yy 4 1 JA $ v NN Tos x 7) % y A 4 [AAA bs Uno Y PU y IO Ce ) ye RUN SAP == ED == PROS Sa ==> EIN 00 A t he IU PO OS AO 07 RA no 00) O Saz UN mi 140 y INCA) 0 dE rd ds A a pe TS A E A e ES a — a pes A A +2 TZ ES ==. . A O. A ES = E A DS AS E RARA LE z AS A ERA AS AA RA AS pa > A ES E e a y E > -. e ve ANO A VA AA E > ea ICA AS A AAA A z S == AS > Hi li Y AU) a La A A pes E - aaa, YO, e E A A z ARS » Z Te 5 AZ ca . A Ss A => AS - = ES 3 E Z o A AAA E - G pra E pes 4 (E A ' 1%] 1 AN y JAY Mio 0d ed IEA 10 148 AAA! DAI 1 y NN Dei / 1) ) FTE TON BOLETIN DE LA A E ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS | EN CÓRDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA) RATE TUN DE LA ALADEMIA NADIUNAL DE CIENCIAS EN CORDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA) Tomo XIV BUENOS AIRES IMPRENTA DE P. E. CONI E HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS 680 — Calle Perú — 680 1894 1 i ¿ p! y E EL PERÍODO DIURNO Y ÁNUO DE LAS TORMENTAS EN CÓRDOBA Por OSCAR DOERING En Marzo de 1891 publiqué en este Boletin los primeros datos sobre la marcha diurna y ánua de las tormentas en Córdoba (!). Habiéndose continuado esas observaciones en la Oficina Meteorológica de la Provincia, vuelvo hoyá tratar el mismo tópico con más acopio de datos. Pues mientras que forma- ban la base de mi primera publicacion las observaciones de 18824 1890, dispongo para este trabajo de los apuntes con- tinuados hasta el 30 de Junio de 1894, pero he borrado, por incompletos, los que correspondían á los meses de Enero á Setiembre inclusive de 1882. De consiguiente puedo dar hoy los resultados de casi 12 años de observacion. Otra ventaja más caracteriza este nuevo trabajo. Una re- vision prolija de mis diarios me ha permitido dar más deta- llado el período diurno de las tormentas, subdividiendo el dia en 12 partes, siendo así que antes había dado la frecuencia de3 en 3 horas. Sólo 8 tormentas nocturnas que habían ocur- (2) Véase Boletin de la Academia Nacional de Ciencias, tomo XII, pág. 177: La marcha diurna de algunos elementos meteorológicos en Córdoba. es rido de media noche á 3 a. m., me han dejado en la duda de si debían consignarse en la columna de 12h.m.n.á/2a. n. ó de2a.m.á4a.m. Las he distribuido por partes iguales sobre estas dos porciones del dia. La marcha ánua de las tormentas La Tabía I que acompaño, enseña, en general, la marcha de la frecuencia de las tormentas durante el año. Por resolucion internacional se ha adoptado la costumbre de contar los días de tormenta en vez de las distintas tormentas, así como al tratar de la frecuencia de la lluvia no se hace el recuento de las distintas lluvias ó aguaceros, sinó el delos días de lluvia. Pero mientras que existe el convenio de tomar por principio de un día de lluvia la hora de la observacion matutina (7 a.m. ó S a. m.), de modo que una lluvia que se precipita en- tre media noche y esa hora, se considera como correspon- diente al día anterior, —no hay acuerdo ninguno entre los climatólogos sobre la hora con que debe comenzar y terminar un dia de tormenta. Y sin embargo no es indiferente este de- talle, como lo demuestra la confrontación de las cifras de la frecuencia que figuran en las columnas a y b. Bajo a se con- signan los días de tormenta contados conforme al método generalizado para los días de lluvia, y las cifras de la colum- na b resultan, si se cuenta los días de medianoche á media— noche ó de conformidad rigurosa con la fecha. Este último método arroja para Córdoba 12 días más en los casi 12 años que se tratan. El aumento corresponde con preferencia á los meses calurosos del año, en que la erupcion de una tormenta es muchas veces la señal para la formacion sucesiva de varias otras. En los meses de escasez de tormentas no hay varios de esos fenómenos dentro de 24 horas sinó excepcionalmente, ic bi A Mts AA por lo tanto aparecen más conformes, en esa estacion, uno y otro sistema de contar los días de tormenta. Me he decidido en este estudioá favorde los días que cor- ren de media noche á media noche. Pasando ahora á examinar la Tabla I, encontramos en las columnas a y bel número de días de tormenta que se han observado en cada mes durante los 11 años 9 meses á prin- cipiar con el 1? de Octubre de 1882. El número medio de esos días que corresponde á cada mes, ocupa la columna 3 enca- bezada « días poraño ». En término medio tenemos en Córdoba anualmente 50.4 días en que se levantan tormentas de truenos y relámpagos. Su número efectivo en los distintos años de observacion varía del modo siguiente : 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1593 pd9 1d dt. :40)+,0915:48. 59:61:92, 0161 De estas cifras se deduce que el promedio de 50.4 está afectado de un error probable de = 1.42 y que la variabili- dad media del número anual de los días de tormenta es de 5.4. La distribucion de las tormentas sobre el año es suma- mente desigual. En la estacion fría del año son escasas: los 6 meses de Octubre hasta Marzo están caracterizados por una gran frecuencia de lastormentas. A Junio, Julio y Agosto reunidos corresponden apenas 2 días de tormenta, ó sea el 4 0/, de la suma anual (columna 4 de la Tab. [). El mes de Enerc, por si solo, tiene un número de días de tormenta (7.8 días ó 155 /,,) que no es igualado por los meses de Abril á Setiembre juntos. Para formarnos una idea aproximada del período de esa frecuencia, hemos preparado las cifras de la última columna de nuestro cuadro I, ó de la probabilidad de un dia de tor- menta en los distintos meses. Esta probabilidad es la rela— O cion entre el número de los días de tormenta y el de todos los días durante un mes: nos indica qué parte del total de los días del mes constituyen los días de tormenta. Las cifras que son la expresion de la probabilidad, tienen una ventaja notable sobre aquellas que nos dan el número medio de días. Por ejemplo, tanto á Noviembre, como á Diciembre corres- ponden 9.3 días de tormenta, y sin embargo no son equiva— lentes esas cifras, puesto que los dos meses se componen de un número desigual de días. Noviembre, mes de sólo 30 días, es más favorecido con tormentas que Diciembre que entre 31 días presenta el mis- mo número de días tormentosos que aquel mes más corto. Esas desigualdades de los meses desaparecen, y se dispone de guarismos rigurosamente comparables, si se calcula la probabilidad. Examinándose las cifras que constituyen la colamna enca- bezada «probabilidad », resulta que desde un mínimum en Junio, la probabilidad sube, al principio muy despacio, luego rápidamente, hasta Noviembre, mes del máximum, mante— niéndose en Diciembre casi á Ja misma altura, y baja lenta- mente hasta Junio..Tal es la impresion que nos dejan las cifras correspondientes á los distintos meses. Si se quiere estudiar más detalladamente la marcha anual, es necesario elegir subdivisiones más pequeñas del año. Enel cuadro H presentamos los días de tormenta clasificados por décadas, entendiendo por 1* década de un mes, los días 1 á 10, por 2?, los del 11 al 20 inclusive, y atribuyendo á la 3* década los días restantes del mes. La desigualdad de esas fracciones del mes se elimina, caJculando la probabilidad de un día de tormenta en la década (véase « Probabilidad a» ). A fin de hacer desaparecer ciertas irregularidades proceden— tes del número relativamente pequeño de años, hemos dado tambien una probabilidad depurada (b ), cuyas cifras deben a+ 2b+c O PA su orígen al método sintetizado por la fórmula b= dE io considerando a, b y c como valores correspondientes á tres períodos subsiguientes. Advierto que el número de días de tormenta en Julio, Agosto y Setiembre que corresponden á sólo 11 años, ha sido aumentado, en este cuadro, en la proporcion de 12 : fl para tener cifras comparables. En la agrupacion del material por décadas, la marcha ánua no se presenta tan sencilla, sinó que resulta bastante com- plicada, principalmente en las épocas del máximum y mínimum. Lo más sorprendente é interesante es ver constatado en la parte central de la República Argentina un fenómeno sin- gular cuya existencia comprobó el señor von BEzOLD para el centro de Europa(!): la duplicacion del máximum de la fre- cuencia de las tormentas. En efecto, el máximum absoluto que ocurre en la última década de Diciembre, va precedido de otro casi igual que tiene lugar en Noviembre y queá su vez se presenta bifurcado en la 1? y 3? década de este mes. No me atrevo á señalar ya ciertas oscilaciones en la época de la frecuencia mínima: algunos años más de observacion van á euseñar si son casuales ó fundadas. Pero la existencia de un máximum doble es innegable y resulta comprobada, si entramos en más detalles, disponiendo el material por pen- tadas, lo que se ha hecho en la Tabla II. Bien sé que la pentada es una fraccion del año demasiado pequeña con relacion al número de años de que se trata aquí: sería aventurado atribuir á esas cifras gran fuerza de argu- mentacion para la marcha detallada durante todas las épocas del año. Sin embargo, en atencion á la abundancia del ma- terial de observacion en los meses de Noviembre y Diciembre no me parece reprochable estudiar la marcha por pentadas en estos dos meses. La Tabla [ll nos suministra los datos estadísticospara todo (1) y. Bezoio en Poggend. Ann. d. Phys, tomo 136, pág. 513 año 1869. , 2 1 ¡RR ei año y reproduce la frecuencia no sólo de los días de tor— menta, sinó tambien de las distintas tormentas. Las cifras de Julio, Agosto y Setiembre que resultan de sólo 11 años de observacion, se han dejado intactas. En las columnas a se consigna el resultado directo de la observacion, las cifras de b deben su existencia al método de depuracion descrito más arriba. Descubrimos una frecuencia grande en la pentada 62 (Noviembre 2-6 ) y despues de pasar por cifras poco nferio- res, llegamos al máximum en la pentada 66 ( Noviembre 224 26). Desde allí disminuye mucho la frecuencia para levan- tarse otra vez más en las pentadas 71 y 72 que ostentan el segundo máximum. Los números de frecuencia en las penta- das de Noviembre no excluyen la probabilidad de que con el aumento de las observaciones se señale un solo máximum en Noviembre en vez de los dos á principios y á fines del mes, quedando, en este caso, mejor acentuado el doble máximum del verano. Si consideramos la frecuencia de las distintas tormentas, el fenómeno aparece en la misma forma. La frecuencia mínima es probable que corresponda á la pentada 35 (Junio 20 á 24 ), separada por un intervalo de 6 meses, del máximum de Diciembre. El período diurno de las tormentas He advertido ya en mi primera publicacion que las horas apuntadas son las del principio de la tormenta, ó sea del pri- mer trueno que se haya oído. El período diurno derivado del total de las tormentas ob- servadas que constituyen sumadas el número considerable de 776, está bien marcado, y visible aún en la mayor parte de los distintos meses. El 60 0/, de todas las tormentas principian entre medio dia y media noche. Si distinguimos en las 24 horas el dia (de 6 a, m.á6p.m.) y la noche (de 6 p. m. á6a. m.) encontra- JE A mos un pequeño exceso á favor de ésta: 51 %/, de noche, 49/, de día. La curva de la frecuencia presenta 2 máximos y 2 mínimos distribuidos así : 1 máximum de 12 m. d. 42 p.; 2% máximum de 8 p. á 10 p,; 1% mínimum de Sá 10 a. m.; 2% mínimum de 4 á 6 p. m. El máximum doble en la marcha diurna es algo que no se ha observado en otra parte. Si bien se ha notado en muchas localidades un aumento de la frecuencia despues de media noche, este máximum era siempre muy insignificante, ver- daderamente secundario, mas en Córdoba las dos máximas son casi iguales. Algunas diferencias entre la marcha diurna de las tormen- tas de verano y la de las que se observan en invierno se han dejado sentir siempre que se hayan tratado unos y otros se- paradamente. Esta circunstancia me ha inducido á ceder un renglon especial en la Tabla IV á las tormentas de Junio, Julio y Agosto. Es impracticable en nuestro caso, lo que hemos hecho en muchas otras ocasiones, añadir á esos meses los de Abril, Mayo y Setiembre para derivar así la marcha diurna para los meses fríos del año ( Abril-Setiembre), pues aquellos meses contienen en su curva diurna rasgos característicos inherentes á los demás meses de Octubre á Marzo, como ser el máximum despues de medio dia ó el que se nota hácia la media noche. Bajo el punto de vista que nos ocupa, la única division posible del año es la que se ha puesto en práctica en nuestra Tabla IV: el invierno (Junio, Julio, Agosto ) y los 9 meses restantes. | La marcha diurna en estos meses coincide con la del año, puesto que las tormentas que ocurren en ellos, forman el 97 */, del total. Las 26 tormentas observadas en Junio, Julio y Agosto nos suministran una curva diurna en que las horas despues de mediodia no sólo no presentan un máximum, sinó que son E la época de entrada del mínimum. En las primeras horas de la noche principia á crecer la frecuencia y llega á su punto culminante entre las 2 a, m. y 6 a.m. Esta particularidad está conforme con los resultados de la experiencia en otras zonas: las tormentas de invierno ocurren con preferencia durante la noche. Rumbos de procedencia de las tormentas Se han aprovechado, finalmente, Jos apuntes de mis dia- rios para elaborar las Tablas Y y VI que se ocupan con el rum- bo del que han venido las tormentas. Aunque no me parece todavía llegado el momento de en- trar en una discusion detallada de estos datos, no dejaré, por esto, de ilustrarlos con algunas palabras. La suma total de las distintas tormentas observadas desde el 1% de Octubre de 1882 asciende á 803 (véase la Tab. Y ), pero sólo en 510 se ha podido consignar sin equivocacion el rumbo de su procedencia. La última columna del mismo cuadro establece la relacion que guardan las tormentas así especificadas con la suma total de las que se han observado en cada mes. Esta proporcion oscila entre el 25 %/, (en Agosto) y el 82 %/, (en Julio), variando de un mes al otro; su término medio es de 63.5. A pesar de no estar completos, estos datos nos suministran una idea aproximada de los rumbos que las tormentas de Cór- doba llevan con preferencia. Las cifras inscritas en las colum- nas correspondientes á los $ rumbos, expresan la frecuencia relativa, en la escala de 100. Fijándonos en el resultado general, sin hacerdistincion de estaciones del año, ni de me- ses, resulta que la mitad de todas las tormentas vienen del Sur y Sur-deste. Los rumbos más favorecidos, en seguida de éstos, son el Norte y Oeste; del N.E, E. y S.E. proceden sólo un 12 %/, ó sea la octava parte de todas. Ld A El último cuadro (VI) que acompaño, trata de la proce- dencia de las tormentas bajo otro punto de vista, el de su relacion con la horaen que se levantan. Las cifras del cua- dro son las frecuencias absolutas observadas. Espero me sea dado volver despues de haberse comple- tado la série con algunos años más de observacion, sobre estas y otras cuestiones interesantes relacionadas con las tormentas. Córdoba, Julio 8 de 1894. DIAS DE TORMENTA EN CÓRDOBA Tab. I PRECUENCIA DE LOS DIAS 2 E MESES loc AUTO Ei 5 E ” E a b Z | Z Encore 90 94 7.8 15.5 -2533 FeDrer0s.2 2 ene 13 74 62 1232 218 MOE ZO ooo lc 51 58 4.8 9.6 .156 Abril 21 97 1-81 3.6 .061 MO 14 14 1.2 | 2.3 038 O 6 6 0.5 | 150 .017 O otero laa a 10 8 0.7 | 1.4 023 AGOBIO bea oa 8 8 0.7 1.4 .023 Setiembre *...... 29 29 2.6 5.2 .088 Octubres ori 69 66 9.5 10.9 177 Noviembre........ 110 112 9.3 18.5 311 Diciembre... 103 111 aa) 18,4 .298 Diciemb. á Febrero. 23.5 46.0 256 Marzo á May0..... 7.8 15.5 .085 Junio á Agosto.... 1.9 3.9 .021 Setiemb.á Noviemb. 17,4 34.6 192 Octubre á Marzo... | 42.9 85.0 .236 Abril á Setiembre. . 8 0 * 11 años. DIAS DE TORMENTA EN CÓRDOBA POR DECADAS Tab. II PROBABILIDAD PROBABILIDAD DÉCADAS YD E S 3 DECADA A de tormenta de tormenta Julio... III Febrero 1 Setiemb. I > TH > TI Octubre.. I » TT » TI ar 0 Noviemb. I 0 NAS W N e O FRECUENCIA DE LAS TORMENTAS EN CÓRDOBA POR PENTADAS OCTUBRE DE 1882 Á JUNIO DE 1894 No PENTADAS 1 [Enero 1á 5 Enero 2 » 6 á 10 >» 3 > MPA » 4 > 16 á 20 » 5 A ES 65 » 20403 » 7 » 31á 4Febrero! S1Eebrerioa 97 | 9 > 10 á 14 » 10 » 15 á 19 » Al! A E A ES 1 » Zo á 1 Marzo 13 ¡Marzo 24 6 » 14 > ES 15 » 12416 » 16 al » 17 » Ia » 18 IAS » 19 | Abril 1á 3 Abril 20 >» 6 á 10 » 291 » ¡ES » 22 ADS 23 A E ES 24 OASIS 25 | Mayo 1á- 5 Mayo 26 » 6ál0 » 97 2) 11 á 15 » 28 6 ar 20 > 29 » ¿31á25 » 30 y 6 a 307 ES 31 » 1á 4 Junio 321 Junio o as 0 0> 33 » 10 a 14 » 34 AM IAS 35 » 20 á 24 » 36 » 25429 » 31 » 30á 4 Julio DIAS DE TORMENTA a D 15 16 17 16 18 15 9 12 13 13 19 15 19 13 12 HS 17 13 9 13 19 14 10 12 10 all 16 3 11 ¡OS WHO O HHNARH HI WN IOD-100C00 G WOoNomnoOonooo.0 uu Dn ODIN DUN NOOO NN INV DUI IN 100 DIU UU NN el | | hr rw | so | DUNN DO 1 Tab. HMI1 TORMENTAS a b 16 20.0 25 22.0 22 19.8 10 14 16 16. 23 19 15 17 15 18 28 20 12 18 22 17 14 17 20 15 9 14 21 13 3110 15 00 W O WWW UI O WU O 00 00 9 0019 00D 199 DIVIDIDO O DO WIN Eo A FRECUENCIA DE LAS TORMENTAS EN CÓRDOBA POR PENTADAS OCTUBRE DE 1882 Á JUNIO DE 1894 (Conclusión ) Taba 2 DIAS DE TORMENTA TORMENTAS N» PENTADAS A A ————— A A a b a b 38 | Julio 5á 9 Julio 1 ES 1 1.8 39 Ad e — 07 — 07 40 AS ES 2 19D 2 16 41 » 20 á 24 » Jl 1 7 2.0 49 ZO A O 2 105) 5) 2.0 43 | » 30á 3 Agosto 1 1.0 2 1.5 44 [Agosto 4á 8 » — 0.5 — 0.8 45 » RAMIS > 1 1 Jl 19) A6 AAA 3 2.0 3 2.0 47 » 194 23 » Jl 153 Jl 1.2 48 IRA OS — 1S — 1.5 49 IS 5 30 3 200) JORISbrezo 314 1200 4 a 4 5/50) 51 » A RES 4 a) 1 2300) 02 > A 7 » 4 3.8 6 6.2 53 » 1Sá 223 » 6 il 19 9.5 D4 AE 2 6.0 8 8.2 DD » -28á 20ctubre 4 5.0 E) 6.2 56 |Octubre3 á 7 » 15 6.0 7 7.8 57 >» Sao 10 9.8 12 10 38 » Sai » 14 14.0 | 2 19.5 59 » 18 á 22 » 18 14.8 24 200 60 SAA 9 MS 11 MO 61 ara. 1 NDre: 14 MAS 16 18.5 62 NA OS 21 18.9 | yl 25.0 63 > IE RS 17 18.9 | 219) 20) 64 » 18416 - » 18 RS 25 ES 65 e AA OS 18 19.8 23 26.7 66 IO O 25 20.0 36 28.8 67 a bre: 19 MA 20 25.0 68 Dhres 24. 6 > 20 16.0 | 94 20.5 69 » all! » 19 14.0 14 AS 70 O UL ES 1% 15.0 18 20) 24 7 O 24 OO 31 O 72d 22.4 26. » 919) FA E 30 28.5 73 AMAS 18 18.2 23 SAO) T, XIY -) SOUR Il. 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Al principio de la época pampeana, las aguas que venían de la Sierra, eran muy distribuidas, lo que me parece tam- bien en contra de la suposicion de la existencia de una Sierra alta, cuya altura hubiese debido ultrapasar considerabie- mente la de la Sierra actual. Si se considera el yacimiento de las areniscas en ciertas Or regiones, no puede formarse una idea de la formacion de los estratos pampeanos, que son fluviátiles, sin suponer que al principio de la época pampeana deben haber sido menos inclinadas las areniscas y que más tarde experimentaron un cambio en su posicion, sea por dislocación rápida, sea por le- vantamiento contínuo. La única solucion que queda, á mi parecer, es que al empe- zar el depósito de la formacion pampeana habrá existido en- tre la Sierra y la llanura sólo una pequeña diferencia de al- tura. En esa época la sierra de Córdoba se elevaba tal vez como una insignificante loma sobre esta faja de tierra, cuya forma puede decirse era la de una especie de una altiplani- cie con depresiones y á medida que transcurrió el tiempo, se fué acentuando cada vez más el contraste actual. No nos corresponde en este lugar el averiguar, si este hecho debemos considerarlo como causado por una elevacion de la sierra de Córdoba, ó por una baja de la parte oriental ó por los dos fenómenos simultáneos, pues para nosotros es de importancia por ahora, no el movimiento en sí sinó su efecto, el que se manifestó por una alteracion del nivel entre la parte que ocupa hoy la Sierra y laque forma la llanura, de tal modo que sus diferencias de altura se harían cada vez más grandes. Sin suponer tales procedimientos tectónicos, me parece, queda laformacion de los estratos pampeanos sinexplicacion, pero ellos no pueden ser extraños, pues han sido tambien constatados en Europa, donde levantamientos y hundi- mientos han tenido lugar durante la época glacial ó poco des- pues de ella, en un tiempo en que se formaron en nuestra region los estratos pampeanos. Si presumo en este exámen ocasionadas estas oscilaciones por una elevacion de la sierra de Córdoba, debo decir tam- bien que esta suba sin duda no se ha realizado sinó dando orígenála formacion de enormes hendiduras enlas laderas del Este y Oeste y tambien dentro de ella, y que una baja de las A partes orientales, occidentales é interiores seguramente ha tenido lugar. Así se explicaría que las areniscas no se encuentran en una faja contínua en la orilla de la Sierra, sinó son interrum- pidas. Dislocaciones más claras en el terreno pampeano he observado en la falda oriental de los Andes, al Norte del rio Limay en el valle del rio Catanlil, afluente del Aluminé, donde hay capas pampeanas (arcilla y arena) bien estratifi— cadas, casi en posicion vertical formando el suelo del valle. Del mismo modo que dentro y en la cercanía de la Sierra, tambien en las regiones más al Este pueden haber tenido lugar hendiduras causando quizás bajas en forma de esca- lones. Los Bordes de los Altos, al Este de la Mar Chiquita, representan tal vez uno de estos escalones. La sierra de Córdoba se compone, en su parte setentrional más ancha, de tres escalones sucesivos del Este al Oeste con pendientes rápidas al poniente. Sin simetría en su estructura, la Sierra cae rápidamente del lado occidental; aquí sin duda se nos presenta una ruptura'principal y como con tales ruptu- ras suele haber volcanes, tambien aquí y en el lado del Este se han producido erupciones de andesita ó traquita (Sierra de Serrezuela, Sierra de los Cóndores, etc.). Las erupciones de estas piedras han tenido lugar, segun parece, en el período de la formacion de las areniscas y poco despues de él. La formacion pampeana ha empezado á existir ya en una época en que ia diferencia de altura entre la Sierra y la lla- nura era muy insignificante. ¿Cómo se ha formado, de dónde viene el material depo- sitado, cómo podemos explicar la acumulación y siguiente erosion? En lo que sigue, notrataré de resolver de ningun modo la tan difícil cuestión del « Loes pampeano », cemo llaman algunos á los depósitos arcillosos. Llegaremos á ese punto recien cuando tengamos un conocimiento exacto, no sólo de las ca- pas pampeanas en las diferentes regiones, sinó de sus rela- fora ciones con las demás formaciones más antiguas y de toda clase de evoluciones tectónicas, etc. Pero aún estamos muy distantes de poseer todos esos elementos. Por induccion podríamos considerar la forniacion pam- peana como análoga del «Loes» de Europa, como el producto de un período glacial. Sin embargo esta parece ser una hi- pótesis sin fundamento, pues no se ha observado con segu- ridad ninguna huella de glaciares ni en las montañas centra- les ni en la falda oriental de los Andes. Puede contestarse, y con razon, que esto no quiere decir nada, pues estas regio— nes no han sido aún suficientemente exploradas y á más, que la falta de rastros de glaciares puede explicarse bien por una gran erosion que los hubiera destruido. Hay que mencionar que el Dr. Moreno como el Dr. Hauthal creen haber descu- bierto cerca de Mendoza depósitos de morenas y. yo tambien encontré al pié del Cerro del Plata, al Surde Mendoza, depó- sitos (arcilla fina con grandes rodados) que son muy proba- blemente productos de glaciares. Pero, aun concediendo una época glacial en tiempos atrás, el carácter de los estratos pampeanos parece oponerse á tal suposición, pues ellos son, como dicen muchos, de orígen fluvial ó lacustre. Tampoco este argumento me parece de gran valor, pues hay estratos, especialmente en la parte inferior de la forma- cion, que no es posible sean considerados como fluviales- lacustres, y si bien es cierto que la mayor parte de los es- tratos se han depositado bajo la influencia del agua, ello no constituye una prueba de que el material, á lo menos en parte, no sea un producto glacial que seencuentre en depó- sito secundario. Es muy probable que antes de la época pam- peana y aun á principio y durante ella, parte de la República Argentina, en especial al Sud (') y Oeste (*) estaban cubiertas (2) Vease G. STEINMANN, Ueber Pleistocán und Pliocán in der Um—- gegend von Freiburg + Br. (2) El Dr, Haurtuaz ha constatado en sus últimas investigaciones he- LO de glaciares, cuyo producto, el loes, ha llevado el viento á otras partes, donde se depositó. Así tambien nuestra region de carácter de una estepa, junto con la sierra de Córdoba, que sobresalía como insignificante loma, se cubría de loes, Tal orígen de las capas parece estar demostrado por la cir- cunstancia de que los estratos inferiores tienen en general más el carácter de loes que de arcilla y que el loes ha cu- bierto probablemente antes en gran extension la sierra de Córdoba. En las depresiones el loes se transformaba en loes arcilloso ó en arcilla bajo la influencia de la vegetacion y del agua; pero tambien podía formarse arcilla directamen- te por la descomposicion mecánico-química del subsuelo. Tales capas del carácter de laterita, originadas, como parece, de una descomposicion de areniscas, he observado en el Río 1% cerca de la Sierra: son margosas, porosas, contienen tierra azul (vivianita) y forman la transicion en la verdadera formacion arcillosa. Excusado es decir, que en las depre- siones, en donde el agua corría desde el principio, parte de la arcilla debe su orígen tambien al agua, que llevaba los productos de la descomposicion de piedras de regiones más elevadas hácia la depresion donde los depositaba, como lo in- dican las capas de rodados interpuestas entre la arcilla en la parte inferior de la formacion. Sin embargo, para poder juzgar bien los procedimientos que se desarrollaban al principio de la época, faltan obser- vaciones hechas en partes no pertenecientes á las depre- siones, como es natural, pues los estratos son accesibles generalmente en las regiones de los ríos y arroyos. Sobre las relaciones climatológicas de aquellos tiempos no sabemos nada. Sin embargo indudablemente ellas han de- sempeñado un rol muy importante en la formacion de los chas en este año la existencia de glaciares al Sur de Mendoza entre rio Diamante y rio Atuel: descubrimiento muy importante é interesante, que va á confirmar más mi teoría, Ao > OE depósitos pampeanos. Ya el hecho de que Patagonia estaba cubierta en aquel tiempo y más atrás de glaciares, basta para hacernos una idea de la gran influencia de éstos, en cuanto se refiere al clima y en consecuencia á la vegetacion, descomposición de piedras, etc. Al principio y durante el período de acumulacion de ter- reno, sobrevino un otro factor: el levantamiento de la Sierra de Córdoba ó el hundimiento de la parte oriental, hoy ocu- pada por la llanura. Con el loes, llevado por los vientos y el agua se mezclaban los productos de la descomposicion de las rocas de la sierra, los que probablemente predominaban al fio. Con el aumento de diferencia de altura entre la sierra y la llanura, los caudales de agua que con el tiempo se desarro- llaban debían conducir hácia las depresiones de la llanura ar- cilla, arena y rodados, yen tanta mayor cantidad de estos dos últimos, cuauto que la fuerza transportadora de las aguas erecía por la caida, de donde viene el aumento de rodados y arena en las capas superiores de la formacion pam-— peana. Con mucha seguridad podemos considerar una parte del material depositado como producido por la descomposicion y destruccion de las areniscas y de conglomerados, que en- tónces abundaban en todas partes de la sierra de Córdoba, provenientes de gneis y granito de la misma sierra. Las dis- locaciones que despues han sufrido las areníscas, debían fa- vorecer en alto grado su destruccion y á estos fenómenos tenemos que atribuir la circunstancia de que aquellas capas hoy día aparecen sólo aisladas en las faldas de la sierra. Que las partes finas de los conglomerados han sido llevadas á la llanura por las aguas, lo prueban los escombros que algunas vezes en una altura notable están basados sobre el gneis y que resultan indiscutiblemente de los conglomerados (no morenas! ). Tambien la llanura prepampcana ha influido en la forma- T. XIV 3 a, cion de las capas pampeanas con la masa descompuesta de areniscas y otros terrenos. Arrastradas las areniscas y tal vez otras formaciones ante- riores (?) entró la descomposicion y erosion en la montaña fundamental. Las capas arcillosas y arenosas depositadas en la sierra y sus cercanías han sido de nuevo derribadas y llevadas á la llanura, hecho que está comprobado por la existencia de pe- dacitos rodeados de tosca que se hallan en la formacion pam- peana en las proximidades de la sierra. Continuando á ser arrastradas las capas del Oeste al Este, bien puede ser que ellas se hayan formado varias veces, habiendo sido derriba- das otras tantas y así sucesivamente. Si el viento ha desempeñado un rol importante en la abla- cion de la sierra, es difícil decir. Sin duda este caso tenía lugar en la falda de los Andes, donde cada dia podemos ase- gurarnos de la accion transportadora del viento del Oeste, que sopla casi siempre durante el dia. Que la formacion pampeana en la sierra de Córdoba ha te- nido mayor extension, puede suponerse con gran probabi- lidad, como nos lo hace saber Stelzner cuando menciona las costras de cal que cubren en algunos puntos las rocas fundamentales de la sierra. De este hecho deduce Stelzner, que la cal sea un producto del loes lavado, el que había desaparecido por la fuerza del agua y del viento. Esto ha tenido lugar indudablemente. Pero no siempre donde se hallan costras de cal (*) había sido arrastrado el loes, pues se- gun mis observaciones, estas capas de cal se encuentran tambien sobre el loes. Pero entónces puede ser muy bien, (2) Es caliza compacta Ó se compone de capitas planas ú ondulo— sas de caliza margosa arenosa, de color gris-blanco ó amarillento. Contiene muchas veces granulitos de cuarzo y fragmentos de otras rocas. A veces se encuentra en las capas de respaldo en forma de vetas. Pertenece á la clase de las toscas. A que estas formaciones nuevas de cal están depositadas di- rectamente sobre Jos terrenos fundamentales (gneis, grani- to, etc.). Como producto de levigacion pueden sólo ser consideradas las concreciones calizas dentro de la arcilla de forma tube— rosa (tosca) y parecidas al «Loes Kindeln», mientras que á lo menos una parte de las costras de cal, que cubren la monta- ña fundamental ó se hallan en el yaciente de la formacion pampeana, se han formado 2¿n situ. Así, para no citar más que un ejemplo, las cales que pertenecen á las capas pampea- nas más bajas, accesibles en el Río 1”, se caracterizan por su semejanza á la travertina, incrustando tambien pequeñas plantitas. Es evidente que esas cales únicamente han po- dido tener origen ¿n situ, En la region del Río 1? es muy rico de concreciones tube- rosas de caliza el piso inferior depositado sobre las arenis- cas, porque las aguas, que en el piso superior habían di- suelto la caliza, impedidas por las areniscas de pasar más abajo, tenían que dejar el carbonato de calcio que, con la ar- cilla, se convertía en tosca. Parece, por estas razones, que, en veneral, las capas inferiores contienen más tosca que las su- periores. La caliza que contienen los depósitos pampeanos en forma de tosca, etc., proviene una vez del loes, llevado por los vientos, además en nuestra region, de las cales cristalinas que pertenecen al gneis de la sierra, que fueron disueltas por lasaguas volviendo á depositarse luego en forma de tos- ca, etc. En contraposicioná la muy aceptada opinioa de que la arcilla pampeana no tiene ni la más mínima señal de estra- tificacion, me consta por experiencia, que en todos los de- pósitos que he estudiado en las regiones de los ríos, se ha- lla indicios de estratificación, aunque á veces no muy evi- dentes. Donde ella no se presenta, tenemos probablemen- teá la vista un producto subaéreo con el carácter de loes, a el que se ha depositado sin intervencion de las aguas; pero tambien puede ser que la estratificacion no haya llegado á la perfeccion á causa de la influencia de la vegetacion du- rante el depósito de los sedimentos ó que ha vuelto á des- truirse. Muy poca estratificacion, correspondiente al desarrollo, existe en el piso inferior de la region del Río 1%, que es muy rico de tosca y relativamente pobre de arena y rodados, pero la estratificación se aumenta hácia arriba á medida del au— mento de arena y la disminucion proporcional de la tosca, manifestando al fin su verdadero carácter genuino en largas extensiones. Esto consta por lo menos para los distritos de los ríos enque las capas merecen con razon el nombre de arci- llas (*) (ó loes arcilloso) por sus caracteres físicos y quí- micos. Si bien fuera de los terrenos fluviales y lacustres se notan, como se ha observado, cavando pozos, muy á menudo arena interpuesta en las capas arcillosas, que indican corrientes de agua (inundaciones!) de un sistema lagunoso, parece sin em- bargo que ellas son arcillas inestratificadas de carácter de loes, que llevado por los vientos, de otras regiones en que se formaba por accion de los glaciares, se depositó entre las lo- mas y llanuras altas, que separaban las depresiones. La mayor parte de la arcilla pampeana es porosa, lo que proviene indudablemente muchas veces de plantas des- truidas. Las capas de arcilla ó loes arcilloso del piso superior inter- puestas entre arena y rodados son en general más porosas que las capas inferiores. De minerales, que se encuentran en los depósitos pampea- 1 La investigacion microscópica y química al objeto de distinguir arcilla, loes arcilloso y loes, todavía no está concluida. Sin embargo tal distincion bien caracterizada parece ser imposible. po. e 7 NA nos, hay que notar en primer lugar la tierra azul (Vivia- nita), ya arriba mencionada, y yeso, en cristales grandes y chicos. La parte superior y muy localizada de la formacion pam- peana, «lacustre», como ilaman este piso, consiste en un polvo muy fino, arenoso, sin ó con muy poca estratifica— cion. Pero hasta en este piso existen algunas capas de roda- dos y de arena y en todas partes se puede observar, cómo pasa ella sucesivamente á las arenas, rodados y arcilla que están más abajo. Segun la naturaleza de nuestra formacion se deduce, que el viento debe haber influido tambien al final del período pampeano cuando las partes finas de arena y de arcilla, depositadas en el agua, encontrándose secas, eran arrebata- das por los vientos que las llevaban á depositarlas en la llanura. De este modo las capas pulverulentas arriba mencio- nadas, notables por la casi completa falta de estratificacion y muy parecidas al polvo fino de los Médanos, deben indu- dablemente su orígen á los vientos. Muy á mevbudo podemos ver la considerable cantidad de polvo que traen á nuestras regiones y llevan de ellas los vientos frecuentes del Sud con una fuerza de huracán. Cuan- do uno de esos torbellinos que oscurecen el sol ha pasa- do, todo o que hay en nuestras habitaciones se encuen- tra cubierto con una capa de polvo que penetra hasta en los cajones bien cerrados. ¿Por qué no sería posible que este viento hubiese arrancado el loes de los ventisque- ros pasados del Sud y del Oeste transportándolo al Norte y al Este? No es este el lugar para entrar en más detalles sobre la constitucion de la formacion pampeana. Por lo que toca al Río 1” he dado ya los detalles al respecto, al hacer su estudio, y creo que la division allí practicada debe regir tambien en general en el terreno pampeano de las demás regiones de los ríos de nuestra zona. pea: IS Como la llanura se inclina poco á poco hácia el Sud y Este y disminuyendo el ancho y la altura de la sierra hácia el Sud, al mismo tiempo que los valles se aplanan, se hacen cada vez más raros los puntos en que se puede conocer el yaci- miento y con ello la paralelizacion de las capas se hace en extremo difícil hasta llegar á ser imposible. Las capas viejas desaparecen hácia el Este bajo los depósi- tos más recientes, preponderando en ellas las capas vegeta- les, sin faltar aún las de arena, llamadas guadal. Las capas vegetales de espesor en parte considerable (en el Río 4”, 5 m.), á las que aquellos distritos deben su terreno cultiva- ble, creo son formaciones equivalentes á las ya mencionadas capas pulverulentas (formacion pampeana lacustre). Las capas, siguiendo la superficie del subsuelo, forman por lo general ondulaciones irregulares, de donde resultan apa- riencias de que trataré más abajo; pero como en consecuen- cia natural del depósito de la mayor parte de los estratos en un sistema lagunoso, ofrecen muchas particularidades é irre- gularidades especiales. Cambios rápidos de arena, de arcilla en direccion hori- zontal son muy comunes. El gran espesor á que la formacion llega en muchos puntos se explica por la suba de la sierra; sin esta suposicion es difí- cil imaginarse cómo los otros agentes, vegetacion, viento y las aguas siempre bajas y lagunosas hayan ejercitado por in- mensos espacios detiempo tal fuerza acumuladora. Este hecho no puede de ningun modo concordar con una suba de la llanura, que segun la opinion de muchos, se ha efectuado desde el principio de la formacion pampeana. Puede ser que esta se haya realizado hácia el fin ó al con- cluirse la formacion, fenómeno que puede considerarse como aprobado á lo menos para algunas partes de la llanura argen- tina. Sosteniendo, pues, nuestra opinion sobre la elevacion de la sierra de Córdob:, tratamos de averiguar ahora si de ella A no sería posible deducir el desarrollo del relieve de la lla- nura. Con la elevacion de la sierra y á causa del aumento de cai— da, que de ella resultaba, aumentó tambien la fuerza trans- portadora, como lo demuestran los crecidos rodados y las arenas en las capas superiores pampeanas álas orillas de la sierra y especialmente el transporte de ellos al Este, que se verificó cada vez más asta el fin del período pam- peano. La direccion general de las corrientes estaba dada ya des— de los primeros tiempos de la época pampeana. Formando sistemas lagunosos, como se puede observar en el territorio del Río de la Plata, las aguas con frecuencia pantanosas, corrían muy despacio en las poco pronunciadas depresiones, indicadas al principio. Desde entónces habrán sucedido probablemente grandes y repentinas inundaciones con mucha irregularidad. En los tiempos más antiguos las aguas de las diferentes depresiones fluviales, álo menos en la parte oriental de la llanura, habrán tenido sin duda comu- vicacion, la que en la cercanía de la sierra se interrumpió muy temprano. Las aguas, que bajaban en todas direcciones, de la sierra hácia la llanura, se reunían luego en depósitos colectivos, el orígen de Jos sistemas fluviales, produciendo asíen las de- presiones un crecimiento de las aguas. La erosion limitada hasta entónces sóloá la sierra, supera- ba al fin la acumulacion en la llanura adelantando tambien hácia el Este, empezándose desde ese momento la formacion de los verdaderos valles. Al concluirse la formacion pampeana, más ó menos en el tiempo en que se estableció la formacion superior (lacustri- na) —denominacion no muy adecuada—las aguas ya se habían concentrado en las depresiones de los ríos, formando una sé- rie de lagunas ó lagos comunicados entre sí, como puede probárselo con evidencia en el Río 1* y el 2?, cuyas aguas en O aquellos tiempos llegaban aún á la Mar Chiquita. Una vezque había un caudal principal de erosion, el cauce del río debía hacerse cada vez más hondo y á consecuencia de esto todas las aguas que probablemente existían al Norte y Sud de la depresion, debían concentrarse más y más en esta, quedando secas las lagunas y brazos laterales que se llenaban poco á poco por la vegetacion y el polvo llevado por los vientos, hasta el punto de desaparecer por completo. Este procedimiento, concluido en las partes más altas de la llanura, vecinas á la sierra, sigue aún en actividad en sus regiones orientales. En el Río 1” y el Río 2” se observa que, á lo menos en el trayecto de algunas leguas desde la sierra, el cauce de la corriente era más al Norte del actual, modificando poco á poco su rumbo hácia el Sud. Los ríos pampeanos corrían haciendo numerosas curvas que no han dejado de hacerlas en lostiempos post-pampeanos, lo que era una consecuencia natural del depósito de diferen- tes capas (arena, rodados, arcilla), que oponiendo á la ero- sion una resistencia desigual hacían desviar las aguas ya á la derecha, ya á laizquierda. De ahí provienen las curvas tan notables que presentan todos los ríos, en especial cerca de la sierra. Si se compara, por ejemplo, la longitud del cauce del Río 1” desde la sierra hasta Villamonte (más abajo de este lu- gar sólo existen muy pocas curvas de gran radio) con la dis- tancia directa, resulta que para 1 kilómetro de ésta hay 1,3 á 1,4 kilómetros de curvas. El perfil transversal de los valles en las partes de curvas fuertes presenta siempre la misma fase: de un lado uba barranca alta y vertical (cerca de la sierra hasta 30 metros); del otro, un borde que sube casi siempre rápidamente, encierran un cauce estrecho, sumamente bajo y arenoso. A estos recodos fuertes, en los que los ríos rompen por gargantas muy estrechas (á veces producidas en arcilla compacta sin arena), siguen ensanchamientos y esto se re— 3 0 AER pite varias veces hácia el Este, haciéndose cada vez menor el contraste de ambas márgenes. El más acentuado ensanchamiento de esta clase se pre- senta en Córdoba, originado por una gran depresion que en el período pampeano era ocupada por una laguna. El río rompe aquí en la parte oriental del valle en un estrecho, haciendo numerosas curvas (por razon de la arcilla pam- peana sin mucha arena), despues se ensancha otra vez y así sigue. Menos diversidad en la forma de sus valles, ofrecen los ríos 3 y 4” en la parte más baja de la llanura, pues proba- blemente allí el subsuelo prepampeano no ofrece tantas irre- gularidades. Con mucha frecuencia se forman terrados longitudinales en las pendientes de los valles, los que habrán sido origina= dos sea por la diferencia de las capas, que, segun su natu- raleza (arena ó arcilla), han sido destruidas más ó menos pronto, sea por la periodicidad con que crecen las fuerzas destructoras del río y esto en primer lugar. Todos los años varía de tal modo el caudal de agua de los ríos, que á las más impetuosas inundaciones suele seguir la más completa falta de agua. Los ríos llegan á su más extrema baja en Agosto ó Setiem- bre, subiendo luego hasta Enero; á partir de allí comienzan de nuevo á bajar. Pero no poresto está exenta ninguna es- tacion del año de que haya rápidas inundaciones, las que suelen ser más regulares al fin de la primavera. En puntos, por donde minutos antes se ha atravesado á pie el río, pasa en seguida con ímpetu una fuerte creciente. La rapidez, con que vienen las aguas, es motivada por la falta de una abundante vegetacion, tanto en la sierra como en la llanura, de tal modo que las aguas que no encuentran resistencia al- guna, se precipitan de las pendientes á los ríos formando á veces profundas hondonadas. Cuando estas hondonadas es- tán cortadas, como sucede en Córdoba en las capas pampeanas HO. superiores (el polvo fino!), entónces sus terrados, forma- dos á consecuencia de la erosion de diferentes capas, nos re- cuerdan, aunque en pequeña escala, los paisajes de loes en China. Pero estas formaciones aparecen muy pocas veces y dispersas. La fuerza de las caidas de agua es muy grande, por más que generalmente se está dispuesto á creerla insignificante y podemos formarnos una idea de ella cuando los ríos están muy altos. Así para el Río 1”, en los tres primeros kilómetros desde su salida de la sierra, la caida importa i */, metros por cada 100 metros (dentro de las areniscas), decreciendo mucho, luego, en la formacion pampeana hasta más allá de la ciudad de Córdoba, en un trayecto de 33 kiló- metros, llegando á ser entérmino medio 0,35 metros por cada 100 metros. En la última parte de su curso hasta la Mar Chi- quita, la caida es como de 0,14 metros por 100 metros (altura de Córdoba, 390 metros; de Mar Chiquita, 82 metros). De modo que la caida media en una extension total de 225 kiló- metros más ó menos es, pues, por cada 100 metros de 0,16 metros. La longitud y caída de los demás ríos no es posible calcu- larla casi ni aproximadamente con ayuda de los mapas que existen. Suponiendo la longitud del Río 3”, desde El Salto, donde sale de la'sierra, hasta su desembocadura enel río Pa- raná, de 500 kilómetros, su altura en Salto de 450 metros, en Puerto Maciel, donde desagua, en 40 metros, tendríamos una caida media de 0,08 metros porcada 100 metros. La caida de este 1ío para la longitud como la del Río 1” (de Salto hasta Bell-Ville, más ó menos) resulta de 0,13 metros aproxima- damente por cada 100 metros, es decir, muy poco menor que la del Río 1”. Poco diferente de la del Río 3* es la del Río 4”, la que en una longitud de 280 kilómetros aproximadamente (desde la ciudad de Río 4”, altura 435 metros hasta Saladillo, altura 60 metros, se calcula en 0,12 metros. e E Solamente las aguas del Río 3” unidas á las del Río 4” ba- jo el nombre de ríoSaladillo, logran atravesar la llanura para desembocar en el río Paraná, lo que seguramente sucede á causa de la mayor abundancia de agua de los manantiales, así como tambien por una menor pérdida por infiltraciones, pues corre en la parte más baja de la llanura. Por el contrario, los ríos 1? y 2% se pierden en la llanura bastante lejos de su anti- gua desembocadura en la Mar Chiquita. Parece que el caudal de agua de estos ríos ha experimenta- do una notable disminucion, notándose por ejemplo en el Río 1”, más abajo de Santa Rosa, que mientras en su cauce se en- cuentra únicamente arena muy fina, en los terraplenes (te— rrados) hay rodados de tamaño de una nuez, lo que quiere decir que indudablemente la fuerza transportadora de las aguas ha disminuido mucho. No por esto debe admitirse una disminucion absoluta de las aguas de los ríos como conse- cuencia de modificaciones climatológicas, pues el secarse de los ríos se explica por las grandes filtraciones, pérdida que debía ser cada vez mayor á medida que la corriente se hacía más sinuosa y larga. Ahora bien, las aguas que penetraban en la tierra debían tropezar con capas impermeables, con ondulaciones, que la detenían en sus depresiones, hasta que llenas éstas salían de nuevo. He ahíel modo cómo se explica la desaparicion y re- nacimiento de las aguas en los ríos (Río 1* y Río 5%), las que pueden volver á correr, si la inclinacion del suelo es favo- rable, como sucede, por ejemplo, ev el Río 1”. En este río, á distancia de 7 leguas, aproximadamente, de la Mar Chiquita, despues de haberse dividido en varios brazos, el cauce se pierde casi por completo. Uno de estos brazos, llamado Río Viejo, es la continuacion principal del Río 1* y por él corrían las aguas hasta el año 1886, en que de repente se abrieron un nuevo camino más al Sud, el Rio Nuevo. Estas formaciones están aún sin estabilidad alguna. El antiguo cauce del Río Viejo está marcado sólo por muy insignificantes depresiones que llevan el nombre de cañave- rales, si son cañas los vegetales que las cubren. Estas depresiones, hace apenas veinte años, dicen, eran mucho más hondas, habiendo sido llenadas probablemente poco á poco por la vegetacion y el polvo llevado por los vientos. Al otro lado de los cañaverales el antiguo cauce vuelve á distinguirse algo más: aparecen lagunitas, primero aisladas, reuniéndose despues cada vez más hasta llegar á formar, á distancia como de 3 leguas de la Mar Chiquita, un arroyo de 5 metros deancho y una profundidad de 25 centímetros y más, e! que corre entre barrancas verticales que alcanzan una al- tura de 2 metros. Esta forma la conserva el arroyo hasta su desembocadura en la Mar Chiquita. De un modo análogo otro brazo del Río 1”, que está más al Norte, despues de haber desaparecido casi por completo, da origen á un arroyo que se une al anterior á una distancia como de 2 leguas antes de la Mar Chiquita. Las ramificaciones del Río 1” no se limitan á las partes in- feriores de su curso, pues ya cerca de Santa Rosa se separa un brazo que, tomando el rumbo Nord-Este, pasa por Villa Salada y vaá desaguar en la Mar Chiquita cerca de los Mon- tes del Tigre. Su parte superior está por completo seca, cu- bierta de vegetacion y casi llena, de tal modo que no le hubie- ra podido distinguircomo antiguo cauce á no ser por las ca- pas de arena, que denunciaban su verdadera naturaleza. Cerca de la Mar Chiquita, más allá de Villa Salada, se compo- ne de una serie de lagunitas comunicadas entre sí por peque- ños canales. Probablemente en los distritos del cauce supe- rior del Rio 1” habrá existido tambien en el período pampea— no algo semejante, pero hoy que no es posible va distinguir tan claramente, todo induce á suponer una ramificacion lagu- nosa de las aguas en épocas anteriores. Segun dicen los vecinos, las aguas de las inundaciones no llegan por la superficie hasta las regiones en que el río se pierde; no obstante, creo que pueden llegar en ocasio- nes de grandes crecientes, las que, por otra parte, tienen por efecto una notable suba de las aguas subterráneas, y llegar á veces á inundar los alrededores en una gran ex- tension. Más abajo de los cañaverales arriba mencionados las aguas vuelven á correr, formando junto con las lluvias que por aquí caen, los arroyos ya descritos. Arroyos parecidos que se pierden otra vez hácia el Este, formando cañadas, se encuentran en medio de la llanura en- tre los distritos de los ríos principales. Aunque ellos no es- tán formados como los anteriores por la continuacion directa de un sistema de ríos muertos, no obstante deben su orígen, segun mi opinion, á un fenómeno análogo; sólo que en este caso la suba de lasaguas subterráneas es debida á ondulacio- nes principales (Norte á Sud), como las caracterizadas ya pa- ra la llanura prepampeana. Naturalmente estos arroyos son de fecha mucho más reciente que los ríos y representan el último escalón en el desarrollo de la erosion que, empezando en la sierra, se continuó Juego hácia el Este. A más de los ríos, arroyos, ciertos cañaverales y cañadas, cuya formacion reconoce evidentemente por causa la calidad del suelo prepampeano, hay una inmensa cantidad de peque- ñas depresiones, ondulaciones insignificantes que atraviesan la llanura en todas direcciones, Estas depresiones ó cañadas, como tambien se las llaman, deben tener su orígen en el período pampeano y ser el re- sultado de un depósito irregular de las capas, causado por el sistema lagunoso de las aguas y otros agentes, cuyos efectos no están claramente explicados aún. Estos accidentes del suelo son tan pequeños en la mayor parte de las veces que apenas se puede distinguirlos, desapa- reciendo cada vez más. : Muchas de estas cañadas parece quedan siempre comple- tamente secas, otras contienen agua despues de grandes llu- A vias. De este último género se encuentran muchas al Sud del Río 4”. La grande inundación de 1888 nos enseñó la importancia enorme que aún hoy día tienen estos fenómenos, que han te— nido lugar ya en épocas más remotas de la formacion pam- peana. Esta inundacion fué el resultado de las grandes llu- vias en los distritos superiores del Río 5* y del arroyo de Santa Catalina, las que hicieron desbordar éste hácia el Sud, inundando una extension de más de 100 leguas cuadradas (?), por lo que casi se estableció una comunicacion entre los ríos ANO Los grandes desbordamientos de los ríos 3* y 4” al fin del año 1891, nos dan tambien una idea de los fenómenos seme- jantes que han tenido lugar en el período pampeano, por más que entónces las aguas no debían dividirse tanto, ni correr con la rapidez con que lo hacen hoy. En la construccion de ferrocarriles deben tenerse muy en cuenta las mencionadas cañadas para tratar de evitar que suceda lo que sucedió á la línea del Pacífico, que al Este de la estacion Washington, fué inundada por las aguas en una extension de muchas leguas, quedando sus terraplenes des- truidos en varias partes, lo que trajo como consecuencia una interrupción del Pacífico durante algunos meses. A más, co— mo estas regiones carecen de un desaguadero fácil y su suelo se hace tanto más impermeable cuanto más tiempo está inun- dado, su desecamiento se hace, si no imposible, por lo menos bastante difícil. Sería tal vez acertada la idea de verificar una canalizacion, atendiendo las indicaciones de la naturaleza en provecho del porvenir de estos fértiles parajes. Van en seguida algunos datos sobre la profundidad del agua subterránea, que me constan por haber medido la hondu- ra de los pozos: 1” Córdoba, pozo al Norte de la ciudad en la chacra del señor Moyano: 45 metros. A E 2 Las Taptas, cerca de Santa Rosa, Rio 1%: 14,7 metros. 3% Los Molles, abajo de Taguruces, Rio 1%: 11,7 metros. 40 Oliva, estacion del F. C. de Córdoba á Villa-María : 7 metros. 5 Villa-Marta, en el pueblo: 4 metros. 6% Rio IV, en el pueblo: S metros. 7% Reduccion, Rio IV: S metros. 8 Entre Villa-Marta (Rio MIT) y Carlota (Rio IV): 3 metros. 9” Carlota (Rio IV): 4 metros. Por estos datos se ve, que el agua subterránea se baja hácia el Sud y Sud-Este, aunque esto no sucede de un modo regular, pues se nota, por ejemplo, que hay pozos que á pesar de distar uno de otro muy poco varían sus profundida- des de algunos metros. En la generalidad de los casos debe buscarse la causa de este fenómeno en la naturaleza ondu- lada y variable permeabilidad del suelo. Llama mucho la atencion tambien, la circunstancia de en- contrarse pozos vecinos de agua dulce unos y salada otros, sobre esto volveré más luego. Todos estos datos anteriores sobre el agua subterránea hay que tomarlos en consideracion en la ejecucion de pozos artesianos. Segun mi opinion, hay poca ó ninguna esperanza de encontrar éstas, perforando las capas hasta la primera que lleva agua, pero hay más probabilidad en mayores pro- fundidades. Pues podemos concluir, de la naturaleza de los depósitos, que hay más capas con aguas (saladas ó dulces) separadas entre si por capas impermeables. Creo que las in- feriores cumplen mejor las condiciones necesarias para los pozos artesianos. Excusado es decir, que la solucion de este problema sería de transcendental importancia para el país. A causa de la inclinacion del suelo, el agua abunda cada A vez más hácia el Sud-Este y esa abundancia se manifiesta por la existencia de gran número de lagunas, especialmente en los distritos bajos de los rios 1V y Y. En la depresion al Este de nuestra region se extiende otra zona lagunosa principal : la de la Mar Chiquita. Por diferentes que sean las lagunas en su aspecto y condi- ciones físicas, todas ellas considerándolas del punto de vista de su orígen, pueden ser reducidas á una sola clase, pues todas están formadas por aguas corrientes en la superficie ó estanca- das, depositadas en depresiones de la formacion pampeana. Vamos á decir primero algo sobre la Mar Chiquita, tan poco Ó nada conocida hasta ahora. En el año 1887, siguiendo con el doctor F. Kurtz el cur- so inferior del Río 1%, llegamos hasta la orilla occidental de esta imponente laguna, logrando contemplarla casi en su totalidad desde las «Lomas Altas» (médanos). Recientemente, por cuenta y órden de una compañía ingle- sa que proyecta establecer baños y refinería de sal en la cos- ta Sud, un ingeniero alemán, von Grumbkow, ha hecho el re— levamiento de toda ella, recorriéndola por completo.¡ Este caballero me ha proporcionado algunos datos. De la gran depresion, en que está situada la Mar Chiquita, he hablado ya más arriba. La laguna, segun von Grumbkow, tiene un eje longitudinal de Este á Oeste de 81 kilómetros y uno transversal de 50 kilómetros. Sus costas orientales, se- gún él mismo, son las más marcadas, elevándose hasta 60 metros; pero creo que esta altura no se refiere ála orilla misma, baja y fangosa, sinó al Borde de los Altos que queda algo distante de ella. Tambien la costa Sud, formada de arcilla firme pampeana, llamada tosca, con una altura de 1 á 2 metros es bien clara, excepto en la parte en que desemboca el Río 2%; mientras que las costas Oeste y Norte, bajas y cubiertas de fango y are- na, no presentan contornos definidos. pr Ao Al Norte de Ja desembocadura de los arroyos ya menciona- dos siguen la costa en una extension como de 2 leguas las «Lomas Altas», dique naturalde 20 metros de altura, com- puesto de arena muy fina sin estratificacion que representa á no dudarlo un médano. Desde la parte más alta de esta loma se ve en direccion á laMar Chiquita una faja ancha, blanca, cubierta de sal, á la quese une al Este una region amarillo-obscura (region fan- gosa-arenosa), que desaparece bajo las aguas sucias amari- llas de la laguna. La costa Sud y tambien parte de la del Oeste y Norte aparecen, hasta donde alcanza la vista, cubier- tas de densos bosques de algarrobo y quebracho, en especial el primero. Más allá, «El Médano», que es una isla igualmen- te con bosque, cercana á la orilla Oeste, los perfiles de la costa van desapareciendo cada vez más hácia el Este y no se podría ver la costa Occidental, si no estuviese indicada por el Borde delos Altos. Segun mis propias observaciones, en el Oeste, es imposible, á lo menos en la region del delta del Río 1?, llegar hasta las aguas mismas de la Mar Chiguita por la gran cantidad de fango flojo que rodea la mar por ese lado. Guesta ya demasiado tra- bajo penetrar en la region pantanosa, cubierta de vegetacion. Otro tanto, dice von Grumbkow, sucede en la desemboca— dura del Río 2”. Alrededor de la parte Nor-Oeste de la Mar Chiqui'a se ex- tiende un desierto salino que va perdiéndose poco á poco en la pampa (sin árboles). En ese distrito, en una distancia como de 6 leguas de la costa Norte, he encontrado agua muy sala- daá la profundidad de 1 metro. Además de la isla ya mencionada, «El Médano », existen segun von Grumbkow numerosas islas más pequeñas, cuyas costas están á 1 y 2 metros sobre el nivel del agua, existiendo dos con una altura de 7 á4S metros, Sorprende verdaderamente de que sea tal la diferencia en elevación. TI XLY 4 A El suelo de la Mar Chiquita está compuesto de arena dura y tosca como dice von Grumbkow. La profundidad del agua, segun von Grumbkow, es de 4 á 4,5 metros á una distancia de 1 kilómetro aproximadamente de la costa Sud. Sobre la hondura del agua me escribe von Grumbkow: «Profundidad del agua muy variable sin causa visible. El agua sube y baja con todos los vientos en períodos irregulares y á menudo baja mucho despues de un fuerte aguacero, como su- cedió, por ejemplo, el 16 de Abril de 1890, en que despues de una gran tormenta el agua bajó rápidamente para subir dos horas despues 48 centímetros, en poco tiempo. Durante la baja, el viento cambió de Nordoeste á Sud. Todos los dias durante dos meses tenía lugar una baja y suba variable del agua entre los límites de 6 á 24 centímetros. » Estos datos hay que tomarlos no sin reserva, pues en tal clase de ob3ervaciones es muy fácil engañarse. En la costa occidental de la laguna en la embocadura vie- ja del Río 1” he observado una zona ancha de suelo desnudo, compuesto de arcilla dura con lagunitas chicas y árboles y ar- bustos muertos en parte doblados. Su aspecto permite suponer una gran inundación, pero lo— cal, pues von Grumbkow no ha podido encontrar señales de ella en la costa austral, por lo que pudiera ver su causa en un huracán del Este á Sudeste. La ley de sal del agua es muy grande, pues alcanza á un 6 %/¿, la que se explota en algunas salinas. Por lo que toca á las numerosas lagunas chicas, es imposi- ble dar una clasificacion; no obstante, para facilitar su estudio voy á intentar de tomar algunos grupos, aunque sin límites marcados. 1? Lagunas dentro de insignificantes depresiones lineales que tuvieron aguas (de presion) en el último tiempo pam- peano, pudiéndolas considerar como restos de ellas. La capilaridad del suelo, aumentada por los vegetales, ha = 51 puesto el nivel de sus aguas sobre el del agua subterránea. Su suelo se compone de arcilla pampeana, cubierta de una capa vegetal. Segun mis observaciones, generalmente no hay médanos en sus orillas. El nivel del agua es variable. Las aguas son en parte saladas y entónces se encuentran en sus planas orillas eflorescencias de sal (lo más sulfato de so— dio). Al Sur de Carlota, dicen que hay algunas salinas. De esta clase de lagunas hay numerosas en el departamento de Union. 2” Lagunas, á veces en forma de cadenas, dentro de co— rrientes viejas (restos de estas”, que estaban en comunicacion con los sistemas de los ríos. La mayor parte de ellas tiene agua dulce, que viene de corrientes subterráneas, siendo probable que en tiempo de inundaciones sean alcanzadas por corrientes superficiales. En sus oriJlas planas hay arena. Es— ta forma tuvo gran propagacion en el último período, al fin del tiempo pampeano. Ejemplos son los arriba mencionados en los brazos viejos del Río 1”. 3% Lagunas de los ríos y arroyos que, representando en- sanchamientos de estos, todavía hoy están en comunicacion con las corrientes. A esta clase pertenecen, por ejemplo, las lagunas al Este de Carlota, en que desemboca el Río 4* para salir como río Saladillo, las lagunas del arroyo Chucal y de otros arroyos más entre Río 3* y Río 4”. 4% Lagunas aisladas sin relacion visible con aguas viejas. En parte ellas no sov sinó depósitos de aguas de lluvia en depresiones pequeñas, pudiéndoseias comparar á los «jagúe- les», que son cavidades artificiales hechas para recoger el agua de lluvia y'que se llaman tambien «represas», cuando el agua es contenida por diques. A esta clase pertenecen tambie» las lagunas casi circula— res encerradas en médanos, tales como las que se encuentran al Sud de nuestra region, por ejemplo, la laguna Chemeco, en la cercanía de la estacion Washington del Ferro—Carril del Pacífico. e En la formacion de estos médanos han cooperado, segun Heuser y Claraz, quizás remolinos. El nivel del agua está más alto que el del suelo alre— dedor. En la region del río Colorado, á fuera de nuestra region, dicen que hay lagunas hondas con orillas derechas. Hay que averiguar aquí, en qué terreno están hundidas. Ellas son qui- zás hundimientos por disolucion de yeso en capas infe— riores. Estas se pueden comparar con Jos «resumideros», los que he conocido en la provincia de Mendoza en la chacra de miamigo, el doctor Loos, en Palmira, cerca de 20 kilómetros al Este de Mendoza. Aquí hay corrientes subterráneas, arroyos chicos que corren con bastante rapidez, cerca de 2 metros ba- jo el suelo, en un canal cubierto, cuya bóveda está formada por tosca. Dicenque hay muchas en la llanura á lo largo de las cordilleras. Me abstengo dar aquí una explicacion de este interesante fenómeno. Estas corrientes son visibles por los «resumideros », pozos que se han formado sobre ellas por hundimiento del suelo. Sería posible que por taparse algo el canal se formen así lagunas, Indudablemente existen tales corrientes subterráneas tam- bien en otras regiones de la República á lo largo de montañas y se recomienda mucho su estudio. Lagunas de agua salada y dulce existen á veces muy cerca una de otra, como tambien hay pozos de agua dulce en medio de salinas. Este hecho se explica, porque la formacion pampeana se compone de capas diferentes, permeables é impermeables, po- bres de sal unas, ricas otras, sucediendo que las aguas, que vienen de puntos más altos se acumulan en las capas libres de sal, las que pueden subir á la superficie debido á Ja ondu- lacion misma de las capas. Entre lagunas saladas, salinas y salitrales no existe un lí- mite bien marcado, pudiendo pasar una forma en la otra. Los salitrales, impropiamente llamados así, pues aún no se ha encontrado, con excepción de Patagonia, salitre en nin— guna parte de las estepas argentinas (San Luis?), son regiones sin vegetacion ó con plantas de salinas, cubiertas en la esta— cion seca por eflorescencias de sal. Tales eflorescencias existen en muchas partes sobre la ar— cilla pampeana en capitas delgadas, pudiéndose observarlas mejor en los dias secos que suceden á los de lluvia. Estas sales parecen ser en su mayor parte sulfato y cloruro de sodio y sulfato de magnesia y potasa. Prescindo por ahora de la exposicion del orígen de dichas sales. Resta sólo mencionar los médanos, una de las formaciones más modernas. Ya hemos conocido tal formacion en las Lomas Altas, en la costa accidental de la Mar Chiquita, producida por la accion de las ondas de la Mar Chiquita, de las aguas anteriores del Río 1” y de los vientos. La region del Río 4” y Río 5% es muy rica en médanos, los que se presentan á veces en forma de valles circulares, que, como ya he dicho, contienen lagunas. Los hay tam- bien en forma de lomas con una pendiente suave y la otra rápida. No he podido observar en esta region, si existe alguna ley, que relacione la posición de los médanos con la direccion de los vientos. En la travesía de Tunuyán y en el ángulo entre el río Salado y el río Diamante he encontrado en alguna dis— tancia de esta una orientacion de los médanos de Este á Oeste. Médanos en forma de vallas se hallan tambien en la cerca- nía de los ríos y siguiendo su propia direccion, como sucede en los ríos 4” y 5%, descansando aquí sobre las capas de gua- dal arriba mencionado. Sin duda las capas pampeanas superiores arenosas, co— mo se han depositado en las orillas de las aguas pampeanas han suministrado el material para los médanos. a E Segun mis informaciones los médanos no parecen ser siem- pre estables, sinó que por el contrario se mueven hácia ade- lante con gran rapidez, como lo han observado muckas ve- ces en el Ferro-Carril del Pacífico. En una estancia al Sud del Río 4” me han contado que un médano ha adelantado al- gunas leguas (??) en una noche. Este sería un caso exvepcional, pues estando la mayor par- te de los médanos cubiertos de vegetacion, lejos de los ríos, un movimiento es imposible. LA INSOLACION EN CÓRDOBA RESULTADOS CORRESPONDIENTES AL QUINQUENIO 1889-1893 Por OSCAR DOERING Desde el 1* de Enero de 1889, está funcionando en la Ofi- cina Meteorológica de la Provincia de Córdoba, uno de los instrumentos conocidos con el nombre de sunshine recor- der de CAMBELL y STOKES, que es un aparato en que el mismo sol se encarga de registrar la hora y tiempo que ha brillado sobre el horizonte. Me propongo dar á conocer aquí los resultados más importantes de los registros de este autó- grafo, correspondientes á los años de 1889-93. Séame permitido hacer antes una pequeña digresion lin- gúística muy necesaria. En las publicaciones de nuestro país, las observaciones de esta categoría, se han denominado, ya observaciones heliométricas, ya observaciones del resplan- dor solar. Debo declarar la guerra á uno y otro término. En efecto, el heliómetro es un instrumento astronómico, destinado á la medicion de pequeñas distancias angulares, especialmente del diámetro del sol, y las observaciones que se hacen con este aparato en el sentido indicado, son helió- métricas, y no tienen analogía ninguna con las que se tratan E po aquí. Asímismo, observaciones del resplandor solar serían las que se hagan sobre los distintos grados de brillo ó inten- sidad del sol, y no las que se dedican á hacer constar la presencia del sol. Más propia me parece la palabra técnica de insolacion que he introducido para designar la accion directa del sol, fun- dándome en la etimología y el significado original de este sustantivo. Tampoco creo que se opone á su adopcion en eli- matología, la circunstancia de que la ciencia médica se ha apoderado de la palabra, dando al efecto el nombre de la causa y entendiendo por insolacion el estado patológico pro- ducido en el orgánismo humano, por un exceso de rayos so- lares luminosos y caloríferos. De consiguiente llamo hora de insolacion, á una hora du- rante la cual el sol ha ejercido su accion directa de radiacion sobre nosotros, brillando, sea sin obstáculo ninguno, sea con interposicion de capas tan delgadas de nubes ó de sustancias flotantes en la atmósfera, que no se ha borrado la influencia de los rayos solares en el papel especialmente preparado para el autógrafo. No es mi propósito hacer resaltar aquí la importancia de este elemento climatológico cuya influencia benéfica sobre nuestro bienestar y nuestra salud, se impone á todo el mundo: pero seusible es decir que la intensidad con que ha sido estudiado hasta hora, no corresponde en nada á su importancia conocida. Es verdad que la carta de ciudadanía otorgada á esas observaciones en climatología, es de fecha relativamente moderna: mas no es menos cierto que existe ya un material abundante de observaciones que podría haber- se aprovechado y estudiado mejor. Pues las publicaciones re- lativas á ese factor se limitan á dar la marcha diurna de la insolación, y en cuanto á la ánua á indicar la relacion que guardan las horas de insolacion en un mes con aquellas que el sol debía haber brillado en virtud de la posicion geográ- fica de la localidad. O Tengo á la vista un solo trabajo, en que se ha principiado á tratar la insolación más ampliamente, el del Dr. W. Tkra- BERT, sobre la marcha diurna de la temperatura é insolacion en el cerro Sonnblick (*). Hay que ensanchar más los méto- dos de tratar este elemento, y me permitiré señalar á mis colegas, los climatólogos, varios puntos de vista bajo los que conviene estudiar la insolacion, presentando para este objeto los cuadros formados con las observaciones de mi oficina. La marcha diurna de la insolacion Las tablas Iá Y que acompaño, contienen el material nece- sario para juzgar en cada uno de los 5 años de observacion la marcha diurna, y la tabla VI suministra los promedios de- rivados delos cuadros anteriores, Las cifras representan ho- ras y sus fracciones: son las sumas mensuales de los momen- tos que el sol ha brillado en las distintas horas del día, Las horas son de tiempo verdadero de Córdoba. En general, el número de las horas de insolacion aumenta y disminuye durante el día con la altura del sol sobre el horizonte. Hasta las 8 a.m. el aumento es muy rápido, de 8 a.m. á 1! a.m. más'lento, en las horas de 11 a.m. á 2 p.m. queda casi estacionario, luego declina despacio hasta las 4 p.m., y de esta hora adelante hay una disminucion rápida de las horas de insolacion. El resultado general de los 5 años, nos deja en la duda á cuál de las horas entre 11 a.m. y 2 p.m. corresponde la inso- lación máxima. Pasando á buscarla con más precision en los distintos meses, la encontramos en Setiembre muy adelan- tada (de 104 1la.m.) yen Agosto y Diciembre bastante atra- sada, de 2á4 3 p.m. En 5 meses, Marzo á Mayo, y Octubre y Noviembre, el máximum tiene lugar de 1 á 2 p.m. Pero en 1) Denkschr. d. Kais Akad. d. Wiss. zu Wien, Bd. 59 o casi todos los meses las diferencias entre el máximum y los valores de las horas vecinas son tan insignificantes que un aumento de observaciones va á producir seguramente modifi- caciones en la entrada del máximum. Si derivamos promedios para las estaciones del año, el máximum tiene lugar : En verano( Dic. á Febr.)de 1! á12m..(21.9); En otoño (Marzoá Mayo) de 12á 1 p.m. (22.4); En invierno (Junio-Agosto) entre 12 m. y 2 p. (23.8); En primavera (Set. á Nov.) de 142p. (24.0). En el verano se nota la influencia de las tormentas que levantándose despues de mediodía, nos privan de muchas horas de sol, por cuya razon aparece el máximum como anticipado. Donde e: número de años lo permita, conviene hacer un estudio más detallado de la marcha diurna de la insolacion. Hago el principio con el material de que dispongo, presen- tando en las tablas VII y VIII la probabilidad que kay en Cór- doba durante las distintas partes del día, tanto de que el sol quede invisible durante una hora, como de que brille 60 mi- nutos sin interrupcion alguna. Cuando se trate de un material más abundante, habrá que multiplicar los cuadros de esta clase, pero teniendo á la vista las observaciones de una sola localidad, es difícil marcar a priori los límites. Recien cuando se comparen entre sí las observaciones tomadas en distintos lugares y zonas climaté- ricas, se podrá, con un criterio más acertado, determinar la extension que conviene dar á esas investigaciones. Desde ya indico la conveniencia de formar cuadros de la frecuencia ó de la probabilidad de los siguientes grados de insolación durante las distintas horas del día: Grupo 1. Insolacion = 0 (véase nuestra tabla VID); » 2, Insolacion escasa ( = 0*-043 ); » 3. Insolacion regular (= 0%4-0"6 ); » 4. Insolacion abundante (= 0'7-0*9 ); » 5. Insolacion llena (= 1'0); (véase nuestra ta- bla VID. En Córdoba la probabilidad de 0.1-0.9 horas de insolacion por hora no tiene período diurno, manteniéndose á la altura de 0.20 aproximadamente durante todo el día. Para formar cuadros de los grupos 2á 4 separadamente es muy corto el número de los años cuyas observaciones nos ocupan aquí. La probabilidad de una hora entera sin insolación dismi- nuye en general á medida que el sol va levantándose sobre el horizonte. Sin embargo, en el verano entra el mínimum de esa probabilidad antes de la culminacion del sol, y en los meses de Abril á Setiembre despues de ella. En Marzo y Octubre, aparece el mínimun recien por la tarde (2-3 p.m.). Si nos limitamos á las horas del día que el sol está sobre el horizonte en todos los meses, en el promedio del año la tarde está favorecida con más claridad del cielo, aparecien- do el mínimum de esta probabilidad de 12m.á3 p.m.; la probabilidad media en una de las horas entre 7 a.m. y medio- día es de 0.23, la de una hora comprendida entre mediodia y las 5 p.m. tan sólo de 0.17. La probabilidad para una hora entera de sol (Tab. VII) marcha, en general, á la inversa de aquella que acabamos de examinar, sin embargo, no coinciden del todo los valores máximos de una con los mínimos de otra. En los meses de Octubre á Marzo, el máximum tiéne lugar antes de medio- día, y en los meses secos y escasos de tormentas, recien en la tarde. Aquí tambien se nota que la tarde (de una proba- bilidad media 0.62) está menos nublada que la mañana á que corresponde una probabilidad media de 0.59. Combinando los datos de esos dos cuadros VII y VIII, se E Et deduce fácilmente la probabilidad de una hora cuya insola— cion oscile entre 0"1 y 09. Es como sigue: 8 9a. 9-10 a.m. 10-11 a.m. 11-12 m. 121 p. 1-2 p. 2-3 p. 3-1 p. ¿zi 2 .20 q iES, -20 522 ¿23 .24 La marcha ánua de la insolacion Acompañamos en las tablas IX á XIII las sumas diarias de las horas de insolación que se han registrado en cáda dia de los 5 años de 1889-93, y que constituyen la base de todas las deducciones relativas á la marcha ánua de este elemento climatológico. Con estos cuadros á la vista, hagamos, en primer lugar, un ligero estudio de los valores extremos. Este estudio es facilitado por la tabla XIV, en la que se ha hecho el recuento de los días en que el sol no ha estado visible ni por un solo momento. La-suma de tales días no ha pasado de 105 en el quinquenio, lo que da un número medio, por año, de 21 días sin sol, cifra que habla alto en favor del clima de Córdoba. La suma anual efectiva ha oscilado entre 13 (1893) y 34 (1891). Mayo y Julio son los meses más invadidos por los dias sin sol, que son raros en Noviembre y Diciembre. Entre los 60 meses que abarcan las observaciones, se cuentan 12 en que no ha habido día sin sol, y el número mayor de esos días en un solo mes de un año se ha elevado á 6 (en Julio de 1892). La segunda parte del mismo cuadro señala las sumas dia- rias más grandes de insolacion que se han observado en los 5 años, á las que se ha agregado, en el último renglon, el número medio de horas que tiene el día en Córdoba. No es de extrañar que á veces el número de horas de insolacion de un día resulte mayor que el número de horas que corres- ponde en término medio á un día del mes : fácilmente se ex- plica esta paradoja aparente, si se tiene en cuenta que en ge- neral los días de un mes, limitados por el orto y el ocaso del sol, se componen de un número desigual de horas, discre- pancia que llega á ser bastante grande en las épocas de dis— minucion ó aumento rápidos de la declinacion del sol. Sin pretension de entrar en más detalles, advierto sólo que no hay año en que el número máximo de horas de inso- lacion de algun día no haya llegado á lo menosá 13.7 horas. A fin de estudiar con más acierto la marcha ánua de la insolacion, se han añadido á los resultados del quinquenio que nos ocupa, las observaciones del mismo elemento efec- tuadas aquí por la Oficina Meteorológica Nacional desde Mar- zo de 1886 hasta fines de 1888 ('), y para completar Jos 8 años, se incluyen las observaciones de mi oficina para Enero y Febrero de 1894. En el cuadro XV se reproducen las sumas de las horas de insolación que se han registrado en cada mes de los 8 años. El promedio general da 2778 horas de insolacion al año para Córdoba, suma que se alcanzaría, si el sol brillase cada día del año durante 7'6 (7 horas 36 minutos). Los valores anuales extremos observados se encuentran en dos años consecutivos: (1889 con 2510 horas y 1890 con 3011): si esos extremos no son ultrapasados en las observaciones que en adelante se hagan, se puede decir que Córdoba cuenta por día á lo menos con 6 horas 52 minutos de luz solar directa (año 1889) y que puede llegar á recibir aún una insolacion de 8 horas 15 minutos diarios durante todo el año, como su- cedió el año 1890. Aunque esas sumas mensuales, el resultado directo de la observacion, no carecen de importancia, tienen, sin embar- (*) Estos datos están publicados en la obra de mi distinguido colega GUALTERIO G. Davis, Liyeros apuntes sobre el clima de la República Argentina, pág. 235. Lqy E 30, el inconveniente de dificultar mucho la comparacion de los distintos meses, á causa de la desigualdad del largo de los días en el trascurso del año, y esta dificultad que es molesta al tratar la insolacion en una sola localidad, se constituye en obstáculo más serio, cuando se quiere entrar en la compa- racion de las cantidades de luz solar directa recibidas por lugares de distinta latitud. Desaparece la dificultad, si se forman, para cada mes en cada punto de observacion, los cocientes que expresan la relacion entre el número observado de horas de insolacion y aquel que el sol está sobre el horizonte ó, en otras pala— bras, si se indica el tanto por 100 que forman las horas ob- servadas con las horas posibles de insolacion. Las cifras así calculadas están encabezadas, en la tabla XV, por la palabra percentaje. Este modo de representacion numérica de la insolacion está bastante generalizado ya. Recorriendo el cuadro aludido notamos sólo 4 veces can- tidades inferiores al 50 %/, y aún 3 valores iguales ó superio- res al 80 %/,. La cantidad mínima observada (39 %/¿) corres- ponde á Febrero de 1889, uno de los meses más lluviosos en Córdoba; por otra parte, se consigna en Agosto de 1893 el 88 %/,, cifra altísima. Por año, Córdoba goza de un 63.5 %, de la insolacion posible, valor derivado de cifras que oscilan entre el 57.497 y el 68:99): La curva que podría trazarse con las cantidades relativas correspondientes á los distintos meses, sería sumamente irregular, pues hay meses con cifras altas que se rozan con otras de cantidades muy bajas y vice-versa. Por igual motivo me abstengo tambien de dar los resultados por estaciones del año, limitándome por lo pronto á enumerar los meses en ór- den ascendente de las cantidades relativas de luz solar que reciben, y que es como sigue : Abril 58,30/,; Marzo, Junio, Julio, Setiembre, Diciembre, Octubre, 63.2; Febrero, 64.0; Noviembre, Enero, Mayo, Agosto, 70.8 %/.. O pa Más adelante llegará la oportunidad de añadir algunos da- tos relacionados con los promedios mensuales. En la tabla XVI se ha aprovechado el material suminis- trado por las tablas IX á XI! para proceder á una clasifica- cion de los dias bajo el punto de vista del número absoluto de horas que ha durado la insolacion. Postergando la expli- cacion de las diferencias entre los distintos meses para más tarde, cuando el número de las observaciones haya aumen- tado, voy á señalar hoy sólo unas particularidades que ofre- cen las cifras de frecuencia reunidas en la columna encabe- zada «año ». A primera vista se notará que los grados intermedios de insolación están escasamente representados en Córdoba. La frecueucia mínima (61) corresponde á una insolación de 2.1 á 3.0 horas por día. Desde ese grupo aumenta el número en los dos sentidos, es decir, tanto hácia el grupo de insolación diaria nula, como en direccion á la escala de 10.1 á 11.0 ho- ras por día, que es la más frecuente (281). Una insolacion de 13á 14 horas diarias es posible únicamente en los meses de Noviembre á Febrero, y ápesar de esto, tiene una cifra de frecuencia más alta que cada uno de los grupos de l á 6 horas. Los días sin sol tienen la misma representacion que los que reciben de 11 á 12 horas de insolacion: se repiten 21 veces por año. La preponderancia corresponde á los dias : con á lo menos 9"1 de sul: constituyen el 47 9/, del número total. Dediquemos un poco de atencion á la tabla XVII. Para su confeccion se ha calcuiado en la escala de 100, la relacion que guardan las horas de insolacion observadas en un día con las horas posibles del mismo día, clasificando en se- guida, dentro de los distintos meses, los valeres así obte- nidos. Esa clasificacion es más lógica que la de la tabla anterior, pues un número determinado de horas de sol no puede tener el mismo significado en los meses compuestos de dias cortos y en los de días largos. Y horas de sol, por ejemplo, observadas en un dia del mes de Julio, cuya dura- cion media es de 10.2 horas representan una insolacion abundante; pero observadas en Diciembre, las mismas 9 horas son una cifra pequeña en comparacion con las 14.0 horas que cuenta el día medio en ese mes. En el primer caso las 9 horas representan el 88 %/, de las horas posi- bles, en el segundo tan sólo el 64 %/, de la insolacion posible. En la tabla XVII no se han formado más de 5 grupos de valores que adelantan de 20 9/, á 20 9/,. pero se ha dado doble expresion á la frecuencia que corresponde á cada uno. Por una parte consta el número medio de días que las com- ponentes de un grupo han sido registradas, y por otra parte se indica su frecuencia media relativa á 100, ó, lo que es lo mismo, su probabilidad, en caso de tomarse las cifras como centésimas partes. Adoptando la primera de las dos medidas empleadas, tenemos al año 169 días cuya insolacion ha sido á lo menos un 80 Y, de la insolacion posible, y cada grupo inferior con excepcion del primero (0-19 ”/,) es menos fre- cuente que el superior inmediato. Los días con una insola- cion inferior al 20 %/, se cuentan en un año sólo 56 veces, mientras que los de 60 /, arriba suman 235 poraño. De conformidad con estos datos, pero eligiendo otro modo de apreciación, sabemos de la segunda parte del mismo cuadro que la probabilidad de una insolacion diaria de 60 %/, arriba alcanza á la cifra alta de 0.64 y que una insolacion abun- dante de 80 %/, arriba se encuentra casi dia por medio, siendo su probabilidad igual á 0.46. Todos estos datos, que más detallados están incurporados á los cuadros que acaban de explicarse brevemente, concur- ren á demostrar que la insolacion de que goza Córdoba, es una de las más abundantes, circunstancia que sabemos apre- ciar especialmente los que hemos nacido y vivido en países donde la sonrisa de un cielo azul sin nubes es algo parecido á un día de fiesta. PE ¿Será una preferencia local de Córdoba 6 se puede, gene- ralizando, decir lo mismo de toda la República ? Para contribuir á la contestacion de esta pregunta, he co- leccionado los datos sobre la insolación, que bajo la direccion del distinguido químico Dr. P. N. Arata, se han tomado en la Oficina Química Municipal de Buenos Aires. Esas obser- vaciones se encuentran desparramadas en los distintos Bole- tines Mensuales y Anuarios de Estadística Municipal, publicados por e! reputado estadígrafo ALBERTO B. MARTINEZ, y siento sólo que la forma de su publicación, sumas mensuales de la insolación antes y despues de mediodía, no admite sinó una comparacion muy limitada con las observaciones que nos han ocupado hasta aquí. Las observaciones de Buenos Aires están reunidas eu la primera parte de la tabla XVIII, que guarda estricta analogía con la número XV, de manera que las cifras de su segunda parte significan la relacion, expresada en centésimos, entre las horas efectivas de insolacion y las posibles. Buenos Aires habría de recibir la luz solar durante 4357 horas al año (14 horas menos que Córdoba), si su cielo es- tuviera despejado desde la salida hasta la puesta del sol; pero goza sólo de 2536 horas, resultando así para Córdoba una ventaja, en el número absoluto, de 252 horas anualmente. Distribuyendo las sumas anuales que se observan, por par- tes iguales sobre todo el año, se deriva para Buenos Aires una insolacion diaria de 69 (6 horas 54 minutos) y para Córdo- ba de 7'6 (7 horas 36 minutos ). Un número de horas de in- solacion igual al que recibe la Capital en término medio, le toca á Córdoba excepcionalmente en años muy nublados y oscuros (como, v. gr., en 1889), y aún en los años más des- pejados y claros (1893) la insolacion de Buenos Aires no se eleva á la altura de la que tiene Córdoba en término medio. Examinándose las sumas mensuales de las dos localidades, notamos que son los 4 meses de Mayo á Agosto los que pro- ducen el déficit en la insolación de Buenos Aires. En Enero, T. XIV 9) o E Febrero, Abril, Setiembre y Noviembre, el número absoluto de las horas de insolacion no difiere esencialmente en las dos ciudades, en Merzo y Setiembre Buenos Aires se lleva aún la ventaja. La segunda parte del cuadro XVIII, que representa las cantidades relativas de insolación que corresponden á Buenos Aires, nos descubre algunas diferencias notables. Entre las observaciones de Córdoba figuraban sólo 4 veces cantidades iguales ó inferiores al 509/,, en Buenos Aires encontramos 18 veces cifras tan pequeñas. Aquí baja el valor mínimo hasta 299/, (Junio 1888) y el más alto no pasa de 75 ”/, (Marzo 1894 y Setiembre 1892), siendo así que en Córdoba se ol- servaban los valores correlativos de 39 %/, y 88 %/.. Segun la mayor ó menor insolacion relativa que reciben, los meses guardan en Buenos Aires el siguiente órden : Enero, 64.6 %/,; Marzo, Noviembre, Setiembre, Febrero, Abril, Octubre, Diciembre, 59.0; Mayo, 54.7 %,; Agosto, Junio y Julio, 38.0%. Sobre la base de las cantidades relativas consignadas en los cuadros XV (Córdoba) y XVIII (Buenos Aires) he llevado á cabo algunas otras investigaciones cuyo resúmen compendia- do para la comparacion, se presenta en la última tabla (XIX) que acompaño. La anomalía media cuyos valores forman parte de ella, es el término medio de las diferencias entre cada uno de los va- lores parciales y el promedio que ellos suministran, sin hacer distincion de los signos de que están afectadas. No obstante las discrepancias en los detalles, en la comparacion de las cifras que representan la anomalía media se revela el hecho que la insolacion de las dos ciudades es regida por una causa comun general, cuyo poder igualador es atenuado y áveces aún neutralizado por influencias locales. Córdoba y Buenos Aires, aunque separadas por una distancia de 545 kilómetros, pertenecen á la misma zona climatérica. ¿Cómo interpretar de otro modo la circunstancia sorprendente que O allí y acá son Jos mismos meses los que tienen la anomalía máxima (Junio y Agosto)? Tampoco hay gran diferencia en- tre los valores medios: en Córdoba es de 6.1, en Buenos Aires de 5.7 el término medio de la anomalía en los distintos me- ses. Pero la ub'cacion eminentemente continental de Córdo- ba y laposicion de Buenos Aires enel gran estuario del Rio de la Plata, influyen de tal modo en la anomalía de las cantida- des relativas anuales de la insolacion, que la de Buenos Aires (2.0) se reduce casi á la mitad de la que existe para Cór- doba (3.5). Tambien he calculado los errores probables de que están afectados los promedios consignados en la tabla XIX. Estos oscilan en Córdoba entre + 0,78 (Abril) y + 2.87 (Enero), en Buenos Aires + 1.02 (Noviembre) á + 3.21 (Junio); y á pesar de tantas divergencias son, en término medio, iguales; para Córdoba =+ 1.96 y para Buenos Aires = + 1.97. El promedio anual tiene en las dos ciudades un grado alto de precision; su error probable es inferior á + 1.0 9%,, pero Buenos Aires está mucho más favorecida al respecto. Finalmente, he hecho una aplicacion práctica de los erro- res probables. Puesto que el número de años de una série de observacicnes, es inversamente proporcional al cuadrado del error probable inherente al promedio de la série, he calcu- lado para las dos ciudades que estamos comparando, el nú- mero de años que deben continuarse las observaciones para que los promedios mensual y anual tengan un grado de pre- aisionde == 1%, yde.E2,. Los resultados calculados, muy distintos segun los meses á que corresponden, se pueden comparar en los renglones hori- zontales de la tabla XÍX que dicen: años para w=/, y años para w=2"/,, siendo w el símbolo del error probable. Otra vez más encontramos, á pesar de las divergencias que se notan en los detalles, cierta uniformidad. Pues en térmi- no medio se necesitan en Buenos Aires 27 años de observa- cion, y en Córdoba 28, para que el error probable de los pro- O medios mensuales quede reducido á + 1 %/,; para que no pase de +20/, habrá que observar 7 años en ambos puntos. Los valores anuales (57.4%/, para Buenos Aires y 63.5 para Córdoba) se derivan con el mismo grado de precision de una série mucho más corta de observaciones: de 2 años y 1 año en Buenos Aires, pero en Córdoba recien con 8 y 2 años de observacion. Córdoba, Julio de 1694 86083 | €"606 0526 c”vI "96 T"T6 630% v"e6 LG ro 0"vé 0"8ré 8 "93 6"eG% IT v6 6" ICG L"G6 AO 9 0 L"L6G £'€6 L'<0E E 66 9906 vz T "vor c "e 992 666 v TG v "sl ONV TI “4BL AA | €" TSG] L'6£6 ORO (56 T:08 | 9"St 616 | 666 CET | 6 ES € 3% | 066 DEBA] 9SO CRE | 496 €'08 | "vo 9"6T | 666 6 LT | 63€ 091 | 306 0-91 761 6 ve | LIT A OO OLQUATAON | 91qNJ00 DRO mA ANA Ha ON ONA ON — de) O . 04qUeyOS 0" ra Oax SD.LOY UI SVUNS 688) ONY 11uqy OZATN 978 679 80 0401994 VIOAHO) NA NOTOVIOSNI VI HQ VNHNIA VHIYUVIN > S rr mr A SBS A 10 HO == AAA ¡mio e) oia) A) 10 400 QN 40 a a! — Ara 01004 10 (O > Ti SUITES 9 6 TI0€ 0"€6 OAIET 0"0€%3 £'0L3 6 286 1186 SC 886 9" 166 6 686 L"S9L6 €" 698 L'88é 0081 6 GV ONV 9"v98 0" OI 0"SI L "LT 606 o 16 L"0% S "06 “38 616 0" TG v'3l€| 0"8€3 9"6 908 v"v6 6'v6 0"S6 L "96 AAN O 0010 NN 6 TI v"II 8 "61 TL L6 T "Sé v TG 9"T6 LE 9"16 616 606 61 »L a 4 + AA SI e ONV DIQUE | OLUOTAON | 9 NI) | 0LQUIDIS 0J507y o1np Ovunf OL y OZ 019194 01004 TIL 481 SDLAOY UI SVPUNS 1681 ONV V40duO0Yy NA NOIDWIOSNI VI HA VNYATIaA VHIUVIA G'€068 || 6'6L%| 6'90€| P'39%| S'S68 L'6€68| S"SLT| P"IRG8| 6"E08| 9"E61| 8"T6T| P"SE3| 6 "LLé v'9r A e ER AE A E 0 E 8'€ €%6 6 081 "Te |-S:60 1. 1911 y"S €'S dz 0% OT v06 L"8 (A O 083 € vo | 8 Ec. | 688 | 696 | 6'€6 | S'TI | 391 | <'8T | 8"9T | "ST | 6"8T | E Té 01% 2.86 | SPe | 90166 | 6:88 | 696 | T*LI | UE | L' Tc | 861 | T'6T | S Te | 5 To o" 186 058 | €'96 | 9"€3 | L'6% | 8"92*| 361 | €"S8 | 9 "Té | <'06 | €'06 | 8S'Ié | L'T6 8 183 6186 | 91% | €'S3 | S68 | 6'S8 | 1338 | 6 vé | YES | "06 | 6'08 | E'38 | "TE 9"8L3 v'3586 ¡ 0098 | 3:88 ¡ L'68 | 9986 ¡| 603 | 098 ¡| €'36 | 408 ¡| 2'06 | p"e6 | 3" IG v"08%3 6'p6 | 09% | TER | L'686 | 36'€8 | €'1% | 8'P6 | T'E8 | 6 61 | 8:08 | L'E8 | T's | S ILéc4l 9": 676 | PES | 662 | 088 | 0'6l | 8 "Es | 8 "Té ¡ 0'6l | POT ¡| 8 "Es | L'26 a L"S2679| T "IG | € 66 | 8'"€E% | 466 | 408 | 8'6l | P'88 | "06 | S'9L | 6'PI | 9"Té | 9 Té == 9 "9€% 991 1 466 01,916 1 €"87 | S 06 1 1"Sl | 606 | 681.18" 2T [-0"PT 1 8 "ST | S "Té | c"v03 6'pIl | 008 | L'06 | 986 | P'6l | S'6 DITA A EE To IE OT MSNOr 9"L6 PRA ESA CTO 86 c”6 + eS 00) 86 Ss SAIIATOE 6'2£ 68 o) OT E e A 7 E Ñ q LoS 8 OL ONV OMqUOro np | o4quoraoy | exqup | oaquenog | ojsoRy ong o1unp NO [11qy O7PN 019.104 01047 AT “YI SPLOY UY SD UNS E68) ONV V40dHOd NA NOIOVWIOSNI VI HA VNAOIA VHIYUVIA 1"1888 | 8"E86 L"8v S*05 v"961 63% 9" Lv6 6 66 98953 v "eS 9"GLE | 9'€6 9288 v ES cP8% | v"93 9"6L8 S" 66 0"<0% 6 16 0"6rG €'61 8 66 v"8T €'£6T S El € 76 "91 UrE "9 ONY | oaquapora A SS are o T'ES%6| 6 "196 8"936| P"968| 9"E06| T*SER| T"POBG| T'96T| 0933] 3*c3% v"6 6 E E 77 =P E E ar 08 RON ESA PES T Ey 8 vé 8 "I Op v"9 0"TT | S*9L RATA (OREA SACO LOS AT 8 SO PORTA ORO MO-R9 1 Sp ST LULT | 6 vé | 813 | 166 | 9 Es | 998 | 328 | 6'Tg | €'8T | 8'6l 9"8I | L'€8 | 8"Ié | P"66 | 6 "86 | 696 | € "98 | 6'Tz | 63% | 8'6T v 06 | SP38 | 00% | 668 | Y"3% | 898 | 6'E8 | 3'TE | € '€Z | 20% 6'08 | UP6 | 433 | 868 | 63% | 0'L% | 8 "Pé | €'6l | 3 "Ez | 8'1Z 666 | 9UP8 | PE8 | € 68 | 088 | €'L8 | L'E8 | ELIT | UZE | TT 6"Ié8 ¡ 498 | 9"38 ¡ 068 | 608 ¡ 6'S3 | S'6l | P'9L | vZE | 6'LT G"Té6 | € 88 | €'086 | 1'6% | 0'08 | 368 | PSI | 3 "LT | €'18 | P 91 £'€8 | 806 | 981 | 686 | I"LT | 306 | 99 | €'LI | 6'61 | 3'PI v"6l | 9"6T | 9 "Sl | 436 | 86 178 86 | 1'9T | 0'61 | 8'PT LS 66 6>T 30 Eh > 6% o) o) eg 6'S v0 SEE 7, cl - pr E 5 Gl OQUITAON | 91qM90 | odquerog | 01s03y omg | orunp OÁTN 114qy OZIUN 0101094 SDIO0Y UY SPUNS €68| ONV V4A0AHOY NA NOIOVIOSNI VT H44A VNYOIA VHDUVI rr 00 O) E 0010 00 10 e ES QN NN HONO ANNAN AAA Sm omo WOmdaaA NON NO 0004 OS 10 QA O (O 1086 8 *0L%7 (Al v "08 Sed 616 13% 89% L 3% 6L8 G "TG 6LG 9 1% GLé cre €£98 8 Io T "06 cE6 9 sI 30/21 crol o OL ON QUO IA “AL 8"9L8| 0"Lvé 56 08 006 | v*vI 6 Té | 8'08 € 66 | 176 06 | v36 € 78 | S'€S L"86 | 066 5 66 | 1366 L"e6 | 163 S"T6 | 9"T6 T'Té | 003 AENA OB AA vL 10 01 01M) = — JH HN [a o) NN AN Qe AN SA NAO OU OS O0"Ppé3| 6"<61 SP IRONO v"Ic | 8'Sl 6"»6 | 605 £"S3 | 038 068 | € "ES 6"v6 | 686 vv8 | 5036 0"v6 | 10% 0"v8 | T"06 0"és | 9 LI c"08 | 66 e 0 09500 y on 5s | = ANS HANNA NARA HN (O O) SAGA DOS? 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IX Noviembre Octubre E Setiembre (Continuación) 303.3 21.3 (9) 57 O Agosto REGISTRADAS EN CÓRDOBA EN 1889 Julio SUMAS DIARIAS DE LAS HORAS DE INSOLACION 1889 AD AO 59.1 9) 204.4 215.0 NM HALO e (le) ¡=) QN XxX Tab. SUMAS DIARIAS DE LAS HORAS DE INSOLACION REGISTRADAS EN CÓRDOBA EN 1890 pqqqqq<á<€IlIlIlÓúÓ-fl-- EA -MMMMMMM>M<24242= 5 5 5 5 010 00 << O) END Si 19300 5 O0ORNDLD HH (S10 SO 6 DM HOM DO p [a) NN =) ¡SR MON ROO O O oa . Y O) 00 C 00 00 gd 00 = 9) 00 00 00 L0IIWHIO MD HO 0M0I0DDO SS La A A lA A A SI O N H HON O) 6 — 00:00 OJO ERGO ISIO) IES SS io) > DGOSo nooo. 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Enseguida el Dr. Bracke— busch hizo conocer una otra localidad : la Quebrada de la Viuda, cerca de Cachinchuna, departamento San Javier, en la sierra de Córdoba. En elaño 1891 me mandaron para su determinacion el mismo mineral, procedente de la parte austral de la sierra de Córdoba, donde lo descubrió un italiano en un filon de cuarzo. Las muestras las he analizado segun diferentes métodos, disgregando el mineral por fundicion con carbonato de ál- cali y salitre (en seguida precipitacion de ácido wolfrámico por acetato de plomo, etc.), como disolviendo el polvo su- mamente fino (lavado) en ácido clorhídrico. Como término medio de los análisis resultó : WO, 74,86 NDO si tn ¿22 Pela o A 13,45 Mo Oi: EIA ,02 100,55 Además hay magnesia en indicios. La fórmula calculada, que corresponde á esta combinacion es por consiguiente : 4 WO, FeO + 3 WO, MnO pues este exige : 7 WO. 1624 76,424 9), AE O 288 13,552 » 3 Mno 213 10,024 » 219 100,000 » Una comparacion de este mineral con el de la Quebrada de la Viuda, recogido por el Dr. Brackebusch, que se en- cuentra en el Museo Mineralógico de la Universidad de Córdoba, dejó suponer por el color del mineral como del polvo—el mineral de la Quebrada de la Viuda es más obs- curo—una diferente composicion, por lo que he practicado análisis de él. El resultado fué : WO, 07 Nb,0. oo amo odon: 1 ; 12 » FEO Or CEM 15,61 » A a RN 8,24 ») A a E ao 0,52 » Mg0 ODO ao nc oa Dc 0,31 » O E Por censiguiente, la fórmula de esta combinacion del Wol- framato de Hierro y de Manganeso será : 2 WO, FeO + WO, MnO á la que corresponden las siguientes cantidades, encontra- das por cálculo : o 096 76,40 %, AFC: 144 15,81 » 1 MnO ..... 71 7,79 » Recien en este año me ha sido posible visitar las minas é inspeccionarlas, tan detalladamente como lo permitían el tiempo y las dificultades numerosas que se oponen á tal tra- bajo en nuestras sierras. Creo que una breve descripcion merecerá la atencion de los mineros y de los geólogos, tanto más, cuanto que son tan escasos los trabajos de esta naturaleza practicados hasta ahora, en nuestro país, no obstante el sinnúmero de minas que hay en todas partes de la República y de la innegable impor- tancia de tales investigaciones para la minería práctica. El siguiente trabajo contribuirá, además, para comprender mejor la geología de la sierra de Córdoba, poco conocida hasta hoy. Faltando la base topográfica, indispensable para tales tra— bajos, me vi en la necesidad de levantar un itinerario, sir- viéndome de una brújula de reflexion para la medida de los ángulos y de mis piernas y de mis ojos para apreciar las dis- tancias. No pretendo, pues, exactitud topográfica. Las minas se encuentran de cuatro hasta cinco leguas al Oeste del pueblito « El Sauce », departamento Calamuchita, cerca de la cumbre de la sierra, en una altura dé 1800 m., entre las partes superiores del arroyo del Rodeo de los Ca— ballos y del arroyo de la Puerta, manantiales del rio Cuchi- O corral, que pertenece al Quillence, afluente del Rio Grande (Rio 39). El perfil transversal de esta parte de la sierra, trazado desde Sauce hasta Carpintería, al otro lado de la Sierra, pre- senta el mismo carácter que en otras secciones : pendiente rápida al Oeste y suave al Este, la que está dividida en esca- lones, es decir en cadenas paralelas, que repiten el mismo perfil. Las cadenas tienen, en general, direccion SSE-NNO, como la situada entre el arroyo del Portezuelo y Cuchicorral y otras más chicas al Este, que corren paralelas á los arroyos de Huertas Viejas, de Mucha Agua, del Portuzuelo Aspero, afluentes del rio Sauce. Los valles que las cadenas encierran, se han producido por derrumbamientos (valles tectónicos) y estos, junto con las cadenas, desempeñan en cuanto al relieve, un rol mucho más importante que una segunda clase de valles ¡de erosion) con rumbo S50-NNE, los que siguen á la corrida de los es- tratos arcaicos ( por ejemplo el valle del rio de los Sauces). Depresiones (valles), que hay que atribuir á derrumba— mientos se hallan tambien en otros puntos de la sierra de Córdoba, de las que mencionaremos aquí sólo las más carac- terísticas: la gran depresion entre Deán Funes y Sarmiento, que sigue el ferro-carril á Tucuman, el valle de la Punilla con su continuacion al Norte y al Sur, el valle del rio San Cárlos (departamento Cruz del Eje y Minas ), y la gran de— presion entre Sierra Alta y Sierra Chica y su continua- cion al Sur, que está ocupada por los afluentes del Rio 2% y del Rio 3” (rio Anisacate en parte, rio Reartes, rio Santa Rosa, rio del Sauce en parle ). Tambien á esta clase pertenece la gran depresion entre la sierra de Córdoba y la de San Luis (con Renca, Dolores, Santa Rosa ) y no será difícil encontrar la misma direccion de rios en la sierra de San Luis. Estos pocos ejemplos bastan á demostrar que el relieve de O nuestra region de minas no es loca), sinó que se extiende á la sierra entera. Si bien despues de algunos decenios será recien posible conocer sobre la base de investigaciones topográficas y geo- lógicas, que siempre deben completarse hasta en sus más finos detalles el relieve de la sierra de Córdoba como ex- presion de procedimientos geológicos, la siguiente investi- gacion de las minas de Wolfram proyectará á lo menos alguna luz sobre esta interesante cuestion, demostrando al mismo tiempo la íntima relacion que liga la geología práctica á la científica. El terreno arcaico, que forma casi en todas partes la sierra de Córdoba, se compone en nuestra region al Este principal- mente de gneis gris, al que siguen pizarras hornblendíferas, cambiando con gneis y micacita. La cumbre está ocupada por granito de grano gruesa ó fino, á veces porfiroide. El rumbo general de los estratos es N. áS. (más exacto NNE-SS0 ), la inclinacion hácia el Este; sin embargo hay excepciones, habiendo constatado, pero sólo localmente, tam- bien inclinacion hácia el Oeste.—En e! trayecto de El Sauce hasta las minas, aparecen, como en muchísimos puntos de la sierra observados, filones de cuarzo y de pegmatita, y es- pecialmente los primeros son visibles á cada paso, sea for- mando « Cerritos blancos » sea destacándose bien en forma de murallas ó de fajas blancas. Notable es que hay filones de pegmatita, con preferencia en la region oriental, com- puesta de gneis gris, mientras al Oeste el material granítico de las vetas es en general de grano más fino. Los filones de cuarzo existen numerosos cerca de la cum- bre. Si bien las minas—sus nombres son : San Virgilio, Santo Tomás, Fischer y Santa Bárbara — presentan á primera vista un aspecto muy diferente, despues de fijarse un poco en ellas, se ve que forman un conjunto armónico, un cuadro tan claro, T. XIV Le eE EN como pocas veces se ofrece en la naturaleza, sin que la mano del hombre haya intervenido por laboreos. Voy á empezar aquí con la mina más importante, San Virgilio, en la que tambien se ha descubierto el mineral. La mina está situada en la pendiente oriental del arroyo de la Puerta, en una altura de 1700 m. En la superficie se destaca aquí un filon de cuarzo ferruginoso de cerca de ?/, m. de ancho y casi con rumbo N. á S., corriendo bien visible á 1500 m. Hácia el Norte se pierde completamente, al Sur parece continuarse hasta el granito del cerro Aspereza. Una inspeccion detallada del filow, demuestra que se trata de una veta en forma de manto, incluida entre capas de gneis (es decir la veta tiene la misma corrida é inclinacion de los estratos del gneis) con una formacion de ramas, (guías, Tramm) muy evidente. Su inclinacion, donde sale al sol, es cerca de 50” hácia el Este, sin embargo se aumenta, segun dicen, en la profun- didad. En la pendiente (caja de arriba ) se encuentra gueis gris de ojos, que en longitud de cerca de 100 m. atraviesan en ángulo obtuso tres ramas de cuarzo de espesor insignificante (2á 10 cm.) que parten del filon principal. El más impor— portante de ellos continúa visiblemente algunos cien metros, casi hasta en el granito del cerro Aspereza. Una destruccion extensiva de la pendiente (caja de enci- ma ) bajo formacion de ramas no se puede notar; los estratos del gneis están desarrollados contínuamente, siendo el filon del cuarzo separado bruscamente del gneis ó por intermedio de una incrustacion de mica. En la superficie, el filon del cuarzo tiene un ancho de cerca 30 ¿m., sin embargo varía mucho, y en una profundidad de cerca de 25 m., reconocida por un pique, tiene un espesor de 2,4,3,m. Mientras en la pendiente del criadero se nota bien visible una salbanda ( caja ), ella falta completamente en el yaciente. O Ya en una distancia de cerca de 10 m. de la pendiente se ha- lian pedazos angulosos de gneis, continuándose así hácia el Oeste en considerable trecho (sin límite fijo segun mis obser- vaciones). Muy bien visible es el destrozamiento del gneis, por las ramas (guías) de cuarzo, en el socavon que han he- cho en la pendiente del arroyo Portezuelo, contra el filon. Tambien en las formas superficiales se nota el destrozo. La piedra predominante, que forma los pedazos angulo- sos, es idéntica á la de la pendiente; sin embargo parecen encontrarse tambien otras variedades. Ramos de cuarzo del yaciente, de alguna importancia y visibles en la superficie, he visto sólo uno en la region explo- rada, que corre con direccion NO. hácia el granito de la alti- planicie «La Mesada », y en la que está situada la mina San Francisco, ya abandonada. Indudablemente hay más de ellos. La ganga de la veta principal en San Virgilio es cuarzo en masa, pero tambien en parte cristalizado. En él se encuentra la Wolframita en manchas hasta */, em?. Pero tambien hay el mineral en contacto directo con el gneis, como con cada uno de los minerales abajo mencio- nados. Nunca lo he visto cristalizado, ni con pocas caras. Si bien el cuarzo forma la masa principal de la veta y de las guías, hay en distribucion irregular varios otros mine- rales, de los cuales predomina ora el uno, ora el otro. Arriba ya he mencionado la Mica, que en textura escamosa incrusta el gneis, siendo sus escamas perpendiculares á éste. Tambien dentro de la veta se halla, encerrando muchas veces con textura crustácea-concéntrica-fibrosa fragmentos del gneis, apatita y wolfram. Drusas de mica no son raras, ó la mica forma con cuarzo masas de grano muy fino de aspecto granítico. Muy notables son, dentro de cuarzo, manchas de una va- — 1400 — riedad de Moscovita, muy poco escamosa, casi granulosa, de color gris-blanco y de poca dureza, la que quizás se puede comparar con la Sericita ó Damourita. En cuanto á la masa, sigue al cuarzo la Apatita, embu- tida en pedazos grandes en cuarzo ó incrustada de Mica esca- m.osa. Entre los minerales metálicos predomina, además del Wolfram, Pirita de cobre, en parte descompuesta en hie- rro pardo ocráceo y con preferencia acompañada de la va- riedad citada de Moscovita, pero tambien diseminada en cuarzo y á veces en las zonas marginales de pedazos de wolfram, donde estos lindan con cuarzo, muy rico de pirita de cobre. Covelina acompaña á veces la pirita de'cobre, especial- mente en drusas de Moscovita granulosa, revistiendo esta en capitas delgadas. De minerales de Cobre resta mencionar la Stilpnoside- rita de cobre, pero es realmente rara. El más interesante mineral, á lo menos para los mineralo- gistas de la República Argentina, por ser la primera vez que ha sido encontrado en este país, es la Molibdenita, compa- ñera fiel de la Wolframita; casi siempre ella se encuentra junto con la variedad de Moscovita, ya mencionada, pero tambien dentro del cuarzo. De formacion secundaria, en el afloramiento de la veta, se encuentran : Malaquita, Azurita, Hierro pardo mezclado con Silicato de cobre, Scheelita (con cobre en incrusta- ciones muy delgadas) y Ocre de Molibdeno (no puro )so- bre Molibdenita. Mientras el reconocimiento de la naturaleza del criadero en la mina San Virgilio es algo difícil por el gran destroza— miento en el yaciente (formacion de guías ) la mina Fischer, en el ángulo entre los arroyos Aspero y del Rodeo de los caballos, facilita un concepto más claro. AP AAA — 101 — Una série de vetas paralelas de cuarzo, de espesores que varían desde un metro hasta algunos centímetros, tienen en una distancia de 3004500 m. la misma corrida é inclinacion, que las pizarras hornblendíferas y el gneis que las encier- ra, perdiéndose, como parece, al Norte. Hácia el Sur se levanta, en la corrida de las vetas, en la cercanía inmediata de la mina Fischer, el Cerrito Blanco, un piton (criadero irregular ) de cuarzo de más de 60 m. de ancho. Este gran ensanchamiento de vetas de cuarzo— ' pues no existe otra explicación — está aparentemente en re- lación con un piton de granito que se encuentra cerca del Cerrito Blanco y del que salen apófisis dentro de las pizar- ras. Tales apófisis graníticas he observado tambien en el camino á Sauce, entre arroyo de los Caballos y Cuchicorral. La veta (en forma de manto ) del cuarzo, en la mina Fis- cher, alcanza 1 á 2 m. de espesor, encerrando cerca de la pen- diente, donde está muy porosa, hierro pardo y hierro ro- Jo lo más ocraceo. Además de estos, hay pirita de hierro y de cobre en cuarzo, como tambien Markasita radiosa y pectiniforme. Guías de cuarzo, que pasan del filon principal en la pen- diente y yaciente, existen tambien aquí, sin embargo son ra- ras. Notable es que la veta de cuarzo junto con el gneis y las pizarras hornblendíferas que la encierran, son muy poco inclinadas en comparacion con los otros estratos de pizarras de las inmediaciones y á más, que algunas capas de pizarras hornblendíferas cerca de la mina tienen inclinacion hácia el Oeste, contra lo general. Estas dislocaciones hay que refe- rir evidentemente á la erupcion del granito. Un otro tipo de criadero, como los anteriores, existe en Santo Tomás, una mina situada cerca de una legua al Oeste de San Virgilio, casi en la cumbre de la sierra. Aquí, vetas de cuarzo de espesor variable ( hasta cerca de */, m., y de diferente rumbo (lo másesSSO) están encerradas en granito de grano medio con feldespato rojizo y blanco y á — 102 — veces porfiroide. Las vetas de cuarzo están interrumpidas en general bruscamente contra el granito, muchas veces por intermedio de una capita de mica ; sinembargo, el granito es muy rico de cuarzo y pobre de feldespato en la zona del con- tacto. La longitud de las vetas parece ser muy considerable, siendo posible seguir algunas de ellas hasta algunos cientos de metros. Parece que hay muy poco Wolfram, por lo que se ha cons- tatado en una picada de cerca 1 '/,m. de profundidad y unos S0 m. de largo. Por esta razon están ya por abandonar la mina. El laboreo tendrá aquí una gran dificultad á causa de las aguas que pronto llegan en esta altiplanicie de granito casi pantanosa. Además del wolfram, están diseminados en el cuarzo: Apa- lita, Ptirita de cobre y Molibdenita. Si por la naturaleza mineralógica de las vetas y por en- contrarse ellas juntas en la misma region, se puede suponer ya una relacion entre las vetas (en forma de mantos ), perte- necientes al sistema arcáico y las vetas dentro del granito, queda fuera de duda por las relaciones existentes en la mina Santa Bárbara, en el ángulo entre arroyo La Bolsa y arroyo del Rodeo de los Caballos, donde los dos tipos están unidos como en los célebres criaderos de Geyer en Sajonia. Una veta de cuarzo de cerca de 25 m. dentro de granito con rumbo SSO. (más ó menos) — en el granito hay un sinnú- mero de guías muy delgadas y en el cuarzo del filon princi- pal hay manchas de material granítico — continúa directa— mente en pizarras hornblendíferas, en parte muy rica de Epi- dota. Así se relacionan indudablemente tambien los criaderos de San Virgilio y de Fischer; sino ellos mismos, á lo menos sus ramas continuarán hasta el granito. Vetas de piedra cornea, dentro del granito, se destacan en cercanía inmediata de la mina San Virgilio en el cerro Aspe- reza, y digno de ser mencionado es un filon de cuarzo y pie- — 103 — dra cornea con wolfram en partículas y Espato de Fluor, en el camino entre San Virgilio y Arroyo Aspero. El Espato de Fluor está irregularmente diseminado en el cuarzo ó alterna con capitas de cuarzo, teniendo en este caso siempre estructura fibrosa. Filones y venillas de granito de grano diferente del que los encierra, hay en el granito de La Mesada. Apófisis de granito entre gneis y pizarra hornblendífera se encuentran, como las ya mencionadas, en la cercanía de la mina Fischer, y no puede existir duda, que se trata aquí de verdaderas apó- fisis. Masas graníticas accesorias, entre pizarras, se hallan en otros puntos más en el caminode las minas á Cuchicorral ; sin embargo aquí se puede decir, si son apófisis ó producidas por secreción. Sumamente rica de vetas de pegmatita, dentro del gneis, es la region oriental entre arroyo Cuchicorral y Sauce. Origen de los criaderos Resumiendo lo que antecede, resulta claramente que el padre de los criaderos de wolfram es el granito. A su salida, precede sin duda la formacion de grietas que el sistema ar- cáico, etc., dividió en pedazos al tiempo del principio de la formación de la sierra de Córdoba. Pero, entiéndase bien, los dos procedimientos : formación de grietas y salida de la masa granítica, no son separados por gran espacio de tiempo, se han producido casi simultánea- mente, habiendo sido naturalmente las grietas un producto de la fuerza expansiva del granito, que estaba en movimiento del interior de la tierra hácia la costra sólida. En qué tiempo cayó la erupción del granito, no está constatado hasta hoy y me parece serlo imposible en nuestra sierra. — 104 — La direccion de las grietas no se puede determinar bien, pues nuestros conocimientos en cuanto á la sierra de Cór- doba son bastante embrionarios. Será indispensable aquí una investigacion geológica minuciosa y al mismo tiempo, el le- vantamiento de un mapa topográfico en escala conveniente á este objeto. Habiendo salido las masas graníticas por grietas, podría su- ponerse como posible la determinacion de sus direcciones, observando la extension lineal de esas masas; pero creo que esto no siempre será posible, pues el granito se encuentra en forma de pitones sobre las grietas y de estas no todas con- tinúan generalmente en grandes distancias. Sin embargo, tomando lo expuesto en consideracion, se reconoce bien en algunos casos la direccion SSE-NNO re- presentada en la extension de las masas graníticas. Aquí hay que mencionar en primer lugar el hilo granítico de la region de las minas, luego el granito en la gran depresion entre San- ta Rosa y Sauce, el de la sierra de Guasapampa y las locali- dades más al Sur de esta sierra ( Altautina ), como tambien el granito de la parte setentrional de la Sierra, al Norte de Totoral, y las masas graníticas centrales (Champaqui), Sierra Achala, siguen probablemente las mismas direcciones, aun- que aquí no salta á la vista por la formacion de pitones. Muy característica es la direccion en la sierra de San Luis en una zona entre Quinés y Cerro Morro. Saldría de los límites de este trabajo citando más ejemplos de otras partes de la Re- pública. Arriba hemos mencionado las cadenas paralelas y depre- siones (valles) que con rumbo SSE-NNO componen Ja par- te oriental de la Sierra de Córdoba. Tambien aquí pueden acamularse con facilidad los ejemplos, como lo demuestra una mirada á la direccion de muchos ríos y cadenas de la parte Nord-Oeste de la República. Estas cadenas determinan completamente el relieve de nuestra Sierra y evidentemente resalta esto en la region de las minas. — 105 — Ahora bien, no puede caber duda de que este relieve está en íntima relacion con aquellas grietas. Las erupciones de granito han tenido lugar especialmente en una grieta principal, que coincide más ó menos con la region ocupada hoy por la cumbre de la sierra — pero tam- bien ha salido sobre otras grietas — y simultáneamente con ellas sufrieron hundimientos (saltos) ciertas zonas encerra- das por grietas. Otras partes experimentaron por la erup- cion del granito un levantamiento ó una alteración en su po- sición, en el sentido que al Este de la zona del levantamiento, los estratos se inclinaban hácia éste, mientras que al Oeste estos estaban limitados por saltos, resultando así una pendiente oriental suave y una occidental escarpada: el re- lieve de la Sierra de Córdoba. El derrumbamiento más grande coincide con la escarpada pendiente occidental de la sierra. Aquí, al Oeste de la grieta más importante se hundió una zona muy vasta, resultando así la interrupcion de las regiones de las sierras de Córdoba y de San Luis y la independencia topográfica de las dos sierras. En la region de las minas, está situada una grieta bien vi- sible entre arroyo del Portezuelo y río Cuchicorral, caracte- rizada por una depresion, que está limitada hácia el Este por la pendiente rápida de una cadena. Las depresiones respecto á las cadenas, paralelas entre sí, que siguen al Este, son de menor extension, Ahora bien, si una zona de la costra sólida experimentó por formacion de grietas un despedazamiento y se hundieron otras, entónces partes de las zonas no hundidas (paradas ), como columnas enormes, por estar alterado el equilibrio, tuvieron que ponerse en movimiento á lo largo de sus planos (SSO-NNE) de estratificación, hácia la depresion producida por el hundimiento, resultando por este movimiento otra vez un destrozamiento parcial de los estratos. Tal destrozo tuvo que alcanzar su máximo, en la zona don- — 106 — de dos movimientos se sucedieron en sentidos opuestos, es decir, donde las partes que se bajaban en direccion de la inclinacion de los estratos, llegaban en friccion con los que subían, levantadas por la erupcion del granito. Este caso está representado en la mina San Virgilio en la zona de con- tacto del granito y del sistema arcáico y en menor escala en las minas Fischer y Santa Bárbara. Además, resulta con claridad, que al despegarse los estra- tos se produjeron cavidades, especialmente donde los estra— tos experimentaron un destrozo. En estas cavidades entraron las disoluciones de minerales, las que juntas con el granito subieron de abajo, produciendo así las vetas de cuarzo con el wolfram y los otros minerales (algunos de ellos, por ejemplo el hierro rojo, pardo, etc., son de orígen secundario ). Con esto hemos llegado á una expli- cacion, creo, bastante satisfactoria del orígen de nuestras «vetas en forma de mantos con guías », ellas pertenecen, pues, á la clase de las « vetas de dislocación ». Además, he- mos conseguido una idea general sobre los agentes que han actuado en la formacion del relieve de nuestra sierra. En cuanto á las vetas de cuarzo dentro del granito, que es- tán en íntima relación con aquellas, hay sólo una explicación posible. Durante y despues de su salida, las masas graníticas tuvieron que enfriarse, dando como resultado la formacion de «grietas de contracción », en las que entraron tambien di- soluciones acuosas de cuarzo y de los otros minerales, como en las vetas de dislocación. Yo digo disoluciones acuosas, pues no es aceptable Ja supo- sicion de que material ígneo-fluido hubiese llenado las grietas. En contra de esta suposicion estaría la naturaleza total de- las vetas y principalmente la circunstancia de que la mica se encuentra en forma de incrustaciones concéntricas, como tambien la naturaleza de las vetas de cuarzo y espato de fluor arriba mencionadas, en que igualmente los dos minerales es- tán depositados en capitas alternadas. — 107 — La mina mejor es la de San Virgilio, en la cercanía inme- diata de la masa principal del granito, pues aquí pudieron entrar, por el despedazamiento en el yaciente, grandes canti- dades de las disoluciones de minerales. Al mismo tiempo en que se formaron los criaderos metalí- feros, tambien han podido tener lugar inyecciones de material eranítico ígneo-fluido entre las pizarras, ó tales vetas graní- ticas se han formado tambien por disoluciones acuosas. Qui- zás son del mismo origen (disolución acuosa) los numerosos filones de pegmatita, lo que me parece muy probable, con- siderando que vetas de pegmatita juntas con las de cuarzo hay dentro del granito, por ejemplo en la sierra Achala. Reglas para el minero 1 ) Criaderos de wolfram pueden encontrarse en la sierra de Córdoba en filones de cuarzo dentru del granito y del sis- tema arcáico (gneis ). 2) En el gneis hay que fijarse, en primera línea, en los filones de cuarzo que están en la zona de contacto del gra- nito con las pizarras arcáicas, como en las vetas en forma de manto dentro de las pizarras arcáicas (gneis, etc.), cuyo ya- ciente es destrozado (con ramas, guías). 3) En filones de cuarzo lejos del granito hay poca proba- bilidad de encontrar depósitos ricos de wolfram. 4) El laboreo en la vetas dentro de las pizarras (gneis, etc. ) debe ser dirigido hácia el granito. 5) Los trabajos deben iniciarse por piques bastante pro- fundos hechos en la pendiente de las vetas y donde el terre— no es adecuado, como lo es en nuestra region, por socavones, lo que se recomienda especialmente en caso de existencia de una série de filones. Los trabajos hasta hoy ejecutados en las minas no son más — 108 — que picadas de reconocimiento, de 1 á 2 m. de profundidad, hechas en la corrida de los filones de cuarzo. Solamente la mina San Virgilio hace una excepcion, donde han bajado en la pendiente, un pique de 25 m. de profundidad, y en el yaciente han practicado un socavon de cerca de 40 m. desde la pen- diente del arroyo Portezuelo. Antes de que sean ejecutados trabajos formales, no se pue- de decir absolutamente nada sobre el valor de estos criade- ros, y sin ello laminería no pasa de lostanteos de pirquiñeros. Y sin duda, segun este método embrionario, van á laborear más las vetas, es decir, donde se encuentre un criadero del mineral, se lo explotará de la manera más primitiva con combo y punterola, abandonándolo cuando el trabajo en la profundidad ofrezca dificultades que sin capital y sin conoci- mientos técnicos suficientemente profundos no pueden ven— cense. Tambien la manera de la preparacion mecánica de los mi- nerales (separacion del wolfram de los otros minerales) es la más primitiva que puede imaginarse, perdiéndose así mu- cho metal. Sin embargo, hay que tomar en cuenta otros factores más que hacen dudar, sobre si es posible hoy una explotacion lucrativa en gran escala. Muy poco favorable es, á este respecto, la situacion de las minas. De cerca de 1800 metros de altura, el mineral viene á mula por sendas intransitables en un día á Sauce, de donde lo llevan en carro en 1*/, días á Rio Guarto, para ser trans- portado al Rosario y luego á Europa. ¡Cuánto dinero se pierde aquí en fletes ! No se puede pensar por hoy en llevar á las minas máquinas, aunque ellas sean las más sencillas, dadas las distancias y los pésimos caminos. De las dificultades que el transporte de máquinas causaría podemos hacernos una idea, considerando que es ya sumamente difícil llevar á las minas troncos de madera de cerca de 3 metros de largo. e o Otro inconveniente muy grande es la falta completa de ma- dera en esta region, indispensable para la fortificación por enmaderacion. La única leña que hay es el Tabaquillo (Polylepis racemo- sa), pero tan escasa, que hay que preparar el asado y el pu- chero con leña de vaca. Pero esto no obstante, si bien estas minas. como muchas otras de nuestra sierra y de otras regiones de la República, pasarán quizas en olvido, hay que hacer todos los esfuerzos tendentes á cimentar la industria minera y asegurar su existencia. De empresas privadas solas no se puede esperar el desarro- llo de la minería. Los Gobiernos deben apoyarlas por la construccion de caminos y favorecer la de ferrocarriles, atendiendo aquí al mismo tiempo otros intereses, como los de la agricultura, pues un proteccionismo exagerado de la minería tendría probablemente resultados fatales. En esto se necesita tener gran cuidado y prevision para no abrir la puerta á especulaciones nocivas. Para evitar esto, conser- var el crédito de la minería, que ya ha perdido mucho por tales especulaciones y hacer una industria sana de ella, hay sólo un camino y este es, en pocas palabras el siguiente: todo gobierno provincial, en que la minería es ó puede ser de im- portancia, debe crear un departamento de geología y de mi- nas, cuya tarea, en primera línea, sería la investigacion geo- lógica detallada de las sierras y de las minas y el perfeccio- namiento de un mapa geológico-topográfico. Tal mapa es indispensable, considerado bajo cualquier punto de vista, como lo han reconocido todas las naciones más adelantadas, creando institutos de ese género. Pero que no se piense que trabajos exactos y de utilidad de tal naturaleza es posible realizarlos en poco tiempo, años, más decenios se pasarán en ellos y sus frutos, de seguro, no fallarán, aunque la generacion actual no los gozará. — 110 — NOTAS MINERALÓGICAS l. HALOTRICHITA En viajede Mendoza al lago Lancar, en 1888, visité los baños de GCopahué, situados en el valle del Río Trolope (río Agrio) en la pendiente oriental del volcan Copahué, un poco abajo de su antiguo cráter. Salen aquí en varios puntos con gran fuerza, por pequeñas grietas en piedra basáltica, vapores de agua muy caliente con gas sulfídrico. Las aguas forman una laguna baja, en que la mano del hombre ha hecho algunos arreglos muy primitivos de baños calientes. El suelo, formado por una piedra terrosa, porosa, de color gris-blanco, que se compone de una tierra arcillosa (proce- dente de la descomposicion del basalto), está cubierto á la orilla de la laguna, en todas partes, por una delgada capa de una eflorescencia (mezclada con azufre) de una sal de sabor de alumbre, el mismo que el de las aguas de la laguna. La mayor parte de esta substancia recogida, se compone de una masa porosa incolora de cerca de 2 centímetros de espe- sor y de estructura granulosa, fibrosa, dentro de la cual descubrí con la lente grupos de agujitas muy finas, especial- mente en las porosidades. El analísis (número !) dió para esta substancia una compo- sicion algu diferente de la Halotrichita; sin embargo, es in- dudable, que las agujitas son de ese mineral, así como tam- bien la mayor parte de la masa blanca granulosa-fibrosa. Es posible un contenido de alumbre de hierro. En otro lugar recogí una eflorescencia no compacta, sinó — 111 — pulverulenta ó granulosa, sin color, casi pura, y cuya com- posicion (Analísis II) concuerda casi por completo con la de la Halotrichita. No pude observar cristales en forma de agu- jas, lo que noes extraño, pues estas se pudieron formar sólo en las porosidades de masas coherentes por tranforma- cion de la masa granulosa. Las aguas de los baños de Copahué, cargadas de gas sul- fhídrico corren por el arroyo Lio Milio al valle del río Tro- lope, afluente del río Agrio, revistiendo todos los rodados con una capa de azufre blanca, lo que da al arroyo el aspec- to de un hilo de plata entre el lindo verde de Mire (Fagus magellanica) y la sombra de las grandiosas Araucarias, todo lo cual presenta una vista maravillosa. Las aguas del rio Agrio, viniendo tambien del volcán Co- pahué, poseen una transparencia perfecta y un sabor ácido algo astringente, que caracteriza el alumbre, de donde viene el nombre de río Agrio. Las aguas deben estas propiedades sin duda á la Halotrichita, sulfato de hierro y alumbre de hie- rro, siendo probable un contenido de ácido sulfúrico. Durante el viaje, tuve la desgracia de que se quebraran las botellas con agua recogida, para el analisis, Boussingault (Viajes científicos á los Andes ecuatoria- les)describió ya la Halotrichita del volcan Pasto y aguasácidas astringentes (con ácido sulfúrico) del río Pasambio ó río Vi- nagre en Colombia. Tambien el doctor Federico Schickendantz analizó algunos sulfatos de semejante composicion de la provincia de Cata- marca y de la Rioja (Sobre algunos sulfatos minerales en la República Argentina, por R. Napp). — 112 — Análisis I A A A a 41.203 A id e os . 12.234 A O oe : 6.639 E 40.010 CANTO o E Indicios 100.086 SONT AMES 251.00, DIAUA 35.509 AO A CRC: 13.012 REL O AA AiO A 0.681 CA E 0.674 MEB ¿Ada od: A 0.236 ELO poa: 49.888 109.000 La cantidad de SO, H, como tambien de Al, O, y de Fe, O, en la substancia impura, es variable. El hierro se encuen- tra en parte como FeO. Así una parte de la substancia pura contuvo 1.098 FeO. Elcontenido de agua no fué posible determinar directamente. 2. DIOPTASA Este mineral, tan escaso y que en estado cristalizado no había sido encontrado hasta hoy en la República Argentina, lo descubrí en la Sierra Chica de Córdoba, como á media le- gua al Norte de la estancia Chiviquin (río Ceballos), en un filon de cuarzo ferruginoso dentro de gneis. Está bien cristalizado, en prismas relativamente largos, en combinacion con un romboedro del primer y del tercer ór- ne » — 113 — den. El cristal más grande que hallé, medía 12 milímetros de largo por 5 milímetros de ancho. Raras veces los cris- tales son embutidos en hierro pardo cuarcífero, encontrán- dose lo más en drusas irregulares ó fasciculadas en forma de delgados revestimientos, existiendo tambien en masas que llenan pequeñas grietas del cuarzo. El mineral está asociado con cristales de cuarzo, de Lina- rita, Malaquita, Azurita, Cerusita, con un mineral en forma de agujas muy finas blancas (Aragonita) y con Quieselmala- quita. Probablemente se encuentra más Dioptasa en los nu- merosos criaderos de cobre de la sierra Chica, habiéndose así encontrado indicios de ella en el «fahlband» de cobre en la mina Tio. La diferencia en los resultados obtenidos por el análisis de este mineral (Hesse, Lowitz, Vauquelin, Damour, Ram- melsberg), me impulsó á practicar á mi vez una investiga- cion, aprovechando de la gran cantidad de cristales de que disponía, la que me dió el siguiente resultado: A E o 38.384 EU ts ed O ES 50.674 ROO AAA EIA TA 0.674 A E 10.266 100.000 3. COQUIMBITA Sobre la eflorescencia que contiene la Halotrichita observé una vez, una delgada capita de un mineral escamoso muy fino, cristalino, de color amarillo de limon, muy parecido al Misy . del Rammelsberg (Alemania) y á la Coquimbita de Chile. Este mineral está compuesto de ácido sulfúrico y óxido de hierro y se disuelve en parte en agua como el Misy. La T. XIy 8 — 114 — cantidad recogida de él era insuficiente para un análisis cuantitativo. 4. VIVANITA Ó TIERRA DE HIERRO AZUL Ya he hecho mencion de este mineral en mi trabajo « La cuenca del río Primero en Córdoba». Se encuentra lo más en la parte inferior de la formacion pampeana alrededor de Córdoba, como tambien en capas superiores dentro de arcilla porosa compacta, en forma de un revestimiento muy delgado, á veces dendrítico, terroso, de color azul-negrusco. 5. ESPATO DE MANGANESO El Museo Mineralógico de la Universidad de Górdoba po- see algunas hermosas muestras de espato de manganeso (juntos con galena y blenda), recogidas por el doctor Stelz- per en las gangas de los filones metalíferos de Capillitas, en Catamarca. Una de dichas muestras contiene á más, aigunos cristales lamelares de barita. El espato de manganeso se presenta en capitas concéntri- cas ondulosas, diferentes en color, grano y composicion. Al- gunas partes tienen un grano grueso y están limitadas en las drusas por pequeños romboedros, siendo su color rojizo. El análisis, cuyo resultado se encontrará más abajo, mues- tra que esta variedad es una de las más puras encontradas hasta hoy, acercándose en su composicion á la de Kapnik en Hungría (con 89 %/, de CO, Mn) y á la de Vieille en los Pi- rineos (con 97,1 %/,). Sin embargo, el contenido de carbonato de manganeso es muy variable en los distintos ejemplares, — 115 — encontrándose así capitas muy delgadas de color gris-blanco y textura casi compacta, que separan las capas bien cristali- nas, con sólo un 62 */, de carbonato de manganeso. Análisis I. Agregado arriñonado, sin desarrollo libre de cristales COME Ad ire 90.099 AS E AA 3.913 E RA NA 3.614 er Mo Ns, CES 2.451 100.077 Análisis II. Agregado con cristales en parte NM ade 93.064 O e A 2.658 AS MAA A 2.843 RO TOS E LO A 2.106 100.671 Córdoba, Julio de 1894. AS A O a — MONDE DU RAS boss cc ES ba. A e ES po : OBSERVACIONES MAGNETICAS EJEOUTADAS DE 1084 Á 1888 EN LA REPÚBLICA ARGENTINA Y EL PARAGUAY CON UN MAGNETÓMETRO DE DESVIACIÓN Por OSCAR DOERING La escasez de datos sobre la distribucion del magnetismo terrestre en el continente Sud-Americano ha sido siempre un vacío muy sentido por los hombres de ciencia, y en casi todos los congresos y reuniones de físicos y geógrafos interesados en el desarrollo de esta rama del saber humano, no han fal— tado voces autorizadas que deplorando esa falta expusiesen la necesidad de proceder á una exploracion magnética, si- quiera parcial, de Sud-América. En cuanto á la parte Nordeste del Brasil, un físico holan- dés, ei doctor E. va RIJCKEVORSEL tiene el gran mérito de haber emprendido y concluido, á su propia cuenta, esa tarea en los años 1880-85 (*), pero en la República Argentina todo había quedado ¿n statu quo. En otra ocasion (*) he dado una breve relacion de las pocas (*) Magnetic Survey of the Eastern Part of Brazil by Dr. E. van Ri- JCKEVORSEL and ENGELENBURG. Verhandelingen d. Kon. Akad. van We- tensch. 27%. deel. Amsterdam, 1890. (2) OscaR DOERING, Las manifestaciones del magnetismo terrestre en la Provincia de Córdoba. Este Boletin, tomo XII, pág. 324. T. XIV 9 — 118 — mediciones magnéticas que de paso se habían efectuado en el interior de nuestra República yde los esfuerzos inútiles que de mi parte había hecho para que el Gobierno Nacional des— tinara algunos fondos á la exploracion magnética, encomen- dándola á un instituto especial. Fracasado el proyecto de la fundacion de un observatorio magnético, no he abandonado ni un soio momento la idea de hacer cuanto estuviese en mi poder, para que desapareciera algo de la oscuridad que reinaba sobre la distribucion del magnetismo terrestre en nuestro país. Pero las dificultades eran grandes. Si bien sobraba de mi parte buena voluntad y decision, faltaba lo más esencial, los instrumentos, los recursos para emprender los viajes y el tiempo, pues éste se reducía á los pocos meses de va- caciones universitarias. La Academia Nacional de Ciencias, reconociendo la im— portancia de la tarea, ha allanado algunas de esas dificulta— des en cuanto le ha sido posible. La modesta suma que la Ley de Presupuesto asigna á este instituto para exploracio- nes científicas, no ha permitido costear del todo la empresa: así, como en otras ocasiones,su accion se ha limitado forzo- samente á tomar á su cargo una parte de los gastos. Sin em— bargo, esa ayuda limitada ha permitido hacer las observacio- nes que se publicarán en los renglones siguientes. Tocante á la adquisicion de los instrumentos, cumplo con el grato deber de señalar la ayuda eficaz que me ha pres- tado un miembro honorario de nuestra Academia, el señor profesor Doctor G.. NEUMAYER, consejero del almirantazgo y director de uno de los institutos más notables en su género, del Observatorio Marítimo Aleman en Hamburgo. El doctor Neumayer, protector, maestro y consejero tan incansable y entusiasta, como bondadoso de todos cuantos piensan con- tribuir con observaciones al ensanche de nuestros conoci- mientos sobre el estado magnético de la tierra, tuvo la defe- rencia no sólo de eligir losinstrumentos adecuados para mi rr a objeto, sinó que los examinó y comparó antes de hacérmelos remitir con precauciones especiales. Me es grato manifestarle aquí públicamente mis más sinceras gracias por esa y nume- rosas otras atenciones que me ha dispensado en mi tarea. Una vez provisto de los instrumentos de que haré men- cion más adelante, y despues de algunas determinaciones en Córdoba, principié una serie de viajes, largos unos y cortos otros, determinando las constantes del magnetismo terrestre en 27 distintas localidades, de Jas que algunas se han visitado varias veces. En la mayor parte de estas no se habían hecho nunca observaciones magnéticas. Casi todas están situadas en la República Argentina, sólo dos, Asuncion y Paraguarí, en el Paraguay. Las 25 localidades argentinas se encuentran entre 25%48' y 327 57” de latitud Sur y entre 58 12' y 65721 'de longitud Oeste de Greenwich, y se dis- tribúuyen sobre las distintas provincias, como sigue: Gobernacion de Formosa: Villa Formosa. Corrientes: Corrientes, Beila-Vista. Salta: Rosario dela Frontera. Tucuman: Tucuman, Simoca, La Madrid. Catamarca: Lavalle, San Antonio, Recreo. Santiago del Estero: Santiago, Loreto, Frías. Córdoba: Totoralejos, San José, Dean Funes, Cosquín, Córdoba, Río 2, Laguna Larga, Oncativo, Chañares, Villa María. Santa-Fé: Rosario, Cañada de Gomez. LOS VIAJES No es mi ánimo aumentar con este capítulo la larga serie de descripciones atractivas en que abunda nuestra literatura; descripciones en que la naturaleza y los objetos mirados se presentan al lector bajo la faz de siluetas de contornos inde- finidos, mientras que generalmente lo único que se distingue bien es, en marco dorado, el retrato del viajero que nos abre confidencialmente los nichos más remotos del relicario de su alma, fantasía y memoria. Sólo haré, en órden crono- lógico, la enumeracion prosaica de las localidades que he vi- sitado, é informaré de todo cuanto se relaciona con el objeto científico de estos viajes. 1* viaje : Rosario de Santa-Fé, Asuncion, Paraguart, Formosa, Corrientes y Bella Vista. El 22 de Enero de 1885 subí al tren en Córdoba para em- barcarme en el Rosario en uno de los vapores que hacen su carrera entre Buenos-Aires y Asuncion. Llevaba en ese viaje los aparatos é instrumentos siguientes necesarios para mis Operaciones: 1” Una carpa, libre de fierro, en forma de un cubo de 2 metros de lado, terminado arriba por un techo de dos aguas de 0.5 metros de altura. Se afirma con ocho cordeles de cá- ñamo en estacas de madera sobre dos palos verticales y una cabecera que desarmados se transportan en seis piezas. Las cuatro paredes lateralos, verticales sin inclinacion, se pue- den abrir, arrollando la lona hacia arriba, tanto cada una por sí sola, como todas á la vez, en cuyo último caso la carpa se parece á un gran parasol. Esta construccion facilita la venti- lacion y permite dirigir visuales á las estrellas desde el cen- tro de la carpa donde se instala el trípode con el instrumento. Su capacidad es suficiente para alojar, cuando el tiempo ame- naza lluvia, todo el equipaje y una cama de viaje, Esta carpa, construida según mis propias indicaciones, me ha acompa- ñado en todas mis exploraciones magnéticas, sirviéndome, segun las circunstancias, de observatorio, «le habitacion y de dormitorio. Resiste á los vientos fuertes y á la lluvia, y se cierra tan bien que aun cuando el aire esté muy agitado, las oscilaciones de la aguja se pueden observar sin molestia al- guna. El peso total de la carpa, incluyendo las piezas de ma- — 121 — dera y las estacas, es de 20 kilos, y embalado todo, forma un rollo de un metro de largo y treinta y cinco centíme- tros de diámetro. La puedo recomendar para operaciones se- mejantes, pues ofrece más ventaja que cualquiera de las cons- trucciones que he visto indicadas para este objeto; 2% Una silla baja de artista ó de pintor, formada de un asiento de cuero sobre tres piés unidos por un triple torni- llo de bronce. Desarmada se presenta en forma de un baston grueso de sesenta centímetros de largo. Este aparato ha sido muy útil en las observaciones del sol con el círculo de reflexion; 3" El magnetómetro de desviacion, Bamberg número 1247, acomodado en un baul especial de 4728 19 centí- metros; 4% Un círculo de reflexion de Sprenger, Berlin, con hori- zonte de mercurio; 532 Un cronómetro de bolsillo de Lange u. Sóhne, Glashút- te bei Dresden, número 13373; 6 Un barómetro Fortin, Fuess número 714; 2 Unhipsómetro, Fuess número 55; 8” Unaneroide, formato grande, de Feiglstok en Viena; 9% Un psicrómetro-honda ó rotatorio dividido en semigra- dos; 10 Efemérides astronómicas (Berlin Naut. Jahrbuch) y tablas logarítmicas para el cálculo inmediato de la mayor par- te de las observaciones. Llegado al Rosario supe que el primer vapor había de sa- lir recien el veintiseis y aproveché ese tiempo de espera para hacer una serie de observaciones allí, el 24 de Enero. Guíado y acompañado por mi amigo, el conocido comercian- te señor Guillermo Tietjen, no me fué difícil encontrar un sitio excelente para mi objeto, el campo libre cerca de la Pla- za Lopez, entre ésta y la ciudad. El 26 de Enero'á las cinco pasado meridiano salió mi vapor, el San Martín y llegamos al puerto de Asuncion el 30 á las 10 p. m. a] — 122 — Allí hice las observaciones magnéticas el 5 de Febrero en un paraje muy apropiado, en el banco de la Laguna, al norte de la ciudad, cerca del Cabildo y del nuevo Palacio de Lopez. La carpa distaba más de trescientos metros de cual- quier casa. Era uno de los objetos principales de mi viaje instalar allí un pequeño observatorio meteorológico, para cuya direccion se había ofrecido el señor don Enrique Mangels, consul ale- man en Asuncion y uno de los que mejor conocen el Para- guay. Este señor había observado ya algunos años con instru- mentos no muy buenos y sin someterse á un sistema riguroso de observacion, prestando, sin embargo, un gran servicio á la ciencia y ásu patria adoptiva, pues sus observaciones son todavía la base de la climatología paraguaya. Los instrumen- tos que le había destinado y que habían salido ya del Rosario antes de mí, tardaban mucho.en llegar y no queriendo aban- donar el Paraguay sin haber instalado ese observatorio, pasé el tiempo gozando delas delicias de aquella naturaleza en- cantadora y tomando casi diariamente alturas del sol para estudiar bien la marcha de mi cronómetro. Tampoco dejé de visitar el interior de aquel país, viajando con el ferrocarril á Paraguarí. Allí hice una serie muy completa de observa- ciones magnéticas el 12 de Febrero en un paraje sumamente favorable y — lo que rara vez me ha sucedido — sin ser es- torbado ni interrumpido por curiosos de ninguna clase. Puse mi carpa en el campo libre, á trescientos cincuenta metros del hotel de Don Juan Robelli, en que me había hospedado y que está á inmediaciones —al W. — de la estacion del fe- rrocarril. La villa de Paraguarí queda como á dos kilómetros más al Sur. Antes de la llegada del tren en que había de vol- ver á Asuncion, en la mañana del 13 de Febrero, pude subir á uno de los pintorescos cerros poblados de vegetacion espe- sa que flanquean la planicie de Paraguarí. Era el Cerro Ne— gro( Hú ), cuya altura determiné — véase los detalles bajo Paraguarí— con el hipsómetro Fuess número 35 en 276” — 123 — encima de la estacion de Paraguarí ó en 428" sobre el nivel del mar. Esta cifra es un 7 */, más alta que la que ha deter- minado JOHNSTON (830 feet = 259") (*). Al fin habían llegado los instrumentos que establecí el 21 de Febrero en la estancia del señor Mangels, denominada Iduna y situada como á siete kilómetros al E. de Asuncion. Antes de abandonar el Paraguay, pude repetir mis observa- ciones magnéticas el 23 de Febrero. Esta vez las hice sin carpa, estando el cielo nublado, en el establecimiento (La Cancha) de la Sociedad Hípica de Asuncion, situado en los suburbios, al E. de Asuncion: no mefué posible concluirlas, pues algunos aguaceros que sobrevinieron me obligaron va- rias veces á interrumpirlas. Recuerdo con placer las múltiples atenciones que me dis— pensaron durante mi estadía en Asuncion los señores Mangels, Cárlos von Gúlich y Ernesto Gruhn. El mismo vapor San Martín me llevó el 24 de Febrero á Villa Formosa, donde llegué en las primeras horas del día 25. Una casualidad me hizo conocer al señor Don Gustavo Belle- mare, quien había venido á bordo para despedirse de un ami- go. Gracias á la exquisita amabilidad de este señor, me en- contré, muchas horas antes de salir el sol, establecido en su habitacion que tenía en una de las casas de la Gobernacion, ventaja muy grande para mi, si se tiene presente que á la sa- zon no existía hotel en Formosa y sólo algunas pequeñas fon- das en que habría sido sumamente difícil encontrar aloja miento. En el terreno cercado de la misma casa hice con toda comodidad tanto las observaciones del sol, como las magnéti- cas, en los días siguientes. Ausente el Gobernador titular, la Gobernacion estaba en- tónces á cargo del sargento mayor señor don Rosendo Fraga, quien secundado por los oficiales del 5 de línea, todos ama- (*) Proceedings of the Royal Geogr. Soc., London, vol. XX, pág. 498 y sig. bles, me hizo pasar agradablemente: las horas desocupadas que me quedaban hasta la venida de otro vapor. Con placer cumplo con el deber de manifestar aquí públicamente miagra- decimiento por las atenciones y la franca hospitalidad que he recibido de parte de él y del señor Bellemare. En la mañana del 1” de Marzo abandoné Formosa en el va- por Río Uruguay, llegando el mismo día á Corrientes. Allí pude tomar alturas del sol en el mismo hotel, pero elegí para los trabajos magnéticos la barranca alta del Paraná que está al E. de la ciudad, entre el río y el cuartel: el sitio lleva el nombre de La Batería. Mi amigo, el señor Jorge Katzen- stein, entónces profesor del Colegio Nacional, me hizo cono= cer este instituto de enseñanza, del que recibí la impresion de ser un colegio modelo. Concluidas las observaciones el 3 de Marzo y determinado el azimut de mis miras el 5 del mismo mes, me trasladé el 6, en el vapor Paraguy á Bella-Vista, donde me alojé en el hotel de Toribio Jara, situado en la es- quina SW. de la plaza principal, en cuya huerta espaciosa hice las observaciones el 7 de Marzo. Estando por terminar las vacaciones, tenía que volver á Córdoba y tomé pasaje en el vapor Colon (construido por la conocida casa de E. Schischan en Elbing), pensando llegar pronto al Rosario. El vapor salió el 11 de Bella-Vista, pero recienel 16 llegamos al Rosario, pues á una legua de La Paz, tuvimos la desgracia de varar. Dos días enteros se perdieron en tentativas de poner el buque á flote, al fin, el 15,un vapor de la misma compañía, el Centauro, libertó nuestro buque de su peligrosa situacion. El 17 de Marzo estaba de vuelta en Córdoba. 2 Viaje: Cañada de Gomez, Rosario, Villa-María, ) ) Laguna Larga Con los mismos aparatos que había llevado en el primer viaje, salí de Córdoba el 28 de Marzo de 1885, á fin de apro— vechar para mi tarea las vacaciones que la semana santa ofrecía. En Cañada de Gomez observé, el 29 de Marzo, parando la carpa en la plaza principal, casi en frente de la iglesia. De allí me trasladé al Rosario para completar y repetir las observacio- nes que había hecho en Enero. El 31 de Marzo hice allí, en la misma plaza Lopez, sin car- pa, observaciones de la declinacion y deflexion, costándome mucho tiempo y muchos ensayos inútiles en aquel día tan nublado dirigir algunas visuales al sol para la determinacion del azimut. Tomé el tren á Villa Maria el 1? de Abril: estaba lleno de pasajeros que iban á asistir á la inauguracion del fe- rrocarrilá Mendoza, á tal punto que tuve que hacer parado todo el viaje. En Villa-María hice las observaciones magné- ticas el 3 de Abril, en el campo, á trescientos metros al Sud de la plaza, teniendo el puente del río Tercero como á seis- cientos metros al SW. Concluyó este viaje con mis observa ciones en la estacion Laguna Larga, el 5 de Abril de 1885, de donde volví á Córdoba. 3%" viaje: Chañares, Oncativo, Rio Segundo Este viaje rápido, de 3 días, estaba dedicado á las estaciones del Ferrocarril Central Argentino: Chañares (24 de Mayo de 1885), Oncativo (25 de Mayo) y Río 2” (26 de Mayo). Los se- ñores jefes de estacion me dieron permiso para establecer muy cerca de las estaciones la carpa que me servia á la vez de ha- bitacion: no eran agradables aquellas noches en que el ter- mómetro marcaba 6" bajo cero. En Chañares observé á 150 metros al Oeste de la estacion, donde había campo baldío. Menos favorable para mi objeto era el sitio que tuve que elegir en Oncativo, en el mismo terreno de la estacion, á pocos metros de distancia al SW de la casa. Lo mismo se puede decir de la localidad que elegí de noche en Rio 2”: terreno de la estacion al NE. de la casa, rodeado de pilas de + — 126 — leña y carbon, en frente del semaforo septentrional de la estacion. 4% viaje: Rosario de Santa-Fé Teniendo que viajar por asuntos particulares al Rosario, llevé el magnetómetro é hice en la tarde del 28 de Agosto de 1885 algunas observaciones en la plaza Lopez. No había tiempo para tomaralturas del sol, de modo que el azimut se ha calculado con la marcha del cronómetro y la diferencia de longitud entre Córdoba y Rosario. o” viaje: Tucuman, Rosario de la Frontera Apenas habían principiado las vacaciones universitarias, cuando hice un viaje al Norte de la República. El 11 y 12 de Diciembre de 1885 observé en Tucuman. Mi juven amigo, D. Miguel Lillo, profesor de física del Colegio Nacional y sub-director de la Oficina Química Municipal, había puesto á mi disposicion su grande quinta que está al SW. de la ciudad á la distancia de un kilómetro de la estacion del ferrocarril Allí hice mis observaciones. Aunque mi propósito era visitar las estaciones ferrocarri- leras entre Tucuman y Córdoba, acepté, sin embargo, la in- vitacion de mi amigo Schneidewind, de acompañarle en un viaje. El ingeniero D. Alberto Schneidewind, eraentonces di- rector de la prolongacion del Ferrocarril Central Norte, y pen- saba hacer un viaje de inspeccion de las obras. Salimos el 14 deDiciembre de Tucuman en eltren, tomando caballos en Ro- sario de la Frontera, donde dejé mis instrumentos. Visitamos en un viaje rápido todo el trayecto entre Rosario y Chilcas, volviendo el 17 á Rosario. El 18 nos separamos, yendo yo álos conocidos baños termales de Rosario, situados en las montañas al E. de la estacion, donde hice mis observaciones el 19 de Diciembre de 1885. Determiné, de paso, la altura y — 127 — del establecimiento en 100' sobre el nivel de la estacion, que es de757", resultando así una altura absoluta de 857% sobre el nivel medio del Rio de la Plata enfrente de Buenos-Aires. No me era posible observar en una de las estaciones in— termedias entre Rosario y Tucumán, pues con urgencia se me esperaba en Córdoba. 6" viaje: Simoca, La Madrid El 22 de Enero de 1836 estaba otra vezen Tucumán, don- de hice sólo determinaciones del tiempo, yendo en la tarde del mismo dia á Simoca. Allí observé el 23 de Enero en el patio de una casa de comercio que está á 100 metros al W. de la estación. Tenia á S metros al ESE. la cocina de la casa, que contenía muy pocos aparatos de fierro. Acompañado de un fuerte aguacero llegué á La Madrid en la noche del 24 de Enero. A causa de esa lluvia perdí dos dias, pues todo el terreno cerca de la estacion estaba inunda- do. En estas circunstancias—la lluvia duró 2 dias y medio— se habrían inutilizado mis instrumentos, si el señor Berry, jefe de la estacion, no me hubiese ofrecido su hospitalidad. Le manifiesto aquí mi más sincero agradecimiento por los servicios que me ha prestado con todo desinterés. El 17 de Enero, al fin, pude parar mi carpa y principiar las observa- ciones que concluí el 29 de Enero. Las hice al SW. de la esta- cion á 300 metros de distancia. Aquí me alcanzó un telegrama que me comunicó enfermedad grave en mi familia, obligán— dome á volver precipitadamente á Córdoba. 7% viaje: Lavalle, Frias, San Antonio, Recreo, Totoralejos. Continué el viaje interrumpido el 17 de Febrero de 1886, fecha en que lleguéá Lavalle. Observé allí los dias 17 y 18á = 128 — 300 metros al SW. de la estacion y á 45 m. de distancia de los rieles, y fuí en la tarde del 18 á Frías, donde permanecí ob- servando del 19 al 21 de Febrero. No encontrando en la misma poblacion de Frías un local conveniente para mis ob- servaciones, me trasladé á 2 kilómetros al S. de la estacion, poniendo la carpa á inmediaciones del puente sobre el rio Albigasta. El tren de la tarde me llevó el 21á San Antonio. La estacion queda situada en un lugar llamado antes San Pablo, y fué trasladada acá de la poblacion San Antonio, que está situada 7 á 8 kilómetros más al $. El jefe de la estacion, señor Dante Bizcardi, con quien te— nía relaciones amistosas hacía tiempo, me colmó de atencio— nes y me dispensó una hospitalidad tan agradable que sus recuerdos no se borrarán jamás de mi memoria. Vivía allí en una casa recien construída, sin fierro, en frente de la esta- cion y pude colocar la carpa á su lado, de modo que me se- paraba de los rieles una distancia de 40 metros y la casa de la estacion quedaba á 200 metros al NW. Las observaciones se hicieron el 22 y 23 de Febrero y en la tarde del último dia to- mé el tren á Recreo. Allí hay campo abierto al E. de la esta- cion, entre ésta y la «sierra» de Recreo, donde no hay es- torbo ni influencia locales: observé á una distancia de 500 metros dela estacion yá 100 metros á lo menos de las casas más próximas. Despues de concluídas mis observaciones en los dias 24 y 25, llegué el 26 temprano á Totoralejos, estacio- nándome á 200 metros al NW. de la estacion y dedicando el 26 y 27 de Febrero á las determinaciones magnéticas. Los dos señores que en esta apartada localidad me han prestado muchos servicios, don Francisco Zambelli y don José Ca- brera, ya no pueden recibir el testimonio de mi gratitud, uno y otro han fallecido entretanto. El 28 de Febrero volví á Córdoba. — 129 — 8" viaje: San José, Dean Funes Para esta excursion había destinado la semana santa del año 1886 y pensaba recorrer las estaciones del Ferrocarril Central Norte situadas entre Totoralejos y Córdoba. El mal tiempo que me acompañaba, días de garúa y neblina, y que me obligaba á pasar muchos dias sin poder tomar observa- ciones del sol, hizo que sólo dos estaciones, San José y Dean Funes, fuesen visitadas. En San José estuve desde el 20 de de Abril hasta el 25; en Dean Funes del 25 al 28 del mismo mes. El inclinatorio me había dado en los últimos viajes mucho trabajo, pues se notaba poca concordancia en las lecturas. Suponía que los ejes sumamente delicados de las agujas de inclinacion estaban torcidos, aunque no recordaba incidente ninguno en que esa desfiguracion podía haberse producido. Llevé entónces conmigo un inclinatorio distinto, Adie nú- mero 62, con dos agujas marcadas 20 y 21. Este instrumento es de los que sellaman modelo Kew y había servido para las determinaciones absolutas de la inclinacion en la Expedicion Antártica Alemana que había observado en Georgia del Sur. En San José vivía en la carpa á 300 metros al E. de la esta- cion. El señor don Benito Ortíz, jefe de la estacion, hacía todo lo posible para que Jas numerosas horas que tuve que pasar sin hacer nada, fueran menos fastidiosas. Dias nu- blados, tambien me impusieron una estadía más larga en Dean Funes, donde observaba á 200 metros al SE. de la esta- cion. El 28 de Abril estaba de vuelta en Córdoba. Y" viaje: Cosquin Recien en Marzo de 1887 reanudé mis exploraciones mag- néticas, interrumpidas por varios inconvenientes. Pasé los dias 15 á17 de Marzo en la villa de Cosquin, observando en — 130 — el espacioso terreno de mi amigo don Federico Dilla. Para el inclinatorio había recibido, entretanto, 2 agujas nuevas, números 3 y 4, del señor Bamberg, y empleaba el número 3 en Cosquin al lado del 2. 10" viaje: Recreo, Santiago del Estero, Loreto Poco despues aproveché por tercera vez de la semana san- ta, para extender mis observaciones sobre el ramal del Fe- rrocarril Central Norte de Frías á Santiago. Teniendo des- confianza en algunas de mis observaciones hechas anterior- mente en Recreo, pasé allí los dias 4 y 5 de Abril de 1887, eligiendo para mi objeto el mismo sitio que había ocupado en Febrero de 1886. El 6 de Abril llegué á Santiago del Es- tero, donde mi amigo Federico Rosenbusch me proporcionó en el terreno de su cervecería un sitio excelente en que puse micarpa. Este sitio estaba próximamente á 500 metros al W. dela estacion dei ferrocarril, quedando la catedralal ENE. á una distancia de l */, kilómetros. Las observaciones en Santiago me ocuparon del 7 al 11 de Abril y son las más completas, exactas y numerosas que he podido practicar en mis viajes. El mismo cuidado dediqué á las que hice en se- guida en la estacion Loreto, del 12 al 15 de Abril. Aquí me establecí con mi carpa en el campo abierto al SW. de la esta- cion, retirado de los rieles: no había curiosos que me inte- rrumpiesen, la plaga más grande en observaciones magnéti— cas, ni mi tiempo tenía que dividirse entre la ocupacion científica y los deberes que la hospitalidad tan generosamen- te brindada en este país impone al viajero, generalmente á costa y en perjuicio de las tareas científicas. Con esta excursion se concluyeron mis viajes con el instru- mento Bamberg 1247, pues recibí pronto otro magnetóme- tro de más precision, Bamberg número 2597, que desde en- tónces me ha servido en las exploraciones magnéticas. — 131 — COORDENADAS GEOGRÁFICAS Para nuestro objeto, los mapas existentes dan las coorde- nadas geográficas con una exactitud suficiente. En algunos casos, desconfiando de las indicaciones de los mapas, se ha determinado la latitud por observacion de alturas circunme- ridianas del sol, pero no han resultado diferencias notables de las posiciones dadas por los mapas. En otros casos me he convencido de esa concordancia, calculando la latitud con las alturas correspondientes del sol que había tomado para la determinacion del tiempo. Pues para alturas iguales es ¿ =D — y (*), suponiendo 7 sen h. sen D Di Ei s id en h and COS 2A : sen 2 En esas ecuaciones es 4 la diferencia de los ángulos hora- rios, tomando en cuenta la marcha del cronómetro, ó E A A AT, IND siendo e, y e la ecuacion de tiempo correspondiente á los mo- mentos T, y T, y AT, y AT las correcciones del cronómetro en los mismos momentos. La longitud se ha derivado, algunas veces, comparando el tiempo local con el de Córdoba: tampoco he encontrado dife- rencias dignas de notarse. Las alturas desconocidas de algunas localidades han sido medidas y calculadas por primera vez: reclamo la prioridad para Rosario de la Frontera (los baños) y Cosquin. + A) Véase CHAUVENET, Manual of Spher. and Pract. Astronomy, vo- lúmen I, S 182, fórmulá 326. — 132 — DETERMINACION DEL TIEMPO Como se verá más adelante, el método que he empleado sin excepcion en la determinacion del azimut de las miras im- plica el conocimiento exacto de la correccion del cronómetro. De consiguiente, la determinacion del tiempo ha sido una de las tareas más importantes en mis excursiones y se ha emplea- do en ella el mismo tiempo ó más aún que el que es requerido para practicar las observaciones puramente magnéticas. Rara vez he llevado en los viajes mi cronómetro de marina, Brócking 1024, y aún, cuando éste me acompañaba, me he servido en casi todas mis observaciones de un cronómetro de bolsillo, de muy buena calidad, que bate 0%2. Es de la fá- brica de A. LaxGE£ u. SoHxNe, Dresdener Glashútte, número 13373, y se llamará en adelante sencillamente Glashútte. En ¡os viajes en que tenía los dos, el reloj Glashútte ser— vía sólo de reloj intermediario ó de interpolacion durante las observaciones de tiempo ó de azimut, pero en muchas explo- raciones el reloj Glashútte ha sido el único medidor de tiem— po y no tengo motivo para estar descontento con los resul- tados que me ha dado. Además, un cronómetro de marina es un compañero que necesita atenciones muy solícitas que no se pueden encargar á personas inexpertas. El cronómetro Brócking había figurado en una de las ex- posiciones de cronómetros que anualmente suelen cbservar— se en el observatorio marítimo aleman de Hamburgo y á los que los fabricantes, compitiendo unos con otros, mandan los mejores productos de sus talleres. Por meses enteros se exa- mina allí escrupulosamente la marcha de cada uno con varia- cion de latemperatura y se publica el resultado del concurso. Durante las exploraciones se llevaba el cronómetro bien acondicionado en una caja acolchonada que disminuía mucho — 133 — las influencias de la temperatura. El cronómetro de bolsillo se ha guardado siempre, de dia y de noche, en la misma po- sicion, vertical. Las alturas del sol, —no se han observado otras estrellas en los viajes — se han tomado con un círculo de reflexion de Sprenger, Berlin, de 16 centímetros de diámetro y cuyos dos verniers aprecian 20”. Era propiedad de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de Córdoba (Gabinete de Topografía). La rectificacion del instru- mento la hacía cada vez antes de salir á nuevos viajes y el único error que quedaba sin corregir, el del 0 ó del índice, se ha determinado generalmente antes ó despues de una ob- servacion ó las dos veces. Un detenido exámen prévio del horizonte artificial de mer- curio dió por resultado que no era necesario distinguir entre los dos cristales plano-paralelos que forman el techo del ho- rizcnte. Al principio empleaba el método'de alturas singulares, más tarde se han observado alturas correspondientes del sol. En efecto, las condiciones climatéricas de nuestras zonas son su- mamente favorables al uso de ese método más ventajoso: es- casos son los días en que el. grado de nebulosidad del cielo no permita observar por la tarde las alturas correspondientes necesarias. Cuando las nubes se oponían áesas observacio- nes, se han medido, al menos, alturas desiguales ó casi igua- les del sol, calculando por la fórmula de Lrerrow modificada por voN WúLLERSTORF-URBAIR (1). Como se verá más adelante, se ha determinado el tiempo casi diariamente en los viajes, de modo que el estado y la marcha de los relojes eran siempre conocidas con una exac- titud más que suficiente. Presentamos en los renglones siguientes algunos ejemplos (4) Véase: Handb. d. Navigation des Hydrograph. Amts d. Kais. Marine, Berlin, 2' Aufl., página 293. T. XIV 10 — 134 — detallados, á finde que se pueda apreciar nuestro modo de observar, así como los métodos empleados en el cálculo. Para los datos astronómicos se ha consultado el Berliner Nautiches Jahrbuch. En las observaciones se encuentran á continuacion delos segundos algunas cifras sin denomina- cion que significan toques dobles del reloj y de los que cada uno tiene el valor de 0%4.: No he tenido la ventaja de ser acompañado de un ayudante á quien encargar uno de los múltiples trabajos, yo sólo he observado, he hecho la lectura del instrumento y del reloj, he apuntado las dos y finalmente he ejecutado todas las com- putaciones numerosísimas que no se han revisado por otras personas. Cuando se emplee, enlo futuro, la palabra error del in— dice se entiende siempre la correccion que se debe aplicar al cero del círculo, expresando el signo la operacion aritmé- tica á que se ha de someter esa correccion. Anticipo esta ex- plicacion en vista de que la expresion «error del índice» se puede interpretar de dos modos muy distintos y se presta con facilidad á equivocaciones ó errores en el signo. 1. PARAGUARÍ, Febrero 11 de 1885, p. m. Observación del cero del circulo de reflexión CS 0729'40” || 60" 3599725 '20” |]0" Corr. del índice + 2'30”7 Clas iFA HS ANO AAMO) We 92499" " 361400 0 A 3.31. 20 SON De o 1) ” 2) u 330 Barómetro = 748"" Termómetro = 28? cos z — sen < sen 2 Cálculo : “cos t = = COS p COS 0 — 135 — Tiempo 3”24"8*4 Observación Cor. del índ. Altura h Refr. y paral. 2diám. € O7242'30" + 230 36 22 30 - 16 + 16 13 36 37 37 53 22 23 33 p =— 2536'3 para 4*5” de tiempo medio local 9 =— 13"45'10* log sen = 9.63 565 log sen 4 = 9.37 608.7 log (sen p sen 3) = 9.01 173.7 — log (sen y sen 0) l O72* 3"26"30*%8 42'30" 2 30 511 54 49 O) 337168 66-47'20" + 230 33 24 55 eS EA 4+ 16 13 33 39 54 5620 6 2= + 3"48"40> log cos p = 9.95 5 log cos 4 = 9.98 7 log (cos y cos 0) = 9.94 9.77 012.1 9.01 173.7 3"39%41*6 E 58) 33 56 U66*47'20 2 30 24 55 1 14 16 13 1 28 52 32 ” 9.74 317.1 9.01 173.7 P ¡ B=0.76 394.7 CE eSIGe0sS da — 0/68 185.4 + log ¡sen p sen 2) =9.01 173.7 log /cosz—sensens) = 9.69 360.1 — log [cos $ cos 0) = 9.94 247.5 log cos t=9.75 112.6 (en arco=5540'51” t en tiempo = 3"42"43*4 Ecuación de tiempo= +14 27 7 0.75 838.4 0.67 513.9 9.01 173.7 9.68 687.6 9.94 247.5 9.14 440.1 56216'47" 32452 7=] +14 27 7 0.73 203.4 0.64 301.7 9.01 173.7 ecuación de tiempo e = + 14"27*7 SOL 113-1 9.65 475.4 9.94 247.5 9.114227.9 38917'55" 551517 SS, +14 27 7 Tiempo medio local=3 57 11 1 Tiempo Glashútte =3 24 84 359348 3 26 30 8 4 10 19 4 331168 9.64 711.0 9.94 247.5 9.70 463.5 5933'53" 358"15*5 7 +14 27 4 12 43 2 3 39 41 6 AT Glashutte = +33" 2*7 +33" 40 4-33" 256 +33" 16 . Promedio AT = + 33"2*7 para 3"31"9 del reloj (= 3*53) — 136 — 2. Cosquin, Marzo 15 de 1887, P. mM. Alturas singulares del sol BE=693=3 2650 A cronóm. — Glash. = + 14”34*9 Clash 35) A] SO OA 0-30'40" |31'40" 359*26'10* || 30" Error del índice + 1'15" 0 30 40 [131 40 25 50 ||110 Cronóm. : 4*9*7*%9 () 29*40'42"5 (altura-incorr. del (), Cálculo: sen* tf coss..sen (s —h] 7 cos y sen d d=90* —0 ?+d+h s = == ”) p=—31%13'30". A=+4*17%52%5 ¿==920'82 Ecuación de tiempo e = + 8”59*%8 o == 31:13'30* log sec = 0.06 7965 d+ 459250532 log cosec = 0.00 0275 A RRIIIZIAS 25:00 50:26:24 sb 45137122 log cos = 9.84 1814 s=h= 1533 50 log sen = 9.42 8643 2 log sen 5 —= 931 1697 log sen 3 = 9.67 2348 2b= 287350 1:=56 6 14 — 137 — Tiempo verdadero local = 3"44"24*9 e=+8598 Tiempo medio local = 3"53"24*7 Cronómetro =4. 9 79 AT cronómetro = —15 43 2 3. Frras, Febrero 21 de 1886 Altwras correspondientes del sol A. M. (11) Círc. de refl. P. M. (la) pra GS MIO Or30 sr MIS0" * 21102976" 12137989 1916.40) 14 39 0 OA 14378. :60 114 0 12 19 6 28 7 ¡PO 9 32.0 28 1 19462 CO 1160 E 26 8 2330 O ASAS 26 4 16 60118.0 126 Sil 27544 O MA) 20) 2812 Promed. Glash: 10 18 38 3 a 7 Sl Oc IA ST Cron. — Glash: .=—.120:2 — 1201 Cronómetro: 10*17”"18*1 ST Do e 0 a (453 Semi-interv.: 1%54%8 o = — 10*24'13'5 m = +2608 Ecuac. de tiempo = + 13"46%7 .p = —28%41'6 2=+ 4"20"33* =4"34 ee) AS + Bm tg A +56 Correc. total =+ 5 6 Q 12 12 13 1 mediodía segun cronóm. 12 13 46 7 mediodía de tiempo medio AT del cronómetro = + 1 33 6 febrero 21, 12” md. AT de Glashútte = + 013 5 — 138 — 4. RecrEO, Abril 4 de 1887 Alturas desiguales del sol T, (a. m.)= 9*42%54%0 () 38” 9'43" (h corregida) = h, DT (poa = AS OS AO ES A OS O 3ms tir 2*39”41*6 di AD TUE 3925524" 2 (T, E T,) ; ñ e=>+3"1%6 =:=E 52450 m= + 29744" o = — 291854" )=-+4”20”20* — Am tg y + Bmtgo9= + 10*1 dh cos h Corrección por alturas desiguales — dí = 5==—, p sa 30 cos y cos o sen Í AS log =2.89 042 TT. 10-77 3908 h=38" 3'14'"5 log cosh=9.89 622 Correc. de med.= + 101 Compl. log 30=8.52 288 Correc. —dt= — 366 log sec ¿=0.05 951 Med. del cron. =12 22 91 Eo Ia Ecuac. tiempo= + 3 16 log cosec 1=0.19 263 Ae rica log dt=1.56 385 — dí=—36*6 LAS OBSERVACIONES DE LA DECLINACIÓN MAGNÉTICA Descripcion del aparato Todas Jas observaciones de que trata este estudio, se han hecho con el magnetómetro de desviacion, Bamberg, n” 1247, Este instrumento, de dimensiones compendiadas, se compo- ne de las siguientes partes principales, necesarias para la determinacion de la declinacion : 1” Una plataforma sobre tres piés, con limbo horizontal y alidada giratoria, la que lleva un pequeño anteojo de pasos, y diametralmente opuesto á éste, dos soportes verticales que terminan en collares para recibir un espejo azimutal plano, móvil al rededor de un eje horizontal. Los dos nonius permi- ten la lectura inmediata hasta 5, pero en nuestras observa— ciones se ha estimado siempre el minuto; 2% Una brújula de declinacion en forma de una caja pris- mática, cuya tapa cerrada con un cristal se puede atornillar sobre la caja. Esta se coloca y sujeta á la plataforma y tiene en su centro un estilo en que se apoya la aguja. Este centro coincide con el de una graduacion interna incompleta sobre marfil con cuyos ceros, marcados por pequeñas puntas verti- cales, tienen que enrasar las extremidades de la aguja, coincidencia que se observa con un lente de aumento; 3 Dos agujas marcadas 1 y II, livianas, de 72"" de largo, 0.8" de grosor y de 8”” de ancho en la parte central, cuya chapa de cristal se puede atornillar de tal modo al centro de las agujas que éstas se pueden observar con la marca arriba y marca abajo. Cada aguja está provista de una pequeña co- rredera metálica á fin de equilibrarla (1). Puesto que la declinacion magnética es la diferencia angu- lar entre los meridianos astronómico y magnético, cada deter- minacion de la declinacion se compone de una operacion as- tronómica, y de otra, propiamente magnética. Conviene tra- tar cada una por separado. Determinacion del meridiano astronómico Careciendo el pequeño instrumento de un círculo vertical, (*) Véase la descripcion, con dibujo, en Handbuch der Nautischen Instrumente, Berlin, 1882, S 127. — 140 — la determinacion más expedita del meridiano es la de medir el ángulo formado por un objeto terrestre — la mira — y el centro del sol, anotando el tiempo de las punterías dirigidas hácia el sol y calculando con el ángulo horario de éste y la latitud del lugar su azimut y el de la mira, con lo que está indicado el punto del limbo que corresponde al Norte as=" tronómico. A fin de determinar el azimut de la mira, se ha procedido, casi sin excepcion, del modo siguiente : Se han dirigido, generalmente dos veces, visuales al objeto terrestre, observando en las dos posiciones del anteojo para eliminar su error de colimacion, y haciendo siempre la lec- tura de los dos nonius. Luego se ha observado, intercalando un vidrio azul, en cada posicion (l y II) del anteojo la tan- gencia del borde derecho é izquierdo de la imágen del sol (A y O) con el hilo vertical del retículo, apuntando á la vez el instante marcado por el cronómetro en cada uno de esos contactos. En seguida se han repetido las visuales hácia la mira del mado arriba descrito, con lo cual quedan concluidas las observaciones necesarias para la determinacion del azimut. Cuando el sol está á más de 20” de altura sobre el hori- zonte, la disposicion del anteojo no permite dirigir las visua- les directamente al sol : hay que servirse, en estos casos, del espejo azimutal. Con tal objeto, el observador da la espalda al sol é inclina el espejo y el anteojo hasta que aparezca en el último la imágen del sol. Hecho esto, las visuales se diri- gen hácia la imágen reflejada del sol, procediéndose como antes, con la única diferencia de que el número de observa- ciones se duplica; pues, en la eliminacion del error de coli- macion del espejo, hay que hacer las cuatro observaciones en cada una de las posiciones del espejo, que es invertible: marca del espejo arriba, marca abajo. El ejemplo siguiente que doy con todos los detalles de la observacion y del cálculo correspondiente, ilustrará el órden y método con que se ha procedido casi siempre. — 141 — SANTIAGO DEL ESTERO, Abril 8 de 1887 (manana) 1) = + 4”17"3* 'Observ. Nac.) vo = + 27*48'2"3 (Observ. Nac.) Con espejo azimutal. Reloj : Glashutte. POSICION CÍRCULO HORIZONTAL A A A > — “UA AA Objeto ajo ápcia Tiempo civil Nonio 1 Nonio 2 Mira 1 = - ZII 54' Mira I — — 33 54 Al I I 8" 2*10* — 13.5 238 12 14 10) I I 345 —17.5 237 23 25 O) I II 540 — 10 17 18 A I TI O 9 40 42 OQ 11 II 840 — 19 28 29 O) II II 10 0 — 18.5 236 42 43 O] II I 12 0 — 21 47 49 O) II I 1325 — 12.5 0 2 Mira II — = 239 54 54 Mira I — — 33 34 Cálculo Promedio = 8” 7%43*9 ( 33711'94 Tiempo medio local = 7 51 29 1 Ecuacion de tiempo = + 1380 Ang. horario (<=t=-—410 89 ten arco = 6332185. 112 RS A _ cosntgí O IN tg w = o donde tg n=tg 3: cos t log tg 4 = 9.12 3224 p= — 27148" 23 log sec £ = 0.33 6134 A o Es YT log tg n = 9.45 9358 +? =nm=-—4351'57 0 — 142 — log cos n = 9.98 2702 log tg t = 0.28 4210 log cosec (¿ — n; =0.15 9287 log tg» = 0.42 6199 Azimut = w = 69227"23 Círculo azimutal = 237 11 94 Norte astronómico — 167 44 71 Mira= 239 53 62 Azimut de la mira = N 712 891 E Constantes y correcciones El error de colimacion del anteojo ha sido eliminado por el modo de observar, sin embargo se ha determinado en Córdoba con toda exactitud. No estando marcado el anteojo, se ha considerado como posicion I á aquella en que se en- cuentra arriba la ranura del tubo en que corre un tornillo del ocular; la posicion II significa : ranura abajo. El anteojo vino de Europa con el error siguiente de coli- mación, que resulta de treinta observaciones practicadas á propósito : Posicion I1 — posicion Ill = + 4:90, error de colimacion: AAA Corrección para la posicion I : — 2/45. Correccion para la posicion II: + 2/45. Más tarde rectifiqué este error mediante correccion de la posicion del retículo, pero a pésar de ser el error desde en- tónces = 0, no se ha dejado de observar siempre er las dos posiciones del anteojo. El error de colimacion del espejo ha sido constante durante todos los años de observaciones y no ha sido corre- gido en el instrumento. De trece series de observaciones, en quese dirigían visua- les ya á objetos terrestres, ya al sol, ya á o Canis Majoris (Sirius), ha resultado una diferencia entre la posicion 1 — 143 — (marca del espejo arriba) y II del espejo (marca abajo) de + 11:76. Luego una observacion hecha en la posicion I del espejo requiere una correccion de —588, en la posicion Il de + 5/88. Por lo tanto, si por falta de tiempo ó por otra circunstancia se hubiesen hecho observaciones incompletas, en una sola posicion del anteojo y espejo, tendrán que aplicarse á los azi- mut determinados, las distintas correcciones que van en se- guida : Para el anteojo I y espejo I.... — 8/33 — PAE + 3:43 — MARSANS + 8:33 A pl AO — 3/43 Observo que no ha sido menester emplear alguna de esas correcciones, pues siempre ha habido tiempo para hacer observaciones completas. La correccion del error que acabamos de tratar, no incluye la de otro que puede presentarse, y que existe en nuestro instrumento : el deexcentricidad del espejo, cuyo centro, en este caso, no se encuentra en el eje óptico del anteojo, ó lo que es equivalente, no. está diametralmente opuesto á éste. Este error se podría determinar, haciendo alternativamente observaciones con el anteojo y espejo en su posicion ordina- ria, y otras en que el espejo ocupe el lugar del anteojo, y vice- versa. Si bien ese procedimiento no es imposible, dada la cons- truccion del aparato, es, por otra parte, sumamente incómo- do, pues en los soportes del espejo falta una disposicion para darle posicion fija al anteojo, que colocado en los collares destinados para el eje del espejo, debe ser sostenido y diri- gido con una mano. En vista de esta circunstancia me he abs- tenido de determinar el error por el método indicado, tanto más, cuanto que las mismas observaciones suministran ma- — 144 — terial suficiente para llegar á un conocimiento exacto del error. He aquí los detalles del caso: Para averiguar la correccion absoluta de las observaciones de declinacion practicadas en Córdoba, con el instrumento que nos ocupa, había calculado por interpolacion las decli- naciones correspondientes á las épocas de la observacion mia, tomando como datos seguros y corregidos los del Dr. B. A. Gould (1883.5 D = — 12130) y los míos observados con el teodolito magnético Bamberg, n” 2597 (1890.0 D = — 117450). Reuniendo en grupos las observaciones separadas por cortos intervalos, se podían deducir las si- guientes correzciones aplicables á mis observaciones con Bamberg, n* 1247: Correccion ISE TITULO LO ta E eos — 21/8 1S86'Marzo. 2 mates -— 21'1 = Detubre diyi2b 2. actes (— 13:3)) — 209 — Noviembre 1?” y Diciembre 4. — 208 y 1887 Enero 17 y Marzo 11....... — 199 1888 Julio 18, 19 y Agosto 2,16. + 23:2 — Setiembre 2, 16 y Octubre 2,17 + 21:0 + y 92:0 — Noviembre 5, 18............ + 219 Resulta que los valores de las declinaciones observadas de 1885-87, son en 429 más grandes que las practicadas en 1888. Ahora bien : la primera serie ha sida observada en la quinta Gonzalez (hoy Plaza Juarez Celman), la segunda en la oficina meteorológica, calle Santa Rosa 421. El azimut de la mira empleada en la quinta de Gonzalez ha sido determinado exclusivamente mediante el espejo azimu- tal, pues los árboles vecinos ocultaban el sol mientras estaba á poca altura sobre el horizonte. En la oficina meteorológica, por el contrario, era menester tomar el azimut del sol, cuando éste estaba bajo, y el azi- mut de la mira calculado sobre mediciones con nuestro instru- e — 145 — mento, resultaba igual al que arrojan las observaciones con Bamberg 2597. Si ese valor de 42'9 no se hubiese deducido indirectamente habría podido servir para la correccion del error de que se trata aquí. Pero, he preferido determinar su valor exacto con aquellas observaciones en mis viajes y en Córdoba en que se había determinado el azimut con el espejo y á la vez sin él. Para este objeto tenemos las siguientes diferencias entre el azimut determinado con el espejo azimutal y el que dan las visuales directas al sol : 1. Lavalle, 1886, Febrero 17....... + 48:47 2. Frías, 1886, Frebrero 20........ + 45:95 3. Totoralejos, 1886, Febrero 26-27. + 41/17 4. Córdoba, 1887, Enero 25........ + 43:21 an REGCTEO; 1987, ADT A Soi... + 46:72 6. Santiago, 1887, Abril 7-9....... + 45:57 7. Loreto, 1887, Abril 12-14....... + 47:38 8. Córdoba, 1888, Agosto 15....... + 46:10 Promedios Muro is + 456 En resúmen, cuando se haya determinado el azimut de la mira únicamente con el espejo azimutal — el sol á espaldas del observador —- hay que aplicar la correccion de 456, sea negativa al azimutó á la declinacion, sea aditiva á la posicion del sol dada por el limbo, Todos los valores de la declinacion obtenidos en la quinta de Gonzalez, de Julio de 1885 á Marzo de 1887, con el mag- netómetro Bamberg 1247, han de diminuirse en la cantidad de 456. Error probable de la determinacion de un azimul Este error, expresion del grado de precision de las deter- minaciones del azimut de las miras, depende en primera lí- — 146 — nea del grado de exactitud que invisten los datos empleados en su cálculo, á saber, el ángulo horario t del sol, la la- titud y y la declinación 2 del sol, y en segundo lugar de ciertas imperfecciones del instrumento que se emplea. En cuanto á la primera causa, el conocimiento más ó menos exacto del tiempo, de la latitud y de la declinacion solar, nuestras observaciones practicadas entre 25% y 337 de lati- tud austral, gozan de ciertas ventajas. En efecto, diferenciando la ecuacion general del azimut (enfuncion de £, ¿ y 3) de tal modo que unatras la otra deestas cantidades sea considerada como variable, y haciendo la su= posicion, casi siempre realizada en nuestras observaciones, de que se haya observado el sol en el primer vertical, se vé que para esas latitudes un error cometido en la avaluacion de la latitud, en el cálculo de la declinacion solar y en la declina- cion del tiempo, son de muy poca influencia sobre el azimut que resulta. Para hablar especialmente del factor que más influye, el tiempo, resulta que una incertidumbre de un segundo en su determinacion, produce un error en el azimut de + 0/11 con una latitud de 25%, y uno igual á + 014 cuando la la- tidud es de 33. En Córdoba un error de ocho segundos en la determinacion del tiempo, tendría como consecuencia un error de un minuto en el azimut. Las observaciones del tiempo que he hecho con tanta frecuencia en estas expedicio- nes, excluyen un error de más de un segundo en el tiempo, de modo que las determinaciones del azimut debían gozar de un alto grado de precision. Sin embargo, no resulta cierta esta suposicion. En Córdoba, por ejemplo, donde se observó, á principios, sobre una columna situada en el centro de la quinta, se de- terminó el azimut de la mira -— que era una raya fina hecha con pintura negra en la pared de la casa, á 45 metros de dis- tancia, por las siguientes diez y seis observaciones : = 147 — Fecha Azimut del sol Azimut de la mira Noviembre 2...... — 9072 14495324 = ANO. + 85.2 53/04 — AN —- 91,8 DIS — 7 + 89.4 DUO — LN — 90.7 DD — Grana, — 92,0 92:07 = Vado. + 90.3 DL:02 - di + 91.6 51:67 LINA. — 94.5 52:10 — DONADO + 102.1 49/05 - UE Pda + 97.8 511 — JON + 98.5 50'89 SS O esse + 99.2 31/02 Diciembre i...... + 90.1 56/33 — Moe + 90.8 55:83 - PAS. + 91.5 50-19" Promedio..... 144952/47 Error probable del promedio = 0:33. Error probable de una determinacion += 1/30, Desde Octubre de 1886, por razones de conveniencia, hice construir otra columna más cerca de la casa, á 20 metros de ésta, sirviendo de mira el borde de una puerta condenada de la casa esquina Santa Rosa y Observatorio. El azimut de esta mira se determinó por las diez y nueve siguientes series de observaciones, compuesta cada una serie, como las anteriores, de ocho observaciones del sol de la manera detallada en la página 132, Fecha Azimut del sol Azimut de la mira Detabre 28: 00000000. — 8674 2892:56 O iaa do da — 85.0 2:57 A + 93.6 0/09 A in + 95.6 1:54 LES AA . —- 89.8 3:32 A ESO + — 88.3 3.95 A — 89.6 3:42 A IT — 88.3 3:53 — 148 — Fecha Azimut del sol Azimut de la mira Noviembre 1......... — 89.3 2876/72 — OS As — 88.0 5:50 — de O + 92.9 4:12 — A IEA — 87.2 6/69 — Dio — 89.1 5:51 — des + 94.9 3:39 — 1 ica 2d: — 91.1 7:50 — Ms + 94,1 5/65 — JO. — 92.8 8:22 —= IO. — 92.1 8:65 Diciembre 2.020.020. — 88.4 6:28 Promedio....... 287469 = 0:36 Error probable de una determinacion = = 1/56. En seguida, á principio de 1887, se hicieron tres series de observaciones de a Canis Majoris y cuatro del sol, resul- tando el error probable de una determinacion del azimut igual á + 0:63 y el del promedio de las siete series = UL. Desde Marzo de 1888, fecha en que principiaron los traba- jos de transformacion de la quinta de Gonzalez, en la plaza Juarez Celman (hoy plaza Colon), se han hecho todas mis observaciones en Córdoba, en el jardin de la oficina meteo— rológica de la Provincia, calle Santa Rosa 421, localidad que dista cerca de 150 metros del punto de observacion anterior. Servia de mira uno de los adornos en el caballete del techo de la casilla número 1 del Ferrocarril Central Norte, situada próximamente á 1590 metros de distancia. El azimut de la línea: columna del pabellon magnético (bisectriz del adorno), se determinó como sigue : A O A N 7:20:10 E A O ES 20 92 A A 2071 4 AE Ze 21 00 Promedio ="7*20'68 = 0'08 Error prabable de una determinacion — = 0'27 — 149 — Con el teodolito magnético, Bamberg 2597, volvió á de- terminarse el mismo azimut en 1889, dando las observaciones el siguiente resultado: Abalos. N 7920/61 E] 6. Mayo 17..... ; 20:74 $ Promedio 7*20:68 El material de comparacion procedente de mis viajes es un poco escaso, pues en los primeros años me contenté con determinar el azimut una ó dos veces. Recien, desde 1887, he dedicado una atencion especial á esta cuestion, multipli- cando las mediciones del azimut. Se han encontrado los si- guientes Errores probables (W) ; Número de W de una W del A A determinaciones determinacion promedio San José..... 1886, Abril 23-24 5 == 1:06 + 0:48 Cosquin ..... 1887, Marzo 15-17 8 0/39 0/14 Santiago..... — Abril 7-9 5 0:98 0/44 Orto oa = — 12-14 8 0:88 0:31 En vista de estos ejemplos se puede atribuir á los azimu- tes, fuera de Córdoba, un grado de precision inferiorá E 0/5, cuando ellos hayan resultado de varias determinaciones. Una medicion aislada del azimut está afectada de un error proba- ble de + 1/0, término medio, que oscila entre los límites 150 E 106, Llaman la atencion las fluctuaciones del error problable, que tienen su explicacion fácil en los viajes. Pues, muchas veces se precipitan las observaciones, sea por falta de tiempo, sea por aproximarse unas nubes que amenazan interrumpir ú obstaculizar la observacion, amen de la conversacion y charla de intrusos curiosos, que jamás faltan, nisiquiera en las localidades más aisladas y despobladas. Pero verdadera- mente sorprendentes son esas oscilaciones en el grado de precision en las determinaciones del azimut quese han hecho XL; 11 Ne en Córdoba, libres de interrupciones inesperadas y hechas con toda la calma posible. Atribuyo su procedencia á dos causas, una relacionada con la construccion del anteojo, otra con la especie de las miras elegidas. En esta clase de observaciones, es decir, estando cubierto el ocular con un vidrio oscuro, el retículo del anteojo está iluminado exclusivamente por la luz difusa que entra por el objetivo. En consecuencia se presenta al observador la imá- gen del sol bien iluminada, pero todo el resto del campo del anteojo, envuelto en la más densa oscuridad. La extincion de la luz es tan intensa que ni siquiera el retículo es visible, á no ser que se encuentre delante de la imágen del sol. Cada contacto del hilo vertical con el borde del sol que se acerca, es una sorpresa, pues no se distingue antes de este momento la distancia que separa el hilo del borde del sol. A fin de aminorar el grado de incertidumbre producido por ese defecto del anteojo, muchos observadores se abstienen de observar los limbos del sol, y prefieren anotar el momento en que el hilo vertical efectúa la biseccion de la imágen del sol, del que hacen aparecer sólo un pequeño segmento. Los resultados que me dió la aplicacion de ese método, no han sido más satisfactorios que cuando había observado los bordes del sol, razon por la cual he continuado á observar bordes del sol en todas las determinaciones de azimut. Si esta causa de la incertitumbre ha existido en todas las determinaciones del azimut, hay otra que ha inftuido en algunos casos, debido á la naturaleza de las miras elegidas. Muchas veces ha sido sumamente difícil disponer de una mira adecuada : en algunas localidades me he visto obligado á elegir esquinas de casas y aun los bordes de superficies curvas, por ejemplo, de los depósitos circulares (tachos) de agua en las estaciones de ferro-carril. Así sucedió en Bella-Vista, Villa-María, Laguna Larga, Chañares, Rosario de la Frontera, La Madrid, Lavalle, Frías, Recreo y Cosquin. Ahora bien, la línea vertical que parece limitar esos obje- tos y á la cual se dirigen las visuales, es variable en azimut, segun el sol que recibe y la sombra que se produce, máxime cuando es observada con un anteojo de poco alcance y de un poder aumentativo relativamente pequeño, que no permite distinguir el contorno, de la sombra producida. El ejemplo más instructivo de la influencia que esta clase de miras ejerce sobre los resultados es el de las diez y nueve determinaciones del azimut de la mira de Córdoba, desde la segunda columna (véase pág. 147). Mientras que elerror probable haido disminuyendo, cuanto más estaba familiarizado con el instrumento, se presenta aquella série con un error probable mucho más gran- de (<= 1:56). La mira era, como se ha dicho, el borde de una moldura (puerta condenada). El azimut determinado en la mañana resulta más grande que el que se deduce de obser- vaciones de la tarde, circunstancia que no se nota en las demás séries en que la mira era una señal sin variacion. Determinacion del meridiano magnético Para este objeto se han hecho, con cada aguja, las siguien- tes operaciones : 1* Visuales á la mira, en cada posicion del anteojo dos veces; 2* Lectura de los dos nonius al enrasar la extremidad N. de la aguja con el cero de la graduacion interna; en seguida, cuando lo hacía la punta S. de la aguja; 3” Despues de la desviacion de la aguja hácia la derecha (19 43%) mediante un pequeño iman, la repeticion del n* 2; 4* Otra repeticion del n” 2, apartando antes la aguja hácia la izquierda ; 9) 5* Igual al n* 3. (Esta operacion se ha omitido en algunos casos; en otros se ha repetido, á más de ésto, la operacion no 4); 6?, 7%, 8%, 9*. Se destornilla la chapa central de la aguja y se atornilla invertida, de modo que la cara superior de la aguja (marca arriba) está abajo (marca abajo), hecho lo cual se hacen las operaciones 2456244 10% Visuales á la mira, como en el n” 1. De consiguiente cada determinacion del meridiano magné- tico es el resultado de 32 (ó 24) lecturas del nonius, sin con- tar las 16 lecturas relativas á la posicion de la mira. En las primeras localidades que visité, se hacían, además, las operaciones descritas despues de cambiados los polos por una nueva imantacion. Para ilustrar el procedimiento observado, va en seguida un ejemplo con todos sus detalles. Frias, 1886, febrero 21,8:a. — 9 a Mira I. Anteojo I, 281*18' |]15 Anteojo II, 281*12' [| 9' ill e 18101 Promedio = 281*13'62 Mira II. Anteojo I, 284*57' |[|55* Anteojo 11, 28455" [| 53' 8" [155* 99 [152 58 Promedio = 284*55'00 Aguja N* II, Norte en A Extremo N Extremo S Marca abajo : 12 e [| pr A | 6" 113 an 2 4" 10 14 112: 4: 12" 11” | 2124'13 218 IIS 27126'00 Extremo N Extremo S Marca arriba: 272%19' 116 272*15'/113' 18' 16' 11,9: 24" [1 22" 16: || 14' 31' [28' 15" 113* ZIZA ZA O 212*13'25 212*17'50 Mira I. Anteojo I, 281*16' ||15' Anteojo II, 281*12" [| 9' 16: |] 14* OA Promedio = 281*12'89 Mira II. Anteojo I, 284*57' ||54' —Anteojo 11, 284*51' [| 48' 56" 1153" 52" || 49" Promedio = 284*52'50 Promedios : Norte magnético. ALS MI 281*13'25 Mira ctas... 284753 "15 Angulo Mira I, — Norte magnético... ETE Angulo Mira II, — Norte magnético... 12742 CONSTANTES Y CORRECCIONES Aunque los errores procedentes de ciertos defectos de las agujas, han sido eliminados por el método de observacion, conviene estudiarlos y conocer su magnitud. Excentricidad del eje geométrico de las agujas Este error se ha eliminado, observando las dos puntas, A y B, de cada aguja. Examinando Jas observaciones hechas desde Marzo 1886 hasta fines de 1888, encontramos los detalles consignados en el cuadro que sigue. — 134 — DIFERENCIAS PUNTA SUD-PUNTA NORTE DE LAS AGUJAS Í Y IÍ DE DECLINACIÓN PECHAS AGUJA 1 AGUJA II LOCALIDAD A A SS E Años | Meses y dias — | Marca arriba | Marca abajo-| Marca arriba | Marca abajo —=— | | Córdoba..... 1886 |Marzo 23| 17:2 ME 184/1904 OR » [|Setiemb.24| 10.4 AMA ES A » > 25| SS (RDA 8.5 II A LE » Octubre 3 5.6 26.1 || 24.8 16.8 A E » S 901 34.7 AS 18,5 Y ES » |Nov. 1| 3.3 | 27.4|| 3.5| 27.3 A » |Dic. 4| 134 | .9.61| 15.050 a 1887 [Enero 17| 7.7 | 35.0 [| 16.2 29 AL AB » > YT 9.4 1 ED, | 16.9 DAN] Cosquin ..... » |Marzo 16| 25.5 1.6 || 24.325 A ia VES 16| 30.0 | 0.6*| 20.2 | 4.9 HECre O tooo » |Abril ANDO den, ll 20 25.4 ei » » 41 33.6]. 8.1] 28700308 A A » > A = 130.7 18.6 S. del Estero.| >» |» T| 0.7 | 26.2 || 19.4 | 22.1 » ) » 7| al 34.9 ll DES 25.4 » 0» > » O MS AOIAS | 19.0 | 23.7 Loreto ...... » 1913219 | 2.6 || 30:8 | 18.2 ES » 13), 30:2 | 12.1 "5074 AO mer » » 14/ 32.1 2.41 29311153 Córdoba..... 1888 |Julio 18| 16.1 | 23.6 || 17.3 | 15.3 ARO » » 19) 3.6 33.4 || 12.8 DN NS » Agosto 2| 0.6 | 30.3 || 12.3 | 20.6 AE > » 16 0.9 IO ALAS 23.9 2 ot » |¡Setiemb. 2 A AA A E, 17.9 A IR NS ITA: 43.4 | 19.0 24.3 E TS » |Octubre 2| 14.5 57.8 || 18.8 31.4 AE TO: a » 17|.:8.7:)11-30.9 ||- 15:94/4198%2 A iS » |Noy 3 20.6 42.5 ll 20.4 SMED | MH Promedio.... 14.91 23:41 VISADOS Error medio. . | E 9.9 [12.0 || EME DIFERENCIAS PUNTA SUD-PUNTA NORTE DE LAS AGUJAS I Y Il DE DECLINACIÓN LOCALIDAD CO ..... ....» Promedio.... Error medio. . FECHAS A Años Meses y dias 1888 ¡Julio 19 A NES 19 » [Agosto 2 » » 2 » » 16 di 16 » [|Setiemb. 2 » >» 2 » [Octubre 2 » » E) AGUJA , MARCA ARRIBA A A A a Deflector 1 5 = -l1-1O*» 00 O TO NAO OQ hh 00 0 mw vw 0 yl lu > (9.2) 1 5] Deflector 11 Deflector 1 AGUJA Il, MARCA ARRIBA A Deflector 1 10 do. 13.5 13.8 16.3 18.3 21.0 29.5 23.5 20.8 15.9 18.4 A Resulta una diferencia entre la extremidad Sur y Norte (Sur-Norte). Para la aguja 1 marca arriba... Para la aguja II marca arriba... abajo . abajo. .. [UE Rh NN 1 00 DÉ 19) [e) O) 1) Sr o * 1G Promedio : ' Proiédio = 18"8 193 Estas diferencias oscilan entre límites sumamente grandes; en la aguja l entre 0'5 y 57/8, y en la aguja Il entre 1/1 y SA Por lo tanto, esos promedios están afectados de un error medio muy grande, el de Ide + 11'0 y el de II de ESO: Para explicar esas fluctuaciones de la diferencia entre los dos polos de una aguja, no es posible buscar su única causa en la friccion del estilo con la chapa de las agujas. Más bien, === me parece que las desigualdades en la horizontalidad de la aguja—me refiero especialmente á las que se notan en el eje menor, ó sea á las pequeñas diferencias de altura entre el borde izquierdo y derecho de la aguja—pueden producir tanta variacion. Pues se procede á la lectura despues de cerciorarse que la proyeccion de la punta enrasa con el cero de Ja division interna, y esta proyeccion varía con la mayor ó menor oblicuidad en la línea Este-Oeste de la aguja. Una suspension tal de la aguja que, si bien sus puntos Norte y Sur se encuentran, aparentemente, en un plano horizontal, sin embargo uno de sus bordes longitudinales esté mas alto que el otro, seproduce con mucha facilidad, pues, á pesar de su poco peso, la corredera de la aguja, susceptible de un pe— queño movimiento lateral á más del longitudinal, constituye un contrapeso de mucho poder, actuando como en el brazo de una palanca. La gran fluctuacion de las diferencias entre las dos extre- midades de las agujas habla muy en alto contra la costum- bre de observar sólo una punta (generalmente N) de la aguja y de aplicar á la observacion una correccion constante deter- minada por comparaciones anteriores. Si se hubiese procedido así con nuestro instrumento, las observaciones de la declina- cion tendrían — únicamente debido á ese método ¿de observar —una incertidumbre media comprendida entre +6' y E11', es decir, carecerían del grado de precision necesario. Añedo aquí tambien (véase la segunda parte del cuadro) el resultado de esas diferencias, cuando las agujas se encuentran bajo la influencia de un deflector. Elpromedio de esas dife- rencias parece, en este caso, un poco más pequeño, lo mismo que su error medio ha disminuido; sin embargo la variabi- lidad de las diferencias tiene algo inexplicable. Por ejemplo, los cuatro valores relativos á la aguja I que corresponden al 19 de Julio de 1888 se han observado sin cambiar la posicion de la aguja, y, á pesar de esto, resultan tan distintos : 105; 20 716"8; 3408 =:457 — Diferencia entre los ejes magnético y geométrico de las agujas Tambien este error se determina á menudo antes de em- prender una exploracion magnética, ya sea porque la cons- truccion del instrumento no permita eliminarlo, ya sea para ganar tiempo en las observaciones. Su determinacion se hace observanco la aguja en las dos posiciones: «marca arri- ba» y «marca abajo» y fijando la diferencia entre una y otra, cuya mitad se aplica como correccion de esa colimacion. En nuestros viajes se han observado, sin excepcion algu- na, las agujas en sus dos posiciones, aunque la inversion de la aguja es sumamente incómoda y requiere siempre algu- nos minutos. (Hay que destornillar con unas pinzas una pequeña tuerca, destornillar la chapa, atornillarla en la po- sicion opuesta y volver á poner la tuerca, restableciendo en seguida la horizontalidad de la aguja). Examinando bajo este punto de vista las observaciones—de unas pocas se hanextraviado los detalles—resultan las cifras contenidas en el cuadro que sigue. El signo + significa un valor más grande á favor de la aguja observada con la marca arriba. MARCA ARRIBA—-MARCA ABAJO DE LAS AGUJAS Í Y DIFERENCIAS II DE DECLINACIÓN LOCALIDAD Paragua... 'ASUACIOA Canada de Gomez... Rosario de Santa—Fé Vila Macia Ese Laguna Larga..... Chanares taa OCA O ia Río Segundo....... Rosario de Santa-Fé Eras San Antonio. e COROLA alatocara can CRONO: COTONO OMIC ODIO O O ARO cn... .-» 7 >» >» 29 » » 31 » |Abril 3 >» » 5 » |Mayo 24 »)) >» 25 » > 26 » [Agosto 28 » [Diciembre 11 y 12 > » 19 Enero 23 » > 21 y 28 » |Febrero bz) » y 20 » » 99 » [Marzo 93 » | Setiembre 24 » > 25) » [Octubre 3 O y des 26 » |Noviembre 1 » | Diciembre 4 Enero 17 >» >» 17 » Marzo Jal » » 16 | » 16| AGUJA 1 AGUJA [1 +1559 | *+17/2 144) =528 E — 0,6 11230388 6.21 Ml EXE a + 3.3.) 10.4 A O +18 1253 +23.6 | "oa a al 8/45) 269 Ñ 34 AR + 3.5 Ze +12.9 | + 6.2 "3813 1"00% 14 A 18.21. 216% a 4.3 | oa —15.1 | 1538 — 4.6 E + 0.7 13165 —:0.2 | EHIOES — DO ELO A — 0.37 00 +0.9| +2.6 A + 3.1| +22.9 FECHAS LOCALIDAD A a ON AGUJA 1 AGUJA 11 Años Meses y dias ELLE. care se 1887 |Abril 41 +0.8| +22.5 NR pate va els » » 4dl + 0.2 324.0 O IA » » 4| + 0.3 +22.5 Santiago del Estero. » » T +3.6| +22.1 » » > » 7T| +0.1 +18.1 » > » » 9 —7.4 +21.6 E aio a 5 50 ocio » » 129 + 3.1 +21.7 a pas » » 131 24.2 + 4.1 ITA DINOS » > 14 +0.8| +23.2 Górdoba......o20<. . | 1888 [Julio 181 + 3.0 — 6.5 » : ; » > 19) + 4.1 — 3.2 oa E » [Agosto 21 —0.1 — 2.4 E aa aia » » 16. +8.5 — 4.6 yA - |» [Setiembre 9 MENE Pace. 3 A O » » 16 > 6.0 + IS HO » [Octubre 2 +3.4 — 4.6 lo aan » » 17| + 9,4 + 0.8 ac o » [Noviembre ai —2.6 + 2.8 Una ligera inspeccion del cuadro nos enseña que un pro— medio derivado de cifras tan distintas carecería de signifi— cado. . No sólo que los valores precedidos del mismo signo difieren tanto, sinó que ese signo cambia á cada momento. En la aguja llas diferencias oscilan entre + 253 y —18'2, para la aguja Il entre + 31/5 y — 52'8. Si hubiésemos adoptado el proceder simplificado de que hemos hecho men- cion más arriba, el de observar la aguja sólo en una posicion, «marca arriba», las observaciones habrían resultado del todo inservibles. En las observaciones correspondientes á 1885 y 1886 se comprende fácilmente esa movilidad del eje magnético, pues, como se ha mencionado, se hacía con regularidad el cambio de los polos de la aguja, el que puede dar orígen á una dis- — 160 — locacion del eje magnético. Mas desde principios de 1887 no se ha vuelto á desimantar las agujas, y, sin embargo, no hay la constancia que podríamos esperar, con excepcion de las observaciones hechas en 1887. Sensibilidad de las agujas: la friccion Por lo que antecede, ha traslucido ya la gran influencia de la friceion que se produce entre el estilo y la chapa de piedra de las agujas, invocándose su existencia como causa principal de muchas irregularidades y errores de que adolecen las observaciones. Conviene ahora formarse una idea más pre- cisa de esta fuerza perturbatríz, buscando un valor numérico de su magnitud . Anticipo que no se han practicado experimentos especiales tendentes á determinar ese factor; sin embargo, las mismas observaciones nos suministran un material suficiente para abordar esta cuestion. En vista de las pequeñas dimensiones de las agujas, se podrá sostener que la friccion no es grande, pero no hay que dudar que por la misma circunstancia, sua momento magnético toma un valor inferior, con lo que aumenta la friccion. Teniendo presente el procedimiento seguido al hacer una determinacion de la declinacion y del ángulo de deflexion (véase pág. 151), se comprende que tendremos una expresion de la magnitud de la friccion, si buscamos las diferencias entre dos observaciones subsiguientes de la aguja en que ésta había sido derivada alternativamente á mano derecha y hácia la izquierda. El valor numérico de la friccion es en este caso la mitad de la diferencia observada. Con este objeto se han examinado las observaciones hechas de Marzo 1886 hasta Noviembre 1888, las que suministran 191 diferencias de esa clase para la aguja I, y 187 para la n” Il; además 97 para la aguja Icon aplicacion de los deflec- — 161 — tores J y II, y 112 para la aguja Il en estas mismas condicio- nes. El resultado es que el fempleo de los deflectores no dismi- nuye la friccion y que se deduce una diferencia media de += 3/6 entre dos posiciones subsiguientes de cada una de las dos agujas. Los valores máximos alcanzan á 14'5 para la aguja I y á 17'0 en la aguja II. Procediendo á la clasificacion de las cifras, tenemos como frecuencia relativa (en */,) de las distintas diferencias los va— lores siguientes : Diferencias A 0 — 0'9 19 1 — 1'9 19 2 — 2'9 16 3 19 4' 10 3" 7 6' 4 dó 3 S' 3 y 3 O 6 Reducción al promedio diurno En otro lugar (*) se ha hablado ya extensamente de esta reduccion, para la cual empleamos los siguientes datos que resultan de las observaciones hechas por la Expedicion Na- val Norte-Americana bajo las órdenes de J. M. GiLLiss en Santiago de Chile, 1850-52. (+) Véase Boletin de la Academia Nacional de Ciencias, tomo XII, pág. 350. — 162 — Detubre Abril eN Octubre Abril á Marzo á Setiembre á Marzo á Setiembre —0. —0.4 —0.3 —0.2 +1.2 +1.9 +1.4 037 +0.5 EA! +0.2 +01 TENES 10 (O 2 3 4 5) Ur co 1 0 O 0 MN la HA + Ot oo Rad ow Dd HR 00 Las observaciones dela declinacion que continúo haciendo en Córdoba, van á suministrar, con el tiempo, correcciones más exactas. Con todo, no es verosimil que las diferencias entre las correcciones empleadas aquí y las que den mis ob- servaciones. produzcan cambios cuyo valor sea superior al error probable inherente á las observaciones discutidas en ” este estudio. Correccion absoluta de las indicaciones del instrumento Se ha mencionado á su tiempo que durante todo el período que abarcan las observaciones, la correccion del instrumento era desconocida, Recien despues de disponer de otro ins- trumento, del teodolito magnético Bamberg 2597, se han he- cho mediciones comparativas con los dos aparatos. La primera comparación tuvo lugar el 24 de Abril 1889, es decir, dos años despues del último viaje hecho con el instru- mento 1247. Hé aquí las correcciones deducidas: 163 Aguja I Aguja 11 1889 Abril 24.. + 22'9 1889 Mayo 6... + 24'0 Mayo 6... +24 1 eb. ld... + 1/ 9 Set. 15... +206 Set, 203). += 19 1 Promedio .. +225 = 0'7 Promedio... +203 = 1'3 Correccion del promedio de las dos agujas : -+ 214. A más de que el resultado, á lo menos para la aguja Il, está afectado de un error prebable muy grande, sin duda á causa de la friccion, faltaría saber si estas correcciones han sido las mismas durante el tiempo que se hicieron mis viajes, para cuya averiguacion nohay material disponible. Conviene entonces buscar las correcciones de otra manera, indepen- diente de aquellas comparaciones de 1889. Con este fin hemos tomado el camino siguiente: Sobre la base de que la declinación de Córdoba ha sido : para 1883.5 de —12%13'0 (Dr. B. A. Gould); y para 1890.0 de — 11%145'0 (O. Doering con Bamberg 2597), datos que derivados de un gran número de observaciones, merecen toda confianza, se ha calculado la declinacion para cada uno de los días de que había observaciones de este ele— mento hechas con el instrumento que nos ocupa. Las dife- rencias que resultan entre la declinacion interpolada y la observada, despues de reducir ésta al promedio diurno, cons- tituyen la correccion aplicable al promedio de las declinacio- nes medidas con las agujas I y Il. Suprimiendo algunas de esas correcciones que por su gran disconformidad hacen sospechar haberse cometido un error grueso en la observacion, resultan las siguientes correccio- nes: De Julio 1885 á Marzo 1887..... + 24'8 = 0'5 (7 comp.) De Julio 1888 á Noviembre 1888. + 22'8 + 0'6 (10 comp.) Los dos valores difieren poco, y, por lo tanto, adopto defi- — 164 — nitivamente su promedio + 23'8 comc correccion constante de las declinaciones medidas con el instrumento 1247 en todas mis excursiones. En el cuadro que acompaño (pág. 165) se da cuenta deta- llada de las correcciones deducidas y del valor definitivo que toman las declinaciones determinadas en Córdoba (co- lumna D,). Las observaciones rudas (columna D,, de Julio 1885 á Marzo 1887 ) han sido disminuidas antes en la cantidad de 45 '6, correccion del azimut (véase pág. 145). La columna encabe- zada «reduccion» contiene la cantidad necesaria para la eli- minacion del período diurno, de conformidad con el cuadro publicado en la página 162, Aplicando esas correcciones á las observaciones que preceden, resultan los valores D que re- presentan la declinacion reducida al promedio diurno. Las cifras consignadas en la columna «Promedio» son la semi- suma de las declinaciones medidas con las agujas I y 11. Estos valores observados y corregidos se comparan con los que el cálculo suministra sobre la base arriba indicada (columa «D calculada») y sus diferencias ocupan la columna siguiente. Añadiendo finalmente, la correccion general de + 23 '8á las declinaciones de lacolumna «Promedio», aparecen las cifras dela ultima columna vertical D, que rep resentan el resultado depurado de la observacion, ó sea las declinaciones definiti- vamente adoptadas. La reduccion á la época 1890.0 Para hacer comparables las declinaciones obtenidas en las distintas localidades á épocas muy diferentes, es indispen— sable reducirlas á una misma época, consultando para esto las variaciones que la declinacion vaya experimentando. La época elegida es el 1% de Enero de 1890 6 1890.0. Para Asuncion y Paraguarí se ha supuesto una disminu- cion anual de 80; para Formosa, Corrientes y Bella Vista de — 165 — A 7'2. En todas las demás localidades se ha tomado en cuenta la disminucion observada en Córdoba, la que es de 4'3 por año. La procedencia de esos datos está explicada en otro lu- gar (1. OBSERVACIONES DE LA DECLINACIÓN MAGNÉTICA PRACTICADAS EN CÓRDOBA SUS CORRECCIONES Y SU VALOR DEFINITIVO y PRCHAS e — o ora lAgojal — D; Reduccion ) Promedio | Declinacion Años | Meses y dias calculada A(alc,-0bs. Do 1885|Julio 26| 224p.| 1 [12845:1)-1:0710048:4 colo. ol coomnlios es O dl O A A ld id lcd Ed 1886| Marzo 23| 3.5p.| 1 | 39.9|-2.3| 37.6 CAN asi op | 37.9l1.9 "36.00, 9/12 1-2/724.4112 0.6 > lséi 241 7.501 1] 22.3L+0.6/ 22.9 Bla >|. 218.04 1]. 25.310.901 96.92 94 59-1/+34.6/11 48.3 di E a E En a Sl 33.211 59.11-4+25.9111 57.0 Sa : pd + e 5 4 11 24.211 59.01+34.8|11 48.0 Elo 2 o a E e a í 23.1111 58.7|+35.6/11 46.9 A a e as e : 0 a 2 ES ll 31.4/11 58.3|+26.9111 55.9 EA delas A 12d > 0 Le Era 33.8/11 57.9|+24.1|11 57.6 » [Marzo 11|10.5a.| 1 29.01+0.6| 29.6 ps Rh 198] 5 la » 15 nmloalml 29.71-0.9 99.55 29-611 57.2/427.6/11 53.4 1888 Julio 18; 3.0p.| I 34.0/—1.4| 32.6 e) Ms 518) ara pltisao alo lue ee 2111554, 25-29,1]11 49.9 (*) Véase: Oscar DoErING, Las manifestaciones del magnetismo terrestre en la provincia de Córdoba. Boletin de la Academia Nacional de Ciencias, tomo XII, pág. 361 T. XIV — 166 — FECHAS — Mora |Aguja D; Reduccion Promedio Declinacion Alale.-0bs. Do Meses y dias calculada I |(11926:9|+1/8/11*28:7 988 ETrES| o 301 Ae 21. 26.8 e pl 6 Julio 19 E 1) Agos. 2 11929'4/|11%51:2| +-21:8/11%54:2 SO Ot 00 a) ER LDODwAONODNDON 25.7/111 51.1/4-25.4/11 1 27.9111 51.01+23.1111 =. ha 27.4/111 50.8/4-23.4/11 pun] PR 9 9 2d 4 0 9 A 8 Y 8 E 0 29.611 50.7/4+-21.1/11 8 1 NoDDOoos0 pun Eh 1 25.1/11 50.4/+25. =R ¡( 3111 50.2/+16.9111 . . . 1 1 2 YO a] lo ww ounowo0mwNo 1/2 y con la aguja 1! = 2'2; término medio 1 1'7. En estas comparaciones se determinaba tan sólo el Norte magnético, pues el meridiano astronómico era conocido por mediciones anteriores. Recordando ahora que el error probable de una determi- nacion del meridiano astronómico ó del azimut de la mira con el instrumento era de E 1'0 (pág. 149), tenemos como error probable de una determinacion completa de la declina— cion, trabajo astronómico y magnético E DOE TA== 20 Este grado de precision es muy satisfactorio en un instru- mento de viaje de dimensiones tan reducidas, en que los nonius dan como subdivision más pequeña los 5 minutos y se determinan los distintós minutos por estima. Las declinaciones observadas Despues de estudiadas todas las correcciones apJicables á las observaciones, presentamos, en el cuadro de las páginas 168- 170 las observaciones de la declinacion practicadas fuera de Córdoba con todas las transformaciones y depuraciones que han experimentado hasta convertirse en valores definitivos. Aquí se han omitido las coordenadas geográficas de las dis- tintas localidades, pero ellas figuran en el cuadro final que acompaña este trabajo y que contiene todos los elementos del magnetismo terrestre que se han oliservado con el ins- trumento. — 168 — Dos palabras para explicar los datos incorporados á este cuadro. Consignadas la fecha y hora de la medicion, así como el número de la aguja, se encuentran en la columna subsiguiente (D,) los valores suministrados directamente por la observa- cion. Lacantidad positiva ó negativa que es preciso añadir para que la observacion sea reducida al promedio diurno, lleva como encabezamiento la palabra « reduccion », y los valores reducidos así son los que llenan la columna D. Formando en seguida el promedio de las cifras dadas por las agujas 1 y IL y añadiendo la correccion constante de + 23/8, se presentan en la columna « Promedio corregido » las decli- naciones magnéticas correspondientes, en las distintas locali- dades, á la época en que se hizo la observacion, y depuradas de las influencias de la marcha diurna. Al fin se leen en la última columna los valores reducidos á la época común 1890.0. DECLINACIONES MAGNÉTICAS OBSERVADAS CON BAMBERG N' 1247 FECHAS oi LOCALIDAD ETA E Aguja| D, Reduccion D Prom, correg.| Do 1890.0 Años | Meses y dias | | Asuncion..... 1885|Febr. 23| 8.5a.| 1 | 5*239/01+3:2| 5489 .. o, E A O A Paraguarí....| » SII AS a ES 46.6 6 9.9 » OS A 12110.0a.| II 44.21 +1.4| 5 45.6 dp Formosa ..... » » 261 8.0a.| 1|6 2.143.516 5.6 A | > E 6 30. 6 DA ra » » 26 1.5p II 10.3 —3.2 6 eN 30 1 p a 8 Corrientes ....| >» [Marzo 5| 9.8a.| I | 7 21.8/41.7| 7 23.5] - 52.4) 7 17 EAN y +6 11:04. ml. 33/8lo.ol 23 0 Bella Vistá ...| »| » 7|8.2a.| 1 | 715.4+3.4/ 18.8] .. acioliA y | .5 9.2 » 2. |» 7[.50. | 285—0.9 226 4 a Rosario de S.F.| >» |Enero 24| 1.8p.| I | 9 55.3|—3.4| 9 51.9/10 15.7 » » » |Marzo 31 1.0p.| T 110 1.5/=2.9 38.6 ) a | o 0 29:41 0758 » » » » yl ST pe TT | 1.9/—3.3 58.6 0 22 a PECHAS | LOCALIDAD A IDE ABE D Reduccion | D Prom. correg.| Do 1890.0 Años | Meses y dias p | dl e Dd — | | e, | C. de Gomez. .|1885|Marzo 29| 9.8a.| I |[10%14:0/+1:8/10915/8|. 0, a oa 79 ml 25.625) 23.110 oe 10 2208 Villa María...| >» [Abril 3| 9.4a./ I |11 23.0/+1.9/¡11 24.9 A : A AS Ll Laguna Larga.| » » 5111.0a.| I 42.8/ 40.51 43.31, y A A A A A E EA AS US Chañares..... » [Mayo 24| 8.4a.| 1 34.6+1.3| 35.9 Pr AECA 0 Po pe le: a EL: ONCaluyo..-- » SL STO 34.0/+1.8 39.9 y, O, OA cd E O o Rio Segundo..| » | » 26| 8.2a.| I 42.0/4+1.1| 43.1 : E A MU A O O A ES E Cosquin......- 1887|Marzo 16| 9.0a.| 1 27.1142.8| 29.9 ETA » » 16/10.0a.| II 38.4/+1.4 39,8 > AA 2 >) 161.5.8p.| 1 SI IS de y 1 e AO » z 16| 4.5p.| II 34.5/—1.7 32.8 E San Dean Funes. ..|1886/Abril, 25/10.84.| I 29.8/+0.8| 30.6 $ A A A do A o ld E San José ..... » y SI el 10.11 +L.3 O é > [O » » 24/110.8a.| II 26.9 +0.8 vs 11 51,2111-35.4 Totoralejos ...| >» [Febr. 26| 3.2p.| 1 34.11—2.5 32.2 e a » A A E O O o Recreo....... » >»: 24112.6p 21.5/-2,4 19,1 e: IE eo A A E E A O A ES : 2 En a NA 1887/Abril 4j10.5a.| [ 15.7 +1.2 1658 11 40.3 A » > 4/111.0a.| I 15.51+0.5 16.0 e > » AZ o.| E 19.7/|—1.8 dao oc > [> 4 1.6p|M| 18.816 16.7 Sine Ae a » 02 Pal l 18.21—1.4 16.8| UL ODNe: A A do San Antonio. .|1885|Febr. 22| 3.3p.| I 71.4|--2.5| 34.9 E > » Mnraallo ar ladra los aca ren e EAS bes » » 201 8.2a.| I 31.9|+-3.4 300 LARES, 4.3 2 a O » 2:.,21| 8.Sa.| 11 36.0/+2.9 38.9 1" ce Lavalle ...... » AA LS mL 23.0/—1.7 21731 en : Y Zool A, ora se LOCALIDAD A AA A » Lamadrid .... > >» R. de la Front. >» — FECHAS Aguja Meses y días .| II 1 a peon! I 210141 I .| Y == OQg Ñ 1 NS > Or WN Ot O » Dz 44. 37. 33. 39. 31. 28. DOTDANDI RO 000 IM TA VOS ARO 8 Reduccion Es FRE a co 00 wo Sel oo PI) Rbor D) 00 = Di O WWDODOO 10941! 42. 31. 30. 41 37. 34. za) pa AD ODO IOMA Dn y |Prom. correg. 2110 5.9 LAS OBSERVACIONES DE LA INCLINACION MAGNÉTICA Descripcion del aparato Do 1890.0 10951:3 En la mayor parte delos inclinatorios se principia por buscar el plano normal al meridiano magnético, haciendo al— cunas observaciones cuando la aguja: se coloque perfecta— mente vertical. Observando cada vez que esto suceda, la indicacion del limbo horizontal unido con el instrumento, el promedio de las lecturas marca ei punto del círculo azimutal por donde pasa ese plano, y una vez adquirido este dato, es E AE fácil orientar el instrumento de tal modo que los ángulos de inclinacion se observen en el meridiano magnético. La disposicion de nuestro instrumento ahorra ese trabajo preliminar en que, á veces, es menester invertir más de un cuarto de hora. En efecto, observando antes la declinacion y acomodada en la plataforma la brújula deinclinacion, sin mo- ver el instrumento, queda de suyo orientado el inclinatorio, y listo para dar principio á la verdadera observacion de la in- clinacion. El instrumento tenía dos agujas, [ y II, de 115"" de largo, marcadas cada una con las letras A y Ben las dos extremida- des de una de sus caras. Para invertir los polos de las agujas, hay dos barras de aceroimantadas, y un pequeño aparato con el cual se evita el deterioro de las agujas durante la des— imantacion. El limbo vertical está dividido en grados enteros, cuyas fracciones decimales se estiman ó á simple vista, ó con un lente de aumento; no hay nonius. En nuestras observaciones se han leido los décimos de un grado. Á fines de 1885, notaba ya que el aparato no funcionaba bien, lo que se manifestaba por grandes y frecuentes diver— gencias entre dos lecturas subsiguientes. Atribuí el defecto á una torsion de los ejes sumamente del- sados. Un relojero á quien las entregué, ratificó mi suposi- cion y enderezó los ejes de las agujas. Sin embargo, las ob- servaciones, en vez de mejorar, resultaban peores y se hacían cada vez más disconformes, difíciles y largas. Entonces me resolví á remitir las agujas á su fabricante, el señor Th. Bam- berg, quien me declaró que había encontrado una torsion de los ejes. Melas devolvió arregladas y además dos agujas nue- vas, números 1! y IV, pero, con todo esto, las observacio- nes no mejoraban. Entretanto había observado, desde Abril de 1886, con el inclinatorio Adie número 62, que había servido en la Expe- dicion Antártica Alemana á Sud-Georgia. Este instrumento, de más perfeccion, tiene un limbo vertical que permite leer el minuto mediante dos verniers, y las extremidades de la aguja se observan con dos microscopios. Las agujas, núme- ros 20 y 21, tienen un largo de 90””. Muy pronto, despues de algunos viajes, las observaciones con este instrumento sufrían de los mismos defectos é irre- gularidades notadas en el inclinatorio Bamberg, número 1247. Sin duda, la incertidumbre en las observaciones proviene, en ambos instrumentos, de un cambio de posicion de las cu- chillas de ágata sobre las que se apoya el eje de la aguja. Los sacudimientos y oscilaciones á que los instrumentos están so- metidos aun en los transportes por ferrocarril, aflojan los tornillos de correccion y destruyen la horizontalidad de las chapas de ágata, defecto que el observador no puede corregir, sino tiene á su disposicion un nivel pequeño, pero sensible, que le permita examinar y"corregir la posicion de las chapas y conseguir, de este modo, la perfecta horizontalidad del eje de la aguja. Por otra parte, la aplicacion de un nivel en estas circunstancias tiene sus. dificultades mecánicas. En vista de estas experiencias, no puedo considerar á los inclinatorios como instrumentos muy apropiados para los via- jes, y me inclino en favor del método adoptado por LAMONT, en su teodolito magnético, que es el de la induccion de barras verticales de hierro dulce. Extraño que ningún otro obser— vador se haya manifestado en este mismo sentido. Modo de observar El método que hemos seguido en la determinacion de las inclinaciones no difiere en nada del que se acostumbra. Orientado el instrumento, se observa la aguja en cuatro po- siciones: Limbo al E y cara marcada de la aguja al E.; Limbo al E y marca al W.; Limbo al W,marcaal E.; Limbo al W, marca al W. Luego se cambian los polos de la aguja y se repiten las observaciones en órden inverso. Se ha observado siempre la posicion de ambas extremidades de la aguja delante del lim- bo vertical, y, levantando cada vez la aguja mediante el me- canismo propio de los inclinatorios, se han tomado en cada posicion cuatro observaciones con ocho lecturas. La inclina— cion procede, de consiguiente, de 64 lecturas en cada aguja. La desimantacion se ha hecho siempre por contacto sepa- rado, sometiendo cada cara á un número igual (10) de fric- ciones. Correccion de las inclinaciones La teoría nos suministra los medios para corregir la incli- nacion que resulta de los ocho promedios parciales de que se ha hecho mencion, pero generalmente los errores que pro- vienen del roce de la aguja y que no se pueden someter á un cálculo enmendatorio, son más grandes que esas pequeñas correcciones. Es por esta razón que no se ha aplicado correc— cion alguna al resuitado directo de la observacion. No obstan- te, condensamhos en el cuadro que sigue, los datos que per- miten abrir juicio sobre las calidades, de las distintas agujas. Las abreviaturas empleadas en el encabezamiento de las columnas verticales, se comprenderán con facilidad. EW significa: limbo al E, marca al W; WE: limbo al W, cara marcada de la aguja al E; su promedio corresponde al ángulo de inclinacion que se observa cuando la cara marcada se en— cuentra adentro. B—A es la diferencia que existe entre la inclinacion ob— servada cuando la extremidad Bes el polo Norte y aquella que corresponde al polo Norte en A. E Se vé que la aguja Il es la mejor equilibrada; la siguen, en órden descendente, las agujas HL, 20, 21 y finalmente Il. Con la aguja IV no se han tomado observaciones. En cuanto á la correccion absoluta de las distintas agujas, se han calculado y empleado las siguientes, deducidas de las mismas observaciones: Inclinacion= Aguja 1 + 3'7 =Aguja ll — 3'7= Aguja II —6'0= Aguja 20 + 0'7=Aguja 21 —0'7. PECHAS A NORTE | B NORTE LOCALIDAD A AE INCLINACION | A | == ez EW.+ WE. [EE.+ WW.|[EW.+ WE. [ER.+ WW. AzOS Meses a | - Aguja I Rosario de S. F..| 1885 [Enero 24| 28316 | 2631 | 26798130735 | 29:62] +3*39 PP Asuncion....... » [Febrero 5|16.842 | 14.84 | 14.93 | 19.09|18.51|-+3.9 PALA QUAnÍ peor » » 12| 17.678 | 15.59 | 15.43//19.91 | 19.78 | +4.33M FOTIMOSA.. +=: y:0:: » » 271| 18.429 | 16.43 | 16.28 ||20.51 | 20.49 | +4.15P Corrientes ...... » [Marzo 31 20.300 |17.98 | 18.61| 21.93 | 22.68 | 44.00] Bella Vista..... » » 7| 22.349 | 20.21 | 20.83 | 24.03 | 24.33 | +3.66] Cañada de Gomez| » | » 29|28.448|27.26 | 26.29|30.55| 29.69 | +3.34 Villa Marías... » JAbril 3|28.433 | 26.45 | 27.24|130.43 | 29.61 | +3.18// Laguna Larga...| >» » 5| 28.165 | 26.32 | 26.67 130.23 | 29,44 | +3.34/ Chañares....... » [Mayo 24 28.693 | 27.04 | 27.16| 30.85 | 29.72 | 43.19] Oncativo ....... » |» 25|28.075|26.11 | 26.32 [30.45 | 29.42 | 3.12 Rio Segundo....| » | » 26|27.992|25.98|26.34/30.33 | 29.32 | +-3.66] Tucuman e » |Dic. 12|22.348 | 20.47 | 20.07 [123.70 | 24.54 43.551 R. de la Frontera » | >» 19|20.788|18.89 | 19.19 |22.66 | 22.71 | +3.49/ Simoca... 1886 [Enero 23| 23.167 | 21.43 | 21.81|124.71|94.72| +3.10 Lamadrid...... » | » 28|23.655|21.72| 22.62 [24.95 | 25,33 | 4-2. 91M Payalle 2:18 » ¡Febrero 18| 23.995 | 22,10 | 22.71 125.49 | 95.68 | +3.18 Erase » | » 21|24.312|22.36 | 22.52||26.26 | 26.10 | +3.74 San Antonio....| » | » 23|25.278|23.53 | 23.82||97.11| 26.65 | +3.201 Recre asco » | » 25|125.598|23.98|24.34| 927.27 | 26.80 | +2.88 Totoralejos ..... » | » 26|25.794|23.65|24.68 197.86 | 26.99 | +3.26 Córdobas... 20% 1887 [Enero 14| 27.272 | 27.51 | 27.89 ||27.39 | 26.30 | —0.86' es eS » | » 14/27.247|27.57|27.85|97.18| 26.39 | —0.93 Recreo......... » [Abril 524.152 |25.59|25.731123.22| 22.07 | —3.02 LOCALIDAD » » Rosario S.F. Asuncion... Paraguarí .. Formosa... Corrientes .. Bella Vista. Villa María. Chañares... Tucuman... Lamadrid .. Lavalle..... Córdoba.... Cosquin .... Santiago ... Loreto ..... Córdoba.... San José.... Dean Funes. — 173 — FECHAS A NORTE AN ERAN Años Muós alien WE. La WW. Aguja II 1885 ¡Enero 24; 28:344 | 28264 | 27:70 » [Febrero 5| 16.930 | 16.54 | 17.04 » > 12117.799| 17/43 | 17.78 » | » 27118.617| 18.41 | 18.49 » [Marzo 3|20.421| 2C.05 | 20.29 OS 7| 22.288 | 22.25 | 21.94 » [Abril 3|28.501| 28.30 | 28.19 » [Mayo 24|28.631| 28.56 | 27.93 » |Dic. 12|22.619 | 22.95 | 22.77 1886 |Enero 29| 23.411 | 23.56 | 23.72 » |Febrero18| 24.118 | 24.63 | 24,10 » |» 211/24,700| 25.04 | 94.75 1887 [Marzo 17|27.746 | 28 25 | 27.93 » [Abril 525.377 | 26.04 | 25.78 » |». 10123.053| 23.32 | 23.45 » | » 11|23.169| 23.61 | 23.29 es 7|27.746 | 28.25 | 27.92 Aguja HI 1887 ¡Enero 15|272498 | 26:81 | 26273 » |.» 15|27.565| 27.18 |-26.50 » |Marzo 17|27.719| 26.00 | 26.11 » [Abril 11|/23.730| depa 22.03 » | > 15193.849| 22.46 | 22.73 Aguja 20 1886 | Marzo 28/27” 8/4/27*45/8|27"50:6 » [Abril 9|27 19.327 57.0|27 49.6] > » 21/25 58.126 21.5/26 30.3 » | » 26126 30.227 4.4126 53.0 B NORTE EW.+F WE. | EE.+WW. 28:43 | 2861 17.00 | 17.14 18.04 | 17.94 18.82 | 18.75 20.69 | 20.65 199.45 | 99.51 28.52 | 29.00 29.39 | 28.65 22.39 | 22.36 22.96 | 23.40 23.56 | 24.18 24.41 | 24.60 197.54 | 27.28 24.64 | 25.05 22.61 | 22.83 22.53 | 23.15 27.54 | 27.28 28239 | 28208 28.26 | 28.33 30.48 | 28.29 25.76 | 25.22 26.21 | 24.13 27*10:2/27* 7/0 27 6.4|26 24.1 25 42.2125 18.2 25 56.4126 6.9 FECHAS A NORTE | B NORTE LOCALIDAD | | NCLNACION | > AAA EW. WE. | BB. + WW. || EW.+WE. | EE.+WW. 3 3 9 Anos = a _ pa) paca a IP pt pa | y E A Córdoba....] 1886 |Agosto 10|/27?24:8|27*53:1|27*51:9/27” 6:9/26*47:3 a Set, 2512729, 1/26: 3.3/2812.51/26/-31-212108983 . .. 11887 |Enero 15/27 38.0/27 49.2/27 23.127 53.2/27 26.4 > 16127 38.8127 56.1128 10.1/27 19.81/27 9.5 Aguja 21 Córdoba. ...| 1886 9127"41:6/|28” 4:0/28*22:4/[27" 4:8/2715:2 San José...| >» 21/25 48.6/26 28.4|26 34.0/25 8.712 3.3 Dean Funes.| » 27/26 30.227 3.9/27 5.426 3.925 47.6 Córdoba....| >» |Set. 25/27 34.0/28 1.3/28 17.6/27 3.6/26 53.6| » ....11887 [Enero 16/27 41.7/28 25.5/28 32.326 43.027 5.9 Reduccion á la época 1890.0. En otro lugar (!) se ha dado cuenta de los datos disponi- bles para el cálculo de la disminucion anual de la inclinacion en el interior de la República. De la comparacion del prome- dio de las observaciones que hizo efectuar en Córdoba el doctor Gould (1883.6 1=27%54'4), y del nuestro corres- pondiente á 1889.5 27720'2, parece deducirse una dismi- nucion anual de 5/S. Pero el intervalo que media entre esas dos épocas es tan corto, que las diferencias instrumentales, si existen, influyen con un peso bastante grande sobre este resultado. Por esta razon nos ha parecido más justificado to- mar en cuenta únicamente las inclinaciones medidas por noso- (*) O. DOERING, Las manifestaciones, etc. Este Boletín, tomo XII, página 364, tros. Es cierto que esas observaciones proceden tambien de dos instrumentos distintos; sin embargo, la diferencia entre las dos, si es que existe, es insignificante. De los promedios 1884.9 1=27%39'7 (4 determinaciones). 1889.5 1=27%20'2 (8 determinaciones). resulta una disminucion anual de 4'24. Comparando las in- clinaciones intermedias observadas con las calculadas sobre esta base, descubrimos una concordancia satisfactoria, mien- tras que la observacion no seacomoda bien al cálculo hecho con una disminucion de 578. Las observaciones Se presentan ahora en los dos cuadros que siguen, con sus correcciones y valores definitivos. El primero contiene las que se han practicado en Córdoba, el segundo, aquellas que se han hecho en los distintos viajes. Parece superfluo añadir algunas palabras de explicacion. No damos tampoco aquí las coordenadas geográficas de las localidades; éstas se pueden encontrar en el cuadro final rela- tivo á todos los elementos magnéticos que hemos determinado. — 178 — OBSERVACIONES DE LA INCLINACION TOMADAS EN CÓRDOBA CON SUS CORRECCIONES PECHAS Aguja I, Corrección I Promedio Epoca 1884 [Octubre 28 1 [27274 | 43.7 | ¿2.922 e 28l a 44.0 3.1% oa » |Diciemb. 28 31.7|+3.7 E A E o eS 1886 [Marzo 28! 20 28.4 | +0.7 29.1 » [Abril . 9| 20 19.3 | +0.7 HON Sd a O 30.5 29.8 | 1886.3 » [Agosto 10| 20 24.8| 40.7 2.5 » |Setiemb.25| 20 29.1|+0.7 é e ! 30 e 95 91 34.6 1--0.7| 31.5 28.5 | 1886.8 1887 [Enero 14| 1 15.2] +31 18.9 > » 15 20 38.() +0.7 | 38.7 0 E 15| 1 31.9|—6.0| 25.9 rl» 16| 20 40.3 | +0.7 y lisa! 162 leo có ace le eE 1888 |Setiemb.13| 20 EDT 20.3 > |» 13| 2 ATA » [Octubre 18| 20 21.3|+0.7| 1889 [Junio 3| 20 20.1|-+0.7 E » lo» 3| 21 26.6 | —0.7 E 09 211 20 22.3 | +0.7 joo > » 21| 21 1 ON | » 211 20 A ez | » > 21| 21 17.9 |—0.7 | » [Agosto 4| 20 SA IS los dE dar lori65|-07|2 17.6 |27 20.2 | 1889.5 AS INCLINACIONES OBSERVADAS POR OSCAR DOERING FECHAS | INCLINACIÓN LOCALIDAD q | TA O Años Meses y dias Observada Corregida Rosario de S. F.| 1885 [Enero 24| I | 28*19:0 » > » » 94| II | 28 20.6 | 9819/8 | 27590 Asuncion.....- » |Febrero 5| 1 |16 50.5 sa > » 5 l6-55.81.1653.1 1 16.32.39 Paraguarí .....| >» » IRE 17540:1 MO > » IOMA 7 47.9 (517444.31.11:23:5 EQLMOSA 20.00: » » MAS 95.1 A ia » » 71 11 1836.9118 31.3 | 18 10.5 Corrientes ..... » |Marzo 3 20 18.0 O | a a » » SIE OS 3 2021 2412050). 9 Bella Vista.... » » a 2979019 > aos » » MS MO NOS. a C. de Gomez... > » 99| I |28 26.8 ¡28 30.5 | 28 10.2 Villa María.... » [Abril SL AS, » FA » > 3111 128-301428 280198. 7.7 Laguna Larga..| » » A SO Zo Or 209. Chañares...... » |Mayo 24| I |28 41.6 A » » 94| 11 | 28 37.8 ]|28 39.7 | 28 20.2 Oncativo...... NS » 251 11298 4.5128 8.2 | 97. 48.7 Rio Segundo... » » 961. E-1:97,59.1: 128112289 |97143.3 Tucuman...... » |Dic. 12| I [22 20:9 >» de » » JAME 23D 29701 OSORIO R. de la Front.. » » 18" (20473120 2160 20:33. 6 SIMOCA 0 1886 |Enero 23| I | 23 10.0|23 13.7 | 92 57.2 Lamadrid...... » » 28| I | 23 39.3 Is » » 981 11123,24.6.123.32.0 [23 155 Mavalles. Esos » |Febrero 18| I |23 59.7 | D de. ..... » » TAM DAS NOA E A » » A DAS] ca » » 21| II | 24 42.0 | 24 30.3 | 24 14.2 San Antonio. > > 2311:195:416.7:125:20.411254 4.3 ERCICO 125. 0 > » 2511: | 25.35::9 1:25:39:6:125.-23.5 — 180 — o FECHAS INCLINACIÓN LOCALIDAD A ños | Meses y dias | Ubservada Corregida A | Totoralejos .... | 1886 [Febrero 27| 1 | 2574716 | 25"51:3 | 25*35:2 San Joserra » | Abril 21| 20/25 58.1 EAN IDAS | » | » 21] 91 | 25 48.612553,41125 310 Deen Funes..... ES 26| 20 | 26 30.2 » co.» |.» 2621|230.2|2 30.2|26 14.5 Cosquin... .0.. | 1887 ¡Marzo 17| 1127 43.1 AS 2 17| 1127 44:8/27 44.0 2123351 AOS |» ¡Abril A A SIA 34 5| 11 |25 22.6 | 25 18.9 (2353 S. del Estero... » | » 10' 111 | 23 50.5 » a Ea 10] 1112318.2 » e e Mesa hos 11] 11 | 23-10:1 | 239876 (230009 Loreto quraioss la E IDA 1 23 50.9 e ino eS 15 11 ES 53.8 23: 52,3:1/23 4049 OBSERVACIONES DE LA INTENSIDAD HORIZONTAL En otro lugar (*) se ha descrito detalladamente la parte del aparato que permite hacer observaciones relativas de la in- tensidad horizontal: dos deflectores, compuestos de una regla de madera dura pulimentada, en cuyas extremidades se en- cuentran un par de imanes compensados. Modo de observar Un deflector se sujeta, mediante un boton con tornillo de presion, á la tapa de la brújula, de modo que ocupa una po- (') Oscar DoErING, Las manifestaciones del magnetismo terrestre en la provincia de Córdoba, véase este Boletín, tomo XII, pág. 395. — 181 — sicion normal al meridiano magnético; además, la posicion de Jos dos sistemas de imanes deflectores es tal que, una vez sujetada la regla, se encuentran á igual altura con la aguja. Aplicado así el deflector á la brújula, desvía la aguja cierta cantidad hácia un lado (al E. 6 al W.del meridiano magnético). Luego se hace correr la brújula con la alidada hasta que la punta de la aguja coincide con el cero de un pequeño arco graduado que se encuentra dentro de la caja de la brújula, tanto en la parte N. como en la del S. Se hace la lectura del limbo, cuando se haya conseguido aquella coincidencia, es decir, cuando el eje del deflector forma ángulo recto con el eje geométrico de la aguja. En esta posicion del deflector se han hecho invariablemen- te las 6 observaciones siguientes, leyéndose cada vez los dos verniers del instrumento: 1* Coincidencia del cero del arco interno con la extremi- dad N de la aguja. 2* Coincidencia del arco con la extremidad S de la aguja; 3" y 4* Observaciones iguales á 1” y 2*, despues de desviar la aguja 2” á 4? de su posicion de equilibrio hácia la mano derecha, mediante un pedacito imantado de acero (parte de una aguja para tejer medias); 3* y 6* Observaciones análogas á 3* y 4”, con la diferencia de apartar la aguja horizontal hácia la mano izquierda. Las observaciones 3? á 6* se hacían para eliminar la influen- cia del roce entre la punta afilada del estilo central y las cha- pas de piedra de las agujas. Despues de concluir las seis observaciones anteriores, se invertía el deflector, colocando su parte oriental al W. y su occidental al E. y se hacía un número igual de observaciones en las mismas condiciones que acabamos de indicar. En esta posicion del deflector, la aguja se desvía hácia el otro lado del meridiano magnético. El promedio de las seis observaciones (con 12 lecturas) en la primera posicion del deflector, y el de las seis tomadas Yo, KUY, 13 — 182 — con el deflector invertido, suministran dos valores cuya se- mi-suma indica el punto N. 6 S. magnético en el limbo, y cuya semi-diferencia es el ángulo de deflexion o. Para ilustrar el modo de observar, insertamos un ejemplo detallado : SANTIAGO DEL ESTERO, 8 Abril de 1887 Aguja I, Deflector I. 10” — 10*5 a. m. (marca arriba) Extremidad Norte Extremidad Sud 155* 7* || 8' 155% 5" | 2 12: 14 10] 7: 7: 110: 10:1| 7: Promedio : 155” 9'67 155 683 1557 825 202257" || 58" 20255" |] 54' OIT 9 Da 51 ]158' DS: Promedio : 202%57'17 2092254 '17 20255 '67 Norte magnético = 179*1'96 Angulo de deflexion ¿ = 2353 "71 Los senos de esos ángulos de deflexion observados en dos localidades distintas son inversamente proporcionales á sus intensidades horizontales (H) ó Disponiéndose, como en nuestras observaciones, de dos agujas horizontales 1 y Il y de dos deflectores, resultan en una misma localidad 4 ángulos de deflexion independientes, para calcular la intensidad horizontal. Siempre que el tiempo lo permitía, se han aplicado los dos deflectores á cada una de las agujas del aparato. En el cuadro que va á continuacion hemos reunido en ór- — 183 — den cronológico todos los ángulos de deflexion observados con el instrumento. La mayor parte de esos ángulos se refieren á una distribu- cion tal del magnetismo con la aguja que el polo N. corres- pondía á aquella punta de la aguja que lleva la marca A. Pero cambiándose hasta fines de (886 intencionalmente los polos * de la aguja en cada observacion de la declinacion, existen A O += wwvor Oo O a | tambien valores (marcados en el cuadro con *) medidos cuan- do el polo N. correspondía á la extremidad B de la aguja. Observaciones de esta última clase no se han ejecutado en Córba, por cuya razon los valores * no se han tomado en cuenta al reducir los ángulos. Sin excepcion alguna, se han observado las agujas con las marcas arriba. He aquí los ángulos de deflexion observados : ÁNGULOS DE DEFLEXION OBSERVADOS CON EL MAGNETÓMETRO DE DESVIACION BAMBERG NÚMERO 1247 FECHAS AGUJA 1 AGUJA 1! LOCALIDAD FARSA A A OR Años Meses y dias Deflector 1 Deflector [1 Deflector 1 Deflector [] Cordoba Lia. 1884 ¡Octubre 15/24? 34 |26*42:8 |24*93:8 (26* 2:2 MEE » |Diciemb.28/23 50.0 125 59.8 |23 54.4 [26 4.4 R. de Santa- Fé.| 1885 ¡Enero 24/24 45.4 [26 28.8 = = ASUNCIÓN > dol » ¡Febrero 5/24 20.5 [26 30.6 [24 24.1 ¡26 38.0 Paraguarl....... » » 12y13/24 5.2 [26 16.7 [94 5.0 |26 18.0 ASUNCIOn....... » > INDIO IZIDO: 2A = ==. Formosa....... So 26123 505053 1267 1.8,192 1576194 9373* Corrientes...... » |Marzo AL BSO 26119894 22201194: 999% Bella Vista..... » » NDA OA O IIS ISS Canada de Gomez| >» » ANMAT IAS R. de Santa—Fé. » » 31 -= — 4 O LOMO ¡Villa María..... » ¡Abril 3/23 41..0 .126..0.8 193 45.0 125 99.6 Laguna Larga...| » » 5123 38.1 |25 50.8 |23 45.2 |25 58.6 CQOrdoba. 0. ...: » [Mayo 3123 35.5 |25 44.9 |23 39.8 |25 49.6 Chañares....... » » 24/23 53.9 |26 4.7 123 46.2 |25 56.6 UBA | FECHAS AGUJA T AGUJA Il No | LOCALIDAD A a | | Años Meses y dias Deflector 1 Deflector II Deflector 1 Deñlector Il 16 [Oncativo :..:... 1885 [Mayo 25/23*36:7 |25*47:2 [21*34:8*/23*3317* 17 [Rió Segundo... » [| >» 262348.7 [25 57.3 21 35.32 35,9* 18 [R. deSanta-Fé..| >» [Agosto 28/24 2.3 = — = 19 ¡Tucuman....... » |Diciemb.11/23 32.7 |25 41.6 |23 23.0 125 30.1 20 ¡R. de la Frontera| >» » 19/23 29.9 |25 4].1 — — 91 ¡Simoca ...2..0z. 1886 [Enero 93.23 20.8 |25 36.7 120 53.3*/22 51.2% 9 Lamadrid. 456 » » 28121 36:3*123..35,.8123, 9142555152 93 Lavalle. it ¡Febrero 17/93 95,4 125 39.7 123 923.3. 20 040) A 5 » 91193 34.8 125 43.7 193 9971291256 25 [San Antonio.... » > 99/24 .9.0?2126 34. 172193 977125426 9061 REGreO: 2. ps » 24123 25.3 |25 49.5 123 32.5 |25 48.0 27 [Totoralejos ..... » » 26/23 33.2 [25 45.9 123 34.2 125 45.2 O8COLdOba? Iii Marzo 23123 46.2 126 0.4 |23 49.2 1296 2/7 29 [San José....... » ¡Abril 23/23 39.3.125 51.8 |93,44.7../96. 4.4 30 [Dean Funes.....| >» » 25 y 26/23 52.4 [26 5.9 [23 51.6 [26 9.1 SIS [GÓrdoOba. co. ts: » [|Noviemb.1| — == 23:41.214 263059 32 ARSS 1887 [Enero 10/23 52.9 [26 5.0 |23 46.5 |25 59.7 33 |[Cosquin......... » [Marzo 16/24 6.2 |26 20.1 |24. 0.9 26 12.0 A A » [Abril 5124 0.4 |26 12.2 |23 56.4 196 10.2 35 ¡S. del Estero... » » 8123 53.7. 126. 7.1 12350097 36 > a » > Ss — — 23. 53.8 1261808 37 A Sad 9/23 49.0 [26 2.6 [23 49.3 [26 1.7 | 38 [Estacion Loreto.| » | >» 19 — — -123-55.5"|26-10%8 39 » » >» » 16; = | 3 23 56.2 26 11.9 40 » > » » 14/23 49.3 |26 6.0 == = 4] » » » » 14123- $403 1267.50 —- =— 42 |Córdoba........ 1888 'Julio 19/94 2.8 !26 14.6 |24 15.9 196'36.1 43 | 0 MA A » |Agosto 9193 55.2 [26 7.8 |24 8.6 126 23.7 ANNA E AT » » 16/24 7.4 [26 26.0 [24 20.9 [26 36.2 45 e » |Setiemb.16/23 56.5 |26 8.9 1941 18.7 126 35.2 46 A A dl » ¡Octubre 29124 2.4 126 12.9 (M'HIMOGEIES 47 LO Aa ES | 1889 |Mayo 8/94 5.7 [26 24.8 [9 23.1 126 36.9 48 A MS 1890 Octubre 25/24 8.9 |26 19.9 =— 26 39.6 lo el » |» 25/94 6.2 [26 25.3 [4 29.3 |2640:8 0 palo la 6 ba » [Diciemb. 3/24 5.9 |26 24.5 [24 25.3 126 39.5 | — 185 — Reduccion de las observaciones Para calcular la intensidad horizontal H, con los ángulos de deflexion (+) observados en las condiciones descritas, te- nemos como fórmula más suscinta 2m E= === y dM sen o en que m es el momento magnético de los dos sistemas de imanes deflectores; M el de la aguja observada; dl la distancia entre el centro de la aguja y el de los imanes deflectores. Siendo invariable dl para el mismo aparato (en el nuestro es como de 16.5 centímetros ) y suponiendo que m y M no varíen, se puede escribir 2m constante ++ = constante y Hr EA EM % sen 0 Cuando es conocida H en una localidad, por observaciones ejecutadas con otro instrumento que da valores absolutos, se puede calcular la constante, que dividida por el sen y obser— vado en cada localidad, suministra el valor de la intensidad horizontal correspondiente. Notándose una alteracion de las constantes, es prueba de que mó M, ó los dos á la vez, se han modificado. Durante todo el tiempo que abarcan las observaciones que acabamos de reproducir, no ha sido posible, por falta de otro instrumento, procederá la determinacion de las constantes del nuestro. Es cierto que el doctor G. Neumaver las había determinado antes de hacer remitirme el instrumento, como se ña mencionado ya, pero no tengo conocimiento del resul- — 186 — tado de sus determinaciones, y aún cuando hubiese estado en posesion de esos datos, creo que habría adelantado muy poco, pues es más que probable que las constantes ya no eran las mismas cuando dí principio á mis observaciones. Puesto que el coeficiente¡de temperatura de los imanes es rara vez una funcion lineal de la temperatura, sinó que ge- neralmente está representado por una ecuacion de segundo grado, la compensacion es de suyo difícil para cualquiera tem- peratura, si bien se puede realizar con alguna aproximacion para cierta temperatura media. Y es muy dudoso que se hayan tomado en cuenta, con el objeto de la compensacion del mo- mento magnético, temperaturas tan altas, como son las á que ha estado expuesto el instrumento en mis viajes. En Asuncion (Paraguay), por ejemplo, he observado durante seis horas se— guidas con una temperatura de más de 40”C en la carpa. Hay que añadir que el momento, tanto de los deflectores, como de las agujas, debe haberse alterado mucho al pasar el instrumento de una temperatura media mucho inás baja, la del Norte de Alemania, ánuestras temperaturas, relativamen- te altas, y aún despues de aclimatado, por decir así, el ¡ms- trumento, las constantes no pueden ser invariables, atenta la oscilación diurna tan pronunciada de la temperatura que te- nemos aquí. Otra causa más dela variacion de las constantes es la de- simantacion frecuente de las dos agujas á que hemos aludido más arriba. A pesar de que todas estas suposiciones llevan el sello de gran probabilidad, no es posible demostrar directamente su exactitud. Sólose puede proceder á una comparacion de las cuatro distintas constantes en un mismo lugar, la que se efectúa del modo siguiente : Las constantes están vinculadas con los ángulos correlati- vos de deflexion por las ecuaciones C, : C, : Cz : €, = sen q, : Sen q, : sen e : seno, — 187 — en que los índices en su órden natural, corresponden á las combinaciones aguja [ con el deflector [, aguja [ con el deflec- tor 11, aguja Il con el deflector [, aguja H con el deflector 11. Los momentos magnéticos de las agujas (M, el de la aguja I, M, correspondiente á la aguja “I) están en la relacion M, : M,= sen q3 : Sen py, = Sen 9, : Sen q. y lós momentos magnéticos de los deflectores 1 (2m,) y UU (2m,) se comparan mediante My, | M2 = SEN q : SEN y, = SEN q, . SEN q». Infiérese, por combinacion de las ecuaciones que antece- den Cy: C, = €, : (2 = sen q, : sen q¿= sen q, : Sen q. Sobre la base de estas proporciones, se ha hecho un estu- dio comparativo de las constantes y momentos magnéticos, formando las respectivas diferencias entre los logaritmos de los senos de los ángulos observados. Resulta que la relacion de los momentos magnéticos de los deflectores (log sen ¿,— log sen o, y log sen ¿,— log sen 2,) ha quedado, en general, constante, lo que equivale á decir que ambos momentos han variado de un modo unifor- me, disminuyendo el uno en la misma proporcion que el otro. Lo que ha variado de un modo muy irregular, es la rela- cion de los momentos magnéticos de las dos agujas. Las di- sen 93 log sen 9, sen q; * sen 9, observaciones libres de errores, habrían de ser iguales, no sólo son siempre desiguales, sinó que cambian frecuente- mente de signo, ó, aún, llevan signos contrarios. Esa calidad de las observaciones se opone á reducir la intensidad deriva- ferencias log que, en rigor y suponiendo — 188 — da de un número escaso de ángulos de deflexion al promedio que suministrarían los cuatro valores de esos ángulos. ¿Cuál es la causa de de esa anomalía? A primera vista ocu- rre buscarla en el tratamiento de las agujas, es decir, en los cambios repetidos de los polos de la aguja que se hacían has- ta fines de 1886. Sin embargo, esa suposición no parece fun- dada, puesto que se nota el mismo defecto en las observacio- nes posteriores á aquella época en que los polos no han vuel- to á invertirse. ? Con más probabilidad, opino que esa desigualdad aparente en la relacion de los momentos de la aguja proviene de los errores sistemáticos de la observacion que se pueden atri- buir á la falta de igualdad en las condiciones de equilibrio de las agujas. Estas sirven á la vez para la declinacion y se observan por lo tanto en las dos posiciones, marca arriba y marca abajo. Para poder observar en esas dos posiciones, es necesario quitar la chapa atornillada en un orificio central de la aguja, invertir ésta cambiando las caras superior é inferior y atornillar otra vez la chapa cuyo centro de piedra dura reposa sobre la punta del estilo. En esta manipulacion se al- tera un poco el equilibrio de la aguja que se restablece para esta posicion, á simple vista, mediante una pequeña corre- dera metálica, movediza por lo largo de la aguja. Sobre ser difícil establecer un equilibrio perfecto por la simple inspec- cion ocular, las paredes laterales de la caja que son de metal con una sola ventanita en cada extremidad, se oponen á una comprobacion prolija de la horizontalidad de la aguja. Ahora bien, una aguja no del todo bien equilibrada no ocu— pa la misma posicion en el círculo que cuando su horizonta- lidad es irreprochable. Delos muchos ejemplos que podría reproducir aquí hojeando los diarios de mis viajes, transcri- biré sólo el siguiente: — 189 — LoreTo, Abril 14 de 1887. 10%5 a. m. Aguja I, Deflector I Punta Norte Punta Sud ON ES 8531" [1 33" 13, || 12 35' 1138" Sula 6l 29' ||31' 86” 6'50 85732'83 Promedio : 85*49'67 Va la observacion: «Aguja no bien equilibrada. Se rectifi- ca el equilibrio y vuelve á observarse»: Punta Norte Punta Sud 8620" [| 18" 8538" |] 41 20" [118' 45" 47 19 1110* 37" || 40 86*16'33 85*41'33 Promedio : 85*58'83 Una diferencia de más de 9”, debida únicamente á diversi- dad del equilibrio de la aguja! A pesar de las mejores intenciones de un observador se introducen errores que muchas veces quedan desapercibi- dos y no le dan motivo á repetir las observaciones, como se hizo en el caso que nos ocupa. Sin duda se sacarían mejores resultados con el instrumen- to, si se pudiese observar con agujas que una vez equilibra- das con toda propiedad, se dejarían sin alteracion. No me consta, si otros exploradores que han trabajado con un instrumento análogo, han podido cerciorarse de los mis— mos defectos. La primera determinacion de las constantes pudo hacerse recien el 25 de Octubre de 1890, y se ha efectuado del modo siguiente : A cierta distancia, de 10 metros, uno del otro se instalaron nuestros instrumentos y el teodolito magnético Bamberg nú- mero 2597, cuyas constantes había determinado antes con — 190 — toda proligidad, y se hicieron, en vista de no haber quien observara simultáneamente conmigo, observaciones de de- flexion alternativamente en uno y otro aparato. El ángulo de deflexion de nuestros instrumentos se consideró como correspondiente al promedio de las intensidades horizonta- les observadas con el teodolito inmediatamente antes y des- pues de la observacion en el instrumento número 1247, La comparacion dió los resultados siguientes : H 7 log € Aguja 1, defl. 1..... 9% a. 0.26 566 24” 8'9 9.03 616 Aguja TL defi 928 ar 0.26:564... -2619'9.. 1 :9/0710185 Aguja IL dell. IE. UD: 0.26-563 - 26739'61 1009101623 Habiendo notado, por las diferencias entre dos observa- ciones subsiguientes, que existía un friccion bastante gran- de, cambié el estilo, eligiendo otro que me parecía mejor conservado, y procedí, en la tarde del mismo dia 25 de Oc- tubre, á ejecutar otra serie de observaciones con el resultado que consigno: H P log € Aguja I, defl. I...... 3*4p. 0.26 512 24” 6'2 9.03 451 Aguja 1, defl. IL.... 3*7p. 0.26 516 26"2%'3 9:07 184 Aguja Il, defl. 1..... 3*0p. 0.26 506 24”%29'3 9.04 088 Acad: IEA: 0.26 509 2640'8 9.07 564 Otra determinacion se hizo el 3 de Diciembre de 1890, de lá que resultaban: H P a log C Aguja Pradell 25. 28D: 0.26 512 24 5'9 9.03 442 Aguja del. UM Sp. 0.26 516 26"24'5 9.07 164 Aguja Md II Sp. 0.26 524 24*25'3 9.04 006 Aguja 11, defl. ... 3"8p. 0.26 533 26"39'5 9.07 571 Puesto que la comparacion no tenía objeto práctico—ya no observaba con el instrumento Bamberg 1247 —no se han he- — 191 — cho más observaciones. Siento no haber apuntado las tempe- raturas, para ver si la compensacion estaba bien hecha. Por lo que antecede, se comprende que no hay material para deducir de un modo directo la intensidad horizontal de los ángulos de deflexion observados en mis viajes. En consecuencia me he visto obligado á valerme de un método indirecto que permite determinar provisoriamente la intensidad horizontal. A medida que pueda repetir las me- diciones de la intensidad en alguno de los puntos en que he observado con elinstrumento número 1247, los valores cal- culados provisoriamente son susceptibles de correcciones y' mejoras. Este método consiste en calcular la intensidad horizontal correspondiente á las épocas en que había medido ángulos de deflexion en Córdoba, y proceder sobre la base de las cons- tantes que resulten de esta manera, á la reduccion de las de— más observaciones. Indispensable para este objeto es el conocimiento de la variacion secular de la intensidad horizontal. Para Córdoba tenemos (1) : 1883.5 H =0.26815 (DR. BENJ. A. GOULD). 1890.0 H = 0.26603 (Oscar DOERING). de lo que se deduciría una disminucion anual de sólo 33107” unidades €. G. S., muy pequeña é inadmisible. Haciendo un estudio comparativo de las observaciones de ArcH. Mac Rar, De BervarDiéres, B. A. GouLD y las mías, infiérese que las de GouLp (Rosario de Santa-Fé) no concuerdan bien con las de De BERNARDIÉRES (7), pues arro- jan un valor muy bajo, mientras que las mías comparadas (1) Véase el material acopiado en mi trabajo: Las manifestaciones del Magn. terr. en la provincia de Córdoba. Este Boletin, tomo XII, p. 366. >) En el Rosario 1883,2H =0.26.830 (De Bernardieres). 1883,8H =0.36.301 (B. A. Gould). — 192 — con las de Mac Raz y DE BERNARDIÉRES dan la misma va- riacion anual que las de estos dos exploradores, comparadas entre ellas (1). Resulta, pues, que las observaciones del Dr. B. A. GouLp, relativas á la componente horizontal, no son di- rectamente comparables con las mías, y que el punto de par- tida para la intensidad horizontal de Córdoba debe ser el valor que suministran las observaciones mías, ya por la razon expuesta, ya por la otrade que cl Dr. GouLD no dice si ha de- terminado de nuevo las constantes del instrumento que recibió á fines de 1874 del «Coast and Geodetic Survey» delos Estados “Unidos, siendo así que las de mi teodolito magnético Bamberg 2597 se han determinado con mucha proligidad cada año. Fijando la atencion en mediciones hechas en otras locali- dades de la República y del continente Sud-Americano, en- contramos que la disminucion anual de la intensidad hori- zontal es, en término medio, de 0.00072 €. G. S., promedio en cuya formacion han entrado los valores siguientes: Rio Cuarto (Mac Rae, De Bernardiéres, O. Doering)... 0.00 075 Bellvilles MERO AD ar ito cho Cid 72 Mendoza (Mo READ E Bea rele velar alo hs A np Rosario de Santa Fé (M. R., De Bern.;....... e 63 Buenos: Aires (M.. .R."De Bernd cas eo de 65 Santiago de Chile (expedicion Gillis)............... Dl Rio de Janeiro (Dr. van Rijckevorsel) .............. 78 Promedio. lite 0.00 072 Con este valor de la disminucion por año y tomaudo como base para 1890.0 H =0.26603, se ha calculado la in- tensidad horizontal de Córdoba correspondiente á las distin- tas fechas en que había hecho observaciones del ángulo de deflexion, y sobre esos valores se han determinado las cons- tantes como sigue : (1) Véase el material acopiado en mi trabajo : Las manifestaciones del magnetismo terrestre en la provincia de Córdoba, en este Boletín, tomo XII, página 366. = 193 — 2m CONSTANTES DE DEFLEXION DE BAMBERG 1247 C= PM PECHAS VALORES DE LOGARITMO € > A o A E Calculada AGUJA 1 AGUJA II Meses y dias Deflector | Deflector [1 Deflector 1 Deflector TI ¡Octubre 15 0.26 98 9.04 1299/9.08 377/|9.04 “7011 9.07* 342 Dic. 28 ¿0 73H JO7TOS .03 849 315 Mayo 3 2710| .06 8 393 | .06 954 Marzo 23 IAN 3556 | .07 186 Nov. S: ES = 431 71 Enero : SOON O: 387 016 Julio 672 7 $ 041 769 Agosto 454 5| .03 834 451 » ) 795 | E á 173 763 Setiemb.16 477 E ; 103 729 Octubre 2 639 É .03 986 651 Mayo 8 661 S 149 695 ¡Octubre 25 564 (obs.) 616 : — 623 » 25 511 (obs.) 451 .04 088 564 Dic. 3 521 (obs.)| 9.03 442|9.07 164 006 |9.07 571 Respecto de la aplicacion que he dado á las constantes con- signadas en el cuadro que precede, menciono los siguientes detalles : En la reduccion de las observaciones hechas de Enero de 1885 á 5 de Abril de 1885 — Rosario de Santa-Fé, Asuncion, Paraguarí, Formosa, Corrientes, Bella Vista, Cañada de Gomez, Rosario, Villa María y Laguna Larga —se han em— pleado las constantes relativas al 28 de Diciembre 1884 y al 3 de Mayo 1885. La disminucion sumamente regular de las constantes, que se nota de una hasta otra fecha, se ha consi- — 194 — derado como funcion del tiempo pasado desde la primera fe- cha, calculándose en consecuencia las constantes por inter- polacion lineal. Las observaciones de la intensidad horizontal que hice en Villa María el 4 y 5 de Octubre de 1889 con el teodolito magnético Bamberg 2597 han permitido otra aproximacion más al conocimiento de las constantes del aparato número 1247. En aquella fecha resultó H = 0.2644 para Villa María. Re- ducido este valor á la fecha del 3 de Abril de 1885, en que se observaron los ángulos de deflexion contenidos en el cuadro de la página 183 bajo el número 12, es de 0.2676. Con esta cifra se han calculado tambien las constantes del aparato y en vista de que de los dos modos indirectos para averiguar las constantes, ninguno tiene una ventaja sobre el otro, se ha aprovechado el promedio de los dos para la reduccion de las observaciones de Cañada de Gomez, Rosario (31 Marzo), Villa María, Chañares, Oncativo, Laguna Larga y Rio Segun- do, que se han hecho casi al mismo tiempo. Los valores algo distintos de Rosario, Enero 24 y Marzo 31,se han promediado adjudicándose el promedio á 1885.2. Los ángulos de deflexion observados en Tucuman, Rosa- rio dela Frontera, Simoca, La Madrid, Lavalle, Frías, San An- tonio, Recreo (24 Febrero 1886), Totoralejos, San José y Dean Funes se han reducido con las constantes del 23 de Marzo de 1886, pero los valores deducidos así se han corregido me- diante la comparacion “de los resultados obtenidos en Recreo en dos distintas ocasiones, á saber, el 24 Febrero 1886 y el 5 Abril 1887. La reduccion de los ángulos observados allí la segunda vez, operacion efectuada con las constantes del 10 de Enero 1887 tanto para Recreo, como para Santiago del Estero y Loreto, da un resultado superior en 0.0040 al de la primera medicion, reduciendo antes á una misma época. Su- poniendo el promedio de las dos observaciones más aproxi- madas á la verdad, se ha aumentado en 0.0020 la intensidad — 195 — horizontal de las localidades visitadas casi al mismo tiempo que Recreo por primera vez—de Tucumán hasta Dean Fu- nes — disminuyéndose á la vez en la misma cantidad los va- lores correspondientes á Recreo (segunda vez), Santiago del Estero y Loreto. Para reducir las observaciones hechas en Cosquin, había sólo las constantes del 10 de Enero de 1887, las que han ser- vido en efecto para este procedimiento. Dados estos pormenores, queda explicado el orígen de los valores parciales que reunimos en el cuadro que sigue, don- de está consignado á la vez el valor de la intensidad horizon- tal que hemos adoptado provisoriamente para cada locali- dad sobre la base de los datos disponibles para la reduccion. E INTENSIDAD HORIZONTAL OBSERVADA | | EPOCA FT OTTO AR INS | LOCALIDAD de AGUJA 1 AGUJA 11 lICADOPTADA la observacion | | Deflector | | Deflector [Il Deflector 1 Deflector [] | | | Asuncion...... 1885.1| 0.26 35 | 0261 40410026 36410072636 110,26 37 Paraguarí ..... 1885. 1 59 | 59 67 65 10.26 62 Formosa ...... 11885.1 73 71 — — |10.26 72 ' Corrientes..... 1885.1 67 67 — — |10.26 67 Bella Vista....| 1885.1 | 56 59 — — [0.26 57 R. de Santa-Fé| 1885.2| 0.25 96 45 571 50 110.26 49 C. de Gomez...|1885.2| 0.26 68 65 5 50 110.26 59 Villa María....| 1885.2 T8 76 84 84 [10.26 80 Laguna Larga..| 1885.2 94 92 84 79 [10.26 87 Chañares...... 1885. 4 66 69 82 82 [10.26 75 NNCAativO .....-. 1885. 4 97 97 — — 10.26 97 Rio Segundo..|1885.4 75 8l — — [10.26 78 R. de Santa—Fé| 1885.7 A7 — -- — 110.26 47 —Tucuman..... .|1885.9| 0.27 12 | 0.27 18 | 0.27 35 | 0.27 41 [0.27 06 KR. de la Front..| 1885.9 17 19 — — |10.26 98 — 196 — INTENSIDAD HORIZONTAL OBSERVADA E ==—ÁáÁá á TT T_T T_T]. ]>—]/ => PA EPOCA LOCALIDAD de AGUJA 1 AGUJA 11 E ADOPTADA la observacion | 2——— | | Deflector ] Deflector [1 Deñlector ] | Defector[] a] 1886. 1886. 1886. 1886. San Antonio...| 1886. Recreo 1886. Totoralejos ....| 1886. San José......| 1886. Dean Funes....| 1886. Cosquin 1887. 1887. S. del Estero. .| 1887. » > AAMISSIC SA VIO Ny WN NN O ES VNyYDORN WU uN ooseoseseossos » A loe Loreto 1887. 1887. 0 0 0 0 0 En la adoptacion de los valores de H consignados en el cuadro que precede, no se ha tomado en cuenta la oscilacion diurna de la componente horizontal, pues es poco probable que el instrumento sea susceptible de manifestarla, y aun cuando se pudiese admitir ese grado de sensibilidad, la aplicacion de pequeñas correcciones, para reducir la obser vacion al promedio diurno, sería poco justificada en atencion á que los medios indirectos que hemos puesto en juego para deducir las constantes del aparato, están afectados de una incertidumbre más grande. Creo que, por lo pronto, las observaciones de deflexion que he ejecutado, no se pueden someter á otro proce- — 197 — dimiento más riguroso á fin de derivar la intensidad ho- rizontal. Oscilaciones de las agujas OU ma y Si en la conocida ecuacion HM — E se consideran cons- tantes K (el momento de inercia de la aguja) y M(su momen- to magnético), se puede escribir Or TK constante — =.constante y Hi== o a M y Me en que T es el tiempo necesario para una oscilacion de la aguja. Observando las oscilaciones de una misma aguja en dos localidades distintas, tenemos las intensidades horizontales (H, y H,) en razon inversa del cuadrado de los respectivos tiempos que la aguja emplea en una oscilacion : H, : Hz = Ts ; dee Ev una localidad donde se conoce el valor de H, se puede determinar aquella constante de la aguja, y ese valor dividido porel cuadrado de T que se observe en otro punto, suminis- tra el valor de H correspondiente á esa segunda localidad. Ese método, muy en boga antes, no era admisible en nues- tros viajes, pues la desimantacion de las agujas alteraba cada vez su momento magnético. Sin embargo, desde que ya no se cambiaron los polos de las dos agujas, se han observado, algunas veces, oscilaciones cuyo resultado no dejo de presentar. Se comprende que en agujas que, como las nuestras, 0s- cilan sobre un estilo, la friccion existente no permite gran exactitud en la determinacion de T. Con el objeto de determinar T, se ha observado cada vez el MFXLY 14 — 198 — tiempo empleado en treinta oscilaciones, repitiéndose la ob- servacioná lo menos cinco veces. La elongacion inicial era siempre de 30”. No se ha reducido á arcos infinitamente pe- queños, ni á una temperatura normal. Hé ahí los valores observados : FECHAS UA = = CONSTANTES LOCALIDAD A E = E = = (Logaritmos) Años | Meses y dias = E Aguja I Córdoba... 1887| Enero 31 5 | — |1*483/0.26 8219.77 162 2 » > 10| 15 | — |1.477/0.26 82] 9.76 792 de > > 18| 10 | — [1.485/0.26 82| 9,77 192 E 1888 /|Setiemb.16| 5 | — |1.589/0.26 70| 9.82 875 e » [Octubre 2. 5 | — |1.603/0.26 69| 9.83 621 > SER » » 17| 10 |28*5/1.609/0.26 69| 9.83 947 S. del Estero..|1887|A bril 91” 5:199.311.475 pe | _ 9 mu pp A E A O o Aguja 11 Córdoba ..... 11887|Enero 10] 15 | — |1766/0.26 82] 9.92 244 DI ie > » 18| 10 | — [1.764/0.26 82] 9.92 146 AS 11888 [¡Setiemb. 16| 5 | — [1.9730.26 700.01 677 IEA: » [Octubre 2| 5 | — [1.9790.2 69 0.01 995 o » » 17| 10 |2875/1.959/0.26 69|0.01 041 S. del Estero.. ¡1887 Abril 9| 5 |29.0/1.751/0.27 26/.9.92 195 Calculando con las constantes de las agujas determinadas en Enero de 1887 la intensidad horizontal de Santiago, resul- taría por las oscilaciones, 0.2724 y 0.2726, mientras que las deflexiones suministraban el valor directo 0.2683 (1) y 0.2673 (1). El valor adoptado para Santiago (0.2697) no — 199 — difiere mucho de 0.2700, promedio de las intensidades cal- culadas con las oscilaciones y las deflexiones. OBSERVACIONES DE LA COMPONENTE VERTICAL Los dos deflectores son aplicables también al inclinatorio, pudiéndose hacer de este modo deflexiones de la aguja ver- tical para calcular la componente vertical de la intensidad. En los primeros viajes he ejecutado varias de esas de- flexiones, pero no con el objeto de derivar esa componente, sinó con el de encontrar con más rapidez el plano en que de- be medirse el ángulo de inclinacion. No habiendo hecko ob= servaciones de esa clase en Córdoba, faltan los datos funda- mentales para convencerse de la invariabilidad de las cons- tantes que servirán para la determinacion de la intensidad vertical, razon por la cual no he sometido mis datos al cál- culo. Para ejecutar esas observaciones, se coloca la caja del in- clinatorio en el plano normal al meridiano en que la aguja ocupa una posicion perfectamente vertical. Ajustando ahora uno de los deflectores al reverso de la caja, de modo que sus imanes y la aguja de inclinacion se encuentren en un mismo plano vertical, la aguja abandona su posicion de verticalidad inclinándose hácia el lado E. 6 W. del meridiano magnético. En seguida se hace correr el limbo horizontal del instrumen- to con la caja á objeto de buscar el plano en que la aguja, bajo la influencia del deflector, vuelve á recobrar una posicion vertical. Apuntada la indicacion (varias veces repetida) de los dos verniers, cuando se haya conseguido la verticalidad de la aguja, se invierte el deflector, lo que produce que la aguja se inclina hácia el otro lado del meridiano. Procediendo co- mo antes, resulta otra lectura del limbo horizontal ó más bien 200 otro promedio de varias lecturas, distinto del que se obtuvo antes de invertir el deflector. La semisuma de las dos lecturas indica el plano normal al meridiano magnético, y su semi-diferencia suministra el án- gulo de deflexion que es la medida de la componente vertical de la intensidad. En una observacion de este género la cara transparente del inclinatorio (el limbo vertical) puede mirar hácia el N. ó hácia el S. (abreviando se dice «limbo al N., limboalS. ») y en cada una de esas dos posiciones se puede observar la aguja dirigiendo su cara marcada con letras hácia el N. ó hácia el $. («marca al N,, marcaal S.»). Y si se tiene presente la facilidad de invertir los polos de la aguja, se comprende que existen ocho posiciones distintas en que se pueden hacer deflexiones y las que deben distinguirse bien, si se trata de aprovechar esas deflexiones para el cálculo de la componente vertical. La computacion de las observaciones se haría del modo siguiente: Para la estacion fundamental se calcula la intensidad ver— tical Y mediante la componente horizontal H y el ángulo de inclinacion Í por la relacion Y .= H.tang 1: y seobserva el ángulo y de deflexion de la aguja vertical que corresponde. Midiendo ese angulo, 4,, en otra localidad, se calcula la intensidad vertical V, de ésta con la ecuacion Y: Vi = lang dy. lane y: Se encuentran reunidos en el cuadro que sigue, los ángu— los de deflexion y que he medido en mis viajes: los valores distinguidos por un asterisco corresponden á una distribucion Z | tal de la polaridad que la punta B de la aguja constituye el | 3 > polo norte. Todos los demás se han hecho correspondiendo el polo norte á la extremidad A de la aguja. ha a RO0VO0O-0Oa MNR E nn LOCALIDAD R. de Santa—Fé. Asuncion....... Parapuari....... BOTIMOSA 0.0.0. Corrientes...... Bella—Vista..... Canada de Gomez Villa María..... Chañares....... (NCAIVO o... R. de la Frontera FECHAS ÁNGULOS DE DEFLEXION y AGUJA 1 AGUJA II Años Mo A A | e Deflector [ Deflector 11 Deflector II Deflector 11 1885 |Enero 24|21*49'4 |23*29:0 — — Sa A As A SON e > > ARA is el rt O: Ed A OA dl o O » > TN CA A al E ae ta E) » |Marzo ZORO ZAS LOA ADA ONIS » » LOMAS IDA SODA OS DES » » ANA 0) — — >» ¡Abril SINS OO ISI IDO DASS AD » |Mayo AED DIS — = » > A ADA iS — —= » |Diciemb.19|21 0.9*|23 19.8* — — Los únicos apuntes relativos álimbo y aguja que encuen— tro en el diario, son los siguientes: Asuncion: limbo al S., marca al N. Corrientes y Bella-Vista : marca opuesta al limbo. Cañada de Gomez y Villa María: limbo al N., marca al $S., combinados con limbo al S., marca al N. Para finalizar y antes de reproducir condensados los deta- lles de mis observaciones, dando un extracto del diario, pre- sento en un solo cuadro los resultadas de mis observaciones con el instrumento, reducidos todos á la época 1890,0 y añadiendo la época de la observacion y las coordenadas geo- gráficas de las localidades. — 202 — ELEMENTOS TERRESTRE-MAGNÉTICOS OBSERVADOS POR OSCAR DOERING CON EL MAGNETÓMETRO DE DESVIACION BAMBERG 1247 Y REDUCIDOS Á 1890.0 A Altura pearl Declinación E. | Inclinacion $. Ia W. de Greenw. observacion horizontal - LOCALIDAD Latitud Sud Asuncion....| Paraguarí ...|- R.dela Front. : Formosa .... Tucuman.... Simoca Corcientes...!- | Lamadrid ...|? S. del Estero. | 1885.1 1885.1 1885.9 1885.1 1885.9 |1886.1 l1885.1 188671 1887.3 2 | 1887.3 16*32:3 33. 10 o DD N [> > [a] 104 ++O0O00 [A ww ot y 6 y 30wu [1 = WN WO lO ODA ON EMOCIONÓ o wn a NN co NAINVOOOSONRIw PR [du SS — [— JS) COM Oo) w gl O wo Lo do o mo wn Totoralejos ... |“ San José....|: Dean Funes.. | 30 Cosquin Córdoba ¡Rio Segundo. |: Laguna Larga! | Oncativo ....|* Chañares. ...|+« Villa María.. C. de Gomez. R. de S.-Fé.. 65 52 52 59 0.26 603 44 33 63 41 46 25 18 VNNDNIN 10 0 Qt Ol Vo W 000 IDNODAPO 0 00 PH00D0OoA-Nvo0o0on- 10 oruoonowoos o CO Aa SiS. O ORO OO 00 EC Y WO WIR DEA ¡NU O O Oi 00 DETALLES EXTRACTO DEL LIBRO DE VIAJES DE LAS LOCALIDADES VISITADAS EN ÓRDEN ALFABÉTICO DETALLES 1. Asusción (Paraguay) Coordenadas geográficas. —Se ha adoptado la latitud que el 22de Setiembre de 1875, el actual director del Observa- torio Astronómico Nacional, el señor Dr. Juan M. Thome, determinó en Pp = — 2517'32" (Plaza del Mercado). Respecto de la longitud hay que elegir entre los valores si- guientes: Page. mt. 57742'42"* EXAMOUChez. 0 0.. Da NO al W. de Greenwich. D. R. Congreve... 5/40 0 He adoptado esta última = + 3” 50” 40* La altura de Asuncion (calle de las Palmas) puede consi- derarse, con H. ToEPPEN, igual á 123 metros sobre el nivel del mar. Determinaciones del tiempo.—Durante mi estadía he observado, con el círculo de reflexion, las siguientes alturas corregidas. Reloj: Glashútte. Tiempo civil. 1885 Febrero 6. 7"22”1378 () 28”21:58" (2 observaciones ) ATP="HE-3025250 Febrero 8. 3"10%5278 () 40%48'47"” (1 observacion ) 510 230 1346 0 (4 observaciones ) AT = + 3023157 Febrero 9. 3"10” 3*1 () 41*40'27'3 (4 observaciones ) AT = + 30”41*0 Febrero 10. 3"25"14:7 () 36*59'15” (6 observaciones ) AT = + 30%5478 — 206 — Febrero 15. 3"40%50:9 () 32*35' 6" [2 observaciones ) AÍ= EE Febrero 17. 8*35”29%7 (Q) 44” 1'42'4 (12 observaciones ) AT =--F 327159 Febrero 17. 4"15%50*8 () 24*17'51” (8 observaciones ) MB EAS Febrero 19. 3"48”2576 () 30” 7'29" (3 observaciones ) AT = + 32"28+2 Dividiendo esas correcciones del reloj en grupos y for- mando ecuaciones en que ua de las incógnitas es la correc- cion (AT) correspondiente á una época determinada, la otra la marcha diurna del reloj (3T), y tratándolas porel método de los cuadrados mínimos, resultan las siguientes cantidades para el cálculo de los azimutes: Febrero 5. Mediodia AT = + 29%52*8 » 10. + 30 53.0: oT Feb. 5 —10=3+12%0 » 1: » FILIS 19 —15=-+12.2 19; » +32 28165119 15 —19=+ 8.7 Para los días Febrero 19-23, en que no se han hecho obser- vaciones del tiempo, adopto como marcha del reloj el pro- medio de Asunción. , Feb. 15-19. == E 8-7) 93 3T = Formosa. Feb. 25-Mar.2 ¿IT = + 11.6/$ Feb. 19-23 TI = + 1012 Todas las observaciones anteriores se han hecho en los balcones y la azotea del Hotel Hispano-Americano, calle de Las Palmas. Punto de observación y miras.—Las observaciones de los días 5á 10 de Febrero de 1885 se han practicado en el Banco de la Laguna, al Norte de la ciudad, á la elevacion de próximamente 1 metro encima del nivel de agua'de ésta. A la distancia de 200 á 300 m., al Sur, se encuentran el Cabildo y la casa de Gobierno. Desde el punto elegido, al Oeste, la cruz — 207 — principal de la iglesia de la Encarnacion (mira H) forma un ángulo de 12220' con la torrecita sud—este del Palacio de Lopez (mira 1), mientras que las dos otras torrecitas aparecen casi en una línea. Determinacion del azimut Febrero 6 a. m. Mira I — 342*7'00 Glash : 7"36"1430 () 14071500 (4 observaciones) ¡(Azimut del ()) A= 93 13 1 Azimut de la mira 1 = 294 49 2 Febrero 10 a. m. Mira I = 298*10'00 Glash : 9*36"32:0 (€) 7955'00 (8 observaciones) == YVES Azimut de la mira I = 293 47 6 Aunque cada una de estas determinaciones es errónea, su promedio Azimut de la mira Il — 294”18'4 parece muy aproximado á la verdad. Vuelto de Paraguarí hice otra série de observaciones en los suburbios Este de la ciudad, á saber, en la «Cancha de la So- ciedad Hípica». Coloquéel instrumento, sin carpa, á 200 me- tros al Oeste de la casa, debajo de un árbol, sirviéndome de mira A la torre septentrional de la iglesia de San Roque, de mira B su torre Sud, las dos situadas á más de un kilómetro al Oeste. El azimut de la mira A se determinó como sigue: Febrero 23, mañana. Mira A 208*%4 Mira B 207 55. Glash : 7*40"27:6 O A Azimut del () 86*2! - Azimut de la mira A = 2924 Da ¡8 observaciones) 9 — 208 Declinacion Febrero 5, a. m. Mira I 338*45/0 Aguja I. Marca arriba... 50718/4 (4 observaciones) CODFECCIÓN: +. arcos = qien Norte magnético....... 50 10.7 Mira Azimut magnét. 288 34.3 ] Azimut astron.. 294 18.4 Declinación: pi: — 5 44.1 (8"5a. m.) Reduc. al promedio .... + A — 547:3 (ID Aguja Il. Marca arriba... 50?18/4 Corrección... +0. dea — 8.6 Norte magnético....... 50 9.8 ls l Azimut astron.. 294 18.4 Declinación A — 5 43.2 (10"0a. m.) Reduccion al promedio. + VA / Azimut magnét. 288 35.2 Declinacion. Promedio.... Correccion instrumental... Febr. 5 de 1885. Declinacion corregida .... Febrero 23, a. m. Mira A = 208%45'0 Aguja I. Marca arriba... 281*50/62 Marca abajo.... 36.25 Norte magnético....... 281 43.4 Norte astronómico..... 2716 4.4 Declinación 1 Haantr — 5 39.0 (S'5a.m.) Heduecion: Jus da o + ARA Aguja Il. Marca arriba... 281*22:2 Marca abajo.... 282 14.9 Norte magnético....... 281 48.6 Norte astronómico,.... 276 4.4 Declinación oa — 5 44.1 (9'5a. m.) Reduccion 3 tae + 2 IO - Declinacion. Promedio.... Correccion instrumental... Febr. 23 de 1885. Declinacion corregida ... —5*46:2 (11) —5 44.2 0 OS 4 8% — 209 — Inclinación 1885. Febrero 5. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, marca E..... 1427 17970 SOM 15 41 19 31 A 14 91 19 59 EA o 14 95 18 59 Promedio..... 14789 1880 167842 (1) A Norte B Norte Aguja II. Limbo E, marca E..... 16%51 16728 SE Wee SS 18 01 NR MN A 17 05 17:37 NA EA 16 02 16 62 Promedio..... 16779 17 07 16*930 (II) Intensidad vertical Febrero 5. Aguja I. A Norte. Deflector I. “7O0*33:75) , ¿3918 28 26.25 AS Deflector II. 26 52. 6) IDAS Aguja II. B Norte. DeHector Lt au2S: Deflector II. 26 57. Intensidad horizontal Febrero 5. Aguja 1. A Norte. Deflector 1. ÉS A , | o —= 249205 Deflector II. 23 51. 6 E 76 52. g $? = 23016 Aguja II. A Norte. Deflector I. “7445! 0 a E Deflecton M2 0) la ondas OS 67 77 26738:0 — 210 — Febrero 23. Aguja 1. B Norte. Deflector 1. 260*%22/5 7) a e Deflector TI, 305 29.7) | 359 ON Aguja II. A Norte. Dellector LT 221593l 0 7 28-40:3 (Error!) 305 13.8 | * La última observacion fué muy precipitada por amenazar lluvia, la que cayó interrumpiendo las observaciones. Los mapas del río Paraguay publicados por Pace dan como declinacion (para 1855?) 1099”. En el mapa de la República del Paraguay, publicado en 1873 por WisNek DE MORGENSTERN encuentro la observacion: 1857 declinacion de la aguja 950" al NE. 2. BerLa-Vista (Provincia de Corrientes) 28288: 1.= 59%6:2 (mapas ).. H.=: 63 metros: Determinación del tiempo 1885 Marzo 8 a. m. Corrección del índice = + 3'0"; B = 754%"; t = 23% Glash. : 8” 5%26%4 (O) ) 68 01 0" 8 758.0 O | ao AT — + 295956 82173614 0) . 824 4403 AT — + 29%59%5 8"28"25*2 de 30 56.8 E l E AT = + 29%59%2 14*48'20" — 211 — Alturas correspondientes Marzo 10. 04200; 2533"46%0. 3-46"19*0 36 14.8 43 39.2 A AS 26.4 40 53.6 O) ISO AOS 30 1076 45 31.4 34 18.4 COLON AO IN IO 50 10.8 29 39.2 AN==>=+30- 1253 Cababawna La marcha del reloj = + 8%08 se ha calculado por compa- racion de las correcciones en Corrientes (Marzo 5) y Córdoba (Marzo 26). Punto de observacion y miras. —Todas las observacio- nes se han hecho en la espaciosa quinta (huerta) que tiene detrás de su casa el señor ToriBrio Jara dueño del hotel en que me había alojado. Este hotel está situado en la esquina Sur-Oeste de la plaza principal. De mira I me ha servido la punta de la torre de Bella-Vista, como mira Il la esquina de una casa situada al E. Su azimut es como sigue: 1885. Marzo 7, tarde. Mira I 40732: MIii2071737 Ot QQ Glash.: 4” 3” 976 ¡(() 26%55:75 (10 observaciones) 4 11 19.1 (| 25 24.00 (10 observaciones) AO). ==: 839 2006 Azimut mira 1 — 290 56.0 Azimut mira Il =" 98 1.0 Declinación Marzo 7 a. m. Mira II 207375 Aguja I. Marca arriba... 116%48:75 (4 observaciones) Marcá abajo... 55.00 (4 observaciones) —= 212 = Norte magnético....... L16251:9 Mira IL. Azimut magnét. 90 45.6 Azimut astronómico... ISO Declmnacion oponen — 715.4 (8'2 a.m.) Reduccion: e oe + DILO AO = MAS Aguja II. Marca arriba... 117” 1:56 (4 observ.! Marca abajo... 116 58.44 (4 observ.) Norte magnético...... VI O0 Mira 11. Azimut magnét. ONIS Azimut astronómico... 98 150 Declimacione /- iblate la == 123.0 (1%5%,m: Reduccion as es — A AOS — 122:6 (111) Declinacion. Promedio.... 120% — 0 Corrección instrumental.... + 23.8 Marzo 7 de 1887. Declinacion corregida...... —= 144.5 Intensidad horizontal rm Marzo 7. Aguja 1. A Norte. Detector 02 E 1 e Deflector Ií. 143 Lola ld dc sp Marzo 7. Aguja II. B Norte. Deflector I. 139*1 IN E 95 33.34? — QraiiS Dellector HAL 93 31.04? = 23"52.3 Inclinación 1885. Marzo 7. A Norte B Norte Aguja 1. Limba E, marca E..... 195 2373 E: W, » Wisetióñ DNI 24 93 e WA AE E 19 81 24 22 » ESTAN a 20 60 23 85 Promedio...... LO 2418 22349 — 213 — A Norte B Norte Aguja II. Limbo E, marca E..... 2115 2153 O Y 4012 0093.90 a a O lo 22 38 22 41 A E AS: 22 13 22 49 Promedio...... 22709 2248 227288 (11) Intensidad vertical 1885. Marzo 7. Aguja de inclinacion 1. A Norte, marca adentro. Deflector 1. 137*19:1) IO ni AN de Deflector II. 93 39.7) , o lO E os Aguja de inclinacion 1. A Norte. Deflector I. Ea 5: z | ) y. = 20523 Deflector II. 95 E y = 28" 0/8 En sus mapas, Pack apunta para Bella-Vista una declina- cion de 12*33' (18557). 3. CAÑADA DE Gomez (Provincia de Santa-Fé) p = — 32%49'5; 2 =6124'0 mapas; H=86" Esta colonia floreciente, antes sólo estacion del Ferrocarril Central Argentino, es hoy de mucha importancia, pues allí empalman dos ferrocarriles más. Determinacion del tiempo.—En la tarde del 29 de Mar- zo se tomaron 2 alturas del O), pero tan cerca del horizonte que la observacion era apenas posible. He rechazado la correccion del reloj que resulta de esta determinacion y cal- culo el error del reloj del modo siguiente: T. XIV 15 — 214 — 1885. Marzo 26. 12 mediodia Córdoba /+ 4*16"48*) AT= + 113159 Abril 4. 12 » Villa-María(+4 12 57 )AT=-+16 2 7 Marzo 26-Abril 4. AT=+ 6.5 Marzo 29. 12 mediodia C.deGomez/+4 536 JAT=+23 3.3 Punto de observacion y miras.—Se ha observado en la plaza pública, donde puse la carpa más ó menos al centro, en frente de la iglesia. Las miras elegidas eran como sigue : Mira I, al Oeste, la asta-bandera del restaurant de la Paz. Mira II, al Este, la asta-bandera de la casa del señor Hansen. Mira III, al SW., la esquina de un almacen. Determinacion del azimut 1885. Marzo 29, tarde. Glash: 4*35"15*3 (Y 60%59:3 (7 observaciones) 4 41 34.4 (0) 60 38.9 (7 observaciones! Mira E = 48:10:07 “Mira TEE =424352540) Mira: IT I052080 AS" 18" 9/2 Mira Il. Azimut..... 104 26.7 Declinacion Marzo 29. Mira II 243*35:0 Aguja 1. Marca arriba... 149"20'0 [4 observaciones) Marca abajo.... 24.7 (4 observaciones) Norte magnético....... 149 22.3 Mira II. Azimut magnét. HAZ Azimut astronómico... 104 26.7 DeclinacioD........... — 10 14.0 (97 a. m.) ECC + IPSRISIOA — 1015%8 (1) Aguja H. Marca arriba... 14935:5 Marca abajo.... 32:3 Norte magnéticO....... 149 33.9 Mira II. Azimut magné!t. Edad Azimut astronómico... 104 26.7 Declinacion........... WARIO 2 VPO Reduction. Da, — AD SE — 1023:1M) 1885. Marzo 29. Prom. declin. — 10 19.5 + 23/8 =— 10 43,3 — — 2135 — Intensidad horizontal Marzo 29. Aguja 1. A Norte. Deflector I. 3053625 |? — 23"52:8 353 21.88 Deflector “IL. 355 37.8) — 96% 5:5 OO ani TO Aguja II. A Norte. Deflector TI. 353"32. 8) o — Ur” 912 305 28. 4 Y Deflector II. 355 45. 6 s O Inclinacion 1885. Marzo 29, A Norte B Norte Aguja 1. Limbo E, Marca E..... 2013 20D A TA A a 2918 ANA 26 61 30 45 A 26 45 30 65 Promedio...... 2678 3012 28448 (1) Intensidad vertical Aguja de inclinacion 1. A Norte. Deflector 1. 30650: 5) , 9195119 EIA MA Deflector II. 351 47. 2) 4 304 57. 15” = — 216 — 4. CORRIENTES (Provincia de Corrientes) La latitud fué determinada en —27?27 '54”8 por el Dr. J. M. Thom, en Setiembre y Octubre de 1875. La longitud re- sultó — 21”28*7 al Este de Córdoba ó = + 3155” 19% 5 = 5849 "5al W. de Greenwich. —H= 77”. La determinacion del tiempo se hizo el 5 de Marzo de 1885 por alturas del sol tomadas en el Hotel que está situado cerca del puerto. (Dis e O A nl O Sl 3200 31 0.0 9% 00. 853 45.2,.2-98.45,4 O DORIWAD 26 12.4 O 92007 8 58 39.21 521231020 O ORIO 6 ANAIS Resultado: AT = + 30*1095 Se calcula (véase Bella-Vista)2T = + 808. Punto de observacion y azimut de las miras.—Todas las observaciones magnéticas se han ejecutado fuera de Co- rrientes, á saber, al Este de la ciudad en la barranca alta que lleva el nombre de «La Batería». A la distancia de 500 me- tros al Norte hay un cuartel. Desde ese punto dirigí las si- guientes visuales: 1875. Marzo 5. Manana. Mira l. 86”15:0 (W.) Cruz del Cabildo. Mira 11. 160 20.0 (W.) Mástil de la Aduana. Mira MI. 25 45.0 (S.) Torre de la Iglesia matriz. Glash: 7*31%"41*1 ¡6 284*51:43 (7 observaciones) 7 48 19.0 (] 283 17.86 (7 observaciones) AN) = "SICOL53 — 27 — Mita IA 24310/9 Mira II. A A 257 15.9 Mira III. e 182 40.9 Declinación 1885. Marzo 3. Manana.! Aguja I. Marca arriba... 26350:94 (4 observaciones) Marca abajo.... 51.56 (4 observaciones; Norte magnéticO....... 263 51.2 Azimut magn. Azimut astron. Declinacion Mt ados A PSOE => SPA Mia ense 9249 54.5 A E E MI OS 182 40.9 — 2 21.4 Declimacion.... 1.03. ... — 7*21/8 (9"8 a. m.) Beduecion o san sico. + rca — 723:5 (1) Aguja II. Marca arriba... 263752:19 (4 observ.) Marca abajo.... 264 15.94 (4 observ.) Norte magnético....... 264 4.1 Decinacion: + .teisiesiats — 733.8 (11*0a. m.) REOMECION a. e odas — actos — 71733:6 (11) 1885. Marzo 3. Prom. declin. — 728.6 + 23/:8= —7 52,4 Intensidad horizontal Marzo 3. Aguja I. A Norte. Deflector I. 287*55:9 = 5) ox , 239 58. el? ases Deflector IL. 290 7.8 E, 237 48.1 SS Aguja II. A Norte. Deflector I. 288”13/8 D4299)' dk A Peflector II. 288 14.4 q ia 57 — 24*29:9 ¡B Norte) — 218 — Inclinacion Marzo 3. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, marca E.... 2210 1819 NA A IS 19 04 1 WE E OZ 17 62 > EW sta 21 93 18 34 Promedio ..... 22-30 18730 20*300 (1) A Norte B Norte Aguja II. Limbo E, marca E.... 1936 20" 49 A A 20 8l SV Bn 20008 20 33 MED A ZOO 21 05 Promedio ..... 27 20-67 207421 (II) Intensidad vertical Aguja de inclinacion l. Deflector 1. e ac y = 20*43'0 Deflector 11. 4 a | = 2831:8 * Aguja de inclinacion 11. Deflector I. OA L — 20:47:29 Deflector II. 3 Elo y = 29%52:8 En los mapas del rio Paraná por PaGE se encuentra apun- tada para Corrientes: declinacion= — 1130" (1855?). — 219 — 5. Cosquin (Provincia de Córdoba) ¿=— 310135; 1=+4+4h 179 525; H= 720% Todas las observaciones se han hecho en el espacioso sitio del Hotel Victoria del señor D. Federico Dilla. Las determinaciones del tiempo fueron las siguientes: 1887. Marzo 15. Tarde. Cronómetro. — Glash. ... + 14%34%9 As Glash. 3*53"20"— 17.5 (0) ) 59*20: 0' O O 20% 2. Glash. 35850=11 (O) ) 57 340 4 1380=M Uy 60 Sn Glash. 4 233—16 () ) 55 32 40 510- 8 O ) 60 Correccion del índice.... + 1'15” BArómettO.v....... 093739 IEMPperatura. cs... 2670 Estas observaciones dan el siguiente resultado: 1. AT Cronómetro =— 15%43*21 Ed 416 ( Prom. — 15”42%6 para 4” p.m. 3. :43 0 ) El cielo nublado permitió recien en la tarde del 16 de Marzo tomar otras alturas más del sol. Cronóm.— Glash.:===+:147:423 5, 4. Glash. 2%57* 516 (O 80%51' 0*|20" 5. 35351100. 78:41 40 (180 e > a S | 76 0 0 [180 7. 00 MR 72 0040" [160 8. 331502 U 682920 40 9. E 18 DO) 65 11 00r, 400 T6y (Du) 20 Correccion del índice.... + 1'33"7 Barómetro......... 696””9 Temperatura........ 230 — 220 — Asimismo se tomaron en la mañana del 17 de Marzo las siguientes : Cronómetro. — Glash. = + 14”4978 10. Glash. 8"48"10*-- 15 (5 68*23'20" 180" EN 8.5130, 11 ¿02 68:32 0 [40 12. 8 57 20 — 13 z a 3 ]7o00 16 13. A IN NO tl 10 5 [74 00 1160 14. E E A 15. ODO — HA e Sl da O A 16. SO E o y .00 1160 Correccion del índice.... + 1'32:5 Barómetro......... 700%"2 Temperatura....... = 2671 Combinando las observaciones anteriores para que resul- ten alturas casi iguales, se deducen las correcciones del cro- nómetro que van en seguida : Combinando 4 y 16..... == 3 » y ld 41.9 IES > > A 43.9 | Para la media noche » 8 y 10 y 11 - 49.3] le Marzo 16 y 17. Finalmente se hicieron algunas observaciones en la tarde del 17 de Marzo. Cronómetro. — Glash. == + 14"55*1 «je Glash .¡. 32LA LOMA AE a 32 50— 4 a AA 80 18. 32 40= 14 OA. a 530 eso y AS Combinando 17 con 10 y 11 resulta AT = — 15”40*1 » 18 con 15 » — 15 40.8 1887. Marzo 17. Al mediodia. Promedio. AT = — 15 40.5 Azimut de la mira.—Sirvió de mira | la esquina de una casa situada al SW., á 400 metrosde distancia. La mira 11 la formaba la esquina del mismo hotel al SE, á una distancia de 50 metros. Para determinar el azimut de la mira [, se han ejecutado las observaciones siguientes : Marzo 15 p.m. AA AETOAOMelÍro...»... Dr Marzo 16 p.m. SA CGEONDIN CIO. sio as 4. Marzo 17 a. m. al Cronómetro....... 00 JJ 0 541243 () 286*56:32 (8 observaciones) 5 46 29.4 () 286 16.45 (8 observaciones) Mira 1. 245*26:75 5324578 (O) 288*23:50 (8 observaciones) 538 42.5 (Y) 287 36.19 (8 observaciones) Mira 1. 245*25:12 6"52"34*3 (Y) 100727'62 (8 observaciones) 6 58 41.6 O) 99 40.06 7 352.5) 98 59.62 7 91260 98 16.88 Mira I. 245*24/38 Esas observaciones dan los siguientes resultados : 1. Azimut del (Y) + 2: dr 3. E 4. + e o 6. — 7/ - 8. — Promedio. 86” 4:33 Azimut de la mira I 86 44.52 84 35.68 8024.22 7 29.60 23226. 20 10 78 .94 ¿1 .36 5.69 E 5.38 5:46 — 222 — Declinacion 1887. Marzo 16. Mira I. 245”26/12 Aguja I. Marca arriba... 24726:69 (4 observaciones) Marca abajo.... 28.15 » Norte magnético....... e E pod Declinación 2d — 11 27.1 (90 a.m.) Reduccion 0 e + A a ce — 11*29:9 (1) Aguja Il. Marca arriba... 24*48'75 (4 observ.) Marca abajo.... 27.62 » Norte magnéticO.,..... 24 38.2 Declinación: 20 pies — 11 38.4 (10"0 a.m.) Reduccion. cel = A A — 11739:8 (11) Aguja Il. Marca arriba.. ALS Marca abajo.... 28.45 Norte magnético....... Declinación: Reduccion Aguja I. Marca arriba... Marca abajo.... 24 39.9 — Mira I. 245*25/12 11 34.5 (4"5p.m.) A — 11.32:8 24*35:50 32.44 Norte magnético....... 24 34.0 — Mira l. 215*25:00 Declinación att — 11 34.5 (5"8p.m.) Reduccion ta ela - 1 AR — 11*33:2 (TM Declinacion. Promedio... — 11 33.9 Correccion instrumental.. + 23.8 Marzo 16 de 1887. Declinacion corregida... — 11 57.7 Inclinacion Marzo 17. A Norte B Norte Aguja II. Limbo E, marca E. + 21923 2634 WA o IV OSADO: 28 21 A A eS 0) 27 62 O E RI 000) TAS Promedio .... 28088 27405 27*746 (II) — 223 — A Norte Aguja II. Limbo E, marca E.. —26*04 » W, » W.. 2618 » W, » EZ 26 03 AE MW ROO Promedio ... 26057 Intensidad horizontal Marzo 16. Aguja 1. A Norte. B Norte 28736 28 22 32 06 28 89 29-382 27"719 (111) 2991 Deflector 1. da e o = 24" 6:2 Deflector II. ce E | o = 26201 Aguja II. Deflector 1. 2 AE | o =24* 0/9 Deflector II. A qua | o = 26"12:0 6. CHaÑares (Provincia de Córdoba) n= 3270107 24="63 26:51:53 H.= 252 Las observaciones se han ejecutado en el campo libre á 300 metros al Oeste de la estacion del Ferrocarril Central Argentino. Determinacion del tiempo por 1885 Mayo 24. OQ 557 0 Glash. "937% 0"— 4 55 40 39 45 — 7.5 56 20 42 25 — 9.5 57 0 4515 — 7.5 57 40 — 58 20 50 55 — 10.5 Resultado: Glash. AT =+3”21%4; alturas correspondientes 2" 925*— 10.5 640— 9 355 0 1 10 —.12 158 15 — 0.5 5930 8 .T +86 — 224 — Como mira ha servido uno de los costados del tacho desti- nado para la provision de agua de las locomotoras, al NNW., cuyo azimut se ha determinado en 347917 '7 con las obser— vaciones siguientes: Mayo 24. O 15*42:75 (10 observaciones) Mita 306 20. 0 IA O o aa a 56 40.45 Declinacion 1885. Mayo 24. Mira 30620/0 Aguja I. Marca arriba... 33074344 (4 observaciones) Marca abajo.... 30331 Norte magnético....... 330 36.88 Declinación ete — 11 34. 6 (8"4a.m. Reduccion l- O Aguja II. Marca arriba... 3030425 Marca abajo.... 38.43 Norte magnético....... 330 37.34 Declinación 1. - io — 11 35. 0(11*8a.) REdU CCOO — A Declinacion. Promedio... Correccion instrumental . Mayo 24 de 1885. Declinacion corregida.... Intensidad horizontal Mayo 24. Aguja I. Deflector 1. 354*39:69 ) O Deflector 11.301 CAN A Aguja Il. Deflector I. 354%25:30 ) — 93-469 306 52.81 / * 11935:9 (1) 119347 (11) 11 35.3 23.8 11 59.1 — 225 — Deflector II. 304*4469 ) A O Intensidad vertical Aguja de inclinacion I. A Norte. Deflector I. 352%38: 0), 309 53.4 7 AS Deflector II. 308 23. 1 23:21 /8 355 1.25 dde VE Inclinación 1885 Mayo 24. A Norte B Norte Aguja 1. Limbo E, marca E... 2685 30718 E VR DN 30 63 ZO 31 06 A SAA | 29 27 Promedio .... 27099 30288 28693 (I) A Norte B Norte Aguja II. Limbo E. marca E... 2806 2854 E NO WE is eel 29 35 A AO EN, MAIS Jer: 29 43 NV Wi 27 19 28 17 Promedio..... 28-241 29-021 28”631 (11) 7. DEAN Funes (Provincia de Córdoba) = 3025: += 64*21'0 (mapas); H = 70] m. Determinacion del tiempo.—El alto grado de nebulo- sidad del cielo no ha permitido tomar alturas correspondien- tes del sol. 1886. Abril 27, Cronómetro. — Glash. = — 4”29%0 de Glash. 9"36"50:— 15 (5) ) e E > — 226 — 2. 9 42 30 — OZ an 69 40 —40 || 40 3. 9 49 35 — o S ' e A E O O A Correccion del índice, antes + 2'55"; despues + 2:25” Promedio + 2 40 Barómetro. su «sosa. 708" Temperatura....... 1775 ADT Sep. Ma: Cronómetro — Glash. = — 4”30*2 e Clash OO 22 A => : A a Ol 20 Correccion del índice.... + 2:55" Barómetro......... 106"”" Temperatura....... 19%0 Abril 28. 9"4” a.m. Cronómetro — Glash. = — 4”31%4 6. Glash. 9*16"30*— 10 5 cda e eS | 61:20' 07120 des E A 95 0—15 O. Al 0 8. 9263314 0 ) e 0 a O A 0 9. 9314-22 E ; 3515 — 13 GS). 12001 E Correccion del índice, antes + 3'10”; despues + 3'10” Barómetr0......... 708""5 Temperatura....... + 1405 Resultados . Cronómetro AT = +1” ho Prom. + 1"1577 para9"8a.m. 1 Sd 2 7 3 0 4. 2) 57 20:31 paradas pom. 6 3 1 e 8 6 (Prom. + 1"16: 4 para 93 a.m. 9 4 — 227 — He tomado como mira, la raya vertical de la letra D del le- trero de la estacion que se encontraba á 200 metros al NW del punto donde hice todas mis observaciones. Para la deter- minacion de su azimut existen las observaciones: Abril 25 p. m. Clash 4221 98:L... ME. (| 14%49:38 (4 observaciones) NO a O 14 30 12 INDIO ss o. 2:38 MS arta 27729:38 Cronómetro — Glash. = — 4”33*3 Azimut de la mira: 306*10/0 Óó N. 535900 W. Declinación Abril 25. Mira 27*28:12 Aguja 11. Marca arriba... 92744:37 Marca abajo.... 55.13 Norte magnético....... 92 49.75 BEN nACION q. means — 11 31.7 (2'8 p.) HEODECION ea ooo — ON — 11730:2 (II) Abril 26. Mira 28*38:75 Aguja 1. Marca arriba... . 93%61/50 (4 observ.) Marca abajo.... 51.56 » Norte magnético....... 93 56.53 Declinación... 0... — 11 29.8 ¡(10"8 a.) NEMUCRION. taras - DR REN — 117306 (1) Declinacion. Promedio... — 11 30.4 Correccion instrumental.. + 23.8 Abril 25 y 26 de 1886. Declinacion corregida... — 11 54.2 Intensidad horizontal Abril 25. Aguja II. Detlector* Wi MEL 15) 000000, AA ad — 228 — Deflector IL. 66*31:25/ Pp = %* Y 118 49.371 * a Abril 26. Dellector:L: A A ova 70 2. 04 A DINO A: Deflector IL. 16149.189 103 STE 1d so E Inclinación 1886. Abril 26. A Norte B Norte Aguja 20. Limbo E, marca E. 27” 7:6 26*52:1 ». Ei WR! LISO 1SS0 y» Wis"s UE. 265741 E725893d88 2 WE 2 WS. 26138. 0130 20 DUO Promedio... 26*58:75 26” 1:62 26”30:2 (20) 1886. Abril 27. A Norte B Norte Aguja 21. Limbo E, marca E. 27 13.8 25 50.5 >» E 2» W. 2741.5.B5%W5%0 » W, Na Es 26 26:31 725: 2258 > ¿W, 234 ,W.: 26.57.0129 4498 Promedio... 27” 4:65 25*55:17 26"30:2 (21) 8. Formosa (Gobernacion de Formosa) p = 2610:7; )= 58*12:5 (mapas); H = 84 m. Todas las observaciones se han tomado en el sitio bastante grande que corresponde á la casa de la Gobernacion á una distancia de cerca de 30 metros de todo edificio. = 229 — Determinacion del tiempo 1885. Febrero 25. Manana. Correccion del índice. = + 2'50” Glash. a E a | 68”35'40" ¡¡ 20" z Sy E 78 | 72. 960 [140 e a S | 75 25 20 || 20 8 E ae E Ms S (77 47 40 1120 Calculando aisladamente cada una de esas observaciones, resulta como su promedio AT= + 31"30*1, Febrero 27. Manana. Correccion del índice, antes..... + 20" » > despues 1 40 PLOMO. econ stos + 150 leo 85. 1831120" 20" AS O E ¡ 0 1950 — 8 a O) Resultado: AT = + 31%53:7 Alturas correspondientes del (> Febrero 28. Correccion del índice en la manana... */, (235: + 2'457) CT AS =.21*0 Correccion del índice en la tarde.... + 215 Barómetro...... 132075 Temperatura...... =31 0 O 49734" Glash. T7*14"35'— 6 4” 5"60"— 9 O 16 55 —- 4.5 340— 4 GQ 55 12 71271 15 — 9.5 35320 — 6 O) 29 35 — 6.5 50 60 — 9 (O 58 39 7135 0— 7 345 33 — 0.5 O 31 20 — 3 43 20 — 9 Resultado: AT = + 32"]6*8 T. XIV 16 — 230 — Febrero 25 á Marzo 2. or = + 116 Determinacion del azimut.—Se ha tomado “come mira el asta sobre la azotea de una casa situada á 500 metros próxi- mamente al S.E. Su azimut se ha determinado como si- gue: Febrero 26. Tarde. MiTo eE MSN Clash: 42 ME dEZ (Die 162 16.88 (8 observaciones) ISO NA 160 38.12 » O MOS lO o + 88 21.37 Ramada la UD Je Jl Declinacion Febrero 26. Mira 12* 5/0 Aguja I. Marca arriba... 2567 6:00 (5 observaciones) Marca abajo.... 3.50 » Norte magnético....... 256 4. 8 Declinación ic. = 6 2. 1(8*a. mi) Reduccion cias +. IS ESSE — 656 (I) Febrero 26. Mira 11*50/0 Aguja Il. Marca arriba... 25551:67 (6 observ.) Marca abajo.... 256 25.62 » Norte magnético....... 256 8. 6 Declinación leidas. — 610.3 (1*5 p. m.) Reducción a ama plas — A — 6 7:1 (11) Declinacion. Promedio... — 6- 6.3 Corrección instrumental... + 23.8 1885. Febrero 26. Declinación corregida... — 6 30.1 — 231 — Intensidad horizontal Febrero 26. Aguja I. Deflector TI. 280* 1/25 232 10.56 Deflector II. 230 0.00 282 15.62 Aguja II. B Norte. Deflector 1.- 218” 5:94] ssl ] 15P Deflector IT. 231 33.44 | - = 247933 280 20.00 Y Inclinación Febrero 27. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, marca E..... 15796 20709 E 16 39 20 17 A Pr y MO O: EA 16 47 20 85 Wi AI a 16 60 20 90 Promedio....... 16-355. 207503 18”429 (I) AfNOrte. BD iNotto Aguja II. Limbo E, marca E..... 1770 17783 » ra as Wip 18 16 18 70 A 18 65 18 94 IN DIR VES ot 1928 19 67 Promedio...... 18449 18786 18617 (II) Intensidad vertical Aguja I. B Norte. Deflector I. 235%28/44J , 27144281 ).' Deflector II. 279 47.81) , ¡EU DIAS 23390) 312 ES —= 232 — Aguja Il. A Norte. Deflector 1. 2352950), oro001 278 15.94 $ — E Deflector II. 278 45.44 ) NI a 333, 1 9. Frias (Provincia de Santiago del Estero) 7. = 28:41:6; .2==:657870-(mapas); H.=34/me6 Determinacion del tiempo 1886 Febrero 19. Tarde. Cronómetro. — Glash.... = — 1"52%0 Correccion del índice.... + 2313 Barómetro... . = 1307” ¿Temperatura es = 205 Clash. VA3BS50"= 356 0). 10520 A 3 6 10=1M. 0d AS 438 15: M.5 0 Wo 1004518. 0 JS 40:42:90: = 18 > ds 1520-20 0 5 laa 4 41,20: = OSO 195010 O A Alturas correspondientes 1886. Febrero 20. Manana. Correccion del índice = ?/, (+ 3'7'5 + 3'0") =+3'3:7 E 1296 Temperatura. ...... — Cronómetro.— Glash.... = — 1”38*%4 1886. Febrero 20. Tarde. Correccion del índice = + 2'55” Barómetro dese EM PEraLura. pen = 293 Cronómetro.— Glash.... = — 1"30*%2 — 233 — Glash. 139 0 31 448240 14. o) Manana Tarde 7 Mm As 484)? — 5 | 5 q E A 41 30 —36 46 15 9E19 LA 0) lp 1 0 743 30 —17.5 444 »>»-11 O). 45 60 —22 O 748 0—8 4 3930. =01.. 50 Nec Y 50 30 —12 o io Mago o ET do it 7 52 45 —35 4390 1018. 0) é E 1 bo] ti a O 0 1886. Febrero 21. Mañana. Correccion del índice.... = + 3'5” Barómetro ...... 1307! Temperatura...... = 297 Cronómetro.-- Glash.... = — 1”20%2 1886 Febrero 21. Tarde. Correccion del índice.... = + 3'15" Barómetro ...... 12877 — Temperaburas sj... — 3339 Cronómetro.— Glash.... == — 1”20*1 Glash. 10" 940*—23 ISO) ; 3 ñ 12 30 —34 14 45-15 O | Ao gua 10 14 45 —18 21330" —26 0) e oO y Alt 10-20 0.345 2 T15:—19 22 40 —12.5 42%-18 O A US 10 25 10 —21 202: 0:18:53 7) , SO —14 15910-—20 0Of O O Resultados Febrero 19 á 20. Medianoche. AT=+ 1"38*9 » 20. Mediodia.... AT=+1 37 8 (TT = — 3505 » 2 » ArT=+1 33 E) En vista de que me era imposible encontrar en la estacion Frías un sitio conveniente para mis observaciones, trasladé mi carpa á 2 kilómetros fuera de la poblacion, al S. de la — 234 — misma, donde observé en el campo abierto como á 300 me- tros al SE. del puente sobre el río Albigasta. Las dos miras que observaba eran: Mira 1: al N., costado izquierdo del tacho alto de agua de la estacion; Mira Il: el sematoro, al lado del tacho pequeño de agua (NNE.). Para la determinacion del azimut se han tomado las siguien- tes visuales: Febrero 19. Tarde. Mira EPPSIEAO 79 Mira ll 28920420 1. Glash. 542” 9*2 (>) 164548 Anteojo I '4 observaciones) 5 49 24.3 (] 163 36.0 il > 2. 5 55 22.2 (0 163 28.2 E » 6 245.7 (162 3.9 SAT » Cronómetro.— Glash.... = — 1"51*%2 Febrero 20. Tarde. Mira I: 281*15:50 Mira Il: 284*56:75 3. Glash. 6"26%55* — 26.5 (>) 160” 1/0 Anteojo ? 62830 — 45.5 (Y 159 17.0 62950 — 39.510 159 40.5 Gronómetro.Glashi 2 1= 122827 Febrero 21. Tarde. Mira 1: 281*12/75 Mira II: 284*%51:00 4. - Glash. 3”41%5%6 £] 17954/88 Anteojo I (4 observaciones) 34ARES AIN MSDS 5. » Cronómetro.— Glash.... = — 1”20%0 Resultados APA AMA E 2038/30 Labarca do: 36.15 e 2), o , AR A 37.80 Promedio... 2037/55 0 A EN 31.96 / — 23) — Declinación Febrero 20. A dde ona 281*15:87 A rata ga ei 284 55.94 Aguja I. Marca arriba... 272” 9:50 (4 observaciones) Marca abajo.... 10 94 » Norte magnético....... SO 22 Declinación. BIOS —'11:31.9 (8:2'a:m.) Reducción. 7... cd.bs + O A Se — 11*35:3 (1 Febrero 21. o NA 2811326 AA A CR 284 53.15 Aguja II. Marca arriba... 212"17:50 (4 observ.) Marca abajo... 6.00 » Norte magnétiCO....... 212 11.75 MEENRaCIon omo. 20 20... — 11 36.0 (8"8 a. m.) Reduccion... 2.2... + A — 11389 (II; Declinacion. Promedio.. —11 37.1 Corrección instrumental. + 23.8 1886. Febrero 20 y 21. Declinacion corregida... —12 0.9 Intensidad horizontal Febrero 21. Aguja I. Deflector [. 295*%48:41) Deflector IL. 246 25.17) 297 52.48 $" Aguja II. Deflector 1. 295%52:00 ) a E Deflector Il. 246 34.25) 397 59504? 22 2:6 CN — 236 — Inclinacion Febrero 21. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E,- marca E... 22742 26741 A A NA se) 25.97 A TA LS 26.55 su Y, > WE... 22 OR 25.719 Promedio..... 227442 267181 24*312 (I) Aguja Ill. Limbo E, marca E... 23278 24733 2. We de Zoo 23.50 > Wes 27. Ei Za 25.32 WE A DU 24.88 Promedio..... 247894 247506 24700 (II) 10. Lacuna Larca (Provincia de Córdoba) p =— 31%48'; ) — 637470 (mapas;; H = 315 metros Todas las observaciones se han hecho al E. de la estacion, á una distancia de 100 metros de los rieles, y al N. de las casas. La carpa distaba á lo menos 50 metros de toda casa. Determinacion del tiempo 1885 Abril 5. Glash. 9r45= 0*— 10 O ? 8420 "60" [| 40” IA A 9:50. 151 ESO) Mad 5 48 20 0 E O l O MI 205 ma y 1054.00 O) AS y 150-350 j%8420 [120 Correccion del índice = + 2'5” Barómetro....... 2 IST N Temperatura... =,2055 A Resultado AT AGIASA. == MASITEO AT === + 8.3 Determinacion del azimul Mira I (que era la esquina de una casa situada al Sud). Abril 5. Tarde. Mira I 343*15:00 Glash. 4"52%55%5 ., O) 25*14:00 (10 obs., alternando GQ y [O Azimut del E) ...... + 717 10.65 Azimut de la mira 1.. 240 50.35 Declinacion Abril 5. Mira 1 34318! 8 Aguja I. Marca arriba.. 1141062 (4 observaciones) Marca abajo... 11.88 » Norte magnétieo...... 114 11.25 Declinacion.......... — 11 42. 8 (11"0a. m.) REUCCION. >. 20. era je o DEDO A —11%43/3 (I Aguja II. Marca arriba.. . 114” 6:88 Marca abajo... 20.00 Norte magnético...... 114 13.44 Declinación... ... — 1145. 0.127 p: m3 IESOUCCION: ¿ea re -- IEA AA —11743:5 (11) Declinacion. Promedio... —1l 43.4 Correccion instrumental... + 23.8 1885. Abril 5. Declinacion corregida..... — 12 7.2 Intensidad horizontal 1885. Abril 5. Aguja 1. Deflector I, 137%53:75 o —=!1990 h OO e 23-38. 1 SÓ Deflector Il. 8825/31). '— 95%50' O Aguja Il. Deflector I. 90*21:88) 134402. 19 1:57 Deflector II. 140 8.12) A ESOPO Inelinacion 1885. Abril 5. A Norte B Norte Aguja l. Limbo E, marca E... 25280 29:43 IE VA ROO 30.20 WA A ER ll 30.25 A A a OS Promedio..... 26496 297834 28*165 11. La Mabrib (Provincia de Tucuman) » = 31:40:81 = 65135: H = 290 metros Determinacion del tiempo por alturas correspondientes 1886. Enero 28. Glash. 10*16= 0*= 1 8.5 2-1915*"= 11.0 6) 12340 17 30 — 13.5 10 40 — 10 123 40 19 0—= 8 9 10 — 20 124 20 20 40 — 20 735 — 14 125 0 22 10 — 10 6 5— 2 125 40 24 30 — 13.5 345 — 15 126 40 26 5 — 15 2110. = 18 137 20 Resultado AT-Glash. 10% = — 04832 AT Cronómetro.. = +2 22.8 —- 239 — 1886. Enero 29. Manana. Correccion del índice = + 2525 Barómetro. ¿Eos Temperatura....... =-29* Glash. 9”24"30"— 24 O e ( o ¿ ESTAS "” 2650 —10 O 100*15'20" || 80 9 210 Se 30-60 3 101 52 20 || 40 93215- 13 O 103 42 20 1180 39 50 — 21 O 104 11 0 || 40 TAVMO0 122.0. - 90 The o ; A OS 107 10 20 || 40 94450—19 O , 1i-=84 0 109 13 40 [180 Resultado de las observaciones aisladamente calculadas PA ALS AAA = — 03556 ) AT Cronómetro.. =+221.1f 1886. Enero 29. para 96 a. m. Correccion del índice + 2'36/3 BaroMebrO.. «oa... 130% Temperatura... 340 hb nm, ESA Glash. 4 E Pe de 2 | 71248'40* 160" a —=> Es NES - 4 13 10 — 22 E e IR E y 68:56 0 [120 4 17 50 — 16 E aC ) e a 66 25 40 [140 Resultado AT Cronómetro... + 2%17*1 para 42 AT Cronómetro... = 2 19.1 para 12” m. Enero 29 ¿T Cronómetro... = + Sn! La carpa se había establecido fuera del terreno de la esta— cion, como á 200 metros al W de la misma, en el campo abier- to. De allí se dirigían visuales: [2 (Mira I) al depósito de agua en el puente del rio (Gra- neros, á 2kilómetros de distancia al S.E. — 240 — 22 (Mira HI) á la esquina del parapeto de una casa de mate- rial situada á 120 metrosal NNE. El azimut de las miras se determinó como sigue: Con espejo azimultal Enero 28. Manana. Mira Mos: aso bas. ai e 21853:00 Mira Uk. 4 ms A 98 3.25 : Glash. ¡SSA COBSOL: as (O 154 17 30 (5 observ.) Anteojo 1 2:43 do ls (1 154 4.30 > » II 3:30 41.96... .5. 10 1692150 » » ¡0 A AS (1 152 11.00 » » I Azimut de la mira l.... = 15550. 6 — 45:6 =M55* 30 Azimut de la mirá Ml... == 350,9 —'4561=3dl523 Correccion del azimut por el espejo..... + 5.9 Declinación 1886. Enero 27. Mid e IAS 219 0:00 Mira Mo ER 98 9.25 Aguja I. Marca arriba... 74*61/44 [4 observaciones) Marca abajo.... 52.38 » Norte magnético....... 74 55. 0 Declinación e — 11 6. 4 (2'0p.) Redurcion ode =- VO — 11? 2/9 (I: Enero 28. Miracle. o e e 21852:50 Mira Dl Ha eo Me 98 3.50 Aguja II. Marca arriba... 744762 Marca abajo... 41.44 Norte magnéticO....... 74 44.53 Declinacione > seais 11 2 6 (51 p:) Recon e — SS — 11” 1:3(M) Declinacion. Promedio... — 11 2.1 Corrección instrumental.. + 23.8 1886. Enero 27 y 28. Declinacion corregida.... — 11 25.9 — 241 Intensidad horizontal Enero 28. Aguja I. B Norte. Deflector 1. 9643/69 ) 53 30.00 $ Deflector II. 51 22.9 ) 98 34.50 $ Aguja II. A Norte. 9= 21536:3 ? = 23358 Meflector 1. —S122:929)%: oaror: 08 to NE Ras Deflector Il. 100 25,67 Me 95237:9 A Inclinacion Enero 28. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, marca E... 2179 2519 TO AR IO E A SR 24 8l IA » Ens: A! 215) 310) A ES dd 23 45 25 46 Promedio..... 22169 25141+ 23655 1886 Enero 29. (á 40 metros al N. de la carpa) Aguja II. Limbo E, marca E... Al dy A » w, » E. .- A Norte B Norte 2325 2331 29.19 22.67 23.33 23.25 24.20 23.49 237641 23180. 23411 O 12. LavaLLE (Provincia de Catamarca) o = — 28*16:2: 1= 65%3:5 (mapas;; H =.477 metros Determinacion del tiempo 1886. Febrero 17. Correccion del índice en la manana... + 2'55 BarGImetto. 2. TRAPO Temperabura... ye 26" Correccion del índice en la tarde ..... + 3'5' Barómeio els 12. Temperatura. nt ade 29* GO 120? 0 0” [[60* Glash. 10*25” 5*= 18 2" 260" 9 [0) 27 50 — 14 0 15 — 10.5 OQ 122 0 10 30 10 — 12 15755 — 17 4 122 20 31 5-12 3 5-— 18 OQ 183 00 32 50 — 16 55 20 — 15 O 123 20 33 40 — 10 54 30 — 19 O 123 40 34 335 — 17 5330 “1 O 124 20 36 20 — 14 51 50 — 18. O 125 20 39 0— 18 49 10 — 14 Cronómetro. — Glash. = — 1%44%5 — 1"4677 AT Cronómetro ...... =+ 154.3 Alturas correspondientes 1886. Febrero 18. Correccion del índice en la mañana... -—+ 250” Barómetro. jas 724% — Temperatura........ 23" Correccion del índice en la tarde..... + 2225 Barómetro. e de «o... Rar] TEMPeralura:. ele 210 (GS 102? 0* 0” |] O" Glash. 9*41*60*— 27.5 2”46"20*— 29 (O) 44 30 — 19 43 40 — 11 GQ 104 0 0 0 9 46 40 = 1.5 2 41 30 — 19 (O) 49 20 — 23.5 38 60 — 32 QJ06 0 0 [160 51 30 — 17 36 40 — 15. O) 54 ¿5-— 13 34 5— 17 Cronómetro. — Glash. = — 1”47%0 — 1"49*7 AT Cronómetro..... + 150.6 MS — 243 — Febrero 18. UG 108* 0: 0" 140*;0" |] 0" Glash. 9*56"20*— 14 2*31%50*— 13 Glh0 0 0 [40 :0 [| O 10 110 — 12 26 60 — 12 SUE 0-00 140%; O: “11:20 3 40 — 20 24 35 — 24 O) 6 20 — 22 21 50— 9 cu.0 0 1120 ;0 1120 8 45 — 17.5 19 30 — 94 Ql13 0 0 [140 ;0 [140 11 15 — 18 16 60 — 23.5 Ql14 0 0 40 ;0 [140 13 45 — 17 14 30 — 20.5 Correccion del índice..... + 3'22:5 + 2'47:5 Baro metro. fatales: Med LAS Temperatura. ca e 25” 27? Cronómetro. — Glash. = —1"47*1 —1"49*%6 AT Cronómetro ...... = +1"50%5 ESA O Punto de observacion Campo abierto á 250 m. al SE. de la estacion y 450 m. de los rieles. Mira I. Punta del semaforo al N. á 150 metros de distancia. Mira H. Punto marcado del techo de la estacion. Determinacion del azimul 1886. Febrero 17. Manana. Mi atico Spa Si 70 Mira Il rte ares 95 43.25 Correccion Glash ..... — 1436 EA A pl O A (Gi 199*18:17 (3o0bs.) Ant. I. Esp. l. A o 6 197 8 67 (3 observaciones) Correccion por espejo azimuial. + 45 57 Azimut de la mira .......... 349 24 96 Correccion por azimut y espejo — 8 33 Azimut de la miral........... 349 16 63 /1) Sin espejo Febrero 17. Tarde. OS HA MRS MM 95 48.00 Cronómetro. — Glash.... = — 1”48*1 Clash Irse (] 27*21'00 (3 observ.) Anteojo T. O O Aldo (DASS ) > (A EAS (1 2616-39 (3. 0001 > ¿1 SAMOA soe E -.26 28.67 (3.2 ) » le Azimut de la mira I...... 349 16.18 (2) Febrero 18. Manana. Cronómetro — Glash.... = — 1”46:3 PEO A A 115%23:00 Glash 6*38"44%5....... O 23*25:31 (8 observ.) Espejo II. Azimut de la mira I..... 349 12,04 Corrección por espejo Il. + 5.88 Azimut de la mira 1.... 3190 1192 (3) Declinación Febrero 17. Mira Il: 115*17/56 Aguja 1. Marca arriba..... 13772408 Marca abajo...... 271.42 Norte magnético........ 137 25.75 Decinacon MO Ilan) Reduccion eo calas = 1 iwetdk 11721:3 10E) Febrero 17. Mira I: 115*21/88 Aguja II. Marca arriba... 137722:08 Marca abajo.... 19.67 Norte magnético....... 137 20.88 Declinación a. et — 11 15.9 (5%4 p.) O — AA —- 11714/5 (11; Declinacion. Promedio... — 11 17.9 Correccion instrumental.. + 23.8 1886. Febrero 17. Declinacion corregida .... — 11 41.7 Intensidad horizontal Febrero 17. Aguja 1. Deflector 1. J313%53/08 ) o — 23-254 160 43.92 $ Deflector IL, 16268542) — rarsacua 10 REA Aguja Il. Nellectar»E:> SIGOSS0/58:)> o gogo re MA AOS ii RE II A PAN 1 A Se Inclinación Febrero 18. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, marca E..... 22720 25793 SS 21 96 25 51 AO DE a 22 24 29 41 RETO y EE 23 22 29 43 Promedio..... 22406 25584 23995 (1) A Norte B Norte Aguja II. Limbo E, marca E..... 23758 2435 o a E > 24 96 23 20 A E DS 24 30 23 93 IA O Wa 24 62 24 00 Promedio..... 247365 23 869 24”118 (11) 13. Loreto (Provincia de Santiago) p=— 28"16.0; == 64”9:5 (mapas); H. = 142 metros Mis observaciones no se han hecho en la villa de Loreto, sinó en la estacion de ferrocarril que está situada algunas leguas al Oeste de la villa. La carpa en que se hicieron las mediciones, estaba al Sur- oeste de la estacion, en el campo. Á 60 metros alrededor no había ni rieles ni casas. Como mira única, ha servido una raya al lado de la ventana de la casilla situada al Sur. Te x1y 17 — 246 — Determinación del tiempo 1887 Abril 12. Corrección del índice = + 1"7'42"5; B = 7159"; T = 23* 1 2 3 4 Cronómetro; 10-10 — IO oo Sa OR o 0 AS 1 43 Ea) q 8 e / 2929:9)" o99' p Eh. Eee S y 93"29'20- [123:40 Temperatura = 277) Combinando esas ubservaciones y considerándolas como alturas casi correspondientes, resulta: AT Cronómetro = — 15”58*%0 (Abril 12, mediodia) 5 Cronómetro: ' 320” 0— 80) ) ano 5 E 3.0 aye 0 7 32533310) , E 8 a O Ali 9 3-30 49-= MSI E ls 10 335-101) 9 1 Correccion del índice... + 1%7'37:5 Barómetro:........ TOA MEMmperatura e 245 Abril 13. 11 Cronómetro: 8"55"40*— 110)... Ñ EA 12 o O AA SS 13 A OA > 5 14 Y Co MS 15 O | ; 16 O 9% S 17 91140-— 406) 63%0'— 20" || 0% 18 DIANA Arona S 19 20 ua, A Correccion del índice..... + 1*7'50 Barómetro... io ajejo jols Temperaloras ee 1897 20 Cronómetro: 3”29%25%— 19 O ) 00., É , 21 A O ae A AT 22 Cronómetros 9-34 20% 14 0) 209: ; , 23 E AS 24 339 lo” (PUSE, ¿ > 25 o e 26 3,4510 :—=16- DP 2005: . AN» 27 e a o LOS Correccion del índice.... + 1%7'22:5 BarómetrO....<¿omils NAMETA +A Temperatura. esrrspode 285 meros 13 á 17, se deduce Si se combinanlas observaciones números 6 a 10 con los nú- AT Cronómetro = — 16”4*8 (medianoche de Abril 12-13) los números 20 423; Igualmente, de la combinacion delos números 11 á14 con AT Cronómetro = — 16"8*5 (Abril 13, mediodia) Alturas correspondientes Abril 14. Mañana: Correccion del índice + 1*7'50" Barómetro........ 10077. Temperatura... =22,0 Tarde: Correccion del índice + 1*7'45" DALÓMEeÍTO. estan Mis Temperatura... == 296 Cronómetro: Mañana Tarde 28 8"46” 5*—13 3'"46"35*—210) 2001 : CAST É aaa oR Cano Mp0 O O 30 851 20—15 3 4120 —150):zo0n, , A E dede pera sico os. 9 0 0 AO 32 85635 —20 336 5-—180):on. O IN E y AE ci ado A 34 9 155-—18 330 45 — 13 OD Yza0n. A O A 45. 15 7 o A , o eS 36 9 715-—18 32525 —14(65H 610' 0” | OEAROr |" 0> 37 91240 —14 320 0-—166 63%0' 20" | 020%] 40* AT Cronómetro = — 166*8 (mediodia, Abril 14) — 248 — Abril 15. Mañana Tarde hb Qmoas__ hm — 38 9 89513 32 15 OPE A 20" || 0" 39 11 25 —21 21 0-130) 40 913 55 —16 1825 90) M63r0E DIOS 0” 1] 0” Correccion del iíndice..... LE LMDDS Barómetro....... 51%"; TAB? Temperaturas e. 247: 338 AT Cronómetro = — 16”13*4 (mediodia, Abril 15) Determinacion del azimut Abril 12. Mañana. Mira Il. 275*36/88 IM ELTON OM Cros 8"30” 8:96) 162" es (8 observaciones) ORO 59 35.25 (8 observaciones) Estas observaciones se han hecho con el espejo azimutal. Abril 12. Tarde. Mira 1 2/5237:50 SIIACIONO MELO 5"30%53:3 () 22*18:12 /8 observaciones) 4 3533 58.4 Y) 21 40.75 (8 observaciones) Abril 13. Mañana. Mira I. 275*36:87 9 AETONÓMICIO cateo 6"59*12:4 () 176” 0/25 (4 observaciones) 6 d 6 IO 18-79 » Abril 14. Mañana. Mira I. 2754488 7 Cronómetro....... 7” 7*10:3 () 174*48:38 (4 observaciones) 8 11ASAGALO: 114 58:25 » Abril 14. Tarde. Mira 1. 2754538 9 'Cronómetro....... 5"31”21*1 (O) 2256/00 (4 observaciones) 10 5 39 49.3 () 22 39.88 » Mira 2754400 — 249 — Resultados 177722:05 (con espejo) 22.35 (con espejo) Azimut de la mira. Observac. 1... 177 O 3... 176 32.89 | ¡sin espejo) 4 $ 33.18 E 35.87 ' Ed 35.98 Promedio de. 35.77 _ (3-10) 8. 35.94 176-3482 9.. 35.42 10 34.66 Declinacion Abril 12. Mira 275736:62 Aguja I. Marca arriba... 109*44/55 5 observaciones) Marca abajo.... 41,44 » Norte magnético....... 109 43.00 IECURACION «es das edajo — 10 41. 2 (11"5a.m.) EEOUECION:. bra atole tes ooo =E DIO. us — 10%41:2 (1) Aguja IL. Mira 275*36:38 Marca-arriba.. ninia. -109%57:25 (5 observ.) Marca-abajol cien 35.50 » Norte magnético....... 109 46.38 Declinación. odas — 10 44. 8(2%0p.) Reduccion: us = IS — 10742:9 (II) Declinacion. Promedio... — 10 42.1 Correccion instrumental. + 23.8 Abril 12 de 1887. Declinacion corregida.... — 11 5.9 Abril 13. Mira 275*36:50 Aguja Il. Marca arriba... 109*37:50 (5 observ.) Marca abajo.... 33.35 » Norte magnético....... 109 35.42 Declinación. 20.10 — 10 33. 7 (9"0a.m.) Reduccion An asa: -- MS. — 10%35:5 (11) Aguja 1. Mira l. 275%35:75 MATrCY arriba. cae 109*50:58 (5 observ.; Marca abajo... metro 26.35 » Norte magnético....... 109 38.47 Declinación: aaa. — 10 37.5 (11*"2 a.m.) Reduccion: ee las =- DE A — 10%37:8 (P Declinacion. Promedio... — 10 36.7 Correccion instrumental.. + 23.8 Abril 13 de 1887. Declinacion corregida... — 11 0.5 Abril 14. Mira 27543:88 Aguja 1. Marca arriba... 109*47:95 (5 observaciones) Marca abajo.... 47.18 » Norte magnético....... 109 47.56 Declinación => «3.2. — 10 39.4 (97 a. m.) Reduccion ES AS Ar — 10%4]:3 (1) Aguja Il. Mira 275%45:00 Marca arriba. ae 109*59:67 (4 observ.) Marca ADaJO:. 00 sateaias 36.50 » Norte magnético....... 109 48.08 Declinación so eta — 10 37.9 (5"”5 p.m.) Reducciones = De — 10737:4 (10) Declinacion. Promedio.... — 10 39.3 Correccion instrumental... + 23.8 Abril 14 de 1887. Declinacion corregida .... — 11 3.1 Intensidad horizontal Abril 12. Aguja II. Deflector: Le USNM 1 a Deñlecior 1. 133 0 e 83 45:83] LADO Abril 13. Aguja Il. Deflector IL. 83"39:16) onza 133 31.58 f 7250638 Deflector IL. 135%50/2 E — 26"11:92 Abril 14. Aguja Il. Deflector I. 85%58:83 ) 133 37409 == HS Deflector IL. iS ho lie — 2% 6:00 Aguja I. Deflector II. Se A dy — 96- 7:46 Deflector L. pe ae pe =23"51:30 Inclinación Abril 15. A Norte B Norte Aguja Il. Limbo E, marca E... 24*27 22763 O EAU A > Ol 23 10 AN A 2 63 22 93 IS A ll 23.31 Promedio... "24199 2299323896. (11) A Norte B Norte Aguja II. Limbo E, marca E. 2248 2451 3). Ei e 21 99 24 53 NR EE ZA 27 63 WE Vs 22 99 23.10 Promedio..... 22594 25104 237849111) 14. Oncativo (Provincia de Córdoba) ? =31%6; 1= 63*44'0 (mapas); H = 288 m. Las observaciones se han hecho en el territorio de la es- tacion, como á 6 metros al SO. de la casa. — 252 — Determinacion del tiempo 1885. Mayo 25. Glash. 8*50"45*— 2,5 Q 42% 0' 2%7"10*— 7 53. 0— TOO E A 5555-—10.5043290 5250—4.5 512 ES: COMO O OS B940— 0 Q44. 481545 62 0-12 OQ46%YW 46 5—9.5 AT= E 2%3975:. 1 = + 876 Azímut de la mira (poste telegráfico al lado del semáforo, al N.] Mayo 25. Mira 329*12:50 Glash.: 7”34"5458 () 5941/25 (6 observaciones) 745 4.5 (O) 58 7.08 (6 observaciones) Azimut de la mira: 328*9:16 /1) y 328*9:17 (2) Declinación Aguja 1. Marca arriba... 12%50:00 (4 observaciones) Marcá abajo... 24.69 (4 observaciones) Norte magnético..... ea dk Td! Declinación.......... —11 4. 0 (97 a.m.) Reduction aan + DS — 11735:8 (1) Aguja II. Mira 3298/75 Marcar arriba. oo. 20048 12-35:62 (4 observ.) Marcalabajo. ... 5. deb 37.19 (4 observ.) Norte magnético...... 12 36.40 Declinación. ana. —11 33. 1 (12*2 p.m,; Redaccion pla da A A A os —11*32:5 (11) Declinacion. Promedio.... —11 34.2 Correccion instrumental.... + 23.8 Mayo 25 de 1887. Declinacion corregida..... —11 58.0 — 233 — Intensidad horizontal Aguja l. Detectan. IDOLOS MESE do e 349 8.444 A A Deflector II. 347 1.25 di: A a Aguja II. B Norte. Deflector I. 34*32/50 | y JO ZN Deflector II. 349 24,69) 36 32.19 $” — 21*34'84 (B Norte) = 2333.75. ,B Norte) Inclinacion A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, Marca E..... 2581 2919 e e A 25 94 30 37 SU WAS E 26 28 30 54 A A 26 83 29 04 Promedio...... 26215 29935 28075 (1) Intensidad vertical Aguja I. B Norte. Deflector I. 34? 9:00 ) A ER E NSO6S Deflector IL. 350 36.56) , _ o3. 918] — 254 — 15. ParaGUARÍ (República del Paraguay) p =— 2536'3: 1=5710'0; H=152 metros (Tocppen) Determinacion del tiempo 1885. Febrero 11. Glash: 3317544 (>) -69%44/55” (4 observaciones) Correccion del índice.... = + 2'30" Barómetro eo 748”" Temperatura....... 28* AT Glash. = + 33"2*7 Febrero 13. Glash. 3"34%546 () 67738:40"” (2 observaciones) Corrección del índice.... = + 2'40” Barómetro......... 747" Temperatura....... 30” AT Glash. = + 3372775 oT Febrero 10-15 = + 1252 (véase página 206) Azimut de las miras Las visuales que dirigí desde la localidad descrita minu- ciosamente en la página 122 , son las siguientes: Mira I. Torrecita de la iglesia de Paraguarí, al S., á 1500 metros de “distancia. Mira II. Letra B en el letrero del Hotel de Abadie, al E., y distan- ciada como 500 metros. Febrero 12. Mañana. Mira I 1788/75. Mira II 58*27:50 Glash. 1 35"32%0 (57 6045.09 17 ¡[OS IS Azimut del () = 90*39:4 Azimutdelaiímira => 18 351 Azimut de la mira Il = 98 21 9 — 255 — Declinación Febrero 12. Mira I 178*8/75. Mira Il 58*27:50 Aguja I. Marca arriba... 325"56:56 (4 observaciones) Marca abajo.... 41.56 (4 observaciones) Norte magnético....... 325 49.06 DEEIMACION Ad. Hed cs — 5 43.4 (S'5a.m.) AO IA + UA — 5%46:6 (1) Aguja Il. Marca arriba... —325"58:44 Marca abajo.... 41.19 Norte magnéticO....... 325 49.81 Declinación ..........- 5 44.2 (10%0 a. m.) REUCCIONA” 2. .30.. + A —5%45:6 (U) Declinacion. Promedio.... —5 46.1 Correccion instrumental... + 23.8 Febr. 12 de 1885. Declinacion corregida ... —6 9.9 Intensidad horizontal Febrero 12. Aguja 1. Deflector 1. 350? 1/87) PTS o Deflector II. 299 36.25 (e — 96%16:7 A Aguja Il. Defectos 3do Dl SS ii do O Deflector II. 299 29.06 ) ol 352 5. 004 * = 26180 Inclinación Febrero 12. A Norte B Norte Aguja 1. Limbo E, marca E... 1484 19*15 ITA ED NV sa 15 40 19 60 A A ROS A E) 2023 > Wo DNA 16 02 20 40 Promedio .... 15*512 19-844 17678 (1) — 256 — A Norte B Norte Aguja II. Limbo E, marca E..... 17528 17-03 A o 17 34 18 11 SV A. 17/52 17 98 IA AO A 18 27 18 86 Promedio...... 17-603 17*994 17”798(11) Intensidad vertical Aguja I. B Norte. Deflector I. 346% 2:25] , 303 35.63) * — MATES DeflectorIMS0l ALO o 348 30.944 Y — 2392:2 Aguja II. B Norte. Dejlector 1 303%30:20: Jr E o ionins o o a Deílector IL. 348.:39.007.. 3990 Ter E Medicion del Cerro Hú (C. Negro) Febrero 13. (Con hipsómetro). Arriba: Barómetro corregido.... 7126""4 Temperatura. 2. o A == 0 o Hotel: Barómetro corregido.... 749”"3 Temperatura o ae 2053 “2 H = 276 metros sobre el Hotel y la estacion del Ferrocarril. + 54 metros (altura de la estacion sobre el rio en Asuncion). + 98 metros (altura del rio en Asuncion sobre la mar). 428 metros elevación del Cerro Hú sobre el mar. 16. Recreo (Provincia de Catamarca) n= 9918191110970 0 2H. = 223. m. En esta localidad hice dos veces observaciones ma gnéticas el 24 y 25 de Febrero de 1886 y el 4 y 5 de Abril de 1887. En las dos visitas, mi carpa estaba en el campo libre, á 400 metros al E. de la estacion. Las casas mas próximas quedan á una distancia superior á 100 metros. Determinacion del tiempo 1886. Febrero 24. Cronómetro. — Glash. ... = — 1*15%9 mañana = — 1 16.0 tarde Manana: Correccion del indice.... + 2'55" BArOMeÍrO... . =miooio. 190%, Temperatura: “mimo oi. 31” Tarde: Coreccion del índice ...... + 3'10' BARÚMEÍTO..- ¿Lie mo. 1 LEmperatura. . ooo.» > 30” Glash. 10”14” 0*— 22 20 OSO" 0” Il ¡0 16 50 — 19 855-150 60 || 40 10 19 15 — 15 2 62% — 1450 1140 O || — 20 22 10 — 15 34 -— 30 40 I| 40 10 25 35 — 18 2 015-285 116 20 O | 0 28 35 — 19 15710-— 170 40 || 40 10 30 10 — 19 15530 — 11 6H 1180 — 20 | 0 33 15 — 23 nubes (0) 60 || 60 10 35 50 — 20 150 0— 2560 120 0 O Il 0 39 0— 32.5 46 50 — 14 O) 40 || 40 AT Cronómetro = + 1”45%9 Febrero 24 de 1886, 12" m.) Azimut de las miras Mira I: la esquina NE. de un edificio grande (los talleres?, situado á 500 metros al Oeste. Mira II: el semáforo al Sud. e — 238 — Febrero 24. Tarde. Mira I 13774400 Cronómetro — Glash. = — 1”17%0 Glash. 6*14%7"7 O 95*18:27 (6 observaciones) Azimut mira 1 = 304 31.48 Declinación 1886. Febrero 24. Mira 1 1374167 Aguja I. Marca arriba... 204*41!31 (4 observ.) Marca abajo.... 22.00 (4 observ.) Norte magnético....... 204 31.66 Declinación apena. = MIS 12-6m REACCIONA = De E — 11*19:1 (1) 1886. Febrero 25. Mira I 137735:25 Aguja II. Marca arriba... 204*32:31 Marca abajo... 22.88 Norte magnético....... 204 27.59 Declidacion e — 11 23. 8 (9'"0'a. m:.) Reduccion + ci rAS e — 11*26:6 (11) Declinacion. Promedio... — 11 22,9 Correccion instrumental,. + 23.8 Febrero 24-25 de 1886. Declinacion corregida. — 11 46.7 Intensidad horizontal 1886. Febrero 24. Aguja I. Deflector 1. 227%56:67 ) 181 6.004* Deflector II. 178 53.00 ] d de = 2325:33 230 12.08 = 2549:54 Febrero 25. Aguja II. D " TI. 181* 1:8 eflector I. 181” 1/8 o — 2332/54 ' ) flector TI. 230 21. Deflector II. 230 21.1 | — 25%48'0 — 259 — Inclinación 1886. Febrero 25. A Norte B Norte Aguja 1. Limbo E, marca E. 2343 26785 SE a AA ROL 26 96 ir 28 27 59 WE A WE 220 26 75 Promedio... 24”160 27037 25598 |[ paa <= Determinacion del tiempo 1887. Abril 4. 1 Cronómetro 9"41"30*— 16 ¿) SO, , MA o ] 76:20" 0” 1140 2 9 46 15 — 14 : El S 78 0.40 [160 3 9503015 O Eee O E 17929 0 [140 Correccion del índice.... = + 1'21'2 Barómetro......... 14573. _—Temperatura........ 229 Abril 4. Tarde. 2 (y h DAA" el S 4 Cronómetro 2 za E 3 A = | 80-44'20" || 49:20 3 E lo 115 0 E o A S [718290 1 40 50 — 1 ¿ a = ) 75 53:40 1155 0 Coreccion del índice.... = + 1'19'0 Barómetro..... ls Te mMperatlrak. 1.1... 26” Resultado (combinacion para alturas casi correspondientes) My AMAT == 197705 2 O 8.1 3y5 8.0 -Abril 4. Mediodia. Promedio AT = — 19”7*9 — 260 — 1887. Abril 5. Mañana. 8 Cronómetro 9*43"20"— 6 () EI > po o | 76"35* 0" 40 9 ADAM de O : 95050.—13 O $ 18 320 if 4 40 10 952 0-10 O e EM > | 79:33 0 13420 11 ORABaLO" = 16 E - 5915-13 OÍ 80 54 20 [155 40 12 10 240-110 (6) | 610 M3 no 838 015950 Correccion del índice.... = zi 1'8:3 BarómetrO.......... Tas" Temperatura... 2... 2123 Abril 5. Tarde. 13 Cronómétro 3” 0”25*— 10 O > 750 e 330-183 O, 20 AS 14 246 5-13 O 80 2] 40 [| 22'40 4955-10 (O 80 14 40 [116 0 15 2 38 30 -- 14 O 82 52 20 [153 20 4315-18 3 82 22 40 ||23 40 BarOmetro: a. slo th 740" Temperatura....... 2175 Resultados Combinacion: 4 y 11 AT = — 19777 5yl0 8.5 6 y 9 95 E) E 1887. Abril 4-5. Promedio AT = — 19"8*2 para medianoche. Combinacion: 8 y 13 AT = — 19”7*0 10 y 14 8.3 11 y 14 9.0 ¿AS 8.9 1887. Abril 5. Promedio AT = — 19”8*3 para 12"m Determinacion del azimut Mira II: la misma de mis observaciones en Febrero de 1886. — 261 — Abril 4. 1 Cronómetro 8”48”1*8 (O) 38*45/'81 y observaciones con espejo!. Mira 257 12031 Abril 4. 2 Cronómetro 4*”44”2:8 () 261*41/'12 (8 observaciones con espejo). Mira 256*59:38 Abril 4. 3 Cronómetro 5”11"49*12 () 2581950 (4 observaciones). Mira 2564500 Abril 5 4 Cronómetro 6”58”"12:3 () 5438/31 /4 observaciones). Mira 256*42:12 Abril 5. 5 Cronómetro 5”54”29%0 () 253"7:62 [4 observaciones). Mira 2564000 1 Azimut de la mira 283” 7.91 — 45:57 "pág. 145) 282*22:40 2 5.86 — 45.57 (pág. 145 ) 20:29 3 22.34 4 19.47 5 ES 507 Azimut de la mira. Promedio..... 282” 20:65 Declinacion Abril 4. Aguja I. Mira 257*1:75 Marca arriba/........ 34557:19 (4 observ.) MArca abajo. .0 ci... 56.38 » Norte magnético....... 345 56.78 Declinacion........... — 11 15.7 (10% a.) ROOUCCION ile alo la 000 e de + 13 AA — 11*16:9 (1) Aguja Il. Mira 257*1'50 Marca arriba.......... 34567:56 Marca “ADA ooo onafess 45.06 Norte magnético....... 345 56.31 Deelinación. «¿eoee... « — 11 15.5 (11%0 a. Reduccion . hair. A MES bes AA (E) T. XIV 18 = 262 =— Declinacion. Promedio... — 11*16/5 Correccion instrumental... + 23.8 1887. Abril 4. Declinacion corregida.... — 11 40.3 Abril 4. Mira 257*2:00 Aguja I. Marca arriba... 346” 1:11 (3 observaciones) Marca abajo.... 0.91 (3 observaciones) Norte magnético....... 316 1.01 Declinación. 20 02 — 11 19.7 (2*1 p. m.) Reduccion cae — Se — 11791 Aguja II. Marca arriba... 345”71:62 (4 observ.) Marca abajo.... 47.62 (4 observ.! Norte magnético....... 345 59.62 Declinación: ee — 11 18.3 (1*6p.m.) Reduccion... - des spot — 11167 II) Declinacion. Promedio... 11:47 =— 3 Corrección instrumental.. + 23.8 1887. Abril 4. Declinacion corregida.... — 1 Abril 4. Mira 256*42:00 Aguja I. Marca arriba... 345"39:69 (4 observ.) Marca abajo.... 39.44 (4 obseryv.) Norte magnétiCO....... 345 39.57 Declinacion;=+ .. «¡0 .s — 11 18.2 (5"2 p. m.) Reduccion... irse = ALAS tt te — 11*16/8 (E Aguja II. Marca arriba... 345*51:67 (3 observ.) Marca abajo... 29.19 (4 observ.; Norte magnético....... 345 40.43 SE Decimal ae — 11 19.1 (5%6 p.m.) Reduccion 2d caes =- a CA — 11178 (Il) Declinacion. Promedio.. —11 17.3 Corrección instrumental. + 23.8 1887. Abril 4, Declinacion corregida... —11 41.1 1887. Abril 4. Promedio total (6) D = —11 40.8 — 263 — Intensidad horizontal 1887. Abril 5. Aguja 1. Deflector 1. 141*35:50) 189 36.34 4 * — Deflector 1:. 191 48.80) 139493:56104 07 Aguja II. Deflector 1. 189%47:17) IA), Deflector TI. 139 38,81 ) OA e a Inclinación 1887, Abril 5. A Norte Aguja I. Limbo E, marca E..... 2529 » ER NA JO A As 25 48 Wo Mio 26 17 Promedio...... 25660 A Norte Aguja II. Limbo E, marca E... 25273 >» E, 2 W. ... 2/5) 72 » W, » E 26 35 O E y PERA 25 84 Promedio ..... 25909 17. $ = 31540" ; 1 == 6353:3 [ mapas ); 24” 0:42 2612/22 2356:40 26-10:18 B Norte 20749 23 39 23 05 23 65 247644 249152 (1) B Norte IDO 25 08 24 20 24 8) 247845 25371 (1) Rio SecunDO (Provincia de Córdoba) H = 346 metros. Las observaciones se han ejecutado en el terreno de la estacion, al NE. de la casa, muy cerca de las pilas de leña y carbon de leña que cubrían esa parte de la estacion. Temo que la proximidad de los rieles haya influido en las obser- vaciones. — 264 — Determinacion del tiempo (alturas correspondien les) 1885. Mayo 26. O 59%40' Glash. 9'"57*20*— 3.5 1*52*20*—10 O 60 20 10 020.— 11 1 49 20 —15 OQ 61 0 . 10.3%. 4 1 46 15 — 8.5 O 61 40 10 6 952 5 1143109 Q63 0 10 12 50.— 1 1 36 45 — 9.5 Resultado: AT Glash. = + 156"7* ¿T = + 86 Determinacion del azimul Mira I semáforo al NW. Mira II esquina de una casa al NNE. Mira 16 40?17:50 Mira H: 1034500 Glash. 9*12”48*9 () 122*15:26 (6 observaciones) Azimut mira I 40*16/50 Declinación Febrero 17. Mira Il: como antes. Aguja 1. Marca arriba..... 92*27:81 (4 observaciones) Marca abajo...... 4.25 (4 observaciones) Norte magnético........ 92 16.03 Declinacion —"11 42.0 (8"2 a.m.) Reduccion. e A O EA 115431550) Aguja II. Marca arriba... 92*33:95 Marca abajo.... 12.50 Norte magnético....... 92 23.22 Declinación ¿e = 1049.22 p2) Reducción... 20. A = IIDIZ 0 —- 117479 (11; Declinacion. Promedio... — 11 45.5 Correccion instrumental... + 23.8 1885. Mayo 26. Declinacion corregida..... — 12 9.3 Intensidad horizontal Mayo 26. Aguja I. Deflector 1. 116*18:75 ) A Deflector II. 66%35/31) 1183000478 Aguja II. B Norte. E 16:25 Deflector 1. 114 q ? = 21*35:25 / / VAIS) Deflector II. 69 2.50 a o — o; 235/92 m6 14.38)? = "35:94 Inclinación Mayo 26. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, marca E..... 26702 ZOO » AA NS, 25 93 29 96 UA A Dra 1 26 03 30 70 E EVEN, 26 67 29 06 Promedio....... 26-161. 29-824 27-992 (1; 18. Rosario DE La FRONTERA (Provincia de Salta) == 009 48:050 == 097602, H.= 891 melros Las observaciones se hicieron, no en la pequeña villa y estacion del ferrocarril Central Norte, sino en los célebres baños termales, que se encuentran situados en los cerros, al Este de aquella. Determinacion del tiempo 1885. Diciembre 19. Mañana Tarde 92707 0" [140% 0” [1 20" 93 0 0 [160 ;0 [160 94% 0 0 [160;0 [1 0 96 0 0 [[60;0 [120 97 0 0 p40;0 [120 Glash. 8”48” 0*— 12 3*19*20*— 27 50 30 — 44,5 17 O — 16 52 30 — 10 14 50 — 2 517 0—15 10 20 — 16 59 20 — 29 8 0—17 OOO (010 — 266 — Mañana Tarde 9*1"30*— 16 3"5%50* — 19 5H 93%0'0" || 40”; 0” |] 60” 34516 330 —133 9900 1/80 ;0 |/60 6 00=:19:; -1:20+=21 3) 100 00 (805020 Correecion del índice en la mañana... + 3/37/53 » » en la tarde ..... +45 Barómetr0......... 677 y 674”” Temperatura.... 29 y 34” Resultado: AT Glash. = — 5”%56%4 Determinacion del azimut Desde el punto elegido (debajo de los árboles, á 20 metros al SW. de las casas techadas de zinc) se d!rigieron visuales á la esquina de una casa situada á 100 metros al NW., que ha servido de única mira. Con espejo azimutal Diciembre 19. Mira 2749/69 Glash- AD AO O 237734:60 (10 observ.) Azimut de la mira ...... 306 13.35 (2?) Clash: 2iS AI . (O 235 53.50 [6 observ.) Azimut de la mira...... 306 59.16 Glash. 3"31%28%7...... (O) 228 42.38 (8 observ.) Azimut de la mira...... 306 43.76 Estas determinaciones son poco satisfactorias. Declinación Diciembre 19. Aguja I. Marca arriba.. 3317 19:50 Marca abajo... 19,94 Norte magnético...... 337 11.22 Declinacion.......... — 936. 2 (6"2a. m.) REdUCCIOa ee o 5 A 18 — 9*38:5 (1) 0 — Aguja II. Marca arriba... 331*22:20 Marca abajo... 20.63 Norte magnético...... 331 21.44 DECLINACIÓN... 0. — 952. 3 (1%0p.m.) Reduccion... ........ -- A oa — 9%49'6 (II) Declinacion. Promedio... — 944.0 Correccion instramental... + 23.8 1885. Diciembre 19. Declinación corregida..... —10 7.8 Intensidad horizontal Diciembre 19. Aguja l. Deflector l. 360%41:75 a = 9996 U S O Deflector II. 311 30.81) pd == UNE ? 2 53.00 | 5 2541/09 Aguja II. B Norte. Deflector 1. 316"39:63) 2049-69 358 19.00 4 * Inclinacion Diciembre 19. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, marca E..... 18*40 22" 34 A AA 115) Ml 22 08 O 18 67 22 65 » W, A ROS 19 99 2) CON Promedio...... 19042 22534 207788 (1) Intensidad vertical Aguja I. B Norte. Deflector 1. 358* 0:00) , _ oyo pr LS ie Deflector H, 314 47.50) , sy 1 3 728L — 268 — Altura de los Baños Se hicieron las siguientes observaciones: Diciembre 19. Estacion ferrocarril: 8” a.m. Barómetro corregido.. 690%”9 Temperatura........ 21 Baños: 97 a.m. Barómetro corregido.. 683*”"25 Temperatura........ 29" De allí resultan próximamente 100 metros como elevacion de los Baños sobre la estacion del ferrocarril, cuya altura es o pu de 757 metros, ó sea: Altura de los Baños = 857 metros sobre el mar. 19. ROSARIO DE SanTAa—-FÉ p == — 3256:7; 1= 60”38:5 (mapas); H = 39 metros En la primera visita (24 Enero de 1885) se hicieron las observaciones al W. de la Plaza Lopez, en el campo abierto. Determinacion del tiempo Enero 24. Tarde. Glash. 520” 5414 (Y) 1723/00 (1 observ. con teodolito). Resultado: AT = + 15*13%5 Determinacion del azimul Mira I: Pararayo de la jabonería. Mira Il: Punta de la torre de la iglesia. Mira III: Asta de bandera en los altos de la Comisaría. Enero 24. Tarde. Mira I 2072700 Glash. 5*38%5*3...... O) 244” 0:00 (6 observaciones) AZÍnOub Mira. de e 39 36.73 —- 269 — Estas observaciones de tiempo y de azimut no son muy correctas. Declinación Enero 24. Mira 1: 140*20:00 Mira II: 110%7:50 Mira Ill: 163*26:30 Aguja I. Marca arriba... 110*45/90 (t observaciones) Correc. por marca abajo. — 7.30 Norte magnético....... 110 38.60 Declinación 4204 0.0 — 955. 3 (18 p.) Reduccion: . Didlcilis — Ind Corrección instrumental. + 23.8 1885. Enero 24. Declinación corregida.. — 10*15,7 Intensidad horizontal Enero 24. Aguja I. Deflector I. 135*17:00). 86 46.204 — Deflector MI. 84 30.00). 187 97504 Y 77 Inclinacion 1885. Abril 5. A Norte B Norte Aguja l. Limbo E, marca E... 26250 29570 A a WE ROLLOS 29.80 2608 30.90 > DW, A za) 29.50 Promedio..... 26042. 292988 ¿28:316. (1) A Norte B Norte Aguja II. Limbo E, marca E... 2738 27780 a o NV 28 32 28 20 o e 28:90 28 65 IS A AI: 074 29 42 Promedio .... 28"169 28"519 28-344 (II) O: Intensidad vertical 1885. Enero 24. Aguja Il. Deflector 1. 313% 8:80) , _ 21.191 o Dee cor ILLAS A 314 23.00 | * — e En mi segunda visita (Marzo 31 de 1885) observé en el centro de la Plaza Lopez, sin carpa. No se hicieron determinaciones del tiempo. Este se calculó con observaciones hechas poco antes en Córdoba y poco des- pues en Villa María; puntos Cuya longitud, así como la del Rosario, está bien conocida por determinaciones telegráficas del Observatorio Astronómico. Determinacion del azimut Mira I. Poste en la entrada á la plaza (al W.) Mira II. Esquina de una casa situada al Norte. Marzo 31. Mita ISS 00 Mira IE 183545200 Clash AÍTO: AN C) 52%48:75 Resultado: AT Glash. = + 26”20*9 Azimut de la mira [I..... 339:40 Declinacion Marzo 31. Aguja I. Marca arriba... 140? 8:75 (4 observaciones) Marca abajo.... 5.44 (4 » ] Norte magnético....... 140 7.09 Declinación. 2. Ese — 10 1. 5.(1%0p.) ReducciON.. 2 caes —- E — 9%58:6 (IT! Aguja II. Marca arriba... 140*12:75 Marca abajo... 2.31 Norte magnético....... 140 7.53 Declinación ae O AO) Reduccion da — o AE — 9%58:6 (11) Corrección instrumental.. + - 23.8 1885. Marzo 31. Dec!linacion corregida.... — 10 22.4 =0 74 — Intensidad horizontal Marzo 31. Aguja II. A Norte. Deflector 1. 164” 3:75 116 2.50 Deflector HI. 113 51.25) 166 25.31 ) En la tercera visita (Agosto 28 de 1885) no había tiempo para tomar alturas del sol. Tampoco son satisfactorias las determinaciones del azimut. Por lo tanto, reproduzco sólo una observacion de la >= 24* 0/62 o = 26717:03 Intensidad horizontal Aguja 1. Deflector 1. 271*31:25)- ISO) 20. San Awromo (Provincia de Catamarca) o = — 29%0'0; 1=+65%6:5; H= 267 metros La localidad citada es la actual estacion del Ferrocarril Central Norte, donde observé en frente de la casa principal, á 40 metros de los rieles. Determinacion del liempo 1886. Febrero 22. Glash. 9*50"50*— 17 O | O a O 104*0'0" || 40 9541 O A 58302 0 1206-00 160 10 0560-15 2 a | 108 0.0 [160 10 550—10 (6 E dal | 110 0.0 1160 OA MA DO | 60 1350-94 $ Eronómetro. — Glash. = — 1”9%4 Correccion del índice = + 2'36 Barómetro......-. USO Temperatura... ... 20 = 30%5 Glash. 2*12*30*— 21 (O as ETA 1515-50 | Aa Ji A SS A : 20020 — 9 O io RR 224-=2% AQ ) 5 30 1080 0 || 60 2 271 50= 21 O 106 00 || 80 OZ O SAA 35 30 — 16 o AE Cronómetro.— Glash.... = — 1”10%9 Correccion del índice.... = + 2'42'5 Barómetro os 139 0 "Temperaturanes de 34" Febrero 23. Glash. 9”51%50%— 15.565 ) ( o , o 5) " E ST 0 — BAD 00 O 106 0 0 [40 AA OU 440-150 ) > WATO- 184 O: 19 pagttomos O DN 110 0.0 ||20 1018/40: => Wi 19500 auach ae A 1132 0 20 1180 Cronómetro.-— Glash.... = — 1”16%0 Correccion del índice... = + 3'0” Barometros 7.2... 2... 139. Temperatura....... 31” Glash.. ¿2115305 TOO e a Po aos 0” [| 60 21630 =14..0 /7 , A 110 0 o | 60 2.21 40 — 19.5 (O) 108 0 —20 || +20 2240-14 0 106 0 0 Il 60 23150-287 GQ ) : 34 25--16 (M de rr Edo Cronómetro .— Glash.. == 19155 Correccion del índice.... = Dd 3 "EE Barómetro; ».... ett 1340 Temperatura... . «+ 345 Resultados AT Cronómetro = + 1”41*3 /12* m. Febrero 22) + 140.2 (12 m.n. » 22-23) + 1 37.4 (12 m. e 23) Determinacion del azimul Mira: letra I en el letrero de la estacion, al NW. Febrero 32, Tarde. Mira 6531/44 1 Glash. 6" 6”*52%7 () 360%49/9C Anteojo I (10 observaciones) 2 6 13 26.2 6.360 0.10 » TI (10 » ) Cronómetro.-—- Glash.... = — 1”10%0 Febrero 23. Mira 6537:25 3 Glash. 7”"45*20%9 Y) 185%42:75 (10 observaciones con espejo.) . Cronómetro.— Glash.... = — 1”15%6 Mira 65”29:69 4 Glash. 4*6"46:3 () 15%50/95 (8 observaciones) Cronómetro.— Glash.... = — 1”15*l 5 Glash. 4”11"19%0 (O) 15*%17:77 (8 obs. Anteojo II. Espejo II) Cronómetro.— Glash.... = — 1"15%0 6 Glash. 4”15%52%9 () 1441/05 (8 observaciones) Cronómetro.— Glash.... = — 1"15*%0 1 Azimut de la mira..... 32642:50 2 Ae 48.03 TO AS 46.57 |! Promedio ' A A ii CEPA DO do" | 326*46:49 A E 47.96 6. | ...».»o 45 , 30 / | 18) 1 pS | Declinacion Febrero 22. Mira 65*34:50 Aguja I. Marca arriba... 110*19:31 (4 observ.) Marca abajo.... 31.50 » Norte magnético....... 110 28.40 Declinación == ste — 11 37.4 (3"3 p. m.] Reducción... ata = EA, MO E —11*734/9 (1) Febrero 23. Mira 65*39:25 Aguja II. Marca arriba... 110*26:19 ¡4 observ.) Marca abajo.... 19.88 » Norte magnéticO....... 110 23.03 Declinación — 11 34.3 (97 a.m.) Reducciones A + o — 11736:1 (11) Declinacion. Promedio... —11 35.5 Correccion instrumental... + 23.8 1886. Febrero 22-23. Declinacion corregida... —11 59.3 Intensidad horizontal Febrero 22. Aguja 1. Deflecior, LAIA TARO O Y SI Ri Deflector II. 8345.66] omo11p7 136 55.00) — pool Febrero 23. Aguja Il. Deflector 1. 133%49/67 ) E 29 HE A Deflector IL. 84 45.83). 95049169 a O Do o MOE Inclinación Febrero 23. A Norte B Norte Aguja I, Limbo E, marca E... 29297 26798 » E, A OE, 26.71 UVA DEI 239 27.50 MA a A DA. 767 26.32 Promedio..... 237678 267818 252278 (I) 21. San José (Provincia de Córdoba) UD ARO. (mapas); H ="218m De las muchas localidades que llevan el mismo nombre, el nuestro es la estacion del ferrocarril Central Norte, situada en el Norte de la Provincia, á inmediaciones de las Salinas Grandes. Se ha observado á 180 metros al este de la estacion. Determinacion del tiempo Cronómetro.— Glash. = — AS *46%0 (manana); — 4”42*8 (tarde) Glash. 9"35”60*— 22 () 69*20' 2”28"40*— 10 38 10 — 265070 0 26 30 — 17 40 20 — 10 O) 70 40 24 15 — 10 42 33 — 155 71 20 21 60 — 10 44 55-150 72 0 19 45 — 13 47 3511 0) 7240 17 30 — 15 Resultado: AT Cronómetro... = + 0%21%6 Glash. 9*50"50*— 21 (O) 72*40' 2"13"45*— 10 5331015 607320 11 25 — 19 53300-— 8 O71 0 860= 8 516002 O 7440 6 40 — 21.5 10 02-—18 (7520 4 15 — 28 260 — 27.50 76 0 1 45 — 17 Resultado: AT Cronómetro.. = + 0%22*9 — 276 — Azimut de las miras Mira I (NW.) semáforo á 150 metros de distancia. Mira Il (W.) esquina de una ventana de la estacion. Abril 23. Mira I: 115%59:00 Mira Il: 55739:38 Cronómetro 4*51*45:3 () 9029/00 [8 observaciones) Azimut de la mira l. N. 4576/45 W. Cronómetro 4"51"44*2 (+) 90728:94 /8 observaciones) Azimut de la mira 1. N. 45%6:24 W. Abril 24. Mira 1: 116%54:75 Mira ll: 56*34:75 Crovómetro 7*9"53*1 () 231734/38 (8 observaciones) Azimut de la mira 1: N. 4573/88 W. Cronómetro 7*15*30*2 () 230747:94 (8 observaciones) Azimut de la mira I: N. 45:3:79 W. Mira 1: 117%5:00 Mira II: 5645/00 Cronómetro 4”29”2978 () 9175569 (8 observaciones) Azimut de la mira 1: N. 45"7:23 W. Declinación Abril 24. Mira I: 116*56:12 Mira Il: 56*36:62 Aguja I. Marca arriba.... 17372480 (5 observ.) Marca abajo..... 30.38 » Norte magnético ....... 1321799 Derimacion o. e — 11 2. 7 (85 a.m.) Reduccion ts + ¡A Ae — 11270 (1) Mira I: 116*56:25 Mira Il: 56*37:50 Aguja II. Marca arriba.... 173*27:28 (5 observ.) Marca abajo..... 30.62 /4 observ.) Norte magnéticO........ 173 28.94 Decliaación ++ odos o — 11 26. 9 (10"8 a.m.) Reduccion. ../.... 0% =— 0-8. As: —11*27:15MK 7 Declinacion. Promedio.... —11 27.4 Corrección instrumental... + 23.8 1886. Abril 24. Declinacion corregida.... —11 51.2 217 — Intensidad horizontal Abril 23. Aguja 1. Deflector 1, 16” 9:67 » = 9339' A Pos Nellector 11.2320:31.:20+)1 225 00d 18 20.83 | py = 25 51:79 Abril 24. Agnja II. nu de ls 40:97 EAN: id e Deflecior 11. 147 30.25) op y 199 SU Apr 0 Inclinacion Instrumento: Adie número 62. A Norte B Norte Aguja 20. Limbo E, marca E. 26*26:00 2536/88 7 PEO ¿Wa 20: 0002 26 - 9.56 A Wa ie RO 0d gO 25 11,00 O 2D 34.82 24 59.62 Promedio. . 26%25:9] 2536:88 25*58:1 (20) . A Norte B Norte Aguja 21. Limbo E, marca E. 26*59:88 253350 MESA DO OL. 79 26: 82315 WA AE 226 (9200 24. 8.62 SW ES JW --— 201-8120 24.33.12 Promedio... 2673122 257 6:00 25:48:6 (21) 22. SanriaGo DEL Estero (Provincia de Santiago) p = — 27480; 4 64”15:7 (mapas;; H = 214 metros Todas las observaciones se han practicado en el terreno de la Cervecería, como á 500 metros al W. de la estacion del ferrocarril, y á 1.5 kilómetros al WSW. de la catedral. XIV 19 — 218 — y Hasta 100 metros alrededor del punto donde establecí mi carpa, no había casa ninguna. Determinacion del tiempo 1887. Abril 4. Cronómetro: -4* 140" UM OI e y A o) y 5011 0” 1120 A A o 0 OA 48*40'20"” || 20 4 9 0 2. 5 'O) " =o 1 "” "” 1 Corrección del índice.... = + 17'45” Barómetro........- 1499 Teraperatura... o... pe Esta gran correccion proviene de que el tornillo de cor- reccion del prisma se había separado del instrumento, á cau- sa de los sacudimientos en el viaje. Antes, esa correccion oscilaba alrededor de + 3' Resultado: AT Cronómetro = — 16%5*1 (para 38 p.m.) Abril 8. Manana. Cronómetro 9* 5"30*— 12 (6) 62%0" 0” [| 20" A O A A A ON 170 ABE MO e " Ea LO 1160 SES A NO , O 9,2300: == LO Vaca a a a OS Correccion del índice.... + 1%7'46!7 BarómetrO......... ¡A9?"- 1 Temperatura ¿Yves 23- Abril 8. Tarde. Cronómetro 3" 9*10*— 15 UD ) 12 5-3 9D] 020190" — 219 — Cronómetro 3"14"35*— 10 NS A 17 35 — 22 S j 680: 0 [140 a: 20 0 TE 21 O; 23fo r " ” A y 66%0* 0” [140 95 15 — 99 y a = [ 640*20* 60" 3303018 2Q 62:00" 120" Correccion del índice.... = + 1”7'40 Barómetro:........ TRES Temperatora..¿. 0... 2805 Resultado: AT Cronómetro = — 16”9*7 (Abril 8, mediodia). Abril 9. Mañana. Cronómetro 9* 9” 0*— 11 <) E ja É ses S y Sor" O 1371 8 even A O O "” A 92% 5-12 NE , 98 5-— 18 e 10>0'0” 11 40 930 35 -- 14 12200140" Correccion del índice... = + 1%7'50" IA EOMICÍrO ue .uos 74qum Tem peratura. o... 24? Abril 9. Tarde. Cronómetro 3" 5" 0%— 90 720" 0" [| 40" OD) STO E e AA AR O RES 31825140) OO po 32340 80) 630-900 01140" Correccion del índice... + 17/45” Barómetro...... => 140" Temperatura....... 29" Resultado: AT Cronómetro = — 16”15*8 (Abril 9, mediodia). m5 Determinacion del azimut de la mira Mira I. La cruz ce la torre secundaria de la Catedral (al ENE.) Abril 7. Tarde. Mira 2395588 1 Cronómetro 8410 (O 9035/62 (4 observaciones) 52 5 39 20.9 () 89 47.62 (4 » ] Abril S. Mañana. Mira 239%57:88 3 Cronómetro 8*25"36*8 () 2345913 (4 obs. con esp. Anteojo II) 4 8 31 39.7 O 234 0.12 (4 » 001 Abril 8. Tarde. Mira 239*56:12 5 Cronómetro 5* 3) 6” 86 (O) 93”41'88 (4 observaciones) 6 2 12 4260 92 56.00 (4 » ) Abril 9. Manana. Mira 239*53'62 7 Cronómetro 8" 7%43*9 () 237"11'94 /8 observaciones con esp.) Abril 9. Tarde. Mira 239*%54'25 8 Cronómetro 5" 3%52%2 (+) 94*15'38 (4 observaciones! Resultado Sin espejo Con espejo 1 Azimut de la mira... 71*21'54 3 72%6'72 Anteojo Il 2 20.86 - 8.80 » I 5 23.74 d, 8.91 6 23.62 8 24.05 Promedio... +. 0. is 22 7o 728.33 Declinacion Abril 7. Mira 239”57:88 Aguja I. Marca arriba... 179*10/75 ¡(4 observaciones) Marca abajo... 7.12 (4 » ) Norte magnético....... 179 8,94 Declinación — 10 33. 8 (10"8a.m.) Reduccion. ea t VOLS — 10*3426 (15 — 281 — Aguja II. Mira 2395400 Marta ¡arribas. 0. 159*13/04 (6 observ.) Marcarabajos. qe on p 312 44.06 > = 20*53:28 ¡B Norte) — 22*51'22 (B Norte) Inclinacion Enero 23. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, marca E..... 20799 24-73 A AS A 21 65 24 67 IRA EA 2 | 34175 NR A 22 62 24 11 Promedio...... 217618 247716 23*167 (1) — 286 — 24. TororaLeJOos (Provincia de Córdoba) o. = — 2939 15 264535010214 1/9 melros Determinación del tiempo. Alturas correspondientes 1886. Febrero 26. Cronómetro 9*"51*35*— 8.5 2*29*35*— 15 (5) 1030 54 30 — 25 26145 60] 9 59 35 — 17 22140—160 105%0' 10 155-= 8 2:19 15 = 120722 ADE e o 10 == A8 140150) a 102511 1 1 juro 10 12 35 — 14 2 833 6011110 15 30 — 14 540-110) Resultado: AT Cronómetro = + 2%25%5 El punto elegido para la observacion era el campo libre, al NW. de la estacion, como á 150 metros de la casa y á 20 metros de los rieles. Mira (al SE.): adorno en el techo de la casilla. Febrero 26. Tarde. Mira 308*59'75 Cronómetro 6”0”41*0 (€) 64*17'00 /8 observaciones) Azimut de la mira = 148*32'02 Febrero 27. Mañana. Mira 309*4'88 Cronómetro 6*31"40%4 €) 255*10'33 (6 observaciones, Azimut de la mira = 148*32'51 Cronómetro 6"41"187*8 () 254*0'67 (6 observaciones) Azimut de la mira = 148*32'11 Declinación Febrero 26. Mira 3085962 Aguja 1. Marca arriba... 172? 3/44 (4 observaciones) Marca abajo.... 0.75 (4 observaciones) Norte magnético....... 1320309 IECNTACION Sot. ade — 11 34.7 (3"2 p.m.) RSODECION >... 22300 — Sd sud — 11*32:2 (D) Febrero 27. Mira 309”4:62 Aguja Il. Marca arriba... 172*17:56 (4 observaciones) Marca abajo.... 4.62 (4 observaciones) Norte magnético....... 172 11.09 Declmacion 2d cents — 11 38.9 (47 p.m. Reduccion........ .... —= Mar ateo — 11737:3 (11) Declinacion. Promedio.... —11l 34.7 Correccion instrumental... + 23.8 Febrero 26-27 de 1886. Declinacion corregida. — 11 58.5 Intensidad horizontal 1886. Febrero 26. Aguja 1. Deflector I. 148*37:91 ) y = 2333/25 195 44.42 $ * Deflector II. 197 52.46 ME 146 20.58 ] p = 25"45:94 Febrero 27. Aguja II. Deflector I. 1954683 E 148 38. 337 ión , ) : Deflector IL. 145 28.33 ) — 95%45'17 197 58.67 $ * Inclinacion Febrero 26. A Norte B Norte Aguja 1. Limbo E, marca E... 2385 21722 MAREA TA WAR 1 230 17 2 A E ida 28 21 » W. AVI E ZO OL 26 76 Promedio... ZA C16 215420) 1255790: 01 — 288 — 25. Tucuman (Provincia de Tucuman) o = — 2650'32"3; 2 = + 4”20"48*3 (Observatorio); H= 465 m. Determinacion del tiempo 1885. Diciembre 11. Glash. 8'"46"1a*— 3 3"15% 05— 27 O) 92%40' 52 20 — 31 390-2095 20 5350- 715 3 7172— 6098 0 9 220 — 10 259 0— 130 98 40 350 — 16 2 57 30 — 18 () 99 20 Correccion del índice + 2/55” Barómetro....:.>.. yA Temperatura....... 23” Resultado AT Glash. = —- 6"50*1 AT Cronómetro = — 10%39*9 Las observaciones se han hecho en la quinta del señor D. Miguel Lillo, 1 kilómetro al SW. de la ciudad. La posi- cion más exacta de ese terreno queda determinada por las siguientes visuales: Diciembre 11. Mira 1 (SE.): Torre del hospital 251*2'18. Mira II (E.): Torre de Santo Domingo 220*%46'13. Mira III (E.): Torre de la Merced 214*46'31. Mira IV y V: Torre doble de la Catedral 214*10'00 y 214*0'00. Determinacion del azimut de las miras 1 Glash. 10”10%56:6 (O) 212*35'65 (10 observaciones) Azimut mira 1 —= 125*48'73 2 Glash. 10”17%50%9 () 211*36'90 (10 observaciones) Azimut mira 1 = 125*49'78 3 Glash. 10”25%42*8 (+) 210%28'75 (10 observaciones) Azimut mira l = 125*46'38 0089 Declinación Diciembre 11. Mira I 2505000 Aguja I. Marca arriba... 134*54:12 (4 observ.: Marca abajo.... 62:96, (4. “> ”.) Norte magnético....... 134 58.34 DErInaacIiO.. 0... — 955.6 (120 m REGUUECION iv. aramo etico — ass — 9%54:0 (NT Diciembre 12. Mira I 250%50/50 Aguja II. Marca arriba... 1357 3:25 (4 observaciones) Marca abajo.... 4.25 (4 » ) Norte magnético....... 135 3.75 DECIA — 10 1.6 (11"0a.m. REAUCCION aaa 2 o as =- ME OS —10* 3/4 (II) Declinacion. Promedio.... — 9 57.7 Correccion instrumental... + 23.8 Diciembre 11-12 de 1886. Declinacion corregida... —10 21.5 Intensidad horizontal Diciembre 11. Aguja I. Deflector 1. 111*32:69 ) : 158 38.06 / * Deflector II. 160 42,12) 109 19.00 $* = 23”32'69 Diciembre 12. Aguja Il. Deflegton: E. ANLDO: 23 E ontoaas a ls Deflector IL 160 31.63) 52. S A Inclinacion Diciembre 12. A Norte B Norte Aguja I. Limbo E, Marca E..... 2002 2435 nda: We s1s: 21 20 23 59» A O 19 74 23 85 A 21 34 24 74 Promedio...... 20575 24*122 22*348 (1) — 290 — A Norte B Norte Aguja II. Limbo E. marca E... 2239 22*81 SA E AMA 6 21593 IV A ZA 22 86 > WE WE... 128015 211491 Promedio..... 22859 — 22378 22*619(11) 26. VinLa Marta (Provincia de Córdoba) p=— 3225'5"; 1= + 4*12"57*1 (Observatorio): H = 206 m. Determinacion del tiempo 1885. Abril 4. Glash. 9*43"10*— 3 ÓN ap 46 50 — 4 10 DO) 9 53 50 — 3 1:38:55 11.50) 9720 ds 155 1943 103) a 1 31 15 —0:5 O] gap: e 27,10. — 5-08) 10 920 —95 1282%— 58.53) gop: 13 50 —11 19 5950) AT Glash. = + 16”21%7 (Abril 4, 12” m.) Las observaciones se hicieron como á 300 metros al S. de la Plaza Principal, donde entónces era campo libre. Hoy, el punto en que estaba mi carpa está ocupado por edificios. Mira I (E.): asta de bandera, muy cerca 327*50'00 Mira Il (SW.): pilar del puente del Rio Tercero, á 600 metros de dis- tancia 101*5'00 Mira HI (W.): esquina de una casa 135*10'00 Abril 3. Glash. 4*38"20*4 Y) 150*12'81 (8 observaciones 4 49"16.1 (O) 148 40.31 (8 » ] 5 132.20) 146 55.94 (8 » ] Azimut de la mira ll = 235*1'47 — 291 — Declinacion Abril 3. Mira II 101%5:00 Aguja I. Marca arriba... 237"25'62 (4 observ.) Marca abajo.... NILO NS e) Norte magnético...... 237 26.56 Declinación: «+20. «to: — 11 23.0 (9"4a.m.) CUUECION: q. m2 NEP » Ns | — RASO UON 2175088 EL TERREMOTO ARGENTINO DEL 27 DE OCTUBRE DE 1891 POR EL Docror GUILLERMO BODENBENDER (') : En la primera parte de mi informe, presentado al señor Rector de la Universidad de Córdoba, Dr. DB. TeLasco Cas- TELLANOS, el 11 de diciembre del año próximo pasado, traté detenidamente de los efectos del terremoto en la provincia de San Juan. Despues de terminar los estudios en la region restante de ésta, acompañado del señor ingeniero don Manuel E. Río, á quien significo aquí mi agradecimiento por los importantes servicios que me prestó en mis estudios, he recorrido la par- te de la provincia de la Rioja que ofrecía mayor interés res- pecto del terremoto. En ella no se ha presentado ningun fenómeno nuevo que no se encuentre descrito en mi primer informe, no habiendo el terremoto, en general, alcanzado en la Rioja la importancia que revistió en San Juan. Puedo, pues, prescindir aquí de una descripcion de las manifestacio- nes del movimiento en la primera, incluyendo sólo las obser- vaciones de valor en el informe general, en el cual voy á rea- sumir todos los estudios hechos sobre las causas y los efectos del terremoto. (*) Informe presentado al señor Rector de la Universidad de Córdoba Dr. D. TeLasco CASTELLANOS. T. XIV 20 —-294-—= Me propuse, como tarea principal, el estudio de las rela- ciones geológicas, considerando que sin el conocimiento de— tallado de la geología de la region sacudida, faltaría base para cualquier explicacion del fenómeno. Aunque en los últimos decenios, se haya adelantado mu- cho, especialmente por los trabajos de STrELZNER y BRACKE- BuscH, ex-catedráticos de la Universidad de Córdoba, en el conocimiento de la estructura geológica de nuestro país, hasta el grado de que los geólogos y geógrafos de Europa re- conocen á la República Argentina como á la mejor estudiada geológicamente de Sud-América —lo cual constituye un ho- nor para nuestro país y muy en particular para la Universi- dad de Córdoba, — resta todavía mucho, muchísimo que in- vestigar. Poseemos el fundamento para edificar y es deber del go- bierno apoyar todos los trabajos á ello tendentes, si no se quiere quedar atrás, en materia tan importante, de otras naciones sud-americanas, especialmente de Chile y del Bra- sil, quienes hacen grandes esfuerzos para llegar al conoci- miento exacto, geográfica y geológicamente, de sus territo- rios respectivos. Si nuestras informaciones relativas á la geología del país, no obstante los numerosos estudios realiza- dos, son todavía muy defectuosas, tal deficiencia no podrá extrañar á nadie que sepa lo que son las investigaciones de ese género y las múltiples dificultades con que tienen que luchar en nuestra República. La suerte común de todos los trabajos científicos, es la de ser incompletos y estar expuestos á futuras correcciones. Deliberadamente expreso aquí esas consideraciones, porque es muy posible que algunos clamen, fundándose en el conte- nido de las siguientes páginas, contra «un mal mapa geoló- gico » (*). '; Aludo al mapa topográfico-geológico del doctor BRACKEBUSCH, trabajo de gran mérito, reconocido en el mundo científico, — 2905 — Los resultados obtenidos en este viaje, han sido muy satis- factorios. Contradicen, en parte, el concepto actual de la composicion geológica de nuesto país, y, en parte, lo com- _pletan esencialmente. Pero esta mo es la oportunidad de entrar en el detalle de las investigaciones, el cual queda reservado para un trabajo especial; y debo limitarme á mencionar algunos he- chos de carácter general y especialmente los relacionados con el terremoto. Como formacion más vieja, conocemos desde hace mucho tiempo la arcárca, compuesta de pizarras cristalinas (gneiss, micacita, pizarras hornblendíferas, etc.), y que forma las sierras de Córdoba, San Luis, de Velazco, de Vilgo, de la Huerta, Pié de Palo, así como la mayor parte de las de Tu- cuman y Catamarca. Sigue sobre este sistema la formación s2¿lúrica, con piza- rras, grauwacke y caliza, que tiene su mayor propagacion en las sierras de San Juan y la Rioja. Un nivel superior ocupa una série de areniscas muy va= riables, cuya determinacion, relativamente á la edad, ofre- cía ya en tiempo de BurMEISTER las más grandes dificultades ocasionando varias controversias científicas. Dentro de estas areniscas se encuentran depósitos de car- bon, los cuales, como es sabido, han figurado, unas veces como verdadera formacion carbonífera y otras como absolu- tamente extraños á tal edad. La especulacion comercial exigía que fuera lo primero y la ciencia, por falta de investigacio- nes detalladas, no podía hasta ahora pronunciar una palabra decisiva. De ahí que esos depósitos hayan sido considerados como rhéticos (sistema triásico) y también como terciarios, mientras que la existencia misma de la formacion carbonífera ha sido muchas veces negada rotundamente. — 296. — Un segundo vacío en la série de las formaciones parecía existir porla ausencia completa de la formacion devónica que on otros países se encuentra entre la silúrica y la car- bonífera. Esta circunstancia era tanto más extraña, cuanto que dicha formacion estaba constatada en Bolivia y en las islas Falkland. Ahora puedo afirmar con seguridad que ambas formaciones, la devónica y la carbonífera, existen en nuestro país en bas- tante extension; si bien en algunos puntos su desarrollo es insignificante. Cerca de Jachal (provincia de San Juan) he encontrado cortes de importancia donde están desarrolladas en regular sobreposicion las formaciones silúricas, devónica y carboní- fera. La formación devónica, compuesta de pizarras, grau- wacke, caliza y areniscas, parece ser completamente idéntica á la de Bolivia, islas Falkland y sud de Africa. De ahí se infiere, por consiguiente, la union faunística que en la época deveniana existió entre el viejo y el nuevo mundo. Es conocido (*) ya desde hace algun tiempo que la forma- cion carbonífera tiene su representante en los depósitos de carbon de Retamito (entre San Juan y Mendoza). Estos depó- sitos, como he podido constatarlo en el viaje, poseen una gran extension. A continuacion de ellos están situados los de Huaco y Trapiche en San Juan y el del Cerro Bolsa en la Rioja, pertenecienda quizás al mismo horizonte algunos de la sierra de Famatina. Lamentable es que todos tengan pe- queño espesor, no ofreciendo las minas, sinó muy débiles esperanzas en cuanto á su explotacion. Y ademas, en gene- ral, no se puede propiamente hablar de carbon, pues los depósitos no tienen más que pizarras carboníferas. (2) Véase el trabajo del autor: Carbon y asfalto carbonizado en la provincia de Mendoza, en Boletín de la academia nacional de cien— cias, tomo YiI. El predominio de las areniscas y la falta de un gran desa- rrollo de las pizarras, hace dudar de si en esta region podrán encontrarse depósitos explotables. Sin embargo, queda siem- precomo un hecho muy interesante la constatacion de la for- macion carbonífera en una gran extension, y tal vez algun dia nos llegue la buena noticia de que se hanencontrado excelen- tes depósitos. Sobre la formacion carbonífera, en algunos puntos bien determinada por restos de plantas y relaciones estratigráfi- cas, se encuentra otra vez un sistema de areniscas (rojizas en ia mayor parte), en el cual se hallan también depósitos de car- bon de insignificante espesor y mala calidad. Segun la determinacion del señor doctor Kurtz, estas capas fosilíferas no pertenecen totalmente al Rhet, á cuyo sistema la han agregado ¡unto con los verdaderos depósitos de la for- mación carbonífera, sinó que ocupan un horizonte distinto, entre la formacion carbonífera y la triásica, representando de tal manera la formacion pérmica (dyasica), concepto concor- dante con las relaciones estratigráficas. Esmuy interesante la circunstancia de que muchas plantas son idénticas ó á lo menos muy parecidas á las del sistema «Gondwana», de la India Oriental, Jo cual indicaría una unión con Asia en la época pérmica. El nivel másalto en el sistema de las arenis- cas está probablemente ocupado por los depósitos de carbon de Marayes (Paganzo?), los cuales, junto conlos de Cacheuta (Mendoza) serían de edad triásica (Rhet). Las formaciones sedimentarias mencionadas, desde el sis- tema arcáico hasta el triásico, junto con las rocas eruptivas, son los principales componentes de las montañas de. San Juan y la Rioja. El sistema jurásico-cretáceo, interpuesto entre el triási- co y el terciario, parece faltar en dicha provincxa, al. oriente de la cordillera central. Creo, sin embargo, que los depósitos de la época nombra- da están representados en esas regiones por ciertas arenis- — 298 — cas muy destruidas por las grandes alteraciones que sufrieron en una época más moderna y por la accion corrosiva de las aguas. Pero de ninguna manera podemos suponer que tales sedimentos hayan alcanzado, al oriente de la cordillera cen- tral, el espesorá que llegan en ésta, donde, además, se aso- cián á las areniscas calizas fosilíferas (sistema jurásico de la cordillera de Olivares, al poniente de Iglesia!) (*). Finalmente, participan, prescindiendo del aluvio, en la composicion del suelo y en particular del suelo de los valles y llanuras, los estratos terciario-pampeanos (arenisca, arcilla, arena, etc.) los cuales son, á lo menos en parte, productos de ventisqueros. Han existido probablemente dos épocas glaciares, la una en la época terciaria; la otra hácia el fin de la pampea- na. Los ventisqueros del último período han desaparecido al norte de nuestro país (he descubierto sus huellas en el valle del Cura, etc.), mientras que todavía existen al sur (Patago- nia) y tambien en la provincia de Mendoza (segun el doctor HAUTHAL). Ahora bien; en la parte oriental de nuestra region, en la sierra de Fiambalá, Tinogasta, Copacabana (tambien en la de Catamarca), sierra de Velazco, de Vilgo, de La Huerta (y más al naciente, sierra de los Llanos, de Córdoba, de San Luis), surgeá la superficie la formacion más vieja (arcáica), compuesta de pizarras cristalinas, quizás la primera costra sólida de nuestro globo; y así que avanzamos hácia el ponien- te, encontramos formaciones sedimentarias de mas en más nuevas, llegando, finalmente, á los sistemas jurásico, cretáceo y terciario que, con rocas eruptivas, componen la cresta su- perior de la cordillera principal hasta sus más altas cimas. Tenemos, pues, una série de sedimentos depositados en diferentes tiempos en un mar, que, en épocas muy remotas, extendióse mucho hácia el naciente, teniendo sus orillas en (*) Compárese el mapa del doctor BrackebuscH, arriba citado. — 299 — aquellas sierras viejas (en parte como islas), y una profan- didad cada vez mayor hácia el poniente. Este estado se con- servó durante varias épocas, exceptuando alteraciones locales, hundimientos y levantamientos. Y su consecuencia natural fué que los sedimentos cerca de las costas, hácia el naciente sólo podían depositarse en cierto grado (escaso desarrollo de la formacion silúrica, etc.), formándose, especialmente, are- niscas. El mar, parece, retiróse paulatinamente hácia el po- niente; encontrándose sus costas orientales, ya en la época cretácea, cerca de nuestra cordillera principal. Por consiguiente, el desarrollo continental de esta par- te del glabo, procedió de naciente hácia poniente, con- sistiendo en un levantamiento general. En la época crelácea los Andes no existían aún, estando la region que ocupan cubierta por un gran mar, cuya extension era interrumpida solamente por una série de islas. Además de los estratos sedimentarios, forman parte de la composicion del suelo de nuestras provincias las rocas eruptivas. Desde las épocas más remotas hasta las más modernas, se han producido salidas enormes de masas eruptivas (granito, diorita, porfirita, andesita, basalto, etc.) ya en el fondo del mar, ya en las superficies continentales. En cada época for- máronse grandes grietas (por lo general con rumbo norte á sud), por las cuales salieron las masas eruptivas para acumu- larse en forma de cerros, ó derramarse en capas sobre los estratos sedimentarios. Arrojando una mirada sobre la propagacion de las rocas eruptivas, reconocemos inmediatamente que las más viejas (granito, diorita, etc.) se encuentran principalmente al na- ciente de nuestra region; y hácia el poniente las más nuevas (melafiro, diabasa, portfirita, etc. ). hasta encontrar sus repre- sentantes más modernos (andesita, traquita y basalto ) en la Cordillera central. Lo cual dice con otras palabras : La accion eruptiva se — 300 — retiró durante las diferentes épocas del naciente hácia el poniente, en nuestra region; estando limitada en la época terciaria, casi exclusivamente á la Cordillera principal. | Todavía en la época terciario-pampeana el relieve sufrió grandes alteraciones: erupciones traquíticas y basálticas sa- cudieron toda la cordillera, los estratos experimentaron dis- locaciones y se hundieron partes considerables de nuestra region. Todo lo cual demuestra que la Cordillera principal es una montaña muy moderna, quizás la más moderna del mundo y cuya formacion no parece concluida todavía. La intensidad de los procedimientos que han formado el relieve de nuestro país, si bien considerablemente disminui- da, existe aún, sin duda alguna, en la época actual. Si en épocas anteriores las masas eruptivas salieron por grietas muy extensas, hoy salen solamente por algunos ca- nales, por los volcanes actuales, los que no son otra cosa que restos de aquellas grandes grietas. La mayor parte de estas se encuentran tapadas por com- pleto y muchos de nuestros volcanes permanecen inactivos. Pero quien creyera que ellos están apagados para siempre debe recordar únicamente, para salir de su error, la enorme erupcion del Talbuco en el año pasado ó dirigir su vista á las vecinas repúblicas del Norte, cubiertas por gran número de volcanes activos. Y no es menester irse tan lejos. Nuestra misma Cordillera lleva desde el Sur hasta el ex—- tremo Norte toda una série de grandes volcanes, cuya activi- dad, muy disminuida por ahora puede aumentar llegando á terribles paroxismos. Aún más; debe recordarse que á principio de este siglo, en 1822, segun dicen, estaba en actividad el volcan Tromen (gobernacion del Neuquen), y que durante el gran terremoto de 1863 humearon ó dieron señales de accion casi todos los volcanes desde el Sud de Chile hasta Perú. is 2d añ — Muy jóven es nuestro país y potentes son sus fuerzas. Todavía hoy actúan las que han formado su relieve gene- ral, manifestándose en diferentes formas. Las masas eruptivas, sometidas á presiones enormes, en— cuentran un camino libre y tenemos entónces una erupción volcánica generalmente acompañada de sacudimientos loca- cales «terremoto volcánico en sentido estricto », ó no pueden salir por causa del grande espesor del mante pétreo que gra- vita sobre ellas. En este caso, la masa ígneo-fluida, puesta en movimiento, choca violentamente contra la costra sólida; pero no logrando romperla, es rechazada. Tal procedimiento se manifestará por un sacudimieato te- rrestre ; y de esta clase son la mayor parte de los terremotos en nuestro continente, como los hay tambien en Italia, Gre- cia, islas de Japon, etc. Pero surge ahora la cuestion de saber, ¿cuál es la verda- dera causa, la causa primordial de esos terremotos? porque el aceptar como tal el movimiento de las masas ígneo-fluidas del interior de la Tierra no satisface de nigun modo. Exami- nando más atentamente la naturaleza de los terremotos y vol- canes, salta á la vista la íntima relacion en que están ambos con las líneas terrestres de fractura, con las grietas (líneas tectónicas ), á lo largo de las cuales se produjeron las disloca- ciones y los movimientos que han formado y forman todavía el relieve del país. Los terremotos y volcanes estan inti- mamente ligados con las montañas en forma de cade- na y con las zonas hundidas que las limitan. La patria de los terremotos son las montañas en forma de cadena, como nosotros sabemos mejor que cualquiera, siendo eso un hecho que nadie puede negar. Semejantes terremotos han sido llamados tectónicos óÓ le- rremotos de dislocacion, porque tienen su causa en cambio de posicion de las masas componentes de la costra sólida, los cuales se verificaná lo largo de las grietas que atraviesan los sistemas sedimentarios hasta el núcleo ígneo fluido del globo. — 302 — Cada cambio en la arquitectura de esas masas tiene que ma— nifestarse por un sacudimiento de la tierra. Todos los cambios tectónicos tienen su última causa en elenfriamiento paulatino de la tierra, en la contrac- cion del interior de ella. La consecuencia de la contraccion es la formacion de plie- gues y luego de grietas, que pueden resultar por ser la can- tidad de descenso de una parte del pliegue mayor que el de | la otra (aumento de la tension y al fin ruptura). Este pro- ceso de hundimiento no siempre es continuo, pudiendo ser interrumpido por algun tiempo. En tal caso se produciría otra vez una cierta tension, la cual concluiría por vencer las resistensias resultantes de la friccion y el descenso de las masas ocurriría bruscamente. Entónces las partes de ¡a costra sólida en descenso ejerce- rán presion sobre la masa ígneo fluida, bajo cuyo efecto ésta penetrará en las grietas. Si las masas eruptivas consiguen llegar á la superficie, tendremos una erupcion volcánica. En el caso contrario, en que se solidifican en el interior, un fuerte terremoto. Así vemos la conexion inmediata que existe entre las lí- neas de fractura (líneas de dislocacion, grietas), los volcanes y los terremotos tectónicos. Y es, por lo tanto, supérfluo, re- futar las observaciones que hacen los volcanistas en contra de estos últimos. Volcanismo y terremotos tectónicos no son causa y efecto, sinó man:1festaciones de un mismo proceso, cuya última causa es la contracción del in- terior de la Tierra. Un gran número de terremotos locales, que ocurren en re- giones volcánicas (sin erupcion) y son acompañados de true- nos subterráneos ó de fuertes golpes como sucede frecuen- temente, segun me han dicho, en la region del Cerro Nevado de San Francisco, y más al Norte, tienen tambien, con mucha probabilidad, su causa en movimientos tectónicos. Recordando ahora lo que hemos dicho más arriba sobre la — 303. — geología de nuestro país, debemos constatar: quelas princi- pales condiciones propicias para un terremoto tectónico se encuentran en grado eminente, en la region sacudida. El proceso de la formacion de la Cordillera, como del re- lieve entero del país, que durante todas las épocas consistió en la produccion de rasgaduras enormes dirigidas de Norte á Sud (ó en la reapertura de viejas grietas), en el hudimiento de extensas regiones (con eje longitudinal de rumbo Norte- Sud ) y en la salida de masas eruptivas, se ha desarrollado, sin duda, en medio de sacudimientos terribles. Los movimientos tectónicos ( dislocaciones ) ocurridos den- tro y en las orillas de la Cordillera principal (Valle de Igle- sia, Rodeo, Valle del Cura, etc.) corresponden á una época muy moderna. Y no puede caber duda de que tales movi- mientos continúan produciéndose en forma de hundimientos ó de levantamientos. Los Andes continúan todavía su ascen- sion (!), y los numerosísimos terremotos que se sienten á lo largo de esa cadena unas veces con suave sacudimiento on- dulatorio, con golpes violentos otras ó ya tambien con retum- bos semejantes á cañonazos, no son otra cosa que la expresion. del movimiento de las masas de los movimientos tectó- nicos. Estos movimientos, si suelen manifestarse corporalmente de un modo brusco, pueden tambien producirse con tanta lentitud que los haga inperceptibles dentro de un deter- minado lapso de tiempo. Para constatar su existencia, sería preciso constatar cada cien años una nivelación de preci— sion. La parte austral de Chile y de Patagonia se levanta actual- mente, como lo comprueban las antiguas orillas y los bancos de conchas esparcidos á lo largo de la costa á diferentes altu- ras pero siempre arriba del nivel actual del mar. Muchos opi- (*) Esta opinion está todavía en controversia científica; sin embargo sus opositores son hoy día muy pocos. — 304 — nan que esta elevacion se produjo bruscamente durante los violentos terremotos de 1822 y 1835. Que hayan ó no ocurrido bruscamente los movimientos á que me refiero, lo indudable es que existen y que la mayor parte de los terremotos de Chile tienen su causa en movi- mientos tectónicos, : Nuestro terremoto del 27 de Octubre es tambien un terremoto tectónico, y no puede ser de otra especte. Los astrónomos mismos, que buscan la causa de éste y de otros muchos terremotos en las constelaciones planetarias ó en la atraccion lunar, deben convenir en que el movimiento de susupuesto mar interno en su accion contra la costra sólida debe ser dependiente de la arquitectura de ésta. Sise- mejante causa geocósmica actúa hoy, es claro que tambien lo ha hecho en épocas anteriores y con mayor intensidad que ahora por el menoriespesor de la costra terrestre; y, no obstante, se observa que desde los tiempos más antiguos has- ta los más modernos, todos los movimientos, ya sean hundi- mientos ó levantamientos, han estado siempre íntimamente ligados con las líneas tectónicas. Pero sí, como vemos, la naturaleza tectónica del terremoto está fuera de discusión, no sucede así con lo que se llama el primer impulso, productor del movimiento. Prescindiendo por un momento de todas las consideracio- nes teóricas ( reflexion de la onda, etc. ) y tomando sólo en cuenta las informaciones recibidas de los habitantes de la re- gion podemos decir que el movimiento ha venido del po- niente. Esta es la opinion predominante. Desde la ciudad de San Juan hasta 60 leguas al Norte, en lelesia, Jachal, Guandacol, Vinchina, etc., la mayor parte de la gente atestiguaba que el movimiento había venido del Oeste; no de un punto, por lo tanto, sinó de una línea con rumbo aproximado Norte-Sur. Pero así que avanzábamos más hácia el Norte aumentaban los testimonios de que la onda había venido de ese lado (6 td — 305.-— del Nordoeste) y en Tinogasta era ésta la opinion exclu— siva. En Famatina, Chilecito y Rioja, la mayor parte de las infor- maciones concuerdan en esto último; y para nosotros, aquí en Córdoba, no puede caber duda alguna de que hay que bus- car en el Norte ó Nordoeste el orígen del movimiento. Segun se desprende de las observaciones efectuadas, existe una diferencia esencial respecto á la forma del sacudi- miento en el Sur y en el Norte. Mientras que en la provincia de San Juan, —con excepcion del valle de Iglesia etc., lindante con la Cordillera — el movimiento fué al principio ondulatorio, creciendo en segui- da hasta tres golpe, de los cuales el más violento fué el se— egundo, para luego tomar otra vez la forma ondulatoria y extinguirse; las informaciones recogidas en el Norte de la provincia de la Rioja manifiestan que el movimiento empezó allí con un fuerte golpe, segun unos y segun otros con un ruido semejante al de la caída de granizo, cañonazos ó estalli- do de granadas, al cual siguió una pausa, recomenzando des- pues lentamente en forma ondulatoria para crecer hasta varios golpes (3, 4 65, segun las distintas versiones ) y per- derse luego en ondulaciones decrecientes. En Chilecito se han observado varias veces remezones pro- cedentes del Norte, dos de ellas, muy fuertes en Junio de 1894 y anteriores, por consiguiente á el de Octubre. Uno de estos se manifestó con ruidos de cañonazos y casi sin sacudi- miento. De todo ello resulta, pues, que hay que buscar el punto de partida de nuestro terremoto al Norte de las pro- vincias de San Juan y la Rioja. Veremos más tarde cómo se explica que el movimiento pareció partir simultáneamente de una línea Norte-Sur, se- gun hemos dicho más arriba. Por ahora trataremos de buscar en el Norte la region que contiene probablemente el centro del terremoto. — 306 — No habrá dificultad, segun mi opinion. Al Norte del 26? de latitud y proximamente entre los 67? y 69” longitud de Greenvich, existe una reg10n volcánica, muy poco conocida. Rocas andesíticas, traquíticas y basálticas, cráteres, sol- fataras y fuentes calientes, atestiguan con evidencia que en tiempos muy cercanos han tenido lugar en ella grandes erup- ciones. De épocas más remotas, hasta el período cretáceo y jurásico existen tambien señales que comprueban una poderosa accion volcánica. ¡ Qué laboratorio colosal contiene nuestro planeta ! y quién será capaz de imaginarse siquiera todos los procedimientos químicos, físicos y mecánicos que en su inmenso seno pue- den operarse ! El campo de la Geología dinámica, que toca- mos aquí, es muy áspero y difícil. Numerosas teorías se mueven y se entrelazan en él, sin que hasta ahora ninguna haya obtenido la aceptacion general. Para dar al profano, en tan árduas materias, una idea de los hechos que pueden realizarse en el interior del globo produ- ciendo un terremoto, supongamos que grandes masas de agua se precipitan hácia abajo y llegan á ponerse en con- tacto con las masas ígneo-fluidas. El agua se transforma inmediatamente en vapor, y este fenómeno se manifiesta por un violento choque, produciéndose un terremoto ó tambien una erupcion. No ignoramos que muchos buscan en ese proceso la única causa del volcanismo; pero sin suficiente razon. La geología moderna dice que las masas ¿gneo-fluidas del interior de la tierra sometidas á gran presion y á una temperatura que en la superficie mantendría fun- didas pueden solividificarse, absorbiendo grandes can- tidades de gases. Si la presion cesa por cualquier motivo, la formacion de una grieta por ejemplo (consecuencia de la contraccion del — 307 — interior de la tierra), las masas solidificadas vuelven al estado de fusion y un gran volúmen de gas queda libre, ocasionan- do, como efecto necesario, un sacudimiento del suelo y, en determinadas circunstancias, una erupción volcánica. Esta no se realizará si el proceso tiene lugar á grandes profundi- dades, de manera que la exblosion de gases no haya podido abrirse camino rompiendo completamente la costra sólida. Pero esta explicacion aislada, mo basta para dar razon de nuestro terremoto. Los referidos choques locales, producidos por la explosion de gases y por formacion rápida de vapor de agua, por fuer- tes y repetidos que fueran, creo que no hubieran podido producir un terremoto tan violento y de tan grande exten- sion. Hemos insistido sobre la circunstancia de que nuestra re- gion es sumamenle meca en líneas de fractura (grietas, líneas de dislocacion). Ellas tienen diferentes direcciones va- riando entre Nornordeste-Sudsudoeste y Nornordoeste-Sud- sudeste; y, en parte, se extienden mucho hácia al Sur. Otras se pierden á veces completamente y, con frecuencia, por tre- chos, continuando luego, más adelante, en aquella direccion. Tienen, además, ramificaciones y, en ciertos lugares (por ejemplo, cerca de Guandacol) se cruzan entre sí. Topográfi- camente están muchas veces señaladas en el terreno por grandes depresiones, las cuales representan hundimientos de partes de la costra sólida, comprendidas entre dos grietas. Mencionaré aquí, entre esas depresiones, sólo las siguien- tes: la zona baja lindante con la falda de la Cordillera y ocu- pada por el valle del rio Blanco, los valles de Iglesia y de Rodeo; la depresion en que corren lus rios de Vinchina, de Guandacol y el Bermejo; la existente entre las sierras de Ve- lasco y Famatina con su continuacion hácia el Sud entre la Sierra de los Llanos y de la Huerta, y, en fin, muchas otras cuya enumeración nos llevaría demasiado lejos. — 308 — Todas las rupturas corren hácia al Norte, es decir, hácia la region volcánica mencionada. Esta misma es una zona de erandes grietas y en la cual, en diferentes épocas y aún en tiempo histórico han tenido lugar erupciones, con enorme salida de materiales. Además de las grietas con rumbo Norte-Sud, sobre las que están situados los volcanes de Jotabeche, de Copiapó, etc., y muy al Norte el Licancaur, las hay que parecen tener la direccion Sudsudoeste-Nornordeste. El Cerro de San Francisco, el Monte Pissis, Bonete, y el Cerro de Vidal Gomez, conos colosales de andesita y traquita como asímismo sus continuaciones hasta el Norte, indican el rumbo de las grietas. Estos sistemas principales de ruptura tiene su continuacion hácia el Sud en la Cordillera alta. Ahora bien, sabemos queen épocas no muy remotas la acti- vidad volcánica alcanzó su máximum en aquella region. Antiguas grietas se abrieron entónces nuevamente, y se formaron muchas otras que antes no existían, extendiéndose muy lejos hácia el Sud. Las masas eraptivas salieron una parte á la superficie, constituyendo volcanes 6 derramándose sobre las formaciones sedimentarias, mientras que la otra se solidificó en el interior á grandes profundidades. Sabemos aún más : que estos sucesos se repitieron durante muchos miles de años y que, si bien con intensidad reducida, conti- núan ocurriendo todavía en los tiempos actuales (volcan ac- tivo Licancaur). Imaginemos, por otra parte, que las masas eruptivas soli- dificadas en las grietas á grandes profundidades encuéntranse sometidas á una tension enorme, y así deberemos convenir en que una ruptura de la costra sólida ocurrida á gran pro—= fundidad en aquella region volcánica, de donde parten las grietas corriendo en todas direcciones, especialmente hácia el sudoeste, puede tener como consecuencia simultánea la ruptura de todas, ó a lo menos de algunas grietas, rup- tura que podría extenderse á bastante distancia. .. — 309 — En tal caso, las masas solidificadas, libres ya de la presion que gravitaba sobre ellas, volverían casi instantáneamente á su primitivo estado de fusion, desarrollando grandes canti- dades de gases, los cuales, por su presion sobre la costra sólida, producirían una onda seísmica que habría de propagarse con suma rapidez. Si así ha sucedido, la mayor intensidad de movimiento debió manifestarse allí donde existía un gran número de grietas, es decir, entre el 70? y 66” de longitud, siendo la más perjudicada en el proceso la ó las grietas situadas más cerca de la pendiente oriental de los Andes. Estas grietas son las más nuevas, las que sólo pueden opo- ner el mínimum de resistencia á un choque y, por lo tanto, las que más han sufrido hasta los tiempos modernos por los ataques de las fuerzas volcánicas del interior de la tierra. Un otro factor, destinado á aumentar la intensidad del te- rremoto, resultó del movimiento tectónico (dislocacion de las masas) producido por la ruptura de las grietas y los cho- ques contra ella, y este mismo debió hacerse sentir con la mayor fuerza allí, cerca de la Cordillera, á causa de la presion que ocasiona el incalculable peso de ésta. Y bien, con la teoría enunciada, concuerdan exacta- mente los hechos. En efecto, los mayores efectos de te- rremoto se han producido en la zona que comprenden los grados 68 y 70, en las depresiones, creciendo en 1n- tensidad hácia la Cordillera, en cuyas faldas (valles de Iglesia, Rodeo y del Rio Blanco) han alcanzado su máúxi- mum. En adelante recurriremos á los efectos producidos en esa parte. Ahora puede preguntarse : ¿Por qué no han sufrido tanto los distritos setentrionales de San Juan y La Rioja; situa- dos cerca del foco del terremoto ? - Debe contestarse en primer lugar, que esos distritos son desiertos ó muy poco poblados, razon por la cual no ha po- T. XI1Y 21 — 310 — dido observarse en ellos los efectos que estamos acostumbra- dos á apreciar por la destruccion de los edificios. Es sabido además, que la intensidad de un terremoto, no siempre debe medirse por el grado de destruccion ocasiona- da, afirmación que bien se comprueba por el hecho observado en otros terremotos de quedar zonas completamente intactas en medio de una zona de la más grande destruccion. Por otra parte, que el terremoto de Octubre, se hizo sen— tir con gran violencia en el Norte de San Juan y La Rioja, lo aseguran todos los testigos, y lo comprueban las huellas en- contradas por nosotros en el suelo mismo. Así hemos observado en la sierra: de Famatina, cerca de Angulos, un terreno de arenisca muy rasgado en una gran extension y en parte hundido, en tanto grado que en ningu- na otra parte hemos podido constatarlo igual ni aún en las pendientes formadas por el suelo blando pampeano. Muchos otros casos podría citar, pero no debo ser muy extenso. Estas pocas observaciones realizadas en un ligero viaje de exploracion, dicen mucho, tanto más si se considera que fe- nómenos idénticos y quizás muchos otros de mayor impor- tancia se presentarán mil veces en las vastas é inexploradas regiones del Nordeste. Pero, además, no puede afirmarse que la intensidad de un terremoto está siempre en razon inversa de la distancia al centro, como pretende la teoría. Esa regla no puede valer nunca para los terremotos tectónicos, los cuales, en las gran- des extensiones que por lo general alcanzan, están, como ha sucedido con el nuestro, bajo la influencia de un sinnúmero de factores locales. Y con eso llegamos á un tercer factor de la mayor im- portancia, para poder juzgar bien en la naturaleza del sacu- dimiento que nos ocupa. El carácter geológico dominante de la provincia de San Juan, y especialmente de su parte austral, lo censtituye el gran desarrollo de calizas silúricas. — 311 — Las sierras de Tontal y de Zonda (al poniente de la ciudad de San Juan), y su continuacion hácia el Norte con las sierras de Tigre y el cerro Blanco, como tambien la mayor parte de la sierra de Villicum y de las montañas que están al Norte de Jachal y, por consiguiente, la precordillera de San Juan y Mendoza, están compuestas casi exclusivamente de calizas silúricas. Todas ellas forman una série de cadenas paralelas con rumbo Norte-Sud, pendientes muy escarpadas, á veces casi verticales. No se necesita saber geología para comprender inmediata- mente que las zonas de depresion encerradas entre esas Ca- denas no son otra cosa que las partes hundidas de la costra sólida, mientras que aquellas representan los pilares, que quedaron más ó menos firmes. Las paredes escarpadas in- dican con claridad las rupturas, que atraviezan la region. Y si estas quedan así tan bien señaladas sobre la superficie del terreno, su continuacion subterránea es revelada muchas veces por fuentes que en numerosas localidades, brotan de las grietas, al pié de las rápidas pendientes. ¿Cuál es el habitante de San Juan que no conozca los ba- ños de Zonda ? Estas aguas magníficas, en forma de pequeñas lagunas, están situadas al pie de una pared casi vertical de caliza silúrica. Ellas ofrecen un aspecto maravilloso; pero ahora no sirven de consuelo al visitante que acaba de dejar los escombros de una ciudad recien destruida por el terre- moto para escapar par algunos momentos al espectáculo de una miseria espantosa. No habrá, seguramente, un geólogo que no comprenda in- mediatamente que estas y otras aguas han contribuido, en gran manera, á los efectos destructivos del terremoto en la provincia de San Juan. Estas aguas, que vienen de la cordillera y ascienden. desde las profundidades por presion hidrostática, disuelven, circu- lando por entre las grietas, grandes porciones de caliza. Y no solamente se ejercita esa accion disolvente en las grandes — 312 — líneas de fractura, sinó que tambien los pilares (montañas), están atravezados por un sinnúmero de grietas mayores y menores muy finas, en las cuales actúan las aguas atmosféri- cas tanto como las subterráneas. Nadie negará que de esto puede resultar una perturbacion en el equilibrio de la arquitectura de las capas, la cual con el tiempo, puede lle- gar á tal grado que determine una compensacion, un movi- miento tectónico de las masas, manifestado por medio de un sacudimiento. A esta clase pertenece un gran número, sinó todos, de los muchos temblores locales, que los habitantes de San Juan experimentan casi anualmente, y á esta perteneció tambien probablemente el gran terremoto de Mendoza en el año 1861 (accion de las aguas divolventes sobre yeso?). La onda seísmica, procedente del Norte encontró particu- larmente en San Juan, ese desequilibrio, producido por la accion del agua, y de ahí resultaron movimientos tectóni- cos locales, cuya intensidad debió aumentar el movi- miento tectónico general más arriba expuesto. Tales son las causas secundarias de la gran destruccion observada en San Juan, Moquina, Iglesia y Rodeo. Si quisiéramos construir el epicentro atendiendo sólo á los efectos, aquél se hallaría en el valle de Iglesta y Rodeo. Ahí no solamente ha sido máximo el perjuicio por destruccion de habitaciones, sinó que tambien la intensidad alcanzó el más alto grado, cómo se manifestó por golpes violentos de abajo arriba y ruidos semejantes á cañonazos ó explosion de granadas. Tambien los sacudimientos que siguieron al 27 de Octubre han sido en esta region, como yo mismo puedo constatar, los más fre- cuentes y violentos. La causa consiste, como acabo de decir- lo, en que los movimientos tectónicos alcanzaron en ella su mayor intensidad. Y que así debía suceder, se comprende fácilmente, con sólo imaginarse la accion disolvente de las aguas, que, viniendo de la Cordillera, se infiltran y circulan entre grietas para salir nuevamente á la superficie en las de- o — presiones (valles), cargadas de una gran cantidad de substan- cias minerales. Es además evidente, que la gigantesca masa de la Cordi- llera debía desempeñar en semejantes movimientos mecánicos y en la que se refiere á la presion sobre el subsuelo y las grietas, un papel de mayor importancia, que las masas más pequeñas (sierras, precordillera). Así se explica por qué en dicha zona, como más al norte, el movimiento pareció venir del pontente, de una línea. Pero tambien debemos considerar, como agentes cooperan- tes, el aplastamiento que probablemente experimentaron las ondas seísmicas en el macizo de la Cordillera. Consecuencia natural del movimiento de las masas, de la compensacion del desequilibrio general, producido por la contraccion del interior de la Tierra (formacion de pliegues y grietas), y del desequilibrio parcial, proveniente de suce- sos locales (accion disolvente de las aguas y otros factores), sería un hundimiento, extendido á vastas zonas ó reducido á pequeñas extensiones. Surge ahora la cuestion de si tal hundimiento se ha verifi- cado en nuestras regiones. En muchos puntos está de manifiesto un movimiento lo- cal de las masas, ya en el suelo plano, ya en las cuestas y pendientes. En el valle de la Iglesia, y en las llanuras de Moquina y de Tacunuco se observan hundimientos, si bien insignificantes. En el Paso de Colonguil una ciénega ha bajado considerable- mente; en el valle del Rio Blanco (valle del Cura), al norte de Malimen, una cuesta, compuesta de estratos terciarios pampeanos y plantada de álamos, se ha puesto en movimiento hácia el bajo; entre Zapallar y Chunchica (Rioja) el descenso de las areniscas ha cerrado la quebrada en gran extension; cerca de Guandacol un peñon de caliza silúrica, ya en tiempos anteriores separado de otro por una grieta, se ha hundido más; y muy al norte de la sierra de Famatina (Cuesta colora- — 314 — da, cerca de Angulos), las areniscas agrietadas en todas di- recciones han cambiado de posicion bajando tambien en parte. Estos son algunos ejemplos que podríamos aumentar pero, ¿cuántos otros fenómenos semejantes no han escapado á nuestra observacion ? Considerando, además, que de la region sacudida, sólo una parte mínima hemos recorrido en nuestro viaje de ex- ploracion, habrá que convencerse de que tales movimientos locales de masas (dislocaciones) han tenido lugar en muchí- simos puntos. Esto, sin hablar de la caída de peñascos, mil veces observada. ¿Ha tenido tambien lugar un descenso general compren- diendo grandes zonas, las de depresion, por ejemplo, de manera que pudiéramos considerar este proceso como la con- tinuacion de los anteriores ? Es muy probable, aunque sea difícil dar una prueba defi- nitiva de ello. El descenso ha podido ser tan mínimo que sólo una nivelacion de precision podría constatarlo. Tengo que hacer mencion aquí de una observacion, hecha por una persona bastante instruida, pero cuyo valor puede, sin embargo, ponerse en duda. Esa persona, que vive en Moquina, afirmaba que todos los años había podido percibir desde cierto sitio de sus habitacio- nes, un punto blanco de la sierra nevada de Olivares (cordi- llera principal) sobresaliendo de la de Talacastra, pero nada más que un punto. Actualmente, después del terremoto, se vé con toda claridad y desde el mismo sitio, una pequeña parte de la cumbre. Suponiendo la observacion exacta, la zona si- tuada al este de la Cordillera habría experimentado un hun- dimiento (recíprocamente, la Cordillera se habría levantado). Tenemos, pues, que los grandes efectos del terremoto en San Juan y la Rioja, han tenido su principal causa, en los procedimientos tectónicos desarrollados ahí con alto grado de intensidad; y que la zona próxima á la cordillera (Iglesia, Rodeo) ha sido sacudida con mayor violencia. —.315 — Llegamos ahora á la exposición de la influencia de otro agente de suma trascendencia : el agua subterránea. A medida que nos alejamos del norte, descendiendo hácia el sud por las depresiones, y cuanto más sube el agua sub- terránea con la disminucion de las alturas, mayores son los efectos visibles del terremoto. Si trazamos en las depresiones australes, por ejemplo en Valle de Iglesia, Rodeo, Tueunuco, Guandacol, Jachal, etc. o en la llanura de San Juan y del Rio Bermejo, la curva del agua subterránea, veremos que los efectos —consisten- tes en la formacion de rajaduras y salida de agua con destruccion de edificios, etc., — aumentan a medida que dicha curva se acerca á la superficie y, por el con— trario, disminuyen conforme se elevan las cuestas y el suelo alcanza mayor solidez. Esta esuna ley general y la única que se puede comprobar con seguridad en este terre— moto. En las zonas de depresion extendidas de norte á sud y de poco ancho (valles del Cura, Iglesia, Rodeo y Maliman, Tucuanuco, Guandacol, Vinchina, etc.) es ese mismoel rumbo predominante de las rajaduras; mientras que en las llanuras de San Juan y del Rio Bermejo (Moquina) y de Nonogasta y en el Valle Fértil (según los doctores HAUTHAL y VALENTIN) se observan en otras direcciones y principalmente de oeste á este. Las rajaduras tienen por logeneral, escasa amplitud en todas direcciones. La más grande que observamos, en suelo pampeano y aluvial ( Moquina ), tenía un largo de 660 me- tros, profundidad mayor que 1 metro y ancho hasta 50 cen- tímetros. Hendiduras parecidas, se han formado en Angaco sud y Angaco norte, San Juan. Por lo comun, no alcanzan niá50 metros de longitud, siendo las más de las veces mucho menores y su ancho y pro— fundidad insignificantes. — 316 — Abundan mucho cerca de los arroyos, rios, lagunas, ace— quias, ete., cuyos bordes han sufrido casi todos hundimien- tos y derrumbes, sobre todo las escarpadas barrancas. Tambien he observado muchas rajaduras, con rumbo pa- ralelo á las cuestas, donde el blando suelo aluvial y diluvial descansa sobre la roca firme. Estos fenómenos de rajaduras no ofrecen nada digno de mencionarse; y los señores ingenieros que han basado en su naturaleza, rumbo é inclinacion, una teoría relativa al cen- tro, epicentro, propagacion, etc., del terremoto, han cometido un granerror. Han demostrado con ello que saben calcular y tambien que no han comprendido la teoría de MaLLer, de la cual parten en sus exposiciones. No podemos ocuparnos aquí de esta teoría y mucho menos de las habladurías con que los periódicos llenaron sus columnas poco despues del terremo- to, aunque ellas pertenecen á las deplorables consecuencias de aquel triste suceso. A más de las rajaduras se encuentra en los departamentos de Angaco norte y sud y Albardon y en la llanura de Moqui- na (San Juan), pequeños conos truncados de una altura máxima de | decímetro y diámetro hasta de 5 decímetros, con una ó dos aberturas en la parte superior y un canal interno, semejantes á pequeños cráteres, por los que salía agua y fan- go (arena muy fina). Los conitos son circulares, cuando el agua ha brotado de una pequeña rajadura ó de un punto; elípticos, en cuyo caso tienen generalmente varias aberturas más grandes en la di- réccion de una grietita que los cruza. En ninguna parte de la Rioja se han presentado fenómenos nuevos. La grieta más grande observada cerca de Zapallar al NO. de Guandacol, en medio de una extensa ciénega, tiene, segun me dijeron, una profundidad de más de 20 metros y mucha longitud. No la he visto. El aguasubterránea salió por casi todas las rajaduras, formadas en el suelo plano de las depresiones, durante el te- — 317 — rremoto(en Tucunuco en chorros hasta de 1 metro de altu- ra), pero de ninguna parte brotó agua caliente. En general, se puede decir que las aguas aumentaron con- siderablemente durante el terremoto, tanto en las vertientes, como en los ríos y arroyos. Algunas fuentes, situadas sobre grietas (por ejemplo las de Talacastra, del arroyo Nacimientos) han conservado despues el aumento de su caudal; mientras que otras (de Rodeo, por ejemplo) han disminuido sensiblemente. Hay tambien casos en que las aguas se perdieron por mo- tivo del terremoto, como sucedió en La Ciénega, cerca de Gualilan (San Juan), donde volvieron recien al cabo de seis dias. Algunos aseguran que la fuente de Talacastra (25? C.) ha aumentado su temperatura, pero otros niegan en absoluto el hecho. La fuente caliente de Bismanta (4495 C.) al oeste de Ro— deo (San Juan) parece que no ha sufrido alteracion. Repito aquí lo que ya dije en la primera parte de mi in— forme sobre los Baños del Chorro en el valle del Cura (cerca 29730 ' de latitud). En el suelo plano del valle, hácia el oeste, y cerca de la pendiente, sobre una base elíptica, levántase una pequeña colina de 12 metros de altura proximamente, é igual longi- tud, compuesta por capas superpuestas de aragonita mezcla— da con carbonato de sodio, productos de las fuentes termales. La más importante de éstas se encuentra en elextremo sep- tentrional, á una altura de cuatro metros. El agua sale por una grieta que atraviesa el vértice de la colina, con una tem- peratura superior de 80? CG. Su sabor es alcalino (carbonato de sodio) y ácido (ácido carbónico). En el punto culminante de la extremidad austral y en la prolongacion de dicha grieta se levanta una pequeña chime- nea por donde sale vapor de agua y ácido carbónico. A juz- gar por los depósitos existentes alrededor, especialmente — 318 — carbonato de sodio, parece que ésta funcionara como un re- gulador, arrojando de vez en cuando agua caliente. En el interior de la colina se produce un ruido, ocasionado por las aguas que brotan en estado de ebullicion probable- mente. No he podido constatar indicio seguro de accion más vio— lenta producida porel terremoto. Sin embargo, el señor DEsIDERIO FONSECA, persona muy competente, dice que el año 1884 el agua tenía una tem- peratura menor que la de Bismanta (44%5 C.). Además hay que tomar en consideracion que los depósitos de carbouato desodio, quese encuentran alrededor de la chimenea, se han formado por salida de un chorro de agua, indudablemente en el año 1894 recien despues del derretimiento de la nieve; pues depósitos de esta naturaleza son disueltos fácilmente por las aguas; ya una insignificante lluvia los hubiese destruido. Por eso queda la probabilidad que estas fuentes termales, que sa- len sobre una grieta muy moderna, han actuado con más vio- lencia durante el terremoto, arrojando grandes cantidades de agua hirviente. A poca distancia hácia el norte, en una ciénega, encuén- transe otros ojos de agua fría, alcalina, que brota por conitos de fango y aragonita de escasa altura. Me dicen que estas aguas eran calientes el año pasado, sirviendo para baños. El cambio de temperatura sería, entonces, un efecto del terre- moto. Finalmente, creo excusado repetir que en ninguna parte de la region recorrida se ha notado accion volcánica, ni humo siquiera (¿en los volcanes?). ¿Cómo podemos explicar las rajaduras del suelo y la salida de las aguas ? Tal sería el problema que aún que- da á resolver. Ya dije en la primera parte de miinforme: «En cuanto á la ascención del agua y á formacion de rajaduras, pienso que hay que tomar en cuenta, además del movimiento del agua — A — 319 — subterránea, principal factor, el aire. La cooperacion del aire es indudable, pero ella sola no basta para la explicación satisfactoria de esos fenómenos; y hay que volver á las con- sideraciones de la estructura geológica. El suelo de los valles que corren de Norte á Sud entre las cadenas paralelas, así como el de las grandes llanuras que se extienden en la parte austral de San Juan y Rioja en las sierras de los Llanos, de la Huerta, Pié del Palo y las pre- cordilleras sanjuaninas, se componen de depósitos blandos de arcilla, arena y rodados que las aguas depositaron allí en épocas anteriores, proceso que continúa aún. Podemos com- parar este suelo con un inmenso cono de acarreo que se ha movido desde el Norte y Oeste hácia al Sud y el Este. Ahora bien, como no existe una ligazon íntima y sólida entre estos materiales y las cuestas escarpadas, era forzoso, como conse- cuencia necesaria de un movimiento tan violento como el ocasionado por el terremoto, que se sentase el suelo, es de- cir, que las masas blandas se deslizaran de las faldas hácia el fondo de las depresiones, de la misma manera que la ciénega de los Cerrillos, situada en el Paso de Colanguil (San Juan), sobre granito y pórfido cuarcífero, saltó y corrió hácia abajo, así tambien, aunque en menor grado, tuvieron que deslizarse los depósitos aluviales y diluviales sobre las rocas firmes de las cuestas. Y siendo heterogénea la composicion del suelo en los valles y llanuras y desigual la superficie del subsuelo que sirve de lecho á los depósitos, el movimiento y, por consi— guiente, la presion, no pudieron ser iguales, razon por la cual el suelo debió rajarse y las masas de aguas subterráneas fácilmente movibles obligaron á surgir á la superficie. Esto ha sucedido generalmente allí donde las aguas encontraron menor resistencia, es decir, en los sitios bajos de las presio- nes donde el líquido se halla más cerca de la superficie. Así resultó naturalmente que en los valles estrechos dirigi- dos de Norte á Sud, cuyo subsuelo no puede tener grandes irregularidades, las grietas se formaron en esa misma direc- cion. Pero en las llanuras, cuyos depósitos aluviales y pam- peanos descansan sobre el suelo prepampeano irregularmente ondulado, las rajaduras debieron tomar, y en efecto tomaron diferentes direcciones. Es, por lo demás, evidente, que el rumbo de las rajaduras dependía, en muchísimos casos, del curso de los rios, arroyos, acequias, ete. El aire contenido en el agua, cuya cantidad aumentó considerablemente con su movimiento subterráneo, facilitó, como es natural, la salida del agua en los puntos de menor resistencia y ha actuado exclusivamente en la formacion de los conitos arriba mencionados. Con esto, creo que hemos llegado a una explicacion satis- factoria de la formación de las rajaduras en los valles y lla- nuras y de la salida de las aguas subterráneas, explicación que los seismólogos pueden aceptar con tanto mayor funda- mento, cuanto que en algunos países sacudidos por terremo- tos, por ejemplo en Grecia, se ha observado un hundimiento visible de: sue'o con produccion de aquellos mismos fenó- menos. Hemos mencionado arriba los movimientos tectóni- cos engendrados por un choque como causa principal del terremoto, y hemos visto que ellos debían manifes- tarse en las cercanías de la Cordillera Central con el máximum de intensidad, disminuyendo hácta el Este. Podemos ahora distinguir correspondiendo a las li- neas de fractura de rumbo Norte-Sud, zonas en cuanto a la intensidad de los efectos, aproximadamente para- lelas en las cuales las regiones australes comprendidas en la llanura han sufrido más que las septentrionales situadas á mayor altura. Se puede distinguir: 1” La zona de Iglesia y Rodeo con su continuacion hácia el Norte, en la cual se observó la mayor intensidad del mo- vimiento; 2% La zona de Cruz de Piedra (Jachal), Niquivil, Tucunu- co y San Juan, E, JE 30 La gran depresion del valle del rio Vinchina y Guan- dacol con la llanura del Bermejo (Moquina ); 4% La zona comprendida entre el Velazco y el Famatina con su continuación hácia el Sud; 5 La llanura situada al naciente de la siera de Velazco (ciudad ae la Rioja) con su continuacion al Sud. Pero, podría observarse, eso no puede ser; pues la pro- vincia de la Rioja ha sufrido por el terremoto, segun los in- formes, tanto ó más que la de San Juan. Inexactitudes y exageraciones! En Jagúel, Vinchina, Cerro Negro, no ha caído ni una casa y en Unión (Hornillos) sólo tres ó cuatro de las situadas en la parte baja. Guandacol, completamente destruido segun los diarios, tiene tres ó cuatro casas destruidas. Es cierto que la estancia de Santa Clara, cerca de Guandacol al Sud, cayó completamente, pereciendo bajo los escombros la señora y un niño del propietario. Pero qué triste espectáculo ofrece Mo- quina (San Juan), comprendida en la misma zona, donde no quedó ni una sola casa en pié y murieron nueve personas ! En la cuarta zona, Tinogasta, Copacabana, Campanas, Án- gulos, Famatina y Chilecito, resultaron completamente in— tactos y si hubo algun perjuicio se limitó á rajaduras de las murallas. Sólo algunas poblaciones, situadas en puntos más bajos, como San Blas, Pituil, Nonagasta, Vichigasta, etc., quedaron poco más perjudicadas. Pero ¿qué vale todo esto en comparación de los estragos de Maliman, Rodeo é Iglesia en la primera zona y de la ciu- dad de San Juan y Tucunuco en la segunda ? Prescindiendo de esta ciudad —cuyos edificios están más rajados que caídos — en ambas zonas han sido derrumbadas más de mil habitaciones. Y si bien la ciudad de la Rioja ha sufrido mucho, sus per- juicios son menores que los de San Juan, cuyos edificios han sido, además, mejor construidos. Hemos calculado el valor total de perjuicios de San Juan en seis miliones de pesos na- cionales. La provincia de la Rioja no habrá perdido ni dos millones. Pero no obstante, — y ahora volveremos á las considera- ciones teóricas — queda en pié, como contrario á nuestra teoría el hecho de que la ciudad de la Rioja, situada al na- ciente de las zonas más sacudidas, presente tambien, como éstas, grandes efectos. En primer lugar, debíase notar que tal hecho no es en ma- nera alguna extraño á los seismólogos. Así como dentro de zonas muy sacudidas pueden existir otras casi ó del todo pri- vada de efectos (este es el caso de Jachal, localidad situada en una depresion rodeada por todas partes de sierras, que ha sido amparada por su especial estructura geológica) se ka observado tambien lo contrario, es decir, comarcas de des- truccion máxima en medio de regiones no afectadas. Sin embargo no es fácil, como sucede en la mayor parte de los casos análogos, dar una explicacion satisfactoria de la des- truccion de la Rioja. La ciudad está situada en una cuenca sobre suelo pampea- no, á una legua más ó menos de la pendiente de la sierra de Velazco, compuesta de granito y pizarras cristalinas. Los estratos pampeanos descansan probablemente sobre arenis- ca. La pendiente oriental de la montaña es muy rica en arro- yos, llenando sobre todo el rio de la Rioja un caudal con- siderable. Como el agua se pierde muy pronto en la depresion por infiltraciones, podríamos suponer que se hubiera estancado en una cuenca subterránea y experimentado dentro de ésta, por el choque, fuerte movimiento. Segun el ingeniero Beltrutti, el sacudimiento empezó con violencia, haciendo saltar los objetos sobre la mesa. El mismo señor observó que el agua de la palangana salta- ba hácia arriba para derramarse luego por el lado Norte (mo- vimiento viniendo del Norte ). Segun otra observacion muy interesante saltaba el agua en una represa hasta un metro de altura, derramándose en se- guida sobre los bordes. Todo esto indica un golpe de abajo arriba. Tambien sería posible y lo creo más probable, que semejan- to choque haya sido producido por una ruptura subterránea (porejemplo de la bóveda de una caverna formada por diso- Jucion de yeso, que muy probablemente existe en los depó- sitos de arenisca). Otra explicacion igual, aceptable, encontraríamos en la ubi- cacion de la ciudad cerca del gran macizo de Velazco. Com- poniéndose la mayor parte de ésta de gneis, granitos, etc., masas relativamente homogéneas contra las cuales el choque obró directamente como veremos más abajo, las vibraciones no podían ser muy debilitadas y debieron llegar allí con gran fuerza. ¿Cuál ha sido la causa de la gran propagacion del te- - rremoto, cuya onda se hizo sentir tanto en Bahia-Blanca y Entre-Rios, como en Copiapó (aquí muy fuerte) y Concepcion de Chile, es decir, sobre una área de más de tres millones de kilómetros cuadrados ? Creo que esta circunstancia sólo se explica suponiendo que el golpe generador se produjo á enormes profundidades con mucha profundidad en el límite de la costra sólida en contacto con el núcleo ígneo. Partiendo de esta suposicion, es evidente que tal empuje debía operar, en primer término, contra las líneas más débi- les : contra las grietas, que en crecido número, atraviezan nuestra region de arriba abajo hasta donde la formacion más vieja (la primera costra sólida), descansa sobre el supuesto núcleo ígneo fluido del globo. Más arriba hemos visto cómo el choque ha podido producirse. Además, es preciso tener en cuenta que, á tales profundi- dades, las vibraciones producidas por el golpe se transmitie— ron por una masa homogénea (granito y pizarras cristalinas) sumamente favorable para su propagacion (velocidad en el AÑ granito : de 2 4 3 kilómetros por segundo, 3,1 kilómetro se- gun FOuQUÉ). Naturalmente esa velocidad disminuyó mucho cuando la onda corría todas las formaciones compuestas de rocas diferentes. El rumbo, así como la inclinacion de las capas, y sobre todo la naturaleza de las capas debieron influir considerable- mente tanto en la propagacion como en la intensidad y en la velocidad de la ondulacion. Siendo en nuestra region el rumbo general de los estratos de Norte á Sud, la transmision debía efectuarse más fácilmente, segun la teoría, en esa direc- cion, que es la vertical. Por otra parte, agrega aquélla, la intensidad de un choque contra una grieta, disminuye con mayor rapidez en la direccion de ésta que en la de la nor- mal á sus paredes (causa de la mayor intensidad hácia el Este ?). Tambien la inclinacion de las grietas, dicen los seismólo-. gos, influye sobre la intensidad. Si las grietas se inclinan hácia el poniente, como es probable en San Juan y parte de La Rioja, todas las masas de rocas situadas encima de ellas serían, pues, más sacudidas que las de abajo. Pero en nuestro terremoto, no se trata de una, sinó de muchísimas grietas. Mucho se ha hablado del aplastamiento que las ondas ha- bían sufrido en la inmensa mole de las Cordilleras. En efec- to, la teoría afirma que las curvas ondulatorias, cuando en- cuentran un obstáculo (el macizo de los Andes, en este caso) se aplastan aumentando al mismo tiempo en fuerza. Como hemos dicho más arriba, es probable que haya tenido lugar. No obstante, como nos movemos aquíen un terreno mera- mente teórico, sin ninguna base científica sólida, debemos abstenernos de entrar en semejantes consideraciones, tanto más, cuanto que faltan en absoluto, los elementos necesarios para un cálculo aproximado, por ejemplo, la determinacion de la intensidad y velocidad de la onda, etc. — 325 — Del mismo modo que carecemos de datos suficientes y se- guros, respecto á la direccion del movimiento para poder de- terminar el epicentro, tampoco existen determinaciones del tiempo en que se produjo el terremoto en los diferentes puntos, factor indispensable para un cálculo de este género. Esas determinaciones no existen absolutamente en las regio- nes poco pobladas del Norte, y las verificadas en los pueblos grandes de las provincias sacudidas son de todo punto inad- misibles, como ya lo ha demostrado el doctor Latzina, con los tiempos indicados para Mendoza, San Juan y La Rioja. Quedan solamente dos, más ó menos exactas : las reali- zadas en Córdoba y en Buenos Altres. Segun ellas el terre- moto empezó en la primera (doctor THome) á las 4*31”, y en la segunda ciudad (doctor ATANASIO QUIROGA) á las 513". En Santiago de Chile se produjo (segun el Observatorio) á las 58”, más exactamente, á las 4*7"45*, Todos estos valores, como los siguientes, están expresados en cifras redondas. Por consiguiente, el reloj marcaba en Buenos Aires las 454", y en Santiago á las 4'"5", cuando la ondulacion llegó á Córdoba. Así la onda recorrió la distancia directa entre Córdoba y Buenos Aires, cerca de 650- kilómetros, en 9 minutos, lo que arroja como velocidad de propagación 1,2 kilómetros por segundo. A Santiago de Chile, la onda llegó 3 minutos más tarde que á Córdoba. Procediendo el movimiento de muy lejos, hácia el norte, po- demos tomar para los efectos de nuestro cálculo, como dis- tancia entre ambas ciudades la diferencia de sus latitudes (*) de 220 kilómetros aproximadamente, lo que da para la velo— cidad, por segundo, un valor de 1,3 kilómetros. Sin embargo (*) Bajo este punto de visto, el valor de la velocidad de propagacion para: la distancia Córdoba-Buenos Aires, sería menor de 1,2 kilóme- tros, no alcanzando 1 kilómetro (en terreno pampeano). T. XIV 22 — 326 — este cálculo no tiene, por ciertas razones, mucho valor. . El torremoto duró entre 1 á 2 minutos en las provincias de San Juan y La Rioja. Al terremoto de 27 de Octubre han seguido numerosos sa- cudimientos locales en las provincias de San Juan y La Rioja, y es seguro que estos continuarán en adelante, porque si bien el desequilibrio terrestre está, en general, compensado por el primer terremoto, al otro lado se ha producido induda- blemente, por el fuerte sacudimiento alteraciones en la tec- tónica que puede originar nuevos remezones, Además, como ya lo hemos dejado expuesto, en virtud del sacudimiento, considerables masas eruptivas pueden haber ascendido en las grietas, donde solidificándose pueden pro- ducir numerosos procedimientos mecánicos, físicos y quími- cos, los cuales serían causa de nuevos sacudimientos. Aún más importantes alteraciones tectónicas pueden resultar en adelante del cambio experimentado por el curso de las aguas subterráneas despues del terremoto y sus múltiples conse- cuencias (disolucion de materiales, formacion de huecos, ca- vernas, etc.). La desaparicion de algunas fuentes, observa- das despues del fenómeno, atrae las reflexiones en ese órden de ideas. Hemos referido ya cómo la geología tectónica y petrográfica (caliza) de la provincia de San Juan nos demuestra que existe allí un excelente foco de sacudimientos, siendo, por lo tanto, muy posible la repeticion de los remezones. Pero, San Juan no necesita de esta profecía, porque desde hace varios decenios, está experimentando sacudidas anual- mente. Algunos ancianos me han contado que hace cerca de cincuenta años, se produjo un terremoto de la misma fuerza que el de Octubre, para no hablar del de Mendoza que tam- bien hízose sentir ea San Juan, con gran intensidad. Pero no es necesario asustarse ante tal perspectiva, mi ponerse á discutir sobre la conveniencia de trasladar la ciudad á otro sitio. ¿Han pensado alguna vez los chilenos, que conocen te- — 327 — rremotos más violentos y más frecuentes que los nuestros, en buscar puntos más seguros para sus ciudades? ¿Adónde se marcharía entónces Chile? ¿Puede alguien afirmar con conyiccion ilustrada que hácia el poniente de San Juan, el suelo, por ser más duro (rodados), ofrece más seguridad, más amparo, que el terreno sobre que la ciudad está edifica- da actualmente? Es cierto que los efectos del terremoto ma- nifiestan que la destruccion ha sido menor allí, donde el suelo era más firme (rodados, tosca, etc.). Pero ¿el terremoto sl- guiente será exactamente igual al anterior? Trasladando la ciudad hácia el poniente, se la retira de una grieta para acercarla á otra; y sería tan posible que un nuevo sacudimiento la dejase en salvo, como que actuara directamente contra ella. Segun mi opinion, no existe en toda la provincia un sitio libre de grietas, adecuado para la nueva ciudad. Para ampararse contra estos fenómenos de la naturaleza no hay otro medio que el de edificar convenientemente las habi- taciones. Comisiones de ingenieros hánse ocupado de esta importante cuestion, emitiendo ideas en parte muy buenas y en parte muy poco prácticas. Para resolverla, débese contar en primera línea con los materiales de construccion que ofrece la region, averiguando el más barato, especialmente para los departamentos del Norte. Hasta hoy, se han construido las casas, la mayor parte de ellas, con adobes que continuarán de seguro empleándose. Y, sin duda, este material edificado sobre buenos cimientos y con esmerada mano de obra, podría servir contra los terre- motos. Maderas no existen en aquella region ó son muy caras (maderas de álamo). La caliza abunda mucho, pero ¿con qué quemarla? Los pobres, que constituyen la mayoría de los habitantes, no pueden contar con estos elementos para sus viviendas. Lo que podrían hacer las comisiones ó los gobiernos, es — 328 — prohibir las construcciones evidentemente peligrosas (las cor- nizas tal como se hacen hoy, por ejemplo), y procurar que las gentes aprendan á elegir, preparar y disponer Jos mate- riales en la construccion, teniendo presente los escasos recur- sos de Ja mayoría. Con este objeto, deberíanse nombrar ingenieros que estu- dien la cuestion en los departamentos mismos y no desde el escritorio, y enseñar gratuitamente á las poblaciones tales cosas. Y los fondos acordados por el Gobierno de la Nacion á aquellas desgraciadas provincias, serían mejor empleados en obras públicas, sobre todo en las de irrigacion, indispensa- bles para su bienestar y prosperidad. Con ello, la mayor parte de los perjudicados vendrían á poseer directa é indirec- tamente los medios de vivir y de pagar los intereses y la amortización de los préstamos que han necesitado hacer para construir sus viviendas. La poblacion entera, tan sumamente pobre de aquellos estados, y el país en general, habrían dado un paso en el ca- mino del progreso. Resumiendo los resullados obtenidos respecto á las causas y á los efectos del terremoto, podemos con- clutri: El foco del terremoto no se encuentra ni en la pro- vincia de San Juan, ni en de la de La Rioja, sinó al Norte de éstas, al Norte del paralelo 27?, en una region volcánica poco conocida. El terremoto comenzó probablemente con un choque contra la costra sólida del globo, producido á enorme profundidad, el cual obró en primera línea sobre las grietas que en gran número cruzan con rumbo Norte— Sud el suelo de aquellas provincias, formando las líneas de menor resistencia. Correspondiendo á esta circunstancia, sus mayores efectos se encuentran en la zona (N.-S.) ya hundidas ps — 329 — en épocas anteriores (depresiones, valles) y alcanzan el máximum en la zona limitrofe de la Cordillera princi- pal, disminuyendo hácia el Este, en las zonas más ó menos paralelas. Los efectos crecen en las regiones australes y más ba- jas y planas de estas zonas, debido á la accion del agua subterránea, la que salió á la superficie de las rajadu- ras formadas á consecuencia de haberse sentado los terrenos diluviales y aluviales, por la fuerza del sacu- dimiento. El terremoto de Octubre ha sido un terremoto tectó- nico, pudiendo considerársele como continuacion de procedimientos semejantes desarrollados en épocas an- teriores. E Pe lso dieron ON LORA bind Sais sos YY Ss ps O Dis eno an 506 ita ASGIEN A A iron ad ni 1d , ORO Gredos ss ancipo tal Deer SN BUGD PERS EY E ARIS 30 A A A qe bh a nieva nos Ae , 15% 508 pros 5 03 ens di Y ibi Ly E í vo ES 2 mt ez Al 18 tE MO E Dra O añ sh AGAR ÓN Waros. sy yal DES Aye Sí B a05ó9) sus Eco ¡ati dd OS W . 2 Ale > E di S MATERIALES PARA EL ESTUDIO DE LAS LENGUAS DEL GRUPO KAINGANGUE (ALTO PARANÁ) Por JUAN B. AMBROSETTI Después de publicado mi trabajo y vocabulario de los in- dios Kaingangues de San Pedro, Misiones (*), que no son más que una fracción de la gran nación del mismo nombre, cuyas tribus se hallan esparcidas por el territorio del Estado del Paraná (Brasil), en donde se conocen bajo el nombre de Coroados, he creído conveniente la publicación de otros vo- cabularios recogidos en el alto Paraná, de otros indios, que, según ellos, llámanse Ingain, pero que, para mí, nó son sino pertenecientes á la misma nación Kaingangue. Estos indios, como los Kaingangues, son conocidos por la población blanca y por los demás indios bajo el nombre gené- rico de Tupís. (*) Revista del Jardín Zoológico de Buenos Aires, tomo, II, entregas AL y 12. LY 23 — 332 — No hay que confundir esta palabra Tupí con la nación del mismo nombre de origen Guaraní, que se halla esparcida con tanta profusión en todo el territorio de la República del Bra- sil. La palabra Tuptí, desde tiempo inmemorial, parece haber sido apiicada por los guaraníes á todas las tribus enemigas, y, por herencia, la población blanca actual la ha adoptado para designar con ella á todos los indios bravos, de carácter be- licoso y sobre todo sanguinarios ó temibles. Por estas razones es que en el Alto Paraná se tropieza siempre con la palabra Tupí con un sentido tan lato; y, cuan- do se oye, hay forzosamente que referirla á tribus que no ha- blan el guaraní. En las márgenes del arroyo Tembey, sobre el alto Para- ná, vivía en otro tiempo una tribu que hoy ha desaparecido totalmente; mi amigo D. Pedro Anzoátegui conoció varios viejos, hace algunos años, y de su lengua sólo recordaba dos palabras que son: Túpi : Puma ó león americano (Felis concolor), y Sepi: Carpincho (Hydrochoerus capybara). Esta palabra Tupti, no dejó de llamarme la atención apli- cada á un felino, que en Misiones alcanza dimensiones ma- yores que su idéntico de nuestras Pampas, y que, á pesar de no ser tan temible como el tigre, no por eso deja de ser bra- vo en algunas ocasiones. ¿Este dato, recogido al acaso, parece venir en apoyo de mi aserción anterior. Las tribus que hablan el idioma de los vocabularios que hoy publico se hallan ubicadas en la región del Alto Paraná comprendida entre el arroyo luitorocay y el Salto del Guayra, en ambas orillas del rio, empezando su límite sur á unos cin- cuenta kilómetros ó diez leguas al Norte del puerto de Tacu- rú-Pucú, que lo es de los yerbales paraguayos del mismo nombre. —- 339 — La mayor parte viven en pequeñas tolderías esparcidas en todo ese territorio y se hallan contínuamente en guerra con las tribus guaraníes vecinas, sobre todo con las que moran á orillas del arroyo Itarmbé-guazú, que puede considerarse como su verdadero límite norte, pues si se corren hasta el Guayra sólo es impelidos por sus necesidades. El foco principal de estas tribus puede considerarse el luitorocay y sus inmediaciones. Como en este último punto existen importantes yerbales que pertenecen á la jurisdicción de Tacurú-Pucú, los Ingain han tenido ocasiones múltiples de hallarse en contacto con la población blanca yerbatera, la que ha conseguido la incorpo- ración de muchos de estos indios que hoy hallamos entre ella, trabajando en calidad de peones. Por una parte, el deseo de mejorar de posición y de adqui- rir objetos y armas de uso entre los blancos, y por otra, las continuas matanzas que los Cainguá y otras tribus guaraníes han hecho de ellos, según me ha referido la mujer María An- tonia, que mesirvió para tomar uno de los vocabularios, son las causas principales que los han decidido á compartir, con los yerbateros, la relativa civilizacion en que viven. Estos indios han sido llamados Taims por algunos otros autores; pero creo que deben haber oido mal. Muchos deseos he tenido de llegar al luitorocay, á fin de visitarlos personalmente, pero, á pesar de mis tres viajes al territorio de Misiones, me ha sido imposible; mil motivos de orden diverso, entre ellos la demora que me ha causado el estudio de los Cainguá y Kaingangues, y sobretodo el tiempo que me han ocupado las excavaciones de los cementerios pre- históricos del Alto Paraná, me Jo han impedido. Quizás un cuarto viaje me lo permita; pero en Misiones hay tanto que ver y estudiar, que es imposible, para una sola persona, el poder dedicarse á todo. Cualquier estudio requiere mucho tiempo y sobre todo mucho tino, puesto que, á lo mejor, por querer abarcar mucho — 334 — se procede á observar con ligereza y sim comprobación, lo que da por resultado el caer frecuentemente en errores de- plorables, confundiendo una cosa con otra, lo que ha sucedido ya á muchos, tanto más en aquel territorio que puede com- pararse á un gran saco en donde se han embolsado tribus di- versas, que ocupan espacios reducidos y luchando incesante- mente entre sí. Y como toda región fronteriza, en donde se tocan, puede decirse, las dos naturalezas paraguaya y brasilera, ha sido in- vadida por naciones de indios de índole y raza distintas que, ya perseguidas por otras ó por la necesidad, han salido de la selva virgen ó de los pantanos y esteros, siendo detenidas en su marcha por los grandes ríos Paraná y Uruguay, cuyas aguas impetuosas dominaban otras naciones en sus canoas prehistóricas, viviendo de la abundante pesca que ellas les proporcionaban. Y así arrinconadas, fatalmente sujetas á la lucha por la vi- da, destruyéndose entre ellas, han sufrido superposiciones y desapariciones continuas, que han dado, por resultado, los restos que hoy encontramos diseminados ; los que, con tra- bajo y paciencia, pueden proporcionarnos todavía materiales preciosos para el estudio de las lenguas y etnografía ameri- canas. Por estas razones y sobre todo por la urgencia que me han manifestado varias personas interesadas en estos estudios es que me apresuro á publicar los vocabularios obtenidos, junto con algunas notas que me han sugerido al transcribirlas de mi libreta de viaje. Para mayor claridad los publico simultáneamente en las mismas páginas: así podrán compararse mejor. El primero loobtuve de un peoncito del señor Pedro In- dart, en 1893, con quien me fué bastante difícil entenderme, porque poco comprendía el español y tenía que valerme del guaraní como intermediario; en esta operación mucho me ayudó mi amigo el señor Sandalio Rodriguez, que me acompa- — 389 — ñaba en esta excursión á los campos de Tatinyupt, un poco al norte de Tacurú-Pucú. El peoncito se llamaba Pedro, y, bajo este nombre, va su vocabulario. El segundo lo debo á otro peon del señor Rodríguez, lla- mado Cosme Román, indio de raza pura, que dicho señor me prestó como remador, en un viaje que necesité hacer en ca- noa por el alto Paraná, y á quien aproveché entre un golpe de remo y otro, para extractar el vocabulario. Éste tampoco conocía el español y naturalmente también el guaraní fué nuestro intermediario. El tercer vocabulario, el más largo de todos, lo debo á una mujer, María Antonia, que hoy vive casada con un brasilero, cerca de la casa del señor R. González frente á Tatiínyupt. Con ésta me entendí mejor, y durante dos largas horas nos ocupamos del vocabulario, que, si no es más completo, se debe al poco tiempo de que dispuse, pues el mismo día que llega- mos abandonamos ese punto. Ella me contó las luchas que habían sostenido con los Cain- guá que, en mayor número siempre, habían concluido con muchos de sus compatriotas. Estos datos pueden servir muy biená los que se dedican á emprender estudios por esas regiones, los que es de desear traten de completar, en lo posible, los datos presentes. Un pequeño vocabulario, el cuarto, lo debo á mi buen ami- go el valiente explorador de las Altas Misiones, señor Adam Luchessi, quien lo tomó en las tolderías, cerca del Iuitoro— cay, de vuelta de una excursión á la sierra de Maracayú. Como se verá por el examen de los vocabularios, ellos, en muchas palabras, difieren entre sí, teniendo en cambio otras comunes á todos, lo que me hace suponer que se trata de in- dividuos de la misma nación pero de diferentes tribus. Con el idioma Kaingangue también hállanse palabras que tienen mucha analogía y otras son las mismas y por esto es que creo que los indios que me ocupan ahora pertenezcan al — 336 — mismo grupo étnico, tanto más cuanto que sus facciones son muy parecidas, por no decir iguales. De cualquier modo, los filólogos algo nos dirán al respecto ; nuestra misión de viajeros sólo es por ahora, traer el material que nuestros viajes nos proporcionan, á fin de entregarlo á los especialistas, quienes sabrán sacar el mejor partido posible del fruto de nuestros esfuerzos y penurias en medio de la selva virgen. CLAVE K. = Kaingángue. Y. = Ingain ó sea el idioma de estos vocabularios. P. = Voces del vocabulario de Pedro. MAS <= » » María Antonia. R= » » Cosme Román. == » » Luchessi. Observación importante. — No hay que olvidar que todos estosindios, á pesar de pertenecer á la misma nación, son de diversas tribus; de modo que es interesante el obser— var las modificaciones que sufren las palabras de uno á otro, notándose en la pronunciación de M. A. mucha menos ener- gía, tal cual conviene á su sexo. Todos estos indios hablan en voz más bien baja, lo que hace dificil el entenderlos desde el principio, tanto más que son muy rápidos en las respuestas, de manera que hay que tener mucho cuidado y aguzar la atención á fin de asegurarse de loque quieren decir. 331 — 949 =YS o0BueSuarey [op Y] Y [enS1 so ZOA YIS0 (6) “ear opueno 9131 [9p epo1ueo e] Á OTOUAJIs [O 1eopusis oo9led sand esorIno so UOIsaldXo e]so 2/94 Y = So 1/94.) “sand “vonuopt so e1$n 19 aeoprudts exed 9/97 ZOA *] SOI] SO] UH (2) “e1nyera91qe eun outs so ou anb “591 = 2ñuoy *M 0159 U09 APadns esoo ]enS] (¿) "2.9UDH *N [OP 0I50 A 9.0N7 IP UQTDRIYIPOUL $9 DAVN sand “onSueSurey 19 009 serSo[eue se] sesorino vos (+) Y UP Y va vog <=" (s1482 UR] UR O) 09d >. == 91) 91D ++ *+(,) (e ez00s enseN) Neo) -- — neo 14) nego mon +7 *(40709U09 $2]9,]) vung — - oy mo tuo. ep um mon (sayepued s179,7) POLIMEnSeA —- NYpax Ion MUDO — (enagenbe/ s1]9,]1)01390 94311, Ss Ion mono non “== ++ (g) (edu $119) 91S1L — — 0%) 0%) (2) (PÁraez) so3o9Ñ JJ) RÁRaeo) — — DION PIUN (1) (snp9n3eJsnqa7) )reo-ouoN TSS9YIN"T unas UR moy atIso”) *1ruoyuy BLIB IN 01Pp9d ¡ouveds5 $0.10) 2U1e MN SITVIINV HA SIUINON (4) NIVONI VINOIGL “1HA SOMIVIAdVDOA ne -ou1ideg 19p oprquis pop v4odoye uo uoY 31) —*OPYuoa aJo0p al9mb *y 19 Pqudy — 91) = YY PQUNY (.) 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D'apres une théorie assez moderne, aujourd'hui presque universellement acceptée, les dents compliquées des mammi- feres seraient le résultat de la complication graduelle des dents simples et coniques (haplodontes) des reptiles; ces derniéres représenteraient le type primitif. Cette évolution aurait com- mencée par Padition d'une denticule en avant et une autre en arriére de la base de la cuspide conique primitive; ces denti- cules auraient grossies, chaque dent présentant ainsi trois cuspides ou tubercules se succédant d'avant en arritre sur la méme ligne; c'est le stade ou type de denture appelé tricono- donte. En continuant Pévolution, deux de ces tubercules, P'an- térieur et le postérieur, se seraient deplacés, se transportant — 382 — en dehors dans la máchoire supérieure eten dedans sur P'infé- rieure; les trois tuberculesoccupaientalors les trois pointes d'un triangle dont la base en haut était placée en dehors et en bas en dedans; celui-ci c'est le type de dents appelé triangulaire, trigodonte ou trituberculaire. A une fase plus avancéc, dans les molaires supérieures parune espece de végétation de la base se serait ajouté au tubercule interne de ce triangle un deuxie- me tubercule ; les dents arrivées a cette fase présenteraient le type appelé quadrangulaire ou quadrituberculaire. Dans la mandibule inférieure le type quadrangulaire se serait cons— titué par Vaddition d'un talon postérieur au triangle primitif et la suppression du tubercule antérieur de celui-ci. Pendant que cette évolution avait lieu, la racine unique de la dentsimple primitive se sillonnait, le bout s'étranglait et terminait par se bifurquer, augmentantainsi le nombre des racines á mesure qu'avancaitla complication de la couronne. Nous ne sommes pas de cet avis. Il y a longtemps que nous avons avancé une théorie complétement difiérente. D'apres nous, les dents compliquées des mammiferes (molaires cadu- ques, persistantes et de remplacement) se seraient formées parla fusion de plusieurs dents simples; cette fusion se serait eflectuée par les couronnes, de maniére que le nombre de racines de chaque dent corresponderait au nombre de dents fusionnées, sauf les cas, assez fréquents d'ailleurs, de la fusion poslérieure des racines elles mémes. Nous avons développé cette théorie dans notre ouvrage F+- logenia, paru en 1884, et nous en avons fait Vapplication dans presque tous nos travaux de paléontologie. Il en résulte qu'en comparant les anciens étres au point de vu de la valeur de leurs caracteres pour en tirer des déductions sur Pévolution et lPorigine des difiérentes branches dela classe des mammiferes, nous arrivons á des résultats souvent tres différents de ceux qui obtiennent la plupart des paléontologistes. Avyons-nous tort?— Cela est bien possible. Peut-étre aussi la — 383 — circonstance d'avoir publié nos travaux en langue espagnole a-t-elle contribuée á ce que Pon ne saisisse pas bien notre pensée. N'importe comment, nous persistons encore dans nos premiéres idées sur ce sujet, touten étant disposés a les aban- donner aussitót que nous nous convainerons que nous som- mes dans l'erreur. Maintenant nous allons résumer nos opinions lá-dessus, les mettant en paralléle avec celles qui constituent la théorie op- posée, á fin que l'on puisse se rendre bien compte de lPétat de la question, et provoquer ainsi la discussion pour en combler les lacunes. DE QUELQUES LOIS PHYLOGÉNÉTIQUES QUI REGISSENT L'ORIGINE ET L'EVOLUTION DES ORGANES.—Parmi le nombre considérable de lois que nous avons établis dans notre Filogenia, concernant Pévolution des organes des mammiféres, il y en a quatre dont la connaissance est indispensable et dont il faut bien en saisir Pimportance; ces lois dominent toutes les recherches phylo- génétiques et nous tracent toujours les voies a suivre pour la restauration des différentes lignes de filiation. Nous en avons fait Papplication pendant quinze ans, toujours avec des bons resultats, et nous ont aidées beaucoup dans nos recherches. Il est possible que ces lois présentent quelques exceptions; elles doivent méme nécessairement en présenter, sans laisser - Vétre par celáa d'application á peu-pres universelle. Les voici : Les organes analogues et homologues quí forment le squelette (*), ont apparu en nombre complet dés le premier commencement sans qwaprés il y ait jamais eu apparition de parties nouvelles ana- logues ou homologues des premiéres (Amecuino, Filogenta, p. *) Quoique les dents ne sont pas des parties du squelette, ce que nous disons de celui-ci leur est applicable, d'autant plus que Vorigine des dents n'est pas exclusivement ectodermique comme Ton croyait, le mésoderme contribuant aussi pour une grande partie a leurformation. 162). Apres cette premiére, apparition, il y a eu spécialisation, différentiation, fusion et disparition d'organes d'une méme classe, mais il n'en ait pas apparut des nouveaux (*). Cette premiére apparition peut s'étre effectué avec les parties con- fondues, qui ne se seraient séparées que plus tard comme'c'est ie cas pour la colonne vertébrale avant la segmentation, etc. Tout organe qui disparart de lespéce par atrophie, ne repara it jamais; sil en reste des traces embryonnatres 1l pourra reparaitre comme une anomalie atacique et transitoire. Cette loi nous ex- plique pourquoi une espece perdue est perdue á jamais...elle ne reparait plus. Les organes analoques el homologues ont tous eu d leur origine la méme forme. Les différences qu'ils présentent sont des diflérentiations acquises pestérieurement pour accomplir des fonctions diffé- rentes. Quand les organes analogues el homologues déja dijférentiés, accomplissent les mémes fonctions, ils tendent ú prendre des formes symétriquement égales. Cette loi nous explique la ressemblance externe et fonctionnelle que présentent les pattes antérieures et postérieures chez les ruminants et les équidés, la ressemblance des molaires persistantes et de remplacement des équidés, la ressemblance dela derniéere molaire de la denture persistante et de la denture de lait chez les ruminants (*) et une foule d'autres ressemblances autrement incomprehensibles. (1) L'hyperdactylie des cétacés (et d'autres exemples que Pon pourrait citer) n'est pas une exception, car l'augmentation dans le nombre des phalanges est le resultat de la séparation des parties epiphysaires produite parle milieu aquatique ; ces parties epiphysaires se sont for— mées et surajoutées aux phalanges a une époque relativement récente, et rentrent dans le nombre des organes supplémentaires á ceux qui cons- tituent le plan fondamental ou originel (voir, AMEGHINO, Filogenta, p. 162-163). (2) 1] est vrai que les molaires de lait etles molaires persistantes appar- tiennent á une méme série ou génération, mais que dans ces animaux et beaucoup d'autres se partage en deux parties, dont P'une rentre en —- 389 — Avant d'entrer en matiére, nous devons faire une observa— tion sur P'habitude que Pon a de considérer les formes fossiles tresanciennes, comme devant nécessairement représenter les ancétres des types modernes. Sur ce point il y a évidemment une grande exagération. La ligne d'évyolution qw'aboutit á une forme recente quelconque, doit représenter une ligne droite, Paxe d'un arbre du quel sont partis de tres nombreuses branches latérales. Les formes qui se placent dans cette ligne courte et droite, doivent étre nécessairement en tres petit nombre, tandis que les formes divergentes doivent étre exces- sivement nombreuses. Donc, l'immense majorité des formes fossiles, ne sont pas les ancétres directs des types actuels, sinon des branches latérales éteintes, plus ou moins diver- gentes. De LA FORME DES DENTS CHEZ LES PREMIERS MAMMIFERES.— «D'aprées ce que nous venons de dire, tous les mammiféres á dents com- posées, de couronne á surface plate, plissée ou mamelonnée, descendent de mammiferes qw'avaient un plus grand nombre de dents, mais toutes simples, c'est-áa-dire, á une seule racine. Dans les premiers stades de leur développement, toutes les dents composées apparaissent sous la forme de plusieurs pointes coniques réunies par leurs bases, ces pointes repré- sentants le nombre de dents simples qui ont donné origine aux dents composées. C'está remarquer que les dents simples des mammiféeres apparaissent aussi sous la méme forme de pointes. Par conséquent, etvu le paralléle qui existe entre le développement embryologique et la succesion paléontologi- que, nous croyons que les premiers mammiféres ont été pour- vus de dents simples, á couronne plus ou moins conique ou aigué.» (AmecHIx0O, Filogenia, p. 100-101, an. 1884). fonction beaucoup plus tard que Vautre, de sorte que la derniére dent de chacune de ces parties remplit les mémes fonctions, étant ainsi ana- logue une de autre. — 386 — «Les monotremes de notre époque se distinguent par P'ab- sence de dents, ou pour n'en posseder qu'un tres petitnombre et non calcifiées. Nous savons que presque tous les mammi- feres sont pourvus de dents, et il en est de méme des reptiles; quand les dents manquent, on a pu démontrer que cela est du á une évolution regressive. C'est donc évident que les anté— cesseurs des monotremes actuels on du étre pourvus de dents simples et en nombre considérable comme chez les ditremes inférieurs existants, ou autrement, les dauphins ». (AMEGHINO, Contribucion al conoc. de los mamif. fós. de la R. Arg., p. 892, an. 4889). «La téte(du premier mammifere) était tres longue, étroite, pointue en avant, avec les máchoires tres minces et pourvues d'une seule file de petites dents tres nombreuses etá peu-pres égales, á couronne aigué et avec la base ouverte.» (AMEGHINO, Una rápida ojeada á la evolucion filogenética de los mamíferos. Boletín del Inst. (Greog. Arg., a. 1889, p. 163 a 174). Cette question des caracteres de la denture chez les premiers mammiferes a été traitée dernierement par plusieurs auteurs et ils arriventá des conclusions assez différentes. Tandis que les premiers qui s'en sont occupé ont exprimé des opinions assezsemblables aux nótres, les derniers s'en écartent presque complétement, sans que pour cela il y ait entre-eux accord complet. On remarque méme des contradictions assez notables puisque ce n'est pas rare de voirun méme auteur soutenir que les dents simples et coniques représentent la denture primitive, et quelques pages apres affirmer que les premiers mammiféres étaient hétérodontes, —que VPhomodontie de certains types West qu'une acquisition récente. Nous croyons que la source de ces divergences c'est la con- fusion qu'on a fait de conditions dentaires tres différentes sous une méme dénomination. Sous le nom d'homodontie, par exemple, on confond aussi bien les types á dents simples, non compliquées, que ceux ayant une seule classe de dents; sous le nom d'hétérodontie Pon réunit non seulement les types qui E y preséntent des dents de formes diflérentes, mais aussi ceux qui les ont simples quoique distribuées dans des régions distinctes (incisives, canines et molaires). Ce sont autant de questions que pourles traiter avec profit il faut en préciser les limites. Avanttout, il faut considérer la question du nombre des dents, Quelques mammiféeres en ont une quantité considérable; c'est Pétat polyodonte (polyodontie). D'autres au contraire en ont tres peu, état que nous pourrons appeler oligodonte (oligodon- tie). Aprés, il faut considérer les dents au point de vu de leur for— me plus ou moins compliquée. Ces organes peuvent ctresim—- ples, plus ou moins coniques et á une seule racine; c'estl'état haplodonte (haplodontie). Les dents complexes, avec plus d'une racine et la couronne presque toujours compliquée, représen- tent Pétat que nous nommons plexodonte (plexodontie). Maintenant, en comparant les dents d'un méme animal, nous verrons que chez certains genres ces organes sont tous égals en forme et grandeur; c'est l'état homodonte (homodon- tie). Par contre, chez d'autres genres, les dents peuvent étre tres différentes les unes des autres, soit par la forme, soit par la grandeur, etreprésentent alors Pétat hétérodonte (hétérodontie). Il faut aussi considérerá part, la place qu'occupent les dents, conditions que Pon a confondues avec les précédentes. Chez la plupart des mammiféres les dents sont implantées aussi bien dans le maxillaire que dansl'intermaxillaire, et on peutpres- que toujours les partager en incisives, canines et molaires ; généralement on les appelle a dentition complete ; c'est lPétat entélodonte (entélodontie). Chez d'autres la dentition est ré- duite d'une maniére plus ou moins considérable, mais man- quant toujours les incisives, du moins fonctionnelles; on les appelle á dentition incomplete; c'est Vétat atélodonte (atélo- dontie). PoLYODONTIE ET OLIGODONTIE. — «D'aprés ce que nous venons Ea de dire, il est évident que tous les mammif*res possédant des dents composées, ont eu pendant des époques passées un plus srand nombre de dents, mais toutes simples, et de la méme forme que celles des dauphins de notre époque. Les premiers mammiferes ont donc eu un nombre de dents tres élevé, mais pourle moment difficile de déterminer: pourtant, si nous pre- nons un mammifere de dentition complete comme le Macrau- chenia ou le cheval, et que nous reduisions les dents composées en dents simples, nous trouverons que leurs antécesseurs les plus éloignés ont du posséder plus de 150 dents. Ce nombre, n'est pas exagéré, certainement, car le Priodontes (tatou géant) manmmifere d'une évolution déja assez avancée, possede pres d'une centaine de dents simples et chez les dauphins ce nombre s'éleve de 160 4 170, et méme davantage. (Chez le Stenodelphis (*) le nombre de dents est encore beaucoup plus considérable, car il s'éleve au chiffre de 230 a 236. Or, com- me d'apres une loi phylogénétique dont nous parlerons, lenom- bre de ces organes n'a pu augmenter, nous en tirons la con- clusion que le prototype des mammiferes ne possédait pas moins de 236 dents, qui est le nombre que tres souvent l'on rencontre chez le Stenodelphis de Vembouchure du Rio de la Plata.» «Les dents, de méme que les autres parties du squelette, yont apparut qu'une seule fois; aprés, leur nombre ne s'est modifié que par disparition ou fusion. Ainsi, tous les mam- miferes, dentés ou édentés, ont eu pour ancétres des mammi- feres pourvus d'un nombre de dents tres considérable. » (Amecnixo, Filogenta, p. 114-112, an. 1884). Nous sommes encore de la méme opinion, qui, du reste s'accorde avec la premiere loi phylogénétique dont nous avons parlé plus haut. A notre connaissance, cette question n'a pas encore été traitée (une maniére spéciale par aucun paléontologiste. Pourtant, 2) Stenodelphis Gerv., remplace Pontoporia Gray, qui est preoccupé. — 389 .— dans Vensemble des travaux des zoologistes, parait dominer Popinion, que dans les cas de mammifeéres actuels comme le Stenodelphis et le Priodontes, possédant beaucoup de dents, le nombre considérable de ces organes est dú á une augmenta- tion acquise; ce serait donc un caractere récent. Les paléonto- logistes, de leur cóté, considerent les plus anciens genres á dents peu nombreuses (Plagiaulax, Dromotherium et Microco— nodon) comme se rapprochant du prototype des mammiferes. D'apres cela, les premiers mammiféeres auraient donc eu un tres petit nombre de dents. Les recherches embryologiques récentes, paraissent confir- mer, du moins apparemment, cette maniére de voir; les inves- tigateurs, en étudiant le développement embryologique des dents des cétacés, ont été conduit á penser que le nombre considérable de dents chez certains dauphins est une acqui- sition récente. Pour expliquer celle augmentation dans le nombre de ces organes, on a avancé la supposition que les premiers cétacés avaient des dents compliquées; chacune de ces dents, se serait partagé en deux ou trois dents simples, de sorte que d'une souche primitive possédant un nombre restreint de dents composées seraient descendu les genres á dents nombreuses et coniques comme le Stenodelphis. On le voit, ce n'est pas seulement la polyodontie qui serait une acquisition récente, maisaussi la plexodontie. Nous croyons que l'ona eu trop de háte á tirer des déduc- tions sur des observations qui ne font que de commencer et quí peuventétre interprétées autrement. Ce n'est pas sur des dents á couromne bicuspide qu'il faudrait chercher la preuve de la plexodontie primitive, sinon sur des dents á double racine Ou ayant la cavité de la pulpe cloisonnée. Mais n'importe comment, la division d'une dent composée pour constituer deux ou trois dents simples, nous parait non seulement im- | probable, mais aussi en contradiction avec toutes nos connais- sances sur organisation anatomique des mammiféres ainsi | que sur leur développement embryologique et leur succesion — 390 — paléontologique. Nous reviendrons, d'ailleurs, plus loin sur ces questions. Pour le moment, nous nous limiterons á faire remarquer quen écartant la supposition de la scission des dents compliquées pour former des dents simples, il sera bien dificile de trouver á l'aide de quel procédé a pu la nature pro- duire laugmentation du nombre des dents des mammiféres. Chez les mammiferes, aussi bien dans les dents que dans les autres parties du squelette, nous constatons qu'il y a toujours eu diminution constante et progressive d'organes, soitque nous suivions la disposition systématique, soit que nous suivions le développement embryologique des différentes lignes. L'aug- mentation dans le nombre des dents que Pon pretend a eu lieu chez quelques dauphins contituerait une des exceptions les plus singulieres; un fait semblable, avant d'étre admit, doit repo- ser, du moins ánotre avis, sur des preuves plus sérieuses que celles qu'on a avancé. Pour notre part, nous sommes d'une opinion absolument contraire. Nous eroyons que le Stenodelphis et le Priodontes sont des types que dansle nombre de leurs dents ont conservés un caractere primitif; le Dromothertum, le Microconodon et le Plagiaulax sont des types que des leur époque, certainement bien éloignée, avaient déja soufíert une tres forte reduction dans le nombre de leurs dents. En soutenant cette these, nous croyons nous approcher da- vantage de la vérité, puisque les reptiles possedent un nombre de dents tres élevé. Certainement qu'il y en a aussi avec peu de dents, ou méme complétement édentés, mais il est facile de voir que ce sont des formes tres spécialisées, tandis que celles á dents nombreuses sont des formes généralisées, et c'estdans une de celles-ci que P'on doit chercher la souche primitive des mammiferes. HAPLODONTIE ET PLEXODONTiE.—Chez les premiers mammiféres, les dents étaient-elles du type haplodonte ou du type plexodo- te? Dans les paragraphes ci-dessus transcrits nous nous — 391 — étions déclarés partisans de l'haplodontie primitive, et l'école nord-américaine, qui explique la formation des molaires complexes etá plusieurs racines par la complication gra- duelle de la dent haplodonte afirmait aussi que les premiers mammiferes devaient étre á dents simples etconiques. Pour- tant, aujourd'hui il y a un revirement d'opinion, et se basant surtout sur des recherches embryologiques, interprétées pro- bablement d'une maniére inexacte, les zoologistes sont por- tés a considérer l'haplodontie de certains mammiféres actuels (odontocétés, tatous) comme acquise, tandis que la plexodon- tie représenterait le stade dentaire primitif des premiers mam- miferes. Nous ignorons comment font-ils concorder Pexistence de cette plexodontie primitive avec la théorie de la complication graduelle de la dent simple et conique, á moins d'admettre que la complication des dents aurait pris naissance chez les reptiles encore inconnus d'oúu sont derivés les mammiferes, mais cela nous parait tres improbable. Nous ne connaissons pas de reptiles avec des dents á plusieurs racines (*) tandis qw'il y a beaucoup de mammiféres á dents nombreuses, tres simples etá une seule racine, représentant le stade primitif; en outre, ces mammiferes au stade haplodonte, se comptent aussi parmi ceux d'une organisation la plus inférieure. «Par- mi les mammiféres actuels, ce sont les dauphins que par leurs dents coniques, pointues etáune seule racine, possedent une denture représentant d'une maniére plus ou moins exacte le type primitif: celui d'entre-eux qui représente le type le plus primitif c'est le curieux genre Stenodelphis (Pontoporia) qui vitá Pembouchure du Rio de La Plata (?). » Pour prouver que l'haplodontie des cétacés estacquise, P'on *) Le Triceratops ferait exception, mais c'est un type relativement moderne, sans aucune relation avec les ancétres des mammiféres, et en plus il ne s'ag:t, probablement, que de pseudo—racines. (*, AMEGHINO, Filogensa, p. 101, a. 1884. — 392 — s'appuit sur le fait que chez l'embryon de baleine l'on trouve des dents bicuspides et á deux racines incompletes tandis que dans les embryons des odontocétes (Phocaena communis) les dents postérieures sont souvent a deux ou trois pointes, et rapprochant ce fait de l'ancienne existence de cétacés avec des dents á deux racines (Zeuglodon, Squalodon) on en a déduit que les ancétres de ces animaux dévaient étre plexodontes. Nous sommes bien loin de nous laisser convaincre par ces raisonnements. Plus loin nous verrons que les dents á deux euspides et a double racine qu'on trouve dans les foetus de ba- leines sont le résultat de la fusion de deux dents simples pen- dant la période embryonnaire. Les dents bis ou tricuspides de Phocaena ne prouvent rien; sous ce rapportees dents sont comparables a celles de certains reptiles (Galesaurus) ou aux incisives á couronne bifide de plusieurs mammiferes (Rhyn- choeyon) que personne ne pensera á les prendre pour des dents plexodontes simplifiéss. On a prétendu aussi que l'haplodontie acquise était accom- pagnée (une augmentation dans le nombres de dents, mais nous ne le croyons pas. Les embrvons de Phocaena montrent autant de dents sinon plus que les individus adultes, et les foetus de baleines présentent une quantité de dents aussi con- sidérable que chez les dauphins (plus de quarante sur chaque cóté de la mandibule); Vembryologie prouverait donc que le nombre de dents á diminué et non augmenté. On ne doit pas oublier que parmi les cétacés les genres á caracteres les plus primitifs (Stenodelphis, Inia) sont précise—- ment ceux á dents plus nombreuses. Les dauphins de ce eroupe sont probablement aussi les plus anciens cétacés, car on les rencontre possédant déja les mémes caracteres dans les formations éocenes de la République Argentine, et c'est dans le erétacé ou peut-étre méme dans des formalions en- core plus anciennes qu'il faudra chercher leur pointde départ. Les Squalodontes constituent un groupe qui doit s'étre sépa- ré de la sonche des cétacés, avec des dents haplodontes, qui — 393 — ne sont devenues plexodontes qu'a une époque relativement récente. Quant aux Zeuglodontes il est probable qwils waien; pas de relations avec les cétacés; ils n'en sont pas les anté— cesseurs, et tout au plus, peuvent étre considérés comme une branche latérale. D'apres ces nouvelles idées, que nous critiquons, les éden- tés aussi auraient été primitivement plexodontes; on en ofire comme preuve la présence de dents embryonnaires á couron- ne bicuspide, et les molaires de la premiere dentition de Ta- tusía qui sont a deux racines. Dans un temps nous étions de cette méme opinion (*), mais aujourd'hui nous avons changé WVavis et nous croyons que les dents des édentés "ont jamais eu ni des couronnes compliquées ni de racines séparées. Les racines des dents de lait de Tatusia sont des pseudo-racines produites par la pression des dents de remplacement, tandis que la couronne bicuspide n'est qu'un simple caractere mor- phologique sans aucune importance dans cette question; avant Wétre usées, les molaires de remplacement sont aussi bicus- pides, comme les incisives de beaucoup de mammiféres. Nous aurons occasion de revenir sur ce sujet; ici nous nous con tenterons de signaler la présence d'un représentant de ce groupe (Priodontes) avec des dents tres nombreuses et toutes simples, ce qui vient a Pappui de Vopinion d'apres laquelle les premiers mammiferes étaient haplodontes et á dents nom- breuses, d'autant plus que parmi les tatous ce genre c'est pré— cisement un des moins spécialisés. HomMoDONTIE ET HETERODONTIE. — Nous yoici á la troisieme question que P'on avait confondu avec la premiere, celle de savoir si les dents des premiers mammiferes étaient toutes de la méme forme et de la méme grandeur ou si au contraire elles étaient de formes et de grandeurs différentes. Les auteurs récents s'aceordent á considérer Vétat hétérodonte comme (2) AMEGHINO, Filogentia, p. 99, a. 1884. — 394 — étant le primitif, mais ils comprennent dans la méme question et sous le méme titre non seulement l'homodontie et l'hétéro- dontie mais aussi l'entélondontie et lV'atélodontie. En écartant celte derniére question, puisque nous avons reconnu que les premiers mammiferes étaient á demts simples et coniques, c'est-á dire haplodontes, il est clair que ces organes avalent tous la méme forme, ne pouvant présenter d'autres différences que de grandeur. Dans la dentition haplodonte de plusieurs reptiles, nous voyons quelques dents que tout en conservant la méme forme conique prennent un développement beaucoup plus considérable que les autres, ressemblant á des grandes canines (pseudo-canines). Pourtant, cela ne devait pas étre le cas des premiers mammiféeres, du moins si nous en jugeons par ceux quía notre époque se rapprochent davantage du type primitif; chez les dauphins et le Priodonte, les dents sont non seulement de la méme forme mais aussi de méme gran- deur. Pour nous, ces caracteres ne sont pas une acquisition moderne sinon un héritage de leurs plus anciens antécesseurs: nous croyons done que les premiers mammiféres étaient des homodontes parfaits. ENTÉLODONTIE ET ATÉLODONTIE. — Sur cette question nous se- rons assez brefs, car il y a un accord complet á considérer les premiers mammiferes comme entélodontes, c'est-á-dire com- me ayant eu des dents aussi bien dans les maxillaires que dans les intermaxillaires; tous les auteurs reconnaisent que l'até- lodontie est une regression moderne ('). Les ancétres des mammiferes devaientétre pourvus de dents depuis le bord antérieur des intermaxillaires jusqu'a la région postérieure des maxillaires. La perte de ces organes s'est effectuée par une diminution graduelle aboutissant chez certains groupes á des genres completement édenté, comme le fourmilier et le pango- 1) Dans notre ouvrage Filogenia, p. 269 a 271, nous avons demontré que tous les mammiféres étaient originairement entélodontes. — 390) — lin; toutefois, ce que Pon observe avec plus de fréquence c'est Pabsence de ceux de quelques catégories, et spécialement des incisives. Sous ce dernier point de vue, le groupe le plus remarquable est celui des édentés qui se distingue précisement par Vab- sence presque constante des incisives, mais on en a trouvé dans les embryons de tatous (Tatusia) et aussi dans la partie antérieure de la mandibule de tres jeunes Bradypus. D'un autre cóté, les anciens Peltephilidae avaient des incisives tres développées et en fonction. Un autre groupe, les Propalaeho- plophoridae du sous-ordre des Glyptodontia avaient également des incisives, mais chez eux elles étaient rudimentaires etdis- paraissaient de bonne heure. Les premiers mammiferes a dents nombreuses et toute égales, non diflérenciées, ne devaient avoir d'autres catégo- ries de dents que celles que résultaient de la différence d'em- placement, c'est-a-dire des incisives et des molaires, molaires par la position mais non par la forme. La différentiation en incisives, canines, prémolaires, molaires, carnassiéres, tuber- culeuses, etc., est d'origine relativement récente et nous croyons qu'une partie de ces categories n'ont pas importance qu'on leur accorde. Un bel exemple nous Voffre la dent canine. Cette dent telle quelle se présente chez les carnassiers se distingue tres bien morphologiquement et fonctionnellement, et bien qu'il soit facile d'en établir 'homologie chez la presque totalité des on- gulés et des carnassiers, on ne peut en dire autant de tous les autres mammiféres. Nous la voyons disparaitre chez cer- tams types, tandis que chez d'autres elle est remplacée mor- phologiquement (non par lemplacement) et fonctionellement par Pincisive externe ou par la premiére prémolaire. En réalité Von donne le nom de canine á la plus antérieure des dents implantées dans le maxillaire, qu'elle soit grande ou pe- tite ou de n'importe quelle forme. Dans les types inférieurs, il n'y a, entre les incisives et les T. Xt 27 — 396 — canines, d'autre différence que l'implantation des premiéres dans les intermaxillaires et des deuxiémes dans les bords an- térieurs des maxillaires, mais rien ne prouve que par le rac- courcissement des máchoires ou par d'autres causes, une in- cisive externe n'aitpu dévenir une canine, ou une canine de- venir une incisive. Le genre Dasypus prouve que ce changement est possible, Cest le seul tatou actuel possédant une paire d'incisives, qui d'ailleurs par leurs forme ne se distinguent pas des denis sui- vantes. On a présenté cette exemple comme une preuve que les anciens tatous avaient des incisives, mais, quoique cette derniére assertion soit vraie, l'incisive de Dasypus est une ac— quisition récente. Chez les genres fossiles qui s'y rapprochent davantage (Eutatus, Proeutatus, Macroeuphractus, etc.) et chez Prodasypus qui en est l'antécesseur, il y a le méme nombre de neuf dents sur chaque cóté, mais toutes implaniées dans les maxillaires, ces os étant suivis par des intermaxillaires tres longs et sans dents. Chez Dasypus les intermaxillaires se sont raccourcis ainsi que la partie anférieure des maxillaives, de telle sorte que toute la série dentaire se trouve placée plus en avant; á cause de ce raccourcissement, la premiére dent, que dans les genres anciens était placée dans les maxillaires et assez loin du bord antérieur de ceux—ci, s'est avancée vers la partie antérieure du cráne jusqu'áa s'implanter dans P'interma- xillaire. THEORIE DE L'ORIGINE DES DENTS COMPLIQUÉES (molaives caduques, persistantes atde remplacement) DES MAMMIFERES PAR LA FUSION DE PLUSIEURS DENTS SIMPLES.—«L'homme a 32dents, distribuées en incisives, canines et molaires; les incisives, les canines et les deux premieres dents de chaque cóté des máchoires sont á une seule racine. Les trois derniéres dents ont deux ou trois racines et leur couronne est tuberculeuse. «Ces dents á plusieurs racines, on les trouvent aussi bien chez homme que chez la plupart des mammiféres, et sem- EE E blent formées par la réunion de plusieurs dents simples qui se seraient rapprochées et fondues dans une seule pitce, comme tant d'autres parties du squelette nous en fournissen des nombreux exemples. Les dents á une seule racine repré- senteraient ainsi une seule dent primitive, et les molaires avec deux, trois ou quatre racines distinctes, proviendraient de la fusion de deux, trois ou quatre dents simples primitivement isolées. «Pourtant, quelques molaires qui n'ont que deux ou trois ra- cines, peuvent provenir de la fusion d'un nombre de dents simples plus considérable que celui des racines. Tres sou- vent on peut observer que ces racines, simples en apparence, sont formées par la réunion de deux ou trois qu'avant étaient distinctes, et dont les points "union sont encore indiqués par des depressions ou des sillons longitudinaux qui les divisent en parties égales ou inégales; il arrive parfoisque chaque par- tie de la racine conserve un canal nourricier distinct, ce qui démontre que ces canaux correspondaient autre fois á autant de racines séparées. «D'apres cetle théorie, les vraies molaires de homme ré- sulteraieni de la réunion de quatre dents simples primitives; les molaires supérieures des ruminants, des chevaux et des autres animaux du méme groupe proviendraient également de la fusion de plusienrs dents simples primitivement séparées. » (AmecuixO0, Filogenia, p. 88-89). «Maintenant, revenant aux racines, nous devons reconnaf- tre qu'elles ne constituent pas un moyven infalible pour déter- miner le nombre de dents primitives qui sont rentrées en fu— sion pour former chaque molaire, car ces mémes racines ont pu se fusionner les unes aux autres, et aussi s'atrophier et disparaítre complétement. «Prenons comme exemple une vraie molaire supérigure de bcouf, et nous verrons qu'elle est formée par deux lobules transverses, chacun d'eux composé de deux parties, quoique la dent n'ait que trois racines séparées, deux sur le cóté externe — 398 — et la troisieme sur l'interne. Si nous continuons notre examen nous verrons aussi que les deux racines externes correspon— dent aux deux lobules du cóté externe, quí ici sont restés sé- parés parce que la dent est plus large, tandis que la méme dent, s'étant au contraire rétrécie sur le cóté interne, les racines des deux lobules internes se sont rapprochées et ont fini pour se fusionner dans une seule. Cette racine composée laisse voir encore tres bien sa division primitive en deux parties, indi- quée par un sillon vertical qui court tout le long de la racine et sépare aussi les deux lobules; en plus, chaque partie de cette racine apparemment unique possede un conduit indé— pendant par oú passent les vaisseaux nourriciers qu'autre fois parcouraient les deux racines séparées. «Si cette partie interne de la dent continuait á se rétrécir, il est évident que la racine double correspondante se rétréci- rait a son tour jusqu'a perdre toute trace des deux parties pri- mitives qui la constituent; alors la dentsembleraitn'avoir que trois racines simples. Probablement, dans toutes les dents supérieures quadrangulaires á trois racines, la racine interne est le résultat de la fusion de deux racines. Si les molaires eontinuent 4 diminuer de volume, les racines aussi s'atro- phient et se réunissentles unes aux autres jusqu'an'en former qwune seule a chaque dent. C'est ainsi que des molaires appa- remment simples et á une seule racine pourtant, peuvent étre le produit de la fusion de plusieurs dents qu'apres s'étre réu- nies par leurs couronnes seseraient fusionnées aussi par leurs racines, chaque molaire reprenant au terme de cette évolu- tion Papparence d'une dent simple. Ceci nous explique éga- lement lanomalie apparente de certains mammiferes possé- dant des dents canines á deux racines; ces dents secaient le résultat de Punion de deux parties distinctes, de deux dents différentes dont les racines seraient restées séparées, tandis que chez d'autres elles se sont fusionnées donnant á cette dent Papparence d'une dentsimple.» (AmecHixo. Filogenia, p. 96-97. a. 1884. oye Les paragraphes que nous venons de transcrire synthétisent la théorie de la formation des molaires compliquées des mam- miferes par la fusion de plusieurs dents simples. Nous avoñs exposé cette théorie en détail dans Pouvrage auquel nous avons fait ces emprunts, et nous nous ensommes occupé apres á plusieurs reprises. Dans notre ouvrage sur les mammiferes fossiles de la République Argentine (Contribución al conoc. de los mamif. fós. de la R. A., 1889) nous en avons fait Papplica- tion á la classification des mamm'feres et á la restauration de leur évolution phylogénétique. Dans les recherches paléontologiques que nous poursuivons depuis si longtemps, Papplication de cette théorie nous a per mi de découvrir beaucoup de rapprochements que nous n'au- rions pas soupconné autrement, ce quí nous affirme dans la eroyance qw'il y a en elle un grand fond de vérité. La premiere idée de cette théorie ne nous appartient pas, — elle est méme déjáa assez vieille. Ce fut un auteur anglais, Corse, le premier quí supposa que les molaires des éléphants étaientformées par la fusion de plusieurs dents (*'); malheu- reusement il prit les lamelles comme représentants autants de dents différentes. Des 1840-45, le savant anglais RicuHarb OweEN fait remarquer que les molaires de certains mammiféres ont Papparence de représenter deux dents soudées; il ajoute qu'il y a des auteurs quí regardent quelques dents comme formées par la fusion de plusieurs dents primitivement séparées, mais il ne formule la dessus aucune opinion catégorique (?). Peu de temps apres, (*) Corse, Memoir on the Teeth of the Elephant, in Philosophical Transaction, London, 1799. ) «Certain molarsin the Dugong, the Mylodon and the Zeuglodon, are so deeply indented laterally by opposite longitudinal grooves, as to appear to be composed of two cylindrical teeth cemented together, and the transverse section of the crown is bilobed.» (R. OweN, Odon- tography, p. 299.) —«In the progress of the formation of the large not- ched incisors Amphisorex), the summits of the tubercles are first — 400 — son compatriote Warermouse fut plus explicite quoiqu'il formula P'idée autrement (*). - De son cóté, le savant paléontologiste francais M. GAuDrY a emis aussi des 4878 (Les enchainements du monde animal. Mammiféres tertiaires, p. 54) Uhypothese queles molaires com= pliquées des mammiféres sont le résultat de la fusion de plu- sieurs dents simples, qu'il appelle des denticules, et il a pris comme devant représenter ces dents simples primitives, les tubercules ou pointes que l'on observe sur les couronnes des dents composées, mais sans en approfondir la question. D'a- pres ces derniéres publications (2) il paraítrait quil a changé Vavis et accepté la théorie américaine de la complication gra- duelle de la dent simple primitive. Tout derniérement cette méme hypothese de la fusion de plusieurs dents simples pour former des dents composées a été défendue par MM. Róse et KukentHaL, lui donnant un point Wappui dans leur recherches embryologiques, mais en la don- nant comme une théorie absolument nouvelle (?). formed as detached points, supported upon the common pulp, and do not coalesce until the centripetal calcification has converted the pulp into a common dentinal base. Some anatomists have regarded the lar- ge incisor so formed as an agregate of two or three teeth.» (p. 418). (1) «In the Porpoises and Armadillos the teeth are often very nume- rous, but in there animals they are of a very simple form, and cannot by any difference of structure be divided into canines, false and true molars, etc. It has appeared to me probable that the simple teeth in question represent parts only of the more complicated teeth of others mammals.» (WATERHOUSE. Natural History of the Mammalia, vol. 1, p. 394). (2) A. GaubrY, Marche de 'évolution sur Pancien el le nouveau con- tinent, in Bulletin de la Société Géologique de France, t. XIX, p. 1029 a. 1891. 3, Róse €. Ueber die Zahnentwickelung des Menschen, in Schewtze- rische Vierteljahrsschrit fur Zahnhetlkunde. Band 11, 1892.— Id. Ueber die Entstehung und Formabanderungen der menschlichen Molaren. Anatomischer Anzeiger. Band VII, 1892. — Id. Zur Phylogente des Sáugethiergebisses. Biologische Centralblatí. Band XII, a. 1892. — = 401 = THEORIE DE LA FORMATION DES DENTS MOLAIRES DES MAMMIFERES PAR LA COMPLICATION GRADUELLE DE LA DENT SIMPLE PRIMITIVE. — Pourtant depuis quelques années une autre théorie s'est ouvert un chemin; d'apres elle, les dents compliquées des mammi- féres seraient le résultat d'une complication graduelle et tou— jours croissante du type de dent simple, conique ou pointue des reptiles. Cette théorie a été émise par les paléontologistes vord-americains (principalement par Core) qui ont defendue (Osorx, Core, Wortmax, Scorr, etc.), avec une tres grande habi- lité; aujourd*hui elle est généralement acceptée. Le point de départ est absolument le méme que dans la théorie précédente. Les dents des premiers mammiféres de- vaient étre simples, coniques ou pointues comme celles de beaucoup de reptiles, les pointes des dents d'en bas alternant avec les pointes de celles d'en haut. Par une espece de bour— geonnement, á ce cóne primitive il sy serait ajouté deux poin- tes accessoires, Pune en avant et l'autre en arriére, la dent présentant alors trois cuspides sur une méme ligne longitudi- nale, forme ou stade appelé triconodonte. Par la pression en sens inverse des deux rangées dentaires, les deux cuspides ac- cessoires auraient été rejetées un peu en dehors aux dents su- périeures et en dedans aux dents inférieures; les trois cónes ou cuspides de chaque dent se seraientainsi disposés en forme de triangle et la couronne aurait pris un contour triangulaire; on appelle triangulaires, trigodontes, ou trituberculaires, les dents qui se trouvent dans ce stade. Du type triangulaire Ou trituberculaire dériveraient toutes les autres formes de molaires plus ou moins compliquées. Ain- si, le développement d'un talon transversal á la base de la partie postérieure de la couronne des molaires inférieures au- KUKENTHAL W. Ueber die Entstehung und Entwickelung des Sáuge— thierstammes. Biologisches Centralblatt. Band XII, a. 1892. — 1d. Ueber den Ursprung und die Entwickelung der Saugelhierzahne. Ye- naische Zeitschrift fur Naturwissenschaft. Band XXVI, a. 1892, ADA rait donné origine a la forme de dent étroite ou tranchante en avant que Pon a nommée tuberculo-sectoriale, laquelle apres se serait transformée dans la dent tranchante des mammiféres carnivores, appelée carnassiére. Par le développement d'un cuspide sur le cóté interne pos- térieur des dents triangulaires ou trituberculaires supérieures se seraient formées les dents du tipe quadrangulaire ou qua- drituberculaire. A la máchoire inférieure le type quadrituberculaire se serait constitué par la formation «'un talon transversal á la base de la partie postérieure de la couronne, suivi de la disparition du tubercule antérieur. Dans cette théorie, les racines ne jouent aucun róle d'im- portance; elles se seraient formées par une division ou bifur- cation qui se serait produite avant la complication de la cou- ronne, puisque les racines se montrent déja bien séparées dans le stade triconodonte. D'apres cette théorie, les molaires quadrangulaires procéde- raient toujours des molaires triangulaires par une complica- tion de celles-ci. D'aprés la théorie opposée, de Porigine des molaires par la fusion de plusieurs dents simples, le type triangulaire seraif souvent le résultat de Vatrophie ou simplification du type quadrangulaire, et les racines multiples de chaque dentrepré- senteraient les racines non encore fusionnées des dents sim—- ples qui sont rentrées en fusion par leurs couronnes pour for- mer les dents composées. - Dansles deux théories, les dents plus compliquées quele type quadrangulaire simple (a quatre cuspides principales) seraient le résultat ('une complication du type quadrangulaire quadri- cuspidé. Voyons maintenant les preuves plus ou moins importantes que Pon peut apporterá Pappui de Pune ou Pautre de ces deux théories. A De L'ANCIENNETÉ RELATIVE DES DEUX TYPES DE MOLAIRES, TRIAN— GULAIRE ET QUADRANGULAIRE.—C'est dans la géologie et dans la paléontologie que Von est allé chercher les arguments les plus solides en faveur de la théorie de Porigine des dents molaires par la complication successive et graduelle de la dent pri- mitive simplement conique. Ses defenseurs prétendent que les types triconodonte et triangulaire sont plus anciens que le type quadrangulaire, et qu'ils prédominaient completement a Pépoque secondaire. Pourtant, 'en y régardant de plus pres, la préponderance, soit d'un type, soit de Pautre, n'a pas beaucoup d'importance dans la question. C'est incontestable que le type triangulaire domine aux épo- ques anciennes, mais celá est tout naturel, puisque étant une modification du type quadrangulaire il doit étre nécessaire— mentplus abondant; c'est une conséquence du principe formulé ailleurs, «que les formes moditfiées (ou latérales) doivent étre toujours infiniment plus nombreuses que celles qui se trou- vent sur la branche centrale ou l'axe d'ou divergent les bran— ches latérales» . On pourrait répondre a cela, avec quelque apparence de rai- son, que le type quadrangulaire devrait étre aussi rare á notre époque, tandis que c'est le contraire qui a lieu, puisque nous le voyons dominer, particulierement chez les ongulés. Mais cette contradiction »est qu'apparen*e et disparait aus- sitót que 'on examine de plus pres Porigine de ces types. Les mammiféres primitifs á dents simples et pointues étaient cer tainement carnivores (ou insectivores) et il dévaient en étre de méme des premiers mammiféres a dents composées descen- dant directement de ceux-lá. Or, le type de denture quadran- gulaire á couronne large et plus ou moins mamelonnée est a peu pres incompatible avec le régime carnivore ; on comprend donc facilement pourquoi les premiers mammiféres á dents composées de l'époque secondaire ont dú évoluer bientót vers les types triangulaire et triconodonte, avec des dents plus ou — 404 — moins tranchantes et par conséquent plus appropriées pour couper et déchirer, Ces mémes types de denture triangulaire ettriconodonte sont au contraire trés défavorables au régime herbivore qui prédomine aux époques géologiques plus ré- centes ; voilá pourquoi les mammiferes a dents quadrangulaires se sont multipliés d'une maniére extraordinaire dés le com- mencement de l'époque leriiaire, en méme temps que Jeurs dents devenaient encore plus compliquées. Ce quí constituerait un argument plus serieux serajt une plus grande ancienneté géologique d'un type sur Pautre. Mais dans ce cas aussi les faits ne favorisent pas du tout la théorie de la complication graduelle. Dans le plus ancien terliaire d'Europe, á Reims (faune Cernaisyienne), á cóte de quelques types á dents triangulaires, on trouve des ongulés comme le Pleuraspidotherium Lem. el VOrthaspidotherium Lem., des car- nassiers primitifs (Creodontes) comme l'Arctocyon De Blain. etc., ádents quadrangulaires, quadrituberculaires ou plus com- pliquées encore. Dans le plusancien tertiaire dePAmérique du Nord (formation du Puerco), a cóté de nombreux genres a dents triangulaires (trituberculaires) il y a des ongulés comme le Perypiychus (') et le Phenacodus, des carnassiers primitifs (Creodontes) comme le Mioclaenus, des artocidatyles comme VAchnaedon (des couches de Bridger) a dents nettement qua- drangulaires et quadricuspidées. Dans la formation tertiaire ancienne de la République Argentine représentée par la forma- tion santa-cruzienne de la Patagonie australe, les genres á dents quadrangulaires sont encore plus abondants et prédo— minent absolument. Dans le crétacé le plus supérieur de Patagonie représenté par les couches á Pyrofherium contenant des nombreux mam- 1) Ce genre est donné comme ayant la denture au stade tritubercu— laire, mais tant que nous pouvons en juger par les dessins nous trouvons que les deux premiéres vraies molaires d'en haui et d'en bas sont nettement quadrituberculaires. miféeres, presque tous les genres sont aussi a molaires qua- drangulaires. Dans le crótacé supérieur (formation de laramie) de l'Amé- rique du Nord, les genres a dents compliquées, quadrangu- laires et multituberculeuses, prédominent également sur ceux á dents triangulaires et trituberculeuses. Dans le jurassique d'Europe et de PAmérique du Nord, prédominent, ilest vral, lesgenresádents triangulaires et trico- nodontes, mais on y trouve également des genres á dents rec- tangulaires et multivubercalaires comme le Plagiaulax, le Ctenacodon, le Stereognathus, etc. Les mammiferes les plus anciens que l'on connait provien- nent du trias de l'Amérique du Nord, d'Europeetde l'Afrique australe. De PAmérique du Nord on n'en connait que deux genres (Dromotheríum et Microconodon) et leurs dents n'ónt aucune ressemblance ni avec le type teiaogulaire ni avec le type quadrangulaire; on a voulu y voir le commencement de la complication dentaire quí conduit du stade haplodonte au stade triconodonte. Devant bieniót revenir sur examen de la denture de ces deux genres, pour le moment nous nous con- tenterons de déclarer que nous ne le croyons pas. Des couches d'Europe et de PAfrique australe á peu presdu méme áge on ne connaít que des genres á dents quadrangu— laives, rectangulaires et multicuspidées (Microlestes, Trygly- phus, Trytylodon).. La géologie et la paléontologie ne nous apportent done aucun fait en faveur de la plus grande ancienneté des types triangulaire et triconodonte, sur le type quadrangulaire ou rec- tangulaire. Mais, si nous laissons de cóté le Microconodon et le Dromotherium qui ne se rapportentá aucun de ces deux types, nous trouvons comme plus anciens, les genres á dents rectan- gulaires et multituberculées. Du reste, on verra bientót que la denture des genres Dromotherium et Microconodon, au lieu d'étre en voie de complication était au contraire en pleine — 406 — évolution regréssive, c'está-dire en voie de simplification. De LA DISTRIBUTION DES DEUX TYPES DANS LA SÉRIE DES MAMMI- FERES.—La distribution de ces deux types dans la série des mammiferes, est de telle sorte, qu'elle ne permet pas de con- sidérer la quadrituberculie comme un caractere acquis parune comblication graduelle du cóne simple primitif. Si cette com- plication était le résultat d'un dedoublement graúuel de la cou- ronne simplement conique, le degré de complication de la denture devrait étre en rapport avec le degré d'évolution des difiérents ordres de mammiferes; on devrait trouver des grou— pes entiers dans le stade triconodonte, d'autres groupes au stade trituberculaire, autres au stade quadrituberculaire, ete. Ce West pas lá le cas cependant; laissant de cóté les cétacés et les édentés á dents simples et généralement de méme forme, nous trouvons les deux types, triangulaire et quadrangulaire, a coté Pun de Pautre á partir des marsupiaux jusqu'au prima- tes, en passant par les carnivores, les herbivores, les insecti- vores, les rongeurs et les ongulés; dans cette distribution il n'y a absolument rien quí ressemble á une complication gra- duelle de la denture á partir du type le plus simple constitué par la dent conique et pointue des reptiles, Toutes les formes de molaires ne semblent que des modifications d'un type déja compliqué, produites par les diflérences dans le régime d'ali- mentation. AU POINT DE VUE MORPHOLOGIQUE.—Les molaires plexodontes présentent une couronne plus ou moins compliquée et des ra- cines multiples, mais tandis que celles-ci dépassent rarement le nombre de quatre, les cuspides, tubercules, plissements «VPémails, etc., des couronnes peuvent arriver a des nombres beaucoup plus élevés. Au moyen des formes fossiles on a pu s'assurer que chez quelques groupes, comme celui des éléphants, la complication des couronnes est d'origine relativement récente, et due á une —- 407 — augmentation dans le nombre de lamelles ou des tubercules. Chez d'autres ongulés, en étudiant des formes fossiles qui des- cendent les unes des autres On a pu suivre aussila complication graduelle de certaines dents par Paddition successive de nou_ veaux tubercules, et on a cru trouver dans ces faits une objeec- tion décisive á la théorie de la fusion. Pour expliquer lV'appa- rition successive de nouvelles cuspides, disent-ils, il faudrait admettre existence d'une reserve de dents coniques destinées á augmenter progressivement le nombre de cupides par leur fusion successive aux dents plexodontes existantes. Que cela v'est pas le cas, c'est évident. Cette objection est en eftet fondamentale en contre de la théorie de la fusion telle comme elle a été concue par M. Rósk mais non en contre de la méme théorie telle comme nous l'a— vons originellement exposée. Nous avons demontré (Filogenia, pages 88 a 112) qu'apres la fusion qui produisit les dents ple- xodontes, ces dents se sont tantót compliquées davantage par la formation de nouveaux tubercules, tantót se sontsimplifiées par Patrophie graduelle des cuspides, tubercules, etc., des cou- ronnes. Nous avons toujours insisté sur ces changements d'u- ne maniétre toute spéciale, car en notre qualité de paléontolo- giste nous avons examiné une quantité énorme de dents de presques tous les groupes de mammiféres, et nous avons pu nous assurer de la grande facilité avec laquelle ces organes changent de forme par Paddition ou la supression des cuspides tubercules, plis d'émail, creux rentrants, vallées, etc., des couronnes Nous ne partageons done pas l'opinion d'apres laquelle les molaires des multituberculés seraient le résultat de la fusion dV'autant de dents simples que le nombre de cuspides que Pon voit sur leurs couronnes; le nombre de dents fusionnées ne peut étre que de quatre ou cinq tout au plus pour chaque dent. La présence de ce genre de molaires dans le trias donne un point d'appui a la théorie de la fusion, parce que si ces dents étaient le résultat de la complication graduelle non seulement = 408 = il faudrait faire remonter origine des mammiferes á une épo- que excessivement éloignées, mais aussi l'on devrait trouver dans les terrains antérieurs au trias des nombreuses formes intermédiaires entre celle conique et celle multicuspidée. Pourtart, comme on n'en trouve pas, nous sommes porté a croire que les dents plexodontes se sont constituées par un procédé rapide comme serait celui de la fusion. Nous observons aussi que tous les mammiferes de lépoque secondaire ou plus récents qui se trouvent au stade triangu- laire ou méme triconodonte sont a dents avec des racines bien séparées; á la máchoire inférieure les racines sont au nombre de deux pour chaque dent. La division de la base des dents en racines séparées se serait done produite avant lP'acqui- sition du stade triconodonte. D'apres cette école, la bifurcation des racines aurait précédé la complication des couronnes (*), puisqu'on les trouve déja formées dans le Dromotherium et le Microconodon, genres dont les dents n'auraient pas encore atteint le stade triconodonte. Si la bifarcation de la racine aurait vraiment précédé la complication de la couronne, il nous paraít que les dents dé- vraient étee bien plus compliquées a leurs bases qu'a leurs couronnes, mais c'est précisement le contraire qu'á lieu, car il est bien facile de constater que les parties qui constituent les couronnes des molaires présentent infiniment plus de va- riations que les racines. D'un autre cóté, si les racines n'étaient que le résultat d'u- ne complication graduelle, le produit d'un dédoublement de la racine unique, nous ne pouvons pas comprendre pourquoi il ne sen serait pas formée également dans les dents des autres classes des vertébrés particulierement des reptiles. Il y a des nombreux genres de cette classe avec des dents á couronne assez compliquées; chez les formes herbivores (*) OSBORN. The structure and classification of the Mesozoir Mam— (5 | EY malia, p. 240-241, a. 1888. — 409 — éteintes celte complication est encore plus grande, sans que cependant on y trouve des racines séparées (*). Le Galesaurus du trias de VAfrique australe posséde des dents dont les cou- ronnes se írouvent au stade triconodonte, et pourtant ces dents ne mouvtrent pas méme de commencement de division en deux racines. Ces faits bouleversent complétement la théorie de la complication des racines par division ou dédou— blement. Mais si cbez Jes reptiles on trouve des dents á couronne compliquée etá une seule racine, chez les mamomiféres on rencontre des denís (particuliérement les canines de plusieurs groupes) que tout en possédant deux racines bien séparées, sontá couroane simple et conique, sans le moindre vestige de complicatioo. Nous ajouterons que la plus grande fréquen- ce aux époques anciennes, de canines á deux racines, plaide égalemeot coaire la théorie de la complicaiion successive. Les plus ancieas mammiléeres parus contredisent aussi cette théorie. Laissant de cóté les multituberculés ou Plagiaulaci- dés á dents compliquées qui sont on ne peut plus en contra- diction avec ces idées, arrétons-nous un instant aux Siylaco- dontidae (*) du jurassique. Nous savons que dans la générali- té des mammiitres, les dents postérieures sontá couronne plus compliquée que les antérieures et possedent un plus grand nombre de racines, qui soni en outre plus diver gentes. En général, la complication des dents diminue graduellement d'arriére en avant. Si la théorie de la compli- cation progressive et du dédoublement des racines était done vraie, il est tout naturel que celie complicaiion ei ce dédou- blement a du commencer par les dents postérieures. Or la (2) Le Triceraiops du crétacé de l'Amérique du Nord, serait une ex- ception; mais il est possible qu'il ne s'agisse que de pseudo-racines, et non de vraies racines avec canal alimentaire indépendant; la forme de ces racines du moins d'apres les dessins, nous parait confirmer cette opinion. (?) Amblotheriidae. — 410 — mandibule du Stylacodon du ¡urassique d'Angleterre et de PA- mérique du Nord a les dents antérieures avec deux racines tres divergentes et une couronne assez éloignée du type coni- que primitif, tandis que les dents postérieures sonta couronne conique et ontles racines tres rapprochées, parfois méme fu- sionnées, ce qui ester contradiction avec Ja théorie. Nous sommes tellement loin de croire que les dents de ce genre étaient en voie de se compliquer que nous croyons tout a fatt le contraire, c'est-a-dire qu'elles étaient en voie de se simpli- fier. Le Dryolestes représenterait un stade moins avancé dans cette méme voie de simplification des couronnes et de la fu- sion des racines. Les molaires supérieures quadrituberculaires typiques mon- trent a la couronne quatre tubercules, deux internes et deux externes, acquis d'apres la théorie de la complication gradue- le, dans P'ordre que nous avons indiqué plus haut. Mais les molaires d'un nombre considérable d'ongulés présentent deux autres tubercules intermédiaires plus petits considérés comme ayant été acquis apres que ces dents avaient atteint le type quadrangulaire et quadrituberculé. Prenons un ongu- lé ancien au hasard, l'Hyracotheríum, par exemple, á molaires persistantes quadrangulaires et á molaires de remplacement triangulaires. Ces derniéeres n'ont qu'un seul des deux tuber- cules internes des molaires persistantes, mais montrent déja parfaitement développés les deux tubercules ou conules inter- médiaires; ces dents auraient done acquis ces conules avant dWV'atteindre la forme quadrangulaire. Ce fait contredit la théo- rie de la complication graduelle, Dans la théorie de la fusion cela s'explique facilement; ces sont des dents primitivement quadrangulaires qw'ont pris le type triangulaire par une sim— plification du cóté interne suivie par la perte du tubercule antéro-interne et le déplacement vers Pavant du postérieur interne, la simplification n'ayant pas atteint ni les deux tuber- cules externes ni les deux conules intermediaires. L'Hyraco- theríium n'est pas une excepcion carnous pourrions faire men- == 411. — tion de beaucoup d'autres gentes anciens quise trouvent dans le méme cas. Dans le genre Pachynolophus la dernitre molaire de rempla- cement présente la méme forme quadrangulaire que les mo- laires persistantes, avec les quatre tubercules principaux et les deux conules intermédiaires; c'est le méme type que de- vait présenter la dent correspondante de l'Hyracotherium avant de perdre le tubercule interne-antérieur. Qwil en est ainsi, on en trouve la preuve dans la comparai- son de la premiere dentition avec la deuxieme. Chez presque tous les ongulés ayant la derniére dent supérieure de remplacement de forme triangulaire, la dent qui la précede et que par consequent représente le type primitif, c'est-4- dire la derniére caduque, est quadrangulaire comme la premiere molaire persistante. Dans le Pachynolophus, la qua- trieme caduque et la quatrieme de remplacement ont la méme forme quadrangulaire etle méme type que la premiére per- sistante. Les Proterotheridae, les Macrauchenidae, les Proty- potheridae et beaucoup d'autres formes fossiles se trouvent dans le méme cas. Ces faits sont inexplicables par la théorie de la complication graduelle, mais s'accordent tres bien avec la théorie de la fusion. Voyons maintenant les deux genres de mammiferes les plus anciens que Pon connait, le Dromotheriíum et le Microconodon qui constituent le vrai cheval de bataille des partisans de la théorie de la formation des molaires compliquées par la com- plication graduelle des dents simples. D'apres eux, ces deux genres seraientles plus imparfaits des mammiferes et se rap- procheraient des reptiles; leur denture se trouverait dans un stade intermédiaire entre le type haplodonte primitifetle type triconodonte; en outre, leurs dents montreraient le commen- cement du dédoublement des racines. Que Pon soit en présence de mammiferes tres inférieurs, cela nous parait évident. Pourtant, pour ce qui regarde leur den- turenous croyons qwil s'agit de types qu'étaient déja exces si.- T. XIV 28 vement spécialisés. Cette haute spécialisation nous parait tres évidente dans les caracteres suivants : a) Dans le nombre total de dents, qui est inférieur á celui que généralement présentent les mammiferes jurassiques. Ce nombre est d'ailleurs tres éloigné de celui que Pon trouve chez certains édentés et cétacés et par conséquent aussi de celui que devait présenter le premier mammifére; y Dans le nombre des incisives quí n'est que de trois, tan- dis qw'il est de quatre chez beaucoup de mammiféres actuels; ce méme nombre de quatre est également fréquent dans les mammiféres jurassiques; c) Dans la réduction du nombre des dents considérées com- me prémolaires, ce nombre r'étant que de trois, tandis qu'il est de quatre chez la plupart des mammiféres récents, et dans la presque totalité des mammiferes jurassiques; d) Dans la spécialisation des diftérentes catégories de dents; les molaires sont déjá bien diftérentes des prémolaires, la ca- nine est bien développée, d'une forme toute particuliere, et il en est de meme des incisives; e) Dansles diastemes qui séparent les incisives les unes des autres et la longue barre qui sépare la canine des prémolaires; f) En outre, la couronne des molaires est d'une forme toute spéciale, chaque dent présentant un cóne central plus élevé et pointu, et deux ou méme trois pointes accessoires á chacun de ses bords, antévrieur et postérieur. 1l en résulte que chaque molaire a de trois á cinq pointes placées sur la méme ligne longitudinale. Or, comme le type triconodonte, n'a que trois tubercules ou pointes qui sesuccedentd' avant en arriére, nous avouons que nous ne pouvons pas comprendre comment une dent á cinq pointes pourrait représenter un stade de l'évolu- tion de la dent monocuspidée vers la dents tricuspidée; g) On a fait remarquer que ces dents n'ont pas de racines bien séparées de la couronne, et que la division de la racine est incompléte ou peu accentuée, ce qui indiquerait qu'elle était au commencement de la bifurcation. Nous sommes d'un a ES avis absolument contraire. Le nombre de pointes accessoires et les hauteurs difiérentes ou elles se trouvent placées, la di- minution graduelle du nombre de ces pointes aux dents anté— rieures et la transition presque insensible des molaires aux prémolaires, tout cela nous fait croire que nous avons A faire a des dents qui étaient en voie de se simplifier et leurs racines sur le point de se fusionner; nous croyons aussi que ces dents étaient en voie de prendre la forme d'un fút allongé égal tout du long, et de devenir á croissance continue. Cette évolution était déja accomplie dans les prémolaires, que nous croyons étaient á base ouverte et devaient étre á croissance continue; h) La maniére spéciale dont les dents sont pressées les unes aux autres, surtout les prémolaires, plaide également en fa- veur de notre opinion; 1) Les premiers mammiféres devaient étre polyphyodontes ou «du moins des diphyodontes parfaits avec la premiere den- ture bien développée et tres lontemps fonctionnelle. Le Dro- motherium et le Microconodon devraient donc présenter des traces de polyphyodontisme ou du moins un diphyodontisme trés accentué; pourtant ils ne montrent rien de semblable, et en plus les caracteres susmentionnés nous font eroire que ces animaux uvaient déja atteint le stade monophyodonte. Ces genres sont done bien éloignés de la souche primitive des mammifeéres. Nous ajouterons encore, qu'a notre époque, spécialement chez les Pinnipedes, nous avons des exemples de simplifica tion dentaire á peu pres semblable á ceux des deux genres en question. Le genre Halichoerus est au stade triconodonte, c'est- á-dire a denture un peu moins simphifiée que celle du Dromo- therium. Le genre Calorhinus estau contraire dans le stade haplodonte; dans son évolution vers la simplification, il a dépassé les deux genres triassiques dont nous nous occupons. Le Dromotherium et le Mieroconodon seraientdonc deux gen- res á denture déja trés specialisée et simplifiée par une évolu— tion régressive. Cestá quoi Pon devait s'attendre, car, étant — 414 — donné le nombre infiniment plus considérable des branches latérales ou formes modifiées dela tige centrale, se serait un erand hasard que les deux premieres formes trouvées dansle trias américain fussent précisement de celles qui doivent se trouver sur le prolongement de la ligne centrale directe qui conduit aux mammiferes modernes. Nous avons voulus nous occuper avec quelques détails du prétendu point de départ, mais nous ne nous arréterons pas á examiner au méme point de vue la denture des différents grou- pes des mammiferes; il suftit d'avancer qu'il serait pour nous toujours facile de faire dériver du type quadrangulaire, les ty- pes triconodonte, trigodonte et triangulaire ou tritubercu- laire. AU POINT DE VUE ONTOGÉNIQUE. — Ona cherché des preuves en contre dela théorie de la fusion, dans le développement em- bryologique. Les objections peut-étre les plus sérieuses sont celles du Dr. Worrmax et ont d'autant plus de valeur qu'elles vienneñt un des odontologistes de plus de mérite. Si la théo- rie de la fusion est vraie, il se demande pourquoi au commen- cement de la formation de chaque dent on ne trouve qu'une seule papille dentaire au lieu de plusieurs, et pourquoi l'or- gane de l'émail se présente comme un diverticulum simple de la lame dentaire. M. Worrman a raison; chaque molaire ple- xodonte prend origine dans une papille qui, du moins apparem- ment parait étre simple. Pourtant, d'apres M. Róse, la forma- tion mésodermique qu'en forme de pilier pénetre dans la clo- che de Porgane adamantin pour constituer apres la pulpe den- taire, prendrait origine dans plusieurs papilles que des leurs premier commencement se confondent dans un seul corps pa- pillaire. Mais admettons que l'on n'arrive pas á découvrir la forma- tion de la papille dentaire des dents plexondontes par la réu— nion de plusieurs papilles; cela ne suffirait pas a démontrer que la théorie de la fusion soit fausse. Le développement em- -— — 415 — bryologique ce est bien une recapitulation du développement phylogénétique, mais pourqueles caracteres solentreincorporés et visibles dans Pembryon il faut qu'ils aient été fonctionnels pendant la vie de lP'individu ou quiils aientapparus pendant la vie extra-utérine. Tel n'est pas le cas de la formation des dents plexodontes, car, comme nous le verronsa la suite, ce ne sont pas les dents complétement développées qui se sont fusion- nées sinon les germes dentaires. La fusion a eu lieu faute de place, probablement a Vépoque méme de la formation des papilles, c'est-áa-dire précisement au point de départ; il est done tout naturel que Pon ne doit pas les trouver séparées ou seulement d'une maniére imparfaite et excessivement fugace. Dans les dents plexodontes, chacune des cuspides qui cons- tituent la couromne, se calcifient indépendemment; la calcifi- cation commence por le sommet de chaque cuspide et avance graduellement vers la base jusqu'á ce que les différentes par ties se fusionnent ne formantplus qu'une seule dentá plusieurs cuspides. D'apres M. Rósk, chaque cuspide seraient homolo— gue (une dent simple haplodonte commes celles des reptiles; leur calcification indépendante et leur fusion post=rieure pen- dant le développement embryologique serait une repétition du développement phylogénétique et par conséquent une com- probation de la théorie de la fusion. MM. Scntosser et Wortman ont combatu cette maniére de voir avec vivacité, en comparant ces différents centres de calcifica— tion des molaires compliquées aux différents centres d'ossifi- cation du squelette. Avec unesemblable théorie, dit M. Sentos- SER, Ont pourrait également afftirmer que les os des extrémi- tés sont formés parla fusion de trois os distincts puisquiils s'ossifient par trois parties indépendantes qui ne se fusionnent que plus tard. M. Worrman aussi compare cette calcification in- dépendante des cuspides dentaires aux centres d'ossification des os longs des mammiféres. L'humérus de Phomme, dit-il, commence á s'ossifier au moins par sept points différents etle fémur par cing, quí aparaissent les uns aprés les autres, mais — 416 — cela n'indique pas que ces os soient formés par autant de pieces distinctes; aucun antécesseur de "homme, aucun mam- mifére n'a pas eu un fémur de cing ou un humérus de sept os différents. Nous ne pouvons concorder avec l'opinion de ces naturalistes distingués, car il nous paraít qu'en appliquant le méme juge- ment nous pourrions dire aussi que le cráne n'est formé que par un seul os. Les parties épiphysaires des os longs sont bien des parties distinctes des diapbyses, et la preuve en est que dans les vertébrés inférieurs les parties quí leur sont homo- logues restent á Pétat cartilagineux. Le fémur des mammiféres c'est bien un os formé par cinq os differents; ce qu'il y a c'est qwils n'ont jamais été indépendantsou n ont pas été fonction— nellement séparés. Les phalanges aussisont formées par trois os distinets, car, quoique chez la. plupart des mammiféres elles v'aient jamais été fonctionellement séparés, chez quel- ques uns se sont désunis pour constituer autant Vos indépen- dants. Le ralentissement toujours progressif de l'époque de fusion des parties épiphysaires des phalanges termina par leur séparation complete, donnant origine a P'hyperphalangie des cétacés. L'hyperdactylie des plesiosauridés a probablement la méme origine. On ne peut dire que les epiphyses soient le résultat de la complication des diaphyses, — ce sont bien des parties originellement distinctes. La seule diflérence entre les cuspides des dents plexodontes et les parties épiphysaires des os longs, est que les cuspides ont probablement fonctionnés comme des dents difiérentes qu'apres se sont fusiomnées, tandis que Jes parties épiphysaires des os longs mont jamais fonctionnés d'une maniére distincte Ou autonome. Chacune des vertebres d'un mammifere complétement adulte ne forme qu'un seul os, que dans son développement s'ossifie par plasieurs points correspondants á autant de parties qu'au- tre fois étaient séparées; au contraire de ce qu'on a dit du fémur ou de Fhumérus, ont peut rappeller Vexistence de nom- breux vertébrés inférieurs Jont les vertebres étaient constituées — 417 — par un assemblage de plusieurs parties osseuses compléte- ment distinctes pendant toute la vie. Quoique ne trouvant pas fondées les objections que nous venons de réfuter, et touten reconnaissant Vimportance des observations de Róse sur les centres de calcification des dents compliquées, nous faissons á ce sujet nos reserves jusqu'á pos- séder de plus amples renseignements. Nous avons nos rai- sons pour croire que la calcification de tous les tubercules, mé nes de ceux qu'évidemment'sont d'origine récente et le resul- tat d'une complication graduelle (exemple, les trois cuspides des incisives non encore usées de l' homme) commence toujours par le sommet. Mais, s'il résultait quil v'en est pas ainsi, la calcification des molaires plexodontes autour de plusieurs cen- tres indépendants constituerait une des plus fortes preuves en taveur de la théorie de la fusion. Dans ces travaux, M. Róse a établi aussi que les cuspides d'une méme dent apparaissentnonsimultanémen! sinon succes- sivement, etil a déterminé avec le plus grand soin, leur ordre d'apparition successive dans Pembryon comme constituant une nouvelle preuve que les dents plexodontes sont le résultat de addition et la fusion successive de plusieurs dents simple- ment coniques. M. Ossorx fait remarquer qu'avec une ou deux seules exceptions, Pordre de succession embryologique est le méme que celui de Pordre d'addition de nouvelles cuspides déterminé d'apres Pétude morphologique des dentures des types fossiles au point de vue de la théorie de la complica tion, fournissant une nouvelle preuve en faveur de celle-ci. D'apres ce parallelisme se sont les cuspides antérieures ex- ternes qu'apparaissent les premiéres et les postérieures in- ternes les derniéres, succession que dans la théorie de la fusion ne pourrait se produire autrement, puisque c'est Pordre naturel d'apres lequel s'effectue le développement de la den- ture. ll est tres facile d'observer que chez les dauphins les dents se développent suecessivement d'avant en arritre, et Pon peut facilement s'assurer que cela est vraie pour tous les mam- — 418 — miferes. Chacune des dents composées prise isolement, évolue aussi d'avant en arriéere; on voitcela tres biensurles grandes molaires des éléphants, chaque dent ayant la partie postérieure encore cachée dans la mandibule tandis que la partie anté- rieure est déja fortement ataquée par la mastication. L'ordre de fusion des denticules doit nécessairement avoir suivie ordre WVapparition des dents, et c'est pour cela que les cuspides de - chaque dent apparaissent d'avant en arriere et du cóté externe a Vinterne, ce qui concorde parfaitement avec la théorie de la fusion. D'ailleurs, Pontogénie, contredit aussi la théorie de la for- mation des dents plexodontes á racines multiples, par le dé- doublement et la complication progressive de la dent conique primitive; du moins le développement embryologique n'en fournis pas de preuves a Pappui. Si cettethéoriefút vraie, le développement embryonnaire des dents deyrait nons présentertous les stades de cette évolution ; premitrement un simple germe conique quw'apres devrait se dédoubler suecessivement, d'abord á la couronne pour former les cuspides et apres á la base pour produire les racines. Pourtant, le développement embryologique s'effectue d'une maniére bien différente. Quand le développement embryonnai- re est déjá un peu avancé, l'épithelium de la cavité buccale forme sur le bord dentaire des gencives un plie qui s'enfonce dans la profondeur des máchoires, qw'alors sont encore en partie cartilagineuses. Ce replie ectodermique recoit le nom de lame dentaire, etsa face externe prend le nom de face adaman- tine. Per une espéce de bourgeonnement de la lame dentaire il se forme “sur sa face adamantine des petites protubérances qui prennent bientót la forme de calottes ou cloches creuses en dessous, et dont le nombre est égalá celuides dents de cha- que série; ces calottes sont les organes adamantins destinés á produire la couche d'émail. Au-dessous de chaque calotte se forme une espéce de bouton d'origine mésodermique (papille dentaire); á mesure que la calotte grandit et que le creux d'en AO E e dessous devient plus considérable, le bouton ou pilier méso- dermique se prolonge en forme de cóne et occupe la cavité de la dent en formation produisant la pulpe dentaire. La calotte dentaire produit sur sa face interne la couche d'émail, tandis que le cóne mésodermique transformé dans la pulpe, produit dans sa face supérieure et externe en contacte avec Porgane adamantin ou avec l'émail la partie osseuse qui vient en des- sous. Plus tard, la formation de la denture continuant au-delá des limites de l'organe adamantin se produit la formation des racines. Nous n'avons pas besoin de rentrer dans plus de détails. Il nous suftit de faire remarquer, que dans les dents simples et coniques, lorgane adamantin a la forme de cloche, mais il n'en n'est pas de méme dans les dents compliquées; les germes de ces derniéres présentent des leur commencement une compli- cation de la lame dentaire qui donne origine á un organe ada- mantin offrant á sa surface interne les reliefs principaux que plus tard présentera la couronne définitive. Dans les dents simples, la premiére déposition de la dentine se fait á la sur face du sommet du cóne de la pulpe. Dans les dents compo- sées, la pulpe, au lieu de présenter la forme de cóne, montre plusieurs protubérances correspondantes á celles de Porgane adamantin et de la couronne de la dent définitive; la premiétre déposition de la denture ne se produit pas sur toute la surface de la pulpe a la fois sinon sur les sommets de ces protubéran- ces qui paraissent correspondre á autant de parties primitive- ment séparées. Aprés, le dépót descend progressivement ¡us- quíá que ces difiérents ilots se réunissent par leur base et ensuite Possification envahit toute la dent. La pulpe conique des dents simples est produite par le développement d'une seule papille dentaire mésodermique, tandis que la pulpe des dents composées, d'aprés les derniéres recherches embryolo- giques, se développerait par plusieurs papilles qui se fusion- nent, ces papilles correspondantá autantde racines et á autant de dents primitivement distinctes. Les racines n'existent pas — 20 durant la période embryonnaire, mais sont représentées par les vaisseaux nourriciers correspondants dont le nombre est égal a celui des dents primitivement séparées, Les racines n'apa- raissent que plus tard, toutes á la fois et se développent sépa- rémment les unes des autres; nulle part on ne voit le dédouble- ment d'une racine. Le développement embryologique contreditdonce absolument la théorie de la complication successive de la couronne des molaires compliquées á partir de la dent conique primitive, et contredit également la partie de la méme théorie quí veut que les racines mu tiples ne soient que le résultat du dédouble- ment suecessif de la racine unique primitive. Nous verrons bientót, que le développement ontogénique fournit contre cette théorie d'autres arguments encore bien plas importants. Les RACcINEs DES DENTS. —Pour Vétude de lPorigine des dents compliquées des mammiféres, les racines ont une importance capitale, que malheuresement a été méconnue jusqu'au- jourd'hui. La racine c'est la partie de la dent dépourvue d'émail quí s'implante dans Valvéole, et s'amincit graduellement vers le boutjusqu'a términer dans une pointe présentant une petite vuverture par ou passent lPartere et le nerf dentaire; parfois, dans la vieillesse et dans certains groupes, cette ouverture s'oblitere, mais Pintérieur de la racine conserve tou- jours les vestiges de la cavité de la pulpe. Généralement, les dents de couronne simple ou conique, "ont qu'une seule ra- cine, mais les dents á couronne plus ou moims compliquée peuvent avoir deux, trois, ou méme quatre racines séparées. Les dents qui dans toute leur longueur conservent la méme forme et dont le bout opposé a la couronne est largement 0u- vert, présentant un creux qui pénétre profondement dans P'in- térieur, n'ont pas de racines; ces dents sont á croissance con- tinue et leur base reste toujours complétencent ouverte. C'est un fait incontestable, que les couronnes des dents peuvent se compliquer par la formation de nouveaux plis el tuber- cules et peuvent aussi se simplifier par la fusion etPatrophie de ces mémes parties. Il en est de méme de la partie opposéea la couronne; entre les racines ou dans le parcours de celles=ci, il peut s'y former des protubérances ou des expansions, simu- lants des racines, quisont particulierement fréquentes chez les animaux á dents compliquées et tuberculeuses comme les sui- dés. Ces protubérances, qui ne sont pas rares dans les der- niéres molaires de homme, se distinguent des vraies racines par leur bout non perforé, et quand parfois elles sont creuses il ne s'agit que de dilatations de la cavité de la pulpe térmi- nant toujours en cul-de-sac. La division de la base des dents de lait de certains edentés (Tarusia) produite par la poussée de la dent de remplacement constitue un autre genre de fausses racines. Il faut aussi faire une distinction entre les dents á une seule racine, et les dents á deux 0u plusieurs racines. 1l n'est pas toujours facile d'étaLlir si une dent est pourvue d'une racine unique, ou de deux racines distinctes. Chez quelques mammi- feres et surtout dans certains cétacés ( Fontoplanodes, Platanis- ta, Ischyrorhynchus) la racine unique s'allonge d'avant en arriére et s'aplatit de telle facon que les deux coins, antérieur et postérieur, un peu allongés, simulent deux racines séparées ; pourtant, la cavité de la pulpe n'est pas divisée, et la perfora- tion du bout d+ la racine reste toujours unique jusqw'a Pépo- que ou elle s*oblitere complétement. C'est probablement á des fausses racines de ce genre que Pon devra rapprocher les ra— «cines dites séparées des dents postérieures du genre de repti- les du crétacé nord-américain, que Pon a nommé Triceratops. Il y a encore une autre condition, trés fréquente chez les mammiferes que Pon doit la considérer aussi comme repré- sentant des pseudo-racines. Les dents de cette catégorie, mon- trent au-delá de la partie émaillée une partie sans émail, sou- vent tres longue, mais quí ne se rétrécie pas, conservant la méme largeur ou méme devenant plus large vers le bout, tou- jours largement ouvert. Les dents avec des pseudo—racines de cette forme, sont en général de dentition polyphyodonte. Nous sommes maintenant en état d'examiner avec plus de profit, lexplication qu'on a donné de la formation des raci- nes. Nous avons vu que les paléontologistes qui prétendent que la complication de la couronne des molaires s'est produite par la complication graduelle de la dent haplodonte primitive, expliquent la formation des racines multiples par la division ou complication graduelle de la raciue simple primitive. On a vu également que, V'apres eux, la complication de la racine avrait précédé la complication de la couromne (*). Pour que cette théorie eút une base solide on aurait dú com- mencer en donnant une explication de la formation de la ra- cine unique, ou de la cause qui produit les racines en général ce qui na pas été fait. Il est vrai qu'on a présenté le Dromotherium comme étant un mammifere chez lequel les racines des dents étaient en voie de bifurcation, mais nous avons déja eu Poccasion de ma- nifester que nous croyons tout le contraire, puisque d'apres nous ces racines auraient été en voie de fusion et les dents en voie de se transformer en dents á croissance continue. On a cherché aussi des preuves de la formation des racines multiples par dédoublement chez certains reptiles éteints. Le (2) En réalité ils prétendent que la complication de la couronne a précédé celle de la racine, mais les faits se présentent comme s'il en était autrement. Le Microconodon et le Dromotherium ont des dents a couronnes qui n'auraient pas encore atteint le stade triconodonte tandis que les racines sont déja presque séparées. La dent canine de la plupart des genres jurassiques est á couronne simple et a deux racines, non seule- ment bien distinctes mais aussi avec leurs bouts tres séparés. En outre dans le Dimetrodon qu'on nous présente comme ayant des dents avec les racines en voie de dédounblement, les couronnes restent simples. Dimetrodon, reptile du groupe des 7heromora, présenterait des dents avec un commencement de la bifurcation de la racine en deux. Un des exemplaires figurés, montre sur sa moitié inférieure qui représenterait la racine, deux sillons ou dépres- sions perpendiculaires opposées, qui seraient le commence- ment de la bifurcation. Un autre exemplaire montre ces sillons si accentués, que la cavité de la pulpe paraít divisée en deux parties : pourtant, il est possible que cela ne soitqu'une appa- rence, et que les deux cavités soit en communication; il ne s'agiraitque d'un étranglement et non d'une véritable division. N'importe comment, on trouve des compressions et des sil- lons semblables sur les dents de plusieurs reptiles actuels, sans que ces étranglements abutissent jamais á former des vraies racines. Il y a encore une autre considération d'une grande portée; les dents du Dimetrodon, non seulement ne se rétrecissent pas á leur bout opposé á la couronne, sinon que ce bout est tres largement ouvert. Ces dents ne possedent donc pas de vraies racines et on ne peut les présenter comme offrant une preuve de la formation des racines multiples par le dédoublement de 2 racine primitive, car il tfaudrait admettre que la bifurcation dela dent pour former deux racines distinctes aurait précédé la formation de la racine unique. Les dents des animaux polyphyodontes n'ont pas de racines avec les bouts fermés. La presque totalité des reptiles ont des dents destinées á étre remplacées plusieurs fois, c'est-á-dire des dents á denture polyphyodonte; or, nous verrons bientót que la formation de vraies racines n'est possible que chez les vertébrés quí ont atteint le stade diphyodonte. Chez les animaux qui ont atteint le stade monophyodonte et dont les dents sont devenues á croissance continue, la formation de racines West plus possible; dans ces dents il pourra s'y pro- duire l'étranglement et méme la division de la cavité' de la pulpe (Orycteropus, Hydrochoerus), mais il n”y aura pas de for- mation de yraies racines. Les dents du Dimetrodon se trouvent dans ce dernier cas. Dans ce genre comme dans la plupart des Theromora, la den- ture avait alteint le stade monophyodonte; s'il y avait d'autres séries de dents elles n'étaient pas fonctionnelles. Les dents en fonction persistaient pendant toute la vie bienque leur état á eroissance continue p'était pas encore si parfait que chez les édentés. Les faits contredisent d'une maniére absolue, la théorie de la formation des racines multiples par le dédoublementd'une racine unique supposée primitive. Nulle part, on ne trouve des cas que P'on puisse présenter comme des exemples de la formation de racines par division. Au contraire, nous verróons tout á Pheure, que les racines sont en voie de fusion, de re= duction ou d'atrophie dans toute la classe des mammiferes. De La CAUSE QUI PRODUIT LA FORMATION DES VRAIES RACINES A BOUT CONIQUE. — Prenons d'abord une dent simple á racine unique. Durant la pésiode embryonmnaire, le premier dévelop- pement de la partie mésodermique prend naissance dans une papille unique a laquelle aboutit une seule branche arterielle. Cette papille se développe, pénetre dans la calotte de la lame dentaire quí constitue l'organe adamantin et se transforme dans la pulpe dentaire; la branche arterielle se prolonge en consé- quence et se ramifie dans Pintérieur de la pulpe; cette branche avec la veine correspondante est toujours accom- pagnée d'un nerf de la branche dentaire. Quand Porgane adamantin a formé la calotte d'émail de la couronne, Pépi- thelium qui en recouvre la face externe, dernier vestige de la lame dentaire, continu á croitre au-delá de la limite de la cou- che d'émail, enveloppant la pulpe et formant autour de celle- ci comme un moule dans lP'intérieur du quel viendra se dépo- ser la masse de dentine qui constituera la racine. A ce stade, toute communication entre la dent et la lame dentaire est interrompue, et la dent, ainsi que 'P'épithelium quw'entoure la partie de la pulpe qui s'étend au-delá de P'émail, E a sont nourris exclusivement par les ramifications de l'artere de la pulpe sus-mentionnée. Lorsqu'au moyens des cellules de la dentine (odontoblastes) la zone supérieure et externe de la pulpe dentaire a formé l'ivoire qui couvre toute la face in- terne de la calotte d'émail, la formation de V'ivoire continu au- dela, sur la surface interne de lP'épithelium latéral de la pulpe quí lui sert comme de moule. A mesure qu'avance le dépot de dentine la gaine épitheliale de la pulpe croit aussi vers le bout allongeant graduellement la racine, Chez certains ani- maux la pulpe est persistante et se renouvelle pendant toute la vie fournissant les matériaux a la croissanee de la gaine épitheliale, de sorte que le bout de la racine reste toujours 0u- vert. Mais chez la plupart des mammiferes la pulpe diminue avec l'áge se produisant toujours en moindre quantité; il ya une diminution dans l'apport de matériaux par la branche ar— térielle et par conséquent un ralentissement de plus en plus grand dans la croissance de la gaine épitheliale; cette dernié- re se rétrécie graduellement jusqu'a finir en un bout ou pointe conique avec un petit trou par ou passent la branche arterielle et le nerf dentaire qui vontá la masse de la pulpe qui reste reduite et enfermée dans une cavité á Pintérieur de la racine. Avec Page cette perforation s'oblitere et la dent reste complétement isolée, ne jouant plus dans la máchoire d'autre róle que celui d'un clou enfoncé dans une planche. Chez les animaux polyphyodontes, les crocodiles, par exem- ple, il "y a pas de formation de vraies racines á bout conique parce que les dents se renouvelent avec trop de fréquence: celle qui pousse au-dessous déloge celle qui est au-dessus sans lui donner le temps de compléter sa racine au moyen du prolongement de la gaine épitheliale. Chez les animaux pourvus de dents á croissance continue, il n'y a pas de formation de racines parce que la pulpe ne di- minue jamais; au furetá mesure que les dents s'usent par les couronnes poussent par leur bases qui restent toujours ouvertes pour loger la pulpe; c'est de celle-ci que les dents O et les gaines épitheliales tirent les matériaux nécessaires ú leur développement, tandis que les branches artérielles den- taires apportent continuellement á la pulpe les substances destinées á entretenir ce renouvelement. Ainsi, la formation de vraies racines a bout conique, est due du moins apparemment, á un rétrécissement et á une diminu- tion progressive de la pulpe, produite parune diminution gra- duelle des substances nourrissantes qu'apporte Vartere den - taire. Mais celle-ci n'est qu'une cause secondaire. Dans la dent de lait, la pulpe est graduellement absorbée par le déve- loppement de la dent de remplacement qui finit par couper sa communication avec la branche arterielle dentaire. Dans la dent de remplacement le méme phénomene est produit par un rétard dans le développement et la chute de la dent de lait, ce qui retarde également l'apparition de la dent définitive, tout en continuant la calcification de sa base qui termine par entourer de matiére solide la branche artérielle dentaire, for— mant ainsi la racine. Les deux phénomeénes, dans la dent de lait et dans la dent de remplacement, sont concomitants etdé- pendants P'un de Pautre. C'est pour cela que chez les mammife- res dont les dents de lait sont longtemps en fonction et dont la chute en est tres tardive, ces dents possedent des racinmes tres fortes et tres longues qui ont pu se former par le grand retard correspondant dans le développement des dents de remplacement. Dans les dents composées pourvues de plusieurs racines, les choses se passent absolument de méme, avec le seule diffé- rence que le développement de chaque racine s'accomplit de la méme maniére que celui de la racine de la dent simple, comme si les racines correspondaient á autant de dents sim- ples fusionnées. La pulpe au lieu de se développer par une. seule papille mésodermique, prend origine dans plusieurs pa- pilles qui se fusionnent et dont le nombre est égal á celui des fatures racines; chaque papille a sa branche arterielle indé- pendante, que plus tard sans se fusionner pénetrent dans la pulpe, se ramifientet s'anastomosent les unes aux autres. L'épi- thelium fourni par la lame dentaire croít aussi au-delá de la calotte d'émail et enveloppe la partie de la pulpe inmédiate, mais en avancant, le fourreau épithelial se bifurque formant une gaine indépendante pour chaque branche arterielle et la partie de la pulpe correspondante. La dentine, apres avoir cou- vertla surface du creux de la calotte d'émail, au lieu de conti- nuer á se déposer autour de la surface d'une cavité épitheliale unique se dépose autour de Pintérieur de chacune des ganes épitheliales qu'enveloppent les branches arterielles. Du reste, la marche de Possification de chacune des racines d'une dent composée est absolument la méme de celle qui suit la racine Pune dent simple. Dans la pulpe de Pembryon de la dent destinée á avoir plu- sieurs racines, au lieu d'y pénétrer une seule branche primaire de Partere dentaire et un seul nerf dentaire, il ya autant de branches arterielles et de nerfs que le nombre de racines qui doit porter la dent arrivée á son développement complet. Bref : aussi bien dans les dents á une seule racine, que dans celles qui en portent plusieurs, la formation des racines est toujours due á une diminution graduelle de la pulpe dentaire etá une diminution progressive dans l'apport par la branche dentaire des matériaux destinés au renouvellement. Ce ralen- tissement dans l'apport des matériaux est dú: pour les dents de lait, au développement de la dent de remplacement qui en- vahitla pulpe, Pabsorbe ou atrophie et fait disparaítre l'artére qui la nourrit; pour les dents de remplacement, á un rétard dans le développement, produit par la chute tardive de la dent de lait correspondante. Le ralentissement dans la nutri- tion dela pulpe, amene la calcification graduelle de celle-ci suivie apres de celle de la péripherie de lP'artére dentaire (*). (*) On pourrait objecter que les vraies molaires chez les mammiféres ne sont ni précédées ni suivies par d'autres dents et cepandant montrent presque toujours des vraies racines. T. XIV E Dans la dent uniradiculée il ne s'y forme qu'une seule racine parce qu'il n'y a qu'une seule branche primaire de Vartére den- taire; dans les dents multiradiculées, il s'y forme autant de racines commeil ya de branches primaires de lP'artere dentaire. Le fait capital á retenir, c'est que les branches de Vartére dentaire, dans leur apparition précedent la formation des raci- nes. Or, si la théorie quí veut que les racines multiples soient le résultat d'un dédoublement de la racine unique primitive, était vraie, le développement embryologique devrait montrer dVabord Vapparition des racines, et apres la formation des branches arterielles destinées á les nourrir, c'est-á-dire préci- sement le contraire de ce qui arrive. D'apres la méme théorie il faudraitadmettre que la formation de chaque nouvelle racine est suivie de la formation d'une nouvelle branche de Partere dentaire ; or, á part que cela est en contradiction avec le dé- veloppement embryologique, on peutse demandera quoi pou- vait servir une nouvelle branche arterielle, puisque la forma- tion de racines indique le rétrécissement de la pulpe, et qw'a mesure que les racines avancent, l'apport de matériaux dimi- nue et l'artere dentaire s'atrophie. La contradiction ne peut étre plus grande. Mais supposons un instant, que le développement d'une dent en voie de s"hypertrophier exigeát une augmentation dans Nous ne trouvons au contraire en cela qu'une nouvelle confirmation de notre théorie. Comme nous le verrons plus loin, au point de vue phylogé- nétique, les dents monophysaires doivent avoir été avant diphysaires, et á'une époque encore plus éloignée devaient étre polyphysaires. La pré- sence de racines indiquerait done qu'a une autre époque les vraies molai- res ont du étre précédée par une autre série de dents. Le genre Tatusia qui présente le remplacement des dents correspondants a la région des vraies molaires, confirme cette hypothese. En outre, on a trouvé dans les embryons de plusieurs mammiferes des vestiges d'une deuxiéme série de dents, de sorte que l'on doit admettre comme un fait acquis, que Pétat monophysaire de ces organes est une acquisition relativement ré- cente. —- 429 — Papport des matériaux nourrissants; il est tout naturel de pen- ser que l'augmentation se produirait par la branche artérielle existante qui deviendrait plus forte, mais on conceverait dif- ficilement pourquoi se partagerait-elle en plusieurs branches. D'ailleurs, chez les mammiféres, nous voyons que toutes les dents simples qui ont un grand développement ou qui sontá eroissance continue, »'ont qu'une seule branche arterielle dentaire dont la grosseur est en rapport du développement de Porgane qu'elle doit nourrir et renouveler. Nous voyons aussi que chaque dent simple, á racine unique, commence á se calcifier par un seul point quí correspond á la cuspide, etqu'elle est nourrie par une seule branche arterielle qui donne origine á une seule racine, cette branche arterielle unique correspondant á la papille dentaire unique qui a don- né origine á la dent. Dans les dents á racines multiples, le développement s'effec- tue comme si elles étaient formées par l'union de plusieurs dents simples, auparavant distinctes. Prenons comme exemple une dent tuberculeuse, 3 quatre tubercules etá quatre racines séparées comme les molaires inférieures des suidés. Nous verrons que le durcissement (calcification) de la dent commence par quatre points distincts qui correspondent exactement aux cuspides des quatre tuber- cules; Pensemble de Pembryon dentaire est nourrit par quatre branches distinctes de Partére dentaire, qui correspondent une á chaque tubercule, et ces quatre branches donnent ori- gine á quatre racines séparées qui correspondent aux quatre tubercules de la couronne, chacune des quatre racines por- tant aussi son nerf dentaire indépendant. Remarquons encore, en passant, que la disposition de la structure de la dentine ef la direction des parties qui la composent par rapport aux bran- ches de l'artere dentaire est absolument la méme que Ton observe dans les dents uniradiculées, et que ses quatre bran- ches arterielles primaires indiquent que la dent s'est déve- loppée par quatre papilles dentaires qui se sont fusionnées. — 430 — On est done en droit légitime de penser, que la complication des molaires est le résultat de la fusion de plusieurs dents simples, que les racines de ces dents composées représentent les racines des dents simples qui sont entrées en fusion, que le nerf dentaire de chacune de ces racines représente le nerf dentaire que possédait la dent simple correspondante avant de se fusioner, et que chacune des branches artérielles qui nout- ritehaque racine d'une dent composée, représente la branche artérielle quí nourrissait la racine unique de la dent simple primitive. D'un autre cóté, le nombre de papilles dentaires qui donnent origine á une dent composée est égal á celui des dents simples primitives qui sont rentrées en fusion et par conséquent correspond aussi au nombre des branches arté— rielles et au nombre de racines. Cette théorie concorde á la fois avec tous les faits ontogéni- ques et morphologiques que nous avons examinés, etavec ceux que nous aurons Poccasion de mentionner á la suite. COMMENT S'EST PRODUIT LA FUSION DES DENTS SIMPLES. —Si chez les anciens mammiféres, la fusion de dents simples pour for- mer les dents composées aurait eu lieu a l'áge adulte, dans le développement embryonnaire nous devrions voir, d'abord, les dents simples primitives, et apres le fusionnement de ces organes. Pourtant, nous avons vu que les choses ne se pas- sent pasainsi : lembryon dentaire présente á sa surface l'ébau- che de la complication de la dent completement formée. Nous devons en conelure, que la fusion des dents simples chez les anciens mammiferes s'est produite pendant la période fcetale, c'est-á-dire que ce sont les embryons des dents simples pri- mitives quí se seraient fusionnés. Les cas de fusion des dents, ne sont pas rares dans la série des vertébres et sont mémes tres fréquents chez les batraciens anoures; la fusion s'accomplie de tres bonne heure dans les dents a P'état embryonnaire, lesquelles faute d'espace pour bien se développer, se pressent et se soudent les unes aux autres. — 431 — Chez les mammiféres, on observe quelque chose de sembla- ble avec les petites dents foetales des baleines, qui se reu- nissent par paires, formant des dents composées par deux parties soudées, chacune conservant sa pulpe dentaire indé- pendante et sa branche artérielle distincte. Ces dents se trouvent placées au fond d'un sillon alvéolaire ; si elles pou- vaient rentrer en fonction et continuer leur développement, certainement que chacune avancant en áge donnerait origine á la formation de deux racines séparées. Dés les premiéres observations que Pon ayait fait sur les foetus de baleines, on avait reconnu que ces denticules doubles étaient le résultat de la fusion de deux denticules simples. Pourtant, tout dernitrement, sous l'influence de la théorie plns moderne de la complication graduelle ona voulu voir dans ces denticules doubles une conformation représentant Pétat primitif; les dents des ces cétacés auraient donc été ple- xodontes, et l'haplodontie ne serait que le résultat d'une évo- lution regressive récente. D'apres nous, ces opinions ne sont pas soutenables. Les denticules doubles on ne les rencontrent presque exclusive- ment qu'a la máchoire supérieure, ou Pon observe vingt et quelques dents, plusieurs doubles, tandis que dans la man- dibule on en compte plus d'une quarantaine, mais toutes sim- ples. Cette quantité de dents embryonnaires dans la mandi- bule inférieure de la baleine, démontre á notre avis, que le nombre considérable des dents des cétacés c'est bien un carac- tere primitif. En outre, comme dans la dentition normale des mammiferes, le nombre de dents est sensiblement égal aux deux máchoires, il estnaturel d'admettre que quand les dents des baleines étaient fonctionnelles, aux quarante et quelques dents d'en bas (de chaque cóté) devaient en correspondre au- tant d'en haut. Et puisque la diminution des supérieures foe- tales est accompagnée de la présence de denticules doubles, nous devyons croire que cette reduction de nombre est le ré- sultat de la fusion de plusieurs dents, deux á deux, tel comme — 432 — on les observe. La cause qui fait que les dents se soudent en haut tandis qw'elles restent séparées en bas, on doit la cher- cher dans le raccourcissement du rostre produit par le déve- loppement de la boíte cránienne (*). Rien que le simple examen morphologique prouve qu'il en est ainsi, puisque ces denticules doubles on les trouve á plu- sieurs stades d'union, depuis ceux qu'a peine sont en contact jusqu'a ceux qui sont completement fusionnées. D'ailleurs, les recherches embryologiques de KukeNTHAL ont démontré avec toute évidence que dans les premiers stades embryonnaires toutes ces denticules sont simples; ce n'est que dans le cour de leur développement qu'un certain nombre se soudent deux a deux. D'apres cet auteur, ces denticules composées pour- raient apres se scinder une autre fois en deux, mais cela nous paraít peu probable (?). (*) «Si nous examínons les mammifeéres actuels, que par leur appa— reil dentaire se rapprochent d'avantage du type primitif, c'est-a- dire les dauphins, nous voyons qu'ils ont une cavité cránienne petite, avec un rostre tres allongé, dú surtout a Vallongement des máchoires; ces os portent implantés une quantité considérable de:dents simples, dépas- sant souvent le nombre de 220 et méme de 250. «L'augmentation en volume de la partie postérieuce du cráne, conte— nant le cerveau, doit nécessairement amener la diminution de la partie antérieure et surtout le raccourcissement de l'espace longitudinal ou sontimplantées les dents; l'on comprend done qu'alors ces organes doi- vent se rapprocher jusqu'a se toucher et parfois se réunir par groupes de deux ou de trois pour constituer des dents composées, et si le raccour- cissement de la partie alvéolaire continue ces organes peuvent méme disparaítre. Le développement de la cavité cránienne s'effectuant de Varriére vers Vavant, la diminution de P'espace alvéolaire s'accomplit dans la méme direction; les premiéres dents qui souffrent les consé- quences de cette diminution ce sont done les postérieures, qui poussées vers les antérieures se fusionnent avec ces derniéres ou s'atrophient et disparaissent faute d'espace pour se développer.» AMEGHINO, Filogenia, p. 103-104, a. 1884. (?) KukENTHAL, partant du fait que dans les embryons de baleine les — 433 — Comme nous Pavons déja indiqué plus haut, les prenmers mammiferes devaient posseder un nombre de dents tres con- sidérable, toutes égales et placées dans une simple rigole ou sillon alvéolaire ouvert comme chez les Ichtyosaures et aussi dans la partie postérieure de la région dentaire de plusieurs cétacés du groupe des dauphins. Cette denture homodonte et haplodonte a dú se différencier bientót par le développement dents doubles ou fusionnées sont moins nombreuses dans les embryons d'ige plus avancé que dans ceux plus jeunes, il en conclut que les dents compliquées sont devenues moins nombreuses pour s'étre scindées en deux, augmentant ainsi le nombre des dents simplement coniques. D'aprés lui, cette hypothése de la division rendrait compte non seule- ment de l'haplodontie et de l'homodontie des cétacés odontocétes, mais aussi du nombre considérable de leurs dents; ces organes auraient aug- menté en nombre par dédoublement! Nous avouons que nous ne savons pas comment peut-on faire concor- der cette hypothese avec celle qui veut que les cétacés aient été primiti- vement plexodontes, car méme en admettant le fait de la scision des dents fusionnées, il est tout clair que ces mémes dents á l'origine étaient séparées; la scision des dents soudées ne pourrait augmenter le nombre de ces organes au-delá de ceux qui sont rentré en fusion et 'haplodontie ainsi que la polyodontie seraient toujours primitives. Puisque les dents embryonnaires des baleines ne rentrent jamais en fonction, la diminution des denticules compliquées pendant la période embryonnaire nous parait plus facile d'expliquer par leur disparition graduelle que non par la scision. En outre, ce qui rend cette hypothése tout a fait improbable c'est que le squelette, aussi bien dans le développement des individus que dans le développement paléontologique des différents groupes nous montre tou- jours des os qui se rapprochent et se soudent les uns aux autres, mais nous ny voyons jamais des cas de scision de ces mémes parties fusionnées. Des preuves paléontologiques il n'y en a pas puisque les odontocétes a dents simples et nombreuses sont aussi anciens ou méme plus an— ciens que les squalodontes á dents plexodontes et peu nombreuses. Quant aux Zeuglodontes ce sont des animaux trop éloignés des cétacés pour que l'on puisse en tenir compte. — 434 — de certaines dents qui prirent une apparence caniniforme, comme le cas se présente aussi assez fréquemment chez les reptiles; le développement caniniforme d'une dentá Vune des máchoires, amena nécessairement le développement d'une dent semblable á Pautre máchoire. D'un autre cóté, le déve- loppement et P'hypertrophie d'une dent au milieu d'une den- ture homodonte et haplodonte produit P'atrophie graduelle des dents yoisines. D'apres cela, et les dents composées des mammiferes étant le résultat de la fusion de plusieurs de ces organes, il parait naturel que cette fusion doit s'étre accomplie par groupes á peu pres semblables eten méme nombre en haut quen bas. Les petites dents placées á cóté des grandes dents caninifor— mes s'atrophitrent etse presserent contre les dents principales. Les embryons des dents caniniformes ou principales prirent de bonne heure un grand développement et envelopperent les germes des petites dents contigués, donnant ainsi origine aux dents composées. Ceci nous explique la regularité dans le nombre de dents rentrées en fusion dans chaque groupe etnous améne á admet- tre pour chacun un type originaire fondamental dans la forme et dans le nombre des parties composantes, aussi bien pour les dents supérieures que pour les inférieures, pour les mo- laires caduques et persistantes comme pour les molaires de remplacement. La fusion des dents s'est effectuée séparement pour chaque série, cela est évident, mais il est possible aussi que dans quel- ques cas il y ait eu fusion de dents de deux séries, c“est-á- dire ('une ou deux dents de la premiere dentition avec une ou deux dents de la deuxieme. La fusion des dents ne peut avoir eu lieu qu'avant la calcifi- cation; dans les dents calcifiées la fusion n'est plus possible comme le démontrent fort bien beaucoup de mammiféres á molaires trés rapprochées; ces organes se pressent les unes aux autres jusqu'á faire disparaitre l'émail sur les points de contacte, mais ne se soudent pas. Parfois on voit chez l'hom- me des incisives doubles, formées par la fusion de la dent caduque avec celle de remplacement, mais cette union s'acom- plit avant la naissance, et toujours par les couronnes, ce qui s'explique facilement. Le premier commencement des germes dentaires correspond aux couronnes : les racines ne se forment que beaucoup plus tard, généralement apres la naissance, long- temps apres que les couronnes sont déja fusionnées, Chez le cheval on a constaté aussi des cas de la fusion des germes den- taires de deux incisives de la méme série (*). Nous avons déja dit que les dents se développent graduelle— ment d'avant en arriére, en suivant la méme voie de la forma- tion de la lame dentaire. Nous savons aussi que les organes qui se développent davantage que les autres sont plus précoces dans leur apparition. Les germes des pseudo-canines parsemés tout du long de la série dentaire et représentés dans les dents plexodontes par le tubercule antérieur externe de chaque dent, se développérent donc les premiers; la fusion des germes des autres dents qui venaient en arriére suivitsuccessivement dans Pordre de leur disposition linéaire, mais la faute de place les obligea á se presser et la série en ligne se brisa; le germe an- térieur de chaque groupe prit un plus grand développement de sorte que les suivants pressés vers l'avant et ne pouvant se placeren dehors de l'antérieur 0u il n'y avait plus d'espace, elissa vers le cóté interne. C'est cette succession dans P'ordre de fusion qui se trouve répétée par le développement embryo- logique, et que l'on découvre aussi par la comparaison mor- phologique, cette dernitre ayant conduit les observateurs á interpréter la succession dans le développement des cuspides comme le résultat d'une complication graduelle. La fusion s'est accomplie probablement au commencement méme de la formation des papilles dentaires et des organes n (2) A. CHAUVEAU. Traité d'anatomie comparée des animaux domes- tiques. 4* éd., p. 413, a. 1890. — 436 — adamantins, et c'est á cause de cela que dans le développe- ment embryologique on ne trouve pas de traces de la sépa- ration des papilles ou elles sont completement fugaces, mais la fusion n'ayant pas porté sur les artéres, la séparation ou distinctions des différentes dents fusionnées apparait plus tard sous la forme de racines. La fusion des papilles dentaires produit un seul corps papillaire qui, en forme de colonne, pe- nétre dans la cavité en cloche de l'organe adamantin, de sorte quw'au-dessous de la couronne la pulpene constitue aussi qu'un seul corps occupant une seule cavité non cloisonnée, mais le eloisonnement apparait plus tard dans le développement posté- rieur des racines qui est le résultat de Pindépendance conser- vée par les artéeres des papilles dentaires fusionnées. Les RACINES DES DENTS PLEXODONTES SONT EN VOIE DE SE SIMPLI- FIER ET DES 'ATROPHIER DANS TOUTE LA SÉRIE DES MAMMIFEREsS, —Chez les mammiferes, nous le répétons, l'étude des racines des dents a une tres grande importance, peut-étre encore plus grande que celle de Pétude des détails de la complication des couronnes. C'est pour cela que dans nos travaux paléontologi- ques, nous avons apporté tant de soin dans la description des racines. Malheureusement, ces parties sont beaucoup moins ac- cessibles a P'étude que les couronnes, etle plus souvent pour pouvoir les examiner il faudrait detruire des pieces précieuses. Des le commencement nous devons appeler Pattention sur le fait que, les couronnes des dents sont infiniment plus va- riables que les racines (*). C'est pour cela que les détails de (+) Dans la théorie de la fusion telle comme a été avancée par MM. Róse el KukeNTHAL, chaque cóne des couronnes des dents composées représenterait une dent simple. Cela est vraiment exagéré, et tout natu- raliste un peu familiarisé avec Vétude de la denture des mammiféres vi- vants et fossiles reconnaitra qne les couronnes peuvent se compliquer ou se simplifier d'une maniére relativement tres rapide. Les cas dans lesquels les cuspides des couronnes coincident avec le nombre des raci- nes et le nombre des dents rentrées en fusion, sont méme assez rares. — 437 — la couronne fournissent des bons caracteres pourla distinction des especes, des genres et méme des familles, tandis que le plus souvent on ne trouve aucune différentiation dans la forme des racines ce qui n'empéche pas que celles-ci fournissent les données les plus précieuses pour la distinction des groupes supérieurs et la determination de leurs enchainements. Une fois aceptée la théorie de la formation des dents com- posées par la fusion de plusieurs dents simples dont le nombre se trouve représenté par les racines, il en suit que le type de dent composée le plus primitifdoit étre celui dont le nombre de cuspides principales de la couronne correspond avec le nombre de racines. Les molaires quadrilatéeres de la plupart des suidés, représenteraient un de ces types primitifs, car elles présentent invariablement quatre cuspides principales etqua- tre racines bien séparées, aussi bien á la máchoire inférieure qu'a la supérieure. Dans ce type la complication serait done le résultat de la fusion de quatre dents simples; mais il est possible qu'il y ait d'autres types de dents composées produits par la fusion de seulement deux dents primitives (dents mo- laires du Zeuglodon, du Squalodon, canines biradiculées, etc.), ou peut-étre aussi de trois. N'importe comment, il est évident que le nombre de racines remonfeá Vorigine méme de la fusion des dents simples qui produisit les dents composées, et nous en concluons que de- puis lors il ne peut y avoir eu de formation de nouvelles raci- nes. Les moditications ultérieures n'ont portées que sur les racines primordiales qui peuvent s'étre soudées les unes aux autres de différentes maniéres, diminuant leur nombre on mé- me disparaissant complétement dans certains cas. Un simple coup d ceil sur les diftérentsgroupes de mammi- feres, suflira pour démontrer que le nombre de racines se trouve partout en voie de diminution et de disparition, ce qui est bien d'accord avec notre théorie, mais en désaceord 'com- plet avec la théorie opposée. Nous verrons aussi que le plus souvent la diminution du nombre des racines est ac- — 458 — compagnée de modifications dans la forme des couronnes. Les molaires supérieures de l'homme sont quadritubercu- lées, mais ce type n'est pas ni constant ni toujours bien défini. La premiere molaire persistante est toujours quadritubercu- laire (tres rarement trituberculaire) et á trois racines, une interne plus grande et deux externes plus petites et bien sé- parées. A la deuxieme molaire, les deux racines externes sont moins devirgeantes, et la couronne est trés souvent trituber— culaire. Dans la troisieme molaire persistante les racines sont encore plus raprochées, souvent soudées ne formant qu'une seule, et avec la couronne généralement tricuspidée. Cette déviation du type quadrangulaire vers le type triangu- laire a été considerée comme une reversión au type lemurien, soit comme un cas d'atavisme. D'aprés notre théorie sur la formation des dents composées, nous croyons au contraire que cette déviation v'est que le résultat d'une atrophie dn type quadrangulaire, quí serait le primitif. Dans notre ouvra- ge Contribución al conoc. d. l. mamif. fos. d. l. R. A., p. 103, a. 1889, nous avons rattaché tous les primates (les lemuriens inclus) á un groupe hypothétique primitif quenous avons des1- gné avec le nom de Dolodonta; en essayant d'en restaurer les caracteres, nous avons attribué á ces Dolodonta des molaires quadrituberculaires en haut eten bas ('). Nous allons ajouter quelques considérations qui nous affir- ment davantage dans la croyance ou nous sommes d'étre dans le vrai. I*atrophie des molaires chez l'homme serait en grande par- A) D'apres M. RosE (l. c.) la forme typique fondamentale des molai- res supérieures de l'homme c'est la quadrituberculaire, mais la forme typiquedes molairesinférieures seraitla pentacuspidée. Les vraies molai- res supérieures se développeraient par quatre papilles mésodermiques, etles inférieures parcina. M. P. TorINARD dans un travail récent (De P'é- volution des molaires et prémolair es chez les primates in L'Anthropo— logie, p.641 a 710) arrive aussi á la conclusion que le type fondamental des molaires de l'homme et des primates c'est le quadrituberculaire. — 439 — tie le résultat du grand développement du cerveau et du rac- courcissement correspondant des máchoires. Cette atrophie doit donc se produire principalement d'arriére en avant, Or, le nombre de cas de molaires supérieures trituberculaires aug- mente d'une maniére considérable de la premiére molaire qui rarement est trituberculaire, jusqwá la troisieme qui présente ce type avec une trés grande fréquence (*). D'ailleurs, les anthropomorphes et les vraies singes en gé- néral, présentent aussi le type quadrituberculaire; faisantabs- traction des lemuriens que sous cerapport s'éloignent assez des autres primates, l'on peut dire que les cas de trituberculie sont d'autant plus fréquents que Pon a á faireá des singes plus élevés, ou ce qui revient au méme, plus rapprochés-de l'hom- me. Nous avons déja vu que le type quadrituberculaire étant dans sa forme la plus primitive le produit de la fusion de quatre dents simples, doit porter quatre racines séparées, aussi bien en haut qu'en bas. Les molaires supérieures de l' homme n'ont que trois racines, parce que celle plus grosse du cóté interne, représente, d'aprés nous, les deux racines internes soudées; pourtant il y ades molaires supérieures á quatre racines, deux internes et deux externes, que naturellement selon cette théo- rie seraient des cas de réversion au type primitif. Un autre fait qui concorde avec notre théorie, c'est que les cas de molaires supérieures á quatre racines, trés rares á la derniere molaire supérieure, sont plus nombreux á PV avant der- niére et plus fréquents encore á la premiere, complétement a linverse de la trituberculie. Nous croyons que si Pon faisait des observations sur les singes on trouverait que les cas de (*) Dans Filogenia, p. 108-109, a. 1884, nous avons demontré que latrophie des molaires postérieures était dú a la faute de place pour se développer á cause du grand développement du cerveau et le racequrcis- sement correspondant de la partie alvéolaire, et nous avons prouvé que le rétard dans l'apparition de la derniére molaire ou dent de sagesse D'était qu'un résultat de la méme cause. — AA molaires quadriradiculées ils y sont plus fréquents que chez l'homme, et en général d'autant plus fréquents qu'il s'agirait de genres moins élévyes. Ce n'est pas seulement á la máchoire supérieure que se pré- sentent des cas de molaires quadriradiculées, mais aussi a la máchoire inférieure. Il en est de méme pour les molaires quadriradiculées supérieures—il s'agit d'un caractére de re- version au type primitif et fondamental qui devait étre «bsolu- ment égal pour les molaires des deux máchoires ('). Quand sur les molaires inférieures il ya quatre racines, elles sont toujours placées deux en avant et deux en arriére. Nous croyons que les cas de molaires inférieures quadrira- diculées doivent étre également plus fréquents chez les singes que chez l' homme. Il est facile d'obseryer que les molaires de remplacement, soient supérieures Ou inférieures, possedent des racines mieux séparées ou en plus grand nombre chez les singes que chez lPhomme, etencore davantage dans les singes inférieurs que dans les supérieurs. Pour ce qui concerne les molaires inférieures, nous avons observé que les deux premiéres molaires persistantes de plu- sieurs cebiens portent deux racines trés élargies transversale- ment et dont le bout est bifurqué d'une maniere assez appa- rente, surtout á la racine postérieure. Cette bifurcation constitue comme nous verrons toutá l'heure, le dernier ves- tige de l'état quadriradiculé des molaires inférieures des Atava etde plusieurs autres groupes de mammiféres. Ne trouvant pas dans les ouvrages á notre dispositicn des renseigments précis sur les racines des molaires des lemuriens, (1) En restaurant les caractéres du groupe des Atava, supposé Vanté- cesseur des Dolodonta et par conséquent detous les primates, nousavons dit /Contrib., etc. p. 747, a. 1889) que les molaires devaient posséder quatre tubercules principaux et quatre racines séparées aussi bien en haut qu'en bas. etr'ayant pas non plus d'originaux que nous puissions consul- ter, nous ne pouvons donc profiter que des figures des cou- ronnes des dents publiées dans les ouvrages d'histoire natu .relle. Le plus grand nombre de lemuriens de notre époque posse- dent des molaires supérieures quadricuspidées ou quadrangu- laires, indiquant ainsi lPexistence de quatre racines, ou de trois, les deux internes étant alors soudées. Les molaires inférieures présentent presque toujours le type quadrangulaire ou quadrituberculaire á quatre tubercules prin- cipaux et deux racines ('), mais nous croyons qu'un examen aprofondi démontrerait que ces deux racines, sont le produit de la fusion de quatre racines séparées, et dans quelques gen- res l'on trouverait peut-étre leur bifurcation plus ou moins complete. (*) En vérité,.les molaires inférieures caduques, persistantes et de remplacement des lemuriens présentent en général le type appelé penta- cuspidé, formé par quatre cuspides disposés en deux paires transversales et un cuspide antérieur impaire lequel en avant donne aux dents une forme triangulaire. Ce type pentacuspidé est certainement trés ancien car on le retrouve également chez les plus anciens lemuriens /Anapto- morphus/, chez les plus anciens singes /Homunculus, Anthropops), chez les plus anciens ongulés (Pleuraspidotherium), les anciens carnas- siers, chez les Didelphydae et les Microbiotheridae, chez les anciens -diprotodontes (Garzonia, Halmarhiphus) etc. Les paléontologistes nord- américains supposent que les dents inférieures des primates (et aussi celles des autres mammiféres á dents quadrituberculées; sont devenues quadricuspidées par la perte de ce cuspide antérieur, et ils ont raison Mais, malgré cela, nous considérons ces dents comme quadrangu- laires ou quadrituberculées, parce que pour nous le cuspide antérieur n'est pas primaire sinon surajouté par végétation aprés que les dents étaient déja formées par la soudure ou fusion des dents simples primi- tives. Ce qu'áa notre avis prouve cette origine secondaire du cuspide impair antérieur, c'est qu'il ne correspond pas aux racines, tandis que les quatre cuspides restantes correspondent aux deux grandes racines des dents, et quand ces racines ne sont pas soudéés (Suidés, etc'., cha- cun de ces quatre tubercules correspond á une racine. a o Les lemuriens fossiles ne changent rien á ces conclusions générales, car s'il yen a quelques uns á molaires supérieures triangulaires ou trituberculaires (Anaptomorphus), la plupart, des le commencement de l'éocene présentent des molaires qua- dricuspidées comme l'4dapis, le Microchoerus et le Necrolemur en Europe, ou l''Hyopsodus, le Tomitherium etle Pelycodus dans PAmérique du Nord. Les genres anciens a molaires supérieu- res trituberculaires sont des types qui avaient déja atteints un tres haut degré de specialisation (*'). Les ongulés vont nous fournir des preuves bien plus con— cluantes. Chez les équidés, les molaires supérieures ont trois racines, deux externes plus petites et une interne beaucoup plus grosse et tres large, qui semble résulter de la fusion de deux racines. Les molaires inférieures ont deux racines tres élargies trans- versalement et qui paraissent formées par deux parties sou— dées. Dans le genre fossile Hippidium des terrains pampéens de la République Argentine, la racine interne des molaires su- périeures est double et les deux racines des molaires inférieu- res se bifurquent áleur extrémité; les molaires de cegenre ont ainsi quatre racines séparées aussi bien en haut quien bas. Nous croyons qu'un examen des racines des molaires des gen— res Anchitherium et Mesohippus permettra de découvrir le ca- ractere quadriradiculé des molaires inférieures peut-étre d'une maniere encore plus accentuée. De tous les ongulés il n”y ena pas qui aientatteint un si haut degré de spécialisation dans la denture, que les ruminants. A la máchoire supérieure la différentiation entre les molaires persistantes et les molaires de remplacementest complete : les (*) Parmi ce nombre doit se placer l'Anaptomorphus, lemurien fossile insectivore avec tendance au régime carnivore; comme conséquence de cette tendance le tubercule antéro-externe des molaires inférieures prit un grand développement, devena pointu et glissa entre les deux molai- - res supérieures opposées, sur leur partie interne, leur faisant prendre la forme triangulaire. Nous reviendrons bientót sur ce sujet. derniéres sont toutes triangulaires et les premitres quadran-= gulaires. Pourtant, la forme triangulaire des molaires de rem- placement supérieures doit étre une acquisition moderne, car les suidés qui sontles plus proches parents de ruminants et représentent un type beaucoup plus primitif, posséedent des molaires de remplacement plus compliquées, quadritubercu— laives et de la méme forme (du moins les derniéres) que les molaires persistuntes. Les molaires persistantes supérieures des ruminants ont trois racines, deux externes petites et une interne plus grande mais sillonnée etavec deux cavités indépendantes, ce qui prou- ve que cette racine interne est le résultat de la fusion de deux racines. Aux molaires de remplacement cette fusion est plus complete, ce qui n'empéche pas que parfois on apercoit éga—- lement les vestiges de cette fusion sur la racine de ces dents. Les molaires inférieures ont deux racines tres élargies trans- versalement, chacune représentant deux racines fusionnées. Dans le genre Blastoceros (B. paludosus) les deux racines des molaires inférieures sont bifurquées et chaque partie contient une cavité indépendante. Dansles anciens lamas, et spéciale- ment dans le genre Palaeolama cette bifurcation des racines inférieures et encore plus visible, etá la máchoire supérieure les deux racines internes des molaires sont mieux séparées, les dents présentant ainsi quatre racines bien visibles aussi bien en haut qu'en bas. Si des ruminants nous passons aux autres artiodactyles, la vérité de notre these est encore bien plus évidente. Chez les suidés, par exemple, groupe certainement bien plus primitif que celui des ruminants, les molaires sont quadrituberculées et quadriradiculées aux deux máchoires, supérieure et infé- rieure. Souvent on cite le Trigonolestes (Pantolestes) qui est le plus ancien des artiodactyles connus, comme ayant des molaires supérieures trituberculaires, et par conséquent comme une preuye que le type triangulaire est l'antécesseur du type qua- Y. XIV 30 drangulaire. Mais ce genre est bien loin du type primitif du groupe, car sont tarse á dejá acqui tous les caracteres des. ongulés paridigités; le trone des artiodactyles doit remonter bien plus loin que Pépoque du Trigonolestes. On ne doit done pas s'étonner que la denture de celui-ci soit déja tres spécia= lisée dans la direction omnivore ou secodonte; les molaires supérieures se sont rétrécies sur le cóté interne, et les prémo- laires simplifiées en haut et en bas. Malgré cette reduction du type quadrangulaire, il est problale que les racines des molai- res inférieures présentent encore des vestiges de Pétat quadri- radiculé (*). Ce caractere doit étre encore plus visible dans le genre Achaenodon, dont les molaires inférieures sont quadritu- berculées; les molaires de remplacement de ce genre, comme celles des genres voisins, Enteledon, Tetraconodon, Palaechoe- rus, sont plus simples et plus ou moins secodontes, se rappro- chant quelque peu de celles des carnassiers, caractere quí pour nous indique une plus grande spécialisation; nous croyons que sur les derniéeres molaires de remplacement inférieures de ces genres ont doit pouvoir observer encore Pétat quadriradiculé des racines, ce qui constituerait également une nouvelle preu— ve en faveur de notre théorie. Des ongulés imparidigités existant á notre époque, P'Hyrax est celui qui présente les caracteres les plus primitifs; or, les molaires persistantes et de remplacement de ce genre sont (4) D'apres Marsm, Trigonolestes (Pantolestes, Cope, serait identi- pue, a Homacodon Marsh, et dans ce cas ce dernier -nom aurait la prio- rité. L'Homacodon, tel comme il est figuré par Marsm, C'est un mam-= mifére á molaires du typ* quadrangulaire le plus parfait; les molaires supérieures montrent les quatre cónes principaux et les deux conules intermediaires des ongulés primitifs. Les molaires inférieures sont d'ac- cord avec ce type et la derniére montre en outre un cinquiéme tubercule ou talon. Ce genre plaiderait doncen faveur de l'ancienneté du type quadrangulaire. En realité nous ne nous explicons pas cette discordan- ce entre les dessins de Core etceux de Mars. (MarsH. Description of tertiary arctyodactyles. Amer. Journ, of Scienc., Sep, 1894). EE 7d JU quadrangulaires ou rectangulaires, et présentent quatre racines séparées en haut et en bas. Parmi les groupes Vongulés fossiles complétement disparus, on mentionne les Amblypodes (Amblypoda) comme présentant le type de denture triangulaire (trituberculaire). En realité, il s'agit d'un groupe qui n'est primitif que par la construction de ses pieds, et cela encore seulement en partie. Leur cráne est des plus spécialisés et á plus forte raison leur denture. Chez la"plupart des genres le nombre des dents est diminué, les incisives se sontatrophiées ou disparues etles canines ont prit un gran développement. Il est tres facile de voir que les mo- laires sesont pressées les unes aux autres, et leurs racines se sont rapprochées et en partie soudées. Dans le Uintatherium les molaires persistantes”et de remplacement sont évidemment en voie de réduction et d'atrophie, car la division en deux raci- nes est déjáa presque disparue par fusion. Le Coryphodon nous montre que le type triangulaire des molaires supérieures a été obtenu par la supresión graduelle du tubercule ou dujcoin pos- téro-interne. Dans le Pantolambda cette réduction au type triangulaire (trituberculaire) non seulement estcompléte, mais la spécialisation est encore plus avancée, car la derniére mo- laire supérieure a son lobule postéro-externe atrophié et la dent s'acheminait vers un type bicuspide. Malgré cette rédue- tion, on voit encore les traces du tubercule postérieur interne des molaires persistantes, quoique sous le point de disparaítre. Ce rétrécissement du cóté interne des molaires supérieures est en relation avec le¡grand développement en hauteur et en gros- seur, du tubercule antérieur externe des molaires inférieu— res. Dansles Condylarthra éocenes de l'Amérique du Nord, grou— pe d'ongulés tres primitifs, et que d'apres quelques paléonto- logistes constituerait la souche de tous les ongulés, les molai- res sont généralement quadrangulaires et quadrituberculaires aux deux máchoires. Nous croyons que si lon examinait les parties de la denture implantées dans les máchoires on y trou- — 446 — verait Pétat quadriradiculé aussi bien en haut qu'en bas, par- culierement dans les genres Phenacodus, Perypthychus, Eupro- togonia, et peut-étre aussi chez le Meniscolheriun. En Europe, Pongulé le plus ancien que Pon connait c'est le Pleuraspidotherium; c'est aussi celui qui présente les plus grands traits V'infériorité. Or, ce genre et son allié 1'Ortaspido- theríum, ont les molaires et les dernieres prémolaires supé- rieures et inférieures quadricuspidées en haut et en bas (*), et d'apres la conformation des couronnes nous sommes porté á eroire qu'on y découvrira également Pétat quadriradiculé plus ou moins parfait. Ce que nous connaissons des plus anciens ongulés fossiles sud-américains, est parfaitement Vaccord avec cette théorie. Le Macrauchenia fossile dans le pliocéne a les molaires supé- rieures á trois racines et les inférieures á deux. Un des plus anciens prédecesseurs connu de ce groupe, le Theosodon de lPéocéne de Santa-Cruz présente encore des traces de létat quadriradiculé. La racine interne des molaires supérieures se présente d'une manitre tres manifeste comme étant le résultat de la fusion de deux racines, el dans une espece, le 7. gracilis, les deux racines des molaires inférieures ont leur bout bifur- qué. L*4diantus, genre de la méme époque et du méme grou- pe mais de taille trés réduite et de caracteres plus primitifs, présente Pétat quadriradiculé des molaires inférieures d'une maniére encore plus apparente. Les Proterotheridae, groupe d'ongulés éteints tres nombreux, ontles lents quadrituberculées (quadrangulaires) en haut et en bas. A la máchoire supérieure les dents ontgénéralement trois racines, dont Pinterne plus grande est manifestement le résul- tat de la fusion de deux racines, qui restent séparées dans quel- ques genres. A la máchorie inférieure, lPétat quadriradiculé (2) En realité les molaires inférieures sont pentacuspidées et triangu- laires en avant. Pour la véritable signification de cette conformation nous prions de consulter le renvoi de la page 441. — 447 — est parfait, car chaque molaire porte quatre racines bien sépa- rées, deux en avant et deux en arriére. Les Astrapotheridae des couches a Pyrotherium de Patagonie (crétacé le plus supérieur) montrent les molaires inférieures avec quatre racines bien visibles quoique soudées deux á deux. Dans le Caliphrium, un autre genre d'ongulé de la méme époque, voisin des Perissodactyles, on observe une conforma- tion semblable. Les toxodontes des derniers temps tertiaires (Toxodon, Haplodontotheríium, Eutrigonodon ), ontles molaires supérieures de contour triangulaire, et les inférieures rectangulaires ou allongées. Les molaires sont prismatiques, sans racines et á base ouverte aux deux máchoires. Chez les anciens représen— tants éocenes de ce groupe (Nesodon, Adinotherium) les mo- laires supérieures sont quadrangulaires et avec quatre racines courtes et peu divergentes; les molaires inférieures ont deux racines tres larges et souvent de bout bifurqué. Dans la den- ture de lait des mémes genres les molaires supérieures ont quatre racines longues et divergentes, et chacune des mo- laires inférieures porte quatre racines bien séparées. Dans leurs représentants les plus éloignés, les Notohippidae (Coresodon), du crétacé supérieur (couches a Pyrotherium) qui, probablement, sont aussi les antécesseurs des Perissodactyles, présentent létat quadriradiculé des molaires inférieures parfait. Parmi les Typothériens, le Typotheríum et le Pachyrucos des derniers temps tertiaires sont á dents prismatiques et sans racines. Les genres du commencement du tertiaire (Hegetothe- rium, Protypotherium, Icochilus) présentent Vétat quadriradi- culé tres accentué á la denture de lait des deux máchoires. Du reste, aussi bien dans la ligne des Toxodontes que dans celle des Typothériens, les genres du commencement du ter- tiaire (Nesodon, Adinotherium, Pachyrucos) ont les molaires de remplacement du méme type que les molaires persistantes, á couronne plus ou moins quadrangulaire, tandis que les genres — MR E des derniers temps tertiaires (Toxodon, Haplodontotherium, Eutrigonodon, Typotherium, Xotodon) ont les molaires de rem-— placement differenciées des molaires persistantes et de con— tour triangulaire. Les Homalodontotheridae constituent un groupe tres impor- tant, car probablement ils sont les antécesseurs des Chalicothe- ridaed'Europe et de l'Amérique du Nord (*). Dans la Patagonie australe on les rencontrent dans les terrains évcenes et ¡ls avaient de tres nombreux représentants á la fin de Pépoque crétacée. Ces Homalodontotheridae ont les molaires et prémo- laires supérieures et inférieures quadrangulaires. Les molaires supérieures sont á trois racines, deux externes et une interne plus grande, mais avec le bout plus ou moins bifide, et chaque branche portant une cavité distincte; il s'agit done de deux racines fusionnées. Les molaires inférieures ont deux racines, chaque racine étant bifide au bout et chaque partie avec sa (Le savant professeur HeNRY FAIRFIELD OSBORN Croil que cette descendance du Chalicotherium de 1'Homalodontotherium est impos- sible parce que le premier a les molaires buno-selenodontes, tandis que celles du second sont lophodontes. C'est un exemple des résultats différents auxquels on arrive selon la différente maniére d'envisager lévolution de la denture. D'apres nous, la denture de 1'Homalo- dontotherium, par le type fondamentalement égal des molaires et pré— molaires, par Pabsence des arétes perpendiculaires externes (para, meso etmetastyle) aux molaires et prémolaires supérieures, ainsi que par Vétat quadriradiculé de celles inférieures, représente un type plus primitif que celui du Chalicotherium. Probablement on finira par abandonner Popinion qui considere les dents bunodontes comme devant toujours représenter un état plus primitif que celles lophodontes, selenodontes ou plus ou moins plissées. Nous ne doutons pas que certains mammiféres aient pu devenir des bunodontes parfaits ou imparfaits par une rétro- gradation ou évolution regressive de la denture et le Chalicothertum nous en offre peut-étre un exemple. La denture du Symborodon dont les molaires supérieures ont les tubercules du cóté interne séparés et pointus ou en cóne, prouve quil en est ainsi, puisquiil s'agit d'un genre relativement récent et descendant d'antécesseurs a denture lo- phodonte. — 449 — cavité indépendante. Les vestiges de l'état quadriradiculé sont done parfaitement visibles aux deux máchoires, et davantage dans les genres crétacés que dans les genres éocénes. Le plus ancien ongulé connu de la République Argentine, c'est le Pyrothertum qui apparait dans les couches a dinosau- riens les plus récentes de l'époque crétacée. Ses molaires per- sistantes et de remplacement sont quadrangulaires, avec deux crétes transversales et quatre racines séparées aux deux má- choires. L'état quadriradiculé est donc parfait. Parmi les sirenidés, il n'y a que quelques-unes des formes les plus récentes (Halicore) quí aient des dents prismatiques et sans racines. Le genre Manatus a les molaires et prémolaires quadrangulaires et á crétes transversales en haut et en bas ; les molaires supérieures ont trois racines, deux externes et une interne plus grande, cette dernitre représentant la fusion de deux racines qui étaient autrefois séparées, et dont l'an- cienne division estencore partiellement visible á Pextérieur; les molaires inférieures ont deux racines tres longues, qui se bifurquent á leur extrémité formant ainsi quatre racines, dont chacune porte une cavité indépendante. Sous ce rapport, les genres fossiles se rapprochent de Manatus, et quelques-uns (Ribodon) présentent l'état quadriradiculé des molaires infé- rieures encore plusaccentué. - Les Carnivores sont les mammiféres plexodontes á racines multiples et séparées qui se sont éloignés davantage du type quadriradiculé primitif; cela est dú, évidemment, á leur sys—- teme d'alimentation qui exige des dents tranchantes, de sorte que celles-ci se sont rétrécies et leurs racines se fusionnerent. Dans certains groupes, cette fusion est allée bien loin, car souvent elle a fondu les trois ou quatre racines de chaque dent, en une seule. Ceci est surtout tres visible chez un bon nombre de Pinnipedes. Dans le genre Halichoerus, les mo- laires supérieures et inférieures ont les racines soudées et en voie de s'atrophier. Dans les genres Cistophora et Macro- rhinus, on ne voit plus qu'une seule racine á chaque dent, — 450 — dont la base se ferme tardivement, Il en est de méme dans les genres Odoboenus et Callorhinus. Chez tous les Carnivores terrestres, le nombre maximum de racines est de trois aux molaires supérieures et de deux aux inférieures. La racine interne des molaires supérieures qui est toujours plus grosse que les deux externes, est évidem- ment homologue de la racine interne des molaires supérieures des herbivores ongulés; or, nous avons vu que cette racine chez ces derniers est le résultat de la fusion de deux racines différentes qui se conservent séparées dans quelques genres, et jugeant par analogie, nous sommes conduits ápenser qu'il en est de méme de la racine interne des molaires supérieures des Carnivores. Les deux racines des molaires inférieures de ces animaux sont homologues des deux racines des molaires inférieures des herbivores ; nous avons vuque chacune de ces racines représente deux racines fusionnées, et naturellement nous pensons qu'il doit en étre de méme des deux racines des molaires inférieues des Carnivores. Des carnassiers existants á notre époque, ceux qui par leurs caracteres représentent le type le plus primitif, sont les Procyonidés, et précisement ils ont les molaires quadrangu- laires et quadricuspidées en haut et en bas (*). Chez le genre Procyon, les deux grandes racines de chaque molaire infé- rieure sont fortement sillonnées, chaque partie conservant un canal indépendant au bout de la racine dont la perforation correspondante ne disparait qu'avec l'oblitération complete de Pextrémité dans Páge avancé. Chaque perforation recoit une artere dentaire indépendante, d'ouú il résulte que chaque molaire inférieure des Procyonidés avec ses deux racines sil- lonnées et ses quatre branches de l'artere dentaire, repré- sente quatre dents simples primitives. Chez les autres carnassiers existants, la fusion des racines (*) En réalité les molaires inféricures ont conservées le type penta— cuspidé primitif. est parfaite etil ne reste pas de traces de l'état quadriradiculé des molaires inférieures. Nous ne possédons pas de renseignements sur les racines des molaires des genres de carnassiers fossiles de la pre- mitre moitié de lépoque tertiaire. Pourtant, dans l'Arctocyon qui est le carnassier (Créodonte) le plus ancien que l'on connait du tertiaire d'Europe, les molaires sont quadrangu— laires et á quatre cupides principales en haut et en bas. On a dit que les dents supérieures de ce genre étaient au stade tri- tuberculaire; d'apres les dessins dont nous disposons, nous y remarquons la forme quadrangulaire typique; le peu de dé- veloppement du tubercule ou lobe postérieur interne, prouve- rait que ces dents étaient en voie d'évolutionner vers le type triangulaire caractéristique des Carnassiers, au moyen de Vatrophie graduelle et la supression finale du coin postérieur interne. Les genres Claenodon (Miocloenus) et Tetracloenodon, dont les especes sont si répandues dans les couches tertiaires les plus anciennes de l'Amérique du Nord, présentent le méme type de denture que l'.4retocyon. Nous croyons que les mo- laires inférieures de ces genres doivent présenter des vestiges plus ou moins accentués de l'état quadriradiculé. Dans plusieurs des plus anciens carnassiers fossiles de la République Argentine, les deux grandes racines de chaque molaire inférieure sont sillonnées en avant et en arriere, et parfois, comme c'est le cas dans le genre Borhyaena, ces ra— cines sont bifurquées á leur extrémité, dernier vestige du stade quadriradiculé. Chez les marsupiaux herbivores (Diprotodontes) actuels et éteints d'Australie, les molaires ont le type quadrangulaire aux deux máchoires, mais nous ne possédons pas de renseigne- ments sur leurs racines. Quant aux marsupiaux carnassiers, ¡ls présentent á peu pres le méme type de denture qne les Carnas— siers placentaires, avec le mémenombre deracines et disposées de la méme maniére. Nous croyons donc que sous ce rapport les uns et les autres ont suivi absolument la méme évolution, — 452 — C'est de préférence chez les insectivores que souvent on cherche des preuves en faveur de la théorie qui veut que le type quadrangulaire soit le résultat d'une complication du type triangulaire. D'apres cette théorie, les molaires du genre Chrysochlorys montreraient le type triangulaire (tritubercu- laire) dans son premier stade de développement, ou á peu pres. Or, parmi les insectivores, ce genre est précisement celui qui possede un type de denturequi s'éloigne davantage de la frme primitive ; on est en présence d'une trituberculie acquiss par régression et non par progression. Les molaires supé- rieures et inférieures se sont simplifiées, leurs racines se sont en partie fusionnées et le fút de chaque molaire s'est consi- dérablement allongé; ces dents évolutionnent vers le type prismatique et a base ouverte. Cette évolution était déja pres- que completement accomplie dans un genre fossile qui en est tres voisin, le Necrolestes ; les molaires de celui-ci forment des prismes tres allorgés, chaque dent ayant trois petites cus- pides á la couronne, et le bout opposé non divisé en racines séparées. C'est vers ce méme type qu'évolutionnent les molai- res du Chrysochlorys. Le plus grand nombre des autres genres d'insectivores pré- sentent au contraire des vestiges tres manifestes du type qua- drangulaireetquadriradiculé primitif. Dans le genre Erimaceus, par exemple, les molairessupérieures sont quadrituberculaires etá trois racines, celle interne étant tres large, sillonnée, et avec des vestiges de division au bout, ce qui prouve que dans ce cas aussi on a affaire á deux racines fusionnées. Les deux -racines des molaires inférieures présentent aussi des vestiges de division. Dans les molaires du genre Gymnura Vétat qua— drituberculé est encore plus accentué aux deux máchoires. Dans le genre allié éocene Neurogymnurus les molaires supé— rienres montrent le type quadrituberculaire parfait, et Pon observe aussi la méme forme sur la dernitre molaire de rem- placement; la derniére molaire persistante supérieure est triangulaire dú a la faute d'espace pour se développer. — 403 — Chez les chauve-souris, les formes frugivores possedent des molaires supérieures quadrangulaires, tandis que celles in- sectivores les ont triangulaires. Ce dernier type de denture avait été considéré comme représentant dans ce groupe le type primitif; pourtant, Lecue qui était de cet avis, vient de se convaincre par ses derniéres recherches embryologiques, que cette forme triangulaire est dúe á une simplification, c'est-á- dire qu'elle est acquise et non originaire. Dans les rongeurs, les faits favorables á notre these, sont tellement nombreux que nous n'avons que lPembarras du choix. On ne fait mention que d'un seul groupe qui aurait des dents triangulaires représentant le stade primitif, celui de Sciuridés, et nous croyons que cela repose sur une fausse in- terprétation. Il est vrai que les molaires supérieures de Sciu- rus ontle cóté interne non bilobé et plus étroit que l'externe, mais la couronne est nettement quadrangulaire et presque lophodonte. Le rétrécissement du cóté interne et la dispari- tion apparente des deux lobes est dúe á la formation secon- daire d'un grand bourrelet basal d'émail qui s'est développé jusqu'á atteindre la couronne et qui donne aux moJaires l'aspect triangulaire. Dans le genre fossile Allomys Marsh, ce bourre- let est arrivé á constituer un grand cóne interne. Dans tout le groupe des rongeurs, les genres á molaires prismatiques et sans racines sont relativement peu nombreux et tous modernes. Les molaires quadrangulaires et á quatre racines aux deux máchoires, prédominent partout. Parmi les rats, les Arvicolini á dents prismatiques et sans racines sont récents ; la presque totalité des muridés récents et fossiles ont des molaires á quatre ou cing racines aux deux máchoires, avec les couronnes quadrangulaires et tuberculeuses. Il en est de méme des Sciuridae. Les groupes actuels des Eryomydés, des Cavidés et des Octodontidés ont des molaires composées par des lames pris- matiques Ou aplaties et sans racines, mais chez les anciens genres fossiles qui constituent les souches de ces groupes [Hedimys, Sphodromys, Phanomys, Scleromys, etc.), les molai- res sont pourvues de quatre racines plus ou moins séparées aux deux máchoires. Il en est de méme des vrais Hystricidae actuels ou fossiles (Sterromys) et aussi des Acaremyni éocénes (Acaremys, Sciamys) quí sont les plus anciens représentants connus de la ligne quí aboutit aux muridés. Quant aux mammiferes mésozoiques, nous y voyons deux types: l*un est carnassier 0u insectivore avec des molaires in- férieures biradiculées; Vautre, á molaires de couronne trés compliquée (Multituberculata), mais nous n'avons pas de ren- seignementssur lenombre etla structure de leurs racines. Pour- tant, si Pon en juge d'apres les figures publiées, les molaires inférieures de ces animaux paraissent posséder des racines tres élargies, ce qui rend probable la bifurcation de leurs extrémités; dans tous les cas, cet élargissement paraít indi- quer deux racines soudées. Pour le groupe carnivore ou insectivore, nous avons déja fait mention du genre Stylacodon, lequel, touten possédant des molaires inférieures á couronne tres simple, ces dents ont trois racines, dont deux plus ou moins fusionnées. Le genre éocene de l'Amérique du Nord avec une prémolaire inférieure triradiculée, nommé par Leidy Uintacyon, serait un dernier survivant de ce groupe de carnivores ou insectivores primitifs a molaires inférieures avec des racines multiples (*). Les mammiferes trisiaques, les plus anciens que Pon con- nait, nenous montrent jusqu'aujourd'hui que des genres á (*) D'apres M. Core Uintacyon serait synonyme de Míacis, et il re- garde la prémolaire triradiculée de l'exemplaire figuré par LeimY com- me étant une dent supplémentaire anormale. Si réellement il s'agit du méme animal, la présence de cette dent supplémentaire a trojs racines ne peut s'expliquer autrement que comme une réapparition par atavis— me d'un caractére d'anciens antécesseurs, qui depuis longlemps avait disparu. A n'importe quel point de vue, ce fait confirme notre théorie tandis qu'il n'a pas d'explication dans la théorie opposée. —- 409 — molaires compliquées (Trytylodon, Microlestes) et probablemen quadriradiculées, ou des genres dont les racines des molai— res sont en voie de fusion et les dents évoluaient vers le type prismatique de base ouverte et á croissance continue (Dromo- therium, Microconodon). Cela reporte bien loin Porigine des mammiféeres. La fusion des dents simples pour former des dents composées, était certainement déjáa accomplie des le commencement de l'époque secondaire. Quant á lapparition des premiers mammiferes, elle doit avoir eu lieu pendant P'é- poque primaire, au commencement de la période permienne, ou peut-étre méme avant. AU POINT DE VUE DE LA SUCCESSION DES DENTS. — L'on sait que parmi les mammiferes il y en a qui présentent deux dentures successives, une que l'on appelle denture de lait, constituée par un petitnombre de dents, et l'autre définitive; ces animaux sont appelés diphyodontes. D'autres, au contraire, ne présen- tent qu'une seule denture durant toute la vie qui n'est pas remplacée: on les appelle monophyodontes. Sous certains rapports, cette distinction n'a plus l'importance d”autre fois, puisque chez tous les monophyodontes on a trouvé des traces d'une autre série de dents, quoique ne dépassant pas la pé- riode embryonnaire. Mais au point de vue phylogénique il en est autrement, surtout apres que l'on a démontré que les dents de lait font partie de la méme série ou génération de celles placées plus en arriére et quine sont jamais rempla- cées. Plus en avant nous aurons l'occasion de revenir sur cet- te question; il suffit d'indiquer ici que l'état monophyodonte précéde de Pétat diphyodonte et ce dernier de lPétat poly- phyodonte des reptiles ; lévolntion s'est produite par P'élimi- nation successive des séries dentaires dans V'ordre de leur ap- parition, de sorte que des deux dentitions des mammiferes diphyodontes, c'est celle de lait qui est la plus ancienne et celle de remplacement la plus moderne. Si nous cherchons a éclaircir lorigine des dents plexodon= — 456 — tes au moyen de la succession de la denture, nous deyons nous attendre á trouver dans la denture plus ancienne (pre- miére dentition) une condition bien différente selon le point de vue des deux théories en opposition. Dans le cas que la plexodontie serait le résultat de la complication graduelle de la dent simplement conique, la denture de lait devrait se rap- procher de ce type primitif davantage que celle plus moderne ou de remplacement. Siau contraire, la plexodontie a été ac- quise parla fusion de plusieurs dents, les dents de lait de- vront étre aussi compliquées que celles de remplacement, et dans le cas que ces derniéres se seraient simplifiées par une évolution regressive (type triangulaire) celles de la premiére dentition devront conserver le type quadrangulaire primitif. L'examen des deux dentitions á ce point de vue confirme complétement l'origine de la plexodontie par lafusion de plu- sieurs dents simples et contredit celle de la complication graduelle de la dent conique primitive. Chez Phomme par exemple, les molaires de remplacement, aussi bien les supérieures que les inférieures sont á une seule racine et avec la couronne bicuspide, c'est-a-dire beaucoup plus simple que celle des molaires persistantes, tandis que les molaires de la dentition plus ancienne (denture de lait, dents caduques), ont les couronnes presque aussi compliquées (*) que celles des molaires persistantes et possedent de racines bien séparées ; dans ce cas, la simplification des molaires de remplacement c'est bien un caractére acquis par regression. Dans celles supérieures on y remarque facilement que la racine en apparence unique est constituée par deux racines soudées; tres souvent cette racine complexe conserve encore dans l'in- térieur la double cavité de la pulpe assez visible. Chez tous (*) La premiére caduque supérieure est a deux cuspides externes qui ne sont pas encore tout á fait fusionnées, et une interne plus grande. La deuxiéme caduque supérieure est quadricuspidée comme les mo- laires persistantes. — 407 — les singes supérieurs la deuxieme molaire caduque est qua- dricuspidée comme chez homme et celle qui la remplace, simplement biscupide. Comme regle générale, ce quí se passe chezl'homme et chez les singes, on peut l'observer aussi dans toute la série des mamumiferes diphyodontes, mais nous v'allons nous arré- ter quesur un des exemples les plus frappants, concernant les ruminants et méme presque toute la série des artiodactyles. Chez les ruminants dont le nombre des molaires de remplace- ment est de trois, les trois molaires caduques de la mandibu- le inférieure sont plus compliquées que les dents de rempla- cement correspondantes; la premiétre inférieure de lait est bilobée et á racines bien séparées, tandis que celle qui la remplace est beaucoup plus simple et presque toujours á une seule racine. En haut, la différence est encore plus considéra- ble; les trois molaires supérieures de lait sont quadrangulai- res et avec le cóté interne divisé en deux lobes, tandis que les trois dents de remplacement correspondantes sont au con- traire triangulaires avec le cóté interne trés étroit et non bilo- bé; iciaussi cette simplification est donc une acquisition ré- cente et regressive et non une conformation primitive. Bref: chez tous les diphyodontes, si Pon considere a la fois les dents de lait etles *molaires persistantes comme formant une seule série, que c'est ce qui correspond puisque ces dents appartiennent á une méme génération (*'), on trouve alors que la premiétre dentition est formée par un nombre de dents plus considérable que la deuxiéme etaussi de forme plus compli- (*, Chez les plus anciens diphyodontes (Nesodontidae, Notohippidae, Protypotheridae, Meniscotheridae, etc.), toutes les molaires de la pre- miére génération (dents de lait et vraies molaires) étaient en fonction a la fois pendant longtemps; la derniére molaire de remplacement ne rentrait en fonction que quand toutes les molaires persistantes, la der nióre non exceptée, avaient déja la couronne entamée par la mastica= tion. quée (+); on constate également que les différences entre les dents antérieures et les postérieures sont moins grandes que si Pon place dans une méme série les molaires persistantes et celles de remplacement. Nous devons rappeler que chez les plus anciens ongulés, cette ressemblance entre les dents d'un bout a Pautre de la série persiste méme sur les dents de rem- piacement (Vesodontidae, Notohippidae, Protypotheridae, Ho- malodontotheridae, Leontinvidae, Pyrotheriidae, etc.), ce qui prouve bien que la simplification dans les formes plus récen= tes, est secondaire et non primitive (?). Au POINT DE VUE MÉCANIQUE ET FONCTIONNEL. — Ce sujet a été traité par Ryper et surtout par M, Core avec une tres grande (1) Le fait que les dents caduques sont plus compliquées que celles de remplacement, est connu depuis le commencement des premiéres recherches odontologiques sérieuses. 1l a été reconnu par CUVIER (Lecons d'Anat. comparee, vol. IV, p. 135, 1805,) et confirmé par Owen (Odontography, texte, p, 308. (2) E'homodontie dans la série des molaires de quelques groupes d'ongulés existants, les Equidés par exemple, est certainement le résul- tat d'une complication récente due a la tendance qu'ont les organes analogues ou homologues remplissant la méme fonction a prendre la méme forme, mais il n'est pas certain qu'il en soit de méme chez tous les autres. Chez les Tapiridés, par exemple, dont les formes anciennes connues ont les molaires de remplacement triangulaires et celles récentes quadrangulaires, il est possible que cette derniére conformation soit celle primitive, ce qui indiquerait que nous ne connaissons pas encore leurs véritables ancótres, et leur distribution géographique actuelle nous fait pencher vers cette derniére supposition. Quelques formes fossiles récentes paraissent confirmer cette maniére de voir; les molaires de remplacement du Tapirus helveticus de MeYeR montrent le tubercule antéro-interne diminué, mais en méme temps on y voit aussi le com= mencement d'un talon interne qu'en se Jdéveloppant a dú former le point de convergence des deux crétes transversales donnant ainsi aux dents la forme trianguloire que Von yoit sur d'autres genres fossiles du méme groupe. sagacité. Cet auteur trouve lorigine des diflérents types de denture dans des causes exclusivement mécaniques, et pour notre part nous souscririons volontiers la plus grande partie de ses opinions avec la seule exception de trois ou quatre, mais que précisément selon notre manitre de voir constituent les points fondamentaux. Cette divergence porte sur le pre- mier origine de la complication dentaire, sur lorigine des types triconodonte, trituberculaire ou triangulaire, et quadri- tuberculaire ou quadrangulaire. Notre but n'étant pas de faire une étude approfondie de la forme des dents dans chaque groupe de mammiféres, nous ne ferons qu'exposer quelques vues générales suivies d'un exa- men de l'origine des principaux types selon la théorie de la complication graduelle et celle de la fusion. Voyons d'abord, au pointde vue de chacune de ces deux théories, á quelle cause l'on peut attribuer le commencement de cette transformation. Dans la théorie de la fusion cette cause initielle est bien fa- cile de découvrir: c'est un racourcissement de Tlespace destiné au développement de la denture qui amena le rappro- chement des germes dentaires et produisit leur fusion des leur commencement. : Dans la théorie de la complication graduelle, la cause ini- tiale est bien plus difficile á saisir, — jusqu'á maintenant on n'en a proposé aucune. Dans cette méme théorie, on explique la plexodontie par Pusage des dents qui auraient produit leur complication, mais cela ne s'accorde pas avec les caractéres de chacune des deux dentitions des mammiféeres. On peut se demander pourquoi les dents caduques qui généralement tombent de bonne heu- re et parfois ne rentrent pas méme en fonction, sont pourtant plus compliquées que celles de remplacement. Si la plexo- dontie était due aP'usage, ces dents caduques qui tombent tres tót devraient étre beaucoup plus simples que celles de rem- placement, et ces derniéres, puisqu'elles restent plus long> T. uv 31 — 460 — temps en fonction devraient étre plus compliquées. Pourtant nous savons que les choses se passent autrement, puisque comme regle générale les dents de remplacement sont plus simples et celles cadugues sont plus compliquées. Dans cette théorie cela est inexplicable, tandis que dans la théorie de la fusion Vexplication tombe de soi-méme ; les dents cadu- ques sont plus anciemnes et représentent la forme primitive tandis que celles de remplacement sont plus modernes et sont devenues plus simples par lP'atrophie de certaines parties de leurs couronnes. Tout ce que Pon peut faire c'est de répondre que dans quel- ques lignes d'ongulés, á Paide des formes fossiles, on peut suivre la complication graduelle des molaires de remplace- ment, mais cela est une complication secondaire, indépen- dante de celle initiale ou de la fusion, et nous en avons don- né plus haut Pexplication (p. 458). On a bien cherché á mettre en évidence ces genres moder- nes á molaires supérieures persistantes et de remplacement quadrangulaires, mais on ne fait pas mention de ceux qui se trouvent dans une position opposée, c'est-á-dire á molaires triangulaires. Nous ne ferons mention que du premier qui nous viens á la mémoire, le Leptochoerus MarsH, du miocéne supérieur, qui présente les trois molaires persistantes supé- rieures triangulaires et la derniére molaire de remplacement de la méme forme; ces dents portent deux tubercules externes et un grand tubercule interne. Nous ne connaissons pas de suidés plus anciens avec une simplicité égale des molaires, de sorte qu'ici ce ne sont pas seulement les molaires de rempla- cement quí sont devenues triangulaires, mais aussi les molai- res persistantes. : Laissons de cóté les considérations de ce genre, et exami- nons un peu le procés de complication des son début, en pa= rallele avec la théorie de la fusion. Nous avons déja yu que d'aprés la théorie de la complication les principaux stades pareourus par les dents simples pour acquérir la forme de — 461 — dents plexodontes quadrangulaires, sont, du stade haplodonte au triconodonte, de celui-ci au trituberculaire, et de ce der- nier au quadrituberculaire. D'une maniére schématique ils représentent cette évolution sous la forme suivante : / na 9 ¿9 L AI a VASCA Les points en noir représentent les molaires supérieures, et les ronds vides les molaires inférieures. Dans A, les dents sont toutes simples et alternes, celles de la mandibule supérieure avec celle de la mandibule inférieure, Bet €, représentent les mémes dents que l'on suppose ont acquis par végétation ou complication une pointe accessoire antérieure etune autre postérieure, placées sur la méme ligne longitudinale. Les ronds plus gros, noirs et blanes, représen— tent le cóne primitif de chaque dent, appelé le protocone. C'est le type triconodonte. C, représente les mémes dents avec les tubercules acces- soires déplacés, vers le dedans dans les inférieures, et vers le dehors dans les supérieures. C'est le type triangulaire ou tri- tuberculaire. Nous avons déja dit que d'apres la théorie de la complica- tion graduelle, le stade triconodonte aurait été acquis par la formation de deux cuspides accessoires au cóne unique de la dent simple, placés á la base de la couronmne, un en avant et Pautre en arriere sur la méme ligne longitudinale; cette com- plication aurait été précédée par la bifurcation de la racine. Nous ne doutons pas de la possibilité que par des causes — 462 — mécaniques puissent se développer des cuspides accessoires á la base de la couronne des dents coniques; ce que nous n'ad- mettons pas, c'est que cette complication ait pu étre accom- pagnée par une bifurcation de la racine, et qu'une augmenta- tion graduelle dans la complication ait pu donner origine aux dents plexodontes. Pour penser ainsi nous nous appuyons sur la présence dans les reptiles et dans les poissons, de dents á couromne triconodonte sans que les racines soient bifurquées; d'un autre cóté, dans cette théorie, on na pas encore pu dire pourqnoi les racines simples se seraient compliquées. Nous remarquons que presque tous les animaux á dents de couronne triconodontes, qu'ils soient mammiferes, reptiles ou poissons, ont les dents tres serrées ; nous pouvons donc attri- buerla cause initiale du triconodontisme á un grand raccour- cissement de Vespace dentaire qui amena le resserrement des dents de telle facon que chaque dent d'une máchoire s'enchassait fortement entre deux dents de la máchoire opposée, comme autant de coins, dú aussi en partie a leurs bases plus larges que leurs sommets. Les cuspides des dents d'une máchoire exercait ainsi une forte constriction en avan: et en arriere de la base de la couronne de chacune des dents de lPautre máchoire empéchant leur croissance régu- liére; Pémail et la dentine, ne pouvant pousser dans la di- rection de Paxe vertical de la dent, se forma au-dessous du cuspide de la dent opposée, une expansion latérale qui dé- passant les limites du sommet de cette derniére reprit sa direction verticale formant un crochet ou tubercule basal. Ces tubercules ont done poussé entre les plans de contact de deux dents opposées, ces plans constituant les lignes de moindre résistance; c'est ainsi que se sont formés les deux tu- bercules accessoires á la base de chaque dent, un en arriére et Vautre en avant, comme on les voient dans les genres Haplodactylus et Galesawrus, mais cette complication de la couronne ne changea en rien la forme de la racine. Ce type triconodonte diflere done completement du stade triconodonte . — 463 — théorique, á trois tubercules sur la méme ligne, mais avec deux grandes racines completement séparées et les dents for- tement espacées, de sorte que le tubercule postérieur de chaque dent ne touche que le tubercule antérieur de la dent opposée de l'autre máchoire. Ce type théorique n'a pas encore été rencontré. D'apres la théorie de la complication graduelle, la trans- formation du stade triconodonte au stade triangulaire se serait eflectuée par le déplacement des tubercules antérieurs et postérieurs de chaque dent, qui se seraient portés en dedans dans les molaires inférieures et en dehors dans les supérieures ; les molaires inférieures auraient ainsi un tuber- cule externe et deux internes, et les supérieures un interne et deux externes : bref, la base du triangle de chaque dent serait en dehors dans les supérieures et en dedans dans les infé- rieures. Les tubercules accessoires étaient destinés á remplir les espaces intermédiaires et produire ainsi un certain degré d'interposition entre les cónes principaux (protocones). Les cuspides accessoires disent-ils, étant plus faibles, ils étaient aussi moins résistants á la pression; comme les dents inférieures rentrent en dedans des supérieures, ont poussés en dehors les tubercules accessoires de ces derniéres, tandis que celles supérieures poussaienten dedans les tubercules cor- respondants de celles inférieures, se produisant ainsi en haut et en bas la forme en triangle. On peut opposer á cela, que la denture triconodonte étant dú, comme nous lVavons démontré, á un resserrement des dents, il est difficile d'admettre leur espacement comme le veut la théorie de la complication graduelle; cet espacement est Pautant plus inadmissible que les cuspides centraux ré- sulterait alors sans aucune fonction mécanique á remplir. Dans tous les cas connus de denture triconodonte, les dents sont tres serrées comme le démontre le genre type Triconodon et les autres formes jurassiques alliées. Dans le chien, les in- cisives peu usées, quoique á une seule racine, ont la cou- ronne triconodonte et sont tres pressées comme les molaires du Galesaurus qui présentent la méme conformation. Lespa- cement des dents triconodontes n'était donc pas possible et leur alternance était tres petite, de facon que les molaires in- férieures dépassaienta peine les supérieures, le grand cuspide (cuspide du milieu ou protocóne) des molaires inférieures usant un peu en avant et vers le cóté interne, le cuspide cor- respondant des molaires supérieures. Les dents inférieures en glissant sur le cóté interne des supérieures ne pouvaient nul- lement produire le déplicement des cuspides accessoires, puisque la pression avait lieu entre les tubercules homolo- gues et d'une égale résistance, et les efforts dans les deux di- rections opposées étant absolument égaux, la continuation de ce mouvement »aurait fait tout au plus que comprimer les dents et leur faire prendre la forme de lames coupantes. Venons maintenant au type trituberculaire ou triangulaire théorique; tel qu'il nous est présenté dans le schéma que nous avons reproduit plas haut, 11 y aurait une alternance compléte entre les dents des deux máchoires, plus accentuée encore que celle qu'on attribue au type triconodonte théo- rique. Il est dit que cette conformation devait constituer un appareil tres approprié pour couper les aliments et représen- talt un avancement sur le stade triconodonte. Nous ne le croyons pas. Dans la nature actuelle, nous voyons que les dents coupantes des animaux carnassiers sont disposées avec leurs parties destinées á couper sous la forme de lames lon- gitudinales, d'autant plus coupantes que les animaux sont plus carnassiers, et toutes les formes éteintes quí s'y rappro= chent présentent une conformation fondamentalement iden= tique. Le type triangulaire serait donc un appareil dentaire á couper formé par des lames transversales, ce qui constituerait une exception improbable; en outre, ces dents ne ressem- blent en rien á des lames; ¡eur forme triangulaire n'était pas appropriée pour couper et encore moins pour la mastication ou Pécrasement des aliments, puisque les surfaces des cou- > ronnes des dents supérieures et inférieures n'étaient pas superposées sinon alternes. Ces raisonnements, nous paraít-il, suffirait déja pour faire repousser cette théorie, mais nous en avons encore d'autres. Examinons un instant la denture supérieure d'un carnassier et nous verrons que les dents coupantes supérieures sont d'un type triangulaire plus ou moins parfait, c'est-á-dire qwelles sont formées par une lame tranchante longitudinale externe portée par deux racines placées sur la méme ligne et par un talon interne qui repose sur une troisieme racine constituant le sommet du triangle. Chez les Félidés qui sont les plus car- nassiers des mammifeves, la couronne de la dent carnassiére est formée presque exclusivement par la lame longitudinale, le talon interne étant excessivement réduit. Tous les natura- listes qui sont'un peu familiarisés avec P'étude des genres fos— siles, reconnaitrons facilement que cette forme en lame cou- pante s'est constituée par une réduction graduelle du talon interne qui est plus développé chez les formes voisines, et - plus développé encore chez les formes fossiles que chez les formes vivantes. Les formes primitives et plus anciennes de qes groupes avaient donc des molaires triangulaires. Dans les Hyaenodontidés de Phémisphere nord, cette torme coupante porte sur deux molaires de chaque cóté quí se trouvent á des stades différents, lantérieure ayant le tubercule ou talon in- terne plus développé que la suivante. Chez les Borhyaenidés de Argentine il y a trois molaires supérieures qw'on pris la forme tranchante; le tubercule du talon interne a presque complétement disparu laissant á peine des traces visibles tan- dis que la racine correspondante se conserve bien développée. Il est d'ailleurs certain que cette forme chez les Borhyaenidés a été obtenue par une modification des dents triangulaires des autres Sparassodontes au moyen de VPatrophie graduelle du talon interne. ' A cette forme tranchante des molaires supérieures corres- pond une conformation semblable de celles de la mandibule. — 466 — Remarquons encore qu'á ce stade les molaires présentent une conformation assez semblable á celle du type appelé tricono- donte, puisque dans les deux cas elles sont formées par trois ou quatre cuspides placés sur la méme ligne longitudinale, celui du milieu étant le plus fort. Revenons maintenant encore á la théorie de la complication graduelle. Pour expliquer la formation des dents carnassiéres, ilsfontévolutionnerla dent triconodontesupérieure de sorte que le cuspide du milieu, plus grand se porte en dedans pour cons- tituer le sommet du triangle ou talon interne, les dents prenant ainsi le type triangulaire ; ce talon interne se serait apres effacé graduellement pour permettre aux dents de prendre la forme tranchante, que c'est presque la méme du type triconodonte, revenant ainsi á leur point de départ. Mais, la nature, pour- quoi aurait fait ce détour? Pour nous cela est un fait inex- plicable. Nous voyons que les dents triconodontes sont for- mées par trois cónes placés sur la méme ligne longitudinale représentant déjá une lame, quoique assez épaisse; nous voyons que celles de la mandibule glissent sur le cóté interne des supérieures; ces dents n'avaient done qu'íá continuer á fonctionner verticalement comme des ciseaux et les lames se seraient comprimées jusqu'a devenir tranchantes, sans besoin de passer par le type triangulaire d'un fonctionnement com- pletement distinet, pour aprés revenir á peu pres á la méme forme de couronne (triconodonte) quoique pourvue d'une ra- cine interne en plus, absolument inutile, et que Pon ne nous dit pas comment a-t-elle été acquise ni quel est son róle fone- tionnel. Cette explication nous parait forcer un peu trop les faits pour les adapter malgré eux á des idées préconcues que WVaprés nous n'ont pas de base solide, méme dans la paléonto- logie, que c'est ou Pon cherche de préférence des preuves a Papput. Du reste, nous nous sommes déjá expliqué sur P'impossibi- lité mécanique d'une denture formée par des dents triangulai- res á bases successivement inverties et alternant d'avant en — 467 — arriére, celles d'en haut avec celles d'en bas; une denture semblable serait désavantageuse aussi bien pour les formes de tendances carnivores que pour celles de tendances omnivores ou herbivores; un appareil dentaire ainsi conformé ne pour— rait servir ni á couper, ni á mácher, ni á déchirer. Pourtant, supposons un“ instant que cela soit possible; s'agissant d'un stade par lequel ont dú passer tous les mam- miferes á dents compliquées on devrait trouver une foule de genres présentant une conformation semblable et alors nous pourrions croire que dans cette théorie il y a quelque chose de vrai. Eh bien, il n'y en a pas, et le tres petit nombre de ceux que Pon a cru qui représentent ce stade possedent une denture ayant une toute autre signification. Si la théorie était vraie, parmiles formes fossiles plus an- ciennes, celles mésozoiques, par exemple, on devrait trouver fréquemment le type triangulaire á dents alternes ; au lieu de cela nous voyons que la plupart des types jurassiques possedent des dents avec les couronnes á deux, trois ou quatre cuspides sur la méme ligne longitudinale. Il y a tres peu de genres á dents triangulaives et celles-ci ne sont pas disposées d'une maniére alterne. Le Menacodon (Tinodon) MarsH qui est un de ceux qui se rapprochent davantage de ce type triangulaire idéal, a les molaires inférieures (les seules connues) suivies Pune apres Pautre et non séparées par une disposition alter ne. Le Spalacotherium Owen, présente une conformation sem- blable. Les genres Amblolheríum, Phascolestes, ete., montrent égale- ment des molaires triangulaires, maisici aussi ces organes sont en série continue et non alterne; en outre, ces molaires présentent le cóne central beaucoup plus développé que ceux latéraux, ces derniers étant unis á celui du milieu par des erétes assez hautes et séparées sur le cóté le plus large des dents, de facon que la base de chaque triangle soit en coche. Cela prouve que le cóne plus développé des molaires supé- — 468 — rieures s'usait contre le correspondant des inférieures et que les tubercules latéraux s'usaient dans les coches des dents Op- posées. C'est un systeme de denture qui plutót parait le résul- tat d'une simplication des molaires et n'a pas de semblable dans la nature actuelle, si ce n'est, comme nous le verrons bientót, chez quelques insectivores. La plus grande ressemblance de ces types jurassiques est avec d'autres genres de la méme époque qui constituent la fa— mille des Stylacodontidae (Amblotheridae), dont les genres plus notables sont Stylacodon, Dryolestes, Asthenodon, etc. Nous voyons dans les molaires de ces genres une couronne trian= gulaire comme dans les genres précédents, mais avec le cóne central plus développé et les tubercules latéraux unisá ce der- nier pour former une couronne proportionnellement plus petite et beaucoup plus haute; c'est évidemment une simplification du type antérieur représenté parle Menacodon (Tinodon), comme on le reconnaít facilement aux racines qui se sont rapprochées et presque fusionnées : Souvent, les racines des molaires infé- rieures se sont déplacées (Stylacodon, Asthenodon) de sorte qu'at lieu d'étre une en avant et autre en arriéere, se trou- vent une en dedans et Pautre en dehors, c'est-a-dire dans une direction transversale au lieu de celle longitudinale qui est la régle générale. Quelques genres ont les molaires espacées, mais non complétement alternes sinon que les pointes principales d'en haut et d'en bas s'usaient réciproquement. C'est le Chrysochlorys que dans la nature actuelle se rappro- che davantage de ces formes mésozoiques, et c'est précisé= ment aussi le genre existantque Von a mentionné comme re- présentant le type triangulaire primitif. Plus haut nous avons déja dit que cela n'est pas exacte, mais le cours de la discus= sion nous porteá dire encore quelques mots sur ce sujet. Dans le Chrysochlorys les molaires sont espacées et d'un ty= pe particulier. Ces deuts á couroune tricuspidée, sont tres comprimées d'avant en arriére constituant des lamelles; les trois cuspides sont trés bas en proportion de la couronne qui = 469 — est tellement longue que chaque denta pris la forme d'un prisme triangulaire. Malgré leur emplacement, ces dents ne sont pas alternes sinon que les supérieures reposent sur les inférieures, le cuspide principal de chaque dent supérieure s'usant contre le cuspide principal de la dent inférieu- re correspondante. Á cause de cette conformation, ces dents ont une tendance á se simplifier encore davantage ; leur base ne se ferme que tres tard, se divisant en deux racines tres courtes placées transversalement méme dans la mandibule comme dans Pancien genre Stylacodon. Il est assez facile de reconnaitre que ces dents sont une simplification de celle des anciens genres jurassiques Dryolestes, Asthenodon, etc., et sont en yoie d'évolution vers la forme prismatique á base ouverte etá croissance continue, stade qui était déja presque atleint par le genre fossile Necrolestes du tertiaire de Patagonie. Chez le Necrolestes la forme en lame triangulaire est encore plus ac— centuée, le fút des dents est absolument égal d'un bout á Pau- tre, avecles trois cuspides de la couronne tres bas et qui dis- paraissent bientót, chaque dent supérieure ne touchant que celle correspondante de la mandibule; cela fait que ces or- ganes sont encore plus espacés que dans le Chrysochloris et non alternes. Chez les vieux individus, chaque dent, aussi bien d'en haut que d'en bas, montre des vestiges de deux ra- cines placées transversalement mais qui ne se séparaient ja- mais. Un autre genre encore plus ancien, le Kurtodon Osgorx, du jurassique d'Angleterre qui probablement appartient á la méme ligne phylogénétique, avait acquis á peu de chose pres le méme degré de simplification; les dents étaient triangu- laires, á couronne presque plate, de fút prismatique et le bout divisé en deux racines tres courtes placées transversale - ment; la denture de ce genre ne differe de celle du Necrolestes que par les molaires:tres serrées. | Nous voyons done que dans tous les genres avec des mo- laires simplement triangulaires aux deux máchoires, de n'importe quelle époque, les dents ne sont pas alternes et se présentent toujours comme étanten voie de simplification et non de complication. On ne trouve nulle part et á aucune époque, une denture correspondante au type triangulaire idéal que Pon a donné comme constituant le point de départ de toutes les formes de dentition plexodontes. Jettons maintenant un coup-d'ceil aux mammiferes tertiaires ou plus modernes, présentant des molaires supérieures trian— gulaires. Ces dents se trouvent chez quelques ongulés, mais elles ne sont fréquentes que chez les carnassiers placentaires et marsupiaux; ainsi que chez les Créodontes et Sparasso- dontes. Or, il está remarquer que dans tous ces Cas, sans au— cune exception, aux dents triangulaires supérieures, corres— pondent des dents inférieures quadrangulaires ou rectangu- laires, parfois en lames et á quatre ou cinq cuspides, plus rarement á trois. Nulle part on ne trouve des dents triangu- laires inférieures correspondants á des dents triangulaires supérieures, ce qui est tres significatif et plaide contre la théorie de la complication graduelle et de la trituberculie primitive. Nous voyons aussi que la forme triangulaire supé- rieure est accompagnée d'un écartement des molaires sur le cóté interne, tandis qw'elles restent en série continue sur Vexterne; or, dans cet écartement se loge précisément le plus développé des cuspides des dents inférieures comme si le déplacement et le rétrécissement du cóté interne des molaires supérieures ne fút que le résultat de Pinterposition de ce cuspide inférieur. Nous verrons á la suite qu'il en est eflecti- vement ainsi, et que par conséquent, la forme triangulaire des molaires supérieures, c'est presque toujours le résultat d'une modification ou simplification de molaires qu'avaient le type quadrangulaire. Les dents compliquées et á racines multiples des mammi- feres, tirent leur premier origine de la fusion de plusieurs dents simples primitives, plus ou moins coniques. Cette fusion eut lieu pendant la période embryonnaire; ce furent — 474 — les embryons dentaires qui se fusionnerent. Ces embryons, placés dans le fond d'un sillon dentaire, étaient trop nom—- breux, et n'ayant pas de place pour se développer indépen- damment, ils se trouverent bientót en contact, d'oúu il en résulta la fusion. [”état triconodonte des couronnes des dents peut-étre le résultat d'une évolution progressive Ou régressive ; le nombre de racines est de deux par chaque dent dans l'état tricono- donte acquis par évolution régressive, et d'une seule dans celui d'évolution progressive. Le point de départ de l'évolution progressive, c'est le type de denture haplo donte. Les dents coniques, simples et poin- tues des deux máchoires, alternent d'avant en arriére, de ma- niéere que la couronne de chaque dent se place entre les cou- ronnes de deux dents de la máchoire opposée. Si Pespace dont dispose la série dentaire se raccourci, les dents de chaque máchoire se presseront les unes aux autres; alors la couronne de chaque dent entamera peu á peu obliquement les bases des couronnes de deux dents de la máchoire oppo- sée entre lesquelles s'emboíte, et par le procédé dont nous avons parlé plus haut, produira en avant et en arritre de chaque dent, une espéce de talon ou crochet; ces tubercules se développent jusqu'a prendre la forme de denticules acces- soires. C'est la forme de triconodontie que l'on trouve chez certains reptiles, par exemple le Galesaurus. La modification de la couronne ne modifie pas la base qui reste toujours á une seule racine. Il peut arriver aussi que la complication de la couronne augmente par la formation de nouveaux denticules sur la méme ligne longitudinale, mais la racine ne varie pas. Dans Pacquisition de lVétat triconodonte par évolution ré- gressive, le point de départest une dent déja compliquée. Les molaires formées par la premitre fusion des dents simples, c'étaient des dents multicuspidées qui avaient autant de cus- pides que le nombre de dents rentrées en fusion. Les dents quadrangulaires et quadrituberculaires, á quatre cuspides — 412 — principales et quatre racines distinctes, procédent directe- ment de cette premiere fusion. Ces dents étaient á tubercules aigus et disposées pour un régime insectivore. De ce stade les molaires ont évoluées en se compliquant ou en se simpli- fiant, selon que les différentes branches de mammiféres ten= daient vers le régime herbivore ou vers le régime carnivore. Dans l'évolution vers le régime herbivore, les couronnes des dents supérieures tendent á se placer exactement sur les cou- ronnes des dents inférieures pour effectuer la fonction de la mastication des aliments; les mouvements des máchoires deviennent horizontaux, soit latéralement, soit d'avant en arritre, selon les groupes. Les cuspides aigus primitifs s'apla- tissent et deviennent des mamelons, produisant la denture omnivore de certains antiodactyles et d'autres groupes d'on- gulés primitifs. Cette forme se complique davantage par la formation de plissements de Vémail (ruminants, équidés), ou Paddition de tubercules accessoires (Suidés) etc., en augmen- tant aussi considérablement la grandeur des couronnes. Dans Vévolution vers le régime carnivore, les dents quadri- tuberculaires se sont modifiées pour prendre une forme tran= chante, et les mouvements des máchoires sont devenus gra- duellement verticaux; les dents d'en haut en se pressant sur celles d'en bas font Poffice de ciseaux ou tranchets. Pour bien comprendre comment cette transformation a eu lieu, il faut se rappeler que les branches mandibulaires étant étroites, les dents n'ont pu y prendre le développement qu'elles ont prisa la máchoire supérieure. Les molaires compliquées étant donc toujours plus étrcites á la máchoire inférieure qua la supérieure, il en résulte que, dans lPacte de la mastication, les deux séries des dents étant superposées, les couronnes des molaires inférieures doivent laisser á découvert une partie de la surface des cóuromnes des molaires supérieures. En plus, les deux branches de la mandibule formant une parabole plus étroite que la série dentaire supérieure, il est naturel que les molaires inférieures doivent se placer contre la partie interne a Y E e ER — 473 — de la couronne des supérieures, laissant á découvert leur partie externe. Dans ces conditions, pour que les dents aient pu devenir tranchantes et s'eflectuer le mouvement vertical des machoires, il a falla que la partie interne des molaires s'atrophiát et que Vexterne se développát en forme de tran- chet, afin que les molaires inférieures pussent glisser sur le cóté interne des supérieures, et celles-ci sur le cóté externe des inférjeures. Les molaires, comme toutes les parties dures en voie de croissance, se ldéveloppent dans la direction qui leur offre le moins de résistance. Étant les máchoires fermées et les dents inférieures alternant un peu avec les supérieures, chaque mo- laire infévieure en supporte deux supérieures, et les espaces quí séparent les dents ou les lignes de contact de celles-ci dans chaque michoire, alternent avec les espaces ou les li- gnes de conctact de autre máchoire; ces espaces et ces lignes de contacte constituent les points qu'offrent le moins de ré- sistance aux développements des couromnes des molaires «de la máchoire opposée. Au premier stade de l'évolution vers la forme tranchante, le tubercule antérieur extérne de chaque molaire inférieure s'interpose et pénétre dans Pespace qui sé- pare les deux molaires supérieures opposées, sur le cóté in- térne 0u dans leur ligne de contact; il se forme ainsi sur la molaire inférieure un cóne ou cuspide principal qu'en péné- trant entre les deux molaires supérieures les écarte et rétrécie progressivement leur cóté interne; le rétrécissement se réalise par une atrophie du coin postéro-interne (*) tandis que le cóté 2) Dans les molaires antérieures caduques Vatrophie porte de préfé— rence sur le coin antéro-interne. On a fait remarquer que les Esqui- maux ont les molaires supérieures plus triangulaires que les blancs et comme il s'agit d'une race inférieure ona donné cela comme une preuve que chez homme la denture était primitivement triangulaire. Pourtant on ajoute aussi que les Esquimaux coupent leur nourriture plutót que de la mácher, et alors la forme triangulaire ne serait que le A externe reste toujours continu, ce qui donre á ces molaires une forme triangulaire ou trituberculaire. Le rétrécissement du cóté interne des molaires supérieures est accompagné d'un rapprochement des deux racines internes qui finissent par se souder, ne formant plus qw'une seule; les molaires v'ont alors que deux racines externes, une interne et une couronne triangulaire. Voilá, d'apres nous, Vorigine du type de denture désigné sous le nom de trituberculaire. En continuant lPévolution des molaires supérieures vers la forme tranchante, le coin ou tubercule interne continua á di- minuer eta se rapprocher de P'angle antérieur externe, jus- qw'a qu'il termina pour se placer sur le devant, le cuspide qui était l'antéro-externe devenant ainsile cuspide moyen. Ce dernier cuspide pritá son tour un grand développement en pénétrant entre les deux molaires inférieures Opposées par la partie externe de leur ligne de contact. Ce changement fut suivi par le déplacement du cuspide antérieur interne des molaires inférieures qui vint se placer sur le cóté externe en avant du tubercule antéro-externe primitif. Arrivées á ce stade, les molaires supérieures et inférieures présentent trois cuspides placés sur la méme ligne longitudi- nale, celui du milieu de chaque dent étant le principal, pour s'étre développé davantage en s'interposant comme un coin entre les deux molaires de la máchoire opposée. Le nombre de racines est de deux, aussi bien en haut qu'en bas. Celui-ci c'est le fameux type triconodonte; il est toujours le résultat d'une évolution régressive, et il se distingue facilement du type triconodonte acquis par complication de la dent haplo- résultat d'une tendance vers le régime carnassier et une confirmation de notre théorie. A la forme supérieure plus triangulaire doit correspon— dre des molaires inférieures présentant le tubercule antéro-externe plus développé. Comme régle générale les molaires supérieures sont d'au- tant plus triangulaires que les inférieures sont plus coupantes. donte primitive (caractéristique des reptiles) pour posséder deux racines bien séparées. Ce stade triconodonte nous le trouvons chez plusieurs mam- miféeres de notre époque, et particulicrement chez les Pinni- pédes. Le genre Halichoerus nous en fournit un exemple frap- pant, et que personne ne doutera qu'il s'agit bien d'un trico- nodontisme acquis par une simplification de la denture. Une comparaison de la denture de l'Halichoerus antarclicus, par exemple, avec celle du Dromotherium, est bien instructive, car on comprend immédiatement que dans les deux cas il s'agit VPune simplification semblable par évolution regressive avec la seule différence que dans le dernier de ces genres cette simplification avait déja dépassé Pétat triconodonte. Dans l'évolution de la denture vers le type carnassier, les molaires, á partir du stade triconodonte des couronnes (car lPévolution des racines est souvent en retard) sont devenues de plus en plus tranchantes jusqu'á se transformer dans les dents carnassiéres des Carnivores placentaires ou les dents plus ou moins tranchantes des Créodontes, des Sparassodon- tes et des Dasyuridés. Ces dents prirent un si grand dévelop- pement quw'elles rendaient en partie ¡inutile les molaires de remplacement qui par une atrophie graduelle des cuspides antérieur etpostérieur perdirent leur forme triconodonte, de- venant souventá un seul cuspide etá une seule racine; par- fois, elles ont completement disparu faute d'usage. Chez beaucoup d'herbivores á dents compliquées l'on re- marque que les molaires inférieures ont conservé le type qua- drangulaire tandis que les supérieures sont devenues triangu— laires 0u trituberculaires. Comme regle générale, cette sim- plification est due á la faute d'espace pour le développement du cóté interne des molaires supérieures. Les animaux présen- tant cette particularité ont les séries dentaires fortement ar- quées, de sorte que la ligne externe de la denture formée par la courbe convexe est beaucoup plus longue que la ligne in- terne formée par la courbe concaye; c'est ce raccourcissement MN 32 — 476 — de la ligne internequ'a produit la réduction du cóté interne des molaires. Le Curtodon qui estle plus ancien mammifére herbivore possédant des molaires trituberculaires, se trouve dans ce cas; ses arcades dentaires sont fortement arquées. Quand les séries dentaires sont restées paralleles, les dents des herbivores ont conservé le type quadrangulaire ou sont devenues encore plus compliquées, comme nous en offrent de beaux exemples la presque totalité des genres d'herbivo- res du jurassique (Bolodon, Allodon) et méme du trias (Trity- lodon, Triglyphas). Nous pouvons encore ajouter que, quand des causes de spécialisation n'exigent pas le contraire, les molaires sont d'autant plus grandes qu'elles disposent de plus d'espace pour se développer. C'está cause de cela, qu'en général les incisives sont les dents les plus petites et Jes vrailes molaires les plus grandes. La transformation des racines a suivie de pres la transfor- mation des couronnes. En général la réduction ou Patrophie des racines est moins avancée á la máchoire supérieure qu'a Pinférieure, et cela est dú á qu'elles disposent pour se déve- lopper, de plus de place en haut qu'en bas. Dans les molaires supérieures, la disposition primitive des racines s'est conservée avec beaucoup plus de fréquence sur le cóté externe que sur l'interne ; ici aussi ce n'est que ques- tion de plus ou moins de place; les arcades dentaires presque toujours décrivent une courbe plus ou moins accentuée, et la courbe externe forme un arc de diametre plus considérable que celui de la courbe interne; il en résulte que la partie interne des molaires dispose de moins de place que la partie externe, et cela produit le rapprochement, la fusion ou l'atrophie, se- lon les cas, des racines internes. Quand les molaires supérieures n'ont que trois racines, il y en a deux sur le cóté externe et une sur interne, cette der- niéere étant toujours le résultat de la fusion de deux racines distinctes. Chez la presque totalité des ongulés, la fusion des A deux racines internes est le résultat dela diminution de la place destinée á leur développement. Chez les carnassiers (Carnivores, Créodontes, Sparassodontes, Dasyuridés, Didel- phydés, etc.), cette fusion est due principalement au rétrécis- sement de la partie interne des molaires, produit par l'inter— position entre chaque deux molaires, du cuspide principal de la molaire inférieure opposée; ce cuspide prend un grand développement et glisse sur le bord interne des molaires supérieures afin de permettre les mouvements verticaux des máchoires, nécessaires dans le régime carnivore. Les molaires supérieures de remplacement peuvent avoir WVune á quatre racines; quand elles conservent le nombre pri- mitifde quatre, la couronne présente souvent la méme forme des molaires persistantes. Quand les racines sont aunombre de trois, il y en a une in- terne et deux externes, ou une en avant et deux en arriére. Dans le premier cas, la racine interne représente les deux ra— cines internes fondues, absolument comme dans les molaires persistantes. Dans l'autre cas, d'une racine antérieure et deux postérieures, la racine impaire placée en avant représente les deux racines antérieures; la racine disparue c'est l'antéricure interne qui s'est fondue á Pantérieure externe, tandis que le tubercule correspondant s'est atrophié et a disparu. Quand les racines ne sont qu'au nombre de deux, une en avant et Pautre en arriére, cette derniére aussi représente deux racines qw'autrefois étaient séparées ; la racine disparue, c'est la postérieure interne quí s'est fondue á la postérieure exter— ne; le cuspide postérieur interne correspondant peut avoir disparu par atrophie ou s'étre conservé. Pourtant, dans quelques cas, et spécialement chez quelques groupes (Zeuglodontes, Squalodontes, plusieurs mammiféres mésozoiques, etc.), les prémolaires biradiculées ainsi que les canines qui offrent le méme caractére, sont probablement le résultat de la fusion de seulement deux dents primitives. A la máchoire inférieure, les molaires persistantes ont deux ou quatre racines, rarement une seule ou plus de quatre (cinq, six ou huit), plus rarement encore, trois. Si les racines sont au nombre de quatre, elles sont toujours distribuées en deux paires, Pune antérieure et l'autre posté- rieure; c'est la forme primitive, la méme que l'on trouve á la máchoire supérieure. Quand il n”y a que deux racines, une antérieure et l'autre postérieure (cas le plus fréquent), chacu= ne représente la paire de racines séparées qui se sont rappro- chées et fondues dans une seule. On remarquera que, dans cette transformation il y a une différence avec les molaires persistantes supérieures;á la máchoire supérieure ce sont les deux racines internes qui se soudent en une seule, tandis qu'á la máchoire inférieure la fusion se réalise toujours par paires transversaux. Les cas de plus de quatre racines (cinq, six ou huit) sonttres rares et ne se présentent qw'a la derniére molaire inférieure (quelques proboscidiens fontexception mais nous ne possédons pas assez de matériaux pour nousen occuper avec profit). Il parait que dans ces cas il y a eu une nouvelle fusion des ger- mes de deux dents composées. Les molaires uniradiculées, sont le résultat d'une atrophie ou d'un rapprochement des racines qui amena leur fusion dans une seule; on observe cet état surtout á la derniere molaire. Les molaires de remplacement inférieures peuvent avoir d'une á quatre racines; dans le dernier cas elles représentent le type primitif etont la méme forme des molaires persistantes. Les molaires de remplacement á trois racines ont toujours une racine en avant qui est le résultat de la fusion des deux racines antérieures primitives, les deux postérieures se con= servant séparées. Comme dens le cas «les molaires de rempla- cement supérieures, la racine disparue c'est l'antérieure in- terne quí s'est fusionnéeá lPantérieure externe; généralement Patrophie ou la fusion du cuspide antéro-interne á l'antéro-- externe a précédée Patrophie ou la fusion de la racine cor- respondante. Pour les molaires de remplacement et les canines inférieu- res biradiculées, il en est absolument de méme que les supé- rieures, c'est-á-dire qu'elles peuvent étre le résultat de la fu- sion de quatre racines deux á deux, ou de la fusion de deux dents simples uniradiculées, selon les groupes. Les dents fu- sionnées peuvent étre de la méme série ou de deux séries. Les molaires de remplacement á une seule racine, aussi bien supérieures qu'inférieures, doivent leur état uniradicu- lée 4la fusion des racines ou á leur atrophie. Comme regle générale, les molaires de remplacement se sont modifiées en se simplifiant et en devenant tranchantes d'avant en arriére. Cette simplification est due, en partie au rétrécissement vers le devant de la partie alvéolaire des má- choires, et en partie, á ce que les dents antérieures, méme chez les herbivores, servent jusqu'á un certain point á découper, et prirent en conséquence une forme tranchante qui disparaít graduellement en arriére. Pour ce quiconcerne les molaires persistantes, la dernitre ou postérieure est généralement plus ou moins atrophiée, due au raccourcissement de l'espace dentaire, produit le plus sou- vent par Pacecroissement du cerveau (*). Cette réduction, á Vinverse de ce qui a lieu pour les molaires de remplacement, marche d'arriére en avant. De cette marche inverse de la réduction dentaire, il en ré- sulte que sauf quelques exceptions, le type primitif de la den- ture ne se conserve qu'au milieu de la série, sur la premiére molaire persistante qui est toujours la derniére dent á se transformer. RÉGRESSION A LA FORME HAPLODONTE (2). — On a vu que les dents composées, multiradiculées et á couronne compliquée, (*) Amecuino, Filogenia, p. 103, 104, 108 a 110, etc. (*) «Cet examen de l'évolution de la denture nous montre qu'un orga- ne peut se ressembler aux deux extrémes de son évolution. Nous voyons — 480 — tres souvent se simplifient, diminuant la complication de la couronne et réduisant graduellement le nombre de racines de quatre á trois, de trois á deux et á la fin á une seule. La sim- plification de la couronne s'est accomplie en passant graduel- lement des stades quadrangulaire et quadrituberculaire aux stades triangulaire et trituberculaire etde celui-ci au stade triconodonte ; au-delá de ce dernier la simplification s'est ac- complie par la suppression graduelle des tubercules antérieur et postérieur de chaque dent, ne restant que le tubercule ou cuspide central; les dents ont alors repris leur forme primitr ve, conique et pointue. Nous avons vu aussi, que cette simplification est plus fré- quente et s*accomplie plus rapidement dans les molaires an— térieures de remplacement que dans les postérieures, ou que dans les molaires persistantes. Pourtant, dans quelques cas, la simplification a porté sur la totalité des molaires de remplacement et des molaires persis- tantes á la fois, produisant une denture á dents coniques et pointues dans toute l'étendue des máchoires, comme le genre Collorhinus, chez les Pinnipedes, nous en offre un bel exem- ple á notre époque. Nous croyons qu'aucun naturaliste n'ose— rait prétendre que la denture de ce mammifere se trouve á son premier stade de développement. L'étude des autres genres du méme groupe démontre qu'on est en présence d'une den- ture qui a parcourue tous les stades de simplification jusqu'á reprendre la forme conique et pointue primitive. La denture du genre Callorhinus est une modification de la denture tri- conodonte du genre Halichoerus, et cette derniere une modifi- les dents simples á une seule racine se réunir par deux et par trois pour former les molaires composées a deux ou trois lobules, aprés commence Vatrophie par la disparition successive des lobules et des racines correspondantes jusqu'a que ces molaires reprennent une autre fois la forme d'une dent simple á une seule racine. » AMEGHINO, Filoge- nía, p. 110, a. 1884). ABN = cation de la denture trituberculaire des mammiferes carnas— siers terrestres (Carnivores, Créodontes ou Sparassodontes). Néanmoins, dans cette évolution vers la simplification, la forme simplement conique et pointue des dents n'a pu étre re- prise que chez les animaux qui ont persisté dans le régime carnivore. Cette forme est absolument incompatible avec le régime herbivore; c'est pour cela que chez les mammiféeres herbivores,les molaires persistantes et deremplacement tout en se simplifiant, au lieu de prendre une forme conique et poin- tue, leur couronne s'est aplatie et parfois s'est méme creusée, afin que ces organes puissent continuer á remplir la fonction de broyer les aliments; les Dugons parmi les Sireniens, le Cte- nomys parmi les rongeurs, et d'autres mammiféeres nous offrent de beaux exemples de cette évolution vers la simplification adaptée au régime herbivore: souvent elle est allée beaucoup plus loin, produisant une forme de denture completement différente et bien plus avantageuse que toutes les autres ; c'est de cette derniére que nous allons maintenant nous occuper. DENTS A CROISSANCE CONTINUE. — «Ce changement dans la denture générale de Panimal (la transformation de la denture diphyodonte en denture monophyodonte), est souvent ac- compagné de modifications profondes dans la conformation des dents. Ces organes, chez la plupart des mammiferes dans Páge adulte, se présentent avec des racines distinctes et oblité- rées ; chez d'autres, les couronnes des dents s'allongent, tandis que les racines se raccourcissent et s'obliterent á une époque de plusen plus avancée, jusqu'á qu'elles terminent par rester ouvertes pendant toute la vie, conservant á la base la pulpe matrice qui fourni les matériaux á la croissance indéfinie des dents... » (AmecHINO, PFilogenia, p. 268, a. 1884). Cette transformation qui s'est effectuée dans plusieurs groupes par séparé, esten voie de s'accomplir chez d'autres. C'est le plus haut degré d'évclution atteint par la denture. Que les dents á croissance continue sont le résultat d'une — 482 — évolution des dents á croissance limitée, c'est un fait aujour- d'hui tellement connu qui nous releve de Pobligation d'en fournir les preuves ; néanmoins nous mentionnerons quelques exemples de cette évolution. Ainsi, les plus anciens représentants de lPordre des Sire= niens et en général tous les genres tertiaires possedent des dents á racines distinctes et de bouts oblitérés ; ce n'est que dans quelques unes de formes plus modernes, et spécialement chez le Dugong, que Pon voit des dents prismatiques, ayant la méme forme d'un bout a Pautre et á base ouverte. Chez les rongeurs, ce west que dans les formes plus mo- dernes que Pon trouve des dents á eroissance continue, sans racines et de base ouverte (Eryomyidae, Cavidae, Octodontidae, Arvicolini, etc.). Les plus anciens antécesseurs fossiles de ces formes (Sphodromys, Spheromys, Acaremys, Hedimys, Phano- mys, Scleromys, etc.), avaient des molaires á racines bien for- mées, distinctes et avec les bouts oblitérés. Les anciens Toxodontes (Nesodon, Coresodon, Adinotherium, etc.), avaient des dents avec des racines distinctes et obliterées. Leurs descendants plus modernes, les Toxodon, les Haplodon- theríum, etc., avaient des dents sans racines et de base ouverte. L'Elasmotherium de Sibérie n'était qu'un rhinocéros dont le fút des dents s'était allongé, ne formant plus de racines sépa- rées et la base restant ouverte; dans ce genre l'évolution vers la forme de dents á croissance continue était sur le point de se terminer. _Chez les Equidés, les molaires sont en voie d'évolution vers le stadeá croissance continue. Ces dents sont de fút tres al- longé, leurs racines ne se forment que trés tard, restent tres courtes et ne s'obliterent que dans l'extréme vieillesse. Les précurseurs des chevaux, les genres Hippidium, Hipparion, Protohippus et surtout les genre Anchiterrum et Mesohaippus possédaient des molaires á couronnes trás courtes, mais avec des racines longues, bien séparées et dont les bouts se fer maient tres tót. — 483 — Nous pourrions multiplier les exemples, mais cela nous pa- rait inutile. Pourtant, nous ajouterons encore, que comme réegle générale, les genres anciens, spécialement dans les on- gulés, possedent des dents avec des couronnes tres courtes et des racines trés longues, tandis que les genres plus modernes possedent des couronnes tres longues et des racines trés courtes. Les dents á croissance continue s'implantent dans des al- véoles tres profonds; la partie inférieure des dents est large- ment ouverte et creuse pour contenir la pulpe dentaire ; celle- ci est continuellement renouvelée par l'apport de nouveaux blastemmes qui fournissent les matériaux pour lPaccroisse- ment eontinu de la base. Il va sans dire que Pexistence d'une dent á croissance con— tinue exige qu'il n”y ait pas d'autre dent destinée á la rempla- cer; au dessous dl'une dentá base ouverte etá croissance illimitée il ne peut s'y développer le germe d'une nouvelle dent. De L'ÉVOLUTION DANS LA COMPOSITION DES DENTS. — « Dans cer- tains cas, l'évolution est arrivée jusqu'á modifier la constitu— tion intime des dents. A partir des vertébrés les plus infé— rieurs jusqu'aux plus élevés, ces organes sont généralement composés de trois substances différentes, la dentine, l'émail etle cément. Pourtant, chez quelques mammiféeres dont la denture est monophyodonte et composée de dents sans raci- nes etá base ouverte, ces organes ne sont formés que par de la dentine et du cément. Les dents de ces animaux compa- rées avec celles de la plupart des vertébrés semblent consti- tuer une anomalie, mais cette conformation n'est pas originai- re sinon acquise par une évolution tres lente. Au fur etá me- sure qu'augmentait le dépót de cément et que le fút des dents s'allongeait, 'émail diminuait; quand la racine resta ouverte á toujours et qw'elle eut acquis la pulpe persistante destinée á fournir les matériaux nécessaires á la croissance continu == AR de la dent, Pémail était devenu inutile et diminua progressi- ment jusqu'a disparaítre complétement. Donc les mammiferes a dents simples, uniformes, de base ouverte et sans émail, déri- vent d'autres mammiféres dont les dents étaient pourvues d'émaal, mars aucun mammiftre d dents émaillées ne peut prétendre pour antécesseur un animal d dents ouvertes et sans émal... (AMEGHINO, Filogenia, p. 268-269, a. 1884). Les découvertes paléontologiques faites depuis lépoque ou. nous écrivions ce qui précede, nous conlirment davantage dans la méme opinion. Chez plusieurs édentés fossiles du groupe des Gravigrades appartenant á la premiere moitié des temps tertiaires, leurs dents avaient des vestiges d'émail, mais on n'en trouve pas de traces dans les dents de leurs descendants plus modernes de la formation pampéenne, ni dans ceux des Paresseux de notre époque. Pourtant, les recherches embryologiques nous montrent que dans les premiers stades de développement les dents des édentés sont pourvues d'une petite calotte d'email quí disparait de bonne heure ne restant que lorgane adaman- tin qui persiste dans un état rudimentaire, formant comme un anneau á la base des dents. En outre on constate facilement que dans tous les groupes dont la denture a évolutionné vers le type á croissance conti- nue, lPacquisition de ce stade coincide avec une diminution considérable dans lPétendue et lPépaissseur de la couche d'é- mail. Les exemples sont tellement nombreux que nous n'a- vons que Pembarras du choix; pourtant, la ligne des Octo- dontidés nous en fournit un des plus instructifs. La souche de ce groupe estle genre Seleromys de la base du tertiaire de Santa-Cruz qui possédait des molaires compliquées, avec une couche d'émail plissée á la couronne, et des racines séparées etavec les bouts oblitérés. Le représentant typique de ce groupe á notre époque c'est le genre Ctenomys, dont les molai- res sont simples, prismatiques, toutes dela méme forme, sans racines, á base ouverte, avec la couche d'émail tres restreinte AS) et excessivement mince; la suppression complete de l'émail est sur le point de s'accomplir. Dans plusieurs autres familles de rongeurs (Cavidae, Eryo- mydae, etc.), dans les ongulés, et méme dans les carnassiers on pourrait mentionner pas mal d'exemples plus ou moins semblables. DE LA COMPLICATION DES DENTS SIMPLES A CROISSANCE CONTINUE.— Les dents qui ont perdu leurs racines et que leur base reste ouverte, persistent pendant toute la vie; la base pousse au fur et á mesure que s'use la couronne. Malgré cela, ces dents peuvent diminuer de volume faute d'usage et méme disparaítre completement; la perte des inci- sives dans la généralité des édentés, et la perte complete des molaires dans les fourmiliers sont des exemples tres notables de cette suppression, car les plus anciens représentants de ces groupes possédaient des incisives, et pour ce qui regarde aux molaires on en trouve encore des vestiges pendant la pé- riode embyronnaire; en outre, tousles édentés de l'époque tertiaire avaient des dents molaires en fonction. Mais, si les dents á croissance continue peuvent s'atrophier et disparaítre, elles peuvent aussi se compliquer de nouveau, ou modifier leur forme, d'accord avec les nouveaux besoins de lespece. La derniére molaire inférieure des édentés gravi- grades, quí estbilobée et beaucoup plus grande que les anté- rieures constitue un exemple de cette complication; les mo- laires des Glyptodontes, á trois prismes séparés de chaque cóté par deux sillons profonds nous en fournissent un autre exemple encore plus frappant. Cette complication est trés intéressante á étudier, car elle s'accomplit sur un plan qui présente un contraste complet avec la complication des dentsá croissance limitée. Dans les dents áracines distinctes et séparées (dents á erois- sance limitée), les racines peuvent se rapprocher, se fondre les unes aux autres, s'atrophier et disparaitre sans qu'il y ait — 486 — de changement dans la forme de la couronne, mais celle-ci á son tour peut se compliquer ou s'atrophier sans qu'il y ait de changement dans la forme et la disposition des racines. Dans les dents á croissance continue, la forme de la surface de mastication a peu d'importance, dépendant tout simple- ment de la maniere comment s'opposent les molaires des deux máchoires dans l'accomplissement de la fonction de la masti- cation, sans avoir aucune portée sur la conformation des fúts des dents. Mais la forme du prisme dentaire ne peut souffrir le moindre changement sur v'importe quel point de sa cir- conférence sans que la modification se propage á toute la lon— gueur de la dent; c'est pour cela que les dents á croissance continue qui ont acquis cet état d'une maniere parfaite ont une coupe ou section transversale de contour égal dans n'importe quel point de leur hauteur. Il en résulte donc que la forme des prismes dentaires de ces animaux ne peut se modifier que par la formation de sillons, de creux, d'arétes ou de colonnes qui s'étendent d'un boutá Pautre des dents. Les creux et sillons peuvent acquérir un grand développe- ment et produire l'étranglement de la cavité de la pulpe com- me en est le cas dans la derniére dent inférieure bilobée des Mylodontidés et dans les dents trilobées des Glyptodontes. Ces étranglements ont pu aller si loin, qu'ils ont terminés non seulement par diviser les prismes dans un certain nom- bre de lobes, mais aussi jusqu'á partager complétement la ca- vité de la pulpe dans un certain nombre de cavités séparées par des cloisons de dentine comme dans l'Orycteropus, ou par des cloisons d'émail et de dentine comme dans les dents de lVHydrochoerus. Les molaires de l'Orycteropus sont composées par un certain nombre de colonnes ou cylindres de dentines réunis par du cément, chaque cylindre ayant á la base sa ca=. vité pulpaire indépendante. Dans l'Hydrochoerus les molaires sont divisées dans un certain nombre de lamelles (molaires. postérieures) et des prismes triangulaires (molaires antérieu= res) réunis par du cément, chaque prisme ou lamelle possé- 20487 — dant sa cavité pulpaire indépendante. Dans le Cardiotherium du tertiaire moyen qui est Pantécesseur de l'Hydrochoerus, le cloisonnement de la cavité de la pulpe des dents est incom- plet. Dans l'Hydrochoerus ce cloisonnement est donc bien un caractere acquis. Pourtant, il ne faudrait pas croire que cela puisse confir- mer la théorie opposée de la formation des racines par Pé- tranglement et la division de la cavité de la pulpe, car, jamais les dents des éden!és, ni les dents á croissance continue des autres groupes de mammiféres, montrentla moindre tendance a la formation de racines (*'). Si Pon se rappelle que l'évolu- tion qui a aboutie á la formation des molaires á base ouver- te, a donné comme résultat précisément la perte des racines, c'est facile á comprendre que le cloisonnement de la cavité de la pulpe des dents á croissance continue fournit une preuve incontestable en contre de la théorie quí cherche Porigine des racines dans ce méme cloisonnement, D'ailleurs, nous nous sommes déja suffisamment expliqués sur origine des racines, pour que lP'on puisse comprendre qu'une dentá base ouverte d'un reptile polyphyodonte ne peut jamais se transformer dans une dent monophyodonte avec des racines séparées (7)... Nous ajouterons encore que le fait de la complication des 2) Plus haut (p. 393), nous nous sommes déja expliqués sur les pseudo-racines des molaires de lait du genre Tatusia, produites par la pression mécanique des dents de remplacement, et par conséquent sans aucune relation avec les vraies racines. Ces pseudo-racines sont jusqu'á un certain point comparables a celles que l'on observe sur les dents de plusieurs reptiles (Alligator), ete.. produites aussi par la pression mé- canique des dents de remplacement. (+) L'étranglement de la base des dents du Dimetrodon est complete ment comparable a celui des molaires des édentés. Les dents de. ce gen— re étaient monophyodontes et a pulpe persistante ; Vétranglement aurait donc abontit a la division de la pulpe mais non ála formation de deux racines. — 488 — dents á croissance continue ne peut étre invoqué en faveur de la théorie qui veut que les dents composées á croissance limitée et avec racines séparées soient le résultat de la compli- cation graduelle de la dent simble et conique primitive. Nous avons vu que les molaires compliquées se présentent des l'é- tat embryonnaire avec l'ébauche de tous les reliefs qu'aura la couronne de la dent complétement développée. Ilen est de - méme des dents compliquées et a croissance continue, qui dérivent directement des dents compliquées á croissance limi- tée et avec des racines distinctes comme en est le cas dans les molaires de l'Hydrochoerus, dans celles du genre éteint Toxo- don et de beaucoup d'autres mammiféres. Mais chez les ani- maux de dents compliquées á croissance continue qui tirent leur origine directe d'autres animaux de dents simples a crois- sance limitée et de racine unique, les choses se passent au- trement. Prenons comme exemple une des molaires trilobées des Glyptodontes, dents qui sans aucun doute possible doi- vent leur origine á la complication graduelle de dents simples, coniques et pointues ('). Ces dents, peu de temps avant de perforer le bord alvéolaire des máchoires, sont assez longues, tres larges á la base et avec la couronne conique. Cestá la base de chaque dent que lPon apercoit les premiers vestiges (2) Dans notre Filogenia, nous attribuons la forme triprismatique des dents des Glyptodontes á la fusion de trois dents simples primiti- ves. D'apres cela, les antécesseurs de ces animaux auraient eu á peu pres une centaine de dents simples, nombre que l'on rencontre encore dans le Priodon, et qui sans doute a été encore plus élevé chez les plus anciens édentés. Nous croyions que chez les Glyptodontes ce nombre de dents s'était réduit par leur fusion trois a trois. Nous devons avouer que nous étions dans une grave erreur. Le nombre de dents s'est réduit par atrophie et suppression, et la complication a été acquise par une modification graduelle de la dent simple et cylindrique primiti- ve. D'ailleurs, á cette époque-lá nous ne connaissions pas les dents fortales des jeunes Glyptodontesjet nous ignorions leur mode de déve- loppement. E des lobes et des sillons longitudinaux, qui s'atténuent et dis- paraissentavant d'atteindrele cuspide conique de la couronne. A mesure que le cuspide est entamé parle travail de la masti- cation, augmente le diametre de la dent á la couronne et se dessinent mieux les colonnes et sillons longitudinaux qui con- tinuent á s'accentuer aussi davantage á la base, jusqu'a que la dent finit par prendre un diamétre égal et la méme forme dan toute sa longueur. Le développement ontogénique confirme donc la dérivation des dents compliquées des édentés de dents primitives qui étaient simplement coniques. Nous avons déja vu que cela n'est pas le cas dans le développement ontogéni- que des animaux á molaires compliquées et pourvues de raci- nes distinctes. Nous ne pouvons pas quitter ce sujet sans faire mention de Popinion, tres récente, qui voit dans les molaires trilobées des Glyptodontes un vestige du stade triconodonte, considé- rant la conformation de ces dents comme une preuve de la plexodontie de ce groupe et sa descendance d'un type á den- ture triconodonte. Le développement ontogénique des molai- res de cesanimaux tel que nous venons de l'exposer prouve que cette opinion n'a aucun fondement sérieux. Mais, dans ce cas, aux preuves ontogéniques on peut ajouter aussi les preuves paléontologiques qui sont absolument décisives. Les plusanciens Glyptodontes,les Propalaehoplophoridae présentent les molaires beaucoup plus simples que dans les genres plus modernes, et les antérieures de forme simplement cylindrique ou elliptique; ceci prouve non seulement que les molaires tri- lobées des genres modernes sont une modification des molai- res cylindriques des genres anciens, mais aussi que l'évolution vers la complication au lieu de porter sur toutes les molaires a la fois, a commencé par les postérieures et s'est avancée graduellement vers l'avant. Mais ce ne sont pas seulement les Glyptodontes que l'on eroit étaient primitivement plexodontes, sinon aussi les ta- tous et tous les édentés. L'argument le plus sérieux que Pon — 490 — en a donné, c'est que les dents embryonnaires de la premiere dentition des tatous sont á couronne biscupide et dans quel- ques genres á deux racines. Cette derniére affirmation se réfe- re au genre Tatusia dont les dents de lait ont leur base bifur= quée, maisil ya bien des années que M. FLower (*) démontra que cette bifurcation était produite par le développement des dents de remplacement;il ne s'agirait done que de pseudo- racines. Nos recherches nous ont démontré que M. FLowER était dans le vrai, et M. Laminte qui tout récemment vient de traiter la méme question, non seulement il est aussi du méme avis, mais il publie une série de figures représentant l'évolu= tion dentaire du Tatusia dont l'examen ne permet plus de cunserver aucun doute á ce sujet (?). Quant aux couronnes des dents biscupidées du méme genre et des autres tatous, il s'agit de deux petits mamelons, placés non Pun derriére Vautre, sinon latéralement, etqui disparais- sent aussitót que les dents entrent en fonction. Ces deux peti= - tes pointes se trouvent aussi bien sur les dents de laitque sur celles de remplacement, et il est évident qu'il s'agit d'un sim- ple caractére morphologique sans aucune importance phylogé- nétique. L'on peut mentionner des exemples semblables et se rapportant aux dents incisives, de sorte que personne puisse voir en eux la preuve d'une ancienne plexodontie, chez beau= coup de mammiféres appartenants á des groupes tres diffé- rents. Chez le Rhynchocyon les incisives inférieures sont bilo- bées, de méme que chez la plupart des jeunes Protypotheri- dés, cette conformation persistant chez quelques genres jusqu'a Páge adulte (Patriarchus). Dans le genre Hyrax les incisives inférigures sont trilobées, et dans le Galaeopithecus le nombre de lobules des couronnes est si considérable que (*) FLower, in Proceed. Zool. Soc., a. 1868, p. 378-380. 2) LaHIiLLE, Contributions 4 l'étude des édentés ú4 bandes mobiles de la Rép. Arg., in 4”., p. 14416, pl. LIL figures 25 a 43, a. 1895. = 491 — ces dents méritent lenom de pectinées. Les incisives des Ma- ecrauhenidés avant d'étre attaquées par la mastication preé sentent la méme conformation, qui estcelle que l'on observ- aussi sur les dents de beaucoup de reptiles. Les incisives de lait des carnassiers, celles de remplacement non usées et spécialement celles des Canidés, montrentune couromnne for- mée par trois cuspides placés sur la méme ligne, dont les deux latéraux sont beaucoup plus bas et plus petits que celui du milieu; WVP'apres cet étrange systeme d'interprétation nous pourrions en conclure que les ancétres des carnassiers avaient úies incisives du type triconodonte! Les dents á couronne biscupide des tatous v"ont pas plus d'importance que celles des exemples que nous venons de mentionner. Ce quichez les édentés a une grande importance c'est la for- me générale des dents durant leur développement embryon- naire, cette forme étant toujours celle d'un fút cylindrique ou eylindro-conique;ce n'est que pendant les derniéres phases de leur développement que ces organes se transforment gra- duellement dans les molaires compliquées des Glyptodontes ou dans les dents octodontoides et prismatiques des Mylodontes et des Paresseux. Ceci prouve que les dents plus ou moins compliquées ou prismatiques «des édentés ne sont que le ré- sultat dela complication de la dent simple etá base ouverte primitive. Dans ce cas il y a accord complet entre le dévelop- pement embryologique, la succession paléontologique et la disposition zoologique. C'est précisément la preuve qui man- que, pour donner un point d'appui un peu sérieux á la théorie Waprés laquelle les dents plexodontes ne seraient que le ré- sultat de la complication graduelle des dents haplodontes, et jusqu'áa ce que Pon ne fournisse pas cette preuve, nous nous refusons á accepter cette théorie, méme comme explication provisoire de la plexodontie. : Les DEUX DENTITIONS DES MAMMIFERES.— «Les vertébrés lesplus inférieurs possédent un nombre de dents tres élevé, qui sont T. XIV 23 — 492 — remplacées par d'autres á mesure qu'elles tombent ; le nom- bre de ces organes diminue chez les reptiles et ne se rempla- cent pas en si grande quantité que dans les vertébrés infé- rieurs. Cefte diminution continue encore chez les mammifeéres. les dents ne se renouvellent plus quw'une seule fois, et dans certains groupes il ny a qu'une dentition unique durant toute lo vie, les dents se conservant par la croissance continue de leur base, derniére limite de Pévolution dans cette direction. Nous devons donc considérer les mammaféres d dentition unique comme provenants d'autres mammaféres quí possédaient la denture de lait et la deuxriéeme dentiítion, maisnousne pourons pas cher- cher les ancétres de ces derniers parmi ceux d dentition unique et persistante. » (AmecHINo, Filogenia, p. 261-268, a. 1884). A'Pépoquedenotrepublication,il nerégnaitd'autre théorie que celle d'apres laquelle la dentition persistante (deuxieme denti- tion) des mammiféres seraitla primitive, et celle de lait (premiere dentition) une dentition surajoutée á une époque plus récente. Mais la théorie opposée, qui considere la dentition de lait comme étant la plus ancienne, fit du chemin, et peu á peu se manifesta une tendance á considérer les dentitions monophyo- donte et diphyodonte des mammiferes comme dérivées de la dentition polyphyodonte des reptiles, tel que nous l'avons ex- primé dans le paragraphe ci-dessus franscrit. Dés 1889, M. Laraste, dans son remarquable mémoire Con— sidérations sur les deux dentitions des mammiftres, arrivait á la conclusion que les deux dentitions des mammiféres remon- taient á Porigine méme de cette classe de vertébrés, ce qui est parfaitement d'accord avec la théorie de la descendance de la dentition diphyodonte des mammiferes de la dentition poly- phyodonte des reptiles. Peu de temps apres M. ScHLossER émet clairement Popinion que le changement de denture chez les mammiftres est un héritage des reptiles (?). (1) Max ScuLosser, Ueber die Dentung des Milchgebisses der Sau- gethiere, in Biologisches Centralblatt, 1890. Bd. X, p. Sl a 92. — 493 — Pourtant il n'y avait pas d'accord ni sur la maniere comment pút s'accomplir cette transformation, ni sur l'homologie des différentes séries de dents. Ainsi, par exemple, pour ce qui regarde les mammiferes diphyodontes avec une denture de lait complete, la plupart des auteurs considéraient cette dernitre denture comme représentée seulement par les dents qui sont remplacées (premiére dentition), tandis que la deuxiéeme den- tition était constituée par les dents de remplacement, et par les molaires postérieures (vraies molaires), qui ne sont pas précédées par d'autres dents. D'autres auteurs, au contraire, rattachaient les vraies molaires á la dentition de lait (Brau- REGARD), tandis que pour certains ces mémes dents représen- taient une troisieme série. Les difficultés étaient encore plus grandes pour les groupes chez lesquels lechangement de denture rest réduit qwá un tres petit nombre de dents. Chez les marsupiaux, par exem- ple, iln'y a qu'une seule dent á chaque cóté de chaque má- choire qui soit remplacée, et cette dent de remplacement était considérée comme homologue de la deuxiéme série des mam- miféres diphyodontes, mais il était impossible de dire á quelle série devaient étre rattachées les dents monophysaires qui sont en avant de cette unique dent diphysaire. On était encore plus embarrassé á propos de certaines dents des mammiféres diphyodontes typiques, quí tout en étant gé- néralement diphysaires, chez quelques genres étaient pourtant monophysaires; nous mentionnerons, comme se trouvant spé- cialement dans ce cas, les incisives des plusieurs rongeurs; la petite premolaire quí suit les canines des genres Canis, Sus, Rhinoceros, de la famille des Equidés, etc. Quelques auíeurs considéraient ces dents comme faisant partie de la dentition persistante, tandis que d'autres les rattachaient á la dentition de lait, Heureusement, les recherches embryologiques entreprises récemment par plusieurs savants, el tout spécialement cellox e MM. Róse, KukewtuaL et Le He, exposées dans les travaus — HA = dont nous avons fait mention plus haut (*), jettent sur ces dif- férentes questions une tres vive lumiére. Le résultat immédiat le plus important de ces recherches est de combler Pabime quí paraissait avoir entre Pétat di- phyodonte et 'état monophyodonte, car on a trouvé les traces d'une deuxieme série de dents chez tous ies monophyodontes. Cette deuxieme série, se rencontre pendant le développement embryonnaire, mais reste rudimentaire et disparait sans que les dents rentrent en fonction. Ces deux séries on les a ren- contrés aussi bien chez les édentés que chez les odontocetes et méme chez les mystacocetes, ce qui prouve bien que le m> nophyodontisme est une acquisition récente. Les résultats, peut-étre les plus inattendus, sont ceux con- cernant aux Marsupiaux. Dans le développement embryon- naire de ces animaux on a trouvé une série de dents rudi- mentaires ; ces organes se développent au-dessus de ceux qui rentreront en fonction, et au lieu de correspondre aux dents de lait ou premiére dentition des autres mammiféres diphyo- dontes, correspondent aux dents de remplacement ou deuxié- me dentition, mais ne percentjamais la gencive. Donc, la den- ture en fonction des marsupiaux, avec exception de unique dent de remplacement de chaque cóté correspond á la dentu- re de lait ou premiére dentition des mammiferes diphyodon- tes, tandis que la deuxiéme dentition n'est représentée chez eux que par la dent de remplacement unique sus-mention- née (2); 'est-á-dire qu'il n'y a qu'une seule dent de lait rem- _placée. 1) Ces recherches sont exposées d'une maniére somumaire, mais trés claire dans un travail tout récent du Dr RuboLr DEwWOoLETZKY, Neuerer Forschungen úber das Gebiss der Sar;er, in 8” de 46 pages et 2 plan= ches. Czernowitz, a. 1895. ) Pourtant dans certains genres de marsupiaux on croit avoir trouvé quelques autres dents appartenan' aussi á la deuxiéme denti-- tion. — 495 Dans la diminution graduelle du renouvellement dentaire, les marsupiaux auraient ainsi dépassé le stade d'évolution de plupa lart des mammiféres placentaires. Dans l'embryon, les cétacés sont également diphyodontes, et chez les dauphins la dentition permanente est aussi une vraie denture de lait, puisqu'elle correspond á la premiére sé- rie etnon á la deuxiéme:; les dents de la deuxiéme dentition sont représentées par des organes rudimentaires á couronne émaillée et pulpe dentaire, mais qui n'arrivent jamais á la surface. Chez les édentés (tatous, Orycteropus) la denture ru- dimentaire est au contraire une vraie denture de lait; ces ani- maux, d'ailleurs, nous offrent parmis les mammiferes le seul exemple connu du remplacement «les dents postérieures pla- cées dans la région correspondante aux vraies molaires, ou molaires persistantes des autres mammiféres. Cette derniére particularité est parfaitement d'accord avec la théorie trans- formiste, qui considere Pétat monophyodonte comme dérivé de Pétat diphvodonte; les dents monophysaires quí consti- tuent les molaires persistantes des mammiferes placentaires étarent avant diphysaires, etá une époque encore plus éloi- gnée elles étaient polyphysaires comme chez la plupart des reptiles. Une preuve encore plus importante en faveur de cette théo- rie nous est fournie par les derniéres recherches embryolo- giques qui ont démontré Vexistence d'une série de dents embryonnaires au-dessous des molaires persistantes des mammiferes placentaires diphyodontes et correspondant aux dents de remplacement de la région antérieure; ceci prouve non seulement que lPétat diphvodonte s'étendait autrefois á toute la série dentaire, sinon aussi que les vraies molaires comme le prétendait Beaurecaro, se rattachent/á la denti- tion de lait. La premiere série dentaire comprend donc aussi bien les dents de lait que les dents monophysaires posté- rieures, appelées vraies molaires, tandis que la deuxiéme dentition ne comprend que les seules dents de remplace- — 496 — ment ('). Enfin, avant de terminer, rappelons ici que Róse et Lecne ont trouvé des vestiges d'une troisieme génération de dents, postérieure a la deuxieme, ce qui expliquerait l'appa- rition de dents surnuméraires á Páge adulte, tandis que Leche a rencontré les rudiments d'une génération, ou série de dents antérieure á la premiére ou de lait, ce qui donnerait pour certains mammiféres quatre séries successives, soit un vral polyphyodontisme en voie de disparition. La descendance de la denture diphyodonte des mammiferes de la denture poly- phyodonte des reptiles doit done étre considérée comme un fait définitivement acquis. Pourtant, il reste encore bien des difficultés. Pourquoi Vétat diphyodonte a disparu chez certains mammiferes et s'est conservé chez d'autres? Pourquoi Pétat mophyodonte a été acquis, tantót par la disparition de la premitre série dentaire, tantót par la disparition de la deuxieme? Pourquoi dans une méme espece on trouve des dents diphysaires et des dents móonophysaires, placées tantót en arriéere, tantót en avant? Toutes ces questions, et tant d'autres qui se rattachent á Pinégalité dans Pévolution du polyphyo et diphyodontisme au monophyodontisme ne sont pas si simples comme on pourrait le croire. Dans la transformation des organes, l'évolution suit parfois des chemins trés diflérents et méme completement opposés, du moins en apparence, et qui pourtant aboutissent aux mémes résultats. Il en est ainsi pour la perte ou la dis- parition des organes et spécialement des dents. (1 Ce fait a une tres grande importance, caril détruit un des cas qui paraissaient étre plus en contradiction avec la théorie de Pévolution, et spécialement de la partie de cette théorie d'aprés laquelle le développe- ment embryologique n'est qu'une répétition abrégée du développement paléontologique, et concorde avec la disposition zoologique. Nous avons mis en évidence cette contradiction dans Filogenia, p. 271-278. D'a- prés la théorie, la plupart des mammiferes existants, disions-nous, do - — 497 — Nous allons dire quelques mots sur ce sujet, et certes, nous ne résoudrons pas la question, mais, du moins, nous ouvri- rons le chemin á des nouvelles recherches. DisPARITION DES DENTS PAR REINCORPORATION ET PAR ÉLIMINATION. ONTOGÉNIE ET TÉLÉOGENIE, — Depuis longtemps l'oón connaíit que le développement embryologique des especes, est comme une sorte de répétition abrégée du développement phylogéné- tique qu'elles ont accompli pendant les époques géologiques. On a donné á cette récapitulation abrégée de la phylogénie, le nom d'ontogénie. "origine et la cause du développement ontogénique, n'est pas bien difficile á saisir. Un caractere nouveau, avantageux, et par conséquent destiné a étre conservé par Pusage et par Phérédité, fait son apparition incipiente á une époque quel- conque de la vie de l'individu; ce caractere se fixe et devient plus accentué chez les descendants, mais en anticipant lPépo- que de son apparition. Cette anticipation continuant, il est facile de comprendre ce qui doit arriver au moment ou le ca- ractere en question disparait de Pindividu, du moins de sa vie extra-utérine, pour ne plus se montrer que dans l'em- bryon; alors il constitue le dernier stage du développement embryonnaire, jusqu'a ce qu'un nouveau caractére vienne s'y surajouter par le méme procédé. Voilá le principe fondamental de Pontogénie. Nous avons appelé Pattention sur une autre voie de l'évo- lution naturelle, completement opposée á la précédente (Filo- vent descendre d'autres possédant un plus grand nombre de dents; la premiére dentition devrait donc présenter un nombre de dents plus considérable que la deuxiéme, tandis que Von sait que dans tous les groupes la dentition de lait est notablement plus réduite que la per- sistante. On ignorait alors que la premiére dentition comprenait non “seulement celles que Pon appelle des dents de lait, mais aussi les vraies molaires, de sorte qw'en réalité la contradiction n'existait pas. — 498 — genia, pages 276 á 284), qui aboutit également á la disparition complete des organes, mais sans en laisser des vestiges dans le développement embryonnaire. Ce fait est passé imapercu aux naturalistes, comme tant d'autres que nous avons exposés dans nos ouvrages en langue espagnole. Pourtant, nous lui attribuons une grande impor= tance, car il nous permet de déchiffrer beaucoup d'énigmes inexplicables par l'embryologie; il nous permet aussi de faire convcorder avec la théorie de l'évolution certains détails onto- géniques, qui á premiere vue paraissaient la contredire, et nous croyons qu'il peut jeter également quelque lumiére sur plusieurs points obscurs de l'évolution dentaire. Parfois, certains organes et quelques caracteres, au lieu de se présenter á la méme époque ou de s'anticiper, montrent - une tendance completement opposée; ces organes ou ces ca— ractéres retardent graduellement, de génération en généra- tion, Pépoque de leur apparition jusqu'a ce qu'ils disparais- sent, 0u, pour étre plus dans le vrai, jusqu'a ce qu'il arrive un moment qw'ils ne font plus leur apparition. Il en résulte qu'un certain nombre de caracteres des antécesseurs ne lais- sent point de traces dans l'embryon, mais on peut retrouver leurs vestiges dans l'extréme vieillesse des individus. Ce con- finement d'anciens caracteres des especes, aux derniers stages de la vie des individus, on pourrait le désigner sous le nom de téléogénie. L'anticipation et le retard progressif dans Papparition des organes produisent leur disparition, mais dans le premier cas il en reste les vestiges dans l'embryon, tandis que dans le deuxiéme il n'en reste pas de traces ni dans l'embryon ni dans Pindividu qui arrive au terme de son développement. La sup- pression d'un organe ou d'un caractere par Panticipation pro- gressive de son époque d'apparition, c'est une disparition par réincorporation; la supression d'un organe ou d'un caractere par le retard progressif de son apparition constitue une dispa- rition par élimination. » 199, — Dans lévolution des étres, il se présente des cas (et il y en a dans la nature actuelle) de caracteres qui prolongent de plus en plus leur durée dans les individus par une double évolution, en anticipant toujours l'époque d'apparition et en retardant graduellement Pépoque de la disparition (Filogenia, page 282). Comme un exemple tres notable de la disparition de carac— téres par élimination, nous ferons mention de la perte des ra- cines des molaires en passant du stade des dents á croissance limitée au stade de dentsá croissance continue. Pour que cette transformation puisse s'accomplir, il faut que le fút des molaires s'allonge et que les racines se rac- courcissent, s'cblitérant ¿4 un áge toujours plus avancé. Dans cette évolution il arrive un moment qu'on ne trouve plus de vestiges de racines que dans Pextréme vieillesse. A la fin les molaires terminent par ne plus former de racines restant ou— vertes toujours par leur base. Cette transformation terminée, il sera parfaitement inutile de chercher des vestiges de racines dans les individus de n'importe quel áge. Les mammiferes pourvus de dents á croissance continue sont assez nombreux et nous possédons assez de matériaux paléontologiques pour démontrer qu'ils tirent leur origine de mammiféres éteints dont la denture était á croissance limitée et avec les racines distinctes. Pourtant, chez ces animaux de denture á croissance continue, nous ne trouvons jamais sur leurs dents, á aucun stade de leur développement, des vestiges de racines. Ce que nous voulons faire ressortir est que, en présence de cette double évolution, i! peut se faire que quelques dents, ou quelques séries de dents aient disparu par élimination, tandis que jusqu'aujourd'hui on n'a tenu compte que de la dispari- tion par réincorporation. Dr La TRANSFORMATION DE LA DENTURE POLYPHYODONTE EN DEN- TUR£ DIPHYODONTE ET MONOPHYODONTE. -- Par leur premiére ori- — 540 — gine, les dents sont des productions de lectoderme absolu- ment comme les écailles des poissons. Chez les squales, les écailles dermiques ont une structure assez rapprochée de celle des dents, et chez beaucoup de poissons éteints elles étaient recouvertes par une couche d'émail. Dans certains genres de squales la transition des écailles aux dents est com- pléte, et Pon peut considérer les dents de ces animaux comme une simple spécialisation d'écailles dermiques. En se rappelant Pextréme petitesse des écailles de certains squales et leur nombre a peu prés incalculable, on concoit facilement la grande quantité de ces organes qui, formant partie de Pépithélium buccale, ont pu se transformer en dents. Remplissant alors des fonctions assez différentes, se sont spécialisées dlavantage pour saisir, pour découper, pour déchi- rer ou pour broyer; augmentant ainsi de grandeur et se loca- lisant de préférence dans certaines régions on comprendra aussi avec la méme facilité que le développement de certaines catégories de dents empéchait ou retardait le développement des autres, faute de place. A mesure que la spécialisation et la localisation augmentaient le développement se faisait par séries successives, celles dont le développement devenait en retard restaient á l'état de germes dans la profondeur de Pépi- thelium de la cavité buccale et quand une dent en fonction tombait une autre la remplacait pour accomplir la méme fonction et en prendre la méme forme. C'est de cette maniére qu'un certain nombre de germes dentaires ont évolué succes- sivement dans le but de remplir la méme fonction á la méme "place. Plus tard, quand Pépithelium qui revét la cavité bucale pé- nétra avec les germes dentaires dans les profondeurs des má- choires, les dents cesséerent de rester attachées, ou plus ou moins mobiles dans la couche épithéliale pour se développer dans des cavités osseuses en forme de sillons longs et pro- fonds qui apresse cloisonnaient pour constituer les alvéoles. Alors la spécialisation fut plus complete, car étant donné la — 301 — place plus restreinte, le développement successif des embryons +ddentaires s'accentua davantage. Les germes de chaque point des máchoires ne purent rentrer en fonction qu'une apres P'au- tre. La dent completement développée était poussé vers le de- hors par le germe d'une nouvelle dent qui se développait au- dessous, et ainsi successivement jusqu'á l'épuisement complet des germes de réserve. Tel fut sans doute, d'apres nous, l'ori- gine de la dentition polyphyodonte des reptiles, Cette dentition polyphyodonte comment s'est-elle transfor- mée en dentition diphyodonte ? Beaucoup de vertébrés dépourvus de dents, en ont pourtant des vestiges durant la période embryonnaire. Dans la classe des mammiferes il y a un tres grand nombre de genres qui manquent de certaines catégories de dents, dont on en trouve pourtant les vestiges dans les embryons. D'apres cela lP'on serait tenté de croire que les séries de dents perdues par les polyphyodontes, Pont été par atrophie et réincorporation . Pourtant, nous croyons que si Pon raítachait le phénoméene du changement multiple de denture au procédé évolutif de la disparition par élimination, dont nous avons parlé plus haut, on aurait peut-étre une explication beaucoup plus rationnelle, En effet, nous voyons que les dents a Pétat embryonnaire qui se trouvent dans Pintérieur des máchoires, ne peuvent se développer qu'en déplacant les dents qui sont en fonction. Le cuspide de la dent nouvelle pénetre dans le creux de la vieille qui tombe pour faire place á la nouvelle, et le phénomene doit nécessairement se répéter jusqu'a Pépuisement total ou presque total des germes. Chez les crocodiles qui sont des polyphyodontes des plus caractéristiques on a trouvé des vestiges de dents rudimen- taires et méme des séries entieres supprimées; on a donc la preuve que chez ces reptiles les séries de dents se succédant les unes aux autres étaient autrefois plus nombreuses et nous avons pu nous assurer qu'il en est de méme chez les Alliga- ors. Chez les vieux individus de ce dernier genre, le rempla — 502 — cement de la denture se fait tres lentement et cesse méme dans la région postérieure ; dans ce cas les couronnes restent sépa= rées par un col tres accentué (!) et les racines non seulement . deviennent tres longues, sinon qu'elles se rétrécissentá leurs extrémités, diminuant la cavité de la pulpe. Lon sait d'ail- leurs, que beaucoup de reptiles anciens de lPordre des The- riodontes (Dimetrodon, Empedias, Galesaurus, Dycinodon, ete)., avaient acquis lPétat monophyodonte. Ce remplacement vertical et successif des dents constitue certainement une disparition par élimination; dans tous les cas on peut affirmer qu'il est en complete contradiction avec la supression par réincorporation, car les dents qui persistent davantage sont les derniéeres parues, tandis que les premieres á rentrer en fonction sont précisément les plus ephémeres; ceci comme regle générale, est aussi vrai pour les polyphyo- dontes comme pour les diphyodontes. Nous appellerons encore lPattention sur le fait également tres important, que dans les embryons des diphyodontes on ne trouve jamais de vestiges de séries dentaires complétes pos= térieures á la deuxieme; or, si le passage de lPétat polyphyo- donte a Pétat diphyodonte fútle résultat d'une suppression par réincorporation, chez les embryons on devrait justement trouver plusieurs séries dentaires rudimentaires placées suc- cessivement au-dessons de la deuxieme série. Par contre, on a trouvéles vestiges d'une série dentaire antérieure d la pre- (1) T'existence d'un col aété données comme un caractére servant á distinguer les dents des mammiféres de celles des reptiles, mais nous observons que chez tous les Alligators adultes les dents postérieures ont un col bien apparent et nous voyons une conformation semblable chez beaucoup de reptiles anciens. La présence d'un bourrelet d'émail a la base de la couronne, la multiplicité des cuspides de celle-ci, la bifurca= tion des racines ainsi que d'autres caractéres distinctifs que l'on a invo- qué, n'ont pas plus de valeur que le premier. Il n'y a en réalité aucu—= ne différence fondamentale entre les dents des mamumiferes et celles des reptiles. A A AN = 503 — miére et déjá presque complétement supprimée par élimina- tion. L'état diphyodonte a donc bien été acquis au moyen de la suppression successive et par élimination des séries dentaires de Pétat polyphyodonte. Pendant que les germes étaient tres nombreux, le renouvellement se produisait tres rapidement, mais á mesure que le nombre de germes diminuait, le rempla- cement devenait plus lent et les dents restaient plus longtemps en fonction. Les deux derniéres séries den'aires furent plus stables et eurent plus de durée, car elles déplacaient avec plus de rapidité les séries précédentes qui terminerent par dispa- raitre par élimination. C'est ainsi que se constitua la denture diphyodonte, dans la- quelle il n'ya que deux germes dentaires, tout au plus, pour chaque dent. La question de la transformation de la denture diphyodonte en denture monophvodonte parait plus compliquée. Est-ce le résultat de la disparition de la premiere dentition par élimi- nation, comme dans le cas de Pacquisition de létat diphyo- donte, ou c'est au contraire la deuxieme dentition qui s'est atrophiée eta disparue par réincorporation ? Tous ceux qui croient que la denture de lait est la plus an- cienne, et la deuxieme dentition la plus récente, penchent vers la premiére de ces deux hypotheses; et par le fait, en faveur de leur opinion, il y a des preuves dont on ne peut nier l'im- portance. Les cas assez nombreux de dents persistantes durant toute la vie, ne sont le plus souventque des dents diphysaires, car dans Pembryou on y trouve les vestiges des dents de lait qui les précedent; en outre, la paléontologie nous montre que beaucoup de ces genres ont eu des prédécesseurs chez les- quels les dents de lait en question étaient bien développées et restaient longtemps en fonction. D'apres toutes les observa- tions il parait que la dentition de lait est en voie d*atrophie et de disparition par élimination dans presque tous les mam- miferes placentaires diphyodontes. Par contre, Uétat monophysaire des vraies molaires est ac— quis certainement au moyen de la suppression de la deuxié- me série par réincorporation, puisque Pon a rencontré des vestiges de cette derniére, et comme lesrecherches embryolo- giques ont démontré que la denture des marsupiaux appar- tient presque en totalité, et celle des dauphins en totalité á la la premiere dentition, il est évident quele monophyodontisme a été acquis par deux voies distinctes et opposées, selon les groupes. Chez les uns, commeles cétacés, il est le résultat de la suppression de la deuxieme série par réincorporation, tan- dis que chez beaucoup d'autres, comme plusieurs édentés, c'est le résultat de la suppression dela premiere série par élimina- tion, un stade que les Pinnipedes sont sur le point d'aftein- dre en suivant la méme voie. Dans le genre Sorex parmi les insectivores, toute la dentition appartient a la premiere série, tand is que la deuxieme est complétement supprimée. Bref, de Pétat polyphyodonte á Pétat monophyodonte la suppression des séries dentaires s'est toujours accomplie par lPélimination successive des séries plus récentes ou antérieures jusqu'á ce qu'il n'en restát que les deux derniéres, Pultime ou derniére (deuxieme) et la pénultime ou lavant-derniere (premiere). Arrivées á ce stade, n'existant plus une antépe- nultieme série qui poussát la penultieme, cessa le procédé évolutif de Pélimination; les deux séries devaient étre de méme valeur et devaient rester en fonction á peu pres le méme espace de temps. Les deux séries ne se sont plus modifiées qu'en raison de leur spécialisation et adaptation aux nouvelles conditions, et il en est résulté que, selon les groupes, se déve- loppa davantage soit Pune, soit Pautre, avancant ou retardant leur apparition; c'estainsi que certains mammiferes sontdeve- nus monophyodontes par la réincorporation de la derniére série dentaire, et d'autres par V'élimination de Pavant-derniére. C'est pendant Pétat diphvodonte que commenca la forma— tion des racines par le procédé que nous avons exposé plus haut et comme une conséquence du retard dans le remplace- — 305 — ment de Vavant-derniere série par la derniere. Or, Pon peut facilement s'apercevoir que comme régle générale il y a une relation constante entre le développement des racines et le degré de permanence en fonction de la premiere série. Les anciens mammiferes á molaires de couronue courte et racines tres longues avaient une denture de lait qui restait plus long- temps en function que dans leurs descendants actuels qui sont toujours pourvus de molaires á couronne tres haute mais avec des racines tres courtes. Faisons encore observer que les mammiféeres quí ont atteint le stade monophyodonte par la suppression de la derniére série comme les marsupiaux (avec Pexception d'une ou deux dents), certains insectivores ou les cétacés, présentent des dents avec des racines tres lon- gues et le bout généralement oblitéré (dans la vieillesse), tan- dis que ceux qui présentent des dents de base ouverte et á eroissance continue sont précisément ceux qui ont acquis Vétat monophyodonte par suppression de la premiere série. L'épuisement des germes dentaires est complet. SYSTEME DE NOTATION POUR LA DENTURE. — Le systeme em- ployé actuellement pour représenter les formules dentaires des mammiferes n'est plus d'accord avec les nouvelles décou- vertes sur lPévolution de la denture; ce systeme a contribué puissamment a lPavancement de la science, mais aujourd'hui il nous empéche de reconnaitre des rapports tres évidents quí existent dans la dentition des principaux groupes de mammiferes, de sorte que son emploi est devenu plutót un obstacle au progres de la science; il n'est applicable qwá une partie des placentaires diphyodontes, et constitue une bar- riére qui nous empéche de mettre en parallele la denture des placentaires avec celle des marsupiaux. La division en molaires et en prémolaires perd presque toute son importance et ne pourra étre conservée que pour une partie des ongulés et pour certains groupes de carnassiers. Ainsi, par exemple, aujourd'ui nous somimes convaincus — 506 — que les sept molaires de Didelphys ou de Thylacynus corres- pondent exactement aux sept molaires des chiens ou des au- tres placentaires a dentition complete, avec la seule diffé- rence que chez les deux premiers genres le nombre de dents qui sont devenues monophysaires est beaucoup plus considé- rable. S'il en est ainsi, la quatrieme molaire des marsupiaux, que Pon appelle la premiere vraie molaire, doit étre l'homo- logue de la quatrieme molaire des placentaires que Pon ap=- pelle la « quatrieme ou la derniere prémolaire » dans la deuxieme dentition et « quatrieme molaire de lait » dans la premiére dentition; la seule différence c'est que la quatriéme molaire des marsupiaux, quoique non caduque, v'est pas la quatrieme dent de remplacement des placentaires, sinon celle qui la précede, c'est-á-dire la quatrieme molaire de lait ou la quatrieme de la premiére série (Pavant-derniere). Chez les placentaires, la derniere dent de remplacement differe de la quatriéme caduque pour présenter, du moins comme regle générale, une forme plus simple, caractere que nous avons déja démontré, vest pas primitif sinon acquis. C'est pour cela que, comme regle générale chez les placentaires, la der— niére dent de remplacement (quatrieme de la deuxieme série) est de forme diférente de la dent monophysaire qui la suit en arriére (cinquieme molaire de la premiere série) tandis que la derniére caduque (quatriéme de la premiere série) est de la méme forme que la premiere monophysaire (cinquiéme de la premiere série). Or, comme dans les marsupiaux cette qua- 'trieme molaire de la premiétre dentition n'est pas caduque, Pon comprend pourquoi chez ces animaux les quatre der- nieres molaires présentent á peu pres la méme forme. Les carnassiers fossiles de l'Argentine que l'on a nommé sparas- sodontes présentent la méme conformation. Il est possible qw'on la retrouve aussi chez plusieurs des carnassiers fos- siles d'Europe et de l'Amérique du Nord que 'Pon distingue avec le nom de créodontes, et peut-étre également chez quel= ques-uns des plus anciens ongulés. A Chez les mammiferes, au point de vue de la succession de la denture et en ne tenant pas compte des dents embryon- naires confinées á la période foetale, il n”y a que deux sortes de dents, celles qui aparaissent une seule fois et celles qui aparaissent deux fois; les premiéres sont appelées monophy- saires et les derniéres diphysaires. Dans les dents diphysaires il y aá distinguer : 1? la premiére dent qui entre en fonction et tombe peu aprés; cette dent appartient toujours á la pre- miére série et doit porter le nom de caduque; 2 la dent qui remplace la précédente; celle-ci appartient toujours á la deuxiéme série et doit porter le nom de dent de rempla- cementf. La formule dentaire doit exprimer le nombre de dents et leur division en incisives, canines et molaires, leur position ordinale, et distinguer les diphysaires de celles monophy- saires. Pour cela, il ne reste d'autre moyen que de figurer dans la formule toutes les dents une á une, d'avant en arriére selon leur numéro d'ordre, en distinguant avec un signe spé- cial, celui-ci (”) par exemple, celles qui sont diphysaires. Quoique tout d'abord cette maniére d'écrire la formule pa- raisse plus longue que celle en usage, il n'en est pas ainsi, parce que la méme formule comprend la denture de lait et celle persistante, que dans le systeme actuel de notation il faut écrire séparément. Les trois catégories de dents, inci- sives, canines et molaires sont séparées par un point suivi d'un espace. Voici quelques exemples qui donneront une idée de l'avan- tage de cette notation sur l'ancienne. Prenons d'abord la for- mule dentaire de l' homme comme on P'écrit actuellement. L'homme a une premiére dentition que Pon exprime par la formule ¿i. Fc. ¿m. et une deuxiéme dentition appelée défi- nitive représentée par la formule ¿i. 4 c. 2p.2 m. Nous voyons qu'en plus d'étre obligé d'employer deux formules distinctes, ces formules ne nons disent pas quelles sont les incisives et les molaires qui manquent de la série compléte; Te XIV 34 IS A ER — 508 — nous ignorons aussi quelles sont les dents de remplacement qui substituent les caduques. Tout cela est exprimé d'une maniére trés claire et tres con- : YY. V,. 3/4/567. cise dans la formule suivante: 377371567. - Nous voyoxs qu'il y a 8 dents de chaque cóté de chaque máchoire, distribuées en 2 incisives, 1 canine et 5 molaires. Nous voyons aussi que toutes les incisives, les canines et les deux premiéres mo- laires qui portent le signe (') sont diphysaires, c'est-á-dire qu'ils sont représentées par une premiére série caduque et une deuxiéme série de remplacement, tandis que les trois derniéres sont monophysaires, c'est-á-dire persistantes et non précé- dées par des caduques. La formule nous dit que les deux incisives correspondent á la premiére etá la deuxieme, man- quant ainsi la troisieme de la plupart des placentaires; que les cinq molaires correspondent á la troisieme, quatriéme, cinquiéme, sivieme et septieme de la dentition complete, et qui manquent les deux premiéres. La formule nous dit aussi que la premiére et deuxiéme incisive et la premiere et deuxie- me molaire de la premiére série sont remplacées par les dents de la deuxieme série qui portent le méme numéro d'ordre, de sorte que chez l' homme la troisieme incisive et la premiere et deuxieme molaire manquent aussi bien dans la premiére série que dans la deuxieme. Maintenant, si dans cette formule nous ne tenons compte que des dents qui portent le signe (”), nous aurons la formule parfaite de la premiére dentition ou dentition de lait que Pon écrit toujours á part. Les avantages de cette maniére d'exprimer les formules dentaires sont donc considérables. Comme exemples et termes de comparaison pour se familiariser avec ce nouveau systene de notation nous donnons ensuite les formules dentaires de plusieurs autres genres de mammiferes. Feli WISE ESE Cam VY3/. Y. 1934656 iodapode ZE ZE ams a VIT VW. 1931561 — 509 — / 1 RIAM5ET DAF, IVAZOT Auchenia.... 7 Dydelphys .. O Sus 1Y3", 1, 1%3/4/567 Borhyaena:. 123. 1 123/4567 nd EN VISTA AS/3/41561 AS OSA 67 VIS WI/3141567 Je IRSA 314567 Nesodon..... VIS. Y. VY34567 Cladositis ... 1231, Y. 1934567 Nous voyons chez Nesodon une denture complete (du moins pour les molaires), dont toutes les dents, moins les trois der— niéres sont diphysaires. Dans le genre chien dont les mo- laires sont homologues de celles de Didelphys ou de Thylacy- nus, nous voyons qu'en plus des incisives et des canines il n'y a que trois molaires diphysaires de chaque cóté, une de moins que chez Nesodon et la plupart des placentaires á denti- tion compléte. Chez Dydelphys nous ne voyons qu'une seule dent diphysaire, que c'est la troisieme molaire de chaque coté. Dans le genre Felis la réduction dentaire s'est portée de pré- férence sur les dents monophysaires: il n'en reste plus qu'une seule de chaque cóté, Dans les formules, le signe (*) indiquant les dents diphy- saires tandis que celles monophysaires ne portent tout sim- plement que le numéro d'ordre, il est clair que ce signe (') se réféere aux dents de remplacement. Cette distinction nous permet de désigner chaque dent isolée de chaque dentition, avec toute précision. Ainsi, m. ; de Dydelphys c'estla troisieme dent inférieure de la premiére série (premiere dentition ou dentition de lait), précisément Punique dent qui, dans ce genre soit caduque, tandis que m. a de Dydelphys indiquera la troisieme molaire inférieure de la deuxieme dentition, précisé- ment aussi unique dent de remplacement de ce genre. m. +; de Canis indique la quatrieme molaire inférieure de la pre- miére série, c'est-á-dire d'une caduque puisqu'i) s'agit d'une dent diphysaire, et m. 5 indique la dent de remplacement cor- respondante, soit la quatrieme inférieure de la deuxieme série, celle que Pon appelle maintenant la quatrieme prémolaire, 9 — 510 — m. ¿ de Canis indique la cinquiéme molaire inférieure de la premiere série qui estla premiére monophysaire, que l'on ap- pelle maintenant la premiere vraie molaire, m. ? indiquant la dent correspondante de la mandibule supérieure et ainsi de suite. Ce systeme d'exprimer les formules dentaires nous permet de comparer la dentition des mammiferes placentaires avec celle des marsupiaux en effacant completement la barriétre ar- tificielle que par le systéme actuel de notation on avait élevé entre ces deux groupes. APPLICATION DES PRINCIPES DE L'ÉVOLUTION DENTATRE A LA CLASSI- FICATION ETA LA RESTAURATION DE LA PHYLOGEÉNIE DES MAMMIFÉRES. — Les idées que sur lévolution de la denture nous venons d'exposer succintement, ont une tres grande importance pour la classification et la phylogénie des mammiféres. Nous en avons fait Vapplication dans notre ouvrage sur les mammife- res fossiles de la République Argentine; nous pourrions faire á ce travail beaucoup de corrections de détails, mais les prin- cipes fondamentaux qui nous ont guidé dans la distribution des groupes nous les trouvons aussi vrais aujourd'hui qu'a- lors. Ces principes, comme nous avons déja eu l*occasion de le manifester, nous conduisent á des résultats souvent tres dif- férents de ceux qu'obtiennent les paléontologistes. Ainsi, si Porigine des molaires compliquéees est due vrai- ment á la fusion d'un certain nombre de dents simples, il en résulte que les monotrémes étant mis de cóté, les plus infé— rieurs des mammiferes seraient les cétacés (*') et les édentés; (2) Quelques genres éteints de cétacés, comme le Squalodon, possé— dent des dents á deux racines; ne connaissant pas assez les représen— tants de ce groupe, nous n'avons pas d'opinion sur la signification de cette particularité ; il pourrait se faire que les racines des dents de ces animaux soient dues á une fusion de dents, indépendante de celle des autres mammiferes. Il en serait peut-étre de méme des dents á deux ra- cines des Zeuglodontidés, si ces animaux sont réellement des cétacés. o , les marsupiaux seraient plus élevés. Les monotremes mis á part, nous avons divisé le restant des mammiféres en deux grandes brauches : les Heterodonta á dents compliquées, et les Homalodonta á dents simples. Les Homalodonta sont représen- tés par les cétacés et les édentés ('). Les Heterodonta compren- nent le restant des mammitéres placentaires et tous les mar- supiaux. Du reste, cette union des mammiféres placentaires avec les mammiféeres marsupiaux est parfaitement d'accord avec nos derniéres recherches sur les carnassiers primitifs de la Répu- blique Argentine et provenant de la base du tertiaire; ces ani- maux constituent une série quí sans discontinuité, relie les carnassiers placentaires (Carnivores et Créodontes aux car- nassiers marsupiaux (Dasyuridés). D'apres nos idées, exposées brievement dans le méme ou- vrage, Pensemble de la classe des mammiferes, ne peut-étre partagé qw'en deux sous-classes, celle des Monotremata cons- tituée par les monotremes, et celle des Ditremata formée par les marsupiaux et les placentaires (7). (*) On voit que d'aprés cela, nous ne considérons pas la forme simple des dents des édentés comme le résultat une régression, sinon comme une simplicité initiale. Il en est de méme du nombre consi- dérable de dents chez quelques édentés (Prionodon: et beaucoup de cétacés ; nous ne pouvons pas admettre une augmentation du nombre de ces organes, non seulement parce que cela serait en contradiction avec les principes de Vévolution que nous avons établie, mais aussi parce que dans la classe des mammiféres, tous les faits connus nous démon- trent que le nombre des dents va toujours en diminuant, Peut-étre pour- ra-t-on nous dire que, pour étre logique, nous devrions considérer éga- lement comme primitif le nombre considérable de phalanges des doigts des cétacés, spécialement de certains dauphins. Pourtant le cas est com- pletement différent, carla multiplication de ces os dépend de Possifi- cation des épiphyses qui ont terminées pour rester définitivement sépa- rées et prendre la forme de phalanges. (?) Peu de temps aprés Papparition de notre travail, ou presque si- — d12 — Les Monotremata actuels "ont pas de dents, mais leurs pré- décesseurs devaient étre pourvus de dents nombreuses, sim- ples et coniques (*). C'est guidés par ces mémes principes, que dans le méme 0u- vrage nous avons attribué aux antécesseurs des Primates (Do- lodonta), des molaires quadrituberculaires; quant aux 4tava, groupe théorique que nous supposons étre l'antécesseur des Primates (Planongulés) et des Ongulés, nous lui avons attri- bué huit molaires quadrituberculées a chaque cóté de la má- choire, chaque dent avec quatre racines séparées, aussi bien á la máchoire supérieure qua l'inférieure. Nous ne voulons pas nous étendre davantage sur la valeur de ces caracteres pour la classification des mammiféres, car probablement nous aurons lPoccasion d'en faire le sujet d'un mémoire spécial; ce qui précede suffit pour que l'on se rende compte de la grande différence dans les résultats que l'on ob- tien pour la classification et la phylogénie des mammiféres se— lon que les molaires compliquées soient considérées comme le résultat de la complication graduelle dela dent primitive sim- plement conique, ou au contraire comme le résultat de la fu- sion de plusieurs dents simples. multanément, le prof. E. D. Cork, arrivait absolument á la méme con— clusion. Dans son mémoire Synopsts of the families of vertebrata (in American Naturalist de octobre 1889), n'admet que deux sous—classes de mammiferes: celle des Prototheria qui correspond aux Monotre- mata, et celle des Eutheria qui correspond a nos Ditremata. (*) D'aprés des recherches pratiquées dans ces derniéres années, P'Or- nithorhynque possede une denture constituée par des molaires á couron— ne compliquée ; pourtant il n'y a pas de renseignements précis sur leurs racines, et nous doutons que ces dents soient multiradiculées avec les racines séparées et oblitérées. Probablement il ne s'agit que de dents simples dont la couronne s'est compliquée comme en est le cas dans un certain nombre d'édentés. evE3 — BIBLIOGRAPHIE (Nous n'indiquerons que les travaux postérieurs á l'Odontography de OwEN et se rapportant plus ou moins directement aux différentes questions que nous avons traitées). AMEGHINO, F. Filogenia. In 8”, de LVIII et 392 pages, a. 1884. — Contribucion al conocimiento de los mamiferos fósiles de la República Argentina. In 4% de 1028 pages avec un atlas de 98 planches, a. 1889, BaLLowirz, E. Das Schmelzorgan der Edentaten, seine Ausbildung in Enbryo und die Persistenz seínes Keimrandes bei dem erwachsenen Thier. — Bonn. Archiv. 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El 4 1 i 4 0 ¿ne dh + añ k j Í y nt AS yr cl ' | APO E ; > tl ñi ” A ñ LA « ¡ Mii P Ñ Y p4ñ A 3 1 y uo ya z) ñ y ¡Lusta , 1 , - y Y o rr tr is OS UA Ms A. to ¿io a E der ÍA rol Eo .. 4 4: UA UÍN A E A SAA aL A wr a 0d e) NU nÓqua AMAS (ol it yá a "NN Y A PA > ME - YA INDICE DEL TOMO XIV Oscar Doerin6. — El período diurnu y ánuo de las tormentas en O A raices ole ias CODA OOO OE o GUILLERMO BODENBENDER. — La llanura al este de la sierra de Córdoba ; contribución á la historia del desarrollo de la llanura A A A Oscar DoekINnG. — La insolacion en Córdoba; resultados corres pondientes al quinquenio 1889-1893....... OS GUILLERMO BODENBENDER. — Los criaderos de wolfram y molib- denita de la sierra de Córdoba; comunicaciones mineras y A - Oscar DoerING. — Observaciones magnéticas ejecutadas de 1884 á 1888 en la República Argentina y el Paraguay con un BELO metro: de desviaciON. o mocioaaaa ciao cai ao ele a aio GuiLLeRMo BODENBENDER. — El terremoto argentino del 27 de ES A A AO TO JUAN B. AMBROSETTI. — Materiales para el estudio de las lenguas MeSrupo Kaingangue (Alto Paraná) ......ccoomosionon....» FLORENTINO AMEGHINO. — Sur lévolution des dents des mam- A A RN Páginas 118 293 331 381 "Pr a. nt 404] H Ml KAN aiiA Y Qe NOA y BOLETIN De DE LA 5 >” EN CÓRDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA) - ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EOBETDTIEN DE LA ALADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN CORDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA) TORO DN BUENOS AIRES IMPRENTA DE P. E. CONI E HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS | 680 — Calle Perú — 680 1894 E cl CNA Í pb / ñ, o ñ di ñ e e A O A O ñ MI e 4 j Y Ñ se. eb y ” a y F ' 3 li ( qee ] He LIA LEN O ES ; a eS E A —= 4 Ñ í 07] j 1 ' Ml | A | ' Es a > e En pe ) JA Dr Lo E ; A ' pe E - » , ¿A A LAS ñas 4 .os . E - yy 6 CHEDJ Ú S ' ) Ñ pe A yy y PUTA ANS 00 EA País e h 4 JAMAL A A E TT DY P A Sn e - ¡rl o v y e . Ñ 1 J Ñ x p 1 LENGUAS ARGENTINAS MO NE ACTUA CB TIPO N ENSAYO FUNDADO SOBRE EL « DE ABIPONIBUS >» DE DOUBRIZHOFFER Y LOS MANUSCRITOS DEL PADRE J. BRIGNIEL, s. J. CON INTRODUCCION, MAPA, NOTAS Y APÉNDICES Por SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO, M. A. PRÓLOGO Con el Abipon se completa la terna de los tres grandes idio- mos que orlados por las lenguas del grupo Mataco-Mataguayo, se disputaban el predominio en el Chaco Argentino. De Santa-Fé á Córdoba, de Córdoba á Santiago del Estero, de este Santiago á la Concepción del Bermejo, y de Concepcion á Corrientes y la Asunción merodeaban y merodean en zonas verticales á la corriente de los rios Salado, Bermejo y Pil- comayo, hordas Abiponas, Mocovíes y Tobas. El Abipon casi ha desaparecido ante el empuje del Mocoví; el Mocoví, sin ser menos valiente que el Toba, hoy desaparece ante el dejandolo solo para luchar contra las armas exterminadoras de la civilizacion moderna. RA E Durante dos siglos estos indios y sus congéneres tuvieron á raya á las armas españolas, y durante medio siglo más de la era patriótica fueron el terror de la República; pero la Presidencia del General Roca inició la segunda conquista del desierto, y hoy será cuestión de una generación el exterminio de estos indios como elemento étnico-lingúístico. No es necesario entrar aquí en la cuestion sociológico- política: los indios son un problema, una nuez que no es mi propósito cascar; diré, empero, y de paso, que si el nudo gordiano se cortó con la espada en provecho de un cirujano militar, con el cuchilio tambien se degolló la gallina que ponía los huevos de oro. Sabemos que el indio vive bien en el Chaco, y no nos consta que el Europeo pueda ocupar sa lugar en toda la extensión de la frase. La Inglaterra conserva sus indígenas y los protege, sin haberse arrepentido de ello. Esta monografía fácilmente se divide en cuatro partes: una etnográfica, otra gramatical y las otras dos lexicoló- gicas. En la primera se trata de lo que eran los Abipones y de lo que de ellos cuentan autores como Bárcena, Techo, Loza- no, Dobrizhoffer, Jolis, Azara, d'Orbigny, etc. El primer lagar, por supuesto, en extensión é importancia, correspon- al Padre Martin Dobrizhotfer, S.J., quien ensu De Abipon:- bus ha consignado un admirable panegírico de estos nobles indios. Desgraciadamente, el buen Padre escribió su De Abipo- nibus en latin, en un latin bastante rococó y plagado de erudición clásica, muy buena sin duda para fin del siglo xvi, pero intolerable para el nuestro. Con todo, me avergúenzo E, AN que esta monografia no se haya vertido á nuestro romance, mientras que los ingleses poseen la traducción de esta obra como de la del P. Techo. Sírvame, pues, esto de disculpa si me he valido con toda extension de los latines del buen Misione- ro, y he tratado de producir en llano romance los floridos y bordados períodos del famoso De Abiponibus. Años ha se nos anunció que el Dr. Padilla, de la Biblioteca Nacional, preparaba una traducción completa de toda la obra; mas como ésta está aun ¿n nubibus, tendrán estos extractos el valor de un á cuenta de mayor cantidad. Confieso que Dobrizhoffer me ha dejado enamorado de los Abipones, ni quiero preguntar si es cierto todo lo que dice; y como los Abipones son de Jos primeros indios que van desapareciendo, prefiero suponer que por mejores les suce- diera así. Como se verá en su lugar, lo que dice Azara es de muy poca importancia; no así lo que consigna d'Orbigny en su L'homme Américain, y sus apreciaciones sobre todos estos Indios merecen Ja más séria atención de nuestros america- nistas como que están ellas repletas de datos interesantísi- mos y de observaciones muy ajustadas á lo que revelan pos- terios estudios de lingúística. Antes de cerrar los cuadernos para la imprenta no deses- pero de conseguir algunos datos más que agregar á los pocos que se refieren al Abipon en la actualidad. 0 En la segunda parte se formaba una especie de Arte de la lengua Abipona. Los apuntes que nos ha legado Dobriz- hoffer en su De Abiponibus son de mucha importancia, pero incompletos; por el otro lado Brigniel y sus colaborado- Pi ES res se limitaron á darnos elementos para un trabajo como éste, pero se abstuvieron de formular reglas: acaso les suce- dió lo que al P. Tavolini, quien empezó su Arte del Moco- ví y se plantó al llegar á las posesivaciones. La verdad es que tratándose de este grupo de lenguas hay que escribir mucho ó nada, hay que extenderse, como lo he hecho yo en esta monografía, ó que limitarse á dar casos concretos para que otros los utilicen, Los Misioneros alcazaron lo que buscaban: aprender el Abipon como para doctrinar áesos indios y ayudar á los futuros Misioneros que entrasen á ocupar su lugar. Ellos iban á conquistar almas, y no á escribir tratados de filología. Es verdad que Dobrizhoffer nos ba dejado una obra mo- numeatal sobre los Abipones y su lengua; pero él la escribió despues de la disolución de la Compañía, cuando tenía ocio para tratar la cosa del punto de vista étnico-lingúístico, como que por aquel entónces se empezaba ya á despertar el interés por esta clase de estudios en Europa. En esta monografía se verá lo insuficiente que es la expli- cacion dada por aquel Padre: todo lo que escribe es intere- sante y exacto, pero muy distante de ser el todo de lo que había que decir. Del más somero exámen de los manuscritos del Padre Brigniel se advierte ésto, y el estudio que tuve que hacer de ellos para preparar mi «Mocoví» me dejó persuadi- do que era indispensable hacer la publicacion de una parte; porque el resto contiene sermones, pláticas y otros textos, que no tuve tiempo de copiar, pero que será hoy tarea fácil interpretar. Siempre persisto en dar á estas monografías un carácter comparativo; porque necesitamos formar la cadena de nuestras lenguas con sus aspadas. Dos cosas se pueden hacer de ver- dadero valor científico: reducir á grupos Jo que admita de tal proceder, y asiguar á cada lengua su ubicación geográfica. Hecho ésto, y eliminados los arrinconamientos éinico-lingúís- ticos. se ha de hacer mucha luz en esta clase de estudios. | AS ES De lo dicho en los subsiguientes capítulos se verá que la Abipona es una lengua prima-hermana de la Mocoví y la Toba, esta última hecha pedazos. Más tarde veremos cómo este grupo de tres se eslabona por un lado con el Lengua, Payaguá, Mbayá-Guaycurú, etc., y con el grupo Mataco-Ma- taguayo por el otro. Causa admiracion ver cuántas formas comunes han conser- vado estos codialectos á la vez de haber perdido tanto. Ad- viértase que se trata de una articulación complicadísima que al decir de hombre competente rivaliza en dificultad con los aumentos griegos. Ahí veremos cómo, cánones que logré desenterrar de la masa de confusión para formar el «Arte Mocoví», reaparecen en el Abipon, probándose desde luego que no había errado al establecer como ley en ese grupo de lenguas lo que se advertía en una de ellas. Con raras excepciones todo lo dicho á propósito del Moco- ví queda subsistente en este estudio del Abipon. Lo que consigna Adelung en su Mithridates carece de toda importancia. Salvos los errores de imprenta, es cierto lo que apuntó, pero es una fraccion mínima de la verdad entera. No es imposible que se dé la traducción de aquel trabajo en forma de Apéndice. El plan de la segunda parte de esta monografía es el siguiente: Primero se hace un estudio de cierta morbosidad que se advierte en los sonidos. Todo caso va con su ejemplo, y los parangones se instituyen entre el Abipon, Mocoví y Toba; tambien se comparan algunas variantes de sonidos en el Abipon mismo. En la Fonología Mocoví se establecieron ya las principales interequivalencias, de suerte que no se ha hecho necesario reproducir esos argumentos aquí: el que quiera puede consultarlos en aquella obra que está en venta por el Museo de La Plata. En seguida se dan los rudimentos gramaticales de la lengua, observando más ó menos el órden de la Gramática Latina, a para comodidad de referencia, no porque haya mucha analo- gía entre las respectivas morfologías. Como en el Mocoví, el Arte del Abipon se reduce á saber usar con propiedad las articulaciones de plural, de posesi— vacion y de flexión verbal; tarea bien árdua por cierto, pero no tanto para el que tiene buena memoria y oido para oir sonidos de los que Dobrizhoffer ha dicho lo siguiente: « Jam lingua sibilando, jam naribus rronchissando, jam dentibus stridendo, jam gutture strepitando ». Así se habla el Abipon. Al fin de esta parte se agrega en forma de Apéndices, una Tabla completa de nombres y verbos segun sus posesivacio- nes y flexiones verbales. Digo completa, porque se incluye todo lo que está francamente posesivado ó conjugado por Dobrizhoffer ó Brigniel; pero la lista podrá alargarse con ejemplos deducidos de los Vocabularios. | Concluye la segunda parte con las Oraciones y Doctrina Cris- tiana, que nos dan á conocer la sintáxis Abipona. Para mí esto es lo más importante, porque en ellasse ve la lengua en giro, y no parapetada en los escaparates de un Arte del Abipon. El uso suele dar al traste con muchas reglas, y esto no es. menos cierto en Abipon que en otras lenguas. En el manuscrito el texto Abipon lleva la traduccion entre líneas, pero ea muchos casos se ve que es romance y no traducción literal. Puede asegurarse que en los más de los casos la version es exacta, y cualquier duda está señalada ó explicada en las notas. Se recomienda al estudiante que al hacer su traduccion consulte los Vocabularios. mn Concluida la segunda entran la tercera y cuarta parte que. constan de Vocabularios Español-Abipon y Abipon-Español. Al primero se le agregan la frases y verbos con que concluye Poo E y el vocabulario en el original. Esta parte sólo ha sido arregla- da alfabéticamente, y reproduce fielmente el manuscrito que yo atribuyo á Brigniel. En seguida está el Lexicon ó Calepino en que se incluyen todas las voces que he sacado de Brigniel, Dobrizhoffer, Ade- lung y delos textos. En muchos casos se dan las equivalen- cias Mocovíes y Tobas. Con este lexicon será tarea fácil descifrar los dos volúmenes de textos Abipones que posee la familia Lamas, dueña de estos preciosos manuscritos. Con este trabajo las lenguas del Chaco Argentino, tipo Guaycurú, dejan de ser el misterio que parecía á filólogos como Latham, etc. Algo bastante quedará que hacer aún en los tres codialectos principales, Toba, Mocoví y Abipon, pues contamos con material para atacar el Lengua y Mbaya, dicho Guaycurú, ramificaciones de aquellos, pero ya las sen— das están iniciadas por la selva virgen de estos idiomas y yo quisiera haber tenido lo que aquí ofrezco á mis lectores fruto de mucha labor y paciencia, que si bien concluido en 1895 se empezó en 1888, cuando aún vivía mi buen amigo el ilustre Dr. D. Andrés Lamas, á quien dedica esta monografía su decidido admirador y amigo, Pilciao, Setiembre 24 de 1894. SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO. PARTE PRIMERA NOTICIAS DE LOS INDIOS ABIPONES SEGUN BARCENA, TECHO, DOBRIZHOFFER, LOZANO, ETC. DESDE LA CONQUISTA HASTA NUESTROS DÍAS CAPITULO 1] OBSERVACIONES GENERALES Los Abipones son ó eran indios del Chaco argentino, de cuya ubicacion geográfica se hablará en otro capítulo y per- tenecen á la gran familia á que se da el nombre genérico de Guaycurúes, que equivale á decir: enemigos de los Gua— raníes. Como se ha dicho va en más de una ocasion, el Chaco Argentino estaba, y sise quiere está, ocupado por indios que se distribuyen en dos grandes familias: la una incluye á los Lules de Machoni y á los Vilelas ó Chulupíes; la otra, á los Mocovíes, etc. Los indios Lules, Vilelas y otros afines, pueden llamarse comparativamente mansos, y hablan idiomas cuyo mecanis- mo gramatical procede por medio de la subfijacion de partí- culas pronominales. Ellos y sus lenguas forman el asunto de dos monografías publicadas en el Boletin del Instituto Geográfico. La familia Guaycurú encierra todas las más belicosas na- ciones del Chaco, Mocovíes, Tobas, Abipones, Lenguas ó Payaguáes, Mbayas Ó Guaycurúes, etc., debiéndose sospe- PERE char que los Cacano—Calchaquíes, Charrúas, Agases y otras hayan pertenecido á este mismo grupo. De su lengua y ras- gos étnicos, historia, etc., se ha tratado ya en las monografías publicadas por el Museo de La Plata en su Revista, bajo el título de Arte Mocovi y Arte Toba, ésta aún no con- cluida. De lo dado á luz ya, y de lo que se dirá más adelante en este estudio, se desprende que esta familia de lenguas es de las más complicadas é interesantes de toda la América. Las publicaciones de Hervas, Adelung, y aun la de Dobrizhoffer, no alcanzaron á hacer conocer los misterios del mecanismo de estos idiomas; y hay que conceder que él no se revela al que pisa y pasa por ese terreno, necesitándose de largos y penosos estudios comparados para llegar á establecer como reglas lo que á primera vista parecen caprichos de una len- gua que no las tiene ni conoce. No es éste el lugar de entrar á discutir lo que es la lengua abipona y cómo se eslabona con sus congéneres; ello resul- tará de las investigaciones posteriores. Antes de eso debe- remos imponernos de lo que al respecto de ellos nos cuentan los escritores de las Conquistas Espiritual y Civil. CAPITULO II ALGUNAS NOTICIAS DEL PADRE BÁRCENA Ó BÁRZANA El P. Bárcena en su carta del 8 de setiembre de 1594 al P. Provincial (1) no los nombra á los Abipones, pero sin duda los incluye entre los Frentones 6 Frontones, á que hace referencia. La cita es un poco larga, pero vale la pena de (1) Rel. Geog. de Indias, tomo 1H, Apéndice 111, página LXIX, etc. A fe. NA po reproducir aquí lo que el apostólico misionero dice, por más de una razón, como lo veremos despues. « Pero comenzando á entrar por la puerta desta gentilidad los que á ella venimos desde la Provincia de Tucuman, las primeras naciones que se nos pusieron delante, son los que llamamos Fromntones, porque traen ellos y ellas las frentes rapadas hasta en medio de la cabeza. Es innumerable mu- chedumbre de diversas lenguas y naciones. Todos los hom- bres 'ndan en el traje en que nacieron, aunque ellas andan hon' ,.as, cubiertas y vestidas de pieles de animales. No sa- ben de agricultnra, ni edificar, todo su ejercicio es cazar y pescar. El mayor gusto suyo es matarse unos á otros. Sirven muchas destas naciones á los españolus de La Concepcion y algunosá la ciudad de Vera, á quien llaman Las Siete Corrientes, y tambien algunos á esta ciudad (la Asuncion). « Pero viniendo el tiempo de los baños porque se baña cada año esta trerra por muchas leguas, y en viniendo el tiempo de la algarroba, cuando son las borracheras y juntas, Jos mas se alzan y niaun sus propios Señores pueden ir a ellos con segu- ridad, antes los matan, como hicieron los Mogosnaes habrá dos años á su Señor don Francisco de Vera y á otros vecinos de La Concepcion que fueron con ellos. Son las lenguas que hablan estas naciones seis ó siete diversas y bárbaras. Reducido había la compañia á preceptos dos de ellas, la una que la hablaban mas de veinte y cinco pueblos y la otra mas de diez pueblos grandes; pero con esperar dos años en un pueblo grande de indios domésticos ya cristianos, al cual "se acudió con veras con sermones, confesiones, catecismo, manutenencia y en todas las obras que se pudo acudir, nunca hallaron disposicion para poder entregar á la demas fronto— neria la predicacion del Evangelio y el santo bautismo, espe- rando ver primero allanada la tierra. « La noticia que tenemos de los mismos que se han con— vertido dellos de su vida y costumbres, es que tratan muy á menudo con los demonios, los cuales no solo acuden secre- tamente cuando los llaman los hechiceros, sino tambien pú- blicamente en medio del dia salen dentre los montes mucha muchedumbre dellos en hábito de indios cubiertas las caras y bailan con los indios y comen y beben. Otras veces los ven en el mismo traje que pintamos á los demonios y tan fieros y espantosos; y quien trata con tal gente cada dia, y tienen por maestros perpetuos á los hechiceros, bien podemos con- geturar que qué costumbres tienen, por lo cual mo hemos osado á bautizar dellos sino algunos niños y niñas ue se han cautivado en algunos castigos que les han hecho; a: 2que un Padre de los nuestros que no tenia conocido sus costum- bres, bautizó en algunos pueblos que visitó muy de paso muchos centenares de niños y niñas; pero yo atribuí aquel descuido á providencia particular de N* Sr. porque de allí á pocos meses vino «pestilencia universal por todas esas na- ciones, en la cual morian casi todos aquellos niños, y gran- gearian el cielo. Tambien tengo confianza que allanada la tierra, como se va allanando, vernán todas aquestas naciones á la fé porque son muy agudos, y no solo por señas entien- den y no resisten á ser cristianos; y todos sus pecados proce- den de ignorancia, aunque son gravísimos y muchos; sed, Supremo Medico nullum insanabile vulnus. « Dios tiene guardada toda esta frontoneria para Jos brio- sos obreros que V. R. nos ha de enviar, y ya los va domando otro nuevo capitan, y aunque bien pocos meses ha vinieron á poner fuego á toda la ciudad de La Concepcion y matar á sus moradores, aunque fué Dios servido que fuesen sen— tidos porque siempre se vela aquella ciudad como tambien esta de La Asuncion. Tienen en dos partes á tres leguas de la ciudad gente de guerra de dia y de noche, por causa de una nacion la más brava y mas belicosa de esta frontone- ria, que llaman Guaycurú; gente tan atrevida; que no solo ha destruido muchos pueblos de la nacion Guaraní que servian á los españoles, pero por dos veces despues que yo vine, han venido á dar en las huertas y heredades desta ciu- 46 >= dad, y la primera vez captivaron tres españolas, las dos ma- taron y la otra dieron por rescate, y mataron cerca de treinta indios, quemaron algunas casas. La segunda vez dieron en otras heredades y mataron mas de veinte, ademas de haber hurtado desta ciudad mas de mill cabezas y muerto innume- rable ganado vacuno. « Contra esta gente se apresta agora guerra muy de pro- posito, y saldrán á ella la flor desta ciudad con muchos cen- tenares de indios guaranies y frontones amigos. Dios les dé la mano, porque allanados estos, no solamente se allanará toda la frontoneria, pero los muchos millares de guaranies que ha mas de treinta años que están rebelados en el rio de Parana, óse reducirán de su voluntad ó se conquistarán de propósito, para que desmontado este gran arcabuco, pue- da sembrarse en él la pacífica semilla del Santo Evangelio y sea despojado Satanás. Y aunque estos guaycurús son tan carniceros, Nuestro Señor cumple tambien con ellos las pro- mesas que tienen (as2) dada á la gentilidad y asi en un asalto que les dieron, prendieron como ciento de ellos y todos qui- sieron morir cristianos con grandísimo ánimo y viva fé. « Pero para ceñir en pocas las muchas cosas que se ofre- cen de aquestas naciones, sus casas son unas esteras movi- bles á cualquiera parte que se mudan, de las cuales hacen como pueblo entero donde todos moran juntos con el prin- cipal que los manda, al cual en la guerra obedecen, porque de corazon son guerreros y en la paz viven de su trabajo como los otros, que es de pesca y caza. Para lo primero les proveyó Dios de grandísimas lagunas cargadas de pes- cado, que cada año entra con las creciextes del rio Bermejo. Sus vestidos son desnudez. Sus bailes gran parte del año y todo con embriaguez, mayormente mientras les dura la al- garroba. Sus maestros son los hechiceros. Son tenidas por honestas todos las indias frontonas (asi), y dicen que si alguna no lo es, que la mata su marido á flechazos. « Aunque esta anchísima provincia del Río de la Plata ó Paraguay, desde Buenos Atres, que es la vecina junto al Mar del Norte por donde entra este Rio de la Plata con mas de 30 leguas de boca en la mar, hasta la nueva po- blacion de los Niguaras abraza una gran suma de naciones como son Quirandies, Charruas, Calchaquies y Viragua- ras, Niguaras, Luses (asi) y todas las naciones de los Frentones, que son muy muchas; pero la mayor suma de gente, mucha ya conquistada y muy mucha más por conquis— tar es la nacion que en las fronteras del Pirú donde han derramado tanta sangre de españoles, llaman Chiriguanas y acá llamamos Guaranies, los cuales como los españoles tambien tienen brio de conquistar las otras naciones, á las cuales todas llaman esclavos y cuando los rinden se sirven de ellos como tales. Extiéndese esta nacion, segun he sabi- do, desde las cordilleras de el Perú á las sierras de Santa Marta y portodo el Brasil y Santa Cruz de la Sierra, que será de largo más de mill leguas y de ancho muchas, aunque por unas partes más y otras menos. Han consumido muchas naciones por las continuas guerras que les hacen y porque muchas dellas comen cane humana, lo cual no se sabe que hagan ninguno de Jos Frentones. Tenian en su poder mu- chos y principalísimos rios con todas las tierras y muchas islas que bañan, entre las cuales es ilustrísimo el que llaman Rio de la Plata, por su grandeza, claridad, suavidad y abundancia de todo género de peces grandes, hermosos y muy diversos, que por ser tan grande le llaman Paraná, que quiere decir, « pariente del mar »; el cual, cuando en- tra, entra sesenta leguas adentro del mismo mar, y antesque Meguen á ver tierra, se coge de él agua dulce. » Larga es la cita, más larga es la carta, pero llena de inte- resantes detalles, y tiene que ponerse a contribución para varias de estas monografías. kntre las muchas cosas dignas de notarse está la acusacion á los Chiriguanos de que sun an- -—tropófagos, cargo que en nuestros dias se ha reproducido por el P. Cardús. Los Frentones con ser que son aun más indómi- T, XV 2 SE A tos y más fieros salvan de esta nota que á nosotros nos pa- rece tan fea, porqueno nos hacemos cargo que mas bien se debe al culto que á la barbarie. El sacrificio de víctimas hu- manas trae aparejada la participacion en la carne ó sangre de la víctima. Otro punto curioso es ese error de Luses por Lules, de- bido á la confusion de las gótica ó larga con la 1. En un documento de 1595, contemporáneo del P. Bárcena y acaso escrito por alguno de sus compañeros, pues resultó de la fundacion de la Rioja, se encuentra la misma confusion. A ella se atribuye la sustitucion de Hualan por Huasan como sitio de una de las fundaciones de la ciudad del Barco. Estos Lules y estos Calchaquíes son los de la region Ca- cana, únicos que conocía el P. Bárcena y de ninguna ma- nera deben tomarse por aquellos otros que (los Calchaquíes) juntamente con los Mogosnas, Natijas y Abipones obligaron á los españoles á desalojar la ciudad de la Concepcion del Bermejo, y que (los Lules) fueron doctrinados por los PP. de la compañía en el siglo pasado. CAPITULO HU LO QUE DICE TECHO DE LOS ABIPONES El Padre Techo en su historia de la compañía y libro I cuenta que el P. Bárcena, llamado de su mision entre los Lu- les de Tucuman, contestó : « Allá me tendreis o Padre, cuanto antes y á vuestros pies postrado diré : « Aquí estoy, mandadme, ya que regrese á los Lules, ya- que acuda á los Calchaquinos, Caquenses ó Frentones, etc., etcétera. » | AE Aquí se ve cómo el P. Bárcena agrupaba á los « Lules Cal- chaquinos, Chaquenses y Frentones » y que son los Lules y Calchaquíes de Tucuman y no los del Chaco á que se refiere en su carta. En este tiempo se abrió la primera mision á los Frento- nes del Bermejo, encabezada por los PP. Juan Fonte y Fran- cisco Angulo. Los españoles de la Concepcion del Bermejo llaman á casi toda esta gente Frentones, porque suelen alargarse las frentes, rapándose la parte delantera de la ca- beza. Estos indios cargan macana y haces de flechas colgadas del cinto y van armados con palos erizados de quijadas de pescado, que parecen serruchos. Andan desnudos y embi- jados para aterrar á los demás. Las diferentes parcialidades casi diariamente pelean entre sí, y los cadáveres del enemi- go están colgados en largas filas de los árboles para escar- miento de los que pretendan violar los términos interveci- nales en sus caceríos. Sus pueblos los trasportan á su talante, como que se forman de esteras. No saben labrar la tierra; viven de la caza y de la pesca. Una cosa buena se les conoce: por lo general se limitan á una sola mujer. Cada tribu tiene distinta lengua, de suerte que en ambas márge- nes del Bermejo se cuentan no menos de ocho idiomas: lo que más estorba la conversion de estos infieles es la varie- dad de sus lenguas. Fonte y Angulo bautizaron muchos párvulos de los Fren- tones que despues murieron en una peste que asoló á esas indiadas, como lo refiere Bárcena en su carta. Retirados los PP. Fonte y Angulo entran los PP. Bárcena y Añasco á evangelizar á los Prentones y se pusieron en la más dificil de todas las tareas, la de aprender los dialectos (idiotismis) que con más generalidad se hablaban entre estos indios. « Así, pues, en el espacio de año y medio Alfonso Bárcena, un anciano de 65 años de edad,ayudado por Pedro Añasco, aprendió las lenguas Guaranítica, Nática, Quisoqui- na, Abipónica, Quiranguica, y compuso vocabularios, artes, Na catecismos y pláticas, que sirviesen para adquirirlas: y esto - que antes de partir los dos del Tucuman, con el mismo fin habían ya reducido á vocabulario y arte las lenguas Tonoco- tana, Cacana, Paquina, Quirándica, para que los Padres de la Compañía que viniesen despues tuviesen eso adelantado al aprenderlas. Y para que el servicio fuese mayor, Pedro - Añasco trascribió varias copias de muchas de ellas, muy es- pecialmente de todo lo que compuso Alfonso Bárcena, en | letra clarísima y así reproducidas las dió al público. » Más que probable es que á estas copias del P. Añasco se deba el precioso manuscrito con arte y vocabulario del Toba generalmente atribuido al P. Bárcena y que hoy para en la Biblioteca del General Mitre. | Los Padres, empero, tuvieron que retirarse cuando los Na- ticas y Mogosnas mataron á Francisco Vera, hermano del Ade- lantado. Años despues, el P. Diego Torres visitó la ciudad de la Concepcion del Bermejo y encontióá los Abipones, Matacos (Mataguas), Naticas, Mogosnas y Tonocotanos constantes en su gentilísimo. A todas éstas llama Techo agnatas naliones de los Frentones. No sería extraño que los Naticas fuesen” más ó menos lo que nosotros llamamos Tobas, nombre éste que debe su origen á los Guarauíes y que equivale á Fren= tones. ¡ El año 1641 el P. Juan Pastor, Rector del Colegio en San= tiago del Estero, entró á visitar á ¿os Abipones y aunque no fué grande el lucro espiritual, sirvió la entrada de motivo para que el P. Techo nos diese cuenta de lo que eran estos indios en sus Chacos. Caliquila se llamaba el cacique de la tribu que recibió á los misioneros. «Los Abipones, por lo general, son de mas que mediana estatura y se distinguen por lo bien proporcionado de su cuerpo, su musculatura es bien desarrollada y sus caras lle- nas (vultuos1). En el verano andan desnudos, en el inviern se abrigan con pieles. Del cuello les cuelga la macana y de los hombros el carcaj. En la siniestra llevan siempre el arco yen la diestra una lanza; el cuerpo entero se lo embi- jan, y ponen overo como tigre para inspirar terror; y para ellos aquellos que ostentan más partes del cuerpo cruelmente traspasadas y adornadas con plumas de avestruz, que meten en las narices, labios y orejas, como si estuviesen por volar, éstos son los más dignos de respeto. «La barba para estos hombres es una afrenta, así que cuan- do les asoma el vello se lo arrancan, Para ellos la calvicie es un adorno, y nadie tiene derecho á la cabellera no siendo que haya dado muerte al enemigo en la guerra ó en pelea. El homicidio entre ellos es la prueba militar, y mientras eso no se haya logrado conseguir no se conceden honores gue- rreros. Tienen tambien sus nobles y sus héroes; á ese estado ascienden mediante pasos bien dolorosos; porque quien ambicione el título de héroe tiene que hacer constar su valor á los demás con el sufrimiento de descomunales tormentos: se lastiman las pantorrillas, piernas, brazos, lengua y otras partes del cuerpo, que por pudor no se nom- bran; en seguida, con una piedra afilada, se escarnecen y lonjean la piel de todos los miembros. Por fin cinco de los mayores ponen al candidato á prueba con los mismos tor- mentos, y si llega á dar señas de dolor con el más pequeño gesto no se leadmite al órden de los Patricios. Si empero, en medio del tormento se hubiese portado con valor, entonces nadando en su propia sangre en señal de regocijo y como el que triunfa, recibe las insignias de la dignidad ganada. « Y para que más seguros estén de obtener ese honor, desde tierna edad, con conchas se punzan y lastiman así. Por lo que en todas partes es de ver á los jóvenes que se traspasan la lengua, labios, narices, orejas y otras partes con espinas y clavos y que ocultan el dolor con risa obligada. Esto por lo que toca á los varones, «Las mujeres del seno abajo se visten con redes bastas; lo demás del cuerpo ora lo embijan, ora lo adornan con piedre- E A Zuelas ensartadas, en especial los pechos y la cara. Tambien ellas se rapan, pelandose el colodrillo con cuchillos de piedra 6 de caña. Cuando mueren sus Caciques todas cam— bian de nombre, y llorando á gritos dia y noche, que da pena el oirlas, ayunan durante un mes entero. Y así es el ayuno entre los Abipones: pescado no comerás, carne cuanta y cuando quieras tragarás. Solo dos hijos suelen criar, á los demás. con una crueldad que sobrepuja á la de Atreo, los matan: el infanticidio lo explican diciendo que los Abipones, acostumbrados á la guerra y al pillaje, carecen de asiento fijo, á donde plantan sus esteras a modo de pueblo allí es su paradero; de ello resulta que no dejan vivir más que un par de hijos de los que con el uno carga la madre, y con el otro el padre, porque no caigan eu manos del enemigo; mas si el uno ó los dos de estos ya pueden caminar como para que los sigan á la guerra, cuando sea quela madre dé á luz el ter- cero ó el cuarto, en ese caso de buen grado crian más de dos. « Muchas de las viejas son brujas, y tienen mucho que hacer con el demonio. » La relación que precede es larga, pero de interés, y nos da á conocer lo que eran los Abipones en el siglo xvi, así como sacamos de la carta del P. Bárcena lo que pudieron ser en el xv1, si admitimos que vayan inclusos entre los demás Frentones. La obra de Techo está en latin y es rarísima, desde luego fuera del alcance de los más que puedan intere- sarse en estas cosas, CAPITULO IV LO QUE DICE LOZANO DE LOS ABIPONES No cabe duda que en mucha parte el P. Lozano reprodujo lo que antes de él escribiera el P. Techo; pero tambien es cierto que tuvo á la vista los documentos originales, como se O comprueba con la carta del P. Bárcena á su Superior, de la que Techo sólo cita un fragmento, y éste con Londres dejado en el tintero. Este Padre traduce por cui Deus Optimus Maximus per te meaffixerit: « aquello que Dios por V.R. me diere »; y omite esta gracia del Misionero: «Una sola cosa pido á Dios Nuestro Señor y á V. R. en su nombre: no me vea yo inútil ocupado en comer y parlar y confesar seis españoles, y en predicar á gente que dice con las obras: Viam scienciarum tuarum nolumus. (Hist. de la Comp., t. 1, pág. 91). Por lo demás en esta historia los Abipones van incluidos en el nombre general de Frentones, y donde se habla de Mogosnas y Naticas, probable es que debamos agregar Abipo- nes tambien. Es en la Descripcion Chorographica del Chaco, por el mismo P. Lozano, que encontramos la des— eripcion más completa de estos indios. El libro es rarísimo, por lo cual conviene que aquí se reproduzca íntegra. « Por fin del rio Bermejo, y caminando á orillas del Paraná el rumbo al Sur, está la nación de los Abipones. Fué anti— guamente muy numerosa, pues en un solo pueblo de ellos cercano á la ciudad de la Concepción, halló el Padre Juan Fonte, uno de los primeros obreros de esta Provincia, más deocho mil almas, y en la nacion de Jos Matarás, ó Amulalas, que estaba ocho leguas de la misma ciudad, encontró Pueblo de más de siete mil, y es constante había más de cien mil Indios en el contorno de aquella ciudad del Rio Bermejo. El dia de hoy se mantiene un Pueblo Christiano de la nacion de los Matarás en la jurisdiccion de Santiago del Estero: los demás, y los Abipones no son tantos, como antiguamente; pero es nacion numerosa, y la que tienen casi arruinada á la ciudad de Santa-Fé de la Vera-Gruz. Llámanse el dia de hoy Callagaes, que antiguamente se llamaban Abipones. « Dichos Abipones, andan totalmente desnudos, aunque las mujeres se cubren con mantas de pellejos bien aderezados, á que llaman queyapí. Usan las armas que todos los del Cha- = 2 co, y pelan la cabeza, al modo que los Guaycurús, aunque el cabello que les queda algo largo, lo atan atrás, con una trenza, porque no les impida, cuendo anden en el agua, que es muy de ordinario, por ser grandes nadadores. Son de grande y formidable estatura, y bien agestados pero se labran la cara, y cuerpo, y se embijan, con que encubren la blancura natural. Taládranse el labio inferior de que pende un barbote, ó como acá llaman Mbeta. Son muy dados á la milicia, exercitándose de continuo en la guerra sobre leves causas que las más ordinarias sobre si vino á pescar, ó cazar dentro de sus límites. Estos los amojonan con unos horcones largos, y en ellos cuelgan las cabezas de los muertos, por haber violado los términos de ajena jurisdiccion. Desde niños se van curtiendo y fajando el cuerpo, para hacerse robustos en su desnudez, y así tienen viejos diputados que les sajan á ciertos tiempos piés, piernas, brazos y cuerpo con puntas del pez Raya muy agudas, y lo que es más, la lengua que da compasión verlos, y ellos pasan riendo. Los mozos al modo que los Guaycurús no entran con los demás á beber niá otras acciones, hasta que pasan por el martirio, de que cuatro viejos les traspasen como, y cuantas veces gustaren con espinas la parte que mas recata la honestidad, lo que han de tolerar sin dar la menor muestra de flaqueza, ni un quejido, y desde entonces se pueden ya juntar con los valientes. Cuando salen á la guerra se punzan muy bien la lengua, y con aquella sangre se untan todo el cuerpo, y so- bre este matiz hacen mil labores con carbon, y de esta suerte, dicen ellos con dolor, que llevan, que quanto topan, lo destruyen sin distincion de edad, ó sexo, y su mayor alabanza es matar á cuantos más pudieren, y segun el número de los que huvieren muerto, se les permite poner otras tantas plumas en el dardo. Con ser en muchas cosas seme- jantes á los Guaycurús, tienen con ellos ordinariamente gue- rra, solo divide á ambas naciones el Rio Bermejo. «Cuando se anega su tierra, que es en los cincos meses E del año, se retiran á vivir en Islas, y aun sobre los árboles y en enjugándose la campaña, se acercan á las lagunas donde hay dehesas de lindísimos pastos para ganado. Suelen sembrar algo, pero muy poco, y cuando caufivan algunos españoles, los primeros meses los ocupan en guardar las se- menteras. Su ordinario sustento es la pesca, y caza, en que no perdonan á los tigres, cuyas hediondas carnes aprecian mucho, y las reparten en pedazos, como por reliquia entre los parientes y amigos, porque dicen, que con las carnes de esta fiera se les infunden brios y valentía. « No tienen conocimiento alguno de Dios, viviendo como bestias sin policía, ni govierno, y solo hay algunos Caciques, á quienes los de su familia, y emparentados únicamente siguen, y solo quando van á guerra tienen cabeza superior, que los gobierne. Hechiceros sí, que hay muchos entre ellos, que hablan con el Demonio, quien se les aparece en sus fiestas, y borracheras feo y abominable y á su semejanza se embijan los Indios por darle gusto, sin tributarle ninguna adoracion ó culto. Y aunque á las veces el Demonio que quiera aparecer á los Hechiceros, ellos fingen, que se les ha aparecido, para que así los demás les teman, y honren, y llamen en sus enfermedades, que son palillos, piedras ó cabe- llos, que llevan encubiertos. en la boca; mas guárdese el Hechicero de no acertar la cura, y de que muera el doliente; porque luego se conjuran los parientes, y le matan porque dicen, ha sido él la causa de la muerte. « No obstante la falta de conocimiento de alguna deidad creen la inmortalidad del alma, y dicen, que va á una tierra de sumos deleites, donde danzan, y beben á su gusto, en que está la felicidad de esta gente ciega. Cuando muere el marido, la mujer guarda celibato, y ayuna un año que es abstenerse de comer pescado, y al tiempo salen estas viudas al campo diciendo que su marido viene ya á darles licencia, para que se casen con otro. No tienen de ordinario más que una mujer, y estas son curiosas y diestras en hilar el hilo del OE chaguar, y labrar algunas cosas para gala suya, y en parti- cular en coser las pieles de las nutrias, ó venados para sus mantas, que las cosen tan curiosa y prolixamente que ad- mira. En esto se ocupan las mujeres, que los varones fuera tiempo de guerra son haraganes, y solo se entretienen por las tardes en hacer alardes, y los muchachos desde el ama- necer en correr para excitar las fuerzas. Aunque ellos son muy entregados á la embriaguez, las mujeres son muy abste- mias, y sirven de esconderles en aquel tiempo las armas porque no se maten. « Cuando la mujer pare, 0 el hijo enferma, el marido se echa en la cama hasta que pasan algunos dias, y se abstiene de comer pescado, porque con eso dicen sanará el hijo y la madre y sinó morirá. Las mujeres no crian más que dos hijos ó hijas; los demás que paren los matan por evitar el trabajo de la crianza, que es cosa bien particular, y agena del amor natural de las madres, aun entre bestias fieras, y es sin duda permission divina, para que no se aumente dema- siado tan bárbara gente, y tan enemiga de Christianos. » No cabe duda que en los dos primeros siglos de la con- quista eran los Abipones de los Indios más numerosos y de más valer en el Chaco. El P. Bárcena hizo arte y vocabulario de esa lengua (L'esc. Chor., pág. 116) y tuvieron gran parte en la destruccion de la ciudad de la Concepcion del Bermejo, segun nos lo cuenta el mismo Lozano en su Historia de la Conquista, tomo 3, páginas 274-80. Mogosnas, Abipones, Naticas, y otras tribus Frentonas contribuyeron todas á este triste fin de una de las ciudades fundadas en tiempo del ade— lantado Vera y Aragon. Más tarde fueron el azote de Corrien- tes y la Asunción. | DN) 1 CAPITULO Y LOS ABIPONES SEGUN JOLIS El P. Jolis fué doctrinero de las reducciones del Chaco entre los Vilelas, el año 1767, y publicó su obra el año 1789, cinco años despues de la de Dobrizhoffer. Los apuntes que se reproducen en seguida se hallarán en el Libro VI, artículo 8; por si alguno tiene la suerte de poseer esta preciosa y rarísima obra. En primer lugar, confirma Jolis la noticia que Frentones son todos aquellos que producen calvicie artificial en la parte anterior de la cabeza, é incluye entre ellos á las nacio- nes Mogosnas, Chisoquinas, Naticas, Tobas, Mocovíes, Yapi- talagas y Abiponas, de las que ya en su tiempo parece que habían desaparecido las tres primeras. Los Abipones se dividían en tres tribus Naquetaget (del bosque), Rigagé (del campo), Yaochaniga (del agua). Tan numerosos eran, que uno de sus pueblos quese hallaba en las inmediaciones de la destruida ciudad de la Concepcion contaba con más de S000 almas. Jolis cree que en su tiempo la nacion entera, inclusive las reducciones de San Jerónimo, del Rosario, del Timbó y de San Fernando y San Regis, no alcanzaba á esa cifra. Segun este autor la extincion de estos indios se debía no tanto al mal tratamiento de los encomenderos, como que no los tenían, sinó más bien á las pestes y á sus guerras “0n- tínuas y exterminadoras. De las primeras se cuentan cuatro terribles 1590, 1591, 1616 y 1718. En cuanto á su estatura, excede aun á la de los europeos. Son fieros y esforzados y muchas veces tuvieron apuradas á las ciudades de Santiago del Estero, Corrientes y Santa-Fé. fos es El año 1747-48 fueron sometidos estos indios y colocados en las reducciones antedichas y desde entonces dejaron de ser una amenaza para los pueblos de españoles. La costumbre de martirizarse con huesos agudos y espinas y usar el barbote ó tembetá parece que se estaba dejando ya en tiempo de Jolis, y critica este autor la noticia de que criaban sólo dos hijos y daban muerte á los demás; mas como él mismo dice, muchas otras costumbres que les atribuyen Loza- no, Charlevoix y Techo, si es que las tuvieron en la antigúe- dad, ya las habían dejado en tiempo del más moderno autor, quien no se contenta con la negacion general sino que entra á especificar; pues asegura que ni se perforau con plumas de avestruz, ni se hace obligatorio cometer un homi- cidio para poder dejarse criar la cabellera. No todos los de la tribúu mudan de nombre cuando se les muere el Cacique, sino los parientes, etc., etc. Se ve que estos eran Abipones degenerados, que con su gentilismo habían dejado tambien mucho de lo que antes los distinguiera, al decir de los dos escritores de los anteriores siglos. CAPITULO VI LOS ABIPONES SEGUN EL PADRE DOBRIZHOFFER El P. Dobrizhoffer, S. J., doctrinero de los Abipones y com- pañero del P. José Brigniel, que aún permanecía entre ellos el año 1667 en que fueron expulsados los Jesuitas, nos ha dejado la más completa monografía sobre estos indios, y por cierto que los pinta en colores tan brillantes que no podemos menos que acordarnos de la Germania de Tácito, que mu- chos sospechan deba algo á la imaginacion del famoso histo— riador. — 29 — El buen Padre escribió su relacion de los Abipones en la- tin y la claveteó con tal abundancia de citas clásicas que se vuelve tarea bien pesada el tener que entresacar lo que ata- ñe á nuestros indios de la masa informe de erudicion que no sirve sino para perturbar al que lee. Por lo tanto, aquí sólo se hará un resúmen de lo que cuenta el Padre con referencias al capítulo del original, de suerte que el que quiera y tenga cómo acudir á la fuente original pueda hacerlo; porque, sea dicho de paso, esta obra es tan escasa como las demás que aquí se citan. CAPITULO VII UBICACION GEOGRÁFICA Y NOMBRES QUE LES DABAN LAS OTRAS NACIONES (*) Los Abipones como indios nómades que eran y de á caba- llo merodeaban en todo el Chaco, sin más límite que el estor- bo que podían ponerles las naciones circunvecinas. Su asien- to de orígen parece haber sido la márgen del rio Grande ó Bermejo, que ellos llamaban Iñaté. Más tarde emigraron hácia el Sud y ocuparon el valle que antes fuera de los llama- dos Calchaquíes de Santa-Fé. Allí los conoció el P. Dobriz- hoffer, su doctrinero. El cacique Ichamenr' aikin contó al Padre que no había tradicion conocida que indicase el país de su procedencia; pero por ciertas expresivnes de ellos, cuando algo les desagradaba, parece que más bien se incli- naban á tener al Norte por su patria de orígen; bien que ello podía reducirse á que en el Norte había menos españoles y más probabilidad de poder conservar allí su libertad. (*) Tomo Il, capítulo 1. E En términos generales puede decirse que el campo de sus correrías se extendía desde el Bermejo hasta Santa-Fé, y desde Santiago del Estero hasta el rio Paraná. Al norte del Bermejo y en país de lo sTobas (Nataguebit) se establecieron algunas tribus Abiponas que allí existían hacia fines del siglo xvi. Despues de averiguado el territorio que puede llamarse país delos Abipones nos interesa saber cómo se designaban esas tribus entre las convecinas. Los Tobas, Mocovíes y Yapitalagas daban á los Abipones el nombre de Callagaik, mientras que los Guaycurúes los llamaban Comidi. Al decir Guaycurú debe más bien com- prenderse alguna nacion Mbaya; porque todos los autores confunden á varias naciones en la designacion general Guay- curúes, de las que algunas son reconocidamente Tobas, como se deja ver en los vocabularios. No está de más esta nota al texto del Padre. Los españoles dieron este mismo nombre de Callagaes á los Abipones, pero tambien los incluían entre Frentones; porque éstos como tantos otros de estos indios seaumenta- ban el alto de la frente mediante una rapadura de toda la par- te anterior de la cabeza. Los Vilelas trataban á los Abipones de Luc-uantt, voz que significa: «Los que viven al Sud » ; en el mapa del Pa- dre hay Abipones Callagaes al sud de Vilelas. Un vocabulario manuscrito en la coleccion d'Orbigny dice que los Tobas llamaban á los Abipones Caliazee. Brigniel da esto en su Vocabulario Abipon, Gigante Carigo. Los Abipones son indios ginetes y tienen muchos caba- llos. 31 — CAPITULO VII COLOR DE LOS INDIOS Y RASGOS ÉTNICOS DE LOS ABIPONES (*) En cuanto á su tez los Americanos no son ni negros como los Africanos, ni blancos como los Europeos; sin perjuicio de que haya muchos de aquellos que superen á muchos de éstos en blancura. Los Abipones, Mocovíes y Tobas, con ser que habitan una zona mucho más tórrida que los Aucas, Puel- ches y Patagones, no obstante son más blancos que éstos. Puede asegurarse, pues, que los indios del Chaco tipo Abipon- Guaycurú son de los menos morenos de nuestro continente. Hoy ya se sabe que no basta el calor para producir la negru- ra del africano, pero en tiempo de Dobrizhoffer era proposi- cion que contaba con más novedad, y las observaciones del Padre son muy pertinentes al caso. « El Padre Thomas Falconer, inglés, filósofo, médico, mi compañero en el Paraguay, por muchos años apóstol de las tierras Magallánicas se rie de lo que creen los Europeos porque cuentan á los Patagones por gigantes, y declara que Aangapol, lejos el primero de los Caciques de esa tierra, y que descollaba entre todas por su altura le pareció tener 7 piés más ó menos. « Y si por acaso pudo engañarse la vista de éste, recíbase el testimonio mío, que tambien lo ví con mis ojos. Recien llegado de Europa ví en la ciudad de Buenos Aires un gran número de estos bárbaros. Verdad es que á ninguno de ellos medí, pero con muchos mediante un intérprete pude hablar. Debo confesar que los más eran de un alto extraordinario, pero no al grado de merecer el título de gigantes; porque si (*) Tomo Il, capítulo II. calificamos á los Patagones de gigantes fuerza será que haga- mos otro tanto con todas las tribus ecuestres del Paraguay: Abi- pones, Mocovíes, Lenguas (ó sean Oaecacalot), Mbayas, ete. Los más de éstos en nada ceden á los Patagones en cuanto á la altura de su talle; si bien tenga que admitir que éstos sean más corpulentos, más morenos de cara, y de cuerpos no tan esbeltos. » Lector si no te bastan los testimonios de Falconer y Do- brizhofter, aquí va otro. El que esto escribe vió indias Pa— tagonas en Buenos Aires cuando estuvo allí Horqueque. Eran unas mujerazas, desarrolladas en todas direcciones, de unos 6 pies de alto y toscas como unos elefantes. Con- cluye el P. Dobrizhoffer con estas sensatas palabras: « De los huesos de gigantes podrás creer lo que te plazca, pero si te parece bien estar á lo que yo pienso déjate de tener á los Patagones en reputacion de Gigantes. » CAPITULO IX RASGOS ÉTNICOS DE LOS ABIPONES (*) Los Abipones, por lo general, son de una hermosura noble, sus caras agradables, y sus facciones más ó menos como las de los europeos, si exceptuamos la tez que no es del todo blanca, pero ni con mucho puede compararse con la de los africanos. El sol y el humo algo los achicharra, por eso Jos adultos son algo mas morenos. Entre las mujeres se cuidan algo mas, y cuando viajan se resguardan del sol con sombri- llas de plumas de avestruz; así que la tez de ellas es mucho más blanca. 2) Tomo IL, capítulo III. — 33 — Entre los hombres es un mérito ser feo, porque así creen infundir el espanto en sus enemigos. Los ojos son negros y mas bien pequeños; pero ello no quita que con ellos vean mejor que nosotros con los nues- tros. Por pequeño que sea el objeto lo distinguen sin dificul- tad, y saben lo que es cuando nosotros apenas si adivinamos que algo hay. Ellos ven mejor con la simple vista que noso- tros con las ayudas que acostumbramos. La nariz, por lo ge— neral, es aguileña, más bien larga y puntiaguda. Las mil y una deformidades del cuerpo que nosotros conocemos entre ellos no se ven. Los enanos son rarísimos. En 7 años que estuvo el Padre entre los Abipones sólo tres de éstos conoció. El primero fué Debayakaykin, cacique principal, llamado por los españoles el Petizo, otro era Kevachichi, y el tercero, Hamihegemkin. La dentadura la conservan sana y blanca hasta que mueren. Carecen estos indios de barba y si alguna vez se presenta debe atribuirse á mezcla de raza. El vello, cuando les asoma, lo tuestan con rescoldo y lo arrancan con tenacillas, Tambien se hacen arrancar las cejas y pestañas; y motejan á los espa- ñoles de hermanos del avestruz al verlos tan poblados de una y Otra cosa. Cuenta el Padre que con trabajo se escapó de las garras de una de las viejas barberas, que estaba empe- ñada en hacerle pasar por ese martirio. El cabello es negro retinto, albinos y de cabellera roja no los hay. Los Abipones de la selva que no están aún reducidos, al raparse se dejan un cerquillo como el de los frailes. Esta operacion la efectúan con conchas y quijadas de palometa, cuando les falta la navaja o cuchillo. Los indios reducidos imitan el coleto de los soldados españoles. Sus peines los hacen de las cerdas del jabalí ó del oso hormiguero. Por la mañana, al despertar, las mujeres arreglan las cabe- lleras de los maridos. Crespos hay pocos de nacimiento, por artificio mi uno. Tarde y nunca encanecen y rara vez se ye calvicie natural. sr Y, E Todo Abipon, Mocoví, Toba, etc., sin distincion de edad ni sexo, se rapa ó arranca el cabello de la parte anterior de la cabeza, hasta la altura de unos tres dedos. Esto que llaman Nalemra es para ellos lo que la circuncision para el Judío y el bautismo para el cristiano. Si muere el marido, la viuda se hace rapar la cabeza y la cubre con un bonete negro de Caraguatá, que usa hasta llegado el tiempo de poderse volver á casar. El viudo tam- bien guarda su duelo, y entre otras cosas se hace cortar el ca- bello, y se cubre la cabeza con un bonete ó redecilla, que no se quita mientras no se le vuelve á criar la cabellera. CAPITULO X DE CÓMO SE AFEA EL ABIPON AL QUERER ENGALANARSE (1) El Abipon ni bien adolece ya empieza á deformarse con- virtiéndose en verdadero espanto. En primer lugar está el tatuage con sus dibujos, unos de éstos propios del hombre, otros de la mujer. Con una espina aguda se punzan las carnes y con unas friegas de negro de carbón se hace indeleble el dibujo. Son especiales de los Abipones y por ellas se distinguen de las demas naciones las siguientes marcas Ó señales. Eu media frente una (+) cruz y más abajo, en la raíz de la nariz, y entrecejo, un jaquelado de cuatro rayas. De cada ojo hacia las orejas parten otras dos rayas paralelas =. Ni los Abipones mismos saben lo que significan estos sig- nos, ni menos el Padre Dobrizhoffer, al decir del mismo; pero se deduce que sean como amuletos que sirvan para preser- 1) Tomo II, capítulo IV. Pres ER var al que los carga. La eruz, las dos rayas y los jaqueles se repiten ad nauseam en la alfarería, etc., de la region Ca- tamarcana, y en el Museo de La Plata, está una tinaja mortuo- ria con la + colocada como en la cara de los Abipones. Estos llaman á la cruz Likinr'ánala, lo que prueba que no es ne- cesariamente de orígen cristiano entre ellos. Y no es sólo en los rostros que los Abipones cargan la cruz. Cruces negras sobre fondo bermejo son frecuentes en el tejido de sus trajes. Y acaba el misionero: « A qué fin em— pero los Abipones imprimían la figura de la cruz en sus caras y en sus vestidos confieso que no sé rotundamente ». Andando el tiempo allá lo veremos, y tal vezalgo nos cuen- te al respecto el conde Goblet d'Alviella cuando suplemente su La migration des Symboles con ejemplos americanos como estos de los Abipones. En fin las mujeres son tan ávidas de este pintar de sus cuerpos á punta de aguijon que rostros, pechos y brazos pa- recen más bien un entapizado de esos abigarrados que llaman de Turquía. Ni bien llegan á la edad de poderse casar tienen todas que someterse á este sangriento rito. Una vieja le coge la cabeza á la mozuela en sus foldas y empieza el tormento, un aguijon por pincel, carbon mezclado con sangre, la tinta. La que pinta hinca, y con ganas como vieja en moza. Y sila víctima se queja llueven los denuestos y las burlas para aca- bar con la amenaza que sin este afeite solterona tiene de quedar. Y el tormento no es de un dia sino de muchos: mien- tras dura vive encerrada, y se abstiene de ciertas comidas como ser carne, pescado, etc., y sólo se alimenta con ciertas frutas que llaman Kakré, Reayanu y Nanapr'ahete. Con la irritacion de las punzadas ó el veneno de las espinas se les pone la cara como monstruo. Pero era la costumbre y pa- saban por todo. Cuanto más la nobleza de la moza, mayor el número de figuras. Por fin los misioneros consiguieron abolir esta abominable costumbre entre las tribus reducidas. O NA CAPITULO XI DEL BARBOTE Y DELTAPON QUE USAN LOS INDIOS (OREJONES» (*) Los Abipones parece que antes tambien usaban barbote; pero los que conoció Dobrizhoffer hacía tiempo que lo habían dejado y sólo lo conocía entre los Guaraníes alzados, Mba- yas, Guanas, Payaguáes, etc., á quienes por sus deformes la— bios los Abipones llamaban Petegmek. Estos se metían un canutillo del tamaño de una pluma de escribir, que desde el labio inferior le alcanzaba al pecho. Otros usaban un hueso ó algun boton de vidrio, goma ó metal amarillo (introducido éste por los europeos). Este adorno era exclusivo de los hombres; las mujeres jamás lo usaban. A la verdad, con su fiereza y noble talle, todos embijados con distintos colores el cabello tiznado de un tinte purpúreo como el de la sangre, las orejas traspasadas con las plumas de algun enorme cuer— vo, y relucientes sartas de abalorios que Jes colgaban de cuello, brazos, rodillas, pantorrillas, eso que se paseaban con su largo pito á todo largar humo, era cosa que causaba terror y espanto. A propósito de otros indios Caribes, es decir antropófa— gos, que en lugar de tembetá ó barbote acostumbran abrirse una segunda boca abajo de la natural, dice el Padre, que los Mocovíes y Tobas sólo apurados del hambre comen alguna vez carne humana. Cuenta que el cacique Abipon Alaikin y seis compañeros que perecieron en una pelea con aquellos ndios fueron asados y comidos por ellos. Tambien degoila- ron y se comieron un muchacho de 12 años que le servía á la mano al Padre: pero á una vieja la dejaron; porque como le 2) Tomo ll, capítulo V. E contó al mismo un Mocoví que participó del festin: Cacher gaté Lpahé chigat eyga, tan la yhót. Pasemos ahora á la perforacion de las orejas que les abren á todos los chicos desde la más tierna edad y sin distincion de sexo. Los hombres, por lo general, no cargan aros, sólo algunos viejos se colocan cualquier objeto de cuerno, palo, hilo de colores ú ótra cualquiera cosa. De las mujeres, em- pero, pocas ó ninguna hay que carezcan de este adorno. Con unos rollos de hoja de palma se agrandan la abertura á tal grado que cabe por ellas una hostia de las mayores que se usan para la misa. Lo que entre los Abipones se reserva para las mujeres vió que era causa de orgullo entre los varones también de los Tobas y Oaekakalot (Lenguas). Curiosa cosa sería si esta diferencia á que llama la atencion el Padre nos diese alguna dato étnico por el cual se pudiese retrotraer la historia de los indios del Chaco á una época en que ellos y los Peruanos, tambien Orejones, derivaron la al costumbre de algun orígen comun. CAPITULO XII DE LA ENTEREZA Y AGILIDAD DE LOS ABIPONES (1!) Los que tienen en menos á los indios Americanos y los acu- san de ser una raza inferior se equivocan si tratan de estas naciones en general. El Abipon es bien desarrollado, fuerte, ágil, soporta la intemperie de un modo admirable. La obesi- dad no se conoce entre ellos. El mucho ejercicio á pié yá caballo no les permite engrosar, porque nunca están quietos: (*) Tomo IL, capítulo VI. PRO las correrías, la caza, los juegos y sérias lides los tienen en movimiento continuo. Las enfermedades crónicas de Europa les son desconoci— das. Diasenteros andan ellos en el rayo del sol, sin resguar- do alguno y jamás se ha oido que de ello les resulte mal alguno. Muertos de seú recorren los campos ardientes, y cuan- do llegan á los esteros ó lagunas beben el agua abombada, salobre, amarga, turbia sin reparo ni mal resultado. No pare- cen hechos de carne y hueso. Comen carne de todo animal, y frutas las que hallan: todo lo digieren, todo les aprovecha. A fuerza de baños en el rio y de exponerse á las intemperies sanan de cualquier molestia. No usan calzado. Se acuestan en medio del agua, pero ni por esas sufren de cólico ni de reumatismo. Espina que no la pueden sacar la extraen con carne y todo. Cabalgan cuando quieren parados sobre la montura. Se tre- pan á los árboles más elevados, y se roban la miel sin el menor reparo. Cuando los ponían en el trabajo de labrar la tierra y se sen- tían cansados exclamaban: Ya se me cansó la sangre. En se- guida se abrían una vena con el cuchillo y dejaban correr la sangre, que despues restañaban aplicando un bolo de barro á la herida, con lo que decían se sentían bien. De las pestes parec> que la viruela haga menos risa entre los Abipones que entre Jos demas indios, De heridas sólo que les peguen en la cabeza ó en el corazon mueren. Muchos de ellos han vivido largos años con balas en el cuerpo. Llegan á una avanzada edad y con todo el vigor de jóvenes. No sucede otro tanto con los Guaraníes, Lules, Isistines, Vi- lelas y otros indios pedestres, que más ó menos son como los europeos. ES AIR CAPITULO XIII POR QUÉ SON LOS ABIPONES TAN D£ LARGA VIDA Y TAN VIGOROSOS Los Abipones se deben á sí y á sus padres esa vigorosa existencia que les es tan especial. Durante la adolescencia se abstienen en absoluto de todo acto lujurioso, y aun cuando sean fogosos por naturaleza, el amor en tierna edad es para ellos desconocido. Oid esto, padres de esos niños que desde la más tierna edad frecuentan casas de tolerancia: hijos de padres escrofulosos, padres de hijos escrofulosos, orígen de tantos males que forman los cinco actos de la tragedia hu- mana. Oid esto tambien, que no ha mucho se dijo por un filósofo: « Empero sabemos que razas, que en chicos son ya padres, llegan á la senilidad, cuando otras en que es menos precoz la virilidad ostentan la plenitud de su vigor.» El Padre je- suita del siglo xv1ur, está de acuerdo con el naturalista del siglo xix. Los Abipones saltan, brincan, se divierten, pero siempre salvan la honestidad. Por instinto rehuyen todo lo deshonesto, varones y mujeres. El Padre habla con la expe- riencia de siete años entre aquellos indígenas; y á fé que la palabra de un confesor es un testimonio irrefutable. Las madres crían á sus propios hijos, no los despechan an- tes del tercer año, y «segun cuentan » se abstienen de jun— tarse con el marido durante ese intervalo. El Padre no lo asegura. En seguida, despues de algo de erudicion (que nun- ca falta) continúa: Los abiponcillos no saben lo que son cunas, plumazos, polvos de arroz, fajas, besos, juguetes; cuando viajan por ahí los meten las madres entre las demas A (y E cosas del aduar. Aprenden á nadar, á equitar, á tirar con flecha, á luchar casi desde que pueden andar. La ropa que usan es poca y suelta. Un manto de pieles les sirve de abrigo en tiempo de invierno, 6 cuando hace frio. El juego favorito de ellos es el de arrojar la mactana, en que se ejercitan todos, y el que logra hacerla llegar más lejos se lleva el premio y el aplauso de todos. Las mujeres no tienen participacion en los juegos de los varones ni los presencian. Su ocupacion es la de atender á las necesidades del toldo, Carne, pescado, aves, raices, todo comen. No desprecian ni la del tigre. La sal les gusta mucho, pero es escasa, porque esa tierra no la produce. Suplen la falta con lo que los espa- ñoles llaman vidriera, que es la ceniza de una planta sali- trosa. Las más de las veces los Abipones comen sin sal. Son voraces para comer carne los Abipones, cuando la tie- nen, y, cuando no, sufren el hambre alegres y sin detrimen- to. Para ellos el que no come debe estar enfermo ; porque no cabe en su cacumen que un hombre se abstenga en ha- biendo carne que comer. Los Abipones se bañan mucho, y sin médicos que merez— can el nombre de tales lleganá una edad avanzada. CAPITULO XIV DE LA RELIGION DE LOS ABIPONES (|!) Los Abipones, con ser que su lengua es abundante en otros términos, carece por completo de una que diga Dios. Por (2) Tomo UH, capítulo VII. A eso los misioneros adoptaron el término Dios, ecnam cao- garic: Dios, el Hacedor, como que ncaré es el verbo que dice: hacer. Confiesa Dobrizhoffer haber asegurado que era de aplaudir á los Abipones por su ingenio y la viveza de su imaginacion; pero se desdice en atencion á que ni nombre tienen para Dios, mientras que al Diablo, que ellos conocen bajo el nombre de Ahar'aigichi ó Queevet, con todo cariño le dan el trato de su abuelito, Grroapertkie, y está repre- sentado en el cielo por las Cabrillas. Cuando ellas desapare- cen, dicen que su abuelo está malo y entran á recelar que se les quiera morir y celebran su reaparicion en Mayo zon el ruido de sus instrumentos y gran clamoreo, felicitándolo por su convalecencia. Llenan el aire con sus gritos de alegría, buscan la miel, preparan la chicha y al ponerse el sol em- pieza la fiesta. Los casados chupan sentados sobre pieles de tigre, sus mujeres cantan paradas á la vuelta, y los demas solteros se pasan la noche en grande algazara y aplaudiendo en medio de una gran iluminacion de antorchas. Un porongo con semillas sirve de castañuelas. El baile se limita á un sal- tilloen el mismo local, primero se planta un pié, despues el otro adelante. Este ridículo danzar de una mujer que de- lira se festeja de cuando en cuando con golpes de música ó sea el ronquido de cornetas y' trompas, y los circunstantes la aplauden con gran vociferacion llevándose las manos á la boca para ello. Pero esto hay que observar, que todo se hace con la mayor honestidad, y nada hay que ofenda al pudor ni huela á lujuria. Los hombres y las mujeres están separados y lo mismo las mozas y los mozos. Dice el Padre que le costó extirpar esta supersticion entre los Abipones catecúmenos. O CAPITULO XV DE LOS BRUJOS Y HECHICEROS Los Abipones respetan y veneran á sus hechiceros á quien - llaman Kebet, porque creen que han conseguido el poder so- brenatural de su abuelo el Demonio. Éstos pueden cambiarse de forma y no hay cosa que no sepan ni puedan hacer segun lo creen estos bárbaros. En manos de los hechiceros dicen que está el producir enfermedades y causar la muerte. Éstos pueden curar enfermos, predecir lo que está remoto en el porvenir. Ellos pueden hacer disparar las nubes, la piedra, la tempestad, aparecer las almas de los difuntos y avisar de lo que está oculto. Ellos pueden volverse tigres y manosear ser- pientes impunemente. Los Abipones creen en la inmortalidad del alma, como se ve en la ceremonia esa para hacer aparecer los muertos, y en la costumbre de enterrar con éstos la olla, vestidos, armas y caballos empalados, porque los tengan si les hace falta en la otra vida. Unos patos pequeños que ellos llaman Ruilili creen ellos que son las almas de los que mueren. A los hechiceros los respetan en vida y los adoran despues de muertos, conservando sus reliquias con la mayor venera- cion. Cuando los Abipones ven un meteoro, ú oyen tronar 'como descargas de artilleria, lo atribuyen á la muerte de algun hechicero. A ellos los consultan cuando piensan em- prender una guerra ó expedicion cualquiera. Para ellos es una parte del botin, y para ellos cuanto se les antoja, que todo lo que piden les dan. Si el brujo tiene algun agravio con cualquiera, lo llama á éste á su casa y lo martirizaá su antojo: nadie se atreveá con- tradecir ni á desobedecer al hechicero. Aunque los haga IÓ carbonada con la quijada de una palometa ni ¡ay! no chistan. Los españoles y los hechiceros son la sola causa de la muer- te; si no fuese por esto serían inmortales. Así lo creen los Abipones. CAPITULO XVI DEL ABUELO DE LOS ABIPONES.—LAS CABRILLAS (1) Así como los Abipones, tambien Jos Mocovíes, Tobas, Ya- pitalagas, Guaycurúes y otras tribus ecuestres del Chaco se jactan de ser nietos del Diablo. Su símbolo son las Cabrillas 6 Pleiades. El por qué, lo ignora el Padre, ni halló Abipon alguno que se lo pudiese explicar. CAPITULO XVII “PE LAS TRIBUS DE LOS ABIPONES Y DE LAS CAUSAS DE SU CORTO NÚMERO (?) Los Abipones, dice Dobrizhoffer, se dividen en tres clases: los Rúkané (hé?), que viven en los campos abiertos; los Nakaigetergehé, que prefieren los escondites de las selvas; y por último los Yaaukanigás, una sola tribu con lengua suya propia, que habiendo sido destruida en un malon con- tra los españoles, sus hijos y mujeres fueron absorbidos en las vecinas tribus Abiponas, y más tarde perdieron su, len- (*) Tomo II, capítulo X. (*) Tomo IL, capítulo XI. Le. A gua particular. Los usos, costumbres, inteligencia y la lengua de todas las tribus son los mismos, si se exceptúa en la len— gua alguna diferencia en contadas voces. Cuando están por dar en contra del español es admirable la paz y armonía que reina entre todos ellos; pero no tratándose de esto viven en un continuo pelear entre sí, y ni los vínculos del paren- tesco más estrecho son causa para que dejen de matarse unos á otros sin misericordia. Algunos de los Abipones acostumbran la poligamia, pero más bien mediante la repudiacion de la wujer anterior; mas esto no es muy frecuente. Toda la nacion estímase en 5000 almas; á este número se ven reducidos, gracias á sus guerras intestinas y con los de afuera, al contagio de la viruela y otras pestes, y alinfanticidio. Esta crueldad de las madres se ex- plica de este modo. La lactancia de tres años, durante los cuales no deben juntarse con los maridos, da lugar á que éstos se busquen mujer por otro lado; de suerte que las mu- jeres, de miedo de perder los maridos, dan muerte á los recien nacidos, eso cuendo no se anticipan al parto natural produ- ciendo el aborto. Rehuyen el ser viucas de marido que no ha muerto, y por ello nada les parece. el ser peores que ti- gres. Las madres se inclinan más bien á perdonar la vida á las hijas mujeres, porque éstas les pueden traer el valor del dote. Otra cosa nos cuenta Gumilla de las pobres chinas caribes. Por esta causa, y la de que no entran en las matanzas de sus peleas intestinas, son muchas más las mujeres que los hom- bres; y cada real de estos indios, para un hombre, tiene una turba multa de mujeres, muchas de ellas viejas eternas. No hay que culpar á los españoles de la decadencia de estas tribus: ello se debeá las causales enunciadas. Los indios conversos dejaron estas horribles costumbres y en seguida viose aumentar el número de ellos. — 45 = CAPITULO XVI! DE LOS JUECES, CACIQUES Y ORGANIZACION SOCIAL DE LOS ABIPONES (1!) Los Abipones no desconocen que tengan un jefe supremo de su nacion ó tribu, á quien ellos dan el título de Velar”- eyr'at: cabeza. El hijo mayor le sucede siendo idóneo; pero no siéndolo Ja tribu no está obligada ni á elegir suce- sor de la misma familia del extinto. Poco ganan con ser Caciques y apenas si los obedecen. En sus borracheras hasta los suelen matar. Abandonan cuando quieren su cacique y su tribu, y del mismo modo vuelven. Para convidarse á la guerra celebran un gran festin, y lo que en borrachos prometen eso mismo cumplen cuando se les pasa. Al cacique piden cuanto se les antoja, y si éste les niega cualquier friolera se abispan y reniegan de su autoridad. CAPITULO XIX LOS ALIMENTOS, MIGRACIONES Y OTROS ASUNTOS DE LA VIDA DIARIA DE LOS ABIPONES (*) Los fieros Abipones viven como las fieras, ni siembran ni cosechan. Saben por instinto dónde y en qué tiempo han de (*) Tomo II, capítulo XII. (2) Tomo II, capítulo XIII. E fa buscar su alimento de frutas y de aves del campo. Todo lo poseen en comun. Ellos no conocían ni el azadon, arado, ni segur: la flecha, el venablo, la macana, el caballo, esto era con lo que se proporcionaban el alimento, el vestido, el hogar. Por esta misma razon no podían permanecer largo tiempo en un misme lugar. Los avestruces, los huevos de éstos, que los hay abundantísimos, corzuelas, tigres, leones, conejos y perdices, ciervos, javalíes, venados, osos hormi- gueros, monos, papagayos, pescado de todas clases, lobos, perros, carpinchos, nutrias, gansos, cisnes, cuervos del agua, todo les sirve para satisfacer su hambre; pero las tortugas parece que les repugnan. Las palmas les proporcionan comida, bebida, remedio, casa, vestido, armas: no hay cosa para qué no sirva. Si todo esto falta, allí están las raíces que sacan del agua y de la tierra. La algarroba les sirve de comida y bebida á la vez, y la conservan casi todo el año. Cuando se mueven todos van á caballo, y las mujeres como hombres, y éstas cargan con todo el ajuar de sus tolderías, hijos y cacharros incluidos. Los varones cargan guardamon- tes con que animan á los caballos golpeándolos con las azo- teras. A veces dos y aun tres mujeres montan en el mismo ani- mal, por el interés de la chacota. Perros tienen muchos y á ellos les arrojan los menudos de las aves que cazan. El Padre pasa á dar muchos detalles sobre los caballos y perros y modo de servirse de ellos, que están muy en su lu- gar en esa interesante monografía, pero que no corresponden á este estudio; porque ambos son animales derivados de los españoles y que desde luego introducen elementos de la vida de ellos que no corresponden á su historia como habitantes pre-colombianos del Chaco. Cuando no lo logran de otra manera incendian el campo para procurarse la casa. Fuego sacan en cualquier parte con =—, 41 — dos palitos, uno de madera más blanda queel otro. El blando, que es el de abajo, tiene su cierta taladradura, y el duro afi- lado en punta se hace girar rápidamente como al molinillo para chocolate. El aparato éste llámase Neénatá. El palo blando suele ser de Ambay, de Caraguatá, de cedro ú otro árbol y el duro de Tatay?. Por donde van están en su casa, como el caracol en la suya, porque con parar las esteras ya tienen su aduar. Nadan como peces, pero hacen uso tambien de la Pelota, que ellos llaman Nataé, y que sin duda recibieron de afuera como los caballos. CAPÍTULO XX DE LA FORMA Y MATERIAL DE SUS VESTIDOS, Y DE CÓMO SE PROPORCIONAN LO QUE NECESITAN (!) A su modo, las mujeres Abiponas son modestas en su traje. Un manto cuadrado se echan por las espaldas, se lo ciñen con un cinturon, y tienen especial cuidado de suge- tarlo al montar á caballo para no quedar desnudas. Al cuello se atan una especie de pañuelo, y á la cabeza una bincha. Las mujeres trasquilan las ovejas, hilan y tiñen la lana, y la tejen admirablemente. Conocen el uso del alumbre. Sus telares son unos cuantos palos y cañas. Saben hacer ollas y cántaros, que amoldan con las manos, y los queman á campo raso con montones de leña. No saben vidriar las ollas, pero las pintan de colorado y les dan lustre con una especie de cola. : (*) Tomo II, capítulo XIV. a A Cuando las apura el frio se tapan con mantos de pieles de nutria. No las curten pero las soban y cosen con sumo arte y maestría. CAPÍTULO XXI DE LAS COSTUMBRES Y MODO DE SER DE LOS ABIPONES (*) No todo entre los Bárbaros bárbaro es, dice el buen Padre. Los Abipones dejan ver en su rostro y en su apostura cierta alegre modestia y seriedad viril, al que está con ellos. En todo son moderados. Cuando se reunen de ordinario, todo procede en paz y tranquilidad. Toda expre— sion descompuesta y mordaz la evitan. Les agradan las galas en el decir, pero no se advertirá una palabra deshonesta. Amenizan sus viajes con relaciones festivas, pero no se oye una expresion que raye en lo material. Si se suscita alguna cuestion ella se resuelve con sangre fria. Todo esto empero se dice del Abipon sano y sin licor; porque cuando ebrios sueltan la rienda á sus iras y arde Troya. Cuando todo va bien oyen al que habla con atencion y cultu- ra, sólo se permiten alguna exclamación de asentimiento ó aplauso. Lá, es la voz de salutacion entre ellos, como entre los "Tobas y Mocovíes. Es costumbre de ellos saludar á todo transeunte y pregun- tarle á dónde va, y es tan inveterada la costumbre que no la omiten ni cuando están en el campo haciendo aguas, y eso que son tan circunspectos en lo demás. Ya se dijo que más bien se inelinaban al cambio que á Ja (*) Tomo II, capítulo XV. O o JETA multiplicacion de mujeres; muchos se atienen á una sola. La incontinencia habitual con cualquiera ni nombre tiene entre estas gentes. Mozos y mozas son alegres, pero jamás se entreveran los sexos. Bárbaros se han mostrado los Abipones, inhumanos, fero- ces, lo confiesa el Padre, pero contra aquellos que tenían por sus enemigos. El hurto no se conoce entre ellos. Una vez resultó que hubo un robo, y se descubrió que había sido la autora una cautiva: en seguida le dieron muerte, y ni los ruegos y ame— nazas del Misionero bastaron para salvarla del suplicio. Admirable es cómo soportan las fatigas de larguísimas jornadas, aigunas de ellas de más de 300 leguas. Para ellos, rios caudalosos, vastos bañados, más peligrosos que los rios, nada son, los salvan á mado. Cruzan á través de campos extensos sin agua y sin leña. Cabalgan dias enteros en aperos más duros que una tabla y sin estribos para los pies. La mano carga con el peso de una larguísima lanza. Los caballos, por logeneral, son trotones y tienen que dejarles los cuerpos molidos. En cabeza sufren el rayo de sol, la lluvia de dias enteros, la tierra y el huracan. Si calienta el tiempo se bajan el ropaje y lu dejan colgar de la cintura; acuden entonces mil sabandijas y les quedan los cuerpos chorreando sangre. Comen las aves que cazan. El agua la levantan donde la encuentran y se la disputan á los tigres, serpientes, mosquitos y otras alimañas. El suelo duro, caliente ó mojado es su lecho, y cuando llueve pasan la noche en vela en medio del agua. Pasan dias y noches sin dormir y sin comer, para bombear y salvarse de una sorpresa. Esto hacen, esto sufren los Abipones, dice Dobrizhoffer, sin prorrumpir en esas quejas y exclamaciones en que abundan los europeos, cuando algo los contraría. Ello se explica: lo que para nosotros es sufrir con pa- ciencia, para ellos es la misma naturaleza. A esto conduce ese crucificarse y martirizarse desde chicos, El prurito de EV 4 2 la gloria que les toca en suerte al adquirir fama de valientes, les hace invencibles, los obliga á callar. La mujer Abipona se lo pasa todo el día en sus quehaceres. La ropa para el marido, para los hijos es su cuidado. Ella co- cina, ella se procura la algarroba, ella la muele, ella la con— vierte en chicha ó aloja, ella se busca la leña y acarrea el agua. Como catecúmenos, los más dóciles son Jos viejos y las mozas. A las viejas les cuesta dejar sus costumbres, los mozos dejan de hacer sus proezas, entre las cuales deben enumerarse el cortar las cabezas á los españoles, y pillarles las haciendas. j La mujer Abipona no sólo es casta sino tambien sobria. Ella, es cierto, le prepara la chicha para el marido, pero no la prueba; agua y agua sola es la que bebe. Esto no quita que entre sí libren batallas por cualquier friolera, por un vellon- cico de lana, ó el alma de algun pariente. Si esto hacen sin vino ¿qué no harían con él? Los varones, por el contrario, á no ser en sus borracheras, observan una paz inalterable en sus tratos y son enemigos de toda gritería, discordia y descompostura. ¡Ojalá los cris- tianos imitasen su amabilidad, su honestidad, su tolerancia, su perseverancia! ¡Ojalá tantas virtudes de los Abipones no se viesen overeadas con manchas negras como sucede con la piel del tigre! Así acaba el buen Padre para pasar á darnos una idea de la lengua de estos Indios. Da tristeza pensar que Indios con tanta nobleza de carácter y tantas prendas admirables se vean destinados á la extincion, porque se resisten á recibir esa civilizacion europea que les es postiza y porque con sus matanzas intestinas é infanticidios ayudan á las pestes á ha- cer desaparecer tan interesante nacion; pero da tambien egrima el saber que mucha parte de su exterminio se debe á la codicia del europeo por las tierras de estos pobres indí- genas. CAPITULO XXII DE LOS CASAMIENTOS DE LOS ABIPONES (') Entre los Abipones los varones rara vez se casan antes de los 25, las mujeres antes de los 20 años. Son castos en todo, y entre ellos el adulterio, la fornicacion promiscua, el incesto, etc., son del todo desconocidos. Cuando alguno pretende alguna muchacka para mujer tiene que tratar por ella con los padres. Unos cuatro ó más caba— llos, unas sartas de cuentas ó conchas, vestidos de lana teñida, una lanza con punta de hierro, etc., es el precio que se paga por la novia. Muchas veces sucedió que hecho el pacto entre el novio y los padres la pretendida se negaba á dar el sí, y huía al mon- te ó se asilaba hasta en las gradas del altar. Si todo marcha de acuerdo, la novia es conducida por ocho doncellas que cargan una manta á modo de palio, abajo de la cual camina ella con los ojos fijos en el suelo. El novio la recibe en su casa, pero sin mucha demora vuelve ella á casa de sus padres y allí permanece visitada por su marido hasta que empieza á tener familia, pues que recien entonces la madre se resuelve separarse de la hija. El dia de la boda se conduce tambien á casa del marido todo aquello que forma parte del ajuar de la esposa, como ser, porongos, ollas, cán- taros, telares, etc. Los varones celebran la boda con sus copas. Es costumbre que los Abipones se atengan á una sola mu- jer, pero á veces los caciques se casan con dos y más; por lo general, la segunda mujer está en otra parte (?). , (1 Tomo II, capítulo XIX. (*) Tomo Il, capítulo XX. Cuando se cansan de una mujer la despachan con lo que le pertenece, y uno y otro vuelve á casarse sin más trámite. Allá en sus borracheras no deja de ser motivo de querella entre los que se consideran agraviados. La costumbre de criar los hijos dándoles el pecho durante tres años, y de no juntarse con los maridos en todo ese tiempo, es causa de muchos de estos divorcios, y en mu- chos casos puede atribuirse á éste tambien la funesta costum-- bre del infanticidio, tan general entre ellos. Los Misioneros introdujeron otro modo de vivir, pero de lo que se trata es de los usos y costumbres de estos bárbaros antes que ellos entrasen por el cristianismo. Los Abipones no se casan con parientes. Un cacique casó con dos hermanas, cosa que no era de costumbre; nadie se lo echó en cara, pero tampoco nadie se lo imitó. La mujer le es fiel al marido. Los padres educan á los hijos, las madres á sus hijas. La mujer, cuando pare, se va con la criatura al rio, y allí se lava ella y hace otro tanto con la cría, hecho lo cual vuelve á sus tareas diurnas; de lo único que se abstiene es de ciertas carnes y frutas. El marido, empero, se mete en cama, se abri- ga bien y se abstiene de varias clases de comidas, porque teme que de no hacerlo así puede perjudicarse la criatura. Un cacique rehusó una narigada de rapé porque dijo que su mujer había parido el día anterior (*). Sial cacique le nace un varon, entonces se celebra la fiesta de la Araña, Haualí. Las mujeres bailan al rededor de la casa con hojas de palma, y la más fuerte de todas va con un ves- tido de plumas de avestruz y esta es la Gue debe hacer lo de la araña. En seguida se tejen unas macanas de tiento, y con ellas azotan á los hombres que encuentran en las casas. Al otro dia luchan mozos con mozos, mozas con mozas, cada sexo en su lugar apartado. Así tambien son los bailes del ter- (*) Tomo II, capítulo XXI. — 03 — cero dia y la que hace de directora es una vieja con sonaja en la mano. El cuarto dia la que hace de araña, da vuelta á los toldos y desafía á la que cree que puede igualarla en fuerzas, y, vencedora ó vencida, lo mismo es para que todos lo celebren (?). La fiesta dura ocho dias, y estos se emplean ó en repetir lo descrito ó en borracheras de las mayores. CAPITULO XXI DE LAS ENFERMEDADES Y SUS CURACIONES Los Abipones son sanos y casi ni un dolor de muelas su- fren. Enfermedades crónicas no las conocen. Para ellos el que está enfermo «no come» y el que sana «ya con:e» (7). En concepto de ellos, si no fuese por las armas de los Españoles ó el maleficio de sus hechiceros, ninguno de ellos moriría. Creen que si le arrancan la lengua y corazon al muerto, si las asan al fuego y se las dan á comer á los perros, que el brujo criminal pagará con su propia vida la de su víctima; y aunque nunca han visto que se muera nadie se contentan con cumplir con la costumbre de sus mayores. Cuando se acusa á un individuo de ser causa de la muerte de algun finado, dificilmente escapará con vida, y las viejas hechiceras logran la ocasion de desquitarse de cualquier agravio. Los Abipones suelen enfermar de un mal de rabia o locu- 1 (2) Tomo II, capítulo XXII. (2) Tomo II, capítulo XXITI. 2 A ra (parecido al amuk de la Oceanía). Furiosos recorren las calles y todos huyen ó se esconden. Los enfermos de algunos dias sanan (*). La viruela, sarampión y otras pestes han hecho risa en los pobres indios (). Los médicos que tienen llámanse Keebét, el mismo nom- bre que dan al demonio; porque dicen que esos curanderos ó hechiceros lo representan; y á él se le debe que anden sanos 0 enfermos, y los hechiceros son sus vicarios sobre la tierra, y tienen potestad hasta sobre la lluvia, las tempes- tades, y las almas de los muertos, para que reaparezcan y dejen saber lo que está por suceder (?). El principal modo de curar que acostumbran estos curan- deros es el de chupar el maleficio. CAPITULO XXIV DE LA MUERTE Y ENTIERRO DE LOS ABIPONES Cuando se enferman de muerte, las mujeres rodean al doliente y metea un ruidoinfernal con bombos, sonajas, etc., tapándolo al enfermo con un cuero, para que no se vea su agonía. Muerto el individuo se le arranca lengua y corazon, se hacen hervir en agua y se dan á comer á los perros, para que muera quien fué causa de la defuncion, como se dijo ya. El cadáver se envuelve vestido en un cuero y se (*) Tomo II, capítulo XXIV. (?) Tomo II, capítulo XXV. (*) Tomo II, capítulo XXVI. precinta bien con tientos. A la cabeza la envuelven con cuidado. Temen al moribundo y huyen de él. Algunas veces se apu- ran tanto por librarse del cadáver que entierran aún vivo al moribundo (). Creen que el alma ó sombra sobrevive, á que ellos llaman Loakal ó Lkigihi. Con el muerto entierran la olla, traje, armas, caballos, etc. Los Abipones conducen sus muertos por largas distancias despues de una pelea. Despojan de carne á los huesos; á esa la entierran y estos los conducen por 200 y más leguas en un cuero. Tienen sepulcro de familia y en él quieren ser enterra- dos. Muchas de las cosas del finado se queman ó quiebran. Los caballos y ganado menor se sacrifican sobre su túmulo. El toldo se derriba. La viuda, sucesión y resto de familia se mudan á otra parte. Nombrar al finado es una ofensa que sólo se expía con bofetadas, heridas y mucha sangre; y en— tre borrachos es causa de serias y muy sanguinarias contien- das. De él se hablará así: Yoalé eknam chitcaeca: el hombre que no existe. Esta ha sido causa de que muchos nombres de cosas se cambien. Los allegados y amigos del muerto tambien se mudan el nombre. Los súbditos de un cacique se cortan la cabellera. Las mujeres hacen otro tanto y se cubren la cabeza con una red de caraguatá, y lo conservan así mientras no contraen segun- das nupcias. í Las ceremonias con lloronas y todo duran nueve dias, y en el nono se hacen pedazos las ollas del finado. El cabo de año se celebra con el mismo ruido, baile, borra- chera y demás ceremonias. : (2) Tomo II, capítulo XXVII. CAPITULO XXV LO QUE DICE AZARA DE LOS ABIPONES Hemos concluido con el simpático cuadro que nos pinta Dobrizhoffer de los fieros y nobles Abipones. Pasemos ahora á conocerles segun los describe el famoso Azara en su Histo- ría del Paraguay. Como la relacion es corta, conviene que se reproduzca en su integridad. Se extracta de la edicion de Madrid, 1847, tomo 1: «Los españoles les dan este nombre, los Lenguas el de Ecus- gina y los Enimagas el de (Juiabanabatté. Corrían el Cha- co al Occidente del rio Paraná hácia los 28 grados de latitud, sin tener las canoas ni el número de guerreros que les da Schimidels, capítulo 18, y Lozano, libro 2, capítulo 5. Hácia la mitad del siglo diez y ocho, se empeñaron en una guerra sangrienta contra los alocobis (*), á quienes no ceden en or— gullo, fuerzas ni estatura; mas como eran inferiores en núme- ro, se vieron precisados á solicitar la proteccion y una guardia que les acordaron losespañoles, formándoles el pueblode San Gerónimo, que encargaron á los padres Jesuitas (1748). En él estuvo 20 años el jesuita aleman, que vuelto á su patria escribió en latin, en un tomo en cuarto, la historia ó descrip- cion De Abiponibus; pero no pudo entender su idioma lo bastante para traducir en él el catecismo; porque es muy gutural, difícil y diferente de todos. Continuando el fundado temor de los abipones de dicho pueblo, como la mitad de él pasó el rio Paraná en 1770, y fundó el pueblo de las Garzas, En ambos pueblos visten mucho las camisas y ponchos que les dan los españoles, sin.que haya un cristiano ni civil, y conservan casi todos sus antiguas costumbres, iguales á las 1) Mocovies (?) ll 7 AER de los Mocovíes. Usa nel barbote del número 13, y las mujeres adultas llevan indeleble una cruz en la frente y cuatro líneas horizontales entre las cejas, con otras dos en cada ángulo exterior del ojo.» Lo que dice este autor acerca del número de los Abipones debe ser tan digno de crédito como aquello otro acerca de Dobrizhoffer. Son noticias de esas que se dan para llenar un párrafo. Podemos estar muy seguros que si el Padre Misio— neronohubiese podido reducir sus enseñanzas á las fórmulas de un catecismo no hubiese permanecido un solu dia en esa misión. La presente monografía reproduce el catecismo, ora- ciones, etc. del P. Brigniel, que el Dr. Lamas atribuía al mismo Dobrizhoffer, y allí están las pruebas que tan fácil es catequizar en Abipon como en toda otra lengua que Dios ha permitido que se evolucione en la tierra. Azara no pudo ha- ber visto la obra en que el buen Padre hace el panegírico de los nobles Abipones, ni menos quien le dió las noticias inexactas que reproduce en su corta y poco satisfactoria noticia de estos indios. La fundacion del pueblo de las Garzas, en la margen. izquierda del Paraná, nos explica la razon por qué d'Orbigny encontró Abipones en la provincia de Corrientes. El «taluaje» es el mismo que tan gráficamente ha descrito el Padre. CAPITULO XXVI LO QUE DICE D'ORBIGNY DE LOS ABIPONES (L' homme americain) D'Orbigny clasifica á los Abipones como de su raza' Pam- peana, y esta es la descripción de sus rasgos fisiológicos: «Tez moreno-verdosa de un cobrizo subido. Estatura E mediana: l metro 688 milímetros. Talla hercúlea. Frente arqueada. Cara ancha y aplastada. Nariz muy corta y muy ñata ó roma ('), con ventanas anchas y muy abiertas. Boca muy grande. Labios gruesos y sobresalientes. Ojos horizon- tales, á veces levantados en ángulo exterior. Pómulos muy pronunciados. Facciones varoniles y muy marcadas. Fisono- mía fría, á veces feroz.» (T. II, pág. 5). Despues de algunos párrafos de observaciones generales pasa á enumerarar las naciones que él incluye en este grupo: «Los Patagones ó Tehuelches, de las regiones más austra- les, los Puelches de las Pampas, los Charruas de la Banda Oriental y de la provicia de Entre-Rios, los Mocovíes ó Tobas, los Abipones, los Lenguas y los Mataguayos del Gran Chaco. Creemos poder agregar, sin haberlos visto, á los Payaguáes, á Mbayas y Guaycurúes descritos por Azara, etc., ete. » (Ibid. pág. 8 y 9). Antes de haber leído lo que escribía este autor, fundán- dome en las lenguas de estas naciones, había caído yo en la misma clasificacion; creo con d'Orbigny que al Abipon debe- mos incluirlo en el mismo grupo general con las demás nacic- nes citadas, mutatis mutandis se entiende; porque un Guaycurú con un Quichua no se ha de mestizar como un Guaycurú con un Guaraní. D”Orbigny asigna á estos indios la region inmediata al Paraná entre los 28? y 30” de latitud sud, direccion al Gran Chaco. El visitó la reducción de las Garzas en la provincia de Corrientes. No hay para qué reproducir lo demás que dice este autor acerca de estos indios, porque ello está de acuer- do con lo que cuenta Dobrizhoffer. Insiste d'Orbigny en e interparentesco del Abipon con el Toba, que él hasta cierto punto confunde con el Mocoví. El estudio comparado de estos tres idiomas mos enseña lo mucho que se parecen y al mismo tiempo las diferencias que se notan. En conclusión, (1) Epaté. cree d'Orbigny que los Abipones, Tobas y Charruas, son los, eslabones que unen las naciones de las Pampas con los Chi- quitos. Este autor se funda más bien en comunidad de ras- gos fisiológicos, sin dejar de tener en cuenta para algo la prueba lingúística. Hoy que conocemos algo más de todas estas lenguas parece que se confirma el parecer del famoso viajero francés. CAPITULO XXVII LOS ABIPONES EN LA ACTUALIDAD Esta es una de las naciones del Chaco que marcha rápida- mente á su extincion: poco ó nada se oye de ellos. El año 1858 pasé yo con una escolta de Santa-Fé á Córdoba por la frontera del Quebracho Herrado, Tio, etc., y en el lugar del Sauce dimos con una reduccion de indios Abipones, De ellos sólo me acuerdo que los racionaban con yeguas y que eran indios grandes. Un amigo, el señor Telésforo Ruiz, mi convecino en Andalgalá, que militó en las fronteras de Santiago del Estero con el general Antonino Taboada, me dice que en ese tiempo les hacían sus corridas á los Abipones, bajo el nombre general de Guaycurúes. Hoy más bien deben buscarse entre los indios Montaraces, que merodean entre Santa—Fé y Santiago del Estero. O SEGUNDA PARTE ARTE DEL ABIPÓN, SEGÚN LOS PADRES DOBRIZHOFFER Y BRIGNIEL, S. J. FONOLOGIA Ante todo conviene que se lea lo que se ha escrito acerca de la Fonología Mocoví eu mi trabajo sobre esta lengua, pu- blicado por el Museo de La Plata: allí se ha tratado minucio- samente de cada letra, razon por la que en este estudio me he limitado á llamar la atencion á las equivalencias entre éste y los otros dos codialectos Mocoví y Toba. A lo que se ve, el alfabeto es más ó menos el que sigue : A,CóK, Ch, E, Gó Reeéte., Ho J, 1:06 Y Koma M,N,N,O,P,0,C 6 K,RóG,T, U6 V, X 08 ames Vio El objeto principal de esta parte del estudio es facilitar la comparacion de los temas entre los tres codialectos citados: no se puede llamar completo, pero otros podrán con más fa- cilidad continuarlo. Los ejemplos dados bastan para hacer ver lo complicado del asunto. A A. Letra que puede ser inicial, medial ó final. Aa. Corresponde al Aa Mocoví, ex. gr.: Aaca, pariente. Aák. A EE -A=Aga. Toba, ex. gr: Naacachinat, medida. Lacotete- nagal. A=E. Toba, ex. gr.: Acaloctenanat, huso. Necalep-ne- tagaté. A =E. Mocoví, ex. gr.: Achangué, rio. Actiengué. A=E. Abipon, ex. gr.: Napaquenalaoel, palma de la mano. Apequena, mano. A =E, U, 0. Toba, ex. gr. : Napagatc, viudo. Pessoy'c, Pussotc. A=TI. Toba, ex. gr.: Rkáhagelk, relampaguea. Casil- gaháa. A =0. Mocoví, ex. gr.: n-Acarig, bautizado. Occoriguí. Ri-akaya, abomino. 1)¿-oqquia. Apa, manta. Apó. A=0. Mocoví, ex. gr.: Ajape, culo. Ossap. A=U. Toba, ex. gr.: Agira, pozo. Ushidé. Caitarc, calvo. Cuitatc. Aa =A. Mocoví, ex. gr.: Aacatai, palabras. Accatar:. Aa=Aca. Toba, ex. gr.: Aatek, lechiguana. Acaték. Aa = Aga. Mocoví, ex. gr.: Aacca, freno. Agaccá. Aa= Aha. Toba, ex. gr.: Aala, mistol. Ahalá. Aa = Ava. Mocoví, ex. gr.: Aal, nieto, nieta. Aval. Aa= Gua. Toba, ex. gr.: Riaál, soy perezoso. Digual. Aa y A=0. Toba, ex. gr.: Aacachinat, medida. Acotete- negath; Aachiga, sueño. Otiaga. Ae = O Toba, Oe Mocoví, ex. gr.: Aenatan, trabajo. Sona- tagan, trabajar. Nonnactarnah. Ae = Oe. Mocoví, ex. gr.: Yaet, hace. Yoet. Aé = Oy. Toba, ex. gr.: Kaépak, madera. Coypak. Ai = Ey. Toba, ex. gr.: Ar'atrr'aik, manso. Oreyratk. Ao = Avo. Mocoví, ex. gr.: Naoglinaol, carretilla. Navo- glinalé. Ao = Ue, Au, Toba, y Oé, Mocoví, ex. gr.: Aoe, yo hago. Sueto, Auot, Soet. Aoe = Ave. Mocoví, ex. gr.: Aoená, olla. Avenná. Aoe = Oa. Mocoví, ex. gr.: Aoel, corazón. Oal-lá. E CóK Letra que puede ser inicial, medial ó final. Debe obser- varse que en Abipon parece que este sonido era más firme que en Mocoví, es decir menos expuesto á desaparecer. Este punto sin embargo no está muy bien comprobado. KóC=G. Abipon. Ver G'Dios, á Dios. C = H. Toba, ex. gr.: Acám, vientre. Tahám. Ch Como inicial es difícil hallar este sonido en Mocoví ó Toba. En el primero debería convertirse en Ct1ó 71, en T1 para el segundo; pero en los más de los temas Abipones que em- piezan así parece que el Chi es prefijo negativo y corres- ponde al Sca 6 Sa de los otros idiomas. En Abipon puede ser inicial ó medial, y tal vez final. Ver Ich. Ch = Ch ó Ti, Toba, ó Ct, Mocoví, ex. gr.: Nachilac, ba- ñarse. Nachil ó Natil, bañarse. Mocoví, Nactil-l, me baño. Ch = Ct. Mocoví, ex. gr.: Acalach, cebolla. Accalacti. _ Achangué, rio. Actiengué. Ch =Ss. Toba, ex. gr.: Lichiga, resina, Lissi. Ch = Tio Ch. Toba, ex. gr.: Lachagal, lengua. Latiagat ó Uachagat. D Sonido que falta en Abipon. Búsquese bajo la KR. EE Inicial, medial y final. E=A. Mocoví, ex. gr.: Hanek, viene. Annák. WE = A. Toba, ex. gr.: Eé, sí. Ahá. E=A. Mocoví, ex. gr.: Epép, abuelo materno. App?. E = Ai, afijo de 2*, ex. gr.: 1 Ri-omkatá; 2 Groemkeltá. E = Y. Toba, ex. gr.: Aegec, delante. Tatayget, delante de tí. -E=0. Toba, ex. gr.: Etatá, vena. Otá. Mocoví, Ooctá. E =0. Mocoví, ex. gr.: Apequena, mano. Appoquenna. Eé =1I. Mocoví, ex. gr.: Kéépe, hacha. Nquippé. Ee = Oe. Mocoví, ex. gr.: Greenan, bueno. Voen. Eé = Oi. Mocoví, ex. gr.: Apéég2, cierre. Appotgui. Ee = Ui. Toba, ex. gr.: Geetaguí, vaso. Urcchigut. Ei = 0. Mocoví, ex. gr.: Elqueintatc, bayo. Coñoyek. Ei = Oi. Mocoví, ex. gr.: Etch, haces. Otcti. Eo =A. Toba y Mocoví, ex, gr.: Neoga, dia. Naág y Naágaa. Eu =16 li. Toba, ex. gr.: Ejeura, flauta. Yaside ó Las- hiidé. G Sonido que puede ser inicial, medial y aun final. Ver: Gro- acalig, me duele. -G=C. Supuesta ecuacion en prefijo pronominal, Gr. Ver Mocoví Cod, Cad. G=CoóK. Ver G Dios, á Dios. G desaparece en Mocoví, ex. gr.: (Juz2, alma. Ver [lquigt y Quiyi, sombra. G = H. Toba, Y Mocoví, ex. gr.: Napagat, viuda. Pahoy, Pat, Páyé. O G = H. Toba, ex. gr.: Ilqguiyi, alma. Hiquihi. G =S. Toba, ex. gr.: Nageura, flauta. Yaside. Agic, cara. Asstk. G=C,SÓX (=sh ó x Cat.). Toba, Agipt, labio. Naciph ó Naxip. G= S Toba, Y Mocoví, ex. gr.: Napagauic, viudo. Pes- soyc, Pussoic; Páyéke. G = Sc. Mocoví, ex. gr.: Agipec, caballo. Ascipigá. = Sch. Mocoví, ex. gr.: Nigité, zarcillos. Ischite. G = Re. Toba, ex. gr.: Voayogañiigo, escúchame. Nata- argani. G= V. Toba, ex. gr.: Grelougá, nuestra muerte. Leuva. GG = dudoso. Toba, ex. gr.: Lapaugganga, arena. Lova- gana, ó sea Lauangra. Gl = Arl. Mocoví, Ver: articulaciones, en el Arte Mocoví. Gl = Cal. Toba, ex. gr. : Glachigachi, tu lengua. Calatia- gath. Gr = Ard óRd. Prefijo pronominal. Gr= D. Mocoví, prefijo pronominal de flexion, ex. gr.: Gírihí, tú deseas. [)iss11. Gui =H (J). Toba, ex. gr.: Apagutña, abrigo. Napohina. Gui = Qui. Mocoví, ex. gr.: Apagurñ1, abrigo. Nappo- guiña. Gui =S. Mocoví, ex. gr.: Ajañiguigam, me levanto. Lasssinsigon. Gui = X ó Si (x gallega) Toba, ex.: gr. Grauiguigam, su- birnos. Kixiguem. Mocoví, Assisigom. Hó6J Sonido que puede serinicial y medial. H. Desaparece en Mocoví. Hanek, vengan. Annak, Ha- ñiha, ella sentada. Annissó. + — 65 — H= GC. Toba, ex. gr.: Ahategkhaté, tijeras. Dalgacatth. H=J. Toba, ex. gr.: Rihahag2lgé, apuro. Adijalá, á prisa. H:<=S. Toba, ex. gr.: Hakaleént, yo me acuerdo. Sasi- huelanaté. Moroví Ri—ihé, deseo. Nissia. H =S. Mataco, Ahahaichi, demonio. Asotf. H=S. Toba, ex gr.: Ahat, saltar. Huasot. H = X (=sh inglesa). Toba, ex. gr.: Lahic, ya me voy. La- xik. Mocoví, Astih. Ha = A. Mocoví, ex. gr.: Hanek, viene. Annák. Jó6H Sonido que puede ser inicial ó medial, ESC” Toba, ex. gr.: Yaja, harto está. Yocó. J= Cc. Mocoví, Lajac, quijada. Laccá. J=H. Toba, ex. gr.: Ajanal caec, almohada. Sahancaté. J= S. Toba, ex. gr.: Ajam, puerta. Lasóm. Mocoví 4s- som. Tó Y Sonido que puede ser inicial, medial ó final y que se con- funde con la e como en Mocoví. Nou se abunda en ejemplos porque en Mocoví la confusion resulta de asimilacion y otro tanto puede suceder en Abipon, si bien en menor escala. Aparte de que les vocal y Y consonante, se confunden los dos sonidos. J= Hi. Toba, ex. gr.: Aaic, mano derecha. Lahr, Icait, limpio. Cohitetáa. Véase H. J=5S. Toba y Mocoví, ex. gr.: Enajd, este. Ennasó ó Innissó. K Este sonido puede ocupar cualquiera de los tres lugares. (Véase C): Letra que suple álaQóC ante e ó 1, ex. gr.: Kéépe, hacha. (Jueipe, hacha. L Sonido que puede ocupar un lugar inicial, medial ó final. L=4Gó R. Toba, ex. gr.: Aralaic, nuevo. Dalagatc 6 Dal- TAC: LE Sonido dudoso. Dobrizhoffer lo empiea v. gr.: Ellar an— ran, él caza. Pero muy bien puede suceder que la 1! ésta deba sonar así el-la. Los indios, por lo general, confunden y Y M Sonido que puede usarse como inicial, medial ó final. En Abipon no sucede lo que en Mocoví, que como final desapa- rece, como por ejemplo en la terminacion am de futuro que se reduce á 0. M=N ver N. M=V. Mocoví, Ame, vas. Vó. N Letra que puede ocupar los tres lugares inicial, medial y final. N confundida cou M, ex. gr.: Yoamcachiña, lo de adentro es bueno Yoancachiguinegue, provechoso. N que desaparece, ex. gr.: Afounám, ayudado. Mocoví Soctoan. N-2 =G. Toba, ex. gr.: Anoegqus, bolsa. Yogoquí. N=Rn. Mocoví, ex, gr.: Nirtanata, corazon. Litarnacta. - N Este sonido puede ser inicial Ó medial y responde á la combinacion NI. -Ni=ni. Toba, ex. gr.: Aj-ani,me siento. Soon. Mocoví, Iñitará, el. Inn:. 0) Sonido que puede ocupar los tres lugares. == M. Toba, ex. er. : Naoála, cama. Yuma, Loma. Mocoví Omma. Aquí parece como si en el tema Abipon hubiese desaparecido la M. O=M. Toba, ex. gr.: Navach2quí, corcovado. Namach (?) O=V. Toba, ex. gr.: Lavá, ala. Lavá. 0a= Aa. Mocoví, ex. gr.: Noaá, esclava cautiva. Náa. Oa = Aha. Toba, ex. gr.: Naac, cautivo. Nahach. Oa = A. Mocoví, ex. gr.: Yoalé, marido. Toba, Yahalé. Mecoví. Yal-lé, Oa = O. ex. gr.: Noagilete, asta de lanza. Loheleté. — a O0a = Uva. Toba, Ova. Mocoví Yoalé, marido. Yuva; Yová. Oa = Va. Toba, ex. gr.: Oaranaga, casada. Vadónr. Oa = Vo. Toba, ex. gr.: Iñoaka, dos. Nivoca. 0e=A. Toba, ex.gr.: Noetaren, estoy sanando. Natadén. Oe= Aa Mocoví, ex. gr.: Noetá, pueblo. Aa, plural: Aalé. Oe =1. Teba, ex. gr.: Groegéc, comezun. Disique. O0i= Aí. Mocoví, ex. gr.: Oéné/e, muchacho. Nainéke. Ou =Ao. Mocoví, ex. gr.: Lelouga, muerte. Lel-laogá. P Sonido que se usa como inicial ó medial. Se sospecha que pueda degenerar en U ó M, ete., en los otros codialectos. Ex. er.: Gricapat, tengo hambre. Toba, Eccowott. o) to) P=U. Toba, ex. gr.: Gricapalt, tengo hambre. Eccouót. (?) P =V. Mocoví, ex. gr.: Uttapilite, crees. Ovilék. P que desaparece en Mocoví, ex. gr.: Raiz, Kapit=Coiet, amar. Tal vez se puede incluir esta otra: Abipon, Elpagé, carne. Láácte. Mocoví, Epep, abuelo, es Apé en Toba y Appi en Mocoví. Etapegé, sombrero, es Adoó en Mocoví. Yapilocta, ayudo, es Sóctoan en Mocoví. Npaác, abo- rrecido, es Oqquí en Mocoví. El primero es el único ejemplo satisfactorio: voces con P en ambos dialectos abundan. 0 Recurso del español para escribir los sonidos Ke, K?. Véanse Kéépe y Querpe, hacha. Quin = Gn. Toba, ex. gr.: Queiñiiquiñit, nació. Nigni. Véasela CG) ó K. Sonido que se usa como inicial y medial. Es signo que en general representa la D del Mocoví, y otras está por esa letra que ni es G nies R, como lo dice Dobrizhoffer. R =Ch. Quíchua, si, Yáraige, sabe; procede de Yacha. R=Ch. 1 Ri-igarañi; 2 Gregachañ2. R =D. Mocoví, ex. gr.: Graré, pestañas. Diadé. R =D. Mocoví, ex. gr.: Rahacht, tú saltas. Dassocti. R =D. Toba, ex. gr.: Aariaiyal, adorno yo. Adioetó, adornarse. R=G. Leyera, la vida. Lelerga. R=G. Toba, ex. gr.: Noaararanrek, pelea á lanza. Noaganath. R = Gr. Toba, ex. gr.: Hapaer'at, yo caliento. Paygrat. R =L. Toba, ex. gr.: Agutrec, muchacho. Socolech. R = L. Toba; ex. gr.: Aralaic, nuevo. Dalagaic. R = L. Mocoví, ex. gr.: Rahat, él salta. Lassot. R= IL. Mocoví, ex. gr.: Rat, y. Lot. R' =R. Toba, ex. gr.: Ar'airaik, manso. Oreyraic (L.). R =T. Toba, ex. gr.: Rategham, cuervo. Tatogesam 6 Tegesan. S Sonido que se buscará en la G, J ó H. T Sonido que se usa como inicial, medial y final, T=Ct. Mocoví, ex. gr.: Aatar' kié, cinturon. Ossoactarqui. Late, madre. Laccteé. T=T. Toba, ex. gr. : Laté, madre. Até. =D = T. Toba y Mocoví, ex. gr. : Yuiac, gordo. Yutiach, Yóchacá. UóvV Sonidos iniciales o mediales. U =P. Mocoví, ex. gr.: Haual:, araña. Appal-lactréga. U = V. Mocoví, ex. gr.: Naué, negro. Navé. Y Verse CAPITULO 1 ARTÍCULO No cabe duda que el Abipon, como el Mocoví, tiene algo parecido á lo que nosotros llamamos artículo. El prefijo de relacion concreta es L, así que «los ojos de Pedro », se- rían L-atoete; mientras que «los ojos » serían N-atoete. Esta N entónces equivale al artículo ó prefijo de relacion abs- tracta, y viene á ser una simple sincopacion del demostrativo Ene que forma la raíz del tema Eneha : él, presente. Dobrizhoffer nos suministra la mejor prueba de que el pre- fijo N es abstracto y L concreto. Naetar' at: filius, quin cujus sit, exprimacur. Yaetr at: meus filius. Graetr achi: tuus filius. Laeetat: illius filius. En seis de los siete ejemplos distingue del mismo modo; y en el séptimo no hay excepcion, porque en todas tres personas <= == se pone la N, por ser de los temas que exigen este refuerzo. Dobrizhoffer nada dice acerca del artículo, Ver: Arte Mo- covt. CAPITULO ll DEL GÉNERO Dobrizhoffer concede que el Abipon cuenta con género masculino y femenino, pero que éste sólo se puede distin- guir con el ejercicio. Sus ejemplos son : Grahaulái : sol (femenino). Grauék : luna (masculino), Ariatk : bueno. Ariayé : buena. Cachergaik : viejo. Cachergayé : vieja. La verdad es que 2ó yé son terminaciones de femenino, como ekó ¿k lo son de masculino; de suerte que vista y oída la palabra no cabe duda del género. Si la voz termina en ac para femenino se cambia el subfijo en aga, V. gr.: Aalancalac: perezoso. Aalancataga: perezosa. El Mocoví hace las mismas distinciones, v. gr.: Masculino Femenino Eddocoleék Eddocolassé criollo Pactiorñáca Pactiornagá médico Eogodach Eogolayé pobre a Véase: Arte Mocoví, Títulos etc., página 45. Á primera vista se desprende la íntima conexion entre és- tos y aquellos subíijos. Adjetivos como Naá, malo, y Neen. bueno, sirven para los dos géneros; pero es de advertir que ni uno ni otro acaba en la partícula participial k, circunstancia á que tal vaz deba atribuirse la anomalía. En el capítulo de los pronombres se hará notar otro modo de expresar el género de ellos. Conviene advertir que la forma femenina es la que se usa tambien para los plurales. Ex. gr.: Eergr'atk, estrella; plu- ral: Fergr'ayé. CAPITULO HI DEL NÚMERO - Es tan complicado el modo de terminar los plurales en Abipon como en Mocoví. «Es tal la variedad, dice el Padre, que casi no cabe regla ». He aquí algunos ejemplos: N' en Era: Singular Oalod; plural Oaloera, condenado. A' en A”: singular Letatdá; plural Lelatá, vena. A” en El: singular Aoend; plural 4oenel, olla, A' en Arí: singular Pana; plural Panar?, raíz (D.). Sin- gular Olpana; plural Elpanerz, raíz (B.) Al en Ela: singular Quetal; plural Quetela, oreja. A” en Al: singular Oachigranigd; plural Oachigranigal, ciervo (D.). E CóKen Ca ó Cá: singular [lrale; plural /lialca, cachorro. Singular Namilgic; plural Namilgica, castigo. CóKenA: singular Ahépegak; plural Ahépéga, caba- llo (D.). Cen Ga: singular Capátc; plural Capauiga, gato. CG en Ya: singular [quile; plural [quilya, cotorra, C en Cqui: singular Y2c; plural Y icqui. casa. K en E: singular Eergr'aik; plural Eérgr até, estrella. K en Ra: singular Ketélk; plural Ketelr a, mulo (D.). K en Gke: singular Leték; plural Letegké, hoja de ár- bo. (D.). Ca en Ga: singular Oegeca; plural Oegega, hormiga. E” en El: singular Gaté; plural Loatel, llaga. E en Ete: singular Voalouge; plural Noalougete, culpa. E” en E: singular Letegué; plural Letegué, hoja. E en E': singular Neogue; plural Neogué, palma. E en Te: singular Noalouge; plural Noalougelte, pecado, Ec en Ca: singular Ligilaléc; plural Ligilalca, vestido. Ec en E : singular: Aguirec; plural Aguiré, muchacho. Ec en Ca: singular Lapaanatec; plural Lapaanatca, discípulo. Eca en A: singular Caipeca; plural Caípca, palo. G en Ga: singular Lémág ; plural Lemága, bautizado. Gen Gui: singular Vacar2g; plural Nacarigus, bautizado. Gen Cachi: singular Lemag; plural Lemacach:, bautizado G en Gla: singular Vacar:g; plural Nacarigla, bautizado. Ga en Tá: singular Neogá; plural Neotá, día. Singular Neoga; plural Neogolá, día (D.). Gaic en Arca: singular Vatannogaic; plural Natannoar- ca, desgraciado. Gé en Ké: singular Lachaogé; plural Lachaoké, arvro- No (D.). Gec en Jáca: singular Nachagec; plural Nachajaca, pié. Ga en Gri: singular /ñiga; plural [ñ1igr?, año. len Ye: singular Acalleguei, plural Acatlegueye, caña. MEN y 6 ARS l en Ite: singular Naquequi: plural Naquequite. estribo. L en Lá: singular Elpartl; plural Elparild, tallo. L en Lí: singular Loatal; plural Loatal?, chispa. M en Mi: singular Lajam; plural Lajami, puerta, N en Naca ó Nca: singular Lajatan; plural Lajannaca., pregunta. Singular Neyen; plural Veyenca, regalo. N en Ne: singular Queregan; plural Queregane, jerga. Ten Ta: singular Grepalit; plural Grevalita, golon- drina. T en Cate: singular Caalat; plural Caalcate, brazo. Ten Te: singular Liilet; plural Liilete, hijo. T en Te: singular Vcaocate; plural Vcaocaté, amado. T en Tr: singular Vajataoa; plural Vajatraoa, presente. Ye en Yaole: singular Laoregye; plural Laoregyaole, higo. ALGUNOS PLURALES ANÓMALOS Npaagnagó: enemigos. Náand, plural: Naánaúli, espina. Plural por reduplicacion : Lerc, plural Lelerc, letra. Plural con subfijo Aite : Quiñigatanal aile, ofrendas muchas. Dobrizhoffer agrega estos ejemplos: Yoalé: un hombre. Yoaleé 6 Yoaleéna: algunos hombres. Yoaliript: muchos kombres. Ahépega: caballo. Ahépegiript: muchos caballos. OBSERVACIONES 1* No todas las partículas son muy generales, pues mu- chas de ellas se conocen por un solo ejemplo. Las más usa- das parece que son: Ca, Cate, Te, Y, A, L. La £ no es tan comun como debería esperarse, pero ello tal vez resulte de que nos faltan voces en que entra. 2* Vaca, Na y Ca son partículas que conviene se com- pare con el subfijo nñaca de pluralidad en Aymará. 3* Todas las partículas del número 1, y otras que no se han incluido, pueden reducirseá pronombres demostrativos. Este modo de formar temas de plural lo comprendemos per- fectamente: asíen inglés de child, niño, se forma children, niños; siendo 7 y n ambos subfijos de plaralidad por sepa- rado, y de orígen pronominal. Nada de extraño, pues, tiene este recurso del Chaco, de acumular partículas de igual va- lor gramatical unas sobre otras. 4% La imposibilidad de expresar con nuestros signos alfa— béticos los sonidos chaquenses hace que muchas cosas sue- nen á irregularidad, que más bien resultan de la extension natural de los sonidos en temas en que se aumenta sílaba. Aparte de esto, una apócope restaurada para recibir el au— mento de número en temas de plural, puede dar salida á muchas de las aparentes anomalías. Nosotros decimos ciudd, pero en ciudades restauraremos la dl perdida. Se recomien- da la lectura de las páginas xxtr y Lx del Arte Mocoví. Allí se trata 2n extenso de este punto. 3* El plural que acaba en l es comun al Toba, Mocoví, Abi- pon, Mataco y otras lenguas de) Chaco, y con la 2 merece ser estudiado en todas sus ramificaciones. 6* El subfijo 2p1 6 2pí de muchedumbre es comun al Toba Mocoví y Abipon. 7* La correlacion que existe entre el Abipon y el Mocoví está a la evidencia en estas partículas finales de pluralidad. Para mayor claridad se darán en seguida algunos ejemplos concretos: Singular: Mocoví Dadé (3). Plural: Abipon (Grraré. Mocoví Dadé. Nótense las ecuaciones: (zr inicial =D); R medial = D. Enemigo Singular: Mocoví Vpaguennavá. Plural: Abipon Vpaagnagó. Mocoví Npaguennavá. Nótese la y de un lado y la v del otro; pero adviértase que en Mocoví hay otra voz que dice enemigo tambien: Vecoa- gud. Olla Singular: Abipon Aoend. Mocoví Avennd. Plural: » Aoenel. » Avennal. Hueso Singular: Abipon fpiinc. Mocoví Ipinneh. Plural: » 1 lpruncass >» Ipinnacá. Nótese la sincopacion nc. Singular: Abipon Iñiga. Mocoví Iñiagá. Plural : » Mig). Imando: Nótese Ja ecuacion 9712 = rdl. Camino Singular: Abipon Cataic. Mocoví Naaddaik. Plural: » Calaica. » Naaddico. En Mucoví o =a abipona. Puerta Singular: Abipon Lajam. Mocoví Lassóm. Plural: » Lajami. » Lassommí. Notese la ecuacion j = Ss. Pero basta de ejemplos. CAPITULO IV DEL CASO Dice Dobrizhoffer que los nombres no cambian de forma para expresar lo que se entiende por caso 0 declinación, pero que prelijan una partícula que corresponde á nuestra prepo- o sición. El ejemplo que él da es de una M, v. gr.: de Aym, yo; M'ayím, áó6 para mí. En otros casos puede ser kh etc. como se verá al tratar de estos afijos. Caso empero tienen los pronombres, como se verá cuando se trate de ellos, y en la forma posesivo-genitiva estas par- tículas se aplican como afijos á los nombres sustantivos etc. para indicar relacion: estas partículas, segun la persona y nú- mero, pueden ser prefijos ó subfijos 6 ambas cosas á la vez. CAPITULO V DE LA POSESIVACION Este es uno de los recursos más curiosos del Arte Abipon como lo es en los demás idiomas del mismo tipo en el Chaco. Dobrizhoffer se limita á dar ejemplos sólo de dos modos de posesivar, que por pocos y de importancia se reproducen aquí: 1. Hijo: VNaetar at 'D.; Dobrizhoffer Brigniel Sing. : 4* Y-aetrat (Meus). Sing. : 42 Y-aitat. 21 Gr-aetrachi (Tuus). 22 Gr-aitach-1. 32 L-aetrat (Hllius). 3a L-aitat. Plur. : 42 Gr-aicat. Notas. — 4? La £ hace chi- % Gr-aicach-ii. cheoal herir el subfijo de 2* per- 3 L-aitat-e. sona ?2. 2% En el Toba se nota que Noras. — 1? Voz que usan de 3 Bárcena escribía como Brig- niel sonidos que López daba como Dobrizhoffer. Por ejem- plo : Agua (1590) Bárcena : Netaht; (1888) López : Neta- grgrat. Yo mismo lo he apuntado de lo que oí, y con Bárcena en la mano. hijo vivo, cuando nose les ha muerto ninguno. 2a Obsérvense las ecuacio- Les: ae = 1 rat =:1at. 3* Los temas de 42 y 2* en plural deben resultarde fuerte sincopación. 2. Abuelo materno: Nepép. Dobrizhoffer Sing. : 42 Y-epép. 22 (+r-epepé. 3* L-epép. Nora. — La é por 4% subfijo de 22 persona sin duda resulta de asimilacion. Mocovi (Tavortini) Nappi pl. Nappirí. Sing. : 12 Y-appí. 22 D-appi. 32 L-appí. Plur. : 42 Ard-appi. 22 D-appíi. Brigniel Esta voz falta en el vocabu- lario de este Padre. Nora. — Obsérvese que se trata de abuelo materno, y véase abajo. - Toba (López) Apé Ó Apí. Sing : 4* Y-apé. 23 Ad-apí. En Lule de Machoni «abuelo» es Pepé 6 Pé, y el hecho de que Vepép sea «abuelo materno» parece que indica la procedencia étnica de uno de los abolengos mujeriles de los Abipones; y como la palabra es comun á todos los tres ES dialectos, parece que todas las tres naciones se hayan em- parentado con los dichos Lules. 3. Nieto: Nadl Dobrizh offer Brigniel Sing. : 4* Y-aál. Sing. : 12 Y-aal. 9% Gr-aalí. % Gr-aal-i. salas Mocovi (Tavolini) Toba (Bárcena) Sing. : 12 Y-val. Sing. : Faltan las tres per- 2 CSvalslí sonas. 3a L-yval. ayas Etc. Noras.—1* La v orgánica en el Mocoví y Toba parece que se pierde en el Abipon, y esta morbosidad se advertirá en muchos otros casos. A no dudarlo se trata de un sonido 0a- que puede trocarse en aa, en mérito de la ya establecida ecuacion : Abipon A = O Mocoví. 2* Es curioso que Camu sea nieto en Lule, y Cumé, abuela, en Toba; Comend en Mocoví. 3* La supresion de la [ final en el ejemplo Toba sin duda resulta de que en este dialecto este sulfijo hace tema de plural. 4. El hermano menor: Nendk Dobrizhoffer Brigniel Sing. : 42 Y-enák. Se deduce que es Aoenec Ya Gr-enaré. con Añalejoa prefijado. 3 L-enák. Noras.—1* Nam Aoenec es : menor. 2* En el Abipon faltan muchas de las voces que se rela- cionan con los grados de parentesco; por el contrario, en los cuadernos de Bárcena está una tabla completa, pero que no dice bien con lo de arriba. Lo más parecido es Lanoladasá, hermana menor de él ó de ella. En Mocoví sólo tenemos Ca- yá, hermana en general; pero es indudable que debe existir una serie tan completa como la del Toba. 3" Enel Lule tenemos: Enyp, mi hermano menor. Dadas las omofonías anteriores, ésta adquiere importancia; porque al fin lap final en Lule es más ó menos lo que la /een los otros idiomas, 5. Asta de lanza: Noheleté. Dobrizhoffer Brigniel Sing. : 12 Y-ohelete. Sing. : Faltan las otras tres 2* Gr-ohelichi. personas. 32 L-ohelete. 3" N-oagileté. Mocovi (Tavolini) Toba (Bárcena y López) N-ictaquiarráih, vel Taquiagay (B.) N-aqquí, pl. Naqquil-li. Taquiráy (L.) Noras.—1* En Dobrizhoffer la voz dice, el asta de la lan- za, mieniras que en los otros tres ejemplos se refiere á la lanza á secas. 2* En Lule una lanza de palo (E) llámase E Ayé: cosa larga de palo. El tiempo dirá si hay correlación entre estos temas. 6. La vida: Nalatr'a Dobrizhofter Brigniel Sing. : 1* Y-atatra. Sing. : 1* Y leigá. PA O ie 2a Gr-atatre. 2: Gre-leigué. 32 L-atatria. 5* Le-leigá. Plur. : 4? Gre-leigá. 22 Gre-leigueyi. 3* Le-leigá. Mocovi ¡Tavolini) Toba (Bárcena) Sing. : 12 Ye leágá. Calcolagatech. 22 De-leágaí. 31 Le-leágá. El manuscrito no da la po- Plur. : 12 Arde-leágá. sesivacion. 2a Arde-leagal. Noras.—1* Dobrizhoffer sin duda se refiere á una vida que no es la de los otros ejemplos; aunque la terminacion?'a puede encerrar una sincopacion de la raíz Laga etc., que segun parece es la de los otros temas. 2* La terminacion e de segunda persona es el equivalente del diptongo az. 3* En Lule Uató es vida. Esta raíz cabe en el tema (D.). Estos son los ejemplos que en Dobrizhoffer representan la posesivacion normal, como que son seis entre siete. Del úl- timo se hablara á su tiempo. Lo extraño es que no haya dado el plural; por suerte éste lo podemos suplir del vocabulario de Brigniel, quien nos conserva unos cuarenta y tantos ejemplos de esta declinacion posesivada. De ambos autores se desprende que, como en Mocoví, lo más general es el uso de esta serie de afijos : Abipon Smsular 1 GPL SIA Plurals. “19 Gr. ¿canal Gr. Lu o Mocoví Singular 1 OS A AS Plural "TL Arde ca 2: AVOULS N — 83 — No se crea que en el plural haya la regularidad del sub- fijo de [* y 3* persona que figura en la fórmula; pues cual- quiera de las partículas de pluralidad parece que puede ser- vir. Enel Apéndice se da la série completa de nombres pose- sivados con explicaciones, y allí podrá estudiarse el punto á fondo. Del siguiente ejemplo podrá asegurarse ex uno dasce omnes. Antes de proceder adelante, es necesario advertir que el Abipon, como el Mocoví y otros idiomas del tipo Guaycurú, posesiva de dos modos, del uno sin prefijo auxiliar, del otro con él. GRUPO SIN PARTÍCULA AUXILIAR 1* Declinacion acatar: 10 Y...:; ETT Y rai ples 2 Gr. 105. 030 Lo pl Abipon Mocovi Naacatéc: La palabra. Naccatéh, plural Naccatcó. Sing. : 1* Y-aacatéc. Sing. : 1* Y-accatéh. 2: Or-aacatigui. 22 D-accactiguii. 32 L-aacatéc. 3* L-accatéh. Plur. : 12 Gr-aacatéc. Plur. : 42 Ard-accatéh. 2 Gr-aacatigulí. 2a Ard-accactiguii. 3* L-aacategue. 32 (Falta). Nortas.—1* Aquí todo es lo mismo; sin embargo el Mocoví distingue entre mi palabra, nuestra palabra, mis pala- bras, nuestras palabras. E ¿SEO 2% En este ejemplo la ti no ha sufrido chrcheo. Toba Ya- catac (B.); Alktatká (L.) (). Se ha elegido este ejemplo porque la misma raíz sirve para formar los tres temas, y porque los afijos son tambien idén- ticos. En el Mocoví se han probado ya las ecuaciones : RED Cie ¿D) Pasemos ahora á la segunda declinación de los temas sin refuerzo. 2 Declinación Singular 1 PE 2%. Ar. .1 (1) 3 O REn Plural: 19% Ar... (?); 2% Ar, ..t1 (7) 32 IO Abipon (1767) Mocovi (1860) Ylguigí: El ánima. Nquii, pl. Nquiil: El alma. Sing. : 42 Y-quigí. Sing. : 12 Y-qquii. 22 Ar-quigí. 2* Ar-quiii. 3a Yl-quigí. 32 L-quii. Plur. : 4* Ar-quigí. Plur. : 4* Ar-quií, pl. 1. 2a Ar-quigil. 22 Ar-quíii, pl. ¿l-l2. Causa admiracion que se haya conservado hasta la serie medio anómala de los afijos. En el Apéndice se encontrarán dos ejemplares más de esta posesivacion. Toba Haiquihi (Day )e Sólo en un estudio NEUBA dos ejemplos nieel es beber, Po mlecio: en ambas lenguas. En Brigniel: Niichi, bebe tú. La anomalía de esta L de tercera persona tal vez deba ex- plicarse mediante la ecuación L= Y; en cuyo caso esta conjugacion correspondería á la Clase 1IT, con refuerzo D del Mocoví : (ADA DU SÉPTIMA SÉRIE Articulación eN (BN 2 AN 25 32. N.+ Falta el plural I. Acordarse 31 Netunetá. I= Ñetúneta. En Brigniel : % Nichuñiitá Sing. : 12 Nieteui. — 110 — 22 Nichiuiñi. 2: Natachihegem. 32 Netui. 32 Natahegem. o. a y o 2 ED Plur. : 4 Neteune.. En Brigniel: Eetapec, Fugitivo. 22 Nichitunyl. 3. ÑNeteune. Mocovi (Huir). ss la Aim Es-et. 3pna 2 — » iichi. 1: Nañam. 2 Oe Cla 22 Nañami (N?). 32 NaDam. IV. Venir En Brigniel: Niichi, bebe tú. = Ñaué MocovÍ 2: Nauichi, Sing. : 4* Nieet. 32 Naué. 2 Nictii (sing. y plur.). A : SNS SO, En Brigniel : Lanegue main, Neet. ra ven conmigo. Plur. : 4* Niectácca. 32 Neecté. Mocovi 1* Sannák. clar 22 aqquii. la Natahegem (N ?) 3% annák. CAPITULO XV SIGU£ EL VERBO Hasta aquí los verbos de Dobrizhoffer. Ni él, ni ninguno de los que han dejado algo escrito sobre la materia, acertaron á clasificar los verbos por conjugaciones segun sus afijos perso- nales de flexion, y la tabla que da el Padre Misionero no te- nía otro objeto que hacer conocer la variedad de estas partí- culas. Por cierto que le faltó mucho para enterar la cuenta de esa misma variedad que él invoca; así que si sólo contáse- mos con el material que él nos ha reunido no se hubiese po- dido completar la clasificacion. Gracias á los manuscritos del E ls ls P. Brigniel y á lo que por analogía colegimos del trabajo del P. Tavolimi,hoy nos hallamos en el caso de poder reducir el Abipon y Mocoví á reglas como hicieron los Padres de la Compañía y otros con las lenguas de los Chiquitos, idiomas igualmente enmarañados en su mecanismo de posesivacion y flexion verbal. Al tratar de los verbos qne nos conserva Brigniel volveré sobre este punto. Ahora conviene reproducir lo que Dobriz— hoffer nos cuenta de la conjugacion en general por sus Mo- dos y Tiempos. MODO INDICATIVO El Presente ya lo hemos visto. Pretérito Amé: Rikapit kan ó hanigra. Pluscuamperfecto Había amado: kanigra gehe rikapitó Rikapit kanigra gehe; porque de los dos modos lo escribe Dobrizhoffer. Futuro Para este tiempo se subfija la partícula am, el ódel Mo- coví, así: Grktapichiam: amarás. IMPERATIVO La segunda persona de presente ó de futuro sirve de im- perativo, así: Erich: Haz. Grhapichiam: amarás. A veces se prefija la partícula Tach para segunda y Tak para tercera persona, ex. gr. : — 112 — Tach grahapichi: obedece. Tach grakatrani: di. Tak hanek : que venga. La negacion se hace con futuro y Tchik ó Chige inicial, así: Chit kahamatrañitam: no matarás. Chit noaharegraniam: no mentirás. Todos estos ejemplos están también en Brigniel con la co- rrespondiente diferencia fonética; lo que prueba que este manuscrito, sea ó no del autor á quien se lo atribuyo, no era el original que Je sirviera á Dobrizhoffer. OPTATIVO Y SUBJUNTIVO Estos modos y tiempos se forman con ciertos afijos que pueden ser iniciales, ó finales. Chigriek: ojalá; ex. gr. : Chagriek grkapichi G'Dios, eknam Rkdogarik: ojalá amases á Dios el que es Criador. Keét (si) que corresponde al (Juet Mocoví, y que puede ser inicial o final; ex. gr. : Két greenr ani, (Dios grka- pichi két: si fueses bueno á Dios amarías. Amla, despues que; Om y Oma en Mocoví, ex. gr.: Amla grapichi g Dios, Dios lo nktapichierroam: des- pues que hayas amado á Dios, Dios te lo amará á tí. Ehenha, donec, hasta que, mientras que; ex. gr.: Ehen- há na chigrkapichi y Dios, Chit gihé groamketapekam: mientras no quierasá Dios nunca te hallarás tranquilo. Amamach: cuando, eso que; ex. gr.: Amamach rika- pichierroa lo grka pichioam: cuando me quieras yo te lo querré. : Két mat (si); ex. gr.: Két mat nkapichirioa, la rika- pitlo et: si me amasen yo los querría. — 113 — Tach, para que; ex. gr.: Tach grkapichoa, rikapichi- erroam: Amame, yo teamaré. Así está en Dobrizhoffer ; pero se ve que el Tach no es más que el refuerzo de im— perativo. MODO INFINITIVO Cuando nosotros ponemos un verbo despues de otro en infinitivo los Abipones rigen á éste con la partícula m' pre- fijada, ex. gr.: La rihete m'hakéñe Ya quiero comer. donde el hakéñe está tambien en primera persona del pre- sente de indicativo ; tambien : Haoahen m'ahik. No puedo ir. Locuciones que suplen al Infinitivo, Supinos y Gerundios. En lugar de decir Puedo 1r, expresan la idea así: Lahikam. Chigeeka Loatk. Ya iré. No hay dificultad. Óó ¿Mañiga loark? ¿Hay dificultad ? Yoamkatáa keét lame Justo es si ya vas (debes ir). Mich grehech m'ame. ¿Acaso quieres irte ? | vel Oagan chik yoami. | Aunque no es justo (no debes ir). | En lugar de decir: «¡Qué bien sabe nadar este hombre!» T. XY 8 — 114 — el Abipon se expresa así: «¡Qué nadador es este hombre!» Kemen alar ankachak yóale. VOZ PASIVA No la conocen y á nuestras oraciones de pasiva ellos las expresan por activa. Cuando algo se ha muerto ó perdido di- cen ellos que la cosa ha perecido así: Yúihak oaloá: el buey pareció. Yúthak chitlgihe: el buey ya no aparece. Chigat yaraigé : no sabe, por: no se sabe. Chigat yaik: no (lo?) come, por: no se come. Chigat eiga: no (lo?) toca, por: no se toca. Machka chigat mkehayape enó ahépega, maoge oaloéra: porque no cuido los caballos, por eso desapare- cieron, por : no fueron cuidados. Chigichiekat nakatíit eer gr'ae: No hay cuente las es- trellas, por las estrellas son innumerables. Amchigat yaraige, chigichietat yaratapekam : cuando no sabe no hay lo contará, por: cuando no se sabe no debe contarse. PARTICIPIOS Estos se forman así y pueden posesivarse: De Rikapit: Yo amo. Masculino Femenino |: Ykapicher'at, mí amado. la Ykapichkaté, mi amada. 2: Grkapicher'achi, tu amado. 22 Grkapichkacki, tu amada. 31 Lkapicher'at, su amado. 3* Lkapichkaté, su amada. Lhkapicheraté kenvaraoge : yo soy querido por todos. Kapicher a: amor; Ykapichera: mi amor; Kapich- 1er atk: el que ama, amante. — 115 — De Rikáuvagé: Yo compadezco. Y káuagr' at: compadecido por mí. Yháuagr a: mi compasion. Kauagr'ankachac: compasivo. Y kaúaget: compadecido por mí. Grkauagigt : compadecido por tí, etc. Kauagr'ankate: instrumento, modo, lugar de la compa- sion; la compasion misma. De Hapagr'anatr'an : Enseño. Napagr'anatr'ak: el que enseña, maestro. Napagr'anaték : el que es enseñado, discípulo. Napagr'anatr'anr'ek: enseñanza, lección. Napagr'anatr'ankaté. la anterior que á otro se enseña, escuela, etc. CAPITULO XVI , DE LOS VERBOS SEGUN BRIGNIEL Ya hemos visto lo que dice Dobrizhoffer á propósito de los verbos. Este autor nos indica algunas reglas y nos da sus ejemplos; mas ello no puede considerarse el arte completo de la lengua Abipona, ya que sabemos lo que han dejado escrito los Padres Brigniel y Tavolini, éste de la Orden de San Francisco. Brigniel, al fin de su Vocabulario,agrega una serie de ver- bos con su flexion completa, hasta donde él creyó necesario completarla y de allíse ha compulsado lo que va en seguida, Como en todos los casos en las lenguas del Chaco de este — 116 — tipo, los grupos y clases de verbos se arreglan segun su im- portancia numérica, y á primera vista se verá que esta cla- sificacion concuerda muy bien con lo que se ha observado en el Mocoví. Para mayor claridad sólo se dará un ejemplo de cada tipo, reservando para un cuadro al fin la tabla completa de los verbos con sus notas y observaciones. GRUPOS Y CLASES En Abipon, como en Mocoví, los verbos, en sus conjuga- ciones, fácilmente se dividen en dos grandes grupos : el uno sin refuerzo, el otro con él. Cada grupo de éstos se divide en clases y subclases. 1% Grupo. Sin refusrzo CLASE 1* Articulación típica Singular: 12 (4, E-0 Y)... ¿2%(A, E-0 Y). Plural : 1* A, Eó6V)wacas 2 (ABE Y). AOS En Mocoví: Salar SS O Plural IT SIA cCCaa e. Aia On Nora. — La articulacion es idéntica en ambos casos da- das las ecuaciones S=H ó Aspiración ; Aspiracion = Aspiracion. Ver S y H en Fonología Mocov!. a Ejemplo : Ablandar Sing. : 4* Aim Aligat. Plur. : 42 Acam Aaligatca. Y2 Acami Aligachi. 22 Acamii Aaligatchii. 3* Eroja Yaaligat. 3* Erouja Yaaligáte. CLASE 2* Articulacion típica La misma de la anterior sólo que la Y de la tercera per- sona se sustituye con R óGR,á veces con algun prefijo vo- cal, sin duda por eufonía. En Mocoví la clasificacion es la misma, sólo que hallamos D por GR, como era de esperarse. Ejemplo : Llorar Sing. : 42 Eoca. Plur. : 12 Eogai. 2: Eogai. 2a Eogaii. 34 Greoga 32 Greoagal. De esta clase tenemos unos seis verbos, dos de los cuales corresponden en tema y articulacion á los ejemplos Mocovíes. Véase la tabla completa de los verbos, al fin, Apéndice B. CLASE 3' Articulación típica Smgular A omada 2% 0..05 3 Plural A (o mada cds 2%... .1133% 0.0 0:80: — 118 — En Mocoví hallamos la S de primera persona. En el Api- pon el prefijo puede faltar en todas tres personas de ambos números. Ejemplo: Abrazar Sing. : 4* Acaalgue. Plur. : 13 Acaalegue. 22 caaligue. 2: caaligue. 32 caalgue. 32 caaltegue. La raíz es Caal y con gue se forma tema compuesto, por eso se infijan los subfijos. Brigniel consigna unos 17 verbos que pueden incluirse en esta clase. CLASE 4* Articulacion típica Singular: 1: Aga: A. Lo A Plural: 18 Aga. a 2 AS: Ye A En Mocoví: Singular 1 ASE O od E Plural: 12 “As... acta: 200...2.37 Yen Ejemplo: | Sentarse Sing. : 12 Ajañiguigan. Plur. : 42 Ajanaguigan. 2: añiguii. 22 Anyiguigan. 32 Yñiguil. 32 Yñiriguigan. La terminacion guigan no es más que complemento de tema. — 119 — La ecuacion A = O reaparece en el Abipon y Mocoví. Siempre estoy en que esta A, ó sea O, nace de la ecuacion siguiente : AA OO elvaR En Toba es frecuente el pretijo Aude segunda persona. Na- turalmente, una articulacion como ésta debe cotejarse con los prefijos pronominales del Mataco-Mataguayo: No), A, L; sobre todo si se tiene en cuenta cierta confusion de L con Y que asoma en todas partes. Los verbos de esta clase son unos 4 6 5, y más, si inclui— mos algunos de la primera, cuya primera persona usa el pre- fijo A que desaparece en la segunda. Véase el cuadro completo de los verbos, Apéndice B. CLASE D* Articulacion típica alar Je la E AOL SY Era EJ 20 E UU SE Y +. TÍ: En Mocoví : Ssipeular: 12 BS... B...t; 3. Blacals 1* ES. .acca; 2 E...t; INE Y...é. Ejemplo : Alcanzar Sing. : 4* EJ-añiguigam. Plur. : 42 EJ-añiguigam. 2* E-añiguigam. 22 E-añiguigam. 3? EY-añiguigam. 31 EY-anriguigam. Sólo un verbo de esta clase encontramos entre los que nos A conserva Brigniel; pero él basta para el cotejo con el Mocoví. Es curioso que ambos idiomas hayan conservado tal unifor- midad en tan complicadas series de articulaciones. Otro punto digno de ser señalado es, que el Toba no con- serva estas variadas flexiones; al menos no se pueden esta- blecer del material con que contamos. En mi concepto resulta de que el Toba es un dialecto mucho más degenerado del idioma original. 2” Grupo. Con refuerzo CLASE 1* Con prefijo N. — Articulación típica Singular EN AN NN Plural: 12 N0...ca 22 N...10.3 Ves En Mocoví tenemos la misma serie. En Abipon se advierte que en muchos casos este prefijo se usa con temas reflexivos; pero no en todos; ex gr.: Niamilg, afrentar. Ablandarse Sing. : 1* ÑNiaaligat. Plur. : 4* Niaaligatca. 22 Naatigachi. 22 Naaligachil. 32 Naaligat. 3* Naaligate. De esta clase da Brigniel unos 17 buenos ejemplos que se verán enel cuadro completo. —.121 — CLASE 2* Con prefijo R. — Articulación típica Ssacular Ra is 2 A e Plat cm 2 E 1d RE): Falta el plura] en el manuscrito. En Mocoví la série es la misma mediante la ecuacion R = D. Ejemplo : Saltar 6 bailar Sing. : 12 Riahat. 2: Rahachi. 32 Rahat. Este ejemplo es sacado de Dobrizhoffer porque la lista de Brigniel no lo proporciona; pero desde que Baile es gra- hatca en este autor, y Bailador, grahataic, sabemos que segun él mismo, Grahat sería «él baila», tema que se ajusta á la articulacion de arriba. CLASE 3* Prefijo D con N de 3* persona. — Articulacion típica. Scar to 2 Or. SN AMA AN ERA NS En Mocoví : DD... .1, 3 No. AN lo YD a DOS A o Ejemplo: Amo Sing. : 4+ Ricapit. Plur. : 4* Grkapiták. 2: Grkapichi. 2* Grkapichii. 3* Nkapit: 3* Nkapité. Aquí tambien tenemos que suplir la lista de Brigniel con ejemplo sacado de Dobrizhoffer. En el Vocabulario, etc., de Brigniel hallo estas expre— siones : 1. Er-capitaá, yo amo. 2. Er-capichi, ámala. 3. Er-capitá, ama él. Esto nos daría un ejemplo de la clase anterior. Hallo esto tambien : l. Grigé, quiero. 2. Grigié, ¿quteres? 3. Grigiyé, ¿queréis ? Este verbo en Dobrizhoffer corresponde tambien á esta clase, 1. e. lleva N de tercera. Otro tanto sucede con Temer que en el Vocabulario está representado por Netachga, miedo, derivado de NVetacha, tiene miedo. Compárense estas otras interequivalencias: Dobrizhoffer Brigniel 42 Naal, es perezoso. 4* Naálga, pereza. 2: Npagak, tiene verguenza: 22 Mpayagá, verguenza. En el segundo caso sabemos por el Vocabulario que Gri- páyaces tener vergúenza (yo). Resulta, pues, que entre el Vocabulario y los datos de — 123 — Dobrizhoffer, podemos incluir cinco verbos conocidos en esta clase. Véase el cuadro completo: allí se darán ejemplos análogos del Mocoví. CLASE 4* Prefijo D con Y de 3* persona. — Articulacion típica E E AO E SR tao GA ERE AA E A TC ad) A En Mocoví como el anterior con Y por N. Ejemplo: Darse prisa Sing. : 1* Griajalat. Plur. : 4* Gr-ajalat (?). 22 Gr-ajalati. 22 Gr-ajalatii. 31 Yajalat. 3* Y-ajalate. Dos son los verbos conocidos que corresponden á esta cla- se, pero sin duda debe haber más; porque en Mocoví son seis por la parte que menos. Véase el cuadro completo al fin. CLASE 5* Prefijo L[=Y (?;]. — Articulacion típica nc e. da Lt 35 Las Ea. Co 2 L...115.3% Les B: Tal vez el Mocoví:; Siulan OE 2 Dd LO Plural: a EMO Ard. 0.3) ROCA E A Ejemplo: Abstenerse Sing. : 4* Liapim. Plur. : 42 L-apino. 2: Lapiñi. 22 L-apiñi. 32 Lapin. 3* L-apine. De Brigbiel son cuatro los verbos que se pueden incluir en esta clase, fuera de Laniague, acostumbrarse, que en singular prefija la L, pero que la omite en plural. Esta curiosa anomalía sólo se explica por aquella otra igualmente curiosa del Mocoví,que reproduce la articulacion de los nombres. CLASE 6* Sólo dos verbos se incluyen en ésta por no caber en otra parte. 12 Acuchillar Sing. : 42 Acainuguenatan. Plur. : 4* Acainuguenatan. 9: Acain-y-ugue. % Acain-y-ugue. y ko) D 32 Nacainugue. 32 Nacainugue. La N intrusa de 3* es la única anomalía en este ejemplo. %o Alimentar Sing. : 12 Aquiñi gám. Plur. : 4? Aquiñi gamc. 22 Nquiñi guiñiam. 2: quiñi ganyi. 32 quiñi gam. 32 Yquiñi gam. Este ejemplo en realidad corresponde al primer grupo, clase 1* Ó 4*. Un estudio posterior podrá modificar en algo estas clasifi- caciones, pero, en general, se verá que son bastante exactas — 1:15 — y del cotejo con el Mocoví resulta que las reglas estableci- das tienen base científica. Repito que el orden responde á la importancia numérica únicamente; que al dar el primer lu- gar á los temas sin refuerzo nada se prejuzga, ni se da por ahora importancia alguna á la preferencia que se asigna á éstas. El estudiante de estas lenguas hará bien de repasar cuanto se ha dicho de los verbos y sus flexiones en mi Mocoví, CAPITULO XVII EL VERBO CONJUGADO POR BRIGNIEL En el Capítulo XV se ha reproducido lo que Dobrizhoffer nos dice acerca de la flexion verbal, que si se quiere basta para hacer comprender lo que ésta debería ser. Brigniel, sin dar regla alguna, conjuga sus ejemplos, unos con más detalles que otros, pero sin decir nada acerca de las partículas con que sintácticamente se entera la cuenta de nuestras Voces, Modos, Tiempos, etc. La verdad es que todo hace falta para formarse idea cabal de lo que es el mecanismo de esta lengua; con un autor sin el otro sólo la conocemos á medias. Antes de proceder más allá debe establecerse que los Abi- pones, por lo general, prefijan sus pronombres personales Aim, yo, etc.; pero en esta reseña no es necesario repe- tirlos. Sing. Sing. Sing. — 126 — Abrir Modo indicativo Tiempo presente : A* Gijoutougue. Plur. : 4* Gijoutag-ugue. 2: Gijouchi-ugue. 2a Gijouchii-ugue. 34 Yjoutougue. 32 Yjoutro-ugue. Pretérito : He abierto : Aa La-G-ijoutougue. Plur. : 4* La-G-ijoutagugue. 2: — L-ijouchi-ugue. 22 L-ijouchi-ugue. 3* La-Yjoutougue. 32 La-Yjoutrougue. Futuro : Ar G-ijoutoucam. Piur. : 1? G-ijoutagucam. 2 G-ijouchi-ucam. 22 G-ijouchi-ucam. 3a Yjoutoucam. 3 Yjoutroucam. Varias 2osas se advierten al tomar el conjunto de los tres tiempos que no constan en ninguno de ellos por separado. 1? La articulacion es ésta : Sing.: Plur.: CG ='H—='"SMoc: 2? G =H = Aspiracion insensible, probado en el Pre- térito, Lijouchiugue. 3* Y = Yi, por sincopacion de prefijo con 2 radical. le 29, en queras'=aC: 3* Y...r, en que r medial sustituye á é final como afijo de pluralidad. Ve Erouja. 2% Que la raíz verbal es Yjout, duro, fuerte. El ugue es terminacion de movimiento. — 127 — 3” Que la t de la raíz produce chicheo con la ¿ final de la segunda persona; y que la ¿nfizacion de este subfijo nos hace ver cuál es la raíz del tema verbal; en otras palabras, que éste es un verbo compuesto. 4 Que así como los subfijos personales son finales de la raíz, el subfijo am de futuro es final del tema. 5 Que el adverbio La, ya, que hace pretérito puede sinco- parse como en la segunda persona. Entre las frases está este participio: Yijoutogué, abierto. CAPITULO XVIII EL VERBO EN SU FLEXION TRANSITIVA Aquí precisamente tenemos que volver á Dobrizhoffer, que nos da los ejemplos que tanto me han servido en mi Mocoví. Es verdaderamente, como él lo dice, un «laberinto» que sólo con baqueano se puede andar : con el buen Padre, con los capítulos a! respecto en mi Mocoví, queda ya el camino trillado para los que vengan despues. Véase el Capítulo XVI (*) y « Arte Mocoví ». Ricapit: amo. T. Ri-kapich-i-er oá, yo te amo. R1, sujeto; Kapit, tema verbal; 2 subfijo personal de segunda ; eroa, terminacion de caso régimen de segunda. U. Gr-kapich-ioa, tú me amas. Gr, sujeto; hktapit, te- ma; 2, con terminación od, caso régimen de primera persona. HI. V-kapich-i04, él me ama. Como el anterior. /V, sujeto. (*) Dobrizhoffer, tomo II, pág. 161, De Abiponibus. E OA IV. N-khapich-ier oá, él te ama. Como el I, con N de sujeto. V. Gr-hapita-é, nosotros lo amamos. Gr-a (=ak), arti- culacion del sujeto nosotros ; hap1t, tema; é, caso régimen de tercera en singular. VI. Gr-kapit-la, nosotros los amamos. Como el Y, con el caso régimen de tercera en plural. VII. Mat-ni-hapit-alta, sí que me amo á míimismo. Mat, partícula de afirmacion seria; n2, me, caso régimen de pri- mera ; hapit, tema; alta, terminacion reflexiva mismo: sirve para todas las personas. VOI. Vi-kapich-i-alta, te amas á tí mismo. Vi, parece que es caso régimen de segunda. En Dobrizhoffer el Ni del VII tiene acento, éste no; kapichi, tema de segunda per- sona; alta, mismo. IX. Gr-kapitá-atá, nos queremos unos á otros (el nacu del Quíchua). Grkapitá por Grkapiták, tema de primera persona en plural; atá, desinencia recíproco-reflexiva. Habiendo explicado la articulacion pasemos á compararla con la Mocoví : Abipon Mocoyvi (14 2) Rikapichier oá. Ysinniappeguá (decir). (2 4 1) Grkapichioá. Ynniappliivá (decir). (3 4 1) Nkapichiodá. : Neoictivá. (3 4 2) Nkapichiroá. Ncoictarvá. (1 pl. 43 s.) Grkapitaé. ÑNagarncá (oir). (A pl. á 3 pl.) Grkapitla. Nagayarnarló (otr). (1 41) Nikapitalta. Nagayanltá (011). (2 á 2) Nikapichialta. Dogquialtá (aborrecer). (14 pl. entre 4 pl.) Grkapitaatá. Falta. (Véase « Mocoví », cap. LXXXII, pág. CLXXXIX et seq.) Como dice Dobrizhoffer, si no fuese más que esto lo que hay que andar, nada fuera ; pero es el caso que, como con —.129 — las articulaciones de posesivo y de flexion verbal, las séries de partículas son varias y su uso, á lo que parece, algo caprichoso. 2% SERIE DE ARTICULACIONES TRANSITIVAS Rikauagé : Tengo lástima, compadezco. I. Ri-kaudg-yégarigé, yo te compadezco. Ri, sujeto; haudg, tema; yegarigé, caso régimen de segunda persona, No es necesario seguir con las explicaciones, baste con lo dicho enel anterior caso. No está del todo averiguado cuál sea la equivalente arti- culacion del Mocoví, pero como hipótesis se ofrece ésta: 'Abipon Mocovi (1 4 2) Ri-kauág-yegarigé. Ñ-oyernal-1éh (llorar). . (2 a 1) Gr-kauag-lygé. N-oyinni-iléh (2 plur. 44 s.). (2 41 pl.) Gr-kauág-yegarik. N-oyinn-iarléh (2 p1.44 p.). (3 á 1) N-kauag-iygé. N-oinn-iléh (1= l-1.). (3 á 2) N-kauag-yegarigé. N-oyinn-irarleh (3 pl. á 9). (3 á4 3) N-kauág-egé. N-oyen-deel-leh. (1 p1.4 4 pl.) Gr-kauageká pegetaá (unos ó otros). (1. 4 1) Ni-kauákaltaá. No acaban aquí las variantes, y esta otra série es,si se quiere, aún más ingeniosa. Un tema que corresponda al grupo que conjuga el prefijo H =S Mocoví de primera persona hace caso régimen de primera con Ni ó Ki1 inicial. Obsérvese que las desinencias tran y tapek son partículas de flexion como nuestro ndo, etc. — 130 — 3” SERIE DE ARTICULACIONES DE TRANSICION Hapagr'anatr'an: yo enseño Abipon Mocovi (M1 41) Ne-apagr'zn. N(1)-ischioennelta (malde- (1 pl: á 41 pl.) H-apagr'an- cir). katápegetá. Falta. (4 á 2) H-apagrani. S-ischinniapéh. (2 4 1) Ri-ápagranic (*). D-ischinni. (3 41) Ri-apagrian. D-ischoennapéh. (343) Y -apagr'an. Y-schoennapé. No puede darse un más bonito ejemplo de analogías, con las correspondientes variantes fonéticas. Adviértase que en el primer caso, yo me enseño, equivale á yo aprendo. En ambos idiomas se deja ver que Ve ú Ni es prefijo reflexivo, en estos casos, mientras que Ri ó 1) es caso régimen. Obsérvese tambien cómo el cambio de una série de arti- culaciones á otra, es decir, de la propia á la ajena, introduce el régimen de transicion, que llaman, en la accion del verbo. Dos ejemplos más da Dobrizhoffer, que reproduzco aquí, pero que corresponden á las mismas séries 3* y 22, Hamelk : Castigo Halkleenté : Acordarse. H-amelgi, yo ú tí. H-akleenchitapegr'ari. Ri-amelgi, tú á mi. H-akleenchitapegii. Ri-amelk, él 4 mí. Y-ukleentetapegii. Gramelgi, él ú tí. Y-amélk. él áú él. Tanto en el Abipon, como en el Mocoví, se verá que la r en estas partículas de transicion indice segunda persona en 2) En Brigniel: Griapagañt, enséñame. — 131 — ambos números y primera de plural; lo que no debe causar- nos sorpresa, desde que igual cosa sucede con las articula- ciones de posesivo y de flexion verbal : el prefijo Gr es co- mun á las tres personas citadas y su determinacion exacta depende de otras circunstancias. Hay que advertir que el verbo va acompañado del pronom- bre personal, de suerte que lo que á veces parece anfibología en los casos de arriba, no lo es; por ejemplo, la falsa concor- dia que encierra aim hamegl?, yo te castigo, sujeto de primera, tema de segunda persona, no deja duda acerca del sentido. Repartidos entre las frases que da Brigniel se encuentran algunos ejemplos de estas transiciones, y no está demás citarlos: No entiendo: Chiga oagipatá. No teentiendo: Chiga oagipat-eigó, ¿Entiendes? ¿Moagipat? (t?) ¿Me entiendes ? ¿Moagipachiyó ? ¿Entendets ? ¿Moagipachi? ¿Me entenders ? ¿Moagipachiyó? El fonetismo de Brigniel no es el de Dobrizkoffer : la y es siempre una r posible. En el Acto de Contricion está esto : Ya te quiero mucho : La-Ricapich-igo. Me has de ayudar : Gri-aton-am (h = ni). Eb la Salve: Yo te saludo: Ñiquiñi-oagoa. — 132 — CAPÍTULO XIX DEL VERBO SUSTANTIVO Y OTROS CONJUGACIÓN DEL ADJETIVO. El Abipon carece del verbo ser ó estar como del verbo haber, dice Dobrizhoffer. Todo adjetivo es susceptible de ser conjugado mediante el arrimo de la articulacion pronominal, que para este caso esla series TAR EAS E exono: 1? Ri-apót: soy valiente. 2* Gr-apochi: eres valiente. 3” Y-apót: es valiente. El plural es probable que sea éste: 1* Gr-apot=ca; 2 Gr-apoch-11; 3? Y-apot-é; pero falta en el texto. Haber Este verbo se suple con otras partículas; ex gr.: Tengo muchos caballos: Ayte yla ahépega. i. e. Muchos míos los caballos. De sospechar es que este la sea un pronombre de tercera que corresponda por su colocacion á nuestro el de, desuerte que yla diría el demi, los de mí, etc. La y es el posesivo de Aim, yo. — 133 — En este ejemplo se verá que Dobrizhoffer estuvo dormi- tando cuando lo apuntó (véasesu Cap. XVII). Dice el autor: Habeo multus pulices, pero el Abipon expresa Canis habet, etc. Netegink loapakate eno Pop: las pulgas del perro ellas son muchas. Chitcaeká lpabé: no tengo carne; tal vez corresponía más bien á este otro romance: no hay carne, expresion que explica mejor el modo de pensar de los indios. Así cuando en Bolivia se pregunta si hay carne, pasto, ó lo que sea, la contestacion es mana canchu (il ny en a pas), no hay; seda el francés para que se comprendael valor del chu=pas. Dobrizhoffer cuenta que heka es el equivalente del romance hay, y que su plural es ekoa, si es negativo, C(h1gekoa. ¿Hay carne? ¿ Meka kandk ? De ejemplos como éste y el otro (¿ M-ayte nauachieka ? ¿Qué no son muchos los soldados?) deducimos que hay verbo sustantivo y que una de sus formas es eka ó ha. Por otra parte, esta Hinnerkam, será, y los subfijos hán, de tiempo pasado, kam, de futuro. Es la raiz ca tan conocida en Quí- chua, etc. ALGUNAS OTRAS ESPECIALIDADES DE LOS VERBOS Los Abipones, como todos, forman sus verbos compuestos, y para ello se ajustan inconscientemente á reglas. De los si— guientes ejemplos se verá el modo de proceder, Menetañi, es, si se quiere, el verbo que corresponde á nuestro estar en el sentido de existir; arrimándole subfijos se modifica su significado. Con Hegen. arriba: Dios Meneta-hegem ken hipigém. Dios está arriba en el cielo. — 134 — Con Añz, abajo: Menetañai ken aalod. Está abajo en la Tierra. Con Hagam, agua: Meñetahagám ken enar'ap. Vive acuáticamente en el agua. Aut: seguir Con Aigit, alrededor: Hautretaigit, sigo al que viene. Con Aa: FHautrad, sigo al que se va. Con Añ1, abajo: Hautrañi: sigo con la mano lo que está abajo de mí. Con Hegem, sobre ó arriba: Hauirihegeméege, sigo con la mano lo que está arriba de mí. OBSERVACIONES GENERALES SOBRE EL VERBO Al cotejar el Verbo Abipon con su flexion en los otros co- dialectos se notan muchas diferencias, las que sin duda mo— tivaron ciertas apreciaciones erróneas de los que antes han tratado sobre la materia; mas no todas ellas son verdaderas diferencias, por mucho que lo parezcan. Por ejemplo: no es diferencia la R en lugar de D, ni la Gr en lugar de Ard en Abipon y Mocoví, porque estas responden á diferencia de fo- netismo únicamente, y salvadas las ecuaciones del caso re- sulta identidad. El Padre Sanchez Labrador, el Padre Jolis, etc., podrían fundarse en tales ejemplos para poner en duda la identidad de orígen entre dos ó más de estos idiomas; nosotros, empero, conocemos que hay igualdad absoluta por esta parte. Es por otro lado que se llama nuestra atención, no obstante que ya en mi Mocoví había yo dado por establecida la prueba de que la S de aquel idioma debía buscarse en la J =H = — 135 — simple aspiracion. Siempre está subsistente la pregunta ¿por qué entra la S, ó sus equivalentes, como prefijo de pri- mera persona en la flexion verbal de estos idiomas? El verdadero índice de primera es una 1 ó Y, sola ó refor- zada, la que encontramos en los nombres y en los verbos; mas donde se presenta la S verbal, ó una de sus equivalen- cias desaparece todo rastro de la I. Esto algo nos dice, y ese algo es, que la 1 puede suplirse con la S, ó sus degenera- ciones, ó sea, que la S, etc., contienen en sí la idea prono- minal de primera persona. Un examen de la articulacion pro- nominal de las lenguas limítrofes confirma esta hipótesis. No es mi propósito por ahora instituir una comparacion entre los afijos pronominales del Abipon y grupo Guaranítico, porque prefiero esperar que salga á Juz la obra del señor Lucien Adam sobre esta interesante familia de lenguas. Sin duda alguna él establecerá los cánones fométicos de todos esos idiomas y sus variaciones dialécticas, con lo que nos será fácil instituir parangones; pero sin este trabajo preli- minar, nada acertado podría resultar; hacerlo aquí sería des- viarme demasiado de los límites de este trabajo. Una cosa podré establecer, que la R, afijo pronominal en el Abipon, mucho se parece á la R= T que con igual carác- ter hallamos en el Guaraní, ex. gr.: en Che-R-obd, mi cara; nde-R-obá, tu cara. D'Orbigny, en su L'horime américain, arranca su «Raza Pampeana » delos Chiquitos y la acaba en los Tehuelches ó Patagones. Efectivamente, en la lengua de los Chiquitos en- contramos la 1, la Ñ y la Z como prefijos de la primera per- sona en la flexion verbal; y debe notarse que en este idioma el paradigma de afijos pronominales es un laberinto tan enmarañado como el de nuestro Abipon, etc. En Lule de Machoni, lengua que geográficamente estaba en contacto con las del Chaco, tipo Abipon, etc., hallamos la s final en (Juis, yo, y la c tambien final como indice de pri- mera persona en la flexion verba!, así: Amaici-c, yo amo. — 136 — En otros trabajos he sugerido la hipótesis que el grupo Guaycurú (Mocoví, etc.) del Chaco procede de Andahuailas, en el Perú, adonde se llamaron Chancas, y en mérito de esta suposicion, se puede instituir comparacion tambien con el Aimará, lengua en que el ha es una partícula pronominal que equivale al romance mío, que en plural haría ssa. Por su- puesto esta partícula se subfija en Aimará, mientras que la correspondiente partícula se prefija en Abipon, Mocoví, etc., pero asi el inglés dice un bueno hombre, cuando nosotros diríamos un hombre bueno. Que algo debe haber en esto de pedirse prestadas las ar- ticulaciones unas lenguas á otras se ve en el subfijo verbal ni del Quíchua, que reaparece como prefijo Nó Nió Ñi en Abipon, Mocoví, etc. Yo supongo que estos Chaquenses de ser vecinos de los del Cuzco y La Paz se largaron al Chaco, y allí es un hecho que dieron con tribus quichuizantes. La verdad es que por donde quiera hallamos un orígen posible de esa S = H prefijo pronominal de primera persona para verbos. Ahí está el Mataco, vecino inmediato de todos estos idiomas, con su Nuslam = Nujlam : Yo. De donde se ve mejor la posible analogía en los afijos entre Aimará y Abipon-Mocoví es en la 4* y 5* clase. Abipon Mocoví Aimará Sing.: 1% Aja-... Asi 1? ...-tha 22 A-...-1 ZO 20 ata Se co EN IN Plur:1*'Ajá=...pl.) PAS. PLE) PASAS D2A-...-11 2 0O-...-1 2 ¿PM A O O A IN O o 0 0 (1) Diferentes partículas de pluralidad. (?) Sincopacion de la última vocal con la +. — 137 — Dada la ecuacion O =A hay identidad en los afijos, con la diferencia que en aquellos casos se prefijan, en éste se subfijan. La 5* clase sustituye As con Es, Aj con LE), etc. Así como en este caso las analogías están entre el Aimará y las lenguas del Chaco, tipo Guaycurú, en este otro las hallaremos eutre éstas mismas y la lengua del Cuzco. Abipon Mocoví Quichua Sie de Ñi-... INS ASP 22 N-...-1 2 N-...-1 Dc. AQUEL UN... SINTAMOS PTI Plur.: 13 Ñi-... pl.) 1 Ñi-...-pl.() PuenpiieE IN OO 2 N-...-1 2* ...-nqui pl. (*) NS PL (NS pr) mp E) Que el subfijo nqui se abra así, n-qu?, para recibir el tema como una intercalacion se comprende; como tambien que el qui así separado degenere en 2. Para mí estos son, ó verdaderos rastros de un orígen co- mun, ó de no ejemplos milagrosos de omofonías casuales con la más exquisita lógica en todos sus accidentes ; yo me in- clino á la primera hipótesis. Empero no es esto todo. Hemos visto que el Quíchua re- fuerza sus temas verbales con N y que otro tanto sucede en Abipon, etc.; mas el Aimará los refuerza en primera y se-— gunda persona con T. En Guaraní la T y la R se intercambian Ó sustituyen como demostrativos, en Mojo la T y la R igual— mente son demostrativos y complementos de temas pronomi- nales. Ocurramos al Abipon y de allí encontramos que se usa el refuerzo inicial R precisamente como el Aimará usa el re- fuerzo final (de la raíz) T. ?) Diferentes partículas segun el caso. 4) Se prescinde de las formas exclusivas é inclusivas. (*) No siempre con partícula de plural cu. — SS Abipon Aimará Sing. : 12 R-i-tema. Sing. : 12 Tema-T-ha. 2: R-tema-i. 22 Tema-T-a. 32 Y-tema. 32 Tema-i (*). Este es un modo ; mas como en Quichua el refuerzo N en la tercera persona puede ser refuerzo ó índice de tercera persona, hallamos que en Abipon tambien puede asegurarse lo mismo de esa claseen que la R sustituye á la Y como pre- fijo de tercera persona. Ver Clase II con prefijo R. Sustitú— yase R con D y lo dicho tiene aplicacion al Mocoví. ¿Qué significan estas variantes en la flexion verbal ? Para mí son todas ellas pruebas de una raza con tendencias cama- leónicas en su lenguaje : raza con un oido inclinado á apro— piarse idiomas ajenos siempre con su dosis del hablar propio. Por supuesto al usarse el refuerzo R fallaba el sonido que indicase primera persona y razones de eufonía ó de lo que se fuere excluiría la 5; fuerza era, pues, recurrir al índice ó infijo 1 de esta persona: ingenioso mecanismo que reduce un grupo importante de verbos á la gran familia de los que em- plean la I de primera persona. Tiempo vendrá en que se pruebe cómo ese subfijo Ca chiquitano de primera y segunda persona ha podido ser el origen de ese mecanismo Abipon: 1... H: ==,SMocoví; 2. H = Nada Mocoví. En estas monografías vamos caminando hacia el mejor co- nocimiento de cómo se encadenan ciertas lenguas america— nas unas con otras, y esto naturalmente sucede por el lado de la articulación pronominal, verdadera piedra de toque de las Gramáticas Indias, sobre todo en las lenguas del Chaco (*) Con sincopacion de la vocal que precede. — 139 — del tipo Abipon; vencida la dificultad de los afijos de per- sona lo demás es sencillo. No hay que dejarse engañar con las complicaciones foné- ticas : ellas naturalmente imposibilitan la adquisición de la lengua para hablarla y escribirla con nuestros signos; pero prescindiendo de esto podemos conseguir conocimientos bastante exactos de todos estos idiomas, establecer ciertas reglas que nos sirvan de guía si andando el tiempo damos con otros grupos que puedan incluirse en esta gran familia. Cuando este estudio se suplemente con los que correspon- den alMbayá ó Guayenrú yLengua ó Payaguá,podremos decir que se ha completado el gran Grupo típico del Chaco, y ve- remos que, como el Toba y el Abipon confirman lo escrito sobre el Mocoví, los tres se ilustrarán y comprueban al compararlos con los codialectos que aún nos quedan que examinar, y que tan insuficientemente se analizan en las obras de Hervas y Adelung. Bajo este punto de vista no es perdido el tiempo y espacio que se dedica á cada uno de estos idiomas como partes de un todo que aún está por descu- brirse. CAPÍTULO XX PARTÍCULAS, VOCES Y EXPRESIONES QUE LLAMAMOS ADVERBIOS, PREPOSICIONES, CONJUNCIONES É INTERJECCIONES Para evitar confusiones se pone todo en órden alfabético como para facilidad de referencia. Lo que importa es tener el cuadro á la mano para cuando se ofrezca el cotejo con otros idiomas y dialectos. 1 A. Preposición. Men, mek, ken. Abajo. Erpeiaña. En kerá, hácia. Ver En(D.). Abajo. Añ1 (D.). — 140 — Acaso. Origeena. Ver : Morigí, en preguntas. ¿Acaso? M, prefijo. La hón de los temas se suprimen. Mocoví, M. ¿Acaso? Men prefijo (D.). Ver interrogación. ¿Men leerá ? es verdad? Klevá, es verdad. Chigera, no es cierto. ¿Acaso? (num, lat.). Mik y Mik mich. Adentro. Erpeiava, Toba Panó (ES ¿Adonde está? Eguém mevaé. Agua. Hagam (D.), como sub- fijo de verbo, estar en, etc., meneltá, Afuera. Ouge (D.). Toba Auék (de Ahí está el plato. Ená laquíi- qui. Ahora.Quite, Enequite, Quitam. Toba Nagí. Mocoví Ennegut adi. Ahora.Kite(D.).Moc. Enneguí. Ahora fué. Katekan (D.). Ahora luego será. Kitam (D.). Ahora, ya, hoy. Kitnéoga (D.). Alguna vez. A0equem. - Antes. Ayaggui é Quegé. Aquí. Enaja. Toba Ennú. Por aquí. Quenaja. Arriba. Hegem (D.). Asi como. Men men. Ex. gr. : Menmetá, men naetarat: asi como (es) el padre, así (es) el hijo. Mocoví Minnz. Atras. Nacal. Toba Loek (L.). Aún no. Chigahek (D.). Aunque. Klatum keen. Ver Oa- gan (D.). Ayer. Guenaamá, Gnaamá (D.). Kan, part. de pasado. Moc. Tóm. Casi. Ver Cerca. Cerca, á punto de, casi. Latám (D.). Latam riohamat yiui- hák: el buey casi me mató. Toba Yak. Moc. Layam. Como. Equem meem. Mocoví, Meem. Como también. Meeram, Gueem clatqué. ¡ Cómo eres de! Kemen Ó Ki- máili (D.). Como (si fuese). Yágámsicut. Rocehá yágám Metegink : atropello como si fuese perro (D.). Con (instrumental). Haraú. ex, gr.: Ydale yahamat nihi- renak naraú lohélete : el in- dio mató el tigre con la lanza (D.). ¿Cuándo? Egmalquiam? Toba Malagí. ¿Cuándo? (de pasado). Heg- malagé? (D.). Moc. Nomal. ¿Cuándo? (de futuro). Heg- malkam (D.). Despues. 4mla, Ama, Amla- yerge (D.). Moc. Om, Oma. Toba Tocomelé. Mucho despues. Chitlkihe (D.). ¿De donde ? Eguem ? ¿Por donde? Egmeoe. — 141 En. Ken(D.). Men, ex. gr.: Men hipigem : en el Cielo. Encima. Por la superficie. Alge Ó Elge (D.). Toba Ualék (L.). Por eso (ideo). Maoge, ex. gr. : Tan ayte apatáye ken nepark máúogechik úátékan : porque muchos mosquitos en el campo por eso no dormí. Que en fin. Hegmi pref. (D.). Por fin. En resumen. Mat ó Gramachka, ex. gr.: Eneha mat yaole: éste si que es hombre. Gramachka Abipon yapochi: en fin, los Abipo- nes son valientes (D.). Al fin. Layám. Hasta. Aicaña. Hasta aquí. Laicana. Hoy. Eneogá. Toba Nagua. Mo- coví Ennegus. Léjos. Ayaque. Toba Cayagé. Moc. Aguinúum. Luego.Después. Amblá. Amblá quiñi locagic: luego que coma me voy. Moc. Oma. Mañana. Am richigni (D.). Mas. Nam. Moc. Lam. | Medio día. Neogata. Mucho. 41t (pl. e). Moc. Oic— | téu. Muy. 411 1p1. No. Chiga, pref. Chiga arem: no sé. Chit vinyilá : no re- piques. Chieem: no es así. Tannachit? ¿porqué no ? No. Ygná. Iná (D.). Toba Ay. No obstante. Oagan (D.). Ver Pero, No. Chik, Chit, Chichi (ne Lat.) pret. verb. (D.). ¿Para qué? ¿ Por qué? Yyurt? Pasado mañana. Amekére la- haua (D.). Porque (quia Lat.). Maoye (D.). ¿Por qué? ¿Por qué causa? Eúrigri, Eorat, Miekaenégen. Moc. Quennege? ¿Cuál? Toba Quoiarien. ¿Por qué razon? Miguene- Tan. Ver gueaoé. Moc. Quennegue ¿Qué? id. ¡Qué! kemen. Moc. Meen, ¿Cómo? id. Sino. Amachiga. Si (de hombres). Héé (D.). Si (de mujeres). Hád (D.). Toba, Ahd. Si quiero. Ee grige. Por todas partes. Ciecó gra- - Cchieoé. A la tarde. Am. Nnema (D.). Moc. Nomanagata. Y. Katchka, Kach, Kat (D.). Moc. Char. Ya. La, prefijo verbal. Ya (de pasado). Nehegetoé(D.). Ya (de presente). Haketemal (D.). Ya (hoy, ahora). Kitnéoga (D.). Ya (esta noche). Kitnenegin, Kitnehaoe (D.). Ya me voy al campo. Sahik ken nepárk. = 142 = CAPITULO XXI DE LAS PARTÍCULAS Ó AFIJOS VERBALES, ETC. Llegamos ya al capítulo de las partículas allegadizas, tan importantes en toda lengua americana, porque no sólo revelan su mecanismo gramatical, sinó tambien sirven de rastros para buscar el encadenamiento de todos estos idio- mas entre sí. Dado el valor de estos párrafos se reproducirán íntegros de la obra de Dobrizhoffer con esta señal (D.) para distin- guirlos de las observaciones posteriores. De las articulaciones pronominales de nombre y de verbo ya se ha dicho lo bastante en este y otros trabajos (Mocoví, Toba y Mataco, etc.). LA La (ya, inicial), se arrima á todo verbo; ex gr.: La reókatari cachergayé: ya está llorando la vieja. La rielk: ya estoy asustado. La nañam: ya bebo (D.). También puede ser de pasado como en estas frases : Laoaod: ya se murió. Loquec: ya se fué. En el mismo (Dobrizhoffer) encontramos: La háui, ya seguí (alcancé á entender); á la parde: La háui kan. En Mocoví y Toba es tambien prefijo de tiempo pasado. Debe compararse con el ña (ya Quíchua) y la termina=- ¿¡0n rka de pretérito que sustituye las partículas La y — 143 — kan. De que esta n final nada tiene de orgánica se advierte en su forma de futuro kám. Se me dirá que por idéntica ra- zon la idea de tiempo pasado se buscará en lan y no en la k; pero á esto se contesta que la n final se suple con la l=r inicial: sustitución muy conocida en el Chaco; ex. gr. : Nam = Lam, más. TAPEK ó TARI Subfijos que allegados á la última sílaba del verbo signifi- can acción que se está haciendo; ex. gr.: Hakiriogr'an : aro la tierra. Hakiriogr'ane-tapek : ahora estoy arando. Haoachin : estoy enfermo. Haoachinetari : actualmente estoy enfermo. Ambas partículas se usan en el Mocoví y es probable que en todos los demás codialectos de este grupo. Su uso es muy general, como que el modo de hablar gerundivo conviene á estos idiomas. Ejemplos del Mocoví : Nagayarncactápeh : estamos escuchando. Ichocactarnt : confesarse. KACHIT (face en romance, como final de verbo; v.g.: Satisface) De Arair'aik ahépegak : manso caballo. Ar'aiwr'alkachit ahépegak : manso hago al caballo. De Rielk: tengo miedo. Rielkachit nihtrenák : el tigre me acobardó. De Ayerhégemegé: cosa alta. d Ayercachihegemegé : enaltezco una cosa, la pongo en alto (D.). 1 EZ Este subfijo parece que corresponde al Mocoví Otvcti de Oét, hacer. Elca es partícula de verbo activo, etc., en mu- chos de estos idiomas, y el chi subfijo de verbo transitivo en Quíchua. Aparte de esto está el subfijo verbal te ó ti tan en uso en Mocoví y Abipon, y que no hace más que alargar el tema; ex gr. : Rihe = Rihete, quiero (volo). R'AT ÓR'AN (más ó menos lo que kachit hace á otro, etc.) Se usan con algunos verbos y significan lo que el anterior kachit; ex gr.: 1? Rpaé enar'ap : caliente agua Hapaer'at enar ap : caliento agua. 2 Lad: grande, extenso. Laar'ar'at: extiendo, agrando 3 Lenechi: pequeño, chico. Lenechitar'at: achicar. 4% Haoaté : duermo. Haoacher'an akiravalk : hago dormir al niño(D.) En el ejemplo 3” se ve cómo el afijo ta puede agregarse ú no. Igual cosa sucede con tape. Ta, segun parece, en estos idiomas es úna especie de verbo ser ó estar. | Las correspondientes partículas en Mocoví son: Gát, Gán ó Gón; ex. gr.: Agát : manifestar. Avoagn : castigar, etc. KEN (subfijo frecuentativo) Este subfijo hace que el tema verbal sea frecuentativo, y significa costumbre ó hábito ; ex gr. : Roélalktiken, tiene cos- umb re de pelear, es peleador (D.). — 145 — AAGE (subíijo suele, Este subfijo arrimado á los sustantivos Lahérek, trabajo, 0, Yaar'atr ék, saber, tambien significan costumbre; ex. gr.: Néoga latenk nañametapek : lo más del día está be- biendo. Gramachka Laheerekhaage: en fin ya está en el trabajo. Mat yaar'air'éh aaye: en fin sabe (= suele) (D.). Sospecho que esta partícula pueda ser el oqgué ó augué del Mocoví, como Ocoyart-1-ogué, tú aflojas, tal vez tú acostumbras ó sueles aflojar. La infijacion de la 2 de segunda persona nos demuestra que la terminación oqué no es orgá- nica de la raiz; desde luego que es un simple subfijo que modifica al tema. Los respectivos fonetismos confirman la comparacion que aquí se hace. IT (del material) Este subfijo significa el material de quese hace una cosa; así, Nichigeherites un manio cosido de pieles de nutria que los Abipones llaman Nichigehé. Kúepérit : pisada, estacada; de Káepale: palo,madera (D.). En Mocoví tenemos la misma partícula; ex gr.: Ncoipa- dit: corral; de Ncoippa: leña, palo. HAT (lugar en que crece algo) Esta partícula final tambien señala el lugar en que crece cualquier árbol ó fruta; ex. gr. Nebokehat : palmar ; de Neboke: especie de palma. Nemelkehat: maizal; de Nemelk: maíz (D.). T. XV — 146 — En Mocoví sat ó sacte, como en los siguientes ejemplos: Ectonessácte: pencanal; de Ectoniqque,penca(Opuntia). Nocolalatelsat: cañaveral. Confirmo aquí mi hipótesis de que este sal pueda explicar el Sacat ó Sacate, pueblo, del Sanavirona ó lengua de Cór- doba. » IK (terminacion de nombres de árbol) En 1% terminan casi todos los nombres de árbol; ex. gr.: Apéke : fruta del chañar; Apekik:el Chañar (Gorliea decorticans). Oark : algarroba blanca; Oaiktk : algarrcbo blanco. Roak : algarroba colorada; Roaiktk: su árbol (D.). La correspondiente partícula Mocoví es 2k ó 1h; ex. gr.: Naccalmath: ombú. Dudasnik : durazno. Appiguinik: ñandabay. R'EKI (vaso continente, El subfijo R'e/ei significa el lugar, cosa ó vaso en que algo se encierra, guarda ó contiene ; ex. gr.: Nañamr'ekt: copa, vaso; de Nañam : bebo. Neetr'ki: vaso; de Neel: bebo (D.). En Mocoví y Toba, se usa tambien esta partícula; ex er.: y p) fe) Ennerarnaqqui : tintero. Assoctarqui: cincha. En Toba: Laht 6 Uicchiguz : vasija. Charquí : vejiga. Ossoatarquí : faja. En Mataco es muy conocido este subfijo en su forma h2. LÁYT (receptáculo) Casi tiene la misma significación que la anterior, y tam- bien se pospone ;*ex. gr. : Yabogek layt: tabaquera. Ahépegrlayt: corral. En Mocoví, Lay? es sepultura, segun la cita dudosa que conservo en el Vocabulario. LANÁ (sirve para) Voz de aplicacion general, sobre todo en boca de los que no son muy espertos en el idioma y se hallan al fin de sus recursos: seusa como subfijo.: Las viejas mascan las hojas de tabaco con sal y así preparadas las llaman « medicina »; pedido pues el Tabaco, su medicina viene en seguida : Tach káue achibir'aik neotá land : dame tambien sal para remedio. Tach káue latar'an lpagé laná: dame cuchillo para la carne. ALAR'ANR'AT (subfijo verbal) Con esto de un verbo se hace el nombre del instrumento que produce los efectos de la accion que expresa dicho ver- bo ; ex. gr.: — 148 — Noetarén: curar; Noetarenatar anr'at, medicina, aquello con que se cura. Rietachá : tengo miedo; Netachktatr anr'at: objeto que espanta, como la cara embijada de Indio, en facha de gue- rra (D.). Dice Dobrizhoffer que con esta variedad de giros varía su hablar el que conoce las galas del Abipon, y que Land es recurso de los aprendices. Se deja ver que aquí están complicadas las partículas man y rat (quas vide) y la desinencia participial £. KATE (subfijo de instrumento) Este, como el anterior, es el modo elegante de sustituir ese Land vulgar (cosa para); ex gr.: Hakiriogran: aro; Kiriogrankaté : arado. Nahaltegr'an: tusar, trasquilar; Ahategkhaté: tijeras. (Ver Alar'anr'at). El Mocoví lo usa tambien ; ex. gr.: Aqquil-lelcaté, tijeras. LATE (lugar de accion) ista partícula se subfija á las voces é indica el lugar donde se ejecuta la accion indicada por el verbo. Suple al Land, como sucede en Katé y Alar'anr'at, etc.; ex. gr.: Géhayá: miro; Geharlalté: espejo. Quiñii (B.) : alimentarse; Kinter'alaté : lagar en que se come, ergo, mesa (D.). Véase Occolalaté (caña) en Mocoví. Parece que dice: cosa que crece en lugar húmedo. = Aga IN (partícula final de nobleza) Hombres y mujeres que han sido elevados á la clase noble usan un modo de hablar especial. En primer lugar los nom- bres de los primeros tienen que acabar en ¿n, de las segun- das en en; y los mismos subfijos hay que arrimar á nombres y verbos si se habla con ó de ellos; ex. gr.: Este caballo es de un Abipon cualquiera; sería: lela, es de; pero Hécheri lilin, es de Hécher:, de la clase noble. Al plebeyo se le saluda así: ¿Lá nautichi? ¿Ya llegaste? y contesta: La ñaué: ya llegué. El primer Lá me suena á Ld, adios, 6 salud. Si el que llega es noble se dice: Lá náuirin? ¿Ya llegaste? (¿ya llegó su Merced?) y él con magnificencia y la boca llena contesta : La ñauerinkie así. «Ya me tiene usted de lle- gada», porque el Latinno lo explica. Para los del pueblo la madre es Laté, el hijo Laetar'at; para los nobles Lichid é Illalek respectivamente. Con mucha razón dice Dobrizhoffer que ellos en su ense- ñanza se atuvieron á la lengua del pueblo. — 150 — APÉNDICE A CUADRO COMPLETO DE LOS NOMBRES SEGUN SU ARTICULACIÓN POSESIVA. (Ver vocabulario y capitulos) GRUPO 19 An a eo ios Plur. : 1 Gr... 2 Gr...1 37 LL. ga MS 3* L-agíc erajá. I. N-aripá: El amigo 7 | y Plur. : 4* Gr-agic. ds AE Singular 22 GrT-agl-yl. 3a L-agi-iga - Sn . . ro] - la Y-aripá (mi amigo). %a (r-arivé 10 2 Gr-aripé (tu amigo). Notas. — 4* Ablándase c en 3a L-aripá (de Pedro amigo). gui 2 Cámbi Le e 2 cámbiase c en yu A ) 32 Para plural cámbiase € I” Gr-aripá (nuestro amig0). ¿, ¡ga % (Gr-ari cchi (vuest. amigo). MOE Cassigui: Tu cara fa: Y... 28 €... IMSS Toba. : Hidik. oba Son Toba: Lassik. Notas. — 1* En 22 persona ER TIL. N-iic : Casa Y% En segunda del plural subfijo cchi anómalo. Sing. : 4* Y-icqui. 2 Gr-11ggul. II. N-agíc: Cara 3* L-11cqui. Plur. : 4* Gr-iícqui. Sing. : 1? Y-agic. 2a Gr-1iequirigúl. 2: Gr-aguigui. 3a L-iicqui-te. — 151 — Notas. — Mocovi Vo. 1* Y...; Ya Ca...rt; 32 La... Toba: Nohic, Lavó. IV Sing.: Lapaanat-ec (discípulo). Pl.: Lapaanat-ca (discípulos). Sing. : 1* P-apaanatec. 2 Gr-apaanatigu-i. 3* L-apaanatec. Plur. : 2: Gr-apaanatagu-1. Notas. — 1? Asimilación de e con ¿en la 2* persona. 2%: Cambio de + por á en 22 de plural. Moc.: Apparinactagan, En- señar. Toba: Apagrgaguém. V. N-atáp : Frente Sing. : 12 Y-atáp. 2: Gr-atáp-1. Mocoví : Naactápe, con pret. A 29 Ca...1; 32 La... Toba : Latap ó Lotap. VI. Acauichigá : Garganta Sing. : 12 Y-acauichigá. 2 Gr-acauichigu-é. Notas. —Todo regular. Moc.: Accanninna, tragadla. VII. L-iilet: Hijo muerto. Plu-- ral : 1-1ilit-é. Sing. : 12 Y-ilet. 2 Gr-iilich-1. 3a L-iilet (Pedro L...). Plur. : 12 Gr-iilet. Y (Gr iilich-irit. 31 L-¡ilet-e. Así dicen cuando alguno se les ha muerto. Notas. — 44 Obsérvese asi- milacion de la é con 2. Ya Y tambien el chicheo de £. Moc.: Yal-lek, con prefijo. 1* AA ACA ls VIIL Hijo vivo Sing. : 4* Y-aital. Ya Gr-aitach-1. 31 L-aitat (Pedro L...). Plur. : 12 Gr-aicat. % Gr-aicach-1í. 32 L-aitat-e. Dicen Pedro y María cuando no se les murió ninguno. Hija mujer a Y-aitcate. 9% Gr-aitcach-Í. — 152 — Notas. — Plural de Cat por Tat, en primera y segunda. IX. N-aoene : El marido 1a Y-acenc. 22 Gr-auinyí. 31 L-aoene (Anija L...). Sing. : Notas.— 1% O que se vuelve u ante ¿ por e en la segunda persona. Moc.: Ová, con la Y...; 24 DESUASIS Toba : Louva. X. N-egargá: La muerte Sing. : 42 Y-gargá. 2a (sr-egararg-é. 32 L-egargá(Pedro L.). Plur. : 12 Gr-egargá. 22 Falta. 32 L-eguergá. Notas. -— 4? Sincopacion de e en primera persona. 22 Tercera persona plural anómalo. _Moc.: Nélaoga con pref. 42 VITRINA XI. L-atéta : Muslo f= Y -atéta. 2% Gr-atechi. Sing. : 3a L-atéta (Pedro L.). 2 Gr-atretri. 2 (Gr-atretri-Í. 32 L-atretri. Plur. Noras.—El plural es doble, nuestros muslos. Mos. Octel-lecta, plural Octe- lectari con 18 Y 2D E: Toba: Yotelta ú Telectá. XII. N-ajapi Nalgas (Ver Culo, XL) | Sing. : 42 Y-ajapi. 22 Gr-ajapi. Nora. — I por 1 en ?*. Moc. : Ossáp, Asentaderas. Con 4. Y... PPD IS XI. N-aclataoé : Nombre Sing. : 1* Y-aclataoé. Ya Gr-aclatauichi. 32 L-aclataoé (Ped.L.). Nota. — U por o en 2*. XIV. N-atoete : Ojos Sing. : 12 Y-atoeté. 2a Gr-atoich-i, 32 L-atoeté. Plur. : 4* Gr-atoete. — 153 — 22 Gr-atoichirigui. 31 L-atoeté eroujá. Nota. — Todo regular, me- nos segunda persona del plu- ral. Moc.: Yñ cocté. XV.N-apé: Natura de la mujer Sing. : 1% Y-apé. 2a Gr-apí. 32 L-apé. Nora. — No sería extraño que esta série pueda atribuir- se al habla mujeril. Mocoví : Ap, boca, con 1* Aga, 22 Cad...t; 32 ARI... XVI. N-aacatéc : Palabra Sing. : 12 Y-aacatec. 22 Gr-aacatiguí. 32 L-aacatec. Plur. : 1* Gr-aacatéc. 2: Gr-aacatiguií. 23 L-aacategue. Notas. — 412 Falta de chi- cheo en 2* persona. 2a Desinencias de 2 y 31 en plural. Moc.: Vaccatéh, con prefijo. A AD Toba : Facatac, Nkatká (L.). XVII. N-aáca : Parentesco Sing. : 4* Y-aáca. 2* Gr-aaguí. 32 L-aáca. Nora. — Moc : Naak, pa- riente. Con 42 Y...: 92 D...2; IAS XVIII. N-oalouge: Pecado; plu- ral Noalougete Plur. : 42 Gr-aolougete. Ya Gr-oalougichiriguí. Notas. — 42 Nuestros pe- cados. 2a Forma de la 21 persona. Moc. : Nassoak. (Ver Arte Moc.). la Y...; 2 D...0;32L... XIX. N-oala : El pecho Sing. : 42 Y-oala. Ya Gr-oale. 3a L-oala. Nota.—Todoregular. Moc. : Oal-lá, Estómago. la Y...; 2 Drs os ¡3 — 154 — XX. N-uichíi: Pedo la Y-uichí. % (Gr-uichí. 3? L-uichíi. Sing. : XXI. N-etaigc : El pelo Sing. : 12 Y-taigc. 22 Gr-etalggui. 32 | -etaigc. Nora. — Sincopación de e de 1* persona, quees eufónica. | XXII. N-aarenatanat : El pen—- samiento ; plural, Naarena- tancate. Sing. : 12 Y-aarenatanat. 2* Gr-aarenatanachi. 32 L-aarenatanat. Plur. : 12 Gr-aarenatancate. 22 Gr-aarenatancachi. Notas. -—— 12 Nuestros pen- samientos. 22 Todo regular. Moc.: Adenactarni, pensar. XXIII. N-achagec: El pié; plu- ral, N-achajáca Sing. : 1* Y-achagec. 22 Gr-achagiguí. 32 L-achagec Plur.: 12 Y-achajáca (mis piés). 2* Gr-achajágayí. 32 L-achajáca. Otra forma : 1? Gr-achajáca (nuestros piés, elco 22 Acamii Gr-achajáca. 32 Gr (?)-achajáca erouja. Moc.: Actáuh(se fué). Acta= vegue (anda). XXIV. Niichi: La pierna Sing. : 12 Y-ichi. (2 Gr-ichi. (| Gr-ichi-li (tus pier- nas. 32 L-ichi (de Pedro). Plur. : 1? Gr-ichi (nuestras). 22 Gr-ichi-l1i. 3% L-ichi eroujá (deél). Mocoví : Ieti, con pref. 43 Yo. 2D. 0 IN XXV. L-ichigáric: La pobreza. Sing. : 1* Y-chigáric. 22 Gr-ichigarigui. 32 L-ichigaric. la Gr-ichigárica. 2: (Falta). 3a L-ichigárica. Plur* — 155 — Notas. — Ver 22 persona del singular con más una 7, Moc.: Ygorisca(¡Pobrecito !) Toba : Tiogodik (Pobre). XXVI. N-oetá : El pueblo Sing. : 1* Y-oetá. 2 Gr-oetachi. Plur. : 12 Gr-oeta. Toba: Mohik, (L.) Nai- gueltá. XXVII. L-ajam: La puerta ; pl. L-ajam-i. Sing. : 1* Y-ajam. 22 Gr-ajam-: (de la iglesia). 32 L-iitaqui Lajami (del cielo). L-ajamí ipim. Moc : Lasóm, con pref. 4? A. Ds 38 L... Toba : Lasom. XXVI!!. N-iliouquete : Ro- dilla 6 Rodillas la Y-iliouquete. 22 Gr-iliouquichi. 3* L-iliouquete(Ped.). Sing. : Plur. : 42 Gr-iliouquete. 2* Gr-iliouquechirii. 3" L-iliouquete eroujá. Moc. : Yliaqui (póngalo). C-Coctá (rodilla). 4 Y...; DIVINO Toba : Likté (L.). 9a XXIX. L-igilalca: La ropa Sing. : 12 Y-gilalca. 2a Gr-igilalcai. 3* L-igilalca. Nota. — Parece tema de plural. XXX. N-auiga : La sangre Sing. : 42 Y-auiga. 22 Gr-auigachí. 5" L-auiga. Moca le a DEA Toba : Etago. XXXI. N-oegegga: La sarna. Sing. : 1? Y-oegegga. 2 Gr-oegeggui. ' Toba : Quesagá. — 156 — XXXII. N-achajagalate : El zapato. La escalera Sing. : 12 Y achajagalate. 22 Gr-achajagalachí. 32 L-achajagalate. (Ver XXIID. XXXII5I. N-añaquí: La silla Sing. : 4? Y-añaquí. 2a Gr-añaqui -chí. 32 L-añaquí. Moc. : tado). Innecta (estar sen- XXXIV. N-etapegé: El som- brero Sing. : 4* Y-tapegé. 2a Gr-etapigi. 31 L-etapegé. - XXXV. N-eleigá: La vida Sing. : 12 Y-leigá. 2a Gr-eleigué. 31 L-eleiga (Pedro). la Gr-eleigá. 22 Gr-eleigueyí. 32 L-eleigá eroujá. Plus Moc.: Neleagá, con 1* YE3S % D...1; 3 L... Toba : Calcolagatél. XXXVI. N-aoé: El diente Sing. : 42 Y-aoé. Y9a Cr-auí. 3= L-aoé. Moc.: Ové, con 42 Y...; Ya DEA Toba : Ové. XXXVII. N-aoel: Las entrañas Sing. : 12 Y-aoel. 2 Gr-auili. Mocovi : Al-lot, con 42 Y...; CAC eo Toba.: Dilahuel. XXXVII. N-aal : El nieto, la mieta Sing. : Y-aal. Gr-aali. Moc.: Avál-1 (nieto). Plur. Avál-li. Arál (nieta). Pl. Ard. la Yo. DECANO E — 157 — XXXIX. Noalouge : Culpa; pl. Noalougete (Ver Pecado, XVIII). Sing. : 4* Y-oalouge. 2: Gr-ovalougichí. 32 L-oalouge. XL. Lajapi: Culo Moc.: Lossáp (Asentaderas). E D:..03 32 L.. ME Lui Lado Sing. : 1? Y-uií. Y (Falta). 3* L-ulí. Moca? con 12 DotaASaL Toba : Yoyi (L.), Layt. XLII. Mano derecha Sing. : Y-alaic. Toba : (L.) Alotk (brazo (7?) derecho). Anómalo. Canac : Comida. Sing. : 4* Anac. 22 Canague. 3a Alac. Plur. : 42 Canác. 2* Canayl. 3* Alága. Moc.: Annocó, Naiqque. Toba: Connok, Nalik (L.). GRUPO 2 Sinsular: 1? Y... Plural : [. Hl-quigí : El ánima Sing. : 4* Y-quigí. 22 Ar-quigi. 32 Yl-quigí Pedro. O O O LAR DA AP. 0 UA) OE. Plur. : 13 Ar-quigí. 22 Ar—-quigil. Moc. : Nquíí (alma) con 4? Mois Y ARANA Toba : Hiquiht. E 22 Ar-quetalí (tus ore- II. Quiriouganate : El arado jas). ; 31 El-quetala (sus ore- Sing. : 12 Y-quiriouganate. jas). | 22 Ar-quiriouganate. Plur. : 12 Ar-quetala. ] 3* Il-quiriouganate. 22 Ar-quetala, acamii. Toba : Lacegancaté. a Moc.: Quel-lá, con pref. 12 | TIT. Quetal': Oreja; pl. Quetela: — Y...; 24 KR: 07 3.10% Toba : Quetelá (L.), Telá. Sing. : 12 Y-quitila (mis ore- jas). Sub-clase de las anteriores IV. Caalat : Brazo; plur. Caalacate Sing. : 12 Yr-caalát. 2: El-caalcáchiri. 22 Gr-caalachíi, 3" El-caalcáte. 33 caalat. Plur. : 12 Er—-caalcate (mis Moc.: Coiori (abrazos). brazos). Toba : Aloik (L. derecho!. GRUPO 3 Singular : 1* Mit Cach : 8 AN TI. Yligat : Miembro del varon Sing. : 12 Yl-igat. Mocoví: Annéglet, con 42 22 Cach-igach-1. At... 3 92 Castor MIA 3* Yl-igat erajá. "159 — GRUPO 40 Singular: 1* Ñi...; 2 N, Gné, Guen...1; 32 N... Elurat>1* NV, Gan, Guen...ca; 2% N, Gan, Guen.. .t2; IN I. Aagát: Boca; plur. Gannaa- MI. Até : Dedo cate Sing. : la Ni-até. Sing. : 12 Ni-agat. 22 Gn-achi. 2* N-aagachí. 3a N-até. 3a N-agát. Plur. : 12 Gn-até (dedos). Plur. : 12 Gannaacate. 22 Gn-achí (dedos). 22 N-aachirii. 32 N-aacate. Moc.: £palacaté (dedo). 4* Ste IS Moc.: Yol-legarnagál (len- 2 22 D...0 32 Los 1V Toba: Paragtaní(boca abajo estar) (L.). Sing II. Elpage : Carne Plur. Sing. : 12 N-oaíc. 2: N-oaigui. 3" N-oait erajá. Plur. : 12 N-oayaca. 22 N-oayagayi. 31 N-oayaca eroujá. . Noanerma : Hermana 3 a ÑNi-oanerma. 22 N-oanerme. 32 N-oanerma Pedro. : la Guen-oanerma. 22 N-oanerme. 3" N-oanerme Pedro y (cachque) Juan. V. Hermana mayor. 1* Ni-oanerma nanqueí. Toba: Lapát. 22 N-oanerme namqueí. — 160 — Hermana menor IX. Mano izquierda lr ÑNi-oanerma nam aoenec. : Sing. : 12 Ni-mac. 2 N-oanerme nam aoenec. 2 E-emague. 3* N-emac. VI. Nemágc: Mano izquierda Toba : Emak. 1? Ni-mágce, etc. X. Noacará : Señor VII. Nagipi : Labio Sing. : 12 Ñ-oacará. 2a N-0acaré. Sing. : 1* Ni-agípi. 3a N-oacará. 22 N-agipchi. Plur. : 1+ Gann-oacará. 3* N-agipe Pedro. 22 Gann-oacaril. 32 N-oacará eroujá. Mocoví: Al-lappí, con pretf. As Ay... 22 Cad:;..t; 38 AlZL... XI. Naagagaquí : Sepultura Toba : Nacip (el de arriba). ena P Sing. : Ní-aagagaqui. VIIL. Mano 22 N-aagagaguí. Toba: Lavác (L.), Lauatch- Sing. : 42 Ni-apequena. quí. 22 N-apequene. 32 N-apequena Pedro. Plur. : 1*%Guen-apequena(ma- XI. Napaquenalaoel : Palma de nos). la mano 2* Guenapequeny]l. 3* N-apequena. Sing. : 12 Ni-apaquenalaoel. 22 Guen-apaquene- Natacqueuit (de los Tobas). lavel, Moc.: Nappoquenná (mune- ca). A. AUN BAN. (Ver atras : VIIL, Mano). Sing. : Sing. : Plur. : I. Acan : Barriga Sing. : Plur. : Moc. bre). —/161 — Sub=Clase A XIII. Nañalejoa : Hermano Ñi-añalejóa. Plur. : 1* An-añalejóa. 2: An-añalejoa. 2* An-añalejorii(nos). Sub-Clase B XIV. Npaagnago : Enemigos A 4* Ni-paagnagóu. 22 El-paagnagóuchi. Mocoví: Npaguennavá (ene- 3a El-paagnagóu Ped. migo), con 4? N.. .s de INS ga 12 Am-paagnagóu. N... 2a Al-paagonaurigui. GRUPO 5D? MEA CA TO Y E AE Ca Pr EG AGA Ge: Toba : Tahám (L.), Dahám.- A* Gr-Acan (?). 2: Gr-Acam-i. 3* (Falta). II. Graré: Pestañas fa Gr-Acan (1). Sing. : 42 Gri-aré. 22 Gr-Acam-Í. 22 Gr-ari. 32 Gr-Acan-yÍ. 32 Gr-aré. : N-occoppagá (ham- Mocoví: Diadé, con 4* Di...; Rd 02 Ds , (*) Asíen mi copia del manuscrito se ve que debe ser Gri. Puede resultar de un descuido. SV 11 — 162 — 9 Gr-acami. TIT. Acám : Vientre Toba : Cadahán (L.), Dahám. Sing. : 42 Gri-acám. GRUPO 6” Smgular: 1.1 DI GUA USA Plural ds OO ST 22 Gl-oachiachÍ. TI. Lachigat: Lengua 32 L-oachiat. Sing. : 12 Li-achigat. Toba : Utiagáth. 2* Gl-achigachi. Toba: Latiagat (L.), Uacha- II. Lajaganac : Risa gat. y eS Sing. : 42 Li-ajaganac. 8 Jag 22 L-ajaganagui. IT. Oachiat : Orina 32 L-ajaganac. Plur. : 42 L-ajaganac acam. Sing. : 42 Li-achiat. 22 L-ajagagull. — 163 — APÉNDICE B GRUPO 1” Articulaciones ar E PE 2 E) ¿A el y ca: 22 (1H)... .1853: Yo... A velié. Miocuyis ins ularsilS...: 2 2 AV Plural : (Falta). 32 Yapaguiñit. I. Ablandar la cera Plur. : 42 Apagañi. 22 Apalint. . . . a E IT Sing. : 12 Aim aaligat loapa. 3* Yapiiñl: 22 Acamiaaligachi loa. 32 Eraja yaaligatloapa. _Plur. : 12 Acam aaligatca loa. 9: Acamii aligachii Forma reflexiva : 1* ñi-apa- guiña, yo me tapo. loapa. En Mocoví, Taparse : 32 Erouja yaaligáte : S loapa. Sing. : 12 Nappoquiña. 22 Nappoiña. Forma reflexiva 1? ni-aali- 32 Nappoguiña. gat, yo me ablando, ete. (Ver Plur. : 1* Nappogoña. este ejemplo en los verbos. 22 Nappoiña. 3* Nappoiíña. II. Tapar (Ojo p. 125) TI. Abrir Sing. : 12 Apaguiñi. 22 Apiguiñi. Sing. : 1* Gijoutougue. 22 Gijouchiugue. 3a Y-joutougue. Plur. : 42 Gijoutag-ugue. 2a Gijouchfí-ugue. 3: Y-joutrougue. Otro modo : Sing. : 1? Yjoutougué. 22 Yjochiugué. 32 Yjotougué. Plur. : 42 Yjotrougué. 22 Yjochiugué. 3- Yjoutrougué. IV. Abreviar Sing. : 4* Ajalalachi. 22 Ajalalachichi. 3" Y-ajalalachichi. Plur. : 4* Gr-ajalaláchi. 22 Cr-ajalalachichi. 3* Y-alalachite. V. Napatrañi: Abrigar Sing. : 12 Apatañi. : 2a Apetañi. 32 Yapiñl. Plur. : 42 Apaccatañi. 22 Napaitrahl. 32 Napatrañl. (Ver II y obsérvese la con- fusión entre la forma activa y reflexiva). — 164 — Yo me abrigo. etc. Sing. : 42 Ñi-apagui. 22 N-apiguí. 32 N-apagui. Plur. : 4* Apagui (?). 2a N-apaiñl. 32 N-apatrañl. VI. Yo acabo Sing. : 42 Aim Aant. Ya Aanchi. 3a Yaant. Plural Aant. ga Aanchii. 3a Yaanté. En Mocoví : Sing. : 1? S-ommacte. 9: L-ommactil. 32 Y -ommacte. Plur. : 12 S-ommatácca. 2 L-ommactil. 3a Y-ommacté. Otra forma : Sing. : 1* Somm'at, etc. VII. Acusar Sing. : 1* Aachi (sic). MIG 2 Aachi. 22 Ajalaligué, 3" Yaaté. 33 Yajalalgué. Elur. :4* Aaté. Plur. : 4: Ajalalachitca. 22 Aachi. 32 Ajalalachti. 32 Yaaté. 3* Yajalalachit. AL En Mocoví : Vil. Adivinar Sing. : 1* S-ocoyart-ogué. Sing. : 4: Aarenapeque. Ya occoyarti-ogué. 2 Aarenapé. 31 Y - occoyarti -ogué. 3% Y -arenapé. Plur. : 4* S-occoyarctavogué. Plur. : 42 Aarencapé. 32 Y -occovarti-ogué. 22 Aarinyapéq. 3* Y:aarenatapéd. Obsérvese el fonetismo. Moc.: Sadinió (saber). (Ver XI. Agr Entender, Arte). Agradar Sing. : 4 Aoamam. 2: Aoamañl. adéa: 32 Y-oamam. Plur. : 42 S-adenácca. Plur. : 42 Aoamanc. Da 2 Aoamañi. ádint. : an 32 Y-ádéné 3* Y-oamañl. Sing. : 4* S-ádén. 22 ádiní. En Mocoví : Gustarle. A mi IX. Afilar me gusta, etc. Sing. : 1: Egec grechiñi. Sing. : 1* Ñaman. 2 Egec grechiñl. 22 Namannl. 3" Yegec grechiñi. 32 Namán. Plur. : 4: Egec gretaim. Plur. : 42 Namannácca. 2: Egec grechiñi. 2 Namanní. 32 Egec grechiñi. 32 Namanné. X. Aflojar XII. Aguijonear ' Sing. : 4* Ajalalgué. Sing. : 4* Aoaá. — 166 — 92 oaachí. 3a Y-oa. 4 Aoaá. SO a 32 Y -oát. Plur.e XILL. 4hogar Sing. : 12 Egargatañi. 2 Egargachañi. 3a Y-gargañl. Plur. : 4? Gregarañi. 2a Gregeriañl. 3* Y -grerañl. Forma reflexiva: 12 Griga- rañi : Yo me ahogo, etc. XIV. Ahorcar Sing. : 4* Avichil cajate. 22 ichi-il. 3a Yuichiil. Plur. : 1* Auichiil. 2 )yehill. 3 cad: Ahorca tú : Nuichiguigam. XV. Ahuyentar Sing. : 12 Apaanapéq. 2: paañapéq. 32 Ypaanapég. Plur. : 4* Apaaencapéq. 2: paaibíapéq. 3* Ypaanera. XVI. Alejar Sing. : 42 Ayatogué. 22 Ayachiugué. 3* Y-ayatogué. Plur. : 1% Ayatogué. 22 Ayachiugué. 32 Yayatrogué. XVII. Hablar. Rezar Sing. : 12 (Falta). 2* Ychi (habla). En Mocoví (hablar) : 1* Aim S-eectacá. Ya ectari. 3a D-eectacá. Sing. : XVI5L. Volver la A-uiguilat. 22 ulguilachi. 3* Y -uiguilat. 42 Auiguilate. 22 uiguilachii. 3" Yuiguiláte. Sing. : Plur. : XIX. Dar Sing. : 12 Aat. Plur. : Y Aachi. 32 Yaat. fa Aatq. 9: Aachii. 3" Yaate. En Mocoví : — 167 — Plur. : a Ya Acagac. Achaguai. 32 Y-achaga. (Ver anterior). XXII. Alcanzar de arriba Sing. : 1* ES-an da dz 1 Ya E-anni. Se NE 3a EY-án ing. : 12 Auiriguima. Hide Y Auichiguima. Plur. : 1% ES-annácca. MN e 3* Auiriguima. 31 EY a Plur. : 42 Auirguiguima. , 92 Auiriguiguima. 32 Yauchiriguima. XX. Pisar Sing. : 1% Achagañi. XXXII. Confesar Y Achacyguiñl. 32 YachagaM. Sing. : 1* Ychal. Plur. : 4? Achagaganht. %: Ychachi. 22 Achagaiñl. 3a Yichat e Sh 3" Y achac ¡í11. Plur. : 12 Ychatc. % Yehachil. En Mocoví (andaré) : 3a Yicháte. Sing. : 1* S'-ectoamnó. (Ver Confesarse). 2% octaomnió. 3 Y-octoannó. Plur. : 42 S-octoancó. XXIV. Cortar 3" Y-octoanó. Sing. : 12 Ychac. XXI. Cocear 92 Ychague. 32 Yichac. Sing. : 4* Achac. Plur. : 4? Ychagac. Y%a Achague Y Ychagui. 32 Y-achac. 3" Yichaga. — 168 — En Mocoví : En Mocoví : Sing. : 12 S ichácá. Sing. : 1% S-coyá. Ya icharri. 22 coyarí. 32 ichacá, 32 coyá. Plur. : 12 S icharsócco. Plur. : 4* S-coyarácca. 3= ¡charé. 22 coyarí: 32 coyacté. XXV Acompañar Otro ejemplo : Sing. : 42 Aqueya. Sing. 15 Miya: 22 queyachi. 2" Diyal. 3* queya. 32 Y-yá. Plur. : 1* Aqueyarc. Plur. : 12 Ardeyá. 2: queyarii. 2: Diyaí. 32 Yqueyate. 32 Liyá. GRUPO 22 Articulaciones Abipon : Singular: 1. (AH) 2 (HIS NCAA Plural : 1*(H) 0; 2* (E): 10 Mocoví-: Singular : IS: 200.0 3D Plural : (Falta). 2 cagiinyugué. I. Acrecento 3a IRcagi anogué. Sing. : 42 Acagi anogué. En Mocoví (Santifico) : 22 Acagi anogué. 32 IRcagi anogué. Sing. : 1? S-aguiá. Plur. : 4* Acagi anogué. 2a áqquiá. Plur. : Sing. : Plur. : Sing. : Plur. : 32 D-aguiá. fa S-aqquiagá. 2 aqquiá. 32 D-aqquitau. II. Alabar ja Aenám. Ya Aenañl. 3a Aenanc. qa Aenánc. 2a Aenanyl. 32 Graenane. III. Alimentarse IFA queno. 22 — quinyl. 32 ERquene. fa Aquiñic. 2a Yquinyi. 3a Yquiini. gánam. En Mocoví (comer) : Sing. : Plur. : Sing. : 42 Squeó. 2: quiió. 32 Lqueó. 4= Squiacó. 22 quiió. 3. queyéo. IV. Saludar 1:* Yguinan. —= 169 — 2 Yguinañi. 32GRiguinan. Plur.: 4: — Yguinan. 22 — Yiguinayi. 32 GRiguinane. En Mocoví : Sing. : 12 S-igquin. 2: iqquinnt. 32 1qquin. Plur. : 42 S-iqquináca. 3 1gquinnée. V. Confesarse Sing. : 43 Ychacalan. % Ychacatani. 32 GRichacatan. Plur. : 42. Ychacatanc. 22 Ychacatanyi. 3? GRichacatane. En Mocoví : Sing. : 42 Sichococtarn. %a ichococtarnii. 3a Dichococtarn. Plur. : 4? Sichococtarnácca. 22 ¡ehococtarni. 3* El Dichococtarné, VI. Llorar Sing. : 1* Eoca. 22 Eogaíl. 3: RGeoga. 32 GReogal. Plur.: da — Eoegaic. 22 Eoagali. En Mocoví : Voyen, etc. GRUPO 2 BIS (Ver grupo 11”, n” VI, en que la Gr de la 3* persona se sustituye con N). Articulaciones Singular iD. 2 SN Plural MED (2) AP SNC GRUPO 32 Articulaciones Abipon : Singular AS a 2 0 OA Plural > 14. (H)a.. 022 11 103 CEROOR Mocoyi* singular: IS. ly Se Plural MUA SS oacca: 22. LS UNOR 32 Yyaraoa. I. Yo aborté 4 malpari, con Plur.: 4* (Falta). Aim, etc. Ñija (Ella) Sing. : 42 Ygaraoa. 11. Abrazar 22 Ygarani. gracami. Sing. : 12 Acaalgue. Plur. : III. Acepillar: Ejaloachichi 6 Sing. : TUE. : Sing. : Plur. : V. Acometer: Ñialotan,Aim, etc. Sing. : Plur. : 22 caaligué. 3: caalgue. l* Acaalegue. 2: caaligue. 32 caaltegue. Egelocatan Ja Egelocatan. 2: Egelocatañi. 3? Egelocatan. 1* Egelocatanc. 2a Egelocatañi. 32 Egelocatan. IV. Acercarse 4. Acainnoá, 22 cainyoá. 3% cainnoá. 1= Acainnoá. 22 cainyoá. 3* cainnoá. 4* Aloutan. 22 Alouchan. 32 Aloutan. Ya Aloutan. 2: Alochian. 32 Yaloutan. ME Acompañar : Queyechi (Ver XXYV del grupo 1?) En singular de 3*, en pl. de 42. VII. Aconsejar : Sing. : Blur: Otro Sing. : Plur; : Sing. : Plur. : Miniá (Ver Cachague) da Migi. 2: Miygi. 3a Meem. fa Miginc. 22 Meem. 32a Meem. ejemplo : 4 Cachacatan. 22 Cachacatañl. 32 Cachacatan. 4* Acachacatanc. 2 cachacatañi. 3 cachacatane. VIII. Acordarse 12 Acalenetan. 22 Acalenetañi. 3* Acalenetan. fa Acalenetane. 2: Acalenetañigui. 32 Acalenetan. — 172 — IX. Acoseo: Yachacjagan Sing. : 4* Achac (1*, 2*, 31). Plur. : 13 Achac jaganc. 22 Achac jaganyl. 3a Achac jagan. X. Advertir : Oacachapcan vel Ujactapcam Sing. : 1? Oacatapeg. 2* Oacachapilcan. 32% Oacatapelcan. Plur. : 4* Oacatapilcan. 2* Oacachapialcan. 3* Oacatapialcan. Otro ejemplo : Sing. : 42 Oajaetapeq. 22 Oajaitapeg. XI. Afligir Sing. : 4? Aitata. 2 Aitatani. 32 Aitata. Plur. > A Alitata: 2a Altatit. 3a GRaitata. En Mocoví (Afligirse) : Sing. : 4* S-atictactá. 2 actictactá. 32 Yactictactan. : da Sactictarnácca. oa ctietactía 3* Yactictarctié. Plur. XII. Aguardar ú Esperar Sing. : 41, 9a, 3: Caoate. Plur. : 4», 2, 323 Coaoyate. En Mocoví (Esperar y Aguar- dar) : : 4a Sal-liaó. 9 al-liaó, 3: Yal-liaó. Plur. : 42 Sal-liacaó. 2 al-liao. 32 Yal-liraó. Sing. XI. Aguzar Sing. : 4* Apiloat. 2* Apiloachi. 3? Apiloat. Plur. : 12 Apiloat. 22 Apiloachi. 3* Apiloati. XIV. Alabar : Graenám Sing. : 1% Aenám. 22 Aenañi. 3a Aenanc. Plur. : 42 “Aécnane: — 173 — 2: Aenányi. 22 ayil-ligui. 3* Graenane. 31 Dayel-legré. XV. Alegrarse: Netan XVI. Hacer Sing. : 42 Aoe. Sing. : 1* Ayelgretapec. %a Aoee. 22 Ayelgritapec. 3a Aoe. 3* Ayelgretapec. Plur. : 12 Aocque. Plur. : 4? Ayelgritatapec. 22 Aoaye. 22 Ayelgriitapec. 3* Aoate. 31 Ayelgretapec. En Mocoví Otro ejemplo en Mocoví Sing. : 1a Sóet. (Itan—netapeg) : Ya dicti. 32 Yóet. Sing. : 42 Ni-ictoñ. Plur. : 42 Sóoectácca. %a Neectoñil. 9 Qictí. 32 Neecton. 3a Ydecté. Plur. : 42 Niictónácca. %a Neectóníi. 3? Necctoné. XVII. Hacer asi En Mocovi (Reir) : Sing. : 1% Ameligingue. 2* Amelinigue. Sing. : 1? S-ayel-legré. 3* Ameleengue. 2 ayil-ligrí. Plur. : 1* Amaligingue. 32 Dayel-legré. 22 Amaliimigue. Plur. : 42 Sail-ligriacca. 34 Amaleentegue. — 174 — GRUPO 4” Articulaciones Abipon : Singular : Plural : ¡Eso IA Mocoví : Singular : Plural : a A SE E RASO e (E 1*- Ass acta O See YE Y) E E sa 32 Y-ñiguií. e Plur. : 12 Ajanaguigan. . Sentarse E 22 anyiguigan. ] : 32 Yi iriguigan. Sing. : 12 AJ-añi. Y añigni. 3a Y Nigni. En Mocoví (Linniesigóm) : Plur. : 42 AJanañi. 22 Aanyiil. Sing. : 42% Laassinsigóm. 32 Añiñl. Y% L onnisium. 3 LYnnissigom. Otro ejemplo : Plur. : 12 Laassinarsigom. : Ars 22 L onnisigóm. Sing. : (+ Ajañi. SAS E pa 3* LYnnissigóm. Y añigni. Ss 32) DIGO: . = Na A = Es . Plur. 50 Ajanañi. Pone 2: — Aanyin. 3* Yñini. ] A Sing. : 12 AJañiguigam. Ya añiguigam. TI. Levantarse 32 AYañiguigam. Plur. : la AJanaguigam. Sing. : 42 Ajañiguigan. 92 anyiguigans. Ya — añigui-Í. 3* AYanriguigam. En Mocoví : IV. Acostarse Sing. : 12 Ni-nanni. 2 Nennanini. Sing. : 1* AJ-auí. 32 Nennant. Ya aulint. Plur. : 42 Ni-nnanárni. 32 LY uigui. 22 Nennanin!. Plur. : 4? La Jauañi. 3a Nennani. ARES aun 32 L — auinyan. (Ver Nenannetaña). GRUPO »” Articulaciones Abono Ssincular > 15: E7.. 2% E... 173% EY... Pla. AE UL a OY eds Moca yissingularo 1. E87..:2% E 2..1; 3% EY. Plural TS ES. deca 2 Et 3 Y 06. TI. Alcanzar Sing. : 12 EJ-añiguigam. Plur. : 142 EJ-aniguigam. 2 E añiguigam. 2a E - anyiguigam. 32 EYañiguigam. 31 EY -anriguigam. — 176 — GRUPO 6 Con refuerzo N Articulaciones Abipon': Singular* 12 Nz...; 22 Nica; SNS Plural ENT CD NS NE Mocoví : Singular: 1? Ni 6 N1...;2N...1¿ 32 NV... Plural: 1% N7Ó.N7...dtca; 22. NN OS T. Ablandarse TI. Abajar Sing. : 12 Ni-aaligat. Sing. : 1? ÑNi-achiguiñi. Ya N-aaligachi. 9a Naachiguiñi. E a i- 19 £ $ . . mo. 3 N- aaligat. 32 Naachiguiñi. Plur. : 1? Ni-aaligatca. Plur. ; 42 Ñizataguiñi. Ya N-aaligatchii. 22 N-achiguiñi 3a N-aalig A TN oe 32 N-aaligate. 32 Naachiguiñl. Aaligat: Ablandar. Il. Taparse IV. Abrigarse Sing. : 42 Ni-apagui. Ya N apigul. 31 N-apagui. Plur. : 42 apagui. 2a N-apaiñl. * 32 N-apatrañl. Sing. : 1? ÑNi-apaguiñi. 22 N-apiguiñl. 32 N-apaguíni. Plur. : 12 ÑNi-apagañí. 22 N-apaiiñi. 32 N-apiiñi. Apaguiñi : Tapar. Apatañí : Yo abrigo. FF IE mo V. Acordarse : Nichiuiñi Sing. : 1* ÑNi-eteui. 2% N-ichiuiñi. 3* N-eteul. Plur. : 1: Ñ-eteunc. 2: N-ichiuinyi. 3" N-eteune. VI. Acostarse : Nenannetañi Sing. : 42 Ni-inaníl. 2* N-eenanniñ. 3a N-eenannt. Plur. : 12 Ni-inannañi. Y% N-eenanfiñi. 3* N-eenanilil. En Mocoví : Sing. : 42 Ni-naani. 2% N-ennanini. 32 N-ennani. Plur. : 42 Ni-ananárni. 22 N-ennanini. 32 N-ennanl. VII. Acuchillar : Noaralta Sing. : 12 Noaralta. 22 Noachaltá. 3a Noaraltá. Plur. : 12 Noacaltá. 2: Noachialtá. 3? Noaraltá. T. XV En Mocoví (Cortar) : Sing. : 42 S-íchácá. 9 icharrari, 3a ichacá. Plur. : 12 S-icharsócco. 32 ¡cháré. VII. Adelantarse, también Adelantate tú, Plural : Añitaogue. IX. Adorar : Nimamnachitooá Sing. : 1% Ñi-mamnachit. 2: N-emamnachichi. 32 N-emamnachit. Plur. : 42 ÑNi-mamnachit. 22 N-emamnachii. 3* N-emamnachité. Otro ejemplo : Sing. : 1? Ncaóñapeq. 22 caónapég. 3a caonapéqg. Plur. : 4* caogancapéq. 22 caoghiapeq. 32 cauvgnapeq. X. Adornar : Lánoamatetá Sing. : 12 Noamat. 22 Noamachi. 3* Noamat. 12 PlUES: AS 1 Ñoamát. 9% Noamacki. 3= Noamat. XI. Adquirir : Naammatanat Sing. : Plur. : 17 Ni-ammatanat. %a AN- ammatamachi. 3a N-ammatanat. ja N-ammatancate. 9 N-ammatancachi. 32 N-ammatancate. . Afear : Lanaayapeg fa Ya ga fa da 3a Naagan. Naañi. Naagam. ÑNáagamc. Naagamy]l. Naacné. XII. Afeitar : Lanaate lana- Sing. : Plur:: Otro Sing. : reue, vel Najate. Niate lanareue. Naachi lanareue. 3a Naate lanareue. fa ÑNaatagá lanareue. 2 Naachi lanareue. 32 Naate lanareue. fa Ya ejemplo : a ÑNajact lañareue. 2* Najachiqui lanareue 3* Najatege lanareue. XIV. Afrentar, castigar : Sing. Plur. Sing. Plur. : Plur. : Sing. : milquetapég Ja : la Niamilq. 9a Naamilgui. 32 Naamilq. 12 Namilg. 3" Namilgué. XV. Ser afrentado Ñi-amilca. N-amilguica. N-emilguetapéq. a Ni-amilcatapéq. Ya N-amilquitapég- 5 N-amilguetapég. Bajar la carne: Niacñl elpage . :4a Niachni. Ya Naachiquiñi. Naacñi Pedro el- page. Niactañl. 2: Naachiguiini. Naachiñnt. XVH. Madrugar a Naitetaguin. 9 Naichitaguin. 3 Naitetaguin. - —= 179 — Plur. : 42 Naicataguin (sic). 3* Nachicatañi. 22 Naichitaguiin. Plur. : 4* Nachiguicatañi. 3* Naitetraguin. 2* Nachiguiitañi. 3* Nachicatrañi. En Mocovi (Levantarse) : En Mocoví (Estar sentado) : Sing. : 1? Laassinsigóm. Ene a iS Sing. : 4* (Sis)innectá. ete., etc. 9 Linnictá. ga ennecfa. Otro ejemplo, tambien en Plur. : la Siss inactá. Mocoví : Za Liinictá. ga ennectá. Sing. : 1* Aschivinni. Ya ovinni. ES A ga iviguinai. XIX. Participo Plur. : 42 Assavarni. e Ya O Sing. : 42 Niaone. 3 ivinni: 2: Naoñie. 3 Naone. Otra forma : Plur. : 42 Ni-aoanigue. 22 Naoñigue. Sing. : 12 Aschinchim. 3a Naoanta. 22 onnischiguim. 32 ynnischiguim, En Mocoví (Dar) : etc. ebc. Sing. : 1? Esan. 2: Eanní. XVITUL. Estar sentado 3* Eyán. Plur. : 42 Esannacca. Sing. : 4* Nachicatañi. 2: Eanní. 22 Nachigiitañi. 31 Eyanné. — 180 — GRUPO 7 Con refuerzo D. Partícula R (= D Moc.); Articulaciones Abipon = singular 1 Ri DR Mocovís Singular 1D 2D eS DA Plural: 1* Di...dcca; 22D: DAS En Mocoví (Bailar) : IL. Saltar ó Bailar Sing. : 1* Y-assot. 2: D-assoctí. Sing. : 12 Ri-ahat. 32 L-assot. 22 R-ahachi. Plur. : 12 Y-assottáca. 32 R-ahát. 32 L-assocté. GRUPO 8" Con refuerzos iniciales R y N de la 3* Articulaciones Abipon : Singular: 12: R7...; 22 GTA SNA Plural: AGP... .k: PEGA DS NR Mocoví : SingularsH1SDr...:; LIDAASINE Plural + “AL Ard...; PDAs Sing. : Plur. Sing. : Í. Amar la Rikaptt. 2: Grkápichi. 3* Nkápit. : A Grkapiták. 2 Grkápichii. 32 Nkapité. TI. femer fa Rietachá. 9% Gretachi. 3a Netacha. En Mocoví : Sing. : Plur. Sing. fa Di-octiá. % D-octiá. 3a N-octiá. : Ja Ard-octiá. 9% D-óctid. 32 N-octitá. TIT. Desear : 42 Rihé. % Grihi. 32 Nihé. En Mocoví : Sing 4 Di(M)ssió. 9 D-issid. 32 N-issia, Plur. : 12 Ard-issia. Ya D-issiá. 3a N-issité. IV. Ser perezoso Sing. : 42 Ri-aal. 2a Gr-aalí. 32 N-aal. V. Tener vergúenza Sing. : 1* Ri-pagak. 2: Gr-pagaré. 31 N-pagak. VI. Vomitar Sing. : 12 Ri-emaletapék. Ya Gr-emalitápék. 32 N-emaletapék. VU. Obedezco Sing. : 4* Ri-ahapét. 2* Gr-ahapichi. 3* N-ahapet. En Mocoví : Sing. : 1* Assevel-lék. — 182 — GRUPO 9” Refuerzo inicial R (= D Moc.) y Y de 3* Articulaciones Abipon > Singular ::11G 11 ¿..: 22G7.. 0: Plural 1167.25 DGA SS Mocoví : Singular < 19 Di... 2 DIA Plaral. UAT: 2 DTS ES I. Abreviar Ó Darse prisa IL. Ahogarse Sing. : 42 Gri-ajalat. Sing. : 42 Gri-garañi. 2: Gr-ajalati. 2: Gre-gachañi. 32 Y-ajalat. 3* Y -garañi. Plur. : 4* Gr-ajalat. Plur. : 42 Gre-garañi. 22 Gr-ajalatii. 2* Gre-gari-añí. 3* Y-ajálate. 37 Y-gregarañl. GRUPO 100 Conjugaciones anormules Articulaciones Abipon Singular EAS 2" Gr. 0713 MBE Plural “IGAC: 200 Gr- ¿US An Mocoví ¡Singular e pls..; 22D)... ADMI Plural AA mA...: DD — 183 — I. Aborrecer III. Acostumbrarse Sing. : 12 Yoetat. Sing. : 12% Macha-girq. 2a Gr-oetachi. 22 — Gra-giriit. 32 L-oetat. 31 Mach Lagirq. Plur. : 42 Gr-oetagt. Plur. : 12 Mach Gragiriq. 2a Gr-oetagchi. 2: Mach Gragiriq. 3* L-oetágte. 34 Mach Lagiriq. Ojo á la Y incluida en Mach En Mocovií (Sospechar mal): _— Mat, Ya. Sing. : 1? LL-ovectá Sing. : 12 Mati-Yagirq. 2: D-ovecti-á. 22 Gragiriit. 3a Y-ovectá. Ja Mati-Lagirq. Plur. : 42 Ard-ovectá, Plur. : 1% Mati-Gragirig. 22 D-ovecti-á. 2: Mati-Gragiriq. 3a Y-ovectá, 31 Mati-Lagiriq. GRUPO 110 Flexiones anómalas Articulaciones poa singular Lt... IN LA A O A O O 3* L-apin. Plur. : 4* L-apínc. 22 L-apiñi. Sing. : 4* Li-apim. 3" L-apine. 2a L-apini. I. Abstenerse : Lapiñi — 184 — TT. Acariciar : Laeoyan nachi- chi Sing. : 1? Laeoyán nachit. 22 Leaoyán nachichi. 3? Leaoyán nachit. 4a Leaoyán nachit. 22 y 32 como el sin- gular. Plur:+: III. Yo me rio Sing. : 4* Li-ajagan. 2* L-ajagani. 3* L-ajagan. : 17 Li-ajaganc. 2: L-ajaganyil. 3* L-ajagane. Plur. IV. Acortar: Larichi aolq Sing.: 1=, 2 y 3: Larichiaolc. Plur.: 47,2 y 3: Larichiaolcá. V. Acostumbrarse : Laniague Sing. : 4*, 2: y 3* Laniague. Plur. Sing. : Plur. : 1? Anacague. 2: Anayague. 3* Aneyeragué. VI. Acuchillar la Acainuguenatan 22 Acain-y-ugue. 32 Nacainugue. 1? Acainugue. 22 Acalnugue. 32 Nacainugue. (Ver Grupo 2 Bis). VIL. Alimentar: Aquiñi gám Sing. : Plur:* la Aquiñi gám. 22 Nquiñi guiñiam. 32 quiñi gam. fa Aquiñi gáme. Y quiñi ganyi. 32 Yquiñi gam. — 185 — ORACIONES Y DOCTRINA CRISTIANA En seguida se reproducen las Oraciones y Doctrina Cris— tiana que contienenlos manuscritos del Padre Brigniel. La tra- ducción es la propia del original. Por comcdidad se transcribe palabra por palabra, reservando las observaciones para notas al pié. Es conveniente hacer el cotejo de las voces con sus congéneres en el Léxicon. PADRE NUESTRO Gretá, Padre nuestro Canime !, que estás Quir ?, en los Ypiam, Cielos Chigrica, ojalá (sea) Traaguiam, respetaremos (ado) Erá, ese Ó él Graclatauichi, tu nombre Laneguimacam, vendrás ú no- sotros Grigitam (que) querremos Greequetegué, cumplir Quena ?, en la Ó esta Aloá, tierra Quera *, como Marigichmeem, tú quieres Quera ?*, como Yeequetegué, cumplen Quecó *, los que Quiñitaoat *, están contigo Quír ?, en él Ypiam, Cielo Queco naca, nuestra Quená, comida Noeyagá, del cuerpo Cachaque, y Ylquigi, del alma Quenore ?, de cada Neotá, día Tat, también Nananiermam, darásnosle Eneogá, hoy Clach, tambien Enam ercaoquela, tendrasnos lástima Queno ?, por (esas) Naaye, no buenas (malas) Gragir-ricá, nuestras costum- bres Quera *, como Arcaoque, nos apiadamos Queco ?, de los Ñ — 186 — Naquiatragoa, nuestros enemi- Niloencatannacá, engaños gos (que nos quieren mal) Hec, (ese 0) él Chit, no Namnaaquent, malo hichicero Oaitalam, quieran escuchar (mas m. h.) Amblayam, cuando Ychigroaammachipcam , nos Grajañini, los quiera ocltear has de guardar (nos ?) Queno ?, de los Queno, con los Naaye, males. Notas. —! Cañime, parece una sincopación de Aham, tú, y End, ese ó el, con un subfijo que sirve de verbo estar de algun modo. 2 () el prefijo preposicional. 3 (2 prefijo usado como conjunción relativa en antecedente consecuente. ¿Ver Cañime. La () aquí parece ser la preposición nues- tra con, y el pronombre 2%1 con ta, el verbo estar en forma participial. En la terminación oaf suena algo de caso régimen de 2* persona. En forma de Apéndice se hallara un estudio comparado de esta oración con la de igual clase que reproduce Adelung de Hervas. Los romances de Brigniel no siempre corresponden estric- tamente al original; por ejemplo, la voz Abipona no dice malo hechicero, sinó más malo hechicero, ó sea, malí— simo. y u AVE MARIA Ñiquiñioagoa, te saludo Maria Noacará, Nuestro Señor Daoapaitá, llena Yuiaguí., tienes Queca, de la Acamí ?, tu vientre Naim *, más Nemacaignate, venerada Gracia, gracia Piitaogue, arriba Dios, Dios Queno, de (esas) las E Aogue, todas Queno, (esas) las Oanerma, mujeres Clach queem, y tambien como Nemacaignate, es venerado Ená, ese (el) Graitachi, tu hijo Jesus, Jesús Santa Maria, Santa María Dios, Dios (de) Late, madre Ncaognapialcam, ruega por Acám, nosotros Oalouigrica, pecadores Quité, ahora Cache, y Amblayam, despues cuando Auvircae, llegue Ecá, la Grelougá,nuestra muerte. Amen Notas. —1. Naim, mas, interpretación dudosa. 2 Acamt, adviértase que es lu vientre y no el pronombre que dice t%, CREDO Ajouetelgué !, creo Quiñí, en el Dios, Dios Letá, Padre Namachiga, que nada Ecorionapec, dificulta Naenatanc, Hacedor Quir, de el Ypiam, Cielo Cach, y Quena, de la Alóa, tierra Ajouetelgué, creo en Jesu Cristo, Jesu Cristo Yñitara, único Laetat, hijo suyo Noacará Nuestro Señor Nancaayangui ?, se hizo (con canigra) Yoalé, hombre Canigra (antes) Mach cave, dándolo el Espíritu Santo, Espíritu Santo Queiñiguiñi, nació (con cani- gra) Canigrá antes (con nació) Mañiae, de la Doncella M+* Sra, María Santísima Lichigrilatnec, padeció Egem, cuando Lichinatangue mandó Poncio Pilato, Poncio Pilato Noariguí, clavar Canigra (hace clavó de clavar) Liquiinañálá, en la Cruz Oaoa, murió (con can) : Canigrá (hace: murió de oaoa) Nigiñi *, fué sepultado — 188 — Quiquiquiñi *, bajó Ylquigí, el alma Queca, de la Aloa, tierra Laoachini, al centro (metido ya dentro) Naachigigam *, sacó Loacalií, las almas Eco, las que Nanc, tuvieron Ariaca, buenas Lagir-rica, costumbres Egem despues de (cuando fueron) Leroaca, dos Neotá, días Catammatcara, al otro día Natatougué *, resucitó Eco, de los Eguergueicá, muertos Matajaimec *, subió Querá, á los (al) Ypiam, Cielos Yñi, allí Lanachí catani, está sentado Quera, dá la Alaic, derecha Quiñi, de el Dios, bios Leta, Padre Namachiga, que nada Ecorionapec, dificulta Clatque, y Ychigueimecam, desde allí ha de venir Notas. —1 Acordarse que Amnajatagni, á preguntar Queno, á los Eleierá, vivos Cach, y Queno ú los Eguergueica, muertos Ajouetelgue, creo en Espíritu Santo, Espiritu Santo S. [. €., santa Iglesia Católica Cach, y Queno, en ¿os que Naoamnag0a, comen juntos Eco, (esos) los Nam, mús Elcaocate, queridos Laicate, hijos Hec, de (el). Nancaori, Dios Ajouetelgue, creo Queca, en eso Ancaogá, tiene lástima Queno, de los Naaye, no buenos Groalougeté, nuestros pecados Querá, en la Latatgá, resurrección Eno, de los Noeyagá, cuerpos Cach, y Queca, de la Eleigá, vida Nachitcatainñam , que no se acabará (sin fin). Ajoutelete, creo. Amen. la raíz es Ouetelgué; Aj es el prefijo de [* persona en ciertos verbos. = 189 — 2 Falta que se interprete el prefijo Vanc, acaso contenga la idea del todo. 2 Falta aquí el canigra, tiempo ha. ¿ Sacard, porque la forma es de futuro. ACTO DE CONTRICIÓN Noacará, Señor mio Jesu Christo, Jesu Cristo Dios, Dios. Cach, y Yoalé, hombre Acami, (ú Nancaulyi, por sois quien Cach, y Griiquiai, prosigo Tanamach, por eso Cacami, de tú Greennammaraagui, ser tu tan bueno Maoque, por eso Laricapichigo”, te quiero mu cho (ya). Lamerpeeiagué, sobre todas. Queno, las Aogue, cosas (todas) Lanachigui, me pesa Yaoel, de corazon (mio) Queno, por los que Najaoeye *, he hecho Yoalougeté, pecados Nachiga, no Asammotque, he guardado Eno (los) Grelatancachi, tus mandamien- tos. Gleennetapiguí, pienso ya Yavel, de corazon (mio) Lariennenanamquite , ser ya buena hora Grieequetapilitan, he de cum- plir. Quenonamach, porque ellas son Graacatai, tus palabras Cachit, no Ñoennaltaam, me he de hacer burla (4 mí mismo) Amlate, cuando Rigitam, quiera Aoeye, hacer Yoalougeté, pecados Eco, esos Netanetrayo *, que me están tentando Gichataam, he de confesar Eno, los que Aoeye, hiciere Yoalougete, pecados Quiñi, al Pai, Padre Cach, y Caoam, daré Lageueté, payas (penitencia) Ecá, eso que Mgueicayo, me hanombrado (?) — 19) — Achiñagoam, mostraré Queno nich, con lo que Grigitam, he de querer Lageueté, pagas (?) Queno nich, con lo que Grieennanacá, he de ser bueno Naoetam, aunque Ychiguiric, mí pobreza Latenc (es) grande Oagam, pero Clachqueem (tambien) Tanachit, no hay Canaaguí, con qué comparar (?) Greennanae, tu bondad Maogue, por eso Aplitagoa, tengo esperanza Mamorcaoquiicam, queme has de tener lástima Cachque, y Griatoñam, me has de ayudar Aoaltrocam, á arrojar Eno, estas Nachiga, no Yalamberete, derechas Yagirica, costumbres Chachque, y Aocam gracia, me has de dar gracia Majá aoammatégue, para guar- dar Grelatancchi, tus mandamien- tos Auiraa, hasta que llegue Yyargá, mi muerte. Amen. Notas.— * Un buen ejemplo del ¿90, subfijo de caso régi- men de 2* persona. 2 Ver Ncaoe, Vocabulario. 3 Ayo ó yo, subfijo de caso régimen de 1* persona. CATECISMO Yguem ? Cuántos Legaga, hay Caori, Dios? Yñitara, Un Nancaori, Dios. Yguem ? ¿ Dónde Menaague, está Aori, Dios ? ¿Menetajaimegué *, Está Quiri, en el Ypiam, Cielo Cachquena, y en la Alóa, tierra Chieco, no hay Grachiga, partes que no Enae, esté. Cami, ¿Quién Laenatec, hizo —, 191 = Quipiam, al Cielo Cach, y Quena, la Aloa, tierra Cach, y Queno, á las Aogué, cosas todas ? Hec, El Nancaori, Dios Noacara, Nuestro Señor. Miqui iñique, ¿Quién es Aori? Dios ? La SSma Trid, Lo Santísima Trinidad, Miqui inique la, ¿Quién es la S. Trinidad, Santísima Trini- dad ? Dios Letá, Dios Padre Dios Laetát, Dios Hajo Dios Espíritu Santo, Dios Es- píritu Santo Queinnate, (res Personas, personas Yeequembretapichí, distintas Ynhitara, un Ynancaori, Dios nuestro. Yñi, ¿El (es) Letá, Padre Melat Aori ?, es Dios ? E6, Sí Clatque, también Yñi, es (el). Yñi, El Laetát, Hijo Melat, es Aori, Dios? Ee, Si Clatque yhi, tambien es (él). Yi E. S., El Espíritu Santo Melat Aorí, es Dios ? Ee, Si Clatque yni, tambien es (él). Maqueyen ?*, ¿Acaso son Ynnate, tres Aori, Dios? Yena, No Ynitara, un Nancaort, Dios. Egmecá, ¿ Cuál Queno, de estas Queinnate, tres Personas, personas Aavanguí, se hizo (con can) Yoale, hombre ? Canigra? (con Aayangui) Liñagec, La 2 Laetat, Hijo Laayanguí, hecho Yoalé, hombre Canigra, (con Laay) Laclataoe, se llama Jesu Christo, Jesu Cristo. Miqui inigué, ¿Quién es Jesu Christo, Jesu Cristo ? Hec, El Nancaori, Dios mismo Cach, y Yoalé, hombre. Yguem ? ¿ Dónde Naneiquinyí, encarnó ? Lavel grate, Entrañas María Santísima, María Santí- sima Laenatec, haciéndolo Espíritu Santo, Espíritu San- 140) — HZ Namachac enetati , está lo mismo) Maayé, doncella Late, madre Hec, de el Nancaori, Dios (mismo). Migue negué ¿ Por qué Maoé, causa Manigitam, quiso Miigá, morir Jesu Christo, Jesu Cristo Noacará, Nuestro Señor Noaretaguí, clavado Liguinánála? en la Cruz ? Tan, Porque Nigitam, quiso Grauiguigam, subirnos Quiripiam, en el Cielo Acam, ú nosotros Oalouigueicá, pecadores. Miqui irié, ¿ Quién alli Enetaguí, está Hostia Consagrada? Hostia- Consagrada ? Enetaguí, Está Nooyaga, el cuerpo Hec nam, del (mismo) Noacara, Nuestro Señor Jesu Christo, Jesu Cristo. siempre Miqui irié, ¿ Quién allí Enetagui, está Cañi, en aquel Lecáct, metal Amblaayamgué, despues de de- cur Laaccaccá, las palabras De la Consagracion, de la Con- sagracion ? Enetaguí ?, Está Lauigá, la sangre Hec nam, del (mismo) Noacara, Nuestro Señor Jesu Christo, Jesu Cristo. Yñi, El que Yaaguit, recibe Cañi, ú esa Hostia Consagrada, Hostia Con- sagrada Miquiirie, quién allí Yehiit, recibe? Ychiit, Recibe. Yri, alla Noeyagá, el cuerpo Hec, de (el) Nam, mismo Noacará, Nuestro Señor Jesu Christo, Jesu Cristo. Tema en que entra ún infijo jam ó jaime aún no de- terminado. ? Ver el verbo Estar. La L puede ser una sustitucion de N. 3 Maqueyen ¿acaso son? Véase el verbo Vocten Cayet, es. Hay una gran variedad de estos verbos que significan algo parecido á nuestro verbo sustantivo: su base ó raíces — 193 — parece que son pronombres de la 3* persona, Ver Vocabu- lario. % Creo errada mi copia: en esta tengo Euetagui. Ver verbo Estar. 2 Mas bien despues de hechas. Ver Vocabulario. OTRAS PREGUNTAS DICTADAS POR MARIANO ORELLANA, CAUTIVO CORDOBES YA DIFUNTO Mique negué*, Con qué (6 sea cómo) Grageuete, se pagan (nuestra paga) Nanat (damos) Groalougete ? pecados ? Erá, Con la Lelougá, muerte de Jesu Christo, Jesu Cristo Dios Laetat, Hijo de Dios. Ejá, El cuando Laoaoá, murió (con Canigra, Loquec, se fué Quera, al Ypiam, Cielo Euetaatam, para estar con Yñi, el Leta, Padre Namachit ?, para (nunca) Cataicañam *?, siempre (aca- bard) Aoam ?, andará. Nauiriñam*, Ha de volver Quena, al Alóa? mundo, tierra ? T. XV Ee nauiriñam, Si ha de volver. Egmalquiam ? ¿ Cuándo? Amblajanamañi, Cuando mu- ramos Naniriñam *, vendrá Najatañam, ú preguntar Queno, á los Eleiera, vivos Cach, y Queno, á los Eguergueica, muertos. Migué, ¿Cuáles Enougue, estos Namque, son (esos) Eleiera? vivos ? Eno, Estos Nam, son (esos los ?) Nacarilá *, cristianos (bauti- zados Lemachi, | (las cabezas) Nam, esos Yeequetapilite , que cumplen (creen) Lelatancate, los mandamientos Yíi nam, de (del mismo) Dios, Dios 13 — 19 — Cach, y Queno, los Aoammotque, guardan. Migue, ¿Cuáles Enougué, estos Namque, son Eguergueica? muertos ? Eno nam, Estos son Nachiga, ¡ los Infieles Nacarila Lemachi l(los queno) Nacarila, (los que han lavado) Lemachi, (las cabezas) Cachqueno, y ú los 'Namla, (mismos) ) Y Nacarila (que los han la- vado) ¡Lemacachi, (las cabezas) / Nachigue (los) que no Eueleté, creen Lelatancate, los mandamientos Yñi nam, de(l mismo) Dios, Dios Cachqueno, y ú los que Nachiga, no Aoammótque, guardan. Eno nam, (de) Estos que son Nacarila, ) Cristianos Lemacachi ) (cabezas lavadas) Lemachachi Eguemeem. ¿Qué se ha de hacer (Cómo será) Amlaigate ? cuando mueran? Nometilitam, Taparán Quena, con la Alóa, tierra Aoagam, pero Laajoura, ) han Guimam 5 de ir J Dn SOUBIJSIA Eco (de ellos) Loacalí, las almas Cach, y Queco (de ellos) Noeyagá, los cuerpos Enetraatám, ú estar Yñi, con el Nancaori, Dios (mismo) Quera, en el Ypiam, Cielo Namachit, para siempre Cataicañam, sin fin Loamága, con gusto Latenc, grande Namachitca, que no ha de Najalatañi, acabarse. Quichguecó 6) Quichgue ecó, $ Eguergueicá, muertos Equemenam? se ha de hacer? Clachque, Tambien Enam (4 ellos) los Nemetilitam, taparán Quena, con la Alóa, tierra Oaagam, pero Ambla, luego, cuando Gratatapiugué, resucitan ellos Lagourañam *, (han de tr) Loacali, almas Cachqueno, y los Noeyagá, cuerpos Queca, ú la Alóa, (de la) tierra Laoachiñi, centro Loetagrigoam, bajarán Hec nam (estos mismos) Naagueut, á habitar ¿Qué de los — 195 — Ajahaichi (con Loeta enelVoc.), Ygná, No. infierno. Mauitapilite, ¿ Creis Eno, estos Migue negue, ¿Por qué Maoé, causa Manitapilité ? creeis ? Lapaganatancate, mandamien- Tam, Porque tos Hec, de el Nancaori ? Dios ? Eé, Si Ajoucapilite, creemos. Quichque, Y sí fuesen Tamach. empero Yaccacca, palabras mías Mauitapilité? acaso las ríais ? Laaccacca, son palabras Yñi, de Nancaori, Dios (mismo) Namachichi, no, nunca Nojorigam, mentira Cachichi, ni Groencachi, nos engaña. Ccree= Nolas. — * Se pagan, dice es romauce por pagamos. ? Otro ejemplo de romances por versión literal. "y £ Volverá y se paseará. La U, en Vaurinam, parece que es error por NV. > Otro romance. Literalmente: que los han lavado las ca- bezas. 6 Ver Laajoura. Se sugiere esta interpretacion. LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS Era namachit, El primero Quenó, las Ero naim 20, etc., El segundo, Aogué, cosas. tercero, etc. Ercapitam, Querer Hec, d Nancaori, Dios Lamerpeéi, sobre Aogué, todas Chit iiguiam, No nombrar Dios, de Dios Laclaoé, el nombre Am, st (cuando) Nojarigañi, mientes Oaammachitecam. Guardar — 196 — Neotá, los días Latencá, grandes. Aaguilam, Respetar Gretalí, ú los padres Cach, y Grachii, madres. Chit, No Cajammatañam, matar. Chit, No Grajapchaccam, querer Eno, dá las Nachiga, que no son Graoené, tu mujer (esposa). Chit, No Etpañam, robar. Chit, No Píiriñam, levantar falso testi monto Cachit, ni Nojarigañam, mentar. Chit grigiam, No querer Añi, á la Oanerma, mujer Nachiga, que no es Graoené, tu mujer (esposa). Chit, No SALVE Ñiquiñioagoa, Salúdote Maria Santísima, María Santí- sima Nelaícate Reima Cach, y Grate, nuestra madre Ychigrenatanaye, de piedad Acami, tú eres Arcapichilam, desear Enó enoá, los bienes Nachiga, que no Catoi, son tuyos. Enoujá, Estos Dios, de Dios Lelatancaté, mandamientos Enoaogué, todos Eneteleté, están Quirió, en estos Yrioacá, dos Ercapitam, en querer Hec, ú Nancaorí, Dios Lamerpeéi, sobre Aogué, todas Quenó, las Aogué, cosas Cachque, y Có, esos Lajóa, los mas Arcaoique, tener lástima Meerá, como nos tenemos Arcaocaltá, lástima de nosotros masmos. Amen. REGINA Nam (eres ó misma) Greleigá, nuestra vida Cach, y Groanga nuestro provecho Cach, y Guerpeé, nuestra esperanza Ñiquiñioagoa, salúdote Acami, áú tí Apiamquetagrí *, llamanos Acam, nosotros Ichigraica, los pobres Eva, de Eva Laitcate, hajos Aitatacapec, afligidos Cach, y Geoaicatapec, llorando Ena, en este Naá, malo Alóa, mundo Grirecquetagrí ', queremos Acami, que tú Noacará, Nuestra Señora Cach, y Ancaocará, que nos tengas lás- tima Quegeiyotaoatam, nos mires Queno, con esos Ychigrenatanaye *, de piedad Gratoichi, tus ojos Cach, y Cambla, despues Uaoucá, que muramos Quená, en este Aloa, mundo Griachiñi, muéstranos Taoctám *, que está contigo Ená, ese Graitachi, tu hijo Jesus, Jesus Santa, Santa Maria, etc., Maria, etc., como en el Ave María. Notas. — * Compárese ese Apiampetagri, llamamos, con Grirecquetagri, queremos. Llama la atencion la [falta de prefijo en el primer caso, y la identidad de terminación en los dos términos. ? Forma femenina : piadosa.. 3 Voz de que sólo se sabe que Dobrizhoffer la traduce así. Vease : Padre nuestro; (Juiñiitaoalt, están contigo. MODO DE PERSIGNARSE, SEGUN DOBRIZHOFFER (t. 11, p. 204) Kaána *, Por Nachahét, la señal Santa, de la Santa Likinránala, Cruz Oahayegalgé ?, líbranos Gnaagr'o0á *, de nuestros enemi- yos Dios, Dios Gnoakára, nuestro Señor. — 198 — Men *, En el Kachka, y Lakalatoét ”, nombre Espíritu Santo, del Espíritu Netá, del Padre Santo. Kat, y Amen, Amen. Naitar'at *, del hijo Notas. —* Uso del demostrativo con prefijo para hacer nuestra preposicion. : ? Oaha es raíz verbal, avanzar, y yegalgé puede ser va— riante del subfijo de caso régimen ; yegarik, nos. ¿ Casos en Dobrizhoffer del prefijo (rn. Gnaagr oa es voz que no se halla en Brigniel; este autor da Ampaagnogou, nuestros enemigos. £ Men, otro caso de prefijo M con demostrativo para ha- cer preposicion. 2 En Brigniel, Laclataoé. 6 Nattat en Bárcena. Adelung, en su « Mithridates », reprodujo de Hervas (Saggio Pratico) un Paternoster Abipon, pero sin traduc— cion, lo que importa decir que ninguno de los dos autores se creyó capaz de dar salida ni á este texto, ni á otro igual en Mocoví. Con la ayuda de Brigniel, etc., hoy se hizo posible la interpretacion, que en forma de Apéndice se agregó á mi « Mocoví ». No está de más reproducir aquí los dos ejemplos del Pater Noster para que el estudiante pueda hacer el cotejo de las variantes. Hervas Romance Brigniel Gretaa Padre nuestro Gretá Encaaniaegmeeque que estás Cañime Keera en los Quir Hipiguem Cielos. Ypiam Chigrieecat ¡ Ojalá ! Chigrica Raaguiat respeten Traaquiam era Gracalatahuichit tu nombre. Graclatauichi Hervas Tit la Anaguagacam Guercapichkegoa Acami. Chigrie (Ojalá) La greeketegue (Ya) Ken Aaloba Grichin Men meram Yeekctegué. Ecó Ncaá initagoat Ker Hipiguem Eco Gnacanaagúenga Kenoré Neogata Calat Nañiegarenran Ke neoga (en este dia) Caláchca Eenam Gúercabokegoá Kenó Naaye Graegaeca Meraa. — 199 — Romance (?) Ya para tus vasallos quiérenos tú. Ojalá cumplamos en la tierra nosotros haciendo así como cumplen los que están contigo en el Cielo. Esos nuestros alimentos (del cuerpo y alma) de cada día tambien danos hoy. También esto más perdonanos por esa malas así como Brigniel - Tanequimacam Ven á nosotros Grigitam(Queremos) Greequetequé Quena Alóa Querá (como) Marigich (tú quieres) Meem querá Yeequetegué Quecó Quiñitaoat Quir Ypiam Queco Nacaquena Noeyagá Cachigue Ylquigi Quenore Neotá Tat Nanañiermam Eneogá Clach Enam Ercaoquela Queno Naaye nuestras castumbres Gragir ricá Quera — 200 — .«Hervas Romance Brigniel Guercabogala perdonamos Arcaoque Keco de esos Quecó Nacayeteragoa nuestros enemigos. Naquiatragoa Chitquita Tampoco Chit Oagayitaalam escuchemos Oaltalam Am layam cuando Amblayam Graañiñi calgamos Grajañiñi Eno en los Queno Loencatagúe gueca engaños Niloencatannaca Eca del Hec Nam naá mas malo Namnaa Keeguet Brujo. Quent. Ychgroangachitap- Nos guardarás Ychigroammachitap- cam cam Keno de los Queno Naaye males. Naaye. Notas.— Casi no son necesarias. Con el cotejo de las dos oraciones y la consulta del Vocabulario basta para explicarlo todo. Puede observarse : 1* Que el indio dice : tener lástima ; vice, perdonar. 2% Que el posesivo por construccion puede ocupar el segundo lugar, es decir, que no está obligado á preceder. 3 Que la construccion sintáctica es de lo más sencillo y sigue lo que para nosotroses la consecuencia lógica del pensa- miento; á saber : sujeto, verbo, caso régimen y complementos. (Continuará). DEVONO Y GONDWANA EN LA REPÚBLICA ARGENTINA LAS FORMACIONES SEDIMENTARIAS DE LA PARTE NOROESTE Por GUILLERMO BODENBENDER En las provincias de San Juan y Mendoza, entre los grados 30 y 33, se levantan, al naciente de la cordillera argentina principal, algunas cadenas paralelas, que por ser su compo- sicion geológica esencialmente diferente, tanto de la de aque- lla como de la de las sierras pampeanas más orientales, Stelzner las clasificó con el nombre de « Anticordilleras ». Como las cadenas más vecinas á la cordillera están cons— tituidas de grauwacke y pizarras arcillosas, mientras las exteriores se componen de caliza silúrica, aquel geólogo distinguió las Anticordilleras «interiores» de las «exterio- res». En la primera clase colocó las cadenas de Paramillo, Tontal y las de Zonda Alta, y en la segunda la sierra chica de Zonda, la sierra al poniente de Gualilan, la sierra de Tala- castra-Huaco y la de Billagun. Esta division de las Anticordilleras parece ser más acen- tuada en la region recorrida por Stelzner entre la ciudad de T. XV 14 — 202 — San Juan y el rio de los Patos, pero, al norte de esta zona, creo que ella no es sostenible topográfica ni geológica- mente. Así, las cadenas al poniente de Gualilan no pueden figurar topográficamente como anticordillera exterior, pues que forman la continuacion de la sierra de Paramillo, y no existe, fijándose bien, la division geológica, como lo vere- mos más adelante. Las cadenas de Gualilan, Talacastra y Tucunuco, situadas entre la gran depresion de Iglesia y Rodeo, que se extiende al pié de la cordillera principal y la angosta zona baja de Matagusano, Tucunuco, Niquivil, se unen hácia Jachal en un solo cordon del Cerro Blanco (cerca de 3000 m.). Siendo su forma en parte redondeada, él nos recuerda las anticordilleras interiores, tal como las ha descrito Stelzner; en efecto, se compone de grauwacke y pizarras arcillosas. Sin embargo, no faltan en el relieve las líneas muy que- bradas y pendientes escarpadas, propias á las Anticordilleras exteriores, como puede verse especialmente en la cima del cerro en su pendiente oriental. No creemos equivocarnos al suponer en ellos caliza silúrica. Al naciente del cerro Blanco (con el cerro Negro, como lo llama, su continuacion setentrivnal con caida hácia el rio Ja- chal), corren algunos hilos chicos paralelos de insignificante altura, en primer lugar los cerros del Agua Negra separados del cerro Blanco por una pequeña depresion con lomaje on- dulado. En la fisonomía total de estos cerros, que se levantan como gigantescas paredes casi verticales hácia el valle del rio Ja- chal, reconuceremos al primer golpe de vista la caliza silú- rica. Al lado oriental del rio Jachal el valle tiene más ó menos una legua de ancho, se repite en menor escala el mismo as- pecto : cerca de las riberas del rio un grupo de lomas redon- deadas y detrás de ellas, al naciente, un cordon de caliza que- brada con derrumbamiento escarpado. Este cordon, con los — 203 — cerros del Fuerte, de la Ciénaga, etc., corre sin interrupcion hácia Huaco y continúa, quedando su carácter siempre el mismo, hácia Guandacol. Al Sur de los cerros del Fuerte siguen las lomas de Niquivil y de Moquina, que pasan en la sierra de Billagun. Cuando á fines de 1894, estudiando el terremoto del 27 de Octubre, llegué á Jachal, no fueron las calizas silúricas las que interesaron mi atencion, sino la relacion de éstas y el grauwacke con las psamitas. La solucion de este problema tenía para mí tanto mayor interés, cuanto que ya Stelzner mencionó caliza silúrica dentro del terreno de grauwacke y pizarras arcillosas de la sierra de Paramillo cuya posicion quedaba en duda. Vol- veremos sobre esto más abajo. Motivó mi interés una investigacion minuciosa de la pen- diente oriental del cerro Blanco y del Negro, y de la region interceptada entre estos y el cerro del Agua Negra, que ejecuté en Noviembre de 1894. La continuacion oriental de este corte geológico, que cruza el valle del rio Jachal desde el cerro del Agua Negra hasta los cerros del Fuerte, pasando el Vallecito cerca del Puesto de los cerros del Fuerte, ha sido levantado durante un viaje de Moquina á Jachal en Enero de 1895. Estas investigaciones dieron por resultado el descubri- miento de la formacion devónica fosilífera compuesta de grauwacke y pizarras arcillosas, formacion desconocida hasta hoy en la República Argentina. En mi folleto Sobre la edad de algunas formaciones car- boniferas de la República Argentina (Revista del Museo de La Plata), basándome en el conocimiento de los fósiles encontrados por el Dr. Steinmann en Bolivia y descritos por el Dr. A. Ulrich, he determinado la edad del piso devónico fosilífero como correspondiente al Devon inferior (Upper Helderberg-Group). Segun comunicacion del profesor doctor E. Kayser, paleontólogo especialista; esta determinacion — 204 — necesita ser en algo rectificada, pues los fósiles indican un horizonte situado entre el piso inferior y medio del Devon. El sabio paleontólogo publicará en breve los resultados de su exámen sobre este asunto, trabajo sobre el cual no nece- sito llamar la atencion de los que se interesan con la Geo- logía. En las páginas que siguen trataré en primer lugar de la série de los estratos representados en el perfil: cerros del Fuerte, cerro Blanco, cerro Rodeo (véase en la tabla ad- junta, N* 1), dividiéndolos en tres partes correspondientes : la primera comprende la sucesion de las formaciones desde el silur arriba, tal como se hallan en el cerro del Fuerte y más al poniente de éste hasta el rio Jachal; la segunda empieza con las calizas silúricas del cerro del Agua Negra, concluyendo en la pendiente del cerro Blanco y finalmente la tercera se refiere á la pendiente misma de este cerro. La circunstancia de hallarse el Devon en relacion con de- pósitos carboníferos me lleva á exponer la posicion de los últimos y con ello á una mirada sobre otros depósitos análo- gos y en especial al Gondwana inferior, que recien hemos descubierto con el doctor F. Kurtz, para la República Argen- tina. Conoceremos tambien de paso la formacion triásica, rhética, y los otros sedimentos más modernos de esta parte noroeste y central de la República. Al fin, como resultado y complemento de tal análisis, re— sumiré todos los datos para dar en grandes rasgos la historia del desarrollo de esta parte de nuestro continente. — 205 — 1? PARTE: CERRO DEL FUERTE VI.—Caliza silúrica, yris-azul y amarillenta en ban- cos y dolomita. La inclinacion de las capas en el cordon de los cerros del Fuerte, está dirigida lo más hácia el oeste bajo un ángulo de más ó menos 507, sin embargo hay tambien inclinación há— cia el naciente. La corrida es al nort-enor-este. Cerca de media legua al sur del portezuelo en que pasa el camino desde el puesto del cerro Fuerte á Huaco y Moquina, he cruzado el cordon silú- rico. En este punto se hace visible en la pendiente occiden- tal, una caliza compacta amarillenta ó gris azul en bancos con capitas delgadas de marga, que representa probablemente el piso superior del sistema. Los fósiles encontrados en la caliza son los siguientes: Maclurea Avellanedae Kays ; » Sarmient:i Kays; » Stelzneri Kays; Leptaena sericea Low ; Vucula, Ophileta, Bathyurus, Ogygia, etc. De allí el camino me llevó por un portezuelito á la pen- diente oriental, formada igualmente por caliza pero en bancos muy delgados de fractura muy astillosa y con mucha piedra córnea sin fósiles. Casi sobre la cima, en el límite de los dos pisos, aparece Dolomita microcristalina gris-blanca. El espe- sor total es como de 1400 metros. V.—1. Arcilla pizarreña gris y rojizo-parduzca hojosa, ocu- pando una pequeña depresion entre la caliza y las siguientes psamitas, que sobresalen como murallas. — E Espesor: 150 metros. 2. Psamita, gris, de grano fino, cuarzoso-calcítica; cerca de 20 metros. 3. Arcillas pizarreñas, arenosas-margosas, coloradas, gri- ses y verduzcas, desmenuzables, con hilitos de yeso y con concreciones vermiformes en la superficie. 30 metros. 4. Arcilla pizarreña como la anterior, pero con fósiles y alternando con bancos delgados de grauwacke de grano muy fino, hasta compacto, calcítico y silíceo, á veces micaceo, de color verduzco, también con concreciones en la superficie. Espesor total: 150 metros. Los fósiles están concentrados en algunos bancos de arci- lla margosa, que están casi completamente lienos de ellos. En nivel más bajo los bancos contienen casi exclusiva- mente : Liorhunchus (espec.) Kays.; más arriba siguen bancos con : Leptocoelta acutiplicata Conr., Lepidolep- tus, Tentaculites, Euomphalus, Pleurotomaria, Trilo- bites, Orthoceras, etc. 5. Grauwacke micaceo de grano muy fino, gris-verduzco, sin fósiles. 25 metros. 6. Pizarras de grauwacke, casi compacto en la superficie negra, con Spirifer, Strophonema, ete. IV y 0IL.—1f. Psamitas cuarzosas de grano medio y color gris, blanco ó rojizo. 2. Conglomerado con fragmentos gruesos de caliza silúri- ca, piedra córnea negra y cuarzo blanco (cerca de 3 metros). 3. Psamitas (con cuarzo y mica), de grano diferente y psamitas margoso-arcillosas de color rojo-parduzco : Espesor total de los pisos 1-3: cerca de 300 metros, y forman una depresión («El Vallecito») poco ondulada, sobre la cual se elevan muy acentuadas las siguientes capas: 4. Depósitos parduzcos y verduzcos semejantes á tobas ó conglomerados de rocas porfiríticas y diabásicas. Bancos de una roca diabásica semejante á una diabasa del cerro Bola, — 207 — provincia de la Rioja (véase abajo), alternan con éstos. Cerca de 150 metros. 5. Psamitas parduzcas ó grises, las más margoso-arcillo— sas, y yesíferas. Cerca de 200 metros. M.—1. Conglomerado con fragmentos de caliza silúrica. 30 metros. 2. Rodados y arena. 20 metros. Estos, como todas las ca- pas anteriores, se inclinan hácia el poniente. Especial aten- cion merece la inclinacion de las arenas y rodados. IT. — Arcilla y arena (formación pampeana) formando las barrancas del río Jachal. 2% PARTE: CERRO DEL AGUA NEGRA VI.—Caliza silúrica, lo más silicatada en bancos. Corren de sud-oeste á nor-este. Al poniente del cerro del Agua Negra (muy poco al sud del corte), la pendiente como la de- presión están cubiertas, en una extension de 300 metros de largo y ancho, de fragmentos angulosos, gruesos, y más finos de caliza, en parte cementada á una brecha. Esto viene evidentemente por un derrumbe de una parte del cerro. Donde el pedazo del cerro saltó se divisa un banco liso, limitado al sud y al norte por una pared casi vertical de caliza. Un pedazo casi rectangular del cerro, desprendido del res- to á causa de rajaduras, se deslizó, debido á la gran incli- nación de las capas sobre el fondo margoso y cayó abajo despedazándose en millones de partes. He observado tambien tales derrumbamientos en el 'erre- no de caliza silúrica, como, por ejemplo, en el cerro de — 208. — la Batea, que queda al naciente del camino de Jachal á la Quebrada de Pescado y que lleva este nombre por la cavi- dad en forma de batea que se ha producido por el derrumba- miento. Abajo de Tambería, entre Trapiche y Guandacol (Rioja), el arroyo de Alaya corta por un desmonte semejante. Los frag- mentos de caliza están cementados aquí á una brecha : Fósiles silúricos, entre ellos Maclurea, Orthoceras y Bathyurus, he podido constatar en la pendiente occidental del cerro del Agua Negra. Espesor de caliza 800 metros (en el perfil el espesor es considerablemente aumentado). Los estratos que siguen al poniente inmediatamente sobre la caliza, por estar cubiertos de desmonte, no son accesibles. Y. —Pizarras arcillosas, grauwacke muy fino, micáceo, con concreciones gusaniformes en la superficie y bancos de cuarzita gris-negra (caliza silicatada?). Las capas fosilíferas (con Leptocoelia acutiplicata Conr. y Liorhynchus ¡es- pec.) se hallan en nivel superior, juntos conbancos de cuar- cito. El espesor total desde la pendiente de caliza silúrica has- ta las capas fosilíferas inclusives, alcanzará á cerca de 1500 metros. 2. Grauwacke, de grano fino y psamitas. En el piso inferior predomina grauwacke y pizarras, más arriba el grauwacke incluye fragmentos de gneis, granito, diorita, cuarzito, etc., alternando con psamitas arcillosas y calcíticas amarillentas. El único fósil que hallé en este piso, es un fragmento de un Trilobites. Espesor cerca de 400 metros. 3. Predominan psamitas cuarzosas finas, grises, amari— llentas y rojizas, que cambian con bancos delgados de conglomerados (fragmentos de gneis y de caliza devónica con Spirifer, Rhynchonella, etc.) — 209 — Las psamitas gruesas contienen fragmentos de pizarra arcillosa, 4. Las psamitas disminuyen, aparece otra vez grauwacke fino y pizarras alternando con caliza gris y negra. Espesor de los pisos 2-4: 1500 metros. [V y HIL.—1. Psamitas cuarzosas finas, en parte calcíticas y micáceas, en planchas, con plantas fósiles indetermi- nables. En el yacimiento de las psamitas, poco al Sud de la región que corta el perfil, se hallan conglomerados con fragmentos de caliza silúrica, como ya hemos mencionado, del cerro del Fuerte. 2. Psamitas grises y coloradas cuarzíticas ó feldespáticas. Su pendiente hácia el naciente es muy escarpada. 3. Psamitas, rojo-parduzcas arcillosas margosas. Pertene- cen á una depresion situada entre aquellas areniscas y los estratos siguientes del cerro Negro. Espesor de los pisos 1-3 : cerca de 600 metros. 3? PARTE : CERRO BLANCO VI.—Caliza silúrica, gris-azul y amarillenta, muy plegada. Sin fósiles (?). El espesor de 200 metros es dibujado en mayor escala, para hacer resaltar la plegadura. Y. — 1. Caliza silicatada y cuarcita de color gris-rojizo y negro alternando con pizarras; los bancos de caliza se divi- san en la pendiente como paredes. 2. Grauwacke compacto, verduzco y pizarras plegadas. — 210: — 3. Bancos de grauwacke compacto, verde, caliza en parte silicatada, con fósiles. Segun los fósiles, este piso correspon- de al piso V, 1 del cerro del Agua Negra y Y 4 del cerro del Fuerte. 4. Grauwacke y pizarras, en nivel más alto caliza negra compacta; en parte caliza blanca macrocristalina en capitas delgadas. >. Grauwacke de grano fino, calcítico, con Lingula, etc. 6. Grauwacke con Conularia, Crinoides, Trilobites, etc. Más arriba, en la pendiente, el grauwacke toma carácter psamítico y parece pasar en psamitas, como lo demuestran rodados que han venido de arriba (contienen restos de plan- tas). El espesor de las capas observadas alcanza cerca de 1500 metros. Con estos estratos concluyen las investigaciones en la pendiente del cerro Blanco. En la cima del cerro Blanco, cerca de media legua al Sur del perfil, parece salir de nuevo caliza silúrica (de ahí el nombre del cerro), la que representaría entonces el cuarto hilo silúrico (desde el cerro del Fuerte). La continuacion hácia el norte del cerro Blanco, á la costa setentrional del rio Jachal, llamada cerro Ancaucho, está compuesta en la quebrada de Ancaucho de grauwacke, piza- rras con interposiciones de diorita (cerca de Agua de Vizca- cha), sobre las cuales descansan (cerca de la Quebrada, lado sud) areniscas coloradas arcillosas. Así parece se repite tambien el sistema IV y Jli de las psamitas. Las formaciones modernas anotadas en el perfil como ter- ciario-pampeanas, al naciente del cerro del Fuerte y al po- niente del cerro Blanco, serán descritas al fin de este artículo. Ahora entraré en algunas reflexiones generales sobre las — 211 — formaciones descritas y sus relaciones entre sí, procurando al mismo tiempo completar el perfil en direccion al norte y naciente, dando así una mirada total sobre la série de todas las formaciones sedimentarias encontradas hasta hoy en esta parte de la República Argentina. E. Kayser, demostró hace más de un decenio, basándose en los fósiles encontrados por A. Stelzner en Talacastra, quebrada de la Laja y de Juan Pobre (sierra de Zonda, en la provincia de San Juan), que la caliza de la «anti-cordillera exterior» pertenece á la formación silúrica inferior (Prenton- cal). Ahora bien, estando comprobado que en las calizas del cerro del Fuerte como en las del cerro del Agua Negra, exis- ten los fósiles característicos, no puede caber la menor duda de que las calizas y dolomitas, que constituyen el piso IV del perfil, son de la misma edad. Aunque faltan fósiles en la caliza de la pendiente dei cerro Blanco, su carácter petrográfico y sus relaciones locales per- miten darles la misma posicion. Los estratos devónicos, piso Y, puestos sobre las calizas silúricas y cubiertos de psamitas, se repiten análogamente á los silúricos, tres veces en nuestro corte. Estas relaciones arquitectónicas hay que considerarlas, á mi juicio, como el resultado de una gran plegadura y consi- guientes dislocaciones, estando estas últimas fuera de toda duda. Las dislocaciones, al naciente del cerro del Fuerte, conti- núan sobre Huaco (6 Guaco), Guandacol y más al norte, habiendo contribuido indudablemente á la formacion de la gran depresion del río Bermejo. Igualmente la dislocación del cerro del Agua Negra, cuya prolongacion corre hácia Tucunuco, etc., ha sido causa del hundimiento de la zona baja de Jachal, Niquivil y Tucunuco, y al fin, la cuenca de Ja- chal, donle está situado el pueblito, debe su orígen á la grieta que corre á lo largo de la pendiente oriental del cerro Blanco. — 212 — El sistema devónico empieza en la parte del perfil, que comprende el cerro del Fuerte con arcillas pizarreñas de 200 metros de espesor, bien distinguibles por una interposi- cion de psamitas de 20 metros de espesor. Faltando fósiles en este piso y no siendo accesibles los estratos limítrofes á la caliza silúrica por estar cubiertos en un ancho de 15 me- tros de desmonte, la posicion de este conjunto, en cuanto á su edad, queda dudosa. Pero tomando en consideracion que las calizas en el respaldo son silúricas inferiores y los es- tratos en el yaciente son devónicos medios, la conclusion de que aquí existe una transgresion me parece muy bien jus- tificada. : Arriba de estos estratos devónicos sin fósiles, sigue un piso de grauwacke y pizarras de igual espesor de 200 metros, en que se distinguen tres horizontes paleontológicos. El horizonte más bajo contiene solamente una especie : Lio- rhynchus. El horizonte medio, en la horizontal poco distante de aquel, es el más rico de géneros entre los cuales quiero mencionar aquí solo: Leptocoelia acutiplicata con Tropi- doleptus carinatus Conr., Vitulina pastulosa Hall, Eu- omphalus, Trilobites, etc. En el horizonte superior, muy cerca á las psamitas IV y TIT y no más de 10 metros abajo de ellos se hallan sobre los planos de las pizarras de grauwacke Spir2fer (espec.) y otros más. En cuanto á todos los detalles paleontológicos tengo que remitir á la descripción de los fósiles por E. Kayser, la que aparecerá en breve. Mientras que el sistema devónico del cerro del Fuerte, incluso los estratos sin fósiles, mo alcanza más de 400 me- tros, lo vemos llegar al poniente del cerro del Agua Negra hasta un espesor de 2á 3000 metros. Cuento aquí en el De- von todos los estratos de grauwacke, psamita y caliza, que están interpuestos entre la caliza silúrica y las psamitas con plantas fósiles (UT y IV). Una diferencia más se manifiesta en el carácter petrográ- — 213 — fico, apareciendo además de grauwacke y pizarras, tambien cuarzito, psamita y caliza. Estratos fosilíferos idénticos á los del cerro del Fuerte, (Liorhynchus y Leptocoelta) se hallan segun mis observa— ciones sóio en la parte inferior del complexo. La parte del sistema que limita á la caliza silúrica, como he mencionado ya arriba, no puede ser reconocida por estar cubierta por las masas del derrumbe del cerro del Agua Negra. En la tercera parte del perfil que comprende la pendiente del cerro Blanco, el carácter petrográfico de los estratos devónicos, queda en general el mismo que en la segunda, pero se destacan algunas diferencias paleontológicas. Reconocemos en las capas inferiores fosilíferas las mismas que hemos ya constatado en la primera y segunda parte del corte y con las que concuerdan tambien en sentido petrográ- fico por ser acompañadas de bancos de cuarzito como en la segunda parte. Pero además de estos estratos que pueden servir de guía por sus fósiles, han sido constatados dos hori- zontes más de fósiles, de los cuales el inferior está caracteri- zado por una Lingula, el superior por Conularia. El piso de grauwacke y psamitas que sigue arriba de estas últimas capas fosilíferas, formando una gran parte de la pen- diente del cerro Blanco, creo, podemos considerarlo igual ai segundo piso del Devon (V, 2) del cerro del Agua Negra, com- puesto de «grauwacke y psamita fina ». De tal modo, todos los estratos devónicos (V, 1-6) examinados en la pendiente del Cerro Blanco, corresponderían al complexo V, 1 del cerro del Agua Negra. De aquí resulta que el espesor total de los pisos correspon- dientes es muy diferente, siendo el del cerro Blanco consi- derablemente mayor que el del cerro Negro. Esto se pue- de deducir del hecho de que en el cerro del Agua: Negra las psamitas y el grauwacke (V, 2) vienen inmediatamente arriba del horizonte fosilífero (con Leptocoelia y Liorhyn- — 214 — chus) mientras en la pendiente del cerro Blanco las capas con Lingula y Conularia están intercaladas entre los dos. Es digno de notar este rápido aumento del espesor del De- von de naciente á poniente. Basándonos en los pocos datos de vbservacion que tenemos hoy dia, no estamos todavía en condiciones de decir con seguridad el fundamento de este fenómeno. Si la formacion devóbica participa al sud de esta re- gion en la composicion de las cadenas paralelas ya mencio- nadas de Talacastra, Gualilán, etc., en las que sólo conoce- mos hasta hoy la formacion silúrica (Talacastra), sobre esto no he podido recoger datos en mi viaje rápido de San Juan á Iglesia. Pero su existencia es muy probable. Queda además á cargo de los geólogos, en lo futuro, constatar si el grauwacke y las pizarras de la sierra de Paramillo y de Tontal, que Stelzner consideró como presilú- ricas, no sean quizá igualmente, á lo menos en parte, devó— nicas. No puede ser difícil, con un exámen detenido del terreno, alcanzar datos paleontológicos, que echen luz sobre esta cuestion. Stelzner menciona haber encontrado restos de plantas fósiles, pero indeterminables, en el Puesto de Córdoba. Él observó además, en la sierra de Tontal, una Orthis dentro de grauwacke. Tambien en la cuesta de la Dehesa, sobre que va el camino de San Juan á Calingasta, segun SteJzner, hay fósiles dentro del terreno de pizarras. Lo que daba motivo á Stelzner de considerar las pizarras y grauwacke como sedimentos presilúricos, ha sido un trozo de caliza que se divisa en un valle longitudinal entre las sierras de Tontal y Paramillo dentro de la formacion de piza- rras. Stelzner dice, página 45 de la obra arriba citada: «Esa caliza, evidentemente, ha tenido antes una extension — 215 — mucho más grande, habiendo formado arriba de las pizarras una capa continua con la caliza de las anticordilleras. Más tarde, esta caliza, muy despedazada en la región occidental por formación de pliegues y destruida por denudacion, no podía conservarse sinó sólo en aquel pliegue sinclinal. » Como Stelzner, en este primer viaje ligero de reconoci- miento, no ha podido ocuparse de estudios especiales, resta averiguar en adelante, si existe aquí verdaderamente una sinclinal ó si no habrán dislocaciones, que tal vez cubiertas de desmonte, han dificultado el reconocimiento de las rela- ciones arquitectónicas. Sería posible que éstas sean las mismas que las de nues— tro perfil. Al norte del grado 30 Brackebusch, ha constatado cailza silúrica, grauwacke y pizarras hasta el grado 27; tambien aquí falta la averiguacion de la edad de las pizarras. Es conocida por KAYSER y STELZNER, la formacion silúrica del Potrero de los Angulos, en la sierra de Famatina. Grauwacke y pizarras descansan tambien aquí en concor- dancia, como he podido constatar sobre la caliza con fósiles silúricos, siendo posible que aquellos sean de edad devó- nica. Voy á ocuparme ahora con las psamitas, que descansan en la primera y segunda parte del corte (cerro del Fuerte y cerro del Agua Negra) sobre la formacion devónica. En primer lugar, hay que constatar que existe en el cerro del Agua Negra una transición contínua de los estratos devó- nicos (V, 4) en estas areniscas, si bien en algunas partes un conglomerado se interpone entre ellas. El mismo conglomerado encontramos en el cerro del Fuerte. Esto me parece digno de reparo, porque conglomerados de gran espesor aparecen tambien en el yaciente de las areniscas del Culm de Retamito (véase más abajo). — 216 — Tomando el piso V, 2-4, en la parte del perfil del cerro del Agua Negra como devónico superior, las psamitas con plantas fósiles podrían representar muy bien la formacion carbonífera. Eo que me obliga á contarlo, por ahora, como formacion Permo-Carbon, bajo cuya denominacion comprendo el conjunto de los estratos de las formaciones carbonífera y pérmica, es lo siguiente: Las psamitas, en la pendiente del Devon del cerro del Fuerte, siguen con corrida Norte hasta la Cieneguita, en la Quebrada de Huaco (cerca de 5 leguas desde el cerro del Fuer- te), pero descansan aquí directamente sobre la caliza silú- rica, teniendo la misma inclinacion y la misma corrida que ésta. Por abajo, las psamitas son grises micáceas, calcíticas, pa-" sando arriba en un sistema muy considerable de psamitas de color colorado y parduzco. Muy extraña es la falta de la formacion devónica; sin embargo, su poco espesor en el cerro del Fuerte y el aumento de las psamitas hácia el Norte hacen preveer ya su completa desaparicion. Las mismas relaciones entre el siluro y las psamitas pare- cen existir al naciente de la sierra de Huaco, donde las psa- mitas encierran cerca del pueblito de Huaco un depósito de carbon arcilloso pizarreño. Salta á la vista la analogía de este depósito y el del Culm de Retamito, encontrándose los dos directamente sobre la caliza silúrica. Stelzner ya ha mencionado el carbon de Huaco tomándolo como de edad rhética. Esta opinion, que en sutiempo ha tenido algun fundamento, hoy dia no es más sostenible. Siguiendo las psamitas des- ' de la Quebrada de Huaco en la falta occidental del cordon silúrico (cerro Aguila, cerro de la Batea, Abra de Panacan) hasta Trapiche, encontramos aquí una region muy á propósi- to á echar luz sobre la edad de estas capas. — 217 — Las calizas silúricas con fósiles característicos se halian en la cercanía de Trapiche, en Tambería, en la Quebrada de Alaya; arriba de ellas sigue un sistema de grauwacke y piza- rras que recuerdan los estratos devónicos de Jachal, Aun- que, como parece, no hay fósiles en ellos, su posicion en la pendiente de la caliza silúrica, casi no deja duda en su edad devónica, tanto menos, cuanto arriba de las pizarras y grau- wacke vienen las psamitas, abajo grises arriba coloradas, cuya relacion con los descritos de Huaco y Jachal es indiscutible. Muy cerca de las casas de Trapiche se halla, dentro de las areniscas grises, al límite de las pizarras y de grauwacke, un depósito muy insignificante de pizarra carbonífera, en que he podido constatar Neuropteridium validum Feistm. Cerca de 10 metros arriba se divisó ya desde abajo un tronco de un Lepidodendron, segun la determinacion del Dr. Kurtz Lepidophloios laricinus Sternb. La suposicion de edad rhética de estos depósitos, como han creido antes, es por consiguiente falsa. A] mismo nivel pertenece sin duda un depósito carbonífe- ro que se halla en el cerro Bola, cerca de Guandacol, 8 le- guas al noreste de Trapiche. Como en Trapiche las psa- mitas coloradas se hallan tambien aquí en la pendiente del depósito. Pero la caliza silúrica falta y el yacimiento com- puesto tambien de grauwacke y areniscas pizarreñas limita directamente bajo una dislocacion al sistema arcáico (Véase más abajo, perfil 3). Trasladándonos más al Noreste, á la sierra de Famatina, en Potrero de los Angulos, encontramos un perfil casi igual al de Trapiche. Sobre caliza silúrica con fósiles siguen en concordancia grauwacke y pizarras (devónicas?), que pasan en psamitas grises (con restos de plantas). Estas están cubiertas igual- mente en concordancia con psamitas coloradas ó blancas (5) (1) Véase: Sobre la edad de algunas formaciones carboníferas, arriba “citado, páginas 9 y 10. T. XV — 218 — Estas relaciones estratigráfico-petrográficas y topográficas constatadas entre los depósitos carboníferos (resp. con plantas fósiles de Muaco, Trapiche, Cerro Bola y de Potrero de los Angulos y muy probable de Carrizal en la falda orien- tal del Famatina, permiten dar á ellos la misma posicion, la que correspondería por consiguiente, tomando en cuenta el nivel de las psamitas en el cerro del Fuerte como los restos de plantas de Trapiche, al Permo-Carbon. Segun la opinion del Dr. Kurtz, las plantas fósiles de Tra- piche dejansuponerel «Gondwana ¡nferior»; por consiguiente, el Perm en el sentido de los geólogos de la India Oriental. Veremos más abajo cómo nuestra región está ligada estra- tigráficamente con las sierras pampeanas, el centro típico del «Gondwana Argentino», cuya gran extension, despues de su descubrimiento por el Dr. Kurtz en Bajo de Velis (sierra de San Luis), he podido constatar ampliando esencialmente los hallazgos de Bajo de Velis por el género Glossopteris y Lepidodendron, ete. Antes de entrar en detalles, querría expresar mi duda de que en esta region sea posible distinguir bien la formacion carbonífera de la pérmica. La formacion carbonífera ha sido constatada como «Culm» cerca de Retamito (*) entre San Juan y Mendoza (cerca 329), compuesta de psamitas grises, conglomerados y arcillas pizarreñas, que encierran depósitos insignificantes de carbon arcilloso, descansando el sistema sobre caliza silúrica. En su yaciente se halla un enorme depósito de conglo- merado de fragmentos, los más redondeados, de diferente ta- maño, de cuarzo y de areniscas feldespáticas cuarzosas (Con- glomerado en India en el yaciente del Gondwana inferior!) Arriba del piso carbonífero siguen psamitas coloradas y estratos margoso-arcillosos. Una lista de las plantas fósiles, xk 1) Véase el trabajo del autor: Sobre el carbon y Asfalto carbonizado de la provincia de Mendoza. Boletin de la Academia Nacional, tomo XIII. — 219 — descritas por Szajnocha y Kurtz, doy en la tabla de las for- maciones que acompaña este trabajo. Considerando ahora las relaciones de las psamitas de Jachal (IV), su posicion sobre la formacion devónica y su transicion paulatina en ella, no se comprende, cómo el Culm de Retamito pudiera ocupar un nivel esencialmente más bajo, siendo además el carácter de las psamitas el mismo y encontrándose en la region interceptada muy semejantes psamitas en relacion con la formacion silúrica (por ejemplo entre Gualilan é Iglesia cerca de Tambería y en otro puntos más). Una analogía más entre el Culm del Retamito y las psami- tas con plantas fósiles de Jachal existe en los conglomerados que se hallan en su yaciente. El hecho que las psamitas del Culm de Retamito descansen sobre el Silur, y las de Jachal sobre el Devon, no implica que no puedan ser de igual nivel, tanto menos cuanto que las psamitas con depósito de carbon de Huaco, de igual edad que las de Jachal, siguen tambien directamente sobre caliza silúrica. Por estas razones, no obstante la existencia de Neurop- teridium validum Feistm. en los depósitos carboníferos de Trapiche, que hemos paralelizado en cuanto á su edad arriba con los del cerro Bola, Potrero de los Angulos, de Huaco y las psamitas post-devónicas de Jachal, creo es bas- tante justificado el tomar todos estos depósitos, inclusive los de Retamito como «Permo-Carbon». De ningun modo existe, como tal vez pudiera creerse, un límite bien marcado por una discordancia entre la formacion carbonífera y la pérmica. Habiendo hablado en nuestra exposicion que antecede del Perm, es preciso dar una explicacion. E Prolongando el perfil del Cerro Blanco (Cerro del Fuerte hácia el naciente, un poco al Sur de nuestro corte) corta- ría algunas cadenas paralelas á las Anticordilleras, las — 220 — que Stelzner reunió bajo el nombre de « sierras pampinas ». Al naciente del cordon de Huaco, entre éste y el rio Bermejo, se extiende una llanura ancha, interrumpida sola- mente por insignificantes levantamientos, compuestos los más de psamitas. Sube otra vez el terreno en la costa oriental del rio Ber- mejo y alcanza, en una cadena larga al poniente de El Balde y en varios grupos de cerros aislados (campo de Is- chialasta), una considerable altura. Separadas por llanuras, siguen entonces, en órden de poniente á naciente y de altura cada vez mayor, la sierra de la Huerta, la sierra de los Llanos y la sierra de Córdoba. Fundándome en mis investigaciones hechas en el año pasado, cuyos detalles serán publicados en breve, acompa— ñados de «perfiles geológicos N” 2», quiero anticipar aquí, para completar nuestro cuadro, en cuanto á la composicion de las sierras pampinas (incl. la sierra de San Luis y la parte austral de las sierras de Vilgo y de Velasco), lo si- guiente : El macizo de las sierras está formado de pizarras cristali- nas (congranito), con corrida más ó menos al Norte, de incli- nacion hácia el poniente ó naciente. Los estratos devónicos y silúricos no se han constatado hasta hoy en ninguna parte, pero de ahí á deducir que ellos no hubieran llegado á formarse en esta region, sería proceder con gran ligereza. Siendo puestas casi verticales las pizarras cristalinas y ocupando las más viejas de ellas más ó menos la parte central de las montañas, hay que buscar las formaciones posteriores en las faldas y en las llanuras. Naturalmente, los puntos en que eventualmente salen en las últimas, son muy escasos, siendo aquí las formaciones viejas cubiertas de sedi- mentos más modernos. Los cuarzitos, areniscas y grauwacke, arriba de Filitas arcaicas que he descubierto en la falda oriental de-los Llanos, - nos enseñan que formaciones post-arcaicas (formacion cambri- ca?) participan tambien en la composicion del suelo de esta region. Pero siempre queda muy poca probabilidad de la existencia del Silur y Devon. Siguen sobre las pizarras arcaicas, en posicion discordante, conglomerados, por lo general, grises y arriba con psamitas semejantes á arcose y con arcillas pizarreñas. Este sistema incluye en varios puntos depósitos insignifi- cantes de carbon y pizarras carboníferas. Lo he constatado (véase obra arriba cit.) la primera vez en la Pampa de Ansulon, en la sierra de los Llanos, donde el hallazgo de Glossopteris ligó inmediatamente esta region con el Gondwana inferior del Bajo de Velis, descrita ya por el Dr. Kurtz, afirmando más la existencia de este sistema en la República Argentina. En el año 1895/96 he podido constatar la gran extensión de este sistema en la sierra de los Llanos, sierra de Velazco, sierra de Vilgo (sierra de Paganzo) y sierra de los Molles (salina de Bustos), é indudablemente ella participará tambien en la composición de la sierra de Catamarca y de Tucuman, teniendo su continuacion subterránea por el Chaco hasta el Brasil (depósito de carbón perteneciente al Perm en Porto Alegre). El carácter estratigráfico y petrográfico queda siempre el mismo arriba descrito. Depósitos de carbon ó pizarras carboníferas de algunos centímetros de espesor hay casi en todas partes ; así, los he visto en Saladillo, cerca de Patquia (sierra de Velazco), en Paganzo y varios puntos de la sierra de Vilgo. Por el hallaz- go de Lepidodendron, segun la determinacion del Dr. Kurtz, L. Pedroanum (Carr.) Szaj. y L. Sternbergit Bet. en Sala- dillo y Amanao (sierra de Vilgo), el Gondwana inferior argentino gana sumo interés. Quiero notar aquí expresamente que no puede existir absolutamente duda alguna de que todos los depósitos, los de la sierra de los Llanos con Glossopteris, etc., como los de — 222 — Saladillo, Paganzo y Amanao con Lepidodendron, etc., como igualmente los del Bajo de Velis, que hace poco he visitado á objeto de estudiar la geología de este depósito, constatan- do allá tambien Glossopteris, ocupan el mismo nivel, encon- trándose las capas con las plantas fósiles en todos puntos casi directamente sobre las pizarras arcaicas (2-6 metros arriba). La identidad de nuestro sistema con los Karharbaribeds de India Oriental es evidente, el supuesto continente viejo «Gondwana» ha adquirido nuevo argumento. En la tabla adjunta á esta exposicion he dado una lista de todas las plantas encontradas hasta hoy en este sistema y determinadas por el Dr. Kurtz. El interesado encontrará todos los detalles en la descrip- ción de las plantas que el Dr. Kurtz publicará en breve en el Boletin de la Academia Nacional, tomo XV. Arriba de los estratos carboníferos y fosilíferos siguen otra vez areniscas grises alternando con bancos de conglo- merados y estos pasan, pocoá poco, en un sistema de psami- tas coloradas, que recuerdan todas las psamitas abigarradas triásicas de Europa. Estas psamitas más propagadas en las faldas de las sie- rras mencionadas, como en parte adentro de ellas, forman tambien las pendientes orientales y occidentales de la sierra de Vilgo, siguiendo al Norte hácia el Famatina. Cerca del Carrizal ¡pendiente oriental) se hallan entre ellas y grauwacke algunos depósitos carboníferos. Igual depósito en el yaciente de las psamitas se conoce desde mucho en Tambillo, en la pendiente occidental, ence- rrado en psamitas grises, que por intermedio de conglome- rados descansan sobre pizarras arcaicas. Al Norte de Carrizal y Tambillo, psamitas del mismo carácter están visibles en muchas regiones y no nos equivo- camos poniendo las psamitas de Potrero de los Angulos, que llevan restos de plantas, al mismo nivel. Arriba ya hemos visto cómo estas areniscas grises, en el yaciente de areniscas 008 coloradas, descansan en concordancia sobre pizarras y grau- wacke probablemente devónicos, que pasan abajo en los estratos silúricos fosilíferos. Así, los depósitos de las sierras pampinas están ligados con los del Famatina. Del mismo modo, existe una relacion análoga entre las psamitas coloradas de la sierra de los Molles, al poniente de la sierra de Vilgo y las del cerro Bola y de Trapiche, en cuyo yacimiento se hallan los depósitos carboníferos arriba citados. Todas estas relaciones estratigráficas, entre los depósitos carboníferos de las sierras pampinas, caracterizadas por la flora como Gondwana inferior y puestos en discordancia sobre las pizarras arcaicas y aquellos arriba descritos que descansan sobre la formacion devónica ó silúrica, nos obli- gan otra vez á la conclusion, de que por ahora conviene unir todas bajo la expresión : « Permo-Carbon ». La completa conformidad del Gondwana inferior de la In- dia y la Argentina y el conexo del último con el Devon hace probable que estos depósitos no sólo abarcan parte del Perm, sino tambien la formacion carbonífera completa. Para completar el cuadro de las formaciones sedimentarias de nuestra regicn, hago mencion de la formacion rhética que, compuesta de arcilla pizarreña, marga, psamitas grises, conglomerados y depósitos de carbon, sigue arriba de las psamitas coloradas, Ella ha sido descubierta por Stelzner en Marayes, Sierra de la Huerta. Geinitz describió las plantas allí recogidas, reconociéndolas como rhéticas. Sus sedimentos tienen una gran extension, pero parece se limitan á las depresiones, mientras el Gondwana inferior y las psamitas coloradas forman las pendientes de las sierras pampinas y entran en las quebradas hasta alturas conside- rables. En la sierra de los Molles y en el campo de Ischialasta he = ¡NÓ podido observar la sobreposicion de la formacion rhética sobre las psamitas coloradas. Encontrándose éstas en la pendiente del Gondwana inferior resulta que son muy pro- bablemente de edad triásica (inferior). La formacion rhética se extiende al Sur hácia Mendoza (Cacheuta y Challao), y sin duda pertenecen tambien á este horizonte, ó al Lias, los depósitos de carbon que descubrió hace poco el Dr. SaLas en la region superior del rio Atuel. A juzgar por los fósiles que me remitió este señor, las capas correspondientes se hallan en el yacimiento del Lias inferior (con Peclen alatus etc.). Segun el Dr. Kurtz, la flora tiene una relacion muy mar- cada con la del Gondwana superior de la série de los depó- sitos que constituyen la formacion de Rajmahal. Las plantas determinadas por el Dr. Kurtz están enumera- das más abajo en la tabla. Tambien las psamitas coloradas triásicas deben tener su continuacion al Sur, componiendo probablemente la sierra de Tunuyan, partes de la sierra de San Rafael, del Cerro Nevado, como igualmente participando en la composicion de la precordillera de Mendoza. Con esto queda establecida la union geológica de esta re- gion con la region del Sudoeste de la República, que com- prende ya partes de la Cordillera alta principal, en cuya composicion participa la formacion cretáceo-jurásica (?). En algunos de nuestros perfiles, dados en la tabla, figuran como sedimentos más modernos (prescindiendo aquí del acarreo de los valles) los terciario-pampeanos, principal- (4) Sobre el terreno jurásico y cretáceo de los Andes Argentinos entre Rio Diamante y Rio Negro, trabajo del autor. Boletin de la Academia Nacional, tomo XIII. — 225 — mente desarrollados en forma de conglomerados, psamitas, arcilla, rodados y arena, al poniente del Cerro Blanco y al naciente del Cerro del Fuerte. Los he llamado terciario-pam- peanos para significar con esto que la série comprende los ho- rizontes más inferiores de la formacion pampeana, inciuyen- do de tal modo los pisos superiores de la formacion terciaria. Esta denominacion algo vaga, se hacía necesaria por no tener aún la seguridad del nivel que les corresponde á los depósitos más viejos de la formacion pampeana. Tales estratos tienen su más grande propagacion y espesor en la zona baja de Iglesia y Rodeo (hácia el Norte ésta con- tinúa en el valle del rio Blanco, hácia el Sur en el valle del rio de Calingasta), la que se extiende en un espacio como de 100 kilómetros de largo y 35 kilómetros de ancho, entre la cor- dillera principal de Las Leñas, de Olivares, Conconta y Go- languil al lado occidental y las anticordilleras con el Cerro Blanco, sierra de Gualilan, de Talacastra, del Tigre, al lado oriental. El cordon oriental de la Cordillera principal — paralelo á éste, hay más al poniente, formando el límite con Chile, un segundo, —se compone esencialmente de pizarras (silúricas?), granito, pórfidos y andesitas. Sedimentos jurásicos fosilíferos parecen participar en la composicion de la cordillera de Olivares, á juzgar por algunos fósiles que me han mostrado en Iglesia. Las capas inferiores de la série terciario-pampeana, como las he observado al naciente de Rodeo (en el camino de Rodeo hácia Jachal y á lo largo del rio), son una especie de brechas constituidas de fragmentos angulosos de andesita, cementadas por arcilla y depositadas sobre un filon grande de andesita, desarrollada en parte en columnas. Siguen arriba, formando la pendiente del valle, rodados mezcladas con arcilla y sobre estos psamitas coloradas y blancas. El piso superior de la série que ocupa la parte central y — 226 — occidental de la depresion, accesible para estudios, especial mente en Iglesia y Rodeo, se forma de material arcillo-are- noso-margoso, por lo general estratificado. En el arroyo de Iglesia, arriba del pueblito, se puede observar bien la transicion de estas capas en las de arcilla del carácter de la de la formacion pampeana superior. Como lo demuestra la parte del perfil cerca de Rodeo, la inclinacion de las capas varía mucho, y especialmente en la cuenca de Rodeo, mientras que más al poniente, en la region de Iglesia, las capas se inclinan generalmente hácia el poniente. Es digna de notarse una zona de vertientes muy larga dentro de esta formacion, cerca del pié de la cordillera. Es probable que la salida de las aguas, que vienen de la cordillera por infiltracion, es producida por capas impermea- bles, que por ser inclinadas hácia el poniente las hacen subir hasta la superficie. Pero tambien puede ser que las aguas su- ban por grietas, lo que tal vez tiene lugar en los Baños de Bismanta, donde se vierte una fuente alcalina con gas sulfhí- drico á una temperatura de 44,5? €. Los estratos terciario-pampeanos están cubiertos en dis— cordancia de arcilla mezclada con fragmentos de rocas, grue- sos y finos, redondeados y angulosos, los que forman, por ser la arcilla denudada, un campo pedregoso inmenso, de un ancho de 4á 5 leguas á lo largo de la cordillera de Conconta y Colanguil. Estos depósitos no pueden ser sinó productos glaciares, re- presentando una morena basal. ' He observado depósitos semejantes en el valle del Gura (al poniente de la cordillera de Conconta, muy cerca del Cerro de las Tórtolas), donde la existencia de glaciares pasados queda positivamente demostrada por las huellas que han dejado en una morena terminal, en un lago, estancado por la morena, y en el pulimiento y estriamiento de rocas andesíticas (al poniente del lago) que han servido de asiento á los gla- clares. La discordancia entre los estratos terciario-pampeanos y los productos glaciares, en que predominan los rodados ó la arcilla ó los dos, están cementados por caliza á tosca, es casi en todas partes evidente. El cambio rápido de espesor (en término medio 243") es producido seguramente por conductos de agua cortados en los estratos terciario-pampeanos y llenados otra vez más tarde. Despues de la acumulacion del material en todo el ancho de la depresion, coa el retroceso de los glaciares (derretimien- to), principió el período de erosion. Cuán enérgica ha sido ésta lo demuestran las hondas caña- das secas, excavadas por las aguas en los productos glaciares y en los estratos terciario-pampeanos, como es la cañada de Turgun y á más el valle de Rodeo y los terrados de rodados y arcilla que se hallan en la quebrada de Rodeo á Jachal, 20 hasta 30” encima del nivel del rio. Excusado es decir, que las insignificantes vertientes que corren hoy en estas cañadas, no pueden haberlas producido. Una segunda region, en que la série de las capas terciarias pampeanas se halla en gran desarrollo, esla pendiente orien- tal de la anti-cordillera. Ellas participan aquí, al naciente de los cerros del Fuerte, depositadas sobre psamita colora- da, en la composicion de un cordon que corre desde Huaco sobre Moquina hasta La Laja, cerca «e San Juan. Ocasion de examinarlas se ofrece en varios puntos en el camino de San Juan á Moquina. He cruzado la sierra, vinien- do de Moquina entre río Uspinaco y Cerro del Fuerte. Como enseña nuestro perfil, los estratos terciario-pampea- nos descansan aquí, con inclinacion hácia el naciente (c. 457) y con corrida hácia el Noroeste sobre psamitas coloradas y pardas que se ponen, en «direccion hácia Huaco, sobre las psamitas carboníferas arriba descritas. Por esta razon' las considero como pérmicas ó triásicas. El material que compone los depósitos, con un espesor de E algunos cientos de metros, es variable, predominando ya arcilla, ya rodados. La arcilla es sin estratificacion, blanda ó endurecida (á tosca) ó tiene carácter psamítico por interposicion de mica (principalmente en el yaciente) cerca de las psamitas colo- radas. Las capas de rodados, compuestas de fragmentos de porfi- dos cuarcíferos y caliza silúrica, están mezcladas las más con arcilla y cementados en parte á conglomerados. En la boca de la quebrada del río Uspinaco, arriba de estos, siguen en discordancia (análogamente á los depósitos en el valle de Rodeo) otros conglomerados, casi horizontales, formados de caliza silúrica y pórfidos, sobre los que, más al naciente, descanzan arena y arcilla. Digno de notar es. que los conglomerados inferiores con- tienen solamente fragmentos de pórfidos. Como estos últimos no se hallan ¿n'situ en la region de nuestro perfil, su proveniencia hay que buscarla en la cordi- llera principal, de donde han debido ser transportados en nuestra zona antes de la formacion de la anti-cordillera. Estando depositados los estratos terciario-pampeanos al naciente y poniente del cerro del Fuerte, en concordancia so- bre psamitas, y siendo además la inclinacion de todos los es- tratos desde el silur arriba, en nuestro corte, la misma, el descenso de las capas hay que considerarlo como un resul- tado simultáneo del mismo procedimiento tectónico, es decir que la depresion de Jachal-Tucunuco, y la serranía al na- ciente no han existido al tiempo de la formacion de los estra- tos terciario-pampeanos. Si la serranía hubiese ya existido antes, no podrían encon- trarse fragmentos de caliza en los depósitos terciario-pam- peanos al naciente del cordon de psamitas, pues este último está separado de los cerros de caliza silúrica por un bajo hondo (véase perfil) y es considerablemente más alto que los cerros de caliza-silúrica. — 229 — Muy poca probabilidad existe, de que los rodados de caliza hayan sido transportados del Norte ó Sur por las aguas. Imaginémonos la série desde el siluro arriba, en posicion más ó menos horizontal, tal vez con una insignificante depre- sion en la zona Jachal-Tucunuco, entonces el descenso del complejo se inició por rupturas de las capas (indicados en el perfil) y progresaba poco á poco, en cuyo procedimiento desempeñó un papel muy importante la accion disolvente de las aguas subterráneas y de las que circularon en las grie- tas, f Las calizas-silúricas, cubiertas al principio por el Devon junto con las psamitas, salieron cada vez más á la superficie en direccion de las líneas de ruptura; la depresion (el valle) iba siendo progresivamente más hondo, hasta llegar de este modo á formarse el actual relieve. Como las calizas de los Cerros del Fuerte con su continua- cion setentrional y austral han sido separados por hundimien- to de una zona (los estratos terciario-pampeanos dislocados están dibujados en el perfil) de la region oriental de las psa- mitas, los rodados de caliza-silúrica no pueden haber prove— nido del cordon silúrico sino que su orígen debe encontrarse en la anti-cordillera más alta del Cerro Blanco, de Gualilan, etc. Hemos visto arriba, que en la quebrada de Ancaucho se hallan psamitas coloradas en la cima misma de la sierra, pues- tas sobre grauwacke.- Estas pueden ser consideradas idénti- cas á las del piso 11 y IV de nuestro perfil, si no son de edad más moderna. En la sierra de Talacastra y Gualilan he obser- vado capas semejantes. Mas, estratos terciario-pampeanos del carácter descrito están propagados tambien por todas partes en las depresio- nes de estas anti-cordilleras hasta arriba del paso entre' Gua- lilan á Iglesia, donde forman una antiplanicie, ó pampa como dice la gente. — 230 — En vista de todos estos datos llegamos á la conclusion de que los sedimentos terciario-pampeanos, depositados sobre psamitas han formado antes un manto más ó menos horizontal casi continuo sobre el subsuelo de esta region, compuesto del Siluro, Devon, etc., desde la cordillera hasta el naciente de la region en que hoy se encuentran las anti-cordilleras de Huaco, Cerros del Fuerte, Moquina, etc. Por consiguiente, los procedimientos tectónicos, la forma- cion de las depresiones y de las anti-cordilleras con sus cade- nas paralelas son de edad muy moderna, cayendo su princi- pio en el tiempo diluvial. Creo, no se puede negar, que este proceso todavía no está concluido. ñ Prescindiendo de movimientos tectónicos más generales en esta region con su inmenso desarrollo de calizas, basta recordar sólo la accion disolvente de las aguas subterráneas para formarse concepto, cómo puede continuar paulatinamen- te el descenso de ciertas zonas. (Véase abajo, perfil 4). Pero las dislocaciones de edad muy moderna no son limi- tadas á las zonas vecinas á los Andes, sinó que las he podido constatar tambien dentro de la formacion pampeana, en las faldas de las sierras pampeanas, asíen la orilla oriental de la sierra de Córdoba, en la falda setentrional de los Llanos, en la parte austral de la Sierra de Velasco, como tambien en el Famatina y al Norte de nuestro perfil cerca de Guandacol (Rioja). . Tomando en cuenta, además, quelos estratos terciario-pam- peanos han experimentado, en varios casos observados por mi, un cambio igual en su posicion junto con las psamitas triá- sicas Ó jurásicas en su yaciente, los que se hallan hoy en muy diferente nivel, ya en posicion vertical al lado de las capas permocarboníferas (Sierra de los Llanos), ya horizontal y en inmediato contacto con el sistema rhético casi perpendicular (depresion de Pagancillo), puede bien justificarse la conelu- sion de que tambien el relieve de esta vasta region de las — 231 — sierras de Tucuman, Catamarca y Rioja, que como penínsulas se extienden hácia la llanura, junto con sus depresiones, á lo menos en gran parte, son productos de los mismos procedi- mientos tectónicos muy modernos que acabamos á conocer en la region andina. Las observaciones hechas hasta hoy en este sentido son muy pocas, pero hay que tener en cuenta que tambien son muy escasos los puntos accesibles (cortes naturales). Sin embargo, ellas nos permiten sacar algunas consecuen- clas que me parecen ser de gran importancia para la com- prension de la formacion pampeana que cubre todavía un es- peso velo. Un cuadro, á grandes rasgos, de la evolucion de las épocas anteriores debe preceder á nuestra exposicion. Como primer hecho seguro podemos notar aquí, que el orí- gen de las sierras pampinas (juntos con las ya mencionadas dela Rioja, Catamarca, Tucuman, etc.) cae en el tiempo anterior á la formacion del permo-carbon. Es dudoso en cuál de las épocas anteriores ha tenido lugar el levantamiento de los es- tratos arcálcos. Habiendo sido constatado en la orilla de la sierra de los Llanos como en la de Córdoba estratos post-arcáicos, puede ser que el levantamiento tuvo lugar durante la época silú- rica ó recien despues de la formacion de los sedimentos de- vónicos. En este caso la parte central de esta region ha experi- mentado un cambio en su arquitectura mucho más grande que la parte setentrional y occidental; pues mientras en ésta la formacion permo—carbon descansa en concordancia sobre el Devon, la vemos en las sierras centrales en todas partes en discordancia arriba de las pizarras cristalinas casi perpendi- culares. Mucho más probable es, que la parte central que comprende las sierras pampinas, etc., se levantó sobre el ni- vel del agua, poniéndose los estratos arcáicos casi verticales, ya antes de la época silúrica. — 232 — Esta opinion es apoyada por el hecho de que la formacion devónica no parece ser desarrollada al naciente de las anti- cordilleras (perfil de Jachal). Nos encontramos aquí muy pro- bablemente en la costa oriental del pasado mar devónico, que se extendió desde la region de Jachal en direccion Noreste hácia el Famatina (y de aquí hácia el Brasil?). Los límites del mar silúrico tal vez han sido más al naciente. El levantamiento continental de la parte central aumentó, retirándose en consecuencia el mar silúrico y devónico cada vez más hácia el poniente (en nuestra region). Al principio de la época permo-carbon el continente se extendió al Oeste hasta muy allá de los Andes, uniéndose tal vez con el índico-austral, que se formó en esta misma épo- ca, para constituir asíun gran continente en el hemisferio aus- tral, para el que convendría adoptar el nombre de continente «Gondwana-Argentina ». Muy lejos nos llevaría la exposicion de los acontecimientos geológicos, que ocurrieron en esta época en la region ocupa- da hoy por los Andes. Bástenos decir que aquí, antes de la época devónica y silú- rica, ya ha existido tierra, si bien representada sólo por islas cuya formacion debe coincidir con la de la parte central de las sierras pampinas. La gran ruptura de la costra terrestre á que deben su orígen los Andes es por consiguiente muy vieja. Las depresiones que existían entre las sierras pampinas y que no han sido más que zonas hundidas, se llenaron durante la época permo-carbon con sedimentos representados hoy por los conglomerados y las psamitas. Mientras al principio de la época permo-carbon las sierras todavía sobresalieron en la configuracion del suelo, suminis- trando con Lepidodendron y con la flora de Gondwana el ma- terial para los depósitos de carbon, al fin de la época triásica estaban enterradas en sedimentos. No podemos aún afirmar si ha existido al principio de la PELE ES época permó-carbon un tiempo glaciar, como algunos geólogos creen haber demostrado para la India oriental, pues nos fal- tan observaciones sobre el particular; pero podemos consta- tar una analogía entre las dos regiones, consistente en la exis- tencia de conglomerados en el yaciente de la formacion per= mo-carbon . En la época rhética las depresiones viejas entre las sierras parecen haber sufrido otra vez un descenso, que tuvo como consecuencia el desarrollo de una flora cenagosa y de ella la formacion de los depósitos carboníferos rhéticos. Sin embar- go predominan siempre los conglomerados y las psamitas en relacion sobre las piedras arcillosas y calcíticas y al fin del período se formaron otra vez psamitas coloradas (tales se ha- llan en el campo de Ischialasta sobre el Rhet) que apre- ciamos como jurásicas. Queda dudoso, si psamitas cretáceas se han desarrollado en nuestra region. Lo mismo vale para las psamitas terciarias inferiores, mencionadas por autores, siendo á lo menos una parte de ellas de edad triásica ó ju- rásica. Los sedimentos marinos no han sido constatados hasta hoy en ninguna parte. Nuestra region central (podemos decirlo con bastante segu- ridad) ha sido tierra firme desde la época postarcáica hasta nuestro tiempo, si bien bahías del mar jurásico ó cretáceo hayan tal vez entrado aquí en zonas bajas. Las psamitas coloradas triásicas me parecen ser tambien de orígen terrestre ('). 2) El descenso que se manifestó, como hemos visto arriba, durante la época rhética en las depresiones situadas entre las sierras pampinas tuvo grandes efectos en la región de las cordilleras, sumergiendo esta parte del continente en el'mar jurásico. El límite horizontal de esta gran zona hundida y por tanto la costa oriental del mar jurásico, no se en— cuentra por consiguiente, como se ha creído antes, al poniente del eje de la Cordillera actual sinó al naciente (6 coincide con él). En nuestra region podriamos trazar su límite más ó menos entre los grados 70 y 69 0. DAY 16 — 234 — Recien en los depósitos « terciario-pampeanos », compues- tos en su mayor parte de arcilla y rodados, encontramos otra vez un terreno muy propagado y de gran espesor, pero des- graciadamente poco á propósito para observaciones, pues por lo general, está cubierto con sedimentos más modernos. Aunque el material que los compone es muy variable, su carácter, en especial el gran desarrollo de arcilla y roda— dos, y su considerable propagacion no permite ver en el agua el solo agente de su formacion y creo debemos conside- rarlos como el producto de un tiempo glaciar, que por otra parte, sería una consecuencia natural del levantamiento de los Andes en la época terciaria. Tenemos que conceder que los depósitos, y especialmente los descritos de la region de nuestro perfil, no pueden ser considerados como verdaderos productos de glaciares, pues faltan las acumulaciones inestratificadas características que se ven en las morenas, existiendo, por el contrario, estra- tificacion que parece oponerse á considerarlos de ese orígen. En primer lugar, hay que tener en cuenta que los estratos observados pertenecen á regiones bajas en las que los gla- ciares no alcanzan ó llegaron sólo en algunos puntos. No obstante, tenemos indicios de morenas verdaderas en el Cerro del Plata (provincia de Mendoza), en la region en- tre Mendoza y San Juan, á más en el valle superior de Guan- dacol y tambien en el Famatina (donde los estratos están dis- locados). Creo haber visto rodados estríados cerca de Guan- dacol y en el Famatina (Carrizal). de Greenwich, y más al sur, en la provincia de Mendoza y en el territorio del Neuquen, el mar jurásico avanzó aun más hácia el naciente, tal vez hasta el meridiano 68. El hundimiento continuó durante la época cretá- cea, transgrediendo el mar cretáceo probablemente más sobre partes del continente que el mar jurásico. Recien al fin de la época cretácea entró un ascenso general de las re- giones andinas, que dividió por la formacion de las Cordilleras, las aguas del mar Atlántico y Pacífico. — 2359 — De investigaciones prolijas y detenidas no sería difícil resultara la constatacion de verdaderos depósitos glaciares en regiones más altas. La dificultad que entónces podría surgir sería, tal vez, el distinguir estos productos de los del tiempo glaciar posterior, arriba mencionado ; por más que creo que los depósitos vie- jos están caracterizados por su inclinación, mientras que los más modernos han conservado, por lo comun, su posicion primaria. Lo que hoy día vemos en los estratos terciario-pampea- nos, no puede ser sinó productos glaciares que se hallan en depósito secundario, procedentes del material de las mo- renas llevado á la llanura por las aguas que depositaron, se- gun su cantidad, arcilla, rodados, etc., llenando de este modo las depresiones con lagos, pantanos, etc. Indudablemente, existió una region de lagos ó un lago en este tiempo en la gran depresion de Iglesia y Rodeo. Con el retroceso de los glaciares estos sedimentos se mez- elaron con el loes, llevado por los vientos. Pero el loes tuvo, naturalmente, una propagacion mucho más grande, cubriendo en un manto. tal vez continuo, junto con la arcilla, el producto de la descomposicion de las rocas, todas las sierras con sus depresiones. Por esta razon encon- tramos mucha más arcilla (ó loes) que rodados en las faldas de las sierras centrales, hasta arriba de sus cumbres (por ejemplo, en la sierra de Córdoba), en sierras que estaban le- jos de las regiones productoras de glaciares. Repito aquí: en ese tiempo no ha existido el relieve actual, las sierras no han tenido su forma de hoy, sinó que estaban cubiertas las más de psamitas, sobresaliendo poco sobre las depresiones; por fin, el relieve tenía el aspecto de una inmensa altiplanicie poco ondulada, que se extendía desde las cordilleras y las serranías del Norte hacia el Sur y Naciente. A este período de la acumulacion, siguió un tiempo de procedimientos tectónicos. Rajaduras enormes cruzaron el — suelo con direccion Norte á Sur, hundimientos parciales se sucedieron, y las montañas, y en primer lugar la Cordillera, principalmente, experimentaron un ascenso. Este procedi- miento ha sido, en su intensidad, diferente: mucho más in— tenso en la orilla de la cordillera principal y del Famatina, y menos fuerte en las orillas de las sierras centrales. Se acepte ó no la hipótesis del tiempo glaciar viejo, queda sentado el hecho de que los últimos procedimientos tectó- nicos, consistentesen la formacion de grandes dislocaciones y ascenso de las montañas, cae en el tiempo diluvial. La opinion de que el ascenso de la cordillera principal concluyó en la época terciaria, es insostenible. A este período de descensos y ascensos siguió, dado ahora un relieve acen- tuado, un período de erosion. Los estratos lerciarios-pampeanos, productos del tien:- po glaciar viejo, experimentaron otra vez por las aguas un arrastramiento y se mezclaron con los productos de la de— nudacion de las psamitas, muy expuestas por las rupturas á la destruccion. Donde estos materiales llegaron á la sedimentación se formaron las capas pampeanas superiores, y este proceso de la sedimentación y erosion continúa todavía hoy. Al tiempo de las dislocaciones, con el ascenso de los An- des empezó un segundo período glaciar, cuyos productos han quedado limitados á la cordillera central y sus regiones vecinas, contribuyendo tambien aquí á la formacion de las capas pampeanas modernas. Los glaciares ya han desaparecido casi totalmente en las Cordilleras de esta altitud, pero han dejado sus huellas toda- vía en las morenas, etc. Pero tambien estas van desapa- reciendo, siendo llevado su material igualmente a la llanura: el sepulcro de los Andes majestuosos. — 237 — Los perfiles, cuya descripcion sigue más abajo, ya han sido mencionados de paso arriba. En la descripcion he entrado en muchos detalles, acomo- dándo!a á los fines de la enseñanza. Pernfules o, y E El perfil 3, uno de los más instructivos, se divisa muy bien en su totalidad desde Santa Clara, pueblito situado como á una legua al sud de Guandacol. Al este de Santa Clara, poco distante de la estancia de este nombre, se levanta el Cerro Bola (6 Bolsa), llamado así por su superficie más ó menos redondeada. Su forma nos revela inmediatamente su arqui- tectura, que consiste en una gran plegadura de planchas de psamitas grises cuyas partes opuestas se inclinan hácia el norte y sud (curva anticlinal). Mirando al noreste, hácia la pendiente austral del Cerro Guandacol saltan á la vista los mismos estratos de psamitas inclinados hácia el sud, que tal vez están en continua- cion no interrumpida con las psamitas de la parte setentrio- nal del Cerro Bola, inclinados hacia el norte de tal modo, que formarían entonces una curva sinclinal. Pero puede ser tam- bien que exista una intersección entre los dos. Lo más probable es, que el conjunto de los estratos ha ex- perimentado en tiempo atrás una plegadura á la que siguió una fractura (grieta), la que parece pasar por el vértice de la curva sinclinal en la region del arroyo Cieneguita, haciendo muy inclinados los estratos y formando de tal modo un bajo entre el Cerro Bola y el Cerro Guandacol. Este es parte de la depresion que sigue de aquí hacia el norte (Hornillos, “Cerro Negro, etc.), la que indudablemente es producida por proce- dimientos análogos. — 238 — Además de las psamitas grises se divisa desde Santa Clara, en el bajo, entre Cerro Guandacol y Cerro Boa, ocupando un nivel más superior un piso caracterizado por colores oscuros, que veremos más adelante son rocas eruptivas, y más arriba otro colorado y blanco (psamitas). Estos dos últimos pisos se encuentran tambien mirando al sud hácia la pendiente austral del Cerro Bola, en direccion á Tolosa. Parece que los mismos estratos despues de perderse en el subsuelo con ipnelinacion al sud, se levantan otra vez en el Cerro Rajado, repitiéndose aquí la arquitectura más arriba descrita. Las dos rayas negras que se destacan en el perfil indican- do depósitos de carbon no son distinguibles desde Santa Cla- ra. Para reconocer estos y estudiar más detalladamente el perfil trasladémonos de Santa Clara á Guandacol. Caminando desde el pueblito hácia el Este y antes de lle- ear á la pendiente del Cerro Guandacol se puede notar una gran diferencia en la forma y composicion del Cerro, el que está constituido por dos mitades completamente distintas y limitadas. En su parte setentrional reconocemos ya por sus formas exteriores las pizarras cristalinas (gneiss). Entre sus estratos inclinados hácia el norte se destacan manchas y fajas blancas de caliza granulosa (mármol). Muy diferente es el aspecto que nos ofrece la parte austral del cerro, compuesta de planchas de psamitas y pizarras fuertemente inclinadas há- cia el sur. Por causa de esta gran inclinacion las planchas se desprenden y caen, quedando la pendiente del cerro en gran parte formada de una sola plancha lisa colocada casi vertical- mente. Aunque no he podido investigar detenidamente la zona de contacto entre las pizarras cristalinas y las psamitas con pi- zarrasarcillosas que forman respectivamente la parte norte y la parte sud del Cerro Guandacol, esta diferencia en la compo- sicion, tan notablemente marcada, puede ser solamente produ= — 239 — cida por una dislocación que hizo bajar todo el complejo de las psamitas, etc., hasta el nivel de las pizarras arcáicas. Esta dislocacion debe ser más vieja que la otra arriba mencionada, que pasa por el bajo entre el cerro Bola y el Cerro Guanda- col. Por razones que vamos á exponer en la descripcion del perfil 3%, la formacion de aquella ha tenido lugar antes de la sedimentacion de las psamitas coloradas (piso II). Sería falso el suponer que el conjunto de los estratos V y parte del IV hubiese descendido instantáneamente hasta el ni- vel que hoy ocupa; por el contrario, el descenso de los es- tratos iniciado por la formacion de una grieta que cruzó el cerro Guandacol, se produjo poco á poco continuándose tal vez durante varias épocas, y la segunda grieta de disloca- cion más moderna pero paralela á ésta no es sinó una cierta fase del procedimiento que ha dado por resultado la forma— cion de la gran depresion de Hornillos, Cerro Negro, Vinchi- na, etc. Siguiendo, al objeto del relevamiento exacto del perfil, en la falda del cerro Guandacol hácia el sur y entrando en sus quebradas á lo largo de los arroyitos se distinguen los si- guientes pisos : VII. — Gneiss y pizarras hornblendíferas alternando con bancos de caliza granuda de diferente espesor. Las diferentes capas son m:y bien limitadas no existiendo entre ellas una transicion. El rumbo general es de noreste á sudoeste con inclinacion hácia el noroeste. Pliegues algo visibles. V.— Grauwacke (ó psamita) muy duro, de grano fino, color verduzco, compuesto de granitos de cuarzo, poca mica y fel- despato, con cemento silíceo y calcáreo. Se fractura en pe- dazos poliédricos. Formacion devónica? IV. — 1. Psamita gris, cuarcítica, de grano fino, en plan- chas delgadas. 2. Pizarras, alternando con psamitas. ' 3. Psamitas grises, de grano medio, micáceas, pizarreñas. 4. Psamitas de color claro, de grano grueso, cuarcíticas, — PO micáceas, encerrando un depósito de conglomerado (véase N*5) y alternando en nivel superior con arcillas pizarreñas y areniscas, semejantes á grauwacke. Las psamitas como las pizarras contienen restos de plantas mal conservadas (Veu— ropteridium, Equaisetites?). Entre las psamitas inferiores se halla un depósito de carbon muy arcilloso. 5. Conglomerados, brechas ó tufas (tobas), de diabasa, porfirito augítico 6 meláfiro. Los fragmentos de las rocas, los más redondeados, están en parte descompuestos, dando á estos estratos por sus diferentes colores (verde, gris par- duzco) y por su tamaño variable, un carácter particular. Segun se deduce por investigacion macroscópica parece que el material para estos depósitos ha sido suministrado por meláfiros y porfiritos. Encima de estos estratos siguen 6. Psamitas coloradas, blancas ó manchadas. Están corta- das como piso 5 por el camino de Santa Clara á Hornillos. Todos los estratos corren de noroeste á sudeste inclinán- dose al sudoeste. En el Cerro Bola se repite, segun lo que hemos expuesto arriba en cuanto á su arquitectura, la sucesion de los estra- tos del piso IV. Aunque se notan algunas diferencias petrográficas, las psa- mitas y pizarras (1 á 3) son en general del mismo carácter y lo que es más, sobre ellas encontramos en una quebrada (muy difícilmente accesible), á la mitad de la altura del cerro, un depósito de arcilla carbonífera de 2 ó 3 centímetros de espe- sor, sin valor alguno técnico. - Se comprende ahora, que este depósito no es diferente del que hemos mencionado arriba, sinó que forman ambos uno sólo, cuya posicion es alterada por los pliegues y las disloca- ciones. Puede ser que una investigacion prolija encuentre tambien el depósito al lado setentrional del Cerro Bola, en- tre los estratos inclinados hácia el norte, como lo exige una estructura ideal, pero si no se encontrase no por eso sería menos exacta nuestra exposicion. A La analogía de los estratos del Cerro Bola y del perfil des- erito está comprobada por la reaparicion del piso 5. En una roca brechiforme de color rojo parduzco se destacan clara- mente, junto con partes redondeadas y angulosas de cuarzo y de piedras felsiticas, pedazos de rocas porfiríticas ó mela- fíricas (en parte amigdaloides con caliza) embutidos en un cemento cuarcítico-calcáreo, en que se hacen visibles listas de feldespato. Juntos con estas tufas brechiformes hay verdaderos mantos de porfiritos augíticos (Meláfiro?) y de Diabasa, como ya el doctor Brackebusch los ha mencionado (descritos por el doc- torSiepert) de muchos puntos de la region másal sur (Salinas de Busto, Paganzo y Cerro Rajado). Segun Brackebusch, el Meláfiro junto con psamitas y estra- tos margosos forma la pendiente setentrional del Cerro Ra- jado, siendo así posible que en este cerro se repita, como ya hemos dicho arriba, la composicion y estructura del Cerro Bola. Esto alcanza más probabilidad encontrándose tambien en el Cerro Rajado un depósito de carbon. Sin embargo, en vista del hecho arriba mencionado, que los depósitos de car- bon de esta parte de la República no son de igual edad sinó pertenecen á dos diferentes niveles (permo-carbon y rhet) debemos guardar reserva en nuestra opinion; reserva tanto más necesaria, cuanto que la formacion rhética con depósitos de carbon puesta sobre psamitas coloradas triásicas aparece efectivamente en la continuacion de la serranía del Cerro Ra- jado hácia e: sud como hácia el este (cerro Morado, Ischialasta, Pagancillo). Faltando argumentos paleontológicos,los restos de plantas encontrados en las capas carboníferas se hallan en muy mal estado de conservacion, para la determinacion de la edad de los estratos del Cerro Bola, nos queda sólo la comparacion del carácter petrográfico, estratigráfico y relaciones locales con otros depósitos, cuya posicion es mejor fijada. Ya hemos anticipado arriba, cómo los estratos del Cerro = 39-= Bola están relacionados con los de Trapiche, cuyo horizonte carbonífero corresponde al permo-carbon. Si bien la distancia entre los dos perfiles es bastante gran- de (cerca de 6 leguas), en la region interceptada podemos se- guir con alguna atencion la continuacion de las psamitas co- loradas y grises (piso III y IV) con los mantos de porfiritos, meláfiros, etc. La analogía de los dos perfiles está bien marcada por el ni- vel de las psamitas grises con el depósito de carbon y arriba de ellas por el de los porfiritos y de las psamitas colora- das. Una identidad semejante existe en el yacimiento en las psa- mitas grises, pizarras y grauwacke, notándose sin embargo algunas diferencias, pero de poca importancia. Estas relaciones nos permiten considerar con mucha segu- ridad los depósitos carboníferos de Trapiche y del Cerro Bola como de igual edad, es decir como permo-carboníferos. Las psamitas coloradas ocuparían entonces un nivel triá- sico (Ó permo-triásico), lo que concuerda absolutamente con su carácter idéntico al de las psamitas en la pendiente del Gondwana inferior de las sierras pampinas al sur. Otro argu- mento más contra la suposicion de la edad rhética de los de- pósitos carboníferos del Cerro Bola nos ofrece la naturaleza petrográfica de estos, muy diferente de los depósitos rhéticos, caracterizados por un gran desarrollo de estratos margoso— arcillosos; más aún, las psamitas coloradas del Cerro Bola no pueden ser de ninguna manera apreciadas como idénticas á las de la pendiente de las capas rhéticas, como se hallan en el campo de Ischialasta, Cerro Morado, etc. Nuestra zona es sumamente rica en dislocaciones. Ya hemos conocido las del Cerro Guandacol y del Cerro Bola. He observado otras en la pendiente oriental de la serra- nía al poniente de Guandaco!l en el valle del río Nacimientos — 243 — (perfil 4), como más al sur en la quebrada de Alaya, al frente del Cerro Bola. Todas corren más ó menos de norte á sud y parecen tener una gran extension. Como resultado de estas dislocaciones salta á la vista la gran diferencia de la composicion de las sierras que limitan el valle del río Guandacol, al poniente y naciente. Al frente del Cerro Guandacol, Cerro Bola, Cerro Rajado, etc., compuestos respectivamente de pizarras cristalinas y de psamitas, se levanta al lado occidental del valle, cubierto en su parte baja de psamitas coloradas y grises, un cordon alto y escarpado de caliza silúrica. Corriendo de norte á sur él encuentra su continuacion aus- tral en los cerros de Huaco, etc., formando la última muralla de caliza silúrica de las que componen las anti-cordille- ras. Indudablemente este largo cordon nos representa una gran ruptura, que produjo un descenso de la zona hoy ocupada por el valle del río Guandacol y del río Bermejo. Ya no puede extrañar más la muy diferente posicion que ocupan los mismos estratos en los cortes expuestos;ahora se comprende, por qué en el Cerro Guandacol el yaciente de Jos depósitos carboníferos descansa sobre las pizarras arcáicas, mientras en el perfil de Trapiche los mismos estratos están puestos sobre caliza silúrica. Es evidente que la ruptura en el cerro de Guandacol, parte de la gran ruptura que corrió de norte á sur, hizo bajar todo el complejo de los estratos arri— ba de las pizarras cristalinas (silúricos, devónicos, permo- carboníferas, etc.), en tal grado, que los estratos silúricos (caliza) están hundidos completamente. Así se explica, por qué al naciente de la gran ruptura, en las pendientes orien- tales del río Guandacol, no hay caliza silúrica, mientras al poniente ella no ha sufrido hundimiento ó poco, quedando parado aquí en forma de inmensos pilares. Imaginémonostodo el complejo de los estratos al lado aus- — tral del cerro Guandacol másabajado, el caso podría suceder, que las psamitas coloradas llegasen de ese modo á estar en contacto con las pizarras cristalinas. Así se explica por qué en el cordon al poniente del valle de Guandacol se hallan en muchas partes psamitas coloradas en contacto con caliza silúrica (perfil 4) habiendo descendido la parte al naciente de la grieta hasta llegar las psamitas co- loradas al nivel de las calizas silúricas, las que por su parte no experimentaron descenso, ó fué en menor grado. Si se toma en cuenta el gran espesor total de las formacio- nes silúricas, devónicas y permo-carboníferas, podemos ha- cernos una idea del salto que han hecho los estratos hasta llegar al nivel de las pizarras arcáicas respectivamente de los depósitos silúricos. Perolos descensos no son siempre tan pronunciados como en estos casos. Un cuadro de los procedimientos en escala pequeña se pre- senta al poniente de Guandacol en el valle del arroyo Naci- mientos. Las aguas de este arroyo, que desembocan cerca del pue- blo Guandacol en el río Guandacol, viniendo muy de adentro de la serranía, se pierden cerca de una legua al poniente de Guandacol, entrando en un vallecito longitudinal encerrado en caliza silúrica, completamente bajo el aluvion de rodados, etc. Este vallecito, con direccion norte á sud, representa tam- bien una zona hundida de caliza silúrica y en las grietas que pasan por él se inssume una gran parte del agua del arro- yo. Poco más al poniente, el resto del agua sale otra vez del aluvion con mucha fuerza y forma el arroyo de Naci- mientos, que corta en una estrechura el cordon de caliza si- lúrica. La pendiente setentrional de la estrechura, consistiendo en una pared vertical de caliza silúrica de una altura de 30 metros y de un largo de cerca de 50 metros, es muy á pro- pósito para el estudio de grietas y dislocaciones (tab.,perf. 4*). La pared está cruzada de arriba abajo por cinco grietas, hoy casi cerradas. Fijándose bien en los planos de las plan- chas de caliza, podemos ver, cómo su continuacion interrum- pida por las grietas se encuentraná veces arriba y otras abajo. Los trozos interceptados han experimentado en diferente grado un descenso. En los del medio de la pared las planchas son casi horizontales y muy poco dislocadas, mientras los del extremo de la estrechura, por no teuer apoyo, se han in- celinado hácia el poniente ó naciente. Se comprende que tal descenso, debido sin duda en este caso á la disolucion de caliza por aguas que circulan abajo, no está concluido sinó que debe continuar, aun cuando él no puede ser apercibido por nosotros en un corto lapso de tiempo. El resultado de este procedim:ento será, tal vez, despues de muchísimos años, la desaparicion del cordon silúrico, produ- cido por hundimiento y destruccion parcial por el agua y con eso debe aumentarse considerablemente,el ancho del valle del río Guandacol. Así alcanzamos uta idea, cómo los valles y grandes depre- siones de esta region se han formado paulatinamente, á lo me- nos en muchos casos. Sin embargo, el proceso del descenso de tales pilares de ca- liza no necesita que sea siempre continuo, sinó que puede ser por varias razones suspendido por algun tiempo, mientras que la disolucion de caliza continúa. Así debe llegar el momento, en que tal perturbacion del equilibrio será compensada, re— sultando entonces un descenso instantáneo. Esto ha tenido lugar durante el terremoto del 27 de Octubre de 1894, cuyo sacudimiento hizo bajar en la estrechura del arroyo Nacimien- to la parte extrema de la pared dirigida hacia el naciente, de una cantidad insignificante, pero que poco despues del terre- moto (Enero de 1895) era bien visible por una fractura recien- te de caliza á lo largo de la grieta, producida por el frota— miento de la masa en descenso. — 246 — Otro fenómeno muy interesante que he podido observar en esta pared de caliza es el despedazamiento de algunos bancos de caliza y especialmente de las partes cerca de las grietas. Los bancos ofrecen aquí el carácter de una brecha, siendo muchísimos fragmentos angulosos de caliza cementa- dos por cemento cálcareo (perfil 4%). Aquí ha actuado eviden- temente una gran presión lateral que junto con el movimien- to vertical de las masas en descenso destrozó los bancos de caliza á lo largo de las grietas, las líneas de frotamiento. Más tarde las aguas circulantes, cargadas con caliza, han cementado otra vez los fragmentos. Perfil. 3% (1) Las psamitas coloradas (triásicas Ó permo-triásicas) que hemos conocido en la pendiente austral del Cerro Bola como en el bajo entre éste y el Cerro Guandacol siguen hácia el norte, formando la pendiente oriental del Cerro Guandacol y de la sierra, que continúa en dirección hácia Hornillos, siendo accesibles varias veces en el camino de Santa Clara á Hornillos. Dirigiéndose desde Resina (Hornillos) hácia el Cerro Colo- rado, el camino corta, en una quebrada estrecha, las psami- tas coloradas (con inclinacion hácia el Este) y donde sale de la quebrada aparece debajo de ellas gneis en posicion casi vertical. Más hácia el oeste, en un vallecito longitudinal, situado entre la cadena principal, compuesta del sistema arcáico, y aquellas lomas de psamitas, siguen debujo de éstas, con la (1) Este perfil ya está publicado en parte en el trabajo arriba citado del autor: Sobre la edad de algunas formaciones carboníferas. — 241 — misma inclinacion, psamitas grises micáceas y al final pié de la cadena al oeste, encontramos conglomerados, que descan- san sobre gneiss y granito (inclinacion hácia el oeste). Doblando hácia el sur, en direccion á un cerrito caracteri- zado desde lejos por una alta barranca cortada en las psami- tas coloradas y remontando un arroyito seco hasta el frente de la barranca, se observa debajo de las psamitas coloradas, que cambian con conglomerados y son en parte yesíferas, psamita gris micácea y muy calcítica, semejante á grauwacke y al fin en la pendiente de la cadena al oeste, conglomerados en discordancia sobre gneis y granito, caliza granuda, tc. Los conglomerados contienen fragmentos de pizarras, yrauwa- cke, pizarra carbontfera, granito y gneis. En este perfil tenemos, pues, la psamita colorada en discor- dancia, directamente ó por intermedio de conglomerados sobre el terreno arcáico, mientras que en el perfil del Cerro Bola la misma psamita descansa en concordancia, junto con las rocas eruptivas y sus tufas, etc., sobre el sistema de las psa- mitas carboníferas, pizarras y grauwacke. Digo la misma psamita, para prevenir la observacion que pudiera hacerse de que la psamita del Cerro Colorado sea tal vez más moderna que la del Cerro Bola. La continuacion de la psamita del Cerro Colorado hácia el Cerro Bola es tan visi- . ble que no puede ponerse en duda su identidad. La explicacion que de tal arquitectura encontramos, creo sea la siguiente : Despues de haberse depositado en esta region los estra- tos silúricos, devónicos (?) y carbónicos, la serie de los sedimentos sufrió una dislocacion, hundiéndose considera- blemente algunas regiones, en parte, bajo gran inclinacion de los estratos, mientras que otras sufrieron poco cambio en la posicion de sus estratos, quedando estos más ó6 menos hori- zontales. Por no haber sido interrumpido por la dislocacion el proceso de la sedimentacion, resultó como consecuencia natural que la psamita colorada, producto de la sedimen- tacion, tuvo que depositarse eñ el primer caso en discordan- cia (Cerro Colorado), en el segundo (Cerro Bola) en concor- dancia sobre los estratos existentes. La region ocupada hoy por la depresion de Hornillos, Cerro Negro, Vinchina, etc., limitada al este por el Famatina, sufrió (como en muchas otras partes de la República) uu descenso y sobre el sistema arcáico, donde salió a luz por las disloca- ciones, se depositaroa las psamitas coloradas y los conglo- merados. La sedimentacion principió en el Cerro Colorado como en muchos otros puntos con fragmentos de gnels, granito, pizarras, grauwacke y pizarra carbonífera, resultado de la dislocación y consiguiente destrozo de los estratos existentes. Considerando que sobre el sistema permo-carbonítero, donde empieza la série de las psamitas coloradas, se hallan mantos de rocas eruptivas (Diabasa, Porfirito), tal vez la for- macion de las grietas de dislocaciones esta en relacion con las erupciones de éstas. Quiero notar aquí, que tales mantos se hallan tambien den- tro de las psamitas coloradas triásicas (Paganzo, Salina de Bustos, Trapiche,etc.), como igualmente dentro de los estra- tos rhéticos (Cerro Morado, campo de Ischialasta), lo que in- dica la continuacion de la erupcion de estas masas durante gran espacio de tiempo. Hemos visto arriba, cómo, sobre las pizarras arcáicas de las sierras pampinas al sur de esta region sigue el Gond- wana inferior (permo-carbon), compuesto de conglomera- dos y psamitas grises y arriba de éstos las psamitas colora- das triásicas. En el Cerro Colorado tenemos una serie de estratos iguales á estos, y perteneciendo, como no hay duda, las psamitas coloradas al mismo nivel, estaríamos inclinados á considerar tambien los conglomerados del Cerro Colorado análogos á las capas inferiores del permo-carbon. Ya hemos visto por les relaciones que existen entre el perfil del Cerro Colorado y el del Cerro Bola y por el hecho de que dentro de O — los conglomerados se hallan fragmentos de pizarras carboní- feras, que éste no es el caso, de manera que los conglomera- dos del Cerro Colorado son, en cuanto á su edad, posterio- res á la formacion de los estratos carboníferos del permo-car- bon. Se puede comparar estos conglomerados con los que en la Sierra de los Lianos (arroyo de Olta) siguen arriba de las psamitas grises carboníferas del permo-carbon y que están cubiertos de las psamitas coloradas. Nuestros perfiles del Cerro Colorado y Cerro Bola son tam- bien interesantes, porque demuestran que al fin de la época permo-carbonífera ha tenido lugar un descenso de los estra- tos, á lo menos en algunas regiones. Por ahora no sabemos si este fenómeno ha sido general, lo que es posible y tal vez podemos ver en ello el principio del descenso constatado y bien marcado en la época rhé- tica. La sedimentacion dei material de las psamitas coloradas triásicas, cuyo orígen presenta tantas dificultades para expli— carse, puede ser que esté relacionada con el descenso gene- ral, pero no es éste el lugar para discutir esta cuestion. Haré notar solamente que segun mi juicio ellas pueden ser consi- deradas sólo como productos terrestres. Perfiles 2 y 2*. Este perfil se presenta en el camino que sigue por la que- brada de Pescado (cerca de 6 leguas al noreste de Jachal) á la Abra de Panacan y de aquí hasta Trapiche. En la parte inferior de la quebrada, arriba de las casas vie- jas, hasta donde salen las aguas en el arroyo, las pendientes SY están formadas por psamitas de muy diferente naturaleza, en general recuerdan el arcose, predominando en las unas mica, en otras cuarzo 6 feldespato. El color es, por lo general, pardo. La inclinacion varía mucho, debido probablemente á las erupciones de andesita anfibólica que en varios puntos atra- viesa en filones las psamitas. Las psamitas oscuras pasan en psamitas coloradas que for- man la abra de Panacan y se extienden de aquí hasta Trapi- che. El camino, bajando al arroyo de Trapiche, corta muy cerca de las casas un manto de un porfirito (augítico?) de color pardo-rojizo. Este manto se divisa tambien en la pendiente austral del valle entre las psamitas coloradas, y está probablemente re- lacionado con un manto de una roca diabásica que se halla dentro de las mismas psamitas poco abajo de la Abra de Pa- nacan (perfil 2 2). El corte por el valle de Trapiche corre de norte á sud, pa- sando las casitas. En inmediata cercanía de estas siguen arriba de las piza- rras — río abajo cambian ellas con bancos de caliza, — que consideramos como devónicas, psamitas grises con arcillas pizarreñas y un depósito insignificante de carbon arriba men- cionado (con Neuropteridium validum y en las areniscas con Lopidophloios). Más arriba, en la pendiente, vienen entonces arcillas piza- rreñas con fragmentos de pizarras y al fin las psamitas colo- radas. La corrida de las capas es hácia el noroeste, la inclina- cion hácia el sudeste bajo un ángulo de 309, Río abajo de Trapiche se nota un gran cambio en la posicion de los estratos hasta llegar las psamitas en el yaciente de las pizarras arcillosas, habiendo experimentado todo el complejo una completa vuelta (al frente de la estrechura del arroyo, donde él dobla al norte). — 251 — Cerca de doscientos metros al naciente de este último pun- to he levantado ligeramente el perfil 2*. La parte sud del perfil, representando la pendiente austral del vallecito, que con direccion oeste á este se une aquí con el de Trapiche, se compone de pizarras, conglomerados, ca- lizas negras, capas silicatadas (formacion devónica?), sobre las que siguen arriba las psamitas coloradas, por consiguiente tenemos aquí los estratos en la misma posicion que en el perfil 2. Por una dislocacion que corre de noroeste á sudeste se ha bajado el piso de las psamitas hasta el nivel del arroyito, habiendo sido puestas sus capas verticales y plegadas en muy variables formas. De allí se ve, pues, cómo pueden resultar plegaduras como una consecuencia de rupturas y des- censos. Dentro de las psamitas encontramos otra vez un porfirito (con mica y plagioclasa macro-cristalinas) que parece como un filon eruptivo que hubiera llenado la grieta de dislocacion, pero en realidad no es así, sinó que él representa una parte hundida del manto de porfirito, que se destaca dentro de las paredes verticales de las psamitas coloradas en la pendiente oriental del valle poco arriba de El Salto (véase perfil). En este último punto, el arroyo de Trapiche, saliendo de la es- trechura formada por las psamitas, entra en un ensanchamien- to del valle, debido á la reaparicion de las pizarras arcillosas (formacion devónica?), á que siguen más abajo al frente de Salto Amarillo calizas silúricas (fósiles silúricos, entre ellos Leptaena sericea Sow, Bathyurus etc.), que continúan, componiendo las dos pendientes del valle hasta cerca de la Puerta de Alaya. Habiendo recorrido muy ligeramente todo este valle desde Trapiche hasta la Puerta de Alaya (al frente del Cerro Bola) no he podido hacer estudios detenidos. Llamo la atencion de los geólogos sobre ciertos conglomerados que se hallan en el yacimiento de caliza silúrica (vuelta?), poco abajo de las — 292 — casas de El Vallecito. El derrumbe de caliza silúrica en la estrechura de Tambería ya lo he mencionado arriba. Córdoba, Setiembre de 1896. Nota. — El croquis de orientacion de los serranías, que acompaña este trabajo, es hecho sobre la base del « Mapa de la República Argentina » del doctor L. Brackebusch. q$_ETIEOÁAÁAAA AAA REGION CENTRAL DE LAS SIERRAS PAMPINAS Córdoba, La Rioja. Vilgo, Los Llanos, La Huerta, San Luis, etc.) nglomerados. Mareyes : llosas y"margosas Thinnfeldia odontopterordes Feistm. carbon de : Mareyes Thaentopteris Mareysiaca Gein. la Huerta); Cerro Pterophy llum Oenhaustanum GOpp. mpo de Ischialasta): Pachypteris Stelzneriana Gein. , etc. Baerataemata E. Braun. Sphenolepis rhética Gein. Luis (Bajo de Velis), Sierra de los Llanos (Pampa de Ansulon., Polco), Sierra de Velazco (Saladilio), Sierra de Vilgo (Paganzo JE tum validum Feistm. — Lepidodendron Sternbergú Bat. comunas Feistm. vel Noeggerathiopsis Hislobe Feistm. REGION CENTRAL DE LAS SIERRAS PAMPINAS ON REGION y ANTICORDILLERAS Y DEL FAMATINA O ERAS [Sierras de : Córdoba, La Rioja, Vilgo, Los Llanos, La Huerta, San Luis, etc. ! EEES nn mnérica (resp. lásica) Psamitas, conglomerados, Pizarras arcillosos y margosas. Depósitos de carbon de; Cacheuta, del Paramillo de Uspallata, de Challao, de la Mina Tránsito [— [Atuel!, ele. Tirásica (Ó permo-triásica) PORMACION TERCIARIA Y PAMPANEA Psamitas jurásicas y cretáceas (?) Cacheuta - Sphenopteris elongata Carr. Thinnfeldis odontopteroides (Morris) Feistm. Thinnfeldio lancifolia 'Morr., Szajn. Oleandridium Brackebuschianum Kurlz Podozamites elongatus Morr, Feistm. var. latior. Baiera Argentinae Kurlz, ele Mina Tránsito, Atuel ¡Lias;: Asplenium whitbyense Brgt Meer. Macrotaeniopteris esp. Oleandridium vittatum ¿Brgt.: Schimp. Pterophyllum princeps Oldh. et Morr. Pterophyllum rajmahalense Morr. Palaeozamia cf. brevifolia Braun. Ptilophyllum esp. Walehia esp. Psamitas, conglomerados. Pizarras arcillosas y"margosas Depósitos de carbon de : Mareyes Isierra de la Huerta); Cerro Morado (campo de Ischialasta): Pagancillo, ete. Psamitas coloradas Mareyos : Thinnfeldía odontopteroides Feistm. Thaentopteris Mareysiaca Gein Pterophy llum Oenhaustanum Gopp. Pachypteris Stelzneriana Gein. Baierataeniata Y, Braun. Sphenolepis rhética Gein. PERMO=CARBÓNICA Conglomorados, Psamitos (grises), Pizarras arcillosas y margosas en las Anticordilleras como en las Sierras pampinas. Depósitos de carbon: Retamito, Muaco, Cerro Bola, Trapiche, Carrizal, Famatina : Sphenopteris. Trapiche, La Rioja: Lopidophloios laricinus Sternb. Neuropteridium validum Feistm. Retamito, San Juan : Archaeocalamites radiatus Stur. Sierra de San Luis (Bajo de Velis), Sierra de los Llanos (Pampa de Ansulon. Malanzan, Poleo), Sierra de Velazco (Saladillo), Sierra de Vilgo (Poganzo y Amanao : Neuropteridium validum Feistm. Glossopteris comunis Fcistm. vel esp. alí, Glossopterix retifera Feistm. Gangamopteris eyelopteroides (Tambien en Rio Grande do Sul) Equisetites Morenianus Kurtz, Lepidodendron Pedroanum ¡ Corr) ¡Segun R- Zeiller, Bull. de la Société de France, XML, 1595, pág. 608, probablemente per- teneciendo á L. Volkmaun Carrizal. Lepidodendron esp exgrupo nothum Stur. Lepidodendron Pedroanum Szajnocha. Botrychiopsis Weissiana Kurtz. Rhacopteris esp. Phyllotheca, esp. | Cordaites esp. ] (Autores : Szajnocha y Kurtz.) Szajnocho. Sternb.'. Concordancia) : DEVÓNICA surERIOn (7) arcillosas, caliza. ss AY Psamitas, Grauwacke y pizarras Restos de plantas. ', Paleontologische - BT Lepidodendron Sternbergí Bgt. Noeggerathiopsis Hislobe Peistm. Enryplallum Whittianunm Peistm. Rhupidopsis gingkoides Schmalh. Rhipidopsis densimercis Feistm Cielopitys dichotoma Feistm. ¡Autor < E. Kurtz! [Discordancia) : ronmación ancáica Y cámenica : Gneiss, Filito, Pizarras hornblendiferas, Caliza granudo. (Sistea mcámbrico en la Sierra de los Llanos 7 A CERRO COLORADO (< 1500”) 4 ARROYO NACIMIENTOS 4% PARED DEBANCOS DECALIZA RAJADOS PARTE AUMENTADA DE LA PARED [CERCA 5 KILOM) [ceRcA Ss KiLom ) (GUANDACOL) Y DISLOCADOS ENLA ESTRECHURA DEL CON DESPEDAZAMIENTOS DE BANCOS ARROYO NACIMIENTOS DE CALIZA (Larco so" ALTURA 30) ga ELSALTO- ARROYO y APICHE N Ss. (eraca 5 NITO Este en Tasrment ate rurara DE Alsya 2. TRAPICHE - QUEBRADA DEL PESCADO N- S. (CERCA 25 KILOM) CERRO GUANDACOL 3 CERRO GUANDACOL-CERRO BOLA N- S LS DISTANCIAÍCERCA 10 KILOM] CERRO RAJADO S OLA (cenca 1300- son LA MORIZONTAL OE CUAMBACOL DE 1020") Seña ABRA DE PAMACAM (2290.M) Y Ad o QUEBRADA DE HUACO (ERRCA TE MTM 14 a Ermpo elanco / : DEPRESION DE RODEO, ICLESIA, ETC «g y losca [ANCHO TOTAL MASTA LA FALDA DE LA COMDILLERA GENCA 30 k1Lom) ER: ps de 1. CERRO DEL FUERTE - CERRO BLANCO-RODEO E-0 BIBUJADO EN ESCALA MANOR c 16 40) (ERANO SEC FUERTE PASTA EEMMO DIAMEO EENCA TO MILOM- CENAS DIAMESA ROO! LÓN SODIDOTOAD SATIAN Crmnos oe Fuente RocEO ps are | E p3 are | Depresion oe Jacnar Niquivil Tucunuco, ere € > | 1 j q ar y rd ' ña LI Rio De JacuaL (Ms0t ps JU z Y > are Dislacacion de Hueco- Guondacal SIRLOCACION DE GUACMI,JACAAL -TUCUNUEO ETE q MS E DÚKocAcION arcilla pampesna, Pramita arena y rodaitos — conglomerados Psomilas Pizarras, grauvacke euarcita depósito de carbon caliza Pizarras cristalinas rocas eruplivas arena arcillosa, estratificados (son caliza y granito) (incl, las tobas x E g 1 e) y ardndesita dm. Diabas, Porfirito augilico, Melafero. resp poo je ÍA [EA EE gary E ps ENE > j nu Porfirito, 1 ACARREO Y FORMACION PAMPEANA IÍ ARENISCAS, CONGLOMERADOS, ARCILLA 11] PSAMITAS PERMO-TRIÁSICAS IV Psamiras DeL CarBoN Y GRAUWACKE, PIZARRAS, MARGAS, VI CaLiza y DOLOMITa VII PIZARRAS CRISTALINAS CON CALIZA (TOSCA) TERCIARIO-PAMPEANOS Ó DEL PERMO CARBON ARENISCAS, CALIZA, CUARCITO DEL Devon DEL SILUR GRANUDA Y GRANITO ETC 67? A Anjullon. QU 107) falo 0 le! 2 [> A o p E es Sannnncata /4 Mazan 66” ,28* 07) tal o a br 5 Pp 8: » 3 y » O Chumbicha 29" 70" e 2 : j ES 68 67: Tinogasta Y | CROQUIS DE ORIENTACION Copacabana Y : a delas Serranias| E£/Potro = a e E d A Nao S p delas provincias de E A S 1 /s*Blas E) Y ¿ón / q | / > S" JUAN Y LA RIOJA ? 5 : S [] A Campanas hal) 7 a, Mm Pituil E ¡ BAngulos. o Los Heladap z : EA | dE erro defLeonéito Ns tz: : 9 E A 5 Á E E IM Famalina E Chumbicka pee : E 99 ] q09uo 0 Pa A Y == e a 0 == 2 > :S | F e Mo] Po QjEO 0 | 2) =l -— 8 Chilecito 5 | á ? Y 15) e pd A Y a R a S 0 Ñ $ > MS A M1 Sanogasta o a Sanogasta El Zancaron e lado y po] 1) y Mlenogaste A 1 A 0 E MEN le BLA RIOJA E X lea S 1 Bichigasta A e e La Deidad A os AA plz) Ya E Alaya Y Y 0 El al Tropicre” ly Op q Las Tortulas Él Latogdad Y E 5 abia stan (9) pa fe el Yo > a, Ela a Gl o Ñ E pi TadilTo 30* E O AS E pe ho] o Rod Ancaucho lo Est0 Patquia vv Negr? ode Az 6 os AS E Pa Portezuelo del ” - Ape O E ¿ Jas al fo Pagdnzo mPatquia 3 [a] ES É Aylesia ? A [5] = 3 o E Fa | Portezuelo MP de e +] 8% | El Ñ > E 30 | ¡ E 3 CUL, S" Agustin SE | ) S E G4olilan (Valle Fertil) El 2 | S A 0 al En | =) lo] oCrinega Z (S ” z Y E O Pam de Ansulan al N ro a Quesr. 3 mo E Ñ Ú Y El 7 9 Cotuna. . ¡pe E El . 31" 0 E y ; 5 ñ =|2 S c E ñ y dl E E a ) 9 ? dE 3 0 p 3 MB Chepes Portezuelo | E 2 3 I % del Azufre 5 A A 5 pu E 2 7 ar tezuelo a P cd _ 3 z 2) mute 5 y 2 a ” La bo o IES 6 E E 3 bu] > pote > e E 6 ¿ole Es JE o E A E E = la] Ed ES p 32] ur na monemna cómbona, 5 S E > . 71; A Neg: PA 682 co sa man SS Ñ U FE Portez. sy o del Volle hermoso H 1 Aconcagua O 2 E ATT AA e CN LENGUAS ARGENTINAS MS LO MA A ESPE ON ENSAYO FUNDADO SOBRE EL « DE ABIPONIBUS » DE DIBRIZHOFFER Y LOS MANUSCRITOS DEL PADRE J. BRIGNIEL, Ss. 3 CON INTRODUCCION, MAPA, NOTAS Y APÉNDICE Por.SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO, M. A. TERCERA PARTE VOCABULARIO CASTELLANO-ABIPON CON FRASES Y VERBOS ARREGLADO ALFABÉTICAMENTE DEL MANUSCRITO DEL PADRE J. BRIGNIEL, $. J. ADVERTENCIA. — Al consultar este vocabulario téngase presente: 1* Cu ver Qu; 2* Se confunden B y V; 3* Se pone h de más; 4” La nu- meracion es por mt, tu, su, etc. Abajo : erpeyañi. Abeja : aloeyec. Abeja pequeña : aloeyec len- chá aolqui. Acostumbrado : lagirc; no acostumbrado : chiga lagirc; tienes malas costumbres : lamach naai gragirgui. Acusador : naacatánca. Acusador falso nachierá. Adentro : erpeiava. : naacatánca 91% Adonde está : eguem meoaé. Adonde quiera gramach queenacam; estoy adoran- do, estoy rogando : ñicao- gnetapéc ; está rogando : encaognetapek. Adormecido el pié tengo: ypi- gan. Adorno yo : aariaiyát. Afligimiento : naitalaguéc. Aflojado : najalachit. Agradecido : ñiatam. Agrio : nachóa; salado : na- chóa. Agua : enópe. Agudo (punta) : yapiloetá. Aguijon, picana: noarancáte. Aguja : nichioncát. Agujas : nichioncátte. Agujero : enanaqui. Agujeros : enanaquite. Ajos : graniam ablé acalachi. Ahora : quite, enquité, qui- tam. Ayre : enamága, nain. Ala : lavá. Alabanza : niitagc (junta de gente). Alba de la mañana : ercatana- tan. Alba de decir misa : calgue. Alboroto : nuigilguigá. Alcahueta : yhimcatanga. Alcahuete : yiimcatanc. Alegre : nayalgric. Alegría : nayalgriecá. Algarroba : oaic. Algarrobo : oalguic. Alguna vez : aoequen. Aliento, -fuerzas : nijougá. Alivio : uyago; lo tengo uayo. Alma : ylquigí. Almoada : ajanat, caec. Almud, medida : naaca-che- naquí. nenes- Altar : liitágala. Alto : ayaguigam. Alumbre : alambre. Alzado arriba : añita-jaguin. Alzo yo : anarajaguin. Allá, aquel : erajá. Allí, éste : yrijá. Ama de cria : ylipanata. Amado : nacaocate; mi ama- do : yecaogát; pl. amados : syccaogaté ; tu amado : er- caocachí ; nuestro amado : arcaocaté; vuestro ama- do : ercao-cachiri ; 3? ama- do : ercaocaté eroujá. Amancebado ó amigo: naripá. Amansado : agalgueic. Amansador : nagaicatanc. Amargo : guicham. Amarillo : yccaí. Amenazado : najoucatéc, Amigo : naripá, 1* Amigo : yaripá. 2* Amigo : graripé. 3" Amigo de Pedro : la- ripa P. Pl. : 1* Amigos : graripá. 2* Amigos : graricchí. Amonestación : napiganaca. Anca : lacqueirjé. Anciano está ya : laicami; vieja: queraye; viejo: que- raic. Ancho : laague; cosa así ó barril : laaguiñi. — 235 — Ancla ó uña de hierro : lena- chi lecachi. Angosto : leentetague. Anima : ylquigi. [* Anima : yquigi. 2* Anima : arquigí. 3” Anima : ylquigy Pe- dro. Pl.: 1% Animas : arquigi. 2% Animas : arquigil. Animal : yeguéc. Animales : yehé; estos son de Pedro : eno yehé Pedro Idá. Animo tengo, quería ; atam gribitcam. Antes : ayagguí, quegé. Antiguo : quegé. Antiguos : ecconquegé. Anzuelo : anauna. Año : yñigá. Años : yhigrí. Apaciguado : ylarí. Apartado : caagangué. Apostado : jachaogue. Aprecio : yajoutetegue. Apresurado : yajalál. Apretado : najouót. Aquel : erajá. Aquella : añija. Aquí : enaja; por aquí : que- naja ; hasta aquí : aicaña. Arado : quiriouganate. 1?% Arado : yquiriouga- nate. 2* Arado : arquiriouga— nale. 3* Arado : ylquiriouga- nate. Diente de arado : la- páchque. Araña : avalin. Arbol : Joagí; tronco de ár- bol : ylquiamque; ramas de árbol : lajaté; corteza de árbol : aalac, loagí, la- oelaga. Arca (caja) : carpéca. Arco : etelañaí. Arco del cielo : cainapéc. Ardor : ypaéugue. Arena : lapaúgganga ; banco de arena : erelclapaúggan- ga. Armado : lajargancát. Armario de armas de fuego : lavaleté rupiilá. Arpa ó guitarra grande : liui- gue latenc. Arrancado : napaquin. Arrastrado : naóc ó naolin. Arrebatado : ncajagan. Arrimado : eocá. Arrojado : noalát. Arroyo : lechaugue. Arrugado : noerapi. Asa : quetal. Asas, orejas : quetelá: Asco : caana. Asador : nigitagé. Asechador : namalatenánc. Asentado : nachitcatañi. Asentado cerca de otro : na- chiteatañi ataptetae. Asno : aacái; rebusna el as- no : lareocari iñi aacchiñi. Aspero, jerga : queregan. Asperos : queregane. Asqueroso, sucio : lacagaic. Atado : nuichigue Atado al palo : nuichiát. Atadura : nuichic. Atemorizado : etachgoaic. Atemorizados : etachgoaica. Atento : euém. Atrás : nacál. Bailador : grajataí. Bailadora : grajataye Baile : grajátca. Bala : ruipigui, elpetá. Balanza : ejalicatanc. Balar ó llorar : greocá. Banco : nañal. Baño : nachil-ac. Barba : nagipeue. Barbado : agipeeúlc; muy así : lagipeeúlc. Bárbaro, Joco, sonso : 0apai- jagaic. [Los Tobas dicen opa. Véase: Quichua, voz general]. Barbero : najatiganc. Atrevido : chiatigit. Aumentado : lalégue. Aumento : ercagitaugue. Ausente : quenachiecá. Avisador : naacatánca. Avestruz : queyenc. Aviso : pachic. Ayer : guenaamá. Ayudado : atounám. Ayudador : atounanaye. Azote : namilgánát. Azúcar : achouc. Azuela : achóel. Azufre : ruipiguilimaga. Azal : yícalc. Barco, canoa, batea : netel. Barquero : acalicatanc. Barrena, lesna : oegen. Barriga : acan. 1% Barriga : gracan. 22 Barriga : gracami. Pl.: 1? Barrigas : gracan. 2a Barrigas : gracamiil. 3* Barrigas de ellos : gracanyí. Barro : niliga. Barro blando: niliga, graalitá. Basta : claleya, cleen. Baston : noagilalate. Bautizado : nacarig lémág. Bautizados: nacariguilemaga. A dd A TN — 257 — Bayo : elqueiñialc. Bazo, jarro : neetagaí; Ccan- tarito : aolé. Bebedor : neetagaí. Bebida : geetat. Bien me hizo : aaoé ñiaté. Bienes : aatete. Abuelos : oapiri. Blanco : lalagaí. Blancura : lalagga. Blando : graalitá. Boba : oapaíjagayé. Bobo : oapaíjagaf. Boca : aagát. 1* Boca : ñiagát. 27 Boca : naagachí. 3" Boca : naagát. Pl.: 1% Bocas : gannaa- caté. 22 Bocas : naachirií. 3% Bocas : naacate. Bofes : loachí. Bofetada : namile-lajá. Bofetadas : lajáca. Bola : pepelquina. Bolsa : anoegqui. Borracho : quijeugtaic. Bota, botin : ychilelamaqui. Bramido : groacatarl. Brasa : leerel. Brasas : leeregye. Bravo : oajaccaíc. Brazo : caalat. Brazos : caalcate. 1% Brazo : yrcaalát. 22 Brazo : ercaalachi. 3% Brazo : caalát. Pl. : 1% Brazos : ercaal- cate. 2a Brazos : elcaalcáchirl. 3" Brazos : elcaalcáte. Brazo, muéstrame tu brazo : nachiñiyo ercaalachí; mués- trame tu mano : nachiñiyo napaquene; mi surda : ñl- mac. Brujo : queeut; bruja : que- euete. Buelta al rededor : quepali- chin. Bueno : arláic, Bueno, está muy: laojallariaic. Buey : yuijac agaiguelc. juey nuevo : yuijac aralalc maagaigueic; buey viejo : queraíc yuijac agaigueic ; novillo : yñilepa yuijac; novillos : yuijac laoenca; toro : yuijac laoengue. Burlado : noeenc. Burlados : veenagnaic. Buscado : nelapque. C (véase también (/) Caballero : lelag-yga. Caballo : agipec; caballo co- seador : agipec achajaga- mán ; caballo petizo pec yjaguin; hombre á ca- ballo : yoale enajaguin ; relincho de caballo : greo- ca agipec. Cabecilla : nemag-aolc. Cabellos : netéigc. Cabellos crespos : neteigc le- taolguéic; cabellos canos : lalagga. Cabeza sin pelo : nemagchiga laoeye netéigc. Cabresto : nuichiganat. Cachorro : yl-1álc. Cachorros : yliálca. Calentura : paiijé, ypalije. Caliente : erpaé. Calor : erpaiga. Caluroso : mpaije. Calvo : caitaic. Calzado : aceye lichil lela— maqui. Callado (triste) : catág-ic. Cama : naoála; está en la ca- ma : eoetañi naoála. Caminante : eyagayagaic; via- je : neyagayagac. Camino : cataic. : agi- Camino angosto : leentetague cataic. Camino derecho : yalancataic. Caminos derechos : yalambe- rete cataica. Campana : Joacanina. Campo : neparc. Campos : neparca. Candado : lajancate. Candelero: catelañaquí. Cano : laoeye lalagga. Cansado : anam. Cántaro : naalima. Canto : naenanác. Canto bueno tiene : ariaic la- enanac. Cantor : naenanác. Caña : acatlegueic. Cañas : acatleggueyé. Cañaveral : acátleggue yeját. Cañon : ruipigui. Capa : aoelcaá. Capador : naatagnác lepá. Capon : yñilepá. Cara : nagíc. 1? Cara : 2* Cara : gragiguí. 3? Cara : lagíc erajá. Pl.: 1? Caras : gragic. 2* Caras : grgiyí. 3* Caras : lagíiga eroujá. yagíc. Carcañal : canécan. Cárcel : nuichiganaquí. Carga : nagicatca. Cargado : nagicatec. Carne : elpagé. 1* Carne : ñoaíc. 2% Carne : noaigui. 3" Carne : noaiceraja. Pl. : 1* Carnes : hec noa- yaca. 2* Carnes : hec no-aya- gayl. 3% Carnes : hec noayaca erouja. Carnero : ajatenc. Carneros : ajatenca. Carreta : naoalina; eje de carreta : loajagagala; limo- nes de carreta : luije ; pér- tigo de carreta : nacaljec ; picana de carreta : noaran- cate ; picanilla : noaranca- chaol. | Carta, libro : elerca; esque- la : elerca aolca. Carretilla ; naoalinao!l. Casa : niic. 1* Casa : yicqui. 2* Casa : griiggui. 3% Casa : liicquí. Pl. : 1* Casas : griicqui. 2* Casas : griícquirigui. 3% Casas : liicquite. Casado : oaranc, oaranaga. Casamiento : noaranage. Cáscara, Cuerpo : noeyagá. Castig> : namilgic. Castigos : mamilgíca, namil- gacá. Catarro : nejatemata. Causa : nancaoe. Cautiva : capatanalí. Cautivo : noác. Cavador : eneta; hombre así : naglranc. Cebolla : acalach. Celo : nejalanc. Celoso : nejalanaí. Cementerio : alóa lach. Cena : niquiñic. Ceniza : yachí. Centella : ajaganga. Centinela : graoate. Cepo : nelamoañichi. Cera : loapá. Cerca : chiayaque; más cer- ca : machigayaque ; muy cerca lamachigayaque. Cerco : naeganat. Cerrado : napatagui. Cerradura, donde se mete la llave : ataoaqui lajancate; llave : lajancate. Cerro : yajarelgue. Ciego, tuerto : etoonc. Cielo : ipíam. Ciervo : oachiganya. Cigarra ó chicharra : ecagque ó nela. Cinco : anangrijigan. — 260 — Cinta : chinta. Círculo : encachimichiquiñi. Ciudad : niilatenc. Clamor : niiclaten. Clérigo : laaquíguéica ligilal- cá. Cobarde : yacaló, flojo. Cobertura : napagjé. Cocina : naquiglaquí. Cocinero : naquigec. Cocinera : naquigiga. Codo : caague. Cola de animal : queit. Colgado está : yncairigigam. Golmo, de más : eneugue. Colador : nichijaganaquí. Collar : caac. Combate : naloureta; pelea en guerra : noeleguigca. Comedor : quiñigaíc. Comezon : groegéc. Comida : canac. 1? Comida : anáce. 2* Comida : canague. 3* Comida : alac. Pl. : 1? Comidas : canác. 22 Comidas : canayl. 3” Comidas : alága. Comilon : ajarroaíc. Como : eguem meem. Compañero : najágo. Compás : netagánc. Competidor, valiente : nagi- pi apougarac, Concha : enénc, Condenado, perdido : aóloá. Conejito : niuiguiaol. Conejo : neegué. Confiado, sin recelo : chira- mami. Confianza : peé, ténla, piiaá. Conforme : eráata. Contador : naacahnanaí. Contagio, peste, enfermedad: noachingá ; porfiado : chia- nemagigan. Contrario, aborrecido :npaác. Convidado : nejálc, Convidados : nejálca. Corazon : niitanata; padece de corazon ó se desmaya : ygarapec. Corcovado : naoachiguí. Cordero : chagaytialc. Corneta : nejeurá; flauta nejeurá. Coro, pueblo, estancia: noetá. Corona, sombrero : letapegé. Corral, muchos : laité. Corredor, ligero : viriac. Corregidor : nelayat. Corriente : latougá. Cortado al rededor : naten apitá ; cortado por el me- dio : napiac lalulin. Cortadura : nichagec, napia- gec. Corto : leregchi. Costilla : nichagé. Costillas : nichagéte. O Costoso : 0ác. Costumbre : lagiéc. Coyunda : lajate luichigete. Crédulo: enelgue; incrédulo : chielugue. Cresta : loapel. Criatura : oenec. Crímen, delito, pecado : noa- lougé. Cristal, vidrio : ychaugue. Cristiano : nacarig, lemag. Cristianos : macarigla lema- cachi. Crudo : chiít. Cruel : caoaic. Cruz : nanála, Cuajo : leegmagete. Cuándo? : egmalquiam. Cuchara : enénc; cucharas : enénca. Cuchillo : nichajaganat, tatá- ganat, naplaganat. Chuchillos : nichajagancate. Cuello, puescuezo : cajate. Cuenta : ecalaye. Cuento : ypachica. Cuerda de guitarra : gete. Cuerno : lajate. Cuero : yjiuetá, alác; guasca : alaguí; quítale el cuero : naachí. Cuerpo : nveyaga. luichi- Cuerpo muerto nveyaga egargaíc. Cuervo : grategjain. Cueva : enanaqui; agujero : enanaquí. Cuidado : gragichaá. Cuidado conmigo gragl- chayo; ten conmigo : gichitaá ; tened conmigo : gragichiitaá; tened con Pe- dro : gragichaá Pedro. Culo : anit. 1” Culo : ñiañi. 2* Culo : gnañichi. gra- 3" Culo : nañit. Culo (en otra parte) : lajapi, nañit. Culpa, pecado : noalouge. Culpas : noalougete. 1* Culpas : yoalouge. 2* Culpas: groalougichí. 3" Culpas loalouge , erajá. Cura, padre : pai. Curioso : legagaseyé. Chacra : niquirougancat. Chanza : nayelgriec. Charlatan : yitaí. Chasco : ayelgré. Chicha : laága. Chinche : ajaroaye. Chispa : loatal. Chispas : loatalí. —: — 262 — Dado : piimaolé, pinta. Daga : lapiloaic. Daño : natégguem. Dardo ó flecha : anagajalauic. Debajo : erpeiañi; está de- bajo larpeiañl. Débil, vil : yañil. Dedo : até. Dedo pulgar : até laténc; juntura de los dedos : ala- grichí. Dedo : 1* Mi dedo : ñiaté. 2* Tu dedo : gnachí. 3* El dedo : nate. Pl. 1? Nuestros dedos : gnaté. 2* Los vuestros : gnachí. Delante : aegec; anda de- lante : acamí aigigui. Delgado : nejateta. Demonio : ajahaichí. Dentro (está) : enetaoá. Derecho : yanac; más dere- cho : lam yalanc; este es más derecho que el otro : lam yalanc quená, quirijá lajoá. Derramada el agua (está) : tilá ovacaraogué enópe. Derretido (está) : leegougue. Derribado : liájá. Desabrido : chinóal. Desagradecidas galc. Desagradecidos: notannoarca. Desarmado : chiecá calega- nát. Descanso : naántca, niáantca. Descompuesto naagtapec. Confiado sin recelo : chi- ramami. Desconfiado que si lo tiene : graamami. Cenfiado sin re- celo : chiramami. Descocido : oajague. Descortés : chigremacaigna- tan. Descuidado : chigragichaá. Desde aquí hasta Santa Fé : quená cachiri niilaténe Santa Fé. Desdentado : amigue laoe. Desenredado está : oajate- gui; enredado : groeleita. Deseo amar á Dios : ercapitaá griequielal nancaorí. Deseo comida : grijá naíe. Desigual : chinaata, oaqueiñl. Desmayado : ygrari. Desnudo : euetauri. Desollado : lanqueela. natanno- ca as Despedazado : caacatapii. Despertado : nancatá. Destruido : yajalatañt. Desvarío : groapacatapique ; está desvariando : laroapa- catapique. Desvelado : chigroate. Determinado estar : layoena- pec. Deudor : chigra geuetenan. Dia : neogá; cada dia : que- nore nestá. Dias : neotá. Diablo : ajahaichí. Diente : naoé. l" Diente:: yavé. 2* Diente : grauí. 3* Diente : laoé. Dinero : lequech aolé. Dinero : aim lequech aolé. Discípulo : lapaanatec. Discípulos : lapaamatca. Elada : alañi. Ver Helada. Emblanquecido : layalac. Embolvedor : naquiajaganal. Embuelto, torcido : ajagaqui. Enamorado : ajaquijaíc. Enano, petizo : yjaquin, Encabrestado, enredado ayacá. [2Discipulo: yapaanatec. 2* Discípulo : grapaaní- tigul. 2* Discípulos : grapaa- nagul. 3“ Discípulo: lapaanatec. Distinto : yeguem bretapichí. Doblado : nenenetagui; hilo así : nenanguí etálc. Doble, doblez : nenanc. Doctrina : niitacá. Dolor : noacaligá. Domador : apanatanaí ; forza- dor : oapanatanal. Dónde : De dónde? : eguem ? De dónde vienes?: eguém machicaagué; ¿ Adón— de?: eguem maigue ? Dulce : noái. Ver Pescado. Dureza, fuerza : lijougá. Duro : yjoút. Encendido : niirichigigam. Encerrado, tapado : napagec. Enciende las velas : chioala elcaate. Enciéndese : ncaatoá; ya es- tán encendidas las velas : blancaatoala. Encomienda : erénat. — 264 — Enemigos : npaagnagó. 17 Enemigos : ñipaagno- gÓ0u. 2* Enemigos : elpaagna- góucehi. 3” Enemigos de Pedro : elpaagnagóu Pedro. Pl. 1* Enemigos :ampaa- gnagóu. 2* Enemigos naurigul. Enfermedad : noachinga. Enfermo : ovachin. Engañador : oeencatanaí. Engañadora : oeencatanaye ; estás así : noeencachichi. Enjundia de gallina : griteric lepaga. Enlazado : anougec. Enojo : acnegúel. Enredado : groeleita. Ensangrentado : yauiquetá. Enseñanza : naagana. Entendimiento : laarenatanat. Entero : yritaogne. Enterrador : yginanaí. Enterrado : niginí; ya está enterrado : lanigiñi; va el Padre á hacer el entierro: lariginám Pai; vamos al entierro : lajagálca grigl- nám. Entrañas : naoel. 1* Entrañas : yaoel. 2* Entrañas : grauilí. alpaago- Enviado : nelátec. Envidia : nacan. Envidioso : nacanaí. Envidiosa : nacanayé. Escalera : nachajala. Escama : lejá; las tiene": ac- quenolejá. Esclavo cautivo : noac. Esclava cautiva : noaá. Escoba ; nepelganat. Escondido : noañacñi. Espada : categaic. Espaldas : naalete. Espantado : nieelcatec. Espantoso : nielcachác. Espejo : elquejaalate. Esperanza : apeé. Espiga : naaoga. Esbina : náaná. Espinal : náanligat. Espinas : náauli. Espuela : neamijagancate. Espuma : lachirquiga. Estaca : patenancaté. Estandarte ó bandera : lata- natec. Este : enajá. Estendido : lacactelañi. Estera : napaata. Esto : ená. Estómago : parila. Estos : enoujá. Estrellas : eeregye. Ché : erai. Si mujer : eraí. — 265 — Estribo : nachajagaqui. Estribos : nachajagaquite. Faja : aataqui. Falso, mentiroso : ojarc. Fama : lemacachic. Familia : yirquijó. Favor : caogga. Pedro me ha hecho favor : Aocecan Pedro nicaogga. Fealdad : naayapéc. Fea : naá oanerma. Feo : naá Fiera (animal) : yeyec groajá. Fiesta de alegría : anaíc ; ale- grías : anaíca nayalgrieca. Fingimiento á lo que no es verdad : chiicham erá. Flaco : yapó ; está muy flaco : layapó. Flauta nageurá; toca la flauta : nageurañí. Flecha : aagsá. Flechero : aichac. Flema : yapaligat. Flexible : naoachichi gui. Flojedad : nacalouge. Gallina : greteric. Gallinas : greteriga. Gallo : greteric yoale. T. XV Eterno : nachit; sin fin : ca— taicañam. Flojo : yacalo. Flor : lenoegguei. Flores : lenoiggueye. Forzador : oapanatanaí. Fragua, fuelle ó herrería : na- tijaganaquí. Freno : aaccá. Frente : natáp. 1* Frente : yatáp. 2* Frente : gratapí. 3* Frente : (latáp ?) Fresco : natangá. Frío : latác. Fruto : elpetá; semilla : el- petá ; huerta de fruta : cal- piritá elpetá ; árbol frutal : loagí elpetá. Fruto ó cosa de comer : eno- nich naigue. Fuego : ncaátec. Fuerte : yjoút. Fuerza : nijoúga. Fugitivo : eetapec. Galon : lecáct. Gamo, vel gama : yijac. Ganadero : gajayaá oaca. 18 — 266 — Ganado, vaca : oacal. Ganchos : yíiancate. Ganzo : netegganc. Garfios : yhlancate. Garganta : acaulchigá. [*Garganta: yacauichigá. 2* Garganta : gracauichi- gué. Garvanzos : carvanzá. Gato : capaíc. Gatos : capalga. Gemido : ochat. General, rey : nalat. Generoso : greenám. Gigante : carigo. Golondrina : grepalit. Golondrinas : grepalita. Golpe : yamilca. Goma : lichiga. Gordo : yuiac. Habas : nauiri la latena. Hábil : leyagayarene. Hábito ó ropa del padre : ligilalcá. Habla despacio : nemachita ; más fuerte : muichiñita. Hablador : yitaí. Habladora : yitaiyé. Hacha : queipe. Hacienda : hachienda. Haí : chiú; si es mujer : aye. pai Gordura : luiaga. Gorgojo : loapacate. Governador : atoenatanapec. Grana : encachile. Grande : latenc. Granizo : acalach. Grassa : nepaga. | Greda : yauic alóa. » Grillo : ymilg. q Grillos : ymilga. 4 Gritería : najalaca. ] Grueso : quenám ; está grue- so : lanquenám. Guasca : alagui. h Guerra : naloutagc. Guiador ó que va delante : laegec. Guitarra : liui-ga. Gusano : eléi. Halago ó caricia : laoeámna- chit. Hambre : ncapaaga; tengo hambre : gricapat ; tienes hambre? : maarcapachí ? Hambriento ó comilon : qui- ñigaíc. Harnero ó cedazo : nichija- ganaqui. Harina : lii-nga. Harto está : yajá. — 267 — Hasta aquí : laicaña. Hasta de lanza : noagilichiric. He há. Hedor : netecajerega. Helada : alañi. Hendido : encaaga. Hendidura : caacaagué. Herida : anaguelje. Herido : alaguelje. Hermano : nañalejoá. [* Hermano: ñiañalejoá. 2* Hermano anañale- jué. Pl. : Hermanos : anañale- joá. | 1* Hermanos : anañale- jorii. Hermana : noanerma. [? Hermana: ñioanerma. 2% Hermana : noanerme. 32 Hermana de Pedro : noanerma. PIÉ: noaerma. 22 Hermanas: noanerme. 3" Hermanas de Juan y Pedro : noanermaJuan cachque Pedro. Hermana mayor : 1* ñioanerma nanqueí. 2* noanerme nanqueí. Hermana menor : 1* ñioanerma nam aoenec 2* noaerme nam aoenec. Hiel : lichanganata. 1” Hermanas : gue-. Hierro : lecact. Higado : laanc. Higo : laoregye. Higos : laoregyaole. Higuera : laorag yquí. Hijo (muerto) : liilet. Hijos : liilete. Mi hijo : yilet. 2* hijo : griilichi. 3" hijo Pedro ylilet Pedro. Pl. : 1* hijos : griilet, 2* hijos : griilichirii. 3" hijos : liilete; Pedro cachque Maria. Esto dicen cuando alguno se les ha muerto. Mas cuando ninguno se les murió, dicen : Mi hijo : yailat. 2* hijo : graitachi. 3” hijo : laitat Pedro. Pi. : 1% mis hijos : grait- cat, 2* hijos : graitcachíí. 3” hijos : laitate Pedro cachque Maria. Mi hija : yaitcate. 2* hija : graitcachi. Hilo : etalc. Hilo grueso : etalc aquenal. Hilo delgado : etalc nejateta. Hincado : yoaretañi; clava- do : id.; tiene una espina hincada : yaanc; me hin- qué una espina : griaanc. — 268 — Hinchado. 6 así está : lanepec chigigám. Hinchazon : nepactaga. Hisopo : loachigagal. Hoy : eneogá. Hoja : letegué. Hojas : letegué. Hoilin : nejála. Hombros : nevacá. Hondo : ayagueñá; está hon- do : layagueñá. Hormiga : oegéca. Hormigas : oegéca. Iglesia : natamnaqui liitaquí. Ignurante : laeaa. Igual : naatata. Impedimento : ayaliyapeguel- gué. Infierno : ajajaichiloetá. Infinito : nachit cataí cañam. ingenioso ó hábil : leyagaa- riní. Ingrato ó desgraciado : na- tammoaíc. Inhábil : chiataoeyacalo. Injuria ó burla : noenagnac. Inocente : chigaareenam. Jabalí, chancho : oajagraye; chancho : ajiranaic. Horno : caatanaquíe. Hoz : najatiganat. Hozes : najatigancate. Hueso : ypiine. Huesos : ypiinca. Huevo : elcaoté. Humedad : yaquitilgué. Húmedo : yaquit. Humilde : nemanataye; cor- tés : 1d. Humo : nejála; hay mucho : nejalaripí. Huso : nacaloetenanat. inocentes : chigaareenani. Inquieto : nachiguilari. Instrumento : lañal. Intérprete ó lenguarás : mii- tananc. Inútil : chiataoe. Invierno : lalataga. Invisible : chilquigé. Izquierdo ó surdo : nemánc. Izquierda : ñimágc; mano izquierda : nemágc; mano derecha : alaíc; á la dere- cha : nancaalaíc; al lado izquierdo : erpéi nemágc. Jabon : equeyanat. Jarro de la cocina : gee- — 269 — taquiaolé guenaquiyiaquí. Joraal ó paga : ageu. Jóven : naoenca. Juego : naátac. Juego de niños : tañi. Jugador : naataí. Juncal ó pajonal: nejavategjac. oraalvi gre- Labio : nagípí. 1* Labio : ñiagípi. 2* Labio : nagípchí. 3* Labio : nagípe Pedro. Labrador : ajacquee nanaí; muy así : lajac, etc. Lado : luii. 1?* Lado : yuii. Ladrillo : liige. Ladron : etapanaí. Ladrona : etapanaye. Lagarto : greyagál. Lágrima : lachíe ; siempre está echando lágrimas : na- mach eneta noacaretañi la- chie. Laguna : cagim. Lamiendo, está lamiendo los platos : neelguetapec nacaqui. Lana : chaga leteigc. Langosta : aorcañi. Lanza : noagileté. Juez ó el quegobierna : atoe- natanapec. Junta de hombres : yaniata yoale. Junto : ataptetaata; está así? : lataptetaata ?; ya estás así? : maapchitaata ? Lanzadera de tejedor : netia- ole. Largo : laréc. Laurel : perataic. Lavado : nepátec. Lazo : noagiinec. Leche : laché. Lechuza : quiquig. Lechuza grande : quiquiga. Ley ó mandamiento : lela- tancat. Léjos : ayaque. Lengua : lachigat. 1* Lenguá : liachigat. 2* Lengua : glachigachí. Leña, palo : caipeca. Leon : ygiguigám. Lesna : oegem. Letra : lerc. Letras : lelerc. Levantado : yñigigám. Libro : elercá. Licencia : lichenchia . Liendre : noatagmatá. Ligero : quepalcachac; muy ligero : laquepalcachac. Limbo : laoachiñí. Limosna : yoenatat. Limpio : icait. Lindo : maaríaíc. Línea : luichige. Línea con anzuelo : luichige anauna. Linterna ó farol : catelaí. Lista de poncho : lachí. Lizo de tejer : loalán. Lobo : onelquigeic. Loca : oapaíjagaye. Loco : oapoijagaí. Locura : noapaijagac. Lodo : cajaoa. Lombriz : leoanca. Lomos, espaldas : nacal. Lucero del alba : encalge; estrella : eeregye. Lucha : nacauc. Luchador : nacaujagaí. Luego, despues : amblá. Luego que coma me voy : ambla quiñí locagic. Luna : graoec. Luna nueva : graoec aralaíc. Luna llena chiguí. Luto : nenequiñí, ligilalcá. Luz, llama : liriegá. Llaga : gaté. Llagado ; loatel. Llagas : yriagá. Llama : yriaga. Llamas arroja : noalachi gi- gamaliriagá. Llamado : napigam. Llamado con gritos : napí- gam lajaláca. Llamado otra vez : tat capi— gañí. Llamo, grito : lajalac. Llano, parejo : naatata. Llave : lajancate. Lleno : graoapcachiqui. Llevado ó cargado : nagica- tec. Llevado ayaqué. Llevado por fuerza : nagica- tec ygitatetané. Lloro : greoca. Lloron : eogaigaíc. Llorona : eogaigaye. Lluvia, garúa : noagiquiga. graoec graoca- léjos : nagicatec, Macho : laóengue. Madera para rancho : yoa- quiagá. Madrastra : netagá. Maestro : naenatanc, Maestro de escuela : napaga- natanc. Magro : yaniaga. Malicia : noaca. Malicioso : naagaigaíc. Malo : naá; más malo : lam- naá; muy malo : lamach lamnaá. Manco, palodoblado: najaaguí. Mancha, gotera : ylitaga. Manchado (caballo) : lacagaíc. Mandamiento : Jelatancate. Manera, de esta he de hacer : nigin camiri; de ninguna. manera he de hacer : chi migin amiri. Manga : laalete. Mango, cabo : laí. Manifiesto : najataoá. Mano : apaquena. Mi mano : ñiapaquena. 2* mano : napequene. 3” mano de Pedro : na- pequena Pedro. Pl. : 1? manos : guena- pequena. ma- 2* manos : nyi. 3 manos: de los tobas : nape- quena. Natacqueuit. Mano derecha : yalaíc. Mano izquierda : 1* ñimac; 2* nemague; 3* nemac. Palma de mano : quenalaoel. 1” niapaquenaloel ; 2* guenapaquenelaoel. Manojo : nuichíiíc. Manojo le paja : nuichiíc ne- jaoatec. Manta : napa. Manteca : liñagec. Mañana : ambríchigui. Mañana por la mañana : brichigui amag ancaleta. Mañana por la tarde : ambri- chigui amblá naamá. Mar : eoaye late. Marido : naoenc. 1* Marido : yaoenc. 2* Marido : grauinyí. 3* Marido: añija laoenc. Hermana de tu marido : naonerma grauinyí; hermana de mi mari- do : naonermayaoenc. quenapeque- napa- an- — 272 — Mariposa : quela. Martillo : matijagancate. Matanza : eguercatanat. Materia : yiliga. Mayor : yité. Mazeta : natijagancate aolé, Mazo : natijangancate. Médico, médica : noetrenna- tanc. Medida : naacachinat. Medido : lauilin; sin medi- da : nachiecá naacachinat. Medio dia : neogata. Medroso : atachgaíc. Mejilla : najac. Mejor : lancaríaic. Melon : elcayaye. Mellizos : avari. Memoria : eltoaíc; falto de memoria : chietoaic. Menguado : cainnetaata, Menor : nam aoenec. Menos : gich caole. Menospreciador : arilnatanaí; me ha despreciado : griari- lám. Mentira : nojarigám. Mentiroso : ojare. Mercader : neyenanc. Mesa : ylquiñigala. Mezcla : lalegue. Mezclado : yalécta. Miaja, pedacito : luiil. Miedo : netachga. Miel : meel-lec. Miembro : ver Pene. Mierda, bosta : loatca. Mirador : quejaganaí. Miradora : quejaganaye. Miserable, pobre : lichigarc. Miserables : lichigarca. Miseria : nichigrica. Misericordia ó lástima : en- caoga. Mitad ó pedazo : lalec. Mitra ó sombrero : letapegé Moco : capí. Mocoso : capirjac. Mocho : amalgué. Mohoso : cachiga. Momento ó instante : que- palteta. Mono chico : michimich. Monte : elach. Montaraz : elachgec. Monton : lareguigam. Monton de tierra : laregui- gam aloá. Morcilla, empanada, longa- niza : ninichila. Mordedor : aaganaí. Mordedura : naácque. Mortero : yuia; mano : yul- lana. Mosca : oalatañi. Mosquito : aaít. Movedor : veragaí. Movido : laroerá; cosa que no se mueve : nachigroerá. Moza : aayarí. E Mozita : aayariaole. Mozito : naincaolc. Mozo : naincarí. Muchacho : aguirec. Muchachos : aguiré. Muchachito : aguirecaolc. Muchachita : aguirecaole. Mucho : aít. Muchos : aite; muy muchos : aít ipi. Mudado : grigi. Mudo : canéjá. Muela : natagjé. Muerte : negargá. 1* Muerte : yegargá. 22 Muerte : gregargé. 3" Muerte : legargá Pe- dro. A le gargá. 2% Muertes : leguergá. Muertes : gre- Nacido : yhiguiñi. Nada : alaghi. Nadador : alangcachac. Nalgas : najapi. 1? Nalgas : yajapi. 2* Nalgas : grajapchi. Nariz : catanat. 1? Nariz : ñicatanat. 2* Nariz : ancatanachi. 3% Nariz : encatanat. Mujer : oanermá. Mujer embarazada : oanermá yamnaye. Mujer parida : guiñegue. Mujer de malas costumbres : ocanermá naáye lagir-rica. Mundo ; ená alóa. Murciélago : cagít. ocanermá yñi- Murmuracion : muilianac. Música : naenanaca. Músico : naenanc; tocador de harpa ó guitarra : niui— gananc. Muslo : latéta. 1? Muslo : yatéta. 2* Muslo : gratéchi. 3" Muslo : latéta Pedro. Pl.: 1? Muslos: gratretri. 21 Muslos : gratretrií. 3" Muslos : latrétri. Natura (mujer) : ver Pene. Navaja : najatigat; navaja de afeitar : anareuelaná. Necio : oapaijagai. Negador : nacalaitaí. Negro : nenec aboraíc. Negra : aborayé. Nervio, vena : netatá.: Nido : nichiga. Niebla : elpagué. Nieto, nieta : naal. 1? Nieto : yaal. 2* Nieto : graali. Ninguno : chiecá; en ningun lugar : chieco nañaga. No : ygná. No solamente : chieratara; porque no : tannachit. No es así : chieem. Noche : nenegui; es media noche : laoilin nenegui. Nombre : naclataoé. 1? Nombre : yaclataoé. Obediente : emacachinatanal; desobediente: nachigaema. Obstinado : chigremachinata- nal. Ocultado : nvañachi. Ocupadoestoy:anilgécatapec; tengo muchas ocupacio- nes : yri ygil guiga Jatene odre noque nemetanaquí. Ofrendas : quiñigatanat; mu- chas : aite quiñigatanat. Ojos : natoete. 1* Ojo : yatoete. 2* Ojo : gratoichi. 3* Ojo : latoete. Pl. : 1? Ojos : gratoete. 2* Ojos : gratoichirigui. 3" Ojos : latoeté eroujá. Ojos viscos ó torcidos : na- 2* Nombre:graclatauichí. 3? Nombre : laclataoé Pedro. Norte : griiguém. Nosotros : acam. Noticia : pachíc; no hay no- vedad : chiecá pachíc. Novillo : vnilepá yuijá. Nudo : nuichii; esto tiene muchos nudos : enajáaít muichii lipi. Nuera : yate. Nuevo : aralaíc. guitañí latoete; ceja de los ojos : encaipalatoete ; caja de los ojos : elquegei yguiñl. Pestañas : graré. 1* Pestañas : griaré. 2* Pestañas : grarí. 3? Pestañas : graré. Olas : lilicacca. Olas del Paraná evayé. Olor : laitá; huele bien : no- aichit laitá; huele mal : nait laitá; tiene olfato : ytá laitá ; no tiene olfato : chiitá laitá; tiene buen ol- fato : ytá ariaílaitá. Olvidadizo : caoancatac. Olla : aoená. lilicacea — 2718 — Ollas : aoenel. Ombligo : lecam. Orégano : noaichit laitá. Oreja : quetal. Orejas : quetela. 1* Orejas : yquitila. 2* Orejas : arquetalí. 3" Orejas : elquetaia. Pl. : 1* Orejas tala. Ortigas : leereye. Pene (membrum genitale ho- minis) : yligat. 1* Pene : yigat. 2* Pene : cachigachi. 3" Pene : yligat crajá. Natura de la mujer : napé. Mio : yapé. Tuyo : grapé. Suyo : lapé. Pacífico, bueno : greenan. Paja : ajeu. Paja : nejaoatec. Pala de canoa, vel horno: nilicatanate. Pala de hierro lecáct. Palabra : naacatéc. 1* Palabra : yaacatéc. 2% Palabra graacati— guí. -3% Palabra : laacatéc. : nemetancate : arque- 2* Orejas : arquetala aca- mii. 3* Orejas : eroujá. Oriente ó donde sale el sol : alaguigué. Orina : oachiat. 1* Orina : liachiat. 2% Orina : gloachiachí. 3* Orima : loachiat. Ovejas, ú oveja : acalreta. elquetala Pl. : 1% Palabras catéc. 22 Palabras : graacatiguí. 3* Palabras : laacatégue. Palma : neoque. Palmas : neogué. Palo : caípeca. Palos : caípa. Palomas : napiguiinc. Palomas : napiguinga. Pan : etánta. Panadero : yarenetánta. Pantano : griliñi. Pantorrilla : yniate. Panza : gracam oaca. Paño de manos : nepatat. Papagayo, loro : cajaoga ; co- torra : yquile; cotorras : yquilya. Papel : laacatec. Para quéó por qué? : ygurí? : graa- — 276 — Pared : alóa. Parentesco : naáca ; 1* mi pariente : yaáca. 2* tu pariente : graaguí. 32 su pariente : laacá. Parida (mujer): yhiguiñegue ; animal así : graitcá. Parte, lado: erpeit; de esta parte : empeitá; de esta banda : eageegaena ; de la otra parte ó banda : ar- peeitá; de la otra banda : lageegá. Partido en dos pedazos : en- caacchiguí iño acá laléca. Parto : pejaccatec; está de parto : groereigue. Pasmo : yguacapec. Pasar, tú has de pasar : ayqui- ataam. Pasear : aoác; vamos á pa— sear : lajaganca acác. Paso : napacca; no lo ha chiecá mapacca ; á cada pa- so : chiecá alguí; de pa- SO : aya0a. Pastel : nimichigui. Pasteles : nimichiguila. Pastelero : yarene nimichi- guila. Pasto : nejaoatec ; espartillo : achaccaoga. Pastor de ovejas : grajayaá acaireta. Pato : encainga. Pavo, pava : aragraletá. Paz (hacer) : lagraamañam. Pecado : noalouge. Pecados : noalougete. Pl. : 1* Pecados: groas lougete. 2* Pecados : groalougi- chirigui. 3? Pecados : loalougete. Pecador : oalouyguéic. Pecar: 1* aim oalouyguiéc. 2* acami oalouyguéic. 3* erajá oalouyguéic. Pl.: 1%acam oalouyguéica 2* acamii oalcuyguéica. 3* eroujá oalouyguéica. Pecho : noala, 1” Pecho : yoala. 2* Pecho : groale, 3? Pecho : Joaila. Pedazo : lalec; haz eso pe- dazos : caacchapec ená. Pedernal , piedra : ayleggát. Pedo : nuichí. 1* Pedo : yuichí. 2* Pedo : gruichí: 3* Pedo : luichí. Pegajoso : yjagoa. Peine : eteccate. Pelado (perro): pelari. Pelea : noelequic. Peleador : oelequiguel. Peligro : vychac; lo hay : vy- > chalgue. -— 211 — Pelo : netaigc. 1* Pelo : ytaigc. 22 Pelo : gretaigui, 3* Pelo : letaigc. Peludo (el que mucho tiene): etagueganc. Peludo (el animal) : yauilaipe. Pensamientos, son muy ma— los nuestros pensamientos : lanaí graarenatancachiri - gui. Pensamiento : naarenatanat. 1* Pensamiento : yaare- natanat. 2* Pensamiento : graa— renatanachi. 3? Pensamiento : laare- natanat. Pl.: 1% Pensamientos graarenatacate. Peor : lanc eneugue ; más malo, más peor : lanc eneu- gue naá. Perdido , condenado : oaloa ; muchas prendas se me han perdido: aíte oaaloerá ayoa. Perdiz : vymigaál. Perdon : neaogá; no hay per- don : chiecá neaogá. Peregil : grauianaol. Pereza : naálga. Perezosa : aalancataga. Perezoso : aalancatac. Pero : oaagam. Perro : neteinc. Perros : neteguinya. Pértigo de carreta : nacalgec, Pesado : grejalí. Pescado : noaí. Pescador : aunnanalí. Peso : lejaligá; tiene mucho peso : oajágal lejaligá. Pestañas 1* Pestañas : gTaré: griaré. 2* Pestañas : grarí. 3" Pestañas : graré. Peste : noachinga. Piadoso : ychigrenaanaí. Pies : nachajaca. Pié : nachagec, 1* Pié : yachagec. 2* Pié : grachagigui. 3" Pié : lachagec. Pl. : 1* Mis pies : yacha- jáca. 2* Tus pies : grachaja— gayí. 3" Pies: lachajáca Pedro. Nuestros pies : gracha- jacá. Vuestros piés : acami- orachajáca. Piés de aquellos : gra- chajaca eroujá. Piedra : ailigat. Piedras : ailicate; esta es tierra sin piedras : ená alóa chiechó ailicate. Piedra de afilar : ailigát iñi- catanát. Piedra de hacer punta : alligat apiloatam. Pierna : niichi; mi pierna : yiichi; tu pierna : griichi;. tus piernas : griichili; pier- nas de Pedro : griichi Pe- dro; piernas de Pedro liichi Pedro ; nuestras piernas : griichi; vuestras piernas : griichilii; pier- nas de aquellos : liichi eroujá. Piojo : noapat. Piojos : noapacáte. Piojoso : oapateríca. 1” Tengo piojos : enó yoapacate. 2? ¿Tienes piojos ?: me- lenogroapacachichi. Pisada, vestigio : nachajac ; maiz pisado : nemel noaro. Plata : lecact. Plata en monedas : lequech nedas aolé. Plato : naquequí. Platos naquequíte. Plaza : napariguiñi. Pluma : letegue. Plumas, hojas : leteggue ; me has de traer plumas para escribir : nagiachan lete- que eyerenat. Pobreza : lichigáric. 1* Pobreza : ychigáric. 2* Pobreza: grichigariguí 3" Pobreza : lichigáric. PI: 1% Pobrezas Hana chigárica. 2* Pobrezas : acamil gri- chigárica. 3” Pobrezas : lichigárica eroujá. Poco : aolc. Poco há : chiaca ayaguí. Poderoso, que no tiene difi- cultad : chiequioanac. Poderoso, etc.: ut supra: na- machiga ecoyoanapec. Podredumbre nimigriga. ¿Está podrida la carne? : blanimiga elpage?; está podrida : lanimiga ; ¿estás podrido? : grimiga?; no estoy así : chigrimiga. Polilla, piojos : oapacate Polvillo : loáic. Polvo : nagmayaga; hemos visto polvareda : eoamg- cam nagmayagá. Pollo : ayerá. Poned delante de mí taña ená. Poner. Puesto encima : erpee- tajaguin nquiigin; está puesto abajo : erpeelañican nquiigin ; estoy arriba ipeetajaguin; estás arriba : piitajaguin : aquel está ar- riba : erpetajaguin; poned delante de mí : mañitaña : mañi- — 279 — ena ; poned detras de mí : mainigue queñiacal ; poned Otra vez : tal caañigui; po- ned al revés : añigui na- chitlagic. Por eso : moague. Por qué razon, ó por qué mo- tivo, Ó por qué causa ? : mi- quenegueaoé. Por dónde ? : eg-meoé. Por todas partes : chiecó gra- chi-eoé. Por qué ó para qué : ygurí. Porfiado : chinevet chianema- gegan. Por qué no : yguri cachít. Porra : etete. Poste, horcon : agilate. Potro : patára. Pozo : nagira. Precepto : lelatanat. Precio (poned), ¿cuánto vale? : eguem leyagá la- gueueté. Pregunta : lajatan. Preguntas : lajatannaca. Prenda : anouiac. Preñada : sannagaye; estás así”? : macami yamnaí ? Presente : najataoa. Presentes : najatraoa. Prestadu : queegnatec. Préstame : vquieguem. Presto (venid) ó note tardes : chit cacamí oalgué, Primavera : nequiagayaga, Primero : namachit. Primogénito ó mayor : nan— queí. Profundo, abajo : erpiiñi. Pronto estoy. [* grioancatañi. 2* ¿groanquetañi ? Protector que nos defiende : groajaalgue, Provechoso ó que no daña : yoancachiguiñegue. Pueblo : noetá. 1* Pueblo : yoetá. 2* Puebio : groetachí. Pl. : 1? Pueblos : groetá. Puerco, chancho : agiranaí- laté. Puerta : lajam. Puertas : lajamí. 1* Puertas : yajam. 2* Puertas : grajamí. 3* Puertas de la Iglesia : liitaquí lajamí; del Cielo : lajami ipim. Pulga : neteguin loapacate. Puñal : apiloaíc. Puño : auiata apaquena. Puta Óó ramera ovanerma ajaata queno oague yoale. — 280 — Quál? : eg-mecá ? Quáles? : ego-mecó? Qualquiera : gramachque iñi- gue. Quándo? : eg-malquiam ? Quánto ó quántos? : eguem leyagá ? Rabia : ameguel. Rabioso, malo : naayapéc. Raja : caague. | Rayz : elpana. Rayzes : elpanerí. Rama : caípa lajate. Rana : yoritete. Rastro : cataíc lachajaca. Raton : pateguinc. Ratones : pateguinya. Raya : grepagíic. Rayo del ciclo : ajaanga. Razon : ylic; la tiene : -chilic. Redondo: encachimichiguiñi. Regalo : neyen. Regalos : neyenca. Rey : nelágat. Reidor: lejaganaí ; yo merio: liajagan ; tu te ries : laja- cañi; el se rie : lajagan. ma- Quemadura : Quatro : naatapichí. agimagge ; está el campo quemado : agim- ga neparc. Queso : empataja lachí. Quijada : lajac. Relámpago : ercajaguelca. Remador : ylicatanaí; tú no sabes remar : chigaariñ ylicatañí. Remedio : noetremnatanal. Remedio para todas las enfer- medades : noetrennatanat eno aogue nonníchi noa- chinete. Remo : ylicatanat. Remos de canoa: ylicatancate netel. Renuevos de árbol rilga. Resbaladizo : yjalo. Rescoldo : lijouga yachi. Resina : lichiga. Respeto : yimacachin. Resplandor : ychitougue. Revoltoso : ygilgue nataí. Rico : chiequiaoen. elpa- = 988 — Ricos son : chiequiaoen irio. Rincon de monte : liñiacata. Rincon de casa : lichi. Rio, arroyo : lachaugué. Ríome : liajagan. Riose : lajagañ1. Risa : lajaganac. 1* Risa : li-ajaganac. 2* Risa : lajaganagui. 3? Risa : lajaganac acam. Pl. : 1* Risas : lajaga- nagui. [* Riome : liajagan. 2* Riese : lajagani. 3" Riese : lajagan. Robador : etapanaí. Robadora : etapanaye. Rocío : aol. Rodilla ó rodillas : niliou- quete. 1* Rodilla : yliouquete. 2* Rodilla : gritiouqui-. chi liliouquete Pedro. Sábalo : enan noaí. Saco de cuero yquieta. Sal : achiuiguéic. Salario ó paga : ageu. Saliva : naale. Salmuera, agua salada choa enópe. necteec na- T. XV Pl. : 1* Rodillas : griliou- quete 2* Rodillas : griliouqui- chirii. 3% Rodillas : liliouquete eroujá. Rompido : oaqueic ; esto está rompido : oacagaíc ená. Ronco : cauiriic; lo estoy : laricaui; lo estás : lagar- cauichi. Roncha : cachit. Ronchas : ligat. Ropa : ligilalca. 12 Ropa : ygilalca. 2* Ropa : grigilalaí. 3" Ropa : ligilalca. Rosa, flor : lenoigai. Rosal, árbol : loagí. Rubio : yauileteíc. Rueda : loajagalina. Ruido : noacaga; no lo ha- gas : chit oacaí. Salteador, matador : eguer- catanaé vel aloatanaé. Sangre : nauiga. 1? Sangre : yauiga. 2* Sangre : grauigachi. 3” Sangre : lauiga. Sapato, escalera late. : nachajaga- 28 1? Sapato: yachajagalate. 2* Sapato : grachajaga- lachí. 32 Sapato : lachajagalate. Sarna : noegegga. 1? Sarna : yoegegga. 22 Sarna : groegegguí ; tú eres un sarnoso : acami vegegguelí. Sauce : perataíc. Seco : groagiueta; papa seca : groagluet nejaoatec. Secreto, no lo has de contar : chit caachitaptam. Sed : yiquip. Sed tengo : euetíietat; ¿tie- nes sed? : miuichi neeta- chi? Sediento : yquipata. Segador : ajateganaí. Sello Ó marca : eenenancato. Semana : ená caraminga. Sembrado : alanancá. Sembrador : aananmnaíc. Semejante ó se parece : lagi- quigo. Semilla : elpetá. Senda ó camino : Seno, mete eso en tu seno : nelam yava ená. Señal : nachagé; hazme una seña con tu dedo : yiquian- nanachi. Señor : noacará. [* Señor : ñoacará. cataíc. a 2* Señor : noacaré, 3" Señor : noacará. Pl. : 1* Señores : gan- noacará. 2* Señores : gannocarií. 3% Señores : noacará eroujá. Sentencia ó mandamiento : nelatangué; por manda- miento : lichinatangué. Sepultura : naagagaqui. 1? Sepultura : ñiagaga- quí naagagagul. Serpiente : enenaíc. Servidor de la mesa : graja- yapesa. Siempre está lo mismo : na- machácenetarí. Siempre estás lo mismo : me- namachác initarí. Sierra : elcaaganat. Siervo : oachiganya. Silla : nañaqui. 2 Silla : yañaquí. 2* Silla : grañachí. 3* Silla : lañaquí. Sillade caballo, lomillo: natali Silvo : nachagnác. Si no haces lo que Dios man- da te ha de arrojar á los infiernos : ammachíga aichí lelatanat hec nancaori gro- alachiucam mecá Ajahai- chiloetá. Sin semilla : nachieco elpetá. —. 283 — Sino : amachíga. Si no has de ir avísame : ama- chiga amcam, gripachiguí. Soberbio : naapéc vel, chiec- imacg-iñi. Sol : empaiga. Solamente : amamach. Soldado : naoachicca. Soltero, soltera : nachiga o0a- ram. Sombra : quiyí. Sombrero : netapegé. 1* Sombrero : vtapegé. 2* Sombrero : gretapigi. 3” Sombrero : letapegé. Sombreros, estos son mios : enouja netapegé mach caín; estos sombreros son de aquellos : erouja netapegé mach cain. Sonido de trompeta : lelamgá legeurá; suena : yilam. ») Soñado he : ychagnam. Tábano, pájaro : encatal. Taberna ó pulpería : neyena- naquí. Tabla : caipa laague. Tablero para jugar : lajacá. Tajada : encagílca. Talon : canecáma. Tallo: elparil. Soplador ó tocador de trom- peta : ageuranaí. Sordo : chigroagipatiapec; es- toy así: aim chiga o0agi- patiapec; ¿está sordo? : acami yguim chíga oagipa- tiapec?; ¿estás así? ¡guim chiga oagipatiaya- pec?:; aquellos están sor- dos : eroujá chigroa gipa- tiape. Sortija ó anillo : etécgé. Suciedad : nigil; esto está sucio : ena oajalligil. Sudor ó calor : noajagaigá. Suegro, suegra ; miará. Sueño : naachigá; lo tengo: euet yachigá. Suero : lachí luií. Sufrido : lapicaíc. Sufrida : lapicayé. Surco de arado : napiác alóa. Tallos : elparilá. Tambien : clatque. Tambor : namilgué. Taona : loaranaquí. Tapa eso : apiguiñi ená. Tarde : naamá; ya es tar- de : lamnaamá; á la tarde : amblanaamá. — 284 — Tardon : oalcaic. í; escudilla : Taza : naquequ alancañl. Techador : epacatanail. Teja : liigé. Tejado : liigirí. Tejedora : aagannanaye; me has de tejer un poncho : aagañilam ygilalec. Temblador : neegalgai. Temblor : neegalgaá. Temeroso : atarcale; vosotros habeis de ser temerosos de Dios : acamií gretechiyam hec nancaor!. Temor : netáchcá. Teñido : cachilca. Ternero : oacal laitat. Teta pequeña : teta aolc. Tierra : alóa. Tigre : nijánc. Tijeras : najatecaté. Tinaja : nacaranaquí. Tinta : cachilanat. Tio : lepaoá. Tirador : anonanalaté. Tizon : nacaaté lajac. Tocino : ajirananaí late-lepa- gá. Todo : vagué; los que todo lo quieren, todo lo pierden: quenó aogué nigité quenó aogué yoaloutá. Todos : irió aogué. Toro : yuijác. Toro bravo : yuijác groájá. Tos : nejatmata; la tengo ejatmatá; mi tos es muy mala, no me deja dormir : yjatmatá lanaá chigriachi- cachít; tu tos : grejatmaté, Trabajo : aenatan; vamos al trabajo : aanca enatanc. Trago : yacaná. Trago de agua : yacaná enópe. Trama : laná. Trasero : añit. Trato : ayenác. Tratos : ayenácá. Tripas : camá; redaño de las tripas : camá lepagá. Tristeza : naquiquigá; tengo grande tristeza : laten ya- quiquigá. Trompeta : najeuré, Tronco : ypaná, vel ypanarí. Trueno : yigyi. Tú : acami. Tuerto : etognc. Tuétano ó caracú : ligilic. Tumor : nepectága. — 2853 — Vaca : oacal. Vacío : chiatiuguí. Vagabundo ó paseandero acaggaíc. Valiente : yapót. Vaquero : lapaganat. Vara de justicia : noagilalaté. Varon : yoalé. Vaso : geetaquí Vaso de barro : geetaquí alóa. Vejiga : loachigqui. Vela de barco ó bandero : la- tanatéc. Vello : letec. Vellon de lana : chagáleteíc. Velludo : ayál. Vena : letatá. Venas : letatá. Vencido : chitquecá lagé. Venenoso ó ponzoña : loajag- ' ganát. Vengador : chicaoelagé. Venganza : lagé. Ventana : lajam aólc. Verano : yñigá; ya viene cerca el verano : laiñigá ; es verdad : cleerá. Verde : pagé. Vergato de toro : yuijác yliát. Vergonzoso : pagancatága. Vergúenza : mnayagá; la ten- go : gripagyac. Verruga : noeralá. Verza ó col : letéc latená. Vestidos : ligilalcá; mi ves- tido : ygilalec; tu vestido : grigilaguí. Vez, una vez : ecatará; algu- na vez te has confesado ? : mavequen grichacatana- guí?; alguna vez ó veces : aoequen; muchas veces : aoequen aíte. Viaje : nevayác; he de hacer viaje : eyaicam; vamos á hacer viaje Vida : neleigá. mi vida : y-lei-gá. tu vida : greleigué. de Pedro : leleiga Pedro. Pri orelelga 2% greleigueyí. 3* leleiga eroujá. Vidrio : ychiugue. Viejo : querzíc. Vieja : querayé; Juan es más viejo que Pedro : Juan la- micami quiñi Pedro. Viento : anamága. Vientre : acám. 1* Vientre : griacam. 2* Vientre : gracamal. Vinagera de plata : neetaqui aole lecáct ; llena las vina- : lajaggánc. — 286 — geras : graochilá lecachí neetaquí aolé. Vino ó vinagre : laága laicaíc. Virgencita : ylquigi aolé. Viuda : napagal. Viudo : napagaíc. Yegua : yegó. Yegua parida : yegó aytaí. Yelo : alain. Yema de huevo : caoeté., Yerno : noarananc. Yerro : oaloá; he cometido ncayaga el- Zapatero : neetanc nachaja— galate. Zapatos : nachajagalate. Zaranda, cedazo : nichijaga- naqui etanta. Vívora : nenaic. Uno : iñitara. Vuelta alrededor : quepali- chin. Vulva : Ver Natura de la mujer y Pene. un yerro grande : ain oaloá laténc. Yesca : caatelal. Yo : aim. Yugo : lachanat. Yunta de bueyes iñoacá yuijác. nichiatá Zarcillos : nigité. Zorra : lichága. Zumbar las abejas : graanna- jalá. Zumo de limon : luií limon. FRASES Abre la boca y saca la lengua. ¿Adónde vas ? Ahí está el plato. Andate á tu casa. Andate á la iglesia. Basta. Buen dia te dé Dios. Buenos dias te dé Dios. Camina apriesa. Cierra la puerta. Como tambien Pedro tiene lástima de su mujer. ¿Cómo se dice esto ? ¿Cómo estás ? Compañera te doy y no es- clava, ámala como Jesu- Cristo ama á su iglesia. Cayé naliaogué glachigachí. Eguem maaigué. Ená laquiquí. Amé mená griiggui ó qui. Amé cáñi liilaqui. Calleyá. Ariáíc eneogá eyañierman, hec Nancaorí, Ariayé neotá eyañierman hec Nancaorí. Arquiiquitá. Apiguí lajam. Meeram, queem clatqué, Pe- dro ychigré cañi graoné. Yguemmeém napéc enajá ? Ygui, miñí tarí ? Aoé grajavé guen, chíga groaé, ercapichi, meeram queem, J. Ch. ercapitá ca- ñi Iglesia. Corta el cuchillo. No corta el cuchillo. ¿Cuándo te vas á la otra Banda ? Dame naranjas. Dame toronjas. Deja. ¿ De donde vienes ? Dí en ta lengua. ¿Dónde has estado ? ¿Entendeis ? ¿Entiendes ? Entra. Entrad. ¿Está la comida ? — 288 — Lií nicha jagánát. Chiguií jagánát. Egmaiquiam amé querá la- jeegá ? Tach cacé naragas. Tach caoé lajaliguié. Cleem. Eguem machicaagué ? Miñapec quenonamách graac- cataí. Egúem mañiagué canigrá ? Noagipachi ? Moagipat?” Alimioá. Nalinioá. Bliit ? Lanimiga elpagé. Laniam aoená. Larpaé enópe? Está podrida la carne. Está hirviendo la olla. Está el agua caliente. Estás borracho. Laiquijoúgt. ¿Estás malo ? Blaoachiñí ? Estoy malo. Chit caoé yariá. Estoy bueno. Grijo, tetarí. H Habeis de saber que Dios os Araúguenaaarinyamhec Nan- ha de castigar si sois malos. caori gramilguiyam am- mach naaí. — 289 — Habla bajo, despacio. Habla más fuerte. ¿Has de querer imitar á los Santos ? Has de saber. Has de tener lástima á tu va- lor. Hay muchas ortigas. Hincate ahí. Hincaos ahí. Me duele la cabeza. Me duele el pecho. Me duele la barriga. Me alegro que estés bueno. Me alegro que tengas salud. Me voy ahora. Me voy mañana. Me voy el mártes. Me has de traer lechiguana. Me has de traer miel de palo. Me has de traer agua buena para beber. Me has de traer una escoba. ¿Me entiendes ? ¿Me entendeis ? Mete la lengua y cierra la boca. Mi hermano está muy malo. Miel de tierra. Nemachitá. Nuichiñitá.. Marigicham Santos ? Aariñam. Ychigriñam cañí graoené. claque ¡iñigue Lenon leerggueyé. Oachiguiñi ená. Oariguiñí ená. Groacalig ymagá. Groacalig yoalá. Groacalig griacan. Naptañetá grijó, tetarí. Niatanñetá meliri grañagui. Lagicán quité. Lagican ammirichiguiñt. Lagican ambla mártes. Nareoam naatec. Nareoam main aloeyec. Nareoam main nam cariaic. Nareoam maín nepelgagnát. Moagipachiyo? Noagipachiyó ? Auiquiá glachí gachí apacag- ñitá naagachí. Laoachin ñiañalejóa. Nagirc. — 290 — No sé. ¿No sabes? No te entiendo. No entiendo. ¿ Qué ? ¿Qué haces ? ¿Qué haceis ? ¿Qué traes ? ¿ Qué te duele ? ¿Qué tienes ? ¿Qué quieres ? ¿Qué quereis? ¿Quieres casarte ? ¿Quieres acompañarme á Santa Lucia ? ¿Quieres confesarte ? Quiero casarme. Quiero torunjas. Repica. No repiques. Sabes. Sentaos. Chigaarém. Chigaariñí ? Chiga oagipateigo. Chiga oagipatá. Miqué negué ? Miqué negué aichí? Miqué negué aichií? Miqué negué nagiachí ? Miqué negué yuichí ? Ygui miquiñí? Miqué negué grigié ? Miqué negué grigiyé? Marigichí moarañi ? Marigichí marqueeyachí que- rá Santa Lucía. Marigichí ? Grigitam aoaram. Grigé lajaliguié. Guacá vinyilá. Chit guacá vinyilá. Maariñí? Ainyiná. — 291 — Sentaos. Ainguiñí. (A los mayores y de respeto ). Siéntate. Añiguiñí, añichiriñi. « Si quiero. Eé grigé. Si vosotros no dejais vues- Ammacamií nachiga eranaaí tras malas costumbres, en gragirgyí ambla gregachí muriendo habeis de ir á ameyam graginyiñam meca arder en los infiernos. Ajahaychiloetá. E Tapa tus pechos. Apiguí grachichi. Toca la campana. Guacá enañí. Trae la comida. Nareoá canác. Trae lechiguana. Nareoá naatec. ¡ Tú quieres ser mi compa- AS PEA il : P Marigichí acami yaajaoé ? ñero ? V Vamos á comer. Lajaquiñicá. oy Ya te conozco. Lañichui ñigárgua. — 292 — VERBOS ADVERTENCIA. — Los verbos que siguen forman parte separada del manuscrito original, y se reproducen sin más alteracion que la de redu- cirlos al orden alfabético. Plur. : 1* Aaligatcam loapa. 2* Aaligachiam loapa. Ablandar la cera LTS 3” Yaaligateam loapa. Presente Sing. : 1% Aim aaligat loapa. Ablandarse 2* Acamiaaligachi loa- Presente pa. 3" Erajá yaaligatloapa. Sing. : 1* Niaaligat. Plur. : 1? Acam aaligatcea loa- 2* Naaligachí. pa. 3" Naaligat. 2 Acamii aaligachii Plur. : 1* Niaaligatea. loapa. 2* Naaligachii. 3* Erouja yaaligáte. 3" Naaligate. Pretérito Pretérito Sing. : 1* Lajaaligat loapa. Sing. : 1* Lañlaaligát 2* Laaligachi loapa. 2* Lanaaligachi. 3" Layaaligat loapa. 3* Lanaaligat. Plur. : 1? Laaligátca loapa. Plur. : 12 Lañiaaligatca. 2* Laaligachii loapa. 2* Lanaaligachii. 3% Layaaligáte loapa. 3? Lanaali gaté.. Futuro Futuro Sing. : 1? Aaligat am loapa. Sing. : 1* Nialigatam. 2* Aaligacham loapa. 2* Naaligachamn. 3” Yaaligatam loapa. 3 Naaligatam. Plur. : 1* Niaaligatcam. 2* Naaligachiiam. 3" Naaligateam. Ya se ha ablandado : layara- alí. Está blando : laraalitá. No lo está : chigal. Se ablandó : laraalí. Abominable, muy malo : la— mach naá. Aborrecer Presente Sing. : 1? Aim yoetat. ze groetachi. 3* eraja loetat. Plan: 1* groetagt. De groetagchii. 5d loetagte. Pretérito Sing. : 1* Aimcan yoetat vel layoetat. zan lagroetagchi. 32 laloetagt. Plur. : 1* lagroetagt. 2d lagroetagchil. 37 laloetagte. Futuro Sing. : 1* yoetatam. ye groetacham. 3 loetatam. groetagtam. ze groetagchiam. Se loetagtam. Mi aborrecido : ypaac. Tú aborrecido : arpaagui. Pedro me aborrece : aim loe- tagt Pedro. ¿Has aborrecido á alguna mujer ú hombre? : lagroe- tagchi quen cañi oanerma, aoam yoale? ¿Lagroeta- quea etc., etc. ut supra. (Pregunta á mujer y al hombre). Dios nos aborrece porque so- mos malos : Nancaori noe- taggó tan acam naaí. Dios os aborrece por causa de vuestros pecados : Nancao- rí noetaiggó nancaoe groa- lougichirigui. Abortar (Malparir) Sing. : 1” Aim ygaraoa. DA ygarañi graca- mi. 30 ñíja ygaraoa. ¿Has abortado ? gracami ? Si he abortado : aa negarañi. No he abortado : ygna chí- negarañi. negarañi — 294 — ¿Has muerto la criatura en la barriga ? : macami ajaliga- Je: No la he muerto : ygna chi- gaim ajaligagye. ¿Tú has malparido ? : maca- mi negarañi gracami ? Maria malparió : lanegarañi gracami Maria. Las que matan la criatura en la barriga Ó despues que nació hacen un pecado muy grande : Enoniigárgat oaye catecacam egem i¡ñigueni aoaye iñitara groalongichi lalateng. Abrazar Presente O le acaalgue. ye caaligué. ds caalgue. Blur. qlo acaalegue. 2* Acamil caaligue. 3” Erouja caaltegue. Pretérito Sing. : 1? lacaalgue. ye lacaaligue. e lacaalgue. Plur sale lacaalegue. 2* Acamii lacaaligue. caaligue. 3* Erouja lacaaltegue. Futuro Sing. < 1 acaalcam. 2 caalicam. Se caalcam. Plus ls acaallegcam. 2* Acamil caaligcam. 3" Erouja caaltcam. Pedro me abrazó : lacaalii Pedro. Tú me has abrazado : lacaa- liigue acami. Abrazame : caaliigue acami. Abraza á este : caaligue enaja. Abraza á aquel : caaligue enaja. Abraza á aquellos : caaligue erouja. Abraza á estos : caaligue enouja. Abreviar ó darse priesa Presente Sing. : 1* Griajalal. 2* Grajalalí. 3* Yajalal. Plur. : 1* Grajalal. 2* Grajalalii. 3* Grajalále. Pretérito Sing. : 1? Lariajalal. 2* Lagrajalali. DO 3" Layajalal. 1” Lagrajalal. 2? Lagrajalalii. 3" Layajalale. Plur. : Futuro Sing. : 1* Griajalalam. 2* Grajalaliam. 3" Yajalalam. : 1? Grajalalam. 2* Grajalaliyam. 37 Yajálalcam . Anda, apura ó dale priesa á Maria : ame ajalalachichi añií Maria. Dile que acabe ahora luego : miñapcam yyaantam qui- tam. Abrigar ó Tapar Presente Sing. : 1* Apaguini. 2* Apiguiñi. 3" Yapaguiñl. 1* Apaguañi. 2* Apaliñi. 3" Yapliiñl. Plur. : Pretérito Sing. : 1* Lajapaguiñi. 2* Lapiguini. 3* Layapaguiñni. Plur. : 1% Lapagañi. 2* Lapaiiíl. 3" Layapiiñi. Futuro : 1% Apaguiñam. 2* Apiguiñam. 3" Yapaguiñam. Plur. : 1* Apaguañam. 2* Apagliñam. 3" Yapliñam. Tapate : napiguini. Tapa los pechos groale. Tápense : apiguiñi napaliñi. Taparse Presente Sing. : 1* Niapaguiñi. 2* Napiguiñi. 2 A 3 Napaguiñi. Plur. : 1* Niapaguañi. 2* Napaliñi. 3* Napiiñi. Pretérito 1* Lañiapaguini. 2* Lanapiguiñi. 3* Lanapaguiñi. 1? Lañiapaguani. 2* Lanapaiini. 3% Lanapiiíi. Sing. Plur. : — 296 — Futuro la Niapaguiñam. 2* Napiguiñam. 3* Napaguiñam. Plur. : 1* Niapaguañam. 2* Napaliñam. 3% Napiiñam. Sing. : Están tapados : napatrañi. Han de estar así: napatrañam. Ya están tapados : lanapa- trañl. Abrir Presente Sing. : 1? Gijoulougue. 2* Gijouchigue. 3* Yjoutougue. 1* Gijoutagugue. 2* Gijouchiiugue. 3* Yjoutrougue. Plur;-: Pretérito : 1? Lagijoutougue. 2* Lijouchiugue. 3* Layjoutougue. . : 1* Lagijoutagugue. 2* Lijouchiiugue. 3* Layjoutrougue. Futuro 1* Gijoutoucam. 2* Gijouchiucam. 3* Yjoutoucam. Sing. : Plur. : 1* Gijoutagucam. 2* Gijouchiiucam. 3% Yjoutroucam. Abajar : Naachiguini (Yo abajo etc., con am etc.) Sing. : 1* Niachiguiñi. 2* Naachiguiñl. 3* Naachiguini. . : 1% Niataguiñi. 2* Nachi. 3" Naach1. 1* Abaja tú guiñi. Plur. : 2* Naachiguiñil. Sing. : : naachi- Ablandar : Aaligachi (Yo ablando) Sing. : 1? Aim aaligat. 2* Acami aaligacht. 3* Eraja yaaligat. Plur. : 1* Acam aaligatca. 2* Acamir aaligachii. 3” Erouja yaaligate. Ablandate : Aaligachi. Ablandado : Láraalitá. Abortar : Negarañi (Yo aborté : aím etc.) Sing. : 1* Ygaraoá. 2* Ygarañi. 3" Ygaraoá. y / La a Abrigar : Napatrañi Abrazar : Caaligue Presente Sing. : 1% Apatañi. Sino. - 12% Aim: cué. Sing. : 1% Aim acaalgué 2% Apetañi. a caaliué, IS Bn 3" Yapiñi. 5) acaalonc. : A FA - SN o Plur.: 1% Apac—catañi. lor: 1 acaalgué. 92 Napaitrani ga saala vi Se Al ea 2d A 3% Napatrañi ga acaalan PE , - . Pretérito Abraza tú : caaligue acaml. Abrazad vosotros : vaaligue Sing. : 1* Napatrañi. acamil. 2* Napetañi. 3% Apatrahi. Yo abrazaré ñi o abrazar Plur.: 1? Apacatrañi. Sing. : 1% Aim acaalgue. 2” Mapaitrañi. sa caaligue. 3% Yapatrañl. E caalgue. O acaalgue. Abrigarse ye caaligué. (Con aim etc.) Abrevtar : Grajalali Sing. oe Ni-apagni. 2* Napigni. 3* Napagni. fío abrevio : con aím etc.) Sing. : 1* Ajalalachi. Plur. : 1* Apagni. 2* Ajalalachichi. 2* Napaiñi. 3" Yajalalachi. 3% Napatrani. Plur. : 1? Grajalalachi. , q Abrigarse : napatrañi. 2* Grajalalachichi. do 32 Yajalachite. Abrigado : napatañi. — 298 — Abrir : Y-jo-chiugué (Con aim etc.) Sing. : 1* Yjo-tou-gué. 2* Yjochiugué. 3% Yjotougué. Plur. : 1% Yjotrougué. 2* Yjochiugué. 3” Yjotrougué. Pretérito y Futuro Abrirse : Yjo-tougue. Cosa que se abre : Amam ni- jotrogue. Cosa fácil de abrir : caoac nijotrogue, vel chioac nijotrogue. am mua- Abstenerse : Lapiñi Presente (con aim etc.) 1? Liapim. 22 Lapiñi. 3” Lapin. 1* Lapinc. 2* Lapiñi. 3” Lapine. Sing. : Plur.: Pretérito Liapimcan. 2* Lapiñi. 3* Lapin. Sing. : Plur. : 1* Liapinc. 22 Lapiñi. 3" Lapiné. Abstinencia : (no hay). Abuelo : yoapi. Cosa del abuelo : alam groa- pi, vel alouyag yoapi. Abundancia : chit-leyacali. Abundante : chit-leyacali. Abundar : chit-leyacali. Yo abundo (Con aim etc.) : 1% Chit-leyacali. 22? y 32 Chit-leyácali. Plur. : 1*, 22, 32 Chit-leyacali. Sing. (Los pronombres, único signo de conjugacion). Yo acabo Sing. : 1* Aim aant. da aanchi. 3" yaant. Plur. 148 aant. a aanchit. 3" yaanté. Cosa acabada : layaant, vel lamach cayan. Cosa no acabada : ena nachi- ga cayán. Acariciar : Laeoyan nachichi (Yo acaricio : con aim etc.) : 1? Laeoyán nachit vel nachicham. 2* Leaoyán nachichi. 3" Leaoyán nachit. 1? Leaoyan nachit. 2* Leaoyan nachichi. 3* Leaoyan nachit. Plur. : Acedarse : ercachi. Aceleracion ó cosa ligera: yahalal lachichi. Acepillar : Egelocatan, vel Ejaloachichi (Yo acépillo : con aim etc.) Sing. : 1* Egelocatan. 2* Egelocatañi. 3" Egelocatan. 1* Egelocatanc. 2* Egelocatañi. 3" Egelocatan. Plur. : Acercarse : Nacainyoá (Yo me acerco : con aim etc.) Sing. : 1* Acainnoá. 2* Cainyoá. 3? Cainnoá. Plur.-: 1* Acainnoá. 2* Cainyoá. 3" Cainnoá. Acero ó hierro : lecáct. Acha : quiipe. Achuela Ó acha pequeña quiipe lenchi aolé., Acometer : Nialotan (Yo acometo : con aím etes) Sing. : 12 Aloutan. 2* Alouchan. 3" Aloutan. : 1% Aloutan. 2* Alochian. 3” Yaloutan. Plur. Acometer con ímpetu : graja- lalitacan. Acompañar : Queyechi (Yo acompaño : con aim etc.) Sing. : 1? Aqueya. 2* Queyeche. 3" Queyeche. Plur. : 1* Aqueyerca. 2* Queyerie. 2" Yqueyete. Aconsejar : Miñiá, vel Ca- chague (Yo aconsejo : con aim etc.) Sing. : 1” Migi, l, cachacatan. — 300 — % Migi, cachacatañi. 32 Meem cachacatan. (* Miginc, acachaca- tane. da Meem, cachacatañi. 32 Meem cachacatane. Plur. : Acordarse : Nichiuiñi, vel AcaJenetañi (Yo me acuerdo : con am etc.) Sing. : 1* Ñieteul. 9% Nichiuiñi. 34 Neteul, 1? Neteunc. % Nichiuinyl. 3? Neteune. Plur: e Otro ejemplo (Yo me acuerdo, etc.) Sing. : 1” Acalenetan. 9: Acalenetañl. 34 Acalenetan. Plur. : 1* Acalenetanc. ] 9 Acalenetañigul. 32 Acalenetan. Acortar : Larichi aolq (Yo acorto : COn aim, etc.). Sing. : 1* Larichi aolc. 9 Larichi aolc. 35 Larichi aolc. Plur. : 1? Larichi aolcá. 2 Larichi aolcá. 32 Larichi aolcá. Acosear : Yachacjagan Sing.:1*,2*,3* Aimachac,etc. Plur: ss achacjaganc. ya achacjaganyi. 30 achacjaganyi. Acostarse : Auiíi Sing. : 1% Aim ajaul. 2 aulini. an liuigui. Blur. ls lajauañi. 2d lauiñi, 3 lauinyan, Acostarse : Menamnetañi Sing. : 1* Aim niinanál. 28 neenanniñi. 32 neenanñi. Plurs:, 15 niinannañi. 22 neenannñiñl. S5 neenanniña. Acuéstate : auguiñi. Acostaos : auguini, vel ne- namnetrañi. — 301 — Acostumbrarse : Lamachla- girq, vel Laniagué Sing. : 1? Aim machagirq. de eragirtit. 3" machlagirq. plur; 12 machgragiriq. 3: machlagiriq. Acostúmbrate Sing. : Plur. 2? Nagiriq. : 1% Nagircá. Otro ejemplo (Me acostumbro : con am, etc.) Sing. : 1* Laníague. 2* y 3? iguales á la 1?. : 1% Anacague. 2* Anayague. 3" Aneyeragué Plur. Acostúmbrate Sing. : 2% Aneyagué. Plur. : 2% Aneyaralogué. Acostumbrado : lamach lagirq vel anialougué. Acrecentar : Yrcagi anogué (Con aim, etc.) Sing. : 1* y 2* Acagi anogué. 3* Ircagi anogué. Plur. : 1? Acagi anogué. 2* Cagi inyugué. 3* Ircagi anogué. Acrecentarse : yrcagiugué. Acuchillar : noaralta , vel nacalinuguenatan. (Con aim etc.) Sing. : 1* Ñoaraltá. 2* Noachaltá. 3" Noaraltá. 1? Noacaltá. 2* Noachialtá. 3? Noaraltá. Plur:* Otro ejemplo . 7 1% Acainuguenatan. 2* Acainyugue. 3* Nacainugue. 1* y 2* Acainugue. 3” Nacainugue Plur.: A mí meacuchillarán : atrioa- rapeg, vel acainugue. Acusar : graachi (Con aim, etc.) Sing. : 12 y 2* Aachi. 3" Yaaté, Plur. : 1? Aaté. 22 Aachí. 3? Yaaté. — 302 — Sing. : 2% Acusa tú : chaltá. Plur. : Naachialta acamil. nad- Acusado : yaaté. Acusación : graachitapéq. Acusacion falsa : graachitapéq nojariñi. Adelantarse : Enetaugué [(Con aim etc.) Sing. : 1* Ajanetaugue. 2* Enetaugue. 3" Enetaugue. 1” Ajanetaugue. 22 Ajanetaugue. 3" Enetaugue. Sing. : 2* Adelántate tu : añi- taogue. Plur. : Anitaogue. Plur. : Adeudado : chiga grageuete- nam. Adentro : erpeiaoa, vel laoe- loá. Adivinar : Aareaapqué (Con aim, etc.) Sing. : 1* Aarenapéque. 2* Aarenapég. 3" Yarenapég. 1? Aarencapég. 2* Aarinyagég. 3? Yaarenatapég. Plurts Adivinacion : aarenapqué. Adivino, brujo : quéeut; si es mujer : queeuete. Así como nosotros decimos, los Abipones dicen en su lengua : lagigoá, i. e. ya me voy. Adonde : yquem, meoague. Adonde quiera : gramach queoam. Adorar : Nimamnachitooá, vel ncaoñag. (Con aim, etc.) Sing. : 1* Nimamnachit. 2? Nemamnachichi. 37 Nemamnachit. Plur. : 1* Nimamnachit. 2* Nemamnachii. 3? Nemamnachité. Otro ejemplo Sing. : 1* Ncaóñapég. 2* Caóñapég. 3” Caóñapéq. Plur. : 1* Caog-ancapég. 2* Caog-hiapég. 3* Caog-ñapég. Adora tú : nemamnachichi acami, vel ncaog-añi (?). Plur. : 2? Nemamnachichiaca- mii, vel ncaog-añigui. — 303 — Adormecer : auiñi; cosa que hace adormecer; noachiam netarl. Adormecido : liuini, vel la- roatetá ; medio así: groa- tetari. Adornar : Lanoamatetá (Con aim, etc.) Sing. : 1? Noamat. 2* Noamachi. 3* Noamat. Plur. : 1? Noamat. 2* Noamachi. 3” Noamat. Adornado : lanariaiateta. Adornada : lariaiatetapeg. Adorno : nariaiat. Cosa sin adorno : chiga na- riaiat. Adquirir : Naammatanat (Con arm, etc.) Sing. : 1* Ñiammatanat. 2* Anaammatamachi. 3” Naammatanat. Plur. : 1* Naammatancate. 2* Naammatancachi. 3” Naammatancate. Adversidades : lapiñitariam. Advertir : Oacachapcan, vel Ojactapcam (Con aim, etc.) Sing. : 1? Oacatapeg. 2* Ocachapilcan. 3* Oacatapelcan. Plur. : 1* Oacatapilcan. 2* Oacachapialcan. 3" Oacatapialcan. Otro ejemplo 1* Oajaetape(. 2* Oajaitapeq. e Afear : Lanaayapeg (Con aim, etc.) Sing. : 1? Ñaagam. 2* Naani. 3? Naagam. Plar. : 1% Ñaagamc. 2* Naagamyi. 3” Naacné. Cosa afeada : Naayapéq. — 304 — Afeitar : Lanaate lanareue, vel najate lanareue (Con aim, etc.) 2 Niate lanareue. Sing. : Í 2* Naachi lanareue. 3” Naate lanareue. Plur.: 1% Naatagá linareue. l 2* Naachí lanareue. 34 Naaté lanareue. Otro ejemplo 1* Najact lanareue. 2* Najachigui lanareue 3* Najatege lanareue . Afeita tú : naachi granariglú. Plur. : Naachigui grandrigiú. Afeitame : Naachi yanaregue. Afijar : Egec chichiguí (Con aim, etc.) Sing. : 1? Egec grechiñi. 2” Egec grechiñi. 31 Yegec grechini. Plur. : 1* Egec gretaim. 2* Egec grechiñi. 3* Egec grechiñi. Afijado : Eegec grechiñi. Afirmar : igual á AMA Afligir : Eraitata (Con aim, etc.) Sing. : 1? Aitata. 9? Aitatañl. 3? Aitata. Plur. : 1? Aitata. 2 Aitatlí. 3? Graitatii. [eu] [o Afligimiento : Eraitatatapéy - Yo me aflijo, dicen que es igual á aflijo. Aflojar : Yajalaleta. Sing. : 1* Aim ajalalgue. ZA ajalaligue. 3 yajalalgue. Plus ajalalachitca. JA ajalalachii. aj ajalalachit. Afrentar, castigar : Namil- quetapéq Presente Sing. : 1* Aim ñiamilq. q ñaamilgui. 3” naamilq. Pl ls ñamilq . ze naamilgui. 5d namilgué. — 303 — Pretérito Sing. : 1* Aim ñiamilca. ye namilguica. Ss namilquetapég Blur 12 ñiamilcatapéq. 2 namilguitapéq. Ís namigulitapég.- Ageno : chicarami, vel chia- talam. Agradable : aovamanetá; no así : chiga acá manetá. Agradar : Aoamam Sing. : 1% Aim aocamam. ze aocamañhl. 5 yoamam. Blur. 12 acamanc. an acamañi. 3. yoamañi. Agradecido : natamnetapéqg. Agradecimiento : natamnaga. Agravarse : lanaquiquetani. Agrio : nachoá. Agua : enope. Cosa del agua : leec. Cosa que está en el agua : eue tagan quiri enope. Cosa que corre como agua: ya- tot (1?) yaacari,nena enope. El que coge agua : aoatapqué enope. Aguardar : caoaté. Aguardate : caoaté. Plur. cuoayaté. Espérense : ligá caoayaté (Yo me aguardo) Sing. : 1*, 2? y 3" Aim caoate. Plur.: 1*, 2? y 3? Aim caoayate Agudeza : vapiloatá. te] y Agudo hacer : apilo achitá. [e] Agujero : enanaqui. to) Cosa con agujero : ameca ace lenanaqui. Cosa con dos agujeros : ameca (e) yhoaca enanaqui. Cosa con siete agujeros yñoaca loajatagete lenana- quité, Cosa que puede agujerearse : D auinich aoe lenanaqui. Aguja : nichioncate. Aguijon : noarancate. Aguijonar : oaachapita. Aguijona : oaachi. Aguijonad : oaarié. Aguijono (Con aim, etc.) : 1? Aoaá. 2% Qaachi. VO — 306 — 1? Aoaá. 22 Dari. Sal. Plur. : Aguzar : Apiloachi Sing. : 1% Aim apiloat. qe apiloachi. e apiloat. Plus 12 apiloat. 2 apiloachi. 3* apiloate. Piedra para afilar : ayliat. Ahogar : Igarañi Sing. : 19%Aim egargatañi. y egargachani. 3 ygarañi. Plurss Hl5 gregarani. 27 gregeriañi. ga ygrerañi. Ahoga tú ese perro : chañi ena neteinc. Plur. : 22 Gregeriyañi acamii '(ahogad vosotros). egarga- (Yo me ahogo) Sing. : 1* Grigaraiñi. 2* Gregachiñi. 3" Ygarañi. Plur. : 1* Gregarañi. 2* Gregariañi. 3" Ygregarañi. Ahora : quite. Ahorcar : Nichiil cajate Sing. : 1* Aim avichiil cajate. ze ichiil cajate. 5 yuichiil cajate. Plur. 51% auichiil cajate. ze ychiil cajate. 30 ychiil cajate. Ahorca tú : nuichiguigam. fai 3 lo Plur. : 1* Vichiguigam. Ahorcado : vichigueguec. Aullar los perros, que en la lengua Abipona dicen que lloran : greocatapec ne- teinc. Ahuyentar : Npaanapéq Presente Sing. : 1* Aim apaanapéqg. DS paañapég. ye ypaanapég. Blue: 1% apaaencapég. 2 paaiñiapép. a ypaanerapéqg. Imperativo Sing. : 2* Npaañapég. Plur. : 2* Paaiñiapég. — 307 — (Yo ahuyentaré : con aím etc.). 1* Apaanapcam. 2* Páañapcan. Ahí : ena; ahí está : enajá. Ai : aye (las mujeres). Ai de vosotros : queme que- mat, quena acamii. Aire : anamagá, vel nain. Airado, enojado : yuichigui. Ajo y cebolla : acaláchi. Chui : dicen los hombres. Ala : laoá. Alabanza : laé nanecá. Cosa con alas : eno aoeye laoá. Cosa con dos alas yñoaca laoá. Cosa con alas en los piés : caoam aoé laoá grichili. : Caoam Digno de alabanza : graéna- netapé. Cosa que no es digna de ala- banza : Chiga graenane- tapé. Alabar : Graeñam Sing. : 1* Aim aenám. E aenañi. da aenanc. Plur. : 12 aenanc. da aenanyi. 3* graenane. Imperativo Sing. : 2* Aenañi acami Plur. : 2% Aenanyi acamii. Futuro Sing. : 1* Aim mam aenam. 2 am aenañam. 3% eraja am aenanan. Plus aenancan. 2 aenanyan. 30 graenanan. Alabado de todo el mundo : graenám quena aogue que- na aloa. Alagar como Acariciar Sing. : 2% Laóvan nachichi acami. Plur. : 2% Laóyan nachichii acamil. Albañil : naenatanc. Alegrarse : netan, vel grayel gretape Sing. : 1? Aim ayel erétapec. te) to) das ayel griapec. 5 ayel gretapec. Plus ayel gritatapec Ds ayel griitapec. 3 ayel gretapé. — 308 — Echar aliento : añanigue gro- acachí. Toda hecha aliento : machga noacategam. Otro ejemplo Sing. : 1? Itan netapeg. 2? Ayel grií (alégrate). > Alimentar : Aquiñigám Plar. : 2? Grayel gríí. ali LEO Alegria : nayél griíc. Presente sing. : 1? Aím aquiñi gam. . TA HA A Alejar : Ayachiugué 2 A as quiñi gam. Presente Puri: aquiñi gáme. £ dE : 2 1iñiganyi. Sing. : 1* Aim ayatogué. ERAS w da e. A ga ayachiugué. 2) y qui gam. sa 7 5 3 yayatogué. Imperativo Blur soe ayatogué. a ayachiugué. Sing. : 2” Quiñi gañi acami. : yo/J AO > ; Imperativo Alimentarse : Quinii Sing. : 2? Aya chiugue acami. Plur. : 1% Aya chiugueacami. Presente Sing. : 1* Aim aquene. Alejado : ayayogue, ayacatoe. a quinyi. Algarroba : avayq. ga erquene. Alguno : manyachiá,vel man- — Plur.: q aquiñic. yachiecá; pl. manyachia— a yquiinyi. rió, 35 yquiiñi. Alguna cosa : manyachia-lirí. Algun poquillo : manyachia- Imperativo lirí lenchi aólg. Alguna vez : Aoamecatará. Aliento : loacact, vel noacaté- Come gallinas : quiñi grete- gam. rigá. 2* Quiñi acami. Alimentaos vosotros : acamil. Acompaño Sing. : 1* Aqueya. 2* Queyachí. y Yqueya: [* Aqueyarc. 2* Queyarii. 3% Yqueyate. Plur.: Andate : amegóá. Asado : naoale. Aprende : napagañi. Alcanzo de arriba : 1% Auiriguima. 2* Auichiguima. 3* Aulriguima. lur. : 1% Auirguiguima. 2? Auiriguiguima. 3" Yanchiriguima. Otro ejemplo Alcanzo Sing. : 1* Ejañiguigam. 2* Eañiguigam. 3% Eyañiguigam. Pour. : 1% Ejaniguigam. 2* Eanyiguigam. 3* Eyanriguigam. quiñil Bajo la carne etc : page. Bajaré : ñiachiam. He bajado : lañiachi. Bajo la carne Presente Sing. : 1? Niacñi. 2* Naachiguini. 3* Naacíi Pedro page. Plur 1 Niactaní: 2* Naachiguiiñl. 3* Naachiñi. Pretérito Sing. : 1* Lañiacñi. ñiacñi el- el- 2* Lanaachiguinican. 3* Lanaacíl. Plur. : 1% Lañiatahi. 2* Lanaachiguiiñi. 3% Lanaachiñi. Futuro Sing. : 1* Niachiam. 2* Naachiguiñam. 3* Naachiam. Plur. : 1% Niactañiam. 2* Naachiguiiñam. 3" Naachinguinan». A Imperativo Sing. : 2* Naachiguin. — 310. — Plur. : 2? Naachiirin. 2 Ychague. 3* Yichac. Plur. : 1? Ychagac. 2* Ychagui. 3" Yichaga. Bebe tú : niichi. Busca : elapque ; ¿ qué buscas ó dónde vas? micaoe ? Me confieso Coceo Sing. : 1% Ychacatan. 2? Ychacatañi. Sing. : 1* Achac. 3? Grichacatan. 2* Achague Plur. : 1? Ychacatanc. 3" Yachac. 2* Ychacatanyi. Plur. : 1* Acagac. 3” Grichacatane. 2” Achaguí. 3? Yachaga. Yo confieso Doy Sing. : 1* Ychat. 2* Ychachi. Sing. : 1? Aat. 35 Wichat: 22 Aachi. Plur. (*-Ycháte: 3 Yaat. 2* Y chachi. Plur 316 Aatq: 3* Yichate. 22 Aachii. Corta bien el cuchillo : lií ni- paa chajágánat. Ya te di : yolajaachecan. No corta : chiguií. Deja eso : eagñitapec. ¿Has comido ? : blaquiini ? Men acia Que me criaste : nancauiyi. Escúchame : noayogañiyo. Corre : nuiriñi. Escucha : oaiogañi. Corre á prisa : nuiriñita. Está lloviendo : anequetapec Cose : niichi. nete. Este es mi padre : ena ytá. Corto Esta es mi madre : ana yaté. ¿Es este tu padre? : metat Sing. : 1? Ychac. gretaí ? E ¿Es esta tu madre erachii? Este es : melena. Esta es : melana. Está derretido el sebo : ne- paaga legangue. Está como siempre chac enatari. Enseñale : apagañi. Enseñame : griapagañi. Está llorando : lareocatapec. Está así : layuichigui. No está lejos : chiyague. Hago Sing. : 1* Aoe. 2* Aoec. y ADE. Plur?enis Aocque: 2* Aoaye. 3" Aoate. Hago así Sing. : 1? Ameligingue. 2% Ameliñigue. 3* Ameleengue. . 1% Amaligingue. 2* Amaliñigue. 3? Amaleentgue. Ya hace buena luna ichichigue graoec. Ya hace sol : lampaiga. ? : metat nama- laya Hace viento muy fuerte : vir- yagguitauamaga. Habla, reza : ichi. Hablar despacio : nemachita. Me levanto Sing. : 1* Ajañiguigan. 2* Añiguiigan. 3" Yíñiguilgan. Plur. : 1% Ajanaguigan. 2* Anyiguigan. 3" Yñiriguigan. Levanta : Añiguigan. Lloro Sing. : 1? Eoca. 2* Eogai. 3" Greoca. 1* Eoagal. 2* Eoagail. 3" Greogal. Plur. : Madrugo Sing. : 1* Naitetaguin. 2* Naichitaguin. 3" Naitetaguin. Plur. : 1? Naicataguin. 2* Naichitaguin. 3" Naitetraguin. Manda : elapchi. Ya murió : laiga. — 312 — Piso Sing. : 1* Achagañl. 22 Achacyguiñi. 3% Yachagañl. 1* Achagagañi. 2* Nehagaiíl. 3” Yachaciíi. Plur. : Pisado : noarc. Pongo arriba Sing. : 1% Ajañiguigam. 2? Añiguigam. 3” Ayañiguigam. Plur. : 1* Ajaniguigam. 2* Anyiguigan. 3" Ayanriguigam. Póneme aquí : tamacheo 1ri. Participo Sing. : 1* Niaone. 2* Naoñie. 3? Naone. Plur. : 1% ÑNiaoanigue. 2* Naoñigue. 37 Naoanta. Me rio 1? Liajagan. 2* Lajagañi. 3" Lajagan. Plur. : 1? Liajaganc. 2* Lajaganvi. 3" Lajagane. Saludo Sing. : 1* Yguinan. 2* Yguinah. 3* Griguinan. Plur: : 1 Youimanc: 2* Yiguinanyi. 3" Griguinanc. Me siento Sing. : 1* Ajañi. 22 Añigni. 3* Yñigni. : 1% Ajanahi. 2* Aanyiíi. 3" Yniñl. Plur. Estoy sentado Sing. : 1% Nachicatañi. 2* Nachigiitani. 3" Nachicatahi. Plur.: 1* Nachiguicatañi. 2* Nachiguilitañi. 3" Nachicatrañl. ¿Tomas caldo? : nuiquinañi lui? — 313 — ¿Has trabajado? : maaui ? Plur. : 1* Auiguilatc. ¿Si has trabajado? : lelaauí? 2* Uiguilachii. Tírale : ojacaegue. 3* Yuiguilate. Has de volver otra vez : tat- Vuelvo caneguian. , NES No has de volver : chit ane- Siog. : 1? Auiguilat, . : guian. 2* Uiguilachi. 32 Yuiguilat. VERBOS Y DERIVADOS VERBALES ADVERTENCIA. — El siguiente Vocabulario consta de los verbos y de- rivados verbales que se hanextractado de los originales citados : se han reunido aquí para facilitar el estudio de esta parte de la lengua, y como apéndice á la lista que precede, la que es bastante incompleta. Pido disculpa por la repetición, visto que las voces todas se hallan en su propio lugar del Lexicon, etc. Pero, nadie me negará que tener los ver- bos así reunidos facilite el estudio de ellos. La (D.) significa Dobrihof- fer, y la (C.) Catecismo. A Abajo : niachiguiñi. Ver: Abrazo : acaalgue. Ver: verb. conj. verb. conj. Ablando : aim aaligat. Ver: Abrevio. Ver: Apuro. verb. con). Abrevio : ajalalachi, gria— Abomino : riakayá. jalal. Ver: verb. conj. Aborrezco : yoetat. Abrigo : apatañi. Ver: verb. Aborrecido : npaác. con). Aborté : igaraoa. Abro : yjo-tou-gué. Ver: Abrazar : caaligué. (D.). verb. conj. To AV 21 — 314 — Abro : gijoutougue. Abro hácia afuera : heho- tougue. Abro ambas hojas : heho- telelge (D.). Abro hácia ventana : heho- toá (D.). Abre (boca ?) : caye. Absténgome : liapim. Abundo : chit l-eyacali. Acaba : najalatañi. Acaba tú : grahalgali (D.). Acabará : catalinñam, ca- taicañam. Ver: Termi- nar. Acabo : aant. con]. Acábase : nanalañi. Acabose, pasó : lavamhá. Acaricio : laeoyán nachit. Ver: verb. conj. Acaricio : nachicham (D.). Acarrea agua : neyacat eno- pe. Acepillar : ejaloachichi, eje- locatan. Acercarse : nacalnyoa. Acometo : aloutan. Acompañar : queyechi. Ver: verb. Acompañarme : marquee- yach1. Acompañarete : grahauita- pekán. Acompaño : aqueya. Aconsejar : miñia, cachague. Acordarse : nichiuiñi. Acuerdo : acalenetan. Ver: verb. conj. Acuérdome hakaleént (D.), nutúnetá. Acorto : larichi aolc. Ver: verb. con). Acorto : richi aolc. Acoseo : achac. Ver: verb. con]. Acostarse : nenannetañi. Acostarse : ajani. Ver: verb. conj. Acostumbrado : lagire. Acostúmbrome : laniague, machagirq. Ver: verb. con]. Acrecentar : ircagi anogue, acagi anogue (D;). Ver: Aumento. Acrecentarse : ircagiugue. Acuchillar : nacainuguena- ten. Acuchilláronme : atrioara- pég. Acuchillo : ñoaralta. Ver: verb. conj. Acuso : aachi. con). Achico : lenechitar'at. Adelantarse : enetaugue. Adelántome : ajanetaugue. Adivino : aarenapequé. Adorar. Ver: Rogar : ncao— ñag. Ver; verb. — 315 — Adora : nemannachet. Adoro : ñimamnachit. Ver: verb. conj. Adormeter : auiñl. Adormecido, medio : groa- tetari. Adorno : aarlaiyat, noamat. Adquirir : naammatanat. Adverlir : ojactapcam, oaca- chapcan. Afeo con). ñaagam. Ver: verb. Afeada cosa : naayapég. Afeitar : ñajact lanareue. Afeito : ñiate lanareue. Ver: verl. con). Afijar : egec grechiñi. Afligir : eraitata. Afligidos : aitatacapec. Aflijo : aitata. Ver. verb. con]. Aflojar : yajalaleta. Aflojado : najalalachit. Aflojo : ajalalgue. Ver: verb. conj. Afrentar : namilquetapeq. Afrento : ñiamilq. Ver: verb. conj. Agradar : acamam. Agrado : aoamam. Ver: verb. conj. Agradezco : quiminasq, qui- miñasq. Agradecido: natamnetapek. Agrando yo : l-Aararat, Agravarse : lanaquiquetañi. Aguardar : caoaté. Aguijona tú : oaáchi. Aguijonad : oaarié. Aguijonear : oaachapita. Aguijono : aoaá. Aguzar : apiloachi, apiloa- chetá. Ahoga : igarañt. Ahogarse : ryygerañi. (D.). Ahogaste : gregachani. Ahogo : egargatañi. Ver: verb. conj. Ahorcado : vichigueguec. Ahorco : avichil cajate. Ver: verb. con). Ahuyento : npaanapég. Alabar : graeñam. Alabasme tú : hemokachi- niitápegioa. Alabo : aenám : Ver: verb. con]. Alcanzo de arriba : auirigui- ma. Alcanzo : ejañiguigam. Alegrarse : netan. Alegre : nayalgric. Me alegro : naptañeta, ñiatanñeta, aye) greta- pec. Alejar : ayachiugue. Alejado : ayacataoé,'ayago- gue. Alejo : ayatogué, Alimentar : aquiñi gám. — 316 — Alimentarse : quinil. Me alimento : aquiñi gám, aquene. Ver: verb. conj. Alzado arriba : añitajaguin. Alzo yo : anarajaguin. Ama (él) : ercapitá. Amala : ercapichi. Amarás : ercapitam. Amo : recapit. Amado : nacaocate. Amado (mi) : yecaogát. Ver: Queridos. Amados : elcaocate. (C.). negalcatanc. aralriaikachit. Amansador : Amanso (D.). Amenazado : najoucatéc. Anda, vas : amé. Ver: Ir. Andad : amegóa. Anda adelante : aigigué. Apagose : namachagragin. Aparece : gihe, Igihé (D.). Apartado : caagangué. nos Apiadamos : arcaoque. Apiadámonos:arcaoque. Ver: Lástima tener. Apostado : jachaogue. Aprecio : yejoutetegue. Aprestado : najouót, jachao- gue. Apresurado : yajalal. Apunta con flecha : ñaten. Ver: Dar en el blanco. Apunto al blanco : hatene- talgé (D.). Apuro : rihahagalgé (D.). Apúrome : griajalat. Ardereis : graginyiñam. Armado : caleganat. Arrancado : bapaquin. Arrastrado : naolin naoc. Arrebatado : ncajagan. Arriba estoy : ipeetajaquin. Arrimado : eoacá. Arrojar : aoaltrocam, aoatr'o- cam (D.). Arroja : noalachi. Arrojado : noalat. Arrugado : noerapi. Asador : nigitagé. Voy á asar : auat. Asechador : namaletenánc. Asentado : nachitcatañi. Asustado estoy : rielk (D.). Asustóme : rielkachit(D.). Atado al palo : nuichiat, nui- chigue. Atemorizado etachgoic. Aumentado gue. Aumento ercagitangue, Idar'ar'at (D.). Avanza : roaha (D.). Avísame : ripachigui. Aviso : pachicanae. Ayudarás : griatoñam. Ayudarásme : griatoñam. Azote : namilaánát. etachgoaíc, lalegue, lale- — dl Bailo : riahat (D.). Baja : quiquiquiñi. Baja los ojos guiñi. Bajarán : loetagrigoam. Basta : claleyá. Bebe tú : niichi, nyichi. Bebo : ñañam, ñéet (D.). Bombero, espía : namalaten— ranraik. Borracho estoy : rkihoget/D.). Brilla : richak (D.). elquegei- Caigamos : graañiñi (Ad.). Caliente estar : larpae. Caliento (yo) : hapaer'at (Do): Camina : arquigi. Caminaá prisa: arquiiquitá. Caminante : eyagayagaíc. Canto (el) : naenanac. Capador : n-aatagnac lepá. Cargado : nagicatec. Caricia : aoeamnachit. Casado : oaranc. Casarte : (m) oarañi. Castigo : hameIk, Cavador : nagiranc, eneta. Brilla sobre la superficie : richkaatalgé (D.). Brilla á los ojos : richaka- taugé (D.). Bueno seré : grieénnanacá. Bueno fueses : greenr'ani (B.). Burla haréme : noennaltaam. Burla haráme : ñoennal- taam. Busca : elapque. ¿Qué buscas? : micaoe ? Cazador : rellaranran (D.). Cerrado : napataguí. Cierra : apagnita. Cierre (la puerta) : apéégí. Cinturon : aatar' kié. Clamor : nviclaten. Clavar : noarigui, noariqui. Clavado : yoaretañi. Coceo : achac. Ver: verb. con). Cocinero : naquigec. Codiciar : arcapichilam (C.). Coge (el que) : avatapqué. Cogedor de agua : aoatap- qué. — 318 — Colgado está : yncairigigam. Colocar en alto : ayercachi- negemegé. Comer (vamos á): lajaquiñíca. Come : yaik. Comido has : blaquiñi. Comen juntos : naoámnagoa. Come (él) : yaik. Compadecer : rikauágé. Compadezco rikauagé. Ver: Lástima tener, Compañero : najágo. Comparar : canaaguí (?). Comprendo : ñetunétaigit. Concluido se han : lanami- chiriñi. Concluyóse : lanámougé. Concluiremos, moriremos : amblajanamañi. Confesado te has: grichaca- tanagui. Confesaré : gichataam. Confesarte : ychachi, groa- lougichi. Confiésome : ichacatan. Confieso : ichat. Ya te conozco : lanihui ñigar- ¿gul. Consigo : laui (D.). Contarás : caachitaptam. Contará ó dirá : yaratape- kam (D.). Cuenta : ecalaye. Cuento : ipachica. Cuéntanme : ripachigni. Cuentan(decir):nacatñi(D.) Me cuentan (avisar) : ripa- chigni. Cuentan (murmuracion): nakatñi. Convidado : nejále. Conviene : voamk (D.). Corcovado : naoachigui. Cortar : napiac. Corta : lií. No corta : chiguii. Corto : ichac. Corre : nuiriñi. Corre á prisa Corredor : Cose : niichi. Costumbre es : laherek (D.). Creemos : ajoucapilite. Creen : euelete. Creo : ajouetelgué. Creeis : auitapilite, uitapi- lite. Criaste, que me : nancaulyl Crudo : chiit. Cuidado ten : gragichari. Cuidado, conmigo : gragi- chitaá. Cuidado está : (DA Cumplen : yeequetegué. Cumplen : yeequetapilite. Cumplimos:greequetegué, : nuiriñita. viriác. nkehayape greequetequé. Cumpliré : grieequetapili- tan. == 319 — Dar. Dame : tach caoe. Dame : tach kaue (D.). Dánosle : nañañiermam. Dándolo : caoe. Darás : aceám. Daré : caoam. Darse prisa : Ver: Apuro. Te dé : eyañierman, Ya te dí : yolajaachecan. Doy : aoé. Dí en el blanco : hatén (D.). Decir, despues de : amblaa - yamgué. Se dice : napec. Dí : miñapec. Dicho : Ver : Hecho. Deja eso : eagñitapec. Deja : cleen. Dejeis : eranaaí. Demorar : oalgué. Derretido está : leegougue. Desapareció : lanyamin!. Descosido : 0ajaque. Descuidádo : chigragichaá. Desear carnalmente : grajap- chaccam. Desearás : arcapichilam. Deseo : riihé (D.). Deseo comida : grijanaic. Desenredado está : orjateguí. Desmayarse : ygaranec. Desmayado : ygrari. Desollado : chigroate, lan- queela. Despedazado : caacalapii. Despertado : nancata. Desprecio : haten (D.). Desprecióme: griarilám. Destruido : yajalatañi. Dificulta : ecorioanapec, Dificultad tener : quioanac. Doblado : nenenetaguí. Dormir hago haoacher an (D,.).. Dormido he : aatekan (D.). Doy. 1aab.. ¡Ven verb. con]. Duerme : aachii. Duermo : haoaté (D.). Dudo : akalalagitr'an. Me duele : groacalig. ¿Te duele? : yuichi? — 320 — Embarazada : yammaye. Enamorado : ajaquijaíc. Encarnó : naneiquinyi (D.). Enciéndese : ncaatoá. Encendido : nyirichigigam. Enciende las velas : cachio- ala elcaate, Enfermo estoy : hasachin. Nos engaña : groencachi. Enlazado : anougec. Enojado está : yivichigi. Enojo : acneguel. Enredado : ayacá, groelecita. Enseñame : griapagañi. Enseño : hapagr'anatr'an. Enseñamos : groencachi. Entender: No te entiendo : chiga oa- gipateigo. No entiendo : chiga oagi— patá. ¿Entiendes? : moagipat. ¿Me entiendes? : mvagi- pachiyó ? ¿Entendeis? : noagipachí. ¿Me entendeis? : noagipa- chiyo ? Entrad : nalimioa. Entra : alimioá. Envuelto, torcido : ajagaqui. Escondido : Ver : Ocultado. ¿Es? : melat? Escucha : oalogañi. Quieran escuchar : oaita- lam. Escúchame : noayoganiyo. Escucharemoslo : oagayi- taalam (Ad.). Espero : apiitagoa. Te espero : apiitagoa. Espía : Ver : Bombero. Estar, vivir : naagueut. Están conmigo : quiñitaoat. Estará : enetatam. Estas (que) : cañime. ¿Has estado ? : mañiagué ? Está : enaague. Está : menetajaimegue. Estarán : enetraatam. Está : menelta. Ver: Vocab. Esté ó está : enae (C.). ¿Estás? : tari? initari. Estoy : tetari, yariá (arari, DE): ¿Dónde está ? mañae ? Está: euetagui (n?), enetari. Estimo : hemokáchin (D.). Expirado su empleo : l-aya- huerelgé. Extendido : lacactetañi. eguem — 321 — F Floreció : iniegari (D.). Fugitivo: eetapec. Ver: Vuelo. Fugitivo : nematanr'aik (D.). G Gemido : ochat. Nos has de guardar : ichi- Grito : lajalác. groammachitapcam. Guardar. Ver: Obedecer. He guardado : aocammót- Guardarás : oammachite- que. cam. Guardan : acammótque. Guarde (que) : aóam ma- Guardar par: majá aocam- tegue. matégue. Guarda : oanachi. Guerrero : oelakir'aik (D.). H Hablar : Hay : chiu, leyaga. Habla bajo : nemachitá. Hacer : kaué, kaét (D.). Habla más fuerte : nuichi- Hacer : ncaoé (D.). hita. Hacer, hiciere : aoeye. Habra : Habla, reza : ichi. Hablador : yitaí. Hablaréte : hééchiapegari. Hablo : héét (D.). acam. No hay : tenachit, chieco. ¿Hay? : leyaga? (C.). No hay : chigekór, chitkae- ka, chitkaeki (D.). Hago : aoe, kachit (D.). Hago : aoeye. Hagas (no lo): chit oacalai. Hecho he : najaoeye. Haciéndolo : laenatec. Hecho ya : laayangui. Hácese : aayangul. , Hizo : laenatec. Hacedor : naenatanc. — 322 — He hecho : najaoeye. Haces : aichi. Hecho : aayamgue (dicho). ¿ Haceis? : aichii ? Se hizo : naet. Quése hizo : nancaayangui. Hacedor : naenatanc, nae- natr'anak, kaogar:k (D.). ¿Acaso hago? mañigá (D.). Hacemos (haciendo) : chin. (Ad.). Halaga tú : laoyam nachichi. gri- Intercedo ñikaua— grañi. Invisible chilquigé. Ir de aquí : ribiukám (D.). Ya'se va”; lec: Se fué : loquec. Vamos : lajagalc. Ireis : ameyam. Vamos á comer: lajaquiñica. Irás : ameam. ¿Vas? : aaigué ? Ya vas : lamé. por tí Jabonar (tina de): keyeer'eki. Juego : naatác. Hambre tener : arcapat. ¿Hambre tienes? : marcapa- chi. Hambre tienes : (a)rcapacht. Hambre tengo : gricapat, ar- capat. Hendido : encaaga, Hincado. Ver: Clavado. Hincaos : oariguiñl. Hincate : vachiguini. Hirviendo estar : laniam. Hundo ó ahogo : egargatañi. Húndome : gregachañi (D.). Me voy : lagicam. Irán : laajoura guinam (?) (C). Iré : lahiham (D.). ¿Vaste ya? : lamicheroa. ¿Vas? : maaigué ? ¿Adónde vas? : micace ? Vamos á pasear : lajagan- caoac. Voy : ahik. Voyme : mahaik (D.). Ya me voy : lahik (D.). Junta : auicqueeta. — 328 — Ladron : etapanal. Lástima tenemos : kegoá (Ad.). Lástima tenemosles cabogala (Ad.). Lástima nos tienes : ancaogá. Lástima me tendrás : mamor- caoquiicam. Lástima tenemos : arcaoigue. Lástima nos tenemos : arcao- calte. Lástima nos tendrás : mamor- caoquiicam. Lástima tenednos: enam er- caoquela. guercabo- guer- Lástima tendrás : ichigrinam. Lástima tiene : ichigre ancao- ga. Ver: Compadezco. Lástima tener arcaoique (C.). Lástima nos tenemos : caltá. (C.). Lavado : nepátek. Lavas : nakarigi (D.). Levanta : añiquigam. Levantado : iñigigam. Levántome : ajañiguigam. Librame : oaháyegalgé (D.). Lucha : nacau. arcao- LE Llamado : capigañi. Llámase : laclalaoe. Llamamoste : apiamqueta- ori. Llamo : apigani. Llega : auircae, auiraá. Llena eres : oaoapaita. Lleno : graoapcachiguí. Llorar : greoca. Lloran, aullan : greocata— pek. Llorando está : reokatari. (D.). Llorando : geoaicatapec. Llorando está : lareocata- pec. Lloron : eogagaic. Lloro : eoca. Ver : con]. Lloviendo está : anequetapec nete. verb. — 3 Madrugo : naitetaguin. Ver : verb. conj. Mal nos hacen : nacayetera- goa (Adv.). Mandar. Manda : elapehi. Tus mandamientos : grela- tancachi. Mandamiento : lalatancat. Mandamientos: lelatancate. Mando : lichinatangué. Matanza : eguercatanat. Mataras : cajammatañam. Matarás kahamatr'niam De Matador, salteador : eguer- catanaé. Matóme : riahbámat (D.). Mató él : yahámat (D.). Memoria : eltoaic. Mentir : nojarigañam (C.). Mentira : nojorigam. Mientras : noaharegr'ani. Mientes : nojarigañi. Mentirás : nojarigañam. Mentirás: noaharegranian2 CDA Mientas : noaharegr'ani(D). Mientes : nojarigañe (C.). Mete : auiquiá. o Míedoso ser : riakaló (D.). Mira : arai. Mira : erai (al Cacique). Mirarás : quegeiyotaoatam. Mirador (el que mira): que- jaganai. Ver : Baja los OJOS. Miro : géhayá (D... Mires, no : quegeiyotaocatan (Salve.). Mordedura : aagek. Morir : Muere : oaoa. Murais : gregachi. Murió : Idoaoá. Ya murió : laiga. Muramos : uaoucá. Murió : liga, oaoa. Mueran : cuando amlaigaté. Muero : riiga (D.). Muero : riigachi (D.). Mueres : gregachi. Muerto (un) : elor'aik (D.). Mostraré : achiñagoam. Muéstramos : griachiñi (Salye.). Muestranos : griachiñi. Muestrame : nachiniyo. Movedor : veragal. Movido : laroerá. Nace : queiñiguiñi. Nacido : iniguiñi, Nació : queiñiquiñi. Nadador : alangcachac. OUbedecer : oaammachitecam (C.). Obedezco : riahapét (D.). Obediente emacachina tanal. Paciente : Ver: Sufrido. Padeció : lichigrilatnec, lichi- grilatec. Se pagan : grageuete (paga- mos) (C.). Parecerse : ligiquiyó. Parida : graitcá. Parto (de parto estar) : gro- reigue. Partido : encaacchiguí. Pasarás : aiquiataam. Pasó. Ver : Acabóse. Pasear : aoác. Paz hacer : lagraamañam, Pecado : noalougue. 325 N Nombrar : iiquiam, yiguiam (Go Nombrado me ha : mguei- cayo. O Obra, ocupacion : lahérék, Ocultado : noañacñi. Olvidadizo : caoancatac. Pelear mujeres por marido : nejetenta (D... Pelean con flechas : nate- netapegetá (D.). Pelean con puños : nemar- ketapegetá. Pelean de palabra : ycheri- káleretaa (D.). Peleando están ellos : roe- lakitapegeta (D.). Pensado (lo) : larenatr'anr'ek (D.). Pensamiento nat. Pienso ya : gleennetapigui. naarenata- — 326 — Pienso : glennetapigui. Perdióse : oaloá. Perdidos : oatoera, Pierden : yoaloutá. Perecido (ha) : aoloa (D.). Permanecer : naagueut, Permaneciendo : euetarl. Pésame : lanacchicul. Piojos tienes”: meleno groa- pacachichi, Pisoteo : hachák (D.). Piso : achagañl. No puedo : haoahen (D.). Poderoso ser : chiequioanac. Podrido estoy : rimiga. Podrido está : lanimiga. Poner : Quedando : enetari. Quemado : agimga. Querer : ercapitam (C.). Te quiero mucho : laricapi- chígo. Queridos : elcaocate. Queremos : grigita. ¿Quereis? : grigié ? Querré : rigitam, grigitam. ¿Quereis ? : grigiyé? Quizo : manigita. Quiero : grigé. ¿Quieres? : grehech (D.). Quiero casarme : grigitam acaram. Poned delante de mí : ñitaña ena, Poned : caañigui. Pongo arriba gam. Ponme aquí : tamacheo iri. Porfía, prosigue: cry yquitaa. Preguntará : najatañam. - A preguntar : amnajatañi. Preñada estás : yamnali. Preñada estar : yannagaye. Préstame : ¡quieguem. Prestado : queegnatec. Prosigue. Ver : Porfía. Prosigo : griiquiái. Protector nuestro algué. ma- ejañigui- groaja- ¿Quieres? : marigichi. Quieres : marigichmee. Quiso : nigitam. Queremos : grigitam. Quieren : nigité. Querémoste : grirecqueta- ori. Querré : ercapitam. Querrás (de concupiscen- cia) : grajapchaccan. Querrás : arcapichilam gri- giam ercapitam. Quieres nos : ancaocará. Queremos : grirecquetagrí (Ci) BO Rabia me da : lareoetága. Recibe : yaguiit, ychiit. Reidor : lajaganaí. Ríome : liajagan. Relampaguea:rkahagelk (D.). Remas : ylicatañi. Repica : vinyilá. Moc. : Naetoinniló. Respetar, tener en mucho : riapategé (D.), Respetar : aaguilam (C.). Respetará : traaguiam. Respetarás : aaguilam. Respira : noacategan. Respirar : añanigue. Resplandor : ichitougue. Responde : ajachi. Resucitar : Resucitó : natatougué. Saber : Sabe : yaraigé. ¿Sabes? : maariñi, tañi (D.). ¿No sabes? : chiga ariñi. Sé : riaraige, riar'aik (D.). No sé : chiga arem. Sabreis : aarinyam, aari- ñam. Resuciten : gratatapiugué. Resucitó : atatougué. Resureccion : latatgá. Reza : ichi. Vaya a rezar : yichigua. Rezo : héétoala. Ver Ha- blo. Robar : etpañam (C.). Robarás : etpañam. Robador : etapanal. Rogando estoy : nicaogneta- pec. Rogar : ncaoñag. Ruega por : ncaogñapial- cám. Rompido Ronco estoy Ronco estás : chi. : Oaquel. : lari kaui. lagar caui- No sé : urialca (D.). Sacame : nache, Saca : naachigigam, naliao- gué, Salir afuera : aiyugue. Salteador : aloutanaé. Salto : Ver : Bailo. Saludo : icham (D.), iguinam. Salúdote : ñiquiñioagoa. — 328 — ¿Sed tienes? : miuichi nee- tachí? Sediento : iquipata. Ser : Será : hinnerkam (D.). Son : aqueyen. Bueno seré ahora : larie- ennamquite. Siendo quien sois ul yl. ¿Es? : melat? Seguir : auiraá. Sigo : Ver : Consigo. Sigo con ojos : heonáage. Sembrado : alanancá. Sentar : : hanca- Taparán : nemetilitam. Tapo : napaguiñl. Tapo:apaguiñi. Ver: verb. con]. Taparanlos : nemetilitam. Tardar : Ver : Demorar. Techador : epacatanal. Si ha techado : blaaul. Temblador : neegalgal. Temeroso : atarcalc. Temo : rietachá, Tímido : Ver : Fugitivo. Tener : 1ri. Ten : naeañi. ¿La tienes? : marcapachi? Sentaos ain- yiná. Siéntome : ajañi. Siéntate : añiguiñi, añichi- riñi. Sentade está : tañi. Sentado estoy: ñachicatañi. Sepultado : nigiñi. Silbo : machagnac. Soñé : ichagnam. Sordo ser : chigroagipatiapec. Subimos : grauiguigam. Subiremos : grauiguigam. Subió : matajaimec. Sufrido : lapicaíc. ainguiñi, lanachi ca- Tendrás lástima nam. Tienes : yuiagui. Tiene lástima : ichigré. Tenido : cachilca. Tengo lástima : rikauagé. Tos tengo : ejatmata. Tengo : euet. Tos tener : ejatmatá. Tentándome están : netane- trayo. Terminóse : nahalañi. Acábose. Terminado está ; kataicañi (Di : ichigri- Vers — 329 — Testimonio levantar : piiri- ñam (C.). Tirado me ha : lareoajacapec. Tírale : gratouichi. Tiróme : lareoajacapec. Tocar flauta : nageurañi. Toca (campana : enañi. Poca ó toma : eygá. Torcidos ojos: : naquitañi. Untale : aamiñilgue. Vencedor : oagenr'aik (D.). Vencido : chilqueca layé. Venerada : nemacaignate. Venir : Venid conmigo : lanegue main. Venid á nosotros : lane- quimacam. Vendrá desde esta : ichi- queimecam. ¿Vienes? : machicague. Vengote yo (á ver) : hane- giyeroa (D.). Ven : lanegue. Venid á nos: laneguima- cam. T. XV Torcido : ejagagui. ¿Has trabajado? : maauí? Trae : nareoá. Has de traer : nareoam. ¿Qué me traes? : uareoa. ¿Traes? : nagiachi. ¿Traerás ? : nagiachan. Tuso : nahategr'an (D.). Usurpa : eygá (D.). De allí vendrá : ichiguei- mecam. Viene : hanek (D.). Vendrá : anekám (D.). Vengan : hanek (D.). Vengo yo : ñaué. Vienes : nauichi (D.), Vuelvo : auiguilat. Has de volver otra vez : tatcaneguian. No has de volver : chit ane- guian. Volverá : naniriñam. . Vergúenza tengo : gák. Viajaremos : eyeicam. ripa- 330 — Visto bien por mí : ykau- Voltearlosquiera : gr-ajañiñi. agek (D.). Los quiera voltear : graja Visto bien por tí : gricau- hiMi. agigi (D.). Ver : Lásti- Vuelo: heét(D.). ma tener. Vuelo (yo) : natahegem (D.). Vomito : riemaletapék (D.). CUARTA PARTE CALEPINO ABIPON—CASTELLANO COMPULSADO DE LOS MANUSCRITOS DEJ PADRE JOSÉ BRIGNIEL, S. J. DEL « DE ABIPONIBUS >» DEL PADRE DOBRIZHOFFER, ATLAS DE BALBI Y VOCABULARIO DE GILII ADVERTENCIA. — El siguiente vocabulario consta de todas las voces que consigna el P. José Brigniel en su manuscrito, aumentadas con las que se han extractado del « De Abiponibus » de Dobrizhoffer. En mu- chos casos se dan las equivalencias Tobas y Mocovies. De Brigniel es todo lo que no lleva senal, ó las letras B ó € (catecismo), y la D corresponde á Dobrizhoffer. Las palabras tobas senaladas con (B.) indican que son del padre Bárcena, con (L.; que son del indio Lopez. 2?) Este signo indica duda. (Ad. = Adelung, Mithridates. (Herv.) = Hervas, Saggio Pratico. Bal.) = Balbi, Atlas. (Gil) =Gilii, Historia de América. (A. Ó Ab.) = Abipón segun estos autores. A n-Aá : malo, mala (D.). — 1-Aaákaté : bonete adornado Toba : Scauém (B.); Nau- con plumas (D.). — Toba: - étt (L.) M. Nadohó (sombrero). n-Aá : malo (no bueno). n-Aaca : parentesco. — 381 — J-Aaca : paviente. — Moc. : Yaák (mi), Laáh (su). n-Aacachenaquí: Almud, me- dida. n-Aacachinat : medida. — Toba : Lacotetenegath. n-Ancahnanaí : contador. or—Aacataí: tus palabras (C.). — Moc. : Accactari (D.) y—Aacarl. n-Aacatanca : acusador, avi- sador. — Toba : Sitiogoth (B.); Dactrán (L.). n-Aacatánea nachierá : acu- sador falso. n-Aacatéc : palabra. — To- ba : Yacatác. Moc. : Nacca- téh. l-Aacatec : papel. Aaccá : freno. — Moc. : Agac- cá. l-Aaccaccá : las palabras. (63). Aachi : yo acuso (B.). — Toba : Sitiogóth (avisar). n-Aachigá : sueño. — Toba : Yotiagá. y-Aachiga (con euet ante- puesto) : sueño tengo. — Toba : Sitiogón (B.), Chi- gon (L.). n-Aachigigam : ha de sacar (Credo). La forma es de futuro. n-Aáchik : útil (D.). ñni-Aachiguiñi : abajo (B.). r-Aachik : sobrino del caci- que. — Ychamenraikin. (D.). Aachita : dí claro. gr-Aachitapéq : acusación (B.). Ver : Aachi. Aacñl : asno. n-Aacñi : él baja (B.). n-Aacque : mordedura. I-Aága : chicha. l-Aaga laiecaíe nagre. n-Aagagaqui : sepultura. — Toba : Lavác (B.), Lauac- quí (L.). n-Aagalgaíc : vino Ó vi- : malicioso. l-Aagala : nombre de indio (Ds) ñ-Aagam : yo afeo (B.). n-Aagana : enseñanza. — To- ba : Sapagagém. Moc. : Sap- parinactagan. Aaganaí : mordedor. Aagannanayé : tejedora. — Toba : Ohonag'an (L.), tejer. Aagañiiam ygilaléc : me has de tejer un poncho. Aagát : boca; pl. te. — To- ba : Ayáp (B.), Alap (L.). Moc. : Ayap (mi), 'Al-lap (su). Aagé : subíijo de los sustan- tivos Laherek, obra, y — 332 — Yaarair ek, conocimien- to, para notar costumbre. Aage : partícula que se sub- fija á verbos y da el senti- do de costumbre; ex. gr.: Klamach n-hanáyaagé m'héétoatá : estoy acos- tumbrado á rezar (D.). n-Aagek : herida de morde- dura de hombre ó de bes- tia (D.). egn-Aagroá : (Ch. XVII, D.). Aagsá : flecha. — Toba : ni- ticná (B.), Chigna (L.). n-Aagtapéc : descompuesto. l-Aague : ancho. —- Toba : Lecaguí. n—Aagueut : estar. (C.). tr-Aaguiam : respetaremos. (C.). — Toba : Lecami, reverenciar. r-Aaguiat : respeten (Ad.). Aaguitam : respetar (C.). l-Aaguiñi: cosa así(?) ó barril. y-Aaguit : recibe (C.). l-Aajoura quiman. (C.). rI-Aál : soy perezoso. Ver : Ra, Gr-1, N. — Toba : di— gual (pereza). n-Aal (nepos) : nieto, con Y, Gr-1, L (D.). n-Aal : nieto, nieta. — Moc.: Aval-1 (m.), Avál (f.). n-Aalá : mistol (D.). — To- ba: Nahalá (B. y L.). n-Aale : saliva. — Toba: La- hal-li. Aaligat : yo ablando (B.). ñi-Aaligat : yo me ablando (B.). — Toba : Calavahaich (blando de corazon). n-Aalima : cántaro. gr.—Aalitá : blando. Aaló laba chiñi: el infierno, centro de la tierra (D.). Aaloba : tierra (Ad.). Aaloá : tierra (D.). — Toba: Alluá (B.), Aloá (L.). Moc..: Al-lavá. : Aaloeyack: miel de palo (D.). er-Aalvi gretañi : juego de niños. n—-Aamá : tarde. n- Aama: tarde. gr-Aamami : descofiado, que tiene recelo. l-Aamamin : nombre de un hechicero, Cacique (D.). Aamiñilgue : úntale. Aanannaíc : sembrador. gri-Aanc : me hinqué una es- pina. AÁanca : vamos; v.g. Aanca enatanc, vamos al trabajo. gr-Aannajalá zumbar las abejas. gr-Aañiñi : caigamos (Ad.). Aant : acabo (B.). — Toba : Leaumáth (L.). Moc.: Om- macté. — 333 — Aapar'aik: tela, algodon(D.). Aápar'aik : paño de lana; pl. ká : piezas de género (D.). Aapar'aik : vestido (D.). — Toba : Alogó (L.). Aapé : noque de cuero (D.). - n-Aapéc : soberbio. namn-Aaqueent : malo chicero. l-Aaquigueica : clérigo. Ver : Ligilalca. l-Aarar'at: yo agrando (D.). mat y-Aarairek aage : eso es lo que sabe. Ver: Aagé (D.). Aarenapequé: yoadivino (B.). Aarenapqué:adivinacion(B.). lI-Aarenatanat : entendimien- to. — Toba : Nayatén. n-Aarenatanal : pensamien- tonpil:cate. lanaai gr-Aarenatatan cachi— rigui:son muy malos vues- tros pensamientos. Aariaiyát : adorno yo. — To- ba: Adioetó (adornarse). n-Aatác : juego. n-Aatagnác lepá : capador.— Toba : Catelolá (capar). n-Aataí : jugador. n-Aatapichí : cuatro. Aataqui : faja. — Moc. : Os- soactarquí. n-Aatar'kié : (D.). he- cinturon, faja n-Aatata : igual, llano, parejo. y-Aate : madre (B.).—Moc. : Yactée. Aaté : vomito. Conj. A, H-2, R (D.). — Toba : Sanol. y-Aaté : acusado (B.). n-Aatek : lechiguana (D.).— Toba : Acaték (B. y L.). Aatékan : he dormido (D.).— Toba : Sitioti (B.), Ochí (e) Aatete : bienes. y-Aaukanigas : ina tribu de Abipones (D.). ambl-Aayamgué : despues de decir (G.). Aayanquí : se hizo (G.). I-Aayanquí : hecho (C.). n-Aayapéc : rabioso, malo (la n aquí negativa). n-Aayapéq : cosa afeada (B.). n-Aaye : no buenas (C.). n-Aaye : males (C. G.). l-Abachiñi : centro (D.). Abipon : nombre que ellos mismos se dan, €x. gr.: Am Abipon: yo soy Abi- pon. y-Abogék : rapé (D.). y-Abogék layt : tabaquera (D.). Aboraíc : Ver : Nenéc abo- ratc. Ac ó Ak: desinencia, parti- cipial de activa. — 334 — 1-Aká : una penca ú opuntia. n-Aká : alimento (D.). — Toba : Conoch (ch =R), : comida. l-Aka : comida (D.). m-Áca : gretapigi? : ¿tienes sombrero? — Toba : Na- dohó (sombrero). n-Acaaté lejáe : tizon. — To- ba : Lassich (B.), Nadega- lashik (L.). Acác : Ver Lajaganca. l-Acactetañi : extendido. l-Acagaíc : asqueroso, sucio. — Toba : Usipagantá (co- sa así). l-Acagaíc : ballo). Akaha : ella, si no se ve (D.). h-Akahaták : guanaco (D.).— Toba : Nanagnach (ch=2».). n-Akaigetergehé : Abipones que viven en los bosques (D.). n-Akaikétergehe : una tribu de Abipones (D.). Acainugué : Ver: Atrioara- peq (Bb). n-Acainuguenatan : acuchillar (B.). Acaireta : oveja. n-Acal : lomos, espalda. — Moc. : Appal-lactectá. Acalach : cebolla. — Moc. : Accalactí. manchado (ca— Acalachi : ajo, cebolla. Acalachí : hablé (ajos) (?) chik-Akalagitr'an : no lo du- do (D.). gr—Akalagitr'ani : dudes (D.). er—Acalatahuichit : tu nom- bre (Ad.). |-Akalátoét : nombre (D.). h-Akaleént : yo me acuerdo. Con]. H-, H—1, Y (enD.). Toba : Sasihuelanaté. Acalenetañi : acordarse (B.). n-Acalgec: pértigo de carreta. Acalicatanc : barquero. n-Acaljec: pértigo de carreta. Akalmaik : ombú (D.). y-Acaló : cobarde, flojo. — Toba : Colanacaic (B. y L.). ri-Akaló : yo soy tímido (D.). — Moc. : Di-octiá. y-Akaló: tímido, fugitivo(D.). n-Acaloetenanat : huso. — Toba Necalep-netagaté (B.), Calejnaunoté (L). n-Akalotenkodin cacique (D.). n-Acalouge : flojedad. y-Acalouge : flojo. Akám : nosotros. Ver: Aym. Acam : nosotros. Acam : nosotros (C.). Acám : á nosotros (Cat.). Acám : vientre. — Toba: Tahám (B.), Dahám (L.). Moc. : Oal-lá. — 339 — gr-Acam-oaca : panza. gr-Acamaí : tu vientre. Akami : tú (D.). m-Akami : á tí (D.). Acami : tú. Acami : tu vientre (C.). Akamí : tú. Ver : Aym. gr-Acami : tu barriga. h-Akamik : raiz suculenta. Acamii : vosotros. Akamyi vosotros. Aym. n-Acan : envidia. Acan : barriga. y-Acaná : trago. y-Acaná enópe : un trago de agua. n-Acanaí : envidioso. n-Acanayé : envidiosa. n-Acaocate : amado. — Toba: Savatecó (amar). Moc. : Sa- vaé (yo). Ver : Acapalach : granizo. — To-. ba : Lach'hi (granizar) (L.), Latipí (B.). n-Acaranaquí : tinaja. n—Acare : monton. — Toba : Nadó (B.), Potaraní (L.). n-Acar29 : bautizado; pl. gut. — Moc. : Occorarníí, part. Occoriguí. n-Acarig lemag : cristiano. n-Akarigi : lavas (D.). — Toba : Amakchíl (L.) (la—- varse). n-Acarigla Jemacacchi : cris- tiano. n-Acarilá lemachi : cristianos (1 l-Akatka : libro, palabra, idioma (D.).— Toba : Ya- catác. Acatleggue yejat: cañaveral. Acatleguez: caña; pl. gueyé. — Toba : Nacocotalaté (B.), Lacoctá (L.). Acatlegueic: caña; pl. ye. — Moc. : Noccólal-laté. Akatler'aye : caña (D.). n-Akatñi : cuentan (D.). gr-Akatrañi : dices (D.). n-Acau : lucha. Acauichigá garganta. — Toba : Ycololich (B.), Lcos- sot (L.). n-Accallapischigom : galillo. n-Acaujagaí : Juchador. ri-Akayá : abomino, aborrez- co (D.). — Toba : Chaca— yatuch (abominable). Moc.: Di-Oqquiá. y-Accacca : mis palabras (C.). l-Aclataoe : se llama (C.). — Toba Yennagath (B.), Lenrát (L.). Moc. : Eyen- nagát (mi nombre). gr-Aclatauichi : tu nombre (C.). : Acnegúel : enojo. l1-Akopach : lobo de rio (D.). — 336 — l-Acqueirjé : anca. Acquenolejá : escamas tiene. h-Achák; pisoteo. Conj. El, H-1, R. Achac : coceo. Achaccaoga : espartillo. y-Achacjagan acosear. — Toba Assotagam (B.), Yassót (L.) Achagañi : yo piso (B.). n-Achagé: señal. Yanéch (B.), Laanék (L.). n-Achagec ; pié. — Toba : Sapetani (R.), Apiaté (L.). Moc. : Appiá. n-Achagnac : silbo. — Toba : Soyogon(B.), Yrronr'ay (L.) n-Achahét : señal (D.). n-Achajac : pisada, vestigio, rastro. n-Achajaca : piés. n-A chajagalate : zapato, es- calera; pl. é. — Moc. : Neppel-laté, plural. Achajagaman : coseador. v. g. Agipec (A.). n-Achajaquz : estribo; pl. ite. _— Toba : Lepiggui (B.), Dapik (L.). n-Achajala ; escalera. — To- ba: Lagué (B.), Lapír'alá (L.). l-Achanat : yugo. l-Achangue : arroyo.-—Moc.: Lactiencolé. l-Achangué : rio, arroyo. — Toba : Lechotitá. Moc. : Lactiengué. j-Achaogue : apostado. l-Achaogé, pl. ké : rio (D.). 1-Achaoqué naué : Rio Negro (D.). — Moc. : Navé (ne- gro). Achaole : gauchos (?). n-Ache : sácame. — Toba: Acataguech. l-Achi : lista de poncho. Achibir'aik : sal (D.). — To- ba : Nohiqua. Moc. : Ové. Achibir'aik : vidriera (D.). m-AÁ chicaague : ¿ vienes ? ñ-Achicatañi : estoy sentado (B.). n-Achicham ; acaricio (D.). l-Achie : lágrima. — Toba : Hithí (B.), Noyim (L.). Moc. : L-Actí. n—-Achieca naacachinat : sin medida. — Toba : Lacote- tenagat (medida). n-Achieco: sin (quenotiene); v. g. N. elpetá : sin se- milla. gr-Achigá : (Cat.). n-Achigaema : desobediente. l-Achigat : lengua. — Toba : Laliagat (B.), Uachagat (L). n-Achigroerá : cosa que no se mueve. Avedó : mover. — 33971 — n-Achiguíilari : inquieto. n-Achilac : baño. — Toba : Natil (B.), Nachil (L.) : ba- ñarse. Moc. : Nactit-l. Achiñagoam : mostraré (C.). — Toba : Atianivá (B.), Acharná (L.). eri-Achiñi : muéstranos. n-Achiniyonapaquene: mués- trame tu mano V-ercaa— lachi: muéstrame tu brazo. Achiraválk : criatura (C.). — Toba : Negotolech (B.), Lalí (L.). n-Achiralarin : cacique (D.). 1-Achirquiga espuma. — Toba : Tatiomagá, espuma hacer. n-Achit cataicañam : eterno, sin fin. n-Achit catai cañam : infinito, que no se acaba. n-Achitceatañi : asentado. Achite : cáscara de Caaticuá para teñir rojo (D.). Achiuigueic : sal. — Toba : Towé (L.). n-Achóa : agrio, salado. n-Achoa enópe : salmuera, agua salada. Achóel : azuela, — Toba : Na- tavaní. Achou : azúcar. y-Achrhár laté : zapatos (D.). m6, Ver: E”. n-Aeañi : ten. — Toba : Sa- souen. n-Aék : alimento (D.). or-Aegaeca : muestras COos- tumbres (Ad.). Aegánat : cerco. l-Aegec : guiador, que va adelante. — Toba : Tatay- get (delante de tí). Aegéc: delante. Ver: anterior. n-Aegnat : cerco. n-Aenanác : canto v cantor. n-Aenanaca : música, n-Aenanc niuiganane : mú- sico tocador de arpa ó gui- tarra. l-Aenanecá : alabanza (B.). l-Aenanecá : alabanza. or-Aénanetapé : digno de ala- banza.Con ch1ga prefijado: que no lo es. gr-Aénanetapé : digno de ala- banza (B.). n-Aénatane : albañil (B.). Aenatan : trabajo. — Toba : Sonatagán (trabajar) — Moc. : Noennactarñah. n-Aenatanc : hacedor (€.). n-Aenatanc : maestro. l-Atenatec : hizo, haciéndolo (0 gr-Aenategi : tu obra ó tra- bajo (D.). n-Aenatr'anak hacedor ó creador (D.). -— 338 — gr-Aeñam : alabar (B.). I-Aeoyán nachit : acaricio (B). h-Aét: hacer. Conj. H, H-1, Y. Ver este verbo (D.).— Moc : Oicti, Yoet(él hace). n-Aet : se hizo. n-Aetárat : hijo, con Y, Gr-1, L (D.). —Moc. : 1l-liallek. I-Aeta ral : hijo; pl. háte(D). — Toba : Yaléch. l-Aetat : hijo suyo (C.). Aetaquí : cántaro. n-Agaicatane : amansador. — Toba : Pagnatagnáy. Agaigueic amansado. — Toba : Huapagém. l-Agar : lo estás. Ver: Caui- MULEs. l-Agé : venganza. — Toba : Sayoquí : (vengarse). l-Ageegá : de la otra banda. e Ageegaená : de esta banda. n-Agép : comida, hervido. Ageu : jornal, paga, salario. — Toba : Savolasigué (pa- gar: jornal) (B.). Ashiitem (L.). I-Ageueté : pagas, penitencia. er-Agenetenam, con prefijo chiga : adeudado (B.).' n-Ageurá : flauta. — Toba : Yaside (B.), Lashiidé (L.). Ageuranaí : soplador, tocador de trompeta. n-Ageurañi : tocar la flauta. Toba : Avasidigi (B.), Sii- diguí (L.). n-Agiachan : trerás ; v. g. N. letegue eyerenat : me has de traer plumas para es- cribir. — Moc. : Nóvirárt. n-Agic : cara. — Toba : Ysich (B.), Lassik (L.). n-Agicatca : carga. n-Agicatec : llevado ó car- gado. gr-Agichaá : cuidado. chigr-Agichaá : descuidado. gr-Agichaá Pedro : tened cui- dado con Pedro. gr-Agicharí : cuidado. gr-Agichayo : cuidado con- migo. gr-Agichitaá : cuidado tener conmigo. Chii por Chi: tenea, ete. l-Agiéc : costumbre. Agilate : poste, horcon. Agimagge : quemadura. Agimga nepáre : está el cam- po quemado. Agipec : caballo. — Moc. : Ascipigá. Agipec yjaquin : caballo pe- tizo. Agipeeulc : barbado. l-Agipeeúle : muy barbado. n-Agipeue : barba. — Moc. : Laccá (barba) y Avé (pelo). n-Agipí : competidor. — 339 — n-Agipi : labio. — Toba : Na- ciph (B.), Naxip (L.). — Moc. : Appí. l-Agiquigó : semejante, se parece. n-Agira : pozo. — Toba : La- togoté (B.), Nushidé (L.). n-Agiranc : hombre cavador. Agiranailaté : puerco, chan- cho. — Toba : Cochilaté. l-Agire : acostumbrado. chiga l-Agirc : no acostum— brado. y-Agiricá mach-Agirq tumbro (B.). gr-Agir-rica : tumbres. l1-Agir-rica : costumbres (C.). n-Agmayaga: polvo.— Moc.: Linnága. 1-Agoura (Cat.). l-Agraamañam : hacer paz. Aguaeche : para ser. lani-Ague : yo me acostum- bro (B.). an-Aguelje : herida. — Toba : Heclivá. | al-Aguelje : herido. Aguirec : muchacho; pl. é. — Toba : Socolech. Aguirecaolc : muchachito. Aguirecaolé : muchachita. n-Aguitañi latoete : ojos vis- cos ó torcidos. costumbres (G.). yo me acos- nuestras cos- rib-Ahagalgé : apuro. Conj. Ri, Gr-1, Y (D.).— Toba : Adijalá : á prisa. n-Ahagalkin : nombre de he- chicero (D.). Ahaha : ella, si está cami- nando cuando la ven (D.). Ahahaichí : demonio. Ver mataco Asot. m-Ahaik quer eréégem : me voy al norte (D.). y-Ahalal la chichi : acelera- cion ó cosa ligera (D.). D-Ahálañi : terminose (D.). gr-Ahálgali : concluyetú(D.). n—Ahalík : viga aurea (D.). ri-Ahamat : me mato. y-Ahámat : mato (D.). -— Toba : Salauath. Moc. : Al- loacti. ri-Ahámat : me mató (D.). n-Ahamáte alaté : el lugar del combate (D.). n-Ahamatr'ek : guerra (D.). — Toba : Natatagath (B.), Laátarárt (L.). n-A hamatr ek (D. 186). n-Ahamatr'ek : pelea de lan- ceros. Ahamr'laeka : muertos (D.). Ahamr'aik : un muerto (D.). n-Ahámreta : pelea con lanza (D.. ! ri-Ahapét : obedezco. Con). Ri, Gr-1, N (D.). — 340 — Ahar'aigichi el demonio. Ver (Jueevét (D.). l-Aharálk : ¡ vamos ! grito de guerra. A ellos (D.). ri-Ahat : salto, bailo. Conj. Ri, Ri-1, R (D.).— Toba : Huasot(B.),Dasottapék(L). Moc. : Yassot. Ahategkaté : tijeras, despa- viladeras (D.). — Toba : Pedalgacatih (B.), Dalga- catéh (L.). ñ-Ahategr'an : yo tuso (D.). l-Aháua : otro (D.). — Toba : Leyá (B.), Liya (L.). gr-Ahauitapekám yo te acompañaré = iré contigo (107): gr—Ahaulái : el sol (femenino) (D.). — Toba : Nalá (B. y L.): l-Ahauré : instrumentos de música, cornetas, flautas, etc. (1): n-Aháurek : lechiguana (D.). — Toba: Nacatech (ch=4). y-Ahék: mi cara (D.).— Moc.: Cassiguí (tu cara). Ahépegak : caballo; pl. a (D.). — Moc. : Ascipegá. Ahepegeripí : pl. de ahépe- gak muchos caballos. Ver : Ahépegak y Ena. (D.). — Moc. : Aschipi- grippi. Ahépegrlayt : corral para ca- ballos(D.).— Moc. : Neoip- padít. l-Ahérek : obra, ocupacion (DAR p-Ahérek : miel detierra(D.). l-Aherek : ser su costumbre (D:): l-Ahik : ya me voy (D.). — Toba : Lashik (L.). Moc.: Asih. Ver : Voy. r-Ahik : palometa. Ahik : yo voy (D.). — Toba : Lashik (L.). l-Ahikam : ya iré (D.). — Moc. : Asiccó. ri-Ahót : fuerte soy. Conj. Ri, Gra, Y (DI Ai, aye : terminacion de fe- menino. y-Aik : come (D.). — Toba : Siquehé. — Moc. : Squeé. Aicaña : hasta aquí. — Toba: Hodiochetená. l-Aicaña : hasta aquí. l-Aicate : hijos (C.). Aichac : flechero. Aichi : v. 2. Ammachiga aichi lela- tanat hec nancaorí groala- chiucam mecá Ajahaichi- loeta : si no haces lo que Dios manda te ha de arro- jar á los infiernos. Aigiguí : anda adelante. Da A — 341 — Aigit : alrededor (D.). n-Aim : (Ave M.) Aim. Ver Kalam. Aym : yo; akam:: tú; pl. akhám : nosotros; akamy!i: vosotros. Aym: yo (D.).— Toba : Ayen Eb). m-Aym : á mí (D.). n-Ain: aire (B.).—Toba: Neté. n-Ain : aire. n-Aincaolc : mozito. — Moc. : Nainéke : (mozo). n-Aincarí (mozo). n-Ainek : herida de un fle- chazo (D.). n-Ainík : seibo (D.). Ayquiataam : pasarás, Aít : mucho. — Toba : Lechá., Moc. : Oicté, Aitipi: muy mucho. — Moc.: Oitéú. I-Aitá : orégano. I-Aitá : olor. — Toba : Laytá Kb.): or-Aitache : tu hijo (C.). Ajtaí : parida. Ver : Yegó. n-Aitar'at : del hijo (D.). y-Aitat : mi hijo. Aitatacapec : afligidos. n-Aitatalaguéc : afligimiento. gr-Aiteá : parida (de animal). y-Aitcate : mi hija. l-Aite : corral, muchos. Aite : muchos. ñ-Aitetaguin : madrugo (B.). y-Ajá : harto está. — Toba : Yocó. Ajaanga : rayo del cielo.—To- ba : Asonagá(B. ), Soonagrá (L.). Moc. : Assongá. n-Ajaaqui : manco. — Toba: Adoyagay. n-Ajac : mejilla. I-Ajac : quijada. — Toba : Yanuch (B.), Lanuk (L.). Moc. : Laccá. lI-Ajaca : bofetadas. l-Ajacá : tablero para jugar. Ajacquee nanaí : labrador. l-Ajacquee manaí : muy la- brador. ñ-Ajact lanareue : afeitar (B.). Ajachaichi : Demonio. l-Ajagale : vamos. I-Ajagálca grijinam : vamos al entierro. li-Ajagan : me rio (B.). li-Ajagan : yo me rio. l-Ajaganac : risa; pl. que. l-Ajaganca acác : vamos á pasear. l-Ajagancaoac : vamos á pa- sear. Ajaganga : centella. Ver : Rayo, Ajaanga. Ajagaqui : envuelto, torcido. — Toba : Llahan (torcer). l-Ajaggáne eyaicam : vamos á hacer viaje. — 342 — n-Ajágo : compañero. Ajahaichi (con Loetd) : in- fierno (C.). Ajajaichiloetá : infierno. l-Ajalác : llamo, grito. — Toba : Oyaganá (B.), Iyara- ná (L.). n-Ajalaca : gritería. y-Ajalál apresurado. — Toba : Adijalá (á prisa). n-aAjalalachit : aflojado. y-Ajalaleta : aflojar (B.). ori-Ajalat : darse prisa, abre- vio, apúrome. y-Ajalatañi : destruido. 1-Ajam aóle : ventana. l-Ajam : puerta; pl. mi. Lii- taqui L. : de la iglesia; L. ipim : del cielo. — Toba : Lasón (B.), Lasóm (L.). Moc. : (L.) Assom. Ajanát, caec : almohada. — Toba : Sahancaté (B.), Lar- nacté (L.). |l-Ajancate : candado, llave. Ajañiguigam me levanto -_(B.). — Toba : Nonsigén (B.), Nishiguém (L.). Moc.: Laassinsigom. or-Ajañiñi : los quiera vol- tear (C.). or-Ajapchaccam desearás carnalmente. l-Ajape : el culo, — Moc. : I-Ossáp. n-Ajapi : nalgas. n-Ajaqui : palo doblado. Ajaquijaíc : enamorado. y-Ajarelque : cerro.— Toba : Casoná. I-Ajargancát : armado. Ajaroage : chinche. Ajarroaíc : comilon. or-Ajatai : bailador. — Moc. : Yassot (yo bailo). l-Ajatan : pregunta ; pl. nna- ca. — Toba : Lajatan. n-Ajatañain á preguntar (preguntará) (C.). n-Ajataoá : manifiesto. n-Ajataoa presente ; pl. traoa. or-Ajataye : bailadora. gr-Ajátca : baile. I-Ajaté : ramas de árbol. — Toba : Neloth. |-Ajate luichigete : coyunda. — Toba. l-Ajate : cuerno. — Toba: Elpeue (B.). Lpuwel (L.). n-Ajatécaté : tijeras. — Toba : Pedalgacatih. Ajateganaí : segador. — To- ba : saconá (segar). Ajatenc : carnero; pl. ca. n-Ajatiganc : barbero. n-Ajatiganaf : hoz ; pl. cate. n-Ajatigat : navaja. gr-Ajayaá oaca : ganadero. gr-Ajayaá acaireta : pastur de "343. — ovejas. — Toba : Cadejetá, loó. er-Ajayapesa : servidor de la mesa. Ajeu : paga, jornal. gr-Ajeuete : pagas (C.). Ajiranaíc : chancho. Ajirananaí late lepaga : to- cino. I-Ajoa: otro(?) más. — Toba: Llogtagá (B.), Leotará(L.). n-Ajoucatéc : amenazado. — Toba : Tagasoganó. n-Ajouot : aprestado. la-Ajoura quimam (C.). y-Ajoutetegue : aprecio. Nel que, isubfijo. Ver: Apagr'anatr anal. Alac : para. v. g. Ena Matias alac, cach ena Maria alac : esto es para Matias, y esto para Maria. I-Alác : frio. Alagarik: cardon,cereus(D.). n-Alaginiga : caracoles (D.). l-Alaglet : herida (D.). — Toba : Heclivá. Alagñíi : nada. l-Alagr'aík : pejerey. Alagrichi : juntura de los de- dos. Alaguigué : oriente, donde sale el sol. — Toba : Ata- gni. Alaíc: derecho (C.). — Toba : Laitegó (L.), Aloik (L.), Lahi (B.) (mano). y-Alaíc : mi mano derecha. Alaykin : cacique (D.). Alaikin : cacique abipon co- mido por los Tobas (D.). Alalék : anta. Alam groapí : cosa de abuelo (B:): Alambereté : derechas (C.). Alangcachac : nadador. — Toba : Salogon (B.), Lorón (L.) (nadar). Alar ankachak : nadador (D.). Ver anterior — Moc.: Ogon (nadar). n-Alat: general, rey.—Toba: Lechá. l-Alatanat : precepto.—Moc.: Ictilnactarnó (mandar). lI-Alatancat ley , manda- miento. — Toba : Ovelá (B.), Aulá (L.). l-Alatancate : mandamiento. n-Alegé : cinturon, faja (D.). l-Alegiaicavalca cosillas blancas (piedra). Lugar donde cayó (D.). l-Alegue : aumentado. n-Alemra : rapadura de la frente ó caivicie artificial (D.). h-Alemraye : cuervo de agua (D.). — 344 — Alge ó elge : encima (D.). — Toba : Váléch (B.), Ualék (Lo). Algé : subfijo de caso régi- men de 2* persona; v. 8. Oaháyegalgé,líbrame(D). n-Aloatr'alaté : lugar de una batalla (D.). l-Alougá : corriente. n—Alourete : combate. Aloutan : yo acometo (B.). Alouyag yoapi : cosa de abuelo (B.). Alta : desinencia reflexiva ; ex. gr. Nikapichialta : tú te amas á tí mismo (D.). Moc. : altá. Altad": Ver data mex: gr: Nikaúalkaltaá; me com- padezco á mí mismo. Am : subfijo de futuro; ex. er. Artaekám : serábueno ó bien (D.). Am: subfijo de futuro; ex. gr. Rikapitam : amaré (D.). Am : partícula más ó menos como Amla. Ex. gr. Ri- hotam am hakeñe : seré robusto si como (en comien- do etc.) (D.). Am negoata : temprano. Amá : lugar (?) (D. 185). Amá : despues de mucho tiempo, cuando contesta de futuro (D.). gr-Amackka lahérekaage : esa es su ocupacion : Ver Aagé. gr-Amach queoam : adonde quiera (B.). l-Amach : muy. n-Amach eneta: siempre está. l-Amach naai gragirgui : tie- nes malas costumbres (lo son malas tus costumbres). gr-Amach queenacam : adon- de quiera. men-A machacinitari?:¿siem- pre estás lo mismo ? n-Amachácenetari : siempre está lo mismo. n-Amachagragin : se apagó. — Toba : Hualamáth (B. y ): la-Amachí : acaba tú (D.). — Moc.: Lommactii (tú aca- bas). n-Amachiga : ecoyoanapec : poderoso que no tiene difi- cultad. Amachiga : si no. l-Amachigayague : muy cerca. n-Amachit : primero.—Toba: Mataymo. Moc. : Aaperék. sr-Amachque iñique : cual- quiera. gr-Amachka akaní : así somos nosotros, he dicho (D.). n-Amalatenánc : asechador. n-Amalatenr'anr'aík : bom- — 340 — bero, emisario, precursor (D.). Amalgué : mocho. Amamach : cuando, prefijo verbal (D.). Amamach : solamente. chir-Amami confiado, sin recelo. i-Amaraík : plebeyo (D.). h-Amap : algarroba (D.). — Toba : Amap (B.), Map (L.) blanca.—Moc.: Ammappih. Ambay : el palo blando que sirve para sacar fuego. Ambla : cuándo (C.). — Toba: Malagi ? Ambla : luego, cuando, en cuanto, en con participio en ndo (C.). Amblayam : cuando (C.). Amchigat : cuando no (D.). l-Ame : ya vas (D.). —Toba : Amó (vete). — Moc. : Vó. Ver : Arte, pág. CCXXIIL. Amé : tú vas (D.). Ameam : irás ó has de ir. Ameca yñoaca enanaqui: cosa con dos agujeros (B.). Ameca aoe lenanaqui : cosa con agujero (B.). — Toba : Lavach (B. y L.) (agujero). Ameligingue : hago así (B.). Amekéré láhaua : pasado ma- ñana (D.). — Moc. : Nec- teeleyá. T. XV l-Amelgé : tambor (D.). h-Amélk : castigo. Conj. HH, H-1, Y (D.).— Toba : Uva- gám (B. y L.). n-Amenka : pinturas negra, roja y blanca con que se embijan cuando salen á la guerra (D.). Amequel : rabia. l-Amerpeeiagué : Cont.). h-Amihégemkin : nombre de Abipon (D.). n-Amilc-lájá : bofetada. y-Amilca : golpe. n-Amilgánát : azote.— Moc.: Savagán (yo castigo). n-Amilgic : castigo; pl. icá ó aca. Ver : Amélk. Amiigue laoe : desdentado. n-Amilgué : tambor. ni-Amilq (B.). n-Amilquetapéq: castigo (B.). Amla : despues que, prefijo verbal. Amla : hanamr'ani en el fin del mundo (D.). Amla er'ge : despues de mu- cho tiempo (D.). Amlá : despues (D.). Amlate : cuando (C.). Ver : Ambla. Ambayam : cuando (Ad.). Ammachiga : cuando no. (Acto de : afrento , castigo 23 — 346 — na-Ammatanat : adquirir (B.). y-Ammaye: embarazada. Ver: Oanerma y Yanngaye. Am náama : á la tarde (D.). — Moc. : Lennevéh (de doce adelante). Amnajatañi : á preguntar (C.).— Moc. : Ennatarnió, Ennatió, Amrichigni : mañana (D.). 1-Aná : trama. |-Anacchigui (Acto de Cont... I-Anachi catañi : esta sentado (C.). — Moc. : Ennectá, Ennecté (H.). Anagajalauic : dardo, flecha. Anaguagacam : para tus va- sallos (Ad. ). Anaguelje : herida. h-Anáh : alimento (D.). Anahá : ella, presente (D.). Anahegem : levantado está, Laa yauel : ahora mi co- razon se ha levantado, dicen cuando se enojan (D.).Ver : Hanak, arriba, del Qui- -Chua. h-Anávaagé: acostumbro (D., 17.9): Anaic : fiesta de alegría ; pl. ca. l-Anal : instrumento. n-Anála : cruz. — Moc, : Ac- tisenarnarcte. Anam : cansado. Anamaga : aire (B.). Anamaga : viento. Anamagá : aire. amblaj-Anamañi : cuando mu- ramos /C.). l-Anamichiriñi : se han con- cluido (D.). lI-Anamichiriñi yoaliripí : ma- tanza (D.). l-Anámougé : se acabó (D.). la l-Anamouge yapik : ahora mi paciencia se acabó. l-Anamreuge : se acabó ya (+): al-Anancá : sembrado. Anangrijigan : cinco, n-Anapr'ahéte : penca (D.). Fruta que comen las « ta— tuandas ». l-Anaquiquetañi (B.). Anarajaguin : alzo yu. — To- ba : Caidonaconá (B.), Nis- higém (L.). Anareuelaná de afeitar. Ajatigat A : navaja de afeitar. l-Anar ha : flechas (D.). n-Anat : damos ó hacemos. — agravarse Toba : Saném (B.), Sana- dóm (L.). Anauna : anzuelo. n-Ánc : tuvieron (C.). n-Ancaayangui : se hizo : (Credo). Ver Aayanqua. A Ancaogá : tiene lástima (C.). Ancaocará : nos quieras tener lástima. I-Ancaríaic : mejor. n—Ancauiyi: eres quien (C.). n-Ancauiyi : que me criaste (B.). h-Anegiyer'oa : yo te vengo (á ver) (D.). Anegla : guerra (D.). l-Anegue : ven. l-Aneguimacam : venid á no- sotros (Cat.). — Toba Sanecvó. n-Aneiquinyí : encarnó. h-Anek : viene (D.). — Toba: Sauecvó. Moc. : Annák. ni-Anekám ena? : vendrá acá? (D.). aj-Anetaugue : (B.). e y-Aniata yoale hombres. Anilgé catapec : pado. y—Amnagaye : preñada. Anoegquí : bolsa. — Toba : Yoyoquí. Anonanalaté : tirador. Anougec : enlazado. Anouiac : prenda. n—Anqueí primogénito , mayor. n—Añal : banco. n-Añalejóa : hermano. me adelanto estoy ocu— junta de Anañalejué : tu hermano. — Toba : Carjá(B. y L.).Moc.: Cayá. n-Añam : yo bebo (D.).— To- ba : Niyóm (B.), Yóm (L.). ñ-Añám : bebo. Conj. Ni, N-i N (D.). — Moc. : Niéet. lá n- Añam : ahora bebo (D.). n-Añametapek : Néoga la- tenk n-Añametapek : lo más del día está bebiendo (dia entero) (D.). n-Añame'eki : una copa (D.). Añanigué groacachi : echar aliento (B.). -— Toba : Sa— vequiath (resollar). n-Añañiermam : dánosle(C.). — Moc. : Yánni (dar). n-Añaqui : silla. Añi : á esa (C.). Añi : abajo (D.). aj-Añi : me siento (B.). — To- ba : Sooni. Moc. : Ennecta (está sentado). m-Añiae : de la doncella (C.). y-Añlaga : magro. n-Añiegarenran: danos (Ad.). Añiguí nachitlagic : poned al revés. aj-Añiguigam : yo pongo ar— riba (B.). ej-Añiguigam (B.). Añija : aquella. y-Añil : débil, vil. yo alcanzo — 348 — Añil : culo, trasero. n-Añit : el ojo del culo. Añitajaguin : alzado arriba. I-Aoá : ala (B.). — Toba Lavá (B. y L.). I-Avá : ala. Aoác : pasear. — Toba : Sic- cootapéch. h-Aoacher'an : hago dormir (D.). n-Aoachica : soldado. n-Aoachichigui : flexible. n-Aoachiguí : corcovado. — Toba : Namách (B.), La- nak (L.). h-Aoachin (DA): |l-Aoachiñi : al centro, metido ya adentro. I-Aoachiñi : limbo. Aoaggaíc : vago, paseandero. h-Aoahen : no puedo (D.). n-Aoála : cama. — Toba : Yumá (B.), Lomá (L.). Moc. : Ommá. n-Aoalina : carreta, n-Aoalinaol : carretilla. Aoaltro'cam : á arrojar (D.). Aoam : habrá (C.). Aoamam : agradar (B.). — Toba : Abitiodém. Aoamaneta: agradable; no así, con chiga de prefijo (B.). Aoamecatara alguna vez (B.). estoy enfermo ychigr-Aoammachitapcam nos has de guardar (C.). Aoammatégue : para guardar, Aoaminotque : he guardado (C.). — Toba : Sayamagath (B.), Yamrát (L.). Aoammotque : guardan (C.). n-Aoamnagoa : comen jun— tos (C.). n-Aoamyiguí : esto es para los dos. er-Aoapcachiguí : lleno. — Toba : Nolacatigí (B.). La- rachiguí (L.) (llenar). Aoarí : mellizos. Aoatapqué : el que coge (B.). h-Aoaté : yo duermo (D.). — Toba : Sotioti (B.), Ochí (Us): Aoayq : algarroba (B.). — Toba : Amapich (B.), Ma- pik (L.) (algarrobo). n-Aoc : arrastrado. er—Aochilá lecachi neetaqui aolé : llena las vinajeras. Aoc : yo hago (B.). — Toba: Suetó(B.), Auót (L.).Moc.: S-0et. n—Aoe : Yové: Aoeam : darás (C.). l-Aceámmachit : halago, ca- ricia. gr-Aoee : luna. — Toba : Ca- gogoic. Moc. : Sidaigó. diente. — Toba :; E BA gr-Aoec aralaíc : luna nueva; eon graocachiguí, llena. y-Aoel : mi corazon.— Moc.: Oal-lá (estómago). n-Aoel : entrañas, — Toba : Dilahuel. Aoelcaá : capa. l-Aoelgrate : entrañas (C.). Aoená : olla; pl. el. —Moc. : Avenná. y-Aoene : mi marido. — To- Has Uva (B.), Oua: (L.). Moc : Yová. n-Aoenca : jóven. — Moc. : Nainéke (mozo). er-Aocené : esposa. nam-Aoenec : menor. l-Avengue : macho. Aoequen : alguna vez Ó ve- ces. Aoequen aite : muchas veces. naj-Aoeye : he hecho (C.). ene-Aoeye lavá alas (B.). Aoeye : hacer, hiciere (C.). n-Aoglinaol : carretilla. — Moc. : Navoglenalé (carre- tel). Aogue : todas (C.). Aogué : eosas todas (C.). — Toba : Nauák (L.). Aogué : todo; con ¿716 pre— fijado : todos. Aoi : rocío. — Toba : Nitauji (B.), Ayá(L.). cosa con l-Aoilin : es media. Ver Ve- negut. Aole : terminacion de dimi- nutivo; ex. gr. Haaye, muchacha; Ffaayáole, mu- chachita (D.). n—Aolin : arrastrado. ñi-Aone : yo participo (B.). n-Aonerma grauinvi : herma- na de tu marido. l-Aoragyqui : higuera. Aoraik : vieja, pez. Aorcañi : langosta. l-Aoregyaole : higos. l-Aoregye : higo. Aori : Dios (C.). nane-Aorí : Dios (más Dios de todos ?) (C.). Aori: Dios (C.). ynanc-A ori: Diosnuestro(C.). Aorkañi : langosta (D.). lI-Aoyan nachichi : halaga tú. n-Apa : manta. — Toba Lapó (L.) (mantellina). Moc. : Neppó (poncho). l-Apaanatca : discípulo. — Moc. : Apparinactagan (enseñar). n-Apaata : estera. — Moc. : Appalócco (paja de te- char). n—-Apacca : paso. chiecan-A pacca : no hay paso, lI-Apachík : punta del cu- ehillo (D.). — 390 — I-Apáchque: diente de arado. h-Apaer'at : yo caliento (D.). — Toba : Paygrát (L.). n-Apagai : viuda. — Toba: Pahóy (B.), Paí (L.). — Moc. : Páyé. n—A pagaíc : viudo. — Toba : Pessoyc (B.), Pussóic (L.). Moc. : Páyéke. I-Apaganát : vaquero. n-Á paganatanc : maestro de escuela. l-Apaganatancate mientos (€.). n-A pagec : encerrado, tapado. — Toba : Apugí (B.), Apu- guiní (L.). n-Apagjé : cobertura. — To- ba : Apoguí (B.), Lapó(L.). manda- Moc. Nappoguiñá (se tapa). Apagnik : espinillo (D.). Apagr'anatek : el enseñado, discípulo (D.). h-A yagranátrán : yo enseño. Conj. A, H-1, Y (D.). — Toba Sapagagém (B.), Apagrgaguém. Moc. : Sap- parinactagan. h-Apagr'anatr'an (MS n-Apagr'anatr'anak : el maes- tro que enseña (D.). n-A pagr'anatr'anr'el : lo que seenseña, instruccion (D.). enseño n-Apagr'anatr'lankaté : la casa escuela, sitio, materia que se enseña (D.). h-Apagraniitapagetá : os en- señais mutuamente (D.). Apaguiñi : abrigo, tapo (B.). — Toba : Apoguiní (L.), Napohiná (B.). ñi—Apaguivi : yo me tapo (B.).— Moc. : Nappoquiñá. Apalaik : tacaño (D.). — To- ba : Simatacaic (B.), Sima- trale (L.). y—Apaligat : flema. Apanatanaí ; domador. Apañigebak : mortis causá pro VNihirenak (tigre)(D.). — Toba : Quidiok (B. y E). Apañigehak : manchado, si- nónimo de tigre (mortis causá) (D.). n-Apañik : cabeza (Bal.). l-Apañik : cabeza (D.). — Toba : Calcoic (B.), Laaie (L.). Moc. : Lcaíh. Apaquena : mano. n-Apaquen-laoel : palma de la mano. n-Apaguin : arrancado. — Toba : Anapók (B. y L.). Aparañi : molle (D.). Apar'añik : sauce (D.). Apar'ek : espinillo (D.). n-A pariguiñi : plaza. — 391 — n-Apataguí : cerrado.—Moc.: Appoigui (cerrad). Apataye : mosquitos (D.). Apátaye : llaman los Nakai- ketergehe á los mosquitos. (D.). ri-A pategé : tener en mucho. Conj. Ri, Gr-1, Y (D.). l-Apaúgganga : arena. — To- ba : Lovanagá (B.), Lauan- erá (L.). n-Apé : partes de la mujer. — Moc. : Al-Oviáh, Apeé : esperanza. Apéégi lahám : cierre la puerta (D.). — Moc. : Ap- poigui lassóm. Apéhe: fruta del chañar(D.). Apehík : chañar (D.). ñi-Apequena : mi mano. n-Apiac lauilin : cortar por el medio. n-Apiacalóa : do. n-Apiaganat : cuchillo. mi-Apiagec : mi cortadura. Apiamquetagri : te llamamos. l-Apicaíe : sufrido. — Toba : Napuadén. l-Apicayé : sufrida. Apich : arco iris entre los Yaaukanigis (D.). n-Apigam : llamado. n-Apigam lajaláca : llamado á gritos. surco de ara-. n-Apiganaca : amonestación. Apigani : llama. n-Apiguiinc: paloma; pl. ca. — Toba : Cohiguenéc (B. y L.). Apiitogóa : (Co y-Apik : paciencia (mi) (D.). tengo esperanza Apiloachetá: agudo hacer (B.) Apiloachi aguzar (B.:. — To- ba : Aquebuech (B.), Au- quenok (L.) (afilar). I-A piloaíc : daga. Apiloaíc : puñal. y-Apiloetá : agudeza (B.). li-Apim : me abstengo (B.). li-Apiñitariam : adversidades (B.). Apiquiñi ena : tapa eso, I-Apnañik : cabeza, entre los Riikahes (D.). y-Apó : flaco. — Toba : Ya- potá (B.). Moc : Yappoó (soy ó estoy flaco). lay-Apó : está muy flaco. Epó'tó (L.). ri-Apót : yo soy bravo (D.). y-Apót : bravo, valiente (D). y-Apót, pl. chi : un valiente (D.). Apougarac : valiente. 1-Apriiratr'aik : matizado, de varios colores (D.)., l-Aprir atrae versicolor. Ver Apañigehak (D.). — 302 — n-Aquequí : plato; pl. 2te. n-Aquiajaganal : envolvedor. l-Aquiaquí : cocina. n—Aquiatragoa nuestros enemigos (que nos quieren mal) (C.). n-Aquigéc : cocinero. n-Aquiglaquí : cocina. Aquigrita : oveja. n-Aquiguiga : cocinera. Akilgitá : pavadel monte(D.). Aquiñi gám : alimentar (B.). n-Aquiquiga : tristeza. n-Akirék : sobrino. Conj. N (<=N0), Gn-g1, N (D.). h-Akiriogr'an : aro yo (D.). y-Aquit : húmedo. y-Aquitilgué : humedad. h-Araá : preposicion instru- mental. n-Araá. : Ver : h-Arad. |-Araalitá : está blando (B.). Aragraletá : pava, pavo. n-Arahagem: Rio Ynespin(D.) Araí: mira, che (debe ser á mujer). ri-Araige : yo sé. Conj. Ri, Gr=0, "Y (DI): =: Moe: Adén (entender). ri-Araik : yo sé (D.). Moc. : Adini (conocer). Ar'airaik : manso. — Toba : Oreyraic (L.). Arairaikachit : amanso yo (D.). Aralaíc : nuevo. — Toba : Dalagaic (B.), Dalr'aic (L). chic-Arami : ajeno £B.). Arari : estoy. Ver Riigarari y estoy muriendo (D.). y-Aratapekam : dirá ó con- tará (D.). Arcaoique: nosapiadamos(C.) Aroaocaltá : lástima nos tene- mos, n-Aré : nombre de indio (D.). gr-Aré : pestañas. — Moc. : di-Adé. l-Aréc : largo.— Toba : Alóch (B.), Lóók (L.). l-Areca caépa : árboles altos, nombre de Jugar (D.). l-Aregchi : corto. — Moc. : Addok (corto, largo). r-Aregr'angremar'achín : nombre de Abipon (D.). v-Aregr'anr'aik Vilelas, llamados así por Abipones (D.). n-Aregrlanr'aik : un Vilela (D.). l-Arenatr'anr ek ; lo pensado (D.). — Moc. : Adennac- tarni (pensar). y-Arene : v. gr. Yareneni- michiguila : pastelero, el que los hace. l-Arevajacapec : me ha tirado. — Toba : Sasách (B.) (U- rar). indio — 393 — l-Areocari iñi aacchiñi : re- busna el asno. l-Areoetága : me da rabia. — Moc. : Laarayek (fiero). Arí : subfijo plural de nom- Nreesten ta; ex. gr. Pañá, raiz; pl. Panarí (D.). l-Ari : lo estoy. Ariaca : buenas (C.). n-Ariaiat : adorno (B.). — - Toba Adioetó (ador- narse). lan-Arialateta: adornado(B.). Ariaik : ¡lindo! (D.). Ariaic laenanac : cuanto bue- no tiene. Ariaik : bueno y bien. Ver Neén(D).A!!1,enQuichua, bueno. n-Ariam (?) : gavilan. Ariayé : buena, noble (D.).— Moc. : Adiloiyé (mala). l-Arieennanamquite bueno ahora (C.). l-Ariginám Paí : va el padre á hacer el entierro. er—Arilám : me ha despre- ciado. — Moc. : Ariloiyé (mala). Arilnatanaí : menospreciador. n-Aripá : amigo,amancebado. — Toba : Hidich (B. y L.), ch=k. Moc. : Nappá. l-Aroerá : movido. — Toba: Avedoó (M.). ser ya: a-Atá : desinencia verbal de reciprocidad; ex.gr. Grha- pitaátá : nos amamos unos á otros (D.). ñ-Atac : la pelota de cuero para pasar rios (D.). n-Atacquiuí : Toba. n-Atacquiait: Toba (B.). Atacligaíe : medroso. n-Atagjé : muela. n-Atahegem : vuelo yo. Con). Ñ,N-1,N.La n de 1* debe ser error de emprenta por TADA): Ataigit : á la distancia. Ver r-Kahagelhátaigit, re- lampaguea así (D.). m-Atajaimec : subió (C.). chi-Atalam : ajeno (B.). Atalgé : sobre la superficie ; subfijo verbal. Ver Ri- chákatalgé (D.). n-Atalgelá latenk: guacamayo n-Atalí : silla de caballo, Jo- millo. Atam : ánimo tengo, quería. n-Atamenr'eki : donde se da zracias á Dios, 1. e. Iglesia DA n-Atammoaíc : ingrato, des- eraciado. n-Atamnagá : agradecimiento (B.). n-Atamnaquí : iglesia—Moc.: Actamnagqui (et árqua). n-Atamnetapeg : (B:): l-Atanatec : estandarte, ban- dera. l-Atanatéc : bandera. n-Atangá : fresco. — Toba : Hatón (B.), Nomrá (L.). n-Atannogarc : desagradeci- do; pl. arca. Ataoaqui lajancate : cerradu- ra, adonde se mete la llave. n-Atáp : frente. — Toba : La- tap (B.), Lotap (L.). Moc.: Naactápe. Ataptetaata : junto. l-Ataptetaata : estás asi? (?). Ataptatae : cerca de otro. I-Atará : el frio (D,). Atar'aík : vidriera, sal (D.). l-Atar'an : cuchillo(D.). Atarcalc : temeroso. agradecido vela de barco, or-Atatapiugué resucitar ellos (G.). |l-Atatgá : resurreccion (C.). n-Atatougué : resucitó (C.). n-Atatrá: vida. Conj. Y, Gr-1, AD Ataugé, á lo lejos; subfijo ver- bal. Ver Richakataugé, brillar así (D.). l-Ate: madre (C.). —Toba: Até (B. y L.). Moc. : Laccatée. Até : dedo. — Moc. : Lpal- lacaté. y-Até : nuera. — Toba : La- thé. Moc. : Yacté (mi nue- ra). Até latene : dedo pulgar. — Toba : Yagantacote (B.), Yaratálaié (L.). ni-Até lanareue : afeitar (B.). r-Ategham : cuervo.— Toba : Tatogesan (B.), Tegesan (Li): g-Artegjain : cuervo. n-Atégguem : daño. ñ-Aten : apunto con flecha. g-Atén : yo dí en el blanco (D.). h-Aten : yo desprecio (D.). l-Aten yaquiquigá : tengo grande tristeza. n-Atenapitá : cortado al re- dedor. l-Atene : es grande (C.). l-Atenc : grande. — Moc. : Lacteugué (femenino). h-Atenetalgé apunto al blanco. Conj. 4, ¿El=z, Y: — Toba : Nathén (acertar). n-Atenetapegetá : pelean con flechas (D.). n-Atergék : tímido, fugitivo (D.). l-Atéta: muslo; pl. Ktretí. — Toba: Yoteltá (B.), Telectá (L.). Moc. : Loctelectá. n-Atijaganaquí: fragua, fuelle, herrería. n-Atijangancate : mazo; con subfijo aolé, maceta. chi-Atiuguí : vacío. Atoenatapec gobernador, juez, que gobierna. n-Atoete : ojos. — Toba : Cahayté (B.), La'ayté (L.), Natoete (Bal.). gri-Atonñam : me has de ayu- dar (C.). Atopehenr?a : carpincho, ca- pibara. Atopehenr'alauaté : lugar de los carpinchos (D.). y-Atot. Atounám : ayudado. — Moc. : S'óctoan (yo ayudado). Atounanaye : ayudador (la forma es femenina). Atrioarapéq : á mí me acu- chillaron (B.). n-Auachék : soldado español (D.). n-Auáchieká : soldados (D.). Auarar'ankaté botin de guerra (D.). ñ-Aué : yo vengo. — Moc. : Avegué (ir). n-Aué : negro (D.). — Toba: Vedaic. Moc. : Navé. gr-Auek : la luna, masculino (D.). — Toba : Cagogoic (B.), Cagoic (L.). l-Auel : mente (D.); entrañas (Br.). — Toba : Dilahuel. y-Aueráatá : unos con otros siguen saliendo (D.). n-Aúeretápek : se está acer- cando (D.). ñ-Auerinike : honoris causá pro Ñaue, yo vengo. l-Aui : sigo (D.); consigo (D.). egr-Auianao! : perejil. Auiata apaquena : puño. Auicqueeta : junta. n-Auíchi : (D., 194.). n-Auichi : tú vienes (D.). — Toba : Sanecvó (venir). l-Auigá : la sangre (C.). — Toba : Nethagó (B.), Ttagó (L3). Moc: : Levo. n-Auiga : sangre. y-Auige lichil : garza. gr-Auiguigam:subirnos (C.). — Toba : Asonlech (B.), Kixiguém (L.) (x catalana). Moc. : Assisigom. Auiguilat : yo vuelvo (B.).— Moc. : Yappil-1. y-Auik loapel : martineta. y-Auík laip quirquincho (D.). — Toba : Amuga- sagan (B.), Namugusran (15 y-Auiklaip:quirquincho (D.). y-Auilaipe : peludo (animal). y-Auiteteíc : rubio. l-Auilin: medio.—Toba: Lahi (B.), Layí(L.) (mitad). — 356 — n-Auin : anguila. Auinich aoe lenanaquí : cosa que puede agujerearse(B.). Auiñi : adormecer (B.). — Toba : Utualc. y-Auíqueta : ensangrentado. Auiraá : hasta que llegue (E)e h-Auiraá : sigo al que se va (DEE g-Auirañi : sigo con la mano lo que está debajo de mí. Ven tame): Auírcae: llegue(C.).— Moc.: Lñovi. h-Autretaigít : sigo al que viene (D.). Ver Azgít. y-Auirétapegetá. Ver:y-Aue- raatá (D.).—Toba: Saván. h-Auirigeméege : sigo con la mano lo que tengo encima (D.). Ver Aegem. Auiriguima : yo alcanzo de arriba (B.). n-Auirin : honoris causá pro Nauteha (D.). n-Airiñam : vendrá (C.), ha de volver (C.). n-Auvirgila : habas (D.). Aválk : terminacion de dimi- nutivo; ex. gr. Agépegak, caballo; ahepegeravalk, caballito; óénék, mucha- cho; dénékavalk, mucha- chito (D.). n-Avolgr'aik : iguana (D.). l-Ay : cabo de cuchillo (D.). Ayacá : enredado. Ayacataoé : alejado (B.). Ayachiugue : alejar (B.). Ayagogue : alejado (B.). — Toba : Cayagé (B.), Cayó66 (L.) (lejos). Ayagueña : hondo. — Toba: Tap(b=y ALA 1-A yagueña : está hondo. Ayaguigam : alto. l-Ayalac : emblanquecido. n-Ayalgric : alegre. n-Ayalgriecá : alegría. l-Ayamayam : ahora es asunto concluido (D.). i-Ayamhá : pasó ó se acabó la tormenta (D.). l-Ayamini : desapareció ya (la enfermedad) (D.). l-Avauerelge : ha expirado en su puesto, ha concluido su empleo (D.). Ayenác : trato ; pl. cá. Ayer-hégemegé: cosaalta(D). Ayer-cachi-hégemegé : hago alta, la coloco en alto la cosa (D.). I-Aykamé : un anciano (D.). — Toba : Yapaíc (viejo). Ayliat : piedra de afilar (B.). Ayte : muchos (D.). Ayte : llaman los Riikahe á los mosquitos (D.). == 301 — GC por ca : desinencia verbal de 1* persona en plural; ex. gr. : eogaic, lloramos. Kay (D.). Ká : subfijo plural de nom- bres en ¿k; v. gr. Aapa- maik : paño de lana; pl. Apar'aiká (D.). eler-Cá : libro, Caac : collar, Caacaagué : hendidura. Caacalapii : despedazado. Caacchapec ená : haz eso pe- dazos. en-Caacchigui iño acá laléca: partido en dos pedazos. Kaachi : nombre de un hechi- cero (D.). chit-Caachitaptam secreto no lo has de contar. en-Caaga : hendido. el-Caaganat : sierra. — Toba : Casoná. Caagangué : apartado. Caague : codo, raja.— Moc. : Leogue. Caáinitagoat (Ad.). nan-Caalaic : á la derecha. están contigo Caalat : brazo. — Toba Aloík (L.), derecho. S. : 1? yr-Caalát : mi brazo. 2* er-Caalachi : tu brazo. 32 — Caalat: su brazo. P. : 1? er Caalcate : nuestro brazo. 2* el Caalcáchiri : tro brazo, 3" el Caalcáte : su bra- ZO. Caalcate : brazos. Kaalekavalk : mochuelo (D.). Caaligué : abrazar (D.). Kaálk : zorro (D.). Kaáma laká : comida de es- pañoles, sandía (D.). Kaámá lanar'ha : balas, sae- tas de los Españoles (D.). Kaáma yaoliripí : los solda- dos Españoles (D.). Kaamalarin : cacique (D.). Kaámelk : Español (D.). Caamer'ga : nombre de indio (A Caana : asco. Kaána : por la (D.). en-Caaniaegmeegue : que es- tás (arriba ?) (Ad.). nues- — 398 — Kaapetr aikin: cacique famoso abipon (D.). n-Caátec : fuego. — Toba : Nodéch (B.), Nodék (L.). Moc. : Annoréh. el-Caate lañaqui : el cande- lero. n-Kaatec : fuego (Bal.). n-Kaaték : fuego (D.). Caatelaí : yesca. n-Caatoá : enciéndese. blan-Caatoala : ya están las velas encendidas. gúer-Cabokegoá : tennos lás- tima (Ad.). Cacami : de tú (C.). Kakié : fruta comestible. Ver Roayanu (D.). le-Cáct : galon, hierro, plata. — Toba : Lecáth. Cach : y (Ga): Cachague : aconsejar (B.). Cache : y (C;): Kachergaík : anciano (D.). Cachergaík : un viejo, masc. (D.). —Toba : Yapaíc (B.), Yraiqui (L.). Moc. : Goo- goyéke. Cachergaye : una vieja, fem. (D.). — Moc. : Coogoyé. Cachíchí : mí (C.). Cachiga : mohoso. Cachil : grana (D.). Cachilca : teñido. Cachilanat : tinta. en-Cachile : grana. en-Cachimichiquiñi : círculo. en-Cachimichigumi:redondo. Cachit Jigat : roncha ó ron- chas. Kachit : yo hago (D.) Cachit : no (C.). Cachioala el caate : enciende las velas. Cachque : y (C.). Cachque : y. Cachquena : y en la (C.). Cachqu'eno : y esos (C.). Kaénr'a : pato (D.). — Moc. : Ogánní. Kaépak (lignum) : madera (dim.). — Toba : Coypách (B.), Coypák (L.). Káepak : madera (D.). — Moc. : Goippácca (árbol). Káéperáole : cuentas del Ro- sario, maderitas. Kaéperlachachin : nombre de un hechicero (D.). l-Kaer'hé: cuerda dearco(D.). Káepérit: palisada ó estacada, Wer It (DAX a-Cagi anogué : (D.). en-Cagilca : tajada. Cagim : laguna. er-Cagitangue : aumento. e-Cagque : cigarra ó chicha- rra. r-Káhagelk acrecentar relampaguea = 399 — (D.). — Toba (relámpago). r-Káhagelkátaigit : relampa- guea á la distancia. Kahamátek : ser matanza de bueyes. Voz cambiada por Negerkatá (D.). Kahamatr'niam : matarás(D,). Cahami : voz (que entra en preguntas sobre el dominio de una cosa. Ex. gr. Caha- mai lelá? : ¿a quién perte- nece esto? (D.). Kahaor'a: loro, papagayo(D.). Kahit : murciélago (D.). — Toba : Mecahi (B.), Mi- cáhi (L.). Kain : cacique (D.). en-Cainaga : pato. Cainapéc : arco del cielo. Cainnetaata : menguado. na-Cainyoa : acercarse (B.). en-Caipa latoete : ceja de los ojos. Caipa : palos. — Toba : Coy- pac (B.), Coypák (L.). Caipa lajate : rama. — Moc. : Coippácca : árbol. Caipa laagué : tabla. Caipeca : leña, palo. Caipiritá elpetá : huerta de fruta. yn-Cairigigam : colgado está. y-Cait : limpio. — Toba : Go- hitetá.. casilcahá Caitaic : calvo. — Toba : Cu1- tale (L.). Kaitavalk : quirquincho bo- la (D.). n-Cajagan : arrebatado. er-Cajaguelca : relámpago. Cajamicalan? : ¿de quién es? Cajami calan ena?: ¿de quién es esto? Cajammatañam : matar (C.). Cajaoa : lodo. Cajooga : papagayo, loro. Cajate : cuello, pescuezo. — Toba': Yocolá (B. y L.). Moc. : Ycossát. Caláchca : también (Ad.). na—Calaitai : negador. — To- ba : Caycá (B. y L.). Kalam : Voz que entra en preguntas sobre dominio de cosas inanimadas. Ex. gr. : si se pregunta de ro- pa, etc. Kalami kalám? ¿de quién es esto? y con- testa : Aim (mio); Kara- mi (tuyo); Halám (de él); Karám (nuestro) (D.). Calat : también (Ad.). e-Calaye : cuenta. chiecá-Caleganát: desarmado. en-Calge : lucero del alba. Kalité : caraguatá, chaguar (D.). Callagaik : así llaman ¡os Mo- covíes á los Abipones, tam- — 360 — bién los Tobas y Yapita- layas (D.). Callegaes : nombre que los Españoles daban á los Abi- pones (D.). le-Cam : ombligo. — Toba : Lecón (B.), ELcúm (L.). Moc. : Leddammé. Camá : tripas. Camá lepagá : tripas. Came calam? : ¿para quién? Kamer' gaik : anciano (D.). Cami : quien (Cat.) (?). Kan: subfijo verbal de tiempo pasado. Ex. gr. Ricapit han : amé. Ver Kanigra (MJ Kan : es subfijo de lo pasado. Ex. gr. Kemen ariatk han : ¡qué bueno era! (D.). en-Canaagúenga nuestros alimentos (Ad.). Canaaguí : con que compa- rar (C.). Canac : comida. — Toba : Go- noch. Canecama : talon. Canécan : carcañal. Kanigra : subfijo verbal de tiempo pasado. Ex. gr. Ri- capit hanigra : amé (D.). Ver Kan. Kánigra gehe : subfijo que hace pluscuamperfecto. Ex. redaño de las gr.Ricapit kanigra gehe: había amado yo (D.). Canigrá : antes (C.). Canigrá (C.). Kánigra leerám : antes si se será; de duda burlona. Cañali: nombre de indio (D.). Cañam : conejos grandes (D.). Cañi : en aquel (Cat.) (?). Cañi: á esa. Cañime : que estás (C.). Caoaíc : cruel. Caocam : daré (C.). Caoam yñoaca laoa : cosa con dos alas (B.). Cavam aoé laoá grichili : cosa con alas en los pies (B.). Caoancatac : olvidadizo. — Toba : Dicoué (B.), Coay (L.) (olvidarse). Caoaté : aguardar (B.). — Toba : Vatayvá. el-Caocate : queridos ((.). n-Caoé : hacer (D.). — Toba: Decohó (crear). nan-Caoe : causa. el-Caoeté : huevo. — Moc. : Lcové. en-Caoga : misericordia ó lás- tima. n-Caogá : perdon. chieca, n-Caogá : no hay per- don. Caogarik : creador; i. e. el que cria (D.). — 361 — Kaogarik : el hacedor (D.). yc-Caogát : mi amado; pl. sye-Caogaté : amados. er-Caocaté : tu amado. ar-Caocaté : nuestro amado. er-Caocachiri : do. er-Caocaté eroujá : amados. Caogga : favor. ñi-Caognetapéc : estoy ado- rando. vuestro ama- ni-Caognetapéc : estoy ro- gando. en-Caognetapéc está ro- gando. n-Caogñapialcam : ruega por (G.). gich-Caole : menos. n-Caoñag : adorar (B.). ar-Caoque : mos apiadamos (ESE er-Caoquela. Ver Enam erc. n-Capaaga : hambre. — To- ba : Cohatetá. maar-Capachi? : ¿tienes ham- bre? Capáic : gato. — Toba : Co- paic (B. y L.). Capaiga : gatos. Kapaik : gato montés (D.). Kapalaikin : cacique (D.). gri-Capat : tengo hambre. — Toba : Eccowótt (L.). ar-Capat : tengo hambre. Capatanaí : cautiva. T. XV Kápegetaá : subfijo de reci- procidad;ex. gr. (G7r-Kaua- gekhapegetaá, nos compa- decemos unos á otros (D.). Ver Aalá. Capi : moco. Kapicher'a : amor. Derivado del participio (D.). ar-Capichilam : desearás. Kapichier'aik : el amante. De- rivado del participio (D.). guer-Capichkegoa nos tú (Ad.). Capirjac : mocoso. re-Kapit : amo. Conj. Ri, Gr-i, N (D.). — Toba : S'copitá (yo amo). er-Capitaá griquielal nancao- ri : deseo amar á Dios. er-Capitam : querrás. Karam : Ver Kalám. Karami : Ver Kalám. ená-Caraminga : semana. na-Caranaquí : tinaja. Carigo : gigante. Carigo : gigante (B.). Carpéca : arca (caja). Carvanzá : garbanzos. nan-Catá : despertado. — To- ba : Satoném. Cataíc lachajaca : rastro. — Toba : Lapia (B. y L.). Cataíc : senda ó camino. leentetague-Cataíc : angosto. : Quiére- camino — 362 — yalan-Cataic : camino dere- cho. yalamberete-Cataic : caminos derechos. nachit-Cataicañam : infinito, que no se acabará. — To- ba : Sutcayca. Cataicañam : (eterno) sin fin. Cataicañam : Ver Namachit (C.). Kataikañi : (D:): Kataingit (?): halcon (D.). — Toba : Volcoleth. nachit-Catainñam : que no se acabará, sin fin (C.). en-Catal : tábano, pájaro. Catamnatcara : al otro día (Cat.). Catanat : nariz. 1* ñi-Catanat : mi nariz. 2 an-Catarachi : tu nariz. 3* en-Catanat : su nariz.— Toba : Dimik (B. y L.). er-Catanatan : alba de la ma- ñana. — Toba: Netetá (B.), , Tetá (1L:). m-Cataole : pájaro. — Toba: Oncolló (L.). Moc. : Coólé. e-Catará : una vez. Katar anr'ekí : un escalfador, un horno (D.). Katápegetá : variante de Ká- pegetaá; ex. gr. Hapa- grrankatapegeta, nos en- está terminada señamos unos á otros (D.). Katé : subfijo plural de nom- bres en ar'at, ex. gr. Lae- tarat; pl. Laetkaté, hi- jos (D.). Katé : desinencia participial de femenino; ex. gr. Ika- pichkaté, mi amada (D.). Ver Erat. Tal vez sea 1haté. Katé : subfijo del lugar ó instrumento con que se ejecuta la acción del verbo. El pé de los Lules; ex. gr. Kiriogrankaté, un arado, de Hakiriogr'an, yo aro (D.). Posible es que sea 1katé. Categaíc : espada. Kategr'aík: espada, sable(D.). Cateíc : camino. | Catelaí : linterna ó farol. Catelañaquí : candelero. Catlaán : lanza con punta de hierro (D.). Katlaán : pacú (D.). Cat laháua : y otro (D.). Katoir'aik : quirquincho, mu- lita (D.). ri-Kauagé : yo compadezco, tengo cariño (D.). y-Kaúagek : bien visto por mí (D.). — Toba : Savan. gr-Kaúagigí : bien visto por Had — 363 — y-Kauagr'a : mi considera- cion, mi lástima (D.). Kauagr'ankachak : benévolo, compasivo (D.). Kauagr'ankaté : el medio, lu- gar, modo de la buena obra, la obra misma (D.). ñi-Kauagrañiapegar'algé : yo intercedo por tí (D.). y-Káuagriat : el compadecido por mí. Part. (D.). or-Cáuagyégarigé: ténmelás- tima (D.). n—-Kaué (194, D.). tach-Kaue : dame (D.). Kaué : hacer. lari-Kauí : ronco estoy. lagar-Cauichí : ronco estás. Cauiriic : ronco. n-Cayagá elcaoeté : yema de huevo. na-Cayeteragoa: mal hácen- nos (Ad.). el-Cayaye : melón. Ké : subfijo plural de nom- bres en gé; ex. gr. lachao- gé, rio; pl. lachaoké (D.). Kebachichi : nombre de in— dio (D.). Kebachin : cacique (D.). Queca (C. A. M.). Queca : de la (C.). chil-Quecá layé : vencido. Queca : en eso, en la (G.). Keco : á esos que (Ad.). Queco : los que, de los (C.). Queco naca : nuestra (C.). le-Quech aolé : dinero. aim le-Quech aolé : mi di- nero. le-Quech aolé : plata en mo- nedas. Keebét : médico (D.). Keeguet : hechicero (C.). Queegnatec : prestado. Queent : brujo. Ver Queevél (Ad.). Kéépe : hacha (D.). — Moc.: Nquippé. Keeráye : ají (D.). Keerá : en los. Queevét : el abuelo de los Abipones, el demonio, su símbolo. las cabrillas. Ver Ahor'aigicht (D.). Quegé, ayagguí : antes. Quegé : antiguo. — Toba : Quecallagá. ne-Quége : convite. el-Quegeiyguiñi : baja los ojos. Quegeiyotaoatam : nos mi- rarás. ne-Kehayape : cuidado está (D.). Queinnate : 3 (C.). el-Queiniaic : bayo. — Moc.: Coñoyek. Queiñiquiñi: nació. — Toba : Nigni (B. y L.). — 364 — Queipe : hacha. —- Toba : Catipé (B.) (cuña). Moc. Quippé. Queit : cola de animal. —— Moc. : Lquiicté. el-Quejaalate : espejo. Quejaganaí : mirador. Quejaganaye : miradora : Quela : mariposa. Quem : en el (D.). Kem ekemat : exclamación de asombro ó lástima (D.). Kem ekemat : ¡Qué cosa! (D.). Queme quemat quena acamil: ¡Ay de vosotros! (B.). Kemen : qué, cómo es (D.). Kemen ariaik kán : ¡qué bue- no era! (D.). Kemen oahargek : ¡qué men- tiroso! (D.). Kemen apalaic : quino! (D.). Kemen menegin greerigi ¡ qué negra está tu casa! (DE Ke neoga (en este día) : hoy. Ken : subfijo verbal de uso ó costumbre; ex. gr. Roéla- kiken, él tiene costumbre de pelear (D.). Quen : en la (D.). Ken : preposición en ó á; ex. gr. Lahik Rkén nepárk, ahora voy á la llanura. Kén : partícula subfijada al ¡ qué mez- verbo y que significa cos- tumbre; ex. gr. Lanoaha- regrian kén, tiene cos- tumbre de mentir (D.). Kenó : por esas, de los (Ad.). Quena : en la, esta, al (C.). Quená cachiri niilaténce $. F.: desde aquí hasta Santa Fé. Quena : con la (C.). Quena : comida (C.). Quená : de la. Quenachiecá : ausente. Quenaja : por aquí. Quenám : grueso. lan-Quenám : está grueso. chic r-Kenne : no come (D.). Queno : por esas, que las, á las, á los (C.). Queno : con los, de los (C.). Queno : esas, las (C.). Queno: á los, en los que, de los, de estas (C.). Queno : entre, por los que (C.). Queno : con lo que (C.). Queno nich : con lo que (C.). Quenó aogué nigité quenó aogué yoaloutá : los que todo lo quieren todo lo pierden. Kenoataoge : de todos (D.). Quenonamach : porque ellas son (C.). Quenore : de cada (C.). Quenore neotá : cada día. — 365 — Kepakainkin : cacique (D.), ó nombre de un hechicero. Kepakinr'anr'at : honda (D.). Quepalcachac : ligero. la-Quepalcachac : muy ligero. Quepalteta : momento ó ins- tante. na-Quequite : platos. Quera : al (C). Quera : como (C.). Querá : á los (C.), al. Quera :á la, en la (C.). Queraic : viejo. — Toba : Iráiquí (L.). Queraic yuijac agaigueic buey viejo. Queraye : vieja, ají. . Queregan : áspero, jerga; pl. ne. Kerer'aik : anciano (D.). Két : partícula condicional, que corresponde á nuestro si; se prefija á la primera” frase y posterga á la se- gunda; ex. gr. Két gre- enr'ant, g-Dios grhapt- chi Rét : sitú fueses bueno amarías á Dios (D.). Két mat : si, prefijo verbal. El Rét se posterga á toda la frase tambien (D.). Quetal : asa, oreja. — Toba: Quetelá (B.), Telá (L.). — Moc. : Lquel-lá. Quetelá : asas, orejas. [* y-Quetela : mis orejas. 2* er-Quetali : tus orejas. Ketélk, pl. 7'a : mula (D.). Moc. : Quélaék. Queeuet : brujo. Queeuete : bruja. Quevorken: utique, expre- sion de asentimiento en concilio (D.). a-Queya : yo acompaño (B.). — Moc. : Yiyáde Yá, com- pañero. e-Queyanat : jabon. ma-Queyen : ¿son? (C.). Queyechi : acompañar (B.). Keyeer'anr'eki : vasija en que se lava ropa con jabon (D.). Queyenc : avestruz. Keyer'anrát : jabon, en Abi- pon. ne-Quiagayaga : y!l-Kiam loagi : bol. Quichgue ecó? : los ? (C.). Quichguecó : por (G.). Quichqué tamach : si fuesen, empero (C.). Kiemke : sobrino del cacique Ichamenr'aikin (D.). Kiemké: nombredeindio(D.). y-Kiemar'há : calzones (D.). yl-Quigi : alma, ánima. — Toba : Hiquihí (B. y L.). Moc. : Quii. primavera. tronco de ár- ¿qué de — 366 — Quigi : sombra. yl-Quigi aolé : virgencita. ar-Quigui : camina. 1-Kihi : alma, sombra, eco, imágen. Ver Loákal (D.). — Moc. Quii. r-Kíhogét : estoy borracho. Conj. R, Gr-1, L(D.). — Moc. : Quiniaguéut. Quiipe : hacha (B.). — Moc.: Nquippe. Quiipe lenchi aolé: hachuela, hachita (B.). Quijeuglaíc : borracho. Kikik : lechuza, buho (D.). Kikilk : catita (D.). y-Quile : cotorra. — Moc. : Quilik : loro. y-Quilya : cotorras. Kimili : ¡Qué! Ver Kemén. (D.). Quimiñasq : agradezco. kimitr'alaté : lugar de una batalla (D.). Quin por Kin (D.) : subfijo de nombre propio. Ver Ha- mihégemkin, etc. Quiñii : alimentarse (B.). — Toba : Siquehé (B.), De- quehé (L.). Moc. : Quee. Quiñi : en el (C.). Quiñi : de (él), al (C.). Kinier'alaté : donde uno co- me, la mesa (D.). ni-Quiñic : cena. Quiñigaíc : comedor. yl-Quiñigala : mesa. Quiñigaíc : hambriento ó co- milon. Quiñigatanat : ofrendas. aite-Quiñigatanat : muchas ofrendas. Quiñitaoat : están conmigo (C.). Ver Taoctám (D.). chie-Quioanac : poderoso, que no tiene dificultad. Quiquig : lechuza. Quiquiga : lechuza. Quiquiquiñi : bajó (C.). Quir : de el, en el (C.). Kiriogrankaté : arado (D.). Quiriouganate : arado. ni-Quirougancat : chacra. Kitám : será ó va á ser ahora mismo (D.). : Quitam : ahora, luego. Quité, enquité, quitám ahora, Kité : partícula de presente; ex. gr. Kitekám, ahora mismo era (D.). Quite : ahora (C.). Kitnehaol : esta noche. Ver Kitnénegin (D.). Kitnénegin : esta noche. Ver Kitnehaól (D.). Kitnéoga : hoy en este día (D.). — Moc. : Enneguí. Quiyí : sombra. — Moc. Quií (almas). — 367 — Kia leyá : ya basta (D.). Clach : tambien (C.). Clach queem: y tambien (C.). Klachkehin yo tambien, cuando se contesta á, ¿te vas? (D.). Claleya cleen : basta. Klamach (D., 179). na-Glataoé : nombre. 1* ya-Clataoe : mi nombre. 2* gra-Clatanichí : tu nom- bre. 3* la-Clataoe : nombre de Pedro. Clatque : tambien. Clatque : y (C.). Klatúm keén : aunque; ex. er. Eneha klatúm keén euének, oagannetachatk: aunque este hombre es bi- zarro, sin embargo es co- barde (D.). Cleerá : es verdad. Cleerá : ya se ve (D.). Klerá : es cierto, cuando con- testa pregunta (D.). Kleranam kaúe: por esa causa (D.). Kliri : es lo que precisaba; modo de dar gracias (D.). e-Cconquegé : antiguos. Comidí : así llaman los Guay- curúesálos Abipones (D.). e-Corionapec: dificultad (C..). . EE Chaga leteige : lana. — Moc.:. Lavé. Chagaleteíc : vellon de lana. Chagáytiale : cordero. na-Chajaca : piés. —Quichua: Chaqui. Toba : Apiaté (L.). Moc. : Lappiá. y-Cherikaleretaá : pelean de palabra (D.). Chí : subfijo plural de nom- bres en t; ex, gr. Lekál , metal; Lekach:i , metales (D.). Chi : chicheo.de £ cuando la sigue una 1: ex. gr. Vae- tar'at, el hijo; Graetr'a- chi, tu hijo. Ver Gr. Chi : subfijo negativo. Lareg- chi : corto. Chi chi : no (D.). Mataco. Chiaca ayáguí : poco há. Chianemagigan : porfiado. Chiataoe : inútil. Chiataoeyacalo : inhábil. Chiatigit : atrevido. Chiayaque : cerca. — 368 — ma-Chicaague : ¿vienes ? Chichi. Ver Chtk. Chiecá : no (prefijo). — Toba : Ay (B.), Aé (L.), Chiecá : ninguno. — Moc. : Scaeccá. Chiecá pachíc : no hay nove- dad. Chiecaalgui : muchas veces. Chiecimacagiñi : soberbio. Chieco nañaga : en ningun lugar. Chieco : mo hay. — Moc. : Scaec. Chiecó gra chieoé : por todas partes. Chieem : no es así. Chiequiaoen : rico. Chiequiaoen irio : ricos son. Chieratara : no solamente. aim-Chiga oagipatiapec : sor- do. Chigaariñi ylicatañi : sabes remar. Chigahák : todavía no (D.). Chigat : prefijo negativo de verbo (D.). — Moc. : Toc- «tar. Chigé vel chit : prefijo impe- rativo de negacion ; ex. gr. Chit noaharegraniam , no mentirás (D.).— Toba: Scauém. Chigecha : no hay (D.). Chigekoá : no hay concordan- tú no ciade plural. Ver Chitkae- ha (D.). Chigekór : no hay (D.). Chigerá : no es verdad (D.). Chigichiekat. Ver Chigut (D.). Chigra geuetenam : deudor. Chigrena : sonso, Chigrica : ¡ ojalá ! (C.). Chigrie : ¡ ojalá! (Ad.). Chigrieecat : ¡ojalá ! (Ad.). Chigriek : prefijo de optativo; ex. gr. Chigriek grkhapi- chi y Dios eknam cao- gartk : ¡ojalá amases tú á Dios, el Creador (D.). Chrigrieecat : y ojalá (Ad.). Chigrimiga : noestoy podrido. — Toba : Tigadaogay. Chigroagipatiapec : sordo. erouja - Chigroagipatiapec aquellos están sordos. Chigroate : desollado. Chigichiekat. Ver Chigat ; ex. gr. Chigichiekat na- katñi : mo se cuentran (D.). Chiguiric : mi pobreza (C.). Chiit : crudo. — Toba : To- quitiguí (B.), Tokchiguí. Chik, chit, chichi : partí- culas de prohibicion como ne en latin; ex. gr. Chik grakalakitr'ant : no du- des /D.). — 369 — Chik : nunca. Ver Chit. Chik : no (D.). y -Chilelamaquí tin. Chilquigé : invisible. Chinevet, chianemagegan porfiado, Ver Chianema- gigam. Chinoaí : desabrido. Chinta : cinta. ni-Chioncate ematjac : ler; Chit : no (C.). — Moc. : Sca. Chit: nunca, Ver Ch1k (D.). : bota, bo- alfi- E. Ver Ena. E : subfijo sincopado de 2* persona ; equivale á a1; ex. gr. Iláa, mia; Grelé, tuya. . Ver Dobrizhoffer, Arte. É : subfijo, caso régimen de 3* persona en singular; ex. gr. Gritapitaé : nosotros lo amamos. Ver Aé(D.). g-E. Ver E; ex. gr. Nkaua- gegé:él lo compadece (D.). Eageegaená : de esta banda. Ealr'aík : bombero (D.). n-Eamijagancate : espuela. r-Ebachigí : nombre de indio (D.). Chitkacka Lach (D.). Chitkaeka: no hay.Ver Heká (D.). — Moc. : Scaec. Chitkaekí : no hay (carne, pescado, etc.) (D.). Chitl gihé : nunca (D.). Chitlkihe : despues de mucho tiempo ; cuando contesta de futuro (D.). y-Chitougue : resplandor. Chitquita: tampoco(Ad.). Chiu : voz varonil (B.). Chiú : hay. : un muerto d-Ebayakaykin : nombre de un cacique (D.). d-Ebayakaikin : indio noble (D.). d-Ebayakaikin Petizo (D.). d -Ebáyakaikín abipon (D.). n-Eboke : palma (D..). n-Ebokehak : palmar (D.). n-Eboque palma (D.). n-Eboquelatél : rio Madre de las Palmas (Malabrigo)(D.). Ecá : la (C.). i I-Ecáct : galon. I-Ecáct : hierro, acero. : el cacique : pombre de — 3710 — I-Ecact : plata. l-Ecact : metal (C.). Ecagque : cigarra ó chicharra. l-Ecam : ombligo. — Toba : Lecón (B.), Lcúm (L.). Ecatará : una vez, Eco : esos (C.). Eco : eso que. Eco : las que, de los, esos, los (C.). Eco : las (C.). chi-Ecó grachieoé : por to- das partes. Ecorionapec. Ver e-Coriona- pec (C.). Eé : sí(C.). — Toba : Ahá. h-Eéchiapegrari : te hablaré (D.). — Toba : Taktapek (L.). — Moc. : Ectari. n-Eegalgá : temblor. . Nn-Eegalgaí : temblador. y-Eegám ! Ver Ta Y (D.). h-Eégehak : venados (D.). — Toba : Cagdetá. Eegem : cuando (C.). Eegem : despues de, cuando fueron. |-Eegmagete : cuajo. 1-Eegougue : está derretido. n-Eegué : conejo. — Toba : Sooná (B.), Sogoná (L.). g-Eeguí : vaso, jarro (q ?). — Toba : Lahí. |-Eékate : raiz suculenta (D.). n-Eélgék : miel de palo (D.). n-Eelguetapec nacaquí : está lamiendo los platos. Eenám : esto más (Ad. ). gr-Eenám : generoso. gr-Eenan : pacífico, bueno. — Moc. : Noen. Eenemancate : sello ó marca. l-Eénerer'quie : cueva (D.). n-Eénetá : aparato para sacar fuego de palillos, el uno duro, de Tatayí, el otro blando de Ambay (D.). n-Eenhalek : cinco, piel vis- tosa de 5 colores (D.). gr-Eennammaraaqui : ser tú mas bueno (C.), gri-Eénnanacá : he de ser bueno (C.). — Toba: Noen (bueno). gr-Eennanae :tu bondad (C.). l-Eenr'á : harina. gr-Eenr'ani : fueses bueno (D.). l-Eentetague : angosto. Eepriai : carancho (D.). — Toba:Conagrádí(L.).Moc.: Caccaré. y-Eequembretapichí : distin- tas (C.). gri-Eequetapilitan : he de cumplir (C.). y-Eequetapilite cumplen (C.). er-Eequetegué : cumplamos. (Ad Je — 3711 — y-Eequetegué : cumplen (C.). k-Eera : en los (Ad.). l-Eerei : brasa ; pl. gye. Eeregye : estrellas. l-Eereye : ortigas. Eer'gr'ae : estrellas (D.). En Brigniel Eeregye. Eergr'aik; plural ye : estrella (D.). Eergraik : luna; así la llaman Yaaukanige (D.). — Toba: Cagogoic (B.), Cagoik (L.). Moc. : Sidaigó. y—Eériki : mi casa (D.).— To- ba: Nohic (B.), Noyík (L.). or-Eernr'aikín : indio noble (D.). h-Eét : yo vuelo (D.). h-Eét : yo hablo (D.). ñ-Eét : yo bebo(D.).— Moc.: Nieét. n-Eetagaí : bebedor. n-Eetane nachajagalate : za— patero. Eetapec : fugitivo. gr-Eetaquí : vaso. — Toba : Uicchígui (L.) (vasija). g-Eetaquialóa: vaso de barro. n-Eetaquí aole lecáct : vina- jera de plata. g-Eetaquiaolé guenaquiyia- quí : jarro de la cocina. g-Eetat : bebida. n-Eeté : el frio (D.). n-Eeté : tormenta (D.). h-Eétoalá : yo rezo (D.). ñ-Eetreki : una copa (D.). n-Eeú : bueno, buena (D.). —Toba : Nohen (B.), Noén (L.). Moc. : Noen. n-Eeyeka ralz suculenta (D): gr-Egachani (B.). gr-Egachañi : me hundo ó ahogo. Conj. Ri, Gr-1, Y. 1? Riigaraña (D.). er-Egachí : mueres. Con). RUC 12 Re (mue- ra) (D.). l-Egagaaoeyé : curioso. n-Egargá : muerte. Egargaík : un muerto (D.). Egargatañi : yo ahogo (B.). Egé. Ver Géó E Egec grechiñi : afijar (B.). n-Egerkatá. Ver Kahamatek (DE): Egmalquiam? : ¿cuándo ? : tú te ahogas Egmecá?: ¿cuál? — Toba : 3 6 Egá. Egmecá? : ¿cuál? (C.). — Moc.:Queqquegayá ? Eccá ? Egmeoé? : ¿por dónde ? Egomecó ? : ¿cuáles? Eguém? : ¿de dónde? Eguém leyagá lagueueté : po- ned precio, ¿cuánto vale ? Eguem leyagá : ¿cuánto ó cuántos ? — 312 — Eguem naama : ayer. Eguem mañae : ¿ dónde está? Eguem meoaé : ¿dónde está ? Eguem meem : ¿cómo? Eguem machicaague? : dónde vienes ? Eguem maigue ? : ¿adónde? Eguemeem? : ¿cómo? (C.). Eguercatanaé : salteador, ma- tador. Ver A loatanaé. Eguercatanat : matanza. Eguergueicá. Ver e-Guer- ¿de guetca. Eguergueica : muertos (C.). Ehahá : él, si camina visto ; fem. : Ahahá (D.). Ehátára: él, sicamina solo(D.). er-Ehech : quieres (D.). — Toba : Disahá (B.), Disoó (L.) (desear). Moc. : Nissiá. n-Ehegetoé : hace mucho, contestando de tiempo pa- sado (D.). h-Ehalaterek : biscacha (D.). Ehenhá : hasta que, prefijo verbal (D.). Ehoar'aík : bravo, valiente (Ds Ejá : escama. Ejarsel (CE I-Ejaganaí : reidor. Ver La- jagan. n-Ejála : hollin, humo. — Toba : Nemalá (B.), Nemal- lá (L.). n-Ejalane : celo. n-Ejalanaí : celoso. n-Ejalaripí : hay mucho hu- mo. n-Ejálc : convidado; pl. ca. n-Ejalga : humo. — Moc. : Nessalgá. gr-Ejalí : pesado. — Toba: Tesalí (pesa). I-Ejaligá peso. n-Ejalicatane : balanza. Ejalicatanc : balanza. Ejaloachichi : acepillar (B.). n-Ejaoatec : paja, pasto. n-Ejavategjac : juncal, pajo- nal. n—Ejaotec : pasto. n-Ejatemata : catarro. n-Ejateta : delgado.— Toba : Calotegé. n-Ejatmata : tos. — Toba : As- sotomata (B.), Sopnatá (L.). Ejatmatá : tos tengo. Ejelocatan acepillar (B.). eg-Ejeñk : surí (D.). n-Ejetenta : pelearse dos mu- jeres por el marido (D.). n-Ejeurá : corneta, flauta. — Toba : Yaside (B.), Las- hiidé (L.). Ek : terminacion de masculi- no; ex. gr Grauek la luna (D.). Eka kan : eso que (D.). 373 l-Ekacháole : metalillos, mo- nedas de plata (D.). Ekaha : él, si no está visto ; fem. : Akaha (D.). I-Ekát : todos los (D.). I-Ekát, pl. chi: metal (D.). metales Ekátará : él, si está ausente solo (D.). Ekátarapek : una sola vez (D:). n-Ekététák, pl. ert : ganso (D.). Ekelr'aye : cuentas de vidrio (D:). Eknam : él (D.). Ver Chi- griek. Eknam : relativo singular : el que es. Ver Enonam (D.). El. Ver P'el. n-Ela : chicharra ó cigarra. Elá : voz que entra en pre- guntas sobre dominio de - cosa con vida, plantas in- cluidas. Ex. gr. Cahami lelá ? : ¿de quiénesesto ? y contesta : Flá, mio; grelé, tuyo ; Lela, de él (D.). Elach : monte. Elachgec : montaraz. n-Elaicate : reina (C.). y-Elamr'kié : una camisa (D.). — Moc. : Nelamaqqui. n-Elar'eycaté : mujer que fué cacique (D.). n-Elar'eykaté : nobles. Ver Hecher: (D.). n-Elareyr'at : cabeza, 12. e. Cacíque. n-Elar'eyr'at : jefe de guerra (D.) m-Elat : ¿es? (C.). er-Elatancachi : tus manda- mientos (C.). l-Elatancate : mandamientos (C.). — Moc. : Lel-lactar- nák. n-Elantangué mandamiento. Eleierá : vivos (C.). Eleigá : vida (C.). — Toba : Calcolagatéch. Elercá: libro. —Moc.: Elleré. Elge ó Alge : encima (D.). — Toba : Valéch (B.), Ualék (L.). la-ri-Elk : ahora estoy asus- tado (D.). — Toba : Elók (L.) (azorarse). ri-Elkachít : me hizo tener miedo (D.). Elor'aík : un muerto (D.). Elorka : carta, hoja escrita, piel de nutria pintada para abrigo (D.). gr-Elougá : nuestra muerte (C.). —Toba : Leuvá (=w, B. y L.). l-Elouga : muerte (C.). — Moc.: Lel-laogá. sentencia, — 314 — Elpaaqué : niebla. — Toba : Chiué (L.). Elpagé : carne. — Toba : La- path (th=t, B. y L.). — Moc. : Láácte. Elpana : raiz; pl. er?. — To— ba : Pataá. ah-Elr'anr'at : deseo. Elregye : estrella. Eltoaíc : memoria. —- Toba : Antoetá (L.) (acordarse). r-Ellar'anr'an potról : él caza caballos alzados (D.). n-Emac : mano izquierda. — Toba : Emach(ch=k, B. y L.). Quichua : Maqui. l-Emacachic : fama. Emaccachinatanaí: obediente. n-Emacaignate : venerada, es verdadero (C.). n-Emachita : habla despacio. l-Emág : bautizado ; pl. ga. n-Emágaolc : cabecilla. — Toba : Colcoic. Nessagaha- nich : cabeza de linaje. n-Emágchiga netéigce : cabeza sin pelo. n-Emáge : mano izquierda. Ver Emac. ri-Emaletapék: vomito. Con). R1,¡Gr=t, N(D.). n-Emamnachet él adora (B.). n-Emanataye : humilde, cor- tés. n-Emánc : la izquierda. Ver Emac. gr-Emarachi : tu cabeza (D.). 1-Emar'at : cabeza, dicen los Nakaitketergehes (D.). y-Emar'at : mi cabeza (D.). y—Emar'at : cabeza (D.). n-Emarketapegetá pelean con los puños (D.). n-Emarketr'ek : una lucha á puños (D.). n-Emarketr'ek : peleade bor- rachos á puñetazos (D.). n-Ematanraík : tímido, fugi- tivo (D.). n-Emel noaro : maiz pisado. n-Emelk : trigo (D.). n-Emelk : maiz (D.). — Toba: Avagá (B.), aworá (L.). n-Emelkehat : trigal (D.). n—Emetanaquí : odre. n-Emetancate lecáct : pala de hierro. n—Emetilitam : taparán (C.). h-Emo káchin : yo estimo (US), DA: h-Emokachmiitápegioa : tú me alabas. Empaiga : sol. Ver Grahaulai — Moc. : Páyagá, sofoca— miento de calor. Empataja lachi : queso. Empeitá : de esta parte. En : subfijo que corresponde á las voces cuando se ha— — 319 — bla con las mujeres nobles ó de ellas. Ver Yn (D.). Ena : esto, ahí. — Toba : En- nasó. Moc. : Enná (ese ra- zado). Ená : esto. Ená : ese, él (C.). Ena : ahí (B.). Ená aloá: mundo (esta tierra). Ena : subfijo de plural limita- tado; ex. gr. Yoale, hom- bre; yoalée ó yoaleéna , aquellos hombres (D.). Ver E, Yripi. l-Enachi, lecachi : uña de hierro. Enae : (Cat.). Enaé : está. n-Enaíc : víbora. Enajá : ahí está. Enajá : este. —Toba : Ennasó. Moc. : Ynmnisó (aquí sen- tado). Enaja : aquí. Enajá : ahí está (B.). Enajaait nuichii lipi : tiene muchos nudos. n-Enák : hermano menor ; con Y, Gr-re, L(D.). — Toba : Nocoléc. Enam ercaoquela : tenednos lástima (C.). Enam : esos, los (?) (C.). Enám cahek : el que precede ó va primero (D.). ancla, ó esto Enan noaí ; sábado. Enanaíc : víbora. — Toba : Ad'ranák (L.). Enanaquí : cueva. Enanaquí : agujero; pl. 2te. Enanaquí : agujero (B.). n-Enanc : doble, doblez. — Toba : Nahanléch. n-Enamnetañi : acostarse (B.). Toba : Enagi. n—Enanquí etále : hilo do-: blado. Enarap : agua (Bal.). Enar'ap : agua (D.). — Toba: Netáth (B. ver pág. 187), Netagrgát (L.). Enatanc : al trabajo (trabaje- mos); v.g. Aancaenatane: vamos al trabajo. — Toba; Sonatacán (B.), Anatagrán (L.). Encainaga : pato. - Encaaniaegmeegue : que es- tás (Ad.). n-Enéc aboraíc : negro. — Toba : Vedaíc (B.). Lai- draic (L.). l-Eneckí : pequeño, chico. Dim. con Olék y Avalk (D.). h-Enegelr'aik : dorado, pez (D.). n-Eneguí : noche. Laoilin neneguí : es media noche. lan-Eneguí : ya es de noche. — 3716 — Eneha : él, presente; fem. Ahahá (D.). Ver Enaja. Enenaíc : serpiente. — Toba : Maich(ch=Rk, B. y L.). Enenaík : serpiente (D.). Enénc : concha, cuchara ; pl. ca.—Toba : Teconech (B.), Conék (L.). n—-Enenetaguí : doblado. — Ver Enanc. Eneogá : hoy. — Toba : Na- cui (B, y L:): Eneogá : hoy (C.). — Moc. : Enneguí. n-Enequini : luto. Enérar'anr'at palo santo (D.). Enérar'anrat laerana : gueya- can. Ver anterior (D.). Eneta : cavador. Eneta : está; v. g. namach enetanoacaretañt lachte: siempre está echando lá- grimas. Enetaatam : para estar (C.). Enetaoá : está dentro. Enetaugue : adelantarse (B.). Enetraatam : á estar (C.). Eneugue : colmo, de más. n-Enexalque : alba de decir misa. Pp gle-Ennetapiguí : pienso (C.). Eno : los (C.). Eno : los que, estas (C.). — Moc. : Ennoá (de esos etc.). Eno : (sunt miht, hay) los tengo con Yoapacate : mis piojos. Eno : estos. Eno nam : los que (Cat.). Eno aoeye laoa : cosa con alas. Eno yehe Pedro Idá : estos son de Pedro. l-Enoegguei : flor. — Toba : Nasoviagá (B.), Lasoviar'a (Lo): Enonich naigue : fruto ó cosa de comer. l-Enoigaí : rosa, flor. l-Enoiggueye : flores. Enonam ; plural de Eknam, pron. rel. los que, etc. (DA): Enópe : agua. Enope : agua (B.). Enope leec : cosa de agua (B.). yatot(1?) yaacari mena Enopa: cosa que corre como agua (B.). aoatapqué Enope : el que coge agua (B.). Enos : de los (C.). Enougue : estos. Enougué : esos (C.). Enoujá : estos. — Moc. Innissó:por aquel sentado. Eoamgcam nagmayagá : he= mos visto polvareda. l-Eoanca : lombriz. Eoaye late : mar. Eocá : arrimado. gr-Eocá : balar, llorar. gr-Eoca : lloro. — Quichua: Huacanl. Eoca : lloro (B.). er-Eocatapec : lloran , ahu- llan (B.). n-Eochiralari : nombre de in- dio (D.). n-Eoga : dia (Bal.). n-Eoga : dia; pl. Neota. Ver (Juenore. — Toba : Nahá (B.), Naág (L.). Moc. Naágaá. n-Eogá; pl. otá, dia (D.). Eogalgaíc : lloron. Eogaigaye : llorona. n-Eogata : medio dia. n-Eogue : palma; pl. ó. r-Eokatari está llorando (D.). b-Eonáage : sigo con los ojos (D.). Eórat. Ver Eurtgr:. n-Eotá : dias (C.). n-Eotenkin : cacique (D.). I-Epá : sin castrar (D.). n-Epactaga : hinchazon. — Toba : Pók (L.) (grueso). n-Epaga : grasa.— Moc. : Ni- —valgá. er-Epagñíic : raya. gr-Epalit: golondrina; pl. ta. T. XV I-Epacá : tío. Epáraník : raya, pez (D.). n-Epare : campo; pl. ca. Epar'ek : tortuga (D.). n-Epark (D.). n-Epatat : paño de manos. n-Epátec : lavado. lan-Epec chagigám : hincha- do, así está. ¡llanura , campo n-Epectaga : tumor. n-Epelganat : escoba. n-Epép abuelo materno. Conj. Y, Gr-e, L(D.). — Toba : Apé. Moc. : Nappi. Ver Lule. Erá : ese, él (G.). — Toba : Edá. Moc. : Eddá (aquel, parado). Era : ahí está. Era námachit : primero (D.). Erá : con la (C.). Eráata : conforme. Erai : ché, al cacique. Eraí : si mujer lo dice. Y-Eraik : desinencia partici- pial : él que. Eraitata : afligir (B.). Eraitatatapeq (B.). Erajá : allá, aquel. — Toba : Edásá. — Moc. : Edasó (parado). ] Er'at : desinencia participial de masculiuo. Esta r es en afligimiento 25 realidad y. Véase Katé, ex. gr. Ikhapicher'at : mi amado; Ikapichkaté : mi amada. El chicheo de la £ induceá creer que es 2er at y no erat. Erátará : él, si está parado solo (D.). Eréégem : norte (D.). — To- ba : Apigemeté. Erelc:banco(de arena: lapaúg- ganga). Erelclapaúgganga : banco de arena. Eroá : subfijo de caso régimen de 2* persona; (Ex. gr. Rikapichier'oa : yo te amo. Erpeiaoa : adentro. Erpeiaoa : adentro (B.). — Toba : Hitá (B.), Táá (L.). or-Etá : padre nuestro (C.). gr-Etaa padre nuestro (Ad.). n-Etá : padre. Dec. Y, Gr-1, L (D.). Netá (Bal.). l-Etá : padre (C.). — Moc. : Lectáá. Etaá. Ver Taá. ri-Etachá : yo temo. Conj. Ri, Gr-1, N (D.). ri-Etachahagam : temo el agua (DJ: n-Etachaik : cobarde (D.). n-Etáchcá : temor. n-Etachga : miedo. Etachgoaíc : atemorizado; pl. ca. n-Etachkaík : tímido, fugitivo (D.). n-Etachkatr'anr'at : un medio de inspirar terror, como lo hace un hombre demasiado feo (D.). n—-Etagá : madrastra. n-Etagr'anác lIpatage : nom- bre de lugar, nido de pája- ros (D.). n-Etagr'anak : cigúeña (D.). Etagueganc : peludo, el que mucho pelo tiene. n-Etaigc : pelo. ñ-Etak : pelota de cuero para pasar ríos (D.). Etalc : hilo. Ver la T. n-Etan : alegrarse (B.). — Moc. : Neectón. n-Etanetrayo : que me están tentando (C.). Etantá Ipetá : grano del pan, trigo. Etánta : pan. Voz quichua. Yaren Etánta : panadero. Etapanaí : ladron, robador. — Moc. : Soecacti (robo). Etapanaye : ladrona, roba- dora. l-Etapegé : corona, sombrero, mitra. n-Etapegé : sombrero (¿será 7 «el tápese » ?). — Moc. : Adoó. y-Etapehé : vincha, mitra ó cualquier tocado (D.). I-Etapehé : casquete adorna- do con cuentas (D.). — Moc. : Adoó. Etapek. Ver Tape. Etapr'amak : zurubí (D.). r-Etapr'ankaté botin de guerra (D.). Etari. Ver Tar:. n-Etatá : nervio, vena. 1-Etatá : vena; pl. á. — To- ba : Otá (B. y L.). Moc. : Looctá. n-Eté : tormenta (D.). l-Etec : vello. I-Etéc latená : berza, col. n-Etecajerega : hedor. Eteccate : peine. — Toba : Tagacaté (B.), Tagacté (L.). Moc. : Ectalgacte. Etécgé : sortija, anillo. — Toba : Nitigisich. Moc. : Nictischacaté. er-Etechiyam : sereistemero- sos; v. gr. acami1 gr. hec Nancaort : vosotros ha- beis de ser temerosos de Dios. n-Eteec ygiueta cuero. n-Eteganc : compas. n-Eteganc : ganso. saco de n—Etegink : perro. n-Etegink leopakate : pulgas (A n-Etegingá : perros (D.). n-Etegniklepá granadilla (MD LEtegué : hoja; pl. é, pluma. |l-Etegue : pluma; pl. ggre. n-Etei : barco, canoa, batea. n-Etéigc : cabellos. n-Eteigeletaolguéic : cabellos crespos. n-Eteinc perro; pl. Te- quinya. |l-Etek : pl. y/k*é, hoja (de ár- bol) (D.). Etelanái : arco. — Toba : Hi- ticnéch. n-Etelr'lanr'e : mosquete, ó sea arco que arroja flechas (D'). n-Etelr'anr'é leenr'á: pólvora (D.). n-Etelranr'é Ipetá : grano del fusil, balas (D.). n-Etelrlanr'é : arco. n-Etequinloapacate : pulga. n-Etergé : lanza sin punta de hierro (D.). — Moc. : Ec- taquiar ryé. n-Eterge : árbol duro para arcos y lanzas, es purpureo cuando recien cortado (D.). gr-Eteríc yoale : gallo, gr-Eteríc : gallina ; pl. ga. — 380 — Etete : porra. h-Eteur ei : oso hormiguero (D.). n-Etiaole : lanzadera de teje- dor. Etincloapacate : pulga. Etognc : tuerto. Etoone : ciego, tuerto. Etpañam : robar (C.). ñ-Etun, con chig prefijado : no sé (D.). ñ-Etúnetá : me acuerdo,Con). Ñi, N-4, N (D.). ñ-Etunétaigit : sigo con la mente; 2. e. comprendo. Ver A2git (D.). Euelgue : crédulo. chi-Euelgue : incrédulo. Kuem : atento. Euének : bizarro (D.). Euénék : excelente ! ¡ muy bien ! (D.). — Toba : No- hen, Noentá. Moc. : Nóén. Euet yachigá : lo tengo. Kuet ñietat : sed tengo. Euetagan quiri enope : cosa que está en el agua (B.). 'Euetaguí : está (C.). Euetariri : desnudo. — Toba : Uetarik (L.). G?: preposicion por k; gr. Y Dios, á Dios (D.). ex. Eurigri : ¿porqué? ¿ por- qué razon ? (D.). — Toba : Quotarien. Euriñigi : contestacion cuan- doseduda dela verdad (D.). n-Evege : conejitos (D.). Evo'ayé : Paraná y Paraguay (D.). Evor'ayetek : nombre de in- dio (D.). d-Evork : nombre de indio (D.). n-Eyác : corneta (D.). chit 1-Eyacali : abundo (B.). l-Eyaga : hay (C.). egr—-Eyagál : lagarto. n-Eyagayagac : viaje. Eyagayagaíc : caminante. le-Eyagarini nioso. Eyeicam viajaremos, Ver Lajaggáne(C.). l-Eyer iri. Ver Leyer. l-Eyera : la vida. Leleigá (Bri- hábil, inge- gniel). — Moc. : Lel-leá- ga. Eygá : usurpa (D.). el-Eyra : la vida (D.). Ver l-eyera. G Ga : subfijo plural de nom—= bres en gal; ex. gr. Ahé- — 381 — pegak, caballo; pl. Ahé- pega (D.). chi-Gaareenam : inocente. — Moc. : N-Todoaren (sufrir, tener paciencia). chi-Gaareenaní : inocentes. le-Gagaaoeyé : curioso. Gal : subfijo plural de nom- bres en yá; ex. gr. Oach1- granigá, ciervo; pl. Oa- chigranigal (D.). nee-Galgá : temblor. — Toba : Uilroj (L.) (temblar). nee-Galgai : temblador. Ganaguichí : la paga. y-Garapec : padece de cora- zon ó se desmaya. y-Gargá : mi muerte (C.). — Moc. : Yel-laógá. ne—Gargá : muerte. — Toba : Leuvá (v=w, B. y 1..). Gari : subfijo plural de nom- bres en Ta; ex. gr. Íni- erá, flor óaño; pl. Insve- gara (D.). neo-Gata : medio dia. — Moc. : Nagaal lavilní. Gaté : llaga. Ver l-Oatel. — Toba : Saygóth. Ge. Ver E. Géhayá : yo miro (D.). — To- ba : Sibahá. Moc. : Siranáá. Geharlate : un espejo (D.).— Toba : Ennasó. Gehe. Ver Kanigra Gejenk : suri (D.). — Moc. : Amnaníh. Geoaicatapec : llorando. Geri : subfijo plural de nom- bres en gi; ex. gr. Yibi- chigi, enojado; pl. Yibi- chigeri (D.). Geyenk ñate : cuatro dedos de avestruz (D.). Gich caole : menos. — Toba : Cacaquiagigá. Gicham : amargo. — Toba : Chim (L.). I-Gihé : aparece (D.). Giiercabokegoá : perdónanos. y-Gilque nataí : revoltoso. Gké : subfijo plural de nom- bres en k; ex. gr. Leték, hoja de arból; pl. Letegké (D.). lee-Gmagete : cuajo. Gn : prefijo posesivo de 2* persona en singular y plu- ral con subfijo 2, de 1* per- sona; en plural sin él ó con otro que corresponda; ex. ar. Nakirék, mi sobrino; Gnakiregi, el tuyo (D.). Gnacanaaguenga nuestros alimentos. Gnaáma :ayer(D.). — Moc. : Scavít. Gotá : subfijo plural de nom— bres en gá; ex. gr. Neogaá, dia ; pl. Neogotá (D.). — 382 — lee-Gougue : está derretido. Gr : prefijo de 2* persona con subfijo 2 en las flecciones verbales; ex. gr. Grkapi- chi, tu amas ó quieres (D.). con prefijo 4h, prefijo fleccion de (1* persona de plural en la fleccion ver- bal; ex. gr. Grkapitak, nosotros amamos (D.). : con subfijo 22, prefijo fleccional de 2* persona en plural para verbos; ex. gr. Grkápichit, vosotros amais (D.). Gr: con subfijo 24 ó 2, prefijo posesivo de 2* persona ; ex. Gretay , tu padre; padre Gr Gr gr. Gretayi, nuestro (D.). : sin subfijo 20 y%, prefijo posesivo de 1* persona en plural; ex. gr. Gretá, pa- dre nuestro (D.). Grahaulai : sol (Bal.). Ver Emparga. Gramachka. Ver Mat. y-Grari : desmayado. Gr H : prefijo de 1* y 2* persona con,y 0.1ide 3VMenin— H Grauek : la luna (Bal.). Grauek : la luna, mes (D.).— Toba : Enacagoic (B.), Ca- goic (L.). Moc. : Odiví, Si- daigó. Grelé. Ver Ela. Gri : prefijo de caso régimen de 1? persona; ex. gr. Gri- apagañt, enseñame. y-Guacapec : pasmo, nee-Gué : conejo. Gue. Ver l-Aague y l-Ale- gue. ye-Guem bretapichi dis- tinto. y-Guemenam : ¿qué se hará de? (Cat.). Guenaamá : ayer. — Moc. : Scavit. l-Guercatanaé vel aloalanae : salteador, matador. Guercabogala : perdonamos (Ad.). e-Guercatanat : matanza. e-Guergueicá : muertos (€... yñi-Guinegue : mujer parida. y-Guri : ¿para qué? ¿por qué? — Toba : Quotarien. Akaleént y h-Achak. (D.). — 383 — Ha : prefijo de 1* persona en vez de h. Ver Hakirio- gran, yoaro; Kiriogran- katé, arado (D.). Há : subfijo plural de nom- bres enhak ; ex. gr. Yui- hak; pl. Yútha (D.). Haá : sí, de mujeres (D.). — Moc.: Aja. de hombres. To- ba : Ahá (B.), Elik (L.). Haáye : muchacha (D.). Haayé : muchacha, ergo vir- gen (D.). Hachienda : hacienda. Hagam : el agua. Ver Rieta- cha hagam. — Toba: Ne- tath (B.), Netagreat (L.). Hagam : en el agua (D.). Hakahatak : huanaco (D.). — Nanagnách (B.), Nawará (L.). Hakamík: raiz suculenta (D.). Hakekemat : ahora inismo, en este momento. — Moc. : Enneguiidi. Halam. Ver Kalam. Halemt'aye : cuervo de agua ((D:): Hamap : algarroba (D.). — Toba : Amapich (chA=+»). Moc. : Ammapih vel qui. Hamáp : algarroba. Ver Oaik (D.). Hamihegenkin : cacique (D.). Haná : punta, espina. Voz cambiada despues por N?- chireneate (En Catamarca jana es espina de tuna). Haná : nombre de indio (D.). Hanáh:alimento(D.). —Moc.: Anñocco. Harámbegem : 5dedos de una mano (D.). Hanek : vengan (D.). — To- ba : Sanecvo. Moc : Annak (viene). Hanetr'ain : nombre de un hechicero (D.). Háñiba : ella, sentada (D.). — Moc. : Anissó. Hapeu : cuervo (D.). Haraá : con, instrumental. Háraha : ella, parada (D.) (El, tambien, pero debe ser error de imprenta). Háraha : él, parado (?) (D.). — Moc. : Adassó. Haraí, pay, neteguink loapa— rat: ved ahí tu mosquito. Háriha : ella, acostada (D.). — Moc. : Addi. Hat : subfijo de lugar donde crecen ciertos árboles y frutos; ex. gr. de Veboke, palma; Nebokehat, pal- mar. Hauali : araña (nombre de su fiesta, bailan, etc., pero sin mezclarse los sexos) (D.). — Moc. : Appal-lactrégá. — 384 — Haúe ken : una vez (D.). Hec: ese, él(G.). —Moc.:Eccá. Hecnam. Ver Eknam. Hécheri : las nobles (D.). Ver n-Elar'eykaté. Héé : si, de hombres y mozos (D.). — Moc. : Aja. Heégehák : venados (D.). — Moc. : Diogóné. Hegem : arriba(D.).— Toba: Nosienquedá. Moc. : Yppi- guim (cielo). Hegmalagé : ¿cuándo? de lo pasado (D.). — Toba : Ma- lagí. Hegmalkám : ¿cuándo? de lo futuro (D.). — Moc. : Dio- mal. Hegmalkám : cuando (D.). Hegmi hinnerkam ? ¿ qué será al cabo?(D.). Heguém : ¿cuántos? (D.). Hehótelelge lahám : abro am- bas hojas á un tiempo (D.). — Toba : Abasige (abrir portillo). Hehotoá lahám : abro hácia ventana la puerta (D.). 1 : terminacion de femenino ; ex. gr. Grahaulá:, el sol. Ver Ek (D.). Hehótougue abro hácia afuera la puerta (D.). Heká : hay. Ver Chitkaeki (DE) Hemakie : nombre de indio (D.). Henegelr'aik : dorado, pez. (D.). — Moc. : Aschaon- nácca. Hepiginr'ancaté:macana(D.). Hepiginr'ankaté : macana. Ver Yiiele (D.). Hetevyr'ei : oso hormiguero (D.). Hihilalk : vestido (D.). — Moc. : Oviák (ropa). Hinnerkam : será (D.). Híñiha : él, sentado (D.). — Moc. : Ynnissó. Hipigem : cielo (D.). — To- ba : Pigém (B.), Piguém (L.). Moc : Yppiguim. Híriha : él, parado (?) (D.).— Moc. : Edassó. ri-Huikám : iré de aquí (D.). — Toba : Sicovó. Moc. : Sáyeccó. : prefijo de 3* persona en fleccion verbal en series. A, Gr=t YA AÑ Eo E ex. gr. Yaraige, él sabe ; Yakaleént, él recuerda (D.). I : subfijo general de 2* per- sona en posesivaciones y flecciones verbales. Gon la t produce chicheo y se dobla en plural. Y : prefijo posesivo de 1* per- sona (que asimila una e sl lo sigue) ; ex. gr. Yitá, mi padre (D.). a-Yacá : enredado. Yachi : ceniza. — Moc. ló. le-Yagaariní : bil. Yágám : como, lo mismo que; ex. gr. Roaha vagáam ne- tegink, avanza ó ataca co- mo un perro (D.). Yágám : como (sicut) (D.). — Toba : Ygariém (¿cómo?). ne-Yagayagac : viaje. e—- Yagayagaíc : caminante. a-Yagueñá : hondo. la-Yaguená : está hondo. Yajoutetegue : aprecio. Yalaíc : mi mano derecha. — : Al- ingenioso, há- Toba : Lahi (B.), Aloik (L.). Moc. llquel-lagát (maní). Yamilca : golpe. Yapaligat : flema. Yapiloctá : agudo (punta). — Moc. : Sóctoan. Yapo : flaco. — Toba potá. Moc. : Yappoó. Yapot : valiente. Yapót, pl. chi: un valiente (DEA ñ-Yatam : agradecido (?). Yate : nuera. Ver y-Ale. — Toba : Lathé. Moc. : Lácté. Yauic aloá : greda. Ya- Yauic : colorado. — Moc.: Lectogayék. Yauík laip : quirquincho (D.). Yauik loapel : martineta (D.). Yauilaipe : peludo (el ani- mal). Yauileteíc : rubio. — Moc. Coñolavé, Yauiquetá : ensangrentado. Icait : limpio. y-Icalc : azul. — Moc. : Iccol- lácca. Icale : verde (D.). — Moc. : Ladal-lá. la-Icami : anciano está ya. Juan lam Icami quiñi Pedro : Juan es más viejo que Pe- dro. la-[caña : hasta aquí. lecaí : amarillo. — Toba : Yo- coví(B.), Cowi(L.). Moc. : Conni. y-Iequi : mi casa, ete, — To- ba: Nohic (B.), Noyik (L.). — 386 — ch: Ver Vio a-Ichac : flechero. Ichac : yo corto (B.). Ver Quichua Ychuni.—Moc. : Sichácá. Ichacatan : yo me confieso. (B.). — Moc. : Sichococ- tara. l-Ichága : zorra. — Toba : Yssi (zorrilla). Moc, : Inni- sá (Zorrino). n-ichagé : costilla. — Toba : Nitissith (B.), Chisitt (L.). n-Ichagec : cortadura. n—-Ichagete : costillas. Ichágnam : he soñado. — To- ba : Sitiogón (B.), Chigon (L.). Moc. : Siguemactá. n-Ichajacaolcá : guisado. n-Ichajaganal cuchillo ; pl. ncate. — Moc. : Leec- cácte. r-Ichak : brilla (D.). r-Ichákatalgé : brilla sobre la superficie (D.). r-Ichakataugé : brilla á lo le- jos (D.). chi-Icham erá fingimiento; lo que no es verdad. Icham : saludo (D.). — Moc. : Sigguin. Ichamenr'aikin : cacique (D.). l-Ichanganata : hiel. l-Ichara : zorrino (D). — nombre de Toba : Yssi. Moc. : Innisá. n-Ichar'hek : herida de cu- chillo ó espada (D.). Ichat : yo confieso (B.). — Moc. : Sichococtarn. g-Ichataam : he de confesar (C.). Ichaúque : cristal, vidrio. lI-Icher an ZOrro menor (DE): la m-Icheroá : ¿ya te vas? (D.). lI-Jchi : rincon de la casa. l-Ichiá : madre honoris cau- sá pro. Laté (D.). — To- ba : Yaté (B.), Lá'té (L.). n-Ichiatá iñoaca yuijac : yunta de bueyes. n—-Ichica : mono. n-Ichiegík : palo de leche (D.). l-Ichiga : resina, goma. — Toba : Lissi (B.), Ichéaj (ES): l-Ichiga : nido. lI-Ichigare : miserable, pobre; pl. rca. — Toba : Tiogo— dich (B.), Chogodák (L.). I-Ichigáric : pobreza. n-Ichigehé : nutria (D.). — Moc. : Nietiicé. n-Ichigeherit : vestido hecho de pieles de nutria. Ver YEAD Ichagraica : los pobres. | A Ichigrenaanaí : piadoso. Ichigrenatanaye : de piedad (C.). n-Ichigrica : miseria. —Toba: Tiogodich (B.), Chógodak (L.) (pobre). I-Ichigrilatec : padeció (C.). — Moc. Ver Ictí. lágrimas. Ichigroammachitápcam : nos ha de guardar (C.). Ichiguiric: Ver y-Chigutric. n-Ichiil cajate : ahorcar (B.). Ichiit : recibe (C.). n-Ichijaga naquí : harnero ó cedazo. — Toba : Nesa— dená. n-Ichijaganaquí : colador. n-Ichijaganaquí etanta : ce- dazo, zaranda. n-Ichikatrana : mono (D.). l-Ichil lelamr'kié : medias 6 botas. — Toba : Tileleté. Ichilelamaquí : bota. — Moc. Ver Jctz, pierna. Ichilimin : cacique (D.). Ichimaye : rio Rey (D.). m-Ichimich : mono chico. gr-Ichin : hacernos (Ad.). l-Tchina tangué : por manda— mientos (?). — Moc. : Is- chil náctárn (mandar). n-Ichioncate aguja : (B.). — Toba : Tetaancute (B.), Tetagrganucté. n-Ichioncate emaljac : alfiler. n-Ichioncát : aguja; pl. tte. Ichiqueimecam : desde esta ha de venir (C.). Ichitougue : resplandor. Ichiugue : vidrio. n-Ichiuiñi : acordarse (B.). r-Ichivil : nombre de indio. Ichoalay : mombre de indio (D.). Ichoala y cacique abipon (D.). Ichoháke : hermano de ichoa- lay (D.). Ichohaké : nombre de indio (D.). Yé : subfijo plural de nom- bres en 1k;ex. gr. Fer- gr'atk, estrella ; pl. Eer- griaic (D.). Yé : terminacion de feme- nino; ex. gr. Ariayé, vieja. Ver Yk (D.). Yeeketegué : cumplen. Yegarigé : subfijo verbal que hace caso régimen de 2* persona singular; ex. gr. Rikauágyegarigé, yo te compadezco (D.). Yegarik : subfijo verbal caso régimen 1* persona plural; ex. gr. Grkauagyegartk, tú nos compadeces (D.). Yegó : yegua. Yegó aytaí : yegua parida. Yejec groaja : fiera, animal. — 388 — — Moc. : Yessé (animal). m-Yekaué ? : ¿dónde vas ? (D.). — Toba : Sicovó (yo voy). Yeraik. Ver Eraik. Yer'oa : Ver Er'oa. Es pro— bable que aquella y no ésta sea la verdadera for- ma del subfijo. Ver Yega- rigé. —- Moc. : Arvá. ri-lgá : muero (D.). ch'-Igaareenam : inocente; pl. n:. Igarañi : él ahoga (B.). Igaraoa : yo aborté (B.). Igarapec : padece de corazon ó sedesmaya. ri-[garañi : muero de sofoca- cion (D.). ri-Igárari : estoy muriendo (D.). amla-[gate : cuando mueran (E): lgé : subfijo de caso régimen de 1* persona; v. gr. Gr- cauagyegar:igé, tenmelás- tima (D.). i-Igé : subfijo verbal para caso régimen de 1* persona singular; ex. gr. Grrkaua- guigé : tú me compadeces (DJ a-Igigué : anda adelante. — Moc. : Oqquii. egr-lgi : mudado, Igiguigám : leon. — Toba : Savagaic (B.), Sauagrgaic (L.). Moc. : Essavagaéh. mar-lgichmem : tú quieres (C.). — Moc. : Dissiá. n-Igil : suciedad. — Toba : Usipagantá (B.), Shiparátá (L:): I-Igilalcá : clérigo. lI-Igilaica : ropa. I-Igilalcá : luto. lI-Igilalec : vestido ; pl. lcá. r-Igilam : quiera (C.). — To- ba : Disahá (B. y L.). Moc.: Dissiaó. lI-Igilic : tuétano, caravú. — Moc. : Ischíh. Igilque nataí : revoltoso. Iginanaí:enterrador.— Toba: Siladini, enterrar. n-Igincam iri : de esta ma- nera he de hacer (querré). n-Igini : enterrado. n-Igiñi : fué sepultado (G.). la n-Jgiñi : ya está enterrado. n-Igitagé : asador. — Toba : Nacigh (B.), Nasí (L.). n-Igitam : quiso (?) (C.). — Moc. : Nisslá. er-Igitam : queremos (C.). n-Igité : quieren. n-Igité : zarcillos. — Moc. : Ischite. Igna : no (C.). — Toba : Ay (B.), Aé (L.). mi 0 40 ii els ile á 4 3 j — 389 — ch'-Igragichaá : descuidado. Igrari : desmayado. Iguacapec : pasmo. Iguem ? : ¿dónde ? (C.). Iguemenam : será (C.). Iguim : en preguntas de 2* persona; v. gr. Yguim chiga oagipatiayapec?, ¿estais sordos ? lguinan : yo saludo (B.). — Moc. : Siqquín. Igurí : para qué, ó por qué? Iguri cachít : ¿por qué no ? y -leyi:trueno.—Toba: Yalati- gi. Moc. : Yal-lactigvi. ri-Ihé : deseo. Conj. R1,Gr-1, N (D.). — Toba: Disahá (B. y L.). Moc. : Dissiá. n-Ihírenak lJeenerer quie : cueva de tigre, nombre de lugar (D.). n-Ihirenak : tigre (D.). — Toba : Guidioch (B.), Qui- diok (L.). Yi : subfijo, caso régimen 1? persona singular; ex gr. Hakleenchitapegit, tú te estás acordando de mí. (D.). — Moc. : L Yíbichigí, pl. erí : enojado. n-Yic : la casa. — Toba Nohic(B.),Noyík(L.).Moc.: Niih (ciudad). n-Yicelaten : clamor. n-Yichi : bebe tú, pierna. Yichigua : vaya á rezar. l-Yichigete : cuerda de gui- tarra. n-Yichiíc : manojo. n-Yichiíc : manojo de paja. |l-Yigé : teja. —Moc. : Lovíh. l-Yige : ladrillo. Yigé. Ver [gé. r-Yygerañi : ahogarse (D.). I-Yigirí : tejado. or-Yiguém : norte. Yiiele : macana (D.). Yijac: gamo, gama. r-Yikahe : nombre de una tribu de abipones (D.). r—-Yikané : abipones que vi- ven en los campos (D.). Yimacachin : respeto. l-Yivga : harina. cr-Yiquitaa porfía. n-Yirichigigam Yirquijó : familia. n-Yitacá : doctrina. l-Yitágala : altar. n-Yitage : alabanza, junta de gente. u-Yitananc : intérprete, len- guaraz. n-Yitanata : corazon. — Moc.: Litarnactá. Yité : mayor. Ijagoá : pegajoso. , er-Ijanaíc : deseo comida. — Moc. Ver /)issia. prosigue Ó encendido. — 390 — n-Ijáne : tigre. [jaquín : enano, petizo. gr-lIjinám : al entierro. Ver Lajagalca Gr. Íjiuetá : cuero. n-Ijougá : aliento, fuerzas. I-[jougá : dureza, fuerza. n-fjouga : fuerza. I-Ijouga yachi : rescoldo. [jóut : duro, fuerte.— Moc. : Ischit (puede). g-Ijoutougue : yo abro (B.). Ik : terminacion de mascu- lino ; ex. gr. Aria1k, bue- mo. Ver MénD.). Ik : subfijo que indica árbol ; ex. gr. Apehe, la fruta del chañar; Apehik, el árbol que la produce. l-Ikinr'anala : la cruz (D.). la h-Ikyegarík: yamevoy(D.). Yla : mios (son), de caballos (1): Ylá. Ver Elá. an-Ylgé catapec : estoy ocu- pado. l-Ylicacca : olas. l-Ylicacca eoayé : olas del Paraná. Ylicatanaí : remador. Ylicatanat : remo. n-Ylicatanale : pala de canoa. del horno. Yliancatacate netéi : remos de canoa. Ylicatañi : tú remas. n-Yliga : barro. n—Yliga graalitá : barro blan- do. Yligat : membrum genitale hominis. or-Yliñi : pantano. n- Yliouquete : rodilla ó ro- dillas. — Moc. : Liccoctá. Ylipanata : ama de cria. Ylitaga : mancha, gotera. n-Yloencatannacá : engaños (G.). Ylquigí : alma, ánima. — To- ba : Hiquihí (B.), Hiquihí (L.). Moc. : Lquií. Yiquigí : el alma (C.). Yilalék : hijo, honoris causá pro Laéter'at (D.). Imacagiñi : soberbio, cuando lo precede chiec; lit. no respetuoso. n-Imichiquí gutla. lam-Imiga : está podrida. er-fmiga? : ¿estás podrido ? — Toba : Nehigá (L.). blan-Imiga elpage? : ¿está (ya) podrida la carne? n-Imigriga : podredumbre. Imilg : grillo; pl. ga. pastel ; pl. -In : subfijo de nobleza que se arrima á las voces cuando se trata de esa gente. /n es de hombre, en de mujer; — 391 ex. gr. Debayakaykín era un cacique, cosa que fuese de él sería lilin y no lela (D.). Iná : no (D.). ch-Inaata : desigual. Iniancate : garfios ó ganchos. Iniate : pantorrilia. n-Inichila : longaniza, empa- nada, morcilla, etc. Inier'a, pl, gar: : flor ó año (D.). Inigrí : años. — Moc. : Iñia- gá, Yñardi. Inilepá yuipá : novillo. Inimcatanga : alcahueta. Innate : tres (C.). — Toba : Cacayniliá. que-Innate : tres (C.). h-Innerkam : será (D.). Inoaka yekaini (D.). Inoakatapé : de dos en dos, de á dos (D.). l-Iñagec lepaga : manteca. l-Iñagec : la segunda (C.). Inagehék : el que va último (DR Inaté : nombre del Bermejo (D.). Ii : allí(C.). — Moc, : Inni (ese sentado). ñi : él que (C.). — Moc. : Inni (él). Ii : él (es) (C.) Ii : con él (C.). Iñitarapé Iñi nam (Cat.). l-Iñiacata : rincon de monte. Iniegari : ¿ha florecido el al- garrobo ? (D.). Iñier'a : flor de la algarroba, un año. a : alimento (D.). :año. —Moc. : Yñiagá. Add : verano. — Moc. Yñiagá. la-Iigá : ya viene el verano cerca (ya es verano). Iñigigám : levantado. Iñiguiñi : nacido. Iimcatanc : alcahuete. Iñitara : un (C.). — Toba: Natedách. Moc. : Yñatvák. Iñitara : uno, único. Initará : él, sentado, si está solo (D.). — Moc. : Ynni (ese sentado). Iñitára : uno (D.). : UNO por uno, á cada uno (D.). h-Iñitar'oat : es ó está (D.). Inñoaca loajatagete lenana- quité : cosa cun siete agu- jeros (B.). l-Imoaka yahat : dos veces, segunda vez (D.). Iñoaka : dos (D.). — Toba : Nivoca 1. Cacayni. Moc. : Yñoáco. Yoa : subfijo de caso régimen de 1” persona ; ex. gr. /7e- — 392 — me alabas (D.). Yoá : subfijo de caso régimen de 1* persona; ex. gr. (G77- kapichioa : tú me quieres (D.). — Moc. : Ivá. Yoalé : marido, de ahí, hom- bre (D.). — Toba : Yuvá (B.), Lowá (L.). — Moc. : Yová. Yoalé : hombre (C.). Yoaliripí latenk náueretápek: multitud de gente grande se está acercando (D.). — Toba : Yaledipi (B.), Ya- lerpi (L.). Moc. : : Yal-li- rippí. Yoaquiagá madera para rancho. — Moc. : Niyárla (ramada). Yoenatat : limosna. Yoritete : rana. Ipachica : cuento. r(i)-Ipachigni : me cuentan. Ipaeugue : ardor. Ipeetajaquin : estoy arriba. l-Ipi : muchos.— Moc. : Lipi, subfijo. Ipiam : cielo (C.). — Toba : Piguem (B. y L.). Moc. : Ippigóm. Ipiam : cielos (C.). qu-Ipiam : al cielo (C.). Ipiam : cielo. Ipik : bagre (D.). Ipichí : golondrina (D.). Ipigan : adormecido tengo el pié. Ipiinc : huso; pl. ca. — To- ba : Pinéch (ch=k, B. y L.). —Moc. : Ipinneh. Ipirikin : cacique (D.). Ipiz : nombre de indio (D.). Iquem? : ¿cuántos? (C.). — Moc.:Quenneque (¿cuáles?) Iquam meoague adónde (B.). — Moc. : Meváque (¿ donde?). gri-Iquiai : prosigo (C.). y-Iquiannanachi : házme una señal con el dedo. a-Iquiataam: pasarás. —Toba: Sapactá (B.), Pagatá (L.) (pasar río). [quieguem : préstame. l-Iquinánála : en la cruz (C.). — Toba : Lotisinagnagat (crucificar). Moc. : Lactis- senarnárte. n-Iquiñic : cena. — Toba: Si- guehé (B.), Dequehé (L.) (comer). Moc. : Lquee. ñ-Iquiñioagoa :tesaludo(C.). — Moc. : Siqquin (yo sa- ludo). 1-Ikinr'anala : nombre de lu- gar, La Cruz (D.). y-Iquip : sed. Iquipata : sediento. n-Iquirougancat : chacra. — 393 — Ircagi anogue acrecentar (B.). Ircagiugué acrecentarse (B.). gr—Trecquetagri : queremos. Iri : allí. — Moc. Iddí (allá). Iri ygilguiga latenc : tengo muchas ocupaciones. -— Moc. : Ydi (tengo). lriagá : llama. — Toba : Le— hadagá. Moc. pl. Lavága. I-Iriega : luz, llama. Irijá : allí, este. — Moc. : Ydisó, esto; Yddi, allá. Irija noelequíc : allí hay pe- lea. Iripí : subfijo de plural cuan- do es de muchos; ex. gr. Yoalé, hombre; Yoali- ripi, muchos hombres (D.). Lavácca ; Ver E ó Ena. — Moc.: Lípi. Iritaogue : entero. — Toba : Aunetuigú. Iritára : él acostado, si está solo (D.). — Toba : Ver Eda. It óIch : solamente, no más; ex. gr. Tachkáúe yt le- nechiaválk ; dame un po- quito no más de alguna cosa (D.). It ó Rit : subfijo que significa el material de que se hace una cosa (D.). Ver Káepe- rit, Itá ariaí laitá : tiene buen ol- fato. Ver Idá. — Toba : Laytá(B. y L.) (olor). Moc..: Laictá. y-Itaí : habiador, charlatan. — Toba : Taktapék (L.) (hablar). Moc. : Ectari (tú hablas). Ita laita : tiene olfato. — To- ba : Laytá. Moc. : Laicta. chi-Itá laitá : no tiene olfato. Itan netapég : mealegro (B.). — Toba : Nisón. Moc. Niicton. y—Itayé : habladora., gr—-Iteric lepaga : enjundia de la gallina. — Toba : Nititá (B.), Epiú (L.). Yúele : macana (D.). Yuia : mortero. Yuiac : gordo. — Toba : Yu- tiach (ch=4). Moc. : Yó- chácá. Yuiaguí : tienes(C.).— Moc.: Yde vel Avé. l-Yuiga : guitarra. |-Yúigi : laud, arpa, ijares de animal (D.). l-Yuigue latenc : arpa ó gui- tarra grande. : Yúihbáak, pl. á : buey (D.). Yuija laoenca : novillos, 26 — 394 — Yuijác groajá : toro bravo. Yuijác toro. Yuijác yliat : vergajo detoro. Yuijacagaigueic : buey. Yuilana : mano.— Toba : Yu- vat(B.), Lira'ta (L.). Moc.: Ylquel-lagát. n-Yuiquiaol : conejito. Jaaukanigas : 3* tribu de los Abipones (D.). Jachaogue : apestado. e-Jalicatanc : balanza. e-Jatmatá : tengo tos. — To- ba : Assotomatá (B.), Sop- natá (L.). L : prefijo posesivo de 3? per- sona, determinándola ; ex. er. Letá, padre de él; Le- .ta1, sería de ellos (D.). Lá : saludo, y con lo mismo se contesta (D,). — Moc. : Lá. La : subfijo de caso régimen, 3* persona del plural ; ex. er. Grapitla : nosotros los amamos. Ver Ae (D.). — Moc.: Lo. y-Ivichigí : enojado está. La y yanigr'a, ya mi sangre está enojada,cuandose can- san (D.). r-[ygerañi : ahogarse (D,).— Toba : Dipennó (B.), Au- grgaik (L.). h-Iymeya : sapo (D.). y-Jatmatá lanaá chigriachica- chit : mi tos es muy mala no me deja dormir. gre-Jatmaté : tu tos. ye-Jec groajá : fiera (animal). — Moc. : Yessé, ne-Jeurá : corneta, flauta. Lá : ahora, prefijo verbal (D.). La : partícula que equivale á es; aunque más bien debe- ría ser ya; ex. gr. Oagan nihirenak lanaá,quamvis tigris jam mala sit, — Moc. : Ld La, prefijo. La: muy. Ver Quepalcachac. Lá naá : ¡ ya está malo ! (D.). La greeketegue : cumplamos (Ad.). — 3953 — Laá : grande, extenso (D.). Laar'ar'at : yo aumento, am- plifico, agrando (D.). La laherek : costumbre ya ser (de él) (D.). La naá! nenekáuvagí (D.). Lá ribé lahé : vengarme quie- ro (D.). Lá yáraigé : ya lo sabe, de aprobacion (D.). Laché : leche. Lachi luií : suero. Laháua : otro (D.). — Toba: Leyá (B.), Siya (L.). Lam naá : más malo. Lam naama : ya lo es tarde. Lamach : muy. Lamach lamnaá : muy malo. Lamachigayague : muy cerca. Lamerpeeáoge kenoáoge : so- bre todas las cosas; expre- sion de superlativo y se antepone al (D.) Lamicami : más viejo. Laná : subfijo del instrumento ó medio de hacer algo ; ex. er. Tach haue achibir'— raiík noeta laná; dame sal, la medicina para (D.). Lanaai : muy malos, Lanachí catañi : está sentado (G.). Lanám rihegem cat gracher- haká anámichirihegém calificativo * veinte, los dedos de piés y manos todos (D.). Lanám rihegem : diez, los de- dos de las dos manos (D.). a-Langcachac : nadador. — Toba: Lanagay. Moc. : So- gonnecták (nadaba). Laoeloá : adentro. Ver Lr- petaoa (B.). Larichi aolc : ya acorto (B.). Latám : casi; ex. gr. Latám riygerañt, estuvo á punto de ahogarse (D.). Ver Mo- coví Láctom. — Toba Yachi. Moc. : Lactám, Lac- tóm, Latám. Laté : lugar de la accion; par- tícula que se subfija; ex. gr. Kiñieralaté, donde uno come, 2. e. la mesa. Latenc : es grande (C.). — Toba : Lechá. Moc. : Lac— teél-le (alto, largo). Layám : al fin (D.). Layám grauichi? : ¿alfin vi- niste ? (D.). Layt : subfijo de vaso conti- nente; ex. gr. yabogék- layt, tabaquera de yabo- gele, rapé (D.). la-Legue : aumentado. Leyer iri : tantos como estos, mostrando dedos. e-Leiera: vivos (C,).— Moc, : Ne-Leágá (vida). o A Lelá. Ver Elá. Lenechí : pequeño. Dim. con Olek y Avalk (D.). — Moc. : Leccotiolé. Lenechi : pequeño, chico (D.). Lenechitar'at : yo achico, dis- minuyo (D.). Leroaca: dos (?)(C.).— Moc.: Yñoacá. Leyer iri : en tot, tantos co- mo estos, mostrando dedos parasignificar número (D.). Leyekalipí : con prefijo chic, que no se pueden contar (DI M : partícula que prefijada al segundo verbo equivale a nuestro a de infinitivo; ex. er. La rihete m'hakéñe , ya yo quiero á yo como; quiero comer (D.).— Moc..: misma m. prefijo de interrogacion; ex. gr. MWoachtifñit? : tás enfermo? la h y la n se eliden cuando la siguen á esta m. Ver Mauichi. — Toba : Marcopitaá ¿lo que- reis? Moc.: mismo uso dem. Maapchitaata : ya estás junto ? lindo. La — ¿es- Maarjale : Likinr'ánala : cruz. Lichenchia : licencia. Lilin : por Lela, si se trata dela nobleza. Ver Yn (D.). Liñoaka yahat : dos veces (D.). Lipi : muchos; v. gr. Nui- chit lipt, muchos modos. — Toba : Dipi (B.), Lerpí (L.). Moc. : Lippi. Loencatagúe gueca : (Ad.). Lue-uanit : los Vilelas llaman así á los Abipones (D.). engaños M Maayé : doncella (C.). ñi-Mac : mi surda. — Toba: Emách (B. y L. ch=k). le-Macachic : fama. e-Macachinatanaí: obediente. chigre-Macaingnatan : des- cortés. Macami yamnaí? : ¿estás pre- ñada ? Mach ga noacatezam : todavía echa aliento (B.). Machcacamiaca : sí son dos. Mach cain : son mios; v. gr. Enouja netapegé mach cain, estos sombreros son mios. Si por cain se pone — 397 eroujá entonces dice : son de aquellos. Machcaoe : dándolo (G.). Machi migin amiri : de nin- guna manera he de hacer. Machigayaque : más cerca. la-Machigayaque : muy cerca. Machik kla leyá : ¿que no basta ya de hablar? (D,). Machilic : tiene razon. chigre-Machinatanaí : nado. .ne—Machita : habla despacio. — Toba : Avosi (hablar). Machka: parece prefijo verbal de estado de ser (D., 179). Mach yaripa : es mi amigo. le-Mág : bautizado. le-Magá : bautizados. —Moc.: Occorarnii (bautizar). ne-Mág-aole : cabecilla. obsti- ne-Mágchiga netéige : cabeza sin pelo. ne-Máge : izquierda mano. Ver ñi-Mac. ñi-Máge : mi esquierda. Maín : coumigo. — Toba : Ayin (yo). Moc.: Maim (para mí). Mainigue queñiacal : poned detras de mí. Majá : para (?). Majá aoam mategue : para guardar (Act. de Gont.). Malakín : cacique (D.). Mamorcaoquiicám : que me has de tener lástima. ne-Manataye : humilde, cor- tés, ne-Mánce : izquierdo ó zurdo. Manekám=Hamekám : prefijo inter m (D.). Manyachiá : alguno (B.). Manyachiecá alguno; pl. 2116 (B.). Manyachialirí (B.). Manyachialiri lenchi aólq algun poquillo (B.). Mañiae : de la doncella (C.). Mañigá : ¿acaso hay? (D.). Mañitaña ená : poned delante de mí. Maoé : causa (C.). — Toba : Avoyasová. Maoegue : por eso. Máoge : porconsiguiente. Ver Tame) Maoque : por eso. Maqueyen : acaso son (C.). Marcapachi : la tienes. Mat ó Gramachka: porúltimo, en suma, cuando se afirma algo con seriedad ó jactan— cia; ex. gr. Gramachka Abipon yapochi, sí que los Abipones son valien tes Enehá mat yóale, este por último es el hombre (D.). Matégue (Act. de Cont.). con alguna cosa SÓ Matijagancate : martillo. Matnikapitalta : yo me amoá mi mismo (obsérvese el prefijo matni) (D.). Mauichi por m-Nauichi (D.). Mavequen grichacatanaguí ? : ¿alguna vez te has confe- sado ? Mehelenkachie : ánimas,som- bras, espectros (D.). Mek : preposicion en ó a, con movimiento ó sin él ; ex.gr.Larihimek khaama loetá, ahora me voy á tier- ra de Españoles (D.). Meka kanák : ¿acaso hay co- mida? Ver Heka (D.). Melaiqueaña ená : de aquí hasta aquí. (?) Melat cami : es tuyo. Melat : es (C.). Meleno groapacachichi?: ¿tie- nes piojos. Ver Eno yoa- pacate. Melle : nombre de indio (D.). Men-men : así como es, así tambien, en comparaciones; ex. gr. Men neta, men naetar'at, así como es el padre así tambien es el hijo (D.).—Moc. : Méen (como). Men : preposición á, en, con ó sin movimiento; ex. gr. Men lahalatoet netakat esto tambien nattar at kachka E.S. en el nombre del Padre y del Hijo y ete. (D.). Men : prefijo interrogativo; equivale al latin an; ex. gr. Men leerá? ¿es cierto?(D.) Men meram : asi como. Menaague : está(C.).— Moc.: Mennagué (¿dónde está ?), Menet, añi : habita ó está abajo (D.). Ver Añ1. Meneta-hegem : habita ó está arriba (D.). Ver Hegem. — Moc. :Mennectá (¿cómo es?). Menetahegem : está (D.). Menetáhagám : habita ó está en el agua, etc. Ver F/a- gam (D.). Menetañi : está (D.).— Moc.: Mennectari (¿cómo está ela): Menetajaimegué : está (C.). Menetañi : está adentro (D.). Meraa : así cumo (Ad.). Meram (con men) : como (Ad.). ne-Metanaquí : odre, noque. ne-Metancate lecáct : pala de hierro. Mgueicayo : me ha nombrado (0 Miará : suegro, Toba : Latió. Mich : ¿acaso? (D.). suegra. — — 399 — Miéka énegen? : ¿ por qué? ¿por quérazon? Ver Forat (D.). — Moc. : Ecca (que). Miéka énegen nkaué nquichi ená? ¿Por qué razon has venido ? Migue? : ¿cuáles ? (C.). Migue negue nareoa main ?: ¿qué me traes, á mí? Migue negue, niaoé? : ¿ por qué causa ? (C.). Miigá : morir (C.). — Moc. : Lel-laogá (muerte). Mik : prefijo interrogante. Ver Mik mich (D.). — Moc. Meccá. Mik mich. Ver Mik; ex. gr. Mik mich grihochi ? : ¿estás bueno? (D.). Mik mich :acaso, prefijo dein- terrogacion (D.). N : prefijo de relacion de 3* persona sin determinarla ; ex. gr. N-etáa, padre de cualquiera (D.). — Toba y Moc. : lo mismo. N : prefijo de 3? persona en singular y plural, fleccion verbal. En plural lleva sub- fijo e; ex.gr. Nkaptt, ama; Nkaptite, aman. Sirve para las series : Miñiá : aconsejar (B.). Mique negué? : ¿con qué? (C.).—Moc. : Quénnegayá (¿ qué?). Miquenegueaoe? : ¿por qué razon, causa ó motivo? Miqui iñigue ? : ¿ quién ? (C.).— Moc. : Quennegayá (¿ quién ?). Miquí irié? : ¿ quién allí? Miuichí neetachí ? : ¿ tienes sed ? Moague : por eso, Morigi : pregunta con duda. Ver Origeena; ex. gr. Morigi npagak oenék ? ¿quizá el mozo esté abo- chornado? Muichiñita fuerte. más (habla) REG N Ni, N-1, N, (D.). — Toba y Moc. : lo mismo. N : con subfijo 2 prefijo de 2* persona en la fleccion ver- bal y série : Ñi, Nai,N, ex. gr. N-aurch-1, llegas. Toba y Moc. : lo mismo. N : subfijo de 3* persona en — 400 — série, Ni, N-2, NV: ex. gr. Naué, llega (D.). — Toba y Moc. : lo mismo. Naamá : tarde. lam-Naamá : ya lo es tarde. Naayapéc : rabioso, malo (no bueno). — Moc. : Nayapék (malo, mal). Nacál : atrás. Nachi: no (D.).VerMoc.: Nac- toctiaden (no visto, etc.). Nachiga : no (C.). Ver Mocoví: Tocti (no). Nachiga oaram : soltero, sol- tera. — Toba : Vadóm (ca- sarse). era-Naim 2 : el segundo (C.). Naim : mismo (?) (C.). Nain : aire. Nam : más (C.). — Moc.: Nam. Nam : (mas ?) (Cat.). Nam : esos (?) (C.). eno-Nam : estos son (esos, los?) (C.). — Moc. : Nam- quinni (más que). Namach eneta : siempre está. .— Toba : Nauaknaracté (L.) (siempre). me-Namachac initari?: ¿siem- pre estás lo mismo ? Namachac enetari : siempre está lo mismo (C.). Namachacenetari está lo mismo. siempre Namachichi : no siempre, no nunca (€... Namachiga : nada (C.). Namachit cataicañam : queno tendrá fin, siempre (C.). era-Namachit : el primero (0: Namaoenec : menor. enougue-Namque : estos son (esos) (C.). Namque (Cat.). Nam caori : Dios (C.). Nancaalaíc :á la derecha. — Toba : Lahi (B.), Aloik (L.). Nancaoe : causa. Nancaori : Dios (C.). Nancatá : despertado. Naoetam : aunque (C.). Naraá : preposicion con. Ne : prefijo que hace verbo reflexivo; ex. gr. Neapa- gran, me enseño yo, 1. e. aprendo (D.). Neén : bueno y bien. Ver Ariatik (D.). — Toba : No- hen (B.), Noén (L.). Moc. : Nóen. am-Negoate : temprano. Nenaíc : víbora. —— Toba Adranák (L.). Moc.: Enna- naiqque. Neneguí : de noche. Neogá : un dia, tiempo (D.). — Toba : Naág (L.) (dia). Moc. : Naággdá. — ÁA01 — Néotá : dias, Ver n-Eotá (C.). — Moc. : Naágatá. Ndr'é ! : exclamacion cuando ocurre algo nuevo (D.). Nich. Ver Quenonich (Act. de Cont.). la-Nqueela: desollado. — To- n-Oaá : esclava cautiva. — Moc. : Náá. a-Oaá : yo aguijono ¡B.). Oaachapita : aguijonear (B.). Oaachi : aguijona tú (B.). Daagam : pero (C.). ailte-Oaaloerá ayoa : muchas prendas se han perdido. Oaammachitecam : guardar (C.). n-Oaarar'anr'ek : una pelea: lanza (D.).— Toba : Noaga- nath (pelear). Oaarié : aguijonad (B.). n-Oác : costoso. n-Oác : cautivo. — Toba : Na- hach. Moc. : Naák. n-0ac : esclavo cautivo. n-Oaca : malicia. Oacachapcan : advertir (B.). lI-Oacact: aliento(B.).—Toba: Anahát (B.), Lemlahát(L.). n-Oacaga : ruido. ba: Ecolá (B.), Aucolá(L.). ÑNió N vel Ni : prefijo de 1* persona en la fleccion ver- bal y serie : Ñi, N-t, N ex. gr. Ñ-aue, llego (D.). — Moc. : lo mismo. chit-Oacaí : no lo hagas. Oacagaíc ená : esto está rom- pido. Oacal : ganado, vaca. Dacal : vaca. Oacal laitál : ternero. l-Oacalí : almas (C.). Ver Huaca, quichua. l-Oacalí (Credo). n-Oacaligá : dolor. _lOacanina : campana. Ver Oacali. — Moc. Lac- toimna. ñ-Oacará : señor mio (C.). ñ-Oacará: señor nuestro (C.). n-Oacará : nuestro señor (C.). or—-Oacatarí : bramido. n-Oacategam : aliento. Ver Dacact. — Moc. : Actic- tacta (afligirse). l-Oachí : bofes. —-Toba.: La- thí (B.), Lachí (L.). Moc..: Acti (pulmon). — 402 — Oachiat : orina. — Toba Utiagáth. I-Oachigagal : hisopo. Oachiganga : siervo. Oachiganya : ciervo. — Toba: Tiganigó (B.), Chigranigot (L.). — Moc. : Diogoné. l-Oachigquí : vejiga.—Toba : Lotiagalay (B.), Charaquí (L.). Moc. : Neogonnáqqui. Dachigranigá, pl. al : ciervo (D.). I-Oachimá : coraza de cuero. Oachimiegrar'a : picaflor(D.). Oachin : enfermo. Oachín : enfermo está (D.). n-Oachingá : contagio, peste, enfermedad. la-Oachiñi : al centre (metido ya adentro) (C.). Oaeñik : rey de los cuervos (DA Vágan : aunque (D.). Oagan : aunque (D.). Oagan : con todo, sin embar- go. Ver Klátúm Rkeén (D.). — Moc. : Angué (to- - dos). Oagam : pero. Oagayitaalam : los queramos escuchar. Oagenr'aik : vencedor (D.). I-Oagí : árbol. l-Oagí elpetá : árbol frutal. l-Oagí : rosal, árbol. n-Oagiinec : lazo. — Toba : Anagé (B.) (gé= qué L.): Moc. Lannagué. n-Oagilalate : baston. n-Oagilalaté : vara de justi- cia. n-Oagileté : lanza. — Moc. : Nectaguiaryé. n-Oagilichiríc : asta de lanza. chigr-Oagipatiapec : sordo. — Moc. : Agai (oir). Oapipatiapec : con esto que precede ¿Acamt yquim chiga 0.?; ¿estás sordo ? Oagipatiayapec : con esto an- tes. ¿ Yguim chiga O: 2 ¿estás sordo ? n-Oagiquiga : lluvia, garúa. — Toba : Naquiagaic. er-Oaguiet nejaoatec : paja seca. — Toba : Avacapí. gr-Qagiueta : seco. r-Oaha : avanza (D.). n-Oaharegraniam : mentirás (D.). n-Oaharegr'ani: mientas “D.). n-Oahar har ancaté : boleado- ras, son tres las bolas. Oanarí : nombre de indio (D.). Oahá yegalgé : librame (D.). Oahayegalgé (ch. XVIII, D.). Oahé : nombre de indio (D.). Oaherkaikín : nombre de Abi- pon (D.). Oaherkaikín : nombre de in- — 403 — dio ennoblecido (D.); Caci- que. Oahetá : arco iris. n-0ái : dulce. — Toba : (B.), Amoó (L.). n-Oaí : pescado. — Toba : Niyóch (B). (ch=Rk, L.).— Moc. : Nai. n-Oai : Ver Enam noaí, sá- bado. ñ-Oaic : mi carne; pl. yaca. l-Oáic : polvillo. n-Oaichit laitá : orégano. Oaiguíc : algarrobo. l-Oaik : dificultad (D.). Oaik : algarroba blanca. Ver Amó Hamáp (D.). - Oáikik algarrobo blanco (D.). Oaikin : nombre de un hechi- cero (D.). Oaiogañi : escucha (B.). — Toba : Naiaargani (L.). Oaitalam : quieran escuchar. gr-Oajaalgué : protector que nos defiende. l-Oajagagala : eje de carreta. n-Oajagaigá : sudor, calor. Oajágal lejaligá : para ran- cho. * l-Oajagalina : rueda. l-Ojagganát : venenoso, pon- zoña. Oajagraye : jabalí. ena Ojal-ligil : esto estásucio. Oajacaíc : bravo. Oajaque : descosido. Oajategui : desenredado está. I-Oák : cautivo en la guerra (D.). — Moc. : Naák. r-0ak : algarroba colorada (DJ Oakaika: mordedores (D.).-— Mcc. : Yáak (picar mosqui- tos). I-Oakal : imágenes (D.). Ver Huaca, Quichua. l-Oakal léériki : Iglesia, 2. e. casa de imágenes (D.). l-Oákal : alma, sombra, eco, imágen. Ver Lkin (D.). egn-Oakára : (ch. XVII, pág. 193, D.) Nuestro Señor. Ver Oacará. n-Oala : pecho. n-Oalachi gigamaliriagá : lla- mas arroja. -1-Oalán : lizo de tejer. n-Oalát : arrojado. Oalcaíc : tardon. y-Oalé : varon, marido. -- Toba : Yahalé (B.), Yalé (L.) (hombre). Moc. : Yal- lé. Oalgué : demorar, tardar. Chiteacamioalgué, venid presto, no te tardes. Oaloa : yerro. ain-Oaloa latenc : he cometi- do un yerro gran de. A — 404 — Qaloá : ha parecido (D.). n-Oalongue : pecado. Oaloa : perdido, condenado. n-Oalougete : pecados. y-Oalougeté : mis pecados (C.). er-Qalougeté : nuestros peca- dos (C.). Oalouigrica : pecadores (C.). Oalouigueicá: pecadores(C.). Qalouyguéic : pecador. v-Oaloutá : pierden. I-Oamága : gusto (>) (C.). n-Oamat : yo adorno (B.). y-Oamcachiñi : lo de adentro es bueno (D.). y-Oamk : conviene (D.). ri-Oámbatá : estoy bueno. Con]. Ri, Gr VADO.) y-Oamkatá : justo es (D.). er-Oamketápekam : estarás tranquilo (D.). Oanachí : guarda. ychigr-Oammachitapcam. Ver Aoamm, etc. y-Oancachiguinegue : prove- choso ó que no daña. gri-Oancatañi : pronto estoy. Oanelkiraík : lobo de rio, de los grandes (D.). — Moc. : Ennal quiagayel. Oanermá : mujer. — Toba : Véase Huarmi, quichua. Oanermá yammave : mujer embarazada. Oanermá yñiguiñegue: mujer parida. Oanerma ajaata queno oague yoale : puta ó ramera. Oanermá naáye lagírica : mu- jer de malas costumbres. Oanerma : mujeres (C.). Ver Toba : Vadom (casarse). gr-Oanga : nuestro provecho (C.). gr-Oanquetañí ? n—-OQañacíi : escondido, ocul- tado. ychgr-Oangachitapcam :guár- danos (Ad.). Oaoa : murió, Oaoapaitá (C.), l-Oapá : cera. — Toba : Lapá (By L.): gr-Oapacatapique : desvarío ; v.g.lar O., estádesvarian- do. I-Oapacate : gorgojo. n-Oapaijagac : locura. quichua Upa, Oapaijagaí : bobo, necío, loco. Oapaijagaíc : bárbaro, loco, tonto (entre Tobas Opa). Oapaijabayé : boba, loca. Oapanatanaí : forzador. Oapar'aika : mal de locura, como el Amuk de la Ocea- nía (D.). n-Oapal : piojo; pl. cate, po- lilla. — Moc. : Lappagát. Ver A A EEE AS Ad NE de ntc ri AT AI o Oapaterica : piojoso. l-Oapel : cresta. Oapelkain : cacique (D.). egr-Oaparikie (D.). y-Oapi : abuelo (B.).— Toba: Yapi, Yappi (mi abuelo). Oapiri : abuelos. — Moc.: Ap- piri. Oaquei : rompido. Oaqueiñ1 : desigual. v-Oaquiagá : madera para rancho. ñ-Oará : sombrero (D.). — Toba : Nadohó (B.), Nadoó (L.). Moc. : Nadoó. ñ-Oaralta : yo acuchillo (B.). Oaranaga : casada. — Toba : Vadom(By LL. v=w) (casarse). — Moc. : Loón. n-Oaranage : casamiento. n-Oaranánc : yerno.— Toba: Ladogonec. Moc. : Laddo— nárnék. l-Oaranaqui : tahona. Oaranc : casado. — Moc. Loon. Toba : Vadóm. n-Oarancachaol : picanilla. n-Oarancaté : picana de ca- rreta. n-Oarancáte : aguijon, pi- cana. n-Oarek : herida de un lan- ZAzo. n-Oaretaguí : clavado (G.). y-Oaretañi : hincado, clavado. n-Oaraguí : clavar (C.). n—Oaro : v. g. Nemel noaró, maiz tostado. n-Oatagmatá : liendre. I-Oatal : chispa. I-Oatalí : chispas. al-Oatanaé : salteador, mata- dor. Ver e-Guercatanaé. n-Oatar ek : una pelea á fle- cha (D.). l-Oateca : mierda, bosta. — Moc. : Látek. I-Oatel : llagas. Ver Gaté. — Toba : Saygóth. I-Oatel : llagado. Oateleé : cangrejo de rio (D.). lar-Oatetá: adormecido (B.)— Toba : Utaaic (B.), Otchat- chit(L.) (adormecer á otro). er-Oatetari : medio adorme- cido (B.). Oatoera : perdidos. n-Oay : sábado (D.). r-Oayamí : una penca (D.). n'Oayi : pescados (D.). — Toba : Niyách (B.), Niyók (L.). Moc.-: Nal. n-Oayogañ1yo escúchame (B.). — Toba : Nalaargami (L.). Moc. : Nagayarnil. gre-Oca agipec : relincho de caballo. |-Octagrigoam (C.). Ochat : gemido. bajarán (?) — 406 — n-Oeencachichi : estás enga— ñando. Oeencatanaí : engañador. Oeencatanayé : engañadora. egr-Oegéc : comezon. — To-— ba : Disique. Oegéca : hormiga ; pl. ya. — Toba : Caissac (L.). n—-0egegga : sarna. — Toba: Quesagá (B.), Nksará (L.). Oegem : lesna. Vegen : barrena, lesna. Oéhega : hormiga (D.).— To- ba : Ca-isac (L.). chic-a Oelagé : vengador. n-Oelakier ek : guerra (D.). r-Oélakiken : él tiene cos- tumbre de pelear (D.). Oelakir'aík : belicoso, gue- rrero (D.). t-Oélakitápekata pelearse por otras causas (D.). r-Oélakitapegetá : ellos pe- lean (D.). er-Oeleita : enredado. n-Oelequic : pelea. n-Oelequígcea pelea en guerra. Oelequiguei : peleador. n-Oenagnac : injuria, burla. y-Oenatat : limosna. er-Oencachi nos (C.). I-Oencatagúe gueca: engaños (Ad.). enseña Oenec : criatura. Oénék : muchacho (D.). — Moc. : Nainéke (mozo). ñ-Oennaltaam: me he de hacer burla (á mí mismo). n-Oeralá : verruga. n-Oerapi : arrugado. gr-Oereigue : está de parto. Oérél : garrapatas (D.). — Toba : Apelá (B.), Pelá (L.). r-Qerepiglemar'at cuervo (Do). Oérgeteté : ranas (D.). n-Oetá : coro, pueblo, estan— cla.— Moc.: N-Aá; pl. n- aáté. y-Oetá : mi remedio (D.). n-Oetá : la medicina (D.). n-Oeta : coro, tabaco (D.). e-Oetañi naoála : está en la cama. ñ-Oetaranatarlankaté : un instrumento de médico (DI): n-Oetaren : estoy sanando (D.). — Toba : Natadén. n-Oetarenátarlanrát : medi- cina (D.). y-Oetat : aborrezco (B.). n-Oetrennatanat : remedio; Noetrennatanat eno aoque nonnichi noa- chinete, remedio para to- das las enfermedades. ' or y. ¡et =D n-Oetrennatanc médica. n-Oeyagá : cáscara, cuerpo. n-Oeyaga : el cuerpo (C.). n-Oeyagá : cuerpos, del cuer- po (C.). e-Ogaigaíc : lloron. a-Ogaigaye : llorona. Ohajenk : cielo. — Toba : Pi- gém (B.), Piguem (L.). n-Oheleté : lanza. Conj. Y. Gr=-chi, L (D.). I-Ohélete : lanza (D.). l-Oheleté : lanza sin hierro en la punta (D.). Ojactapcam : advertir (B.). n-0Ojaiga : calor. Ojáre : falso, mentiroso. n-Ojare : mentiroso. n-0Ojarigám : mentira. n-0jarigañam : mentirás (C.). médico , n-Paác : contrario, aborre- cido. — Moc. : Oqqui. y-Paac : mi aborrecido. n-Paagnago : enemigos. — Moc. : Paguennava (ene- migo). el-Paagué : niebla. — Moc. : Payagá (bochorno). ar-Paagui: tu aborrecido (B). n-Ojariñi : talso (B.). n-Ojorigam : mentira (C.). Ole. Ver Olefe. Olek : terminacion de dimi- nutivo masculino ; ex. gr. Pay, Padre; Payolek , padrecito (D.). Onelquigeic : lobo.— Moc. : Ennal quiag'ayeh. l-Oquec : se fué (C.).—Moc.: Eqque. Origeena. Ver Moorig1(D.). Orkeénam : nosé lo que pue- de ser (D.). Orqueenam : ¿qué pues será esto ? (D.). aj-Oucapilite : creemos (C.). aj-Ouetelete : creo (C.). — Moc. : Assevel-leh. aj-Ouetelgué : creo (C.). Oúge : afuera (D.). n-Paanapég : ahuyento (B.). e-Pacatanaí techador. — Moc. : N-Ppacaték (techo). Pachic : noticia, aviso, y-Pachica : cuento. Pachicanae : aviso. ri-Pachigui : me hace.saber. Ver Avisar (D.). gri-Pachiguí : avísame; v. gr. — 408 — Amachiga ameam gri- pachigut, si no has de ir avísame. er-Paé : caliente. — Toba Tapayá (B.), Dapokó (L.). r-Pae : caliente (D.). Paét latetá : pechos quebra- dos, nombre de lugar (D.). y-Paeugue : ardor. ri-Pagák : tengo vergúenza. Conj. Ri, Gr-1, Y (D.). — Toba : Sipocóhce. Pagancataga : vergonzoso. Pagé : verde. gre-Pagñic : raya. gri-Pagyác : la tengo. I-Pahé : carne (D). — Toba : Lapat. Pai : padre (sacerdote) (C.). Pai : cura, padre. er-Paiga : calor.— Toba : Ta- payá. Moc. : Páyagá (bo- chorno de calor). em-Paiga : sol. m-Paiga : sol. m-Paije : caluroso. Paiijé : calentura. y=Palije : calentura. Paí ligilalcá : hábito ó ropa del padre. Paná, pl. art: raiz (D.). —To- ba: Pahá (B.), Upadih (L.). el-Pana : ralz. y-Paná vel ypanarí : tronco. el-Panerí ; raices. Pariekaikin cero (D.). Parik : boga (D.). el-Paríl : tallo. el-Parilá : tallos. el-Parilga : renuevos de ár- bol. no-Pat : piojo. — Moc. : Lap- pagat. Pata : binchucas (D.). Patagník : pericotes (D.). em-Pataja lachí : queso. Patára : potro. Pateguinc : raton. Pateguinya : ratones. Patenancaté : estaca. Patenr'aik : flechero chambon (D.). Pazanoirin, un hechicero, ca- cique (D.). m-Payagá verguenza. — Moc. : Payagá (bochorno). lane-Pec chagigám : hincha- do, Ó así está. ne-Pectaga : tumor. guer-Peé : nuestra esperanza (067). Peé piiaá : confianza, tenla. er-Peeiañican, nquiigin : está puesto debajo. er-Peeita : de la otra parte ó banda. er - Peetajaguin puesto encima. y-Peetajaguin : estoy arriba. un gran hechi- nquiigin — 409 — n-Peeték : hoja detabaco (D.). er-Pei nemágc : al lado iz- quierdo. er-Peiañí : debajo. lar-Peiañi : está debajo. er-Peit: parte, lado. em-Peita : de la otra parte ó banda. Pejaccatec : parto. Pelarí : perro pelado. ne-Pelganat : escoba. Pepelquina : bola. Perataíc : laurel, sauce. I-Petá : grano (D.). el-Peta : bala. el-Petá : fruto, semilla. er-Petajaguin aquel está arriba. Fa vel Jer'a : desinencia de derivado verbal para hacer. nombre de verbo; ex. gr. Kapicher'a, amor. Fa: subfijo plural de nom- bres en k; ex. gr. ketelk, mula; pl. ketelr'a (D.). Raaguiat : respeten (Ad.). Rach. Ver Rachka. Rachik (D.). Rachak, rach, rat : conjuncion copulativa segun la letra que sigue (D.). — Moc. : Lot. Lo AY, Petegmek : indios con labios deformados por el tembetá (D;): Peúe : mortis causá; prokae- prhak (yacaré) (D.). y-Pigan : adormecido el pié tengo. rui-Pigui : bala, cañon. rui-Piguiliinaga : azufre. Piimaolé : pinta, dado. el-Piinc : queso (hueso ?). er-Piiñi : profundo, abajo. Piiriñam : lJevantarás falso testimonio. Piitajaguin : estás arriba. Piitaogue : arribade(AveM.). Póp : muchos (D.). Rahík : palometa (D.). Fan. Ver Rat. F'ankachac : desinencia par- ticipial, el que abunda. Rar'egr'anr'aik : los Vilelas (Dis): Fari : subfijo, caso régimen de 2* persona singular en algunos verbos; ex. gr. Hakleenchitápegrlart , me estoy acordando de tí (D.). — Moc. : Arri. Rat. Ver Rachka. Fat. Ver Erató Yeral. 27 — 410 — Rat ó Fan : subfijo verbal causativo ; ex. gr. Rpaé enar'ap, agua Caliente; Hapaer'at enar'at, yo ca- liento agua (D.). Ratahé : casquete adornado con plumas (D.). Rategham : cuervo (D.). Rebachigi : nombre de indio (D:): gri-Recquetagri : mos (Salve). Fek : desinencia participial de activo, lo que. la-Reguigam : monton. la-Reguigam aloa : monton de tierra. Reki : subfijo de vaso conti- nente; ex. gr. Nañam- reli, una copa, de Ñanam, yobebo(puedeser Vañam) (Ds): F'el : lo que, subfijo verbal. Ver Napagr'anatrlanr'el. Retapr'ankaté botin de guerra (D.). Ri : prefijo fleccional de ver- bo, [* persona de singular ; ex. gr. Rikapit, quiero te quere- T : desinencia participial de pasiva. (D.). Equivale á gri, en Bárcena y á d en Mocoví. Ver Arte, Mocov!i. Ri ó Gri : prefijo que sirve de caso régimen en 1* persona en algunos verbos ; ex. gr. Riapagr'ant, tú me ense— ñas (D.). — Moc. : Di. 2-Richin (?). Ver gr-Ichin. Richivil : nombre de indio DEN Rikil : mortis causá pro kaáama, Españoles (D.). Rit. Ver It. Rnilili : unos patos que andan de noche y creen los Abi- pones que son las almas de los que mueren (D.). Roaikik : algarrobo colorado (D:).- Roak:algarroba colorada (D.). Roak : algarroba negra (D.). Roayami : una penca (D.). Fruta que comen las que se tatuan. Ruerepiglemar'at : (1) Roayanu. Ver Roayam1 (D.). cuervo n-Tá : yo no sé (D.).— Moc.: Toctar (no mandando). — 411 — Taá ó etaá : subfijo verbal de reciprocidad, uno á otro. Taage : yo no sé (D.). Tabanarí : nombre de indio (1... Tach : prefijo de 2* persona en imperativo ; ex. gr. Tach grahapichi, obe- dece(D.). Ver Tak. Tach : para que, prefijo ver- bal (ut) (D.) e-Tachgoaíc : atemorizado. e-Tachgoaíca : atemorizados. Ták : prefijo de 3? persona en imperativo; ex. gr. Tak haneke, venga él (D.). e-Talc : hilo. e-Talc aquenal : hilo grueso. e-Talc nejateta : hilo delgado. Tam : porque (C.). Tamtará : ahí nos veremos (D.). Tan : porque (C.). Tán : porque;ex. gr. Tan ayte apatáye ken nepark maoge chik aatekán, por- que hay muchos mosquitos en la llanura no he dormi- do (D.). Tanachit : no hay (C.). Tanamach : por eso (C.). Tannachit : porque no. akami-Tañi: tú lo sabes, 1. e, yo no sé (D.). Taoctám : que está contigo (C,). Ver Quiñitaogal. e-Tapanai : ladron. e-Tapanaye : ladrona. Tapek : subfijo de accion ac- tual en verbos; ex. gr. Ha- kiriogrlan , yo labro la tierra; Haktiriogr'aneta- pele, estoy arando ahora. Ver Tart(D.). Tára ó0 Tará : subfijo que se aplica para decir solo (D.). Tarí : subfijo verbal de ac- tualidad ; ex. gr. Haoa- chin, estoy enfermo; Haoachinetart, estoy en- fermo en este momento (D.). Tat : tambien (C.). Tat caañigui : poned otra vez. Tat capigáñi : llamado otra vez. Tatagan : cuchillo. Tatayí : palo duro para el molinillo del fuego (D.). Ta-yeegám : exclamacion de admiracion ó lástima. Ta yeegám : ¡Qué cosa ! (D.). Tayretá : ¡Ay , pobrecito ! (Do) Tchik vel Chigé : prefijo nega- tivo en imperativo ; ex. gr. Chit (así) kahamatr- niam, no matarás. ' Tek : desinencia participial de pasiva. — 412 — e-Técgé : sortija ó anillo. — Toba : Nitiguisich (B.), Chiguisacté (L.). Moc. : Nic- tischacate. e-Telañáí : arco. Teri : subfijo plural de nom-— bres en ták ; v.gr. Neké-— téták, ganso; pl. Veké— tetert (D.). Uaoucá : muramos. y-Uele : macana (D.). e-Uelgue : crédulo. chie-Uelgue : incrédulo. e-Uem : atento. e-Uetauri : desnudo. y-Uia : mortero. y-Uiac : gordo. l-Uiaga : gordura. n-Uichaganat : cabestro. n-Uichi : pedo. n-Uichiát : atado al palo. n—-Uichic : atadura. n—-Uichier'a : guerra (D.). n-Uichiganaquí : cárcel. y-Uichigui : airado, enojado (B:): I-Uichige : línea. l-Uichige anauna : línea con anzuelo. n—Uichigue : atado. Teta aole : tela pequeña. Tetárik l'kaueté : obra de la gallina, 2. e. huevos (D.). e-Tete : porra. Tit la : ya, por fin (?) (Ad.). el-Toaíc : memoria. chie-Toaíc : falto de memoria. e-Tognc : tuerto. e-Toonc : ciego, tuerto. n-Uichií : nudo. n-Uichirier'a : guerra (D.). n-Uigilguiga : alboroto. li-Uigue : arpa, guitarra. y-UÚihat, pl. a : buey (D.). 1-Uii : lado. 1-Uií : limon, zumo de limon. y-Uijác yliát : vergato de toro. : y-Uijac aralaíc maagaigueic : buey nuevo. y-Uijac groájá : toro bravo. y-Uijac : toro. y-Uijacagaigueic : buey. 1-Uije : limones de carreta. 1-Uiil : miaja, pedacito. y—Uilana : mano. Uimiral : especie de perdiz ó codorniz (D.), Tr" Uipigui liinaga : azufre. r-Uipigui : bala, cañon. — 413 — ma-Uitapilité : ¿acasola cree- terior (CG .).—Moc.: Ovilek. riais ? Uiychak : flechero perito (D.). ma-Uitapilite?:¿creis? Veran- Uriaká : yo no sé (D.). V Vegeggueí : sarnoso. Yychac : peligro. Veragaí : movedor, Vychalgue : peligro hay. Vichigueguec :ahorcado (B.). Vymigál : perdiz. Viriác : corredor, ligero. CARTOGRAFIA DEL MAPA ETNICO-HISTORICO DE LOS ABIPONES Año 1767. Estaes la ubicacion de ellos segun su historia- dor el muy conocido Padre Dobrizhoffer. Como en los casos de Jolis, Hervás, etc., todas son noticias que pueden referirse al año 1767 y anteriores; porque en aquella fecha salieron los Padres Jesuitas del país, si bien, para evitar confusiones, convenga adoptar la de su publicacion, que en este caso se- ría 1784. En el Mapa de Dobrizhoffer, los Abipones ocupan el espacio entre los rios Bermejo y Salado, como á un grado al Oeste del rio Paraná ; mientras que Lozano en el Mapa de su Corografía del Chaco (1732) los arrima más á la costa del mismo rio, razon por lo cual en el mio se colocan en una diagonal. Como cartografía ambos mapas son muy pobre cosa, y de ninguna manera pueden compararse con el de Jolis, que tanto seacerca á los nuestros. Se vé, pues, queel gran centro de la nacion Abipona se hallaba entre los rios Bermejo y Salado, á más ó menos dis- tancia del Paraná, y tal persistencia en la colocacion nos hace sospechar que ellos sean los « Galgaisis» de Schmidel, los Callagaes de Dobrizhoffer y Cano de Olmedilla, y Quiloasas de otros autores. Dice Dobrizhoffor en su tomo HT, página 13, que andaban — 415 — errantes en 120 leguas de Norte á Sud, y, otras tantas de Es— teá Oeste: en fin, que eran el azote de todo el Chaco Austral y delas ciudades que con él confinaban, Santiago, Córdoba, Santa Fé, Corrientes y aún la Asuncion; sin contar la de la Concepcion, en cuya destruccion tanta parte les cupo. Año 17753. Los asientos con esta fecha corresponden al Mapa de Cano y Olmedilla, hermoso como conjunto, y lleno de datos de la mayor importancia, pero que, sin embargo, hay que estudiarlo con pleno conocimiento de causa; por- que me consta que en muchas partes ha hecho tal confusion de la corografía de ciertas regiones que sólo quien las conoce al dedillo puede restaurar la verdad de las cosas. Elasiento de Abipones en los 30? responde á este mapa, igualmente el de los Callagáes en los 25230”. Allí estuvieron antiguamente, y de allí sin duda marcharoná la destruccion de la ciudad de la Concepcion del Bermejo; más tarde se trasladaron á ocu- par el vacío que dejaron los Calchines de Santa Fé, llamados tambien Calchaquíes. Ano 1789. De todos los mapas que he visto del siglo pa- sado el que más se parece á los nuestros es aquel que acom- paña la obra del Abate Jolis sobre el Gran Chaco. Fué publi- cado con fecha del año 1789, y por eso se les asigna la misma á los datos que se derivan de esta fuente. Es curioso que la latitud del Pueblo de las Garzas en este mapa sea la misma que da Azara en su obra que se citará, y que no puede haber visto Jolis; porque si bien las fechas son respectivamente 1789 y 1790, el Padre Jesuita se retiró cuando la expulsion delosJesuitas en 1767, mientras que el manuscritode Azara ha permanecido inédito hasta nuestros días, Jolis coloca á sus Abipones á uno y otro lado del rio Bermejo, desde el Pilco- mayo hasta el rio Negro cerca de la ciudad de Corrientes, y desde la destruida ciudad de la Concepcion del Bermejo hasta la costa del Paraná. Esta costa creo yo que debió ser frecuen- — 416 — tada por Payaguases y Agases en tiempo de la conquista, y aun despues, tal vez hasta nuestros días. Yo realmente creo que los Abipones en esta region corresponden más bien á la época del Padre Techo, ó sea 1650; como que ellos tuvie- ron parte en la destruccion de la ciudad de la Concepcion, más ó menos en 1632. Segun parece, esta carta geográfica fué obra dei Abate Joa- quin Camaño, nombre inmortalizado ya porel Abate Hervas en su Catalogo de las lenguas. Año 1790. Estos datos se han compulsado de la obra iné- ditade Azara titulada Geografía Física y Eférica de las provincias del Paraguay y Misiones Guaranies; manus- crito que perteneció á la familia de don Bernardo Lecoq y es propiedad hoy del Dr. Herman Roosen y Tornquist. El Archivo General de la Nacion está en trato para su adquisicion. En el número 425 de dicho Códice se halla esta relacion á propósito del pueblo de indios de las Garzas: «Al Este del pueblo hay una pequeña isleta de monte que lo cubre y por la parte del Sur lo rodea una laguna, y por N. N. O. viene otra á dar hácia el S. S. E. en el extremo occidental de dicha Isla. La primera fundación de este pueblo fué en el Chaco, 28 años antes de la expulsion jesuítica, con el nombre de San Lorenzo. Poco despues que faltaron los Jesuitas se divi- dió el pueblo en dos partes: la una voluntariamente se in- corporó con la reduccion de San Xavier, que está en el Cha- co y depende de Santa Fé; y la otra pasó á este lugar llano, distante del Paraná 2 (?) leguas en la latitud que observa- mos 28%28'43” y 110 (?) 40” longitud occidental de esti- ma. Sus habitantes son Abipones en número de 80 fami- lias queno han abrazado el Evangelio no obstante de estar al amparo de un padre franciscano. No hacen sinó comer y ro- bar. Muchos tienen cuatro y cinco mujeres, tienen bella talla, sonforzudos, bien apersonados, robustos y altivos, son exce- lentes ginetes y las mujeres no despreciables. Todos visten á E A A A ENE «a Pa "NA $ e — 417 — su modo y viven con racion diaria, carne que les da un admi- nistrador secular quien administra una estancia de cuyo pro— creo viven. Los ranchos ó chozas están sembrados sin for- ma de pueblo y son miserabilísimos ». En el mismo manuscrito dice Azara que los Abipones con los Tobas y Macovíes frecuentaban el territorio del Sud del río Pilcomayo. Todas estas noticias s2 producen bajo la fecha de 1790, que es la que se cita en el mapa. Año 1858. En el añode la fecha salimos de Santa Fé, cus- todiados por una guardia que nos proporcionó el entonces Gobernador de la Provincia, Lopez (Mascarilla) hermano del famoso caudillo del tiempo de Ramirez y Quiroga. Era nues- tro propósito pasar de la ciudad de Santa Fé al departamento de Calamuchita en Córdoba, y debíamos marchar por la misma frontera de indios, á saber, por los fortines de Romero, Que- bracho Herrado y Tio. La primera noche dormimos en el Sau- ce, en la misma Capilla, que estaba abierta de par en par, yá la mañana siguiente vimos los indios de la reduccion esa que ocurrían á recibir su racion de carne, que, si mal no me acuerdo, era de vegua. Sólo tengo presente que eran unos indios grandes, y despues, que eran Abipones. En aquel tiempo era yo joven, recien llegado de Europa y no se había despertado en mí el interés por estas cosas. Hoy lo siento; porque hubiese podido utilizar algunos datos acerca de esta «Nacion » tan interesante. Una vez más haré constar que el desgraciado mote de Guaycurú aplicado á diestra y siniestra es un inconvenien- te sério para la adquisicion de datos exactos sobre los Abipo- nes y las otras naciones afines. Año 1884. Los datosestos son compulsados de los, mapas por el señor Gerónimo de la Serna: fueron publicados en el tomo XV del Boletin del Instituto Geográfico Argentino. — 418. — Como no coloca indios Abipones entre sus Tobas y el rio Pa- raguay, podemos asegurar que no existe ya tribu alguna de estos indios donde antes los colocara Jolis. El asiento de Matacos y Tobas en este mapa corresponde bastante bien al que se les asigna por el Abate Camaño en el de Jolis. El mismo Dobrizhoffer nos hace comprender que los Abi- pues antes de su tiempo habían emigrado hácia el Sur. Año 1885. La fecha ésta corresponde al muy interesante mapa publicado por el señor Guillermo Araoz. En lo general éste se ajusta bien en su etnología á los demás que se citan, así que sólo se ha utilizado en la parte donde coloca « Tobas y Mocovíes » un grado al Oeste de la Asuncion, y más abajo la region que asigna á los Abipones entre los 28” y 29? de la- titudal Este del Chaco, lugar de siniestros recuerdos. Lo que se puede asegurar es que si aún existen indios con este nom- bre deben buscarse entre las fronteras de Santa Fé y Santia- go á la altura indicada, region que, segun se vé por el mis- mo mapa que cito, no ha sido explorada por las expediciones practicadas hasta esa fecha. CONCLUSION Hasta última hora he esperado recibir alguna noticia acerca de los Abipones en la actualidad. Sólo he conseguido datos de una vaguedad tal que no me creo autorizado á de- cir en este ó en aquel punto se hallan indios de esta nacion actualmente. Una cosa sin embargo podrá asegurarse, si que- dan aún Abipones estarán muy lejos ya de ser raza pura: es indudable que el mestizaje con blancos, negros, mulatos, Calchines, Mocovíes, Tobas y demás indios debe haber mo- dificado sus rasgos físicos, morales y aun su lengua. — 419 — Como dato que pueda servir para la determinacion de quie- nes fueron en su tiempo los Galgaises de Schmidel, los Qui- loasas del Padre Pecho, licenciado Matienzo y otros, como también para su ubicacion en el Mapa Etnico del Rio de la Plata, séame lícito ofrecer la siguiente hipótesis. Hasta aquí nadie ha identificado ni á los Galgaises ni á los Quiloasas. Sabemos que fué sobre las márgenes del « rio de los Quiloasas » que se fundó la ciudad de Santa Fé en su primitivo asiento, es decir en el punto llamado Cayastá. Aquí sería precisamente el punto céntrico-litoral de la region que llamaré yo Abiponta. Es, pues, racional suponer que los tales indios tenían algo de Abipones. Aunque Schmidel no nombra á los Quiloasas, nos cita otra « generacion » de indios á que él llama Galgatises y que has- ta hoy nadie ha podido identificar. Ello resulta de esa forma curiosa de los plurales, que de Chand hace Chanases de Agoia, Agases, etc. El Padre Techo cuando nombra á los Agases los llama Agos. Del mismo modo podemos decir que el nombre (ralga:1ses no es más que corruptela de un otro Galgates, que bien cerca estaría de Callagaes, nombre este por el que eran conocidos los Abipones en los primeros tiempos : esto se comprueba en mi mapa bajo fecha 1775, que reproduce en esta parte el de Gano y Olmedilla Debemos acordarnos que Schmidel escribió su viaje des- pues de muchos años de haberse guaranizado en la Asuncion, y quetodo Jo veia y describía del punto de vista guaranítico. Continuamente oiría hablar de estos indios, y cuando se ofre- ció escribir de ellos en su viaje los citó bajo su verdadero nom- bre, puesto que Callagaises sería un modo muy natural de decir Callagaes, segun las análogas formas que se han citado. En el interior no se pronuncia así no más Callagáe; para los del Oeste sería Callagayes, como que dicen trayer y cayer; para otros, Callagaises. : Basta de esta hipótesis etimológica, que como tal se ofrece, porque no contraría dato alguno de los que conocemos. Reunamos todos los datos suministrados por estos varios mapas y veremos que Dobrizhoffer tenía razon al asignar á estos indios la vasta extension de 120 por 120 leguas. Estos indios si no han desaparecido ya, están á punto de extinguir- se ante el superior empuje de los más bravos Tobas y Moco- víes, huyendo de los cuales fueron á caer en manos de los no menos funestos vecinos de Santiago y Santa Fé. Durante cien años se las daban y tomaban, hasta que el pito de la lo- comotora dió la última señal de su exterminio. Fueron in- dios, á estar á lo que cuentan sus historiadores, dignos de mejor suerte. 60 | ZOBAS CAL LASARSSABIDONIES >> [MAPA HISTÓRICO ÉTNICO OS MATACOS 1384 DE LOS INDIOS ABIPONES Se gún datos desde l6oohasta 1385. O Corriontes ME SE j ag = y 24 A E 0 1 AA o ABIPONES | Po 7.90 y ) 9 AE Carares la] y [ay «Ldioma Albipón "por SALafoneQuevedo... PRÓLOGO NOTICIA DE LOS INDIOS ABIPONES, SEGUN BÁRCENA, TECHO, DOBRIZHOFFER : INDICE DE MATERIAS PARTE PRIMERA LOZANO, ETC., DESDE LA CONQUISTA HASTA NUESTROS DIAS Ion onesteenerales.. ... ¿datar aid ds IN rrasidelnr BACON... e O PT ECHO: o a cias A CIR ROZADO: 0 od Stade v. IN OLES 00030 E o ia te a ts VI e IRE DODEIZO Offer... NS at is da VMiADObrizhofter: Ubicacion y nOMDTES:: qa e vIrr. — Rezéyiitalla co ooo da A e IX. - RASSOStetDICOS: Goinaas oie: 4 — mbiamiento, eto. ete rScia XI. = Barbotely OTejeraS O E XII. = Valorado list XUL. =- Marcada y VIgOL opor leelo XIV. = Recio AN és XV. — Brujos evahechiceros.. cost ca XVI. -- ENSHAbueloo. < Las Cabrillas oia ode XVIL o CDU METO ta XVIl = Organizacion social y política................. SO0L5. XIX. = AMBER NNIErTacioneS...-.- pool e XX. — MES CU O ES oia o a ro E — 422 — XXI7 Dobrizhoffer- Usos +y COStUMDres e e 48 XXIr. —- Casamientos: o ar RNE 51 XXIII. o Enfermedades yeSsulicUraciOn 53 XXIV. — Muerte y ¡Onterro seas taa 54 XV Noticias de AZATa e IAN 56 XV: Noticias¿de MOLDE 51 XXVI Los Abiponesien ea 59 SEGUNDA PARTE ARTE DEL ABIPON, SEGUN LOS PADRES DOBRIZHOFFER Y BRIGNIEL Eonolo nia oe a 60 TELLO. A E 70 MeDelgonerorndas e 71 WN ADE TUN ero oscar a NS 12 EVE DeliCaSO.. cocido NN 10 WED la posesivacion: a. ol => > 1 78 VE Posestvacion en absolutos... ona O 92 VII. Del diminutivo...... A NN 0 0 ANN 94 VII Delladjetivo. e aro aos 95 IX. De los numerales......... a A elas asias AN 96 Ne De los pronombres ae e ocio Soba o: 97 XI. Del caso régimen*pronominal. .. 1. A 99 XII: De los posesivos eN 100 NIT. De Los relativos a a oc A 101 XLIV. Del verbo a A Ot RR 102 xy. De los tiempos y modos 110 XVI. De los verbos, segun el PEBrgne loo AS 115 XVII. Conjugacion segun el mismo........ Dicc oo 125 XVIII. Flexion « transitiva » Ó « transiciones >........00ococooccoooc... 127 XIX. Verbo sustantivo, etC.......... A o ao opd. Se. 132 Observaciones generales A e 135 Nr partículas ii. ooo co poniosondo ón 139 XXI Particulas verbales aro 142 APÉNDICE A. — Cuadro completo de la posesivacioNM................... 150 APÉNDICE B. — Verbos y sus articulaciones............<......o...3.. 163 Oraciones y doctrina. Padre Nuestros. ......: el mas 185 Ave Maria tt MN too a to cla 186 Credo AIN a ia A A 187 Acto de Controla acotar aiii IIA RN 189 Catecismo e > e ala 190 Preguntas: sueltabo canelo els 1 iatelara sita at setool lat 193 ES Mandamientos ide lane yde DI a ii aaa 195 SRC A o Ut ll 196 Par A A O RS e 197 BatireNuestro desHervas y Brgnieltt. o. ale iaa 198 TERCERA PARTE VOCABULARIO CASTELLANO-ABIPON CON FRASES Y VERBOS ARREGLADOS ALFABÉTICAMENTE DEL MANUSCRITO DEL PADRE J. BRIGNEL Vocabulario Castellano ADIPI nano lo nea: 253 IEEE 00 coo. OOOO O nd APO ORIO OOOO 287 WENN DES ECU O Mas O alejes 292 NENDuseyr derivados verbales. nao o lei ele ea sites 313 CUARTA PARTE Repo pare Castellano... ... ad aaa ase 330 CONCLUSION Cartografía del Mapa étnico-histórico de los Abipones............o...... 414 EL SUELO Y LAS VERTIENTES DE LA CIUDAD DE MENDOZA Y SUS ALREDEDORES (1) Por EL Docror GUILLERMO BODENBENDER un — EL SUELO Un razgo comun á la region andina, donde limita con la llanura argentina, es una transicion contínua de regiones po- bladas fertilísimas y partes sumamente áridas, desprovistas de agua : el viajero encuentra en su camino oásis y desiertos, á intervalos casi regulares, desde el desierto de Atacama hasta el estrecho de Magallanes. (1) Los siguientes estudios han sido hechos durante el mes de Uctubre de 1896 por encargo de la provincia de Mendoza, con el fin especial de informar sobre las vertientes que podrían suministrar agua potable para la ciudad (véase Saneamiento de la provincia de Mendoza, por el doc- tor Emilio R. Coni). T. XV 28 — 426 — Uno de esos oásis en el desierto es la llanura que rodea la ciudad de Mendoza, verdadera esmeralda en la corona de las ciudades argentinas. Sabemos que la asombrosa vegetacion, los dilatados viñe- dos que se extienden en la llanura hasta más alla de donde alcanza la vista, y las magestuosas alamedas que sobresalen de las torres de las iglesias, cubriendo la ciudad con un man- to de verdura, son debidos en- primer lugar á las aguas del rio Mendoza y luego á un suelo de naturaleza particular, que reune en sí, como pocos otros, las más excelentes calidades. Pero estos dos agentes no podrían producir tal maravilla, si no obraran, gracias á la superficie del suelo, en una ar- monía que raras veces se encuentra, sin que nada se oponga á la mano del hombre y antes bien todo le obedezca espon- táneamente, para convertir esta region en verdadero pa- raiso. ¿Por qué están reunidas aquí tan excelentes condiciones para el desarrollo de una ciudad y de una industria y agricul- tura tan florecientes ? El historiador y el estadista consideran la vida de una ciu- dad en todos los períodos, desde la fundacion hasta el estado actual. El geógrafo y el geólogo tienen que mirar otro punto de vista : investigan la conexion que existe entre las obras de la mano del hombre y la naturaleza. Para ellos la fundacion y el desarrollo de una ciudad, como la vida industrial y agrí- cola, no son más que un producto, una consecuencia natural de su naturaleza física. Muy árdua es su tarea y muy difícil la solución de los pro- blemas en la enredada cadena de los acontecimientos, no pu- diendo quizás la ciencia conseguir nunca el fin sublime que se propone. Mas este permanece siempre digno de nuestros esfuerzos, que jamás quedarán sin fruto y por otra parte ele- van el espíritu del hombre al reconocimiento de las eternas leyes naturales. O Situacion topográfica. —La situacion topográfica de la ciudad de Mendoza (Plaza de Independencia, cerca de 781 metros, 32253", 68748'55”5 de Gr.) y desus suburbios (San Vicente y Lujan), de la cual tenemos que darnos cuenta en primer lugar, es más marcada que lo que á primera vista pa- rece, teniendo un sello muy particular. Dirijamos nuestra mirada de la ciudad hácia la precordille- ra, que se levanta en una direccion de norte á sud y una al- tura media de cerca de 2500 metros (cimas visibles desde Mendoza); á una distancia de cerca de cuatro leguas al po- niente se divisa un ramal, que desprendiéndose casi perpen- dicularmente del eje principal, se aproxima á siete kilóme- tros (hácia el nordoeste) de la ciudad. Tenemos, pues, un triángulo rectángulo (más ó menos) en cuya abertura (más ó menos en la hipotenusa) está situada la ciudad con sus suburbios (San Vicente y Lujan). El cateto más extenso está representado por la precordi- llera desde Gacheuta, donde empieza, hasta el Cerro Pelado (más ó menos) alcanzando una longitud de cerca de treinta kilómetros, y con un curso de norte áasud en los cerros de la Boca del Rio de cerca de 2800 metros y en aquel último más de 3300 metros. El cateto corto está formado por un cor- don que parte algo al naciente del Cerro Pelado y cuya ex— tremidad comprende los cerros de la Punta Laja (Mogote Ás- pero, Cerros del Challao). Su longitud será próximamente de veinte kilómetros. Si trazamos á una distancia de dos leguas al norte del ex- tremo sud (Cacheuta) del cateto largo una línea perpendicu- lar á éste, tenemos el curso del rio Mendoza que atravesando por un cauce muy angosto la precordillera en la Boca del Rio, limita con su curso, de poniente á naciente, la llanura de Mendoza al Sud. Cerca de veinte kilómetros al naciente de la Boca del Rio, se desprende del rio con direccion al nordeste El Zanjon, ca- nal artificial de riego, hecho en tiempos de la conquista, pero que hoy tiene el aspecto de un brazo del rio. En el ángulo formado por el Zanjon y el rio Mendoza está situado Lujan (una parte del pueblo queda en la banda austral del rio), si- guiendo luego al norte en el lado occidental del Zanjon, San Vicente, y al fin la ciudad de Mendoza. Imaginémonos ahora el plano encerrado por el triángulo subiendo hácia el sud (rio Mendoza) y hácia el poniente y á muy poca distancia (á lo más media legua) de la ciudad y de San Vicente erizado de pequeñas colinas, agrupadas eu un semicírculo dentro del triángulo, entónces el cuadro general de la situacion de la ciudad de Mendoza es perfecto. La primera pregunta que ahora ocurre, y cuya contesta- cion, sin embargo, es más de la tarea del historiador, es: ¿Cuáles han sido las razones que indujeron á Pedro Castillo (1560) á fundar la ciudad en la region más baja de la llanura, en una region, que en aquellos tiempos, como nos lo enseña la geología, estaba limitada al naciente por una série de la- gos y de pantanos? Creemos que han sido razones estratégi- cas, ofreciendo estos lagos y pantanos un excelente amparo, por un lado, contra las invasiones de los indios. A las investigaciones del historiador pertenece tambien el análisis del origen del Zanjon, hecho, como dicen, en tiem- po de la conquista, por el cacique Guaymallen y hoy tan im- portante factor para la vida de la ciudad y de sus suburbios por las aguas de alimentacion que se sacan de él para aquella y para la irrigacion. Constatando este hecho histórico, de cuya exactitud cree- mos que no se duda, queremos ya mencionar en este lugar, anticipando resultados de estudios geológicos, que en tiem- pos anteriores á la conquista existió, más ó menos, en la par- te donde hoy corre el Zanjon, un brazo viejo del rio y que este brazo es más antiguo que el cauce del rio actual. Accion glacial. — Muy extraño parece á primera vista el curso de este último, considerando el declive del plano abar- 0 cado por el triángulo descrito. Algun acontecimiento part1- cular debe haber intervenido para que las aguas del rio Mendoza, en vez de seguir el declive natural hoy seguido por el Zanjon, excavaran su lecho hácia el sud en una parte mucho más alta de la llanura (los Baños de Lunlunta, donde corre el rio, quedan más de cien metros arriba del nivel del Zanjon cerca de la ciudad). Considerando que la formación de la llanura más al na- ciente de Mendoza es producto del rio por razon de su par- ticular direccion y que la vida de los tres departamentos (parte de Maipú, San Martín y Guaymallen) depende de sus aguas, aprovechadas para el riego, se comprende cuán tras- cendental importancia ha tenido este acontecimiento para el desarrollo de toda esa region. Sin él, sin el desvío del curso del rio, el terreno fértil de la llanura sería de mucha menor extensión, limitándose á los dos lados del actual Zanjon. El agente poderoso que efectuó esto y que podemos consi- derar, sinexageracion, como el verdadero fundador de la ciu- dad y de la riqueza de sus alrededores y al que debemos atri- buir tambien en la mayor parte la formacion de toda nuestra llanura argentina son los glaciares (ventisqueros). Donde hoy se encuentra la ciudad de Mendoza y más arri- ba hasta las cimas de la precordillera y hasta la cumbre de la cordillera alta, se extendió en época no muy lejana un in- menso manto de hielo. Hoy su blanco frio ha desaparecido, convirtiéndose en verde alfombra llena de vida. Para producir esta transformacion los glaciares han hecho un trabajo enorme y contínuo durante miles de años. Al tra- vés de un inmenso lapso de tiempo, el geólogo los sorpren- de en su actividad, y los sigue hasta su origen, busca las causas de suformacion y ligando así los acontecimientos geo- lógicos que sesuceden, en consecuencias lógicas y natura- les, recorre miles de años, asistiendo al desarrollo de nues— tro globo ó de uva parte de él. — 430 — Suelo de la ciudad. — Echemos ahora una mirada sobre estas formaciones, que componen el suelo de nuestra llanara y de la precordillera, para trazar entonces á grandes rasgos sobre la base de estos datos geológicos, la historia del desa- rrollo denuestra region andina desde los tiempos más remo- tos hasta la época actual. En primer lugar, nos interesa la estructura del suelo so- bre que está edificada la ciudad. Es bastante sabido que el geólogo encuentra casi siempre, cuando trata de esta cuestion, las mayores dificultades, por ser por lo general inaccesibles á su mirada los estratos. Las dificultades aumentan, cuando no hay, como en el caso de la ciudad de Mendoza, un corte natural, ni existen obras ade- cuadas hechas por la mano del hombre, por ejemplo, pozos suficientemente profundos ó perforaciones á propósito para conocer la série de los estratos. Nuestra informacion se basa así exclusivamente sobre los cortes poco profundos, que nos han suministrado los sumi- deros y además sobre un solo pozo de cerca de 70 metros de profundidad, sobre nuestras investigaciones alrededor de la ciudad, donde se hallan cortes naturales, y al fin, sobre con- elusiones generales deducidas del desarrollo geológico de la region. Los sumideros alcanzan, en general, una profundidad media de cerca de 15 metros y han perforado de arriba abajo : 19 Tierra arcillo-arenosa, arriba vegetal, de diferente es— pesor (término medio 2”); 2* Arena (hasta tres y más metros) ; 3” Rodados, gravas y arena. El espesor de los pisos 2 y 32 parece ser en algunos puntos muy considerable, pues en la comisaria 1? de Mendoza un pozo descansa en rodados toda- vía á 70 metros de profundidad. No existe uniformidad en la composicion de las capas su- periores, puestas sobre rodados (ripio), como nos lo demues- tran los perfiles que han sido conocidos por varios pozos de letrina. sh AAA — 431 — Entre la tierra vegetal y el ripio encontramos interpuesta, en algunos cortes, arcilla más ó menos arenosa que alterna, á veces, con rodados. El espesor del piso alcanza en un otro 14”62 y en un tercero sólo 9”50. Creemos que él crece en general en las partes de la ciudad situadas más hácia el poniente. Sin em- bargo, tambien, dentro de muy limitada zona, él puede va- riar considerablemente en composicion como espesor, debido á las múltiples ramificaciones de las aguas corrientes ó estan- cadas, en que estos estratos se han formado. Presentan uniformemente todos los perfiles como yacientes los cantos rodados, gravas, principiando ellos á una profun- didad de cerca de 6 metros (término medio). Podemos consi- derarles hasta gran profundidad como componente princi- pal, no sólo del subsuelo de la ciudad, sinó de toda la lla- nura hácia el sud y naciente (se hallan en Lujan, San Vicente, San Martin, como en Guaymallen). Una parte de ellos, el superior, es sin duda de origen flu- vial (aluvial viejo), es decir, representa depósitos de los brazos viejos del rio de Mendoza, que han cruzado en tiem- pos anteriores la region, y cuya pasada existencia está indicada todavía hoy en la naturaleza de los estratos al lado del Zan- jon, como en las depresiones del suelo de los departamentos de Guaymallen y de San Martin. No se puede decir con precision, en cuánto han cooperado á la formacion de estos depósitos, los glaciares cuyos extre- mos constatados han llegado en este tiempo hasta muy cerca de la ciudad, pero se extendieron probablemente mucho más al naciente. Sin embargo, es evidente que los materiales pedregosos, que ellos mismos condujeron abajo, ó los que depositados más arriba en la pendiente, arrastraron más tarde las aguas de los arroyos, tuvieron que mezclarse con los acumulados por las aguas de los brazos del rio. Quizás provienen de ellos los rodados aplastados, como los cantos, de los cuales e AA los primeros no son raros entre los de forma redondeada, que predominan. Asi se explica el gran espesor de este piso (50 metros y más perforado). Tambien es posible que su parte inferior pertenece á los rodados, etc., que componen las colinas situadas al poniente de la ciudad, y las cuales son de edad más vieja (terciaria moderna ó diluvial vieja) que los pro- ductos glaciares. Estos depósitos de rodados, etc. , inclinados en las colinas hácia el naciente, inclinacion que parece pasar más y más á la horizontal, deben participar, si bien recien á gran profundidad, en la composicion del subsuelo de la ciudad). Basta decir que las capas superiores de nuestros perfiles, las de arcilla arenosa, que alternan en parte con rodados y arena, son las más modernas, productos del arrastre de las aguas, que han venido y todavía vienen de la pendiente de la precordillera y las que han llenado poco á poco las depre- siones ocupadas por las aguas de los brazos del rio. Por fin, tenemos que mencionar el loes que se halla en los alrededores del Borbollon y Lagunita (en parte á nivel más alto que la ciudad. En su parte superior, que incluye una capa de ceniza vol- cánica (véase más abajo), él presenta el verdadero loes ines- tratificado, en forma de polvo gris, con concreciones de cal (tosca, loes-kindel). Más inferiormente el loes parece con— vertirse en arcilla con alguna estratificacion, que alterna más abajo con capitas de arena fina y rodados (arroyo de Lagunita). Su formacion es en parte fluvial ó lacustre, en parte (piso superior) subaéreo (material llevado por los vientos). En una ligera inspeccion de esta region hemos obtenido la impresion de que existían en ella, en la época gla- cial (delante de los extremos de los glaciares ?), una série de lagos ó lagunas, cuyos restos son las actuales ciénegas de Lagunita, etc. — 433 — Agua subterránea. — La circunstancia, ya mencionada, de que en la ciudad de Mendoza no existen pozos de agua, deja suponer que el agua subterránea se halla á gran profun- didad. Esto es realmente exacto, constatándose su exis tencia recien á una profundidad de 60 metros. Hácia el naciente, el agua subterránea sube considerablemente, lle- gando en algunos puntos, en el departamento Guaymallen (entre el Zanjon y el rio de Mendoza), hasta 4 Ó 5 metros y aun hasta salir, como es nuestra opinion, en las ciénegas de Lagunita y más a] naciente, á la superficie. La gran profundidad en que se encuentra el agua subte- rránea en la ciudad y la naturaleza del subsuelo, compuesto inferiormente por rodados y arena de espesor de muchos metros y arriba por una capa arcillosa muy arenosa, todas de una permeabilidad en alto grado, pueden dejar tranquilo el ánimo del higienista. Un suelo mejor, bajo el punto de vista de la higiene, que el de la ciudad de Mendoza, creemos no puede existir. El estancamiento de las aguas de lluvia ó de las proce- dentes del servicio doméstico, que favorecen la infeccion, es casi imposible y el movimiento del agua subterránea, de ascenso y descenso, segun las estaciones, circunstancia á que los higienistas atribuyen tambien enfermedades infecciosas, no puede tener influencia sensible ni aun manifestarse en este sentido, realizándose dicho fenómeno á gran profun- didad. Se ha ventilado la idea, de si no convendría, en vista de la mala calidad del agua del rio que sirve actualmente para la alimentacion, reemplazarla por agua de pozos. Prescindiendo de razones generales, que están en contra del uso del agua de pozos en las ciudades, queremos notar aquí, que es casi seguro que el agua subterránea no es superior á la del rio, y que, al contrario, ella será peor, conteniendo no solamente grandes cantidades de cal, sinó tambien varias sales dañosas á la salud. Deducimos esto de la muy probable — 434 — naturaleza del subsuelo á gran profundidad (formacion rhética y terciaria), y en especial del hecho de que todas las aguas que hemos conocido en la llanura, como en la pen- diente cerca de la ciudad hácia el poniente, son saladas y calcáreas. Gases en el subsuelo de la ciudad. — Es aquí el lugar de mencionar un fenómeno sumamente interesante, averi- guado hace poco por algunos pozeros de la ciudad. Estos han constatado, al hacer sumideros con una profundidad de 15 metros (en la casa del señor Andrés Gleche y en el Hotel Nacional), un gas que impidió de tal modo la respiracion, que no pudieron seguir en el trabajo. En otro pozo (frente á la iglesia de Loreto) observaron otros gases que prendían fuego. Los puntos mencionados están de tres á cuatro cuadras distantes entre sí. Estos datos, suministrados por el pozero, bastan para llamar la atencion sobre el hecho iy estudiarlo minuciosamente. No hay dificultad para la explicacion de este fenómeno, si consideramos que la formacion rhética, la misma que con- tiene en Cacheuta los depósitos de asfalto y petróleo y la que en todas partes donde se encuentra en la precordillera (Cha- llao, etc.), es muy rica de betun, forma sin duda un compo- nente del subsuelo de la ciudad, si bien á gran profundidad (dislocacion). Recordamos aquí además las aguas termales (cerca de 24” de variabilidad segun las estaciones?) de Borbollon, que brotando en pozos muy hondos (sobre raja- dura de dislocacion?) arrojan, segun dicen, ácido carbó- nico. Terremoto de 1861. — Estas consideraciones nos llevan al acontecimiento que ha dado á la ciudad de Mendoza cele- bridad en todo el mundo, al espantoso terremoto que la des- truyó totalmente el 20 de Marzo de 1861, sepultando bajo — 435 — sus escombros miles de personas. Desgraciadamente, pereció tambien el eminente geólogo Bravard, el que, como testigo ocular, tal vez hubiera podido dar cuenta á la ciencia de los efectos y de las causas del terrible fenómeno. Los geólogos se han esforzado para dar de él una explicacion y algunos han emitido la opinion de que la causa del terremoto, por haber sido éste local, haya sido la disolucion de yeso á una gran profundidad del subsuelo y el consiguiente rompimiento de las bóvedas de las cavernas formadas por la accion disolvente del agua. Esta teoría es en nuestro caso absolutamente arbitraria, pues es del todo infundada la suposicion de la existen- cia de grandes masas de yesoen el subsuelo de la ciu- dad. Si consideramos lo que hemos dicho sobre Ja existencia de ciertos gases en el subsuelo y el hecho de que las fuen— tes termales del Borbollon que han aparecido despues del terremoto, segun dicen, y además que la formación rhética, en alto grado bituminosa, debe participar de la composicion del subsuelo, nos viene espontáneamente el pensamiento de que el terremoto haya sido causado por la acumulacion de gases, procedentes de las sustancias bituminosas, producidas por procedimientos químicos, en los cuales tal vez el yeso como otras sales, han podido desempeñar un papel impor- tante. Tocamos esto de paso como una probabilidad de la causa del terremoto, si bien necesitamos más comprobacion y en especial en cuanto á la naturaleza de los gases del subsue- lo como de las fuentes del Borbollon ; en todo caso ella tie- ne más fundamento que la teoría de la disolucion del yeso. Pendiente entre la llanura y la precordallera. — Ya hemos dicho que la llanura de la ciudad y suburbios, den- tro del triángulo rectángulo, se levanta poco á poco há- — 436 — cia el poniente y el sud, formando casi un plano, hasta don— de empieza la escarpada pendiente de la precordillera. Su uniformidad está interrumpida sólo por una série de peque- ñas colinas, que se levantan á cerca de media legua de la zgiudad y agrupadas en semicírculo (en la abertura del tri- ángulo) siguen desde Punta Laja casi hasta la Boca del Rio, dando á la forma del terreno un aspecto característico. Las depresiones que se d:visan desde la ciudad ó desde San Vicente, á intervalos en su curso, son las embocaduras de arroyos (Challao, Papagallos, Higuerita, Higueral, etc. ), cuyasaguas en tiempos atrás han escavado cauces muy hondos (hasta 20 metros de altura y un ancho de 5 hasta 20 metros), con pendientes casi perpendiculares semejantes á los caña- dones. Hoy, ordinariamente secos, se convierten á veces en tiempo de grandes aguaceros, en corrientes torrentosas, cuyas aguas han inundado varias veces la ciudad, habien- do arrastrado casas y ahogado en sus ondas muchas vi- das. Subiendo por estos arroyos con sus múltiples ramifica- ciones arriba hasta sus bordes, se extiende ante nuestros 0jos un campo casi plano, poco ondulado por la erosion de las aguas, cubierto por lo general de piedras angulosas y redon- deadas, debajo de las cuales apacece un suelo gris arcilloso arenoso. Desprovista de vegetacion ó con un monte muy poco den- so de arbustos pequeños (Larrea cuneala y divaricata, Zuccagnia punctata, Colletia ferox, Monttea aphylla, Bulnesia Retamo, Cochnatra glutinosa, etc.), que en cier- tas zonas reemplazan otras plantas, como Atriplex Lam- pa, Suaeda divaricata, Lycium longifolium, que nos indican terrenos salados; esta region ofrece gran contraste con la llanura, produciendo una triste impresion en el via- jero. Tales campos de piedras no son raros en la falda de las 3 — 437 — regiones andinas y merecen especial atencion de los geó- logos, no solamente porque forman un término topográfico intermedio entre la llanura y la cordillera, sinó por su im— portancia en cuanto á las relaciones genéticas que existen entre estas dos, facilitándonos el material para escribir la historia de su desarrollo. Para esto necesitamos un estudio muy detenido de su com- posicion geológica, investigaciones que exigen la mayor seriedad científica y exactitud, tratándose de problema de transcendental importancia, de cuya solucion depende la comprension de la naturaleza, no sólo de la region limitada de la llanura de Mendoza, sinó de toda la inmensa llanura so— bre que se basa la vida de la república. Tampoco no com- prendemos, sin su solucion definitiva, el último período en la formacion de los Andes. Pocos dias hemos podido dedicar á esta parte de nuestras investigaciones, declaracion que debe bastar para que nadie crea que pretendemos haber resuelto definitivamente el pro- blema. Lo que damos en el resúmen siguiente de nuestros estudios, es escrito más con el propósito de poner en eviden- eta las dificultades del problema que con el de resolverlo, Formacion diluvial. Morena basal. Loes. — Hemos di- cho que el suelo superficial de la pendiente entre la precor- dillera y la llanura está cubierto de muchísimos fragmen- tos de piedras redondeadas como angulosas, de tamaño va- riable, embutidas en parte en arcilla. Los cantos rodados alcanzan hasta cinco metros de diámetro. Podemos distinguir dos diferentes zonas en cuanto á la naturaleza petrográfica de dichos fragmentos. En launa, sep- tentrional, encerrada entre el arroyo del Challao (ó6 de San Isidro) y el arroyo Higueral, el material pedregoso se com- pone casi exclusivamente de pizarras y grauwacke silúricos (los fragmentos en la superficie son por lo comun negros) y de psamitas rhéticas. — 438 — Los trozos grandes son relativamente escasos, pertene- ciendo ellos á las últimas (ó psamitas más viejas), pues las piedras silúricas se deshacen en pedazos chicos, debido á su naturaleza, por cualquier agente de destruccion, sea agua 0 hielo. Al sud del arroyo Higueral, el campo pedregoso quese ex- tiende hasta la Boca del Rio, limitado al Sud por el cauce profundo del rio Mendoza, cambia su composicion, encon trándose en esta parte material granítico, en el cual, entre granos, arena y arcilla, sobresalen grandes cantos rodados hasta de un metro de diámetro. Muy notable es, que es- tos se presentan muchas veces planos y lisos, sólo en un lado. La naturaleza del manto pedregoso, que en su superficie es menos característico, lo hace conocer mejor, donde lo han cortado las aguas de los arroyos. En todos estos cortes se observa que los materiales que lo componen, demuestran, con raras excepciones (y entónces muy limitada), ninguna estratificacion, representando una acumulacion irregular de fragmentos angulosos y redon- deados, cuyos intersticios están llenados por arcilla y arena fina. El mayor espesor, hasta quince metros, lo hemos obser- vado en el arroyo Papagayos, debajo del puesto del señor An- zorena, arroyo que es muy adecuado para ei estudio de estos depósitos. La gran extension de estos materiales, que cubren las formaciones más viejas en una distancia de cerca de 10 kiló- metros de poniente á naciente y más de 30 kilómetros hácia el sud, su constante carácter que varía sólo en el espesor y naturaleza de su composicion, ponen fuera de duda, que su transporte no ha sido hecha por el agua sinó por el hielo de los glaciares. Mas la existencia de fragmentos redondeados entre los angulosos, la falta de intersticios vacíos entre ellos, y la superficie plana de los depósitos (no los hay en for- — 439 — ma de vallas que son característicos para las morenas la- terales y terminales) nos permiten considerarlos como morena basal. Dos corrientes principales (en el últimotiempo de la épo- ca glacial) han existido: la una, proviniendo de la precor- dillera entre el Cerro de Mogote Colorado y el Cerro de Alfa (más ó menos), ocupó la depresion en que hoy correel arroyo Totoral (arroyo Papagayos) y la que se abre hacia la llanura entre los cerritos de Gegenes (cerro del Pilar) y del Challao. Habiéndose movido el glaciar en su curso su- perior sobre estratos silúricos y rhéticos, la morena basal se compuso esencialmente de los elementos de estas forma- ciones. La otra corriente, que parece mucho más grande que aquella, vino de la cadena granítica de los cerros de Cru- cesita y de la Boca del Rio, avanzando hácia el naciente y hácia el sud, tal vez en union con otras corrientes que ba- jaron en el valle del rio Mendoza y en la cuenca de Cacheuta glacial del Cerro de Plata). Queremos prevenir aquí un gran error, que fácilmente podemos cometer, considerando los cerritos que rodean la region, semejantes á una circunvalacion, como los productos de una morena terminal. No solamente por la forma y distribución de los cerri- tos estamos inclinados á creeresto, sinó que su composicion yen especial la parcial inestratificacion de los materiales que los componían, recuerdan las morenas. Pero estos depósitos nada tienen que hacer con la accion de nuestros glaciares, siendo ellos más viejos que la more- na basal, como lo demuestra el hecho de que sus estratos inclinados están cubiertos, en algunos puntos bajos, en dis- cordancia, porla morena basal (véase más abajo : formacion terciaria). En las alturas mayores de los cerritos no los he podido distinguir entre los depósitos viejos (terciarios) y más moder- — 440 — nos (diluviales glaciares), no presentándose cortes para tal observacion. Será tal vez muy difícil, sinó imposible, separar en es- tos puntos las dos formaciones, dificultad que crece cuando la morena basal descansa en concordancia sobre los rodados, etc., terciarios. Este caso ocurre, como nos parece, en los cerros Lunlunta, como igualmente más al naciente de nues— tros cerritos, donde las capas terciarias cambian de la posi- cion inclinada á la horizontal. La corriente glaciar de la region del arroyo Papagayos al- canzó —esto es positivo, — antes del principio de su retiro, la region en que la ciudad está situada, pero no sabemos si su extremo avanzó más al poniente en tiempos reno-— tos. La morena basal no existe más en esta parte, habiendo sido arrastrada y aplanada por las aguas. Por la misma razon de la erosion y del arrastre por las aguas de derretimiento del hielo y de las atmosféricas que actúan todavía, se explica por qué el espesor de la morena basal, hoy está reducido considerablemente, hasta faltar en algunos puntos por completo. El producto de la erosion post-glacial son los hondos cauces de los arroyos, como ev general lafor- ma actual del terreno, El acarreo glaciar descansa horizontalmente ocupando cuencas pequeñas irregulares, sobre la formacion terciaria moderna, cuyos estratos muy inclinados se componen de conglomerados, de psamitas y de arcilla (véase más abajo). Habiendo servido estos ma'eriales muy blandos, de asiento al hielo que se movía sobre ellos corroyéndolos continua- mente, debido á la gran presion ejercida por el hielo, y á las masas pétreas embutidas y congeladas en el hielo del fondo de la corriente, se comprende que, por este procedimiento, inmensas masas de Jos estratos terciarios han sido llevadas á los bajos de las llanuras. Los materiales se depositaron en estas ó han sido llevados iS por las aguas más al naciente, participando así con el loes en la formacion pampeana. Ya hemos conocido el loes como componente de la llanura (Borbollon, Lagunita! ), cuya posicion geológica, sin em- bargo, no habíamos podido determinar en esta region con precision. Esta queda ahora completamente clara, siendo de- positado el loes sobre la morena basal. La circunstancia de que éi no se encuentre hoy en todos los puntos en que la morena está desarrollada, es debido á la erosión de las aguas. Por esta razon se ha conservado más á mayores alturas de la pendiente (asi entre arroyo Chacay y arroyo Manzanito), mientras en los bajos su propagación se limita á regiones en que los accidentes del terreno lo han amparado contra el arrastre. Así se halla en el bajo de la region del arroyo Papagayos, en su parte austral, extendiéndose desde Gegenes con pocas interrupciones hasta la Cieneguita. Los cortes hechos en las canteras de cal romana y cal hi- dráulica en Gegenes, dan ocasion de interiorizarse de su naturaleza. (Véase perfil 1). Sobre la morena basal sigue aquí una capa de arena estra- tificada de pocos centímetros de espesor y sobre ella descansa el loes. Su depósito es irregular, debido á la superficie ondu- lada de su yaciente. Por lo comun inestratificada, toma en los bajos de la on- dulacion, por interposición de arena y de gravas, visible estratificación y se convierte en parte en arcilla ó arcilla margosa. Su espesor total alcanza en los puntos observados hasta cerca de ocho metros. En nivel superior, cerca de dos metros debajo de la super- ficie, se destaca una faja blanca ó gris blanquizca de ceniza volcánica. Esta capa forma más ó menos el límite inferior de cal romana, concreciones de tosca dentro del loes (explotadas para la fabricacion de cemento portland). Pór arriba, casi RA 29 — 442 — en la superficie, esta cal se convierte en cal hidráulica. De sumo interés es en este perfil la capita de ceniza vol-— cánica, mencionada de los altos de Borbollon, y además ob- servada por nosotros en varios puntos de la region del loes de la Crucecita. Habiendo sido constatado este dépósito, producto de erupciones volcánicas, no solamente en la falda de los Andes hasta la Patagonia, sino tambien en muchos puntos de la lla— nura hasta la costa del océano Atlántico, adonde lo han lle- vado los vientos, — una propagacion, que nos da idea de la intensidad de las erupciones — la definitiva determinacion de su nivel (edad geológica) es de mucho valor para la para- lelizacion de los pisos de la formacion pampeana. Otro hecho notable, es que la cal hidráulica descansa más abajo de la pendiente (altura de las casas), con una inclina- cion de cerca de 357 hácia el naciente, sobre una capita de arena sumamente fina (con mucha mica), debajo de la cual sigue la morena basal ó los rodados terciarios (?). La gran inclinacion de los bancos de caliza hace suponer una disloca- cion muy moderna, Réstanos decir, que el material sumamente fino del loes inestratificado, depositado sobre las capas de arena que se han formado en las aguas del derretimiento de los glaciares, es un producto subaéreo, llevado en tiempo post-glacial por los vientos. Formacion terciaria. Productos glaciares (Perfil 1). — Algo abajo de la chacra del señor Anzorena, donde el camino baja al arroyo Papagayos, observamos en los dos lados del arroyo, psamitas coloradas y pardas, inclinadas hácia el poniente. Sobre ellas descansan, teniendo la misma inclina— cion, estratos de arcilla arenosa, por lo comun algo dura, alternando con psamitas grises, blandas, de grano fino, que se convierten á veces en conglomerados. Nos encontramos en este punto en el límite de dos forma- — 443 — ciones, de las que la inferior, representada por las psamitas coloradas, participa en su composicion de la formacion rhé- tica, mientras los estratos, en su respaldo, son de edad ter- ciaria. Las dos están separadas por una capita de algunos centímetros de espesor de rodados mezclados con arcilla. Volveremos sobre ésta más adelante. Arroyo abajo, las margas abigarradas, igualmente rhéticas, desaparecen pronto debajo delos productos de la morena basal. La naturaleza de las capas terciarias, su rumbo norte á sud y su inclinacion hácia el poniente, quedan siempre, en gene- ral, los mismos, aguas arriba del arroyo, siendo notable sola- mente un aumento de bancos de conglomerados. - Llama nuestra atencion el cambio continuo muy regular entre estos y los bancos de arcilla. Otro aspecto se ofrece en las barrancas cerca del Puesto de Lima á la altura del Cerro Bayo, poniéndose los estratos casi verticales y reapare- ciendo en su yaciente las margas abigarradas (con yeso) y psa- mitas rhéticas, inclinadas hácia el naciente. Esta alteracion de la posicion es debida á una dislocacion, circunstancia que no permite observar bien la construccion de las capas superiores del sistema terciario. Ellas se hallan en mejores condiciones para una investigacion en las hondonadas entre el Puesto de Lima y San Isidro (aqui sinelinal !) á lo largo del Challao, y ante todo, más al sud del arroyo Papagayos, en las barrancas de los arroyos Higuerita é Higueral, donde estos han esca- vado su lecho en las colinas arriba mencionadas. El material que compone los estratos se pone, estos arroyos abajo (en niveles superiores del sistema), cada vez más grue- sos,es decir, las psamitas y los bancos de arcilla disminuyen su espesor más y más, predominando al fin conglomerados muy gruesos (ó rodados, etc., sueltos), una acumulacion irregular de cantos rodados hasta el tamaño de un metro cúbico, de gravas, arenas y arcilla. Su espesor alcanza por lo menos 150 metros. Si la estratificacion es muy marcada en la parte inferior de la formacion entre los bancos de conglomerados, de psamitas y de arcilla, está en ella aquel piso reducido muchas veces en tan alto grado, quees difícil verlo. Lo mismo se observa en los depósitos análogos, en los cuales el arroyo Challao (abajo del puente) ha escavado su lecho, como en los cortes de la pendiente de las colinas de La Coria y de La Com- puerta. Más al sud del rio Diamante, en los cerritos que limitan la cuenca de Cacheuta hácia el naciente (Cerritos del Agua de los Bueyes) aparece este piso con el mismo carácter (estrati- ficacion apenas visible) y debajo de él sigue, igualmente en el mismo desarrollo que hemos conocido del arroyo Papa- gayos, el piso inferior, depositado sobre margas abigarradas y psamitas rhéticas Queda, pues, uniforme al carácter del piso superior en una extension de más de veinte kilómetros. En la pendiente alta de la region (Puesto de Lima, etc.), la inclinacion está dirigida por lo comun (pero no en todos los casos) hacia el poniente, en la parte más baja, como en la re- gion de los cerritos (arroyo Higuerita, Higueral, etc.), ella cambia pasando por la vertical, al naciente. El rumbo de las capas es uniforme, más ó menos de norte á sud (variando entre NNO y NNE.), pero tambien hay excep- ciones. Así lo hemos constatado entre el arroyo Papagayos y el de Challao, rumbo de oeste á este con inclinacion hácia el sud. Más al sud, donde el terreno baja hácia la depresion del rio Mendoza, la inclinacion parece doblar hácia el sud y sud- este (dislocacion del valle del rio Mendoza ?) igual inclina- cion existe en la otra banda del rio, en Agua de Pizarro, mientras en las Colinas del Agua de los Bueyes (Cacheuta) se nota una direccion hácia el norte y nordeste (dislocacion de Cacheuta). La aparicion de la formacion rhética dentro del terreno terciario la hemos visto en el arroyo Papagayos, abajo de la chacra del señor Anzorena. — 445 — Las mencionadas psamitas, en la banda austral del arroyo, están encorvadas en una anticlinal (con inclinacion hácia el poniente resp. naciente), la que, arroyo abajo, está cortada por una dislocación que ha puesto vertical las capas. Dislocaciones más claras se presentan en la region de San Isidro y del Challao. En la pendiente austral de la quebrada, que corre entre el cerro Bodega y el cordon de los cerros del Challao, existe una dislocación que hizo bajar los estratos terciarios al nivel del pizo medio (con carbon) de la formacion rhética, ponién- dolas, con inclinacion hácia el poniente,en el yaciente de él. Esta vuelta completa de los estratos, está más á la vista, por razon de la mayor inclinacion, en la quebrada más abajo cerca de la Punta Laja. No obstante estas pocas pero indiscutibles observaciones de dislocaciones, cuya existencia general constatarán investi- gaciones más extensas, creemos que podemos atribuir á ellas la variable arquitectura de nuestro terreno. Faltan argumen- tos de si los estratos terciarios juntos con los rhéticos han experimentado, antes de la formacion de las rajaduras de dis- locacion, una plegadura. Accion de los glaciares terciarios y diluviales. Dislo- caciones. Levantamiento de la precordillera en época diluvial. Formacion pampeana.—Llegamos ahora á la di- fícil interpretacion de la edad de los estratos referidos, que anticipadamente hemos llamado «terciarios modernos ». Se ha considerado el piso inferior (psamitas, conglomerados y arcillas) que descansa directamente sobre las margas abiga- rradas y psamitas coloradas rhéticas (en parte jurásicas ?), como jurásico. Esto es una equivocacion escusable, consi- derando que los estratos siguen en concordancia sobre los rhéticos, pareciendo existir una paulatina transicion. Pero donde se puede conocer fragmentos de andesita y traquita, como componentes de los conglomerados y de las psamitas — 446 — interpuestas entre las capas arcillosas, una equivocacion de- be ser excluida, siendo estas rocas eruptivas en su mayor parte en la precordillera de Mendoza, de edad terciaria, co- mo lo ha constatado German Avé—Laliemant (Boletin de la Academia Nacional, 1891). Además, recuerda inmediata- mente el carácter total de los estratos, y en especial el gran desarrollo de arcilla, más formaciones modernas, por ejem- plo la formacion pampeana, que los componentes conocidos en el sistema jurásico. Un argumento directo contra la supuesta edad, lo hemos encontrado en la barranca ya meucionada del ¡arroyo Papa- gayos. La capita de rodados interpuesta entre las psamitas coloradas y los estratos en cuestion, contiene fragmentos de caliza blanca con restos de pelecípodos mal conservados, que son muy probablemente cretáceos, pero en ningun caso más viejos que los jurásicos. Una segunda equivocación consiste, en que las acumula- ciones de rodados, arcilla, etc., en parte inestratificados, sean muy modernas, aluviales. Una inspeccion ligera de los cortes, que nos ofrece el arroyo Challao ó el de Higueri- ta, muy cercaá la ciudad, nos convence de la inexactitud de esta opinion, observando estas capas la misma inclinacion y la misma corrida que los terciarios en suyaciente, y existien- do entre ellos una perfecta transicion. Donde falta la estrati- ficacion, la inclinacion se argumenta por ser puestos los ro- dados verticalmente sobre sus cantos y no descansar sobre sus planos anchos. Considerando todo lo expuesto, la edad terciaria moderna de los estratos queda, creemos, fuera de duda. La propaga- cion de las capas es general, al norte como al sud, formando ellas un componente principal de la falda de los Andes. Al norte siguen por toda la provincia de San Juan, siendo desa- rrolladas en alturas considerables de la precordillera, como en sus pendientes bajas . Todo lo que hemos dicho en nuestro trabajo Gondwana — 447 — y Devono en la República Argentina, que ha aparecido en el Boletin de la Academia Nacional de Ciencias (1), sobre la naturaleza y la formacion de estos productos en la parte norte de la provincia de San Juan, como sobre la for- macion de las precordilleras de esta region, encuentra en nuestras recientes investigaciones completa comprobacion. Pocas palabras bastan para demostrar esto. En los conglomerados de nuestra region, que juntos con laspsamitas y arcillas alcanzan un espesor de más de mil me- tros, y especialmente en los del piso inferior, los compo- nentes predominantes son de material andesítico traquítico, y porfirítico; además participan en su composicion, aunque en grado insignificante, calizas cretáceas. Rocas que componen la falda de nuestra precordillera, co- mo pizarras silúricas(ó más viejas), aparecen como constitu— yentes, pero relativamente raros, recien en los conglomera- dos superiores, Recordamos aquí el hecho notable de que estos fragmen- tos de rocas toman parte principal en la formacion de la mo- rena basal diluvial. Ahora bien, no estando desarrolladas en gran extension en nuestra region las andesitas, traquitas ni porfíritos, en la falda de la precordillera ni arriba de ella, —segun Avé Lallemant hay andesita sólo en el Gerro de Alfa y enel Mogote Aspero, —y faltando calizas cretáceas completamente en toda la pre- cordillera de Mendoza, resulta que la procedencia de estas rocas hay que buscarla más al norte ó al poniente de la pre- cordillera y en la alta Cordillera. Segun Avé-Lallemant, las andesitas y traquitas tienen una gran extension en la precordillera de Uspallata y del Parami- llo (entre 54” y 25? lat,), mientras la formacion cretácea (jurásica) está limitada á la Cordillera alta: Puente del Inca hasta el paso de Espinacito). (1) Tomo XV, entregas 2-3. — 448 — Tomando ahora en consideracion la topografía de toda esta region, la grande y uniforme extension de los estratos tercia- rios y su arquitectura muy alterada por dislocaciones, llega- mos á la conclusion, que en el tiempo de la formacion de estos productos la precordillera no ha existido, y que todo el relieve actual de la region es un resultado de procedi- mientos tectónicos, posteriores á la formacion del sistema terciario moderno, pertenecientes pues al período diluvial. Queda sólo la pregunta, ¿ cómo se hanformado los estratos terciarios y cuál ha sido el agente en este proceso? La cooperacion del agua no se puede negar, hablando en pro de ésta el carácter general de las capas y en especial el del piso inferior. Pero suponer su accion solano basta, siendo, bajo ese pun- to de vista, completamente incomprensible la naturaleza del piso superior, compuesto de una acumulacion irregular y muchas veces inestratificada de cantos rodados, etc. Podemos imaginarnos bien tal acarreo como formado den- tro del limitado cauce de un rio, pero jamas podemos ver en el transporte por el agua, el agente en la formacion de depó- sitos de tan grande extension y de tan uniforme carácter. La teoría de quelos depósitos hubieran formado en el mar, en poca profundidad, esindiscutible, quedando además de pié la pregunta en cuanto á su transporte. Así, resta sólo como agente principal el hielo de los gla- ciares. Para acortar la exposicion, formulamos nuestras ideas en el siguiente cuadro histórico del desarrollo de la region an- dina durante la época terciaria, diluvial y aluvial. El levantamiento de la Cordillera en esta region (1) cayó al fin de la época terciaria vieja y en consecuencia de esto principió la formacion de los glaciares. (1) Depósitos terciarios marinos modernos no están constatados en ninguna parte de los Andes de esta region. A — 449 — Delante de la cadena en ascencion se extendió hácia el na- ciente una alta planicie con largas depresiones, ocupadas por lagos, en la zona limítrofe con la Cordillera. La alta planicie estuvo compuesta en su mayor parte del sistema rhético. Ella ha sido continente ya desde la época del permo—carbon, no habiéndose sumergido bajo las aguas del mar jurásico y cretáceo. Las aguas del derretimiento de los glaciares bajaron á las depresiones, depositando en los lagos muy extendidos el aca- rreo glaciar segun las estaciones de su aumento y de su dis- minucion en forma de rodados, etc., ó arcilla (piso inferior del sistema terciario moderno ó formacion pampeana infe- rior). Los glaciares, creciendo con el levantamiento de los An- des, avanzaron hácia el naciente hasta la region de los lagos mismos y más allá, aumentándose así por el acarreo de la morena basal y terminal los depósitos de material grueso de cantos rodados, etc. (piso superior del sistema terciario mo- derno). Hemos pasado en este transcurso la época terciaria moderna y nos encontramos ya en la época diluvial. Debido al ascenso de la Cordillera sucedieron ahora (con- secuencia de la presion, de la formacion de pliegues, de alto grado detension) procedimientos tectónicos, se formaron ra- jaduras con direccion de norte á sud y extensas zonas de la alta planicie al naciente de la Cordillera se hundieron (así la region al naciente de la actual precordillera de Mendoza). La precordillera se levantó y debajo del manto de la for- mación permo-carbónica, triásica y rhética aparecen más y más en la superficie los estratos silúricos (y devónicos ?) Así se realizó por dislocaciones la separacion de la region de la alta Cordillera, formándose al mismo tiempo la depre- sion hoy ocupada por el valle del rio Mendoza. Los glaciares viejos de la época terciaria tenían, por razon de mayor uniformidad del terreno de la precordillera, una propagacion general, formando un manto continuo de hielo. — 450 — En su curso, que parece ha sido dirigido en esta region de nordoeste á sudeste (influencia del hundimiento de la zona del valle delriv Mendoza?) llevaron al principio de su accion acarreos de esta region (andesitas y traquitas!) y de la Cor- dillera alta (calizas cretáceas !); más tarde, con el ascenso paulatino (no brusco) de la precordillera, encontraron en su camino estratos silúricos, granito y capas rhéticas, por cuya razon fragmentos de estas piedras forman en parte los depó- sitos superiores de la formacion terciaria moderna. Con el mayor desarrollo del relieve, que se acentuó cada vez más por el hundimiento contínuo de ciertas zonas, tuvie- ron que dividirse las masas contínuas de hielo en corrientes separadas, que se limitaron al fin á regiones poco extensas de la precordillera como de la cordillera alta. Hay que advertir aquí, que los glaciares habían alcanzado su máximum de desarrollo en tiempo más remoto, habiendo en seguida principiado su retiro. Como los estratos dislocados silúricos, rhéticos, terciarios, etc., habían servido de asiento á estas corrientes más moder- nas (diluviales)—en nuestra region hemos distinguido dos, — estas formaciones experimentaron una corrosion en alto gra- do, siendo llevado su material á la llanura en forma de more- nas, las que las aguas llevaron distribuyéndolas y depositán- dolas en ¡as depresiones. Los resultados vbtenidos por nuestras investigaciones pa- tentizan que la formacion pampeana (cuyo piso inferior está representado por los estratos terciarios modernos) es, — á lo menos en la region limítrofe á lascordilleras de Neuquen, de Mendoza, de San Juan y del Famatina, —un producto de largo tiempo glaciar, que principió en la época terciaria y acabó en la diluvial (ó aluvial vieja). Queda todavía dudoso, si ha habido una interrupción en este proceso, consistiendo en un retiro de los glaciares al fin de laépoca terciaria y en su siguiente avance en la época di- luvial. En todo caso han existido dos períodos del tiempo glaciar, separados por un tiempo de grandes dislocaciones, que han tenido lugar en la época diluvial, y en cuya consecuencia se levantaron las precordilleras (junto con un ascenso de las cordilleras principales) y se formó el relieve actual, Estas dislocaciones forman un segundo y muy importante factor en el procedimiento de la formacion pampeana, pues ellas facilitaron á los glaciares y á Jas aguas diluviales el arrastre de los depósitos glaciares viejos, como otros estra- tos más viejos (en especial areniscas rhéticas, triásicas y per- mo-carbónicas). Como tercer factor hay que considerar la accion de los vientos, que llevaron el loes, y al fin la vegetacion que obró mecánica y químicamente sobre los depósitos. El limitado espacio de que disponemos, no nos permite en- trar en más detalles. Formacion rhética, triásica y permo-carbónica (Per- fil Il). — En las barrancas del arroyo Papagayos salen debajo de la formacion terciaria psamitas coloradas y margas abiga- rradas, estratos que hemos clasificado como rhéticos. Esta formacion encuentra su mayor desarrollo en la falda dela precordillera, componiendo una série de cerros de al- tura media, de formas redondeadas y de tintes blancos ó abi- garrados, que hacen la transicion de la pendiente suave (sis- tema terciario) á las quebradas y afiladas formas de la pre- cordillera alta (formacion silúrica). A estos cerros pertenecen el cerro del Manzanito, del Me- locoton, Bayo, Alfa (en parte), partes inferiores de la que- brada de San Isidro y los cerros del Challao. Señalando en un mapa la formacion de un color, ella esta- ría representada por una faja muy angosta de poca extension en la region de la chacra del señor Anzorena (arroyo Papa- gayos), dentro de la formacion terciaria, y una ancha entre esta última y la formación silúrica. Una tercera faja aparece- ría en el mapa dentro de la formacion silúrica. Así, pues, su- biendo en la quebrada de San Isidro arriba, se notan estra- tos rhéticos, plegados y con rumbo de norte á sud, encerra- dos en el sistema silúrico, posicion que se explica por hundi- miento. Los pisos de la formación rhética los conoceremos mejor en la region del Cerro Bayo y del Cerro Alfa. Las psamitas coloradas y margos abigarradas (en parte con yeso), accesibles en el arroyo Papagayos, debajo de la cha- cra de Anzorena, reaparecen en posicion casi perpendicular y con curso de norte á sud, poco arriba del Puesto de Lima, componiendo las barrancas de Ja quebrada Totoral. Cortando de ésta directamente hácia el poniente, encon- tramos psamitas blancas de diferente grano, calizas margosas blancas, margas y pizarras arcillosas, margas negras bitu- minosas como constituyentes de la falda del Cerro Alfa, entre la quebrada Obligacion y la quebrada Totoral (resp. arroyo Papagayos). Su inclinacion es dirigida por lo comun en esta region há- cia el naciente con corrida de norte á sud (ó nordeste á sud- este), sinembargo, hay tambien notables diferencias; por ejemplo, en la falda setentrional del cerro Bayo y en la pen- diente occidental del cerro Alfa, los estratos corren de este á oeste, inclinándose hácia el norte y nordoeste. Volviendoahora otra vez á la quebrada de Totoral, y su- biendo en ella atravesamos en la region entre cerro Bayo y cerro Quilos hasta las canteras : psamitas blancas y grises, conglomerados (con fragmentos de pórfido cuarcífero) y tufas de pórfido cuarcífero de color rojizo (predominante), gris blanco, verde ó de tintes mezclados, á veces (en las canteras) muy blandas y de carácter margoso. Estas tufas, en queestán los laboreos de las canteras, al- canzan un considerable espesor, descansando sobre conglo- merados (con areniscas coloradas), que forman el piso más inferior accesible en esta region. — 453 — Su conexion con el pórfido cuarcífero ó el granito, en que éste se convierte, de la Boca del Rio y del cerro Mogote colorado (al poniente de la quebrada Totoral), es muy pro- bable. Esta observacion talvez puede arrojar luz sobre la po- sicion de las tufas y pórfidos cuarcíferos, areniscas y conglo- merados, tales como se hallan en la sierra de San Rafael (ce- rro Bola, quebrada del Tigre), en la sierra Pintada (por ejem- plo en el Agua del Palo) y en el cerro Nevado (arroyo de Aguirre, arroyo de Totora, etc.) Hemos observado tufas de la misma naturaleza en la cer— canía de los estratos rhéticos (con carbon) en El Salto (rio Mendoza). En nuestro trabajo Sobre el carbon y asfalto carbonizado de la provincia de Mendoza, Boletín de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, tomo XIII, hemos dicho: «Al norte como al sud las capas (rhéticas) están cubiertas en discordancia por pórfidos cuarcíferos de color rojizo y gris ó tobas porfiríticas, que forman las pendien- tes altas del lecho de arroyo El Salto ». Hay que averignar, si nonos hemos equivocado (tomando tal vez escombros como roca firme) en la posición de las tu- fas, si ellas están realmente sobrepuestas en discordancia (erupciones de pórfido cuarcífero postrhéticas que realmente hay en la Cordillera alta) ó si forman el yaciente de los estratos carboníferos. El Dr. Zuber (en su Estudio geológico del cerro de Ca- cheuta y de sus contornos, página 14, Boletín de la Aca- demia Nacional, tomo X) considera las tufas del cerro Ca- cheuta en el yaciente de los depósitos rhéticos, como produe- to de la descomposicion del meláfiro y sobrepuestas á éste. Tal vez necesita tambien este concepto una correccion, siendo posible que estas tufas « grises, en raras partes verdo- sas ó coloradas » sean tufas de pórfido cuarcífero. Pero entónces debe existir en esta parte del cerro Cacheu- ta una dislocación, que otra vez cambiaría esencialmente el — 454 — concepto actual de la arquitectura de esta region petro- lífera (1). El doctor Zuber encontró, conforme con mi observación, en la parte inferior de la formacion, depósitos de un con- eglomerado con rodados de pórfidos (obra cit., página 19). Creemos que á este piso pertenecen tambien las tufas de Ca- cheuta descritas por el doctor Zuber. Ocurre ahora la cuestion : ¿cuáles son los depósitos en el yaciente de este último piso? Entre el Challao y San Isidro sigue debajo del piso, carac- terizado por pizarras bituminosas con Estheria Mangalien- sis Jones y por depósitos insignificantes de carbon, un siste- ma de gran espesor, de margas grises, calizas margosas(muy duras, en bancos) y psamitas grises. La inclinacion está di- rigida hácia el poniente, la corrida del nordeste á sudoeste. Más al norte, en la pendiente setentrional del cordon que limita al sud la quebrada de Chilcas, aparecen en nivel más alto psamitas blancas, amarillentas y coloradas con in- terposicion de conglomerados y tufas (?) de pórfido cuar— cifero. La sobreposicion de este piso es falsa, siendo producida sin duda por un volteo completo, que ha puesto tambien, como ya hemos visto, los estratos terciarios cerca de la Pun- ta Laja en el yaciente de la formacion rhética. Más alnordoeste la inclinacion de los estratos cambia al na- ciente y en seguida á la horizontal, para otra vez, en la que- brada arriba del puesto de Chilcas, volver al poniente. En esta region sale debajo de psamitas grises coloradas otro piso compuesto de psamitas, de color oscuro, duras, muy cuarcíticas, de grano fino, alternando con pizarras arcillo- (1) Visitando de paso las minas de petróleo de Cacheuta, creo haber visto en la falda del Cerro de Cacheuta, muy cerca de la casa de la admi- nistracion, un filon de andesita, impregnado de asfalto. Si él existe efectivamente, explicaría bien la dislocacion. — 405 — sas duras. En el yaciente de él aparece formando la pendien- te inferior de la quebrada, la formacion silúrica. No hemos podido averiguar nada de seguro, si las dos úl- timas formaciones se hallan en concordancia ó discordancia entre sí, pareciéndonos, sin embargo, más probable el primer Caso. Resumiendo los resultados de nuestras investigaciones hechas en la quebrada de Totoral, arroyo de Papagayos y en el cordon de Punta Laja, podemos distinguir los siguientes pisos principales de arriba abajo : 1” Psamitas coloradas y blancas con margas abigarradas (Arroyo Papagayos, Cerro de Alfa, etc. ); 2% Conglomerados, psamitas blancas en parte margosas, caliza margosa, pizarras arcillosas margosas, bituminosas con carbon (Challao, San Isidro, Cerro de Alfa) ; En este piso se hallan los depósitos de asfalto y petróleo de Cacheuta ; 3” Conglomerados, tufas de pórfido cuarcífero, psamitas amarillentas, grises y coloradas ; Que todo este complexo, que tiene un espesor de algunos miles de metros, no puede comprender sólo la formacion rhética, como lo han descrito, es evidente. Como formacion rhética, caructerizada por plantas fósiles (en Cacheuta), por Estheria mangaltensis y restos de peces, podemos consi- derar con seguridad sólo el segundo piso, mientras el piso tres corresponde probablemente á la formacion triásica y al permo-carbon, cuya última série de estratos tiene su posicion entre el siluro (resp. Devono) y las psamitas triásicas. Los depósitos de carbon del cerro Pelado (algunas leguas al poniente de la quebrada de Chilcas) ocupan tal vez el mismo nivel (permo-carbon). (Véase más abajo). Recordamos además la constitucion de las sierras pampea- nas (sierras de Velazco, de la Huerta, de los Llanos, de San Luis), muy conforme en cuanto á la formación rhética á la de nuestra region, é igualmente sin desarrollo de la formacion — 456 — jurásica y cretácea. Puede ser que las psamitas y margas abi- garradas del piso 1%, que descansan sobre la formacion rhética, correspondan al sistema jurásico,piso que tiene igualmente su análogo en psamitas, etc.,puestas sobre los depósitos rhé- ticos de las sierras pampeanas (compárese nuestro trabajo arriba citado). Igualmente siguen en estas regiones arriba del piso 1* depósitos de la misma naturaleza como los ter- ciario pampeanos, arriba descritos. Formacion silúrica. — Resta solamente echar una mi- rada sobre la formacion silúrica, el más Ro y principal constituyente de la precordillera. Ella ha sido constatada en nuestra República por Stelzner y Kayser, descubriéndola el primero en la precordillera de San Juan (cadena del Paramillo, de Tontal y de Zonda) y de- terminando el segundo la edad de la formacion por los fósi- les, conservados en las capas de cal, que cubren como piso superior el de los grauwackes y pizarras. Más tarde examinó los estratos en el departamento Las Heras, al norte de la ciudad de Mendoza, German Avé- Lallemant (véase trabajo arriba citado). Las observaciones que hemos podido efectuar son muy insignificantes, debiendo limitarse éstas, segun el plano de los estudios, á la falda de la precordillera comprendida entre la Boca del Rio y la quebrada de Chilcas. El piso superior de caliza, como se halla fuera de esta re- gion, cerca de 16 kilómetros más al norte de la ciudad, no lo hemos encontrado, desarrollado en grandes masas, en nin- guna parte de la falda de la precordillera. Puede ser que la cal del cerro Pelado ocupe este nivel. Los bancos de caliza, alternando con pizarras y grauwacke, participan de la composicion de la parte inferior de la que- brada de San Isidro, de la de Obligacion, de Ja de los Ñangos y de la quebrada del Cajon de la Pampa Grande (arriba de la quebrada de Totoral). Faltando fósiles, nada podemos decir sobre el horizonte que ocupan estos estratos. Hay que tomar en cuenta, además, la eventual existencia del sistema devó- nico, cuyas capas son petrográficamente muy semejantes á las silúricas. La corrida de los estratos es casi regular, siem- pre de nordoeste á sudeste, la inclinacion hácia el poniente y naciente, debida á la gran plegadura que ha sufrido todo el complejo por una presion lateral. Las dislocaciones de los estratos no son raras, especialmente donde los pliegues son muy pronunciados. Los Jímites de la formacion hácia el naciente coinciden más ó menos con la Jongitud 69%1'— en el mapa de Avé- Lallemant están trazados demasiado al naciente, compren- diendo tambien el cerro Bayo, Melocoton y cerro Alfa, que son de composicion rhética — doblando ai norte en la que— brada de Chilcas más al naciente. El mapa citado necesita en esta parte una correccion, considerando Avé-Lallemant el piso debajo del rhet igualmente como rhéticos, lo que no es el caso. Hácia el sud la formacion acompaña siempre los estratos rhéticos hasta el Cerro Negro, donde los dos sistemas se hun- den desapareciendo (el rhético ya algo más al Norte). En su reemplazo sale una roca eruptiva, la diorita, que con el granito y el meláfiro forman componentes principales de la cadena de la Boca del Rio y de los cerros de Cacheuta. El meláfiro cruza el granito en varios filones con direccion sudeste á nordoeste. En los cerros de Cacheuta salen otra vez los estratos silúricos juntos con los rhéticos á la super— ficie. En cuanto á la extension de la formacion hácia el po— niente no podemos decir nada; segun Avé-Lallemant ella parece llegar hasta más allá del grado 6995". La pendiente de la precordillera es sumamente escarpada, cortada por quebradas hondas y escalonadas por saltos. Arriba de ella se extienden en varias partes alti-planicies, pampas, como dice la gente (Pampa de los Ñangos, Pampa colorada, etc.). AY 30 — 458 — LAS VERTIENTES (1) En el capítulo anterior hemos tratado la geología del sub- suelo de la ciudad de Mendoza y de sus alrededores. En la historia del desarrollo de esta region hemos conocido, como hecho más importante, la formacion de la cadena principal de los Andes en la época terciaria vieja. Este levantamiento tuvo por resultado la separacion de las aguas del océano Pacífico y Atlántico y con ello el comienzo de un cambio climatológico total. Los glaciares cubrieron poco á poco la cadena principal y la precordiilera, envolviéndolas completamente, en el período diluvial, en un manto enorme de hielo. Donde hoy está situada la ciudad de Mendoza existió en este tiempo un gran glaciar, y más allá, al naciente, siguió una gran red de lagos, pantanos, cruzados por rios, etc. Con el levantamiento de los Andes, que continuó y con la transformacion de los lagos, pantanos, etc., en una llanura seca, llenándose ellos con depósitos de acarreo, el clima, por falta de vientos húmedos, se hizo más seco, y en conse- cuencia se retiraron los glaciares más y más. Así, ellos han desaparecido completamente en nuestros dias ó están limitados á las regiones más altas de los Andes, todavía no exploradas (Cerro del Plata, Tupungato, etc.). El clima de hoy forma, pues, un gran contraste con el de aquellos tiempos. (1) La investigacion geológica de las vertientes se ha hecho necesaria en vista del proyecto de una nueva provision de agua potable á la ciudad de Mendoza. La sequía excesiva es un rasgo comun á toda la falda orien- tal de los Andes argentinos. Recien al sud, en la gobernacion del Neuquen y en la Patagonia, aumentan las caidas atmosfé- ricas regulares. Mucho influye en la sequía la escasez de vegetacion, cir— cunstancia á que debe atribuirse en parte la frecuente caida de mangas de piedras en ciertas regiones australes de la provincia de Mendoza y las rápidas inundaciones. Los gobiernos de las provincias andinas harían bien en tomar en consideracion este hecho, adoptando medidas para evitar la completa extirpacion del poco monte existente, y para aumentarlo, lo que se puede conseguir por una racional plantacion de bosques, amparada por leyes. Naturalmente, no hay que limitar tales plantaciones á la zona baja, sinó extenderlas á las regiones montañosas, sus valles, quebradas, etc. Las condiciones para un desarrollo ligero de árboles son en estas partes las mejores : abrigo contra bruscos cambios de temperatura, agua y humedad del aire. Una vez desarrollada aquí una regular vegetacion, ella formará la mejor defensa contra las inundaciones, de que la ciudad de Mendoza sufré tanto, y con el tiempo influirá mucho en el clima, constituyendo un eminente regulador atmosférico. Si existiera en la precordillera de Mendoza una vegetacion bastante densa, la rápida caida de las aguas atmosféricas y en consecuencia las torrenciales crecientes, que llegan rápidamente al bajo, destruyendo cultivos é inun- dando la ciudad, serían casi imposibles. Felizmente, existe un poderoso factor que disminuye en algo el número de tales crecientes en la pendiente oriental de la precordillera, éste es el rio de Mendoza. Las tormentas que se forman en la cordillera alta, siguen las más al valle de este rio, no pasando la precordillera. De ahí viene la relativamente rara caida de agua en la ciudad de Mendoza, mientras al sud (Lujan, etc.), y en algunos depar- — 460 — tamentos del sudeste, los grandes aguaceros no son raros en la primavera. Pero por las mismas razones, por estar la precordillera algo distante de la cordillera principal y sepa- rada de ella por la gran depresion del valle del rio de Men- doza, resulta la eminente sequía de la precordillera y su ex- cesiva pobreza de vertientes. Esto se manifiesta naturalmente más en sus pendientes orientales, mientras la pendiente hácia el sud y sudoeste, siendo más cercana á la cordillera principal (y al rio de Men- doza) queda más favorecida por vertientes, si bien no son muy abundantes. Otro factor que influye mucho en la cantidad como en la calidad de las vertientes, es el carácter de las formaciones geológicas. Las investigaciones geológicas seimponen, cuando setrata de la provision de aguade una ciudad por medio de vertientes; y más cuando Ja region es en sentido geológico casi una com- pleta «tierra incógnita », nada de extraño tiene tal encargo para un geólogo, algo más raro es, cuando éste, como nos ha ocurrido á nosotros, tiene que buscar primero las aguas. Este hecho tiene doble interés, una vez que él basta para darse idea de la rareza de las aguas en esta region, y otra vez da ocasion á los gobiernos á pensar en la conveniencia de hacer en tiempo algo para el conocimiento físico de sus territorios. Pues si uno no conoce los departamentos de su casa no pue- de vivir en ella con la comodidad deseable. Hemos visto en el capítulo sobre geología, que la precor— dillera de Mendoza, se compone de varias formaciones sedi- mentarias, entre las cuales la formacion silúrica, rhéti- ca, terciarta y diluvial son las más importantes. Para formarse una idea general sobre las zonas que ellas ocupan, podemos decir (pero con cierta reserva), que la for- macion silúrica constituye .a parte central de la precordille- ra, viniendo arriba de ella, las otras que forman las pendien- tes hasta el bajo de la llanura en elorden de su enumeracion. — 461 — Rocas eruptivas viejas, consistiendo en granito y meláfiro tienen su desarrollo principal en la parte sudoeste (cerro de la Boca del Rio, Mogote Colorado, etc.); las rocas eruptivas modernas, como andesita ó traquita, son escasas. Pero la distribucion de las formaciones no es tau regular, como tal vez nos inclinamos á creer. Cortes que pasarían de este á oeste por la precordillera, nos ofrecen un aspecto di- ferente, predominando en algunos la formacion rhética, en otros la formacion silúrica, ó las rocas eruptivas, hasta faltar completamente una y otra formacion. Así, encontramos los cerros del Challao, parte de pendien- te de la quebrada de San Isidro, como igualmente, pero en menor grado, la parte central (cerro Alfa, Bayo, Melocoton, etc.) compuestos exclusivamente de la formacion rhética (margas, arcillas, psamitas, etc.). En la region del cerro Manzanito esta formacion desapare— ce completamente, siendo formada la pendiente de la precor- dillera de pizarras silúricas, granito y meláfiro. Más al sad, en el cerro Negro, se hunde tambien la forma- cion silúrica (reaparece en los cerros de Cacheuta), siendo granito, diorita y meláfiro los únicos componentes. Propagacion más regular tienen los estratos terciarios (conglomerados, psamitas y arcilla) y diluviales (productos glaciares), que constituyen la pendiente baja. En sentido tectónico reina tambien la más grande variabi- lidad en cada formacion, siendo diferentes la corrida y la in- clinación de los estratos. Siguiendo los arroyos del Challao, Papagayos, Higuerita, etc., arriba, esta á la vista, cómo las capas terciarias y rhé- ticas cambian muchas veces de posicion, siendo inclinadas hácia el poniente, naciente, sud y norte y hasta ser puestas verticalmente. Los estratos silúricos nos ofrecen el mismo variable aspec- to, pero con la particularidad de ser plegados. Sin embargo, en todas las formaciones, la inclinacion pre- dominante es dirigida hácia el poniente ó naciente é ¡gual- mente rige casi uniformidad en la corrida de los estra- tos, siendo ella, por lo comun, de norte á sud (más ó menos). La irregular distribucion de las formaciones como el fre- cuente cambio en la arquitectura, son producidos por gran- des rajaduras, que se han formado en esta region en tiem- pos relativamente modernos. A consecuencia de ellas, par- te de las formaciones se hundieron, otras se levantaron, resultando así la más variable tectónica. Los elementos geológicos expuestos, el carácter petrográ- fico y la arquitectura de los estratos no cumplen, ó sólo en muy limitado sentido, las condiciones para la formacion de fuertes manantiales. La caida de las aguas atmosféricas, tan escasas como ya hemos visto, pertenece á la alta region de la precordillera, constituida en su mayor parte por la formacion silúrica. Siendo compuesta ésta en gran uniformidad de pizarras y erauwacke, en posicion, por lo general, inclinada hasta la vertical, faltando en especi¿l, en la sériede sus estratos un cambio marcado de capas permeables é impermeables, y sien- do cruzado además el terreno por muchas rajaduras (disloca- ciones), las aguas atmosféricas que entran en el suelo de es- tas regiones altas, toman muchísimos caminos hácia el inte- rior, distribuyéndose y perdiéndose. La formación no es propicia para la acumulacion, para la union, de los tantísimos hilitos de agua que la cruzan, en uno solo que saliendo á la luz pudiera dar orígen á un manantial fuerte. Así, en- contrámos vertientes en la pendiente de la alta region silú- rica, pero casi todas son de escasa agua. En cuantoá su calidad, todas pueden muy bien ser clasificadas como pota- bles. Se comprende que las grandes cantidades de agua, que fil- tran por los estratos silúricos no salen todas á la superficie en la pendiente de esta region, sinó que penetran muy adentro, — 463 — para perderse á grandes profundidades ó para salir en parte como manantiales en regiones más bajas. Podríamos suponer, apriort, que esos manantiales son los más fuertes y esto es verdaderamente el caso. Pero, desgraciadamente, el agua no es, en cuanto á su calidad, igual á la de las vertientes de más arriba. Si bien es potable, es de menor valor por contener bastante cantidad de sales (sulfato de sodio, de magnesia, cloruro de sodio, etc.). Esto se explica fácilmente. En contacto inmediato con la formacion silúrica (por dislo- caciones) se encuentra la formacion rhética, constituida de areniscas, margas, calizas, cargadas por lo comun de estas sales. De ahí las eflorescencias blancas, que cubren el suelo de este terreno en muchos puntos. Queremos mencionar aquí sólo la quebrada de San Isidro. Quebrada arriba, en el primer salto, el agua es excelente, abajo, en el segundo salto, ya ha alterado en algo su compo- sicion. ¿Por qué? Las aguas almosféricas que han pasado por la formacion silúrica, en seguida corren por la forma— cion rhética, disolviendo las sales mencionadas y saliendo como manantiales algo salados á la superficie. Donde estos manantiales se hallan al límite entre la formacion silúrica y rhética (Quebrada de San Isidro, de Totoral, etc.), las aguas han disuelto sólo insignificantes cantidades de sales, pudien- do ser consideradas como potables. Pero cuanto más largo es su camino por la formacion rhé- tica, tanto más se cargan de sales, saliendo así en el terreno rhético en algunos puntos como verdaderos manantiales sa- lados (Agua del Membrillito, Agua Colorada, Agua de las Paredes). Muy notable es, además, en ciertos manantiales de esta clase el gran contenido de carbonato de cal (por ejemplo, en el manantial de Godoy, en la quebrada de Totoral). Más adelante volveremos sobre las vertientes silúricas y otras más, que eventualmente pueden ser tomadas en con- — 464 — sideracion en cuanto al proyecto de nueva provision de agua á la ciudad. Hemos considerado en general los manantiales desde la precordillera alta hasta el pié de sus flancos, constituida por la formacion rhética. Sobre esta formacion descansan los estratos terciarios, com- puestos de conglomerados, psamitas y arcillas, que forman la pendiente poco ondulada y quebrada, que termina sua- vemente en la llanura. Sobre las capas terciarias, por lo comun muy inclinadas, están puestos en discordancia los productos glaciares, el schotter y loes. Tambien en esta zona hay varios manantiales, que son los más conocidos de los mendocinos, ya sea por su cercanía á la ciudad, ya sea por servir algunos de ellos de baños para los veraneantes. A esta clase pertenecen los de Challao, Gegenes, Higue- rita, Punta del Agua, Cieneguita y Agua del Me-— di0. En Gegenes hay dos vertientes, una cerca de las casas, otra dos cuadras más arriba sobre la pendiente. Las aguas nacen en el schotter y loes en depresiones pe— queñas, formando ciénegas y cañaverales. Un corte que ha he- cho aquí con prolijos cálculos el señor Chambon, propietario delas canteras de cal romana y cal hidráulica,encontró al nivel de algunos metros arriba de la vertiente una fuerte corriente de agua subterránea. Esta agua bastará para regar una parte del terreno hoy completamente estéril, y parece ser de regular calidad como agua potable. En Cieneguita é Higuerita salen las aguas algo saladas y calcáreas, igualmente del acarreo glaciar, forman ciéne- gas, que más arriba desaparecen, poniéndose plano y seco el terreno. En Punta del Agua la vertiente brota en una barranca austral del arroyo seco, debajo de arenas y rodados deposi— — 405 — tados en forma de cuenca sobre los estratos terciarios. En este sitio es evidente que las aguas corren subterráneamente por el lecho viejo de un arroyo que se llenó poco á poco con acarreos. Más tarde el arroyo seco actual cortó ese lecho, dando así salida al agua. Muy interesante es el manantial de Godoy, que se halla en el arroyo Papagayos (Quebrada Totoral), próximamente una legua arriba de la chacra de Anzorena, bajo del lugar llama- do puesto de Lima. El arroyo Papagayos tiene un lecho pro- fundo y angosto con barrancas de una altura de veinte metros y más, el que está escavado en los estratos terciarios incli- nados hácia el poniente y cubiertos de acarreo glaciar. El espesor de éste varía mucho, por causa de la superficie irre- gular de los estratos terciarios, sobre que se han depositado estos productos. Aunqueno se nota tal estructura en la pendiente austral del arroyo, bajo del puesto de Lima, por estar cubierta de vegetacion, ella existe sin duda, y de tal acarreo glaciar sa- len en la mitad de la pendiente (cerca de 15 metros arriba del lecho del arroyo) varios fuertes ojos de agua, producien- do una ciénega. Las aguas muy cargadas con cal, al salir, la pierden en parte, depositándola en forma de travertina (con incrustaciones de plantas). Este gran contenido de cal, junto con salesde sodio y mag- nesio, no permite contar esta agua en la clase de las muy po- tables. Pero siempre es superiorá la bastante salada, que brotando en la formacion rhética (en el manantial de Pare- des) corre en el mismo arroyo y con la cual se mezclan las aguas del manantial de Godoy. ¿De dónde provienen las aguas del manantial de Godoy y las otras mencionadas ? Con seguridad podemos afirmar lo siguiente: por la accion corrosiva y erosiva de los glaciares y de sus aguas, que se pu- so de manifiesto en las escavaciones, laforma de la superficie de los estratos terciarios se hizo irregular. Más tarde las cavi- — 466 — dades se llenaron otra vez con acarreo y hoy dia ellas nos llevan subterráneamente las aguas, cuya corriente, cortada por los arroyos actuales se vierte en las pendientes. Muy pro- bable es, que las aguas suban por las grietas de dislocacion, que cruzan la formacion rhética en la region del Cerro Bayo, Melocoton, etc., y más abajo, en la pendiente, la formacion terciaria. Despues de haber pasado estos depósitos llegan al nivel de los productos glaciares, donde salen inmediatamen- te ó de donde corren subterráneamente, buscando el camino arriba indicado. Así, puede ser que las aguas de la Punta del Agua, de la Cieneguita, de Higuerita, de Gegenes, vengan de muy alto, teniendo en la parte superior un curso oculto. Que tales corrientes verdaderamente existen, nos lo demuestra el ma- nantial de Godoy; iguales á ésta hay tal vez otras corrien- tes más, cuyas aguas nunca salen al sol, perdiéndose en las profundidades de la tierra. Perforaciones convenientes podrían constatarlas, pero es muy difícil dar indicaciones sobre dónde deban hacerse. Se comprende cuán importante servicio pudieran prestar tales aguas, si bien no para el cultivo de estas regiones— el suelo árido no Jo permite—á lo menos para la creacion de montes, que aquí faltan casi completamente, estando reducido á raquíticos arbustos (Larrea divaricata y cuneifolia, etc.). A la clase de las vertientes descritas pertenecen tambien las más conocidas de Mendoza, lás de los Baños del Challao. Subiendo por el arroyo del Challao, constatamos que su lecho está escavado en los estratos terciarios (conglomera- dos, psamitas y arcilla), que componen sus pendientes. Bastante hondo es al principio el cauce, casi formando un cañadon, pero pocas cuadras arriba del puente las pendien- tes bajan y el cauce se divide en dos ó más ramales; nos en- contramos ya en la region de los manantiales. Brotando estos al pié de algunas barrancas pequeñas, com- puestas de arena, rodados y arcilla, puestos horizontalmente — 467 — sobre los estratos terciarios, la poca cantidad de agua no concuerda—es lo que salta inmediatamente á la vista — con el ancho de los lechos en que corren, y fijándonos más vemos tambien rodados y arena en el suelo, lo que basta para con- vencernos que estamos en el lecho de un arroyo que viene de lejos (San Isidro) y se divide en este punto en varios ramales antes de pasar por un solo cauce la estrechura. Las lomas del Challao, dirijidas de norte á sud y compuestas de los estra- tos terciarios que corren igualmente de norte á sud y se in- clinan hácia el poniente, actúan como un dique, haciendo subir las aguas subterráneas que vienen de las serranías de San Isidro y del Challao. En época anterior las aguas estaban en este punto estanca- das, extendiéndose en forma de lagunita delante del lomaje y tenían sólo un canal pequeño de desagúe. Poco á poco las aguas escavaron el canal más y más, pero el declive desigual de la region ocupada antes por la laguna y el cauce del arro— yo actual quedaron existentes. Si se explica asíbien la salida de las vertientes en general, las razones expuestas no nos parecen suficientes respecto al manantial más importante, que brota al pié de la barranca, cerca de la casa del señor Molina y en especial al que sale más al poniente y cuyas aguas se dirijen hácia el vallecito si- tuado entre el cerro Bodega y los cerros del Challao (cerro Negro, etc.). Las aguas de estas vertientes creemos que suben por una grieta de dislocacion (con rumbo norte á sud), que hemos constatado poco más arriba de los nacimientos en la pendien- te de la serranía. Lo que nos induce, en primer lugar, á suponerlo, es la im- variabilidad casi completa de las cantidades de agua de aquel manantial, que quedan, como refieren los habitantes, siem- pre las mismas, aun en años de sequía. Esto sería imposible en el caso que las aguas proviniesen de las pérdidas del arro- yode San Isidro ó de otros arroyitos. — 468 — No podemos afirmar si la temperatura del agua de aquel manantial (el 1? de Octubre 1896 tenía 19%5) varía, ni si es, como nos han dicho, más alta en el invierno que en el vera- no. Réstanos decir que este manantial arroja, entre todos los existentes, las mayores cantidades de agua, es de regular ca- lidad, si bien algo salada. Para completar el cuadro haremos, finalmente, mencion de las vertientes de los Baños de Lunlunta y de La Lagunita. Las primeras se encuentran sobre las pendientes del rio Mendoza, donde éste corta las colinas de Lunlunta. Poco más abajo del puente, en un trecho que comprende más de media legua, pero sobre todo en la pendiente, donde los baños están situados, se nota en las barrancas, cortadas en rodados, arena y arcilla, y á alturas variables sobre el nivel del rio, la salida de agua, que se manifiesta por cierta hume- dad de las capas, por filtraciones ó verdaderos chorros. Es de regla, que debajo de las vertientes se hallan siempre capas de arcilla. Si reconocemos inmediatamente en la interposicion de la arcilla impermeable dentro de los rodados y de la arena la causa de la salida de agua, más dificultad nos ofrece dar una exacta explicacion de la proveniencia del agua. Los estratos de arena, rodados y arcilla, que se extienden mucho más al sud hasta la region de Carrizal, etc., se han de- positado en época anterior dentro de corrientes de agua muy ramificadas. Así, resultaron depósitos irregulares ondulados. Es indiferente para nuestra explicacion considerar estos como diluviales ó terciarios, Erosionando en seguida el rio de Mendoza más y más su lecho en estos depósitos, sus aguas, antes más divididas, se reunieron en un solo cauce, secándose los brazos laterales. Supongamos ahora un brazo lateral que parta del rio en la region arriba de Lunlunta con direccion sudeste, y su lecho llenado con acarreo) cortado por el rio actual bajo el — 69 = nivel del agua—no es necesario que los depósitos del lecho viejo estén visibles en la barranca—entonces es claro, que las aguas infiltrándose en los depósitos, pueden correr subte- rráneamente, tomando el curso viejo, sobre capas impermea- bles de arcilla. Quedando las últimas horizontales, la corriente subterrá- nea subirá más y más sobre el nivel del agua del rio. Acer- cándose despues de una vuelta hácia el sud, en la region de Lunlunta, otra vez al rio, la corriente subterránea toma di- reccion hácia el este, vertiendo en sus pendientes. Esta exp!i- cacion nos parece la más fundada. Pero tambien puede ser que las vertientes de Lunlunta sean aguas independientes del rio, que vienen acumulándose sobre capas impermeables de la region entre la falda de la sierra al sud de Cacheuta y las lomas del Lunlunta. Tendríamos entónces el mismo caso ya descrito en cuanio á las vertientes de Godoy, Gegenes, Punta del Agua, etc. La conveniencia de hacer perforaciones, es evidente, tanto más, cuanto el suelo de aquella region (entre Lujan y Cacheu- ta), es en muchas partes excelente, faltando sólo el agua para convertirlo en un paraiso. Estando ya constatado un exceso de carbonato de cal en las vertientes de Lunlunta, ellas quedan fuera de discusion en la cuestion de la provision del agua. Ya hemos visto que el agua subterránea se encuentra en la ciudad de Mendoza á una profundidad de 70 metros, más ó menos. Subiendo al naciente, llega en Guaymallen hasta cua- tro metros de profundidad. Algo más al naciente y norte si- gue, con el descenso del terreno, una zona de ciénegas, de las cuales las más conocidas son las de La Lagunita. Las lagunas que antes han existido formando parte del sis- tema del brazo del rio Mendoza, hoy representado por el Zan- jon, poco á poco han desaparecido, siendo convertidas por la vegetacion en pantanos, que ya están por secarse. En ellos — 470 — se hallan muchos ojos de agua, que parecen no ser más que el agua subterránea que sale á luz. Las aguas, uniéndose, forman arroyitos (en Lagunita, dos) y al fin un arroyo, el zanjon de Lagunita, que con curso hácia el nordeste se junta cerca de una legua abajo de Lagunita con el Zanjon. La for- macion del arroyo Lagunita debe estar en íntima conexion con la del Zanjon. Las aguas del rio Mendoza, desviadas por el Zanjon siglos atrás por los españoles con objetos de irrigacion, excavaron más y más su cauce, especialmente en la region de Lagunita y más al naciente donde el loes ofreció pocare- sistencia contra esta actividad. Con el desnivel así producido entre las lagunas de Lagunita y el lecho del Zanjon las aguas de aquellas corrieron y erodieron en el loes canales casi ver- ticales hasta quince metros y más de hondura. La erosion, que se aumentó enel mismo grado en que el cauce del Zanjon se ahondó, empezó por abajo, donde las aguas estancadas de las ciénegas se juntaron con el Zanjon y siguió por arriba hasta llegar hoy muy cerca de las ciénegas. La circunstancia de que las aguas perdidas del riego (por el Zanjon) se dirigen al arroyo de la Lagunita, tuvo y tiene to- davíaque aumentar la accion de la erosion. Como agua subterránea que brota en ciénegas (la existen- cia de verdaderas vertientes la ponemos en duda), y que con- tiene, además, sales sódicas y magnésicas, y demasiado car- bonato de calcio, no puede satisfacer las condiciones de una agua potable. De la anterior exposicion resulta, Gue ni la lianura dilu- vial, ni la region rhética, ni terciaria suministran manantiales abundantes y de buena calidad para la provision de la ciudad. Solamente en la pendiente alta de la precordillera, consti- tuida por la formacion silúrica y en parte de psamitas (Las Chilcas) hay algunas vertientes, que pueden ser tomadas en cuenta en esta cuestion; las indicaremos más abajo, Ya hemos dicho que, además de las formaciones silúricas, rhéticas, terciarias y diluviales, participa en la composicion de la precordillera : el Granilo, Diorita y Melafiro ; y es- pecialmente el granito, que en la parte del Sud forma la pre- cordillera, alcanzando en los cerros de la Boca del Rio y en el Mogote Colorado altura considerable. El hecho conocido de que el granito forma excelentes re- servorios de agua, gracias á sus múltiples fisuras, en las que las aguas pueden acumularse, y además, el de que sus aguas son, por lo general, de muy buena calidad, hicieron dirigir nuestra especial atencion áesta parte. Nuestras esperanzas se han realizado, y creemos que esta region está llamada á suministrar, si no toda, á lo menos la mayor parte del agua necesaria para la alimentacion de la ciudad. Entremos ahora en detalles sobre la naturaleza de los ma- nantiales que reunimos bajo el nombre de manantiales gra- niticos-dioriticos-melafíricos. La region estudiada comprende la falda oriental de la precordillera, que se extiende desde la Boca de Rio hasta el arroyo Manzanito, y que alcanza su mayor elevacion en el Mogote Colorado (cerca de 2800 metros). El eje de esta montaña está formado por granito, que se” convierte en algunos puntos en pórfido. Sigue al naciente,formando un manto de variable anchura alrededor del granito, la diorita, la roca eruptiva más vieja de esta region y probablemente de edad silúrica. El granito como la diorita están cruzados por gran canti— dad de filones paralelos de meláfiro” lo paleo-dolerita ?) de muy diferente ancho (1 hasta 10' ¿ph ú) en direccion nord- oeste á sudeste. ep Ju 2 En la region del arroyo Maté. ur *arecen sobre la dio— rita, formando una faja angosta, pizarro silúricas igualmente atravesadas por filones de meláfiro, pero un poco más al sud las pizarras se hunden completamente. Tambien la diorita nos parece se pierde al sud de la Crucecita bajo los estratos terciarios y diluviales, quedando formada la serranía de los cerros de la Boca del Rio exclusivamente de granito (resp. pórfido cuarcífero) y meláfiro. Recien en los cerros de Ca- cheuta la formacion silúrica con la diorita se levanta otra vez. Igualmente reaparece en la pendiente austral de estos cerros la formacion rhética, que despues de gran desarrollo en la parte del nordoeste y central de nuestra region (Challao, San Isidro, Quebrada Totoral), se pierde completamente al sud del cerro Melocoton. Podemos felicitarnos del hundimiento de esta formacion, que envenenó en la parte norte las mejores aguas. La desa- paricion de esta formacion la debemos á un cataclismo (dislo- caciones), el mismo que nos trajo, formando el valle del rio Mendoza, las aguas del rio, haciendo un verdadero paraiso de la llanura. Debemos tambien á él los depósitos petrolíferos de Ca- cheuta, que suministran hoy el material para el alumbrado de la ciudad de Mendoza. Ahora el mismo fenómeno nos ayu- da á encontrar el elemento más indispensable para la vida sa- na de una ciudad : el agua potable. Sobre las citadas rocas (pizarras silúricas, diorita ó grani- to), como sobre los estratos terciarios (conglomerados, psa- mitas y arcilla), sigue componiendo la pendiente suave diri— gida hácia el rio Mendoza y la llanura de Lujan y San Vicente la formacion diluvial, constituida de los ya varias veces men- cionados productos glaciares (loes y acarreo glacial). Sólo una vez (en el agua del Alamito) he observado que salen á luz en corta extension los estratos terciarios. Entre los manant ¡«Je la region referida, podemos dis- tinguir en prim: * série de ellos que agrupados )róximam n ipigida de norte á su alen a I namente e +pigida de norte á sud, salen al pié de la pendient — ¡gupada, en el límite de las formacio- nes viejas (granito y diorita) y las modernas (terciarias y di- luviales). Estos son: 1” el agua de Chacay; 2” el de Alamito; 3% el de las Toscas; 4” los de la Ciénega de Crucecita con el Agua Escondida; 5 el de Duraznito; 6 el de las Catitas. En la falda oriental de los cerros de Cacheuta brotan más Ó menos en la continuacion deesta línea, el Agua de San Agus- tin y el Agua de Pizarro. Todos salen en el límite de la diorita y el loes glaciar; los de San Agustín y de Pizarro parecen tener su nacimiento en- tre las pizarras silúricas y los estratos terciarios. Al primer golpe de vista nos inclinamos á buscar la causa de la salida de estas aguas en una rajadura de dislocacion con direccion norte ásud. Pero un estudio más detenido nos convence que las aguas brotan de la diorita misma. Donde ésta aparece más claro es en el agua de las Toscas, en cuyo punto un pequeño laboreo en forma de zanja, que corta la diorita, lo ha puesto á la vista. Además, se vé en el corte del arroyo Crucecita, que la diorita se halla en el ya— cimiento del loes y acarreo glaciar de que salen las aguas de la Ciénega. En todas las vertientes la diorita aparece á la superficie en inmediata cercanía de los nacimientos, pocos metros arri- ba de la pendicnte. Sólo en el manantial del Alamito, donde entre la diorita y el loes se hallan los estratos terciarios, aque- lla está algo más distante. Una excepcion forman los manantiales de San Agustin y de Pizarro, que sonprobablemente verdaderas vertientes de dis- locacion, siendoá lo menos fuera de duda la existencia de ta] dislocacion muy cerca de los manantiales. Como no tienen es- tas aguas importancia, por ser bastante distantes, las dejamos por ahora fuera de nuestra exposicion. Fijándonos bien en la pendiente formada de diorita, se no- tan, y en especial ea la del Cerro Negro (Crucecita), varios filones de meláfiro con rumbo nordoeste á sudoeste, en par- te bien visibles, en parte más escondidos bajo los escombros y productos diluviales. Las vertientes que figuran bajo el nombre comun de La Cié- nega, en especial la situada al lado de la acequia del Sauce, T. XV. 31 — 474 — como igualmente la vertiente del Agua Escondida, salen casi exactamente en la prolongacion de los filones de me- láfiro. Entrando en la quebrada del arroyo Crucecita encontramos en el Campanario otro manantial. El agua brota en el lecho del arroyo mismo en su lado austral, al pié de una barranca formada dealuvion. Arroyo arriba y arroyo abajo se destaca enel mismo lado un filon de meláfiro, en cuya continuacion hácia el sudeste, distante no más de dos cuadras, se hallan las mencionadas vertientes de la Ciénega. Un segundo filon de meláfiro aparece en la pendiente se- tentriónal del arroyo, bajando hácia la region donde nace el Agua Escondida. En la parte de donde sale el Campanario, el arroyo corre paralelo á los filones de meláfiro de nordoeste á sudeste (más ó menos). Poco más arriba dobla hácia el norte, cortando fi- lones de meláfiro para seguir algun trecho en la direccion de estos; este cambio de curso serepite varias veces. Supuesto el caso de que el agua del Campanario venga de más arriba, corriendo siempreen el lecho del arroyo por de- bajo del aluvion, no se comprende por qué el agua no sube á la superficie en el lecho del arroyo, donde los filones de me- láfiro, queforman verdaderos diques, están verticalmente eruzados por el arroyo. Esto confirma una vez más nuestra opinion, de que los filones de meláfiro son los conductores de agua, que la llevan sea del gran reservorio de granito, sea de otras regiones más distantes. Mucho más probable es la primera procedencia. El agua atmosférica que cae en la alta region del largo cordon granítico, acumulándose en las pro- fundidades, corre al lado de los filones melafíricos, que son, por lo general, muy compactos en la zona de contacto con el granito y la diorita, hasta salir con ellos en las pendientes. Esta opinion está aún mas comprobada por el hecho de que en las regiones superiores del arroyo Grucecita se hallan al- gunos manantiales que nacen en el granito mismo. Son dos — 415 — los que he conocido, el del Salto, en la quebrada del mismo nombre, y el de la quebrada Potrerito, que se une poco aba- jo del nacimiento con aquella. La vertiente de agua del Salto, así llamado por formar una cascada de cerca de doce metros de altura, se halla muy poco mas arriba del salto. Gerca de dos cuadras abajo del salto sa- le al piéde una barranca en el lecho del arroyo otra agua, pero creo que esta es del Salto, que despues de perderse en el aluvion de arena reaparece á la superficie. Abajo de este nacimiento, hasta el Campanario, en ningun punto hemos ob- servado agua en el lecho del arroyo. A la misma clase de vertientes, igual al agua del Salto, pertenece probablemente el manantial de la Quebrada de la Puerta, que brota en el lecho del arroyo del mismo nombre, cortado en el granito. La quebrada está situada cerca de me- dia legua al Sud de puesto Chacay. Siguiendo en la pendiente del cerro Negro hácia el norte encontramos los manantiales: el agua de Duraznito y el de las Catitas. Ellas nacen en el loes y acarreo glaciar, arrojando insignificantes cantidades de agua. Su orígen debe ser el arriba mencionado, siendo compuesta la pendiente arriba de los nacimientos, tambien de diorita y pizarras silúricas con filones de meláfiro. Cerca de una legua al norte de la Ciénega llegamos á la quebrada del arroyo Manzanito (entre el cerro Manzanito y el cerro Negro). La boca de la quebrada está constituida en sus dos lados por pizarras y grauwacke silúricos (con rum- bo norte á sud é inclinacion hácia el poniente y naciente), en que, cerca de una legua arriba del puesto, las aguas caen en una cascada. Su nacimiento se encuentra cerca de tres cua- dras arriba del Salto, en el lecho del arroyo, perdiéndose y saliendo las aguas varias veces hasta la cascada. Es probable que el nacimiento verdadero queda más arriba en la region granítica. Sinembargo, la existencia de varios filones de me- láfiro que cruzan las pizarras silúricas permite suponer que hay varios nacimientos que se juntan en el lecho del arroyo. La temperatura de las aguas graníticas-dioríticas-melafí- ricas es en todas las vertientes casi igual. La del Salto me dió 15%5 C., la del Campanario 1294 C., la de la Ciénega 12* C. Algo más de 15” tiene la de las Toscas, probablemente por salir muy abajo en la pendiente. La circunstancia de que las aguas, si bien son de la misma proveniencia, pasan en su camino por diferentes formaciones, debe influir en su composicion química. La más pura será el agua del Salto, la de la quebrada de la Puerta, la del Campanario, y probablemente la del Manza- nito. Pasando las aguas de la Ciénega, de las Toscas y del Ala- mito por la formacion diorítica y el loes, ellas darán proba— blemente más resíduo, consistiendo este, en primer lugar, en carbonato de cal. Especialmente el agua de las Toscas (descomposicion de la diorita !) serán las mas ricas en esta sal. Sin embargo, creemos que las cantidades son siempre insignificantes. Además, este defecto será eliminado á lo me- nos en parte por una conveniente captacion del manantial, que hay que hacer de tal modo que las aguas no pasen por la formacion terciaria (Alamito) ó por el loes. En cuanto á la cantidad de agua, que sale por las vertien- tes, no hemos hecho ninguna determinacion ni aun prelimi- nar, por la imposibilidad de obtener datos de algun valor sin haber hecho antes algunos trabajos preliminares de captacion óá lo menos de limpieza de los ojos de agua. Segun observacion ocular, los manantiales de la Ciénega (son dos) y los de Manzanito arrojan las más grandes cantida- des, siguiendo Jos del Campanario, de la quebrada de la Puer- ta, del Salto, del Alamito y de las Toscas, todos estos casi iguales en cuanto á su caudal. Los más insignificantes son los de Chacay, de Duraznito y de las Catitas. — 4117 — Unidos todos aquellos más importantes, sin trabajos de aumento, darán sin duda una cantidad de agua muy superior á la de las vertientes del Challao, que han suministrado antes el agua para la ciudad (para una parte de la ciu- dad ?). Pudiendo desde ahora, sin conocer los resultados del aná- lisis químico, clasificar todas esas aguas como de primer ór- den, hay que tomarlas en primera línea en consideracion para el proyecio de una nueva provision de agua de la ciu— dad. El primertrabajo, que se necesita ejecutar, sería una de- terminacion preliminar de las cantidades de agua que las ver- tientes en su aflujo actual pueden suministrar. Repetimos aquí los nombrestde las vertientes, ellas son: 1” la Ciénega (con dos ojos de agua) ; 2? el Campanario; 3” el Salto; 4” las Toscas; 5” el Alamito ; 6” Quebrada de la Puerta ; 7” Manza- nito. | Estos mismos trabajos hay que extenderlos á los manan- tiales que más abajo mencionamos. Cuando la estimacion dé un resultado satisfatorio, de mane- ra que la reunion de todos estos manantiales alcance á una cantidad deagua bastante para la alimentacion, se puede pa- sar á la captacion definitiva de las vertientes, principiando con las dos principales, de la Ciénega y del Campanario. Se recomienda constatar primero la verdad de la opinion arriba emitida sobre el curso de las aguas, lo que se puede conseguir fácilmente por sondajes (perforaciones, pozos, zan- jas), practicadas en el lecho del arroyo Crucecita, arriba de la vertiente del Campanario. Una vez constatado que las aguas siguen realmente los fi- lones de meláfiro, la manera de hacer los trabajos para cap- tar las mayores cantidades posibles del manantial de la Cié- nega está dado. Para aumentar el aflujo de agua, creemos que lo mejor se- rá hacer un corte (zanja) algunos metros abajo de la salida del manantial en direccion nordeste á sudoeste (perpendicu- lar á la direccion de los filones melafíricos). Entónces hay que trazar otro corte perpendicular al primero, en contra de la direccion del aflujo de las aguas. Esta zanja, cuyo suelo debe quedar con el de la primera en la misma horizontal, de- be cortar la pendiente hasta llegar á la diorita ó meláfiro, don- de las aguas van á salir en una faja angosta. De este modo, poniendo libre una gran parte del filon de agua, el aflujo será aumentado considerablemente, pudiendo captar así una gran cantidad de aguas, que hoy dia se pier- den en la profundidad del suelo. Además se evitaría que las aguas pasen por el loes, acarreo, etc., endonde se cargan con una cantidad de sales y especialmente con carbonato de cal. Partiendo dela probabilidad de que el agua del Campanario es parte de los filones que salen en la Ciénega, sería posible captarlo simultáneamente, lo que está realizado ya en el momento, cuando despues del trazado de las zanjas en la Ciénega las aguas del Campanario acaban de salir. Sin embar- go, puede ser que estas sigan en su aflujo, aunque sea del mismo filon de agua que las de la Ciénega, pues las aguas tal vez ya en grandes profundidades pueden dividirse, forman- do corrientes independientes. Segun nuestro parecer, en este caso, la captacion del Cam- panario debe basarse sobre los principios ya expuestos. La segunda zanja, perpendicular á la primera, puede cortar la pendiente alta setentrional del arroyo, donde la corta hoy la acequia antes de llegar al manantial de la Ciénega, sirviendo la zanja al mismo tiempo de conductor del agua por cañería. Quedando las aguas del Salto algo retiradas (cerca de 1?/, legua) en la quebrada; sólo en el caso de que los sondajes ejecutados en el lecho seco del arroyo arriba del Campanario hubieran dado por resultado la existencia de otras vertientes escondidas se podría pasar á su captacion, uniéndolas todas con las de la quebrada Potrerito. — 419 — Conviene captar primero las vertientes de las Toscas y del Alamito, por la facilidad de unir lasdos (quedan distantes de cinco cuadras, separadas por terreno poco accidentado) y de ligar con la de la Ciénega (las Toscas quedan cerca de quin- ce cuadras al sud de la Ciénega). En Alamito las aguas saliendo dei loes y de los estratos terciarios forman una ciénega. Tal vez se recomienda aquí, siendo favorable el terreno, un socavon algo inclinado cuya boca quede algunos metros abajo del nacimiento actual del agua y que pase por el lomaje hasta encontrar piedra firme (diorita) y el filon de agua. Con esto se evita el derramamien- to y la pérdida de agua en la formacion diluvial y terciaria y el recargo de agua con carbonato de cal y sales sódicas y magnésicas. En las Toscas se obtendrá resultado por el sistema indica- do de dos zanjas. Las vertientes cuya captacion debe seguir á la de la re- gion de Crucecita, son las del arroyo Manzanito y de la que- brada de la Puerta, especialmente la primera, por su situa- cion (una legua al norte de la Ciénega) y por su regular cau- dal de agua. La dela quebrada de la Puerta queda igualmente cerca de una legua en línea recta distante de la Ciénega, pero algo retirada en la quebrada. En los dos arroyos hay que estudiar bien arriba el lugar, donde nacen las aguas, haciendo sondajes en varios puntos. . Réstanos notar, que no existen dificultades excepcionales en el terreno para llevar las aguas por cañería. Desde la re- gion del nacimiento de las vertientes, la pendiente declina suavemente formando casi un plano, que sólo está cortado por muchos arroyitos secos. Aprovechando en parte su lecho para la colocacion de la cañería, se podría unir las aguas de las varias vertientes de Crucecita con la de Manzanito cerca de la Compuerta, Jleván- dolas entonces por el costado del ferrocarril trasandino á la ciudad. — 480 — Si las vertientes reunidas bajo el nombre graníticas- dioriticas-melafíricas no bastan para proveer á la ciudad con agua de alimentacion, ó si no se alcanza á aumentar su produccion, hay que llevar de otra parte más cantidad de agua. En primer lugar se puede contar aquí con las vertientes si- lúricas, es decir, con las que brotan en la formacion silúrica. Vamos á enumerarlas en el órden de sud á norte, em- pezando con las que quedan más cerca del arroyo Manzanito : 1? El agua del cajon de la Pampa. Sale en parte su- perior del arroyo Totoral, cerca de una legua arriba del puesto de la cantera. En una quebrada lateral más abajo se halla una vertiente muy insignificante: el agua del Po- trillo. De ninguna importancia es el agua del Potrero de los Bueyes, distante cerca de 10 cuadras hácia el sud del puesto de la cantera. 2% Cerca de 25 cuadras abajo del puesto citado, limitado al sud por el Cerro de los Quilos, viene del poniente, unién- dose con el cajon del arroyo Totoral, un vallecito. Siguiendo éste arriba llegamos al pié del cerro de los Quilos y al muy insignificante manantial del mismo nombre y más arriba al manantial de Obligacion. Más adentro, en la misma que- brada, encontramos el Salto del agua de la falda de la Pampa de los Ñangos. Poco abajo del salto, el agua se pierde en la arena del ar- royo pudiendo ser que las aguas de Obligacion no sean más que aquellas que suben en este punto á la superficie, debido á la arquitectura del subsuelo. El agua del Salto, como igualmente del cajon de la Pampa, vienen de las pampas, que se extienden en algunas regio- nes arriba de la precordillera, y cayendo abajo en varias cascadas, formando quebradas hondas, muchas veces inacce- sibles. Por consiguiente, las vertientes mismas en los puntos de — 481 — nacimento no se pueden captar, tampoco se puede pensar en un aumento ; hay que captar las aguas abajo del último salto por medio de trabajos adecuados. De allí se las lleva por cañería en el lecho de los dos arroyos respectivos, uniéndolas en el arroyo Totoral (abajo de los Quilos). Si la naturaleza de las aguas lo permite, es decir, cuando las aguas contienen insignificantes cantidades de cal, lo que es muy probable, se podría unir con ellas una parte del ma- nantial de Godoy (que se halla en la misma quebrada Toto- ral) disminuyendo así considerablemente la ley de carbonato de cal de ese manantial arriba descrito. En el puesto de Lima, donde nace el manantial de Godoy ó mejor dicho poco más abajo en el arroyo Papagayos se po— dría juntar entónces este ramal con otro que tiene que llevar : 3 Las aguas de la (Juebrada de San. Isidro. Esto deci mos bajo la suposicion de que el análisis químico declarase el agua del segundo salto de la quebrada, como potable, pues la del primer salto, que se llama Salto del agua colo— rada, si bien es de buena calidad, es tan escasa y tan reti- rada (cerca de dos leguas arriba del puesto de San Isidro) que no merece atencion. Corriendo en el arroyo, esta agua se pierde y aparece varias veces, pero cada vez sale á la su- perficie más aumentada, debido á otras vertientes que se le juntan en el camino. Brotando en la formacion silúrica, en la pampa Colorada, pasa en su curso por la formacion rhética. Aquí sucede lo que ya hemos dicho: la calidad del agua empeora por cargarse con varias sales acumuladas en esta formacion. Pero creemos, que este defecto es en nuestro caso de menor grado, siendo la formacion rhética en esta parte de la montaña esencialmente compuesta de psamitas relativamente pobres en estas sales. Más abajo del segundo salto, el agua se pone cada vez más salada, por cuya razon hay que efectuar la captacion antes del segundo salto. — 482 — Cerca del puesto de San Isidro corre de norte á sud, viniendo del cerro Mogote Aspero la quebrada de Em- pozada. En el lecho del arroyo de esta quebrada sale cerca de quince cuadras en distancia directa al norte del puesto, agua cuya cantidad se aumenta más arriba. El nacimiento queda otras quince cuadras al norte. El agua es buena, pero su captacion ofrece algunas dificultades por el rápido de- clive del arroyo, que hace varios saltos. Además creemos que los gastos no se encontrarán com- pensados por una provision abundante de agua. 4% Finaimente, tenemos que mencionar los manantiales de la quebrada de Chilcas, que en cuanto á la cantidad del agua deben figurar al lado de la manantiales de la region de Crucecita, sobrepasando á todos los demás. La quebrada, con curso de poniente á naciente, viene de la Casa de Piedra y acaba al norte de Punta de Laja, estando limitada al sud por el cordon de los cerros del Challao. La distancia directa, sólo contando la vuelta por la Punta de Laja, entre los manantiales y la ciudad, la calculamos aproxi- madamente en 25 kilómetros. Las vertientes salen en la cuesta que hay que subir para llegar á Casa de Piedra en una pendiente muy escar- pada, casi vertical, formada de psamitas y pizarras arci- llosas. Más abajo, en la pendiente austral de la quebrada, hay otra vertiente más, cuyas aguas quedan sin embargo escon- didas bajo el manto de un gran pantano. Algunas zanjas traza- das por el pantano, pueden poner libres las aguas. Segun la gente, existe en la quebrada de Torrecito, un poco al norte de la quebrada de Chilcas, otra vertiente. La serranía que corre más al norte hasta Canota y Villavi- cencio, queda, segun nuestras averiguaciones, casi despro— vista de agua. Por la cantidad de las aguas de Chilcas, su cercanía á la ciudad y por la facilidad de captarlas y llevarlas por cañería, — 483 — ellas merecen, juntas con las de la region de Crucecita, espe- cial atencion. Si las aguas de estas dos regiones no bastan para la pro— vision de la ciudad, hay que recurrir á la zona central con los manantiaies silúricos arriba citados bajo losnúmeros 1 y 3. APÉNDICE En la página 455 he mencionado los depósitos de carbon del Cerro Pelado, los mismos que he tenido ocasion de es- tudiar en mi último viaje, que hice en compañía del Dr. Kurtz, en Enero de 1897, al Paso del Espinazito, pasando á Us- pallata por la Quebrada del Toro. En los perfiles U y Ma que representan cortes de Oeste á Este por el Cerro Pelado, he reunido los resultados más interesantes de esta investiga- ción. El depósito de carbon ó pizarra carbonífera alcanza próxi- mamente á un metro de espesor y se encuentra entre psami- tas cuarcíticas y micáceas grises ó gris-blancas con corrida de Norteá Sud é inclinacion hácia el Este, las que están acompañadas de conglomerados. La explotacion de estos de- pósitos no ha dado hasta hoy buen resultado. Si se desea dar- se bien cuenta del yacimiento de los depósitos es preciso su- bir á una quebrada, que queda como á dos cuadras al Norte de la en que sigue el camino á la mina. Se nota aquí la transicion paulatina de las psamitas grises en pizarras de grauwacke y arcillas pizarreñas; con ellas al- ternan bancos de cuarcita y de grauwacke muy calcárea. Es- te sistema es completamente igual, en su carácter petrográfi- co, al devónico, que he constatado en la serranía de Ja- chal (Devono y Gondwana en la República Argentina Boletin de la Academia Nacional de Ciencias, tomo XV, — 484 — 2-3), pero he tenido la poca suerte de que mis esfuerzos por encontrar fósiles no hayan tenido éxito alguno; tal vez otro explorador, que disponga de más tiempo y extienda sus estu- dios más allá de este punto, sea más feliz que yo. Otra semejanza con los depósitos de Jachal, de Huaco y de Trapiche consiste, en que en las dos regiones siguen arriba del sistema devónico (resp. de pizarras de edad dudosa) en concordancia psamitas grises con conglomerados ; analogía petrográfica que se halla también en el Cerro Bola, cerca de Guandacol, y en el Famatina (Potrero de los Angulos). Sabemos ya que este piso de psamitas representa el Per- mo-carbon, caracterizado por sus plantas fósiles como Gond- wana inferior en las sierras pampeanas (Sierra de los Lla- nos, Sierra de San Luis, Sierra de Velazco, etc.), donde des- cansa directamente sobre las pizarras cristalinas arcálcas. En efecto, si el carácter petrográfico y arquitectónico hace muy probable que los depósitos carboníferos del Cerro Pela- do pertenezcan al nivel del Permo-carbon; su posición queda casi fuera de toda duda, desde que he podido constatar en los estratos arcillosos, que acompañan en la mina nueva el carbon, la existencia de restos de plantas, cuya nervadura in- dica, según el doctor Kurtz, el género Glossopteris ó Gan- gamoplter:is. Pero hay que notar, que los restos de las plantas, que he encontrado, son muy fragmentarios y completamente carbo- nizados, siendo difícil extraer pedazos grandes de las piza- rras, sin que se quebrasen. Pero sea lo que fuesen las plantas, el carácter petrográfico y la posicion concordante sobre pizarras de grauwacxe basta para destruir la creencia de que se trate aquí de la formacion rhética; opinion deducida probablemente del hecho de que ciertos depósitos de carbon de la sierra de Uspallata pertene- cen al Rhet. Se ha incurrido aquí en el mismo errer que en los depósi- tos carboníferos de las sierras centrales (La Huerta, Los Lla- — 485 — nos, etc.), que han sido consideradas todas como rhéticas, siendo así que sólo una parte de ellos ocupan este nivel, per- teneciendo Jos otros al permo-carbon. En el perfil lI se ve, que todos los estratos están en com- pleta concordancia; aspecto que cambia al trasladarnos más al poniente en la misma pendiente del Cerro Pelado. Como á quince cuadras al Sur de la mina vieja se presenta un perfil que he reproducido en lla, el que demuestra una discordan- cia entre las psamitas con depósitos de carbon y las pizarras devónicas (?), producida evidentemente por una dislocacion. Estas relaciones han motivado, tal vez, el concepto de que existe una discordancia primaria entre la formacion rhética y la silúrica en la precordillera del Uspallata (como igual- mente en el Famatina); concepto que en sus conclusiones puede inducirnos á errores de importancia transcendental en lo que se refiere á la comprension del desarrollo geológico de nuestro país. De lo que acabamos decir, se deduce, que hay que corre- gir esencialmente la opinion que se tiene en la actualidad sobre la estructura de la precordillera, si en adelante estu- dios más detenidos comprobaran la existencia del Gondwa- na inferior (Permo-carbon) en la precordillera de San Juan y de Mendoza, puesto en concordancia sobre el Devono; co- mo igualmente la sobre posicion concordante de psamitas triásicas y del sistema rhético, De ese modo tendríamos una serie de pisos, de una analo- gía completa á los de Jachal, Guandacol, del Famatina y de las sierras centrales, con la excepcion, de que en éstas no existe el sistema devónico ni el silúrico. De sumo interés sería, además, la averiguacian de las relaciones que existen entre los depósitos carboníferos de Retamito, en la precordi- llera de San Juan, que han sido clasificados por sus plantas fósiles como Gulm (Archaeocalamites radiatus Stur, etc.) y los del Gondwana inferior (Glossopteris, Gangamopte- ris, Rhipidopsts). — 486 — Despues de haber recorrido por la precordillera de Mendo- za y la de San Juan (parte entre Barreal, Tontal, Maradona, Retamito), donde me había fijado especialmente en la natura- leza de las variadas psamitas, me he convencido de la gran uniformidad de los depósitos del Cerro Pelado, de Retamito, Jachal, etc. El haber considerado ciertas psamitas como terciarias, siendo en realidad permo-carbónicas (las de Maradona, de las Cuevas, etc.), ha sido,en mi opinion, el origen de las equi- vocaciones. Es de esperar que llegaremos un día á la importante con- clusion, de que los depósitos de Retamito ocupan el mismo nivel que el Gondwana inferior. Este trabajo está acompañado de una tabla de perfiles geo— lógicos y de un mapa de la ciudad de Mendoza y de sus alre- dedores, hecho con datos propios y los existentes en el De- partamento de Obras Públicas de Mendoza. Dr. G. BODENBENDER. Octubre 1897. Í CORTE GEOLÓGICO POR LA PENDIENTE DE LA SIERRA DE MENDOZA AL PONIENTE DE LA CIUDAD DISLOCACION a « Uni hidraúlica b. Cal romana O, Ceniravoicantes deca Quebrada ee SI pS y E > -_ DISLOCACION ó $ Z e margon MEN Agua de Obligación Se ¿Ma q E Aro marga W / . MA $ 'e Dor log e Arena estratificado Ñ NON WU KAN. | E a CM Lado o y, 08 y. cuy . NO We ANN ; ES alo. a aL En S. Areon y gravas esten A A ON A WN NY, > DISLOCACION vitcadas, oudaladas Boo WA! Ej ANN e 2d 80 Ñ IN AN Ñ , Chacra Papagayos Cerrito del Pilar ES Se 8% W ANNO NN 5 FyE |. Los Gegenes A Ne 5 AA / Ir A ds A EAN IN NANA INP abi lino: SN A MENDOZA A ANS Pret VU ANNO ASS : [1.5 Psamitas colo. Psamitas arcillosas coloradas y) Psamitas arcillozas, —Arclllas, — Margas abígni- L Ñ z Psnmitas arcill Arclil rada< y grises, lítica y Margas abígarradas S radas con yeso clllosas, Arclllas, Tufas NSENO con yeso (a).— Margus, Arcl- Conglomerados. - Panmiltas colo» ñ cuarcifero, las pizarreñns bitumitosas, Na E radas. s Conglomerados. curbonlferas (00 0 Estherio Maa Le golíensis lonea eto), Psamitas grises DISLOCACION » ASE (e Cerro Pelado — Caliza 7% allúrioa. y JÍ CORTE POR EL CERRO PELADO (MINA DE CARBON) Y LA QUEBRADA DEL TORO ; e ón úl X FOR: [ON DEVONIOA Y dl . 3 3 FORMACION PEUMO:CARMÓNICA AS PASS AS X. O Pan IrO h Acarreo diluyial Panmitas cunrzomas, grises o aamrlllen- Etsarrararollosas, de color grla:veriaco B , Congl , deposito de carb o pardo. ja me A pacos ueposfto 29 (caion Grauwncke caloltica, Bancos de éuarzito. | A y . Andeslta. Cerro Pelado SS DISLOCACION Callza > — slldrion- q a me pa -paleu-Golerlta] DISLOCACION . acarreo glabar y Ines O has vertientes AA == - : me /ula, Y LOS DEPÓ: OS CARBONÍFERAS CERCA Aia VIEJA y 0 == E - 77.1? elidaldel Pajas Colerbca ; +” = A AA XA Lárgo) de Cadhputa | , SD z La! Co AA y Sh At iber | | O es y : hol 7 UD - ñ less Aqua de Pízirro mm de AN A PENA u ES IN te EA NO WS ) Í EST) JA LN l > El qe AS 4 ( A .— ( 4 A 4 de ha a / A po k j : o >. y f: l | “A mos BN a A EIA UÑA AIM Y Ú ' AS Punta La Laja lo PC dde Juan ANN A y yr. LaTrimidy ' ' > LA, cal Barballen q y suburbios CROQUIS DE LA SRRRAMIA Terrenos incultos OBSERVACIONES HIPSOMETRICAS ALREDEDOR DE MENDOZA PRACTICADAS POR EL DOCTOR BODENBENDER Y CALCULADAS Por EL pocrToR OSCAR DOERING El año próximo pasado (1896) mi estimado colega, el catedrático de geología y mineralogía, doctor Guillermo Bo- denbender, había recibido de parte del Gobierno de la pro- vincia de Mendoza el honroso encargo de colaborar en el saneamiento de esa capital, obra confiada á la direccion de uno de nuestros higienistas más notables, el doctor Emilio R. Coni. Para el desempeño de su comision, que era la in- vestigacion de las condiciones geológicas de la capital de Mendoza y de sus alrededores, el doctor Bodenbender se trasladó allá é hizo en el mes de Octubre los estudios cuyos resultados están consignados en el trabajo que figura en este mismo Boletin, tomo XV, página 425 y siguientes, En las excursiones que emprendió el doctor Bodenbender, llevaba dos aneróides y un pequeño psicrómetro, con los que practicaba observaciones en los puntos más importantes á fin de conocer su elevacion, Esas observaciones que me ha entregado para su cálculo y los resultados deducidos de ellas, son el objeto de este pequeño trabajo. — 488 — El instrumento principal que ha empleado, es el aneróide Apel 672, procedente de los afamados talleres de Otto Bohne, Berlin, como lo enseña la marca de fábrica. Este aneróide, de formato grande, que conozco y he estudiado desde hace muchos años, es de muy buena clase. Con él se hicieron 135 observaciones en 57 distintos puntos. Servía de ins- trumento de control un aneróide de bolsillo que lleva la inscripcion de Bossi, Buenos Aires, sin tener marca de fabri- cante. Con éste se han tomado 58 observaciones simultáneas con Apel 672, observaciones que, dada la poca precision de este instrumentito, no he aprovechado para la computacion de las alturas, sino para el exámen de las indicaciones de Apel, áfin de descubrir errores gruesos de observacion que con tanta facilidad se cometen, no en las pequeñas frac- ciones, sinó en las unidades y más aún en las decenas de mi- límetros. El psicrómetro se había observado en 48 casos. La última comparación del aneróide Apel se había hecho en los días 20-23 de Enero de 1896. Observándolo enton- ces con el barómetro normal, Fuess 133, de la Oficina Me- teorológica de la provincia de Córdoba, yo había deducido una correccion aditiva de 6"”05, aplicable á sus indicaciones reducidas antes á 0” y correspondientes á una presion me- dia del aneróide de 718""3. Recien despues de concluidas sus excursiones, el doctor Bodenbender lo hizo comparar en Mendoza, el 9 de Noviem- bre, con el barómetro de mercurio del señor Alfredo [. Brier- ley, observador para la Oficina Meteorológica Argentina. Este señór condensó el resultado de sus tres comparaciones del aneróide en la forma siguiente : Corrección delaneróide Apel = + 6”"00 + correccion por temperatura. Si hubiese añadido las temperaturas del instrumento en los momentos de la observacion, la correccion del aneróide habría estado perfectamente determinada, pero sin este re- — 489 — quisito no salimos de la duda. El coeficiente de temperatura del aneróide Apel 672, cuyo importe ignoraba el señor Brier- ley, ha sido determinado por mí en años anteriores y es igual á—0""053 por cada 1? C. dentro de los límites de 10? á 35? C. De este modo el apunte del señor Brierley equivaldría á una correccion del aneróide de = 6.00 + 0.53 =6.53, si la temperatura del instrumento era de 10? y á una correcion de — 6.00 + 1.59 = + 7.59 en caso de haberse observado á 30". Y la diferencia resultaría más grande aún, á no ser tan pequeño el coeficiente de temperatura de este aneróide. En consecuencia, la omision de la temperatura del aneróide ha hecho ilusorio el trabajo de comparacion que se había toma- do con tanta amabilidad el señor Brierley. Sin embargo, he podido determinar la correccion del ane- róide con gran precision. He aquí los pasos que he dado para lograrlo: 1” Ante todo se han reducido á0? las indicaciones del ane- róide Apel, aplicando á la vez la correccion arbitraria, pero aproximada á la verdad, de + 6””05 que me había resultado en Enero de 1896. 2” Luego era preciso examinar si la correccion que faltaba aún aplicar, era una cantidad constante ó variable, ó, en otras palabras, si la correccion del aneróide se había modifica- do durante el tiempo que duraban las excursiones y obser- vaciones del doctor Bodenbender. En nuestro caso, no habiéndose comparado el aneróide in- mediatamente antes y despues de la série de observaciones no ha sido posible descubrir un cambio de la correccion si- no debido á una circunstancia favorable. Es que las observa- ciones del doctor Bodenbender principian con tres lecturas tomadas el 28, 29 y 30 de Setiembre en la casa que ocupaba durante su estadía en Mendoza, situada en la plaza Cobos, y que termina con otras 7 tomadas en la misma casa entre el 2 y 9 de Noviembre. Si comparamos las observaciones de Bo- denbender en la forma que les hemos dado hasta aquí y las T. XV, 32 — 490 — simultáneas de Brierley reducidas á 0, resulta la diferencia Brierley-Bodenbender á principios : = — 0.48, y para las últimos días = + 0.97, lo que equivale á decir que la co- rreccion aditiva del aneróide Apel es en 1""45 más grande á fines que á principios de las observaciones. El método que acabo de emplear para descubrir una mo- dificacion de la correccion del aneróide, debe manejarse con mucha precaucion, pues es sabido que las diferencias entre dos barómetros que se observan en dos puntos de altura de- sigual, no son constantes, sinó que disminuyen cuando la temperatura del aire aumenta. Pero en el caso que nos ocu- pa, sucede que el promedio de las temperaturas del aire durante las primeras observaciones del doctor Bodenbender y el de sus últimas son próximamente idénticos : además la diferencia barométrica es sumamente pequeña, de modo que oscila en límites muy estrechos cuando varía la temperatura del aire. Estas dos circunstancias justifican perfectamente el empleo de un método mediante el cual se descubrió un aumento en 1""45 de la correccion aditiva. Averiguar ahora en qué circunstancias se ha efectuado ese cambio de la correccion, si de una sola vez ó más bien pau- latinamente, es una cuestion dificilísima de resolver. En el caso de que ese cambio estuviera representado por una can- tidad más grande, habría sin duda mayor facilidad para eso, pues el doctor Bodenbender ha hecho observaciones en cier- tas localidades á distintas épocas del mes de Octubre y por la discrepancia de los resultados del cálculo habría podido des- cubrirse eltiempo aproximado ó aún el momento exacto en que tal cambio de la correccion hubiese tenido lugar, mas la diferencia de 1""45 en altura del mercurio representa una diferencia de elevacion de 15 á 20 metros, y cuando se trata de un desnivel de algunos centenares de metros, se pueden esperar divergencias superiores á 20”, á pesar de que la co- rreccion del aneróide se conozca con toda exactitud. De manera que con una diferencia de correccion tanpeque- A CATE — 491 — ña entre las primeras y lus últimas observaciones, no ha sido posible ni siquiera latentativa de descubrir el momento que la correccion ha cambiado y forzosamente tenemos que entrar en el terreno de las hipótesis. He supuesto que la correccion del aneróide se ha modifi- cado gradualmente y siempre en el mismo sentido, de modo que la diferencia total de 145 se considera originada por la acumulacion de pequeños cambios de la correccion. Esta suposicion, en cuyo favor hablala experiencia, es sumamente probable. En efecto, rara vez encontramos en los aneróides la misma correccion, cuando Jos observamos antes y despues de su traslacion á un punto más alto: es el efecto de una elasticidad deficiente que el fabricante más hábil no puede contrarrestar. Observaciones propias mías y de otros me auto- rizan tambien á suponer que esos cambios de correccion se hacen generalmente en el sentido de ayudar la tendencia ge- neral que tiene el instrumento de subir ó de bajar. Sinembargo, para sacar de estas hipótesisjlas últimas conse= cuencias y aplicarlas en todo su rigor, encontramos obstáculos insalvables. Las pequeñas cantidades enque cambia la correc- cion de unanerdide quese había trasportado á mayor ó menor altitud, sesustraenal cálculo pues ni son proporcionales al des- nivel, ni son iguales aún cuando se ha repetido varias veces su traslacion á un mismo punto de nivel más elevado ó más bajo. Ante esta dificultad, forzoso es contentarse con una aproximacion que se admite en estos casos y que consiste en considerar el cambio de correcion proporcional al tiempo pa- sado. El día medio de las observaciones comparativas del doc- tor Bodenbender (29 de Setiembre) y aquelá que corres— ponde el promedio de las últimas, simultáneas con las del señor Brierley (6 de Noviembre), están separados por un in- tervalo de 38 días en que la correccion aditiva ha aumen— tado en 1””45. Suponiéndose, como queda dicho, el aumento de la correccion proporcional al número de días que han co— rrido desde la primera observacion, se ha aplicado á las lec- — 492 — turas un aumento progresivo y uniforme de 0038 por día. 3" Resta completar la correccion del aneróide. Siempre que tengamos la observacion de un barómetro de cualquier clase en una localidad de altura conocida y acom- pañada de la medicion de la temperatura del aire, y que dis- pongamos á ia vez de la indicacion barométrica simultánea de otro lugar, tambien de altura conocida, podemos derivar la correccion de cualquiera de esos barómetros con relacion al otro que sirve de base: y esto sin previa comparacion directa, sinó tan sólo mediante la vinculación que la fórmula hipso- métrica ha establecido entre la diferencia de nivel, las presio- nes barométricas y las temperaturas del aire de las dos loca= lidades, despreciando los términos de la fórmula que se refie- ren á la tension del vapor acuoso y á la gravedad en funcion de la altura y latitud, términos que no alteran mucho el re- sultado. De este recurso, apenas mencionado en los tratados de medicion barométrica de alturas, he echado mano, con ventaja, en muchísimos casos, cuando tenía que calcular altu- ras tomadas sin comparacion de los instrumentos. Aun cuando había determinado la correccion de un aneróide destinado para servir en un viaje, no he dejado de aconsejar á los obser- vadores que no se limitasen á hacer observaciones en los parajes cuya altura estaba por determinarse aun, sinó que las extendiesen, en loposible, á puntos de altitud bien conocida, á fin de tener el material para estudiar la marcha del anerói- de durante la exploracion y para determinar con más acierto su correccion, á menudo tan variable en los viajes. Pero conviene recordar que una observacion aislada que aprovechemos para calcular de la manera indicada la correc- cion del aneróide, puede hacernos incurrir en errores á veces grandes, en virtud de que la altura que de ella se saca, puede estar afectada de un error de hasta un 10 á 15 %,, debido á la dificultad de procurar los verdaderos datos necesarios para la fórmula hipsométrica, dificultad en gran parte indepen- diente de la buena voluntad y del cuidado del observador. — 493 — Hay que multiplicar las observaciones á fin de que suminis- tren un promedio aproximado á la verdad. Los apuntes del doctor Bodenbender traen varias observa- ciones practicadas en puntos de cota conocida, pero por las razones que acabo de exponer, he dado preferencia á aquellas que hizo en su hotel, antes y despues de las exploraciones, y para las que existen observaciones simultáneas directas del señor Brierley. Son las mismas que me han servido para cons- tatar el cambio de la correccion de su aneróide principal. La cubeta del barómetro del señor Brierley, en el 2% piso desu casa, calle San Martin número 340, estáá 62 sobre el nivel de la vereda en frente, siendo su altura absoluta de 779%5 (1). La vereda de la Plaza Cobos, en la parte donde vivía el doctor Bodenbender, tiene, como él mismo me ha comunicado, una elevación de 780%5,á la que yo añado 1” que es la altura aproximada á la que se han tomado las ob- servaciones con el aneróide. Calculando ahora con las observaciones del señor Brierle y y las que hizo simultáneamente el doctor Bodenbender en su hotel, despues de dejarlas corregidas provisoriamente de la manera indicada bajo 1” y 2%, debe resultar la verdadera di- ferencia de nivel, si los dos instrumentos están de acuerdo, 0 mejor dicho, si el aueróide Apel está corregido con respecto al barómetro de la oficina meteorológica del señor Brierley, cuyas indicaciones suponemos exactas. Y si en este cálculo nos resultara una diferencia de nivel distinta de la verdadera, tendríamos la prueba de que la co- rreccion del aneróide no está completa aún; esa misma dis- crepancia nos suministraría entónces un medio para calcular la correccion del aneróide, siempre en la suposicion que la atmósfera se encuentre en el estado de equilibrio que exige la fórmula hipsométrica. (1) Véase: GuaLTERIO G. Davis, El clima de Mendoza en Emiro R. Cont, Saneamiento de la provincia de Mendoza (1897, pág. 614 y 612. — 494 — Por los datos que anteceden, se vé que el aneróide Apel se encontraba en un nivel que sobrepasa en 20 el horizonte correspondiente á la cubeta del barómetro de Brierley. So- metidas las tres observaciones del 28, 29 y 30 de Setiembre al cálculo, resultaría la cubeta 4"6 más elevada que el aneróide Apel: de consiguiente hay un error de 6"6 en al— tura y la indicacion del aneróide resulta más grande de la que debía ser, necesitando de una pequeña correccion ne- gativa. Las seis observaciones entre el 2 y 9 de Noviembre arrojan un error de 76 en altura, que hacen necesaria la co- rreccion del aneróide en el mismo sentido que antes. Ahora bien: en el primer caso, con una presion media de 691""1, la temperatura del aire igual á 192 (observaciones de Brierley), se deduce para una diferencia de 66 una co- rreccion negativa del aneróide de 0.53”, y en el segundo caso con B, = 694""1,1=20%4 y h,—h,= 76, esa correc- cion negativa sería igual á 0.61”", Tomando el promedio, se deduce como última correccion del aneróide la de — 0.57", Añadida ésta á las anteriores de que se ha dado cuenta ba- jo 1” y 2”, tenemos la correccion definitiva y completa del aneróide Apel de + 5.48""” para el 29 de Setiembre, y de + 6.93" para el 6 de Noviembre, cantidades á sumar á las lecturas del aneróide reducidas á0?. Escierto que habría que aplicarse otra correccion más, aque- lla que se llama de division ó de escala; pero, observaciones bien controladas, anteriores á éstas, han demostrado que esa correccion del aneróide Apel 672 es sumamente pequeña, y tanto más despreciable cuanto que debemos estar á la espera de errores más grandes producidos por otras circunstancias de que se hablará adelante. Antes de continuar, me permitiré dos observaciones rela- tivas al cálculo de las correcciones: a) Es obvio que en vez de proceder así como lo he descrito bajo 1%, 2% y 3%, es permitido elegir el órden siguiente de ope- raciones: reducir las lecturasá 0%, averiguar la correccion IE IS 0 ts? IA IA ¿IAE AI AA AA ETA AA A A A a e A mencionada bajo 2% y buscar con el método 3 de una sola vez la correccion total del instrumento. b) Si no se trata de dejar constancia del importe de la co— rreccion instrumental, sinó de calcular las alturas con la de- bida correccion, es más cómodo y rápido reemplazar el pro- cedimiento indicado bajo 3% por el siguiente: despues de haber averiguado que las observaciones incompletamente co- rregidas producen resultados inferiores á los verdaderos en Y (6.64 7.6) =7"1, sereducen todas las diferencias de nivel á un horizonte 7”! más alto, considerándose en el caso que nos ocupa, como altura absoluta de la cubeta del baró- metro de Brierley, la verdadera (7795) aumentada en 7” 1 HS O56. ' Despues de haber dado todos los pasos necesarios para la correccion de las indicaciones del aneróide del doctor Boden- bender, tenemos que ocuparnos con las temperaturas del aire, tomadas en los respectivos momentos de la observacion y que nos son indispensables para la computacion de las al- turas. El número total de observaciones es de 135, y en 48 casos el doctor Bodenbender ha tomado la temperatura correspon- diente del aire. Falta buscarla para las 87 observaciones res- tantes. : La ley á que está sujeta la disminucion de la temperatura con la elevacion, nos suministra los medios para subsanar el defecto en cuestion. Segun J. Hann (1) esa diminucion por cada 100 m. que se sube, es en el invierno 045, primavera 0267, verano 0970, otoño 0953 y en el año en general 0250, Esas cifras son el resultado de la discusion de las tempera= turas de Europa Central, pero son aproximadamente las mis- mas para otras partes de la tierra, y las empleamos aquí por carecer todavía de cifras más exactas para nuestra República. Para su aplicacion calcúlase con sólo las presiones baromé- (1) Handbuch der Klimatologie, página 154. — 496 — tricas de la estacion inferior (B,) y superior (B») la diferen— cia de nivel dh entre lasdos, entónces la temperatura aproxi- mada (t,) de la estacion superior en funcion de dh y t, (tem- peratura del aire en la estacion inferior) es, por ejemplo para el verano tf, =t, —0.007 dh, y así análogamente para las otras estaciones del año. Disponiendo de este modo de los datos relativos á la esta- cion superior, ó sea para los puntos cuya altura deseaba co- nocer el explorador, falta tan sólo proveerse de las observa- ciones simultáneas de una estacion de base (inferior) á fin de tenerlo todo listo para el cómputo. De lo que he dicho antes sobre la correccion del aneróide Apel, se comprende ya que me he servido con tal objeto de las observaciones que hace el señor Brierley en Mendoza para la Oficina Meteorológica Ar- gentina. Su distinguido director, el señor Gualterio G. Davis ha tenido la amabilidad de facilitarme todas las observaciones que yo necesitaba con objeto de este trabajo, y que lo eran las tomadas por el señor Brierley álas 7 a. m., 2 p.m. y 9 p. m., durante el tiempo que duraban las observaciones del doc- tor Bodenbender. Acepte mi estimado colega Davis mis más expresivas gracias y del doctor Bodenbender, por el impor- tante servicio que nos ha prestado. El doctor Bodenbender había tomado 66 lecturas en una de las horas7a. m., 2 p.m.y9 p.m.,de modo que para éstas es- taban disponibles los datos simultáneos directos de la esta- cion inferior. Para las 69 observaciones hechas en las excur- siones fuera de aquellas horas no existían ni la presion baro- métrica, ni la temperatura del aire de la estacion del señor Brierley. He tenido que proporcionármelas por interpolacion : las presiones atmosféricas sobre la base del cuadro que el señor Davis ha publicado en el trabajo mencionado sobre el clima de Mendoza (pág. 639) con el encabezamiento: Varia- | | cion diurna de la presion atmosférica en Mendoza, y las temperaturas del aire con auxiliodeotrocuadro análogo (pág. 615) sobre la variacion diurna de este elemento climatológico. Los dos cuadros se fundan sobre los valores horarios de apa- ratos registradores que han funcionado un solo año, y son por tanto meramente aproximados. Si bien en días de variacion regular la interpolación puede suministrar datos fidedignos aumentándose ó disminuyéndose convenientemente la amplitud diurna, en otros y muchos está muy lejos de darnos resultados satisfactorios, y aun en los casos más favorables el dato interpolado no puede igualar la observacion directa. Debe tenerse en cuenta esta circuns- tancia para la apreciacion debida del grado de precision de las alturas calculadas. Muchas de ellas resultan de datos cal- culados con tres interpolaciones, de este modo : única obser- vacion directa, la lectura del aneróide, interpolación de la presion y temperatura de Mendoza á fin de disponer de un valor aproximado de las que habrían sido simultáneas, y, fi- nalmente, interpolación de la temperatura de la estacion su- perior sobre la base de la interpolada de Mendoza, guiada por la ley del decrecimiento vertical de este elemento. Y una vez que ntablo del grado de confianza que merecen estas alturas, voy á recordar que, con pocas excepciones, el doctor Bodenbender ha observado con aproximacion de 035. Ponderando todas estas circunstancias, no debemos hacer- nos ¿lusiones sobre la importancia de las unidades de metros en las alturas, unidades que he conservado en la publica- cion sólo para no borrar diferencias pequeñas de la altura de varias localidades. Por la misma razon creo no merecer un reproche si confieso haber calculado las alturas tan sólo con las presiones barométricas y las temperaturas del aire. Me habría gustado añadir, en la lista de alturas que pre- sento al final, las coordenadas geográficas de los puntos re- corridos por el doctor Bodenbender, pero mi deseo ha sido frustrado por la deficiencia del material cartográfico de que — 498 — dispongo. Sin embargo, el lector encontrará la mayor parte de las localidades representadas en mi lista, en el mapa con que mi colega acompaña su trabajo sobre el suelo y las ver- tientes de Mendoza. He añadido á las alturas el número de observaciones de que se han deducido, indicando á la vez si la altura resulta de observaciones hechas en condiciones análogas ó distintas. Así, por ejemplo, el símbolo 1 + | significan que hay dos observaciones, pero que se han efectuado en distintos dias separados por cierto intervalo más ó menos largo, de modo que el estado de la atmósfera y la correccion del aneróide, ya no eran las anteriores. En general, unpromedio de alturas tomadas en distintas ocasiones, ofrece más aproximacion á la verdad que cuando se han computado de observaciones sub- siguientes, separadas por intervalos de horas. Con fines didácticos, en contestacion á frecuentes consul- tas que se me están haciendo, me he extendido un poco más de lo que habría sido estrictamente necesario para explicar el orígen de las cifras que son el resultado de este trabajo. De día en día va creciendo el número de los que armados de un aneróide más ó menos regular creen estar en condiciones de determinar alturas. Sin duda no es obra de Romanos aprender á hacer una lectura del aneróide, tambien concedo que no es preciso ser gran matemático para ejecutar el cál— culo prescrito en la fórmula hipsométrica: pero el conoci- miento perfecto de estas dos operaciones mecánicas no habi- lita todavía para la computacion de alturas que merezcan al- gun grado de confianza. Algo más se necesita: saber cuándo y en qué condiciones se debe hacer la observacion, conocerá fondo su instrumento, cuidarle con mucha atencion, y para el cálculo, poseer el caudal necesario de conocimientos meteo- rológicos para proporcionarse las verdaderas cifras que en- tran en la fórmula de alturas. Los dilettanti y turistas pueden prestar grandes servicios á la ciencia, aumentando los esca- sos conocimientos que tenemos sobre el relieve de nuestro SAA — 499 — tan extendido país, con tal que se informen bien de la tarea de observador que les incumbe : el cálculo definitivo de sus observaciones, lo confíen más bien á personas versadas en la materia que saben sacar el mejor provecho posible aun de observaciones que no alcanzan á merecer la clasificacion de buenas. Acarreen la piedra bruta: para trabajarla, cuadrarla y pu- limentarla se necesita ciencia y experiencia. Córdoba, Octubre de 1897. ALTURAS DETERMINADAS POR EL DOCTOR GUILLERMO BODENBENDER ALREDEDOR DE MENDOZA Localidad 1. Challao, puente. . E e td: 2. Arroyo Papagayos, elec Te Lane martlos Daños... ss II 3. Higuerita, puesto, los baños....... A esenes: puesto: II E A GAS: puesto... ¿LAI 7. Salto del Agua Colorada (al pié del O o O E S. Quebrada Embozada, manantial... - 9. Agua de Obligacion, manantial..... 10. Salto del Agua de la falda de la Pampa Nangos (al pié del Salto)......... 11. Quebrada Totoral, puesto de las Can— LE o OA 124 Higueral, puesta 8 Altura en metros 929 1821 1225 Número de observ. +2 NN N N N t HS 00 NN — 500 — Localidad . La Cieneguita (La Ciénega), puesto... . Crucecita, campamento arriba de la Grucecita Casan ESA Agua ESCOLAR . Agua del Salto (al pié del Salto)..... Agua del Campañanlon. rc ¡AGUA dC lA MOSCA 20. Chacay puesto aten ¿Agua delo Wenas Oo ¡AquadelDurazato e ¿Ac ua dentas Catitas A . Arroyo Manzanito, el salto......... . Compuerta (casa del señor Peralta).. . Puente del Trasandino, Río Men- ATamito puesto . Puesto del bombero, cerca del puente. aan plaza. o e a . Cacheuta, casa de administracion.... . ¡Aguade ¡San Agustin... e... 0% 21 Agua desPizarro la casi e . Baños de la Boca del Río (altura del Hotel AIN . Quebrada del Potrero de la Puerta aguas abajo Ti: ao accio. s. La Coria, casa del Correo... . San Vicente, Molino de Joaquin Kinn. . San Vicente, casa de Gruzman....... . Mojón Blanco (La Coria).......... . Loma Alta (al poniente de la casa de COLMO aii NO . Baños de Colón (Mendoza)......... . Cerro del Pilar (Gegenes).......... Altura en metros 1206 1499 1468 1612 2017 1697 1489 1436 1493 1600 1642 1652 1837 1098 1152 1115 993 1400 1428 1275 Número de obsery. l +1 ($) — pu. pu A (oo) pS A O SN 159) Localidad Altura Número de en metros obsery. 42. Agua del Potrero de los Bueyes A o A E 1951 1 43. Cajon de la Pampa, aguas abajo..... 2010 1 Ae Ghllcas, Aguas arriDa. ooo... «mo... 1667 1 BUEStO, Chilcas:: o Apo ooo tatoo 1388 1 . Zanjon, entre Lujan y San Vicente... 894 1 47. Puente del Río Mendoza (Lujan)... 980 1 48. Baños de Lunlunta (Restaurant)..... 921 3 plaza de MAlpuo do: dia 837 1 . Guaymallen, Iglesia de la Purísima... 750 1 rasunita (Tiro Nacional)... 00. sis 718 3 . Plumerillo, calle Guaymallen....... 132 | A A 720 2 ENUMERACION DE LAS PLANTAS RECOGIDAS POR G. BODENBENDER EN LA PRECORDILLERA DE MENDOZA (OCTUBRE DE 1896) Por FEDERICO KURTZ INTRODUCCION La region explorada por el señor Bodenbender está situada en las primeras colinas al poniente de Mendoza, entre Chilcas (1667 m.) y Challao (929 m.) en el norte, y Cacheuta (1400 m.) y el Puente del Ferro-carril Andino (1132 m.) en el sur, ele- vándose en el Salto del Arroyo Crucecita — punto más alto re- presentado en el herbario — hasta 2017 metros (*). Según el carácter general de su flora pertenece el territorio indicado á la region subandina (véase F. Kurtz en Bol. Acad. Córdoba, VILL, 1893, p. 184-189), mezclándose su base con miembros de la vegetacion pampeana, mientras que su límite superior ya toca á la region andina media (F. Kurtz, loc. cit., p. 189-198). Hablando en general, se puede decir que en el distrito que nos ocupa, laregion pampeana asciende hasta una altura de (2) Para los detalles geográficos véase el plano de la ciudad de Men- doza que acompaña el trabajo de G. Bodenbender: Las Vertientes etc., de Mendoza; este tomo página 4265. — 503 — 8-900 metros, la vegetacion subandina se observa entre 900 y 1500 metros, y que arriba de esta línea hipsométrica empieza el reino de la flora andina media. No necesita mencionarse que es una cosa casi imposible de trazar límites bien fijados entre las tres regiones indicadas, especialmente cuando se trata de un terreno tan cortado por arroyos y barrancas, como lo esla Precordillera al Poniente de Mendoza : las plantas pampeanas ascienden en los valles hácia arriba y las especies de las alturas bajan con las corrientes de agua de la manera, que en unazona media (por ejemplo, en las cercanías del Puesto Lima) se ob- serva una mezcla de tipos andinos, subandinos y pampeanos. No obstante, no hay dificultad de trazar el orígen de los va- rios elementos que componen la vegetacion de la region en cuestion. En lo general puede establecerse, que las pendientes que la forman, son cubiertos de un monte más ó menos denso, - compuesto especialmente de arbustos secos con follaje fina- mente cortado (Prosopis Alpataco Phil., Adesmía trijuga Gill. Cesalpinia Gailliesii Wall.), Ó con hojas pequeñas, duras, var— nizadas ó lepidotas (las especies de Larrea, Zuccagnia, Meno- dora, Proustia 1licifolia H. et A., Gochnatia glutinosa Don, Atri- plex, Chenopodium, Solanum eleagnifolium Cav.), ó suculentas (Sueda divaricata Moq.—T.), Ó las plantas son casi completa- mente desprovistas de follaje (Monttea aphylla, Verbena aphyl- la, V. scoparia, Cyclolepis, Bulnesía Retamo Griseb., Tricoma- ría Usillo Hook et Arn., Fabiana denudata, Colletia ferox Gill., Cassia aphylla Cav.): todos caracteres indicando un clima su- mamente seco. Las especies predominantes del monte subandino, tal como se presenta al Oeste de Mendoza, son las siguientes: Larrea divaricata Cav. (*) (Jarilla hembra), £. cuneifolia Cav. (Sarilla (2) Las plantas, cuyos nombres científicos llevan el autor respectivo, se han recibido sólo segun las observaciones y apuntes de Bodenben- der, y no se encuentran ni en su herbario, ni en la lista que,sigue más abajo. Los nombres vulgares se relacionan solamente á Mendoza, y no tambien á otras provincias. — 504 — crespa), Zuccagnia punctata Cav. (Sarilla macho), Montlea aphy]l- la (Ala), Cyclolepis genistoides (Usillo), Gochnatia glutinosa Don, Prosopis Alpataco Phil. (Alpataco), Caesalpinia Gilliesti Wall, (Mal de ojos), €. praecorx R. et P. (Brea), Gourliea de- corticans Gill. (Chañar), Schinus dependens Ortega et varr. (Mol- le), Bulnesia Retamo Griseb. (Retamo), Condalia lineata AGray (Piquillin), Colletia feroz Gill. (Coronillo), Atriplex Cachiyuyu (Zampa), Suaeda divaricata Moq.-T. (Jume), Cassia aphylla Cav. f. humilis (an var. divaricata Hieron.?), Verbena aphylla, Tricycla spinosa Cav. (Monte negro), Grabowskya obtusa Walk.- Arn., Lycium sp., Eupatorium virgatum. En lugares algo húmedos, á las orillas de los arroyos, se observan: Baccharis salicifolia Pers. (Chilca), Proustia ilicifo— lía H. et A. (Altepe), Senecio salsus Griseb., Colliguaya integer- rima (Colliguay). Menos frecuentes son Clematis Hilarii Spr., Atamisquea emar- ginata Miers (Atamisque, Matagusano), Hualania microphylla (Gr.) Hieron., Tricomaria Usillo H. et A., Prosopis strombulife- ra Bth., Artemisia mendozana (Ajenjo), Baccharis flabellata H. etA., Buddleia mendozensis, Menodora integrifolia, Melinia Can- dolleana, Ephedra (americana W. an ochreata Miers?; Solupe). Entre las matas y yerbas son más conspicuas: Cristaria hete- rophylla, Hofímannseggía Falcaría Cav., Mentzclia albescens Griseb., Hydrocotyle bonariensis Lam., Grindelia speciosa (Chi- nita), Hymenatherum Belenidium (Perlilla), Senecio sectilis, Phacelía circinata, Solanum elaeagnifolium Cav., Cestrum Pseu- doquina Mart., Nicotiana noctiflora Hook., Hedeoma multiflora Bth., Flantago patagonica. En las regiones más elevadas (de 1400 m. y más) aparecen tipos como Berberis Grevilleana Gill. (Cruzero), Adesmia triju- ga (Cuerno de cabra), Anarthrophyllum elegans, Baccharis pul- chella, Fabiana denudata, Dipyrena qlaberrima (Cola de zorro), y entre las matas se observan Hexaptera pinnatifida, Cerastium vulgatum var. peruvianum, Hoffmannseggía andina, Bowlesia tropaeolifolia, Androsaces Salasii, Gilia laciniata, Collomia gra- — 505 — cilis, Echinospermum Redowskii, Múhlenbeckia chilensis, Seir- pus atacamensts, La familia de las Cactáceas está representada en las pendien- tes más bajas (Challao, Arroyo Papagayos) por un Echinocac— tus con grandes flores blancas, y por un vegetal muy particu- lar con artículos en forma de toneles encimados, cuyos ramos son coronados de grupos de espinas flexibles ú ensiformes; las flores pequeñas de esta planta son blancas. Las especies siguientes se pueden considerar como de ori- gen pampeano: Polygala argentinensis, Sphaeralcea bonarien- sis, Larrea divtaricata, Prosopis strombulifera Bth., Grindelia speciosa, Hysterionica jasionordes, Verbena crithmifolia, Atri- plex Cachiyuyu. Miembros de la vegetacion de la region andina media, son : Berberis Grevilleana, Draba Gilliesii, Sisymbrium frutescens, Hexa- ptera pinnatifida, Astragalus caríinatus, Bowlesia tropaeolifo- lía, Phyllactis dinorrhiza, Androsaces Salasii, Collomia gracilis, Gilia laciniata, Echinospermum Redowskii (2), Fabiana denuda- ta, Calceolaria pinifolia, Veronica peregrina, Dipyrena glaberri- ma, Hippeastrum pratense, Brodiaea Poeppigiana, Scirpus ata- camensis, Poa annua (*), Ephedra americana L. Entre los hallazgos del doctor Bodenbender, que merecen mención especial, hay dos: uno el descubrimiento de una es- pecie del género Androsaces en la cordillera, el otro es haber reencontrado el Echinospermum Redowskií Lehm. La primera planta constituye el tipo de una especie nueva que se coloca en- tre la A. occidentalis Nutt. y la A. arízonica A. Gray (ambas inha- bitantes de los Estados Unidos austro-occidentales), y que, en reconocimiento de los méritos de nuestro amigo é infatigable colaborador en el esclarecimiento de la Geología andina, el () Poa annua L. es ciertamente silvestre en las sierras altas de la Argentina, donde se presenta frecuente en la forma de la var. eriole- pis E. Desv. Al Jado de estos lugares se observa la Poa annua L. como planta introducida en todos los terrenos cultivados. Ue AO 33 — 506 — doctor don José A. Salas en Mendoza, he titulado Androsaces Salasix ('). Echinospermum Redowskii es muy notable por su distribucion geográfica; se conoce de la Asia central (Tibet, Siberia altáica, Transbaicalia, Dauria), de Norte-América occidental (Alas- ka —Saskatschawan — Minnesota — Texas, Arizona) y de los Andes de Mendoza. Una distribución algo semejante presenta entre las plantas argentinas solamente la grama delicada Tri- setum cernuum Trin., cuya área abarca : (Rusia ártica ??), el Japón, Norte-América occidental (Vancouver Island, Sitka, Oregon, Washington Terr., California) y la Tierra fue- giana (?). Al lado de este tipo raro de distribución geográfica, como lo demuestran Trisetum cernuum y Echinospermum Redowskii, te- nemos un grupo de plantas que poseen una distribución « pa- cífica » es decir, que siguen la costa del Océano pacítico desde el Canadá ó Estados Unidos (6 desde México) hasta Chile ó la región magallánica, pero que no se acercan al Atlántico (véanse en la lista más abajo por ejemplo á las áreas de Collomia graci- lis, Phacelia circinata, Pectocarya linearis, Pentacaena ramosisst- ma, Paronychia chilensis). Un otro número de vegetales re- presentan un tipo de distribucion, que se puede llamar esen- cialmente «americano », abarcando estas plantas, más ó me- nos, todas las áreas templadas y subtrópicas del Nuevo Mundo. Como paradigmata de esta clase, se pueden citar de nuestra lista: Silene antirrhina, Linaria canudenstis, Veronica peregrina, Plantago patagon1ca. (1) De esta especie, como de las otras novedades de la colección de Bodenbender: Jaborosa andina e Elymus barbatus, se publicarán en breve descripciones detalladas y acompañadas de láminas. No es im- posible que la Androsaces septentrionale L., de la Patagonia aus- tral (Golfo de San Jorge), mencionado por C. Spegazzini (Rev. Facult. de Agronom. y Veterin., La Plata, año III, 1897, p. 549) pertenezca tambien á la A. Salasú. (2) Véase F. Kurtz en Revist. Mus. La Plata, VII, 1896, p. 399. — 507 — Abreviaciones usadas A Buenos Aires. A Córdoba. IE Catamarca. A A Entre Rios. UL PA AE Jujuy. O A a a Mendoza. VA A Orán LN A EA Patagonia. 14 A O La Rioja. tool Salta. A Santiago del Estero. SSA OS San Juan. Sn. San Luis. * Esta señal indica plantas nuevas para la Provincia de Mendoza. Las especies marcadas de esta manera son nueyas para la ciencia Ó desconocidas hasta ahora como habitantes de la América del Sur. ENUMERACIÓN DE LAS PLANTAS REPRESENTADAS EN LA COLECCIÓN DEL DOCTOR G. BODENBENDER Draba Gilliesií Hook et Arn., Bot. Misc. HL 137, f. brevistyla ESKOTEZ. 9949. El Salto de Crucecita (fr., defl.). Variat siliquis glabris vel breviter pilosis; a descriptione autorum planta mendocina solum stylo abbreviato differt; habitu D. magellanicae Lam. (Lechler 974; Sandy Point similis. = 508 = Area geographica : Andes inter Mendoza et Santiago de Chile. Sisymbrium canescens Nutt. Gen. IT. 68. 9954. Puesto Lima (defl., fr.; f. simplex). Area geographica: Am. sept. (circ. arct.— Cal.), México, Argentina, Chile. S. frutescens Gill. mss. apud Hook. et Arn., Bot. Misc. TIT. 139 (ex descript.). 9950. Challao (fr.). Area geographica: Argentina (M., Ct., R.). Lepidium pubescens E. Desv., Journ. bot. III. 165, 480. — Cf. Eichler in Fl. Bras, XXXIX. 310. — Griseb. Eb 46, No 47. — Hieron. Pl. diaphor. 28. 9951. Puesto Lima (defl., fr.). 9952. Crucecita (defl.). 9953. Challao (fr.). Forma humilis andina; variat foliis caulinis dentatis vel pinnatifidis. Area geographica : Perú, Argentina (SJ., M., Ct., R., J., C., E., P.). — Chile (??). Hexaptera pinnatifida Gill. et Hook. Bot. Misc. IL. 350, tab. LXXIT; UT. 442. 9955. San Isidro (fl., fr. immat.). Area geographica: Argentina (SJ., M., R.: var. nana Hie- ron. in herb.), Chile. * Polygala argentinensis Chodat, Mém. Soc. de Phys. et d*Hist. nat. de Genéve, XXXI. 2. (1893) 271, tab. XXV. figg. 22-23. 9956. Puente del Ferro-carril Andino (defl., fr.). Area geographica : Argentina (M., Ct.). P. grisea A. W. Benn., Journ. of Bot., April 1895 (p. 2 de la tirada especial). 9957. Puesto Lima (fl.). Area geographica : Argentina (M.). — 509 — Monnina dictyocarpa Griseb. Symb 23, No 76. — Hieron. Pl. diaphor. 34. 9958. Punta de Agua (fl.). Area geographica : Argentina (SJ., M., Ct., R., C., P.). * Silene antirrhina L. Sp. I. 419. — Rohrbach Monogr. 168.— F. N. Williams, Journ. Linn. Soc. Bot. XXXII (1896), 127. £. minor Camb. in St.-Hil. Fl. Bras. mer. IL. 118 (non « gracilis », uti habet Williams 1. c.). 9959. Puesto Lima (fl.; specimina simplicia, uni-vel sub- uniflora). Area geographica: Am. sept. (Canada, Columbia brit. - Alab., Cal.), México, Bras. austr., Uruguay, Argentina (M., R., C., E. P.), Chile. —4£: Uruguay, Argentina (M.). * Cerastium vulgatum L. var peruvianum A. Gray, U. S. Expl. Exp. Bot. I. 120. — Rohrbach in Linnaea XXXVII. 287. — Pax in Engler”s Jahrb. XVII (1893), 24. 9961. Puesto Lima (fr.). Area geographica: Columbia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina (M., R., S.). Spergularia villosa (Pers.) Camb. in St.-Hil. Fl. Bras. mer. IL. 129. — Rohrbach in Linnaea 1. c. 237. — Pax l, c. 31. 9960. Puesto Lima (fl.). Area geographia : Bolivia, Bras. austr., Uruguay, Ar- gentina (M., Ct., R., T., C., SF., E., BA., P.), Chile. Cristaria heterophylla (Cav.) Hook et Arn., Bot. Misc. HT. 453. — Griseb. Symb. 44, No242. 9962. Gegenes (fl., fr.). Area geographica : Argentina (M., R.), Chile. Sphaeralcea bonariensis (Cav.) Griseb. Pl. Lor, 44 N* 105. 9963. Arroyo Papagayos (fl.). Area geographica: Argentina (M., C., E., BA.). J Larrea nitida Cav. Ic. et Descr. VI. 30, tab.559. — DC. Prodr. 1705: — 510 — 9964. Cerro Melocoton (fl., fr. immat.) Area geographica : Argentina (SJ., M., R., P.), Chile. Anarthrophyllum elegans (Gill. mss, apud Hook. et Arn., Bot. Misc. 1H.178, tab. CIL) Bth? no B-"et “HH: Gen plate 478. 9971. San Isidro (subdetl., fr.). 9972. Crucecita (fl., fr. immat.). Area geographica : Argentina (M.), Chile (?). Adesmiía muricata DC. in Prodr. Il. 318. — Bth. in Fl. bras. XXIV. 54, tab. XI fig. 2, 3. 9969. Puesto Lima (fr.). Forma foliolis obcordatis, floribus brevipedicellatis, fructibus curvatis. Adesmía muricata DC. variat foliolis obcordatis margineque integerrimis, vel foliolis truncatis margineque simul plus minus dentatis, floribus longius vel breviter pedicellatis, fructibus rectis vel —usque ad circinatim—curvatis (Cf. Ben- tham in Fl. bras. l. c., ubi descriptiones et icones varieta— tum autoris laudati aliquid inter se discrepant). Area geographica: Bras. austr., Argentina (var. « Bth.: M., Ct., S., L.; var. £ Bth. : P), Chile (2)É A. grandiflora Gill., Bot. Misc. MI 190. 9968. Crucecita (fl.). var. gracilis F. Kurtz. — Omnibus partibus minoribus graci- lioribus a typo recedit. 9967. Crucecita (fl., fr. immat.). var. calocarpa (R. A. Phil., Anal. Univers. Chile 1865, IL 334) F. Kurtz. — Vexillo plus minus rubescente basi macula ex nigro coerulescente notato articulisque leguminis numero- sioribus distincta. Area geographica spec. et var.: Argentina (M.). A. trijuga Gill. mss. apud Hook. et Arn., Bot. Misc. III. 191. — 511 — 9965. Arroyo Papagayos (fl). — Nom. vernac. : Cuerno de cabra, Choique-mámil. Area geographica: Argentina (SJ., M., Ct., R., J.), Chile. Astragalus carinatus (Hook. et Arn., Bot. Misc. III. 185) F. Kurtz, non Griseb. Symb. 103 N* 573. 9970. Cerro Bayo (fl., fr.). Fructus forma maturandi valde mutatur. Area geographica: Argentina (M.), Chile. Hoffmannseggía andina Miers Voy. IL 532. — Hieron. in Bol. Acad. Córd., IV (1881), 24. 9966. Puesto Lima (fl.). Area geographica : Argentina (SJ., M.), Chile. + Pterocactus Kuntzer K. Schumann nov. gen. nov. spec. (in litt.). 9973. Puesto Lima (fl.; fl. brunneo-flavi). Area geographica : Argentina (M., R.). Bowlesía tropaeolifolia Gill. et Hook., Bot. Misc. I. 325. 9974. Arroyo Papagayos (fl., fr.). Area geographica : Argentina (M.), Chile. * Phyllactis dinorrhiza Griseb. Pl. Lor., 113, N* 378. 9975. Quebrada de San Isidro (fl.). Area geographica : Argentina (M., Ct., R., J.). Eupatorium virgatum Don mss. ex Arn. apud DC, Prodr. VIL 269. 9976. Crucecita (folia tantum). Area geographica : Argentina (SJ., M., Ct., R., S., J., C., SL., E.), Uruguay, Bras. austr. Grindelia speciosa Gill. et Don apud Hook. et Arn. Bot. Comp. II. 45. — Herb. Benth., Paxton Fl. Gard. III. N* 494 Xyl. 290 sec. Hieron. in Bol. Acad. Córdoba, UI (1879), 354. — Walpers, Ann. Y (1858), 191. 9983. Puesto Lima (f1.). — Nom. vernac. : Chinita. Area geographica : Argentina (SJ., M., BA., P.). — 512 — Hysterionica jasionordes W., Mag. Ges. naturf. Fr., Berlin 1807, 140.—DC. Prodr. VII. 258. 9979. Puesto Lima (fl.). Area geographica : (SJ., M., Ct., R., €., E., P.). * Baccharis pulchella Sz. Bip., Bull. Soc. Bot. France, XII. 81 (nomen tantum sec. N. L, Britton, Bull. Torrey Bot. Club, XIX. 4). — Griseb. Symb. 181, N*1090. 9980. Boca del Rio (Set Q :1l.; Tr.; ad 2 m. alt). Specimina mendocina exacte cum riojanis (Cuesta de Sigú, Sierra Velasco: Hieron. et Niederlein 131)congruunt. Area geographica : Bolivia, Argentina (M., Ct., R.). Gnaphalium purpureum L. var. (G. falcatum Lam., DC. Prodr. VI. 233). — Gray Syn. Fl. N.-Am., 1. 2, 236. 9982. Puesto Lima (def].). Area geographia : Am. sept., México, Ind. occid., Uru- guay, Argentina, Chile. Hymenatherum Belenidíium DC. in Prodr. VII. 292. 9986. Challao, freq. (fl., fr.). — Nom. vernac.: Perlilla. Area geographica : Argentina (SJ., M., C.,), Chile. Artemisia mendozana DC. in Prodr. VI. 105. — Hieron. Pl. diaphor. 160. 9984. Puesto Lima (fol. et fl. ann. praeter.). — Nom. vernac : Ajenjo. Area geographica : Argentina (SJ., M., R.), Chile (?). Senecio salsus G+rriseb. Pl. Lor. 142, N* 509. — Hieron. in Bol. Acad. Córdoba, IV. (1881), 44. :9978. Challao (fl., fr.). Area geographica: Argentina (SJ., M., Ct., P. ?). * S. sectilis Griseb. 1. c. Ne 510. — Hieron., l. c. 9977. Challao (fl., fr.). Area geographica : Argentina (SJ., M., Ct., R., C.). Mutisia subspinosa Cav.Ic, et Descr., V. 64, tab. 495. — Hook. in Bot. Misc. 1. 10, tab. VII. — 513 — 9981. Puesto Lima (fl., fr.).—Nom. vernac. : Flor de la Granadera. Area geographica: Perú, Chile, Argentina (SJ., M., R+). Cyclolepis genistoides Gill. et Don., Phil. Mag. 1832, 392. —Hie- ron. in Bol. Acad. Córdoba, II. (1879), 360. 9985. Challao, freq. (fr.). — Nom. vernac. : Usillo. Area geographia : Argentina (M., SL., C., P.), Chile. + Androsaces Salasii F. Kurtz nov. sp (). 99862, El Salto cerca de Crucecita (fr., defl.). Area geographica : Argentina (M.). Menodora integrifolia (Ch. et Schldl., Linnaea I. 207, tab. IV, fig. 1) Steudel Nomencl, Ed. IL. 2, 144. — Eichler in Fl. bras. XIV. 318, tab. LXXXV, fig. 1.— Hieron. in Bol. Acad. Córdoba, IV (1881), 53. 9987. Puente del Ferro-carril Andino (1l.). 9980 Puesto Lima (fl.). Area geographica : Bras. austr., Argentina (BA., J., SM * Turrigera halophila Griseb. Symb. 232, N*, 1418. 9991. Entre Lujan y Cacheuta (fl.). Area geographica : Argentina (M., Ct., R., Sgo., C.). Melinia Candolleana (Hook. et Arn.) Dene. in DC. Prodr. VIII. 589. 9992. San Isidro (fl.). 9993. Crucecita (fl.). Area geographica : Argentina (SJ., M., Ct., BA.). Buddleia mendozensis Gill. apud Bth. in DC. Prodr. X. 443. — Hieron. Pl. diaphor. 178. 9989. Challao (fl., forma typica). 9990. Cerro Bayo (fl., forma B. cordobensi Griseb. habitu similis). () Véase más arriba pág. 505-506. — 514 — B. cordobensis Griseb. (Pl. Lor. 165 No 603) a typo mendocino nihil nisi habitu, foliis integris corollaque breviori differt. Area geographica : Argentina (M., €. ?). * Collomia gracilis Dougl! Bth. in Bot. Reg. sub N' 1622; in DC. Prodr. IX. 308. — Gray Syn Fl.-N. Am. IT. 4, 135. 9994. El Salto cerca de Crucecita (fl., fr.). Specimina mendocina formam vulgarem, humilem, ro- bustam, ramosam vel ramosissimam Alaskae, Nevadae et Californiae reddunt; specimen patagonicum (Rio Santa Cruz, €. Berg No 29) formam pusillam delicatulam Sierrae Nevadae californicae altioris (Camp Yuba, leg. Kellogg 18, VI, 1870) repraesentat. Exempla simplicia humilia, sed semper robusta ac typi more laete vel flavescenti-viridia | itidem in Andibus Mendozae obvia sunt; specimina Sierra Nevadae Patagoniaeque foliis tenuioribus et saturate viri- dibus gaudent. Area geographica: Am. sept. occid. (Columbia brit.-Cal., Nevada, Col., Nov. Mex., Arizona), 'México sept., Perú, Bolivia, Argentina (S., M., P.), Chile. * Gilía laciniata R. et P.-El. per. et chil. IL. 17, tab. 123. — Bth. in DC. Prodr. IX. 312. 9995. Arroyo Crucecita (fl., fr.). 9996. Crucecita (fl. fr.; forma simplex, gracilis, pu- mila). No 9993 est planta multicaulis, ramosa, superne glan- dulosa et speciminibus sub nomine 6. laciniatae R. et P. var. alpina Wedd. (Chlor. andin, 11.81, tab. 58 B) in herb. cordobensi asservatis similis, sed statura valde majori calycis laciniis longioribus a stirpem saltensem (Nevado del Castillo, 12,000; Lor. et Hieron. N* 44) paullulum discrepat. Area geographica : Perú, Bolivia, Argentina (S., M., P.), Chile. Phacelia circinata Jacq. f. Ecl. 1. 135, tab. 191. — A. DC. — 515 — in Prodr. IX. 298. — Gray Syn. Fl. N.-Am. IL. 4, 159. 9997. San Isidro (fl.). Areageographica : Am. sept. occid. (Columb. brit., Da- kota — Cal.), México, Perú, Bolivia, Argentina (SJ., M., Ct., R., S., J., C., P.), Chile (usque ad reg. magellan.). * Pectocarya linearis (R. et P., DC.) em. Gray Syn. Fl. N.- Am. II. 4, 187 (P. chilensis et P. linearis DC. in Prodr. X. 120). — Hieron. in Bol. Acad. Córdoba, UL. (1880), 369. 9998. Challao (fr.; forma typo rigidior, foliis brevio= ribus). Area geographica: Am. sept. austro-occid. (Utah, Ari- zona, Cal.), Bolivia (?), Argentina (M., P.), Chile. + Echinospermum Redowskii (Hornem.) Lehm. Asperif. 95. — DC. in Prodr. X. 137.— Herder Pl. Raddeanae IV. 1, 270.— Gray Syn. Fl. N.-Am. II. 4, 489. 9999. Crucecita (fl., fr.). Specimina andina maxime Fendlerianis (Pl. Nov.-Mexi- can. 634!) accedunt, a quibus solum gracilitate omnium partium paullulum recedunt. Area geographica: Asia centr. (Tibet, Sibiria altaica, Transbaicalia, Dauria), Am. sept. occid. (Alaska — Saskat- schawan—Minnesota—Texas, Arizona), Argentina (M.). y Saborosa andina F. Kurtz nov. sp. (*) 10,001. Entre Lujan y Cacheuta (fl., fr.; fl. viridescentes). Area geographica : Argentina (SJ., M.). Fabiana denudata Miers, London Journ. of Bot. Y. 163; II. S.- Am. Pl. L 87, tab. XVIT. — Dunal in DC. Prodr. XUI/4, 590. 10,000 Puesto Lima (fl.). Area geographica: Argentina (SJ., M., Ct.. R., P.?). Calceolaria pinifolia Cav. Ic. et Descr. V. 26, tab. 442, fig. 2.— Bth. in DC. Prodr. X. 221. (2, Véase más arriba página 506. — 516 — 10,005. El Salto cerca de Crucecita (fl.). 10,006. Entre los Baños de Cacheuta y la Boca del Rio (1.). Area geographica : Argentina (M.), Chile. Linaria canadensis (L.), Dumont-Cours., Bth.in DC. Prodr. X. 278. — Gray Syn. Fl. N.-Am. IT. 4, 250. 10,002. Puesto Lima (fr.). Area geographica: Am. sept. (Oreg., Canad.—Fla., Tex., Cal.), Ecuador, Perú, Bolivia, Bras. austr., Uruguay, Ar- gentina (M., Ct., C., E., BA.), Chile. Monttea aphylla (Miers, Trans. Linn. Soc. XXI. 2, 146, tab. XVIII). Bth. in B. et H. Gen. pl. II. 946. — Hieron. Pl. dia- phor. 204. — Walpers Ann. Y (1858), 520. 10,004. Challao (f1.). — Nom. vernac. : Ala. l Area geographica : Argentina (SJ., M., SL., Ct., R., B.). * Veronica peregrina L. Sp. 1.20.— Bth. in DC. Prodr. X. 482. —F. Kurtz in Rev. Mus. La Plata, V. 295. 10,003. El Salto cerca de Crucecita (fr., fl.; forma luxu- rians). Area geographica : Am. sept. (Columb. brit., Canada — Fla., Cal.), centr., austr. (Columbia—Patagonia; Argentina: SJ., M., Ct., R., T., €., E.).— Japonia (an sponte ?). Lippia foliolosa R. A. Phil., Ann. Univers. Chile XXXV. 1870, 192, — Hieron. in Bol. Acad. Córdoba UI (1879), 370; IV (1881), 69. 10,044, Puesto Lima (fl.). Area geographica : Argentina (SJ., M., BA., P.). Dipyrena glaberrima Gill. et Hook., Bot. Misc. L. 173 (Wilsonia) et 356, tab. XLIX. — Schauer in DC. Prodr. XI. 535. 10,013. Chilcas (subfl.). — Nom. vernac. : Cola de zorro. Area geographica : Argentina (SJ., M.), Chile (?). Verbena aphylla Gill. et Hook., Bot. Misc. 1. 464, tab. XLVI. — 517 — — Schauer 1. c. 545.— F. Kurtz in Bol. Acad. Cordoba, XII (1893), 208. 10,008. Crucecita (fl.). Area geographica : Argentina (M.), Chile (?). * V. scoparia Gill. et Hook. 1. c. 161, tab. XLVII (pili breves faucis introitum ornantes eta cl. autoribus indicati in tabula omissi). — Schauer l. c. 544. 10,041. Crucecita (fl.). Area geographica : Argentina (M., Ct., R.), Chile (?). * V. Echegaray? Hieron. in Bol. Acad. Córdoba IV. (1881) 66. 10,007. Puesto Lima (fl). Area geographica : Argentina (SJ., M.). V. juniperina Lag. Gen. et Sp. pl. 19. — Schauer 1. c. 544. Gill. et Hook. 1. e. 163. 10,012. Chilcas (fl.). Area geographica : Argentina (M., Ct., R., C.: var.), Chile (?). V. seriphioides Gill. et Hook. l. e. 164. — Schauer l. c. 536.— Hieron. in Bol. Acad. Córdoba, IV (1881), 67. 10,009. Crucecita (fl. fr.). Area geographica : Argentina (SJ., M., Ct., R., BA., P.). V. crithmifolia Gill. et Hook. 1. c. 169. — Schauer l. c. 556. 10,100. Challao (fl.). Area geographica : Argentina (SJ., M., SL., Ct., R., E-2B2): Plantago patagonica Jacq. Lc. rar. tab. 306 ; Coll. Suppl. 35.— Dene. in DC. Prodr. XIII. 1,713.— Gray Syn. Pl. N.-Am. II. 1,391. 10,045. Challao (fl., forma gracilis, foliis anguste linea— ribus, floribus p. p. subcapitatis). 10,016. Arroyo Crucecita (subfl.; forma major, foliis la- tioribus). Area geographica: Am. sept. (Columbia brit., Saskat- — 518 — schawan — Wisconsin, Kentucky, Illinois—Texas, Cal.), México, Argentina (M., C., P.), Chile. Pentacaena ramosissima (Weinm.) Hook. et Arn., Misc. Bot. III. 338. — Brewer and Watson Bot. of Cal. I, 72. 10,018. Puesto Lima (fr.). Area geographica: Am. sept. occid. (Oregon — Cal. austr.), México, Bras. austr., Uruguay, Argentina (SJ., M., Ct; € BA. P.) Chile: * Paronychia chilensis DC. in Prodr. HL. 370. — Hook. et Arn., Bot. Misc. HI. 337. — Rohrbach in Fl. bras. LVI. 252, tab. LVII, fig. 1. 10,017 Puesto Lima (subfl.). Planta glabrescens, humilis, compacta, foliis crassius- culis, cum forma chilensi a cl. R. A. Philippi missa (Aconcagua) et tucumana (La Ciénega ; Lor. et Hieron. N* 584 var., 10-47, 1, 1874) habitu bene congruens sed gla- britie caulis foliorumque discrepans. — An huc Herniaria setigera Gill. mss. apud Hook. et Arn., Bot. Misc, IM. 337 spectat ?? Area geographica : California (Mrs. K. Brandegee in Zoé II. 1891, 75 —an sponte?), México, Nova Granata, Perú, Bolivia, Brasilia, Uruguay, Argentina (M., Ct., T., C., E., PB), Chile: Chenopodium papulosum Moq.-Tand. in DC. Prodr. VHI. 2, 61. — F. Kurtz in Bol. Acad. Córdoba, VIII (1893), 184. var hastatum F. Kurtz: foliis angustis, linearibus, sen- sim acuminatis, inferioribus typice hastatis, superioribus intégris. 10,020. Baños de Cacheuta (subfl.). Area geographica : Argentina (M.). = Atriplex Cachiyuyu (Obione Hieron. in herb.) F. Kurtz, var. angustifolia F. Kurtz.— Atriplex sp. N* 2, Lor. et Niederlein Exped. al Rio Negro, Bot. 194, tab. l, fig. 3. 10,024 Challao (fr.). - — 519 — Area geographica: Argentina (M., R.: Hieron. et Nie- derlein 242; P.: entre Paso Galera y Paso Pacheco, Lor. et Niederl. 15, V, 1879; arriba de Choéle-Choél, Lor. et Niederl. 2. VI, 1879). (*) * Muúhlenbeckia chilensis Meisn. in DC, Prodr. XIV. 148, — M. sagittifolia Remy (non Meisn.) in Gay Fl. Chilen. Y, 274. 10,019. San Isidro (subfl.). — Nom. vernac.: Zarsapar— rilla. Forma inter varr. « fascicularis Meisn. et y racemosa Meisn. ambigens. Area geographica: Perú, Chile, Argentina (M.). Arjona longifolia R. A. Phil., Anal. Univers. Chile, XXI (1862), 405; Linnaea XXXIII. 232. — Hieron. Bol. Acad. Córdoba, IV (1881), 29. 10,022. Puesto Lima (fl.). Planta quoad folia variabilis, inferiora superioraque margine et infra secus nervos scaberula glabrave, yel su- periora subtus laxe pilosa (pilis mox evanidis). Specimi- num copia major A. andinam et A. longifoliam R. A. Phil. nihil nisi varietates A. tuberosae Cav. esse docebit. Area geographica : Argentina (SJ., M., Ct., R.). Colliguaya integerrima Gill. et Hook., Bot. Misc. LI. 140, tab. XXXIX. — Múller-Arg. in DC. Prode. XV. 2, 1227. 10,023. Puesto Lima (fl.). — Nom. vernac.: Colliguay. Area geographica: Chile, Argentina (M., R., P.: Neu- quen, al pié de la Cordillera). (*) OBSERVACIÓN. —Según el uso común de las palabras, «Cachiyuyu » y «Sampa» enla región de San Luis, Mendoza y del Neuquen, la plan- ta en cuestión no es una Cachiyuyu, sinó una Sampa. La diferencia entre ambas es, que las Sampas son arbustos altos con ramas re3tas (como lo indican Lor. et Niederlein, l. e. 192) y hojas grises, muchas veces más largas que anchas, mientras las Cachiyuyus son plantas ba- jas, herbáceas, con hojas más 6 menos isodiamétricas y al márgen fuer- temente onduladas. Hippeastrum pratense (Herb.) Baker, Journ. of Bot. 1878, 84; Handb. of Amaryllid. 46. — Habranthus pratensis Herb., Kunth Enum. V. 492. 10,024. Entre Cajon de la Pampa y Cerro Bayo (fl.). Area geographica : Chile, Argentina (M.). > H. pallidum (Herb.) Pax, Engler's Jahrb. XI (1890), 321. — Habranthus hesperius Herb. £ pallidus Herb., Kunth l. c. 495-496. — Baker Handb. of Amaryllid., 43 (sub Hippea—- strum advenum Herb.). 10,025. Cacheuta (fl.). Area geographica : Chile, Argentina (M., Ct.). Brodiaea Poeppigiana (Gay) F. Kurtz, Bol. Acad. Córdoba XHI (1893), 202. — Triteleia Poeppigiana Gay, Fl. Chilen. VI. 117. 10,026. El Salto de Crucecita (fl.). Area geographica : Chile, Argentina (M.). * Scvrpus setaceus L. Sp. L, 415.—b. pygmaeus (Kth. Enum. IH. 191) Boeckel. Cyp. Kgl. Herb. Berlin, 448. — S. brevis (A. Brongn.in Dup. Voy. 180) D'Urv. Fl. Malouin. 29. — Isole- pis pygmaea Kth.l.c. £ pallida E. Desv. in Gay, Fl. chilen. VI. 186. 10,027. Puesto Lima (fl.). Area geographica : Eur. austr. (Creta), Prom. B. Sp., Perú, Uruguay, Argentina (M., C., P.), Chile (usque ad reg. magellan.), ins. Maclovian., Nueva Holland., Tasman. Scirpus atacamensis (R. A. Phil. Fl. des. Atacam. 227, n* 387) Boeckel. Linnaea XXXVI (1870), 482. — Griseb. Pl. Lor. (1874), 219, n* 838; Symb. 313, no 2043. var. exscapus F. Kurtz: inflorescentiis inter folia scapo brevissimo vel subnullo aequilonga vel longiora sessili- bus, capituliformibus. 10,028. Puesto Lima (fl.). Area geographica speciei: Chile (Atacama), Argentina (SJ., M., Ct., R.); varietatis: Argentina (SJ., M.). — 521 — Triodía avenacea Kth. in H. et B. var. longearistata F. Kurtz, Revist. Mus. La Plata, V (1893), 302. — T. acuminata Va- sey sec. E. Hackel in litt. 10,036. Puesto Lima (1l.). Area geographica : Am. sept. austro-occid, (Tex., N.- Méx., Ariz.), México, Argentina (SJ., M., R., C., P.: Rio Colorado). Diplachne mendocina (Ipnum R. A. Phil, Anal. Univers. Chile, XXXVI (1870), 241) F, Kurtz. 10,037. Puente del Ferro-carril Andino (defl., fr. im- mat.). Area geographica: Argentina (M.). % Koeleria poaeoídes Nees mss. apud Steudel Syn. Glum. 1. 295, no 35 (?). 10,033. Puesto Lima (fl.). « Ambigit haec species inter Poas et Koelerías; ob spi- cularum structuram et nervationem debiliorem Koeleriis adjunxi; forsam novi generis (Clirochloa Nees) typus. » Neestlste: Area geographica: Chile, Argentina (M.). Distichlis thalassica (Kth. in H. et B.) E. Desv. in Gay, Fl, chi- len. VI. 397; var. mendocina (R. A, Phil., Anal. Univ. Chile, XXXVI (1870), 286) F. Kurtz. 10,029 Challao (fl). 10,030. Challao (fl.; forma gracilior, inter varietatem et typum intermedia). Var mendocina (R. A. Phil.) F. Kurtz a typo praecipue vaginis pilosis differt. Huc pertinet D. hirsuta R. A. Phil. (ex specimine authentico). Area geographica speciei: México austr., Perú, Argen- tina (SJ., M., SL., C., SE., P.); varietatis: Argentina (M., E): Poa annua L. Spec. [. 99. —Kunth Enum. IL. 349. — E. Desy. in Gay Fl. chilen. VI. 405. — 522 — 10,032. El Salto cerca de Crucecita (fl.). Forma humilis ad var. ertolepidem E. Desv. l. c. vergens. Area geographica : totus terrarum orbis. Distributio in Argentina : in montibus editioribus provinciarum SJ., M., R., T., €. (ubi certe spontanea) et in cultis ubique. =P. lanigera Nees in Mart. Bras. I. 491. — Kunth Enum. 1. 356, Suppl. 299. — Hieron. Bol. Acad. Córdoba, HI (1870), 374. 10,033*, Puesto Lima (subfl.). Forma « : culmo superne nudo, panicula minore, spi- culis 4-3 floris purpurascentibus (Kth. 1. c.).—Et specimen unicum a cl. Bodenbender allatum et planta a cl. €. Berg in Patagonia lecta a descriptione Kunthii « ligula valde elongata » (non « abbreviata ») recedunt. — An species diversa ? Area geographica: Brasil merid., Uruguay, Argentina (MEE, BA, P.). * Festuca eriolepis E. Desv. in Gay, Fl. chilen. VI. 428. var. nana Hieron., Bol. Acad. Córdoba, HI (1879), 374. 10,035. Puesto Lima (subfl). Area geographica : Chile, Argentina (M., P.). Bromus brevis Nees mss. apud Steud. Syn. Glum. I. 326, N* 108. — Hieron., Bol. Acad. Córdoba, III. (1879), 373. 10,034. Puesto Lima (fl.). Area geographica : Argentina (M., P.). Y Elymus barbatus F. Kurtz nov. sp. (') 10,034. Puesto Lima (subfl.). Area geographica : Argentina (SJ., M.). Córdoba, Noviembre de 1897. (*) Véase más arriba página 506. ÍNDICE DEL TOMO XV SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO. — Lenguas argentinas. Idioma Abipon. Ensayo fundado sobre el « De Abiponibus » de Do- brizhoffer y los manuscritos del Padre J. Brigniel, S.J.... 5, GUILLERMO BODENBENDER. — Devono y Gondwana en la República Argentina. Las formaciones sedimentarias de la parte Noroeste. GUILLERMO BODENBENDER. — El suelo y las vertientes de la ciu— dadderMendoza y sus alrededoreSscusoia ooo. .1m9u.ocsmcos OscAR DOERING. — Observaciones hipsométricas alrededor de Mendoza, practicadas por el doctor Bodenbender.........+.... FeDErRICO Kurtz. — Enumeración de las plantas recogidas por el doctor Bodenbender en la precordillera de Mendoza........ Páginas 253 201 425 487 Y 2787 450 j | y A 1d is ho e / Y 0 ep ¿NN mi ye me h y Pp 1] LA Ñ Q Academia Nacional de Ciencias, 33 Córdoba, Argentine Republic C7 Boletín t.14-15 Physical % Applied Sel Jar ale PLEASE DO NOT REMOVE CARDS OR SLIPS FROM THIS POCKET UNIVERSITY OF TORONTO LIBRARY STORA GE FUMAS vb] Ea E ns JAS %s Al (100 N Ñ NE pl : UÑ Ñ b A : E Ni KS LN