningun punto de lo que á las obras se refiere; pero en cuanto á las vibraciones el encargado del Dique de San Roque nos ha asegurado que se han sentido de alguna importancia.

En el caño central de descarga estamos seguros que se producen vibraciones al chocar el agua con la compuerta. La forma y colo- cacion de la misma la consideramos defectuosa y debería haberse cambiado por otra de corredera vertical en vez de tener la forma rotativa que hoy tiene, evitando con ello las trepidaciones que se vroducen á la salida de las aguas.

Los vertedores, por la condicion en que han quedado, despues de haber trabajado durante el tiempo en que el Dique tuvo su ma- ximun de embalse, demuestran quese han producido remolinos y arrastres al caer las aguas al Rio I, los que han debido determinar alguna vibracion de escasa importancia para el muro, en atencion á la distancia á que se ha producido la cascada.

Trabajando los aparatos indicados, de una manera regular y mo- dificada la forma de la compuerta del tubo central, creemos que no deben producirse vibraciones.

No hemos podido estimar la importancia de ellas en el presente caso, por estar el Dique completamente vacío; de cualquier manera no se presenta ningun signo exterior de que ellas hayan o daño alguno á la obra.

Pero eisilondo estas vibraciones ¿qué defectos pueden causar ?

Es un punto que el estado actual de los conocimientos no permi- te todavía determinar econ exactitud. Lo único quese sabe á cien- cia cierta, es que las vibraciones producidas en una masa de mam- postería, en el momento del fragúe, rompe las cristalizaciones en formacion y puede llegará destruir completamente la cohesion del mortero.

En cuanto al efecto que producen estas mismas vibraciones en un cuerpo de mampostería cuyos morteros han concluido de fra- guar, nose puede determinar de una manera exacla.

Es costumbre para tener cuenta de ellas, en las obras que resis- ten 4 vibraciones y trepidaciones continuas como ser los pilares y arcos de puentes de Ferrocarriles, tomar un coeficiente de segu-

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 159

ridad elevado y no pedir á la mampostería el máximum de trabajo que puede dar.

Hemos visto ya en el punto III que la presion máxima en el mu- .

ro es muy moderada y que bajo este punto de vista el Dique de San Roque es el que trabaja menos de los diques existentes.

Las vibraciones, por consiguiente, no deben ser en él una causa de destruccion.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez :

Sobre si es posible que la salida de las aguas por las bocas de ser- vicio que comporta el Dique de San Roque y por los desarenadores originen trepidaciones que desperfeccionen la obra ó comprometan su estabilidad.

Contestamos:

La salida del agua por los desarenadores en estado normal de lim- pieza del lecho del rio aguas abajo no debe producir vibraciones; las producirá por el caño central de descarga por ser defectuosa la forma de la compuerta, y las producirá tambien al caer de los vertedores por haber sido proyectados estos muy cortos; pero cualquiera que sea su causa no podrán ellas determinar desperfectos en la obra nt com- prometer su solidez.

CUESTION XIV

Sobre sr el agua que corre por los canales tiene una velocidad que los perjudique ó que no sea la que convenga.

Para contestar á este punto hemos estudiado las pendientes que se establecen en el proyecto general de los canales, los cuales sa— tisfacen ampliamente su objeto.

Asilo indicó el Sr. Ingeniero Saint-Ives y lo confirmó el Sr. Inge- niero Huergo en su informe de Octubre de 1888, páginas 130 y 132; en este informe se calcula que la velocidad máxima en los canales con paramentos revocados será de 1392; la correspondiente á los canales en tierra 0691.

Hemos recorrido en casi su totalidad los canales maestros y exa- minado numerosos puntos de los canales secundarios, encontran- do la velocidad media correspondiente á los citados, las que juz- gamos en un todo convenientes.

460 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

En la pregunta N* XXVIT estudiaremos detalladamente el estado actual de los canales y sus desperfectos.

Contestando á la pregunta que antecede, declaramos que la veloci- dad de: agua en los canales no les perjudica, y es la que conviene ú ca- nales de esta naturaleza.

CUESTION XV

Sobre si la mampostería del Dique de San Roque satisface las con- diciones de una buena mampostería hndráulica, así en su constitucion como en su confeccion.

Consideremos los elementos que entran en el muro: 12 Las piedras;

9% La arena;

3% La cal;

4 El agua;

3 Confeccion de los morteros;

6 Proporcion de las mezclas; y

>

1" Confeccion de la mampostería.

I. Las piedras

Son inmejorables; es un granito excelente en el que no domina el feldespato. Todas las piedras que en nuestro exámen prelijo del Dique hemos visto, tanto en los paramentos como en su interior, nos han probado que han sido elegidas con gran cuidado.

WM. La arena

Esta sólo tiene un defecto, la mica; de la que se le quitaba la mayor parte lavándola como nos consta de los autos, y del exámen de los morteros, quedando todavía una cierta cantidad ¡nevitable.

A pesar de este defecto la consideramos como muy buena, y el Sr. Saint-Ives la declara excelente.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 461

WS LE cal

No necesitamos volver sobre este punto; en la cuestion Il lo he- mos tratado con todo detalle. La deciaramos inmejorable.

IV. El agua

Un agua impura y turbia es impropia para hacer morteros; con ella las mejores cales y arenas dan resultados desastrosos, pero para quien conoce la naturaleza de las aguas del Rio I resulta evi— dente que, ni aun queriéndolo se ha podido emplear agua im- pura.

V. La mano de obra para los morteros

Consta de las diferentes muestras sacadas por nosotros de muy diversos puntos, que tienen los morteros una homogeneidad perfec- ta. Las fotografías indican que fueron hechas con malaxadores me- cánicos, lo que es la mejor manera de hacerlos, no alcanzando nunca tanta uniformidad los morteros hechos á mano.

La declaramos, pues, perfecta.

VI. Proporciones de las mezclas

Esta ha variado de 2 á 2 '/, de arena por 1 de cal en volúmen.

cantidad de cal que entra en la mezcla, pase de 350 kilos por me- tro cúbico; cantidad que sólo se emplea en Francia, en las obras más cuidadas que ejecuta la administracion de puentes y calzadas.

El resultado de los análisis que 'hemos pedido al Dr. Quiroga so- bre muestras averiadas de morteros, se halla en el informe anexo.

Estas muestras las hemos tomado de los morteros volcados y la- vados al pié del muro, de los que han quedado aparentes en los desperfectos del desarenador Sud y de una filtracion del vertedor Norte.

Esta proporcion aun en su parte más reducida hace que la

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI 11

162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Las muestras que podían sacarse del interior del muro sabemos cómo se comportan por los análisis anteriores del Dr. Kyle.

Hemos querido saber para aclarar este punto qué resistencia po- drían ofrecer mezclas averiadas tomadas en condiciones las más desfavorables.

Estos morteros han sido lavados por las aguas cuando todavía no habían concluido su fragúe, han perdido las */, partes de la cal, como lo prueba el índice de hidraulicidad de la que queda, que es cuatro veces el que tiene al emplearse y ofrecen sin embargo un cuadro de resistencia muy satisfactorio en el que la menor es muy superior á la que nos han indicado los cálculos como producién— dose en elinterior del muro. :

Estos resultados nos permiten asegurar que las mezclas conte— nidas en el cuerpo del muro, tienen resistencias más que suficien- tes.

No hemos querido hacer perforaciones en el cuerpo del muro, porque, como lo observan con sobrada razon los ingenieros Seurot

<=

«y Barabino, el resultado de una ó varias perforaciones noprobarían

nada, nosiendo conveniente practicar repetidas perforaciones que producirían daños en la mampostería en cambio de un resultado dudoso en la investigacion.

Notemos, además, que al ser arrancados los morteros con marti- llos, cortados para el análisis con sierras y formones, se perturba considerablemente el resultado final de su observacion.

Por estas razones, tenemos completa seguridad que en el cuerpo del dique, las mezclas no averiadas por la extraccion y manipula- cion, deben tener una resistencia dos ó tres veces mayor que la in- dicada por los análisis del Dr. Quiroga, á quien expresamos nues- tro agradecimiento por su eficaz concurso.

VII. Confeccion de la mampostería

En el punto XXXV trataremos esta cuestion, pero adelantaremo desde ya, que todo lo que hemos examinado nos permite declarar que ha sido tan esmerada como se precisaba, no economizándoss nunca morteros ni tiempo.

Las fotografías lo prueban de una manera completa.

De esto no se debe deducir que pensemos que en el interior del

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 163

muro esté la masa de mampostería seca, ni haya alcanzado esta su dureza final.

Muchos años pasarán antes que lo uno y lo otro suceda, pero es- te punto es independiente de la construccion.

Por lo tanto, á la pregunta XV, contestamos:

La mamposteria del dique San Roque tiene la constitucion y con— feccion de una excelente mampostería hidráulica.

CUESTION XVI

Sobre el dique presenta rajaduras y especialmente las que indica el Sr. Staveltus en el plano de foja... y las grietas que presenta el revoque corresponden ú la mamposterta.

La costra de carbonato de cal que existe en el paramento de aguas abajo y de cuya formacion nos ocupamos en el punto XVII, presenta á la vista numerosas grietas de las cuales, parte fueron señaladas por el Sr. Stavelius y parte por el Sr. Kurzer, que las hi- zo acompañar de una línea de pintura colorada para que nadie pu- diera dejar de verlas. |

El Sr. Stavelius indica, además, que son todas profundas y que la principal, parte el dique de arriba abajo y de parte á parte.

Conclusiones tan categóricas alarmaron y debían alarmar á to- dos los que tenían un interés cualquiera en esta cuestion, y nos preocuparon de una manera muy especial causándonos grande sorpresa, el que, contrariando todo principio elemental de física, no coincidiesen las rajaduras con las filtraciones.

Cuando un revoque acusa una grieta y se desea saber si ella es solamente superficial ó bien interesa el muro, es de regla en cons- trucciones, sacársele el revoque con cuidado y poner á la vista las juntas dela mampostería : determinamos, pues, hacerlo así.

El revoque aguas arriba no presentando grietas, inútil era vol- tearlo, y la costra que forma una especie de revoque aguas abajo, siendo únicamente de carbonato de cal, como lo veremos más ade- lante, pudimos limpiar las juntas de una manera completa.

Para ello elegimos una superficie de + metros cuadrados, en las que el Sr. Kurzer había indicado varias líneas de rajaduras que se

164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

cruzaban y cuyo desarrollo total pasaba de 8 metros lineales, y to- mamos á más varios puntos en cada una de las rajaduras indicadas en el plano del Sr. Stavelius, y particularmente en la gran rajadu- ra central.

En todos y cada uno de estos puntos, se hizo la operacion si- guiente :

| Quitar con martillo la parte más gruesa de la capa calcárea muy dura y muy adherida á la piedra;

22 Lavar las piedras y juntas con ácido clorhídrico, el cual ata- cando la cal y no teniendo accion sobre la arena, quitaba los últi- mos rastros de aquella y debía aumentar las grietas que pudiese haber y por consiguiente hacerlas más visibles;

32 Lavar con agua la superficie examinada, haciendo que ésta se llevase el ácido clorhídrico y las substancias atacadas por él.

En todos los puntos descubiertos, sin excepcion alguna, las jun- tas mostraron no tener ninguna rajadura y estar en un estado per- fecto.

La misma operación repetida en un punto de la gran rajadura central designada por el Sr. Ministro de Gobierno Dr. Luque, en presencia del Sr. Juez de Sentencia en lo Criminal, demostró de igual manera que las grietas formadas por la accion del tiempo y de las diferentes temperaturas, en la costra del paramento aguas abajo no tenían mayor profundidad que esta misma costra.

El revoque de los vertedores presentando algunas grietas fué sa- cado en los puntos más interesantes resultando de la misma ma- nera, no aleanzar ninguna de ellas hasta la mampostería.

Por lo tanto, á la pregunta del señor Juez :

Sobresiel dique presenta rajaduras y especia Imente las que imda= ca el Sr. Stavelius en su plano de foja... y silas grielas que presenta el revoque corresponden ú la mampostería.

Contestamos:

La mamposteria del dique no tiene en ningun punto rajadura al- guna; las grietas de la costra calcárea y del revoque son absoluta- mente superficiales,

OBRAS BE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 165

CUESTION XVII

Sobre st el aspecto exterior del paramento demuestra que este len- ga filtraciones mayores que las de los mejores diques existentes, st son de la mampostería 0 de las rocas en que esta está empotrada y si ofrecen algun peligro para la estabilidad de la obra (1 ).

Estudiemos bajo el punto de vista de las filtraciones los resulta— dos debidos en las mejores obras conocidas á la porosidad de las piedras y morteros, y las imperfecciones inevitables de la mano de obra; é indicaremos en seguida nuestras observaciones y experien- cias hechas en el dique mismo, sobre este punto.

FILTRACIONES EN LAS MEJORES OBRAS CONOCIDAS

El Ingeniero Jefe de Puentes y Calzadas, Alexandre, dice (en los Annales des Ponts et Chaussées, año 1890, pág. 424):

(1) Este punto concuerda con el cargo formulado por el Fiscal en el capítulo 3? de los mismos « Malas Construcciones » y corresponde á los números 16 y 17, que dicen así :

«Pero hay algo más, senor Juez, el defecto capital de la obra que la constituye en una amenaza constante de esta ciudad, son las innumerables filtraciones, como lo prueba el plano de las mismas y que corre á foja 63 y acta foja 139. Estas filtraciones que por mis- mas constituyen un peligro para la obra y una inmensa responsabilidad para los que en ella han intervenido, se encuentran reagravadas por su forma, pues está constatado el im- menso arrastre de cal que hace el agua al filtrarse por el muro, como lo asegura el Sr. Stavelius en su informe, y como consta en el acta levantada por el Sr. Juez de Instruc- cion en su inspeccion ocular en la parte de foja 32, yla prueba más acabada de que las piedras están quedando solas sin mezcla que las una, por ser sustraida la cal y la are- na al filtrarse el agua, se encuentra en el inmenso depósito de cal y arena adheridos al muro, en la parte de aguas abajo, y sustraido del interior del mismo, segun se justifica por el informe del Sr. Stavelius y por el acta del Sr. Juez de Instruccion.

«17. En la misma acta (4 f. 37 vta.) se da como constatado un hecho mucho más grave que los anteriores y que prueba de un modo que acaba de constatar ésta la mala cons- truccion.y la pésima calidad de los materiales empleados.

« Ese hecho es el siguiente: un día por la tarde, se lavó completamente la pared en donde aparecía una filtracion, y al otro día por la mañana, es decir, unas cuantas horas despues, se constataba por todos los que presenciábamos aquella operacion, la cantidad de_cal y arena que el agua al filtrarse había depositado nuevamente en la pared exterior. »

166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

«La porosidad de las mezclas de cales, es, en general, mayor que la de los morteros de cemento; es un hecho averiguado que en las condiciones de la práctica varía de 23 á 31 por ciento.»

Es decir que el mejor mortero de cal puede absorber de 23 á 31 por ciento de agua! Si con una presion de algunas atmósferas se ha podido, en una experiencia clásica, hacer atravesar por el agua una bola de oro, ¿á qué exudaciones no debe dar lugar una ma- sa de mampostería sometida á una presion de treinta y más metros de altura de agua ?

El cemento que vulgarmente se considera como impermeable, presenta una porosidad que nunca baja de 10 por ciento, segun el mismo autor, es decir, que puede absorber de 10 á 13 por ciento de su volúmen de agua. |

La piedra granítica es tambien porosa, aunque mucho menos, y es evidente que una masa compuesta de mezcla porosa, de piedra porosa, revocada con cemento poroso tambien, y sometida á una

fuerte presion, nunca podría sustraerse á las exudaciones; y en la .

práctica sólo se evitan las filtraciones cuando concurren condicio- nes muy excepcionales.

«Bajo esta presion (26 3 atmósferas ), dice el Dr. Kyle en su informe del 26 de Julio de 1892, los mejores morteros hechos con ce- mento Portland y arenas de primera calidad son permeables. »

Se comprende así que todos los diques existentes tengan ó hayan tenido filtraciones y exudaciones.

Citaremos algunos ejemplos :

En 1889 tuvo lugar en Paris el Congreso Internacional de Nave- gación Intemor en el que se presentaron estudios sobre todos los diques del Sur de Francia; y ninguno de ellos, cualquiera que fuera su forma, materiales, situacion, altura y época de construe- cion, ninguno, decimos, estaba exento de filtraciones y exuda- ciones.

Transcribimos párrafos de la memoria en la que se estudian to- dos los diques construidos con mampostería; indicando desde lue- go que, todos los diques en que entra de una manera parcial ó total

la tierra en su construccion, presentan siempre mayores desper- fectos.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 167

Dique de Furens

(Considerado como el más perfecto de los existentes )

(Pág. 9) «A pesar de todo el cuidado con que fueron ejecuta- das las mamposterías, las filtraciones se han hecho paso á lraves del dique y han formado eflorescencias calcáreas sobre el paramento aguas abajo, pero su volúmen ha quedado muy limitado y no al- canza hoy á medio litro por segundo. »

Este dique fué construido en diez años, dejándose cada año que las aguas cubriesen completamente la parte construida para que todos los fenómenos que comprende el fragúe de una mezcla hi- dráulica pudieran producirse á su debido tierapo.

El Inspector General Graeff, á cuyo cargo estaba la inspeccion de los trabajos de construccion del dique, dice (Annales des Ponts et Chaussées, 1866) :

« Pensábamos que habría inevitablemente filtraciones importantes sobre las líneas laterales de trabazon en la roca con la mamposte- ría; se produjeron efectivamente, peroal cabo de algun tiempo se pudieron impedir con revoques y juntas de cemento en todas las hendiduras de la roca. »

El señor Grugrola en una cita que de él hace el señor Stavelius (pág. 31 de su informe) dice lo siguiente :

«No es posible hacer un dique absolutamente impermeable y el resultado obtenido en el de Furens, donde solamente aparecieron unas cuantas manchas húmedas en la cara exterior del muro, debe ser considerado como excepcional. »

Dique de Fernay

Hallamos en la memoria del Congreso (pág. 14), despues de la descripcion de este dique, las siguientes observaciones :

«Aunque en el paramento aguas arriba las juntas hayan sido vueltas á tomar con morteros de cemento, y que se le haya puesto en seguida un revoque del mismo mortero, las exudaciones se han hecho paso á traves de la mampostería y han aparecido en el para- mento aguas abajo, donde han determinado una capa bastante es-

168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

pesa de eflorescencias calcáreas. Se ha constatado que esta capa se- guía formándose y se la ha visto volver á aparecer despues de una limpieza parcial hecha en 1887. Además, dos rajaduras de poca im- portancia han aparecido en el paramento aguas abajo hacia las extremidades del Dique en una posicion casi simétrica. Ellas pare- cen debidas á un pequeño asiento de la mampostería de aguas aba- jo ó quizás á una contracción de las mamposterías, contracción de- terminada por la longitud de la obra; ellas no son visibles del para-= mento aguas arriba y setraducen por exudaciones continuas sobre el paramento aguas abajo. El volúmen de las filtraciones es muy pequeño, no alcanza á un litro por segundo en toda la extension

- de la obra, ha disminuido de una manera sensible desde su orísen p) y parece destinado á disminuir progresivamente. »

Este dique construido en 1867 tenía todavía exudaciones veinte años despues, su largo es de 161 metros y el de San Roque es de 154 metros,

Dique de la Rave

Construido en 1870, hallamos en la misma memoria (pág. 17): «Las filtraciones son bastante importantes cuando el agua se eleva al nivel de los vertedores, alcanzando ellas hasta 1000 metros cúbicos en 24 horas, es decirun poco más de 10 litros por segundo.

Dique de Chartraim

El último construido, concluido en 1892.

Los datos dados por la memoria son los siguientes (pág. 21):

«El paramento de aguas arriba del Dique ha sido cubierto de un revoque de 3 centímetros de espesor hecho de morteros de ce- mento artificial de fragúe lento, en volúmenes iguales de cemento y arena. Este revoque existe hasta 10 metros abajo del coronamien- to, y en la parte alta del paramento las juntas han sido tomadas con morteros de cemento de toma rápida.

«Á pesar de estas precauciones y á pesar de los cuidados toma- dos durante la construccion de la mampostería, exudaciones bas— tante importantes se han manifestado en el paramento aguas abajo, cuando se rellenó parcialmente el Dique, han ido éstas disminu-

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 169

yendo progresivamente desde entónces, y hoy día han desaparecido casi del todo. »

Dique de Lampy

Este dique construido en 1780, es delos más antiguos de Francia.

Tenía tantas filtraciones y tantas eflorescencias en el paramento aguas abajo que varias veces se le hizo la operacion siguiente: echar 28 toneladas de cal en el agua á proximidad del paramento aguas arriba para que ésta se introdujera en el cuerpo del muro al atravesarlo por filtracion.

Las conclusiones de esta importante memoria dicen así :

«Á pesar de las críticas hechas á algunos de ellos,.todos los di- ques que acaban de ser descritos funcionan de la manera la más útil y responden en condiciones satisfactorias al fin propuesto al construirlo. Ninguna interrupcion grave parece haberse producido en su servicio, y y 1servacion no ha exigido, hasta ahora, traba- jos importantes. Este éxito es debido sin duda, á la eleccion de sitios adecuados, en regiones elevadas y cubiertas de vegetacion ; perteneciendo á los terrenos primitivos donde las lluvias son abun- dantes, donde la mayor parte de las aguas caidas reuniéndose en el thalweg de la cuenca, aseguran el aprovisionamiento, donde la im- permeabilidad del subsuelo no permite ningun desperdicio por fil- tracion subterránea, donde la presencia de una roca no socavable é incompresible ofrece una base sólida para la cimentacion de las obras, donde por fin, los arrastres de los ríos que alimentan los diques son poco importantes y no les exponen á rápidos em- banques.

«Pero tambien gran parte de este éxito debe ser dtribuido á las buenas disposiciones adoptadas para el piantel de las obras y ú los eumdados observados en su ejecucion. »

Si quisiéramos expresar nuestra opinion general sobre el dique de San Roque, su situacion y su construccion no nos sería posible hallar términos más adecuados.

Dique de la Grleppe

Este es el más importante dique de Bélgica, y aunque no nos ha sido posible encontrar datos detallados sobre él, por las fotografía

170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

que de él tenemos á la vista es fácil ver que no se ha librado tam- poce del inconveniente general.

10

FILTRACIONES DEL DIQUE DE SAN ROQUE

Todos los Ingenieros que se han ocupado del Dique de San Roque, los unos cuando éste no era todavía sino un proyecto, los otros una vez concluido el trabajo, hablan de filtraciones inevitables en una obra de esta clase.

Decía el Ingeniero Giagnoni en su informe de 2 de Octubre de 1884 (pág. 15):

«A más de esto debemos considerar que las filtraciones del agua que inevitablemente se producen ú tráves del cuerpo del dique, SB, Oues

Y en otro lugar de la misma página :

«Está probado por la experiencia que en diques destinados á sos- tener la carga de una regular altura de agua, las filtraciones á través del cuerpo de la mampostería, aunque ésta tenga las dimen= siones necesarias para resistir y sea efectuada con todas las reglas del arte son inevitables en el primer tiempo ». |

En la página 18 vuelve el mismo Ingeniero á hablar de filtracio- nes mmevitables.

Dice el señor Victor Ree en su informe de 15 de Diciembre de 1892 (pág. 48):

«Siempre hay filtraciones. Las filtraciones que luego desapare- cen son más bien un beneficio para la mampostería :

Es verdad que el mismo señor un poco más lejos declara sin ha- berlas visto que está convencido que las filtraciones que exisien en el Dique son permanentes y de la clase más peligrosa.

Veremos más adelante lo que debe pensarse de esta afirma= cion.

El señor Sarria, Director que fué de las Obras de Riego, en suin- forme de 9 de Agosto de 1892, dice:

«El señor Stavelius ha padecido ¡un error, motivado por erró- neas afirmaciones que se le han hecho. En el cuerpo del Dique no se ha observado ninguna filtración y este hecho cuando se verifica,

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDUBA 171

se presenta con toda claridad á la vista y su apreciación está al al- cance de todo el mundo.»

Después de esta declaracion hecha por el señor Sarria, las planos presentados porel señor Stavelius sobre filtraciones, el estudio y consecuencias por él deducidas, pierden todo carácter de seriedad y de importancia.

Varios miembros de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de Córdoba en una visita al Dique (Setiembre de 1892) reconocen que en el cuerpo central del Dique no hay filtraciones sino exuda— ciones, y que las filtraciones que existen en el vertedor Norte « vie- nen probablemente de la vertiente de la roca natural ».

Dice el distinguido Ingeniero Huergo en su informe de 30 de Octubre de 1888 (pág. 151 ):

«La rapidez con que se lleva á cabo la obra es un defecto, pues seguramente las mezclas no han hecho su cuaje, y si se fuera á cargar el dique en la próxima estacion de las lluvias se podrían pro- ducir filtraciones que siempre constituyen un peligro

La observacion que antecede concuerda con nuestro juicio sobre punto tan importante, y hace resaltar de una manera evidente las excelentes condiciones de las mamposterías del muro. Se ha come- tido una verdadera imprudencia en llevar con tanta rapidez la construccion de esta obra, como oportunamente dice el señor Inge- niero Huergo, y mayor todavía al mantener cerradas las compuer- tas permitiendo el máximum de embalse, sometiendo al muro á una prueba tan temeraria.

Al estudiar las filtraciones existentes tendremos en cuenta que el embalse de las aguas, que el señor Huergo temía, se produjo efecti- vamente en la época enunciada sin aparecer filtraciones en el cuer- po del Dique.

En el informe del señor Stavelius, que en cada cuestion tiene que llamar preferentemente nuestra atencion, hallamos lo siguien- te (pág. 6):

«Ahora vamos á tratar el asunto de la impermeabilidad, pues en rigores difícil arribar á un resultado absoluto desde que materias consideradas como impermeables, no lo son sin embargo cuando se trata de una presion elevada.

Después de esta indicacion, y de la cita de Grugnola, que ya he- mos trascrito, era de esperarse que el señor Stavelius distinguiera las exudaciones inevitables, de las filtraciones, por ser completa- mente distintas las unas de las otras.

LA

172 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

En efecto, los primeros son fenómenos capilares que se mani- Mippian en toda la extension de la masa impregnada de agua ,mien- tras que las filtraciones se manifiestan en un punto limitado, pro- duciendo una evaruacion fácilmente apreciable en cantidad, la que aumenta progresivamente, ó disminuye, segun su índole y natu- raleza; cuando las filtraciones arrastran materiales cuya existencia se demuestra por el análisis, entónces ellas resultan peligrosas; pe- ro, sl, por el contrario, del resultado de los análisis no se descubren materias del muro en disolucion, las filtraciones no son peligrosas, quedando ellas en las condiciones de un tubo de descarga sin con- secuencias ulteriores.

Para el señor Stavelius no hay exudaciones, todas son filtracio- nes y de las peligrosas, aunque él mismo declare no haberlas visto y publique un plano de ellas por referencias ajenas, erróneas segun el entónces Director de las Obras señor Sarria anteriormente ci- tado.

Señala el mismo señor Stavelius, rajaduras muy importantes, y en ninguna deellas, fenómeno curioso, aparecen ni exudaciones ni filtraciones.

Hemos visto sin embargo en el Dique de Ternay (único de los ei- tados, en que se haya encontrado algunas rajaduras ) que estas no son visibles del paramento aguas arriba y se traducen por exuda- ciones continuas sobre el paramento aguas abajo.

Pero este punto no merece discutirse.

En el cuerpo central del Dique no hemos podido encontrar seña= les de que haya habido ninguna filtracion, pero exudaciones nu- merosas que han producido eflorescencias calcáreas.

No hemos podido examinar el muro teniendo éste agua embal- sada, pero debemos señalar que la víspera de nuestra primera vi- sita (21 de Mayo ) se había producido un embalse de 16 metros sin que en el paramento del muro se produjera filtracion alguna.

Las eflorescencias cuya existencia hemos señalado en la mayor parte de los diques enumerados en el presente trabajo, son debidas á un fenómeno hoy ya muy estudiado y conocido.

Las cales hidráulicas tienen todas (como lo hemos visto en el estudio de la cuestion II) una cierta cantidad de cal no combinada y por consiguiente soluble en el agua, y tanto más soluble cuanto más químicamente pura es el agua;—al llenarse el dique, las mez- clas porosas son atravesadas porel agua, lo que se exuda por el paramento exterior llevándose disuelta una parte de esa cal no

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 173

combinada. Esta cal una vez al aire libre se carbonata mientras se evapora el agua que la ha servido de vehículo, y se forma sobre el paramento un depósito análogo al fenómeno de las fuentes petri- ficadoras, que dan orígen á las estalactitas y estalagmitas.

En cuanto á la existencia de una capa de arena colocada entre la de cal estudiada y el paramento, no podemos admitir la hipótesis del señor Stavelius que en ellas un producto de filtraciones pos- teriores, el que viniendo después de la formacion de la capa de cal, ha empujado á ésta para colocarse entre ella y el muro!

No podemos admitir esta hipótesis porque :

1 En sólo algunos puntos muy limitados existe esta capa entre la cal y el muro;

2% Porque estos puntos se allan todos en la parte más baja del paramento donde la tangente hace con la horizontal un ángulo in- ferior al del talud de las arenas; y

3 Porque, ei enorme trabajo que nos ha dado el separar esta capa de cal nos ha demostrado la existencia de una adherencia tal, que no la podría vencer una interposición aun más fantástica que la imaginada por el señor Stavelius.

Esta arena proviene evidentemente parte de morteros volcados, y de lavados quelas exudaciones han atravesado como si hicieran parte del muro, antes que la accion del aire haya producido en ellas el doble fenómeno de evaporación y carbonatacion; y parte, de las primeras exudaciones que se produjeron. Para terminar con el estudio de estas oxidaciones, vamos á calcular la cantidad de cal que ha salido en esta forma del cuerpo del Dique.

El espesor del sedimento calcáreo es de 24 6 milímetros, tome- mosen la media de 0.004.

La superficie es aproximadamente la de un trapecio que tuviera 50 metros en una de sus bases, 30 en la otra y 20 de altura.

AO

= 8060 m? V =8000+< 0.004 = 32200 de carbonato de cal

La proporcion de las mezclas era : '

080 de arena

040 de cal formando un total de ¿13,

E

DoS EE Pa

47% ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

El m3 de cal hidráulica en polvo tiene un peso que pasa siempre de 850 ks., la cal que entra en un metro cúbico de mortero en la obra estudiada pasa pues de 350 kilos. |

El cubo de mampostería que corresponde á la superficieindicada, es, segun el detalle que nos ha servido para el cálculo de los cubos, 11.793%500.

La mezcla forma el 35 %/, de dicha masa, ó sea de 4127720 en la que ha entrado

1127 3.50 = 1.444.450 ks. de cal.

Consideremos el carbonato de cal formado; su densidad puede al- canzar á 2.20.

Su peso será 3.2><2.200 = 7040 y la parte de cal que entra en este calcáreo artificial será :

7.040 < MA

3942 kilógramos;

por consiguiente de los 1.444.450 ks. de cal que entran en la construccion de la parte de muro considerada, las exudaciones se han llevado kilos 3942 ó sea dos y medio por mal; es decir un cuarto de kilo por cada cien kilos de cal empleada!

Admitamos que otro tanto haya llegado al contacto del agua, sien- do arrastrado por ésta (hipótesis muy exagerada), la pérdida total será de medio kilo por cada cien kilos de cal empleada.

La proporcion de cal perdida es, pues, completamente insignifi- cante.

Las exudaciones en el Dique de San Roque seguirán la misma marcha queen todos los otros diques, irán disminuyendo hasta que acaben por desaparecer total mente.

Alexandre en suestudio ya citado (Annales des Ponts el Chaussées, 1890), constata (pág. 425):

«¿La permeabilidad de los morteros sometidos á una filtración de agua dulce ó de agua de mar disminuye rápidamente con el tiempo.

Pero, si no hay filtracion alguna en el cuerpo del dique ni en el vertedor sud, las hay en cambio en el vertedor Norte.

Estudiemos su importancia.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 179

En el vertedor podemos podemos considerar tres partes dife- rentes:

1* La pared vertical que pertenece al cuerpo del dique;

22 Los pisos de los vertedores;

3% La pared vertical en direccion perpendicular al dique, que li- mita el piso de cada vertedor.

Es únicamente en la primera que puede interesarnos las filtra— ciones, pues es esta la pared que resiste al empuje de las aguas. Las otras dos partes, si bien le ayudan no entran en ninguno de los cálculos.

El paramento aguas abajo del muro del Dique-no es visible en este punto, y las probabilidades de que el muro se comporta en sus extremos como en su parte central, aunque muy fuertes y muy tranquilizadoras no son suficientes para establecer la seguridad ab- soluta.

Dirigiéndonos á la misma fuente de informes en que ha tomado los suyos el Sr. Stavelius, es decir, las observaciones del mecánico señor Baduell, hemos conseguido los siguientes dalos:

1* Que el Sr. Baduell no conoce la diferencia entre exudaciones y filtraciones, y que todos los rastros de humedad que señaló el Sr. Stavelius lo fueron con el nombre genérico de filtraciones ;

2 Que en ninguno de los puntos señalados por él, al Sr. Stave- lius, en el cuerpo del dique, pasaba una cantidad de agua aprecia- ble (lo que concuerda con los otros informes que hemos obtenido y nuestras propias deducciones );

3 Que sólo en la pared de direccion perpendicular al dique, se han producido algunas filtraciones que den paso á cantidades apreciables de agua, siendo la mayor en la extremidad de dicho muro.

Hemos observado que todas estas filtraciones coinciden en el color de sus sedimentos, los que han sido analizados por el Dr. Quiroga en el informe que va anexo; y¡hemos encontrado entre

las rocas naturales más abajo del dique depósitos formados vor fil-

traciones que pasan solamente en la roca natural, y cuya colora- cion, como resulta tambien del análisis del Dr. Quiroga, es debido al mismo producto que es en uno y otro caso una sal de fierro.

Es nuestra conviccion que embalsando de nuevo agua el dique seguirá todavía durante un tiempo, que no podemos determinar, produciéndose exudaciones, sedimentos calcáreos y filtraciones en el estribo y vertedor, pero las exudaciones y sedimentos no pueden

pl

A

456 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

1rsinó disminuyendo para concluir por desaparecer. En cuanto á

las filtraciones que seguirán existiendo, la cuestion merece un es- tudio aparte.

Las filtraciones en el muro lateral del vertedor Norte pueden provenir ó del embalse ó de la sierra misma ó pueden ser de am- bas partes simultáneamente. |

Esta última hipótesis es la más probable; en efecto, por infor- maciones recibidas hay algunas de las señaladas cuya aparicion coincide con las lluvias, aun cuando el embalse del dique sea nulo.

Las otras coinciden con las alturas de agua represada y se pre- sentan en diversos puntos, existiendo en los informes recibidos so- bre ellas, contradicciones y errores de apreciacion que obligan á desestimarlos para formar un juicio acertado.

De las filtraciones que proceden del cerrono nos ocuparemos, por- que ellas no tienen importancia alguna, por cuanto el vertedor so- bre que actúan en nada puede perturbar la estabilidad del dique, siendo éste como un accesorio de la obra cuyas funciones son com- pletamente diversas á las del muro.

Las provenientes del embalse deben observarse con constante cuidado y con criterio técnico, siguiendo en cada ocasion los carac= teres que marquen, trabajo que sólo puede hacerlo la direccion permanente de estas obras.

La parte del muro del dique que comprende este vertedor y cuyo paramento visible es el aguas arriba, no presenta en toda su super- ficie punto alguno donde el agua pueda haber penetrado para sur- tir las filtraciones, por lo tanto estas no pueden considerarse ali- mentadas sino por el agua del embalse que pasa por entre el empo- tramiento del muro en la ladera Norte ó por las vetas de la roca.

La formacion de las rocas en esa parte de la montaña parece con firmar esta última hipótesis, teniendo en cuenta que la roca gra- nítica está separada por vetas de cuarzita que corren casi normal- mente al muro hasta perderse en el cuerpo del cerro.

Si una de estas vetas fuera el conducto de alimentacion de las filtraciones, tendríamos el caso de las que proceden del cerro, pero si por el contrario el agua del embalse pasara por entre el empo- tramiento del muro y la montaña, entónces sería el caso más serio y procedería procurar evitarlas ejecutando trabajos hasta llegar á conseguirlo.

No nos es posible examinar este punto con más amplitud, porque

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CORDOBA Ann

estos estudios sólo se consiguen con una larga observacion sobre

la obra misma, acompañada de análisis, estudio sobre gasto de agua y otras circunstancias que serían largas de consignar.

De cualquier carácter que sean las filtraciones que nos ocupan, el aspecto actual de ellas, las cantidades de agua que producen, segun los informes tomados, y su número, no pueden inquietar— nos, estando seguros que no llegarían en ningun caso á compro- meter la estabilidad del dique, si no cambian sus condiciones.

Deben, sin embargo, evitarse y es ese uno de los principales de— beres de la Direccion Técnica en esta clase de obras, cuya organi-

zación en este caso, ha estado completamente descuidada y mal en- tendida por todos los Gobiernos que han tenido á su cargo tan de- licada administracion.

Graeff, Inspector de las Obras del Dique de Furens, á quien ya hemos citado sobre este mismo punto, al hablar de ellas dice que fué siempre su constante preocupacion durante los trabajos, evitar el paso de agua por entre los empotramientos y la montaña, lo que se efectuó á pesar de todas las precauciones tomadas, pero que al fin se consiguió dominar rejuntando con cemento todas las rajadu- ras de piedras visibles en la ladera.

Este medio ha y que emplear en el dique de San Roque, especial- mente en toda la línea de altura de aguas donde se observe que las filtraciones se manifiestan.

Por lo tanto, á la pregunta del señor Juez:

Sobre svel aspecto exterior del paramento demuestra que este ten— ga filtraciones mayores que las de los mejores diques existentes, si son de la mampostería ó de las rocas en que esta está empotrada y st ofrecen algun pelagro para la estabilidad de la obra.

Contestamos :

En el cuerpo central del Dique no hay filtraciones sino escudacio- nes menvttables en esta clase de obras ; resultado que coloca al Dique de San Roque entre los mejores.

Las filtraciones existentes en los vertedores provienen ú de la roca ó de la superficie de junta de la mampostería con la. roca, no ofrecen ningun pelagro para la estabilidad de la obra, pero deberán obser- varse para tratar de hacerlas desaparecer, evitando que se moda/t- que su naturaleza.

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI 0 12

IS

178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARSENTINA

CUESTION XVIII

Sobre si los desperfectos que actualmente presenta el Dique son de- bidos ú defectos de construecion ó son debidos ú la incurra, d la mm- previsión, ú la imprudencia con que ha sido manejada la obra.

Tres son las clases de desperfectos que hemos hallado en el Di- que de San Roque :

12 En los desarenadores ;

20 En los revoques;

3% En la compuerta sud y su maquinaria.

Las rajaduras han sido estudiadas ya en la pregunta XVI.

Desperfectos en los desarenadores

Consideramos que los desperfectos de los desarenadores cuya existencia hemos señalado en la respuesta á la octava pregunta, tienen tres causas. Sabemos en efecto, que, en 1889 estando toda- vía frescas las mamposterías del Dique, se llenó estede agua, y que poco tiempo despues se abrieron las compuertas para vaciarlo. Pa- sando en aquel momento por los desarenadores con gran velocidad materias diversas y piedras de todo tamaño que chocaron con las bóvedas y pisos de estas ; y es fácil darse cuenta de que si las mamposterías frescas que constituyen la masa del Dique pudieron, gracias á su excelente calidad, resistir al empuje de las aguas em- balsadas, empuje que aumentaba progresivamente con el embalse, les ha sido de todo punto imposible resistir á los choques de las piedras, las que con inmensa fuerza golpeaban los diferentes para- mentos. :

Consideremos una piedra de relativamente pequeñas dimensio- nes, 030 de lado por ejemplo.

El cubo es 0.30% = 0.027.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 179 El peso es 0.027 < 2400 = 64 kilos.

64 A

La masa es SE 6.5.

La velocidad para 32 metros de carga sobre el centro de figura del desarenador = 24 metros. :

Y la fórmula F= ¿m V? da como resultado de la fuerza viva de esta piedra al chocar un esfuerzo de 1872 kilos.

Este esfuerzo en una superficie que puede ser muy reducida, se- gun la manera como se presenta la piedra, debe forzosamente pro- ducir grandes estragos en una mampostería que por falta de tiem- po, no ha podido adquirir la dureza que alcanzará más tarde.

La segunda causa de la destruccion proviene de los remolinos formados á causa del nivel demasiado elevado del río aguas abajo.

La fuerza de los remolinos no permite medirla en el estado ac- tual de la ciencia, y la sola cosa que deellas se conoce, es su forma aproximada y la inmensidad de los estragos que puede causar.

Es nuestra opinion que al excelente material de que está hecho el Dique se debe que no hayan sido mayores los desperfectos, pues con un material malo ó solamente regular, los desarenadores ha- brían sido destruidos en toda su longitud. Como lo hemos visto an- teriormente, el nivel del rio aguas abajo es accidental, cuando se restablezca el nivel primitivo, desaparecerán los remolinos y con ellos sus efectos destructores.

La tercera causa de destruccion son los troncos de grandes di- mensiones que han atravesado los desarenadores.

En los 400 metros del lecho del Rio aguas abajo hemos hallado rece troncos aparentes que demostraban haber sido arrastrados

por el agua, y que no pueden haber llegado allí sino atravesando los desarenadores. Otros enterrados en la arena han debido escapar á nuestra pesquisa.

Además, en el desarenador sud hemos encontrado contra la com- puerta tres inmensos troncos, de los cuales, el uno tenía 0.50 de diámetro por siete metres de largo y los otros de dimensiones un poco menores estaban empotrados á plomo de la misma compuerta.

Hemos hallado igualmente en el interior, en la parte más pro- funda, de la excavacion producida, una rama de árbol encastrada, fragmento de una de las masas leñosas que han atravesado este conducto, y del piso de este mismo desarenador hemos sacado un tronco de un diámetro medio de 0,70 y de cinco metros de longi- tud.

Ni

a

A

180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Consideremos uno de estos voluminosos troncos, asegurada una de sus extremidades en un resalto de la mampostería, y con la otra cual inmenso mazo golpeando las bóvedas y paramentos impulsa- do por los remolinos, y nos sorprenderemos de que no haya sido todavía mayor la destruccion debida á tan formidable agente.

Esta causa podrá desaparecer en lo futuro evitando que los tron- cos puedan penetrar dentro de los desarenadores.

Para demostrar el poco cuidado con que han sido atendidas las obras á este respecto, basta indicar que varios botes pertenecientes al servicio del Dique han sido arrastrados habiendo pasado por los desarenadores y se encuentran totalmente destrozados aguas abajo.

Es de observarse que el caño de desagúe que no ha debido sufrir ni remolinos, por nv alcanzarle el nivel del Río aguas abajo, ni pasaje de troncos por su seccion reducida, pero solamente el de algunas piedras que hanestampado sus rastros en su revoque, está en perfec- tísimo estado.

II

Desperfectos en los revoques

En el revoque aguas arriba hay puntos en los que éste está sepa- rado de la pared.

Esto consta en varios informes que sólo divergen, en que en unos se dice que estos puntos son pocos y en otros se les indica como numerosísimos.

La víspera de nuestra primera visita al Dique, embalsó éste 16 metros de agua y al bajar el nivel aparecieron en el revoque un cierto número de manchas húmedas —señal evidente de haber allí una separacion entre la mampostería y el revoque.

Es de suponerse, que, si hubiera embalsado el Dique mayor can- tidad de agua habría aparecido el mismo fenómeno sobre una ma- yor superficie de revoque.

¿A qué debemos atribuir este desperfecto que se reproduce tam— bien en algunos puntos de los vertedores ?

12 A que un revoque cuyo espesor alcanza en algunas partes hasta 12 centímetros es sumamente difícil de ligar sin solucicn de continuidad con un cuerpo de muro.

Esto es tan conocido que, en todos los diques de Francia cuyos

OBRAS DE RIEGO DE LUS ALTOS DE CÓRDOBA 181

paramentos aguas arriba están revocados, se emplea una cuadrilla de albañiles y peones de una manera contínua durante varios años despues de la construccion, en romper los revoques separados del muro y volverlos á hacer con toda la proligidad posible.

2% Porque revoques de esta naturaleza y de este espesor necesi- tan uncuidado especial, como ser: no dejarlo secar demasiado rá- pidamente, humedeciéndolos 4 menudo y componiendo los des- perfectos á medida que se producen ; cosas que nos consta no haber sido hechas ui una ni otra, despues de la entrega al Gobierno, que comeidió con la conclusion de dicho revoque.

MI

En el mecanismo de la compuerta Sud

Varios desperfectos existen ahora en este mecanismo.

Uno de ellos debido á la exagerada compresion que sufrió la va- rilla, hace el objeto de un capítulo aparte.

Pero otro aun más grave es el de que dió cuenta el encargado del Dique señor Emilio Baduell en una carta al Director de las Obras (fecha 14 de Agosto de 1892).

Constata este señor que en su ausencia, habiendo maniobrado la compuerta el señor Kurzer, el tornillo de ésta que en el momento de su salida se hallaba en perfecto estado, manifestaba á su regreso importantes averias, todas ellas en diferentes filetes del tornillo, separados éstos por filetes sanos en una forma digna de causar extrañeza.

Por órden de la direccion limó el señor Baduell la arista del file- te en los puntos lastimados.

La causa de este desperfeclo podía ser ó exterior á la tuerca ó in- terior á ésta.

Habiendo hallado las cosas en fecha 29 de Mayo, es decir, diez meses despues, en el mismo estado, hicimos sacar la primera mitad de la tuerca.

En el interior de ella hallamos algunos puntos lesionados parti- cularmente en el segundo filete inferior, pero parecian estos des- perfectos más bien efectos que no causa de los del tornillo.

Para sacar la segunda mitad de la tuerca necesitábamos desmon-

482 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

tar completamente la varilla -—y el mecanismo que la mueve operacion para lo cual se precisaban elementos de los que no po- díamos disponer, no habiendo en el Dique más personal que tres péones.

En la imposibilidad de obtener la segunda mitad de la tuerca, quisimos ilustrar nuestro juicio poniendo á descubierto por una media rotacion de la varilla, la parte de los filetes escurrida en ella; hicimos producir el movimiento en el mismo sentido en que había tenido lugar el último movimiento de la compuerta, es decir, levantándola; apenas había descrito la varilla un ángulo de 40% suspendimos la operacion pues se producía en el punto correspon- diente al segundo paso un fenómeno evidente de cepallamiento.

Dimos máquina atrás volviendo el tornillo á su posicion de par- tida, y observamos que aparecían varios tajos en una forma idénti- caá la delos otros filetes lastimados.

En el segundo paso de la tuerca y en la mitad de ésta, compren- dida entre el tornillo y el muro, debe existir un cuerpo extraño el que, ó por él mismo ó por los desperfectos que causó anteriormente, sigue destruyendo los filetes del tornillo en cada movimiento del aparato.

Esta compuerta y maquinaria que funcionaron satisfactoriamen- te durante tres años, está hoy imposibilitada de prestar servicio antes de que se la haya desmontado completamente y puesto en buen estado la tuerca y el tornillo.

No es posible fijar la naturaleza del cuerpo extraño que, á pesar de su pequeño volúmen ha causado tanto daño, ni la causa á que se debe atribuir su introduccion en la tuerca, pero es en todo caso fuera de duda, cualquiera que sea este cuerpo y cualquiera que sea la causa de su interposición, que no puede hacerse cargo alguno á los constructores y solamente á la Direccion de las Obras de Riego, por haber dejado tanto tiempo las cosas en este deplorable estado.

Por tanto, á la pregunta del señor Juez:

Sobre si los desperfectos que presenta el Dique son debidos ú defec- tos de construccion ó son debidos á la incuria, á la ¿mprevision y ú la imprudencia con que ha sido manejada la obra.

Contestamos:

De los desperfectos que existen hoy en los desarenadores, revoques y maquinarias, ninguno puede ser reprochado los constructores, habiéndose todos ellos producido despues de la conclusion y entrega del Dique por imprudencia, incuria Ó fuerza mayor.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 183

CUESTION XIX

Sobre si el estado de la compuerta Sud demuestra que ha sufrido una compreston excesiwa.

En el estudio de la Cuestion XVII hemos señalado la existencia de dos troncos empotrados á plomo mismo de la compuerta.

En uno de ellos ha dejado el fierro que forma el marco de la com- puerta móvil, rastros palpables y sobre la misma línea vertical, lleva el fierro indicado una pequeña deformacion que comprueba la presion ejercida.

El vástago de la compuerta está torcido, siendo la desviacion de su eje entre los dos cojinetes inferior de tres milímetros poco más Ó menos.

Los cojinetes están situados á buena distancia y en condiciones normales no debe la varilla desviarse de su direccion vertical ; muy exagerada ha debido ser la presion para que se produzca no sólo una desviación, sinó una desviacion permanente.

Estos tres desperfectos indican de una manera absoluta que se ha ejercido un gran esfuerzo sobre esta compuerta.

»Por consiguiente, á la pregunta del señor Juez.

Contestamos:

El estado de la compuerta Sud demuestra que ha sufrido una com- preston excesiva.

CUESTION XX

Sobre si el cubaje del Dique presentado ú foja ... y hecho por don

Santiago Echenique es evidentemente erróneo, no comprende mampos- terias que están d la vista, como ser el plano imclinado aguas arri- ba y el empate del murallon en toda la extension de sus costados (1).

(1) Esta pregunta concuerda con el cargo presentado por el señor Fiscal (n* 21) correspondiente al capítulo Defraudacion en la cantidad, que dice como sigue: « Pero lo más grave de la defraudacion mayor es la que se ha hecho en la can—

184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Hemos procedido, para contestar debidamente esta pregunta, á medir en detalle el dique de San Roque cubicando por secciones toda la mampostería, y el resultado obtenido se demuestra en resúmen en el cuadro siguiente:

Cómputo métrico del Dique de San Roque.

Metros cúbicos. Cuerpo Central del muro, descontando las aberturas de los verte—

A o ÓN A A oso) cod 7 Pilares de lasicompueras ou tae alot TN 16245 Parapelos.: 2d A IAE Ct. ICO OMEE IAEO RE TAS Vertedor Noreste OSA Eo PS 5.036 950 Vertedor Mo te e e ía ate EA A 7.105 425

Total E 44.435 210

No deducimos los 350 metros cúbicos que importan los huecos de los desarenadores y tubo de descarga por ser de práctica no des- contarlos en compensación de las cimbras y mayor mano de obra.

Importa la suma de cuarenta y cuatro mil cuatrocientos treinta y cinco metros cúbicos 210 decímetros cúbicos.

El cálculo que antecede ha sido hecho sobre la obra misma sin incluir los empotramientos de uno y otro costado del muro en la montaña, ni las fundaciones.

Para los primeros nos era posible ejecutar operacion alguna capaz de determinar con exactitud los elementos indispensables pa- rasu cubaje como V.S. comprenderá fácilmente. Respecto á lás fundaciones nos ha sido posible comprobarlas por existir en poder de la Empresa Constructora el libro de trabajos, que con recomen- dable esmero llevaba el señor Ingeniero Leroux, director que fué de esta parte tan importante de las obras.

En ese libro se da el detalle y el resúmen completo del cubaje de todas las fundaciones.

Para comprobar esas cifras hemos pedido á dicho Ingeniero se sirviera certificar si el referido libro era el que llevaba en los tra-

tidad de mampostería del Dique. En efecto de foja 141 á 145 inclusive, corre el certificado y comprobante número 24 dado por el procesado Casaffousth y de cuyo documento resulta que el total de metros cúbicos de mampostería en el Dique de San Roque y sus cimientos y sobre-elevación le hacían alcanzar para los efectos del cubo á 4300 y pico de metros cúbicos de mampostería, al precio de 15 y 20 pesos el metro cúbico y sin embargo el dique no tiene sino 30.000 y pico de metros cúbicos (Informe de foja 140) etc., etc. »

4

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 185

bajos, y tambien si las cantidades en él anotadas eran verdaderas.

El certificado ha sido expedido en la primera página de ese libro.

y dice así:

«El abajo firmado certifica que los perfiles y cálculos del presen- te libro desde la página siete incluso hasta la página diez y siete incluso, tambien, son de mi puño y letra. Dichas medidas eran tomadas con el objeto de establecer las cuentas mensuales de los contratistas de mano de obra y del transporte de los materiales.— Buenos Aires, Junio 9 de 1893.-——Firmado: G. Leroux

En la página 12 del citado libro el señor Ingeniero Leroux dice:

«Cubo total de la mampostería de los cimientos: Siete mil ochocientos doce metros cúbicos 475/1000 (78124 75/1000).»

Suma que concuerda con la pagada por el Exmo. Gobierno á los Empresarios.

Uniendo esta cantidad á la que arroja la planilla anterior resul- ta un cubo total para el muro del Dique de San Roque, y sus fun- daciones sin incluir los empotramientos laterales, de cincuenta y dos mil doscientos cuarenta y siete metros cúbicos 685/1000 (52247""685/1000).

La cantidad de metros cúbicos pagados por Exmo. Gobierno á los Empresarios de las obras son los siguientes :

Metros

ida cons A le 7.812 475 Muro en elevacion, certificado 24......... 43.174 000 » » » IS 499 360

Total de metros .. 51.485 835

Comparando esta cifra con el resultado del cómputo métrico que hemos hecho anteriormente resulta :

Cómputo métrico efectuadO............... 52.247 685 Pagado por el Exmo. Gobiern0............ 51.485 835 Diferencia, Mmetros....... 761 850

Resulta en consecuencia setecientos sesenta y un metros cúbicos 850/1000 de diferencia en más que la suma pagada.

Este resultado manifiesta de una manera clara que los cálculos hechos porel señor Director de la Oficina de Riego, segun consta de la planilla que obra en autos á foja... del expediente á los que se acompaña un plano en croquis que representa al parecer uno de los paramentos del Dique, son completamente falsos.

Ds.

186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Para comprobar los errores cometidos en estos cálculos no se ne- ñ cesita, señor Juez, ser Ingeniero, V. S. que es profesorde geome- tría del Instituto Nacional podrá cerciorarse de ellos con la simple lectura de las cifras que los componen, y con objeto de facilitar su estudio copiamos integra á continuacion la referida planilla. Dice así:

Oficina de Riego Córdoba

Cantidad de mampostería empleada en el Dique de San Roque

Metros cúbicos

Secciones

A ou e A a IAS IAS ER 126 55 B 0.78 x 13:28:28 100: ape SE 1:139/23 SE prats XI AO ts ON e A 3.964 33 22 x AL MN a AAA 10.834 34 os O AE io caros a 4.474 65

F (+7 x 28.30 ) AS Y a 1.319 30 G - E A A A ARO io do 00 62 50 A 4.185 » I 123 o 1.50 (COMIS L Aa A 184 50 Y 21:20 4 26.200 4.20 (estro a 2.640 96 E ¡E Xx 31 + (10 + 34) | dos vertedorestós al 1.3975 E E - E > 27) 2 pilares /COMpuertas 30% kl 162 » Piso hormigon sobre Vertedores o AAA Suma metros Cúbicos. ie 31.107 62 A deducir los desarenadores y toma de agUad.............. 339 90 Suma total de metros CúbiCOS.............. 30.751 12

Santiago Echenique.

Hemos señalado con asteriscos los errores aritméticos cometidos en el cuadro anterior; pero nada importarán estos detalles; lo esencial es la falta de criterio geométrico que se observa en él,

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 187

principalmente en la descomposicion de las figuras y en el cálculo de volúmenes. :

En ninguna de las fórmulas que han servido al señor Echeni- que para sus cálculos vemos los que corresponden á los prismas y troncos de pirámides que resultan necesariamente dela descompo- sicion geométrica del macizo. Además, notamos que se suman lí- neas con superficies y superficies con volúmenes, resultando en consecuencia una suma total que no representa ni líneas, ni su- perficies, ni volúmenes.

En consecuencia al punto propuesto, los peritos contestan:

Que son evidentemente erróneos los cálculos presentados foja...del expediente, no habiéndose tenido en cuenta mi los empotramientos del muro en la ladera, ni el plano inclinado aguas arriba, ni los principios más rudimentarios de la geometria y aritmética ele- mental.

CUESTION XXI

Sobre si la medicion del revoque aguas arriba más el de los verte- dores, corresponde á la medicion presentada por el señor Fiscal fo- ja...Si comprende el revoque de los vertedores y cuales la superficie realmente revocada, así como tambien la de la parte del piso del pla- no superior del Dique (1).

La anter:or proposición abraza en una palabra la medicion com- pleta de toda la superficie revocada y en su consecuencia hemos procedido á la medida en detalle de todas las partes que correspon- den, en la obra misma, á esta superficie, y cuyos resultados se acompañan.

(1) Esta pregunta concuerda con el cargo número 20 hecho contra los procesados por el senor Agente Fiscal que dice:

«4% Defraudacion en la cantidad.

« En el revoque del paramento aguas arriba del Dique San Roque se ha defraudado al Fisco en la suma de trece mil ochocientos ochenta y dos pesos cuarenta centavos nacio- nales ó sea el valor de un mil setecientos treinta y cinco metros cuadrados de revoque que no han sido ejecutados, pero que el procesado Casaffousth ha dado certificados por ellos, y el procesado Bialet los ha cobrado. Esta defraudacion ha sido llevada ¿ cabo con el más perfecto conocimiento, tanto por parte del Director como por parte de Empre- sario, etc. »

188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

En el curso de las operaciones indicadas hemos encontrado difi- cultades para poder estimar una parte de esta superficie revocada, especialmente la comprendida entre la parte visible del muro y la tapada por las grandes cantidades de légamo depositadas contra el mismo en toda la extension de las laderas y parte del fondo; por lo tanto nuestros cálculos son exactos en lo quese refiere á la parte visible.

Asimismo hemos tenido que tomar por aproximacion la parte de mortero empleado en rellenar lasjunturas de las piedras en las las proximidades del Dique, de conformidad á lo recomendado por el señor Ingeniero Huergo en su informe correspondiente.

El resultado de esta medicion nos da el cuadro que á continua- cion se acompaña:

Metros cuadrados

MOS). do das laos pocadidadao 622 50 Edaresidel parapeto O A 30 80 Rara petoS a ales EE ASOCIAN 334 47 MR e ed A IAS » E co iS ia 1.160 27 CUERPO CE eN 2.854 78

Relleno de piedras al costado del Dique, parte N., APLI eo leds tdo loca CEN EN ALO 200 74 IES AP 200 00 O 6.515 43

Como se por la planilla respectiva, la suma total de lo revo- cado asciende á la cantidad de 6.575"43, suma mayor que la abo- nada segun la acusacion fiscal de foja...

Al llegar á este punto tenemos que ampliarlo con algunas obser- vaciones que resultan del estudio de los documentos que tenemos á la vista.

En el presupuesto general que sirvió de base para el contrato de las obras de Riego no figura en el Capítulo Dique de San Roque ninguna partida para revoques. Estos trabajos deben en conse- cuencia pertenecer á los adicionales que motivaron más tarde un contrato especial.

En el informe pedido al Sr. Ingeniero Huergo, por el Exmo. Go- bierno de la Provincia con fecha 9 de Agosto de 1888 y expedido

con fecha 3 de Setiembre del mismo año, el Sr. Ingeniero Huergo dice :

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 189

«Por las razones antes mencionadas me apresuro á indicar al Go- bierno la gran conveniencia que habría en ordenar la construccion de un revoque de unos 0.08 de espesor en término medio, de ce- mento «Boulogne-Sur-Mer» de primera clase, en la cara superior del Dique que deberá estar en contacto con el agua del embalse, y además hacer reconocer prolijamente la falda de la montaña in- mediata á la cara superior del Dique y hacer tapar con se o material cualquiera hendidura que llegara á descubrirse .

Este informe, aceptado en todas sus partes pe el Exmo. Gon

no, dió motivo á la nota del mismo de fecha 4 de Setiembre de 1888, ordenando á la Direccion de las obras que formulara el pre- supuesto y contrato correspondiente. El 5 del mismo mes el Direc- tor de las obras Sr. Casaffousth dando cumplimiento á lo ordenado dice lo siguiente (Compilacion de leyes y decretos, tomo 15, pági- na 250):

«La superficie del paramento de aguas arriba es de tres mil dos- cientos ochenta y cinco metros cuadrados. Agregando al pié del muro una faja de tres metros de ancho para ligar el paramento con la roca en una extension lineal de ciento sesenta metros, ten- dremos una superficie total que revocarse en la cara de aguas arri- ba, de tres mail setecientos sesenta y cínco metros cuadrados

Con la misma fecha se formuló el contrato correspondiente en el que sólo se establece el precio por unidad sín expresar cantidad al- guna de obra. Siendo aprobado con fecha 12 de Setiembre.

Al tramitarse el certificado n* 27 e: Departamento Topográfico dice lo siguiente :

«Córdoba, Agosto 21 de 1889.—Debo observar que del revoque del Dique de San Roque ya van pagados cinco mil quinientos diez metros cuadrados con 0.30"?, mientras que segun el cómputo he- cho por el Sr. Director de las obras de Irrigacion la superficie total sólo debía ser de 3765"?. »

A su vez la Contaduría hace la misma observacion, cuya copia corre en el expediente á f. 116, dándose traslado del certificado y los informes ya citados á la Direccion de las obras de Riego la que con fecha 23 del mismo contesta en estos términos:

«Respecto al aumento de metros cuadrados en el revoque del Dique de San Roque, esto proviene como consta la seccion de Obras Públicas, de los vertedores que tambien ban sido revocados. »

Con estos antecedentes á la vista y por decreto del Exmo. Gobier- no de fecha 29 de Agosto se ordena el pago del referido certificado

190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

tal como habia sido presentado por la Direccion de las Obras de Riego.

Estos son, señor Juez, todos los antecedentes que hemos tomado en este asunto. Se ha revocado en consecuencia toda la superficie en contacto con el agua que corresponde á los vertedores. El Exmo. Gobierno porsu decreto antes citado ordena el pago despues de oir las observaciones de la Contaduría y Oficinas respectivas.

La superficie que corresponde, considerando únicamente los re- voques aconsejados por el señor Ingeniero Huergo máslos vertedo- res, es la siguiente:

Metros cuadrados

Weniacdor NotiCo. oo deocoaasoncosona A LATAS » SUN a EL A OIE 1.160 97 Cuerpor centralitas id O EAN: 2.854 78 Predrasicostado Nortero lo NS a iaa AA 200 74 » » SU A eo ico a a aa ES A AO AI 200 00 Total 5.5087 66

Certificado número 27 pagado por el Gobiern0............. 5.510 00 Diiteérencia ENANOS + ooo dsoscocovosancacocos 66

Lo que da una diferencia en menos pagada de 7766 de superfi- cie revocada.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez:

Sobre si las mediciones del revoque aguas arriba más el de los verte- dores, corresponde ú la medicion presentada por señor Fiscal á foja ..., sicomprende el revoque de los vertedores y cuál es la superficie real- mente revocada, asi como tambien la de la parte del piso del plano superior del Dique.

Contestamos :

Hay error evidente en lamedicion presentada por el señor Fiscalá foja..., y la superficie realmente revocáda es de cinco mal quimentos ochenta y siete metros con 66 centímetros, no estando comprendido en esta cantidad, mi el piso del plano superior que mide 622%*50 centimetros ni el revoque de los parapetos y pilares, el cual tiene MIDES

(Continuard).

MISCELÁNEA

Ausencia de aire al rededor de la Luna. Hace largo tiempo que los astrónomos tratan de explicar la ausencia de atmósfera al rededor de la Luna. La mayor parte de los globos que nos rodean están envueltos de atmósfe- ras más ó menos densa, ¿por quéla Luna hace excepcion? ¿Por qué la Tierra, Venus, Marte y Júpiter están revestidos de una capa gaseosa mientras que la Lu- na está privada de ella? Las profundas masas gaseosas de que están provistos el Sol y otros astros hacen completamente enigmática la falta absoluta de estos gases que caracteriza á la Luna.

Finalmente se ha producido una teoría explicativa, que está perfectamente de acuerdo con nuestros actuales conocimientos físicos.

La ausencia de aire al rededor de la Luna es una consecuencia necesaria de la teoría cinética de los gases. Según los principios de esta teoría, que es admitida generalmente por los físicos, todo gas, oxígeno ó hidrógeno, etc., está compuesto por moléculas que se mueven con extrema rapidez. Las del hidrógeno, por ejem-: plo, que son las más ágiles de todas en sus movimientos, recorren en término medio 1800 metros por segundo á las temperaturas ordinarias. Los movimientos del oxígeno y del nitrógeno son, por lo general, mucho menos rápidos que los del hidrógeno.

Pero es necesario notar que en el curso de sus movimientos, ciertas moléculas alcanzan individualmente velocidades que sobrepasan en mucho á las velocida— des medias. Este punto es importante, pues sirve de base á la explicación que vamos á dar del fenómeno.

Se puede demostrar que la masa y las dimensiones de la Luna son tales que un cuerpo que es proyectado desde su superficie con la velocidad de 800 metros por segundo, subirá á una altura muy considerable. Sin embargo, la atraccion de la Luna dominaría su marcha ascendente y terminará por caer. Si sucede que el movimiento inicial es de 1609 metros por segundo, el proyectil, segun las leyes del movimiento, subirá siempre y la Luna no podrá poner en juego ninguna fuerza de atraccion bastante poderosa para retenerlo.

Imaginemos, por un instante, que una atmósfera de oxígeno ó «le nitrógeno se forma actualmente al rededor de la Luna. Las moléculas de estos gases partirán

ÍA

con la velocidad inherente á su naturaleza; pero, en suma, las velocidades de

192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

que están animadas no sobrepasarán los límites sobre los cuales ejerce accion a potencia de la Luna. Pero estas velocidades son velocidades medias, y sucederá á menudo que algunas moléculas individuales estarán animadas de una velocidad igual ó mayor que la de 1600 metros por segundo : si esto se produce en las capas superiores de la atmósfera, las pequeñas moléculas abandonarán definitivamente la Luna. Otras partículas seguirán de la misma manera y debido á ello no , de rodear permanentemente la Luna una atmósfera compuesta de los gases qu. - nocemos en la actualidad.

La Tierra posee y conserva una atmósfera bastante densa debido simplemente á que ella es lo suficiente maciza para retener todo proyectil que tenga una veloci- dad inferior á 10 kilómetros por segundo próximamente. Las moléculas de oxí- geno y de nitrógeno, jamás alcanzan, segun parece, tal velocidad. De lo que re— sulta que la Tierra puede conservar la atmósfera que la rodea mientras que la Luna no está dotada de su poder.

¡Nota de R. Ball en la revista Science [ Nueva-York) y traducida de La Natwre, número 1059).

¡SANTA

Dr. German Burmeister ?.—Dr. Benzami

s Arteaga Rodolfo de.. > Ave-Lallemant, German “Brackebusch, Luis......

Carvalho, José Cárlos de..... Rio Janeiro. | Stróbel, Pellesrino..... Denda Enanos Moncalierií (Italia) . Cordeiro, Luciano....... Lisboa. CAPITAL

Aberg, Enrique. -Agote, Cárlos.

Aguirre, Eduardo. Agnirre, Pedro. Albert, Francisco..

“Aldao, Cárlos A.

Almada Luis E. Alrich, Francisco. Alsina, Augusto.

Amespil, Lorenzo. Anasagasti, Federico.

Anasagasti, lreneo.

Araoz, Aurelio.

Aranzadi, Gerardo.

Arata, Pedro N.

Arigós, Máximo. -Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de

Aubone, Cárlos.

Avenatti, Bruno. Avila, Delfin.

És Badell, Federico Y.

Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B.

Baigorría, Raimundo.

“Bancalari, Enrique.

Bancalari, Juan.

'Barabino, Santiago E.

-—Barilari, Mariane 5.

A

HONORARIOS

Dr. Cárlos Berg.

CORRESPONSALES

Luo... Montevideo.

A Mendoza. ..... Cordoba.

Barra, Cárlos de la. Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. Bastianinj, Esidio. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Becker, Eduardo.

Belgrano, Joaquin M.

Belsunce, Esteban Beltrami, Federico Benavidez, Roque F. Benoit, Pedro, Bernardo, Daniel R. Biraben, Federico. Blanco, Ramon Brian, Santiago Brian, Santos Bosque y Reyes, F. Booth, Luis A. Bugni Félix. Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Cárlos.

Buschiazzo, Francisco.

Buschiazzo, Juan A. Bustamante, Jusé L.

Netto, Ladisla0........ Paterno, Manduel.......... Reid, Walter F.o.iou.....

Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Campo, Leopoldo de Canale, Julio. Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. de Canovi, Arturo

Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. Caride, Estéban $. Carmona, Enrique.

Carreras José M. de las

Carrique, Domingo Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Roque. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Viceute. Castelhun, Ernesto. Cerri, César.

Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapeaurouge, GC. de. Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cominges, Juan de. Córdoba Félix.

n A. Gould.—Dr.R. A. Philippi.—Dr. Guillermo Rawson y

o... Rio Janeiro.

.. Palermo(It.). NOS Lóndres.

Parma alos

Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel, Policarpo. Corti, José S. Courtois, U. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Crohare, Pablo J. Grotto, Silvano. Cuadros, Carlos S.

Damianovich, E. Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Dawney, Carlos. Dellepiane, Juan. Dellepiane, Luis J. Diaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro. Dillon Justo R. Dominguez, Enrique Doncel, Juan A. Dubourcq, Herman. Duclout, Jorge: Durrieu, Mauricio Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F.

Echagiie, Cárlos. Eguzquiza, Rafael Elguera, Eduardo. Escobar, Justo V. Espinosa, Adrian. Etchecopar, Evaristc. Etcheverry, Angel. Ezcurra, Pedro. Ezquer, Octavio A.

Fernandez, Daniel.

Fernandez, Honorato. Fernandez, Ladislao M.

Fernandez. Pastor. Ferrarí Rómulo. Ferrari, Santiago. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo, Fox, Eduardo Frogone, José l. Frugoue, José Y. Fuente, Juan de la.

Gainza, Alberto de. Galtero, Alfredo. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Gastaldi, Juan F. Gentilini, Pascual.

Ghigliazza, Sebastian.

Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Girado, José L. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gonzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Velez, Alej Gorbea, Julio Gramondo, Ernesto. Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guglielmi, Cayetano.

Gutierrez, José Maria.

Hainard, Jorge. Hary, Pablo

Herrera Vegas, Rafael.

Hidalgo, Martin Huergo, Luis A.

Huergo, Luis A. (hijo).

Hughes, Miguel. Igoa, Juan M.

Krause, Otto. Kyle, Juan J. J.

Labarthe, Julio. Lafferriere, Arturo. Lagos, Bismark. Lange, Enrique 5. Eangdon, Juan A. Lanús, Juan. C. Lara, Alfredo. Larguía, Carlos. Lavalle, Francisco. Lavalle, José F. Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Lederer, Julio. ELeonardis, Leonardo Leon, Rafael. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Ramon. Lopez Saubidet, P. Loudet, Osvnaldo. Llosa. Alejaldro. Lucero, Apoiuario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luro, Rulino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique.

Lynch Arribálzaga. F.

Machado, Angel. Madrid, Enrique de Madrid, Samuel de. Mallol, Benito J. Mamberto, Benito. Marini, A.

Martinez, Carlos. E. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Matienzo, Emilio... Mattos, Manuel E, de. Maupas, Ernesto. Mendez, Teólilo F. Meza, Dionisio €, Mezquita, Salvador. Mignagúy, Luis P. Mohr, Alejandro. Molina Civit, Juan. Molina Salas, Cárlos. Molina y Vedia Julio. Molinari, José. Molino Torres, A. Molteni, José E. Mon, Josué R. Montes, Juan A.

Morales, Cárlos Maria.

Moyano, Cárlos M. => Murzi, Eduardo.

LISTA DE SOCIOS (Continuacion)

Olivera, Cárlos G: Olmos, Miguel. Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo... Otamendi, Alberto. Otamendi,

8

Padilla, Emilio H. de

Palacios. Alberto Palacio,Emilio. Páquet, Cárlos. Pasalacqua, Juan Y. Pawlowsky., Aaron. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Peyret, Alejo Pereyra, Horacio. Pereyra, Manuel. Philip, Adrían. Piana, Juan. Piaggio, Pedro. Pico, Octavio S. Pico, Pedro P. Pirovano, Ignacio. Puiggart, Pio.

Puiggari, Miguel.: M.

Quadri, Juan B. Quijarro, José A. Quiroga, Atanasio.

Ratto, Leopoldo. Rebora, Juan. Recalde, Felipe. - Real de Azúa, Cárlos Riglos, Martintano. Rigoli, Leopoldo. Roux, Alejandro' Rodriguez, Rodriguez, Luis (. Rodriguez, Miguel.

Rodriguez de la Torre, C.

Rojas, Estéban €. Rojas, Félix. Romero, Armando. - Romero, Cárlos L. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Rostagno, Enríque. Ruiz, Hermógenes. Ruiz de los Llanos, C. Ruiz, Manuel. Rufraucos, Geterina:

Juan B.

Andrés E.

ES Senillosa, Ju Señorans, Sarrabayr ouse, Eng Saralegui, Luis.

: Sarhy, José,

Sarhy, Juan F SO a

Schwartz, Feli Scotti, dE

Seguí, Francisc : dl Artu

a Siri, Juan M. 0 b

Soldani, Juan A Sota, Alberto Spika, o

a E de Thompson, Va Treglia, Hors

Tressens, Jos

Unanue, 10 Urr aco, 2

a

Vidart, E. (

Viuela, Balc rq

Villegas, VERE Pe

Sagasta, «Eduardo. Sagastume, Demetri.. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. q Salas, Estanislao... - Salas, Julio S. : Salvá, J- M. Samper, Sebastían

Irigoyen, Guillermo. lsnardí, Vicente. lturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio.

Nocetti, Domingo. Nocelti, Gregorio. Nougues, Luis F.

Ocampo, Manuel Si Ochoa, Arturo. Ochoa. Juan M. 0"Donell, Alberto €.

Jaeschke, Victor J. Jameson de laPrecilla. Jauregui, Nicolás.

| ANALES SOCIEDAD CIENTÍFICA AR GE N TINA

WE ——_—_—_—

COMISIÓN REDACTORA

Presidente...... Ingeniero CARLOS BUNGE. SOETELATiO a Señor ARMANDO ROMERO.

A Ingeniero MANUEL B. Bania. VOCAES ir D*” ATANASIO QUIROGA:

Señor FÉLIX LYNcH ARRIBÁLZAGA.

NOVIEMBRE DE 1893. ENTREGA V.— TOMO XXXVI

| PU NTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, VICTORIA, 1492: (2 piso), Y PRINCIPALES LIBRERÍAS

Por mes, en la Capital, Interior y Exterior,

incluso porte... ..omococooo omo.» Honors o $mA 1.50 Por ano, en la Capital, Interior y Exterior incluso porte.:.... a as os aa ialo ceo aabofecas oc9lo » 12,00

La suscricion se paga anticipada

—AMPRENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS

680. CALLE PERÚ 680

1893

a CN

RSE DN INSTHU TO) os | q BUENOS AIRES os . y ATINA 57

JUNTA DIRECTIVA

Previdente........ Ingeniero CÁrLOS BUNGE. Vice -Presidente 1% Ingeniero DomMINGO NOCETTI.

Id. 22 Ingeniero DEMETRIO SAGASTUME. SecretariO........ Señor ARMANDO ROMERO. MOSOTPRO- 304 be op Señor JosÉ I. GIRADO.

/ Señor JosÉ VICTORICA Y SONEYRA. y Señor ERNESTO MAUEFAS:. Señor ALBERTO OTAMENDI. Caritas ARTURO LUGONES. Ingeniero MIGUEL ITURBE.

Vocales. esa

INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA

I. OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA. Informe pericial por los ingenieros, 1. Rafael Aranda, Carlos Doynel y Emilie Girardet, (Continuación).

IL. MISCELANEA.

A LOS SÓCIOS

Se ruega á los señores sócios comuniquen á la Secreta=: ría de la Sociedad su ausencia, cambio de domicilio, etc., y cualquier irregularidad en el reparto de los Anales Ó cobro de la cuota.

Se ruega tambien á los que tengan en su poder obras prestadas pertenecientes á la Biblioteca de la Sociedad, se sirvan devolverlasá la brevedad posible, á fin de anotar= las en el catálogo. ?

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓNDODA

INFORME PERICIAL EXPEDIDO POR LOS INGENIEROS CIVILES RAFAEL ARANDA, CÁRLOS DOYNEL Y EMILIO GIRARDET, EN EL JUICIO CRIMINAL PROMOVIDO POR EL EXCELENTÍSIMO GOBIERNO DE LA PROVINCIA AL DIRECTOR Y Á LOS EMPRESARIOS DE LAS OBRAS, DE ÓRDEN DEL SEÑOR JUEZ DE SENTENCIA EN LO CRIMINAL, DOCTOR DON ANTENOR DE LA VEGA.

(Continuacion)

CUESTION XXII

Sobre si los marcos sobre que se deslizan actualmente las com- puertas satisfacen ó no las condiciones requeridas, y sobre si los mar- cos con que se pretenden sustituir satisfacen ó no dichas condiciones.

Los marcos de compuertas, segun la naturaleza de las aguas al través de las cuales estas se mueven, pueden ser de forma y compo- sicion muy distintas. |

En una distribucion general de aguas corrientes, donde estas han pasado por depósitos y filtros, se podrían emplear mareos com- plicados como los que aconseja el señor Stavelius, pero debemos decir que ni enestos casos son usuales.

En un punto donde las aguas arrastran y depositan arena, léga- mos, ramas, etc. es absolutamente indispensable que, á todas estas materias les sea imposible colocarse entre la compuerta y el marco que le sirve de guía, y en todas las obras existentes se han elegido

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI. 18

7

194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

siempre los marcos más sencillos compuestos en la generalidad, de fierro 1 ó rieles empotrados en la pared y presentando á la com- puerta una superficie lisa sin interrupción ni desvío.

Los marcos de las compuertas de los desarenadores del Dique de San Roque están, pues, establecidos en las condiciones y formas usuales.

El señor Stavelius ha proyectado unos marcos complicados com- puestos de rodillos de fierro, asegurados en un marco U; es decir, un conjunto:

1? De cilindros que sobresalen dejando pasar entre ellos las aguas aun cuando la compuerta esté cerrada;

22 De ejes, cuyos movimientos serán interrumpidos por la arena;

3 De huecos donde se depositarán légamos y plantas; las que asegurándose en ellos impedirán de una manera completa que la compuerta una vez levantada, pueda volverse á bajar.

Además, aunque fuesen estos marcos en un todo superiores á los existentes, no aconsejaríamos su empleo, por la gran dificul- tad que resultaría de su colocacion en uva mampostería de la natu- raleza de la del Dique.

Despues de un gran trabajo no se conseguirá asegurarlos de una manera satisfactoria.

Por lo tanto á la pregunta número XXII, contestamos:

Los marcos exnstentes en las compuertas del Dique de San Roque satisfacen á las condiciones requeridas, y los propuestos para sus- tituirlos deben ser rechazados.

CUESTION XXXIII

Sobre si las reparaciones proyectadas por el señor Stavelius son 6 no las que deben practicarse y si más bien perjudican que favorecen la estabilidad del Dique.

En algunas cuestiones de las ya contestadas nos hemos visto en la necesidad de ocuparnos del informe del señor Stavelius, pues de él provienen la mayor parte de los datos que han causado este juicio y á él hacen referencia la mayor parte de las preguntas.

Hemos debido,pues enterarnos de su contenido, y en él hemos ha=

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA , 195 llado criterios técnicos tan sorprendentes y juicios que nos han pa- recido tan temerarios, que hemos querido saber si el Consejo de. Obras Públicas de la Nacion, del que es mieibro el señor Stave= lius, había tenido conocimiento del contenido de este informe y lo había aprobado ú observado.

No habiendo podido hallar en los archivos del Ministerio la nota de remision que debió acompañarlo y en la que creimos encontrar este dato, debimos dirigirnos directamente al señor Director del De- partamento de Obras Públicas de la Nacion, Ingeniero D. Juan Pi- rovano, pidiéndole por la nota que corre en los documentos ane- xO5, se sirviera remitirnos copia de dichos antecedentes y de la aprobacion dada al informe por el Consejo de Obras Públicas: si esta existia, como lo hacen presumir la nota de remision y el infor- me provisorio del señor Stavelius.

En efecto, dice dicho señor, ensu imforme provisorio fecha 30 de Junio de 1892 al Excmo. señor Gobernador:

« Me propongo remitir desde Buenos Aires, por conducto del De- partamento de Obras públicas el citado informe.»

Y en su nola de remision al señor Director dice igualmente :

«Tengo el honor de acompañar á esta el informe sobre el estado del Dique de San Roque pidiendo que Vd. despues de imponerse de su contenido se sirva remitirlo directomente á S. E. el señor Gober- nador de la Provincia de Córdoba con las observaciones que crea del caso .

«Como podrá ver por la lectura del informe he estudiado, ete., ete. »

La nota de la Direccion que se halla al reverso dice lo siguiente :

Agosto 6 de 1892.

« Remítase esta notacon el informe de su referencia al señor Go- bernador de la Provincia de Córdoba.— Juan Pirovano. »

De todo esto parecería resultar que el informe ha seguido la tra- mitacion ordinaria, que ha sido leido, examinado, aprobado por el Consejo de Obras Públicas y elevado en seguida por su Director al Excmo. Gobierno de esta Provincia.

Pero en la nota de remision á dicho Gobierno cuya copia certifi-

196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

cada consta integra en los documentos anexos, hallamos lo si- guiente:

« Este informe no ha sido sometido previamente ú4 la considera- cion del Consejo de Obras Públicas, en mérito á la premura del Caso.»

De lo gue resulta que el informe del señor Stavelius no tiene tal aprobacion.

Hay más, ni la Direccion misma del Departamento conoce este informe.

En efecto, contestando nuestra nota dice el señor Director del De- partamento (Documentos anexos):

-«Devuélvase á los señores peritos este expediente con la copia le- galizada de la nota solicitada por los mismos, haciéndoles presente que el señor Stavelius en su informe sobre el Dique de San Roque ha procedido i¡ndependrentemente de este Departamento, habiendo si- do puesto á disposicion del señor Gobernador de Córdoba y actuan- do en tal carácter. Por esta razon NI ESTA DIRECCION, NI EL CONSEJO DE OBRAS PÚBLICAS HAN PODIDO ESTUDIAR LAS CONCLUSIONES DEL SEÑOR STA- VELIUS RESPECTO DE AQUELLA OBRA. Junio 17 de 1893.— Juan Prrova- no.— C. Mercado, Secretario. »

En presencia de estos datos no podermos menos de recordar lo que decía en su informe de 1888, el Ingeniero Huergo, pág. 60:

«Recibí mi nombramiento profundamente convencido de esta triste verdad que se estaban jugando la rectitud de procederes del Gobierno y la fortuna de particulares con una gran ignorancia de los antecedentes del asunto y enceguecidos por ¡as pasiones. »

El informe del señor Stavelius, por lo tanto, no reviste más auto- ridad que la que puede venirle de la capacidad, títulos académicos: y otras cualidades de su autor, y en manera alguna de la apro- bacion del Consejo ni de la Direccion de Obras Públicas, por care- cer de ellas.

En el estudio que debemos hacer completo y verídico como lo hemos jurado, toda luz nos es poca, pero cuando querramos tener en cuenta el parecer del Departamento Nacional de Ingenieros, de- beremos hacer caso omiso del informe del Sr. Stavelius y conside- rar solamente el informe de los Ingenieros Seurot y Barabino, ins- pectores generales de ese mismo Departamento, el cual es el único que haya seguido la tramitacion normal, y esté revestido de una aprobacion de tanto valor como la del Consejo de Obras Públicas de la Nacion. l

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 197

Pasando ahora al fondo de la cuestion, veamos las reparaciones que propone el señor Stavelius en su informe página 15:

«Hay dos cosas que se debe procurar: impermeabilidad y aumen- to de resistencia.

«La primera cosa puede conseguirse mediante un muro de 75 4 90 centímetros de espesor, construido de ladrillos recocidos y co- locados en una mezcla de una parte de cemento Portland y dos de arena limpia, con un buen revoque hidráulico, cuyo muro que se construiría con esmero especial debería levantarse hasta la altura de los vertedores, y á los costados, empotrarse algunos metros en la roca.»

Notamos que el señor Stavelius que tanto critica el empleo de la- drillos en los desarenadores, los proyecta en el cuerpo central de la obra, sin mayor razon —á no ser por la impermeabilidad del ladrillo que el señor Stavelius considera quizás como superior á la del granito.

Seguimos con la cita:

«Este muro debería presentar en proyeccion horizontal una con- vexidad hacia el embalse con un radio de 250 metros.

«El perfil transversal de dicho refuerzo presentaría un talud de más ó menos 1 en 20.

«El espacio comprendido entre el muro y/el actual paramento se llenaría con hormigon hidráulico; de ese modo se conseguiría que el conjunto tuviera un fuerte apoyo por detrás mediante los dos vertedores y vendría á trabajar como un gran arco que reforzaría considerablemente el dique.

«El paramento actual de la mampostería, debería en tal caso cortarse para poder efectuar la trabazon, y la cara interior del mu- ro de ladrillo debería con el mismo objeto, formar trabazon de MEDIO LADRILLO (1). De esta manera se podría conseguir que todo trabajase en conjunto. »

Es de sentirse que el señor Stavelius no haya acompañado su des- cripcion de cortes y planos, lo que hubiera facilitado la compren- sion de su idea y legitimado de alguna manera la cifra enorme de 350.000 pesos moneda nacional en que presupuesta esta repa- ración. | !

Debemos declarar que habiendo estudiado en los puntos ante— riores:

1% Las condiciones teóricas de la estabilidad del Dique; y

2% Las condiciones prácticas debido á la naturaleza y empleo de

198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

los materiales de que está hecho; y encontrando en ellos que teóri-" camente, esel Dique inmejorable, y prácticamente muy satisfacto- rio, no hay ni puede haber ninguna modificacion en su perfil que lo pneda mejorar; cualquiera que sea ésta, no podría nunca sino sobrecargar inútilmente la base.

Consideremos sin embargo lo propuesto por el señor Stavelius.

Establecidos gráficamente plano y cortes del nuevo muro así mo- dificado. Hallamos que en la parte central que reposa sobre la za- pata, está aumentado dicho muro en una cantidad variable cuya media tiene en su coronamiento 1120 de ancho y en su base 640.

El peso de mampostería que así se agrega por metro lineal es de 667.000 kilógramos los que, sumados á 1.047.236 kilógramos del Dique primitivo, dan un total de 1.715.236 kilógramos, repartidos sobre la base que es 29 + 6.40 = 3540 dan una carga media de 4 kilógramos 87, por centímetro cuadrado, para el Dique vacío, es decir, una cantidad mayor de la que soporta hoy; resultando así que con el propósito de aliviar la mampostería el Sr. Stavelius Ja recarga con toda inutilidad. |

La impermeabilidad seráaumentada, pero en una cantidad insig- nificante y fuera de proporcion con la elevada suma que se quiere hacer gastar.

En cuanto á la resistencia del nuevo muro así formado, al empu- je de las aguas, para calcularlo sería menester admitir que no hay sinó un muro y creemos en verdad que serían tres, cuya tra- bazon declaramos imposible de hacer entre los paramentos casi verticales de ladrillo, hormigon y mampostería ordinaria.

El estudio de la resistencia del muro con 22 metros de embalse hecho por el señor Stavelius, comprende graves errores que no es nuestra mision revelar. :

Indicaremos solamente que despues de declarar que el muro no debe embalsar más de 22 metros, dice el Sr. Stavelius, pági-

va 39: |

«Yo personalmente creo que el Dique resistirá una sobre-eleva- cion de agua á contar de 22 metros siempre que la sobre-elevacion durase pocos dias. » |

Nos sorprende la lógica de este juicio que puede reasumirse de esta manera:

El dique se filtra por todas partes. Está rajado en todo su largo y ancho. La cal empleada es mala, la arena tambien, las mezclas no

dl

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 199

pueden resistir 4 más de 2 kilos de presion; llénese á pesar de todo con 22 metros que las mezclas que no pueden resistir dos kilos re- sistirian d 4 y suse represa amvoluntariamente el agua d 33 metros —no importa, resistirán tambien á 6 halos con tal que no sea por más de 15 dras!!!

No entraremos en comentarios, serían demasiado largos, y sólo se podrían hacer en un tono impropio de la seriedad de este in- forme.

El valor dela presion resultante en el estudio del señor Stavelius, es tambien erroneo.

Sise realizase la modificacion propuesta por el señor Stavelius, resultaría para el dique vacío y con mayor razon para el dique lleno, una presion media superior á la que él indica como máxi— mum de la que puede soportar la mampostería.

Es sabido que en el muro de represa tipo Krantz, si éste está vacío, la presion máxima es mayor que la presion máxima cuando está lleno, pero que la presion media siguiendo el órden natural de las cosas es mayor estando el Dique lleno que estando vacío.

En nuestro estudio con 37 metros de agua no sucede lo mismo, porque la sobre-carga de 2 metros de agua entra en el cálculo mo- dificando la resistencia del dique lleno.

Las otras reparaciones que indica el señor Stavelius las tratare- mos en el punto XXXI.

Por lo tanto á la pregunta número XXIII:

Sobre si las reparaciones proyectadas por el señor Stavelius son ú no las que deben practicarse, y simás bien perjudican que favorecen la estabilidad del dique.

Contestamos : .

El murallon proyectado por el señor Stavelvus es eficaz, de gran costo, de dificil ejecucion, de trabazon imposible y sobrecarga inú- tilmente la zapata.—No debe, pues, ejecutarse.

CUESTION XXIV

Sobre si el Dique de Mal Paso habiendo sido entregado con toda la mamposteria termmada hasta la línea superior, podía la Empresa Constructora, poner otra cosa que las compuertas actuales, ó se podian poner las cámaras, tubos y llaves del presupuesto primitio.

200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Los trabajos correspondientes á los Riegos de los Altos de Cór- doba fueron empezados en su orígen por administracion, es decir, el Exmo. Gobierno de la Provincia tomó á su cargo la Direccion y construccion de las obras. Despues de haberse realizado una par- te de ellos, se resolvió contratar, prévia licitacion, todos los traba= jos que faltaban para su completa terminacion.

La propuesta presentada por los señores Funes y Bialet fué la aceptada por el Exmo. Gobierno por decreto de 21 de Octubre de 1886, despues de los trámites de ley.

Entre las obras ejecutadas por administracion, al recibirse de ellas los Empresarios, figuraba como concluida toda la mampos- tería del Dique de Mal Paso.

En el informe de la Direccion de las obras, de 11 de Abril de 1888, que corre en autos á foja... se dice lo siguiente :

« Dique del Mal Paso.

«Esta obra de mampostería hidráulica destinada á levantar las aguas hasta el nivel de los umbrales de los canales maestros que arrancan de cada una de sus extremidades, se hallaba terminada cuando la Empresa Funes y Bialet se hizo cargo de las obras, fal- tándole solamente sus compuertas y el puente pazadizo que per- mitiera las maniobras.»

Los tubos de distribucion á que se refiere esta pregunta, debían estar empotrados en la mampostería formando parte de ella, de tal modo que encontrándose ésta concluida al recibirse de las obraslos empresarios, era completamente imposible su colocacion.

Las llaves son parte integrante de los tubos y tienen su coloca- cion correspondiente dentro de las llamadas cámaras que debían colocarse en el paramento aguas abajo del muro.

Respecto á estos aparatos transcribimos un párrafo del capítulo ' correspondiente de la memoria y especificaciones del proyecto pri- mitivo de ese Dique (pág. 75) que dice :

«Estas llaves están en pequeñas cámaras contiguas al paramen- to aguas abajo del Dique y cada una recibe el agua por intermedio de un caño de fundicion de 1%10 de diámetro, cuyos ejes se hallan distantes, dos á dos, uno de otro de 240 y atraviesan todo el espe- sor del muro.»

No siendo posible colocar los tubos á la Empresa, no lo era igual- mente la colocacion de las llaves ni la construccion de las cá- maras. |

Las actuales compuertas, buenas en su conjunto, han sido pro-

OBRAS DE RIEGO DE 10S ALTOS DE CÓRDOBA 201

yectadas, con un defecto que con un gasto mínimo se podría sub- sanar.

Las varillas formadas de fierro ángulo, tanto en la compuerta de la boca de desagúe como en las de los canales, no tienen guías ni abrazaderas en los cinco metros de su extension;—resultando de ello, que al trabajar á la compresion cuando baja la compuerta, co- sa lrerialele, se producen en ella Ane de alguna considera- cion que se deben evitar.

Por lo tanto, á la pregunta XXIV contestamos:

Que no era posible habiéndose recibido el Dique en Mal Paso con- eluida su mampostería colocar cámaras, tubos ni llaves, temiendo los constructores que limitarse á colocar los aparatos existentes hoy y cuyo defecto hemos señalado.

CUESTION XXV

Sobre si puede estimarse racionalmente que en el precio de ser mal pesos que segun el artículo 3% del contrato de la Empresa ron el (o- bierno para pago de la completa terminacion podrian comprenderse las llaves, tubos, cámaras, de que habla la pregunta anterior.

Hemos visto en la pregunta anterior que los tubos, llaves, cá- maras, etc. no era posible colocarlos en el Dique, pues se había cam- biado el sistema de distribucion de aguas en la época en que se construyó por cuenta del Gobierno.

Veamos cuáles eran las obras. complementarias de este Dique. En el presupuesto general de estas obras, en el título II, capítulo TI, se dice testualmente:

«Aparatos para el servicio del Dique :

«a) Caños para las llaves de distribucion ;

«b) Llaves de distribucion ;

«c) Compuerta del desarenador (fierro batido);

«d) Barra de fierro batido para levantar la compuerta ;

«e) Marcos de fierro fundido para corredera de la compuerta ;

«f') Grampas para asegurar el marco (fierro batido ); «g) Compuertas para la entrada del agua en los canales provi-

e y aparatos de maniobra;

202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

«h) Aparato de maniobra para levantar las compuertas del de- sarenador

« Puente pasadizo

41) Metálico (fierro batido );

«j) Tabla de pino tea para el tablero del puente;

«[) Grampas y pernos para asegurar el tablero

En el contrato de los señores Funes y Bialet con el Exmo. Gobier- no, se establecía en el artículo 3% que, la seccion primera de las obras á concluirse sería el Dique de Mal Paso, cuyos trabajos serían terminados á los dos meses por la suma de 6000 $.

Como ya hemos dicho, la obligacion de los empresarios se debía limitar á construir y colocar las demás partes accesorias de las obras, señaladas en el presupuesto desde la letra hasta la L. Es- tas obras han sido ejecutadas con entera sujeción á lo convenido, con excepcion de los puentes de servicio que establece el presu- puesto que debían ser construidos de hierro y lo han sido de hierro y de madera.

No hemos encontrado los inventarios de los materiales que el Exmo. Gobierno entregó á los Empresarios de las obras, segun esta= blece el artículo 8* del contrato, y no hemos podido por lo tanto, constatar si el material para los puentes les fué entregado ó noá los Empresarios en la forma que ellos afirman, pues tanto el Direc- tor de las obras como los señores Funes y Bialet aseguran que al recibirse de ellas se habían entregado las maderas todas para estos puentes.

De cualquier manera este hecho no tiene importancia substan- cial alguna.

El presupuesto para los puentes metálicos se fija en la suma de : $ 1986, mientras que el costo actual de los construidos represen- tan un valor mayor, siendo sus pilares y montantes de fierro y só- lo las barandas y largueros de superstructura de madera.

Por lo tanto en los 6000 $ m4, presupuestados por la terminacion de las obras del Dique de Mal Paso no podrían comprenderse otras obras que el puente de maniobras, la compuerta de maniobras, las compuertas para el desarenador, las compuertas para el servicio de los canales, revoque y emboquillado de la. mampostería aguas abajo.

SIN

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 203

Por lo tanto á la pregunta XXV contestamos :

No puede comprenderse en la suma de 6000 $ presupuestados para la terminacion del Dique de Mal Paso, las llaves, tubos y cámaras de que habla la presente pregunta.

CUESTION XXVI

Sobre si el valor de las compuertas que actualmente tiene el Dique de Mal Paso, su colocacion, pilares de merro del puente, colocacion

del puente, y repase de juntas y revoque, es un precio menor, de la

mitad de lo que realmente valen, al de ser mal pesos que pagó el

-(zobierno.

Las obras que se indican en este punto son las siguientes:

1* Compuerta del canal Sud;

2% Compuerta del canal Norte;

3 Compuerta del canal del Desarenador ;

4” Puentes de maniobra;

5 Repase de juntas (emboquillado );

6” Revoque del paramento aguas arriba del Dique.

El precio de costo de esas obras lo hemos estimado en la forma siguiente :

Puentes de mamobra

prlanes de erro a 100.5 C/U aaa a daa 700

CA e dl ADO pp 300

Labrado de madera, colocacion tornillos y escuadras O o a ... 1500 2300

—_—

204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Compuerta del desarenador

Tableros dela con a E MacOS ACO OEI ale peores isc iaNe Forales y manobras a eo roo lie. ds Tuercas, Vástazo y arcano ormllosterampas O Mano de obra y cola con

Compuerta del Sud

Tableros 38 m* y mano de Obra.................. Tormllosiarampas y escuadras 3 compuertas, tableros, marcos, €lC..... ....... Colocacion etc re SAR. do TO IEA A

LO ACACIA

Compuerta canal Norte

Maderas para marcos 46 m' y mano de obra, ete.... Tornillos, ¡Srampasy escuadras le 3.compuertas, tableros; Marcos. MOlOSECION, Els 3 ceVooosasosooo cora sane osn aaa

Was Doris sl Ue 06 OU. . sbuopes y yoo dos

Repase de juntas

180012 0-S0'metro cuadrado

Revoque

1000 mt 2S meto cuadrado ae

1150 250 950 250

2600 260

900

2860

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 205

Las obras ejecutadas por los Empresarios del Dique de Mal Paso importan once mil nuevecientos noventa y cinco pesos moneda na- cional.

Por lo tanto á la pregunta XXVI contestamos:

Que la suma invertida en la terminacion del Dique de Mal Paso equivale próximamente al doble de la abonada por el Exmo. (Go- hieerno ú4 la Empresa Constructora.

CUESTION XXVII

Sobre sy el estado actual de los canales, que segun el informe de foja... y foja... no se han limpiado ni repasado desde su entrega al gobierno, puede imputarse á la empresa constructora ó ú la desidia y abandono con que han sido tratados.

La red de canales que distribuyen las aguas embalsadas en el Dique de San Roque, se divide segun la nomenclatura del proyec- to de las obras, en dos clases : canales maestros y canales secun- darios.

Los primeros tienen su punto de arranque desde el Dique de Mal Paso á uno y otro lado del Río 1* y se denominan respectiva- mente Canal Maestro del Sud y Canal Maestro del Norte.

El canal maestro del Norte está construido de mampostería en los primeros cinco kilómetros desde su orígen, y el canal maestro del Sud en la misma forma que el anterior, en los 7 kilómetros prime- ros desde el umbral de la compuerta.

En estos doce kilómetros de los canales maestros, están compren- didas las obras de arte más importantes, señalándose entre ellas, el gran acueducto de Saldan de 350 metros lineales, los números 13 y 17 y muchos otros de menores dimensiones pero de no menor importancia. Obras todas de verdadero mérito y alguna de ellas notables por su atrevida ejecucion y la perfecta combinacion de sus elementos.

La traza de estos canales ha seguido las dos curvas de nivel más elevadas á uno y otrolado del Río 1”, á objeto de suprimir los cana- les en terraplen, disminuir las obras de arte, alcanzar la mayor zona regable y mantener su caja siempre en escavacion.

206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

A partir de un punto dado de los mismos, se ha derivado, dos ca- nales que cortan normalmente las curvas de nivel de los terrenos, conservando las pendientes por medio de cascadas escalonadas en toda su extension. Esta derivacion delos canales maestros tiene por objeto la mayor y mejor distribucion de los canales secundarios que de ellos parten.

La red total de canales ha exigido la construccion de 40 puentes para restablecer la comunicacion de los caminos generales y veci- nales que cortan; estos puentes, unos son de madera y otros de acero sistema Eiffel.

Para tener una idea exacta de la importancia de estos canales, y de la zona regable reasumimos en el cuadro siguiente la extension lineal de los mismos y la cantidad de hectáreas que deben regar:

a a a A o

CANAL MAESTRO DEL SUD CANAL MAESTRO DEL NORTE Extension lineal: 43.822 metros Extension lineal: 26.550 metros Superficie regable: 18.530 hectáreas Superficie regable 22.052 hectáreas Canales Extension Superficie Canales Extension Superficie

secundarios lineal regable secundarios lineal regable hectáreas a hectáreas I 503 821 I 552 183 II ZA 594 Y 2.621 368 1001 1.818 358 1041 1.572 208 IV 9.945 719 Iv OS 241 v 100 318 v O EAS) 408 vI 3.499 2.040 vAl 2.209 382 VII 10.239 2.506 VII 1.200 180 VIII 3.089 604 vI1lI 1.584 508 IX 6.700 519 IX 1.411 229 Xx 8.397 4.308 X 15.000 8.022 XI 1.402 1.766 XI 4.753 sl4 XII 6.195 AO XII 13.500 4,424 XIII 7.435 2.347 XILI 4.896 885 NN Sa OT XIV 4.300 1.797

95.441 , yes . ia xv 10.800 3.343 69.430 22.052

Resulta del cuadro anterior que la superficie regable en las dos zonas es de 40.582 hectáreas y la longitud lineal de todos los cana- les de 194 kilómetros.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 9207

Como se desprende de lo expuesto, la conservacion y cuidado de estas obras exigen no sólo un presupuesto elevado sinó tambien una atencion constante y permanente dirigida por un criterio téc- nico y administrativo, basado en estudios especiales y en una re- conocida experiencia.

Los trabajos exigidos por estas obras, se pueden considerar divi- didos en dos categorías :

12 Trabajos de entretenimiento; y

22 Trabajos de conservacion.

Corresponden á los primeros, todas aquellas reparaciones que demandan las obras durante el tiempo que están prestando sus ser- vicios y que deben hacerse sin interrumpirlos, como, por ejemplo, reparacion de compuertas, aparatos de maniobra, limpieza de las mismas, conservacion de taludes, y poda ó monda de los sauces, mimbres ó plantas colocadas para defenderlos.

Corresponden á los segundos, la limpieza general de los canales, recorrido de revoques, filtraciones que se presentan en los acue- ductos, ó en la mampostería de los canales.

Los trabajos de conservacion, por su naturaleza, exigen la sus- pension de los riegos por un tiempo determinado cada año y una suma de elementos, de materiales y de operarios de diversas clases, segun la naturaleza de las reparaciones que deben hacerse.

Los gastos que originan estos servicios, imputables á la explota- cion de las obras son proporcionales á la superficie regable.

Llauradó, en su « Tratado de aguas y riego», dice al considerar este punto ( pág. 458), y refiriéndose al Canal de la Infanta :

«La limpia general del canal y de las acequias principales, tie- nen lugar en Mayo y alcanza hasta las cadenas de sillería de la Solera.

«Las de las acequias pluviales y azarbes se practica por lo me- nos tres veces al año en Febrero, Julio y Octubre, y la monda ó po- da tiene lugar en Mayo y Setiembre.»

Sobre los gastos que estos servicios representan en algunas de las comunidades de regantes, dice el mismo autor en la página 313 de su obra, que extractamos para mayor brevedad : En el re- glamento del canal de Tormes se señaló 3.75 pesetas por hectárea para los gastos de administracion, conservacion y limpieza, y se autoriza á más para imponer en caso de necesidad un reparto su— plementario.

Las ordenanzas de Mestella imponen para estos mismos servicios

208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

2.25 pesetas, por cada hectárea regable. Las de Mislate y Chirive- lla 4.50 pesetas por hectárea, cuya suma se descompone en dos partes : 2.75 pesetas destinadas para lus gastos de administracion y conservacion de las obras, y 1.75 pesetas para limpieza de los ca- nales.

En los huertos de Valencia, en las acequias desviadas de Turia, el impuesto se divide en dos partes, una fija que se llama tasa ó tacha que tiene por objeto hacer frente á los gastos de administra- cion y conservacion que alcanza, término medio, á 3.75 pesetas por hectárea y otra variable que se denomina ceguiaje, que tiene por objeto atender á la limpieza anual de los canales. La suma total de estos dos servicios no suele pasar ordinariamente de 4.50 pesetas ó sean 0.90 centavos oro por hectárea regable.

Debemos observar que los canales cuyos gastos indicamos, son obras consolidadas por los siglos, pues muchas de ellas datan su construccion de épocas muy remotas.

Veamos ahora qué criterio administrativo ha precedido á la con- feccion de los presupuestos para estos servicios en las obras de rie- go de los Altos de Córdoba.

Los canales, y todas las obras, fueron entregadas al Excmo. Go- bierno á fines del año 1889. Estando votado el presupuesto gene- ral de gastos, seorganizó la Administecion y Direccion de las obras por medio de decretos especiales.

Tomemos 40.000 hectáreas regables como base de nuestros cál- culos y el cambio del oro á 300; veamos ahora las asignaciones que establecen los presupuestos á esta reparticion.

Debemos tener presente que el gasto de conservacion de estos canales depende no del número de hectáreas que proveen «actual- mente de agua, sinó de su propia longitud y del número de hectá- reas que pueden regar, siendo el gasto el mismo, ya sea que se aproveche la totalidad de la superficie regable, ó solamente una parte.

En el presupuesto de 1890, se asignan $ 0.24 oro, por hectárea, para administracion, conservacion y limpieza; para el año 1891 y. el 1892, $ 0.16 oro por hectárea, y para el presenteejercicio $ 0.22 oro por hectárea. Hacemos notar que entre el personal que de- termina el actual presupuesto, no figura ningun albañil, ni partida para materiales; destinándose para el cuidado de las obras de arte, para la conservacion y reparacion de 194 kilómetros de canales, solamente dos capataces y diez y ocho peones.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 9209

Resulta en consecuencia de lo expuesto el siguiente cuadro com- parativo de los gastos de reparacion y conservacion de los diversos canales á que nos hemos referido, en pesos oro:

Pesos oro por hectárea.

Canales de Korea aa a 0.75 » Mesta os a 0.45 » Cirivella y Mislata......... 0.90 » Huertos de Valencia....... 0.90 Canales de Córdoba (media de cuatro o O A A ES 0.195

Durante los años 1889 y 1890 no hubo ley ni reglamento alguno para la distribucion de los riegos; á partir del 6 de Febrero de 1891 se puso en vigencia la primera reglamentacion, trabajo importante y completo redactado por los Sres. Dres. Ponciano Vivanco, J. del Viso y S. Angel Machado; promulgado en ley, por el Excmo. Go- bierno dela Provincia en la fecha ind:cada.

De suponer era que esta reglamentación concluyera con el cáos administrativo y económico, en quese encontraban las obras des- de laépoca en que fueron recibidas por el Excmo. Gobierno, pero desgraciadamente no sucedió así. |

Transcribimos la renuncia presentada por los miembros de la Co- mision administradora de las obras, un año despues de aprobado el reglamento.

«Cuando aceptamos ese cargo, y con él la tarea de crear la ad- mimstracion de esas valiosas obras, así como las responsabilidades acerca de su buena conservacion, y de la eficacia de sus servicios, creimos que el régimen establecido por el reglamento, que el P. E. aprobara por decreto de Febrero 6 de 1891, sería una verdad, y que las facultades por ese reglamento confiadas á la Comision no serían entorpecidas, ó esterilizadas en la accion con perjuicio de las obras mismas, yde los servicios públicos de su destino.

«No es posible, del mismo modo atender convenientemente y regularizar el servicio de riego, cuando no se suministran los fondos necesarios para el pago del personal, y menos cuando los empleados inferiores, exclusivamente dependientes de la Comision, desobe- decen sus disposiciones, escudándose en órdenes contrarias direc- tas de parte de miembros del P. E. y con las que se hace caso omi-

ANiL. SOC. CIENT. ARG, T. XXXVI. 14

*

210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

so de la independencia de procederes acordada á la Comision é in- dispensable para hacer una administracion regular de las obras, vdemostrar en la práctica las conveniencias grandes del público y del fisco que son susceptibles de producir...

«No es posible aceptar la responsabilidad de la conservacion de las obras, cuando emanan de miembros del P. E. órdenes termi- nantes á los empleados subalternos de la Comision autorizando á particulares para obtener el riego sin sujetarse á los requisitos im- dispensables, ni á las decisiones especiales de la Comision; cuando se mega á ésta, sumas insignificantes para efectuar reparaciones de urgencia, obligándola á procedimientos tardíos que vuelven inefi- caces sus esfuerzos y, sin su culpa, mala su administracion.

«Y es obedeciendo á estas consideraciones abonadas por hechos producidos que los miembros de la Comision que suscriben, deciden renunciar; como renuncian ante V. E. el encargo que se les había cometido, encontrando incompatible su permanencia en esta repar- ticion, con las trabas del P. E. que entorpecen su marcha conve- niente.

«Saludan atentamente al Sr. Ministro. Ponciano Vivanco. Francisco 4lfonso.— Angel Machado.—José del Viso.— José 1. Diaz.»

No concluyen aún los testimonios fehacientes que demuestran el estado de las obras y los extraños criterios de la admunistración pú- blica sobre su régimen administrativo y económico.

El Director de la Oficina de Riego en una extensa nota con fecha 5 de Setiembre de 1892, y que corre en autos á foja... y foja..., pa- sada al Excmo. Gobierno de la Provincia, dice lo siguiente:

«Debo comunicar á V. E. que no existen los útiles ni los datos 1m- dispensables para la marcha de la oficina, ni hay libros en debrda forma, ni planos catastrales (1) de los canales maestros y secundarros, ni instrumentos ni útiles para nwelacion y dibujo.

«Las cuadrillas sun herramientas, y los canales en muy mal esta- do, teniendo por otra parte poco personal.»

Pero lo que más caracteriza el estado de esta desgraciada admi- nistracion, es el párrafo siguiente en la misma nota:

« Antes de opinar por la clausura de esta oficina, creo que el. pa- iriotismo me exige un sacrificio tal vez 2mútil por las circunstancias y mipoca capacidad.»

Efectivamente, verdadero sacrificio era tomar la responsabilidad

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 91

deesta repartición ante condiciones tan extraordinarias como las suscritas y las que indica el párrafo siguiente del mismo informe :-

«Los canales maestros se encuentran en tan mal estado que no conducen la mitad del agua que debieran; una parte por su mala construccion y el resto por el mal estado de su conservacion, pues nunca se limpiaron, segun informes que tengo recibidos, ni me explico de otra manera el que exista en algunos puntos de su piso más de un metro de lodo, habiendo derrumbes hasta de 30 metros de largo que no se han extraido.»

Los documentos citados y los datos que hemos dado sobre los gas- tos de eonservación nos evitan entrar en mayores consideraciones ; pues de ellos resulta :

Que las obras han estado en el más completo abandono desde su entrega hasta la fecha;

Que ellas no tuvieron reglamentación alguna durante año y me- dio despues de su entrega ;

Que la reglamentacion dada, que era ley en la materia, no sólo no se cumplía, sinó que el Gobierno mismo se encargaba de descono— cerla;

Que los particulares hacían uso y abuso de las aguas, sin que la Comision administradora tuviera fuerza ni autoridad para evi- tarlo;

Que esta anarquía se hacía sentir tambien dentro mismo de las oficinas, traduciéndose en indisciplina que perturbaba el régimen regular de la repartición ;

Que no se pagaban los empleados, ni se facilitaban los fondos necesarios para atender las más urgentes obras de reparacion ;

Que las sumas presupuestadas son insuficientes para la conser- vación de los canales;

Que á los seis meses de la renuncia de la Comision administra- dora, la nueva Direccion no encontró en la reparticion ni libros, ni planos, ni útiles de trabajo, ni herramientas para los peones.

Con estos antecedentes tan deplorables, procedimos á la ins- peccion de las obras con la duda de encontrar, no canales, sinó ruinas.

Cinco días consecutivos empleamos en recorrer á pié en su ca- si totalidad los canales maestros y muchos puntos de los secun-* darios.

Comenzamos nuestra inspeccion por el canal maestro del Norte desde su arranque en el Dique de Mal Paso, chbservando en los

ana ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

cinco kilómetros en que está construido de mampostería, que á pe- sar del abandono en que ha estado, su buena construccion ha po- dido resistirlo.

Algunas filtraciones se presentan en su larga extension, las que han atravesado la mampostería pasando por las rajaduras de los revoques. Su cantidad es poco numerosa y el carácter de las mis- mas no reviste mayor importancia.

La simple reposicion de un pedazo de revoque bastará, para con- cluirlas. A la entrada del canal en algunos acueductos, el piso ha hecho un pequeño asiento determinando las rajaduras consiguien= tes ydando lugar por este motivo para que el acueducto mismo presente filtraciones en algunos puntos. Estos desperfectos se sub- sanarán con un pequeño gasto, limitado á reponer el piso y resta- blecer los revoques.

Hemos notado en el fondo de estos canales la existencia de frag- mentos de barrica de cemento de las empleadas en la construccion, como testigos irrefutables de la falta de limpieza de los mismos.

Parecerá trivial esta observacion, pero no lo es en sí, si se tiene en cuenta que la extraccion de estos fragmentos sólo exigiría un trabajo de escoba.

En el curso de nuestra inspeccion hemos constatado la regulari- dad en el movimiento de las aguas, constante en casi todo el curso del canal. Entre los kilómetros 4 y 5 existe un cambio de pendiente en una extension de 390 metros, los que hemos nivelado con este motivo, y hemos encontrado una pendiente mayor que la del resto de los canales, pero cualquiera que sea la causa de este cambio de rasante, ninguna importancia podemos darle.

Pasando los quinientos metros indicados, vuelve el agua á su movimiento regular sólo interrumpido en los cambios de seccion, pues en este trayecto hay puntos en que el canal no es de mam- postería, sinó de revestimiento del talud natural en piedras secas revocadas, y puntos en que es de tierra.

» Del kilómetro 5 en adelante, el canal está en excavacion, sin nin- gun revestimiento y su estado demuestra haber sido perfectamente ejecutado.

Hemos encontrado algunos derrumbes en los taludes de tierra que desde el 5 de Setiembre, que los hace notar la Direccion de las obras, no han sido removidos; los 18 peones que atienden los canales son efectivamente poco personal, pero pocos son tambien los puntos en que estos derrumbes se han producido y hubieran

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 93

podido repararse. Los propietarios de algunos terrenos por donde eruzan los canales secundarios, no impiden que sus animales los conviertan en abrevaderos. En algunos otros, hemos observado que el mal manejo de las compuertas ha hecho rebalsar las aguas, rompiendo los bordes y causando algunos desperfectos.

Cada.compuerta es un verdadero depósito de resaca, que hace re- presar el agua perturbando su salida y causando remolinos que perjudican á las compuertas y al fondo del canal mismo.

Compulsando los perfiles longitudinales que la Direccion de las obras ha confeccionado delos canales, y sobre los cuales entende- mos han sido hechos unos elevados presupuestos de reparaciones, hemos encontrado errores que no pueden dar exactitud á los cál- culos á que han servido de base. Su leyenda, que dice textual- mente: PERFIL LONGITUDINAL TOMANDO COMO PLANO EL ESPEJO DE LAS AGUAS SUPUESTO HORIZONTAL, nOs hace creer que han sido confeccio- nados por medio de sondajes, en vez de haber sido altimétrica- mente relevados, con instrumentos de nivelacion; de cualquier manera, el perfil no es ni aproximadamente exacto.

El canal maestro del Sud se encuentra en las mismas condi- ciones que el del Norte; su estado es bueno, su costruccion lo es tambien, y sus defectos no son de importancia, pudiendo salvarlos el cuidado y la buena conservacion. Las observaciones generales que hemos hecho sobre el canal del Norte, se aplican igualmente á éste y á sus secundarios.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez :

Sobre el estado actual de los canales que segun el informe de foja... y foja... no se han limpiado m repasado desde su entrega al Gobierno puede imputarse 4 la Empresa constructora 0d la desidia y abandono con que han sido tratados.

Contestamos :

Los defectos que hemos señalado en los canales provienen esxclusi- vamente de la desidia y abandono con que han sido tratados.

CUESTION XXVIII

Sobre el estado de las Obras de arte de los canales demuestra una buena construccion y haber obtenido una impermeabilidad su- perior ú la de las mejores obras en su género conocidas.

e

914 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

Las obras de arte existentes en los canales, son no sólo los acue- ductos y alcantarillas, sinó tambien los puentes, las compuertas y sus macizos, las eesrales, etc.

Hemos recorrido en su casi totalidad los suma les maestros y exa- minado detenidamente las bóvedas de todas las obras de arte exis- tentes.

(Reservaremos el estudio del acueducto número 13 para el pun- to siguiente).

La mayor parte de ellas están hoy todavía sin filtraciones ni exu- dacion alguna, en arcos de 6 y 10 metros de laz —cosa reputada por todos los autores en la materia por muy difícil y por Devaube (página 333) como imposible.

En algunos arcos existen hoy día filtraciones; pero un exámen atento de ellas nos ha dado la seguridad de que eran bastante pos- teriores á la entrega de las obras, y provenían de rajaduras en el revoque del piso del canal, que la escasez de personal no permite revisar como es debido.

En el acueducto de Saldan hemos encontrado señas de compostu- ras recientes del revoque y las filtraciones que correspondían habían desaparecido.

Es indudable, pues, que dichas obras fueron construidas de una manera muy satisfacioria.

El acueducto de la Cañada parcialmente destruido por esfuerzos transversales á los que no se le pensó nunca hacer resistir ha sido objeto de un exámen especial.

Hemos hallado en él la prueba más evidente de la excelente cali- dad de la mampostería empleada en las obras de arte de los ca- nales.

El agua que pasó 060 más arriba del piso del canal se llevó su- cesivamente uno y otro paramento, y despues los arcos, pilares y fondo del canal, pero de éstos existen todavía en el lecho de la ca- ñada grandes bloques transportados á larga distancia, sacudidos, rodados y chocados por fuerzas enormes que no consiguieron des— hacerlos.

El cuadro que sigue es la más elocuente demostracion de lo que decimos.

En él vemos que un bloque pesando 11000 kilos ha sido trans- portado á 136 metros del acueducto.

En los análisis del Dr. Quiroga hallaremos datos sobre las mues- tras sacadas: una, la del revoque, es del número 8, y otra la de

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 915

mezcla del número 10, el que, por su mayor distancia del acue- ducto debemos suponer ha recibido más conmociones y choques.

Cubos de los bloques

Distancia Peso en Cubo del No Dimensiones Material toneladas m3 paramento aguas abajo 1 13 1.20 X 1.20 X 4.00 | 5.76. | Mampost. de piedra 4 ms.. 2 15 LAS A Ol > O 3 6 IESO O 20 2165 » O 4 188) 3.00 X 2.00 X 1.40 | 8.40 » lA 5 13 3.60 X 1.00 X 1.80 [| 5.68 » 40» 6 mi INGA A0 10293 » 66» 7 15) AMOS NOS 0570 9). Ja: » 8 4 2.20 XxX 1.50 Xx 0.50 | 1.65 |Mampostería ladrillo| 108 » 9 11 DEAD DOS ALO asa » de piedra] 136» 10 4 2.10 X< 0.80 X 1.00 1.68 » > 168»

Consideremos ahora las obras accesorias. Los puentes son unos de madera, los otros de acero. Ni unos ni otros, desde su colocacion, han tenido una compostura ni una mano de pintura óde alquitran.

El paso de los carros ha determinado junto mismo al tablero del puente grandes huecos, que se deberían rellenar contínuamente, pues para conservar en buen estado la obra, cada vez que se hace este relleno la tierra al lado de la primera tabla del piso debe ser más elevada que ésta.

Los puentes son suficientes y lo seguirán siendo, si se les vuelve ásu primitivo estado y se les cuida como es debido.

De las compuertas diremos lo que de los puentes, desde su co- locacion no han tenido una sola mano de alquitran. De esta mane- ra dentro de algunos años no existirá ninguna, por falta del cui- dado necesario. La mampostería que las mantiene es de excelente calidad.

Las cascadas son obras de poca importancia expuestas aller- nativamente al aire y al agua sus revoques hubieran debido ser atendidos con el mayor cuidado y no lo han sido. Además, antes y despues del piso de cada cascada debe pasar el agua por encima de escolleras que sólo existen ya en algunas cascadas, habiendo des-

926 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

aparecido en las otras por falta de cuidado; el agua se ha introdu- cido abajo del piso superior de la cascada y de los muros laterales que no son muros de sosten, sinó revestimientos de un espesor medio de 050, ha resblandecido el terreno y ocasionado asientos de la mampostería que han determinado fuertes rajaduras. Estas debieron componerse en seguida. En algunas se ha hecho, pero no en todas, resultando de las más dañadas la cascada número 5 del canal maestro derivado del Norte y tres cascades del canal secun- dario del Sud.

Creemos tambien que vista la naturaleza del terreno, sobre todo en el canal secundario del Sud, han sido proyectados los cimientos de las cascadas insuficientes.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez:

Sobre si las obras de arte de los canales demuestran una buena construccion y haber obtenido una 1mpermeabilidad superior 4 la de las mejores obras de su género conocidas.

Contestamos :

La construccion de las cascadas del canal maestro demvado del Norte ha sido buena, y la de los canales secundarios del Sud en parte buena y en parte insuficiente por falta de fundaciones.

La cónstruccion de las alcantarillas grandes y acueductos es ver- daderamente notable —y la impermeabilidad alcanzada en ellas es superior a. la de las mejores obras conocidas.

CUESTION XXIX

Sobre svel estado actual del acueducto número 13 del canal del Sud demuestra un buen estado ast en la parte construrda por la Em- presa, como en la parte que posteriormente se hizo costa de la Em- presa por el (robierno despues de haberse recibido de las obras.

Lo que hemos dicho de los grandes viaductos de los canales en general, lo podemos repetir de una manera muy particular para el acueducto número 13.

Hace pocos días se han producido filtraciones en el paramento.

En nuestro último viaje al dique de San Roque pudimos verlas desde el tren—cuando días antes no existían.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 917

Hemos examinado más tarde detalladamente esta obra de arte y averiguado que estas filtraciones provienen de rajaduras en el re- voque del piso y deben componerse cuanto antes.

El conjunto de la obra es muy satisfactorio.

Por lo tanto, á la pregunta del señor Juez, contestamos:

La construccion del acueducto número 13 tanto en la parte hecha por la Empresa como en la hecha por el Gobierno es excelente y los desperfectos que tiene son debidos d la falta de cuidado.

CUESTION XXX

Sobre si las mamposterias de los Diques de la finca del Sr. Casa-

[fousth y puente de este señor sobre el rio Cosquin, y los de la estancia

Santa-Maria del Dr. Bralet, están confeccionados con una mamposte- ria semejante ú la de las obras de riego, y su modo de comportarse.

Hemos examinado los diques de los señores Cassaffousth y Bialet, el primero establecido en la estancia del Rosario de Cosquin, el se- gundosobre el río Santa-María y el tercero sobre el río Cosquin.

El primero de estos diques tiene 118 metros de largo y puede represar 31 metros de altura de agua, tiene un espesor de 3 metros en el coronamiento y 9 en la base, siendo su paramento de aguas arriba vertical y el de aguas abajo inclinado.

El segundo tiene aproximadamente 40 metros de largo, 80 centí- metros en su coronamiento, 2"40 en su base; tiene su paramento de aguas arriba vertical y el de aguas abajo inclinado.

El tercero de estos diques sobre el río Cosquin tiene 150 metros aproximadamente de largo y + metros de embalse.

Tiene la forma de vertedor en toda su extension y su paramento aguas abajo es curvo.

En estos tres diques la mampostería empleada es del mismo tipo que la del dique de San Roque, pero siendo muy inferior su com- posicion y construccion.

En el primero, con el embalse de 18 metros, hemos notado una filtracion permanente apareciendo en la base del macizo una raja- dura (verdadera rajadura!!) y exudaciones que son comunes á

918 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

toda obra de este género sometidas á grandes presiones y traduci- das en el paramento de aguas abajo por lechadas.

En el dique del Sr. Casaffousth hemos observado que natural- mente siguiendo la rajadura mencionada había exudaciones y en la parte inferior una filtración. Esta rajadura atraviesa el muro de parte á parte y es perfectamente visible en el coronamiento del mismo.

Sin embargo este dique no da señales de desmoronamiento, y su buen aspecto nos hace presumir que durará aún muchos años.

En cuanto al primer dique del Dr. Bialet es una obra atrevida y al mismo tiempo absurda.

Con tan poca seccion ha resistido y sigue resistiendo ¿los Y me- tros de embalse con menores desperfectos que los existentes en la obra del Sr. Casaffousth.

Tiene exudaciones y filtraciones, pero no presenta rajaduras y está construido con inferior material al del Sr. Casaffousih.

El dique sobre el río Cosquin está en buen estado.

Los dos primeros diques indicados parecen desafiar á la ciencia, pues trabajan á la extension, en vez de trabajar como debe hacerlo toda obra de fábrica, á la compresion.

Es á la excelente calidad de las mezclas empleadas que se debe este magnífico resultado, siendo éstas sin embargo muy inferiores á las empleadas en el dique de San Roque, y tambien inferior la mano de obra.

El puente construido por el Sr. Casaffousth sobre el río de Cos— quin, presenta un fenómeno curioso. Sus pilas, que son hechas de la misma mampostería que la de los diques de que acabamos de hablar, presentan en una de sus faces las mismas manchas blán- cas de lechadas, lo que nos prueba haberse depositado estas lecha- das sin presion alguna por el solo hecho de una creciente que las bañó.

Por lo tanto, á la pregunta del señor Juez :

Sobre si las mamposterias de los diques de la finca del Sr. Casa- ffousth y puente de este señor sobre el rio de Cosquin y los de la es- tancia de Santa-Maria del Dr. Bialet, están confeccionadas con una mampostería semejante ú los de las Obras de Riego, y su modo de comportarse.

Contestamos :

Las mamposterias de las diferentes obras de las propiedades de los Sres. Bialet y Casaffousth, son hechas con materiales de la misma

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 2919

clase, pero de inferior calidad á los empleados en la construccion del dique de San Roque, y su manera de comportarse, ú pesar de eso, es muy satisfactoria.

CUESTION XXXI

St en el estado actual del Dique se hace indispensable hacer repa- raciones para ponerlo en condiciones de que funcione, y en caso afir= mativo, ¿cuánto costaria el amporte de ellas?

En algunos de los puntos hemos señalado ya los daños causados por las aguas en esta obra, al haber sido imprudentemente someti- da á su maximum de embalse estando recien terminada, habiendo indicado tambien las causas generales que han motivado los des- perfectos.

Si la ciudad exigiera imperiosamente agua para sus necesidades, aseguraríamos que el estado actual del Dique permite sin peligro alguno embalsarla hasta el nivel de los vertedores poniendo en poco tiempo en condicion regular el funcionamiento de las com- puertas, pero salvando el caso indicado, aconsejamos proceder in- mediatamente á reparar los desperfectos.

En el Dique de San Roque deben ejecutarse dos clases de obras: Reparacion delos daños causados en los desarenadores, y Obras complementarias indispensables para la mejor conservacion del Dique en el futuro, es decir, reparaciones y aumento de obras.

Las reparaciones son las siguientes:

1% Reposicion de la parte destruida en las bóvedas, pisos y pies derechos de los desarenadores;

22 Compostura de la barra y tornillo de la compuerta ;

3% Recorrido y reparacion del revoque aguas arriba del muro;

4% Limpieza del río aguas abajo en una extension de 250 metros.

Aumento de obras

Entre los aumentos de obras nos limitamos á señalar como 1n- dispensables la prolongacion de los vertedores, en la forma y con- diciones que indicaremos más adelante.

9220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

La reposicion de la parte de bóveda destruida, puede hacerse de dos maneras: restableciendo con ladrillo de buena clase los anillos arrancados, conservando la forma primitiva, ó sustituyen- do los ladrillos por hormigon hidráulico, y restableciendo los pi= lares y pisos en su parte. destruida con materiales de la misma clase y condiciones de los arrancados.

La barra de la compuerta debe enderezarse, en la parte com- prendida entre los dos cogineles primeros, á contar de la nuez ar- ticulada de la compuerta.

La tuerca y tornillo deben sacarse para desalojar el cuerpo extra- ño que debe existir en la mitad inferior de la misma haciendo re- pasar al torno los filetes lastimados en ambas piezas.

Los revoques hay que recorrerlos en la mayor extensivn posible, arrancando las partes solapadas y reponiéndolas con la misma clase de mortero aconsejado por el Sr. Ingeniero Huergo, repitién- dose durante mucho tiempo esta operacion cada vez que disminuya el embalse.

La limpieza del Río 1% aguas abajo debe hacerse como ya lo hemos indicado, en una extension de 250 metros, en seccion de 20 metros lineales á partir de las aristas exteriores de los desarenado- res, hasta 50 metros aguas abajo; reduciéndole esta seccion á 12 metros lineales hasta los 250 metros y conservándose el máximum de pendiente que pueda conseguirse.

Podrá observarse que en este último punto nos encontramos de acuerdo con lo indicado al respecto por el Sr. Stavelius, pero que debe rechazarse por completo las formas y medios de reparacion indicadas por el mismo para los desarenadores.

El aumento de obras indispensables sería la prolongacion de los vertedores adaptándolos al piso natural de las rocas de las laderas y dando á su superficie la forma de sinusoide hasta Jlevar las aguas paralelamente á confundirse con las del Río 4”.

Se limitará lo más posible el empleo de mamposterías concretán- dose ellas á establecer la curva indicada, aprovechándose los cam- bios bruscos de nivel para los puntos máximos de la curva y evitan- do los desbordes de las aguas con un parapeto lateral en forma escalonada hasta la desembocadura de las mismas. :

Podríamos aun agregar una obra de prevision que evite el paso por los desarenadores de troncos que hemos constatado en los mismos. Esta obra se limitaría á amparar las bocas de toma aguas arriba con una gruesa reja de rieles en forma curva, en todo el largo

A

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 921

del paramento, convenientemente asegurada al piso de la zapata y en el muro, dejando espacio libre entre cada barra de 060. El costo de las reparaciones, las estimamos de la manera siguiente: -

Reposicion de la parte destruida en los desarenadores

Desarenador Norte, 35M 430 $......... 1050 » Desarenador Sud, 67 430 8$..:....... 2010 » Desviacion de las aguas para ambos des- AMARE roo easier si sede lea iaa 1000 » Cimbrado y descimbrado, etc.......... 400 » $ 24460 »

Compostura de la barra y tornillo de la Compuerta Sud

Montaje y desmontaje, 200 jornales á $ 2. 400 »

Repase de la tuerca y tornillo.......... 150 »

MINA A 50» $ 600 »

ROcorndo de revoquestiale arta a 00 alo one la ada Da 1000 »

impreza del Rio. 600052 9 1D0 0. 0 iaco 2 00 socios 9000 » NA 15060 »

Obras indispensables

Prolongacion de vertedores, 200 metros lineales

para ambos vertedores, á 80 $ metro lineal..... 16000 » SU O A 31060 »

TO ONO O ada AAA AO 3106 » 34166 »

Si agregamos el importe aproximado de la reja de prevision que hemos indicado delante de las compuertas, resultaría :

Costo de los trabajos anteriores .........o..oo.o... 34166 » 50 rieles de 9 metros, 32 kilos por metro, A cada nO aia oie 650 » -90 metros lineales de riel á $ 1.44...... 129 » Escuadras, remaches, etc., 2000 kilos á e ed eos 800 » Mano de obra y colocacion............. 500 » 10 HAPPENS e aa caló ninde nal alao 113 » 2192 »

Suma totaloste Lilas 36358 »

922 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Importe de las obras de reparacion y de las proyectadas: treinta y ses mal trescientos cincuenta y ocho pesos m/n.

Contestando á la pregunta del señor Juez, decimos:

12 Que el estado actual del Dique permitiría sin peligro alguno embalsar aguas hasta el nivel de los vertedores ;

22 Que las reparaciones para los daños sufridos mportarian $ m/n 15.060, incluyendo la limpieza del Rio; y

3" Que el aumento de obras indispensables y de prevision importa- rian $ 21.298 m/n. :

CUESTION XXXII

St las obras del Dique de San Roque han sido construidas y entre- gadas de conformidad al contrato celebrado entre el Excmo. Gobier- no y los empresarios Fúnes y Bralet, y las mismas han sido entre- gadas inconclusas.

El contrato celebrado entre la Empresa constructora y el Excmo. Gobierno de la Provincia establecía en su artículo 1%, que los em- presarios se comprometían á entregar completamente concluidas las obras de Riego de los Altos, de conformidad los planos y espe- cificaciones del proyecto aprobado.

Los planos y especificaciones á que se hace referencia son los que figuran en la memoria presentada al Excmo. Gobierno por los ingenieros Dumesnil y Casaffousth, autores del proyecto.

Tomando este documento como base de nuestras investigaciones y comparando cada uno de los detalles que en él se indican, hemos llegado á formar nuestro juicio sobre este punto.

Hemos dicho ya en otro lugar que el perfil teórico cuyo estudio de estabilidad hemos calculado sobre el Dique de San Roque, ha sido ejecutado con entera sujecion al proyecto aprobado por el Excmo. Gobierno.

De igual modo hemos constatado que los materiales que han sido empleados en su confeccion, se han ajustado en todas sus partes á lo exigido en las especificaciones y con arreglo á las más exigen- tes reglas del arte.

Las partes accesorias del Dique han sufrido algunas modifica- ciones que han sido autorizadas por el Exmo. Gobierno, segun cons-

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 223

ta de los documentos públicos que indicaremos sucesivamente.

La modificacion más importante ha sido el cambio de los apa- ratos para la distribucion de las aguas. :

Por el proyecto primitivo estos aparatos deberían ser movidos por un motor hidráulico sistema Armstrong, cuyos detalles y modo de trabajar se describe estensamente en las especificaciones corres- pondientes á las obras, páginas 69 y siguiente de la memoria.

En el informe de la Direccion de Obras, de fecha 11 de Abril de 1888, se propuso al Excmo. Gobierno el cambio de las compuertas por el sistema actual, sustituyendo por acero todas las partes prin- cipales de su mecanismo, cuya modificacion aumentaba el costo primitivo en la suma de $ 63,867.05.

Por decreto de 6 de Junio de 1888 se aprobaron estas modifica- ciones, así como otras obras adicionales que se proponían. Así, pues, la modificacion de las compuertas y aparatos de distribucion de las aguas del Dique de San Roque fueron aprobadas por Excmo. Gobierno, dando motivo á un nuevo contrato sobre este punto y sobre otras obras adicionales.

Las bóvedas de los desarenadores se indicaron efectivamente, en la memoria del proyecto aprobado, como debiendo ser ejecutadas de piedra canteada, y han sido construidas con ladrillo, que la acusación reconoce como malos y que nosotros no hemos podido constatar como tales al examinar los que se muestran en la parte destruida.

De esta modificacion nos ocuparemos en el punto XXXVI, que complementa esta cuestion.

No pasaremos adelante, sin embargo, sin hacer algunas observa- ciones al respeclo, que pongan bien en claro nuestras opiniones sobre este punto tan censurado.

El empleo de materiales en obras de esta importancia depende la mayor parte de las veces, de las condiciones del lugar donde es- tas obras se ejecutan y delos medios de que puede disponerse. En la época en que estas obras se ejecutaban, existían dificultades in- superables para exigir ciertos detalles, más de lujo que de utilidad, y en este caso consideramos la exigencia en la clase de revestimien- to de las bóvedas de los desarenadores.

Hemos probado que la vena líquida en el trabajo normal de es- tos desarenadores, no debe tocar en ninguno de los puntos de las bóvedas (Cuestion V ), las que no soportan tampoco carga alguna, porque la adoptacion de la mampostería del muro siguiendo la for-

924 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

ma del intradós constituye á su vez, una segunda bóveda concén- trica á la primera; así, pues, la bóveda del desarenador, no repre senta otra cosa que un revestimiento aislando la mampostería del cuerpo del muro del contacto de las aguas, y resistiendo al frota- miento de las mismas. |

Hemos encontrado una diferenciade 7.20 metros lineales, en el ancho de los vertedores. Segun el plano de ejecucion aprobado los vertedores deberían tener una seccion de 32% >< 3.40 para cada uno de ellos, y tienen actualmente 2840 >< 42.

Recurriendo á la memoria del proyecto primitivo, encontramos que, en el capítulo correspondiente (pág. 77), despues de expli- car el objeto que motiva el establecimiento de Jos vertedores, dice:

«El vertedor Sud tiene un ancho de 25 metros y el del Norte 38130 de modo que segun las especificaciones la diferencia con los ejecutados es aún menor, pues equivale á 6"50 lineales para los vertedores.

Siendo el objeto de los vertedores dar salida á las aguas sobran- tes que alimentan el embalse, la seccion que determina su gasto será la base esencial de ellos, y la diferencia encontrada no ha dis- minuido la seccion de salida, pues se ha aumentado la altura en 0760 lo que da una mayor superficie de seccion.

En el proyecto primitivo se calcularon estos vertedores para des- cargar el máximum del gasto de los rios en sus mayores crecien- tes, una vez lleno el embalse (págs. 78 y 79 de la Memoria), resul- tando una superficie de gasto para los dos vertedores, de 204.68"*, Los actuales vertedores han aumentado aún esta seccion teniendo 227.207,

Los demás puntos de la obra son exactamente conformes á los planos y especificaciones aprobados.

En el presupuesto general de las obras se indicaba un vertedor de aforo de las aguas, el que ha sido suprimido.

Este vertedor de aforo, segun la Memoria (pág. 76), debía colo- carse á 200 metros aguas abajo del dique de San Roque.

La construccion se reducía á un pequeño muro cerrando el le- cho del rio, de dos metros de altura, dejando en el centro una aber- tura de 10 metros de ancho en pared delgada, pordonde, obligadas las aguas á pasar, ofrecerían todos los elementos necesarios para apreciar el gasto. El precio fijado para la construccion de este ver- tedor era, segun el presupuesto oficial, de $ 1676.70.

Sobre la supresion de este vertedor encontramos en el informe

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 339

de recepcion de las obras, lo siguiente (Comp1lacion de leyes y de- cretos, tomo 13, pág. 393);

«Córdoba, Octubre 29 de 1889.—Sin embargo en la construccion del dique de San Roque se comprobó la profundidad de 15 metros de arena y cascajo debajo del nivel del rio para poder llegar al te- rreno granítico; profundidad muy superior á lo que habían podi- do acusar los sondajes hechos al practicarse los estudios, por cuya razon resultaba que la construccion del dique de aforo iba á reque- rir obras supiementarias sumamente costosas y de gran importan- cia.

«Por otra parte, el dique de aforo colocado á proximidad del di- que de embalse, nunca podría dar indicaciones certeras, puesto que, á lasaguas que salen del ercbalse se incorporan todas las que provienen de un sinnúmero de arroyos situados en el trayecto en- tre el embalse y el dique partidor de Mal Paso, aguas, cuyo volú- men no podía indicar el dique de aforo. Además, siendo el dique de Mal Paso un vertedor, este es seguramenteel mejor y más exacto dique de aforo. Por las razones arriba expuestas esta Direccion car- al dique de San Roque el pequeño cubaje indicado en el presu- puesto para el dique de aforo, que se suprimió.» :

Por lo tanto, á la pregunta del señor Juez:

Sobre si las obras del Dique de San Roque han sido construidas y entregadas de conformidad al contrato celebrado entre el Excmo. Gobierno de la Provincia y los empresarios Fúnes y Bralet, y las mismas han sido entregadas inconclusas.

Contestamos:

Que las obras han sudo ejecutadas con entera sujeción al contrato de construccion y entregadas completamente terminadas con arreglo 4 los planos aprobados.

CUESTION XXXIII

Sobre el Dique de San Roque es permeable en todos sentidos y en caso afirmativo su grado de permeabilidad, y si ellos constituyen ó no un peligro próximo ó remoto para la estabilidad del mismo.

En el estudio de las filtraciones que hemos hecho en el punto XVII nos hemos ocupado extensamente de la porosidad de las mezclas y de su permeabilidad, que es su consecuencia.

ANAL. SOC, CIENT. ARG. T. XXXVI. 15

226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Consideremos la composicion del muro; un metro cúbico de mampostería, una vez ejecutada, se compone de volúmenes de 0.65 de piedra granítica y 0.35 de mezcla; la piedra granítica es por misma porosa, pero en muy pequeña cantidad, la que considera- remos nula. La mezcla hidráulica tiene una porosidad que varía de 23 431 %/,; tomemos como medio 27 %/.. :

Tendremos: 0.35 <0.27= 0.09.

Resulta, pues, que la permeabilidad media del Dique era como en todas las obras de esta clase, aproximadamente del 9 %, en los pri- meros meses de su construccion.

Pero, como lo hemos visto, la porosidad de los morteros dismi- nuye rápidamente y acaba por desaparecer sin constituir un pe- ligro.

Por lo tanto á la pregunta del señor Juez,

Contestamos :

El Dique es permeable su grado de permeabilidad ha sido en el principio del 9 "l, de su masa, ha dismnurdo ya y seguira disma- nuyendo. |

Esta permeabilidad es mevitable y no constituye un peligro, na próximo ni remoto.

CUESTION XXXIV

Sy la desigualdad en los comientos del muro del mencionado Dique puede afectar ó no la solidez y estabilidad de la obra por la presion de las aguas en el máximum de embalse.

En el punto II hemos estudiado la estabilidad del Dique con una carga de 37 metros de agua, imposible de realizar.

Hemos visto que el Dique resistía satisfactoriamente á los esfuer- zos que podrían determinar en él una cualquiera de las causas de ruptura que son tres:

El aplastamiento ;

El giro; y

El resbalamiento. .

Para estos cálculos hemos considerado el Dique como sobre- puesto al plano de la zapata sin trabazon alguna con ella y hemos visto que ni se aplastaba, ni giraba, ni resbalaba sobre la misma.

OBRAS DE RIEGO DE LUS ALTOS DE CÓRDOBA DN

En la práctica son todavía mucho mejores las condiciones de estabilidad, pues se tiene el mayor cuidado de trabar de la manera mas intima y completa, la zapata con la parte inferior del muro, de manera que la resistencia real de éste al giro sobre su arista exle- rior, y al resbalamiento sobre su base, son muy superiores á las que hemos calculado y hallado satisfactorios.

Consideremos ahora no el muro sólo, sinó el muro con su ci- miento. ¿Qué debe resultar de la desigualdad de las fundaciones ?

Resulta que el movimiento de resbalamiento del conjunto for- mado por el muro y su cimiento sobre el fondo natural, será toda- vía más imposible que el resbalamiento del muro sobre el plano de la zapata.

La desigualdad del piso de los cimientos es una excelente con- dicion, á tal punto que cuando el fondo no es de roca viva como en San Roque, es una regla de buena construccion inclinar el piso de la escavacion de manera á interesar en la resistencia al resbala- miento, la mayor cantidad posible de terreno natural.

En el Dique de San Roque no ha sido necesario este comple- mento de trabajos, y siendo el piso de los cimientos de roca viva y forma accidentada, se han realizado las mejores condiciones para la estabilidad.

Por lo tanto á la pregunta XXXIV, contestamos :

La desigualdad en los cimientos del muro del Dique de San Roque, estando estos empotrado sen roca viva, es una condicion ammejorable para la solidez y estabilidad de dicho muro.

CUESTION XXXV

A qué clase ó tipo corresponde la mampostería del Dique, y si es la estipulada en el contrato celebrado entre el Excmo. Gobierno y los Empresarios.

La mampostería del Dique,. tanto en los paramentos como en el interior del muro, es hecha de piedra granítica no tallada, que ha sido colocada de la manera siguiente :

1* La piedra que presenta una de sus caras visibles en el para- mento ha sido colocada sobre un lecho de mortero;

928 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

2% Detras de esta piedra se ha formado un baño de mortero en el que han sido colocadas las otras piedras, teniendo cuidado de rellenar con piedras chicas los huecos que quedan entre las grandes, de manera que rebalse el mortero.

Es buena condicion que las piedras sean de desigual espesor á fin de que no haya verdaderamente hileras y de que las juntas no sean horizontales ni verticales.

Hemos tratado ya esta cuestion en el punto XV.

Esta clase de mampostería lleva varios nombres.

En latin es el opus ¿ncertum; en francés, la maconnerte de bloca- ye, maconnerie a joínts incertaims, Ó maconnerse arreguliere d bam flotant de mortwer. En español se llama mampostería ordinaria d baño flotante de mortero; y en sueco, Mur af unuggen Sten. Es por error que el Sr. Stavelius la llama mampostería concertada, lo que corresponde al opus concerium de los romanos y á la maconnerte de Marllons de los franceses, que es la manpostería en que las piedras sin estar labradas, pero si solamente groseramente talladas, están colocadas por hileras del mismo espesor, obteniéndose entónces juntas horizontales seguidas y juntas verticales alternadas.

¿Es esta mamposteria ordinaria d baño flotante de mortero la es- tipulada en el contrato celebrado entre el Gobierno y los Empre- sarios ? |

En el contrato no hemos hallado ninguna indicación sobre la naturaleza dle la mampostería. A otras duce tendremos, pues, que acudir.

En la memoria y proyecto de Dumesnil y Casaffoustl de 18814, hallamos (pág. 39) lo siguiente :

« Naturaleza de las mamposterias que deben emplearse

« Las dimensiones y perfiles que deben darse al dique dependen en primer lugar de la naturaleza de los materiales que deben em- plearse en su construccion. En San Roque no hay que trepidar á este respecto, pues en el lecho mismo del río y en la sierra que atraviesa hay una cantidad inagotable de rocas graniticas que cons- tituyen un material de primer órden y que á la vez permiten hacer una construccion de junturas, irregulares en todas las secciones y sobre sus paramentos; haciendo que las juntas penetren las unas en las otras para que la masa entera del muro sea un verdadero

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 929

monolito. Esta mampostería conjunturas irregulares tiene la ven- taja de poder adaptarse sin dificultad á las curvas de los perfiles que se hayan adoptado evitando al mismo tiempo toda tendencia que pueda tener un muro á resbalar sobre las hiladas y sobre su base, pues le permiten amoldarse á todas las irregularidades que presenten las rocas, sobre las que deba reposar el muro, y trabar- se en los escalones y excavaciones que se hagan en la capa sólida para fundar en ésta la construccion. »

No hemos podido halftar en ningun otro documento rastro algu- no de que se haya cambiado el tipo de mampostería primitivamen- te indicado.

Otras razones tenemos para creer que la mampostería existente es comforme al tipo previsto:

1% Porque la única mampostería por la que se le hubiera podi- do sustituir, es la mampostería concertada ó la de sillería que son de 3 á 8 veces más costosas y que no se pueden exigiren una obra si no han sido clara y esplicitamente indicadas en la contrata;

2% Porque las obras empezadas por el Gobierno en Mal Paso, lo eran con mampostería de este mismo tipo;

3 Porque la mampostería existente es la que responde mejor en su conjunto, á las condiciones de la obra, y la que sin duda alguna, habríamos elegido si el proyecto hubiera sido nuestro.

Por lo tanto, á la pregunta XXXV.

Contestamos :

La mampostería del dique es la llamada «mampostería ordinaria d baño flotante de mortero». El contrato no estipula la clase de mampostería que se hard, pero el proyecto primitivo y todos los an— tecedentes de órden administrativo y técnico nos permiten declarar que esta clase de mampostería es la implicitamente comprendida en el contrato.

CUESTION XXXVI

Si hay en el todo ó parte de la obra construcciones hechas con infe- rior material lo estipulado en el contrato.

Consideremos : 1% La masa del dique y vertedores;

230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

22 La maquinaria delas compuertas ;

3% Las bóvedas de los desarenadores y tubo de descarga ; 42 Las compuertas automáticas de los vertedores; y

5 Mal Paso y los canales.

Masa del dique y vertedores

Hemos visto ya (puntos XV y XXXV) que la mampostería del di- que y vertedores es la prevista en el contrato.

Maquinarias de las compuertas

Hemos visto (punto IX) que estas maquinarias son de excelente calidad y conforme á los planos aprobados por el Gobierno.

Bóvedas de los desarenadores

En la memoria de Dumesnil y Casaffousth estaban previstas es- tas bóvedas de piedra canteada, pero en el presupuesto cuantitativo que sirvió de base á la licitacion no hay ningun artículo que los in- dique, así que ni en nombre figura enél. En cambio el Gobierno pasó á los contratistas un contrato hecho para la provision de 400.000 ladrillos, de los que la mayor parte no podían emplearse, sinó en las bóvedas.

Por lo tanto resulta de estos antecedentes que la primera idea fué abandonada, y que el Gobierno admitió su construccion en ladrillo, de conformidad con lo que él mismo había ejecutado en Mal Paso.

Hemos examinado ya esta cuestion en el punto XVIII.

Compuertas automáticas de los vertedores

Sólo en la memoria de Dumesnil y Casaffousth se hace mencion de estas compuertas ; que son del sistema Chauvard, que es lo más perfecto que se conoce como compuerta automática.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 231

Mal Paso y Canales

Los hemos estudiado detalladamente en los puntos XI, XII, XXIV, XXV, XXVI, XXVII y XXIX.

Por lo tanto, á la pregunta XXXVI,

Contestamos :

No hay en ninguna parte de la obra construccion hecha con mate- mal inferior d lo estipulado en el contrato.

CUESTION XXXVII

Sobre en caso de un desastre por ruptura del Dique, ó6 destruc- cion completa habria peligro para la crudad de Córdoba, y en caso afirmativo cuál sería su grado.

Temor muy quimérico, dice el Ingeniero Saint-Ives en su infor- me de Julio de 1886.

Temores infundados, dicen los Inspectores generales Seurot y Ba- rabino en su informe de Junio de 1891.

Esta es tambien nuestra opinion. Cuando, como en el Dique de San Roque, están tomadas todas las precauciones que indica la ciencia y que aconseja la práctica. Cuando los cálculos hechos sin tener en cuenta numerosos elementos favorables, que hubieran he- cho tadavía más categórico su resultado, son del todo satisfacto- rios; cuando los materiales son, como los empleados en el Dique, de primera clase y la mano de obra, como nos consta, esmerada, pesar de todo lo dicho contra ella), y cuando los cimientos y apoyos laterales están en la roca viva de la montaña, buscados á gran profundidad; la parte que en estas obras incumbe al hombre está terminada, y el espíritu justo y sereno no puede ya temer sinó hechos que dependen de la voluntad suprema y que no es dado preveer.

Un terremoto puede destruir el dique, y tambien puede des- truir la ciudad, otro modo de destruccion no le vemos, pues por su excelente construccion es capaz de resistir durante muchos lus-

232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

tros á los daños que se le causó y sigue causando la incuria admi- nistrativa.

A pesar de nuestra opinion tan categórica como unánime sobre este punto, vamos á contestar á la pregunta XXXVI, á examinar la situacion en quese hallaría la ciudad de Córdoba en el caso de la ruptura del Dique.

No existiendo planos acotados del cauce del Rio [, nos falta la base indispensable para un cálculo científico. Nos referiremos por esta causa á lo que el Inspector general de Puentes y calzadas de Francia, Ingeniero Saint-Ives, hombre de grandes conocimientos técnicos y de grande y reconocida experiencia, dice al estudiar este punto.

El cubo de agua que debía tener entónces el Dique era de 147.000.000 de metros cúbicos y examinando Saint-[ves el trayecto tortuoso del río donde se debe, en cada codo formar un importante resalto, declara que en Mal Paso va no habrá peligro serio y en la ciudad peligro alguno. |

« Las aguas (dice el citado Ingeniero) vendrán á colocarse en gradas sobre este trayecto, y con más razon se multiplicarían estas gradas secundarias, desde el Dique de Mal Paso hasta Córdoba por ser la distancia más larga. »

Calculando entónces el ancho medio del Rio y su trayecto, declara que en la ciudad alcanzaría el agua á 106 sobre el nivel de la cre- ciente, pero este nivel debido á la creciente solamente, es inferior al que hubiere resultado sin la presencia del Dique y el nivel re- sultante de la creciente y del agua almacenada no sobrepasaría este punto sinó en algunos centímetros.

Repitiendo el mismo cálculo del Ingeniero Saint-lves para los 260.000.000 de metros, que corresponden áun embalsede 35 metros, hallamos que el nivel del agua se elevará del lecho del Rio I, en la parte que atraviese la ciudad, 180 encima de su nivel en las condiciones indicadas más arriba (y por consiguiente en una can- tidad que se puede estimar en un metro arriba del nivel de la ma- yor creciente.

Pero este resultado tranquilizador nos parece aun más graveque el que darían los hechos. En efecto, hemos visto que el acueducto de la cañada llevado por un esfuerzo transversal de las aguas, no se ha desmoronado sinó que ha sido transportado en bloques. Con más razon pasaría lo mismo en el Dique de San Roque, en el caso imposible que suponemos, y esos grandes bloques formarían en Jos

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA E)

codos del Rio represas considerables que disminuirían de otro tanto la cantidad de agua que llegaría hasta la ciudad y por consiguiente disminuiría el nivel de las aguas tal como lo hemos calculado en el lecho del Rio L.

Por tanto á la pregunta XXXVII contestamos :

En cuanto es humanamente posvble preveer, consideramos imposi- ble la ruptura del Dique; pero en el caso imprevisto de efecluarse ésta, no corre la ciudad de Córdoba peligro sensiblemente mayor que en las grandes crecientes ya observadas.

CUESTIÓN XXXVII

Sobre sila localidad del Dique 4 35 metros de embalse tomándose en cuenta la presion de los rios con sus dos afluentes, en las grandes crecientes, responde á la calidad de la obra de conformidad «la ciencia.

En el acta de la vista de ojo ordenada por V. S. á requisicion de las partes, dias antes de terminar los peritos sus estudios sobre el Dique mismo de San Roque, se consignaron preguntas suplemen— tarias que debían ser agregadas á las anteriormente hechas. Por la parte de la acusación, el Sr. Director de las obras de Riego, repre- sentante del Sr. Agente Fiscal, señaló la proposición transerita más arriba, y aun cuando ella encierra criterios bien extraños, bajo el el punto de vista técnico, el mandato de V. S. nos obliga á contes- tarla.

El Dique, señor Juez, hasido estudiado en cuanto á su estabilidad para resistir todas las presiones que sobre él actúan segun se con- signa en la contestacion á la pregunta II, colocándonos en el - caso imposible de que las aguas pudieran pasar por encima del piso superior de los puentes de los vertedores, es decir, que el Dique pudiera trabajar con 37 metros de embalse. Los resultados han respondido favorablemente á su estabilidad, siendo la mayor presion en tan absurdas condiciones la de 6 ks. 47 por cada metro cuadrado, que representa un trabajo inferior al de la mayor parte de los diques construidos hasta hoy, asípues,sobre este puntocontes- tamos, refiriéndonosálos cálculos analíticos practicados y que cor-

234 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

ren á f... de este informe, y á los estudios gráficos que se acompa- ñan en los respectivos planos. Pero el señor Director pregunta más, pregunta que, si una vez lleno el embalse se han tenido en cuenta la presion que harían los ríos, que alimentan el depósito en sus mayores crecientes, sobre el muro.

La contestacion es afirmativa para cualquier número de ríos que alimenten el depósilo del Dique de San Roque. Para estos casos están previstos los dos vertedores laterales del muro, los cuales son los encargados de dar salida á esas presiones representadas por las aguas que no caben dentro del recipiente.

Una vez llenoel depósito las nuevas aguas no encontrarán muros que las detenga y por consiguiente sus esfuerzos se desharán en el vacío cayendo por el peso brulo de súa masa á su cauce natural: el Río I.

Cuando un vaso se llena da agua y se continúa echando agua en él, el líquido excedente saldrá por sus bordes, resultando temera- rio pretender que al continuar la operacion se rompería la vasija.

Suponiendo el Dique con 35 metros de embalse cada vertedor su- ministraría un gasto equivalente á 135 metros 400 decímetros cú-* bicos por segundo, lo que daría paralos dos un gasto de270 metros 800 centímetros cúbicos por segundo,equivalentes á una suma total de 16.248 metros cúbicos por minuto.

Hemos calculado este gasto aplicando las dos fórmulas siguientes que han satisfecho cumplidamente este resultado.

Q =L(H h) y 2h (1)

0 = 0.385 LH / 29H | (2)

Estas sonlasexpresiones generalmente aplicables á los vertedores que reunen las condiciones de los del Dique de San Roque.

Volviendo ahora á la pregunta del Sr. Director de las Obras de Riego encontramos los datos que nos faltaban para satisfacer la cuestion propuesta, tomando del expediente á f... la parte perti- nente de su carta publicada enlos diarios de la capital y presentada al Juzgado por el Sr. Fiscal 4 objeto de ser incorporada á los autos, que dice así:

« Creo que no sólo la presion del embalse en reposo es la que debe tomarse en cuenta, sinó tambien la presion que producen los vientos sobre ese gran lago, que yo no sé:calcular, no debiendo

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 235

omitirse en ningun caso la que ejercen sobre él los dos ríos que lo forman de ordinario muy especialmente en sus grandes crecientes; esta presion he tenido ocasion de medirla hace más de cuatro años, encontrando la cantidad de 3000 metros cúbicos por minuto para el Río de San Roque y 5000 para el de Cosquin con una pendiente media de 1 %/,, formando un total de 8000 metros cúbicos en sus simultáneas crecientes, lo que sucede muchas veces.

Tomando en el presente caso los gastos de los ríos de San Roque y de Cosquin que establece el señor Director de las Obras de Riego, resulta que los vertedores podían dar salida sin inconveniente á la cantidad de agua señalada, puesto que como hemos visto antes, dan un gasto de 16248 metros cúbicos por minuto, es decir, el do- ble delo calculado por el señor Director de las Obras de Riego.

Cuando el embalse alcanza á 33 metros en el Dique, la superficie del lago está representada por 1732 hectáreas y cuando alcanza so- loá 30 metros, por 1225 hectáreas.

El señor Director de las Obras de Riego parece ignorar que el muro de un pantano sólo trabaja por la elevacion del agua en su paramento; pero demostraremos por el absurdo que sus temores son infundados.

Supongamos que los vertedores no trabajan, y las crecientes de esos ríos duran 24 horas sin disminuir durante ellas el gasto de los 8000 metros cúbicos por minuto calculados. El agua se extende- igualmente por toda la superficie del lago que, como ya hemos dicho es de 1732 hectáreas cuando el Dique tiene 35 metros de agua.

Durante este tiempo la sobre-elevacion alcanzaría sólo 466 cen- timetros, con lo cual el Dique se colocaría en las condiciones de trabajar á 3566.

Como hemos dicho ya, el Dique puede trabajar sin inconveniente alguno, que altere sus condiciones de estabilidad, hasta 37 metros, lo que demuestra que la referida sobre-elevacion que hemos su- puesto no se haría sensible al muro; pero como hemos demostrado, anteriormente que los vertedores darían un gasto doble en la mis- ma cantidad de tiempo que los ríos de Cosquin y San Roque, nun- ca podrá efectuarse la sobre-elevacion que hemos supuesto.

En consecuencia los peritos á la cuestion propuesta por el Di- rector de las Obras de Riego.

Si la localidad del Dique á tremta y cinco metros de embalse, 10- mándose en cuenta la presion de los rios en sus dos afluentes en las

236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

grandes crecientes, responde á la calidad de la obra de conformidad 4 la ciencia.

Contestamos :

Que el Dique resistirá ú las mayores crecientes de los rios de Cos- quin y de San Roque una vez lleno su embalse. Teniendo suficiente capacidad los vertedores para dar salida ú las aguas de esos rios en sus mayores crecientes.

CUESTION XXXIX

Sobre el mérito que arrojan veinte y cinco fotografías de las obras de riego del Rio E respecto á la construccion de dichas obras en sus diferentes estados de trabajo.

Estas fotografías son la prueba material más completa é irrefu- table de que en el dique San Roque:

4% Los cimientos han alcanzado la profundidad de 14 metros;

22 La mampostería no ha sido tirada de gran altura sinó hecha como corresponde á su tipo: y

3 La organizacion de los trabajos era verdaderamente buena.

Prueban, además, por la precaucion que se ha tomado al sacar- las, que la Empresa constructora no economizaba gasto alguno, para justificar sus procederes, ilustrando cada una delas etapas de tan importante obra.

Por lo tanto, á la pregunta XXXIX.

Contestamos:

Las fotografías presentadas son los testimonios materiales de todo loque en ellas se encuentra reproducido.

CONCLUSIÓN

Hemos llegado al término de nuestro largo y laborioso trabajo, despues de haber puesto á su servicio todos nuestros conocimien- tos profesionales, robustecidos por las sabias enseñanzas de los más reputados ingenieros, cuyos autorizados criterios nOs transcrito en muchas partes de este informe.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CORDOBA 231

La falta de método que se hace sentir en él, es el resultado del órden en que nos ha sido presentado el cuestionario, lo que ha servido sin embargo para que en el curso de nuestro estudio algu- - nos delos puntos fundamentales hayan vuelto varias veces á ser motivo de nuestras investigaciones, dando mayor fuerza á nuestro dictámen.

Debemos consignar que los juicios y conclusiones á que hemos llegado son de todos y de cada uno de nosotros, no habiendo en los puntos fundamentales economizado tiempo ni trabajo hasta lle- gar á la evidencia, origen de nuestra unanimidad.

De la recopilacion de todos los informes que sobre el dique de San Roque se han expedido por ingenieros de reconocida compe- tencia, resulta que todos han coincidido en reconocer las excelen- tes condiciones de estas obras, juicios cuya exactitud hemos com- probado durante los dos meses dedicados exclusivamente á su exámen.

(Continuard).

MISCELANEA

Fecundación de las Casuarináceas.—Pocos artículos de la re- ciente literatura botánica pueden compararse en interés é importancia con el que ha publicado el Dr. Melchor Treuwb en el décimo volúmen de los Annales du Jar- din Botanique de Buitenzory, titulado «Sobre las Casuarinaceae y su posicion en el Sistema Natural». Se anuncia en él una manera de fecundacion del óvulo esencialmente diferente de la que tiene lugar en las otras plantas con flores.

Las especies del género Casuarina, que es el único de la familia, son proxi- mamente veinte y tres; son árboles, nativos casi todos de Australia, Nueva Cale- donia y caracterizados por sus ramas provistas de pequenas hojas verticiladas que les dan un porte de Equisitíneas. Por su inflorescencia formada por numerosas flores imperfectas y diclínicas eran colocadas en la sub-clase Julifloras de la clase de las Dicotiledoneas y formaban el órden de las Amentíneas conjuntamente con las Fagáceas (hayas, castaños, robles), Juglandaceas (nogal), Salicáceas (sauces, álamos) y otras familias (1). Entre nosotros se cultiva generalmente como planta ornamental la Casuarina stricta que se desarrolla vigorosamente. La flor feme- nina está compuesta de dos carpelos, sin cáliz ni corola y tiene en su base una ca- vidad ovárica, en la que se forman (en la C. suberosa) los dos ovúlos con pla— centación parietal. Correspondiendo al estilo de otras plantas, existe una masa de tejido axial, que Trewb llama cilindro estilar, rodeada de una region periférica que contiene traqueidos. Termina en dos estigmas alargados. Los dos óvulos son desiguales en tamaño y se sueldan en su crecimiento por sus porciones pla- centarias; la union entre ellos y la base de la columna estilar se llama el puente, Tambien están ligados con la base de la cavidad ovárica por sus funículos.

Los procesos que tienen lugar en el óvulo al tiempo de la formacion del saco embrionario son muy diferentes de los que hasta ahora se han observado en las Angiospermas.

Varias células hipodérmicas grandes (arquesporas), situadas en el vértice del nucelo se dividen tangencialmente; y dos de las células así producidas hácia el lado interior (células madres primordiales), continúan dividiéndose hasta dar lugar

(1) Véase: Elementos de Bytánica por el Dr. Carlos Berg, pág. 39, Buenos Aires, 1890. :

MISCELANEA : 239

á un espeso cilindro de grandes células que ocupa el centro del mucelo “tejido esporogéneo), rodeado de células achatadas correspondientes á las. Tapetensellen de Goebel. Las células del tejido esporogéneo son equivalentes á las células ma- dres del saco embrionario en otras Angiospermas. Estas células se dividen trans-: versalmente en grandes megasporos (inacrosporos); las pequeñas células inacti- vas son absorbidas. En laC. glauca y Rumphtana se forman traqueidos aná- logos á los cláteros de las Hepáticas; su funcion es incierta. Los megasporos ó sacos embrionarios, de los cuales hay generalmente de 16 á 20, se alargan en direccion de la colaza y á veces algunos de ellos penetran y forman «colas» en- tre los elementos del hacecillo fibro-vascular del funículo. Las células herma- nas de los sacos embrionarios, en vez de ser absorbidas en un período temprano. como en otras Angiospermas, desaparecen sólo mucho después. Los megas- poros que se desarrollan completamente se dividen al fin en dos o tres células, que están en muchos casos desnudas y resultan de la division de una sola célula. En la gran mayoría de los casos, sólo un megasporo en cada nucelo tiene estas células terminales 0 sexuales, drovistas de paredes eelulares; este es el futuro saco embrionario. La oosfera se forma siempre de la célula sexual que tiene la pared más espesa. No se forman antípodas.

Únicamente se fecunda un solo óvulo y el grano polénico que lo fertiliza avanza hácia el saco embrionario por un camino enteramente diferente de aquel que si- gue en las otras Fanerógamas. Se sabe que en las Angiospermas el grano polé— nico cae sobre el estigma, donde germina produciendo el hilo polénico; éste atra— vieza el tejido conductor del estilo hasta llegar al ovario. Luego penetra en el óvulo por la micrópila y llega á contacto con la célula ovular.

- En las Casuarináceas el tubo polénico no entra á la cavidad ovárica; desciende por el cilindro estilar, cruza el puente y el tejido que une el óvulo con la pared del ovario y llega al hacecillo fibro-vascular que conduce á la calaza, donde pro— duce dos cortas ramas, en seguida atraviesa la calaza y entra en el óvulo por medio de la «cola» deyun megasporo estéril y continúa su camino hacia el saco embrionario.

Hácia el medio del nucelo se contrae, se tabica y se rompe, quedando separada la porción terminal y fecundante del resto del tubo polénico. Esta porcion, que tiene una pared espesada y contiene protoplasma distinto, nunca entra por la .micrópila ó el saco embrionario, pero se adhiere firmemente á la pared de este último, en un punto de posición variable pero siempre á cierta distancia del apa- rato sexual. El Dr. Treuwb no ha podido hasta ahora distinguir en esta porcion un núcleo definido, ó seguir el proceso actual de fecundación. Durante el desa— rrollo del saco embrionario, se forman numerosos núcleos de endosperma y sub= siguientemente aparece el embrion. La manera de desarrollar el embrion no di- fiere de la que se observa en otras Dicotiledóneas.

El proceso tan peculiar que acompaña el acto de la fecundacion y la presen— cia de un gran número de megasporos, cada uno de los cuales contiene un apa- rato sexual, induce al Dr. Treuwb á considerar á las Casuarináceas como un grupo distinto dentro de las Angiospermas, de igual rango que las Monocotiledóneas y Dicotiledóneas juntas y propone la siguiente clasificación de los Fanerógamas:

+

940 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

I. (GIMNOSPERMAS If. —ANGIOSPERMAS A. CHALAZOGAMAS (Casuarináceas) B. POoRoGAMaAs 1. Monocotiledonea 2. Dicotiledoneas

Las Chalazogamas no son intermedias entre las Gimnospermas y Angiospermas, sinó que ocupan una posicion aislada é inferior entre estas últimas, en cierta manera análoga á la del Lycopodíuwm entre las Criptógamas Vasculares.

La importancia de estos estudios que alteran profundamente la clasificacion de las Angiospermas ros ha inducido á dar una ligera idea de ellos en el curso de Botánica del 5* año de estudios del Celegio Nacional de la Capital, dictado el corriente año 1893, indicando también la clasificacion propuesta porel Dr. Trewb.

(Extracto de un artículo firmado A. W. B. en The Nature, N* 1171, vol, 45).

Angel Gallardo.

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HONORARIOS |

Dr. Benjamin A. Gould.—Dr.R A A Pitipt.—De Guillermo Rawson]. yA Dr. o Dee

Río Janeiro. - Palermo (It.). E PESE Lóndres. ' Stróbel, Pellegido: En Parma (Ital.). as Moncalieri (Italia). Lisboa.

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Cagnoni, loa N. Coroalal! J. mM. Cachonda M. | Coronel, "Manuel. Campo, Cristobal del Coronel, Policarpo. | Campo, Leopoldo de | Corti, José S E La Julio. | Courtois, U, e Cremona, Andrés Y. "Cremona, Victor. Crohare, "Pablo 3. | Crotto, Silvano. is _ Cuadros, Carlos 3. pie

a Damianovich, E 1. Darquier, Sar | Dassen, (

n, Alejandro. o R. mi iguez, Enrique : Juan A. A oie Herman. - Duclout, Jorge. | Durrieu, Mauricio. | Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D., Dufaur, Estevan F,

hibagie, Cárlos. Eguzquiza, Rafael Elguera, Eduardo. Escobar, Justo V.

Espinosa, Adrian.

Etchecopar, Evariste. | - Lange, Enrique 5..

Etcheverry, Angel. Ezcurra, Pedro Ezquer, “Octavio A.

Fernandez, Daniel. Fernandez, Honorato.

Fernandez, Ladislao M.|

Fernandez. Pastor. Ferrari Rómulo. Ferrari, Santiago. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Friedel Alfredo. -Forgues, Eduardo. Fox, Eduardo Frogone, José L. Frugone, José Y. rent Juan de la. ES

ero Alberto de. 'Galtero, Alfredo. Gallardo, Angel. Gallardo, José L... Garcia, Aparicio B. Gastaldi, Juan F. Gentilini, Pascual.

Ghigliazza, Sebastian.

Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Girado, José 1.

- Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gonzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. * Gonzalez del Solar, M- Gonzalez Velez, Alej. Gorbea, Julio Gramondo, Ernesto. -Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guglielmi, Cayetano.

. Gutierrez, José Maria.

- Hainard, Jorge. Hary, Pablo

Herrera Vegas, Rafael.

. Hidalgo, Martin * Huergo, Luis A. Huergo, Luis A. (hijo). É BES. Miguel.

- lgoa, Juan M. Irigoyen, Guillermo. -Isnardi, Vicente. lturbe, Miguel. -

Iturbe, Atanasio. E E

Jaeschke, Victor 3.

Jameson de laPrecilla.

Jauregui, Nicolás.

MAS AS Labarthe, Julio.

Lafferriere, Arturo. Lagos, Bismark.

Eangdon, Juan £.- Lanús, Juan. C.. Lara, Alfredo. Larguía, Carlos. Lavalle, Francisco. Lavalle, José F. Lazo, Anselmo. Leconte,. Ricardo. Lederer, Julio. > Leonardis, Leonardo Leon, Raf: sel. Limendoux, Emilio. - Lizarralde, "Ramon. Lopez Saubidet,, ES -Loudet, Osvnaldo. - Llosa. Alejaldro. Lucero, Apoinario. - Lugones, Arturo.

Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Lynch Anibal ES

Machado, Angel. Madrid, Enrique de - Madrid, Samuel de. -Mallol, Benito J. Mamberto, Benito. Marini, A. - Martínez, Aa Ta Massini, Cárlos. Massini, Estevan. “Malienzo; Emilio. Mattos, Manuel E. de. Maupas, Ernesto. Mendez, Teófilo F. Meza, Dionisio OS Mezquita, Salvador.

Mignagúy, Luis P.. Mohr, A lejandro.

j Mores: Moyano, ñ Murzi, oaardo. A

—Nocelli, Domingo. - Nocetti, Sregono. | Nougues, Luis 130

sl Ocampo, Manuel S,

Ochoa, Arturo. +. E

Ochoa, Juan M.-

0'Donell, Alberte a a

"Lugones Velasco, Sdor, ON Rufino.

Orzabal, Artur

- Otamendi, Edu Se Otamendi, Rómulc Otamendi, Albe to. Otamendi, Juan B.

Padilla, da Hóde ds

Palacios, Alberto

- Palacio,Emilio. Páquet, Cárlos. Pasalacgua, Juan Y. -Pawlowsky, Aaron Pellegrini, Enrique - Pelizza, José. Peluffo, Domingo Peyret, Alejo Pereyra, Horac a Manuel.

Podadean Juan BS Li José A

S Sagasluie, Demetrio

—Sagastume, José. M- Saguier, Pedro. Salas, Estanislao. Salas, Julio :

UL NECROLOGÍA.. José

IV. MISCELANEA.

1]

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDODA

INFORME PERICIAL EXPEDIDO POR LOS INGENIEROS CIVILES RAFAEL ARANDA, CÁRLOS DOYNEL Y EMILIO GIRARDET, EN EL JUICIO CRIMINAL PROMOVIDO POR EL EXCELENTÍSIMO GOBIERNO DE LA PROVINCIA AL DIRECTOR Y Á LOS EMPRESARIOS DE LAS OBRAS, DE ÓRDEN DEL SEÑOR JUEZ DE SENTENCIA EN LO CRIMINAL, DOCTOR DON ANTENOR DE LA VEGA.

(Conclusion)

En el proyecto primitivo que no puede considerarse sinó como ante-proyecto, han existido algunos errores que la experiencia, du- rante la ejecucion de las obras, corrigió con ventaja.

Los defectos que hemos señalado en las obras realizadas, son de escasa importancia y pueden subsanarse con un gasto pequeño re- lativamente á la importancia de las mismas.

Se han exagerado los juicios pesimistas, siendo de notar que la acusación no ha contribuido en el desempeño de nuestro cometido con ningun dato ni hecho tangible de los que dan motivo á sus con- clusiones.

Dimos aviso á este Juzgado, cada vezque hemos ido á visitar las obras, con cargo decomunicarlo á las partes, sin que la acusacion haya asistido á ninguna de las operaciones que hemos practi- cado.

Del resultado de ellas damos cuenta en detalle al contestar cada una de las cuestiones que constituyen este informe; y su resulta- do final es que se ha hecho lo que humanamente ha sido posible para que esias obras respondieran á su destino.

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI. 16

949 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

Se han seguido en la confeccion de los proyectos los preceptos más adelantados de la ciencia moderna, ciñéndose en la ejecucion de los trabajos á lo exigido en las especificaciones, contratos y de— más condiciones establecidas en los mismos.

Las obras de riego de los Altos de Córdoba, son las más impor- tantes en su género que se han llevado á término en la República; son, en sus consecuencias, las obras más benéficas y apropiadas para el desarrollo dela riqueza pública en el interior ; á cuyo im- flujo se deberá el desenvolvimiento de la produccion en zonas esté- riles, inapropiadas hasta ahora para todo cultivo.

Cada hectárea de terreno colocada en condiciones de producir por medio de obras de esta clase, equivale á leguas conquistadas en el desierto.

No terminaremos sin hacer algunas observaciones que conside- ramos útiles.

La ley reglamentaria de riegos, señala el personal técnico que debe componer esa oficina, y esde notar que contramamente d lo que la ley dice, en la actual administracion de las obras, no hay un solo ingeniero, ni maestro, ni oficiales de albañilería.

La honradez y buenos deseos que reconocemos en todos y en cada uno de los empleados de esa reparticion no son elementos de ilustracion bastantes para conservar y mantener en condiciones de buen uso y utilidad, obras de esta naturaleza ; ni mucho menos de desenvolver el mecanismo económico de su administracion; pues esta clase de obras deben ser fuente de recursos para el Estado y elementos de progreso para los pueblos.

Ellas actualmente no satisfacen estos extremos; pues resultan una verdadera carga, no alcanzando la renta, ni para los gastos de su propia conservacion.

La idiosincracia de los regantes se desarrolla por la falta de ver- dadera direccion de las mismas, por la condescendencia de los go- biernos, por la inobservancia de la ley reglamentaria, y por el con- cepto equivocado que se tiene de que las obras ejecutadas por los gobiernos no deben responder á fin alguno especulativo para los mismos, que es lo único que da duradera existencia á toda obra hu- mana.

No pretendemos con estas observaciones deprimir ni atacar á nadie; son observaciones nacidas de una profunda convicción de nuestro espíritu, desprovisto en la cuestion que se debate, de toda preocupacion que extravíe nuestro criterio.

MS

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 243

Gobernantes y gobernados están obligados á salvar estas obras,

que son la única y verdadera riqueza de esta ciudad ; los unos ha- ciendo cumplir las leyes que las guarden de la anarquía á que dan orígen los intereses encontrados, y los otros defendiendo los dere- chos que de estas leyes emanen, sin perturbar ni menoscabar el de los demás. - Cada canal que entraen una propiedad, debe considerarse como un amigo á quien ampara el derecho de huésped, y es deber de hospitalidad garantizarle su libertad, salvando todos sus inconve- nientes que estorben su camino.

Comprenderestas obras de Otra manera, es sacrificar su eficacia, con lo cual el capital deserta, el trabajo languidece, esterilizándose los grandes sacrificios que cuesta sin provecho para nadie, en men- gua de toda la comunidad.

Cuatro años de experiencia los justifican ¿qué se ha hecho du- rante ellos? Bien poco, algunas hectáreas de alfalfa y muy pocos arbolados; ninguna obra de aliento se ha intentado, ante la insegu- ridad del usufructo del agua que ha corrido indiferente por terre— nosincultos sin dar vida á otra cosa que al despilfarro, á la arbi- trariedad y al abuso.

Nose haga partícipe de los ódios á las cosas útiles ; aprovéchese sus beneficios, y lo demás la historia lo juzgará con la frialdad con que ella estudia la sucesion correlativa de los hechos pasados.

Córdoba, Julio 10 de 1893.

Rafael Aranda.— Carlos Doy- nel. Emilio Girardet.

DA ¡ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

ANEXOS

ANEXO 1

Córdoba, 14 de Junio de 18983.

Señor Director del Departamento Nacional de Ingenteros.

Buenos Aires.

Los Ingenieros que suscriben, nombrados peritos en el juicio cri- minal promovido por el Excmo. Gobierno de la Provincia contra el Director y Empresario de las Obras de Riego de los Altos de Córdo- ba, se dirigen á Vd. solicitando se sirva comunicarnos si el informe que corre en autos, formulado por el Sub-director de esa oficina don Federico Stavelius, ha sido aprobado y expedido por ese Departa- mento como documento perteneciente al Consejo de Obras Públicas del mismo, ó pertenece exclusivamente á su autor.

Al mismo tiempo le estimaríamos se sirva remitirnos una copia certificada de la nota de remision hecha por ese Departamento al Excmo. Gobierno de esta Provincia, del referido informe cuyo ori- ginal ha sido imposible encontrar en este Ministerio.

Sin otro motivo nos repetimos de Vd. atentos y seguros servi dores.

Emilio Grrardet.— Cárlos Doynel. —R. 4randa.

P. D.— La oficina pericial está constituida en la calle Maipú 147, escritorio particular del señor ingeniero D. Emilio Girardet.

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 945

Buenos Aires, Junio 16 de 1893. A Secretaría, para que acompañe copia legalizada de la nota á que se hace referencia.

Juan Prrovano,

Junio 10 de 1893.

Al señor Director:

Acompaño copia legalizada de la nota con que se remitió al Go- bierno de la Provincia de Córdoba el informe del Sr. Stavelius re- lativo al Dique de San Roque.

C. Mercado.

Departamento de Obras Públicas.

Junio 17 de 1892,

Devuélvase á los señores peritos este expediente con la copia le-

-galizada de la nota solicitada por los mismos, haciéndoles presente

que el Sr. Stavelius en su informe sobre el Dique de San Roque ha procedido independientemente de este Departamento, habiendo sido puesto á disposicion del señor Gobernador de Córdoba y actuado en tal carácter. Por esta razon, ni esta Direccion ni el Consejo de Obras Públicas han podido estudiar las conclusiones del Sr. Sta- velius respecto de aquella obra.

JUAN PIROVANO. C. Mercado,

Secretario.

9246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Buenos Aires, Agosto 6 de 1892.

Al Excmo. señor Gobernador de la Provincia de Córdoba, Dr. D. Manuel D. Pizarro. !

Tengo el honor de dirigirme al señor Gobernador remitiéndole original el extenso y laborioso informe del señor Ingeniero D. Fe- derico Stavelius, Vice-director del Departamento, relativo al estado del Dique de San Roque, cuya inspeccion practicó en cumplimiento de una órden expresa del excelentísimo señor Presidente de la Re- pública. Este informe no ha sido sometido préviamente á la consi- deracion del Consejo de Obras Públicas eu mérito á la premura del caso. Aprovecho esta oportunidad para saludar al señor Goberna- dor con mi consideración más distinguida.

JUAN PIROVANO. C. Mercado,

Secretario.

Es copia.

C. Mercado,

Secretario.

ANEXO 2

Córdoba, Julio 15 de 1893.

Señor Director del Observatorio Meterológico Nacional, Dr. D. W. G. Davis : ;

Muy señor nuestro:

Los ingenieros que suscriben, peritos nombrados en el juicio cri- minal promovido por el Excmo. Gobierno contra el Director y Em- presario de las Obras de Riego de los Altos, necesitando para el

da A

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 9417

cumplimiento de su cometido una informacion exacta de las aguas llovidas el 31 de Diciembre de 1890 en toda la cuenca de la caña- da y en susalrededores, pedimos á Vd. se sirva contestarnos á los siguientes puntos:

12 Cantidad y duracion de la lluvia en ese día en la ciudad ;

22 Cantidad y duracion de la lluvia en la falda de sierra que va- cía sus aguas en la cañada;

3 La cantidad de agua que produjo la inundacion en la ciudad la noche del 31 de Diciembre;

4o Si ese Observatorio tiene antecedentes de que la cañada haya recogido en alguna otra época anterior, la cantidad de agua que pasó por ella durante la noche ya citada del 31 de Diciembre de 1890.

Saludan á Vd. atentamente.

R. Aranda. Emilio Grirardet. Cárlos Doynel.

Oficina Meteorológica Argentina.

Córdoba, Junio 16 de 1893.

A los Sres. Ingemeros Dr. D. R. Aranda, D. Emilio Gtrardet, D. Carlos Doynel. Presente.

Tengo el agrado de acusar recibo de la nota de Vds. de fecha de ayer, solicitando datos de las aguas llovidas el día 19 de Di- ciembre de 1890, en la cuenca de la cañada y en sus alrededores, designando los cuatro puntos siguientes á contestar:

1% Cantidad y duracion de la lluvia en ese día en la ciudad;

22 Cantidad y duracion de las lluvias en la falda de sierra que vacían sus aguas en la cañada;

3” La cantidad de agua que produjo la inundacion en la ciudad en la noche del 19 de Diciembre;

4o Siese Observatorio tiene antecedente de que la cañada haya recogido en alguna otra época anterior la cantidad de agua que pasó por ella durante la noche ya citada.

248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

En contestacion á lo que precede tengo el honor de manifestar- les lo siguiente :

12 La lluvia del 19 de Diciembre empezó á2 horas 50 minutos de la tarde, desde esa hora hasta las 6 cayeron tres aguaceros de po- ca duracion y de cantidades comparativamente insignificantes. Á las 6 horas 3 minutos principió la lluvia fuerte la que continuó sin cesar hasta las 12 de la noche; en los primeros 25 minutos la caída fué torrencial. En las 12 horas siguientes cayó á intervalos una lluvia suave. La observacion hecha á las 7 de la mañana del día 20 dió la cantidad de 92.7 milímetros cayendo 9,6 milímetros más entre esa hora y la del medio día, ó sean 102,3 milímetros para la lluvia total de los días 19 y 20 de Diciembre.

22 Desgraciadamente la oficina no tenía pluviómetros colocados en la región de las pendientes de las sierras que vierten sus águas en la Cañada. Así no puedo facilitarles datos exactos sobre la can- tidad de lluvia que cayó en ese día en toda la cuenca de la Ca- ñada.

Pero pocos días después, en la creencia de que el volúmen de agua traído por la Cañada en la noche del 19 fué mayor que el que habían producido las lluvias que cayeron en la ciudad, hice un viaje de inspeccion hasta la Lagunilla, siguiendo las faldas de las colinas desde un punto cerca á la estacion de Malagueño.

En este trayecto pude encontrar bastante evidencia (por las se- ñales que el agua había dejado en su altura en los pequeños em- balses ó depresiones del suelo que no recibieron otras aguas que la que cae del cielo) que demostró que la cantidad de agua llovida allí ha sido muy superior á la que cayó en la ciudad.

Así tengo la seguridad de que en las faldas de las sierras, desde Malagueño hasta la Lagunilla, lo caído de lluvia no fué menos que 20 centímetros.

La mayor partede la cual cayó entre las 5 y las 9 de la noche del 19 de Diciembre.

3 A la pregunta no puedo contestar, pues me faltan datos ade- cuados para formar mi juicio sobre la extension de la cuenca de la Cañada. Pero en cuanto á la lluvia que cayó en ella, en término medio, se puede asignar la cantidad de 13 á 17 centímetros.

4” Antecedentes sobre la cantidad deagua que ha pasado por la Cañada en fechas anteriores, no tenemos. Lo único con respecto á esta pregunta que puedo decir es, que el aguacero de la noche del 19 en las faldas de las sierras ha sido el más fuerte de que tengo

E

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 9249

conocimiento, en esta seccion, y segun el testimonio de los vecinos en Lagunilla, nunca habían visto antes tanta agua embalsada en la laguna en quela Cañada tiene su orígen, como la que resultó de aquella lluvia.

En la Description de la Confederation Argentine por M. de Moussy, publicada en 1864, se halla lo siguiente, con referencia á las antiguas inundaciones de la ciudad por la Cañada, en su descrip- ción de Córdoba : « Cette conformation du sol place Córdoba dans une sorte de bas-fond sablonneux et la rend sujette aux inonda- tions causées non-seulement par la riviére, mais encore par un petit torrent, a sec la plupart du temps, mais qui grossit considé- rablement avec les orages, et qu'il a fallu contenir par une forte digue en pierre appelée murallon, dont la premiére construction remonte a 1671, sous le gouvernement de Peredo. En effet, le 31 janvier de cette année, une énorme crue pareille á celle du 1** mai de 1623, un demi-siécle auparavant, avait menacé l'exis- tence de la ville et produit de grands dégáts. Depuis, gráce á cette construction, de pareils désastres ne sont plus á craindre ».

Habiendo cumplido con el encargo de Vds. lo mejor que puedo con los datos á mi alcance, me es grato saludar á Vds. con mi mayor consideración.

W. G. Davss.

ANEXO 3

Buenos Aires, Julio 10 de 1893.

Señores Ingenieros Rafael Aranda, Cárlos Doynel y Emilio Grrardet.

He tenido el honor de recibir de Vds. seis muestras de morteros para ser analizados de la manera que sea conveniente para contri- buir á formar un criterio acerca de su valor actual, como mate- riales de construccion.

Al imponer á-Vds. del resultado de mi trabajo, les debo mani- festar que no lo acompaño de ninguna consideracion teórica, análisis, ni discusion desu contenido, porque entiendo llenar mi cometido limitándome á un caso particular de la pericia que les ha sido encomendada. Los antecedentes y datos necesarios para el

250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

desarrollo de esas ideas, no los tengo en mi poder; por cuya razon, el resultado del análisis que he practicado, en cuanto á sus especiales aplicaciones sólo podrán interpretarlo Vds. que han elegido las muestras de los morteros, como ha sido conveniente, para el objeto de sus trabajos.

Por razones análogas el número de determinaciones no es el mismo para cada ejemplar, concretándome en algunos á las escric- tas indicaciones que he recibido directamente del Sr. Ingeniero Cárlos Doynel. Asimismo, no describo especialmente la forma en que me han sido entregadas las diferentes piezas, haciendo constar, sin embargo, que todas estaban debidamente selladas y que la ims- eripción que inserto en los diferentes números, es copia de los rótu- los que las acompañan.

NÚMERO 1

Pedazo de mortero extraido de las mezclas volcadas como inútiles al pie del Dique—expuestas al aire

Mayo 31 de 1893. ANÁLISIS FÍSICO

Este mortero es de color blanco, superficie rugosa, áspera al tacto; en trozos pequeños, en algunos puntos, se disgrega fácil- mente, en otros, es muy resistente; su fractura es irregular y muestra que su masa está compuesta de fragmentos muy distintos, variando su tamaño de 1.48 centímetros de diámetro, hasta el de polvo impalpable.

La substancia que tiene dos los diferentes elementos del aglo - merado, en algunos casos, no los envuelve completamente.

Densidad a A ASÍ Porto dad A 7

Magnitud de los elementos que componen el mortero :

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA

Material cuyo tamaño varía entre 1.48 centí- metros y 0.9 centímetros. . Material que queda sobre el tamiz N* 12....

» » » » » » » » » » » » » » » » » » » » Pérdida

drado

»

.eo .. .. . ... . 0.0... 0...... 0... 0.0...0.0..0.7) 0.0.0.0. 0.0.0.

Resistencia á la compresion por centímetro cua- drado: media de seis determinaciones....... 20 540 »

ANÁLISIS QUIMICO

Parte soluble en el agua, á la que comunica reaccion

claramente alcalina Solubilidad en ácido clorhídrico

Agua higroscópica Sílice combinada

Arena m Alúmina

.6.000.......0..07

e. . ....0.. 0.0... 000000000. 00001000.

.0.0.000..1+0000%00000 0...

.. . . ....0..1....o...0.......00.- 0... . 0.

.......o. 0. .0.00.00.0..

ICACCAR o dd io ES fa

.. . . . 0. 010010.%0..0....0.0...0...0..».....0..(0.0x0.00.0 0.000 0000.00

¿A A eo 8.76 (a) 18.30 20.... 19.32 Aia GDM 30000 118:76 a E) 80.. 9.52 90. 3.56 100. 2.06 | (2) 120. 3.26 140. 1.90 150. 2.70 0.65 100.00 da 076 ESO 33.20 99.35

952 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Oxido cálcico. . PO a AA MIA AS 6.102 9, Oxido magnésico a CNO 0.622 » Merdo sul e PSA 0.150 » Cloruro sódico eee do: e Es aa e 0.333 » Antudado cor OnICO to aji. a ele e EE 5.041 » Productos no determinados, pérdida y errores...... 1.423 » A 100.000

NÚMERO 2

Desarenador Sud ; mortero tomado del cuerpo del muro a un metro del intrados de la bóveda del mismo en la parte rota por las aguas

Mayo 31 de 1893. ANÁLISIS FÍSICO

Este mortero es de color blanco grisáceo; superficie cubierta, en algunas partes, de subtancias cristalinas contenidas en una masa exteriormente parda obscura. No se disgrega con facilidad; su frac- tura es irregular; pero poco escabrosa. Los elementos que forman este aglomerado no aparecen en tanta diversidad de tamaño, como el ejemplar anterior.

Densidad His e tad OS 2.221 Porosidad. +. 0 OMAR Ad fs 10.20 Resistencia á la traccion por cM?............. 4413 gramos Resistencia á la compresion por em?*: media de Sels dele rain ciones E e .. 12163 gramos

ANÁLISIS QUÍMICO

Parte soluble en agua, á la que le comunica reac- O E a E co 9.00 %. Solubilidad en “acido clorhidrico. esco do IE 19.30 »

]

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 253

Agua higroscópica....... eos A e dede oi 1.600 9%, lic comba a eo 7.902 » Arena micácea..... A A 66.292 » A a Se AA 8.050 » Parada UE e E, MN 4.0711 » Oxndorcacco. at e ias ads EA NO O 8.960 » MEANESUE! o e e IS BIS A debo 0.715 » ENUO SUIAIACO eo e A y O CONE E 0.290 » ORO AC A E ES a as 0.523 » ANÚNCIO CANTO oboe ae A 3.600 » Productos no determinados, pérdida y errores...... 0.997 » SUI tra le DARE 100.000

NÚMERO 3

Mortero del interior del Vertedor Norte

Junio 3 de 1893. ANÁLISIS FÍSICO

Este mortero es de color gris; de fractura irregular escabrosa; presenta numerosos poros, algunos, pero aisladamente, hasta de tres milímetros de diámetro. —Los elementos de su composicion es parecida al núm. 1.

Da a O 2.236 SO E Aa . 11.70

Resistencia á la traccion por centímetro cuadrado: «no se ha podido determinar por serlos trozos muy pequeños, no pudiéndose formar con alguno de ellos el ladrillo de prueba ».

Resistencia á la compresion por centímetro cua- drado: media de seis determinaciones. ..... Se 20* 900

954 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

ANALISIS QUÍMICO

Parte soluble en agua, á la que le comunica reacción

ente mentaclO A LL e Solubilided'en' acido cloridnco ISO Neta ME rOSCOpICA in a e O OS 2 iS Sillce combinadas O A A O A 4.158 » AE NIE IA A A A a e 65.057 » AMA e O a a a A O 10.500 » Penoxidode Mentor A A A 1.542 » Óxido cáleico...... A OR EAS Aia e al. 10.083 » DO A ae ls La OL Acidos alnco a ds A A RN 0.291 » UlOTUROPSÓJICO. ue oa a E 0.582 » IN AN ia 4.480 » Productos no determinados, pérdida y errores...... 0.429 »

SUI reis 100.000

NÚMERO 4

Fragmentos del depósito calcareo hecho en el paramento del estribo por la filtración más importante del Vertedor Norte

Junio 10 de 1893.

Como lo que interesa saber respecto á estos fragmentos, es sola- mente si la susbtancia colorante que presentan, es igualá la de otro fragmento que tiene por rótulo:

«Sedimentos depositados sobre las rocas al pié del vertedor Norte

«San Roque, 30 Mayo 1893.»

OBRAS DE RIEGO DE LOS ALTOS DE CÓRDOBA 955

Debo contestar, en vista de las comprobaciones hechas, que la materia colorante es la misma, constituyéndola, especialmente, compuestos al máximum y al minimum de hierro.

NÚMERO 5

Obras de Riego de Córdoba.— Revoque con cemento Bialet del acueducto de la Canada.— Bloque núm. 7

Es de color pardo gris, superficie lisa y poco áspera ; difícil de romper, siendo su fractura algo concoide. Los fragmentos de la masa son homogéneos, nótase en ella muy pocos poros.

No se ha podido hacer el ladrillo de prueba para determinar su traccion, por su dureza y fragilidad.

Resistencia á la compresion por centímetro cua- drado : media de seis determinaciones........ 63* 200

El mortero que venía adherido á este trozo de cemento, tenía el color blanco rojizo, aspecto térreo y bastante poroso,—los elemen- tos que lo forman son poco uniformes, y se disgregan con facili- dad, en algunos puntos ofrece mayor resistencia. Por estas razones ha sido imposible formar el ladrillo de prueba para la traccion; á la compresión se ha notado que resiste 11*680 gr. por centímetro cuadrado, media de ses determinaciones.

NÚMERO 6

Mezcla del interior del bloque número 10 del acueducto de la Canada

Es de consistencia y aspecto térreo, fácilmente disgredable en algunos puntos; pero sin uniformidad ; ofrece alguna resistencia.

Los elementos de coraposicion son poco homogéneos, encontrán- dose guijarros hasta de tres y cinco centímetros de diámetro.

256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Siendo imposible formar el ladrillo de prueba para la traccion, con alguna dificultad se hicieron los cubos para la compresion, habiendo dado la resistencia de 3860 gr. término medio de seis determinaciones.

Los datos analíticos consignados en la exposicion precedente, se prestan á consideraciones muy variadas; pero por las razones indicadas al principio de este informe, me limito solamente á hacer presente de un modo general que las muestras de los dife- rentes morteros que he analizado, no obstante las resistencias observadas en algunos de ellos, se encuentran en malas condi- ciones, por estar evidentemente averiados, mayormente sl se tiene en cuenta la cantidad que de ellos disuelve el agua y estando aquella representada por el elemento calcáreo.

Dejando de ese modo terminado mi cometido, tengo el agrado de saludar á Vdes. con mi consideración más distinguida. (El

presente informe consta de siete fojas útiles).

Atanasio Quiroga.

MEDICION DE BASES

I.—Vamos á indicar á continuacion un método para medir las bases de una triangulación, propuesto, si mal no recordamos, por Federrín, cuyo método, aunque no ha sido adoptado, al parecer, para la medicion de las bases principales de una triangulacion geo- désica, puede, no obstante, ser de mucha utilidad en la medicion de bases auxiliares en semejantes operaciones, y dará, á no dudar- lo, los mejores resultados en las triangulaciones topográficas.

Establezcamos, previamente, algunas fórmulas que nos han de servir en la exposición ulterior.

IT. Si una cinta metálica ha sido graduada de acuerdo con una unidad típica, á una temperatura de T, grados centígrados, y bajo una tensión dada P., é indicamos con c el coeficiente de dilatacion lineal del metal de que está formada la cinta por cada grado cen- tígrado de elevacion de temperatura, y con T la temperatura del am- biente en el momento de efectuar la medición de la distancia que separa á dos puntos dados, á esta temperatura T y bajo la misma tension P, la longitud de una unidad de la cinta habrá aumentado en tantas veces c como unidades haya en la diferencia T—T., es decir, cada unidad de la cinta será igual á 1 4+c(T—T.) unidades tipicas, y si la distancia entre los puntos dados es igualá / unidades de la cinta, la distancia efectiva que separa á dichos dos puntos estará expresada en unidades típicas, por l [14+c (T—T.)]; es decir que, si indicamos con €, la correción aditiva que hay que aplicar á la lectura / para reducirla á la correspondiente á la temperatura To será

Ca=+ e(T—T). 1)

ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXXVI. 17

258 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

IMM. Si una cinta metálica ha sido tendida entre dos puntos fi- jos y, tenida tirante en su extremos por medio de dinamómetros,

estos acusan una tension de P kg, y si ses la longitud de la cinta, r

El : y para obtener la distancia que media entre los dos puntos fijos,

será necesario aplicar á s una correcion debida á la comba, cuya correccion, que llamaremos €. que será siempre substractiva, ten- drá el valor que vamos á calcular.

r

Si, para simplificar, llamamos a o la semidistancia que

Pel

separa los puntos fijos, y la flecha que adquiere la cinta metálica tendida entre esos puntos, la tension P en el extremo estará dada

por E

== ÚS A

f y AS a?

y la ecuación de la curva según la cual se dispone la cinta será

cuando se la refiera á la horizontal de su punto más bajo como eje de las x y á la vertical del mismo como eje de las y (BresskE, Cowrs de méc. et mach., 1885, tomo I, págs. 430 á 432 ).

Como en este caso fes muy pequeño con relación á a, en el valor de P se puede considerar el radical igual á 1, y entónces

(9 «9

_ pa a[ ee (=p

Por la misma razon, la longitud s se podrá escribir 0 E : —9 A s=20 +3 5 [12]

(Sowner, Dict des math., art. : Ponts suspendus, fórmula [12], y po- niendo aquí por a y f sus valores dados más arriba

MEDICION DE BASES 959

Le a AE A 24 P2p? IS nm 9) P? n3

es decir, que la corrección que babrá que aplicará s para obtener

/

el valor de será n

IV. Si á una temperatura dada una cinta metálica cuya sec- cion transversal tiene una area v, correspondiendo al material de que está formada el valor E para coeficiente de elasticidad relativa al alargamiento, ha sido graduada bajo una tension P, de acuerdo con una unidad típica, cuando á la misma temperatura se halle so- metida á la tensión P, cada una de sus unidades tendrá una lon— P—P,

E

Entonces, si les el número de unidades de la canta comprendi- das entre dos puntos fijos, la distancia entre estos puntos expresa- da en unidades típicas se encontrará aplicando á 1 la correccion aditiva

gitud igual á 1 +

O a (3)

V. —Si una recta inclinada sobre el horizonte de un angulo 4 tiene una longitud /, su proyeccion horizontal podremos expresarla por /¡+€;, indicando con C, la correccion aditiva que hay que apli- car á l para obtener su proyeccion. Tendremos evidentemente

O cos “. ¡=l, (cost —1)=— l, (1 cos 1) ed Ó == == sento:

Pero, si h esla diferencia de nivel entre los extremos de la recta

260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

cuya longitud es /, á causa de que /h essiempre muy pequeña con re-

Í lacion á l, podremos poner sen -= = con lo que el valor de €, se ca l hace == = (0 a= = 9 lla == O LAS mapa li ap (4)

VI. Supongamos, ahora, que valiéndonos de una cinta metá- lica cuyo coeeficiente de dilatacion por cada grado centígrado de temperatura es c y que ha sido graduada de acuerdo con una uni- dad típica á la temperatura T, y bajo una tensión de P, kg., siendo, ademas, p el pesoen kilógramos por metro lineal de cinta, v su sec- cion transversal y E su coeficiente deelasticidad relativo al alarga- miento, hemos medido la distancia entre dos puntos fijos situados á un mismo nivel, tendiendo la cinta entre los puntos extremos, y apoyándola en el intermedio sobre n—/ soportes dispuestos de ma- nera tal que subdividan el trecho total que se quiere medir en n partes próximamente iguales; si T es la temperatura del ambien- te, P la tension que acusan los dinamómetros colocados en las ex- tremidades de la cinta, y l el número de divisiones actuales de la cinta comprendidas entre los puntos cuya distancia queremos me- dir, las correcciones de esta lectura debidas á la dilatacion, á la comba y á la extension, se calcularán por medio de las fórmulas (1, () y 6), y la corrección total €, á causa de que las correccio- nes (1), (2) y (3) son todas muy pequeñas, puede tomarse igual á lasuma algebráica de ellas, de modo que tendremos

; P-—P p2]13

y como / y ' son muy poco diferentes, podremos poner / en vez de 1” en el último término, con lo que

P—P ñ dE = 1 (5)

será la correccion á aplicarse á la lectura / para obtener en unida- des típicas la distancia que separa á los dos puntos dados.

MEDICION DE BASES 9261

VIT. Si los puntos cuya distancia se quiere medir no estuvie- sen á un mismo nivel, sino que uno de ellos estuviera h metros más elevado que el otro, obtenida la lectura / se reduciría primero de acuerdo con la fórmula (5), de modo que llamando /, á la distancia efectiva entre los dos puntos en unidades típicas, tendríamos

l|=1+G,

y una vez hecha esta reduccion, aplicaríamos á l, la correccion (4)

debida al desnivel h, con lo que la proyeccion horizontal de la dis- tancia medida sería

h?

| +C0=1 oJ.

al,

Vamos á exponer el resultado de la medicion de una base de 280 m. hecha por este procedimiento, valiéndonos de datos que to- mamos dela obra Geodetic Surverying de Mansfield Merriman, quien á su vez los toma de un artículo sobre triangulacion de precision publicado en Lehrgh Quarterly por el Prof. H. S. Jacoby.

Las bases fueron medidas por medio de una cinta de acero de 120 m. de largo construida en 1883 por Heller y Brightly, de Nueva York. Cada base se dividió en tantas partes como fué necesario para que cada una resultara más corta que la cinta, clavándose fuertes estacones en cada punto de division, y marcando cada uno de estos por medio de la muesca de la cabeza de un pequeño tornillo colo- cado en la parte superior del estacon. Las diferencias de nivel en- tre estos estacones y las señales que marcaban los extremos de la línea fueron determinadas con cuidado. Cada una de estas divisio- nes principales fué subdividida en partes iguales por medio de es- tacas más pequeñas, alineadas con las grandes tanto en direccion como en elevacion, siendo la distancia entre dos estacas menores más ó menos de quince metros. Dos clavos colocados en la cabeza de estas estacas mantenían á la cinta en posicion conveniente.

Una vez dispuestos estos preliminares en toda la extension de la línea, se principió la medicion colocando la cinta sobre las estacas y estacones, que estaban dispuestos de modo á que aquella no toca- ra al suelo cuando estuviera tendida. En cada extremo de la

9

62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

division que se medía se ató á la cinta un dinamómetro de resorte y se anotó la tension que indicaba. La cinta se dis puso de tal manera que en uno de los extremos una division correspondiente á un metro redondo coincidiera con la señal de la cabeza del estacon, y en el otro extremo se medía la distancia entre la señal del estacon y la más próxima de la cinta por medio de una regla graduada, apreciándose á ojo los cuartos de milímetro. Al tiempo de hacer cada lectura, se anotaba tambien la temperatura del ambiente. En general se tomaron seis medidas sucesivas de una misma longitud, dos con una tension de 8, dos con 9 y dos con 10 kilógramos.

He aquí las notas de campaña relativas á esa base. La longitud total á medirse se dividió en tres partes, indicadas con los números I, II y TM, habiéndose subdividido la primera en seis y cada una de las otras dos en siete partes menores.

A

NÚMERO

DESNIVEL CON) TEMPE- DISTANCIA | FECHA Y OBSER= DIVISION qe EL oríGEN | ratura | LESIÓN | O RSERVADA VACIONES SUBDIV.

TIT il 07856 + 10%| 8kg.| 9474450 + 10%%| 9 94.4497 + 10%] 10 94.4380 + 19201 8 94.4467 + 100) 9 94.4497 ¡Octubre3de 1888 + 9%| 10 94.4390

104 7 ETA + 8%9 8 101.4160 P. M. + 86 9 |101.4182 + 86| 10 101.4080 + 8| 8 | 101.4160 + 8%5| 9 101.4130 + 8%5| 10 101.4095

I 6 2451 + 8%| 8 89 2967 | Nublado y con

+ 8%5| 9 85.2945 viento. + 8%| 10 85 2912 + 87 8 85.2960 + 8%9| 9 85.2937 + 8e7| 10 85.2920

La cinta de acero empleada en esta medicion, segun datos sumi-

MEDICION DE BASES 263

nistrados por los fabricantes, tenía la longitud típica marcada por su graduación á la temperatura de + 13% €, bajo una tension de S kilógramos y sin comba, es decir que se tenía T, = + 13% y P, = 8 kg. Por una série de experimentos se constató que e era igual á 0,00001265, el peso p=0 kg 010 por metro lineal, += 0.0128 cm* y E = 2.200,000 kg por cm*.

Con estas constantes se calcularon por medio de las fórmulas (4) y (5) las correcciones para cada distancia observada y se for-

muló el siguiente cuadro :

PP. Qz>r— RR

DISTANCIA DISTANCIA

P E OBSERVADA Ca C. Ci CORREGIDA DIVISION 111

+ 10%| 8| 914450 |— 0.0033|— 0.0001 0 9474416

+ 10%2| 9| 94.4427 |—0,0037|—0.0001|+ 0.0033| 91.4422 =="

+ 10%2| 10/ 94.4380 |—0.0037|— 0.0001|+-0.0067| 94.4409

+ 10%0| 8S| 94.4467 |—0.0039|— 0.0001 0 94.4427 | h =0” 856 + 10%0| 9| 94.4427 | —0.0039|— 0.0001|+0.0033| 94.4420

+ 997/10/ 94.4390 |—0.0043|—0.p001|-+ 0.0067| 94.4413 [€, =—0.0039

Distancia inclinada media = 944418 Distancia horizontal media = 944379

Para obtener las correcciones Ca, €. y Cse hizo uso de la media de las distancias observadas, y para calcular á (, se usó la media de las distancias inclinadas corregidas.

Procediendo del mismo modo se calcularon las correcciones cor- respondientes á.las divisiones II y I y las tres distancias horizonta=- les sumaron 281”1733, número que representa, así, la longitud horizontal de la base medida, según los datos tomados el 3 de octu- bre de 1888.

El mismo año se hizo una segunda medicion dela misma base, y en 1889 otras cuatro, y la media de las seis mediciaciones fué de 281”1704 con un error probable de 00012, es decir, con un error probable de 1 : 230000 de la longitud medida.

264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Como se ve, pueden obtenerse resultados muy precisos usando una cinta cuyas constantes sean conocidas.

El mejor tiempo para operar es durante un día sereno y densa- mente nublado, pues entonces la temperatura varía muy poco.

San Juan, Diciembre de 1893,

JOSE S. CORTI

Ingeniero Civil Miembro activo de la seccion San Juan

NECROLOGÍA

JOSÉ VICTORICA Y SONEYRA

Nuestra naciente ciencia matemática nacional está de duelo. El pequeño núcleo de los que la cultivan se halla hoy más reducido con la desaparicion de nuestro distinguido consocio José Victorica y Soneyra, fallecido el 8 de Noviembre á las 2 a. m. víctima de la te- rrible fiebre tifoidea.

Su muerte enluta á la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Na- turales, donde cursaba brillantemente el 5% año de estudios de Inge- niería Civil. Es la segunda pérdida que experimenta este año la Facultad, pues hace proximamente cuatro meses falleció de la misma enfermedad el malogrado jóven Alfredo Lara, en quien tan grandes esperanzas se cifraban por su extraordinario talento matemático.

Victorica sólo contaba 25 años de edad y ya sobresalía entre su generacion por sus relevantes condiciones de inteligencia y de ca- rácter. Espiritu profundamente matemático y observador, con ver- dadera vocacion para el difícil estudio de la ingeniería, dotado de una inteligencia amplia y generalizadora, su paso por el Colegio Nacional y la Facultad de Matemáticas fué una continua sucesion de triunfos ; sus brillantes clasificaciones y el respeto de sus condiscí- pulos y profesores así lo atestiguan.

Su carácter bondadoso y alegre, su agradable conversacion, sus ingeniosos chistes y principalmente la rectitud y nobleza de sus pro- cederes le atrajeron el cariño y el aprecio de todos aquellos que tu- vieron ocasion de conocerlo. |

266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Entusiasta por todas las ideas progresistas y elevadas, Victorica profesaba un verdadero amor por la Sociedad Científica Argentina, preocupándose constantemente desu progreso y prestándole todo su concurso, ya como socio ya en el seno de su Junta Directiva, en la que desempeñaba el cargo de vocal cuando acaeció su fallecimiento.

En los libros de actas de la Asamblea y de la Junta Directiva pue- de verse la asiduidad con que asistía á todas las reuniones de la Sociedad y la parte importante que ha desempeñado en todos los aclos realizados en los últimos años.

Tambien está ligado su nombre á los progresos dela Union Uni- versitaria donde desempeñó con gran contracción el cargo de dele- gado á la Comision Directiva.

Con igual brillo y entusiasmo aplicó sus profundos conocimientos ála enseñanza.

La Escuela Nacional de Comercio y la Escuela de Ingenieros de Telégrafos le contaban en su personal docente. Sus alumnos siem- pre recordarán la claridad de su exposicion y la exactitud y origina- lidad de sus ideas.

Además fué Redactor de la Revista de Matemáticas Elementales, colaborando eficazmente á su publicacion.

Todas las esperanzas que legítimamente se fundaban en sus excep- cionales condiciones se han desvanecido. Cuando finalizaba su brillante carrera universitaria, al alcanzar el premio de sus afanes, ha sido arrebatado al cariño de los suyos y de sus amigos.

Cae al terminar la primer etapa, en la primavera del año y en la primavera de su vida sin haber podido madurar los frutos de su la- boriosidad é inteligencia.

Cuando todo revive en la naturaleza, en una de esas tibias y per- fumadas primaveras que los estudiantes no pueden disfrutar, pues deben dedicarlas al estudio sin descanso, pocos días antes de rendir sus últimos exámenes, Victorica terminó su breve y triunfal carrera ea la tierra, yendo su espíritu á penetrarse en la verdad eterna, que fué su constante anhelo.

La Sociedad Científica Argentina, cumpliendo un sagrado deber, se asocia de corazón á este gran duelo por la pérdida de dos bellas esperanzas para la Ciencia y para la Patria: Victorica y Lara. Que sus virtudes sirvan de ejemplo á la jóven generación y que las ma- nifestaciones de sincera condolencia que su muerte ha producido puedan mitigar en algo el dolor de sus familias.

MISCELÁNEA

La Materia y la Energía.—Desde que la nocion de energía apare— ció en la ciencia, su importancia ha ido creciendo; colocada primeramente en segundo plano y considerada como una resultante, ha llegado á ser, poco á poco, en el espíritu de los físicos, una entidad que existe por si misma, y, si se le considera á veces como reductible á la masa y á la velocidad, Ó á la fuerza y el espacio, se tiende más bien á considerarla hoy como primordial, y tal vez como más real que sus componentes, que pueden inversamente deducirse de ella.

Un exámen superficial de la cuestion parece demostrar que al dar á la energía un sitio equivalente al de la materia, se suelta la presa por su sombra; pero antes de decidirnos miremos más atentamente la cuestion.

Segun una definicion generalmente aceptada, la propiedad esencial de la materia consiste en caer inmediatamente bajo el dominio de nuestros sentidos. Ahora bien, se trataría primeramente de definir nuestros sentidos. Si pasamos en revista lo que se ha convenido en llamar nuestros cinco sentidos, se ve que la misma definición se impone con evidencia para la energía.

La vista nos revela la energía vibratoria del éter; el olfato, la presencia de la materia; el gusto es, en gran parte, una forma del olfato; finalmente, el tacto se descompone en dos sentidos distintos: el sentido de la fuerza, que nos permite estimar la elasticidad y la dureza de la materia y el sentido de la temperatura que nos revela la energía que contiene.

Vemos, pues, que la materia y la energía se”dividen casi igualmente nuestros sentidos, y, que bajo del punto de vista inmediato de nuestras percepciones, la materia no ocupa absolutamente un sitio preponderante.

Si ahora consideramos estas dos entidades en mismas, encontramos un sorprendente paralelismo entre sus propiedades esenciales: la materia se trans— forma, pero su cantidad permanece constante; la energía está dotada de idéntica propiedad ; y el descubrimiento de su conservación ha abierto la verdadera vía á las dos ciencias fundamentales de la naturaleza, la química y la física.

Limitándonos á esta última, vamos á ser conducidos á dará la energía la posi- ción preponderante; en efecto, mientras que la física se divide en dos partes bien distintas, que se ocupan respectivamente en el estudio de la materia y en el del éter, no se le puede abordar en ningún punto sin encontrar la energía; es ella

268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

la que establece la verdadera continuidad en la física, pues si se pueden estudiar las modificaciones que la materia hace sufrir al éter, ha sido imposible hasta ahora, reducir el uno á la otra; se ha tratado, en verdad, de representar al éter como una substancia dotada de propiedades análogas á las de ciertas materias, pero es aún tan distinto de toda especie de materia, que uno está obligado á asignarle un sitio á parte. La materia no ocupa más que una parte de la física; la energía la penetra en toda su extension.

En mecánica y en acústica, en el dominio del calor, de la óptica, de la electrici- dad y del magnetismo, encontramos magnitudes muy diversas que son todas factores de la energía.

Ha sido imposible hasta hoy asimilar una cantidad de electricidad á una mate— ria cualquiera ; la materia está, en efecto, dotada de capacidad calorífica, pero la materia no es, en su esencia, una capacidad calorífica.

En las diversas ramas de la física, los factores de la energía son los siguientes : masa, cuadrado de la velocidad ; fuerza, espacio; capacidad calorifica, tempera— tura; cantidad de electricidad, potencial “eléctrico; cantidad de magnetismo, potencial magnético. El primero de estos productos ha sido extendido, por ana— logía, á las ondas luminosas, con lo que se ha deducido un valor probable de la densidad del éter.

En el dominio del calor, de la electricidad y del magnetismo, la noción de materia es relegada al segundo plano; si ella interviene aún en el establecimiento de las dimensiones de las magnitudes, es sólo por una simplificación más recla= mada por la industria que por la ciencia; la materia no figura sino como factor de la energía. Limitémonos, pues, á la mecánica que es donde la materia des- empeña el papel más importante.

Si consideramos la energía como derivada de la materia y del movimiento, su expresion en dimensiones será :

[W] =[ML?T-];

si porel contrario, la materia es la capacidad para la energía, ella se convierte en cantidad derivada, y se escribe :

(4) =[WL-*P),

la complicacion no hace más que cambiar y desplazarse. Pero consideremos ahora otras magnitudes de la mecánica; podemos estable cer la comparación siguiente :

Sistema TE A e es oda Ed MLT-? WL-1 MENS MT-* WL-? A e da e E a ML-1T-+* WL-* A A A ML?T-*3 WT-1

La introduccion de la energía en estas expresiones las hace más inteligibles. La fuerza se convierte en la energía sembrada á lo largo de una línea, la tension

MISCELÁNEA 269

superficial es la energía de la superficie, la presion es la energía del volúmen, en fin, la potencia figura en el cuadro por su definicion misma.

Se trata aquí de alta ciencia, de especulaciones bastante sutiles del espíritu, y que sólo poco á poco arrastran la conviccion. Es uno de los méritos de la escue- la de Leipzig, y, en particular, de su eminente gefe el profesor W. Oswald, el haber, en todas ocasiones, mostrado la gran importancia que la energía, conside- rada como entidad, representa en la ciencia. Poco á poco se adhiere á estas ideas; pero las costumbres adquiridas sólo lentamente ceden el campo.

Puede que lleguemos más pronto á una conviecion mirando al rededor nuestro. La energía es ya objeto de grandes transacciones comerciales; se traban pleitos á su alrededor, paga derechos de Aduana; ¿qué más falta para demostrar su realidad?

Seguramente que la compañía de gas no vende gas, pues este cuerpo conside- rado como materia, no nos causaría más que desagrados.

Lo que se canaliza y vende es energía potencial. Sin embargo, se dirá, los areonautas compran gas. No hay tal; compran kilográmetros que se han ganado antes de venderselos. Durante el curso de la destilacion de la hulla se ha alma- cenado esta energía. El gas al desprenderse, rechaza un cierto volúmen de aire y eleva toda la atmósfera de una pequeña cantidad. Mientras que el globo sube el aire vuelve á su estado inicial, y así se cierra el ciclo.

Muy á menudo, la energía que se compra y se vende está disfrazada bajo el nombre de una cierta materia, y sin duda siempre se la designará bajo ese nom- bre. El carbonero abriría ojos de espanto si uno le pidiera un poco de energía potencial.

Cuando se trata de energía cinética, el caso es diferente; es evidente que no se compra el agua de una cascada, y todos poseen la nocion de la naturaleza de su valor; por ello vemos ya en la vecindad de más de una pintoresca cascada, un cartel con estas palabras: Se vende energía.

C. E. Guillaume.

¡De La Nature.)

ÍNDICE GENERAL

DE LAS

MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO TRIGÉSIMO SESTO

Paginas Método racional para cerrar un polígono, por Edmundo Soulages ............ 5 Sobre el dique San Roque (Provincia de Córdoba), por el Dr.Atanasio Quiroga. 39 Mic. A rota ais ea daa as 47, 140, 191, 238, 267 Memoria anual del presidente de la Sociedad Científica Argentina, correspondiente aa pacto, Icon cosupoono otro sao ooo oo Nono nro ooo osado obs 49 Contribución á la geología de la Patagonia, por Alvides Mercerat........ 65, 97 Obras de riego de los Altos de Córdoba. Informe pericial por los ingenieros D. Rafael Aranda, Carlos Doynel y Emilio Girardet.... 104, 145, 193, 241 Bio. coecouaoronprsrdosoorapon presse acen oros doo oa oe poleo as 143 Medición de bases, por José S. Corti........ O CE d000000bPo0aDe 257

Netroloaia ose viCionc A 265

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"HONORARIOS

Dr. Getnon Bormster Y Dr. - Benjamin A. Gould.—Dr. R.A. Philippi.—Dr. Guillermo Rawson] Sel 5 Dr. Cárlos ES

CORRESPONSALES

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MetenR Rodolfo e 2... Montevideo, Netto, Ladisld0.......<<o... Rio Janeiró: -Ave-Lallemant, German... Lemos - Mendoza. Paterno, Manuel........ .... Pálermo(I!.). —Brackebusch, Luis....... «Cordoba. Reid, Walter F.............. Lóndres.

Carvalho, José Cárlos de... Rio Janeiro. | Stróbel, Pellegrino..... ....». Parma (Ital.).

A A +... Moncalieri (Italia) Cordeiro, Luciano....... Lisboa. CAPITAL

Aberz, Enrique. Agote, Cárlos.. Aguirre, Eduardo. Aguirre, Pedro. Albert, Francisco. Aldao, Carlos A. Almada Luis E. Alrich, Francisco, a Alsina. Augusto. - Amespil, Lorenzo. Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo, Araoz, Aurelio. Aranzadi, Gerardo. Arata, Pedro N.. Arigós, Máximo. Arnaldi, Juan B.

Aubone, Carlos. -Avenatti, Bruno. Avila, Delfin.

Badell, Federico Y.

- Bacciarini, Euranio.

Bahia, Manuel B.

ES Baigorría Raimundo. - Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan.

- Barabino, Santiago E.

- Bastianini,

Arteaga, Alberto de pe

Barilari, Marianc SEG

"Barra, Cárlos de la. 'Barzi,

Federico. Basarte, Rómulo E, Egidio. Battilana Pedro.

- Baudrix, Manuel C. - Bazan, Pedro. | "Becker, Eduardo. | Belgrano, Joaquin M. _Belsunce, Esteban

Beltrami, Federico

Benavidez, Roque F.

Benoit, Pedro.

; Bernardo, Daniel R. | Biraben, Federico. - Blanco, Ramon >

Brian, Santiago. Brian, Santos Bosque y Reyes, Booth, Luis A. Bugni Félix.

Bunge, Carlos.

Buschiazzo, Gárlos. Buschiazzo, Francisco.

-Buschiazzo, Juan A. d Bustamante, José L.

' Castellanos, “Castex, Eduardo.

| Cerri,

Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del

Campo, Leopoldo de. Canale, Julio.

Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. de Canovi, Arturo

Cano, Roberto. Carbone, Augustin P. Caride, Estéban S. Carmona, Enrique. Carreras José M. de las Carrique, Domingo Carvalho, Antonio J. Casal Carranza, Roque. Cárlos T.

Castro, Viceute. Castelhun, Ernesto. César.

Cilley, Luis P.. Chanourdie, Enrique. Chapeaurouge, GC. de. Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro GC.

- Clérici, Eduardo E.

Cobos, Francisco. Cominges, Juan de.

«Córdoba Félix.

Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel, Policarpo. Corti, José S. Courtois, U.

'Gremona, Andrés Y.

Cremona, Victor. Crohare, Pablo J. Crotto, Silvano. Cuadros, Carlos S.

Damianovich, E. Darquier, Juan A. Dassen, Claro GC. Dawney, Carlos. Dellepiane, Juan. Dellepiane, Luis J.

| Diaz, Adolfo M. Dillon, Alejandro.

Dillon. Justo R. Dominguez, Enrique Doncel, Juan A. Dubourcq, Herman. Duclout, Jorge.

- Durrieu, Mauricio.

Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F.

-Etchecopar, Evaristo.

-Forgues, Eduardo.

Fuente, Juan de la.

. Gainza, AMerto de,

Echagie, Carlos. Esuzquiza, Rafael > Elguera, Eduardo. Escobar, Justo V.. Espinosa, Adrian.

Etcheverry, Angel. Ezcurra, Pedro. E

EUgUer "Octavio A.

Fernandez, Daniel. Fernandez, Honorato. Fernandez, LadislaoM. Fernandez. Pastor. Ferrari Rómulo. Ferrari, Santiago. Fierro, Eduardo. Figueroa, Julio B. Fleming, Santiago. Friedel Alfredo.

Fox, Eduardo Frogone, José L. Frugone, José Y

Galtero, Alfredo. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Garcia, Aparicio B. Gastaldi, Juan E. Gentilini, Pascual. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Gilardon, Luis. Gimenez. Joaquin. Girado, José 1. Girondo, Juan. Gomez, Fortunato. Gonzalez, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez del Solar, M Gonzalez Velez, Alej, Gorbea, Julio Gramondo, Ernesto. Guerrico,, José. De de,

Guevara, Roberto.

Guglielmi, Cayetano. Gutierrez, José MA

Hainard, Jorge, - Hary, Pablo

Herrera Vegas, Rafael. Hidalgo, Martin Huergo, Luis A. - Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. f

Igoa, Juán M. Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. y

—lturbe, Miguel.

Iturbe, ALaRa a 2

Jaeschke, Victor y Jameson de laPrecilla.

“Lange, Enrique S.

Lanús, aras Alfredo.

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Jauregui, Nicolás.

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Labaríhe, J

Lagos, Bismark.

Langdon, Juan E Jana

Larguía, Carlos. Lavalle. Francisco. Lavalle, José F.

- Lazo, Anselmo.

Leconte, Ricardo. Lederer, Julio. Leonardis, Leonardo >

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Limendoux, Lizarralde, Ramon. Lopez Saubidet, P. Loudet, Osvnaldo.. Llosa, Alejaldro. Lucero, Apoinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor,

Luro, Ruíino.

Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Lynch Arribálzaga. Ea

Machado, Angel. Madrid,. Enrique de Madrid, Samuel de: Mallol, Benito J. Mamberto, Benito. Marini, A. Martinez, Carlos. 5. Massini, Carlos. Massial,

Maupas, Ernesto.

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Meza, Dionisio C. Mezquita, Se INaDOE a Mignagúy, Luis LE

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Molina Civit, Juan.

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Molteni, José E. Mon, Josué R.. Montes, Juan q Morales, Cárlos Ma Moyano, Cárlos. M. Murzi, Eduardo.

Nocetti, Domingo. , Nocelti, Gregorio. 'Nougues, Luis E:

Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M.' - y, Donell, BO e

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