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Gatri y señor EMILIO REBUELTO JULIO 1906. — ENTREGA I. — TOMO LXII ÍNDICE EUGENIO GIACOMELLI, Prosopanche Burmeisteri De BarY......o0oooooooorooooroo> GUILLERMO SHARFER, El radio. Conferencia en la Sociedad Científica Argentina en homenaje á M. Pierre Curie Emiro RoserrI, Tricromía CS OOO O OC ORO A SN A CS RS OS ORIO OCIO ORO AO FERNANDO Lame, El nombre científico de las ECUanAS a MESA A ad a a A Una D asia So nl acoja risa URI BIBI CRETA ad ci aaa Lis sand ol resol larca to Uuslc e Usd OnNrFr An A ( US ll ULUy! | | | | DEP PIOS 1 E] + 1 JA o | ILLA AAN k Ú 5 A IX BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 684 1906 h y Presidente... Vicepresidente 4* Vicepresidente 2...... PSA Secretario de actdS............ Secretario de correspondencia. . Bibliotecario... JUNTA DIRECTIVA EFE AAA TESORO a o Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Ingeniero Julio Labarthe Ingeniero Enrique Hermitte Ingenigro Arturo Hoyo Señor Arturo Grieben Ingeniero Luis Miguens Doctor Horacio Arditi E A a O: “Doctor Carlos M. Morales $ O Doctor Enrique Herrero Ducl j a Ingeniero Ricardo J. Gutiérrez o cales Elio. vovercoo o Ingeniero Domingo Selva. - A $5 ES Ingeniero Federico Birabén SE Doctor Guillermo F. Schaefe . dd ¡Señor Rodolfo Santángelo - ARAS A Js Señor Juan Botto... REDACTORES kx Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Ara José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero | -——niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, . Cristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. : z ad ADVERTENCIA 20 7 - A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen - de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dire - que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. - IA La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemp reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dichc E con la casa impresora de Coni hermanos. AS Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Cangallo 1825. Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías Pesos moneda nacional POMO cara NS ARONA Porno ie A de: NO 12.00 Número atrasado... eS > 2.00 = para los socios.......... 1.00 LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridian ANALES SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ( a ANALES DE LA EDAD CIENTÍ DirecTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO Secretarios : Doctor JuLto J. Garri y señor EmILIO REBUELTO TOMO LXI Segundo semestre de 1906 BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 684 1906 A OBSERVACIONES E INVESTIGACIONES SOBBE LA PROSOPANCHE BURMEISTERI ve pary Por EUGENIO GIACOMELLI (1) Entre las plantas americanas de la familia de las Hydnoráceas (con- siderada por varios autores como una tribu de las Raflesiáceas) indu- dablemente uno de los géneros más interesantes para el botáni- co es el género Prosopanche. Este nombre toma origen de Prosopis, nombre de una leguminosa sobre la cual vive la Prosopanche Bur- meisteri (que es planta parásita) y del verbo griego dyxem = ahorcar, nombre puesto muy á propósito si consideramos que las fi- brillas de las raíces del algarrobo ó Prosopis son completamente envueltas en el rizoma y apéndices rizomáticos ¡de la Prosopanche, de modo que se forma una especie de madeja en que las fibrillas de Prosopis son abrazadas, y casi podríamos decir ahorcadas, sofocadas por elrizoma y apéndices rizomáticos del parásito. Dos son las especies conocidas hasta ahora del género Prosopan- che y son: Prosopanche Burmeisteri De Bary ó Hydnora americana y Prosopanche Bonacinal Spegazzini. Es de la primera especie que trataré con mayor extensión. Relati- vamente á la segunda, me limitaré á algunos rasgos sobre su historia y á las diferencias que presenta con su próxima especie Pr. Bur- meister?. (1) El trabajo práctico de histología relativo á esta tesis doctoral, fué efec- tuado durante los dos años reglamentarios de práctica impuesta á los estudiantes de historia natural, en el gabinete del profesor G. Arcangeli, de la Universidad de Pisa (Italia). 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Fué durante el verano de 1897, que el doctor Carlos Spegazzini de Buenos Aires, hizo una excursión al Territorio del Río Negro reu- niendo allí una importante colección botánica. Entre las plantas de esta colección había una Prosopanche considerada por él, al princi- pio, como una forma de la Prosopanche Burmeisteri De Bary, pero que puesta en comparación con varios ejemplares y observando sus diversas condiciones de vegetación, hubo de ser considerada como es- pecie nueva y llamada por el citado doctor Spegazzini Prosopanche Bonacinai, dedicándola al Reverendo Padre don Pedro Bonacina, cu- ra del fortín de Mercedes del río Colorado, que le regaló varios ejemplares de la planta en cuestión y de las noticias á ésta rela- bivas. | | Me limitaré aquí á señalar las diferencias entre la P. Burmeisteri y la P. Bonacinas, sin describir detalladamente ambas especies, cosa que sería inútil, habiendo ya sido hecha con perfección por De Bary relativamente á la primera, y á la segunda por el doctor Spegazzini. 1% La Prosopanche Burmeisteri De Bary es, sín duda alguna, un pa- rásito, como ha sido verificado de visu por personas de completa segu- ridad científica en la provincia de La Rioja (ciudad de La Rioja) en la República Argentina. La P. Bonacinai Speg. es, probablemente, un parásito, pero esta aserción no ha sido aún verificada y hasta ahora no se sabe con segu- ridad de que se haya encontrado cerca de las Prosopis (algarrobo). El profesor Spegazzini declara haberla encontrado solamente al pie de las Chileas (Baccharis salicifolia), del Chañar (Gourliea decorti- cans) y del Jume negro (Suaedae, sp.?) y aun en lugares dondeno había ninguna clase de arbusto »; podría, pues, no ser parásita sino sencilla- mente una planta humicola. 2 El tamaño de las flores de la P. Burmeisteri De Bary, llega á ser 3, 4 y en algunos casos hasta 6 y 7 veces más grandes que los de la P. Bonacinai; considerando ambas especies en su completo des- arrollo. Oreo que eso no puede atribuirse solamente á casos de gigan- tismo sino que la diferencia de tamaño sea un carácter específico bas- tante constante. 3” En la P. Burmeisteri existe constantemente un rizoma bas- tante largo y á veces ramificado; en la P. Bonacinai, el doctor Spe- gazzini habla solamente de ramas hipogeas de las cuales no describe la forma. 4” La longitud de las divisiones perigoniales en la P. Burmeisteri, supera en muy poco á la anchura; en la P. Bonacinai las divisiones PROSOPANCHE BURMEISTERI Ú - del perigonio superan en ocasiones hasta de cuatro veces el ancho de las mismas y es tal vez esta la diferencia más constante y esencial -entre las dos especies. ; 5” El ovario de la P. Burmeisteri tiende preferiblemente á la for- ma ovoidea alargada, más raramente á la esferoidal; en la P. Bonaci- nad, por el contrario, es siempre esferoidal. 6% En la P. Burmeisterí la longitud del tubo perigonial, entre la parte inferior de las divisiones perigoniales y el plano superior del ovario, es pequeña; en la P. Bonacinal es siempre proporcionalmente mayor y á veces la diferencia es enorme. 7 El doctor Spegazzini habla en la P. Bonacinai de un tubérculo discoidal de 124 15 centímetros de diámetro y de 4 á 5 de espesor en- «terrado á muchos metros de profundidad y que « no presenta de nin- guna manera puntos de unión mi fibras radicales »; en la P. Burmeis- teri tenemos, por el contrario, solamente un extenso rizoma que corre 4 poca profundidad dentro del terreno (medio metro como máximum), y que termina en una masa de túberos (semejantes morfológicamente á los de las Balanoforáceas) que rodean á la raíz del algarrobo (Pro-- $opis) soldándose íntimamente con ella. Todas estas diferencias importan, casi con toda seguridad, una dis- tinción específica entre las dos Prosopanche, pero podría ser también que la P. Bonacinai (Speg.), fuera solamente una forma de la P. Burmeisteri De Bary, modificada por adaptación á un ambiente dis- tinto ó por cualquier otra causa desconocida. Sin embargo, me inclino más bien á creer que realmente se trata de una nueva especie. - Ambas especies son llamadas por los indígenas con el nombre de « Flor. de la tierra » y tienen igualmente aplicaciones prácticas úti- les : el polen de la P. Burmetsteri se usa seco, como las esporas de los Kicopodios para hacer cicatrizar las llagas del lomo de las mulas y otros animales ; relativamente á la P. Bonacinai (dice el doctor Spe- gazzini): «es un remedio popular entre los indigenas del Norte de la Patagonia; se emplea la columna estaminal pulverizada como hemostá- tico y para cicatrizar heridas, y según el Rev. P. Bonacina, sus resulta- dos son maravillosos; se emplea también el entero perianto en decocción para lavar llagas, pero más generalmente aun contra el asma y las enfer- medades del corazón. » ; | En los ejemplares que yo he poseído de esta planta, nótanse algu- nas ligeras anomalías : así he verificado la inconstancia en el número de las divisiones perigoniales, que es generalmente 3, más raramente 4 6 2. Tuve también un ejemplar de P. Bonacinai que tenía 4. El ri- 8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA zoma es generalmente trígono, á veces tetrágono, y hasta pentágono. Pasando á la parte histológica y empezando por los órganos vege- tativos, hablaré primeramente del rizoma y después de las otras par- tes describiendo, por último, el modo de unión del parásito con la planta huésped. El rizoma cortado transversalmente presenta una sección triangu- lar con los lados del triángulo, que es curvilíneo, dirigidos con su par- te convexa hacia el interior. En la periferia hay una zona mucho más obscura, muy estrecha, mientras que el resto tiene el aspecto de una membrana delgada y de color más claro. En proximidad de los ángulos internos del trián- gulo y hacia el centro de la preparación unas pequeñas áreas más obscuras que la masa fundamental, que son, como veremos luego, los haces fibro-vasculares. Usando con el mieroscopio pequeños aumentos, se observa de la parte externa hacia la interna : primero el tejido epidérmico consti- tuído por una capa de células que tienen la pared muy gruesa al ex- terior y poco al interior, que son grandes, y de forma regularmente poliédrica; sigue después una zona bastante ancha de células con pigmentos obscuros y amarillentos y en seguida la masa del parén- quima con células alargadas, irregulares, con paredes mal delineadas, y en los tres ángulos de la preparación se ven unos haces fibro-vascu- lares dispuestos por pares, cada uno con el xilema dirigido hacia el interior y á continuación con el xilema del haz próximo y con el floe- ma al exterior. El xilema está constituído por vasos pequeños, con pared gruesa, que aparecen en sección como pequeños ojales circula- res; el floema aparece como una masa indecisa más clara. En el centro de la preparación estos haces son tres, dispuestos triangular- mente y con el xilema dirigido en todos hacia el interior y el floema hacia el exterior. Por acá y por allá aisladas en el parénquima y en proximidad de los haces fibro-vasculares se ven algunas células con paredes muy gruesas y contenido amarillo obscuro y esculturas porocanales; tie- nen, pues, estructura referible á las esclereidas, pero no se coloran con los reactivos de éstos (por ejemplo : fhuoroglucina y HCl). Con estos reactivos se coloran, por el contrario, intensamente en rosa el xilema y muy ligeramente las células epidérmicas y las que se encuentran debajo de éstas. En el parénquima central hay en algunas células muchos eránulos de almidón, como se puede verificar mediante una solución acuosa de PROSOPANCHE BURMEISTERI 9 iodo que los colora intensamente en violeta. Estos gránulos de fécu- la son pequeños, casi perfectamente esféricos y parecen ser simples, es decir á estructura concéntrica y se encuentran casi siempre en los rizomas jóvenes. En sección longitudinal, el rizoma presenta á microscopio siempre con aumentos pequeños : la epidermis, constituida por una sola capa de células, después una zona de células parenquimáticas sub-epidér- micas, que en sección transversal aparecía ceonstituída por células poliédricas, que en la sección longitudinal resultan alargadas; sigue después una zona de células con pigmentos y en seguida se ve uno de los haces correspondientes á los que ocupaban en sección trans- versal los ángulos de la preparación. Estos haces están constituidos por floema hacia el exterior, xilema hacia el interior y sigue el pa- rénquima central constituído por células de forma casi poliédrica ó alargada, pero muy irregular é indefinida. Con aumentos mayores el xilema aparece constituído por vasos espirales de pequeño calibre. Son verdaderamente vasos y no traqueidas porque éstas terminarían á pico de flauta mientras que los vasos ya citados están en continua- ción directa por un espacio más ó menos grande y muestran de cuando en cuando nudos ó partes de unión entre las partes que los constituyen. Salen, además, del rizoma que acabo de describir, algunos órganos que con toda exactitud podrían llamarse yemas del rizoma; efectiva- mente, empiezan semejantes en forma á éste Ó son un poco más cl líndricos y terminan en forma de pequeña maza afilada. En sección transversal, si ésta se efectúa en la parte superior y más aguda de la maza, aparecen de forma casi triangular con pequeños ángulos curvilíneos centrípetos. La parte exterior está tenida mucho más intensamente; la central es más clara y provista de pequeños puntos más obscuros. Vista á microscopio con aumentos pequeños, la Zona externa resulta constituida por el tejido epidérmico de una sola capa de células, idéntico al que ya fué descrito en el rizoma y que repeti- remos otras veces en la descripción de otros órganos. Después de esta capa se ven otras de células de forma poco regular pero que tiende á la forma esferoidal ó poliédrica y tenidas menos intensa- mente en obscuro. Así pasamos gradualmente al parénquima, cons- tituído por células medianas de tamaño, poligonales, con paredes delgadas y más claras que las ya citadas. En este parénquima están diseminados irregularmente, pero casi formando un triángulo para- lelo al externo, algunos haces constituídos por xilema y floema, di- 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA rigido el xilema al exterior, el otro al interior, Hay, además, algunas áreas grandes, irregulares, en que el parénquima está intensamente tenido. Por lo que se puede observar, estas áreas están también dis- tribuídas irregularmente, pero siguiendo aproximadamente también una línea casi triangular y concéntrica al triángulo externo. El poco interés que presenta esta sección transversal y su analo- gía con el tejido del rizoma me. induce á dejar por brevedad la des- cripción de la sección longitudinal. El rizoma de la P. Burmeisteri presenta, ains de las yemas más antes descriptas, algunas fibrillas muy delgadas, entre las cuales las mayores no superan uno y medio á dos milímetros en diámetro, á lo menos nunca observé ninguna mayor. Una sección de estas fibrillas, hecha transversalmente, presenta á simple vista forma circular con una zona de color amarillo elaro al interior y un pequeño anillo ama- rillo obscuro al exterior. Á microscopio, y con pequeño aumento, se observa á la periferia un tejido epidérmico con células medianas, con paredes más engrosadas al exterior que al interior; sigue una zona parenquimática cortical con células también medianas, irregulares en sus bordes, sigue después una zona brillante, ancha, constituída por células pequeñas, densamente agrupadas, que constituyen el floema; sigue después la parte central con el xilema constituido por vasos que en esta sección aparecen como grandes círculos. No tene- mos (como sucede normalmente en las raíces) ni señal de parénquima medular (1). - El pedúnculo floral seccionado más ó menos en su parte mediana, presenta en sección transversal la forma de un triángulo curvilíneo casi regular y más ó menos isósceles; uno de los lados es casi rectilí- neo, el otro ligeramente anguloso y la base, curva y algo hundida en (1) Si la fibrilla descripta, tiene el valor de una verdadera raíz terminante en el terreno (lo que no pude verificar por el material escaso, incompleto y en par- te en mal éstado), entonces la P. Burmeisteri tendría la doble función : de ab- sorción directa por medio de las fibrillas radicales implantadas en el terreno y por medio del punto de unión del rizoma con el algarrobo ú otra planta huésped y no sería un parásito por lo menos en modo absoluto. Pero:'esto no ha sido aún resuelto y se necesitan nuevas observaciones. : No hay que confundir la fibrilla ya descripta, que era muy larga y seme- Jjante morfológicamente á las raíces de las plantas dicotiledóneas con las fibrillas papilares del rizoma, que són cortas (5 á 6 mm. como máximum) del mismo color del rizoma, nodulosas á la extremidad ó en forma de maza. Estas, según Sehim- per no son sino ramas laterales del rizoma que no han: llegado 4 su completo desarrollo. PROSOPANCHE BURMEISTERI 11 el medio hacia el vértice principal del triángulo. Este triángulo está - constituído por dos zonas principales : la primera muy estrecha (un milímetro más ó menos) externa y de color rojizo, aparece á simple vista.como provista en su parte mediana por pequeños puntos ó gra- nulaciones más claras. Esta podría llamarse, para distinguirla, zona externa ó.zona pigmentada. La segunda es clara, muy tenue, de as- pecto sedoso, ligeramente transparente y salpicada en varios puntos dle pequeñas manchas obscuras muy visibles; además, se ven muy regularmente distribuídos, y siguiendo el borde de un pequeño trián- gulo más pequeño concéntrico al primero, algunos puntitos claros, redondeados ó alargados. Hay que notar especialmente que interior- mente á la Zona clara ya descripta hay tres lagunas de forma aproxi- madamente circular ú ovoide, una de las cuales ocupa constantemen- te el ángulo izquierdo adyacente á la base; las otras dos están situa- das más ó menos á la mitad de la longitud: de los dos lados iguales del triángulo isósceles y nunca al vértice de éste. Estas lagunas tie- nen una longitud de un milímetro por término medio en “su mayor diámetro. No se encuentran en todos los pedúnculos forales que exa- miné sino por excepción en algunos. Á microscopio, y 'con pequeños aumentos, la zona con pigmento ya notada, puede subdividirse en tres partes principales: 1% una parte epidérmica externa, con células achata- das con paredes más gruesas al exteriorque al interior y de color amari- llo obscuro. La pared de estas células no es suberizada como lo de- muestran los reactivos de las células suberosas; 2 una zona mediana intensamente tenida en obscuro, con células con paredes muy grue- sas; 3 una zona interna mucho más clara, en que las paredes celula- res son menos enegrosadas. Entre la segunda y la tercera parte exis- ten grandes áreas más claras dispuestas irregularmente con células con pared muy gruesa, de color amarillo claro. Estas células son probablemente parecidas á las esclereidas como lo confirmaría la co- loración amarilla que asumen en contacto del clorhidrato de anilina y rosada con fluoroglucina y HCl. Esta última coloración se nota li- geramente también en una parte de las células externas. Estas escle- reidas están atravesadas del interior al exterior por porocanales que llegan más ó menos á la mitad del espesor de la pared celular. La zona interna está constituída por una red finísima y tenue de células poliédricas, con paredes delgadas y de color amarillo muy pálido. Se ven allí diseminadas las manchas obscuras ya señaladas en la descripción de la preparación hecha á simple vista, que aparecen aquí como grandes áreas constituídas por células muy irregulares, $ 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA redondeadas, con un contenido amarillo rojizo claro, pero siempre más intenso que el color fundamental del parénquima. Los puntitos claros ya señalados en la descripción ya citada aparecen como áreas circulares brillantes cireunseriptas por una zona de células más obscuras, mientras que las del centro son pequeñas y transparen- bes. En sección longitudinal el pedúnculo floral presenta una epidermis cuyas células se separan con gran facilidad en forma de escamas; estas células en los ejemplares viejos de la planta tienen paredes muy indefinidas y confusas, pero parece que después de la primera capa de células, que es la verdadera epidermis, hay por lo menos otras dos capas semejantes en forma y aspecto; en los ejemplares jó- venes y bien eonservados se ven los núcleos celulares pequeños muy evidentes y de color amarillo obscuro y de forma redonda; después del tratamiento con potasa se observan también pequeñas granula- ciones en su contenido. Nunca pude encontrar estomas, pero no ex- cluyo la posibilidad que existan en los ejemplares jóvenes. Siguen después células redondeadas, pequeñas, con pared gruesa y teñidas en color obscuro pero tendiendo más al amarillo que las anteriores y siguen las esclereidas que son limitadas al exterior por las células con pigmentos más claros, muy apretados formando una cinta amari- la larga, más clara hacia el interior, de donde se pasa por grados al parénquima. Hay también un haz fibro-vascular, pero no se observan bien sus detalles con este aumento que es poco considerable y lo re- servo para describirlo ulteriormente. El parénquima aparece constituído en su primera parte por célu- las alargadas que tienden á la forma poliédrica, pequeñas, con pared delgada y en seguida pasamos á células casi redondeadas y de color más intenso. El haz fibro-vascular ya citado es difícil de estudiarse en la prepa- ración á la glicerina tanto con aumentos pequeños como grandes, por lo que traté de separarlo en sus elementos haciéndolo hervir en el ácido nítrico. Después hay que lavarlo repetidas veces en agua y se- parar con el microscopio de disección los diversos elementos. Así el haz citado resulta constituído de dos clases de elementos : 1? las cé- lulas alargadas y 2* las traqueidas. Las primeras son probablemente células liberianas pues son muy angostas, sumamente alargadas y con paredes extremadamente del- gadas. Su contenido que era antes casi incoloro, después de tratadas con ácido nítrico se hace amarillo claro. Están apretadas unas sobre PROSOPANCHE BURMEISTERI 13 otras y situadas á la derecha de los elementos leñosos (traqueidas y vasos). Las traqueidas aisladas, aparecen como células sumamente alarga- das, con pared no muy gruesa y provista de numerosas hendiduras transversales dispuestas Casi paralelamente unas á otras. Estas hen- diduras son generalmente de forma de ojales abiertos, más raramen- te redondeadas ó alargadas. Estas traquéidas después de la ebulli- ción en ácido nítrico se coloran muy débilmente en amarillo. Son verdaderamente traquéidas como lo demuestra claramente su tern- nación en pico de flauta y su modo recíproco de unión, pero en el haz fibro-vascular hay también vasos hendidos muy semejantes á las tra- queidas porque tienen más ó menos el mismo calibre; pero su cone- xión demuestra que se trata en este caso de verdaderos vasos. Una de las divisiones perigoniales seccionada transversalmente aparece á simple vista como una sencilla cinta angosta de color ama- rillento, ondulada, interrumpida en algunos puntos por áreas casi transparentes. Á microscopio, y con pequeños aumentos, se veal ex- terior una epidermis (epitelio) de una sola capa de células papilifor- mes con paredes más engrosadas al exterior que al interior, con con- tenido amarillo claro en los ejemplares jóvenes, más obscuro en los viejos; sigue después el parénquima, constituído por células de for- ma alargada y poliédrica, á veces también globosa y á paredes me- diocremente delgadas, con contenido amarillo ó amarillo obscuro; más Ó menos en la línea mediana longitudinal de este parénquima se encuentran, más ó menos á la mitad de la anchura de la preparación, algunas pequeñas áreas constituidas por secciones de elementos le- nosos como lo prueba una mezcla de fluoroglucina y HCl. En esta parte, las células del parénquima se hacen cada vez más anchas y con paredes más delgadas; sigue á éstas una zona de células que dan la coloración rosada con fluoroglucina y HCl. Estas células tienen pared muy engrosada y de color amarillo claro; se parecen á las es- clereidas y forman todas juntas, pilares Ó agrupaciones de células. Estos pilares de esclereidas son interrumpidos por trabéculas de cé- lulas pertenecientes al parénquima que los separan perfectamente unos de otros. Sigue después la epidermis interna que parece ser constituída por una sencilla capa de células aplastadas con pared externa más gruesa que la interna, de color obscuro intenso y con contorno muy Irregular é indefinido. La división perigonial, en sección longitudinal y vista á mierosco- pio con pequeño aumento muestra también una epidermis con célu- 14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA las muy grandes, redondeadas ó alargadas, con paredes más gruesas” al exterior que al interior y provista de pequeñas prominenecias ó papilas. Siguen las células del parénquima que son más grandes, muy alargadas y de paredes delgadas, la mayor parte vacías, otras “por el contrario aparecen llenas de un jugo abundante de color -amarillo' claro. Este parénquima presenta en todas sus partes la mayor “uni-' formidad en su estructura. Se encuentran en él diseminadas de: tre-: cho en trecho pequeños grupos de traqueidas que están situadas no en la línea mediana longitudinal de la preparación sino un poco más á la derecha hacia la epidermis. Son traqueidas provistas de hendi- duras de mediocre longitud como las ya antes aisladas y descriptas en el haz fibro-vascular del pedúnculo floral. Sigue después la zona de' esclereidas muy semejante á la ya descripta en la sección transversal y después la epidermis de una sola capa de células é idéntica á la ya descripta. El androeceo, ya minuciosamente descripto por De Bary, parece formado originariamente por tres filomas que se hubieran unido para constituirlo. Esto sería comprobado por las tres delgadas líneas de unión que se tocan y que se distancian de 120%, pero esta división no es visible más profundamente si se lo secciona transversalmente. Sólo la ontogenia de este órgano puede resolver este problema, lo que no pude hacer por el material escaso y en parte inutilizado (1). (1) Relativamente al desarrollo de la antera, queda por discutir, como ya dije, si esta antera es originariamente formada por numerosos filomas correspondien- tes cada uno á un estambre diferente ó si es más bien formada por una agrupa- ción de tres filomas con numerosas logias polénicas. Este último modo de con- siderarla parece más lógico, porque en todas las flores examinadas, en el ápice de la masa anterífera se ven tres líneas suturales que señalan la unión en tres grupos cada uno de los cuales constituiría originariamente un filoma. En la Prosopanche Bonacinai eso es aún más evidente. El hecho de predominar tam- bién los elementos trimeros en todos los órganos próximos (divisiones perigo- niales, estaminodios, grupos de placentas) está en favor de la opinión que con- sidera á esta antera como formada por tres filomas con muchas logias poleníferas en cada uno. Esta concordancia no se limita á la P. Burmeisteri puesto que se encuentra en muchos otros géneros por ejemplo en la Crassula lactea entre las Dicotiledóneas, en las Iridáceas entre las Monocotiledóneas, etc., etc. Hay que notar también el hecho que las tres líneas suturales reunidas en el vértice del androeceo no están alternando con las líneas de unión de las divisiones perigo- niales sino en plena concordancia con ellas, lo que haría creer que no tuviéra- mos en la Prosopanche la constitución de la for regular típica en que se observa siempre alternativa. El hecho recién citado en la Prosopanche mo se limita á Z ésta, sino que es extensible á varias familias de plantas, por ejemplo las Primu- PROSOPANCHE BURMEISTERI 15 Vista á microscopio con pequeño aumento, se ve el tejido epidér- mico de la pared de la antera, con células con paredes muy engrosa- das al exterior y vistosamente teñidas en color naranja. Los contornos de estas células epidérmicas se ven mucho mejor después que se ha descolorado la sección con el agua de Javel. Viene después la capa de células fibrósas. Se nota como estructu- 'a completamente especial, que la éapa de células epidérmicas, se va poco á poco adelgazando desde el ápice hacia abajo hasta desapare- cer por completo, siendo substituído por la capa de células fibrosas. Estas, tratadas con fluoroglicina y ácido clorhídrico adquieren la ca- racterística coloración rosada de las células leñosas. Después de esta capa de células fibrosas, hacia el interior de la logia se ve una delga- da capa de pequeñas células de aspecto parenquimático de color amarillento y de contornos indefinidos. La parte central de las ante- ras está uniformemente ocupada por un parénquima celular con pa- redes mediocremente delgadas de color amarillo obscuro. Gránulos de polen. — Son globosos cuando se hinchan con agua, fu- siformes sl son secos, miden 28 y en término medio en su diámetro mayor, están provistos de dos líneas fusiformes claras, muy estrechas y sumamente alargadas que siguen el diámetro mayor del grano po- lénico en su trayecto. Probablemente no son sino áreas donde la pa- red exterior ó exina es menos engrosada. Son dos y en perspectiva parece como si fueran situadas en dos puntos diametralmente opues- tos del gránulo (1). El núcleo de estos gránulos, que hasta la fecha no sé que hubiera sido antes observado por los estudiosos de esta planta, mediante la fuscina y el verde de metilo se colora en azul muy visiblemente; no láceas, Ramnáceas, Ampelídeas, Urticáceas, ete. Considerando este órgano como la fusión de tres anteras, éstas, es decir, la masa del androeceo seccionado trans- versalmente y examinado á simple vista muestra una sección en forma de estre- lla de tres rayos (4 veces de cuatro) completamente teñida en amarillo obscuro; exteriormente se ven las logias de la antera que en sección aparecen como lí- neas obscuras que limitan pequeñas cavidades. (1) Usando una mezcla de fuscina y verde al iodo, tenemos después de algu- nos minutos de inmersión idénticos resultados á los ya obtenidos. Con ematoxi- lina la pared del gránulo polénico queda completamente incolora, y muy poco teñidas las dos hendiduras longitudinales fusiformes de la exina; el plasma también se colora débilmente; los dos núcleos por el contrario se coloran visi- blemente en rojo intenso y aparecen como dos cuerpecillos esferoidales ó más generalmente alargados. No se puede observar bien su estructura que parece ser granulosa. 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA todos los núcleos de los granos polénicos tienen igual forma : algu- nos son globulares, otros alargados y todos bastante voluminosos. La pared y el plasma se coloran por el contrario en rojo-violáceo, y de este color aparecen también las dos líneas fusiformes ya des- criptas. En algunos gránulos polénicos y aun en muchos, se ven dos nú- cleos en lugar de uno, y estos núcleos están generalmente uno cerca del otro. También en el protoplasma de algunas cédulas se observa- rán algunos puntitos muy pequeños que asumen como el núcleo la coloración azulada. Aunque usé el objetivo á inmersión no pude con- seguir ver mayores detalles. Las anteras en sección longitudinal, vistas con pequeño aumento á mieroscopio, muestran el tejido epidérmico constituído por células que tratadas con agua de Javel se descoloran mostrando su pared, más engrosada al exterior que al interior. Su color antes de este tra- tamiento es amarillo-anaranjado Ó amarillo obscuro, mucho más in- tenso donde la pared está más engrosada y gradualmente más claro hacia la parte interna de la preparación. Sigue una capa de células (células fibrosas) que encontré vacías; tienen pared mediocremente engrosada y dan con fluoroglucina y ácido clorhídrico la característica coloración rosada. Estas células tienen en general sección rectangular, pero sus paredes son en mu- chas de ellas sinuosas y torcidas. Sigue á estas una zona de células parenquimáticas de tamaño mediocre, débilmente tenidas en amari- llento y con paredes muy delgadas. Son de forma casi globular ó es- feroidal y algunas casi poliédricas. A esta zona que es tan ancha como las dos capas antes descriptas, siguen los granos polénicos que no quedan pegados allí sino cuando la preparación á glicerina es re- ciente y después son arrastrados por esta substaneia. La columna basal del androeceo ó columna anterífera, que á simple vista parece como de aspecto leñoso, presenta, seccionada y obser- ada á microscopio, todos los caracteres de un verdadero parénquima muy semejante al parénquima central de la antera. En sección trans- versal, este resulta constituído por células de tamaño mediano, glo- bosas, ovoidales 6 algunas veces también bastante alargadas, con paredes delgadas y tenidas siempre con el mismo pigmento amarillo obscuro, característico de la planta. En sección longitudinal aparece constituído por células semejantes á las anteriores ya descriptas, pero de forma mucho más irregular é indefinida. PROSOPANCHE BURMEISTERI 17 Los tres órganos carnosos, que alternan con los estambres y muy parecidos á éstos por la forma, llamadas por De Bary estaminodios, seccionados transversalmente muestran una sección reniforme, com- puesta de dos divisiones; en la parte inferior hay una área alargada de color amarillo rojizo y sobrepuesta á ésta otra más ancha y mucho más clara. Á microscopio, con aumentos pequeños, se observa una masa parenquimatosa con células algo grandes, esféricas y á la peri- feria un poco más alargadas ó ligeramente poliédricas hacia el centro. En el área clara descripta, aparecen diseminadas en sus centro algu- nas células de la misma forma pero débilmente teñidas en obscuro. El área obscura está constituída por células con pigmento de color intensamente rojo-obscuro mezcladas con células claras como las de la masa fundamental del parénquima. En sección longitudinal y á simple vista, la sección resulta circu- lar ó casi tenida en obscuro y en parte en amarillento. La zona más clara última resulta constituida por células parenquimáticas, globo- sas Ó poliédricas, uniformes, pequeñas en la parte periférica de la preparación, mucho más grandes al interno. Tienen paredes delgadas y son Casi transparentes. La zona obscura está constituída por células de la misma forma de las últimas descriptas, un poquito más grandes y con paredes más dis- tintas : también están tenidas en obscuro. La pared del ovario y las placentas en sección transversal aparecen como una delgada cinta amarillo intenso, más claro en la parte me- diana, y que lleva en su parte inferior una cinta mucho más clara casi transparente y que termina en otras cintitas estrechas de la misma naturaleza de esa cinta más clara. Estas cintitas más peque- has, llevan como veremos luego, los óvulos. Á mieroscopio, con aumentos pequeños, se ve el tejido epidérmico, tenido en obscuro, después algunas células muy grandes con pared gruesa y unidas entre ellas formando grupos irregulares y á veces circulares de cuatro ó cinco células. En el momento que fueron exa- minadas estaban vacías y sus paredes estaban teñidas en amarillo claro. Se trataba de esclereidas como lo demostraron claramente los reactivos característicos : (clorhidrato de anilina que da coloración amarilla; fluoroglucina y ácido clorhídrico que la da rosada). Sigue una zona no muy ancha de color amarillo obscuro de forma mal defi- nida y que á través de las esclereidas, envía algunas trabéculas que Megan hasta el tejido epidérmico juntándose en la parte inferior de éste y formando una especie de red muy amplia, cada anillo de la cual AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIT. 2 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cireunseribe un grupo de esclereidas. Sigue después una zona ancha clara, con células irregulares, pequeñas, que es un parénquima. Las placentas también están constituídas por este tejido. En la faja ó área parenquimática nombrada, en el espacio intermedio entre la unión de las placentas, se encuentra una área ovoidal ú oblonga con el eje mayor (que es más ó menos tres veces y media que el menor en ancho) dirigido como el eje de la zona parenquimática, es decir perpendicularmente al eje de las placentas y paralelamente á la epidermis. Esta área oblonga es de color rojizo muy claro y está constituída por células de tamaño mediano unidas confusa- mente. Los óvulos en las placentas están situados en dos líneas longitu- dinales á derecha é izquierda de la línea media, son globosos ó lige- ramente alargados, muy visibles, y algunos están como encerrados en cavidades que terminan al exterior de las placentas en prominen- cias papiliformes. Se observan en algunas de las placentas y más ó menos en la línea media algunos elementos alargados, de constitu- ción en parte leñosa como lo confirman los reactivos ya varias veces citados. Estos óvulos no parecen estar aún maduros y como hemos encontrado las anteras en todos los ejemplares examinados casi com- pletamente desarrollados, esto haría creer que la fecundación fuera más vale heteroclina que homoclina, aunque no sea posible excluir el caso que el estigma (si así puede llamarse) haya madurado ya cuando los óvulos todavía no estaban maduros. En sección longitudinal, á microscopio y con pequeño aumento, se ve el tejido epidérmico, las esclereidas como en la sección transver- sal ; viene después una zona estrecha de células alargadas, deprimi- das, ligeramente teñidas en obscuro, después uno de los cuerpos ovói- des ó globosos ya descriptos en la sección transversal, que aquí resulta como muy alargado y termina en la masa del parénquima de las pla- centas, en forma redondeada á la derecha de la preparación, y adel- gazada en lado opuesto. Está constituído por células mediocres, teñi- das en amarillo obscuro, que son isodiamétricas ó casi isodiamétricas como se deduce de la forma que tienen en la sección transversal. Sigue la masa clara del parénquima placentar que es idéntico al ya descripto en sección transversal. Y ahora describiré el fenómemo más importante que se realiza en esta planta, es decir, el modo de unión con la planta huésped. El hecho más notable es su inmenso parecido morfológico é histo- lógico con el modo de unión de los parásitos de la familia de las PROSOPANCHE BURMEISTERI 19 Balanoforáceas (americanas) y especialmente con el género Seyba- lium. Como en este género y en otros de las Balanoforáceas la P. Bur- meisteri se une al huésped (Prosopis) por medio de una masa de tubér- culos ó prominencias de dureza notable. Paso á describir histológicamente esta unión, con un estudio pre- vio de los tejidos leñosos del huésped (algarrobo). La preparación que voy á describir no es permanente y fue tenida para ser descripta, con fluoroglucina y acido clorhídrico. Naturalmente, para poder seguir el curso de los vasos, hice una sección longitudinal. Orientando la preparación de modo que la parte correspondiente al huésped, quede hacia el observador y la del parásito hacia la parte opuesta, se ve que la primera está constituída, á la derecha por una agrupación compacta de haces fibro-vasculares, constituída, como mejor lo revelan los aumentos mayores, por vasos hendidos y casi puede decirse punteados. La tluoroglucina y HCl los colora claramen- te en rosado. Á la izquierda, hay una zona parenquimática con célu- las irregulares, pero que tienden á la forma alargada, intensamente tenidas por el mismo pigmento amarillo obscuro que siempre hemos encontrado. En esta zona no hay absolutamente ningún elemento leñoso. Esta zona está reunida á otra amarilla, que se junta con la ocupada á la derecha por el huésped, ya descripta, y que parece ser la continuación del tejido del parásito que se insinúa hasta encontrar el huésped. En ésta se encuentran pocos vasos del parásito tenidos en rosa. La zona superior de la preparación pertenece exclusivamente al parásito y está constituída por un parénquima de células polié- dricas, bastante regulares, que resultan en parte privadas de jugos, y por consiguiente, claras, y en otra parte por el contrario teñidas por el contenido en amarillo claro hasta el color naranja intenso, casi ro- jizo obscuro. En este parénquima están diseminados los vasos leño- sos ya citados que terminan uniéndose con los vasos leñosos del huésped. En el punto donde se juntan es difícil distinguirlos de los del huésped, porque son semejantes á éstos, sea por la uniforme co- loración que les da el reactivo, sea por el calibre no mucho mayor, sea por ser también punteados, pero con aumentos mayores se dife- rencian muy bien por sus hendiduras en forma de puntos algo más grandes que los del huésped. La nutrición debe seguramente hacerse por el paso de la savia del huésped de los vasos de éste á los de la Prosopanche. Ya dije antes que casi siempre el rizoma del parásito en el punto 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA donde se une al huésped, forma una masa de tubérculos semejantes á los de las Balonoforáceas americanas (1). En este punto la sección es semejante á la ya descripta, pero difiere en algo, por ser el parénquima que corresponde al túbero surcado irregularmente por líneas delgadas serpenteantes, más claras, que tienen á microscopio el aspecto que presenta á simple vista la nerva- dura de una hoja. Descolorados con agua de Javel (hipoclorito potá- sico) parecen simples fibras del parásito ó tal vez cadenas de células que se insinúan hacia el huésped hasta reunirse con las fibras leño- sas de éste. Eso hacía suponer que se tratara de elementos leñosos especiales, pero la reducción con fluoroglucina y ácido clorhídrico no confirma sino muy débilmente esta hipótesis, y especialmente para el punto donde estas fibras se unen á los vasos del huésped. Tratados con el líquido de Schultze se disocian, como también su- cede con el parénquima circunstante; pero limitada la ebullición pierden solamente su color obscuro poniéndose amarillo-claro, casi incoloro. Con aumentos fuertes parece que están constituídas por muchos elementos muy alargados y reunidos en un haz que les dá el aspecto de una fibra. Tal vez estos enigmáticos elementos no son sino células muy alargadas con paredes muy delgadas, apretadas las unas contr: las otras en haces, pero no puedo asegurar de que sea así con com- pleta certidumbre. Relativamente á la parte biológica poco se puede decir, aun res- pecto de las dos especies del género Prosopanche. Para la P. Bonaci- nai pueden consultarse al respecto las Comunicaciones del Museo Na- cional de Buenos Atres, tomo I, número 1, páginas 19 422, 24 de agosto de 1595: Una nueva especie de Prosopanche, Carlos Spegaz- Zinil. 7 A Relativamente á la P. Burmeisteri, que esla que he podido estu- diar un poco mejor, puedo decir solamente que tiene un rizoma rami- ficado que vegeta subterráneo á poca profundidad y que termina co- mo ya dije antes en la raíz de Prosopis entrelazándose con ésta ínti- mamente, y en la parte biológica ya describí su modo de unión. La flor es la única parte epigea de la planta. Las yemas florales (1) Estos órganos que Kerner von Marilaum llama también túberos, no son sino ensanchamientos del rizoma (como se demuestra por la semejanza histoló- gica con éste) que envían sus elementos leñosos á juntarse con los vasos del huésped. PROSOPANCHE BURMEISTERI 21 que brotan sobre el rizoma tienen al principio la forma de gastromi- cetas globosos (como justamente se expresa Kerner von Marilaum), y después se hacen alargadas ó toman la forma de maza. Y es en ese momento que perforan el terreno, especialmente cuando éste se halla reblandecido por la humedad ó por la lluvia. Eso sucede: en enero y febrero, en la época de las lluvias de nuestro verano austral. La conformación de las anteras y del tubo perigonial demuestran que se trata más bien de una planta entomófila que anemófila, y efec- tivamente los autores que han podido estudiarla ¿n natura asegu- ran que es fecundada por pequeños coleópteros de la familia de los Nitidulinidos, que fueron efectivamente hallados en el tubo peri- sonial. Eso no pude verificar aunque encargué personas de hacer observaciones y aunque éstas se preocuparan de hacerlo. Pero lo que quita toda duda respecto de la entomofilia es que (véa- se Kerner von Marilaum), la masa de la flor emite un olor. nauseabun- do de carroña y esto no puede tener otro objeto sino para atraer los Insectos que obran como prónubos. Aunque Engler y Prantl hayan hablado de la fecundación de esta planta por medio delos coleópteros, De Bary, ha observado por pri- mera vez que la posición de las anteras más arriba del plano del es- tigma, podría eventualmente favorecer la fecundación homoclina; sin embargo, en la parte histológica, tratando de los óvulos, hice notar como esta hipótesis puede resultar infundada. La diseminación de esta planta es aun un misterio y sólo se pue- den hacer hipótesis al respecto. Me inclinaría á creer, que siendo el fruto maduro y fresco, de olor agradable semejante á la frutilla y al ananá, pueda sercomido porlos animales, y que las semillas, que tie- nen integumentos muy duros, pasen intactos entre los excrementos y se diseminan sobre alguna raíz de Prosopis. Pero es solamente una hipótesis que necesita ser verificada ¿n loco. El estado de los ejemplares hasta ahora poseídos, no me ha permi- tido asegurar si todas las flores son hermafroditas ó si existen tam- bién flores unisexuales en esta planta, pero soy contrario á esta últi- ma opinión. Solamente en pocos ejemplares la falta de un ovario, en buen estado, de forma característica, y desprovisto de las lamelas pla- centares, me había hecho dudar creyendo se tratara de una flor mas- culina, pero también puede ser que resultara de la sequedad y nada puedo decir con precisión. Relativamente á las anomalías que presentan los ejemplares de es- 22 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENPÍFICA ARGENTINA ta planta, he verificado solamente la inconstancia en el número de las divisiones del perigonio que generalmente es tres, más raramente cuatro ó dos y en el rizoma, que á veces es tetrágono en lugar de trígono (1). i Relativamente á la distribución geográfica, pocas obser 'ACIONes han sido hechas hasta ahora; la mayor parte de los autores dan la Prosopanche como indígena del Brasil meridional, pero yo la creo más abundante en la República Argentina y especialmente en la región occidental la P. Burmeisteri. La P. Bonacinai ha sido hasta aho- ra encontrada mucho más al Sur en el territorio del Río Negro, sin embargo algunos ejemplares recogidos en la provincia de La Rioja (ciudad de La Rioja), eran ciertamente P. Bonacinai. De todos modos estas dos especies, parecen tener una distribución geográfica muy extensa. Digo muy extensa, pero refiriéndome al continente sudame- ricano. En la provincia de La Rioja, por lo que yo he averiguado, no había sido encontrada antes, ni tampoco estudiada por naturalistas y sólo los naturales la conocían. BIBLIOGRAFÍA A. De BarY, Prosopanche Burmeisteri : eme neue Hydnoree aus Siidamerika. Abh. d. Natwrg. Gres. zu Halle. Volumen X, página 245, etc. SPEGAZZINI, CARLO, Une nouvelle espece de Prosopanche. Anales del Museo Na- cional de Buenos Aires. Tomo VI, páginas 81-367. A. F. W. SCHIMPER, Die Fegetations organe von Prosopanche Burmeisteri. KERNER VON MARILAUM, La vita delle piante. Edición italiana (1892) páginas 182-187-554, volumen I; página 684, volumen IT. J. WIESNER, Elementi di Botanica scientifica. Volumen II, página300. Raflesia- cese. Volumen TIT, página 52. Botanische Zeitung, 1874, páginas 372-385-387-340-388. Prosopanche Burmeisteri, idem 1873, páginas 706-707-708; 1868, páginas 530-910. H. GRAFEN ZU SOLMsS-LAUBACH. Mit Tafel VII, páginas 368-375. Idem, pá- gina 385. Idem, página 337. Ueber den Bau der Samen in den Familien der Rafile- siacee und Hydnoracee. ENGLER UND PRANTL, Die natiirliche Pflanzen Familien. Número 35, Leipzig. Verlag von Wilhelm Engelmann, 1889. : (1) Evidentemente, cuando la flor presenta dicha inconstancia en el número de las divisiones perigoniales, hay diferencia entre la forma de la división peri- gonial normal, que representa un tercio del tubo perigonial (en circunferencia) y el tipo anormal, que resulta si es de un cuarto más angosto y si es de dos más ancho. HOMENAJE Á PIERRE CURIE EL RADIO CONFERENCIA DADA EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (1) Señor presidente, Señoras, Señores : En cumplimiento de un compromiso contraído con el digno presi- dente de nuestra sociedad, teniente coronel ingeniero Arturo M. Lu- gones, intentaré dar una pequeña reseña sobre el estado actual de la radioactividad, como un débil homenaje á la memoria de uno de sus descubridores M. Pierre Curie, cuyo trágico fin tan hondamente ha conmovido al mundo entero. Pérdida ésta, en realidad sumamente sensible, pues además del desastroso fin del que fué en vida Pierre Curie, la inexorable parca ha tronchado una existencia en la plenitud de su desarrollo y cuando más prometía para el progreso de la ciencia. Con él se fué uno de los pocos sabios que aun nos quedaban en esta época de exhibicionismo, que aparte de sus grandes conocimientos y práctica probados, poseía una de las cualidades más apreciables en el hombre, hoy día poco común: la modestia. Pierre Curie constituía un verdadero anacronismo para nuestro tiempo, pues poseía virtudes es- partanas y fué un sabio.al estilo griego. El significado dela palabra sa- bio, que tanto ha degenerado actualmente y con la que se títula á toda persona que haya acumulado un mayor ó menor número de conoci- mientos, merece en mi concepto una pequeña aclaración. (1) La conferencia fué ilustrada con experimentos y proyecciones luminosas á cargo del señor ingeniero Guillermo Kettelhake, á quien me es grato manifestar en este lugar mi más sentido agradecimiento. 24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La acumulación de saber á fuerza de estudio y de constancia y la repetición más ó menos buena de lo que hemos adquirido, es tarea que todos estamos en condiciones de realizar con mayor ó menor éxi- to. Sin negar que esta acumulación de saber y su exteriorización sea útil á la sociedad, la considero sin embargo, insignificante con res- pecto á los altos ideales que persigue la ciencia. No es suficiente acu- mular, sino que es necesario además aprovechar lo asimilado, anali- zándolo para abrir nuevos horizontes á la investigación, indicar otros rumbos y crear nuevos ideales. Los servicios prestados á la ciencia no se miden por lo que se asimila, sino por lo que se produce. En esto consiste á mi parecer la verdadera misión del sabio y cumplida- mente la ha llenado aquel de cuyas obras nos vamos á ocupar. Aquí como en el universo en general existen gradaciones. Según la gene- ralidad, trascendencia ó utilidad de lo creado, así también será mayor ó menor el beneficio que el sabio reportará á la ciencia y al progreso de las industrias, ambos encaminados hacia el bienestar moral y ma- terial de la humanidad. El descubrimiento de la radioactividad es indiscutiblemente uno de los acontecimientos más importantes de nuestra época y á él van unidos para siempre el nombre de sus descubridores M. Becquerel y los esposos Curie. Aunque uno de ellos, M. Pierre Curie, ha desapa- recido ya del escenario, sus obras sin embargo perdurarán indefini- damente. Nacido en Paris en el año 15859, hijo de un distinenido mé- dico, se dedicó á la ciencia desde muy joven, adquiriendo su vasta ¡ilustración científica sin el auxilio de ningún maestro, sólo á expen- sas de su incesante y titánica labor. Antes de realizar su portentoso descubrimiento del radio, ya habían sido premiados sus trabajos en distintas ocasiones por la Academia de Ciencias, pero aun permane- cía en la penumbra cuando de improviso fué presentado á la gratitud de sus contemporáneos en la plena luz del día. Desde ese momento M. Pierre Curie, fué colmado de premios, honores y distinciones, re- chazando muchos de ellos por ser contrarios á sus convicciones persona- les y filosóficas y únicamente aceptó los otros como un estímulo y para proveerse de los medios indispensables para llevar á cabo sus costo- sisímas experiencias. En 1905 la Academia de Ciencias de Paris lo elige para formar parte de la legión de los inmortales, como se ti- tulan los miembros de tan ilustre corporación. El nuevo ambiente que se le formó, fué más bien molesto al ilustre sabio, pues le causó entorpecimientos en la prosecución de sus investigaciones, creándole nuevos deberes y responsabilidades. EL RADIO 25 M. Pierre Curie viene á caer precisamente en el momento en que comenzaba á cosechar los frutos y laureles de su inmensa labor, lleva- da á cabo con una perseverancia poco común. Era un hombre que na- ció y vivió para la ciencia. En ciertas ocasiones la conciencia humana se revela contra los designios del destino, como ha sucedido en este aso. Un lamentable accidente callejero siembra el más acerbo dolor en un hogar hasta entonces feliz y priva á la ciencia de uno de sus más abnegados servidores. Creo que la mejor manera de hacer resaltar los méritos del malo- erado sabio, es dar á conocer el alcance y trascendencia de la radio- actividad, á cuyo desarrollo había dedicado todas sus energías. El vénesis del descubrimiento de la radioactividad presenta cierta ana- logía con otro que nos ha dado la clave de los geroglíficos, es decir, nos ha dado á conocer la historia detallada y auténtica de uno de los pueblos más civilizados de la antigiiedad. En efecto, Champollion, des- pués de mucho estudio, llegó á identificar en los geroglíficos la letra M y partiendo de esta base alcanzó á conocer las demás letras del alfabeto, pero ¿cual no sería su sorpresa al convencerse que la base de que había partido era falsa ? La letra que había creído descubrir no era la M. Análogamente al tratarse en la sesión de la Academia de Ciencias de Paris del descubrimiento de los rayos Róntgen, le llamó mucho la atención á M. Becquerel el hecho de que se volvía fluores- cente la parte del tubo de Crookes en que ineidían interiormente los rayos catódicos y de la cual partían los rayos X. Basándose en esta observación supuso que todas las substancias fluorescentes serían sus- ceptibles de emitir rayos Róntgen. Todas sus investigaciones fueron encaminadas en este sentido, pero más tarde comprobó que no había relación alguna entre la fluorescencia de una substancia y la emisión de rayos X. Fué durante el curso de estos estudios, orientados por una deducción a priori falsa, que M. Becquerel llegó á constatar una nueva propiedad curiosísima de la materia: la radioactividad. Al principio operó con las sales fluorescentes de uranio, las cuales, aun habiendo permanecido largo tiempo encerradas, á cubierto de toda influencia de energía exterior, luz, calor, etc., poseían la notable pro- piedad de emitir radiaciones capaces de impresionar á través de pa- pel negro, las placas fotográficas y de volver conductor de la electri- sidad á los gases. M. Becquerel llega á la conclusión, en esta primera serie de sus investigaciones, de que la radioactividad es una propie- dad atómica. Pero he aquí un hecho nuevo é inesperado que se ob- serva al efectuar un estudio comparativo de las sales y de los mi- 26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nerales de uranio, entre ellos la pechblenda, y consiste en que estos últimos poseen en igualdad de condiciones, un poder radioactivo mayor que el mismo uranio metálico. Al examinar más de cerca es- ta aparente contradicción, los esposos Cutie llegan á la convicción de que la gran radioactividad del mineral uranio : la pechblenda, no es debida exclusivamente al elemento uranio, sino que debe perte- necer á un cuerpo nuevo, distinto de todos los hasta entonces co- nocidos, pues si la radioactividad sólo fuera una propiedad atómica del uranio es lógico suponer que éste al estado metálico sería más ac- tivo que el mineral que lo encierra. Sus previsiones teóricas son ple- namente confirmadas por la experiencia, pues consiguen aislar de la pechblenda una substancia con marcadas propiedades radioactivas, análoga al bismuto en su comportamiento químico y que en honor de la patria de M** Curie fué bautizado con el nombre de Polonio. Al proseguir sus investigaciones, los esposos Curie descubren al poco tiempo otra substancia un millón de veces más radioactiva que el uranio metálico y que denominan Radio. Es ésta la única substancia radioactiva por excelencia, conocida hoy día. Poseeuna radioactividad sensiblemente constante, mientras que en todos los demás cuerpos ra- dioactivos se constata una diminución considerable de su poder al poco tiempo de ser aislados. En la radioactividad, como en todo descubrimiento nuevo y tras- cendental se ha intentado englobar y explicar por medio de él muchos hechos obscuros hasta entonces, y ese afán innato en el hombre lo in- duce frecuentemente á errores. Se ha querido referir todo fenómeno mal estudiado á la radioactividad y hasta algunos han tratado de atribuir á la misma el origen de la vida. Es pues, necesario deslindar lo positivo de lo fantástico. En una ceguedad poco explicable, mu- chos han creído ver en el descubrimiento del radio, el derrumbe de nuestras adquisiciones científicas, penosamente acumuladas en el transcurso de varios siglos de experiencia y de observación, cuando en realidad sufrirán á lo sumo, una nueva interpretación. Los hechos permanecen inconmovibles, sólo serán observados á través de un nue- vo prisma. : | Antes de seguir adelante, considero oportuno dar una idea más Óó menos precisa de lo que debe entenderse por radioactividad. Según el eminente físico Soddy, una substancia radioactiva es aquella que posee como propiedad esencial, la de emitir radiaciones corpusculares. Actualmente se conocen dos tipos de radiaciones: ondulatorias y corpusculares. Las primeras son producidas por un EL RADIO 27 movimiento ondulatorio del éter y las últimas por la emisión de pe- queñísimas partículas llamadas corpúsculos. Otra propiedad especí- fica de la radioactividad, es que ella no depende de la temperatura, como sucede con los demás fenómenos fisicos y químicos que conoce- mos. En efecto, nose ha logrado modificar sensiblemente la radioae- tividad de un cuerpo sometiéndolo á las temperatur: s más bajas ó más altas que hemos alcanzado á producir. Esta y otras consideraciones inducen á considerar á la radioactividad como una propiedad atómi- ca. La ciencia no habiendo llegado aun á transformar la estructura dlel átomo, es lógico deducir que no se podrá alterar las propiedades radioactivas por medio de los agentes físicos Óó químicos de que dis- ponemos. i Lo que caracteriza, pues, á una substancia radioactiva, es su pro- piedad de emitir radiaciones corpusculares y de no perder dicha pro- piedad por las variaciones de temperatura. Las radiaciones que emiten los cuerpos radioactivos se dividen en tres clases, designadas por las tres primeras letras del alfabeto griego 2, 2 y y, pero probablemente son de naturaleza más compleja. Las 'adiaciones a, f y y se dividen á su vez en dos tipos: las que son des- viables por el imán y las que no lo son. Entre las primeras se cuentan las radiaciones 2 y f y entre las segundas la radiación y. Es precisa- mente su comportamiento magnético, originado por sus distintas car- gas eléctricas, lo que ha permitido aislarlas y caracterizarlas. De estas radiaciones, es con mucho la más importante la radiación a que cons- tituye la mayor parte de los corpúsculos emitidos por el cuerpo ra- dioactivo y se conocen algunos que parecen producir únicamente rayos 2. Los corpúsculos y tienen dimensiones relativamente grandes, pues son comparables á los átomos de hidrógeno ó según aleunosá los dle helio. Son considerados como átomos de helio en un estado espe- cial, que poco á poco van adquiriendo las propiedades específicas de este elemento interesantísimo bajo más de un punto de vista. Los cot- púsculos « son emitidos con una velocidad de 20.000 kilómetros por segundo, pero los más pequeños obstáculos, como ser una simple hoja dle papel, son suficientes para detenerlos. Una pequeña capa de aire «de unos 10 centímetros de espesor basta igualmente para absorberlos totalmente. En dos de los principales cuerpos radioactivos: el radio y el torio, se ha constatado la producción de un cuerpo gaseoso, de naturaleza elemental, que sigue la ley de Boyle y que se ha llamado Emanación. Es un gas inerte de la familia del Argón. Este cuerpo gaseoso parti- 28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cular, originado á expensas del átomo de radio, es el que por su trans- formación ó diseregación produce las tres radiaciones que acabamos de mencionar. La emanación del radio, que es la que más nos interesa, tiene una densidad de S0(H =1) y así si se admite que su molécula, co- mola del Argón, es monoatómica, resultasu peso atómico 160. Secon- densa á—150*C. y tiene un espectro propio. La emanación atraviesa con suma facilidad los más pequeños orificios y hendiduras, mientras que los gases materiales ordinarios sólo pueden hacerlo con mucha lentitud. Al encerrar un pedacito de radio en una ampollita de vidrio y al estudiar su espectro, se notará claramente el de la emanación, pero si renovamos su observación al cabo de algunos días se notará con gran sorpresa la aparición de las rayas características del helio. Este hecho, de una importancia capital, fué puesto de manifiesto por Sir Ramsay y vendría por otra parte á dar una explicación de la pre- sencia constante del helio ocluído en grandes cantidades en los mine- rales que contienen substancias radioactivas. El descubrimiento de este fenómeno viene á coronar dienamente la interminable serie de sorpresas que nos ha deparado la radioactividad, pues es el primer ejemplo de la transformación de un elemento en otro, pues como tales son considerados el radio, la emanación y el helio. Vendríamos pues ú admitir la posibilidad de la transmutación de los elementos, el sueño dorado de los alquimistas y que no ha mucho se consideraba como una utopía indigna de preocupar al verdadero hombre de ciencia. Pero lo curioso es la aparición del helio recién al cabo de un cierto tiempo y debido á ésto, es que algunos físicos consideran á los corpúsculos a, como átomos de helio en un estado especial, comparable al del ión con respecto al átomo ó á la molécula del elemento. Estos corpúsculos z á causa de la velocidad con que son lanzados se incrustan, diremos así, en el vidrio de la ampolla y al hacer pasar la corriente en ella para producir el espectro, son libertados nuevamente y adquieren las pro- piedades del helio. Aún constituye un enigma la aparición del espec- tro del helio recién al cabo. de algunos días y en la tentativa para despejarlo se han emitido dos hipótesis: sea que el helio sólo «se for- ma á expensas de los corpúseulos de una manera muy lenta ó lo que es más probable, el helio preexiste desde el primer momento, pero debido á causas aun ienoradas no se puede poner de manifiesto su espectro. Si esto sucediera estaríamos en presencia de otra de las numerosas revelaciones que nos ha proporcionado, ó nos propot- cionará el radio. En. tal caso el espectro de. una substancia .no es suficiente para comprobar la pureza de la misma, pues podrían EL RADIO 29 mediar circunstancias que impedirían la aparición del espectro de las impurezas. Por otra parte, el análisis espectroscópico que aun no hace diez años era preconizado como el más sensible para constatar la presencia de los cuerpos en cantidades infinitesimales, resulta grosero comparado con otros métodos que nos ha dado á cono- cer la radioactividad. Efectivamente, por medio de un aparato tan sencillo como el electroscopio (1), llegamos á poner de manifiesto la presencia de ciertos cuerpos en cantidades 150.000 veces menores que las que acusa el espectroscopio. Es precisamente esta propiedad de ciertas substancias de ionizar el aire, es decir, de volverlo conductor, lo que ha permitido comprobar su existencia en cantidades tan infinitesimales, por decirlo así. Pasemos ahora á considerar la radiación (f, igualmente corpuscu- lar, la cual, aunque cuantitativamente es muy inferior con respecto á la radiación total de las substancias radioactivas, no por eso deja de tener un altísimo interés científico, pues su estudio nos ha condu- cido á una concepción completamente nueva de la electricidad. Los corpúsculos que constituyen la radiación £ son, en cuanto á sus di- mensiones mucho más pequeños que los corpúseulos a, se les calcula aproximadamente 1000 veces más pequeños que el átomo de hidró- geno, el menor hasta ahora conocido. Están carga los de electricidad negativa, y teniendo en cuenta su carga eléctrica enorme y su peque- ía masa, se llega á la conclusión de que ésta se encuentra constituída verosímilmente de electricidad en su casi totalidad, y sin exagerar podríamos considerar al corpúsculo f£ como el átomo de electricidad negativa. Esto nos conduciría á representarnos á la electricidad como algo material, de constitución atómica. Hasta ahora sólo se ha podido estudiar el átomo de electricidad negativa, ignorándose aun completamente la existencia del átomo de electricidad positiva. Las propiedades de los corpúsculos f£ son completamente análogas á las que presentan los rayos catódicos en el tubo de Orookes. Estos corpús- culos se desprenden en forma de explosión, pero deben ser explosio- nes formidables, si se tiene en cuenta que son proyectados con una velocidad que varia de 20.000 á 300.000 kilómetros por segundo, es decir, la inconcebible velocidad del rayo luminoso. La proyección repentina y con gran velocidad de los corpúsculos 2, origina una onda electro-magnética corta é irregular, es decir, produ- (1) Aquí, debido á la amabilidad de los doctores Gallardo y Bahía, el conferen- ciante presentó el electroscopio y el electrómetro de los señores Curie. (N. de la D.) 30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ce una radiación penetrante del tipo de los rayos Róntgen y que cons- tituye los rayos y. Estos rayos yy se engendran, además, al chocar los corpúsculos f con las partículas materiales de la misma substancia radioactiva. Son producidos, por consiguiente, de una manera aná- loga álos rayos X, ósea por el choque de los corpúsculos catódicos contra el vidrio de la ampolla de Crookes. Así como los rayos Rónteen, la radiación y no se refleja, refracta ni polariza, ni son des- viados por los campos magnéticos más intensos que podemos provo- sar. Esta formación de los rayos «y á expensas de los corpúsculos £, se encuentra confirmada, hasta cierto punto, por la proporcionalidad que existe entre la cantidad y la intensidad de los rayos y y f. La ra- diación y posee un poder de penetración enorme y puede atravesar 7 centímetros de plomo, 19 centímetros de hierro y 150 centímetros cúbicos de agua, perdiendo únicamente el uno por ciento de su in- tensidad primitiva. Es digno de mención un hecho que se observa al poner en contacto con el aire una sal de radio fuertemente activa, y es que se nota un olor intenso á ozono, análogo al que se siente en las cercanías de una máquina eléctrica en funcionamiento. El ozono, así como el agua 0xi- genada, poseen ciertas propiedades análogas á las radioactivas. ¿Qué relación misteriosa existirá entre ambos ? Sobre la procedencia del radio nada de seguro se puede adelantar en el estado actual de la ciencia. Es posible que él mismo solo cons- tituya un producto de transición en la evolución del elemento uranio, que termina con la generación del helio. Pero aun ignorando el origen de este curioso cuerpo, podemos hacer constar que el estudio de la radioactividad ha contribuído poderosamente á cambiar nuestras nociones sobre los pretendidos cuerpos simples y quizás nos propor- cione la clave de su mutua transformación. La transmutación de los metales, tan tenazmente perseguida sin éxito positivo por los alqui- mistas, vuelve á constituir un tema de actualidad para los químicos modernos. En efecto, la radioactividad ha puesto de manifiesto la transformación de un elemento : radio, en otro elemento : helio, pues como tales son admitidos universalmente ambos cuerpos. Durante esta transformación se notan ciertos pasajes de la evolución del ra- dio, que no van acompañados de ningún fenómeno radioactivo. Los fenómenos debidos á la radioactividad son actualmente los únicos que nos permiten seguir la transmutación sucesiva de un elemento, pero si ellos dejan de manifestarse nos encontramos desarmados para con- tinuar su estudio. Tal vez arbitrando medios para subsanar esta difi- EL RADIO 31 cultad de observación, se notaría que todos los cuerpos se encuentran en lenta pero continua evolución, sin que ésta tenga que estar acom- pañada forzosamente por fenómenos radioactivos. La graduación en las propiedades de ciertos elementos, sobre todo de las llamadas tierras raras, es tan notable, que inmediatamente asalta al espíritu observador la idea de que ellos no sean más que modalidades ó estados alotrópicos de un mismo elemento primitivo. Las recientes investigaciones científicas acaban de poner de mani- fiesto que todoslos elementos, cualquiera que sea su naturaleza, poseen algo de común : el electrón. Este hecho es muy significativo y nos in- duce lógicamente á buscar un origen común de los seudoelementos. El electrón, que es la denominación generalmente adoptada para desig- nar al átomo eléctrico negativo ó á la partícula catódica, puede ser obtenido sea por ionización de los gases, por el fenómeno de Zee- mann, por medio de los cuerpos radioactivos ó en el tubo de Crookes. Pero aislado con el auxilio de cualquiera de estos procedimientos y á expensas de los más diversos elementos, siempre, invariablemente, presenta las mismas propiedades y los datos numéricos obtenidos concuerdan de una manera asombrosa. Lo cual, aparte de evidenciar la igualdad de los electrones aislados de los más diversos modos, da una idea del grado de exactitud alcanzado en las medidas físicas, pues en esta clase de investigaciones el más mínimo error de obser- vación ocasiona diferencias considerables en los resultados. Si lo que acabamos de mencionar se realizara, se habría dado un pa- so decisivo tendiente á la comprobación de la unidad de la materia. El día en que se haya logrado la transmutación de los elementos, así como actualmente lo efectuamos con las distintas clases de energía, se presentaría al hombre científico un nuevo problema á resolver : buscar la relación que existe entre la materia y la energía. Guiados por los escasos conocimientos que poseemos al respecto y por nuestra tendencia á simplificar lo heterogéneo, podríamos adelantar ó más bien preveer dicha solución. Probablemente lo que llamamos materia y energía, son en el fondo una misma cosa, una de ellas una transfor- mación ó quizás concentración de la otra y aun aquí podemos apli- car el famoso adagio de Lineo: « La naturaleza no da saltos », que es de una aplicación tan universal como la sublime ley de la gravita- ción de Newton. En efecto, ya se ha pretendido encontrar en los elec- trones un lazo de unión, un puente que permite la comunicación entre estos dos mundos: materia y energía, considerados hasta hace poco como totalmente distintos, irreductibles, completamente separados. 32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Detodos los atributos de la materia, el único constante, invariable, es la masa. Si ella fuera susceptible de variar, tendríamos que crear un nuevo concepto de la materia ó bien admitir un nuevo estado de la misma. La relación de la masa á la carga eléctrica de los electro- nes varía con la velocidad, en el sentido de que su masa va disminu- yendo cuando aquella aumenta. Estamos, pues, en presencia del pri- mer caso hasta ahora conocido en que falla la tradicional definición dela materia por su masa y su inercia. El electrón constituye, por tanto, un algo distinto de lo que entendemos por materia, sin que por ello pueda asimilársele á la energía, y sería según algunos filósofos un estado intermediario entre ambas. Respecto al origen de la energía radioactiva, se han emitido las más diversas hipótesis. Las que han obtenido mayor aceptación son las de la transformación ó disociación atómica y la que admite la existencia de una radiación exterior, aun desconocida atravesando el espacio. La enorme cantidad de energía suministrada por los cuerpos radioactivos y llamada para distinguirla, sin que ello implique una explicación, energía radioactiva, provendría, según la primera hipó- tesis de la disgregación ó transformación que experimenta el átomo radioactivo. La radioactividad no sería, pues, más que una exteriorl- zación de la considerable cantidad de energía que se encuentra al- macenada en los átomos y que se pone en libertad durante su diso- ciación. Siguiendo las leyes que rigen los fenómenos físicos y quími- cos, tenemos que admitir forzosamente que durante la formación del átomo deben haber intervenido esas proporciones fabulosas de ener- eía, que aun estamos bien lejos de poder producir por nuestros me- dios comunes, y de ahíse explica el hecho de que todas las tentati- vas de disgregación del átomo hayan fracasado. La idea perseguida por los alquimistas fué, pues, una utopía y aun hoy día lo es prácticamente, aunque en teoría todo se inclina á con- siderarla como muy verosímil, pues el único ejemplo conocido de la transmutación de elementos : el radio en helio, es un fenómeno natu- ral enteramente ajeno á nuestra voluntad, no pudiendo nosotros ini- ciarlo, acelerarlo ó retardarlo. La cantidad de energía desprendida durante dos días por la trans- formación del radio, es mayor que la que se podrá desarrollar por medio de la más violenta de las reacciones químicas, suponiendo que se prolongara indefinidamente. Según la segunda hipótesis, la energía radioactiva se origina por la acumulación ó transformación de la que atraviesa los espacios in- EL RADIO 33 terestelares, bajo forma de una radiación aún desconocida. Los cuer- pos radioactivos sólo serían receptáculos apropiados para hacer visi- ble una parte de la energía que llena el espacio, tal como lo haría una pantalla duorescente respecto á los rayos para los cuales es in- sensible la retina. Otra de las hipótesis interesantes es la que asimi- la los cuerpos radioactivos á pequeños sistemas solares en formación, en tanto que los cuerpos no radioactivos serían sistemas en un esta- do avanzado de extinción. No entraré en mayores detalles sobre el origen de la radioactividad, pues probablemente lo haré en otra oportunidad, con una pequeña contribución personal. Pero cualquie- 'a que sea la causa del origen de la radioactividad no tenemos el más mínimo derecho á declarar que esta fuente de energía, aparen- temente espontánea, esté en contradicción con los datos científicos hasta ahora adquiridos, pues nada obsta para que ella no sea más que una de las tantas modalidades de la energía universal. A pesar de haber transcurrido pocos años desde la iniciación del estudio de los fenómenos radioactivos se puede deducir como muy probable que la radioactividad es una propiedad común en mayor ó menor grado á toda la materia y la emanación parece ser uno de los cuerpos más difundidos en la naturaleza, aunque en mínimas pro- porciones. Se ha constatado su presencia en el aire, en el agua, en la tierra y en los numerosos cuerpos que se ensayaron. Es debido á ello que el aire no constituye un aislador eléctrico perfecto, sino que siempre se encuentra ligeramente ionizado, es decir, es débilmente conductor de la electricidad. Ciertas aguas minerales son especial- mente radioactivas al ser extraídas, pero que pierden rápidamente la casi totalidad de su radioactividad al ser conservadas, aun en bo- tellas herméticamente cerradas, durante algunos meses. Quizás la acción terapéutica de las aguas minerales naturales sea debida en eran parte á sus propiedades radioactivas y de ahí que las aguas minerales artificiales y aún las mismas naturales después de algún tiempo de haber sido embotelladas, no sean tan eficaces, por no po- seer Ó haber perdido eran parte de dichas propiedades. El estudio de la radioactividad ha sido tan fructífero que su in- fluencia se manifiesta en todas las ramas de la actividad humana. En medicina se han obtenido con el radio, éxitos positivos en todas aquellas afecciones en que estaba indicado el uso de los rayos Rónt- gen ó de la luz de Finsen. Los tubitos de radio que tengo el honor de presentar á ustedes en estas cajitas han librado á varios cancerosos de su terrible mal, manejados por el distinguido médico argentino AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 3 34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA doctor Mackenzie Davidson, que desde hace muchos años reside en Inglaterra, donde goza de una merecida fama como uno de los prime- ros especialistas en radioterapia (1). El radio ejerce además una in- fluencia manifiesta sobre la vida embrionaria y los pocos ensayos practicados han provocado la formación de notables casos teratoló- vicos. Debe manejársele con muchas precauciones, pues es una arma de doble filo y así como puede producir curaciones sorprendentes, puede igualmente ocasionar quemaduras muy rebeldes á todo tra- tamiento. La radioactividad constituye además una fuente ideal para el su- ministro de la energía necesaria á las más variadas aplicaciones in- dustriales. Pero desgraciadamente debe renunciarse por el momento al aprovechamiento de la energía radioactiva por las mismas causas que acabo de mencionar al referirme á las dificultades de su empleo en medicina. Aparte de éstas existe otra razón muy poderosa y que nos llevaría á desistir por completo de una aplicación en grande es- cala de los cuerpos radioctivos como fuente de energía y es que la cantidad que de ellos contiene el globo terrestre es necesariamente limitada. En efecto, se ha calculado que es suficiente la presencia de un gramo de radio por metro cúbico en la masa solar para llevarla á la incandescencia en que se encuentra y por una simple comparación deducimos como consecuencia lógica que la proporción de substancia radioactiva contenida en nuestro planeta es muy insignificante. Por otra parte, los cuerpos radioactivos por excelencia : uranio, torio y radio, así como todos los elementos de peso atómico elevado se en- cuentran en pequeñas cantidades en la corteza terrestre y segura- mente el núcleo los contendrá en mayor proporción, hecho que está en perfecta armonía con la teoría Kant-Laplace sobre la formación y agrupación de las masas cósmicas. El fenómeno geológico bien com- probado de que la temperatura aumenta incesantemente al penetrar en el interior de la tierra y teniendo en cuenta la constante geotér- mica, se concibe fácilmente que el núcleo terrestre se encuentra á una alta temperatura, de la que nos encontramos protegidos por la mala conductibilidad de la corteza. Por las consideraciones anterio- res no es muy aventurado suponer que el estado interior de la tierre (1) Estos tubitos de bromuro de radio muy activo están actualmente en po- der del señor farmacéutico Diego Gibson, quien me los ha cedido galantemente para esta conferencia y me es grato expresarle con este motivo mi más sincero agradecimiento. EL RADIO 35 sea debido á la presencia de cuerpos radioactivos. Estos estarían, pues, acumulados casi totalmente en el núcleo de la tierra y su ex- tracción como es fácil suponerse, presenta dificultades insuperables, en tanto que la corteza, como acabamos de ver, sólo posee mínimas proporciones de los mismos y diremos por fortuna, pues de lo con- trario imposibilitaría la vida orgánica. La radioactividad al revelarnos sus maravillosas propiedades nos ha colocado al mismo tiempo un dique á nuestro afán de investigar y de analizarlo todo avasalladoramente, pues sólo nos va entregando poco á poco los valiosísimos secretos que encierra y somete el expe- rimentador al terrible tormento de Prometeo, cuyas entrañas reno- vadas sólo servían para ser devoradas incesantemente. La sabia naturaleza sólo ha puesto al alcance del hombre las subs- tancias radioactivas en dosis inofensivas y cual si quisiera subs- traerlo á los peligros que entrañaría el manejo de grandes cantidades de las mismas las ha sepultado en el seno de la tierra, poniéndolas á cubierto de toda tentativa de extracción. Efectivamente, pasma pen- sar las fabulosas cantidades de energía que desarrollarían varios ki- logramos de radio puro y las dificultades y grandes peligros que oca- sionaría su manejo. No satisfecha con abrir ante nuestros ojos un mundo nuevo, la radioactividad está en vías de convulsionar las teorías más funda- mentales de las ciencias en general. Es oportuno indicar aquí que esto no implica la bancarrota de la ciencia como algunos lo suponen, muy por el contrario, muestra cuán vigorosa es y hasta dónde podrá llegar, pues los hechos no varían, sólo su interpretación es la que se modificará. El concepto de la electricidad ha cambiado radicalmente y en vez de considerarla como una forma de la energía, se la asimila á un fluído material, de constitución atómica, semejante á la de los elementos, con la diferencia de que el electrón, el átomo de electrici- dad negativa, es mucho más pequeño que el menor de los átomos co- nocidos : el hidrógeno. La materialidad de la electricidad, estaría comprobada además por la existencia de una inercia electromagnéti- ca, comparable á la inercia mecánica. La teoría de la emisión de Newton, cuya intuición de los fe- nómenos de la naturaleza nos asombra de más en más, y que había sido tan combatida y condenada al olvido, viene á renacer hasta cierto punto y en los electrones debemos admirar los portadores de la luz. Uno de los meteoros luminosos más bellos y grandiosos que es 36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dado al hombre contemplar : la aurora polar, encuentra igualmente su explicación por la descomposición de la luz solar en su pasaje á través de las partículas eléctricas acumuladas alrededor de los polos magnéticos de la tierra. La química ha sacado igualmente un provecho inmediato del estu- dio de la radioactividad y nos ha facilitado la interpretación de las reacciones químicas, así como también ha modificado nuestras nocio- nes sobre los elementos. El átomo en vez de ser considerado como un conjunto homogéneo é indivisible, resulta estar constituído por infinidad de partículas muy diminutas, una de las cuales es el elec- trón. La química es además deudora á la radioactividad de un hecho que por su transcendencia nunca estará de más volverlo á señalar, y es la transmutación de un elemento en otro. La radioactividad contribuirá igualmente de una manera poderosa á estrechar cada vez más los vínculos entre la física y la química, pues en el fondo la una es sólo la continuación de la otra. Ella, apar- te de los numerosos é importantísimos hechos experimentales que nos ha proporcionado, ha influenciado asimismo los más altos con- ceptos filosóficos y las más elevadas especulaciones científicas. En cuanto á las demás ciencias naturales, aún no es posible pre- ver el sentido que á ellos imprimirá el estudio de la radioactividad, pues son poco numerosos los trabajos realizados con dicho objeto. Estamos, pues, en presencia de una propiedad general de la mate- ria y á pesar de ello aun no hace diez años la ignorábamos por com- pleto. Esto nos induce á creer que todavía son numerosas y muy importantes las propiedades desconocidas de la materia y de la ener- gía, por falta de medios apropiados para ponerlas de manifiesto. Pero así como el descubrimiento de los rayos Róntgen provocó indirecta- mente el de la radioactividad, así también esperamos que ésta no sea la última conquista científica, sino que será el punto de partida de otros descubrimientos nuevos y no menos transcendentales. He dicho. D" GUILLERMO F. SHAEFER, Químico. TRICROMÍA ” Newton, desde 1675, demostró que la luz solar blanca se componía de los siete colores elementales del arco iris: rojo, anaranjado, amari- llo, verde, azul, índigo y violeta, los que por su diferente refrangibi- lidad ó por dispersión constituyen lo que fué llamado espectro solar. Hoy día es éste el espectro solar visible, pero en el siglo pasado se encontró que el espectro solar de Newton se componía de otras dos partes muy importantes é invisibles, llamadas respectivamente espectro calorífico y espectro químico ó ultravioleta. El mismo Newton demostró también que superponiendo uno á uno los siete colores elementales ó simples se obtiene una serie de mati- ces diferentes, y sólo se llegaba á recomponer la luz blanca cuando la superposición de los siete colores elementales del espectro era com- pleta. Por eso llamó color complementario del color ó mezcla de co- lores que faltan en la superposición para obtener el blanco, á cada uno de los colores intermedios obtenidos por superposición. Brewster demostró que se podían obtener todos los colores de New- ton con lo superposición de los tres fundamentales, rojo, amarillo y azul; mientras el célebre físico Clerk-Maxwel con su Teoría de los colores (18580), pudo probar que para obtener las infinitas gradacio- nes cromáticas mejor se prestaban los tres colores intermedios y funda- (1) Nuestro inolvidable profesor, injeniero Emilio Rosetti, nos envía de Mi- lán esta interesante nota sobre tricromía, que gustosos publicamos. Agradecemos al querido maestro esta atención que demuestra cómo a pesar del tiempo i la distancia no olvida los 4nales que él mismo contribuyó a fundar i darle vida, hace ya 34 años. (La Dirección.) 38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mentales, anaranjado, verde y violeta, los cuales, por consiguiente, eran complementarios unos de otros. La teoría de Maxwel es hoy la más generalmente adoptada, y en ella se funda la tricromía, esto es, el arte de obtener todos los colo- res del espectro solar por medio de la superposición conveniente de los tres colores fundamentales, anaranjado, verde y violeta. Se llama también tricromía adíitiva, Óó por superposición, para distinguirla de la trieromia substractiva, ó por substracción, de los tres colores de Brewster, rojo, amarillo y azul. La tricromía aditiva ha sido utilizada desde hace tiempo en la lito- orafía y fotografía con colores. El problema de la fotografía con colores después de las tentativas iniciadas, hace tiempo ya, por Lippman, ha adquirido con la ayuda de la trieromía aditiva un alto grado de perfección, como ha demos- trado últimamente en Milán el doctor Mengarini, en dos conferen- cias sobre el último eclipse solar del 30 de agosto de 1905, observa- do por él en Torreblanca (España). Las espléndidas fotografías coloreadas del eclipse presentadas por el doctor Mengarini, demuestran que inmediatamente alrededor del disco negro de la luna se ve un arco cromográfico rojo vivo esfumán- dose en rosa, desde el cual se observan, especialmente al Este, las famosas protuberancias rosadas. En seguida viene la parte inferior de la corona solar con un color blanco de plata, el cual se desvanece en blanco de perla, con reflejos anacarados, los cuales, en fin, se funden con el color verde-sucio ó verde-botella del cielo. Es excusado indicar cuanta importancia tiene esto para la quími- ca y física solar. La trieromía substractiva es utilizada hoy por algunos pintores, llamados divisionistas, los cuales emplean los tres colores de Brew- ster para obtener efectos cromáticos verdaderamente admirables y de una luminosidad asombrosa. El sistema divisionista consiste en pin- tar con líneas finas paralelas y muy cercanas unas de otras, con los tres colores fundamentales de Brewster, los cuales son superpuestos ó fundidos unos con otros, por medio de la visión, debido á la per- sistencia de las imágenes en la retina. En la exposición actual de Milán hay unos cuadros del pintor Bazzano, especialmente una Puesta de sol, verdaderamente admira- bles. EMILIO ROSETTI. EL NOMBRE CIENTÍFICO DE LAS VIZCACHAS «Nada ha sido tan pernicioso á la His- toria Natural de América, como el abuso que se ha hecho y se continúa haciendo de la nomenclatura. » Estas palabras que parecen escritas de hoy, datan sin embargo, de 1776! Es el sabio abate Molina, que se expresaba así en su Compen- dio de la Historia Jeográfica, Natural i Civil del Reino de Chile. Qué no hubiera dicho pues, si hubiese tenido la necesidad de estudiar la nomenclatura actual y de aplicar las reglas internacionales! Entre los roedores, existe una familia interesantísima, peculiar á Sud América, la familia de las Chinchillas. Consta sólo de tres géne- ros vivientes y, por lo tanto, uno podría pensar que es la cosa del mundo más sencilla designar esos tres tipos con un nombre científico admitido por todo el mundo. Error profundo! Existe una famosa ley de prioridad, inventada por los que prefieren investigar en un rincón polvoroso de biblioteca, libros raros y folle- tos más escasos aún, en vez de estudiar directamente los animales bajo sas nombres casi universalmente adoptados y tales como les llamó el primer naturalista quien les examinó y describió con mayor detención y exactitud. Esta ley de prioridad impone la adopción de los nombres propues- tos por la primera persona quien les publicó en forma bi-nominal y en un latín más bárbaro que romano. Se puede maldecir tanto que se quiere á esa convención, pero los naturalistas tienen sin embargo, que conformarse con ella en vista 40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de Negar un día, á tener una nomenclatura uniforme y estable, ó por lo menos más duradera. Llegamos así á la exposición que motiva esas líneas. Los indios peruanos designaban bajo el nombre de origen quíchua: Uiskacha (que los españoles transformaron más tarde en el de vizca- cha, por el procedimiento fonético que les hicieron cambiar: Uicuña en vicuña); unos pequeños roedores de la Cordillera que se crían en- tre las peñas. El padre Cobo escribía en 1653: «La vizcacha es un animal de color frailesco ó ceniciento, muy parecido en el tamaño y hechura al conejo, salvo que tiene el pelo más blando y denso, las orejas según tanto más cortas y la carne dura de digerir y no tan sabrosa; tiene dos dientes en las encías bajas y otros dos en las altas; grandes bigo- tes de unos pelos ó cerdas más gruesas y ásperas que de puerco; mantiénese ordinariamente de hierba, y si topa carne muerta la come como si fuera pura. Tiene la cola más larga que todo su cuerpo, del- gada y de un pelo más largo y áspero que el del cuerpo, con una cinta negra á lo largo de ella por la parte inferior. Oríase comunmente la vizcacha entre las peñas y trepa con ligereza por ellas, por empina- das y lisas que estén. Aunque es animal silvestre, se domestica mu- cho. Estímase su piel para forrar vestidos, por ser de pelotan blando como Martas el cual hilaban antiguamente los indios del Perú, para entremeterlo en la ropa fina que tejían. Desollada la vizcacha y echa- da en una alquitara vale el que della sale contra la sordera y dolor de oídos; y el unto de sus riñones es útil, untándose con él, para templar el calor de los riñones. Llámase este animal en la lengua general del Perú: Vizcacha.» Ya Cieza de León, el padre José de Acosta, el Inca Garcilazo de la Vega, ete., se habían ocupado de las costumbres y de las aplica- ¡ones de la vizcacha. Fué Molina quien hizo entrar este animal en la nomenclatura cien- tífica y le llamó: Lepus viscacia (pág. 348 de su Compendio, 1788). (1) Al principio, no se preocupó mayormente de hacer resaltar que la vizcacha no presentaba los caracteres propios al género Lepus, y no le buseó un nombre genérico más adecuado. Como lo dice pues, en el (1) Esta traducción es indicada, en algunas citas, con la fecha de 1838. La parte zoológica de la obra de Molina, se encuentra en el tomo 1% de su obra y apareció en 1788. La segunda parte de la traducción del Compendio fué publica- da en Madrid, en 1795. EL NOMBRE CIENTÍFICO DE LAS VIZCACHAS 41 prefacio de su obra: «quiero ser entendido de aquellas personas que no se hallan iniciadas en el estudio de la historia natural », y como los habitantes de Chile, de Bolivia y del Perú, acercaban la vizcacha al grupo de los conejos, Molina quiso hablar como ellos. Sin embar- go, en su Saggio ne la Storia natural de Chili, publicado en 1510, este sabio abate vuelve á hablar (pág. 249), de la vizcacha é indica que debe constituir un género distinto: «La Viscaccia Vid. Essendomi prefisso nel mio primo saggio di non dipartirmi dal sistema linneano, to aveva messo in conseguenza questo animale nel genere della Lepri, al quale tutti 1 caratteri richiesti da quel sistema lo risnandano, ad onta della lunghezza della coda di eui va for- nito. E” un gran difetto dei metodi artifiziali ristretti alla sola conside- razione di pochi attributi quello di accopiare insieme degli Esseri, che secondo il semplice ordine della natura devono essere separati. La Vis- caccia secondo ¿ caratteri naturali deve formare un genero a parte tra gli Seojattoli e le Lepri. Ella se rassomiglia alla Lepra nella testa, nelle dita, ed anche nella maniera di mangiare, e nel tenersi diritta a sedere; del resto poi s*accosta allo Scojattolo nel colore e nella coda, che e assi lunga, ripiegata in su, e vestida di lungo e ruvido pelo, colla quale si difende da? suot nemict. » Oken se ocupó mucho de las vizcachas y publicó una reseña histó- rica muy completa de esos animales. Trató de ellos no sólo en el pe- riódico fsis (1856, pág. 3580), pero en su Allgemeine Naturgeschichte. Thierreich (1838, pág. 197.) Según Palmer (Index generum Mammalium, 1904, pág. 7107), Oken había señalado en 1816 este género, con el nombre de Viscaccia en la página 835-837 de su Lehrbuch Naturgesch. 3'* theil Zool. 2*” Abth. Como se ve, era el nombre y la ortografía propuesta en realidad por Molina en 1810 en su Saggio. Meyen que había viajado en el Perú de 1830 á 1832, estableció pa- ra la vizcacha de las altas mesetas Andinas, el género: Lagidium (1) y la llamó: Lagidium peruanum. Pero esta vizcacha es la misma que Molina había llamado ya: Lepus viscacia. Por lo tanto, en virtud de la ley de prioridad, Lagidium de Meyen debe ser reemplazado por Viscaccia de Oken, ó más bien de Molina, agregando á ese nombre genérico el nombre específico dado por el mismo Molina. De modo que en la nomenclatura, la vizcacha del (1) Nova Acta Acad. Coes. Leop-Carol. XVI, pt. II, 576-589. Tab. XLEXLIT, 1833. 42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Perú y de la Cordillera, designada también como : Layotis Cuvieri por Bennett; Lagotis eriniger enla obra de Gay, etc., tomará el nom- bre de Viscaccia viscacia Molina, entretanto se admita el uso de nom- bre genérico y específico uniforme. : Las dos otras especies, el Lagotis pallipes Bennett, del norte y el Lagidium Moreni O. Thomas, encontrada en el Chubut, se llamaran Viscaccia pallipes (Ben.) y Viscaccia Morenoi (O. Thom.) Hasta allí la complicación no parece mucha. Pero los indios que bajaban desde el Perú, la Bolivia, ó simplemente desde las provin- cias andinas encontraron en las pampas argentinas un roedor que por su dentadura y su modo de vivir se asemejaba mucho á la vizca- cha que ellos conocían. Le dieron, pues, el mismo nombre. Como los dos tipos viven en distintas regiones, los habitantes de cada una de esas zonas siguieron llamando esos animales : vizcachas, sin ningún agregado, era pues éste innecesario. Así hizo Azara en sus Apuntes sobre la Historia Natural de los cua- drúpedos del Paraguay, 1802. Sólo en los autores que tratan áú la vez de las dos clases de vizca- chas, se encuentra la designación distintiva de Vizcacha de la Sierra y Vizcacha de la Pampa. Sehinz en su Naturgeschichte und Abbildungen der Siugethiere pu- blicado según Palmer posiblemente en 1524, describe la vizcacha de la pampa bajo el nombre, traducción fiel del lenguaje corriente : Viz- cacia pamparum. Pero como la palabra Vizcacia (aunque escrita de otro modo) había sido usada por otro género por Molina y Oken, el nombre de Schinz no puede ser conservado, y la vizcacha de la pam. pa no se llamará como lo indica Trouessart en su Quinquennale sup- plementum, 1904 de su Catalogus Mammalium : Viscaccia viscaccia. Para la vizcacha de la pampa hay que adoptar, pues, el primer nombre genérico valable que sigue, como fecha, á la publicación de Schinz; es el nombre, felizmente usado hasta hoy por la mayoría de los naturalistas, de Lagostomus (1) de Brookes (1528). La especie no se llamara sin embargo: trichodactylus como lo hizo Brookes, pero sí : ma- ximaus, del momento que Blainville la había descripto hacía años (1817) bajo elnombre de Dipus maximus (in Desmaret, Nouv. Dict. d' Hist. Nat.) Cuando los estudios de historia natural se realizan en gabinetes (1) On a new genus of the Orden Rodentia. — Esta comunicación fué leída en ju- nio de 1528 en el Club de la Sociedad Lineana y publicada luego en 1833 en el tomo XVI de las Transactions Lin. Soc. EL NOMBRE CIENTÍFICO DE LAS VIZCACHAS 43 sobre un ejemplar muchas veces en estado deficiente y con datos bio- lógicos, geográficos y bibligráficos aún más deficientes; cuando se trata sobre todo de animales exóticos, y de trabajos que datan de casi un siglo, es muy fácil explicar y excusar las numerosas confusio- nes que se constatan. La nomenclatura del tercer género de roedores de la familia que nos ocupa : la Chinchilla, presenta también bastantes dificultades. Molina la nombró : Mus lamiger, caracterizándola brevemente por esta diagnosis : Mus cauda mediocri, palmis tetradactylis, plantis pen- tadactylis, corpore cinereo lanato. Había observado pues el carácter esencial del número de los dedos que diferencia la chinchilla: de la vizcacha de la sierra que tiene sólo cuatro dedos tanto en las ma- nos como en los pies. (En la vizcacha de la pampa, el número de de- dos es aun menor : en la mano de este animal hay sólo tres dedos y cuatro en los pies.) Lichtenstein dió en 1829 á la chinchilla el nombre de Eriomys chinehilla (Darstellung neuer oder wenig bekannt Sañgeth. Hetft VI, Taf. XXVIII, 2p. text) y veo en Palmer (Index generum mammalium, pág. 270) que la localidad exacta de los ejemplares estudiados no se co- noce, probably Chile, the species being based on skins without skulls re- ceived from the ports of Cartagena, Colombia and La Guaira, Venezuela. Sucedió que el mismo año (1829) Bennett dió al mismo animal el nombre genérico de Ohinehilla (Gardens and Menagerie Zool. Soc., 1) y resulta sumamente difícil establecer cuál de los dos trabajos, de Lichtenstein ó de Bennett, vió la luz primero. Debiendo sin embargo resolver algo, Waterhouse, en su obra sobre los roedo- res, acordó la preferencia al nombre: chinchilla; y en eso ha sido imitado por los demás naturalistas ingleses y franceses. Sólo los de idioma alemán, y aún no todos, han adoptado el nombre dado por Lichtenstein. Participo enteramente de la opinión que tenía Waterhouse, y ha- ré notar además que la palabra : chinchilla usada ya por Molina, en su Saggío indica por sí sola de qué animal se trata. En cuanto á la palabra : Eriomys es otra cuestión! Es la traducción en griego de: Mus laniger. En resumen, y dejando por otro trabajo el estudio de las varieda- des de la chinchilla y de las vizcachas de la sierra y de la pampa, creo que la nomenclatura de las especies vivientes de esta familia de- bería quedar establecida del modo siguiente : 44 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Familia: VISCACCIDAE aia ES Dentición : 4 Genus : CHINCHILLA Bennett, Gardens and Menag. Zool. Soc. 1, 15 Oct. 1829. Chinchilla lanigera (Molina) Bennett Genus : VISCACCIA (Molina, Saggio sulla Storia natwrale del Chili, pág. 254, 1810.) Oken, Lerhbuch Naturg. 3*ex theil zool. 2% abth. 1816, nec Schinz 1824. Viscaccia viscacia (Molina) Vizcacha de la sierra ó de la puna. Viscaccia pallipes (Bennett) Viscaccia Morenoi (0. Thomas) Genus: LAGOSTOMUS Brookes, Zool. Jouwrn., 1V, N% 13, p. 133-134, 1828. Lagostomus maximus (Blv.) Vizcacha de la pampa. DY" FERNANDO LAHILLE. MISCELÁNEA Secretaría de la Comisión Nacional del Centenario.— Se previene á los interesados que, por resolución tomada ayer en asamblea extraordinaria de la Comisión Nacional del Centenario, se ha marcado el plazo improrrogable de noventa dias, á contar desde la fecha del presente aviso, para que puedan ser presentados á esta secretaría, por personas ajenas á la comi- sión, ideas y proyectos, sobre la mejor forma de solemnizar el centenario de la revolución de mayo. La secretaría permanece abierta al público, desde las 12 á las 3 p.m. Buenos Aires, julio 17 de 1906. Ernesto Velasco Tobal, Pro-secretario. Local : Perú 272. Lengua auxiliar internacional. — La Delegación para la adopción de esta lengua, radicada en Paris, nos envía, en nuestro carácter de delegados de la Sociedad Científica, por intermedio del Secretario de aquélla en la Arjen- tina, injeniero Dassen, algunos prospectos que determinan los progresos realiza- dos por la Delegación, cuyo estado el 1% de noviembre de 1905 era el siguiente : Cerca de 250 sociedades e institutos científicos, artísticos, literarios, comerciales (bolsas, sindicatos, compañías, comerciantes, etc.), industriales, se han adherido con verdadero interés. Cada sociedad ha nombrado su delegado; pero en las Academias, en las Escue- las técnicas superiores se han adherido la mayoría de los profesores. Tan sólo en nuestra Facultad de Ciencias exactas se han subscripto 15 profesores. En Fran- cia, mui especialmente, que es donde se dió vida a la Delegación para una lengua auxiliar internacional, no hai Academia, Sociedad, Círculo Científico, Cámara de Comercio, etc., que no se haya apresurado a apoyar una idea tan racional, no solo útil sino que también necesaria para facilitar el intercambio científico, lite- rario, artístico i comercial, entre las diversas naciones que constituyen la fami- lia humana. 46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El 1% de enero de 1906 las diversas academias, facultades, escuelas, universi- dades, etc., de las naciones más adelantadas habían enviado a la Academia de Ciencias de París la adhesion de 805 miembros o profesores! Este progreso, aunque lento, tan grande, ha obligado a la Delegación central, para atender debidamente a los trabajos de propaganda jeneral i local, así como a los de asociacion, a nombrar Secretarios nacionales en cada país a quienes deben dirijirse aquellas personas que deseen adherirse o tener informaciones respecto de la lengua auxiliar. Escusado nos parece aconsejar a nuestros consocios que fomenten esta nueva idea surjida de la necesidad i cuya utilidad i posibilidad de realizarla ya no se discuten. Nuestro país está dotado afortunadamente de tal espíritu de progreso, de tal cosmopolitismo, que sin necesidad de recomendaciones presenta un terreno apro- piadísimo para que jermine la sana semilla en él sembrada por la Delegación de la lengua auxiliar internacional. S. E. BARABINO, Delegado de la Sociedad Científica Arjentina Gran Exposición Nacional Anual, en Montevideo, que debe cele- brarse en los días 11, 12, 13 1 14 de noviembre, bajo la direccion de la Asociación Rural del Uruguai, 1 folleto de 64 pájinas en 8% menor. Hemos recibido el « Reglamento-Programa » para la exposición de ganadería, agricultura e industrias anexas que la Asociación Rural de Montevideo va a realizar en noviembre próximo. Ha sido dividida en dos grandes reparticiones : I. Ganadería de galpón, lechería industrias inherentes : instrumentos, utiles i maquinas agricolas, etc. II. Ganadería de campo, en toda su amplitud de cría, beneficio 1 venta. Hasta el 1% de octubre se aceptará pedidos de local, 1 en casos especiales hasta el 15 del mismo. Para informes i pedidos de local pueden dirijirse los interesados al local de la Asociación Rural, calle Uruguai, 83, Montevideo. BIBLIOGRAFÍA I motori ad esplosione, a gas luce e gas povero. Manuale pratico dell'im- gegnere Fosco LAURENTI. 1 volume di xu-361 pagine in-8% minore, con 162 incisioni nel testo. Ulrico Hoepli, editore libraio. — Milano, 1906. Prezzo : lire 4,50. Esta obra forma parte de la conocida colección de Manuales Hoepli, que al- canza ya a la enorme cifra de 900 volúmenes. El autor ha querido dar a su trabajo un carácter práctico, para que pueda ser útil al mayor número de personas. A nadie escapa la utilidad de los motores a gas, especialmente en la pequeña industria. La facilidad de colocarles doquiera por su inocuidad ; el poco espacio que ocupan; su relativo buen precio, les hace rivalizar con marcada ventaja — dentro de ciertos límites — con los motores de vapor, il aún con los eléctricos en cuanto al costo de esplotación. El autor analiza estos motores considerando que se emplee como combustible el gas de alumbrado o el gas pobre. Un buen número de figuras llevan las cotas de construcción, las cuales me- diante tablas especiales, hacen aún más práctico a este manual. He aquí el índice de las materias que trata : I. Los combustibles (gas de alumbrado; idem pobre); II, Los gasójenos (de presión, de aspiración, especiales); III, Los motores de gas (su ciclo; deforma- ciones del mismo; órganos; recepción). Manuale pratico per l'operaio elettrotecnico di G. MarchHt. 22 edizione. 1 volume di xx-410 pagine, con 265 incisioni nel testo. Ulrico Hoepli, editore libraio. — Milano, 1906. Prezzo : lire 3. También este volumen, como el precedente, forma parte de la colección de Manuales Hoepli. El autor ha recopilado en él los conocimientos más necesarios al operario elec- tricista, tanto prácticos como teóricos, pero en forma elemental, con buen éxito, 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA como se ve, pues en poco tiempo ha tenido que dar una nueva edición de su trabajo, la que ha aprovechado para ponerlo al día. He aquí las materias que contiene : I, Nociones preliminares; IL, Definiciones i elementos; III, Unidad de medi- da; IV, Cálenlo de las resistencias ; V, Construcción de los reóstatos; VI, Pi- las; VII, Electrolisis; VIII, Imanes; IX, Sonería, teléfonos, pararrayos; X, Instrumentos i métodos de medida; XI, Dinamos; XII, Motores de corriente continua; XII, Acumuladores; XIV, Corrientes alternas; XV, Alternadores, alterno-motores i transformadores; XVI, Distribución de la enerjía eléctrica * XVII, Centrales; XVIIHM, Planteles industriales; XIX, Carretes de Ruhmkortf, aplicaciones. Apéndices: 1, Nociones sobre turbinas de vapor; II, Instrucción para los primeros socorros en caso de infortunios; III, Lei sobre transmisiones á distancia 1 su reglamentación. S. E. BARABINO. Etude expérimentale du ciment armé, expériences, théories et calculs, bi- bliographie du ciment armé, recherches annexes sur les diverses résistances des mortiers et bétons, par R. FÉrrr, ancien éleye de 1École Polytechnique, chef du Laboratoire de Ponts et Chaussées a Boulogne-sur-Mer. Un volume erand in-89 de 1v-778 pages, avec 197 figures dans le texte. Gauthier-Villars, éditeur. — Paris 1906. Prix broché: 20 fr. Esta importante obra forma parte de la Encyclopédie industrielle fundada por el eonocido injeniero L. €. Lechalas, inspector ¡jeneral de puentes i caminos, retirado. El injeniero Féret no ha entendido escribir una obra didáctica, que ya abun- dan, recopilaciones más o menos afortunadas de principios i reglas en gran parte empíricos; ha querido, en cambio, publicar un trabajo fruto de sus propias i largas experiencias, 1, fundado en éstas, dar una teoría racional, basada en la de la elasticidad, sobre el modo de resistir del cemento armado a las fuerzas internas i exteriores, subitáneas, momentáneas, repetidas o continuas, dando como con- secuencia un método gráfico para determinar las tensiones i alargamientos del hierro i del cemento. Es mui de notar una estensa i mui completa sección bibliográfica, donde el lector podrá hallar cuanto pueda interesarle sobre publicaciones periódicas o en libros, en todas las lenguas cultas, que tratan de cemento armado. El autor termina estudiando la resistencia de los morteros i hormigones a los diversos esfuerzos a que pueden estar sometidos; su adherencia a los demás materiales, etc. Como se ve es un contributo de importancia para esta nueva rama de la cien- cia del injeniero, cuyo desarrollo asombra i cuyas proyecciones son cada vez más amplias. Vale, pues, la pena de consultar una obra como la del injeniero Féret, bien estudiada, bien planeada 1 acertadamente realizada. S. E. BARABINO. BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANGE EXTRANJERAS Alemania Zeftschrift der Gesellschaf fur Erdkunde, Berlin. — Verhandlungen des Naturhisto- rischen Vereins der preussischen Rhina- lande-Westfalens,etc., Bonn. —Abhandlungen herausgegeben von Naturwissenschaftiichen Verein, Bremen. — Deutsche Geographische Blátter, Bremen. - - Abh. der Kaiserl. Leop. Carol. Deutschen Akademie der Naturforscher, Halle. — Nachrichten von der Konigl Ges- -ellschaft der Wissenschaften, Gottingen. — Sitzungsberichte und Abhandlungen der Na- turwissenschaftlichen Gesellschaft, Dresden. — Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig. — Mitheilungen aus dem Naturhistorischen -— Museum, Hamburg. — Berichte uber die Verhandlungen der Koniglich Sachsischen - Gesellschaft der Wissenschaften, Leipzig. — ——Mittheilungen der geographischen Gesells- chaft, Hamburg. — Berichte der Natur- forschenden Gesellschaft, Freiburg. — Jahres Berfchte des Naturwissenschaftlichen, El- berield. — Mathematisch Naturwissenschaf- tlichen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften der Phisikalisch — Okonomischen gesells- chaft, Kónigsberg. Australia - Records of the geological Survey, Sydney. Austria-Hungría Verhandlungen des naturforschen des Ve- reines, Brúinn. — (Agram), Societe Archeologi- ches « Groate », Zagreb. — Annalen des K. K. Naturhistorischen of Museums, Viena. — Verhandlungen der K. K. Zoologisch Botanis- chen gesellschaft, Wien — Sitzungsberichte des deutschen naturwissenchaftlich Medi- cinischen Vereines fur-Bohmen, « Lotos » Praga. — Jarhbuch des Ungarischen Kapathen Vereines, Jglo. - ; Bélgica Acad. Royale des Sciences, des Letres et - des Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc. Entomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc. Royale Malacologique, Bruxelles. — Bull. de l'Assoc. des Ing. Electriciens Institute Mon- tefiore. — Liége. Brasil Boletim da Sociedade de Geographia, Rio Janeiro. — Bol. do Museo Paraense, Pará. — Rev. do Centro de Sciencias.Letras e Artes, Campinas. — Rev. da Federacao de Estudian- tes Brasileiros, Rio Janeiro. — Bol. da Agri- cultura, S. faulo. — Rev. de Sciencias, Ln- dustria, Politica é Artes, Rio Janeiro. — Rev. do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co- missao Geográphica é Geologica do Estado de Minas Geraes, San Joao del Rei — Co- missao Geográphica é Geologica, San Paulo. — Bol. do Observ. Metereológico, Rio Ja- neiro. — Bol. do Inst. Geographico é Etno- graphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas, Ouro Preto. Colombia An. de Ingenieria. Soc. Colombiana de Ingenieros, Bogotá. GCostarica Oficina de Depósito y Cange de Publica- ciones, San Jose. — An del Museo Nacional, San José. — An. del Inst. Físico Geográfico Nacional, — San José. Cuba Universidad de la Habana, Cuba. Chile Rev. de la Soc. Médica, Santiago. — El Pensamiento Latino, Santiago. — Verhan- dlungen des Deutschen Wissenschaftlichen Vereines, Santiago. — Actas de la Soc. Cien- tífica de Chile, Santiago. — Rev. Chilena de Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de la Marina de Cbile, Valparaíso. — Rev. Chi- lena de Historia Natural, Valparaíso. Ecuador Rev. de la Soc. Jurídico-Literaria, Quito. — An. de la Universidad Central del Ecua- dor, Quito. España Bol. de la Soc. Geográfica, Madrid. — Bol. de la R. Acad. de Ciencias, Barcelona. — R. Acad. de Ciencias, Madrid. — Rev. de la Unión Ibero-Americana, Madrid. — Rev. de Obras Públicas, Madrid. — Rev. Tecnológica Industrial. Barcelona. — Rev. Industria é invenciones, Barcelona. — Rev, Arqnitectura y Construcciones, Barcelona. — Rev. Minera Metarlúrgica y de Ingeniería, Madrid. — La Fotografía, Madrid. Estados Unidos Bull. of the Scientific Laboratoires of De- nison University, Granville, Ohio. — Bull. of the Exxex Institute, Salem Mas. — Bull. Phi losophical Society, Washington. — Bull. of the Lloid Library of Botany, Pharmarcy and Materia Medica, Cincinati, Ohio. — Bull. of University of Montana, Missoula, Montana. — Bull. of the Minesota Academy of Natural Sciences, Minesota. — Bull. of the New York Botanical Garden, New York. — Bull. of the U S. Geological and geographical Survey of the territoires, Washington. — Bull of the Wisconsin Natural History Society Milwankee, Wis. — Bull. of the University, Kansas. — Bull. of the 'merican Geographical Society, New York. — Jonrnal of the New Jersey Natural History, New Jersery, Trenton. — Journal of the Military Service Institution. of the U. States. — Journal of the Elisha Mitchell Scientific Society, Chapel Hill. Nord-Carolina. — « La América Cientifica », New York. — Librarian Augustana College, RockIslad, New York. — Memoirs of the National Academy of Sciences, Washington — M. Zoological Gar- den, New York. — Proceeding of the En- gineers Club, Filadelfia. — Proceeding of the Boston Society of Natural History, Bos- ton. — Ann. Report Missouri Botanical Gar- den. San Luis M. 0. — Ann Report of the Board of trustes of the Public Museum, Mil- wankee, — Association of Engineering So- ciety, San Louis, Mas. — Ann. Report of the Bureau of Ethnology, Washington. — Ame- rican Museum of Natural History, Ne v York. — Bull. of the Museum of Comparative Zoo- logy, Cambridge-Mas. — Bull. of the Ameri- can Mathematical Society, New York. — Trasaction of the Wisconsin Academy of Sciences, Arts and Letters, Madison Wis. — Trasaction of the Academ. of Sciences, San Louis. — Transactions of the Connecticut Academy of Arts and Sciences, New Haven, — Trensactions Kansas Academy of Scierces, Topekas, Kansas. — The Engineering Ma- gazine, New York. — Sixtenth Annual Re- port of the Agricultural Experiment Station, Nebraska. — The Library American Asso- ciation for the Advancement of Sciences. Care of the University, Cincinati Ohio. — N. Y. Vassar Brothers Institutes, Ponghtepsie. — Secretary Board of Commisioners Se- cond Geological Survey of Pensylvania, Phi- ladelphia. — The Engineering and Mining Journal, New York. — Smithsonians Institu- vey, Washington. — Th tion, Washington. — Brooklin Institute of Arts and The Ohio Mechanics Institute, University of California Publicat ley. — Proceeding of Enginneer So Western, Pensylvania. — Proceeding Davemport Academy, Jowa. — Proc and transaction of the Association, Mi Conn. — Proceeding of the Portland of Natural History, Portlad, Maine. — ceeding American Society Engineers, York.— Proceeding of the Academy of ral Sciences, Philadelphia. Proceedin American Philosophical Society, Pl phia. — Proceeding of the Indiana Aca of Sciences, Indianopolis. — Proceedi the California Academy of Science, — Francisco. — The University uf Colora « Studies ». Colorado. a Filipinas ¿ Bol. del Observ. Metereológico. — Manila Francia Bull. de la Soc. Linnennée du Nord de la France, Amiéns. — Bull. de la Soc. d'Etud: Seientfiques, Angers. — Bull de la Soc. d Ingénieurs Civils de France, Paris. — B de L'Université, Toulouse. — Ann. de la F culté des Sciences, Marseille. — Bull. de Soc. de Géographie Commerciale, Paris. Bull. de la Acad. des Sciences et Lettre: Montpelier. — Bull. de la Soc. de Topographie de France, Paris. — Rev. Générale des Scien= ces, Paris. — Bull de la Soc. de Géographie, Marseille. — Recueil de Médecine Vétéri- naire, Alfort. — Travaux Scientifiques de Université, Rennes. — Bull. de la Soc. de Géographie Commerciale, Bordeaux. — Bull, de la Soc. des Sciences Naturelles et Ma- thematiques, Cherbourg. — Ann. des Mines, Paris. — Min. de Instruction Public et des Beaux Arts, Paris. — La Feuille des Jeunes Naturalistes, Paris. — Rev. Géographique In= ternationale, Paris. — Ann. de la Soc. Lin- néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra- phie Commerciale, Havre. — Bull. de la Soc. d'Etude des Sciences Naturelles, Reims. - Holanda Acad. R. des Sciences, Amsterdam. — Ne= derlandche Entomolog. Verseg, Rotterdam. Inglaterra The Geological Society, London. — Minutes of Proceeding of the Institution of Civil Engineers, London. — Institution of Civil > Engineers of Ireland, Dublin. — The Mine- eS ralogical Magazine Prof. W. J. Lewis M. A. 3% F. C. S. the New Museums, Cambridge. — E O The Geographical Journal, London. — Bris- tish Association for the Advancement of Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of the Geological Society, London. (Concluirá en el próximo número.) - MM 1 .e: : InGBNIDRO SANTIAGO E. BARABINO Dinreron : Seoretarios : Doctor y ULIO mí Garre Y: señor ” EMILIO dan — ENTREGA Il. — TOMO LXII q AGOSTO 1906. ÍNDICE E 49 2 54 a 96 E 111 a sana BUENOS AIRES E IMPRENTA y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS y 684 — CALLE PERÚ — 684 5 1906 , 08 JUNTA DIRECTIVA IN AS Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones. Vicepresidente Ingeniero Julio Labarthe ARA a WIcenres tonterias Ingeniero Enrique Hermitte S NS Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Hoyo as LS: Secretario de correspondencia.. Señor Arturo Grieben IO MESORENO EL O nee Ingeniero Luis Miguens ¿ Bibliotecario............ a Doctor Horacio Arditi /Doctor Carlos M. Morales Doctor Enrique Herrero Ducloux Ingeniero Ricardo J. Gutiérrez Mocalesiiaa mass ee Res e «Ingeniero Domingo Selva Ingeniero Federico Birabén | Doctor Guillermo F. Schaefer ¿Señor Rodolfo santángelo (dencia Señor Juan Botto REDACTORES Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge= niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. ADVERTENCIA A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número con la casa impresora de Coni hermanos. : ; Los senores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas. Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección: Cangallo 1825. La Dirección. PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías Pesos moneda nacional POTES dl Medea NA O 1.00 PORO ed ei AA cope 0 12.00 Númeroralrasado: 9 SO Cea 2.00 — para los socios.......... 1.00 LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA El local social permanece abierto de 8 4 10 pasado meridiano AP ANERSA MIO DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA AIENTIA 1872 — 28 DE JULIO — 1906 Una vez más la Sociedad Científica ha congregado en la vasta sala del Politeama Arjentino, el sábado 4 de agosto último, a un numero- so 1 distinguido núcleo de intelectuales. Se festejaba el XXXIV? aniversario de la fundación de este importante i laborioso centro científico. La amplia sala del teatro estaba elegantemente adornada, como en los años anteriores, por artísticas guirnaldas 1 ramos de flores, i pro- fusamente iluminada por innúmeras lámparas eléctricas. En el esce- nario, una buena parte de nuestros consocios, en Comisión de Honor, rodeaba a la Comisión Directiva, presidida por el señor tenientecoro- nel, injeniero Arturo M. Lugones. En los palcos, en la platea, en el anfiteatro, los invitados formaban una imponente masa de espectado- res, en la que se destacaban simpáticamente las graciosas siluetas, elegantes 1 vistosas, de las damas 1 niñas. Hacía acto de presencia, en representación del poder ejeeutivo de la Nación, el señor ministro de obras públicas, injeniero Miguel Tedín. Una bien disciplinada orquesta de sesenta profesores, dirijida por la hábil batuta del afamado maestro señor Goula, dió comienzo a la interesante velada, ejecutando primorosamente la sinfonía de Zampa «le Herold. En seguida hizo uso de la palabra el señor presidente, leyendo el discurso que publicamos a continuación, recibido con unánimes i ca- lurosas demostraciones de aprobación jeneral. Acto continuo, dirijiéndose con frases mui elojiosas al señor inje- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 4 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA niero Alberto Sehneidewind, le hizo entrega del diploma i medalla de oro que una asamblea estraordinaria de la Sociedad le discernió por su trabajo Teoría de las tarifas. El injeniero Schneidewind contestó con las pocas pero sentidas frases que van también a continuación. Luego hizo uso de la palabra el doctor E. L. Holmberg para pre- sentar al auditorio la personalidad científica del doctor Ameghino. Contestó este señor con modestas frases de agradecimiento, que publicamos más adelante. Cuatro números mui aplaudidos de concierto vocal e instrumental, llenados por las distinguidas diletantes señora Isabel de Goula 1 se- ñorita Emilia Reussi, que se prestaron graciosamente para este acto, el profesor Marchal i la orquesta, precedieron a una bella conferencia del señor secretario de los Anales, doctor Gatti, sobre los Electrones. Demás estaría decir cuán agradable fué esta conferencia, tanto por su forma atrayente, adecuada al ambiente, cuanto por su valor in- trínseco i lo novedoso del argumento. Una salva de nutridos aplausos premió al joven profesor por su bella disertación. Después de otros cuatro números de concierto, brillantemente eje- cutados por los mismos distinguidos aficionados i artistas, el doctor Ameghino dió lectura a la majistral esposición de su Credo, tra- bajo que, a pesar de la hora tarda i de su estensión, pareció cortísi- mo por el tema en él desarrollado, de trascendentales proyecciones científicas. Siendo ya la una i cuarto de la mañana, hubo que desistir de la in- teresante conferencia, con proyecciones luminosas, que debía dar el señor profesor Juan Warnken: « Miguel Anjel a través de sus obras ». Esta es la crónica llana i concisa de la velada con que la Sociedad Científica Arjentina ha festejado un aniversario más, un nuevo esla- bón agregado a su áurea cadena de labor i progreso. La sociedad bo- naerense, en cuyo seno fructifica, como en otros años le ha traído el aliciente de su amable presencia, el eficaz incentivo de su aplauso caluroso; pero en esta ocasión algo más ha animado la fiesta dada en el Politeama, llenando de satisfacción al inmenso i selecto público en él congregado. Es que, además de las acariciadoras ondas sonoras del divino arte, además de la fruición intelectual producida por las pláticas científi- cas de los conferenciantes, se realizaban dos actos solemnes de justi- XXXIV" ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARJENTINA 51 cia al mérito en pro de dos de nuestros más distinguidos consocios, el reputado injeniero ferroviario señor Alberto Schneidewind i el sa- bio naturalista doctor Florentino Ameghino. En el injeniero Schneidewind se ha entendido premiar el mérito adquirido por este técnico distinguido en el estudio de las tarifas por implantar en nuestras líneas férreas, que son una de las bases funda- mentales del progreso de la producción nacional i, por ende, del flo- recimiento económico del país. Queremos dedicar dos palabras á este estudioso consocio que hon- ra a la injeniería nacional, figurando su nombre mui ventajosamente ya en los centros ferroviarios más importantes de Europa. Nos une a él una amistad nunca desmentida durante un cuarto de siglo, como que se funda en una sincera estima; pero no será el afecto el que nos guíe. Vamos a concretarnos a decir que, dotado de serios conocimientos teóricos al volver a esta su patria ya diplomado, comenzó su carrera bajo la dirección de aquel noble espíritu práctico que fué el inolvi- dable injeniero Cristóbal Giagnoni. La intelectualidad del injeniero Sehneidewind se destacó inmediatamente, tanto que se le confió, a poco, el estudio complicado de los ferrocarriles del norte de la repú- blica, i más tarde su construcción ; luego fué elevado a la Inspección jeneral de los ferrocarriles nacionales i nombrado profesor de la ma- teria en la Facultad. Fué aquí donde comenzó a desarrollar la teoría de las tarifas del profesor Launhardt, cuya aplicación a nuestro país estudió con todo interés 1 constancia; i merced a su continuada práctica profesional, a su larga enseñanza progresiva 1 al talento que le distingue, ha llegado a dar cuerpo a una obra propia, de real utilidad al país. Habiendo establecido la Sociedad Científica Arjentina, bajo la de- nominación « Coneurso Cristóbal Giagnoni », un certamen para te- mas ferroviarios con especial aplicación al país, uno de los cuales era precisamente el de las tarifas, el jurado, compuesto de los injenieros Luis A. Huergo, Guillermo White, Juan Pelleschi i Santiago E. Ba- rabino, creyó justo premiar el trabajo que acababa de publicar el injeniero Sehneidewind i así lo solicitó de la junta directiva. Esta aceptó la idea por unanimidad de votos 1 sometió el pedido del jura- do a una asamblea extraordinaria, que lo sancionó por aclamación. Al injeniero Schneidewind se le ha discernido, pues, la medalla de oro i el diploma correspondiente al Tema 1 del « Concurso Cristóbal Giagnoni ». 52 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En el doctor Ameghino se premiaba la labor de más de treinta años, en lucha perenne con los misterios paulatinamente descifrados de la vida prehistórica en la vasta rejión de nuestro país. La paleontolojía mundial debe al doctor Ameghino los más impor- tantes trabajos relativos a la Arjentina. Fuimos sus condiscípulos en la niñez 1, en aquellos lejanos tiem- pos, le vimos con sentimiento abandonar la Escuela Normal para ir a soterrarse en la municipal de Mercedes (Buenos Aires) — 1869-1878 — sin poder sospechar que precisamente allí, atraído por el arcano de una vitalidad zoolójica desaparecida, cuya existencia ponían en evidencia los derrumbes marjinales del río Mercedes, descubriendo tanta i tan grande osamenta fósil de colosales mamíferos estinguidos, le naciera el deseo de estudiar i desvelar ese mundo desconocido. Fué allí que Ameghino se formó solo, sin medios de fortuna que le permitieran dedicarse tranquilamente a tarea tan difícil como ma- terialmente improductiva; sin más base que su pasión por el estudio i su grande amor al trabajo; haciéndose naturalista por su propio es- fuerzo, guiado por sus libros 1 sus observaciones personales, pero fa- vorecido por una voluntad inflexible, por una intelijencia privilejia- da i un criterio filosófico profundo i sano. Sólo en 1878 le fué dado dirijirse a París, en viaje de perfecciona- miento. En la docta capital francesa, Ameghino escuchó la palabra autorizada de los sabios profesores de las escuelas de antropolojía, de medicina i del museo. Luego pasó a Inglaterra, donde estudió de- tenidamente los importantes museos londinenses. Vuelto a la patria, fué nombrado profesor de zoolojía i anatomía comparada en la Academia de Ciencias de Córdoba (1884-86), de donde pasó a ocupar la subdirección del Museo de La Plata (1886-88), cargo que tuvo que renunciar por causas ajenas a su voluntad i que son del dominio público. Dedicado al comercio de librería para ganarse el pan cotidiano, no descuidó sus estudios predilectos i mucho menos las preciosas colec- ciones paleontolójicas i arqueolójicas, de supropiedad particular, que habían sido ya premiadas en la primera esposición industrial (1875) iniciada por la Sociedad Científica; pero en 1902, el presidente, jene- ral Roca, dió al doctor Ameghino el puesto de honor que habían ocu- pado los sabios doctores Burmeister i Berg : la dirección de nuestro eran Museo Nacional. La labor científica del doctor Ameghino es inmensa, sólo posible con una laboriosidad incansable, sin soluciones de continuidad, sos- XXXIV? ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 53 tenida por más de un cuarto de siglo. En los Anales de nuestra So- ciedad (año 1901) el señor Outes ha hecho conocer los trabajos del infatigable director del Museo. Por nuestra parte agregaremos los siguientes : Avertissement au sujet de Carolibergia azulensis, en Añales del Museo Nacional, serie II, tomo IV, pájina 395, junio 1902. Notices préliminaires sur des Mammiféres nouveaux des terraims crétacés de Pata- gonie, en Boletín de la Academia Nacional de Ciencias, tomo XVII, pájinas 5 470, mayo 1902, y aparte, in-8% de 71 pájinas con 3 grabados. Premiére contribution a la connaissance de la faune mammalogique des couches á Colpodon, en Boletín de la Academia Nacional de Ciencias, tomo XVII, pájinas 711 á 140, mayo 1892, y aparte in-8% de 70 pájinas. Cuadro sinóptico de las formaciones sedimentarias terciarias y cretáceas de la Ar- gentina en relación con el desarrollo y descendencia de los mamiferos, en Anales del Museo nacional, serie III, tomo l, pájinas 1 á 12, julio 1902, y aparte. Linea filogenética de los Proboscideos, en Anales del Museo Nacional, serie III, tomo I, pájinas 19 á 48, julio 1902, con 38 grabados intercalados, y aparte. Le Pyrotherium nest pas parent du Diprotodon, en Anales del Museo Nacional, serie TIT, tomo I, pájinas 223-224, octubre 1902. Notas sobre algunos mamiferos fósiles muevos ó poco conocidos del valle de Tarija, en Anales del Museo Nacional, serie 11, tomo I, pájinas 225 á 261, y láminas I á VII, noviembre 1902, y aparte. Sur la géoloyie de Patagonie, en Anales del Museo Nacional, serie IT, tomo L, pá- Jinas 321 á 327, noviembre 1902. Sur le type primitif des molaires plexodontes des mammiferes, en Anales del Mu- seo Nacional, serie II, tomo I, pájinas 419 á 439, con 16 srabados intercalados, diciembre de 1902. D'áge des formations sédimentaires de Patagonie, en Anales de la Sociedad Cientí- fica Argentina, tomos L á LIV, y aparte, in-8 de 231 pájinas, abril 1903. Los diprotodontes del orden de los Plagiaulacoides y el origen de los roedores y de los polimastodontes, en Anales del Museo Nacional, serie III, tomo 11, pájinas Sl á 192, y 121 figuras intercaladas, julio 19083. Recherches de morphologie phylogénétique sur les molaires supérieures des on- gulés, en Anales del Museo Nacional, serie III, tomo III, pájinas 1 4541 y 631 figuras intercaladas, mayo 1904. Paleontología argentina. Conferencias dadas en Buenos Aires (febrero 23 y 24 de 1904) en el curso especial para profesores de ciencias naturales de los institutos de enseñanza normal y secundaria de la República Argentina. Publicaciones de la Uni- versidad de La Plata, Facultad de ciencias físico-matemáticas, in-4% de 80 pá- jinas y 72 figuras intercaladas. La Plata, octubre 1904. La perforación astragaliana en los mamiferos no es un carácter originariamente primitivo, en Anales del Museo Nacional, serie III, tomo 1V, pájinas 349 á 460 y 98 figuras intercaladas, diciembre 1904. Nuevas especies de mamiferos cretáceos y terciarios de la República Argentina, en Anales de la Sociedad Científica Argentina, tomo LVI, entrega V, pájinas 193 á 208, noviembre de 19053; tomo LVII, entrega III, pájinas 162 4 175, marzo 54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 1904; entrega VI, pájinas 327 á 341, junio 1904; tomo LVIII, entrega 1, páji- nas 35 á 41, julio 1904; entrega II, pájina 56 á 711, agosto 1904; entrega IV, pájinas 182 á 192; entrega V, pájinas 225 á 240, 1904; entrega VI, pájinas 241 á 291, abril 1904 y aparte in-8% mayor, de 142 pájinas, abril 1904. La faceta articular inferior única del astrágalo de algunos mamiferos no es un ca- rácter primitivo, en Anales del Museo Nacional de Buenos Aúres, serie 111, tomo V, pájinas 1 4 64, y 69 figuras intercaladas, febrero 1905. Presencia de la perforación astragaliana en el Tejón (Melex taxus Bodd.) en 4na- les del Museo Nacional de Buenos Aíres, serie III, tomo V, pájinas 193 á 201 y 3 figuras intercaladas, mayo 1905. Reemplazamiento de un nombre genérico, en Anales de la Sociedad Científica Ar- gentina, tomo LIX, entrega II, página 75, febrero 1905. La perforación astragaliana en Priodontes, Canis (Chrysocion) y Typotherium, en Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, serie III, tomo VI, pájinas 1 4 19, y 14 figuras intercaladas, agosto 1905. La perforation astragalienne sur quelques mammiferes du miocéne moyen de France, en Anales del Museo Nacional de Buenos Aúres, serie III, tomo V, pájinas 41 4 58, y 12 figuras intercaladas, septiembre 1905. La perforación astragaliana en el Orycteropus y el origen de los Orycteropidae en Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, serie III, tomo VI, páginas 59 á 95, y 32 figuras intercaladas, septiembre 1905. Enumeración de los Impennes fósiles de Patagonia y de la isla Seymwr, en Anales del Museo Nacional de Buenos Aíres, serie 111, tomo VI, páginas 97 á 167, con 8 láminas y 4 figuras intercaladas, noviembre 30 de 1905. Les édentés fossiles de France et d' Allemagne, en Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, serie TI, tomo VI, pájinas 175 á 250, con 61 figuras intercaladas, diciembre 1905. El reconocimiento, pues, de los méritos adquiridos por el doctor Amegbino, bajo su doble faz de hombre de ciencia i de hombre labo- rioso, es un hecho que honra no sólo a nuestro docto consocio, sino que también a la misma Sociedad Científica, pues al ejercer este acto de justicia, demuestra que eumple con su noble misión de propender al progreso científico del país, estimulando a los estudiosos i pre- miando con su apoyo moral a los que lo han merecido. Cireunscrito nuestro pensamiento por las vibraciones de nuestra motilidad cerebral, nos vemos obligados a admitir en nuestra vida intelectual algunas abstracciones, verdaderos conceptos metafísicos en pugna con el método esperimental. Así consentimos en matemáticas, la existencia de un punto inma- terial que enjendra líneas; éstas superficies ; las que, á su vez, jene- ran volúmenes, resultando que la nada absoluta, ó punto matemático, crea Cuerpos ; así admitimos péndulos simples, también inmateriales, XXXIV? ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 55 dotados de movimiento, como si este pudiese actuar sobre la nada; así admitimos la existencia del átomo, corpúsculo infinitesimal indivi- sible, como si un cuerpo, por pequeño que fuera, teniendo dimensiones, no pudiera seguir fraccionándose infinitamente. ¿ Cómo limitar la división mental de la materia por más que pro- duzca la antinomia de lo infinito en lo infinito ? I, sin embargo, forzoso es a nuestro limitado entendimiento facilitar el análisis del Cosmos en su doble faz de substracto i de fenómeno, vale decir, de materia 1 movimiento, admitiendo esas abstracciones que sirven de vehículo á la finalidad de la ciencia esperimental. Asi el doctor Ameghino acepta la existencia del átomo indivisible, al desarrollar su tesis cosmogónica, de la que pasamos a ocuparnos mul someramente. El doctor Ameghino sienta el principio de la eternidad de la ma- teria, sujeta a movimientos igualmente eternos de concentración i ra- diación, o, en otros términos, de atracción y repulsión, ilimitadas; ma- teria i movimientos variables en forma i acción, pero inmutables en esencia, vale decir, encantidad. Cuandolos movimientos concentrantes producen una agrupación más densa en el estado molecular, la lei del equilibrio hace que los movimientos radiantes orijinen un enrareci- miento atómico en el estado molecular adyacente. Llega el doctor Ameghino á este apotegma fundamental, base de su teoría cósmica. «La intensidad del movimiento está en relación inversa de la densi- dad de la materia. La materia, sometidaalosdosmovimientosde concentración 1 espan- sión, ha pasado del estado etéreo interastral, al lúcido de la envolven- te solar, al viviente que constituye los organismos, al pensante 0 ce- rebral, i sus infinitas gradaciones intermedias. En cuanto a la estructura de la materia, varía con el variar del agrupamiento molecular : el estado lúcido lo constituyen los prosotes ; la concentración de éstos da los meristes (protoelementos que dan lu- gar a los elementos). La agrupación de pneuwmotes constituye el estado gaseoso ; la de higrotes el líquido; la de estereotes el sólido; la de ba- sibios la materia viva ; la de neuronas la materia pensante, etc. Así la variada estructura de la materia depende del predominio ya del movimiento concentrante, ya del radiante, que modifican la agru- pación molecular. La esplayación de estos principios fundamentales de su teoría lleva al doctor Ameghino a aceptar lo que constituiría la teoría de Faye, 56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA contra la más universal de Laplace, relativa a la formación de nues- tro propio sistema planetario, es decir, que no sería el resultado de desprendimientos de la masa solar, por rotación, según la clásica es- periencia de Plateau, i según lo atestiguarían los anillos de Saturno, sino el efecto de concentraciones, más ó menos voluminosas e inde- pendientes, dentro de la masa primitiva. El principio de la sujestiva teoría cósmica del autor concuerda, en cuanto a la unidad de la materia, con los últimos progresos de la fí- sico-química, que plantea el problema de los electrones, aunque éstos conducen a un estado inverso (tema de la conferencia del doctor Gat- ti); concuerda con la mayoría de los sabios naturalistas en cuanto a la inseparabilidad del movimiento de la materia, de la eternidad de las mismas i, por ende, de su indestruetibilidad; proclama la varia- bilidad de las llamadas « leyes naturales eternas », con escepción de las pocas que rijen los infinitos; establece que, constituidos de igual materia, los organismos han tenido orijen en la transformación me- 'ánica de los inorganismos. La vida no es más que una modalidad del movimiento, que actúa también en los inorganismos. Por otra parte la cantidad de materia organizada 1 el movimiento que en ella actúa, debe ser fija en relación a la masa del globo i al movimiento que la anima, es decir, invariable, i limitada por la cantidad de ni- trójeno existente en la tierra. La jeneración espontánea, que tuvo ciertamente lugar en un tiem- po, por evolución 'espontánea de la materia, ya no puede tener lugar porque hai un coeficiente que limita la cantidad de materia que pue- de tomar el estado viviente. Esto nos trae a la memoria los nombres de los sabios profesores Needham i Spallanzani, Pasteur i Pouchet; la lucha entre heteroje- nistas, i panspermistas. La jeneración espontánea, a la que diera un golpe de masa aparentemente definitivo Pasteur, que una comi- sión de la Academia de Paris, visiblemente afiliada al partido pans- permista, aceptara sin beneficio de inventario, es, sin embargo una con- cepción racional para los que creen que la vida fué el efecto de las acciones físico-químicas de las sucesivas condensaciones de la mate- ria cósmica, como lo proclama el mismo doctor Ameghino : ¿por qué no habrían de producirse esos mismos fenómenos biolójicos siquiera sean modificados según las modificaciones ocurridas en la agrupación de la materia i en la acción de sus movimientos inherentes? La tectó- nica jeolójica ¿no nos revela una serie de etapas caracterizadas por fenómenos biolójicos completamente diversos? ¿ Fueron ellos el resul- XXXIV? ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 57 tadode una evolución o bien la consecuencia de sucesivas disposicio- nes moleculares animadas por fuerzas diversamente aplicadas en concentraciones aisladas o sucesivas, o ambos casos á la vez? ¿ Por qué no habrían de producirse en nuestra época? El doctor Ameghino, dice que ello es imposible porque el nitrójeno existente en el mundo es acaparado hoi totalmente por los seres vivientes... Las'condiciones físicas esternas actuales influyentes en las combi- naciones o reacciones químicas, como el calor, la humedad, la electrici- dad, no serán tan intensas como las que actuaron millones de añosantes i, consecuentemente, los fenómenos biolojicos, efectos de la acción fisi- co-química sobre la materia, no serán iguales; pero puesto que las cau- sas jeneradoras, materia i movimiento, existen, modificadas cuanto se quiera, debe lójicamente admitirse la persistencia de los fenómenos heterojénicos, sea cual fuere su intensidad actual 1 su modalidad. No es posible sintetizar lo que es ya en sí una síntesis de un «sis- tema del mundo ». Sólo haremos resaltar, como conclusión, la pro- fecía que hace el autor, que, de resultar cierta, beneficiaría a la humanidad en tiempos futuros mui remotos : el hombre llegará a gozar de una lonjevidad de miles de años... La concepción del Cosmos, como lo entiende en su Credo el doctor Ameghino, constituye una nueva teoría, fundamentalmente fuerte, que no es para juzgada sin larga meditación, i que, por venir de quien viene, será debidamente tomada en cuenta por los hombres de ciencia de las naciones más adelantadas. Mi Credo es la síntesis de una labor ponderable por su cantidad i calidad, expuesta con la profundidad de miras que es la característi- ca de todas las producciones científicas del autor. ¿Ha acertado el filósofo naturalista ? El misterio de la constitución del Cosmos, es difícil de desvelar, o, mejor aún, imposible, por cuanto el hombre finito se pierde en la in- mensidad infinita del pasado que no tuvo principio. Galileo, Newton, Laplace, Kant, Darwin, entre los más grandes, han descifrado enparteel insondable arcano; pero ¿quién podrá alcan- zar la verdad absoluta? Las cosmogonias de los pueblos antiguos que nos han llegado por tradición o merced a sus libros sagrados, conservados i siempre adul- terados, con el correr del tiempo, por las castas sacerdotales, no han podido tener una base, no diremos científica, siquiera fuera racional, para esplicar el misterio del mundo. 58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La misma ciencia no ha podido, ni creemos podrá solucionar el eran problema de la naturaleza; pero ciertamente en concomitancia con sus progresos hallará rumbos más seguros que le aproximen pau- latinamente a un resultado más racional. Sólo la existencia de una entidad creadora consciente, sólo la reve- lación por ella al hombre — tal cual, con positiva previsión, imaji- nara el autor del Jénesis bíblico — podría poner al alcance del hom- bre los frutos del árbol de la ciencia; pero ¡ai! por desgracia esa entidad no pasa de ser una creación humana, un deseo de nuestra mente, ávida de saber, de conocer lo ignoto, i no pasará nunca de la rejión de las pías leyendas o de los mitos absolutos, flores del aire, sin raíces, que el soplo de la esperanza fecunda i que el hielo de los desengaños no consigue agostat... Enviamos a los estimados consocios nuestras felicitaciones más sinceras por el merecido honor que se les ha conferido, i hacemos votos por que la Sociedad Científica Arjentina pueda realizar con frecuencia veladas como ésta, en las que se entrelacen simpática- mente lo útil, lo justo i lo agradable. S. E. BARABINO. DISCURSO DEL SEÑOR PRESIDENTE TENIENTECORONEL INGENIERO ARTURO M. LUGONES Señoras, Señores: La Sociedad Científica Argentina, que tengo el honor de presidir, celebra hoy el trigésimocuarto aniversario de su fundación. Durante los 34 años de existencia, la marcha de la sociedad ha si- do benéfica para los intereses económicos, sociales y científicos del país, á pesar de las dificultades por vencer, en un ambiente poco propicio para el desarrollo especulativo de las ciencias, aunque amplio y fa- vorable en sus aplicaciones á las artes y á la vida! La circunstancia de que los viejos centros científicos de Europa, constituyan, puede decirse, el gran laboratorio de ideas y que ellas encuentren en América su aplicación inmediata, no excluye las propias tentativas hacia la investigación, de lo que, en aquel sen- tido nos atañe, dados los problemas por resolver, de característica eminentemente nacional. XXXIV? ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 59 Consecuencia de esta premisa, en cuya amplitud tienen orienta- ción todos los ideales y cabida todas las aptitudes, es que la Sociedad Científica Argentina desde hace más de 30 años viene estudiando los numerosos y transcendentales problemas de palpitante interés para el país, presentándolos como temas de concurso en rumbos de útiles conquistas, ó difundiéndolos en conferencias y en sus Anales. Como prueba evidente de previsión de la Sociedad, y de la impor- tancia de los problemas estudiados, tomo como ejemplo uno de sus primeros concursos : el de 1873. Tenemos en él los temas siguientes: 1” Condiciones técnicas y económicas á que debe satisfacer la red de ferrocarriles argentinos ; 2 Sistema más ventajoso y económico de riego; 3 Sistema más económico de habitaciones para obreros; 4% Mem ria sobre explotación de minas de la República Argentina; 5” Memoria sobre mejoras de la navegación interior. Varios de los problemas citados se estudian aún, demostrando así la Sociedad Científica Argentina haber sabido responder á su misión; no importa que medien jornadas todavía, para realizar este problema de la habitación higiénica y barata, el cual ha teni- do aquí un propagandista entusiasta y preparado, en nuestro dis- tinguido consocio y colega el señor ingeniero Selva, ó el de lanavega- ción interior, cuyas bases pertenecen, como siempre que se trata de algo útil para el país, al padre de la ingeniería argentina, ingeniero Huergo; problemas éstos cuyas soluciones han de transformar no sólo la faz económica, sino hasta la social y política de ciertas regiones. La Sociedad Científica inició y llevó á cabo la primera expo- sición industrial argentina en 1875 y, alentada por el éxito, feliz aun- que modesto, repitió la segunda en 1876, con análogos resultados, fomentando de este modo, el desarrollo de nuestra industria nacional con esas justas del trabajo, donde el vencido retoña con afanes de triunfo, y el triunfador aspira al perfeccionamiento, utilísima ri- validad que conduce de lo bueno á lo mejor. El subsuelo de la provincia de Buenos Aires era desconocido y también nuestra Sociedad tuvo la satisfacción de iniciar su estudio. La Patagonia revela sus misterios después de la primera explora- ción del doctor Moreno, que la Sociedad Científica Argentina costea con Sus propios recursos, invirtiendo todo su capital en pro de tan patrióticos propósitos. Es así como aquel inmenso territorio está hoy bajo el dominio de la clasificación naturalista y de la escala topográ- fica, elementos que despejan la incógnita de una región. 60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La Sociedad Científica Argentina concibe, organiza y lleva á cabo el primer Congreso Científico Latino Americano, cuya im- portancia evidente es bien conocida. Sus modestos Anales han hecho conocer al mundo científico las riquezas naturales del país; y publi- cando trabajos originales de valor, han obtenido en congresos y expo- siciones extranjeras premios para nuestra sociedad, y mantienen can- je con 311 revistas similares de América, Europa y Asia. Muchas omisiones de labor y tentativas quedarán en el esbozo que he trazado á fin de presentaros en síntesis la obra de la Sociedad Científica Argentina, sin que ello amengie cualidades de valía en los nombres que no cito, ya que la descripción debía comprender, como comprende, líneas generales de un vasto programa en parte rea- lizado. Pasando á otro orden de ideas, tengo el agrado de manifestar que de acuerdo con sus estatutos la Sociedad Científica en asamblea extraordinaria, ha designado con estricta justicia como socio ho- norario al sabio doctor don Florentino Ameghino, y al tener la satisfacción de proclamarlo, no se resienta su modestia si con la ho- nesta franqueza que imponen por igual la índole de la Sociedad que represento, y la institución á que pertenezco, afirmo, que personalida- des como la suya, culminan para honor de nuestro país y para orgu- llo de una raza! El doctor Holmberg, al saludarlo en nombre de la sociedad, os hablará de su obra en el puesto que ocuparon los Rawson, los Gould, los Berg y los Burmeister. Réstame, al cumplir con los deberes sociales de mi cargo, inclinarme ante el sabio eminen- te y uno de los primeros ciudadanos argentinos por su ciencia, por su labor y su modestia, comprobándose una vez más que la pupila genial de Sarmiento no se engañaba cuando anunciaba la cumbre en síntesis de porvenir, cuando con orgullo y satisfaceión peculiares, de- cía «nuestro Ameghino », como quien dijera nuestra futura grandeza. Y pruebo otra grande satisfacción, al poner en manos de mi maes- tro el premio que ha conquistado con tanta justicia, — dada sus apre- ciabilísimas cualidades que le han grangeado siempre la más sincera estimación de sus discípulos y amigos. En el concurso Giagnoni, sobre temas ferroviarios, el señor inge- niero Alberto Sehneidewind, ha obtenido el premio correspondiente, porfallo unánime del jurado, aclamado en una asamblea especial por su trabajo Teoría de las Tarifas, que ha sido comprendido en el tema pri- mero de dicho concurso. El ingeniero Sehneidewind, ha llegado por exclusiva influencia de XXXIV" ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 61 sus méritos, al puesto que ocupa con tanto acierto, habiendo desem- peñado múltiples funciones, en el estudio, enla construccion y en la alta dirección de ferrocarriles, de los cuales es, en el país, su más alto exponente especialista, habiéndose dedicado á esta importante rama de la ingeniería, desde su regreso de Alemania diplomado de inge- niero. Una consagración inteligente y absoluta, unida á su honradez acrisolada, son las características de su benéfica actuación, ya se trate del subinspector de ferrocarriles de 1878 ó del jefe de comisión de estudios, del inspector general de puentes y caminos ó del cons- tructor del Ferrocarril Central Norte, del vicedirector del departa- mento de obras públicas, del inspector general de la Dirección de ferrocarriles ó del actual director general de los mismos en el minis- terio de obras públicas, puestodo eso ha sido el ingeniero Schneidewind. Ocupa también hace 18 años la cátedra de su especialidad en nues- tra Facultad de ingeniería, donde su palabra autorizada es oída con cariño y con respeto, siempre renovados por cada generación que desfila por las viejas aulas, acariciendo sueños de cima, en la alenta- dora sugestión de porvenir... Distinguido maestro: ha sido grato para mi espíritu, bosquejar vuestros importantes servicios á la patria; os entrego en nombre de la Sociedad Científica Argentina, este premio modesto acordado con justicia al mérito de vuestro trabajo. Señoras y señores: agradezco por la Sociedad Científica Argentina vuestra presencia que realza con su distinción y con su brillo esta fiesta y estimula á perseverar en la ruta emprendida. CONTESTACIÓN DEL SEÑOR INGENIERO ALBERTO SCHNEIDEWIND Señor presidente: - La demostración que en este acto se me hace, conmueve mi sér, halaga mis sentimientos y colma mis aspiraciones. El premio que se me discierne constituiría para cualquiera más Joven que yo un estímulo para perseverar en la lucha empezada; para mi representa un coronamiento de mi carrera, que por rara coin- cidencia dió principio á las órdenes inmediatas del distinguido inge- niero, á quien en materia de ferrocarriles puede consagrársele «maes- 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tro» y en cuya memoriase ha instituído el premio que lleva su nombre. Cristobal Giagnoni, después de haber realizado obras de importan- cia en su patria, vino á nuestro país, de que fué admirador, á pres- tarle su conocimiento y acción. Constituía su característica la prolijidad y exactitud en todo tra- bajo y muy especialmente en las operaciones de campaña, hacién- dose notar por su método de proceder, con lo que llegó á constituir escuela, teniendo la alta honra de dar forma y vida al cuerpo de inge- nieros ferroviarios de la nación. Fué entonces que, recién diplomado de ingeniero, tuve la suerte de entrar á trabajar 4 sus órdenes como ayudante de comisión de estudios, y si más tarde mi acción en los distintos cargos públicos que he desempeñado, ó mis modestas producciones, han podido aportar aleún bien á mi país y á los jóvenes ingenieros á quienes he tenido la honra de preparar en el aula de ferrocarriles, principalmen- te lo debo al distinguido ingeniero á quien enaltecemos en este acto. Ante su memoria me inclino y hago votos para que los ingenieros que me sucedan, se inspiren en sus virtudes, en su amor á la ciencia y su completa dedicación á la carrera, haciendo de ella un culto, con lo que podrán prestar verdaderos servicios á la tierra que los vió nacer y para la cual se abren hoy nuevos horizontes de prosperidad y grandeza. Señor presidente: séame permitido aprovechar de las circunstan- cias de ser usted quien me dirige la palabra en nombre de la Sociedad Jientífica Argentina, para evocar recuerdos de otro género. Me com- plazco en este momento en considerar á usted como representante de mis inolvidables alumnos que con provecho han cruzado sus estudios en las aulas de la Facultad de Ciencias Exactas, pues es sabido que usted se ha dedicado á la carrera en sus aplicaciones civiles y milita- res con verdadero éxito. En más de una ocasión le he visto des- empeñar comisiones científicas verdaderamente delicadas, por su importancia y condiciones técnicas, sin que jamás los obstáculos de todo género y aun el desengaño de ilusiones concebidas le hayan desanimado en su propósito de perseverar y poner bien alto el pabe- llón de la rama de ingeniería, á la cual usted se ha dedicado. Cumplo con el deber de dar mis más expresivas gracias á los señores colegas del Jurado y á la Sociedad Científica Argentina, que con tanta benevolencia han acogido mi trabajo, y aprovecho esta oca- sión para manifestar mi aspiración de que en años venideros pue- dan premiarse trabajos más meritorios que el mío y que merezcan XXXIV? ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 63 la aprobación y consideración de los profesionales extranjeros, lo que contribuirá á hacer sentir en el mundo científico la potencialidad de la ingeniería argentina. CONTESTACIÓN DEL DOCTOR FLORENTINO AMEGHINO (1) Señor Presidente : Después de haber escuchado los inmerecidos elogios á mi persona vertidos en el conceptuoso discurso que acaba de pronunciar una de las más claras inteligencias de nuestro país, no puedo, sin embargo, dejar de preguntarme, ¿qué he hecho para ser acreedor á tan alta distinción ? Un solo mérito me reconozco: haber trabajado incesantemente toda mi vida. La Sociedad Científica Argentina ha querido en este caso acordar una recompensa al trabajo, eligiéndome como un ejemplo representa- tivo que sirva de guía y estímulo á la juventud; es en este concepto que la acepto profundamente agradecido. Con todo, creo que debo retribuir tan honrosa distinción con algo más que las gracias. Voy á hacer la confesión de mis creencias en materia científica, que hace años tengo en reserva, no por egoísmo, que en mi espíritu no tiene cabida, sino por temor. Durante años he sido un cobarde, así: he sido un cobarde ante el temor de que el mun- do intelectual pudiera motejarme con el apodo opuesto al de cuerdo. Pero ahora me hago esta reflexión. Si la más alta corporación cien- bífica de la República me hace objeto de una distinción especial, es prueba de que me cree cuerdo. Silo soy en este momento ¿es posible que dentro de una hora, después de haber hecho mi confesión, quede transformado enloco? No lo creo;mas, si así fuere, por el dicho aquel, de que un loco hace cien, saldré deesterecinto bien acompañado. Entrego Mi Credo á la Sociedad Científica Argentina, para que por medio de su alta autoridad lo irradie en el mundo intelectual y sea luego la propiedad de todos los que puedan asimilárselo y estén en condiciones de aprovechar lo que contenga de verdad. Los errores, se los llevará el viento. (1) En el momento de poner en prensa este número recibimos el discurso leído por el doctor Holmberg, por cuya razón aparecerá en el próximo número. (La Dirección.) MI CREDO Señor presidente y señores consocios: Señoras, Señores: Honrado por la Sociedad Científica Argentina con el título de miembro honorario, la más alta distinción que acuerda su reglamento, ingratitud hubiera sido de mi parte no corr esponder á tan grande ho- nor, disertando sobre un tema científico. He vacilado para elegirlo adecuado al acto, hasta que me decidí á daros una exposición sintética de lo que es el Universo tal cual yo lo concibo. i de No se debe destruir por simple placer, sino en vista de una recons- trucción más perfecta. Los esfuerzos del hombre deben encaminarse siempre hacia el cono- cimiento de la verdad, cuyo culto será la religión del porvenir. Una creencia destruída deja en nuestro espíritu un gran vacío. No debemos pues abandonar una creencia sino en el caso qne podamos substituírla con otra que creamos más próxima de la verdad. Durante mi ya bastante larga existencia he abandonado muchas creencias sin que dejaran vacío alguno en mi espíritu, porque tuve siempre la buena suerte de sustituirlas con otras que encontraba más en armonía con los conocimientos que iba adquiriendo. Anticipadamente os pido vuestra benevolencia, pues oireis cosas que os parecerán reñidas con muchas de las que se consideran ver- MON CREDO (TRADUCTION DU NATURALISTE M. LE PROFESSEUR JEAN BRETHES) Monsieur le Président, Messieurs les Collegues, Mesdames et Messieurs : Honoré par la « Sociedad Científica Argentina » du titre de Mem- bre Honoraire, la plus haute distinction qwaccorde son reglement, il y aurait eu ingratitude de ma part si je n'avais pas correspondu a un si grand honneur en dissertant sur un theme scientifique. J'ai hésité pour le choisir en rapport avec Pacte; je me suis enfin décidé a vous donner un exposé synthétique de Univers, tel que je le concois. ce On ne doit pas détruire pour le simple plaisir de détruire, sinon en vue (une reconstruction plus parfaite. Les efforts de "homme doivent s'acheminer toujours vers la con- naissance de la vérité dont le culte sera la religion de Vavenir. Une croyance détruite laisse un grand vide dans notre esprit. Nous ne devons done abandonner une croyance que dans le cas od nous puissions lui en substituer une autre que nous croirons plus voisine de la vérité. Pendant mon existence déja assez longue, j"al abandonné plusieurs Croyances sans qwelles aient laissé aucun vide dans mon esprit par- ce que j/al toujours eu la bonne chance de les substituer par autres que je trouvais plus en harmonie avec les connaissances que j/ac- Quérais. A Pavance, je vous prie donc d'étre bienveillants pour moi, car vous entendrez des choses qui vous paraitront en lutte avec plu- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 5 66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dades definitivamente adquiridas, y en este acto no puedo daros las pruebas, que exigen volúmenes. Por eso titulo la presente síntesis, «Mi credo », que cada uno juzgará segun su criterio y sus conoci- mientos. Eo Concibo el Universo como constituído por un infinito tangible, la materia; y tres infinitos inmateriales, espacio, tiempo y movimiento. Materia y espacio tienen la relación de contenido y continente. El espacio existe, es una realidad puesto que en el Universo es lo único inmóvil, perenne, inmutable, sirviendo de receptáculo á la materia. Concebir algo que sea menos que el espacio ó que se encuentre fuera de él, es un imposible. La materia es la substancia palpable que llena el Universo, y no podemos figurárnosla sino ocupando espacio; es evidente que la por- ción del espacio ocupada por un átomo de materia no puede ser á la vez ocupada por otro. La materia no tuvo principio, ni tendrá fin. Que es indestructible, es evidente puesto que no es concebible la posibilidad de sacarla fuera del espacio. Como inseparable del espacio tenemos el intangible infinito tiem- po, que podemos definir como la sucesión infinita de la nada corrien- do paralelamente á las sucesivas fases de la eterna transformación de la materia. Como inseparable de la materia tenemos el infinito movimiento, que aunque inmaterial, á diferencia del infinito tiempo, es sensible y tangible. Defino pues, el Cosmos, como el conjunto de cuatro infinitos: el inmutable infinito espacio, ocupado por el ¿infinito materia, en infinito movimiento en la sucesión del infinito tiempo. Dejemos los infinitos intangibles espacio y tiempo, para ocuparnos de los infinitos tangibles materia y movimiento. > La materia está constituída por partículas llamadas átomos, tan excesivamente pequeñas que por ahora el hombre es impotente para alslarlas. Los átomos son impenetrables unos á otros; los concibo como sien- MON CREDO 67 sieurs de celles que Pon considere comme des vérités définitivement acquises, eb dans cet acte, je ne puis vous donner les preuves qui exigent des volumes. C'est pour cela que j'intitule la présente synh- these : « Mon credo » que chacun jugera (Vapres son critérium et ses connalssances. Za Je concois Univers comme constitué par un infini tangible, la matiére, eb par trois infinis immatériels, Vespace, le temps et le mouvement. Matiere et espace ont la relation de contenu et de contenant. L'es- pace existe, 1l est une réalité puisque dans Univers il est le seul immobile, éternel, immuable et servant de réceptacle á la matiere. Concevoir quelque chose quí soit moins que Vespace ou quí se trou- ve en dehors de lui, e/est un impossible. La matiere est la substance palpable qui remplit Vunivers et nous ne pouvons pas nous la figurer sinon ocupant un espace; il est évi- dent que la partie de Pespace occupée par un atome de matiére ne peut étre a la fois occupée par un autre. La matiéere ra pas eu de commen- cement et elle aura pas de fin. Il est évident qw elle est indestructi- ble, car il est inconcevable qu'on puisse la mettre en dehors de Pespace. Comme inséparable de Pespace, nous avons Vinfini intangible temps, que nous pouvons définir comme la succession infinie du néant qui marche parallelement avec les phases successives de Péternelle trans- formation de la matiere. Comme inséparable de la matiére, nous avons Vinfini mouvement qui, bien qu'immatériel, differe du temps infini, étant sensible et tangible. Je définis done le Cosmos comme Pensemble de quatre infinis : Vimmuable espace infini, occupé par Pinfinie matiére, en infini mouve- ment dans la succession du temps infint. Laissons les infinis intangibles, espace et temps, pour nous occu- per des infinis tangibles, matiére et mouvement. «> La matiere est constituée par des particules, appelées atomes, et si ténues, que pour le moment homme est incapable de les isoler. Les atomes sont réciproquement impénétrables : je les concois 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA do todos iguales en densidad, forma y tamano, y dotados de la misma cantidad de movimiento. Por la unión de los átomos en grupos más ó menos complejos se forman todos los cuerpos aparentemente tan distintos que nos rodean, incluso los llamados elementos, que se consideran simples porque no se ha conseguido descomponetlos. + La fuerza, como algo independiente de la materia, no existe. Fuer- za, movimiento y energía, son palabras distintas para designar una misma cosa. Fuerza, luz, calor, electricidad, se transforman unos en otros: son distintas formas del movimiento. La cantidad de movimientos esparcida enel Universo, corresponde á la suma delosátomos y esen su conjunto siempre de la misma intensi- dad. Quiere decir, que también el movimiento es indestructible y tan sólo susceptible de cambiar de dirección. «> La transformación y evolución de la materia obedece á dos movi- mientos opuestos de igual intensidad, uno concentrante y el otro radiante. En la evolución concentrante que es progresiva, la materia marcha hacia una mayor densidad acompañada de una absorción correspon- diente de movimiento, se diversifica volviéndose de más en más hete- rogénea y adquiere constantemente mayor complexidad. El movi- miento activo absorbido pasa al estado pasivo, latente ó potencial y actúa bajo la forma atractiva (atracción). En la evolución radiante que es regresiva, la materia marcha ha- cia una mayor rarificación acompañada de una irradiación proporcio- nal de movimiento y adquiere una mayor simplificación volviéndose de más en más homogénea. El movimiento concentrado al estado potencial, vuelve á su actividad primitiva, transformándose de pasivo y atractivo en activo y repulsivo (repulsión). Mientras una cantidad de materia efectúa un movimiento concen- trante tanto más intenso cuanto más se aproxima al centro, otra can- tidad igual efectúa un movimiento radiante tanto menos intenso cuanto más se aleja del centro, de donde resulta el principio funda- mental que rige la universalidad del movimiento, esto es: que la MON CREDO 69 comme égaux en densité, forme et grandeur et doués de la méme quantité de mouvement. Par Punion des atomes en groupes plus ou moins complexes, se forment tous les corps apparemment si distinets quí nous entourent, en y comprenant ceux que Pon appelle éléments, que Pon considere comme simples parce qw'on na pu les décomposer. * apo La force, comme indépendante de la matiéere, Wexiste pas. Force, mouvement et énergie, ce sont des mots distinets pour désigner une mémeé chose. Force, lumieére, chaleur, électricité se transforment en passant de Vune a Pautre : ce sont des formes distinctes du mou- vement. La quantité de mouvement répandue dans V Univers correspond a la somme des atomes, et dans son ensemble elle est toujours de la méme intensité. Oe qui veut dire que le mouvement aussi est indestructi- ble et susceptible seulement de changer de direction. <> La transformation et Vévolution de la matiere obéit a deux mouve- ments opposés Vintensité ésale, Pun concentrant et Pautre radiant. Dans Vévolution concentrante, quí est progressive, la matiere s?a- chemine vers une plus grande densité, étant accompagnée (une ab- sorption correspondante de mouvement, se différencieen devenant de plus en plus hétérogene et acquiert constamment une plus grande complexité. Le mouvement actif absorbé passe a Pétat passif, latent ou potentiel, et fonctionne sous la forme attractive (attraction). Dans Vévolution radiante, qui est régressive, la matiere marche vers une plus grande raréfaction, accompagnée Vune irradiation proportionnelle de mouvement, et elle acquiert une plus grande sim- plification en devenant de plus en plus homogéne. Le mouvement, concentré a Pétat potentiel, revient á son activité primitive en se transformant de Vétat passif et attractif a Pétat actif et répulsif (ré- pulsion). Pendant quwW'une quantité de matiere effectue un mouvement con- centrant (autant plus intense qu'il se rapproche du centre, une au- tre quantité ésale effectue un mouvement radiant (Pautant moins intense qwil s'éloigne du centre, d'oú résulte le principe fondamen- tal qui régit Puniversalité du mouvement, c'est-a-dire que : 'intensi- 70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA intensidad del movimiento está en relación inversa de la densidad de la materia. La ley de la atracción de Newton, creo no es más que un corolario de la mucho más simple que acabo de enunciar. Quiere decir, que hay mundos en formación y mundos en disolu- ción, estado de equilibrio que siempre ha existido y siempre existirá. Para que unos mundos puedan formarse, otros tienen que disolverse. Cuando la materia llega á su último límite de concentración, empieza el movimiento inverso de radiación. de No conocemos todos los estados que en este continuo movimiento ha tomado ó puede tomar la materia, pero sí muchos, entre los cuales puedo mencionar: el estado sólido como el del hierro y las piedras; el estado líquido como el agua; el estado gaseoso, como el oxígeno y el nitrógeno; el estado igneo como los materiales que bajo alta tempe- ratura y enorme presión constituyen el centro de la Tierra ó el núcleo solar; el estado lúcido como los materiales excesivamente tenues que envuelven al Sol; el estado etéreo, como el de la materia que llena los espacios interestelares; el estado viviente como la materia que constituye los organismos vivos, ó el estado pensante como el de la materia que constituye el cerebro en actividad. Entre estos estados existen todos los intermedios y se transforman pasando de uno á otro. Calentando un sólido toma el estado líquido y luego gaseoso; por el enfriamiento ó la presión transformamos el gas en líquido y luego en sólido. Y si no podemos dar á la materia los estados igneo, lúcido ó etéreo, débese únicamente á que todavía no disponemos de agentes suficientemente poderosos para realizar esas transformaciones. ES La estructura de la materia es muchísimo más compleja de lo que generalmente se supone. Cuando se combinan dos elementos, no son los átomos del uno y del otro que entran en combinación, sino agru- pamientos de átomos, ó sea moléculas, que se disponen en otra forma, y como los compuestos pueden formar sucesivamente nuevas combi- naciones, es claro que las moléculas primitivamente más simples se reagrupan nuevamente en otra forma para constituir otras más com- plicadas. Por otra parte, es evidente que á cada estado de la materia corresponde un agrupamiento molecular distinto. MON CREDO 71 té du mouvement esten relation inverse de la densité de la matiére. La loi de Vattraction de Newton, je erois, West qu'un corollaire de celle bien plus simple que je viens d'énoncer. Ce qui veut dire qu'il y a des mondes en formation et des mondes en dissolution, état d'équilibre qui a toujours existé et qui existera toujours. Pour que quelques mondes puissent se former, il faut que WVautres se dissolvent. Quand la matiére arrive á sa derniére limite de concentration, le mouvement inverse de radiation commence. + Nous ne comnaissons pas tous les états que la matiere a pris ou peut prendre dans ce mouvementecontinu, mais nous en connaissons plu- sieurs parmilesquelsjepuis mentionner : létat solide commecelui du fer et des pierres; Pétat liquide comme eau; Vétat gazeux comme VPoxi- gene et le nitrogene; Vétat ¡gné comme les matiéres qui, á une haute température et sous une énorme pression, constituent le centre de la terre ou le noyau solaire; Vétat lucide comme les matieres excessi- vement ténues quí enveloppent le soleil; Pétat éthéré comme celui de la matiere quí remplit les espaces interstellaires ; Vétat vivant comme la matiere qui constitue les organismes vivants, ou Pétat pen- sant comme celui de la matiere qui constitue le cerveau en activité. Entre ces états, tous les intermédiaires existent et se transfot- ment en passant de Pun a Pautre. En chauffant un corps solide, il prend Pétat liquide et ensuite le gazeux; par le refroidissement ou la pression, nous transformons le gaz en liquide et ensuite en solide. Et si nous ne pouvons pas donner a la matiere les états igné, lucide ou éthéré, cela se doit uniquement a ce que nous ne disposons pas encore agents sufisamment puissants pour réaliser ces transfot- mations. > La structure de la matiere est beaucoup plus complexe quon ne le suppose généralement. Quand deux éléments se combinent, ce ne sont pas les atomes de Pun et de Pautre qui entrent en combinaison, mais bien des groupements VPatomes, c'est-a-dire des molécules, qui se disposent sous une autre forme; et comme les composés peuvent former successivement de nouvelles combinaisons, il est clair que les molécules ('abord plus simples se groupent de nouveau sous une autre forme pour en constituer autres plus compliquées. D'un au- tre cóté, 1l est évident qu'un groupement moléculaire distinct corres- pond a chaque état de la matiere. 72 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los agrupamientos moleculares tienen distinto valor según su complexidad y se subordinan unos á otros descendiendo de los más complejos á los más simples. La materia para pasar de un estado de agrupamiento molecular sencillo á otro muy complicado, ó vice- versa, tiene que pasar por todos los agrupamientos intermedia- rios. Del átomo ínfimo del estado etéreo á las moléculas del estado ga- seoso, de éstas á los planetas, á las estrellas y á las más vastas cons- telaciones del Universo, hay una serie infinita de agrupamientos de materia de más en más considerables y subordinados los unos á los otros. Nuestro globo en relación al sistema estelar de que forma par- te es una pequeñísima molécula. Á cada cambio de estado que experimenta la materia, corresponde un cambio de agrupamiento molecular. Las moléculas del estado Tú- cido son los prosotes, que constituyen los prosoteros, cuerpos aún muy alejados de nuestros elementos. Los reagrupamientos concen- trantes de los prosotes, son los meristes que constituyen los proto- elementos que se combinan para formar los elementos. Los agrupa- mientos moleculares del estado gaseoso, son los pneumotes; los del estado líquido, higrotes; los del estado sólido, estereotes; los de la materia viva, basibios; neuronas, los de la materia pensante, ete. Jalentando un sólido, se disocian los estereotes, la masa queda for- mada de higrotes y toma el estado líquido; aumentando la tempe- ratura, se disocian los higrotes, la masa queda constituída por pneu- motes, toma el estado gaseoso, y así por todos los demás estados. En resumen : la infinita variedad de aspectos bajo los cuales se presenta la materia, como todos los fenómenos físicos y químicos, se reducen al predominio localizado en el tiempo y en el espacio, ya del movimiento concentrante, ya del movimiento radiante, que modifican la materia variando á lo infinito el grado de elevación gerárquico y la mayor ó menor complexidad de los agrupamientos moleculares. Cuando un cuerpo pasa á un agrupamiento molecular de orden su- perior, esto es, más complejo, hay absorción de calor, es decir, pérdi- da de movimiento activo que se transforma en latente ó potencial : es el proceso de la ley hacia la mayor densidad, es decir, hacia la concentración. Cuando el cuerpo pasa de un agrupamiento molecular superior á otro inferior, es decir, más simple, hay emisión de calor, es decir, radiación del movimiento potencial almacenado durante el MON CREDO ES Les groupements moléculaires ont une valeur distincte suivant - leur complexité, et ils sont subordonnés les uns aux autres en des- cendant des plus complexes aux plus simples. Pour passer (un grou- pement moléculaire tres simple a un autre plus compliqué, ou vice- versa, la matiere doit passer par tous les groupements intermé- diaires. De Vatome infime de Pétat éthéré aux molécules de Pétat gazeux, de celles-ci aux planetes, aux étoiles et aux plus vastes constella- tions de PUnivers, il y a une série infinie de groupements de matiere de plus en plus considérables et subordonnés les uns aux autres. Re- lativement au systeme stellaire dont il fait partie, notre Globe est une tres petite molécule. Un changement de groupement moléculaire correspond a chaque changement «dVétat qwéprouve la matiére. Les molécules de Pétat lucide sont les prosotes qui constituent les prosoteres, corps encore bien éloignés de nos éléments. Les nouveaux groupements concen- trants des prosotes sont les méristes qui constituent les protoélé- ments qui se combinent pour former les éléments. Les groupements moléculaires de Vétat gazeux sont des pneumotes; ceux de Pétat liquide, des hygrotes; ceux de Vétat sólide, des stéréotes; ceux de la matiére vive, des basibies; ceux de la matiere pensante, des neu- rones, etc. En chauffant un solide, les stéréotes se dissocient, la masse reste formée Vhyerotes et prend Vétat liquide; en augmentant la température, les hyerotes se dissocient, la masse reste constituée par des pneumotes et prend VPétat gazeux, et ainsi de suite pour tous les autres états. En résumé : Vinfinie variété Vaspects sous lesquels se présente la matiére, comme aussi tous les phénomenes physiques et chimiques, se réduisent á la prédominance localisée dans le temps et dans Pes- pace soit du mouvement concentrant soit du mouvement radiant qui modifient la matiére en variant á Vinfini le degré Wélévation hyérar- chique et la plus ou moins grande complexité des groupements mo- léculaires. Quand un corps passe á un groupement moléculaire Vordre supé- rieur, c/est-á-dire plus complexe, il y a absorption de chaleur, c'est-a- dire perte de mouvement aetif qui se transforme en latent ou poten- tiel : c/est le procés de la loi vers la plus grande densité, c'est-a-dire vers la concentration. Quand un corps passe lun groupement molé- culaire supérieur a un autre inférieur, c'est-a-dire plus simple, il y a émission de chaleur, cest-á-dire radiation du mouvement potentiel 74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA movimiento opuesto : es el proceso de la ley hacia la mayor rarifi- cación. > Si los átomos son impenetrables, las moléculas son penetrables. De esta penetrabilidad, resulta que los distintos estados de la mate- ria coexistan contenidos los unos en los otros. Las vacuidades inter- atómicas, son el espacio, el vacío. Los prosotes de la materia lúcida dejan entre síinterespacios en los que circulan los átomos de la mate- ria etérea. Los pneumotes de la materia gaseosa dejan interespacios en los que circulan los prosotes y los átomos. Las moléculas más complejas del estado líquido, los higrotes, dejan interespacios en los que circulan los pneumotes; entre los estereotes de la materia sólida hay interespacios en los que circulan los higrotes de la materia líqui- da, y como sucesivamente encajados los unos en los otros, todos los demás agrupamientos moleculares subordinados hasta el átomo. De donde se deduce que los espacios entre los grupos moleculares, son tanto más considerables cuanto más aumenta el grado de complexi- dad de las moléculas. Esta es una verdad desde el átomo al prosote; desde éste á los pneumotes, higrotes y estereotes; desde los satélites á los planetas, de éstos á los soles ó estrellas, de las estrellas á las constelaciones, desde las constelaciones á las nebulosas... y desde éstas hasta aquello de muchísimo más allá que todavía no cono- cemos! Es así como se mueven las estrellas en las constelaciones, los pla- netas entre las estrellas, los satélites entre los planetas; es así como la materia líquida se mueve en el interior de la materia sólida, la materia gaseosa en el interior de la materia líquida, la materia lúcida en el interior de la materia gaseosa, la materia etérea en el interior de la materia lúcida (1). > Las diferencias en la densidad de los elementos desaparecen gra- dualmente á medida que se pasa de un agrupamiento molecular de orden superior, ó más avanzado en la evolución hacia la concentración, (1) Si esta nueva concepción del Universo resultara exacta, nos obligaría á in- terpretar de un modo distinto de como lo hacemos hasta ahora, mo sólo todos los fenómenos físicos, químicos y biológicos, sino también los cósmicos. Por no citar más que un ejemplo, los planetas, satélites, etc.,en vez de representar ma- sas de materia dlesprendidas sucesivamente de la masa solar, representarían MON CREDO 15 emmagasiné pendant le mouvement opposé : est le procés de la loi vers la plus grande raréfaction. «+ Si les atomes sont impénétrables, les molécules sont pénétrables. De cette pénétrabilité, 1l résulte que les différents états de la matie- re coexistent contenus les uns dans les autres. Les vacuités interato- miques sont Pespace, le vide. Les prosotes de la matiere lucide lais- sent entre eux des inter-espaces od circulent les atomes de la ma- tiere éthérée. Les pneumotes de la matiere gazeuse laissent des inter-espaces ou circulent les prosotes et les atomes. Les molécules plus complexes de lPétat liquide, les hygrotes, laissent des inter-espa- ces ou circulent les pneumotes; entre les stéréotes de la matiere so- lide, il y a des inter-espaces oú circulent les hygrotes de la matiere liquide, et avec ceux-ci, comme étant successivement emboités Pun dans Pautre, tous les autres groupements inférieurs depuis les pneumo- tes jusqu'a Patome. D”ou Pon déduit que les espaces entre les groupes moléculaires sont plus considérables á mesure quaugmente le degré de complexité des molécules. Cela est vrai depuis Patome jusqwau prosote; depuis celui-ci jusqu'aux pneumotes, hygrotes et stéréotes; depuis les satellites jusqu'aux planetes, de ceux-ci aux soleils ou étoiles, des étoiles aux constellations, des constellations aux nébu- leuses... et de celles-ci jusqu'a ce qui se trouve bien plus au-dela, et que nous ne connaissons pas encore! C'est ainsi que se meuvent les étoiles dans les constellations, les planetes entre les étoiles, les satellites entre les planetes; c'est alnsi que la matiere liquide se meut dans Pintérieur de la matiere solide, la matiere gazeuse dans Pintérieur de la matiere liquide, la matiere lucide dans Vintérieur de la matiere gazeuse, la matiere éthérée dans Vintérieur de la matiere lucide (1). | 7 Les différences dans la densité des éléments disparaissent graduel- lement 4 mesure que Pon passe un groupement moléculaire ordre supérieur ou plus avancé dans Vévolution vers la concentration, a un (1) Si cette nouvelle conception de l1”Univers était exacte, elle nous obligerait a interpréter distinctement de ce que nous le faisons jusqu'aujourd*hui, non seulement tous les phénomenes physiques, chimiques et biologiques, mais aussi les cosmiques. Pour n'en citer quíun exemple : les planetes, satellites, etec., au lieu de représenter des masses de matiére détachées successivement de la masse 76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA á un agrupamiento de orden inferior ó menos avanzado en el proceso hacia la mayor densidad. Es la prueba matemática, absolutamente exacta, de que todos los elementos son múltiplos del átomo de la ma- teria únicafundamental : el éter. El calor latente ó potencial de un cuerpo es la suma de movimiento que pierden por radiación los grupos moleculares que lo constituyen para pasar de un agrupamiento de orden inferior á otro de orden su- perior. Lo que se denomina calor específico es la inversa : representa la misma suma de movimiento que tienen que absorber por concen- tración para que esos mismos grupos moleculares elevados á un or- den superior vuelven á su agrupamiento de orden inferior. Es decir que, el calor latente ó potencial aumenta á medida que pasamos de los cuerpos más rarificados á los más densos y disminuye recorriendo la misma escala en sentido inverso. La capacidad de absorción calorífica (ó movimiento calorífico) de un cuerpo es igual á la cantidad que ha radiado, de donde se deduce que el calor específico que un cuerpo puede adquirir ésta en razón inversa del llamado peso atómico que representa la suma de calor (movimiento) perdido. De donde se deduce también que el peso de los equivalentes de los diferentes elementos tomados en idénticas condiciones físicas absolutas es igual á la capacidad de absorción calorífera de los equi- valentes de los mismos elementos en igualdad de condiciones, prueba de que los equivalentes de los distintos elementos son múltiplos del átomo de la substancia única fundamental que constituye la materia. alo Los fenómenos ó cambios físicos en los cuerpos, que llevan los nombres de alotropismo, isomerismo, mezcla, saturación, cohesión, elasticidad, y tantísimos otros, consisten en simples cambios en la colocación ó disposición de las moléculas que constituyen los cuer- pos, siempre por acción, ya de un movimiento concentrante, ya de un movimiento radiante, ó de ambos combinados. En los fenómenos llamados cambios químicos, hay disociación y reagrupamiento de las moléculas. La porción ó parte más pequeña de otros tantos centros de condensación independientes. Por otra parte, el movi- miento de nuestro sistema planetario siendo concentrante, las órbitas de los as- tros que lo constituyen estarían en un proceso de reducción gradual y los plane- tasestarían acercándose gradualmente al sol, en el cual caerán sucesivamente unos tras otros con el andar infinito del tiempo. MON CREDO “7 groupement ordre inférieur ou moins avancé dans le procés vers la -plus grande densité. C'est la preuve mathématique, absolument exacte, que tous les éléments sont des multiples de Patome de la ma- tiére unique fondamentale : éther. La chalewr latente ou potentielle Vun corps est la somme de mou- vement que perdent par radiation les groupes moléculaires qui le cons- tituent, pour passer un groupement «VPordre inférieur á un autre «Vordre supérieur. Ce que Pon appelle chaleur spécifique est Vinverse : elle représente la méme somme de mouvement qwils doivent absor- ber par concentration pour que ces mémes groupes moléculaires éle- vés a un ordre supérieur reviennent a leur groupement VPordre infé- rieur. Ve quí veut dire que la chaleur latente ou potentielle augmen- te a mesure que nous passons des corps plus raréfiés aux plus denses, et qwelle diminue en parcourant la méme échelle en sens inverse. La capacité (absorption thermique (ou mouvement calorifique) d'un corps est égale a la quantité qwil a irradiée, d'ou Pon déduit que la chaleur spécifique qu'un corps peut acquérir est en raison inverse de ce que Pon appelle pords atomique, quí représente la somme de chaleur (mouvement) perdue. D”ou Pon déduit aussi que le poids des équiva- lents des différents éléments, pris dans des conditions physiques ab- solument identiques, est égal a la capacité d'absorption thermique des équivalents des mémes éléments a conditions égales, ce qui prouve que les équivalents des différents éléments sont des multiples de Vatome de Punique substance fondamentale qui constitue la matiere. EE Les phénomenes ou changements physiques des corps, dénommés allotropisme, isomérisme, mélange, saturation, cohésion, élasticité, etc., consistent en de simples changements dans la place ou disposi- tion des molécules qui constituent les corps, et toujours par Paction soit un mouvement concentrant, soit (un mouvement radiant, ou des deux combinés. Dans les phénomenes appelés changements chimiques, il y a dis- sociation et nouveau groupement des molécules. La partie la plus solaire, représenteraient autant de centres indépendants de condensation. Dun autre cóté, le mouvement de notre systeme planétaire étant concentrant, les or- bites des astres qui le constituent seraient dans un procés de réduction graduelle, et les planetes se rapprocheraient graduellement du soleil ou elles tomberont successivement les unes apres les autres dans la marche infinie du temps. TS ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA un elemento que puede entrar en combinación con un equivalente de otro elemento para formar un compuesto, en ambas partes está cons- tituída por un agrupamiento de un número considerable de molécu- las de distinto orden gerárquico que se disocian y reagrupan en aorupamientos moleculares de un mismo orden gorerquico, distintos . de los dos primitivos ó generadores. Afinidad, valencia, atomicidad, es la misma cosa. El número de valencias de un cuerpo depende del número de agrupamientos mole- culares subordinados unos á otros que pueden desagregarse sucesi- vamente para reagruparse en otra forma y en el mismo orden con las moléculas equivalentes de otro cuerpo. La afinidad es la perturbación y disociación de los agrupamientos moleculares de dos-cuerpos que se ponen en contacto, y la combina- ción consiste en su penetración recíproca, mezcla y reagrupamiento para formar nuevas moléculas de un mismo valor, — de orden supe- rior si el fenómeno va acompañado con desprendimiento de calor (movimiento), de orden inferior si con absorción de calor (movi- miento). > Las que llamamos leyes naturales, eternas é inmutables, con ex- cepción de las muy pocas que rigen los infinitos, no tienen nada de eterno y muy poco de inmutable; se han constituído por sí solas bus- cando el equilibrio y persisten cuanto duran las condiciones de mo- vimiento que las han creado. Llamamos leyes naturales á los diferentes modos de equilibrio que resultan de la lucha del movimiento concentrante con el movimiento radiante; roto el equilibrio, la ley falla, cesa, para dar lugar á otro modo de movimiento, á otro modo de ser, á otra ley. Como las huma- nas, como las sociales, las leyes naturales también evolucionan. E Toda la materia que se encuentra esparcida en el Universo en es- tado viviente ó pensante, en estado sólido, líquido ó gaseoso, ha pa- sado por el estado lúcido, y con anterioridad por el estado etéreo, es decir, con todos sus átomos disociados y moviéndose por separado. Tampoco hay un átomo de materia etérea, que no haya formado par- te de materia lúcida, de materia ígnea, de materia gaseosa, de mate- ria líquida ó de materia sólida, que no haya formado parte de mate- ria viviente ó de materia pensante. MON CREDO 79 petite d'un élément quí peut entrer en combinaison avec un équiva- -lent un autre élément pour former un composé est formée des deux cótés par le groupement un nombre considérable de molécules (VPor- dre hyérarchique distinet) quí se dissocient et se réunissent de nou- veau en groupes moléculaires (Pun méme ordre hyérarchique) distincts des deux primitifs ou générateurs. Affinité, valence, atomicité, c'est la méme chose. Le nombre des ¡alences (un corps dépend du nombre des groupements moléculaires subordonnés les uns aux autres quí puissent se désagréger succes- sivement pour se réunir de nouveau sous une autre forme et dans le méme ordre avec les molécules équivalentes de Pautre corps. T'affinité est le changement et dissociation des groupements molécu- laires de deux corps qui sont mis en contact, et la combinaison consiste dans leur réciproque pénétration, mélange et nouveau groupement pour former de nouvelles molécules de valeur égale, 'ordre supérieur si le phénomene est accompagné de désgagement de chaleur (mou- vement), Vordre inférieur s'l y a absorption de chaleur (mouvement).. > Ce que nous appelons lois naturelles et immuables, exception fai- te des tres rares quí régissent les infinis, n'ont rien d'éternel et ont tres peu d'immuable : elles se sont constituées d'elles-mémes en cher- chant Péquilibre et elles persistent autant que dureront les condi- tions de mouvement qui les ont créées. Nous appelons lois naturelles les différents modes dVéquilibre qui résultent de la lutte du mouvement concentrant avec le mouvement radiant : Péquilibre rompu, la loi erre, cesse, pour donner lieu á un autre mode de mouvement, a une autre maniere d'étre, á une autre loi. Comme les lois humaines et sociales, les lois naturelles évolu- tionnent aussi. 4 cas Toute la matiere qui se trouve répandue dans PUnivers á Vétat vivant ou pensant, a Vétat solide, liquide ou gazeux, a passé par Pétat lucide et' antérieurement par VPétat éthéré, c'est-á-dire avec tous ses atomes dissociés et se mouvant séparément. ll yy a pas non plus un atome de matiere éthérée qui Wait fait partie de matie- re lucide, de matiere ignée, de matiere gazeuse, de matiere liquide ou de matiere solide; qui Wait fait partie de matiéere vivante ou de matiere pensante. 30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA No hay diferencia de substancia entre los cuerpos orgánicos y los cuerpos inorgánicos, entre el cuerpo vivo y el cuerpo muerto. Todos los cuerpos, todos los elementos que entran en la composición de los organismos, forman igualmente parte de los inorganismos. Luego la diferenciación entre la materia orgánica é inorgánica es secundaria y no primitiva. Esta diferenciación se ha producido en una época re- lativamente recientísima, posterior á aquella en que el movimiento concentrante dió á la masa de nuestro planeta la forma de globo te- rráqueo. Dado los caracteres físicos de los organismos, es claro que éstos sólo pudieron aparecer cuando ya la condensación de nuestro globo fué suficientemente avanzada y la temperatura suficientemente baja para que los albuminoideos no se coagularan. Es decir, que los orga- nismos tuvieron un principio, y como no están constituídos por subs- tancias distintas de las del mundo inorgánico, cabe una sola explica- ción : que los organismos sean el resultado de la transformación de ¡norganismos. b De los seres ú organismos más simples á los inorganismos no hay más que un paso. La vida no es más que una modalidad complicada del movimiento, y todos los fenómenos que en ella observamos se re- ducen á formas de movimiento que encontramos en estado más sim- ple en los inorganismos. La respiración es un proceso de oxidación absolutamente compa- rable al que se observa en el mundo mineral. La nutrición, en su forma más simple que es la absorción, es absolutamente comparable al crecimiento de una gota de agua en una atmósfera saturada de vapor. Si los organismos nacen y mueren, ó lo que es más simple, tienen un principio y un fin, sucede otro tanto con los inorganismos. Si los organismos sólo tienen origen en otros organismos parecidos, otro tanto sucede con los inorganismos en tanto no se trate de com- binaciones de elementos; un trozo de hierro hoy por hoy sólo puede obtenerse de una masa de hierro. La reproducción, tampoco es un distintivo de los organismos; en su forma más simple que es la re- producción por bipartición, es el desprendimienro de un trozo de materia de otro parecido, absolutamente como en los minerales. El movimiento tampoco es un distintivo de los organismos, puesto que es inseparable de la materia. La sensibilidad, en su forma más sim- ple no es separable del movimiento. MON CREDO sl Il v?y a pas de différence de substance entre les corps organiques et les corps inorganiques, entre le corps vivant et le corps mort. Tous les corps, tous les éléments quí entrent dans la composition des organismes font également partie des inorganismes. La différence en- tre la matiére organique et l'inorganique est donc secondaire et non primitive. Cette différenciation s'est produite á une époque relative- ment tres récente, et postérieure a celle ou le mouvement concen- trant a donné a la masse de notre planete la forme de globe terrestre. Etant domnnés les caracteres physiques des organismes, il est clair que ceux-ci purent seulement apparaitre quand la condensation de notre globe fut suffisamment avancée et la température suffisamment basse pour que les albuminoides ne se coagulassent pas. C'est dire que les organismes eurent un commencement, et comme ils ne sont pas constitués par des substances distinctes de celles du monde inor- ganique, il reste une seule explication : que les organismes soient le résultat de la transformation des inorganismes. pa Des étres ou organismes les plus simples aux inorganismes, il y a plus qu'un pas. La vie West qu'un mode compliqué du mouvement, et tous les phénomenes qu'on y observe se réduisent a des formes de mouvement que nous trouvons en un état plus simple dans les inorganismes. La respiration est un proces (oxydation absolument comparable a celui que Pon observe dans le monde minéral. La nutrition, dans sa forme la plus simple, Pabsorption, est absolument comparable á la croissance (une goutte d'eau dans une atmosphere saturée de va- peur. Si les organismes naissent et meurent ou, ce quí est plus sim- ple, s'ils ont un commencement et une fin, il arrive la méme chose avec les inorganismes. Si les organismes tirent leur origine seule- ment (autres organismes semblables, la méme chose arrive avec les Inorganismes, pourvu qwilne s'agisse pas de combinaisons Véléments; un morceau de fer, pour le moment, ne peut s'obtenir que une masse de fer. La reproduction v'est pas non plus un distintif des organismes; dans sa forme la plus simple, qui est la bipartition, c'est la séparation VPun morceau de matiere d'un autre semblable, absolument comme dans les minéraux. Le mouvement vest pas non plus un distinctif des organismes, puisqw'il est inséparable de la matiére. La sensibilité, dans sa forme la plus simple, west pas séparable du mouvement. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 6 82 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La vida es un proceso de oxidación continua durante el cual la. materia gastada (quemada) es constantemente reemplazada. El mo- vimiento vital, en sus detalles es de una complexidad grandiosa, infini- ta : considerado en conjunto es la resultante; por un lado de un movi- miento concentrante que empuja el organismo á la inercia, á la muerte; y por el otro de un movimiento radiante que lo lleva á la disolución. El organismo es el campo de: lucha: de estos dos movi- mientos opuestos que lo consumen, y exigen una asimilación conti- nua de nueva materia que permita el funcionamiento de la máquina. bs Como en el Universo todo está distribuído de modo que se conser- ve el equilibrio, es dado suponer que la cantidad de organismos ó de materia organizada y la cantidad de movimiento de que es suscepti- ble deben ser invariables en relación á la masa del globo y á la suma de movimiento radiante que recibe. O en términos más simples, la su- ma de materia viviente y de movimiento vital ha sido y es invaria- ble en las actuales condiciones de nuestro globo y por todo el tiem- po que ellas persistan. Esa cantidad ó coeficiente de materia viviente debe estar determi- nado por uno de los cuatro elementos organógenos que constituyen la base de la materia bioide. No pueden ser ni el hidrógeno ni el oxígeno que existen en cantidades inmensas formando parte del mundo inorgánico. Tampoco puede ser el carbono, igualmente abun- dante, y que en forma de ácido (anhidrido) carbónico sale constante- mente de las entrañas de la tierra en cantidades extraordinarias. No se encuentra en el mismo caso el nitrógeno; todo el que existe en nuestro globo se encuentra libre en la atmósfera, ó en combina- ción en los organismos, ó en los derivados de origen orgánico que se encuentran en las capas más superficiales. Creo, pues, que la cantidad de materia viviente está determinada por la cantidad de nitrógeno disponible que existe sobre la tierra, que no puede sufrir aumento ó diminución sin producir un desequi- librio en el estado dinámico periférico de nuestro globo. El nitrógeno, por ser el más incombustible de los elementos, por su inercia y su poca afinidad, es el que forma la trama principal de los tejidos y retiene en lo posible los otros elementos. Si hacemos un paralelo entre la máquina viviente y la máquina de apor, tenemos : que el nitrógeno representa el acero con que está forjada la máquina; el carbono es el carbón que se coloca en la hor- MON CREDO 83 La vie est un procés d'oxydation continue pendant lequel la ma- tiére usée (brúlée) est constamment remplacée. Le mouvement vital est, dans ses détails, Vune complexité grandiose, infinie: considérée dans son ensemble, c'est (un cóté le résultat d'un mouvement con- centrant qui pousse Porganisme a Pinertie, a la mort, et 'un autre cóté, un mouvement radiant quí le porte a la dissolution. L'orga- nisme est le champ de lutte de ces deux mouvements opposés qui le consument et qui exigent une assimilation continue de nouvelle ma- tiére pour permettre le fonctionnement de 1a machine. ee Comme dans Univers tout est distribué de maniere que Péquili- bre soit conservé, il est naturel de supposer que la quantité Vorga- nismes ou de matiere organisée et la quantité de mouvement dont elle est susceptible doivent étre invariables en rapport avec la masse du globe et avec la somme de mouvement radiant qwil recoit. Ou en termes plus simples : la somme de matiere vivante et de mouvement vital a été et est invariable, dans les conditions actuelles de notre elobe et pour tout le temps qw'elles dureront. Cette quantité ou coefficient dematiere vive doit étre déterminée par Pun des quatre éléments organogéniques qui constituent la base de la matiéere bioide. Ce ne peuvent étre Phydrogene ni loxigene qui existent en quantités immenses dans le monde inorganique. Ce ne peut étre non plus le carbone, également abondant et quí sous forme Vacide (anhydride) carbonique sort constamment des entrailles de la terre en quantités extraordinalres. Le nitrogene West pas dans le méme cas; tout celui qui existe dans notre globe se trouve libre dans Patmosphere ou en combinai- son dans les organismes, ou dans les dérivés (origine organique qui se trouvent dans les couches les plus superficielles. Je erois done que la quantité de matiere vivante est déterminée par la quantité disponible de nitrogéene quí se trouve dans la terre, quí ne peut étre augmentée nidiminuée sans produire un déséquilibre dans Vétat dynamique-périphérique de notre globe. Le nitrogéene, comme le plus incombustible des éléments, par son inertie et son peu Vaffinité, est celui qui forme la trame principale des tissus et retient autant que possible les autres éléments. Si nous établissons un parallele entre la machine vivante et la machine á vapeur, nous avons : le nitrogene représente Pacier dont est faite la machine; le carbone est le charbon que Pon met au foyer 84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nalla para ser quemado y producir el movimiento; el oxígeno es el comburente, y el hidrógeno es el agua que llena la caldera ó sea el agente de la inestabilidad y el intercambio. En nuestro elobo hay carbono, oxígeno é hidrógeno para alimentar el funcionamiento de in- finitísimos millones de máquinas vivientes, pero falta el acero para fun- dirlas, falta el nitrógeno que habría que arrebatarlo á la atmósfera. sb La generación espontánea no existe y ya no se discute. Pero, pues- to que los organismos se constituyeron por una transformación de los inorganismos, claro es que la vida tuvo un principio, y entonces los primeros organismos sólo pudieron constituirse por generación ó mejor dicho, por evolución espontánea. Pero, si la evolución espontánea de la materia inorgánica se rea- lizó una vez, ¿ por qué no se efectúa todos los días? Precisamente porque hay un coeficiente que limita la cantidad de materia que puede tomar el estado viviente. La cantidad máxima de materia susceptible de vivir, constituye el mundo orgánico. Tan lue- go como un sér deja de vivir, se descompone, y el elemento organó- geno, es inmediatamente acaparado por los organismos vivos que se lo asimilan, sustrayéndolo así á toda posibilidad de que pueda for- mar combinaciones bioides espontáneas. La formación de la materia viva, por lo mismo que hasta ahora los químicos no han podido obte- nerla, es evidente que no es el resultado de una combinación simple de los elementos que la constituyen, sino de una larga serie de sínte- sis sucesivas, que espontáneamente ya no pueden efectuarse en la naturaleza, puesto que el elemento principal é indispensable á su formación, el nitrógeno, es inmediatamente acaparado por los orga- nNISMOS VIVOS. Cuando por primera vez se constituyó la materia viva sobre nues- tro globo, toda la cantidad de elementos organógenos que actualmen- te forman parte de la materia orgánica, estaban libres y pudieron combinarse fácilmente en agrupamientos sucesivamente más compli- cados, hasta llegar al basibio, la molécula viviente; los agrupamien- tos de basibios formaron los citobios, y éstos las moneras, los prime- ros seres unicelulares, de los que derivan todos los demás orga- nismos. Así, la constitución espontánea de la materia en estado viviente, es un fenómeno que se ha efectuado una sola vez y que no puede MON CREDO 85 pour étre brúlé et produire le mouvement; Poxygene est le combu- rant; et "hydrogene est eau quí remplit la chaudiere, cest-á-dire Vagent de Pinstabilité et de Pinterchange. Dans notre globe, il y a du charbon, de Poxygene et de Phydrogene pour alimenter et faire fone- tionner Vinfinis millions de machines vivantes, mais il manque Pa- cier pour les fondre, il manque le nitrogene qu'il faudrait arracher a Vatmosphere. «b La génération spontanée existe pas et ne se discute déja plus. Mais puisque les organismes se formerent par une transformation des inorganismes, il est clair que la vie eut un commencement et alors les premiers organismes purent seulement se constituer par sénération, ou pour mieux dire, par évolution spontanée. Mais si Vévolution spontanée de la matiere inorganique en matie- re organique s'est effectuée une fois, pourquoi ne seffectue-t-elle pas tous les jours? Précisément parce qwil y a un coefficient quí limite la quantité de matiere quí peut prendre lPétat vivant. La quantité maximum de ma- tiere susceptible de vivre constitue le monde organique. Aussitót qu'un étre cesse de vivre, il se décompose, et Pélément organogene par excellence, le nitrogene, est immédiatement pris par les organis- mes vivants quí se PVassimilent en le soustrayant ainsi a toute possi- bilité de former des combinaisons bioides spontanées. La formation de la matiere vive, par cela méme que les chimistes 1ont pu Pobte- nir jusqu'a présent, mMest pas évidemment le résultat (une combi- naison simple des éléments qui la constituent, mais d'une longue série de syntheses suecessives qui ne peuvent plus se produire spontané- ment dans la nature, puisque Vélément principal et indispensable pour les former, le nitrogene, est immédiatement pris par les orga- nismes vivants. Quand la matiére vive s'est constituée pour la premiere fois sur notre globe, toute la quantité d'éléments organogéenes quí forment actuellement partie de la matiere organique étaient libres et purent se combiner facilement en groupements successivement plus compli- qués jusqu'a arriver a la basibie, la molécule vivante; les groupe- ments de basibies formerent les citobies, et celles-ci les moneres, les premiers étres unicellulaires d'ou dérivent tous les autres orga- nismes. Ainsi la constitution spontanée de la matiere en état vivant est un phénoméne qui s'est produit une seule fois et qui ne peut plus se 36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA volver á producirse. Es una de las etapas de la evolución de la ma- teria periférica de los mundos que marchan hacia una mayor den- sidad, etapas que en la evolución progresiva se suceden pero jamás se repiten. Desde entonces la vida ha continuado y continuará sin disconti- nuidad mientras duren las condiciones actuales de equilibrio de nuestro sistema planetario. Cuando las condiciones adecuadas para la constitución de la mate- ria orgánica se encontraron realizadas, apareció el movimiento vital, como un hecho inevitable, fatal, que tenía que efectuarse irremisi- blemente como un resultado de la combinación de los elementos más livianos, y de consiguiente más periféricos de la envoltura terrestre. Estas combinaciones se caracterizan por su inestabilidad, que es el movimiento vital. La vida es así la resultante de dos movimientos opuestos: 1% un movimiento concentrante ó hacia una mayor densidad producido por las combinaciones primarias de los elementos organógenos y por el movimiento de la tierra hacia una mayor concentración; 2” un movi- miento radiante producido por la absorción del movimiento calorífico solar directamente, é indirectamente bajo la forma de alimentos. La materia que constituye la envoltura periférica de los demás planetas, es claro que ha pasado ó tendrá que pasar por esta misma etapa. Considerada bajo este punto de vista la pluralidad de los mun- dos habitados es un hecho evidentísimo. Sa Si la cantidad de materia viva es invariable, la masa total que re- presentan los organismos tiene que ser forzosamente limitada; el número de organismos será mayor si son pequeños ó menor si son de gran tamano. Esta masa de materia, estuvo al principio distribuida entre seres pequenñísimos é inferiores; después formó parte de orga- nismos de más en más perfectos de las épocas geológicas pasadas, y en nuestra época, una parte relativamente considerable constituye la humanidad. Es pues claro que no puede aumentar el número de algunos ot- ganismos sin que haya una compensación, una diminución corres- pondiente de otros. Esa es también la verdadera causa de la concurrencia vital de que tanto se ha hablado, pero de la cual no se ha dado hasta ahora la verdadera explicación. Si los organismos pudieran nutrirse con ma- MON CREDO 87 reproduire. C'est une des étapes de lévolution de la matiere périphé- rique des mondes qui marchent vers une plus grande densité, étapes qui se succedent sans se répéter dans Pévolution progressive. Depuis lors, la vie a continué et continuera sans discontinuité tant que dureront les conditions actuelles ('équilibre de notre syste- me planétaire. Quand les conditions propres a la constitution de la matiere orga- nique se trouverent réalisées, le mouvement vital apparut comme un fait inévitable, fatal, qui devait se produire irrémédiablement comme résultat de la combinaison des éléments plus légers et conséquem- ment plus périphériques de lPenveloppe terrestre. Ces combinaisons se caractérisent par leur instabilité qui est le mouvement vital. Ainsi la vie est la résultante de deux mouvements opposés : 1? Un mouvement concentrant ou vers une plus grande densité produit par les combinaisons primaires des éléments organogenes et par le mou- vement de la terre vers une plus grande concentration; 2 Un mou- vement radiant produit par 1?absorption du mouvement thermique solaire directement, et indirectement sous la forme d'aliments. Il est clair que la matiéere quí constitue Penveloppe périphérique des autres planetes a passé ou devra passer par cette méme étape. Sous ce point de vue, la pluralité des mondes habités est un fait tres évident. «> Si la quantité de matiere vivante est invariable, la masse totale que représentent les organismes doit étre forcément limitée; le nom- bre des organismes sera plus grand sils sont plus petits, et il sera moindre s'ils sont de grande taille. Cette masse de matiere fut dis- tribuée au commencement entre des étres tres petits et inférieurs; depuis elle fit partie des organismes de plus en plus parfaits des épo- ques géologiques passées, et a notre époque une portion relativement considérable constitue 1humanité. Il est done clair que le nombre de certains organismes ne peut augmenter sans qwil y ait une compensation, une diminution corres- pondante des autres. C'est aussi la vraie cause de la concurrence vitale dont on a tant parlé, mais dont on Ya pas donné jusqu'a présent la vraie explication. Si les organismes pouvaient s'alimenter avec des matiéres inorgani- 88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA terias inorgánicas con exclusión del nitrógeno y asimilárselas en can- tidad indefinida, no habría límite á su multiplicación mientras hubie- ra materia disponible. Pero no es así; pues la cantidad de materia viva estando limitada por la cantidad de nitrógeno disponible, los organismos sólo pueden nutrirse á expensas de la materia organizada ú organizable... y de ahí la concurrencia vital. Unos seres tienen que sucumbir para que los demás puedan vivir. e La vida en conjunto es una suma de movimiento invariable, siem- pre la misma, ya se efectúe por una inmensa cantidad de organismos, ó por un número muchísimo menor. La cantidad de movimiento vital es invariable é indestructible. Inmútiles serían los cataclismos, epidemias, etc. La destrucción inme- diata de unos seres traería como consecuencia el inmediato aumento proporcional de otros. La muerte es una cesación del movimiento vital, y ella no puede ser sino parcial; sólo afecta al individuo y á menudo á una mínima parte de él. Colocado en condiciones y medios favorables no puede admitirse la muerte del protoplasma sino por el contacto de cuerpos que lo des- truyan, de verdaderos venenos que provoquen la disociación de sus elementos, Ó de movimientos que lo disuelvan. Los seres, bajo su forma la más simple y primitiva, la monocelu- lar, son inmortales; viven durante todo el tiempo que se encuentran en un medio favorable á la continuación de sus movimientos. Sólo mueren devorándose unos á otros ó envenenándose con los productos de la desasimilación. Los microbios de la creta que se encuentran en capas que remontan seguramente á muchos millones de años, todavía están vivos ó son susceptibles de volver á la vida. eS Los organismos más complicados no son individualidades perfecta- mente autónomas; son grandes agrupaciones ó colonias de Organismos simples, distribuídos en grupos que desempeñan diferentes funciones necesarias á la conservación del movimiento (vida) del conjunto. Lo que en los seres policelulares llamamos muerte, es una cesación de las funciones que para el sostén del organismo efectúan uno ó más grupos de colonos. La descomposición cadavérica no es un resultado MON CREDO 89 ques, á Vexception du nitrogene, et se les assimiler en quantités indé- - finies, il y aurait pas de limite a leur multiplication tant qu'il y eút de la matiere disponible. Mais il en est pas ainsi; car la quantité de matiéere vive étant limitée par la quantité de nitrogene disponible, les organismes peuvent s'alimenter seulement aux dépens de la ma- tiére organisée ou organisable... et de lá la concurrence vitale. Une partie des étres doivent succomber pour que les autres puissent vivre. > Dans son ensemble, la vie est une somme de mouvement invaria- ble, toujours la méme, soit qw'elle se réalise par une immense quanti- té Vorganismes, soit par un nombre beaucoup moindre. La quantité de mouvement vital est invariable et indestructible. Les cataclismes, les épidémies, ete., seraient inutiles. La destrue- tion immédiate (une partie des étres entrainerait comme consé- quence immédiate laugmentation proportionnelle des autres. La mort est la cessation du mouvement vital, et elle ne peut étre que partielle; elle affecte seulement Pindividu et souvent une de ses minimes parties. On ne peut pas admettre la mort du protoplasme placé dans des conditions et des milieux favorables sinon par le contact de corps quí le détruisent, de vrais venins qui provoquent la dissociation de ses éléments, ou de mouvements qui le dissolvent. Sous leur forme la plus simple et primitive, la monocellulaire, les étres sont immortels; ils vivent pendant tout le temps qwils se trou- vent dans un milieu favorable á la continuité de leurs mouvements. Tls meurent seulement en se dévorant les uns les autres, ou en s/en- venimant avec les produits de la désassimilation. Les microbes de la eraie, que Pon trouve dans des couches qui remontent súrement á plusieurs millions Vannées, sont encore vivants ou susceptibles de retourmner a la vie. E Les organismes les plus compliqués ne sont pas des individualités parfaitement autonomes; ce sont de grands groupements ou colonies Vorganismes simples, distribués en groupes qui réalisent les diffé- rentes fonctions nécessaires á la conservation du mouvement (vie) de Pensemble. Ce que nous appelons mort, dans les étres polycellulaires, est la cessation des fonctions qweftectuent, pour le soutien de Porganisme, un ou plusieurs groupes de colons. La décomposition cadavérique 90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de la muerte ó de la cesación del movimiento vital, sino de la multi- plicación inmediata de millones de microorganismos que desor- ganizan, destruyen la colonia y concluyen por envenenarse á ellos mismos con sus propias secreciones. La muerte que llamamos na- tural es una cesación del movimiento de la colonia, producida por el entorpecimiento en el funcionamiento de sus distintas agrupaciones. Nosotros, no somos individualidades autónomas, puesto que somos colonias de infinitos organismos; ni muere con nosotros nuestra indi- vidualidad colectiva puesto que la transmitimos á nuestros sucesores. Tampoco somos colectividades independientes, puesto que somos una continuación de nuestros antepasados, á partir de los primeros basi- bios, un conjunto de todos sin excepción, pues la materia viva siendo siempre la misma, ha pasado sucesivamente por todas las formas de organismos perfeccionándose gradualmente en una serie infinita de evoluciones. En su prolongación en el tiempo, las líneas filogenéticas de los dis- tintos organismos existentes constituyen moldes indestructibles en los que viene á moldearse la materia orgánica que sucesivamente se desprende del conjunto. «p La diversificación, complicación y perfeccionamiento de los orga- nismos, se efectúa por una adaptación constante al medio, el cual también constantemente evoluciona. El movimiento funcional hacia la adaptación, localizándose en de- terminadas regiones del organismo provoca la formación gradual de los órganos destinados á desempeñar las nuevas funciones adaptivas. Estos órganos obedeciendo al movimiento concentrante, aparecen en las generaciones sucesivas en edad de más en más temprana, se vuel- ven de más en más precoces, hasta que pasan al período embrional. Otro tanto sucede con los caracteres psíquicos, inteligencia, memo- ria, sentimientos, ideas, lenguaje, conocimientos, etc. Es un con- tinuo proceso de involución sucesiva que eleva las funciones al estado potencial. El máximo de la potencialidad está involucrado en el germen, el cual concentra el movimiento de involución de todas las generacio- nes que nos han precedido. Durante la existencia individual el organismo desarrolla en senti- do inverso, es decir, radiante y en un espacio de tiempo infinitamente corto, todo el movimiento concentrante efectuado por las generaciones que nos precedieron, repitiendo sucesivamente todas las etapas re- MON CREDO 91 west pas le résultat de la mort ou de la cessation du mouvement vital, sinon de la multiplication immédiate de millions de microorganismes quí désorganisent, détruisent la colonie et finissent par s'envenimer eux-mémes avec leurs propres sécrétions. La mort que nous appelons naturelle est la cessation du mouvement de la colonie produite par une obstruction dans le fonctionnement de ses divers groupements. Nous autres, nous ne sommes pas des individualités autonomes, puisque nous sommes des colonies P'un nombre infini (Porganismes; notre individualité collective ne meurt pas non plus avec nous, puis- que nous la transmettons á nos successeurs. Nous ne sommes pas non plus des collectivités indépendantes, puisque nous sommes une continuation de nos ancétres á partir des premieres basibies, un en- semble de tous sans exception, car étant toujours la méme, la matie- re vive a passé successivement par toutes les formes (Porganismes, en se perfectionnant graduellement en une série infinie d'évolutions. Dans leur prolongation dans letemps, les lignes phylogénétiques des différents organismes existants constituent des moules indestructibles oú vient prendre forme la matiere organique qui se sépare constam- ment de Pensemble. > La diversification, complication et perfectionnement des organis- mes se vérifie par une adaptation constante au milieu quí aussi cons- tamment évolutionne. En se localisant dans des régions déterminées de Porganisme, le mouvement fonctionnel vers Vadaptation provoque la formation gra- duelle des organes destinés á remplir les nouvelles fonctions adap- tives. Obéissant au mouvement concentrant, ces organes apparais- sent dans les générations successives á un áge chaque fois plus jeune et deviennent de plus en plus précoces jusqu'áa ce qwils pas- sent a la période embryonnaire. La méme chose arrive “avec les ca- racteres psychiques, intelligence, mémoire, sentiments, idées, langa- ge, connaissances, etc. C'est un proces continu d'involution succes- sive qui éleve les fonctions a Pétat potentiel. Le maximum de la potentialité est involucré dans le germe, lequel concentre le mouvement Vinvolution de toutes les générations qui nous ont précédés. Pendant Pexistence individuelle, Porganisme développe en sens inverse, c'est-á-dire radiant, et dans un espace de temps infiniment court, tout le mouvement concentrant produit par les générations quí nous ont précédés, en répétant successivement toutes les étapes 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA corridas por nuestros antepasados desde el basibio hasta nuestros genitores. Es la ontogenia repitiendo la filogenia. En el orden psíquico, la aparición por radiación de los caracteres involucrados por las generaciones antecesoras lleva el nombre de «instinto ». En la naturaleza, el ejemplo más típico, más admirable, es el de la abeja. Este proceso hacia la concentración, hacia la involución sucesiva de los caracteres y de las calidades que se van adquiriendo en el mo- vimiento funcional, siguiendo su proceso que nada puede interrumpir, hará que el hombre de las edades futuras llegue al mundo, al escena- rio de la vida con todos nuestros conocimientos actuales involucrados bajo la forma potencial que designamos con el nombre de «instinto ». 5 La duración del movimiento vital de los organismos policelulares es muy variable: unos animales viven pocos días, otros muchos si- elos. Hay vegetales cuya vida es de algunas horas, y otros que viven miles de años. La longevidad también es un carácter adquirido: el resultado de una tendencia evolutiva hacia un mayor prolongamiento de la duración del movimiento vital. Los órganos no se gastan con la edad puesto que la materia que los constituye se renueva constantemente. La cesación del mo- vimiento vital, es debida á que llegando el organismo á cierta edad, la colonia gasta más de lo que recibe; es decir, que la desasimila- ción es mayor que la asimilación. Este fenómeno es debido á que con el andar de los años los distintos órganos empiezan á mineralizarse cargándose de partículas inertes de distinta naturaleza, que á me- dida que aumentan en cantidad entorpecen el funcionamiento de las células y de las distintas agrupaciones que constituyen la colee- tividad viviente; el movimiento se vuelve de más en más lento á, medida que la mineralización aumenta, hasta que cesa por completo y viene la desagregación del conjunto. Este fenómeno que se cree debe llegar fatalmente en determinada época de la vida, creo firmemente que al hombre le será dado algún día retardarlo poco menos que indefinidamente. El término de la duración de la vida no es un pagaré con vencel- miento á plazo fijo, sino una cuenta corriente abierta que debemos tratar de cerrar tanto más tarde cuanto nos sea posible. No ereo que la muerte deba ser siempre una consecuencia inevi- table y fatal de la vida. MON CREDO 93 parcourues par nos antécesseuts, depuis la basibie jusqw'a nos pa- rents immédiats. C'est Pontogénie répétant la phylogénie. Dans Vordre psychique, Papparition par radiation des caracteres involucrés par les générations antérieures porte le nom ('< instinet ». Dans la nature, Vexemple le plas typique, le plus admirable est ce- lui de Pabelille. Ce procés vers la concentration, vers Vinvolution successive des caracteres et des qualités qui s'acquierent dans le mouvement fone- tionnel, et sans que rien puisse Vinterrompre, fera que Phomme des áges futurs arrivera au monde, sur la scene de la vie, avec toutes nos connaissances actuelles involucrées sous la forme potentielle que nous désignons sous le nom d'< instinct ». Ss La durée du mouvement vital des organismes polycellulaires est tres variable : certains animaux vivent peu de jours, (Pautres plu- sieurs siécles. Il y a des végétaux dont la vie est de quelques heures et Vautres quí vivent des milliers années. La longévité est aussi un caractere acquis : le résultat une tendance évolutive vers une plus grande prolongation de la durée du mouvement vital. Les organes ne s'usent pas avec Páge puisque la matiéere qui les constitue se renouvelle constamment. La cessation du mouvement vital est due á ce que, Porganisme arrivant á un certain áge, la co- lonie dépense plus qw elle ne recoit; c'est-a-dire que la désassimila- tion est plus grande que Passimilation. Ce phénomene est dú a ce que, par la suite des années, les différents organes commencent a se minéraliser en se chargeant de particules inertes de nature diverse quí, a mesure qwelles augmentent en nombre, paralysent le fonction- nement des cellules et des divers egroupements qui constituent la collectivité vivante ; le mouvement se fait de plus en plus lent á me- sure que la minéralisation augmente, jusqu'a ce qu'il cesse comple- tement et que survienne la disgrégation de lensemble. Ce phénomene que Pon croit devoir fatalement se produire á une époque déterminée de la vie, je crois fermement qwil sera donné quelque jour a homme de le retarder presque indéfiniment. Le terme de la durée de la vie est pas un billet a échéance fixe sinon un compte courant ouvert que nous devons tácher de fermer le plus tard possible. Je ne crois pas que la mort doive toujours étre une conséquence inévitable et fatale de la vie. 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA He dicho que los organismos unicelulares en determinadas condi- ciones son inmortales, y que los policelulares sólo cesan en su movi- miento vital por un entorpecimiento gradual en el funcionamiento de sus órganos, pero esa obstrucción no se efectúa en época precisa é invariable, sino que por una tendencia general en la evolución de la materia viva va en camino de realizarse de más en más tarde. Es así como algunos organismos han alcanzado como límite natural de su movimiento vital un espacio de tiempo que en algunos casos sobre- pasa varios miles de años. La condición de la vida es el movimiento; la materia le sirve de vehículo, pero para sostenerlo tiene que renovarse incesantemente. Para que en los organismos en conjunto pueda efectuarse el inter-. cambio necesario á la conservación del movimiento vital de la super- ficie de nuestro planeta, es indispensable que una parte, una mitad, sirva de alimento á la otra mitad; pero es absolutamente indiferente que esas dos grandes masas de materia viva estén distribuídas entre más Ó menos individuos. Puede pues concebirse sin que sea un contrasentido ni esté en contradicción con las leyes naturales en vigencia, la posibilidad de que pudieran existir un cierto número de organismos inmortales, que vivieran constantemente á expensas del resto del mundo orgánico. Para prolongar la longevidad indefinidamente es indispensable que el organismo no obstruya el funcionamiento de sus órganos con mate- ria inerte. La tendencia evolutiva hacia una mayor longevidad es general y muy acentuada en los organismos superiores. Pero el hombre, con su saber podría hacer algo más, — encaminar la evolución, darle direc- ción y colocarse resueltamente en el camino de la inmortalidad. A nuestros lejanos descendientes dotados de una longevidad de miles de años; con el saber innato de sus antecesores heredado bajo la forma de instinto; con órganos de los sentidos mucho más perfee- tos que los del hombre actual; con una materia pensante infinitamen- te superior, les será posible resolver los grandes problemas del Uni- verso que se nos presentan todavía en forma de lejanas nebulosas, — y sólo entonces se habrá cumplido lo que dice el profético versículo de la Biblia... que el hombre sea la imagen y semejanza de Dios. FLORENTINO AMEGHINO. MON CREDO 95 J'ai dit que les organismes unicellulaires sont immortels dans des conditions déterminées, et que les polycellulaires cessent seulement leur mouvement vital par une paralysation graduelle dans le fone- tionnement de leurs organes; mais cette obstruction ne seffectue pas a une époque précise et invariable, et elle est en voie de se réaliser de plus en plus tard par une tendance générale dans Vévolution de la matiere vive. C'est ainsi que certains organismes ont atteint com- me limite naturelle de leur mouvement vital un espace de temps qui parfois dépasse plusieurs milliers ('années. La condition de la vie est le mouvement; la matiére lui sert de véhicule, et pour le soutenir, celle-ci doit se renouveler constamment. Pour que puisse s'effectuer, dans les organismes pris dans leur en- semble, le change mutuel de matiere nécessaire a la conservation de la somme du mouvement vital de la surface de notre planete, il est indispensable qwWune partie, une moitié, serve Valiment a Pautre moitié; mais il est absolumment indifférent que ces deux grandes masses de matiere vive soient distribuées entre un nombre plus ou moins grand dVindividus. Sans que ce soit un non-sens ni en contradiction avec les lois na- turelles en vigueur, on peut donc concevoir la possibilité qwil puisse exister un certain nombre «Porganismes immortels qui vivralent constamment aux dépens du reste du monde organique. Pour prolonger indéfiniment la longévité, il est indispensable que Porganisme vobstrue pas le fonctionnement de ses organes par de la matiere inerte. La tendance évolutive vers une plus grande longévité est généra- le et tres accentuée dans les organismes supérieurs. Mais par son sa- volr, Phomme pourrait faire quelque chose de plus: acheminer Vé- volution, lui imprimer une direction et se mettre résolument dans la vole de Pimmortalité. : Nos lointains descendants, doués d'une longévité de milliers Van- nées; avec le savoir inné et hérité de leurs ancétres sous la forme WVinstinct; avec des organes des sens beaucoup plus parfaits que ceux de homme actuel; avec une matiere pensante infiniment su- périeure; pourront résoudre les grands problemes de PUnivers qui se présentent encore á nous comme de lointaines nébuleu- ses, et alors seulement s'accomplira le mot prophétique de la Bible... que Phomme soit Pimage et la ressemblance de Dieu. FLORENTINO AMEGHINO. LOS ELECTRONES Excelentísimos señores ministros, Señoras, Senores : Existe una ley absolutamente general y perfecta, y en la cual, por lo mismo, no han intervenido los hombres, que lo rige todo en el universo desde el pensamiento y la acción de los sabios, hasta el mo- vimiento de las lejanas nebulosas, desde el detalle nimio en el fenó-. meno físico, hasta el porvenir de las especies, desde el vaivén de nuestras ideas estéticas, hasta las turbulencias sociológicas que agl- tan á la humanidad y esa ley es la ley de la evolución. Todo en el cosmos tiende á modificarse, á cambiar, á moverse, á virar, como obedeciendo ciegamente á una consigna, orientándose ha- cia un perfeccionamiento ideal que, miraje ó no, esperanza ó realidad futura, debemos reconocer que estamos aún muy lejos de poder alcanzar. Es obedeciendoáesaley inexorable queimporta para el sabio un yugo amable y una suave tiranía, que aparecen periódicamente nuevas teo- rías científicas brotadas las más del cerebro gigante de algún genio, producto las otras del esfuerzo colectivo é ignorado de muchos pen- sadores; y ese brotar incesante, ese espléndido florecer, constituye para la ciencia á la vez que un tributo necesario, una condición esen- cial de vida. Y el hogar de Minerva, el vasto hogar adonde depositan con supre- mo desinterés humildes y potentados las galas mejores de su saber, se estremece de gozo, como los hogares humanos, toda vez que un nuevo vástago aumenta el número de sus miembros ó repone los claros de los que se han ido, cumplida ya su misión. LOS ELECTRONES , 97 En el mundo vasto é interesante de la física y de la química se ha producido una vez más en estos últimos años, el augusto fenómeno. Una nueva teoría ha hecho irrupción en el campo de las ideas y con las cualidades peculiares de la juventud, la lozanía y la irrespetuosi- dad, amenaza con sustituir violentamente con otros dogmas, á las bases clásicas sobre las que descansa todo su viejo y respetado edificio. Esta teoría que tanta vitalidad demuestra, que con tantos bríos se inicia, es la teoría de los electrones. Para que os forméis una idea del campo inmenso que ella abarca en sus osadas proyecciones, bastaráme deciros que pretende explicar, englobándolos en una idea sencilla y única, á los fenómenos eléctricos ; y al decir electricidad, recordamos desde el efecto del frote sobre el elásico bloc de resina, hasta la moderna telegrafía sin hilos, desde la electrólisis tan útil, hasta la lámpara de mercurio, desde la descarga alevosa del gimnoto en el mar, hasta el veloz rodar del tren eléctrico. No basta á la teoría de los electrones tan ancho campo de acción; enlaza con el anterior en un mismo haz, dándole un origen común, á otro agente físico tan poderoso, tan imponente en sus efectos, tan fa- miliar para nosotros cuanto indispensable, la luz. La luz que muere en las majestuosas puestas de sol y nace luego tímidamente con las claridades rosadas de la aurora, para deslum- brarnos después con sus opulencias en los desbordantes incendios del mediodía, al inyectar generosamente en el suelo la fecundidad y la vi- da, la luz, dice la teoría, se debe á los electrones. Pero el nuevo dogma no explica tan sólo los fenómenos eléctricos y luminosos; como encontrando dentro de sí mismo, gigantescas fuer- zas de interpretación llega en sus osadas y valientes expansiones, á iluminar al eterno y obscuro problema de la materia, de la esencia ín- tima de las cosas. Cediendo dócilmente á su juvenil empuje, el misterio del átomo, la partícula hipotética de los sabios, se aclara mostrando, amable, su complicada organización; y el misterio también del éter, del éter cós- mico é intermolecular, del fuido omnipotente de los físicos, asiento y causa de los fenómenos que caracterizan á la materia y á la energía, ese misterio también se revela afirmando con ello, sus peculiares con- diciones. No le basta aún á esta teoría el explicar las condiciones actuales de la materia; siguiendo su vuelo prodigioso y adquiriendo las voces fatídicas de una profecía, fija sus propiedades futuras allá para cuan- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXI. 7 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA do nuestro planeta falto de luz y de calor por la muerte del sol, secos sus mares, falto de atmósfera, muerta la vida, arrasada la humanidad y con ella todas sus vicisitudes, sus pasiones y luchas, sus glorias, sus conquistas, sus desfallecimientos y entusiasmos, vuelva el todo, con el rodar de los siglos por la lenta disgregación, al caos de donde naciera, al Nirvana de la materia, á la muerte apacible y serena en la. helada y sombría inmensidad de las solicitudes del cosmos. Me preguntaréis ahora sin duda: ¿Pero qué son los electrones? Voy á contestaros. Necesito para ello, referirme á las nociones elementales de física y y de química que todos vosotros recordaréis fácilmente. Aquellas nos dan como último límite de la divisibilidad de la ma- teria, como elemento constituyente de todos los cuerpos, al átomo, partícula simple, indivisible, insecable é indestructible, con peso, tamaño y propiedades definidas y al cual se deberían las cualidades esenciales de cada cuerpo. Según esta teoría que, recordad, debemos á los filósofos griegos Leucipo y Demócrito, los átomos se agruparían merced á fuerzas es- peciales gravitando los unos sobre los otros sin tocarse empero, for- mando las moléculas. La unión de éstas últimas, vendría á constituir. álos cuerpos tales como se presentan á nuestros sentidos. : La nueva veoría rechaza resueltamente estos dogmas. El átomo no es ya el último límite de la materia, no es ya indestructible ni simple, no es ya el componente específico y variado para cada cuerpo. Para cada núcleo de materia, según unos físicos, existen agrupados á su alrededor y de una manera simétrica, formando diminutos edifi- cios, desde 700 hasta 100.000 partículas de electricidad de los dos signos segmentadas también como átomos las que caracterizan y dan propiedades al núcleo central material. Las esferillas eléctricas de ese diminuto sistema solar, las partícu- las inmateriales del mosaico atómico, son los electrones (1). Otros físicos creen que no existe núcleo alguno de materia y que todo, absolutamente todo lo que llena el universo y que constituye la (1) El nombre de electrón fué dado por Stoney para significar la unidad eléctri- ca natural. Otros lo han llamado electrión. Electrón se denomina entonces á cada uno de los elementos monovalentes de que consta la electricidad; serían aquellos, verdaderos átomos eléctricos positivos y negativos que al decir, de Nernst, se rechazan y atraen según las leyes de Coulomb. Pueden formar con los átomos LOS ELECTRONES 99 inmensa variedad de los cuerpos existentes, está formado únicamente -por electrones. Me preguntaréis ahora: ¿ Pero cuáles motivos hay para considerar como cierta esa teoría? ¿Adónde están esos electrones? ¿Cómo se producen? Nada más fácil. — ¿Los motivos decis? Muchísimos. — ¿ Adónde están? En todas partes. —¿ Cómo se producen? Por varios métodos y hasta espontáneamente. Voy á satisfacer vuestra curiosidad. Para graduar lasideas os pido que recordéis un descubrimiento que no hace aún muchos años llamó muchísimo la atención del mundo entero y que está seguramente en la memoria de todos vosotros; me refiero al descubrimiento de los rayos X. Recordemos someramente los hechos. En un recipiente hueco de vidrio, cerrado completamente, sensible- mente piriforme y en el que se hallan implantados dos conductores metálicos, se logra que disminuya en su interior la presión atmosfé- rica, haciendo un vacío relativo. Si en esas condiciones se quiere ha- cer estallar una chispa eléctrica entre los extremos de los conductores metálicos, se observa que se produce en vez del zigzag conocido, una luminosidad rosada alrededor de uno de ellos (el anodo ó polo positi- vo) y una obscuridad cerca del otro (el catodo ó polo negativo). Si gradualmente se va haciendo en el interior del tubo un vacío cada vez más absoluto, seobservan cambios curiosísimos en las extensiones de esa luminosidad y de esa obscuridad hasta que, á un milímetro de mercurio de presión, la luz desaparece casi totalmente en el interior; en cambio las paredes del tubo se hacen luminosas y se observa una fuerte fluorescencia verdosa sobre todo en frente del catodo; en este estado, el aparatito constituye un tubo de Crookes. En esas condicio- nes salen del catodo unos rayos, que no debemos confundir con los luminosos y que son conocidos por rayos catódicos. De su existencia real dan fe curiosas experiencias de gabinete, perfectamente familia- res para todos vosotros. Estos rayos calientan los cuerpos sobre los que inciden, y los ca- materiales verdaderas combinaciones químicas por la saturación de las respecti- vas valencias. Según Stark, existirían agrupaciones moleculares diversas de lones y núcleos de materia las que designa, por orden creciente de masa : electro- miones, atomiones y moliones. dd 100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lientan hasta ponerlos incandescentes y fundirlos calculándose que pueden elevar la temperatura de aquellos hasta 35009. Ellos se pro- pagan en línea recta, se reflejan, se refractan y se polarizan como los rayos luminosos; los imanes los desvían; iluminan los cuerpos fosfo- rescentes, hacen brillar el vidrio, los diamantes, etc., son detenidos por las substancias sólidas y recorren el espacio con una velocidad no menor de 40.000 kilómetros por segundo, es decir, por lo menos mil veces la velocidad de los planetas más cercanos al sol. Por fin, chocando contra la pared de vidrio del tubo de Crookes, dan lugar á los rayos X que se propagan al exterior. Una idea de su extremada pequeñez, nos la da su masa que es la milésima de la de un átomo de hidrógeno. Á sus propiedades curiosas unen la de estar cargados de electricidad negativa, llevando todos ellos idéntica carga. Esas partículas electri- zadas, sumamente diminutas que se proyectan violentamente desde el catodo, constituían según las primeras ideas de Crookes, un cuarto estado de la materia, el estado ultragaseoso ó radiante ya previsto por Faraday y que provendría del estado especial de movilidad en que se habían de encontrar los restos del gas extremadamente rare- facto que se encontrasen encerrados en el tubo de Crookes. Se ha observado empero, que cualquiera fuese el metal constitu- yente el catodo lo mismo que el gas encerrado en el tubo de Crookes, se obtenían invariablemente rayos idénticos en todas sus propiedades y efectos. Hoy se admite que los rayos catódicos son partículas libres de electricidad negativa, son, en otras palabras, electrones negativos libres (1). Como veis, tenemos en el tubo de Crookes una fuente inagotable, sencilla y cómoda de producción de electrones. No es la única sin embargo. Los rayos ultravioleta del espectro solar ¿onizan á los gases, es decir, ponen en libertad sus electrones (2). (1) El electrón al moverse en el tubo de Crookes, choca con un átomo ó con una molécula; por este choque el átomo ó la molécula pierden electrones; el resto ató- mico, cargado positivamente, tiene una inercia grande y se mueve más despacio que el resto negativo; estos restos atómicos positivos, constituyen los llamados rayos canales ó de Goldstein. Tratándose de líquidos, el electrón no puede recorrer grandes distancias como en el tubo de Crookes, y acaba por unirse á los átomos constituyendo los iones. (2) La ionización resulta precisamente de las colisiones de los electrones pre- existentes, con las moléculas del gas. LOS ELECTRONES 101 Las altas temperaturas producen los mismos efectos; lo mismo dígase de los rayos X. Un cuerpo que arde, es una fuente tan caudalosa cuanto vulgar de electrones y ella sola nos autorizaría por lo común, á considerarnos verdaderamente rodeados por esos corpúsculos elementales de electrici- dad negativa. Pero aún hay otras fuentes conocidas. Los cuerpos en incandescen- cia producen enormes cantidades de electrones proyectándolos á su alrededor en todas direcciones. Aquí en el teatro y en estos mismos momentos las numerosas lam- parillas eléctricas que alumbran al recinto, nos bombardean con una lluvia incesante y furiosa de esos corpúsculos. Y el sol, el inmenso sol, ese bracero enorme del cielo, irradia y pro- yecta hacia los confines todos de sus inmensos dominios, fabulosas multitudes de millones de electrones por minuto envolviéndolo todo, mundos, seres y cosas en la espesa é inconmensurable red de los mi- núsculos proyectiles. He dicho que no sólo se obtienen electrones artificialmente, sino que ellos se producen también de una manera espontánea. El radio, ese misterioso cuerpo cuyas maravillosas propiedades to- dos vosotros recordareis, cuenta entre los componentes de sus com- plicadas y espontáneas radiaciones, á una clase de rayos denominados por Rutherfort rayos f que no son sino electrones negativos libres como lo demuestran sus propiedades características (1). Sin constituir los rayos (2, el porcentaje mayor en la radiación total del radio, son empero los que primeramente han revelado su existen- cla como lo prueban las primitivas experiencias de Becquerel y no tienen un rol ínfimo en las curiosas propiedades de aquel cuerpo en sus diversos efectos físicos, químicos y fisiológicos. Como veis, es bien cierto que los modos de producción de los elec- trones son varios y que ellos se encuentran en todas partes. Veamos ahora algunas de sus más salientes propiedades y efectos. Un hecho que no ha tenido nunca una explicación completamente satisfactoria en física, es el fenómeno llamado de Zeeman, es decir, el desdoblamiento de las rayas del espectro bajo la acción de un campo magnético; tratándose de elementos, era inexplicable el misterioso desdoblamiento. Con la teoría de los electrones el fenómeno se expli- (1) Un gramo de un cuerpo radioactivo da espontáneamente varios millones de electrones por segundo durante unos siglos. 102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ca; bajo la acción del campo magnético los átomos se desdoblan en dos segmentos, el electrón y el resto atómico; á cada una de estas fracciones elementales corresponde una raya en el espectro. Otro de los efectos notables de los electrones lo constituye la awro- ra boreal; las enormes cantidades que de esos corpúsculos se pre- cipitan sobre la tierra desde el sol, se desvían de los trópicos y son llevados en espirales hacia los polos del planeta adonde hacen fosforecer los gases rarefactos de la atmósfera produciendo aquel fenómeno maravilloso que guarda así mucha analogía con las modes- tas luminosidades coloreadas de los tubos de Gessler de nuestros gabi- netes de física (1). Dentro del marco de los fenómenos atmosféricos se atribuye á los electrones la producción de los huracanes electromagnéticos que azotan á la tierra; expuesta ésta última al bombardeo de los electrones que están cargados de electricidad negativa, ésta se va acumulando sobre la tierra hasta que por el efecto de su aumento incesante, produce los fenómenos mentados (2). Otro hecho que por lo común ya no nos llama la atención y que se atribuye á las partículas elementales de electricidad, á las umidades eléctricas naturales á los electrones en una palabra, es la lluvia; los núcleos eléctricos constituídos por aquellos corpúsculos, servirían de centro de condensación del vapor de agua atmosférico y esas conden- saciones tendrían como efecto inmediato, la lluvia. La afinidad esa fuerza misteriosa que ata y desata á los cuerpos tanto en el diminuto crisol del químico como en la retorta inmensa de la naturaleza, la afinidad, la base única de la ciencia de los átomos vendría á ser según los electronistas, una modalidad de las propieda- des de los electrones. La unión entre los átomos de los cuerpos hete- rogéneos no se verifica así entre los núcleos materiales sino por medio de las líneas de fuerza que irradian de cada electrón y á la mayor ó (1) Lord Kelvin explica con esta teoría, la reflexión metálica, la absorción y la dispersión anómala de la luz. A esa afirmación llega, estudiando teóricamente, con los desarrollos matemáticos pertinentes, los movimientos de una esfera metá- lica electrizada negativamente. (2) La capacidad eléctrica del electrón negativo es igual 4 3,2 X 10710 uni- dades electrostáticas ; es el mismo valor que la de la cantidad de electricidad unida á una valencia; aquella capacidad eléctrica del electrón es la misma cual- quiera sea la naturaleza del átomo del cual se obtiene el electrón negativo; la relación entre la capacidad eléctrica y la masa del electrón es idéntica siempre; ella es igual 4 1,865 X 107. LOS ELECTRONES 1083 menor trabazón entre esos invisibles hilos, correspondería una mayor -6 menor estabilidad para el edificio construído (1). Del mismo modo se explica la cohesión que retiene más ó menos unidas á las partículas de los cuerpos dándoles formas y propiedades las más variadas. La orientación de los electrones en el edificio atómico produciría en sus manifestaciones más imperfectas, el amorfismo y en sus grada- ciones sucesivas y cada vez más perfeccionadas, las formas distintas de la cristalización. Los más ardientes sostenedores de la teoría ven en ella una expli- cación plausible, valiéndose de teorías colaterales sobre éteres comple- mentarios y variados, del hecho hasta aquí inexplicado é inquietante de la atracción universal. Los electrones tienen propiedades físicas y químicas variadas como lo demuestra el estudio de los rayos catódicos y los f del radio. Cambian en rojo el fósforo blanco; oxidan el oxígeno produciendo con él, ozono; colorean en pardo el cloruro de sodio y en azul él de potasio; reducen las sales de cobre, impresionan las placas fotográti- cas, descargan electróscopos, provocan numerosos fenómenos de fos- forecencia y en general toman parte en la producción de los efectos químicos, caloríficos, ionizantes y de emanación del radio. Se calcula que el diámetro de un electrón varía entre la diezmilé- sima y la cienmilésima parte del de un átomo de hidrógeno (2). La velocidad con que se mueven fué medida, entre otros, por el físico inglés Thomson por un método delicado y elegante (3). Si quereis daros cuenta del volumen que se atribuye al electrón bastará que os diga que si la tierra fuera un electrón, el átomo sería (1) Los elementos químicos tienen verdadera tendencia ásaturarse con los elec- trones negativos; la intensidad de esa tendencia depende de la magnitud de la energía ionistica Ó energía potencial del resto atómico positivo (Stark). Según estas ideas los radicales químicos mono y polivalentes dejan de serlos en la acepción común de restos moleculares no saturados, para formar verdaderas combinaciones químicas saturadas con las cargas eléctricas respectivas. (2) O sea de una diez millonésima á una cien millonésima parte de la longitud de onda de la luz. (3) Produjo electrones en gases saturados de vapor de agua; los enfríó luego á estos, adiabáticamevte ; el vapor de agua se condensó sobre los electrones nega- tivos constituyendo cada uno de ellos el núcleo de una gotita de rocío; de la velocidad con que éstas descendían en el aparato, teniendo en cuenta su masa y su conductibilidad eléctrica, dedujo la velocidad teórica. 104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA una esfera cuyo diámetro alcanzaría á tener cinco veces la distancia de la tierra al sol. Se calcula que en un átomo de hidrógeno hay 700 electrones de los cuales 350 son negativos y 350 son positivos (1). En un átomo de sodio, se cree que existen 15.000 electrones y en uno de mercurio, 100.000. Á pesar de lo elevado de estas cifras, Lodge cree que el espacio que queda vacio en un átomo, es diez mil millones de veces mayor que el espacio que se encuentra ocupado; algo así como lo que se observa en nuestro sistema planetario solar; los cho- ques son como se comprende, casi imposibles. Decíamos que los partidarios de esta teoría, atribuyen á los electro- nes la producción de la luz. Sin querer entrar en los detalles del desarrollo matemático de esta cuestión, desde que eso estaría fuera de lugar en una reunión como ésta, bastaráme deciros que se admite como consecuencia de los estu- dios teóricos de Lorentz y Zeeman, que en la producción de la luz los átomos materiales de los cuerpos, admitiendo que ellos existan en la forma que las ideas comunes asignan á la materia, no toman parte alguna; ellos permanecen inmóviles y el fenómeno reconocería como causa única, á los electrones. Un cuerpo en incandescencia, contiene electrones en movimiento que oscilan alrededor de una posición de equilibrio y que se mueven. con una velocidad suficiente para dar lugar á ondas electromagnéti- cas capaces de propagarse en el éter y producir sobre el ojo la sensa- ción de la luz (2). Maxwell probó que las perturbaciones electromagnéticas se propa- gan con una velocidad igual á la de la luz; la luz vendría á ser un verdadero fenómeno electromagnético. Es en estas ideas teóricas que basa Herz sus estudios notables á propósito de sus ondas; el hallazgo y las propiedades peculiares de las ondas de Herz permitieron la invención de la telegrafía sin hilos familiar ya á todo el mundo. El estudio comparado de estos dos agentes físicos, la luz y la elee- (1) Aun no se ha logrado poner en libertad á los electrones positivos; algunos autores llegan hasta negar su existencia. Es muy común el hecho de querer indi- car con la denominación de electrón, al electrón negativo. (2) Larmor admite que los movimientos de los electrones en el diminuto sistema planetario que constituye al átomo, producen además ondas electromagnéticas caloríficas. LOS ELECTRONES 105 tricidad, prueban hasta la evidencia que ambos reconocen una causa común, un origen idéntico. El electrón de la llama luminosa es absolutamente igual al obscuro corpúsculo que constituye con sus congéneres, al rayo catódico. En óptica como en electricidad hay interferencias, refracción, reflexión, dispersión, difracción, ete., y la identidad de propiedades entre aque- llas dos manifestaciones deslumbrantes de la energía universal, expli- ca la rápida conquista que de la mente de los sabios hace la teoría electromagnética de la luz consecuencia y complemento á la vez de la de los electrones (1). La teoría electronista modifica substancialmente nuestras ideas sobre la constitución de la electricidad; ésta estaría formada por ver- daderos átomos separados por espacios de existencia real; por segmen- tos de electricidad positiva y negativa, por electrones de ambos signos á lo que se deberían los fenómenos que dependen de aquel agente físico. La conducción de la electricidad en los gases, líquidos y sólidos sería, según Hodge, una simple transferencia de electrones y la corriente eléctrica una modalidad de este cambio (2). La electrolisis á la que debemos el dorado, el plateado, etc., sería un transporte de electrones desde el lugar donde existe un exceso de electrización positiva, al lugar adonde hay uno de negativa. Las cargas eléctricas negativas se explicarían por un exceso de electrones agrupados sobre cada átomo; la falta de electrones consti- tuiría así la carga positiva; el estado neutro, eléctricamente hablando, se explica en consecuencia. Como una derivación de estas ideas sobre la esencia íntima de la electricidad, es motivo actualmente de grandes discusiones científi- cas la teoría de la constitución eléctrica de la materia. Recordaréis que hace un momento decía, que muchos físicos niegan la existencia del núcleo material alrededor del cual deberían gravitar los electrones en el diminuto cosmos del átomo. Todos los átomos, todas las moléculas, todos los cuerpos por lo tanto, ya sean ellos gaseosos, líquidos ó sólidos, tendrían una constitución análoga; sólo (1) La polarización de la luz, la rotación del plano de polarización por un cam- po magnético, la doble refracción y la reflexión total, se explican perfectamente con la teoría electromagnética de la luz. (2) Helmholtz admite que los átomos de electricidad conservan su individuali- dad y persisten en su segmentación, aun en los circuitos metálicos. 106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA constarían de electrones con exclusión de condensaciones de materia en el concepto que comunmente se da á este vocablo. Según estas osadas ideas, todo el universo vendría á estar consti- tuído por agrupaciones de electrones que se mueven tal vez en torbe- llino; los electrones positivos formarían núcleos de condensación alrededor de los cuales se moverían vertiginosamente y en todas di- recciones los electrones negativos describiendo órbitas como lo hacen los satélites en nuestro sistema planetario y la estática del sistema quedaría regida, como en aquél, por el juego antagónico de fuerzas contrarias de atracción y repulsión. El elemento fundamental de la materia vendría así á ser el elec- trón absolutamente igual para todos los cuerpos (1). Kaufmann al estudiar la carga eléctrica de los electrones en movi- miento, llega al resultado de que la masa material debe ser nula al tener el electrón la velocidad que se le asigna. Las cargas eléctricas libres, ó electrones, simularian así perfectamente la inercia que es la propiedad fundamental de la materia. La masa perdería su carácter específico, la constancia, y solo vendría á ser una consecuencia de los fenómenos dinámicos de orden electromay- nético de que es asiento el electrón. Esas ideas tan atrevidas, que por otra parte no repuenan á la ley de la conservación de la energía ni á la de la unidad de las fuerzas físicas, tienen una importancia y una transcendencia enormes. La unidad de la materia, ese credo secreto de todos los pensadores de todos los tiempos, desde los filósofos hindús hasta nuestros días, constituiría, si estas ideas fueran confirmadas, la más brillante mues- tra de lo que puede en sus culminantes abstracciones la mente de los que Minerva elige como á excelsos obreros de la ciencia al besarlos amorosamente en las frentes pensadoras (2). Nada obstaría, siá esa confirmación se llega, á considerar como posible la vieja quimera de los alquimistas, la transmutación de los metales cuando pretendían transformarlo todo en oro, aguijoneados por la insaciable sed de riquezas. Si la materia es una, para transformar el oro en hierro, en plomo el (1) Lord Kelvin explica las diferencias existentes entre los átomos de los dis- tintos cuerpos, por el número desigual de electrones agrupados para los fines de la neutralización y por las diferencias entre las fuerzas específicas por las agru- paciones de electrones. (2) La bien probada transformacicn del radio en helio viene á apoyar singular- mente las ideas actuales sobre unidad de la materia. LOS ELECTRONES 107 zinc, el cobre en niquel, amoldándolo todo á las necesidades y al pro- greso de la familia humana, sólo sería cuestión de poder disponer de la energía necesaria. El talento del hombre sabría hallarla. La teoría eléctrica de la materia tiene un complemento que fija las condiciones de ésta en el futuro, con las ideas que tan valientemente viene sosteniendo desde hace varios años un sabio francés el señor Gustavo Le Bon, ideas que condensa en un libro recientemente apa- recido (1). Es preciso reconocer que el estudio de las propiedades tan curiosas como inesperadas del radio ha venido á confirmar de una manera nota- ble la teoría de Le Bon sobre la desmaterialización de la materia. Sintetizaré someramente sus deducciones. Dice Le Bon que al viejo aforismo de Lavoisier: « En la natwraleza nada se pierde y nada se crea», piedra angular de la química, hay que contraponer hoy el que él indica como consecuencia de sus estudios: h! Por lo tanto, las superficies de nivel del elipsoide, convergen hacia el polo y divergen hacia el ecuador. Este defecto de paralelismo trae como consecuencia que, exceptua- dos el eje terrestre y los rayos del ecuador, las demás trayectorias de los cuerpos abandonados á sí mismos, que convergen todas al centro de la tierra intersecando normalmente todas las superficies de nivel, son líneas curvas convexas hacia el ecuador, y constituyen las líneas de fuerza sobre las cuales deben medirse las alturas. Las verticales son tangentes á las líneas de fuerza. En otros términos, las inflexiones infinitamente pequeñas de las normales á las superficies de nivel infinitamente próximas, forman una curva, cóncava hacia el polo, que es la línea de fuerza. Como las superficies de nivel no son equidistantes en todos sus puntos, es evidente que mediante una nivelación geométrica obtendre- mos tantos valores por un desnivel cuanto son los caminos recorridos. Basta observar la figura para darse cuenta que el desnivel entre a y b será h si seguimos el camino de A, a, b, y será h' siguiendo el camino A, B, b. Lo mismo, si saliendo del punto A, seguimos el camino A, a, b, B, A, volviendo al mismo punto, hallaremos como desnivel de A, en lugar de cero, la cantidad: los == 10% que se llama error de cierre teórico del polígono A, a, b, B, A. NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 145 De esta breve demostración, se desprende la imposibilidad de una definición geométrica de la nivelación, tanto más si se considera que no se puede conocer la verdadera forma del geoide, porque es muy complicado el determinar una superficie dado el sistema de sus nor- males. Además, en este caso, el sistema de normales no es dado de una manera continua, por medio de funciones analíticas; es recabado de las observaciones geodésicas, en número finito y en manera dis- continua, lo cual hace indeterminado el problema. . Han sido propuestas dos teorías para obviar estos inconvenientes. La teoría ortométrica conserva la condición geométrica del parale- lismo y corrige las alturas de modo que representen efectivamente las distancias verticales de cada punto á la superficie del nivel fun- damental. Las distancias verticales no pueden considerarse como alturas de los puntos sobre la superficie de nivel porque tales alturas deben me- dlirse siguiendo las líneas de fuerza que (como se ha demostrado) son curvas y no rectas. Las superficies de nivel no son paralelas, por lo tanto los distintos puntos de una misma superficie de nivel tendrán alturas ortométri- cas diferentes, y, del mismo modo, los puntos de igual altura ortomé- trica no serán de nivel. Finalmente, también por la falta de paralelismo de las superficies de nivel, no sería constante la corrección para cambiar la superficie fundamental y cada altura exigiría corrección especial. Si la superficie fundamental de nivel fuera exactamente un elipsoi- dle de revolución, ó por lo menos una superficie analíticamente deter- minable, las alturas ortométricas darían la exacta definición geomé- trica de los relieves del suelo. Pero esta ventaja se pierde dada la imposibilidad de conocer la superficie del geoide, cuyas divergencias con el elipsoide medio pue- den llegar á varias decenas de metros. La teoría dinámica propuesta por Helmert, en 1873, se funda en la equidistancia dinámica de las superficies de nivel. Con esta teoría, puramente mecánica, en lugar de la distancia geo- métrica, se tiene en cuenta el trabajo de la gravedad (6 diferencia de potencial) para trasladar la unidad de masa de una superficie de ni- vel á otra. Se ha visto precedentemente que la diferencia de potencial para trasladar la unidad de masa, de una superficie de nivel á otra es cons- tante cualquiera sea el camino recorrido. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 10 146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Así se obtiene una cota sola por la misma superficie de nivel, lo cual hace desaparecer todas las dificultades de la teoría ortomé- trica. Para referir las cotas dinámicas al elipsoide medio se aplica á la nivelacion geométrica una corrección calculada en función de la gra- vedad de los lugares nivelados, que se recaba de la fórmula de Cloi- raud-Bouguer. Pero este modo de proceder no sería más riguroso que el método ortométrico, porque las atracciones locales apartan mucho el geoide del elipsoide medio. La gravedad debe medirse independientemente en cada localidad nivelada ; así la nivelación dinámica viene referida directamente al geoide. Conviene observar que, en tal caso, la complicación de la forma de la superficie de referencia y la imposibilidad de su definición analítica no revisten mayor importancia, porque las cotas exprimen un factor absolutamente mecánico. Sabemos la relación que existe entre peso, la masa y la aceleración de la gravedad, ó sea: == My Si representamos con (y45”) la aceleración de la gravedad al ni- vel del mar y á la latitud de 45”, la masa de la unidad de peso será : Mi A yA” (1) La diferencia de nivel dinámica, ó sea el trabajo necesario para elevar la masa M á la altura 4H, será : y. ada (2) donde y representa la aceleración de la gravedad en el punto consi- derado. Entre los puntos A y B el trabajo total de la gravedad, que es la diferencia de nivel dinámica entre A y B, será: A 2A y AN Z == : 1 E s = 1 gajo PE (3) Si el punto B pertenece á la superficie de comparación (superficie de nivel cero) la cota dinámica (c) del punto (A) será: NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 147 iO => a el la (4) que es el trabajo necesario para vencer la gravedad yendo de la su- perficie de nivel cero al punto A. La fórmula (3) escrita de este modo: A B A, = E 2 A o Yy453 o y45 nos demuestra que la diferencia dinámica de nivel entre dos puntos es igual á la diferencia de las cotas dinámicas de dichos puntos. Teóricamente es necesario conocer la aceleración de la gravedad en todos los puntos nivelados. Pero, en la practica, dada la pequeñez de la corrección, se puede determinar la gravedad sólo en algunos puntos principales del recorrido. Tal es el procedimiento que han adoptado el capitan Defforges, en Francia, y el coronel von Sternech, en Austria, los cuales imagina- ron instrumentos transportables y de fácil manejo para la determina- ción de la gravedad. De estos instrumentos portátiles se exige el valor de la gravedad 10.000 (ó sea con tres decimales exactos) porque produce, sobre la diferencia de nivel, otro accidental de 0%"33 por metro. Para una diferencia de nivel de 1000 metros de error total sería de: con sólo un error accidental probable, máximo, de 0=033 y 1000 = 1 milímetro Las correcciones para reducir las cotas de la nivelación geométri- ca á dinámicas pueden calcularse rápidamente y con suficiente exac- titud con los métodos gráficos. La nivelación así conducida se libra de la influencia debida á las Irregularidades geométricas del geoide, porque no se preocupa más de la forma de las superficies de nivel. Se comprenderá fácilmente la grande ventaja del método expuesto cuando se piense que las atracciones locales pueden hacer desviar el geoide de 100 metros y más, sobre las superficies del elipsoide medio. Según Ivon Villarceau, la superficie del Pacífico, en las costas de] Perú, se elevaría de 100 metros sobre el elipsoide, por la atracción del macizo de la Cordillera de los Andes. Helmert calcula una eleva- 148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIÍFCA ARGENTINA ción de 200 metros, bajo los Alpes. Depresiones del mismo valor de- berían producirse en el centro de los grandes océanos. La cuestión es fuertemente discutida por los modernos geógrafos, los cuales, fundándose en algunas observaciones contradictorias, admi- ten que, bajo las grandes montañas, las masas subterráneas ejercen una atracción menor que compensa el exceso producido por los relie- ves exteriores. De todos modos se ha comprobado físicamente las desviaciones del geoide, que alcanzan algunas decenas de metros y son más que suficientes para quitar á la nivelación general toda significación geo- métrica. Si, en el método dinámico, expresamos en metros la diferencial de de la altura, tomando como unidad de peso el kilogramo absoluto (que es el peso de un decímetro cúbico de agua destilada á 47 á la latitud de 45” y á nivel del mar), las cotas dinámicas representarán, en kilo- erámetros absolutos, la energía gastada para elevarse de una superíi- cie de nivel á otra. La teoría dinámica es la única que puede dar una definición racio- nal de la nivelación y responder mejor á las necesidades prácticas, porque en todos los trabajos, tanto de construcciones de caminos como de desviación de aguas, la diferencia de potencial es el dato verdade- ramente útil de conocerse. Debemos notar que las cotas dinámicas son aplicables, sin dificul- tad, al contralor de las pequeñas nivelaciones prácticas, porque las diferencias con las cotas ortométricas serán casi siempre inferiores á las tolerancias admitidas en tales casos. 08! Siendo materialmente imposible la determinación rigurosa de los verdaderos valores de las incógnitas, el objeto de nuestras medicio- nes se reduce á la modesta tarea de obtener, en ciertas y determina- das circunstancias, los valores más probables. Después de establecidas dichas circunstancias y conocidas las in- fluencias que ejercen sobre el valor obtenido, mediante una sola ob- servación, la multiplicación de las observaciones nos dará el criterio, necesario para determinar el valor más aproximado de la incógnita y el grado de exactitud alcanzado. NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 149 El cálculo de las probabilidades, supone á los errores de observa- ción como bolillas extraídas de una urna cuyo contenido es definido, por el conocimiento perfecto de los instrumentos y de los métodos que serían la urna de los errores. Se exceptúan los errores sistemáticos cuyos efectos sumados se caleulan con toda facilidad y precisión. En las operaciones de nivelación, las observaciones sucesivas ha- cen conocer aproximadamente fracciones de la cantidad física que deseamos determinar, y, por lo tanto, debemos investigar como se combinan los errores que afectan estas fracciones para formar el error total que afectará al resultado. De estas definiciones se deduce la clasificación general de los erro- res á los que podemos dividir: 1* Respecto á la naturaleza de los errores mismos, en accidentales y sistemáticos. 2” Respecto á las circunstancias, en intrínsecos y extrínsecos. La primera división considera solamente la manera de obrar de los errores y se aplica á todas las observaciones en general; la segunda, esencialmente las causas, tomando en cuenta : 1% los errores intrínse- cos, Ó sea inherentes á la constitución física de los instrumentos y á los métodos con los cuales se emplean; 2* los extrínsecos producidos por el medio ambiente. La detallada enumeración de todos los errores que pueden afectar á una nivelación, para determinar el valor y la manera de propaga- ción de cada uno de ellos, requiere el estudio minucioso de los instru- mentos, métodos y medio ambiente, estudio sumamente largo y espe- cializado, que no puede formar parte de un breve discurso deseripti- vo: lo trataremos extensamente en una publicación que estamos pre- parando. Por ahora nos limitaremos á dar una brevísima descripción de las principales causas de error para poner en evidencia la delicadeza de esta trascendental cuestión, en la que se ponen á contribución todos los recursos de la ciencia y del arte con el fin de mantener nuestras medidas siempre próximas á los verdaderos valores, entre el cúmulo de perturbaciones que tienden incesantemente á desvirtuarlas. Los errores intrínsecos ó inherentes á las operaciones pueden de- pender de los instrumentos mismos ó de las observaciones. Las pri- meras reconocen por causa eficiente la variación de posición de las piezas instrumentales, tales como las flexiones debidas á la elastici- dad de los metales ; las deformaciones del nivel producidas por la pre- 150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cisión del armazón metálico, ó por falta de perfecto equilibrio mole- cular, después del esmerilado y ajuste; las deformaciones, más con- siderables aún, que ocasionan los cambios de temperatura, cuya in- fluencia se reparte muy desigualmente, dada la compleja constitución de los instrumentos, etc. Estos errores pueden eliminarse, en parte, colocando el instrumen- to á igual distancia de las dos miras, con lo cual se eliminan también los errores de rectificación. Las miras de madera están expuestas á la doble influencia de la temperatura y de la humedad que tienden á hacer variar la longitud de las divisiones, afectadas ya por errores de construcción. Estas influencias pueden ocasionar errores sumamente graves. Supóngase que una mira tenga un error de tres décimos de milí- metro por metro; si con ella medimos un desnivel de 1000 metros, multiplicaremos por mil el error métrico de la mira, resultando otro final de treinta centímetros. Seguimos suponiendo que se usen dos miras, que una quede siem- pre atrás y otra siempre adelante, sin alterarse. Si los ceros de las dos miras no corresponden exactamente á la misma distancia, mediando entre ellos una diferencia de tres décimos de milímetros (diferencia muchas veces superada), tendremos en cada estación un error constante de tres décimos de milímetro ó sea de treinta centímetros en 1000 estaciones. Si, además, entre las unidades métricas de las mismas miras media una diferencia de dos décimos de milímetro, suponiendo en cada es- tación la pendiente uniforme, con un metro y cincuenta centímetros de altura instrumental, obtendremos otros treinta centímetros de error en mil estaciones. Los efectos mencionados pueden sumarse produciendo un error de sesenta centímetros en mil estaciones, ó sea, en un máximum de 200 kilómetros de nivelación. En una doble operación de ida y vuelta estos errores producirían una discordancia doble ó sea de un metro veinte. En la nivelación de Bourdaloiie se encuentra un caso semejante que, en 350 kilómetros, entre ida y vuelta, arroja la enorme diferen- cia de cinco metros y veinte centímetros. Estos errores debidos sola- mente á pequeñísimas diferencias instrumentales, no compensadas con métodos apropiados, pueden engañar fácilmente haciendo supo- ner la existencia de una equivocación grosera, si se juzga a priori, omitiendo el análisis minucioso de las operaciones. NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 151 Si las miras fueran de una materia invariable, bastaría comparar escrupulosamente las divisiones, una sola vez, con un comparador ad hoc para establecer definitivamente la ecuación propia de cada mira ó de cada par de miras. Pero dada la continua variabilidad de las divisiones en función de la temperatura, de la humedad y de la edad de la madera, la ecua- ción de las miras también varía continuamente. En la nivelación general de la Francia se han constatado diminu- ciones progresivas de las miras que alcanzaron tres décimos de milí- metro, por metro, en un período de 17 días. Los astrónomos Hirsch y Plantamour, que efectuaron la compara- ción de las miras, antes de cada campaña, con el comparador fede- ral de Berna, habían notado que el error de cierre de un polígo- no era siempre mayor cuando la nivelación se ejecutaba con dos miras. Tal resultado les hizo dudar sobre la invariabilidad de las miras, duda que fué ampliamente confirmada por las comparaciones reitera- das hechas en Berna y Neuchátel, en el año 1868. Para obviar al inconveniente, siguieron comparando las miras á in- tervalos más ó menos grandes, adoptando los valores medios de las ecuaciones aplicables á cada nivelación. Con el mismo propósito el coronel Goulier, en Francia, inventó la mira á compensación. Estos dos sistemas dejan todavía alguna incertidumbre aunque lle- guen á reducir mucho los errores. Helmholt propuso á Helmert substituir las miras de madera con miras metálicas sobre las cuales la humedad no ejerce ninguna in- fluencia; pero, en cambio la temperatura influye mucho más que en las reglas de madera, y los termómetros incrustados en las reglas metálicas no marcan con exactitud la temperatura del metal ; por lo tanto subsistirían siempre causas de graves errores. Actualmente tenemos en proyecto un sistema de miras con el cual se podrán obtener resultados muy satisfactorios sin necesidad de fre- cuentes comparaciones. Las pequeñas divisiones de las miras serán erabadas y pintadas sobre una lámina de invar, que es casi indilata- ble, y con la cual es suficiente conocer la temperatura con groser: aproximación. En función de la altura de mira y de la temperatura podremos es- tablecer un sistema de corrección, muy sencillo, que se leerá directa- mente en una tabla calculada para cada mira. 152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Á estos errores, debidos á la constitución física de los instrumen- tos, se añaden los errores inevitables de observación. Para el nivel se reducen á errores de lectura en la apreciación de la posición de la burbuja y de la posición del hilo horizontal sobre las divisiones de la mira. Son los errores accidentales los más impor- tantes en toda nivelación, y en ellos intervienen más eficazmente los métodos, para reducirlos á mínimas proporciones. El método compendia en sí toda la esencia del arte de medir. Fun- dándose en las pertinentes nociones de física y de fisiología, estudia el ambiente, el instrumento y el operador; analiza minuciosamente todos los errores y, con hábiles artificios, los dispone en equilibrio casi perfecto á ambos lados del verdadero valor. En todas las nivelaciones de precisión la posición del hilo y de la burbuja son doblemente constatadas por dos operadores que se alter- nan. Así para cada nivelación simple se obtiene un doble valor. En Suiza y en Italia se leían tres hilos horizontales, en lugar de uno, para reducir el error de apreciación aumentando el número de lecturas. Holanda y Baviera adoptaron el sistema de bisecar las divisiones, comprobando las lecturas con una mira doblemente graduada en su anverso y reverso. (Continuará.) LUIS BRACKEBUSCH El doctor Luis Brackebusch nació en Northeim (Alemania), en el año 1849. Después de haber coneluído sus estudios en la Universidad de Gót- tingen, entró como geólogo auxiliar en el Instituto Geológico de Prusia (Koniglische Prussische Geologische Landesanstalt), siendo en- cargado entonces del levantamiento geológico de una parte de la montaña de Harz (Hercinia). En el año 1872 aceptó, como sucesor del doctor Alfredo Stelzner, la cátedra de mineralogia y geología de la Universidad de Córdoba y fué nombrado al mismo tiempo miembro de la Academia Nacional de Ciencias de la misma ciudad. En tal carácter, continuó la obra de Stelzner, dedieándose durante 17 años á investigaciones geológicas en la República, especialmente de la región noroeste. Dotado de grande y clara inteligencia, y con vastos conocimien- tos, perseguía sus fines con rara constancia y con un entusiasmo y amor por la ciencia que le hizo olvidar por completo los intereses materiales. No existiendo una base topográfica en que fundar un mapa geoló- gico del país, al realizar sus investigaciones geológicas hizo exten- sos levantamientos del terreno, con habilidad poco común á pesar de no contar con ayudantes topógrafos, y disponer de elementos re- ducidos. El primer fruto de estos trabajos fué el Plano general de la provin- cia de Córdaba en escala 1 : 1.000.000. Luego extendió estas exploraciones á toda la parte noroeste de la república, desde las provincias de Mendoza y San Luis hasta la fron- tera de Bolivia; publicó los resultados, en 1885, en su Mapa interior de la República Argentina, construído sobre los datos oficiales y sus 154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA propias observaciones hechas en los años 1875-1883. Escala 1: 1.000.000. Completados sus estudios en viajes hechos á la misma región des- de 1883 á 1887 en las referidas regiones construyó por encargo de la comisión, para la exposición de París de 1889, su Mapa general de la República Argentiua en escala 1 : 1.000.000 (13 láminas) y un Relie- ve de la república en la misma escala, en yeso, siendo premiados los dos trabajos en la exposición con la medalla de oro. Si este mapa por circunstancias especiales (cuestión de límites con Chile y Bolivia) algunos años después de su publicación no encontró la aprobación oficial por errores cometidos en la traza de límites y en la representación de las regiones del sur, errores perdonables, pues nadie conocía en aquel tiempo estas regiones, esto no podía quitar nada del gran mérito que tenía para aquellos tiempos, y todavía hoy se recurre á él en busca de informaciones particularmente sobre la parte noroeste del país. Los resultados geológicos de sus viajes, completados por las obser- vaciones de otros geólogos (Stelzner, Burmeister, de Moussy, Darwin, Philippi, Domeyko y Steinmann), él los condensaba en su Mapa geológico de la República Argentina (publicado por la Academia Na- cional de Ciencias en Córdoba), en escala 1 : 1.000.000, que com- prende en cinco láminas parte de San Juan, las provincias de Córdo- ba, San Luis, Catamarca, La Rioja, Tucumán, Salta, Jujuy, junto con las regiones limítrofes de Chile. Esta obra, desgraciadamente quedó inconclusa por haberse trasladado el doctor Brackebuúusch á Alema- nia en 1888, de donde no regresó. El método que el autor ha seguido en la confección de este mapa merece ser elogiado en vista de las grandes dificultades que se opo- nen á tales empresas científicas. Para dar más crédito á su trabajo hizo figurar en el mapa todas las rutas, que él y otros geólogos ha- bían seguido en sus exploraciones. Por esta razón podemos prescin- dir aquí de la enumeración de los numerosísimos viajes que él ejecu- tó. Este mapa geológico, para el cual Stelzner en primera línea puso la piedra fundamental con su obra Beitriige ur Geologie und Paleon- tologie der Argentinischen Republik — sea dicho aquí en homenaje también de este geólogo — constituirá siempre una hoja interesantí- sima en la historia de las exploraciones científicas de nuestro país y un timbre de honor para su autor. Vuelto á Alemania, el doctor Brackebusch se dedicó á la publica- ción de una serie de trabajos científicos sobre la República, los cuales citamos más adelante. LUIS BRACKEBUSCH 155 Ocupóse luego en peritajes sobre explotación de sales potásicas. Agregamos á las ya mencionadas, otras obras publicadas por el “doctor Brackebusch : Informe sobre un viaje geológico hecho en el verano del año 1875 por las sierras de Córdoba y de San Luis (Boletín de la Academia Nacional de Ciencias, II, 1875). : Estudios sobre la formación petrolífera de Jujuy (Boletín de la Aca- demia Nacional de Ciencias, V, 1883, y Anales dela Sociedad Científica). Reisen in den Kordilleren der Argent. Republik (Verhandlungend Gesellschaft fir erdkunde in Berlin, XVII, 1891). Die Cordilleren pisse zwischen der Argentinischen Republik und Ohile van 22-25 Grad. (zeitschrift der (Gresellachaft fir Erdkunde Berlin, XXVII, 1892). Die Bergwerksverhiiltnisse der Argentinischen Republik. Zeits- clwift fir Berg. Hiitten und (Salinencuesen im Preussischen Staate, 1893). Deber die geologische Karte der Argentinischen Republik (Zeitschrift der Deutschen (reologischen Gresellschafs, XLI, 1880 y XLV, 1893). Ueber Imatiasteine aus Argentinien (Zeitschrift der Deutschen (reolo gischen Gesellschafs, XLI, 1889 y XEV, 1893. Ehemalige Glacial verhiáltnisse der Argentinischen Republick (Zeits. chriftder Deutschen Geologischen Gesellschafs, XUL, 1859 y XLV, 1893.- Ueber die Badenverhiiltnisse des Nordwesslichen Teils der Argenti- nischen Republik mit Bezugnahme auf dievegetation. (Petermanns Mit- theilungen, XXXIX, 1893. Las ricas colecciones geológicas hechas por el doctor Brakebusch durante sus viajes, han sido determinadas por él en Alemania, con la colaboración de otros sabios. Las más importantes son : Petrographische Untersuchungen an alten Ergussgesteimen «aus der Argent. Republik, por el doctor P. Siepert (Neues Jahrbuch fiir Mine- ralogie, Beilageband, 1894-95). Petrograph Untersachungen an argentinischen (raniten par D" $. Rombereg. (Neues Jahrbuch fir Mineralogie, Beilageband, 1893. Untersuchungen an altkrystallinen Sehiefergesteimen aus der Argent Republik, par D" Benno Kiihn, (Neues Fahrbuch fir Mineralogie, Bei- lageband, 1891). Petrograph. Untersuchungen an Diorit Gabbro und Amplibalitgestu- nen aus der Argent. Republik, por D* S. Komberg (Neues Jahrbuch fir Mineralogie, Beilageband, 1894-1895). DOocTOR GUILLERMO BODENBENDER. BIBLIOGRAFÍA Nuestro distinguido socio correspondiente en Roma, injeniero Luis Luiggi, nos remite las siguientes obras, que mucho agradecemos : Roma porto di mare, dell'ingegnere PAOLO ORLANDO. Orlando, después de historiar la cuestión de la trasformación de Roma en puerto de mar, recuerda los puertos de Claudio i Trajano en Ostia, estudia la corriente En un folleto de 25 pájinas, con 10 figuras intercaladas en el testo, el injeniero litoral i el delta tiberino, i propone la construcción de un gran doque comercial, denominado « de San Pablo », por estar proyectado próximo a la grandiosa basí- lica homónima, de uno de cuyos estremos parte un canal navegable, de sección parecida a la del canal de Kiel, con 63 metros de ancho i 8 metros 50 de calado, que termina en un puerto marítimo de 120 hectáreas de superficie i unos 10 me- tros de profundidad de agua, con una boca de 260 metros i un faro de recalada de primer orden, en la playa de Susana, a alguna distancia i a la izquierda de la desembocadura del Tiber. El injeniero Orlando estima aproximadamente en 60.000.000 de francos el costo de la obra, i en 5 años el tiempo requerido para su efectuación. The Simplon route, from the lake of Geneva to lake Maggiore. Historical, tecnical and descriptive notes, with a map, published by the « Bureau de publi- cité » of the swiss federal railways. Berne, 1906. Es un folteto de 60 pájinas, lujosamente impreso, i exornado con preciosas vistas de los espléndidos valles alpinos, i un mapa con la traza del ferrocarril recientemente inaugurado entre los lagos de Ginebra i Mayor. No nos esplicamos el por qué de esta publicación en inglés, cuando hasta hoi la lengua universal entre las personas ilustradas es la francesa. Quizás se hayan hecho tiradas en diversos idiomas... En la introducción de esta monografia hallamos una comparación de las dis- tancias entre Londres, París, Milán, Roma i del tiempo empleado en recorrerlas por las vías del Simplón, San Gotardo i Mont-Cenis. que reproducimos por lo interesante, protestando, sin embargo, contra la terquedad inglesa de no adoptar las medidas métricas. BIBLIOGRAFÍA 157 Hela aquí : LÍNEAS = 7 Hr a a a SIMPLÓN SAN GOTARDO MONTE CENIS PUNTOS Y E - E AS >= AS HASTA TA =P AS ESTREMOS Distancia Tiempo Distancia Tiempo Distancia Tiempo en en en en en en millas horas millas horas millas horas París-Milán ... 519 16 559 17 Y 588 18 Y Londres-Milán . 790 24 792 24 858 27 París-Roma.... 899 32 954 34 910 32 % Londres-Roma. 1169 40 1218 4( 1181 4( Mostra delle ferrovie dello stato. — Esposizione di Milano 1906. Catalogo. En un folleto de 120 pájinas, esmeradamente impreso é ilustrado con nume- rosas láminas intercaladas en el testo, se pasa revista somera de la esposición ferroviaria italiana, en la que, a pesar de los inconvenientes i falta de tiempo producidos por el reciente rescate de los ferrocarriles de parte del Estado, figu- ran interesantes modelos, aparatos, piezas de máquinas, publicaciones, dibujos, fotografías, material de armamento, de señales, de maniobras. bloque, material móvil, etc. Catalogo degli oggetti, disegni, fotografie, publicazioni, inviati all'Espo- sizione internazionale di Milano del 1906, dal Ministero dei Lavori Pubblici. — Milano, 1906. Folleto de unas 80 pájinas en el cual la comisión ad hoc, presidida por el ilus- trado injeniero MaganZzini, presenta el catálogo de los objetos espuestos por el Ministerio de Obras Públicas, que abarcan : Arquitectura, Trasportes marítimos 1 fluviales, Agraria, Trasportes viales, Hijiene. Figuran los modelos del monumen- to a Victor Manuel Il, de la Universidad de Nápoles, Cámara de diputados, etc., i numerosas fotografías de las principales construcciones efectuadas en el reino, como el Palacio de Justicia, en Roma; el Correo, en Milán, etc. Entre las obras marítimas figuran modelos de faros, uno novedoso por estar lluminado con acetileno, mediante un aparato automático especial ; del puerto de Nápoles ; el doque de carena de Palermo ; i fotografías de las principales obras portuarias. Entre las fluviales figura un modelo del encauzamiento del Tiber en su antiguo brazo izquierdo, en la isla Tiberina, i fotografía de las principales i mui impor- tantes obras realizadas en los ríos de la península. En la sección Agraria figuran las de saneamiento de las marismas toscanas ; dev Agro romano ; del Reno, Agro de Ravenna ; de las llanuras de Volturno, de Ferrara, i el famoso acueducto pullés. En la sección Hijiene figura el modelo del colosal policlínico de Roma, i foto- grafías de las clínicas de la universidad de Bologna, etc. En este catálogo se describen sumariamente las principales obras, valiéndose de las hermosas ilustraciones intercaladas en el testo. Hai trabajos realmente importantes en todas las ramas de la ciencia de la construcción, que demuestran una vez más como la nueva nación latina, surjida 158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de los escombros de los varios estados en que se hallaba dividida, opresa por las tiranías política i teocrática, marcha con paso seguro a reconquistar el tiempo que le hicieron perder los tiranuelos destronados. Il porto di Genova e lapertura del Sempione. — Testo del'avvocato CESARE TESTA, con numerose illustrazioni. Genova, 1906. Folleto de 24 pájinas, en 12% grande, profusamente ilustrado, con vistas del. puerto ligure en los siglos XV, XVI, XVIL, XVHO!, XIX iXX, i una planta del fa- moso proyecto de puerto Molinari-Descalzi, que en 1876 — a pesar del apoyo de casi todos los marinos italianos — fué sustituido por el actual del inspector Pa- rodi, gracias a la imposición del duque de Galliera, donante de 20.000.000 de francos para su ejecución. Diremos, para los que no lo sepan, que la discordan- cia capital entre estos proyectos era que el de Descalzi ponía la boca a levante, mientras el injeniero Parodi la disponía a poniente. Hoi el puerto de Genova, con las ampliaciones que se han llevado a efecto, consta de : a) Un antepuerto de 100 hectáreas de superficie con calados que varían de 9 a 20 metros. b) Un puerto de 94 hectáreas de superficie, con calados de 8 a 13 metros, en jeneral superiores a 11 metros. e) Superficie total, comprendidas las instalaciones, estaciones, doques, etc., 256 hectáreas así repartidas : Hectáreas Superficie líquida (puerto i antepuerto) ......... 194,00 Mud Nodo ONE EOS 48,60 ESA 8,00 Doques de carena i servicios inherentes......... 6,00 o o Nro ES E 256,60 d) Un desarrollo líneal de muelles de 12.500 metros, de los cuales 8.300 utili- Zados en las operaciones comerciales. e) Una superficie, cubierta i descubierta, para depósitos, de 179.000 metros cuadrados. $) 307.000 metros cuadrados destinados a caminos, plazoletas 1 servicio ferro- viario. El autor sigue historiando i describiendo las instalaciones actuales, depósitos jenerales, silos, elevadores de granos, doques vinícolas, gruas eléctricas; pasa luego a discurrir del comercio autónomo del puerto, del nuevo proyecto de am- pliación estudiado por el injeniero Ignacio Inglese, que deben dar al gran puerto ligure la potencialidad comercial necesaria para responder no solo al inmenso incremento nacional, sino que también al internacional que alimentará la nueva arteria del Simplón. Cenni intorno alle applicazioni di trazione elettrica eseguite sulle fer- rovie italiane. Un folleto en 4 grande, de 135 pájinas, 4 grandes láminas ¡ numerosas figu- ras intercaladas en el testo. BIBLIOGRAFÍA 159 La trazione elettrica a corrante continua sulla linea Milano-Varese- Porto Ceresio. - Un folleto en 4% grande de 71 pájinas con numerosas ilustraciones, diagramas, ete., intercalados en el testo. Ambas lujosas publicaciones, hechas por la dirección de los ferrocarriles del estado en Italia, nos han sido remitidas por el señor injeniero Luis Luiggi, socio correspondiente de nuestra Sociedad, en Roma. En la primera, después de historiar la tracción eléctrica en los diversos países, pasa en revista las esperiencias realizadas en Italia con las vías férreas de Milán a Monza, i de Boloña a San Felice, con coches automóviles, con baterías de acu- muladores ; de Roma a Frascati, a corriente continua i tercer riel ; i, por último, las famosas líneas de Valtellina, de Lecco a Colico i Sondrio i ramal de Colico a Chiavenna, mediante corrientes trifásicas. En las primeras tres líneas se trataba del servicio local de pasajeros ; en la última, del servicio jeneral. Más tarde se esperimentó sobre la línea Milán-Varese, en sustitución de la de Roma a Frascati. Se describe en esta memoria el plantel : la central hidroeléctrica ; las líneas primaria i secundaria ; las sub-estaciones (de transformadores) ; el material móvil en sí i en su funcionamiento ; i termina esponiendo los resultados de estas espe- riencias, de las que nos ocuparemos en otro número de estos 4nales. Con el segundo folleto se describe, como lo indica su título, el ferrocarril eléctrico que pone en comunicación a Milán con el puerto de Ceresio, sobre el lago Lugano. Esta línea entre Milán i Gallarate (40:m280) tiene doble vía, pendientes sua- ves (máxima 6 %/,)) i curvas amplias (radio mínimo 800 metros); de Gallarate a Ceresio (32km74() sube hasta Indiana con rampa máxima de 12 %/., i baja luego con pendiente máxima de 20 %/77 1 radio mínimo de 300 metros. Aquí también se describe, con abundancia de bellas ilustraciones, la oficina central jeneradora de luz eléctrica ; las líneas de trasmisión a alta tensión ; las estaciones de trasformación (sub-estaciones) ; la conducción secundaria ; el mate- rial móvil (automotores) ; los talleres de reparaciones ; la esplotación, etc. Reservándonos dar también de esta memoria una noticia más circunstancia- da, pues ofrece, como la anterior, datos de la mayor importancia, relativos á la aplicación de la tracción eléctrica a las líneas ferroviarias, vamos por hoi a con- eretarnos a traseribir un dato que pone de manifiesto el incremento que adquie- ren estas vías de comunicación. El número de viajeros-kilómetro diario fué en 1900 de 90.612; en 1903-4 se ele- vó a 256.689. El número de viajeros trasportados en 1900 fué de 1.340.000 i en 1903-4 de 3.594.000. Para terminar por hoi, sólo nos resta agradecer al señor injeniero Luiggi su atencioso envío. S. E. BARABINO. Educación científica. Bases para la reforma de la enseñanza secundaria y normal, por Juan W. Grz. Folleto de unas 60 pájinas formato menor. — Bue- nos Aires, 1906. 160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Acusamos recibo de esta interesante monografía pedagójica, contributo del señor Gez, para la mejor solución del importantísimo problema educacional en la Arjentina. Padrón minero de los territorios nacionales, 1890-1905. Número 3 del tomo I de los 4nales del Ministerio de Agricultura (sección jeolojía, mineralojía i minería). E Es una estadística de las minas solicitadas, concedidas, denunciadas i restaun- radas, cateos i reconocimientos, durante el período de los años 1890 a 1905. Las minas han sido clasificadas por territorio i distrito, deacuerdo con la constitución jeolójica i riqueza mineral. Cada distrito contiene uno ó más nuevos minerales. El injeniero jefe, señor Hermitte, observa, con razón a nuestro juicio, que ese trabajo, que confiara al señor Solomjan, será incompleto mientras no se pueda agregar al mismo la estadística de las minas situadas en las provincias, donde realmente se ha beneficiado hasta la fecha, es decir, mientras no se crée la yer- dadera estadística minera nacional, con cuyo objeto el propio injeniero Hermitte someterá á la consideración del Ministerio el plan correspondiente. El padrón minevo se refiere a los territorios nacionales de Los Andes, La Pam- pa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz i Tierra del Fuego, a los que ceo- rresponden las cartas mineras que acompañan a la memoria. Es un trabajo de real utilidad que facilita i fomentará la industria minera en dichas rejiones. S. E. BARABINO. Précis d'analyse chimigue quantitative des substances minérales, com- prenant l'analyse volumétrique, l'analyse des gaz et l'électrolyse, par le doe- teur CARL FRIEDHEIM, professeur de chimie minérale, analytique et industriel- le a l'université de Berne — traduit d'apres la sixieme édition allemande par le docteur L. Gautier — un volume grand in-8% avec 42 figures dans le tex- te. Éditeur, Ch. Béranger. — Paris, 1906. Prix relié. Hemos recibido esta obra de la que nos ocuparemos luego, conecretándonos a dar hoi el índice de las materias tratadas : Manipulaciones en los trabajos analí- ticos. — Análisis volumétrico : jeneralidades, por oxidación, por reducción, por precipitación, acidimétricos, alcalimétricos. — Análisis de los gases : transforma- ción de un sólido ó líquido en gas, gasimetría, mezclas gaseosas. — Análisis por electrolisis. — Análisis ponderable : aleaciones, sulfuros, sulfatos, fosfatos, azoa- tos, boratos, silicatos, combinación de titanio, casiterita, alúmina i aluminatos, combinaciones del cromo, idem del molibdeno. — Aplicaciones y métodos de aná- lisis especiales : metales, metaloides. Cálculo de los análisis. — Apéndice : Contra- lor de los pesos 1 aparatos de medir, tablas para el cálculo de los análisis pon- derables. r. Ju Se SR pm German Atevedo Ramos, R. de. Achaval, Sandalio. P. Adamoli, Pedro A. - Adano, Manuel. _Ader. Enrique A. guirre, Eduardo. Albarracín, Alberto J. Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Aldunate, Julio C. Almanza, Felipe G. A Francisco. Rafa. Horacio - Ambrosetti, Juan B. - Amoretti, Alejandro, Anaya, Elvio Carlos. “Arata, Pedro N. Araya, Agustín. Artaza, Evaristo. Artaza, Miguel. Arigós, Máximo. Arrivillaga, Marcelino. Arce, Manuel J. Arce, Santiago. -Arditi, Horacio. Arroyo, Franklin. Aubone, Carlos. Avila Méndez, Delfin. Avila, Alberto Ayerza, Rómulo _Aztiria, Ignacio. A - Bahia, Manuel B. - Baliña, Manuel R. —Bancalari, Enrique A. S Barrera, Raúl. Barak. Federico. - Battilana, Pedro. É Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. - Berrutti, José Julio. Berro Madero, Carlos. —Bernardez, Joaquín. -—Bimbi, José. > Bell, Carlos H, socios HONO RARIOS e = E Mexico. Montevideo. Montevideo. "Mendoza. Córdoba. l. de Año N Kio Janeiro. Mendoza. New York. - Elba (Portus.) La Plata. Tucuman. ...... ...... socios CORRESPONDIENTES ta A Arechavaleta, José ...:..... a Ar aga. Rodolfo des Luiggi, Paterno, Manuel. . Reid, Walter a Pedro..... Spegazzini, Carlos..... Tobar, Carlos Maa Scalabrini, SOCIOS ACTIVOS | Besio Moreno, Nicolás. Biraben, Federico. Bonorino, Ignacio. Bosch, Benito $. Bosch, Eliseo P. Bosch, Aureliano R. Bonanni, Cayetano. Borus, Adrián. Bosque y Reyes, F. Brané, Eugenio. Brian, Santiago _Brindani, Medardo. Broens, Guillermo. - Buschíazzo, Juan A. Buschiazzo, Juan C. - Bustamante, José L. Caimi, Ramon. Candiani, Emilio Cárcena Augusto. Cáceres, Dionisio. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Calderón de la Barca, A. Camus, Nicolás. : Caminos, Zacarías. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Capelle Chanourdie, R. | Carvalho, Antonio J. Cano, Roberto. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Carabelli, J. J. T. G. Cardoso, Ramón. Carmann, Ernesto. - Carossino, Jacinto T. Casullo, Claudio. ¡Carrizo Rueda, Alvaro. Castellanos, Cárlos T. Castro, Vicente. Castro, Eduardo B. Claypole, Jorge. Cerri, César. Cevallos Sosas, Cerdeña, Fernando. -Cereseto, Juan. . Cilley, Luis P. Cívit, Julio Nilo. | Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de. Chiocci, Icilio. C. M. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Coni, Alberto M. Coria, Valentin F. Cornejo, Nolasco F. Corvalán Manuel S. Coronel, Policarpo. Cottini, Arístides. Courtois, U. Gremona, Andrés Y Cremona, Víctor. Cuomo, Miguel. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C.. Dates, Germán. Díaz de Vivar, M. Dobranich, Jorge W - Dominico, Guillermo Dominguez, Juan A. Dorado, Enrique. Debenedetti, José. De Diego, Alberto. Demarchi, TorcuatoT. A Delgado, Fausto. Donovan Antonio. - Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubois, Alfredo F. Duhau, Luis. Ducros, Pablo, Duncan, Cárlos D'. Durrieu, Mauricio. Durand, José C. Durelli, Amilcar. Echagúe, Carlos. Eppens, Gustavo. Esteves, Luis. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel. Etchagaray,Leopoldo A. Ezcurra, Pedro. Fasiolo, 'Rodolfo 1. Ferrari, Santiago A. Fernández, Alberto J Fernández Díaz, A. LUIS. Morandi, Luis ........ Nordenskjiold, Otto... Patron, "Pabl DA e Lóndres Ky Luis A. Huergo (padre). — Dr. Florentino Ameghino cs za ds as J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Estanislao S. Zeballos Géneya. Gothemburgo. Lima. Valparaiso. Corrientes. Fernández, Pedro A Fernández Poblet, A. . > Ferreyra, Miguel. Figueredo, Juan M. Fynn, Enrique. Flores. Emilio M. Fornati, Vicente. Foster, Alejandro. Friedel, Alfredo. Gainza, Alberto de. Galtero, Alfredo. Gallardo, Angel. - Gallardo, José L. Gallardo, Garlos R. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gándara, Garat, Enrique. Garay, José de. Garcia, Carlos A. García, Jesús M. Gatti, Julio J. Gentilini, Pascual. Geyer, Carlos. ' Ghigliazza, Sebastián. Giménez, Joaquín. Giménez. Angel M. Gjuliani, José. Girado, José L. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro. Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Goldemhorn, Simon Gonzáles, Arturo. González, Agustín. González Cazón Vicente. González Gastellú, J. Y. González Carlos P. Granero, Miguel. Gradin, Carlos. Greaven Andrew. Gregorina, Juan. Gregorini, Juan A. Grieben, Arturo. Guido, Miguel. Guasco, Carlos. Gutiérrez, Ricardo J. Guzmán Gutiérrez, J. Harrington, Daniel. Hermitte, Enrique. Villa Colon (U. Palermo (1L.). A Federico W.. ; Herrera Vega, Rafael. HerreraVega, Marceline. Herrera, Nicolás M. Herrero, Ducloux E. Herlitzka, Mauro, Henry. Julio +: Hicken, Cristóbal M Holmberg,. Eduardo+L. Holmberg Eduardo A. Hoyo, Arturo. z Hubert, Juan M. É Huergo, Luis A. (hijo). Huergo, Ricardo J. Hughes, Miguel. Igartua, Julio F. Igartua, Eulogio M. Iríarte, Juan. ES Iribarne, Pedro. 2 Asbert. Casimiro V o Isnardi, Vicente. o Asrael, Alfredo €. o Asaurralde, Alfredo D. —¿Murbe,, Miguel. “Hturburo, Feliciano. Jacobo, Cándido. cd Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P.. Krause, Otto. Krause, Julio. Klein, Hermán. Kliman, Mauricio -——Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lagos Garcia, Carlos Lagrange, Carlos. - Lanús, Edusrdo M. Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. - Larreguy, José ——Larguía, Carlos. . 0 Latzina, Eduardo. 0 Lavalle, Francisco Dt Lavalle, Francisco P. Lavergne, Agustín. Lea Allan B. Leguizamón Martiniano Lepori, Lorenzo. Leonardis, Leonardo de Lehmann, Rodolfo R. Letiche, Enrique López, Aniceto E. - López, Martín J. López, Gomara Augusto Lucero, Apolinario. : Lugones, Arturo M. Lugones Velasco, Sdor. Lniggi, Luis. Luro, Rufino. Ludwig, Carlos. Luzio, Nicolás : Machado, Angel. Madrid, Enrique de _Maglione, José L. Magnin, Jorge. -Maligne Eduardo. Mallol, Benito J. re Mamberto, Benito. Maradona, Santiago. Marín, Plácido. Marreins, Juan. - Marcó del Pont, E. -Marenco, Eleodoro. SOCIOS ACTIVOS. e de Marengo, JOme: Padilla, . José. Marino, Alfredo. - Martínez Pita, Rodolfo - «Martini, Rómulo E. Marti, Ricardo. Maschwitz, Carlos. Massini, Cárlos. - Massini, Estevan. —Massini, Miguel, ' Maupas, Ernesto. Maza, Juan Mattos, Manuel E. de. Mendizábal, José $. Mercáu Agustín. -Merian, Eduardo. Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P.- Millan, Máximo. Molina, Arturo B. Molina y Vedia, Delfina Molina y Vedia, Adolfo Moeller. Eduardo. Molina, Waldino. Molina Civit, Juan. Mon, Josué R. Morales, Carlos María Padilía, Ea Pais y Sadoux. C. Paita, Pedro 3. Palacio, Emilio. Palacio, Alberto. Palma, Edmundo. Palmarini, Armando. Pasman, Raúl G. Páquet, Carlos. Pascual, José L. Pastoriza, Rodolfo. Pastoriza, Luis. Patló, Gustavo Pelizza, José. Pelleschi, Juan. Pereyra, Emilio. Pérez, Alberto J. Perillón, Rodolfo. Peró, Gabriel. Petersen, TeoJoro H. Pigazzi, Santiago. . Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Piñero, Antonio F. Pizzurno, Pablo A. Plá Cárdenas, Carlos. Posadas, Carlos Morales Bustamante, J. Pouyssegur, Hipólito B. Moreno, Jorge Moreno, Evaristo Y. Moreno, Josué F. Moron, Ventura. Moron, Teoudoro F. Mosconi, Enrique Mugica, Adolfo. Mussini, José A. ' Naon, Alberto Narbondo, Juan L. Navarro Viola, Jorge. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo Niebuhr, Otto Nielsen, Juan. Nistrómer, Carlos Newbery, Jorge. Newbery, Eruesto. Noceti. Domingo Nogués, Pablo. Nougues. Luis P. ' Novas, Manuel N. Nouguier, Pablo. Obligado Alejandro. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Olazábal Alejandro M. Olivera, Carlos E. - Oliveri, Alfredo. Orcoyen, Francisco Orús, José M. Ottanelli, Atilio. Orgeira, Mauricio A. Ortúzar, Alejandro de y Orzábal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustavo. Puente, Guillermo A. Pueyrredon, Carlos. A. Puiggari, Pío. Puiggari, Miguel M. «Prins, Arturo. Quirno, Jorge. Quiroga, Modesto. Quiroga, Atanasio. Rabinovich, Delfín. Raffo, Bartolomé M. Raffo, Jacinto T. Ramos Mejía, Ildef. G. Razori, Francisco. Recagorri, Pedro S. Rebuelto, Emilio. Retes, Antonio. Repetto, Agustín N. Repossini, José. Reynoso, Higinio Riccheri, Pablo. Rigoni, Luis. Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Rodírguez, Andrés. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Carlos L. Romero, Félix R. Romero, Julián. Romero, Antonio. Rosetti, Emilio. Rossi, Enrique L. Rospide, Juan. Ronge, Marcos. Rouquette, Augusto. Rubi», José M. Rua, José M. de la Saenz Valiente, Ed. Saenz,Valiente Anselmo Otero Russi, Ildefonso Sagastume, José M, Outes, Felix F. Sánchez Díaz, José. | Tello, Julio. Thedy, Héctor. - Torres, Luis M. ro sEUaRS Zuger -Santangelo, Rodolfo. Segovia, Fernando. Sáuze, Eduardo. Sauri,. Joaquín. Segovia, Vicente, “Servente, Juan L A Saralegui, Luis. 0 Sarhy, José S. > Sarhy, Juan F.- Scala, Augusto. Schaefer, Guillermo F.. Schickendantz,Emilio. Sehneidewind, Alberto Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senat, Gabriel. Senillosa, Juan Ñ 50% Silva, Angel. Silveyra, Ricardo. PA Simonazzi, Guillermo. Siri, Juan M. : Sisson, Enrique D. Solari, Lorenzo. Soldano, Ferruccio. Suárez, Eleodoro. Spinetto, Silvio. sn Spinedi, Hermeneg. F. Swenson, U. ; Tamini Crannuel, L. A, Taiana, Alberto. Taiana, Hugo. A Tejada Sorzano, Carlos. : Texo, Federico Toepecke, Ernesto. Edo: Toledo, Enrique A.de. Torres "Armengol, M. Torrado, Samuel. Trovati, Fraucisco. Traverso, Nicolás. l Uriarte Castro Alfredo. Uriburo, Arenales Vallebella, Colón B.. Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. Valiente Noailles, Luis Valle, Pastor del eat Varela Rufino (hijo) Vázquez, Pedro. ' Venturino Máximo. Vico, Domingo. Vidal Cárrega, Carlos Videla, Baldomero. Vilanova Sanz, Florencio Villegas, Belisario. Vivot, Eduardo. Volpatli, Eduardo. Wauters, Carlos. Wernicke, Roberto. White, Guillermo White. Guillermo J. Yanzi, Amadeo. - E Zakrzewski, Bernardo. — Zamboni, José J. Zamudio, Eugenio. Zoccola, Aníbal. A R 6 ENTINA f E pe DirEcTOR : InéeNIERO SANTIAGO E. BARABINO e retarios : Doctor no J. GATri y señor po REBUELTO | ñ JBRE 1906. — ENTREGA 1V. — TOMO LXII ÍNDICE : BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS sá 684 — CALLE PERÚ — 684 1906 ka A tar er pa E MÍ Presidente... -..2 AS Ns Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugo Vaceprestdente do Ingeniero Julio Labarthe ; Vicepresidente noe Ingeniero Enrique Hermitte Secretartonderactas.. o Ingeniero Arturo Hoyo Secretario de correspondencia... Señor Arturo Grieben [PESO ETO ES AAN EL e Ingeniero Luis Miguens Babero a Doctor Horacio Arditi Doctor Carlos M. Morales | Doctor Enrique Herrero Ducloux Ingeniero Ricardo J. Gutiérrez Oc os Ingeniero Domingo selva : Ingeniero Federico Birabén | Doctor Guiliermo F. Schaefer "Señor Rodolfo ssantángelo COn an coo Señor Juan Botto : REDACTORES e Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingenter José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimenso Cristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingenier Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. ; A ADVERTENCIA A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparle de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, par que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. , La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares. reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho númer: con la casa impresora de Coni hermanos. Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas. 7 Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección — Cangallo 1825. La Dirección. 7 PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías y Pesos moneda nacional j POr Mes 1.00 ñ O o o ra eo 12.00 Númeroratrasado ca ee aa 2.00 — para los socios.......... 1.00 LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano OBSERVATIONS SUR QUELQUES FOUGERES ARGENTINES NOUVELLES OU PEU CONNUES PAr CRISTÓBAL M. HICKEN Étant occupé depuis un certain temps de Vétude systématique des fougéres argentines du groupe des Polypodiacées, nous avons eu Poceasion, au cours de nos recherches, de rencontrer quelques for- mes nouvelles pour la science et d'autres qui, connues jusqw'ici des pays limitrophes de notre territoire, 1avaient pas encore été signa- lées en Argentine. Nous avons également pu faire une étude critique de leur distribution géographique et comparer nombre d'especes si- milaires recueillies dans les différentes régions de notre vaste pays. Dans Vidée que ces observations peuvent présenter quelque inté- rét pour les botanistes en général et plus spécialement pour les pté- ridologistes, nous nous sommes décidés a publier une série de cour- tes notes, que le lecteur rencontrera plus en détail dans notre tra- vail général sur les Polypodiacées argentines, actuellement sous presse. Mais, avant tout, nous désirons remercier ici les botanistes distin- gués docteur F. Kurtz, Eugene Autran et Miguel Lillo pour le con- cours généreux et désintéressé qw'ils nous ont prété a cette occasion. FAM. CYATHEACEAE Balantium coniifolium (Hook.) J. Sm. Cette espece, seulement connue jusqwici du Mexique, des Antilles, du Vénézuéla, Pérou et Brésil, a été recueillie dans la province de AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 11 162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Tucuman par M. Lillo (n* 2658); ce dernier nous informe qw elle se rencontre assez fréquemment sur les hauteurs, entre 15800 et 2600 m. FAM. POLYPODIACEAE Cette famille, qui renferme le nombre le plus élevé des fougéres dans le monde, est représentée dans notre pays par 33 genres, avec plus de 190 especes, réparties en 9 grandes subdivisions. I. WOODSIEAE Comprend seulement les genres Woodsia et Cystopteris, avec un total de 2 especes, sans mentionner les variétés. Woodsia obtusa (WiLLD.) TorreEY Plante andine; se rencontre depuis PÉquateur jusqwau 35 Sa assez fréquemment dans nos provinces du nord, de Pouest, Córdoba, San Luis, ainsi que dans la province de Buenos Aires. Fort rare dans les plaines, elle a été néanmoins rencontrée au Rio IV, pres du fleuve par un de nos éleves, Santiago Maradona; elle y avait été sans doute apportée par les cours Veau qui descendent des montagnes. Elle abonde entre les pierres du Cerro de Montevideo, dans les monta- enes de Minas, mais elle est tres rare dans le Brésil. Les exemplaires recueillis par Lorentz, déterminés par Grisebach comme Woodsia obtusa Torrey, ont été révisés postérieurement par le profeseur Hieronymus et classifiés comme W. montevidensis (Spreng.) Hieron. 1 paraitrait donc que Vespece nord américaine existe pas en Argentine et qw elle auraít été jusqw'ici confondue avec la der- niere. Nous avons eu toutefois occasion d'examiner de nombreux échan- tillons provenant de localités les plus diverses, recueillis en grande partie par nous-mémes ou dús a Pobligeance de Kurtz, Lillo, Autran et E. A. Holmberg. En les comparant avec des exemplaires typiques de la W. obtusa, conservés dans Pherbier personnel du docteur Kurtz NOUS AVONS pu constater que le Prof. Hieronymus était pas dans le yrái en effectuant la distinetion que nous avons indiquée plus haut. Nous possédons dans notre herbier un spécimen de la Sierra Ven- QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 163 tana qui correspond admirablement a un autre, déterminé par A. H. Curtiss (Virginia Flora, Bedford County, 15, IX, 1870) comme W. obtusa. Ces divers échantillons sont en tous points tellement sem- blables, qw'il serait impossible, apres les avoir mélés, de distinguer notre plante de la Ventana de celle du Nord-Amérique. Parmi plusieurs exemplaires qui nous ont été donnés par le doc- teur Kurtz (n* 10893) et recueillis dans les Sierras de Cordoba, il existe des frondes entremélées de W. obtusa et de W. montevidensis; or, il nous serait impossible de rencontrer un caractere suffisant pour les rapporter a Pune plutót qua Pautre de ces deux especes. Avec Vechantillon de la Sierra de Cordoba, que nous pourrions considérer comme intermédiaire, il nous est facile de rattacher sans difficultés les autres formes entre elles. Les caracteres différentiels que signale le Prof. Hieronymus dans ses Beitráge zur Kenntniss der Pteridophyten-Flora der Argentina, etc. (ENGLER, Bot. Jahrbiicher, XX1L, (1896) 363) ne sont pas constants. Les frondes sont parfois de consistence tres fragiles, presque trans- parentes ou papyracées ; les pinnae ne sont pas toujours sessiles; la distance entre les pinnules est variable, mais toujours plus grande dans la partie inférieure; Pindusium de poils glanduleux est varia- ble, parfois éclairci, dautrefois tellement dense que les pinnae et le rachis sont véritablement hispides. la forme des pinnae et surtout des pinnules peut notablement changer Paspect de la plante. Parfois le bord se replie sur lui-méme, donnant ainsi a la pinnule Paspect d'un triangle algu; (Pautres fois, il se conserve plat. Les pinnules peu- vent en outre se présenter fort rapprochées, se touchant presque les unes les autres ou bien séparées d'une maniere visible. En résumé, les diftérentes formes de cette plante, considérées sé- parément, pourraient permettre de les considérer comme especes distinctes ; mais en observant des passages insensibles sur un grand nombre Véchantillons, on remarque que ces différences ne sont dues qu'a leur condition de vie. Si done nous admettons comme une bonne espece la W. montevi- densis nous devons ésgalement admettre la W. obtusa. (Hicken, Sierra de la Ventana, province Buenos Aires, n* 3284; Lillo, Maimará, Laguna Colorada, province Jujuy, a 4000 metres, 20, L, 1906, n” 4946). 164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cystopteris fragilis (L.) BERNH. Cosmopolite ; ne fait défaut dans aucune région de P Argentine. C'est une des rares fougeres que Pon rencontre aux environs de Buenos Aires, oú on Vobserve fréquemment au pied des haies, dans les fossés et sur les murs exposés au sud. Palermo, San Martin, Saavedra, San Isidro, Quilmes, etc., pour ne citer que quelques localités aux environs de Buenos Aires. II. ASPIDIEAE Renferme les genres Nephrodium, Didymochlaena, Aspidium et Po- lystichum, avec 33 especes. Nephrodium patens (Swakrtz) Desv. Les nervures des pinnae sont libres et droites, mais la paire infé- rieure se rapproche souvent de la paire supérieure, de telle maniére qwelles se touchent a leur sinus ou se continuent rapprochées sur une certaine longueur. Elles paraissent alors unies entre elles et rendent alors cette espece fort difficile a séparer Vavec le N. parasi- ticum (L.) Desv., auquel elle ressemble beaucoup par ses autres ca- racteres. L'union des nervures est en certains cas tellement parfaite qwil serait absolument impossible de rencontrer une différence quel- conque, si ce West que dans telle ou telle paire de pinnae, quelques unes restent séparées, ce quí permet VPattribuer Pexemplaire a la premiere espece. Hooker et Baker dans leur Synopsis Filicum, p. 262, mentionnent en note une forme N. patens J. Sm., la signalant comme intermédiaire entre les deux especes, pour avoir le rizome droit et les nervures unies. Nous avons devant nous des échantillons de Misiones, du Chaco et de Corrientes, parmi lesquelles plusieurs ne peuvent étre identi- fiées qwavec un point de doute, vu leur extréme similitude. Les ca- ractéeres différentiels signalés par tous les auteurs ne sont pas Ccons- tants et autorisent á nous demander si réellement N. patens est difté- rent de N. parasiticum. QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 165 Nephrodium submarginale (WiLLD.) AL. BRAUN. Cette fougere est plus connue sous le nom de N. caripense (Willd.) Al. Braun, Vapres le nom (une localité Carape, dans le Vénézuéla, ot elle fut recueillie par Humboldt. Willdenow, dans son Species Plantarum, V (15810) décrit la méme plante sous les noms de Polypodiuwm submarginale et caripense ; ces deux noms doivent étre considérés comme synonymes. Íls sont men- tionnés dans le méme volume et a la méme page; mais le nom sub- marginale se trouve une ligne avant caripense. C'est ainsi que, par le droit indiscutable (?) de la priorité, un nom tres connu doit étre sacrifié en faveur dun autre absolument oublié. Abonde a Misiones, Corrientes, Tucuman. Les groupes Nephrodium et Polystichum ayant été formés au dé- triment du genre Aspidium, par de savants botanistes d'indiscuta- ble autorité, quelques especes ont dú souffrir des modifications no- minales. D'accord avec les regles établies, certaines especes argenti- nes crées par le professeur Hieronymus dans le genre Aspidium, de- vront donc a Vavenir étre désignées de la maniere suivante : N. argentinum (Hieron.) Hicken N. Lorentzúi (Hieron.) Hicken N. Arechavaletae (Hieron.) Hicken N. Galanderi (Hieron.) Hicken N. Achalense (Hieron.) Hicken N. Siambonense (Hieron.) Hicken. N. pseudomontanum (Hieron.) Hicken Nephrodium patulum Baker Cette espece est nouvelle pour 1 Argentine. Les échantillons que J'ai eu sous les yeux différent un peu de la description qwen donne Baker, motif pour lequel je conserve quelques doutes sur son exacte identification ; il pourrait fort bien s'agir d'une espece nouvelle. La fronde est parfaitement bipinnée et non bipinnatifide; les pin- nes inférieures ont de 13 á 15 centimetres de longueur et jusqwa 3 centimetres de largeur; elles vont en diminuant graduellement jus- qu'au sommet, de maniére que le contour du limbe est triangulaire- 166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lancéolé. Les pinnules sont généralement distantes entre elles de 15 millimetres ; elles ne sont donc pas rapprochées comme le repré- sente la figure de Hooker (Sp. Filic., IV, tab. 267). Elles offrent en outre des divisions beaucoup plus grandes; elles sont visiblement pinnatifides et non denticulées ou crénelées. Ces pinnules sont lan- céolées, atteignant une longueur de 20-22 millimetres et une largeur de 5 a 7 millimetres. Elles sont cunéiformes a leur base, de maniére qwelles s'élargissent rapidement, apparaissant comme pétiolées sur toutes les premieres paires; les autres paires sont sessiles, moins profondément échancrées et en ceci ressemblent davantage a la figu- re ci-dessus mentionnée. Toute la rachis des pinnae est légerement ailée, verdátre et longi- tudinalement striée. La rachis principale de la fronde est jaunátre couleur de paille, glabre ou couvert de quelques écailles filiformes. La partie inférieure ou pétiole est plus riche en écailles filiformes, sur toute la partie basilaire, ou il est protégé par une magnifique touffe Vécailles rougeátres, minces, brillantes et fort allongées. La consistance de la feuille est celle du papier; elle est parfaite- ment lisse des deux cótés et (une couleur (un vert intense. Les nervures sont libres, pinnées; la principale est un peu sinuée. Les sores sont parfaitement circulaires, grands (jusqu'a 2 millimetres de diametre), avec un indusium tres visible, persistant, orbiculaire ou un peu échancré; un jaune clair, avec une tache plus obscure au centre. Cette espece a seulement été trouvée jusqw'ici, sur territoire ar- gentin, a Tucuman (M. Lillo, 25, I, 1903, n” 2924) ou il Va recueillie a la Quebrada de Caspichanga, á 1000 metres de hauteur. Nephrodium Lilloi Hicken n. sp. Folúis : c. 120 cm. longis, longe petiolatis tripinnatifidis. Petiolis : c. 20-45 cm. longis et c. $ mm. latis, compressis, supra sulcatis, glabris, basi fusco-rufescentibus squamis lanceolatis longe acu- tiusculis usque ad 17 mm. longis, e. 1-2 */, mm. latis fuscescenti- bus dense obsitis, superne stramineis et glabris. Laminis ambitu deltoideis usque ad 80 em. longis, 50 cm. latis, acuminatis, apice exepto, pinnato denique pinnatifido et serrato bipinnatis ; rachi- bus stramineis, sulcatis, glabris. Pinms membranaceis 10-15 ju- QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 167 gis suboppositis vel alternis, ambitu lanceolatis pinnatis apice pinnatifidis producto serrato, longe petiolatis usque ad 25 cm. longis 9 cm. latis et usque ad 7 cm. distantibus. Pinnulis 15- 20 jugis, lineari-lanceolatis, pinnati-partitis apice serrato, ses- silibus vel leviter petiolatis, subregulariter alternis usque ad 15 mm. distantibus. Maximis circa 5-6 cm. longis, 15 mm. latis, glaberrimis ; segmentis 10-15 jugis, ala circa 1*/, mm. lata coad- unatis trapezoideo-ovatis, subfalcatis, margine mamifeste serrato- dentatis, acutiusculis ; $ mm. longis, 3-4 mm. latis. Nervis in segmentis utrinque 4-5, simplicis aut semel furcatis, omnino pilis aut squamis destitutis. Soris dorsalis, paulo infra medium venis insidientibus e sporangiis multis formatis. vix 1 mm. latis ; in- dusio reniforme, glabro, integro, tenerrimo, persistente sed saepe inconspicuo cum sporangiis intermixto et corrugato. Valde N. connexo Kaulf. affine, a quo ob indusio manifesto, seg- mentis falcatis, margine denticulato-serratis, nerviis glaberrimis ma- es differt. Fougere a frondes tres grandes et divisées, pouvant atteindre jus- qwa 120 centimetres de hauteur et méme davantage. Les pétioles ont de 40 a 45 centimetres de longueur et 8 millime- tres de diametre; ils sont glabres, couleur de paille, sillonnés longi- tudinalement; d'un rougeátre foncé a la base, ou se trouvent de nom- breuses écailles linéaires fort étroites et allongées, diminuant toujours plus jusqu'au sommet, au point de disparaítre presque completement a la partie supérieure. La feuille est de forme triangulaire ; elle atteint jusqu'a S0 centi- metres de longueur et 50 millimetres de largeur, a Pexception de Vextrémité, qui est pinnée et ensuite pinnatifide ; la fronde est bipin- née avec rachis couleur de paille, sillonnée et glabre. 10-15 paires de pinnae presque opposées ou alternes, au contour lancéolé, pinné, a exception du sommet qui seul est pinnatifide, avec une pointe allon- gée en forme de scie. Elles sont pétiolées, atteignant jusqwa 25 cen- timetres de longueur et 9 centimetres de largeur, avec une sépara- tion entre elles allant jusqw'á 7 centimetres. 15 420 paires de pinnules, linéaires-lanceolées, pinnatifides, au sommet en forme de scie, sessiles ou constamment pétiolées, assez régulierement alternes et distantes les unes des autres de 15 milli- metres. Les plus grandes pinnules peuvent atteindre jusqu'a 6 centi- 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA metres de longueur et 15 millimetres de largeur; elles sont tres gla- bres et portent de 10-15 paires de segments unis entre eux par une aile de 1 */, millimetres de large qui s'étend le long de la nervure centrale. Les segments sont visiblement en forme de faucilles, amincis jus- qua leur extrémité, avec le bord fortement denté en scie, de 8 milli- metres de longueur et 3 a 4 millimetres de largeur. Les nervures sont simples ou fourchées une seule fois et se terminent dans les dents; 4 a 5 paires de veinules qui sont completement dépourvues de poils ou Pécailles, chose si fréquente dans ce genre. Les sores sont sphériques et placés sur les nervures vers le milieu de chaque cóté; ils sont formés par une abondance de sporanges. Pindusium réniforme est fort ténu, glabre, entier et persistant. Par son port, cette espece se rapproche beaucoup du N. con- nexum Kaulf., de telle maniere qu'on pourrait a premiere vue la con- fondre avec lui. Elle en differe principalement par Pindusium bien développé, fort difficile a distinguer dans les sores adultes, qui se re- plie sur un des cótés, se plisse et se confond parmi les sporanges. Pour Pobserver, il sufftit de gratter les capsules sporangiferes avec. une aiguille, une petite membrane ressort alors bien visible. Chez quelques sores, Vindusium apparait latéralement, rappelant ceux des Asplenium ou des Athyrium. Une autre différence s'observe dans la forme des segments qui sont manifestement en forme de faux, plus longs, plus larges, au bord denté en scie et a dents si aigués qwelles paraissent aristées ou en forme d'épine. Les nervures ne sont pas garnies de poils, comme chez N. connexum, etc. Pour toutes ces raisons, nous avons la certitude Pavoir rencontré une espece nouvelle que nous nous faisons un plai- sir de dédier a M. le docteur Miguel Lillo, qui Pa recueillie lui-méme et m'en a fait don, ainsi que Vautres nombreux échantillons. Tucuman, sur les bords des torrents (Lillo, n* 2932). La Casita, Vallée du Rio Canasorcona, 1700 metres de hauteur, 26 janvier, 1903. Polystichum platyphyllum (WiLLp.) PresL Se rencoutre assez fréquemment dans les foréts des provinees de Jujuy, Salta, Oran, Tucuman, dans les montagnes de Córdoba, au Chaco et a Misiones. QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 169 On a généralement considéré cette fougere comme une simple va- riété du P. aculeatum (L.) Roth, plante presque cosmopolite et fort polymorphe. De récentes études, celles de Hieronymus entre autres, la font considérer comme espece distincte, eu égard a des caracteres quí lui sont propres, tel que Pabsence d(Pindusium, la petitesse des sores, la dimension plus grandes des pinnules (16 millimetres de long sur S millimetres de large), sa consistance papyracée, la rareté rela- tive des écailles sur le pétiole et la rachis, Pabsence de poils squam- meux sur la face inférieure des pinnules qui ne se couvrent jamais de sores et qui sont tres espacés, etc. Nous signalons ici une variété nouvelle : var. Kurtziana HICKEN n. var. Differt pinnulis profunde incisis, soris majoribus, habitu valde dis- tincto. Les pinnules sont distinctement en forme de faux, présentant sur le bord supérieur diverses incisions fort profondes quí arrivent a for- mer de véritables lobes, tous aristés. Les autres caracteres concor- dent tres bien avec ceux du type. Les incisions font paraíitre les pinnules plus étroites et plus élé- vantes, ce qui communique a toute la plante un aspect spécial et fort oracieux. Les pinnules vont en diminuant jusqu'a VPextrémité, en longueur comme en largeur. Les inférieures sont les plus grandes (22 centime- tres de long); toutes sont plus ou moins en forme de faux et se diri- gent obliquement jusqu'au sommet. Nous établissons cette variété sur un échantillon que M. le doc- teur F. Kurtz nous a donné et qwil a récolté dans la Sierra de Achala (Cuesta del Tránsito), province de Córdoba, a 1700 metres de hauteur, dans des lieux ombragés et humides. (F. Kurtz, n* 8352, 6 janvier 1905). Nous sommes heureux de dédier cette forme au distingué botanis- te de Córdoba, á quí notre science est grandement relevable dans no- tre pays, comme témoignage de reconnaissance pour Paide qw'il nous a toujours prété dans nos études. 170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Polvstichum mohrioides (BorY) PrEsL Fougere caractéristique de Vhémisphere austral, ou elle habite les parties froides. Terre de Feu : région des foréts antarctiques. Sierras de la Ventana et Sierras de Cordoba, Mendoza, La Rioja, remontant par les Cordillieres jusqu'en Californie. Oette plante est assez variable, surtout par les dimensions de sa fronde. Nous possédons des échantillons qui, respectivement, ont les dimensions suivantes : 42 centimetres de long sur 14 centimetres de large (petiole non compris) et 11 centimetres de long sur 2 centime- tres de large; ils ont des ports si différents qu'a premiere vue, nous les avions pris pour des especes distinctes. Plus tard, ayant recu des échantillons de localités fort diverses, nous avons pu établir leur identité absolue. Nous croyons néanmoins nécessaire de les séparer en deux formes extrémes, que nous établissons succintement d(Papres les caracteres sulvants. 1. forma genuina Caracteribus ab auctoribus diversis assignatis, cumque ¡cone a el. Hooker in Fl. Antarc. II (1842) tab. 149 concordantibus. Fron- dis maxime 6 cm. latis, longitudine sat variabile. Nous attribuons a cette forme les caracteres typiques de Pespece, indiqués jusqw'ici par tous les ptéridologistes, autant qwils coinei- dent avec la figure 149 du tome II de Hooker, Flora Antarctica. Dans cette forme, les frondes sont étroites (6 centimetres ou plus dans leur partie centrale); leur longueur étant assez variable. Les pinnae sont fort rapprochées (S-9-10 millimeétres et situées obliquement a la rachis, sous un angle aigu de + ou — 457, se re- pliant sur elles mémes, lorsque la fronde est desséchée. Son port habituel est celui une fronde allongée et fort étroite, peu importe ses conditions de vie. Le P. andinum Phil. West autre que la forme genuina développée dans les régions alpines de la cordilliére, ainsi que le P. Lemmonái Underw. de la Californie. QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 3l7/aL 2. forma latifolia Differt frondibus latis (usque 12 em. longis), pinnis distamtibus, horizontalibus (nec in angulo plus minusve acuto salientibus), valde elongatis. Se différencie de la forme antérieure par ses frondes plus larges (jusqwa 12 centimetres de long); les pinnae ont jusqw'a 6 centimetres “de long; elles ne sont pas rapprochées les unes des autres, comme chez genuina ; Vangle est peu aigu; elles ont une position presque horizontale et ne se replient pas en se desséchant. Quant a leur Jon- gueur relative, nous notons quelques variations: elles ne diminuent pas une maniére aussi uniforme et graduelle comme chez le type. On rencontre parfois alternativement des pinnae courtes ou longues, ce qui donne un contour irrégulier á la fronde. Les autres caracté- res sont communs a ceux de la forme genuina. Canal Beagle (Punta Remolino, 1300 metres. Pennington, 12, LI, 1903 n” 422); Fortin Maipu (Neuquen, 13-14, IV, 1888, F. Kurtz n” 6391); Mendoza (Paso del Portillo, 4300 m., F. Kurtz, 1, 1900, n* 11173). Obs. Cette forme représente peut-étre parmi nous le Polystichum Rochaleanum Glaziou et Fée du Brésil austral; nous n'avons pu éta- blir les relations qui peuvent éxister entre ces deux formes, n'ayant pu en voir des échantillons et ven ayant pas rencontré une descrip- tion suffisamment détaillée. Polystichum multifidum (Merr.) MoorE Cette fougére, que nous 1avons pas eu Popportunité de voir dans aucun herbier á notre disposition, a été signalée, pour la région aus- trale argentine, par Dusen, bien que d'autres auteurs, tels que Met- tenius et Christ, sans indiquer des localités précises, aient donné a entendre, il y a déja quelque temps, que cette fougére pourrait bien faire partie de notre flore. En effet, ils la mentionnent comme indige- ne dans la partie antarctique du Sud-Amérique et des territoires avoisinants du détroit de Magellan. Malheureusement, nous Wavons pas dans nos bibliotheques Pou- 172 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vrage de Mettenius; cependant, en confrontant les descriptions de Hooker et Christ, nous avons trouvé des différences qui nous per- mettent d'établir une variété que nous nous faisons un plaisir de dé- dier á M. Eugene Autran, comme témoignage de reconnaissance pour le concours qwil nous a prété dans nos recherches botaniques. Polvstichum multifidum (Merr.) MoorE var. Autrani HICKEN n. var. Stipitibus 20-25 cm. longis, stramineis, basi fuscescentibus, nitidis, squamis ovatis-lanceolatis usque ad S mm. longis, 3 mm. latis, sparse obsitis ; squamis ovatis, coriaceis, nigrofuscescentibus haud dense intermixtis vel obtectis. Laminis lanceolatis, acumi- natis, 30-35 em. longis, S-12 em. latis, glaberrimis ; rhachibus stramineis, sulcatis, glabris vel parce squamoso-pilosis ; rhachi- bus 22 ordimis, glaberrimis vel parce fibrillosis ; squamis et fibrillis concoloribus. En général, la fronde est plus courte que dans le type. Les diffé- rences principales sont dans Pindúment, quí est beaucoup plus espacé et présente moins de variété. On observe dans le pétiole des écailles. ovoides-lancéolées, herbacées, (un jaune clair, peu abondantes; on rencontre parfois entre elles quelques unes quí sont ovoides, coria- cées, presque noires. La rachis principale est de couleur paille, striée, elabre ou avec tres peu (écailles fibrilleuses, un jaune clair. Dans les aiselles des pinnae, des fibrilles Videntique couleur abondent gé- néralement. Les rachis de 2* ordre sont completement glabres ou pré- sentent seulement une ou quelques fibrilles. D”apres divers auteurs, la caractéristique du type est constituée par Pexistence de deux formes (Vécailles, toutes les deux également abondantes. Par la description qui précede, on voit que dans notre variété les écailles noires font completement défaut dans la rachis et sont tres rares a la base du pétiole et méme manquent completement. Les écailles claires existent encore, mais avec tendance a disparaitre. Les dimensions des pinnae sont moindres que chez le type. Loc. Chubut: Laguna blanca. (Koslowsky, n. 240). QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 173 III. DAVALLIEAE Comprend deux genres avec deux especes. IV. ASPLENIEAE Ce groupe renferme cinq genres avec un total 'environ 41 especes. Athvrium Filix-foemina (L.) RorH var. Dombeyi (Desv.) HrieroN. C'est la variété incisa (Fée) Hieron. Depuis la Colombie jusqu'a la Sierra de Achala, province de Cór- doba; ne se rencontre pas a Misiones. Asplenium micropteron Baker Signalée du Pérou, du Paraguay et de Argentine. Découverte pour la premiere fois par Pearce dans les sierras de San Luis, elle fut rencontrée plus tard a Misiones par Kermes et Niederlein et a Tucuman par Lillo. Asplenium micropteron BAKER var. minor HICKEN n. var. A forma hypica dimentionibus multo minoribus differt. Lamina herbacea, translucens ; 25-4 cm. longa, 7-8 mm. lata; 12-15 juga; foliolis profunde in 2-3 lobulis incisis. Raquis in fila- mento 1-2,5 cm. productus, apice radicante. Les dimensions de cette variété sont notablement moindres et trés constantes. Pétioles presque nuls, feuille herbacée, translucide, de 2*/, 4 4 centimetres de long sur 7-8 millimetres de large. Porte 12-15 paires de folioles profondément incisées en 2 ou 3 lobes de chaque 174 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cóté; le plus rapproché de la rachis est le plus grand et générale- ment bifide. Rachis prolongée au sommet de la feuille en un fil de 1 a 2 '/, cen- timétres de longueur, radicant a son extrémité. Souvent les folioles, surtout a Vétat jeune, sont entieres, présentant deux divisions peu profondes qui réduisent ses lobes a de simples dents, rappelant ainsi vaguement 1 Asplenium Gilliestanum. Nous avons tecueilli cette forme au territoire de Misiones (embou- chure de Pleuazu) pendant Vexpédition Holmberg, en 1900. Le numéro 2902 de Pexciccata de Balansa, du Paraguay, doit tres probablement étre rapporté a cette variété. Asplenium triphyllum Prest. Cette élégante fougere, qui 1Wavait été signalée jusqwici par Lo- rentz que de la province d'Entre-Rios, vient «dVétre découverte au mois de mai de cette année a Tucuman par le docteur Lillo. Les exemplaires que ce dernier nous a envoyé coincident admira- blement avec la figure de Hooker et Greville, Icon. Filic., tab. 88. Blechnum australe L. Fougére fort commune dans toute la République et passablement variable, ce qui a donné lieu a la création de quelques especes qui peuvent á peine porter le nom de variétés. Les formes les plus connues sont B. australe L. et B. hastatum KAULEF., sans que nous ayons pu rencontrer denotables différences en- tre ces deux plantes. La plus grande, selon les botanistes, réside en la position des sores, relativement a la nervure centrale. Chez le pre- mier, B. australe, 1ls se trouveraient pres de la nervure et chez le se- cond, B. hastatum, plus rapprochés du bord que de la nervure. Mais, dans les nombreux échantillons que j'ai a ma disposition, je rencontre des sores placés tres pres du bord, Pautres dans la partie centrale, exactement entre le bord et la nervure; d'autres adherent a la nervure elle-méme ou dans une série de dispositions intermé- diaires. Nous avons également observé que la position relative des sores apporte avec elle de sensibles modifications dans le contour et les di- QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 175 mensions des pinnae, qui sont de ce fait extrémement polymorphes, pouvant méme arriver á présenter un dimorphisme complet entre les frondes fertiles et les stériles. Leur consistence est parchemineuse, parfois coriace; nous avons cependant observé des échantillons d'ap- parence papyracée et herbacée. En général et le plus fréquemment, les pinnae sont auriculées, sartout sur leur bord supérieur; mais, il "est néanmoins pas rare de rencontrer des plantes ou les oreillettes sont a peine dessinées et WPautres ou elles manquent completement. Pour tous ces motifs, nous estimons done qwil ne faut pas séparer spécifiquement ces deux especes, mais les rattacher Pune a Pautre comme variétés, que nous caractériserons de la maniére suivante: var. genuina Sores tres rapprochés de la nervure centrale. Pinnae hastées ou cordiformes a la base ou auriculées; les inférieures diminuent peu a peu jusqu'a se réduire a quelques oreillettes adhérentes au pétiole. Propre a hémisphere austral, de Pancien comme du nouveau mon- de, cette variété prédomine dans P Afrique méridionale (Colonie du Cap, Natal, Madagascar, iles Bourbon, Indes orientales, Tristan «VA- cunha). En Amérique, elle se trouve répandue dans le Brésil austral, état de Rio Grande do Sul, Uruguay, les territoires de la Patagonie et le Chili. En Argentine nous Vavons rencontrée dans les sierras du Tandil, de Olavarria, de Cura-Malal et de la Ventana, ainsi quw'aux environs de la ville de Buenos Aires, dans les ¡les du delta du Parana, dans la formation mésopotamique, au Territoire du Neuquen, etc. var. £ hastata (Blechnum hastatum KAuLF.) Sores plus rapprochés du bord que de la nervure centrale ; tout au plus insérés dans la partie médiane. Pinnae a base tronquée et á pei- ne auriculée ; la partie supérieure avec une oreillette tres développée. Les pinnae inférieures vont en diminuant peu á peu pour ne former 176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA enfin que quelques protubérences membraneuses adhérentes au pé- tiole. Paraíit étre une forme particuliere au Chili, d'ou elle a passé dans notre territoire et de lá par les montagnes pampéennes jusque dans VUruguay et le Brésil. Remontant les Cordilleres, elle a, Vun autre cóté, atteint le Pérou. C'est la forme la plus commune en Argentine; on la rencontre dans les provinces de Buenos Aires, Córdoba, San Luis ainsi que dans les formations chaquéenne, mésopotamiques et a Misiones. var. y triloba (Blechnum trilobum PrEsL) Pinnae fertiles, fort étroites, linéaires, aigués, avec des oreillettes á la base. Pinnae stériles beaucoup plus larges, résultant une espece de dimorphisme fort prononcé. Méme dispersion que la variété antérieure : on la rencontre surtout dans la région andine, depuis le Pérou, la Bolivie, le Chili jusqwa- Montevideo. En Argentine : Córdoba, iles du Tigre, San Isidro, dans le delta du Parana, etc. Obs. Á cette espece, nous rapportons les échantillons recueillis par Nicolas lllin dans le Chubut (distrib. IL, n. 160); 1ls sont remarqua- bles par Pextréme irrégularité de leurs pinnae. Presques toutes les paires sont visiblement pétiolées, insérées a une distance plus gran- de que Vordinaire (jusqu'a 3 centimetres 'intervalle). Les pinnae ont un contour manifestement triangulaire; elles sont asymétriques et un peu herbacées. Dans la partie inférieure, il Wexiste pas de pinnae de dimension moindre ou réduites a des protubérences membraneuses; les pinnae fertiles sont également tres séparées les unes des autres, avec peu de paires (38 a 10). Une étude plus profonde et une plus grande abondance de maté- riel nous dira s'il Yagit Vune forme accidentelle ou dVune variété nouvelle. (A suivre.) MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS CONFERENCIA, CON PROYECCIONES LUMINOSAS, DADA EN LOS SALONES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA Señoras y señores : Feliz la época que puede presentar hombres de ciencia, literatos y poetas capaces de transmitir su vida intelectual á la posteridad. Doblemente feliz la que posea también artistas dotados de un alma en que se haya cristalizado el carácter de su tiempo y tenga la fuerza espiritual necesaria para expresar en piedra y colores todo lo que fué grande y hermoso en él. Las obras de estos artistas son documentos de su época. El verdadero arte es eterno. Bien puede en un tiempo levantarse á una grandiosidad asombrosa y en otro caer en una decadencia in- comprensible, pero extinguirse, jamás. Así el poderoso arte griego no había muerto por la decadencia del imperio romano, su segunda patria. Sólo se hallaba aletargado, escondido á los intereses de la edad media, y la vida intelectual de siglos tras siglos pasó por él sin despertarlo. Como en la leyenda, mil años duró su profundo sueño. De pronto sus miembros recobraron movimiento y vida. Paulatinamente volvió á la luz. Mas esta vez no reconoció el suelo de que había surgido. Aunque su patria seguía siendo la de otrora, no oía más los cantos paganos, que en los tiempos pasados saludaban á los dioses, pero sí sentía que el soplo de nuevas ideas besaba su frente augusta. Y ahora puedo preguntar : ¿es un milagro que el arte mirara con sorpresa este nuevo mundo y que sólo paso á paso se levantara á nueva majestad ? AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 12 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Despertado completamente, sus primeras fuerzas se revelaron en el «quattrocento » en el ingenio del gran arquitecto Brunelleschi, que sa- ludó su resurrección con la cúpula monumental de la catedral de Flo- rencia, como con un himno que resuena á través de todos los tiempos. Tan sugestivo es el efecto de ésta obra gigantesca que ante ella el espectador casi no apercibe el esbelto campanile de 354 metros de al- tura, que construyó Giotto, el gran arquitecto toscano y fundador del estilo nacional en la pintura italiana. Sin embargo, también esta torre es de grande hermosura, á pesar de los dos colores diferentes del mar- mol y que extraña algo al modo de sentir de nuestra época. También él es un documento importante para la historia de la ar- quitectura, siendo, por la aplicación ingeniosa de sus adornos en esti- lo gótico, una forma de transición de este estilo al del renacimiento. Á Brunelleschi le fué reservada la realización de este nuevo estilo arquitectural en Italia, conduciéndolo á la victoria 150 años después por la poderosa cúpula de la catedral de Florencia, que acabo de mencionar. Sus contemporáneos quedaron asombrados de la audacia con que este arquitecto hizo levantar majestosamente al cielo, en un mismo tiempo, la bóveda interior y la exterior de esta cúpula enorme, sin la construcción de una cimbra. Fué ésto una innovación nunca vista hasta entonces. Después, fué el más nombrado escultor de aquella época, Donate- llo, quien ofreció al arte resucitado su homenaje. Numerosas son las obras por las cuales se le coloca al lado de los erandes escultores del tiempo antiguo. Mas no como ¿mitador, sino como ingenio persigue los mismo fines que buscaron esos artistas y que fueron olvidados completamente. También él es un creador de la altura de Myrón, Policleto y Fidias, de Praxíteles, Scopas y Sisipo. También en él vibra aquella poderosa alma de artista, que tiembla, sor- prendiéndose en los caminos ya gastados por otros, y que quiere crear obras originales y buscar nuevos fines. En él todo es lucha por la re- presentación de la vida real. Sin vínculo alguno, quiere desarrollar sus fuerzas enormes. Y así nace entre sus manos aquella magnífica estátua de San Jorge, que busca esconder trás la quietud clásica del arte antiguo el alma de la nueva época, que se desliza bajo luchas pesadas de las ideas medioevales. Donatello sentía que en los albores de este tiempo debía surgir un nuevo arte, caracterizado no por ritmo y armonía, como en la Grecia antigua, sino por vida impulsiva y pasión desenfrenada. MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 179 Y este carácter brillaba como cristal de una pureza insuperable en el alma del más grande hombre de su época, no superado por ningún hijo de Italia, ni antes ni después : Miguel Angel Buonarroti. Ni la fuerza mental del Dante, ni la multiplicidad insuperable de Leonardo da Vinci pueden obscurecer el brillo que irradia de la per- sonalidad de este hombre, en quien se unían á la suprema perfección las tres artes : escultura, pintura y arquitectura, y que poseía la ca- pacidad de expresar en versos perfectos sus más profundos pensa- mientos. Por este artista excelso mostraba entonces el arte, en medio del puñal y veneno, entre la inmoralidad más horrenda y el egoísmo más desvergonzado, su alteza divina, como no la ha descubierto en ningún otro tiempo, con un esplendor superior á toda imaginación. La vida de Miguel Angel es inseparable de toda aquella épo- ca en que el Renacimiento italiano se hallaba en pleno floreci- miento. Jamás produjo Italia tantos grandes hombres, jamás celebró el mundo triunfos tan magnos del ingenio humano en sus diversas ma- nifestaciones como en aquellos tiempos. Las personalidades brillantes de su vida de arte y ciencia elorifi- can por su idealismo tan sano como fuerte ésta época hasta un grado tal, que por este esplendor desaparecen las máculas obscuras en el libro de su historia. Sin embargo, sobre todos estos hombres inmortales brilla la gran- deza sobrehumana, el astro de Miguel Angel. Tan grande como su ingenio fué su alma. Tan poderosa como el triunfo de su arte fué la tragedia de su vida. Jamás artista alguno fué venerado en más alto grado por los gran- des y poderosos de su tiempo, como él, el amigo de los príncipes y papas, pero también jamás se pudo decir de un hombre con más ra- zÓn, que se hallaba en su vejez sobre las ruinas de su poderosa vida. Cuantas veces se ha lamentado que Rafael muriera en la plenitud de su vida y gloria, y en cambio que pocas veces, que Miguel Angel como anciano viera las tristes ruinas del edificio de aquel tiempo re- fulgente, que él mismo había ayudado á crear como uno de los espíri- tus más fuertes. : La impresión total que de esta época recibe el hombre que la con- sidera de puntos de vista estéticos y artísticos, es completamente di- ferente de la que sentirá el que la examine bajo la doble faz de la mo- ral y de la ética. 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Nunca existió entre el sér y el parecer un abismo más grande, ni han estado tan distanciados el corazón y el ingenio como en aquellos tiempos. Los artistas sabían perfectamente, que el arte no era otra cosa sino un lujo para los ricos y poderosos, un instrumento de su ambición, vanidad y hasta de su política. No obstante, trabajaron con sagrado empeño y con la aplicación más ardiente, y gracias á su poderoso idealismo triunfaba entonces el arte sobre la historia con tanto éxito como en ningún otro tiempo. Entre los poderosos, pocos sentían verdadero respeto y veneración por el arte, y es una gracia de la providencia que justamente esos po- cos ejerciesen la mayor influencia en su tiempo, que la casa de los Medicis triunfara y que un Julio II y un León X estuviesen en el trono papal. En ellos tuvo el renacimiento italiano príncipes que podían poner- se dignamente al lado de los célebres artistas y hombres de ciencia que dieron relieve á la época. Gracias también á ellos los tres grandes ingenios artísticos de Ro- ma, Miguel Angel, Rafael y Bramante, pudieron dar á la ciudad eter- na las más espléndidas obras de arte y hacer de ella la más hermosa de todas las ciudades del mundo. Sin embargo, ninguno de estos artistas ha logrado fijar en suarte la sensación apasionada de su época entan alto grado como Miguel Angel. Él fué quien indicó al arte el lugar que le correspondía en la histo- ria de la civilización, quien dió el grito de una verdadera regenera- ción del hombre por el arte; y ésta voz no ha enmudecido desde aque- llos tiempos hasta nuestros días. Así quedó sembrada en el alma del hombre intelectual la simiente que debía hacerle sentir necesidad de arte. Y por doquiera que prospere un pueblo, que haya puesto término á las luchas necesarias para su existencia y libertad, sus hijos pre- dilectos, y más tarde todos los dotados de sentimientos patrióticos y nobles, hacen un llamado al arte, para realizar sus ensueños Ó pat: dar gloria al ingenio de su época. Algo así como temor se apodera seguramente de todo individuo que trata de desarrollar la vida de este poderoso reformador. Se sien- te aplastado por su grandeza y solo vacilante se atreve á penetrar en lo más recóndito de sus profundos pensamientos y á recoger las últi- mas vibraciones de su alma de artista. Un poeta italiano, contemporáneo de Miguel Angel, ha dicho: Es MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 181 un hombre de cuatro almas y para explicar la grandeza de su inmen- so ingenio debiérase escribir una biografía para cada una de éstas. Esto es muy cierto. Miguel Angel tenía plena conciencia de su multiplicidad. Pero por más célebre que fuera como pintor y arqui- tecto y por mucho que se distinguiese como poeta, el mismo se esti- maba más como escultor. Todavía existe una carta en que escribía: Sólo cincelando estoy contento. Y en una de sus poesías decía : No hay ningún pensamiento que el artista no pueda esculpir en un bloque de mármol. Quisiera desarrollar la vida de Miguel Angel en palabras armo- niosas como los colores de sus cuadros y animados como el mármol de sus estátuas. Pero para esto me sería nécesario poder dominar mejor vuestro idioma, pues bien lo sabéis, que sólo en sus profundidades se encuen- tra aquel oro fulgurante que constituye su alma. Á causa de esta falta de conocimientos no me queda más remedio que hacer resucitar al artista ante vuestros ojos espirituales por las mismas obras poderosas que acompañaron la carrera de su larga vida y caracterizan la historia de su época. E Las proyecciones luminosas deben completar mis cortas palabras y si aquellas no son dignas de la calificación de «espléndidas » Os ruego de antemano queráis disculpar sus defectos y contentaros con la buena voluntad. No me fué posible encontrar mejores reproducciones que las que sirvieron para preparar los diapositivos que voy á enseñaros, razón por la cual me veo también privado de presentar varias vistas impor- tantes. Espero, pues, que tendréis á bien no impacientaros durante los períodos más largos en que á la palabra le faltará la ayuda de la literatura. Sólo pocos dibujos se han conservado del primer tiempo de la carrera de artista de Miguel Angel. Uno de los más importantes es la cabeza de un fauno, que hoy es uno de los grandes tesoros del Louvre de París. Esta cabeza que es un dibujo á pluma, da una prueba de los gran- des conocimientos de anatomía humana que poseía el artista, que en- tonces era un adolescente de trece años apenas. Esos conocimientos eran el fruto de infatigable aplicación en el taller del maestro Ghirlandaio, el más célebre pintor que tenía Italia en aquellos tiempos. 182 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Un día este gran artista, sorprendido de un bosquejo hecho por Miguel Angel sin su ayuda, no pudo dejar de exclamar cue su discí- pulo sabía más que él. Con este motivo también le recomendó al duque Lorenzo de Medi- ci, que entonces quiso fundar en Florencia una escuela para escul- tores. Es indudable que Lorenzo el Magnífico, como le llamaban sus con- temporáneos, fué el príncipe de gustos artísticos más delicados entre los que hayan ocupado un trono mundial. Sus contemporáneos le estimaban como gran estadista, porque gracias á su política prudente consiguió establecer.un equilibrio en- tre las potencias más poderosas de la Italia de entonces, Milán, Ve- necia y Florencia, que habían vivido siempre en guerra. Sin embargo, si su nombre brilla hasta hoy como uno de los más sobresalientes en la historia de la civilización, ésto es tan sólo debido á sus relaciones con el arte y las ciencias. Su ambición ardiente fué hacer de su capital Florencia la más erande ciudad de arte en Italia, y ayudado por el considerable nú- mero de artistas, que produjo la tierra toscana y que llamó á su resi- dencia, realizó su deseo y lo llevó más adelante, haciendo de dicha ciudad la más importante del mundo en materia de arte. Su palacio fué el centro de la Italia intelectual en todos sus cam- pos. Á todos los artistas inspirados les hacía sentir su estímulo, dis- pensándoles su protección entusiasta, lo cual podía hacer, no solo por los inmensos recursos pecuniarios de que disponía, sino tam- bién porque era hombre de consejo y de grandes conocimientos en az- tes y ciencias. Los contemporáneos le llamaban « Amigo de todas las virtudes », y sus poesías podían colocarse al lado de las de los poetas más afamados. También en la música, geometría y arquitectura, tenía conocimien- tos excepcionalmente amplios, y gracias á la multiplicidad de su in- genio, fué, puede decirse, verdadero humanista. Parece realmente milagroso que el renacimiento italiano, caracte- rizado por la grande multiplicidad de sus artistas, jamás igualada, poseyese en Lorenzo de Medici un príncipe igualmente universal, ca- paz de comprender esta época ingeniosa y de empeñarse en man- tenerla y promovertla. Ante todo, se entusiasmó por la escultura, adquiriendo para sus Co- lecciones y para el embellecimiento de sus vastas posesiones todas las estatuas antiguas que podían encontrar sus agentes. MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 183 La consecuencia de este amor por la escultura fué también la fun- dación de la escuela de artes plásticas, antes mencionada, de la cual fué discípulo Miguel Angel. El éxito ruidoso que encontraron allá algunas de sus copias de es- tatuas antiguas, hechas en barro, lo indujo á aferrarse completamen- te al cincel. Sin la dirección del maestro, cinceló en un pedazo viejo de mármol una máscara sonriente, para la cual le sirvió de modelo la cabeza de una estatua que yacía en olvido en un rincón del jardín. Este trabajo original sorprendió al duque Lorenzo. Sin embargo, contemplando la obra, dijo en broma, que no podía creer, que un sujeto tan viejo pudiese conservar una dentadura com- pleta como la había cincelado el joven artista. Estimulado por esta crítica y habiéndose retirado el príncipe, Mi- guel Angel remedió ese defecto, abriendo con el cincel un portillo de una naturalidad engañosa en la hilera de dientes no interrumpida. Esta ingenuidad le valió una simpatía del duque, mayor aún de la que le había merecido hasta entonces á este magnate, quien quedó tan convencido del porvenir artístico del joven de catorce años, que resolvió tomarle para siempre en su palacio y le hizo educar con sus mismos hijos, comer en su mesa y vestir como un joven de familia distinguida. Gran influencia en el desarrollo espiritual del joven artista tuvo ahora el trato diario, que mantuvo con los hombres más ingeniosos y célebres de Italia en la corte de su protector paterno, particularmen- te la enseñanza de Poliziano, preceptor de los príncipes, que fué un eran sabio y un célebre poeta. Estimulado por éste hizo varias obras. La mejor fué un bajo relie- ve, que representa el combate entre los lapites y centauros, que se- sún la leyenda vivían en guerra perpetua. La fuerza violenta de los cuerpos humanos en lucha feroz mostra- ba toda la originalidad de Miguel Angel, y sus contemporáneos ad- miraron este bajo relieve como la obra de un artista perfecto y no como la de un joven de diez y ocho años de edad. Este desarrollo tan insólito provocó naturalmente la envidia de sus condiscípulos, entrelos cuales se encontraron varios que por su talen- to habrían llamado la atención á no haber brillado fulgurante el as- tro de Miguel Angel. Más de una vez tuvo que defenderse contra agresiones causadas por no saber silenciar sus críticas de las obras ajenas. 184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En una de estas luchas el joven Torrigiano, pintor de gran talento reconocido, le dió un golpe tan fuerte en la cara, que le destrozó el hueso nasal ; de suerte que en esta parte del rostro quedó deformado para toda su vida. Torrigiano tuvo que huir, y el duque Lorenzo le desterró para siem- pre de Florencia. Desgraciadamente falleció Lorenzo de Medici cuando Miguel An- gel no había gozado de su protección más de cuatro años. También su hijo y sucesor, Pedro de Medici, demostró gran bene- volencia hacia el artista y le ocupó, pero no le encargó trabajos im- portantes y dignos de su ingenio. Tuvo este príncipe más afición por las obras de arte industrial y no comprendió las enormes fuerzas artísticas que fermentaban en el alma de Miguel Angel. La protección del arte fué para él nada más que una apariencia. Así, por ejemplo, durante las fuertes nevadas, que cayeron en Florencia en el año de 1494 abusó del ingenio divino del artista hasta para hacerle erigir en su jardín una figura de hom- bre hecha de nieve. En cambio encontró Miguel Angel un protector decidido en el prior de Santo Spirito, para quien talló en madera un crucifijo, que no exis- te más. Siendo este prior un gran aficionado de arte y dándose cuenta ca-. bal de cuanto es necesario para el desarrollo completo de un artista, no le importaban las murmuraciones de las gentes y ponía á disposi- ción de Miguel Angel varios cuartos del convento á fin de que en ellos pudiese disecar todos los cadáveres que necesitaba para estudiar por completo la estructura del cuerpo humano. De esta manera aumentaba sus conocimientos de anatomía ya muy desarrollados y alcanzaba una perfección jamás superada. Á esta época pertenece un dibujo que conserva el museo de Oxford y que representa tres manos y la espalda de un hombre. Entretanto el fanatismo religioso de Savonarola había alcanzado su más alto grado, y el pueblo de Florencia, arrepintiéndose de todos los pecados horrorosos de su tiempo, y deseando ardientemente una re- generación por penitencia y sencillez de costumbres, acusó á la gran fa- milia de los Medicis como autores de la corrupción moral y la expatrió. Como las relaciones de Miguel Angel con la casa de los Medicis fueron siempre muy estrechas, razón había para que nuestro artista temiese la furia del pueblo de Florencia y en consecuencia huyera á Bolonia, donde permaneció un año. MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 185 Habiéndose tranquilizado Florencia, Miguel Angel volvió á esta ciudad, porque su amigo y protector en Bolonia, Aldovrandi, uno de los diez y seis gobernadores de la ciudad republicana, no le ocupaba, sino en hacerle leer las obras inmortales de los grandes poetas tos- canos Dante, Petrarca y Bocaccio, abusando de su gran talento de lector. En seguida encontró en Florencia otro protector en Lorenzo di Pjerfrancesco, noble que pertenecía á una rama lateral de los du- ques de Medici, y á quien el pueblo no había expatriado. Para este aficionado de arte hizo Miguel Angel varias obras de mármol. La más importante es un Juan Bautista. Esta estatua, que durante mucho tiempo estuvo perdida, se encuen- tra hoy en el museo antiguo de Berlín. Representa á Juan Bautista como muchacho medio desarrollado, bebiendo la miel de un panal en un cuerno de cabra. También hizo un Cupido, tan parecido á las antiguas obras griegas, que sus amigos le aconsejaron que enterrase la figura durante un tiempo, para que el mármol tomara el aspecto de viejo, y la mandara después á Roma, donde se pagaban precios muy altos por las obras antiguas. Así lo hizo Miguel Angel, que tenía ansiedad de saber si los cono- cedores de arte estimaban su trabajo comparable con el de los griegos. Un cardenal compró ésta figura. Mas por una indiscreción quedó descubierto el engaño, lo que dió gran fama al arte excelso de Mi- guel Angel. El más entusiasmado fué la misma víctima, es decir el propio catr- denal, que invitó al artista á su casa en Roma. Por su intervención conoció al noble romano Jacopo Galli, para quien hizo dos figuras de mármol de tamaño natural: un segundo Cupido y un Baco. Este último tiene su lugar en el Museo Nacional de Florencia, y es una obra de arte perfecta. Representa un adolescente de formas suaves, gozando el efecto de su estado de embriaguez. Una leve hinchazón del cuerpo indica que no era la primera vez, que gozaba demasiado de los placeres del vino. De pie y tambaleándose tiene clavado su mirada sonriente sobre la taza de beber. Terminadas estas obras, hizo para el cardenal de San Sabino, em- 186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA bajador del rey Carlos VIII de Francia, la divina Piedad, que es hoy la obra más admirada de la iglesia de San Pedro en Roma. Los artistas de los tiempos anteriores al de Miguel Angel repre- sentaron la Madre de Dios dando á su cara los rasgos de la desespe- ración y del dolor más profundo, tratando de ésta manera de excitar la compasión del expectador. Miguel Angel se libró de ésta tradición, haciendo guardar á María la hermosura serena é ideal de su cara, á pesar de su dolor intenso y claramente expresado. Tampoco el cuerpo de Cristo no lo representa deformado por su do- lor y muerte en la cruz. Á pesar de ello no parece que estuviese durmiendo. Más bien na- die podría dudar de que ha muerto. En 1501 fué llamado Miguel Angel á Florencia por sus amigos, para que hiciera allá de un bloque de mármol colosal, que poseía la dirección de la obra de la catedral, una figura de cinco metros y me- dio de altura. De este costoso bloque, que otro escultor había echado á perder cuarenta años atrás, hizo Miguel Angel en poco más de dos años una figura de David de ciento ochenta quintales de peso, habiendo pro- ducido el milagro más grande de la escultura. La Italia intelectual quedó tan estupefacta ante la grandeza del artista como ante la de una divinidad. Representa al David como muchacho heroico con su enérgica 1mi- rada clavada en su adversario. El pie derecho está en una postura, que da firmeza al cuerpo. Con la mano izquierda tira del hombro la honda y en la derecha sostiene la piedra que debe matar al gigante Goliat. En los tiempos que siguieron, el arte de Miguel Angel debía ser- vir muchas veces á la política, entonces muy enredada, pues Floren- rencia obsequió con estatuas y bustos á varios reyes y poderosos, para adquirir ó conservar su amistad. Las mejores obras de esta éspoca son un Adonis moribundo en mármol que no existe más y la Sacra Familia, una de las pinturas más célebres, que hoy están en la tribuna del museo de los oficios de Florencia. Esta obra la ejecutó Miguel Angel por encargo de Angelo Doni, uno de los más grandes aficionados de arte de su tiempo, cuyo retra- to como también el de su esposa fueron pintados más tarde por Rafael. El movimiento del cuerpo de María, entregando cuidadosamente MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 187 el niño Jesús á José es de una gracia raras veces alcanzado por otros - artistas. La gran maestría se conoce sobretodo en la plástica y el tratamien- to de las formas, á las cuales el color está subordinado. Para las figuras desnudas, que dan vida al fondo del cuadro, falta hasta hoy una explicación suficiente. Un historiador, contemporáneo de Miguel Angel, dice de ellas, que sirviesen solamente para demos- trar todavía más espléndidamente la grandeza del artista. Yo creo que Miguel Angel quiso simbolizar por estas figuras el pa- ganismo, que todavía no adivina el triunfo del cristianismo. Así tam- bién se explicaría la falta de conexión entre los dos grupos, muchas veces criticada. Habiéndole valido el insólito éxito del David la fama de escultor más grande de Italia, su patria le daba ahora ocasión de adquirir la misma gloria como pintor. Debía disputar la palma al ilustre Leonardo da Vinci. Como sabéis Leonardo era entonces el pintor más célebre, tal vez el hombre más célebre de Italia, y hasta hoy se le considera como el más hermoso ejemplo de la multiplicidad del ingenio humano. Cuando Miguel Angel debía rivalizar con él, contaba veintidós años menos que Leonardo. Hacía ya algún tiempo que tenía fama de ser un dibujante tan exi- mio como su rival, fama que se basaba en varios dibujos hechos en creta colorada, de los que sus amigos dijeron, que eran superiores á los del mismo Leonardo. Esta crítica se refirió especialmente á un dibujo, que bajo el nom- bre La Furia se conserva en buen estado en el museo de Florencia. El gobierno de esta ciudad quiso adornar la gran sala de su pala- cio con dos enormes pinturas al fresco. Una debía pintar Leonardo da Vinci, la otra Miguel Angel. Este último eligió una escena de las luchas por Pisa en el siglo XIV, que terminaron con la rendición de esta ciudad al gobierno de Flo- rencia. En 1505 acabó el cartón dibujado. Nadie lo había visto antes, y este acontecimiento fué esperado por el mundo artístico de Italia con la mayor ansiedad. Libros de este tiempo nos refieren que jamás una obra había pro- vocado tanto asombro, como este dibujo. De todas las partes de Italia acudían los artistas, para admirar ésta nueva prueba de capacidad insuperable y estudiar el cartón semanas 188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA enteras. Se dice que entre estos artistas también estuvo el joven Ra- fael. Á juzgar por estos relatos no hay duda, que la desaparición del cartón es una pérdida irreparable para el arte. Miguel Angel se hallaba ahora en la cúspide de su gloria, y sin- embargo tenía aún por delante los años en que su vida de artista debía producir los mejores frutos. Julio IL, el pontífice más versado y aficionado en arte, había subi- do al trono papal y llamó á Miguel Angel á Roma. (Quiso que le erigiera en vida su sepulero dentro de la catedral de San Pedro. Y ahora creaba el cerebro genial de Miguel Angel una obra de una erandeza tan extraordinaria como jamás la imaginara otra mente hu- mana, ni antes ni después. Pero este pensamiento fué la tragedia de su larga vida. Quiso crear una obra de magnitud tal que al compararla con las más célebres del arte antiguo resultase superior á éstas en belleza, tamaño, riqueza ornamental y número de estatuas. Cuando Julio II vió los bosquejos de este monumento, estuvo tan fuera de sí de entusiasmo, que ante la grandiosidad de la obra pro- yectada se decidió á demoler la catedral de San Pedro y edificarla de nuevo en forma y tamaño, dignos de esa creación majestuosa. Pronto veremos el triste fin de la historia de este sepulero, triste por la malignidad de la fortuna y de la época. Sin embargo, una sola cosa debe el mundo á este pensamiento ge- nial, y es la catedral de San Pedro, tal cual existe en el presente. Ocho meses permaneció Miguel Angel en las canteras de Carrara, eligiendo los bloques de mármol necesarios para la ejecución del mo- numento. Cuando fueron transportados á Roma cubrían casi la mitad de la plaza grande que se extiende por delante de la basílica. Mas durante su ausencia, Bramante, el arquitecto más afamado de Italia, había concluído el modelo para la catedral de San Pedro, y lo- gró concentrar todo el interés del papa en la ejecución de este edifi- cio monumental. Envidioso de la gloria de Miguel Angel hizo presente al papa, que su intención de hacerse erigir un sepulero en vida, era un desafío al cielo. Á pesar de que Miguel Angel tenía ya en obra diez figuras para el sepulcro, que debía tener cuarenta estatuas además de los adornos ar- MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 189 quitectónicos y ornamentales, vióse obligado á interrumpir su trabajo. Fué tal la influencia que ejerció Bramante sobre el papa, que éste abandonó completamente su proyecto del sepulero é hizo conocer su resolución al escultor. Mas para evitar á éste último un resentimien- to, le encargó la ejecución de frescos sobre el cielo raso de la capilla Sixtina, la capilla privada, donde ofician los papas en el Vaticano. Bramante creía que á Miguel Angel le faltaría el talento necesario para ejecutar el cuadro monumental, que se le iba á encomendar, sa- biendo además que no tenía ninguna experiencia en la técnica, de la pintura al fresco. Después del descalabro del celebrado escultor qui- so proponer al papa á su amigo Rafael, cuya estrella brillante surgía en aquella época. Esta envidia entre los artistas como entre los hombres de ciencia es una de las máculas más feas del renacimiento italiano y muy sig- nificativa para su carácter moral. Miguel Angel rechazó el nuevo encargo y trató de persuadir al papa de que debía dejarle concluir el sepulcro. Cuando un buen día se dirigió al Vaticano á pedirle dinero para la adquisición de nuevos bloques de mármol, un sirviente cumpliendo instrucciones del pontífice, rehusó al artista la entrada á sus aposen- tos, sin más trámite. Ofendido por este tratamiento tan indigno, Miguel Angel abando- nó á Roma dos horas después, marchándose á Florencia. Casi inmediatamente llegaron á esta ciudad, y á cortos intervalos, cinco correos de Julio II y varios cardenales, portadores de misivas á Miguel Angel para que volviera á Roma. Pero el artista al principio no se dejó conmover ni por los ruegos amistosos del Santo Padre, ni por sus órdenes enérgicas. Este último amenazó también á la ciudad de Florencia, pero sin resultado. Esta protegía á su gran hijo é impidió también que acudiera á un llamado del sultán á Constantinopla, quien tenía el propósito de encomendar- le la construcción de un puente de esta ciudad á Pera, prometiéndo- le todos los honores dignos de su gran ingenio. Al fin Florencia resolvió el conflicto, mandando á Miguel Angel á Bolonia en calidad de embajador, en cuyo carácter quedaba protegi- do contra la ira del papa, y acompañado de un cardenal, para que se encontrara con el pontífice, quien después de una campaña victoriosa había fijado su residencia en esa ciudad. Julio II al recibirlo fingió mucha indignación, diciéndole: En vez de venir tú donde yo estoy, me obligas á ir donde tú estás ! Sin duda 190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sabes que la distancia de Florencia á Bolonia es más corta que la de Roma á Bolonia! Sin embargo, después de un incidente enojoso en que el cardenal fué la víctima por querer proteger al artista contra las iras del papa, se reconciliaron los dos hombres igualmente pertinaces y Julio II di- jo á Miguel Angel: Estoy dispuesto á darte todo el dinero que pidas. Hazme tantas obras maestras, cuantas puedas. Eres un dios creador. eres la gloria del papa y de la Italia. Después de haber ejecutado en Bolonia un grandioso monumento del pontífice, con el cual éste último obsequió á dicha ciudad, que le había saludado como libertador del dominio odioso de la casa de los Bentivoglios, volvió á Roma Miguel Angel, lleno de esperanzas. Pero aquí debía recibir un nuevo desengano. El papa insistió en que pintase primero el cielo raso de la capilla Sixtina. Después de muchas hesitaciones y venciendo una repugnancia que no pudo ocultar, puso manos al trabajo y á pesar de ello creó la obra más divina y magnífica de la pintura monumental, que existe. Lamento que el escaso tiempo de que dispongo no me permita ha- ceros una descripción de este cielo raso. Tan sólo diré al respecto que no existe ninguna obra que tenga siquiera aproximadamente, una cantidad y profundidad tan grandes de ideas y pensamientos como la que acabo de mencionar. Uno de los más lindos del cielo raso es «la creación de Eva» y la «expulsión del paraíso», que forman una sola composición. La armonía espiritual y monumental de todos los cuadros como conjunto es, á pesar de los tamaños diferentes, tan grande, que habla este techo á cada individuo, de cualquier país que sea, en palabras igualmente eternas é inolvidables. El historiador olvida aquí la crítica seca y abstracta de su espíritu y goza con el alma. Al artista en cambio esta obra hace la impresión de que fué creada para enseñarle los fines del arte monumental. Notables son también las figuras alegóricas alrededor de los cua- dros del cielo raso. Para poder dignificar completamente el triunfo artístico que signi- fica este cielo raso, hay que tomar en consideración las cirecunstan- cias difíciles en medio de las cuales fué creado. Miguel Angel estaba acostumbrado á la libertad artística más am- plia, pero en este caso le fueron fijadas las medidas y tuvo que su- bordinar sus ideas á una arquitectura ya repartida en planicies. MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 191 Este cielo raso es muy sencillo y toda la arquitectura que se ve hoy es simulada y pintada también por Miguel Angel. Una idea de la riqueza de esta arquitectura os la da el cuadro de la sibila líbica, una de las cinco adivinas de los tiempos paganos, que alternan en el techo con siete figuras de profetas judíos. Y esta obra gigantesca de cuarenta metros de largo y con 343 ti- sguras quedó terminada en menos de cuatro años, es decir en el mis- mo tiempo en que Leonardo da Vinci había pintado un solo cuadro de la Gioconda, que, como sabéis, es la perla del Louvre de París. Para poder trabajar también de noche, había inventado una lám- para especial, con la cual iluminaba el techo. Conecluída la obra magna sus ojos quedaron tan torcidos por la mi- rada dirigida continuamente hacia arriba, que debió tener durante mucho tiempo los libros sobre la cabeza para poderlos leer. Poco después de la conclusión del cielo raso de la capilla Sixtina subió al trono papal Giovanni di Medici con el nombre de León X. El mundo intelectual saludó con el mayor entusiasmo al nuevo pon- tífice de espíritu muy cultivado y cifró en él las más grandes espe- ranzas. Los hombres de ciencia y los artistas veían aproximarse la edad de oro. Particularmente Miguel Angel estaba vinculado con el nuevo papa por una estrecha y antigua amistad, que databa de los tiempos en que ambos disfrutaban de una educación común en la corte de Lo- renzo el Magnífico. El deseo más ardiente de León X fué elorificar á Florencia, su ciudad natal, de la cual fué el primer papa. Con este motivo, encargó á Miguel Angel inmediatamente la cons- trucción de un nuevo frente para la iglesia de San Lorenzo, á la cual pertenecían los Medicis. El pontífice no se preocupaba de los contratos celebrados por el ar- tista con los herederos de Julio IL, quien en su testamento había dis- puesto, que se precipitase la conclusión de su sepulcro. Miguel Angel empezó en seguida los planos del frente de la igle- sia, pero se ocupó al mismo tiempo de las estatuas para el sepulero mencionado, pues deseaba satisfacer también al duque de Urbino. Ante todo trabajó en las figuras de dos esclavos encadenados. Pero León X continuó siendo tan apremiante que el artista se vió obligado á interrumpir los trabajos para el sepulero. Fué inmensa la cantidad de mármol, que puso en obra para fines arquitectónicos y estatuarios. 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Explotó nuevas canteras y aun construyó caminos especiales para el transporte de los bloques. Pero todo eso fué trabajo perdido. El frente de San Lorenzo no se ejecutó jamás, debido á desagrados personales, á la falta de dinero del papa y á las guerras lombardas. Desligado de sus compromisos con el pontífice, Miguel Angel eje- cutó un Cristo con la cruz para la iglesia Santa María sopra Miner- va en Roma, donde fué en tal grado objeto de fervor religioso, que hubo que cubrir su pie derecho con un zapato de bronce, para preser- varlo de los besos de los fieles. Mas, á pesar de todos los desengaños, el cerebro creador de Miguel Angel estuvo siempre preocupado con nuevas ideas grandiosas, y cuando la ciudad de Florencia envió al papa una petición para que permitiera transportar los restos del Dante á su ciudad natal. á fin de que encantrasen allí su última morada, el artista, que también firma- ba, escribió debajo de su nombre que se haría cargo de la erección de un monumento que sirviese para perpetuar la memoria de este célebre poeta florentino, y empezó en seguida á dibujar los bosquejos respectivos, que no se ejecutaron jamás. También el sucesor de León X, Clemente VIL, otro miembro de la. casa de los Medicis, pensó unicamente en la glorificación de su fami- lia y encomendó muy pronto á Miguel Angel la construcción de un mausoleo grandioso para los poderosos príncipes de su casa, que de- bío levantarse en Florencia. Por la influencia del papa los parientes de Julio II, estuvieron con- formes en que otros artistas terminasen bajo la dirección de Miguel Angel las figuras ya empezadas. Este se lanzó con ímpetu á la nueva obra y construyó primero la cúpula sencilla y hermosa del mausoleo. En esta ocasión dió el artista, que había sido siempre de una origi- nalidad excepcional, una prueba de su noble admiración por las obras de otros artistas, copiando exactamente la linterna de la cúpula de San Lorenzo, construída cien años antes por el gran arquitecto Bru- nelleschi, y como el papa le preguntara, por qué había hecho eso, le replicó: «Se puede hacerla de otra forma, pero no mejor. » Si bien este trabajo representaba una tarea, que debía ocupar por completo su cerebro, el artista construía al mismo tiempo la célebre Biblioteca Laurenziana, para la cual hizo también los dibujos del cie- lo raso de madera. De gran hermosura es el vestíbulo con la célebre triple escalera, que representa esta vista. MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 193 Ante la belleza de las producciones de Miguel Angel los deseos del papa aumentaban cada vez más. Ahora ya se trataba de seis sarcófagos para el mausuleo, en lugar de los dos que se habían proyectado en un principio; de muchas fi- guras para los nichos de las paredes de mármol y de una madona pa- ra el altar. Alarmados por la magnitud de estos nuevos trabajos, que no le de- jaban tiempo para ocuparse del monumento de Julio II, los parien- tes de éste le hicieron un proceso. Veinte años hacía ya, que venía trabajando en este sepulero, de manera que llegó á ser el martirio de su vida. Desde tiempos atrás el entusiasmo por esta obra se había convertido en temor, pues esta última había llegado á ser su pesadilla perpetua. Muy lejos estaba de sospechar que entonces no hubiese vencido sino la mitad de su martirio. Después de laboriosas negociaciones y grandes sacrificios materia- les del artista se arribó al fin á un contrato, por el cual Miguel An- gel debía construir el sepulero con las estatuas concluídas. Para olvidarse de todos estos desagrados, trabajó con anhelo en los otros sepulcros de los Medicis. Así llegó el año de 1527 y con és- to el saqueo horrible de Roma por las tropas mercenarias españolas y alemanas, y la encarcelación de Clemente VII en el castillo de San Angel. De este suceso aprovecharon los florentinos para levantarse nue- vamente contra la soberanía de los Medicis, expatriándolos otra vez y declarando de nuevo la autocracia. Ahora Miguel Angel debía poner su talento y su ingenio al servi- cio del patriotismo, pues Florencia tenía que defenderse contra las huestes del emperador y del papa y debía disponerse para un largo sitio. Al frente de los nueve ingenieros, que se designaron para mejorar y ensanchar las fortificaciones de la ciudad, fué colocado Miguel Angel. Fué ésta una tarea en la que pudo manifestar otra vez más un in- genio poderoso. Con una seguridad asombrosa lo disponía todo, mostrándose supe- rior á los demás constructores y arquitectos, de tal manera que le en- viaron á Pisa, para que fortificase también ésta ciudad, mientras Car- los V, victorioso, se iba aproximando poco á poco á Florencia. Las ciudades viéronse obligadas á rendirse, y también á ésta últi- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 13 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ma le esperaba una suerte semejante, á pesar de que sus murallas fueron defendidas con todo el valor posible. No obstante sus grandes ocupaciones Miguel Angel inventó du- rante el sitio una nueva clase de catapultas y supo hacerse de tiem- po para trabajar secretamente en los sepulcros de los Medicis. Además pintó durante el asedio una Leda para el duque de Ferra- “a, que estuvo más tarde en Francia y se quemó durante el reinado de Luis XIII. Sus contemporáneos refieren que fué el cuadro más hermoso de to- dos los que pintó sobre lienzo. Por una traición se vió obligada Florencia á abrir sus puertas á Carlos V, quien puso sus destinos en manos del papa. Este se dirigió sin miramientos contra los enemigos de los Medi- cis, de suerte que Miguel Angel tuvo que abrigar serios temores res- pecto de su propia suerte por haber sido constructor y director de las fortificaciones. Por este motivo se escondió. Mas el papa puso en juego todos los medios para que dieran con él, considerándole entonces no como un adversario político de su fami- lia, sino como un gran artista. En este mismo año y durante el siguiente trabajó con tesón en los sepulcros y concluyó la estatua de Lorenzo de Medici, á pesar de que había perdido, por las emociones continuas, el equilibrio del espíritu y su vigor físico. Enflaqueció hasta quedar como un esqueleto, de manera que todos veían acercarse el fin del hombre que á la sazón tenía solamente cin- cuenta y seis años de edad. Y sin embargo debía vivir aún treinta y cuatro años más! Esta apariencia fué motivo para que los herederos de Julio II pidiesen muy enérgicamente á Miguel Angel la terminación del se- pulero, amenazándole al mismo tiempo con un proceso y con un pedi- do de indemnización muy grande. También Olemente VII, temeroso de que la obra de los sepulcros de los Medicis quedase trunca, apuró tanto al artista, sin considera- ción á su enfermedad, que este se vió en la necesidad de trabajar hasta de noche. Así concluyó también la estatua de Giuliano de Medici para el se- eundo sepulero. Al último aprovechó Clemente VII de su poder papal, para llegar á un arreglo que dejase á todos satisfechos. MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 195 Fueron llamados á Roma el duque de Urbino y Miguel Angel para ultimar el asunto en el Vaticano. Cuando el duque vió al artista tan enfermo, fué tal su emoción, que descubrió sus sentimientos amistosos y no opuso dificultades para celebrar el arreglo. Apretándole la mano, le dijo: Quedaré conforme si solamente un soplo de tu ingenio inmenso queda sobre este monumento, pues eso sólo bastará para hacer inmortal á Julio II. Entretanto los príncipes de Italia y muchos de los del extranjero, esperando la muerte del artista, se apresuraron á adquirir obras, sa- lidas de su mano, conformándose con poseer pocas líneas dibujadas ó bosquejos de bustos en mármol. Y á pesar de ello, Clemente VII pidióle una nueva obra gigantesca. Parece sin embargo, que este encargo, que fué tan digno de su in- eenio como de su grandeza y en tan alto grado proporcionado á su vida psíquica, fué precisamente el remedio, que necesitó su cuerpo quebrantado. De nuevo se elevó con fuerza juvenil hasta la altura más grande de sú arte divino. Clemente VII deseaba que cubriese la pared del altar de la capi- lla Sixtina con una pintura colosal que representase el juicio final. Y es de no creer, que un enfermo se atreviese á empezar este cua- dro de catorce metros de ancho y quince de alto, sin abandonar por esto las obras de los sepulcros de Julio II y de los Medicis. Pero más increíble aún es que debía concluir esa pintura tan gi- gantesca. Por este tiempo ocurrió la muerte de su protector el papa, y á con- secuencia de este suceso Miguel Angel hubo de temer al vicioso Ale- jandro de Medici, el tirano de Florencia, con quien se había enemis- tado por no haber querido construirle una ciudadela. Fué esto una causa determinante para que Miguel Angel no pu- diera ir á Florencia á concluir los sepulcros de los Medicis, para los cuales había que hacer doce figuras más. El trabajo quedó interrumpido para siempre, y artistas amigos to- maron á su cargo la construcción de estos monumentos sobre la base de las estátuas y adornos que ya existían. Pero los dos sepuleros que resultaron de este conjunto bastan para asegurar á Miguel Angel la inmortalidad. Son, respeto á su composición, completamente semejantes en su es- tructura. 196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En el de Lorenzo de Medici, las figuras acostadas, de insuperable hermosura, que adornan el sarcófago, representan la aurora y el crepúsculo, al paso que las que embellecen el de Giuliano de Medici simbolizan el día y la noche. Jamás escultor alguno ha logrado imprimir al mármol la vida que anima á estas cuatro figuras, que inspiraron á muchos poetas. Particularmente la figura de la noche, es una obra de arte tan perfecta que bien podría decirse, en términos triviales, que el artista se ha superado á sí mismo. Un día se encontró fijada en esta figura una poesía que se puede traducir prosaicamente así: «La noche, que ves aquí dormir en tan dulce postura, fué esculpida en este bloque de mármol por un ángel. Ella duerme y tiene vida. Si no lo crees, despiértala y te hablará. » Miguel Angel contestó con otra poesía, refiriéndose á los tiempos desgraciados de su querida ciudad paterna, y que dice: Me siento fe- liz durmiendo y más aún por ser de piedra, mientras duren la desgra- cia y la deshonra. No ver y no sentir es una gran suerte para mi. Ay! No me dispiertes!.. Habla quedo!.. Tan grande como el valor artístico de estos monumentos es el progreso que significan para la escultura. Fueron los primeros se- puleros no coloreados. Todos los escultores de aquellos tiempos coloreaban sus obras; y de ésta costumbre no se había librado ni el gran Donatello. Los artistas se hallaban entonces completamente bajo la influen- cia del arte clásico, y creyendo que también las estatuas de la Gre- cia antigua estaban cubiertas de color — lo que hasta hoy afirman muchos historiadores de arte — trataron de alcanzar por medio de colores el más alto efecto de sus obras. Miguel Angel fué el primero que rompió con esta tradición, procu- rando todo el efecto artístico por la animación del mármol. El resul- tado fué tan grande que influyó en todos los escultores. Á pesar de que estos sepuleros, por su originalidad artística, son enteramente diferentes de los que estamos acostumbrados á ver, se está por completo bajo la impresión de la muerte, cuyo soplo se cree sentir. La insuperable quietud que irradian estos monumentos es, fuera de duda, sin igual. El sucesor de Clemente VII, Pablo HL, tampoco respetó los con- tratos de Miguel Angel con los herederos de Julio II y reclamó con ímpetu los servicios del artista. MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 197 Este, que quiso cumplir con sus obligaciones, no tuvo más remedio que huir de Roma. Preparó su fuga para ocultarse en una abadía cerca de Génova, en donde nadie habría sospechado su presencia. Allá quiso trabajar secretamente en el sepulero de Julio 11 hasta dejarlo terminado. Sin embargo, antes de que pudiera realizar su propósito, le visitó el papa, acompañado de diez cardenales y toda su corte, para ver es- tos trabajos. Llenos de admiración estuvieron todos delante del Moisés, que es- taba completamente terminado. Esta figura grandiosa que fué colocada más tarde en la iglesia de San Pietro in Vincoli en Roma, se encuentra allá desgraciadamente en un lugar tan desfavorable que es casi imposible dignificar comple- tamente su incomparable belleza. Por eso muchos espectadores están desengañados delante de ésta creación de Miguel Angel, que sin duda es la más conocida obra del artista, reproducida innumerables veces en mármol, yeso y fotografía. Mas el que se acerque á esta estatua sin preocupaciones estará desde el primer momento bajo una impresión singular, jamás sentida. Si me fuera permitido expresar mis propios sentimientos, diría que no puedo imaginarme ninguna obra, que esté animada por igual fuer- za sobrehumana, como la de Moisés. Á la vista de esta estátua puede formarse una idea de la grandio- sidad y enormidad del monumento proyectado como sepulcro de Ju- lio IL, pues esta figura de casi tres metros de altura, es solo una de las ocho del mismo tamaño, que debían adornar este proyecto, que comprendía en total cuarenta estatuas. La figura representa á Moisés en el momento en que oye el cla- mor de los israelitas bailando alrededor del ternero de oro. El pro- feta está despertándose del éxtasis por las palabras de Dios, que, ha- blándole al oído, le ha comunicado las leyes para su pueblo. El espectador siente que inmediatamente saltará lleno de ira de su asiento, para lanzar invectivas contra los hombres faltos de to- do sentimiento moral, mientras las tablas de la ley caen al suelo en pedazos. Es esta figura de Moisés una figura dramática en el más alto gra- do. La representación de los efectos dramáticos de las pasiones inte- teriores del hombre, empero, oponían al artista los mayores obstácu- los, pues no debió atravesar los límites señalados á la cultura. 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sin duda ha conocido Miguel Angel éstos límites, como ningún otro artista. Y por eso representó á Moisés en el momento en que comprende el motivo del clamor, que le ha despertado de su éxtasis y en que su ira ha alcanzado su más alto grado. En el próximo mo- mento se expresará esta ira también'en la postura del cuerpo, pero el artista debía representar las agitaciones del alma. En cuanto á la técnica, no es superada esta figura por las obras clásicas. En vano se busca una estatua, que tenga por ejemplo una barba y un cabello tan reales, como los vemos aquí, y además el bra- zo desnudo y la rodilla, vestido con un género finísimo, que deje re- saltar todas las formas anatómicas, y el modo de tratar los pliegues del manto quedarán siempre como ejemplo insuperable de la combina- ción del sentimiento artístico con las reglas de la técnica. Es muy comprensible que uno de los cardenales, que acompaña- ron al papa en su visita al taller de Miguel Angel, exclamara, delan- te de semejante creación, que sólo esta obra excelsa bastaría para in- mortalizar hasta á un hombre de la grandeza de un Julio II. Tales palabras vinieron tan á propósito para Pablo 1IL, que éste echó mano de tal oportunidad, para persuadir al artista, de que aban- donara el sepulcro y emprendiese el cuadro del juicio final, cuyo car- tón ya tenía dibujado. El papa quedó tan fuera de sí de alegría, cuando Miguel Angel accedió, que hizo cuanto pudo, para convencerle de la sinceridad de sus sentimientos amistosos. Además de nombrarle primer constructor, escultor y pintor del Va- ticano, con un sueldo muy elevado, destinó para él todos los dere- chos de aduana que producía el puente del Po y que eran muy altos. Ya tranquilo Miguel Angel, pudo pintar en ocho años este cuadro monumental sin ayuda alguna. En la noche de Navidad de 1541 fué bendecida la obra maestra con la mayor pompa, y Roma entera quedó bajo el imperio de esta crea- ción divina. Me es sensible que la falta de tiempo no me permita explicaros todas las grandes ideas, que el artista ha simbolizado en este cuadro por medio de otras tantas figuras. Es el producto de sus profundos pensamientos filosóficos, y si por eso no es completamente comprensible sin serio estudio, sin embar- go hace gran impresión por la grandiosidad de la composición at- tística. Desgraciadamente es de todas las creaciones de Miguel Angel la que MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 199 se conserva en el peor estado, debido al humo de las velas del altar y á malas restauraciones ejecutadas últimamente. Desde el día en que el cerebro de Miguel Angel creaba la idea erandiosa para el sepulero de Julio IL, habían pasado cuarenta años, y al fin llegó el tiempo, en que podía concluir ésta obra. Bajo qué sentimientos lo habrá hecho después de haberle amarga- do casi toda su existencia ! ¿ Y qué resultó de todo este ensueño ? Un monumento de muchas figuras, sí; pero de las cuales solamen- te tres son obras de Miguel Angel, mientras que todas las demás pertenecen á otros artistas. Pero éstas desaparecen para el observa- dor, que se siente atraído tan solo por la parte del monumento, que contiene la figura de Moisés y las otras dos estatuas y adornos que son obra de Miguel Angel. En este tiempo solicitó el rey de Francia sus servicios, pero Mi- guel Angel no quiso aceptarle sus encargos, ni abandonar su patria. En cambio propuso á este rey levantarle por su cuenta una está- tua ecuestre en Florencia si iba á librar la ciudad de la autocracia del duque Cosimo de Medici. Con tanta ansiedad deseaba la libertad de su ciudad paterna ! Por supuesto que el rey de Francia no podía satisfacer tales de- seos y para dar forma artística á sus sentimientos patrióticos no en- contró otra solución que la de expresarlos en un busto de Bruto, el héroe de la libertad de Roma antigua. En este busto ideal es notable la grandeza clásica de la expresión le la cara. Vinieron ahora tiempos tristes para el artista infatigable. Tenía que darse cuenta, que por su edad avanzada, se iba redu- ciendo paulatinamente la seguridad de su mano y de su vista, per- diendo así la capacidad para dar forma á sus ideas. Con este motivo aceptó de mala gana un nuevo encargo magno de Pablo ILL, que deseaba adornar con dos grandes frescos su capilla privada en el Vaticano, la llamada capilla Paulina. Fueron estos los últimos cuadros que Miguel Angel ejecutó. El mismo conoció que no salían iguales á sus obras anteriores, á pesar de que ellos eran también obras maestras. Poco después vióse obligado á abandonar el cincel, para dedicarse sólo al último de los tres artes, los que juntos había dominado an- tes con tanta superioridad : la arquitectura. Al mismo tiempo llegó á la mayor altura como poeta. 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las poesías en las cuales expresa la tristeza causada por la deca- dencia de su fuerza artística pueden figurar dignamente al lado de las mejores que se conocen. No menos hermosas y conmovedoras son aquellas poesías, que di- rigía á su amiga Victoria Colonna, hija del gobernador de Nápoles y viuda del marerave de Pescara, la que debe á Miguel Angel su in- mortalidad. Otras perlas de sus poesías son las consagradas álamemoria del Dan- te, y que no son inferiores á las del mismo poeta de la Divina Comedia. Las tormentas de su alma de artista se habían aplacado y su vida pasaba ahora tanquila. No obstante fué una vida aun tan fructuosa, que las obras que ereaba su ingenio en los dos últimos decenios de su existencia po- drían representar la obra de la vida entera de un gran arquitecto. Muchas innovaciones le debe la arquitectura. En parte son éstas muy caprichosas, pero significativas para su ingenio original y no influenciable por la tradición. Por ejemplo, fué el primero que hizo ventanas simuladas y columnas que penetran en la pared. Después de ejecutar la hermosa reconstrucción del palacio de los Farneses, de propiedad de Pedro III, éste le nombró primer cons- tructor de la catedral de San Pedro, empleo que ocupó hasta su muerte, es decir, casi veinte años, renunciando á toda remuneración. A él debemos ésta catedral tal cual se encuentra actualmente, pues hizo demoler mucho de lo que habían construído otros arqui- tectos durante los treinta y tres años transcurridos desde la muerte de Bramante. Ante todo, hizo un nuevo modelo de la cúpula, basándose en las medidas de la cúpula de la catedral de Florencia. También el gobierno romano quiso aprovechar las últimas fuerzas del artista, y éste no vaciló en cumplir los deseos de su ciudad adoptiva. Hizo los planos para la construcción arquitectónica del Capitolio y los de la plaza con la escalera monumental que conduce á ésta. Por su indicación se erigió en el centro de esta plaza la antigua estatua ecuestre del emperador Marco Aurelio, para la cual proyectó el pedestal. De esta manera embelleció á Roma con otra vista, no menos her- mosa que la de la catedral de San Pedro. Al mismo tiempo construyó la iglesia nacional de los florentinos re- sidentes en Roma, y edificó la Puerta Pía. MIGUEL ANGEL Á TRAVÉS DE SUS OBRAS 201 Dibujó además los bosquejos de una estatua ecuestre de Enrique TT, cumpliendo el pedido, que en una carta tierna le hiciera la reina Catalina de Francia, de la casa de los Medicis. Otra obra de ésta época, bosquejada por él, tiene su lugar en la ca- tedral de Milán. Es el sepulero monumental del margrave de Mari- gnano, hermano del papa Pablo IV, que también aprovechó el inge- nio de Miguel Angel para glorificar á su familia. Por último, es también obra suya el gran monasterio de los cartu- jos en las termas de Diocleciano en Roma, en cuyo patio de cien co- hunnas plantó Miguel Angel mismo los cipreses que lo adornan toda- vía hoy. Y siempre fué un consejero generoso y liberal para todos los jóve- nes artistas; muchos de los cuales ejecutaban en sus cuadros exclu- sivamente sus ideas y llegaron á la gloria, debido á que un soplo del ingenio del eximio maestro palpita en sus obras. No obstante, sus últimas fuerzas se gastaron en la catedral de San Pedro, cuya cúpula se elevaba á la mitad de su altura, cuando en el año de 1564 falleció el eminente artista, poco antes de cumplir no- venta años. Roma y la Italia entera quedaron sumidas en profunda tristeza y el papa, deseando rendirle el más alto homenaje, ordenó que sus res- tos fuesen enterrados dentro de la catedral de San Pedro, donde has- ta entonces encontraron su último reposo sólo los pontífices. En su testamento, empero, Miguel Angel, había dispuesto que le enterrasen en Florencia. | En secreto y con grandes dificultades, sus amigos llevaron su cadá- ver á esta ciudad, temiendo la furia del pueblo de Roma y del papa. En la iglesia de San Lorenzo se ofició un funeral de un esplendor nunca visto en Florencia, y sobre su tumba hizo erigir su sobrino un monumento de mármol, que regaló al duque Cosimo de Medici y que ejecutaron los mejores escultores de aquella época. Al pie del sarcófago deploran al gran muerto tres figuras femeni- nas, que representan las tres artes, que había dominado con tanta maestría. Y el papa hizo levantarle en Roma una tumba de honor con el epi- tafio: «Un nombre tan grande está fuera de toda alabanza », ó en pa- labras latinas : Tanto nomini nullum par elogium. Profesor JUAN WARNKEN. LA NIVELACIÓN DE PRECISIÓN EN LA REPÚBLICA ARGENTINA CONFERENCIA DADA EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (Continuación) Este sistema se funda en la facilidad de apreciar la fracción 3. Es el adoptado por el ministerio de obras públicas de la nación. Con los dos operadores se obtienen, para cada observación, 4 bisecciones. Si llamamos e el error accidental de una sola bisección, como dicho error es inversamente proporcional á la raíz cuadrada del número de las observaciones el error probable de bisección, para cada lectura, será ie ó sea la mitad del cometido en una sola bisección. ya Para la determinación de un desnivel se hacen dos lecturas, así el error probable de bisección, que afectará á cada desnivel parcial, e yS Para determinar cada desnivel se hacen 16 lecturas de los extre- mos de la burbuja, lo cual reduce á la cuarta parte el error de apre- ciación del centro de la misma. Con este sistema se deben corregir los desniveles teniendo en cuen- ta las inclinaciones de las visuales, medidas directamente por los desplazamientos de la burbuja del nivel, cuyo valor angular es co- nocido. Las miras están divididas en dobles decímetros, dobles centíme- tros y en cuádruples milímetros, así, efectuada la bisección, se leen también dobles milímetros. será: NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 203 Para evitar equivocaciones groseras se contralorea la suma de las lecturas en el anverso y reverso de la mira que debe ser igual á una constante. La diferencia da la altura de mira, directamente, en unidades de milímetros. El sistema de la bisección ha sido severamente criticado, en Fran- cia, por el coronel Gomlier y por el ingeniero Lallemand, los cuales hacen notar que las variaciones de la curvatura del nivel, durante las campañas, haciendo variar también el valor angular de las divi- siones, exponen á errores que pueden ser sistemáticos debidos al uso de correcciones calculados para otros valores del radio de curvatura. Á estas objeciones se puede contestar que errores de tal naturale- za no serán sistemáticos, pues es fácil ver que para hacer una bisec- ción, buscándose siempre la más próxima á la posición horizontal, se tendrán con la misma probabilidad correcciones positivas y negati- vas, y, por lo tanto, serán también, con la misma probabilidad, po- sitivos y negativos los errores que afecten á las correcciones. Además, como lo demostraron Hirsch y Plantamour, variaciones de pocos décimos de segundo en el valor angular de las divisiones, no modifican sensiblemente las correcciones. Nosotros hemos calculado estas variaciones de curvatura en un ni- vel Breithaupt, constatando, durante seis años de campaña, que las influencias de las variaciones nunca han superado los errores de bi- sección y de lectura de la burbuja, sirviendo siempre la misma tabla de correcciones. La determinación del radio de curvatura del nivel puede hacerse, en campaña, fácil y rápidamente, todos los días ó cada vez que se crea necesario. Así se procedió en Suiza, Holanda y Baviera. El sistema de la bisección ha sido casi universalmente adoptado. Exceptuada Francia, se usó ultimamente en Alemania, Holanda, Ru- sia, Austria, Italia y España. Ha sido introducido en la República Argentina por la cuarta di- rección del estado mayor general del ejército. Adoptado después por el ministerio de obras públicas de la nación, nosotros hemos obteni- do, en el curso de las operaciones, óptimos resultados, particularmen- te en el cierre de algunos polígonos. Breve mención merecen los errores que llamaremos de observa- ción de las miras, que se producen por no estar rectificado el nivel esférico, por falta de cuidado del porta-mira ó por el viento. 204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Todos estos errores tienden á aumentar la altura de mira leída y pueden asumir un carácter sistemático, manifestándose solamente en las reiteraciones y en el cierre de los polígonos. Finalmente examinaremos las causas extrínsecas de error que son : 1” La refracción atmosférica. 2” Las reacciones del suelo sobre el instrumento y los apoyos de las miras. En terreno plano, los efectos de la refracción se pueden casi total- mente eliminar colocando el instrumento á igual distancia de las dos miras y ejecutando las operaciones con la mayor rapidez posible. Pero, en terreno inclinado, los rayos visuales serán desigualmente desviados porque uno pasará más cerca del suelo que el otro, por lo tanto uno sufrirá más que el otro la influencia de la radiación calorí- fica y de la evaporación del terreno. Es el inconveniente más serio que se presenta en las nivelaciones de precisión, porque en una pendiente larga y continua, puede oca- sionar un error sistemático bastante grave, que se reduce solamente disminuyendo la longitud de las visuales. La influencia del suelo sobre el instrumento se efectúa de dos modos : 1” La reacción elástica del terreno puede hacer subir el instrumen- to cuyo trípode ha sido fuertemente hincado; 2” El instrumento puede hundirse progresivamente, por efecto del propio peso, en un terreno arenoso ó demasiado blando. Por estas causas cuando se pasa de la lectura atrás á la de adelan- te, la posición del instrumento no queda invariable, en el espacio, produciéndose un error sistemático. El inconveniente se evita casi totalmente si el segundo operador vuelve á comenzar la estación en sentido contrario. Débese notar que este sistema de doble observación cruzada puede accidentalmente compensar errores producidos por repentinos cam- bios atmosféricos, que se producen con tanta facilidad en campaña, cuando sopla el viento á intervalos. Los apoyos de las miras pueden hundirse progresivamente por la presión que ejerce el porta-mira ; por lo tanto se le debe exigir que no tenga la mira sobre el apoyo cuando no se hacen las lecturas y que al colocarla lo haga sin choque. Para evitar el hundimiento se usaron placas de acero ó bronce que se apoyan en el suelo previamente allanado. NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 205 Pero las vibraciones producidas por el paso de los trenes, vehícu- los y peatones pueden hacer saltar las placas que difícilmente volve- rán á ocupar la posición primitiva, por la interposición de grani- tos de tierra los cuales siempre tienden á levantarlas. Para obviar este defecto, hemos ideado un apoyo piquete de forma especial que adhiere muy íntimamente al terreno porque un plato superior impide el hundimiento y los entalles del piquete se oponen al levantamiento. Esta rápida é incompleta exposición de los errores que pueden afectar á una nivelación, pone en evidencia las minuciosas precaucio- nes con que deben ejecutarse los trabajos de campaña. No obstante, siempre subsistirán errores pequeños, inevitables que, para ser conocidos y para sacar de entre ellos el valor más probable, exigen la reiteración de la nivelación con una operación de vuelta. Así se tendrán dos nivelaciones dobles y cuatro valores de la in- cógnita que permitirán deducir a priori el error medio kilométrico y algunos errores sistemáticos. Después las nivelaciones reiteradas cuatro veces deben cerrarse formando polígonos. Los errores de cierre de los polígonos, permiten aplicar el cálculo de las probabilidades á la discusión de los errores, facilitando la tarea de hallar todos los errores sistemáticos y dando el valor definitivo del error medio kilométrico que es el índice de exactitud de las va- rias secciones del canevás hipsométrico. Finalmente, para no dejar ninguna discordancia entre los valores de una misma cosa, obtenida con varias nivelaciones convergentes, debemos calcular las correcciones más probables que necesitan las alturas, á fin de que los polígonos cierren exactamente. Para efectuar este cálculo de compensación, como el número de los polígonos (6 sea de las ecuaciones) es inferior al número de las cotas, que son las incógnitas, se establecen entre ellas nuevas relaciones por la condición de que, en cada caso, la corrección numérica sea pro- porcional al error probable que afecta á la diferencia de nivel. Naturalmente, si en cada sección tenemos cuatro reiteraciones, será fácil calcular el error probable de la diferencia de nivel. Si alguien encontrara excesivo el número de reiteraciones, compro- baciones y minuciosos cálculos para determinar los errores proba- bles y compensar el canevás hipsométrico, haremos notar que no hay solamente interés científico sino también práctico en reducir los erro- res de observación para acercarse, cada vez más, á los verdaderos 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA valores de las incógnitas, y eliminar las equivocaciones groseras que amenazan siempre á nuestros trabajos. Las comprobaciones reducen la probabilidad de que en los cálculos y en las observaciones se deslicen equivocaciones groseras. Esta pro- babilidad podrá reducirse infinitamente, pero no se anulará nunca. Para un número dado de comprobaciones, existirá siempre un nú- mero de casos, por grande que sea, entre los cuales se deslizará. la equivocación. Las personas que han hecho largos y numerosos cálculos, ó repe- tidas observaciones, saben cómo se producen, de vez en cuando, cu- riosísimas coincidencias que hacen fallar las más seguras comproba- ciones. Citaremos, como ejemplo, una pequeña serie de casos documenta- dos en los anales de las nivelaciones. Los astrónomos Hirsch y Plantamour hallaron en un polígono, de la región más elevada de los Alpes, el error de cierre deunmetro y veinte. Confiando en las comprobaciones, no vacilaron en suponer que el error se debía á las fuertes desviaciones de la vertical producidas por la masa de las altas montañas. Sin embargo, para verificar el fe- nómeno mandaron al ingeniero Redard á repetir la nivelación del Simplón y el 13 de junio de 1873, entre Canobbio y Santa María Maggiore, dicho ingeniero constató el error de un metro entero so- bre la misma nivelación efectuada el año 1870 por el ingeniero Schónholzer. Dado el método empleado en Suiza, Schónholzer se equivocó tres veces seguidas de un metro, en tres lecturas distintas de mira. Más curiosa que la anterior es la equivocación que en la misma ni- velación suiza cometió el ingeniero Benz, de 26 centímetros, tres ve- ces, en tres lecturas distintas. Schónholzer y Benz fueron los primeros niveladores de Suiza y efectuaron centenares de kilómetros de nivelación con precisión ex- tremada. Estos hechos decidieron á los dos sabios astrónomos á reiterar toda la nivelación fundamental de Suiza. En Italia, la nivelación se efectuó por dos operadores con dos ins- trumentos. Cada operador seguía un método que le permitía compro- bar sus operaciones y las dobles observaciones se llevaban con per- fecta independencia. Á pesar de todo, en abril del año 1891, el profesor Boersch, de la oficina central de Berlín, haciendo la compensación general de la ni- » NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 207 velación europea, encontró que los dos polígonos internacionales, La Cure, Domodossola, Alessandria, Torino, Susa, Olux, Montemelian, La Cure y Alessandria, Génova, Ventimiglia, Veynes, Monginevra, Olux, Susa, Torino, Alessandria, tenian, respectivamente un error de cierre de 1%322 y 1”321, uno en más, otro en menos. Naturalmente, esto hizo suponer que se había escapado una equi- vocación de un metro á las demás comprobaciones, en la línea común á los dos polígonos (Turín, Susa, Olux). La verificación de las libretas descubrió la doble equivocación en- tre los puntos fijos 28 y 29, en el trecho de Susa á Olux, y una com- probación en el terreno lo confirmó completamente. En nuestro trabajo, calculando los desniveles dos calculadores in- dependientes, hemos cometido la equivocación de un metro los dos, en el mismo punto, con el mismo signo. Por más que la frecuencia de estos hechos pueda causar asombro, si consultamos el cálculo de las probabilidades veremos que, aun te- niendo en cuenta la cantidad de las comprobaciones, como los cálcu- los y las observaciones se repiten millares de veces, las equivocacio- nes expuestas, representan un fenómeno normal, pues su número no pasa el límite de la probabilidad de que el error se produzca. Solamente con las precauciones que acabamos de deseribir pode- mos reducir esta probabilidad á una fracción infinitamente pequeña y asegurar la veracidad de nuestros resultados. IV La República Argentina necesita imprescindiblemente la nivela- ción general de alta precisión, porque en sus vastísimas llanuras, puntos muy lejanos presentan desniveles tan pequeños que pueden cambiar de signo por los errores de observación, haciendo subir las aguas en lugar de dejarlas bajar. El territorio nacionel ofrece condiciones muy favorables á la pre- cisión de las operaciones. Un canevas altimétrico fundamental, siguiendo las costas del océa- no, las márgenes de los grandes ríos y las líneas de los ferrocarriles, con pocas líneas complementarias, formaría una conveniente red de polígonos que abarcaría toda la parte central y una fracción conside- rable del norte de la República. 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Este canevás, cuyo perímetro sería Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Gálvez, San Cristóbal, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, Villa Mercedes, Toay, General Acha, Bahía Blanca, Necochea, Mar del Plata, La Plata, y Buenos Aires, debería ligarse al otro perímetro, Gálvez, Reconquista, Goya, Corrientes, Monte Caseros, Concordia, Paraná, Santa Fe y Gálvez. Para efectuar el enlace es necesario cruzar el río Paraná, entre Santa Fe y Paraná y entre Reconquista y Goya. Aun buscando los pasajes donde las costas se acercan más, siempre resulta que se debe superar, con una lectura distancias de 500 á 1100 metros, ante las cuales la nivelación geométrica pierde todo exactitud, y las distancias zenitales recíprocas no ofrecen ya resultados aplicables á una nive- lación de alta precisión. Nuestro proyecto para efectuar el paso de la nivelación es el si- guiente : con una nivelación aproximada se colocan previamente dos pilares, en las dos orillas, á la misma altura. Sobre los pilares se ajustan sólidamente dos recipientes metálicos, construídos ad hoc, que en la parte superior terminan en dos vasos de vidrio, en cuyas paredes verticales se hallan grabadas escalas milimétricas. (Continuará.) Y y 4 y: a x ñ ( Alemania E eftschrift der Gesellschaf fur Erdkunde, schen Vereins der preussischen Rhina- nde-Westfalens, etc.. Bonn. —Abhandlungen -herausgegeben von Naturwissenschaftiichen - Verein, Bremen. — Deutsche Geographische Blátter, Bremen. -- Abh. der Kaiserl. Leop. 1 Deutschen Akademie der Naturforscher, llschaft der Wissenschaften, Gottingen. — tzungsberichte und Abhandlungen der Na- 3 rwissenschaftlichen Gesellschaft, Hresden. Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig. Mitheilungen aus dem Naturhistorischen Museum. Hamburg. — Verhandlungen der Koniglich Sachsischen besellschaft der Wissenschaften, Leipzig. — Gttheillungen der Hamburg. — bBerichte der Natur- chenden Gesellschaft, Freiburg. — Jahres Berfchte des Naturwissenschaftlichen, El- rield. — Mathematisch Naturwissenschaf- r Phisikalisch — Okonomischen gesells- saft, cre: Australia ] Records of the geological Survey, Sydney. Austria-Hungría Verhandlungen des naturforschen des Ve- es, Brúnn. — (Agram)Societe a s « Croate », Zagreb. — Annalen des K Naturhistorischen of Museums, Viena. — - Verhandlungen der K. K. Zoologisch Botanis- -chen gesellschaft, Wien — Sitzungsberichte des deutschen naturwissenchaftlich Medi- cinischen Vereines fur-Bohmen, « Lotos » Praga. — Jarhbuch des Ungarischen Kapathen Vereines, Iglo. e - Bélgica - Acad. Royale des Sciences, des Letres et > des Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc. - Entomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc. oye Malacologique, Bruxelles. — Bull. de - (BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD in. — Verhandlungen des Naturhisto- ' — Nachrichten von der Konigl Ges- | Berichte uber die geographischen Gesells- tlichen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften | CIENTÍFICA ARGENTINA PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANGE : EXTRANJERAS YAssoc. des Ing. Electriciens Institute Mon- tefiore. — E. Brasil Boletim da Sociedade de Geographia, Rio Janeiro. — Bol. do Museo Paraense, Pará. — Rev. do Centro de Sciencias. Letras e Artes, Campinas. — Rev. da federacao de Estudian- tes Brasileiros, Rio Janeiro. — Bol. da Agri- cultura, S. Saulo. — Rev. de Sciencias, Ln- dustria, Politica € Artes, Rio Janeiro. — Rev. do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co- missao Geográphica é Geologica do Estado de Minas Geraes, San Joao del Rei. — Co- missa0 Geográphica é Geologica, San Paulo. — Bol. do Observ. Metereológico. Rio Ja= neiro. — Bol. do Inst. Geographico é Etno- eraphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas, Ouro Preto. , Colombia n. de Ingenieria. Soc. Colombiana de Ingenieros, Bogotá, Costarica E Oficina de Depósito y Cange de Publica= ciones, San Jose. — An. del Museo Nacional, San José. — An. del Inst. Físico Geográfico Nacional, — San José. Cuba Universidad de la Habana, Cuba. Chile Rev. de la Soc. Médica, Santiago. — El Pensamiento Latino, Santiago. — Verhan- dlungen des Deutschen Wissenschaftlichen Vereines, Santiago. — Actas de la Soc. Cien- tífica de Chile, Santiago. — Rev. Chilena de Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de la Marina de Chile, Valparaiso. — “Rev. Chi- lena de Historia Natural, Valparaíso. Ecuador Rev. de la Soc. Jurídico-Literaria, Quito. -— An. de la Universidad Central del Ecua- dor, Quito. España Bol. de la Soc. Geográfica, Madrid. — Bol. de la R. Acad. de Ciencias, Barcelona. — R. Acad. de Ciencias, Madrid. — Rev. de la Unión Ibero-Americana, Madrid. — Rev. de Obras Públicas, Madrid. — Rev. Tecnológica Industrial. Barcelona. — Rev. Industria é - invenciones, Barcelona. — Rev. Arqnitectura ' y Construcciones, Barcelona. — Rey. Minera Metarlúrgica y de Ingeniería, Madrid. — La Fotografía, Madrid. h Estados Unidos Bull. of the Scientific Laboratoires of De-. nison University, Granville, Ohio. — Bull. of the Exxex Institute, Salem Mas. — Bull. Phi losophical Society, Washington. — Bull. of the Lloid Library of Botany, Pharmarcy and Materia Medica, Cincinati, Ohio. — Bull. of University of Montana, Missoula, Montana.— . Bull. of 'the:Minesota Academy 'of Natural Sciences, Minesota. — Bull. of the New York Botanical Garden, New York. — Bull. of the U. S. Geological and geographical Survey of the. territoires, Washington. — Bull. of the Wisconsin Natural History Society Milwankee, Wis. — Bull. of the University, Kansas. — -Bull. of the American Geographical Society, New York. — Jonrnal of the New Jersey Natural History, New Jersery, Trenton. — Journal of the Military Service Institution. of the U. States. — Journal of the Elisha Mitchell Scientific Society, Chapel Hill. Nord-Carolina. — « La América Cientifica », New York. — 'Librarian Augustana College, RockIslad, New - York. — Memoirs of the National Academy of Sciences, Washington. — M. Zoological Gar- den, New York. — Proceeding of the En- gineers Club, Filadelfia. — Proceeding of the Boston Society of Natural History, Bos- ton. — Ann. Report Missouri Botanical Gar- den. San Luis M. 0. — Ann Report of the Board of trustes of the Public Museum, Mil- wwankee. — Association of Engineering So- “ciety, San Louis, Mas. — Ann. Report ofthe - Bureau of Ethnology, Washington. — Ame- rican Museum of Natural History, New York. — Bull. of the Museum of Comparative Zoo- logy, Cambridge-Mas. — Bull. of the Ameri- can Mathematical Society, New York. Trasaction of the Wisconsin. Academy of Sciences, Arts and Letters, Madison Wis. — Trasaction of the Academ. of Sciences, San Louis. — Transactions of the Connecticut Academy of Arts and Sciences, New Haven. — Trensactions Kansas Academy of Sciercés, - Topekas, Kansas. — The Engineering Ma- gazine, New York. — Sixtenth Annual Re- port of the Agricultural Experiment Station, Nebraska. — The Library: American Asso- ciation for the Advancement of Sciences. Care. of the University, Cincinati Ohio. — N. Y. Vassar Brothers Institutes, Ponghtepsie. — Secretary Board of Commisioners Se- cond Geological Survey of Pensylvania, Phi- ladelphia. — The Engineering and Mining Journal, New York. — Smithsonians Institu- -0f Sciences, Indianopolis. — Proceeding of tion, Washington. — U. S. Geological S: vey, Washington. — The Museum oi Brooklin Institute of Arts and Sciences. The Ohio Mechanics Institute, Cincinati University of California Publications, Berke=' ley. + Proceeding of Enginneer Society of Western, Pensylvania. — Proceeding of the Davemport Academy, Jowa. — Proceeding and transaction of the Association, Meride. Conn. — Proceeding of the Portland Society. of Natural History, Portlad. Maine. — Pro- ceeding American Society Engineers, New York. — Proceeding of the Academy of Natu- ral Sciences, Philadelphia. Proceeding of the American Philosophical Society, Philadel= phia. — Proceeding of the Indiana Academy the California Academy of Science, — San Francisco. — The University uf Colorado. « Studies ». Colorado. de ; Filipinas : Bol. del Observ. Metereológico. — Manila: = “Francia France, Amiéns. — Bull. de la Soc. d'Etudes Scientfiques, Angers. — Bull de la Soc. des Ingénieurs Civils de France, Paris. — Bull. de L'Université, Toulouse. — Ann. de la Fa- culté des Sciences, Marseille. — Bull. de la Soc. de Géographie Commerciale, Paris. —= Bull. de la: Acad.: des Sciences et Lettres, Montpelier. — Bull. de la Soc. de Topographie de France, Paris. — Rev. Générale des Scien- ces, Paris. — Bull. de: la Soc..de Géographie, Marseille. — Recueil de Médecine Vétéri- naire, Alfort. — Travaux Scientifiques de Université, Rennes. — Bull. de la Soc. de Géographie Commerciale, Bordeaux. — Bull. - de la Soc. des Sciences Naturelles et Ma=- thematiques, Cherbourg. — Ann. des Mimes, - Paris. — Min. de l'Instruction Public et des Beaux Arts, Paris. — La Feuille des Jeunes Naturalistes, Paris. — Rev. Géographique In- ternationale, Paris. — Ann. de la Soc. Lin- néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra- phie Commerciale, Havre. — Bull. de la Soc. d'Etude des Sciences Naturelles, Reims. ; Holanda» Acad. R. des Sciences, Amsterdam. — Ne- derlandche Entomolog. Verseg, Rotterdam. Inglaterra - The Geological Society, London. — Minutes of Proceeding of the Institution of Civil Engineers, London. — Institution of Civil Engineers of Ireland, Dublin. — The Mine: ralogical Magazine Prof. W. J. Lewis M. A F. C. S. the New Museums, Cambridge. = The Geographical Journal, London. — Bris= tish Association fot the Advancement of Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of the Geological Society, London. (Concluirá en el próximo número.) A USSFOGO AN se ¿ A paa n= — Dimrcron : IncENTERO SANTIAGO E. BARABINO JUN =5 190 Secrelarios : Doctor JuLto J. Garri y señor Enuo REBUEL 0 LIBR Á qe IEMBRE 1906. — ENTREGA V. — TOMO LXIL ez HICKENS, Observations sur aulas o argentines nouvelles | o a do TELA Oo A AS Oo dopo ero O BUENOS AIRES oO e IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS ' > S 2. 684 — CALLE PERÚ — 684 “ a 1906. Z *% ta a al E $ e e Pa de % % ha k e p E 7 A, pb A lee 7 y A AA : Le AS ; AN o e A as A E ñ ce zo (NA Dal A $ E cd F7, Ñ E = JUNTA DIRECTIVA É de, . EE 3 E > cl h . 403 e Ss: VERA IIS SS RSS Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugor Vicepresidente 4*......... Sa Ingeniero Julio Labarthe ze Vicepresidente 2... Ingeniero Enrique Hermitte Secretario de actas..... Se Ingeniero Arturo Hoyo. : Secretario de correspondencia.. Señor Arturo Grieben MOS ORCOS A DA Sa Ingeniero Luis Miguens Brbliotecario ooo... Doctor Horacio Araiti ¡Doctor Carlos M. Morales Doctor Enrique Herrero Ducloux Ingeniero Ricardo J. Gutiérrez OCA “Ingeniero Domingo selva - Ingeniero Federico Birabén ; Doctor Guillermo F. Schaefer “Senor Rodolfo santángelo A ES Senor Juan Botto REDACTORES Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge- niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Gristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. ADVERTENCIA A A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. A La Dirección de los Amales, sólo tomará en cuenta :los pedidos de los 50 ejemplares - reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número con la casa impresora de Coni hermanos. ; Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas. Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección - Cangallo 15825. E La Dirección.. PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN ¡ Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías Pesos moneda nacional POTASA A O OS UN 1.00 A a de O 12.00 Númerosatrasador ci 2.00 4 = - para los socios.......... 1.00 LA SUBSCRIPCIÓN SK PAGA ADELANTADA El local social permanece abierto de 8-4 10 pasado meridiano OBSERVATIONS SUR QUELQUES FOUGERES ARGENTINES NOUVELLES OU PEU CONNUES PAR CRISTÓBAL M. HICKEN V. GYMNOGRAMMEAE Comprend 4 genres avec 9 especes. Trismeria trifoliata (L.) Fér Tres fréquente dans les régions humides néotropicales, depuis le Mexique jusqw'aux environs de Buenos Aires. Nous Pavons personellement rencontrée a Misiones, Corrientes, Grand Chaco, Oran, Jujuy, dans les fosses du chemin de fer de Tucu- man, ou se trouvent des plantations de cannes a sucre, et a Cordoba. Au bord du Rio IV, pres de la ville de ce nom, cette espece a été ré- coltée en 1905 par Santiago Maradona ; elle a été également observée ci et la, dans les 1les du Tigre, apportées certainement avec les crues «lu Rio Parana. VI. PTERIDAE Comprend 10 genres avec 56 especes. Pellaea flexuosa (KAuLr.) LINK Nouvelle pour Argentine. Fut recueillie á la Puna de Jujuy (San Lorenzo), a 3200 metres Valtitude par Leach. C'est une espece andine, qui vit dans les lieux secs et arides de- puis le Mexique a Jujuy. Pellaea nivea (Porr.) PRANTL Cette belle fougére, tres répandue dans la région andine, offre «quelques variations dues a la présence et á la couleur d'une secrétion «cireuse que présente le dessous de ses folioles. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 14 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cet indúment, qui est blane ou jaune dor, apparait lorsque les plantes poussent dans des endroits éclairés directement par le soleil. Dans les lieux ombragés, la plante perd totalement cet indúment. Par la culture, on peut faire disparaítre cette cire quí a pour fone- tion V'éviter la perte excessive de eau dans les plantes exposées au soleil. On en distingue trois formes : 1. Forma nivea, indúment blanc. Mendoza, San Luis, Cordoba, La Rioja, Catamarca, Tucuman, Bolivie. 2. Forma flavescens, indúment jaune. Méme distribution que pour la forme 1, mais dans les lieux enso- leillés. Córdoba : Rio IV (Santiago Maradona). 3. Forma tenera, sans aucun indúment. Méme distribution, mais dans les lieux ombragés et humides. Pellaea Lilloi n. sp. Rhizomate breve, squamis fuscis, nitidis, linearibus (5-6 mm. lon- gis, 1/2 m. 1 mm. latis), dense obtecto. Stipitibus caespitosis, S-15 em. longis, teretibus, flexuosis, nitidis, castaneis, glabris, fra- gilibus. Lamina 4-6 cm. longa, 1 1/2-4 cm. lata ; subcoriacea. Pinnis 4-6 jugis, infimis distantibus (usque ad 3 cm.), rachibus castaneis, nitidis, sparse squamis obtectis. Pinnis inferioribus 2 em. longis et 1em. latis metientibus ; ceteris proportionaliter mi- noribus. Petiolatis vel brevissime pedicellatis vel sessilibus. Pin- nis infinis pinnatis, ceteris lobulatis vel pinnatifidis. Pinnulis 1- jugis, ellipticis, 2-3 mm. longis et 3 mm. latis. Segmento termina- le elliptico, lobulato vel sinuato. Pinmis superioribus ellipticis margine plus-minusve partito. Rache pinna apicale, lateralibus simile, ferente. Soris marginalibus ; apice venarum impositis, subglobosis, mox plus minusve confluentibus a margine revoluto obtectis. Margine reflexo uniforme vel inter soris laeviter depre- so omnibus subtus squamis ellipticis margine fimbriato pallide ochroleucis densissime imbricatis, supra glaberrimis, viridis. Rhizome relativement gros pour la dimension de la plante, quí ne s'éleve pas a plus de 20 centimetres. Ml est couvert d'abondantes écail- les linéaires, rougeátres, tres brillantes, de 5-6 millimetres de long sur 1/24 1 millimetre de large. QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 211 Pétioles tres abondants, de 5 a 15 centimeétres de long, eylindriques, -ondulés, tres brillants, de couleur chatain foncé, tres glabres, ou tout au plus avec quelques écailles minces. Feuilles de 4 a 6 centimetres de long sur 1 1/2 a 4 millimetres de large; á quatre paires de pinnae ; la paire inférieure est tres éloignée des autres (jusqu'a 3 centimetres) ; rachis comme le pétiole, mais avec quelques écaillettes tenues et caduques. Les pinnae inférieures peu- vent atteindre jusqu'á 2 centimetres de longueur sur 1 centimetre de large; les autres sont proportionellement plus petites. Elles sont pé- tiolées chez les frondes un peu grandes et courtement pédicellées ou sessiles Chez les autres. Les pinnae inférieures, surtout celle de la premiere paire, sont pinnées, les autres seulement lobées ou pinnati- fides. ll existe généralement une seule paire de segments latéraux quí sont arrondis ou ovales, de 24.3 millimetres de long sur 2 millime tres de large. Le segment terminal est elliptique, lobé ou sinué. Les pin- nules supérieures sont elliptiques, avec leur bord plus ou moins divisé. La rachis se termine en une pinna apicale, semblable aux latérales. Sores arrondis, situés pres du bord du lobule ou du segment, tres rapprochés, généralement réunis en une ligne plus ou moins continue, protégés par le bord des pinnae qui se replie sur eux d'une maniére constante ou par de légeres dépressions qui se suivent toujours sans interruption. Toute la face inférieure de la feuille est densément couverte «WPé- cailles un jaune rougeátre, imbriquées, minces, éliptico-lancéolées, au bord cilié la face inférieure est glabre. Consistence subcoriacée, Vun vert brillant. Obs. — Rapelle un peu Cheilanthes myriophylla Desf., mais ses di- mensions sont plus petites, les frondes moins divisées, les lobules beaucoup plus grands, ete. se distingue a premiere vue de toutes les autres especes connues par PVindúment formé exclusivement d'écailles sans poils d'aucune nature. Voisine de Cheilanthes scariosa Kanulf., dont elle differe par la face supérieure glabre des feuilles, par la méme exiguité des pinnules, par la forme des segments, etc., elle se rapproche davantage de Chei- lanthes Fendleri Hook., «dont elle se distingue par les rachis glabres, et les pinnae peu lobées. Appartient au genre Pellaea Link par le bord plié uniformément, non modifié comme chez Cheilanthes, par les ex- trémités des nervures qui ne sont pas grossies, etc. Nous devons avouer que nous éprouvons une grande difficulté a séparer notre es- pece de ce dernier genre. 212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Tucuman, dans les montagnes, a 4000 metres de hauteur (M. Lillo, n” 5021). Obs. D'apres une communication de M. Lillo, cette fougére qwil a obtenue par PVintermédiaire un empirique, est fort usitée dans la médecine populaire des habitants des vallées de Calchaqui, contre les maladies pulmonaires. Adiantopsis dichotoma (Cav.) MoorE Nouvelle pour 1'Argentine. Misiones (Hicken, 1900). Hypolepis Hauman-Merekii n. sp. Buhypolepis, rhizomatibus teretibus longe repentibus (usque ad 3 mm. crassis), fuscescentibus, squamis destitutis sed pilis ferrugi- neis minutis deciduis dense obsitis; foliis c. 20-25 em. longíis, tripinnatifidis, herbaceis, longe petiolatis. Petiolis distantibus Fuscescentibus, flexuosis, mitidis, leviter puberulis mox glabratis (6-10 cm. long.). Laminis deltoideo-lanceolatis, longe acuminatis, excepto apice pinnato denique pinnatifido, bipinnatis ; rhachibus basi fusco-i¡nflexentibus, superne straminets, supra sulcatis, sub- hirto-pubescentibus. Pinmis 25-30 jugis, alternis vel subopposi- tis vel (inferioribus) oppositis, deltoideo-lanceolatis, breviter pe- tiolatis, sensim decrescentibus herbaceis, utrinque hirto-pilosis ; inferioribus remotioribus (usque ad 28 mm. distantibus). Infi- nis jugo abbreviato, 5 em. longo, altero usque ad 7 cm., pinmis ceteris sensim decrescentibus. Pinmis infimis pinnatis, ceteris pin- natifidis. Pinnulis basalibus fere usque ad costam in 4-5 segmen- tisincisis (c. 8 mm. largis et 5 mm. latis): seymentibus dentato- serratis aut iterum divisis; ceteris tantum pinnatifidis vel si- nuatis. Nervis liberis, furcatis, apice incrassatis. Soris 4-6 in quoque pinnula infra sinum sitis, lobulo marginale adpresso, obtectis. Obs. — Hypolepis distans Hook. affinis, a quo dimentionibus multo minoribus, rhachibus villosis, hispidis vel hirsutis, ambitu lami- nae, forma pinnularum et area geographica magis differt. Rhizome tres rampant, ecylindrique, de 2-3 millimetres d'épaisseur, QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 213 chátain foncé, dépourvu décailles, mais couvert de tres petits poils -rougeátres émét de nombreuses racines fibreuses. Fronde de 20 4.25 centimetres de longueur, bipinnée, herbacée, his- pide. Pétioles espacés sur le rhizome, cylindriques, chátain foncé, bril- lants, hispides, un peu ondulés, non rigides, de 6 a 10 centimetres de longueur. Feuille tripimnatifide a sa base, triangulaire allongée, avec 25 4530 paires de pinnae, dont les deux paires inférieures sont plus distantes entre elles que les suivantes (20 a 25 millimetres) celles-ci (15 a 8 millimetres) sont plus rapprochées entre elles et Vespace quí les sé- pare; vaen diminuant jusqw'a Pextrémité frondale. La premiere paire de pinnules (5 centimetres de longueur) est un peu plus petite que la seconde, quí est la plus grande, atteignant jusqu'a Y centimetres de longueur ; les autres diminuent premierement avec rapidité jusqwa la premiere moitié de la feuille, pour diminuer ensuite moins rapide- ment, de maniere que le contour de toute la feuille a la forme (un triangle tres allongé, avec les bords déprimés vers le milieu. Les pinnmules inférieures ont jusqw'a 2 centimetres de large. elles sont bipinnées ou pour le moins bipimnatifides. Les autres vont en di- minuant graduellement de largeur ; elles sont pinnées, sauf les api- cales, quí sont pinnatifides. Elles forment un contour triangulaire, lancéolé, ou linéaire, suivant leur position relative. Les pinnules sont aplaties, méme celles des paires inférieures ; elles sont divisées jusqwa tres pres de la nervure centrale en 425 lobules, qui peuvent a leur tour présenter 3 a 4 incisions : elles mesu- rent S millimétres de longueur sur 5 millimetres de largeur. Les autres sont seulement pinnatifides ou avec le bord sinué. Rachis centrale hispide, chátain obscur a la base et jaune clairjus- quau sommet. Nervures libres, bifurquées avec le sommet un peu élaroi. Sores arrondis, 243 paires á chaque pinnule, situés pres des sinus et protégés par le bord frondal quí se replie sur eux. Cette fougere a été recueillie, entre les pierres, á la Sierra de la Ventana et a celle du Tandil (province de Buenos Aires), par M. Hau- mann-Merck, professeur de botanique a PInstitut supérieur agrono- mique et vétérinaire. Obs. Cette plante, qui est la plus petite de toutes celles de ce gen- re, attire Pattention par sa présence dans la province de Buenos Ai- res. En premier lieu, nous Vavions prise pour le A. distans Hook. ; 214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mais, une étude plus attentive nous fit constater qwWil s'agissait d'une espece inconnue jusqwici. Elle differe de celle que nous venons de citer par ses dimensions beaucoup moindres, par sa rachis velue, hispide ou hirsute et non glabre, par la forme de sa feuille, par ses pinnules et par son aire de dispersion. Fait digne de remarque, Pespece quí s'en rapproche le plus, autant que nous pouvons en déduire de la figure et des descriptions de Hoo- ker, est le H. distans, lequel appartient a la Nouvelle Zélande. Par contre, notre espece Ya aucune affinité avec celles du Brésil. Daspect de sa fronde la rapproche passablement de Woodsia monte- vidensis (Spreng.) Hieron., avec laquelle elle vit entremélée, et c est probablement la raison pour laquelle elle 1a pas été remarquée au- paravant : le rhizome et les sores enlevent de suite toute hésitation. Cassebeera triphvlla (Lam.) Kaurr. Les deux folioles latérales portent tres souvent, du cóté inférieur, pres de la base, un lobule tres prolongé et aigu. Chez les exemplai- res de Argentine que nous avons examiné, ce lobule est á peine in- diqué ; il est déja plus accentué sur ceux que nous avons recuellli dans le Cerro de Montevideo, et il est fortement développé dans les exemplaires recueillis par Balansa au Paraguay et conservés dans lHerbier du Musée de Pharmacologie de la Faculté de médecine de Buenos Aires (Balansa n” 28536). Dans ces derniers échantillons, il y a des folioles vraiment gigan- tesques, car elles atteignent jusqu'a 5 centimetres de longueur et presque toutes les inférieures portent des segments qui, a leur tour, sont lobulés. La foliole centrale ou apicale apparait également lobu- lée, de telle maniére que toute la fronde rappelle baucoup Doryopte-- ris concolor. Aire géogr.: Brésil, Paraguay, Uruguay, Montevideo. En Argentine, tres fréquente dans les Sierras de la province de Buenos Aires (Tandil, Olavarria, Cura-malal, Puan); moins fréquente dans celles de Cordoba et de San Luis et beaucoup plus rare a Cata- marca. Dans les endroits secs, les folioles sont petites et la fronde a une apparence trifoliolée ; mais, dans les endroits humides et ombragés, les lobules basals se développent de telle maniéere que la fronde divi- sée doit étre considérée comme une forme hygrophile. QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 215 Pteris cretica L. Dans notre pays, elle se rencontre seulement dans la région orien- tale et mésopotamique, ou elle est assez rare. Cette espece a été der- mierement rencontrée a Tucuman par le docteur M. Lillo, a 1150 metres Valtitude : fait digne de remarque. Elle se trouve a Misiones, Corrientes, Entre-Rios et Tucuman. Pteris denticulata Sw. Rencontrée dernierement par M. Lillo a Jujuy (Dep. Ledesma : El Cafetal). Pteridium aquilinum (L.) Kuny var. ¿ esculenta Hook. f. La limite ou mieux la localité la plus méridionale ou cette fougére a été trouvée, parait étre la Sierra Peregrina, pres de Mar del Plata, ou elle a été recueillie en 1906 par le docteur Angel Gallardo, lequel nous assure qu elle se rencontre en abondance entre les pierres dans cette localité. VII. VITTARIEAE Renferme deux genres avec deux especes. Antrophyum lineatum Kaurr. Nouveau pour Argentine. Elle fut rencontrée par le docteur G. Bodenbender dans la région «VOran (Salta) en 1905, pres du Rio Baritu; nous devons a Vobligean- ce de M. le docteur F. Kurtz la détermination de cette espece et Pe- xemplaire de notre herbier. VIIl. POLYPODIACEAE Un seul genre avec 31 especes. 216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Polvpodium peruvianum Desv. Cette espece a été considérée par Sodiro (Oriptogamas vasculares: quitenses, 1893, page 316) comme une variété du P. moniliforme Lag, dont elle differe par ses frondes plus étroites, presque tronquées a la base, parce que les pinnae ne diminuent pas graduellement; une a deux sores de chaque cóté de la nervure et non 2 a 6 comme chez le type. Christ dans Bull. Herb. Botss., 2* série, 1 (1902), 369, accepta sans aucune réserve cette opinion que, par contre, Diels, Hieronymus et VPautres ptéridologistes ne partagerent pas. Il résulte de ceci que nous ne devons pas nous étonner si une fou- vere aussi commune chez nous que celle indiquée en téte de ces li- gnes, se trouve classifiée sous Pun ou Pautre de ces noms; fait curieux dans les nombreuses collections que nous avons eu Poccasion (Vexa- miner, jamais nous ne Pavons trouvée indiquée comme variété du moniliforme. Mais, par contre, nous Pavons trouvée confondue avec le P. pilosissimum Mart. et Gal. Nous avons étudié les exemplaires recueillis par Lorentz, classi- fiés premierement par Grisebach et revus plus tard par Hieronymus: nous les avons comparés avec des échantillons du Brésil, du Péron, des Antilles, déterminés comme pilosissimum par des autorités comme Eggers, Lóferen, Kurtz, Diels, ete., et nous avons pu constater qwils sont absolument semblables entre eux. De plus, nous avons confron- té les descriptions qwont fait de ces deux especes Hooker, Baker, Diels, Christ et Sodiro: or, nous devons confesser qu'il nous a été impossible d'en déduire des caracteres différentiels une valeur sys- tématique bien définie. Détude comparative de ces deux especes se trouvera dans notre travail général sur les Polypodiacées argentines ; nous nous limitons ici a exprimer le doute que ces deux formes soient valablement dis- tinctes. Personne n/a songé a les réunir jusqwici et beaucoup de bo- tanistes les ont confondues entre elles. Cette fougere andine vit entre les rochers ; on la rencontre aJujuy, Tucuman, Cordoba, San Luis, a la Sierra de la Ventana, province de Buenos Aires, etc. Elle varie passablement par les dimensions du pétiole, son degré de pilosité, la consistence de sa fronde, la forme des pinnae, le nom- bre des sores, ete. QUELQUES FOUGERES ARGENTINES 217 Polvpodium vaccinifolium LanGsp. et FiscH. Cette fougere a été souvent confondue avec le P. lycopodioides L. et avec le P. squamulosum Kanulf. Ces trois especes se ressemblent passablement par le dimorphisme de leurs frondes, mais il est facile de les différencier en étudiant la nervation. Chez les trois especes, les nervures se ramifient beaucoup, déterminant des aréoles de diverses egrandeurs, entre les quelles on apercoit une chaine de mailles ou (Varéoles hexagonales beaucoup plus grandes que les autres : ce sont elles quí portent les sores. Cette chaine de mailles est tres rapprochée de la nervure centrale chez P. vaccinifolium et contient une seule nervure qui porte les sores a son extrémité, tandis que dans les deux autres especes, cette chaine de mailles est séparée de la susdite nervure par une autre chaíne de mail- les beaucoup plus petite et quí ne porte jamais de sores. C'est le P. lycopodioides L. quí porte dans ses aréoles deux ou plu- sieurs nervures, avec des sores á leur point de convergence. C'est éga- lement le cas pour P. squamulosum ; mais, les aréoles de ce dernier sont plus régulieres que dans Pautre, ou Pon peut fréquemment ob- server les nervures ramifiées dans PVintérieur des mailles. La présence d'écailles chez P. squamulosum pourrait également servir a le différencier, si c/était un caractere constant: mais, comme parfois ces écailles sont a peine développées, et méme comme la fron- de apparait completement elabre par suite de leur chute, il résulte que la distinction ('apres ce caractere, serait fort difficile et méme douteuse. l Distribution géographique en Argentine: Misiones, Corrientes, Grand Chaco delta del Parana, sur les saules a Pembouchure du Rio de la Plata, au Tigre, San Fernando, Quilmes, La Plata. Polvpodiam lycopodioides L. Méme distribution que pour le précédent ; se rencontre de plus a Tucuman et a Salta : Oran. Polvpodiuam squamulosum Kaurr. Mémes localités que pour les deux précédentes especes, a Pexcep- tion de celles des bords du Rio de la Plata. 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA IX. ACROSTICHEAE Renferme quatre genres avec 17 especes. Elaphoglossum aureo-nitens (Hoox.) DirLs Cette belle et curieuse fougere, nouvelle pour Argentine, a été découverte par le docteur Lillo dans la province de Salta, en 1905 et fut plus tard recueillie par le docteur €. Spegazzini, en 1906, dans la méme province. (M. Lillo, 26, III, 1905, n* 4439. Rosario de la Frontera, dans les falaises ou se trouvent les sources thermales ; C. Spegazzini, en 1906; Province de Salta, Cerro de San Bernat- do, pres de la capitale.) Elaphoglossum scolopendrifolium (Rabpr), F. Sm. Nouvelle pour Argentine, cette fougere a également été trouvée a Tucuman par le docteur Lillo. Les exemplaires recueillis sont sté- riles; ils portent au pétiole, a la nervure centrale et sur le bord mar- ginal de nombreuses écailles filiformes, absentes parfois, les cas 1é- tant pas rares ou la méme plante porte des frondes absolument lisses et VPautres richement pourvues des organes mentionnés plus haut. (M. Lillo, 25, 1, 1903, n* 2922: Quebrada de Caspichanga, a 2000 metres Valtitude.) Elapheglossum piloselloides (Pres) Moork Cette espece a été recueillie par le docteur Ed. A. Holmberg a Ju- juy ; nous la sienalons ici comme nouveau représentant de notre flo- re ptéridologique. Nous faisons suivre cette petite étude de quelques dessins, afin de mieux illustrer ce que nous exposons. Nos photographies sont dues a M. Juan Nielsen, chef du cabinet (histoire naturelle du College national central, auquel nous exprimons ¡ei notre reconnaissance pour son aimable concours. "SHV] UR 9P BLIDIS BP] OP QULLOJ “E -("NOYALH) (HPNAYAS SISUIPIAIUOW *Ap) aquenby sud ep <9uLtop “gUBquo A 8] 9p vI19Is 8] op omepduoxo *] a XAUNOL CATIM) YSNICO TISPOO AM Ya yg tnpajyed unrpolgdo y rl pao A ES , G Ó 3 diam.) de 3 (augm. Es ya [0 E A PUE O nat.) (grand. Nephrodium Lilloi HickEN, n. sp. E e A EAS NAME VUBIZJIM SL 2I%A ASATIL CATIA) taa [A qdA3e¡d vungqonsA10d fl O) Polystichum mohrioides (BorY) PRESL 1, forme genuina. 2, forme latifolia. EA y IBA “U “MOTE TUVLAJRMY “IVA HHOOJA (LILA) VIMPL) nr UNY II SAITO A (wutIp q op cusnv) (augm.) (grand. nat.) Pellaea Lilloi HickeN 4 (grand. nat.) E Cassebeera triphylla (Lam) KauLr, ds =U NAME MA Ue une sidoyodA4 pp (9BU *PURIS) *HOSIA 99 “ASONVT WINT[OJPUIDIGA UMIPpodA]O (q8u *puvas) *y SsapriorpodoyA] unitpodA[¡o.f ? DS 7 A SIDE SNE) NN Q Q PS CONTRIBUTION A P'ÉTUDE DE LA LAQUE DE LA TUSCA (ACACIA CAVENIA Hook. ET ARN.) (AVEC UNE PLANCHE) PAR JUAN A. DOMINGUEZ Au cours VPexcursions botaniques que nous eúmes occasion de faire, pendant le printemps de 1899, dans les environs du Totoral, province de Cordoba, nous rencontrámes, sur le versant sud-est de le colline quí avoisine le moulin de cette localité, quelques arbres de tusca (Acacia cavenia HOOK. et ARN.) dont les branches étalent pres- que completement couvertes un produit de nature résineuse, en forme de masses généralement arrondies ou ovoides. Nous recueillimes une certaine quantité de ces rameaux, dans Vidée d'étudier plus tard cette matiere: en effet, sa nature résineuse et son apparence méme nous rappela la gomme laque en bátons (lacca in baculis seu in ramulis), produit originaire des Indes orientales, de Ceylan, de la Guyane anglaise, et qui, au point de vue industriel, est de si grande importance. Il est bien connu que la gomme laque est produite par un coccidé, le Tachardia lacca R. BLANCH., lequel vit sur diverses essences, principalement sur Ficus religiosa L., benga- lensis L. et laccifera ROXB., sur Butea frondosa ROXB., Aleurites lacci- JFera, ete. Quelques recherches bibliographiques nous confirmerent que jus- qwici ce produit Wavait pas encore été mentionné comme provenant de la République Argentine; nous avons done pensé que son étude offrirait certainement quelque intérét. La production que nous avons rencontrée sur les branches de tusca 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA se présente — soit sous forme de masses (aspect résineux, une couleur rouge foncée, isolées, plus ou moins volumineuses, arrondies ou ovoides, de 5 4 8 millimetres de diametre sur 2 */, a 3 millimetres WVépaisseur, extérieurement lisses, convexes et intérieurement apla- ties ou plus ou moins légerement concaves, — soit sous forme de croúte grossiere, de 4 a 5 millimetres Vépaisseur, quí enveloppe en- tierement la branche sur une superficie parfois considérable. Cette croúte est rugueuse, inégale, couverte de mamelons qui correspon- dent a des cellules, dans Vintérieur desquelles on observe quelques débris d'insectes; quelques-uns sont en communication avec Pexté- rieur au moyen de petits orifices, tandis que dans (VPautres, plus pe- tits, ils font défaut. La matiere qui constitue cette production est inodore, sans saveur, plus dense que Peau, dúre et tres cassante, mais difficile a pulvériser. Composition chimique Détaché des rameaux auxquels il adhérait, ce produit fut soumis a Vanalyse; nous en avons obtenu les résultats suivants : Grammes dans 100 parties E OOO o 4,300 Ms e Solo noo Elo 1,442 Principes solubles dans l'éther de pétrole : matiere grasse.... 1,070 Brincipestisolubles dans Més crésimO A 20,762 ) 91.074 ther éthylique ..... den (LES CIO OSLO E Principes solubles dans l'al- ( matiere colorante... 0,118 ) 14.514 COOMALSO LA DN (ÉSTO AS o NA 14,396 ) di matiere colorante... 4.122 1 Principes solubles dans leau Y matiéres albuminoi- 6.450 distin e ) dées etextractives, qe a matiere colorante... 3,066 > Principes solubles dans l'eau Y matieres albuminoi- ( 4.198 alcalina oe O / dées et extractives, Ñ 4 TOA SS / Residuos O RS ELA 46,952 T'extrait obtenu par Véther de pétrole donne une matiere grasse, blanche; F. 55*%-57*. Par Péther éthylique, lextrait contient une petite quantité (gram- mes 0,312) une matiere cireuse, blanchátre, une odeur sui generis LA LAQUE DE LA TUSCA 221 soluble dans la benzine bouillante ou elle se dépose en se refroidis- sant, sous forme de granules cristalins blanes; F. 55”. Dans presque sa totalité, cet extrait est constitué par une résine de couleur rou- ge pourpre, soluble dans Palcool a 85” et dans Pacétone; F. 57*-587; D. 22* — 1010. Cette résine est soluble dans les alcalis (KOH, NaOH, AzH>”), avec une coloration «(un rouge vineux intense, qui vire au rouge pále apres un certain temps. La solution alcaline pré- cipite en jaunátre par Vacide chlorhydrique. Avec Pacide sulfurique, donne une coloration jaunátre, quí passe au rouge intense, puis ensuite au rouge cerise, virant plus tard au rouge brunátre et finalement au brun foncé. Pacide nitrique ne Pattaque pas a froid, ni ne modifie sa colora- tion; égale chose s'obtient avec Pacide chlorhydrique. T'extrait alcoolique, sauf une petite quantité de matiere colorante analogue a celle produite par les extraits aqueux et aqueux alcalins, est constitué par une résine un rouge foncé, soluble dans Palcool a so” et dans lacétone; F. 80*-82*; D. 22* = 1001. Cette résine est soluble dans les alcalis (KOH, NaOH, AzH?), avec coloration brune rougeátre. La solution alcaline précipite en jaune- blanchátre par Pacide chlorhydrique. Avec Pacide sulfurique, elle donne une coloration jaune-citron qui, apres quelques instants, passe au brun. Pacide nitrique Pattaque á froid, la colorant en jaune-rougeátre. TPacide chlorhydrique ne Pattaque pas et ne modifie pas sa colora- tion. Les extraits aqueux et aqueux alcalins renferment des matieres albuminoidées et extractives, des sels et une matiere colorante a fonction acide, de couleur rouge pále, soluble dans Palcoo!l. Ce principe se fixe sur la laine sans besoin de mordant. Quelques portions projetées sur Pacide sulfurique chaud produit une belle coloration rouge cerise. La solution aqueuse se comporte, avec les réactifs, de la maniere suivante : Acétate de plomb : précipité violet pále. Sub-acétate de plomb : précipité violet foncé. Acétate de cuivre : précipité violet. Hydrate de soude : premierement coloration améthiste, puis apres un certain temps, il se produit un précipité floconneux violet. Égale réaction se produit avec Phydrate de potasse, lPamoniaque et les car- bonates alcalins. 222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Acide sulfurique : la coloration de la solution pálit avec tendance au jaune; méme réaction avec les acides nitrique et chlorhydrique. Liqueur de Fehling: a froid, coloration violette; bouillant, sans réduction aucune. Étant donné ses caracteres morphologiques et sa composition chi- mique, ce produit doit done étre placé parmi les véritables laques produites par des coccidés. Nous »Wavons pu jusqw ici obtenir des insectes parfaits, pour pou- voir en faire la description, les carapaces de notre coccidé étant absolument desséchées a Pintérieur et ne permettant de distinguer que quelques débris organiques. Néanmoins, comme notre produit est une véritable laque, nous ne ecroyons pas nous tromper en faisant rentrer Pinsecte qui la produit dans le genre Tachardia. Provisoirement et jusqu'áa étude plus complete avec du matériel frais, nous le désignerons done sous le nom de Tachardia argentina ». sp. Le genre Tachardia a été créé, en 1886, par R. Blanchard ; il y fit rentrer le coccidé de la véritable laque, le Coccus lacca Kerr. ou Car- teria lacca Sign. Dans son Catalogue of the Coccidae of the World, publié en 1905, Mrs. Maria E. Fernald énumere, pages 123 a 126, 22 especes connues du genre Tachardia. Outre le Tachardia lacca (Kerr.) KR. Blanch., nous y rencontrons : Deux especes, provenant du Natal, les Tachardia actinella CkM. et King et F. albida Ckll., ce dernier yvivant sur un Mimosa. Cinq especes, originaires de l'Australie ; ce sont: Tachardia acaciae (Mask.) sur Acacia Greggíl. Tachardia australis Frog. sur Beyerta viscosa. Tachardia convexa Full. sur Hypocalymma. Tachardia melaleuca Mask. sur Melaleuca uncinata et pustulata, Aster axillaris, Eucalytus et Leptospermum sp. Tachardia decorella (Mask.) qui se rencontre également dans les Indes orientales, en Chine et vit sur Myrica cerifera, Gardenia flori- da, Eugenia Smithii, Leucopogon microphyllus, Monoteca elliptica, alosi que sur la plante du thé. LA LAQUE DE LA TUSCA 223 Les États-Unis méridionaux et le Mexique arrivent avec un con- tingent de huit especes : Tachardia cornuta Ckl1l. du Mexique et du Nouveau Mexique, sur Parthenitum incanum. Tachardia fulgens CK1. de V Arizona et du Mexique, sur Mimosa, Prosopis, Coursetia glandulosa. Tachardia fulvoradiata CKk1. du Mexique. Tachardia nigra Towns. et Okll., du Mexique, sur Acacia sy. Tachardia pustulata CKM., de P Arizona. Tachardia rotundata F. et Ckll., du Mexique, sur Ziena et Guasinma, et enfin les Tachardia (Cortesia) Larreae (Comst.) R. Blanch. sur les branches du Larrea mexicana Moric. que Von rencontre au Mexique et dans la résion sud-ouest des États-Unis ; et le Tachardia mexicana (Comst.) R. Blanch. quí vit sur une mimosée a Tampico, Pamaulipol et autres localités méxicaines et dont le produit porte les noms de laque de Mexico, gomme de Sonora, laque du pays, Tzinacan ou Pzina- cancuitlel. Le Tachardia gemmifera Ckll, vit en Jamaique sur Chrysobalanus ÍCACO. Nous rencontrons enfin au Brésil cinq especes de Tachardia : T. cydoniae Hemp., sur Oydonia sp. T. ingae Hemp., sur Inga sp. T. parva Hemp., sur des myrtacées. T. rosae Hemp., sur des roses cultivées. T. rubra Hemp., sur Cydoniía et Oroton sp. Le Tachardia argentina porte donc a 23 le nombre des especes ac- tuellement connues de ce genre intéressant. MUSÉE DE PHARMACOLOGIE, Faculté de Médecine. Buenos-Aires, 15 septembre 1906. Tachardia argentina n. MORFOLOGÍA DE LOS POLITEDROIDES REGULARES DE CUATRO Y CINCO DIMENSIONES POR EL INGENIERO P. De LEPINEY Inspector de enseñanza secundaria Á pesar del mareado interés que empiezan á despertar las especu- laciones relativas á la geometría del hiperespacio, muchas personas mal informadas sobre el objeto y alcance verdaderos de estas inves- tigaciones, las consideran todavía como simples divagaciones, ino- centes pero estériles, que traen casi inevitablemente á la memoria el famoso dicho de Moliere: « Mais que diable allait-il faire dans cette galere !» En vano se observa :á estos escépticos conjuntamente con Poincaré (1) que el espacio tridimensional no es una forma impuesta á nuestra sensibilidad. Si después de haber analizado con ellos las sensaciones táctiles, visuales y motrices que originan la noción de espacio, se les dice: «La experiencia nos guía simplemente en la elección que hacemos entre todas las hipótesis posibles relativas al número de dimensiones del espacio, pero no nos impone ninguna en particular. No podemos afirmar que la geometría clásica es más ver- dadera que cualquier otra; la preferencia que damos á aquélla no pue- de justificarse sino por sa mayor comodidad. Esto es lo único que nos puede revelar la experiencia, de igual modo que nos enseña que la hipótesis de Euclides es más cómoda pero no más verdadera que las de Riemann y Lobatcheffsky ». Les queda siempre este último argu- mento al parecer irrefutable: « Atengámonos á esta hipótesis más có- moda : las tentativas que quisiéramos hacer para independizarnos de (1) La valeur de la science, pág. 65 y siguientes. Véase también Science et hy- pothese del mismo autor. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 15 226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ella, serían forzosamente casi estériles por la mayor complicación que acarrearían consigo, y desprovistas de interés práctico, ya que nues- tro espíritu se ha adaptado á las convenciones ancestrales que atri- buyen tres dimensiones al mundo exterior ». Para comprender hasta qué punto puede ser útil la hipergeometría á pesar del carácter esencialmente ficticio de sus fundamentos, hay que recordar la importancia que tienen en álgebra y en geometría las cantidades y los entes imaginarios. Para no citar sino unos pocos ejemplos : ¡cuántos recursos ha sacado la trigonometría de la fórmu- la Moivre ! ¡ cómo se simplifica el estudio de los focos en las cónicas mediante la consideración de los puntos umbilicales! En presencia de estos resultados ¿no es natural suponer que del estudio de los cuerpos hipergeométricos fluirán consecuencias interesantes para los sólidos de tres dimensiones? Por otra parte, la geometría y sobre todo el lenguaje geométrico fa- cilitan la exposición de muchas teorías que en el fondo son puramen- te analíticas. Pues bien, la consideración de los espacios de tres di- mensiones permite extender el método geométrico á las cuestiones en que intervienen más de tres variables independientes. Este artificio se emplea con ventaja, por ejemplo, en la teoría de las integrales múl- tiples (teorema de Kronecker y otros). Podria parecer paradógica la afirmación de que la terminología veométrica por sí sola facilita enormemente la comprensión y resolu- ción de problemas que en realidad son del dominio de otras ramas de las matemáticas; tan así es, sin embargo, que en prueba de ello po- dría aducirse un sinnúmero de ejemplos; he ahí algunos tomados al acaso : el vocabulario de la cinemática y las imágenes que ésta sugle- re, contituyen auxiliares eficaces para el estudio de varias cuestiones de veometría, entre otras la construcción de las tangentes á diferen- tes curvas; y la geometría á su vez suministra recursos análogos á la teoría de los números, á la de las funciones algebráicas, etc. Las propiedades de los polígonos regulares pueden utilizarse con ventaja para establecer el teorema de Wilson, resolver las ecuaciones in- determinadas ete. Klein en sus lecciones sobre el Icosaedro ha mos- trado todo el partido que se podía sacar de las propiedades de los poliedros regulares en la teoría de las sustituciones. En todos estos casos, la geometría constituye un poderoso auxiliar mnemotéenico, materializa y objetiva las cosas más abstractas, en- vendra asociaciones de ideas fecundas y sugiere generalizaciones úti- les. Se comprende pues de que manera están interesadas las matemá- POLIEDROIDES REGULARES DE CUATRO Y CINCO DIMENSIONES 227 ticas todas en que se desarrolle y perfeccione tan eficaz instrumen- to, aunque sea por medio de ficciones que del punto de vista de la geometría pura, carezcan de utilidad inmediata, como sucede con las hipótesis hipergeométricas. Ahora bien, uno de los problemas más importantes de la geometría multidimensional es la determinación de la forma de los poliedroides ó sólidos regulares de los espacios superiores. Desgraciadamente, los métodos empleados á este efecto por la generalidad de los autores son más ó menos indirectos y complicados. Con el propósito de subsanar estos inconvenientes hemos ideado el procedimiento más directo y elemental que exponemos á continuación. Fundándonos en el teorema de Euler generalizado, determinamos fácilmente todos los elementos morfológicos de los poliedroides de cuatro y cinco dimensiones : nú- mero de poliedros, caras y aristas que concurren á cada vértice, ete. Un sólo punto no puede ser abordado con este método, es el cálculo del número absoluto de vértices de los poliedroides de cuatro dimen- siones ; pere en el quinto espacio esta laguna se llena sin dificultad, gracias á la forma más conveniente que en este caso afecta la fórmula de Euler. [. — POLIEDROIDES DE CUATRO DIMENSIONES 1. Extensión del teorema de Euler á los sólidos regulares de cuatro di- mensiones. — En virtud del teorema de Euler, si A”, V' y C”* repre- sentan el número de las aristas, vértices y caras de una figura II” for- mada por la yuxtaposición de varios polígonos convexos reunidos en el espacio tridimensional sucesivamente alrededor de uno de ellos, sin dejar lagunas, se tiene en general A O (1) y cuando este agregado de polígonos constituye una figura cerrada, es decir un poliedro Il: A=V+ 0-2. (2) Ahora bien, supongamos que en el espacio cuatridimensional se forme un agregado de poliedros, iguales todos entre sí, siguiendo un procedimiento análogo al que ha servido, en el caso precedente, para formar la figura poliedral abierta II”, y tratemos de calcular el nú- ! mero de aristas. 4' , vértices V*, y caras C', contenidos en este 228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA agregado cuatridimensional que llamaremos poliedroide abierto, sien- do P', el número de los poliedros yuxtapuestos que lo forman. Para esto observemos la génesis de dicho poliedroide. Para engendrarlo, se tomará primero como núcleo fundamental un poliedro cuyos elementos deberán satisfacer la fórmula (2). Á este primer poliedro se agregará un segundo que tendrá p caras en común con él; á consecuencia de esta operación, el agregado cua- tridimensional adquirirá a aristas nuevas, q vértices nuevos, y Caras nuevas. Además, para obtener estos números a, 2, y, bastará induda- blemente proceder como sigue: para obtener a bastará deducir del número total A de las aristas del segundo poliedro, el número a de aquellas que pertenecen á las p caras de contacto, de manera que a= A — 4, análogamente o=V — 0, (3) / Y == C — ( Pero la zona de contacto constituye á su vez una figura poliedral abierta, á la que se puede aplicar la relación (1), obteniéndose : a=vw+c«c—1. Por consiguiente, en virtud de (3): e =V+C0-2-(0+c—1) a=(V—w+(0—c—1 o > lo (4) 1 La adjunción de un tercer poliedro introduce otros elementos nue- vos, ligados entre sí por una relación idéntica á la (4): a 0 (5) y así sucesivamente, de manera que, si llamamos 2x, 2o, 2%y á las sumas de los términos semejantes que figuran en las fórmulas (4), (5) y las homólogas relativas á los poliedros sucesivos del agregado con- siderado, tendremos : A == Aa V',=V+2 0",=C0+3y POLIEDROIDES REGULARES DE CUATRO Y CINCO DIMENSIONES 229 Por otra parte, como el número de los sumandos numéricos es evi- dentemente igual á P”,: A (6). Esta es la forma en que se convierte la relación (1) cuando se pasa del espacio tridimensional al cuatridimensional, considerando en Ju- gar de un poliedro un poliedroide abierto. Si este poliedroide es de forma tal que pueda cerrarse mediante la adjunción de un nuevo po- liedro cuyos elementos pertenezcan todos ya á uno ú otro de los po- liedros precedentes, se obtendrá entonces un poliedroide propiamen- te dicho, con A, aristas, V, vértices, O, caras y P, poliedros compo- nentes, siendo LN V=V", C, == Cia E — » + 1. Ahora bien, llevando estos valores á (6), se obtiene la fórmula de Buler generalizada : == Vf MN A='V, +6, =B, Ó A VO (7) que puede enunciarse así : En todo poliedroide regular de cuatro dimensiones, la suma del número de aristas más el número de poliedros componentes es igual á la suma del número de vértices más el número de caras. 2. Otras relaciones generales entre los elementos de los poliedroides regulares de cuatro dimensiones. — Cada plano del poliedroide es co- mún á dos poliedros, luego : 20, =P.C. (8) Cada arista une á dos vértices, de manera que, si K es el número de las aristas que concurren á cada vértice : 24, =KV.. (9) Si las caras están formadas por polígonos de » lados y y, es el nú- mero de las caras que concurren á cada arista: p A, == nO,. (10) En los poliedros, á cada vértice concurre igual número de caras y 230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de aristas ; si aumentamos en una unidad las dimensiones de estos elementos, podremos decir también que en los poliedroides á cada arista concurre igual número de poliedros y de caras, hecho que se comprueba fácilmente advirtiendo que, si en un poliedroide se hace una operación equivalente á lo que sería una sección plana para un poliedro, es decir si se corta el poliedroide por medio de un espacio tridimensional, cada arista dará un punto (6 vértice), cada poliedro un plano (6 cara) y cada cara una recta (6 arista). Decimos que cada poliedro dará un plano (uno solo), en efecto, debe suponerse que el espacio tridimensional según el cual se efectua la sección no coinci- de con ninguno de los espacios tridimensionales dentro de los cuales están contenidos los poliedros componentes, por la misma razón que al cortar un poliedro se elige un plano que no coincida con ninguna de las caras de dicho sólido. Entonces cada arista del poliedroide será común á y. poliedros y como cada uno de estos tiene A aristas : VA, = AP. (11) A Si á cada vértice concurren 4 poliedros, como cada uno de estos tiene S vértices : AV, = VP.. (12) Si estos 4 poliedros que concurren á cada vértice del poliedroide no tuvieran ninguna arista común, como cada vértice poliedral se compone de m aristas, el número K de las que concurren á cada vér- tice del poliedroide sería Am; pero cada una de estas aristas es co- mún á y poliedros, de manera que en realidad e AM E=— 0) Ó IMA: (15) En cuanto al número z de los planos (6 caras) que concurren á Ca- da vértice del poliedroide sería también igual á 2m, si los poliedros componentes no tuvieran caras comunes, pero en realidad : AM 00. == o Ó A == DI (14) puesto que cada plano pertenece á dos poliedros. POLIEDROIDES REGULARES DE CUATRO Y CINCO DIMENSIONES 231 De las ecuaciones precedentes se deduce fácilmente A (15) ly> 4 para esto basta recordar la fórmula (9) y observar que 3. Relaciones que caracterizan á los poliedroides derivados de los dife- rentes poliedros regulares. — En la fórmula de Euler generalizada reemplacemos V,, €, y P, por sus valores deducidos de (9), (10) y (11): pA, 2A, A E UA, ¿E IN ES 7) Ahora pongamos en lugar de 2 su valor deducido de (13) y supri- mamos el factor común A, : 2p, 7) o ia JSN AM 7) a ES A] de a (16) NM A, .M|=—=)] —2,.=0. ; : 6 7) Si en esta última fórmula asignamos á A, m y a los valores que corresponden á los diferentes poliedroides regulares, obtendremos para cada caso una relación entre los elementos 4 y y. de los polie- droides derivados. He ahí los resultados de estas sustituciones ; Tetraedro : JA 6 m= 83 1='S Do” 1 5 6) 7 SA — ¿Mo — 2 = 0 (17) sad Oubo : Y 0 == ME E Os 1 "a o D JA ¿A — 24 = 0 (15) Octaedro : IN 10 == al n= 3 4 Au — 24 = 0 (19) Dodecaedro : IN =>: 0) m=3 MI==0 Os 1 19) m ) SA — ¿Ay — 24 = 0 (20) 232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Icosaedro : AU) M=.> MS 3) 5) MN Dn == : IA 9 Av 21 ==0 (21) 4. Clasificación morfológica de los poliedroides. — Despejando los ¡alores de + y observando que las relaciones (17), (18) y (20) son idén- ticas, podremos dividir los poliedroides en tres grupos caracterizados por las siguientes fórmulas morfológicas Primer grupo. Derivados del tetraedro, del cubo y del dodecaedro : Segundo grupo. Derivados del octaedro : z 2p. p 4 Ah a =—R (23) 4 — pa Tercer grupo. Derivados del icosaedro : z 4, ] M0 la == === 0 (24) 10 GEO 9d Ahora bien, las ecuaciones indeterminadas (22), (23) y (24) admi- ten las siguientes soluciones enteras y positivas : MS == 4 (22) / == == p='5 E==320 (25) MO ="6 (24) == 5 == 212 que corresponden á 11 poliedroides caracterizados por el número y la forma de los poliedros que se juntan en cada arista: 1” Tres tetraedros : tri-tetraedroide ; 2” Tres cubos: tri-hexaedroide; 3 Tres dodecaedros : tri-dodecaedroide; 4% Cuatro tetraedros : tetra-tetraedroide; 5% Cuatro cubos : tetra-hexaedroide; 6 Cuatro dodecaedros : tetra- do decncdides : 1% Cinco tetraedros : penta-tetraedroide ; 8 Cinco cubos : penta-hexaedroide; 9” Cinco dodecaedros : penta-dodecaedroide; POLIEDROIDES REGULARES DE CUATRO Y CINCO DIMENSIONES 233 10% Tres octaedros : tri-octaedroide; 11” Tres icosaedros : tri-icosaedroide. 5. Discusión de los once casos precedentes. — Sabido es que si se toma al ángulo recto como unidad angular y al triángulo trirectángulo co- mo unidad superficial, el área X de un polígono esférico de m lados tiene por medida la suma S de los números que miden sus ángulos, menos 2(m — 2) X =$ — 2(m — 2). (25) Ahora bien, si se admite que los ángulos sólidos tridimensionales se miden por la superficie que interceptan sobre una esfera de radio 1, se les podrá aplicar esta fórmula (25), considerando á S como igual á la suma de los áneulos diedros cuya reunión forma el ángulo sóli- do en cuestión ; m será el número de estos diedros; de manera que en un poliedro regular cuyas caras forman ángulos diedros D, iguales todos entre sí, y tales que S = mb se tendrá X =mD — 2(m— 2) = mD — 2) + 4. Por otra parte, con las unidades adoptadas, la suma de todos los ángulos poliedros que se pueden agrupar alrededor de un punto den- tro de un espacio tridimensional es igual á s. Por lo tanto, este nú- mero 8 representará un límite superior, más abajo del cual deberá mantenerse la suma V de todos los ángulos tridimensionales agrupa- dos alrededor de un vértice de un poliedroide para que el ángulo cua- tridimensional correspondiente pueda tener una existencia real. (De- cimos real, dentro de la hipótesis del hiperespacio). Veamos si los poliedroides precedentemente determinados satisfacen esta condición: == NO Ó MD —2% +4=<-- (26) Para esto, tomaremos como valores aproximados de D : 70 a) - Tetraedro : : — = fa 907 9 Oubo : 1 1102 11 Octaedro == [8 xs) H> ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 1152 ES Dodecaedro : LA al O) 14092 14 Icosaedro : A 902 9 y con estos datos calcularemos los valores de cada miembro de la des - igualdad (26) para cada uno de los once casos enumerados : a mD—2>+4u - A j E 4 A ooo oooO: y == 2 D) 92 SA e ES AE 1 2 k 11 o A E IA et — 2 6 1 40 A ol aaa olas o iO 5 1 d) De A A lll e EEUU 1 1 11 6" o O E O O — ] 6 ]| ao A as a E A E NS 5 0,4 19) So e o a e 1 0,4 11 9? A A OS, a a — 0,4 6 Ss LOS OA a A A A OR - 1,3 9 A 10 A SA A Sao o dae — 0,6 9 Este cuadro nos demuestra que deben ser descartados los casos 5” 6% 5% 9” y 11%. Quedan, por consiguiente, seis poliedroides regulares : 1% El tri-tetraedroide; 2% El tri-hexaedroide; 3 El tri-dodecaedroide ; 4 El tetra-tetraedroide ; 5” El penta+tetraedroide; 6” El tri-octaedroide ; en resumen, tres derivados del tetraedro y uno de cada uno de los demás poliedros, con excepción del icosaedro que no puede dar lugar á ningún poliedroide real. 6. Morfología de los vértices de estos poliedroides.— Conocidos 4 y pa, POLIEDROIDES REGULARES DE CUATRO Y CINCO DIMENSIONES 235 se determina fácilmente K y = por medio de las fórmulas (13) y (14), obteniéndose así los elementos del cuadro que sigue : y) K TT Meter Methexaedrode / 4 4 6 Tri-dodecaedroide............. Retrostetraedroide S 6 12 Penta-tetraedroide............ 20 12 30 TMeEtorrac le 6 S 12 Derivadoimaginario del icosaedro 12 20 30 7. Número absoluto de los vértices. — Para determinar el número de los vértices, aristas, caras y poliedros componentes, no basta in- troducir los valores obtenidos para A, y, 7 y z, en las ecuaciones (7) á (15) aunque estén aparentemente en número suficiente para cal- cular las incógnitas A,, P,, V,, C,. En efecto, todas estas ecua- ciones son homogéneas con respecto á dichas incógnitas, de ma- nera que conducen solamente á relaciones de proporcionalidad. Si la fórmula de Euler generalizada contuviese un término numérico, co- mo la que se refiere á los sólidos tridimensionales, el cálculo de A,, P,, V, y O, no presentaría dificultad alguna, pero á causa de la for- ma desfavorable que afecta la relación (7), el método que acabamos de desarrollar y que nos ha revelado tan fácilmente la morfología de los vértices, aristas, ete., de los poliedroides, no se presta para la de- terminación de los valores absolutos de estos elementos A,, P,, V,, O,- Hay que recurrir forzosamente á procedimientos menos directos y más complicados. No los reproducimos, para no quitar á este trabajo el poco mérito que pudiera valerle su originalidad (%). Observaremos simplemente que si se supone conocido uno solo de los elementos A, (*) Cuando descubrimos la generalización del teorema de Euler, creíamos que era nueva. Posteriormente la hemos encontrado mencionada en la Géométrie 4 qua- tre dimensions de Jouffret (pág. 99 y siguientes), con esta observación : «Ce bean théoreme parait devoir étre attribué a Stringham ; on en trouvera la démonstra- tion, dans 1" 4nalysis Situs de Poincaré. » Hemos buscado esta última demostra- ción, encontrando que era muy diferente de la nuestra, y á nuestro parecer, mu- cho menos elemental. No conocemos la de Stringham, publicada en el 4merican Jouwnal of Math, pero suponemos que ha de ser bastante complicada también, por cuanto Jouffret no la reproduce en su obra especial sobre la materia. En cuanto á la aplicación que hacemos de este teorema, creemos todavía que es nueva, á pesar del primer desengaño que acabamos de referir con la franque- za que correspondía. 236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Pi, V,, O,, los demás se deducen fácilmente de las fórmulas del pá- rrafo 2, con los resultados consignados en el cuadro siguiente: V, A Ch P, Tri-tetraedroide...... a) 10 10 5 Tetra-tetraedroide.... 16 32 24 S Penta-tetraedroide.... 600 1200 120 120 Tri-hexaedroide...... S 24 32 16 Tri-dodecaedroide..... 120 120 1200 600 Tri-octaedroide....... 24 96 96 24 Teniendo en cuenta los valores de V,, seda á menudo á estos po- liedroides los nombres y símbolos siguientes : Tri-tetraedroide, €”: Pentaedroide; Tetra-tetraedroide, 0'”: Hexadecaedroide; Penta-tetraedroide, 0%”: Hexacosiedroide ; Tri-hexaedroide, 0%: Octaedroide ; Tri-dodecaedroide, 02%: Hecatonicosaedroide ; Tri-octaedroide, 07: Icosatetraedroide. S. Otras propiedades de los poliedroides. — Vortemos un poliedroide por un espacio tridimensional bastante próximo á un vértice y simé- trico con respecto á los poliedros que lo forman. Cada poliedro dará un plano, cada cara una recta y cada arista un punto. Es decir que esta sección tridimensional debe ser un poliedro regular formado por + planos, z lados y K vértices. Efectivamente los valores hallados para 4 son iguales á los de O, los de 7 iguales á los de A ; los de K iguales á los V. En particular : El derivado imaginario del icosaedro da un dodecaedro. 0% da un icosaedro. (C*, ($, C** da un tetraedro. 0** da un octaedro. 0 da un cubo. El cuadro del párrafo 7 demuestra que hay cierta conjugación entre P, y V,; de esta circunstancia se deduce que si se toman como vérti- ces los centros de las células de un poliedroide regular, 0? y 0% se reproducen á sí mismos; 0* y 0'” se engendran recíprocamente, así como 0'** y C*%%. En esta forma de conjugación de los poliedroides, P,, A,, A y 7 permutan respectivamente con V,, C,, p. y A. Si no se conocieran los valores del cuadro aludido, se podría afir- mar sin embargo que P, y V, son permutables. En efecto esta propie- dad fluye directamente de las ecuaciones (11) y (15), una vez que se POLIEDROIDES REGULARES DE CUATRO Y CINCO DIMENSIONES 237 han calculado los valores de z, comparándolos con los valores cono- cidos de A. Vemos pues que la proposición anterior puede estable- cerse exclusivamente con los recursos que suministra la aplicación del teorema de Euler generalizado. Es de observarse también, que permutando m con y, 4 permuta con K; luego existe otra conjugación entre 0 y 0% y entre 0% y el derivado imaginario del icosaedro, debiendo considerarse que C?, ($, 02 se corresponden á sí mismos. Il. — POLIEDROIDES DE CINCO DIMENSIONES 9. Extensión de la fórmula de Euler á los poliedroides regulares de cinco dimensiones, que se suponen formados por un agregado de células poliedroidales de cuatro dimensiones, agrupadas mediante un proce- dimiento semejante al que se usa para construir los poliedroides cua- tridimensionales con células poliédricas. En el poliedroide que sirve de nucleo : MO 84 tE Si á éste se yuxtapone un segundo poliedroide, se introducen los siguientes elementos o = V, —0, e C, A C, A iD siendo v, e, a, p, los elementos de la zona de contacto, es decir de un poliedroide abierto para el cual se realiza la relación (6), de manera que => Ep í Y Yuxtaponiendo un tercer poliedroide á los precedentes, se obtiene resultados análogos, y así sucesivamente. Luego, si V',, 0”,, A!,, P”, representan los números de elementos de una cadena pentadi- mensional abierta de células tetradimensionales, siendo Q *, el número de dichas células, tendremos 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Pero como á cada célula, con excepción de la primera, corresponde un samando (— 1): AN NE, pan ! y / E ! pan Oe QUIE e sete (Q, 10 Si la cadena de células se cierra sin que se introduzca elementos nuevos, ó mejor dicho introduciendo solamente una célula cuyos po- liedros, caras, etc., existan ya en las demás células: WA. == he e = 0, O, a , al Por consiguiente, en el poliedroide pentadimensional resultante, se tendrá : Vo Ap cs El Q, A A; le P, 2. (27) 10. Extensión de la misma fórmula al caso de los espacios de un nú- mero cualquiera de dimensiones.— La fórmula (27) es análoga á la (2) y contiene, como ésta, el término independiente 2. Por consiguiente, si se concibiera un sólido regular de seis dimensiones, compuesto de un agregado de R, poliedroides pentadimensionales, razonando como en el párrafo 1 se vería que los elementos de este nuevo sólido satisfacen la relación Vi FO HFQ=A+P,+R, (28) que es de la misma forma que la (7), sin término independiente. De esta fórmula (28) se deduce, mediante un razonamiento análogo al del párrafo 9 que, en los sólidos de siete dimensiones: VAIO. + Qu SA E pos En general, si llamamos Y á la suma de los números de elementos de 1, 2, 3... (1 — 1) dimensiones de que se compone un sólido regular de 1 dimensiones, dando á los samandos de % el signo + Ó — según correspondan á elementos de un número impar ó par de dimensiones, tendremos : ==: 0) en los espacios de un número par de dimensiones y ) y] sa sá en los espacios de un número impar de dimensiones. POLIEDROIDES REGULARES DE CUATRO Y CINCO DIMENSIONES 239 Estos resultados pueden expresarse mediante la fórmula única Y=1-—(— 1). 11. Otras relaciones generales entre los elementos de los poliedroides regulares de cinco dimensiones. — Sean 0,1 ',7",7' los números de células tetradimensionales, poliedros, caras, aristas, que se juntan en :ada vértice del sólido pentadimensional considerado. Como cada célula tetradimensional contiene V, vértices: VO Vi (29) Como cada poliedro contiene V vértices: NE (30) Como cada cara contiene n Vértices : De las relaciones (27), (29), (30), (31) y (32) se desprende esta otra : O EE OVA NOVO a o A (33) 4 Es de observar que una sección tetradimensional conveniente- mente hecha en un sólido pentadimensional debe dar evidentemente un poliedroide regular de cuatro dimensiones. Cada una de las células que concurren al vértice debajo del cual se practica la sección, da en este caso un poliedro; cada poliedro una cara; cada cara una arista; ada arista un vértice. Por consiguiente, los coeficientes 0, A”, 7, %.' que figuran en la fórmula (33) deben tener respectivamente alguno de los valores hallados anteriormente para P,, C,, A,, V, (párr. 7), quedando entendido que en cada caso el sistema de valores atribui- dos 40,1, 7,7”, debe corresponder á un mismo poliedroide regular tetradimensional. 12. Número de vértices que corresponde á cada uno de los diferentes poliedroides de cinco dimensiones. — Para deducirlo de la fórmula (33). basta en virtud de las consideraciones precedentes, considerar sucesi- vamente cada una de las hipótesis que pueden hacerse sobre los valo- res del sistema de coeficientes 0, 4 ', 7", x' y los del sistema n, V,, 5. En otros términos, hay que examinar sucesivamente los resultados 240 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que se obtienen haciendo todas las hipótesis posibles sobre la natu- raleza de las células y de las secciones tetradimensionales que pue- den atribuirse á un poliedroide pentadimensional. Principiaremos por aplicar la fórmula (35) á los siguientes casos : Células Secciones Células Secciones al C* C* O O$ 0% oc C* O ADO C* O* Ia (Us On cose O$ quo Ie: e (qe A Os qa oa C* 012 DONA Os quo a O? ue MM 06 (000 a A A A o si, == De MA == 110% A A Et Y == De V, resulta negativo. IS ES == Si, == Do Mic AO E A O E E ld y == Do V, resulta fraccionario. VE 0 =120 2 == 1207112000600. =3 51 == V, resulta negativo. AE 00:=60017=120077 "1201712013091 0% V.-=2, valor inadmisible. VES =9 00010, == 10 SO AMO A E A E == 10. V, resulta negativo. ¡NAO ADS == 9 2 E 2 == 1 SN Y, resulta indeterminado. = 10% 4 A == O A, == 110. V, resulta negativo. NO 1200 =02 0 1711200016000 4299 0 07 V, resulta negativo. XI 0=600, 1 1200, 2 "=120) 1 '=1207 104, S=35 Wi l0 V, resulta fraccionario. Ninguno de los otros casos que podríamos considerar nos conduci- POLIEDROIDES REGULARES DE CUATRO Y CINCO DIMENSIONES 241 vía á sólidos reales ; por consiguiente en el espacio de cinco dimen- siones sólo existen tres sólidos regulares, que representaremos por los símbolos L, M y N. L tiene 6 vértices; M tiene 10, N tiene 32. 15. Número de células, poliedros, etc., que corresponden á estos sóli- dos.—Se calculan por medio de las fórmulas (29), (30), (31), (52), dan- do sucesivamente 40,4',7',x, V, los valores que corresponden á los casos I, HIT y VII del cuadro anterior. He ahí los resultados que se obtienen en estos tres casos : vi A Cs .S Qs e 6 15 20 15 6 MAS a ios 10 40 sU su 92 IN cria 32 sU s0 40) 10 14. Otras propiedades morfológicas.—Sean0',1”,7" los números de células, poliedros y caras que concurren á cada arista, y 0” el núme- ro de células que concurren á cada cara, igual al número de poliedros que concurren á cada cara, por la misma razón que en los sólidos te- tradumensionales á cada arista concurre igual número de poliedros y «le caras. Tendremos: a pA DEA M== E. . A AN => C, .N OQ 0,. 00: De estas relaciones se deduce el siguiente cuadro de valores : 7 / A " T ” 0 ” a e ea cd, 4 6 4 3 A S 12 6 4 a es area AUGE 4 6 4 3 15. Descripción morfológica completa del sólido L. 1 Vértices : 5 células tetradimensionales (pentaedroides); 10 po- liedros (tetraedros) ; 10 caras (triangulares) ; 5 aristas. 2% Aristas: 4 células; 6 poliedros; 4 caras. 3% Caras: 3 células; 3 poliedros. 4% Sección tetradimensional : pentaedroide. 16. Descripción morfológica completa del sólido M. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 16 242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 1% Vértices : 16 células (pentaedroides); 32 poliedros. 24 caras; S aristas. 2% Aristas: S células: 12 poliedros 6 caras. 3% Caras : 4 células; 4 poliedros. 4% Sección tetradimensional : hexadecaedroide. 17. Descripción morfológica completa del sólido N. 1% Vértices: como L, pero las células son octaedroides. 2% Aristas : como L, con la misma diferencia. 3 Caras: como L, con la misma diferencia. 4% Sección tetradimensional : pentaedroide. LA NIVELACIÓN DE PRECISIÓN EN LA REPÚBLICA ARGENTINA CONFERENCIA DADA EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (Conclusión) La nivelación, prolongada después con ramales y polígonos secun- darios, por las costas marítimas y á lo largo de todos los ríos nave- gables, correlacionando los ceros locales, fijaría, sin solución de con- tinuidad, la línea de ribera, eliminando las ambigiiedades y erróneas interpretaciones de la ley nacional, que suscitan tantos pleitos. El gran perímetro fundamental ofrecería también una buena base para internar algunos polígonos en la Cordillera y ligar la nivelación chilena con la nuestra por el ferrocarril transandino, y, más al sud, sobre la prolongación del ferrocarril al Neuquen, por el paso de An- Luco. Así el Atlántico y el Pacífico quedarían unidos por la nivelación internacional, y se podría emprender el estudio comparativo del ni- vel medio de los mares australes. El continente sudamericano se presta al estudio analítico de la oceanografía por la extensión y la disposición de sus costas. Un ser- vicio permanente de mareógrafos, relacionados todos á la nivelación internacional, determinaría con exactitud la superficie de nivel fun- damental, con evidente ventaja para los estudios hidrográficos. La nivelación, reiterada á largos intervalos, prestará servicios va- liosos á la geología midiendo los movimientos bradiseísmicos y los desplazamientos tectónicos y Ccársicos. Tales movimientos se producen con fuerza progresiva en algunas 244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA regiones de la República y, en muchos puntos del continente sud- americano. Tenemos un ejemplo en las altas barrancas de Paraná, que contras- tan con los bañados de la opuesta playa santafecina. Los movimientos que hemos constatado en los edificios de las aguas corrientes de Paraná, demuestran que una parte considerable de la barranca marcha lenta y progresivamente hacia el eje del río. Se han hecho trabajos de pilotaje y defensa para evitar la comple- ta ruina del edificio de las bombas. Dada la constitución del lecho del río, frente á Paraná, el movimiento de los edificios de las aguas corrientes podrían ser, debido tal vez al peso de las construcciones y á las vibraciones producidas por el movimiento de las máquinas, un movimiento lento de toda la barranca, hacia el eje del río, con el cual las capas geológicas buscan el equilibrio tectónico, ayudadas por el laboreo cársico del inmenso Paraná. Finalmente, mencionaremos una cuestión de alto interés científico en cuya solución, por la gran extensión del territorio nacional, la nivelación de la República está llamada á contribuir en gran parte. Al definir la nivelación, hemos visto la íntima conexión que hay en- tre la forma de la superficie de nivel y la variación de la gravedad, de un punto á otro del globo. Para conocer la forma de la superficie de nivel fundamental (que Listing en 1573 denominó geoide), se determina experimentalmente la eravedad en varios puntos para los cuales se calculó el mismo valor, suponiendo el geoide de forma elipsóidica. En función de las diferencias entre los valores teóricos y experi- mentales de la aceleración de la gravedad, la fórmula de Stokes, per- mite calcular, en unidades métricas, las discrepancias lineales del geoide, respecto al elipsoide medio. La nivelación dinámica, calculada con los valores experimentales de la gravedad, comparada á la nivelación dinámica referida al elip- soide, con la fórmula de Clairaut-Bouguer, daría directamente las di- ferencias lineales del geoide, á lo largo de todas las líneas del cane- vás hipsométrico, en forma más continua y sencilla. Es inútil insistir sobre el interés geodésico de tales estudios, es- pecialmente ahora que el Instituto Geográfico Militar Argentino está dando gran impulso á los trabajos astronómicos y no tardará en efec- tuar la triangulación del territorio nacional. Tampoco es de nuestra incumbencia el demostrar la importancia de la nivelación dinámica y del estudio de la forma del geoide en las NIVELACIÓN DE PRECISIÓN y 245 cuestiones geofísicas que se refieren á la distribución de la densidad en las masas internas del globo. V La nivelación de precisión, iniciada por la dirección general de obras hidráulicas, comenzó bajo la modesta forma de una pequeña subcomisión compuesta de dos operadores y siete peones. Siempre conservando estas limitadas proporciones, en casi siete años que han transcurrido desde que se nos hizo el honor de encar- garnos la ejecución de las operaciones, se han efectuado 3000 kiló- metros de nivelación doble contemporánea. Dejando numerosos puntos de referencia, ligando las costas con muchos ramales, relacionando escalas y mareógrafos, se han seguido las márgenes del río Uruguay hasta Monte Caseros; del río Paraná hasta Corrientes, y las costas del Atlántico, hasta Mar del Plata. Todas estas nivelaciones salen de Buenos Aires relacionadas al cero del mareógrafo del Riachuelo. Los buenos resultados obtenidos necesitan ulteriores comprobacio- nes, pues todavía falta la reiteración de las operaciones y las líneas actuales, todas abiertas sin cerrar perímetros, no permiten la defini- tiva determinación de los errores, ni los cálculos de compensa- ción. Falta también la rigurosa comparación de las miras y la reducción ortométrica ó dinámica de las operaciones. Naturalmente, la dirección general de obras hidráulicas ha debido proceder rápidamente, y dentro de los recursos disponibles, á deter- minar a priori, con suficiente aproximación, los desniveles necesarios para los estudios hidrográtficos. Es mérito indiscutible de esta repartición nacional haber ensayado los métodos y modificado debidamente las operaciones que ahora mat- chan con rapidez y seguridad. Pero la dirección general de obras hidráulicas debería tener pre- sente las necesidades de sus estudios y obras. El numeroso personal de sus comisiones, siempre escaso frente á la magnitud de sus trabajos, no puede distraerse en los minuciosos y largos estudios que requiere la nivelación general de la República. Después de la breve descripción que hemos hecho se comprenderá Ae 246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que no es posible, con dos operadores, abarcar todas las necesidades de un completo y perfecto servicio de nivelación general. La necesidad de este servicio se hace sentir cada día más imperio- samente. En el mes de diciembre del año próximo pasado, el ingeniero Wau- ters, encargado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, de efectuar los estudios de irrigación de Patagones, ha debido recurrir al personal de esta pequeña subcomisión llevándose, uno de los ope- radores, durante seis meses, para confiarle la nivelación de precisión. Siguiendo el sistema actual pasarán muchas decenas de años antes de que se complete la nivelación general; y, además, los trabajos ca- recerán de la uniformidad indispensable para constituir el canevás hipsométrico fundamental de la república. En el interés de la celeridad, exactitud y economía es necesario es- tablecer un sistema de cuatro comisiones cuyos trabajos se efectua- rán uniformemente bajo una sola dirección general de nivelación. Cada comisión debería componerse de cuatro operadores (en lugar de los dos que tiene la actual subcomisión) así con dos niveles y dos pares de miras ejecutaría las nivelaciones dobles de ida y vuelta, en la misma zona. De tal modo, los controles de las operaciones serían más fáciles é inmediatos. Cada comisión se compondría de: Pesos Dos niveladores á pesos 250 cada UDO............... 500 Dos ayudantes niveladores á pesos 200 cada uno...... 400 Cuatro porta miras á pesos 60 cada UNO. ............ 240 Ochospeones 4 pesos toUcada 400 Gastoside ca acc 60 Con un gasto mensual de pesos............. 1.600 Cuatro comisiones gastarían en un mes pesos 6.400 y pesos 76.500 anuales. Estas comisiones serían dirigidas y contraloreadas por una direc- ción general, así compuesta : Pesos Un director general á pesos 800... 800 Un*inmspector seneral pesos 10M le 700 Untsubinspectorid pesos UM 500 Tres computadores á pesos 150 cada UNO ........... 450 Con un gasto mensual de pesos............ 2.450 Y con el gasto anual de pesos..r.......... 29.400 NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 247 En resumen, el presupuesto total de gastos anuales, de la Dirección general de Nivelación, sería : Pesos AN a ota O Alo ES Aa AS ON E 29.400 Cuatro comisiones de nivelación.......o.ooo.ooooooooooor... 76.800 Gastos extraordinarios, material, útiles, publicaciones....... 11.800 OXseatuntto balde pesos o 118.000 La subcomisión actual cuesta 18.000 pesos anuales, por lo tanto, la Dirección general de Nivelación que proponemos ocasionaría un exceso de gasto anual de 100.000 pesos (1). Pero el costo kilométrico de la nivelación de precisión, que actual- mente llega á 60 pesos, se reduciría á 38 pesos. Dispuesta en esta forma la Dirección general de Nivelación, las cuatro comisiones serían distribuidas según las más urgentes necesi- dades. Tres se ocuparían en la rápida formación del canevás fun- damental, prineipiando por las líneas y polígonos que ofrecen mayor interés. Una quedaría exclusivamente dedicada á correlacionar todos los estudios y obras importantes que necesiten el apoyo de la nivela- ción de precisión. El director general se ocuparía de los trámites administrativos, de la dirección del personal á sus órdenes, de la publicación de las me- morias, cálculos y resultados. De acuerdo con el inspector general, organizaría el plan de trabajos formulando los proyectos para la ni- velación fundamental y secundaria. El inspector general se ocuparía en la determinación de la grave- dad á lo largo de las líneas niveladas. Ayudado por el subinspector y los computadores, contralorearía las operaciones, calculando los erro- res; efectuaría la compensación de los polígonos y la comparación de las miras. Además, el inspector general y el subinspector se ocuparían de instruir é iniciar al personal de campaña. Efectuarían frecuentes ins- pecciones á las comisiones; rectificarían y contralorearían los instru- mentos, vigilando rigurosamente la marcha de las operaciones. (1) En esos días la Dirección general de Obras Hidráulicas organiza una se- gunda comisión de nivelación. El gasto que ocasionarán las dos comisiones será de 32.000 pesos anuales, Por lo tanto la organización que proponemos ocasionará, en los primeros diez años, un recargo de 86.000 pesos, y en los sucesivos de 18.000 pesos solamente, con la ventaja de que el trabajo, uniformemente conducido, resultaría homogéneo y contraloreado. 248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Esta organización permitiría llevar las operaciones con todo el ri- gor que hemos expuesto en las precedentes descripciones. Cada comisión, efectuando sólo el trabajo de campaña, sin otras preocupaciones, podría en un mes, hacer cómodamente 65 kilómetros de nivelación doble de ida y vuelta, ó sea cuatro veces reiterada. Las cuatro comisiones efectuarían 260 kilómetros mensuales y 3120 al año, de nivelación cuatro veces reiterada. En diez años se obtendrían 31.200 kilómetros de nivelación de alta precisión. Se tendrían así niveladas las vías férreas actuales y ade- más 11.200 kilómetros, que serían más que suficientes para cerrar los perímetros fundamentales, formando un valioso canevás de polí- gonos hipsométricos, todos ligados y perfectamente compensados. Entonces las comisiones podrían reducirse á una sola, porque la dirección general de nivelación no tendría más que mantener las ni- velaciones ejecutadas, restableciendo los puntos de referencia des- aparecidos ; efectuar las nivelaciones secundarias para completar la red, según las necesidades de la nación, y reiterar las nivelaciones en los terrenos donde pueda suponerse que se hayan producido movi- mientos seísmicos, cársicos ó tectónicos. En la dirección podrían suprimirse también dos computadores. De tal modo después de diez años la dirección general de nivela- ción ocasionaría los gastos siguientes : Pesos Dirección e A A 25.800 UnacomS1onr 10.200 EXEC AAN AOS 5.000 Con un total anual de pesos.. 50.000 Gasto muy limitadosiseconsideraque alcanza á cubrir lasnecesida- des del servicio permanente denivelación en el vasto territorio nacional. Se podría observar que el sueldo de los niveladores y ayudantes niveladores es muy reducido, tanto más que no se les asigna sobre- sueldo ; pero la categoría de los niveladores queda reducida á impor- tancia secundaria, siendo meros ejecutores de las instrucciones reci- bidas, bajo el contralor y vigilancia de la inspección general. En el curso de nuestros trabajos hemos iniciado á seis ayudantes en las operaciones de campaña. Nuestro método se presta mucho á ser ejecutado mecánicamente por empleados que carezcan de toda preparación científica. En dos ó tres días cualquiera que posea buena vista y sepa sumar, puede volverse un perfecto nivelador, siguiendo, «ad litteram, nuestras indicaciones. NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 249 El empleado que actualmente tenemos, en reemplazo del ayudante ¡ue fué con el ingeniero Wauters á efectuar la nivelación en Patago- nes, es un escribiente y carece de toda preparación técnica. Las ope- raciones que ejecuta mecánicamente arrojan óptimos resultados. En Alemania, Francia é Italia, ya no se emplean más ingenieros niveladores. Las nivelaciones se confían á obreros, cabos y sargentos, con ventaja grandísima en la economía y la exactitud. Estos niveladores, desprovistos de toda idea teórica, operan con ingenuidad, sin que las imágenes mnemónicas se adelanten á los va- lores leídos en los instrumentos, y, por lo tanto, los valores que ellos observan son el resultado puro de la observación inconsciente, despo- jada de toda sugestión. Recordaremos aquí que, con intuición psicológica finísima, el céle- bre astrónomo Schiaparelli y sir Norman Lockyer, director del insti- tuto de física solar del Kensington Museum, hacían observar y dibu- jar la corona, durante el eclipse, por personas absolutamente profa- nas en astronomía solar. Nuestro sistema de nivelación ofrece un sinnúmero de comproba- ciones y contraloreos. Además, los inspectores, por su larga práctica en los trabajos de campaña y su conocimiento téenico de los méto- dos, vigilarán y contralorearán el trabajo pasoá paso, sin que se les es- cape ningún error; y será imposiblequelos operadores escondan ó arre- elenlas faltas, para engañarles respecto á la exactitud de los trabajos. Hemos visto que el progreso científico y económico del país recla- ma urgentemente la seria organización del servicio permanente de nivelación general. Este servicio, por la complicación de los trabajos y por la cantidad de los conocimientos especiales que requiere, no puede confiarse á una repartición del ministerio de obras públicas como un pequeño trabajo suplementario. Para conservar todo su interés científico, necesita que una peque- ña, pero bien organizada dirección, se haga cargo y se dedique ex- clusivamente á la nivelación general de la República. Se objetará que la organización de la dirección general de nivela- ción ocasionará un recargo de gastos de 100.000 pesos anuales en los primeros diez años y de 50.000 pesos en los años sucesivos. El gasto inicial para la compra de instramentos (que son : ocho ni- veles, ocho pares de miras, un comparador para miras, un proveta de niveles, y un aparato para medir la intensidad de la gravedad, dos teodolitos) no excedería la suma de 10.000 pesos. 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Estos limitados recargos de gastos, serían largamente retribuídos con las grandísimas ventajas que proporcionarían. En los anales del ministerio de obras públicas debería escribirse en letras de oro, la fecha en la cual un decreto organizara, con tan exiguos gastos, la unificación rigurosa y racional de todos los estu- dios, mediante una dirección general de nivelación, que sería la ofi- cina de registro y contralor de todas las fuerzas que encierra el terri- torio nacional. Como hasta ahora se ha recurrido á la nivelación de precisión para los estudios hidrográficos del Paraná, Uruguay, río de la Plata, At- lántico y riego de Patagones, así dentro de pocos años se hará sentir mayormente la falta de una institución que proporcione los preciosos datos altimétricos, con todas las serias garantías de su contralor y de la publicación de sus estudios inspirados en los más elevados y sanos ideales científicos. Los ingenieros de hoy, ilustrados y de sano criterio, no se conten- tan ya con empirismos; quieren poseer datos para el riguroso análisis, y reclaman la nivelación general del territorio nacional que debe fa- cilitarles su misión y extender el radio de su actividad. Nosotros, con el ideal de ver surgir la Dirección general de Nivela- ción, expresamos este deseo, que constantemente nos ha guiado, du- rante siete años de práctica y perseverantes estudios, en esta rama de las ciencias aplicadas. : Siempre amablemente ayudados por los ilustrados consejos de nues- tros jefes, de la dirección general de obras hidráulicas, nuestros es- fuerzos han conseguido perfeccionar y simplificar el método de nive- lación, aumentando las comprobaciones. En el interés particular del país, y de la ciencia en general, abri- gamos la esperanza, que este pobre discurso sintético encuentre un eco favorable en la opinión de los altos poderes del Estado. La formación de la Dirección general de Nivelación, será otro gran paso dado hacia el progreso de la República, con el cual dará, una vez más, laudable ejemplo á las demás naciones sudamericanas. Antes de concluir, quiero recordar agradecido al distinguido señor presidente de esta importante sociedad, comandante ingeniero Artu- ro Lugones, mi ex jefe, el cual me ha prestado siempre valioso apo- yo, su cariñosa amistad y sus esclarecidos consejos. ARDUINO LELLI. DÉTERMINATION DE LA GLUCOSE PAR F. P. LAVALLE Professeur de chimie analytique et toxicologique á la Faculté de médecine A la méthode que j'al modifiée et publiée dans diverses revues de la République Argentine et de Pétranger (1) j'ai employé la liqueur de Fehling avec un exces de NaOH pour éviter la précipitation de Voxyde cuivreux qui a pour objet la désaparition de la couleur bleue comme ayant terminé la réaction, on a objecté (2) a cesujet qu'on rem- péche pas la rapide réoxidation de Poxide cuivreux et que par consé- quent il serait toujours difficile d'observer la fin de cette opération. Dans beaucoup Vessais que j'ai faits sur différents produits sucrés, J'ai pu constater que toujours on a assez de temps pour bien observer a la fin de cette opération la réaparition de la couleur bleue, mais, si Von veut étre encore plus súr on peut ajouter en commencant Popé- ration et dans la méme capsule deux grammes de chlorure (ammo- nium au liquide alcalin. Pour plus de súreté et afin dempécher le plus possible le contact de Pair, il est prudent (employer un flacon VEnlernmeyer ou Von met la liqueur de Febling, la NaOH, le NH*C] et Peau, on ferme avec un bouchon muni de deux trous et Pon fait (1) Revista de la Sociedad Médica Argentina, mars-avril, volume XIII, page 93, 1905; Chemische Central-Blatt, 1905, page 274 et 1833; 1906, page 599 ; Journal de Pharmacie et de Chimie, tome XXII, 1905, page 126; Chem, News, tome XCL, 1905, page 299; Berichte, 1905, Hefs. 9; Bull. de l' Assoc. de Chim. de Sucr. et Dis., 23, page 436; Chemiker Zeitung, 30, 17 ; Revue générale de Chimie, 1906, page 163. (2) Coraux, Bulletin de la Société de chimie de Paris, 5 septembre 1906, pages 984-985. 252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA passer par un de ces trous le bee une burette graduée en diziemes de centimetres cubes qui renferme la solution de glucose et par Vau- tre trou un tube recourbé communiquant avec un autre en U qui con- tienne de la pierre ponce imbibée VPacide sulfurique. On chauffe la solution de Fehling avec le mélange indiqué, Pammoniaque qui se produit remplace Pair du flacon, le NH? est absorbé par le SO*B? du tube; on fait tomber goutte á goutte la solution sucrée et la fin de Popération on peut se fixer pendant un espace de temps assez long, jusqua ce que la réoxidation se produise quand Pair pénétre dans le tlacon. Contróle. — Pour vérifier les résultats obtenus par ce procédé dans les distincts dosages de sucre, j'ai fait des déterminations ana- logues a celles qu'indique Allihn, réputé comme le plus exact. | La liqueur de Fehling employé dans le procédé d”Allibn se pré- para de cette maniere : 4) 534.639 de SO*Cu, dissous dans 500 centimetres cubes Veau dis- tillée b) 173 grammes de sel de Seignette. 125 grammes KOH et eau dis- tillée jusquw'a 500 centimetres cubes. 1 On procéda selon ma méthode. 2" Selon la méthode 'Allihn: A 30 centimetres cubes de la solu- tion alcaline de Seignette on ajouta 30 centimetres cubes de la solu- tion de SO*Cu, a ce mélange bouillant on ajouta 25 centimetres cubes de la solution a essayer, laquelle ne doit contenir pas plus de 1 %, de sucre, eb on procede ensuite selon la méthode indiquée dans Frese- nius. DÉTERMINATION DE LA GLUCOSE DANS UNE SOLUTION DONT LE TITRE DE GLUCOSE EST CONNUE Préparation de la solution. — S grammes de glucose en cristaux purs et durs se dissolverent dans un litre d'eau distillée. a) Méthode Lavalle. Sur 10 centimetres cubes de liqueur de Feh- ling. On employa 6,1 centimetres cubes de la solution jusqwá com- plete décoloration : 8,32 par 1000 de sucre. tenouvelée rapidement la méme opération on employa 6,3 centi- metres cubes : 7,94 par 1000 de sucre. Terme moyen : 8,153. b) Selon la méthode Allihn. Procédant dans les conditions indi- DETERMINATION DE LA GLUCOSE 253 quées plus haut : 25 centimetres cubes de la solution de glucose don- na 0,381 de Cu qui correspond a 0,202 de glucose, par conséquent un litre contient 0,202 =< 40, ou soit 3,08 pour 1000 de sucre. DÉTERMINATION DE LA GLUCOSE DANS L'URINE Dans 500 grammes (Purine a laquelle on avait ajouté 5 grammes de glucose, soit 10 pour 1000 de cette substance, on obtint le résul- tat sulvant : a) Méthode Lavalle. On employa 4,9 centimetres cubes Purine, ce quí correspond a 10,20 de glucose pour 1000. b) Méthode Allihn. 25 centimetres cubes de la méme urine donne- rent 0,462 de Cu qui correspond a 0,249 de glucose et par consé- quent un litre contient 0,249 X< 40, ou soit 9,96 de elucose pour 1000. DÉTERMINATION DE LA SACCAROSE Préparation de la solution. — 9,5 grammes de sucre préalablement desséché se dissolverent dans 70 centimetres cubes eau distillée, on ajouta 20 centimetres cubes de CIH normal préalablement dilué dans 100 d'eau, on le chauffa pendant une demi heure, puis on le neutraliza avec NaOH et on Paugmenta jusqu'au volume un litre. a) Méthode Lavalle. Avec 10 centimetres cubes de liqueur de Feh- ling.) Procédant jusqu'a décoloration complete, donna 5,3 centimetres cubes de la solution de saccarose. Calcul. — 10 centimetres cubes de liqueur de Fehling égal a 0,0515 de sucre inverti. 0,0515 >< 100 5,3 Calculant pour chaque 100 de sucre inverti, 95 de saccarose, il résulte 9,234 pour 1000 de saccarose. b) Méthode de Allihn. En employant les tableaux modifiés de Al- libn. (Voyez: Muspratt, vol. 7, page 1734). On procéda dans les mémes conditions que celles que préconise Allihn : 25 centimetres cubes de la solution de saccarose invertie donnerent 0,449 de Cu, quí correspond a 0,229 de saccarose; 1 litre de la solution renferme 0,229 >< 40 = 9,16 pour 1000 de saccarose. On a dans un litre : = 9,712 de sucre inverti. 254 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA DÉTERMINATION DU SUCRE DE LAIT On a employé une solution aqueuse de 5 pour 1000 de sucre delait du commerce. a) Méthode Lavalle (avec 10 centimetres cubes de liqueur de Feh- ling). 10 centimetres cubes de liqueur de Fehling équivalenta 0,0475 de sucre de lait anhydre transformé en lactose. On a employé 11 centimetres cubes de la solution jusqu'a complete décoloration. 0,0475 >< 1000 el: E 4,32 pour 1000 de sucre de lait anhydre ou 4,52 de lactose. b) Méthode Allihn, modifiée par Soxleth. On a employé 25 centi- metres cubes de la solution indiquée plus haut qui donna 0,155 de Cu quí correspond a 0,114 de sucre de lait. Un -litre de la solution contiend 0,114 < 40 = 4,56 de sucre de lait. Calcul. — Dans un litre de solution il existe Buenos Aires. BIBLIOGRAFÍA CASA EDITORIAL DE GAUTHIER-VILLARS, PARIS: Preparation mécanique des minerais. Résumé pratique por F. RIGAUL!, ancien ingénieur en chef de mines, Expert pres la Cour. d'Appel de Paris, Gauthier-Villars, imprimeur-editeur, et Masson et Ci*, editeurs. Paris, 1 vol. de 172 pages et figures et tableaux dans le texte, prix, broché, 2,50 fr. Esta obrita pertenece a la Encyclopédie scientifique des «aidememoire» publicada bajo la direccion del señor Léauté, miembro del Instituto. Su autor, que lo es también de otra obra Pericias i arbitrajes, de la misma co- lección, se ha propuesto discutir los elementos que permiten al injeniero escojer el conjunto de aparatos, más simple posible, por instalar, para obtener de una ma- teria bruta productos vendibles, sin exajerar los gastos de plantel i conservación, ni las pérdidas secas, siendo éste el lado práctico de la cuestión, jeneralmente descuidado en las obras especiales sobre estas materias. Primeiros principios de electricidade industrial. (Pilhas, aceumuladores, dynamos, transformadores) por PauLo JANET, profesor da Faculdade das Sciencias da Universidade de Pariz. Obra coroada pela Academia das Sciencias (Pariz). Traduccáo brasileira por T. Jorge da Fonseca, 1% tenente da marinha brazileira (traduccáo de accordo com a 52 edicáo francesa). Gauthier-Villars, libreiro, editor, Pariz. Como su título lo indica es una version al portugués de la reputada obra del profesor francés P. Janet, hecha por un distinguido oficial de la marina brasile- ña, alumno que fué del distinguido autor. La obra del profesor Janet, premiada por la Academia de Ciencias de Paris, no requiere presentación. Su bondad, re- conocida por todas las autoridades en la materia, francesas i estranjeras, la con- firman sus numerosas reediciones. Transcribimos tan solo un párrafo que indica en síntesis su plan. «Este livro se dirige portanto as pessoas que desejam adquirir algunas ideas fundamentales, exactas, nesta Sciencia applicada, hoje de táo vasta extensáo, a Electricidade; e trocar por idéas modernas, actuaes, a antiguada bagagem do velho ensino de Electricidade, desapparecido ha táo poueo tempo; áquelles que pretendem adquirir os principios essenciaes para penetrar mais profundamente no estudo dos phenomenos electricos e de suas applicacóes »... Traité pratique de photographie stéréoscopique. Por CHARLES FABRE, docteur es sciences, professeur adjoint á 1"Université de Toulouse, Gauthier- Villars, imprimeur-éditeur, 1906, 1 vol., grand in-8%, de 207 pages, avec 132 figures dans le texte. Prix broché: 6 fr. Es una nueva obra del conocido autor del Tratado enciclopédico de fotografía, (7 vol.) i otros trabajos interesantes sobre fotografía, editada por la afamada casa editora de los señores Gauthier-Villars,que reputamos de positivo provecho para los que se dedican á este arte tan atrayente como útil. 256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Nos permitimos llamar sobre ella la atención de nuestra sociedad fotográfica i de los aficionados en jeneral. El autor ha dividido su trabajo en seis libros : I. Imájenes estereoscópicas, objetivos, obturadores, pantallas, cámaras de pie, aparatos ríjidos, id. plegadizos, id. diversos, elección i empleo de los aparatos. II. Negativos estereoscópicos. TIT. Positivos estereoscópicos: manipulaciones comunes, impresiones sobre vi- drio, id. sobre papel (imájenes aparentes, id. latentes, procedimiento al carbón, montaje, cartas-postales). IV. Pruebas de color (procedimientos tricromo i directo). Y. Estereóscopos (de refracción i reflexión). VI. Proyecciones estereoscópicas (aparatos de observación i proyección). La Revue Electrique. Publié sous la direction de J. BLONDIN, agrégé de Université, professeur au College Rollin. Publicación quincenal, en fascículos de 32 pájinas, in 4% (28X22), en la que colaboran muchos profesores de reputacion hecha. En ella se analizan los artícu- los de las revistas francesas i estranjeras, las memorias presentadas á las socie- dades científicas, etc. El periódico es editado por la casa Gauthier-Villars, i su precio de suscrición 25 francos por año en París. Annuaire pour l'an 1907, publié par le Bureau des Longitudes, avec des notices scientifiques. Un volumen de 900 pájinas, en 16%, i figuras intercaladas en el testo. Gau- thier-Villars, editor. Precio 1,50 fr. : Aparece este reputado i secular anuario, como siempre, bien nutrido de datos importantes para astrónomos, marinos, jeodestas, jeógrafos, hidrógrafos, meteó- rologos, i, en jeneral, para los hombres de ciencias. Este número, que es el 111 de la colección, trae en apéndice tres interesantes memorias ; una sobre el Diámetro de Venus, por el señor Bouquet de la Grye; otro Sobre la XT? conferencia de la Asociacion Jeodésica Internacional, por el mis- mo señor ; i la tercera sobre Historia de las ideas é investigaciones sobre el Sol. Ke- velación reciente de la atmósfera entera del astro, M. H. Deslandres. Creemos escusado recomendar este célebre Anuario. La découverte de l'anneau de Saturne par Huygens, par Jean MASCART, astronome adjoint á 1'Observatoire de Paris, avec la reproduction des anciens dessins. Paris, Gauthier-Villars, imprimeur-libraire, 1907. Prix, 2 fr. Es la publicación en folleto, de 1y-57 pájinas en 8% mayor, de un artículo apa- recido en la Revue du Mois, en los meses de julio, agosto i setiembre 1906. Cons- tituye una interesante i curiosa monografía sobre Saturno, el característico pla- neta de nuestro sistema, desde los tiempos en que el ilustre Galileo, mediante el “anteojo que acababa de inventar, le creyó trijeminado, sin darse cuenta de las numerosas lunas, ni del anillo que le rodean, hasta la fecha, pasando en revista todas las creencias, suposiciones i hasta disparates que se han emitido respecto de dicho planeta, fundado en los documentos más antiguos i dando la reprodue- ción fiel de los dibujos, lo que hace mui agradable su lectura. S. E. BARABINO. Z -— BIBLIOTECA Italia Atti della I. R. Accad. di Scienze Lettere ed Arti degli Agiati, Rovereto — Atti della -—R. Accad. dei Fisiocritici, Siena. — Riv. Li- -—gure, Genova. — Riv. di Artiglieria e Genio, - Roma. — Boll. della Soc. Geografica Italiana, Roma. — Ann. della Soc. degli Ing. e degli Architetti, Roma. — «Il Politecnico», Milano. — Boll. della Soc Zoologica ltaliana, Ro- ma. — Gazz. Chimica Italiana, Roma. — L'E- lettricitá, Milano. — Boll. Scientifico, Pavia. - —Riv. Italiana di Scienze Naturali e Boll. del Naturalista Collettore, etc., Siena. — Atti “della Soc. dei-NaturaJisti, Modena. — Boll. della Soc. Entomologica Italiana, Firenze. — -Boll. della Soc. Médico Chirurgica, Pavia. — Atti della Soc. Linguistica, Genova. — Boll. del R. Comtato Geologico d Útalia, Roma. — _Boll. della R. Scuola Super. d'Agricultura, Portici. — Atti della Assoc. Elettrotecnica Italiana, Roma — !l monitore Tecnico, Mi- -—lano. — Boll. del R. Orto Botanico, Palermo. -— Commissione Speciale d'Igiene del Muni- cipio, Roma — Boll. Mensuale dell'Osserva- torio Centrale del R. Colegio Alberto in -——Moncalieri, Torino. — Atti del R. Instituto - d'Incoraggiamento, Napoli. — Accad. delle - Scienze, Tovino. — Atti della Soc. Toscana di Scienze Naturali, Pisa. — Ann. del Museo Civico di Storia Naturale, Genova. — Osserva- torio Vaticano, Roma. — Rass. delle Scienze Geologiche in Italia, Roma. — L'Ingegneria : Ferroviaria, Roma. — Atti della R. Accad. - diScienze, Lettere ed Arti, Modena.- — Studi -—Sassaresi, Sassari- — Riv. Tecnica Italiana, - Roma. — Osservatorio della R. Universitá, - Torino. — Atti del Collegio degli Ingegneri e Architetti, Palermo. e Japón The Botanical Magazine, Tokyo. — The Journal. of Geography, Tokyo. — Annota- - fions Zoological Japaness, Tokyo. — The - Zoological Society, Tokyo. Méjico Bol. del Observ. Astronómico Magnético —Metereológico Central, Méjico. — Bol. del DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANGE 4 EXTRANJERAS (conclusión) Observ. Nacional, Tacubaya. — An. del Museo Nacional, Méjico. — La medicina científica, Méjico. — Memoria y Rev. de la Soc. cientí- fica, Antonio Alzate. — La Farmacia, Mejico. — An. del Inst. Médico Nacional, Méjico — Bol. del Inst. Geológico, Méjico. Natal Geological Survey of the Colony, Natal. Paraguay An. de la Universidad, Asunción. Portugal Bol. da Soc. Broteriana, Coimbra. — Jor= nal da Soc. das Sciencias Médicas, Lisboa. — Acad. R. das Sciencias, Lisboa. — Bol. da Soc. de Geographia, Lisboa. — 0 Insttiuto Rev. Scient. € Litteraria, Coimbra. — Bol. do Observ. Metereológico é Magnético, Coim- bra. — Jornal das Sciencias Matemáticas é Astronómicas, Coimbra. — Bol. do Observ. da Universidade, Coimbra. — Bol. do Observ. Meterológico do Infante Dom Louis. Lisboa. - Perú (Lima) An. de Minas. — Bol. de la Soc. Geográ- fica. — La Gaceta Cientifica. — Informacio- nes y Memorias de la Soc. de Ingenieros del Perú. — Rev. de Ciencias. Rumania Bol. d Soc. Geográfica, — Bucuresci. Rusia Soc. de Sciences Expérimentales, Kliar- kow. — Bul. de la Soc. de Geographie, Helsingfors. — Memoires de la Acad. Imper. des Sciences, San Petersbourg. — Bull. de la Soc. Polithécnique, Moscow. — Rev. des Sciences Mathématiques, Moscow. — La Bi- blioteca Politecnica, San Petersbourg. — Las Ciencias Físico Matemáticas en la Actualidad y en el Porvenir, Moscow. — Soc. pro Fauna et Flora, Filandia, Helsingfors, Rusia. — > Bull. de la Soc. Impér. des Naturalistes, Moscow. — An. de la Soc. Phisico Chimique, San Petershourg. — Bull. de la Soc. Imper. de Geographie, San Petersbourg. — Phisi- calische Central Observatorium, San Peters- burg. — Bull. du Jardin Imper. de Botanique, . San Petersburg. — Korrespondensblat de Natufors Vereins, Riga. — Bull. du Comité Géologique, San Petersburg. — Bull. de la Soc des Naturalistse de la Nouvelle Russie, Odesa. San Salvador Observ. Metereológico y Astronómico, El Salvador. - Suecia y Noruega Sveriges geologisca Underskning, Stoc- _kolm. — Bull. of the Geological Inst. Uni- versity of Upsala, Suecia. — Kongl Vetens- kaps. Akademiens. Acad. des Sciences, oo NACIONALES - Buenos Aires Rev. de la Fac. de Agronomía y Veterina- ria, La Plata. — Rev. del Centro Universi- tario, La Plata. — Bol. de la Biblioteca Pública, La Plata. — An. del Museo, La Plata. — Oficina Químico Agrícola, La Plata! — An. del Observ. Astronómico, La Plata. — Rev. Mensual de la Cámara Mercantil, Barra- cas al Sud. y Capital An. del Círculo Médico Argentino. — An. de la Universidad de Buenos Aires. — Ar- chivos de Criminalogía, Medicina legal y Psiquiatria. — Bol. del Inst. Geográfico Ar- gentino. — Bol. de Estadística Municipal. — Rev. Farmacéutica. — La Ingeniería. — An. del Depart Nacional de Higiene. — Rev. Nacional. — Rev. Técnica. — An. de la Soc. Rural Argentina. — An. del Museo Nacional de Buenos Aires. — Bol. Demográfico Ar- SUBSCRIPCIONES Paris Ánnales des Ponts et Chaussées. — « Re- vue ». — Contes Rendus de l'Académie des Sciences. — Annales de Chimie et de Pbysi- que. — NouveJles Annales de Mathématiques. —- « La Nature ». — Nouvelles Annales de la Construction TOppermann). — Revue Scien- tifique. — Revue de Deux Mondes. Suiza ENS Bull. Tecnique de la Suisse Romande, Lau= ssanne. — Gengraphich Ethnographiche ge sellschaft, Zurich. — Soc. Hevéltique des Sciences Naturelles, Berna. — Bull. de la Soc. Neufchateloise de Geographie. ee Uruguay (Montevideo) Vida Moderna. — Rev. de la Asociacion Rural. — Bol. de la Ensenanza Primaria. — Bol. del Observ. Metereológico, Villa Colón. - — An. de la Universidad. — An. del Museo Nacional. — Bol. del Obsery. Metereorológico Municipal. — An. del Departamento de Ga= naderia y Agricultura. : gentino. — Rev. de la Soc. Médica Argentina. — Rev. de la Asociacion Estudiantes de In= geniería. — Rev. de la Liga Agraria. — Rev. Jurídica y de Ciencias Sociales. — Bol. de la Union Industrial Argentina. — Bol. del Centro Naval. — El Monitor de La Educacion - Común. — Enciclopedia Militar. — La Se-=- mana Médica. — Anuario de la Direccion de - Estadística. — Rev. del Círculo Militar. Córdoba Ei Bol. de la Acad. Nac. de f.iencias. Entre-HKios An. de la Soc. Rural. Tucumán Anuario Estadistico. Roma Trattato Generale dell'Arte dell'Ingegnere. — Giornale del Genio Civile. Milano — I'Elettricitá. Londres Il Costruttore The Builder. E E UCSI a GUN e Secretarios : Doctor J J. Garri y señor EmILIo REBU AY o doctor JULIO ATTI y señor ES pouELTb | ER ARY DIRECTOR : INGENIERO S ANTI AGO E. BARA BINO )ICIEMBRE 1906. — ENTREGA VI. — TOMO LXII O SINO e DAS DS OS BUENOS AIRES s Es o Y CASA: EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 684 1906 JUNTA DIRECTIVA - > e ENEE tea a o a Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones Vicepresidente 4%........:..... Ingeniero Julio Labarthe 2 DES Vicepresidente Po... Ingeniero Enrique Hermitte e: Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Hoyo AAA Secretario de correspondencia.. Señor Arturo Grieben de E Tesorero ..... OS Ingeniero Luis Miguens z + ue e) Bibliotecario -....o.......... Doctor Horacio Arditi O /¡Doetor Carlos M. Morales : e E Doctor Enrique Herrero Ducloux Ed EN : Ingeniero Ricardo J. Gutiérrez Wocale as co aa 0 «Ingeniero Domingo selva Ingeniero Federico Birabén Doctor Guillermo F. Schaefer ; : E ¡Señor Rodolfo 'Santángelo ES Gerente...... O Señor Juan Botto e ES REDACTORES E Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge- niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero a Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. Po ADVERTENCIA va Ñ A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva-para ser considerados. La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número con la casa impresora de Coni hermanos. EN Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas. E > Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección - Cangallo 1825. La Dirección. PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías Pesos moneda nacional POTAMES atico aa: ae RUS ROA ES 1.00 O a aa IO 12.00 Númerodalas ado 2.00 — para los socios.......... 1.00 LA SUBSCRIPCIÓN SK PAGA ADELANTADA El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano CANALIZACIÓN ARTIFICIAL DEL RÍO DE LA PLATA CONFERENCIA DADA EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (1) Excelentísimo señor, Señor presidente, Señores : El asombroso desarrollo de la producción en la República, que año á año se ve aumentar, sobrepasando los cálculos más optimistas, ha colocado en primera línea entre los grandes problemas nacionales el del mejoramiento de sus vías de comunicación, tanto terrestres como fluviales y marítimas. El poder ejecutivo nacional y los particulares se hallan empeñados en la ejecución de obras que responden á ese objeto: muchos son en efecto los proyectos de ferrocarriles en cons- trucción, en estudio ó cuya concesión se ha solicitado en estos últi- mos tiempos; las obras portuarias se han desarrollado en igual me- dida, así como las de mejoramiento de las condiciones naturales de nuestros grandes ríos. Pero hay, sin embargo, á este respecto, una excepción, que debo señalar especialmente : ella es relativa á las condiciones de navega- bilidad del río de la Plata, cuyos canales no han modificado sensi- blemente la profundidad que tenían hace algún tiempo, limitada ac- tualmente á 18 pies debajo del cero del puerto de Buenos Aires. Pa- ra dar una idea de lo que ella representa entre las vías de comuni- cación de la República, creo es suficiente recordar que el río de la (1) Esta conferencia debió aparecer precediendo a la del señor injeniero Huergo, ya publicada; pero el señor conferenciante nos la ha remitido hace po- cos días. Esto esplica aquéllo. (La Dirección.) AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 17 N Qi (0,9) ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Plata es la llave, por así decirlo, de toda la red fluvial de la misma, el asiento de sus principales puertos de embarque y que por él debe pasar la casi totalidad del tráfico de ultramar de la República. Tratando de mejorar sus condiciones y, sin duda, dándose cuenta de la alta transcendencia de la cuestión, el poder ejecutivo elevaba al honorable Congreso nacional, á fines del año pasado, un mensaje en el que después de indicar la necesidad de las obras y la facilidad de su ejecución, dado el estado floreciente del crédito interno y externo de la República, pedía se le autorizara para llevar á cabo la construe- ción de un canal navegable que arrancando de la entrada al puerto de La Plata y pasando al frente del de la Capital, fuera á terminar en un punto conveniente del río Paraná de las Palmas. El poder ejecutivo hacía igualmente presente la existencia de otros proyectos relativos al mismo objeto, presentados por particulares di- rectamente al poder ejecutivo ó al honorable Congreso. Anticipándose á la sanción de la ley que solicitaba, el poder eje- cutivo ha mandado ejecutar el estudio de su proyecto por dos comi- siones especiales de ingenieros á su servicio. Parece, sin embargo, que no las ha considerado suficientes, puesto que hace cuatro ó cinco días La Nación daba la noticia de que el representante de una empresa particular (un sindicato alemán) se había presentado al go- bierno reclamando el pago de una fuerte suma por los estudios y pla- nos que había hecho de una de las secciones que comprende el pro- yecto: la de La Plata á Buenos Aires. Resulta de estos breves antecedentes que el pensamiento del po- der ejecutivo, ó más precisamente el de los hombres que hasta hace poco desempeñaban el ministerio de obras públicas, se dirigía á la realización de una solución determinada, que podrá ser si se quiere excelente, pero que no aparece desde luego con claridad, como la más conveniente entre las varias de que es susceptible ese importante problema. He creído que fuera oportuno iniciar aquí la discusión del mismo, con motivo de la breve reseña de los proyectos propuestos para me- jorar las condiciones de navegabilidad de río de la Plata que motivó esta conferencia y me propongo hacerlo con un criterio amplio y leal, libre de todo interés particular, como ha caracterizado siempre la ac- ción del ingeniero argentino, cuando se ha tratado de cuestiones que afectan los más vitales intereses de la República. Por otra parte, debo manifestar que aunque hubiera deseado ocu- parme del problema general de la navegación de todo el estuario, CANALIZACIÓN ARTIFICIAL DEL RÍO DE LA PLATA 259 como ello exigiría mayor tiempo del que puedo disponer en esta con- ferencia, voy á limitarme al estudio de los proyectos relativos á la primera parte del mismo ó sea del río de la Plata superior, dejando para otra ocasión el de las partes restantes. Tres soluciones se han propuesto para mejorar sus condiciones de navegabilidad : 1* Corrección y profundización de la ruta actual por Martín García; 2* Canal costanero desde la Plata al Río Paraná de las Palmas; 3% Oanal utilizando el thalweg argentino y pozos del Barca Gran- de, cuyo proyecto tuve el honor de exponer en este mismo lugar el año 1901. Examinaré sucesivamente estas tres soluciones para hacer después su comparación, tanto del punto de vista técnico como económico. Pasaremos, pues, al estudio de la primera. CORRECCIÓN Y PROFUNDIZACIÓN DE LA RUTA ACTUAL El río de la Plata en su parte superior, presenta dos cauces prin- cipales, que corresponden á cada una de sus costas, argentina y orien- tal, separados por el gran banco llamado de la Playa Honda. La navegación de máximo calado se efectúa actualmente por los cauces del lado oriental ; por los del lado argentino solo navegan los barcos de cabotaje de pequeño calado. Conecretándonos á la de máximo calado y observando el plano que presento, se ve que ella adolece de frecuentes malos pasos que limi- tan su profundidad á 18 pies debajo del cero del puerto de Buenos Aires en el paso del Farallón y á 18 pies con 6 pulgadas en la barr: del mismo nombre y sobre una extensión mayor de 15 kilómetros. Su longitud total dentro del río de la Plata superiores de 138'”5. La profundización y mejoramiento de esta ruta era considerada hasta hace poco, como la única solución del problema de la navega” ción del Plata superior y todos los trabajos y estudios se han dirigi- do á ese objeto, como tuve ocasión de manifestarlo cuando presenté mi proyecto de canal por Las Palmas y pozos del Barca Grande, que se aparta totalmente de ese criterio. Creo inútil exponer aquí la larga serie de proyectos propuestos para mejorar esa ruta: me limitaré á una simple reseña de los más recientes. 260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En 1900 el ingeniero Duclout, entonces inspector general de na- vegación y puertos, proponía después de largos y prolijos estudios consignados en su «Informe sobre los pasos de Martín García » que constituye el trabajo más completo y científico que se haya hecho so- bre el río de la Plata, el dragado á 21 pies de la barra del Globo, para poder así utilizar el canal Buenos Aires, en sustitución de la ruta por el canal Nuevo, por donde entonces se efectuaba y continúa aún la navegación de máximo calado. Resolvía así el ingeniero Duclout una importante y debatida cues- tión sobre la conveniencia relativa de los dos trazados posibles para salvar los malos pasos de Martín García: el trazado este por el ca- nal Nuevo y el trazado oeste por el canal Buenos Aires. Pero cual- quiera que fuese la solución definitiva de esta cuestión el hecho es que ambos trazados debían ser complementados por el dragado de un largo canal á través de la barra del Farallón, paso del mismo nom- bre y barra de San Pedro. La realización de esos proyectos tuvo su iniciación con el dragado de la barra de San Pedro, profundizándola, en una extensión de cin- co kilómetros, desde 18 pies 6 pulgadas que antes tenía, á 23 pies. Ahora bien, á estas soluciones y, en general, á todos los proyectos fundados en la utilización de los cauces orientales del río, puede ha- cerse, entre otras, las siguientes objeciones : a) Representar el mayor recorrido dentro del río de la Plata, pues resulta forzosa la gran vuelta de la Playa Honda que lo alarga inútil- mente. Es por esto que la ruta actual alcanza á 138*5 de longitud, cuando ella podía ser mucho menor como veremos después. b) Exigir el dragado de la barra del Farallón, de 15 kilómetros de largo, por un canal completamente atravesado á la corriente general del río, de relleno seguro y de costosa conservación. En efecto, el banco de la Playa Honda, que como es bien sabido de todos los que han intervenido en las obras y estudios en el río de la Plata, avan- za hacia el sud año á año, rellenaría rápidamente el canal. El avance de este banco puede, por otra parte, comprobarse con facilidad, com- parando (superponiendo) las curvas de igual profundidad correspon- dientes á los varios levantamientos efectuados en esa parte del río (1). Este mismo hecho ha obligado á desplazar constantemente (1) El primer levantamiento de esta región lo hice con mi estimado colega in- geniero F. Segovia, en 1900; el último, que es el que figura en el plano que pre- sento, lo hice en 1904. No obstante el corto período que media entre ellos, el avance del banco es notable ; en algunos puntos de varios kilómetros. CANALIZACIÓN ARTIFICIAL DEL RÍO DE LA PLATA 261. hacia el sud la línea de balizamiento (línea de navegación) como lo he hecho personalmente, como empleado del ministerio de Obras Pú- blicas (jefe de la comisión del río de la Plata). c) Exigir el dragado del paso del Farallón (actualmente de 13 pies de profundidad) de fondo muy duro, tal vez parte en roca, que siem- pre ha sido peligroso para la navegación y donde ya se han tenido que lamentar varios naufragios. d) Exigir el dragado y conservación de la barra de San Pedro. e) Exigir igualmente el dragado ya sea de la barra del Globo (de profundidad natural de 12'6” y de 9 kilómetros de longitud) ó el del canal Nuevo que, si bien tiene mayor profundidad natural, es muy es- trecho y de fondo duro. f) Facilitar el encauzamiento del río por el lado oriental, con evi- dente perjuicio de los verdaderos intereses argentinos. Si la corrien- te principal del río se estableciera indiferente por los canales de la costa oriental, no es difícil preveer las desastrosas consecuencias que ese hecho tendría para el porvenir del puerto de Buenos Aires y de- más puertos argentinos de los ríos de La Plata y Paraná de las Pal- mas, tales como Campana, Baradero, etc. y) Como esa ruta es la más larga, cuando por las necesidades ere- cientes del tráfico sea necesario profundizarla, lo que inevitablemen- te sucederá en una época muy cercana, se comprende fácilmente que á una mayor longitud corresponderá un mayor gasto de construcción y conservación, los cuales como es bien sabido aumentan rápidamen- te con la profundidad. Por otra parte, como los gastos de navegación son proporcionales al tiempo empleado en recorrer un canal, hay conveniencia evidente en reducir su recorrido. h) Esta misma circunstancia (gran longitud del recorrido) impide utilizar convenientemente las crecientes de marea, sucediendo actual- mente que un bareo para atravesar los malos pasos de Martín García muy raras vecesaprovecha una sola marea y se ve por lo tanto obligado frecuentemente álargas fondeadas en espera de la siguiente alta marea. ¿) Tanto el tráfico que se dirige á los puertos argentinos del Para- ná de las Palmas, como á las islas del Delta, no tendría vía directa de comunicación con Buenos Aires ó con el exterior; viéndose obli- gado, como sucede actualmente, á dar una gran vuelta que alarg: enormemente el recorrido; para Campana, por ejemplo, el recorrido actual es tres veces mayor que el que se tendría siguiendo los cana- les propuestos por el lado argentino (273 kilómetros en vez de 88). 262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Estas observaciones, á las que se podría agregar muchas otras en su apoyo, han hecho que en la actualidad la idea antes tan sostenida de la conveniencia del mejoramiento de los cauces orientales del río haya perdido cada vez más su prestigio y el mismo poder ejecutivo parece lo ha reconocido así, al presentar su proyecto de canal por la costa argentina de que paso á ocuparme. 11 CANAL COSTANERO DESDE LA PLATA AL RÍO PARANÁ DE LAS PALMAS Como acabo de decirlo, ha sido, sin duda, dándose cuenta de las di- ficultades que ofrece la canalización y mejoramiento de la ruta ac- tual, que el poder ejecutivo ha buscado otra solución á la cuestión, y parece ha creído encontrarla en la construcción de un canal lateral por la costa argentina, cuya construcción pedía se le autorizase á sa- car á licitación, en el mensaje al honorable Congreso de que antes he hecho referencia. Este proyecto, que en el fondo no es sino el mismo que el ingenie- ro Emilio Mitre propuso en un estudio que publicó en 1893, com- prende la ejecución de un canal excavado á lo largo de la costa argen- tina, que arranca del puerto de La Plata, pasa por el de la Capital y termina, después de un recorrido de 100 kilómetros más ó menos, en el río Paraná delas Palmas, dividido en dos secciones: la primera des- de La Plata á Buenos Aires y la segunda desde Buenos Aires al Pa- raná de las Palmas. Su traza puede verse en el plano que presento. Entre las condiciones que el poder ejecutivo establecía para la li- citación, se encuentran las siguientes : Profundidad mínima del canal 26” (1992). Profundidad en los diques y ampliación del puerto 34” (1158). Ancho del canal en la base, 1* sección : 40 metros. Ancho del canal en la base, 2* sección : 35 metros. Para ambas secciones el poder ejecutivo establece además, que de- be dejarse suficiente espacio dentro de las defensas del canal para po- der duplicar el ancho del mismo. La traza aproximada de este canal se indica en el plano por una linea en negro; como se ve, ella sigue la costa occidental del río en casi toda su extensión. Debo hacer notar especialmente que este proyecto no prevé el ac- CANALIZACIÓN ARTIFICIAL DEL RÍO DE LA PLATA 263 ceso al Uruguay, para el cual, una vez realizadas las obras, no habría sino dos vías posibles: la una siguiendo la ruta actual de navegación por Martín García, la cual en cierto modo es contradictoria con el proyecto, pues entre los puentes de recursos que se fijan para su eje- cución se cuentan las sumas que se «economizarían» con la supresión de los gastos de conservación y balizamiento de la misma, y la otra, propuesta por el ingeniero Mitre, utilizando el río Carabelas Gran- des, mediante su canalización, el Guazú y el Paraná Bravo. No creo necesario señalar los inconvenientes de ambas soluciones, pues ellas saltan á la vista á la simple inspección del plano. J00t CANAL UTILIZANDO EL THALWEG ARGENTINO Y LOS POZOS DEL BARCA GRANDE Para salvar los graves inconvenientes que presenta la ruta actual de navegación, así como por las evidentes ventajas que presenta bajo muchos otros puntos de vista, propuse en 1900 la construcción de un canal por el thalweg argentino del río de la Plata, cuyos fundamen- tos tuve el honor de exponer en una conferencia que dí en este mis- mo local y en alguno artículos publicados en la Revista Técnica (1). En ese proyecto proponía : 1% La profundización del canal de las Palmas hasta la desemboca- dura del Paraná de las Palmas, excavando un canal de 100 metros de ancho, estableciendo su comunicación con el puerto y rada exterior dle Buenos Aires. 2” La canalización de los pozos del Barca Grande, estableciendo su unión con el canal de las Palmas y con el canal principal de Mar- tín García, complementada con pequeños ramales á los principales ríos del delta del Paraná. Este canal sirve también directamente para la navegación que se dirige al Uruguay. 3” Obras de corrección en la parte superior del Paraná de las Pal- mas, cerca de su punto de bifurcación con el Paraná Guazú, destina- das á aumentar su caudal. Este proyecto responde y se basa en consideraciones que se apat- (1) Este proyecto ha sido también expuesto por mi en un folleto titulado Pro- yecto de un canal navegable para buques de ultramar, por el lado argentino del río dle la Plata superior. 264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tan, como he dicho antes, del criterio é ideas predominantes hasta ha- ce poco sobre el trazado de canales en el río de la Plata, por cuya razón me voy á permitir recordarlas, aunque con la brevedad que re- quiere esta simple exposición del proyecto. Yo he partido, en efecto, de consideraciones que creo fundamenta- les para los intereses argentinos en el río de la Plata : 1” Que hay evidente conveniencia nacional, en transportar, por así de- cirlo, la navegación de máximo calado á los cauces naturales del lado argentino del río de la Plata, profundizándolos. 2” Que las condiciones del río hacen posible, técnica y económicamente, esa solución. 3 Que aun suponiendo fallasen completamente (única objeción que pudiera hacerse 4 mi proyecto) las previsiones respecto «4 relleno de los canales, es decir, en el peor de los casos, su conveniencia subsiste siem- pre, pues aparte de razones de otro orden, los gastos de conservación, dada la menor longitud y costo de los canales, serían menores que para las otras soluciones. No considero necesario demostrar la exactitud de la primera de esas proposiciones, pues ella seimpone por sí misma y aparece con clari- dad al simple examen del mapa del río de la Plata. De su lado se ha- llan en efecto las verdaderas conveniencias comerciales y políticas de la nación, aseguradas mediante una vía propia, la más directa y la más corta, que liga entre sí y á la navegacion de ultramar, sus más importantes puertos y su red fluvial entera. En cuanto á la segunda, sin entrar en mayores consideraciones, basta tener presente que todas las condiciones fundamentales para el trazado de canales en el río de la Plata, se hallan ampliamente satis- fechas por las propuestas, y robustecidas por una serie de circunstan- cias naturales favorables, dependientes de su ubicación, régimen del río, mareas, corrientes, etc. Los canales propuestos siguen en efecto sauces existentes en la vía de profundidad natural, su orientación es favorable con respecto á las corrientes del río, ála acción de las ma- reas y de los vientos reinantes y serían excavados en fondos blandos y fácilmente socavables por las corrientes. Por otra parte, debo hacer notar que el plan á que obedece el con- junto de las obras proyectadas, responde á una concepción de carác- ter más general y de la más alta importancia, en mi concepto, para el régimen futuro del río de la Plata superior, tal es la formación de un cauce profundo y estable por la costa argentina, cuyos incalculables beneficios sería inoficioso señalar, mediante la concentración sobre CANALIZACIÓN ARTIFICIAL DEL RÍO DE LA PLATA 265 ella del mayor caudal posible del río, utilizando para ello el río mis- mo y su inmensa energía, más que los poderosos medios que la cien- cia y el arte modernos han puesto en manos del ingeniero. En cuanto á la faz económica del proyecto y á la tercera de las proposiciones que acabo de sentar, me reservo tratarlas con motivo del estudio comparativo entre mi proyecto y el del poder ejecutivo que paso á efectuar y espero que han de resultar ampliamentejustificadas. IV ESTUDIO COMPARATIVO DE LOS PROYECTOS Pasaremos ahora á hacer un estudio comparativo de los proyectos, limitándonos á los dos últimamente mencionados, dejando de lado el relativo al mejoramiento de la ruta actual de navegación, por cuanto el proyecto actual del poder ejecutivo (canal costanero) es el único en vías de ejecución. Examinaremos sucesivamente el costo de construc- ción, gastos de conservación é interés del capital por invertir, largo de los canales, ancho de los mismos, tiempo necesario para reco- rrerlos, etc. Costo de construcción. — Como lo he manifestado antes, el poder ejecutivo divide en dos secciones el canal que proyecta, excavadas ambas hasta la profundidad de 36 pies debajo del cero del Ria- chuelo. Aunque no creo que sea lógico establecer para los canales propues- tos esa profuudidad sin prever antes los medios para dar, por lo me- nos, igual hondura á la barra de Puntade Indio (1) y álos malos pasos delos ríos Paraná y Uruguay y de estos últimos, por lo menos, al pri- mero, haré sin embargo la comparación sobre esa base y supondré el canal que yo propongo en sustitución del proyecto del poder ejecutivo excavado también á 36 pies de profundidad. El poder ejecutivo no fija el costo probable de las obras, pero insi- núa en su mensaje, que el del canal y ampliaciones del Puerto de la Capital, puede « oscilar » entre cuarenta y cuarenta y cinco millones de pesos oro. Ahora bien, durante el tiempo que he sido empleado del ministerio deObras Públicas, como jefe de la comisión del río de la Plata, fuí encargado de la confección de un proyecto idéntico (casi podría decir el mismo) al que estudio bajo el nombre de proyecto del poder ejecu- (1) Problema de que pienso ocuparme en otra conferencia. 266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tivo, bajo un plan de antemano trazado por mis superiores. Ese traba- Jo me fué encargado bajo ciertas reservas de que me creo desligado por haber sido publicado con todos sus detalles en La Nación. Se trataba, como ahora, de un canal de 100 kilómetros de largo, desde La Plata al Paraná de las Palmas, pero de 50 metros de ancho en el fondo y 25 pies de profundidad. El presupuesto que entonces hice, sin tener en cuenta ninguna obra de arte, ascendía á 36.500.000 pesos oro. Para establecer el costo probable del proyecto actual á 26 pies y ancho de 40 metros para la primera sección y 35 metros para la se- gunda, me he servido de aquel presupuesto previas algunas modifica- ciones, las principales de las cuales indico á continuación. He modificado el precio por metro cúbico de excavación, estable- ciéndolo así, en promedio y suponiendo : | Pesos 35 por ciento excavación en tosca á pesos moneda nacional ONCE LOCUCIÓN 0.87 65 por ciento excavación en tierra á pesos moneda nacional O LONE ELOCUENCIA 0.26 PLECIO POL MELO CUCA Sa TES equivalente á pesos oro 0,50. He modificado igualmente el precio por metro cúbico de madera dura, que entonces calculaba en pesos moneda nacional 115, precio á que hoy no podría obtenerse y he adoptado pesos moneda nacional 200 por metro cúbico (colocada en obra), valor aún inferior al ac- tual en plaza. He agregado por fin, pesos oro 7.600.000 por costo aproximado de las siguientes obras de arte no computadas entonces : 1 sifón para el conducto de desagiie (Buenos Aires). 1 sifón para el conducto de cloacas (Berazategui). 14 sifones para desagiies, cañadas, arroyos, etc. Rehaciendo el presupuesto y repartiendo por partes iguales el cos- to de las obras de arte entre las dos secciones del canal, se llega á las cifras siguientes : Pesos oro 12 sección, kilómetro 0 4 54 (Buenos Aires). ....... 34.800.000 (1) 22 sección, kilómetro 54 4 100 (Buenos Aires) ...... 21.600.000 (2) Total. ALE 56.400.000 (1) Costo del canal pesos oro 31.000.000, el resto de 3.800.000 pesos por obras de arte (1? sección). (2) Costo del canal, pesos oro 17.000.000; el resto de pesos oro 3.500.000,00 por obras de arte (2% sección). CANALIZACIÓN ARTIFICIAL DEL RÍO DE LA PLATA 267 Es decir que el costo total del proyecto del poder ejecutivo sería de emenenta y seis millones cuatrocientos mil pesos moneda nacional oro, suma sólo aproximada, pero sin duda inferior á la verdadera. Pasaremos ahora á calcular el gasto que requeriría la realización de las obras propuestas por mí. Consideraré también dividido en dos secciones el canal principal que proyecto: la primera desde la rada exterior (fondos naturales existentes de 26 pies) hasta la intersección de los canales del puerto de Buenos Aires, comprendiendo además en esta sección el acceso al puerto, y la segunda desde la intersección mencionada hasta la des- embocadura del Paraná de las Palmas (1), comprendiendo también en ella el acceso al 110 Uruguay, á favor del canal que proyecto por los pozos del Barca Grande (2). Para establecer el costo de la primera sección, conviene examinar previamente las condiciones en que podría hacerse el acceso al puer- to de Buenos Aires. Á este respecto, dos soluciones se presentan, la una á favor de un canal que ligaría los pozos de valizas exteriores, atravesados por el canal principal propuesto, con el Puerto; este canal, aunque no bien orientado con respecto á la corriente del río, tendría sin embargo la ventaja de su escasa longitud (5 4 6 kilóm., una vez realizadas las obras) pudiendo además servir los mismos pozos, mediante una fácil profundización (3), como amplio espacio de maniobra para los barcos; y la segunda utilizando el canal Sud, que á la ventaja de estar ya ex- cavado y defendido en parte, une la de su excelente ubicación y tra- zado y su menor relleno. En este caso, que es el que supongo en los cálculos que van á seguir, su identificación con el canal principal se haría siguiendo la curva primitivamente trazada por el ingeniero Luis A. Huergo para ligar el canal sud con los fondos de la rada ex- terior. Ha sido ya ampliamente discutida la influencia de esta curva sobre el fácil acceso al puerto, lo que haría inútil volver sobre ella, y creo que no hay un solo ingenieroque no esté de acuerdo en reconocer (1) Alcanzados los fondos naturales de 26 pies, la navegación continuaría por este río, que tiene en toda su extensión más de 40 pies de profundidad, con un ancho medio de 600 metros. (2) Estos «pozos », que constituyen un verdadero canal natural, tienen en va- rias partes más de 25 pies de profundidad, que han conservado desde largo tiem- po atrás, según se puede comprobar por comparación entre los mapas actuales y los más antiguos del río de la Plata, y, lejos de rellenarse, se han profundizado en estos últimos tiempos. (3) Actualmente tienen 21 pies de profundidad. 13 18) 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lo infundado de las críticas que se han hecho á esa parte del canal Huer- 0; no sólo ella se conserva perfectamente, aun abandonada, como está, sino que la navegación no ha recibido jamás molestia ni perjuicio serio algunoal recorrerla, como no los ha recibido ni los recibe en mu- chos de los canales actuales del río que presentan curvas de menor radio y de menor ancho entre taludes, que son navegados sin sujeción de ninguna clase y desde hace largo tiempo. Por otra parte, me consta, puesto que personalmente he tenido ocasión de comprobarlo, que el relleno en esa parte del canal ha sido siempre escasísimo. Suponiendo, pues, el acceso por el canal Sud, tendremos para costo de la primera sección (canal de 26 pies de profundidad y 100 metros de ancho) : Primera sección Pesos oro' Dragado del canal principal hasta 26 pies, desde la rada exterior hasta frente á la intersección de los canales de entrada (kilómetro 8500 canal Sud), 3.250.004 metros cúbicos, á pesos oro 0,17 el MELO CU CO Ne 252.500 Dragado del canal Sud profundizado á 26 pies, 2.000.000 de metros cúbicos, ápesos oro 0,17 el metro CÚbICO......o.oooooocooooo...- 340.000 Obras de defensa canal Sud, 65 4 pesos oro 350 el kilómetro (1). 2.275.000 Total e NANA IAE 3.167.500 Y para costo de la segunda sección, comprendiendo en ella el canal rorlos pozos del Barca Grande, para el acceso al Uruguay : Segunda sección Pesos oro Dragado del canal principal (canal de las Palmas) á 26 pies de pro- fundidad y 100 metros de ancho mínimo, 20.238.000 metros cúbi- COS APESOSTOLO NO: el Metro CUCA Site e 3.440.000 Dragado del canal Barca Grande, 4 19 pies, 3.225.000 metros cúbicos, ANPESsoOS POLO NO NENE O STANa 248.000 Obrasaderdetensar a A 2.275.000 To a lea 6.263.000 De modo que el costo total sería : Pesos oro ETIMEeraseccion a 3.167.000 Sesunda sección 6.263.000 Tota 9.430.000 Podemos ahora comparar los presupuestos de ambos proyectos: (1) He fijado ese precio por kilómetro, muy elevado, sólo para colocarme en el caso del costo máximo de esas Obras. CANALIZACIÓN ARTIFICIAL DEL RÍO DE LA PLATA 269 Primera sección Pesos oro Proyecto del poder ejecutivo.................. 34.800.000 ELOY eco Merca aa pda 3.167.000 Segunda sección Proyecto del poder ejecutivo... .....o..ooo.oooooo. 21.600.000 BROYE Cto Merca AS 6.263.000 Resumen Costo total del proyecto del poder ejecutivo .... 55.400.000 Costo total del proyecto Mercal .............. 9.430.000 Estas cifras son demasiado elocuentes y ahorran todo comentario. Sólo debo observar que al establecer el costo de las obras relativas al proyecto del poder ejecutivo, las he computado por su costo mínimo y para mi proyecto por el máximo, estando además en éste computado el costo del canal por el Barca Grande para el acceso al Uruguay, que el poder ejecutivo no prevé. | En el proyecto del ingeniero Mitre, que repito es idéntico al del poder ejecutivo, se propone el acceso al Uruguay canalizando el río Carabelas Grandes para seguir después por el Paraná Bravo. Es- tas obras aumentarían aun más el costo del proyecto del poder ejecu- tivo. Gastos de conservación é interés del capital. — Calculando este último al tipo de 50 por ciento anual, y no teniendo en cuenta la amortiza- ción del capital, pues esta dependería de la forma en que se realiza- sen los proyectos, tendremos por gastos de conservación é intereses las sumas anuales siguientes : Proyecto del poder ejecutivo Pesos oro Interés al 5 por ciento anual sobre pesos oro 56.400.000.......... 2.820.000 Gastos sobre 100 kilómetros de canal, por dragado, conservación, male cone ete ya e e A A o Ip 300.00 Moa PA 3.120.000 Proyecto Mercau Interés al 5 por ciento anual sobre 9.430.000 pesos 0Or0.......... 471.500 Gastos de conservación, suponiendo un relleno de 100.000 metros cúbicos al año por kilómetro de canal, Ó sea más de tres veces el relleno del canal dragado en la barra de San Pedro é igual al promedio producido en los canales del puerto de la Capital. Sobre 55 kilómetros se tendrán 5.500.000 metros cúbicos á pesos oro M2 El DIS, EÚDICO y e eos esla oo a Blocs o Leljo lalola e vie Ba lesa Elia 660.000 MA A bee isc de, ml ISSO 270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Es de notar que la cifra por relleno es sumamente elevada, pues las defensas y la mejor orientación del canal, reducirían considerablemen- te los aterramientos. Comparando los intereses y gastos de conservación : Pesos oro Proyecto del poder ejecutivo .........-. 3.120.000 BLONECLO Merca ON: 1.131.500 Dicen 1.988.500 En números redondos 2.000.000 de pesos oro. Esta diferencia al- canzaría á pagar la excavación de 20.000.000 de metros anuales al precio de 0,10 oro el metro, que es lo que le cuesta al gobierno. De aquí se deduce que el proyecto que auspicio, es de una gran conveniencia bajo la faz económica. — ¡Todos los años se podría dra- gar á nuevo el canal y todavía se habría economizado 1.000.000 de pesos oro ! Longitud de los canales. — Una comparación de recorridos deja ver la conveniencia del canal que propongo. Kilómetros Canal artificial. Proyecto del poder ejecutivo...... 100 Proyector Merca e Nan ateo: 60 Die nc a 40 Estas longitudes para llegar al Paraná de las Palmas. Para ir al Uruguay desde Buenos Aires Kilómetros Proyectos Mitre y del poder ejecutivo............ 149 EXOYECIOMErca 88 Diferencia at ar users de 61 Huelgan los comentarios. y ANCHO DE LOS CANALES. — VELOCIDAD El poder ejecutivo trata de construir un canal de 40 metros de an- cho en el fondo (1* sección) y 35 metros para la segunda. En el canal que proyecta, la anchura mínima en la solera será de 100 metros, pues en muchos casos habrá más, debido á los fondos naturales. Tene- mos, pues, un canal 2,5 veces más amplio, excavado á lo largo de un inmenso río, uno de los más grandes del mundo, con taludes de escasa elevación (siempre sumergidos) y que por tanto en nada absoluta- CANALIZACIÓN ARTIFICIAL DEL RÍO DE LA PLATA 2 mente modificarán la velocidad ni la marcha de las embarcacio- nes. Por el contrario el canal costanero proyectado, está encajonado entre altas defensas que obligarán á reducir la velocidad de los bu- ques gracias á una mayor resistencia, y, al mismo tiempo, se aumen- tarán las causas de avería. En un canal estrecho, dice con razón Quinette de Rochemont, la navegación no puede ser comparada bajo ningún título con la nave- vación en pleno río; la reducción forzosa de la velocidad de marcha y las sujeciones de todo orden á que queda sometida, disminuyen fuer- temente el recorrido diario de los buques, sobre todo cuando la sec- ción transversal es débil como en el caso que nos ocupa. En un canal estrecho el tiempo de recorrido y las causas de averías aumentan rápidamente con el tráfico ; así, por ejemplo, la duración media delrecorrido, según esemismo autor, eraal principio enel canal de Suez, cuando tenía 37 metros de ancho, de 39 horas, plazo que ha ido siempre acrecentándose por efecto del aumento de tráfico, y ya en 1883 era de 48 horas 40 minutos, lo que corresponde á 35 kilóme- tros por hora. Por lo demás, es bien sabido que los reglamentos que existen en todos los canales marítimos, fijan la velocidad máxima de recorrido en cifras muy inferiores á la efectiva de las embarcaciones, y, con todo, esas velocidades nunca se alcanzan como promedio de marcha en el canal. Así, por ejemplo, son de : Kilómetros por hora Canal de Tyne y Manchester -........o o LN Cande Ma A le 10.8 SUEZ AS CA ea: 10.0 Amsterdam al Mar del Norte (de día). .............- 9.0 — = (le moco 6.0 ¿ Oual sería la velocidad en el canal propuesto por el poder ejecu- tivo, teniendo en cuenta que por él debe pasar la casi totalidad del tráfico fluvial de la república ? Desde el primer año puede suponerse que pasarían 3000 embarca- ciones; cifra que aumentaría rápidamente, es decir que habría un movimiento, al segundo ó tercero año, como en el canal de Suez. Admitiendo una velocidad de 10 kilómetros por hora, en los 100 kilómetros de recorrido del canal se tardaría 10 horas, que llegarían á 12 á causa de los cruces é interrupciones. — Resulta, pues, un la]- 272 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA so de tiempo mayor que el que se pone para pasar por Martín García y casi el doble del que exigiría la navegación por el canal que yo pro- pongo. Multiplíquese el tiempo perdido así, por el gasto de horario de un vapor, por el número de estos y viajes efectuados, y se tendrá una suma enorme inútilmente gastada, pero que el consumidor pagará de todas maneras. De las comparaciones efectuadas resulta que el proyecto del poder ejecutivo es más costoso, exige mayor recorrido, más gastos generales de conservación, y obliga áreducir la velocidad de las embarcaciones, justamente en los momentos actuales, en que tan empenñosamente las naciones y armadores buscan la aceleración de aquéllas, como uno de los principales factores en laeconomía de los transportes. Creo, por otra parte, que la ejecución de esas obras que exige un desembolso tan considerable (pesos oro 56.000.000) no es por el mo- mento oportuna, aunque pudiera serlo en el porvenir, y creo además que es un deber de los ingenieros del país, ilustrar con su discusión el criterio del poder ejecutivo, que aunque proceda con toda honradez de miras, como no dudo suceda en este caso, es susceptible también de equivocarse. Invito, pues, á todos los ingenieros aquí presentes, á tomar parte en esta discusión, en la que no pueden primar otros más que los altos intereses de la patria (1). He dicho. AGUSTÍN MERCAU. Mayo 5 de 1906. (1) Al terminar esta conferencia el señor ingeniero don Luis A. Huergo, pidió la palabra y con la elocuencia que le caracteriza, pronunció un brillante discurso, el cual ha sido ya publicado anteriormente en estos Anales. La aceptación de mi proyecto por el decano de los ingenieros argentinos, me ha confortado en mis ideas, y he sentido un gran placer al saber que no estaba sólo en lo que creo lo buen derecho en el problema de canalización del río de la Plata superior. Aprovecho esta oportunidad para demostrar al señor Huergo mi agradeci- miento. (A. M.) 000'00?b : | - VIVISI YOMAdAS VIVIA VI AT OA 1IA ONILNADAV OUV'T “1H YOd TILVITAVN "TYNVO HU OLYIAAO 4d viva yA OO 000'00? : | - VIVIS3 S3YIY SONINA oo Ll S sarorjax3 sez! Ie 8 a / 120. 079, > A FONVIO vayvo y, 1590 ONLLNADAV OUVI “1H YOd HWILVDTAVN "TVNVO HU OLOAAOUd doradas VIVIA VI 4d ora CHILE SU CARÁCTER ÉTICO Y ECONÓMICO CONFERENCIA DADA EN LOS SALONES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Para mi hija Giuseppina, estas páginas en homenaje á Chile y con el ideal de la América Latina fuerte y grande por sus tradicio- nes y sus virtudes propias. Buenos Aires, septiembre 1906. Con angustia subo á esta tribuna, á la que me trae la amistad inte- lectual que me une á la « Sociedad Científica Argentina » desde hace algunos años. Esa angustia es la del padre y del esposo, que, sepa- ado de los suyos por el obstáculo infranqueable de los Andes aho- gados entre la nieve, y por la dilatada extensión de los dos océanos, unidos en la zona boreal por la angosta cinta azul y transparente del estrecho de Magallanes, no ha podido compartir, con la hijita y con la esposa, el pavor y los peligros del horrible cataclismo; que no ha podido, tal vez, servirlas de escudo contra los derrumbes de las casas violentamente sacudidas desde sus cimientos, ó, quizás, abrirlas una salida sobre las ruinas, antes que las devoradoras llamas llegasen, ó, aun, con palabras tiernas y sentidas caricias, hacerlas volver en sí, hacerlas dueñas del pensamiento y la voluntad para huir de la vorágine. Es la angustia del amigo, que ve miradas extraviadas y semblantes contraídos por el inmenso terror, y oye los gritos, llantos y lamentos de tantas personas queridas, con quienes ha pasado diez y ocho años de recíproco afecto, en franca comunión de ideales de tra- bajo, de paz y de progreso. Es la angustia del italiano, que, ante el AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 18 274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA espectáculo de las ruinas, de los muertos y de los heridos, caídos al golpe formidable de la catástrofe chilena, siente renacer vigorosa- mente en su pecho las profundas é innumerables emociones que le imprimieron las recientes desventuras de la Calabria y del suelo na- politano. Es la angustia del hombre de estudio, que á pesar de la se- renidad que debe conservar ante el examen objetivo de los fenómenos y de la transformación de la materia inorgánica, se deja arrastrar vio- lentamente por los sentimientos que nacen espontáneos ante el des- arrollo de los fenómenos de dolor en el espícitu humano, que también es naturaleza, y es naturaleza sensible y consciente, que sufre bajo el flagelo de las leyes inexorables de la materia insensible é incons- ciente. El furor de las fuerzas ocultas é invencibles ha pasado por la tierra chilena, arrasando las fatigas de siglos, y arrebatando la vida á cen- tenares de seres, que, confiados en el mañana, iban aumentando los erandes poderes de la civilización, y coronando, día á día, con nuevas guirnaldas, la estatua de la vida, cubierta con el manto imperial del trabajo é iluminada por los astros esplendorosos de las virtudes. Te- rrible ha pasado el horror de lo ignoto y de las tinieblas, y allá, donde se alzaban palacios, teatros y monumentos, donde sonreían villas, jardines y viñedos, ha diseminado escombros, muertos y heridos, con- sumiendo la obra nefanda entre siniestros resplandores y sordos es- truendos. Entonces, las ciudades, que desde los perfumados valles y los alegres cerros y de las encantadoras playas desafiaban la soberbia de las altas y escarpadas montañas y las iras de las rachas oceáni- cas, y, entre ellas, la fascinadora sirena del pacífico que atraía entre sus brazos las grandes moles flotantes, han sido envueltas en la es- pesa tiniebla del dolor... Pero, el fenómeno terrible cesó, y la mate- ria ha ido recomponiéndose sobre sus estrados con ligeros movimien- tos, y ahora, sobre las tumbas llenas de víctimas llueven las flores del afecto de los sobrevivientes y se ciernen los gentiles efluvios de la solícita benevolencia universal. Los habitantes reedifican las casas, plantan de nuevo los árboles y las viñas, siembran el trigo, tornan á las minas que se abren en las entrañas de las montañas y en abismos profundos que se internan bajo el mar, y reanudan sus tareas sobre las arenas auríferas de los ríos y de las playas; corre la locomotora triunfante, corre nuevamente por entre los campos arados, las verdes colinas, las mesetas floridas y los ásperos montes, y el hilo del telé- orafo, reluciente al beso del sol omnipotente, salva el torrente de los ríos y las dificultades de las sierras para enlazar el intelecto chileno CHILE 2175 al pensamiento universal. Y, entonces, Valparaíso, de nuevo hormi- gueante de banqueros, industriales, comerciantes, obreros, marineros, chilenos perseverantes, extranjeros laboriosos y aristocráticas damas, rodeados de cerros coronados de casas blancas y bellos jardines, con su nuevo desembarcadero amplio y seguro, con sus anchos y fuertes muelles de hierro tendidos como brazos de inmenso pulpo, es siempre la sirena seductora, á la que llevan los vientos, las emanaciones acres de la Pampa salitrera, las moléculas de cobre y de plata de los mine- rales de Atacama, el humo de la fundición de Guayacán, los perfumes de la tierra de La Serena, los rumores del puerto y la dársena de Talcahuano, la gracias de la culta Concepción, el polvo de las minas de carbón fósil, los fuertes olores de la fundición de Coronel y de Lota, matizados con la brisa perfumada de su parque fantástico, las voces de los campos de Osorno y de las oficinas diseminadas á orillas del caudaloso Valdivia, la ambrosía de los bosques australes y las partículas de oro de la Tierra del Fuego. Y Santiago reconquista su trono de luz y de benevolencia entre las buenas y antiguas costum- bres y los hábitos de vida moderna, y los palacios albergan damas sentiles y tiernas, y en los edificios públicos políticos ilustres cum- plen sus deberes de ciudadanos, y las escuelas cobijan bajo sus te- chos á una juventud inteligente y estudiosa, en donde difunden la luz del saber pedagogos abnegados y discretos, y en los cuarteles los soldados fuertes prosiguen sus ejercicios cuotidianos. Y Curicó, Tal- ca, Chillen y Temuco, se yerguen como fortalezas inexpugnables de vida cívica ordenada, en medio de campos fértiles é irrigados. Por los Andes y Juncal se extiende la línea férrea, como un largo brazo, cuya gran mano, allá, en las humeantes entrañas de las vencidas montañas, estrecha otro mano, la del majestuoso cuerpo social argen- tino, mientras que sobre las altas y blancas cumbres, entre himnos y destellos de luz, vaga el espíritu de aquel que llevó, hasta Lima, cus- todiado en el tabernáculo de los pueblos hermanos, el espíritu de los pueblos hermanos, el espíritu de los nuevos tiempos, uniéndose al otro que venía, apóstol del mismo Verbo, desde los confines septen- trionales de la América latina. En tanto que hierve la vida y el trabajo en los puertos de Iquique y de Pisagua, donde llegan los trenes repletos de sacos de salitre y barriles de yodo, trayendo la labor de un pueblo de obreros, agrupa- dos en torno de los establecimientos, que se alzan soberbios como castillos, en medio de la pampa árida, asotada por el sol y desgarrada por el azadón y la dinamita, y en tanto que desde la capital de la 276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tierra boliviana, preñada de inagotables tesoros, hasta la sonriente playa de Arica, se abre la línea férrea, por la cual con las furias ven- cedoras de la locomotora, pasarán los potentes afectos humanos y los productos del rudo trabajo de los campos, de las minas y de las ofici- nas, en una transparente y dorada neblina se entreven dos hermo- sas y majestuosas figuras, las cuales son impelidas por leves céfiros hacia un deslumbrante sitial sostenido por risueños querubines; sus cabezas están coronadas por los símbolos de la civilización de los In- cas y del heroísmo de Caupolicán, estrechando en sus diestras ramos de olivo; otras figuras, también majestuosas y hermosas, siguen á las primeras, llevando coronas y flores, y parece que vienen de lejos, desde las costas del Ecuador, de Colombia y de Méjico, así como tam- bién por el movimiento de los labios y el gracejo de sus ojos, que cantan un himno... Esta visión, pasando en el silogismo riguroso de la historia, se resuelve en el tratado de amor, de fe y de trabajo en- bre las naciones hermanas, que con sus glorias y sus virtudes forman los eslabones de la cadena inrompible de la civilización á lo largo de la costa del Pacífico, y que sobre las aguas plácidas y transparentes del estrecho de Magallanes la entrelazan á la cadena de la fraterni- dad y del progreso de las naciones « Latino Americanas » bañadas por el Atlántico, consolidando los vínculos naturales de la nueva fa- milia latina, la cual, en las graves fatigas de la vida moderna, regula, tutela y desenvuelve los derechos y los deberes, con el concepto de la epopeya virgiliana, con las intenciones de Tito Livio y de Tácito, con el criterio de las leyes romanas, con el impulso de Cicerón, con el carácter individual y los fines sociales de Régulo, de Cincinato y de Catón. El territorio chileno, ondulante y entallado, situado al occidente del baluarte formidable de los Andes, bajo un cielo purísimo, cae de éste al océano, como una larga y estrecha blonda. Comprende al norte la zona intertropical y terminal al sur, en una latitud, cuya tempera- tura se aproxima á la de los países interpolares. Encerrado entre la cadena de los Andes, que corre por toda la América meridional, con ásperas é infranqueables montañas, grandes contrafuertes y numero- sos conos volcánicos, y la cadena de la costa con colinas graníticas y aplastadas, se extieade el valle longitudinal, cortado, especialmente en el centro y en el sur, por torrentes y ríos, algunos de éstos nave- gables, como el Rapri, el Maule, el Imperial, el Toltín, el Valdivia, el Bueno y el Palena. Hermosísimos lagos, y los más importantes en el CHILE 211 sur, como el Villarica, el Rauco, el Puyehue, el Todos los Santos y el Chapo, adornan el territorio cubierto de exhuberante vegetación, á manera de resplandecientes joyas; el mayor de ellos es el Llanquihue, con una superficie de 740 kilómetros y á 43 metros sobre el nivel del mar. El valle longitudinal se divide, según la topografía y la producción, en cuatro zonas industriales: 1? Zona mineral, que se extiende desde Tacna á Chañaral, compren- diendo las provincias de Tarapacá y Antofagasta. Tiene una superfi- cie de 216.436 kilómetros cuadrados y contiene extensos depósitos de guano en la costa, salitre en abundancia y ricas minas de oro, co- bre y. plata. 2% Zona mineral, que comprende parte de la provincia de Atacama, desde el departamento de Copiapó al sur, y las provincias de Co- quimbo y Aconcagua. Esta Zona, que tiene una superficie de 103.854 kilómetros cuadrados, es especialmente mineral por la gran abundan- cia de minas de cobre, plata, hierro, manganeso, plomo, cinabrio, cuar- ZO, €etc., agregándose, además, excelentes valles surcados por co- rrientes de agua. 3% Zona agrícola y boscosa, que, con una superficie de 292.466 kiló- metros cuadrados, abarca las provincias de Valparaíso, Santiago, O'Hig- gins, Colchagua, Curicó, Talca, Linares, Maule, Nuble, Concepción, Bio-Bio, Arauco, Malleco, Cautín, Valdivia, Llanquihue y Chiloé, que forman el valle central, de clima benigno y de suelo irrigado y cubierto de fuerte vegetación, teniendo, al propio tiempo, grandes capas de carbón fósil en el litoral de las provincias de Arauco y Concepción. 4% Zona de bosques y de pesca, en la cual, como elegantemente dice Barros Arana, <« las aguas del océano, que interrumpe la continuidad de la cadena de la costa, convirtiendo en islas sus picos más elevados, ocupan el lecho del valle central, dejándolo convertido en un canal intermediario entre aquellos archipiélagos y las faldas de la gran cor- dillera. » Esta zona tiene una superficie de 184.211 kilómetros cua- drados y comprendelosarchipiélagos de Chiloé, Guaitecas, Guayanaco, Magallanes y Tierra del Fuego, con valles adaptabilísimos al cultivo y á la ganadería. Las islas y los continentes, son ricos en vegetación ar- bórea, y los canales y las bahías abundan en pescados, mariscos y fo- cas. Sobre este territorio, la vida del pueblo chileno se ha des- arrollado lentamente, pero con homogenidad étnica y carácter propio de intelectualidad. La población, que á mediados del siglo XIX ape- nas llegaba á un millón y medio de habitantes, pasa de tres millones 278 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y medio según la estadística de 1895; y cálculos posteriores la au- mentan en los años siguientes. En el primitivo espacio, encerrado entre el desierto, la cordillera andina y el océano, los indígenas de Chile no fuerou estimulados al trabajo ni á la organización social: empero, los que vivían en el norte, sólo modificaron sus costumbres cuando fueron dominados por los indios peruanos, que precedieron de poco á los españoles. En efec- b0 les de irrigación y se levantaron las primeras habitaciones á cuyo abrigo nacieron las primitivas industrias textiles. Del Perú se im- portaron los primeros animales domésticos, y se despertó el espíritu de la actividad, con los cultivos de frejoles, maíz y tabaco. Quedaba á los indios chilenos su carácter belicoso y nómade, reinando entre ellos el matriarcado, en cuya virtud la mujer trabajaba para el hom- bre y tenía el cuidado de la prole. En seguida, fueron introducidos a , entonces, fueron construídos puentes y caminos, se abrieron cana- los hábitos de trabajo y sobriedad por los colonizadores, en su ma- yor parte vascos y catalanes; mientras en el desenvolvimiento de la psiquis social durante el período colonial, el espíritu marcial fué cul- tivado, dada la tenaz resistencia de los araucanos para repeler al in- vasor y la firme pertinacia de los españoles en dominar á éstos. Es- tas cualidades, algunas naturales y otras importadas, amalgamadas á través de los siglos de luchas, de sacrificios y de crueldades, prepa- raron el carácter definitivo del pueblo moderno de la tierra araucana, presentándolo á la puerta de la historia de la independencia, con las insienias que lo hicieron digno, como los otros pueblos de la Amé- rica latina, de entrar en la liza y ceñirse la frente con la corona del honor. Luego, en el siglo de la vida libre, la conciencia nacional ha seguido su curso, sucediéndose las formas de contrastes entre los va- rios elementos en relación á la transformación de las tendencias so- ciales contingentes. Empero, dados los elementos fundamentales de la población, los unos, descendientes directos de los colonizadores, los otros, derivados del eruzamiento entre dominadores y dominados, se observa que de las cualidades primitivas de la psiquis social y de la condición de los hechos históricos anteriores proceden dos prinel- pios, que, teniendo ya diversas tendencias, gobiernan la sociedad chi- lena actual, y que es menester poner de relieve, para darse exacta cuenta de los fenómenos sociales, tanto bajo el aspecto económico co- mo respecto á la evolución intelectual. Me refiero á los principios de autoridad y jerarquía, entendiendo el uno como principio de dirección en el desenvolvimiento de las cosas sociales, y el otro como principio CHILE 279 de valor y de sucesión ordenada de los elementos en el teatro de los hechos individuales y colectivos. Domina en el ambien- te social chileno, en forma difundida y conereta, el principio de autoridad, de la cual no abusan los ciudadanos que la ejercitan, por propia cultura, por la garantía de los derechos políticos y por la vi- vilancia de la opinión pública. Domina también el espíritu de gerar- quía, á través de la cual, los que fueron estimados inferiores, ascien- den, por el poder propio y por el poder de las cosas. En Copiapó, don- de, hace tal vez un año, se honró con un monumento la memoria de Manuel Antonio Matta, pensador, hombre político y legislador, esta- ba erigida, de tiempo atrás, en la plaza, á la sombra de altísimos árboles, la estatua de Juan Godoy, minero. ¿ La exaltación del traba- jador, del último convertido en primero! Así la cultura se extiende, penetra y toma posesión, y con ella avanza la democracia! Por lo tanto, en la vida económica, los fenómenos se han manifes- tado con orden en los medios y determinación fija en los fines. La índole misma de las cosas, ha obligado al capital del país á moverse y expandirse, mientras el esfuerzo físico y la aptitud inte- lectual para vencer la dificultad del terreno, y la naturaleza del trabajo en las minas y en la pampa salitrera, han creado cualidades excelentes en el trabajador chileno. Al mismo tiempo, las finanzas públicas han sido dirigidas con circunspección, mereciendo crédito y aliciente. Naturalmente, las preocupaciones internacionales tuvieron por algún tiempo, tímidas y limitadas, las facultades económicas del país y obligaron al Estado á atender, con cálculos restringidos, á las obras públicas y al desarrollo de la vida económica, sin descuidar, sin embargo, la tutela y los propósitos amplios respecto de ambos. Luego, apenas fueron estipulados los tratados con la Argentina y con Bolivia, el espíritu público, de un extremo á otro del territorio nacional, se agitó convergiendo con ciega confianza é irrefrenable entusiasmo al trabajo anhelado; entonces irrumpió la fuerza eco- nómica del país con una violencia extraordinaria, y sobre el teatro de las empresas y de los riesgos, aparecieron elementos vigorosos des- conocidos hasta aquel momento. Los capitales salieron de las arcas, formando nuevos bancos y un grandísimo número de sociedades in- dustriales y comerciales poderosas para el desarrollo de la minería de la agricultura, la ganadería y las industrias manufactureras. El Estado, por su parte, atendió solícitamente al estudio definitivo de los proyectos preparados para la construcción de los puertos de Anto- fagasta, Mejillones, Valparaíso y Talcahuano, y para el aumento de = OY 280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA las líneas férreas con la continuación de la línea longitudinal y con las otras que á ésta deberán converger, formando la espina dorsal del organismo económico chileno; dedicó también especial aten- ción á la colonización en el sur con elementos nacionales y extran- jeros, á cuyo trabajo está confiado el desarrollo de la agricultura en el fertilísimo valle central. Al mismo tiempo las sociedades de índole económica, esto es, las de Minería, Agricultura y Fomento fabril, Centro industrial y agrícola y Sociedad agrícola del sur, refle- jando el movimiento febril que impelía al país al trabajo, con exposiciones permanentes y temporales y congresos económicos y monografías é importantes artículos en sus revistas, estimulaban mayormente á ciudadanos y gobierno, indicando á los unos los hori- zontes de la producción y del comercio, é incitando al otro á pro- veercon urgencia el establecimiento de nuevas é importantes comuni- caciones internas y externas, y á la ejecución de las obras públicas en los puertos y en las ciudades mediterráneas, á fin de que las fuer- zas económicas espontáneas del país, tuviesen el campo suficiente para su desarrollo y fecundidad. La índole de este trabajo no me permite hacer larga y detallada exposición de cifras, pero, como exponente de la vida económica chi- lena, daré aquéllas que he extractado de la Estadística Comercial de 1905, salida á luz hace poco. Importación general Año Pesos IA a aaa cbc 157.152.080 VIII 188.596.418 Talparaíso importó durante el año 1905 por pesos 97.343.667, con un aumento de 7.511.000 respecto al año 1904. Esta enorme impot- tación se debe al hecho de que Valparaíso es el puerto principal en el cual se centraliza todo el comercio del país. El aumento en el año 1905 débese al mayor consumo y al desarrollo de la industria nacio- nal. Exportación nacional Año Pesos PODES Ae 215.997.184 MONO A o ES A 265.209.192 Del sólo puerto de Valparaíso se exportó durante el año 1905 por valor de pesos 35.462.911, con un aumento de pesos 23.111.169 res- CHILE 281 pecto al año 1904. Del puerto de Iquique se exportó durante el año 1905 por pesos 14.193.333 en más, respecto al año 1904. La exportación de 1905, clasificada por productos, da las siguientes cifras: Pesos Productos animales.........- 9.072.705 = vegetales........- 14.227.256 = minerales ........ 220.177.343 — VOM os boo aaao o 21.731.888 El total de pesos 265.209.192 da una diferencia en más de pesos 49.211.408 respecto á la cifra de exportación del año 1904. He aquí la exportación de productos minerales de 1905 : Pesos Boratondeca 2.611.350 Cobreren barra 19.075.605 Dro ena 2.013.093 Os rea [eo o RUSS US TAPIA 7.052.875 SAM a e Pe CS. 184.421.848 Minerales varios ............ 5.002.572 Rotas laca 220.179.343 La cifra de la exportación del salitre, pesos 184.421.845, basta para señalar el grado de riqueza del país. Cierro la exposición estadística, con los datos sobre la renta adua- nera, que son los siguientes : Año Pesos MAA A e IA 82.173.009 MD ONES RN ata 91.321.561 El aumento en el año 1095 ha sido de pesos 83.546.552. Las solas aduanas de Iquique y de Valparaíso han dado al erario, en 1905, pesos 53.600.000 con un aumento de pesos 4.600.000 respecto al 1904. El terremoto del 12 de agosto ha dejado intactas las fuentes prin- cipales de la riqueza nacional. Se calcula — según la opinión de hombres competentes — que en 1907 el salitre no dará menos de pesos 28.000.000 de ganancia á los accionistas chilenos, y en 1908 más de 50.000.000. Á la agricultura se dirigenlos cuidados de los propietarios y del gobierno, y los cultivos en las tierras vírgenes del sur aumentarán, en el curso de pocos años, la cifra de los productos de la tierra. Á todo esto deberá agregarse los 282 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA considerables resultados que deberá dar el desarrollo de la pesca, que constituirá una nueva é importante fuente de riqueza. Á demostrar cuanta confianza se tiene en las fuerzas vitales del país, basta el hecho que, antes del terremoto, el cambio estaba ácatorce y un octavo peniques, y, después, se vendieron letras á catorce y medio peni- ques. Las sabias medidas del gobierno y la energía de la nación saca- rán, de las fuentes naturales de riqueza, los beneficios con los cuales serán compensadas, en breve tiempo, las pérdidas sufridas por la terrible catástrofe. Mañana, aniversario de la Independencia de Chile, sobre la tierra de Caupolicán, de Pedro de Valdivia y de O”Higgins, flameará, enlu- tada, la bandera tricolor, y tristes caerán los rayos de la estrella soli- taria, y á los ojos de los afligidos parecerá ver reclinadas las cabezas del huemul y del cóndor en el escudo patrio : pero, por los valles fecundos, por las verdes praderas, por las áridas montañas, por las alegres colinas, por las playas del gran océano, por las orillas de los ríos navegables y los riachuelos que llevan sus aguas de regadío, correrá en largas ondas el eco electrizante de los repiques de las cam- panas, del estampido de los cañones, del toque de las trompetas y de los himnos de las niñas y de los niños, y el pueblo sentirá más fuerte la conciencia y más vigorosa la voluntad, para continuar su obra en el camino del progreso, que las ocultas potencias de la naturaleza inte- rrumpieron por un instante. No puede detenerse la marcha de un pueblo que tiene ante sí un vasto campo de trabajo y de producción, y que posee adecuadas calidades éticas cuya causa es permanente. Esta causa es la cultura, la cual tiene uña extensión y una intensidad admirables, figurando en su historia intelectos robustos y obras de grande aliento. Además, la producción intelectual tiene un soplo poderoso de expansión hacia el ambiente social, y, por lo tanto, es especialmente educativa. Por es- to, una gran parte de los mejores escritores, casi todos, y tal vez todos, se han servido y se sirven de la tribuna periodística, haciendo de ella el trono del libre examen y el faro de la enseñanza. El carácter de esta cultura es eminentemente positivista, y la razón, por la crítica moderna, es obvia. En efecto, dado el ambiente físico, con grandes contrastes y grandes dificultades para la vida del hombre, el intelec- to tenía que converger á la objetividad de las cosas, para conocerlas y servirse de ellas. Por tanto, predominan los estudios de ciencias físicas y naturales, y los estudios históricos, jurídicos y económicos; la crítica literaria es á base histórica y filosófica; la poesía tiene ten- CHILE 283 dencias sociales; la pintura y la escultura tienen fines humanos; y la prensa periódica y cuotidiana representa escuelas y partidos. El comienzo de este período de cultura moderna fué señalado por el abate Juan Ignacio Molina, quevivióde 1737 á 1829. Sus dos obras, Compendio de la historia geográfica, natural y civil de Chile (1776) y Ensayo sobre la historia civil de Chile (1787), tuvieron resonancia en Europa, y se dice que por ellas fueron á Chile Humboldt y Darwin para estudiar el país. Desde la cátedra, en Bolonia, Molina manifestó las ideas, que la materia inerte tiene principios de vitalidad y que algunos minerales son sensibles. En seguida, en el desenvolvimiento de la vida social durante el siglo de la independencia, el organismo intelectual chileno ha sido formado y desarrollado por las inteligencias superiores de los Enrí- quez, Bilbao, Lastarria, Amunategui, Larrain y Zañartu, Blanco, Cuartín, Vicuña Mackenna, Errásuriz, Isidoro Gandarillas, Urtado, Irarrazábal y Alcalde, Matta, Montt, De la Barra, Blest Gana, Zen- teno, Arteaga, Alemparte, y otros en gran número, siendo continua- das y honradas estas bellísimas tradiciones, en nuestros días, por los Barros Arana, Medina, Letelier, Salas Lavaque, Lillo, Orrego, Lugo, Huneeu, Amunategui, Noguera, Montt, Alvarez, Puga, Borne, Ugarte, Gutiérrez, Porter, Alfonso, Martínez, Toro, Mac-Iver, Grez, Quesada, Fuensalida, Grandon, y una infinidad más, que estudian incansable- mente, tutelan la escuela, ayudan la obra de los maestros, frecuentan la Universidad como si fuera casa propia, discuten en las sociedades científicas, y se reunen en congreso cada año, ora en una y ora en otra de las capitales de las provincias, donde son recibidos con fiestas, y donde los hombres cultos de las ciudades visitadas les manifiestan las necesidades sociales y administrativas de las provincias, casi con- fiando, de esta manera, á ellos el mandato de patrocinarlas ante la opinión pública y los altos hombres políticos. Incorporados á la cultura chilena, y altamente honrados, son los nombres y las obras de Andrés Bello, Juan Bautista Alberdi, Juan Carlos Gómez, Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Lena- cio Domeyko, Claudio Gay, Amado Pizzis, Rodolfo Philippi, Lorenzo Sazie. Venerada es la figura de Andrés Bello, que dejó la codificación del derecho privado, la gramática castellana y la organización de los estudios universitarios, que son los puntos cardinales de la vida civil, del idioma y del carácter de cada nación. Entre las memorias más sagradas de la vida intelectual, tiene puesto de honor, la del viaje y los estudios de Carlos Darwin por la costa chilena. En la historia de 284 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la educación pública tiene puesto de honor y de amor Domingo Faus- tino Sarmiento, que, en las horas tristes, encontró en Chile afecto que lo consolara é ideales que le dieron el campo adecuado al vigor de su intelecto y á los grandes fines de su espíritu. De esta cultura, que lleva en sí vivo el anhelo de virtudes cívicas y de bien social, derivan los partidos políticos, que tienen programas determinados, desenvolviendo propósitos nuevos, alrededor de las ideas fundamentales de sus estatutos, y que, por tanto, se renuevan sobre sí mismos, conservando vigor é impulso y siguiendo la evolu- ción de la psiquis nacional. Los registros de los partidos son la mejor prueba de la disciplina entre los elementos que se aproximan á ellos para depositar la confesión del propio credo político y social; la tri- buna parlamentaria y la asamblea de los comités son los lugares de prueba y de enseñanza. El gobierno es esencialmente parlamentario, y, por lo tanto, á través de los poderes políticos pasa el soplo de la opi- nión pública, que espera ó provoca el debate parlamentario acerca de las cosas de órden público, y después aprueba ó condena. Cuando es así, los partidos políticos no debilitan la vida y los poderes públicos ; siendo ellos formas de ideales sociales, refuerzan el Estado y ayudan sus funciones, y al par educan la psiquis social al gobierno de sí misma. La instrucción pública es un corolario de la cultura general, de la cual, por lo tanto, tiene el carácter y los fines. La Universidad del Estado es el centro del círculo, del cual cada punto es luminoso. Los liceos, en las provincias, son los centinelas avanzados en la obra de preparación de la juventud para las batallas de la vida con las armas de la cultura y del carácter. El Intituto Nacional tiene nobles tradicio- nes, y el Instituto Pedagógico y las Escuelas Normales cada año ofrecen á la nación nuevos pioneers de la civilización y del progreso. Las escue- las técnicas, comerciales y profesionales, preparan los elementos pa- ra la vida económica. Entre las sociedades privadas para el incremento de la intrucción pública, sobresalen la de instrucción primaria y las para los estudiantes pobres; son formadas por los mejores elementos sociales, y las segundas están establecidas en la Capital y en las pro- vincias. El Congreso Pedagógico de 1902, del cual fué precursor el de 1889, ha sido una revelación de fuerzas poderosas. Las discusiones sobre las reformas que deben introducirse en todos los ramos de la Instrucción Pública, forman páginas importantes de ciencia y práe- tica pedagógica. En fin, considerando el ejército y la marina, como explicaciones de fuerzas naturales de la psiquis nacional, el uno y la otra son una ma- CHILE 285 nifestación de la cultura científica, á la cual los hombres distinguidos que los dirigen, se consagran con perseverancia y ambición. Las es- cuelas militares y la Escuela Naval son el comienzo de una vida de estudio y de abnegación. Está en aguas chilenas el crucero 25 de Mayo. El nombre es un poema : es la fecha de la Independencia Argentina, grabado sobre las columnas luminosas del templo de la Historia Universal. De la comisión que ha ido en piadoso y patriótico peregrinaje á recibir de los chilenos, que las han custodiado hasta ahora, las sagradas ceni- zas del general Las Heras para depositarlas en el Panteón de los héroes argentinos, forma parte el mismo general Garmendia, que fué uno de los portadores de las ramas de olivo con que se aspergeó el agua santa de la fraternidad sobre los pactos de Mayo, firmados por los cancilleres de Estado y los ministros diplomáticos, y que más tarde colocó, en nombre del ejército argentino, sobre el pedestal de la estatua de O”Higgins la placa, cuyo metal perteneció á un cañón de la guerra de la Independencia. Entre los escombros y las tumbas de las víctimas del temblor del 16 de agosto, pasará la sagrada reli- quia, de la cual brotarán recuerdos de heroicas fatigas y de glorias inmortales, que caerán como rocío sobre las desgracias y vigorizarán el carácter chileno para vencer el dolor y continuar con mayor empu- je en el camino del progreso; y entre el estampido de los cañones y el sonar de las trompetas, llevada por los vientos, irá de Santiago, y esparcirá por el mar y las colinas de Valparaíso, la voz de Lastarria, el cual, cuando en 1882 se inauguró el monumento de San Martín en la Avenida, en nombre de la «Unión Americana», de que era presiden- te el general Las Heras, después del discurso de éste, en el punto dijo : « .. Unión fecunda, consagrada por el dolor! Que no la recordemos en vano ! San Martín era su símbolo, y ya que el héroe revive entre NOSotros, que reviva también la antigua unidad de los pueblos ameri- canos! Que chilenos, argentinos y peruanos vuelvan á abrazarse de nuevo, apellidando San Martín ! Que Bolívar sea el emblema de la unión de colombianos y bolivianos ! Que el nombre de Hidalgo rea- nime á los Mejicanos ! Que todos juntos sigamos la huella de aquellos erandes hombres, hasta consumar la obra de la Independencia por medio del triunfo de la democracia ! Ahí está la fuerza del derecho, el poder de la civilización ! » Y cerca del monumento de San Martín, hace pocos días, delante de los representantes de las naciones, que, en la hora de la desventu- 286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ra, han llevado á los chilenos el consuelo de la amistad, en manifesta- ción de agradecimiento, desfilaron, por miles, ciudadanos de todas clases, y después desfilaron, también, las damas chilenas esparciendo flores... Oh ! las flores recogidas en el jardín de los más delicados sen- timientos humanos, cuyos efluvios ya cubren toda la tierra, y atraen y entrelazan pueblos y razas, fortaleciendo los vínculos de la familia una en la variedad de los fenómenos psicológicos, una en los fines del trabajo, una en el imperio de los derechos y de los deberes para el individuo, la familia, la nación y la humanidad! Aquella procesión de damas chilenas, que yo veo aún, hace volver á mi mente el home- naje que rendí, una de las primeras veces que visité á Valparaíso, en el Teatro Victoria, que ahora es un hacinamiento de ruinas y que aquella noche estaba resplandeciente de luz y desbordante de genti- les damas y de hombres cultos. Y aquello que dije entonces me es sa- tisfactorio repetir en este momento, del mismo modo que es cosa gra- taáquien á damas del lugar en quese encuentra, habla delas damas del lu- arde donde viene, con la intención de hacer con las gracias delas unas y las otras, una solajoyaqueadorne laestatuadel eterno feminismo. Dije: « El manto de seda cubriendo la obscura y abundosa cabellera, hace marco al semblante iluminado por los ojos grandes y negros, y, estrechando en el ebúrneo cuello, ese envolvimiento la esbelta figura de la mujer chilena. Aquel manto negro parece la coraza, entre la cual se custodian las gracias infinitas, el pudor santo, las virtudes lumi- nosas de la mujer; aquel manto, que dulcemente la envuelve, parece una nube caída del cielo para cubrir el rosal. — Caído el manto, en blanco vestido, con los ojos llenos de luz y de pudor, la virgen va á la casa donde será esposa y madre. » El ideal de unión de pesamientos y de afectos entre pueblos cultosme recuerda en este instante, que fuertes razones de amistad ligan á Chile con mi patria. El abate Molina, chileno, vivió por largos años y eseribió sus celebradas obras, y una de ellas en italiano, en Bo- lonia, la ciudad del Ateneo, en que Dante Alighiere retempló su intelecto de rebelde y su conciencia de juez universal, y de donde fué difundida á toda Europa la luz poderosa del Renacimiento que disipó las tupidas tinieblas de la Edad Media; él fué miembro honorario del aquel ilustre Ateneo, entre cuyos muros es honrada la memoria del escritor chileno con un recuerdo marmóreo. Al tiempo de la conquis- ta del territorio chileno, Juan Bautista Pastone, italiano, hombre probo, almirante de Pedro de Valdivia, recorrió la costa, desde Val- paraíso á Valdivia, y la reconoció. En los años de la lucha por la Inde- CHILE 287 pendencia, José Rondizzoni, militar de alta graduación, combatió en Chile, en el ejército de San Martin, y tomó parte en las campañas de Chiloé; en seguida se le confirieron cargos públicos, y, cuando era él intendente de Concepción, seabrióel puerto industrial de Coronel, dán- dose libre exportación al carbón fósil de las minas de aquella región, Empero, con el ánimo de italiano y con el afecto del huésped que en Chile ha continuado cultivando el ideal de la América Latina con- sagrándole sus mejores años, tengo el honor de unir, en este momento, al vuestro, mi homenaje á Chile, oh! egregios miembros de la ilustre Sociedad Científica Argentina. Cuando vosotros iniciasteis — y, por esto, débese á vosotros ren- dir honor — las serie de los congresos Científicos Latino-Americanos, y hospedasteis á los representantes de la cultura de este continente, con el sentimiento de exquisita deferencia y con un alto fin, fué ele- gido presidente de aquel Areópago uno de los representantes chile- nos. Al puesto de honor, llevó Paulino Alfonso alma honesta de ciu- dadano y corazón gentil de literato — la costumbre de la escuela de Lastarria, Amunategui y Matta. Después, cuando Chile abrió las puertas del Congreso Médico-Latino-Americano, por reciprocidad y amistad intelectual, con el concurso unánime de los representantes de las otras naciones, los cuales quisieron ser colaboradores de aque- la unión espiritual, que disipaba los sombríos nubarrones de guetra, fué electo presidente Federico Texo, el cual honró el sitial con los idea- les de la escuela de los Alberdi, Sarmiento y Mitre, Francisco Her- boso, entonces Ministro de Instrucción Pública, con la rectitud de su clara inteligencia y su ánimo abierto, supo reunir, en un todo, las notas armónicas de los intelectos, delegados á cimentar la unión de los pueblos que en sus anales tienen impresas las glorias militares de San Martín y de Bolívar y las aspiraciones civiles del Congreso de Panamá, del Congreso de Lima, de la «Unión Americana» de Chile y del Congreso de Montevideo... Á Chile, pues, en la hora del dolor, el afecto de los estudiosos de todos los países; á Chile del porvenir, el augurio de todo ciudadano, que, queriendo á la patria propia, desea el bien de la patria ajena; 4 la América Latina, de cuya civilización Chile es uno de los grandes factores, el homenaje de toda mente, que á cada raza ve asignada, por el destino histórico, una misión en el desenvolvimiento armónico de las fuerzas éticas en el Universo social! ENRICO PICCIONE. LA ELECTRICIDAD EN LAS MINAS CONSIDERACIONES GENERALES La substitución de la energía mecánica al trabajo del hombre ó de los animales, es una de las tendencias más características de nuestre época, que se distingue por la actividad febril que ella dirige en ese sentido. Esa tendencia es mucho más acentuada en la América del Norte que en el antiguo continente: esto no es decir que se prescinda en Europa del socorro que las máquinas pueden prestar al trabajo manual. Esto sería exagerado. Uno se representa difícilmente, en nuestra época una mina en la cual el agotamiento se hiciera á la mano, y el remolque y la extracción únicamente por el esfuerzo manual y donde el corte se efectuara por el foraje á mano, y el pico no dispu- siera de otra fuente de energía que los brazos del minero. Una mina tal no haría casi siempre sus gastos. La superioridad manifiesta del empleo de la energía mecánica en las minas ha conducido á la intro- ducción de diversos sistemas de transmisión y de aplicación, las ba- rras, el vapor, la fuerza hidráulica y el aire comprimido, todos estos sistemas tienen sus desventajas, algunas tan grandes que no es por falta de mejor que se continúa disponiendo de esos mismos recursos. Las barras, sus dimensiones enormes y lentitud desesperante exigen un gasto considerable de energía. Añádase á las pérdidas de energía el gasto elevado de la primera instalación y se verá sin difi- (1) El señor profesor E. Guarini, de la Escuela de artes i oficios de Lima, nos envía para su publicación el presente artículo. Aunque incompleto i poco nove- doso, lo publicamos esperando del autor una colaboración más fundamental que nos imponga de los progresos de la electricidad en nuestra simpática república hermana, el Perú. (La Dirección.) LA ELECTRICIDAD EN LAS MINAS 289 cultad por qué han sido abandonadas, tan pronto como fué posible, por otros sistemas más económicos, pero no por eso exentos de defectos. El vapor, el agua á baja presión, el aire comprimido, necesitan con- «luctos y es este el principal inconveniente. Las conducciones son difíciles de establecer, conservar y mantener restañadas. Su longitud y las pérdidas inevitables debidas al frotamiento y los escapes dismi- nuyen su rendimiento; á eso se añade para el vapor, el calor húmedo que hace reinar en la mina y que obra desfavorablemente sobre la salud de los trabajadores y la conservación del maderaje. Estas gra- ves desventajas de los antiguos métodos explican el apuro con el cual se ha tratado de aplicar la electricidad á las máquinas tan pronto se vió la posibilidad. El campo fué activamente explotado por un gran número de importantes compañías eléctricas, en coloboración con los constructores de máquinas mineras especialmente apropia- das á la conducción eléctrica. De esta colaboración de constructores de máquinas eléctricas y mecánicas, del cuidado con el cual han estudiado y resuelto los problemas complicados y delicados, ha nacido un movimiento que nos ha dotado de varias instalaciones eléctricas mineras que hacen la explotación de los depósitos minerales, además de ciertas economías ventajosas para los mineros. La extensión rápida tomada por el empleo de la electricidad en las minas se explica por las grandes y numerosas ventajas que de ellas resultan. La energía eléctrica se transmite sin dificultad y con peque- has pérdidas hasta en los lugares donde no sería posible traer el carbón para mover una máquina á vapor. Los conductores son fáciles de ins- talar y no ocasionan sino unas pequeñas pérdidas de energía; las máquinas movidas por los motores eléctricos son fáciles de poner en movimiento, y tienen un rendimiento elevado, marchan con mucha seguridad y necesitan muy poca vigilancia. La central puede ser esta- blecida en la situación más ventajosa del punto de vista económico. Los motores no consumen energía cuando las máquinas están en re- poso y piden poco tiempo y materiales para la limpia y engrasado. Enfin, el número de obreros puede ser considerablemente redu- cido. Estoy muy distante de pensar que los países de Europa estén en el mismo pie, para las aplicaciones de la electricidad al trabajo minero. La Alemania está á la cabeza y las usinas alemanas predominan ; ellas son, por decir así, las que han invadido todos los mercados con las máquinas mineras eléctricas. Por un reclamo juicioso, por el AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXII. 19 290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cuidado eserupuloso que toman en la construcción de sus máquinas mineras, por la seguridad del material producido, se han asegurado la fama. Las aplicaciones eléctricas en las minas alemanas se cuen- tan por centenas. En Austria-Hungría, país rico en depósitos minerales, sus ins- talaciones eléctricas mineras son casi tan numerosas como en Alema- nia, pero rata vez tan importantes. Se esperaba ver á Inglaterra, con sus numerosas minas, ofrecer el espectáculo de un gran desenvolvimiento de aplicaciones eléctricas mineras. Ellas, sin embargo, no han tomado la gran extensión que uno podría imaginarse. La mayor parte de los trabajos de ese género, hechos por firmas inglesas lo han sido en las minas de oro del África meridional. Lo mismo en Bélgica, aunque la industria 1mi- nera sea próspera é importante, el empleo de la electricidad no hace más que comenzar á extenderse. La Suiza, pequeño país que tiene pocas minas, se presta poco á ese género de aplicación, y, sin em- bargo, una firma suiza ha hecho importantes trabajos de este género, sino en el país, en el extranjero. Los otros países de Europa son todos, tratándose de instala- ciones eléctricas mineras, tributarios del extranjero. En Italia lo poco que se ha hecho lo ha sido casi enteramente por casas extranjeras. La Francia debe en parte sus instalaciones á firmas extranjeras también. La España tiene pocas máquinas eléctricas mineras, todas ellas instaladas por compañías extranjeras. En los países escandinavos las instalaciones han sido hechas por constructores alemanes y algunas veces ingleses. En Rusia por casas alemanas y belgas. Aunque muchas minas del continente europeo contienen un equipo eléctrico, no hay ninguna, que haya llegado á mi conocimiento, que sea completa y únicamente accionada por la electricidad, y, sin embargo, cada departamento del trabajo minero puede hacer ven- tajosamente uso: alumbrado, las señales, la extracción, el foraje, la ventilación, el transporte, la explosión de las minas, los trabajos en la superficie y los tratamientos de los minerales. En todas estas ope- raciones, la electricidad es un auxilio precioso y económico: precioso porque ningún otro agente se presta tan bien á las necesidades de la industria minera; económico porque las pérdidas inevitables son re- ducidas, y es raro que uno no tenga á su disposición en las minas el medio para producir á cada momento energía eléctrica. 1 LA ELECTRICIDAD EN LAS MINAS 291 Puede uno, por ejemplo, hacer uso de una caída de agua, aunque esté distante de muchas millas; ó bien en otros casos de los gases per- didos de los altos hornos; ó bien, cuando esos medios nos faltan, del vapor. Se podría también emplear la fuerza del viento instalando mo- linos en número suficiente y de poder bastante (en Viena se han onstruído molinos de viento de 25 caballos) á condición natural- mente de hacer uso de los acumuladores de energía constituidos, sea por los depósitos de aire comprimido, sea por los acumuladores eléctricos. En resumen, la introducción generalizada de máquinas eléctricas no puede ser sino ventajosa á la industria minera ; más que toda otra forma de energía, la electricidad satisface los deseos más importan- tes. Entre éstos, el más importante es la seguridad del funciona- miento, porque la paralización de ciertas máquinas, las de agota- miento, por ejemplo, puede poner en peligro á la mina entera y comprometer la vida de los mineros. Otra condición importante es la solidez y la simplicidad de las máquinas y la facultad de poderlas examinar y limpiar. Las máquinas eléctricas sobresalen en todos sentidos. En cuanto al tipo del motor por emplear, motor á corriente continua ó a corriente alternativa, las dos clases tienen sus defensores. Las dos partes hacen valer muy buenas razones. Los partidarios del mo- tor á corriente continua hacen valer la inferioridad de su peso, la del número de sus hilos (2 á 3 en lugar de 3 á 4), la posibilidad de regula- rizar la velocidad, consideración importante en ciertos casos. Para las máquinas de extracción por ejemplo, hay el hecho que permite el empleo de baterías de acumuladores, sea como reserva de energía, sea como batería de regularización. Ellos reprochan al motor trifásico, la caída de tensión al zarpar; al motor monofásico, su lentitud, su débil sapacidad de sobrecarga y su poco rendimiento. Á todo eso los defensores del sistema trifásico responden, que la caída de tensión es insignificante (de 550 4 540 ó sea 40 voltios) si la energía en la estación generadora se aumenta al momento que el mo- tor desamarra. Ellos ponen en su favor la simplicidad y la robustez de sus motores, la ausencia de partes delicadas 6 complicadas, la in- «lependencia frente de las intemperies y del ensuciamiento, lo que es en efecto una calidad importante, cuando el motor está establecido en una galería húmeda, desaseada, llena de vapores, de polvo de car- bón ó gas explosivo. En suma, la decisión por tomar depende de las circunstancias y 292 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA estas en las minas son generalmente favorables al motor polifásico. El voltaje de la corriente continua no puede pasar en las transmi- siones de corriente de 1000 voltios; es ordinariamente de 500 á 550, lo que no es económico cuando las transmisiones pasan de algu- nos kilómetros. Las corrientes alternativas por el contrario se prestan para el em- pleo de tensión llegando á 60.000 voltios, y á tal tensión la corriente se transmite, sin pérdidas serias, á muchísimas decenas y centenas de kilómetros. En el punto de utilización, las corrientes se reducen sin dificultad á una tensión menor. La ventaja queda en general por el sistema tri- fásico cada vez que la central está muy lejana del punto de utiliza- ción. La tensión primaria ordinariamente empleada es de 2000 voltios; la tensión secundaria, ó tensión de servicio, es de 500 voltios. Para combinar las ventajas de los dos sistemas, algunos recomien- dan el empleo combinado de las corrientes alternativa y continua ; la primera sirve para la transmisión de la energía á partir de la cen- tral y es transformada por un convertidor en corriente continua cuando llega á la mina. Las condiciones particulares y muy desfavorables en las cuales una máquina minera debe trabajar han decidido 4: la construcción de tipos especiales de motores destinados á este uso. Todos los inventores han buscado hacer un motor generalmente cerrado ocupando poco sitio, insensible á la atmósfera que lo rodea, que no eche chispas, no 'alentándose aun después de 24 horas de marcha continua, fácil de inspeccionar en todas sus partes. Se construye también un motor que, sin ser completamente acorazado, no despide absolutamente chispas y anda con seguridad aunque esté completamente sumergl- do. Una dificultad que se encuentra en los motores eléctricos para el comando de máquinas mineras es la velocidad que no convie- ne al trabajo corriente. El medio más simple, si no hay mejor, es el empleo de engranajes. Le reprochan á este medio las pérdidas de energía que resultan, el eran espacio que ocupa, los peligros de rotura de los engranajes, rotura sin gravedad, es verdad, para las pequeñas máquinas, pero que toman mucha importancia para las grandes. Este motivo hace que uno prefiera las correas. Muchas veces el engranaje es movido por un árbol flexible. En lugar de emplear esos medios mecánicos para reducir la veloci- dad, se puede también recurrir á medios eléctricos, sea bajo la forma LA ELECTRICIDAD EN LAS MINAS 293 de resistencias, sea bajo la de aplicación de la fuerza contra-electro- motriz. La regulación se hace ordinariamente por un controlador idéntico á aquellos empleados por los motores de tranvías eléctricos. Siempre que un motor debe ser cambiado de sitio de tiempo en tiempo, como en el caso, por ejemplo, que el motor esté colocado en el fondo de una galería en construcción, se evita las prolongaciones sucesivas de cables empleando disposiciones especiales. El cable está enrollado en un carrete y se desenrrolla á medida que se necesita. La conexión con la central es de esta manera cons- tantemente mantenida. La central de una instalación minera se diferencia poco de una instalación de alumbrado ó de tracción. La central de Carbonajes Unidos de Zwickau, se compone de dos máquinas á vapor verticales de 700 caballos cada una directamente acopladas con dos alternado- res trifásicos de 475 kilowatios, á 210 voltios. En la central de Monterrad á Firiminy, la máquina primaria es una de vapor de 39 caballos con 100 vueltas y bajo una presión de 105 libras por pulgada cuadrada, acoplada al dinamo por un acoplamiento Zodael. El generador produce corriente trifásica de 1000 voltios y 20 pe- ríodos por segundo. Tiene 24 polos, el diámetro polar es de 2 metros 492 milímetros, el diámetro interior de la armadura 2 metros 500 milímetros. La instalación de minas de Scharnhornat se compone de dos alter- nadores que dan 300 kilovatios á 5000 voltios, con 150 vueltas. El ta- hlero de distribución es ordinariamente puesto en la central. Donde se produce corriente á alta tensión las conexiones son establecidas, por medida de precaución, en la parte posterior del tablero y son com- pletamente independientes de los aparatos de baja tensión. La columna del tablero ha sido estudiada para evitar el inconve- niente, que presenta algunas veces el tablero de distribución ordinario, de ocupar mucho sitio y esconder á la vista ciertas partes de las máquinas. ALUMBRADO ELÉCTRICO Lo mismo que la central, la instalación de alumbrado eléctrico de una mina no presenta nada de particular: se utilizan lámparas de arco 294 ANALES DU LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de incandescencia, las primeras principalmente en la parte exterior de las minas. En los otros casos solo se emplean lámparas incandescentes. Este es el caso, por ejemplo, de la mina «Gothesengen » en Zurich, donde se han establecido 120 lámparas incandescentes en la superficie y 30 en las partes subterráneas. En las minas de Beth, de la sociedad mi- nera italiana, las usinas de fundición de los minerales y las oficinas en el valle Thizone, son alumbradas por corriente continua á 110 voltios, producidos por la excitadora. Las construcciones á la entrada de la galería principal, á 2700 metros de altura, son alumbradas por corriente trifásica cuya tensión es reducida de 3000 á 210 voltios. Para las lámparas portátiles de los mineros, la costumbre es de usar la corriente de los acumuladores á causa de la dificultad que experimentan los mineros en tomar la corriente de los conductores. Para disminuir la frecuencia de las cargas se emplean lámparas á bajo voltaje. El consumo de corriente es entonces muy reducido. TELEGRAFÍA ELÉCTRICA EN LAS MINAS Si el alumbrado de la mina y sus dependencias ha sido menos e paña) cuidado de lo que se merece, el telégrafo y el teléfono aplicados á esta industria han recibido gran atención por parte de los inventores. Tres puntos han sido sobre todo objeto de sus esfuerzos, seguri- dad del funcionamiento, resistencia á la humedad y al polvo y protec- ción contra los deterioros mecánicos. Ciertos constructores han com- binado igualmente aparatos para la corriente de gran intensidad. En los sistemas telegráficos cada estación es ordinariamente pro- vista de un transmisor y de un receptor. El receptor consiste ordina- riamente en un voltímetro alrededor del disco, en el cual están indica- dos un cierto número de señales ú órdenes. El operador que transmite una orden da vuelta al manubrio de un imán, hasta que la aguja del disco transmisor viene á colocarse sobre la señal deseada. La misma señal se repite sobre el disco receptor, y es de órdinario acompañada de un número de timbres igual al número de grados recorridos por la aguja. El operador que recibe la señal la remite al transmisor, que se asegura de esta manera si ha sido bien comprendido. Transmisor y receptor están — inútil es decirlo — completa- LA ELECTRICIDAD EN LAs MINAS 295 - mente cerrados y al abrigo de la humedad y del polvo. Esta últi- ma recomendación se aplica igualmente á los aparatos telefónicos ordinariamente altos habladores, el receptor y transmisor propia- mente dichos se cierran habitualmente con botones de caucho. Cuan- do están colocados en un local ruidoso los teléfonos están generalmente provistos de tubos receptores movibles que el auditor saca de su sitio y aplica á sus orejas. Una serie de botones sirven á poner al teléfono en conexión con las diferentes líneas. Un gran número de señales pueden hacerse en una mina por medio de timbres eléctricos. Tal es el caso de las señales que tienen rela- ción con el transporte de los carritos, cuando se trata, por ejemplo, dle notificar al conductor del motor que un carro ha sido enganchado, que se ha descarrilado, etc. En ese caso, dos hilos parten del timbre vecino de la máquina de tracción y siguen la galería donde ruedan los carritos. Un pedazo de metal cualquiera sirve á completar el. cit- cuito en cualquier sitio. Los timbres de las minas son manejados casi siempre por un imán, como el que se utiliza para dar fuego á las minas. Esos timbres son construídos para corriente de 6 á 110 voltios. Están completa y herméticamente cerrados. La transmisión eléctrica de señales presenta la ventaja de garanti- Zar la seguridad, permitir la rápida transmisión de órdenes y es- tablecer una unión entre las diferentes partes de las minas y el escritorio del director. Otros aparatos eléctricos, cuenta-vueltas, in- dicadores de nivel del agua en los pozos, contadores de los carros, etc., permiten además seguir constantemente en el escritorio la mat- cha de la mina. Las aplicaciones secundarias de la electricidad en las minas son de una alta importancia y mucho más importantes todavía son las aplicaciones principales, sobre todo por la economía y la seguridad que ellas permiten. BOMBAS DE” AGOTAMIENTO Las aplicaciones primarias de la electricidad como fuerza motriz en las minas, se dividen en cuatro grupos : Primero, las aplicaciones tienen por objeto la seguridad de la mina y de los trabajadores, el agotamiento y la ventilación; en segundo lu- 296 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA gar, las aplicaciones relacionadas directamente á la extracción, es decir, el mando de perforadoras y excavadoras, y el tiro eléctrico de las minas; el tercer grupo toca á la aplicación de la electricidad al transporte de minerales, por ejemplo, por medio de las locomotoras de las máquinas de alzamiento, los cables sin fin y las máquinas de extracción. El cuarto grupo comprende los empleos que se relacionan con el tratamiento de los minerales después de la extracción, en los moledores, harneros y pulverizadores. El mando directo de las bombas de agotamiento, es uno de los pro- blemas más difíciles que el ingeniero eléctrico tiene que resolver en vista de la grande velocidad del motor eléctrico y de la gran lentitud de las bombas de minas. Constructores de motores y de bombas han acabado por hacerse una serie de concesiones, los prime- ros disminuyendo, los segundos aumentando la velocidad de sus máquinas respectivas. Cuando las bombas son pequeñas el acoplamiento con los motores eléctricos no presenta dificultades, así los esfuerzos de los construc. tores han sido dirigidos hacia las grandes instalaciones. Su perseve- rancia se explica y se justifica por la evidencia de la superioridad que la electricidad presenta bajo ese aspecto como fuerza motriz. El costo del primer establecimiento es en verdad, si uno lo compara al de una instalación á vapor, un poco más elevado, pero los gas- tos de manutención son inferiores, las pérdidas de energía son menos elevadas, el desgaste de la generadora es muy pequeño; en fin, la electricidad escapa á los reproches que se dirigen al vapor, de viciar la atmósfera de la mina y ejercer una acción destructora sobre el maderaje. VENTILADORES La ventilación es casi tan importante para la seguridad de la mina como el agotamiento, pero la fabricación de ventiladores no presenta las mismas dificultades. Ella se efectúa sea por acoplamiento directo, sea por el intermedio de correas, sea por el árbol flexible. Los ventiladores de las minas son de dos géneros: 1% los ventila- dores puestos en las galerías ú otros sitios de los trabajos, para la aereación local; 2% los grandes ventiladores generales puestos en la parte exterior. Estos últimos pueden ser regularizados sea por medios mecánicos, sea por la variación del agujero de aspiración LA ELECTRICIDAD EN LAS MINAS 297 del aire, sea, cuando son accionados por un motor á corriente con- tinua, modificando la velocidad. PERFORADORAS El manejo eléctrico de perforadoras, es la aplicación más impor- tante con relación á la extracción, pero tiene que luchar con un eran competidor, el aire comprimido. Las ventajas de este último para las perforadoras á percusión son en realidad tan grandes que una sociedad la ha conservado como fuerza motriz, contentándose con suprimir los inconvenientes inherentes á las cañerías. Con ese objeto se ha inventado una disposición que consiste en un compresor accionado por un motor eléctrico y provisto de un depósito de aire comprimido, todo dispuesto para rodar sobre rieles y seguir por consiguiente, la progresión del frente del corte. Por ese medio los inconvenientes debidos á las largas cañerías de aire comprimido son evitados desde que la fuerza motriz, es traída bajo la forma de ener- vía eléctrica en la vecindad del punto de utilización, por medio de cables eléctricos mucho más cómodos. Bajo ese punto la actividad de esta casa de electricidad se difiere de la de otras compañías, porque éstas han combinado perforadoras completamente accionadas por la electricidad. Las perforadoras rotativas convienen muy bien á las rocas blandas, pero para las duras es preferible el tipo á percusión. La fabricación eléctrica de perforadores rotativas no presenta dificultad ; ellas se hacen, por ejemplo, juntando directamente el motor con las perfo- radoras. El florete es por ejemplo, accionado por un motor de dos caballos, por intermedio de un engranaje. Estas disposiciones no han encon- trado el asentimiento general. Es por esto que la transmisión se efec- túa igualmente por árbol flexible. Las perforadoras á percusión no se dejan fácilmente accionar por la electricidad. Las numerosas tentativas que se han hecho han pro- ducido tres sistemas principales: la perforatriz á solenoides, á en- eranaje y á manubrio. El sistema á solenoides tiene un carrete dividido en dos secciones, envolviendo un núcleo de fierro. La corriente pasa alternativamen- te por una y por otra sección y el núcleo es alternativamente atraído 298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en direcciones opuestas. El florete está directamente acoplado al nú- cleo y recibe el movimiento necesario de un tringuite accionado por el movimiento regresivo del núcleo. Esta perforadora tiene la ventaja de no necesitar motor, pero se le reprocha su débil fuerza y su calen- tamiento. En el segundo sistema, la perforadora está accionada por un engra- naje fijo á un árbol que da de 300 á 350 vueltas ; el engranaje encaja en una pequeña rueda puesta sobre la culata del florete y rechaza á éste hacia atrás comprimiendo un resorte que lanza al florete ade- lante del engranaje desde que éste suelta al disco. Las objecio- nes que se presentan contra este sistema son de no funcionar tan bien en lo alto como en lo bajo y necesitar un exacto sincro- nismo entre el movimiento del engranaje y el de la culata. El sistema á manubrio utiliza también un arbol á manubrio, que, por medio de una pequeña corredera en bronce y deslizador de acero, transmite un movimiento de vaivén á un carrito. Entre las placas de extremidad de ese carro hay puestos dos resortes muy po- derosos. Entre esos resortes se encuentra la brida de una caja á per- cusión en el interior de la cual se encuentra la culata que se puede mover libremente en el interior de los resortes al través de las placas de extremidad del carrito. Los constructores atribuyen á esta última perforadora las ventajas siguientes: regularidad y constancia de la fuerza de los golpes, sea cual fuere la posición de la máquina, y la ausencia de choques en el mecanismo, eran poder y gran rapidez (de 4204450 golpes por minuto) ; se le reprocha, por otra parte, á esta máquina su complicación y su aptitud para descomponerse, su des- gaste rápido y los frecuentes y grandes gastos que resultan. Una perforadora de tipo mixto se halla en la mina Friedrich- Wilhelm, en asperón duro y hematites, ha hecho progresar la gale- ría de 248 en 248 horas. Las perforadoras de engranaje han mostra- do durante un ensayo de cuatro Ó cinco meses en las hulleras de Cout- celles, una progresión de S0 metros por máquina, contra 40 que se hacía á mano durante el mismo tiempo, con un gasto de 60 francos el metro por el trabajo mecánico y 105 francos por el foraje á mano. Últimamente la perforadora de la mina de Kattervach en Hungría, en un fierro espático de media dureza, ha marcado una progresión de 1250 en 9 horas. El foraje adelantaba de 5,54 6 centímetros por minuto. LA ELECTRICIDAD EN LAS MINAS 299 EXCAVADORAS Además de las perforadoras se emplean las excavadoras, espe- cialmente el sistema Sullivan. Esta máquina, de origen norteame- ricano, consiste esencialmente en una cadena cortante que pasa por dos poleas accionadas por un motor eléctrico. CONFLAGRACIÓN DE LAS MINAS El tiro de las minas por electricidad se hace de dos maneras: por la chispa eléctrica y por el hilo de platino incandescente. El último método es generalmente preferido á causa de su gran seguridad en el funcionamiento. Se emplea máquinas magnéticas cuando el número de minas por hacer funcionar es pequeño; cuando se eleva á 50 Ó más se emplea una máquina del circuito, antes que la corriente haya llegado á todo su valor; se evita de esa manera la explosión prematura de las espoletas más sensibles. En el explosor dinamo la corriente indu- cida es controlada por un resorte. Tan luego como la fuerza electro- motriz ha llegado á su máximo, el circuito es cerrado automáticamen- te, lo que asegura la explosión simultánea de todas las minas. LOCOMOTORAS ELÉCTRICAS. — CABRIAS. — CABLES SIN FIN Para conducir el mineral del frente de abataje 4 la máquina de extracción ó halaje, algunos se sirven de carritos arrastrados por mo- tores. La velocidad es ordinariamente de 1 metro á 15 centímetros por segundo, con un motor de Sá 10 caballos y una pendiente de 10 á 15 erados. Cuando la galería es derecha, la distancia no muy grande y el tráfico regular, se emplea frecuentemente la tracción por cables sin fin, cuya velocidad no pasa generalmente de un metro por segundo á fin de permitir el enganche y desenganche de los carri- tos sin que se pare la máquina. El camino es doble. Un conmuta- 300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dor permite cambiar el sentido de la marcha en caso de desca- rrilamiento. El halaje eléctrico es largamente aplicado en las minas. Todas las grandes sociedades han hecho importantes instalaciones. Cuando el halaje no es practicable á causa de la gran distancia ó de la sinuosidades de las galerías, se emplea algunas veces locomotoras eléctricas para conducir los carritos sea al exterior, como en la mina de Hollertzug, sea á los pozos. Las locomotoras eléctricas sirven para conducir los minerales á las fábricas de preparación. En el transporte superficial, se emplea tambien el telferaje elée- trico. Para las locomotoras se prefiere generalmente la corriente con- tinua á la alternativa, porque su empleo no necesita más que uno ó dos conductores y estorba por este motivo menos la galería. La locomora eléctrica normal tiene 260 centímetros de largo y 108 de ancho; la distancia entre los ejes es de 72 centímetros y el diámetro de las ruedas 50 centímetros; el máximo de altura del hilo del trole, es de 140 centímetros. Las locomotoras de la superfi- cie son más grandes y toman la corriente por un rollo de aluminio, que no debe ser cambiado de sitio como los troles cuando cambia la dirección de marcha. MÁQUINAS DE EXTRACCIÓN Muy poco progreso se nota en la adaptación del manejo eléctrico en las máquinas de extracción á causa de las dificultades que presen- ta ese problema. Esas dificultades consisten en el acoplamiento del motor con el tambor y en la regularización de la velocidad. El aco- plamiento directo exige la reducción de la velocidad del motor y del diámetro del tambor. La regularización de la velocidad se efectúa de diversas ma- neras. Con la corriente continua, por ejemplo, se puede emplear dos moto- res de medio poder, el acoplamiento en serie ó en paralelo da la me- dia ó entera velocidad. Se emplea algunas veces un reostato líquido; el número de vueltas completas está obtenido cuando el líquido sube hasta la parte su- perior. Para desamarrar y regular la velocidad de las máquinas de extrae- ción se puede también hacer variar la excitación del dinamo. Sin LA ELECTRICIDAD EN LAS MINAS 301 resistencia han sido utilizadas con ese mismo objeto, pero con poco resultado. Los constructores han puesto toda su atención en los aparatos de seguridad ; así las máquinas de extracción son generalmente bien provistas de poderosos frenos á mano, á pie, aire comprimido ó automáticos para evitar todo accidente. Los frenos automáticos funcionan cortando la corriente. Si por algún motivo el circuito viene á ser cortado, funciona otro aparato automático. En ese caso un poderoso electroimán, es desimantado y larga un peso que acciona el freno. El acoplamiento directo del motor y del tambor, no es empleado sino en las grandes instalaciones. En las pequeñas el acoplamiento se hace por engranajes. Aunque la electricidad no sea todavía muy empleada para las máquinas de extracción, no puede dejar de tomar una rápida extensión ahora que la perfección deseada para asegurar el éxito se encuentra ya adquirida. Se ha constatado, en efecto, que en los pozos Heinrich,la adopción de la extracción eléctrica ha dado lugar, sólo en combustible, á la economía de un tercio, sin contar la de materias grasas y la diminución del desgaste. Además, la adop- ción de la fuerza motriz eléctrica ha permitido el empleo de una bate- ría de acamuladores para acumular la energía mientras se baja la jaula. TRATAMIENTO DE LOS MINERALES Su gran capacidad de recarga da al motor eléctrico una importante ventaja para el tratamiento de los minerales que han sido extraídos. Es conveniente, por ejemplo, para el lavado del carbón, la separa- ción y la trituración, para la carga y descarga de los hornos de coke. Es conveniente, también á los delantales sin fin y otras máquinas de transporte, la fabricación de compresores de aire para perforadoras, etc. Se comprende que los motores son generalmente estableci- dos en un local separado, á fin de ser sustraídos á la acción destruc- tora de los gases. En este caso la transmisión se hace por correas. CONCLUSIONES El corto resumen que precede no tiene la pretensión de haber ago” tado el argumento pero, permite darse cuenta de dos puntos: 1” la 302 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA actividad que reina por la introducción de máquinas eléctricas mine- vas; 2% la economía que puede resultar de esta introducción. No deseo sino citar dos ejemplos. Antes del empleo de la electricidad, los Burma Buby Mines no podían distribuir dividendos, los gastos de explotación eran demasia- no elevados. Después de la adopción de la electricidad los gastos han sido reducidos de 6000 libras por año, lo que ha permitido pagar dividendos. En la mina de Sheba, la economía realizada sobre los vastos de explotación después de la introducción de la electricidad en 1896, se eleva á 10.000 libras por año. EMILIO GUARINI, ' Profesor de Física y Electricidad en la Escuela de Artes y Oficios de Lima. ÍNDICE GENERAL DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO SEXAGÉSIMOSEGUNDO Sobre la Prosopanehe Burmeisteri de Bary, por el doctor EUGENIO GIACOMELLI 5 El Radio, conferencia en homenaje al señor Pierre Curie, por el doctor GUILLERMO AAA ata loro alo tado Doral a nd lalo usaras A stldo led E E A 23 ¡neromía por elting entero EMIBLO ROSETTL A O 31 El nombre científico de las vizcachas, por el doctor FERNANDO LAHILLE....... XXXIVO aniversario de la Sociedad Científica Argentina, por el ingeniero SAN- ¡DACO ME MBA RABINO cla Ll ad aca c Dealsca Ly Discurso del señor presidente tenientecoronel ingeniero ArtTuURO M. LuGoNEs DS Contestación del ingeniero ALBERTO SOCHNEIDEWIND 61 Contestación del doctor FLORENTINO AMEGHINO +... 63 Mi credo, disertación del doctor F. AMEGHINO... 64 Importancia del estudio de las soluciones coloidales para las ciencias biológicas, POLEA OETOLPAN CEA aa 113 Presentación del doctor Ameghino en el XXXIVOo aniversario de la Sociedad CAUCA A a li 131 La nivelación de precisión en la República Argentina, por el señor ARDUINO A o o 137, 202, 243 Observations sur quelques fougéres argentines nouvelles ou peu connues, por el TOCLOLACRISTO BALL MECENAS O 161, 209 Miguel Angel á través de sus obras, por el prof. JUAN WARNKEN ............. 177 Contribution a 1 étude de la laque de la tusca, por JUAN A. DOMÍNGUEZ ...... 219 Morfología de los poliedroides regulares de cuatro y cineo dimensiones, por el MRE CO A A A O 225 Détermination de la glucose, par le Dr F. P. LavarTBE. ooo ooo 251 Canalización artificial del río de la Plata, por el ingeniero A. MERCAU. 0... 257 Ciule As uURCALACOINCUCO Y ECM 273 La electricidad en las minas por el señor E. GUARIST 0000 1 288 MISCELÁNEA COMISÓNIMACION AA LCRO e 45 Lena aussi nit o o aaa o Ue aa ale a o Lab o. RS a ES 15 Gran exposición internacional anual (Uruguay). ooo RARO Le E 165 304 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA BIBLIOGRAFIA EL motori ad esplosione, a gas luce e gas povero de V ingegnere Fosco Laurenti Manuale pratico per E operaio elettroteenico dí G. Marchi (S. E. BJ)... Etude expérimental du ciment armé por R. Feret (S. E. B.) 0000 WMeoryMeo por Ernestina AC pez A O OSO OS APO Ape za La statique appliquée a la résistance des matériaux par Karl Zillich (S. E. B.). Roma porto di mare dell ingesnere Paolo Orlando (S. E. Bo)... The simplon route by the Bureau de publicité (S. ESB.) ooo Mostra delle ferrovie dello stato. Esposizione di Milano (S. E. B.)............. Catalogo degli oggetti, disegni, fotografie e pubblicazioni del Ministero dei Lavori publicitallMesposizioner di MiS O A Ll porto di Genova e Capertura del Sempione, dell avvocato Cesare Testa (S. E. B.) Cenni imtorno alle applicazioni di trazione elettrica eseguite sulle ferrovie italiane La trazione elettrica a corrente continua sulla linea Milano- Varese-Porlo Ceresio IS a IÓN NAMCO CIÓN CUCIAACA POR ECU e Padrón minero de los territorios nacionales. Ministerio de Agricultura, sección geolocia immeralo cia yaaa SM A O Précis analyse chimique quantitative des substances minérales par le Dr. Carl Eriedhemn;tradut parle docteur E AGauteri(s. E Bl NECROLOGÍA Luis Brackebusch, por el doctor Guillermo Bodenbender. ooo E Aguilar, Rafael Ballvé, Horacio Carvalho José Cárlos Corti, José S _Corthell, Elmer L Guimaráes, Rodolfo Lillo, Miguel Abella, Juan. Acevedo Ramos, R. de. Achaval, Sandalio. P. Adamoli, Pedro A. Adano, Manuel. Ader, Enrique A. Aguirre, Eduardo. Albarracín, Alberto J. Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. - Aldunate. Julio C. Almanza, Felipe G. - Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Alvarez de Toledo, Julio Anasagasti, Horacio Amb osetti, Juan B. Amoretti, Alejandro, Anaya, Elvio Carlos. Arata, Pedro N. Araya, Agustín. Artaza, Evaristo. Artaza, Miguel. Arigós, Máximo. Arrivillaga, Marcelino. Arce, Manuel J. - Arce, Santiago. Arditi, Horacio. Arroyo, Franklin. Aubone, Carlos. Avila Méndez, Delfin. - Avila, Alberto Ayerza, Rómulo o Aztiria, Ignacio. E -Aztis, Julio M. Bahia, Manuel B. Balina, Manuel R. Bancalari, Eurique A. Barrera, Raúl. Barrio Nuevo, Luis A. - Barabino, Santiago E. Barilari, Mariano S Barzi. Federico. Battilana, Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Berrutti, José Julio. Berro'Madero, Carlos. Bernardez, Joaquín. Bimbi, José. Bell, Carlos H. -Arechavaleta, José ..... E Arteaga Rodolfo de.... .... Ave-Lallemant, German Brackebusch, Luis.......... y ro a an... +... . +... . Lafone Quevedo, Samuel A... | Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. l. de Año N Rio Janeiro. Mendoza. New York Elba (Portug.) La Plata. Tucuman. socios Besio Moreno, Nicolás. Biraben, Federico. Bonorino, lgnacio. Bosch, Benito S. Bosch, Eliseo P. Bosch, Aureliano R. Bonanni, Cayetano. Borus, Adrián. Bosque y Reyes, F. Bravé, Eugenio. Brian, Santiago Brindani, Medardo Broens, Guillermo Buschiazzo, Juan A. Buschiazzo, Juan C. Bustamante, José L. Caimi, Ramon. Candiani, Emilio Cáicena Augusto. Cáceres, Dionisio, Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Calderón de la Barca, A. Camus, Nicolás. Caminos, Zacarías. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Capelle Chanourdie, R. Carvalho, Antonio J. Cano, Roberto. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Carabelli, J. J. T. G. Cardoso, Ramón Carmann, Ernesto. Carossino, Jacinto T. Casullo, Claudio. Carrizo Rueda, Alvaro. Castellanos, Cárlos T. Castro, Vicente. Castro, Eduardo B. Claypole, Jorge. Cerri, César. Cevallos Sosas, €. M. Cerdeña, Fernando. Cereseto, Juan. Cilley, Luis P. Civit, Julio Nilo. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de. Chiocci, Icilio. E - SOCIOS HONORARIOS Dr. Juan J.J. Kyle. — Ing. Luis A. Huergo (padre). — Dr. Florentino Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Estanislao S. Zeballos Luiggi, Luis Morandi, Luis ........ Nordenskjiold, Otto Paterno, Manuel Patron, Pablo...... Porter, Carlos E Reid, Walter F. . Scalabrini, Pedro Spegazzini, Carlos Tobar, Carlos R...... Villareal, Federico... Von Ihering, Herman ACTIVOS Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock. Guillermo. Collet, Carlos. Coni, Alberto M. Coria, Valentín EF. Cornejo, Nolasco F. Corvalán Manuel S. Coronel, Policarpo. Cottini, Arístides. Courtois, U. Gremona, Andrés V Cremona, Víctor. Cuomo, Miguel. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Dates, Germán. Díaz de Vivar, M. Dobranich, Jorge W Dominico, Guillermo Dominguez, Juan A. Dorado, Enrique. Debenedelti, José. De Diego, Alberto. Demarchi, Torcuato T. A Delgado, Fausto Donovan Antonio. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubois, Alfredo F. Duhau, Luis. Ducros, Pablo; Duncan, Cárlos D. Durrieu, Mauricio. Durand, José C. Durelli, Amilcar. Echagiie, Carlos. _Eppens, Gustavo. Esteves, Luis. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel. Etchagaray,Leopoldo A. Ezcurra, Pedro. Fasiolo, Rodolfo 1. Ferrari, Santiago A. Fernández, Alberto J Fernández Díaz, A. Ameghino SOCIOS CORRESPONDIENTES Géneva. Villa Colon (U. Gothemburgo.. Palermo (1t.) Lima. Ñ Valparaíso. A Lóndres Corrientes. OOOO oso Fernández, Pedro A. Fernández Poblet, A. . Ferreyra, Miguel. Figueredo, Juan M. Fynn, Enrique. Flores. Emilio M. Fornati, Vicente. Foster, Alejandro. Friedel, Alfredo. Gainza, Alberto de. Galtero, Alfredo. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallardo, Garlos R. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gándara, Federico Y. Garat, Enrique. Garay, José de. Garcia, Carlos A. García, Jesús M. Gatti, Julio J. Gentilini, Pascual. Geyer, Carlos. Chigliazza, Sebastián. Giménez, Joaquin. Giménez, Angel M. Gjuliani, José. Girado, José 1. z Girado, Francisco J. Girado, Alejandro. Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. " Goldemhorn, Simon Gonzáles, Arturo. González, Aguslín. González Cazón Vicente. González Gastellú, J. V. González Carlos P. Granero, Míguel. Gradin, Carlos. Greaven Andrew. Gregorina, Juan. Gregorini, Juan A. Grieben, Arturo. Guido, Miguel. Guasco, Carlos. Gutiérrez, Ricardo J Guzmán Gutiérrez, J. Harrington, Daniel. Hermitte, Enrique. E ka, E Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marceline Herrera, Nicolás M. Herrero, Ducloux E. Herlitzka, Mauro. Heury. Julio Hicken, Cristóbal M Holmberg,. Eduardo L. Holmberg Eduardo A. Hoyo, Arturo. Huergo, Luis A. (hijo). Huergo, Ricardo J. Hughes, Miguel. Igartua, Julio F. Igartua, Eulogio M. triarte, Juan. Iribarne, Pedro. isbert, Casimiro V Isnardi, Vicente. israel, Alfredo (Era Isaurralde, Alfredo D. 'Jturbe, Miguel. lLurburo, Feliciano. Jacobo, Cándido. Jurado. Ricardo. Justo, Agustin P. «Krause, Otto. Krause, Julio. Klein, Hermán. Kliman, Mauricio Labarlhe, Fulio. Lacroze, Pedro. -Lagos:García, Carlos Lagrange, Carios. Lanús, Eduerdo M. Langdon, Juan A. Laporte Luis B. Larreguy, José Larguía, Carlos. Latzina, Eduardo. La valle, Fravcisco Lavalle, Francisco P. Lavergne, Agustín. Lea Allan B. Leguizamón, Martiriano lepori, Lorenzo. Leounardis, Leonardo de Lehmanu, Rodolfo R. Letiche, Enrique López, Aniceto E. López, Martín J. López, Gomara Augusto Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo M. Lugones Velasco, Sdor. Lniggi, Luis. Luro, Rufino. - Ludwig, Carlos. Luzio, Nlcolás Machado, Angel. Madrid, Enrique de Maglione, José L. Maguin, Jorge. Maligne Eduardo. Mallol, Benito J. Mamberto, Benito. Maradona, Santiago. Marín, Plácido. Marreins, Juan. Marcó del Pont, E. Marenco, Eleodoro. l Hubert, Juan M. 47 Martínez Pita, Rodolfo. Marengo, José. Marino, Alfredo. Martini, Rómulo E. Marti, Ricardo. Maschwitz, Carlos. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maupas, Ernesto. Maza, Juan Mattos, Manuel E. de. Mendizábal, José S. — .Mercáu Agustín. Merian, Eduardo. Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Millan, Máximo. Molina, Arturo B. Molina y Vedia, Delfina Molina y Vedia, Adolfo Moeller. Ednardo. Molina, Waldino. Molina Civit, Juan. Mon, Josué R. Morales, Carlos María Morales Bustamante, J. Moreno, Jorge Moreno, Evaristo Y Moreno, Josué F. Moron, Ventura. Moron, Teodoro F. Mosconi, Enrique Mugica, Adolfo. Mussini, José A. Naon, Alberto Narbondo, Juan L- -Navarro Viola, Jorge. Newton, Artemio R. Newton, , Nicanor R. Niebuhr, Adolfo Niebuhr, Otto Nielsen, Juan. Nistrómer, Carlos Newbery, Jorge. Newbery, Ernesto. Noceti. Domingo Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Novas, Manuel N. Nouguier, Pablo. Obligado Alejandro. Ocampo, Manuel $. Ochca, Arturo. Olazábal Alejandro M. (Olivera, Carlos E. Oliveri, Alfredo. Orcoyen, Francisco Orús, José M. Ottanelli, Atilio. Orgeira, Mauricio A. Ortúzar, Alejandro de Orzábal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustavo. Otero Ri ssi, Hdefosno Outes, Felix F. Raffo, Padilla, José. Padilla, Isaías. Pais y Sadoux, €. Paita, Pedro J. Palacio, Emilio. Palacio, Alberto. Palma, Edmundo. Palmarini, Armando. Pasman, Raúl G. Páquet, Carlos. Pascual, José L. Pastoriza, Rodolfo. . Pastoriza, Luis. Pattó, Gustavo. Pelizza, José. - Pelleschi, Juan. Pereyra, Emilio. Pérez, Alberto J. Perillói., Rodolfo. Peró, Gabriel. Petersen, Teodoro H. Pigazzi, Santiago. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Piñero, Antonio F. Pizzurno, Pablo A Plá Cárdenas, Carlos. Posadas, Carlos. Pouyssegur, Hipólito B. - Puente, Guillermo A. Pueyrredon, Carlos A. Puiggari, Pío. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quirno, Jorge. Quiroga, Modesto. Quiroga, Atanasio. Rabinovich, Delfín. Bartolomé M. Raffo, Jacinto T. Ramos Mejía, lidef. G. Razori, Francisco. Recagorri, Pedro S. Rebuelto, Emilio. Retes, Antonio. Repetto, Agustín N Repossini, José. Reynoso, Higinio Riccheri, Pablo. Rigoni, Luis. Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Kodírguez, Andrés. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Carlos L. Romero, Félix R. Romero, Julián. Romero, Antonio. Rosetti. Emilio. Rossi, Enrique L. Rospide, Juan. Ronge, Marcos. Rouquette, Augusto. Rubi», José M. Rua, José M. de la Saenz Valiente, Ed. Saenz, Valiente Anselmo Sagastume, José M. Sánchez Díaz, José. Continuación) 7 Sauri, Joaquí e Segovia, Vicente. . Serventa, Juan L. Saralegui, Luis. Sarhy, José S. Sarhy, Juan F. Scala, Augusto. Schaefer, Guillermo Schickendantz, Emilio. Schueidewind, Alberto se Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senat, Gabriel. Senillosa, Juan A. Silva, Angel. Silveyra, Ricardo. - Simonazzi, Guillermo. Pas Siri, Juan Mm. Sisson, Enrique D. Solari, Lorenzo. Soldano, Ferruccio. Suarez, Eleodoro. Spinetto, Silvio. Spinedi, Hermeneg. EA Swenson, U.. Tamini Crannuel, L.A. Taiana, Alberto. Taiana, Hugo. Tejada Sorzano, Carlos. Tello, Julio. Texo, Federico Thedy, Héctor. Toepecke, Ernesto. Toledo, Enrique A. de. Torres Armengol, M. Torres, Luis M.- Torrado, Samuel. Trovati, "Francisco. Traverso, Nicolás. - Uriarte Castro Alfredo. Uriburo, Arenales. Vallebella, Colón B. Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. Valiente Noailles, Luis Valle, Pastor del Varela Rufino (hijo) Vázquez, Pedro. Venturino Máximo. Vico, Domingo. Vidal Cárrega, Carlos Videla, Baldomero. Vilanova Sanz, Florenci? Villegas, Belisario. Vivot, Eduardo. Volpatti, Eduardo. Wauters, Carlos. Wernicke, Roberto: White, Guillermo - White. Guillermo J. Yanzi, Amadeo. Zakrzewski, Bernardo. Zamboni, José J. Zamudio, Eugenio. Zoccola, Aníbal. 73 dp A TE ARTO a 274 EN a RÓ 1907. — ENTREGA 1. — TOMO LXIII ER La RO 5 nd E : , RT, Conférence sur le port de Buenos A MO BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS : 684 — CALLE PERÚ — 68 1907 > é ! á Ke, E JUNTA DIBRETIVA f NOS o O .-. Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones Veceprestlente do Ingeniero Julio Labarthe Pa Vicepresidente M0. -.. Ingeniero Enrique HMermitte 3 ES Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Hoyo A Secretario de correspondencia.. Ingeniero Arturo Grieben TOSOFE RO ein Ad Ingeniero Luis Miguens BIbIOE Cana q Doctor Horacio Arditi : SEA /Doctor Carlos M. Morales O E Ingeniero José DVvebenedetti MS ; ' Ingeniero Ricardo J. Gutiérrez En RON Hoces o Ingeniero Domingo selva ' Ingeniero Federico Birabén LS Doctor Guillermo F. Schaefer A ; Señor Rodolfo 'santángelo RON (AU EA MANO Señor Juan Botto A : REDACTORES Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge- niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. ADVERTENCIA A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. 7 La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número con la casa impresora de Coni hermanos. Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas. Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección Cangallo 1825. La Dirección. PUNTOS Y PRECIOS. DE SUBSCRIPCIÓN Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerias . Pesos moneda nacional ] a pS, BOLAMMES a RCA ES 1.00 A POMO OS A 0 12.00 ; ¡Numero taras . 2.00 AS — para los socios.......... 1.00 : a LA SUBSCRIPCIÓN Sk PAGA ADELANTADA El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano O ANALES SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍ ARGENTINA DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO Secretarios : Doctor JuLto J. GaTTI y señor EMILIO REBUELTO TOMO LXII!I Primer semestre de 1907 BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 684 INNONA NG EUR CONFÉRENCE SUR LE PORT DE BUENOS AIRES FAITE A LA SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ARGENTINE LE 5) SEPTEMBRE 1906 PAR M. I-INGÉNIEUR FERNAND KINART Messieurs, Les nombreuses lectures que j'aurais a vous faire ce soir me pren- dront beaucoup de temps; pour cette raison, je nYefforcerai Vétre, dans mes appréciations, aussi concis que possible : la forme s'en res- sentira, et pour cette raison, je vous serais obligé Vexcuser les quel- ques vivacités qui pourraient peut-étre marquer cette controverse. Mais avant Ventamer le sujet, j'ai un devoir a accomplir vis-a-vis de la Société scientifique et principalment vis-a-vis de son président, monsieur le commandant Lugones, qui a bien voulu vYoffrir, de la facon la plus délicate, les salons du cerele. Je profite de la circonstance qui west offerte pour le remercier chaleureusement, ainsi que les membres de la Société scientifique, quí wont fait dans une entrevue antérieure Paccueil le plus cordial. Je wexcuse aupres Veux VPabuser ainsi de leur hospitalité pour la mettre au service, non d'une cause scientifique, comme j/aurais dé- sidéré pouvoir le faire, mais (Vune simple rectification que les événe- ments wobligent a faire publiquement. Dans une conférence donnée au Centro Nacional de Ingenieros et intitulée Conferencia del ingeniero Carmona sobre el Puerto de Buenos Aires refutando las dadas por el ingeniero señor IKinart, mon honora- ble collegue débute de la maniere suivante : ...de suerte que voy á limitarme á esbozar los inconvenientes observados y las mejoras indicadas, lamentando que en ninguno de estos casos haya 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA procedido el señor Kinart con un criterio técnico ó financiero, pues que á todos sus juicios le faltan estos antecedentes que son de orden fundamental en cuestiones de esta naturaleza, base indispensable para que tengan la se- riedad de que deben ir acompañados, ya sea que se los tome como un con- sejo dirigido al gobierno, ya sea que se trate de impresionar á los del ofi- cio. Recórrase esas conferencias partiendo de esta observación, y se encon- trará con la ausencia absoluta de cifras técnicas ó financieras que hagan conocer la base legal, diremos, de las obras indicadas. No basta decir: sá- quese esto, póngase aquello, retírese estotro, modifíquese esta ley, cám- biese esta reglamentación. D'apres ce quí précede, il est permis de comprendre le motif de la conférence de M. Carmona comme suit: « Empécher que le travail de M. Kinart ne soit' pris au sérieux, soit par le gouvernement soit par ceux qui sont del oficio ». Le motif de ma conférence Vaujourd/hui doit done étre « dempé- cher á mon tour que le travail de M. Carmona ne fasse échouer, avant qwelle wait pu commercer, Veeuvre de réorganisation du port de Buenos Aires ». Pour atteindre ce résultat, je démontrerai que mon honorable col- légue, dans sa brochure, a réfuté des choses dont je ai jamais parlé, qwil a mal interprété les chiffres dont je me suis servi, qwil a intro- duit dans le débat des chiffres nouveaux mais erronés, et qwentfin la réfutation ne porte sur aucun des points essentiels de mon rapport. La facon qui wa paru la plus loyale de procéder a cette démons- tration, c'est de vous lire, en les commentant et les mettant en regard, les textes de mon rapport et de la brochure de mon collegue. Dans le rapport que j'ai adressé a M. Pedro Christophersen, j'ai établi par une courte comparaison avec le port d'Anvers la preuve que le port de Buenos Aires est susceptible Pun plus grand rende- ment que celui atteint actuellement. A mon sens, Pencombrement du port est dú a de nombreuses cit- constances, que j'al rangées en quatre groupes : 1% Les inconvénients résultant de la situation administrative; 2 Les inconvénients résultant des reglements et lois en vigueur; 3 Les inconvénients résultant du personnel subalterne et de la facon de travailler dans le port. 4% Les inconvénients résultant (une conception erronée de diver- ses parties relatives du port. 1 LE PORT DE BUENOS AIRES PREMIERE PARTIE La premiere partie de mon rapport, concernant les défectuosités administratives du port et présentant un projet de réorganisation, va pas fait Vobjet de réfutations. Je pense done pouvoir en déduire qwen principe, mon honorable collegue est VPaeeord avec moi sur les propositions que j'ai introduites (1). DEUXIEME PARTIE Cette partie du rapport traite des reglements et lois en vigueur dans le port de Buenos Aires. Jen ai fait une critique, et al examiné également les propositions présentées par M. Carmona pour modifier Vétat de choses existant. Je ne vous donnerai pas lecture des remarques que na suggérées la réglementation du port et me bornerai a répéter tres rapidement les observations de M. Carmona : El señor Kinart ha criticado la reglamentación del puerto, y dice que ella es mala y que falta reglamentación. El reglamento general del puerto, confeccionado hace años por la prefec- tura marítima, es una copia del que rige en el puerto de Hamburgo, con las modificaciones necesarias para adoptarlo á nuestro medio. : De modo, pues, que si es malo nuestro reglamento, es malo el de Ham- burgo: eritica la forma de redacción, particularmente donde dice que ¿n- tervendrá la autoridad correspondiente, manifestando que debe decirse qué autoridad es, y se le pasan por alto en esa crítica artículos que son ya un anacronismo, como, por ejemplo, los que prohiben la salida de los buques de noche, cuando el valizamiento luminoso de los canales protesta contra esa medida. Je ne releverai pas Pallusion que contient ce paragraphe et me bornerai a vous lire ce que Jal écrit : (1) J'ai constaté avec le plus grand plaisir, par la lecture des journaux pu- bliés apres mon départ, que M. lingénieur Carmona avait proposé au gouverne- ment des modifications a l'administration du port sur les bases indiquées par moi. Je me félicite done du résultat partiel obtenu si rapidement, tout en faisant remarquer á mon distingué collegue qu'il eút pu se dispenser de présen- ter ces propositions comme siennes. Il est vrai quw'une entorse de plus ou de moins á la vérité...! $ ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA No tengo que examinar, ni la cuestión de las medidas de policía ni la de los impuestos (pág. 24). Le reglement confectionné par la préfecture maritime et que Pon a eru devoir copier de celui d'Hambourg rentre dans la catégorie des mesures de police ainsi, Vailleurs, que les articles quí défendent la sortie des vapeurs durant la nuit. En ce qui concerne les mots: intervendrá la autoridad correspon- diente, ce West nullement la forme de rédaction que je critique mais le fait que les fonctionnaires eux-mémes ne connaissent pas la limite de leurs attributions respectives. A mon avis, ce point est pas tout a fait dénué Vimportance. M. Carmona continue : El señor Kinart aconseja también que los puertos deben ser baratos, se- ñalando la conclusión á que llega como un axioma, cuando anteriormente los diferentes congresos internacionales de navegación, en París, en el año 1892, y en la Haya, en 1894, llegaron por unanimidad á los siguientes tér- minos : En el primero de ellos, que es necesario para la prosperidad de la nave- ación y para que el comercio pueda encontrar toda la utilidad económica posible, que los puertos sean provistos de los aparatos más perfeccionados para facilitar el embarque y desembarque de las mercaderías, como que dis- pongan de galpones y depósitos, dotados sucesivamente de los útiles com- plementarios. La navegación, se ha dicho en ese Congreso, aceptaría los impuestos es- tablecidos que se basan en los gastos de amortización y explotación nece- sarios para la conservación y mejora de los puertos, con mucha más facili- dad y con mayor agrado que correr la suerte resultante de la insuficiencia de los mismos. En el segundo, ha prevalecido que es sumamente recomendable dotar á los puertos de elementos, que en conjunto aseguren la mayor rapidez y eco- nomía en el trasbordo de mercaderías. El comercio soporta gustoso los impuestos suplementarios, cuando son equitativos, con preferencia á los puertos baratos que carecen de las instalaciones apropiadas á la rapidez de las operaciones. Je cherche en vainá comprendre la portée de cette argumen- tation. Je ne erois pas avoir écrit que los puertos deben ser baratos, et Vautre part, je ne vois pas que ces congres de navigation, tenus il y a 12 ans et 14 ans, prétendent que les ports ne doivent pas étre baratos. LE PORT DE BUENOS AIRES 9 A mon avis, il y a entre ce que j'ai éerit et ces décisions de Paris et La Haye absolument aucune différence. Voici, en effet, quelques extraits de mon rapport: No soy, en efecto, de opinión que los trabajos de un puerto deben nece- sariamente producir un interés determinado : bajo el punto de vista econó- mico, es un error creer que las entradas que provienen directamente de la explotación de un puerto constituyen un elemento principal ó notable para la prosperidad de la hacienda de un país. Además, no sería muy difícil demostrar que el interés de 7 por ciento que se cree haber realizado el año pasado es puramente ilusorio: en este “áleulo no se han casi tenido en cuenta la amortización del capital empleado, tanto para las maquinarias como para las primeras instalaciones, la necesidad de renovarlas en un tiempo determinado, las eventualidades de incendios, los daños y perjuicios á pagar, y otras cireunstancias que habría que tomar en cuenta si se quisiera saber casi exactamente el resul- tado de la gestión. Es además, en mi opinión, un punto de vista en el cual un gobierno no debe colocarse: la explotación de un puerto no es en efecto una cuestión industrial, es una cuestión nacional. El Estado, explotando él mismo, por ejemplo, los tranvías, el gas, las aguas, los ferrocarriles, hace un negocio industrial y puede en este caso esperar intereses remunerativos. Pero lo mismo que el gobierno ha alentado por medio de numerosas concesiones el tráfico de los ferrocarriles -en el in- terior del país, debe también favorecer y buscar de ensanchar sus relaciones internacionales. Y, para un país esencialmente productor como la Argentina, la facilidad de exportar y el abaratamiento del flete son indispensables, tanto más cuan- to que la producción aumenta de año en año. Si el desarrollo de la produc- ción atrae la riqueza del país, no se puede sin embargo olvidar que el desarrollo de la actividad comercial es igualmente uno de los elementos pri- mordiales de la prosperidad de la nación, Conviene, pues, no poner trabas al comercio por medio de impuestos de- masiado elevados. Et plus loin (p. 30): Creo deber repetir que, en mi opinión, en un puerto un impuesto debe ser la justa remuneración de un servicio prestado. Enfin, j'ajouterai pour Védification de mon collegue que depuis 12 ans il y a eu de mombreux congres de navigation, dont il pourrait 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA également citer utilement les avis, non a Pappui de sa these, comme il semble le eroire, mais bien a Vappui de la mienne. D'ailleurs, chose curieuse, apres avoir répété longuement ce que j'ai dit, mon collegue finit par étre VPaccord, tout en soutenant que son opinion est diftérente de la mienne! Ahora bien: el señor Kinart, en vez de haber limitado su consejo á la baratura, debía haber manifestado la necesidad indispensable de terminar las instalaciones del puerto, para que éste respondiese á las bases primot- diales establecidas en los citados congresos internacionales de navegación. El puerto de Buenos Aires produce ya lo suficiente para atender con sus entradas á la explotación, respondiendo con cifras elevadas al interés y amortización del capital invertido, y hoy ya se debe estudiar la forma de hacer menos gravosa la navegación, mediante un estudio de los impuestos portuarios, para fijarlos de acuerdo con bases más equitativas y más racio- nales que las actuales. El estudio de estas tarifas es más que una necesidad, una medida indispen- sable en la actualidad, pues los puertos vecinos tratan de bajar las suyas, con el objeto de atraerse el movimiento comercial. Continuant, M. Carmona dit : El senor Kinart manifiesta que hacer obligatoria la descarga de un buque á razón de una cantidad determinada, superior á la que puedan descargar los pescantes que usa el vapor en las horas hábiles del día, es una disposi- ción inaceptable ; pero al hacer esa declaración no se ha fijado que esa me- dida sólo ha tenido por objeto obligar á los buques al trabajo nocturno en las épocas de aglomeración. Quelle lamentable confusion dans Vesprit de mon honorable col- legue! Cette disposition qui consiste a fixer une quantité de marchandi- ses á charger par jour existe dans tous les ports et doit étre appli- quée également á Buenos Aires. J'ai critiqué (p. 34-35-36) la facon assez étrange dont lui, M. Carmona, avait compris la portée de cette disposition réglementaire. Le lecteur voudra bien se rapporter a mon rapport, en ce que concerne ce point. Puis je lis: También el señor Kinart, al ocuparse de la ley de tracción, ha creído que es un impuesto, la penalidad aplicada á la permanencia de vagones después de las 48 horas, cuando eso sólo responde á lo ya manifestado, es decir, á que las operaciones se hagan también de noche. LE PORT DE BUENOS AIRES fell Je Wai jamais rien pu croire a ce sujet, ne m'étant pas occupé de cette pénalité, que je considérais comme mesure de police. Plus loin, M. Carmona écrit : Otra modificación de la ley de tracción que propone el señor Kinart es de todo punto inaceptable, por las razones que paso á detallar. Cambiar la base de la ley actual que establece como unidad la tonelada para el cobro del impuesto, y fijar ésta á la extensión de la vía que en el puerto ocuparen los vagones que conducen las cargas, no es equitativo, lo que resalta á la vista de cualquier persona que haya hecho operaciones en el puerto. Los consignatarios solicitan vagones de las empresas de ferrocarriles, pero no pueden ellos indicar el tipo del vehículo sino que deben aceptar el que las empresas le proporcionan. De modo, que tratándose de un transpor- te de 40 toneladas, por ejemplo, el ferrocarril puede proporcionarle un vagón de 4 ejes, cuya carga máxima sean las 40 toneladas; como se ve en uno y otro caso, el transporte es de 40 toneladas, pero á pesar de esto y sin tener los interesados intervención alguna en la elección de los vagones, el señor Kinart aplica mayor impuesto á las 40 toneladas de carga transportadas en los cuatro vagones de dos ejes en la proporción siguiente : El vagón de 40 toneladas tiene de largo más ó menos 11 metros, y los cuatro de 10 toneladas, más ó menos 28 metros, y si se aplica un impuesto de un peso por metro, por ejemplo, resultaría que las 40 toneladas, en el primer caso, pagarían 11 pesos, y en el segundo, por la misma cantidad de carga, 28 pesos ! Le désir de contredire peut seul avoir incité M. Carmona a cette nouvelle dissertation. Je wai rien proposé au sujet de la loi de traction, et je croyais qwapres avoir déja fait dans La Nación cette déclaration rendue né- cessaire parce que mon collegue semblait ne pas vouloir se décider á lire ce que j'avais écrit, je croyais, dis-je, que ceút été suftisant pour le convainere. Il parait que tel Wa pas été le cas; je ne puis que le regretter. Je ferai la méme observation en ce quí concerne les points sulvants. Une simple comparaison entre les deux textes prouvera a Vévi- dence la véracité de ce que avance: Entrando á los detalles del trabajo ferrocarrilero, el señor Kinart acon- seja que el arrime de los vagones se haga á las 6 a. m., y que todos ellos salgan vacíos á las 11 a. m., en seguida arrimar mievamente cargados, para que salgan á las 5 p. m. 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Esto resulta muy bueno en teoría, pero impracticable en el terreno de los hechos, desde el momento que toda carga para las diversas casas que ope- ran en el puerto es superior á la capacidad de vía que corresponde al largo del vapor; y si á esto se agrega aún los vapores colocados en segunda y ter- cera andana, quedará completamente demostrada la imposibilidad de ejecu- tar la operación en la forma proyectada por el señor Kinart. Para fijar ideas, tomemos como ejemplo un vapor que ocupe 100 metros de muelle ; 4 éste sólo podríamos arrimarle once vagones, considerando el término medio de 9 metros por vagón, y si en el mismo vapor trabajan cinco casas á la vez, lo que sucede con mucha frecuencia, tendríamos que á cada casa sólo se podrían arrimar dos vagones, carga insuficiente para el trabajo de las cuatro horas hábiles de la mañana ó de la tarde; y por lo tan- to, se ve la oficina obligada á retirar esos dos vacíos para arrimar los dos cargados, á fin de que las casas puedan continuar sus operaciones y cumplir sus contratos de fletamentos sin caer en falso flete. Fácilmente se comprenderá que estas dificultades son aún mayores cuan- do se opera con vapores en segunda ó tercera andana. Avant de terminer la deuxieme partie, je me permettrai cependant de vous donner lecture de mes conclusions: La reglamentación del puerto es incompleta, viciosa en su conjunto y necesita una transformación completa, — pero después de haber modificado las formas administrativas sobre bases parecidas á las que he indicado y después de resolver algunas cuestiones técnicas referentes á las maquinarias y los accesos por ferrocarril. Además, como usted podrá ¡juzgarlo por las consideraciones arriba men- cionadas, la revisación de la reglamentación debe ser objeto de un estu- dio concienzudo por una comisión de hombres competentes, representantes de las diferentes ramas del comercio, y considero indispensable el examen de la reglamentación en todas sus partes. Artículos adicionales que sólo se re- fieran á uno ú otro punto causarían aún mayor complicación. Provisoriamente, una solución, me parece, podría consistir en esto : Poner á la disposición del buque para la descarga el piso bajo y el pri- mer piso alto de los depósitos ; autorizar allí el depósito de las mercaderías mediante un módico impuesto y hasta gratuitamente durante cuatro días después de las verificaciones de la Aduana: hacer pagar una multa muy Suerte por estadía prolongada y operar el retiro de oficio al cabo del décimo día. (De esta manera todos los buques tendrían á su llegada dos pisos ente- ramente libres). Los dos pisos superiores serían considerados como depósito ; la estadía máxima de las mercaderías no podría pasar de seis meses, y la tarifa de al- macenaje debería ser aumentada. LE PORT DE BUENOS AIRES 15 Esta solución permitiría obtener un rendimiento mucho mayor de los de- pósitos, pero á mi parecer sólo debía ser provisorio. Convendría construir lo más pronto posible depósitos llamados de segun- da línea, los que servirían al almacenaje : los depósitos actuales serían re- servados á la importación y á la exportación, los dos pisos inferiores para la exportación, los dos pisos superiores para la importación. Este sistema permitirá hacer frente á un aumento considerable del tráfico en el puerto. Ainsi que vous aurez pu vous en rendre compte, messieurs, mes conclusions Wont pas été abordées dans Pexamen contradictoire fait par M. Carmona. J'ai le droit de wétonner de cette facon de faire. Car, á mon sens, ce sont principalement mes conclusions quí auraient dú faire Pobjet Vun examen. Je crois done pouvoir conclure que de méme que la premiere pat- tie de mon travail, la deuxieme sort absolument indemne de cette discussion. TROISIEME PARTIE J'y ai traité de facon tres breve la question ouvriere; les points soulevés par moi ne necéssitaient pas de réfutation. QUATRIEME PARTIE La quatrieme et derniere partie de mon rapport a trait plus spécia- lement a des questions techniques. J”y examine successivement les machines hydrauliques, les entrepoóts et les voies ferrées. SERVICIO DE LAS MAQUINARIAS Todas las grúas, los aparatos de maniobras de los puentes giratorios en los diques, los cabrestantes, las puertas de esclusas, los ascensores de los depósitos, ete., son movidos por agua bajo presión. A este efecto, el puerto de Buenos Aires dispone de tres usinas centrales de 1550 caballos de fuerza indicados, las que distribuyen el agua á 140 erúas de una tonelada y media, una de 5 toneladas, una de 10 toneladas y una de 50 toneladas ; el poder total de las maquinarias es de unas 250 to- neladas, más ó menos. 14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cuando el gobierno decidió adquirir 40 nuevas grúas para los muelles del Riachuelo, se presentó la cuestión para la dirección del puerto de saber si se debería adoptar erúas eléctricas ó grúas hidráulicas, y después de una comparación con el costo de explotación de grúas para el puerto de Ham- . burgo, la dirección competente llegó á esta conclusión : que el costo del alza con fuerza hidráulica es aquí de 35 céntimos y que con fuerza eléctrica sólo sería de 9 céntimos, es decir unas cuatro veces menos. Aunque no ignoro que la fuerza eléctrica es menos costosa que la hidrán- lica, este resultado extraordinario no ha dejado de sorprenderme, y esto, tanto más que en todos los congresos de navegación la cuestión de elegir entre los dos sistemas de grúas es vivamente discutida, sin que hasta ahora se haya Megado á una conclusión definitiva. Aije tort de trouver cette différence extraordinalre ? Ecoutons M. Carmona : Pero hay otro antecedente de más importancia en la página 89, el que se refiere á la utilización de las grúas, y donde consta que en 1902, de 140 erúas, sólo 46 trabajaron diariamente durante el año ; y este dato, que es fundamental para apreciar la condición de una instalación, no lo toma en cuenta el señor Kinart. Si sólo la tercera parte de los pescantes han trabajado durante el año, por falta de buques, á la instalación no se le puede exigir sino una tercera parte de su rendimiento. Je Wienorais pas cette circonstance, pour Pavoir parfaitement lue á la page S9 du livre de M. Carmona, mais mon intention était, par cette simple observation, de faire comprendre a mon honorable colle- gue qwil avait eu grandement tort de se baser sur ce rendement, absolument exceptionnel, de Pannée 1902, pour établir des calculs comparatifs avec Vénergie électrique et pour proposer a la suite de ces caleuls erronés Vadoption de grues électriques. Mon observation Wavait aucune autre portée, et M. Carmona vient done de la confirmer lui méme. Un esprit non prévena ne peut deduire de mon texte que je suis hostile aux grues électriques; je le suis si peu que j'ai proposé de transformer une erue du port en grue electrique et de faire ainsi un essai comparatif plus sérieux que celui sur lequel on a cru pouvoir se baser. Les conditions variant un port a Pautre, cet essai est In- dispensable; Vun des deux systemes peut étre bon a tel endroit et detestable a tel autre. E | Cependant, j'ai ajouté qw'en ce moment-ct, 11 valait mieux s'en te- LE PORT DE BUENOS AIRES 15 nir aux grues hydrauliques, parce que les installations Wétaient pas amorties. Voici en effet la suite : Je pourrais citer bien d'autres ingénieurs, mais il est inutile d'entrer á ce sujet dans de longues considérations, parce que, á mon sens, le probléeme ne peut se poser dans un port qui dispose d'installations hydrauliques non encore amorties (comme c*est le cas pour Buenos Aires), qu'au moment on ces intallations donnent leur maximum de rendement; alors, en effet, toute extension dans l”outillage nécessite la construction d'une usine nouvelle. Mais ce maximum de rendement est loin d'étre atteint a Buenos Aires, comme je le montrerai plus loin, et ce fait a pour conséquence dVélever le coút du métre cube d'eau pompée á un prix réellement exorbitant; Papres les calculs faits par M. Carmona, le métre cube coúte a 1État, amortisse- ment des usines compris, 3 fr. 50, de sorte que pour décharger, par exemple, 5000 tonnes, en faisant uniquement usage des grues, 1opération coúterait au gouvernement environ 3500 frances. Malgré ce coút 'utilisation tres élevé, le gouvernement réalise encore des bénéfices considérables. En eftet, d'apres les tarifs en vigueur, ce débarque- ment de 5000 tonnes coúterait au commerce 8750 franes, ce qui, á mon sens, est hors de proportion avec le service rendu. Ce fait explique peut-étre la circonstance, assez extraordinaire, que le commerce ne fait presque pas usage des grues, au moins a en juger par la recette brute annuelle. En 1903, la recette brute s'est élevée á 1.080.000 franes, et puisque le débarquement d'une tonne est payé á raison de 1 fr. 75, Pon peut dire qu'aproximativement les grues ont manipulé pendant cette année 600.000 tonnes, ce qui représente une moyenne (P'environ 20 tonnes par jour et par 2rue. Pour arriver a ce résultat, al supposé un déchargement de 5000 tonnes de marchandises générales ; c/est done une simple hypothese. Le tarif le plus général dans le port est de 35 centavos; par con- séquent, le commerce payera, s'il désire faire usage de la grue, 5750 franes, et puisque, Vapres des caleuls faits par M. Carmona lui méne, calculs quí comprennent Pamortissement du matériel des usines, per- sonnel, etc., etc., le metre cube Veau coúte 3 fr. 50, Popération cotttera au gouvernement 3500 frances. En effet, 5000 tonnes exigent 10.000 opérations de la grue, ou bien 1000 metres cubes. M. Carmona répond : El señor Kinart manifiesta que, según los datos que se consignan en la publicación de la referencia, hay una desproporción enorme entre lo que ha percibido el gobierno por concepto de guinche y lo que debió producir ese 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA servicio ; y para llegar á esa conclusión, se vale de datos aislados, sin tener en cuenta todos los factores que intervinieron en esa operación. En efecto, con una originalidad que asombra, dice que un buque de 5000 toneladas, con la tarifa de 0,35 pesos oro, debe invertir 8750 francos en descargar su mercadería. Con este dato y con el cálculo de 3500 francos con que aprecia los gas- tos de la operación, atribuye al gobierno un beneficio de 5000 franeos ; mientras tanto, añade, sólo ha cobrado un total de 100.000 francos más ó menos. Tal es el antecedente en que el señor Kinart funda el juicio que ha- ce sobre la mala explotación de este servicio. JPouvre ici une parenthese. J'ai en effet dit dans une conférence que le gouvernement avait réalisé en 1902 un bénéfice Venviron 100.000 franes ; mais vous ne retrouverez plus ce chiffre dans le rap- port éerit, par la raison que, au lendemain de ma conférence, apres une vérification plus minutieuse, j'ai constaté que j)avais commis in- volontairement une erreur. En effet, les frais ('exploitation des usines rensejenés dans Pouvrage de M. Carmona comprenaient déja Pamor- tissement et le personnel de Pusine de la rue Viamonte, usine quí en 1902 wWexistait pas encore, de sorte que ce West pas 100.000 franes que le gouvernement a réalisés comme bénéfice en 1902 : c/est une somme plus forte, bien plus forte, que je ne comnais pas, mais quí est certalinement supérieure a 300 ou 400.000 franes. Continuons notre lecture : Si no hubiera tanta fantasía, el cargo resultaría abrumador, pero es que el señor Kinart, al tomar los datos de 1902, no ha leído que en esa época las erúas hicieron 1.904.400 operaciones, computándose en esa cifra el trabajo hecho por las grúas de los depósitos para la entrega de mercadería que no pagan impuesto alguno, pero que gastan tanta energía como las que están co- locadas sobre los muelles. Nouvelle parenthéese pour attirer votre attention sur une erreur que je veux bien croire involontaire : Las grúas de los depósitos no pa- gan impuesto alguno, dit M. Carmona a la page 17 de sa brochure, mais a la page 15 je lis: Pero aun así mismo, al analizar y aplicar estos datos á la descarga de un buque, el señor Kinart toma sólo una parte de los factores para juzgar del rendimiento de las instalaciones, habiendo omitido tener presente lo produ- cido por otros servicios proveniente del movimiento de los puentes girato- rios, pescantes de entrega de carga, cuyo servicio está incluído en el eslingaje y á enyo impuesto contribuyen con una buena parte. LE PORT DE BUENOS AIRES qu D'ailleurs, le fait a peu importance; je ne nYoccupe que des grues mobiles et de leurs recettes, je 1Wavais done pas á tenir compte des autres engins dont Vintervention dans la question soulevée par moi ne peut avoir pour effet que (embrouiller Vavantage aux yeux de ceux quí wont pas Poccasion détudier cette organisation de pres. Continuant sa dissertation, M. Carmona dit : El total de 1.904.400 operaciones hechas en 1902 se dividió en la si- Quiente forma : grúas de los muelles 1.200.000; grúas de los depósitos 104.400; de suerte pues que, como el ¿impuesto sólo afecta á la descarga, el rendimiento lógico sería de 0,57 en vez de 0,35, si no mediara otra cireuns- tancia que la tarifa de 0,55 que no es única, pues hay otra de 0,07. En effet, il y a des tarifs variables. Particle 2 du reglement stipu- le: «Pour le déchargement des articles de production nationale quí arrivent des ports de la République et pour la pierre et le sable, on payera 7 centavos ». Je serals particulierement curieux de comnaitre la proportion de marchandises qui payent Y centavos; elle doit étre assez insienifian- te, a mon avis. Mais, en tous cas, Pobservation de M. Carmona nVautorise a lui de- mander, puisqwil signale ce tarif de 7 centavos, pourquoi il indique pas aussi que pour Vusage des egrues á puissance supérieure a une et demie tonnes on paye 80 centavos la tonne? Pourquoi passe-t-11 sous silence que le travail de nuit se paye á un tarif bien supérieur 435 centavos? Pourquoi ne dit-11 pas aussi qwWune marchandise pesant 20 kilos et méme moins, doit payer Pusage de la grue a 35 centavos? Pour- quoi ne dit-il pas que de ce fait il arrive que le déchargement Vune tonne peut rapporter non pas 35 centavos mais 3,50 piastres ? (Tout connaissement de marchandises débarquées paye le droit de egrues, quelque soit son poids, fút-ce méme un paquet de dentelles.) Toutes ces circonstances font qwen réalité, je suis resté bien en dessous de la vévité en prenant une moyenne de 35 centavos. Écoutons la démonstration de M. Carmona : Como un buque de 5000 toneladas opera, aproximadamente, con 10.000 lingadas para su descarga, costará la suma de 5700 francos. En cambio, el gobierno cobra, aplicando las dos tarifas, según la clase de mercadería, lo siguiente : 3900, 40,35 = 6125; y 1500 á 0,07 = 525. Total 6650. Entonces, la ganancia sería de: 6650 — 5700 = 950 francos, para un AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIII. 2 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA buque de 5000 toneladas, como indica la equivocada apreciación del señor Kinart. En efecto, si en un buque de 5000 toneladas, que exige 10.000 opera- ciones, se realiza un beneficio de 950 francos, sobre 1.200.000 lingadas se realizaría un beneficio de 114.000 francos, suma que se aproximaría á la economía total de 100.000 francos que se realizó el 1902; y la pequeña di- ferencia que hay entre 100.000 francos proviene de que no se puede apre- ciar con exactitud las cargas que han pagado con una ú otra tarifa. ll wWentre pas dans mes intentions de discuter un a un les chiffres de M. Carmona, car le résultat auquel il arrive prouve VPune facon - par trop évidente que ce calcul a été fait uniquement pour les besoins de la cause. En effet, mon honorable collegue admet que la ganancia sería de 950 francos, et il explique ensuite que cela cadre parfaitement bien avec les 100.000 franes de bénéfices réalisés en Pannée 1902. Or, chose assez curieuse, M. Carmona a pris mon chiftre de 100.000 franes sans méme vérifier s'il était exact, et comme, malheureusement pour lui, il est inexact et qwil est inférieur au moins de 3 ou 4 fois au chiffre réel, que je ne connais pas, vous voyez que les 950 frances de bénéfice avoués par M. Carmona ne peuvent pas cadrer avec la recette réelle. D'ailleurs, si nous prenons les chiffres de 1905, la dif férence serait bien plus remarquable encore. En effet, la recette s/est élevée a 2.000.000 franes et les dépenses des usines, amortissement compris, ainsi que le personnel, ont coúté 1.000.000 de franes. Le bénéfice réalisé est done considérable, et il aurait pu Pétre bien davantage encore. La vérité C'est que le tarif des grues est bien trop élevé et qwil constitue par le fait méme une entrave sérieuse á une prompte expédition des marchandises. Dans mon rapport, je crois utile (établir une comparalson, au point de vue de Pexploitation des machines, et j"écris: Non seulement les installations sont beaucoup trop fortes pour les besoins du service, mais encore elles sont utilisées de facon peu économique. Pour le prouver, il suffira de faire une courte comparaison avec les ins- tallations similaires du port d'Anvers. A Anvers l'on dispose comme ici de trois usines centrales ayant une puissance totale de 1050 chevaux vapeur indiqués, c'est-á-dire 300 chevaux de moins qu'áa Buenos Aires. Avec ces installations on a pu alimenter jusqu/á présent 280 grues de une et demie tonne a 2 tonnes, une grue de 10 tonnes, deux de 20 tonnes, deux de +0 tonnes et une de 120 tonnes. LE PORT DE BUENOS AIRES 1 La puissance totale de levage dont on dispose est de 700 tonnes, c'est-á- dire qu elle est trois fois supérieure a celle de Buenos Aires. J'ajouterai que le nombre de ponts, cabestans, écluses, ascenseurs, etc. 4 manceuvrer a Anvers est bien plus considérable qu'ici et qu'on transporte Veau sous pression á une distance dépassant 3 kilometres. Pourtant, en ee moment ces installations donnent leur maximum de ren- dement, et comme il s'agira, dans quelques mois, d'acquérir au moins une centaine de grues en plus, quí nécessiteront la construction d'une nouvelle usine, l'examen du choix entre les deux systemes de transmission fait 1objet WVétudes. A cet eftet, une des grues hydrauliques a été transformée en grue électrique et les essais se poursuivront pendant quelques mois; cest un moyen d'investigation qu'il conviendrait d'adopter également ici, avant de se prononcer pour 1'un ou Pautre systeme. Pour ce quí concerne la moyenne des maneuvres, elle atteint a peine 24 a Buenos Aires, par heure, et dépasse 40 a Anvers. Réponse de M. Carmona : Si el señor Kinart, hubiera solicitado los datos de 1905, antes de su confe- rencia, me hubiera complacido en proporcionarlos, y no tengo duda alguna, que su opinión hubiera sido otra muy distinta. En este año funcionaron las dos usinas, Norte y Sud, con 1200 caballos, incluída una unidad de reserva, y con nua potencia total de 1923 tonela- das, comprendiendo pescantes, puentes, ascensores, cabrestantes, lo que da para el puerto de Buenos Aires, una relación entre la fuerza empleada y la potencia disponible, de 1,60; mientras que tomando los datos del señor Ki-- nart, para el puerto de Amberes, que es de 1500 caballos y 700 toneladas de fuerza, la relación es sólo de 0,47, es decir, que la instalación hidráulica de Buenos Aires es cuatro veces mejor aprovechada que la de Amberes ! Comparons les chiffres que cite M. Carmona avec les miens : 1200 HP, dit-1l, pour Buenos Aires, cest-a-dire 150 HP de moins que le chiffre que j'indique; mais M. Carmona oublie de compter Pusine du Riachuelo qui, si elle 1a pas fonctionné (Vune maniere continue, représente cependant une unité de puissance utilisable et dont il faut tenir compte. Cependant, je ne chicanerai pas au sujet de cette légere différence. En ce quí concerne les engins de levage, M. Carmona arrive au chiffre de 1928, au lieu de 250 que J'indique pour Buenos Aires. J'ai cherché pendant quelque temps a me rendre compte de cette énorme différence sans pouvoir me Vexpliquer, lorsque je me suis apereu que M. Carmona est arrivéa ce chiffre en ajoutant au mien le 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA poids (!) de 5 ponts tournants, le poids de 5 portes dVécluses, les ca- bestans, etc., etc. Ceci est évidemment plus qu'une erreur, Vailleurs. Les 250 tonnes représentant la puissance de levage des grues néces- sitent une consommation Veau de 600.000 metres cubes, tandis que les 1700 tonnes ajoutées par M. Carmona pour les ponts, écluses, etc., représentent á peine une consommation de 20.000 metres cu- bes. C'est pour cette raison que j'ai cru devoir négliger ce facteur dans la comparaison, Vautant plus que si je comptais pour Anvers les 16 ponts tournants, les 20 portes Vécluses, les 40 cabestants, les appareils de chargement pour charbon, etc., ce West pas a 700 tonnes que j'arriverais mais a 7000 tonnes et au dela. J'ai dit également que pour le port d('Anvers la puissance de leva- ge est de 1050. M. Carmona 1Wa fait dire 1500. J'avais pourtant dit et écrit qwa Anvers nous avons 3000 HP de moins qwa Buenos Ai- res, et non 300 HP de plus. Voyons maintenant quelles sont les causes du mauvais rendement de ces grues. Je me bornerai a signaler les trois principales. GRUES A PISTON DIFFÉRENTIEL L. Pemploi Puan piston simple dans le eylindre de la qrue pour le levage des marchandises. Ce piston a été calculé pour lever des charges de 1500 kilogranmes, de sorte que la quantité d'eau que l'on dépense est toujours la méme, quelle que soit la charge soulevée. Cet inconvénient des grues hydrauliques a été dans une grande mesure supprimé dans toutes les installations hydrauliques des autres ports par l'adoption du piston différentiel, á double ou triple section, permettant de proportionner la dépense ('eau au poids de la mar- chandise a transborder. A Buenos Aires, l'inconvénient est important, parce que la moyenne des levées dépasse á peine 500 kilogrammes, e est-a-dire le tiers de la puissan- ce de la grue. Je erois pouvoir estimer que la perte ('eau quí résulte de ce fait s'éleve au minimum a 40.000 metres cubes. Je n'apprends rien — je m'empresse de lP'ajonter — aux fonetiomnaires du port en signalant ce fait, mais j'ignore sil a été proposé de modifier la grue pour éviter cette perte. A mon sens, 1économie quí peut en résulter vaut bien certainement la faible dépense que cette transformation occasionnera. LE PORT DE BUENOS AIRES 21 M. Carmona répond : El señor Kinart manifiesta que el gobierno debe modificar los pescantes actuales de 1500 kilos, transformándolos con pistones diferenciales, á fin de economizar el agua que se gasta inútilmente usando pescantes de 1500 kilos, cuando la carga máxima que se levanta no pasa de 500 kilos. El pescante hidráulico, como se sabe, gasta la misma cantidad de agua para levantar la cadena vacía que para levantar un peso de 1500 ki- los. De esta particularidad de los aparatos resulta que dan mayor rendi- miento cuando la carga se aproxima á su poder máximo, y por esta razón los pescantes en pequeño tienen mayor rendimiento que los grandes cuando la carga difiere mucho de su poder. Muchas tentativas se han hecho para lograr el mayor rendimiento de los pescantes hidráulicos. Se les ha aplicado la turbina hidráulica, que da un rendimiento considerable, pues el agua se gasta proporcionalmente al peso á levantar; pero el mecanismo es tan complicado y costoso que se ha desis- tido de él. Se ha puesto en práctica otro sistema, que es el de usar dos pis- tones, uno en el interior del otro ; y cuando la carga es pequeña se usa el más chico, y los dos cuando ella es mayor; sistema muy bueno que produce economía en el gasto del agua, sobre todo cuando se trata de pescantes erandes. Esta disposición se ha adoptado para los pescantes de nuestro puerto mayores de 1500 kilos. La modificación indicada por el señor Ki- nart para los pescantes de 1500 kilos, la creo más bien teórica que práctica. Un mot pour vous faire part de mon étonnement. Dans tous les ports indistinctement (sauf a Buenos Aires) ou Pon fait usage de la erue hydraulique, Pon a adopté le piston différentiel et partout les résultats ont été extrémement favorables. A mon sens, la transfot- mation 1a done plus un caractere théorique et elle est entrée avec sueces dans le domaine de la pratique. Voyons cependant les raisons invoquées par M. Carmona : En efecto, el empleado ó peón que maneja el pescante no puede ver, ni por lo tanto apreciar, el peso del bulto que va á levantar, porque el gancho del pescante va hasta el fondo de la bodega del buque, y en el caso de los pistones diferenciales, pondría en movimiento el más pequeño, éste subiría la cadena enganchada hasta su tensión, y á la menor resistencia, pasando del poder de este pistón, tendría que usar el otro y poner entonces los dos pistones en acción, de manera que resultaría una pérdida de tiempo incom- pensable. Como la carga viene mezclada en los buques, ocurrirá constante- mente lo que dejamos expuesto, optando, por consiguiente, el empleado por usar los dos pistones, sin economía ninguna. 22 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Je reconnais avec mon honorable collegue que, si Pon doit a un mo- ment donné lever 200 kilos, a Popération suivante 900 kilos, puis 300 kilos, puis 1200 kilos, etc., ete., VPouvrier chargé de la maneuvre E trouvera déplaisant de devoir changer de levier a tout moment; mais ce cas est absolument exceptionnel. On décharge pendant un temps suffisamment long des marchandises un poids inférieur a 750 kilos et Pon pourrait se servir Vune facon assez continue du petit piston. Ce fait ne peut done constituer une entrave a la modification que je propose. Puis je lis : Además, las guarniciones de los pistones son dobles y es mucho más difícil de arreglarlas, lo que constituye, fuera de sa mayor valor, un inconvenien- 1 te serio para su empleo. Mon distingué collegue i¡enore-t11 dont quWaujourd/hui Pon emploie les pistons plongeurs et non plus les pistons ordinaires a garnitures ? Je puis Vautre part lui assurer que Pinconvénient qwil suppose exister dans ces grues (il convient de remarquer que c'est une simple supposition, puisque M. Carmona Ya jamais pu le constater de visu) nD'a jamais été remarqué a Anvers et dans les autres ports ou Pon emploie ces grues depuis longtemps. La double force est obtenue au moyen de deux plongeurs concen- triques : le plongeur central porte les poulies et est entouré (Pun second plongeur qui peut agir avec lui ou étre immobilisé par des eriffes dépendant un levier; il y a done deux presse étoupes supet- posées. M. Carmona continue : Hay que tener en cuenta, antes de pensar en las transformaciones pro- puestas, que el material actual no está aún amortizado, y que el importe de esta amortización vendría á agregarse al capital á emplear en ella, capital sin duda elevado, si se considera que habría que cambiar los pistones, los cilindros, las válvulas, etc. Ici c'est la premiere fois que je suis VPaccord avec mon collegue, mais ses actes á lui ne sont pourtant pas tout a fait Vaccord avec sa pensée. Rappelez-vous, en effet, les muchas tentativas de plus haut; rappelez-vous cette turbine tan costosa que se ha desistido de ella. 11 eut mieux valua, me semble-t-il, faire moins de tentatives et entrer immé- diatement dans la voie des modifications admises partout. LE PORT DE BUENOS AIRES 23 D'ailleurs, je vous étonnerai peut-étre beaucoup en vous donnant lecture du passage suivant écrit par M. Carmona, toujours dans le méme ouvrage sur le port de Buenos Airres. Armstrong construisit des grues de puissance variable qu'il dota de deux ou trois pistons différentiels, lesquels peuvent travailler ensemble ou sépa- rément, permettant ainsi une bien meilleure utilisation du travail mo- teur. Voila ce qwa écrit M. Carmona, mais avant le jour, il est vrai, ou il a cru nécessalre de réfuter mon rapport! Ecoutons ce qwéerit maintenant M. Carmona : Para transformar los pescantes actuales en diferenciales, sería necesario cambiar los pistones, cilindros, válvulas, ete., lo que ocasionaría un gasto de muchísima importancia y no tan insignificante como manifiesta el señor Kinart, pues no bajaría esa transformación de 400.000 pesos oro, según datos que tengo al respecto. Si se dejan de lado estos pescantes, como indica el señor Kinart, y se adoptan pescantes nuevos, no puede desconocerse que á la suma que hay que invertir habría que agregar el interés y la amortización del material existente que no está todavía amortizado, lo que vendría á elevar en una proporción de 650 pesos oro la suma que reportaría este cambio. Admitiendo que las nuevas grúas tengan poderes de 750 y 1500 kilos, respectivamente, sus pistones tendrán la relación de 1 á 2, y el consumo de agua del primero será la mitad del consumo del segundo. Esto se refiere solamente al movimiento de elevación, quedando en los dos casos igual el consumo de orientación. En los diferentes ensayos que se han hecho con las grúas del puerto, le- vantando cargas á diferentes pisos de los depósitos á vagón, carros, etc., el consumo medio ha sido de 98 litros, descomponiéndose el primero en la forma siguiente para levantar 74 kilos y para orientar 24. De manera, pues, que de esas relaciones deducimos un consumo de 98 y 61 litros de agua, respectivamente, para cada uno de los pistones de la grúa diferencial. Es decir, que todas las veces que la carga tenga que levantarse con el pistón diferencial, resultaría una economía de 37 litros de agua. Ahora bien, la relación entre la carga superior al peso de 750 kilos y la inferior es la siguiente, más ó menos: dos terceras partes para la carga in- ferior á 760 kilos y una tercera parte para la superior, lo que representaría una economía total de 110.000 metros cúbicos por año, cifra que debería ser disminuída por el empleo de los pescantes de mayor poder que se han empleado en el puerto y á las cuales se le calcula que consumen el agua correspondiente al mayor poder. 24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Esta economía se refiere á 3.000.000 de lingadas, correspondientes á car gas de un peso menor de 750 hilos. En el año 1905, se bombearon 626.264 metros cúbicos y su precio de costo fué de 1,70 francos el metro cúbico. Este precio unitario de 1,70 francos no es aplicado á los 110.000 metros cúbicos economizados, como se creería á primera vista. En efecto, si á una usina de un poder determinado y de un servicio permanente se le exige la producción de una cantidad menor de energía, necesitaría siempre el mismo personal ; los intereses y amortiza- ción del capital quedarían igualmente fijos, y entonces sólo se reducirían los gastos de carbón, engrases y reparaciones, lo que en el presente caso no re- presentan una suma superior á 6000 pesos oro por año para una reducción de 110.000 metros cúbicos de agua sobre la producción total. Esta economía desaparece frente al gasto de 39.000 pesos oro por intere- ses y amortización, que importan anualmente el cambio de la instalación aconsejada por el señor Kinart, sin obtener con ello ninguna mejora en la explotación de este servicio. Tout ceci rentre dans le domaine de la fantaisie. 1 Je Wai pas proposé de mettre de lado estos pescantes y adoptar pescantes nuevos. 2 La transformation proposée ne peut pas coúter 400.000 plastres or, soit 4000 piastres par grue. En effet, a Anvers, une grue dotée de tous les derniers perfectionnements, établie dans les meilleures con- ditions possibles, (une puissance de deux tonnes, coútera environ 3 a 4000 piastres or. La transformation que je propose coúterait, Papres des renseigne- ments que je tiens (un constructeur, environ 1000 franes par grue. soit pour les 100 grues de Buenos Aires, 100.000 franes. Admettons que le travail puisse coúter ici deux fois plus qw'a Anvers, il en ré- sulte que le coút de la transformation serait de 40.000 piastres or et nom 400.000 piastres or, comme le signale par erreur M. Carmona. 3 L'intéret et Pamortissement de cette dépense serait donc de 3900 piastres or et Péconomie annuelle, réalisée en combustible seu- lement, serait done de 6000 — 3900 = 2100 piastres or. 4% Mais telle west pas la véritable économie; elle doit étre bien plus considérable, car il convient de ne pas perdre de vue que les 110.000 metres cubes (eau quí deviendraient ainsi disponibles per- mettraient Valimenter environ 50 grues nouvelles sans qwil en coú- tat un centime de plus dans les frais Vexploitation de Pusine. Voila quelle est, en réalité la véritable économie. LE PORT DE BUENOS AIRES 23 GRUES SUR LES FACADES ARRIERE TI. — Pemploi de grues a pression hydraulique sur la facade arriere des entrepóts de douane La grue hydraulique est essentiellement un engin de levage, mais nulle- ment un engin de descente. Or la seule opération qu'il y a lieu d'effectuer a Varriere du bátiment consiste dans la livraison de la marchandise, e est- á-dire que la charge prise par la grue dans Pentrepot est descendue et ame- née sur les chariots. Mais pour effectuer cette opération, il ne faut pas Veau sous pression : en effet, la propriété essentielle de Peau c'est d'étre incompressible, et la pression qw'elle supporte dans le eylindre de la grue, au moment de la descente, dépend directement de la charge qu'on lui appli- que. Et en ce qui concerne la rotation de la grue, il n'est nul besoin de 50 atmospheres de pression pour vaincre des frottements de roulement. D'ailleurs, on peut s'en convainere d'une maniére tres simple: que Pon fasse fonctionner Pappareil avec de Peau sans aucune pression, et l'on verra que la descente s'effectue sans la moindre difficulté et:sams le moindre danger. Je n'hésite done pas á déclarer que la présence d'une grue hydraulique est absolument inutile, de plus, Vun usage coúteux par rapport a VPopération quielle exécute et Van fonctionnement des plus difficiles a l'endroit ou elle est placée. On pourrait, trés avantageusement, les supprimer et les remplacer par de simples treuils, fixés au droit des portes des dépóts et analogues á ceux quí existent dans des installations similaires. L'on pourrait objecter que ces grues servent également a Penlevement des barils placés dans les caves, mais ici encore je suis Vavis que le travail est hors de proportion avee la source d'énergie á laquelle on fait appel et quin petit élévateur électrique permettrait d'effectuer l”opération, non seulement d'une facon plus économique, mais encore beaucoup plus ra- pide. Des données exactes me manquent pour chiffrer l'économie notable quí pourrait étre réalisée par cette substitution. Ce a quoi M. Carmona répond : El señor Kinart manifiesta que los pescantes de paredes colocados en los depósitos fiscales son inútiles y que deben ser retirados reemplazándolos por aparejos á mano ; que en los sótanos deberían colocarse elevadores eléc- tricos, porque el pescante actual de pared gasta agua para bajar la carga. 26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA euando podría bajar por su propio peso. ¿Cuánto costaría la, transformación propuesta por el señor Kinart, los elevadores eléctricos, por ejemplo ? ¿No ha tomado en cuenta, tal vez, que el trabajo manual costaría mucho más que el agua que se emplea ? Pues el pescante de pared no sólo sirve para bajar la carga sino parta levantarla y colocarla en los carros desde el piso bajo á ni- vel del suelo ó de los sótanos. Esta estiva es mucho más rápida y menos costosa que la hecha á mano, sin contar la seguridad que resulta para la mercadería manipulada. Je ne narréteral pas longtemps a cette réponse, parce que je ne suis pas parvenu a en saisir la portée et que je suis convaincu, au sur- plus, que M. Carmona lui-méme va pas compris ce qwil a voulu dire. Que signifie en effet cette phrase : en los sótanos deberían colocarse elevadores eléctricos, porque el pescante actual de pared gasta agua para bajar la carga, cuando podría bajar por su propio peso? M. Carmona se figure-t-11 que les élévateurs électriques doivent remplacer les grues, et Wa-t41 done pas compris ma proposition? En- suite il se pose cette question, ayant soin toutefois de ne pas y répon- dre lui-méme. ¿Cuánto costaría la transformación ? Fort peu de chose, mon cher collegue! ¿Los elevadores eléctricos por ejemplo ? Encore moins de frais seront nécessaires pour cette installation. ¿No ha tomado en cuenta, tal vez, que el trabajo manual costaría mucho. más que el agua que se emplea ? Pour descendre une charge avec Pappareil proposé par moi, il faut un homme pour faire manceuvrer Pappareil ; mais par hasard, a Bue- nos Aires, les grues marcheraient-elles toutes seules et ne serait- 1l pas nécessaire (Pavoir également un homme préposé á la ma- neuvre? Quelle pourrait bien étre la différence dans Pesprit de M. Carmona ? En résumé, pour ce qui concerne ce point, ce West que confusion quí regne dans lPargumentation de mon collegue. J'attire cependant votre attention sur la phrase suivante, que semble justifier la pré- sence des grues : Pues el pescante no sirve sólo para bajar sino para levantarla y colocarla en los carros desde el piso bajo á nivel del suelo 6 LE PORT DE BUENOS AIRES 27 de los sótanos, parce que plus loin, á la page 24, quand il s'agit de dis cuter Putilité des plateformes sous les hangars, M. Carmona écrit : Entre nosotros se usan carros altos, exigiendo, por consiguiente, una plataforma en relación á los mismos. De no existir estas plataformas, ha- bría la necesidad de aumentar los pescantes de pared. ll y a la une légere contradiction, quí certainement, messieurs, ne vous échappera pas. INSTALLATION D'UNE NOUVELLE USINE TIL. — La troisieme cause du mauvais rendement est assez étrange et a des conséquences pécuniaires dont on semble ne pas s'¿tre rendu compte Dans les usines centrales, Pon a pompé environ 350.000 metres d'eau sous pression (chiffres de lannée de 1902), et Pon ven a utilisé que 200.000 métres, 150.000 metres cubes retournant dans les bassins sans avoir éxé- cuté de travail. De sorte que bientót l'on s'est cru dans la nécessité d'installer une nou- velle usine, «á cause (écrit M. Carmona) de laugmentation toujours crois- sante du mouvement maritime et des exigences du commerce ». A mon avis, cette installation était inutile et va pu faire disparaítre la perte signalée ci-dessus ; il eút mienax valu chercher á améliorer les ma- chines. Les réfutations de mon honorable collegue sont toujours, comme vous avez pu le remarquer, en tant que longueur, en raison inverse de Vimportance que je donne moi-méme a un fait. Aussi, attendez-vous a voir en réponse a ces quelques lignes, une bien longue page, oú malheureusement je ai trouvé aucun ar- egument. El señor Kinart, para fundar sus cálculos, se basa en una publicación que hice sobre el puerto de la Capital el año pasado. Para que puedan darse cuenta de ese estudio, me permito dar los siguientes datos que pondrán de manifiesto donde nacen los errores de apreciación de mi distinguido colega. La fuerza motriz de la instalación hidráulica colocada hace 16 años por la empresa Madero, se componía de dos motores Compound, sistema ade- cuado á la época en que fué instalado y que no tiene una regulación auto- 28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mática como las instalaciones modernas, lo que exigía la necesidad de hacer funcionar el motor principal con 16 revoluciones como mínimum, y el agua levantada en este caso, durante las horas que no trabajaban los pescantes, puentes, esclusas, ete., era arrojada á los diques. Esta cireunstancia y el aumento de nuevos pescantes y demás elementos movidos por la misma Usina, hizo que la instalación no respondiera á un plan económico de ex- plotación y que los elementos que la constituían no respondiesen, por falta de unidad, al aumento de elementos puestos posteriormente en trabajo. Por ejemplo, las cañerías cuyo diámetro resultaba ya insuficiente, producían una pérdida de carga avaluada en un 42 por ciento. Este estado de cosas me llevó á estudiar, en 1902, las condiciones técnicas y económicas de la instalación, y me hizo llegar á la conclusión de que era indispensable com- plementarla colocando un motor económico moderno con todos los perfec- cionamientos que se usan en estos aparatos, unificando así la instalación, cosa que se consiguió en 1903, cuando funcionó la Usina de la calle Via- monte. Cesaron desde esta época todos los inconvenientes apuntados. Je ferai remarquer a mon honorable collegue que le seul fait que j/al sienalé, pour ce quí concerne Pusine centrale, c'est que par suite de certaines défectuosités de cette usine, Pon refoule de Peau dans les bassins. Cesaron todos los inconvenientes apuntados, aftirme M. Carmo- na: je suis vraiment confus de ne pas pouvoir parvenir a comprendre comment le fait de construire une nouvelle usine peut faire disparal- tre les inconvénients afférents á une «autre usine, aussi longtemps que cette derniere est utilisée sans y avoir apporté de modifications. Jontinuons notre lecture pour y trouver la preuve de cette affir- mation : En el libro que he publicado sobre el puerto de Buenos Aires, consigno el estudio que hice en 1902, como dato ilustrativo para justificar la insta- lación nueva ; y tanto la fecha como estos datos, pueden encontrarse en la página 90 de dicha obra. A la page 90 du dit mémoire, je lis: L'ancienne installation hydraulique du port que nous venons de déerire ne se trouvait pas, apres douze ans de service continus, en conditions favo- rables de capacité, á cause de lPaugmentation toujours croissante du mou- vement maritime et des exigences du commerce. Ce fut alors que le bureau du mouvement du port obtint du gouvernement l'autorisation nécessaire pour acquérir une nouvelle installation. C”est celle quí fonctionne actuel- lement. LE PORT DE BUENOS AIRES 29 Si je comprends bien, cela veut dire, me semble-t-11, qwWen 1902 Vusine existante était pas en conditions favorables de capacité, Cest-a-dire qwelle ne pouvait fournir assez (eau. Et la raison C'est qwen 1902, la moitié de Veau retournait au bassins. O était a la suite de cette lecture que je wétais dit que le remede consistait dans la mo- dification aux machines et non dans la construction d'une nouvelle usine. Continuons : En el preámbulo de la misma, se advierte que el objeto de estos estu- dios, fué buscar que desaparecieran los inconvenientes de la instalación hidráulica; y en las páginas 76 y 79 se consigna que los inconvenientes anteriores habían desaparecido completamente una vez que funcionó la nue- Va Usina. Me extraña mucho que el señor Kinart, que invoca precisamente estos es- tudios y los datos que le sirven de fundamento, no manifieste que esos defectos de la instalación hidráulica desaparecieron, como se afirma en las últimas páginas citadas. Reportons-nous aux pages 76 et 79 : Page 76 : Nous donnons plus loin le caleul d'une nouvelle canalisation, seulement a titre d'essai, dans le but de réduire la perte de charge ; cette opération n'est pas indispensable pour le moment, attendu que la derniére installation hydraulique établie rue Viamonte a diminué considérablement la perte de charge. Page 79: La perte de charge pour les appareils situés dans les derniers troncons est réellement de 42 pour cent sur une pression de 50 atmospheres. L'installation de la nouvelle usine est venu réduire notablement les per- tes dans l'installation du port de Buenos Aires. Quelle lamentable confusion dans Pesprit de mon honoré collegue! Je parle une perte Vean de 42 pour cent, et voilá que lui discute a présent sur une perte de charge de 42 pour cent! Mais, cher M. Car- mona, ces deux pertes sont de nature essentiellement différente, et Je ne erois pas avoir jamais dit ou écrit que Pusine de la rue Viamon- te Wavait pas pu diminuer dans une certaine mesure les pertes de charge dans la canalisation. J'ai dit que 150.000 metres cubes (eau retournaient en 1902 dans les bassins sans effectuer de travail, et 'ajoute maintenant que cette perte existe toujours en 1906, et existera aussi longtemps que Pu- sine travaillera dans les conditions actuelles. 30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA D'ailleuxs, il suftit de live, pour s'en convaincre, les passages sul- vants de Pouvrage de M. Carmona, passages non cités dans la réfuta- tion ci-dessus : Quelques jours apres mon arrivée a Buenos Aires (1” juin 1906), a partu le livre intitulé Ports de Buenos Aires et de La Plata, gráce au- quel on peut s'assurer de existence réelle de ces pertes : Page 49 : L'aceomulateur ne regle pas l'entrée de la vapeur dans les eylin- dres... ce quí produit 1'échappement de eau dans la tuyauterie de décharge. Page 78 : L'usine générale manque de condenseur indépendant, circons- tance quí oblige á décharger dans les bassins l'eau comprimée. Page 89 (note sur le rendement théorique et pratique des grues hy- drauliques) : Du total d'eau élevée, on utilise seulement 60 pour cent, le restant étant versé dans le bassin a cause du manque de perfectionnement dans les mécanismes. Page 92: ... mails nous avons déja vu qu'en réalité l'eau utilisée n'est que 60 pour cent de l'eau comprimée. Page 102-105 : C'est en s'appuyant sur les résultats de ce mauvals ren- dement des installations hydrauliques que le gouvernement a décidé dans ces derniers temps Pacquisition des grues électriques. Vous voyez done, messieuts, que la perte eau continue (Vexister. Il aurait été pourtant bien simple pour M. Carmona, de prouver qwelle existe plus: il aurait sufti de dire, qu'aujourd?hui Vaceu- mulateur regle le mouvement de la vapeur, que Pusine a un conden- seur indépendant, ete., ete. Ces affirmations faites en deux phrases Peussent dispensé Véerire les deux pages que J'ai dú vous lire. Mais M. Carmona Wa pas affirmée ces faits, parce que s'il est ad- missible qu'une confusion puisse se produire dans son esprit et dans celui de Pauditeur entre deux pertes de caractere diftérent, il ne se- rait plus tolérable Vavancer des faits contraires a la vérité. D'ailleurs, si les areuments que jar Phonneur de vous présenter vWétaient pas encore de nature a vous convaincre, il me suffirait de mettre en regard quelques chiffres des années 1902 et 1905. Metres cubes Metres cubes MOLE ANIMAR o 349.000 626.261 Ponts, ascensents, app. d'incendie...... 14.000 26.000 O 195.000 600.000 AS QUERAIS 0le/a oe 140.000 0 (hypothese) Recettes pour lusage des grues........ 1.080.000 fr. ZOSEDO SM LE PORT DE BUENOS AIRES 3 Or la quantité Veau utilisée par les grues doit étre sensiblement i proportiomnelle a la recette des grues, et puisque cette recette está peine doublée et que la quantité (eau utilisée est plus que triplée, Pon peut étre en droit de dire: ou bien le tiers de la recette n'entre pas dans les caisses de PEtat, ou bien le tiers de Peau retoumne dans les bassins. Et comme j'écarte immédiatement la premiere de ces hypotheses, je puis déduire de cette proportion, en confirmation de tous les areu- ments présentés antérieurement, qwil y a bien 200.000 metres cubes Peau quí retournent dans les bassins sans avolr effectué aucun tra- vail. En résumé, messieuts, la quantité d'eau que Pon pourrait écono- miser dans les installations du port s'éleve a 110.000 metres cubes par la supression des grues sur la facade arriere et 150.000 metres cubes pour la perte (eau que je viens de signaler, ce qui représente un total de 360.000 metres cubes. Il ne reste donc, en 1905, que 240.000 metres cubes d'eau réellement utilisable. Or Pusine de la rue Viamonte, usine de 350 HP, pompe plus de 250.000 metres cubes, c'est-a-dire que cette usine, en réalité, serait suftisante pour assurerá elle seule tout le trafic du port. A fortiori, si Pusine anciemne (appelée usine générale) avait eu des machines dans de bonnes conditions, elle aurait pu assurer ce service sans la construction de la nouvelle usine de la rue Viamonte. Je erois done pouvoir dire que la construction de cette derniere usine a été faite inutilement. UTILISATION DE CETTE EAU Puisque les usines existent dans le port, on peut se poser la ques- tion de savoir s'il y aurait pas moyen Ven tirer parti. Je Wai pas résolu ce probleme tres compliqué et me suis borné á quelques consi- dérations générales sur la possibilité Vutiliser cette eau par Vinter- médiaire une turbine, soit pour Péclairage des dépóts de douane soit méme pour tout Péclaraige du port. Lon pourrait rechercher Vau- tres moyens VPutilisation; ce probleme West évidemment pas a réson- dre en quelques semaines de temps. Cependant, M. Carmona a era devoir démontrer longuement que les considérations ci-dessus étaient inacceptables et qwil Wy avait aucune possibilité ni aucun avantage a utiliser ces usines de facon plus complete qwactuellement. Le raisonnement et les caleuls quí 32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA s'y greffent sont tellement curienx que je ne saurais assez Vous enga- ger a les lire de facon attentive. T'heure s'avanee trop rapidement pour vous donner lecture de ces passages qui dénotent de singulieres facons Vexaminer des questions techniques. Je me permets donc, confiant dans la science et le bons sens des in- cénieurs argentins, de vous renvoyer aux pages 25, 26 et 27 du texte écrit dela conférence de M. Carmona, sans y ajouter VP'autres rétlexions» et aborde immédiatement la question de la forme des grues. FORME DES GRUES Examinons maitenant le type des grues du port. Comme tout le monde le sait, la grue actuellement en usage (fig. 1) Fig. 1 consiste en une caisse métallique tres encombrante, roulant sur des rails espacés de 3%20. Par sa forme, cette grue rend inutilisable une partie de qual égale a sa largeur. Cet inconvénient est connu, et le service du port a cherchéa y remédier en proposant deux autres types de grues en substitution du type existant; 'un des projets se rappor- te aux bassins 4 et 3: Pautre, aux bassins 2 et 1. Ue sont ces nouvel- LE PORT DE BUENOS AIRES 33 les grues (fig. 2) que 'examinerai au point de vue de savoir si elles répondent mieux que les anciennes aux nécessités du commerce. Actuellement, on monte encore des grues de Pancien type. Contrairement a ce qua aftirmé M. Carmona dans sa conférence publique, les grues du port d'Anvers ne sont pas de ce modele. Nous -en possédons cependant quelques-unes, sur les 300 grues en usage. Mais il convient de remarquer que ce sont les premieres quí aient été installées dans le port et qwelles ne sont employées que le long des quais, ou le chemin de fer ne doit pas avoir acces. Il Wy a done aucu- ne analogie avec Buenos Aires en ce quí concerne ce point. La forme adoptée ressemble a celle en usage á peu pres partout, la forme dite a portique. Le corps de la grue est établi de facon a lais- ser passer les wagons de chemin de fer sous la grue, tandis qw'actuel- lement les wagons passent a cóté. Ce projet présente-til un avantage sur le type actuel ? A mon sens, aucun. Le seul résultat de cette modification, C'est de rapprocher la voie du chemin de fer du quai, ce quí peut méme, dans certains cas, constituer un inconvénient; mais Pon aura réalisé au- cun avantage appréciable. Cette partie de quai, en effet, ne peut étre utilisée que pour la circulation des wagons ou des chariots et non AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIIM. o 7 34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pour le dépót des marchandises; or, cette circulation ne sera ni chan- gée ni facilitée en rien par cette modification. La dépense qui en ré- sultera sera done faite en pure perte, sans bénéfice pour le gouverne- ment et sans avantage pour le commerce. Le croquis ci-contre (fig. 3) rendra plus claire ma pensée; je Winsite -Vailleurs pas : ce peint ra pas été réfuté. V euillez ('ailleurs remar- quer que chaque fois que Jai fait la critique (une de ses propositions tendant a modifier Vétat de choses existant, M. Carmona a passé reli- Figs. 3 ejeusement mes observations sous silence. Suis-je en droit de consi- dérer ce silence comme un accord tacite? Ou dois-je Vattribuer, com- me (VPailleurs tous les autres points traités par mon collegue, au fait quwil a cru pouvoir réfuter mon rapport sans devoir le lire, se basant, solt sur des reportages forcément incomplets des journaux, solt sur des rapports verbaux des fonctiomnaires ayant assisté a mes premie- res conférences? Quoiqw'il en soit, j'ai proposé pour cette partie la modification sulvante : Diferente sería si esa modificación pudiese tener por resultado el estable- LE PORT DE BUENOS AIRES 35 cimiento de una segunda vía férrea á lo largo del muelle, y esta modifica- ción es posible siempre que se reduzca el ancho de la plataforma del piso bajo de los almacenes. Esta plataforma me parece absolutamente inútil y en todo caso de un ancho excesivo : una reducción en el ancho, lo que podría hacerse á poco costo, tendría la inmensa ventaja de permitir el establecimiento de la se- gunda vía, la que considero como indispensable para facilitar los movimientos de vagones, actualmente tan difíciles. En caso que se adoptara la solución que propongo, la grúa debería cubrir completamente en las dos vías; sería en este caso del tipo á pórtico, ó bien podría adoptarse la forma de medio pórtico, la armadura trasera de la grúa correría á lo largo de la galería del primer piso alto. Pero si las razones que expondré más adelante para justificar la reducción Fio..4 del ancho de la plataforma al frente de los depósitos no parecen suficiente- mente concluyentes al gobierno, no podría establecerse la segunda vía, y habría sobre todo que renunciar á la transformación proyectada para la grúa, transformación que sería absolutamente inútil. 1 y a pas eu d'objection á cette proposition, en ce quí concerne du moins la grue. Je reviendrait plus loin sur la question de la réduction de largeur des planchers surélevés. Le type proposé pour les bassins 1 et 2 est sensiblement le méme que ce- lui projeté pour les bassins 3 et 4; mais ici l'espace libre entre le dépót et le quai permet l'établissement d'une seconde voie sans devoir apporter de modifications au dépót. 36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Je nai qu'un seul reproche á faire au projet, mais il est, peut-étre, rela- tivement important : c'est que le travail de la grue sera impossible en cer- tains endroits du qual. Quand, en effet, on place le long d'un quai deux voies de chemin de fer, ARANA E] Fig. 5 11 faut, pour faciliter le dégagement des wagons, les réunir de distance en distance par des liaisons dont la longueur atteint de 40 a 50 metres. Lors- que la grue ne couvre, comme c?est le cas ici, qu'une seule voie, on ne peut Gp ae e cesta o ro ñ% ña E | nl 7 m ¡ AYAVAVAVAVA VAS »l Fig. 6 la placer sur les parties du quai ou il y a des liaisons et pour éviter cet in- convénient majeur, dans tous les ports ou la double voie existe, la grue couvre entierement les deux voies. A Anvers, ésgalement, dans les endroits ou Pon a établi la double voie en- LE PORT DE BUENOS AIRES 3 tre le hangar et le quai, on a dú adopter pour la raison signalée ci-dessus le type de grue auquel je fais allusion (fig. 5) (1). Dans les parties oú 1l y a trois voies, la grue est du type a demi-portique, Fig. 7 le jambage avant roulant sur un rail fixé sur le quai et le jambage arriére, sur un rail fixé au hangar (fig. 6). C'est de cette maniére seulement que le mouvement des wagons peut se 2. . faire avec facilité, et puisque les transformations ne sont pas encore faites, a] je me permets Vinsister pour qu'elles se fassent plutót dans le sens que je viens d'indiquer. Je suis persuadé que de cette facon la transformation sera utile et que, WVautre part, elle n'entraímera á aucun frais de plus que ceux prévus actuellement. Je note á propos des grues l'opinion suivante de M. Van Ysselstein, (1) La figure 4 représente le type de grue courante d'une voie, á Anvers. 38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ingénieur du port de Rotterdam (1), dans une *deseription de ce port : « Le long de Peau il n'y a qu'une seule voie de chemin de fer, ce qu améne une géne continuelle dans la cireulation et des interruptions dans le chargement et le déchargement; les transbordeurs placés dans les intervalles des diftérents corps de hangars peuvent obvier a cet inconvénient, mais en partie seulement. «Il convient done d'avoir toujours du cóté de l'eau des grues a portique, sous lesquelles deux trains peuvent passer. Les voies doivent étre réunies VPune á PVautre par des aiguilles, de facon qu'on puisse se servir comme voie de transbordement et de l'autre comme voie de circulation ». Je pourrais citer bien d'autres avis, mais ce serait allonger inutilement le rapport; qu'il suffise de rappeler les installations de Hambourg et de Bréme, quí répondent également a ces conditions. M. Carmona répond : El señor Kinart dice que el proyecto relativo á la modificación de los pescantes actuales, que consiste en colocarlos sobre un pórtico que abarque una sola vía es un error, y que debe corregirse en el sentido de colocarlos abarcando dos vías ó sobre el número de vías que existan. Esto no es un error del que yo he participado, pues proyecté esa modifi- cación en la forma que el señor Kinart indica, proyecto que tuve que modi- ficar reduciéndolo al abarcamiento de una sola vía porque ello aporta una economía en la construcción de los pórticos, en el peso, y por consiguiente en el gasto, sin que esto disminuya en nada las ventajas que tendrá el pes- cante con un pistón que abarque las dos ó más vías. En efecto, cuando el pórtico abarca una sola vía, se produce el inconveniente que manifesté en cuanto á los cambios interiores que ligan á las vías paralelas, pero este in- conveniente se subsana si se colocan los cambios en la misma plazoleta, entre depósito y depósito, donde los pescantes no tienen que funcionar sino raras veces, mientras que abarcando las dos ó más vías, el pórtico estorba á las curvas que salen de las vías de lós muelles para unirlas con las otras vías que pasan detrás de los depósitos, debiéndose advertir que en las refe- ridas plazoletas es donde se colocarán los pescantes de mayor poder. Son tan exactas las ventajas que reporta el abarcamiento de una sola vía que la empresa Hersent y C?, de reputación europea, que construye el puer- to del Rosario para explotarlo ella misma, ha adoptado ese tipo, pidiendo la modificación del contrato que le imponía el abarcamiento de dos vías. El señor ingeniero Pagunard que proyecta el ensanche del puerto de Bue- nos Aires indica como yo un pórtico para una sola vía. í (1) Voir les figures 7 et 8 représentant le type de grues á deux voies de ce port. LE PORT DE BUENOS AIRES 39 El señor ingeniero Jacobacci, al proyectar el aumento y modificación de las vías indica el mismo sistema para los pescantes. En ce qui concerne Pabord la question de prix, J'ai peine a croire que dans un port ou Pon gaspille encore tous les jours autant de mil- lions, Von pense étre arrétés par une considération de ce genre. La différence de prix peut á peine atteindre quelques centaines de franes ! Quant a la grue elle-méme, je Wai pas dit que Pon commettait une erreur; J'ai dit que ce type de grue avait un inconvénient tres sé- rieux, qui a obligé les ingénieurs dans beaucoup de ports a adopter letype de grues a double portique. Mon collegue reconnait cet inconvénient, quí disparaít dit-11 dans le cas ou les liaisons son placées «en la misma plazoleta entre depósito y depósito ». C'est peut-étre exact en ce moment-ci, parceque par la suite de la mauvaise exploitation du Port il y a entre les dépóts de grands espa- ces dont on ne tire pas parti, mais il est a désirer qu'une exploitation intelligente soumise á une commission directrice modifie cet état de choses. Plus loin, M. Carmona dit: «el pórtico estorba á las curvas que salen de las vías de los muelles para unirlas con las otras vías que pasan detrás de los depósitos ». Celle-ci est réellement réjouissante! M. Carmona a-t-il done oublié qwil y a pas et qwil ne peut pas y avoir de liaisons dans le genre de celles dont il parle. Cette liaison existe a chaque extrémité des bassins, mais a cet endroit Pon ne place pas de grues puisqwil y a pas de quai pour y amarrer un navire ! Je serais donc curieux de comnaítre les avantages tanexactas de la grue á simple portique; mon honorable collegue aurait bien pu, a VPappui de sa these, faire mention d'au moins un des ces avantages. Quant a la maison Hersent, sa réputation est universelle pour autant 40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA qwil vYagisse de construire des ports, des murs de quais, ete.; mais toute firme, quelle qwelle soit, se tirera toujours tres mal VPaffaire quand il Sagira d'exploiter un port Vintérét national, et la maison Hersent Wa, á ma conmnaissance, ducune réputation en ce quí concerne Pexploitation. M. Pagnard, éminent ingénieur auquel je mempresse de rendre hommage, a adopté la grue á simple portique dans le projet Vexten- sion du port pour des raisons connues de lui, mais je puis affirmer que ces raisons vexistent pas dans le port actuel. Quant á M. Jaco- bacci, ingénieur des chemins de fer, je suppose qwil s'est fort peu préoccupé de grues—et en cela il aurait eu raison—quand il a dressé le plan des voies ferrées dans le port. Son avis, en ce quí concerne les grues, ne peut donc étre mis en regard de celui de tous les ingénieurs de ports européens qui, gráce « une longue expérience, en sont arrivés á la grue couvrant les deux voies de chemin de fer. ENTREPOTS DE DOUANE J'examinerai les dépóts de Buenos Aires, Pabord ou point de vue technique et ensuite au point de vue de leur destination. Les entrepóts érigés devant les bassins n”% 3 et 4 sont établis dans des conditions relativement bonnes, pour ce qui concerne la réception des marchandises; 1ls sont munis a tous les étages de bal- cons, mais J'estime pourtant que ceux du rez-de-chaussée et du premier étage font sur le quai une emprise trop considérable, inutile et par conséquent nuisible. Despace quí deviendrait libre á tres peu de frais, par suite de leur réduction, servirait tres utilement a Vinstallation une seconde voie le long du quai, comme je Vai indiqué précédemment. tien ne s'oppose a cette réduction; il convient, en eftet, de remat- quer que, pour le rez-de-chaussée, en adoptant un plancher surélevé, on s'est laissé guider par les exemples de quelques ports et notamment de ceux de Hambourg et de Bréme, sans s'étre rendu compte de la nature du trafic a Buenos Aires. Dans les ports ou cette disposition existe, elle a été adoptée pour faciliter le chargement direct dans les wagons de chemin de fer ou dans les chariots, et pour atteindre ce but il convenait que le plancher fut a la hauteur de ces véhicules. Or, il suftit de parcourir le port de Buenos Aires pour se rendre LE PORT DE BUENOS AIRES 41 compte immédiatement que tel west pas le cas ici: Vabord, parce que les wagons wont pas acces contre les entrepóts et que, pour ce qui concerne les chariots, leur chargement a Parriere des entrepóts effectue toujours á Paide des grues, par suite de leur forme quelque peu préhistorique. M. Carmona dit: Agrega mi colega que las plataformas de los diques 3 y 4 deben quitarse en absoluto y colocarse en su lugar una vía férrea más ; que las plataformas no sirven, y que el gobierno comete el mismo error al construir los depósi- tos en la Dársena norte con plataformas. El corte de estas plataformas ha sido ya proyectado por el ingeniero Ja- cobacci; pero, no por considerarlas inútiles, desde que no van á suprimirse sino á estrecharse para: el paso de una vía. En efecto, la altura de la plata- forma, de un lado como del otro, depende de los vehículos que van á cargar en ellos, sean carros ó vagones. Sin duda, en Amberes no es necesaria la plataforma, por el tipo de carros sumamente bajos que se usa y que se cono- cen con el nombre de camions, mientras que entre nosotros se usan carros altos, exigiendo, por consiguiente, una plataforma en relación á los mismos. De no existir estas plataformas, habría la necesidad de aumentar los pescan- tes de pared que el señor Kinart quiere ver desaparecer. Como se ve por lo que antecede, basta un pequeño detalle como el del carro puesto en servicio para modificar un plan de construcción, que debe siem- pre, fuera de la parte técnica, subordinarse á las exigencias del ambiente. Jomme indiqué, M. Carmona répond: « Agrega mi colega que las plataformas de los diques 3 y 4 deben quitarse en absoluto. » Mais non! mon cher collegue! Jai expliqué Vabord qwil faut réduire leur largeur pour permettre Vétablissement Vune seconde voie, et ensuite que le gouvernement commettait el mismo error al construir los depósitos de la Dársena norte con plataformas. En effet, c'est á mon avis une erreur que de mettre des plateformes á ces dépóts. La raison V'étre de cette surélévation est uniquement de faciliter d'un cóté comme de Pautre le chargement direct dans les wagons du chemin de fer ou dans les chariots, et á cet effet la plateforme doit se trouver á la hauteur de ces vehicules. Or il suffit de parcourir le port pour constater immédiatement que les wagons n'ont pas accés á ces dépóts; par conséquent, au point de vue du service des chemins de fer le plancher est absolutement inutile. Quant aux charriots, il est préférable, pour faciliter leur charge- ment (dans le cas de hangars), qu'¡ils puissent avoir acces en tous les 42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA points du hangar. Et cest ce motif qui a conduit dans le port de Liverpool, Londres, Anvers, Rotterdam, Marseille, etec., 4 ne pas établir de planchers surélevés. Mais si ces planchers a Buenos Aires doivent, comme on le prétend, servir au chargement des chariots, il aurait été pour le moins nécessaire de les mettre a la hauteur des chariots eux-mémes. Or, tel n“est pas le cas, puisquele chariot dépassede50á 60 centime- tres en hauteur les plateformes; et du moment qu'il faut se servir des grues pour élever les marchandises de 50 centimetres, on peut aussi bien les élever d'un metre. De sorte que, pour Buenos Aires, non seu- lement les plateformes sont inutiles pour les wagons, mais elles le sont méme pour les chariots. En tout cas, en ce qui me concerne, je Wai proposé que la réduction de la plateforme en avant des dépóts, et M. Carmona écrit : El corte de estas plataformas ha sido ya proyectado por el ingeniero Jacobacci, pero no por considerarlas inútiles, desde que no se van á supri- mir sino á estrechar para el paso de una vía. M. Carmona est donc d'acord avec moi pour ce quí concerne la réduction de largeur. Ce v'était vraiment pas la peine de tant con- troverser. Discutant sur Putilitédes plateformes, M. Carmona écrit encore cecl: De no existir estas plataformas, habría la necesidad de aumentar los pes- cantes de pared que el señor Kinart quiere ver desaparecer. En quoi la proposition que je fais pour la réduction des planchers devant la facade des entrepóts peut-elle avoir une influence sur les grues quí se trouvent en arriére de cette facade ? Toute la suite de mon rapport na pas eu l'honneur d'étre réfutée par mon éminent collegue. Je me bornerai done a vous en donner lec- ture sans commenter : No vacilo en declarar esa plataforma inútil y en preconizar una reducción en su ancho, del lado del muelle. Una palabra aún respecto á esta plataforma, sobre la inutilidad de la cual insisto porque he constatado que al frente de la Dársena norte, donde se construye un nuevo galpón, se incurre en el mismo error. Soy de opinión que este galpón está establecido en condiciones viciosas en vista de la natura- leza del tráfico del puerto. M. La Roche escribe á este respecto : LE PORT DE BUENOS AIRES 43 « El nivel del piso del galpón es generalmente el del terraplén del mue- lle, pues es casi siempre necesario que los carros puedan tener acceso allí. <« Cuando los carros no deben entrar, como por ejemplo en los casos en que el depósito sólo es servido por vías férreas, la plataforma puede ser levantada al nivel de los andenes de mercaderías en las estaciones. » De esta opinión participaron, ciertamente, también las personas que han visto cómo se efectúan las operaciones en los puertos de Liverpool, Ambe- res, Marsella, Rotterdam, ete. Las disposiciones de Hamburgo y Bremen tienen su razón de ser, pero á mi modo de ver no son de aplicación en Buenos Aires. Respiraderos de sótanos. — En cuanto á la reducción en el ancho, pro- puesta por mí, la presencia de los respiraderos en los sótanos no constituye desde este punto de vista, una objeción ni una traba para su ejecución. En efecto, la descarga de barriles en la forma en que se efectúa actual- mente es demasiado lenta y demasiado costosa. Conviene cerrar estos respi- raderos y prolongar esas entradas de sótanos hasta la pared del muelle. Se podría también retirar estos respiraderos hasta contra el frente de los depó- tos. De esta manera, la entrada de los barriles podrá hacerse directamente, sin la intervención de la grua, de una manera rápida y económica, y esta disposición tiene además la ventaja de suprimir la presencia de aberturas de muchos estorbos en el terraplén del muelle. Entrega de las mercaderías. — Por lo que concierne la entrega de las mercaderías, esta operación se hace en las peores condiciones, debido al pe- queño número de aberturas en la fachada trasera. En efecto, sólo hay en cada piso cuatro puertas permitiendo la entrega de la mercadería ; agrégue- se á esto que una grúa sirve, no sólo dos puertas del mismo piso sino tam- bién las puertas correspondientes á todos los otros pisos, de manera que en realidad la mercadería no puede ser retirada de ese depósito de tres pisos, de 116 metros de largo por 2660 de ancho y de una capacidad de 186.000 metros cubicos sino por dos puertas á la vez. Es absolutamente extraño, y esto causa en aquel lugar una verdadera aglomeración de carros sobre la calzada. Puertas detrás de los depósitos. — ¿Por qué no practicar tanto en los fren- tes laterales como en el frente posterior nuevas aberturas que permitirían entregar la mercadería rápidamente, sin provocar desorden y sin que resul- te una pérdida notable de lugar en el depósito mismo? Los carros podrían así alinearse á lo largo de todo el frente, en vez de acumularse en el lugar donde se hallan las gruas como es el caso actualmente. He tratado también de darme cuenta de la utilidad que podrían tener las dos gruas colocadas sobre la fachada trasera de los depósitos entre dos puer- tas marcadas en dicha fachada pero completamente amuralladas. 44 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Manipulación de barriles. — Las únicas y raras veces que las utilizan es para la extracción de barriles de los sótanos : lo mismo que para la entra- da de barriles, haré observar que esta operación es costosa, difícil y lenta ; los barriles deben ser extraídos por un pequeño elevador como existe en to- dos los depósitos de este género ; la conservación y el costo de este aparato son casi nulos mientras que actualmente cada barril alzado de los zótanos á la calzada cuesta al gobierno 17,5 céntimos. Instalación del alumbrado eléctrico. — Antes de abandonar el depósito, ereo de mi deber llamar especialmente la atención sobre el inmenso peligro de incendio que se ha creado en dichos depósitos. No sólo el depósito por sí mismo no responde á las condiciones modernas de seguridad que se exige de tales construcciones, sino que, además, una ins- talación de luz eléctrica hecha en condiciones deplorables aumenta el pe- ligro en proporciones las cuales no parece que se haya reparado. En efecto, los depósitos tienen piso de madera y es muy reducida la altur: de los pisos de madera que la mercadería es estivada casi hasta el cielo raso. Hasta cuando los depósitos son construídos con materiales incombustibles, quiero hablar del cemento armado, se evita de hacer allí instalaciones de alumbrado, pero aquí se ha creído poder colocar hilos eléctricos fijándolos en los pisos de madera sin siquiera ponerlos bajo plomo. La dificultad de examinarlos de manera constante, debido á la acumulación de mercaderías, las numerosas causas de deterioro á las que están expuestas aumentan aún el peligro. La más elemental prudencia exige rehacer esta instalación inmediatamen- te si no se quiere correr el riesgo de una verdadera catástrofe. Si estos depósitos están asegurados no puedo comprender cómo una com- panñía de seguros autorizó una instalación en estas condiciones. Debido también á la falta de seguridad que presentan los depósitos actua- les no aconsejaría aceptar el proyecto que parece existir de reunir todos los almacenes actuales los unos con los otros. Esto sería aumentar los riesgos que se corre, cuando es universalmente admitido actualmente que los depósitos deben estar todos separados los unos de los otros. Resumen. — Bajo el punto de vista técnico, resumiré como sigue las pro- posiciones concernientes á los depósitos de primera línea : 1% Para la recepción de mercaderías, reducir el ancho de las galerías del piso bajo y del primer piso alto, de manera de poder establecer una segun- da vía de ferrocarril : 2% Para la entrega, practicar puertas en los frentes laterales y posteriores ; 32 Notificar la recepción y la entrega de los barriles en los sótanos; 40 Rehacer la instalación eléctrica en los depósitos ; LE PORT DE BUENOS AIRES 45 5% Establecer sobre la ribera opuesta tinglados y no almacenes (tinglados con ó sin pisos altos). DE LA APLICACIÓN DE TINGLADOS DE PRIMERA LÍNEA Y DE LA NECESIDAD DE ESTABLECER DEPÓSITOS DE SEGUNDA LÍNEA Consideraciones generales. — He dicho en una parte anterior que no ha- bía llegado el momento de aplicar el proyecto de modificación del reglamen- to relativo á la duración de las operaciones de carga ó de descarga, porque las instalaciones del puerto no permitían á los buques efectuar estas operacio- nes en los plazos fijados : 1% porque el número de grúas no era suficiente, y 29 porque el buque no disponía á:su llegada de un sitio para depositar todo su cargamento. La administración de un puerto debe poner el buque en condiciones de efectuar las operaciones tan rápidamente como lo desee. Conviene observar que por parte del buque nada impide una descarga rá- pida : algunos buques tienen ocho ó nueve escotillas, numerosas y podero- sas maquinarias que pueden poner la mercadería sobre cubierta en un tiem- po muy corto. Las maquinarias de los muelles deben pues poder tomar ias mercaderías á medida que son traídas, y la administración del puerto debe estar en condiciones de poner en ciertos casos hasta ocho y diez grúas movibles frente al buque. Ciertos trasbordos han alcanzado tres mil toneladas por día, y en Lon- dres se citan ejemplos palpables, como el del vapor Milwaukee que descargó 11.000 toneladas en 66 horas de trabajo efectivo, con un cargamento de lo más variado : ganado en pie, madera, cereales, ete. Ertensión de los terraplenes necesarios para las operaciones. — Se Ve pues que actualmente la rapidez de la desgarga es sólo limitada materialmente por la extensión de los terraplenes del depósito y por las facilidades más ó menos grandes que puede encontrarse para evacuar la mercadería á me- dida que se descarga. Supongamos pues un vapor de 150 metros de largo y que tenga 4000 tone- ladas para descargar; ya que prácticamente sólo se puede poner una tonela- da por metro cuadrado, deberá disponer de una superficie correspondiente á 4000 metros cuadrados. Si las operaciones de carga se hacen en el mismo sitio la mercadería debe también en ciertos casos ser extendida, lo queaumen- ta la superficie del depósito necesario. Si, como es el caso en Buenos Aires, el tinglado tiene sólo 120 metros, la profundidad deberá tener por lo menos 40 6 50 metros. Dos pisos altos de los depósitos actuales son pues indispensables para extender el cargamento de un buque, ya que el depósito tiene sólo unos 26 metros de profundidad. e 46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Amberes. — En Amberes y en otros puertos, los tinglados son sin pisos altos porque allí se dispone de terraplenes suficientes ; en los muelles del rio Escalda el terraplén mide 240 metros de ancho y la profundidad de los depósitos es de 60 metros. Liverpool. — En los puertos donde falta lugar se hace estiva en altura como en Liverpool, donde los tinglados tienen también un piso alto. Manchester. — En Manchester, donde se han construído tinglados de cua- tro pisos sin contar el piso bajo, estos almacenes, que sirven únicamente pa- ra la descarga y para el reconocimiento inmediato de la mercadería, y no para una estadía prolongada, tienen alrededor de 30 metros de profundi- dad. Algunos de estos tinglados son colocados á lo largo del muelle, con erúas que se mueven al nivel del suelo del cuarto piso, otros se encuentran á 106 12 metros de distancia, lo que permite colocar entre el tinglado y el buque una ó dos vías férreas. Aplicación del terraplén. — La disposición de Manchester es, pues, en todo punto semejante á la de Buenos Aires, pero allí como por otra parte en todos los puertos y contrariamente á lo que se hace aquí, todos estos almacenes son considerados como transit sheds, término inglés que da per- fectamente la idea. Suprimir el almacenaje de larga duración en los depósitos existentes, tal debe ser la medida á tomar por el gobierno. La mercadería debe quedar en los depósitos del muelle á lo sumo ocho ó diez días después de su examen por la Aduana, y en este caso el buque po- drá efectuar sus operaciones con toda la celeridad deseable, trabajar día y noche y volver á irse en cuanto haya recibido su cargamento. Conviene, sin embargo, que la Aduana no se muestre muy exigente y no quiera examinar las mercaderías 4 medida de su puesta á tierra, porque en este caso de nada serviría activar las operaciones. En efecto, el servicio de la Aduana empieza tarde á la mañana, termina temprano á la tarde y no funciona en ciertos días, lo que no es criticable; las operaciones que debe efectuar la Aduana son, en efecto, ámenudo minuciosas y delicadas, éimpli- can ciertas demoras. Á ami juicio, el hecho de tener como aquí almacenes cerrados es suficiente garantía para la Aduana. La medida que consiste, pues, en considerar los depósitos actuales como transit sheds es urgente pero no inmediata. Depósitos de segunda línea. — Amtes de aplicarla conviene, en efecto, construir detrás de los depósitos actuales otros llamados de segunda línea, depósitos de Aduana donde las mercaderías podrán permanecer como en los depósitos actuales durante un tiempo relativamente largo. LE PORT DE BUENOS AIRES 47 La existencia de depósitos de Aduana es indispensable en todos los puer- tos, pero no se les puede establecer 4 lo largo del muelle sino en casos ex- cepcionales y cuando el puerto dispone de instalaciones vastas. La disposición de los muelles del puerto de Bremen es de las más nota- bles, y conviene estudiarla y aplicarla razonadamente en Buenos Aires. No falta lugar, con la condición naturalmente de que no lo utilicen de manera inconsiderada por inútiles vías de ferrocarril. Á la espera de la construeción de dichos depósitos (en caso necesario uno solo sería suficiente), la única medida que en mi opinión debe aplicarse es la medida provisoria que he señalado en la segunda parte de este informe y que las consideraciones arriba enumeradas justifican. VÍAS FÉRREAS Dificultades del problema. — La cuestión del establecimiento de vías fé- rreas en un puerto es, por cierto, de las más importantes, y tal vez también la más difícil, pues toda porción de vía inútil debe ser evitada si no se quiere incurrir en gastos exagerados. Se debe ante todo pensar en una explotación Intensiva. Las dificultades de instalación de vías provienen en primer lugar del hecho de que, contrariamente á lo que pasa en una estación de ferro- carril, es el vagón el que debe ir á la mercadería y no la mercadería al vagón. Agréguese á esto la diversidad de las operaciones á efectuarse: una vez un trasbordo directo del buque al vagón ó viceversa, otra vez un embarque ó desembarque en los tinglados ó fuera de los tinglados. En fin, el hecho de que los vagones no pueden siempre ser inmediata- mente descargados después de su llegada, ya sea porque el buque no esté en estado de operar el embarque, ya sea por cualquier otro motivo, viene á complicar aún más este problema. Sin embargo, no es insoluble ; partiendo de principios lógicos se puede establecer las vías férreas de manera de poder hacer todos estos movimien- tos sin la menor dificultad. Principio fundamental. — La idea primordial en la que conviene inspi- rarse es la que ya he citado en la segunda parte del informe : El puerto no puede constituir un depósito para los medios de transporte y principalmente para los vagones. Así como los almacenes para depósito permanente de mercaderías deben ser, como en todos los puertos, relegados en segunda línea, sin alejarlos demasiado del puerto, también las vías de depósito para los vagones deben ser todas unidas en una estación más allá de los límites en los cuales se ejecutan las operaciones y en un lugar lo menos alejado del puerto posible. % , 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Necesidad de establecer estaciones de triaje. — Esta estación de estaciona- miento para los vagones debe ser destinada al mismo tiempo para efectuar todas las operaciones de triaje, es decir, clasificación de vagones, formación y descomposición de trenes, de tal manera que la locomotora pueda conducir los trenes de vagones á su sitio, sin efectuar maniobra alguna en el puerto. El establecimiento de una ó dos estaciones de triaje dispuestas en haces (faisceanme) racionales es indispensable, y me permito á este respecto citar la opinión del señor Lambrechtsen, ingeniero ¡jefe del puerto de Amster- dam, quien escribe : « Una estación de triaje para los vagones de ferrocarril, dispuesta espe- cialmente para el servicio del puerto, es indispensable en todos los puertos murítimos de alguna importancia. Uniones rápidas y fáciles deben conducir «dle la estación á todos los sitios de depósito y principalmente allí donde se opera el trasbordo del buque al vagón. » Si fuera mejor documentado podría citar la opinión de los ingenieros de los puertos de Hamburgo y Bremen, pero será suficiente consultar la dispo- sición de las vías férreas de estos puertos para convencerse de que partici- pan de esta opinión. Por lo que concierne al puerto de Amberes, donde el tráfico de vagones en un mes es superior al de Buenos Aires en un año, se ha conseguido eje- entar los movimientos sin dificultades y sin superabundancia de vías férreas, debido al establecimiento de algunas estaciones para mercaderías fuera de los límites del puerto, pero muy cerca de estos límites. Á título de ejemplo y para hacer ver la capacidad de una de estas esta- ciones, reproduciré un extracto del informe producido por el señor Royers, ingeniero en jefe del puerto de Amberes el año próximo pasado : « Estación Amberes-Zurenborg. — La estación de descomposición á la sa- lida tiene 25 kilómetros de vías, y la estación de formación tiene 28. « La terminación completa de esta doble estación ha permitido concentrar alí todas las maniobras de clasificación de vagones; tal como es actualmente, la estación basta para asegurar el movimiento diario de 4500 vagones. »- En Buenos Aires, el movimiento diario no alcanza á la décima parte de este número. Si admitimos, pues, 300 días laborables, el movimiento de la estación de Amberes puede alcanzar á 1.550.000 vagones, es decir, alrede- dor de 12 veces más que el movimiento en Buenos Aires. « En otra estación de Amberes, muy reciente, se clasifica actualmente alrededor de 1200 vagones por día, es decir, 360.000 vagones por año. « El desarrollo de esta estación en vías férreas es de 23 kilómetros, y está lejos de tener el máximum de su rendimiento. » En lo que se refiere á Buenos Aires, este sistema no ha sido observado, y lo mismo que se han establecido depósitos de primera línea sirviendo al al- macenaje, también se ha estorbado el puerto eon vías férreas inútiles. , Alemania efts hrift der Gesellschaf fur Midkuade. B — Verhandlungen des -Naturhisto- ischen. Vereins der preussischen Rhina- Westfalens,etc., Bonn. —Abhandlungen Ms era sgegeben von » Natorwissenschaftiiehen ] sere n. Bremen. — Deutsche Geographische E E . 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Colorwbiana Ingenieros, Aro Cost arica Oficina de Depósito y Cange de Poe ciones, San Jose. — An del Museo Nacional, San José. E del Inst. Físico Geográfico. Nacional. —. San José. Cuba Universidad de la Habana, Cuba. Chile AS y A 5 ces Rev. de la Soc. Médica, Santiago. — El 137 Pensamiento Latino, Santiago. Verbo dlungen des Deutschen Wissenschaftlichen A Vereines, Santiago. — Actas de la *oc. Cien-= tífica de Chile, Santiago. — Rev. Chilena de Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de la Marina de Chile, Valparaíso. — “Rev. Chi lena le Historia Natural, Valparaíso. Ecuador Rev. “de la Soc. Jurídico- Literaria Quito. — An. de la Universidad Central del Ecua=. dor, Quito. _— | t a Industrial. a. — “ndustrig €. invenciones, Barcelona. — hey. Arqnitectura - y Construcciones, echa: — Key. Minera —Metarlúrgica y de Ingeniería, Madrid. — La: - Fotogra tía, Mad rid. : d Estados Unidos the Scientific Laboratoires of Ds ison Unive sity, Granville, Ohio. — Bull. of e Exxes titute, Salem La Buil. Phi losopbical Society, Washington. = Pull añ the Lloid L bi rary of Ba any, > haci a Materia Medica, Cincinati Ohio. + Bull. or - University 06 Montana, Missoula, Montana. Bull. of the Minesota: Academy of Natural Sciences, Minesota. — Bull of the New York “Botanical Garden, New York. — Bull. of the U: S. Geological and geographical Survey of the territoires, Washington. — Bull of the: 2 Wisconsin Natural History Society Milwankee, ; Wis. — Bull. of the University, Kansas. — Bull. of the *merican Geographical Society, New York. Jonrnal of the New: Jersey Natural History, New Jersery, Trenton. — ds Journal of the Military service Institution. of- the U. States. — Jourual of the Elisha Mitchell Scientific Society, Chapel Hill. Nord-Carolina. == « La América Cientifica », New York. 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Rennes. — Bull. de la Soc. de Léograpnie Commerciale, Bordeaux. — Bull. de la Soc. des Sciences Naturelles et Ma- _thematiques, Cherbourg. — Ann. des Mines, “Paris. — Min. de lInstruction Public et de Beaux Arts, Paris. — La Feuille des Jeunes Naturalistes, Paris. — Rev Géographique In- ternationale, Paris. — Ann. de la Soc _néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra phie Commerciale, Havre. — Bull. de la d'Etude des Sciences Naturelles, Reims Holan da Acad. K. des Sciences, Amsterdam. — Ne derlandche Entomolog. Verseg , Hold in glaterra The Geological Society, London. — Minui Engineers, London. Institution of | Engineers of Ireland, Dublin. — The M _ralogical Magazine Prof. W. J. Lewis M. A F.C. S. the New Museums, Cambridge. - The Geographical Journal, London. — Bris tish Association for the Advarcement of Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of the Geological Society, London. - (Concluirá en el próximo número.) DinEcTOR INGENIERO SANTIAGO a . BARA BINO Secretarios : Doctor Jutio y. GartI y señor] Enzo REBUELTO DISUISnÓ E AO a | ln SS FEBRERO 1907. — ENTREGA M. — TOMO LXHIT 1. GUIZAMÓN, hs tierras raras. Les PEE ; IS WanxkKeN, Rerbrandl e. A : A ' % y mn 4 4 : ' E f y PS / ; en y == — . y z y e” m ¿ e ps A BUENOS AIRES IMPRENTA - Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 684. ; : MS A e : a N SAR E / ARAU A OS od | | IAS O y As >» - JUNTA DIRECTIVA ee! PRESA a ao. ral ed Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones Vicepresidente P.......c...... Ingeniero. Julio Labarthe o AT Ingeniero Enrique Hermitte EAS Secretario de actas............ Ingeniero-Arturo Hoyo Ae Secretario de correspondencia.. Ingeniero Arturo Grieben cod, Tesorero....... RS ES AA Ingeniero Luis Miguens Bibliotecario ....... a Doctor Horacio Arditi ¡Doctor Carlos M. Morales NA Ingeniero José Debenedetti - IS : Ingeniero Ricardo J. Gutiérrez ET A Vocales cacao SS «Ingeniero Domingo Selva ES Ingeniero Federico Birabén (O | Doctor Guillermo F. Schaefer NA AS Señor Rodolfo 'santángelo EAN AR SO TENES NEEDS Senor Juan Botto RIAS sx REDACTORES d Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, imge= niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. - ADVERTENCIA a a A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. cdo La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número - con la casa impresora de Coni hermanos. : 5 Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas. - Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección - : Cangallo 18525. ÓN La Dirección. AE PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerias Pesos moneda nacional ss POTEMES A E 1.00 BOFIAMO a OS E UE LN 12.00 Númerosatrasados A e o od 2.00 = para los socios,......... 1.00 : LA SUBSCRIPCIÓN Sk PAGA ADELANTADA El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano ” LE PORT DE BUENOS AIRES 49 He aquí la descomposición de las vías del puerto de Buenos Aires : Metros Vías de trabajo (carga y descarga)........ 19.626 Vias dentro a > > 24.671 Curvas de comunicación... ....oo..... 8.092 Curvas para el establecimiento vagones... . 26.080 Total. ...- 78.468 Los 28 kilómetros de vías establecidas para el depósito de vagones cons- tituyen la verdadera causa de la aglomeración del puerto y de la imposibi- lidad en que siempre se encontrarán, cualquiera que sea el número de kiló- metros de vías que se agregará, de efectuar las maniobras de manera rápida. Todas estas vías deberían ser retiradas, agrupadas en haces de vías ra- cionales para el «triaje », y los 28 kilómetros existentes serían suficientes para asegurar todo el tráfico del puerto. El lugar no falta para levantar tal estación, y aun cuando se debería ex- propiar á grandes desembolsos, es en mi opinión la única solución que pue- de adoptarse. Se necesitaría una estación al Norte y otra al Sud ; la solu- ción que consiste en aumentar el número de las vías de entrada en el puer- to no es una solución. Vías férreas en el puerto mismo. — Cuando los vagones han sido traídos á esa estación, quedan allí en condiciones determinadas hasta el momento en que puedan ser conducidos delante del buque para ser descargados. Se les trae allí antes de las S de la mañana para llevarlos de nuevo á la estación á las 12 y á las 2 se colocan otros vagones frente al buque; la operación puede hacerse de esta manera en menos de cuatro horas, y es por ese moti- vo que he levantado esta cuestión en la segunda parte, reservándome el ex- plicar ahora la manera en que se puede llegar á este resultado. Para llegar hasta el buque, es necesario que se establezcan sobre el mue- lle dos vías principales, llamadas de circulación, las cuales deben ser siem- pre libres. Las locomotoras traen por varios trenes los vagones destinados, los unos al dique 4, los otros á los diques 3, 2 y 1, etc. Los vagones son empujados sobre una tercera vía, detrás del galpón y frente á cada buque. El eroquis que aparece á continuación indica la disposición de vías en el sitio de un buque, disposición que resulta de la idea fundamental siguiente : Todo buque debe poder disponer y hacer maniobrar sus vagones sin estor- bar su vecino y sin ser molestado por él. He aquí cómo se puede llegar á esto. Principio de instalación de las vías. — Las vías marcadas 1 y 2 son las de circulación, vías principales sobre las cuales los vagones nunca deben estacionarse. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIIM. 4 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Detrás del tinglado supongo que haya dos vías, marcadas 3 y 4 y entre el muelle y el tinglado dos vías marcadas 5 y 6. Los vagones que, por ejem- plo, llegan por la vía 2, son formados sobre la vía 3, siguen la dirección de las flechas y vuelven sobre la via 4 después de haber descargado sobre la vía 6 6 5; luego son tomados por la locomotora, la que vuelve sobre la vía 1. Se debe pues disponer, en el sitio de cada buque, de medios que permitan efectuar los movimientos que acabo de indicar; estos medios son tres, y uno ú otro es aplicado indistintamente en todos los puertos. En Amberes los tres sistemas están en uso; son las plataformas giratorias, los transborda- dores y las uniones directas por vías férreas. El sistema de las plataformas. giratorias no es aplicable en Buenos Aires, á causa de la longitud de los va- gones; los otros dos sistemas deben ser estudiados. No entra en mis inten- ciones discutir las ventajas de uno ú otro sistema. Me limitaré á señalar que, de acuerdo con un estudio breve que he efec- tuado de la disposición á dar á las vías férreas, soy de opinión que convie- ne aplicar el sistema de transbordadores del lado donde se encuentran esta- blecidos los depósitos, y el sistema de las uniones directas en el lado opuesto. La adopción de este sistema permitiría reducir en más de la mitad la lon- vitud de las vías férreas que existen en el puerto. Estas pocas indicaciones bastarán á mi juicio para que la Dirección del puerto pueda proseguir su estudio en caso de aceptarse este proyecto. En mi opinión, la ejecución de las proposiciones que tengo el honor de presentar serían de naturaleza á transformar con pocos desembolsos el puer- to de Buenos Aires y colocarlo á la altura de los puertos mejor provistos del mundo; por otra parte, su explotación sería mucho más económica. En ce quí concerne les voies ferrées, M. Carmona a imaginé quel- ques considérations assez intéressantes, non pas au point de vue technique, mais au point de vue de lesprit qu'elles révelent. Je ne m'arreteral pas á ces détails pour ne pas allonger démesu- rément cette causerie, et je me bornerai a dire que dans mon rapport je Nai présenté que des considérations d*ordre absolument général, au point de vue de Pétablissement des voies ferrées. LE PORT DE BUENOS AIRES SL Un projet de chemin de fer étant a "examen des pouvoirs, je nal pas cru devoir m*occuper de cette question. Au surplus, si j'avais été questionné a ce sujet, je me serals borné a répondre que je ne pou- vais comprendre comment un gouvernement s'engageait ainsi dans des dépenses de 20.000.000 franes sans méme savoir quel était le dispositif que l'on aurait adopté pour l'extension du port; que les voies ferrées, a peine placées, courraient le risque de devoir étre démo- lies; que, par conséquent, il conviendrait de ne donner suite au projet qwapres étre fixé entierement sur les extensions du port. Messieurs, avant de terminer, je tiens á vous dire combien je dé- plore d'avoir été mis dans la nécessité de répondre aux attaques de M. Carmona, que j'avais eu soin cependant de ne jamais mettre per- sonnellement en cause. Lui seul est intervenu dans le débat, et j'ai dú lui répondre en termes vifs peut-étre, dépassant certainement ma pensée. Loin de moi cependant Pidée de vouloir incriminer mon excellent collégue, et de faire peser sur lui personnellement les erreurs que j'ai signalées. Je n'ignore pas qw'elles ne lui sont pas entierement impu- tables, et c*est pour cette raison que j'ai eru devoir terminer mon ra]- port par des conclusions auxquelles vous voudrez bien vous rapporter. Le seul reproche queje puis adresser a M. Carmona c/est d'avoir voulu malgré tout défendre des choses indéfendables; en second lieu, Vavoir affirmé que toutes les mesures préconisées par moi avaient été déja presentés depuis de longues années au gouvernement par lui- méme. Je ne puis évidemment que m'en féliciter, et Ven féliciter lui- méme, en exprimant toutefois létonnement de voir que ces mesures si utiles, quí auraient pu faire économiser des millions peut-étre, m»aient pas été mises a exécution. Puisque mon collegue connaissait depuis si longtemps le remede a la situation, son devoir était de le faire appliquer. En ce quí me concerne, sans vouloir par amour propre revendiquer la priorité de telle ou telle solution, je 1m”estimerai heureux si mon intervention aura pu décider le gouvernement a entrer dans la voie des réformes: — que ces réformes aient été preconisés par M. Carmo- na ou par moi, C'est un fait sans importance. OBSERVACIONES SOBRE LA METAMÓRFOSIS DE -MORPHO CATENARIUS (PerrRyY EN LOS ALREDEDORES DE BUENOS AIRES Por ÁNGEL GALLARDO El 2 de diciembre de 1906 tuve ocasión de hallar en Martínez (par- tido de San Isidro, prov. de Buenos Aires) numerosas orugas de Mor- pho Catenarius [Perry] (Morpho Epistrophis Hiibner) en el bosque que cubre las pintorescas barrancas de la antigua quinta del general Pueyrredón. Esta quinta se halla situada en un pequeño cabo, lla- mado Punta Olivos, que avanza en el Río de la Plata y es contorneado en curva bastante acentuada, con desmontes casi á pico, por el Ferro- carril del Rosario entre las estaciones Anchorena y San Isidro. Las orugas se encontraban en grupos sobre plantas de coronillo (Scutia buxifolia Reiss.) que abundan en las laderas de un profundo barranco que la erosión ha excavado al Sur de la casa colonial que habitó el héroe de nuestra independencia. El coronillo es una Ram- nácea que crece en las provincias de Tucumán y de Entre Ríos y también á lo largo de las barrancas bonaerenses, adonde debe haber sido transportada por el río. Los grupos de orugas resaltan por su coloración roja sobre las plan- tas en que se encuentran y recuerdan á la distancia las inflorescencias del ceibo (Erythrina COrista-galli L.) recogí un cierto número de estas hermosas orugas de brillantes colores con la intención de alimentarlas y seguir su metamoórfosis. Era interesante, en efecto, estudiar el desarrollo de esta especie en los alrededores de Buenos Aires, pues el Morpho Catenarius (Perry) vive habitualmente mucho más al norte. Según Burmeister (1) se encuentra al sur del Brasil, en las provin- cias de Santa Catalina y de Río Grande del Sur, en el Paraguay, (1) Description physique de la République Argentine, t. Y, 1875, pág. 191. MORPHO CATENARIUS 533 Uruguay, Misiones, Corrientes y Entre Ríos, habiéndose cazado algu- nas veces en las cercanías de Buenos Aires. El doctor Antonio Eyneh ha criado estas orugas hace varios años, obteniéndolas en el mismo sitio de la barranca de Martínez, que sería según él la única estación de este Morpho en la provincia de Buenos Aires. La presencia de estos lepidópteros en un sitio tan austral pue- de explicarse por el transporte aceidental de algunas orugas desde Entre Ríos ó Corrientes, con los camalotes, en épocas de grandes cre- cientes, conjuntamente con el coronillo de que se alimentan. El cabo formado por las barrancas de Martínez y la ausencia de playa en ese sitio, permite fácilmente que las orugas hayan podido establecerse allí y aclimatarse en el bosque que las viste, el cual recuerda por su composición y la lozanía de su vegetación á los de regiones más sep- tentrionales. Varias veces se ha hecho notar el carácter especial de la fora y en parte de la fauna que se encuentra en las islas del Delta y en las barrancas del Río de la Plata, debido á la dispersión por los camalotes á lo largo de esas costas. El caso actual constituye un nue- vo ejemplo de dispersión fluvial. La especie ha quedado localizada en esos bosquecillos de Martínez por las costumbres sedentarias de la hembra que vuela poco y se mantiene sobre los troncos en sitios poco visibles. Aunque la especie es más conocida con el nombre de Morpho Epis- trophis Hiibner le corresponde por prioridad el de Morpho Catenarius (Perry), pues había sido descripto el macho por Perry en 1811 bajo el nombre de Papilio Catenarius en Arcana Naturae. Hiibner en su Sammlung exotischer Schmetterlinge (t. Y, planchas 719 y SO, 1516-1824) confundió bajo el nombre de Leonte Epistrophis el macho del Catenarius del Brasil Meridional y al Laértes de Drury de Río Janeiro al cual tomó por la hembra de su Epistrophis (2). Las imá- genes de ambas especies son muy parecidas, difiriendo principalmente en las manchas de las alas, pero las orugas son de coloración comple- tamente diferente, como puede comprobarse comparando las figuras 1 y 2 (Laértes) con las 3 y 4 (Epistrophis) de la plancha VII del Atlas de la Description physique de la République Argentine, 5% sección, 2* parte, 1579, de Burmeister. En el mismo Atlas se encuentra represen- (2) Ver H. BURMEISTER, Description physique de la République Argentine, t. V Lépidopteres, 1878, pág. 191; W. F. KirBY, 4 Synonymie Catalogue of Diuwrnal Lepidoptera, Supplement. London, 1877; O. STAUDINGER, Exotische Tagfalter, 1888, pág. 205. DA ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tada la hembra del Epistrophis (pl. V, fig. 7) que Hiibner no conoció. Como hemos dicho las orugas viven en sociedad de 20 4 30 y aún tejen en estado libre una tela que les sirve de soporte transitorio común que luego abandonan al cambiar de sitio. Se alimentan de Seutia buxifolia Reiss., sin ser muy voraces. Según Wilhelm Miiller (citado por Schatz y Rober, Die Familien und Gat- tungen der Tagfalter, 1992, pág. 183) se alimentan de hojas de Inga semialata. En estado de reposo encorvan con frecuencia la parte anterior del cuerpo, de manera que la cabeza viene á apoyarse lateralmente más óÓ menos á la mitad del cuerpo. El doctor Burmeister se ha ocupado de estas orugas en su Descrip- tion de Morphonides brésiliens (5), dando dos dibujos muy mal litogra- fiados en la plancha 2 de ese trabajo. Muy superiores son las figuras del Atlas de Burmeister ya mencionado, pero asimismo no dan clara idea de la brillante coloración de estas orugas. Para complementar los datos anteriores doy una DESCRIPCIÓN DE LA ORUGA DEL MORPHO CATENARIUS (PERRY) Coloración general rojo carmín en la parte dorsal, negra con finas vellosidades blancas en los costados y castaño rojizo en la parte ven- tral. La parte dorsal presenta una línea longitudinal central formada de pelos blancos. En esa línea y en el cuarto y quinto anillo (á veces también en ejemplares grandes en el sexto, octavo y noveno) se notan puntos de color amarillo cromo brillante (7-q de la escala de colores de Radde). Estos puntos amarillos están incluídos en una mancha negra. La cabeza es de una viva coloración púrpura pasando á carmín (26, Radde) densamente cubierta de pelos algo más claros, de color :'armín pasando al cinabfio (30-k, Radde). Estos pelos recubren toda la cabeza dándole un aspecto de felpa, son más largos en la parte occipital y á los costados de las mandíbu- las, donde forman una especie de bigotes (4). En cada anillo hay seis pinceles ó fascículos de pelos rojos y blancos. Á partir de la línea (3) Revue et Magazin de Zoologie, t. L, pág. 17-47, pl. 1-6, París 1873. (4) En el animal vivo no se notan los pequeños tubérculos occipitales que se- ñala y dibuja Burmeister. Afeitando la cabeza de una oruga muerta he notado un saliente occipital, pero más redondo que en los dibujos de Burmeister, quien, por otra parte, indica que esos tubérculos son difíciles de ver. QU 5 MORPHO CATENARIUS media se halla de cada lado un pequeño pincelito, luego otro mayor y finalmente uno blanco con poco rojo debajo del estigma. Los pinceles de los dos ó tres primeros anillos están dirigidos hacia adelante, los demás oblicuamente hacia atrás. En los pelos del sépti- mo anillo predomina el color blanco, formando una especie de cinturón claro. En los anillos 10 y 11 también predominan los pelos blancos. Los dos últimos anillos son completamente rojos, como la cabeza, y cubiertos de pelos del mismo color. Los ojos son amarillentos. El labio superior amarillo. Las mandíbulas amarillo cromo con el borde masticatorio negro. Las patas verdaderas y falsas de color de avellana. Estas últimas con pelos amarillentos. Los estigmas amarillos rodeados de cortos pelos rojos. Longitud 50-60 milímetros. Diámetro 9-10 milímetros. Al acercarse la ninfosis se fijan con seda por la extremidad poste- rior, se acortan y encorvan, pierden los colores brillantes, tomando una coloración yerba-mate húmeda con los pinceles de pelos obscuros. La crisálida, como todas las del género, es verde esmeralda algo elauca, transparente al principio. Una línea dorsal de verde más obs- curo así como los estigmas. Es ovalada, corta, gruesa, pues el diáme- tro de los anillos abdominales aumenta mucho á partir de los últimos, lo que hace que la crisálida se presente como hinchada en la parte central. Tiene dos tubérculos cónicos con la punta negra á manera de cuernos sobre la cabeza. Cuelga cabeza hacia abajo por un pedúnculo que termina al abdomen el cual se fija al soporte por el tejido com- pacto de seda blanca hilado por la larva. Longitud, 25 milímetros. Ancho, 12 milímetros. El estado de crisálida dura aproximadamente un mes, desde media- dos de diciembre á mediados de enero. Poco antes de salir el adulto se ven por transparencia las manchas de las alas. Al despojarse una crisálida el 11 de diciembre de la piel de la oru- ga, las cerotecas quedaron encerradas en el cráneo duro y desecado de la larva, de manera que por el peso de este despojo se estiraron las cerotecas en vez de aplicarse sobre el cuerpo de la erisálida, la cual quedó con dos largas antenas verdes transparentes. En esta si- tuación peligrosa las antenas se secaron y quebraron quedando úni camente su base. Asimismo el s de enero salió con felicidad el adulto provisto sólo de pequeños trozos de antenas que no le permitían diri- girse en su vuelo, 56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las imágenes coinciden completamente con la descripción y dibujo de Burmeister (5). Color general blanco azulado, anaracado é irisado; costa de las alas anteriores negra, unida con una mancha alargada triangular un poco sinuosa que ocupa la terminación de la célula discoidal. 3orde externo de las cuatro alas con manchas negras redondas que ocupan la terminación de las ramas marginales y adelante de cada mancha una lúnula del mismo color. Parte de abajo de las alas poste- riores y la porción terminal de las anteriores con bandas amarillas erisáceas muy finas, mucho más anchas y más obscuras en la hembra que en el macho, acompañadas de una serie transversal de ojos de pavo real redondos negros, con un círculo amarillo y pupila blanca. En las alas anteriores tres ojos en las células marginales 2, 4 y 5 (el primero más pequeño); en las posteriores seis ojos en las células 2 á 1. Cuerpo blanco azulado. Vértice de la cabeza y antenas negras; patas blancas, las rudimentarias anteriores del macho desnudas, sal- vo los tarsos que son velludos. Ojos bronceados. Palpos blancos. Las escamas de las alas son gran- des de manera que á simple vista las alas aparecen finamente estria- das. Expansión alar de 10 á 12,7 centímetros. Las escasas mariposas que he obtenido de las orugas recogidas en la barranca de Pueyrredón y criadas con deficiente alimentación, las he puesto en libertad en mi quinta de Bella Vista, B. A. P., donde he plantado coronillo á fin de constituir una nueva estación de este bellí- simo y delicado Jepidóptero. Esperando que se reproduzcan para el año próximo tengo por aho- ra el placer de verlas volar en el parque con ese vuelo particular de los Morphos que hizo exclamar á Burmeister (6): De méme que parmi les oiseaux Paigle a dans son vol une grande ma- gesté; de méme, parmi les papillons, le Morpho Pemporte par la noblesse de son vol! Véase como describe Holmberg su primer encuentro con esta ma- riposa en el Arroyo Quiá del Chaco (1): « Las aguas tranquilas reflejan con fidelidad especular los mínimos detalles del paisaje. (5) Description physique, t. V, pág. 190-191, Atlas, pl. V, fig. 7. (6) Description de Morphonides brésiliens. (1) Viajes á Misiones, en Boletín de la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba, t. X, pág. 64. JN Sl =] MORPHO CATENARIUS <« Una doble imagen clara se mueve en el fondo sombrío. <«< Ora sube, ora desciende, y multiplica las ondas de su pesado vuelo. No se diría, al contemplar sus grandes alas de un blanco azu- lado, tan ténues, tan delicadas, tan hermosas, que el aire habría de resistir á su latido. Ya se oculta entre los bosques ribereños; ya re- aparece entre la sombra profunda de las glorietas; ya se retrata una vez más en el espejo inmóvil del Riacho. Ah! pasó lejos! La traidora red no puede aprisionarla y la Morpho Epistrophis, indolente en su vuelo pesado, se oculta entre los misterios del bosque, ó prosigue, en sus ondas, reflejándose una y mil veces sobre la tranquila superficie. » Sin necesidad de trasladarse á regiones tropicales se puede distru- tar á corta distancia de Buenos Aires, del maravilloso espectáculo del variado y elegante vuelo de los Morphos. Por centenares se les ve revolotear á fines de enero en la obscuridad que reina aun á medio- día en el torrente boscoso de la quinta de Pueyrredón, en la barranca de Martínez. La casa solitaria del guerrero argentino, donde según la tradición, concertaron el plan del paso de les Andes los generales San Martín, Soler y Pueyrredón, domina desde la altura el vasto panorama del Río de la Plata, mientras en la espesura que la rodea vuelan blan- damente las pálidas mariposas que recuerdan por su antiguo nombre al guerrero Epístrofo, muerto por Aquiles. Su blancura lunar resalta en los sitios sombríos que frecuentan, lo que ha sugerido á la superstición popular la idea de que estos Morfó- nidos anuncian la muerte. <« Con vuelo ingenioso, brincando de arriba abajo y de abajo arriba ondea aquí la «mensajera de la muerte», la majestuosa Puvonia Epis- trophis, sin duda la más imponente y bella mariposa diurna de las regiones del nordeste de nuestra República, siempre buscando en su vuelo caprichoso los sitios frondosos, destacándose entre la sombra de estos bosquecillos con su pálido vestido de muerte y silenciosa como un espectro. La « mensajera de la muerte! » (8). Pero ella es también, como todas las mariposas, desde la antigiie- dad más remota, símbolo de la resurrección, volando tenue, irisada y Casi inmaterial después de despojar la sangrienta vestidura de la oruga y de desgarrar su translúcida crisálida de color de esperanza. (8) DOCTOR ADOLFO DOERING, Noticias ornitológicas de las regiones ribereñas del Río Guayquiraró, en el Periódico Zoológico, t. I, pág. 242 (citado en Viajes ú Misio- nes, pág. 216). LAS TIERRAS RARAS Definición. — Tierras raras, así se llaman á unos sesquióxidos, bastantes numerosos, casi indestructibles, que presentan entre si, erandes analogías, que pertenecen al grupo analítico del Aluminio y Oromo, y cuyas propiedades están caracterizadas por: la insolubili- dad de sus oxalatos en soluciones neutras ó débilmente ácidas; por la solubilidad de sus cloruros y de sus sulfuros en soluciones ácidas; por los precipitados blancos insolubles en exceso de reactivo, que al estado de hidratos dan con los sulfuros alcalinos y la potasa, estos hidratos absorben el anhidrido carbónico del aire transfor- mándose en carbonatos; porque sus sulfatos son más solubles en frio que en caliente; por los precipitados generalmente solubles en ex- ceso de reactivo que dan con los carbonatos alcalinos. Estado natural. — Se les encuentra en la naturaleza, simultánea- mente en un número considerable de especies mineralógicas diferen- tes; pero en cada una de ellas en pequeña cantidad, entre rocas erup- tivas, como el granito, gneiss, feldespato, etc. Hasta hace unos años su presencia sólo se había notado en Suecia, Noruega y en los Urales; pero ahora se las encuentra un poco por to- das partes especialmente en los Estados Unidos y en el Brasil. En el número 4 de Le Radium, al hablar de Les terres rares, se dice que entre los yacimientos más importantes de estas tierras ac- tualmente conocidos se encuentran los de la República Argentina. Me llamó la atención que al enumerar los yacimientos de estas tie- rras, se mencionase á la República Argentina; consulté las si- evientes obras : Les terres rares, por P. Truchot, 1898; Los minerales de la Argentina, por G. Bodenbender, 1899; Oficial Report upon the mines of the Argentine Republic, por O. Lynes Hoskold, 1904; Lehrbuch der Mineralogie, por Tschermak, 1899; Enciclopedia di Chimica y sus suplementos, por Selmi. LAS TIERRAS RARAS 59 En ninguna de ellas se cita á la Argentina como país donde se haya encontrado Monazita ó algún otro mineral de tierras raras. Consulté al ingeniero don Eduardo Aguirre, profesor de mineralo- gía y geología de nuestra Universidad é infatigable pioneer por el adelanto de la industria minera en el país, y al doctor J. J. J. Kyle, químico que fué de la Casa de Moneda, y ex profesor de química mineral de nuestra Universidad y me contestaron, no creían que se hubiese encontrado tierras raras en la Argentina; porque un descu- brimiento de esta clase hubiese trascendido, no sólo por el interés científico, sino por el comercial. También me extrañó en el artículo citado no ver nombrar, entre los países cuyos yacimientos eran los más importantes, á Suecia y Noruega; pues son países donde existen estos minerales y donde se descubrieron y estudiaron. Cossa (1) ha observado su presencia en los huesos, en las cenizas del tabaco y de la cebada. Orookes (2) ha reconocido la presencia del Ittrio en el espectro de fosforencia de la calcita, el yeso, la blenda, el coral, la magnesita y la celestina. Joung (3) ha observado en el espectro solar, líneas que coinciden con las del Ittrio, Erbio, Cerio y Lanthano. Los minerales más importantes de tierras raras son : La Cerita, da un 60 por ciento de tierras raras, dominando las del erupo del Cerio. Es un silicato hidratado; se le encuentra en el gneiss en Suecia. La Gadolinita, da de 40 á 60 por ciento de tierras raras, entre las que hay [ttrio, Erbio, Lanthano. Es un silicato hidratado; se le encuen- tra en el granito de Itterby (Suecia), Brevi (Noruega), Llano (Texas) y Blutffton (Colorado). La Samarskita, da de 15 á 20 por ciento de tierras raras, predomi- nan el Ittrio, Erbio y Cerio. Es un tantaloniobato, se la encuentra en los Urales y en Carolina del Norte. La Euxenita, da de 20 450 por ciento de tierras raras, entre estas, Thorio y sobre todo Ittrio. Es un titano niobato hidratado; se le en- cuentra en Noruega. La Monazita y las arenas monazitadas, son de todos los minerales (1) Atti della Reale Academia dei Lincei. Roma, 7179-1878. (2) Proceeding of the Royal Society of London, junio 1885. (3) American Journal of Science and Arts, 4-1872. 60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de tierras raras explotados, los que en estos últimos diez años, han adquirido una considerable importancia, pues son exclusivamente empleados para la fabricación de mechas usadas en la iluminación incandescente por el gas y los líquidos volatilizados, sistema Auer. La Monazita, es un fosfato anhidro de Cerio, Lanthano, Didymo y otras tierras raras entre las que se encuentra el Thorio, en variable cantidad, de 1 47 por ciento. (Ce La, Di), O.BRO0S-- 7 [(THO.). (1.02), Se presenta en granos amatillos y amarillo parduzcos. Oristaliza en prismas clinorómbicos. Densidad, 4,9 á 5,2. Dureza, 54 5,0. Difícilmente soluble en ácido clorhídrico, infusible al soplete, hu- medecida con ácido sulfúrico colorea en verde azulado la llama, tine de amarillo la perla de bórax en caliente é incolora en frío. Se encuentra en grandes cantidades en los Estados Unidos (Caro- linas), y en el Brasil (Ouro Preto y Caravellas) y en Noruega(Ryfilhe) como provenientes de la desagregación de rocas primitivas bajo la influencia de las acciones atmosféricas, y arrastradas por los torren- tes hasta los bordes del mar, lechos de los rios, ete., pues la mona- zita por su alta densidad, forma depósitos, mezclados con otros mi- nerales, á los que se les llama comercialmente «arenas monazitadas. Estos yacimientos se han encontrado siempre (dato curioso) en ya- cimientos de diamantes, piedras preciosas y lavaderos de oro ó en sus proximidades. Extracción de la monazita. — Como es casi el único mineral de tie- rras raras explotado, sólo nos ocuparemos de él. La extracción se hace con toda facilidad, con picos y palas. El mi- neral se enriquece, aprovechando su alta densidad, lavándolo en cu- bas de madera; la monazita, rutilo, Zzirconio, granate, oro, etc., se recogen en el fondo de las cubas, de esta manera se consigue enrique- ser una arena, que antes de lavar sólo tenia de 1 á 7 por ciento. lle- rándola á 50 ó 70 por ciento de monazita después de lavada, que co- rresponde en óxido de thorio de 1,25 á 5 por ciento. Una vez el mineral enriquecido en óxido de thorio se le trata di- rectamente por el ácido sulfúrico, después se eliminan el cobre, bis- muto, ete., por el hidrógeno sulfurado, luego se filtra, y al licor filtra- do se le agrega una solución de ácido oxálico que separa las tierras raras, al estado de oxalatos insolubles, del ácido fosfórico. LAS TIERRAS RARAS 61 Son necesarias muchas precipitaciones por el ácido oxálico para que la separación sea completa entre las tierras raras y los metales del erupo del Aluminio y Cromo. Separación de las tierras raras entre sí. — Hay que tener en cuenta su gran semejanza de propiedades químicas, lo que hace imposible la existencia de métodos racionales de separación. Atendiendo á ciertas propiedades pueden dividirse en tres grupos principales: a) El grupo de tierras cuyos sulfatos dobles de potasio, son inso- lubles en exceso de sulfato potásico y que comprende: Cerio, Lantha- no, Neodymo, Praseodymo y Samario; b) El grupo de tierras cuyos sulfatos dobles de potasio son poco so- lubles en exceso de sulfato potásico y que comprende : Europio, Gado- linio y Terbio, que no dan espectro de absorción salvo el Europio, quien da uno débil y que Demarcay lo atribuyó á otro elemento des- conocido; e) El grupo de tierras cuyos sulfatos dobles de potasio son solubles en exceso de sulfato potásico, y que comprende : Ittrio, Itterbio, y Scandio, sin espectros de absorción, y el Erbio, Tulio, Holmio y Dys- prosio, cuyos espectros presentan bandas de absorción caracterís- ticas. El Cerio y Thorio, se pueden obtener con relativa facilidad, to- dos los demás, no son aislados sino con las mayores dificultades, ori- ginadas por no tener una diferencia característica, alguna función química neta, sobre la que se puede basar un método racional. En el estado actual de los conocimientos científicos, no tenemos más que diferencias de basicidad y solubilidad, que sólo permiten obtener los términos extremos de cada serie. Los métodos de separación están basados : En la mayor ó menor solubilidad de los sulfatos dobles de potasio. En la mayor ó menor solubilidad de los formiatos. En que calcinando los nitratos se obtienen : subnitratos solubles en caliente y cristalizables, ó subnitratos insolubles ú óxidos. En que el amoníaco diluído los precipita al estado de hidratos, en diferente tiempo. En que agregando un óxido á la solución hirviendo de un nitrato básico, se obtiene un precipitado, que se fracciona. Durante estos fraccionamientos de las tierras raras, en sus elemen- tos, es indispensable determinar la pureza de éstos y para lo cual es necesario, conocer el peso atómico y el espectro de cada fracción. 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Determinación de los pesos atómicos. — El principio del método ge- neral, consiste en transformar en óxido un peso determinado de sul- fato anhidro. Si se supone un elemento trivalente y si se llama P el peso del sul- fato anhidro, y p el peso de óxido correspondiente. Las ecuaciones siguientes dan el peso atómico M. reemplazando los pesos atómicos conocidos, tenemos : 2M ES Pp 2MEEAS — p y despejando M, tenemos : 288p — 15sP NME== ALE 10) Determinación espectroscópica. — Este estudio puede dividirse en tres capítulos. Espectros de absorción. Son estos los más conocidos y usados para seguir la marcha de los fraccionamientos ; pero sólo son aplicables á las sales coloreadas. De todos los elementos de la química, las sales coloreadas de las tie- rras raras, son los únicos elementos que presentan á la absorción un espectro de bandas netamente discontinuo, lo que permite asegurar su presencia en un mineral. Espectros de líneas, juntamente con los de fosforescencia son los más delicados é incómodos y son debidos á los elementos mismos y probablemente al átomo del elemento puesto en libertad sea por el ca- lor dela llama ó por la chispa de inducción. En 1900, el Congreso Internacional de Física, á moción de Gra- mont, resolvió que «ninguna substancia nueva, debiera ser descripta como un elemento, antes que su espectro fuese medido y reconocido como diferente de los espectros conocidos ». Historia. — Fué en 1751 que Crousteat, estudiando los minerales de Bastriaes, descubrió la Cerita; pero el verdadero descubridor de las tierras raras, fué Gadolin en 1794, este químico en un mineral ne- ero y pesado, procedente de Suecia, y que en su honor, hoy llamamos Gadolinita, descubrió una nueva tierra que llamó Ittria y que después LAS TIERRAS RARAS 03 fué identificada como un óxido de un elemento desconocido, el Ittrio. Simultáneamente, en 1804, Berzelius é Hisinger (1) en Suecia, y Klaproth (2) en Alemania descubrieron el Cerio; comunmente sólo se menciona á los primeros. En 1815, Berzelius aisló una tierra que él creyó pura y llamó Tho- ria, en honor de Thor, dios de la mitología escandinava. Cleve pensó de esta tierra que era un fosfato de Ittria. Berzelius, estudiando las propiedades de la Thoria, señaló la inso- lubilidad del oxalato de thorio. Desde esta fecha, infinidad de químicos y de físicos se dedicaron al estudio de las tierras raras. De esta manera, se hicieron descubrimientos, hubo polémicas y se pusieron de manifiesto algunos errores. Mosander (3) anunció que el óxido de cerio, era una mezcla de dos cuerpos, el óxido de cerio verdadero y el óxido de otro elemento des- conocido que llamó Lanthano, poco después el mismo autor, en el mis- mo cuerpo encuentra otro nuevo óxido, á cuyo elemento llamó Di- dymo(4). Wolf, Schutzemberger y Brauner, discutieron la existencia del di- dymo cuya identidad, nadie pone en dudas hoy, gracias á los trabajos de Boudouard, Wyrouboff, Verneuil y Moissan en su horno eléctrico. El Lanthano, separado por Mosander del primitivo óxido de ce- rio, fué fraccionado por varios experimentadores quienes determina- ron los pesos atómicos delas diferentes fracciones, y como todos eran iguales comprobaron la existencia del Lanthano como un elemento simple. Mosander, en 1543, separó el Ittria en tres tierras: Ittria, £rbina y Terbina (5). La nueva Ittria es la más básica, da sales incoloras, la Terbina es la menos básica, da sales rosadas y la Erbina, tierra inte - mediaria, daba sales incoloras á excepción del óxido que era ama- rillo. Marignac y Delafontaine, afirman solo la existencia en el Ittria de la Terbina. (1) Annales de Chimie et de Physique, 50-1851. (2) Sitzungsberichte der mathematish. Akademie der Wissenschaften, 155-1801. (3) Annales de Chimie et de Plvysique, 11-1839. (4) Annaleander Chimie und Pharmacie von J. Liebig, 44-1842,. (5) Annalem der Chimie und Pharmacie von Liebig, £8-1843. 64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Poppe en 1864 (1), Balr y Bunsen, en 1866, Cleve y Hoglund en 1573 negaron la existencia de la Erbina. Delafontaine (2) admitió entre la Ittria y la Terbina, otra tierra que Mamó Philippium. Soret (3) afirma que el Philippium y un elemento que él había pre- visto son el mismo cuerpo. Cleve (4) niega que sean un mismo cuerpo. Delafontaine (5) apoya la opinión de Soret. Roscoe (6) demuestra que el Philippitumn, no es un elemento simple sino una mezcla de Terbio é Ittrio. Crookes (7) es de la misma opinión, y es ésta la que predomina hoy en la ciencia. Marienac (S) buscando el Philippiun, aisló de la Erbina, una subs- tancia incolora, sin espectro y débilmente básica, el Itterbio, con un peso atómico igual á 175. Nilson (9) repitiendo la experiencia aisló una nueva tierra, incolora también, menos básica aún que el Itterbio y con 44,5 por peso atómi- co, á este elemento llamó Scandio. Este cuerpo ha adquirido una im- portancia teórica enorme; porque se le considera como el Ekaboro previsto por el sabio Mendeleeff (10). Á pesar de los importantes trabajos de Lecoq de Boisbaudran (11), sobre las nuevos elementos Thulio, Holmio y Dysprosio, la existen- cla de éstos, no pasa de ser espectroscópica. El Didymo separado por Mosander y después por Marignac, Cleve, Bunsen, Nilson, etc., quienes estudiaron sus propiedades, determina- (1) Ainalem der Chimie und Pharmacie von Liebigy, 131-1864. (2) Archives de Sciences physiques et naturelles. Geneve, 61-1878. (3) Comptes rendus de UU Académie des sciences. París, 89-1879.] (4) Comptes rendus de l? Académie des sciences. París, S9-1879. (5) Archives des sciences physiques et naturelles. Geneve, 3-1880. (6) Berichte der deutschen-chemischen gesellschaff. Berlin, 15-1882. (7) Philosophical Transactions of the Royal Society of London, 174-1882. (5). Archives de sciences physiques et naturelles. Geneve, 64-1878. (9) Comptes rendus de l' Académie des Sciences. París, 88-1879. (10) En momentos de corregir las pruebas de imprenta de este trabajo, llega la noticia del fallecimiento de este ilustre sabio, que así como Leverrier, desde su vabinete de trabajo fijaba el sitio de planetas aún no descubiertos ; él ha llegado á afirmar la existencia y describir las propiedades de cuerpos que investigacio- nes posteriores han comprobado. (11) Comptes rendus de l' Académie des Sciences, París, 102-1886. LAS TIERRAS RARAS 65 ron su peso atómico, observaron su espectro y creyeron fuese un ele- mento simple. Fué de ese didymo, sin embargo, que Delafontaine (1) aisló un elemento que llamó Decipio. Después Lecoq de Boisbaudran (2) aisló otro elemento el Samatio, de espectro característico y menos básico que el Didymo. Marignac (3), aisló de las tierras Tttricas un elemento, el Gadolinio que se admite como idéntico al Decipio de Delafontaine. Auer von Welsbach (4) separó el Didymo en Neodymo, con sales rojas y el Praseodymo con sales verdes y con diferentes espectros. Crookes (5) en 1886, anunció que los didymos aislados por Auer, eran á su vez complejos. Sustraía al espectro del antiguo didymo, los espectros del Neodymo y Praseodymo y constataba que existían algu- nas bandas que no pertenecían á ellos, creyó que estas bandas perte- necían á otros cuerpos, Demarcay sostenía que á otro solo. Para Kriiss y Nilson el didymo se componía de nueve elementos: pero Schotthanderen en 1852, Auer en 15893 y Demarcay (6) en 15398, preparando grandes cantidades de Neodymo y Praseodymo, constataron que no se fraccionaban. -Lecoq de Boisbaudran (7) observó una banda fosforescente particu- lar que no era del espectro del Samario sino producida por un ele- mento que llamó Z. Demarcay (8), que preparó grandes cantidades de Samario, separó un elemento con espectro particular que llamó Y. Después (9) anun- ció que el Z de Lecoq y el Y de él eran uno mismo y lo llamó (10) Eu- ropio. Como vemos hay un gran número de tierras raras, que es difícil ne- gar ó afirmar su existencia, ciertas de ellas están fuera de toda duda y son definidas como los elementos más comunes. Entre estas se encuentran : (1) Comptes rendus de |". dAcadémie des Sciences. París, ST7-18T78. (27 Comptes rendus de 1 Académie des Sciences. París, 89-1879. (3) Comptes rendws de 1 Académie des Sciences. París, 108-1889. (4) Monasthefte fir Chimie Wien, 6-1885. z (5) Proceedings of the Royal Society of London, 40-1886. (6) Comptes rendus de UY Académie des Sciences. París, 126-1898. (1) Comptes rendus de Y Académie des Sciences. París, 114-1892. (8) Comptes rendus de 1! Académie des Sciences. París, 122-1896. (9) Comptes rendus de l Académie des Sciences. París, 130-1900. (12) Comptes rendus de l' Académie des Sciences. París, 132-1901. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXITI. 5 66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cerio. Europio. Gadolinio Itterbio Tttrio Lanthano Neodymo Praseodymo Samario Thorio. Clasificación. — Los óxidos normales de los metales de tierras ra- ras habían sido considerados, como óxidos del tipo MO, hasta que Mendeleeff (1) en 1572 en sus investigaciones sobre la periodicidad de los caracteres en los elementos químicos ; propuso considerarlos como sesquióxidos, después de haber fijado el calor específico del Cerio. Al- gunos investigadores fueron de este parecer, mientras que Verneuil y Wyrouboff entre otros sostenían la semejanza á los metales alcalino- terrosos basándose : en que los carburos de tierras raras desprendían acetileno, y los carburos de metales trivalentes desprendían metano. En que los sulfatos son más solubles en frio que caliente. En que los carbonatos son insolubles lo mismo que los oxalatos, uno de estos idéntico al oxalato de calcio. Á pesar de estos argumentos Urbain y Lacombe (2) en 1905 han evi- denciado el isomorfismo entre los nitratos de bismuto y los nitratos de neodymo, de lanthano, é Tttrio, es decir que el nitrato estable de bismuto, con cinco moléculas de agua, arrastra á cristalizar al nitrato instable de neodymo, al de lanthano y al de Ittrio, al mismo estado de hidratación. recíprocamente, el nitrato estable de neodymo, etc., con seis molé- culas de agua, hace cristalizar al nitrato imstable de bismuto, en su sistema y con el mismo número de moléculas de agua. Evidenciaron también que los volúmenes moleculares de los nitra- tos y sulfatos mixtos de bismuto y de tierras raras están en armonía con las leyes generales del isomorfismo. La ley periódica de Mendeleeff y las tierras raras. — La clasificación periódica de los elementos hecha por Mendeleeff al ordenarlos por ot- (1) Principes de Chimie. (2) Góste Bodman en una comunicación publicada en Beriehte der deutschen chemischen gessellschaft. 371-1898, notaba yu este isomorfismo. RARAS RRAS = y TI LAS 6'v6T £6T T6I (My)Yd 11 SO Eh =. == => C*90T £€0T 2*TOT (SY)Pd UY NY 66 6S 6'S8 (MON 0) 9H TILA 0dmax) 686 2 PST M 7 A! (z) PN LG 1 ¡261 f ¡AL dd 96 ON 2662 62 1H AS € T6€ UN 1) Sr Ss 9066 19) 5 61 91 yl 0 Xu "Xu a Ol TLA OM) | TA Odmax) 80% 108 EST A "L Sc 0PT JA 071 IS 16 AIN SL sy v16 A 1 Al FO" P1 N "Xu “O. A 0dnto) 7ez UL 690% dd 00) OPT 9) GTI UN 906 7, SGL 0%) 1:87 TL P 83 IS 3l 9) Sa "ou AT Odn0) o) 1 PO ib en A 9CT eL) 6ET el PTI ul 68 A 0L 119) LG Lv TI q SE O TH Odin.) vaz DA 00% SH OST US PLE va 918 IS vc9 WA 1:01 10) 116 SIN 16 9d “Xu OMS) 6581 50) 9689 19) 106€ pl £ 2086 UN £0 Ll uT 800" 1 H Xu O. TI odn.u) y odm.uo) SOU9BO|PY SOT O H [9 109 “UL(UOL) =so—es dep op “ydoosns “dns sopixO PA _ _ÁHHH——_———— —————_ ——— SOTIOS 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA den creciente de pesos atómicos hace notar que en intervalos sensi- blemente iguales, se encuentran elementos de propiedades análogas. Ahora bien, siendo las tierras raras de análogas propiedades debie- ran estar cada uno de sus elementos en cada una de las series, de ma- nera que, después de un intervalo ocupado por otros cuerpos de otras propiedades, volviese un elemento de las tierras raras con iguales propiedades á las de los otros elementos de tierras raras que estuvie- sen en diferentes series, de esta manera todos los elementos de tie- rras raras formarían un grupo tal vez el más uniforme de todo el sis- tema. Tal como plantea su sistema Mendeleeff vemos en el erupo 1l al Boro, Aluminio, Scandio, Gallio, Ittrio, Indio, Lanthano, Itterbio y Thallio; este es un grupo uniforme pero no completo. En él existían dos espacios desocupados: En uno de ellos, el que corresponde á la serie 9, he colocado al Gadolinio de peso atómico 156, por ser este el peso atómico que corresponde á dicho espacio, y por que la fórmu- la de los óxidos de los elementos de este grupo es R,0O,, que es la del Gadolinio. Se puede preveer que el calor específico del Gadolinio estará ex- presado por una cifra vecina á 0,04. El otro espacio vacío de este grupo, es el que corresponde á la se- rie 12, marcado en el cuadro adjunto con (X). Se puede preveer que será ocupado por un elemento cuyo peso atómico estará comprendido entre 227 y 229. Será un elemento de tierras raras ó con propiedades parecidas. Su sulfato doble de potasio será soluble. Sus sales no darán espectro de absorción, tal vez esta sea la causa que demore su descubrimiento. Su óxido responderá á la fórmula R,O,. Será de poca basicidad como el Itterbio y Scandio. Sus sales serán incoloras. Será radioactivo, con una radioactividad mayor que la del Ura- nio y el Thorio. Á este elemento podremos llamar Ekaitterbio. En el grupo IV se encuentran el Carbono, Silicio, Titano, Germa- nio, Zirconio, Estaño, Cerio, Plomo y Thorio. La fórmula de sus óxi- dos es RO,. Tienen algunas analogías. Si la existencia y peso atómico 157 del Terbio estuviesen fuera de dudas, correspondería colocarlo en este grupo, serie 9, lugar marca- do con (Y) donde no desenionaría. LAS TIERRAS RARAS 69 Según Mosander, Marignac y Delafontaine el Terbio es menos bá- sico que el Ittrio y da sales coloreadas. En el grupo II donde están todos los metales alcalinotérreos, con otros elementos : Berilo, Magnesio, Calcio, Zinc, Estroncio, Cadmio, Bario, Mercurio y Radio en el lugar que corresponde á la serie 9, he colocado al Samario de peso atómico 150 y de espectro característico, con los que tiene algunas analogías. Al, Samario, M. Combes y Ch. Girard (1) y H. Abeljanz (2) y Sta- deler-Kolbe, colocan en el grupo VII, serie 3 sitio marcado con Z. Á mi ver, está mal colocado, junto con el Fluor, Cloro, Manga- neso, Bromo é Yodo, es decir con los elementos más ácidos, que dan combinaciones con el oxígeno de la fórmula R,O, y que sus com- binaciones con el hidrógeno son de la fórmula RH (salvo el Manga- neso que no da combinación con el hidrógeno), estas combinaciones de los halógenos con el hidrógeno, son ácidos y ácidos enérgicos, mien- tras que la combinación del Samario, con el hidrógeno da directa- mente un hidruro, según Matignon (3) que no tiene nada de semejan- te á CIH, FH, BrH y 1H, y las combinaciones del Samario con el oxígeno, responden á las fórmulas R,O, y R,O, y no á la R,O, que dan los elementos de este grupo. Á pesar de que la colocación dada por mí al Samario en el grupo IL, no deja de tener objeciones, en cambio presenta las analogías que no sólo este cuerpo, sino todos los de las tierras raras tienen con los me- tales alcalino térreos, y que ya he recordado. Los elementos de tierras raras con pesos atómicos muy cercanos como: Lanthano, p. a. 139; Cerio, p. a. 140; Praseodymo, p. a. 140,5; Neodymo p. a. 143, no pueden ser colocados en un grupo, que es como correspondería teniendo en cuenta las propiedades análogas y hay que hacerlo por orden creciente de pesos atómicos, es decir por series. El Lanthano ya hemos visto que viene á quedar en el grupo III — está bien. El Cerio en grupo IV queda sensiblemente bien. El Praseodymo, me veo obligado á colocarlo en el grupo V con el, Azoe, Fósforo, Vanadio, Arsénico, Niobio, Antimonio, Tántalo y Bis- muto. Cuerpos que dan sales coloreadas y óxidos de la fórmula R,O.. (1) Agenda de Chimie, 1884. (2) Leitfaden fir die (Qualitative chemische Analyse, 1902. (3) Comptes rendus de 1 Académie des Sciences, 131-1900. 70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ¡on el Bismuto, tienen algunas analogías, ya he recordado que sus nitratos son 1somorfos. El Praseodymo, da sales coloreadas, pero es más básico que sus compañeros de grupo, sus sales son de las fórmulas R, (SO,),, RCL, y sus óxidos de las fórmulas R,O,, R,O, y R,O, vemos que no queda bien en este grupo. Al Neodymo también por su peso atómico me veo obligado á colo- car en el grupo VI con cuerpos que dan sales coloreadas y óxidos de la fórmula RO, estos son : el Oxígeno, Azufre, Cromo, Selenio, Mo- libdeno, Teluro, Wolfram y Uranio con los que no tiene ninguna ana- logía porque sus sales responden á las fórmulas siguientes: R,O RS, ete. De lo que resulta : ó una objeción al sistema periódico de clasifica- ción de Mendeleeff, ó que los pesos atómicos no son exactos, no por 32 causa de los químicos quelos han determinado entre los que se encuen- tran de reconocida competencia, sino porque debido á las semejanzas de propiedades de estas tierras entre sí, no se obtendrán en el perfec- to estado de pureza que requiere la determinación de los pesos ató- mi1cos. Aplicaciones. — La más importante, casi única, es para la ilumi- nación por incandescencia, sistema Auer, por gases ó líquidos volati- lizados. Frankenstein en 1549, había notado que un manchón de cal, colo- 'ado sobre la llama calorífica de un mechero Bunsen, daba luz por in- candescencia ; pero ésta era muy débil y de poca duración. Auer von Welsbackh, observó que las tierras raras, daban luz bas- tante intensa, en iguales condiciones que la cal, patentó en 1885, este invento aplicándolo á la iluminación, y en el año 1556 se reser- vó este derecho sobre los óxidos de thorio y de cerio. El procedimiento seguido es el siguiente, con algunas modifica- ciones : Se toman unas fibras de algodón blanco, se lavan con agua amonia- 'al primero, después con agua clorhídrica para quitarle el fierro y sa- les terrosas, después con agua fluorhídrica para separarle la sílice y por fin con agua destilada pura. Los baños ácidos no deben ser muy fuertes, ni prolongados; por- que el algodón queda frágil. Con el algodón así purificado se hace una malla en forma de tubo de 15 centímetros de largo, en la parte superior se ata frunciéndolo con un hilo de amianto que á la vez sirve para sostenerlo, tomando entonces una forma cónica. LAS TIERRAS RARAS 71 Todas estas operaciones deben efectuarse en sitios, al abrigo del polvo. Los manchones así preparados se sumergen en el baño thórico, es- te baño está compuesto por nitrato thórico gramos 89.30 y nitrato cé- rico 0.65 gramos. El nitrato de thorio debe ser purísimo, se usa un producto granu- lado, cuya composición química es cercana á ThO, (N,O,), +4H,0. El exceso de ácido nítrido es nocivo, porque hace más frágiles las fibras dle algodón. El nitrato de cerio debe ser también purísimo para estar seguro, que la cantidad agregada es rigurosa. Drossbach (1) demostró que la coloración de la luz dependía de la proporción en que entraban en las mezclas, los óxidos de thorio y ce- rio. Haciendo mezclas en las siguientes proporciones, obtuvo : Luz Óxido de thorio Óxido de cerio gramos gramos On sa aa naa ie AA e 1000 6,5 AMA a o AA 1000 7,5 ¿o o ao o 1000 8,5 Amarilla naranjada..........-... 1000 950 Después de impregnados en el baño thórico y secados los mancho- nes, hay que destruir el algodón y transformar los nitratos en óxidos; todo esto se obtiene, quemándolos con un mechero Bunsen, el algo- dón en buenas condiciones no deja cenizas y sólo quedan formando el manchon, los óxidos de thorio y de cerio en la proporción deseada. Para que sean transportables se les da un baño de colodion rici- nado. El óxido de thorio puro no es luminescente; para que lo sea nece- sita un centésimo de óxido de cerio. Este hecho han tratado de explicarlo de diferentes maneras. Bunte considera la mezcla de óxido de thorio y óxido de cerio, co- mo una materia de contacto que acelera la combustión del gas, des- pués demostró que el óxido de cerio tiene un gran poder catalítico y la propiedad de provocar la combustión de mezclas detonantes antes que los demás polvos inertes. Fery en 1903, en su tesis de doctorado, sostiene que el óxido de cerio tiene un poder emisivo muy grande tanto para la luz como para (1) Journal fir Gasbelechtungund Wasserversorgung, 22-1898. 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA £ el calor, esta emisión de calor le impide llegar á las altas temperatu- ras, que necesita para ser luminescente. El óxido de thorio como emite muy poco calor y luz, en cambio, ad- quiere grandes temperaturas sin dispersarlas. Si se le agrega una pe- queña porción de óxido de cerio, éste se encuentra calentado por el talor que almacena el óxido de thorio, hasta la temperatura que ne- cesita para dar esa luz tan intensa. Después de los notables trabajos de Becquerel sobre las radiacio- nes del Uranio y de los esposos Curie (1) sobre los cuerpos radiaecti- vos (Uranio, Thorio, Radium), se admite un estado de equilibrio, re- versible entre la energía y la materia estable, resulta entonces admi- sible concebir la luminescencia, como una emisión de radiaciones á es- pensas de la materia. M”* Curie (2) considera á los óxidos de thorio como minerales ra- dioactivos, esta radioactividad es relativamente considerable enla Tho- rianita único mineral de Thorio en que se ha encontrado este metal al estado de óxido, la actividad de este minerales dos veces más gran- de que la del Uranio (5), según Jecker. La mezcla de óxido de thorio y de óxido de cerio puede emitir ra- diaciones ó flujo de electrones, hasta que la estabilidad se restablez- ca por combinación estable. En efecto después de mil horas más ó menos, los manchones dejan de ser luminescentes, y sin embargo conservan al análisis la compo- sición primitiva. Faz comercial. — Hoy en día se explotan casi exclusivamente las arenas monazitadas. En 1894 la producción de arenas monazitadas en los Estados Uni- dos, fué de 679 toneladas y su valor, que dependía del porcentaje en Thorio, llegó hasta cinco mil francos la tonelada ; pero bien pronto en el año 1596 la producción decayó á ocho toneladas y su valor fué 4300 francos. Esta diminución fué debida á la preferencia del mer- ado por las arenas brasileñas más ricas en óxido de thorio y de ex- plotación tan fácil y rápida, que dió lugar á un exceso de producción y entonces el precio decayó. Hoy el mercado es Hamburgo y su valor depende de su tenor en Thorio. (1) Comptes rendus de 1? deademie des Sciences. París, 126-1898. (2) Me Curie, Matieres radioactivas. Theses du doctorat. París, 1900. (3) Le Radium, número 2, 1904. LAS TIERRAS RARAS El precio es de 200 francos por unidad de Thorio. Conclusiones. — Siendo las tierras raras productos de desagrega- ción y erosiones, de rocas eruptivas (granito, gneiss, biotita, feldes- pato, ete.). De acuerdo con las razonables deducciones que el sabio Mendeleeff, hizo de la teoría de Kant-Laplace, sobre la formación de la tierra y demás planetas resulta: que habiéndose colocado los cuerpos por or- den de densidad, cuando la tierra estaba en estado fluído, los cuerpos de peso específico más elevado deben hallarse más cerca del centro de la tierra y sólo aparecer en la superficie por acciones geológicas. Así es que aún cuando hasta la fecha no se haya notado la pre- sencia de tierras raras en la República Argentina, como en los ríos, ete., hay depósitos de rocas antiguas, desagregadas por las acciones atmosféricas, deben buscarse entre estos depósitos y en los lavade- ros de oro ó en sus proximidades, donde las aguas, al efectuar los fe- nómenos de erosión han enriquecido las arenas transportando los mi- nerales livianos mucho más lejos que los pesados (tierras raras, ete.). Convendría hacer determinaciones en las arenas lo que podría ser la base de una gran explotación y de un adelanto más á la industria minera del país. El Presidente de la compañía de « Minas del Intiguasi », interesa- do por mi en estas Investigaciones, me ha prometido, para el efecto, muestras de fondo de batea sin oro. MARTÍN M. LEGUIZAMÓN, De la Oficina química nacional. LES TROPEOLACÉES ARGENTINES ET LE GENRE MAGALLANA Cav. (AVEC UNE PLANCHE) PAR EUGENE AUTRAN Comme complément a la Monographie des Tropéolacées que le D" Franz Buchenau, de regrettée mémoire, a fait paraitre en 1902, dans le Pilanzenreich, nous désirons, dans une courte révision de cette fa- mille pour la République Argentine, rétablir le genre Magallana Cav. comme bon genre et en méme temps y intercaler une espece (7. pa- tagonicum) et une variété (7. polyphyllum var. incisum), décrites en 1597 et 1902, et dont la premiere a passé inapercue a Pauteur dis- tingué de la Monographie de cette famille. CLAVIS ANALYTICA GENERUM ET SPECIERUM Fructus tricoceus, in mericarpia tria dehiscens, monospermia. 1. Pericarpio fungoso vel plus minusve carnoso. 1. (ren. TROPAEOLUM. A. Species annuae vel perennes, sed non tuberiferae. a. Petala quinque, integra vel rarius apice marginata, vel crenata, inferiora basi non ciliata. 1. Planta peremnis, humilis, prostrata, glabra; folia longius petiolata (petiolus laminam «equans vel ea longior) : Stipule desunt. 1. T. polyphy llum. b. Petala quinque, superiora breviter aristata, inferiora loneum stipitata et profundis lobata 2. Planta elabra 1. Lamina basi repanda; lobi obtusiusculi, muero- LES TROPÉOLACÉES ARGENTINES 15 nati, majores sepe incisi. Flores ca. 25 mm. longi. Oalcar augustum, subulato-acuminatum, rectum vel leevissime curvatum. Petala superiora in utra- que parte baseis unidentata, lobata, lobis lineari- bus breviter aristatis; inferiora augusta laterali- bus distantibus longissimis instructa. 2. T. capillare. £. Planta pubescens (serias certe caulis, pedunculis et petioli). 1. Lamina basi repanda ; lobi obtusissimi, mutici vel mucronati. Calcar rectum, ca. 16 usque 18 mm. lon- eum. Petala omnia flabellata, lacerosofimbriata, lineis purpureis numerosis vistata, inferiora un- 5), eviculata. 3. T. argentinum. B. Plante tuberifere. Flores in axillis folioruam singuli. Petala «equilonga. a. Tubera longiora, moniliformia, plurimera. Lamina pentamera, plerumque usque ad basin divisa. Petala parva (sepalis breviora), obovata, integra, coccinea, inferiore pleramque omnia, vel 1, vel 2, desunt. 4, T. pentaphyllum. fp. Tubera e fusoideo eylindracea, alba. Caules gracil- limi. Pedunculi foliis longiores. Folia alterna, limbo pusillo-peltato, tetraphyllo. Stipule desunt. Faux cal- caris conica, apertura lata. Faux corolle lata, aperta. Petala parva, sed sepala superantia, emarginata, au- 'antiaca.Oalcar breve, papilliforme, foliis sessilibus. 5 T. patagonicum. TI. Pericarpio membranaceo-subcarioso, alato (Samara). 2. Gen. MAGALLANA Radix tuberibus elobosis vel elipsoideis, fructus trialatus, semen obloneum, Foliis alternis, trifidis. Floribus axil- laris ut plurimum solitariis. Calix monophyllus, pro- funde tripartitus, lutescens. Corolla et stamina lutea. 1. M. porrifolia. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA = y) ENUMERATIO SPECIERUM 1. Gen. Tropaeolum L. Gen. Pl. (1737) 114 et Sp. Pl., ed. 1 (1755) 345. Buchenau, Tropaeolaceae in Pflanzenreich (1902) 11. 1. T. polyphyllum Cav., Icon. et Descrip. Pl. IV (1797) 65 t.395; Bu- chenau, 1. c. (1902) 19. Cordilleres des Andes du Chili et de P Argentine, jusqu'au territoire de Sta Cruz. var incisum Speg., Nov. Add. Fl. Patay., pars IV (1902) n. S33. Lobis folorium perglaucorum, late obovatis, sepius complicatis Ñ et HE ve profunde pinnato-incists. Cordillere du Chubut. var. myriophyllum Poepp. et Endl., Nov. Gen. et Sp. Pl. 1 (1835) 25 t. 31 fig: 1-8; Buchenl:c. (1902) 19: Caulis gracilis. Lobi foliorum lanceolati vel lineares, sepe lobatt. Cordillere du Chubut. — Chili. 2. T. capillare Buchen. in Engl., Bot. Jalwb. XV (1592) 219 et in Pflanzenreich (1902) 27. Prov. Salta, entre la Capital et Campo Santo. 3. T. argentinum Buchen. in Engl., Bot. Jahrb. XV (1592) 221 et in Pflzenreich (1901) 27. Syn. T. brasiliense Griseb., Symb. ad Fl. Argent. (1579) n. 401 non Casaretti. Tucuman, Salta. 4. T. pentaphyllum Lam., Dict. Eneyel., Bot. 1 (1789) 612; Buchen. in Pflanzenreich (1902) 30. Répandu dans Argentine. Uruguay, Brésil, Paraguay et Bolivie. 5. T. patagonicum Speg. in Primitiae Fl. Chubut. (1597) n. 31 et in Nov. Add. ad Fl. Patag., pars IV (1902) n. 852. Chubut. E] EN LES TROPÉOLACÉES ARGENTINES 2. Gen. Magallana Cavan. Icon. et Deserip. Plantarum 1V (1797) 50. De Candolle, Prodr. 1 (1824) 984. 1. 11 porrifolia Cav., lc. (1797) 51 tab. 3714. Territoire de Santa Cruz en Patagonie : autour de Puerto De- seado, Colonie du Sacramento (Cav.). Vallée du Rio de Mayo, nov. 1595: entre San Julian et Rio Deseado, été 1599 (Speg.). Sur les bords du Rio Santa Oruz (1882) et San Julian (1854) (Speg.). Territoire du Chubut: sur les bords du Rio Chubut, été 1599-1900 (Speg.). Laguna Blanca, Cordillere du Chubut mérid. (Koslowsky). E En 1905, le D" Spegazzini mentionne M. porrifolia dans ses Plantae nov. nonnul. Americ. Austr., Decad. L, n0 5. En 1597, il Pénumere de nouveau dans ses Pl. Patagon. austr. in Revista de la Facultad de Agron. y Veterin. de La Plata, n* XXX Era po 0L, 1. 07. Enfin, dans ses Nov. Addend. ad Fl. Patagon., pars UL et IV in Anales del Museo Nac. de Buenos Aires VIT (1902) 256 n* 351, il s'ex- prime alus] : Specimina completa fructifera mune tantum accepi. Radix tuberibus globosis vel ellipsoideis (1-5 cm. long. et crass.) intus albis carnosis, extus cortice tenui ochraceo +. pallide avellaneo levi vestitis donata. Fructus eximie ut Beat. Cavanilles delineaverit; Carpelli (15-20 mm. long. et lat. cum alis) terni, geminiv. solitarii (ceteris abortu + ve evanidis), loculo basali excentrico elliptico-subovato (6-9 mm. long. = 5-6 mm. lat.), tri- yono, pericarpio membranaceo-subearioso, 3 angulis in alis latissimis membra- naceo-subcartilagineis (5-5 mm. lat., pallidis radiatim irregulariter sub- nervosulis ac purpureo-virgatis e. totis atropurpureis, margine integris non v. leniter repandulis ornato, monospermo ; semine adscendente cavim loculi totum implente. Testa tenuiter membranacea, albumino naullo, cotyledonibus crasse carnosis, subellipticis (6-7 mm. long. =3,5-4 mm. lat.), radieula supera MINIMA. TS ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA LES VICISSITUDES DU GENRE MAGALLANA Aprés que Cavanilles eut décrit, le genre Magallana en 1197, nous remarquons que: En 1505, Persoon, dans son Enchridium botanicum, 1, p. 405, maintient ce genre. En 1824, A, P. de Candolle, dans le Prodromus, 1, p. 954, le recon- nait également. En 1831, D. Don donne dans son General System of Eardening and Botany, L, p. 747, des indications précises sur sa culture. A-t-1l jamais vu cette plante! En 1840, Endlicher conserve le genre dans son Genera Plantarum, p. 1175, n. 6064. | En 1859, Klatt in Ed. Otto, Hamburger Garten und Blumenzeitung, p. 212, dans un article intitulé die Familie der Hapuzinerkressen, le reconnait aussi. Mais, arrive la date fuveste de 1562. Bentham et J. D. Hooker, dans leur Genera Plantarum, L, p. 274, lui portent un coup formidable: ls s'expriment en ces termes : « Genus ad specimen Aorifer evidenter depauperatum. T. pentaphylli Lam. conditum videtur, addito fructu omnino alieno. Axilla enim frue- tifera im icone inter duas floriferas apparet. » Et patatras, Magallana Y a jamais pu s'en remettre jusqwici. Do- cilement, tous les botanistes quí eurent des lors a s'en occuper, em- boitent le pas, a la suite de Passertion vaticinante de savants comme Bentham et J. D. Hooker. En 1874, Baillon, dans son Histoire de Plantes, V, p. 16, nota 2, En 188s, Th. Durand, dans son Index Generum Phanerogamarumn, pola 9S50, En 15892, Buchenau, dans ses Beitrige zur Kenntnis der Gattung Tropaeolum, p. 242, En 1902, Buchenau, dans les Zropaeolaceae du Pflanzenreich, p. 11 et 30. En 1901, Dalla Torre et Harms dans le Genera Siphonogamarumn, p. 47, n. 394, En 1904, Post Tom v. dans son Lexicon ygenerum Phanerogamarum, p. 347, tous, et J'en saute naturellement, font rentrer Magallana comme synonyme de Tropacolum. Il Wy a que le D* Reiche, qui, en 1896, s'est prudemment abstenu LES TROPÉOLACÉES ARGENTINES 79 de mentiouner ce genre, lorsqw il écrivit les Tropéolacées pour Engler et Prantl, Pflanzenfamilien, UI, 4, p. 26. Ce West pas la premiere fois quW'une fleur, qu'un fruit, ayant été inséré artificiellement a Paiselle Vune feuille, a été la cause Vune erreur regrettable. Eloigné que nous sommes des grandes bibliotheques européennes, nous ne pouvous citer que de mémoire : une composé ? ainsi truquée, représentée dans le premier fascicule du tome 1 du Bulletin de la So- ciété Suisse de botanique; la chose datait de loin. Plus tard, M. le D' Alfred Chabert, de Chambéry, nous racontait comment tel botaniste italien avait décrit également une composée munie (une série de poils remarquables sur ses feuilles : tout compte fait, "était sa cuisiniere qui, obligée d'empoisonner des plantes (chose indigne (un cordon-bleu), s'était vengée de son maitre Pune ma- niere spirituelle, en collant patiemment nombre de poils sur les feuil- les de Péchantillon qui servit de base a la description. Rappelons également, la mistification dont a été victime le distin- gué botaniste M. Oliver de Kew, il y a quelques vingt ans, croyons- nous. M. Henty lui envoyait un jour de Formose ou de Chine, une plante vralment surprenante, dont M. Oliver fit un nouveau genre, figuré dans Hooker, /cones Plantarum. 11 nesavait pas bien, disait-il, a quelle famille rattacher son nouveau genre ! Il aurait dí se méfier du « chinois », le collecteur qui, avec la dextérité remarquable dont cette race est douée, avait fort habilement inséré a Vaiselle une feuille une fleur appartenant a une famille absolument étrangere a la tige feuillée de Péchantillon. Mais, Cavanilles Ya pas été, lui, victime Vune chinoiserie; les indiens de Patagonie, les Patagons M»auraient jamais imaginé pa- reille malice. Cavanilles a bien vu et a bien dessiné, pour son époque, ce qwil a vu. En 1897, puis en 1902, le D* €. Spegazzini (voir plus haut p. 78), ayant récolté luiméme des échantillons au Rio Santa Oruz et au Ohu- but, en Patagonie, a fait de vains efforts pour réhabiliter le genre de Cavanilles. Rien Wy a fait. Comme preuve de ce que nous affirmons, nous avons fait photo- eraphier en A un exemplaire avec fruits du Magallana porrifolia que le D" Spegazzini a aimablement mis a notre disposition. En B, nous avons reproduit un échantillon en fleurs que M. J. Koslowsky a re- cuellli a la Laguna Blanca, sur les contreforts de la Cordilliere du SO " (ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA E. AUTRAN: TROPÉOLACÉES ARGENTINES. Magallana porrifolia Cav. LES TROPÉOLACÉES ARGENTINES 81 Chubut, frontiere du Santa Cruz (Herb. du Musée pharmac., Faculté de Médecine de Buenos Aires). Nous prions nos lecteurs de comparer notre planche avec celle de Cavanilles. De plus, nous pouvons alfirmer, apres Cavanilles et ses Patagons, que ni le D" Spegazzini, ni nous-mémes Wavons réédité la farce du chinois du D" King et que les samares tiennent bien a la tige et que nous ne les avons ni ¿nsérées, ni collées. 11 peut paraitre extraordinaire que le savant État-major du Musée Botanique de Berlin, ainsi que ses collaborateurs au Pflanzenreich mWalent pas eu connaisance des travaux du D" Spegazzini. Certainement, ce West pas la premiere fois que nous remarquons qwils négligent les publications faites en Argentine et quí cependant ne sont pas tres difficiles á se procurer. Les botanistes, il est vrai, ne sont pas fort nombreux dans notre pays, mais ce West pas une ralson pour les ignorer, ne seraient-ce que ceux qui, depuis la fonda- tion de la Faculté des Sciences de Cordoba par Villustre Burmeister, ont occupé héréditairement et (une maniere distinguée, la chaire dle botanique a la dite Faculté. MusÉE DE PHARMACOLOGIE, Faculté de Médecine. Buenos Aires, 15 décembre 1906. AN. SOC. CIENT. ARG..— T. LXIII. 6 REMBRANDI CONFERENCIA CON PROYECCIONES LUMINOSAS DADA EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SUS RELACIONES CON LA ESCUELA HOLANDESA Senores : La última palabra sobre el valor de un hombre que haya revelado á sus contemporáneos nuevos horizontes y ensanchado los límites de sus esfuerzos espirituales, no la pronunciará jamás éste mismo tiempo sino la historia. El curso de los siglos produce nuevos hombres con nuevas ideas y éstos ven los tiempos pasados más claros, librados de preocupaciones fundadas en los intereses y deseos de la época anterior, y así recono- cen las faltas cometidas por sus antepasados. La conmoción eterna de la conciencia despierta en ellos, y los hijos procuran corregir los pecados de sus padres. | La verdad de estas palabras la vemos comprobada de nuevo en las fiestas espléndidas, que se realizaron en julio del corriente año, con las cuales el reino de Holanda rindió homenaje á su hijo más eximio : Rembrandt Harmensz van Rhyn, su pintor más célebre, tal vez el más grande y original de todos los que conocemos. Tiempo hace que el mundo intelectual de Holanda esperaba ansio- samente la ocasión para borrar una grande mácula del libro de la historia de su siglo de oro, y cuando aquella se presentó, con motivo del tercer centenario del nacimiento del eximio artista, no escatima- ron medios para extinguir una antigua y pesada deuda. Es fuera de duda que en ningún tiempo se ha celebrado con tanto REMBRANDT 83 esplendor la memoria de un pintor, como lo ha sido ahora la de Rem- brandt. Por cierto que se puede llamar á estas manifestaciones, un aconte- cimiento poderoso en el campo de la moral y un triunfo de la justicia eterna. Hace 237 años murió Rembrandt como mendigo. Pordioseros, be- bedores y atorrantes le rindieron los últimos honores. Hoy, en cambio, su patria le erige un monumento, y glorifica su eran importancia para el país, y los más altos dignatarios del Estado están congregados en el mismo lugar, en que entonces se había reu- nido la hez de la sociedad humana. Todo lo que dejó el gran artista se redujo á su delantal viejo y raído, que ya desde largo tiempo sustituía á su único vestido, algunas camisas y sus útiles de pintor, según decían los ciudadanos de Ams- terdam, cuando su muerte les hizo recordar de nuevo al artista olvi- dado desde años atrás. De sus numerosos cuadros, que pintó con ardiente alma de artista, nadie habló. Nadie se preocupó de las obras que dejara en la modesta habitación, que le servía de taller durante sus últimos días. Fué olvidado como hombre y como artista. lgnoraban lo feliz que había sido á solas con su arte en los últimos años de su vida, que fué ella que le hizo olvidar su desesperación y pobreza y le alivió la muerte. Hoy cuida Holanda los pocos cuadros que por casualidad ha con- servado de la inmensa obra de su gran hijo, como joyas preciosas de sus galerías. : Pero el triunfo más grande, que haya tenido jamás un cuadro, le ha correspondido ahora á la obra más despreciada y vejada del maes- tro; la misma que fué motivo de su caída definitiva ante los ojos de sus contemporáneos. Me refiero á la Ronda nocturna. En aquellos tiempos, los que encargaron este cuadro, lo desprecia- ron en tan alto grado, que no lo juzgaron digno de ser colocado sobre la eran pared principal de su sala de reunión. Sin respetar ni al arte ni al artista, cortaron de cada lado de esta creación magnífica medio metro, dándole así el tamaño necesario para que cupiera en una pared lateral, donde, escondido en media obscuridad, no pudiera ofender tanto la vista de los miembros de la compañía. Hoy, en cambio, la ciudad de Amsterdam ensancha su célebre mu- seo, que contiene la galería más grande de Holanda y una de las más importantes del mundo, con la construcción de una nueva sala, para s4 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que sirva de tabernáculo sólo al ya mencionado cuadro de la Ronda nocturna. Los mejores arquitectos y conocedores del arte holandés, se devanaron el cerebro, preguntándose, á qué altura se debería colocar el cuadro y qué clase de iluminación sería la más apropiada par: hacer resaltar todas sus grandes bellezas y poner en la luz más es- pléndida toda la capacidad artística é ingeniosa de su creador. Desde mucho tiempo se considera esta obra como uno de los cua- dros más célebres del mundo, y no se la admira menos que la Gioconda de Leonardo da Vinci en el Louvre de París, la Madona Sixtina de Rafael en la galería de Dresden y el Amor divino y profano del 'Ti- ziano en el palacio Borghese de Roma. La inauguración de la nueva sala del museo con esta obra inmortal fué el gran acontecimiento de las fiestas de Amsterdam y el centro de sus homenajes retardados. AlMá concurrió, no sólo la Holanda intelectual, sus estadistas, hom- bres de ciencia y artistas, sino también un gran número de admira- dores de Rembrandt, que acudían de todas las partes del mundo, y los directores de los grandes museos europeos y de las galerías de arte particulares, pues el hombre, á quien ofrecieron el homenaje pertenece más bien á todo el mundo artístico que á su misma patria. Esta última tenía que reconquistar á su hijo predilecto, y consecuen- temente las fiestas tenían el carácter de una completa reconciliación con el artista antes repudiado. Periodistas sin gusto y tacto recordaron la leyenda del hijo pró- digo de la biblia y compararon las fiestas de Amsterdam con las que ofreció el padre á éste último, cuando volvió arrepentido á su hogar. Nada más falso que esa comparación ! Rembrandt no volvió arrepentido, pidiendo humildemente el reco- nocimiento de su arte. No! Los holandeses han ido á su encuentro para ofrecerle el lugar que le correspondía en la historia de su patria, dando así al mundo un ejemplo de sus nobles sentimientos. Bien sabían que por estas fiestas no sólo glorifican al artista, sino también á sí mismos, en lo que mostraron mucho tacto. No hicieron para este acontecimiento gran reclame internacional, hoy tan general en tales ocasiones, y que sin duda habría atraído al país más de cien mil viajeros; sino que celebraron una fiesta íntima, casi una fiesta de familia, limitándose á invitar tan sólo aquellas personas del extran- jero, que están en relaciones estrechas con los intereses de la obra de Rembrandt, para ofrecerlas en el suelo de Holanda su gratitud. Ante todo, cumplió la Universidad de Amsterdam con su noble REMBRANDT 85 deber internacional y científico, otorgando el diploma de doctor hono- ris causa á los más importantes investigadores de la vida y del arte de Rembrandt tanto en Holanda como en el extranjero. El primero que recibió esta distinción fué el consejero privado pro- fesor doctor Bode, director de los museos reales de Berlín. En seguida se acordó el mismo honor á sus discípulos más sobresa- lientes, los holandeses Bredius, director del museo de Amsterdam, y Hofsteede de Groot, y también al historiador del arte holandés Jan Veth y al conocido francés Michel. Es una casualidad grata, que fuera justamente el profesor Jan Six, quien entregara el diploma á estos hombres de ciencia, pues el men- cionado profesor es un descendiente directo de aquel burgomaestre Six de Amsterdam, cuyo nombre conocen todos los que se ocupan del estudio de la historia del arte, y de quien sin duda nadie sabría algo hoy, si no hubiera sido uno de los amigos más íntimos de Rembrandt, cuando éste estuvo en la cúspide de su gloria, y á no ser también por el agua-fuerte más admirada que de él hizo el artista y que es la más espléndida que se haya producido hasta ahora en esa rama del arte. Sin duda alguna, es sincero el agradecimiento, que ofreció Holanda á los mencionados sabios, que en el curso de los últimos decenios le han abierto los ojos sobre la grandeza extraordinaria del hombre que en tiempos pasados dejó morir en la miseria. Es sabido, que los holandeses no son un pueblo de amplio corazón y que no abandonan muchas preocupaciones, anacrónicas en nuestro tiempo; pero también se sabe, que son un pueblo de sentimientos nobles y fanáticos de su honor patriótico. Son materialistas, y por eso no se debe buscar entre ellos mucho idealismo. Á este respecto todavía hoy son comparables á los holan- deses dle los tiempos de Rembrandt... Hoy como entonces sólo se encuentra cultura verdaderamente pro- funda y conocimiento de arte en el estrecho círculo de sus hombres intelectuales, y hasta hoy el nombre de Rembrandt estuvo muy lejos de ser popular en el país. Muy erande es el número de individuos de condición humilde que oía este nombre por primera vez por las fiestas, de las cuales hizo el gobierno participar á ellos también, mostrándoles las obras de Rem- brandt, proyectadas sobre la pared de la Bolsa por medio de la lin- terna. Pero también la ciudad de Leyden, donde el gran artista vió la luz S6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA hace 300 años, no quiso ser menos que la capital en cuanto á fiestas, conciertos y homenajes. El colmo de la alegría se alcanzó en una feria de estilo antiguo holandés, que trasportó al concurrente á los tiempos de Rembrandt. En el mismo campo puramente artístico tampoco quedó la ciudad de Leyden atrás de la de Amsterdam. Esta última había abierto por primera vez á los admiradores de rembrandt la nueva sala de su célebre museo, para mostrarles la Ronda nocturna en toda su hermosura incomparable; Leyden mostró á estos mismos huéspedes por primera vez una pintura espléndida del eximio maestro, recién descubierta, que representa á su esposa Saskia, á la que quería tanto y que tuvo tan erande influencia en su arte, cuadro que puede colocarse dignamente al lado de los numerosos y celebrados retratos de Saskia, que ya adornan los museos europeos. Pero no solamente en Holanda, sino en todo el mundo intelectual está hoy el nombre de Rembrandt en boca de todos. Como eco poderoso resuena este nombre de todos lados, haciendo el efecto de un llamamiento de guerra contra todo lo mediano, débil y malo en el arte. Por mucho que tales festejos de aniversarios no tengan gran signi- ficación para aquellos, á quienes están dedicados, pueden, sin embar- go, ser de gran valor para todos los que asisten á ellos, siempre que se trate de celebrar espíritus superiores que irradien raudales de luz sobre su época y sobre su posteridad. Y ésto no puede decirse de ningún hombre con más razón, que de zembrandt y no sólo respecto á su personalidad sino también á su arte. Nada le fué más sagrado que el verdadero arte. Á ella sacrifi- caba todo para no traicionarla. El oro fulgurante, que le ofrecieron sus contemporáneos, como re- compensa á sus complacencias, no pudo seducirle para aplicarse cade- nas de esclavo. Todo ésto le hacía reir. Poseía la fuerza poderosa del ingenio capaz de sobrepujar en esplendor, con los colores de sus cuadros, al brillo del oro. Pocos hombres han poseído un alma creadora tan poderosa como la suya, y no es exagerado decir que hasta hoy ninguno ha vuelto á tener en tan alto grado el dominio sobre la luz. Se apoderó del rayo de sol que caía en su taller semiobscuro, lo apresó y lo fijó en el lienzo para que brillara hasta los tiempos más lejanos. REMBRANDT 87 Con estos rayos se creó una aureola alrededor de su cabeza, que le distingue, cuando se halla entre todos los demás artistas inmortales. Obligó á los hombres á que lo designaran con una nueva palabra. Y estos hallaron una, que parece un milagro, lamándole « pintor de luz ». Bien es cierto, que pocas veces ha encontrado el sentimiento natu- ral una palabra más significativa que ésta. Los amigos y conocedores de arte, tan acostumbrados están á esta designación, que ya no notan más su idiosincracia misteriosa. Pintor de luz! ¿ Cómo se puede pintar la luz? La claridad se puede pintar, pero la luz no. Justamente ésto es lo milagroso: Rembrandt pintaba la luz! Él es el único artista que resolvió algo, que la sana razón del hom- bre considera como insoluble. -— Representó la fuerza de la luz en el cuadro y así se creó un reino en que se quedó autócrata. Fué tan grande el dominio que tenía sobre élla que ésta le perma- neció fiel hasta en los tristes tiempos de su miseria. Cuando ya no pintaba más en su taller lujoso, donde con sus rayos brillantes hacía fuleurar las piedras preciosas y los brocados regios que adornaban á su hermosa Saskia, dirigía esta luz sobre los vesti- dos rotos de los mendigos que fueron sus modelos en la pieza húmeda, que le servía de taller en el barrio más miserable de Amsterdam. Sin embargo, la fuerza luminosa no tuvo menos vigor en los tiem- pos de la desgracia, que en los de la prosperidad, y el artista los hizo á estos mendigos no menos célebres, por sus cuadros, que á su ado- “ada Saskia. Muy ingeniosamente ha caracterizado el biógrafo francés Charles Blanc en su obra sobre los pintores holandeses, lo místico en el arte de Rembrandt, diciendo : en su caja de colores duerme un alma com- parable con la que anima los violines más célebres de Cremona. Es incomprensible el efecto de las pinturas de Rembrandt. Cuando los rayos de sol alcanzan á un cuerpo, parece que éste estu- viese totalmente infiltrado por la luz. El contemplador queda convencido de que no ha sentido jamás un efecto tan vivo, ni aún con la misma luz natural. Parece que el objeto iluminado debiera deshacerse en rayos de sol y que esta luz se hubie- se transformado en substrato impalpable. Y otra palabra más fué creada para el arte de Rembrandt : me re- fiero al término claroscuro. 88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Tal vez sea esta palabra, hoy tan usual, todavía más misteriosa, que la expresión pintor de luz. Suena como una contradicción insoluble. Comprensible sería el con- cepto : lo claro en la obscuridad y lo obscuro en la claridad. Pero, cla- roscuro ? Esto parece paradojal. Lo claro no puede ser obscuro, ni lo obscuro claro. Rembrandt se reía de esa sabiduría de los hombres, y les demostró que se equivocaban, haciéndoles ver, que también en lo que ellos lla- maban la obscuridad, produce la luz mil reflejos, si no se le impide la entrada por medio de obstáculos invencibles. Dominó tanto la obscuridad como la luz. Una le servía para producir con la otra el efecto deseado. La solución de este enigma ya había preocupado á otros grandes pintores en tiempos anteriores, tanto en Holanda como en Italia. Sin embargo, no es probable que hayan abrigado la convicción que tal enigma fuese soluble y que un buen día Rembrandt revelaría son- riente ese mundo misterioso, haciendo un juguete del enigma. El problema principal en el arte, lo que más preocupaba á los at- tistas en aquellos tiempos, particularmente los flamencos y holandeses fué el colorido. El sentido para este último casi se había apagado al fin del si- glo xv1 por la decadencia del arte del Renacimiento italiano. Ahora, en el siglo xvI1 se despertó de nuevo al mismo tiempo en las provincias españoles de Flandes y en la misma España. Mas el tiempo de la decadencia no significaba un retroceso del arte. Paulatinamente se había desarrollado en la mente de los artis- tas un nuevo modo de contemplar la naturaleza é imitarla, por medio de la variación infinita de colores. Ya no les satisfacía la técnica de los célebres maestros italianos, que trataban de alcanzar el más alto efecto armonioso, atribuyendo á cada color local su pleno valor. No! Los pintores de la era nueva querían acercarse más á la verdadera naturaleza. Su ideal fué alcanzar la armonía artística por medio de una iluminación por la luz solar. Con admirable energía estudiaban todos sus efectos y los innumerables reflejos, que produce en los di- ferentes colores, y trataron de fijar en el lienzo estas impresiones fu- gltivas. Comprendían, que entre el objeto que pintaban y sus ojos se en- contraba una densa atmósfera : el aire, que según las circunstancias, bajo las cuales encuentra el objeto, la ilumina en diferente modo, cambiando continuamente el color del último. REMBRANDT 89 Ya Leonardo de Vinci se había ocupado de este problema en su <« Gioconda >»; y también Tiziano es uno de los precursores de este arte. Teniendo ya la edad de noventa años hizo todavía el ensayo de representar sus sentimientos artísticos en esta nueva forma por su espléndido cuadro « La imposición de la corona de espinas ». Mas no logró este célebre artista concentrar el efecto deseado, sien- do él un juguete de la luz. El dominio de esta última estaba reservado á un artista, que debía nacer más tarde. Otra edad de oro se despertó. El arte moribundo de Italia había 'adicado sus últimos rayos sobre todo el continente europeo, encen- diendo llamas poderosas. En la corte de Felipe IV brillaba el astro de don Diego Velázquez y el de don Bartolomé Murillo, y en Holanda y Flandes trabajaban Rembrandt y Rubens para la inmortalidad, mientras en Italia algu- nos pintores procuraban en vano contener la decadencia del arte de su patria tan elorioso en tiempos pasados. Al mismo tiempo en Ale- mania fué imposible un arte á causa de la horrible guerra de treinta Anos. Mas ocupándonos esta noche Rembrandt, debo decir algunas bre- ves palabras sobre la llamada escuela holandesa de la pintura. Es absolutamente necesario conocer las cireunstancias de la época en la cual surgió el arte de Rembrandt, para comprender su vida, sus obras y los motivos que tuvieron sus contemporáneos para hacer mo- rir este gran artista en la miseria más profunda. La holandesa es la más reciente de las grandes escuelas de pintu- ra que nos sirven para clasificar las obras de los maestros de los tiem- pos pasados, y al mismo tiempo es entre todas la más caracterizada y mejor definida. Se ha mantenido completamente libre de la influencia del Renaci- miento italiano, que cayó tan pronto en decadencia. El mundo había visto el espectáculo espléndido de la resurrección del arte en Italia, después de un sueño de mil años, que habían pa- sado desde los últimos suspiros de su lenta agonía. Su segundo sueno no fué tan profundo como el que recién había vencido. Menos de cien años bastaban para que recobrara nuevas fuerzas y levantase á nueva majestad. La Holanda, de cuyo suelo se levantó, tenía que mostrarse digna de esta distinción. Los artistas holandeses podian encontrar modelos en los célebres pintores de la edad de oro en Italia, que por sus obras les 99 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA estimulaban á luchar con los más altos fines del arte sin sacrificar su originalidad. Y los ciudadanos holandeses tenían modelos no menos distinguidos en los hombres de los tiempos del Renacimiento italiano que habían promovido el arte, respetando el individualismo de cada artista y subordinando sus mismas ideas. Permítanme, señores, que repita algunas palabras que dije en este mismo lugar, con motivo de mi conferencia sobre Miguel Angel : < La impresión total, que de la época del Renacimiento italiano recibe el hombre, que la considera de puntos de vista estéticos y artísticos es completamente diferente de la que sentirá el que la exa- mine bajo la doble faz de la moral y de la ética. Nunca existió entre el ser y el parecer un abismo más grande y han estado tan distancia- dos el corazón y el ingenio, como en aquellos tiempos; pero también nunca ha triunfado el arte con tanto éxito sobre la historia ». Sin embargo, á pesar de esta diferencia entre el carácter y las crea- ciones de sus artistas, éstos últimos fueron colmados por sus contem- poráneos con los honores más altos. Rafael fué el favorito idolatrado de su tiempo; fué tratado como un príncipe hasta por los mismos poderosos y tenía como éstos su corte- jo. Al lado de su lecho de muerte lloraron príncipes y cardenales. Á los caprichos de Miguel Angel se rindió el más erande y belicoso de todos los papas y le pidió personalmente que pusiera su arte á su servicio, lo que le había rehusado después de una contrariedad. El papa lo hizo, comprendiendo el grandioso valor de este arte, á pesar de que por la libertad individual, con que el artista represen- taba sus ideas, estuvo muy lejos de corresponder con la tradición eclesiástica. Cuando Miguel Angel murió, á la edad de noventa años, el papa quiso hacerle enterrar dentro de la iglesia de San Pedro, donde hasta entonces solamente los papas habían encontrado su último reposo, pero las dos ciudades más poderosas de la Italia de entonces, Roma y Florencia, se disputaron su cadáver. Florencia venció y guarda sus restos todavía hoy, pero Roma le erigió una tumba de honor. Así elorificaba el tiempo del Renacimiento italiano sus grandes hi- Jos, y por eso la posteridad le ha perdonado tanto de lo que cometió con el puñal y el veneno. ¿Y qué hizo, en cambio, la Holanda del siglo xvi? Expulsó á su más erande hijo, porque pretendía conducir el arte á la gloria, sin preocuparse de los deseos de sus contemporáneos, y le condenó á la REMBRANDT 91 miseria porque había ensayado de infandir un hálito de idealismo sobre su vida materialista y prosaica. Ustedes saben, señores, que Miguel Angel construyó las fortifica- ciones de Florencia, cuando esta ciudad tenía que defenderse contra las huestes del emperador Carlos V, y del papa León X, y que, des- pués de la rendición, el artista tuvo que esconderse para evitar la ira del último, en cuya mano el emperador había puesto el destino de la ciudad conquistada. El papa hizo todo lo que pudo, para encontrar al fugitivo, pero no para castigarle, como le aconsejaron los envidio- sos del gran artista preferido, no! sino para salvar á Italia y á símis- mo el arte divino de ese artista, y para elorificar á su tiempo por nuevas creaciones de su mano. ¿Y qué hizo un siglo más tarde la Holanda ? Los ciudadanos de su capital, Amsterdam, estaban ofendidos en su soberbia de advenedizos por los ricos y hermosos vestidos y las alhajas preciosas que llevaba la bella Saskia, la esposa de Rembrandt con las cuales dejaba atrás á todas las damas de Holanda. Los espo- sos fueron citados ante el juez, debiendo conformarse con la amones- tación que les dió el magistrado. De seguro que los tiempos del Renacimiento italiano se habrían embriagado con semejante hermosura y con ese gusto perfecto, que Rembrandt ponía en juego para vestir á su esposa. La Saskia no le habría sido menos adorable que Lavinia, la hermosa hija del Tiziano que, vestida con los espléndidos trajes para ella ideados por su padre, causaba profunda admiración. Estas pocas comparaciones bastarán para explicaros la diferencia entre los dos países; y tan diferente como ellos mismos, lo es también el arte que producían. Italia esperaba de sus artistas ante todo algo grandioso, llamativo, espacioso, que se impusiera á la primera vista y que resaltara por la fuerza de su forma. En cambio Holanda quería la representación de las intimidades de su vida diaria y esperaba del artista, que se entregara en sus intere- ses limitados y prosaicos, para representar sus costumbres en cuadros, destinados á adornar sus habitaciones. Su vida fué entonces, como es todavía hoy, una vida muy íntima, muy familiar. Su dominio es su casa y no reelama la publicidad. La satisfacción de sus ambiciones perso- nales se halla dentro de los límites de su patria, y no desean el reco- nocimiento del extranjero. ¡Qué diferencia tan erande entre las dos poderosas repúblicas, en que tlorecía el arte: Venecia y Holanda. 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En aquélla tenemos el Canal Grande, la arteria principal con sus palacios espléndidos de mármol y oro, que hasta hoy atestiguan la erandeza poderosa de sus tiempos pasados. Todo en esta ciudad era erandioso y seguramente apropiado para imponer á los embajadores extranjeros, que venían á tratar con los Dux y los padres de la ciu- dad, después de grandes fiestas en la plaza de San Marco, celebradas con toda la pompa de la República, y que fueron fijadas por los artis- tas sobre el lienzo, para que estos cuadros sirviesen de regalos á otros potentados y les refiriesen la gloria de la república de Venecia. ¡ Qué otro aspecto ofrecía la capital holandesa de Amsterdam! Su calle principal estaba bordada de casas sencillas, construídas de ladrillos, sin adornos llamativos. Pocos balcones se veía, pero en cambio, muy grandes ventanas compuestas de vidrios chicos. El tiem- po frío con los cortos días y las largas noches dura mucho en este país. Con frecuencia queda oculto el sol detrás de las nubes durante días enteros. Este país no puede celebrar sus fiestas en las plazas pú- blicas, sino que está obligado á buscar todos los placeres de la vida en el seno de sus hogares. Con este motivo necesitaba este país un arte íntimo. Y este arte le cayó en el siglo XVIT como un meteoro del cielo. Al mismo tiempo con un nuevo Estado se desarrollaba un nuevo arte. Aquí no es el arte el producto de una época brillante, que ansía elorificarse á sí misma ante los ojos de los contemporáneos é inmor- talizarse en la historia de la civilización. No! Aquí no tiene el arte otro objeto que el de embellecer la vida trivial y elevar la importancia personal de cada individuo ambicioso ante los ojos de sus más allegados. Y como la riqueza se desarrollaba con tanta rapidez en el país no retardó mucho la necesidad del lujo. La política de Holanda en la segunda mitad del siglo XVI fué muy enredada; particularmente desde su sublevación contra la soberanía de España. Pero la lucha por sus ideas había fortalecido el carácter de este pueblo y el fruto de su perseverancia y fanatismo fué la cé- lebre Unión de Utrecht por la cual las siete provincias holandesas se constituyeron en república. Fué un triunfo político para esta nueva república, que alcanzó en 1609, después de largas negociaciones, un armisticio de doce años. Y este corto tiempo bastó para poner la base de su enorme comercio y extraordinaria potencia, que la permitieron Negar á ser el país más rico del siglo XVIL. REMBRANDT 93 Es un fenómeno de la historia, no visto antes ni repetido después, que desde los años en que entraron los holandeses en negociaciones de paz hasta el fin del armisticio, que alcanzaron, nacieron en Holanda todos los grandes artistas, que hasta hoy dan gloria á aquella época, en que el país fué el heredero del brillo de la república de Venecia. La conciencia de su propio valor había hecho á los holandeses fuer- tes y poderosos. Es natural que la consecuencia fué, que querían mu- cho las costumbres sencillas de su patria y que algunas veces esti- maron con exageración la dienidad de su propia persona. Para la dirección, que tenía que tomar el nuevo arte, fué además de gran importancia la flamante religión, que dominaba completa- mente el país, después de su separación del Flandes católico. El protestantismo se dirigió contra los cuadros en las iglesias y la representación de escenas religiosas ocupaba hasta entonces el lugar preferido en las creaciones de casi todos los artistas, y les hizo posi- ble su existencia. Además tampoco gustaban á la nueva república protestante las escenas mitológicas, que se estimaba en Italia, que no había olvidado su alta cultura de los tiempos del paganismo, has- ta un grado tal, que siempre pudieron ocupar un lugar espacioso al lado del arte cristiano, sin encontrar ni de la iglesia misma la más mínima Oposición. Por falta de encargos en ambos géneros de cuadros se veían obli- gados los artistas á buscar otro género, para merecer el interés de sus contemporáneos y proveer á su existencia. Y es una gracia de la providencia, que los años que produjeron en Holanda hombres tan fuertes en el campo prosaico del comercio, en- cendiesen también las llamas de un sano idealismo en los ingenios de los artistas. Solamente comprendiendo los unos los intereses é ideas de los otros, podía desarrollarse un arte nacional. De todos modos, un arte semejante puede ser perfecto solamente dentro de ciertos límites, pero nunca un arte universal. El artista, que no observara estos límites nacionales no habría sido comprendido en un país como Holanda en los tiempos á que me refiero. Este arte nacional de la Holanda del siglo xvIr conducía á la cús- pide tres de sus ramos, en parte de reciente creación. En primera línea, me refiero á aquellos cuadros, que representan escenas de la vida trivial, que hasta entonces ningún gran artista consideraba dignas de ser representadas con el pincel; en el segundo lugar, el paisaje: y, por último, el retrato. 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En las escenas de la vida trivial, representaban los artistas á los holandeses en sus diferentes profesiones, divirtiéndose en sus horas de recreo rodeados de su familia, recibiendo los domingos á sus ami- eos ó visitando las ferias ú otras fiestas públicas. Pero á estas escenas no daban nada dramático, para aumentar el efecto y llamar la atención más interesada del contemplador. 'Pam- poco elegían un momento excepcional de la ocupación profesional ó de la vida real. No! Para su arte bastaban los acontecimientos más sencillos y prosaicos del día : Una señora, que recibe lecciones de música; un caballero que está escribiendo una carta; una dama, que la recibe. Una madre que está envolviendo la criatura en nuevos pañales; dos esposos, que se levan- tan, para recibir á un caballero, que aparece en la puerta. Tres ami- gos, que están jugando á los naipes; una mujer que lleva comida á su pajarito. Tales fueron las escenas que, representadas por artistas con el mis- mo amor á las costumbres del país, que animaba á los ciudadanos ho- landeses de aquella época, gustaba á estos últimos, porque les fueron comprensibles sin mayores inconvenientes y no les obligaban á tener una cultura profunda, para darse cuenta de lo que representaban aquellos cuadros. Como los más vivían en el círculo estrecho de sus intereses perso- nales, siempre materiales y prosaicos, podían investigar, si el pintor había estudiado bien todo lo que representaba en su cuadro. Se cer- cioraban si en el cuarto del caballero, que está escribiendo su carta de amor, todo estuviera en buen estado y bien limpio, pues el aseo de la casa fué entonces como hoy el primer deber de las señoras holan- desas. Estudiaron si la jaula del pajarito pendía del cielo raso de tal manera que el pequeño cantor no pudiera echar ningún granito de su comida á un lugar, donde ensuciase algo. Se fijaron en el torno de hi- lar que en el cuadro estaba en un rincón semiobscuro; querían con- vencerse, si el pintor le había pintado correctamente, para que fun- cionara bien, cuando la señora de la casa se sentase á hilar. Seguramente no hay objetos más sencillos para un artista. Pero que también ellos son dignos del arte más alto, ésto nos han probado los pintores holandeses del siglo YX VEL. Hicieron de estas escenas, que expresadas en palabras parecen tri- viales, obras de arte en tan alto grado, que hoy figuran entre las per- las de todas las galerías europeas; atrayendo siempre de nuevo tanto REMBRANDT 95 al amigo como al conocedor de arte y causando su mayor admiración. Lo que preservó á los artistas de caer en la trivialidad y les hizo capaces de idealizar esta última, transportándola al imperio del arte, fué el absoluto dominio de la técnica, junto con un sincero amor á su patria, una interpretación ingeniosa del estilo de sus costumbres ca- racterísticas y un gusto muy delicado en lo tocante á colorido. El segundo grupo de obras artísticas, que en Holanda alcanzó en aquellos tiempos su más alta perfección, fué el paisaje. Hasta entonces los artistas no habían considerado la naturaleza que les rodeaba, digna de ser representada por su pincel: y si algu- nas lo fué, se habían servido de ella tan sólo para utilizarla como fondo de un retrato ó de un grupo religioso ó mitológico Así se explica cue hasta entonces no hubiesen dedicado mucho tiempo al estudio de todas sus variaciones y bellezas. Pero esta manera de ver sufrió de pronto un vuelco completo, pro- vocado por el gran amor que sentían los holandeses por todas las cosas de su patria. Y en contra de la costumbre de los tiempos pasados ahora servían los hombres, sólos ó formando pequeños grupos para elevar el efecto del paisaje. Así produjo el siglo de oro de Holanda los dos más grandes paisa- Jistas : Rembrandt y Ruysdael, que tienen tal vez solamente un rival en el francés Claude Lorrain, y que respecto á la poesía que irradian sus paisajes no han podido ser superados hasta ahora. El tercer progreso en el campo de la pintura se refiere al retrato. La primera y única condición fué la semejanza absoluta. El gusto delicado y la belleza del colorido vinieron en segunda línea. Particularmente la dignidad de su personalidad fué lo que el ho- landés deseaba ver bien representado en su retrato. ¡Ay del pintor que se atreviera á degradar al ciudadano honorable, haciéndole servir de modelo para la representación de cualquiera idea pictórica ó para la solución de un problema artístico! Como efecto de esta conciencia del propio valer de sus ciudada- nes, se desarrolló en Holanda una clase de retratos completamente, nueva, que es tan característica para los holandeses de aquellos tiempos, que no atravesó jamás los límites del país, mientras que en la misma Holanda ocupó el espacio más amplio, creando justamente en este campo los grandes artistas de aquella epoca sus obras más admirables. Me refiero á los llamados « cuadros de regentes ». Este nombre significa pinturas de grandes dimensiones, que repre- Es 96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sentan juntas directivas de gremios, de establecimientes públicos ó sociedades de beneficencia. Los retratados que eran siempre ciudada- nos respetables, fueron pintados en tamaño natural y con absoluta semejanza. Estos cuadros servían de adornos principales de sus erandes salas de reunión. No solamente hombres sino también damas distinguidas transmi- tieron de este modo á la posteridad su importancia para el progreso de su ciudad natal. Debido á sus calidades artísticas son tal vez estos cuadros no me- nos interesantes para nosotros, que para los holandeses del siglo XVI. Sin embargo, no se les puede llamar obras de arte insuperables. Bien se revela en ellos la gran capacidad artística de sus autores, pero les falta lo último, que es indispensable para que una obra maestra lleve el sello de la perfección : la libre manifestación del inge- nio artístico, sin influencia alguna. Los artistas estuvieron cohibidos en el desarrollo de todas sus fuerzas artísticas por los deseos de quienes les habían encargado sus retratos. Y de estos deseos no debían emanciparse. Uno solo atrevióse á no tomarlos en cuenta y transmitió un cuadro de regentes al campo del libre arte; pero muy caro debía costarle este paso, pues tuvo que pagarlo con la seguridad y tranquilidad de su existencia. Este artista fué Rembrandt. A Rompió la tradición con la célebre Lección de anatomía del doctor Tulp. Este cuadro tuvo un éxito completo. Sin duda aleuna el artista logró reunir á sus propios deseos artís- ticos los de los retratados, y éstos no notaron, que por medio de la luz habían sido burlados y que lo extraordinario de este cuadro, el efecto poderoso de la luz, no se concentra en sus caras, sino en el cuezr- po desnudo del cadáver, sobre el cual se inclinan las cabezas inteli- gentes de los cirujanos. Todos los personajes están representados con semejanza segura- mente insuperable y eso les bastaba. Este cuadro fué el fundamento de la gran gloria de Rembrandt en Holanda. No puede decirse que sea un milagro, que el artista ávido de deseos de entregar al mundo algo completamente nuevo, se dejara engañar por este éxito tan insólito como inesperado y no se tranquilizara antes de haber satisfecho definitivamente su ambición artística. e a Italia -—Atti della I. R. Accad. di Scienze Lettere ed Arti degli Agiati, Rovereto — Atti della R. Accad. dei Fisiocritici, Siena. — Riv. Li- _gure, Genova. — Riv. di Artiglieria e Genio, - Roma.— Boll. della Soc. Geografica Italiana, Roma. — Ann. della Soc. degli Ing. e degli Architetti, Roma. — «Il Politecnico », Milano. — Boll. della Soc Zoologica Italiana, Ro- ma. — Gazz. Chimica Italiana, Roma. — L'E- lettricitá, Milano. — Boll. Scientifico, Pavia. — Riv. Italiana di Scienze Naturali e Boll. del Naturalista Gollettore, etc., Siena. — Atti della Soc. dei Naturalisti, Modena. — Boll. della Soc. Entomologica Italiana, Firenze. — -—Boll. della Soc. Médico Chirurgica, Pavia. — -Atti della Soc. Linguistica, Genova. — Boll. Boll. della R. Scuola Super. d'Agricultura, Portici. — Atti della Assoc. Elettrotecnica Italiana, Roma — ll monitore Tecnico, Mi- lano. — Boll. del R. Orto Botanico, Palermo. _— Commissione Speciale d'lgiene del Muni- -cipio, Roma — Boll. Mensuale dell'Osserva= - Moncalieri, Torino. — Atti del R. Instituto «'Incoragsiamento, Napoli. — Accad. delle Scienze, Torino. — Atti della Soc. Toscana di Scienze Naturali, Pisa. — Ann. del Museo Civico di Storia Naturale, Genova. — Osserva- torio Vaticano, Roma. — Rass. delle Scienze Geologiche in Italia, Roma. — L*Ingegneria Ferroviaria, Roma. — Atti della R. Accad. di Scienze, Lettere ed Arti, Modena.- — Studi assaresi, Sassari — Riv. Tecnica Italiana, oma. — Osservatorio della KR. Universitá, Torino. — Atti del Collegio degli Ingegneri e Architetti, Palermo. AA Japón The Botanical Magazine, Tokyo. — The - Journal. of Geography, Tokyo. — Annota- - tions Zoological Japaness, Tokyo. — The -—Zoological Society, Tokyo. Méjico Le Bol. del Observ. Astronómico Magnético Metereológico Central, Méjico. — Bol. del BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA - PUBLICACIONES. RECIBIDAS EN CANGE o EXTRANJERAS (conclusión) del R. Comtato Geologico d Utalia, Roma. — torio Centrale del- R. Colegio Alberto in -blioteca Politecnica, San Petersbourg. — Las = ? ) EE Observ. Nacional, Tacubaya. — An. del Museo E Nacional, Méjico. — La medicina científica, Méjico. — Memoria y Rev. de la Soc. cientí= fica, Antonio Alzate. — La Farmacia, Mejico. - — An. del Inst. Médico Nacional, Méjico. — ec Bol. del Inst. Geológico, Méjico. PE ” Natal : Geological Survey of the Colony, Natal. ER Paraguay ; Sec An. de la Universidad, Asunción. EEUU Portugal e Bol. da Soc. Broteriana, Coimbra. — Jor==. nal da Soc. das Sciencias Médicas, Lisboa. = Acad. R das Sciencias, Lisboa. — Bol. da Soc. de Geographia, Lisboa. -- 0 Insttiuto A Rev. Scient. é Litteraria, Coimbra. — Bol. do Observ. Metereológico é Magnético, oim. bra — Jornal das Sciencias Matemáticas é : Astronómicas, Coimbra. — Bol. do Observ. da Universidade, Coimbra. — Bol. do Observ. Meterológico do Infante Don Louis. Lisboa. Perú (Lima) An. de Minas. — Bol. de la Soc. Geográ- fica. — La Gaceta Cientifica. — Informacio- nes y Memorias de la Soc. de Ingenieros del : Perú. — Rev. de Ciencias. : > Rumania Bol. d Soc. Geográfica, — Bucuresci. Rusia Soc. de Sciences Expérimentales, Klar= kow. — Bul. de la Soc. de Geographie, Helsingfors. — Memoires de la Acad. Imper. des Sciences, San Petersbourg. — Bull. de la Soc. Polithécnique, Moscow. — Rev. des Sciences Mathématiques, Moscow. — La Bi-- Ciencias Físico Matemáticas en la Actualidad a, y en el Porvenir, Moscow. — Soc. pro Fauna 0 et Flora, Filandia, Helsingfors, Rusia. e E de Geographie calische Central. : -hurg. — Bull. duJ ardín Imper de Botanique, San Petersburg. Natufors Vereins, Biga. — Bull. du Comité Géologique, San. Petersburg. — Bull. de la Soc des Naturalistse de la Nouvelle Russie, - Odesa. Add San salvador -Observ. Salvador: RE ; Seca yv Noruega Sveriges geologisca Underskning, Stoc- kolm. — Bull. of the Geological Inst. Uni- versity of Upsala, Suecia — Kongl Vetens- kaps. Akademiens. Acad. des Sciences, NACIONA ALES Buenos Aires . de la Fac. de Agronomía y Veterina= - = Rev. del Centro Universi. sa Plata: tario La Plata. — Bol. de la Biblioteca Pública, “La Plata. — An. del Museo, La Plata. Oficina Químico Agrícola, La Plata. — An del Obsery Astronómico, La a —- o Mensual de la Cámara Mercantil, Barra- A cas al Sud. h E UR Capital An. del Círculo Médico Argentino. — An. de la Universidad de Buenos Aires. — Ar- chivos de Criminalogía, Medicina legal y Psiquiatria. — Bol. del Inst. Geográfico Ar- sgentino. — Bol. de Estadística Municipal. — Rev. Farmacéutica. — La Ingeniería. — An. del Depart Nacional de Higiene. — Rev. - Nacional. — Rey. Técnica — An. de la Soc Rural Argentina. — An. del Museo Nacional de Buenos Aires. — Bol. Demográfico Ar- Paris Annales des Ponts et Chaussées. — « Re- vue» — Contes Rendus de l'Académie des. Sciences. — Annales de Chimie et de Physi- que. — Nouvelles Annales de Mathématiques. —- « La Nature ». — Nouvelles Annales de la Construction (Oppermann). — Revue Scien- tifique. — Revue de Deux Mondes. 53 Korrespondensblat_de Bull. Deco de la Suisse Romande, La sellschaft. Metereológico y Astronómico, El - Bol. del Observ. Metereológico, Villa Co Nacional. — Bol. del Observ. Metereoroló ico. -— Rev. de la Asociacion Estudiantes de In- “—geniería. — Rev. de la Liga Agraria. — R Centro Naval. —— El Monitor de La Educacior Común. — Enciclopedia Militar. — La Se- SUBSCRIPCIONES | — Giornale del Genio Civile. e > Suiza sanne. — Gengraphich Ethnograp he ge- Zurich. — Soc. Hevéltique- des Sciences Naturelles, Berna. — Bull. de “Uruguay (Montevideo» Vida Moderna. — Rev. de la Asociaci Rural. — Bol. de la Enseñanza Primaria. ón. - An. de la Universidad. — An. del Museo Municipal. — An. del Departamento de. aderia y Agricultura. y gentino. — Rev. de la Soc. Médica Argentina. Jurídica y de Ciencias Sociales. — Bol. d la Union Industrial Argentina. — Bol. del mana Médica. — Anuario de la Direccion d Estadística. — Rev. del Círculo Militar. Córdoba Bol. de la Acad. Nac. de fiencias. Entre-Hios Ñ | An. de la Soc. Rural. Tucumán Anuario Estadístico. A 3 REA Roma 2 E Trattato Generale dell'Arte dell Ingegnere.. ed Milano — L'Elettricitá. A Londres The Builder. AS Il Costruttore 7 e po Secretarios E Doctor J ULIO J. GATTI y: nor Exuro Rewurs ES y 7 ER A O A sa JUNTA DIRECTIVA PRESION LO NA E Tenientecorone! ingeniero Arturo M. Lugones Prceprestiente dde Ingeniero Julio Labarthe VIENES Ten Ingeniero Enrique Hermitte Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Hoyo : Secretario de correspondencia.. Ingeniero Arturo Grieben LES a Ingeniero Luis Miguens BONO. ios Doctor Horacio Arditi ¡Doctor Carlos M. Morales Ingeniero José Debenedetti Ingeniero Ricardo J. Gutiérrez Vocales. 20: Ad Ingeniero Domingo Selva Ingeniero Federico Birabén Doctor Guillermo F. Schaefer Senor Rodolfo 'santángelo le A ca al UCRANIA Señor Juan Botto REDACTORES Ir. geniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge- niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal M. Hicken, senor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. ADVERTENCIA A los señores autores de trabajos publicados en los Amales, que deseen tiraje aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para ae ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. : La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número con la casa impresora de Coni hermanos. Los senores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas. Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección Cangallo 1825. La Dirección. PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías Pesos moneda nacional POr Mesa A O 1.00 POTRO 12.00 Número atrasado... css 2.00 == para los socios.......... 1.00 LA SUBSCRIPCIÓN SK PAGA ADELANTADA El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano REMBRANDT 97 Y estos deseos pudo satisfacerlos cuando recibió del capitán de la guardia cívica otro encargo más importante aún, que el de la «lección de anatomía ». Con éste cuadro erandioso, la llamada Ronda nocturna, quiso crear Rembrandt un documento eterno de sus capacidades é ideas artís- ticas. En plena conciencia de la gran fama que gozaba como primer artista de Holanda, y sin miramiento dió el golpe; pero se pegó á sí mismo. Esta obra decidió su suerte. ¿Cómo pudo atreverse á pintar los diecisiete hombres (cada uno de los cuales había pagado la misma suma de cien florines), unos en sombra y otros en luz? Todos tenían el mismo derecho, pues habían abonado el mismo precio, y además había pintado el artista siete personas que no habían pagado nada y una niña que no tenía por qué figurar en el cuadro! ¡ Este pintor se permitió libertades increíbles! Aventajó en arrogancia á su esposa Saskia, que paseaba por las calles como una princesa, desafiando en lujo á todas las señoras de Amsterdam. Ambos ya no se preocupaban más de las buenas costumbres de la ciudad. ¡ Amsterdam no carecía de otros artistas capaces de hacer retra- tos de mayor parecido que el de las figuras representadas en este nuevo cuadro! ¿Qué traje llevaba el teniente que en el cuadro figura al lado del capitán ? Nadie podía determinar el color. Contemplándole se sentía dolor en los ojos, como si el sol reflejara sobre una caldera de metal blanco recién pulida! Así y en palabras semejantes, hablaron los ciudadanos enojados delante de este cuadro, que hoy el mundo entero envidia á Holanda y para la cual ésta acaba de construir una sala que ha costado 200.000 tHorines. Delante de él se han congregado en el último mes de julio los co- nocedores de arte más célebres de Europa, mientras que el pueblo, para honrar á su modo al gran compatriota, libaba, y en estado de embriaguez filosofaba sobre la locura de las gentes, que hacían fies- tas tan espléndidas para un hombre que, según se dice, en tiempos pasados se embriagó como ellos. Me daré por muy satisfecho, señores, si tuviese logrado el daros AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIM. 7 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA una idea clara del carácter del célebre pintor holandés y de la cultura espiritual de su época, que hacen comprender sus espléndidas obras maestras, que no cesó de ofrecer á sus contemporáneos como regalo regio, aún en la miseria, cuando apenas contaba con escasas mone- das de cobre en su bolsa rota. Estas obras pictóricas pasan de un millar. Además, creó más de dos mil aguas fuertes, entre las cuales muchas que hasta hoy no han sido superadas. Me es verdaderamente sensible, que el escaso tiempo no me per- mita referirme también á ellas, teniendo que limitarme á los más importantes cuadros al óleo. 00 SU VIDA Y SUS OBRAS El gran pintor de luz es oriundo de Leyden, donde nació en un mo- lino de viento, que fué propiedad de su padre, el 14 de julio de 1606. Es sabido que aún hoy el molino de viento es lo más característi- co del paisaje holandés. Cual torres de extrañas formas, se levantan al cielo con sus cuatro aspas glgantescas que giran movidas por el viento, arrojando sobre el suelo sombras místicas, que á la hora del erepúsculo producen el efecto de un ave nocturna quese destaca del cielo en tamaño sobrenatural. Sin duda alguna, no fué sin importancia para Rembrandt, el haber nacido en un molino de viento. Desde tiempos lejanos los poetas pre: ferían estos edificios, que son seguramente los más extraños que creó el arte de la construcción, para hacerlos teatro de sus leyendas mis- teriosas ó de sus poesías de amor. Fan original como el exterior de un molino de viento, es su in- terior. Por pequeñas ventanas penetra una mezquina luz, así que á pri- mera vista todo está envuelto en obscuridad. Los objetos parecen es- condidos detrás de un denso velo, y éste no desaparece sino poco á po- co, volviendo de nuevo cuando se ha dirigido la mirada por un mo- mento á la luz del sol. Pero allá donde este último derrama sus haces de rayos, todo ful- gura como finísima filigrana de oro. REMBRANDT 99» En el interior del molino paterno vió Rembrandt todos los efectos dle la luz, que ha representado magistralmente más tarde en sus cua- dros, y tirado sobre el césped contempló el lejano y sencillo paisaje holandés, cuando el sol se hallaba en el cénit, y descubrió que los ra- yos hacían brotar de estas sencillas líneas y formas, numerosas be- lezas, revelando secretos jamás sospechados. Como el joven no se resolviera á elegir una profesión, y siendo co- mún en aquel tiempo que hasta los comerciantes de Leyden se dedi- caran á algún ramo del saber, el padre de Rembrandt, siguiendo la costumbre, envió su hijo á la Universidad. Pero el joven no se interesaba por las conferencias de los profeso- res y, en cambio, se ocupaba continuamente con el problema de la luz, que le absorbía por completo. Al desaparecer la gran esfera solar en el horizonte él hubiera de- seado detenerla, para que iluminase la noche. Quizo obligar á la luz á que estuviera allí donde él quería. Sin duda alguna, despertáronse día á día en el joven Rembrandt tales deseos, pues tenemos pruebas de esta hipótesis en varios de sus cuadros. Sin motivo ninguno hizo surgir del negro cielo de la noche rayos de sol imprevistos, para iluminar el grupo principal de su cuadro, contra todas las leyes de la naturaleza, y solamente porque su volun- tad artística lo quería. Muy poco tiempo visitó la Universidad. De pronto resolvió hacerse pintor. Parece que no encontró resisten- cia de parte de su familia. Tal vez esperaba su padre que la gloria de su hijo brillara algún día como la de Rubens, cuyo nombre entonces estaba en boca de todos. De buen grado se prestaban todos los miembres de la familia á ser- vir de modelos al joven pintor incipiente. Además estimularon sus sentimientos artísticos figuras extrañas y fantásticas, mendigos, va- gabundos, lansquenetes rotosos que estaban hartos de la guerra de treinta años y que se habían vuelto temibles en los caminos reales de Holanda. Así se Inició su arte, valiéndose de la misma clase de hombres, en- tre los cuales debía terminar, después de haberse bañado en pompa y esplendor inauditos. Al mismo tiempo se despertó en él un gran interés por su propia cara, y dibujó y pintó sus primeros autoretratos. Así como nunca se cansó de buscar los efectos más pintorescos por 100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA medio de la luz del sol, con igual tesón estudiaba todos los innume- rables efectos del alma humana por medio de su propia cara, creando así más de cien autoretratos, que le representan en todas las edades de su vida y reflejan sus sentimientos tanto en los tiempos de prospe- ridad como en los de miseria. Uno de sus mejores autoretratos le representa á la edad de 23 años Y nOs muestra una cara enérgica consciente de su capacidad artís- tica. Otro retrato ejecutado en el mismo año, da una prueba de su salud física y de su buen humor. Al mismo tiempo el gran amor que profesaba á su familia le esti- mulaba á seguir reproduciendo las caras de sus padres, haciéndolo muchas veces con el semblante serio y algo enfermizo de su padre, quien tuvo la gran paciencia de dejarse vestir por su hijo con trajes fantásticos y aun armaduras pesadas. Así vemos al sencillo molinero vestido como un caballero belicoso, llevando una pluma en el birrete digna de un príncipe. También retrató á su querida madre cuya cara arrugada, pero do- tada de expresión muy inteligente refleja un alma nada común. Escondiendo casi todo el cabello de la anciana bajo un género ne- ero, sabe el artista alcanzar efectos extraordinariamente brillantes en las partes de la cara que reflejan la luz solar. Como todas las buenas madres que quieren á sus hijos, también ella es capaz de sacrificarse y no se queja, cuando los fuertes rayos del sol arrancan lágrimas á sus ojos débiles y queman su frente. De ella nos transmitió Rembrandt más retratos, que de su padre, y algunos de ellos figuran entre sus obras más espléndidas. La represen- ta varias veces con la biblia en la mano, su libro favorito, que conocía de memoria. Y mientras él trabajaba, la anciana le contaba las historias y leyendas del viejo y nuevo testamento. Con la mayor atención seguía él sus palabras que se grabaron en su cerebro, haciendo nacer en él el deseo ardiente de representarlas sobre el lienzo. Muy pronto surgieron sus primeros cuadros bíblicos, por no decir religiosos. En efecto, estas obras están muy lejos de pertenecer al ar- te eclesiástico, careciendo del estilo sublime, necesario para excitar la devoción del observador. En cambio son obras sobresalientes en el sentido puramente artís- tico. Enlos primeros tiempos, Rembrandt limitaba sus cuadros á un ta- REMBRANDT 101 maño pequeño, pintando según la costumbre de aquella época, sobre tablas de madera de cincuenta ó setenta y cinco centímetros de alto. Á estos cuadros pertenece El apóstol Pablo en la cárcel. El apóstol medita profundamente sobre una epístola. La expresión de la carta ingeniosa, con los ojos ampliamente abiertos, nos demues- tra que Rembrandt fué ya en su juventud un gran psicólogo, un gran observador, que no consideraba secundario ni siquiera los detalles. Seguramente había notado que algunos sabios mientras estudian, se libran muchas veces de sus pantuflas, sin saberlo, pues ha represen- tado al apóstol Pablo con uno de sus pies desnudo sobre la san- dalia. : Poco después se atrevió Rembrandt á hacer una composición de fi- guras más grandes, titulada : Judas Iscariote vuelve al pontífice judio los 30 dineros. En este cuadro, Rembrandt ha representado de un modo verdade- ramente magistral la desesperación y penitencia de Judas, que se arrodilla ante los sacerdotes. No solamente es espléndida la expresión de la cara, sino también la vostura contrita del traidor que se halla en plena luz. Además de estos cuadros creó Rembrandt al mismo tiempo muchos OÉTOS. Entre éstos sobresalen Sansón y Dalila, El apóstol Pedro entre las guardias de Cristo, Jesús como niño recién nacido en el templo y, sobre todo, el espléndido cuadro de la Eremitage de San Petersburgo, que representa á Jeremías condoliéndose de la caída de Jerusalén. La figura del profeta desfallecido aparece en el cuadro como una ancha faja de luz solar en dirección diagonal, rodeada de una semi- obscuridad mística. Este cuadro ya se puede llamar un verdadero Rembrandt. Toda la profundidad de su ingenio se revela en la cara de este pro- feta, que como muchos cuadros del apóstol Pablo, que pintó al mismo tiempo, es el fruto de su predilección por las cabezas de ancianos. Á éstos solía vestirlos con trajes lujosos, dándoles el aspecto de personas venerables, 4 pesar de que eran casi siempre mendigos que hacía venir de la calle. Extraordinariamente hermoso es, entre estos cuadros, el de un hombre de larga barba blanca, vestido de manto bordado y gorra de terciopelo. Otros llevan hasta cadenas de oro, como los miembros del consejo. También mujeres sencillas, vestidas con trajes fantásticos le sirvie- 102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ron de modelos, pintando el primer retrato que no perteneciera á su propia familia : el de una joven. Sin duda, este cuadro fué un encargo, pues en la ejecución se nota inmediatamente, que procuraba satisfacer los deseos de quienes le habían encargado el trabajo, resultando que á primera vista se parece á muchos otros del mismo tiempo. Sin embargo, mirándolo con aten- ción, se descubre también en este trabajo la originalidad del creador. También á esta obra da el artista un atractivo extrano por las finas tintas del claroscuro y los efectos de la luz solar, la que entrando por la ventana, escondida detrás de una cortina, encuentra la espalda de una silla y es reflejada otra vez por la arista de una puerta semiabierta y las gradas de una escalera. La iluminación pintoresca nos interesa más, que la misma retra- tada. En 1631 creó Rembrandt un cuadro espléndido, dando con pleno éxito una prueba de su talento de composición: Simeón en el templo. Representa el momento en que el anciano pone al niño Jesús en sus brazos, exclamando las palabras : « Dios, yo te alabo porque mis ojos han visto al salvador del mundo! ». Admirablemente sobrehumana es la expresión de la cara de Simeón y la postura del pontífice judío que, sorprendido, se acercó á este erupo en plena luz, concéntranse los rayos solares en las figuras principales, María, Jesús y Simeón, y brillan menos fuertes en dos mendigos curiosos, atraídos también por el insólito espectáculo. Los demás individuos, que están en el templo, se encuentran en un claroscuro muy transparente, que envuelve también á un grupo de 42 personas que se hallan en la escalera que conduce al altar mayor, donde un sacerdote bendice un matrimonio. Al fin se pierde la luz en la misteriosa bóveda del alto edificio. Hasta ahora Rembrandt había trabajado solamente para la satis- facción de su ingenio, para el placer de sus parientes y, lo que no po- día saber, para su propia inmortalidad. Sin embargo, ya su cuadro del Judas, que vuelve al pontífice judío los dineros, había llamado la atención de los conocedores de arte de su ciudad natal, y algunos de sus aguas fuertes habían encontrado el camino á Amsterdam, capital de la República. Sus amigos, le aconsejaron que mandara algunos de sus cuadros á esta ciudad. 2embrandt siguió este consejo y llevó varias de sus obras á la Cap1- tal, haciendo el viaje á pie. REMBRANDT 105 Siendo ya conocido su nombre en Amsterdam, vendió en seguida. uno de éstos á un precio que era muy alto para aquella época. El joven quedó tan fuera de sí con su éxito, que volvió presto á Leyden, para que sus padres pudieran participar de su felicidad. Pero esta vez no hizo el camino á pie, sino con la posta. En Amsterdam le encargaron la ejecución de varios retratos, lo que motivó su traslación definitiva á esta ciudad. El primero fué probablemente el de Nicolás Ruts, noble ciudadano de Amsterdam. Rembrandt le pintó, vestido con un manto ricamente adornado de pieles y cubierta su cabeza expresiva con un magnífico gorro de piel. La golilla, que otros artistas habían representado siempre como una rueda almidonada é inflexible la pintó ligeramente ondulada y con un aspecto pintoresco por los efectos de luz. La expresión del caballero es sencilla y digna, su riqueza bien ex- presada por medio del vestido lujoso y la cara, sin duda alguna, muy parecida. Además, Rembrandt pintó el cuadro con un gusto extraordinario. No me sorprende que esta obra gustara no sólo á los ciudadanos ricos, sino también á los conocedores de arte, y me explico que poco después los habitantes de Amsterdam encargasen al artista otros retratos. Por este género de obras, demostró Rembrandt que su talento no le ligaba á los cuadros de fantasía, sino que, á pesar de la originali- dad de su ingenio, también poseía la capacidad para unir su indivi- dualidad artística con los deseos de los que pedían sus servicios. La moda de la época no le facilitaba su trabajo, pues el color pre- ferido fué el negro. Además, los vestidos de las señoras carecían por completo de gracia y no se prestaban, por sus líneas serias, á un libre tratamiento pictórico. No obstante Rembrandt, sabía elevar el efecto de sus retratos por una iluminación extraordinaria de las caras y de algunos adornos del vestido. a Durante el tiempo, en que los dos grandes artistas flamencos, Ru- bens en la corte de Amberes y Van Dyek en la de Londres, retrata- ban á las damas y caballeros de la más alta aristocracia y á los mienm- bros de las familias reinantes, teniendo ocasión de desarrollar un gusto tan delicado como lujoso, Rembrandt se vió obligado á pintar los dig- nos y sencillos ciudadanos republicanos de Amsterdam, para que sus retratos fuesen transmitidos á la posteridad, dando gloria al nombre 104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de sus familias y estimulando á sus descendientes á hacerse también buenos padres de la ciudad. | Al lado de estos hombres dignos, naturalmente tenían que provo- ar sus señoras la impresión de buenas madres de familia y sólidas dueñas de casa. El número de pintores, que cumplían con esos deseos de los ciuda- danos era muy grande en aquella época en Amsterdam. Jamás había sido en Holanda tan general la costumbre de hacerse retratar. Muy contadas eran las casas de algún prestigio que no tu- viesen sus paredes adornadas con buenos retratos de familia. Pero muy pronto se reconoció en toda la ciudad la superioridad de Rembrandt sobre todos los demás retratistas. Los ricos solicitaron sus servicios y el artista satisfizo sus encar- gos con extraordinario gusto, sin que por eso descuidara el parecido. Es de admirar todo lo que sabía hacer con esas caras aburridas de holandesas jóvenes y ancianas, que nada dicen al contemplador, cuan- do son pintadas por otros artistas. Sin duda alguna ha elevado el artista las calidades espirituales de las personas que retrató, como lo hizo también el célebre maestro del Renacimiento alemán, Alberto Durero. Es precisamente debido á esas circunstancias, que las personas representadas en estos retratos recuperan nueva vida ante los ojos del espectador. Sin embargo, al mismo tiempo tuvo Rembrandt ocasión de pintar también cuadros que correspondían más con sus sentimientos artís- ticos. En su mayor parte eran estos cuadros retratos de hombres segura- mente casi siempre amigos suyos. Á estas obras pertenece el retrato de un oficial, cuyo semblante inteligente se destaca con mucha nobleza de un fondo luminoso. Y no olvidemos el retrato llamado del caballero con el gran gorro de piel, que es uno de los cuadros más admirados de los 48 que de Rem- brandt posée la Galería imperial de San Petersburgo. Parece casi increíble, que el artista supiese hacerse de tiempo para pintar miembros de su propia familia y cuadros de fantasía, para es- cudriñar, por medio del pincel ó del agua fuerte, más y más los infi- nitos secretos de la luz. Así pintó una vez ásu hermana con un birrete en la cabeza, lo cual no correspondía con la moda del tiempo, pues esa pieza de la indu- mentaria sólo era llevada por los hombres. REMBRANDT 105 Después de haber llamado con tanta rapidez la atención de la capi- tal, uno de los hombres más importantes del mundo intelectual de la Holanda de entonces no vaciló en encargarle un cuadro magno. Me refiero á la obra más conocida de Rembrandt : La lección de anatomía. Este cuadro pertenece á aquella clase de « cuadros de regentes », que ya mencioné en la primera parte de mi conferencia, y que enton- ces eran muy queridos en Holanda. El encargo lo recibió Rembrandt del profesor de la Universidad, doctor Pulp, cuya popularidad en Amsterdam era tan grande, que sus conciudadanos le hicieron cuatro veces burgomaestre de la ciudad. Además, tenía fama de ser el más grande médico y en este carácter daba dos veces por semana lecciones de anatomía á los miembros del gremio de cirujanos, sirviéndose de cadáveres para explicar mejor sus enseñanzas. El doctor Tulp quiso verse pintado en medio de su auditorio, te- niendo la intención de regalar este cuadro á la mencionada sociedad. El que este sabio eligiera justamente á Rembrandt, nos prueba, que era conocedor de arte, prefiriendo las obras del joven artista á las de otros que ya habían ejecutado cuadros análogos para la misma sociedad de cirujanos. Rembrandt puso todo en juego para superar estos cuadros, 4 cuyo lado debía ser colocado el suyo, y aprovechó la ocasión para sorpren- der al mundo intelectual con una revelación artística. Tenía suficiente confianza en sus capacidades, para atreverse á considerar los hombres que debía retratar, como modelos, que le sirviesen para resolver con la más alta perfección uno de los problemas sobre la luz, que siempre le preocupaba. El éxito que tuvo el cuadro entre sus contemporáneos, fué comple- to; sin embargo, la crítica seria y exacta de nuestros días es de otra opinión, á pesar de la gran impresión sugestiva, que causa la obra sobre cada observador. De los puntos de vista técnicos y puramente artísticos La lección de anatomía es insuperable; pero al psicólogo no puede satisfacerle. El artista admira los valores pictóricos, la composición de las figu- 'as y la concentración de la luz en el cuerpo desnudo del cadáver y se deleita con la gran quietud insuperable, que irradia este cua- dro. El psicólogo en cambio, está distraído, buscando en vano una cone- xión interior entre los tres cirujanos que están inclinados sobre el 106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cadáver y los otros cuatro cuyas caras — según se ve claramente, no siguen las palabras del profesor. Insuperable es, sin duda alguna, el grupo principal del centro. Aquí se revela Rembrandt no menos grande como psicólogo que como pintor. El doctor Tulp, el único con sombrero en la cabeza, explica á su auditorio, sentado al lado del cadáver, la anatomía del brazo desolla- do, levantando con una pinza uno de los músculos principales. Por el movimiento que da á la otra mano se conoce que está explicando algo, que desea grabar en la mente de sus oyentes. No hay duda que la lección alcanza su momento álgido. Las caras inteligentes de los tres cirujanos, que están inclinados sobre el cadáver, expresan la más grande atención y avidez de saber, mientras que la del mismo profesor muestra facciones muy tranquilas y Suaves, Casi alegres. No parece que le impresionaran sus palabras, pues ha vencido des- de largo tiempo las emociones, que experimentan los médicos inex- pertos. Con sangre fría revela los secretos del cuerpo humano, mien- tras que ya la sola presencia del cadáver causa en las caras de los tres cirujanos una gran veneración por la majestad de la muerte. Al lado de este grupo magnífico son realmente incomprensibles los otros cuatro médicos. Nada tienen que hacer con el grupo en el centro del cuadro. No faltan críticos, que dicen que Rembrandt en ellos quiso repre- sentar auditores desatentos ó indiferentes. Pero me parece paradojal, que en un círculo tan estrecho de médicos, que ya ejerciesen su pro- fesión, hubiera hombres desatentos é indiferentes, cuando participa- ran de una lección científica de una notabilidad tan célebre como la del doctor Tulp. Á pesar de que también estos cuatro cirujanos son sin duda retra- tos espléndidos, seguramente no tienen nada que hacer con el grupo principal y se interesan solamente para el contemplador, que está de- lante del cuadro. Aquí tenemos uno de los muchos enigmas, que Rembrandt ha deja- do, para dar ocupación á los historiadores del arte. Sin embargo, jamás se podrá quitar á La lección de anatomía del doctor Tulp la calificación de una de las más grandes obras maestras. El éxito que tuvo este cuadro, hizo que las relaciones de Rem- brandt con la buena sociedad de Amsterdam se estrecharan aún más. Particularmente tenía eran amistad con el burgomaestre Six, cuñado - REMBRANDT 107 del doctor Tulp, que era hombre de gran talento y estimado como poeta y literato. En pocos años Rembrandt se hizo rico por el gran número de retra- tos que ejecutó y por la venta de cuadros de fantasía entre los cuales uno especialmente provocaba más grande admiración: El santo sama- ritano, cuadro que representa la escena bíblica en que este último lleva al hombre, que encontró cubierto de heridas en el camino, á una fonda. Relaciones muy amistosas tuvo también con el comerciante en ob- jetos de arte Hendrik van Uijlenbureh, que se había hecho cargo de la venta de sus primeros cuadros y en cuya casa había vivido durante los primeros tiempos de su residencia en Amsterdam. Para él pintó el retrato de su prima Saskia, cuyo padre, abogado y burgomaestre de Leenwarden, había muerto unos años atrás, deján- dola como rica heredera. La joven vivía ahora en casa de su primo y adquirió pronto en Amsterdam fama de gran belleza. De gustibus non est disputandanm. Si también el juicio de los holandeses de aquella época nos parece algo exagerado, no podemos negar que la cara de la Saskia es muy agradable y que refleja sentimientos de alma nada comunes. El artista se enamoró de Saskia y se comprometió con ella en el ano de 1633. Lo que antes habían consentido sus padres y hermanos le tocaba ahora consentir á su amada. Debía servirle repetidas veces de modelo vestida con trajes fan- tásticos. Uno de los más bellos cuadros, que resultaron así, se encuentra en la galería de Cassel. Representa á Saskia ricamente vestida, con un pequeño ramo de romero en la mano, el símbolo de las novias en Holanda. Otros retratos nos la representan sonriente y alegre, con un gran sombrero, ó teniendo oculto su hermoso cabello bajo un velo. El más fantástico de todos esos retratos es aquel que la representa como Flora, econ el cabello suelto contenido por una guirlanda de la cual destaca un ramo de romero. Si no supiéramos por relatos de aquella época que Rembrandt fué extraordinariamente feliz con su esposa Saskia, nos lo probarían los numerosos cuadros, que de ella pintó en los primeros años de su ma- trimonio. 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA No le faltaban los recursos necesarios para dar relieve á su felici- dad. Saskia había heredado una fortuna muy grande y él mismo ga- naba cada año sumas cuantiosas con sus cuadros. Cada vez que pintaba un retrato de Saskia, la adornaba con nuevas Joyas de perlas, diamantes y otras piedras preciosas, y la vestía con trajes de terciopelo y seda, bordados de oro, ó adornados con encajes y pieles. Nada había en Amsterdam que pudiese haber sido demasiado caro para su querida y adorada Saskia. Vestida con este esplendor debía mostrarse á los ciudadanos de la Capital, y ella satisfizo su deseo, para darle por su parte una prueba de su gran cariño. En un retrato hecho á los cuatro años de casados Saskia es de una hermosura extraordinaria y está vestida con lujo verdaderamente oriental. Pero sus prosaicos contemporáneos no eran capaces de comprender, que el artista regalaba tantas preciosidades á su esposa para embria- garse con los milagrosos reflejos de colores siempre variados, que en aquellos producía la luz. Muy pronto se comenzó á murmurar en toda la ciudad de este lujo desmesurado, y, por intrigas de los mismos parientes de Saskia y amigos de éstos, fueron citados Rembrandt y su esposa ante el juez, debiendo conformarse con la amonestación que les dió el magistrado. Pero este incidente no causó mayor impresión en los felices espo- sos: al contrario; sugirió á Rembrandt la idea de uno de sus más conocidos cuadros, por el cual quiso corresponder irónicamente á los insultos que le habían dirigido los envidiosos ciudadanos de Ams- terdam. Se retrató á sí mismo junto con Saskia, vestidos ambos con el ma- yor lujo y gozando de los placeres de un banquete íntimo. Rembrandt aparece levantando su copa para brindar por los habitantes de su amable ciudad de Amsterdam, riéndose de sus caras enojadas. Naturalmente, fué este cuadro el objeto de nueva crítica moral muy severa. Otras pruebas de la gran felicidad de su vida de casado son los NUMErosos cuadros, que representan diversas escenas íntimas en que eran actores los cónyuges. Para estos cuadros tomaba siempre de modelo á Saskia y á veces á sí mismo junto con ella. En uno de estos cuadros Rembrandt hace entrega á su esposa de una cadena de perlas. REMBRANDT 109 De extraordinaria gracia es el ademán de las manos, con las cuales Saskia toca uno de sus aros, para observar en el espejo el efecto que produce. Parece que también este cuadro fué un desafío de Rembrandt á las gentes que se ocupaban demasiado de las intimidades de su vida, pues no dirige su mirada á Saskia sino al observador del cuadro. Mas, á pesar de las contrariedades que causaba á sus conciudada- nos, le encargaron sin interrupción retratos, en los cuales se libraba :ada vez más del estilo convencional. Durante este tiempo pintó también un retrato de su hermana, que fué muy admirado. Además ejecutó Rembrandt en los años de 1633 á 16539 el único encargo, que recibió de un príncipe. Enrique de Orania se interesó por el joven artista, que había sido recomendado por su secretario privado, y le encargó cinco cuadros religiosos de mediano tamaño. Estos cuadros son obras maestras, á pesar de que no están en con- sonancia con el arte eclesiástico. Carecen del estilo sublime y por eso no pueden excitar á la devoción. En cambio, son obras realistas, en el mejor sentido de la palabra. La más hermosa es El descenso de la cruz, que se distingue por un efecto místico en alto grado, porque el grupo principal con el cadáver del Cristo está bañado en una luz brillante, mientras todo lo demás se pierde en la obscuridad de la noche. Al mismo tiempo, el incansable artista ejecutó muchos cuadros de escenas mitológicas, religiosas y fantásticas. Uno de estos representa á La reina Artemisia recibiendo la copa con las cenizas de su marido Mausolo, á quien hizo erigir un sepulero que en ningún otro tiempo ha sido superado en esplendor. Ya sabéis que esta obra arquitectónica hizo inmortal á su esposo, y aun hoy llamamos « mausoleos » á aquellos sepuleros que sobresa- len por su carácter monumental y magnificencia. Otro cuadro muy gracioso representa al pequeño Ganimedes, hijo «Lel rey de Troya, en las garras del águila de Júpiter, que le lleva al Olimpo, para que se inmortalice como copero de los dioses. La venganza de los filisteos contra Sansón, se distingue por efectos deluz muy fuertes y un movimiento extraordinariamente dramático de las figuras. Un soldado hunde al atleta, que ha caído en una celada, el euchillo en el ojo derecho, mientras que la pérfida Dalila huye, espan- tada por los eritos de su víctima. En sus manos tiene todavía la tijera 110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y los cabellos de Sansón, á los que éste debía sus fuerzas sobrenatu- rales, tan temidas por los filisteos. Otro cuadro — uno de los mejores que Rembrandt pintó — se en- cuentra en la galería imperial de San Petersburgo, y representa á Dánae recibiendo la visita de Júpiter en forma de una lluvia de oro, para que diera á luz á Perseo, el héroe místico que decapitó 4 Medu- sa y libró á Andrómeda encadenada á una roca y entregado á los monstruos del mar. Otros hermosos cuadros, que pertenecen á esta misma época, son el de una joven que la sirvienta adorna para una fiesta, un Cristo, y el cuadro bíblico Jesús y la adúltera. Gracias á sus grandes éxitos, que parecían ser una fuente inagota- ble de riqueza, pudo Rembrandt satisfacer su más ardiente deseo : ser propietario de una casa. Esta existe todavía y ha sido adquirida recientemente por la ciu- dad de Amsterdam, para conservarla como reliquia de su gran hijo. Aquí realizó Rembrandt todos sus ensueños más artísticos. Ya no se conformaba con regalar á su esposa nuevos trajes y Joyas sino que le ofrecía también los muebles más artísticos, antiguos y nuevos que adquiría en grandes remates, donde se vendían estas pre- ciosidades, traídas por navíos mercantes de Italia y del Oriente. No le faltaba ocasión para satisfacer su necesidad de lujo, pues el comercio de Holanda con toda la Europa y con las colonias estaba en- tonces muy extendido. Rembrandt rivalizó más de una vez con los más grandes y ricos comerciantes, cuando se trataba de adquirir un objeto de arte, que aquellos le disputaban. Así arregló su casa en poco tiempo tan espléndidamente que legó á ser la más hermosa y valiosa de toda la ciudad. Parecía un museo, por las cantidades de géneros orientales, muebles italianos, estátuas antiguas y sobre todo por sus numerosos cuadros. tembrandt poseía obras de casi todos los grandes maestros italia- nos, entre otras dos de las mejores MHadonas de Rafael, otros cuadros de Pablo Veronese, Giorgione, Palma Vecchio, Bassano, Tiziano, ete. Y los cuadros de los más célebres pintores holandeses y flamencos que pudo adquirir fueron incorporados á su galería. Entre estos se encontraban varias obras espléndidas de Rubens. No menos magníficos eran sus objetos de oro y plata, y, sobre todo poseía una colección de armas y armaduras y otra de trajes históri- cos que representaban un valor muy grande. REMBRANDT EL Todas estas cosas daban naturalmente, á los ciudadanos arreglados de Amsterdam nuevos motivos para la murmuración. No comprendían que el artista necesitaba de todas esas cosas para inspirarse y poder erear la riqueza pictórica que admiraban en sus cuadros. Y si por ese motivo su casa no fué el centro de la sociedad comer- cial, en cambio lo fué del mundo intelectual de Amsterdam. En sus lujosas salas se daban cita los hombres de ciencia, literatos entendidos en arte y artistas de Amsterdam y todos los extranjeros intelectuales que visitaban la ciudad. No obstante, Rembrandt permanecía fiel á su sencillo modo de vi- vir y la misma Saskia no vió en la posesión detodas sus preciosidades la satisfacción de una necesidad de lujo sino de gusto artístico, pues en la adoración de lo bello rivalizaba con su marido. Ambos vivían sólo para el arte : el artista como ingenio creador y su esposa como modelo infatigable. Los amigos más íntimos y sinceros, que participaban de la felici- dad de los esposos cuando se hallaban en la cúspide de su gloria fue- ron el burgomaestre Six y el doctor Tulp. Varios de sus allegados le permitieron que los retratase con la más amplia liberlad y subordinándose por completo á sus ideas artísticas. El más hermoso de estos cuadros es sin duda el de un sacerdote de los menonistas, conocido con el nombre Anslo y su esposa. Estos sectarios de Meno, que no reconocen el bautismo delos niños y lo repiten cuando son adultos, eran numerosos entonces en Holanda. El cuadro del sacerdote Anslo, le representa explicando á su espo- sa una idea filosófica, mientras que ella procura comprender sus pa- labras. La cara de la señora, que está en la luz más fuerte refleja de una manera extraordinaria la vida de su alma. Mas los doce años de gloria y felicidad que había disfrutado Rem- brandt hasta entonces no carecían de sombras obscuras, pues en el curso de este tiempo había perdido tres hijos, lo que le afligía muchí- simo siendo extraordinariamente grande el afecto que sentía por to- dos los suyos, como nos lo ha demostrado el gran número de retratos de sus propios parientes. La gran tristeza que causó al artista la pérdida de su adorada ma- dre fué en parte mitigada por la tarea á que le obligó el encargo de un nuevo é importante trabajo. Con el más grande entusiasmo se entregó de lleno á esta obra, queriendo concentrar en ella todas sus capacidades é ideas artísticas. 112 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Resolrió no dejarse influir de ninguna manera por los deseos de los que debía retratar, sino proceder como Rembrandt. El capitán de la compañía detiradores de la guardia cívica de Ams- terdam le pidió que le retratase junto con sus oficiales sobre un lien- zo de cinco metros de ancho y cuatro de alto. | y 2embrandt pintó aquel cuadro, del cual ya os hablé en la primera parte de mi conferencia la llamada Ronda nocturna, designación erró- nea que demuestra cuan poco se comprendió esta obra, que después de haber quedado en el olvido durante casi un siglo, fué llevada en 1808 al museo de Amsterdam, recién fundado por Napoleón 1. Sólo cuando la dirección del museo hizo limpiar el cuadro con moti- vo de la eran exposición de las obras de Rembrandt, realizadas du- rante las fiestas de la coronación de la reina Guillermina, descubrie- ron los conocedores de arteque aquél no representaba una escena noe- turna sino diurna. Rembrandt representa en el cuadro la partida de los tiradores, te- niendo con este motivo ocasión de dar álas personas retratadas gran movimiento y realizar numerosos efectos de luz muy variados. A la derecha vemos la mitad de un tambor que está dando la se- ñal de la partida, mientras los demás están ocupados con sus dife- rentes armas. El capitán ya ha salido del pórtico semiobscuro de un edificio gran- de y le encuentran los primeros rayos del sol que sobre todo produce efectos muy fuertes sobre el coleto de su pequeño ayudante, que mat- cha á su lado y á quien está explicando un problema técnico. El mayor efecto de luz empero, no lo reflejan estas dos personas principales sino la figura de una niña, que se escurre entre los tira- «lores, teniendo aparentemente sujeto en su cintura un pollo que es tal vez uno de los premios para los mejores tiradores. Esta fieura de niña es seguramente lo más espléndido que creó el ingenio de Rembrandt. Aquí alcanzó por completo el efecto de la luz solar más fuerte; en esta luz el ojo humano ya no puede distinguir ni el valor, ni la mate- ria de los objetos iluminados, porque está cegado por el brillo. Del fracaso que tuvo el artista con este cuadro, ya os he hablado en la primera parte de mi conferencia. Fué tan erande como el éxito que le valió la lección de anatomía del doctor Tulp. Los retratados quedaron descontentos. Ea vano buscaron la seme- janza que habían admirado tanto en sus retratos anteriores. No fue- REMBRANDT 115 ron capaces de comprender las calidades artísticas extraordinarias, que hicieron de este cuadro una obra de arte de primer orden. El astro de Rembrandt se apagó con la misma rapidez con la cual se había levantado ; pero sin duda alguna no se apercibió de eso, pues recibió el más rudo golpe de los que podían alcanzarse : la muerte de su adorada Saskia. Rembrandt quedó inconsolable. Sin embargo encontraba aleuna distracción en su arte y una débil compensación en su pequeño hijo Tito, que había costado la vida á su madre. Poco antes de morir Saskia había dispuesto en su testamento que Rembrandt quedase en posesión de toda la fortuna administrando también la parte que pertenecía á Tito. Pero si volvía á casarse de- bía entregar á este último la parte que le correspondía. Recordándose de las contrariedades que había tenido con la Muni- cipalidad de la capital, rogaba á esta corporación que no se preocu- pase de los negocios pecuniarios de su esposo y de Tito, dando prue- bas de la caballerosidad y honradez de Rembrandt. Sin duda alguna Saskia quiso demostrar á su marido el gran amor que sentía por él sin prever que esta cláusula testamentaria sólo ace- leraría su caida, como luego veremos. Es admirable que estos dos golpes de la providencia — el fracaso por la Ronda nocturna y la muerte de Saskia — no debilitasen su fuerza creadora. Los cuadros que produjo en los años siguientes, son numerosos. So- bre todo, pintó entonces los mejores de sus paisajes, que muchos co- nocedores estiman superiores á los del gran paisajista holandés Ja- cob van Ruysdael y del célebre francés Claude Lorrain. El más importante de estos paisajes, El molino de viento, se conser- va en Inglatera en una galeria particular. En este cuadro es admirable la amplitud de horizonte y la fuerza luminosa del cielo en el crepúsculo, del cual se destaca el molino con imponente majestad. Mas, á pesar deque se le retiraron la mayor parte de los ciudada- nos ricos, Rembrandt pintó también en los años siguientes, varios re- tratos. Uno de éstos, el retrato de la viuda del almirante Swartenhout puede considerarse como una de sus mejores obras. Se trata de un cuadro minuciosamente ejecutado, y correspondien- te, sin duda alguna, en el más alto grado con la realidad; dos calidades que habrían debido ser capaces de rehabilitar su fama de primer retratista, que había perdido por la Ronda nocturna. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIM. 8 114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Además, había aquí evitado los efectos de luz caprichosos, que pu-. dieran disgustar á las gentes. Pero no parece que el cuadro alcanzara un éxito semejante, pues en los tiempos ulteriores pintó el artista varios retratos de amigos íntimos, entre éstos el del Caballero con la mano extendida, y bosquejó muchas cabezas de estudio, sobre todo de habitantes del barrio judío, que le sirvieron más tarde para cuadros de escenas bíblicas. Varias veces pintó también á Saskia, aprovechando bosquejos y retratos anteriores. Estos retratos son muy lindos y muestran á su finada esposa en su belleza calma y seria, vestida con trajes menos fantásticos que antes. La misma quietud de facciones muestran también sus autoretratos de este tiempo. Sin embargo, ya se notan algunas líneas que descubren penas se- cretas. Cada día tenía que luchar más con las contrariedades de la vida. Siempre se hallaba en dificultades pecuniarias. Ya en los últimos años de la vida de Saskia había contraído den- das, y éstas aumentaron de año en año. Además, tuvo influencia sobre su situación pecuniaria la política enredada de Holanda con Inglaterra, debida á la cual los tiempos eran muy inseguros y la gente rica no gastaba el dinero. Esta situación tan enredada, que no le permitió pagar á su hijo Tito, la parte de la fortuna que le correspondía en el caso de que Rembrandt volviera á casarse, le impidió contraer matrimonio con Hendrickje Stoffels, que le dió un hijo, diez años después de la muerte de Saskia. p Era una aldeana sana, de cara nada hermosa, pero simpática; admi- nistraba en aquellos tiempos la casa del artista y reemplazaba á la madre de Fito. Después vino otro nacimiento al año siguiente y aun cuando sus nuevos vástagos murieron muy pronto, Rembrandt había dejado de existir para la sociedad de Amsterdam. Rembrandt consideraba á Hendrickje, en cambio, como su esposa legítima, y admitió también á la madre en su casa. Los ciudadanos de Amsterdam se enojaron por un cuadro, en el que Rembrandt representa á Hendrickje, levantándose de la cama, mien- tras los rayos de sol matutinos se reflejan en su cara. Huelga decir que Hendrickje le servía de modelo con el mismo atr- dor infatigable que lo hacía antes Saskia, y la adornaba con los restos REMBRANDT 115 de las preciosidades, que entonces poseía esta última. Uno de estos cuadros la muestra mirando por una ventana. Además, retrató varias veces á la madre de Hendrickje y muchas veces á su hijo Tito, que se desarrollaba más y más, si bien era algo enfermizo. Un cuadro de una perfección extraordinaria es el de una mujer vieja que está meditando las palabras que ha leído. La quietud, que irradia esta cara, trae el recuerdo de las obras clá- sicas. Habiendo, entre tanto, tomado cuerpo las murmuraciones relativas á su conducta y situación pecuniaria, los parientes de Tito, en 1656, hicieron citar á Rembrandt ante el juez, y éste le declaró insolvente. Su casa y todas sus colecciones fueron rematadas. Así se vió obligado á abandonar la lujosa mansión, cuyo sosteni- miento aumentara sus deudas. Hacía ya años, que no ganaba casi nada. El único que compró sus cuadros fué el burgomaestre Six, que le guardaba siempre la misma amistad fiel, á pesar de las murmura- ¡ones de las gentes, á quien había retratado poco antes de la quiebra. Es un retrato muy célebre, que está todavía hoy en posesión de la familia Six, en Amsterdam. No es exagerado llamar á este retrato « Insuperable ». Con él ha pagado Rembrandt como un príncipe todos los beneficios que le hizo este noble ciudadano, por su independencia espiritual de las preocupaciones morales del tiempo y por su ayuda durante las dificultades pecuniarias. Representa al burgomaestre poniéndose los guantes, para hacer un paseo; y, á pesar de este momento aparentemente trivial y de la quie- tud de sus facciones, nos revela este retrato todos los nobles senti- mientos que se agitaban en el alma de Jan Six. Debido á los malos tiempos el remate de la casa y de los objetos de arte que poseía Rembrandt, produjo una suma increíblemente peque- ña, que de ninguna manera era suficiente para amortizar sus deudas. Sin embargo, parece que la desgracia no hizo gran impresión en el artista y que no perdió su buen humor, pues los contemporáneos refie- ren que el día del remate se sentó en la calle para pintar del natural un buey, que estaba colgado delante de una carnicería. Este bosquejo muy bien estudiado, que conserva el Louvre de Pa- rís, inspiró á Rembrandt varios cuadros análogos. Uno de éstos está en Budapest, otro en Glasgow. Una prueba de su buen humor nos lo da también el haber hecho 116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA excelentes aguas fuertes que representaban los empleados de la mu- nicipalidad que remataron sus propiedades y á quienes regaló estos retratos. Como no bastara la suma que resultó del remate, para satisfacer á los deudores, se vió obligado el artista á entregar á estos últimos, todo el dinero que obtuviese de la venta de retratos en lo futuro. Así quedó Rembrandt por mucho tiempo, sin recursos para su existencia. Entonces le probó Hendrickje su amor y gratitud, conquistando en la historia del arte un digno lugar al lado de Saskia. Abrió, con el joven Tito, un negocio de objetos de arte, evitando así á Rembrandt la lucha por la vida, y le hizo posible que se consa- erara por completo á sus manifestaciones artísticas, sin preocuparse de que comprasen sus cuadros ó le encargasen retratos. Muchos de los cuadros de estos tiempos no son equivalentes á los anteriores; en cambio, otros son obras maestras. En uno de ellos pintó á Hendrickje como Venus con Cupido. En su arte buscó y encontró quietud y cuando llamaban su aten- ción individuos extraños ú exóticos, les pintaba como en los tiempos pasados; y una prueba de ello es el espléndido retrato de dos negros. Aún en estos tiempos de infortunio alguien le encargaba de vez en cuando un retrato, y cuando los cirujanos necesitaron otra vez un eran cuadro de un profesor en medio de su auditorio, recordaron el gran éxito que había tenido La lección de anatomía del doctor Tulp, y le confiaron el trabajo. Pero la obra que ejecutó el artista, es una prueba más de que no quería adquirir otra vez la admiración de la gente, que despreciaba su arte. Se aferraba todavía más á sus caprichos artísticos, como en la Ronda nocturna. Existe sólo un pedazo de este cuadro, que fué salvado de un incen- dio, pero este trozo nos demuestra que pertenecía á una obra maestra. tepresenta justamente al profesor y al cadáver, y sin duda, no gustó á los que le encargaron. El cadáver está dibujado con el escorzo más extraño, pero también más difícil para el artista, y es seguramente superior al célebre Oristo escorzado del gran italiano Mantegna, delos tiempos del Renacimiento. También otro encargo magno, que recibió de la municipalidad, tal vez por intervención del burgomaestre Six, no fué ejecutado á satis- facción de los que lo habían encargado, porque no se dejó influir por extranos. REMBRANDT ALA Este cuadro no fué jamás colocado en el sitio que se le había des- tinado. Más tarde se le cortó en varios pedazos; algunos de los cuales exis- ten aun hoy, demostrando que pertenecían á una obra maestra, víc- tima de un tiempo mezquino. Mas el fracaso de estos dos cuadros magnos no impidió que un discípulo de Rembrandt, á quien conservaba su amor y admiración, se empeñara con los regentes de las fábricas de paño, para que le encar- gasen un cuadro destinado á servir de adorno de su sala de reunión. Y la obra, que el artista creó entonces, parece un milagro, después de los dos que ejecutó antes, siguiendo solamente su capricho. Tal vez le obligó la prueba de amistad tan fiel y grande, que le dió su discípulo, 4 cumplir de la mejor manera con la esperanza que po- nían en él los que le encargaron el trabajo. Creó el cuadro de regentes más espléndido que existe, demostrando que tenía, cuando lo quería, capacidad necesaria para satisfacer á sus contemporáneos. No resolvió en este cuadro ningún problema de luz. Tampoco repre- sentó una idea psicológica ¡no! retrató sólo seis hombres, en una for- ma que correspondía enteramente con los deseos de estos últimos. Á pesar de eso, creó una obra maestra espléndida, ante la cual muchos espectadores no pueden separarse por horas enteras. Este cuadro es el último legado grandioso que dejó á la posteridad. Su cuerpo decaía cada año más. ¡Qué diferencia entre la cara riente del joven arrogante, que hemos visto al principio de mi desarrollo biográfico, y la cara arrugada é hinchada por el alcohol, que adquirió más tarde! Ya no cubrían su cuerpo las pieles preciosas de tiempos pasados, sino una casaca vieja. En la cabeza no lleva más el elegante birrete, sino un sencillo turbante. Sin embargo, los últimos años de su vida, le habían reservado otros dos golpes graves. En 1664 murió Hendrickje, que le había cuidado hasta sus últimos días y que le demostró siempre el mayor interés por sus trabajos. Muchas veces le combatía su vicio del alcohol, poniéndose siempre á su disposición como modelo. La desgracia de su pérdida fué para Rembrandt un rudo golpe, pero más aún sufrió por la muerte de su querido hijo Tito, ocurrida poco después. o Entonces el hombre viejo y frágil estaba solo en el mundo, olvidado 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de sus contemporáneos, que se creían ofendidos por él, sin darse cuenta que fueron éllos los que tanto le habían herido en sus sentimientos artísticos. Sus amigos íntimos ya no existían, sus nuevos amigos eran mendi- gos y desgraciados, que, como él, olvidaban con el alcohol su miseria y desesperación, y tal vez no sabían, cuán célebre había sido en tiem- pos pasados el nombre del pobre artista, que los pintó en momentos de inspiración, y que tenía en su miserable taller un cuadro extraño de un hombre que lloraba mientras un muchacho tocaba el arpa. ¡Cuántas veces se reían de esta pintura sin saber que representaba al rey Saúl y David y que Rembrandt por este cuadro se había librado de la gran desesperación, que muchas veces le embargaba en las horas en que rememoraba los tiempos de gloria y del amor de Saskia.. Sin embargo, los mismos miserables lloraron como el rey Saúl, cuando el más grande pintor de Holanda murió en la primera semana de octubre en 1669, y mientras que Amsterdam, el teatro de sus gran- des triunfos, no tomó noticia de su muerte, ellos le rindieron los últi- mos honores. JOHN D. WARNKEN. Septiembre de 1906. CIENCIA Y ESPIRITISMO Mientras por un lado se proclama el fracaso de la ciencia y por el otro se exaltan las maravillas de la misma, se nota tal recrudescencia acerca de los fenómenos mediánicos, que parecen haber vuelto los tiem- pos de Mesmer y de Cagliostro. En todas partes se han multiplicado las sociedades espiritistas, tomando por modelo la de Londres, fundada en 1850 por el célebre físico W. Crooke; han aparecido periódicos especiales, no bastando las polémicas continuas en los diarios, más ó menos políticos, y, en fin, se prodigan elogios sine fine diantes á los mediums á la moda; pero el resultado final es que estamos siempre en el sicut erat im principio. Unos dicen que el mundo está lleno de misterios y que entre estos pueden caber lo del espiritismo ; que los hechos son hechos; y si éstos por ahora no se pueden explicar, es necesario contentarse de verifi- arlos; y que el negar estos hechos es cosa cómoda, pero no tazo- nable... Contestan otros que los misterios son creados en sus gabinetes me- diánicos por los espiritistas, los cuales no permiten las observaciones en las condiciones y con los medios que la ciencia requiere, y que, como ha sucedido en pocos casos, cuando estas condiciones han sido verificadas, los Mediums no han funcionado ó han sido desenmascara- dos como charlatanes. Los primeros añaden que así sucede con todas las ciencias en enm- brión, y que si la Astrología ha producido la Astronomía y la Alquimia á la Química, bien puede el Espiritismo dar lugar á una ciencia nue- (1) El señor injeniero Emilio Rosetti nos envía la presente nota técnica que con placer publicamos, agradecidos de ver que el anciano profesor no olvida nues- tra publicación. (La Dirección.) 120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA va, que explique de un modo racional muchos fenómenos hasta ahora misteriosos. Está bien, repiten los adversarios, pero no será posible sacar nada de positivo mientras se proceda con el empirismo grosero y bestial de las sesiones mediánicas actuales. He notado especialmente estos epítetos, porque ellos son debidos á los célebres espiritistas, el profesor Morselli y el finado senador Cris- tóbal Negri, el cual solía repetir que le repugnaba en sumo grado el unir el mundo sublime del espíritu con las prácticas groseras y bestia les de los mediums. Y en efecto, no se pueden clasificar de otro modo las muecas gro- tescas y ridículas de éstos para evocar un llamado espíritu (especial para cada mediums), el cual abofetea, toca la trompeta, se hace foto- erafiar, plasmar con barro ó cera y se encarna ó materializa como un muñeco cualquiera. No es ciertamente de este modo, que la Astronomía y la Química han podido sepultar á la Astronomía y á la Alquimia. Ha vuelto últimamente á Milán la afamada Eusapia Paladino, y á sus sesiones mediánicas asiste el célebre alienista profesor César Lombroso, el cual se promete explicar muchos de los fenómenos espi- ritistas, pero temo que dado el entusiasmo de dichos señores por los mediums ad usum Paladini, nos quedaremos aún por mucho tiempo, como antes. En Londres, actualmente, hacen mucho ruído los cónyuges Zanzigs con la Telepatía, la cual, por lo menos entre las llamadas ciencias ocul- tas, promete explicaciones razonables por medio de la radivoactividad y de las ondas hertzianas; pero dichos señores hasta ahora nose quie- ren prestar á estudios verdaderamente científicos, deseando explotar su secreto. Estamos, pues, en lo de siempre, y concluiré diciendo que: Es inconcebible, á lo menos para mí, que muchos hombres de cien- cias, los cuales se ocupan de estas cosas, puedan invocar los grandes descubrimientos modernos de la químico-física, de la biología, de la mecánica y del cáleulo transcendental con sus especulaciones sobre la cuarta dimensión del espacio, el infinito, ete., etc., para fomentar las fantasías mediánicas, mientras estos descubrimientos deberían darles el golpe de gracia, dejando la metafísica y lo sobrenatural álos filóso- fos de los tiempos pasados. ena ING. EMILIO ROSETTI. Milán, 5 de enero de 1907. SOBRE LAS INSTRUCCIONES QUE SE DAN Á LOS VIAJEROS GEOLOGOS Tengo sobre la mesa en que escribo, un pequeño folleto publicado por la División de Minas, Geología é Hidrología, del Ministerio de Agricultura, y que se titula Instrucciones para la recolección de mues- tras de rocas, yacimientos metaliferos y fósiles. En un país, como la República Argentina, á cuya extensión enorme se añade su poca densidad de población para hacer difíciles y lentos ciertos estudios referentes á su geografía física, sería muy de de- sear, que estas Instrucciones y todas las indicaciones de esta clase, se vulgarizasen y propagasen todo lo posible, y fuesen puestas en prác- tica por los ingenieros, agrimensores, ó simples viajeros, que por ne- cesidades de profesión ó de negocios, recorren ciertas regiones poco ó nada exploradas : así se iría poco á poco recogiendo un material va- lioso, bien organizado, y aunque venido de muchas manos, uniforma- do de tal manera, que pudiese servir con fundamento serio á estudios completos y metódicos. Los vestigios, más aun, la necesidad imprescindible de tener ex- tensas colecciones sistemáticas de materiales geológicos, es demasia- do evidente para que haga falta demostrarla. Como dice en el folleto á que me refiero, «una colección sistemática, da una idea mucho más completa y se graba más fácilmente en la memoria, que todos los cot- tes ó perfiles mejor hechos, sin contar que estos últimos son insufi- cientes para dar una idea de las descomposiciones ó transformacio- nes que se han producido ó se producen, enlos depósitos mineraliza- 122 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dos: Esta imitación, por decirlo así, de la naturaleza, tiene la ventaja de hacer ver al observador, no sólo la substancia útil, sino también las transformaciones y las combinaciones de que es susceptible y las reacciones químicas que se han producido en ellos y permite estudiar in situ, los caracteres generales, los caracteres locales y todas las com- binaciones posibles, no solo en uno, sino en un gran número de yaci- mientos y esta variedad de ejemplos aumenta el interés para este género de estudios ». La mayor parte del material necesario para estas investigaciones, puede ser proporcionado por simples viajeros ó por personas extra- ñas en absoluto á los conocimientos técnicos de esta especie. «No es necesario, — dice Stanislas Meunier —que el viajero sea geólogo, para que él pueda hacer obra geológicamente útil.» Y los trabajos, en apariencia más simples y sencillos, son á veces los más provecho- sos. Los resultados puestos en evidencia por algunos pacientes co- leccionistas, han prestado á la ciencia, servicios tan importantes que los igualan á los obtenidos por las más importantes investigaciones de sabios y geólogos. Además del alto interés científico de estos estudios, está el interés práctico que resulta, de las vinculaciones estrechas de la geología, con la agronomía, y de la relación directa que hay entre los conoci- mientos geológicos de una región y la posibilidad de una explotación minera racional y provechosa. La preocupación de los geólogos de reunir en un cuerpo de doctri- na, todas las prescripciones útiles á la recolección y buena conserva- ción de los documentos geológicos, ha producido desde muy antiguo, eran cantidad de obras. Una de las primeras, cronológicamente ha- blando, es la de Woodward, que en una Géographie physique, publica- da en 1735, da como anexo, una serie de indicaciones que según él dice, «sirven para hacer observaciones, colecciones y para formar ca- tálogos de todas las especies de fósiles. » Algunas páginas de este libro, parecen escritas en nuestros días ; por ejemplo, después de enumerar las reglas de observación que él preconiza, añade: « Esta es la verdadera manera con que es necesa- rio observar si uno quiere instruirse exactamente sobre las cosas : póngase en todo mucha atención, porque el más pequeño error, puede conducirnos después, á errores considerables: es necesario también, tener cuidado de irlo poniendo todo por escrito, á medida que se ob- serva, Ó lo más pronto que sea posible, y no fiar nada á la memoria, que podría fallarnos. » INSTRUCCIONES Á LOS VIAJEROS GEÓLOGOS 123 Otras páginas, en cambio, hacen ver claramente, la fecha en que fueron escritas, como cuando dice: «Conviene enterarse de los que trabajan en las minas, si alguna vez han visto claramente, algún me- tal ó mineral que crezca. » En 1755, apareció en Estocolmo, una guía para hacer colecciones de minerales : el título era Tal om mineral Samiingar y su autor, Ni- colás Philander-Hjelm. En 1791, publicó Dolomieu una guía del geólogo, con el título de Note 4 communiquer do messienrs les voyagenrs naturalistes qui font le voyage de la mer du Sud et des contrées voisines du Póle austral. En 1796, publicó Hacquet su obra Voyayes aux Carpathes, en la cual da una serie de reglas para la formación de las colecciones botánicas y litológicas. En ese mismo año, se publicó en Génova £?* Agenda du Géologue- Voyageur de De Saussure ; esta misma obra, había sido ya publicada antes, incluída en el tomo IV de los Voyages dans les Alpes, del mismo autor: de este libro se ha dicho que era «el primer ensayo hecho para presentar metódicamente las cuestiones que uno está obligado á re- solver en toda especie de investigaciones geológicas en pleno cam- po»: pero Ami Boué, geólogo francés, de quien son las líneas ante- riores, se equivoca en su afirmación, pues ya hemos visto que la obra de Woodward, es anterioren 71 años á la de De Saussure. En 15053, se publicó en Alemania el Handbuch der Gerbirgskunde, por Bruner. En 1804, el Anleitung um Studium der Mineralogie, por André. En 1817, Mauricio de Engelhardt, da algunas indicaciones en su obra Geognostische Methode, y también Leonhard y Kopp en su Pro- pedentik der Mineralogie, editado en Frankfort. En 1819, se pueden señalar entre otras menos importantes, las si- guientes. Geognosticher Katechismus, por Pusch. Instruction pour le capitaine Freycinet, por Ramond. Mémoire sur les qualités et les connaissances que doit avotr un natu- raliste voyagenr, por Bourdet de la Nievre: publicada en Berna. En los años siguientes, las publicaciones se suceden de tal modo, que se hace difícil el catalogarlas. Senalaremos simplemente las si- guientes, escogidas entre las más importantes. Manual du minéralogiste voyageur, por Brasd, 1824. Geological essays, por Hayden, 1526 (Baltimore). Instructions pour les voyagenrs et les employés dans les Colonies sur la 124 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA manicre de recueillir, de conserver et d'employer les objets d?histotre na- turelle, publicadas en 1529 por el Muséum de París. En 1830, la Sociedad Geológica de Londres, hizo una publicación análoga. En 1834, el coronel Jackson publicó en París un 4 ¿de-Mémoire du voyagewr. En 1835, apareció la obra de Ami Boué, en dos volúmenes, titula- da Leguide du voyageur géologue. La competencia especial que para tratar de estos asuntos tenía Ami Boué, está bien garantizada por sus continuos viajes á través de toda Europa, en los que empleó eran parte de su vida. Y de sus conocimientos geológicos profundos, nos aseguran ampliamente sus notables obras. En una de ellas, explica el origen de sus continuos viajes, de la siguiente manera : <« Puedo decir que me he visto arrojado por los caminos, desde mi más temprana edad, lo mismo que la mayor parte de los míos, habien- do dividido mi existencia entre siete capitales de Europa. Como ade- más, tenía parientes próximos en una docena de ciudades dispersas en el norte, este y centro de este continente, se comprenderá fácil- mente mi humor viajero, y mi inclinación irresistible por la vida va- abunda, sobre todo cuando se sepa que había quedado huérfano á los once años y enteramente libre de mis acciones á los veinte. «A pesar de las rudas aventuras que me han acontecido en mis via- jes, no es ahora un inválido el que os habla, sino un hombre, que ha- biendo visto y viajado mucho durante veinte años, cree útil recapi- tular sus observaciones prácticas para hacer aprovechar de ellas á sus semejantes, antes de ponerse en marcha para continuar nuevamente, la vida errante á la cual el destino parece haberle condenado. El occidente me cansa y el oriente me llama; mi tumba será donde el clelo quiera ! » Posteriormente á estas obras, se han publicado muchísimas otras; cuyas ediciones sucesivas, han legado casi hasta nuestros días; no citamos, pues, ninguna, por ser la mayor parte, muy conocidas : en- cambio, las citadas antes, son ahora verdaderas curiosidades biblio- eráficas. El célebre geólogo A. Milne Edwards, instituyó, en el Muséum d'histoire naturelle de París, un curso de Enseignement aux. voyageurs naturalistes, y un buen resumen de estas lecciones ha sido publicado por Filhol en 1894. En mayo de 1906, se han publicado en París, aleunas de las con- INSTRUCCIONES Á LOS VIAJEROS GEÓLOGOS 125 ferencias dadas en el mismo Muséun por Stanislas Meunier con el tí- tulo de La géologie en voyage : este trabajo, es pues actualmente, la última palabra dicha sobre la materia, y por lo tanto, creemos que será de utilidad, hacer un extracto de él, para vulgarizar todo lo po- sible los conocimientos de esta clase, ya que es un hecho de expe- riencia y de experiencia desgraciadamente muy frecuente, que los ex- ploradores ó viajeros podrían hacer con los mismos esfuerzos, los mis- mos sacrificios y el mismo heroísmo, una obra mucho más fecunda, si supiesen recoger bien las muestras, en vez de tomarlas casi al azar. Un defecto común á la mayor parte de las guías y manuales de via- jeros geólogos publicados en Europa, es su exclusivismo, ya que, por mucha que sea la buena voluntad de los autores para generalizar sus prescripciones, éstas se refieren y adaptan mejor á las comarcas eu- ropeas, muy distintas de las sudamericanas. No puede hacerse geolo- gía del mismo modo en parajes densamente poblados y sobre un sue- lo movido por veinte sigios de civilización y guerras, que en las vír- venes soledades de la Pampa. Este defecto, no existe en el trabajo de Stanislas Meunier, de que tratamos : forma parte de una serie de conferencias sobre geografía colonial, y su autor se dirige especialmente á los viajeros y geólogos que tengan que recorrer comarcas inexploradas en Asia, África y AméTiCa. 11 Es un error creer, que estas instrueciones sobre la manera de re- coger las muestras, sean una especie de formulismo, y que no modifi- can el valor ni el interés delos fragmentos recogidos : por el contra- rio, ellas los modifican de tal modo y tan profundamente, que de sim- ples piedras, se transforman en elocuentes documentos, fuentes de informaciones indefinidamente fecundas. Además, y este es un punto de primera importancia, no es indispensable ser geólogo para poder traer de un paraje dado, documentos, de tal manera escogidos y or- denados que un geólogo que no haya visto el país, puede sacar de ellos, una noción precisa y completa sobre su constitución. Es raro que el estudio geológico de una comarca, sea facilitado por la existencia de numerosas excavaciones, naturales ó hechas por el 126 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA hombre. Lo más frecuente es que la vegetación oculte la naturaleza del suelo en las llanuras, en los flancos de las montañas y á veces has- ta en las cúspides. Lo primero que hay que hacer en un país nuevo, es hallar el me- dio de formarse una idea general; para esto, conviene buscar puntos desde los cuales se puedan tener vistas panorámicas. El mejor, es la cumbre de las montañas muy aisladas; desde ella se pueden notar inmediatamente las grandes líneas de la geografía física de la re- sión y la marcha general de los materiales del suelo, ocultos por las formas de los relieves accidentales y por la vegetación espon- tánea. La observación puede ser más completa si se dispone de algunos instrumentos sencillos. Una brújula nos daría las grandes líneas de orientación general y si está provista de un eclímetro nos permitirá conocer aproximadamente el valor de las pendientes de las montañas vecinas. Un barómetro aneroide, nos puede servir para conocer rápi- damente las alturas. En los países llanos, está el geólogo privado de estas facilidades de observación panorámica y es mucho más costoso procurarse una idea veneral de la región: en ciertos casos, puede ser un sucedáneo de las condiciones favorables que faltan, el empleo de un cerf-volamt fo- tográfico. En 1888, M. Arthur Battut, y en 1904, Emile Wenz, han empleado el cerf-volant, asociado á un aparato fotográfico, que uno puede fácil- mente elevar á muchos centenares de metros y hacer funcionar enton- ces, obteniendo excelentes panoramas que son de una consulta pro- vechosa. Cuando este método operatorio, hoy todavía en ensayo, se perfeccione suficientemente, pueden esperarse de él muy buenos re- sultados. Una vista panorámica, indica, no solamente la naturaleza simple ó compleja del país, sino también el orden en que deben emprenderse las exploraciones. El relieve general, debe seranotado por escrito y por croquis orien- tados á la brújula. Con estas observaciones, hechas atentamente, se descubren pronto los lazos de unión que tiene la disposición caracte- rística del paisaje con las substancias que forman su suelo. El paisaje eranítico, ó más generalmente, cristalino, se distingue en seguida de los paisajes estratificados : entre estos últimos, se distinguen los pa- leozoicos, de los secundarios y de los recientes. También puede apre- ciarse, aproximadamente, la energía de las acciones naturales que INSTRUCCIONES Á LOS VIAJEROS GEÓLOGOS 127 han desplazado ó levantado las capas de terreno. Ciertos rasgos ca- racterísticos, permiten diferenciar el paisaje volcánico, el glacial y muchos otros. Otra utilidad de las vistas panorámicas, es la de enseñarnos inme- diatamente, la situación de las localidades que son favorables á las investigaciones geológicas. Las superficies cubiertas de vegetación son contrarias: en cambio, convienen las hendiduras y desniveles bruscos del suelo: entre estos, las barrancas, costas y riberas, son pat- ticularmente interesantes. En ellas se ve la marcha característica de los diferentes terrenos, la manera cómo están dispuestas las capas, la, presencia de las fallas, y la intervención de las rocas eruptivas. Á lo largo de los cursos de agua, los desniveles de ambos lados, permiten hacer observaciones repetidas, comparables entre sí. Las paredes de los célebres Cañones del Colorado, son un ejemplo muy típico. Al pie de las barrancas se encuentran siempre pedazos pequeños de rocas desprendidas de la pared, y que pueden suministrar datos muy útiles: lo mismo puede decirse de los guijarros, arenas y limos encontrados en las riberas ó cuencas de los ríos, pero su recolección debe hacerse con ciertas precauciones, pues no se está seguro siem- pre sobre la localidad precisa de donde provienen. Se cuentan á este propósito incidentes y errores muy curiosos, como el ocurrido con la recolección de guijarros hecha en ciertas costas y que habían sido Mevados allí como lastre, por buques que venían de muy lejos. La superficie de las rocas, á lo largo de ciertos desniveles muy es- carpados, sufre frecuentemente por la acción de la intemperie una corrosión especial, que sirve á veces para poner en evidencia ciertos 'asgos delicados de su estructura interna: así es como también se revela la existencia de ciertos fósiles, que no pueden ser notados so- bre cortes muy recientes, como en los calcáreos magnesíferos de la Sulzfluhe en el Worarlberg: ejemplos análogos son los cristales de wernesita Ó conzeranites y los granates de diversos mármoles de los Pirineos. Entre los desniveles del suelo que es necesario citar, están las si- mas, cuevas, cavernas, abismos, grutas y pozos naturales, en los cua- les, á veces las rocas calcáreas se presentan perforadas. Su estudio es tan atrayente y de tal importancia que ha tomado una extensión considerable y se ha propuesto ya el consagrarle toda una ciencia especial, con el nombre de speleología. Los resultados se apoyan en las investigaciones hechas, no solamente sobre las rocas perforadas 128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que forman las paredes, sino también sobre los restos fósiles de ani- males que se encuentran en estas cavidades subterráneas en condi- ciones favorables de conservación. Al lado de las cavidades naturales, conviene colocar las excava- ciones de toda clase y dimensiones hechas por la mano del hombre con un fin utilitario, desde la pequeña excavación para el cimiento de una casa hasta la enorme trinchera en desmonte hecha para un fe- rrocarriló un canal: desde los pozos, hasta los túneles, no importa de qué longitud. Aun en los países nuevos, estos trabajos son de en- cuentro posible y la importancia de los datos que de ellos puede sa- car un geólogo, es inmensa. Por otra parte, la misión del viajero geólogo, no es solamente pro- curar un conjunto de rocas de la región; debe anotar con el mismo cuidado las condiciones climatéricas ó los fenómenos meteorológicos que ofrezcan algún interés particular: esta clase de datos valoriza mucho más las colecciones de muestras que se hayan formado y las completan de una manera excelente. El inconveniente principal que ofrece la recolección de las mues- tras de rocas, es su peso, que pronto llega á ser excesivo y agobian- te para el viajero. La manera única de atenuarlo, sería elegirlas con discernimiento para no cargarse con peso inútil. Para obtenerlas en buenas condiciones, es necesario ir provisto de útiles apropiados, de los cuales, el más indispensable, sin compara- ción, es el martillo. Se podría escribir un volumen entero sobre la historia del martillo en geología y sobre la descripción de las diferentes formas que se ha pretendido imponerle. Cada geólogo tiene su tipo de martillo, que cada uno ha compues- to según los principios de la mecánica y de manera que este compa- nero de todos los instantes pueda prestarle los servicios más vatla- dos. Es necesario que el martillo tenga un peso suficiente para que pueda dar un choque fuerte, y al mismo tiempo, que este peso no sea excesivo para que sea un instrumento fácilmente portátil. Debe tener el centro de gravedad colocado convenientemente para que pueda ser mantenido con comodidad en la mano y su brazo de palanca debe ser de una dimensión estrictamente calculada. Citaremos, á título de curiosidad, las siguientes frases de Ami Boué, de su obra Le guide du voyageur géologue : « El geólogo debe llevar dos martillos, uno grande y otro peque- ño: este último puede llevarse en el bolsillo. Esta combinación tiene INSTRUCCIONES Á LOS VIAJEROS GEÓLOGOS 129 la ventaja de que, ocultando el mango de madera del martillo grande, en la manga del traje, uno puede atravesar las ciudades y llegar á las casas de albergue, sin despertar sospechas, provocar preguntas ni exponerse á recepciones desagradables. » Al martillo, conviene añadir un cortafierro, cinceles, tijeras, etc. Un metro plegadizo para medir los espesores de las capas, no es imprescindible: aparte de que se pueden medir á ojo con suficiente aproximación, es también muy cómodo marcar dos puntos de refe- rencia ó distancia conocida, sea sobre el bastón, el mango del para- guas, la correa de una balija, ete. Las muestras de rocas que se van recogiendo se guardan en un sa- eo, cuya forma y disposición varían de un geólogo á otro. Aleunos lo sustituyen por un traje con gran número de bolsillos; pero esto pre- senta el inconveniente de que uno no puede desembarazarse del peso con la comodidad y prontitud que lo hace cuando las lleva en un sa- co. Estos detalles deben ser arreglados de acuerdo con el equipo ge- neral y según los gustos particulares de cada uno. Lo mismo puede decirse del sombrero. Ami Boué prefiere el som- brero duro á la gorra, porque, dice él: «uno no puede ponernada en su gorra, en tanto que el fondo del sombrero, ofrece siempre al geó- logo un último recurso para poner su pañuelo, ciertos objetos precio- sos ó delicados, papeles y hasta ciertas muestras de rocas, cuando ya tiene el saco y los bolsillos llenos ». Este mismo autor, parece sin embargo contradecirse, pues algunas líneas más allá dice : «el sombrero preferible es el blando ordinario, 6 chambergo, que puede facilmente plegarse, no abulta, y, cuando estorba, se puede poner en el bolsillo». El calzado es también un punto importante, porque si las otras piezas del traje, responden á necesidades de confort ó de higiene, en cambio el calzado es un ¿nstrumento de salud, según dice Stanislas Meunier, y añade: «esto justificaría la apreciación de un humorista que decia, que en el traje, el calzado es la pieza ca- pital ». El calzado del geólogo debe ser con la suela guarnecida de clavos, al menos cuando tenga que marchar sobre ciertas regiones. Por lo demás, todos estos detalles no pueden ser fácilmente reglamentados, y es preferible dejar que cada uno elija lo que le sea más cómodo ó aquello á que ya esté acostumbrado. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIL. 9 130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 1H Una vez equipado, y cualquiera que sea el yacimiento ó depósito que uno va á explorar, conviene fijarse mucho en las muestras que deben ser recogidas. En general, pueden distinguirse á simple vista en las rocas, varia- ciones de un punto á otro, y esto conduce á tomar, no sólo una mues- tra media, sino también á añadir, si se trata de una roca interesante, aleunas variedades extremas. En el mismo lugar, se practicarían cor- tes sobre ciertos spécimens para conocer los rasgos de su estructura y composición interna : estos spécimens cortados, deberán ser después cuidadosamente embalados y protegidos de todo roce que pueda da- ñar su nitidez. Muchas personas son contrarias á estas manipulaciones hechas so- bre las muestras en el mismo sitio que uno las recoge y piensan que: podrán ser hechas posteriormente en el gabinete, ó no hacerlas, y guardar las rocas como se han tomado. Hay en esta manera de pensar, muchos errores que conviene des- truir: la experiencia demuestra que los spécimens bien tallados son más instructivos, en su uniformidad, que los recogidos y guardados en bruto, tal como se presentan en la naturaleza: además, los talla- dos, ó labrados, son más cómodos para embalar y de una conserva- ción más práctica: y por último, es necesario tallarlos en el mismo si- tio en que uno los recoge, porque sucede muy frecuentemente que uno los recoge cuando ya están casi concluídos y es necesario poder reemplazarlos (1). (1) En el folleto de la División de minas, ete., 4 que me he referido se dan, al respecto, las siguientes instrucciones : Los pedazos de rocas se labrarán, lo mejor posible, en los mismos puntos en que se hace la recolección. El tamaño, para ejemplares de gabinete, es: Máximo, S Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Grieben A Secretario de correspondencia.. Ingeniero José Debenedetti le TESORENONS Aia Sd a Ingeniero Luis Miguens Es BrbM0teramo cano dee Ingeniero Federico Birabén F Ingeniero Mauricio Durrieux Ingeniero Vicente Castro : ; ¿Ingeniero Julio Labarthe . MOCOS a cie oa OS MS: Ingeniero HKomingo selva : e Doctor Guillermo Schaeffer Doctor Jorge Magnin 3 Doctor Horacio Araiti E CenenLOr oí ocn .- Señor Juan Botto REDACTORES Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge= niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor Cristóbal M. Hicken, senor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. ERAN a va 1 ADVERTENCIA Ñ RE he A los señores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número con la casa impresora de Coni hermanos. Los señores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas. Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección Cangallo 15825. A La Dirección. PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías Pesos moneda nacional A o iS 1.00 PO E IL 12.00 Númerora rasa 2.00 — para los socios.......... 1.00 LA SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano INSTRUCCIONES Á LOS VIAJEROS GEÓLOGOS 145 vaciones á hacer, corresponden á las indicadas para las plantas. Son muchas las rocas atacadas por los animales : sobre el suelo, los caracoles perforan los calcáreos, y en el mar, los erizos, los pholados y muchos otros animales litófagos, agujerean las rocas de todas clases y forman en ellas cavidades más ó menos grandes. La misma simetría existe entre las galerías abiertas por las lombrices de tierra, y las hechas en la arena de los mares por legiones de anélidos. Se recor- dará que muchas trazas y rastros dudosos observados en sedimentos de todas épocas, y hasta en las más antiguas, han sido mirados como agujeros hechos en los depósitos por los gusanos. Las perforaciones debidas á estos animales litófagos, permiten deducir que la formación que las presenta, se ha constituído en con- diciones litorales. Lo mismo que para las plantas, es necesario estudiar las acumula- ciones animales, ya sea que se trate de seres que viven en grandes masas, por la superposición sucesiva de varias generaciones, como en los baneos de ostras, ó en las construcciones madrepóricas, ó ya se trate de restos y despojos acarreados por las corrientes, como las arenas con foraminíferas, radiolarios, etc. Todas las observaciones biológicas son de interés capital para la reconstitución racional de las diversas fases de la evolución terrestre, para lo cual, hay que empezar por poder comparar el rol de la función biológica actual, con el que tuvo en épocas anteriores. Y los organis- mos son de tal modo delicados y sensibles á los cambios, que su es- tudio revela muy pronto las modificaciones y diferencias que ha pre- sentado el medio ambiente general en que han vivido. VI Creemos haber dejado demostrado con las páginas anteriores, quese llega mucho mejor á precisar los caracteres geológicos de una región dada, es decir, á reconstruir su historia, cuando se añade á las mues- tras de rocas minerales y fósiles, la constatación de las actividades te- láricas que han actuado y actúan aún sobre dicha región, que cuando no se cumple este requisito. Las consecuencias de este género de estudios son múltiples y se ex- tienden á los progresos de la ciencia pura, lo mismo que al mayor au- mento de sus aplicaciones prácticas: nos procuran pues, directa é in- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIIM. 9 146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA directamente, perfeccionamientos continuos á nuestra concepción de la naturaleza. Como se acaba de ver, el resultado final de todas las observaciones anteriores, es invariablemente el mismo: que el medio geológico es esencialmente activo, como si fuera un sér vivo; que es mucho más complejo de lo que á primera vista pueda parecer, tanto, que nin- eguno de sus detalles, lo poseemos aún completamente; y que es un tema de investigación nunca agotado, y un misterio siempre renovado por nuestra necesidad incoercible de explicar la naturaleza, asociada indisolublemente á nuestra incapacidad racional de penetrar en la esencia de ciertos detalles. Como ejemplos de estos detalles, pueden citarse los que se refieren á la forma de los objetos y á su constitución íntima. En estos dos ca- sos, uno encuentra siempre variaciones sensibles, y á Veces muy gran- des, para los diversos especímenes de una misma especie, ó de una mis- ma variedad. No se encontrarán jamás dos troncos de la misma espe- cie de árbol que tengan rigurosamente la misma forma: no se han examinado jamás dos eristales de cuarzo hialino que den rigurosa- mente las mismas cifras al análisis. Así pues, para definir las cosas de la naturaleza, para poder hablar de ellas, se han sustituído por creaciones de nuestro espíritu, que son las hipótesis y las teorías, y por obras de nuestras manos, que son las simplificaciones, los términos medios, los esquemas, todo lo cual, es muchas veces una verdadera caricatura de la realidad: el tronco de árbol, lo representamos por un cono: el cristal de roca por el ácido silícico. : Solamente así, por medio de estas caricaturas, podemos aproximart- nos. Y de estas copias deformadas de la naturaleza, es de donde sa- camos las consecuencias que calificamos pomposamente de leyes, y llegamos á formarnos de ella una idea general que nos entusiasma y que creemos nos abre los más vastos horizontes sobre el origen y el porvenir de las cosas. Así es como llegamos hasta á olvidarnos de la realidad, con su com- plicación indefinible geométricamente, inexpresable químicamente, para irnos creando la convicción de que lo que existe, verdaderamente, no es la naturaleza, sino la concepción de que ella nos hemos formado, nuestra propia creación personal, con su pretendido rigor y su pre- cisión elemental. Así es como llegamos á invertir completamente los términos y las condiciones recíprocas de lo verdadero y de lo que su- ponemos ; así es como llegamos á mirar nuestras hipótesis como la INSTRUCCIONES Á LOS VIAJEROS GEÓLOGOS 147 única expresión posible que pueda tener la realidad que nos rodea, y así es como llegamos á tener para las producciones de la naturaleza, una especie de conmiseración, de tolerancia, análoga á la que se dis- pensa á las tentativas infructuosas é imperfectas. Y como si toda la naturaleza fuese la que se equivocase, decimos que los troncos de árbol, son conos ó cilindros muy irregulares: que el cristal de roca, es ácido silícico, pero está impuro: que las formas de los cristales, son poliedros deformados : y las órbitas de los plane- tas, elipses ó parábolas llenas de perturbaciones accidentales. ¿No parece esto un empeño, en querer presentar á todo el COSMOS, á todo el universo, como si este tratase, inútilmente de irse acercando á la perfección supuesta de nuestras concepciones teóricas ? Las consecuencias de este estado de cosas, es con frecuencia muy perjudicial, para el verdadero adelanto de la ciencia. Así es como, se ha visto dominar y desenvolverse en Geología y Geodesia, durante mucho tiempo, la célebre teoría de la red penta- gonal. Ahora, que ya se pueden examinar con más criterio y funda- mentos, los inmensos trabajos de Elie de Beaumont, se ve, que ellos mismos nos demuestran que el globo terrestre, no satisface ninguna de las condiciones que el célebre teórico citado, había reunido como base del problema que pretendía resolver. Hasta se podría asegurar, que un globo que se comportara como lo concebía Elie de Beaumont, sería, sensiblemente, lo contrario del globo terrestre: y poco á poco, á pesar de las heroicas defensas que se han hecho, todos los geólogos, han ido renunciando á dichas concepciones. Pero, cosa curiosa : el espíritu geométrico, es decir, la necesidad de una exactitud superficial, el empeño de no ver en la naturaleza sus in- finitas sutilezas que desafían todo nuestro poder de comprensión, se ha dirigido inmediatamente por otro camino, que no por ser menos preciso y matemático que el primero, es más aceptable. Tal es la teo- ria del tetraedro, que ha dejado ver bien pronto su carácter ilusorio, por las divergencias profundas de sus propios partidarios. Será necesario renunciar á ella aleún día, quizás no muy lejano, del mismo modo que habrá que renunciar á la doctrina del perfil de equilibrio de los talwegs, y á muchas otras suposiciones de la misma categoría. Hay quien pretende, que las ciencias naturales serán al fin perfec- tas, el día en que se puedan expresar sus resultados bajo una fórmula matemática: hay, sin enrbargo, motivos para pensar lo contrario y creer que el progreso será completo, únicamente cuando nuestro es- 148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA píritu llegue á ser bastante potente, para poder concebir las cosas sin ese falso auxilio de la simplificación que le prestan las expresio- nes geométricas y químicas. Para llegar á esto (caso de que este fin se halle al alcance de nues- tras fuerzas cognoscibles) es necesario multiplicar las observaciones y las experiencias, para lo cual, nada tan útil como los conocimientos que puedan proporcionarnos, los viajeros geólogos. vag! Hasta aquí llegan las opiniones de M. Stanislas Meunier, á quien hemos seguido paso á paso, extractando su notable trabajo : pero no podemos dejar sin una pequeña protesta, sus últimas líneas. Si bien es cierto que las ciencias naturales, serán perfectas única- mente cuando puedan prescindir de la ayuda que les prestan las ex- presiones geométricas y químicas, es aún más cierto, que si son algo ahora, es gracias á esas expresiones y simplificaciones, que es tan ingrato como absurdo, pretender despreciar. Ya que la naturaleza no procede nunca á saltos, sino por transfor- maciones sucesivas y muy lentas, esto mismo podía haber hecho ver á M. Stanislas Meunier, que el espíritu humano, como simple ele- mento integrante que es, de la naturaleza, no puede tampoco proce- der á saltos : necesita, mucho más que las fuerzas ciegas de la Geo- logía, una guía, un hilo de Ariadna que lo conduzca á través del tu- pido bosque de misterios, con que todo el cosmos lo rodea. Quítense de una ciencia cualquiera estas simplificaciones, estas definiciones geométricas, estas leyes de forma algebraica, y se la verá bien pronto caer, como cae un edificio, al que se socavan sus cimientos. Una teoría, cristalizada en las formas de una expresión matemá- tica, aunque tenga una aproximación muy somera con la verdad, nos permite un estudio tranquilo y seguro de multitud de hechos que en- cuadran á nuestros ojos, en el marco trazado: cuando este resulta estrecho para cobijar nuevos datos, ó cuando la perfección de nues- tros conocimientos nos permite descubrir en los hechos antes clasifi- cados, diferencias hasta entonces insensibles, lo sustituímos por otro que nos parece más perfecto. Recuérdese el ejemplo que presenta la historia de los sistemas de clasificación, en Historia Natural : y el úl- timo, al que hemos llegado, edificándolo sobre las ruinas de los ante- INSTRUCCIONES Á LOS VIAJEROS GEÓLOGOS 149 riores, á pesar de que es hoy la única ayuda que tenemos, para subir otro escalón en el conocimiento de la verdad, tiene, en rigor, el mismo grado de exactitud que los otros: porque la diferencia, entre los in- finitos detalles que presenta la naturaleza, y el número finito de dis- - tinciones que nuestros sentidos y nuestra razón nos permiten estable- cer, es igualmente infinito, por grande que sea el número finito. ¿ Vamos, por esto, á renunciar á todos ellos ? En química, las triades de Dóbereiner en 1820, llevaron á las te- trades de Pettenkofer en 1851, á las pentades de Dumas y Meyer en 1859, al tornillo telúrico de Chancortois en 1862, á las octavas de Newlands en 1864 y á la gran ley de Mendelejeff en1870. Hoy, ya no basta, y se dispone á los cuerpos según sus propiedades en hélices ó espirales, pero siempre según curvas, de perfecta definición geométri- ca, lo que hace fructífero el estudio y seguro el progreso de la inves- tigación, que no hubiera llegado al estado actual, si hubiéramos re- chazado la primera hipótesis, por ser muy geométrica. Si no fuera, como es, tan evidente, nos detendríamos á demostrar, que el camino de la afirmación geométrica, de la definición matemá.- tica, es el único posible para el adelanto de las ciencias naturales. Recuérdese la anarquía que reina en las ciencias sociales é históricas, en las que no es posible aplicar estos métodos. Fuera, pues, de ellos no hay vía posible; á su vez, para estar siem- pre en disposición de prestar á las ciencias naturales, auxilios cada vez más potentes, las especulaciones matemáticas siguen su vuelo triunfal, análogo al de las demás ciencias, y muchas veces superior á ellas. Anotemos, ya que de geología se trata, que el problema de la forma de la tierra, y de muchas particularidades de ella, ha sido resuelto antes y mejor por los geodésicos que por los geólogos, debido exelu- sivamente al mayor predominio de las concepciones matemáticas. Por otra parte, como lo absoluto no existe, lo absolutamente exacto es inútil: es muy interesante recordar á este propósito lo que dice Klein sobre las matemáticas exactas y las matemáticas de aproximación, para probar que estas últimas son las únicas útiles y las únicas posi- bles dentro de los estrechos límites de la razón humana, mientras no aumente el número y sensibilidad de los sentidos y órganos percepto- res. De la misma manera, hay que distinguir ciencias naturales exac- tas, y de aproximación, teniendo que contentarnos con estas: Sería inútil la descripción y conocimiento absolutamente exacto de los se- res vivos, ya que las idiosincracias individuales, desbaratarían las 150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA clasificaciones más sutiles y minuciosas, y obligarían á la botánica y zoología á tener tantas especies como individuos. Y en mineralogía, tantos minerales, como tipos de mezclas posibles pueden hacerse con las especies químicas. ¿ Puede sostenerse este absurdo ? Un cristal de roca, se diferencia mucho más de otro cristal de roca, que del tipo medio definido por la química: es pues inútil, estudiar las particularidades de un cristal natural, que puede alejarse conside- rablemente de los del tipo medio, y que por lo tanto, nos daría ideas mucho más falsas, que los estudios del tipo medio. Por otra parte, la naturaleza se encarga de ofrecernos abundantes ejemplos de cristales anormales, que son más caricaturas de la forma normal, que los erista- les ideales de nuestros esquemas. Bien venidas sean, pues, en geología, todas las teorías eminente- mente matemáticas, y bien venidos sean nuestros esquemas y carica- turas, pues en último análisis, no hacemos con esto, cosa distinta de lo que hace la misma naturaleza. Para producir un órgano, ó un tipo nuevo, empieza por tentativas, no siempre bien encaminadas al objeto final; produce primero un órgano rudimentario casi inútil, verdadera caricatura, que después desarrolla, sustituye, transforma, y lo pasa por estados cada vez más perfectos, para crearlo al fin, en completo acuerdo con la función que debe desempeñar, y hace eflorecer en él, todas las perfecciones y bellezas secretamente combinadas durante sus estados evolutivos: y esta ley de evolución triunfadora en todos los dominios de la ciencia, se la observa en el paso de la cutícula proto- plasmática de las amibas, á la epidermis de los vertebrados; desde el lobopodo y rizopodo de los microorganismos, á las manos humanas; desde la espina vegetal, á las uñas : desde los ganglios nerviosos pri- mitivos, al cerebro; y desde las nebulosas, á los soles. Hagamos igualmente nosotros, evolucionar nuestras teorías y defi- niciones geométricas, pero no pretendamos abandonar los caminos que ellas nos marcan; y la alegría de los triunfos parciales que ellas nos procuren, servirá para aminorar la tristeza, de que este camino, único que nos acerca algo á la suprema verdad, no es tampoco, más que una curva asintótica. EMILIO REBUELTO. Brratas importantes : Página 121, línea 19, dice: Los vestigios léase: Las ven- tajas. Página 1830, línea 24, dice : recoge léase : rompe. MEMORIA ANUAL DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA CORRESPONDIENTE AL XXXIV0 PERÍODO (10 ABRIL DE 1906 Á 31 DE MARZO DE 1907) LEÍDA EN LA ASAMBLEA DEL 10 DE ABRIL DE 1907 Señores consocios : Cumpliendo con lo establecido en el artículo 22, inciso 9%, del regla- mento, voy á daros cuenta del estado actual de la Sociedad y del mo- vimiento habido durante el período transcurrido : Socios. — La Sociedad cuenta actualmente con 479 socios activos, 5 honorarios y 33 correspondientes. El número de socios activos en 31 de marzo de 1906 era de 420, el de honorarios 4, y el de correspondientes 23. Han ingresado durante el período 99 socios activos y se han rein- corporado 10, lo que hace un total de 109. El número de socios honorarios ha aumentado de uno en virtud de haberse nombrado en tal carácter al doctor Florentino Ameghino; y el de correspondientes ha ascendido á 33, por haberse nombrado en tal calidad á los siguientes señores : Capitán de ingenieros señor Rodolfo Guimaraes, en Elvas; docto- res Henry Becquerel, Ives Delage, Alfredo Girard, León Guignard, profesora Sklodonska Curie, en París; ingeniero Fernando Kinart, en Amberes; doctor Clarence Moore, en Filadelfia; doctor TIenacio Bolí- var, en Madrid; doetor Max Uhle, en Lima; doctor Guillermo Boden- bender, en Córdoba. En este período se ha tenido que lamentar el fallecimiento del socio correspondiente doctor Luis Brackebusch y el de los socios activos, 152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sixto Aubone, Enrique Zunino, Angel Machado, José Giuliani, Clau- dio Pais y Sadoux y Feliciano Iturburu. Han salido por diferentes causas 44 socios. Este número algo ere- cido, es debido á que la junta directiva, en sesión del 30 de noviem- bre del año próximo pasado, resolvió declarar cesantes á 32 socios que se negaban á abonar las mensualidades que adeudaban, las que en total formaban la importante suma de 1986 pesos moneda nacio- nal, y anular los recibos correspondientes. De los doce restantes, sels han fallecido y seis han renunciado. He aquí la nómina de los socios aceptados : Arístides Cottini, Julio C. Aldunate, Julio Alvarez de Toledo, Luis Pastoriza, Bernardo Zakrzewky, Joaquín Sauri, Julio Nilo Civit, Jor- ge Magnin, Alfredo D. Isaurralde, Lucas A. Barrionuevo, José L. Pascual, Alfredo Marino, Miguel Artaza, Martiniano Leguizamón, Jacinto T. Raffo, Angel Calderón de la Barca, Juan Guzmán Gutié- rrez, Eulogio M. Igartúa, Augusto Scala, Augusto Rouquette, Miguel A. Granero, Raúl Capelle, Carlos Vallebella, Delfín Rabinovich, Gui- llermo Broens, Torcuato T. A. Demarchi, Eduardo Volpatti, José Mo- rales Bustamante, Abel Sánchez Díaz, Raúl G. Pasman, Joaquín Ber- múdez, Modesto Quiroga, Lorenzo Solari, Manuel N. Novas, Augusto López Gomara, Hipólito B. Poyssegur, José L. Durand, Juan Cere- seto, Rodolfo Perillón, Vicente Fornati, Julio D. Igartúa, Mariano A. Orgeira, Antonio Dónovan, Enrique Letiche, Juan Nielsen, José J. Berrutti, Eduardo B. Castro, Ricardo Silveyra, Carlos A. Pueyrredón, Gabriel Peró, Luis Rigoni, Carlos M. Cevallos, Máximo Venturino, Arturo B. Molina, Sandalio P. Achával, Ignacio Bonorino, Nicolás Luzio, Aníbal Zóccola, Santiago Maradona, José M. de la Rúa, Otto Niebuhr, Horacio Almada, Julio Lessage, Belisario €. Otamendi, Gustavo Sumblad Roseti, Alfonso Groisard, Domingo Nogues, Lu- cien Hauman Merck, José A. Lebrun, Jorge N. Duarte, Víctor de Pol, Andrés A. Lustcher, Abelardo Gorostiaga, Jorge Krensberg, Julio Compte Riquet, Pedro P. Parkinson, Alois Backmamn, Raúl Barrera, Carlos Eramauspe, Angel G. Gorasabel, Godofredo Cassay, Adrián Ruiz Moreno, Pedro P. Fortt, Gastón Ithier, Juan Kestens, Agustín Lathan Urtubey, Marco Demarchi, José Soldati, Alfredo E. Oliverio, Juan Warnken, Eufrasio López, Federico Cevallos, Oscar Ranzenhofer, Santos S. Adamoli, Eduardo del Valle, Jorge Ocampo, Antonio Orús, Diego J. M. Contin y Fernando P. Faverio. Los reincorporados, fueron : Julio Krause, Pablo Nogués, Santiago A. Ferrari, Roberto Repetto, Carlos Tejada Sorzano, Claudio Casu- NIVELACIÓN DE PRECISION ERRATA NOTABLE En el trabajo del señor Arduino Lelli sobre Nivelación de precisión, publicado en el tomo 62 de estos 4nales, debido al extravío de una carilla del manuscrito, se omitieron las importantes explicaciones y la figura que publicamos á continua- ción, que deben colocarse á continuación de la página 208 : A la altura del cero de las escalas milimétricas dos topes metá- licos permiten apoyar las miras para relacionar dichas escalas con la nivelación. Un caño de plomo, hundido en el río y que comunique los dos va- sos, constituirá, con ellos, un enorme nivel de agua. Llenando los dos vasos comunicantes de alcohol coloreado con azul de metileno, se podrá leer la altura de líquido sobre las dos escalas milimétricas relacionadas á la nivelación de ambas orillas. Se tomarían todas las disposiciones necesarias para evitar errores, constatando previamente la impermeabilidad del caño con la bomba de presión y manómetro, tomando exactamente la presión atmosféri- ca en los dos pilares y reiterando las observaciones sobre la altura del líquido cada doce ó veinticuatro horas. Con ese sistema sería posible cruzar el río Paraná con un error tal vez inferior al milímetro y con un gasto variable de 800 á 1200 pesos. - MEMORIA DEL PRESIDENTE 153 llo, Humberto Padula, Enrique Carmona, Nicolás Traverso y Pablo Ducrós. Asambleas. — Con la presente, seis son las asambleas realizadas, en las cuales se ha procedido á la integración de la Junta Directiva, integración y renovación del cuerpo de redactores de los Anales, y al nombramiento del doctor Florentino Ameghino como socio honorario y de los socios correspondientes antes mencionados. También fué aprobado el informe del jurado del concurso « Cristó- bal Giagnoni » por el cual se adjudicó al ingeniero Alberto Sehnei- dewind la medalla de oro y diploma por su trabajo sobre Teoría de las tarifas. Junta directiva. — En la asamblea del 2 de abril del año próximo pasado, quedó constituída la Junta Directiva en la siguiente forma : Presidente : Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones. Vicepresidente 1”: Ingeniero Julio Labarthe. Vicepresidente 2% : Ingeniero Enrique Hermitte. Secretario de actas : Ingeniero Arturo Hoyo. Secretario de correspondencia : Ingeniero Arturo Grieben. Tesorero : Ingeniero Luis Miguens. Bibliotecario : Doctor Horacio Arditi. Vocales : Doctores Oarlos M. Morales, Enrique Herrero Ducloux; ingenieros Domingo Selva, Ricardo Gutiérrez, Federico Birabén; doc- tor Guillermo Schaefer, señor Rodolfo Santangelo. Por renuncia del doctor Herrero Ducloux, en la asamblea del 6 de julio fué designado para reemplazarlo, el ingeniero José Debenedetti. Así constituída, ha funcionado hasta la fecha, habiéndose celebrado 31 sesiones, en las que se han tomado en consideración y despachado todos los asuntos entrados, habiéndose tomado, entre otras, las si- guientes resoluciones : En el año 1902, la sociedad invitó á un concurso denominado « Con- curso Cristóbal Giagnoni », sobre temas ferroviarios exclusivamente aplicados á las necesidades de la República Argentina, al cual podían concurrir todas las personas y oficinas que lo desearan. Dicho concurso no dió resultado, pues no se presentó ninguna me- moria. En el mes de abril del año próximo pasado apareció un folleto, obra del ingeniero Alberto Sehneidewind, sobre Estudio de las tarifas que respondía al primer tema fijado por las bases del mencionado concurso. 154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Dada la competencia y autoridad del autor en la materia, así como la bondad del trabajo, la junta directiva resolvió pasarlo á estudio del Jurado, el cual, dejando de lado el que dicho trabajo no hubiera sido presentado oportunamente, creyó de justicia y estímulo discernir á su autor el primer premio y así lo aconsejó en el informe que al efecto presentó á la Junta Directiva, la que á su vez y previa aprobación lo elevó á la consideración de la asamblea, la que resolvió por unanimi- dad de votos de acuerdo con el informe del jurado. La medalla de oro y diploma le fueron entregados al señor Schneidewind en la velada que celebró la Sociedad el 4 de agosto próximo pasado, en conmemora ción del 34” aniversario de su fundación. Adherirse al tercer Congreso médico latino-americano y exposición anexa, que se celebraron el 17 de marzo del corriente año en Monte- video, habiéndose nombrado para representar á la Sociedad á los doc- tores Alois Bachman y Horacio Arditi. Solemnizar el XXXIV? aniversario de la fundación de la Sociedad con una velada científica literario-musical, de cuyos resultados se habrán impuesto los señores socios por haber asistido á ella unos, y todos por la crónica publicada en los Anales. Adherirse al X” Congreso geológico internacional que se reunió en Méjico en el mes de septiembre próximo pasado, habiéndose nom- brado al ingeniero señor J. Mendizábal Tamborrel, socio honorario de la Sociedad, para representarla en aquel acto. Con motivo de la llegada al país del ingeniero Fernando Kinart se designó al ingeniero Federico Birabén, para que apersonándose á di- cho señor le ofreciera en nombre de la Junta Directiva, los salones de la Sociedad y lo invitara á dar una conferencia. El señor Kinart aceptó y agradeció el ofrecimiento, visitó nuestro local social y dió después la importante conferencia que tanto interés despertó. Asociarse al duelo nacional ocasionado por el fallecimiento de los ilustres ciudadanos doctores Carlos Pellegrini y Bernardo de Irigo- yen, para lo cual se invitó á los señores socios á concurrir al acto del sepelio y se pasaron notas de pésame á las familias. También se re- solvió adherirse á los festejos de la recepción de los restos del ilustre prócer de la independencia, general don Juan Gregorio de las Heras. Con motivo de la catástrofe de Chile y deseando la Junta Directiva que la Sociedad cooperara á la mejor solución del problema de la re- edificación de Valparaíso, llamó á los socios á un concurso para la presentación de croquis y memorias descriptivas y justificativas, so- bre el mejor sistema de construcción de casas en regiones expuestas MEMORIA DEL PRESIDENTE 155 á movimientos seísmicos, de cuyas bases se impuso á los señores so- cios por medio de la circular distribuída oportunamente. Una sola memoria fué presentada con el lema 4ndina. Elevada al Jurado nombrado para dictaminar en dicho concurso, compuesto de los señores Director general de arquitectura del ministerio de obras públicas, Director general del departamento de obras públicas muni- cipales y Presidente dela Sociedad Científica Argentina, y como secre- tario sin voto el señor Arturo Hoyo, después de un detenido estudio del trabajo resolvió acordarle el primer premio que, de acuerdo con las bases, consiste en una medalla de oro y diploma correspondiente. Verificada por el Jurado la apertura del sobre resultó ser autor el ingeniero Domingo Selva, á quien se le hará entrega del premio, en la fiesta pública que en conmemoración de su XXXV” aniversario celebrará la Sociedad el 28 de julio próximo. Conceder al señor Alfredo Taullard el uso del salón de sesiones para dictar el 5% curso de taquigrafía en las mismas condiciones de los años anteriores. Á dicho eurso pueden asistir gratuitamente los socios é hijos de los mismos. Nombrar una comisión compuesta por los señores ingenieros San- tiago E. Barabino, Enrique Hermitte y Federico Birabén para ges- tionar del gobierno nacional una subvención con el fin de ayudar á la publicación de los 4nales. : Hasta la fecha sólo se ha conseguido que el ministerio de relacio- nes exteriores se subsecribiera á 100 ejemplares de los Anales, á con- tar del mes de enero del corriente año. Aceptar la propuesta hecha por la « Constructora andina », ofre- ciendo abonar la suma de un mil pesos moneda nacional por la impre- sión de un mil folletos en tiraje aparte de la memoria presentada por el ingeniero Domingo Selva al concurso, y que resultó premiada. Dicha memoria será publicada en breve. De acuerdo con el artículo 16 del reglamento, los miembros salien- tes de la Junta Directiva son: Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones, ingeniero Enrique Hermitte, doctor Carlos M. Morales, in- genieros Ricardo Gutiérrez, José Debenedetti, Federico Birabén, Ar- turo Hoyo, Arturo Grieben, señor Rodolfo Santangelo. Quedando como vocales de la Junta del próximo período, los seño- res: ingenieros Julio Labarthe, Luis Miguens, Domingo Selva, doc- tores Guillermo Schaefer y Horacio Arditi. e 156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En consecuencia en la asamblea de esta noche hay que designar los socios que han de desempeñar durante el XXXV” período admi- nistrativo los puestos de presidente, vicepresidentes 1” y 2”, secreta- rios de acta y de correspondencia, tesorero, bibliotecario y dos vocales. Conferencias. — Las siguientes conferencias se han dado durante el período transcurrido : 5 de mayo. Canalización del Río de la Plata, por el ingeniero Agus- tín Mercau. 22 de junio. El Radio, por el doctor Guillermo Schaefer, con pro- yecciones luminosas. 4 de agosto. Los Electrones, por el doctor Julio J. Gatti. 4 de agosto. Mi Credo, por el doctor Florentino Ameghino. Esta conferencia y la del doctor Gatti, fueron dadas en el Politeama Art- gentino, en la velada que con motivo de su XXXIV” aniversario ce- lebró la Sociedad. 28 de agosto. Miguel Angel y sus obras, por el profesor Juan Warn- ken. 5 de septiembre. Lectura con comentarios de las conferencias Kinart- Carmona, por el ingeniero Fernando Kinart. 17 de septiembre. Chile, su carácter ético y económico, por el doctor Enrico Piccione. 5 de octubre. Rembrandt, sus relaciones con la escuela holandesa, su vida y sus obras (con proyecciones luminosas) por el profesor Juan Warnken. 7 de noviembre. Influencia de las ciencias naturales en la enseñanza y en la vida, por el ingeniero agrónomo señor Lucien Hauman Merck. Excursiones y visitas. — Continuando la práctica establecida, la Sociedad ha efectuado las siguientes visitas durante el período : 22 de abril. Visita á las obras del nuevo palacio del Congreso. 28 de abril. Excursión á Sierra Chica, Sierra Baya y Cerro Redondo. Esta excursión tan interesante como útil, pudo llevarse á la prác- tica debido á la generosidad de nuestro distinguido consocio señor Gregorini, quien la costeó con esplendidez. Al efecto puso á disposición de la Sociedad dos coches dormitorios y un salón comedor, é hizo todos los gastos sin excepción alguna du- rante la excursión que duró dos noches y un día, aprovechados en visitar las canteras de granito, hornos de cal, lo repito, sumamente interesantes de todo punto de vista y de las cuales se trajeron prove- MEMORIA DEL PRESIDENTE 157 chosísimas observaciones. Se cambió el nombre de « Cerro redondo » por el de «Sociedad Científica Argentina », agregándose así una deli- cada atención más á las muchas de todo género con que nos colmó nuestro distinguido consocio señor Gregorini y de las cuales cumplo con el deber de dejar constancia, conjuntamente con el voto de agra- decimiento que os pediré para dicho señor. 5 de mayo. Visita á las obras del nuevo Teatro Colón. Debido á la ley de descanso dominical no se ha podido realizar más visitas que las mencionadas, pues como es sabido en las fábricas, esta- blecimientos industriales, construcciones, etc., no se trabaja, desapa- reciendo por consiguiente así el interés y hasta casi el objeto de ellas, como fácilmente se comprende. En el futuro habrá que arbitrar una medida que permita salvar el inconveniente apuntado. Anales. — Con regularidad han aparecido las entregas de los Ana- les. La tirada ha sido de 500 ejemplares. El número de subseriptores es de 7 y á contar del 1* de enero del corriente año, el ministerio de relaciones exteriores se ha subscripto á 100 ejemplares. La buena marcha de los Anales es debido á la completa dedicación, á la inteligente dirección, á la laboriosidad y celosa competencia del director de ellos, ingeniero Barabino, para quien es de justicia un voto de gracias y de aplauso ya que así debe premiarse á los que como el señor Barabino predican con el ejemplo, llevando á la práctica el pensamiento de que: no sólo de pan vive el hombre. En la asamblea del 30 de noviembre del año próximo pasado, quedaron constituídos el personal de Dirección y Redacción en la si- guiente forma : Director : Ingeniero Santiago E. Barabino. Secretarios : Doctor Julio J. Gatti é ingeniero Emilio Rebuelto. Redactores : Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallar- do, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, ingeniero Mauro Her- litzka, ingeniero Jorge Newbery, agrimensor Cristóbal M. Hicken, señor Felix F. Outes, ingeniero Agustín Mercau, ingeniero Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero y señor Juan B. Ambrosetti. Así constituidos, han funcionado hasta la fecha, y de acuerdo con lo establecido por el reglamento, estos terminarán su mandato el 30 de noviembre próximo. 158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ( Han contribuido á la publicación de los Anales los autores de las memorias que á continuación se detallan, las que oportunamente fue- ron publicadas : Contribución al estudio de las cónicas características de la geometría del triángulo, por el ingeniero P. de Lepiney. Memoria anual del presidente de la Sociedad Científica Argentina, correspondiente al XXXIII” período administrativo, doctor Carlos M. Morales. Lenguas americanas, estudio biográfico lengiiístico de las obras del padre Luis Valdivia, sobre el araucano y el allentiak, por el general Bartolomé Mitre. Los intereses argentinos en sus grandes puertos, por el ingeniero Luis A. Huergo. La cuestión geográfica del río Pilcomayo, por el explorador Alfredo Fric. Niágara, grafito artificial, por el ingeniero Jorge Newbery. Sobre la « Prosopanche Burmeisteri » de Bary, por ei doctor Euge- nio Giacomelli. El Radio, conferencia dada en homenaje al señor Pierre Curie, por el doctor Guillermo Schaefer. Tricromía, por el ingeniero Emilio Rosetti. El nombre científico de las vizcachas, por el doctor Fernando Lahille. XXXIV” aniversario de la Sociedad Científica Argentina, por el in- geniero Santiago E. Barabino. Discurso del señor presidente tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones. Contestación del doctor Florentino Ameghino. Mi credo, disertación del doctor Florentino Ameghino. Importancia del estudio de las soluciones coloidales para las ciencias biológicas, por el doctor Angel Gallardo. Presentación del doctor Ameghino en el XAXXIV* aniversario de la Sociedad Científica Argentina, por el doctor Eduardo L. Holmberg. La nivelación de precisión en la República Argentina, por el señor Arduino Lelli. Observations sur quelques fougeres argentines nouvelles ou pew con- mues, por el doctor Cristóbal M. Hickens. Miguel Angel á través de sus obras, por el profesor Juan Warnken. Contribution ú Vétude de la laque de latusca, por Juan A. Domínguez. Morfología de los poliedroides regulares de cuatro y cinco dimensio- nes, por el ingeniero P. de Lepiney. MEMORIA DEL PRESIDENTE 159 Détermination de la glucose, por el doctor F. P. Lavalle. Canalización artificial del Río de la Plata, por el ingeniero A. Mercanu. : Chile, su carácter ético y económico, por el doctor Enrico Piccione. La electricidad en las minas, por el señor E. Guarini. Luis Brackebusch, por el doctor Guillermo Bodenbender. Conférence swr le port de Buenos Ares, por el ingeniero Fernando Kinart. Observaciones sobre la metamórfosis de « Morpho catenarius » Perry, por el doctor Angel Gallardo. Las tierras raras, por el doctor Martín Leguizamón. Les tropéolacées argentines et le genre « Magallana » Cav., por el se- nor Eugenio Autran. Rembrandt, por el profesor Juan D. Warnken. Viencia y espiritismo, por el ingeniero Emilio Rosetti. Sobre las instrucciones que se dan á los viajeros geólogos, por el inge- niero Emilio Rebuelto. El cange de publicaciones alcanza á 314 cuya nómina se publica mensualmente en la carátula de los Anales. La colección completa de éstos, consta hoy de 62 tomos y 3 entregas. Secretarías. — La de actas ha continuado á cargo del ingeniero Ar- turo Hoyo, y la de correspondencia ha sido desempeñada por el inge- niero Arturo Grieben. Con contracción y empeño, han atendido el despacho de todos los asuntos entrados y resueltos por la Junta Directiva, asambleas, la correspondencia social y la redacción de las actas. Los libros de actas y asambleas, copiador de notas y demás auxi- liares, se encuentran en perfecto estado. Han mantenido las relacio- nes de la Sociedad, con la del país y las del extranjero, habiéndose redactado 410 notas, cuyas copias se encuentran en los libros respee- b1vos. Tesorería. — Con la contracción y empeño que este cargo requiere ha sido desempeñado por el ingeniero Luis Miguens. Los cuadros que se agregan á esta Memoria dan una idea de la la- bor realizada por el señor Miguens. Han sido llevados en forma y se encuentran en buen estado los li- bros de tesorería. 160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Biblioteca. — El puesto de bibliotecario ha sido desempeñado por el doctor Horacio Arditi, y por los detalles por él presentados, y que á continuación se expresan, puede verse el movimiento habido en nuestra biblioteca. Se han recibido en calidad de donación 37 volúmenes y 50 folletos, entre otros los siguientes : Eduardo Acevedo, La enseñanza universitaria. Montevideo, 1905 Enrique Legrand, Método gráfico para la predicción de ocultaciones y eclipses de Sol. Montevideo, 1906. Joseph D'Angelo, Le tachéometre. París, 1906. Eugenio M. Hostos, Moral social. Madrid, 1906. P. Alsina, Nuevas orientaciones científicas. Barcelona, 1904. Florentino Ameghino, Les formations sédimentaires du crétacé supé- rieur et du terciare de Patagonte. E. L. Corthel, Considérations hydrauliques des grandes voies naveya- bles du globe. París, 1906. Eduardo A. Holmberg, Viaje al interior de Tierra del Fuego. Buenos Aires, 1906. J. Brissand, Textes aditionnels aux anciennes fors de Bears. Tolou- se, 1905. M. A. Delonme, Centenaire de la Faculté de Droit de Towlouse. To- louse. A.Codejo Vinageras, The Smithsonian Institution. Santa Clara(Cuba). John Henry Sears, The physical geography, geology, mineralogy and palentology of Exex County Salem. Mass. E. U. Federico Villarreal, Determinación de las coordenadas geográficas de los lugares del Perú. Lima, 1906. Gunardo Lange, Río Pilcomayo desde la desembocadura en el río Pa- raguay hasta el paralelo 22 sud. Buenos Aires, 1906. Luis Luiggi, La trazione elettrica 4 corrente continua sulle linie Mi- lano Varese. Porto Ceresio. Luis Luiggi, Oenni intorno alle applicazione eletrica eseguite sulle ferrovie italiane. A. A. da Costa Ferreira, Granos portugueses. Coimbra, 1906. H. de Gaillard, Manual práctico dos syndicatos agricolas. R. Guimaraes, Material photoelectrico existente na Escola practica de engenheria. Lisboa, 1895. Carlos Burmeister, Región del Campo del Cielo en el deslinde del Chaco Nacional y de la provincia de Santa Fe y Santiago del Estero. Buenos Aires, 1906. MEMORIA DEL PRESIDENTE 161 Mariano B. Berro, Las gramíneas de Vera. Montevideo, 1906. Juan Bialet Massé, El riego en los altos de Córdoba (cómo y en qué deben aprovecharse). Córdoba, 1906. Juan Bialet Massé, Informe sobre la creación de colonias algodone- ras. Buenos Aires, 1906. Eliseo P. Fradin, Estudios del golfo de Vicoya, de la bahía de los Cocos y del golfo de Culebra, San José de Costa Rica, 1892. Carlos Silva, Artículos políticos, Granada de Nicaragua. Nicara- gua, 1594. Juan de Dios Céspedes, Química moderna. San José de Costa Rica, 1597. Han contribuido también á enriquecer nuestra biblioteca, con va- liosas Obras, las casas editoras de Ch. Béranger y de Bailly Baillere, ambas de París. He aquí la nómina de las obras donadas por dichas casas durante el período que terminó : G. Roessler, Théorie et calenl des lignes d courants alternatifs. J. Merlot, Principes de la construction des machines outils. Henry Miers, Manuel pratique de minéralogie. Kail Zullich, La statique appliqué ú la résistance des matériauz. Carl Friedheric et L. Gautier, Précis d'analyse chimique quantita- tive des substances minérales. E. Sauvage, La machine a vapeur. H. Pecheux, Les acides chlorhydriques, azotiques, sulfuriques, et les chlorwres décolorants. Foveaux de Courmelles, L* Année électrique et électrothérapiqueet ra- diographiques. Y otras más de las que se dió cuenta oportunamente en la sección bibliográfica de los Anales. Contribuyeron asimismo al aumento de la biblioteca, las siguien- tes revistas á que está subseripta la Sociedad : Paris, Annales des Ponts et Chaussés, Revue, Comptes rendus de P.A- cadémie des sciences, Annales de chimie et de physique, Nouvelles anna- les de mathématiques y Revue de deux mondes. Roma, Prattato generale dell Arte dell” Ingegnere y Giornale del genio civile. Milano, Ll costructore y L?elettricitá. Londres, The Builder. Se reciben además, 314 en cange de los Anales, cuya procedencia es la siguiente: AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIII. 10 162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Alemania, 17; Austria, 6; Argentina, 42; Bélgica, 4; Brasil, 12; Colombia, 2; Cuba, 2; Costa Rica, 3; Chile, 9; Estados Unidos, 58; España, 9; Ecuador, 2; Francia, 25; Filipinas, 1; Holanda, 2; Hun- ería, 2; Inglaterra, 7 ; Italia, 37; Japón, 4 México, 10; Noruega, 1 Natal, 1; Nueva Zelandia, 11; Nueva Gales, al sud, 1; Portugal, S; Paraguay, 1; Perú, 6; Rusia, 16; Rumania, 1; Suecia, 4; Suiza, 5; Salvador, 6; Uruguay, 11. Durante el período se han establecido los 3 canges nuevos que á continuación se expresan : Evolución, de Montivedeo, Revista del Ministerio de obras públicas, de Colombia, Archivo de Pedagogía y Ciencias afines de la Universidad de La Plata. : La biblioteca es constantemente consultada por los señores socios, y se han prestado para ser llevados á domicilio 74 volúmenes. Se han encuadernado durante el período 93 volúmenes, existiendo en poder del encuadernador 200 volúmenes. La Sociedad contribuye al fomento de varias bibliotecas del país, enviándoles gratuitamente sus Anales. Grerencia. — Ha continuado á cargo del señor Juan Botto, quien con una contracción digna de encomio viene desempeñando el puesto desde el año 1886. Á su cargo está la contabilidad social. Además del correcto des- empeño de la gerencia, ha auxiliado eficazmente á los secretarios, te- sorero y bibliotecario en sus diferentes funciones, y cooperado á los trabajos de la presidencia. Al celo y puntualidad con que está des- empeñada se debe el orden que preside al movimiento de la Sociedad. Archivo. — Se encuentra en perfecto estado y se han agregado to- dos los asuntos entrados durante el período transcurrido. Edificio social. — Respecto al local social, debo manifestaros que él va resultando estrecho para contener la gran cantidad de obras que componen nuestra biblioteca, y las valiosas colecciones de Anales. Durante el período ha sido necesario hacer algunas reformas en las estanterías y construir otras para poder conservar en buen estado los libros y Anales que por falta de espacio, muchos de ellos se encontra- ban amontonados en diferentes sitios del local, lo que dificultaba al mismo tiempo su consulta. Al efecto, utilizando las paredes del patio cubierto se ha hecho construir un armario cerrado para guardar las MEMORIA DEL PRESIDENTE 163 colecciones de Anales y se han hecho estanterías en el segundo salón de lectura, para las demás obras que no tenían sitio en las exis- tentes. Además se ha hecho colocar un toldo en el referido patio, se ha ampliado el alumbrado eléctrico, se ha practicado la limpieza y repa- ración de todo el local por dentro y por fuera, y se ha ampliado el salón de conferencias. Todas estas reformas de imprescindible necesidad higiénica, han sido llevadas á cabo, gracias á la generosidad y desprendimiento de algunos señores socios, cuyos nombres debe hacerse conocer, no sólo para dejar constancia de nuestro justo agradecimiento, á que induda- blemente se han hecho merecedores, sino también como un estímulo para que acciones tan honrosas se repitan en el futuro para bien de nuestra Sociedad. El señor socio Aníbal Zóccola, hizo ejecutar los siguientes traba- Jos : pintura al óleo del frente del edificio, decoración del zaguán, re- cuadro y pintura de la galería de entrada. limpieza y pintura de la puerta de calle, balcones, ventanas y celosías, cuyo estado no podía ser más deplorable; hizo además colocar cristales con el monogra- ma de la Sociedad en la puerta cancel, quedando la entrada del edifi- cio en las condiciones que habréis visto. El socio señor Medardo Brindani hizo demoler para el ensanche de este salón, el tabique que lo separaba de la sala de lectura, colocar las vigas y columnas, recuadrar, pintar y cambiar el piso de baldosas que tenía la nueva sala de lectura por piso de tabla. Los señores Vasena, que sin pertenecer á la Sociedad y á una sim. ple insinuación de la Junta Directiva procedieron á la colocación gra- tuita de los vidrios ingleses rayados de la claraboya del patio y la defensa de metal desplegado para los mismos y para los de la clara- boya de este salón. Son también donación de estos señores esas her- mosas columnas que véis, y las vigas que soportan el techo para el ensanche ya mencionado. El señor socio ingeniero Santiago E. Barabino, ha hecho donación de veinte acciones con que se había subseripto para la construcción del edificio social. El señor socio capitán ingeniero Enrique Mosconi, residente en Berlín, donó una espléndida linterna de proyecciones luminosas sis- tema Pathe Freres, tan indispensable para nuestra Sociedad y que la Junta Directiva pensaba adquirir por su intermedio. Pronto estará colocada y funcionando. 164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El socio señor Ford ha ejecutado toda la ampliación de nuestra instalación eléctrica. Cumplo, pues, con un grato deber, pidiendo á la honorable asam- blea un voto de aplauso y un voto de agradecimiento para los señores Gregorini, Barabino, Vasena, Zóccola, Brindani, Ford y Mosconi. Al terminar señores, séame permitido significar á los señores de la Junta Directiva mi profundo agradecimiento personal por la eficien- te ayuda con que constantemente me han favorecido y sin la cual, no hubiera podido responder satisfactoriamente á las exigencias del puesto que inmerecidamente he tenido el honor de desempeñar. Nota. — En pliego aparte van los cuadros demostrativos del movimiento de Zo caja durante el XXXIVY período administrativo (1% abril 1906 á 31 marzo 1907). NOTA SOBRE EL CARBON DE SALAGASTA POR EL DocrorR E. HERRERO DUCLOUX «La cuestión de la existencia de carbón en la República Argenti- na sigue ocupando la atención general, debido principalmente á los infatigables esfuerzos del doctor Salas » (1), decía el eminente geólogo doctor Bodenbender en 1895, y hoy podríamos repetirlo sin temor de errar, aunque al nombre de Salas agregásemos los de Huergo y Her- mitte y pudiésemos citar nuevas tentativas y nuevos desencantos. La lista de los yacimientos argentinos de carbón que Bodenbender estudió en la publicación citada, del punto de vista de su edad geoló- gica, se ha aumentado en el tiempo transcurrido. La División de Mi- nas y Geología, que dirige el ingeniero Enrique Hermitte, ha realizado en estos últimos años una serie de estudios completos sobre nuevos yacimientos (2) que han venido á destruir las ideas pesimistas que en general se tenían en esta materia, fijando de un modo indiscutible el valor positivo de los combustibles de San Julián (Santa Cruz), Las Higueras y San Rafael (Mendoza), Tilhué y Curileuvú (Neuquen). Desde que el ingeniero Hermitte publicó el estudio citado, en el cual nos cupo el honor de colaborar, las exploraciones se han prose- guido en distintos puntos de la República con resultados variables. En «Las Higueras», por ejemplo, muestras extraídas últimamente nos han dado los resultados analíticos siguientes: (1) Revista del Museo de La Plata, tomo VII. (2) Anales del Ministerio de Agricultura, 1904. 166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA CA a oo negro brillante Colorido la roya EA negro pardo Reacción de los vapores ...... alcalina Densidad A co o 1.387 Humedad LO 9.350 %o Materias volátiles............ 30.735 » Coni o gio 9.848 » Color de las cenizas.......... amarillo gris claro Coki dE e DOI INSPecio dc suelto y opaco Carbono o Ea 50.067 %, "AZUL E COL REO 1.204 » Plomo de UN LSramo. 022. 22.3-22.1 Poder calorífico Berthier...... 5.218-5.171 Poder calorífico directo...... 5.800-5.827,1 datos superiores á los obtenidos también por nosotros en 1904, y que tienen mayor importancia si se considera que estos yacimientos del doctor Salas, son de considerable abundancia. Otro yacimiento, relativamente nuevo también, es el de «Minas Azules» en Jujuy, en el departamento Javí, cuyas muestras nos pro- porcionaron los datos analíticos siguientes: Colorde lata negro Reacción de los vapores...... fuert. ácida Densidad e: 1.2089 Eume dad: 3.514 0, Cenizas A E O 2.082 » Materias volátiles............ 53.226 » Carp O An: 41.178 » Coke dro 43.260 » Plomo de Un gramo........... 25.5 Poder calorífico Berthier...... DADO Poder calorífico directo....... 5.998 Pero los yacimientos de mayor importancia hallados después, los que han motivado la explotación más considerable y despertado mayor interés en el alto comercio, son los de Salagasta, al noroeste de la ciudad de Mendoza. La historia del yacimiento de Salagasta, su importancia económica, la forma de su actual explotación y los datos seológicos correspondientes, han sido objeto de detenido estudio por parte del ingeniero Luis A. Huergo (1), principal iniciador de la em- presa, la primera que sobre tan sólidas bases económicas se ha cons- tituído en el país. (1) Revista de Geología y Minas, 1906. EL CARBÓN DE SALAGASTA 167 En esta nota sólo indicaremos los resultados que hemos obtenido analizando muestras medias de este combustible, análisis completos que realizamos, inducidos por los ingenieros Eduardo Aguirre y E. Hermitte, á fin de poseer datos suficientes para discutir su valor real, destruyendo prejuicios no justificados. MUESTRAS DE SALAGASTA Análisis inmediato Color de la raya ............. negro pardo negro pardo Reacción de los vapores....... ácida ácida Den 1.533 1.605 Humedad á 105% ............ 8.684 8.625 A A a 24.455 36.472 Coke direcion 63.980 68.360 CAI e 39.525 32.158 Materias volátiles ............ 27.336 22.745 Plomo (1 gramo)............. 21.0 15.0 Poder calorífico Berthier...... 4.914 3.510 Poder calorífico directo....... 4.805 3.527 Análisis elemental Carbono (C)....... - 49.784 34.648 Hidrógeno (H)..... 3.513 2.898 Oxígeno (0)....... 11.091 15.211 IA 1.236 1.122 GS Mesa 0.011 0.017 Nitrógeno (N)...... 1.226 1.007 Agua y cenizas..... 33.139 45.097 100.000 100.000 Análisis de las cenizas CA ad nto odo amarillo claro amarillo rosáceo Anhídrido silícico (SiO,)........ 83.250 82.830 — o (O 0.015 0.022 == carbónico (C0,)...... 0 0 — TOSÍOEICO EOL) 0.107 0.110 Óxido de aluminio (ALO)... 15.110 15.080 = hierro (Fe,O,)........- 0.210 0.200 — calcio (Ca0) ....... La 1.164 1.304 — magnesio (Mg0)....... 0.155 . 0.270 Kotler es 100.009 99.816 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Si al estudiar los resultados analíticos que anteceden, tomásemos como tipos de comparación los lignitos de composición media que Ledebur estudió en Europa (1) bien mereceríamos los comentarios irónicos que la revista The Engineer, dedicó á nuestros análisis de combustibles argentinos en 1904, creyendo erróneamente que tra- tábamos de parangonarlos con las hullas de Cardiff y New Castle. Pero menester es no partir de una base falsa: aquí se trata de un combustible extremadamente abundante, cuya calidad parece mejorar con la profundidad, en condiciones muy buenas para su transporte y dentro de una región cuyas industrias locales necesitan enorme can- tidad de combustible barato, debiendo advertirse que la leña hoy consumida es cara y escasa. Si á esto se agrega que en las cercanías de los yacimientos existen minas de cobre que no se benefician por falta de combustible y que el carbón de Salagasta podría ser la base de su explotación por méto- dos electroquímicos, fácilmente puede decirse que á pesar de su mediana calidad posee un valor real en su situación y condiciones especiales. La abundancia de cenizas, que trae consigo problemas á resolver en la construcción de las parrillas, en el caso actual no posee la im- portancia que podría creerse. Su composición demuestra que se trata de una arcilla muy silicosa que recuerda la pyrofilita, cuyo punto de fusión puede fijarse muy por encima de 1500* €. (1); alejándose así el peligro de la formación de máchefer muy adherentes por el ablan- damiento de las escorias en las parrillas. Además, los ensayos prácticos que se realizan actualmente en Europa y Norte América serán los que fijen la forma más adecuada, dentro de la técnica moderna, para su aprovechamiento racional; y entre tanto, suficiente es que pueda llenar las exigencias de los in- dustriales en Mendoza en competencia con la leña. Museo de La Plata, marzo de 1907. (1) E. Prost, Manuel d'analyse chimique. París, 1908. (2) A. CARNOT, Traité d'analyse de substances minérales, París, 1904. UNA NUEVA MASA DE INYECCIÓN Á BASE DE ALBÚMINA (LABORATORIO DE CIENCIAS NATURALES DE LA FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS FÍSICAS Y NATURALES) Vista la importancia que han adquirido los trabajos prácticos en zoología, para ayudar y completar su estudio, creemos oportuno dar á conocer una nueva masa de inyección á base de albúmina que tiene la ventaja de poder ser fácil y rápidamente preparada y aplicada, pu- diendo usarse en un sinnúmero de manipulaciones, especialmente en invertebrados. Existe toda una serie de masas de inyección recomendadas y usa- das por los diversos autores que tratan las manipulaciones en invetr- tebrados y vertebrados (1) con el objeto de hacer resaltar más un apa- rato (circulatorio y digestivo especialmente), y permitiendo su disec- ción facilitando su estudio en las diversas faces. Pero á decir verdad ninguno de los métodos utilizados satisface enteramente las condicio- nes prácticas exigidas en una buena preparación, por cuyo motivo me he dedicado á buscar una masa, que dentro de ciertos límites, res- ponda más ampliamente á su objeto. Oreo haberlo eonseguido, y me apresuro á darlo á conocer detallando la técnica seguida en el labo- ratorio de ciencias naturales de esta Facultad, en los trabajos prácti- cos de la clase de zoología que dicta el doctor don Angel Gallardo, y (1) E. Brumer, Monographie de la Clepsine (Glossosiphonia complanata (Linné), tomo 11; C. VoGrT Y JUNG, Anatomie comparé pratique, tomo 1; PauL GIROD, Ma- nipulations de zoologie; LeoN JamMEs, Zoologie pratique basée sur la dissection; BOUTAU, Manipulations de zoologie; GARBINI, 11 microscopio. 170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que considero original, pues en ninguno de los textos se cita este mé- todo que me ha sugerido la práctica. Las masas de inyección usadas pueden agruparse en dos categorías : frías y calientes, estando formadas por una base ó escipiente solidifi- cable y un colorante (azul ó rojo) apropiado al fin que se persigue. Entre las frías, citaremos las inyecciones á base de yeso plástico, que deben hacerse con suma rapidez, pues la cristalización inmediata del yeso obliga siempre á una manipulación apresurada, y por consi- guiente, redunda en detrimento del éxito de la operación. Las á base de resina, pueden usarse tan sólo en casos determinados muy especiales, como ser, la inyección de una porción vascular poco extensa. Las de mercurio metálico sólo pueden utilizarse para el estudio de los vasos linfáticos exigiendo un aparato más bien complicado y, por tanto, lentitud excesiva. Las inyecciones que deben darse en caliente adolecen todas del mismo defecto, pues su solidificación prematura en el recipiente y jeringa, hacen su uso molesto y engorroso. Pertenecen á esta catego- ría las á base de gelatina y sebo mezclado con cera amarilla. En las á base de gelatina, la solidificación no da una consistencia suficiente como para facilitar la disección. Las á base de sebo y cera amarilla, además de los inconvenientes generales apuntados, tienen el de ser su manejo desagradable por en- suciar todo el material en uso. La masa de inyección que usamos y proponemos, se prepara en frío y de la siguiente manera : Albúmina de huevo (una clara)...... 60 gramos Azul de lavanderas (1).............- 1 GH alo UR Res 15 gotas Dilúyase el azul en la glicerina, hecha la mezcla, agréguese la albúmina, agitando suavemente con una varilla de vidrio, hasta 0b- tener una mezcla muy homogénea. La glicerina tiene un doble objeto: ayudar la disolución del colo- tante y disgregar la trama albuminosa. Puede conservarse la mezcla agregando alcanfor en pequeños trozos (2 gramos). (1) Reemplácese el azul por otro colorante si la manipulación lo requiere. UNA NUEVA MASA DE INYECCIÓN 171 Técnica. — Tomaremos como ejemplo la sanguijuela (Hirudo offici- nalis L.) por ser su tubo digestivo muy incómodo para inyectar, debi- do á la fuerte contracción que sufre el esófago después de haber sido cloroformado el animal. Tómese la sanguijuela por el cuello, y dorsiventralmente entre el pulgar é índice de la mano izquierda, introdúzcase la cánula de la jeringa cargada con la inyección, entre las mandíbulas trífidas ejer- ciendo una presión moderada y continua hasta que llegue al esófago ; conseguido esto, empújese con fuerza el pistón en el primer tiempo, con suavidad en el segundo, hasta llenar por completo el tubo diges- tivo. Retírese la cánula y continúese al mismo tiempo apretando la ventosa bucal para evitar el derrame de la masa inyectada y átese acto continuo con un hilo fino. Hecho esto, se pone el animal en agua hirviendo durante 4 ó 5 mi- nutos, tiempo suficiente para la solidificación de la albúmina; retírese y pínchese en la cubeta bajo el agua, siguiendo la técnica habitual. Este método puede usarse en la inyección del tubo digestivo del caracol, de los sistemas circulatorios (venoso y arterial) de otros mu- chos invertebrados y vertebrados; sus resultados podrán constatarse utilizando el método, lo que me evita entrar en detalles que serían interminables é inadecuados á la índole y objeto de esta nota. AUGUSTO €. SCALA. Buenos Aires, marzo 21 de 1907. BIBLIOGRAFÍA CASA EDITORIAL «GRAFICA EDITRICE POLITÉCNICA », TURÍN (1): Nos complacemos en comunicar a nuestros lectores la constitución, en Turín, de una nueva sociedad editorial, con el título que encabeza estas líneas; bajo la base de la refundición en uno de los tres establecimientos tipo-litográficos de los señores Camilla, Bertolero i A. F. Negro i compañía. Es una sociedad anónima, con un capital de 600.000 liras, que, como su nom- bre lo indica, se ocupará de editar obras de arquitectura, injeniería i ciencias afines, con la amplitud 1 perfectibilidad requeridas por los modernos progresos de la ciencia de la construcción i del arte de la imprenta. Conocidas son las magníficas obras editadas por las estinguidas casas de Negro i Bertolero, las que á la belleza artística reunían la bondad técnica, por lo que debemos esperar de la Gráfica Editrice Politecnica, con los nuevos elementos per- feccionados de que dispone, que nos dará obras, si de igual mérito científico, más artísticas aún que aquéllas. Hacemos votos por la prosperidad de la nueva empresa, no solo por su bien propio, sino que también por el de su clientela, la que no puede sino resultar beneficiada. Mientras tanto, nos es grato anunciar las siguientes últimas obras, editadas por esta casé Trattato di costruzione di macchine dell'Ingegnere GIACOMO ALLARA, pro- fessore di meccanica all'Instituto professionale operaio di Torino ed assistente alla Cattedra de composizioni e construzione di macchine al R. Museo indus- triale di Torino. I parte ; Organi fissi. Un volume di 222 pagine in 8% grande con Atlante di 31 tavole in cromolitografía. Grafica Editrice Politecnica. Torino. Prezzo, lire 25. (1) Recordamos que esta casa, como las de Béranger, Garnier, Hoepli, etc., hace á los socios de la Científica Argentina el descuento del 20 por ciento sobre el precio de catálogo. BIBLIOGRAFÍA 173 En sus 222 páginas de nutrido material, el testo abarca los siguientes temas : I. Estatigráfica. 11, Teoría de la elasticidad i resistencia de los materiales. TIT, Relación que liga al momento de torsión Mí con las fuerzas esternas 1 su brazo de palanca i al número de caballos de vapor con el número de vueltas. TV, Nociones jenerales sobre las construcciones mecánicas. V, Órganos fijos de unión. VI, Tornillos, pernos. VII, Anillos. VIII, Clavos de remache. IX, Sopor- tes. X, Cojinetes, XI, Bastidores, bancos, planchas, sostenes de máquinas. XII, Columnas. XITI, Cilindros bajo presión interna. XIV, Cojinetes. XV, Tubos. XVI, Obturadores, robinetes i válvulas. XVII, Elásticos. En cuanto al Atlas podemos asegurar que pocas veces hemos visto láminas de diversos colores tan artísticamente confeccionadas. Da gusto ver la nitidez i per- fección de sus figuras policromas, condiciones éstas tan necesarias para facilitar la comprensión del testo. El profesor Allara es reconocido como uno de los técnicos italianos más con- cienzudos 1 competentes. Nosotros hemos anunciado ya otro libro hace poco pu- blicado la Estática gráfica del injeniero Zucchetti, refundida i ampliada por el injeniero Allara. En este su Tratado de construcción de máquinas de que tratamos, el autor des- arrolla su programa con ese estilo conciso pero claro que es, en general, una virtud inherente a todos los profesores turineses. Á la teoría hace seguir, donde el caso lo requiere, ejemplos de aplicación numérica, que dan a la obra su com- plemento más útil. Creemos que el trabajo del injeniero Allara podrá ser utilizado en nuestra es- cuela de injenieros mecánicos i en la industrial; i que podrá ser leída con pro- vecho por los señores injenieros en jeneral. Agregaremos que se halla en prensa el 2% volumen : Organi mobila. Manuale di Tecnica Stimativa. Norme e procedimenti di Stima in applica- zione alle teorie dell'estimo razionale, dell'ingegnere CESARE TOMMASINA, professore incaricato di Economia ed Estimo rurale nella Reale scuola d*applica- zione per gl'ingegneri in Torino, 2* edizione, riveduta e corredata di esempi pratici, di tabelle numeriche e di quattro tavole litografate. 1 volume di pa- gine xIr-300, legato alla bodoniana. Societá Grafica Editrice Politecnica, Torino. Prezzo, lire 5,50. Continuador del malogrado profesor injeniero Julio Fettarappa, de quien nos hemos ocupado oportunamente en estas mismas columnas, el injeniero Tomma- sina ha escrito una obra de real utilidad para los peritos, dando no solo las nor- mas i procedimientos para efectuar las estimaciones de los bienes raíces, urbanos i rurales, sino que también aplicándolos a ejemplos prácticos, en que ha inter- venido personalmente el mismo profesor, lo que hace más meritorio i aprovecha- ble su trabajo. Entre nosotros donde las estimaciones periciales, las tasaciones, suelen hacerse a ojo de buen cubero, sin un análisis razonado, sin el detalle i la presuposición requeridas, esta obra del injeniero Tommasina será de real utilidad, por lo que aconsejamos su lectura meditada a nuestros colegas. He aquí el índice : I, Nociones preliminares. 11, Métodos jenerales de estimación (directo racional, 174 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA directo semi-empírico, indirecto comparativo). 111, Normas 1 procedimientos para los casos más frecuentes (estimación de las fábricas civiles, industriales, rura- les, ete.; ídem de los bosques, de las plantaciones frutales, de los pastos, de los prados de regadío, de una granja, completa, etc.) Apéndice : Estimación catastral 1 espropiaciones forzosas. IV, Ejemplos de estimaciones (edificio civil; villa con parque i anexos; huerto con habitaciones; indemnización por atravesar un ferro- carril una cantera; ídem, ídem una propiedad civil i anexo negocio; ídem por el paso inferior de un ferrocarril bajo de una villa (casa de campo). V, Cuadros numéricos i cuatro láminas. Contributo allo studio degli apparechi autolivellatori dei canali, dell” ingegnere EDOARDO GREGOTTI. Un opuscolo di 20 pagine con 1 tavola e 18 fi- gure nel testo. Lire 1.50. Es la reimpresión en folleto del interesante estudio publicado por el injeniero Gregotti en el reputado periódico L*Ingegneria civile e le Arti industrial, que edita la misma casa. Dizionario tecnico di ingegneria e di architettura, nelle lingue italiana, francese, inglese e tedesca, compresovi le scienze, arti e mestieri affini, compi- lato de G. CRUGNOLA, ingegnere capo provinciale, Parte 1, dispense 86, 87, 88 e 89. Son cuatro nuevas entregas del gran diccionario políglota del ilustrado inje- niero señor Crugnola, publicación que pronto quedará terminada en su parte fundamental. Esta obra debiera figurar en las bibliotecas de nuestras escuelas técnicas pro- fesionales é industriales, donde la producción científica italiana, francesa, ale- mana e inglesa, sirve de base a los estudios en ellas impartidas, i, por ende, donde es necesario conocer la versión de las voces estranjeras al idioma na- cional. Opere marittime, manuale ad uso degli studenti ingegneri, ingegueri e cos- truttori, dell'ingegnere DOMENICO Lo GATtTO. Hemos ya anunciado la aparición de los dos primeros volumenes (respectiva- mente de 124 páginas i 9 láminas, precio 5 liras, 1 128 páginas, 111 láminas, precio 6 liras). La Sociedad Gráfica Editrice Politécnica nos comunica que tratará de obtener del injeniero Lo Gatto, sin mayores dilaciones, los orijinales del ter- cer volumen para proceder a su publicación. También nos escribe que espera dar pronto a luz la tercera entrega del intere- sante trabajo del injeniero Gorrieri, Racolta di progetti di costruzioni in legno ed in metallo. Esperamos ver pronto cumplidas estas lisonjeras promesas. S. E. BARABINO. CASA EDITORIAL DE GAUTHIER-VILLARS, PARIS : Les positifs sur verre. Théorie et pratique. Les positifs pour proyections. Stéréoscopes et vitraux. Méthodes opératoires. Coloriage et montage, par H. BIBLIOGRAFÍA O FOURTIER. 2* édition. 1 vol. in-16 (19 X 12), de 188 pages avec 12 figures dans le texte, Gauthier-Villars, éditeur. Paris, 1907. Prix broché, 2,75 frances. Esta interesante obrita forma parte de l+ recomendable Bibliotheque fotogra- phique, que edita la importante casa editorial de Gauthier-Villars. El tema tra- tado no puede ser más atrayente. Nada mejor que reproducir lo que dice el pro- pio autor. «Los positivos sobre vidrio tienen por objeto dar una imagen fotográfica tras- parente, empleada en la linterna de proyección o en el estereoscopio, o bien para preparar vitraux del más artístico efecto. Estas vistas tienen una fineza, un deta- lle de sombras, una claridad en la luz i una suavidad jeneral difícilmente alcan- zados con los diversos procedimientos sobre papel. No estudiaremos, pues en este volumen sino los positivos transparentes, constituyendo los por reflexion una rama de mui restrinjida aplicación fotográfica i, por ende, poco empleada...» El autor estudia : la preparacion del vidrio por el procedimiento de la jelati- na, emulsiones, material i tornos de mano; proceso albuminoide, material, tor- no; hidrotipía, cianotipía, etc. Procedimientos especiales: Contratipos, transfe- rrotipos, positivos para proyecciones, vistas estereoscópicas, vitraux, Les proyections scientifiques et amusantes, por G. MAssIorT, constructeur d'instruments pour les sciences, 1 vol. in 8% (23 X 14) de vi-48 pages, avec 18 figures dans le texte. Gauthier-Villars, éditeur. Paris, 1907. Prix broché 1,75 frances. El empleo de las proyecciones luminosas en la enseñanza adquiere cada día mayor desarrollo por su utilidad pedagójica indiscutible. El folleto del señor Massiot tiene por objeto describir amenamente varias aplicaciones del sistema, mediante aparatos que construye el propio autor. Creemos que merece llamar la atención de nuestros educacionistas que bien podrán adoptarlas para hacer más práctica i amena la enseñanza escolar. Conseils aux amateurs, par MAURICE MERCIER, 1 vol. in. 18% (19 X 12) de vE1t4 pages. Gauthier-Villars, Paris 1907. Prix broché, 2,75 frances. Este volumen manual también forma parte de la Bibliotheque fotographique. Como lo dice el autor, no es un tratado de fotografía, sino una descrición de diversos procedimientos para prepararse por sí mismo los elementos que requie- re la práctica de la fotografía, con cuyo objeto analiza i funda razonadamente una serie de recetas de aplicación realmente útil. Los puntos tratados abarcan la placa sensible, la revelación, el fijado; la eli- minación del hiposulfito de sosa; el halo; las películas; los papeles artísticos, el viraje; las ampliaciones, etc. Será, pues, un guía útil para los aficio- nados. Précis d'électricité par PAUL NIEWENGLOUSKY, ingénieur au Corps des Mines. 1 volume de 11-200 pages, grand in 8%, ayec 64 figures dans le texte. Gauthier- Villars, éditeur, Paris, 1907. Prix, 6 frances. Esta nueva obra de la reputada casa editorial de Gauthier-Villars, forma parte 176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de la importante Encyclopédie des Travaux publics fandada por el inspector gene- ral de puentes i caminos, injeniero Lechalas. El autor, con una concisión i claridad ciertamente recomendables, ha escrito un tratado analítico de electricidad, sin menoscabo de la parte descriptiva i prác- tica. Ha dividido su trabajo en dos secciones. En la primera estudia las princi- pales leyes i las esperiencias en que se fundan ; en la segunda indica las conse- cuencias que pueden deducirse por el cálculo. En toda la obra domina un criterio independiente i vistas nuevas que le dan un carácter propio. Parte I (Leyes 1 esperiencias) : Corrientes eléctrica, fenómenos termoeléctricos, electromagnetismo, inducción, magnetismo, electroestática, medidas, unidades. Parte II (Hipótesis i teorias): Teoría matemática de la electroestática, com- paraciones é hipótesis, corrientes alternas, teoría matemática del electromagne- tismo, teoría matemática de la inducción, teorías jenerales. No creemos que el práctico pueda sacar gran provecho del trabajo demasiado científico del injeniero Niewenglousky; pero si lo recomendamos a los injenieros 1 a los estudiantes de electrotécnica. | S. E. BARABINO. CASA EDITORIAL BAILLY-BAILLIERE, PARIS: Moral social por EUGENIO M. DE HosTESs, profesor de historia universal, rector del Liceo M. L. Amunátegui (Santiago de Chile) i director jeneral de ense- ñanza normal de la República Dominicana, etc. 22 edición, 1 volumen, en 8% menor, de 256 pájinas de nutrida composición. Editores, Bailly-Bailliere e hi- jos. Madrid, 1906. Este trabajo que el autor publicó en 1888, a pedido de sus discípulos, fué mui bien recibido por el público, como lo prueba su segunda edición i los numerosos elogios de la prensa i de los doctos á su respecto, que en parte pueden leerse en el apéndice al fin de la obra. Hemos hojeado i dado una rápida ojeada a esta produccion de carácter socio- lójico, tan oportuna en estos momentos en que la sociedad anda desquiciada por las arremetidas furibundas de espíritus descarriados, cuando no malvados, 1 con- fesamos que mucho nos ha interesado, pues, aunque a nuestro juicio, el autor dice no pocas grandes verdades reales, positivas, sienta en algunos puntos teorías más que ideales utópicas, impregnadas de un espíritu de sinceridad que le honra; pero que, ante la bestia humana, son de difícil aplicación en la vida prác- tica de las colectividades. Hemos leído con placer, con fruición diremos, los capítulos sobre la Moral 4 actividades de la vida especialmente los dedicados a la correlación de la moral con la iglesia católica, con el protestantismo, con las religiones filosóficas, con la ciencia, el arte, etc. El trabajo del señor de Hostes es moralísimo i, por ende, bueno; i su lectura no puede sino infundir en los ideales, sanos o enfermizos, de los sociólogos mo- dernos, una esperanza alentadora en un porvenir social más ajustado a los prin- cipios de justicia i de fraternidad que deben reinar entre los numerosos miem- bros de la grande familia humana. BIBLIOGRAFÍA 177 Agriculture générale : Les semailles et.les récoltes par PauL DIFFLOTH, ingénieur agronome, avec une introduction par le docteur P. Regnard, direc- teur de 1*Institut National Agronomique, membre de la société nationale -d'Agriculture de France. 1 vol. in-18%, de 488 pages, avec 208 figures inter- calées dans le texte. Editeurs, J. B. Bailliére et fils ; Paris, 1907, Prix : broché, 5 fr. ; cartonné, 6 fr. Esta obra forma parte de la Encyclopédie Agricole que se publica bajo la direc- ción del ingeniero G. Wery, subdirector del Institut National Agronomique, i cons- tituye el segundo volumen que sobre agricultura jeneral escribe el autor. ¡El volumen I publicado trata de Le sol et ses labours.) En esta segunda parte el autor desarrolla la serie de operaciones agrícolas que van de la siembra a la cosecha, vale decir, que estudia la jerminación, i la exacta constitución de las semillas (conms- titución, impurezas, jerminación, venta 1 fraudes), poniendo al estudioso en con- diciones de elejirlas conscientemente; luego trata de la práctica de las siembras, del esparcimiento de las semillas, de las siembras en línea, de la aradura, de la destrucción de las plantas nocivas, del cuidado de las jóvenes plantas 1, en fin, de la cosecha, de la conservación de la misma i de su comercio racional. Esta obra está escrita con claridad i concisión a la vez, condiciones que sólo pueden coexistir cuando, como en este caso, el autor domina por completo la ma- teria; 1 podrá ser consultada con provecho por los alumnos de nuestra novel Fa- cultad de Agronomía. Les sucres, le café, le thé, le chocolat, par A. L. GIRARD, directeur de 1 Ecole Pratique de Commerce de Narbone. 1 volume in-169, de 96 pages, avec 19 figu- res. Paris, 1907. Librairie J. B. Bailliere et fils. Prix cartonné, 1,50 frances. Este manual forma parte de la Encyclopédie technologique et commerciale que lleva ya publicados 24 volúmenes. El actual corresponde a la VI sección, Les prodwits alimentaires, 1 el nombre i el cargo que ejerce el autor son garantías su- ficientes de la bondad del mismo. No sólo trata del cultivo de la caña, de la re- molacha, del café, etec., sino que también de su aprovechamiento industrial, de su adulteración, de su falsificación i de su colocación en el comercio. S. E. BARABINO. CASA EDITORIAL CH. BÉRANGER, PARIS: El señor Béranger nos ha remitido las siguientes obras : Cinematique des méecanismes par Louis WkEvrE, ingénieur, professeur a École supérieure des textiles et a "École professionelle de Namur. 1 vol. in- 82, de virr-470 pages, avec 402 figures dans le texte. Ch. Béranger, éditeur. Paris, 1907. Prix, relié, 10 frances. Es un volumen manual, mui bien impreso i con bellas i numerosas figuras que constituye el curso que el autor dicta en la escuela superior, respecto a los me- canismos, esto es, a los elementos que constituyen las complicadas máquinas útiles empleadas en la industria. Es una verdadera introducción al curso de cons- trucción de máquinas, cuya comprensión 1 aplicación facilita substancialmente, mediante el análisis detallado de los mecanismos del punto de vista puramente geométrico i gráfico. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIIMI. 12 09 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Traite théorique et pratique des explosifs, destiné aux exploitants de mi- nes et de carrieres, eb comprenant une étude spéciale sur la question du grison et des poussieres dans les mines de charbon, par F. HEIsE, professeur a 1/Aca- démie Royale des Mines de Berlin. Traduit de l/allemand et adapté par J. Au- brun, ingénieur au corps national des mines. 1 vol. grand in-8% de v111-295 pages, avec 146 figures dans le texte, Ch. Béranger, éditeur. Paris, 1907. Prix, relié, 12 frances. En esta obra el reputado profesor alemán se ha propuesto dar a los injenieros las nociones requeridas en la aplicación práctica de los esplosivos i de su infla- mación, esplayándose mayormente en lo que concierne a los esplosivos de seguridad ia la inflamación eléctrica, temas de la mayor importancia en las minas de carbón. Con igual sentido práctico el autor se ocupa de los esplosivos en sus aplicacio- nes a los túneles, canteras, etc.; dando á la vez el nombre de las casas que fa- brican dichos esplosivos. La construction des machines électriques par JULIEN DALÉMONT, ancien ingénieur de la Gesellschaft fiir Electrische Industrie (Karlsruhe), professeur agrégé d'électrotechnique a 1"Université de Fribourg, professeur au Techni- cum. 1 vol. grand in-S% de 138 pages, avec 135 figures et 42 planches foto- eraphiques dans le texte. Ch. Béranger, éditeur. Paris, 1907. Prix, relié, 12,50 francs. El autor empieza indicando los problemas que el injeniero debe resolver en un taller i los autores que los han estudiado; luego esplica detalladamente. la preparación de las piezas de las máquinas eléctricas, especialmente de los útiles, dando por sentado que el lector conoce ya la teoría de las máquinas; agrega la descripción completa de un taller de construcciones eléctricas, i termina haciendo un examen sintético. Las planchas fotográficas, vale decir, los 42 clisés estereoscópicos, permiten, mediante un estereóscopo abierto, ver las imágenes en relieve, lo que presenta al observador los objetos bajo su forma real i, por ende, más comprensible. Prix de revient et prix de vente de l'énergie électrique, suivi d'un essai de tarification rationelle, par GUSTAVE SIEGEL, ingénieur électricien. Traduit de lallemand par Robert Ellisenet E. Allain-Launay. 1 vol. in-8% de 215 pa- ges, avec XVI tableaux et 11 diagrammes dans le texte. Ch. Béranger, édi- teur. Paris, 1907. Prix, relié, 8 francs. Este trabajo constituye una ampliación de la tesis doctoral presentada por el ingeniero Siegel a la Escuela superior técnica de Darmstadt i los traductores, hallando en él la interesante oportunidad del tema, gran acopio de datos i vistas del autor mui dignas de tenerse en cuenta, la han vertido al francés como libro de positiva utilidad para los electricistas franceses, que como se comprende, re- dunda en beneficio de la gran mayoría de los ingenieros que poseen esta lengua. L'année électrique, électrothérapique et radiographique, revue annuelle des progres électriques en 1906, par le docteur FOUVEAU DE COURMELLES, médecin electricien, professeur d'electrothérapie et de radiographie, etc. Sep- BIBLIOGRAFÍA 179 tieme année. 1 volumen, in-12 de 342 pages. Editeur,Ch. Béranger. París, 1907. Prix, 3,52 frances. Da cuenta de lo actuado durante el año 1906, de las invenciones i aplicacio- en el campo cada vez más vasto de la electricidad. Théorie et calcul des lignes a courants alternatifs. (Transmission de Vé- nergie a grande distance) par G. ROESSLER, docteur essciences, professeur á École technique supérieure de Danzig. Traduit de Vallemand par E. Stein- mann, docteur es sciences, professeur a l'École de Mécanique de Géneve. 1 volume, grand in-8%, de xIv-288 pages, avec 60 figures dans le texte et 7 planches litographiées. Ch. Béranger, éditeur. París, 1907. Prix, cartomné, ...francs. El autor aplica las cantidades complejas al estudio de las cuestiones prácticas cuando las corrientes alternas obedecen a la lei sinusoidal, transformando así las ecuaciones diferenciales, de difícil manejo, en ecuaciones lineales, de fácil solución. Su obra es el resultado de sus estudios i enseñanzas sobre la transmisión de la energía a grande distancia, 1 sólo se refiere a fuertes corrientes de forma si- nusoidal. e Principes de la construction des machines-outils, par JuLes MERLOrT, ingénieur mécanicien, répétiteur du cours de construction de machines et chef des travaux ('atélier a la faculté technique. 1 gros volume, grand in-80, de 650 pages, avec 987 figures dans le texte. Ch. Béranger, éditeur. París, 1907. Prix, broché, 40 frances. Trabajo importante é interesante merece ser leído con alguna detencion. Opor- tunamente nos ocuparemos de él. En tanto he aquí su índice general : L. Órganos de uso general, órganos de transformación del movimiento, meca- nismos para el desvío de correas en marcha, mecanismos de variación de veloci- dad, buriles y corchetes, jeneralidades sobre construcción de máquinas-útiles. IT. Tornos propiamente dichos, ídem aéreos, ídem entrepuntas, ídem especiales, perforadoras, taladros. III. Acepilladoras, cepillos, sierras, muelas, etc. Les formations séedimentaires du cretacé supérieur et du tertiaire de Patagonie, avec un parallele entre leurs faunes mammalogiques et celles de l'ancien continent par FLORENTINO AMEGHINO, directeur du Mu- sée National de Buenos Aires, 1906. Es un grueso volumen de 570 pájinas en 8% mayor, con 358 figuras intercaladas en el testo 1 3 láminas grandes anexas, en el que el autor refuta la memoria pu- blicada en Alemania por el señor Otto Wilkens sobre los depósitos sedimentarios marinos del cretáceo i del terciario de Patagonia, quien, mediante « hipótesis ba- sadas en suposiciones infundadas », trató de desvirtuar las conclusiones del doc- tor Ameghino sobre el mismo tema. Es una obra de aliento la que acaba de publicar el infatigable Director de 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nuestro gran Museo, i que constituye el tomo XV de sus 4nales; 1 es tal el nú- mero de puntos estudiados, i tan interesantes, que recomendamos calurosamente su lectura á nuestros lectores, pues hallarán en ella no soló una vasta erudición científica, sino que también una sana controversia fundada en una filosofía natu- “alista sana i profunda. S. E. BARABINO. Prescrizioni normali ufticiali sui materiali agglomeranti idraulici e per l'esecuzione delle opere in cemento armato. Decreto reale del 10 gennaio, Roma, 1907. El ingeniero Luiggi nos envía un folleto en el que se anota el decreto del go- bierno italiano sobre las prescripciones normales por seguir en el análisis de los aglomerados hidráulicos, i el Boletín Oficial del ministerio de Obras Públicas en el que figura el real decreto que determina tales prescriciones. Como reputamos de interés esta resolución del ministerio de Obras Públicas italiano, la hemos traducido 1 publicaremos oportunamente. S. E. BARABINO. Estadística de Ferrocarriles en explotación. Tomo XIV, año 1905. Hemos recibido esta importante publicación del Ministerio de Obras Públicas, recopilación estadística del movimiento de los ferrocarriles nacionales, hecha ba- jo lo dirección del director jeneral de vías de comunicación, injeniero Alberto Sehueidewind. Acompáñala un interesante mapa de los ferrocarriles existentes en la Repúbli- ca, en esplotación i construcción en febrero del corriente año. Para que resalte la importancia de este trabajo nos bastará indicar los puntos tratados en su Primera parte. ESTADÍSTICA : Nómina de las líneas en esplotación. Antecedentes. Estado comparativo de los ferrocarriles según provincias i Gobernaciones ; ídem, según superficie i población de las provincias i territorios. Vía permanente. Trazados i altimetría. Obras de arte 1 edificios. Existencia de locomotoras, coches, furgones, vagones, vehículos especiales. Kilómetros recorridos i trabajo efectuado por las locomotoras i por los ejes de vehículos. Utilización del tren rodante. Relación entre el poder calorífico i el coste del combustible. Materiales empleados. Tráfico de pasajeros i esceso de equipajes. Tráfico de encomiendas i carga. Pasajeros i carga despachaha i reci- bida por estaciones o empalmes. Productos de esplotación. Gastos de esplotación. Productos i gastos necesarios i cuentas anexas. Ganancias i pérdidas. Estado de los capitales. Accidentes. Trabajos verificados en los talleres. Númera total de empleados i obreros. Total de sueldos de empleados 1 obreros. Y como Ánexo: Resumen de la esplotación de los ferrocarriles durante el último decenio. Fe- rrocarriles secundarios i tranvías a vapor. Ferrocarriles en construcción 1 pro- yectados 1 concesiones en vijencia el 31 de diciembre de 1905. Esplotación de aleunos ferrocarriles estranjeros comparados con los de la República Arjentina. En la Segunda parte: ASUNTOS COMERCIALES : Recopilación de artículos referentes a tarifas contenidas en las leyes 1 contra- tos vijentes. Tarifas especiales aprobadas en 1905. Bases de las tarifas para BIBLIOGRAFÍA 181 pasajeros i encomiendas. Clasificación de encomiendas. Bases a oro de las tarifas para pasajeros i encomiendas. Clasificación de encomiendas. Bases a oro de las tarifas para carga en jeneral. Idem a papel. Bases de las tarifas para animales en pie. Idem, para vehículos. Idem, para productos del país. Clasificador jeneral de carga. Recomendamos el examen de este notable trabajo de estadística ferroviaria a todos aquellos a quienes interese conocer fundamentalmente las condiciones tée- nicas 1económicas de los ferrocarriles en la República. S. E. BARABINO. Literatura antropolójica i etnolójica de Chile. Capítulo segundo de una obra en prensa del profesor CarLOS F. PORTER, director de la Revista Chilena de Historia Natural, etc., ete. Acusamos recibo de este capítulo de la obra próxima a aparecer, del infatiga- ble profesor Porter, cuyas enerjías no ha conseguido dominar la catástrofe de Valparaíso, que le arruinara e incendiara el museo, o más bien su museo de His- toria natural, destruyéndolo por completo. Más de 100 trabajos pertinentes a la antropolojía 1 etnolojía chilenas son debidamente catalogados i anotados por el profesor Porter; figurando como au- tores los más claros injenios científicos chilenos ino pocos estranjeros. Nos place hacer público que saldrá proximamente a luz la segunda edición de la interesante obra del mismo autor, Lecciones elementales de morfolojía i fisiolojía del hombre con un prólogo del doctor Ribera Gómez, catedrático en Madrid, tan bien aceptada por los hombres de ciencia i que mereció el honor de ser adoptada como testo oficial por siete gobiernos sudamericanos. Lo mismo decimos de su Memorandum de zoolojía, cuya segunda edición apa- recerá en breve con un prólogo del conocido profesor Odón de Buen. Nuestro pláceme al doctor Porter i que no desmaye en su provechosa laborio- sidad intelectual. Revista chilena de historia natural, fundada, dirigida y redactada por el señor profesor CarLOs E. PORTER. Año XI, número 1, Santiago de Chile, fe- brero 1907. Nos complacemos en anunciar la reaparición de esta interesante revista que el profesor Porter publicaba en Valparaíso i tuvo que suspender por la tremenda catástrofe que arruinó a esa importante ciudad chilena en agosto del año pasado. El profesor Porter cuya inteligente dedicación al estudio i cuya labor científi- ca son proverbiales ya, da una nueva prueba de su fibra incansable, de su tena- cidad i constancia, haciendo reaparecer su revista en la capital chilena, donde actualmente se halla trabajando por dar nueva vida al museo de Valparaíso, que le fuera destruído por el terremoto i que tanta dedicación como sacrificios le costara. Felicitamos al profesor Porter, no sólo por la reaparición de su simpática re- vista sino que también por su bondad técnica i por su belleza tipográfica. S. E. BARABINO. NIVELACIÓN DE PRECISION MÉTODO PARA ELIMINAR LOS ERRORES DE REFRACCIÓN EN LAS VISUALES DE LONGITUD CONSIDERABLE Bases teóricas. — Sea D la distancia por salvar con un solo golpe de nivel. Supóngase en A un aparato que lleve dos anteojos a, 4,, CUYOS ejes sean horizontales y se encuentren en un mismo plano vertical. En B otro anteojo horizontal cuyo eje esté colocado en el mismo pla- no vertical (fis. 1). Si, por medio de una disposición y movimientos oportunos pue- de colimarse desde «a, el centro del objetivo de b, y desde b el centro del objetivo de «,, en el momento en que esta doble colimación tiene lugar, los puntos medios de las rectas perpendiculares á los ejes de los anteojos a se encuentran sobre la horizontal que coincide con el eje del anteojo b; es decir, desde la estación A, cuyo horizonte se supone conocido, puede determinarse el horizonte de B, habiéndose eliminado todo error de refracción. Aplicaciones prácticas. — El método expuesto tiene su inmediata aplicación en el problema del paso de una nivelación de precisión á NIVELACIÓN DE PRECISIÓN 183 través de un río de anchura considerable, como, por ejemplo, el Pa- raná. Los instrumentos por emplear son, por un lado, el nivel de preci- sión usado ordinariamente en la nivelación general, con una pequeña modificación que permite colimar el centro de su objetivo, y, por el otro, un instrumento que debe construirse especialmente y que se re- duce, en sus líneas generales, á un catetómetro. Los dos anteojos a, y 4, pueden reducirse á uno solo, que corra paralelamente á sí mis- mo á lo largo de una regla graduada vertical, que permite fijar en cada instante, por medio de un nonio, la posición exacta del anteojo sobre la regla. El anteojo, idéntico al del nivel ordinario, debe tam- bién llevar una señal cuyo centro coincida con el centro del objetivo, y que pueda ser colimada por el anteojo del nivel que se encuentra en la otra orilla. Las señales centradas con los anteojos pueden ser constituidas sencillamente por discos de cartón, con una ligera armazón de alumi- nio, que pueden armarse sobre el objetivo, perpendicularmente al eje óptico del anteojo, por medio de un anillo análogo ála pieza que sirve de parasol á los objetivos (tig. 2). Para su mejor colimación, los discos pueden ser pintados de mane- ra de dejar una eruz blanca sobre fondo rojo. Sus dimensiones variarán. según la distancia D y el poder de los anteojos. Y [. Fig. 2 Para ejecutar las operaciones, habiéndose determinado previamen- te, con grosera aproximación el desnivel de las dos estaciones A y B, se colocará en B el nivel común á su ordinaria altura sobre el terreno, y en A el catetómetro cuyo anteojo se colocará de manera de resultar algo más alto que el anteojo b. Puestos los instrumentos en estación, con todas las precauciones de práctica, y conociéndose por medio de señales convenidas que los dos observadores están lis- tos, el observador A hará bajar su anteojo hasta poder colimar exac- 184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tamente el centro del anteojo b, haciendo en seguida la lectura co- rrespondiente sobre la graduación de la regla. Hecho esto, hará ba- jar lentamente el anteojo hasta que desde B señalen que el disco de « ha entrado en el campo del anteojo b, y por medio de los pequeños - movimientos indicados desde B por señales convenidas, podrá co- locarse a en posición de ser exactamente colimado por b. Hecha entonces en A la correspondiente lectura sobre la regla, la semi- suma de las dos lecturas dará el error de refracción, y con un gol- pe de nivel dado desde A sobre un punto de cota conocida, se de- ducirá en seguida el horizonte de b. Desde b, cuyo horizonte queda así fijado, podrá entonces determinarse la cota de un punto cual- quiera de ese lado del río con un solo golpe de nivel. : Estas operaciones deberán naturalmente repetirse un número suficiente de veces para reducir á un mínimum los errores de ob- servación, adoptando el promedio de los resultados que se obten- ea. No insisto sobre el detalle de las operaciones: está demás también decir que debe calcularse el error debido á la esfericidad de la tierra. Consideraciones generales. — Con un número suficiente de repeti- ciones de la operación en condiciones distintas, el método expuesto ofrece el medio de eliminar completamente los errores debidos á la refracción. Podría objetarse que las capas atmosféricas atravesadas por las visuales no son las mismas durante las dos lecturas, siendo entonces distinto el trayecto de los rayos luininosos, pero haré notar primeramente que las capas atravesadas serán siempre muy próxi- mas entre sí y por lo tanto se encontrarán en condiciones sensible- mente análogas, y, en segundo lugar, que la repetición de las observa- ciones servirá también á subsanar este inconveniente. La construcción del catetómetro para este método ha sido aquí in- dicada solo someramente, debiendo ser estudiada por un constructor, quien podría también estudiar la manera de utilizar señales lumi- nosas de noche, cuando las condiciones atmosféricas son las me- Jores. Agregaré que la adopción de este método permite un estudio experimental de la refracción en las capas inferiores de la atmós- fera. ARNALDO SPELUZZI. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN MEMORIA PRESENTADA AL CONGRESO CIENTÍFICO LATINO AMERICANO REUNIDO EN 1905 EN RÍO DE JANEIRO Por CARLOS WAUTERS Ingeniero civil Delegado oficial del Gobierno argentino á dicho Congreso y Presidente de la sección de matemáticas puras é ingeniería del mismo Profesor suplente de Construcciones civiles y Estática eráfica en la Facultad de ciencias exactas físicas y naturales de la Universidad de Buenos Aires Director del Departamento de obras públicas y Presidente de la Junta superior de irrigación en Tucumán, ete. CAPÍTULO I CONSIDERACIONES GENERALES Concepto del riego artificial en los pueblos civilizados. — Necesidad de aumen- tar la población en la América del Sud. — La inmigración es indispensable. — Los ferrocarriles como factores de política interna en la República Argen- tina. — Núcleos principales de población. —Causas determinantes del núcleo litoral. —Distribución y abundancia de las lluvias. — La proximidad á los puertos y las vías fáciles de comunicación no son factores decisivos. En todos los pueblos de avanzada civilización, ha quedado recono- cida la necesidad del riego artificial, como medio de atenuar los incon- venientes que para la agricultura representa la mala distribución ó insuficiencia de las lluvias : aquellos que han afrontado resueltamente la solución del problema que importa su establecimiento, ya sea en su propio territorio, ya sea en el de sus colonias, sin arredrarse ante la diversidad de cuestiones que plantea cuando se le encara en toda su amplitud y con el deliberado propósito de someter á un pro- lijo estudio los múltiples y complejos factores que influyen en su acertada solución, reconociéndole toda la importancia que reviste como alto asunto de estado, han transformado fundamentalmente su representación en el concierto general de las naciones. La Italia, desde siglos atrás, ha venido transformando los panta- nos y estériles ripiales de la Lombardía y el Piamonte, mediante gran- des obras de riego, haciendo de una provincia originariamente pobre, 186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA una de las regiones agrícolas más ricas y dignas de estudio para el agrónomo y el estadista. La Francia ha transformado los desiertos de la Argelia, llevando su acción hasta las mismas fronteras del gran Sahara; y aun cuando se ve ahora en el caso de reaccionar de una desidia criticable, fomentando la plantación de arboledas cuya des- trucción continua y persistente consintió sin darse cuenta de las con- secuencias que acarrearía para la región, normalizó con grandes diques de embalse el régimen irregular de sus principales ríos, des- cuidando sin embargo la otra faz del gran problema hidrológico, que importa la conservación y fomento de bosques, especialmente en zonas de irrigación artificial. La Holanda, ese privilegiado país de comercio, cuyas naves recorrían todos los mares del mundo desde la más remota antigiiedad, no tenía productos que exportar con sus na- ves porque su reducido territorio, conquistado palmo á palmo en obra secular y constante con el mar, no le permitía producir lo bastante para su propio consumo é hizo de Java, una de sus grandes colonias, una gigantesca granja con cuyos productos valiosos recorre los mer- cados del mundo; y así ha transformado con grandes obras de riego, en que ha invertido más de 190 millones de francos, las islas neer- landesas en un colosal mercado de producción. La Inglaterra ha creado dilatados campos de regadío en la India entregando más de tres millones de hectáreas á la vida de trabajo y cultivo, arrancán- dolas de las pedregosas regiones del Pendjab y arenales del Sind; y no satisfecha aún con llevar la civilización á esas apartadas comarcas sin otras armas que las queimpone eltrabajo y el riego, acaba de acep- tar definitivamente un proyecto de ampliación para la primera región incorporando S00 000 hectáreas más á sus cultivos, extendiendo una red de canales de 850 kilómetros con un gasto de 130 millones de francos que se invertirán en nueve años, calculándose un interés del 10 por ciento sobre el capital primitivo como beneficio de esta gran empresa, sólo once años después de entrar en explotación ; pero espe- cialmente en Egipto, ha formado Inglaterra, en plazo relativamente corto, una nación nueva en el mercado económico mundial, y no obs- tante sus 23580000 hectáreas actualmente bajo riego, se estudia ya la forma de extender este grandioso campo de producción, tanto en el Bajo Egipto como en el Soudan y el Alto Egipto, y comprobando los estudios hidrográficos del Nilo que el S0 por ciento de las aguas que salen de los lagos Victoria y Albert se pierden por infiltración y evaporación en los esteros situados entre Lado y Fachoda, se pien- sa ya en construir un canal de más de 350 kilómetros de largo y dos ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 187 enormes diques de embalse en los referidos lagos para normalizar el régimen de las aguas que salen de los mismos, todo con un gasto de 350 millones de francos. La California y los territorios de Arizona, Colorado, Idaho, Kansas, Montana, Nebraska, Nevada, New México, North Dakota, Oklahoma, Oregón, South Dakota, Utah, Washington y Wyoming que forman el gran Far West ó región árida de los Es- tados Unidos del Norte, sólo deben su riqueza á las grandiosas obras hidráulicas que cubren su territorio, y entregan á la labor fecunda del farmer americano el agua que de otra manera pasaría desaperci- da en sus ríos, para arrojar al mar incalculables riquezas, que en cam- bio esos grandes pueblos han sabido utilizar para fundar su propia felicidad y grandeza; se ha calculado que un 90 por ciento de su cau- dal total se emplea en los campos de irrigación, y sin hablar de los 40) millones de hectáreas (próximamente 100 millones de acres) que se Juzgan susceptibles de recibir riego artificial, basta recordar el progreso realizado en sólo diez años : en 1890 en toda la región árida, no había más de 1 600 000 hectáreas bajo riego y éste alcanzó en 1900 á 2550000 hectáreas, esto es en una década una conquista de 950 000 hectáreas. Estos pocos ejemplos, que hemos recordado entre los principales, son los que debían tener presentes los gobiernos de los países sud- americanos; porque es preciso confesarlo con sinceridad, el asunto no los ha preocupado ni los preocupa hasta el presente; una golon- drina no hace verano, dice el refrán, y es así como los pocos trabajos ejecutados en varios de ellos, que por otra parte no resisten siquiera á la comparación con los ejemplos citados, no alcanzan á modificar este concepto general en que pueden envolverse á todos. Un gran pensador argentino Alberdi, ahora medio siglo, señaló para todas las naciones sudamericanas el problema de más vital im- portancia para su desenvolvimiento y futuro progreso: En América del Sud, decía, gobernar es poblar, y sin pretender dar á este aforismo una importancia mayor que la que realmente tiene, no es posible des- conocer que encierra una gran verdad: cuestiones complejas como las que envuelven los fenómenos sociales no pueden resolverse estu- diando sólo algunas de las faces más sencillas con que se presentan al estadista. Poblar no es civilizar, si sólo se proponen los gobiernos atraer in- migrantes, internarlos en sus zonas mediterráneas, y dejarlos allí librados á su propia suerte sin antes haberles asegurado su bienestar 18s ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ó por lo menos, rodearlos de ese cúmulo de cireunstancias que les permita hallar la recompensa justa y equitativa á sus esfuerzos, y en que desde el primer momento hallen estímulo para su actividad, ase- eurando así su asimilación completa y definitiva á las fuerzas vivas de la nación y fomentando, más que en otra forma artificial cualquie- ra, la incorporación voluntaria de nuevos elementos atraídos por ellos mismos, echando las bases duraderas de una corriente inmigratoria de grandes masas humanas que reclaman las inmensas tierras ame- ricanas aún desiertas. Las estadísticas han demostrado que de las naciones europeas en que múltiples causas han establecido una corriente emigratoria con- tinua y permanente, salen anualmente de sus puertos un millón de emigrantes más ó menos, de los cuales una mínima parte alcanza las playas de la América del Sur. La República Argentina, con ser de tan excelentes condiciones para la asimilación rápida del europeo, no absorbe de esa inmensa población emigratoria 50 000 hombres al año, término medio. : No hay factor de progreso más positivo que el aumento de pobla- ción y éste en una nación como la Argentina, y en general todas las sudamericanas, no puede adquirir importancia real con el crecimien- to vegetativo de su propia y escasa población, sino por la incorpora- ción de inmigrantes útiles, civilizados, con hábitos de trabajo aunque ávidos de fortuna, dignos en una palabra, de gozar de las libertades que tan generosamente les brinda nuestra carta fundamental. Esa es la inmigración que ha hecho la grandeza de los Estados Unidos del Norte cuyos estadistas han comprendido que es necesario é indispensable distribuirla en todo el territorio, evitando que se es- tablezca en los puertos donde encuentra la vida más agradable que en el lugar de donde proviene ó salarios más altos que los que perc1- bía en los puertos de donde emigra. Las provincias argentinas que viven de la industria rural y princi- palmente de la agricultura, necesitan emigración rural europea y no la escoria de sus ciudades, que no sabe ni conoce el uso y manejo de los útiles de campo más sencillos, y está destinada á recorrer en ellas una vía erucis sin resultado práctico, pues á poco andar, ó regresa al país de origen maldiciendo al que ha visitado, ó se reconcentra en nuestras grandes ciudades, sembrando los gérmenes de la descomposición so- cial que bajo distintos nombres y manifestaciones diversas empieza á agitar periódicamente todos nuestros elementos obreros, y esto cuando no va directamente á aumentar la población de las cárceles. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 189 Para atraer al hombre que emigra en busca de trabajo, no basta ofrecerle tierras conocidas, amojonadas y exploradas; no basta pro- curarle los medios de conocer las peculiaridades, los cultivos y demás condiciones propias á la región en que va á instalarse, no es sufi- ciente facilitarle la forma de adquirir un lote de tierra en un plazo necesariamente largo, y comodidades de pago más ó menos reales. Es indispensable que esas tierras no sean desiertas y el inmigrante ten- ga la absoluta seguridad de que sus intereses no están en peligro, máxime en una país nuevo para él y envuelto aún en Europa en ese ambiente poco favorable, que tanto influye en el ánimo de gente de reducida instrucción, ambiente que desgraciadamente fomentan nues- tros continuos y periódicos movimientos ó tentativas revolucionarias, nuestras agitaciones y luchas políticas, etc. El aumento de la población en América representa una de esas ideas madres, como diría Sarmiento, y en la República Argentina se ha reconocido por pueblos y gobiernos; pero cada época tiene sus necesidades especiales y señala con carácter de preferente urgencia aleunos cuya solución se impone sin demora, sin que por esto deje de reconocerse que hay otros problemas igualmente importantes para el progreso del país. Es lo que ha pasado con la inmigración que no ha- bía sido estudiada hasta hace poco como lo merece, haciendo fracasar algunos ensayos que por causas especiales parecían haber asegurado una importante corriente inmigratoria hacia este país, pero que ha quedado paralizada en estos últimos años planteando la oportunidad de su urgente estudio y solución. El telégrafo nos ha informado hace pocos días que en la República del Brasil, el excelentísimo señor pre- sidente al abrir las sesiones del congreso, ha hecho resaltar en su mensaje la necesidad de fomentar y arraigar la inmigración de traba- jadores extranjeros en ese país, como único medio de afianzar la gran- deza nacional: el aumento de población es el gran problema nacional brasileño como lo es de la Argentina; pero no consiste tanto en atraer numerosos inmigrantes sino en radicarlos y conservarlos, porque ellos mismos se encargan luego de alimentar la afluencia de nuevos ele- mentos. Para el Brasil como para la Argentina la cuestión es la mis- ma: ofrecer tierras en condiciones favorables, pero tierras en que la industria á que se prestan de preferencia, la agricultura, pierda su carácter de aleatoria para transformarse en una industria segura y en que la primer materia prima, la que hace útiles á las demás, el agua, sea considerada y apreciada en el verdadero carácter de indispensa- ble que debe dársele, y cuya existencia y provisión debe garantizar- 190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA se ante todo. Un solo año de sequía general basta para detener la in- migración, y mal piensan los que pretenden calcular sus perjuicios por el valor intrínseco de las cosechas perdidas: mucho más repre- sentan para la riqueza nacional los numerosos inmigrantes que vuel- ven á salir del país, ó sólo detienen con el ejemplo de su crítica situa- ción la incorporación de nuevos brazos : allí tenemos el ejemplo de la provincia argentina de Santa Fe, cuya precaria producción de ahora pocos años, ha contribuído notoriamente á disminuir la inmigración hacia sus campos. Ahora cincuenta años era necesario formar la nacionalidad argen- tina y pudo decirse econ propiedad que «el ferrocarril hacía la unidad de la República Argentina mejor que todos los congresos ». Las pro- vincias vivían aisladas de Buenos Aires y en luchas continuas entre ellas mismas; era necesario acortar distancias y las vías de comuni- “ación eran verdaderos instrumentos de gobierno. Era una necesidad del momento, había que afianzar la unidad nacional y poder así pre- sentar ante el mundo á la República Argentina realmente como nue- va y gloriosa nación. Los ferrocarriles eran necesarios principalmente bajo ese concepto de gran política interna. Y así como Sarmiento decía que «las cosas hay que hacerlas mal, pero hacerlas », así también se procedió con aquellas vías de comunicación. Todas las liberalidades acordadas á los concesionarios parecían pocas y muy satisfechos se consideraban los estadistas, entonces, de hallar cómo y á quienes acordarlas! Poco importaba la traza elegida para una via férrea, el cambio de trocha para la red nacional no parecía encerrar problema de mayor importancia, y al fin éste tenía su atenuante pues la aconsejaba un ingeniero (1); la intervención del estado en la fijación de tarifas se presentaba como “aso muy poco probable y por lo mismo era asunto de menor cuantía, y reservar las arterias comerciales principales para la construcción de ferrocarriles de estado, debían parecer otras tantas utopías. Se cum- plía el aforismo : las cosas se hacían pero se hacían mal, aunque con sanos y patrióticos propósitos ; el objeto principal se hallaba realiza- do y todas las provincias unidas á la capital de la República, asegu- raban la unidad nacional. Magno ha sido el esfuerzo realizado y la red de ferrocarriles argentinos extiende ahora sus tentáculos de hie- rro á todos rumbos, entregando á la civilización y al progreso exten- (1) No era argentino y probablemente ni ingeniero. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 191 sas regiones en que pocos años antes corría generosa sangre argenti- na, rindiendo el último tributo de la barbarie ante la avasalladora y triunfante unidad nacional. Pero afianzada ésta definitivamente, zanjadas más tarde las dificul- tades que parecían surgir en las relaciones internacionales de la Re- pública y entregados pueblos y gobiernos á una vida normal de tra- bajo y estudio, se presentan como consecuencia lógica los problemas de índole esencialmente económica, reclamando soluciones inmediatas á la atención de los poderes públicos. Cierto es que los ferrocarriles han facilitado la distribución de la po- blación que ha llegado abundante á nuestras playas por algunos años, pero no bay que atribuirles demasiada importancia en este sentido. Se ha demostrado últimamente en forma científica (1) que la pobla- ción de la República Argentina se distribuye según tres ejes princi- pales, siendo el más importante el que constituye el sistema Paraná- Río de la Plata; el segundo el grupo del cual Tucumán es el centro y Catamarca, la Rioja, Santiago, Salta y Jujuy sus satélites econó- micos y el tercero arranca del principal bajo ángulo recto en Santa Fe y une los centros de Córdoba, San Luis, Mendoza y San Juan. Pero esta distribución es hoy como en la época de la conquista, concentrándose la población á lo largo de las grandes vías de comu- nicación continental : el principal eje ha sido fundado por la corriente de los conquistadores del Plata y Paraguay; el segundo por los con- quistadores del Perú (con excepción de Santiago) y el tercero por los de Chile (con excepción de Córdoba). La comparación de la represen- tación gráfica de la distribución de la población que resulta de los censos nacionales de 1869 y 1595, demuestra que el fenómeno con- serva permanentes sus caracteres generales; no hay más variación entre los resultades deducidos de los dos censos, que la que acusa la iniciación de centros de mayor densidad en Bahía Blanca, Mar del Plata, ete., esto es prolongación del gran eje principal litoral. Para la República Argentina se confirma un fenómeno de distribu- ción de aplicación universal : las mayores agrupaciones humanas se encuentran invariablemente en las costas oceánicas, salvo pequeñas excepciones que responden á inconvenientes de otro orden; y cuando se extienden al interior, es casi siempre siguiendo un eje fluvial, abar- cando fajas paralelas á las costas ó á los grandes ríos. (1) E. A. S. DELACHAUX, La población de la República Argentina. Revista de la Universidad de Buenos Aires, número 11, 1905. 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los ferrocarriles influyen pues muy poco por sí solos en el sentido de asegurar una equitativa distribución de la inmigración en el inte- rior, y para comprobarlo bastaría consultar las estadísticas de la ofi- cina respectiva que ubica muy pocos inmigrantes en las provincias, no obstante hallarse todas ellas ligadas á la capital federal por vías férreas. Limitándonos al estudio del problema en la república sería fácil buscar las principales causas que aseguran al litoral una densidad máxima de más de cinco habitantes por kilómetro cuadrado. En nues- tro concepto son dos las determinantes de este estado de cosas : son zonas naturalmente aptas para la agricultura y cuyos productos al- canzan los puertos de embarque sin recargo sensible por concepto de transportes. Y decimos que son determinantes, porque la densidad de producción que permite la reconcentración de la población, asegura una vida más cómoda, la formación de mayor número de villas ó cen- tros de recursos de todo género, facilidades para conservar caminos de acceso á las estaciones, instalaciones cómodas, silos ó embarcade- ros en éstas para abaratar la carga de productos, comerciantes é in- termediarios numerosos para su compraventa cómoda, fácil y rápida, el anticipo de capitales sobre las cosechas y para asegurarlas, la fa- cilidad de obtener máquinas agrícolas de costo elevado en arriendo y por sólo el tiempo indispensable en cada granja, en una palabra, todos aquellos recursos que proporciona siempre la unión y comuni- dad de intereses. Esta densidad de población no reconoce por causa la casualidad ó responde á Inspiraciones caprichosas : hay que reco- nocer que su factor principal reside en el medio físico que en esta como en otras manifestaciones antropogroeráficas, domina aún Casi por completo á la actual humanidad. En efecto; el litoral es una Zona apta para la agricultura y lo es naturalmente, pues la abundancia y repartición de las lluvias durante todo el año, la hace posible por ahora sin riego artificial. Está demos- trado que con una lluvia anual de 300 milímetros no hay rendimiento posible del suelo, y mientras ese total no alcance á 500 milímetros, equitativamente distribuido en lluvias parciales escalonadas, especial- mente en la primavera y verano, no es posible esperar grandes resul- tados de la “agricultura. Y precisamente el eje de población principal á que nos hemos referido corresponde á la zona de la República, en que el término medio anual de lluvia varía de 500 4 1000 milímetros. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 193 Más aún, el examen del mapa de distribución de lluvias en la Repú- pública (1) que hemos reproducido superponiéndole al de distribución de la población demuestra, que dentro de esa zona está también com- prendido el eje cuyo centro está en Tucumán. Pero el estudio más detenido del asunto comprueba que hay cir- cunstancias que establecen diferencias sensibles para ambos centros, y que influyen aún favorablemente con respecto al principal del lito- ral: es la distribución anual de las lluvias que ha permitido dividir al año en dos estaciones, la lluviosa que comprende los seis meses de octubre á marzo y la seca de abril á septiembre. Para la zona litoral la diferencia en la cantidad de agua que normalmente cae en las dos estaciones es poco sensible, pues en Buenos Aires, por ejemplo, cae en la estación lluviosa el 56 por ciento de la cantidad total anual, de modo que hay una distribución muy equitativa de las lluvias durante el año, realizándose para la agricultura el desideratum. Pero para la región mediterránea de la misma zona y para Tucumán, por ejemplo, aquel porcentaje es de 75 por ciento: la cantidad de agua anual es suficiente para la agricultura, pero su distribución es tan irregular, que sólo son posibles algunos cultivos que especialmente se adaptan á ese régimen natural de las caídas meteóricas, como el de la caña de azúcar, según tuvimos oportunidad de comprobarlo en otra oca- sión (2). Es este un fenómeno general á todas las provincias y territorios nacionales argentinos : Ó falta el agua en la cantidad anual suficiente para hacer posible la vida vegetativa, Ó si la hay, corre y se pierde porque no cae equitativamente repartida todo el año; de tal modo que la tarea apremiante consiste en construir embalses, estancar las aguas de crecientes y guardar para todos los días y todos los usos, ese ele- mento vital que se deja escapar, para quedar después maldiciendo de la tierra árida y del cielo inclemente, que no tienen culpa de la ciega desidia de los hombres. Es este fenómeno natural el más importante de los dos predomi- nantes que hemos señalado como característicos en la formación del eje principal de población : la proximidad á ríos navegables y puertos de exportación, y por lo tanto gastos mínimos de transporte como re- cargo del costo de producción, no ofrece la misma importancia que (1) 6. G. Davis, Clima de la República Argentina, 1902. (2) C.. WautErs, Dique de embalse de « El Cadillal », 1904. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIIT. 13 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA aquel: basta recordar en efecto que toda la costa de la provincia de Buenos Aires desde la desembocadura del Río de la Plata hasta Bahía Blanca, con la sola excepción de los núcleos formados en Mar del Plata y aquel último puerto, no presenta la densidad de población de aquel eje litoral, así como tampoco las extensas costas atlánticas de los te- rritorios del sur, que con razón comprende M. Delachaux en lo que llama zona desértica, no por sus condiciones físicas, sino por el insig- nificante índice de su población, inferior á la de muchos mares euro- peos, esto es á la población de los barcos que surcan sus aguas en un momento dado. Lo mismo pasaría con las riberas de las grandes arterias fluviales del sur, los ríos Negro y Colorado, especialmente el primero, en cuyos ralles no existen diferencias especiales con las zonas restantes de los territorios limítrofes, porque para estos ríos la navegación es todavía un problema á resolver y por lo tanto las condiciones, bajo este sólo concepto son aún más desventajosas que en aquellas costas. Más aún; si la navegación interna viene á hacer posible los trasportes fluviales á ínfimo precio, las zonas servidas en tan ventajosas condiciones no se prestarán á la formación de núcleos de producción y consiguiente población, sino á condición de encontrarse en ese favorable medio FÍSICO. Se confirma lo que decíamos recién, esto es que las tierras son aptas para la agricultura y para asimilar población por lo tanto, más que por la proximidad de los puertos de embarque ó sea por el costo mí- nimo de transportes terrestres y marítimos, por aquel otro elemento mucho más decisivo y determinante en la formación de núcleos de producción y densidad de población, por la abundancia del agua, ne- cesaria é indispensable no sólo para la agricultura sino para mil otras manifestaciones de la actividad humana. La demostración gráfica de la distribución de las Muvias prueba que en todo ese litoral como en el interior de esos territorios nacio- nales no cae más de 200 á 400 milímetros de agua al año, con mucha regularidad es cierto, pero en cantidad tan reducida que no alcanza para las necesidades de la agricultura : allí se impone la utilización de los grandes lagos de la cordillera, precisamente para compensar la deficiencia de la naturaleza, y el problema á resolver es doble, pues se trata de la navegación de los ríos y el riego de los campos. Resulta, pues, bien comprobado queno es la distancia á los puertos de exportación ó cabotaje el elemento que debe predominar en la elec- ción de tierras aptas para la agricultura, sino y principalmente la PS | geniero Carlos Mátilerá Zomas de regadio en Tucum sa === z == AÑ, 62 > fe e 58 54 7 T rm, de | A Por MN 10 Santiago Y | CA ADS e I (ERUBLICA ARGEp 7, 0 o ». Aún cuando mucho de exacto hay en estas observaciones, no hay duda que el agricultor obtiene ventajas y beneficios con los progresos de que es susceptible su industria; y si prosperan las regiones en que hay cultivos, todos y cada uno de sus miembros deben participar en aleuna forma de ese estado de cosas, de esa abundancia. Entre nosotros es muy sabido que la tierra está en manos de unos pocos propietarios de extensas Zonas, no habiendo subdivisión sino en algunos partidos y en los alrededores de las ciudades y centros de población : y aun cuando no tenemos á mano datos estadísticos, la poca subdivisión de la tierra es aun más resaltante comparándola con la población. Más aún: la mayor parte de esos grandes propietarios mantienen sus tierras en el abandono más grande utilizándolas cuando mucho y sólo en algunas provincias del litoral, para la gana- dería, conservándolas en muchos casos para una simple operación de comercio, una simple especulación, en vez de tratar de hacerlas pro- ducir sometiéndolas á la agricultura, al trabajo. Esa clase de propie- tarios son factores negativos de nuestro progreso y con su indiferen- cia pierden al mismo tiempo la oportunidad de formarse buenas fuen- tes de recursos. Muchos aseguran que la producción agrícola de la república es ya tan grande, que de ocuparse todos en aumentarla no encontrarían mercados de consumo suficientes ; pero olvidan que allí donde se mul- tiplica la producción aumenta la población y con ésta las necesidades, nacen nuevas industrias que aprovechan esa producción, la trans- forman y la entregan así modificada al comercio; si no encuentran consumo, la culpa es sólo de ellos, pues en vez de ocuparse en traba- Jos útiles, pasan su tiempo en la caza, en el juego, en los club sociales ó políticos, cuando con una actividad mejor aplicada formarían para ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 207 sí ó sus hijos pequeñas ó grandes empresas industriales según sus medios; otros los imitarían, se poblaría el país y los productos manu- facturados encontrarían á su vez consumidores en el país ó fuera de él. No hay que pensar en irrigación eon propietarios semejantes, por- que ellos no piensan en agricultura; y al gobierno le corresponde re- mover ese estado de cosas, porque para que un país adquiera indus- tria agrícola ó manufacturera, la primera condición es que sus habi- tantes conozcan su valor y quieran dominar la pereza común al hombre y á los animales cuando no se sienten estimulados por la necesidad ó los gustos inherentes á la civilización. En el estado im- perfecto de ésta, en que nos detienen antiguos hábitos, los individuos que se encuentran con algunas ventajas que no son el fruto de sus esfuerzos personales, tales como la posesión de tierras ó un puesto ó empleo que deben, las más de las veces á la imperfección de la orga- nización política, prefieren gozar en la indolencia de una renta pe- queña en vez de buscar el modo de aumentarla por la actividad de su espíritu y de su cuerpo: familias indolentes no forman hijos in- dustriosos y trabajadores, y cuando se encuentran éstos, van á ejer- cer sus aptitudes en otra parte. Estos propietarios imposibilitan la agricultura y con ella el progre- so general del país; y si esto sucede, lógico es que retribuyan ese perjuicio sufrido por la sociedad entera bajo la forma de impuestos, no sólo arreglados con relación á la extensión de tierras, sino que au- mentaran en progresión geométrica dentro de ciertos limites pruden- ciales, á medida que su extensión aumentara en progresión aritmética. De esta manera, ó bien el gobierno adquiriría una renta que se afecta- ría á la adquisición de buenas tierras particulares para la agricultura destinados á la venta una vez bien subdivididas y con facilidad de pago, para que pueda ser propietario el mismo agricultor, tierras en que el mismo gobierno establecería las obras de riego y otras indis- pensables para el buen éxito de la empresa; ó bien el propietario se vería en la necesidad de subdividir y enajenar parte de sus propie- dades, ó bien ocuparse en hacerlas producir, entregándolas á la agricultura, en cuyo caso se disminuirían proporcionalmente los impuestos territoriales indicados antes para las tierras improduc- tivas. ¿ Qué dificultades se opondrían al establecimiento de semejantes impuestos? ¿Son ellas de orden administrativo, legal ó constitu- cional? Bastaría hacer observar que las leyes se dictan para los 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pueblos y no se crean los pueblos para las leyes; y sl algo se opu- siera en las actuales, ello demostraría que no satisfacen las exigencias, las circunstancias, las necesidades del bienestar del pueblo y no obe- decen á la obligación de favorecer el progreso del país. En los Esta- dos Unidos y otros países nunca son éstos pretextos suficientes para impedir las buenas reformas y si éstas se consideran necesarias, las leyes y hasta la constitución se reforman previamente sin dificultad alguna. Pero si el mal apuntado existe, esa misma indiferencia de los pro- pietarios más poderosos es causa suficiente para demostrar que al gobierno sólo corresponde la iniciativa en el estudio y construcción de las obras de riego y en el caso de hallarse subdividida la propiedad y ser propietario todo agricultor, los intereses privados serían tan variados y encontrados que sólo el gobierno podría, como antes, re- solver con acierto todo problema relativo á riegos, pudiendo sí, en- tregar su explotación á los particulares, previa una seria reglamenta- ción del servicio y uso de las aguas. Para la explotación misma parece estar demostrado, en Francia por ejemplo, que las empresas formadas por propietarios ó sindicatos no dan resultado práctico alguno, pues son muchas las dificultades administrativas y técnicas á vencer, particularmente cuando, como en estos casos para asegurar un éxito completo á la explotación es necesario aplicar con toda severidad las penalidades en que incurren los mismos propietarios por abusos cometidos en el empleo de las aguas de riego, dificultades que si bien pueden vencerse cuando se trata de grandes ciudades, no se dominan y salvan en pequeñas al- deas. En efecto, si para asegurar una repartición regular y económica de las aguas hay que fijar con toda precisión el volumen de agua en el canal principal al origen de cada derivación secundaria, establecer para los riegos un orden de turnos que no admita incertidumbre y asegurar la represión de los abusos y fraudes, no hay duda que se re- quieren agentes especiales, imparciales, rectos y enérgicos en la re- presión de los abusos. No obstante se citan aún en Francia tres sin- dicatos que funcionan regularmente en el departamento de Provence, pero como casos excepcionales. Pero si corresponde á los gobiernos la iniciativa en la ejecución de estas obras su acción ha sido muy deficiente. No es que lo ignoren los hombres que tienen el valor de manifestar con franqueza sus opi- 2 BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFi¡CA ARGENTINA PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CANGE EXTRANJERAS Ae Alemania Zeftschrift der Gesellschaf fur Erdkunde, Berlin. — Verhandlungen des Naturhisto- rischen Vereins der preussischen Rhina- lande-Westfalens,etc.. Bonn. —Abhandlungen herausgegeben von Naturwissenschaftiichen Verein, Bremen. — Deutsche Geographische Blátter, Bremen. -- Abh. der Kaiserl. Leop. Carol. Deutschen Akademie der Naturforscher, Halle. — Nachrichten von der Konigl Ges- ellschaft der Wissenschaften, Gottingen. — Sitzungsberichte und Abhandlungen der Na- turwissenschaftlichen Gesellschaft, Dresden. — Naturforschenden Gesellschaft, Leipzig. — Mitheilungen aus dem Naturhistorischen Museum, Hamburg. — Berichte uber die Verhandlungen der Koniglich Sachsischen Gesellschaft der Wissenschaften, Leipzig. — —Mittheilungen der geographischen Gesells- chaft, Hamburg. — Berichte der Natur- forschenden Gesellschaft, Freiburg. — Jahres - Berfehte des Naturwissenschaftlichen, El- berield. — Mathematisch Naturwissenschaf- tlichen Mitheilungen, Stuttgart. — Schriften der Phisikalisch —-Okonomischen gesells- chaft, Kónigsberg. J - Australia Records of the geological Survey, Sydney. Austria-Hungría Verhandlungen des naturforschen des Ve- reines, Brúnn. — ¿Agram) Societe Archeologi- ches « Croate », Zagreb. — Annalen des K. K. Naturhistorischen of Museums, Viena. — Verhandfungen der K. K. Zoologisch Botanis- chen gesellschaft, Wien — Sitzungsberichte des deutschen naturwissenchaftlich Medi- cinischen Vereines fur-Bohmen, « Lotos » Praga. — Jarhbuch des Ungarischen Kapathen Vereines, Iglo. Bélgica Acad. Royale des Sciences, des Letres et des Beaux Arts, Bruxelles. — Ann. de la Soc. Entomologique, Bruxelles. — Ann. de la Soc. Royale Malacologique, Bruxelles. — Bull. de l'Assoc. des Ing. Electriciens Institute Mon- tefiore. — Liége. Brasil Boletim da Sociedade de Geographia, Rio Janeiro. — Bol. do Museo Paraense, Pará. — Rev. do Centro de Sciencias.Letras e Artes, Campinas. — Rev. da Federacao de Estudian- tes Brasileiros, Rio Janeiro. — Bol. da Agri- cultura, S. Saulo. — Rev. de Sciencias, [n= dustria, Politica é Artes, Rio Janeiro. — Rev. do Museo Paulista, S. Paulo. — Bol. da Co- missao Geográphica é bLeologica do Estado de Minas Geraes, San Joao del Rei — Co= missao Geográphica é Geologica, San Paulo. — Bol. do Observ. Metereológico. Rio Ja= neiro. — Bol. do Inst. Geographico é Etno- eraphico, Rio Janeiro. — Escola de Minas, Ouro Preto. Colombia e An. de Ingenieria. Soc. Colombiana de Ingenieros, Bogotá. Costarica Oficina de Depósito y Cange de Publica= ciones, San José. — An. del Museo Nacional San José. — An. del Inst. Físico Geográfico Nacional, — San José. Cuba Universidad de la Habana, Cuba. Chile Rev. de la Soc. Médica, Santiago. — El Pensamiento Latino, Santiago. — Verhan- dlungen des Deutsehen Wissenschaftlichen Vereines, Santiago. — Actas de la Soc. Cien- tífica de Chile, Santiago. — Rev. Chilena de Hijiene, Santiago. — Ofic. Hidrográfica de la Marina de Cbile, Valparaíso. — Rev. Chi- lena de Historia Natural, Valparaíso. Ecuador Rev. de la Soc. Jurídico-Literaria, Quito. — An. de la Universidad Central del Ecua dor, Quito. = España Bol. de la Soc. Geográfica, Madrid. — Bol. de la R. Acad. de Ciencias, Barcelona. — R. Acad. de Ciencias, Madrid. — Rev. de la Unión Ibero-Americana, Madrid. — Rev. de - + al E Industrial. Barcelona. — Rev. ] invenciones, Barcelona. — Rev. Arqnitectura Metarlúrgica y de Ingeniería, Madrid. — La. Fotografía, Madrid. . Ni Estados Unidos Bull. of the Scientific Laboratoires of De- | -nison University, Granville, Ohio. — Bull. of the Exxex Institute, Salem Mas — Bull. Phi losophical Society, Washington. — Bull. of. the Lloid Library of Botany, Pharmarcy and Materia Medica, Gincinati, Ohio. — Bull. of University of Montana, Missoula, Montana. — | Bull. of the Minesota Academy of Natural Sciences, Minesota — Bull. of the New York Botanical Garden, New York. — Bull. of the - U S. Geological and geographical Survey of the territoires, Washington. — Bull of the Wisconsin Natural History Society Milwankee, Wis. — Bull. of the University, Kansas. — Bull. of the American Geographical Society, New York..—- Jonrnal of the New Jersey y Natural - History, New Jersery. Trenton. — Journal of the Military service Institution. of “the U. States. — Journal of the Elisha Mitchell Scientific Society, Chapel Hill. Nord-Carolina. <= « La América Cientifica », New York. — Librarian Augustana College, RockIslad, New. York. — Memoirs of the National Academy of Sciences, Washington — M. Zoological Lar den, New York. — Proceeding of the En- gineers Ulub, Filadelfia. — Proceeding of the Boston Society of Natural History, Bos- ton. — Ann. Report Missouri Botanical Gar= den. San Luis M. N. — Ann Report of the “Board of trustes of the Public Museum, Mil-- wankee. — Association of Engineering So- .ciety, San Louis, Mas. Ann. Report of the “Bureau of Ethnology, Washington. — Ame- rican Museum of Natural History, Ne v York. — Bull. of the Museum of Comparative Zoo= logy, Cambridge-Mas. — Bull of the Ameri- can Mathematical Society, New York. — —Trasaction of the Wisconsin Academy of Sciences, Arts and Letters, Madison Wis. — Trasaction of the Academ. of Sciences, San Louis. — Transactions of the Connecticut Academy of Arts and Sciences, New Haven. — Trensactions Kansas Academy of Scierces, Topekas, Kansas. — The Engineering Ma- gazine, New York. — Sixtenth Annual Re- port of the Agricultural Experiment Station, Nebraska. — The Library American Asso- ciation for the Advancement of Sciences. Care of the University, Cincinati Ohio. — N. Y. Vassar Brothers Institutes, Ponghtepsie. — Secretary Board of Commisioners Se- cond Geological Survey of Pensylvania, Phi- ladelphia. — The Engineering and Mining Journal, New York. — Smithsonians Institu- PEA NA A E tion, Washington. — U. S. Geological Ú | Brooklin Institute of Arts and Sciences. —« Studies ». Colorado. | Marseille. — Recueil de Médecine Vétéri- of Proceeding of the Institution”of Civil lod + - University of California Publications, Berke- Obras Públicas, Madrid. — Rev. Tecnológica | ley. — Proceeding of Enginneer Society. of an Industria é | y Construcciones, Barcelona. — Rev. Minera l and transaction of the Association, Meride, IRC vey, Washington. — The Museum of The Ohio Mechanics Institute, Cincinati Western, Pensylvania. — Proceeding of the - Davemport Academy, Jowa. — Proceeding Conn. — Proceeding of the Portland Society of Natural History, Portlad, Maine. — Pro= ceeding American Society Engineers, New... York. — Proceeding of the Academy of Natu- ral Sciences, Philadelphia. Proceeding ofthe American Philosophical Society, Philadel- - phia. — Proceeding of the Indiana Academy - ps of Sciences, Indianopolis. — Proceeding of the California Academy of Science, — San Francisco. — The University of Colorado. A Filipinas. a Bol. del Observ. Metereológico. — Manila - Francia Bull. de la Soc. Linnennée du Nord de le. “France, Amiéns. — Bull. de la Soc. d'Etudes. “Scientfiques, Angers. — Bull de la Soc. des -Ingénieurs Civils de France, Paris. — Bull. de L'Université, Toulouse. — Ann. de la Fa- culté des Sciences, Marseille. — Bull. de la: Soc. de Géographie Commerciale, Paris. — Bull. de la Acad. des Sciences et Lettres, . —Montpelier. — Bull. de la Soc. de Topographie + de France, Paris. — Rev. Générale des Scien= ' ces, Paris. — Bull de la Soc. de Géographie, naire, Alfort, — Travaux Scientifiques de PFUniversité, Rennes. — Bull. de la Soc. de Léographie Commerciale, Bordeaux. — Bull. de la Soc. des Sciences Naturelles et Ma= «thematiques, Cherbourg. — Ann. des Mines, Paris — Min. de PInstruction Public et des 1 - Beaux Arts, Paris. — La Feuille des Jeunes 7 Naturalistes, Paris. — Rev Géographique In- -ternationale, Paris. — Ann. de la Soc.: Lin- néenne, Lyon. — Bull. de la Soc. de Géogra- phie Commerciale, Havre. — Bull. de la Soc. d'Etude des Sciences Naturelles, Reims. Holanda Acad. R. des Sciences, Amsterdam. — Ne=- derlandche Entomolog. Verseg, Rotterdam. / Inglaterra R The Geological Society, London. — Minutes - Engineers, London. — Institution of Givil Engineers of Ireland, Dublin. — The Mine= ralogical Magazine Prof W. J. Lewis M.. A. F.C. S. the New Museums, Cambridge. —- The Geographical Journal, London. — Bris= tish Association for the Advancement of Science, Glasgow. — The Guaterly Journal of the Geological Society, London. PTAS (Concluirá en el próximo número.) 2 a yA A os, po YA Ps a - de de 0 US EOL Obs JUE ANALES 'AR=91908 | — LBRAN%E,, DE LA ay SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA GINTASOMAN g ASS DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABI $ JU Y Secretarios : Doctor JuLto J. GaTTI y señor EmILIO REB LAO A Ue) VAL musEuN MAYO 1907. — ENTREGA V. — TOMO LXIII ÍNDICE CARLOS WAUTERS, Zonas de regadío en Tucumán (continuación) ...... .......... 193 ú IMPRENTA Y CASA EDIFOKA DE CONI HERMANOS ' BUENOS AIRES Ñ > 684 — CALLE PÉkÚ — 684 1907 ; E JUNTA DIRECTIVA PRESEA a aaa Tenientecoronel ingeniero Arturo M. Lugones Vicepresidente d%.............. Doctor Cristóbal M. Hicken CAS Vicepresidente Vo..o.o.o...o..- Doctor Juan B. Ambrosetti : Secretario de actas............ Ingeniero Arturo Grieben Secretario de correspondencia... Ingeniero José Debenedetti : Tesorero ..... A Ingeniero Luis Miguens EOS 1 Brbltolecar O ir ¿Ingeniero Federico Birabén me Ingeniero Mauricio Durrieux Ingeniero Vicente Castro ; Y Ingeniero Julio Labarthe OL alo alone cie « Ingeniero Domingo Selva Doctor Guillermo Schaeffer [Doctor Jorge Magnin ; Doctor Horacio:Arditi Gerente. ....ooocooommmmoccoo.. Señor Juan Botto REDACTORES eE Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Enrique Herrero Ducloux, inge= E niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor E Cristóbal M. Hicken, señor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercau, ingeniero Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. : ADVERTENCIA A los senores autores de trabajos publicados en los Anales, que deseen tiraje aparte de sus estudios, se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, para que ésta á su vez los eleve á la Junta Directiva para ser considerados. La Dirección de los Anales, sólo tomará en cuenta los pedidos de los 50 ejemplares reglamentarios, debiendo entenderse los señores autores por el excedente de dicho número con la casa impresora de Coni hermanos. sia : code A Los senores autores de trabajos, sólo tendrán derecho á la corrección de dos pruebas. Para todo lo referente á pruebas, manuscritos, etc., deben dirigirse á la Dirección Cangallo 1825. La Dirección. PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerias Pesos moneda nacional PONES RES EU MA 1.00 POTOSI A 12.00 Número atrasado.....onccio.c.oo coro cono. 2.00 para los ó SOCIOS. aaa. 1.00 LA “SUBSCRIPCIÓN SE PAGA ADELANTADA E -. El local social permanece abierto de 8 á 10 pasado meridiano ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 209 niones desde los altos cargos que desempeñan; y así vimos al primer ministro de obras públicas de la nación, para no referirnos sino á lo que pasa en la República Argentina, expresarse en los siguientes términos (1) al exponer sus ideas respecto á la necesidad y conve- niencia de fomentar las obras de riego: : En capítulos anteriores, al tratar de las vías de comunicación, he expues- to la necesidad de preocuparse de facilitar los transportes terrestres y flu- viales, para que abaratando los fletes que hoy paga la producción, la eco- mía de gastos contribuya á mejorar el estado de aquélla y sería inoficioso insistir sobre las consideraciones aducidas al respecto. Pero si aquellos hechos no se discuten, si es indispensable para el pot- venir y prosperidad del país y para evitar los perjuicios que hoy se sienten, fomentar é impulsar el desarrollo de su producción, á las medidas tendien- tes á dar facilidades en los transportes corresponde como un complemento las que permitan el mayor y mejor cultivo del suelo y el aumento de la ga- nadería y de la agricultura, que á su vez, robustecería industrias existentes y daría nacimiento á otras nuevas. Entre esas diversas obras, ninguna puede tener mayor importancia y transcendencia que las destinadas á la irrigación del suelo por medio de canales, derivados de ríos y arroyos, pozos artesianos ó por embalses que transformen las aguas perjudiciales en aguas útiles. La administración actual, ha dedicado desde el primer día preferente atención á esta clase de trabajos, convencida no sólo de la necesidad de ejecutarlos cuanto antes, sino también de que todo lo que en ellos se inviet- ta, será siempre reproductivo para pueblos y gobiernos, desde que como consecuencia de ellos, se subdividirá la propiedad, haciéndola accesible al mayor número, arraigará en las poblaciones hábitos de trabajo, creará el cariño al suelo que se labra con el propio esfuerzo y será base de fortuna, prosperidad y bienestar para los que apliquen sus energías á cambiar su condición de tierra ingrata en campos donde por fin, se vea la acción in- teligente del hombre, aplicando los elementos que la naturaleza ha puesto en sus manos para cambiarlo y transformarlo todo. La acción, pues, de los poderes públicos, debe encaminarse en ese senti- do principalmente hacia el interior del país, donde la sequedad del clima y la carencia de lluvias hace esas obras más indispensables para incorporar á la producción y á la riqueza nacional enormes zonas de tierras hoy esté- riles, y que una vez productivas mejorarían la condición económica de aquéllos. Debe aplicarse igualmente á los territorios del sur, no sólo para que en- (1) Emiro Crvrr, Memoria al honorable congreso, 1899. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIIL. 14 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tren como un factor de prosperidad y de progreso, sino también para que las aguas de sus ríos cesen de ser un peligro para vidas y haciendas, que constituya un serio inconveniente para su población. No podía ser de otro modo para un infatigable ministro que ha iniciado resueltamente en nuestro país, lo que se ha dado en llamar en España, una era de «política hidráulica» prestando especial atención á los magnos problemas relacionados con la navegación In- terior y por hoy, al mejoramiento de las condiciones de nuestras prin- cipales arterias fluviales para facilitar las comunicaciones quizás más importantes que las terrestres, porlo mismo que constituyen me- dios de transporte mucho más económicos que éstos. Así, pues, él mismo se encarga de reconocer los pocos esfuerzos de la acción ofi- cial, cuando dice (1): La ley de organización de los ministerios ha encomendado al que desem- peño, el estudio y construcción de obras de irrigación, y aun cuando por su naturaleza éstos son trabajos de carácter local, y por consiguiente, á cargo de los gobiernos de provincia, sin duda el legislador ha deseado con ello significar que esas obras merecen el auxilio de la nación, cualquiera que sea la zona del territorio donde se proyecten. Tratándose de un país esencialmente agrícola y ganadero como el nues- tro, esa protección se comprende y se explica sin esfuerzo, desde que todo lo que se relacione con la transformación y cultivo del suelo, debe contar con el concurso del gobierno federal, pues por ese medio se desarrolla la prosperidad y la riqueza nacional. En la memoria anterior he tratado ya esta cuestión, pero las mismas Can- sas que han paralizado la acción del ministerio en muchas iniciativas de interés público, han impedido también llevar á la práctica aquellas ideas, lo que es sensible sobre manera en obras como éstas de un carácter pro- ductivo. Así la materia de este capítulo, que, por la índole de los trabajos á que los habitantes de la república aplican sus energías y por los valiosos intereses que le están afectados, debiera ser uno de los que en este informe reflejase mayormente el impulso y la labor de los poderes públicos, es por desgracia lo contrario. Las palabras del primer ministro de obras públicas que ha tenido la Argentina no han caído en el vacío : los que tienen el valor sufi- ciente para llamar la atención pública hacia los grandes asuntos de (1) Emiro CrvirT, Memoria al honorable congreso, 1901. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 211 estado no siempre tienen la satisfacción de poderlas solucionar, pero no por eso dejan de contribuir desde sus altos cargos al engrandeci- miento nacional. Así vemos los actuales ministros de agricultura y obras públicas disputarse el honor de plantear el magno problema de la irrigación en los territorios nacionales, que ha sido ya objeto de un proyecto sometido á la sanción del honorable congreso argentino y cuyo texto reproducimos á continuación, lamentando que la pre- mura del tiempo nos impida estudiarlo detenidamente, especialmente en cuanto se refiere al aprovechamiento que de él podrá hacer la pro- vincia de Tucumán, muy reducido por no decir nulo, en nuestro con- cepto (1). Art. 1%. — El poder ejecutivo hará estudiar y construir las obras de irri- gación en los territorios nacionales y en las de aquellas provincias que se acojan á los beneficios de la presente ley. Art. 2%. — Estas obras serán costeadas con un fondo especial que se de- nominará «Fondo de irrigación » y que será formado con los recursos siguientes : a) Con quince millones de pesos que entregará el tesoro nacional en anua- lidades iguales, á contar desde el presente año. b) Con el cincuenta por ciento (50 %/,) del producto de la venta y arren- damiento de tierras fiscales. c) Con el cincuenta por ciento (50 %/,) de la parte de beneficios de la lo- tería nacional, que corresponda á las provincias acogidas á esta ley, ó de los fondos nacionales con que ese subsidio pudiera ser substituído. Mientras ese cincuenta por ciento esté afectado á los compromisos derivados de la ley número 4158, las provincias respectivas entregarán al fondo de irriga- ción el producto de impuestos provinciales yv municipales recaudados en las tierras irrigadas construídas en virtud de esta ley. d) Con el producto de las obras construídas. e) Con los fondos especiales que en cualquier otra forma destinen á ese objeto la nación y las provincias. (1) Tratado este proyecto recién en la 39% sesión ordinaria por el honorable senado, en fecha 28 de septiembre de 1905, quedó indefinidamente aplazada su consideración : la discusión ha puesto en evidencia deficiencias indiscutibles del proyecto formulado sin noción clara y precisa del asunto y sin ningún criterio técnico, todo lo cual no justificaba sin embargo semejante resolución, desde que bastaba cambiar la articulación del proyecto salvando sus errores para plantear de una vez por todas la iniciación de los estudios reclamados como elementos previos indispensables para la realización de cualquier plan general de obras definitivas y serias. 212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los dineros del fondo de irrigación serán depositados en el Banco de la Nación Argentina, y no podrán ser aplicados á otros fines que los de la pre- sente ley. Art. 3%. — Decláranse de utilidad pública todas las tierras susceptibles de ser irrigadas por medio de las obras construídas en virtud de las dispo- siciones de esta ley, y las necesarias para los embalses, canalizaciones y obras accesorias, establecimientos y caminos públicos, con los márgenes que en cada caso determine el poder ejecutivo. Esas tierras serán expropiadas inmediatamente de reconocerse la practi- cabilidad y conveniencia de las obras respectivas, con la excepción á que se refiere el artículo 7”. Art. 4%. — La nación conservará la administración y explotación de cada obra, hasta que con su producto se haya amortizado totalmente todo gasto cubierto con sumas tomadas del fondo de irrigación, y relacionado con el estudio, construcción, conservación y explotación de aquellas y los intere- ses respectivos al 4 por ciento anual, deducción hecha de los fondos prove- nientes de los items e y e del artículo 2". Cumplida esa condición, se entregará la propiedad, administración y ex- plotación de la obra á la provincia respectiva. Si se tratara de un te- rritorio federal, continuará la nación administrándola debiendo aplicar su producto líquido á obras de fomento del mismo territorio. Art. 5% — El estudio, construcción y ampliaciones de las obras, así como su conservación, administración y explotación, se hará por intermedio del ministerio de obras públicas. La zona irrigable con cada obra se dividirá en lotes de chacras, quintas y solares de edificación no debiendo exceder la extensión de una chacra ó quinta, de la que una familia puede cultivar con- venientemente, según la naturaleza de los cultivos. Estos lotes serán conce- didos á familias agricultoras, bajo las condiciones siguientes : a) Deberán pagar el terreno en seis cuotas anuales, á contar desde la fe- cha en que queden habilitadas oficialmente las obras de irrigación. El valor total de las tierras irrigables deberá ser igual al importe de las obras, aumentado del costo de expropiación de aquéllas. b) No se concederá más de un lote de cada una de las tres clases mencio- nadas, á una misma familia, y ésta tendrá la obligación de cultivar la cha- cra ó quinta que obtenga, y de residir en ella ó en su vecindad. c) El título de propiedad de la tierra será entregado inmediatamente de pagada la última anualidad. La falta de pago de dos cuotas amuales hará perder el derecho á la concesión y á las sumas pagadas anteriormente, de- biendo el lote ú, lotes respectivos venderse en seguida en remate público. Perderá igualmente el derecho á la concesión y á las cuotas pagadas, el adjudicatario que antes de obtener el título definitivo de la tierra falte á algunas de las condiciones antes enumeradas. Art. 6%. — Todos los lotes de chacras y quintas serán vendidos con de- recho al servicio de irrigación. El uso del agua será obligatorio en ellos ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 213 desde que las obras queden habilitadas. El concesionario ó propietario de cada uno de aquéllos deberá abonar la cuota que fije el poder ejecutivo por los servicios de conservación, vigilancia y distribución, desde el momento en que pueda usar el agua. Art. 7%. — Cuando los embalses, canalizaciones, ú otras obras costeadas con el Fondo de irrigación, hayan de servir para el mejor aprovechamien- to ó distribución de aguas utilizadas ya en la irrrigación de chacras ó quin- tas que tengan adquirido legalmente el derecho al uso de aquéllas con anterioridad á la sanción de esta ley, tales chacras ó quintas no serán ex- propiadas si sus propietarios las cultivan debidamente, haciéndose efectiva la expropiación sobre las tierras no irrigadas ó no cultivadas. Los poseedo- res de las tierras no expropiadas, deberán abonar además de la cuota por conservación, vigilancia y distribución á que se refiere el artículo anterior, una cuota adicional para contribuir al costo de las obras, que será igual á la mitad de la diferencia entre el valor de la tierra irrigada y de la no irrigada. Art. 8%. — Los propietarios de terrenos irrigados no expropiados, no ten- drán derecho á mayor cantidad de agua por hectárea, que la que se asigne á todos los demás terrenos irrigados, cualquiera que sea la cantidad nomi- nal que le asigne su título provincial ó municipal. Toda provincia que se acoja á los beneficios de esta ley deberá dictar nna ley en ese sentido, to- mando por su propia cuenta la satisfacción de los reclamos ¿justificados emergentes de la aplicación de lo estipulado en ese artículo. Art. 9%. — Queda facultado el poder ejecutivo para celebrar convenios con los gobiernos de provincias y para adoptar todas las medidas necesarias para dar cumplimiento á las disposiciones de esta ley, y para hacer ejecu- tar todas las obras de irrigación que resulten practicables y convenientes según los estudios y proyectos que haga ejecutar y dentro de los recursos disponibles del fondo de irrigación. Art. 10. — El poder ejeentivo podrá también hacer construir obras para la utilización de la fuerza hidráulica disponible en las obras de irrigación, ó en las corrientes de agua destinadas á ese objeto, ya sea transformándola en fuerza eléctrica, ya dándole otras aplicaciones industriales, convenien- tes, tanto de carácter público como privado. Queda igualmente facultado para contratar con empresas particulares, por plazos no mayores de quince años, la utilización y explotación de aquella fuerza, y para dictar los regla- mentos del caso. Á los efectos del artículo 4% de esta ley formarán aquellas obras parte integrante de las de irrigación de que se deriven. En caso de ejecutarse obras para la utilización de fuerza hidráulica, independientes de las de irrigación, el poder ejecutivo queda autorizado para hacer uso de las facultades conferidas por el artículo 8? de esta ley. Todas las sumas recaudadas por concepto de explotación directa, ó de concesión á empresas particulares, de las obras de utilización de fuerza hidráulica, ingresarán al fondo de irrigación. 214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Art. 11. — Todos los gastos que demande el cumplimiento de la presente ley serán pagados del fondo de irrigación, imputándose á la misma los gas- tos efectuados antes de la formación de aquél. Art. 12. — Comuníquese al poder ejecutivo. Esperemos que el proyecto merezca esta vez mejor suerte que otras tantas laudables iniciativas que la desidia esteriliza y queno obstan- te la exigua suma á que se refiere, señale su rápida aprobación el pri- mer paso en el sentido de asegurar la irrigación de los ricos territo- rios del sur, la navegabilidad de sus ríos principales, y la ineorpora- ción de extensas tierras á la acción civilizadora de la colonización. Pero si el gobierno federal no ha podido corresponder á las exiyen- cias de las provincias, algunos de los gobiernos locales en cambio han realizado esfuerzos dignos de todo aplauso que deben hacerse co- nocer, porque encierran profundas enseñanzas para aquéllos que no se atreven aún á afrontar resueltamente su solución, prescindiendo de los intereses que afectan siempre obras de progreso como aquéllas y noteniendo presente sino aquéllas que van á beneficiar. Desgracia- damente son tan pocos los hombres verdaderamente útiles que tienen la visión clara de nuestro porvenir ! Para ellos recordemos una anécdota de Sarmiento. Se discutía en el senado un proyecto acordando una garantía de 7 por ciento sobre un capital de 500 000 pesos fuertes para construir el Ferrocarril de Buenos Aires á San Fernando. Los senadores que eran « razo- nadores universitarios, notables por su mala preparación para la nue- va vida á que era llamado el país» se espeluznaban ante semejante concesión. Pero Sarmiento observaba que era tan poca cosa que un banquero en Londres á quien se le fuera ápedir esa suma contestaría : Vean ustedes al prestamista del barrio. Y agregaba: « En cuanto á mí, no he de morirme sin ver empleados en ferrocarriles en este país, no digo, 800 000 duros, sino 800 millones de duros! » Como los senadores y la barra se echaran á reir, Sarmiento hace constar esa hilaridad en el acta, porque decía: « Necesito que las ge- neraciones venideras sepan que para ayudar al progreso de mi país, he debido adquirir inquebrantable confianza en su porvenir. Necesito que consten esas risas, para que se sepa también con qué clase de hombres he tenido que lidiar! » Córdoba, Mendoza, San Juan y Tucumán han ejecutado sucesiva- mente grandes obras de irrigación cuya descripción técnica es inte- resante bajo varios conceptos, porque demostraría que las condiciones ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 215 locales son muy variables, los procedimtentos empleados distintos y los resultados alcanzados no son siempre satisfactorios. Mientras se haga ese trabajo de conjunto que encierra todo un ea- pítulo de hidráulica agrícola argentina, nos proponemos estudiar las obras ejecutadas en la última de las provincias citadas así como las que están en vías de ejecución, por cuanto forman el sistema de re- gadío artificial más completo que existe actualmente en la república, no obstante faltar aún en el plan general algunas de las obras que más decisivamente influirán en el desarrollo de la agricultura é in- dustrias de la provincia. CAPÍTULO III DESCRIPCIÓN FÍSICA GENERAL DE TUCUMÁN Descripción orográfica general. — División administrativa. — Hidrología gene- ral. — Climatología. — Area cultivada. — Producción. — Zonas de regadío. — Vías de comunicación. La provincia de Tucumán es la más pequeña de las que forman la República Argentina y está situada al noroeste entre los 26% y 28% de latitud sud y los 0220” y 2%0' de longitud oeste del meridiano nacional de Córdoba, entre las provincias de Salta, Santiago del Estero y Catamarca. De acuerdo con los únicos mapas que circulan hoy y que no revis- ten carácter oficial alguno, se le asigna una superficie de 27 000 kiló- metros cuadrados ; pero dentro de los límites que le fija la comisión técnica designada para estudiar los antecedentes que permitan resol- ver las cuestiones de límites pendientes con las provincias vecinas (1), alcanzaría una extensión de 33 kilómetros cuadrados, esto es pre- cisamente la superficie del Egipto comprendiendo terrenos incultos, lagos, ete. (2), recuerdo que hacemos únicamente porque permite comparaciones poco favorables á la provincia. Bajo el punto de vista de la irrigación, que nos ocupa especial- mente, la provincia puede dividirse dentro de los límites de su actual (1) Anuario de estadística de la provincia de Tucumán, 1895. (2) J. Barois, Obra citada, 1904. 216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA jurisdicción, en una parte montañosa y en que el riego no es posible y que representa próximamente 13000 kilómetros cuadrados de su superficie, formada por las ramificaciones de la cordillera de los Andes que en tres cordones principales de dirección general de norte á sud la recorren en casi toda su extensión, con excepción del cordón orien- tal que se pierde al norte de la ciudad capital, más ó menos al llegar al paralelo 26%42* sud en que aparece otro transversal, llamado del Saladillo, que lo liga al segundo principal, formando el límite norte del gran plano inclinado hacia el sudeste en que se encuentra la capi- tal de la provincia y el mayor número de villas de la misma, y cuya parte más baja corresponde precisamente al punto-en que el 1ío Salí entra en la provincia de Santiago del Estero. Ese es el cordón que atraviesa con un túnel el ferrocarril que cruzando las provincias de Salta y Jujuy al norte se prolonga actualmente hasta entrar en terri- torio de Bolivia, y que forma el límite sud de la cuenca hidrográfica tucumana cuyas aguas se proyecta reunir en el gran pantano que debe producir el dique de embalse de El Cadillal de que nos ocupa- remos más adelante. El cordón oriental de que hablamos, que comprende las sierras de la Ramada y del Campo, límite oeste de la planicie que se extiende al norte del paralelo 26*42* sud y hasta los confines orientales de la provincia, comprende una zona de 2500 kilómetros cuadrados, caracterizada por una gran escasez de corrientes de aguas continuas. Este mismo cordón que se presenta más alto hacia el oeste y conocido ya con el nombre de Sierras del Nogalito, Medinas ó Jarami y Alto de las Salinas, forma con aquellas el mismo núcleo montañoso, entre cuyos cordones existe un valle que recorre el río de Medina, que cambia su nombre por el de la Calera más al sud. El cordón central y que atraviesa la provincia de norte á sud con los nombres de Cumbres Calchaquíes, de Tafí y Aconquija como macizos predominantes, presenta varios contrafuertes orientales como el Alto de la Totora, de los Vipos, de los Planchones, la sierra de San Javier al norte y de Santa Ana, Casas Viejas, Balcozna, Paquilingasta al sud : desde la latitud 2642” sud, forman el límite poniente de la eran llanura que se extiende al este hasta los límites de la provincia, y al norte de aquella latitud, el límite oeste de la cuenca hidrográfica del río Grande ó Salí que cruza el cordón transversal del Saladillo de que hablamos antes en el paraje llamado Cajón del Cadillal, para recorrer luego esta eran llanura del sud que atraviesa en toda su longitud, sirviendo propiamente de desagiie general á toda la pro- ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 217 vincia que recorre desde su límite norte hasta el del sud, divi- diendo en dos partes perfectamente caracterizadas por su sistema hidrográfico la llanura sudeste de la provincia, próximamente de 11 500 kilómetros cuadrados, dejando 7500 kilómetros cuadrados al oeste y sud y el resto de 4000 kilómetros cuadrados al este hasta las fronteras con la provincia de Santiago del Estero. El tercer cordón orográfico, que desde el paralelo 2642” sud al norte forma el límite oeste de la provincia y conocido con el nombre de Cajón ó Huascha-Ciénega, encierra la parte tucumana de los valles calchaquíes, que más al sud, en territorio de jurisdicción catamart- queña hoy, se llama Santa María, valles que atraviesa de sud á norte el río del mismo nombre, tributario del de Guachipas, que pertenece á la cuenca hidrográfica del río Pasaje, en la provincia de Salta. En toda la región montañosa de 13000 kilómetros cuadrados existen hermosos valles, afamados por sus productos variados, que distribuídos en numerosas secciones comprenden próximamente 4000 kilómetros cuadrados, pero en que el riego es nulo hoy por hoy. De modo, pues, que bajo el punto de vista de la irrigación, la provincia presenta cuatro zonas ó divisiones con caracteres propios que analizaremos más adelante. La primera de 9000 kilómetros cua- drados próximamente, dle montañas y serranías en que el riego es imposible; la segunda de 4000 kilómetros cuadrados más Ó menos, de valles y vertientes comprendidas entre aquéllas; la tercera, una llanura al noreste de la provincia, con 3500 kilómetros cuadrados próximamente y la cuarta, la gran llanura del sudeste con 11 500 Kilómetros cuadrados más Ó menos. En un estudio como éste, poca importancia debe presentar la divi- sión administrativa de la provincia; pero para la más fácil interpre- tación de lo que sigue, haremos notar que ella se ha dividido en 11 departamentos, siendo los de Burruyacu, Trancas y Tafí al norte, Leales, Cruz Alta, Capital, Famaillá y Monteros al centro, y Chieli- vasta, Río Uhico y Graneros al sud. Respondiendo á prescripciones de la ley de riego en vigencia, las áreas que se benefician con el riego artificial están clasificadas por departamento, aun cuando bajo el punto de vista del riego for- man zonas tributarias de los distintos ríos y arroyos que surcan la provincia. Al estudiar el sistema hidrográfico de la provincia, resalta la gran 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cantidad de corrientes de agua que lo forman y determinan las con- diciones especialmente privilegiadas de la misma, que ofrecen un contraste singular con la pobreza de las provincias vecinas en ele- mento tan indispensable de vida y progreso. Pero para formar un eoncepto claro del sistema, conviene referirse álas grandes divisiones que hemos establecido como resultado de la distribución de las montañas que forman el sistema orográfico, limitándonos al examen de las condiciones que caracterizan á las dos últimas, desde que las primeras no ofrecon interés alguno por ahora en nuestro estudio. La Nanura del noroeste que comprende la parte oriental del depar- tamento de Burruyacu no presenta ningún río importante; es una región cubierta en gran parte de su extensión, con bosques de que- bracho, algarrobo, cevil, nogal, cedro, tipa y laurel, entregada prin- cipalmente á la industria ganadera. Llueve mucho en verano, pero en invierno la seca es persistente ; las cumbres que limitan esta llanura hacia el oeste forman la diviso- ria de aguas, de tal modo que las meteóricas que caen sobre sus ver- tientes occidentales se reunen para formar un río bastante caudaloso, el Calera, pero que es afluente del río Salí y que no aprovecha la lla- nura de que nos ocupamos. Así se explica que no haya cuenca hidro- eráfica bastante extensa para alimentar corrientes de aguas per- manentes y suficientemente caudalosas para el riego de la misma. En cambio existen varios arroyos pequeños de poco caudal, Re- quelme, Jagiiel y Burruyacu, etc., manantiales ó simples ojos de agua, que pierden sus aguas en el subsuelo después de un corto recorrido y que no alcanzan á asegurar la agricultura. En el límite norte existe el arroyo de Urueña que no permite el servicio regular de 300 hectáreas en toda época del año. Más al sud el arroyo del Tajamar, en que se ha construído en 1895, con un costo de pesos 30000 una represa de agua de 100 000 metros cúbicos próximamente de capacidad y cuyo objeto no es de embalsar ese reducido volumen de agua sino, reunir una cantidad suficiente para llenar las acequias y conseguir que éstas, en los trechos que cruzan arenales ó terrenos muy absorbentes y que se resecan en invierno con la falta de lluvias, puedan perder parte del caudal por infiltración y reservar el resto para los usos á que está destinada. La mayor parte de este caudal de agua se destina para la bebida de haciendas y no la hay disponible para la agricultura. No se han hecho investigaciones en la región para conocer la exis- ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 219 tencia de aguas subterráneas, freáticas, semisurgentes ó artesianas : las hay de la napa freática pero no abundantes. Propiamente hablando no se conoce la formación geológica del subsuelo, no obstante presen- tar los mismos caracteres generales de la zona que luego estudiaremos y en que se ejecuta actualmente bajo nuestra dirección y vigilancia, una perforación que alcanza yaá 200 metros de profundidad y en que se han atravesado ya tres napas de agua. Resulta, pues, que estos 2500 kilómetros cuadrados de la llanura nordeste de la provincia, no se presentan de condiciones favorables para el riego artificial. Recién desde hace un año hemos establecido varias estaciones pluviométricas en esta región para iniciar su estu- dio bajo una base científica y no hemos de tardar en empezar el estu- dio del subsuelo y sus aguas, en que seguramente habrá que buscar ese elemento de vida para la región. La llanura sudeste es la zona privilegiada de la provincia pero no en toda su extensión, pues como lo hacíamos notar antes, el río Sali que la cruza de norte á sud, la divide en dos zonas de caracteres pro- pios y distintos. La del este que comprende íntegros los departamentos de Cruz Alta y Leales y la parte sud del de Burruyacu con una extensión total de 4000 kilómetros cuadrados no comprende un solo río de im- portancia, con excepción del río de la Calera cuya cuenca hidrográ- fica, dentro del cordón orográfico oriental citado antes, presenta extensión reducida y no permite el riego de 2500 hectáreas durante todo el año en forma regular y metódica. Más aún, esta zona no tiene arroyos ni vertientes ú ojos de agua : sólo se forma un arroyo, llamado Muerto, en el límite sud del departamento de Cruz Alta, que cruza de norte á sud al de Leales y que proviene exclusivamente del desagiie del subsuelo de las zonas del departamento de Cruz Alta, que desde muchos años atrás practican el riego artificial sin haber pensado en el desagiie de las tierras. Esta región aparece, pues, de una pobreza franciscana en cuanto á aguas propias y continuas: de aquí su fisonomía pobre, sin agriculture no obstante la inmejorable condición de sus campos pastosos, una vez que el riego llega á alcanzarlos. Así, la parte de Cruz Alta que se riega con las aguas del río Salí, representa la región más cultivada de la provincia, en que mayor número de ingenios para la elaboración de la caña de azúcar se han establecido y en que hay mayor densi- dad de propiedad regada : es la zona que especialmente estudiaremos más adelante. 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La región del oeste del río Salí es en cambio la que mayor profusión de ríos y arroyos presenta. El río Salí al entrar á esta llanura del sudeste por el cajón de El Cadillal, ha recorrido ya de norte á sud la provincia desde su límite actual con la de Salta, donde se le da el nombre de río del Tala y cuyos nacimientos están en las mismas fal- das orientales del cordón orográfico central de las cumbres Calcha- quíes. Después de correr de poniente á naciente y cruzar el Ferro- carril Central Norte de Tucumán á Salta, se dirige hacia el sud sirviendo de desagiie general de una cuenca hidrográfica de 4100 kiló- metros cuadrados (1) y recibe sucesivamente en su margen derecha las aguas de los ríos Zárate, Alurralde, Vipos y Tapia, y en la izquierda el de Aranda y otros pequeños arroyos del Pescado, Trancas, Urquillal, Hornillo, Tuna Sola, Bella Vista, Cortadera, Ticu- cho, India Muerta y Salinas. Saliendo del cajón citado el río Salí, siempre en su marcha hacia el sud de la provincia, continúa recibiendo las aguas de los ríos Lules, Colorado, Valderrama, Seco, Gastona, Chico y Graneros, todos afluentes de la margen derecha y cuyos nacimientos se encuentran en el cordón orográfico central descripto antes. En la margen izquierda sólo recibe las aguas del río Calera, de importancia mucho menor que cualquiera de los otros citados. Conservamos los detalles de operaciones de aforo practicadas en algunos de estos ríos, en las crecidas del verano de 1886 á 1887, cuando se practicaban estudios para la reconstrucción de los puentes del Ferrocarril Central Córdoba, de esta ciudad á Tucumán. Repro- ducimos aquí los cuadros de aforo practicados por el método Wicli- mann y ejecutados por su mismo autor, indicando aquí los resultados: Metros cúbicos por segundo EOI A o A E 635 RIOS OCA 122 RÍOS ECO oO OE 7153 MORAS E 338 MOPA A O a 30 AA O sd LOA ed 3252 (1) C. WaAutERs, Dique de embalse El Cadillal, 1904. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 221 AFORO DEL RÍO LÚLES Caudal en la creciente de 1886 ú 1887 2 ES ES e Es e ; dl ¿a 2 Mei co 0 A ea Le S a e | | | 0 JA ao 0 o e es dee 1 1.00 0.06 242.07 72.05 | 3.35 |51.35 2636.82 0.0000001920 2 1.00 0.10 226.62 157.00 | 3.97 (54.39 | 2958.27 |0.000000 165 5 3 | 39.71 10.02 | 217.03 |54.82 | 3.95 154.32 | 2950.66 | 0.000.000 072 2 4 | 16.29|0.08 210.57 53.57 3,93 [54.25 | 2943.06 | 0.000 0000200 5 | 50.00 0.14 167.21 46.83 | 3.61 |53.10 | 2819.61 | 0.000 000 1757 6 [100,00 0,06 178.00 | 48.47 | 3.67 53,31 2811.96 | 0.000.000 3024 7 (100.00 | 0.13 | 214.61|63.17 3.39 |52.80| 2735.29 | 0.000.000233 6 | 0.000 001 1620 0 Q= Yayo = 635 m* s 1 1 1 19.62 rar (251.41)? ] - 0.000 001 1620 AFORO DEL RÍO SIMOCA Caudal en la creciente de 1886 á 1887 0 = = 41.46 |20.538 | 2.01 | 45.89 | 2105.90 =— TO ADA el ION a E] 2187.45 ¡ 0.000 017 342 2 |100/00/|0.25| 43.49 [18.69 | 2.3 47,59 | 2264.85 | 0.000 010 032 3 |1090.00/0.18| 36.76 |17.20| 2.1 46.55| 2166.90 | 0.000 015 979 4 [100.00 /0.14| 58.80 |25.73| 2.28 [47.37 ¡ 2243.85 | 0.000 005 640 5 100.00 /0.12| 36.57 '17.62| 2.07 |46.32| 2136.30 | 0.000 016 864 6 |100.00|0.46| 43.27 |18.58| 2,32 |47.59 | 2264.85 | 0.000 010 125 7 50.00 |0.15| 52.99 [21.25 | 2,49 |48.53| 2355.15 | 0.000 003 032 0.000 079 015 = 19% mE Rio => Pete 4 ,] + 0.000.079 015 19.62 1 (52.99? — (41.46) 222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA AFORO DEL RÍO SECO Caudal en la creciente de 1886 á 1887 N l 1 A P => K | K? == 0 0.001 0.000 | 466.78 | 194. 16| 2.40 |47.90| 2294. 4 == 1 |100.00| 0.009 [421.27 157.06 | 2.68 [49.40 2440.4 [0.000.000 086 1 2 |100.00/| 0.014 324.57|120.15| 2.70 ¡49.40| 2440.4 ¡0.000 000 144 0 3 |100.00 0.011 264. 45| 84.68| 3.12 |51.33| 2634.8 |0.000 0001738 4 |100.00| 0.013 |270.79| 82.75| 3,27 |51.85| 2688.4 0.000.000 1550 5 |100.00| 0.017 [230.89 | 83.89| 2.75 [50.15| 2515.0 [0.000.000 271 0 6 (100.00 0.012 |281,08 102.08 | 2.75 |50.15| 2515.5 0.000.000 182 8 7 [100.00 | 0.013 |274.06| 92.94| 2.95 |50.65| 2565.4 [0.000.000 1760 8 |100.00 0.014 |275.16| 93.03 | 2.95 |50.65| 2565.4 (0.000.000 174 1 9 |100.00| 0.008 | 284.24 /108.32| 2,62 [48.92| 2392.3 [0.000.000 197 1 900.00 | 0.110 10.000 001 559 9 dal Q= ; = 753 m' s. . > A NO 0.000 001 559 9 19.62 | (254.24)? (46 a 0 AFORO DEL RÍO GASTONA Caudal en la creciente de 1886 á 1887 Y RETA: E Le dl N l i A p E=3| E | K ura 0 — — |260.71| 97.381 2.66 |49.50| 2450.25 = 1 50.00 | 0.06 [273.98/100.19| 2.73 |50,05| 2505.00 [0.000 000 099 5 2 50.00 | 0.11 [261.50 |128.87| 2.03 |46.00 | 2116.00 [0.000.000 1701 3 20.00 | 0,07 o 144.98 | 1.95 [45,80 2097.60 [0.000 000 152 7 4 50.00| 0.09 |278.16/|152.04| 2.12 |46.50| 2162.30 [0.000 000 140 2 5 20.00 | 0,07 293.97 133.97 | 2.21 [46.90 | 2199.60 [0.000 000 1197 6 50,00| 0,04 [286.67 |171.10| 1.68 [43.10| 1857.60 0.000 000 194 8 7 |100.00| 0.05 |338.68/|123.36| 2.79 |50.20| 2520.05 [0.000.000 125 9 400.00| 0.49 0.000 001 002 9 0.49 Q= V E a — 35 SS A A OOO 01002 19.62 lu (260.71). mi ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN DAS AFORO DEL ARROYO ATAHONA Caudal en la creciente de 1886 á 1887 CREAS ES: di N l Ú A P O | K K? AR? 0 -— SEDA | 39.13 | 26.42 | 1.50 |41.70| 1738.90 — 1 54.30/0.16 | 32.83 | 23.56 | 1.40 ¡40.80 | 1664.60 0.000 0217700 2 [120.851 0.05 | 34,28' 253,09 | 1.48 [41.60 | 1730.60 [0,000 010 0200 3 |196.25| 0.35 | 26.93 | 17.45 | 1.54 [42.02 | 1765.70 [0.000 099 2000 4 ¡255.50| 0.28 ¡ 27.17 | 20.29 ; 1.34 |40.30| 1624 10 ¡0.000 159 500 0 DN 75.80| 0.04 | 32.09 | 20.65 | 1.55 ¡42.03 | 1766.50 10.000 0268100 702.70 | 0.88 0.000 347 3000 , / 0.858 ll : | - 0.000 347 3000 aL AFORO DEL RÍO CHICO Caudal en la creciente de 1886 á 1887 e aa N l b A P Ri= m7 | K K | 3? 0 = = 396.72|162.20| 2.45 |48.10| 2313.60 | = 1 50.00/0.15 |340.87/|145.90| 2.34 | 47.60. 2265.80 0.000 000 081 1 2 50.00 10.04 |266.63|123.23| 2.16 |46.70 | 2180.90 |0.000 000 187 7 3 50.00 0.08 |1298.88/|112 16| 2.67 |149.30| 2430.50 [0,000 000 086 4 4 50.0010.55 1270.77 128.16 2.12 146. .50| 2162.30 ¡0,000 000 149 2 5 50.00 10.125|3807.92|132.21| 2.33 [47.60 | 2265.80 [0.000 000 099 9 6 50.00 10.065 345.83/145.72| 2,36 [47.70 | 2275.30 [0,000 000 077 9 7 50.000.065 3438.89|145.45| 2.36 47.70. 2275.30 10.000 000 078 7 S 50.00 /0.065 1358.64 |166.30| 2.16 [46.70 2180.90 |0.000 000 082 6 9 50.000.060 |370.70 171.56| 2.16 ¡46.70 | 2180.90 (0.000 000 077 1 450.00/0.705 0.000 000 920 7 7 0.705 + 0.000 000 920 9 [a pa Pla S> S) = ¿> —] = == b 0 QU NS pal = DD al 1 ) (396.72). 224 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA AFORO DEL RÍO MARAPA Ó GRANEROS Caudal en la creciente de 1903 4 1904 70.25 | 1.83 | 42.90 | 1341.62 | 0.000 000:957 ; 89.19 | 0.000 001 385 .16 | 41.40 [1718.21 | 0.000 001 390 7 | 39.50 | 1560.06 | 0.000 002 055 80.00 | 0.50 0.000 005 785 OUR 0mwnNR [0 A €) ¡SHOMOS ¡SHOROS SHSROS SHSMS) A N 0 NN 00 00 O ¡SIS O) SEGS See 1 -] OS A NS) O au lo a pe hu [ao] O 0) de) | 0.50 Ni dl il n 2 OU ca a ).000 005 785 19.62 (80.00) a) + 0.000 005 785 Aogregaremos un aforo hecho en el río Graneros ó de Marapa du- rante el verano de 1903 á 1904 por el mismo método, que arroja 261 metros cúbicos: pata el río Salí tomaremos una crecida ordinaria de 200 metros cúbicos por segundo (1); para el Valderrama, que tiene una cuenca hidrográfica mucho mayor que cualquiera de los otros, nos contentaremos con una crecida igual á la del río Gastona; y para el Colorado una como la del río Lules, prescindiendo de todas las de los arroyos y ríos restantes. Resulta así que, si como veremos más adelante, la lluvia se hace general en la provincia y los ríos crecen á un tiempo, puede llegar el caso de reunirse en el río Salí un caudal de 5100 metros cúbicos por segundo al salir de la provincia y penetrar en la de Santiago del Estero, donde cambia de nombre para llamarse río Dulce. Este abundante caudal da una idea de la riqueza del sistema hi- drográfico en esta parte de la llanura de la provincia, situada al oeste del río Salí: es una zona de 5500 kilómetros cuadrados que se presta admirablemente para el establecimiento del río artificial, pues tiene pendiente natural hacia el Salí que viene á servir de desagie gene- ral, ríos y arroyos numerosos que corren á cada 10 kilómetros de (1) Véase Nuestra memoria citada. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 225 distancia hacia el mismo colector, y tierras excepcionalmente aptas para la agricultura. Á juzgar por el aspecto de las partes más altas, en que no ha penetrado aún el hacha demoledora, toda esta región ha estado cubierta de bosques seculares cuyos detritus han contribuído, con el transcurso de los años, á formar una gruesa capa de tierra ve- getal, con abundante humus que recubre todo el subsuelo, formado en términos generales de margas abigarradas características de una formación cretácea, que á su vez recubre los terrenos primitivos compactos é impermeables de las sierras del oeste. Á esa exhuberan- te vegetación forestal, que favorece á su vez la de arbustos y plantas más pequeñas que forman un impenetrable tejido entre sus troncos y follajes tupidos, debe sus especiales propiedades para el cultivo esta tierra riquísima: desgraciadamente va desapareciendo ante la agri- cultura que empieza á invadir las lomas y quebradas más bajas y accesibles, y sin que la administración adopte oportunas disposicio- nes para reglamentar la tala de bosques ó su renovación parcial y metódica. Pero el enorme caudal de agua que se reune en los grandes ríos indicados no forma sino parte de las aguas corrientes de la zona. Existen además innumerables arroyos de menor importancia, cuya existencia ha querido atribuirse exclusivamente á la influencia de los rocíos, cuyo producto de condensación es tanto menor cuanto más lejos de la sierra, y á tal punto abundante á su pie, que muchos cul- tivos pueden hacerse sin necesidad de riego alguno y con sólo la hu- medad en que conservan al suelo á pesar de secas prolongadas. Se ha querido atribuir á estos arroyos un origen distinto del que generalmente presentan los que recorren terrenos permeables y que darían un carácter hidrológico especial á esta zona. No serían debi- dos al escurrimiento de las aguas meteóricas que han penetrado en los terrenos permeables, sino á la condensación de los rocíos. Y esto porque de las montañas del oeste, formadas por terrenos compactos é impermeables, no pueden brotar aguas perennes, desde que la expe- riencia demuestra que sólo pueden hallarse vertientes ú ojos de agua en ellos, cuando se acumulan detritus de las mismas rocas en puntos determinados, ó se combinan hendiduras que las atraviezan para de- Jar salir las aguas que allí se infiltran, y que por lo mismo sólo pueden ser constantes cuando esas filtraciones se ven alimentadas, en forma permanente, por lluvias frecuentes ó deshielos prolongados, causas ambas que no existen en la región que nos ocupa. En estas condiciones el agua proveniente de la condensación del AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIM. 15 226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA rocío humedece diariamente el terreno de la espesa floresta que cu- bre esas tierras, y al reunirse las gotas de rocío que caen abundantes de las hojas, ramas y troncos, forman numerosas venas líquidas que poco á poco van reuniendo sus aguas en las depresiones más peque- ñas del terreno, y luego engrosando paulatinamente su caudal por la reunión sucesiva de nuevas aguas acumuladas en la misma forma, alcanzan las partes más bajas del terreno para dar origen alli á ver- daderos arroyos. Gran parte del caudal se infiltra en las capas permea- bles superficiales: pero la abundancia del rocío salva este inconve- niente, dando lugar á la formación de aquel fenómeno de escurti- miento superficial. | En este concepto se explicaría la circunstancia de presentarse aquellos arroyos siempre más abundantes cuanto más se alejan de su origen, sin que el observador pueda notar la incorporación de cauda- les apreciables á simple vista, desde que dado aquel proceso, el escu- rrimiento debe hacerse por múltiples puntos simultáneamente; los arroyos serían así de una perennidad extrema, pequeños y abundantes en todas las faldas de la sierra. Pero no hay datos positivos que permitan fundar semejante hipó- tesis que ha sido calificada de ingeniosa, y aun cuando el asunto reviste suma importancia para los intereses del porvenir agrícola de la zona que nos ocupa, no se han hecho investigaciones prolijas, metó- dicas y que abarquen una Zona suficientemente extensa como para hallar la solución del problema de carácter general que envuelve; la circunstancia de haber tenido que estudiarlo para la parte de la sie- rra más próxima á la ciudad y en la que se encuentran los arroyos cuyas aguas se utilizan para el servicio de dotación de aguas corrien- tes potables á la población de la misma, nos ha dado la oportunidad de reunir algunos elementos de juicio que analizaremos en una memo- ria especial, no deteniéndonos aquí sino para hacer algunas ligeras consideraciones en asunto que tan íntimamente se relaciona con la hidrología general de la principal zona de regadío de la provincia. Se comprende que no pueden resolverse cuestiones de tanta magni- tud en regiones que recién tienden á incorporarse á las que requieren estudios científicos serios, que para ser completos exigirían el des- arrollo de un amplio programa como el que ha formulado Verstraeten para la Bélgica, con la aprobación del último Congreso Internacional de Hidrología de París, y comprende: 1% observaciones pluviométri- cas completas y continuadas; 2” determinación de la proporción de agua de lluvia que se escurre á la superficie y de las que se infiltran; ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN DDN 3% estudio de las modificaciones que experimenta el agua infiltrada, su movimiento y reconcentración para formar napas más ó menos abundantes y extensas, libres ó forzadas 4% modificaciones de la forma, calidad y cantidad más ó menos variable según las estaciones ú otras causas de su desprendimiento de las tierras ó su alumbramien- to; aforos y caracteres de los arroyos que se producen así, para no citar sino las observaciones del programa que más directamente se relacionan con el asunto. Y tanto menos debe llamar la atención la ausencia de semejantes estudios en Tucumán, recordando que en la misma Europa ó en los Estados Unidos de Norte América, no existe aún una sola cuenca que haya sido sometida á un estudio tan com- pleto pero necesario para responder á bases realmente científicas. Ante todo hagamos notar que en la zona que nos ocupa la abun- dancia de arroyos apreciables, no es precisamente en las faldas de la sierra, sino por el contrario en la parte baja del plano inclinado á cuyo pie corre el río Salí, como desagiie general de toda esa extensa zona. Los rocíos son abundantes en las faldas de la sierra, es decir, en la parte alta del plano y al pie de ese cordón orográfico central, que viene á hacer el papel de una muralla contra la cual vienen á golpear las corrientes atmosféricas, cargadas de vapor de agua durante el día; y también lo son en la llanura, especialmente en la parte baja cubierta de arroyos, terrenos pantanosos y desagties forzosos de los terrenos altos, corrientes que cargadas de agua cual una esponja al chocar contra un obstáculo cualquiera que la interrumpe en su tra- yectoria, pierde su agua por un fenómeno puramente mecánico. El estudio comparativo de la distribución de las lluvias y vientos reinantes, muestra la acción predominante de los del sud y sudeste, es decir, de aquellos que encuentran en las sierras el primer obstácu- lo que impone á las corrientes atmosféricas su rápida ascensión á regiones más frías, con su consiguiente desprendimiento de agua. El origen y causa de la actividad de las corrientes de agua está sin duda en las condensaciones atmosféricas pero no basta esto para atribuir directamente al rocío el agua de los arroyos. El rocío para producirse abundante no requiere aporte de vapor acuoso de otras regiones por la acción de los vientos; en regiones de la zona semitó- rrida, bascan las alternativas diurnas de temperatura para provocat- lo: es lo que pasa en las faldas de las sierras que forman el cordón orográfico de Burruyacu en que abundan también los rocíos, no hay arroyos abundantes y los vientos que los alcanzan recorren extensas regiones en que no hay aguas superficiales que alimente semejante 228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA depósito acuoso. Hay entonces un fenómeno de termodinámica estu- diado por Regnault y que permitió á Munke calcular la capacidad del aire para saturarse de vapor de agua á distintas temperaturas y lle- gar á la conclusión que las condensaciones atmosféricas, rocío ú otras, son mayores para un mismo cambio de temperatura en verano que en invierno ó para una misma estación en los países cálidos que en los templados. De modo que diariamente al bajar la temperatura de la atmósfera, se precipita una gran cantidad de agua en forma de rocío durante la noche, y la atmósfera al día siguiente, al aumentar la temperatura, vuelve á absorber una mayor cantidad de agua sin saturarse, la que vuelve á precipitar en la noche siguiente. Ahora bien, la evaporación diaria que se produce es bastante acti- va para que la cantidad de agua que se precipita en forma de rocío se infiltre en su mayor parte en el terreno permeable cuya superficie encuentra seca, ó vuelve á evaporarse por el mismo aumento diario de temperatura, sin que esa cantidad de agua alcance nunca á pro- ducir el fenómeno de escurrimiento superficial que se invoca y que sólo se produce con una lluvia no despreciable. La sierra no se pre- senta desprovista de vegetación : al contrario ésta es exhuberante y la acción del tiempo ha acumulado sobre las capas de terreno primi- tivo que forman el macizo, un espeso manto de terreno sumamente permeable, detritus de la misma vegetación ó materiales de descom- posición de los mismos terrenos compactos é impermeables, pero que constituyen una verdadera esponja, susceptible de absorber egrandes cantidades de agua. Así Chalón demostró que capas de tierra ó de- tritus pueden absorber hasta un 20 por ciento de su volumen en agua y si hay, como en este caso, piedras irregulares de 6 á 20 centíme- tros, los vacíos son grandes y puede alcanzar 4 absorber hasta un 50 por ciento de su volumen. Así, pues, toda la sierra forma un extenso depósito de agua que contribuye á mantener constante la vegetación que lo cubre, la que impide una evaporación activa por una parte, y por otra protege la vegetación menuda que cubre directamente el suelo, y que como demostró Gaymard absorbe en una capa de solo 0%20 de espe- sor recubierta de champa, un peso de 50 kilogramos de agua, peso de un volumen de agua equivalente á una lluvia de 50 milímetros. Los arroyos de la falda de la sierra no presentan el carácter de pe- rennidad que se les ha atribuído: fundándose precisamente en este hecho falso se creyó asegurado el servicio para la dotación de la ciu- dad capital con 100 litros por segundo, que debían proporcionar tres ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 229 de esos arroyos como mínimo; la sorpresa fué grande cuando, apenas terminadas las obras proyectadas y construídas por el ingeniero €. Cipolletti, no alcanzaba á reunirse 30 litros por segundo, no obstante haberse incorporado cuatro arroyos más al sistema durante la cons- trucción de las obras, poniendo en peligro el servicio de la ciudad que sufrió las consecuencias inmediatas de esta deficiente información. Más aún; no presentaban como se afirmaba un caudal creciente á medida que se recorría su curso hacia abajo; pero no era posible á simple vista darse cuenta del fenómeno. Con objeto de precisar el punto y siguiendo el consejo de Belidor, procedimos á efectuar aforos precisos de las aguas superficiales en los meses de seca, es decir, cuando las lluvias no podían introducir un factor de perturbación evidente; era necesario saber si, como se afirmaba, el caudal superfi- cial aumenta ó disminuye 4 medida que el arroyo se aleja de su ori- gen. En el arroyo de Cainzo, se colocó un vertedero de superficie á 2300 metros aguas arriba de la toma de derivación existente para el servicio, donde la quebrada se estrecha mucho y el arroyo pasa sobre la roca que está 4 la vista en toda la sección. Otro se colocó á 1150 metros más abajo, de modo que comprendiendo el que estaba estable- cido en la misma toma, se hallaban equidistantes los tres vertederos. Las observaciones se hicieron en septiembre de 1903 y dieron el si- guiente resultado: CUADRO DE AFOROS EN CAINZO Litros por segundo a y erteg ero Vertedero en la toma Eh á 2300 m. de la toma á 1150 m. de la toma — A — > Sa. m. 5 p. Mm. Sa. m. 5 p.m. 8 a. m. 3 Pp. mm: 1 17.20 16.48 15.41 14.35 14.48 13.61 2 16.85 15.76 15,41 14.35 14.48 13.61 3 16.85 15.76 15.41 14.35 14 48 13.61 4 16.48 15.05 15.41 14.35 14.48 13.61 5) 16.48 15.05 15.41 14.35 14.48 13.18 6 16.12 14.35 15.41 14.00 14 26 12.76 il 16.48 14.35 14 70 14.00 14.05 12.55 8 16.48 14.35 14.70 14.00 13.61 12.55 9 15.76 14.35 15.05 14.35 13.61 12.76 10 15.76 14.70 15.05 14.35 Se 6 12.76 11 15.76 16.12 15-09 5.41 15 US) 3.40 12 16.48 16.48 15-76 MOTO 13.40 3.61 230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Del examen de este cuadro resulta que el caudal superficial dismi- nuye á medida que se baja el arroyo y que sufre una pérdida diaria por la tarde. El primer resultado está confirmado por la circunstancia bien co- nocida en toda la sierra de que los arroyuelos se secan completamen- te á poca distancia de la boca de las quebradas de donde salen; esta pérdida no puede atribuirse á la evaporación, porque no es mayor arriba que abajo la acción de las irradiaciones solares, suponiendo uniforme la densidad de la vegetación ; la misma influencia del viento no puede, á la misma hora, producir alteraciones como la que nos ocupa en el caudal superficial; de modo que no puede haber sino una mayor infiltración. El segundo resultado tiene su explicación en las leyes de termo- dinámica; porque si bien la temperatura dentro del bosque es menor que afuera, las irradiaciones solares producen un aumento de tempe- ratura hacia la tarde, la atmósfera se hace capaz de absorber mayor cantidad de vapor de agua, es decir, que se evapora de la superficie líquida un mayor caudal. Como se observa, este resultado es inde- pendiente del primero, es decir, que la diminución diaria de caudal no contraría la mayor infiltración que se produce hacia la boca de la quebrada. Estos hechos, que luego hemos confirmado en otros arroyos, com- prueban que los rocíos no forman los arroyos: éstos tienen en Tucu- mán el mismo origen que los que recorren terrenos permeables, es decir, que son producidos por el escurrimiento en las partes bajas de las aguas de infiltración que absorben. Tan es así que sólo adquieren alguna importancia aquellos que corresponden á quebradas de alguna extensión y en que aparece grande el depósito, influyendo notable- mente en la perennidad de sus aguas, la abundancia de vegetación puesto que no sólo contribuye á evitar una activa evaporación que se produce á expensas del agua del depósito mismo, sino que asegura la saturación más completa del terreno permeable, facilitando la pene- tración de las aguas de las lluvias. En cuanto á los arroyos frecuentes que se encuentran en la parte baja, próxima al río Salí y aun en la zona intermedia, su existencia es sólo debida á las aguas de infiltración ó del subsuelo que afloran allí donde una capa de terreno impermeable, el cretáceo que forma el sub- suelo de toda la llanura, les impide penetrar más abajo; su caudal au- menta á medida que se acercan al talweg general, y este fenómeno sólo responde al hecho de que el riego aumenta diariamente en las Zonas ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN ZN más altas, sin estudio previo de desagiies apropiados, de modo que los terrenos reciben una inmensa cantidad de agua de los grandes y abundantes ríos que eruzan la zona, mucho mayor que la que real- mente exige la agricultura. Este abundante riego contribuye á empo- brecer los terrenos en una forma mucho más importante que lo que generalmente se piensa entre los agricultores que sin medio de com- probación contraria, siguen la rutina que la administración no alcanza á contrarestar con medidas aisladas que á nada práctico conducen, por la falta de obras que respondan á un plan de conjunto. En Tucumán las observaciones científicas y metódicas demostrarán que la vegetación reviste la misma importancia que en otros países ; y que la tala de sus bosques, en la forma que actualmente se opera, producirá en plazo más ó menos largo pero fatal, inconvenientes incalculables. Véase como se expresa el presidente Roosewelt en un mensaje de 1901, refiriéndose á los intereses económicos de una región muy húmeda, quizás de las mejor regadas en los Estados Uni- dos, la del sud de los Apalaches, haciendo resaltar las relaciones íntimas entre los bosques y los ríos. «Si la destrucción de bosques continúa, dice, aumentarán en fre- cuencia las crecientes de los ríos nacidos en las montañas y también la violencia de sus aguas, extendiendo á esta región los perjuicios que causan en los estados vecinos. La suma de daños producidos por las aguas en los campos y caminos del país montañoso no pueden ava- luarse con perfecta exactitud, pero para el sólo año de 1901 pueden apreciarse aproximadamente en diez millones de dollars (diez millones de pesos oro), suma suficiente para adquirir toda la superficie que se señala para la reserva proyectada. Las cifras no alcanzan á traducir el perjuicio sufrido, porque si persiste, se trata ya de la destrucción anticipada de las condiciones naturales que son del más alto valor para una nación, y que ni el arte técnico ni la riqueza serán capaces de reconstruir. » Estas palabras no son por otra parte sino manifestaciones aisladas de opiniones profundamente arraigadas hey en el pueblo americano, que han conseguido encarnar en él administraciones técnicas amplia- mente dotadas de múltiples elementos de estudio, medios de publici- dad y personal competente y numeroso. Bastaría reproducir un sólo concepto del mismo estadista para demostrar laimportancia capital que allí se atribuye á la conservación de los bosques y que enuncia precisamente al ocuparse de la irriga- ción en la región árida del Far-West. 232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «En la región árida es el agua y no la tierra que da la medida de la producción. La mitad occidental de los Estados Unidos podría ob. tener una población más numerosa que la que ocupa hoy todo el país si se salvaran las aguas corrientes que hoy se pierden y se utilizaran en la irrigación. * « Los bosques son depósitos naturales. Conteniendo el curso de los ríos durante las crecidas, alimentándolo en las épocas de seca, hacen posible la utilización del agua que se perdía antes. Impiden los lava- dos del suelo y protegen los pantanos de limo que tiende á embancar- los. La conservación de los bosques es pues condición esencial para la conservación del agua. » Tucumán, descuidando estos grandes problemas de estado que afectan su porvenir económico, debe alarmarse con tiempo exami- nando atentamente las condiciones en que se desenvuelven algunas de las provincias vecinas, cuyas tierras se mueren de sed, debido en eran parte al abandono en que se mantienen estos asuntos de interés general y superiores por muchos conceptos á los de mezquina política local que absorben por entero la atención de sus hombres de gobierno. La provincia de Tucumán, no obstante su reducida extensión super- ficial presenta un clima sumamente variado, que determina la desigual ipsometría de sus tierras por su combinación con los demás factores ó caracteres físicos generales. Efectivamente en una extensión relativa- mente pequeña de este á oeste de próximamente 150 kilómetros, ofrece alturas variables desde 400 á 1700 metros sobre el nivel del mar. Dentro de esta diversidad de condiciones climatéricas que esta circunstancia determina y las características orográficas que hemos señalado antes, sólo un crecido número de observaciones permitiría formar un criterio exacto respecto al clima de la provincia. Esto equi- vale á decir que las consideraciones que permiten hacer el examen de las observaciones de la ciudad capital no pueden generalizarse para toda la provincia, sin que esto importe un grave error. Es precisamente lo que sucede cuando se afirma que el clima de Tucumán presenta una eran diferencia con el de las demás provincias limítrofes del interior de la República, por su gran humedad por ejemplo y que determina el carácter tropical de su vegetación. Esta opinión deducida del examen comparativo de lasobservaciones practicadas en las ciudades capitales no es acertada para la provincia tomada en conjunto. La oficina meteorológica argentina, adseripta al ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 233 ministerio de agricultura, merced á la decidida protección que le han prestado los secretarios de estado respectivos y á la competencia y laboriosidad de su jefe, señor G. A. Davis, ha conseguido colocar el servicio meteorológico argentino entre los mejores del mundo supe- rándole sólo los de Rusia y los Estados Unidos; la provincia sólo tiene desde 1903 una estación de primera categoría, una de segunda, dos de tercera y siete de cuarta ó sea exclusivamente para observa- ciones pluviométricas hasta ese momento; y desde años atrás tenía una sola de cada una de las categorías primera, tercera y cuarta, no habiendo de segunda. La falta de datos, tan sólo aproximados, es notable y nuestras investigaciones al respecto fueron tan inútiles que solicitamos auto- rización para poder instalar 30 estaciones pluviométricas con sólo el esfuerzo de la provincia, las que funcionan desde el 1? de enero de 1904 : considerábamos que son éstas las más indispensables y apre- miantes en una provincia como ésta, en que las obras de carácter hi- dráulico desempeñan siempre un rol importante en su evolución de progreso y en el desenvolvimiento de sus riquezas naturales. Un hecho sólo bastaba para hacer ver cuan deficientes son las observa- ciones practicadas, decía en otra ocasión, cuando se trata de utilizar los datos existentes para el estudio de un problema científico cual- quiera de los muchos que está llamada á resolver la provincia, si, como ha de ser siempre en asuntos de importancia general que afec- tan intereses múltiples, han de servir de base datos precisos y concretos que no hagan fracasar proyectos bien concebidos y llevados al terreno de la práctica con sanas intenciones, pero que se fundan deseraciadamente en observaciones erróneas ó antojadizas. Y citaba precisamente el caso de la zona hidrográfica del río Salí al pasar por el cajón de El Cadillal, de una extensión de 4100 kilómetros cuadra- dos, en que sólo había dos estaciones pluviométricas situadas en puntos que no permiten formar juicio respecto á la abundancia en aguas meteóricas de la cuenca y más cuando sólo llevaban seis meses de instaladas. Si esto pasa, no es extraño que por ahora tengamos que limitar nuestro examen al clima de la capital, aun cuando reconozcamos que los dos factores climatéricos principales, la lluvia y la tempera- bura, cuya acción, combinada ó aislada ejercen tanta influencia en la producción del suelo, revisten un carácter importante para el estudio de cualquier proyecto de irrigación. 234 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Lluvia. — Aunque hemos tratado extensamente este punto con motivo de su aplicación á un estudio determinado (1): reproducire- mos aquí los principales elementos que se refieren ála ciudad capital según la oficina nacional. Es OBSERVACIONES PLUVIOMÉTRICAS EN TUCUMÁN Alturas en milimetros Marcha anual de la lluvia E 2 = E E E a a a a Período de 1873 á 1900 al E la E z Es hs ES z = E Media | Máxima | Mínima | 2" | 9 TA E 43 5 E ENCLO 190 7 241.6| 28.4 | 22.4 ¡116.0 8.5 171 21 Hebrero OS SOTO ASE 1680 LOM6 O) el 193 24 Mia zo RA 161.4 SA O Io lord ESO 190 16 o 57.6 O ZO 9.4 ONA: DS 122 ro] MAYO 24.9 159.8 0.0 7.8 NIRO, SA 68 2 JU A 14.8 42.1 0.0 36 20.4 2) 68 0 JU AN 11.4 AE OO ld: 21.6 JU dl 38 0 AOS O UT 50.0 0.0 9.4 26.6 3510 41 2 Septiembre ..| 15.4 74.4 0.0 0-12 332 21D 46 4 Octubre ..... 59.2 MO a EIA S 69.0 5.8 113 19 Noviembre... 94.0 189.8 A s4.0 6.6 122 19 Diciembre ...| 143.4 MS O O o 7 AO ZO 8.7 155 28 AO 965.0 1.308.311 739.0 | 14.3 [140.0] 65.4 1327| 143 Del examen de este cuadro se deduce que en la región de la capital puede dividirse el año en dos estaciones: de octubre á marzo la llu- viosa y de abril á septiembre la seca. Ateniéndonos á las caídas medias, la estación lluviosa contribuye con 75 por ciento de la caída total del año, quedando el resto de 25 por ciento para la estación seca: los aguaceros más fuertes y las lluvias más abundantes en 24 horas corresponden á aquélla estación. Las dos columnas siguientes señalan la frecuencia de las lluvias que como se observa es mayor en el período lluvioso y el intervalo de días sin lluvia en los períodos de observación de 157441817 y (1) Dique de embalse El Cadillal, obra citada. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 235 1885 á 1900, resultando que de 1327 intervalos, 562 corresponden á días sucesivos de lluvia, 615 á períodos sin lluvia de uno á diez días, 94 de 10 á 20 días, 33 de 20 á 30 días y 23 de más de 30 días, siendo las sequías más largas observadas en 1886 de 66 días, en 1590 de 78, en 1891 de 56, 1892 de 69, 1893 de 115 y 1899 de 54 días, todos en la estación seca. En cuanto á los intervalos más cortos corresponden siempre á la estación lluviosa. Temperatura. — La variación diurna de la temperatura sólo se ha anotado para meses que caracterizan cada estación y permite obser- var que la amplitud de la misma es de 1195 para todo el año, variando de 1023 en verano hasta 1298 en invierno. OBSERVACIONES TERMOMÉTRICAS EN TUCUMÁN PP ES Medias y extremas Número total E Z 3 E AJOS de observaciones en 10 años E E E :L z E Período de 1855 á 1900 NS A a A le = E z El Ka > A rr _ S E El | Media [Máxima] Mínima a AL eo o Mero 9495 | 44%4 | 123 0 0 26 0 Febrero... Ñ US LOS y 24222 | 44%0 929 0 0 25 1 Marzo ... 3 l DAT OSO) 8%0 0 0 9 0 AI N /19%14 | 332 5%0 0 2 0 0 Mayo..... 18994 | 9% | SS SUSO 022 0 49 0 0 Junio ... ) IDLES 352 34 130 0 JO a y DS INSI 25 24 119 al 0 Agosto .. E 12239 | 1298 y 14%82 | 367 30 31 130 0 0 Sii) Sabia 026 1 76 8 0 Octubre . >) 20249 | 4192 21 0 11 6 0 Noviembre + 20209 | 1298 ) SON Asis EZ 0 0 60 1 Diciembre. | 124255 | 40%6 82 0 0 50 4 Año...| 18298 | 1195 | 1928] 44%4 EZ 90 510 187 6 e ma Las temperaturas medias y extremas hacen notar la marcha duran- te el año cuya amplitud es de 126 y las últimas, separadas por gru- pos, permiten hacer ver que durante diez años, sólo se han anotado 90 observaciones de temperaturas bajo 0 en los meses dejunio a agosto, principalmente en el primero de estos meses y 6 superaron á 40 en noviembre, diciembre y febrero. 236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La influencia del viento ejerce una acción bien conocida sobre la temperatura y en Tucumán son particularmente sensibles los vientos del sudeste que hacen bajar la temperatura en 199 en el trimestre que caracteriza abril, los del norte en julio que la disminuyen en 2%4, los del sud en octubre que la aumentan en 198 y la disminuyen en 198 los del oeste. Presión atmosférica. — Las observaciones de la presión atmosférica, como dice el doctor Davis, por completas que sean, en una sola locali- dad, tienen poco ó ningún valor práctico, defiriendo esencialmente á este respecto del de los demás elementos climatológicos. «En cambio combinadas con las demás observaciones de la República y de los países vecinos han permitido á la oficina nacional la publicación de cartas diarias prediciendo los principales fenómenos atmosféricos. » Nos limitamos á reproducir aquí los principales datos respecto á este elemento. OBSERVACIONES BAROMÉTRICAS EN TUCUMÁN Promedio Variación anual Ie y ISS a INS Eo Variación media variación diaria media máxima mínima o INCA y dra LANA 0% 7 (¡LS 132.7 707.2 9.8 NARRO o a 7/01, Al 20.1 O 8.3 9.5 IMAZ ON Posee = 20.6 32.6 8.1 12.1 A E 22.2 2158) 3.4 13.2 MAYO A 720.6 23.0 35.8 9.0 14.5 A O = NN) 36.3 10.3 Sd O — 23.1 38.7 4.0 16.2 IN OSLO RA AS 22.6 383.4 8.2 15 Al Septiembre ..... = DD Sl dl 14.8 Octubre = 21.0 30 35.0 15.8 Noviembre ..... 720.8 LAS ll 7.2 14.7 Diciembre ...... = 18.9 30.9 3.5 13.5 720.2 721.4 ISSN 704.0 13.6 Estado del cielo. — Las anotaciones del siguiente cuadro dan idea exacta de la variación anual del grado de nebulosidad del cielo y permite ver que el cielo pocas veces se presenta claro, siéndolo espe- cialmente de noche en los meses de la estación seca, lo que explica la irradiación intensa que se produce como consecuencia de la variación diurna de temperatura. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN OBSERVACIONES DEL ESTADO DEL CIELO EN TUCUMÁN Variación anual del grado de nebulosidad : Escala 100 Meses 7a. m. 2 p. m. 9 p.m. Día MERO A a A OA 973) 65 55 58 EOpT Era ni ds de II EN: 58 38 57 56 MO A eS 58 62 55 58 A A Li y INAUU 919) 38 371 97 MENO E e OOO SUEUje 30 48 45 47 DUO ira ara Ia 45 41 37 41 UI ad eS a alElZ 43 37 35 38 ARO Ll al ide Ropa lo 34 27 24 28 SOPuCnuvo Y. aaa oda sd doo ae 38 37 35 37 DER E cos 47 51 52 50 NOM a oe 44 54 213) 51 DIC o 49 57 52 53 LS a NAS 48 50 47 48 La dirección de los vientos influye sobre el estado más ó menos despejado del cielo, aumentando la nebulosidad los del sud y espe- cialmente del sudoeste y disminuyéndola los del norte y más parti- cularmente los del oeste. Humedad atmosférica. — La humedad relativa es enorme en la ciudad de Tucumán y en general en toda la llanura situada al oeste del río Salí hasta el confín sud de la provincia: es comparable á la del litoral y constituye una particularidad de esta región : se le debe eran parte de su exhuberante vegetación. MARCHA ANUAL DE LA HUMEDAD RELATIVA Mes 72. m. 2 p.m. 9 p. m. Día Mínima media JO. 010 00109 0D 86.2 62.6 s4.6 71.6 37.2 Eebrero. 0. 89.6 5.4 36.4 80.5 42.3 MENO ee ee SHO 70.2 9037 s4.8 30.0 A o 94.1 69.9 91.7 85.2 47.6 MENO e 92.2 64.7 90.5 82.5 47.4 MIMO lt ala 91.2 62.0 89.4 80.9 34.9 IO A 87.1 53.5 83.5 74.7 32.4 IN A 81.7 47.8 77.6 68.9 29.4 Septiembre ..... 70.1 43.0 SO 62.0 25.8 Octubre. ....... 75.6 49.8 15.53 66.9 26.2 Noviembre ..... 80.3 52. 17.2 760), 11 30.6 Diciembre...... 83.0 58.1 81.1 74.1 34.8 > Bl O 00 ¡3 a al (9,9) (Y) om du) Ba -] JU -—] Qu [en] 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El cuadro precedente demuestra que es mayor durante la noche y especialmente por la mañana y en los meses de marzo á mayo y míni- ma en septiembre. La influencia de los vientos en la humedad relativa es evidente: en verano los del norte la disminuyen y los del sud la aumentan, en especial los del sudoeste en un S por ciento; en otoño los del oeste la disminuyen en un 11.4 por ciento, en invierno en 6.1 por ciento los del sudeste y en primavera los mismos 9.3 por ciento. En general para el año los del sudoeste producen un aumento y una diminución en cambio los vientos del sudeste. Vientos. — Del cuadro siguiente que señala los vientos observados con relación á 1000, se deduce que los vientos predominan con relación á los días de calma con bastante uniformidad, siendo los meses de septiembre, octubre y noviembre los meses de mayor viento, entre los que predominan los del sudoeste, especialmente en la primavera. FRECUENCIA Y DIRECCIÓN MEDIA MENSUAL DE LOS VIENTOS 3 E sala lle ls la (Sl. l3 NOE Enero... 56 |1092| 24 | 88 | 80|217| 20 | 22 [384 | 189955* [1499 | 71 Febrero 90 |129| 32 | 81 | 84|200| 13 | 12 |369 | 173 2 87 | 63 IMAZ OEA 57 | 84| 36 ¡| 22 [114¡231 | 14 429204 19 |184 ¡| 49 ARS 63 MR SA SOS 96 AA AS AO OA OA ELO) Mayo ..... 92 11201 38 | 511. 85/1501 S | 26 143014019 41 | 43 O SES EST o TO 6 A A A Tons 20 86 | 41 O 96 [114] 25 | 43 81 |/170| 11 | 11 [449/183 36 47 | 46 Agosto ....| 68 |122| 24 | 70 | 69|178| 11 | 21 (437/1753 54 76 | 58 Septiembre. 59 | 96| 55 | 84 | 95|234| 11 | 13 |353/|181 2 184 | 67 Octubre. 1621 721 ESTOS 287 15-110 256111985390 6221788 09 Noviembre .| 46 |101| 44 | 78 | 70/|262| 30 | 13 |366|194 50 |183 | 60 Diciembre .| 62 | 71| 23 | 49 | 60/|259| 20 EL AUS O LO OO OS AA A A as Soo 2. | 5l Aplicando la fórmula de Lambert se deduce de estas observaciones ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 239 la dirección media y resultante mensual (1) y en el mismo cuadro se da idea exacta de la variación anual que sufren estos elementos. En el mismo anotamos la velocidad media diurna registrada con un anemómetro Robinson que demuestra que no alcanza sino á 50 kiló- metros por día y en media, cantidad ínfima con respecto á la que se desarrolla en Buenos Aires de 164 kilómetros, Rosario de 226 kiló- metros y Córdoba de 259 kilómetros, fundando en cierto modo la opinión generalizada en la provincia de que los molinos á viento no ofrecen un medio eficaz y económico de levantar agua del subsuelo. Tormentas. — En Tucumán se registra el menor número de tor- mentas, de truenos y relámpagos de la república, con excepción de las que se refieren á Rawson en el Chubut, pues de un período de 10 años, sólo se han registrado 143, siendo 427 en Córdoba y 505 en Buenos Aires, correspondiendo el mayor número á la estación lluvio- sa. Las tormentas influyen directamente sobre la temperatura y la presión atmosférica, produciendo un descenso de temperatura de 158 en la estación lluviosa y de 226 en la de seca, y un aumento de 1' 4 y 1%0 respectivamente para las dos estaciones. Además se ha obser- vado que los vientos que más generalmente las acompañan son los del suroeste y noroeste sucesivamente. La caída de granizo es muy poco frecuente, dura pocos minutos y se extiende á zonas muy localizadas. Evaporación. — Este fenómeno climatérico reviste interés para la irrigación en las regiones de la provincia en que la humedad es re- ducida, pero no existen observaciones como tampoco para la ciudad capital donde reviste en cambio muy poca importancia. Para toda la república no existen sino las observaciones prae- ticadas en Córdoba que para un período desde 15886 á 1900, dan un promedio anual de 1852 milímetros, repartidos en 1104 milímetros para el semestre que corresponde á los meses de octubre á marzo, siendo enero el de máximo absoluto, y los mínimos á los meses de abril á septiembre. También se deduce de esas observaciones, siempre para Córdoba, que la evaporación diaria media anual es de (1) La resultante y direceción media no son otras que las resultantes de un polígono de fuerzas cuyos lados representan á escala la frecuencia de los vientos y sus ángulos los que representan la dirección de los mismos en la rosa con res- pecto al meridiano del lugar de observación. 240 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 517, correspondiendo los valores máximos de la variación diurna de 10 a. m.á 4 p.m. y los mínimos de 12 p.m.á 4 a.m. El examen comparativo de las condiciones climatéricas generales permite asegurar que la evaporación es menor en Tucumán que en Córdoba, de modo que aquellos datos deben considerarse exagerados para Tucumán. La temperatura del suelo á diferentes profundidades sólo se ha observado en Córdoba, hasta profundidades de 375: este elemento que puede proporcionar buenos elementos de estudio para el riego no es seguramente susceptible de aplicación para las condiciones eli- matéricas de Tucumán. Allí se observaba que las temperaturas má- ximas y mínimas se atrasan á4 medida que aumenta la profundidad, y disminuye también la amplitud de la variación; hasta la profundidad de 050 queda manifiesta la influencia de la variación diurna de la temperatura y á 010 más de profundidad esa influencia desaparece. Respecto á la intensidad de los rayos solares ó sea las temperatu- ras registradas por los termómetros de depósito enmnegrecido, sólo existen muy pocas observaciones aún. De las consideraciones expuestas con respecto al clima de la pro- vincia resulta evidente que los datos que hasta hoy se pueden obte- ner son muy incompletos, y si se considera que desempeñan en la agricultura un papel importantísimo, es indispensable que el gobier- no de la provincia con sus propios recursos y elementos contribuya á aumentar la dotación en instrumentos apropiados en las estaciones pluviométricas recién instaladas, para que puedan simultáneamente hacerse otras observaciones interesantes para precisar científicamente los caracteres climatológicos de las variadísimas regiones de la misma. El área cultivada hasta el 31 de diciembre de 19083 (1) era de 123 429 hectáreas, repartidas por departamentos conforme á las indi- caciones del cuadro siguiente, en que hemos agregado la extensión superficial de los mismos y aproximadamente la que en ellos podría entregarse á la agricultura. Hemos indicado también la proporción por ciento de la parte cultivada. El Egipto, con una superficie de 33 000 kilómetros cuadrados, tie- ne actualmente cultivada y bajo riego, una extensión de 23 000 kiló- metros cuadrados; los terrenos incultos representan sólo 28 por ciento de la superficie del país. Y aun cuando hay países como Espa- (ID) Ultimo censo obtenido de la Dirección de Estadística. ZONAS: DE REGADÍO EN TUCUMÁN 241 ña que en 1890 los tenían en proporción de 48 por ciento, Inglaterra en la de 28,5 por ciento, Italia 19,5 por ciento, Alemania 10 por cien- to y Francia 9 por ciento, en Tucumán con un porcentaje de 95,4 por ciento, estamos lejos de haber prestado atención al gran proble- ma de la irrigación. Con razón no debe juzgarse de la potencia eco- nómica de un estado por el número de hectáreas de tierra que posee sino por el número de las que representan trabajo y producción. ÁREA CULTIVADA HASTA EL 31 DE DICIEMBRE DE 1903 ento Supe total Hectáreas cultivadas Hectáreas Porcentaje kilóm. cuad. en 1903 cultivables del cultivo Barruyacu .... 4 610 4 217 230 000 1.8 Capa. 300 6151 20 000 30.7 Chicligasta ... 2.590 19 813 130 000 15,2 Cruz Alta . 1590 25 604 120 000 21.4 Famaillá ..... 1590 17 451 70 000 24.9 Graneros ..... 2720 > 848 160 000 5.6 ele 2 320 1 880 180 000 4 Monteros ..... 2.045 16 259 80 000 20.3 Río Chico 1950 11 656 115 000 alud! o 3450 3 802 115 000 3.2 manco 3.835 4 748 130 000 3.6 27 002 123 429 1 350 000 5) eL No se crea sin embargo, que la superficie cultivada en Tucumán no ha crecido en los últimos años: el cuadro siguiente así lo com- prueba. AUMENTO PROGRESIVO DEL ÁREA CULTIVADA Departamentos 1899 1900 1901 1902 1903 Burruyacu ...... 2 646 1902 2026 2478 4. 217 Capi 4 058 50530 5556 6175 6151 Chicligasta ..... 8 880 12 120 12273 13 983 19 813 Cruz Alta ...... 18 125 20 971 22 059 23 212 25 604 Famaillá ....... 9783 16 442 16 452 16 824 17 451 Graneros........ 2531 2746 2 946 3573 5848 Leal. ooo dead 3996 4 818 5203 58717 7880 Monteros ....... 11 428 12 264 13 802 15 829 16 259 Río Chico ...... 9 063 71870 8137 9751 11 656 Md od 2 618 2139 3665 4 208 3802 IMNOCES ele 3237 2621 3427 37129 4 748 Provincia....... 713 365 88 923 95 546 105639 123429 La población de Tucumán es, según datos de la oficina estadística AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXITI. 16 242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de la provincia, de 279 714 habitantes al 31 de diciembre de 1904, repartida según departamentos conforme al cuadro siguiente en que además hemos señalado la densidad de la misma, tomando por base el área cultivada. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN Habitantes BA kilómetros cuadrados Departamentos Población E S y área cultivada área total BUY 10 369 246 2 Capa... oo e A 65 599 192 39 As 30 451 154 12 CR 38 310 150 24 Fama ro e AI e ps 35 878 206 SN ETA a 12 587 215 E) A A AE toca (a alto losa 10 015 127 4 MONET a e 33 063 203 16 ROO MIC ai Ue 26 583 228 14 E lo ec ed 9 747 256 3 E A o o RAE O Ea ale 150 9 279 7114 227 10 Estos resultados deben compararse con los del Egipto, para probar cómo la acción oficial por medio de obras de riego puede favorecer el aumento de población y cambiar las condiciones de un país. El Egipto ha aumentado con sus grandes obras, la población á 9 717 000 habi- tantes que representan 409 habitantes por kilómetro cuadrado de tierras cultivadas ó sólo 289 tomando el área total del país. La agricultura que es la fuente de toda riqueza para Tucumán ofrece variedad de productos, propios de la zona subtropical, tales como el arroz, el tabaco, al algodón, la caña de azúcar, ete., siendo el de la caña el más abundante y casi exclusivo bajo el punto de vista industrial. El cuadro siguiente que debemos á la deferencia del señor P. KR. Marquina, jefe de la oficina de estadística provincial, corresponde al estado de los cultivos en el año de 1905. (1) A los efectos de este cuadro sólo tenemos en cuenta la población rural de 11 785 habitantes, dejando el resto de 53814 como población urbana, esto es entre ejidos. 2453 TUCUMAN ÍO EN DE REGADIO ZONAS 00T +6 G G 6 só 9r E == 08% L6L 610 E TSG 958 sor 6S1 GL6 I $6 66 7 9L I E == G LT G T 8 ñ I 16 sl E PI 01) L PT = a JE 61 7 == 91 G E 9 mE T9 st S $ ys 89 rr Sl! L9 LT 66 9TG GLr 6rOT | 96€ 0Pr g0L 879 GsG 0LV Es] Té 689 00% crI a6T OST rr 66 GS L 961 66 PT SOT 91 OT sar GT 8 686 97P6 GrG 28 T6T 68% 378 or 026 266 66 986 $66 EP GLI crt SLV TzLv 86 $6 66 0T6 096 68 1EJE 0Tr TOT 649 vt E OTI $96 G91 Gr PLG 0r sr 666 GLG sg PL8 860 6 1606 | 3TIOP | 6836 | TPPS8 80S $ 689 | OSPT | 0566 z S En E 2 E O E ER z E o E E > pe 5 S 2 z ie z ES S 2 a 3 €06T NU VIONTAOHA VI Ud VIOQIAOV OSNXHO LL do arg=piosco miocU 0ONoO o 00d U9pOS[Y S91Q UNO] o OS “so9ue £ so] ¡dez “EQUOJOUL Á SBIPULS ""SOZURQUED Á sequy “soyoto O REO YJeJIV “«"goorpuemr Á seyeged “sede g OAIJ[NO OP OSBIL) 244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Existe además una gran cantidad de árboles frutales, según indica el cuadro siguiente : CUADRO DE FRUTALES EN LA PROVINCIA EN 1903 Departamentos Plantasdevid Naranjos y limoneros Otros Total Burruyacu ... 1325 3.357 5655 10 337 Capital ...... 1 803 35 892 11 074 48 769 Chicligasta ... 910 18 567 13 299 37 176 Cruz-Alta.... 1 367 12 420 11 417 25 204 Famaillá ..... 71157 29 295 26 829 63 281 Grameros..... A 3 304 9 079 13 638 ILERUES poe 94 1972 2 099 4.165 Monteros..... 491 11 462 8 584 20 537 Río Chico.... 14536 9 447 10 516 21 399 Dad pa re 2 154 6245 NOMS 13 914 MEANCASA 12 103 1 088 4373 18 484 Totales... 31 095 132 969 113 440 277 504 El examen del cuadro de la página anterior, muestra que el cultivo dle la caña de azúcar es el más importante y abundante en casi todos los departamentos. El desarrollo de este cultivo en que se funda hoy toda la actividad de la provincia ha sido lento en los primeros años; pero desde el año de 15895, ha adquirido un desenvolvimiento notable que indica con claridad el cuadro adjunto: DESENVOLVIMIENTO DE LAS PLANTACIONES DE CAÑA Año Area cultivada Año Area cultivada MT a 2 297 LI cd 31500 ES ció 2 488 MUSA io 40 724 RS AS 5 405 II ASE 42135 MIL a) selec 6636 MAS A 43470 MO 8 208 MN Ps a e 35 324 TNA A ES E 10 980 LON rc Na 38 870 A 13 912 MOOD Ae 49 548 MR 14 847 E os 1933 MA a El 16 700 O alo a 53 340 MS e o o 22500 PIO ca INDI Ningún otro cultivo propio á la zona parece seguir este desarrollo, no obstante existir algunos como el del arroz que son susceptibles de gran impulso, habiendo tierras excepcionalmente propicias y en que los pocos agricultores que le prestan atención realizan utilidades ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 245 incomparablemente superiores á las que deja la plantación de la caña de azúcar. La enseñanza agrícola y la escuela regional de agricultura á que aporta decidida atención el actual ministro de agricultura de la nación, prestarán un señalado servicio haciendo conocer práctica- mente las ventajas de muchos otros cultivos apropiados á la región y que tienden á llamar el concurso de los capitales y agricultores en otras especialidades de la industria agrícola. No toda la superficie eultivada en Tucumán está sometida al riego artificial, esto es á las prescripciones de la nueva ley de irrigación en vigencia desde 1897, y según la cual deben sus propietarios acredi- tar su derecho al uso de las aguas del dominio público ó del estado, mediante títulos especiales acordados. El cuadro siguiente muestra por departamentos al 31 de diciembre de 1904 la estadística de la superficie sometida al riego, á la que hemos agregado la cultivada. ZONAS DE REGADÍO EN LA PROVINCIA EN 1904 , Porcentaje Departamento Zona de riego Zona de cultivo A : con riego sin tego Burruyacu ... 1995 4 217 47.3 32.1 Capital ...... 3089 6151 50.2 49.8 Chicligasta ... 6 493 19 813 32.7 67.5 Cruz Alta .... 29 285 25 604 (1) 87.4 12.6 Famallá..... 9069 Al SAO 48 1 Graneros..... 2 890 6 848 49 4 50.6 Beales o... 645 7880 8.2 91.8 Monteros..... 1 627 16 259 10.0 90.0 Río Chico.... 6 281 11 656 538.9 46.1 Mt ds 113 3802 2.9 7 al Trancas...... 8 386 4 748 (1) 56.6 43.4 Totales... 69 873 123 429 56.6 43.4 La gran superficie cultivada que no aprovecha los beneficios del riego ó mejor dicho que no utiliza las aguas de los ríos y arroyos de la provincia y que representa un 43,4 por ciento del total, comprende Y (1) Se explica la diferencia por cuanto el censo de la superficie cultivada se refiere al año 1903 y la de riego á 1904; es decir, que solo el 87,4 por ciento de la superficie con derecho adquirido para el uso de las aguas para el riego, se cultivaba hasta 1903. Lo mismo pasa en Trancas. 246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA una gran parte de aquellas tierras situadas en las faldas de las sie- rras á que no pueden alcanzar las aguas y que por otra parte se be- nefician directamente de las condiciones climatéricas de la región. Esta proporción de tierras cultivadas sin riego no es por otra parte digna de atención. En Java, por ejemplo, donde la Holanda ha ejecu- tado obras para someter al riego científico 7174700 hectáreas, si se agregan las que dependen de obras indígenas, se alcanza á un total de 1178000 hectáreas bajo riego, siendo las Zonas cultivadas de 2290 000 hectáreas, resultando un 45,5 por ciento del total sin riego. En la misma república tenemos regiones en que esta misma propor- ción no alcanza á tanto, como sucede en San Juan en que no es posi- ble el cultivo sin riego y en que por lo tanto no hay zonas cultivadas sin él: hasta 1902 había 115 190 hectáreas bajo riego de las 125 418 hectáreas cultivadas, esto es únicamente 3,2 por ciento sin riego. Pero para juzgar de la importancia relativa de las zonas de rega- dío de la provincia y llegar á la determinación precisa de las que más atenciones merecen de las autoridades, no basta el conocimiento dela superficie sometida al riego á que se refiere el cuadro de la página anterior, sino que deben agregarse otros géneros de aprovechamiento de las aguas del dominio público, que aseguran y fiscalizan también las autoridades de riego y que se sirven con las mismas obras de irrigación. En efecto, de acuerdo con el sistema legal en vigencia, se recono- cen y conceden oficialmente (1) derechos al uso de las aguas para bebida, de poblaciones ó haciendas, usos industriales y finalmente como fuerza motriz, estableciendo la misma ley las equivalencias de estas distintas categorías de concesión con respecto á la unidad de medida, que sirve de término de comparación para la aplicación de todas las disposiciones principales que contiene, y de que nos ocupa- mos en otro lugar. En esta forma y anotando las equivalencias para hacer posible la comparación de los cómputos generales correspondientes á cada zo- na, podemos presentar el cuadro de la página siguiente. Del examen de ese cuadro resalta á primera vista la superioridad de intereses que la irrigación afecta en el departamento de Cruz Alta, siguiéndole en orden decreciente Famaillá, Trancas, Chicligas- ta y Río Chico. Pero para formarse un concepto exacto de la impor- tancia relativa de las zonas de irrigación, es indispensable hacer (1) Ley de riego de la provincia de Tucumán, marzo 18 de 1897, art. 30 y 80. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 247 notar que en algunos departamentos de los citados, aquellos intereses se hallan servidos por un número variable de ríos ó arroyos, de tal modo que su importancia relativa sufre modificaciones sensibles, que hemos querido hacer desaparecer en el cuadro de la página siguiente estableciendo para cada departamento la proporción de intereses que corresponden por río y su porcentaje correspondiente con respecto á la suma total de los mismos en la provincia. ZONAS DE IRRIGACIÓN EN LA PROVINCIA EN 1904 Departamentos Riego Bebida Industria Fuerza Totales Burruyaca ....... 1 995 1478 20 — 3493 Caplall os so. ome oe 3089 106 572 28 3795 Chicligasta....... 64953 164 s10 = 7467 Cruz Alta........ 29 285 380 2173 1 31 8539 FamaMá......... 9 069 384 2 504 134 12591 CLANES 2 890 286 260 — 3436 LES toto aos 645 23 = => 875 Monteros......... 1 627 — 304 1 1 932 O CIMCO ao 6 281 12 400 12 6705 e E 115 58 = — 171 MAC 8 386 788 54 =— 9 228 Totales 69 8753 4 386 7097 176 81 532 Si se tiene en cuenta, además, que el mismo río que sirve al de- partamento de Cruz Alta ó sea el Salí, sirve también al de Leales y ála mayor parte del de la Capital, resulta que esa zona representa más del 85,4 por ciento de los intereses de toda la irrigación de la provincia. En esta forma sencilla viene, pues, á ponerse en evidencia la gran importancia que presenta esta zona y á la cual se ha prestado especial atención, implantado para ellas las únicas obras que verda- deramente pueden responder á un plan completo de riego metódico. Es la zona que nos ocupará de preferencia, puesto que de su estudio se deducen consideraciones de la más alta transcendencia para hacer resaltar la acción directa que puede ejercerse en una región determi- nada con buenas obras de irrigación. Pero esta acción no debe ser única: simultáneamente debe cul- darse la vialidad y principalmente la de orden genuinamente rural, esto es la de caminos. En cuanto á vías de comunicación en general la provincia de Tu- cumán, está ligada á todas sus limítrofes por vías férreas pertene- 248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cientes al estado federal y á empresas particulares. Con una exten- sión de 612 kilómetros dentro de la provincia existen 70 estaciones en que se observa un activo movimiento de pasajeros y carga. La zona del este, particularmente el departamento de Cruz Alta, está especialmente favorecida, por cuanto dos líneas, entre ellas la del estado, se disputan el tráfico y de esta competencia surgen ventajas indiscutibles para el productor. IMPORTANCIA RELATIVA DE LAS DISTINTAS ZONAS Número de ríos Departamentos Totales os Proporción por río Porcentaje Burruyacu. . 3493 7 499 MS Capital..... 3195 3 1265 3.3 Chicligasta.. 7467 12 622 1.6 Cruz Alta... 31839 1 31 831 79.8 Famaillá... 12591 7 1799 4.5 Graneros ... 3436 3 1145 2.9 Leales...... 875 1 875 2.3 Monteros ... 1932 9 215 0.6 Río Chico... 6705 10 671 La Maa 171 4 43 0.1 Erancas adn 9 228 13 710 1.9 100.0 En las demás zonas existen monopolios: en la del norte sólo cruza la línea del estado cuya administración no hace esfuerzos para fo- mentar el tráfico; en la sud una empresa particular cuyas tarifas ele- vadas pesan sobre la agricultura, que inútilmente reclama mejoras en los servicios en cambio de tanta inicua explotación. El gran tribuno de la América del Norte, Roosevelt, asegura que «no hay mejor cosa para contrarrestar la tendencia al desarrollo mórbido de la ciudad á expensas de la campaña, que la apertura y conservación de buenos caminos carreteros ». En la provincia su falta es absoluta; las antiguas carreteras reales ó caminos nacionales des- pués, que aseguraban las comunicaciones interprovinciales y aún internacionales han desaparecido como arterias principales por la influencia de las grandes líneas férreas que han venido á reempla- zarlas y su conservación permanente por otra parte importaría gastos crecidos que las circunstancias no permiten hacer. En cambio el establecimiento de estaciones en las vías férreas y el desarrollo de la agricultura é industrias debían haber multiplicado ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 249 las vías de acceso directo, seguro y cómodo á las mismas, para asegu- rar transportes rápidos y baratos, y economía directa en el precio del producto. Pero la subdivisión de la propiedad en unas partes, que ha traído como consecuencia la multiplicidad de caminos déntro de los cuales no es posible sin intervención oficial distinguir los principales y en que deban concurrir todos los vecinos para asegurar su conservación, y en otras los grandes propietarios que han cerrado sus terrenos cortando caminos antiguos sin cuidarse mayormente del perjuicio que inferían á los vecinos, han traído un estado de cosas verdaderamente lamentable y que perjudica la campaña. Existe un buen código rural cuyas prescripciones bastaría aplicar para remediarlo; pero las autoridades encargadas de hacerlas obser- var, las policías de campaña, no se dan cuenta del alcance que tienen sus disposiciones para el porvenir de la propiedad rural y ni siquiera entienden su letra; de aquí que los propietarios sean los dueños ab- solutos hasta de los caminos que frecuentemente usan como desagiies de sus terrenos ó depósitos de basuras, sin que las policías interven- gan para corregir estos abusos, para dar líneas para los cercados, reglamentar el tipo de vehículos y su carga evitando las exageradas, ebc., ebe. La apertura de nuevos caminos como resultado del estudio de una red completa y bien combinada que consulte las necesidades, y la creación de recursos especialmente destinados á la conservación de buenas carreteras principales, asegurarían las comunicaciones que necesita con urgencia toda la campaña. Es indispensable afrontar la solución del problema antes que las dificultades sean mayores, se va- lorice la propiedad y se ejecuten obras ó instalaciones que no permi- tan hacerlo más tarde con iguales ventajas. Consecuente con estas ideas se han iniciado algunos trabajos pre- paratorios levantando el plano de una red de vías principales al este de la provincia que forman un recorrido de 450 kilómetros, y de los que ha tomado oficialmente posesión el gobierno declarándolos cami- nos públicos; la intervención de las autoridades será quizás en lo sucesivo más eficaz para impedir abusos en ello: bastaría sujetarse á las disposiciones del Código Rural vigente mientras llegue el mo- mento de proceder á la apertura de nuevas vías, especialmente para el acceso directo á las estaciones de los ferrocarriles. 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA CAPÍTULO IV EL RÍO SALÍ Zona de regadío del Salí. — Régimen del río. — Distribución de sus aguas Los cuadros estadísticos que preceden hacen resaltar la importan- cia indiscutible de la zona que benefician directamente las aguas del río Salí; pero propiamente hablando correspondería aquí, para for- marse una idea de las necesidades que ha exigido la construcción de las únicas obras de riego que bajo un plan científico existen en la provincia, entrar en detalles sobre el estado en que se encontraba antes de la sanción de la actual ley de riego y del desorden adminis- trativo que imperaba en la materia, especialmente en la zona que nos ocupa; era una consecuencia lógica de la falta de legislación uniforme, de reglamentos completos y de autoridades especiales, ro- deadas de todas las prerrogativas y facultades indispensables para ejercer una acción decisiva en el sentido de cortar abusos y abrir nuevos rumbos en asunto de tan vital importancia para el porvenir agrícola é industrial de la provincia. Pero dejaremos esta faz de la cuestión para tratarla someramente más adelante : bástanos recordar que de 251 tomas registradas en 1597 al sancionarse la ley de riego, repartidas en los ríos y arro- yos de toda la provincia, 54 se encontraban, en el río Salí, distribuí- das, 38 en la margen izquierda y 16 en la derecha, en distancia de muy pocos kilómetros, precisamente para la distribución de sus aguas en la zona á que nos referimos (1). Admitiendo que cada una sirviera en término medio una acequia de recorrido de 10 kilómetros (las ha- bía muchas de 30 kilómetros), tendríamos una longitud mínima de 540 kilómetros de canales ó acequias matrices, sin tener en cuenta las ramificaciones que al llegar á la propiedad que cada una deba servir, aseguraba la distribución particular ó interna. Como las barrancas del río en que podían ubicarse las tomas eran de extensión limitada, así como los puntos, digamos, obligados del terreno para asegurar el trazado más conveniente de las acequias, (1) C. WautERs, Demostración gráfica de la política de la ley de riego, 1904. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 251 resultó que recorrían grandes distancias paralelamente y á pocos metros unas de otras, con todos los inconvenientes propios de un semejante sistema en que cada propietario á costa de ingentes gas- tos, de contrucción y conservación permanente después, se aislaba agusando su ingenio para servir ampliamente sus propios intereses con perjuicio de los de su vecino y con prescindencia absoluta de los de la región en que él mismo venía á ser uno de los tantos perjudica- dos ; era el sistema del egoísmo llevado á sus últimos extremos y en contraposición al que ha regido en tantas otras partes en que para evitar perjuicios comunes se aunaban todos, formando sindicatos re- eglamentados en beneficio de la comunidad : de aquí que las tomas se transformaran en un verdadero campo de Agramante en la época de la escasez de agua en el río, y no pasara año sin tener que lamentar algún desagradable incidente y sin contar los perjuicios pecuniarios que importaba la irregularidad en el servicio permanente de agua en las fábricas ó en los cultivos. En otra ocasión (1) hemos señalado la situación de los regantes antes de 1897 porque explica suficientemente mucha parte de los inconvenientes y resistencias que se oponen á la aplicación del nuevo régimen legal destinado á modificar fundamentalmente ese desorden administrativo anterior. Aquí sólo deseamos haceralgunas rápidas con- sideraciones para explicar las causas que han influído poderosamente en la creación del núcleo de intereses agrícolas é industriales de la zona tributaria del río Salí y principalmente en una región que, como la del departamento de Oruz Alta y en general toda la que está al este del referido río, no tiene ríos ó arroyos propios de ningún gé- nero, dándose el caso curioso de haberse desarrollado un centro de activo consumo de aguas precisamente en una parte de la provincia en que más escasea ó más irregular se presenta el régimen de las pocas que existen. El plano general de la zona muestra su situación con respecto á la ciudad capital de la provincia, cuya fundación en 1685 por don Fer- nando de Mendoza Mate de Luna, se hizo siguiendo las previsoras prácticas de la época, á orillas del río Salí, buscando comodidad para el aprovechamiento de sus aguas en la edificación de las primeras casas. No haremos tampoco aquí la reseña histórica que se refiere á la construcción de las primeras acequias, ni siquiera procuraremos presentar un resumen que permita formarse una idea de las dificul- (1) Política de la ley de riego, memoria citada. 252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tades de todo género, con que tropezaron los primeros pobladores para asegurar un servicio permanente de agua para uso doméstico y para el riego de chacras y quintas: las vicisitudes de esa lucha en que se complotaban la falta de recursos y de prácticos en este sénero de obras, de hombres y elementos de trabajo, las amenazas de los indios que rodeaban la población, y los caprichos y crecidas anuales del río, constan en los documentos y actas capitulares que se conser- van desde el año de la fundación de la ciudad y que, en todo cuanto se refiere á irrigación de la provincia, hemos publicado última- mente (1). No podía pasar desapercibida para los primitivos pobladores la fertilidad privilegiada del suelo y se explica que introdujeran entre otros cultivos nobles el de la caña de azúcar, que desapareció des- pués hasta que volvió á introducirla nuevamente un presbítero, don José E. Colombres (2). Su cultivo exigía el riego; más aún, las fabri- Cas primitivas con sus trapiches de madera para la extracción del jugo, movidos con ruedas hidráulicas establecidas en las acequias derivadas del río, exigían agua abundante. Á mediados del siglo pa- sado se reconocía ya que el cultivo de la caña de azúcar era el ramo de industria llamado á figurar en primera línea como producto de ex- portación en la provincia; y aún cuando los plantadores no disponían de los capitales necesarios para perfeccionar sus métodos de fabrica- ción ó sus instalaciones, en el año de 1854 la provincia exportaba ya, según documentos oficiales que hemos tenido á la vista, próxima- mente un millón de pesos por este concepto. La afluencia de capitales que representaba esa exportación permitía la introducción de trapi- ches de fierro, mayor rendimiento de los cultivos y desarrollo ere- ciente de las plantaciones. Pero como el centro de todo género de actividad y recursos era la capital y las comunicaciones eran difí- ciles, el ensanche de cultivos se hacía en sus alrededores de prefe- rencia. Con el aumento del valor de las tierras, se establecieron las pri- meras fábricas en el departamento más inmediato, el de Oruz Alta, comprendido entonces dentro del de la capital, y así empezaron á construirse las primeras acequias en la margen izquierda del río, in- (1) C. WautErs, £l riego en Tucumán á través de los siglos, 1904. (2) Antiguos vecinos aseguran que éste sólo introdujo el eultivo de una espe- cie, la de la caña blanca, pues la común se ha cultivado constantemente desde el coloniaje. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 253 - dispensables en una región en que el cultivo, aún el de la caña de azúcar, no puede prescindir del riego artificial. Así surgieron los primeros establecimientos en una zona pobre en aguas continuas ; cuando más tarde, en 1880 llegó el primer ferro- carril á Tucumán, del lado del sud y desde Córdoba, encontró allí formado el núcleo industrial principal de la provincia. Las ventajas de la línea férrea favorecieron el desarrollo de la industria en la parte de la provincia que atravezaba, pero sin destruir aquel que también mejoró sus condiciones especiales para exportar sus produc- tos y cuando después, llegaron otras vías férreas por el lado del este, la industria tomó gran vuelo, aumentándose notablemente las necesidades de agua, que poco á poco fué retirándose al departamen- to de la capital que desde más antiguo la poseía con exclusividad, llegándose al extremo de causar la pérdida y ruína de chacras, quin- tas y arboledas de naranjos y frutales en esa región para satisfacer los intereses siempre crecientes de la margen opuesta. En esta forma empezaron á revelarse las primeras consecuencias de la falta de agua en épocas determinadas y presentarse á las auto- ridades los primeros conflictos graves: la ley de riego se impuso como una necesidad de orden público, económico y administ 'abivo, y las primeras obras surgieron reclamadas por los intereses generales de la industria que empezaba á sentir los efectos inmediatos del de- sorden que había imperado por tanto tiempo, en la distribución con- veniente de las aguas que, como se ha dicho alguna vez, representa la distribución equitativa de la riqueza. Las autoridades daban ya al asunto la importancia que realmente tenía y así vemos reconocer oficialmente que «es preciso cambiar fundamental y radicalmente ese estado de cosas cuanto antes, y que es tanto más necesario proceder así, no sólo por los males que sufren las industrias locales con esta primitiva distribución de las aguas del dominio público, sino por los nuevos inconvenientes que se crean de día en día, continuando en esa senda desordenada para el progreso creciente de la pro- vincia ». La zona de regadío del Salí comprende actualmente parte de tres departamentos: á su derecha en el de la capital y á su izquierda en los de Cruz Altas y Leales y que presentan caracteres propios dignos de hacer resaltar. Sancionada la ley de riego, los propie- tarios se apresuraron á cumplir con las disposiciones que autoriza: ban á la administración para reconocer, previas algunas formalidades sencillas, en calidad de derechos adquiridos por el uso, concesiones 254 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA para el aprovechamiento de las aguas del río Salí; las inserip- ciones fueron numerosas en el departamento de Cruz Alta, de tal modo que en 1904 el estado relativo de los tres departamentos den- tro de la zona que comprende el servicio de 34 277 unidades (1), es el siguiente: Departamento dela Capital a 3 579 = LEC UT AOS 29 823 == AN o A SS 875 A O eE oda 34 277 Teniendo en cuenta el número de propietarios entre quienes se distribuyen las aguas resalta otro carácter especial: es la subdivisión enorme de la propiedad en la margen derecha del río comparada con la de la izquierda ; en efecto aquellas unidades se reparten respecti- vamente entre 226, 237 y 6 propietarios, dando una intensidad me- dia de aprovechamiento de 16 hectáreas para la Capital, 126 y 114 para Cruz Alta y Leales. Una vista de ojo al plano de la zona hace ver que la propiedad es en realidad mucho más dividida en el departamento de la Capital que en los otros dos del este; y el pequeño número relativo de unidades inscriptas no obedece á esa circunstancia por cierto, que más bien debía ser una causa de mayor desarrollo en el riego. Hasta hace poco y por una de esas anomalías inexplicables, la municipalidad de la Capital, no obstante las prescripciones terminantes de la nueva ley de riego, había conservado la administración directa de una acequia antigua, en la que se seguía el primitivo sistema de distribución, cobro de impuesto, abusos y desórdenes, y de aquí que mientras en la ribera opuesta se desarrollaba la agricultura, en ésta se mantenía estacionaria, por no decir en retroceso. Así los terrenos más valiosos por su proximidad á la Capital y en que hubieran debido formarse quintas, huertas, ete., se encontraban en condiciones desventajosas para la utilización de las aguas que por precedentes históricos y prio- ridad de uso, les correspondía de preferencia. En cuanto al departamento de Leales se explica la poca importan- cia de su área regada por hallarse muy distante de los puntos señala- dos para la derivación de las aguas del Salí y haberse encontrado, hasta hace poco, muy distante aún de sus límites, los canales princei- (1) La unidad de medida es la hectárea de derecho de aprovechamiento per- manente (art. 8 de la ley de riego). ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 255 pales de riego por otra parte, no se habían regado nunca esas tierras, desde que las de Cruz Alta, más inmediatas al río y situadas más arriba, por un proceso que hemos analizado más arriba, no dejaban pasar agua para ellas: no podían sus propietarios aducir derechos adquiridos al. uso de esas aguas y se encontraban obligados á proce- der conforme á'las disposiciones legales últimas, esto es presentarse en demanda de concesiones nuevas, que sólo puede la administración otorgar cuando haya agua suficiente para el servicio normal y regular de aquellos privilegiados derechos adquiridos por el uso anterior, prioridad explicable desde que éste había contribuído eficazmente á erear campos de agricultura y centros industriales que no debían ni podían perjudicar las disposiciones de la nueva ley. Veremos más adelante cómo el ensanche del regadío en ese depar- tamento es posible mediante obras apropiadas cuyo costo quedará ampliamente compensado por la valorización que sufrirán las tierras de ese departamento, especiales para la agricultura. Por otra parte, el límite norte de la zona está en cierto modo impuesto por la natu- raleza, porque el río presenta barrancas altas hasta próximamente 500 metros más arriba del punto llamado de « Las Juntas » en que se le reune el río de la Calera por la ribera izquierda, siguiendo en la ribera opuesta aún hasta más abajo, hasta el paraje llamado de la « Barranca Colorada »; esto sucede propiamente desde el Cajón del Cadillal quedando el río encerrado entre barrancas altas como las del Cóndor, en que aparece una garganta como de 40 metros, ó por lomas muy accidentadas que presentan quebradas y ondulaciones pronun- ciadas hasta grandes distancias fuera de las riberas que hacen suma- mente difícil el riego de esas tierras. Pero antes de entrar al examen más detenido de los límites impues- tos por la naturaleza á la zona de riego, nos ocuparemos del estudio del régimen del río, pues es éste sin duda el elemento primordial des- de que debe llevarnos al conocimiento preciso de la cantidad de agua disponible para la irrigación. Difícil mos será tratar este punto sin reproducir investigaciones hechas con sumo cuidado é interés en otra oportunidad y precisamente porque es indispensable formarse opinión exacta del verdadero régimen natural y propio del río, para poder fundar cualquier proyecto como el que bemos presentado para cons- truir un gran pantano ó embalse en el Cajón del Cadillal, para norma- lizar el régimen irregular del río. No basta para formarse idea del régimen de un río conocer su cau- 256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dal de agua en un solo momento dado; los aforos que se han hecho en distintas épocas no pueden inspirar confianza alguna para estudios serios : tan luego se asigna al río 7000 litros por segundo en 1881 en los meses de escasez como 5000 litros por segundo más tarde en 1898, cuando en realidad podemos asegurar ahora que llega á no tener más de 1300 litros por segundo, manteniéndose muy abajo de aquellas cifras durante varios días en el año. Y el asunto valía la pena de un trabajo prolijo tratándose de servir con ese ínfimo caudal una zona representada, por ahora, por 34 277 hectáreas con derecho perma- nente al uso de aquellas aguas. Pero al hablar del régimen del río Salí queremos referirnos al que presenta hasta el punto en que se derivan sus aguas para la zona que estudiamos y que resulta forzosamente distinto del que le corresponde en otro punto de su curso en que ha recibido el agua de sus afluentes ó á la salida de la provincia de Tucumán para entrar á la de Santiago del Estero. Precisamente necesitamos ocuparnos de su régimen en un punto en que se le ha estudiado ya extensamente y entonces sólo ha- remos aquí un resumen de las consideraciones especiales y detalladas que expusimos en otro lugar (1), analizando la distribución de las llu- vias en la cuenca hidrográfica, la permeabilidad de sus tierras, la lon- gitud de su curso y la distribución topográfica de sus afluentes. La cuenca hidrográfica comprende 4100 kilómetros cuadrados de su- perficie, abarcando eran parte del departamento de Trancas y tierras de los de Tafí, Capital y pequeñas zonas de los departamentos limí- trofes de la provincia de Salta: es la depresión del terreno entre los dos cordones orográficos, por el norte desde la divisoria de aguas del río Pasaje en Salta y el Salí ó Dulce en Tucumán y Santiago del Es- tero y el cordón transversal del Saladillo al sud, á través del cual se ha abierto paso el río Salí por el Cajón del Cadillal, desfiladero estre- cho de unos 1200 metros de largo. El río del Tala que luego toma el nombre de río Grande, recibe como afluentes principales las aguas de los ríos Zárate, Alurralde, Vipos y Tapia, todos dirigidos de oeste á este, obedeciendo á una ley constante que rige la dirección ignográfica de todos estos ríos, no sólo en esta cuenca, sino aguas abajo hasta el confín sud de la provincia; todos bajan invariablemente de las faldas del segundo y más impor- tante cordón orográfico del oeste y siguiendo su curso hacia el este hasta aportar sus aguas al río Salí, nombre que toma el mismo río (1) C. WAUTERS, Dique de embalse de El Cadillal. E 1 BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA - — PUBLICACIONES RECIBIDAS EN CAME Italia. o Atti della I. R. Accad. di Scienze Lettere ed Arti degli Agiati, Rovereto — Atti della R. Accad. dei Fisiocritici, Siena. — Riv. Li- . gure, Genova. — Riv. di Artiglieria e Genio, Roma. — Boll. della Soc. Geografica Italiana, Roma. — Ann. della Soc. degli Ing. e degli Architetti, Roma. — «ll Politecnico», Milano. - -— Boll. della Soc- Zoologica Italiana, Ro- ma. — Gazz. Chimica Htaliana, Roma. — L'E- -lettricitá, Milano. — Boll. Scientifico, Pavia. — Riv. Italiana di Scienze Naturali e Boll. del Naturalista :ollettore, etc., Siena. — Atti della Soc. dei Naturalisti, Modena. — Boll. della Soc. Entomologica Italiana, Firenze. — Boll. della Soc. Médico Chirurgica, Pavia. — -Atti della Soc. Linguistica, Genova. — Boll. del R. Comtato Geologico d Utalia, Roma. — —Boll. della R. Scuola Super. d'Agricultura, Portici. —-Atti della Assoc. Elettrotecnica Italiana, Roma — !l monitore Tecnico, Mi- _lano. — Boll. del R. Orto Botanico, Palermo. — Commissione Speciale d'Igiene del Muni- cipio, Roma — Boll. Mensuale dell'Osserva= torio Centrale del R. Colegio Alberto in Moncalieri, Torino. — Atti del R. Instituto d'Incoraggiamento, Napoli. — Accad. delle 'Scienze, Torino. — Atti della Soc. Toscana di Scienze Naturali, Pisa. — Ann. del Museo Civico di Storia Naturale, Genova. — Osserva- torio Vaticano, Roma. — Rass. delle Scienze - Geologiche in Italia, Roma. — L'Ingegneria “Ferroviaria, Roma. — Atti della R. Accad. di Scienze, Lettere ed Arti, Modena.- — Studi Sassaresi, Sassari. — Riv. Tecnica Italiana, Roma. — Osservatorio della R. Universitá, Torino. — Atti del Collegio degli Ingegneri e Architetti, Palermo. Japón The Botanical Magazine, Tokyo. — The Journal. of Geography, Tokyo. — Annota- tions Zoological Japaness, Tokyo. — The Zoological Society, Tokyo. A ; Méjico Bol. del Observ. Astronómico Magnético -_Metereológico Central, Méjico. — Bol. del a EXTRANJERAS (conclusión) Observ. Nacional, Tacubaya. — An. del Museo Nacional, Méjico. — La medicina científica, Méjico. — Memoria y Rev. de la Soc. cientí= fica, Antonio Alzate. — La Farmacia, Mejico. — An. del Inst. Médico Nacional, Méjico. — Bol. del Inst. Geológico, Méjico. Natal Geological Survey of the Colony, Natal. , y 1 Paraguay An. de la Universidad, Asunción. Portugal Bol. da Soc. Broteriana, Coimbra. — Jor- nal da Soc. das Sciencias Médicas, Lisboa. — Acad. R. das Sciencias, Lisboa. — Bol. da Soc. de Geographia, Lisboa. .-—- O Insttiuto Rev. Scient. é€-Litteraria, Coimbra. — Bol. do Observ. Metereológico é Magnético, Goim- bra. — Jornal das Sciencias Matemáticas € Astronómicas, Coimbra. — Bol. do Observ. da Universidade, Coimbra. — Bol. do Observ. Meterológico do Infante Dom Louis. Lisboa. Perú (Lima) ts “An. de Minas, — Bol. de la Soc. Geográ- fica. — La Gaceta Cientifica. — Informacio- nes y Memorias de la Soc. de Ingenieros del Perú. — Rev. de Ciencias. Rumania Bol. d. Soc. Geográfica, — Bucuresci. Rusia Soc. de Sciences Expérimentales, Khar— kow. — Bul. de la'-Soc. de Geographie, Helsingfors. — Memoires de la Acad. Imper. des Sciences, San Petersbourg. — Bull. de la Soc. Polithécnique, Moscow. — Rev. des Sciences Mathématiques, Moscow. — La Bi- blioteca Politecnica, San Petersbourg. — Las Ciencias Físico Matemáticas en la Actualidad y en'el Porvenir, Moscow. — Soc. pro Fauna et Flora, Filandia, Helsingfors, Rusia. — Bull. de la Soc. Impér. des Naturalistes, | Stockolm. — Reggia Soc. Scientiarum « Moscow. — An. de la Soc. Phisico Chimique, | Litterarum, Góteborgensis. - San Petersbourg. — Bull. de la Soc. Imper. de Geographie, San Petersbourg. — Phisi- calische Central Observatorium, San Peters- burg. — Bull. du Jardin Imper. de Botanique, San Petersburg. — Korrespondensblat de Natufors Vereins, Riga. — Bull. du Comité Géologique, San Petersburg. — Bull. de la Soc des Naturalistse de la Nouvelle Russie, - Odesa. San Salvador Observ. Metereológico y Astronómico, El Salvador. Suecia y Noruega Sveriges geologisca Underskning, Stoc- kolm. — Bull. of the Geological Inst. Uni- versity of Upsala, Suecia. — Kongl. Vetens- -kaps. Akademiens. Acad. des Sciences, p ÓN Buenos Aires Rev. de la Fac. de Agronomía y Veterina— ria, La Plata — Rev. del Centro Universi- tario. La Plata. — Bol. de la Biblioteca Pública, La Plata. — An. del Museo, La Plata. — Oficina Químico Agrícola, La Plata. — An. del Observ Astronómico, La Plata. — Rev. Mensual de la Cámara Mercantil, Barra- cas al Sud. Capital An. del Círculo Médico Argentino. — An. de la Universidad de Buenos Aires. — Ar- chivos de Criminalogía, Medicina legal y Psiquiatria. — Bol. del Inst. Geográfico Ar- gentino. — Bol. de Estadística Municipal. — Rev. Farmacéutica. — La Ingeniería. — An. del Depart Nacional de Higiene. — Rev. Nacional. — Rev. Técnica. — An. de la Soc. Rural Argentina. — An. del Museo Nacional de Buenos Aires. — Bol. Demográfico Ar- 0 is. — Porhandl Vidensk Selskabet, Cristiania. - Suiza Bull. Tecnique de la Suisse Romande, e ssanne. — Gengraphich Ethnographiche ge- sellschaft. Zurich. — Soc. Hevéltique des Sciences Naturelles, Berna. — Bull. de la Soc. Neufchateloise de Geographie. Uruguay (Montevideo) Vida Moderna. — Rev. de la Asociacion Rural. — Bol. de la Ensenanza Primaria. — Bol. del Observ. Metereológico, Villa Colón. — An. de la Universidad. — An. del Museo Nacional. — Bol. del Observ. Metereorológico Municipal. — An. del Departamento de La- naderia y Agricultura. NACIONALES gentino. — Rev. de la Soc. Médica Argentina — Rev. de la Asociacion Estudiantes de In= - geniería. — Rev. de la Liga Agraria. — Rev. Jurídica y de Ciencias Sociales. — Bol. de Centro Naval. — El Monitor de La Educacion Común. — Enciclopedia Militar. — La Se-= Estadística. E Rev. del Círculo Militar. Córdoba Bol. de la Acad. Nac. de Ciencias. Entre-Kios An. de la Soc. Rural. Tucumán Anuario Estadistico. SUBSCRIPCIONES Paris Annales des Ponts et Chaussées. — « Re= vue ». — Contes Rendus de l'Académie des Sciences. — Annales de Chimie et de Pbysi- que. — Nouvelles Annales de Mathématiques. —- « La Nature ». — Nouvelles Annales de la Construction (Oppermann). — Revue Scien- tifique. — Revue de Deux Mondes. Roma Trattato Generale dell'Arte dell'Ingegnere. | — Giornale del Genio Civile. Milano — L'Elettricitá. Londres Il Costruttore The Builder. la Union Industrial Argentina. — Bol. del mana Médica. — Anuario de la Direccion de a Je y el AN ALES as CIEDAD CIEN ARGENTINA DIRECTOR : INGENIERO SANTIAGO E. BARABINO - Secretarios : Doctor JuLto J. GATT é ingeniero EMILIO -REBUENTO U 07 q€__-tI[I1AA-_——— a hd - JUNIO 1907. — ENTREGA VI. — TOMO LXIII ÍNDICE CARLOS Wautrns, Zonas de regadío en Tucumán (continuación)... ioccccinos 213 EUGENIO o Catálogo sistemático de la Avifauna riojana.. IA 280 ta. PA o o de ÓN A A UE 7302 : ; O OS a 303 E A a : Á > - BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS o 684 — CALLE PERÚ — 684 MS: 1907 2 NS e Presidente... ass > Vicepresidente feo Vicepresidente o 11 ] Secretario de actas... ....... eo Arturo Grieben- a Secretario de correspondencia. . Ingeniero s Debenedetti. MOST Ta iO la Ingeniero Miguens Na 2 BIDIO(LCAriO. a o . Ingeniero Federico Birabén .S “Ingeniero Mauricio Durrieux o ; ES Ingeniero Vicente Castro : E e E Ingeniero Julio Labarthe Hocales coro aia: esoo... ¿Ingeniero Domingo Selva e : : so ) Doctor Guiltermo Schaetffer a E : Doctor Jorge Magnin. PS : : Doctor Horacio Araiti 07 LO a SA .. Senor Juan Botto o EAS REDACTORES 3 Ingeniero Alberto Schneidewind, doctor Angel Gallardo, doctor Pedro N. Arata, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor. Enrique Herrero Ducloux, a adn _.niero Mauro Herliztka, ingeniero Jorge Newbery, ingeniero Domingo Selva, agrimensor po Cristóbal M. Hicken, senor Félix F. Outes, ingeniero Augusto Mercan, ingeniero Es 0 Eduardo Latzina, ingeniero Alfredo Galtero. 877, ADVERTENCIA SANAR y > A los señores autores de trabajos publicas en los Mes que - deseen tiraje a parte -de sus ul se les previene que deben solicitarlos por escrito á la Dirección, Dn PUNTOS Y PRECIOS DE SUBSCRIPCIÓN - Local de la Sociedad, Cevallos 269, y principales librerías a Pesos moneda nacional LA SUBSCRIPCIÓN o ADELANTADA ES MM local social permanece abierto. de 8 á 10 pasado meridiano ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 257 Grande al pasar el Cajón del Cadillal, y que parece destinado por la naturaleza misma á servir de gran desagiie colector de la provincia que atravieza de norte á sud en toda su extensión. Sin entrar en amplios detalles respecto á la zona hidrográfica, obser- vemos que se completa con un gran número de vertientes ó aguadas que se multiplican al bajar hacia el talweg del valle que ocupa el Salí, más abundantes en su margen derecha que en la izquierda y que con- tribuyen en gran parte á formar el caudal de magra ó estiaje. El sistema hidrográfico descripto permite deducir los caracteres generales geológicos de la misma cuenca; los ríos, arroyos, vertientes, ete., son abundantes únicamente en terrenos impermeables, por cuan- to sólo en ellos las aguas meteóricas al caer y escurrirse en la super- ficie no pueden penetrar á grandes profundidades y perderse allí. En los terrenos permeables, por el contrario, son escasos los ríos; las aguas meteóricas se infiltran fácilmente y no dan lugar á la formación de grandes corrientes de agua. Al recorrer el cauce del río Salí, aguas arriba del Cajón del Cadi- llal así como sus numerosos afluentes, se observan muchas vertien- tes; es frecuente llegar á puntos en que las aguas desaparecen ó se insumen, para reaparecer nuevamente en la superficie á alguna dis- tancia más abajo. El fenómeno en manera alguna contraría la obser- vación a rterior: las arenas, ripio, piedras, ete., que forman los detritus ó materiales de arrastre se depositan en las playas y permiten la infil- tración de las aguas que corren sobre ese depósito permeable: pero como sólo forma una capa de poco espesor y de extensión limitada, las aguas infiltradas alcanzan luego las capas impermeables que for- man el subsuelo, y corren sobre su superficie hasta que su aflora- miento viene á producir nuevamente la salida del agua : propiamente las aguas continúan su curso eventual, pero éste es subterráneo é in- ferior al terreno permeable. El reconocimiento más atento de las barrancas muestra, desde el río Tala hasta el de Tapia, la existencia de margas abigarradas, de piedras calcáreas y areniscas arcillosas, características del terreno cretáceo; es esta una formación común á gran parte de la provincia de Tucumán y que constituye el subsuelo de casi todo el valle que recorre el Salí de norte á sur. La existencia de aguas artesianas en el Manantial y en San Vicen- te, fuera de la cuenca que estudiamos, y los materiales extraídos du- rante las perforaciones que se conservan en este departamento de obras públicas é irrigación prueban la existencia de un terreno im- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIII. 17 258 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA permeable cretáceo superpuesto á una capa de aguas ascendentes. En las mismas faldas orientales de la sierra de San Javier, y con motivo de los estudios para el alumbramiento de aguas subterráneas en la quebrada de Tafí Viejo, practicados para aumentar el caudal de agua para la provisión de esta ciudad, se han hecho perforaciones que han probado la existencia de estas margas abigarradas. La arcilla ó substancia caolinítica que constituye el elemento lito- lógico de estas margas, asegura al terreno cretáceo una impermeabi- lidad completa. El primer cordón de serranías del oeste, el de San Javier, los Plan- chones, Vipos y de la Totora, comprende pizarras paleozoicas, y recién el cordón más occidental de la cuenca, donde nacen los ríos Vipos y otros del norte están formados de granito; así se explica que en las playas del río Tapia sólo se encuentran cantos rodados pizarrosos, y no graníticos que sólo arrastran los que están más al norte y tienen sus nacimientos en aquel cordón más alto. Hemos hecho observar que el cordón de serranías al este del Salí, que se extiende como los demás indicados de norte á sur, está muy próximo al río que corre propiamente á su pie. Un reconocimiento de la cuenta hace ver que la diferencia de extensión de las faldas que se levantan desde el talweg que ocupa el Salí hasta los cordones de serra- nías próximas, responden á su diferente constitución litológica. En efecto, las margas de la margen occidental, en que la fácil erosión de las aguas ha formado altas barrancas, no se encuentran en la margen opuesta, y la falda es mucho más empinada, los cerros más irregula- res y escarpados, con aristas más vivas y no forman las mesetas redon- deadas del cordón occidental. El carácter petrográfico es muy distinto y aun cuando la vegetación abundante dificulta el reconocimiento, las aguas han puesto al descubierto y arrastrado á la playa conglomera- dos, compuestos de fragmentos de pórfidos, pizarras y cuarzo envuel- tos en una masa silícea ó arcillosa abundante. Algunos afloramientos más recientes muestran la existencia de pór- fidos más duros, que forman el carácter litológico predominante del cordón oriental, que por su mayor resistencia no ha permitido la acción erosiva de las aguas como en la margen derecha del río. Se ha pretendido fundar el estudio del régimen de un río en el de las condiciones generales de su cuenca hidrográfica y algunos autores han llegado á expresar en fórmulas algebraicas más ó menos racio- nales, el caudal del río en un momento dado por el conocimiento de aquéllas. La cantidad de agua caída en la zona es un elemento de la ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 259 mayor importancia, pero en el caso que nos ocupa, él era completa- mente inexacto por razones que hemos señalado en la falta de obser- vaciones pluviométricas que permitan el análisis, desde que a priori Ó por experiencia directa de observación, se sabe positivamente que los que se refieren á la ciudad Capital no son exactos para la referida zona; y sin que pueda por ahora fundarse comparación alguna apro- vechando las observaciones hechas en las nuevas estaciones estable- cidas por ser demasiado escasas las anotaciones existentes. Todo el que conoce el norte de la provincia sabe que el régimen de las lluvias no es allí el mismo que en la ciudad Capital y por lo tanto las alturas medidas aquí, no pueden servir de base para un estudio serio; de modo que, propiamente hablando, no hay una sola observa- ción para toda la zona que interesa en este estudio. Felizmente, como lo hacemos presente más adelante, esta circuns- tancia desventajosa pierde su importancia verdadera porque desde 1900 se hacen aforos directos en el río, y entonces el estudio de las aguas meteóricas permitirá hacer comparaciones interesantes. En los Anales de la Oficina meteorológica de Córdoba se consignan observaciones de alturas de agua caída en Tucumán, anteriores al año 15884, que no tienen mucho interés porque son aisladas é incomple- tas, y de su examen sólo se desprende que las alturas observadas no son mayores que las que se consignan en los cuadros que adjunta- mos y debemos al señor Miguel Lillo, y en los que se resumen sus propias observaciones efectuadas en 21 años consecutivos de pa- ciente labor. Traduciendo gráficamente estas observaciones (1) se deducen con bastante precisión y regularidad las épocas lluviosas y secas, que re- saltan aun más con la comparación de las alturas medias mensuales, y que permiten establecer que las lluvias se inician en noviembre para acentuarse en diciembre, sostenerse en enero, febrero y marzo, decli- nar rápidamente en abril, para desaparecer casi por completo desde mayo á octubre : el fenómeno nada presenta de anormal por cierto y obedece á leyes de climatología general aplicables á la zona en que se encuentra ubicada la provincia. El período lluvioso resulta así de seis meses y de otros seis meses el de seca: en el primero, los dos meses extremos de noviembre y abril marcan términos intermedios entre los cuatro de diciembre á marzo, de abundantes lluvias y el segundo período, de seca. Veremos (1) Véase plano, pág. 266. [y MAA PIO O0OS / CIENTIFICA ARGENTINA SOCIEDAD lo) DE LA ANALES "126 "901 10 “E8T 988 6 199 96 78 "86 Nal o o “TS SOT 6TT “TG EG $6 "79 SL vp Lp 06 9% ¡Ad aX O) O6 SN ANS Os -18T 60% “GLT “0TG “L6T “L9T 3 19% "908 “BZ IJ66G 3861 v 60% ppT “SOL “G) 24 810 PO6GT Y PSST HA NVIADAL HA AVAMIO VI NA SVAVOILOVUA SVOTALAMNOTA O Td SUNOTO V AMUSIO oo a) 0 — — “98% “913 “CTE ee 62 "69% “SEL AGN 3 8LG “68 “866 90€ “10% 96 OL9U "eIpo "So]tJO L 061 S061 06 1081 20061 "8681 SSL GS 9681 AGOST A “" T6ST 20681 "6881 A E 381 IESO "p88l sou y ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 261 más adelante cómo corresponden al régimen del río períodos análogos, desplazados paralelamente, si se permite la expresión : los meses de diciembre y marzo señalan un término intermedio entre los cuatro meses de abundantes creces, enero á abril, y los seis meses de estiaje, de junio á noviembre. Las lluvias se anticipan en un mes ó por lo menos en una quincena á las crecidas del río y sus afluentes. El examen de las caídas totales anuales durante 21 años consecu- tivos demuestra que no es posible deducir aún una ley que señale para la misma Capital la repetición periódica de años excepcionales lluviosos ó períodos tales. De estas observaciones sólo puede dedu- cirse que la caída media es de 971,7 mm., repartida en una media de 850,8 mm. para la época lluviosa y 120,9 mm. para la de seca. La comparación de estas caídas medias con las de otros puntos de la provincia no es aún posible sino en términos generales. En Tran- cas, Vipos y en general en toda la cuenca, llueve muy poco; al este del cordón oriental que la limita llueve más así como en el sud de la provincia, al este del cordón orográfico central. Las sierras de Medina y del Alto de las Salinas al norte y las de San Javier y otras que si- guen hasta el sur de la provincia, parecen ser las primeras alturas que encuentran los vientos del este y sudeste cargados de abundan- tes vapores de agua y que por un fenómeno que hemos analizado ex- tensamente con motivo de un estudio sobre el desbosque en la sierra en que están situadas las tomas de las aguas corrientes para la pro- visión á la población de esta ciudad, precipitan las referidas aguas en gran cantidad sobre sus vertientes orientales, quedando al oeste y norte, es decir precisamente en la zona imbrífera del Salí, una ex- tensa cuenca menos abundante en aguas meteóricas: asi se expli- caría que la Capital y Burruyacu al norte, Nueva Baviera y Santa Ana al sur ofrezcan mayor altura de agua Movida que Trancas y Vipos, y en general toda la región que forma la cuenca imbrífera es- tudiada. El señor Lillo ha hecho observaciones desde el año 1886 que permiten formular el cuadro de la vuelta de lluvias máximas en Tucumán : Su examen nos permite establecer dos hechos que tendremos muy presentes más adelante, y que si bien son aplicables á la ciudad Capi- tal, pueden no ser exactos para la cuenca que proporciona sus aguas al Salí: 1” los aguaceros más fuertes son muy cortos; por ejemplo, en febrero de 1902, de media hora con una caída de 458 milímetros; en 262 r TUCUMAN , CUADRO DE LAS LLUVIAS MAXIMAS EN ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ES S SES ca ca ca S / ed TEN SNA | S | OS | SS $ A 10 nO sad e ass D NUS (38) NA SNC E | SBJIOU NANA SD 0 | e] | ca A nl a) | oo) 55 | N 2 uopPemng al 3 A “UL e E SS S A 2 2 e = 2 Se A ANS MI SPSS SI MOS Vo BpIeO WÑ 10 10.10 E + DAY JS X=) = SISSI / m II O ES : e.I0Y 10 ba ¡ac E Mapa aia de TE A | z == OS | E SB.Iou 10 NA MA tr M0 E e al 10! | ar dE 10 | o A 10 MS la 1. e UU A 2 O Es ES CE o E E e sono | A >) ca al pa 2 Se.Iou a a E AA - UL Se (55 00) 30d [a A | a E voy 104 A, 1 Q a ¿a NN UA Z UOLIBI Y UU em + 00 o ES E A Md 19 SCA =Y a DO = le 10:10 10 00 S. 10.0 (a) >] Ses A Sm + + Sl BOY 10d e | dE | mE e | pd | | A REE E A DEN A O - 3 3 G S SRIOY H OoQN NA DM O SS H do) E a a | SAO | Ss U0 DEM St: ES] D SH E 10 Sos So =1 = 57) Pere o |o=a A E o eprIeo 19 ES See 0 me =W CA OS (MM 10.O YD 0 6.10 TOS / S> CI IS [- vx1o0y 104 A || | A E | NRO AE E ss + e E E C 50) el 3 | SB.IOU CO CIMAS ASA OS 10 1) NX m 5 U0LOBMT | | | | SS E a] | S iS 5UN 97) noo: DOS *o | z AA: ASAS eS do ES. e e o BpIeo R >= 2320000 EH +0 + SMS E =] 5) e e / A L0287—o0oS | AT] DOS | 212) 23 a e lee. Es a - =— (e) e E SB.IOY A $10. 010 HN | MAS DINA | 10 NI ES ANA e] == S ET SS So MESES noma Soon =-ecoa | ==". os |ooss epIt) DORA AO IS 10 100 souy 53 5 30 ES SS 5 > ES > ES S = ES = S 2 ES S > a a e AAA A AAA AAA AAA AAA AAA AAA —.——————— ——————— Zomas de regadio encuen OBSERVACIONES PLUVIOMETRICAS Ingeniero Carlos Wauters PERIODO DE 1884 41904 ¡Bg4 1893 1892 1891 18g0 1889 1888 1887 1886 1885 1884 57 el 1904 1903 1902 1901 ICTMETENTA EZLN! 1900 DT ya ES SE ar, 13794. EXETER : SANAR ERE EA EZ - 767] 493201 2 EA zapas | E 1899 qu EZZZA a En NCIZZZEZTA VE EZ 1898 TEENS ZZZD [a == y ZETEZTA O yaa, 197320] ZETA! A: ol 792238! PIN ode EL 2777) UZZZA 1895 aret | AVZZCTAS s 5 a CAIDAS MEDIAS MENSUAL IVA IEA O IEA RA A O ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 263 marzo de 1897, de una hora con 34 milímetros; 2% el mes de marzo, es decir, hacia el fin de la estación lluviosa, es abundante en aguace- ros máximos, cortos ó largos, pero que se presentan cuando ya se encontraría bastante lleno el embalse proyectado en El Cadillal: en este mes se encuentra el aguaccro más largo de los observados, de 10 horas y con 1574 milímetros, en el año 1889. Si fueran exactas las fórmulas de Humber, la caída diaria máxima podría deducirse de la siguiente expresión : H (0,21 — 0,001 H), apli- cable al caso, puesto que para Tucumán la altura media anual H (96,55 cm.) está comprendida entre 50 y 150 centímetros, límites de aplicación de la referida fórmula. Siendo esto así, podríamos esperar aquí una caída máxima diaria de 109 milímetros, de tal modo que las observaciones efectuadas permiten desde ya asegurar que los resulta- dos de esta fórmula son inferiores á los reales para Tucumán, como re- sultaron serlo para Suiza, Francia é Italia. Todas estas observaciones hechas en la ciudad Capital no tienen, sin embargo, valor alguno para la zona cuyo régimen de lluvias nos interesa. Así podemos comprobarlo utilizándolas para determinar el volumen de agua que debe llegar al río, aplicando los métodos gene- ralmente usados para estos casos y comparando luego estos resultados con las mediciones directas del caudal, efectuadas en el dique del Salí, que hacen conocer el régimen del río desde 1900 con precisión mucho mayor que lo que podía hacerlo el conocimiento más completo de las condiciones generales de la zona imbrífera. Para determinar el caudal de agua que llega al río podemos pres- cindir por completo de la altura media anual de 120,9 mm. deducida para el semestre seco, pues su distribución es tal que la mayor parte de esas aguas meteóricas son retenidas por la vegetación abundante en toda la zona y por el manto permeable que la recubre casi por com- pleto, impidiendo, á pesar de las fuertes pendientes del terreno, su afluencia directa á las playas, y sin contar que la evaporación asegura una causa de eliminación no despreciable, dada la poca frecuencia de las lluvias en esa época y la reducida altura de caída de esas aguas meteóricas. Más adelante estableceremos los caracteres generales de la cuenca del Salí y sus afluentes, y haremos ver que ella es impermeable en toda su extensión, presentando sus crecidas todos los caracteres pro- pios á las corrientes de agua en terrenos de esa clase; cierto es que una vegetación tropical, árboles seculares y á su pie abundante vege- 264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tación menuda, contribuyen á absorber una enorme cantidad de agua (que no solamente disminuye el caudal que alcanza al río, sino que facilita su infiltración en el terreno permeable que esa misma vegeta- ción ha contribuído á formar y que recubre los terrenos compactos é impermeables que forman el subsuelo de la cuenca. No obstante la importancia que reviste la vegetación como causa determinante en la diminución del agua que llega al río, y que hemos estudiado con más amplitud al proponer últimamente medidas para evitar los desastro- sos efectos del desbosque en la sierra de San Javier, como medio de contribuir á asegurar la perennidad de las vertientes que surten de agua potable á la población de esta ciudad, no trepidamos en asignar un fuerte coeficiente para la proporción de descarga de agua meteó- rica al río. La influencia moderadora de la vegetación retarda la acción directa de las aguas meteóricas en las crecidas del río, como hicimos notar antes; pero como iniciado el semestre lluvioso, las caídas se suceden á cortos intervalos y con abundancia, la infiltración, absorción y eva- poración quedan servidas con exceso en poco tiempo y entonces se observa la influencia directa de las condensaciones atmosféricas en el régimen del río. Los autores del proyecto para la construcción del dique San Roque en Córdoba, habían tomado un coeficiente de descarga de 40 por cien- to; pero posteriormente el ingeniero senor Luis A. Huergo, consul- tado sobre la posibilidad de aumentar la capacidad del embalse de 142750 000 metros cúbicos, en un bien meditado informe hacía ver con acopio de datos y argumentación, que podía perfectamente aumen- tarse á 70 por ciento tomando la caída total anual, 6 15 por ciento de la que corresponde al semestre lluvioso, admitiendo que sea comple- tamente perdida para el río, el agua caída en el período seco. Este coeficiente de descarga, igual al del Po en Italia, hacía decir á aquel ingeniero: « Este 25 por ciento por evaporación y absorción, no lo considero absolutamente aito, dada la impermeabilidad del terre- no, las rápidas pendientes de la cuenca y el carácter torrencial de los aguaceros en la estación de las lluvias. » Si á los hechos apuntados ya respecto á la impermeabilidad del terreno y al carácter torrencial de los aguaceros, agregamos que el estudio de la cuenca que hacemos más adelante nos muestra que casi toda es montañosa, la analogía de terrenos en la cuenca de los ríos Primero y Salí es evidente, aunque en ésta la vegetación es más abun- dante y por esto reduciremos en un 5 por ciento aquel coeficiente. Erie y apo quest av sy: 3o01e o06tsp Oporiod —ne== 1|2G 014 [99 SOJJE¡p SOIP9U S099P9 AA A oJunt= + CS a ECN dl rd as TIA ole al MN T aa A al : up] uo ojprdos >p veuo? osa y qa PASO quepa Y pra ATAN ES pra je VLIAYA9Y VI 14 HOABRLS II BAÓLL 4-0 y ds y bequieja page jo jr er y Siquiegós $ dseeby > Oljar pe E POE AAS yr mani - eje SRA Yo RAR] SUB E y soe) ooo. / enorme vantidad de aguá L A nd —h teni e ed EAS 20/m8lb acibamaoland Foprá coprab oboin9T domple- leal Det terio € pg + da = 2d > api > pe dE 'bun- £ pe Lg E pita mie de lod ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 265 Así, pues, si considerando la proximidad de la ciudad á la cuenca estudiada, aplicamos á la caída media total del semestre lluvioso de 850,8 mm. el coeficiente de descarga al río de 70 por ciento, la altura media útil para el caudal del río en toda la cuenca de 4100 kilómetros cuadrados resultaría de 596 milímetros y el caudal total que alcan- za al río en dicho semestre, de 0,596 < 4 100 000 000 de metros cua- drados = 2 443 600 000 metros cúbicos; más adelante veremos que de los tres años de aforos directos del río resulta que el volumen total de agua al año no pasa de 400 000 000 de metros cúbicos, de tal modo que aquel volumen es altísimo. Aún admitiendo que la altura de las lluvias fuera en la zona del Salí un 47,64 por ciento de las de la Capital, como autorizan á admi- tirlo algunas observaciones muy limitadas, el volumen calculado sería siempre de 1 164 000 000 de metros cúbicos. No cabe dudar que estos son resultados inaplicables á la zona que nos ocupa; para desaguar semejante volumen de agua sería necesario que el río presentara en los 150 días del período lluvioso un gasto constante de 158 metros cúbicos por segundo próximamente, y los aforos directos nos harán ver más adelante que alrededor de un 10 por ciento de los días del referido período sólo hay crecidas con un vasto de más de 50 metros cúbicos por segundo y muy pocos de éstos con aquel caudal de 158 metros cúbicos por segundo. Llevando más allá el análisis, y para evitar la influencia que en los términos medios calculados para las caídas anuales puedan tener al- gunos años del período de 21 que se han tenido en vista, hemos bus- cado la comparación econ sólo los tres que se refieren al período de aforos directos en el río, de 1900 á 1905. Así resulta la caída media anual de 981,4 mm., de la cual 847,7 mm. para el semestre lluvioso y 133,7 mm. para el seco; correspondería, con el coeficiente de descarga de 70 por ciento para el período lluvioso, una altura útil para el cau- dal del río de 593,4 mm., que aseguraría un volumen de 2 433 000 000 de metros cúbicos, cuando sólo hay por aforo directo en todo el año 400 000 000 de metros cúbicos. Tampoco alteraría mucho el resultado, el hecho de deducir el coeficiente de descarga adoptado, dentro de los términos límites que imponen las condiciones generales de la cuenc: imbrífera estudiada. En nuestro concepto, pues, el estudio de las aguas meteóricas en esta Capital ninguna base de cálculo puede darnos, para la zona que vierte sus aguas en el embalse proyectado; el coeficiente de reducción 266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de la altura total de la caída para el norte, deducido de una media de dos estaciones y cuatro meses de observaciones, sólo nos indica que es exacta la afirmación popular de que el norte es poco lluvioso; y que la fijación precisa de ese quantum de reducción que podrá hacerse después de muchos años de observación, explicará satis- factoriamente la disparidad de resultados á que nos conduce el análisis hecho. Esto muestra cuán necesario es establecer un buen número de esta- ciones pluviométricas convenientemente distribuídas en la cuenca, que permitan rectificar durante la constracción del dique quizás y dentro de lo posible, el estudio completo de esta cuestión, que si bien no presenta inconveniente grave para formular el proyecto, puesto que existen aforos directos que arrojan mayor luz en el asunto, debe no obstante preocupar la atención de las autoridades para poder estu- diar con más precisión la relación de la causa y efecto en el régimen del río, y permitan con el tiempo el anuncio de las crecidas del río en el dique con anticipación de horas, para poder poner en juego los re- cursos que para el desagiie por galerías de limpia, descarga normal y vertederos libres, tienen que instalarse sin datos precisos que fijen sus dimensiones, exigiendo por un espíritu de precaución, muy ex- plicable en obras de este género, proporciones exageradas quizás y gastos mayores como primera é inmediata consecuencia de estas dudas. Pero la construcción del dique á que nos referíamos más adelante ha permitido establecer desde el 1” de enero de 1900, una serie de observaciones limnimétricas que facilitan el cálculo del gasto total del río con una aproximación suficiente. El plano de la página an- terior que ampliamos con los datos de otro trabajo, traducen gráfica- mente estos aforos, cuyo examen asegura el conocimiento del régimen del río á pesar del número limitado de años de observación, en forma mucho más precisa que por las consecuencias á que pueda llevar el análisis de los factores que lo caracterizan, deducidos del estudio de la cuenca imbrífera. En este gráfico se han representado los caudales medios diarios disponibles en litros por segundo, y en el de la página siguiente se han establecido términos medios mensuales, también en litros por segundo, que reproducimos aquí : CAIDAS TOTALES ANUALE IDA TOTAL DELSEME Mayo sosa EEE FTE pe ETT ¡E EE (3517 [oa [1014 > [EEE 1043. 8933 PES = NA [927.5 jaa a == [7305] E TEA Ta Febrero lares , ¡Abri! - aya === j o e osto E [oca o 4 Now em IDicte: 0000: == ROA En GASTO MEDIO ANUAL Litrox porzequndo AS Ñ tao EE MIM2ArdsmaAgI a — _ ____ _u>zA AA 2 ATAIMISIIA JATOTADIAD DEA JE pidimmidoW o) paolvuzs 6 AIATOA CIIATOT BLOADAO E JATOTACGIAD EME ES EE ear ne cibegsa sb sano! iy YI7E3NTIIMIZ IO, pos A e Y OTI > vacraa A ¿ORO TA SOLARI 1] dia HA 2 01% y 4 normal =D o 12 wión, S1JAU2u3M ZO103M 2OTZAD la GR 4 YA yy” UN mas JAUMA OSG3MOTZ2AD 1% > 5 ¿8 EST un dé pued y LU ona a 094 Y obnudse ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 267 CAUDALES MEDIOS MENSUALES MEDIDOS EN EL DIQUE SUMERGIBLE Meses 1900 1901 1902 1903 1904 ECO 6 789 16 608 20 600 50 876 55 369 Febrero ..... 20 145 20 521 31 425 33 421 39 832 MALO 19 837 25 914 44 598 20 826 38 502 pi 40 894 16931 25475 31 395 14 053 MENO olaaa 8 259 7 894 5719 13799 7 912 SU 5458 4 470 3311 13 477 6 352 JMMO +0 ..00. 4 058 2792 3483 4 449 5130 Agosto ...... 3386 2.393 2 706 3849 4 457 Septiembre .. 3240 2150 2.557 5 480 4 026 Octubre ..... 2415 3 228 2216 2419 4 886 Noviembre .. 4 365 3467 2559 7014 9 327 Diciembre... 103862 8230 32 674 46 214 27 807 El examen del cuadro y del gráfico que lo traduce, muestra que en el mes de noviembre empieza á producirse un aumento de caudal que se acentúa en diciembre y determina un período de abundantes aguas en los meses de enero, febrero, marzo y abril, para luego Ceclinar rápidamente en mayo y caracterizar una época de seca que llega á su período crítico en los meses de septiembre y octubre, y primera quin- cena de noviembre. Es decir, que queda perfectamente demostrado el régimen estival del río que presenta cuatro meses de aguas abundan- tes y ocho de menor caudal. Caleulando términos medios deducidos de los gastos diarios, obte- nemos respectivamente para los períodos de creces y magras, esto es, para el período de noviembre-abril, mayo-octubre, los siguientes gas- tos por segundo : Año Creces : 1. s. Creces : l. s OO O E MA 17 148 4 469 MO O a 15 867 3821 Md a 22 299 3322 MOD Ue 31 624 7 245 O A 30 815 5 460 Aplicando estos resultados al cálculo del caudal anual, conside- rando cada semestre de 15000000 de segundos, llegamos para los dos períodos respectivamente : 268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Año Creces : metros cúbicos Magra : metros cúbicos MO EIA lo 257 220 000 67 035 000 as tor ÓN 238 005 000 91 315 000 MO 334 485 000 49 980 000 MIDA NA el 474 360 000 108 675 000 O RS a 462 225 000 81 900 000 ó sean totales respectivos de 1766295000 y 364905000 metros cúbicos para 5 períodos, ó en media, 353 259 000 y 72 981 000 metros cúbicos para el de creces y magra, ó total anual medio de 426 240 000 ó6 400 000 000 de metros cúbicos en números redondos. Si entramos al examen más detenido del plano ó gráfico y tratamos de agrupar los días de aguas normales, esto es, aquellos cuyo gasto uni- tario se presenta en mayor número de días en el año, gasto que pode- mos fijar en 3000 litros por segundo, y por otra parte, los días de ave- nidas, repartiendo á su vez estas en ordinarias de 5 á 50 000 litros por segundo, y en extraordinarias de más de 50000 litros por segundo, podemos formular el adjunto cuadro en que el examen comparativo de los resultados produce la misma consecuencia á que conduce la inspección del cuadro gráfico de gastos medios diarios del río; se ob- servan para los cuatro meses de enero á abril, en 602 días de obser- vación, 44 con aguas normales y 558 con avenidas, ó sea un 7,3 por ciento de aguas mínimas y 92,7 por ciento de avenidas; en los dos meses de mayo y diciembre para 264 días observados, 45 de aguas normales y 219 de avenidas, esto es un 17,0 por ciento de los prime- ros y 33,0 por ciento de los segundos; y en los meses restantes, de junio á noviembre para 915 días observados en los cinco años de 1900 á 1905, 681 con aguas normales y 234 con avenidas, esto es un 715,9 por ciento y 24,2 por ciento respectivamente de unos y otros. El aumento de porcentaje de días con aguas normales (hasta 5000 litros) en los cinco períodos señalados, corresponde á una diminución en la de los días de avenidas, que no sólo se verifica para el conjunto, sino también independientemente para el número de crecidas ordina- rias y extraordinarias. Si para abreviar, consideramos el año dividido en dos períodos de noviembre á abril el lluvioso, y de mayo á octubre el seco, perfecta- mente caracterizados, y buscamos los gastos unitarios medios, dedu- ciéndolos de las observaciones indicadas más arriba, obtenemos para el primer período de noviembre á abril, un gasto medio de 23550 ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 269 litros por segundo ó sean 23,5 metros cúbicos por segundo; y para el segundo período de mayo á octubre, 4863 litros por segundo, ó sean 4,9 metros cúbicos por segundo. En cuanto á los mínimos absolutos, en el año de 1900 se han obser- vado: en febrero 7, con 1577 litros por segundo; y en noviembre 17, con 1605; el año 1901 : en septiembre 28, con 1878 litros por segun- do; en octubre 10, con 1575; el día 22, con 1434; en noviembre 23, con 1307; el día 26, con 1561; en el año 1902: en octubre 20, con 17536; y en noviembre 19, con 1452 litros por segundo. CUADRO DE REPARTICIÓN DE GASTOS Aguas normales Avenidas ordinarias Extraordinarias De 0 á 5000 litros De5á50 000 litros De más de 50 000 litros por segundo por segundo por segundo 00 20 11 0 | 10 e 2) 217 1 Enero... 1902.. 7 20 2 1903 0 24 7 1904 0 14 17 / 1900 9 16 2 1901 0 28 0 Febrero.... ¿ 1902. 0 24 4 1903. 0 24 4 1904: 0 21 8 1900... 5 24 2 | LOW 0 29 2 Marzo... 1902... 0 21 10 OI 0 31 0 1904... 0 25 6 1900.. 0 21 3 1901. 0 30 0 Ao 1902... 0 26 4 | 1903... 0 24 6 1904 .. 0 30 0 Totales 22.0... ed 478 s0 1900 0 31 0 1901. 0 31 0 Mago 1902 13 18 5 1903 0 31 0 1904. 0 31 0 Diciembre . > _ A Totales Junio Julio A hop O OS Se Rh. O Septiembre. Octubre ... A O —— Pp co S pun Noviembre. PARAS Totales 1900... OO 1902... 1. 1904... (OZ Ae 1 1904... OO 0 ADAL pde OO Z A OSI 1904... A e O OA OZ OSA 1904... Aguas normales De 0 á 5 000 litros por segundo 17 Ot N:D (NN 0) 00 UN 0 0% IN ES ES pl hh 0 -1 Avenidas ordinarias De 5 á450 000 litros por segundo 14 NN y» 000 O hb lo [=) 00 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Extraordinarias De más de 50 000 litros por segundo A [y pue ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN TAL RESUMEN Enero á Abril Mayo á Diciembre Junio á Noviembre A RS QA ZARZA AS a días porcentaje días porcentaje días porcentaje Aguas normales ... 44 7.3 45 0 681 75.8 Avenidas ordinarias 478 O 208 78.8 234 24.2 Extraordinarias ... s0 OS 11 4.2 0 0.0 602 100.0 264 100.0 915 100.0 Las avenidas mayores anotadas en las cinco estaciones observadas se han presentado el 30 de marzo con 287,5 metros cúbicos por se- egundo, y el 2 de abril con 248,5 metros cúbicos por segundo en el año 1900; el 21 de febrero con 192,9 metros cúbicos por segundo, el 2 de marzo con 175,7 metros cúbicos por segundo, el 29 de diciembre con 249 metros cúbicos por segundo, y el 30 de diciembre con 228,9 metros cúbicos por segundo en el año 1902; el 1” de enero con 265,5 metros cúbicos por segundo, el 2 de enero con 253,2 metros cúbicos por segundo, el 17 de enero con 128,8 metros cúbicos por segundo, el 18 de enero con 136,15 metros cúbicos por segundo, el 14 de febrero con 136,6 metros cúbicos por segundo en 1903 y el 5 de marzo con 115,5 metros cúbicos en 1904, no habiéndolos comparables en 1905. Para completar los factores hidráulicos más importantes del río, calcularemos el gasto medio anual ó módulo, tomando en cuenta todas las observaciones hechas hasta hoy, esto es comprendiendo los cinco años de 1900 á 1905; así obtenemos el caudal medio ó módulo de 14 206 litros por segundo. Así resulta el coeficiente de perennidad del río, de la relación del vasto medio de magra al módulo, esto es de 4,9 metros cúbicos á 14,2 metros cúbicos por segundo, dando un coeficiente de 0,345 que por sí solo bastaría para demostrar la conveniencia de un embalse, puesto que el régimen ideal ó á gasto constante. debía dar este coeficiente de uno. Si comparamos del mismo modo el gasto medio de estiaje con el de las avenidas, de 4,9 metros cúbicos por segundo al de 23,5 metros cúbicos por segundo, obtenemos una razón de 1:4,5 si la comparación se hace con el gasto máximo anotado en los años observados, esto es de 4,9 metros cúbicos por segundo á 257,5 metros cúbicos por segun- do, la razón viene de 1:58. De tal modo que variando de 1:4,5 á 1:59, tenemos numéricamente expresada la variabilidad del régimen del río. 272 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Estos resultados á que nos lleva el análisis de las observaciones directas hechas en el dique sumergible existente, aparte de ser mucho más precisas que las que nos permitiría deducir el estudio de las con- diciones especiales de la cuenca imbrífera del río, en manera alguna deben sorprendernos, pues ellas están perfectamente explicadas por aquéllas. Se ha manifestado que toda la cuenca es impermeable, pues el sub- suelo está formado de terrenos compactos y las sierras de donde bajan los afluentes, de rocas primitivas cubiertas de una capa de espesor variable de tierra vegetal ó materiales permeables, revestida de es- pesa y exuberante vegetación á cuya sombra se acrecienta constan- temente alimentada por los detritus vegetales que la cubren perió- dicamente en otoño, capa que sólo retarda la influencia que la caída de las primeras aguas meteóricas ejercería sobre el régimen del río. Así las lluvias de noviembre no ejercen influencia decisiva en el aumento del caudal del río, y recién las de diciembre que han comple- tado la saturación del depósito permeable que cubre el subsuelo, ini- cian los primeros aumentos de caudal y dan lugar á un estado de régimen intermedio, que se caracteriza por un arrastre abundante de limo ó tierras sueltas sorprendidas por las primeras aguas corrientes después de seis meses de seca, puesto que durante este tiempo las pocas lluvias que caen no producen influencia alguna en el régimen del río, renovando en forma incompleta la reserva de agua contenida en las tierras permeables. Vencida la influencia decisiva de la infiltración y compensada la evaporación activa que los fuertes calores de noviembre y diciembre producen, las aguas meteóricas han dominado las causas retardatri- ces que acentúan su influencia directa en el régimen del río, y libres ya se escurren rápidamente, alimentando los arroyos y ríos que for- man el Salí, cuyo régimen queda desde ese momento sujeto, durante los cuatro meses siguientes de enero á abril, á todas las irregularida- des del régimen de las lluvias. En mayo han cesado las grandes lluvias, pero el río entra en un período de régimen intermedio con una diminución lenta pero pro- gresiva de caudal, sin aumentos repentinos ó bruscos que explicaría la caída de una lluvia en alguna Zona de la cuenca, con aguas más claras y cristalinas que demuestran precisamente que sólo se trata del escurrimiento del exceso de agua que cubre y conserva la capa permeable á que hemos hecho referencia. Con el mes de junio entra el río en su época crítica, que se prolon- ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 273 ga hasta octubre, en que el régimen sufre pocas oscilaciones, siendo entonces las variaciones del caudal más bien debidas á los calores ó vientos que acentúan la evaporación, cuya influencia se hace decisiva cuando sopla el viento ardiente del norte que marca un descenso inme- diato y pasajero del caudal de agua. Las aguas del río, que no provienen del deshielo, pues en toda la cuenca no hay serranías que cubran las nieves, provienen directa- mente de las lluvias y como no hay lagos ni en el Salí ni en los afluen- tes que regularicen su desagiie, su régimen responde directamente al de éstas. Establecido el régimen de las lluvias en que hemos hallado muy caracterizado un período de verano y otro de invierno, esto es, uno lluvioso y otro de seca, el río presenta el carácter general de los ríos estivales. Pero es preciso hacer notar que durante los cuatro meses de creces, de enero á abril, no se presenta el régimen uniforme, sino que por el contrario dentro de ese período de crecida general, es posi- ble observar en un mismo día, dos, tres y á veces un mayor número de crecidas adicionales que vienen respectivamente á engrosar el cau- dal; estas crecientes que no se observan en el dique distribuidor sino en una forma muy irregular, provienen de lluvias locales en una ú otra de las cuencas de los afluentes del Salí, que á veces duran muy pocas horas, se distinguen en la coloración característica que á sus aguas dan las arcillas ó calcáreos atravesados, y en algunos casos se presentan independientes y en otros se acumulan una tras otra, de- mostrando que la lluvia ha sido general ó ha cubierto dos ó más cuen- cas, y emplean tiempos distintos en llegar al dique ó punto de obser- vación. Más aún, los conocedores de la región reconocen las avenidas de los distintos afluentes, no sólo por su coloración sino por la duración de las mismas; aun cuando el hecho no tiene mayor importancia par: nosotros, muestra toda la irregularidad del régimen del río, debida en este caso á la poca longitud de los afluentes y á la impermeabili- dad de los terrenos que cruzan, que no les permite reunir sus aguas anormales para atenuar los efectos aislados de cada uno de ellos y producir en cambio un curso más uniforme y constante antes de lle- gar al dique. Respecto á la influencia de cada uno de los afluentes en el régimen del río Salí no hay elementos suficientes para el análisis; hemos he- cho notar ya la falta de observaciones pluviométricas en toda la zona y aquí podemos hacer notar que lo mismo ocurre en observaciones AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXITI. 18 274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA directas del caudal de sus aguas. No obstante parece desprenderse de datos recogidos con mucho cuidado, que la cantidad de agua res- ponde con bastante exactitud á la diferencia de extensión de las zonas que corresponden á cada afluente y que hemos indicado antes, de tal modo que el fenómeno explicaría una regularidad sensible en la natu- raleza de los terrenos que la inspección ocular confirma por otra parte é igualmente en la caída de agua, imposible de apreciar sin estacio- nes meteorológicas y un largo período de observaciones serias. El conocimiento del régimen del río Salí en la parte de su curso en que debe servir á la zona que hemos descripto antes, permite juz- gar ahora con más precisión las dificultades que debía presentar su distribución equitativa, máxime no habiendo autoridad pública ú oficial encargada de fiscalizarla, dejándose á la iniciativa privada la construcción de las obras y al capricho de sus dueños el reparto de las aguas que sin control ni medida mandaban echar á sus acequias. Fácil es explicarse ahora que hay datos numéricos, con caudales mínimos de 1500 litros por segundo para todo el río, la suma de in- convenientes que debían surgir para servir simultáneamente más de 25000 hectáreas de tierras, repartidas entre unos cuantos grandes propietarios que habían podido hacer frente á los gastos que repre- senta la construcción de una acequia, concediendo á los propietarios vecinos ad libitum y bajo condiciones á veces gravosísimas, permiso o ko) A a para usar de un poco de agua, ellos que sólo lo tenían en general en términos ambiguos é indefinidos para abrir acequias desde el río sin fijar directa ó indirectamente el eaudal que les correspondía derivar del total del río. Agréguese que ese caudal debía servir un departa- mento como el de Cruz Alta en que no hay aguas de otro origen y en que el riego es condición de vida para cualquier cultivo ó industria, é indispensable para el trabajo de fábricas y establecimientos costo- sos que se habían venido levantando poco á poco, fomentados preci- samente en épocas en que las necesidades no eran tan apremiantes por ser más reducido el número de interesados en el agua. El problema palpable para estos, no podía ser otro que el de mejo- rar la distribución de las aguas y adoptar providencias que asegura- ran la derivación íntegra del caudal del río y su aprovechamiento completo en forma equitativa, sin preocuparse de saber ó averiguar si aquel caudal respondía ó no en todo tiempo á las necesidades de los interesados. Más aún, había completa anarquía de opiniones al respecto ; los primeros establecidos, más próximos al río, con tomas ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 275 ó acequias mejor situadas ó con amigos en la corte, no entendían las ventajas de la reforma: allá, para el porvenir, se daban cuenta que sus abusos tendrían su límite ó su término. En todas las provincias argentinas en que se utilizan las aguas de los ríos para el riego, pueden observarse aún hoy todos los inconve- nientes que surgen de esa completa autonomía de que han gozado los particulares en su aprovechamiento, amparados por una falta abso- luta de legislación general ó reglamentaria y de autoridades especia- les encargadas de su fiel y extricta aplicación. Se han enumerado en múltiples ocasiones estos inconvenientes, en- tre los cuales pueden citarse como principales : 1” Exagerado gasto de construcción : la falta de espíritu de asocia- ción hacía que cada propietario costeara su propio cauce, recorriendo á veces distancias enormes, siguiendo un trazado quizás erróneo, cruzando propiedades ajenas cuyos dueños imponían gravámenes ó condiciones absurdas, negando muchas veces el paso, construyendo puentes y obras numerosas, etc., de tal modo que solo pocos, aque- llos de mayor suma de recursos, se decidían á efectuar tales gastos. En cambio si se hubieran aunado esfuerzos, en vez de varios cauces paralelos como se encuentran aún hoy, hubieran construído uno solo más ancho y comunero en toda la parte utilizable por todos, ahorran- do buenas sumas de dinero. 2% Conservación difícil y costosa, no sólo de las tomas en los ríos sino del mismo cauce de la acequia en toda su extensión. Puesto que en las barrancas sólo algunos puntos se prestan para el estableci- miento de tomas seguras, allí se agrupaban las de varios propietarios que en momentos determinados se veían obligados á sostener allí un ejército permanente, día y noche, encargado de defender con las ar- mas en la mano, los bordes de ramas y piedras establecidos sin con- trol ni criterio, para derivar aguas del caudal principal y que muchas veces se alejaban más bien por la forma inconsulta de su ejecu- ción. En todo el trayecto la conservación era necesaria para evitar los descwidos de los vecinos que interrumpían el curso de las aguas en provecho propio, ó que hacían desaparecer los bordes divisorios entre acequias paralelas. 3 Servidumbres molestas establecidas en las propiedades superio- res que no sólo perdían grandes áreas de tierras con el mismo cauce por el depósito de los materiales provenientes de las limpiezas con- tinuas sino que veían sus fundos divididos materialmente, no sólo por 276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la profundidad y proporción que adquirían sus cauces mal trazados, con pendientes enormes, sin taludes, etc., que impedían el paso de haciendas y aún de carros para la extracción de productos y demás faenas agrícolas, sino por los cercos vivos cuyo crecimiento fomenta- ban los mismos dueños de cauce para hacer más fáciles los descuidos á que nos referíamos. 4” Oruce de caminos siempre molestos para el dueño de la acequia porque importaba la construcción y conservación permanente de puentes numerosos, y más aún para el tráfico público puesto que en- contraba próximas las acequias y generalmente á niveles distintos : la combinación de puentes, pendientes y rampas hacía difícil, moles- to y peligroso el tráfico público. 5 Pérdidas de agua en el río, inevitables desde que para hacer- la llegar á las distintas tomas era indispensable dejarlas correr por la playa, generalmente formada por materiales muy permeables y en que la falta de vegetación hacía particularmente sensible la acción de las irradiaciones solares. 6* Pérdidas por infiltración y evaporación en todo el recorrido de la acequia puesto que la superficie que moja el agua, lo mismo que la que se expone á la acción de la temperatura aumenta con el recorri- do de la acequia y el número de éstas. 7” Pérdidas por derrames, no sólo en las acequias sino en la misma propiedad á que sirven, desde que la vigilancia permanente nunca pue- de evitarlas en absoluto, ni tampoco puede pretenderse que el regante mande cortar ó disminuir el caudal de agua de su acequia regulándolo con sus necesidades, dejando entonces que el exceso de agua se pierda en su propio terreno ó haciéndolo pasar al del vecino cuando no prefiere servirse de un camino público para asegurar su de- sagie. 8” Malestar higiénico en la región de acequias y riegos, debido á la formación de pantanos y ciénagas, favorables al desarrollo de mos- quitos considerados hoy como principales intermediarios para la transmisión de gérmenes palúdicos. 9” Distribución equitativa imposible en las tomas puesto que no es posible construir obras que aseguren en forma permanente la de- rivación de agua para cada acequia y menos aún para su medición, sin exponerlas á destrucciones totales ó parciales periódicas en el momento de las crecidas del río, exigiendo su construcción, cada vez, la interrupción de la provisión del agua al cauce por tiempo más ó menos largo. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 217 10% Pérdidas de tierras en que se echan los desagiies ó sobrantes de agua, que contribuyen á la larga á transformarlos en ciénagas, produciendo antes ese estado del terreno revenido en que cualquier causa de aumento en las infiltraciones hace surgir naturalmente aguas abundantes y originando en otros lo que llaman vulgarmente tembladerales, esto es depósitos de fango, barro, ete. Inconvenientes propios á la imposibilidad de combinar desagiies generales como con- secuencia inmediata de la misma falta de espíritu de asociación que preside en la construcción de canales. 11” Monopolio del riego en pocas manos, esto es en la repartición de bienes públicos como las aguas de los ríos y arroyos que no per- tenecen al dominio privado, y como resultado del costo que represen- tan todas las circunstancias apuntadas y 12% Imposibilidad del riego de la pequeña propiedad, dificultad de- rivada de la anterior, desde que el pequeño agricultor no puede encontrarse seguro para el uso del agua en el momento necesario por no tener cauce propio y depender exclusivamente de la voluntad del propietario de la acequia vecina que le permite su uso, ó le vende el agua mediante transacciones más ó menos gravosas, para el propie- tario pequeño, reducido á una dependencia forzosa de la que no le es posible desentenderse desde que el riego de su tierra es indispen- sable. Varias otras consideraciones de orden económico, moral y hasta social podrían agregarse pero nos remitimos al folleto ya citado so- bre política de la ley de riego en Tucumán, donde hemos desarrollado más ampliamente el tema. Como se ve eon esta breve exposición la ley de riego era necesaria é imprescindible, reclamada por necesidades urgentes de la agricul- tura é industria, principalmente para aquellas zonas como la que nos ocupa, en que no obstante la relativa ausencia de aguas públicas se habían fomentado centros agrícolas é industriales de importan - cla. Simultáneamente surgió la necesidad de ejecutar obras que per- mitieran mejorar las condiciones de la distribución del agua en la época, es decir de afrontar la solución del problema de más inmediata necesidad. Así se explica que en 1895 se recomendara el estudio del río Salí «áfin de comprobar si era ó no posible construir un canal colector que, levantando el agua del río en las Juntas, permitiera proveer de ella á las necesidades de todas las fábricas de Oruz Alta, utilizándose el gran caudal que se pierde por evaporación y absot- 278 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ción en el largo trayecto que recorre el agua sobre una ancha playa arenosa, ó por los derrames de las acequias ». El problema era concreto : no se trataba realmente de un proyecto completo de obras de irrigación para la zona sino simplemente de asegurar una equitativa distribución de las aguas evitando los diver- sos inconvenientes apuntados cuyas consecuencias producían deplora- bles efectos entre los interesados en el aprovechamiento de las aguas. Era el mismo asunto cuya importancia se vislumbraba veinte años antes promoviéndose con tal motivo el envío de un ingeniero por parte del gobierno nacional en 1880, que llegó á formular un proyec- to que tuvo su principio de ejecución en el canal de San Miguel ó 'anal del este (1), abandonado más tarde sin haber servido y tras la pérdida de sumas importantes de dinero; y que próximamente diez años después volvió á estudiarse en una forma más científica com- prendiendo no sólo el establecimiento de una red de canales para el departamento de Cruz Alta, sino el embalse de aguas, aunque en 'antidad muy reducida. Estas dos tentativas presentan caracteres análogos que permiten juzgar de las necesidades de la época ó por lo menos de los propósi- tos que se perseguían al ordenar su estudio. El primero se encaró bajo la base de proveer de agua á los campos del sur y sudeste del departamento de Burruyacu, llamados de los Pereyra, Godoy, Pérez, Tala Pozo y Tres Pozos, y por lo tanto todos los terrenos más altos del norte del departamento de Cruz Alta á que no podían alcanzar las aguas derivadas al pie de las barrancas de la Aguadita, poco más arriba de las Juntas ó confluencia del río de la Calera con el Salí. En este concepto la toma se aseguraba en un dique que se llamó de represa entonces y que en realidad no era otro que distribuidor ó derivador en el sentido estricto de la palabra, situado en la barranca del Cóndor, pocos metros más abajo del Cajón del Cadillal; el canal se trazaba en las faldas de aquellas altas barrancas de la izquierda de que hablamos antes y que acompañan el curso del río hasta la Aguadita misma, internándose en el paso del Algarrobo mediante numerosas galerías, acueductos y obras de arte costosas, que permi- tían salvar las divisorias entre los arroyos de las Salinas, Timbó (1) Mal estudiado, peor dirigido durante su construcción, grave error y fra- caso de la época, patrocinado por el gobernador, Miguel M. Nougues, antecesor del actual del mismo apellido y familia. ZONAS DE REGADÍO EN TUCUMÁN 279 Viejo, Timbó Nuevo y Calera, y las depresiones que estos mismos presentan. Abandonadas antes de terminarse estas obras, fueron destruídas en gran parte y cuando en 1889 se volvió á estudiar un plan de irri- gación para Cruz Alta, la preocupación principal fué buscar siempre una solución para el riego de los terrenos más altos del departamento de Cruz Alta y los del sud de Burruyacu. En tal sentido se proyectó una represa en el Timbó pero de capacidad muy reducida, que posi- blemente se llenaba con aquel fracasado canal San Miguel, y que por sus reducidas proporciones no alcanzaría á asegurar el riego sino de muy escasas tierras. Á estos ensayos oficiales hay que agregar otros particulares que han sido otros tantos desastres imputables únicamente á la clase de individuos en quienes se confiaban los agricultores ávidos de asegu- rar agua abundante para sus plantaciones é industrias, pero en las cuales también se nota una marcada tendencia á proporcionar agua á los terrenos más altos de Cruz Alta. Es este un carácter general á todas las tentativas anteriores á la ley de riego y que muy bien po- drían responder al propósito explicable de situar las tomas más arriba que todas las existentes, inclusive la de la margen derecha que daba el agua para el departamento de la capital y cuya toma se encontraba en el Duraznito á 9 kilómetros más arriba de las Juntas. Dadas las opiniones predominantes en la época es explicable que la solución de los grandes problemas de la irrigación se encararan como simples cuestiones de distribución de aguas, imponiendo oficial- mente, como lo hemos recordado antes, los caracteres precisos que debían darse á los estudios técnicos ordenados más tarde en 1895, siguiendo probablemente las opiniones técnicas del ingeniero O. Ci- polletti que había sido llamado para estudiar el tema y que había propuesto soluciones análogas para los ríos de Mendoza y San Juan en las provincias del mismo nombre: es decir limitarse á derivar en todo momento el caudal del río, cualquiera que sea éste, y mejorar su distribución pero sin preocuparse de asegurar para la red de ca- nales un caudal de agua más uniforme y permanente que haga las obras realmente útiles en el sentido estricto de la palabra. CATÁLOGO SISTEMÁTICO DE LA AVIFAUNA RIOJANA POR EUGENIO GIACOMELLI Doctor en ciencias naturales Este catálogo no es en todo rigor general para la provincia de la Rioja. Por avifauna riojana he querido comprender la de la ciudad de la Rioja hasta un radio generalmente de dos leguas, radio variable que en ciertos casos he tenido forzosamente que ampliar. Esta obra es pues la base para un futuro catálogo de aves de toda la provincia: Para compilarlo, he tomado por modelo la Enumeración sistemática de las aves de Tucumán, que mi distinguido amigo y colega el doctor M. Lillo ha publicado con una competencia y prolijidad ejemplar. Tam- bién me he basado en un catálogo anterior compilado por el señor A. Carreras que ha sido publicado en la obra El italiani nel distretto consolare di Córdoba (República Argentina) con el título: Elenco di animali raccolti e preparati dal naturalista A. Carreras nella provincia della Rioja, y por medio del doctor Lillo, he podido verificar lo mejor posible todas mis determinaciones sistemáticas y he obtenido de él la clasificación de muchas especies, que yo no podía determinar por es- casez bibliográfica. Por este motivo, entiendo expresar aquí á mi exce- lente amigo y honorable colega el más sincero agradecimiento, que hago extensivo á los señores A. Carreras, P. Serié, E. Lynch Arri- bálzaga, coronel Fontana, y otros que directa indirectamente han contribuído á hacer acelerar la publicación de este trabajo. Esta obrita comprende 224 especies, pero en el convencimiento de la riqueza de esta provincia, propóngome en algunos años más publi- car una segunda edición más completa y posiblemente general para la provincia entera. La Rioja, mayo de 1907. CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 281 Orden Il. PASSERIFORMES Suborden I. OSCINES Fam. Turdidae 1. Merula leucomelas Vieill. Nombre vulgar: zorzal de pecho blanco; zorzala. Muy común. 2. Semimerula fuscatra (D'Orb. et Lafr.). Nombre vulgar : zorzal. Comunísimo. Fam. Timelidae 3. Mimus patagonicus (D”Orb. et Lafr.). Común en la capital durante el invierno. Nombre vulgar : calandria. 4. Mimus modulator (Gould). Nombre vulgar : calandria. Capital en invierno (según Carreras). Fam. Muscicapidae 5. Polioptila dumicota (Vieill.). Común en invierno en el llano. En verano sólo la ví en la sierra. Fam. Troglodytidae 6. Troglodytes musculus Naum. Nombre vulgar : carrasquita ó rucha. Muy común. Fam. Motacillidae 7. Anthus furcatus Lafr. et D'Orb. Común en los alfalfares en ciertas épocas del año. Fam. Mmniotiltidae S. Parula pitiayumi (Vieill.). Común pero nunca NUMEroso. 282 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 9. Geothlypis velata (Vieill.). Común en primavera en la Capital. 10. Basileuterus auwricapillus (Swains.). He cazado un ejemplar en primavera en el Saladillo (S00 me- tros sobre el nivel del mar más ó menos). 11. Setophaga brunneiceps D'Orb. Muy común sobre todo en el invierno. En el verano, lo ví en la sierra. Pam. Vireonidae 12. Vireosylvia chivi (Vieill.). : Común pero no abundante, tanto en la llanura como en sierra. 13. Oyehloris altirostris (Salv.). Rioja (Saladillo ?), según Carreras. No común. 14. Oyehloris viridis Vieill. Cazado en la Capital en primavera. No es raro. Fam. Hirundinidae 15. Progne furcata Baird. Nombre vulgar: golondrina. Muy común. 16. Progne tapera (L.). Muy poco común. Cazada por el señor Carreras. 17. Progne chalybea (Gan.). Rioja; según Carreras. 18. Atticora cyanoleuca (Vieill.). Común en la sierra y en la llanura. 19. Atticora fucata (Temm.). Muy común en la llanura. Fam. Tanagridae 20. Euphonia chlorotica (L.). Nombre vulgar: chingolito de la liga. Común en invierno la Capital. la en CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 283 21. Tanagra bonariensis (Gm.). Nombre vulgar : pecho amarillo ó naranjero. Comunísimo en todas partes. 22. Pyranga flava Vieill. Nombre vulgar : toica ó fueguero. No es muy común. 23. Saltator awrantirostris (Vieill.). Comunísimo siempre en todas partes. Nombre vulgar: pepitero, gente-veo. Fam. Fringillidae 24. Pheucticus aureiventris (D'Orb. et Lafr.). Nombre vulgar: rey del bosque. Común en la región serrana, pero no muy abundante. Muy estimado por su canto. 25. Guiraca cyanea (L.) Selat. Muy común en el cerro y en la llanura. 26. Spermophila melanocephala (Vieill.). En invierno en la capital y alrededores. 27. Spermophila analis (D'Orb.). Común en primavera y verano. 28. Spermophila coerulescens (Bonn. et Vieill.). Nombre vulgar : corbatita. Común en verano. 29. Ohrysomitris icterica (Licht.) Nombre vulgar : jilguero. Extremadamente común. 30. Sycalis Pelzelmi Selat. Comunísimo en todas partes. Nombre vulgar: mixto ó paja- rillita. 31. Brachyspiza capensis (P. L. S. Miller). Nombre vulgar : chuschín, afrechero. Extremadamente común. 32. Poospiza ornata «< Landb » Selat. et Salv. Capital en invierno. 33. Poospiza torquata (D'Orb. et Laft.). Idem del anterior. 284 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 34. Poospiza melanoleuca (D'"Orb. et Lafr.). Capital, en las huertas, durante el invierno. 35. Saltatricula multicolor (Burm.). Común en la llanura. También la ví en el cerro. 36. Embernagra olivascens (D”Orb. et Latfr.). Cacé algunos ejemplares en el Bañado del Minero á dos leguas al SE. de la Capital. Nada común. 37. Phrygilus carbonarius (D'Orb. et Latfr.). Cazado no lejos de la Capital por Carreras. No es muy común. 38. Diuca minor (Bp.). Extremadamente numeroso en el invierno en las represas de agua. He cazado hasta veinte individuos de un solo tiro. 39. Coryphospingus cristatus (Gm.). Capital; no muy común. Nombre vulgar : morterito. 40. Lophospingus pusillus Burm. Frecuente en el invierno en las represas. 41. Paroaria cucullata (Lath.). Nombre vulgar : cardenal. Japital; común pero no abundante. Fam. leteridae 42. Molothrus bonariensis (Gm.). Nombre vulgar: tordo. Comunísimo y numeroso en todas partes. 43. Molothrus brevirostris (D"Orb. et Latfr.). Como el anterior aunque menos común. 44. Molothrus badius (Vieill.). Comunísimo y abundante. 45. Agelaeus thilius (Mol.). Fué cazada en el « Pozo de Avila » por el señor Carreras. Muy escaso. CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 285 46. Agelaeus flavus (Gm.). Rioja, según Carreras. 47. Leistes superciliaris (Bp.). Cazado por el señor Carreras en la «Chacra de la Merced». Raro en la Rioja. 48. Trupialis Defilippi Bp. Como el anterior. 49. Icterus pyrrhopterus (Vieill.). Común en la primavera en la Capital y alrededores. Fam. Corvidae 50. Oyanocorax chrysops (Wieill.). Nombre vulgar : urraca tucumana. Un ejemplar, quizá emigrado del Norte? fué encontrado por mí en mi casa en el centro casi de la capital. Fué enviado al Museo de Florencia por el señor Carreras. Jamás ha sido vista después, Ese ejemplar tenía su plumaje en perfecto estado lo que proba- blemente indica no haberse escapado de alguna jaula. Mi opinión es que fuera salvaje pero no podría positivamente asegurarlo. Suborden Il. OLIGOMYODAE Fam. Tyrannidae 51. Agriornis striata Gould. Capital, etc. Frecuente. 52. Taemioptera coronata (Vieill.). Común en el invierno en las fincas de los alrededores de la Capital. 53. Taenioptera irupero (Vieill.). Nombre vulgar: padrecito, domínico. Comunísimo en todas partes. 54. Taenioptera murina (D'Orb. et Lafr.). Como la anterior especie. 55. Ochthoeca leucophrys (D'Orb. et Lafr). Alrededores de Chilecito, según J. Kowslowsky. 286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA - 56. Fluvicola albiventris (Spix). Capital. Rara. 57. Sisopygis icteroplwys (Vieill.). Chilecito, según Kowslowsky. 58. Onipolegus anthracinus (Heine). No es raro, aunque nunca abundante en los alrededores de la Capital. 539. Onipolegus cinereus (Sel.). Frecuente en la región serrana: Saladillo, etc. 60. Lichenops perspicillata (Gam.). En los pozos, represas y Chacras. No abunda. 61. Muscisaxiola maculirostris D”Orb. et Lafr. Fincas del lado sud. No común. 62. Muscisaxiola rufivertex (Sclat. et Huds.). Capital, según Carreras. 63. Oentrites niger (Bodd.). Común en invierno en las represas. 64. Machetornis rixosa (Vieill.). Chilecito, según Kowslowsky. 65. Phylloscartes ventralis (Temm.). Rioja, según Carreras. 66. Hapalocereus sp ? Rioja, según Carreras. 67. Stigmatura flavo-cinerea (Burm.). Rioja, etc. Muy común. 68. Serpophaga subcristata (Vieill.). Común en todas partes. 69. Anaeretes parulus (Kittl.). Rioja, según Carreras. 70. Anaeretes favirostris Selat. et Salv. Rioja. Bastante común. CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 287 11. Leptopoyon tristis (Sclat. et Salv.). Rioja, según Carreras. 72. ? Ornitivion obsoletum (Temm.). Rioja. Raro. 13. Elainea albiceps (D'Orb. et Lafr.). Nombre vulgar: culo-gordo. Sumamente común en todas partes sobre todo en primavera. 74. Empidagra suiriri (Vieill.). Un ejemplar fué cazado por mí en una finca del lado sud No lo he visto después. 15. Pitangus bolivianus (Latr.). Nombre vulgar : tistijueles Ó gente veo. Comunísimo en todas partes. ” (6. Myodinastes solitarims (Vieill.). Común en primavera y verano, sobre todo en la sierra. 17. Hirundinea bellicosa (Vieill.). Común en las iglesias, campanarios, ete., y en Sanagasta en los peñascos graníticos. 138. Myobius naevius (Bodd.). En la Capital, en primavera. 19. Pyrocephalus rubineus (Bodd.). No es raro en invierno junto á las represas. S0. Empidonax bimaculatus Lafr. et D'Orb. Rioja, según Carreras. 81. Myarchus tyranmulus (P. L. S. Muller). Rioja. Cazado por Carreras. 82. Myarchus ferox (Gm.) Cab. Rioja, según Carreras. 83. Empidonomus varius (Vieill.). Saladillo. No común. 84. Empidonomus awrantio-atro-cristatus (D"Orb. et Lafr.). Nombre vulgar : burlisto. 288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 85. Tyrannus melancholicus Vieill. Nombre vulgar : burlisto grande. Común en todas partes en verano. S6. Muscivora tyranmus (Linn.). Nombre vulgar : tijerilla. Común en verano y primavera. Fam. Cotingidae S7. Platypsaris audax (Cab.). Cazado por mí en Santa Cruz cerca del Saladillo, donde parece ser escaso. Fam. Phytotomidae Ss. Phytotoma rutila Vieill. Nombre vulgar : quéo. Vulgarísimo. Suborden 111. TRACHEOPHONAE Fam. Dendrocolaptidae 59. Geositta cumicularia (Vieill.). Común en las cercanías de la Capital. 90. Furnarius rufus (Gam.). Nombre vulgar: hornero ó casero. Comunísimo. 91. Furnarius cristatus Burm. En los arroyos secos y pedregosos. Bastante raro. 92. Upucerthia dumetoria (Geoff. et DOrb. Comunísimo en las fincas de los alrededores de la Capital. 93. Upucertina luscinia (Burm.). Común aunque menos frecuente que la clase anterior. 94. Cinclodes fuscus (Vieill.). Comunísimo en las represas durante el invierno. 95. Phloeocryptes melanops (Vieill.). Rioja, según Carreras. CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 289 96. Leptasthenwra aegitaloides (Kittl.). Como la anterior. 97. Leptasthenura platensis Reichenb. La obtuve en la Rioja. 98. Leptasthenura fuliginiceps (Latr. et D"Orb.). Saladillo, en la región serrana. 99. Synallaxis frontalis Pelz. En parajes boscosos y serranos. 100. Synallaxis albescens Temm. Común en los cercos. 101. Siptornis modesta (Sclat. et Salv.). Rioja, según Carreras. 102. Siptornis striaticeps (Latr. et D'Orb.) (1). Saladillo. No común. 103. Siptornis sordida Less. Rioja, según Carreras. 104. Siptornis pallida (Max... Rara en los cerros cerca de Chilecito (Kowslowsky). 105. Siptormis D*Orbignii (Reichb.). Chilecito, según Kowslowsky. 106. Coryplistera alaudina Burm. Nombre vulgar : collita. Comunísimo. 107. Pseudosizura gutturalis (D'Orb. et Latfr.). Chilecito, según Kowslowsky. (No abundante.) 108. Pseudosizura lophotes Bp. Nombre vulgar : colla. Comunísimo en todas partes. 109. Picolaptes angustirostris (Vieill.). No es raro en la llanura. Nombre vulgar (muy impropio): carpintero. (1) Todos los pajaritos del género Synallaxis, Siptornis, Leptasthenura, etc., son llamados vulgarmente en la Rioja con el nombre « arañeros » y «come-arañas ». AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXIII. 19 290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 110. Drymornis Bridges: (Eyton) (1). Como el anterior. Fam. Pteroptochidae 111. Rhinocrypta lanceolata (Geoff. et D”Orb.). Nombre vulgar: mujer del zorro, gallito. Algo común. Orden 1. PICIFORMES Fam. Buecconidae 112. Bucco striatipectus Sclat. Nombre vulgar: carpintero, rey de los pajaritos (erróneamen- te). Común. Fam. Picidae Nombre vulgar: carpinteros 113. Chrysoptilus eristatus (Vieill.). Nombre vulgar: carpintero grande. Común en el cerro y en la llanura. 114. Melanerpes candidus (Otto). Nombre vulgar : tirro. En los departamentos del sur de la pro- vincia. Oreo que no es común. 115. Melanerpes cactorum (Lafr. et D*Orb.). Comunísimo en todas partes. 116. Dendrocopus mixtus (Bodd.). Comunísimo en verano. 117. Campophilus leucopogon (Valenc.). En la sierra. No es abundante. 118. Picumnus minutus (L.). Saladillo, en la sierra. Muy raro. Fué cazado por el señor Carreras. (1) Se ha encontrado en la Rioja un ejemplar que parece pertenecer al género Henicornis; no fué posible especificarlo. CATÁLOGO DE La AVIFAUNA RIOJANA 291 Orden III. SCANSORES Falta este orden en la Rioja; lo apunto por no alterar el orden de este trabajo que está modelado sobre el del doctor Lillo, ya citado en la introducción. Orden IV. COCOYGES Fam. Cuculidae 119. Diplopterus naevius (Linn.). Nombre vulgar: crespín. Común en verano. Muy difícil de cazar. Parece ser ave de paso. Le llaman también «rey de las brevas » porque se nota su llegada en la época en que madura esa fruta. Es conocídisima la extraña leyenda que existe sobre ese pájaro. Su grito monótono y triste se hace oir también du- rante la noche. 120. Crotophaga ani (Linn.). El señor Carreras obtuvo un ejemplar de esta especie, rarísi- ma en la Rioja. 121. Guira guira (Gm... Nombre vulgar : urraca, quililo. Extremadamente abundante en el llano. 122. Coceyzus melanocoryphus (Vieill.). Nombre vulgar: ahogado (por su grito ronco). Comunísimo en el cerro, menos común en la llanura. 123. Coceyzus americanas (Linn.). Nombre vulgar : ahogado. Saladillo. No común. 124. Coccyzus cinereus (Vieill.). Como el anterior. Orden V. CORACIIFORMES Fam. Trochilidae 125. Patagona gigas (Vieill.). Rioja, Saladillo y Sanagasta. Raro. 292 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 126. Leucippus chionogaster (Ysch.). Nombre vulgar: picaflor de pecho blanco. Común. 27. Chlorostilbon aureiventris (D'Orb. et Lafr.). Nombre vulgar : tumihico. Comunísimo. 128. Oreotrochilus leucopleurus Gould. Alrededores de Chilecito, según Kowslowsky. 129. Lesbia sparganura (Schaw.). Bp. Nombre vulgar: picatlor de cola larga. Común en invierno en la Capital. 130. Heliomaster furcifer (Schaw). Elliot. En el cerro y en la llanura. Común. Fam. Cypselidae 131. Chaetura zonaris (Schaw). Nombre vulgar: golondrina collareja. Arisca, pero frecuente. 132. Oypselus andicola (Lafr. et D'Orb.). Nombre vulgar: golondrina de alas largas. Común. Fam. Caprimulgidae 133. Hydropsalis furcifera (Vieill.). Nombre vulgar : ataja-caminos. Común en todas partes. 134. Sienopsis bifasciata (Cassi). Rioja y cercanías. Mucho más raro. 135. Caprimulgus parvulus Gould. Como el anterior. Fam. Alcedinidae 136. Ceryle torquata (Linn.). Nombre vulgar: carpintero del agua. Un ejemplar de la colec- ción Carreras fué cazado por el señor T. Recloux en una quebra- da del Velazco; en la provincia de la Rioja, parece ser muy raro 137. ? Ceryle amazona (Lath.). Colección Carreras. Raro. CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 293 138. Oeryle americana (Gan.). Obtuve un ejemplar procedente de la finca del ingeniero P. Bazán. No es común. Orden VI. PSITTACIFORMES Fam. Psittacidae 139. Conurus acuticaudatus (Vieill.). Nombre vulgar : calacate. Comunísimo en todas partes, en la sierra y en el llano. 140. Conurus mitratus Tsch. Nombre vulgar: loro barranquero. Abundantísimo en Sana- gasta, etc. Se encuentra también en el llano. 141. Cyanolyseus patagonus (Vieill.). Nombre vulgar : cata. Comunísima y abundantísima. 142. Bolborhynehus aymara (D'Orb.). Nombre vulgar : catita serrana. Es de la sierra, pero en invier- no baja á la llanura. Común. 143. Amazona aestiva (Linn.). Nombre vulgar : loro de Castilla, loro hablador. No es raro en el invierno. Parece emigrar del norte. Orden VI. STRIGIFORMES Fam. Strigidae 144. Strix perlata Licht. Nombre vulgar: col-col. Muy común en los techos y campana- rios, conventos, etc. Fam. Bubonidae 145. Asio accipitrinus (Pall.). Nombre vulgar: col-col grande. Se encuentra aunque no fre- cuentemente en las chacras. 146. Syrmium rufipes (King.). Cazado por Carreras. Raro. 294 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 147. Seops brasilianus (Gan.). Cochangasta y Pozo de Almonacid, cerca de la Capital. No común. 1458. Speotyto cunicularia (Mol.). Nombre vulgar : lechuza. Común en toda la llanura. En escla- vitud es muy mansa y domesticable. 149. Glaucidium nanum (King.). Nombre vulgar: rey de los pajaritos. Frecuente. Orden VIM. ACCIPITRIFORMES 150. Polyborus tharus (Mol.). Nombre vulgar: carancho. Comunísimo en todas partes. 151. Milvago chimango (Vieill.). Nombre vulgar: chimango. Común. 152. Circus cinerews (Vieill.). Cazado por el señor Carreras. Oreo que no es común. 153. Geranospizias gracilis (Temm.). Nombre vulgar: halcón lagunero. Cacé un ejemplar en el ba- nado de don Raimundo Pérez. Lo creo raro. 154. Parabuteo unicintus (Temm.). Nombre vulgar : halcón, gavilán. Comunísimo. 155. Buteo erythronotus (King.). Cazado por Carreras. 156. Buteo Swainsom (Bp.). Cazado por Carreras en la Chacra de la Merced. 157. Buteo albicaudatus (Vieill.). Alrededores de Chilecito (Kowslowsky). Escaso. 158. Accipiter erythrocnemis Gray. Saladillo, en la sierra, etc. 159. Accipiter guttatus (Vieill.). Cazado por Carreras en la aguada de Santa Cruz, cerca del Saladillo. No común. CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 295 160. Accipiter chilensis (Pr. et Lud.). Cazado por mí en « La Barrera». Pasó á la colección Carre- ras. Raro. 161. Geranoaétus melanoleucus (Vieill.). Nombre vulgar : águila, aguilucho. Común. 162. Rupornis Pucheram (J. et E. Verr.). Cazada por Carreras cerca de la Capital. Rara. 163. Harpyhaliaetus coronatus (Vieill.). Cazado una vez por Carreras, más allá del río Seco. Probable- mente rara en la Rioja. 164. Elanus leucurus (Vieill.). Nombre vulgar: halcón blanco. No es raro. 165. Spiziapteryx circumcinctus (Kaup.). Nombre vulgar: halconcito. Comunísimo. 166. Falco peregrinus (Tunst.). Cazado por Carreras. En la Rioja es raro. Como es sabido es especie casi cosmopolita. 167. Falco fusco-coerulescens Vieill. Nombre vulgar: halcón. Comunísimo. 168. Cerchneis cinnamomina (Swalns.). Nombre vulgar: halconcito. Muy vulgar. Orden IX. CATHARTIDIFORMES Fam. Cathartidae 169. Sarcorhamphus gryphus (Linn.). Nombre vulgar: cóndor. Raro ó por lo menos difícil de cazar. 170. Cathartes aura (Linn.). Nombre vulgar: paja-paja. Común. 171. Catharistes wrubu (Vieill.). Nombre vulgar : jote. Menos común. 296 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Orden X. PELECANIFORMES Fam. Phalacrocoracidae 172. Phalacrocorax vigua (Vieill.). Nombre vulgar : chumuco ó chumusco. Común después de las lluvias, especialmente en primavera. Orden XI. ANSERIFORMES Fam. Anatidae (1) 173. Oygnus melanocoryphus (Mol.). Nombre vulgar : cisne. Colección Carreras. Rarísimo. 174. Dafila spimicauda (Vieill.). Común en la estación lluviosa de primavera. 175. Nettion flavirostre (Vieill.). 176. Querquedula cyanoptera (Vieill.). 177. Querquedula versicolor (Vieill.). 178. Heteronetta atricapilla (Merrem). NO . Erismatura vittata Phil. Cazado en el Pozo de Almonacid. 180. Spatula platalea (Vieill.). 151. Metopiana peposaca (Vieill.). Orden XII. PHOENICOPTERIFORMES Fam. Phoenicopteridae 182. Phoenicopterus prob. sp: chilensis Mol. Existe en los Llanos del sud de la provincia una especie que debe ser la citada. (1) Todos los números de los Anatidae posteriores á C. nigricollis son de la co- lección Carreras. CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 297 Orden XIII. PALAMEDEIFORME Fam. Palamedeidae 183. Chauna chavaria (Linn.). Nombre vulgar: yajá. Colección Carreras. Raro. El ejemplar está actualmente en el Museo de Florencia. Orden XIV. ARDEIFORMES Fam. Ardeidae (1) 184. Ardea coco (Linn.). Nombre vulgar: garza. Colección Carreras. 185. Egretta alba (Gm.). Nombre vulgar: garza. Colección Carreras. 186. Leucophoyx candidissima (Gm.). Nombre vulgar: garza. Colección Carreras, etc. 187. Butorides cyanurus (Vieill.). Nombre vulgar: garza chica. No es rara. Ardetta involucris (Vieill.). Colección Carreras. Poco común. 188. Nycticorax tayazuguira (Vieill.). Nombre vulgar: garza ploma, garza chesche. Colección Ca- ITeras. Fam. Cieconiidae 159. Existe una especie en la provincia que no pude identificar. Fam. Plataleidae 190. Ajaja ajaja (Linn.). Nombre vulgar: espátula rosada ó pato rosado. Un par (49) de individuos de esta especie fué cazado por el señor Carreras en la chacra de la Merced. Son raros. (1) Todos los 4Ardeidae son aves de paso en la Rioja y cazadas en la estación lluviosa, generalmente en primavera. 298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Fam. bidae 191. Plegadis guarauna (Linn.). Nombre vulgar: bandurria. Común en la estación lluviosa. Orden XV. GRUIFORMES Fam. Cariamidae 192. Ohunya Burmeisteri (Hartl.). Nombre vulgar: chuña. Común en todas partes. Fam. Aramidae 193. Aramus scolopaceus (Gam.). Nombre vulgar: bruja, garza, etc. No es raro. Orden XVI. CHARADRIIFORMES Fam. Parridae 194. Jacana jacana (Linn.). Nombre vulgar: sacha-pollito. No es raro en las represas. Fam. Charadridae 195. Belonopterus cayennensis (Gan.). Nombre vulgar: tero-tero. Común. 196. Oreophilus ruficollis (Wagl.). Licht. Han sido cazados varios individuos, cerca de la capital. 197. Aegialitis collaris (Vieill.). Casado por el señor Carreras. 198. Totanus favipes (Gan.). Nombre vulgar: sacha-pollito. Como el anterior. 199. Helodromas solitarius (Wils.). Nombre vulgar: sacha-pollito chico. Común. 200. Bartramia longicauda (Bechst.). Nombre vulgar: batitú. De paso en febrero ó marzo. Común. CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 299 201. Heteropygia Barrdi (Coues.). Nombre vulgar: sacha-pollito. No es raro. 202. Rostratula semicollaris (Vieill.). Colección Carreras. Fué cazado en el Pozo de Almonacid. No común. Fam. Thinocorythidae 203. Thinicorus orbignianus Geoff. et Less. “Potrero del señor S. Castaneda en la sierra. Orden XVII. LARIFORMES Falta este orden en la provincia de la Rioja. Orden XVIII. PODICIPEDIDAE 204. Podicipes americanus Garnot. 205. Podilymbus podicipes (Linn.). Especies no raras en la estación lluviosa. Orden XIX. RALLIFORMES Fam. Rallidae 206. Limnopardalus rytirhynchus (Vieill.). Nombre vulgar: gallareta, gallito del agua. No es raro en las represas. 207. Pophyriops melanops (Vieill.). Colección Carreras. 208. Crecisens melanophaeus (Vieill.). Me regalaron un ejemplar procedente de los filtros del agua corriente (Cochangasta). Lo debo á la amabilidad del señor A. Cortés. Lo creo raro. 209. Pulica leucoptera (Vieill.). Nombre vulgar: tagua. Común en ciertos años de lluvia. 210. Porzana spilopteru (Durnf.) Burn. Paso del Recreo. 300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Orden XX. COLUMBIFORMES Fam. Columbidae 211. Columba picazuro Temm. Muy rara en La Rioja. Los dos ejemplares cazados hasta aho- ra proceden de bañados situados á dos leguas sud de la Capital. 212. Columba maculosa Temm. Nombre vulgar: paloma torcaza. Comunísima. 213. Columba rufina Temm. et Knipp. Rarísima. Los dos ejemplares hasta ahora cazados, uno por mí, el otro por Carreras son procedentes del Saladillo el mío, y el otro de una quebrada próxima á este lugar. Fam. Peristeridae 214. Zenaida auriculata (Des Muxs). Nombre vulgar : apoca. Comunísima y abundantísima. 215. Columbula picui (Temm.). Nombre vulgar: ulpishita (1) (urpilita en otras provincias) ó palomita. Comunísima y abundantísima. ($9) El O) . Metriopelia melanoptera (Mol.). Nombre vulgar: palomita serrana. En Chilecito dicen que es común, y en la Rioja es rarísima; el único ejemplar hasta ahora cazado lo obtuve personalmente en el Saladillo, donde es rarí- sima. 217. Metriopelia aymara (Knip. et Prev.). Alrededores de Chilecito, según Kowslowsky. 218. Gymnopelia erythrotorax (Meyen). Entre la Rioja y Chilecito (Kowslowsky). 219. Leptoptila chloroauchenia Gigl. et Salvad. Nombre vulgar: llanta. Muy común. z (1) En la Rioja el nombre quichua urpila : paloma, está transformado ó co- rrompido llamándose ulpishita y se pronuncia como sh inglesa. CATÁLOGO DE LA AVIFAUNA RIOJANA 301 Orden XXI. GALLIFORMES Falta este orden en la provincia de la Rioja. Orden XXIT. TINAMIFORMES Fam. Dinamidae 220. Nothoprocta Pentlandi (Gray). Cazada por Carreras cerca del Abra. Rara. 189) (89) pa . Nothoprocta cinerascens Burm. En las Quebradas. Poco comán. Nombre vulgar : yuto ? No abundante. 222. Nothura maculosa Temm. De la llanura (Carreras). Rara. 223. Oalopezus elegans (D'Orb. et Geoff.). Nombre vulgar: martineta, copetona. Común, aunque no abundante. Fam. Rheidae 224. Rhea americana (Linn.) Lath. Nombre vulgar: suri ó avestruz. No es raro y hasta se dice abunda en el sud de la provincia. Cerca de la Rioja es escaso. Yo he visto sólo uno en una ocasión en el Bañado de Díaz (dos leguas al sud). BIBLIOGRAFÍA La construction en béton armé. Guide théorique et pratique par G. KERSTEN, ingénieur-architecte, professeur á l'École royale des travaux publices de Ber- lin; traduit d'apres la troisieme édition allemande par P. Poinsignon, ingé- nieur E. C. L. — Premiere partie : Calcul et exécution des formes élémentaires. 1 volume in-8 (23 X14) de 1v-194 pages, avec 119 figures dans le texte. Gau- thier-Villars, imprimeur-libraire. Paris, 1907. Prix broché, 6 frances. Un nuevo volumen, imui interesante por cierto, éste sobre hormigón armado, con que la casa editorial de Gauthier-Villars enriquece el catálogo de sus obras científicas. La importancia cada vez mayor que adquiere el cemento armado en sus apli- caciones prácticas, invadiendo todos los jéneros de construcción, da mayor valor a las obras que tienen por objeto poner al injeniero i al constructor en condi- ciones de determinar previamente, con toda seguridad, las formas i dimensiones por dar a estas estructuras. El nombre del autor, profesor en la Escuela Real de Berlín, es una garantía de su bondad, que corroboran sus repetidas ediciones en Alemania, de cuya última es la actual francesa una esmerada traducción. Este volumen trata de la materia prima: a) cemento portland; b) hormigón; Cc) hierro; la puesta en obra de hierros i cementos; pruebas de las construecio- nes terminadas ; formas fundamentales (pisos, pilares, bóvedas, fundaciones, mu- ros de sostén, escaleras 1 tubos); trabajo admisible : a) hormigón; b) hierro, fuerzas esternas i momentos flexores ; cálculo de placas de hormigón de arma dura simple i doble; resbalamiento i adherencia ; pilares cargados céntrica i es- céntricamente ; cálculo de bóvedas. Apéndice : densidad de los materiales de cons- trucción, cargas útiles en los pisos, etc. Para terminar, observaremos que está en prensa el segundo volumen que trata de las aplicaciones a las construcciones 1 fundaciones. La Mathématique. Philosophie, enseignement, par C. A. LAIsAaNT, répétiteur a École Polytechnique, docteur es sciences. Deuxiéme édition revue et corri- gée. 1 vol. in 8% (23X14) de vi-243 pages, avec 5 figures. Éditeur, Gauthier- Villars. Paris, 1907. Prix, cartonné a langlaise, 5 frances. Conocido es el interesante trabajo del profesor Laisant, de crítica filosófico- matemática, que tanto llamó la atención de los calenlistas al aparecer la primera edición, motivando los elogios de nnos i la refutación de otros. El autor, en esta segunda edición, nada ha variado de substancial, con lo cual entiende ratificarse en sus vistas, por otra parte muy acertadas, en general. S. E. BARABINO. ÍNDICE GENERAL DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO SEXAGÉSIMO TERCERO Corférence sur le port de Buenos Aires, par l'ingénieur FERNAND KINART 5 Observaciones sobre la metamórfosis de Morpho catenarius (Perry), por el doc- TORPAN CELA LLARD O der la oc pais 52 Las tierras raras, por el doctor MARTÍN LEGUIZAMÓN. ..o.o.ocococcccoococo 38 Les tropéolacées argentines et le genre Magallana Cav. par le docteur EUGENE AURA sa o o E Ae Aeon OA 74 Rembrandb, por el profesor JOHN DD, WARNKEN ooo. nda 82 Ciencia y espiritismo, por el ingeniero EMILIO ROSETTL.....o.o.oooococcooo.... 119 Sobre las instrucciones que se dan á los viajeros geólogos, por el ingeniero EmMI- LIO REBUELTO..... NU bin, a E E a seso An Memoria anual de la Sociedad, XXXIVOo período, por el coronel ingeniero AR- TURO M. LUGONES..... aa cin A A E Lt OL Nota sobre el carbón de Salagasta, por el doctor E. HERRERO DUCLOUX....... 165 Una nueva masa de inyección, á base de albumina, por AuGUsTO C. Scala... 169 Nivelación de precisión, por el ingeniero ARNALDO SPELUZZI........o.oco....o. 182 Zonas de regadío en Tucumán, por el ingeniero CARLOS WAUTERS............ 185 Catálogo sistemático de la avifauna riojana, por EUGENIO GIACOMELLI........ 280 BIBLIOGRAFÍA Casa editorial «Grafica Editrice Politécnica », Turin. Trattato di costruzione di macchine dellingegnere Giacomo Allara (S. E. B.).... 172 Manuale di tecnica stimativa dell 'ingegnere Cesare Tomasina (S. E. B.) 1 Contributo allo studio degli apparecchi amtolivellatori dei canali del 'ingegnere dar doORG LEO oleada: 174 Dizionario tecnico di ingegneria e di architettura per lPingegnere G. Crugnola (A aan PG. Roo 00 A alas: 174 Opere marittime, manuale dell'ingegnere Domenico Lo Gatto (S. E. B.)...... oa Casa editorial de Gauthier-Villars, Paris. Les positifs sur verre, par H. Fourtier (S. E. B.) 304 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Les proyections seientifiques et amusantes, par G. Massiot (S. E. B.)........... Conserisiautra mates paria urce Merce Precis iarelecira cute par Bale wen lona La construction en béton arme, par G. Kersten (S. E. B.)........0o. oo. ARMOR CIAO AO AS Casa editorial Bally-Bailliere, Paris. MOROS O CLAU ANI le mo stes SB Agriculture générale : les semailles et les récoltes, par Vingénieur Paul DifHoth (SS a ado ao AS o a a eS us olaaa class e Le sucre, le café, le thé, le chocolat, par.A. L. Girard. (S. E. B.)..... EDS Casa editorial Ch. Béranger, Paris. Cinématique des Mmecarismes, par Lom Traité théorique et pratique des explosifs, par H. Heisse............ NR La construction des machines électriques, par le professeur Julien Dalémont.... Priz de revient et prix de vente de l'énergie électrique, par Vingénieur Gustave A A eo a ele SA “année électrique, ete., par le docteur Fouveau de Courmelles....ooooooooooo. Théorie et caleul des lignes 4 courants alternatifs, par le docteur G. Roessler.. Principes de la construction des machines utils, par Jules Merlot.............. Varios. Les formations sédimentaires du crétacé supérieur et du tertiaire de Patagonie avec un parallele entre les faunes mammalogiques et celles de l'ancien conti- nent, par Florentino Ameghino (S. E. B.)....... ico rio EROS SE Preserizioni normali uffiiciali sui materiali agglomeranti idraulici e per Uesecu- zione delle opere in cemento aurmato. M. de O. P. de Italia. (S. E. B.)........ Estadistica de ferrocarriles en explotación, 1905. (Dirección general de Vías de Comunicacion SA a A do Literatura antropológica y etnológica de Chile, por el profesor Carlos F. Porter Sa O a ad a A Revista chilena de historia natural, febrero 1907 (S. E. B.).. 0.00. —— MIC WAAKÁ Ropa pp SS] NN gt OL O Nu) b 0D 0) ¡SS ivar, eS Gia rd, -Alfredo.....-. ¿ Guignard, Leon....... Guimaráes, Rodolfo.... Kinart, Fernando - Abella, Juan. “Acevedo. Ramos, R. de. -Achaval, Sandalio. P. z Adamoli, Pedro A. -Adano, Manuel. -Ader. Enrique A. Aguirre, Eduardo. Albarracín, Alberto S. Alberdi, Francisco N. ert, “Francisco. dunate. “Julio C. manza, Felipe G. lric, Francisco. varez, Fernando. Ivarez de Toledo, Julio. Anasagasti, Horacio : Ar brosetti, Juan B. Anaya, Elvio Carlos. Arata, Pedro N. Araya, Agustín. Artaza, Evaristo. Artaza, Miguel. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago. Ardili, Horacio. Arroyo, Franklin. ubone, Carlos. vila Méndez, Delfin. Avila, Alberto ¡erza, Rómulo Aztiria, Ignacio. ztis, Julio M. aliña, Manuel R. arrera, Raúl. - arrio Nuevo, Luis A. arabino, Santiago E. rilari, Mariano S. Federico. ttilana, Pedro. -Baudrix, "Manuel C. Bazan, Pedro. Bernardez, Joaquín. Bimbi, José. 1, Carlos A. sio a Nicolás. nn... ve an German. AS allvé, Horacio. . E .....- e. A O Carvalho J osé Carlos. . ...¿.. Mendoza. no... .... MeRtevideo. Mendoza. l. de Año N Paris. Córdoba. Madrid. Rio Janeiro. New York. Paris. E Elba (Portug ) - Amberes. La Plata. poo Luis A. Huergo. ao — e Plorralino: e chin: 4 ANOS — Dr. Estanislao S. Zeballos. ; ÓN ORRESPONDIENTES Lillo, Miguel......... DUI cats: Luiggi, _Morandi, Luis Patron, Pablo....... Porter, Carlos E Reid, Walter F.., Scalabrini, Spegazzini, Carlos... Tobar, Carlos R....... SOCIOS ACTIVOS Biraben, Federico. Bonorino, Ignacio. «Bosch, Benito S. - Bosch, Eliseo P. Bosch, Aureliano R. | Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F Brané, Eugenio. Brian, Santiago - Brindani, Medardo Broens, Guillermo Buschiazzo, Juan A. Buschiazzo, Juan C. Bustamante, José L. Caimi, Ramon. | Candiani, Exilio Cálcena Augusto. Cáceres, Dionisio. -Cagnoni, Alejandro N. _Cagnoni, Juan M. Calderón de la Barca, A. Camus, Nicolás. Caminos, Zacarías. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Capelle, Raul. Carvalho, Antonio J. Cano, Roberto. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Carabelli, dd 6: Cardoso. Ramón. Carmann, Ernesto. Carmona, Enrique. Carossino, Jacinto T. Cassai, Godofredo, Berro Madero, Carlos. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. El Castro, Vicente. | Castro, Eduardo B. | Claypole, Jorge. Cerri, César. Cevallos Sosas, CU. M Cerdeña, Fernando. Cereseto, Juan. Cilley, Luis P. Civit, Julio Nilo. Chanourdie, Enrique Chapiroff, Nicolás de | Chiocei, Icilio. Chueca, Tomás A. _Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Compte, Riqué Julio Coria, Valentin F. Cornejo, Nolasco F. | Corvalán Manuel S. Coronel, Policarpo. Cottini, Arístides. Courtois, U. «Cremona, Andrés V Cremona, Víctor. Cuomo, Miguel. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dates, Germán. Díaz de Vivar, M. Dobranich, Jorge W Dominico, Guillermo Dominguez, Juan A. Dorado, Enrique. Debenedetti, José. demarchi, Torcuato T. A Demarchi, Marco, Delgado, Fausto. Donovan Antonio. Douce, Raimundo. Doyle, Juan.. Duarte, Jorge N. Dubois, Alfredo F. Ducros, Pablo. Duncan, Cárlos D. Durrieu, Mauricio. Durand, José C. Echagiúe, Carlos. Eppens, Gustavo. Eramauspe, Carlos. Esteves, Luis. Etcheverry, Angel. Moore, Clarence , ps , Nordenskjiold, Otto... Paterno, Manuel...... j Elenco Epi a IUCN en Roma Villa Colon (U.- Filadelfía e - Gothemburgo. Palermo (o) LIM Valparaíso. Lóndres. Corrientes. BALI CA La Plata A nn... CS Lima. Ezcurra, Pedro. - Fernández, Alberto J; Fernández. Díaz, A, Fernández, Pedro Are Fernández Poblet, A. Ferreyra, Miguel. Figueredo, Juan M. Fynn, Enrique. Flores. Emilio M. Fornati, Vicente. Fortt, Pedro P. Foster, Alejandro. Friedel, Alfredo. Gainza, Alberto de. Galtero, Alfredo. Gallardo, Angel. Gallardy, Garlos R. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gándara, Federico W. Garat, Enrigue. Garay, José de. Garcia, Carlos A. 47 García, Jesús M. o é Gatti, Julio J. Gentilinj, Pascual. Geyer, Carlos. Ghigliazza, Sebaslián. Giménez, Angel M. Gjuliani, José. Girado, José 1. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro. Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. . Goldemhorn, Simon Gonzáles, Arturo. González, Agustín. González Cazón Vicente. González Carlos P. Gorosabel, Angel J. Gorostiaga, Abelardo. Granero, Míguel. á Gradin, Carlos. Gregorina, Juan. Gregorini, Juan A. Grieben, Arturo. Groizard, Alfonso. Guido, Miguel. Guasco, Carlos. Gutiérrez, Ricardo J. Hauman, Merek Lucien "Harrington, Daniel. Hermitte, Enrique. Herrera Vega, Rafael. HerreraVega,Marcelin: Herrera, Nicolás M. Herrero, Ducloux E. Herlitzka, Mauro. Henry. Julio Hicken, Cristóbal M Holmberg, Eduardo L. Holmberg Eduardo A. Hoyo, Arturo. Hubert, Juan M. Huergo, Luis A. (hijo). Huergo, Ricardo J. Hughes, Miguel. Igartua, Julio F. Ígartua, Eulogio M. Iriarte, Juan. Iribarne, Pedro. Isbert, Casimiro Y. Isnardi, Vicente. . Israel, Alfredo G. Isaurralde, Alfredo D.- Ithier, Gaston. Íturbe, Miguel. lturburo, Feliciano. Jacobo, Cándido. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto. Krause, Julio. Kestens, Juan. Klein, Hermán. Kreusberg, Jorge. Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lagrange, Carios. Lanús, Eduardo M. Eangdon, Juan A. Laporte Luis B. Larreguy, José Larguía, Carlos. Lassage, Julio. Latban Urtubey, Aug. Latzina, Eduardo. La valle, Francisco. Lavalle, Francisco P. Lavergne, Agustín. Lea Allan B. Lebrun, José A. Leguizamón, Martinian: Lepori, Lorenzo. - Leonardis, Leonardo de Letiche, Enrique. López, Aniceto E. Lopez, Eufrasio. López, Martín J. López, Gomara Augusto Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo M. Lniggi, Luis. Luro, Rufino. Ludwig, Carlos. Lutscher, Andres A. Luzio, Nlcolás. Machado, Angel. Madrid, Enrique de SOCIOS ACTIVOS (1 Maglioue, José L. Magnin, Jorge. Maligne Eduardo. Mallol, Benito J. Mamberto, Benito. - Maradona, Santiago. Marín, Plácido. Marreins, Juan. Marcó del Pont, E. Marenco, Eleodoro. Marino, Alfredo. Martini, Rómulo E. Marti, Ricardo. Maschwitz, Carlos. Massini, Carlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maupas, Ernesto. Mattos, Manuel E. de. Mendizábal, José S. Mercáu Agustín. Merian, Eduardo. Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Millan, Máximo. Molina, Arturo B. Molina y Vedia, Delfin: Molina y Vedia, Adolfo Moeller. Eduardo. Molina, Waldino. Molina Civit, Juan. Mon, Josué R. Morales, Carlos María Morales Bustamante, J. Moreno, Jorge Moreno, Evaristo Y. Moreno, Josué F. Moron, Ventura. Moron, Teodoro F. Mosconi, Enrique Mugica, Adolfo. Mussini, José A. Naon, Alberto Narbondo, Juan L. Navarro Viola, Jorge. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo Niebuhr, Otto. Nielsen, Juan. Nistrómer, Carlos Newbery, Jorge. Newbery, Ernesto. Noceti, Domingo Nogués, Pablo. Nogués, Domingo. Nougues, Luis F. Novas, Manuel N. Nouguier, Pablo. Obligado "Alejandro. Ocampo, Manuel S. Ochoa, Arturo. Olivera, Carlos E. Oliveri, Alfredo. Oliverio, Alfredo. Orcoyen, Francisco Orús, José M. Ottanelli, Atilio. Orgeira, Mauricio A. Ortúzar, Alejandro de | Orzábal, Arturo. a . Martínez Pita, Rodolfo. | - Pelleschi, Otamendi, Otamendi, Rómulo .- Otamendi, Alberto. | Otamendi, Juan B. | Otamendi, Gustavo. Otamendi. Belisario. Otero Rossi, Ildefonso Outes, Felix - Padilla, José. Padilla, Isaías. Paita, Pedro J. Palacio, Emilio. Palacio, Alberto. Palmariui, Armando. Pasmau, Raúl G. Páquet, Carlos. Pascual, José L. -Pastoriza, Rodolfo. Pastoriza, Luis. Pattó, Gustavo. Pelizza, José. Juan. - Pereyra, Emilio. Pérez, Alberto J. ¡ Perilló, Rodolfo. -Peró, Gabriel. Petersen, Teodoro H. Pigazzi, Santiago. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pizzurno, Pablo A Pol, Victor de Posadas, Carlos. Pouyssegur, Hipólito B. Puente, Guillermo A. Pueyrredon, Carlos A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quiroga, Modesto. Quiroga, Atanasio. —Rabinovich, Delfín. Raffo, Jacinto T. Ramos Mejía, Ildef. G. | Razori, Francisco. Recagorri, Pedro S. Ing. Rebuelto (sec1ie.) Retes, Antonio. Repetto, Agustín N. Repetto, Roberto. Repossini, José. Reynoso, Higinio Riccheri, Pablo. Rigoni, Luis. Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Rodírguez, Andrés. Roffo, Juan. Rojas, Estéban GC. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Carlos L. Romero, Julián. Romero, Antonio. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ronge, Marcos. Rouquette, Augusto. Rubio, José M. | Rua, José M. de la Saenz Valiente, Ed. ¡Saenz, Valiente Anselmo Sagastume, José M. ¡ Sánchez Díaz, José. Eduardo. | Sanchez Díaz | Sanglas, Rodolfo. 'Sarrabayrouse, Euge lo Santangelo, Rodolfo. Segovia, Fernando. EAS | Sáuze, Eduardo. Sauri, Joaquín. Segovia, Vicente. Servente, Juan L. Saralegui, Luis. Sarhy, José S. Sarhy, Juan F. Scala, Augusto. Schaefer, Guillermo F- Schickendantz, Emilio. Schneidewind, Alberto Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senat, Gabriel. Senillosa, Juan A. Silva, Angel. z Silveyra, Ricardo. Simonazzi, Guillermo. Siri, Juan M. Sisson, Enrique D. Solari, Lorenzo. ' Soldano, Ferruccio. Soldati, José. Suárez, Eleodoro. Sumblad Roseti, Gust. Spinetto, Silvio. Spinedi; Hermeneg. F.. Swenson, Tamini Crannuel, L. A. Taiana, Alberto. Taiana, Hugo. ; Tejada Sorzano, Carlos. Thedy, Héctor. % Toepecke, Ernesto. Toledo, Enrique A. de. Torres Armengol, M. | Torres, Luis M. Torrado, Samuel. Trovati, Francisco. Traverso, Nicolás. Uriarte Castro Alfredo. Uribnro, Arenales Vallebella, Colón B. Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. - Valiente Noailles, Luis Valle, Pastor del Varela Rufino (hijo) Velasco, Salvador. Venturino Máximo. Vico, Domingo. Vidal Cárrega, Carlos S Videla, Baldomero. Vilanova Sanz,Florenci? Villegas, Belisario. Vivot, Eduardo. Volpatti, Eduardo. Warnken, Juan. Wauters, Carlos. "WernicKe, Roberto. — . White, Guillermo White, Guillermo J. Yanzi, Amadeo. Zakrzewski, Bernardo. Zamboni, José J. Zamudio, Eug2nio. Zoccola, Aníbal, O O PA da PES 0 AN Ñ a bx eN nn 0 de a a a Pa Y A E a E PS aq 2,4, a UY TE o RAMA - EN MS "RAS a q Sr y + j ar yr M)= a a lez A el llolal- 7 TA 7 y é aquagrtl, RRA A A r > E AAA" IR MINN! h ana6bh MATTE ANoiniaion Ñ ALDO MAN 2.2 a Ir n.. P EAA Tas 11 WA A] ON 2A” A AA a, WA pA i Al panhar»? »e A ra. An Pr YT plat A mm A An z 3 Y A y z nd z e] PR p: 2 A na £ ef E pa 244> a cb m2 An P E ÚS a? É Ñ a a Anita E Lian a ef >. 144: qa e A : ro. mam 3. A a! » MI aR En A aso, sora Dia 236 pa A “a »)| E] va a. | a Ba al BA-ES A z ao. AAA AI AAA a r AA ÓN, Te ¿EN0B Sas 9 1004 29h Md A e ds a FILIAL sa A a AA Pa AS a YA e AFA Ma)” a al | Sa 1 =] ÉS RA É MAA Aa de; 265 Ña as oa A . Ñ a Das RA £ A E a ho A , E A » - AA a aa AS / ao e po” ¿A PREDE Brrrfrims par, AA PAJA 2H QA 7 a a - A] a.» y PA «YN on ¿Ma A » : «y PEN ES DaÉ a da has a y 7 PS An pa a Att Y Ae PARAS = » EN Ab 3 Aa a Ba y CRA AA asa ) A S RR ATTE TT Y AS 2 AR E E a Y OS Dana hipo AMAIA A pias IO bé A a. Da ' a SS ES k A | A ' qe A . AA a LIO A DA ITIOS E AA a r y 0 6 nara” AARA SAS E NO] dar Na TURED 6 la (ALEGAR AA CTA A ARO E A TY | AA SS e Da NA Ae A Na AA ARA ere NR MAMA E y PA ó NO E "as 1AAÁ ha 20,0? xn, p A, 'YQA A Prat AGABAMMA A A AU HITA TA Ass My 49404 A he a, a Ai A ARA Pa AA E z o E ; a Ea ” id! EE PE era? ETE de de Ah TAO — AAA AIN AA OA mu al añ ARA T A Pm e e AAN e. 5 CONAN AAA h E NE AY UNT AAN sa” e e PRA A AAA a o A ANA ¿AR Y A AS Pa ” a ASA y e 5 22 ds Ane > 2 E Pe el ARI AA GUA Peer AA AMARA A SADA 2 EH m' O A pp pa a pu OVA rE AA pa - y 7 a A DO Ana ESRPRIAA ARANA "h Ban ¿ Er q o AARAPR MASA LAA Lal ds VEAS RS Ma HTA Om As, man UBA a EE te | pa matr.22 P ade Rol ADO! rs, ala o A 5 > E a gra a A oo AAA , apar ALA ACA Á AA . pa ¿an aa LLL ricas Mali, as 5 2y 24902 2 A AJA Ji da Y WTA E py yA PR EA Za A al] A e bd] on Ha Sab Ama AR dente E Jn AAA p' " Ty AA AnaS mn Y 2-1 p Pd Lo ¿QUAN “¿AR A . AN EA a MA ona y mm ábA A AA Arta Mal AL ej Í BAR ¿AA AAA E | Hi Ar e > 3 $ Sn 7 S Ed ¿2 ae ADAN PRAB a, CIIMAAA A ato E Ñ $. Sd PA AA ANA Ae lla va Do 1A“AR adas AS cn aet/A a. Na MA E AMIA) ( e ER ES AAA Ao "eh DN E AS a a camaro | | OP HH Ml EN ¡Aa ES DN ae AAA Haas Y YN e : h RARAS sal Ca A m0 Mba, | na OPUS b a ea E AAA ye E ja gara Ana A ANT Mura 00 al A, -NVA Adra? e AA Da ru? ¡Aa A? sn AA As DIA BA 3 A AA “. A = A. ] ¡a : pr al AS a 20 A As ÍA yA Mamsrpt” Ae 2.0548 ¿a PARA Y S > | ps ARA a Ran ADA E E a hb. a UE “e all La E A 2 eaaa PRA arar? pr? A Le e E E E vas ARE E A 3 9088 01357 272