- Número 19 (2007) Po > =-ZZmMmO==<> | Revista de Biodiyérsidad Tropical ) Avicennia Revista de Biodiversidad Tropical Portada: EDITORES Gibberula hirami Espinosa y Ortea, ; . 2007 Instituto de Oceanología Dr. José Espinosa Universidad de Oviedo Dr. Jesús Ortea Dr. Germán Flor EDITOR ADJUNTO Universidad de Cantabria Dr. Manuel Caballer Avicennia se puede obtener por inter- COMITE DE REVISIÓN cambio con otras publicaciones de contenido similar o por suscripción. Instituto de Ecología y Sistemática Dr. Luis F. de Armas Chaviano : AS Dr. Hiram González. Precio de la suscripción anual y de cada suplemento: Instituto de Oceanología 30€ Dr. Pedro M. Alcolado Menéndez Dr. Rodolfo Claro Madruga Dr. Arsenio José Areces Mallea Dr. José Espinosa Sáez. Gastos de envío incluidos. Museo Nacional de Historia Natural Dr. Giraldo Alayón La correspondencia debe ser enviada a: Dr. Jorge Luis Fontenla Rizo Dr. Jesús Ortea Dep. de Biología de Organismos y Sistemas Laboratorio de Zoología Universidad de Oviedo 33075 Oviedo. Asturias. España. Centro de Investigaciones Marinas U. H. Dra. Ana María Suárez Dr. Gaspar González Sansón Dr. Manuel Ortiz Touzet >=ZZMmO-== Copyright O The Editors. All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electric or mechanical, inclu- ding photocopying, recording or by any information storage retrieval system, without permission in writing from the publisher. Resúmenes de los artículos editados en AVICENNIA se publican en Aquatic Science and Fisheries Abstracts (ASFA) y en Zoological Records, BIOSIS. Premio Marqués de Valdecilla 2003 a la Cooperación Medioambiental con Iberoamérica Dep. Leg. AS - 199/94 ISNN 1134 - 1785 Secretaría de edición manuelcaballergutierrez(Vgmail.com Diseño: Jesús Ortea y Manuel Caballer Impreso en Loredo S. L. — Gijón LI ACzZ “BRARy JAN 3 ( INDICE UNA VARD Avicennia 19, Septiembre de 2007 El “Problema de la especie” y la complejidad del problema. O A AA A A A O A 1-16 Cerapus orteai (Corophioidea: Corophiidae) a new amphipod crustacean from the Caribbean coast of Costa Rica. NTANUEL. ORTIZ AND JAMES DARWIN THOOMÁS: .comioonccicorosannargan ddmnicocoocrnonrtianacin denia diana coo 17-24 Una nueva especie de camarón del género Spongiocaris (Pleocyemata, Stenopodidea) asociado a una esponja (Hexactinellida) colectada por la expedición del B/1 "Atlantis", en las aguas profundas del Sur de Cuba, en 1939. IMMANUEL (ORTIZ ROGELIONLALANAA CAROS VARELA. Ets codasbcancccndanocaninecenocacidódo 25-30 Una nueva especie de copépodo del género Asterocheres Boeck, 1860 (Copepoda: Siphonostoma- toida), de aguas cubanas. - CARDOS VARELA: MANUEL ORTZ Y ROGELIO DALANAS 00 isc Loto a danna deadenes 31-36 Una nueva especie de isópodo espongícola (Isopoda, Flabellifera, Cirolanidae) de las aguas profun- das del Sur de Cuba. IMIANUEL ORTIZ: ROGELIO LALANA Y CARLOS VARELA .dococrióa no rtapateonncnicandibinranescnn ro 37-44 Nueva especie de Diastolinus (Coleoptera: Tenebrionidae: Pedinini) para la República Dominicana. A A O A ETE O, rd e A 45-48 Legitimización del estatus taxonómico de Sargassum rigidulum Kiitzing (Sargassaceae, Ochrophyta). LGURDESIVMIORERA Y RUBEN CABRERO dba da toa ibn rosarina naar iosóntaa den oda 49-56 A new species of the genus Eudistoma (Ascidiacea, Polycitoridae) from Cape Verde. (GERARD BRETON AND FRANCOISE MONO Ltrs neo cocaremaudas codec inca danoas 57-62 Adiciones a la fauna de moluscos marinos de la península de Guanahacabibes (1), con la descrip- ción de nuevas especies. JOSÉ ESPINOSA, JESÚS ORTEA, RAÚL FERNÁNDEZ-GARCÉS Y LEOPOLDO MORO........... 63-88 Nuevos prosobranquios marinos (Mollusca: Gastropoda) del Golfo de Batabanó, plataforma su- roccidental de Cuba. JOSÉ ESPINOSA, JESÚS ORTEA Y RAÚL FERNÁNDEZ-GARCÉS....occccccoccccncnonccccnnonanoccnonons 89-98 El género Gibberula Swainson, 1840 (Mollusca: Neogastropoda: Cystiscidae) en Cuba, con la descripción de nuevas especies. OR E A E AS A 99-120 Nueva especie de Doto Oken, 1815 (Mollusca: Cladobranchia), nombrada en honor de Torrelavega, ciudad hermanada con La Habana. JESUS ONE YET NEL CARA a see io tn cta onbsnend aaderncnióna 121-126 Nueva especie del género Hermaea Lovén, 1844 (Mollusca: Sacoglossa), de la costa norte de La Ha- bana, Cuba. IIA ABALLERO JESUS IEA lea ceo oriental aran iaa 127-132 Guía visual de la biodiversidad marina de Guanahacabibes. 1 - Anémonas (Anthozoa: Actiniaria, Co- rallimorpharia, Ceriantharia y Zoanthidea). OSCAR OCAÑA, LEOPOLDO MORO, JESÚS ORTEA, JOSÉ ESPINOSA Y MANUEL CABALLER...133-142 Nueva información sobre Nassarius compertus en Cuba (Gastropoda, Nassariidae). ENUCIÓ ROCAN Y RAUL FERNANDA AMES cuan acotcnn oso nnonocanonosoosnasnondosabopacuniendaras 143-144 1 MM NY SN Na Ñ y 14 * h EN há (ú a ko da EE LA MARIA O * 3) ) 8 ed dl Sri Y Í A APA ñ Eg MN Ls ri LS HL "y MAMA —e | ES de A E : A FU LN O E Rs Ev AN E Mind mé : ¿A Ea bi AA, ; AA E pe da AN OA a ROVER AAN ó y é EA e 7 ' ae (8 AE y yk y A OCA dh pa br É ] EN no y | % A ll AA p el Y VIA ES a AN En A ”ú í iy CAMERTTES ' MIA Por O CA A AS A | ñ 1] t cl | l AA 3 As O 1 dl AA CY A pe 0 Y IR e A : pom Pr ha lu E da 4 A > / p ” s ¡ GU AAA O YA PT A IN . DO EN MA EA: AAA + ES 5d] "y A MAA A A A Ir E did A AE PIAR e DA De y e o E A — , E ' A E TAS le Avicennia, 2007, 19: 1-16 El “Problema de la especie” y la complejidad del problema. The “species problem” and the problems complexity Jorge Luis Fontenla Museo Nacional de Historia Natural. Obispo 61 La Habana 1, CP 10100, Cuba. libélula(Qmnhnc.inf.cu Resumen Se conoce como el "problema" de la especie a la imposibilidad de encontrar una definición o representación universal, y al mismo tiempo operativa, para todas las entidades que distinguimos como especies. Para algunos, el problema tiene "solución" a la luz de algunos conceptos, como el de in- dividuo o linaje. Otros esperan que el problema sea resuelto en el futuro. Una tercera posición es que no existe tal problema. En el presente artículo no se cuestiona qué es una especie, sino cómo distin- guimos lo que percibimos o intuimos como especie. La perspectiva sugerida es la sistémica-relacio- nal. No se trata de buscar una solución, sino de distinguir relacionalmente una unidad-diversa compleja. Es buscar una posición recursiva entre praxis y epistemología, entre percepción, distin- ción y descripción. Y es buscarla a través de una perspectiva no sólo científica ni filosófica, sino a través de una percepción recursiva ciencia-arte. Abstract The "species' problem" is the impossibility to find an universal definition or representation, and at the same time operative, for all the biological organizations that we distinguished as spe- cies. For some, the problem has "solution" to the light of some concepts, for example, that of indi- vidual or lineage. Others hope that the problem will be solved in the future. A third position is that such problem does not exist at all. In the present article 1t is not wondered what a species is, but how we distinguish what we perceived or intuited as species. The suggested perspective is a relational- systemic. This is not a search for a solution, but a search to distinguish a complex unitax multi- plex. It is to look for a recursive position between praxis and epistemology, between perception, dis- tinction and description. And it is to look for this position through a perspective neither philosophi- cal nor scientific, but through a recursive perception between science and art. Palabras clave: especie, complejidad, sistemas, ciencia-arte. Key words: species, complexity, systems, science-art. “Quien haya visto, aunque sea una sola vez, la íntima belleza de la naturaleza, no podrá alejarse de ella nunca más. Se convertirá en poeta o en naturalista, y si tiene buenos ojos, y sus poderes de observación son suficientemente agudos, muy bien podría convertirse en am- bos.” (Konrad Lorenz). “La complejidad es una cultura y un espacio de pensamiento... Podemos pensar de forma simplificadora. Podemos pensar de forma reductora. Podemos pensar de forma totali- zadora; nada de esto es pensar de forma compleja. Como cultura y, por lo tanto, espacio de pensamiento, no cabe reducir la complejidad al ámbito de la ciencia o al ámbito de la filo- sofía (estaríamos simplificando y cortando ámbitos que deben relacionarse). La compleji- dad es un espacio general de pensamiento. ” (Emilio Ciurana). Fontenla EL “PROBLEMA” Según HOvARTH (1997), el problema de la especie es uno de esos problemas en la biología que tienen un significado fundamental, tanto en lo filosófico como en lo biológico. Por su lado, WHEELER (2005) se pregunta por qué los conceptos de especies ostentan un interés tan perenne. Y se responde a sí mismo de inmediato: las especies son los elementos de la filoge- nia, de los ecosistemas y las clasificaciones. La especie es la unidad fundamental de la bio- logía (BROOKS Y MCLENNAN, 2002; MARGULIS Y SAGAN, 2002; DE QUEIROZ, 2005). El "pro- blema" de la especie consiste en la "molesta" imposibilidad de obtener un concepto de aplica- ción universal, a la vez que operativo, de esta pieza fundamental de la ontología del mundo. STAMOS (2002) y Luckow (1995) coinciden: el problema de la especie será "solucionado" mediante la recolección y análisis continuo de datos, el esclarecimiento de tópicos y términos, y la aplicación de nuevas ideas. Para EHRLICH (2005), lo que existe es un "no-problema de la especie". Lo importante sería estudiar procesos de diferenciación en poblaciones que generan diversidad, aunque todavía no conocemos suficientemente qué provoca la diferenciación po- blacional. Propone sustituir "especiación" por "diferenciación poblacional". No obstante, si bien toda especiación implica diferenciación poblacional, no toda diferenciación poblacional sig- nifica el origen de una nueva especie. Es plausible asumir que, en efecto, sí existe un "problema", el de la aprehensión adecuada de una fenomenología natural compleja. No creo que exista una "solución" mediada por el análisis de más datos o el refinamiento de epistemologías. El problema no consiste en solucio- nar, sino en un posicionar recursivo entre una praxis y una epistemología contextualmente adecuada. Ni siquiera pienso que sea necesario crear nuevas ideas; sino construir un nuevo co- nocimiento re-creado sobre la base de ideas y meta-ideas ya existentes. El problema no radica en la insistencia en definir qué es una especie, sino en cómo percibimos esa unidad compleja de la naturaleza que distinguimos como especie. Lo perceptual primario consiste en las distin- ciones. Al distinguir, circunscribimos y diferenciamos unidades. El proceso de distinción es en sí mismo generativo de unidades; éstas no son diferentes "de hecho", ya sea en forma "obje- tiva" o "subjetiva" (MALPARTIDA , 2004). Según O' HARA (1993), el problema de la especie es uno de representación histórica. Los mapas son representaciones a partir de generalizaciones cartográficas. Entonces es necesaria una generalización sistemática, la cual es una representación de historia evolucionaria. La cartografía selecciona juicios de importancia geográfica. La generalización sistemática se ba- saría en juicios de importancia histórica. Estos juicios son narrativos, como las definiciones, y además son indeterminados. Cuando se ofrece una definición de especie se tiene en cuenta el pasado o el presente de la entidad y se asume el futuro, pero el futuro siempre es incierto en sistemas capaces de evolucionar. Esa es una de las razones por la cual toda definición es siempre incompleta e indeterminada. Pero el mapa y el cartógrafo resultan indisociables. La concepción del conocimiento como representación o cartografía se encuentra impugnada, pues en realidad lo que configura es un congelamiento de sistemas dinámicos e indeterminados en el futuro. El conocimiento debe ser una negociación entre la realidad observada y las expectativas, historia y contexto socio-cul- tural de la disciplina practicada por el observador y del observador mismo (Novo, 2002a). La especie y el problema La ciencia construye un "mapa" de un territorio cuya representación total siempre será ilusoria, mientras el arte presenta una imagen general de un territorio, sujeta a múltiples inter- pretaciones. Lo importante es no confundir los mapas con la interpretación y las dos cosas con los territorios (MAYER, 2002). Para LAVANDEROS Y MALPARTIDA (2002), el conocimiento científico consiste en configurar distinciones con sentido para un contexto de significado, y siempre será constitutivo a la cultura del observador. Es una configuración de relaciones. En mi criterio, la noción de sistema articula la percepción compleja de lo natural, pues no pretende cartografiar, sino distinguir y, a través de las acciones de percibir y distinguir, apre- hender e interaccionar con una fenomenología. KAUFFMAN (1996) alertó sobre la pobreza conceptual de la biología para asimilar estos sentidos interpretativos del mundo. Más recien- temente, ANDRADE (2000) y ESCOBAR (2002) enfatizan, preocupados, que la biología se des- plaza hacia el determinismo y el atomismo genético. Por ejemplo, WHEELER (2005) denunció el reduccionismo caricaturesco del "código de barras", pretencioso de identificar especies por distancias genéticas arbitrarias. Sucede que las especies susceptibles de ser identificadas me- diante estos procedimientos, son aquellas sobre las cuales existe mayor conocimiento desde con- sideraciones más holísticas. WILL Y RUBINOFF (2004) afirman que semejante reduccionismo impide la comprensión de la biodiversidad y abogan por una visión holística de los organismos, la cual los conciba en su multidimensión filogenética, morfológica, ecológica y conductual. WHEELER (2005) asevera: "Lo que una especie es tiene que ver con su distribución, rela- ciones y características complejas". En efecto, los individuos se relacionan unos con los otros en diversas vías, y la perspectiva adecuada es la percepción multidimensional, la red, la dis- tinción relacional y articulante, el sistema. En el discurso que sigue, la noción de sistema será abordada como unidad relacional, procesal, no como "cosa" u "objeto", lo cual ha sido la vi- sión predominante (MALPARTIDA, 2004). STEBBINS (1987) y STaMOS (2002) se refieren a la especie en términos de sistemas. CAPRA (1996) implícita que las especies son sistemas de seres vivientes. Con anterioridad, HENNIG (1968) esbozó una noción explícitamente sistémica de los seres vivos, donde se avizora el fe- nómeno de la especie. "Las cosas animadas forman una unidad multidimensional. Las di- mensiones son las distintas posiciones en el espacio. Las diferencias de posición serían la diversidad de relaciones que existen entre los organismos. Cada sistema está univocamente determinado por...la estructura de una totalidad cuyos objetos individuales no son más que sus partes ...Los diferentes sistemas no carecen por ello de relaciones mutuas”. En esta refle- xión se esboza el carácter unitario-diverso de la especie como entidad sistémica, sus relacio- nes de organización, no necesariamente físicas, y su estructura, asociada a diferentes posi- ciones en el espacio. De cualquier modo, la noción de sistema, en cuanto a sistema, se en- cuentra enajenada del problema de la especie. Veamos. LA VISIÓN NO SISTÉMICA La gran mayoría de las definiciones y concepciones acerca de la especie está expresada en términos de conjuntos, grupos, agregados, linajes o entidad. (Repaso de definiciones y concep- tos en MAYDEN, 1997; LLORENTE Y MICHÁN, 2000; FONTENLA, 2001). Fontenla Una especie sería una de las siguientes entidades: clase, individuo, linaje, lenguaje, co- munidad fenotípica, reproductiva, histórica. La tendencia general en los conceptos y definicio- nes es la exclusión. Cuando una concepción acerca de la idea de la especie se enmarca en al- gún u otro sentido, al mismo tiempo se excluyen otras posibilidades existenciales, las cuales pueden ser antagónicas con el marco conceptual de referencias. A continuación explorare- mos algunos ejemplos. GHISELIN (2005), enfatiza la necesidad de distinguir si las cosas particulares son indivi- duos en un sentido ontológico amplio o si son clases de cosas. En su criterio, el problema de la especie desaparece si la conceptualizamos como individuos con génesis únicas y cohesión a un nivel superior de integración. Las leyes de la naturaleza no hacen referencia a indivi- duos, que son particulares contingentes, sino a clases de fenómenos, a regularidades. Sabemos que la física newtoniana se centra en la idea de leyes: la naturaleza obedece a leyes siempre en las mismas condiciones. Sin embargo, MORIN (1993) propone centrarnos en la idea de condi- ciones e interacciones, las cuales, por ser aleatorias, contingentes, no obedecen a las leyes, sino que justamente las condicionan. No es hablar de las leyes de la naturaleza, sino de la na- turaleza de las leyes. Las interacciones y, por consiguiente, lo local, lo contingente, lo even- tual, lo individual, están en la base de las "leyes". Por su parte, KAUFFMAN (2000) hace notar que en la evolución de una biosfera, la emergencia de fenómenos como el código genético, la recombinación y la meiosis aparenta presentarse como la emergencia de nuevas leyes. No hay por qué dudar que también sea este el caso de la especiación y la evolución de las especies. Según Baum (1998), existen diferentes tipos de especies porque existen diferentes tipos de individuos, y un individuo es una colección de partes que están mutuamente conectadas de al- guna manera. Pero ello es también valido para un agregado, que no es ni un sistema ni un in- dividuo. Un agregado es diversidad no relacionada, por ello no conforma un sistema, aunque las condiciones exteriores impongan una cierta unidad o cohesión (MORIN, 1993). Las parti- cularidades de cada componente de un agregado son indiferentes a su inclusión o exclusión del mismo. En un sistema, la relación hace alguna diferencia a sus componentes, y las propieda- des momento por momento de los componentes dependen del contexto sistémico dentro del cual los componentes están localizados, lo que no ocurre en los agregados (JUARRERO, 1999). Para Baum, los individuos suelen concebirse a través de propiedades que determinan desde el todo hacia las partes, desde arriba-hacia-abajo (ver GHISELIN, 1997 y FONTENLA, 2001). Así, propone propiedades desde-abajo-hacia-arriba, donde conexiones entre las par- tes determinan los límites del todo. Las especies serían un individuo del tipo: "un grupo de par- tes, en un nivel inferior de jerarquía, que, en un punto en el tiempo, están más estrechamente conectadas unas con las otras que con cualquier otras entidades externas al individuo". Esta con- cepción es valida, no para un individuo, que es un sistema, sino para cualquier agregado. Co- nexión no significa necesariamente interrelación, organización. Y los individuos son siste- mas, por lo tanto son conjuntos de "cosas" dinámicas, relacionales y procesales, interrelacio- nadas en una totalidad que las contiene y que al mismo tiempo emerge de esa interrelación. Baum dicotomiza y diluye la unitax multiplex sistémica, donde las determinaciones desde arriba-hacia-abajo constituyen constreñimientos y las de abajo-hacia-arriba emergencias (Fi- gura 1). La existencia de un individuo es, momento por momento, causa-consecuencia de ambas y del intercambio de materia, energía e información en su entorno. La especie y el problema ESTRUCTURAS O PROCESOS EMERGENTES COMPONENTES . INTERACCIONES Figura 1. Esquema de un proceso emergente, a partir de las interacciones entre componentes. La emergencia afecta a la totalidad del sistema, desde abajo-hacia-arriba; pero a la vez esta totalidad emergente constriñe, desde arriba-hacia-abajo, a los componentes del sistema. Figure 1. Scheme of an emergent process, from the interactions between components. The emergency affects the totality of the system, down-up; but simultaneously this emergent totality constrains, top-down, the components of the system. El debate de si las especies son clases o individuos constituye un caso típico de tertium no datum. No se contempla la posibilidad de que las especies sean clases naturales o a la vez clases-individuos, o un tipo de entidad diversa, reticulada, no aprehensible a través de las analogías de clase o individuo. La noción de sistema articula una diversidad de posibilida- des. Un organismo es tanto un individuo como un sistema paradigmático. Un organismo es, de hecho, un metasistema global (ver acápite próximo), cuya totalidad es ecosistema de sus sub- sistemas celulares. Pero una especie, como metasistema, no tiene que ser un individuo. El or- ganismo es un polisistema cuya organización y estructura se encuentran clausurados en un espacio material único. Ello no ocurre con las especies. Una población tampoco es un indivi- duo, aunque ocupe un territorio único y sea un sistema individualizable. El espacio ocupado por una población es una emergencia de los espacios físicos que ocupan de manera dinámica e interactiva los organismos individuales. Por otro lado, WILSON (1995) concibe a las especies como linajes: una secuencia de enti- dades que se reproducen individualizadas en términos de sus componentes. Las especies son grupos de linajes de poblaciones o de organismos, de existir una población única en este último caso. Según Wilson, es el concepto de linaje, no el de individuo, el relevante para comprender el papel de las especies. DE QUEIROZ (1999, 2005) asume que el linaje representa un con- cepto unificado de especie. "Las especies son entidades que forman linajes al nivel de de or- ganización de población, tal y como los organismos forman linajes al nivel organísmico de or- ganización biológica". Estos linajes al nivel de población, o especies, difieren en propiedades Fontenla secundarias (ancestría común única, aislamiento reproductivo, distinción fenotípica). Estas cualidades son necesarias para considerar y distinguir como especies a los linajes. La "solución" del problema de la especie para de QUEIROZ (2005) es el linaje. Cada linaje poblacional evolucionando de manera independiente es una especie. Del mismo modo, se- rían especies aquellos linajes diferenciados ecológicamente, y los distinguibles fenética- mente. En conclusión, todos los linajes son especies. Por consiguiente, existen muchas más es- pecies de lo que se está dispuesto a aceptar. Disiento con estas conclusiones. El linaje en de Quei- rOz aparece como un concepto de organización, pero sin estructura; es un ánima vagando en el tiempo, pero sin espacio. Es un concepto virtual, pero las especies, aunque su clausura or- ganizacional pueda ser virtual, existen como entidad corporizada tanto en el tiempo como en el espacio. En la visión de Wilson, el linaje es la entidad que evoluciona, pero la especie no es necesariamente un linaje único, sino un grupo de ellos. Así, queda implícito el concepto de or- ganización y estructura poblacional de la especie, su localización y trascendencia en el tiempo y el espacio, y las emergencias que emanan de esta organización sistémica. STAMOS (2002) se pronuncia en contra de la especie-como-individuo. En su criterio, las es- pecies son sistemas de información-comunicación-representación, semejantes a lenguajes. Los lenguajes evolucionan, tienen poblaciones lingúísticas, e interaccionan con el ambiente. Y a la vez que son clausurados, identitarios, muestran apertura al entorno; son capaces de modificarse y evolucionar. Los lenguajes exhiben diversidad y estructuran "poblaciones lin- gúísticas". La cohesión en poblaciones locales de organismos es a través de la interacción; pero la cohesión de la especie en cuanto a sistema de poblaciones es por preservación del "lenguaje" genético, que configura una representación del mundo y una manera de accionar con él relativamente homogénea. Pero la especie no es un lenguaje. El lenguaje es una organiza- ción inmaterial emergente del metasistema de individuos que lo hablan y lo modelan, a la vez que estos son "hablados" y modelados por el propio lenguaje. El "lenguaje" genético orga- niza semióticamente a los individuos que lo hablan y lo co-producen y, a la vez que autoorga- nizado, es co-organizado genésicamente por los individuos inmanentes en ese lenguaje. La noción de especie como lenguaje sólo aprehende a lo organizacional, no a lo estructural, ni al diálogo organización-estructura. K.AUFFMAN (1993, 1996) opina que el origen del tipo de organización y estructura de las es- pecies parece tener que ver con ciertas leyes de constreñimiento de formas. Durante la "explo- sión" del Cámbrico, la biodiversidad se "repletó" desde arriba-hacia-abajo. Emergieron to- dos los tipos estructurales generales que se conocen (excepto Bryozooa, del Ordovícico). El Cámbrico constituyó un período de máxima apertura organizacional y de generación de atractores organizacionales (epigenéticos) de forma y estructura, de complejidad creativa. Sin embargo, después de la tremenda extinción de finales del Pérmico, la biodiversidad se originó desde abajo-hacia-arriba. No surgieron ni han surgido desde entonces nuevos tipos morfo-estructurales. Los atractores de organización de las formas biológicas permanecieron invariantes al nivel morfoestructural de Tipo o Phylum. De hecho, LEwIN (1995) y GOODWIN (1998) perciben a las especies como atractores en un espacio de parámetros morfogenéticos en un sistema dinámico. Goodwin asegura que las especies son instancias de "leyes de forma universales", es decir, clases naturales. Estas clases serían consecuencias de una metaestabi- lidad dinámica luego de una bifurcación hacia un nuevo atractor morfogenético. Para ERLICH (2005), también la mejor definición más amplia de especie es la de "clase". La especie y el problema SISTEMAS En un mundo en evolución, los sistemas emergentes nunca pueden ser suficientemente representados por universos de discursos únicos, fijados y determinados a priori (KAMPIS, 1991; ROSEN, 1991). Para JoSLYN (1999), tales sistemas no están compuestos por cosas, sino más bien definidos sobre las cosas. Es lo contrario de los discursos formales donde las cosas no se "ven", si no están previamente definidas. En este caso, las entidades se distinguen y son definidas en el mismo acto de distinción. Por su parte, FALCONER (2004) señala que las defi- niciones requieren de condiciones precisas de límites, lo que no ocurre en el contexto dinámico de los sistemas complejos, porque su propio dinamismo las estaría modificando continua- mente. En nuestra actualidad, se abre paso la metáfora del universo como red o entramado de relaciones. Desde esta perspectiva, NAJMANOVICH (2002) subraya la tendencia de abando- nar la idea de la palabra como partícula elemental del lenguaje, para presentarnos una no- ción en red multidimensional de los fenómenos lingúísticos. Por consiguiente, en los nuevos discursos el vínculo reticulado de lo diverso sustituye la férula de las posibilidades únicas y pre- cisas de las definiciones estrictas. Si la especie representa una pieza de la complejidad de la naturaleza, entonces se hace necesaria una lógica que articule, no que excluya, las propiedades consustanciales de tal complejidad, no importa cuan contradictorias o heterogéneas aparenten ser. Es necesario construir una lógica para sistemas complejos, insiste MORIN (1984, 1993). En la lógica com- pleja lo real es lo que articula lo contradictorio y lo complementario. El pensamiento complejo es pensar con y a pesar de la contradicción. Toda reducción de las interacciones de cualquier entidad a la lógica de la identidad (representada por definiciones y conceptos demarcadores) significaría la paralización de tales interacciones (CIURANA, 2001). Ello implicaría la paraliza- ción y la desaparición de la entidad como fenómeno, la desintegración de su propia identi- dad compleja. Desde lo relacional, la complejidad intenta superar la inconsistencia entre lógi- cas diferentes, para permitir la construcción de espacios de lenguaje común, que enlacen, co- ordinen e integren el conocimiento generado. En ello radica el sentido básico de lo complexus, en el entretejer juntos, en la relación en retículo, en los procesos ecologizados del pensar y el ser. Para Morin, el sistema representa la complejidad fenoménica fundamental. Principios claves de la lógica de sistemas complejos serían: El principio dialógico, que nos permite mantener la dualidad de lo complementario y lo antagónico en el seno de la unidad. El prin- cipio de recursividad organizacional. Señala un proceso donde los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce. Es un principio de cau- salidad circular, pero al mismo tiempo abierta, necesariamente, al intercambio de materia, energía, información y sentido con el ambiente. El principio de la emergencia (Fig. 1). La emergencia la constituyen las propiedades holísticas del sistema; su identidad como globali- dad. Es un resultado de las interacciones entre los componentes, que genera cualidades no presentes en ninguno de los mismos, sino caracterizantes de la globalidad sistémica. La emergencia es irreducible fenoménicamente e indeducible lógicamente (MorIN, 1993). Los conceptos atomizantes deben ser sustituidos por macroconceptos (MORIN, 1993; Cru- RANA, 2001). Pensar mediante macroconceptos es pensar una realidad en movimiento, no en términos de 'objetos', sino por la concepción del sistema-organización. Es pensar de forma Fontenla organizacional y dialógica, relacional. El sistema es un macroconcepto, pues representa una to- talidad organizada gracias a las interacciones dialógicas y recursivas entre las partes y la to- talidad y entre la totalidad y las partes. El sistema también hay que pensarlo y distinguirlo en términos ecológicos, embebido en su entorno. La especie, por su organización y diversidad es- tructural y fenoménica, por sus componentes ecologizados, constituye, al igual que el sis- tema, un macroconcepto. De hecho, la especie es un sistema multidimensional en sí misma; es un sistema de poblaciones o metasistema poblacional, desde el momento en que cada pobla- ción, por sí misma, constituye un sistema en su entorno. El sistema es una unidad global organizada de interrelaciones entre elementos, acciones, propiedades o individuos, los cuales no pueden ser definidos más que los unos en relación con los otros en función de su posición en esa totalidad. Las propiedades de las partes de un todo sólo pueden ser entendidas dentro del contexto del todo mayor. De igual modo, las pro- piedades del todo no pueden ser analizadas por el comportamiento exclusivo de sus partes, sino por su unidad holística emergente. En los sistemas, las relaciones, la organización, son lo pri- mario, lo imprescindible para percibir y distinguir el todo. Un sistema es una unidad com- pleja: es una "confluencia" recursiva totalidad-parte-totalidad, entre la organización y la diná- mica, distintiva y diferenciable, de su estructura. MALPARTIDA (2004) ofrece su visión de sis- tema: "Ya no hablamos de partes subordinadas al todo (holismo) sino de procesos, red de re- laciones en las que las partes y el todo se encuentran formando bucles o ciclos, bucles de bucles o bucles de ciclos y, quizás, ciclos de bucles. En esta red, las partes se transforman en la condición de la totalidad, cuya totalización se sirve a sí misma y a las partes que lo deman- dan para totalizarlo, porque el todo lo exige de esa totalización para brindarse a las partes”. Así, un sistema es tanto la constitución de una unidad a partir de la diversidad de sus partes, como la constitución de la diversidad interna a partir de la unidad sistémica (MORIN, 1984). El sistema es una unidad diversa. De manera análoga, la especie es una unidad geno- típica emergente de la diversidad geno-fenotípica y ecológica de los individuos y pobla- ciones que la estructuran. La especie es una diversidad emergente, a la vez que una unidad organizacional. MABEL (2004) enuncia que lo holístico representa una perspectiva de los todos, de acuerdo a un principio hologramático: el todo está engranado en la parte, que está incluida en el todo (principio recursivo). "Los todos son pluralidades, configuraciones naturales... La totalidad es la ambición de abarcar todos los todos. Eso es imposible, porque no existe un punto de vista privilegiado, 'absoluto' y por el propio cambio de la realidad". Para CIURANA (2000), la "totalidad" evoca un sentido absoluto, cerrado. Sin embargo, la "globalidad", den- tro de una perspectiva sistémica-organizacional, es un pensamiento relacional, por consi- guiente, es un pensamiento de apertura. Lo sistémico, así, conlleva una doble connotación de apertura-clausura. Por su holicidad hologramática, por su no-totalidad, por su relacionalidad globalizante, una especie no puede ser aprehendida dentro de marcos simplistas definitorios o conceptuales. Los sistemas existen dentro de un límite de organización y estructura. El orden organiza- cional es la invarianza del sistema; es lo que clausura y distingue al sistema como entidad particular y única. De acuerdo con MORIN (1993), la organización es la disposición de relacio- nes, no necesariamente físicas, entre componentes o individuos que produce una unidad La especie y el problema compleja o sistema. La estructura radica en los componentes actuales y su relación actual, en su posición e interrelaciones momento por momento de la existencia sistémica. Es posible cambiar la estructura sin destruir la organización, sin modificar la unidad en términos de identidad de clase. La estructura de sistemas dinámicos cambia constantemente: al moverse, al desarrollarse (MATURANA Y VARELA, 1984). La estructura es una coherencia, un acopla- miento dinámico, articulada dinámica y dialógicamente por, mediante, y a través de la orga- nización sistémica. Las relaciones de organización de una especie son sus relaciones genealógicas, su comu- nidad genética y semiótica. De ello emerge la capacidad, real o potencial, de reconocimiento multidimensional (bioquímico, visual, auditivo, táctil) entre los individuos. La organización le otorga clausura y unidad diversa a la especie. La estructura es la disposición del sistema de po- blaciones, la distribución en el espacio ecológico y geográfico, su composición demográfica, y el tipo de interrelación que ejercen entre sí los individuos en las poblaciones. El sistema de poblaciones de la especie puede cambiar constantemente sus características estructurales sin perder sus vínculos organizacionales. El sistema es una globalidad clausurada organizacio- nalmente. No obstante, y para persistir como sistema, debe estar abierto al entorno, debe de- jar la posibilidad de apertura. En ello alienta el principio de la adaptación y de la especiación. La totalidad es más realizable cuando deja ser la totalidad de la totalidad, cuando es incapaz de clausurarse totalmente sobre sí misma; cuando posibilita la apertura en su clausura. La biosfera bulle de especies gracias a ello, pues el origen de nuevas especies representa apertu- ras de organizaciones clausuradas como totalidad, pero no totalitariamente, las cuales con- forman una nueva organización clausurada como totalidad global. MORIN (1993) distingue las siguientes configuraciones sistémicas: Sistema: para todo sis- tema que manifiesta autonomía y emergencia con relación a lo que le es exterior. Subsistema: sistema que manifiesta subordinación con respecto a un sistema en el cual está integrado como parte. Suprasistema: sistema que controla otros sistemas, pero sin integrarlos en él. Ecosistema: conjunto sistémico cuyas interacciones e interrelaciones constituyen el entorno de sistema que está englobado en él. Metasistema: sistema resultante de las interrelaciones mu- tuamente transformadas y englobables de dos sistemas anteriormente independientes. En sentido general, las especies existen como conjunto de poblaciones distribuidas en el espa- cio y a través del tiempo. Cada población individual constituye un sistema abierto al entorno y al intercambio de individuos. De este modo, la especie es realmente un metasistema. Los sis- temas de poblaciones pueden vivir de manera aislada unos de los otros pero todos, en cuanto componentes del mismo metasistema específico, se encuentran relacionados por las propieda- des de la clausura genealógica de la especie, la cual es susceptible de ser trascendida en alguno de los sistemas-subsistemas poblacionales de la especie. El sistema-especie presenta una doble complejidad existencial, debido a la corporización recursiva-dialógica de un sistema que, a la vez que ontológico (ecológico), es también gene- alógico (histórico). La especie emerge de individuos que emergen de la especie. Especian las poblaciones que conforman las especies que conforman las poblaciones. La filogénesis (espe- ciación) es una emergencia en el tiempo de la tokogénesis (reproducción) que ocurre en el espacio. La tokogenia es una posibilidad resultante de la filogenia, que es una emergencia posible de la tokogenia. Ello es una recursividad sistémica, una causalidad no-lineal, recursiva. Fontenla Por eso el todo es más y menos que el todo. El todo (la especie) se trasciende a sí mismo, al ser capaz de producir otro todo (especiación), a la vez que las partes lo trascienden, pues son las partes de una especie -poblaciones, linajes locales-, como parte de una globalidad metasis- témica, las que evolucionan y especian. Así, el todo es más y menos que las partes que son me- nos y más que el todo. Las partes son también menos y más que sí mismas. La población es me- nos diversa que la especie, pero es en la estructura poblacional, a través de los linajes en el tiempo, desde donde puede emerger otra especie. Las partes se trascienden a si mismas embe- bidas en un todo que las constriñe. La organización sistémica contiene desorden que contiene organización (MoRIN, 1993). La especiación es una desorganización local de la organización global que produce una nueva organización global localmente en el espacio. La especiación es un nuevo orden local que emerge de la desorganización parcial de un orden global. Es un nuevo orden en un sentido glocal*, por su recursividad circular entre lo global y lo local. Eso es posible gracias a la dia- lógica recursiva de la clausura-apertura organizacional. La especiación está relacionada con una cualidad sistémica, implícita en la organización y a la vez antagónica de la organización, la re- troacción positiva. Este tipo de interacción se encuentra asociada a tendencias, secuencias, incremento o disminución de la entropía, destrucción o morfogénesis, devenir, dispersión, crisis, desajustes, accidentes (MORIN, 1993). GOULD (2002) sugiere que la especie es un epifenómeno donde predomina el éstasis evo- lucionario (equilibrio metaestable variacional), seguido por períodos de cambio rápido, lo cual caracteriza la génesis de nuevas especies (Figura 2). Esta concepción es coherente con una dinámica típica de sistemas complejos, guiada por atractores autoorganizados. El estasis repre- senta metaestabilidad y resiliencia de atractores de la clausura organizacional, de retroali- ESTASIS ESTASIS-ESPECIACION X Figura 2. Representación de un modelo dinámico de especiación por equilibrios puntuados. Figure 2. Representation of a dynamic model of speciation by punctuated equilibrium. La especie y el problema mentación negativa. La bifurcación, puntuación o especiación es un efecto de la retroalimen- tación positiva, de la desorganización local sistémica, de la apertura de la clausura organiza- cional (mutación, recombinación, fusión de organismos, de genomas). Todavía no conoce- mos que desencadena estas fuerzas (KAUFMAN, 2000; ERLICH, 2005). Lo único que es dable afir- mar con certidumbre razonable es que son consecuencias de la organización y estructura sis- témica-metasistémica de las especies, de la autoorganización de la organización sistémica y de su apertura al entorno, el cual hace, en el cual hace y desde el cual es accionada. SISTEMA-ARTE MORIN (1993) expone que en la distinción de todo sistema alienta un principio de incert1- dumbre. Y esta incertidumbre es un principio de arte. Es el arte de inferir las relaciones que con- forman la organización de un sistema. SÁNCHEZ (1999) discurre: "El arte, por su variabili- dad inmensa, por su radical libertad, se resiste a una definición. Del arte sólo cabe inquirir qué hace, y no qué es, porque el arte es un dispositivo de resistencia y así asume el deber de resistirse a que lo identifique. Por su variabilidad, reactividad y complejidad, la obra de arte produce un quiasmo. Es decir, cruza dos movimientos complejos: yo sé lo que quiero decir (un porvenir inscrito en el pasado), pero no lo sabré hasta que no lo haya dicho (un pasado ins- crito en el porvenir). El arte permite una reflexión sin concepto, pero a partir de la aparien- cia del concepto, donde accedemos a la asociación libre, a la contingencia y aun a la indeter- minación, pero en un contexto de sentido inagotable”. Resulta irresistible una analogía con la indocilidad de la especie a ser enmarcada en algún concepto o definición. No es posible no ver un paralelo con la indeterminación irremediable de la dimensión temporal de las definiciones, con el ineludible quiasmo conceptual. No es fuera de los conceptos, pero tampoco dentro de un concepto, como podemos aprehender las realida- des complejas, que por ello también devienen perceptibles como un evento de arte. Es por ello que parece apropiada la perspectiva sistémica, con su subversión a la demarcación, pero con su anclaje en lo macroconceptual, con su raíz en la unidad y su configuración en la diver- sidad. Por su existencialidad en la dimensión de la confluencia, en la complexión. No hay un concepto ni una definición base, paramétrica, para la noción de sistema, que es la noción misma de la complejidad fenoménica de base. Las diferentes concepciones de sis- temas son inconmensurables entre sí. Es un concepto envoltorio, un concepto-esqueleto, ne- cesario como todo esqueleto, pero insuficiente, como tan sólo un esqueleto, para la vida, aun- que imprescindible para los seres que necesiten esqueleto. Hay inconmensurabilidad entre cualquier definición de un sistema atómico respecto a la de un sistema solar, y entre la de éste con respecto a un sistema viviente, o a la de un sistema social, socio-cultural, o con la de- finición de un sistema lingúístico. La única generalidad conceptual, de la cual cada manifes- tación sistémica es una entidad distintiva, es la de organización y estructura. La organización y estructura hay que aprehenderla en la confluencia circompleja (sensu MORIN, 1993). Es de- cir, en un circuito relacional, recursivo y procesal. Es necesario habitar el conocimiento, propugna Novo (2002b). El artista siempre lo hace, pues para el artista el conocimiento que construye es siempre un devenir estético, incluso 11 Fontenla ético. Para Novo, "la ciencia estudia lo visible; el arte es la intuición de lo invisible. La intui- ción es originaria, genésica; el conocimiento deviene una experiencia estética y por lo tanto también artística”. Y también nos dice: "En la práctica...el sujeto del conocimiento, es el in- térprete de la complejidad del mundo, alguien que 'crea' realidad cuando sólo pretende cono- cerla. Para ello, utiliza la totalidad de su ser, razón y emoción, mente y cuerpo, teorías y sueños. Es decir, interpreta sin fronteras" (Novo, 2004). Cuando un taxónomo distingue o describe una especie también se encuentra realizando un ejercicio intuitivo de la realidad. Se encuentra intuyendo y asimilando lo "invisible", es decir, la organización, los ocultos, pero no por ello menos reales, vínculos genealógicos embebidos en un metasistema de individuos de los cuales el observador sólo percibe una parte pequeña; tal vez incluso ínfima. El taxónomo genera una realidad a partir de un conocimiento racional, pero también a partir de su intuición. Y toda realidad "creada", genésica, es también una realidad habitada; es una construcción cognitiva co-habitada, entre el conocimiento existente y el observador que habita ese conoci- miento, engendrador de nuevos vínculos cognitivos. El conocimiento se construye "habitándolo". El artista lo asume como algo natural, senci- llamente lo "vive". El científico racionalizado pretende su enajenación del sistema-objeto, para "contemplar" el conocimiento desde "afuera", desde una "objetividad" amorfa. Pero tal objetivad espuria termina por tornarse en una subjetividad doblemente disociativa: entre el observador y el objeto (objeto como símbolo de una desintegración desgarradora del sistema sujeto-objeto-contexto) y entre el observador consigo mismo. Se genera una verdadera omni- subjetividad. La perspectiva sistémica articula la distinción científica y la percepción e intui- ción artística, donde el sujeto construye el conocimiento habitándolo, embebido en una red de vínculos, del sujeto con el objeto, del objeto con el sujeto, del sistema sujeto-objeto consigo mismo en su contexto específico. Así, se genera el fenómeno co-constructivo contrario a la di- sociación sujeto-objeto: una doble objetividad u omnijetividad. Ello no constituye una "sa- biduría" totalitaria y autoclausurada; sino un saber contextual rico en sentidos interpretati- vos, con apertura hacia lo dinámico y lo novedoso. Sería posible resumir este apartado a la manera de LAVANDEROS (2005): "El paradigma Ciencia-Arte es el lugar encantado posible, donde la relación como proceso permite una forma de epigénesis libre donde el trazo del mapa ya no depende del autor, sino de la multi- ciplidad de historias que ha construido como parte de redes, y que en definitiva no puede di- sociar de su propio proceso narrativo". ¿SOLUCIÓN SISTÉMICA? El "problema" de la especie deviene un problema del tipo de especie de observador den- tro del cual se define el observador mismo, pretendiendo, al mismo tiempo, no incluirse en nin- guna, para así poder ser un observador "objetivo", racional y racionalizado. Es un problema del observador consigo mismo. El sistema no enajena al sujeto de su distinción e interpretación, sino lo incluye. La perspectiva sistémica-relacional es una de cohabitación y co-construcción contextual, cultural. LAVANDEROS Y RENCK (2004) expresan: "El proceso descriptivo-inter- pretativo no se aplica a una realidad que existiría con independencia del observar del ob- La especie y el problema servador, sino que es un proceso de co-circunstancialidad en la distinción de unidades, puesto que implica tanto la definición del observador como la definición de la unidad obser- vada. Hablamos de co-circunstancialidad en la distinción de unidades. Las unidades com- puestas son unidades en las que podemos especificar componentes a partir de sucesivos ac- tos de distinción y, además, relaciones entre esos componentes o partes constitutivas, siendo éstas las que verifican su estructura en un contexto en que las distinguimos como unidad”. Es por ello que la noción sistémica es también una dimensión de arte, de estética y aun de ética. GHISELIN (2005) y DE QUEIROZ (2005) insisten en la necesidad de una unificación del co- nocimiento. Pero es lícito pensar que lo que se hace necesario es una diversificación cognitiva relacional. Se hace necesaria una diversificación reflexiva e interpretativa, que facilite dis- tinguir el metasistema especie como una unidad organizacional clausurada, pero a la vez como una diversidad sistémica, potencialmente abierta a trascender su propia clausura. La especie es una confluencia de organización y estructura, de ecología e historia. Es una unidad- diversa fenoménica relacionada organizacionalmente, y configurada sistémicamente. La idea del sistema es una forma de descubrir problemas que podrían no ser percibidos de otra manera. Deviene no solución, sino "aprehensión". No "soluciona" problemas complejos, pero los coloca en una perspectiva adecuada. La especie es una unitax multiplex, una unidad compleja. En estos casos, como expone LAVANDEROS (2005), la especificación estriba en la re- lación y no en los componentes. Este sistema de relaciones es definido como una complexión; es decir, un sistema de relaciones cuya organización es conservada a partir de la clausura de la comunicación para códigos que sólo tienen significado dentro de la red, y que a la vez in- tercambia códigos significantes como forma de dar cuenta de esta organización a partir de las relaciones de pertenencia o identidad. La comunicación es toda actividad que organice el intercambio de configuraciones (identificación de diferencias) que conserven la relación orga- nismo-entorno. En ello reside la cohesión organizacional, el "lenguaje" mediante el cual se con- figuran y co-identifican unos con otros los individuos de una especie. El sistema es la complejidad de base, pero la "complejidad" no es reducible al sistema. La complejidad desborda y envuelve al sistema. La verdadera complejidad es el circomplejo, lo relacional complementario y antagónico, necesario y aleatorio; lo evenencial y lo procesal. La red de fenómenos y procesos. Las especies son la complejidad de base de la biosfera, el sis- tema basal, la organización irreducible de la complejidad de la vida. Pero la biosfera no puede ser comprendida y reducida al conocimiento de las especies. La vida son relaciones de interacción realizadas por organismos, entre organismos con organismos, y de organismos contra organismos, en un grandioso retículo de entornos, de ambientes, de ecosistemas, embe- bidos y co-producidos los unos en los otros. La vida tampoco puede reducirse ni al sistema ni a la especie, aunque todo ser viviente sea un sistema perteneciente a una especie. La complejidad fenoménica de base de la vida es la célula en red, el organismo en red, donde la propia célula y el propio organismo constituyen una red sistémica embebida en redes de eventos, procesos e interacciones, los cuales desbordan lo sistémico embebidos en redes de sistemas. Lo vivo tampoco puede reducirse a lo celular, porque los organismos pluricelulares sólo pueden existir individualizados como sistemas pluricelulares. La complejidad de base de la vida es el circomplejo de lo vivo, la complexión: la interacción, la relación, la interrela- ción, la organización, la simbiosis, la depredación, los eventos y los procesos. Todo ello se en- 13 Fontenla cuentra embebido en redes ecosistémicas, internas y externas, pues todo organismo pluricelu- lar es ecosistema de sí mismo, de sus subsistemas celulares. No interaccionan las especies como metasistemas, sino los organismos como sistemas, alienados de sistemas y de las es- pecies, pero sin poder existir enajenados de lo sistémico y sin pertenecer a una especie. No es posible quebrar la recursividad organismo-especie. El sistema y la especie están en lo genético. Las interacciones reales, la existencia real, alientan en lo genésico, en lo poiético, en lo eco- lógico, en el intercambio y la apertura al entorno, en la construcción, en la modificación y aun en la destrucción de entorno, en la red ecosistémica y en la red de redes de la biosfera. La cosa extraña acerca de la evolución es que todo el mundo piensa que la entiende, dijo uno de los célebres Huxley. KAUFFMAN (2000) coincide con esta idea, pero declara su convic- ción sobre la existencia de leyes generales para la co-construcción autoorganizada de sí misma de la biosfera. Es sugestivo suponer que si existen otras biosferas, todas llegarían a ser, como la nuestra, tan diversas como es dable imaginar, y todas expandirían su propia dimen- sionalidad y complejidad hacia lo adyacente posible, hacia lo que está a un paso más allá de lo actual. Pero esa posibilidad adyacente es, en sí misma, impredecible. Es deducible que la bios- fera tiende hacia una apoteosis de diversidad, pero no es posible conocer cuales nuevas formas serán engendradas en tal magnífica biogénesis. Así emerge nueva diversidad y complejidad. Cada especie es una actualización hacia lo "adyacente posible" de una biosfera en coevolución constructiva de sí misma. Para aprehender tan grandioso panorama, son necesarias tanto la distinción, la percepción y la sensibilidad científica como la artística. Y cómo diría Darwin: Hay también una grandeza en esta visión de la vida. BIBLIOGRAFÍA ANDRADE, E. 2000. Los demonios de Darwin. Semiótica y codificación biológicas. Bogotá. 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SN 1d EA Pm vo, $ O Aid A 4d MAS DE ll E Alo a rá bt a) Avicennia, 2007, 19: 17-24 Cerapus orteai (Corophioidea: Corophiidae) a new amphipod crus- tacean from the Caribbean coast of Costa Rica Cerapus orteai (Corophioidea: Corophiidae) una nueva especie de anfipodo de las costas del Caribe de Costa Rica Manuel Ortiz | and James Darwin Thomas ?2 ICenter for Marine Research, University of Havana, Cuba. Calle 16 No. 114, Miramar, Playa, C. Habana, Cuba. ¿National Coral Reef Institute, 8000 N. Ocean Blvd., Dania, FL 33004, USA. Abstract Cerapus orteai n. sp. is described from the Caribbean coast of Costa Rica, where 1t constructs and inhabits non-permanent tubes. This species is characterized by a prominent rostrum, and by the constriction of the body between pereonites 2 and 3. It is further characterized by the shape of the palm of gnathopod 2, the absence of a recurved hook at the distoventral margin of the peduncle of uropod 1, and the telsonic ornamentations, which distinguish it from all other known species in the genus. Resumen Se describe el anfípodo Cerapus orteai n. sp. de las costas del Caribe de Costa Rica, donde vive introducido en tubos no permanentes construidos por este interesante animal. Dicha especie se ca- racteriza por presentar un largo rostro, el cuerpo con una constricción entre los segmentos 2 y 3 del pereión, la forma del gnatópodo 2, y las ornamentaciones telsónicas, lo cual la distingue de las restantes que se conocen dentro del género. Key words: Crustacea, Amphipoda, Corophioidea, Cerapus, Central America. Palabras claves: Crustacea, Amphipoda, Corophioidea, Cerapus, América Central. INTRODUCTION The peracarid crustacean fauna from the Caribbean coast of Central America remains po- orly documented. This new species was collected as part of a marine faunal inventory of Ca- ribbean crustacean species. Prior to this study there were three species of Cerapus reported from the Gulf of Mexico and the Caribbean Sea; Cerapus benthophilus Thomas and Heard, 1979, Cerapus cudjoe Lowry and Thomas, 1991, and Cerapus thomasi Ortiz and Lemaitre, 1997. Ter- minology of setae on the mandibular palp follows that of LOwRY AND STODDART (1993). Cerapus orteai new species (Figures 1-5) Type material: Holotype, male "A", 2,1 mm, Punta Mona, Manzanillo, Costa Rica, 13 March, 2001; SCUBA diving, 25 m; Invertebrate Collection, Center for Marine Research, Havana University. Paratypes, male "B" 1,8 mm; unsexed specimen "C"., in its original tube, both deposited together with the holotype. 17 Ortiz and Darwin Etymology: Named in honor of Dr. Jesús Ángel Ortea, who helped collect peracarid material for the present study. Diagnosis: (Male) Antenna 1, peduncle 2,1 times as long as flagellum, flagellum 4-articu- late. Antenna 2, flagellum 5-articulate, article 5 vestigial. Rostrum long and slightly curved downward, 0,33 times as long as peduncle of male antenna 1. Pereonite 1 without lateral keel, body constricted between pereonites 2 and 3; sternal keel rudimentary. Gnathopod 2, basis lacking anteroproximal clump of setae; carpus, anterodistal margin slightly expanded, palm subtransverse with tooth on base of propodus; propodus elongate, slightly curved, 4,4 times longer than broad, posterior border sinuous, dactyl 0,66 times as long as propodus. Pereo- pods 3-7, dactyl simple (not bifid). Pleopods 2 and 3, inner ramus half or less as long as ou- ter. Uropod 1, distoventral margin lacking peduncular hook, margins evanescent. Description: (Male) Head: anterior margin angular, extending beyond eyes at approx1- mately a 30” angle, rostrum 0,33 times as long as antennal peduncle 1. Antemnae: Antennae l and 2, setae only on posterior margins of peduncle and flagellum:; not covered in small scales. Antenna 1 more than half of body length; peduncular article 3 with a very slight brown band distally; flagellum 4-articlulate, terminal article vestigial. An- tenna 2 scarcely exceeding antenna 1; flagellum 5-articulate, terminal article vestigial. Mouthparts: Epistome: convex. Mandible: molar without flakes, weakly triturative with 3 accessory spines; palp elongate and slender, article 2 shorter than 3, bearing 1 A2 and 1 B2 setae; article 3 with 3 F3, 3 E3 se- tae and 4 D3 setae. Left mandibular incisor with 5 teeth; lacinia mobilis bifid; molar, with ventrally rounded process. Right mandible incisor with 3 teeth; lacinia mobilis with 4 teeth. Maxilla 1: Inner plate small, terminal seta absent; outer plate, apical margin with 5 thicke- ned, chisel-like odontoid setae; palp article 1 unornamented, article 2 with 1 subapical seta and 5 thickened spine-like setae terminally. Maxilla 2: Inner plate with 10 apical setae; outer plate with 8 apical setae. Maxilliped: inner plate rectangular, with 7 short apical spine-setae; outer plate, apical margin with 4 long setae and 2 odontoid setae; palp article 2 with 8 medial setae, article 3, me- dial margin with one long and 3 small setae, distal margin with 6 setae, article 4 bearing a distal seta. Gnathopod 1: subchelate; coxa 1 quadrate; basis stout, margins subparallel; posterodistal margin of carpus forming a right-angle lobe; propodus with rounded oblique palm, palm se- tose; dactyl longer than palm. Gnathopod 2: complexly subchelate; coxa ovoid; basis rectangular, bearing 3 separated short setae on anteroproximal margin; carpus enlarged, 1.4 times longer than wide, palmar margin linear, angled obliquely forward, defined by elongate tooth bearing three subdistal se- tae; propodus elongate, 4,4 x times longer than wide, posterior margin sinuous with two small concavities; dactyl 0,70 x length of propodus. Pereopods 3-4: coxae small, wider than deep, not touching serially; bases wide, 1,22 x and 2 x longer than wide respectively; remainder of pereopod narrow; merus forming rounded anterior lobe; dactyl with nail. New amphipod from Costa Rica Figure 1. Cerapus orteai, new species, A, lateral view of paratype male “B”; holotype “A”: B, antenna 1; C, antenna 2; D, Upper lip; E, lower lip; F, maxilla 2. Figura 1. Cerapus orteai, especie nueva, A, vista lateral del macho paratipo “B”; holotipo “A”: B, antena 1; C, antena 2; D, labio superior, E, labio inferior; E. maxilla 2. Ortiz and Darwin Figure 2. Cerapus orteai, new species, holotype “A”: A, right mandible, incisor process; B, left mandible, incisor process and molar; C, mandible palp; D, maxilla 1; E, maxilliped; F, dorsal view of head and pereonites 1-2, paratype male “B”. Figura 2. Cerapus orteai, especie nueva, holotipo “A”: A, incisivo de la mandíbula derecha; B, incisivo y molar de la mandíbula izquierda; C, palpo mandibular; D, maxila 1; E, maxilípedo; E, vista dorsal de los segmentos pereionales 1-2 paratipo “B”. 20 New amphipod from Costa Rica Figure 3. Cerapus orteai, new species, holotype “A”: A, gnathopod 1; B, gnathopod 2; C, pereopod 3; D, pereopod 4; E, pereopod $. Figura 3. Cerapus orteai, especie nueva, holotipo “A”: A, gnatópodo 1; B, gnatópodo 2; C, pereiópodo 3; D, pereiópodo 4; E, pereiópodo 5. 21 Ortiz and Darwin Figure 4. Cerapus orteai, new species, holotype “A”: A, pereopod 6; B, pereopod 7; C, pleopod 1; D, pleopod 2; E, pleopod 3, F, uropod 1; G, epimera 2 and 3; H, uropods 2, 3 and telson (slightly turned); I, distal part of uropod 2. Figura 4. Cerapus orteai, especie nueva, holotipo “A”: A, pereiópodo 6, B, pereiópodo 7; C, pleó- podo 1; D, pleópodo 2; E, pleópodo 3; E, urópodo 1; G, epímeros 2 y 3; H, urópodos 2, 3 y telson (ligeramente volteado); I, parte distal del urópodo 2. 22 New amphipod from Costa Rica Pereopod 5: shorter than 4; coxa elongate, 2,9 times wider than deep, anterior margin cre- nulate; merus bi-lobed, anterior lobe larger than posterior, with short setae ventrally, posterior lobe with 2 long, and 1 medium ventral setae. Pereopod 6: coxa, anterior and ventral margins crenulate; basis ovo1d; carpus with 2 long anterodistal setae. Pereopod 7: coxa small and narrow, subrectangular, carpus slightly inflated distally; dactyls of pereopods 5-7 thickened and recurved. Pleopods: pleopods 1-3 decreasing in size serially, peduncles with 2 coupling spines; ou- ter rami much larger than inner, expanded basally; pleopod 2, inner ramus more than half the length of outer; pleopod 3, inner ramus very small, bearing a very long terminal seta. Uropods: uropod 1, peduncle 3,58 x longer than wide; outer ramus 1,72 x as long as pedun- cle, distoventral margin entire, lacking hook or other ornamentation; outer ramus 0,6 x of ou- ter ramus, outer margin with row of 7 of denticles, dorsofacial surface with 5 setae. Uropod 2, uniramous, vestigial ramus bearing small distal setae. Uropod 3 uniramous, peduncle 2 times as long as broad, armed with a small distal hook. Telson: 2,5 wider than long, cleft one-half of its length, each lobe with 6-7 longitudinal rows of very small, recurved tubercles. Gills: present on pereopods 3-5 tubular and elongate that of 6 very short. Female: unknown. Figure 5. Cerapus orteai, new species paratype “C” unsexed specimen in tube. Figura 5. Cerapus orteal, especie nueva paratipo “C” espécimen sin sexar en su tubo. ES Ortiz and Darwin Observations: Ecology: Tube cylindrical, entrance with slight distal flare; parchment- like, composed of fine particulate detrital material. Collected with Gammaropsis atlantica Stebbing, 8988, Ericthonius brasiliensis (Dana, 1853), and Ampelisca sp. Remarks: The long rostrum of C. orteai, new species, distinguishes this species from all other known species of Cerapus. C. orteai, new species, differs from C. benthophilus by lac- king a tuft of dense long setae on the anterior border of article 2 of gnathopod 2; and the sim- ple dactyls on pereopods 3-7. It differs from both C. thomasi and C. cudjoe, in lacking a hook on the venterodistal margin of the peduncle of uropod 1; and further differs from C. cudjoe in the simple dactyls of pereopods 3-7. ACKNOWLEDGMENTS We warmly thank Dr. Jesús Ángel Ortea, Dr. Manuel Caballer Gutierrez and Dr. José Es- pinosa, for collecting and the loan of the material, for this study. We also thank the "Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica" (National Institute of Biodiversity at Costa Rica) for facilities support. BIBLIOGRAPH Y LowrY, J.K. AND THOMAS, J. D. 1991. A new species of Cerapus from Cudjoe Channel, Lower Florida Keys, USA, with notes on male behaviour (Crustacea: Amphipoda: Corophioidea). Journal of Natural History, 25: 1461- 1467, figs. 1-4. Lowry, J.K. AND H.E. STODDART. 1993. Crustacea Amphipoda: Lysianassoids from Philippine and Indonesian waters. In: Résultats des Campagnes MUSORSTOM, Volume 10. A. Crosnier (ed.). Mémoires de Museum National d"- Histoire Naturelle, 156: 55-109. ORTIZ, M, AND LEMAITRE, R. 1997. Seven new amphipods (Crustacea: Peracarida: Gammaridea) from the Caribbean coast of South America. Boletin de Investigaciones Marinas y Costeras, 26: 71-104. THOMAs, J. D. AND HERARD, R.W. 1979. A new species of Cerapus Say 1817 (Crustacea:Amphipoda) from the nor- thern Gulf of Mexico with notes on its ecology. Proceedings of the Biological Society of Washington, 92 (1): 98-105, figs. 1-4. 24 Avicennia, 2007, 19: 25-30 Una nueva especie de camarón del género Spongiocaris (Pleocye- mata, Stenopodidea) asociado a una esponja (Hexactinellida) colec- tada por la expedición del B/l "Atlantis", en las aguas profundas del Sur de Cuba, en 1939 A new species of shrimp of the genus Spongiocaris (Pleocyemata, Stenopodidea) associated with a sponge (Hexactinellida) collected by the Expedition of the R/V "Atlantis", at the deep waters of Southern Cuba, in 1939 Manuel Ortiz, Rogelio Lalana y Carlos Varela Centro de Investigaciones Marinas. Universidad de La Habana. Calle 16 No. 114, Miramar, Playa, C. Habana, Cuba. Resumen Se describe una nueva especie de camarón stenopodideo del género Spongiocaris (Pleocye- mata, Stenopodidea). Se ofrecen además las principales diferencias entre esta nueva especie y las otras tres conocidas hasta el presente. La especie fue encontrada al tamizar el alcohol en que se encontraba inmersa, desde 1939. Este hallazgo constituye el segundo registro del género para el He- misferio Norte, el Atlántico Occidental Tropical, así como el primer registro, para las aguas cubanas. Abstract A new species of Stenopodidean Shrimp of genus Spongiocaris (Pleocyemata, Stenopodidea). is described. The main differences of this new species an the three others known, are also given. The species was found when sieving the original alcohol, into which the animal was inmersed, from 1939. This is the second record of this genus, for the Northern Hemisphere, the Western North Atlantic, as well as, the first record for the Cuban waters. Palabras claves: Decapoda, Pleocyemata, Stenopodidea, Spongiocaris, especie nueva, aguas profundas, sur de Cuba Key words: Decapoda, Pleocyemata, Stenopodidea, Spongiocaris, new species, deep waters, southern Cuba INTRODUCCIÓN Hasta el presente se conocen 5 especies de camarones del Infraorden Stenopodidea Hur- ley, 1878, en las aguas cubanas; Stenopus hispidus (Olivier, 1811), Stenopus scutellatus Ran- king, 1898, Microprosthema semilaeve (Von Martens, 1872), Odontozoma striata Goy, 1981 y Spongicola cubanica Ortiz, Gómez y Lalana, 1994. Recientemente, al tamizar el alcohol en que se encontraba inmerso en su frasco original, un ejemplar de una esponja de la Clase Hexactinellida, colectada por la Expedición del Atlantis, en 1939, al sur de Cuba, fue detectado un ejemplar de camarón stenopodídeo, que des- pués de su estudio, ha resultado ser una nueva especie, que se describe a continuación. 2 Ortiz, Lalana y Varela SISTEMÁTICA Subphylum Crustacea Brinnich, 1772 Superorden Eucarida Calman, 1904 Orden Decapoda Latreille, 1803 Suborden Pleocyemata Burkenroad, 1963 Infraorden Stenopodidea Huxley, 1878 Familia Spongicolidae Schram, 1986 Género Spongioaris Bruce y Baba, 1973 Spongiocaris goyi especie nueva (Figuras 1 y 2) Holotipo: macho adulto de 1,1 cm de longitud total; colectado en la estación 3319 de la Expedición conjunta de las Universidades de Harvard y de La Habana, sur de la Bahía de Cienfuegos; 4 de Abril de 1939; 297-351 m; colectado en la esponja Pheronema annae *?; depositado en la colección de tipos del Centro de Investigaciones Marinas, de la Universidad de La Habana, Cuba; No. 62. Etimología: especie dedicada al Dr. Joseph W. Goy por su contribución al conocimiento de la taxo- nomía de los camarones estenopodídeos de todo el mundo. Diagnosis: camarón de pequeño tamaño; cuerpo mas bien cilíndrico; superficie del cara- pacho lisa; rostro triangular, corto y con bordes laterales rectos en sus 2/3 anteriores, con 4 dien- tes en su borde dorsal, que aparecen dispuestos en dos pares, par anterior situado a nivel del extremo anterior de la órbita, segundo, dispuesto de la mitad posterior de la órbita hacia detrás; sin dientes en su borde inferior. Carapacho sin espinas antenal y pterigostomial. Telson cua- drangular, con dos crestas longitudinales poco marcadas, que divergen distalmente, con 6-7 dien- tes cada una, con dos dientes laterales en la mitad posterior. Escama antenal con su ancho máximo en la parte media, con el borde externo liso. Descripción: camarón pequeño, con el cuerpo sin espinas; cefalotórax con el surco cervi- cal poco marcado y desprovisto de espinas; surco hepático no definido; rostro recto; región pos- torbital sin espina; ángulo orbital inferior poco saliente. Ojos esféricos, con el pedúnculo muy corto. Segmentos abdominales lisos, sin crestas transversas; pleuras no proyectadas posterior- mente, sin dientes en los ángulos posteroventrales; urópodos más cortos que el telson; endo- podito más largo que el exopodito; exopodito con el borde externo aserrado. Telson sin setas terminales, dos veces más largo que ancho, ancho máximo, distalmente. Anténula sin setas, 1/3 más larga que la escama antenal; artejo basal sin estatocisto, tan largo como los artejos 2 y 3 juntos; flagelo desprovisto de setas. Antena con basicerito casi romo distalmente, resto de la pieza partido. Mandíbula con el proceso incisivo delgado, formado por 3 dientes. Maxílula, con ambos lóbulos semejantes; lóbulo interno con 13 setas simples; lóbulo ex- terno provisto de 4 setas gruesas con 5 más finas intercaladas entre las primeras; palpo man- dibular de un artejo, con una seta distal. 26 Nueva especie de camarón de la isla de Cuba Figura 1. Spongiocaris goyi, especie nueva, A, vista dorsal del cefalotórax, B, vista lateral del rostro, C, parte distal del maxilípedo 3, D, maxilípedo 2, E, maxilípedo 1, F, maxila, G, parte distal de la mandíbula, H, pereiópodo 2, I, maxílula, J, pereiópodo 3. Figure 1. Spongiocaris goyi, new species, A, dorsal view of cephalothorax, B, lateral view of rostrum, C, distal part of maxilliped 3, D, maxilliped 2, E, maxilliped 1, F, maxilla, G, distal part of mandible, H, pereiopod 2, I, maxillula, J, pereiopod 3. 27 Ortiz, Lalana y Varela Figura 2. Spongiocaris goyi, especie nueva, A, vista lateral de los segmentos abdominales 1-5, B, pleópodo 2, C, pleópodo 3, D, pleópodo 4, E, pleópodo 5, F telson y urópodo derecho. Figure 2. Spongiocaris goyi, new species, A, lateral view of abdominal segments 1-5, B, pleood 2, C, pleopod 3, D, pleopod 4, E, pleopod 5, F, telson and rigth uropod. 28 Nueva especie de camarón de la isla de Cuba Maxila con el palpo alargado, con una seta distal y dos en su borde interno; enditos bífidos y muy semejantes, con setas distales alargadas; escafognatito con su lóbulo superior más des- arrollado que el inferior, ambos con setas marginales que se alargan distalmente. Maxilípedo 1 con su palpo de 3 artejos, con una seta distal en el artejo 3; exópodo corto y bilobulado; endopodito ancho y laminar, con setas marginales equidistantes. Maxilípedo 2 con exópodo largo, estrecho y provisto de 3 setas largas y dos cortas dista- les; meropodio largo; carpopodio aparentemente de dos artejos; propodio mucho mas largo que el dactilo. Maxilípedo 3 delgado, con el mero y el carpo desnudos; dactilo muy corto, con dos pena- chos de setas largas distales. Pereiópodo 1 falta. Pereiópodo 2 con el propodio formando un dedo fijo corto pero puntiagudo; dedo móvil mas alargado y curvado. Pereiópodo 3 más largo que el 2, poco robusto; meropodio y carpopodio muy delgados; de- dos fijos y móvil avanzando hasta el mismo nivel; dedo fijo con setas marginales en 2/3 de su extensión; dedo móvil con 5 setas subdistales. Resto de lo pereiópodos perdidos. Pedúnculo del pleópodo 2 algo más corto que las ramas; ramas subiguales en largo; Pleó- podo 3 con la rama interna con setas largas terminales; rama externa partida. Pleópodo 4 con la rama interna la mitad del largo de la externa; ambas con setas largas ter- minales. Pleópodo 5 mucho más corto que los anteriores; ambas ramas subiguales, foliáceas y con setas más cortas. Endopodito del urópodo más largo que el exopodito; con setas cortas en su margen in- terno; con setas largas solamente en la parte distal; exopodito dentado en su margen externo; con setas distales alargadas. Telson algo más estrecho basal que distalmente; más largo que los urópodos. Hembra desconocida. Observaciones: Tres especies del género Spongiocaris han sido descritas hasta la fecha (SAITO Y TAKEDA, 2003), dos de ellas fueron encontradas en las aguas profundas del hemisfe- rio Sur, de las cuales Spongiocaris semiteres Bruce y Baba, 1973 es de las aguas de Durban, Africa del Sur y la otra, Spongiocaris yaldwyni Bruce y Baba, 1973, apareció en el Norte de Nueva Zelanda. La tercera, Spongiocaris hexactinellicola Berggren, 1993, fué colectada en el hemisferio Norte, en el banco de Taltar, en las Islas Bahamas (BERGGREN, 1993). Las diferencias más notables entre S. goyi, especie nueva y S. hexactinellicola son que en la primera, el borde superior del rostro posee 4 dientes, mientras que el inferior es liso; el ca- rapacho no posee espina antenal; la escama antenal tiene el borde externo casi liso y el telson es cuadrangular, con solo dos espinas laterales. En S. hexactinellicola el borde superior del ros- tro posee mas de 6 espinas, llevando dos en el inferior; el carapacho posee espina antenal; el borde externo de la escama antenal es dentado y el telson es estrecho distalmente, llevando 7- 8 espinas laterales a cada lado. Por otra parte, $. goyi, especie nueva, procede de la esponja Pheronema annae ?, obte- nida en una localidad al sur de Cienfuegos, Cuba, mientras que S. hexactinellicolla procede de la esponja Euplectella jovis, colectada en las aguas profundas de las Islas Bahamas. 29 Ortiz, Lalana y Varela Además, $. goyi, especie nueva, difiere de S. semiteres por presentar 4 dientes en el borde superior del rostro y ninguno en el inferior; no posee dientes en el borde anterior del propodio del pereiópodo 3; el carapacho no presenta espinas en el surco cervical; la escama antenal tiene el borde externo casi liso; el exopodito del urópodo es alargado; el borde externo del endopodito del urópodo no presenta dientes; el telson es cuadrangular con solo dos espinas la- terales y con dos hileras de 6-7 dorsalmente, mientras que en S. semiteres hay 4 dientes gran- des y 4 chicos en el borde superior del rostro y 2 grandes en el inferior; presenta dos dientes grandes a cada lado del surco cervical; la escama antenal tiene el borde externo con al menos 6 dientes; posee una fila de dientes en el borde anterior del propodio del pereiópodo 3; el exopodito del urópodo es foliáceo y ancho; el telson lleva 3 dientes a cada lado y dos hileras de 3, dorsalmente. Finalmente, $. goyi, especie nueva, se diferencia de S. yaldwyni por presentar 4 espinas en el el borde superior del rostro y ninguna en el inferior; el surco cervical está poco marcado y sin dientes; el borde externo de la escama antenal sin dientes; el telson cuadrangular, con dos dientes sub terminales, a cada lado. Sin embargo, en S. yaldwyni el borde superior del rostro lleva más de 8 dientes, con 4 ó más en el inferior; el surco cervical está bien marcado y armado con 3-4 espinas a cada lado; la escama antenal lleva 4 dientes en su borde externo; el telson es lingúiforme, armado con 4 dientes grandes, en cada borde lateral. También, S. goyi, especie nueva, fué encontrada en la esponja Pheronema annae ?, mien- tras que S. yaldwyni en Regadrella okinoseana, a 500-1000 m de profundidad (SAITO Y TAKEDA, 2003) Los camarones stenopodídeos asociados a esponjas silíceas de aguas profundas suelen vi- vir en parejas hasta su muerte. Sin embargo, en el caso de S. goyi, especie nueva, al aparecer el macho, se trató de encontrar la hembra infructuosamente. Como a la esponja hospedera de S. goyi, especie nueva, le falta su base y procede de un arrastre con "Otter Trawll", es proba- ble que esta se haya desprendido de su hospedero y se haya perdido, durante la colecta. El hallazgo de S. goyi, especie nueva, representa el segundo registro de una especie del gé- nero para el Hemisferio Norte y para el Océano Atlántico. También, es la primera vez que di- cho género se consigna para las aguas cubanas. AGRADECIMIENTOS Los autores quieren expresarle su más sincero reconocimiento al Dr. Joseph W. Goy por sus certeros comentarios sobre la temática tratada y su amable e indispensable colaboración, en el envío de gran parte de la literatura necesaria, para culminar con éxito el presente trabajo. BIBLIOGRAFÍA BERGGREN, M. 1993. Spongiocaris hexactinellicola, a new species of Stenopodidean shrimp (Decapoda: Stenmopo- didae) associated with hexactinellid sponges from Tartar Bank, Bahamas. J. Crust. Biol., 13 (4): 784-792. SAITO, T. Y TAKEDA, M. 2003. Phylogeny of the family Spongicolidae (Crustacea, Stenopodidea) evolutionary trend from shallow-water free-living to deep water sponge-associated habitat. J. Mar. Biol. Ass. U.K., 83: 119-131. 30 Avicennia, 2007, 19: 31-36 Una nueva especie de copépodo del género Asterocheres Boeck, 1860 (Copepoda: Siphonostomatoida), de aguas cubanas A new species of copepod of the genus Asterocheres Boeck, 1860 (Copepoda: Siphonostomatoida), from Cuban waters Carlos Varela!, Manuel Ortiz? y Rogelio Lalana? l Acuario Nacional de Cuba, Calle 1*n* 6002, E. 60 y 62, Playa, La Habana, Cuba. ¿Centro de Investigaciones Marinas. Calle 16, n” 114, Miramar, Playa, La Habana, Cuba. Resumen Se describe una nueva especie de copépodo del género Asterocheres, el cual fue encontrado aso- ciado a la esponja Callyspongia vaginalis (Lamarck, 1813). Se ofrecen además las diferencias más notables entre esta nueva especie y las dos más afines. Abstract A new species of copepod belonging to the genus Asterocheres is here in described. It was co- llected in association with the sponge Callyspongia vaginalis (Lamarck, 1813). The most important differences among this new species and the more similar ones, are also given. Palabras claves: Crustacea, Copepoda, Siphonostomatoida, Asterocheres, Cuba. Key words: Crustacea, Copepoda, Siphonostomatoida, Asterocheres, Cuba. INTRODUCCIÓN Los copépodos pertenecientes al género Asterocheres habitan generalmente en esponjas (JOHNSSON, 1998). Aunque existen algunas especies que se han hallado asociadas con briozoos y crinoideos (JOHNSSsON, 2002). Hasta el presente solo existe una especie del mencionado gé- nero para las aguas cubanas, Asterocheres garridoi Varela, Ortiz y Lalana, 2007, siendo el objetivo del presente trabajo describir la segunda especie del género Asterocheres para Cuba. La biodiversidad de los copépodos asociados con invertebrados marinos de nuestras aguas permanece poco estudiada hasta la fecha. MATERIALES Y METODOS La colecta fue realizada mediante SCUBA. La esponja del género Callyspongia, hospedadora de los copépodos, fue cubierta con una bolsa de polietileno, después de lo cual se arrancó del sustrato, ce- rrándose rápidamente para evitar la perdida de los animales. Posteriormente se añadieron gotas de for- malina a la bolsa y se sacudió el contenido, que más tarde fue tamizado y fijado. Los dibujos se realizaron con el auxilio de la cámara clara. yl Varela, Ortiz y Lalana SISTEMÁTICA Asterocheres espinosal especie nueva Asterocheres sp. Varela, Ortiz y Lalana, 2005: 80. Holotipo: Hembra ovígera. Colectada el 15 de septiembre del 2004. La colecta fue realizada en el sublitoral de Miramar, Playa, provincia de Ciudad de La Habana, asociada a la esponja Callyspongia va- ginalis. Depositado en el Departamento de Colecciones Marinas del Acuario Nacional de Cuba, ANC 07.2.1.018. Paratipo: Colectados en la misma localidad y depositados junto al holotipo, ANC 07.2.1.019. Etimología: Especie dedicada a nuestro gran amigo y colega, Dr. José Espinosa Sáez del Instituto de Oceanología, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Cuba. Por su contribución al conocimiento de los invertebrados marinos del archipiélago cubano. Diagnosis: El cono oral no alcanza la inserción basal de la pata 1. Artejo libre de la pata 5 con 3 setas. Segmento postgenital ligeramente más largo que el segmento anal. Anténula con 21 artejos. Rama caudal tan ancha como larga. Descripción del holotipo: Largo 0,69 mm, sin las setas caudales; ancho máximo 0,42 mm. Prosoma aplanado dorsoventralmente y urosoma cilíndrico (Figura 1A). Segmento 1 fu- sionado con el cefalosoma. Segmentos 2 y 3 de la misma longitud. Epímeros de estos tres segmentos ligeramente puntiagudos. Segmento 4 más estrecho que los anteriores, parcial- mente cubierto por el segmento 3, con epímeros redondeados. Cono oral no alcanza la inser- ción de la pata 1. Segmento genital más ancho que largo, de forma hexagonal, con pequeñas setas latera- les. Aberturas genitales en la parte más ancha del segmento (Figura 1B). Segmento postgenital ligeramente más largo que el anal, ambos segmentos más anchos que largos. Segmento postgenital con 2 dientes laterales en la esquina posterior, que es pun- tiaguda. Segmento anal con la esquina posterior con 2 dientes laterales. Rama caudal tan larga como ancha con 3 dientes laterales y 6 setas distales. Anténula con 21 artejos (Figura 1D). Su región basal presenta 9 artejos y es más ancha que la región distal. Los artejos del 1 al 8 presentan 2 setas, el artejo 9 tiene 5, el 10 una, del 11 al 18 presentan 2, el 19 tiene 3 setas y 1 estetasco, el 20 tiene 2 setas y el 21 tiene 5. Al menos, una de las setas que presentan los artejos 1, 2, 4, 6 y 9 es plumosa. Exopodito de la antena de un artejo, armado con 2 setas (Figura 1E). Endopodito con 3 ar- tejos. Artejo 1 no armado, artejo 2 con una seta apical y artejo 3 con 2. Garra terminal, curvada. Mandíbula con estilete, palpo mandibular delgado con 2 artejos, artejo 1 desarmado, artejo 2 con 2 setas, no plumosas, desiguales en tamaño (Figura 2 A). Maxila con sincoxa y una ga- rra distal curvada y puntiaguda, ambas desarmadas (Figura 2 B). Maxilípedo con 3 artejos. Ar- tejos 1-3, desarmados, artejos 4 y 5 con una seta distal. Garra terminal ligeramente más larga que el artejo 5 (Figura 2 C). Maxílula, la longitud del lóbulo interno es más de 2 veces la del lóbulo externo. Lóbulo interno con 4 setas distales y el externo con 3 (Figura 2 D). 2 Nuevo copépodo del género Asterocheres Figura 1. Asterocheres espinosai, especie nueva, A, vista dorsal del holotipo, B, urosoma, C, pata 5, D, anténula, E, antena. Escalas: A: 0,2 mm, B: 0,05 mm, C-E: 0,02 mm. Figure 1. Asterocheres espinosai, new species, A, dorsal view of the holotype, B, urosome, C, leg 5, D, antennula, E, antenna. Scale bars: A: 0,2 mm, B: 0,05 mm, C-E: 0,02 mm. 33 Varela, Ortiz y Lalana Patas natatorias birramosas, con 3 artejos en cada rama (Figura 3 A-D). Todas las coxas con una seta distal y los basis con una seta lateral. Artejos de los exopoditos de todas las patas con pequeñas setas en el margen externo y artejos de los exopoditos de las patas 2 a 4 con pequeñas espinas en su margen externo. El patrón de espinas y setas de las patas (P1-P4), se muestra a continuación: coxa basis exopodito endopodito P1 0-1 1-1 [-1; 1; HI-4 0-1; 0-2; 1-5 p2 0-1 1-0 [-1; 1-1; IV-4 0-1; 0-2; 2-1-3 P3 0-1 1-0 1-1; E 1; IV-5 0-1; 0-2; 1-5 P4 0-1 1-0 1-1; E 1; IV-4 0-1; 0-2; 1-1+1-2 Artejo libre de la pata 5 (Figura 1 C), con 3 setas de longitud desigual. La superficie dor- sal y ventral de este artejo, con hileras de espinas. Figura 2. Asterocheres espinosai, especie nueva, A, mandíbula, B, maxila, C, maxílula y D, maxilípedo. Escala: A-D: 0,02 mm. Figure 2. Asterocheres espinosai, new species, A, mandible, B, maxilla, C, maxillule, D, maxilliped. Scale bars: A-D: 0,02 mm. 34 Nuevo copépodo del género Asterocheres A A A Figura 3. Asterocheres espinosai, especie nueva, A, pata 1, B, pata 2, C, pata 3, D, pata 4. Escala: A-D: 0,02 mm. Figure 3. Asterocheres espinosai, new species, A, leg 1, B, leg 2, C, leg 3, D, leg 4. Scale bars: A-D: 0,02 mm. Varela, Ortiz y Lalana DISCUSIÓN Asterocheres espinosai, especie nueva, presenta el cono oral que no alcanza la inserción ba- sal de la pata 1. Artejo libre de la pata 5 con 3 setas. Segmento anal ligeramente de menor longitud que el segmento postgenital. Garra del maxilípedo ligeramente mas larga que el seg- mento que la precede y anténula con 21 artejos. Las especies más cercanas a A. espinosai, especie nueva, son Asterocheres tenuicornis Brady, 1910 y Asterocheres violaceus (Claus, 1889); esta última tiene su segmento genital más largo que ancho y el lóbulo interno de la maxílula ligeramente más largo que el externo a diferencia de 4. espinosai, especie nueva, que tiene su segmento genital más ancho que largo y el lóbulo interno de la maxílula es más de 2 veces más largo que el lóbulo externo. Por otra parte 4. tenuicornis tiene la rama caudal 6 veces más larga que ancha y el segmento postgenital es mas corto que el segmento anal. Mientras que en A. espinosali, especie nueva, la rama caudal es casi tan larga como ancha y el segmento postgenital ligeramente mas largo que el anal. BIBLIOGRAFÍA JOHNSSON, R. 1998. Six new species of the genus Asterocheres (Copepoda; Siphonostomatoida) associated with sponges in Brazil. Nauplius 6: 61-99. JOHNSSON, R. 2002. Asterocherids (Copepoda; Siphonostomatoida) associated with invertebrates from California Reefs: Abrolhos (Brazil). Hydrobiologia 470: 247-266. VARELA, C., ORTIZ, M. Y LALANA, R. 2005. Nuevos reportes de copépodos (Crustacea, Maxillopoda, Copepoda) para aguas cubanas. Revista de Investigaciones Marinas, 26 (1): 79-80. VARELA, C., ORTIZ, M. Y LALANA, R. 2007. Especie nueva de copépodo espongícola (Copepoda: Siphonostomatoida: Asterocheridae) para Cuba. Solenodon 6: 1-7. 36 Avicennia, 2007, 19: 37-44 Una nueva especie de isópodo espongícola (Isopoda, Flabellifera, Cirolanidae) de las aguas profundas del Sur de Cuba A new species of a spongiculous isopod crustacean (Isopoda, Flabe- llifera, Cirolanidae) from the deep-sea waters of Southern Cuba Manuel Ortiz, Rogelio Lalana y Carlos Varela Centro de Investigaciones Marinas. Universidad de La Habana. Calle 16, n” 114, Miramar, Playa, La Habana, Cuba. Resumen Se describe una especie nueva de isópodo flabelífero del género Cirolana, de la familia Ciro- lanidae. El material objeto de este estudio fue encontrado cuando se tamizó el alcohol en que per- manecía incluida una esponja hexactinélida colectada durante las Expediciones conjuntas de las universidades de Harvard y de La Habana, a bordo del B/l "Atlantis", en 1939. Dicha esponja fue depositada en la Facultad de Biología y después en el Centro de Investigaciones Marinas, ambos de la Universidad de la Habana. Las diferencias más notables de esta nueva especie con las dos más afi- nes citadas para el área también son ofrecidas. Abstract A new Flabelliferan isopod crustacean species of the genus Cirolana, of the family Cirolani- dae, is herein described. The material was found when the original alcohol into which a hexactine- llid sponge was preserved, was seived from its original bottle. The sponge was collected during the Joint Havana Harvard Universities Expedition, on board of the R/V "Atlantis", in 1939, was carried out. The sponge was deposited, firstly at the Faculty of Biology, but latter at the Invertebrate collection, of the Center for Marine Research, both from the Havana University. The main differen- ces among this new species and the more similar two others, recorded on the area, are also given. Palabras claves: Isopoda, Flabellifera, Cirolanidae, especie nueva, aguas profundas, sur de Cuba. Key words: Isopoda, Flabellifera, Cirolanidae, new species, deep waters, southern Cuba. INTRODUCCIÓN Muy pocos crustáceos de las aguas profundas del Archipiélago Cubano han sido descritos o registrados en los últimos 70 años. La mayoría de ellos fueron dados a conocer gracias a los resultados obtenidos por CHACE (1940; 1942), al estudiar el material colectado por las Expe- diciones Conjuntas de las Universidades de La Habana y Harvard, en 1938 y 1939, a bordo del B/1 "Atlantis". Después, han sido publicados solamente los trabajos de ORTIZ Y GÓMEZ (1978, 1986), MARTÍNEZ-IGLESIAS (1989) y ORTIZ, GÓMEZ Y LALANA (1994). Durante la revisión de una esponja Hexactinellida, del género Pheronema, colectada en 1939 por la mencionada expedición, fueron encontrados dos ejemplares de un isópodo cirolánido que ha resultado ser una nueva especie para la Ciencia, que se describe a continuación. Se trata del primer crustáceo del Suborden Peracarida que se registra de la mencionada expedición. 37 Ortiz, Lalana y Varela MATERIALES Y MÉTODOS El material objeto del presente estudio fue separado al seccionar la esponja hospedera, la cual se encontraba preservada en su frasco original. La misma fue colectada en 1939, en una estación de las expediciones conjuntas de las Universidades de Harvard y de La Habana, a bordo del R/V "Atlantis". Para la clasificación se ha seguido el sistema propuesto por KENSLEY Y SCHOTTE (1989). Todas las figuras que se presentan han sido confeccionadas con el auxilio de la cámara clara. SISTEMÁTICA Orden Isopoda Latreille, 1817 Suborden Flabellifera Sars, 1882 Familia Cirolanidae Dana, 1852 Subfamilia Cirolaninae Dana, 1852 Género Cirolana Leach, 1818 Cirolana fernandezmilerai nueva especie (Figuras 1-3) Holotipo: macho adulto: 8,1 mm; colectado en la estación 3319 de la Expedición conjunta de las Uni- versidades de Harvard y de La Habana; 4 de abril de 1939; 297-351 m; colectado en la esponja Phero- nema annae ?; depositado en la colección de tipos del Centro de Investigaciones Marinas, de la Univer- sidad de La Habana, Cuba; No. 63. Paratipo: juvenil; 3,9 mm; colectado y depositado junto al holotipo; No. 64. Etimología: Especie dedicada con gran respeto y cariño a José Fernández Milera, Investigador del Instituto de Ecología y Sistemática del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, por sus apor- tes a la Biología Marina cubana. Diagnosis: Cuerpo con su ancho máximo a nivel del segmento 6 del pereión. Cabeza lige- ramente incrustada en el segmento 1 del pereión. Ojos relativamente pequeños, dispuestos lateralmente. Clípeo corto, pentagonal y liso. Antena 2 llegando hasta el segmento 5 del pereión. Abdomen con 4 segmentos pleonales libres. Pereiópodos con una pequeña uña secundaria. Pleotelson estrechándose posteriormente, margen posterior redondeado con espinas. Endo- podito del urópodo mas largo que el exopodito. Estilete copulador del pleópodo 2 del macho mucho más largo que las ramas, con el extremo curvado. Descripción del holotipo: Cuerpo 3 veces mas largo que ancho. Las coxas no se observan en vista dorsal. Largo de la cabeza 1/3 de su ancho. Cabeza con un pequeño punto medio en el rostro. Segmento 1 del pereión tan largo como el 6 o el 7. Segmento 1 libre del pleón, par- cialmente protegido, bajo el 7 del pereión. Anténula con un flagelo de 9 artejos, llegando casi al final del segmento 1 del pereión. Con 2 estetascos en los artejos 2, 3 y 4; uno en el 5; 2 enel 6 y 7 y 3 en el 8. 38 Nuevo isópodo espongícola de Cuba Figura 1. Cirolana fernandezmilerai, especie nueva, A, vista dorsal del holotipo "in situ”; B, vista lateral del cuerpo; C, vista anterior de la región cefálica; D, antena 2; E, antena 1; F, maxila; G, maxílula; H, incisivos de la mandíbula derecha; I, maxilípedo; J, Mandíbula izquierda. Figure 1. Cirolana fernandezmilerai, new species, A, dorsal view of holotype "in situ"; B, lateral view of body; C, anterior view of head; D, antenna 2; E, antenna 1; F, maxilla; G, maxillula; A, incisors on rigth mandible; I maxilliped;, J, left mandible. 39 Ortiz, Lalana y Varela Antena con los 3 segmentos del pedúnculo alargados; los dos últimos más largos; con un flagelo de 31 artejos. Con una seta larga y otra corta en el artejo distal. Palpo mandibular con 3 artejos; artejo 2 con 4 setas marginales largas y una corta; con 3 setas terminales; artejo 3 con 18 setas que se van alargando hacia su extremo distal. Incisivo sin cúspides pronunciadas en la mandíbula izquierda; con 3 cúspides en el de la derecha; mo- lar con 24-27 dientes; con 5-8 setas accesorias mandibulares. Maxila 1 con 3 setas en el lóbulo interno y 10 en el externo. Maxila 2 con 5 setas distales en la rama interna; rama externa con el lóbulo interno con 9 setas y 6 en el externo. Maxilípedo con dos espinas de acoplamiento; con el endito muy pequeño, con 4 setas distales; artejo 3 del palpo del mismo ancho que el 2; bordes interno y externo de los artejos 2-5 muy setosos. Pereiópodo 1 con el artejo 3 con una espina fuerte posterior; artejo 4 con 4 espinas cortas y romas; artejo 5 con dos setas posteriores; artejo 6 con dos setas posteriores y otra fuerte y roma subdistal; dactilo 2/3 del largo del artejo 6. Pereiópodo 2 con el artejo 3 con una espina larga y dos cortas en el lóbulo anterior y dos cortas en el posterior; artejo 4 con 4 espinas en el lóbulo anterior y una larga, dos de tamaño medio y dos muy pequeñas en su borde posterior. Artejo 3 con una espina larga y dos cortas en su borde posterior; artejo 6 con 4 espinas, una de las cuales es gruesa y con el ápice redondo; dactilo de la mitad del largo del artejo 6. Pereiópodo 3 con el artejo 3 con una espina larga y dos cortas en su lóbulo anterior y dos cortas en el posterior; artejo 4 con 3 espinas distales anteriores y 8 en el margen posterior; artejo 5 con dos espinas distales posteriores; artejo 6 con una espina larga y dos cortas en su borde posterior; dactilo algo mas corto que el artejo 6. Pereiópodo 4 con el artejo 2 armado con 3 espinas en el lóbulo anterodistal y una larga y 4 cortas en el postero distal; artejo 4 con dos espinas en el lóbulo anterodistal, 4 en el poste- rodistal y 5 en un penacho intermedio posterior; artejo 5 con 4 espinas en el lóbulo anterior, 4 en el posterior y 3 en el intermedio; artejo 5 con 2 espinas anterodistales y 3 en el posterodis- tal y 2 en el borde posterior; dactilo mucho más corto que el artejo 6. Pereiópodo 5 con 5 espinas anterodistales, 5 posterodistales y dos penachos de 3 espinas en el borde posterior del artejo 3; artejo 4 con 4 espinas anterodistales, 6 posterodistales y 3 en el margen posterior; artejo 5 con 4 espinas anterodistales, 5-6 en el extremo posterodistal y 3 y una espinas en el margen posterior; artejo 6 mucho más largo que el 5 y que el dactilo, con 4 espinas anterodistales, 2 posterodistales y 2 mas espaciadas, en el margen posterior; dactilo menos de 1/3 del largo del artejo 6. Pereiópodo 6 con 3 espinas posterodistales en el artejo 2; artejo 3 con 4 espinas anterodis- tales, 4 posterodistales y 2 juntas, en el margen posterior; artejo 4 con 6 espinas anterodista- les, 4 posterodistales y una en el borde posterior; artejo 5 con 3 espinas largas anterodistales, 4 posterodistales y 2 pares separados de espinas en el borde posterior; artejo 6 con una es- pina corta anterodistal y dos espinas separadas, en el borde posterior; dactilo 1/3 del largo del artejo 6. Pereiópodo 7 con el artejo 4 mas largo que el 3 y el 5; con el artejo 2 más estrecho que el 3, con 3 espinas muy pequeñas posterodistales; artejo 3 con 5 espinas largas y 2 cortas ante- rodistales, 3 pequeñas posterodistales y dos pequeñas espaciadas en el margen posterior; 40 Nuevo isópodo espongícola de Cuba Figura 2. Cirolana fernandezmilerai, especie nueva, A, pereiópodo 1; B, pereiópodo 2; C, pereiópodo 3; D, pereiópodo 4; E, pereiópodo 5; F, pereiópodo 6. Figure 2. Cirolana fernandezmilerai, new species, A, pereiopod 1; B, pereiopod 2; C, pereiopod 3; D, pereiopod 4; E, pereiopod 5; F. pereiopod 6. 41 Ortiz, Lalana y Varela artejo 4 con 6 espinas anterodistales, dos posterodistales y una en el margen posterior; artejo 5 con espinas distales largas; artejo 6 con 3 espinas y una seta anterodistales y 4 posterodista- les; dactilo 1/3 del largo del artejo 6. Pleópodos con setas en todas sus ramas excepto en la rama interno del 5. Pleópodo 1 con 4 espinas de acoplamiento; lóbulo interno más estrecho y corto que el externo. Pleópodo 2 con 2 espinas de acoplamiento; lóbulo externo algo mas largo que el interno; apéndice masculino mucho más largo que las ramas, con el extremo doblado hacia fuera. Pleópodo 3 con 3 espinas de acoplamiento; lóbulo externo más largo y ancho que el interno; lóbulo interno con un proceso lateral setoso, distalmente. Pleópodo 4 con 3 espinas de acoplamiento; lóbulo externo más largo que el interno. Pleópodo 5 sin espinas de acoplamiento aparentes; con ambos ramas redondeadas; lóbulo interno mucho más pequeño que el externo. Abdomen con 4 segmentos libres; el 1 parcialmente protegido por el 7 del pereión. Urópodos con el endopodito mas largo que el exopodito; endopodito con 5 espinas en su borde interno; con 2 en el externo; con un penacho de setas distales; exopodito con 3 espinas en su borde interno y 7 en el externo. Pleotelson estrechándose distalmente; borde posterior redondeado, con 8 espinas en su región apical. Obsevaciones: Las especies del género más afines en el área a C. fernandezmilerai, es- pecie nueva, son Cirolana albida Richardson, 1901 y Cirolana albidoida Kensley y Schotte, 1987. Estas dos últimas son muy semejantes (KENSELY Y SCHOTTE, 1987). C. fernandezmile- rai, especie nueva se diferencia de C. albida fundamentalmente, por tener el ancho máximo del carapacho al nivel del segmento 6 del pereión, el apéndice masculino es mucho más largo y curvado distalmente, el artejo 3 del maxilípedo es curvado en su extremo distal interno y el ple- otelson es alargado, mientras que en C. albida, los segmentos pereionales son casi todos del mismo ancho, lo cual hace que en su conjunto los laterales de dicha zona del cuerpo se mues- tren con sus bordes casi paralelos y rectos; el apéndice masculino es mas corto y recto; el ar- tejo 3 del maxilípedo forma un ángulo recto y el pleotelson es mucho más ancho que largo. Tam- bién, C. albida es propia de aguas someras de la Florida (RICHARDSON, 1905), mientras que C. fernandezmilerai, especie nueva, procede de una esponja hexactinelida colectada en aguas muy profundas del Sur de Cuba. Por otra parte, C. fernandezmilerai, especie nueva, difiere de C. albidoida, principal- mente, por poseer un apéndice masculino mucho más largo que las ramas del pleópodo 2 y cur- vado distalmente; por tener el ancho máximo del carapacho al nivel del segmento 6 del pereión, el lóbulo interno del pleópodo 3 con un proceso lateral setoso, distalmente; así como el seg- mento 2 del pereión no mucho mas largo que el 3. En C. albidoida, sin embargo, el apéndice masculino es más corto y recto distalmente; el ancho máximo del carapacho está en el pri- mer segmento pereional; el lóbulo interno del pleópodo 3 no posee proceso lateral setoso y el primer segmento pereional es mucho más largo que cualquiera de los restantes. Además se trata de una especie colectada en una nasa encarnada con pescado, en la Isla Gran Bahama, mien- tras que C. fernandezmilerai, especie nueva, fue colectada asociada a una esponja de aguas pro- fundas del Sur de Cuba. 42 Nuevo isópodo espongícola de Cuba Figura 3. Cirolana fernandezmilerai, especie nueva, A, pereiópodo 7, B, pleópodo 1, €, pleópodo 2, D, pleópodo 3, E, pleópodo 4, F, pleópodo 5, G, segmentos abdominales y pleotelson con urópodo izquierdo. Figure 3. Cirolana fernandezmilerai, new species, A, pereiopod 7, B, pleopod 1, C, pleopod 2, D, ple- opod 3, E, pleopod 4, F, pleopod 5, G, abdominal segments, telson and left uropod. 43 Ortiz, Lalana y Varela BIBLIOGRAFÍA CHACE, F. A. JR. 1940. Reports on the scientific results of the atlantic expeditions to the West Indies, under the joint auspicies of the University of Havana and Harvard University. The Brachyuran Crabs. Torreia, Habana, 4: 3-67. CHACE, F. A. JR. 1942. Reports on the scientific results of the atlantic expeditions to the West Indies, under the joint auspicies of the University of Havana and Harvard University. The anomuran Crustacea. | Galatheida. Torreia, Habana, 11: 3-106. KENSLEY, B. Y SCHOTTE, M. 1987. 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Mus., 54: 1-727. 44 Avicennia, 2007, 19: 45-48 Nueva especie de Diastolinus (Coleoptera: Tenebrionidae: Pedi- nini) para la República Dominicana A new species of Diastolinus (Coleoptera: Tenebrionidae: Pedinini) for the Dominican Republic Orlando H. Garrido Calle 60, n* 1706 entre 17 y 19, Marianao 13 (Playa), La Habana, Cuba. Resumen Se describe e ilustra una nueva especie de Diastolinus para la República Dominicana. Todos los táxones reconocidos del género son mencionados. Abstract A new species of the genus Diastolinus is described and illustrated from the Dominican Repu- blic. All recognized taxa of the genus from the Island of Hispaniola are mentioned. Palabras claves: Diastolinus, Coleoptera, Tenebrionidae, Pedinini , nueva especie. Key words: Diastolinus, Coleoptera, Tenebrionidae, Pedinini, new species. INTRODUCCIÓN El género Diastolinus se haya representado en la República Dominicana por las siguien- tes especies: Diastolinus costipennis Mulsant y Rey, 1859; Diastolinus puncticollis Mulsant y Rey, 1859; Diastolinus sallei Mulsant y Rey,1859; Diastolinus hispaniolensis Mar- cuzz1,1998; Diastolinus klapperichi Marcuzzi, 1998; Diastolinus dominguensi Mar- cuzz1,1998; Diastolinus assoi Garrido, 2004; Diastolinus genaroi Garrido, 2004 y Diastolinus estebani Garrido, 2004 (MARCUZZI 1984, 1998; GARRIDO 2004). En Diciembre de 2004, una expedición a la República Dominicana fue organizada por Víctor L. González y dirigida por Antonio Pérez Asso. Adicionalmente estaba integrada por los especialistas cubanos Julio Antonio Genaro, Esteban Gutiérrez y Giraldo Alayón así como por un estudiante dominicano. En esta expedición se realizaron colectas nocturnas en las que se capturaron un buen nú- mero de especies nuevas para la ciencia, en esta contribución propongo nombrar una de ellas. SISTEMÁTICA Orden Coleoptera Linné, 1758 Familia Tenebrionidae (Latreille, 1802) Tribu Pedinini Eschscholtz, 1829 Garrido Género Diastolinus Mulsant y Rey, 1859 Diastolinus espoloni especie nueva (Figura 1) Holotipo: Hembra HPPR-4287, colectada en la carretera de Duverje a Jimaní, provincia de Peder- nales, República Dominicana, el 12 de Octubre del 2004 por Antonio Pérez Asso. Depositado en la co- lección HPPR de la Hacienda Paraíso, Km. 10, Real Anón, Ponce, Puerto Rico. Parátipos: Hembra OHG-2876 colectada por Esteban Gutiérrez en el camino entre Oviedo y La Laguna, provincia de Pedernales el 8 de Noviembre del 2002. Hembra OHG-2996 colectada en Oviedo, provincia de Pedernales el 16 de Noviembre del 2003 por Esteban Gutiérrez. Macho OHG-3007 colectado en camino entre Oviedo y La Laguna, provincia de Pedernales el 6 de Noviembre del 2002 por Esteban Gutiérrez. Todos los parátipos depositados en la colección particular del autor. Localidad tipo: Carretera de Duverje a Jimaní, Km 6-7, provincia de Pedernales. Etimología: espoloni, latinizado de espolón, la conspícua protuberancia de las tibias delanteras. Diagnosis: Tamaño grande (8,5-9,5 mm). Negro semi-lustroso, más lustroso el pronotum que los élitros. Antenas cortas (no llegan a la base del pronotum), gruesas con los artejos ter- minales pardo-amarillento. Cabeza y pronotum densamente punzados. Élitros punctato-es- triados. Conspícuo espolón triangular en el envés de la tibia. Machos con los artejos del pri- mer par de patas dilatados. Descripción: Cabeza semi-redondeada con la parte anterior del clypeus muy escotada y poco discernible del resto de la cabeza que está densamente punzada con punciones gruesas, las del clypeus ligeramente menores. A cada lado de los ojos las punciones se hallan amalgama- das. Éstas pequeñas, redondas y negras. Genas sinuosas en sus extremos. Antenas cortas que no llegan a la base del pronotum, gruesas y con los artejos pilosos. Los dos últimos más redon- deados y de color pardo-amarillento. El resto en forma de copita y muy similares en tamaño menos el tercero, que es ligeramente mayor y el segundo, el más largo de todos. Partes infe- riores punzadas, con las piezas bucales del mismo color que las antenas. Pronotum rectangular, más ancho en la base que en la zona apical que termina en puntas ligeramente dirigidas hacia adentro. Ángulos de la base terminando en ángulo recto. Base li- geramente más ancha que la de los élitros y muy sinuosa. Bordes laterales arqueados, más anchos en el centro. Superficie muy abovedada y finamente punzada, con las punciones pro- fundas y redondeadas. Costados laterales bien delimitados. Partes inferiores con punciones más gruesas y algo pilosas. Prosternum largo, rectangular, punzado, piloso y sobrepasando las coxas delanteras. | Escutelo pequeño, semi-triangular y punzado. 46 Nueva especie de Diastolinus de Dominicana Élitros negros al igual que el pronotum y la cabeza. Largos y muy abovedados, unas de tres veces el largo del pronotum. Ligeramente más constreñido hacia la zona apical y más ancho en el medio, disminuyendo su ancho hacia el ápice. Aparentemente fundidos. Unas ocho filas de estrías muy delimitadas y formadas por pequeños punticos elevados; varios de ellos con ca- vidades circulares en la parte superior. Espacios entre las filas de estrías, punzados y ligeramente pilosos. Mesosternum liso. Dos estructuras largas y arqueadas separadas en su parte inferior en forma de triángulo, y situadas una a cada lado de las coxas del segundo par de patas. De co- lor castaño más oscuro que las coxas y con punciones amalgamadas. Esternites densamente pun- zados con punciones redondas y pequeñas y con pelos diseminados. Parte superior de los tres primeros esternites con estrías cortas y separadas entre sí. Su superficie es semi-lustrosa. Miembros relativamente largos de color castaño oscuro, densamente punzados y pilosos en los tarsos. Fémures ligeramente arqueados, el doble del ancho del nacimiento de las tibias. Las del segundo y tercer par de patas relativamente rectas, punzadas y con dos pequeñas es- pinitas en la coyuntura con los tarsos. Artejos muy pilosos, el primero del ancho del segundo y tercero, tanto en el segundo par de patas, como en el tercero. Los tres primeros artejos del pri- mer par de patas, dilatados en los machos. Los dos primeros similares, el tercero algo menor, y el cuarto mucho más pequeño y en forma de copita. Garras con pelos diseminados. . e » "er. % 3 . A e e E E ES das sr * . á mn PAL e 0 e a” > bo *,. > . A A APD A a e - — o — e - e $ > . "ns AA A Ñ o . me o - * . - o y ha de rr » 1140 AAA + o -... -. e — * mm bo A . a. * a o bd o... ma * a O ÓN Figura 1. Diastolinus espoloni, especie nueva, holotipo. Carretera de Duverje a Jimaní, km 6-7, pro- vincia de Pedernales, República Dominicana, colectado por Antonio Pérez Asso. Figure 1. Diastolinus espoloni, new species, holotipe. Road to Duverje a Jimaní, km 6-7, Pedernales province, Dominican Republic, collected by Antonio Pérez Asso. Garrido Variación: La serie es muy similar en el colorido y patrón, midiendo los ejemplares 8,5 mm, 8,5 mm, 9 mm y 9,5 mm. Comparaciones: Este nuevo táxon es ampliamente separable de todas las especies de Diastolinus conocidas por la conspicua protuberancia en forma de espolón del envés de las ti- bias. Sólo dos de las especies de las islas Carmán (MARCUZZI 1977), tienen cierto parecido al presentar algo dilatados los envés de las tibias delanteras, siendo además mucho más peque- ñas y con un patrón de textura muy diferente (véase Discusión). Hábitat: Tres de los ejemplares colectados se obtuvieron bajo piedras en hojarasca, si- tuación típica del género, sin embargo el cuarto ejemplar se obtuvo en bromelias (véase Dis- cusión). Distribución: Aparentemente confinado a varias localidades de la provincia de Pedernales. DISCUSIÓN Conservadoramente se ha descrito esta nueva especie bajo el género Diastolinus, cuando bien pudiera haber sido separado bajo un género aparte. El carácter del conspicuo espolón de las tibias delanteras, es único en el género. Por otro lado el hallazgo de un ejemplar en brome- lias, es completamente atípico. BIBLIOGRAFÍA MARCUZZI, G. 1977. Further studies on Caribbean tenebrionid beetles. Stud. Fau. Curacao, Carib. Isl., 52 (170): 1- Tale MARCUZZI, G. 1984. A catalogue of tenebrionid beetles (Coleoptera: Heteromera) of the West Indies. Fol. Ent. Hung., 46: 69-106. MARCUZzZI, G. 1998. Supplement to the catalogue of tenebrionidae (Coleoptera) of the West Indies. Ann. Hist. Nat. Mus. Nat. 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Abstract Morphologically speaking, within phaeophyceae, the genus Sargassum is highly complex and this causes significant taxonomical difficulties. This paper deals with the anatomical difference between Sargassum rigidulum and S. cymosum C. Agardh, which are considered by several au- thors as conspecific species. Palabras clave: algas pardas, legitimización, Sargassum cymosum, S. rigidulum, taxonomía. Key words: brown algae, Re-estabilishment, Sargassum cymosum, $. rigidulum, taxonomy. INTRODUCCIÓN El género Sargassum (Fucales, Ochrophyta) agrupa especies tanto pelágicas como ben- tónicas, con una amplia distribución en el océano mundial. En muchos casos, este género es mal conocido, y, por tanto, presenta problemas taxonómicos importantes para el especialista. La complejidad del género Sargassum puede verificarse no solo en el nivel genérico, sino también en otros niveles, como se demuestra en YOSHIDA, STIGER, AJISAKA Y NORO (2002) y Y OSHIDA, AJISAKA, NORO Y HORIGUCHI (2004). SCHNETTER (1976) duda de la posibilidad de distinguir entre Sargassum cymosum C. Agardh y Sargassum rigidulum, lo que, según el propio autor, había sido señalado también por J. AGARDH (1889), por lo que S. rigidulum se consideraría como sinónimo de $. cymosum. En la literatura se observan ambivalencias, pues algunos autores no reconocen este reajuste taxonómico: PAULA (1988), SZÉCHY Y PAULA (1998, 2000), y en torno a este problema persis- ten posiciones divergentes (GIL-RODRÍGUEZ, AFONSO-CARRILLO, HAROUN Y WILDPRET, 1984, WYNNE, 1998). 49 Moreira y Cabrera En el estudio que nos ocupa se comparan, desde el punto de vista anatómico y morfológico, materiales de herbario de $. cymosum y S. rigidulum, y se verifica la legitimidad de S. rigidu- lum como especie. MATERIALES Y MÉTODOS Se analizaron materiales de herbario de Brasil, Colombia, Cuba, Jamaica, Puerto Rico, Santo Domingo y Venezuela. Los materiales fueron tratados con solución de glicerina y se realizaron cortes histológicos a receptáculos, conceptáculos y filoides con el empleo de un micrótomo. Las fotografías fueron obteni- das con un estereoscopio marca Olympus B-12 y los diseños fueron hechos con el auxilio de una cámara clara acoplada al microscopio. Los materiales examinados están depositados en los herbarios que se relacionan a continuación: Acuario Nacional de Cuba (ANC), Instituto de Oceanología (HIDO), Jardín Botánico Nacional (HAJB), Jardín Botánico de las Tunas (HMC), Ficoteca Antillana de Oriente (FAUO), Centro de Inves- tigaciones Marinas (HCIM) entre otros. Las abreviaturas empleadas en la sección de "Materiales examinados” están conformes con lo pro- puesto por HOLMGREN, HOLMGREN Y BARNETT (1990). RESULTADOS Sargassum cymosum C. Agardh Species algarum.1820, vol. 1, part 1, p. 20. Holotipo: Lund, Suecia (LD). Saint Petersburg, Florida EUA (LE). Localidad tipo: no reconocida. Sin embargo, AGARDH (1820) designó como localidades sin tipo Brasil y África. Materiales examinados: Antillas Menores: leg. ? 421 (FAUO). Brasil: leg. D. Piferrer 486 (FAUO). Cuba Occidental: leg. García 7723 (HMC), leg. Mora 431 (HIDO), leg. Mora 83150(HAJB), leg. Moreira 011 (HCIM). Cuba Central: leg. Calas 022 (HLM). Cuba Oriental: leg. 057,071 (HLM). Co- lombia: leg. Camacho 006, 007 (ANC). Jamaica: leg. D. Piferrer 434 (FAUO). Puerto Rico: leg. D. Pi- ferrer 496 (FAUO). Santo Domingo: leg. D. Piferrer 500 (FAUO). Venezuela: leg. D. Piferrer 418 (FAUO). Observaciones: Algas de color marrón verdoso cuando frescas, pero adquieren tonalida- des marrón oscuro en material de herbario. Eje principal evidente del que nacen las ramas de 12-60 cm de longitud (Figura 1B); filoides más alargados que oblongos, ocasionalmente lan- ceolados, con el margen liso u ocasionalmente dentado, a veces ondulado de 1,7-4 cm de largo y 2-7 mm de ancho, nervadura central evidente (Figura 2: 1A y B); criptóstomas esca- sos y pequeños, menores de 100 um, distribuidos irregularmente a ambos lados de la nerva- dura (Figura 2: 1A y B); vesículas pequeñas, esféricas, con mucrón o lisas, con el pedículo ci- líndrico de 2-3 mm de ancho (Figura 3: 1A, 2B-D); cauloides lisos y cilíndricos de 0,5-1,2 mm SO Legitimización de Sargassum rugidulum Figura 1. Talos de Sargassum cymosum, A, expuestos al oleaje, B, protegidos del oleaje. (escala=2 cm). Figure 1. Tallus of Sargassum cymosum, A, exposed to waves, B, protected from waves. (scale = 2 cm). Figura 2. Eiloides: Sargassum cymosum, 1 A, expuestos al oleaje, B, protegidos del oleaje. Sargassum rigidulum, 2 C, de la porción inferior del talo, 2 D, de la porción superior del talo. (escala= 3 mm). Figure 2. Leaves: Sargassum cymosum, 1 A, exponed to waves, B, protected from waves. Sargassum rigidulum, 2 C, lower part of tallus, 2 D, uper part of tallus. (scale= 3 mm). Ey Moreira y Cabrera de diámetro (Figura 4A ); receptáculos compuestos en cimas, fasciculados, verrugosos con un raquis de donde salen los fascículos de 4-6 mm de longitud (Figura 4B), oogonios y anteridios dispuestos en conceptáculos separados; embriones ovoides (Figura 4C); en sección transver- sal, los filoides presentan tres capas de células medulares con formas rectangulares y dimen- siones variables (Figura 4D). Condición sexual de la especie: monoica. Figura 3. Forma de las vesículas: Sargassum cymosum, 1 A, semiesférica con pedículo alado, 2 B, esférica con mucrón, 2 C, D, semiesféricas y mucronadas. S. rigidulum, 1 A 2 B C 3 E, F, semiesféricas y esféricas no mucronadas, G, irregular sin mucrón. (escala= 4,5 mm). Figure 3. Vesicle shape: Sargassum cymosum, 1 A, semispherical with a wing shaped pedicle, 2 B, spherical, mucronated, 2 C, D, semispherical and mucronated. S. rigidulum, 3 3 E, F, semispherical and spherical non mucro- E F G nated, G, irregular without mucron. D (scale= 4,5 mm). A E A 1,2 mm a A 6 mm Figura 4. E SA Sargassum cymosum, 3 cla Le corte de talo, B, re- y 100 um ceptáculos, C, em- C : | brión, D, sección transversal de filoides. Figure 4. Sargassum cymosum, A, stem, B, receptacle, D C, embryo, D, leaves in transverse section. 32 Legitimización de Sargassum rugidulum Sargassum rigidulum Kiútzing Species algarum 11... 1849, p 615, per parte. Tabulae Phycologicae... 1861, vol. XI, p. 9., pl. 27, fig. II. Holotipo: Leiden, Holanda (L). Localidad tipo: "Fernambuco" [= Pernambuco], Brasil. Materiales examinados: Cuba Occidental: leg. Moreira 83149 (HAJB), leg. Moreira (sn) (HLM). leg. D. Piferrer 44, 45 (HIDO). Brasil: leg. Cassano 5862, 5863 (HRJ), leg. Cassano 008 (ANC). Observaciones: Algas de color marrón oscuras cuando frescas, pero muy ennegrecidas en material de herbario. Eje principal casi reducido e imperceptible, con ramificaciones pro- fusas de dimensiones variables, de 7-38 cm de longitud (Figura SA y B), filoides simples, más alargados que oblongos, con márgenes dentados u ocasionalmente lisos, nervadura cen- tral evidente, excepto en la porción más próxima a la base de la hoja (Figura 2: 2C y D), de 1,5 -5 cm de largo y 3 mm de ancho; criptóstomas escasos o ausentes, menores de 100 um (Figura 2: 2C y D); vesículas ausentes o escasas, pequeñas y esféricas, generalmente lisas o apicula- das cuando jóvenes, en ocasiones con el pedículo cilíndrico tan largo como su diámetro (Fi- gura 3: 3E y G); cauloides lisos y cilíndricos de 0,3-0,9 mm de diámetro (Figura 6A ); recep- táculos compuestos en cimas fasciculados, ligeramente circulares, verrugosos en la porción su- perior y en la inferior aplanados, ocasionalmente espinescente, generalmente de 3-5 mm de largo (Figura 6B), oogonios y anterozoides dispuestos en conceptáculos separados; embriones leve- mente acorazonados (Figura 6C); en sección transversal, los filoides presentan ocho capas de células medulares, de formas y dimensiones irregulares, lo que más evidente en las capas más profundas (Figura 6D). Condición sexual de la especie: monoica. Comentarios: Aunque Sargassum rigidulum fue descrita a partir de material brasileño (KUTZING, 1849), no constan en las exsicatas datos del colector de la especie. KÚTZING (1861) presentó el primer esquema conocido para la especie. En una época tan temprana, C. Agardh hizo suponer que S. rigidulum pudiese ser sinonimia de Sargassum lendigerum, debido a la si- militud entre las figuras propuestas por Kiitzing y las presentadas para S. lendigerum (L) C. Agardh. Esta confusión, sin embargo, es aclarada por GRUNOW (1915), al considerar S. lendi- gerum sinónimo de S. rigidulum. Un año más tarde, el propio Grunow describe Sargassum ri- gidulum var. lendigerum Grunow (GRUNOWw, 1916). Posteriormente, TAYLOR (1960) confirma la autenticidad de S. rigidulum como especie. SCHNETTER (1976) presenta argumentos que plantean lo inconveniente de considerar $. rigidulum como una buena especie, debido a que no se conocían poblaciones establecidas para ella. Sin embargo, entre los esquemas propuestos por el citado autor no se comparan to- dos los criterios necesarios para este reajuste taxonómico, y sí están presentes algunas im- precisiones, sobre todo en las estructuras reproductivas. Esto lo convierte en un problema para ulteriores investigaciones. Moreira y Cabrera Figura 5. Talos de Sargassum rigidulum, A, habito de la especie, B, detalle de ramificación de primer orden. (escala= 1 cm). Figure 5. Tallus of Sargassum rigidulum, A, habit of the species, B, first order branching. (scale = 1 cm). A 100 um 9d ? Figura 6. Sargassum rigidulum, A, corte de talo, B, receptáculos, C, embrión, D, sección transversal de filoides. Figure 6. Sargassum rigidulum, 4, stem, B, receptacle, C, embryo, D, leaves in transverse section. 54 Legitimización de Sargassum rugidulum DISCUSIÓN Sargassum cymosum fue descrita a partir de material colectado por Chamissoi (C. AGARDH, 1820). Esta especie es bastante polimórfica, en dependencia del ambiente en que se encuentre. Al evaluar materiales expuestos al oleaje y protegidos de este, se verifican dife- rencias notables en los patrones de ramificación (Figura 1A y B), lo que se corresponde con los postulados de SZÉCHY Y PAULA (1998). En cuanto a los ejemplares expuestos al oleaje (Fi- gura 1A), se observaron solo ramas principales, a diferencia de los especímenes de localida- des expuestas (Figura 1B), que presentan ramas de primer y segundo orden. Aunque las dimensiones de los filoides en Sargassum rigidulum, son comparativamente me- nores que en Sargassum cymosum, lo que se corresponde con las observaciones de PAULA (1988: 92); este carácter no se toma en consideración, pues su longitud depende de la posición que los filoides ocupen en las ramas laterales y de la madurez del talo (SZÉCHY Y CORDEIRO, 1991: 225, 240, figs. 84, 85), así como de su exposición al oleaje (PAULA Y OLIVEIRA, 1982). Sin embargo, la forma más oblonga de los filoides y la consiguiente discontinuidad en la re- gión proximal de la nervadura fueron caracteres fijos en $. rigidulum. Si bien la estructura microscópica de los criptóstomas no puede ser tomada como criterio taxonómico, por los cambios que provocan en estos las variaciones ambientales, su distribu- ción en los filoides sí puede considerarse un carácter puntual para la distinción de algunas especies (TSENG Y BAOREN, 1992 a, b). Este carácter fue muy estable en S. cymosum, no así en S. rigidulum. Independientemente de que la forma de las vesículas presenta diferencias en cuanto a su mor- fología y dimensión, este carácter no se considera relevante para la distinción de especie, por tener correlación con factores ambientales, ello está en correspondencia con lo sugerido por PAULA Y OLIVEIRA (1982), KILAR, AJISAKA, YOSHIDA Y HANISAKA (1992) y TERAWAKI, YOSHIDA, Y OSHIKAWA Y ÁRIMA (1996). | La forma del cauloide en ambas entidades es distintiva, lo que permite confirmar que este caracteriza a diferentes grupos taxonómicos, según lo sugerido por YOSHIDA (1983). Aunque TsupDa (1972) considera que la morfología de los receptáculos muestra un valor taxonómico relativo, PAULA (1988) estima que el dimorfismo de los receptáculos en ambas en- tidades sí es un carácter importante para su diferenciación. La condición sexual, sin embargo, puede variar en dependencia de diversos factores ambientales, lo que se verifica en la totali- dad del material examinado. Otro aspecto es la morfología de los embriones entre ambas especies, que es muy dife- rente, lo que constituye un elemento significativo para el género, según KUNIEDA (1928). En términos anatómicos, la distinción entre las dos especies es clara, pues las diferencias en la forma de los embriones, receptáculos, vesículas, así como en la forma y el número de capas celula- res en los filoides, constituyen atributos concluyentes. De este modo, Sargassum rigidulum descrita para Brasil puede ser sustentada como espe- cie independiente de S. cymosum. uu UU Moreira y Cabrera BIBLIOGRAFÍA AGARDH, C.A. 1820. Species algarum...Vol. 1, part 1. Berling: Lundae (Lund). (iv)+ (1), 168 pp. AGARDH, J.G. 1889. Species Sargassorum Australiae descriptae et dispositae... Kongl. Svenska Vetenskaps- Akademiens Handal, 23(3): lelS3751 pls: GIL-RODRIGUEZ, M.C., AFONSO-CARRILLO, J., HAROUN TABRUE, R. Y WILDPRET DE LA TORRE, W. 1984. 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University of California, La Jo- lla, Calif., 8: 89-94, 56 Avicennia, 2007, 19: 57-62 A new species of the genus Eudistoma (Ascidiacea, Polycitoridae) from Cape Verde Una nueva especie del género Eudistoma (Ascidiacea, Polycitoridae) de Cabo Verde Gerard Breton! and Francoise Monniot? 16 rue des Réservoirs F-76600 Le Havre. gérardbreton(ofree. fr. 2Département Milieux et Peuplements aquatiques, Muséum national d'Histoire naturelle, CP 51, 57 rue Cuvier 75231 Paris, France. monniot(umnhn.fr. Summary Numerous colonies of Fudistoma santamariae, new species, were collected during several ye- ars from Sal Island. Their appearance in life is peculiar, with naked purple lobes erect above an extended layer of branched stolons embedded with sand and arranged in a web. The larva of this as- cidian has a distinctive pigmentation. This new species is compared with other sandy Eudistoma from the west African coast. Resumen Numerosas colonias de Eudistoma santamariae, especie nueva, fueron colectadas durante va- rios años en la isla de Sal, Cabo Verde. El aspecto en vida es peculiar, con lóbulos de color púrpura erguidos encima de una capa extendida de estolones ramificados e incrustados de arena. La larva de esta ascidia tiene una pigmentación distintiva. Esta nueva especie es comparada con otros Eudistoma de arena de la costa oeste de Africa. Key words: Ascidiacea, Taxonomy, Eudistoma, West Africa. Palabras claves: Ascidiacea, Taxonomia, Eudistoma, Oeste Africa. INTRODUCTION Ascidians are poorly known along the west coast of Africa and few species of the genus Eu- distoma were recorded there. The new species described here is distributed on large areas in Sal island (Figure 1), the most northeastern island of the Cape Verde archipelago. This island is of volcanic origin (Miocene basalt). Some lava flows are presently underwater, especially around the southern part of the island where they are Miocene in age (COSTA TORRES, CELES- TINO SILVA, SERRA LHEIRO, HERMINIA MENDES, ROCHA MACEDO, 6 MOTA GOMES. 2002) and consist in successive deeper steps. Submarine cliffs, 1-10 m high, are the present state of the ancient lava front walls, and there a columnar jointing is sometimes observed by divers. In spite of rather strong currents, every submarine lava plateau is covered with a layer of white, cal- careous, biogenic coarse sand. Eudistoma species are often found incrusted with sand, but with different colonies: globu- lar, in flat sheets or closely packed lobes on a massive base. The colonies collected from Santa Maria (hence the species name) are exceptionally large as the basal stolons may reach Sl Breton £« Monniot Figure 1. Map of Sal Island, €, areas where Eudistoma santamariae, new species, was collected or observed, H; type locality. 16”50N Figura 1. Mapa de la isla de Sal, é, areas donde Eudistoma santamariae, especie nueva, fue colectado u observado, H, localidad tipo. Pedra Lume o Espargos 16*40N 22"50W 50 cm in length. The nourishing zooids are grouped in protruding purple naked heads (Fi- gure 2B), well spaced, raised above the sedimentary floor and suggesting a meadow (Figure 2A). The colonies are strongly attached to the hard basaltic substrate and are only to be found where the rock is covered with a layer of soft white sediment 0,5 to 1 cm thick. Owing to the lack of terrigeneous supply, the water 1s always very transparent, and down to 30 m deep, the luminosity 1s high. The habitat of this ascidian, in a photophilic environment, on flat shallow sandy bottoms in Sal, is obviously responsible of the wide distribution and homogeneity of the population (Fi- gure 2A, C). MATERIAL AND METHODS Specimens were collected by SCUBA between 8 and 23 m deep, in August 1996, April 1997, March 2003, and from April to August 2004. Submarine pictures taken by G. Breton. Preserved in for- maldehyde 4% in sea water, the specimens are strongly contracted and discolored (Figure 2D); the tunic 1s vitreous and the zooids turned light brown. The zooids are extremely difficult to extract from the sandy stolons without damage. Some have been stained with hemalum to study the internal structures. New species of Eudistoma SYSTEMATICS Eudistoma santamariae new species (Figures 1-3) Holotype: MNHN A3 EUD 311 - part of colony, Trois Grottes, Santa Maria, Sal island, Cape Verde, 01/05/2004, 18 m (coll. Breton). Additional material: A3 EUD 312, same station at different dates. Etymology: from Santa-Maria, village in the southern part of the Isle of Sal (Figure 1). Description: The colonies are organised in a web of densely incrusted ramifications in which zooids and buds are embedded, from which vertically erect lobes emerge (Figure 2C, D). The latter are naked and transparent. They contain the thoraces of the nourishing zooids, and the anterior part of their abdomens. The thoraces can be seen by transparency through these purple" heads" (Figure 2B), the narrow cylindrical peduncles are also naked but opaque. Ten to 20 zooids open independently at the top of the lobes by short protruding siphons (Figure 2B). There 1s no system. In situ, the thoraces are wide, separated from the abdomen by a strong constriction. Beginning in a vertical position inside the peduncle of the vertical lobes, the abdomens bend to penetrate horizontally into the incrusted base. There, they take all direc- tions intermingled with younger zooids and buds. The basal tunic 1s very resistant, filled with sand. The densely packed zooids are very dif- ficult to extract without damage. The total length of the zooids is variable but may reach 15 mm for a thorax only 1 mm long. Both siphons are short with six lobes (Figure 3B). The tentacles are numerous, in three orders of length. The musculature is strong, and especially the transverse thoracic fibres. The longitudinal muscles reach the cardiac extremity where they part into two ribbons. The branchial sac (Figure 3F) has about 20 elongated stigmata on each side in the first row, dif- ficult to count; they are not curved dorsally. The rapheal languets are shorter than the stigmata and only slightly displaced on the left side. The abdomen often begins after a strong narrowing and re- mains thin its whole length, widening only at the stomach level (Figure 3C). The intestinal loop 1s narrow, both limbs of the intestine are straight and close together (Figure 3C). The stomach, lon- ger than wide, has a smooth wall. The post-stomach is narrow, separated from the mid-intestine by a weak constriction (Figure 3A, C). The rectum is clearly individualised by a thickened ring (F1- gure 3A, C, D). The pyloric tubules are thin and straight, hardly visible, facing the stomach. The heart is terminal. The abdomen extends into one or several long vascular processes. The gonads lie on each side of the gut loop, behind the stomach level (Figure 3D, E). The testis vesicles are not numerous, generally no more than a dozen, distributed above the intes- tinal limbs rather than between them (Figure 3E). A single oocyte matures at a time (Figure 3D), becomes very large into the ovary and protrudes at the side of the abdomen. One large embryo is seldom present into the distorted atrial cavity (Figure 3B). Only one well developed larva has been found inside the thorax, among the numerous colonies examined. The trunk, 1,6 mm in length, has a pale yellow epithelium marked with paler fuzzy stains (Figure 3G). The tail is wound in a little more than half a turn. The three adhesive papillae are short, widely spaced, and each is circled by yellow opaque pigment spots (remaining in formalin) (Figure 3G). No intermediate epithelial vesicles were detected. 59 Breton « Monniot Figure 2. Eudistoma santamariae, new species, A, population at 20 m depth, B, detail of two "heads" of a colony in situ showing the zooid arrangement, C, lobes of a single colony emerging from the encrusted base, D, part of a colony after fixation. Figura 2. Eudistoma santamariae, especie nueva, A, población a 20 m de profundidad; B, detalle de dos lóbulos de una colonia mostrando el arreglo de los zoides in situ; C, lóbulos de una única colonia, elevados encima de la base incrustada; D, una parte de la colonia fijada. 60 New species of Eudistoma Figure 3. Eudistoma santamariae, new species, A, intestinal loop of a young zooid stained with hema- lum, B, thorax with an embryo into the atrial cavity, C, zooid of medium length extracted from a colony, D, intestinal loop with an oocyte, E, intestinal loop and testis vesicles, F, thorax opened along the ventral line and stained with hemalum, G, larva. Scale bars: A, B, C, D, E= 1 mm, F = 0,5 mm, G= 1,6 mm. Figura 3. Eudistoma santamariae, especie nueva, A, asa intestinal de un zoide juvenil teñido con he- malumbre, B, tórax con embrión en la cavidad atrial, C, zoide de media talla sacado de la colonia, D, asa intestinal con ovocito, E, asa intestinal y folículos del testículo, E, tórax abierto en la línea ven- tral y teñido con hemalumbre, G, larva. Escalas: A, B, C, D, E = 1 mm, F =0,5 mm, G = 1,6 mm. 61 Breton £« Monniot DISCUSSION This species is original by the structure and extent of the colonies and by the large size and pigmentation of the larva. An incomplete colony of Eudistoma sp. was described by MONNIOT £ MONNIOT (1967) from Cape Verde with similar but immature zooids, and a broken encrusted base. This colony pro- bably belongs to E. santamariae, new species. A study of shallow epibenthic communities of Sal Island, (MORI, CATTAENO-VIETTL, SAR- TONI, € BANCHI, 2000) reported the presence of an ascidian, only identified after a photo as Dis- taplia corolla Momniot F., 1974, collected from a moderate exposed site of the west coast. Similar in shape and colour it may be Eudistoma santamariae, new species. Few publications reported diverse ascidians from Cape Verde. The first historical refe- rence 1s by RENNIE 8 WISEMAN (1906), some ascidians are briefly described but no Eudis- toma. MONNIOT £ MONNIOT (1967) described specimens collected during the "Calypso" cruise with a single Fudistoma sp., and later (1994) shallow and deep species collected by the Harbor Branch Oceanographic Institution, but no Polycitoridae. Some Eudistoma species are recorded from the tropical coast of West Africa. MICHAELSEN (1914) described E. angolanum (a massive sandy colony with small larvae) and E. paesslerioi- des with several varieties, also sandy and massive. MILLAR (1953) described, from Ghana, E. accrum with a flat gelatinous colony and small zooids, and £. ramosum more similar to E. santamariae, new species, in having sandy branched lobes but without naked heads and a larva only 0,4 mm in length. Three species are recorded from Senegal: £. planum Péres, 1948 with round vitreous colonies, E. almadiense Péres, 1953 with small dark colonies and small zoo1ds, E. ifani Momniot F., 1969 in low cushions with few sand grains at the base. AKNOWLEDGMENTS Special thanks for their warm welcome in the local diving club Scuba Team Cape Verde, to William Hague, Marie-Sophie Polaert, the capverdian guides, Christian Molvault who sent the collects on year 2004, and especially Guido Resca who collected the ascidians on year 2004 and to my diving fellows Phi- lippe Breton and Patrick Louisy. BIBLIOGRAPHY COSTA TORRES, P., CELESTINO SILVA, L., SERRA LHEIRO, A., HERMINIA MENDES, M., ROCHA MACEDO, J. £ MOTA GO- MES, A. 2002. Geologia da Ihla do Sal. Communicacóes do Instituto de Investigacáo científica tropical, Série de Ciencas da Terra, 10: 57 pp, 2 maps. MICHAELSEN, W. 1914. Ueber einige westafricanische Ascidien. Zoologischer Anzeiger, 43: 426-432. MILLAR, R.H. 1953. On a collection of ascidians from the Gold Coast. Proceedings of the Zoological Society of Lon- don, 123 (2): 277-325. MONNIOT, C. 8 MONNIOT, F. 1967. Campagne de la Calypso aux fles du Cap Vert (1959). 7. Tuniciers benthiques. 4n- nales de l'Institut Océanographique, 45 (2): 1-18. MORI, €. CATTAENO-VIETTI, R. SARTONI, G. 8 BANCHI, C.N. 2000. Shallow epibenthic communities of Ilha do Sal (Cape Verde Archipelago, eastern Atlantic). Arquipelago. Life and Marine Sciences, suppl.2, part A: 157-165. RENNIE, J. 8££ WisemMAn, H. 1906. On collections of the Cape Verde Island marine fauna made by Cyril Crossland, M.A. (Cantab.), B..C. (Lond.) F.Z.S., of St. Andrew University, July to September 1904. The ascidians. Proceedings of the zoological Society, 60: 903-911. 62 Avicennia, 2007, 19: 63-88 Adiciones a la fauna de moluscos marinos de la península de Guana- hacabibes (1), con la descripción de nuevas especies Additions to the marine molluscan fauna of Guanahacabibes Penin- sule (1), with description of new species José Espinosa!, Jesús Ortea?, Raúl Fernández-Garcés3 y Leopoldo Moro? Instituto de Oceanología, La Habana, Cuba. 2Departamento BOS, Universidad de Oviedo, España. Centro de Estudios Ambientales, calle 17, esquina Ave. 46, Cienfuegos, Cuba. ¿Centro de Planificación Ambiental. Ctra. La Esperanza km. 0,8, 38071, Islas Canarias, España. Resumen Se adicionan 116 especies al inventario de moluscos marinos de Guanacahabibes, de los cua- les 19 son nuevos registros para la fauna marina de Cuba y 10 se proponen como nuevas especies para la ciencia. Abstract One hundred and sixteen species are added to Guanahacabibes molluscan inventory. Of them, 19 are new records to the marine fauna of Cuba and 10 are proposed as new species. Palabras clave: Catálogo, moluscos marinos, nuevas especies, Guanahacabibes, Cuba. Key Words: Catalogue, marine molluscs, new species, Guanahacabibes, Cuba. INTRODUCCIÓN El último inventario de los moluscos marinos de la península de Guanahacabibes registra un total de 637 especies, 45 de las cuales tienen su localidad tipo en esa Reserva de la Bios- fera (ESPINOSA, ORTEA, CABALLER Y MORO, 2005). Resultados recientes, productos de la campaña de muestreos intensivos realizada en la zona de María la Gorda, desde Yemayá hasta las Cuevas de Pedro, en diciembre de 2006, permiten adicionar otras 116 especies a di- cha lista (108 gasterópodos, 4 bivalvos, 3 cefalópodos y un poliplacóforo), de las cuales 19 cons- tituyen nuevos registros para la fauna marina de Cuba (marcadas con un asterisco en la lista) y otras diez se proponen como nuevas para la ciencia, con lo cual se eleva a 55 el número de especies que tienen su localidad tipo en esta Área Protegida, 37 de ellas descritas por nuestro grupo de trabajo en la península de Guanahacabibes, desde el 2002 al presente. 63 Espinosa et al. SISTEMÁTICA CLASE POLYPLACOPHORA Orden NEOLORICATA Suborden ACANTHOCHITONINA Familia ACANTHOCHITONIDAE Hedley, 1916 Género Acanthochitona Gray, 1821 001 4Acanthochitona hemphilli (Pilsbry, 1893) CLASE GASTROPODA Subclase PROSOBRANCHIA Orden VETIGASTROPODA Superfamilia FISSURELLOIDEA Fleming, 1822 Familia FISSURELLIDAE Fleming, 1822 Género Rimula Defrance, 1827 002 Rimula aequisculpta (Dall, 1927) Superfamilia TROCHOIDEA Rafinesque, 1815 Familia CALLIOSTOMATIDAE Thiele, 1929 Género Calliostoma Swainson, 1840 003 Calliostoma javanicum (Lamarck, 1822) Superfamilia TURBINOIDEA Rafinesque, 1815 Familia TURBINIDAE Rafinesque, 1815 Subfamilia SKENEINAE Clark, 1851 Género Haplocochlias Carpenter, 1864 004 Haplocochlias cubensis Espinosa, Ortea y Fdez.-Garcés, especie nueva Material examinado: Cuatro conchas recolectadas en sedimentos provenientes del punto de buceo Ye- mayá (localidad tipo), María la Gorda, Guanahacabibes, Pinar del Río, Cuba, en fondos de arrecifes de coral, entre 30 y 40 m de profundidad. Holotipo (3 mm de largo y 3 mm de ancho) depositado en la co- lección del Instituto de Ecología y Sistemática, La Habana, Cuba. Paratipos: (27 mm de largo y 275 mm de ancho) depositado en la colección del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Islas Canarias y (27 mm de largo y 27 mm de ancho) depositado en la colección particular de Raúl Fernández Garcés, Cienfuegos, Cuba. Descripción: Concha pequeña, turbiniforme, de color blanco hialino, con 4% vueltas, de las cuales la primera, decorada por dos hilos espirales, es de protoconcha. La teleoconcha está for- mada por 3/ vueltas, la primera decorada con tres cordones espirales entre los que hay lami- nillas axiales prosoclinas de crecimiento, regularmente separadas; hacia el final de la se- gunda vuelta hay 8 cordones espirales, con semejantes costillitas axiales intercaladas; hacia el final de la penúltima vuelta hay unos 22 cordones, sin que se vea la escultura axial entre 64 Moluscos Marinos de Guanahacabibes ellos. Al final de la última vuelta (borde del peristoma) existen 72 cordones espirales, contando los cinco en el interior del ombligo, que es amplio y tiene muy poco definido el cordón que lo limita con relación al resto de la última vuelta, estos cordones tienen la apariencia de ser lami- nares y de igual separación, con un surco profundo entre ellos, no se observa escultura axial entre ellos. La abertura es circular, engrosada solamente en la base, donde hace una prolonga- ción por efecto de la terminación del cordón que limita el ombligo. Peristoma poco engro- sado, crenulado por la terminación de los finos cordones espirales. Etimología: Nombrada en alusión a Cuba. Discusión: Por las características de su peculiar escultura, Haplocochlias cubensis, especie nueva, no guarda relación con ninguna de las especies del género conocidas en el área caribeña y antillana, las cuales fueron discutidas por Espinosa, Ortea y Fdez.-Garcés (2004). 004 Haplocochlias cubensis, especie nueva 65 Espinosa et al. 005 Haplocochlias nunezi Espinosa, Ortea y Fdez.-Garcés, 2004 006 Haplocochlias onaneyi Espinosa, Ortea y Fdez.-Garcés, 2004 007 Haplocochlias swifti Vanatta, 1913 Género Lodderena Iredale, 1924 008 Lodderena pulchella (Olsson y McGinty, 1958)* idas: Familia LIOTIMDAE Gray, 1850 Género Cyclostrema Marryat, 1818 009 Cyclostrema bibi Espinosa, Ortea y Fdez.-Garcés, especie nueva Material examinado: Cinco conchas recolectadas en sedimentos provenientes de María la Gorda (lo- calidad tipo), Guanahacabibes, y de la playa Rancho Luna, Cienfuegos, en fondos de arrecifes de coral, entre 30 y 40 m de profundidad. Holotipo (44 mm de diámetro máximo) depositado en la colección del Instituto de Ecología y Sistemática, La Habana, Cuba. Paratipos: (3 mm de diámetro mayor) depo- sitado en la colección del Museo de Ciencias Naturales, Tenerife, Islas Canarias y (38 mm de diámetro mayor) depositado en la colección particular de Raúl Fernández Garcés, Cienfuegos, Cuba. Descripción: Concha de tamaño pequeño y de color blanco leche opaco, de forma discoidal aplanada, de periferia subcuadrangular y ampliamente umbilicada. Vueltas en número de tres, de las cuales al menos la primera media vuelta, aparentemente lisa y pequeña, es de pro- toconcha. Escultura formada por gruesas costillas radiales primarias, las que forman marcados tubérculos espiniformes, once en la última vuelta y que se proyectan por fuera de su periferia. En la parte dorsal de la concha, las costillas radiales están cruzadas por cuatro cordones espl- rales; la periferia está delimitada por dos cordones espirales primarios con dos secundarios me- nos marcados intercalados, mientras que en la base de la concha hay cuatro cordones espira- les, los que rodean el ombligo, provistos de finas espinas puntiagudas. La micro escultura está formada por numerosas laminillas radiales, muy finas y densamente distribuidas por toda la superficie de la concha. Abertura subcircular, rodeada por un peristoma desarrollado, delimitado en su borde libre externo por los cuatro cordones espirales de la periferia de la vuelta y microesculturado por finas líneas concéntricas. Etimología: Nombrada en honor de Carlos Cecchini, “Bibi”, amigo y enamorado del mar de Cuba donde quiso que se arrojaran sus cenizas, para que su alma se integrara en el arrecife cubano. Discusión: De las especies de Cyclostrema reconocidas como validas en el Caribe (véase ABBOTT, 1974): Cyclostrema amabilis (Dall, 1889), Cyclostrema cancellatum Mayrrat, 1818 y Clyclostrema tortuganum (Dall, 1927), todas citadas para Cuba (ESPINOSA, FDEZ.-GARCÉS Y RoLÁN, 1995) y representadas en nuestro material de estudio, Cyclostrema bibi, especie nueva, difiere claramente por las características de su distintiva macro escultura. 010 Cyclostrema tortuganum (Dall, 1927) 66 Moluscos Marinos de Guanahacabibes Cyclostrema bibi, especie nueva Cyclostrema tortuganum (Dall, 1927) Espinosa et al. Orden NERITOPSINA Suborden NERITIMORPHA Superfamilia NERITOIDEA Rafinesque, 1815 Familia NERITOPSIDAE Gray, 1847 Género Neritopsis Grateloup, 1832 011 NVeritopsis atlantica Sarasúa, 1973 Superorden CAENOGASTROPODA Orden SORBEOCONCHA Superfamilia CERITHIOIDEA Fleming, 1822 Familia PLANAXIDAE Gray, 1847 Subfamilia FOSSARIINAE A. Adams, 1860 Género Macromphalina Cossmanmn, 1888 012 Macromphalina garcesi Rolán y Rubio, 1998 Género Megalomphalus Brusina, 1877 013 Megalomphalus troudei (Bavay, 1908) Suborden HYPSOGASTROPODA Superfamila LITTORINOIDEA Children, 1834 Familia PICKWORTHIDAE Iredale, 1917 Género Chrystella Laseron, 1957 014 Chrystella katyae Rolán, Espinosa y Fdez.-Garcés, 1991 Género Clatrosansonia Sabelli y Taviani, 2003 015 Clatrosansonia chefyae (Rolán, Espinosa y Fdez.-Garcés, 1991) 016 Clatrosansonia cubensis (Espinosa, Fdez.-Garcés y Rolán, 1990) Género Mareleptopoma Moolenbeek y Faber 1984 017 Mareleptopoma karpatensis Moolenbeek y Faber 1984 Superfamilia CALYPTRAEOIDEA Lamarck, 1809 Familia CALYPTRAEIDAE Lamarck, 1809 Género Cheilea Modeer, 1793 018 Cheilea striata Novell y Usticke, 1959* SPF PTEROTRACHEIDAE Rafinesque, 1814 Familia ATLANTIDAE Rang, 1829 Género Atlanta Lesueur, 1817 019 Atlanta inclinata Gray, 1850 Género Protatlanta Tesch, 1908 020 Protatlanta souleyeti (E. A. Smith, 1888) Superfamilia RISSOIDEA Gray, 1847 Familia RISSOIDAE Gray, 1847 Subfamilia RISSOINAE Gray, 1847 68 Moluscos Marinos de Guanahacabibes Género Alvania Risso, 1826 021 A/vania faberi De Jong y Coomans, 1988 Subfamilia RISSOININAE Stimpson, 1865 Género Rissoina d'Orbigny, 1840 022 Rissoina labrosa Schwartz, 1860 023 Rissoina princeps (C. B. Adams, 1850) Género Stosicia Brusina, 1870 024 Stosicia fernandezgarcesi Espinosa y Ortea, 2002 Familia ANABATHRIDAE Keen, 1971 Género Amphithalamus Carpenter, 1865 025 Amphithalamus vallei Aguayo y Jaume, 1947 026 Amphithalamus rauli Rolán, 1993 Familia CAECIDAE Gray, 1850 Género Caecum Fleming, 1813 027 Caecum condylum Moore, 1969* 024 028 Caecum jonatani Espinosa, Ortea y Fdez.-Garcés, especie nueva Material examinado: Numerosas conchas recolectadas en sedimentos provenientes de la Cueva de Pipo (localidad tipo), María la Gorda, Guanahacabibes, Pinar del Río, y de la playa Rancho Luna, en- tre 30 y 45 m de profundidad. Holotipo: (3 mm de largo, 078 mm de diámetro mayor y 042 mm de diá- metro menor) depositado en la colección del Instituto de Ecología y Sistemática, La Habana, Cuba. Pa- ratipos: (31 mm de largo, 078 mm de diámetro mayor y 041 mm de diámetro menor) depositado en la colección del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Islas Canarias y (295 mm de largo, 078 mm de diámetro mayor y 0'41 mm de diámetro menor) depositado en la colección del Museo de Ciencias Na- turales "Carlos de la Torre", Holguín, Cuba. Descripción: Concha de hasta 3 mm de largo, de forma tubular bitronco cónica truncada en ambos extremos, ligeramente curvada, con el tronco de cono anterior más corto y casi el do- ble de ancho que el posterior. Superficie aparentemente lisa y pulida, sólo con finas líneas concéntricas microscópicas. Septum moderadamente excavado, con un mucro cónico seña- lado, convexo por debajo y algo aplanado por encima en vista lateral y ligeramente inclinado hacia la derecha en vista dorsal. Abertura circular, simple con el borde cortante, situada en el extremo del tronco de cono anterior, en un plano oblícuo de unos 60* con relación al eje ho- rizontal de la concha. Color blanco a blanco crema. Etimología: Nombrada en honor de Jonatan Fernández, nieto de Raúl Fernández Garcés (Cacho), heredero de algunas de las mejores virtudes de su abuelo. Discusión: Por su forma bitroncocónica, con una marcada protuberancia anterior, cuyo ancho máximo se encuentra bien por detrás de la abertura, Caecum jonatani, especie nueva, no guarda relación con ninguna otra especie caribeña conocida del grupo. 69 Espinosa et al. Caecum jonatani, especie nueva Género Meioceras Carpenter, 1858 029 Meioceras cornucopiae Carpenter, 1858 030 Meioceras cubitatum de Folin, 1868 Familia ELACHISINIDAE Ponder, 1985 Género Elachisina Dall, 1918 031 Elachisina floridana (Rehder, 1943) Familia TORNIDAE Sacco, 1896 Subfamilia VITRINELLINAE Bush, 1897 Género Cyclostremiscus Pilsbry y Olsson, 1945 032 Cyclostremiscus beauii (P. Fischer, 1857) 033 Cyelostremiscus cubanus (Pilsbry y Aguayo, 1933) 034 Cyclostremiscus euglyptus Aguayo y Borro, 1946 70 Moluscos Marinos de Guanahacabibes Suborden PTENOGLOSSA Superfamilia EPITONOIDEA Berry, 1910 (1812) Familia EPITONIDAE Berry, 1910 (1812) Género Epitonium Róding, 1798 035 Epitonium foliaceicosta (d”Orbigny, 1842) 036 Epitonium novangliae (Couthouy, 1838) Superfamilia EULIMOIDEA Philippi, 1853 Familia EULIMIDAE Philippi, 1853 Género Eulimostraca Bartsch, 1917 037 Eulimostraca fulvocincta (C. B. Adams, 1845) Figurada en ESPINOSA ET 4£. (2005; n* 214) y omitida en la lista de especies. 038 Eulimostraca armonica Espinosa y Ortea, especie nueva Eulimostraca sp. B- REDFERN, 2001, pág. 80, lám. 38, n* 340A y B; lám. 109, n* 340C. Material examinado: Varios ejemplares recolectados vivos, en las Cuevas de Pedro (localidad tipo), Ma- ría la Gorda, península de Guanahacabibes, en el reparto Náutico, Playa, Ciudad de La Habana, frente a cayo Cruz del Padre, Matanzas, y en la playa Rancho Luna, Cienfuegos, en fondos asociados al com- plejo arrecifal entre 8 y 20 m de profundidad. Holotipo (2”8 mm de largo y 0'94 mm de ancho) deposi- tado en el Instituto de Ecología y Sistemática, La Habana, Cuba. Paratipo (2”2 mm de largo y 075 mm de ancho) depositado en el Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Islas Canarias, España. Descripción: Concha de tamaño pequeño a mediano, comparada con otras especies antillanas del género, de color blanco opaco con la última porción de la abertura hialina, donde se observa que el color blanco de la concha, que termina en forma de una gota colgante, es interno y mate. Las áreas subsuturales están sombreadas de pardo. Vueltas en número de ocho, de lados ligeramente convexos y crecimiento regular excepto las dos primeras de la teleoconcha que son ligeramente más convexas que el resto, de las cuales al menos la primera, pequeña y alar- gada, es de protoconcha. La sutura es muy estrecha y poco notable, y por debajo de ella se marca una banda espiral interna, como una falsa sutura. Abertura suboval, de labio externo simple. La coloración de los animales vivos es estable en todos los ejemplares examinados; dentro de la espira es blanca y en el exterior, la región anterior del cuerpo es de color blanco hialino con una mancha alargada blanco nieve que contiene a los ojos, los cuales a su vez están orla- dos de naranja; la suela del pie es hialina al igual que los tentáculos los cuales son cilíndricos, de sección uniforme en toda su longitud. El pie tiene el borde anterior recto por delante y su región dorsal anterior es blanco nieve en el centro y blanco hialino en los bordes. El opér- culo es casi transparente, de color amarillento. La última vuelta de la concha está parcialmente manchada de blanco nieve en su interior for- mando un dibujo característico, con un lóbulo en forma de gota colgante. Vista a través de la concha, la mancha blanca interna parece tener estrías y arrugas. 71 Espinosa et al. Etimología: armonica por la continuidad que hay entre las vueltas de espira, sin saltos. Discusión: Aunque aparentemente relacionada con Fulimostraca encalada Espinosa, Ortea y Magaña, 2005, tanto las características de su concha como la coloración de los animales separan facilmente a Eulimostraca armonica, especie nueva, de dicha especie, diferencias que fueron bien apreciadas por REDFERN (2001), quien señala además algunas ligeras variaciones de color para la concha de esta nueva especie. 039 Eulimostraca dalmata Espinosa y Ortea, especie nueva Material examinado: Cuatro conchas recolectadas en sedimentos provenientes de las Cuevas de Pedro (localidad tipo), María la Gorda, Guanahacabibes, Pinar del Río, entre 30 y 35 m de profundidad. Holo- tipo (28 mm de largo y 1?”1 mm de ancho) depositado en la colección del Instituto de Ecología y Siste- mática, La Habana, Cuba. Paratipo: (2'9 mm de largo y 1?1 mm de ancho) depositado en la colección del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Islas Canarias. Descripción: Concha de tamaño mediano, comparada con otras especies antillanas del gé- nero, de color blanco a blanco hialino, con numerosas manchitas pardas pequeñas y otras más grandes, algo irregulares en forma y con la tendencia a distribuirse en dos anchas bandas espirales, una posterior y la otra hacia la base de la concha; en las vueltas de la espira solamente se observan las manchas de la zona subsutural. Protoconcha relativamente grande, algo agu- zada en su extremo, formada por al menos una y un cuarto de vueltas lisas y de color blanco opaco. Teleoconcha con unas seis vueltas, las primeras postnucleares de lados casi rectos a li- geramente convexos, la penúltima y la última convexas. Abertura suboval ancha; callo colu- melar estrecho, algo engrosado, de color pardo y proyectado hacia el extremo anterior de la con- cha. Labio externo simple, de perfil retroactivo, con una mancha parda notable en su extremo posterior. Etimología: dalmata en alusión a la raza de perros que tienen manchitas en el cuerpo. Discusión: Por la forma de la concha y el patrón de color tan distintivo, Eulimostraca dalmata, especie nueva, no guarda relación con ninguna otra especie del género en el área caribeña. Género Niso Risso, 1826 040 Niso albida Dall, 1889* Género Oceanida de Folin, 1871 041 Oceanida graduata de Folin,1871 Género Pyramidelloides Nevill, 1885 042 Pyramidelloides multicostatus Faber, 1990 Familia ACLIDIDAE G. O. Sars, 1878 Género Graphis Jeffreys, 1867 043 Graphis menkhorsti De Jong y Coomans, 1988 2 Moluscos Marinos de Guanahacabibes Eulimostraca armonica, especie nueva Eulimostraca dalmata, especie nueva Superfamilia TRIPHOROIDEA Gray, 1847 Familia TRIPHORIDAE Gray, 1847 Subfamilia TRIPHORINAE Gray, 1847 Género Aclophora Laseron, 1958 044 Aclophora sagei Rolán y Fdez.-Garcés, 1995 Género Eutriphora Cotton y Godfrey, 1931 045 Eutriphora bermudensis (Bartsch, 1911) Género /nella Bayle, 1879 046 Inella pinarena Espinosa, Ortea y Fdez.-Garcés, especie nueva Material examinado: Cuatro conchas recolectadas en sedimentos provenientes del punto de buceo Ye- mayá (localidad tipo), María la Gorda, Guanahacabibes, Pinar del Río. Holotipo (505 mm de largo y 14 mm de ancho) depositado en la colección del Instituto de Ecología y Sistemática, La Habana, Cuba. Paratipos: (38 mm de de largo y 11 mm de ancho) depositado en la colección del Museo de Ciencias Naturales, Tenerife, Islas Canarias y (6 mm de largo y 15 mm de ancho) depositado en la colección particular de Raúl Fdez.-Garcés, Cienfuegos, Cuba. Espinosa et al. Descripción: Concha turriculada de 11 vueltas, de las cuales las tres primeras son de protocon- cha, esculturadas por dos cordones espirales. Teleoconcha de nueve vueltas ligeramente con- vexas, las dos primeras con dos cordones espirales, a partir de la tercera vuelta aparece un cordón subsutural y otro suprasutural, los dos periféricos más señalados y angulosos. Escul- tura axial formada por débiles costillitas prosoclinas, bajas e irregulares, las que forman dis- cretos nódulos en la intercepción con los cordones espirales. Sutura poco profunda pero bien definida, por debajo de la que hay una estrecha banda decorada por finos cordoncitos espira- les. Color blanco amarillento, hialino, con bandas axiales irregulares de color pardo claro. Ultima vuelta con seis cordones espirales, los dos últimos de la base son lisos. Abertura piri- forme. Canal sifonal corto y abierto, de color castaño. Etimología: Gentilicio alusivo a la provincia de Pinar del Río, donde se encuentra la locali- dad tipo de esta nueva especie. Discusión: Tanto la protoconcha como la escultura de la teleoconcha separan fácilmente a Inella pinarena, especie nueva, de otras especies conocidas del género, como /nellla gae- soma (Dall, 1927), e Inella sentoma (Dall, 1927), recolectadas a 805 m en Georgia y Fernandina, Estados Unidos, respectivamente. Género Iniforis Jousseaume, 1884 047 Iniforis carmelae Rolán y Fdez.-Garcés, 1994 048 Iniforis casta (Hinds, 1843) 049 Iniforis inmaculata Rolán y Fdez.-Garcés, 1994 050 Iniforis pseudothomae Rolán y Fdez.-Garcés, 1994 Género /sotriphora Cotton y Godfrey, 1931 051 Isotriphora taenialba Rolán y Espinosa, 1994 Género Latitriphora Marshall, 1983 055 052 Latitriphora albida (A. Adams, 1854) Género Marshallora Bouchet, 1984 053 Marshallora modesta (C. B. Adams, 1850) Género Mesophora Laseron, 1958 054 Mesophora novem (Nowell-Usticke, 1969) Género Similiphora Bouchet, 1984 055 Similiphora intermedia (C. B. Adams, 1850) Género Triphora sensu lato 056 Triphora ellyae De Jong y Coomans, 1988 057 Triphora martii Rolán y Fdez.-Garcés, 1995 Subfamilia METAXINAE Marshall, 1977 Género Metaxia Montersato, 1884 058 Metaxia espinosai Rolán y Fdez.-Garcés, 1992 057 74 Moluscos Marinos de Guanahacabibes Familia CERITHIOPSIDAE H. y A. Adams, 1863 Subfamilia CERITHIOPSINAE H. y A. Adams, 1863 Género Cerithiopsis Forbes y Handley, 1850 059 Cerithiopsis guitarti Espinosa y Ortea, 2001 060 Cerithiopsis io Dall y Bartsch, 1911 061 Cerithiopsis lata (C. B. Adams, 1850) Género Holorogica Laseron, 1956 062 Holorogica rauli Rolán y Espinosa, 1992 Subfamilia ALIPTINAE Marshall, 1978 Género Retilaskeya Marshall, 1978 062 063 Retilaskeya bicolor (C. B. Adams, 1845) Figurada en ESPINOSA ET 4£. (2005; n* 236) y $ omitida en la lista de especies. q 064 Retilaskeya nivea Faber, 2007* ) Superfamilia BUCCINOIDEA Rafinesque, 1815 Familia BUCCINIDAE Rafinesque, 1815 Subfamilia PISANINAE Gray, 1857 Género Caducifer Dall, 1904 065 Caducifer tessellatum (Reeve, 1844) Orden NEOGASTROPODA ho A AA Familia COLUMBELLIDAE Swainson, 1840 Subfamilia COLLUMBELINAE Swainson, 1840 Género Zafrona Iredale, 1916 066 Zafrona belkisae Espinosa y Ortea, especie nueva Material examinado: Doce ejemplares recolectados vivos en la ensenada de Bolondrón (localidad tipo), Cabo de San Antonio, península de Guanahacabibes, en praderas de hierbas y algas marinas, en- tre 1 y 2 m de profundidad. Holotipo: (9'2 mm de largo y 3'4 mm de ancho) depositado en la colección del Instituto de Ecología y Sistemática, La Habana, Cuba. Paratipo: (8'55 mm de largo y 3'4 mm de an- cho) depositado en la colección del Museo de Ciencias Naturales deTenerife, Islas Canarias, y (75 mm de largo y 3”3 mm de ancho) depositado en el Museo de Historia Natural “Carlos de la Torre”, Holguín, Cuba. El mayor ejemplar estudiado mide 10”2 mm de largo y 3*8 mm de ancho, y se conserva en la co- lección de referencia de los autores. Descripción: Concha fusiforme y tamaño mediano comparada con otras especies antillanas del género. Protoconcha formada por una vuelta grande y redondeada, con un núcleo muy nota- ble y de color claro, casi blanco. Teleoconcha con cuatro vueltas moderadamente convexas y Ts] Espinosa et al. adornadas por esbozos de costillas axiales muy débiles, cruzadas por numerosas líneas espi- rales incisas, que delimitan finos cordoncitos espirales más marcados en la base de la concha en la última vuelta. La abertura es suboval alargada, con 8 liras internas, las tres posteriores for- man dentículos de los cuales el más posterior es el más marcado. Labio externo simple, no cor- tante, reforzado por la varice post labial, que es relativamente baja y poco engrosada. Callo pa- rieto columellar relativamente desarrollado; columela con dos dentículos basales débiles, el pos- terior se prolonga como un pliegue interno. Sutura estrecha y profunda, generalmente marcada por un estrecho y bajo cordoncito espiral subsutural. Color de fondo pardo amarillento muy claro, con una banda espiral de manchitas pardas y blancas alternas hacia la mitad de la última vuelta, que son visibles en las restantes vueltas de la teleoconcha en el área suprasutural. Etimología: Dedicada a la destacada periodista pinareña Belkis Pérez Cruz, como reconoci- miento a su labor de divulgación de la educación ambiental en la península de Guanahacabi- bes y en su provincia en general. Discusión: Por su protoconcha grande, globosa y con una sola vuelta, Zafrona belkisae, espe- cie nueva, se diferencia fácilmente de otras especies caribeñas que poseen protoconchas de me- nor tamaño: Zafrona pulchella (de Blainville, 1829) [=Zafrona subcostulata (C. B. Adams, 1845)], Zafrona idalina (Duclos, 1840) y Zafrona dicomata (Dall, 1889). Zafrona belkisae, especie nueva 76 Adiciones moluscos marinos de Guanahacabibes Subfamilia ATILINAE Coossman, 1901 Género Astyris H. y A. Adams, 1853 067 Astyris rolani Espinosa, Fdez.-Garcés y Ortea 2004 Género Steironepion Pilsbry y Lowe, 1932 068 Steironepion dubia Olsson y McGinty, 1958 Superfamilia MURICOIDEA Rafinesque, 1815 Familia MURICIDAE Rafinesque, 1815 Subfamilia MURICINAE Rafinesque, 1815 Género Pterynotus Swainson, 1833 069 Pterynotus emilyae Espinosa, Ortea y Fdez.-Garcés, especie nueva Material examinado: Una concha completa y un fragmento de la espira, recolectados en sedimentos pro- venientes de la Cueva de Pipo (localidad tipo), María la Gorda, Guanahacabibes, a 33 m de profundi- dad. Holotipo (5'4 mm de largo y 3'5 mm de ancho mayor) depositado en la colección Malacológica del Instituto de Ecología y Sistemática, La Habana, Cuba. Descripción: Concha de tamaño pequeño, de aspecto delicado. Protoconcha formada por una vuelta, redondeada y relativamente grande. Teleoconcha con tres y media vueltas, ador- nadas por tres varices axiales, laminares y anchas, por vuelta, de consistencia muy frágil. En la última vuelta, hacia la periferia, hay dos cordones espirales gruesos cruzados por tres cos- tillas axiales anchas y bajas, que forman grandes nódulos en su intercepción, y entre la sutura y el primer cordón espiral, hay unos 30 cordoncitos espirales finos que llegan hasta el borde libre de la várice y forman un fino retículo. al cruzarse con las líneas de crecimiento. Abertura oval alargada, de color blanco, con cuatro dentículos en la parte interna del labio externo, los dos posteriores gruesos, los anteriores menos marcados; la zona parieto-columelar es lisa y el perístoma sobresale por encima del nivel de la várice. El canal sifonal es cerrado, moderada- mente alargado y curvado hacia la derecha dorsalmente. La concha es de color blanco uniforme, con un ligero tinte pardo rosa casi imperceptible, algo translúcida hacia los bordes libres de las varices. Etimología: Nombrada en honor de la Dra. Emily H. Vokes, de la Universidad de Tulane, Nueva Orleans, como reconocimiento a sus numerosos y valiosos aportes al conocimiento de los Murícidos del Atlántico Occidental Tropical. Discusión: Por su tamaño Pterynotus emilyae, especie nueva, puede ser comparada con Pterynotus xenos Harasewych, 1982, de 5 a 6'3 mm de largo, conocida solamente de Disco- very Bay, Jamaica (70 m de profundidad), la cual posee una concha relativamente más en- grosada, de color salmón claro, de protoconcha baja (con una y un cuarto vueltas), y posee mar- cadas diferencias en la escultura de la teleoconcha, sobre todo en el desarrollo y textura de sus varices axiales, entre otros caracteres. En adición, el canal sifonal de P emilyae, especie nueva, es comparativamente más estrecho, cerrado y recto. 17 Espinosa et al. Pterynotus emiliae, especie nueva Pterynotus phaneus (Dall, 1889) [=Murex tristichus Dall, 1889 (non Beyrich, 1854), Murex pygmaeus Bush, 1893 (non Sechlotheim, 1820), Pterynotus havanensis E. H. Vokes, 1970 (nuevo nombre para Murex tristichus Dall, 1889, non Beyrich, 1854) y Pterynotus bushae E. H. Vokes, 1976 (nuevo nombre para Murex pygmaeus Bush, 1893, non Schlotheim, 1820)], es- pecie que habita en la zona profunda (200-800 m), desde Charleston, Carolina del Sur a La Ha- bana, Cuba (M. SmITH, 1939; CLENCH Y PÉREZ-FARFANTE, 1945; RADWIN Y D'ÁrriLIO, 1976; ABBOTT Y DANCE, 1986, entre otros), es de tamaño mayor (15-35 mm. de largo), posee de una y media a dos vueltas de protoconcha, el canal sifonal es comparativamente más alar- gado y marcadamente curvado hacia la derecha y no presenta igual número, desarrollo y dis- posición de los dentículos palatales internos. Otras especies del género presentes en la provincia Caribeña (sensu WARMKE Y ABBOTT, 1961), como Pterynotus phyllopterus (Lamarck, 1822), de las Antillas Menores (10-30 m de profundidad), Pterynotus lightbourni Harasewych y Jensen, 1979, de las Bermudas (27-60 m de profundidad), Pterynotus guesti Harasewych y Jensen, 1979, de Key West, La Florida (275 m de profundidad) y Pterynotus radwini Harasewych y Jensen, 1979, de Belice (300 m de profundidad), son muy diferentes en tamaños, formas o color, por lo que no resulta necesaria su comparación detallada. 78 Adiciones moluscos marinos de Guanahacabibes Familia COSTELLARIIDAE MacDonald, 1860 Género Vexillum Róding, 1798 070 Vexillum bibsae (Nowell-Usticke, 1969) 071 Vexillum dermestinum (Lamarck, 1811) Familia CYSTISCIDAE Stimpson, 1865 Sbf PLESIOCYSTISCINAE Coovert y Coovert, 1995 Género Inbiocystiscus Ortea y Espinosa, 2001 072 Inbiocystiscus triplicata Espinosa y Ortea, especie nueva Material examinado: Dos conchas y un ejemplar recolectado vivo en sedimentos provenientes de los arrecifes coralinos de Las Cuevas de Pedro (localidad tipo; 21” 46.597' N y 84” 31.213" W), María la Gorda, península de Guanahacabibes, provincia Pinar del Río, Cuba, entre 30 y 35 metros de profundidad. Ho- lotipo (25 mm de largo y 14 mm de ancho) depositado en la colección Malacológica del Instituto de Eco- logía y Sistemática, La Habana, Cuba. Paratipo (235 mm de largo y 128 mm de ancho) depositado en el Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Islas Canarias. Descripción: Concha lisa y pulida, de tamaño pequeño y forma subcilíndrica, con el extremo anterior algo aguzado y el posterior ancho, suavemente redondeado a casi aplanado. Espira for- mada por una y media vueltas redondeadas, con un núcleo algo notable; la segunda y última vuelta ocupa prácticamente todo el largo de la concha. Columela con tres pliegues bien mar- cados, sobre todo los dos anteriores y de ellos el primero, que es alargado y se prolonga hacia el labrum reforzando el extremo anterior de la concha. El labrum es simple, ligeramente sinuoso, poco engrosado pero no cortante, sin dentículos ni liras internas, insertado en la espira por encima de la sutura de la última vuelta; la abertura es casi tan larga como la concha, estrecha en su porción posterior y más ensanchada en la anterior. Carece de los callos postlabral y pa- rietal. Color blanco hialino. Etimología: triplicata, en alusión a sus tres pliegues columelares. Discusión: Aunque la posición genérica de esta nueva especie es provisional, hasta que se realicen los correspondientes estudios anatómicos, por su tamaño y forma general parece es- tar relacionada con el género Inbiocystycus, el cual contenía hasta el presente sólo dos espe- cies: Inbiocystyscus gamezi Ortea y Espinosa, 2001, de la costa norte de la Habana, Cuba, e /n- biocystyscus faroi Ortea y Espinosa 2005, de playa Las Tumas, Cabo San Antonio, península de Guanahacabibes. De todas estas especies Inbiocystiscus triplicata, especie nueva, difiere fácilmente por presentar solamente tres pliegues columelares, mientras que /. gamezi e 1. fa- rol poseen cuatro y cinco pliegues respectivamente. En otras dos especies antillanas de la subfamilia descritas o citadas para esta localidad, /n- telcystyscus yemayae Espinosa y Ortea, 2003, de María la Gorda, y Ticofurcilla tica (Espi- nosa y Ortea, 2000), las conchas son de formas diferentes y poseen en su columela cuatro pliegues y un solo pliegue externamente visible, respectivamente. 79 Espinosa et al. Familia MARGINELLIDAE Fleming, 1828 Género Volvarina Hinds, 1844 073 Volvarina laurauae Espinosa y Ortea, especie nueva Material examinado: Tres ejemplares recolectados vivos en el arrecife coralino, del punto de buceo El Acuario (localidad tipo; 21” 47.717' N y 84” 30.896' W), María la Gorda, península Guanahacabi- bes, Pinar del Río, Cuba, entre 12 y 15 m de profundidad. Holotipo (77 mm de largo y 34 mm de an- cho) depositado en la Colección Malacológica del Instituto de Ecología y Sistemática, La Habana, Cuba. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño comparada con otras especies anti- llanas del género. Vueltas en número de tres. La espira es corta, formada por dos vueltas, la pri- mera de las cuales, grande y redondeada, es de protoconcha. La última y tercera vuelta ocupa aproximadamente el 84,6 % del largo total de la concha. La abertura es algo estrecha en su por- ción posterior y un poco más ensanchada en la anterior, principalmente al nivel de los tres pliegues columelares más anteriores; el labrum es relativamente estrecho en casi toda su ex- tensión y poco engrosado, sin dentículos internos, se inserta en la espira muy por debajo de la sutura de la vuelta precedente. Columela con cuatro pliegues, los tres anteriores más marca- dos que el cuarto. Color crema claro, ligeramente translúcido, con tres bandas espirales par- das, muy notables en la superficie dorsal de la concha; los dientes columelares son blancos, al igual que casi todo el labrum, excepto en sus extremos anterior y posterior, donde está som- breado por las bandas espirales pardas. El animal es de color blanco leche con el reborde anterior del pie y el sifón manchados de rojo; los tentáculos son de color blanco leche al igual que el resto del animal. Etimología: Nombrada en honor de Laura U Moro, hija de nuestro amigo y colega Leopoldo Moro, en cuya compañía tuvimos el placer de descubrir esta nueva especie. Discusión: Entre las especies antillanas del género, por su tamaño pequeño, forma y patrón de color de la concha, Volvarina laurauae, especie nueva, puede ser comparada solamente con Vol- varina albolineata (d'Orbigny, 1842), señala para Cuba y otras Antillas (D'ORBIGNY, 1842; ARANGO, 1878-80, y otros), la cual es de tamaño semejante (6 mm de largo y 2,4 mm de an- cho) pero de espira más extendida y posee un patrón de color muy distintivo, con tres bandas espirales de color pardo rosa oscuro, anchas y marcadas, entre otras diferencias. Familia OLIVELLIDAE Troschel, 1869 Género Olivella Swainson, 1831 074 Olivella watermani McGinty, 1940 Familia CONIDAE Fleming, 1822 Subfamilia MANGELINAE P. Fischer, 1883 Género Brachycythara Woodring, 1928 075 Brachycythara barbarae (Lyons, 1972) 80 Adiciones moluscos marinos de Guanahacabibes Imbiocyvstiscus triplicata, especie nueva Volvarina laurauae, especie nueva Espinosa et al. Subfamilia RAPHITOMINAE A. Bellardi, 1875 Género Daphnella Hinds, 1844 076 Daphnella elegantisima Espinosa y Fdez.-Garcés, 1990 077 Daphnella lyonsi Espinosa y Fdez.-Garcés, 1990 078 Daphnella margaretae Lyons, 1972 Familia TURRIDAE H. y A. Adams, 1853 Subfamilia CRASSISPIRINAE McLean,1971 Género Crassispira Swainson, 1840 079 Crassispira bandata (Nowell-Usticke, 1969)* Subclase HETEROBRANCHIA Superorden ALLOGASTROPODA Superfamilia ACTEONOIDEA d'Orbigny, 1843 Familia ACTEONIDAE d'Orbigny, 1843 Género Acteon Montfort, 1810 080 Acteon candens Rehder, 1939 Superfamilia ARCHITECTONICOIDEA Gray, 1850 e, Familia ARCHITECTONICIDAE Gray, 1850 EA Género Heliacus d'Orbigny, 1842 : 081 Heliacus perrieri (Rochebrune, 1881) Superfamilia MATHILDOIDEA Dall, 1889 Familia MATHILDIDAE Dall, 1889 Género Fimbriatella Sacco, 1895 082 Fimbriatellla vanaartseni De Jong y Coomans, 1988* Superfamilia PYRAMIDELLOIDEA Gray, 1840 Familia PYRAMIDELLIDAE Gray, 1840 Género Odostomia Fleming, 1813 083 Odostomia babylonia (C. B. Adams, 1845) 084 Odostomia diyma Verrill y Bush, 1900 Subfamilia TURBONILLINAE Bronn, 1849 Género Turbonilla Risso, 1826 085 Turbonilla krumpermani De Jong y Coomans, 1988 086 Turbonilla fonteini De Jong y Coomans, 1988 087 Turbonilla krebsii (Mórch, 1875)* 088 Turbonilla ornata (d'Orbigny, 1842) 089 Turbonilla unilirata Bush, 1899* Género Murchisonella Mórch, 1875 090 Murchisonella spectrum Mórch, 1875* 82 Moluscos marinos de Guanahacabibes Superfamilia OMALOGYROIDEA Sars, 1878 Familia OMALOGYRIDAE Sars, 1878 Género Ammonicera Vayssiere, 1893 091 Ammonicera familiares Rolán, 1992 Subclase SACOGLOSSA Orden PLACOBRANCHACEA Superfamilia PLACOBRANCHOIDEA Gray, 1840 Familia PLACOBRANCHIDAE Gray, 1840 Género Elysia Risso, 1818 ** Elysia serca Er. Marcus, 1955* 0) Determinada previamente como Elysia catulus (Gould,1870) en ESPINOSA ET AL. (2005; n 398), los estudios anatómicos han confirmado que se trata de Elysia serca Er. Marcus, 1955, especie asociada a los pastos de Thalassia testudinum, mientras que E. catulus vive sobre Zostera, de la que se alimenta. El nombre £. catulus debe ser repudiado en el inventario de Gua- nahacabibes y sustituido por E. serca. Subclase OPISTOBRANCHIA Orden CEPHALASPIDEA Superfamilia PHILINOIDEA Gray, 1850 Familia AGLAJIDAE Pilsbry, 1895 Género 4Aglaja Renier, 1807 092 Aglaja felis Er. y Ev. Marcus, 1970 Género Chelidonura A. Adams, 1855 093 Chelidonura cubana Ortea y Martínez, 1997 094 Chelidonura hirundinina (Quoy y Gaimard, 1833) Familia CYLICHNIDAE H. y A. Adams, 1854 Género Acteocina Gray, 1847 095 4Acteocina lepta Woodring, 1928 096 Acteocina recta (d'Orbigny, 1841) Orden THECOSOMATA Superfamilia CAVOLINIOIDEA Gray, 1850 (1815) Familia CAVOLINIIDAE Gray, 1850 (1815) Subfamilia CAVOLINIINNAE Gray, 1850 (1815) Género Diacria Gray, 1847 097 Diacria quadridentata de Blainville, 1821 Subfamilia CLIOINAE Jeffreys, 1869 Género Creseis Rang, 1828 098 Creseis virgula Rang, 1828 Espinosa et al. Género Hyalocylis Fol, 1875 099 Hyalocylis striata (Rang, 1828) Familia LIMACINIDAE Gray, 1840 Género Limacina Bosc, 1817 100 Limacina lesueurii (d”Orbigny, 1836) 101 Limacina trochiformis (d”Orbigny, 1836) Familia PERACLIDIDAE C. W. Johnson, 1915 Género Peracle Forbes, 1844 102 Peracle reticulata (d'Orbigny, 1836) Orden NUDIPLEURA Suborden PLEUROBRANCHOMORPHA Superfamilia PLEUROBRANCHOIDEA Gray, 1827 Familia PLEUROBRANCHIDAE Gray, 1827 Género Pleurobranchus Cuvier, 1804 103 Pleurobranchus crossei Vayssiere, 1897* Figurado bajo el nombre Pleurobranchus evelinae Thompson, 1977 en ESPINOSA ET AL. (2005; n* 459), los estudios anatómicos han revelado que las dos especies se encuentran en Gua- nahacabibes, siendo este el primer registro para Cuba de P. crossel. Género Berthella de Blainville, 1825 104 Berthella stellata (Risso, 1826)* Suborden DORIDACEA Superfamilia DORIDOIDEA Rafinesque, 1815 Familia DISCODORIDIDAE Bergh, 1891 Género Diaulula Bergh, 1879 105 Diaulula phoca (Marcus y Marcus, 1963)* Común en la ensenada de Bolondrón; con el noto de color "teja", uniforme, presenta un círculo de branquias muy reducido en relación con el tamaño del animal, que facilita su identificación. Primer registro para Cuba. Superfamilia ONCHIDORIDOIDEA Gray, 1827 Familia GONIODORIDIDAE H. y A. Adams, 1834 Género Trapania Pruvot-Fol, 1931 106 Trapania dalva Ev. Marcus, 1972* Recolectada sobre las gorgonias de María la Gorda durante en buceo nocturno, es su primer registro para Cuba. 84 Moluscos marinos de Guanahacabibes Orden CLADOBRANCHIA Suborden AEOLIDACEA Superfamilia AEOLIDIOIDEA Gray, 1827 Familia FACELINIDAE Bergh, 1889 Género Palisa Edmunds, 1964 107 Palisa papillata Edmunds, 1964* Confundido o sinonimizado frecuentemente con Noumeaella (=Moridilla) kristenseni (Er. Marcus y Ev. Marcus, 1967) en la literatura; es un aeolidáceo bien diferente por el conjunto de sus caracteres anatómicos. Primer registro para Cuba. Género Pauleo Millen y Hamamn, 1992 108 Pauleo jubatus Millen y Hamamn, 1992* Depredador nocturno de gorgonias como Plexaurella dichotoma, Gorgonia flabellum y otras, permanece oculto durante el día en la base de las gorgonias por las que trepa durante la noche para comer sus pólipos, formando en ellas llamativas zonas sin pólipos. Común en María la Gorda, se cita por vez primera para Cuba. CLASE BIVALVIA Subclase PTERIOMORPHA Orden MYTILOIDA Superfamilia MYTILOIDEA Rafinesque, 1815 Familia MYTILIDAE Rafinesque, 1815 Subfamilia DACRYDIINAE Ockelmann, 1983 Género Dacrydium Torrell, 1859 109 Dacrydium leucoguttatum Van Der Linden y Moolenbeek, 2004* 85 Espinosa et al. Orden LIMOIDA Superfamilia LIMOIDEA Rafinesque, 1815 Familia LIMIDAE Rafinesque, 1815 Género Limatula Wood, 1839 110 Limatula hendersoni Olsson y McGinty, 1958* 111 Limatula setifera Dall, 1886 Superfamilia PECTINOIDEA Rafinesque, 1815 Familia PECTINIDAE Rafinesque, 1815 Subfamilia CHLAMYDINAE Korobkow, 1960 Género Laevichlamys Waller, 1993 112 Laevichlamys multisquamata (Dunker, 1864) CLASE SCAPHOPODA Orden GADILIA Familia GADILIDAE Stoliczka, 1868 Género Polyschides Pilsbry y Sharp, 1897 113 Polyschides tetrodon (Pilsbry y Sharp, 1897) CLASE CEPHALOPODA Subclase COLEOIDA Orden TEUTHIDA Suborden MYOPSIDA Familia LOLIGINIDAE d'Orbigny, 1848 Género Sepioteuthis de Blainville, 1824 114 Sepioteuthis sepioidea de Blainville, 1824 Familia PICKFORDIATEUTHIDAE Voss, 1953 Género Pickfordiateuthis Voss, 1953 115 Pickfordiateuthis pulchella Voss, 1953* Orden OCTOPODA Suborden INCIRRATA SPF OCTOPODOIDEA d'Orbigny, 1845 Familia OCTOPODINAE d'Orbigny, 1845 Género Octopus Lamarck, 1898 116 Octopus briareus Robson, 1929 86 Moluscos marinos de Guanahacabibes OBSERVACIONES Éste trabajo es un resultado parcial del estudio del material procedente de dos campañas de colecta intensiva realizadas en el área de Maria La Gorda en diciembre de 2006 y marzo de 2007, con las que el número de especies inventariadas en Guanahacabibes asciende a 753, de las cuales 37 han sido descritas como nuevas para la Ciencia. Dos especies más procedentes de Guanahacabibes se describen de forma separada en sen- dos artículos de ésta revista debido en un caso al tratamiento conjunto de especies crípticas del género Gibberula (páginas 116 y 117, Láminas 3 y 4) y en otro a la especial dificultad del género Cuthona (páginas 127-130, Figura 1). Con éstas el número total de moluscos mari- nos de Guanahacabibes sería de 755 y el de especies descritas por nuestro grupo de trabajo 39. AGRADECIMIENTOS Queremos dejar constancia de nuestro reconocimiento a la tripulación del barco “El Crio- llo”, de la Oficina para el Desarrollo Integral de la Península de Guanahacabibes (DIG), así como a la dirección y a los buzos del Centro Internacional de Buceo María la Gorda, en especial a Bayron por acompañarnos y participar activamente en todas las colectas nocturnas efectuadas. Nuestro agradecimiento también a los compañeros Guillermo Baena por la impecable planificación de la campaña, Macario Esquivel por su colaboración en los muestreos de campo y Manuel Caballer por su ayuda en la edición de este artículo y por la fotografía de la rádula de Elysia serca. Los resultados de este trabajo se han realizados al amparo del proyecto Fortalecimiento de la Gestión del Desarrollo Integral y Sostenible de la Península de Guanahacabibes, Reserva de la Biosfera, Pinar del Río, Cuba, ejecutado por el DIG, con el apoyo económico de la ACDI Canadá a través del MINVEC. BIBLIOGRAFÍA ABBOTT, R. T. 1974. American Sea Shells. Van Nostrand Reinhold, New York, 541 pp. ABBOTT, R. T. Y DANCE, P. 1986. Compendium of Seashells. American Malacologist, Inc. Melbourne, Florida, 411 pp. ARANGO Y MOLINA, R. 1878-80. Contribución a la fauna malacológica cubana. Montiel y Cia., La Habana, 280 pp., 35 pl. CLENCH, W. J. Y PÉREZ FARFANTE, I. 1945. The genus Murex in the Western Atlantic. 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Lithoprinters and Publishers Ann Arbor. Michigan, 83 pp. WARMKE, G. Y ABBOTT, R. T. 1961. Caribbean Seashells. Livingston Publishing Company, Wynnewood, PA, 348 pp. 87 e Md il ACTO oe al £ A, e delos AM - . CAS db rsnoa ¡4 acts iO e de mostra cane 155 E LD ANT An 051 riot OA MAA DEIA dE y pt WAS ER A RL e EIA ; A Poe Miel ltd MIA : SIDE Ai de MA E EN LOS 261 B t Í am. a pd 0 mn Y yy n Y y ES A a! id ' o er i de by? pra Sud A Ñ hn « em Sol ÚS TAPIA Ay o Y ANA TO rr IA A OS PO o NN AL q Mm” po a / y 1 ASE ba OR IO ' ho . - . A A “4 A A A » e 0 Avicennia, 2007, 19: 89-98 Nuevos prosobranquios marinos (Mollusca: Gastropoda) del Golfo de Batabanó, plataforma suroccidental de Cuba New marine prosobranchs (Mollusca: Gastropoda) from Batabano Gulf, western south shelf of Cuba José Espinosa!, Jesús Ortea? y Raúl Fernández-Garcés? Instituto de Oceanología, La Habana, Cuba. ¿Departamento BOS, Universidad de Oviedo, España. Centro de Estudios Ambientales, calle 17, esquina Ave. 46, Cienfuegos, Cuba. Resumen Se describen cinco especies nuevas de prosobranquios marinos, provenientes del golfo de Ba- tabanó, Cuba; una de la familia Naticidae, dos de Columbellidae y dos de Marginellidae. Abstract Five new species of marine prosobranchs are described from the Batabano Gulf, Cuba; one Naticidae, two Columbellidae and two Marginellidae. Palabras clave: Mollusca, Gastropoda, Naticidae, Columbellidae, Marginellidae, especies nuevas, Cuba. Key Words: Mollusca, Gastropoda, Naticidae, Columbellidae, Marginellidae, new species, Cuba. INTRODUCCIÓN El golfo de Batabanó, o plataforma suroccidental de Cuba, que ocupa la costa sur de las pro- vincias Pinar del Río, La Habana y Matanzas, ha sido ampliamente estudiado desde el punto de vista ecológico y biológico pesquero, por constituir la principal zona de pesca de la langosta espinosa (Panulirus argus) de Cuba (BUESA, 1965; CRUZ ET 4L., 1987; ALCOLADO, 1990; BAISRE Y CRUZ, 1994, y otros). Sin embargo, su diversidad biológica aún no ha sido lo suficien- temente evaluada y los inventarios faunísticos disponibles son, en su mayoría, listas de espe- cies derivadas de evaluaciones ecológicas, con las limitaciones que esto implica para el cono- cimiento de la biodiversidad. En el caso particular de los moluscos destacan los estudios ecológicos realizados por AL- COLADO Y CÓRTEZ (19 ) y MARTÍNEZ ESTALELLA Y ALCOLADO (1990), así como las contribu- ciones faunísticas de SARASÚA Y ESPINOSA (1977), PALAZZI (1983), ORTEA, TEMPLADO Y LUQUE (1990) y ESPINOSA Y ORTEA (1997, 1998, 2002, 2003) en las que se han descrito 10 nuevas es- pecies de gasterópodos marinos del golfo de Batabanó (1 opistobranquio y 9 prosobran- quios). En este trabajo se describen 5 nuevas especies de prosobranquios (una de la familia Na- ticidae, dos de la familia Columbellidae y dos de Marginellidae) recolectadas en el interior del golfo de Batabanó, en fondos bajos con macrovegetación bentónica. 89 Espinosa, Ortea y Fernández-Garcés SISTEMÁTICA Clase GASTROPODA Subclase PROSOBRANCHIA Orden LITTORINIMORPHA Familia NATICIDAE Guilding, 1834 Género Sigatica Meyer y Aldrich, 1886 Sigatica cubana especie nueva (Figura 1) Material examinado: Dos ejemplares recolectados vivos en el Golfo de Batabanó (localidad tipo), en praderas de hierbas y algas marinas, entre 2 y 25 m de profundidad. Holotipo: (595 mm de largo y 6'6 mm de diámetro mayor) depositado en la colección del Instituto de Ecología y Sistemática (IES), La Habana, Cuba. Paratipo: (59 mm de largo y 64 mm de diámetro mayor) depositado en la colección de Raúl Fernández Garcés, Cienfuegos, Cuba. Descripción: Concha pequeña, globosa, con tres y cuarto a tres y media vueltas, de las cua- les la primera, de color ambarino claro, es de protoconcha. Vueltas de la teleoconcha convexas, esculturadas por dos débiles cordones espirales subsuturales que van desapareciendo en la última vuelta y discretas líneas de crecimiento. La sutura es acanalada y profunda. Abertura semilunar de peristoma grueso y redondeado en su borde palatal libre. El ombligo es amplio y profundo, esculturado por ocho cordones espirales, tres en la zona más interna y cinco hacia la base, sepa- rados por una franja central ancha. Color blanco puro brillante. Opérculo córneo, paucispiral de una y media vuelta, de espira laminar y adornado por una fina granulación calcárea. Etimología: Gentilicio alusivo a Cuba. Discusión: Tanto la protoconcha como la escultura de Sigatica cubana, especie nueva, la diferencian de las restantes especies conocidas del género. Sigatica carolinensis (Dall,1889) posee dos vueltas de protoconcha y está esculturada por unas veinte líneas espirales; Siga- tica semisulcata (Gray, 1839), tiene de cinco a seis cordones espirales en la teleoconcha, es de tamaño mayor y tiene escultura axial en el ombligo. Familia COLLUMBELIDAE Swainson, 1840 Subfamilia COLELUMBELINAE Swainson, 1840 Género Zafrona Iredale, 1916 Zafrona diversa especie nueva (Figura 2 A) Material examinado: 8 ejemplares recolectados vivos en Cayo La Grifa (localidad tipo), Golfo de Bata- banó, en praderas de hierbas y algas marinas, entre 2 y 25 m de profundidad. Holotipo: (945 mm de largo y 385 mm de ancho) depositado en la colección del IES, La Habana, Cuba. Paratipo: (88 mm de largo y 38 mm de ancho) depositado en la colección del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Islas Canarias (MCNT). 90 Especies nuevas de Batabano Figura 1. Sigatica cubana, especie nueva, Figure 1. Sigatica cubana, new species, 91 Espinosa, Ortea y Fernández-Garcés Descripción: Concha fusiforme y tamaño mediano comparada con otras especies antillanas del género. Protoconcha formada por una vuelta grande y redondeada, de color pardo oscuro. Teleoconcha con cinco vueltas moderadamente convexas y adornadas por numerosas costillas axiales, muy débiles y a veces mal definidas en algunas zonas, más señaladas hacia la parte superior de las vueltas, cruzadas por numerosas líneas espirales incisas, que delimitan finos cordoncitos espirales, más anchas que los hilos, y que están más marcados hacia la base de la concha en la última vuelta. La abertura es suboval alargada, con unas 7 a 8 liras internas, débi- les y denticuliformes. Labio externo simple, no cortante, reforzado por la várice postlabial, que es relativamente baja y poco engrosada. Sutura estrecha y profunda, generalmente mar- cada por un estrecho y bajo cordoncito espiral subsutural. Patrón de color variable, pardo oscuro en el holotipo, con flámulas alargadas y manchas blancas, algo irregulares en forma y distribu- ción. Por debajo de la zona central de la última vuelta, hay una estrecha línea espiral clara. En vista lateral. el animal vivo es de cuerpo hialino con pequeños granulos blanco nieve y manchas irregulares carmín, los gránulos son más abundantes cerca del borde del pie y sobre la cola, y las manchas carmín en el centro del cuerpo y bajo los tentáculos, los cuales son hia- linos con una a tres bandas carmín; el sifón tiene una coloración uniforme en todos los ejem- plares, su mitad inferior tiene una banda carmín y 4-8 manchas redondeadas del mismo color y la superior una banda carmín distal y granulos blancos sobre fondo hialino. El opérculo es relativamente pequeño y delgado en grosor, de color amarillento y forma suboval, con el nú- cleo marginal y numerosas líneas concentricas muy finas; en el animal vivo hay manchas carmín por debajo de él. Etimología: del latín diversus, que significa distinto, diferente, en alusión a las marcadas diferencias de esta nueva especie con las restantes conocidas del género en el área del Caribe. Discusión: Además de otras características de la concha y de los animales, Zafrona di- versa, especie nueva, se diferencia de otras especies caribeñas del género por su protocon- cha, formada por una sola vuelta, grande y de color pardo oscuro. Según REFERN (2001), Za- frona pulchella (de Blainville, 1829) [= Zafrona subcostulata (C. B. Adams, 1845)] posee una protoconcha blanca con 2'5 vueltas; en Zafrona idalina (Duclos, 1840) es de 15 vueltas y siempre manchadas de rosado, mientras que en Zafrona dicomata (Dall, 1889) es blanca con 15 vueltas. Zafrona belkisae Espinosa y Ortea, 2007 (Avicennia n* 19: 75-76, especie 066) aunque es de protoconcha también grande, ésta es de color blanco, y pese a que son de tamaños similares, la concha es proporcionalmente más estrecha y de color claro. Subfamilia ATILINAE Cossman, 1901 Género Costoanachis Sacco, 1890 Costoanachis carmelita especie nueva (Figura 2 B) Material examinado: Cuatro ejemplares recolectados vivos en cayo La Grifa (localidad tipo), Golfo de Batabanó, en praderas de hierbas y algas marinas, entre 2 y 25 m de profundidad. Holotipo: (82 mm de largo y 33 mm de ancho) depositado en la colección del IES, La Habana, Cuba. Paratipo: (8 mm de largo y 3 mm de ancho) depositado en la colección del MCNT, Islas Canarias. 02 Especies nuevas de Batabano Descripción: Concha fusiforme, de tamaño mediano comparada con otras especies anti- llanas del género. Protoconcha de color pardo oscuro, formada por una vuelta grande, de cre- cimiento rápido y sin escultura marcada, con un núcleo grande y de color más oscuro que el resto. Teleoconcha con cinco y un cuarto vueltas, moderadamente convexas, adornadas por cos- tillas axiales, unas 20 a 22 en la penúltima y última vueltas, algo anchas y retroactivas. Área intervarical casi tan ancha como las costillas, con débiles cordones espirales que no las cruzan, los dos o tres primeros debajo del área subsutural algo más señalados y a veces imperceptibles hacia la parte media de las vueltas. Hacia la base de la última vuelta, donde terminan las cos- tillas axiales, hay de 12 a 13 cordones espirales más desarrollados. Figura 2. A, Zafrona diversa, especie nueva, B, Costoanachis carmelita, especie nueva. Escala= 5 mm. Figure 2. 4, Zafrona diversa, new species, B, Costoanachis carmelita, new species. Scale=5 mm. 93 Espinosa, Ortea y Fernández-Garcés Abertura suboval, con el canal posterior moderadamente señalado, y con 5 a 6 liras cortas y gruesas internas. El labio externo es simple y liso, reforzado por la várice postlabial relati- vamente poco engrosada y estrecha. Color de fondo pardo, más oscuro sobre el área subsutu- ral, la base de la concha, el borde libre del labio externo y la protoconcha. En el holotipo, la coloración del animal vivo es amarillo pálido con gránulos blanco nieve en el ápice del sifón. Opérculo de color castaño. Etimología: "carmelita" cubanismo utilizado para designar al color pardo oscuro, inspirado en el color de la sotana de la Orden religiosa de las Carmelitas, y que coincide con el color de esta nueva especie. Discusión: Por el patrón de color, la protoconcha y las características de su escultura axial y espiral, Costoanachis carmelita, especie nueva, se separa marcadamente de las res- tantes especies del género en la provincia Caribeña (sensu WARMKE Y ABBOTT, 1961), véase a REDFERN (2001) y ESPINOSA Y ORTEA (2001, 2005). Familia MARGINELLIDAE Fleming, 1828 Género Prunum Herrmannsen, 1852 Prunum thalassicola Espinosa y Ortea, especie nueva (Figura 4 A) Material examinado: Varios ejemplares recolectados vivos en el golfo de Batabanó (localidad tipo), La Habana, Cuba, en fondos de Thalassia testudinum (seibadales), entre 2 y 4 m de profundidad. Holotipo (82 mm de largo y 51 mm de ancho) depositado en la colección Malacológica del IES, La Ha- bana, Cuba. Paratipo (92 mm de largo y 53 mm de ancho) depositado en el MCNT, Islas Canarias. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño a mediano comparada con otras especies antillanas del género, de forma bicónica, con ambos lados de la concha convexos; es- pira corta y saliente. Protoconcha de una vuelta grande y redondeada, con un núcleo grande y calloso. Teleoconcha formada por 3/ vueltas, la última ocupa aproximadamente el 85 % del largo total de la concha. La abertura es alargada, estrecha en su porción posterior y ensan- chada en la anterior, sin dentículos internos; el labio externo (labrum) varicoso, relativa- mente ancho y engrosado hacia el hombro de la última vuelta, donde alcanza su ancho mayor, insertado en la espira justo por debajo de la sutura de la vuelta precedente; callos parietal y pos- tlabral ligeramente engrosados. Columela con cuatro pliegues bien desarrollados, sobre todo los dos centrales. Parte dorsal de la última vuelta de color pardo tostado oscuro, en ocasiones más claro en algunos ejemplares, con dos bandas espirales anchas más oscuras, una anterior y otra hacia el extremo anterior; salpicada por manchitas blancas, relativamente grandes y algo irregulares, tanto en forma como en distribución. La espira, el labrum y la cara ventral de la última vuelta son claros, casi blancos: sobre el labrum hay dos manchitas pardas muy pá- lidas, una central y la otra hacia el extremo anterior. 94 Especies nuevas de Batabano Etimología: thalassicola, en alusión al hábitat de praderas de Thalassia testudinum donde hemos encontrado a esta especie. Discusión: Por su tamaño relativamente pequeño, forma de la concha y la presencia de man- chitas blancas en su patrón de color, Prunum thalassicola, especie nueva, puede ser comparado con Prunum pinerum Sarasúa y Espinosa, 1977 y Prunum quinteroi Espinosa y Ortea, 1999, los cuales, en general, son de forma más globosa, con sus callos parietales más desarrollados y los labios externos comparativamente más engrosados. Prunum albertoi Espinosa y Ortea, 1998 posee un patrón de color diferente, y sus pliegues columelares son distintos. Prunum pruinosum (Hinds, 1844) carece de manchitas pardas sobre el labrum (ABBOTT, 1974). Prunum caneli Ortea y Espinosa, especie nueva (Figura 4 B) Material examinado: Cuatro ejemplares recolectados vivos en el golfo de Batabanó (localidad tipo), La Habana, Cuba, en fondos con Anadyomene stellata, entre 2 y 5 m de profundidad. Holotipo: (10'5 mm de largo y 56 mm de ancho) depositado en la colección Malacológica del IES, La Habana, Cuba. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño mediano comparada con otras especies an- tillanas del género, de forma bicónica, relativamente alargada, con ambos lados de la concha moderadamente convexos; espira muy corta y saliente. Protoconcha de una vuelta grande y re- dondeada, con un núcleo pequeño. Teleoconcha formada por 3% vueltas, la última ocupa aproximadamente el 88 % del largo total de la concha. La abertura es alargada, y estrecha, algo más ensanchada en su porción anterior, el labrum es varicoso, relativamente ancho y en- grosado, con numerosos dentículos pequeños en su borde libre interno, insertado en la espira justo en la sutura de la vuelta precedente, con el callo postlabral extendido sobre la espira. El callo parietal es ligeramente engrosado. Columela con cuatro pliegues, los dos anteriores más desarrollados que los posteriores. Color de fondo pardo tostado, salpicado por manchitas blancas, relativamente pequeñas, escasas y con la tendencia de alinearse axialmente, con tres bandas anchas espirales más oscuras en la última vuelta, una subsutural, otra central y la otra hacia el extremo anterior; las dos bandas centrales producen dos manchas pardas oscuras no- tables sobre el lado dorsal del labio externo. El callo parieto columelar, los pliegues y el labrum son casi blancos, mientras que el interior de la abertura es pardo claro. Etimología: En honor a nuestro incondicional amigo Celestino Canel, pescador de altura, filántropo, aventurero, amante de Cuba y fundador de la empresa de productos del mar “Canel- mar S.A.”, en reconocimiento a sus inquietudes por la explotación racional del medio marino. Discusión: La presencia de dentículos en el borde libre interno del labio de Prunum caneli, especie nueva, la diferencia de Prunum pinerum Sarasúa y Espinosa, 1977 y de P. thalassicola. Prunum quinteroi Espinosa y Ortea, 1999, aunque tiene dentículos palatales, es de forma más an- cha (99 x 6'5 mm) y tiene diferente desarrollo de sus pliegues columelares. Prunum albertoi Es- pinosa y Ortea 1998, es también comparativamente más ancha (82 X 47 mm) y tiene dife- rente patrón de color. P pruinosum (Hinds, 1844) carece de manchitas pardas sobre el labrum. 95 Espinosa, Ortea y Fernández-Garcés Figura 4. A, Prunum thalassicola, especie nueva, B, Prunum caneli, especie nueva. Figure 4. 4, Prunum thalassicola, new species, B, Prunum caneli, new species. 96 Especies nuevas de Batabano AGRADECIMIENTOS Nuestro reconocimiento a Macario Esquivel y Jorge L. Hernández, técnicos del Instituto de Oceanología, por su participación en los muestreos del bentos en el Golfo de Batabanó, y en el mismo sentido a MC. Noberto Capetillo, del Centro de Investigaciones Pesqueras, MIP. BIBLIOGRAFÍA ABBOTT, R. T. 1974. American Sea Shells. Van Nostrand Reinhold, New York, 541 pp. ALCOLADO, P. 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Instituto de Oceanología, Playa. La Habana, Cuba. ¿Departamento BOS, Universidad de Oviedo, España. Resumen Descripción de doce especies de Gibberula Swainson, 1840, procedentes de distintos puntos de Cuba. Se describen las conchas de todas ellas y los animales vivos de la mayoria, aportando datos de su anatomia interna. Abstract Twelve species of Gibberula Swainson, 1840 from different places of Cuba are described. All the shells and some of the living animals and additional data of internal anatomy are shown. Palabras clave: Moluscos, Cystiscidae, Gibberula, especies nuevas, Cuba. Key words: Mollusca, Cystiscidae, Gibberula, new species, Cuba INTRODUCCIÓN La belleza de las conchas de los "marginelidos" en sentido amplio, ha sido la causa del elevado número de especies que se han descrito del grupo a pesar de ser, en general, anima- les de concha pauciespiral y desarrollo intracapsular (directo) con reducidas áreas de distribu- ción geográfica. Además, el hecho de estar basadas la mayoría de las descripciones en simples caracteres conquiológicos ha dado origen a un complejo caos nomenclatural y de distribución de las distintas especies, con mas de 300 nombres en el área del Caribe, sinónimos o no, cuyos me- jores ejemplos los encontramos en Volvarina avena (Kiener, 1834) dentro de los Marginelli- dae y Gibberula lavalleeana (d'Orbigny, 1842) en los Cystiscidae, especies que aparecen ci- tadas en todo el área del Caribe por el simple hecho de ser dos modelos conquiológicos que se repiten y cuyos complejos de especies crípticas (enmascaradas), reunidos bajo esos nombres, son dificiles de separar si no se cuenta con buenas colecciónes de referencia y una base de datos sobre la coloración de los animales vivos y de su anatomía interna. Un ejemplo que muestra la carencia de estudios anatómicos en estas familias lo ponen de manifiesto COOVERT Y COOVERT (1987 Y 1988), autores que revisan la literatura existente hasta el momento sobre ellas y encuentran tan solo 67 referencias con datos sobre su anatomía externa, $ con estudios de anatomía interna detallada y 58 en los que se describen las rádulas, 13 de ellos debidos a la propia autoría de los Coovert. 99 Espinosa y Ortea Hay que llegar al final de la década de los 80, en el pasado siglo, para que los trabajos de GOFÁS Y FERNANDES (1988 y 1992) y GoFÁs (1989 y 1990) den un nuevo estilo a su descrip- tiva, además del esfuerzo de COOVERT Y COOVERT (1995) para establecer una clasificación supraespecifica, incorporando datos anatómicos de los animales para reforzar los distintos géneros, lo que constituye toda una innovación para clasificaciones anteriores (HABE, 1951; La- SERON, 1957; COAN, 1965, y otros), basadas en caracteres meramente conquiológicos. Nuestros estudios comienzan en 1995, siendo el punto de partida el material propio, colec- tado en el área antillana durante más de 20 años; al que se incorporó el procedente de la colec- ción de Raúl Fernández Garcés y parte del de Arango, Jaume, Borro, Sarasúa y otros malaco- logos cubanos (depositado en el Instituto de Ecología y Sistemática), conformando una colec- ción de referencia con más de 100 especies y 2.000 ejemplares. Sin embargo, la mayor parte de ese material se componía únicamente de conchas secas, siendo raros los animales en alco- hol y más raros aún los que estaban acompañados de algún dato o comentario sobre su as- pecto en vivo; es por ello por lo que nuestros trabajos iniciales se realizaron a partir de espe- cies cuya concha es el principal elemento descriptivo (géneros Prunum Herrmannsen, 1852 y Volvarina Hinds, 1844), a la vez que comenzabamos a recopilar datos anatómicos sobre los ani- males vivos de las distintas especies de Cystiscidae, que se encontraban en las colecciones y siempre a partir de ejemplares recolectados en diferentes localidades. De esta forma, pudimos comprobar que dos de las especies de Cystiscidae citadas para Cuba, Gibberula lavalleeana (d'Orbigny, 1842) y su supuesto sinónimo Gibberula minuta (Pfeiffer,1840), aparecían representadas en todas las colecciones que revisamos y en todas había más de una especie mezclada, siendo a su vez diferentes, las de las distintas colecciones. La presencia en Cuba de G. lavalleana debe ser rechazada y la especie debe ser redescrita a par- tir de material de Jamaica cuyos caracteres conquiologicos se ajusten a la descripción original. FABER (2004) propone un nombre nuevo para Marginella minuta Pfeiffer, 1840, preocupado por Marginella minuta Gray, 1829, de Australia, que continua en uso, para apropiarse de la es- pecie como Gibberulla pfeifferi Faber, 2004 y lo hace a partir de material de la colección Dunker, supuestamente legado por Pfeiffer y procedente de Cuba, pero que al menos pertenece a dos especies distintas o incluso a tres. FABER (2004) no redescibe las conchas, se limita a ilus- trarlas y en ellas no se aprecia el número de pliegues columelares; aún aceptando que el ma- terial estudiado por Faber fuese realmente de Cuba, pero sin localidad especifica, sólo en el en- torno de La Habana hay tres especies con cuatro pliegues columelares que se describen más adelante a las que podrían pertenecer, en partes, las tres conchas seleccionadas por Faber como lectotipos de G. pfeifferi. S1 el supuesto material de Pfeifer no procede de las arenas de las playas inmediatas a La Habana, y sí del lugar donde desembarcaban su carga los barcos are- neros (la explanada de La Chorrera), éste podría proceder de cualquier punto del norte occi- dental de Cuba cercano a la Habana, donde existen varias especies diferentes con cuatro plie- gues columelares, lo que hace de Marginella minuta Pfeiffer (y en consecuencia a Gibberula pfeifferi Faber) una especie irreconocible, según su descripción original y las figuras dadas por FABER (2004). Adicionalmente, las conchas figuradas por FABER (2004) son de mayor tamaño, 25 mm el supuesto Lectotipo frente a los 218 mm (1 linea alemana) en la descripción original. Aunque siempre hemos procurado dar estabilidad a los nombres antiguos, redescibiendo las especies y designando neotipos apropiados, consideramos a Marginella minuta Pfeiffer un nombre no válido (nomen dubium), por lo ambiguo de su descripción, la perdida de los ejem- 100 El género Gibberula en Cuba plares tipos originales, la no designación de una localidad tipo específica de las costas cuba- nas y el complejo de especies crípticas que han permanecido enmascaradas en las colecciones malacológicas bajo este nombre o confundidas con su supuesto sinónimo (Marginella lavalle- eana d'Orbigny). La contribución de FABER (2004) reafirma este criterio. Para profundizar en la sistemática del género Gibberula utilizando caracteres no sólo conquiológicos, incorporamos al proceso de colecta la toma de datos de los animales vivos, me- diante fotografías y dibujos de la cabeza y del pie, ambos con valor taxonómico y amplia- mos las descripciones con datos de anatomía interna, como la rádula, en la medida de lo po- sible (ESPINOSA Y ORTEA, 1997a y b, 1998, 1999a, b y c, 2000, 2002, entre otros), a la vez que comprobamos que algunas estructuras de anatomía interna, como la forma y disposición del osfradio y de la branquia, el órgano de Leiblein o la disposición de la cinta radular en el saco, pueden tener valor taxonómico, incluso por encima del nivel de especie. Somos conscientes de la complejidad que supone usar estos caracteres a los malacologos tradicionales que basan la descriptiva en las conchas, pero sin usar al menos la coloración de los animales la separa- ción de especies, salvo excepciones, es casi un imposible en el Caribe, donde la sistematica del grupo se basa en la evolución separada de grupos de especies cripticas. En el presente trabajo describimos doce especies del género Gibberula Swainson, 1840 pro- cedentes de varias localidades de Cuba, cuyos animales han sido observados en vivo o esta- ban bien conservados; de todas ellas se describen las conchas y se aportan datos sobre la ana- tomia externa e interna de los animales; adicionalmente se incluye Gibberula mandyi Espinosa y Ortea, 2005, por su relación con una de las especies que se describe. Todas las especies se han ordenado por "grupos" con un patron de concha similar y anima- les distintos. Hemos creido oportuno dedicar parte de ellas a un buen número de amigos y colegas con los que hemos compartido resultados e inquietudes a lo largo de toda una vida cien- tífica, plagada de aciertos y sinsabores. Abreviaturas de las Instituciones donde se encuentra depositado el material: IES= Instituto de Ecología y Sistemática, La Habana, Cuba. MCNT= Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, Islas Canarias, España. MCNH= Museo de Ciencias Naturales “Carlos de la Torre”, Holguín, Cuba. SISTEMATICA Familia CYSTISCIDAE Stimpson, 1865 Subfamilia PERSICULINAE Coovert y Coovert, 1995 Género Gibberula Swainsón, 1840 Especie tipo: Gibberula zonata Swainson, 1840 Definición: Conchas cristalinas, blancas o poco coloreadas, más largas que anchas, bicónicas a ovuliformes y con 3 a 5 pliegues columelares. Animales por lo general con coloraciones vistosas, visi- bles a traves de la concha. Pie casi tan ancho como el ancho de la concha y con coloraciones distintivas. Cabeza de morro corto y bifido, con tentáculos cortos. Osfradio con un menor número de laminillas que la branquia y siempre más anchas. Rádula formando una doble voluta en el interior del saco radu- lar. Placa radular con una cúspide central y dentículos laterales. El órgano de Leiblein no sigue un mismo patrón estructural en las distintas especies. 101 Espinosa y Ortea Gibberula mandyi Espinosa y Ortea, 2005 (Lámina 1) Gibberula mandyi Espinosa y Ortea, 2005, Avicennia, 18, pág. 41, figs. 310. Descrita originalmente de la playa Las Tumbas, Cabo de San Antonio, ha sido recolectada de nuevo en la zona de María la Gorda, dentro de la ensenada de Co- rrientes, donde resulta relativamente escasa. Las características de su concha, de forma bicónica ancha, sus cinco pliegues columelares y el patrón de color del animal, descrito y figurado por ESPINOSA Y ORTEA (2005), la diferencian del resto de las especies del género representadas en el área del Caribe y en particular de Cuba. Su aspecto general recuerda a Gibberula jorgefoyoi, especie nueva, descrita a continuación. 1 mm Gibberula jorgefoyoi especie nueva (Figura 1, Láminas 1 y 2) Material examinado: Más de un centenar de ejemplares recolectados vivos en la costa norte de las provincias La Habana y Ciudad de la Habana, desde la playa Jibacoa hasta Vista del Mar, Quiebra Ha- cha, en arrecifes coralinos entre 15 y 25 m de profundidad. El reparto Flores, Playa, La Habana, se de- signa como localidad tipo. Holotipo (2'4 mm de largo y 1'45 mm de ancho) depositado en la colección del IES. Paratipos: (2'4 mm de largo y 1'45 mm de ancho) depositado en la colección del MCNT y (2'55 mm de largo y 1'52 mm de ancho) depositado en la colección del MCNH. Descripción: Concha de tamaño pequeño, de superfi- cie lisa y pulida y de color blanco opaco a ligeramente translúcido en seco y casi cristalina en vivo, de forma suboval, con el extremo posterior más ensanchado que el anterior y ambos lados de la concha moderadamente convexos. El ápice es saliente y el labio externo está inser- tado algo por debajo de la sutura de la vuelta precedente. Protoconcha formada por una vuelta grande, de núcleo central señalado. Teleoconcha con una vuelta y un cuarto. Abertura alargada, ligeramente más ensanchada en su porción posterior; labio externo simple, con dentículos pequeños y liras en su interior. Columela con cuatro plie- gues, los dos anteriores más marcados que los posteriores. El animal dentro de la concha (en tallas menores a 1 mm) es blanco con dos áreas naranjas punteadas de negro situadas en posición anterior 1z- quierda y posterior derecha. A medida que aumenta de tamaño se va extendiendo por el dorso la coloración naranja y negra formando una red irregular que puede llegar a cubrir el manto casi 1 mm 102 El género Gibberula en Cuba por completo. El color naranja es muy vivo y sobre él destaca el pigmento negro que llega a formar signos caprichosos. Cabeza de color blanco hialino con una mancha blanco nieve an- terior a los tentáculos, que son transparentes. Sifón transparente con manchas alargadas dor- sales blanco nieve. Pie con los ángulos del borde anterior dirigidos hacia delante y con 4-5 manchas laterales de color blanco nieve y de tamaño más o menos similar. Los espacios entre estas manchas son blanco hialino con numerosas manchas naranja y algunas negras, más pequeñas. La cola es ancha y presenta dos grandes manchas blanco nieve con un espacio hialino entre ellas mo- teado con puntos naranja y negros. Los animales fijados mantienen el dibujo reticular de puntos negros y naranjas que se aprecia en vivo. Organo de Leiblein sacular, algo aguzado y de color blanco. El osfradio recu- bre parcialmente a la branquia y duplica su anchura, sus 7-8 láminillas son mucho mas anchas que las branquiales, cuyo número es de 16. La rádula de los animales mayores (255 mm de largo) se dispone en el saco formando una doble voluta con 134-135 placas: 29-30 en la zona de formación, 86-87 en la región funcional y 18-19 en la de placas gastadas. Las placas miden unas 20 micras de ancho y presentan una cúspide central y tres laterales siendo la central el do- ble de ancha que ellas, cuyo tamaño es parejo. Etimología: En honor de nuestro colega y amigo Dr. Jorge Foyo, cofundador de la revista 4vi- cennia, reconocido torero y patriarca del reparto Flores, localidad tipo de la nueva especie. Discusión: Tal y como señalamos antes, Marginella minuta Pfeiffer, 1840 [FGibberulla pfeif- feri Faber, 2004 (en parte)], es una especie irreconocible (nomen dubium), enmascarada con las especies cubanas de Gibberula con cuatro pliegues columelares, cuyo material tipo se perdió en la segunda guerra mundial (DANCE, 1986; FABER, 2004). Figura 1. Gibberula jorgefoyoi, especie nueva, A, osfradio, B, branquia, C, diente radular. Figure 1. Gibberula jorgefoyoi, new species, A, osfradium, B, gill, C, radular tooth. 103 Espinosa y Ortea ARANGO (1878-80), sitúa a G. lavalleeana en la sinonimia de M. minuta Pfeiffer, 1840 [= G. pfeifferi Faber, 2004 (en parte)], apareciendo desde entonces la especie de d'Orbigny citada para Cuba, cuando en realidad fue descrita de Jamaica y Martinica y no de Cuba (D'ORBIGNY, 1842). Autores posteriores (por ejemplo ABBOTT, 1974), rectifican el error nomeclatural de Arango y dan prioridad al nombre G. lavalleeana, a la vez que suponen que es una especie de amplia distribución en todo el mar Caribe y las Antillas. En realidad en torno a G. lavalleeana existe un complejo de especies crípticas y por lo general, en el área antillana y caribeña, a muchas especies del género se les ha asignado este nombre, aún cuando existen variaciones mor- fológicas notables en la forma y tamaño de la concha y en el número de pliegues columelares (ABBOTT, 1974; DE JONG Y COOMANS, 1988, RIOS, 1994), tal y como ha sido usual en el trata- miento de las familias Cystiscidae y Marginellidae y desconociendo otras características dis- tintivas como la coloración de los animales vivos y su anatomía interna, como la rádula. Con la propuesta de esta nueva especie, el registro de G. lavalleeana para Cuba, dado por ARANGO (1878-80) y ESPINOSA, FDEZ.-GARCÉS Y ROLÁN (1995), debe ser repudiado. G. jorgefoyoi, especie nueva, está relacionada con G. mandyi, de la que se diferencia por te- ner cuatro pliegues columelares, una concha más estrecha en la región posterior y una colora- ción diferente de los animales, sobre todo en la suela del pie. Gibberula nilsi especie nueva (Figura 2, Láminas 1 y 2) Material examinado: Varios ejemplares recolectados vivos en la playa Rancho Luna (localidad tipo), Cienfuegos, en arrecifes coralinos entre 15 y 30 m de profundidad. Holotipo: (2'05 mm de largo y 1'3 mm de ancho) depositado en la colección del IES. Paratipos: (2'0 mm de largo y 1'3 mm de ancho) depositado en la colección del MCNT y (1'95 mm de largo y 1'12 mm de ancho) depositado en la colec- ción del MCNH. Descripción: Concha de tamaño pequeño, de superfi- cie pulida y finamente estriada por líneas axiales micros- cópicas, de color blanco casi translúcido, de forma bicó- nica, con el extremo posterior más ensanchado que el an- terior y ambos lados de la concha moderadamente con- vexos. El ápice es saliente y el labio externo está inser- tado bien por debajo de la sutura de la vuelta precedente. Protoconcha formada por una vuelta grande y redonde- ada, con un núcleo señalado. Teleoconcha de 2'25 vueltas. Abertura ligeramente más ensanchada en su porción ante- rior, labio externo simple, con 8 dentículos pequeños y li- ras internas, visibles en la porción anterior. Columela con 5 pliegues, los tres anteriores más desarrollados que los dos posteriores, sobre todo el segundo que es señalado. El animal en el interior de la concha es blanco hueso, con un dibujo de color verde césped y lunares naranjas, cuyo contorno esta orlado de negro. La cabeza y los tentáculos son blancos, con una mancha naranja por delante de los ojos; el si- 1mm 104 El género Gibberula en Cuba fón también es blanco. El pie tiene el borde anterior recto con los extremos angulosos; su co- lor de fondo es hialino y a cada lado hay siete-ocho grandes manchas triangulares de color blanco nieve que alternan con zonas hialinas en las que hay lunares naranjas; las manchas blancas que hay sobre la cola son las mayores y entre ellas la coloración hialina tiene un tinte gris ver- doso con manchas blancas irregulares y lunares naranjas. El manto recubre el ápice de la concha con un lóbulo blanco. Los animales fijados mantienen el dibujo reticular que se aprecia en vivo. El osfradio no monta sobre la branquia y duplica su anchura, tiene forma triangular con 10 laminillas mucho más anchas que las de la branquia, la cual tiene forma rectangular. El órgano de Leiblein es muy reducido y sésil (carece de conducto) situándose al inicio del esófago; sus reducidas dimensiones explicaría la presencia de dos voluminosas glandulas sa- livares y una tercera impar, granulosa y refringente que se abre en el piso del antro bucal. Las rádulas de dos animales de 2 mm presentaron 123 y 125 placas de unas 15 micras de an- cho; las placas tienen una cúspide central y cuatro laterales, siendo siempre la central la más gruesa y entre las laterales, es la segunda la más desarrollada, seguida de la tercera. Etimología: Nombrada en honor del ilustrador cubano Nils Navarro Pacheco, siempre relacionado con el Museo de Historia Natural "Carlos de la Torre", de Holguín, como recono- cimiento a su labor en la interpretación plástica de los elementos de la naturaleza cubana. Discusión: Por su tamaño y forma general de la concha, Gibberula nilsi, especie nueva, puede ser relacionada con G. jorgefoyoi, G. mandyi y Gibberula macarioi Espinosa y Ortea, 2005, Figura 2. Gibberula nilsi, especie nueva, A, osfradio, B, branquia, C, diente radular. Figure 2. Gibberula nilsi, new species, A, osfradium, B, gill, C, radular tooth. 105 Espinosa y Ortea de las cuales se diferencia por su concha de superficie finamente estriada, tener un mayor nú- mero de vueltas de teleoconcha y por la forma y disposición de sus cinco pliegues columela- res, además de la coloración del animal, el sistema de glándulas que presenta y su rádula, cu- yas placas tienen cuatro cúspides laterales de tamaños desiguales. Gibberula ramsi especie nueva (Láminas 1 y 2) Material examinado: Varios ejemplares recolectados vivos en la playa Rancho Luna (localidad tipo), Cienfuegos, en 2 m de profundidad. Holotipo: (2 mm de largo y 12 mm de ancho) depositado en la colección del IES. Paratipos: (19 mm de largo y 1%2 mm de ancho) depositado en la colección del MCNT y (195 mm de largo y 122 mm de ancho) depositado en la colección del MCNH. Descripción: Concha de tamaño pequeño, de superfi- cie lisa y pulida y color blanco translúcido, de forma suboval, con el extremo posterior más ensanchado que el anterior y con el lado izquierdo de la concha moderada- mente convexo y el derecho casi recto (vista ventral). El ápice es saliente y el labio externo está insertado por de- bajo de la sutura de la vuelta precedente. Protoconcha formada por una vuelta grande y redondeada, con un nú- cleo relativamente pequeño. Teleoconcha de una vuelta. Abertura ligeramente más ensanchada en su porción ante- rior y estrecha en la posterior, sobre todo a nivel del callo parietal que es algo marcado. El labio externo es simple, con dentículos pequeños y liras internas, visibles en la porción anterior de la concha. Columela con cinco pliegues bien marcados, los tres anteriores más desarrollados que los dos posteriores, sobre todo el segundo que es el mayor. El animal en el interior de la concha es blanco hueso, con un peculiar dibujo de color verde cesped bordeado por lunares naranjas orlados de negro; en la mitad anterior hay algu- nas estrias naranjas sobre fondo blanco y manchitas naranjas y negras sobre el sifón. La colo- ración del cuerpo en los distintos ejemplares es bastante estable, al igual que la de la cabeza, con la zona central blanco nieve, los tentáculos son hialinos, sin manchas y el ojo tiene una “ceja” de color negro posterior a él; sólo las manchitas negras y rojas que hay por delante de los ojos tienen alguna variación en número y tamaño. El pie tiene el borde anterior con los ex- tremos angulosos, aunque el animal no los dirige hacía delante cuando se desplaza; su color de fondo es hialino y a cada lado hay siete grandes manchas triangulares de color blanco nieve que alternan con zonas coloreadas con manchitas negras y naranjas; las manchas blan- cas que hay sobre la cola son las mayores y pueden tener alguna mancha naranja dispersa. El manto recubre el ápice de la concha con un grueso lóbulo negro. Etimología: Nombrada en honor de nuestro amigo Alfredo Rams Becerra, Director del Mu- seo de Historia Natural "Carlos de la Torre", de Holguín, compañero de campañas y vivencias. 106 El género Gibberula en Cuba Discusión: Aparentemente relacionada con la especie anterior (Gibberula nilsi), Gibberula ramsi, especie nueva, difiere de ella por la forma general de su concha, aspecto muy evidente en la vista dorsal, el mayor desarrollo de sus dientes columelares, la coloración del animal y su rádula. Un carácter singular es el lóbulo negro del manto que recubre al ápice de concha en esta especie; lóbulo que es blanco en la especie anterior y en el resto de las especies de Cuba donde se ha observado. Gibberula eloinae especie nueva (Figura 3, Lámina 2) Material examinado: Seis ejemplares recolectados vivos frente a la playa Rancho Luna (localidad tipo), Cienfuegos, en 50 m de profundidad. Holotipo: (2 mm de largo y 14 mm de ancho) depositado en la colección del IES. Dos ejemplares, ambos de 2 mm de largo y 1'4 mm de ancho, fueron utilizados para los estudios radulares y otros tres, aparentemente subadultos, se conservan en la colección de referencia de los autores. Descripción: Concha de tamaño pequeño, de superfi- cie lisa y pulida, de color blanco casi translúcido, de forma bicónica, con el extremo posterior más ensan- chado que el anterior, y ambos lados de la concha mode- radamente convexos. El ápice es saliente y el labio ex- terno está insertado bien por debajo de la sutura de la vuelta precedente. Protoconcha formada por una vuelta grande y redondeada, con un núcleo señalado. Teleocon- cha de una y tres cuartos vueltas. Abertura ligeramente más ensanchada en su porción anterior, labio externo simple, con várice postlabial relativamente poco engro- 4 mm sada, sin liras ni dentículos internos. Columela con seis pliegues, los tres anteriores más desarrollados que los posteriores, principalmente el segundo y el tercero. Los animales fijados estaban secos, por lo que sólo fue posible estudiar la rádula, que presentó 173 y 170 placas en dos animales de 2 mm de largo de la concha; las placas midie- ron unas 10 ¡um de ancho y presentaron una cúspide central muy ancha y dos o tres laterales, muy poco aparentes, hasta el punto que apenas se aprecian en una vista lateral de la placa. Etimología: Nombrada en homenaje a Eloina Garcés, madre de Cacho, para perpetuar su nombre y agradecer su infinita paciencia, su toque de humanidad, su cariño y las horas que en su casa se llevaron los caracoles. Discusión: Por su tamaño y forma general de la concha, Gibberula eloinae, especie nueva, puede ser comparada con las especies cubanas afines a G. jorgefoyoi, anteriormente señaladas, de las cuales su concha difiere marcadamente por el número, desarrollo y disposión de sus seis pliegues columelares. Aunque no se conoce la coloración de los animales vivos, su rádula es muy característica, con cúspides poco marcados en los laterales de la placa, lo que la separa también de todas las especies que hemos estudiado. 107 Espinosa y Ortea Gibberula mandyi Gibberula jorgefoyoi Gibberula nilsi Gibberula ramsi Lámina 1. 108 El género Gibberula en Cuba Gibberula nilsi Gibberula ramsi | ] Gibberula eloinae 10 um Figura 3. Gibberula eloinae, especie nueva, dientes radulares. Figure 3. Gibberula eloinae, new species, radular teeth. 109 Espinosa y Ortea Gibberula hirami especie nueva (Figura 4, Láminas 3 y 4) Material examinado: Diez ejemplares recolectados vivos entre el reparto Naútico y la playa El Sa- lado, en el litoral norte de las provincias Ciudad de la Habana y La Habana. La playa Baracoa, provin- cia La Habana, se designa como localidad tipo. Holotipo: (26 mm de largo y 17 mm de ancho) depo- sitado en la colección del IES. Paratipos: (255 mm de largo y 16 mm de ancho) depositado en la colec- ción del MCNT y (25 mm de largo y 1'55 mm de ancho) depositado en la colección del MCNH. Descripción: Concha de tamaño pequeño con la su- perficie lisa y pulida, de color blanco casi translúcido y forma suboval, con el extremo posterior más ensanchado que el anterior y ambos lados de la concha moderada- mente convexos. Protoconcha de una vuelta grande y redon- deada, con un núcleo relativamente pequeño, casi impercep- tible por estar cubierta por la callosidad de la inserción del labio externo. Teleoconcha de unas dos vueltas. Aber- tura casi tan larga como la concha, ligeramente más en- sanchada en su porción anterior, labio externo simple, con várice labial poco engrosada, sin dentículos y sólo con algunas liras internas, visibles desde el extremo ante- rior a la mitad de la concha. Columela con 4 pliegues y el esbozo de un quinto posterior más débil; los 3 pliegues columelares anteriores son los más señalados. El animal dentro de la concha es blanco, con un dibujo central que recuerda la figura de un “toro de lidia” cuyos extremos anteriores y posteriores son negros con mancha naranja y el resto verde oliva con manchas naranjas y algunas manchas blanco nieve; en la región posterior hay manchas naranjas redondeadas sobre un fondo negro. La coloración del manto fue muy similar en todos los animales. La cabeza es blanco nieve en la región dorsal y blanquecina con puntos naranja en los laterales, los tentáculos son transparentes con un punto negro en la base y el sifón blanco. El pie presenta 5-7 manchas laterales de color blanco nieve entre las cuales hay manchas naranjas y negras sobre un fondo blanco hialino. El borde anterior del pie tiene man- chas naranja entre las de color blanco nieve de los ángulos, éstos no se dirigen hacia delante. Los animales fijados conservan una mancha reticular anterior de puntos negros y otra sobre la espira. El osfradio recubre a 1/3 de la branquia y es algo más ancho que ella; sus 8 láminillas son también más anchas que las branquiales, cuyo número es de 14. El órgano de Leiblein es un saco alargado y aplastado, en cuyo interior se aprecia un conducto en ziz-zag. La rádula de los animales mayores (26 mm de largo) se dispone en el saco formando una doble voluta con 144 placas: 14 en la zona de formación, 115 en la región funcional y 15 en la de placas gasta- das. Las placas miden unas 20 micras de ancho y presentan cúspides cónicas y agudas, una central y tres laterales, siendo la central algo más ancha que ellas, cuyo tamaño es parejo. Etimología: Nombrada en honor de nuestro amigo y colega Dr. Hiram Gonzalez, presidente de la Sociedad Cubana de Zoología y reconocido ornitólogo cubano. El género Gibberula en Cuba , a _ AS 10 um 3 Figura 4. Gibberula hirami, especie nueva, A, osfradio, B, branquia, C, diente radular. Figure 4. Gibberula hirami, new species, A, osfradium, B, gill, C, radular tooth. Discusión: Por su tamaño y forma general Gibberula hirami, especie nueva, se puede comparar con Gibberula olivai Espinosa y Ortea, 2005, de playa Las Tumbas, Cabo de San An- tonio, Pinar del Río, la cual tiene el labio externo extendido algo por encima de la altura del ápice y posee una forma y disposición diferente de sus cinco pliegues columelares. Gibberula baisrei especie nueva (Láminas 3 y 4) Material examinado: Un ejemplar vivo y dos conchas recolectadas en playa Vista del Mar (locali- dad tipo), Quiebra Hacha, La Habana, en fondos de arrecifes coralinos entre 18 y 23 m de profundidad. Holotipo (2'55 mm de largo y 1'58 mm de ancho) depositado en la colección del IES. El otro ejemplar (2'62 mm de largo y 1'6 mm de ancho) se conserva en la colección de referencia de los autores. Descripción: Concha lisa y pulida, de color blanco translúcido y de tamaño pequeño, de forma suboval, con el extremo anterior estrecho y aguzado y el posterior más ancho y redon- deado, con ambos lados de la concha suavemente convexos. Espira no visible, aparentemente formada por una vuelta de protoconcha, grande y redondeada, parcialmente cubierta por la expansión del marcado callo postlabral y que en la porción anterior de la concha se une con el callo parietal. Teleoconcha de una vuelta. Abertura alargada y estrecha, algo más ensanchada hacia el extremo anterior, con el esbozo de 5 a 7 débiles liras en su interior; el labrum 111 Espinosa y Ortea es simple y poco engrosado. Columela con cuatro plie- gues visibles, principalmente los tres más anteriores; por encima del cuarto hay el esbozo de un quinto pliegue in- terno muy débil. El animal es blanco, con un peculiar dibujo de color verde brillante con lunares naranjas orlados de negro en los bordes y sin orlar en el centro; en la mitad anterior y en el centro del dorso hay algunas estrias naranjas sobre el fondo blanco que pueden llegar a formar un reticulado y algunas manchitas naranjas y negras dispersas por el resto del dorso. La coloración de fondo de la cabeza es hialina, con estrías naranjas formando una “H”. Dos manchas blanco nieve aparecen en cada lado, una poste- A rior al ojo y otra anterior; los tentáculos son hialinos, con una banda distal blanco nieve y el sifón blanco uniforme. El pie tiene el borde anterior con los extremos algo an- gulosos y no los dirige hacía delante cuando se desplaza; su color de fondo es hialino y a cada lado hay 10 manchas de color blanco nieve que alternan con zonas con manchitas naran- jas; las manchas blancas que hay sobre la cola son las mayores, seguidas en tamaño por las más anteriores. No hay un lóbulo del manto recubriendo el ápice de la concha. Etimología: Nombrada en honor del Dr. Julio Baisre, del Ministerio de la Industria Pes- quera, como reconocimiento a su labor investigadora y de gestión administrativa a favor del uso racional de los recursos marinos, la protección del medio ambiente y el desarrollo de las ciencias marinas cubanas. Discusión: Por sus características conquiológicas tan singulares, que recuerdan a las de al- gunas especies de la subfamilia Plesiocystiscinae, Gibberula baisrei, especie nueva, no puede ser comparada con ninguna otra especie caribeña de Gibberula. Aparentemente rara, sólo hemos examinado el material utilizado en su descripción, proveniente de su localidad tipo. El ejemplar designado como holotipo tiene una pequeña perforación en su cara dorsal. Gibberula mariscali especie nueva (Figura 5, Láminas 3 y 4) Material examinado: Varios ejemplares vivos y numerosas conchas, procedentes de la costa norte de las provincias Ciudad de la Habana y La Habana, entre la Playita de 14, Miramar, Playa, La Habana y Vista del Mar (localidad tipo), Quiebra Hacha, provincia de La Habana, recolectados en el arrecife frontal, entre 15 y 35 m de profundidad. Holotipo: (1'65 mm de largo y 1'15 mm de ancho) depositado en la colección del IES. Paratipos: (1'8 mm de largo y 1'2 mm de ancho) depositado en la colección del MCNT y (1'65 mm de largo y 1'12 mm de ancho) depositado en la colección del MCNH. Descripción: Concha de tamaño pequeño, de superficie lisa, pulida y de color blanco casi translúcido, subcónica, con la porción posterior ancha y casi aplanada y ambos lados ligera- mente convexos. Protoconcha visible pero no saliente, formada por una vuelta grande y redon- pi El género Gibberula en Cuba deada, con un núcleo central notable. Teleoconcha de una y un cuarto vueltas. Abertura casi tan larga como la concha, ligeramente más ensanchada en su porción anterior, labio externo simple, sin dentículos ni liras internas. Columela con cuatro pliegues, los dos anteriores más desarrollados que los dos posteriores, sobre todo que el cuarto que es muy poco señalado. El animal dentro de la concha presenta dos áreas de color verde pálido con manchas naranjas. La situada en la zona lateral anterior izquierda existe siempre y es mas neta que la del lateral derecho, más difusa y variable; ésta puede faltar o puede llegar a ser dos veces la otra; entre estas dos áreas hay manchas y puntos naranja sobre fondo blanco. En la región posterior hay un segmento naranja con expansiones en los extremos, precedido por finas líneas y manchitas naranja. La cabeza es de color blanco nieve y los tentáculos transparentes, con una o dos manchas naranjas basales, cercanas al ojo y otra mancha sobre él. Sifón de color blanco. El pie tiene el borde anterior recto, hialino con manchas naranjas. Una gran mancha blanco nieve cubre los laterales, interrumpida por 5-6 zonas hialinas con grandes manchas naranjas, poco numerosas; por detrás el último lóbulo blanco nieve de cada mancha lateral parece que forma una mancha independiente, disponiéndose manchas naranjas entre las dos. O E 1 mm 10 um Figura 5. Gibberula mariscali, especie nueva, A, osfradio, B, branquia, C, diente radular. Figure 5. Gibberula mariscali, new species, A, osfradium, B, gill, C, radular tooth. Espinosa y Ortea Los animales fijados conservan una mancha negra, difusa, en el lado anterior izquierdo. El osfradio no recubre parcialmente a la branquia y está dividido en dos regiones, una anterior con 9 laminillas divergentes y otra posterior con 9 paralelas, sobre las cuales hay tres laminillas in- completas; las laminillas branquiales son también 9. El órgano de Leiblein es esférico y tiene un conducto con una gruesa asa dorsal que se adelgaza de forma progresiva. Las rádulas de dos animales de 16 mm de largo, presentaron 118 y 120 placas formando una doble voluta con 8- 9 placas en la zona de formación, 96 ó 98 en la región funcional y 18 en la de placas gastadas. Las placas miden 13-14 micras de ancho y presentan una cúspide central que puede tener una cúspide secundaria y dos laterales poco prominentes y próximas al borde de la placa. Etimología: Nombrada en honor de Orlando Garrido, "el Mariscal", ornitólogo, herpetó- logo, entomólogo e ictiólogo. El último naturalista “sensu lato” que sigue activo en Cuba. Discusión: Por su forma y tamaño Gibberula mariscali, especie nueva, puede ser compa- rada con Gibberula benyi Espinosa y Ortea, 2005, de María la Gorda, Guanahacabibes, Pinar del Río, de la que se diferencia por la coloración del animal vivo y por tener la protoconcha com- pletamente cubierta por el callo postlabral, presentar sólo tres pliegues columelares y tener dentículos y liras en el interior del labio externo de la concha. La estructura del osfradio y de las placas radulares son dos buenos caracteres diferenciales de esta nueva especie. Gibberula themisae especie nueva (Láminas 3 y 4) Material examinado: Dos ejemplares recolectados vivos en la playa Vista del Mar (localidad tipo), Quiebra Hacha, provincia La Habana, entre 18 y 20 m de profundidad, en arrecifes coralinos. Ho- lotipo: (165 mm de largo y 11 mm de ancho) depositado en la colección del IES. El otro (1 mm de largo y 07 mm de ancho) se conserva en la colección de referencia de los autores. Descripción: Concha de tamaño muy pequeño, de superficie lisa y pulida, de color blanco translúcido, buliforme, con la espira aplana y ambos lados de la concha moderada- mente convexos. Protoconcha de una vuelta redondeada y con un núcleo grande. Teleoconcha formada por una vuelta. Abertura casi tan larga como la concha, relativa- mente ancha en toda su extensión, sobre todo hacia el extremo anterior. El labio externo se inserta en la región apical, de la cual sobresale ligeramente, sin várice labial, ni dentículos, ni liras en su interior. Columela con cuatro pliegues bien desarrollados, especialmente el segundo anterior que es el más notable. El animal en el interior de la concha es blanco en casi su totalidad, sólo presenta una línea curva y discontinua de manchas irregulares de color naranja en el tercio anterior y tres lunares naranjas en la región posterior, sobre la es- pira y bordeando al núcleo, cuyo interior es gris Oscuro. 114 El género Gibberula en Cuba La cabeza tiene la zona dorsal blanco nieve y la ventral naranja; los tentáculos son hiali- nos con una banda naranja en su base; otras dos manchas naranjas se sitúan por delante y por detrás de los ojos. El pie tiene el borde anterior con los extremos algo angulosos, aunque el ani- mal no los dirige hacía delante cuando se desplaza; su color de fondo es hialino y a cada lado hay cinco grandes manchas de color blanco nieve; sólo por delante de la primera mancha y en- tre las dos posteriores aparecen una o varias manchas naranjas dispersas. En vista ventral y con el animal retraído en el interior de la concha, se aprecia una gruesa mancha negra en la zona media del cuerpo. El manto recubre el ápice de la concha con un lóbulo blanco nieve. Etimología: Dedicada a Themis, hija del Cielo y de la Tierra, diosa griega de la justicia. Discusión: Por su pequeño tamaño y la forma de la concha, Gibberula themisae, especie nueva, no guarda relación con ninguna otra especie conocida del género en el área antillana y caribeña. La anatomía externa de los dos animales recolectados y estudiados en vivo es la tí- pica del género y su patrón de color es bien diferente al del resto de las especies conocidas. Gibberula gironai especie nueva (Láminas 3 y 4) Material examinado: Tres ejemplares recolectados vivos en Punta Perdiz (localidad tipo), Cienaga de Zapata, Matanzas, en arrecifes coralinos a 30 m de profundidad. Holotipo: (197 mm de largo y 125 mm de ancho) depositado en la colección del IES. Un ejemplar (18 mm de largo y 12 mm de ancho) se conserva en la colección de referencia de los autores. Descripción: Concha de tamaño pequeño, de superfi- cie lisa y pulida y color blanco translúcido, de forma suboval, con el extremo posterior algo más ensanchado que el anterior y ambos lados de la concha moderada- mente convexos. El ápice es algo saliente y el labio ex- terno está insertado por debajo de la sutura de la vuelta precedente. La protoconcha, poco visible, parece for- mada por una vuelta grande y redondeada, con un núcleo calloso señalado. Teleoconcha de una vuelta. Abertura más ensanchada en su porción anterior y estrecha en la posterior. El labio externo es simple, sin dentículos ni li- ras internas visibles. Columela con cuatro pliegues, los dos anteriores más desarrollados que los dos posteriores. El animal es blanco hueso, con un dibujo negro con grandes lunares naranjas; en la mitad anterior hay una “Y” invertida de manchitas y estrias naranjas con manchitas negras. El sifón es blanco nieve. La cabeza tiene su región central blanco nieve con un dibujo de manchas negras y naranjas en forma de “H”y los tentáculos hialinos. El pie tiene el borde anterior característico, presenta una hilera de manchas ovaladas de color blanco nieve y trás ella una línea continúa de manchitas negras y naranjas; sus extremos son angulosos y están algo orientados hacía delante cuando se desplaza; el color de fondo del pie es hialino y a cada lado hay seis grandes manchas irregu- 115 Espinosa y Ortea lares (a veces fraccionadas) de color blanco nieve que alternan con zonas coloreadas con manchitas negras y naranjas; sobre la cola las dos grandes manchas son blanco hueso y la zona entre ellas puede tener manchitas blancas, además de las negras y naranjas. El manto recubre el ápice de la concha con un grueso lóbulo blanco. Una característica única de esta es- pecie, es la existencia de un par de lóbulos dorsales (palpos) próximos a los ángulos del pie y orlados con manchitas negras y naranjas. Etimología: Nombrada en honor del desaparecido y destacado pintor cubano Don Julio Gi- rona, a quien tuvimos el privilegio de conocer en el palacio medieval de La Ferrería, Asturias. Discusión: Aparentemente relacionada con el “grupo de G. jorgefoyoi”, Gibberula gironali, especie nueva, se distingue de las demás especies por el conjunto de caracteres de su concha, como son la forma y disposición de sus pliegues columelares y la ausencia de dentículos y li- ras interna en el labio palatal, entre otros, además de la coloración del animal vivo y de dos pe- queños palpos próximos al borde anterior del pie, ausentes en las restantes especies del género. Gibberula cavernicola especie nueva (Láminas 3 y 4) Material examinado: Cinco ejemplares vivos y varias conchas recolectadas en sedimentos prove- nientes del interior de la Cueva de Yemayá (localidad tipo), María la Gorda, Guanahacabibes, Pinar del Río, entre 15 y 38 m de profundidad. Holotipo: (21 mm de largo y 13 mm de ancho) depositado en la colección del IES. Paratipos: (2 mm de largo y 12 mm de ancho) depositado en la colección del MCNT y (1'9 mm de largo y 1'1 mm de ancho) depositado en la colección del MCNH. Descripción: Concha de tamaño pequeño, de superfi- cie lisa y pulida, de color blanco opaco a ligeramente translúcido, de forma bicónica, con el extremo posterior más ancho que el anterior y ambos lados moderamente convexos. El ápice es corto pero saliente, con un núcleo central grande y redondeado y el labio externo está inser- tado justo sobre la sutura de la vuelta precedente. Vueltas muy mal definidas, aparentemente entre una y media a dos. Columela con tres pliegues notables, los dos anterio- res más desarrollados, sobre todo el primero anterior que es muy alargado y se funde con el extremo anterior de la concha. Por encima de los pliegues columelares existe el es- bozo de un cuarto pliegue interno muy débil. El labrum es relativamente estrecho y poco engrosado; abertura alargada y estrecha, con 10-12 liras internas hacia su por- ción anterior. El animal en el interior de la concha tiene un patrón de color único, con unos lóbulos car- mín en la región de la espira y manchas difusas blancas y naranjas en la última vuelta sobre las que hay una gran lengieta blanca. La cabeza tiene dos manchas triangulares amarillas en el mo- rro y tres manchas naranjas alrededor de los ojos; el resto es blanquecino, al igual que el sifón. El género Gibberula en Cuba El pie tiene el borde anterior recto; su color de fondo es hialino y a cada lado hay sólo dos manchas circulares de color blanco y una alargada posterior amarillenta. El manto recu- bre el ápice de la concha con un lóbulo blanco. Etimología: cavernicola en alusión al lugar donde fue descubierta esta nueva especie, el interior de la Cueva de Yemayá. Discusión: Tanto por las características de su concha como por la morfología externa de los animales, Gibberula cavernicola, especie nueva, no guarda relación con ninguna otra especie del género representada en Cuba o en el área caribeña en general. Gibberula benyi Espinosa y Ortea, 2005, la especie más común en el área de María la Gorda, posee también tres pliegues columelares, pero estos son muy diferentes, como también existen diferencias muy marcadas en la forma general de la concha y el patrón de coloración de los animales. Gibberula langostera especie nueva Material examinado: Seis conchas recolectadas en el interior del Golfo de Batabanó (localidad tipo). Holotipo: (23 mm de largo y 131 mm de ancho) depositado en la colección del IES, La Habana, Cuba. Paratipos: (23 mm de largo y 125 mm de ancho) depositado en la colección del MCNT, Islas Canarias y (225 mm de largo y 13 mm de ancho) depositado en la colección particular de Fernández Garcés. 1 mm Descripción: Concha de tamaño pequeño, de superficie lisa y pulida, de color blanco casi translúcido y de forma suboval alargada, con ambos lados de la concha moderadamente con- vexos. El ápice es marcado en algunos ejemplares y en otros es casi imperceptible del resto de la concha. Protoconcha de una vuelta grande y redondeada, con un núcleo central grande y re- dondeado. Teleoconcha de una vuelta. Abertura relativamente ancha en toda su extensión, más ensanchanda en su porción anterior, labio externo simple, insertado justamente sobre la sutura de la vuelta precedente, con una várice labial estrecha y poco engrosada, sin dentículos ni liras internas. Columela con tres pliegues, siendo el central el más desarrollado. 117 Espinosa y Ortea Gibberula baisrei Gibberula mariscali Gibberula hirami Gibberula cavernicola Gibberula gironai Gibberula themisae Mu Lámina 3. 118 El género Gibberula en Cuba Gibberula hirami / Gibberula baisrei Gibberula mariscali EE Ps Gibberula themisae Gibberula cavernicola Lámina 4. 119 Espinosa y Ortea Etimología: nombrada en honor de todos los pescadores de langostas del golfo de Bata- banó, como reconociento a su dedicación en esa compleja y esforzada labor. Discusión: Por la forma general de la concha y en especial de sus tres pliegues columela- res, Gibberula langostera, especie nueva, se aparta marcadamente del patrón morfológico general de las especies del género en el área antillana y por tanto, no existe ninguna otra es- pecie que pueda ser comparada en su discusión. BIBLIOGRAFÍA ABBOTT, R. T. 1974. American Sea Shells. Van Nostrand Reinhold, New York, 541 pp. ARANGO Y MOLINA, R. 1878-80. 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Ediciones Fundación Universidad de Rio Grande, 368 pp, 113 láminas. 120 Avicennia, 2007, 19: 121-126 Nueva especie de Doto Oken, 1815 (Mollusca: Cladobranchia), nom- brada en honor de Torrelavega, ciudad hermanada con La Habana New species of the genus Doto Oken, 1815 (Mollusca: Cladobran- chia), named in honor of Torrelavega, city sistered with Havana Jesus Ortea!»2 y Manuel Caballer? l Área de Zoología. Dpto. BOS, Universidad de Oviedo, España. “Instituto de Oceanología, Avda. 1*n” 18406, Playa, La Habana, Cuba. Area de Ecología, Dpto. CYTAMA, Universidad de Cantabria, España. Resumen Descripción de una nueva especie de Doto Oken, 1851, caracterizada por tener el cuerpo de co- lor amarillo oro con papilas blancas, la vaina rinofórica laciniada y los ceratas con un anillo dorado en los tubérculos y una seudobranquia muy desarrollada. Abstract Description of a new species of Doto Oken, 1815 characterized by a yellow body with white pa- pillae, lobed rinoforal sheaths and cerata with a gold ring in the tubercles and a very developed pseudobranch. Palabras clave: Mollusca, Cladobranchia, Doto, Torrelavega, La Habana, nueva especie. Key words: Mollusca, Cladobranchia, Doto, Torrelavega, Havana, new species. INTRODUCCION La revisión más reciente de las especies de Doto Oken, 1815 en el mar Caribe se debe al primero de los autores (ORTEA, 2001), en ella se reconstruye la Historia Natural del género en esa región geográfica, con comentarios sobre las especies descritas hasta el momento y con la descripción de nueve especies nuevas para la Ciencia, localizadas mayoritariamente en el Caribe continental de Costa Rica. Para facilitar la determinación de las distintas especies Or- TEA (2001) propone una clasificación artificial basada en los rinóforos que agrupa en cinco ti- pos distintos, de los cuales uno se caracteriza por presentar la vaina rinofórica con el borde de la abertura fragmentado (laciniado). A este último grupo es al que pertenece la especie que describimos a continuación. SISTEMATICA Orden CLADOBRANCHIA Suborden DENDRONOTACEA Familia DOTIDAE Gray, 1827 121 Ortea y Caballer Género Doto Oken, 1815 Doto torrelavega especie nueva (Figuras 1 y 2) Material examinado: Alamar, costa Este de La Habana, 28.11.2004, un ejemplar de 9 mm mutilado, con las series de ceratas del cuerpo incompletas. Náutico, La Habana, 28.08.2007, dos ejemplares de 9 y 10 mm con su puesta; todos sobre Hidrarios (Thyroscyphus marginatus) en el borde externo de una cueva a 18 m de profundidad. Designado como Holotipo el ejemplar del Náutico de 9 mm sin mutilar, depo- sitado en las colecciones del Instituto de Ecología y Sistemática de La Habana, Cuba. Descripción: Superficie del cuerpo de color naranja, casi opaco, con puntos amarillo oro muy refringentes que le dan un aspecto dorado con iluminación artificial; por toda la superfi- cie del cuerpo y especialmente en los flancos, hay tubérculos cónicos, dorados con el ápice blanco; estos tubérculos son más grandes en los laterales del cuerpo y se disponen de forma re- gular y muy espaciados. El número de pares de ceratas fue de 6 y 7 en los ejemplares completos de 9 y 10 mm, en el de siete pares el mayor es el tercero y en el de seis el segundo: el último cerata abatido no supera el extremo de la cola. En todos los ceratas hay al menos cuatro anillos de tubérculos ade- más del apical (Figura 1), los tubérculos son globosos, casi esféricos y su número en cada anillo, contado desde abajo hacia arriba es: 4 (ó 2 + seudobranquia)-6-5/6-4-1. El interior de los tubérculos y de los ceratas, incluido el pedúnculo, es blanco grisáceo o blanco azulado; den- tro del cerata hay una granulación similar a la de Doto coerulea Trinchese, 1881 de las costas de Europa y en la superficie de los tubérculos un anillo naranja que lo rodea. Cuando hay seudobranquia (Figura 2B y C), ésta ocupa la mitad inferior interna del cerata y es muy grande, hasta el punto que las seudobranquias de dos ceratas opuestos entran en contacto so- bre el dorso del animal; su aspecto es el de una mano abierta, con 4-5 ó 6, dedos con forma de gajos de naranja; su coloración es blanco azulado y tiene al menos un gránulo blanco apical y otro basal, de mayor tamaño. Los rinóforos (Figura 2 A) son cónicos, de color naranja con numerosos gránulos dorados superficiales; su longitud es aproximadamente el doble de la que tiene la vaina rinofórica, la cual es de color algo más claro que el cuerpo y tiene el borde de la abertura laciniado y tubér- culos en su zona media, que pueden faltar. Por delante de los rinóforos hay una robusta qui- lla en forma de triángulo rectángulo con el lado vertical al frente (Figura 1 B y 2A). Los lóbu- los de la cabeza son redondeados y están poco desarrollados. Papila anal (Figura 2D) muy desarrollada, con tubérculos de tamaño desigual en sus pare- des y alrededor de la base; se situa entre el 1* y el 2” ceratas del lado derecho, algo desplazada hacia el dorso y su coloración es naranja dorado con puntos blancos en la superficie y blanco nieve en el interior. La abertura genital es prominente y está cubierta con rugosidades; se si- túa en el flanco derecho, algo por detrás del primer cerata. No se han observado mandíbulas diferenciadas, aunque en su lugar hay un espesamiento cuticular del bulbo. La rádula de un animal de 9 mm vivo (5 mm fijado) presentó unos 68 dientes de unas 25 micras de ancho, muy frágiles y con 4 cúspides redondeadas y poco desarro- lladas a cada lado de la cúspide central (Figura 2E). 1Z2 Nuevo Doto de Cuba Figura 1. Doto torrelavega, especie nueva, A, vista lateral, B, detalle de la cabeza, C, vista ventral. Figure 1. Doto torrelavega, new species, A, lateral view, B, head detail, C, ventral vie Ortea y Caballer Figura 2. Doto torrelavega, especie nueva, A, rinóforos de dos individuos, B, esquema de la cara in- terna del cerata con la seudobranquia, C, vista ventral de la seudobranquia, D, papila anal, E, dientes radulares, escala= 10 um. Figure 2. Doto torrelavega, new species, A, rinophores of two specimens, B, scheme of the internal side of the cerata with the false gill, C, false gill ventral view, D, anal papila, E, radular teeth, scale= 10 yum. 124 Nuevo Doto de Cuba La puesta, depositada en las ramas de Thyroscyphus marginatus es una cinta lobulada y corta, con 8-10 huevos de alto por 2-3 de ancho, de color rosado; las cápsulas midieron 200-250 micras de longitud mayor y 130-165 de longitud menor, con huevos en su interior de unas 150 micras de media, extremos de 120-185 micras. Etimología: Nombrada en honor de Torrelavega, ciudad de Cantabria hermanada con la La Habana, en reconocimiento a su acción continuada de solidaridad y cooperación con Cuba. DISCUSIÓN La coloración y la presencia de papilas dispersas por todo el cuerpo, caracterizan a Doto torrelavega, especie nueva, en el conjunto de especies caribeñas del género. Doto divae Mar- cus, 1955 y Doto varaderoensis Ortea, 2001, tienen el borde de la vaina rinofórica laciniado, como D. torrelavega, especie nueva, pero D. divae tiene manchas negras a lo largo de la su- perficie de los rinóforos y un grueso punto negro en el ápice de los tubérculos ceratales, ade- más de una seudobranquia residual y D. varaderoensis es de color blanco, tiene puntos azules rodeando el borde de la vaina rinofórica y un pequeño punto azul en el ápice de los tubércu- los ceratales. VALDES, HAMANN, BEHRENS Y DUPONT (2006, 214-215) ilustan un ejemplar de D. divae acorde con los caracteres de la descripción original salvo la coloración de los rinóforos, con un eje interno de color negro, por lo que es posible que las manchas a las que hace refe- rencia la descripción original sean un error de observación. Doto chica Marcus y Marcus, 1960, es otra especie con papilas laterales en el cuerpo, especialmente en su región anterior, papilas que faltan en Doto uva Marcus, 1955, descrita originalmente en el Brasil, con la que se suele confundir esta especie. El cuerpo y los rinóforos de color negro de D. chica, además de la forma y coloración de los ceratas permiten separar facilmente esta especie de D. torre- lavega, especie nueva. En VALDES, HAMANN, BEHRENS Y DUPONT (2006, 216) aparece ilustrado un ejemplar que los autores atribuyen a Doto chica sin ninguna duda (The specimen i¡llustrated here matches the original description of the species) y que es el mismo que aparece ilustrado en REDFERN (2001, Plate 119, fig. 734) bajo el nombre de Doto cinerea Trinchese, 1881. Probablemente VAL- DES ef al (2006) se confundieron al efectuar la selección de la fotografía ya que en REDFERN (2001, Plate 119, fig. 733) y con el nombre de Doto chica se ilustra un animal que coincide con la descripción del verdadero Doto chica y que bien pudiera ser una variación de color del mismo, figurado como Doto uva Marcus,1955 en la misma pagina con el número 736A. En cual- quier caso el animal de la ilustración de VALDES ef al (2006) se aproxima más a la especie de Trinchese que a la de Marcus, con la que no guarda ninguna relación. Heromorpha antillensis Bergh, 1873, cuya localidad tipo es Santo Tomás, en las Antillas Menores (BERGH, 1873: 611-613, Lam VIII, figs. 12-20; Lam IX fig. 1-2) es probablemente Doto chica. Descrita originalmente en el género Heromorpha Bergh, 1873 (FDoto Oken, 1815) este nombre ha pasado inadvertido para todos los especialistas que se han ocupado en el Caribe de estos animales, por lo que reune todas las condiciones para ser declarado un nombre olvidado, según las recomendaciones del Codigo de Nomenclatura Zoológica. 125 Ortea y Caballer BIBLIOGRAFIA BERGH, R. 1873. Beitráge zur Kenntniss der Aeolidiaden. I. Verhendl. Der zool.-bot. Gesell, 23: 597-628. ORTEA, J. 2001. El género Doto Oken, 1815 (Mollusca: Nudibranchia) en el mar Caribe: Historia Natural y descrip- ción de nuevas especies. Avicennia, Suplemento 3: 1-46. REDFERN, C. 2001. Bahamian Seashells. A thousand species from Abaco, Bahamas. Bahamianseashells. com Inc. Boca Raton, Florida, 280 pp. VALDÉS, A., HAMANN, J., BEHRENS, D. Y DUPONT, A. 2006. Caribbean sea slugs. A field guide to de Opisthobranch mollusks from the tropical northwestern Atlantic. Sea Challengers Natural History Books, Washington, 289 pp. 126 Avicennia, 2007, 19: 127-132 Nueva especie del género Hermaea Lovén, 1844 (Mollusca: Saco- glossa), de la costa norte de La Habana, Cuba New species of the genus Hermaea Lovén, 15844 (Mollusca: Saco- glossa) from the north shore of Havana, Cuba Manuel Caballer! y Jesus Ortea?-> l Área de Ecología, Dpto. CYTAMA, Universidad de Cantabria, España. 2Area de Zoología. Dpto. BOS, Universidad de Oviedo, España. Instituto de Oceanología, Avda. 1*n” 18406, Playa, La Habana, Cuba. Resumen Descripción de una nueva especie de Hermaea Lovén, 1844, caracterizada por la transparen- cia de su cuerpo, con un patrón muy distintivo de líneas epidérmicas rojas y por los ceratas con el digestivo en su interior formando un eje central no ramificado. Abstract Description of a new species of Hermaea Lovén, 1844, characterized by transparent body, with a distinctive epidermic pattern of red lines and by cerata with a central digestive gland not ramified. Palabras clave: Moluscos, Sacoglosos, Hermaea, nueva especie, Cuba. Key words: Mollusca, Sacoglossa, Hermaea, new species, Cuba. INTRODUCCION Durante los últimos 20 años han sido numerosas y constantes las colectas realizadas en la costas de Cuba por nuestro equipo de trabajo. En noviembre del año 2001 se capturó en el litoral de La Habana una pequeña especie de sacogloso muy transparente que parecía pertenecer al género Hermaea Lovén, 1844 y que no guardaba relación con ninguna conocida del género en el Atlántico. Al contar con un solo ejemplar, se muestreo de forma intensiva durante 5 años para obte- ner material adicional, pero la búsqueda no tuvo resultados, por lo que parece ser una especie muy rara de cuya descripción nos ocupamos en este trabajo. SISTEMATICA Subclase SACOGLOSSA Orden PLACOBRANCHACEA Familia HERMAEIDAE H. y A. Adams, 1854 Género Hermaea Lovén, 1844 127 Caballer y Ortea Hermaea nautica especie nueva (Figuras 1-4) Material: Náutico de Playa (Localidad tipo), La Habana, Cuba, 21 de noviembre de 2001, un ejemplar de 2 mm recolectado entre 1 y 2 m de profundidad, designado como holotipo y depositado en las colecciones malacológicas del Instituto de Ecología y Sistemática del CITMA, La Habana, Cuba. Descripción: Animal de cuerpo cristalino, con gránulos de tonalidad blanco nieve super- ficiales localizados mayoritariamente en la cabeza y sobre la cola. La cabeza y los ceratas son también cristalinos y en ellos los puntos blanco nieve se sitúan en dos bandas: una cercana a la base y otra próxima al ápice, siendo raros en la zona media. El borde anterior del pie es redondeado, no bilobado y la cola algo aguzada, sobresa- liendo ligeramente por detrás del último par de ceratas abatido. Los palpos son cortos y redon- deados. Los rinóforos se adelgazan en su extremo distal y los ojos se sitúan en su base, algo laterales. En cada flanco del cuerpo hay una fina línea rojiza que llega hasta el morro por debajo de los rinóforos, reuniéndose en la cola con su homóloga del otro flanco. Otra línea rojiza discu- rre por los flancos de forma paralela a la anterior y por encima de ella, desde la mitad del cuerpo hasta la cabeza, donde penetra por la base de los rinóforos después de pasar entre los ojos. El área cardiaca es ovoide, cristalina y presenta pequeños puntos rojos superficiales, que también se extienden detrás de ella hasta la zona en la que son visibles por transparencia las primeras ovotestis. Los ceratas son globosos, de sección circular, algo alargados y ligeramente comprimidos cerca del ápice; su superficie es prácticamente lisa, ya que sólo hay algunos abultamientos asociados con los gránulos blancos más superficiales. Se distribuyen en dos series superpues- tas, los más dorsales o superiores en número de cinco por cada lado, son tan largos o más que los rinóforos, mientras que los inferiores son cuatro o cinco veces más pequeños que estos. La glándula hermafrodita es blanca y visible por transparencia entre el área cardiaca y los últimos ceratas; hay sólo 7 ovotestis muy espaciadas. Las ramas digestivas del dorso y en el interior de los ceratas son rojizas. En el dorso las dos ramas principales de la glándula digestiva son rectilíneas y no ramificadas; se disponen de forma paralela desde el área cardiaca hasta el último cerata y convergen en una sola hacia la mitad de la cola, aunque no se ponen en contacto por delante de la región cardiaca. La rama digestiva en el interior de los ceratas es delgada y simple, formando un eje central no ramifi- cado, que como mucho puede presentar con algún abultamiento distal. El ano se sitúa dorsalmente en la parte anterior del área cardiaca. El poro genital se abre en el lado derecho, entre el ojo y el primer cerata. La suela del pie tiene gránulos blancos refringentes concentrados cerca del borde anterior y en la cola. La fórmula radular fue 13 x 0.R.0, con 3 dientes en la serie ascendente, 9 en la descendente y | en el saco de formación; no fue posible observar los dientes del asca. El primer diente tras el saco de formación midió 33 um de longitud, al igual que el diente funcional. Los dientes radulares (Figura 4) tienen forma de zueco en vista dorsal; en vista lateral presentan la zona basal rectangular y la funcional en forma de punzón afilado y liso. 128 Nueva Hermaea para Cuba Figura 1. Aermaea nautica, especie nueva, animal vivo en vista dorsal. Figure 1. Hermaea nautica, new species, dorsal view of the living animal. Caballer y Ortea Figura 2. Hermaea nautica, especie nueva, esquema del animal vivo en vista dorsal. Figure 2. Hermaea nautica, new species, scheme of the living animal in dorsal view. 130 Nueva Hermaea para Cuba Figura 3. Hermaea nautica, especie nueva, animal vivo en vista dorsal. Figure 3. Hermaea nautica, new species, dorsal view of the living animal. Figura 4. Hermaea nautica, especie nueva, A, último diente de la serie ascendente de la rádula y pri- mero de la descendente, B, diente radular a través del microscopio óptico. Escala= 10 um. Figure 4. Hermaea nautica, new species, A, radular last tooth of the ascending series and first tooth of the descendent series, B, radular tooth through optical microscope. Scale= 10 um. 131 Caballer y Ortea Etimología: nautica, por la localidad tipo, el Círculo Náutico de La Habana. DISCUSIÓN Solamente dos especies del género han sido descritas en el lado oeste del Atlántico: Her- maea cruciata Gould, 1870 y Hermaea coirala Marcus, 1955 pero ninguna de las dos presenta un patrón de líneas de color rojo en el cuerpo, ni tampoco ceratas en los que el digestivo forme un eje central indiviso; además, en ambos casos los dientes radulares presentan unas pro- longaciones laterales en forma de aleros que no están presentes en los dientes de Hermaea nautica, especie nueva. Una especie de reciente descripción, Hermaea ghanensis Caballer, Ortea y Moro, 2006 de Ghana y las islas de Cabo Verde, caracterizada por su coloración, por la ramificación del di- gestivo en el interior de los ceratas (en forma de cactus), que puede ser verde o pardo rojizo y por la forma de sus dientes, afilados y en forma de punzón (CABALLER, ORTEA Y MORO, 2006), es facil de separar de Hermaea nautica, especie nueva, que no comparte ninguno de es- tos caracteres. Del resto de las especies atlánticas del género, Hermaea nautica, especie nueva, podría ser comparada con Hermaea paucicirra Pruvot-Fol, 1953, descrita en el norte de África (PRU- voT-FoL, 1953) por la forma de los dientes, por presentar el borde anterior del pie redondeado, no bilobado y por los ceratas de forma globoso-alargada y sección circular con la superficie lisa, aunque en A. nautica, especie nueva, la coloración y la forma del cuerpo son muy diferentes, el digestivo en el interior de los ceratas es delgado y forma un eje central sin ramificar, muy distinto del que existe en A. paucicirra, grueso y en forma de racimo. AGRADECIMIENTOS A la Universidad de Cantabria por la beca predoctoral del primero de los autores en el pe- riodo 2003-2007, que le permitió realizar su tesis doctoral. BIBLIOGRAFIA CABALLER, M., ORTEA, J. Y MORO, L. 2006. Una nueva especie del género Hermaea Lovén, 1844 (Mollusca: Saco- glossa: Hermaeidae) de Ghana y las islas de Cabo Verde. Revista de la Academia Canaria de Ciencias, XVU (4): 143-150. Gould, A.A. 1870. Report on the Invertebrata of Massachusetts. Second edition, comprising the mollusca. Editado por W.G. Binney. Boston: 524 pp. MARCUS, ER. 1955. Opisthobranchia from Brazil. Boletim da Facultade de Filosofia, Ciéncias e Letras, da Univer- sidade de Sao Paulo, Zoología, 20: 89-262. PruvoT-FoL, A. 1953. Etude de quelques Opisthobranches de la cóte Atlantique du Maroc et du Senegal. Travaux de Institute Scientifique Cherifien, Zoologie, 5: 1-103. es Avicennia, 2007, 19: 133-142 Guía visual de la biodiversidad marina de Guanahacabibes. 1 - Anémonas (Anthozoa: Actiniaria, Corallimorpharia, Ceriantharia y Zoanthidea) Visual Guide of the marine biodiversity of Guanahacabibes. [ - Anemones (Anthozoa: Actiniaria, Corallimorpharia, Ceriantharia £ Zoanthidea) Oscar Ocaña!, Leopoldo Moro?, Jesús Ortea?4, José Espinosa* y Manuel Caballer* 1Dpto. de Oceanografía biológica y biodiversidad, Fundación Museo del Mar. Muelle Cañonero Dato s/n, 51001, Ceuta. 2¿CEPLAM, Ctra. La Esperanza km 0'8, 38071, Islas Canarias. Imoraba(Agobiernodecanarias.org SArea de Zoología. Dpto. BOS, Universidad de Oviedo, España. *Instituto de Oceanología, Avda. 1*n* 18406, Playa, La Habana, Cuba. Area de Ecología, Dpto. CYTAMA, Universidad de Cantabria, España. Resumen Se presenta una guía ilustrada y comentada de 20 anémonas sensu lato inventariadas en la Península de Guanahacabibes; 17 de ellas son primeros registros para el área y tres de ellas se citan formalmente por pri- mera vez para Cuba: Actinoporus elegans, Parazoanthus parasiticus e Isarachnantus maderensis. Abstract An ilustrated guide of the 20 anemones sensu lato inventoried in Guanahacabibes Peninsule is presen- ted; 17 of them are the first record to the area and three of them are the first record to Cuba: Actinoporus ele- gans, Parazoanthus parasiticus e Isarachnantus maderensis. Palabras clave: Anémonas, Anthozoa, Guanahacabibes, Cuba. Key words: Anemones, Anthozoa, Guanahacabibes, Cuba. INTRODUCCIÓN El inventario de la biodiversidad marina está muy lejos de ser conocido y la taxonomía ha pasado de considerarse anticuada ha convertirse en una tarea puntera de megaciencia (BOUCHET, 2006). Es también interesante considerar que los arrecifes de coral, ocupando menos del 0”1 % de la superficie planetaria, concentran un número elevadísimo de especies por lo que suelen ser comparados con las selvas tropicales. Nuestro proyecto de inventario de la Biodiversidad marina de Guanahacabibes pretende estimar la biodiversidad global de la reserva a partir del inventario de los Moluscos en su con- sideración de grupo focal, extrapolando su riqueza de especies a la riqueza de especies del total de país, en aquellos grupos en los que hay un inventario conocido. Como un producto paralelo de ese es- fuerzo de inventario surge la oportunidad de ofrecer una guía práctica de otros grupos, tan singulares como las anémonas, a todas aquellas personas que de una forma u otra se acercan a los arrecifes cu- banos y en particular a los de la Reserva de Guanahacabibes. Una vez dicho esto, conviene indicar que las anémonas son en realidad antozoos que no tienen es- queleto calcáreo, por lo que es más propio denominarlas hexa-corales blandos. En Cuba se han citado unas 25 especies, pertenecientes a cuatro órdenes diferentes: Actiniarios, Coralimorfarios, Cerian- Este artículo es un resultado colateral del Proyecto: Fortalecimiento de la Gestion del Desarrollo Integral y Sostenible de la Península de Guanahacabibes, Reserva de la Biosfera, Pinar del Río, Cuba, ejecutado por el DIG, con el apoyo económico de la ACDI Canadá. 133 Ocaña el al. tarios y Zoantideos. Estos grupos de hexacorales blandos, carecen de un inventario real en la Penín- sula de Guanahacabibes, en cuyo programa de desarrollo sostenible destaca el turismo de buceo en sus arrecifes, basado en la contemplación de la vida marina en los ecosistemas y para el que resulta especialmente atractivo las anémonas, que exhiben colores muy llamativos (cuyo aspecto recuerda a las flores terrestres). Además, entre sus tentáculos encuentran refugio otras especies muy singulares de camarones, cangrejitos y peces. La taxonomía de los corales blandos es problemática y necesita profundos estudios de revisión para ordenar de una manera más o menos aceptable las confusiones que a diferentes niveles taxonómicos ocurren en sus diferentes órdenes. En el caso concreto de Guanahacabibes, se hace un esbozo de los principales problemas que afectan a la nomenclatura de las especies que allí se han registrado. Sin duda alguna es el grupo de los Zoantideos el de taxonomía mas compleja y el que necesita una mayor re- visión en su conjunto, teniendo siempre presente que dicha revisión interesa también a otras especies que se encuentran distribuidas al otro lado del Atlántico. LISTA SISTEMÁTICA ILUSTRADA CLASE ANTHOZOA Subclase HEXACORALLIA Orden CORALLIMORPHARIA Familia RICORDEIDAE Watzl, 1922 Género Ricordea Duchassaing y Michelotti, 1860 Ricordea florida Duchassaing y Michelott1, 1860 Única especie descrita de este género, se distribuye exclusivamente en el arco caribeño, incluido el Golfo de Mé- xico, donde es endémica. Presenta zooxantelas (algas simbiontes) en los tejidos, y es frecuente observar crustá- ceos decápodos (DEN HARTOG, 1980) y copépodos asociados. Habita desde fondos someros (dónde suele formar clones) hasta los 50 m de profundidad (dónde suele presen- tarse en solitario) (DEN HARTOG, 1980), pero normalmente vive a poca profundidad incrustando fondos roco- sos o restos de corales muertos. Previamente ha sido citada para Cuba (HERRERA, 1981; LALANA ET 4L£., 2001). 7 ** Discosomsanciithomae id | | 4 Guía de anémonas de Guanahacabibes Familia DISCOSOMATIDAE Duchassaing y Michelotti, 1864 Género Discosoma Riippell y Leuckart, 1828 Discosoma sanctithomae (Duchassaing y Michelotti, 1860) De las tres especies del género en el Caribe ésta es la más citada desde el punto de vista científico (DEN HARTOG, 1980), distribuyéndose por todo el arco caribeño, incluidas Bahamas y Bermudas. Podría ser confundida con Dis- cosoma carlgreni (Watzl, 1922) por su aspecto general y por la forma de sus tentáculos. Sin embargo, esta última no tiene los tentáculos marginales tan desarrollados como los que exhibe D. sanctithomae (ver detalle). D. sanctithomae presenta zooxantelas en sus tejidos, se distribuye desde aguas someras hasta los 25 m de pro- fundidad y llega a cubrir grandes áreas. Crece sobre sustrato rocoso y forma poblaciones clónicas, gracias a va- rios tipos de reproducción asexual. Es frecuente en la península de Guanahacabibes y sus congéneres, D. carlgreni y Discosoma neglecta (Duchas- saing y Michelotti, 1860), también pueden estar presentes a lo largo de las costas de la península. Previamente ha sido citada para Cuba (HERRERA, 1981; LALANA ET 4£., 2001). Familia CORALLIMORPHIDAE Hertwig, 1882 Género Pseudocorynactis den Hartog, 1980 Pseudocorynactis caribbeorum den Hartog, 1980 Distribuida también en el Atlántico Este,a lo largo del arco macaronésico con la excepción de las islas Azores. En el Caribe habita fondos someros desde los 4 m de profundidad hasta una profundidad máxima conocida de 22 m (DEN HARTOG, 1980). A diferencia de las especies anteriores, P caribbeorum no posee zooxantelas, pues se trata de una especie nocturna y carnívora cuyos hábitats típicos son las grietas de los fondos rocosos y las pa- redes acantiladas, y también puede encontrarse en el interior de cuevas. Hay otras especies de este género dis- tribuidas a lo largo del Indopacífico que están todavía pendientes de clasificación definitiva y descripción. Debido a sus hábitos nocturnos P. caribbeorum suele pasar desapercibida, ya que por el día permanece retraída, por lo que es de esperar que se encuentre a lo largo de todo el arco caribeño. Citada previamente para Cuba (PÉREZ-HERNÁNDEZ Y VARELA, 2003), éste es su primer registro en Guanahacabibes. Otra especie de la misma familia, Corynactis parvula Duchassaing y Michelotti, 1860, podría distribuirse por el litoral de la Isla, pero, debido probablemente a su pequeño tamaño, aun no ha sido registrada. Orden ACTINIARIA Family ALICIDAE Duerden, 1895 Genus Lebrunia Duchassaing y Michelotti, 1860 Lebrunia danae (Duchassaing y Michelotti, 1860) Es uno de los hexacorales blandos más representativos de la región caribeña y uno de los más ponzoñosos ya que pertenece a un grupo de anémonas con las que se deben extremar las precauciones al acercarnos a ellas. Normal- mente, debido al hábitat que ocupan, solo se aprecian las ramificaciones que se forman en la columna, de esta ma- nera no se pueden observar los "verdaderos tentáculos" ni el resto de estructuras típicas en estas especies. En los ejemplares de mayor tamaño las ramificaciones aludidas pueden llegar a medir más de 25 cm de longitud (CAIRNS, DEN HARTOG 8 ARNESON, 1986). Es una especie típica de los sistemas de arrecifes coralinos dónde se la encuentra oculta en las grietas entre los cabezos de coral. Es fácil observarla en relación a estos sistemas a par- tir de los 5 m y hasta un máximo aproximado de 50 m de profundidad. Es un género exclusivo del Caribe donde de forma tradicional se han distinguido dos especies: L. danae (Duchas- saing y Michelotti, 1860) y Lebrunia coralligens (Wilson, 1890). Sin embargo, siguiendo a CARLGREN (1949) y también a CAIRNS ET AL (1986) y hasta que no se realice un estudio pormenorizado que demuestre las diferencias existentes entre ellas las mantenemos unidas bajo el nombre de Lebrunia danae. HERRERA (1981) LALANA ET 41( 2001) y VARELA (2002) registran la especie para la isla de Cuba y en concreto para la península de Guanahacabibes. 135 Ocaña el al. Familia ACTINUDAE Rafinesque, 1815 Género Condylactis Duchassaing y Michelotti, 1864 Condylactis gigantea (Weiland, 1860) Especie abundante y también representativa de muchos de los paisajes sumergidos de Cuba. Puede llegar a al- canzar un gran tamaño (disco oral expandido hasta 30 cm de diámetro) (DEN HARTOG, 1985). Su gran capacidad de colonización de ambientes hace que se la pueda encontrar en arrecifes de coral, en pedregales, y en zonas are- nosas como las praderas de Thalassia testudinum. Es una especie con una gran éxito reproductivo y sus juveni- les se pueden observar con relativa facilidad. Presenta zooxantelas en sus tejidos y también es frecuente que se observen crustáceos, sobre todo camarones, y peces asociados a sus ejemplares. Se trata de un género que tiene varias especies repartidas por los mares del pla- neta. En el Caribe se han considerado tradicionalmente dos especies Condylactis gigantea (Weinland, 1860) y Condylactis pasiflora Duchassaing y Michelotti, 1864 justificadas tan sólo por diferencias de coloración, algo típico en una especie que puede estar presente en muchos ambientes bentónicos diferentes. HERRERA (1981), LALANA ET 4£., (2001) y DE LA GUARDIA ET AL. (2003) la citan para la isla de Cuba. Género Actinostella Duchassaing, 1850 Actinostella flosculifera (Le Sueur, 1817) Se trata de una especie que presenta unas curiosas estructuras anatómicas con formas de pequeños frondes. Además tiene una doble identidad ecológica, de tal manera que durante el día funciona captando la luz del sol merced a la gran cantidad de zooxantelas que tiene alojadas en los tejidos de sus "frondes”. Durante la noche ex- tiende los tentáculos y se convierte en una agresiva cazadora de pequeños invertebrados. En Cuba, es una espe- cie que indica ciertos niveles de contaminación orgánica. Se la puede encontrar en hábitats someros y también en fondos arenosos del infralitoral profundo hasta los 50 metros de profundidad. Desde su descripción es una especie que ha sido nombrada de diversas maneras, siendo el género Actinostella el que posee la preferencia cronológica sobre todos los demás (OcAÑa, 1994; HAUSSERMANN, 2003). Es una especie que habita las dos orillas del Atlántico, pero siempre en regiones tropicales o subtropicales. Es co- nocida de todo el arco caribeño y también está presente en la costa de Brasil, en Cuba fue citada por DUERDEN (1902) y más recientemente por LALANA ET 41.(2001). En Cuba es una especie común en zonas eutróficas de la Habana. Género Bunodosoma Verrill, 1899 Bunodosoma granuliferum (Le Sueur, 1817) Es una de las especies que mejor se distinguen de todas las que se encuentran en el litoral cubano. La presencia de verrucas cubriendo toda la columna es una de las características más destacadas para identificar a esta espe- cie entre todas las demás que se muestran en esta guía visual. Es también muy característico que la columna presente bandas claras y oscuras de forma alternativa. No parece que esta especie sea muy común en el litoral cubano, no obstante ha sido citada con anterioridad para la isla de Cuba (HERRERA, 1981; LALANA ET 4L£., 2001). Género Anemonia Risso, 1826 Anemonia melanaster (Verrill, 1907) Citada para el litoral de Guanahacabibes (Caleta de los Piojos, Playa Antonio) por VARELA (2002), los especime- nes fueron observados instalados sobre talos de Sargassum sp. Posiblemente, el autor observó pequeños ejem- plares, que viven asociadas a algas y a fanerógamas marinas (OCAÑA, 1994). Conviene indicar que no sería ex- traño que aparecieran también individuos de Bunodeopsis pelagica asociados a los talos de Sargassum. A. melanaster ha sido citada normalmente en la región caribeña con el nombre de 4Anemonia sargassensis. 136 Guía de anémonas de Guanahacabibes 3) "AS 4 Y Pseudóocorynactis caribbéorun, il a” de .. í a En AE APR NE AE AA ol O Ocaña el al. A. melanaster es conocida de la costa atlántica estadounidense (Woods Hole Region) y de algunos puntos del Golfo de Méjico, de la región caribeña (Curacao y Jamaica), de Brasil y también de las islas Bermudas. Además es una especie que habita las dos orillas del Atlántico y se encuentra distribuida en la Macaronesia. Familia AURELIANIDAE Andres, 1883 Género Actinoporus Duchassaing, 1850 Actinoporus elegans Duchassaing, 1850 Se trata de una de las especies de hexacorales blandos más raras que habitan en el litoral caribeño en general. Los pequeños tentáculos en forma de vesículas y las conspicuas filas de verrucas distribuidas por la zona alta de la columna son caracteres constantes en esta especie. Nunca había sido citada en las aguas cubanas. Familia STICHODACTYLIDAE Andres, 1883 Género Stichodactyla Brandt, 1835 Stichodactyla helianthus (Ellis, 1768) Endémica del Mar Caribe,se desarrolla principalmente en fondos marinos someros dónde, si las condiciones son favorables, puede llegar a formar grandes poblaciones que puede ser muy atractivas para el buceo turístico. En Cuba la cita HERRERA (1981) para la zona de la Habana y recoge su cita LALANA ET AL. (2001). Familia AIPTASIIDAE Carlgren, 1924 Género Aiptasia Gosse, 1858 Alptasia pallida (Verril, 1864) Las especies con acontias (filamentos blancos cargados de células urticantes), como es el caso de las especies de la familia Aiptasiidae, se diferencian bien de las que no las tienen. Las acontias son expulsadas por los ejempla- res de esta especie cuando son molestados. 4. pallida se reproduce típicamente mediante reproducción asexual por laceración basal (un trocito de la base del hexacoralario se desprende y forma un nuevo individuo) y forma poblaciones clónicas utilizando este sistema. A. pallida es una especie que suscita controversia en relación a su denominación taxonómica. Nosotros pensa- mos que puede tratarse en realidad de la especie Aiptasia diaphana que se encuentra distribuida en las costas tro- picales africanas, la macaronesia y también en algunos puntos del Mediterráneo, dónde pierde los tentáculos durante el invierno. Sin embargo, por el momento mantenemos la especie bajo la denominación de A. pallida que resulta el nombre más apropiado por razones de prioridad cronológica. Por otra parte, también está citada a lo largo de la literatura científica bajo el nombre de Aiptasia tagetes (Duchassaing y Michelotti, 1864). En Cuba, es citada por HERRERA (1981) para la zona de la Habana, y también es recogida en el trabajo de LALANA ETAL., (2001). En el litoral de la península de Guanahacabibes es muy común sobre las raíces sumergidas del man- gle rojo (Rhizophora mangle). Género Bartholomea Duchassaing y Michelotti, 1864 Bartholomea annulata (Le Sueur, 1817) Se diferencia bien de la anterior especie porque presenta unas baterías de nematocistos que se distribuyen por los tentáculos en forma de bandas de forma muy característica. Es una especie bien conocida en toda la región caribeña y se puede encontrar bajo piedra, en grietas y también sobre raíces de mangles. En Guanahacabibes es una especie frecuente en los fondos someros. La especie ha sido citada con anterioridad para Cuba (HERRERA, 1981; LALANA ET 42., 2001; DE LA GUARDIA ET ALZ 2003): 138 Guía de anémonas de Guanahacabibes Género Heteractis Duchassaing y Michelotti, 1864 Heteractis lucida (Duchassaing y Michelotti, 1860) Incluida en diferentes géneros a lo largo de su Historia Natural, en realidad necesita que se cree para ella un nuevo género para poder albergarla desde el punto de vista taxonómico. Aunque el género Heteractis no es co- rrecto (CARLGREN, 1949) por estar ya ocupado con especies alejadas taxonómicamente de esta, lo utilizamos en este trabajo de perfil divulgativo debido al mayor uso que Aeteractis ha tenido a través del tiempo. Bartho- lomea y Aiptasia son dos de los géneros dónde esta especie también ha sido ubicada. Se conoce en todo el Caribe y en Cuba ha sido citada en la Bahía de Cochinos (VARELA ET 4£., 2001), Familia PHYMANTHIDAE Andres, 1883 Género Phymanthus Milne Edwards, 1857 Phymanthus crucifer (Le Sueur, 1817) Es otra especie de actiniarios que plantea dudas a la hora de su clasificación a niveles de género y familia. Ya que, en base a la presencia de tentáculos discales (pequeñas protuberancias registradas solo alrededor de la abertura bucal), se podrían hacer distingos entre géneros y es posible que el género Epycistis fuera el más apropiado para ubicarla. Sin embargo, el análisis de la anatomía y también de la ecología de P crucifer la acercan claramente a su especie hermana Phymanthus pulcher, exclusiva del Mediterráneo. Dentro de los Anthozoos es bien cono- cido que existan especies del mismo género distribuidas exclusivamente en zonas cálidas del Atlántico y en el Mediterráneo. Esto mismo ocurre también con las especies del género Condylactis. En Cuba es una especie bien conocida (HERRERA, 1981; LALANA ET 42., 2001). Orden ZOANTHIDEA Familia ZOANTHIDAE Gray, 1840 Género Palythoa Lamoroux, 1816 Palythoa caribaea (Duchassaing y Michelotti, 1860) (= Palythoa caribaeorum) Sin duda uno de los zoantídeos más conspicuos que se pueden encontrar, ya que puede formar poblaciones que tapizan amplias zonas del sustrato si se dan las condiciones apropiadas. Suele tener especies de crustáceos y anélidos asociadas, sobre todo en el interior. Especie bien conocida en la región caribeña y también en las Bermudas (CAIRNS, DEN HARTOG Y ARNESON, 1986), en Cuba (LALANA E7 42., 2001 y VARELA ET 4L., 2002). Con frecuencia aparece citada como Palythoa caribaeorum. Palythoa sp. Podría tratarse de la especie Palythoa mammillosa (Cairns, den Hartog y Arneson, 1986), aunque solo una revi- sión del género en la zona podría llegar a determinarlo. Para la región de Cuba hay citadas dos especies más de este género, Palythoa variabilis y Palythoa grandis (VARELA ET AL., 2002). Género Zoanthus Lamoroux, 1816 Zoanthus sociatus (Ellis 1767) Se distingue fácilmente porque forma colonias llamativas que cuando están bien desarrolladas tienen apariencia poligonal. La segunda imagen podría corresponder a Zoanthus pulchellus que tiene la columna de mayor longi- tud. No obstante, solo una revisión de las especies de este género podría aclarar la situación taxonómica. La especie es bien conocida de la región caribeña y también en Bermudas (CAIRNS, DEN HARTOG Y ARNESON, 1986). En Cuba ha sido citada por VARELA ET 42. (2002). 139 Ocaña el al. z Í 53 isauaderensis-< a de anémonas de Guanahacabibes >” yUl ( Palvthoa A rib Ñ SS a Palvthoa cu z0anthus swiftii MES MIS 3 > Y, a. pS e E S NS Para Ocaña et al. Familia PARAZOANTHIDAE Delage y Hirouard, 1901 Género Parazoanthus Haddon y Shackleton, 1891 Parazoanthus parasiticus (Duchassaing y Michelotti, 1860) Se trata de una pequeña especie adaptada a instalarse sobre esponjas masivas. Curiosamente, para tratarse de un zoantídeo, desarrolla pólipos de manera independiente que le dan la apariencia de pequeños actiniarios, orden que tratamos anteriormente.Es bien conocida de la región del Caribe y también en Bermudas (CAIRNS, DEN HAR- TOG Y ARNESON, 1986). Frecuente en Guanahacabibes, es la primera cita para Cuba. Parazoanthus swiftid (Duchassaing y Michelotti, 1860) Es sin duda la especie con el color más llamativo de todas las conocidas en la región caribeña. Su cuerpo inten- samente amarillo metálico y su invariable presencia sobre determinadas esponjas la hacen inconfundible. Común en el Caribe, en Cuba ha sido registrada anteriormente y es frecuente en Guanahacabibes. Orden CERIANTHARIA Familia ARACHNACTIDAE McMurrich, 1910 Género Isarachnanthus Carlgren, 1924 Isarachnanthus maderensis (Johnson, 1861) Es la única especie del Orden que hemos encontrado en los fondos someros de la península de Guanahacabibes, donde es común, si bien sólo es visible durante la noche, ya que durante el día permanece retraída en su tubo. La especie es también conocida en el Caribe bajo el nombre de Arachnanthus nocturnus (den Hartog, 1977), siendo reciente su reubicación taxonómica (MOLODTSOVA, 2003). Se reconoce fácilmente porque tiene unas bandas muy llamativas en los tentáculos y porque presenta un débil tubo con el que queda enterrado en el sustrato arenoso. Es bien conocida de la región del Caribe, aunque en Cuba es la primera cita que se tiene. BIBLIOGRAFÍA BOUCHET, P. 2006. The magnitude of marine biodiversity. En: 7/he Exploration of Marine Biodiversity. Carlos Duarte (ed.). Fun- dación BBVA, Bilbao, pp. 31-62. CAIRNS, S., J. C. DEN HARTOG Y C. ARNESON. 1986. Class Anthozoa (corals, anemones). En: Marine fauna and flora of Ber- mudas. W. Sterrer (ed.). Wiley-Interscience Publication, N. Y., pp. 164-194. CARLGREN, O. 1949. A Survey of the Ptychodactiaria, Corallimorpharia and Actiniaria. Kungl. Svenska Vetenskapsakada- miens Handlingar, series 4, volume 1, number 1. DUERDEN, J. E. 1902. Report on the actinians of Porto Rico. U. S. Fish Commision Bulletin, 2: 321-374. GUARDIA, E. DE LA, GONZÁLEZ-SANSÓN, G. Y AGUILAR, C. 2003. Biodiversidad marina en la laguna costera El Guanal, Cayo Largo, Cuba. Revista de Investigaciones Marinas, 24(2):111-116. HARTOG, J.C. DEN. 1980. Caribbean shallow water Corallimorpharia. Zoologische Verhandelingen, 176: 1-83. HAUSSERMANN, V. 2003. Redescription of Oulactis concinnata (Drayton in Dana, 1846) (Cnidaria: Anthozoa), an actiniid sea anemone from Chile and Perú with special fighting tentacles; with a preliminary revision of the genera with a "frond-like" marginal ruff. 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Museo de Historia Natural, Campus Universitario Sur, 15782 Santiago de Compostela, España. 2CEAC, Grupo de Recursos Naturales (GRN), calle 17, esquina Ave. 46, Cienfuegos, Cuba. Palabras clave: Nassariidae, Nassarius, Cuba. Key words: Nassariidae, Nassarius, Cuba. OBSERVACIONES Nassarius compertus Fernández-Garcés, Espinosa y Rolán, 1990, fue descrita como endé- mica del sur de Cuba. Las principales características de su concha (Fig. 1 A y E) eran: ser de pequeño tamaño (3 a 39 mm), tener protoconcha paucispiral con algo más de una vuelta de espira y costillas axiales muy separadas (9-10 en la primera vuelta y 10-12 en la última), y con unos intervalos entre ellas mucho más anchos que el grosor de las propias costillas (Fig. E). Recientemente, se recolectaron ejemplares vivos frente al Instituto de Oceanología, en La Habana (Fig. 1 B-D y F), los cuales eran algo diferentes del N. compertus conocido por la descripción original. Los caracteres diferenciales de esta población eran los siguientes: te- nían unas costillas axiales en mayor número (unas 16 tanto en la primera vuelta como en la úl- tima) siendo estas costillas iguales o más anchas que los espacios intermedios (Fig. 1F). Se pensó en la posibilidad de que se tratase de una especie diferente de N. compertus, pero después de un estudio comparativo de ambas poblaciones se apreció que tenían numero- sos caracteres muy similares, como el tamaño, el patrón de color a bandas, la protoconcha paucispiral y lisa, y la microescultura de la teloconcha. Por otra parte, la curvatura de las vueltas, la apertura, sifón, columela, etc. eran iguales. Por todos estos motivos, se terminó considerando que las conchas encontradas constituyen una nueva población N. compertus, si bien algo diferente de las forma conocida y representada en el trabajo de descripción original. En la presente nota se amplía el área de distribución conocida de N. compertus al norte de Cuba, y se informa de la variabilidad de ciertos caracteres, algo diferentes a los mencionados en la descripción original. Además se muestra su rádula (Fig. 1G), típica de un nasárido. BIBLIOGRAFÍA FERNÁNDEZ-GARCÉS, R., ESPINOSA, J. Y ROLÁN, E. 1990. Nassarius compertus n. sp. de la isla de Cuba. Publ. Ocas. Soc. Port. Malac., (15): 59-62. 143 Rolán y Fernández-Garcés 0025 mm Figura 1. Nassarius compertus, A, Ejemplar de 37 mm, Cienfuegos, paratipo (col. E. Rolán), B-D, Ejemplares de 39, 40 y 40 mm, La Habana (col. E. Rolán), E, concha de la figura 1 en visión api- cal, F, concha de la figura 2 en visión apical, G, Rádula, La Habana, 30 m. Figure 1. Nassarius compertus, 4, Ejemplar de 37 mm, Cienfuegos, paratipo (col. E. Rolán), B-D, Ejemplares de 39, 40 y 40 mm, La Habana (col. E. Rolán), E, concha de la figura 1 en visión api- cal, E, concha de la figura 2 en visión apical, G, Rádula, La Habana, 30 m. 8 E a UNT y bd Ul FAO > > > 2 rr a e ANS > y ' hn ras a Y 1: h 1: a? > y a" " UY d A Le " a PS J a q » L , a dd ./ yA x ' y had 0 Ñ IA E E, ] EP » » A f' Ls o CT e DY PA TI E AFA mn AER > AY DA La BR nr? na y de e , IN TAR ” pa ». mi V $, a á A ye q e Vi o i A Y q E 7 UN de , Pals E JA $ WS A PR el, d el E A A EA K m3 mm: ”> ERX 4 e MAA E Cas 4" e » O E Avicennia NORMAS DE PUBLICACIÓN La revista Avicennia publica artículos científicos, notas breves y monografías, sobre temas relacio- nados con la oceanología, ecología y biodiversidad tropical. Se entiende por artículo un trabajo de investigación de más de 5 páginas mecanografiadas, inclui- das úlminas, gráficos y tablas. Las notas son trabajos de menor extensión. Las monografías son traba- jos sobre un tema único, de extensión superior a las 40 páginas de la revista y que serán publicadas en un número único de la misma. Los artículos, notas y monografías deberán ser originales e inéditos y deberán presentarse mecano- grafiados en papel DIN A-4, por una sola cara a doble espacio. Los trabajos se entregarán acompaña- dos por una versión en disco de ordenador, utilizando procesadores de texto WordPerfect o MsWord. Los artículos deben llevar un título en castellano e inglés. A continuación figurarin el nombre y ape- llidos del autor o autores, direcciones de los mismos, y un resumen en ambos idiomas. Cada artículo debe constar, siempre que sea posible, de introducción, material y métodos, resultados y discusión, junto con un apartado de agradecimientos y bibliografía. El texto del trabajo podrá estar redactado en inglés o en castellano. Deben evitarse notas a pie de página y ningún título se escribirá por completo en mayúsculas. Las notas breves se presentarán de la misma forma pero sin resumen. Los autores que deseen publicar en Avicennia deberán abonar el importe completo del artículo a precio de coste. Las referencias bibliográficas irán en en el texto con minúsculas o versalitas: FRETTER Y GRAHAM (1962) — (FRETTER Y GRAHAM, 1962). Si son más de dos autores se deberán citar todos la primera vez que aparecen en el texto (SMITH, JONES Y BROWN, 1970) y SMITH E7 42., 1970 las siguientes. Si un autor ha publicado más de un trabajo en un año se citarán con letras: (Davis, 1989a; Davis, 1989b). No se aceptarán referencias de artículos en prensa o en preparación. Al final del trabajo se confeccionará la lista bibliográfica con todas las citas del texto, en orden alfabético, con letras minúsculas o versalitas y seguidas del año de publicación, por ejemplo: BARLOW, G. M. 1974. Contracts in social behaviour between Central American ciclid fishes and coral reef surgeon fishes. 4m. Zool., 14 (3): 9-34. HARTMAN, O. 1968. Atlas of errantiae polychaetous annelids from California. Allan Hancock Foundation, University of Southern California, Los Angeles, 828 pp. JONES, N. S. 1971. Diving. En: Methods for the study of marine benthos. N. A. Holme y A. D. McIntyre (eds.). IPB Handbook, No. 6, pp. 71-79. Las gráficas e ilustraciones deben ser originales y presentarse sobre papel vegetal o similar en tamaño no superior a DIN A-4, con tinta china negra y ajustado al formato de caja de la revista (180 x 125 mm) o proporcional a éste. Las fotografías deberán ser siempre contrastadas, en el mismo forma- to que los dibujos. Las escalas de dibujos y fotografías deben ser gráficas y en el sistema métrico deci- mal. Los pies de figuras y los títulos de las tablas deberán estar redactados en castellano e inglés. Sólo los nombres en latín y los taxones genéricos y específicos deben llevar subrayado o ir en cursivas. Los artículos que no se ajusten a las normas de publicación serán devueltos al autor. El comité edi- torial comunicará al primer autor la fecha de recepción del trabajo, la fecha de aceptación y el núme- ro de Avicennia en el que se espera que será publicado. Si lo considera conveniente podrá solicitar a los autores las modificaciones que los revisores consideren oportunas. En este caso el autor deberá enviar una copia impresa del trabajo corregida y una copia en soporte informatico. Cada autor recibirá gratuitamente 25 separatas de su trabajo. Aquellos autores que deseen más deberán indicarlo al devolver las pruebas de imprenta. El autor deberá abonar el importe del exceso. Los interesados en publicar en Avicennia deberán dirigirse a: Dr. Jesos Ortea Rato. Dpto. de Biología de Organismos y Sistemas Laboratorio de Zoología Universidad de Oviedo 33005 Oviedo. Asturias. España INDICE Avicennia 19, Octubre de 2007 El “Problema de la especie” y la complejidad del problema. JORGE LUIS PONTENLA mua ora tinracian cil ac tract encadena craneo rca ció 1-16 Cerapus orteai (Corophioidea: Corophiidae) a new amphipod crustacean from the Caribbean coast of Costa Rica. MANUEL ORTIZ AND JAMES DARWIN THOMAS....occcccccccnonononononcncccononannnnnnnnncncnnnnannnnnoncnnnninnns 17-24 Una nueva especie de camarón del género Spongiocaris (Pleocyemata, Stenopodidea) asociado a una esponja (Hexactinellida) colectada por la expedición del B/l "Atlantis", en las aguas profundas del Sur de Cuba, en 1939, MANUEL ORTIZ, ROGELIO LALANA Y CARLOS VARELA ..occcccocooonnnnnncnccnccnnnanan ono ncccccccannnanccc o ZII) Una nueva especie de copépodo del género Asterocheres Boeck, 1860 (Copepoda: Siphonostomatoida), de aguas cubanas. CARLOS VARELA, MANUEL ORTIZ Y ROGELIO LALANA ..oocccccccccconononcnnnncnccncnnannnn non cn cccccannnaa LÍO Una nueva especie de isópodo espongícola (Isopoda, Flabellifera, Cirolanidae) de las aguas profundas del Sur de Cuba. MANUEL ORTIZ, ROGELIO LALANA Y CARLOS VARELA .ooocooooooonnonononononocnnnnonononnonononnncnnncnnnos 37-44 Nueva especie de Diastolinus (Coleoptera: Tenebrionidae: Pedinini) para la República Dominicana. CREANDO: H. "GARRIDO orando daiae reia liada 45- 48 Legitimización del estatus taxonómico de Sargassum rigidulum Kitzing (Sargassaceae, Ochrophyta). LOURDES MOREIRA Y RUBÉN CABRERA .cccooooooonnnnnnnnncononnnnanonnncnnnnncnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnannnnnnnnnnnnos 49-56 A new species of the genus Eudistoma (Ascidiacea, Polycitoridae) from Cape Verde. GERARD BRETON AND FRANCOISE MONNIO To .oocoocccnccnnccnncconoconoconoconnccnnoconoconconoconnnconoccnaccnns 57-62 Adiciones a la fauna de moluscos marinos de la península de Guanahacabibes (1), con la descripción de nuevas especies. JOSÉ ESPINOSA, JESÚS ORTEA, RAÚL FERNANDEZ-GARCÉS Y LEOPOLDO MORO. .ooooccccccconos: 63-88 Nuevos prosobranquios marinos (Mollusca: Gastropoda) del Golfo de Batabanó, plataforma surocci- dental de Cuba. JOSÉ ESPINOSA, JESÚS ORTEA Y RAÚL FERNANDEZ-GARCÉS.cocooooccccnccccccnoonnnnnnncccncccncnnnnnnnos 89-98 El género Gibberula Swainson, 1840 (Mollusca: Neogastropoda: Cystiscidae) en Cuba, con la descrip- ción de nuevas especies. JOSE ESPINOSA Y JESUS ORTEA sncoiionicicsondscasoncararacoconodcinnacaso roca ria nena deco da einen cao rió 99-120 Nueva especie de Doto Oken, 1815 (Mollusca: Cladobranchia), nombrada en honor de Torrelavega, ciu- dad hermanada con La Habana. JESUS ORTEA Y MANUEL CABALLER...ooooooooonnonoccnonoronanonnnionocononononanonanncnnoccnnanonnnnaniccccnnnnes 121-126 Nueva especie del género Hermaea Lovén, 1844 (Mollusca: Sacoglossa), de la costa norte de La Habana, Cuba. MANUEL CABALLER Y JESUS ORTEA ..cocoooococccccononnnonnnnnnnoncncononnnnnnonnnnnnnoronnnnnncrnnnnnnnncnnnnnnos 127-132 Guía visual de la biodiversidad marina de Guanahacabibes. | - Anémonas (Anthozoa: Actintaria, Corallimorpharia, Ceriantharia y Zoanthidea). OSCAR OCAÑNA, LEOPOLDO MORO, JESÚS ORTEA, JOSÉ ESPINOSA Y MANUEL CABALLER.......133-142 Nueva información sobre Nassarius compertus en Cuba (Gastropoda, Nassariidae). EMILIO ROLÁN Y RAÚL FERNÁNDEZ-GARCÉS..occccccccccnnononnnnnnnnononannnonancnnnncnnnnannnnnnnnaccnnnns 143-144