Foletim d^ la Academia Wacional'v " f- í" de ciencias Tomo II Ent. IV CÓRDOBA Ano 1878 -^-.¿^fe-i: JÍ i BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIEWCMS. TOMO II.— Entrega IV. Sy Imprenta del "Eco be Córdoba' 29 Calle Representantes 29 1878 1k^ — 340 — 129. /)*. (Endioiotes) Mendozaniis Stroh. Materiali per una IMalacostatica deH'Argentinia meridionale, p. 23 Tav. I. íig. 4. — Sierra de Mendoza. 130. B. (Mesemhrinus) CorúiUercB Strob. Mat. p. 22. Tav. I. fig. 3.— Sierra de Mendoza. 132. Stenogijra Martensi Strob. Mat. p. 27. Tav. I. fig. 5. Buenos Aires. ' 133. Planorhis Kermatoides D'Orb. Strob. Mater. p. 33. Buenos Aires. 134. Plcmorbis Pfeifferi Strob. Mat. p. 39. Tav. IL fig. 2. Paraná. S. de Mendoza. 135. Faludestrina (Hydrohia) Kuesferi Strob. Mat. 61. Tav. II. f. 6. Sierra de Mendoza. 136. Unió WlieaÜeamiS Lea. Strob. Mat. p. 171. Bue- nos Aires. Córdoba, Abril de 1876. ^ (¿f / Z? c<. ^ Zoolofly *4'>, MAR I O 1 942 * t < 8 R A Rl, Determinación de plantas sanjnaninas POR Salle Kchegnray. En el mes de Noviembre de 1875, una vez ter- minado el año escolar, solicité y obtuve permiso de la Academia para trasladarme á San Juan mi provincia natal. Llegado allí, mi primer pensamiento fué el de recorrer algunos puntos inexplorados de las rami- ficaciones de los Andes, estudiar su vegetación j formar una colección de plantas fanerógamas y criptógamas vasculares, que sirvieran á nuestro Mu- seo Nacional, el que hasta entonces carecía de da- tos sobre la flora argentina en esa parte de núes tro territorio. A la realización de estos propósitos se oponía la falta de medios pecuniarios, circnnstancia que me contrariaba-, mas no por esto desmajé; y apro- vechando la jenerosa oferta del Dr. D. Eleuterio Cano, propietario de Leoncito, para que me trasla- dara á su establecimiento y pudiera así conseguir en parte mi objeto, me dirijí allí, con la esperanza de que me sería ventajosa la excursión. Mediaba la circunstancia de encontrarse dicho establecimiento en el centro de los lugares que de- seaba visitar, de modo que podia utilizar los pocos conocimientos que poseía en los ramos científicos de mi carrera. Leoncito dista de la ciudad unas veinte leguas mas ó menos, hacia el Oeste. Cuenta con una parte de terreno cultivado, que produce con bastante regularidad el trigo, la — 342 — papa, los qne coiistituyeii la principal ]>i-oduc- cioii de la localidad. Creo que el maíz no daria buen resultado por la influencia que sobre la ve- getación ejerce la proximidad á la cordillera. Mucha sorpresa me produjo el hecho de encon- trarse el trií^o, recién en el mes de Diciembre, es- pigando, cuando en la misma época, 'en los Depar- tamentos próximos á la ciudad, se hallaba por lo menos en estado de ser cosechado. Parecíame casi inverosímil que á distancias j-elativamente tan cortas Fe observara tanta diferencia en el clima:, y como no tenia cómo medir la altura, nada po- día hacer en este sentido. Fuera de estas partes del terreno cultivado se encuentran ciénagas de una regular extensión, pobladas de gramas, que no me ha sido posible determinar, por ser la biblioteca sistemática del Museo Botánico muy limitada, razón por la que no clasifiqué sino una pequeña parte de la colección, dejando la otra para mejor oportunidad, y en la que, según el inteligente catedrático del ramo, se encontrará un buen número de gramas desconoci- das para la ciencia. La vista que presentan estas hermosas ciénegas es preciosa: están encerradas por altas lomas de caliza y arcilla, las que carecen completamente de vegetación, formando así contraste con el llano ce- nagoso que ostenta gran variedad de plantas, so- bre todo gramas. Hacia la parte Sud de estas ciénagas corre un arroyo formado por las vertientes de aquellas^ y en cuyos márgenes crecen hermosas Scrofularéneas, del género Mimulus, con llores amarillas, y varias otras familias. De Leoncito me dirijí al Tontal, cerro conocido por sus muchas minas, y cuya vegetación, si bien mas abundante que la de aquel, no se desarrolla, sin embargo, sino con mucha lentitud, debido, sin duda, á su mayor altura, y al granizo que suele caer aun en la estación del verano. -• 343 — En este cerro he encontrado un bnen número de plantas de diferentes familias, entre las que apa- recen lindísimas Violáceas, de las que muchas de ellas quizá sean desconocidas para la ciencia. Por lo menos los catedráticos de la Academia, en las diferentes excursiones hechas por las provincias del Norte y del Litoral de la República, no las han encontrado. Siguiendo hacia el Norte del Tontal se descubre una vasta llanura cubierta de diferentes géneros de Verbenáceas, que son las que mas abundan allí, ocupando á veces espacios relativamente ex- tensos. Hacia el Este, por el contrario, dominan las familias de las Labiadas, Compuestas y Papi- lionáceas. La Portulacácea del género Calandrinea, se puede ver creciendo á la falda de los cerros, como tam- bién varias Solanáceas, que no he podido deter- minar. La quebrada conocida con el nombre de Para- millo es menos importante en este sentido; sin em- bargo, se encuentran hermosísimos heléchos y cac- tus, cuya elevación me ha sorprendido. A la entrada de esta quebrada, por el costado del Naciente, en las lomas de ambos lados, se pueden encontrar, enredadas en los árboles. Compuestas del género Mutisia, cuya flor es muy fragante y her- mosa. En este lugar se hallan otras del géne- ro Chuquiraya, que" puede ser cultivada en los jar- dines, por la circunstancia de conservar siempre sus hojas y presentar un lindo aspecto. Esta rápida excursión realizada sin los medios y sin los conocimientos científicos requeridos, ha ser- vido por lo menos para dejar en mi espíritu la convicción de que la Provincia de San Juan pre- sentará á la investigación científica una gran va- riedad de nuevas especies que enriquecerán la cien- cia, y qae hasta hoy permanecen ignoradas. Las familias encontradas son las siguientes, como también el número de especies. — 344 — Acanthaceae 4 Amaran taceae 3 Asperifoliaceae 4 Asclepiadeae 2 Bignoiiiaceae 2 Caíjcercae 2 CaiTophj^lleae 5 Chenopodeae 4 Conipositac 55 Convolvulaceae 1 Cruciferae 7 Equisetaceae 1 Euphorbiaceae 4 Genllaiieae 3 Geraniaceae 2 Grainineae 5 Hj^drophjlaceae 2 Hydroleaceae 2 Jasniineae 1 Labiatae 3 Legviminosae 13 Loaseae 1 J joranihaceae 4 Malvaceae 7 Nyctagineae 2 Onagraceae 1 Oxalidaceae 2 Plantagineae 1 Poljgoneae 2 Portulacaceae 4 Rauunculaceae 2 Rosaceae 1 Rubiaceae 1 Santalaceae 2 Scrophularineae 2 Solaiieae 14 Uinbelliferae 13 Violaceae G Verbenaceae 7 Zygophylleae 5 me 428. Flor. -Crece en pueblo de gen. I. p. De estas familias los géneros y especies que ha sido posible determinar son los siguientes. 1. Equisetum ramosissimimi Desf. Flor. Atlant II (1800) 398. 399. Milde, Monogr. Equis. Brasiliensis Faciculus LIX. p, G40. n. 6.- los bordos, de las acequias cerca del San Juan. — Fl. en Enero. 2. Polypogon interruptus II. B. Nov. 184. n. 10. — Leoncito-, fl. en Diciembre. 3. P. monspeUensis Desf. Steudel. Syn. Plant. Gram. v. I. p. 184. n. 13- Leoncito; fl. en Diciem- bre. 4. Cyperus vegetus W. Steudel. Syn. Plant. Cyp. p. 24. u. 249. — Acequias del Pósito; fl. en Noviem- bre. 5. Sisyrinchiwn iridifoVmm Kuntli. var. minor D. Hooker en Gay. Hist. de Chile, v. 6, p. 22. — Forma con pedúnculo bífido de 15—22 cm. de alto. — Al lle- gar á Leoncito; fl. en Enero. 6. Morenia odorata Lindl. — Syn. Ci/manrhpm T[c.:-]^ — 345 — et Arn. Gr. Plant. Loreatz. p. 157. n. 574.— Leon- cito; fl. en Noviembre. 7. Sderopiis crassípes Sclilecht. Moquiu iu DC. Prod. V. XÍII. 2. p. 271.— Leoiicito-, fl. eii Enero. 8 Oxyhaplms campestris Gr. Plant. Lorentz. p. 39. n. 83.^Fornia glabra en el tallo y hojas. — Leoncito:, fl. en Enero. 9. Arjona lonqlfolia Pliil. Plant. rec. en Mendo- za. Anl. de la Univers. de Chile. 1862. p. 405. — Lomas de Leoncito-, fl. en Enero. 10. Boopis antliemoides Juss. — Je. Méni. Mus. 6. t. 11. DÜ. Prod. V. V. p. 2. n. 1.— Leoncito; fl. en Enero. 11. Vernonla saUcifoJla Gilí. of. Hook. Arn. Comp. Bot. mag. 1. p. 237. Plant. Lorentz. p. 117. n. 385. - Ciudad de San Juan; fl. en Febrero. 12. Grindelia pulclieíla Dunal in mim. mus. h. n. Paris. 5. p. 51. t. 2.— DC. Prod. v. V. 315. n. 8. -Acequias de Leoncito; fl. en Enero. 13. Baccharis polifolía Gr. Plant. Lorentz, p. 128. 11. 440.— Mis ejemplares tienen flores hermafrodi- tas. Quebrada del Paramillo; fl. en Diciembre. 14. B. sorophora Ph. Anal. Univers. de Chile T. 18. p. 52. n. 42. — He encontrado de esta especie solamente la hembra, y se diferencia de la flor hermafrodita en que el papus de la flor hembra sobresale del involucro mas que en la otra, así que la cabezuela es un poco mas larga; los pelos del papus mas delgados en la punta, y tienen me- nos dientes que en las hermafroditas. Ademas, el canuto de la flor hembra es abierto como una ter- cera parte de su largor. — La encontré al llegar á Leoncito; fl. en Enero. 15. B. polifolía Gr. Plant. Lorentz. p. 128. n. 440. — Estos ejemplares tienen flores hembras, y no hay diferencia con la descripción. — Quebrada del Pa- ramillo; fl. en Diciembre. 16. B. longipes Kunze in Poepp. coll. 2. n. 104. DC. Prod. V. V. p. 401. n. 17. Los ejemplares des- critos por el Dr. Philippi, de Mendoza, no son — 34() — iguales á los mies. En entos los corimbos no tienen tantoB capítulos, pero son mas grandes, y las escamas un poco mas largas y anchas, como taníbien en kis flores el estilete sobresale del limbo. — En las chacras de Leoncilo-, íl. en Enero. 17. B. caUipriiios Gr. Plant. Lorentz. p. 129. n. 444. —He encontrcido la planta hermafrodita que no tenia el Dr. Grisebach al describir esta nueva es- pecie:, y se puede notar en ella, que los capítulos de las flores son algo diferentes de los descritos. Las escamas de estos son obtusas, ovaladas, re- dondas, y no se encuentran interiores de forma oblonga. — Pedregal de Zonda; fl. en Enero. 18. lessaria absintlúodes (Hook et Arn.) DC. Prod. V. V. p. 457. n. 4. — Cerca del pueblo de San Juan-, fl. en Enero. 19. Biclens leitcaiifhus Willd. sp. 3. p. 1282 DC. Prod. V. V.° p. 598. n. 26— Chacras de San Juan; llamado vulgarmente '^amor seco>. 20. B. Humilis H. B. et Nov. gen. am. 4. p. 234. DC. Prod. v. V. p. 602. n. 53. B. Chilensis Ph. Anal. Univers. de Chile. T. 36. p. 186. n. 142 non DC. — Lomas de Leoncito; fl. en Diciembre. 21. Ximenesia enceJioides Cav. ic. 2. p. 60. t. 78. F. scahra Ph. An. Un. Chil. \. 35. p. 186. n. 144. —Nuestra planta encontrada cerca de la ciudad de San Juan, corresponde casi enteramente á los ejemplares de la planta Mendocina descrita por el Dr. Philippi bajo este nombre, diferenciándose solamente en que las hojas de la cara inferior son un poquito mas peludas, así que aparecen mas blancas, y creo que esta diferencia es producida por el local. Me parece, según los ejemplares colec- cionados por Lorentz en Catamarca y descritos por Grisebach con el nombre de Ximenesia mierop- tera DC, que pertenecen á una misma especie; casi me parece cierto igualmente que las tres prijneras formas de Ximinesia enceUoides descritas por De CandoUe en el Prodomus v. V. p. 267. n. 1., repre- sentan la misma planta. También Vincenzo Ce- — 347 — sati, en su memoL'ia acerca de la colección hecha por el profesoí" Strobel (Illustracion di algune pian- te Raccolte dal Signor prof. Strobel sul versante oriéntale delle ande chilene dal Passo del Plan- chón sino a Mendoza attraverso la pampa del Siid. Atti della R. Accadeinia delle Scienze Fisi- che e Matematiche, v. V.), determina una planta sud- americana con el nombre de Xímenesía encelioldes. Todos los caracteres expuestos por los autores co- mo diferenciales, son de poco valor. Los aquenios descritos en la especie enceUoides lo han sido estan- do maduros, y los descritos en la especie micróptera estando todavía verdes. — Las alas los rodean solo cuando son maduros; y diversas plantas de diferen- tes localidades ofrecen aquenios en las flores del disco mas ó menos peludas. Por todo esto calculo que la planta colecccionada por Bacle en la provin- cia de Buenos Aires, y descrita bajo el nombre de Ximinesia micróptera DC, no ha tenido aquenios maduros. Mi planta ha sido unida por Benihan y Hooker (y. IL p. 380) al género de Verbesína; y como creo tiene razón según el principio de prioridad, llevará el nombre de Verbesina encelioldes. 22. GaiUardia doniana Gr. Plant. Lorentz. p. 140. n. 497. g. cephahplioraH. A. — Estos ejmplares perte- necen á la forma genuina; se le llama vulgarmente topasaire-, fl. en Diciembre. 23. Anthemis cotida L. sp. 1261. — Manda cotula DC. Prod. 6. p. 13. — Introducida en las semillas de Europa. 24 GyiapJiaJium cheiranthifolium Lam. — Syn. G. panicidatum Colla. G. chilense C. H. Schultz! in Lechl. pl. chil. 496. a. 3227. — Estos ejemplares tie- nen las hojas espatuladas, principalmente en las bases de los tallos. — Leoncito; llamado vulgarmente vira- vira; fl. en Diciembre. 25. Werneria rliizoma Remy en Gay. Hist. de Chile V. IV. p. 215. n. 2. — Se diferencian estos ejemplares de los dibujos analíticos y descritos por Remy, en que el involucro tiene ocho ó nueve dien- — 348 — tes mas largos que los flósculos del disco (lo que se puede considerar producido por el local), y en que el pcipus de las flores del disco es mucho mas corto que el cañuto de los j)étalos. Esta i'dtima diferencia creo sea por causa de que el Sr. Remy no ha tenido ejemplares bien desarrollados.— Cié- nego, de Leoncito; fl. en Enero. 26. Senecio sectilis Gr. Plant. Lorentz. p. 510. — Estancia de Maradona; fl. en Noviembre. 27. S. salsas Gr. Plant. Lorentz. p. 142. n .509.-— Quebrada de Leoncito; fl. en Noviembre. 28. S. psammopliilus Gr. Plant. Lorentz. p. 141. n. 507.— Quebrada del Paramillo* fl. en Noviembre. 29. Centaurea meUtensis Linn. sp. 1297. Syn' omn. incerta DC. Prod. v. VL p. 593. n. 150. — Quebrada de Zonda-, fl. en Noviembre. 30. Clmquiraya lujstrix Don. 11. ce. DC. Prod. v. VIL p. 10. n. 8. — Estancia de Maradona; fl. en Enero. 31. Cli. erinacea Don. 11. ce. DC. Prod. v. VII- p. 10. n. 9. — Estancia de Maradona;, fl. en Diciem. bre. 32. Goclmatia glutinosa Don in Hook. comp. I. p. 108.--DC. Prod. v. VIL p. 25. n. 8.— Estancia de Maradona. 33. Mutisia subspinosa Cav. Ic. 3. p. 64. t. 495. Hook. Bot. Mise. p. 10. t. 7. — Estancia de Mara- dona; fl. en Diciembre. 34. Proustia pungens Poepp. var. ilicifolia Hook. et Arn. Compendio I. p. 166. — Al entrar á la Ciu- dad-, fl. en Noviembre. 35. Hyalis argéntea DC. Prod. p. 28. — Leoncito:, llamado clavelillo-, fl. en Enero. 36. Chionoptera cayoplúta DC. in Deless. ic. sel- 4. t. 75.— DC. Prod. v. VIL p. 14. n. 1.— Pie del Ton. tal; fl. en Enero. 37. Chahraea salina Remy en Gay Hist. de Chi- le V. III. p. 393. n. 6. Chahraea salinasi Ph. Anal, de la Univers. de Chile v. XXVI. n. 101. — Leoncito; fl. en Enero. — 349 — 38. Acliyropliorus andhius DC. Prod. |>. 02. n. 1. — El Sr. Gi'isebacli cita en Plant. Lorenlz. p. 151. n. 547., como sinónimo, el nombre de Achtjrophonis (flaucus Ph.i ])ero los ejemplares existentes en el Mnseo y reconocidos por Philippi corresponden completamente á los nnestros de Aclinyophorus (flaiicus y representan una especie diferente.— Estan- cia de Maradona-, fl. en Diciembre. 39 A. glaiicus Ph. Des. de Atacama p. 203. n. 179. Anal, de la Univers. de Chile. T. 3(j. p. 177. n. lOG." Orilla de los arroyos de Leoncitoi fl. en Diciembre. 40. Sonclms oleraceus L. sp. 1116. var. rimcina- tus Kocli. Synop. Flor. Germ. p. 371. n. 2. — Leon- cito:, íl. en Noviembre. 41. Hysterionica jasíonohles W. — Syn. DipJopa- jjpus hisjñdus H. A. — Gr- Plant. Loreiitz. p. 124. n. 424— Leoncito-, íl. en Enero. 42. Piubia llk'hardiana Gilí, en Hook. Bot. Mise. V. III. p. 3G2 n. 631.— Puynta-, íl. en Febrero. 43. (xentiana podocarpa Gr. plant. Lorenlz. 589. sin. Varasia podocarpa Ph. Viaje al desierto de Atacama; p. 210. n. 233. — Ciénagas de Leoncito; íl. en Enero. 44. Salvia GdliesU Benth. ex descr. Plant. Lo- rentz. p. 190 n. 717. — Estancia de Maradona; fl. en Noviembre. 45. MarruUam vah/are L- DC. Prod. v. XII p. 453. n. 27. — Chacras de San Juan: íl. en Noviembre. 46. Priva laevis Juss. in Ann. dn .iMus. v. Vil. p. 70 Hook. Mise. Bot v. I. p. 172. n. I. 47. Dipyrena glaherrima Gilí, et Hook. WiJsonia c/laherrima Gil!, et Hook. Mise. Bot. V. I. p. 173. n. 1.— Quebrada del Paramillo: fl. en Enero. 48. Verbena bonariensis Linn. sp. Pl. p. 28. Dill. Elth. t. 300. f. 387. Hook Mise. Bot. v. I. p. 166. n 14. — Al rededor de la ciudad de San Juan; íl. en Di- ciembre. 49. V. sidfurea Sweet! b rit. íl. gard. ser. 2. v. 3 t. 221. — Leoncito:, fl. en Diciembre. — aóo — 50. V. brt/oídes Pli. Viaje al Desierto de yVlacania (). 214. n. 272.— Leoncito; fl. en Diciembre. 51. r. cñtli mi folia Gilí, et Hook. iii Hook. Bot. Mise. 1. |). l(Jí). DC. Prod. XI p. 550 n. 85 -Leon- cito; fl. en Diciembre. 52. V. erimides Willd. Enum. 086. 12 Spreng. Sysí. Veget. v. 2. p. 750 Hook. Mise. Bol. v. I. p. 108 n. 19.— Leoncito; fl. en F'ebrero. 53. Llppia nodiflom Micli. Fl. Bor. Ani. v. 2. p. 15. Hook. Mise. Bot. v. I. p. 171. n. 1.— Ciudad de San Juan; fl. en Febrero. 54 L. fol'whsa Ph. Anal. Univers. de Chile. T. XXXYI. p. 192. n. 178.— Leoncito- fl. en Diciembre. 55. Convolvidiis monfevidensis Spreng. in Herb. Reg. Berolin! Syst. I. 604 Flora Brasiliensis Faci- culus XLVHI p. 312. n. 7. — Leoncito;, fl. en Diciembre. 50. Phacelia hracliyantlia Benth. Gay Hist. de Chile: v. IV. p. 452. n. 2. — Leoncito; fl. en Diciem- bre. 57. Ph. phinatífida Gr. in pl, Lechl. peruv. 1801. — Wedd. Fl. andin. 2. p. 85.— Piiyula; fl. en No- viembre. 58. Ph. circinata Jacq. Fl. ecl. ]). 135 t. 91. var. obtusüoha D C. Prod. v. IX. p. 298. Gay desc. de Chile. Bot. V IV p. 451.— -Leoncito; fl. en Diciembre. 59. Graboivs hj/a obtusa Linn. 11.484 Miers Illustr. South. Am. V. I. p. 65. n. 3. — Leoncito; fl. en No- viembre. 60. Dorystigma caiüesceris (Hook). Miers Illust. South. Am. Pl. V. I. p. 28. Jabrosa caulescens Hook. Bot. Mise. V. I. p. 347.— Mi especie representa una forma intermedia entre las dos descritas por Miers bajo los nombres de caulescens y squarrosum. Tiene hojas que corresponden á las dos imágenes mencio- nadas en la descripción de Miers. Las brácteas son algunas cortas y otras largas, de modo que no pue- de servir esto como un carácter diferencial de las dos especies; así es que creo que estas dos especies sean una misma y por consiguiente la dejo con el nombre mas antiguo. El dibujo de Borystigma S([uar- - 351 — rostuii de Miei-s, es, según creo, de una ¡llanta cre- cida en un teri-itorio mas fértil; y es por esto que es mas vigorosa, — Ciénega de Leo'ncito; fl. en Enei-o. 61. Mimuhis parviflorus Lindl. Bot. Reg. t. 874 — Benth. in DC, Prod. v. X. p. 371.— Quebrada del Paraniillo!, fl. en Diciembi-e. 62. M. hiteiis L. var. nummnlaríus Clos. in. Gay. Hist. de Chile t. V. p. 140. n. I. Atlas, t. 75. Forma baja con hojas en forma mas ó menos de ro- setas y flores que salen de las axilas de las hojas. — Quebrada de Paramillo; fl. en Noviembre. 63. ArgyUa uspaUatensis DC. Prod. v. IX. p. 235. n. 7.— Quebrada del Paramillo-, fl. en Noviem- bre. 64. Hi/drocoti/Ie bouarlensís La ni. dict. 3. p. 147. DC. Prod. v. iV. p. 60. n. 7.— Pujuta; fl. en Di- ciembre. 65. Midimum trlacaMlmm Gr. Plant. Lorentz p. 106. n. 338.— Leoncito, Arroyo de las Cabeceras: fl. en Enero. Q)Q. Helosciadkim leptophiiUum DC. mem. soc. genev. v. 4. DC. Prod. v. ÍV p. 105. n. 6.— Cerca de la ciudad de San Juan. 67. Amml Visnaga Lam. dict. I. p. 132. DC. Prod. V. IV. p. 113. n. 4. — Ciudad de San .Juan: fl. en Noviembre. 68. Cardam'me axiUaris Widd. var. tucumanemis Gr. Plant. Lorentz. p. 23. n. 14. — Arroj'o del me- dio en Leoncito; fl. en Enero. 69. Sisijmbr'mm ccmescens Nutt. gen. am. Gr. Plant. Lorentz. p. 24. n. 17. — Chacras de Leoncito^ fl. en Noviembre. 70. LepUlhim pubescens Desv. Journ. bot. 3. p. 165. et 177. DC. Prod. v. I. p. 206. u. 30.- Cha- cras de Leoncito; fl. en Noviembre. 71. Loasa coromita Gilí. mst. ex Arn. in Ed. Journ. Nat. and. Georgr. Science, May. 1831. p. 274. Cmophora coronata Hook et Arn. n. 473. p. 327. V. III.^ Gay. Hist. de Chile, v. II. p. 437.— Leoncito^ fl. en Enero. — n52 — 72. Poyfuhica r/rajidiflora Cambess. iii St. Hil. H. lírasil nicrid.'lí. 192. Walpers. Repert. v. Tí. p. 234. n. 11. — Leoncito; íl. en Diciembre. 73. Cahoidrinia lúcta Gillies. mns. ex. Arn., in. Edimb. Joiirii. iiat. and. geog. Scienc., 1831. p. 355. Historia Física f Poh'tica de Chile, por Clau- dio Gay. T. II. p. 494. n. 24.— Leoncito; fl. en Ene- ro. 74. Graliamia hracteata Gillies. Hook., Bot. Mise, V. III. p. 332. n. 493. -Pedregal de Zonda- fl. en Noviembre. 75. Acantlionyclúa ramoslss'ima Weinm. Rohrb. Plora Brasiliensis Facicuhis LVI. p. 249. Loeflingia ramosissima Weinm. in Flora 1820. p. 608. — Forma ramosa, con los tallos del largo de 4 — 8 cm. y hojas de 8 mm., é internodios muy cortos.— Ciéne- ga de Leoncito:, fl. en Diciembre. 76. Cerastíum vulgatum L. var. penwianwn Asa Gray in United States Esplor. Exped. Bot. I. 120 Rohrbach Beitraege in Linnaea XXXVII. p. 287. — Forma con 10 estambres j 10 pétalos.— Arroyo de las Cabeceras en Leoncito. 77. G. Soratense Linnaea, T. XXXVII. p. 291.— Arroyo de Leoncito; fl. en Diciembre. 78. Malva violácea Pli. Anal, de la Univers. de Chile T. XXXVI. p. 162. n. 20.— Leoncito-, fl. en Diciembre. 79. EM,¿)Jio}'hia chUensis Historia Física y Política de Chile por Claudio Gay. p. 335. n. 2.- Forma con hojas de 1 1|2 — 2 cm. de largo, y 4 — 6 mm. de ancho, lanceoladas lineales. — Leoncito; fl. en No- viembre. 80. E. serpen^' Kunth. in H. B. nov. gen. et sp. 2. 41. DC. Prod. V. XV. p. 29. n. 80. Cerca de la ciudad de vSan Juan; fl. en Febrero. 81. E. hrasiUensis Lam. var. Lorejitzii Muell. Arg. Gr. Plant. Lorentz. p. 51 n. 133 — Ciénega de Leon- cito; fl. en Diciembre. 82. Bulnesia retama Gr. — Syn. Zygophyllum Gilí, in Bot. Mise. 3. p, 166. B. macrocarpa Phil. ex dése. — 353 - Plañí. Lorentz. p. 58 n. 1G2— Leoncito-, íl. en Di- ciembre. 83. Larrea cuncifoUa Cav. ic. 6. t. 560. f. 2. DC. Prod. V. I. p. 705 11. 3. — Leoncito; fl. en Enero. 84. L. nítida Cav. ic. t. 558. DC. Prod. v. I. p. 705. n. I. — Leoncito-, fl. en Diciembre. 85. Plectrocarpa tetracantha Gilí, in Hook, Bot. Mise. V. III p. 166. n. 203.— Quebrada de Leoncito:; fl. en Enero. 86. Erodium cicutarium Leman in DC. fl. fr. 4. p. 840.— DC. Prod. v. I. p. 646 n. 21.— Chacras de Leoncito; fl. en Diciembre. 87. Geranium fallax Stud. in Regensb. Fl. 1856, ex Lechl. pl. peruv. 1907. — Plant. Lorentz p. 55. n. 150 — Chacras de Leoncito; fl. Diciembre. 88. OenofJiera prostrata Ruiz et Pavón fl. per. p. 79. t. 315. DC. Prod. v. III. p. 48. n. 24.— Que- brada del Paramillo; fl. en Enero. 89. Epilohium denticidatmn Ruiz et Pavón, fl. peruv. 3 p. 78. t. 314. DC. Prod. v. III. p. 42. n. 19. — Arro3^o de Leoncito; fl. en Diciembre. 90. Adesmia hórrida Gilí. Gr. Plant. Lorentz. p. 72. n. 218. — Leoncito; fl. en Diciembre. 91. A. inflexa Gr. Plant. Lorentz. p. 37. n. 218. Quebrada de Leoncito; fl. en Diciembre. 92. Acaena Closiana Gay. Hist. de Chile v. II. p. 298. n. 18. — Chacras de Leoncito; fl. en Diciem-^ bre. 93. Lupinus tomentosus DC. Prod. v. II. p. 409. n. 31. — Quebrada del Paramillo; fl. en Enero. 94. Astragalus nnifidtus L'Her. stirp. 158. DC. Prod. V. II. p. 283 n. 14. — Quebrada del Paramillo; fl. en Diciembre. §fscrij)tiou bctnillcc b'iuic noubelle fsjpfte DE LA SAVOIR DISTOMA PULCHERRIMUM. m. PAR l>r. D. Tl'e.veuherg;li. Daus le Journal de la Société zoologiqíie Argeiiti- ■ne «Periódico Zoológico^ Tome II p. 167, j'ai décrit une nouvelle espéce de la famille des Disíomidae, que j'ai nominée Amplústoma pulcherrima. Celte espéce n'est pas rare dans le poisson noinmé Ily- postomus ]}¡ecostomus L.-, cependant je ne Tai ja- máis trouvée dans Tintestin de ce poisson ni dans anean des organes internes, mais en revanche ees aninaux étaient on ne pent plus nombreux dans la pean, le tissn cellulaire sous la pean, et surtout dans les muscles, entre les layons des nageoires et aux lévres; j'ai memo tronvé un individu chez lequel l'oeil était complétement détrnit par Taction de ees parasiles. Je me suis trompé quant au genre auquel ap- partient cette espéce, ce qui est moins ma faute que celle du désert scientifiqne oíi je me trouve et oü tont auxiliaire littéraire me manque. Cette erreur est d'antant plus compréhensible qu'en eíFet Fespéce mentionnée présente quelques carac- teres du genre, dans lequel je l'avais placee. Plus tard j'ai reconnu uéanmoins que l'espéce appar- — 355 — tient effectivemeiit au genre Dlstoma et c'est pour cette raison que je me háte de corriger cette erreur, en proíítaiit de Toccasion que me donne la redac- tioii des ligues salvantes, dans les quelles je me propose de donner une descriptiou plus détaiílée de ce ver, la premiare description n'ajant été plus qu\ine communication préliminaire et superficielle, faite á Toccasion de Tétude anatomique du pois- son sus-mentionné. J'ai trouvé la plupart des individus enroulés et quelques-uns étaient enveloppés par une eyste; et cela s'observait parfaitement quand on les détachait du tissu du poisson et qu'on les mettait dans un va- se rempli d'eau: elles se déroulaient immédiate- ment et commen^aient á se mouvoir. Distoma pulclierrimimi. m. Description. Le volume de presque tous mes individus est de cinq Millm.-, quelques-uns sont un peu plus pe- tits, avec une largueur de 1 li2 al 3i4 Millm. Les plus petits sont aussi un peu moins larges. La forme du corps est allongée et píate; Textré- mité cépliale un peu plus obtuse que rextrémité postérieure. La voussure de la surface dorsale est peu considerable et Textérieur en general parfai- tement lisse, couleur de lait, mais assez transpa- rent, de maniere que la plupart des organes inter- nes sont visibles á Textérieur. Aprés avoir été quelque temps dans Talcohol, la couleur devient plus jaune. La figure 75 Planche IX de mon mémoire cité représente Tanimal vu de cette maniére-ci, et c'est pour cette raison que quelques parties, comme p. ex. l'oesophage; ne se voient pas dans cette figu- re. Le corps ne présente pas de certaines divisions ou parties enlacées, comme on les trouve dans plusieurs Distomes; la forme est au contraire as- sez réguliére et continué; seulement quand Tani- mal se meut, il parait avoir des indications super- licielles de tels oulacements, o\\ bien des in-égiila- rilés iiiyignilk'iiutes aiix hord;-; dn corps. Les deiix veiitouses, qiii se trouveiU ;\ la face veiih-ale, iie soiit |>as ou presque ]>as élevées aii dessus dii ni- veau de la peau. Toní pres de rextréinité aiitérieiire dii corps, mais encoré á la taco venlrale, se tronve la peti- te boliche circid;iirc, dans le centre de la petite ventouse antérieure. La venlonse est anssi circu- laire qne Tautre plus grande, qni sií trouve íiu mi- lieu de la niunie face ventrale. Cette preniiére venlonse on ventonse bnccale présente une qnan- tilé de lines lignes paralléles, transversnles et lon- gitudiiicdes. La ventonse dn niilicu est beanconp plns grande et anssi parfaitement circnlaire; son bord est asse/. développé. La cavité íbrmée par les lévres cen- trales n'est pcis circnlaire, comnie cliez qnelqnes es- péces, et ne popséde pas la forme d'nne tissnre com- me chez qnelqnes antres; elle est an contraire trian- gulaire, plns on moins cordiforme, de maniere qu'on est porté á dislingner trois lévres á cette ca,vité céntrale. Le fond de cette cavité parait anssi rajó transversalement et longitndinalement, mais pas si régnliérement en paralléles comme la ventonse antérienre, anssi les lignes sont plus gros- ses et les transversales un pon courbées:, Tune d"elles (plus on moins celle dn milieu) apparait plns distincteinent et beanconp plns grosse qne les autres. La partie qui entoure ce centre triangulai- re on cordiforme, présente des libres radiaires qui sont assez grosses au bord, et se bifnrquent vers le centre en fds tres minees qui se menvent sans cesse. A cause de son mouvement j*ai crn pre- miérement qn'ils étaient libres, les nommant dans la description provisoire des soies ou poils:, j'ai vu plus tard qne ce n'est qu'nn mouvement qui s'ef- iectue dans le tissu méme de la ventouse. C'est cette ventouse qui est repi-ésentée sur la planche citée par la figure 78. - 357 — Qiioiqíron nointiie qiielques fois «boiiches» les doux ventouses, par aiialogie au noni úu genre. (di: deux.— sloiíia: bouche- en grec), comiue iiioi je l'ai fait aussi dans la description provisoire ci- tée, il est bien snperflu de rappeler que ees ven- touses qui servent á ranimal pour oe ñxer, iie sont pas de bouches. La vraie bouehe, comine j'ai deja dil. se trouve dans le centre de la ventouse buecale ou antérieu- re, et donne dans Toesopliage, qui est assez, étroit dans son comniencemení. Un peu plus bas l'oe- sophage, est un peu dilaté, niais pas tant qu'on le voit ordinairement dans les Distomes, dont cette partie a re^u le nom de «pharynx niusculeux» i\ cause de la résistence niuscidense de ses parois Ce pharynx est assez pen distinct dans notre espé- ce, ses parois sont presqne aussi minees que le- reste de Toesopliage, tres peu grossis, et peu musculeux-, je n'ai pu reconnaiíre les ubres nius- culaires. Néanmoins il ne serait pas juste de diré qu'un tel pharynx manque ici complelement, on peut di]-c seulement qn'il est peu développé. Puis l'oesophage continué jusqu'á la distanee de 1 1{4 Mill"^ en avant du bord de la ventouse du milieu: mais ses parois sont si núnces qn'on ne le peut presqne pas distinguer; il est aussi assez étroit. Au point que je viens d'indiquer, il se bi- furque, ou bien, se continué dans restomac ou l'in- testin bifurqué, aílectant la forme d'une ganse aw- lour de la ventouse du milieu. Sur les cotes de cet- te ventouse il est plus gréle et puis, un peu en arriére de la ventouse, il se continué vers la fin postérieure du corps par des parties longues avec un grand nond;)re d'enlacemenls, qui doiment á ees parties laterales Taspect d'un collier irrégulier et assez gros, dont les extrémités se terminent assez en pointes et ne se touchent pas, mais s'étendent libres jusqu'au bout postérieur du corps, ne présen- tant pas une onverture ou anus-, tout comme cela se trouve dans les Distoiuides en general. Des le poinl de birureation de roesopliage, Tin- te.stin es( lies visible. -X cause de la belle eouleur oraiií^e qu'ii présenle d;ins lout le reste de son étcndue. Quand on considere comine estoniac la parlie assez grosse devant la ventoiise du uiilieu et les parties gréles anx cotes de eette ventouse, c'est á diré la partió qni siiit á roesophage,— alors on doit noninier «intestina les ])arties grosses et en forme de rosaire on eollier qni t'ont snite aux par- ties gréles, en arriére de la ventouse, tlans la par- tie postérienre du corps. Dans la figure citée (75) j*ai indiqué cet intestin (cu estoinae et intestin) par la lettre f. (*) La pean est minee-, et au dessous d'elle et sans interruption, snit une conche rayée transversale- ment que je crois étre une conche iiuisculeuse; les raies sont sui-tout tres distinctes aux parties anté- rieure et postérienre, c'est á diré, avant la ven- touse buccale et derriére la fin des intestins (lettre h. de la figure citée). En arriére de la ventouse du milieu et dans la peau, parait-il, on apergoit nn systéme de petits plis, qni deviennent de moins en nioins apre- ciables, jusqu'á disparaitre complétement. Je crois qu'ils sont aussi d'origine musculaire. Dans la fi- gure citée déjá plusieurs fois. ils sont indiques par la lettre r/. C*) A cause de la belle eouleur de l'intestin, j'ai donné á l'espéce le noni de D. pidclieríimmn. Quant aux organes génitaux j'ai bien peu á coniniuniquer. Tout le reste de la partie postérienre du corps, (c'est á diré des la partie située en arriére de la ventouse du milieu) est rempli de petites cellules. Cependant on découvre tres peu distinctement par- ('■') Abupiveraent il est nommó la -le foie \ (sic;, íi cause de sa eouleur ('•'■'■') DanS la inemc figure, a est la pc^au; d, la bouche, dans le centre de la ventouse buccale, «t c la ventouse da milieu. — 359 — mi ees cellules deux parties tres transparentes d'nne figure irreguliére:, de cliacun de ees organes on v^oit naitre un fil, qni.^ viis avec une augmenta- cion plus forte^ se présentent comme des canaux qui s'unissent tout pres de la ventouse i\\\ milieu. Le senl tube qui resulte de ce couíluent se dirige, passant au dessus de la méme ventouse, en avant. Je n'ai pu le suivre plus loin qu'au déla de la ventouse, c'est á diré, jus(pi"á la partie antérieure de la ganse formée en avant de la ventouse par Tintestin ou Testomae; il parait se caelier ici sons Toesopliíige, ou bien la transparence de tous les organes á ce point, le rend invisible. Korgane mentionné ne peut étre antre cliose que Forgane mascnlin qui secrete le sperme, tandis que les deux canaux seraient dans ce cas les vasa defe- rentia et le tube qui nait de leur unión, serait le (ludiis ejacuhitoi'ins. Mais comme je víens de diré ^out cela n'est pas tres distinct. La petite ouverture s'ouvre plus ou moins vers le milieu de la distance entre la ventouse bucca- le et la ventouse céntrale. En avant de cette ou- verture j'ai cru reconnaiíre dans l'intérieur une ves- sie assez longne, dans laquelle il me parait que s'évacue le ducfus ejacnlatorius sus-mentionné. Un cirnis ou org:ine copiüatoire mascnlin, manque. Je n'ai ])u trouver les organes teminins, á moins qu'on ne doive considérer comme cela lorgane que dans líi figure citée j'ai indiqué juir la lettre e. Cet organe se présente sons la forme d"un fil ou petit canal entre la pe;iu et la premiére partie descen- dante de Testomac ou intestin. un peu en avant de la ventouse du milieu. En avant, c'est á diré de chaqué cóté de roesophage, ce tube est ramifié réguliérement et présente á la fin de chaqué rami- fication une cellule ovale asse/. grande, qui ressém- ble á v\n oeuf. Autour de ees ramifications, com- me aussi á cóté du tube principal, Ton voit de talles cellules ou oeufs libres, et dans Tespace cir- conscrit par la ganse de Festomac et le bord an- — n«)0 — térieur de la vcntoiise ilii iniliou, sb troiivent de paroils oonfs oii cellulos libr(3S, nuiis, dii-ail-on plus dévelopjK'S , y .variedad de los matorrales). Mi colega Burmeister ha hecho la misma confu- sión que hice yo en ese momento, creyendo que «conejito) y «conejo^ era el mismo nombre indí- geno, aplicable á Cavia leucopU(ia. ('•') Pero, como felizmente no tengo la costumbre de decir á na- die, en ese tono desalentador tan acostumbrado de él, ^¡¡que podéis saber vos de esto!!»; por esta conducta, me he salvado del error aludido. Ya hace mucho tiempo he publicado la descrip- ción de esta especie en Europa; ahora no doy aquí mas que una traducción abreviada ("§; y sin figuras. Habiendo adquirido el primer individuo, recono- cí inmediatamente que pertenecía al género Doli- cliotls, y que no era D. patagónica. Después he tomado una cantidad de estos animales, á los que he dado el nombre de centraUs, porque viven en el centro del país. El pelo. La nariz está revestida con j)elos muy cortos, que solamente faltan en el margen de los lados. Encima de la cabeza el pelo viene á ser mas largo, pero los ángulos del ojo son desnudos; las orejas llevan poco pelo. El cuello y el cuer- po tienen pelos tinos mas ó menos de 1, 5 centí- metro, que son nmy tupidos, de manera que la piel merece el calificativo dé linda. En las patas los {■■■■) En: "Reisc durch die LaPlataStaateír Bd. Jl. p. 425. í?) Los xnforiiue de mis viajes científicos han aparecido yn cu este tomo del Boletín de nuestra Academin, y los estudios detallados se publicnráu poco á poco cu las Actas. Se han d;>do ¡I lu^ alsunas historias descriptivas do los viajes cu; Het Nieuws van di ii üag bajo el título «Eon Nedcrlander in den vrocmde -Brie- TcnuitZ. Aiucrika.» I— XXX. 1873-78. Véase para Dol. cmíralia: Verslagen en Mededeelingrcp. dcr K Akmle- iiiio r. Wetouschappen. Amsterdam. Dotl. XI (N. S.> •-• 364 - pelos son mas cortos, especial mentó en la mano y el pié, á pesar de que se encuentran algunos mas largos al rededor de Uis uñas. En los soba- cos se ve ordinariamente un lugar desnudo. La cu- tis negra de la palma de la mano es también des- nuda, como igualmente los largos lacones ,y suelas. En el lado de la nariz, en el labio sujjerior, está una especie de atado de 12 á 15 pelos de bigote, de los que el mas largo tiene un decímetro-, los pelos del ojo son bastantes cortos, duros y negros. Arri- ba dé los ojos están dos á cuatro pelos largos y negros. La cola, que es corta, lleva en sus lados peí i tos también muy cortos. El color de estos corresponde en general al de los conejos de las dunas holandesas (Lepiis cimi- cidns)^ pero llegando á ser un pOco mas pavdo. La base de cada pelo es gris-plomo- á esta parte sigue otra mas ó menos negra, que casi inmedia- tamente pasa á un pardo amarillento, y la pun- ta, entonces, es negro-gris. Cuando el pardo vie- ne á predominar, como es en los animales mas viejos, nace un color leonado, que se ])resenta pri- meramente encima del lomo, con especialidad en. las hembras viejas. En los jóvenes el color es mas gris, ó gris completo en los recien nacidos. Dicho color predomina durante mas tiempo en los machos que en las hembras. Los pelos del pecho y el vientre son blanco-su- cios, mas gris en los chicos, como igualmente al lado interno de los brazos y fémures. También en la garganta se ve una mancha clara, de la misma manera que en las nalgas. Alguna vez los labios son también un poco mas claros, sin ser ab- solutamente blancos. Una mancha clara se en- cuentra, á mas, detras de las orejas, en los ángu- los interno y externo del ojo, efluyendo alguna vez un poco al rededor de éste. Las carillas son ordinariamente, cuando mas, pardas ó castañas; las uñas negras, como también los márgenes del ojo, y los ojos mismos (iris). — 365 — Forma. Las patas anteriores tienen cuatro de- dos, relativamente pequeños, provistos de peque- ñas uñas fuertes:, el seg-ondo dedo es el mas lar- go. Los tres dedos de las patas posteriores tienen uñas mas fuertes, y el medio es el mas largo. En las suelas se ven tubérculos callosos. Ya he ha- blado de la pequeña cola. La forma de ¡a cabeza es bastante ancha, y los labios bastante gruesos; la quijada inferior al con- trario, casi está oculta bajo de la quijada inferior. Por la posición de la boca, es de buscarse ésta mucho mas cerca de la nariz de lo que está en realidad. Los ojos se hallan á 2 centímetros del ángulo de la oreja, y mas de 1 ],2 distantes el uno del otro. Inmediatamente debajo de los ojos se ve una mancha negra y desnuda, que se ex- tiende hasta á los lados del cuello. El tamaño de las orejas, medido desde la base hasta la pun- ta, es de cinco centímetros; su base es ancha, y la oreja se levanta siguiendo también una ancha forma, la que se vuelve después rápidamente agu- da. Los órganos genitales masculinos y femeninos se encuentran situados en una dobladura desnuda y negra de la cutis, y se ocultan así en el vien- tre. Los dos pares de tetillas están muy al exte- rior, casi en los lados del cuerpo. Dimensiones. Tamaño adulto, desde la punta de la nariz hasta la cola, 40 decímetros. Altura, des- de el suelo hasta la línea superior del dorso, cuan- do el animal está asentado, ó sea parado con sus cuatro pies (no cuando se sienta), 2,5 decímetros. Las patas anteriores tienen próximamente 10 centí- metros de largo; las posteriores casi el doble, de lo €ual resulta -que, cuando el animal está en sus cuatro pies, el lomo aparece mucho mas alto, co- mo que lo es efectivamente; de manera que, por esta coincidiencia, la diferencia de altura entre la parte anterior y la posterior, casi desaparece, tanto mas, cuanto que las patas posteriores casi no se — 366 — extienden jamás perfectamente perpendicnlar. El cráneo, medido encima, desde la punta de la nariz liasta medio entre las orejas, es de 9 centímetros de larco; el cuello, desde la última punta, de 10. Esqueleto. El cráneo es relativamente pequeño, con especialidad si se le confronta con el cráneo res- pectivamente grande de BoUchofis imtagónica. Los huesos nasales son planos:, la quijada superior al- ta y escarpada, como igualmente el occipucio-, los márgenes orbitales bastante sobresalientes. El ar- co zigomático es fuerte, y el hueso maxilar no llega hasta el frontal, porque el lacrimal está in- terpuesto entre aquellos. Como el cráneo en general, el sistema dental corresponde también con el de la especie ya co- nocida (cuatro muelas en cada quijada)-, cada m.ue- la tiene dos tubérculos mas ó menos triangulai-es. Lo único que me falta por ahora, son cráneos de D. patar/nóica antes del cambio de dientes, y así no puedo concluir actualmente este estudio, por cuanto me parece existir una diferencia, entre las dos especies, respecto á la muela posterior supe- rior, y á la anterior inferior. Los dientes incisivos son angostos y blancos en el lado anterior: rara vez se nota aquí un color pardo ó amarillento:, y si esto sucede, creo no es mas que una consecuen- cia de la avanzada edad del animal. Como en general I), 'patagnóka es mucho ma& grande j mas robusto, otro tanto puede decirse también del esqueleto. Diferencias notables en los principales huesos no he encontrado-, las vertebras caudales son mas- débiles en D. centralís que en la otra especie, como que corresponden á la for- ma y al desarrollo de la cola en genera^ la cual. o*) Burmeister ha descrito mas tarde la misma especie, y poco tiempo- há, en el periódico de la Sociedad Científica de Buenos Aires bajo el nom- bre de D. salinicola. Véase lo que he dicho en cuanto á, esta descripción en el 'Pen'íklico Zoológico, órgano de la Sociedad Zoológica Argentina-, Tomo 11. ° p. 189. "- 367 — e? mas gruesa y casi desnuda en la especie vieja, mientras que en la nueva está revestida de cortos pelos, j es mas pequeña y mas aguda en la pun- ta. Es excusado decir que la estructura mas dé- bil de los dedos de mi especie se presenta tam- bién en el esqueleto. Por lo demás, bastará citar la breve descripción de Burmeister, en el Tomo IL° de su viage, de D. patagónica^ cuja descripción, en su generalidad, puede aplicarse también á D- centralis. Los (lemas órganos. Lo que Burmeister comuni- ca (1. c.) sobre la esplangiología de D. patagóni- ca, es también mas ó menos aplicable á mi espe- cie. El tamaño del intestino no es de mas de 10 pies, y el estómago no mas grande que un huevo de ganzo; mientras que el coecum de 1). patagóni- ca tiene tres veces el tamaño del estómago (según B.). Aquel órgano es en mi nueva especie un po- co mas grande que el de ésta, ó casi del mismo tamaño. La posición del pene en el prepucio es tal, que la orina sale hacia atrás. Él útero es un verdadero útero bipartido, y la izquierda, en que encontré \\\\ feto, era muy gran- de; la derecha, al contrario, me pareció siempre atrófica, .y en comparación á la izquierda, hasta rudimentaria. En una hembra no preñada las relaciones eran las mismas. De todo esto deduz- co: que, por lo común, solamente se fecunda un huevo en la parte izquierda, no pariendo esta es- pecie en una vez mas de un solo animal, como la D. patagónica. Antes de decir algo sobre la manera de vivir de I), centralis, deseo indicar las diferencias princi- pales de éste con J). patagónica., como un resul- tado de las observaciones á que he hecho refe- rencia en las líneas anteriores. En cuanto al tamaño, D. centralis está en rela- ción á D. patagónica.^ como Lepus cuniculus lo es- ~ 3G8 — tá á Lep}is tim'idus; especialmente Im cabeza de D. pafaf/üiíica es imicho mas robusta como ya de- jo dicho. Las orejas de D. centraUs son relativa- mente un poco mayores que las de Z>. patuf/ánka. El color de 1). puf (((jónica es un gris mas lino en el dorso, color que pudiera llamarse «petit-gris». La base blanca de los pelos es muchos mas lar- ga, j la parte que precede á la i)unta negra, es clara (3, cuando mas, amarillenta. Los pelos mis- mos también son un [)oco mas largos. Las orejas unas peludas en D. patagónica, siendo los ángulos de los ojos un poco peludos. Los lados de la ca- beza son castaños, y el labio blanco ó gris-, en el occipucio, entre las orejas, los pelos forman un copete bastante pronunciado- En la liebre el pe- cho también es amarillo-pardo:, manchas blancas en la cabeza, detras de las orejas, ó en los ojos, no se notan: solamente entre las patas anteriores el color pardo ó castaño del pecho, viene á ser blanco, continuando después el mismo color en to- do el vientre hasta los órganos genitales y las nal- gas, como también en el lado interior y anterior de los fémures. En las patas anteriores de la nds- ma especie (D. patagónica) se vé solo una líneas ó raya blanca y angosta en el lado posterior, siendo €n el interno las mismas partes pardo-amarillen- tas. En ambas especies la garganta es blanca. Una de las mas grandes diferencias entre las . Se podría citar muchos otros ejem- plos de nombres aun mas mal usados: á M/jopota- mus coi/pus Cuv. por ej., llamaban «nutria,» etc. Entre los nombres mejor puestos se puede contar en primer lugar los de «liebre» y «conejo», porque en realidad estas especies están en relación entre sí de la misma manera que L. tímidus, en Euro- roj^a, lo está con L. cuniciüus. Los conejos se ven generalmente en familia:, al- gunas ocasiones también las liebres, pero rara vez; respecto á los primeros, casi siempre cazábamos macho, hembra é hijo chico, en circunstancias en que pastaban juntos. Esto, por consiguiente, tam- bién está en contradicción con la noticia de Bur- meister, que dice: que siempre vio las liebres en familia: noticia que dá tanto mas fuerza á mi opi- nión de que aquel ha confundido varias veces en- tre las sombras del crupúsculo, una familia de co- nejos con las liebres aludidas. También la carne me recuerda de la diferencia entre la liebre y el conejo de Europa: la de la primera es mas seca que la del segundo. Con lo dicho creo será bastante conocida la nue- va especie: yo no había creído tener la suerte de descubrir una especie tan grande é interesante de mamífero, en una parte del país que está ya tan explorada. — 371 — Agregaré todavía algunas pocas palabras sobre- el feto que está en mi poder. La placenta tiene, como en otros roedores, una forma discoidial, en cuyo centro está el ombligo grueso. El feto maduro tiene un tamaño de 17 centímetros, medido desde la punta de la nariz hasta la de la cola. Los pelos del bigote se pre- sentan ya claramente; el color de los cortos y fi- nos pelos es el gris mas lindo que puede imagi- narse:, en este fondo gris, se vé una cantidad de puntos negros afluyendo en peqeños rayos, y muj regularmente puestos. Las únicas partes pardo- amarillentas son las siguientes, los lados de la qui- jada superior- una mancha en el ángulo interno y externo del ojo; la garganta- una mancha en la base y en la superficie interna de la oreja, con excepción del trago y antitrago, y de un ancho bordo, que son negros:, el lado interno de las pa- tas anteriores y posteriores, y el vientre. La forma notable de las uñas se vé muy claro en el feto-, en el lugar donde termina el dedo 3^ principia la uña, la cutis continua debajo de esta adelgazándose uti poco en dirección transversal, para aumentarse de nuevo en forma de maza, en' la punta. Las titas son muy latgas, casi filiformes, y muy^ distantes la una de la otra. Encontré á mas una tercera tita accesoria, casi medio entre las dos del lado izquierdo, lo que parece demostrar tanto mas lo que ya he dicho, á saber: que los genitales iz- quierdos tienen nn mayor desarrollo que los de- rechos. Como jamás he encontrado en una familia mas^ de un hijuelo, me inclino á creer también que ja- más hay mas de un solo feto en el útero de la madre. La especie parece parir en el mes deMarzo. Parece igualmente que existe en el norte del j)ais una otra especie nueva, mas pequeña, según comunican de los viajeros Dres. D. T. G. Lorentz.^ - 372 — y D. J. Hieronymus, que dicen haberla visto en Salta. Córdoba, 187G, (traducción 1877). NOTA— Corrigiendo las pruebas se me avisa quo el Sr. Burmeister ha publicado su artículo arriba mencionado, también en un periódico in- glés, pero bajo el nombre de D. salinica [¿no «alinicola!]- [¿Cuando.]? NI MIMAIiLO CURTI8BA WEYERB., Jíl EVCL.EA DIA- CíOHíAIilS H. S., MAIS BIEN IMiinallo despecta. Walk. PAR LE DOGTEUR H. WEYENBERGH. Dans le Journal de la Société entoinoloííique des Pays-bas ( Nederlandsch tydschrift voor Ento- mologie), T. XVII ("1873), p. 230, (Planche 13),.fai publié, avec figures, la description, métamorphose et autres parlicularités ü'un papillon que j'ai nommé Mimallo Curtisea. Mon coUégue, le doct. Burmeisteh, m'avait donné, á mon arrivée á Buenos-Ayres, quelques individus des ehenilles de ce papillon, en m'assu- rant que ce dernier luí était connu, qu'il se trou- vait dans le Musée provincial de Buenos-Ayres, mais qu'il n'était pas encoré décrit. II me dit en plus que Curtís avait décrit et figuré la chenille, raais sans connaitre le papillon, raison pour la- quelle il me donna le conseil de publier avec fi- gures l'histoire du développement de cette espéce, pour ma premiére étude dans ce pays. II me donna aussi comme certain que l'espéce apparte- tenait au genre Mimallo Hb., et que je ferais bien de la dédier á Curtís, en la nomment Cur- tisea, parce que ce savant en avait donné les premieres notices. Je me mis au travail, confiant sur Térudité du doct. BuRMEiSTER, d'autaut plus que, ma propre — 374 — bibliothéque n'étant pas encoré arrivée, je n'étais pas en mesure de vériíier ses assertions; il advini encoic que, dnrant mon séjour á Bnenos-Ayres, les papillons vinrent á éclore, et je profitai de roccasion pour achever, dans cette ville. mérae, rarticle et la planche en question que j'envoyai iniuiédiatement á Leyde, afín quMls y fussent pu- bliés dans le journal cité plus haut, aprés en avoir donné avis á Mr. Bíjrmeister. Assez longtemps aprés, étant á Córdoba, je re- 9US une letti-e du Prof. Burmeister dans laquelle il me comniuniquait qu'aprés Farrivée de Riga de son assistant Mr. Bekg, ce jeune et savant lépi- doptérologi«te lui avait fait observer que le papil- lon qu'il m'avait fait décrire et figurer comme une nouvelle esp5ce de MimalJo^ avait été décrit depuis longtemps par Mr. HERRiCH-ScHáFFER sous le nom de Eiiclea diagonalis^ et que dans le cas que ma description n'eüt pas encoré été publiée, je t'erais bien de changer encoré le nom du pa- pilloii. Je m'adressai immédiateraent á Leyde, donnant connaissance de Tépilogue de Burmeister á la rédaction du journal cité, la priant que, dans le cas que Tarticle eüt déjá été imprimé, la corree - tion de Terreur fut publiée séparément, dans le me- me journal, sous le titre de t Errata. Eiidea día- gonalis H. S.^ü La correction ne contenait que 4 cu 5 ligues extraites de la leltre de Mr. Bur- meister. En attendant, ce que j'avais supposé se mon- trait étre la vérité: l'article avait déjá vu le jour, et la note corrective ne fut pas publiée sous le titre separé que j'avais indiqué-, probablement que Ton ne comprit pas Tintention, car mon ami Mr.V. D. WuLP communiquait siraplement la notice dans la reunión du 24 Juin 1875 de la Société ento- mologique des Pays-bas, et il en fut fait tout bon- neraent mention en quelques mots dans le corap- — 375 — te renda de cette reunión, á la p. XLVII du Jour- nal cité (T. XIX). Dans cette rectiücation il n'était pas dit que J'erreur n'était pas de moi, raais bien du doct. BuiíMEiSTEK, ni que ce dernier ne s'en était aper- an qu'aprés Tarrivée de Mr. Berg; qui avait ap- porté á Buenos Ayres quelques livres qui ne s'y trouvaient pas avant cette époque. Dans le titre de niou article en question s'est introduit une taute typographique: on y lit Ma- miUo au lieu de MimuUo et le lithographe a re- produit cette í'aute sur la planche avec une exac- titude conscientieuse. * 11 y a quelque temps que rae tomba entre les mains l'artiele de Mr. Berg, dans les Horae So- cietatis entomologicae Rossicae^ T. XII (1876) p. 158, etc. et j'y vis que la correction que m'avait fait faire le doct. Burmeister était erronée, c'est á diré que Mimallo Curtisea ni. n'est pas Eiiclea diagonalis H. S., mais bien Mimallo despeda Walk (!). Comment devons-nous comprendre cela? Mr. Bérg nous Tapprend, et j'espére que Mr. Burmeister sera maintenant aussi bien renseigné que je le suis moi-niéme. Eiiclea H. S. est un des nombreux synonyraes du genre Mimallo qui n'en a pas raoins de sept, ce genre ayaut élé décrit par nne quantité de zoologues qui paraissent avoir ignoré que Hübner l'avait déjá formé en 1816, en lui donnant le nom de Mimallo^ qui comme le plus anclen a ainsi le droit de priorité et doit rester, tandis que les sept autres ne seront dorénavant que des synonyraes et des ñoras morts. Quant au noin du genre, il n'y a done rien á y changer; il reste, cora rae dans raon article et raa planche, <^Mimallo* ** raais pour ce qui est de Tespéce, cela est plus sérieux. * Dans la rectification se trouve Euclia au lieu de Eudea ( ! ). ** Abstraction faite de la fautetypographique citéo. - 376 — Walker ajant déjá décrit Tespéce en 1855 sons le nom de despecta^ ce dernier doit par con- séquent étre son nom définitif, de sorte que M. Curtisea ni. n'est plus qirnn synonj'nie de M. d especia Walk. Le nom de diagoncdis H S. n'est |>as en eí!et synonynie de despecta Walk, mais bien de ortha- na Blandí, qui a encoré deux sjnonymes de plus. Maintenant je ne saurais diré si les notices sur la lai-ve données par Curtís (selon Burmeister) se rapportent á AI. despecta ou a M. orthana^ mais je penche plutót pour la deriiiere espéce. Mr. Berg n'en dit rien, ni á propos de Pune ou Fautre de ees espéces, ni á propos de quelle que ce soit des autres 18 espéces connues jusqu'á présent ( !) Arrivons maintenant á TalTaire niénie. M. Berg décrit les difieren I s états de MimaUo despecta et les représente par des figures, aiiisi que je Tai fait moi-inéme. Mr. B. prétend qu'li ne connait de mon article (qui est de Irois ans antérieur au sien) que le titre. Nos individus sont tous de Buenos Ayres (et Montevideo). — Contron- tons d'abord les descriptions. Sans y comprendre Tindicatiou des lieux oü Tespéce a été trouvée, la deseription du papillon occupe dans l'article de Mr. B. 195 mots et 402 dans le mien, qui est écrit dans un style concis córame de diagnose, ce qui prouve que ma des- eription est beaucoup plus détaillée. Quant á de grandes difíérences, il n'en existe pas. Mr. Berg dit que la couleur genérale est «Rehgrau, theil- "Weise in Aschgrau übergeliend», et moi je nom- me la couleur genérale «geelgrys, min oí meer roomkleurig>, ce qui par conséquent est beaucoup plus clair. Mr. B. dit «Kopf und Prothorax blas- — 377 — ser>, et moi «Kop donkerder>. Avec la diagnose latine (de Walker?)— reproduite par Mr. B. (?)— k ce qu'il parait --ma descripíion se trouve étre en paríaite harnionie, coninie aussi avec la des- cription du genre. WalkiíR dit anssi «capite ver- ticeqne et thorace antico rufescentibns», ce qui est par conséquent plus foncé que «pallide testacea>, qi^il donne comme étant la couleur genérale. La ^randeur de mes papillons est aussi en har- monie avec Tindicatiou de Walker et non avec celie de Mr. B.:, ses individus paraissent avoir été tres petits. Je posséde une íemelle de 55 inil- liin. d'expansion. Quant au reste, les descriptions ne sont pas en contradiction. J'ai aussi décrit l'ceuf. J'avais rcQu les chenilles sur une petite branche de Stenocahjx dasyblastus, dont je ne connaissais pas ericore le noin:, Mr. B. en a trouvé sur 4 oii 5 antres plantes. Dans la descripíion de la chenille, Mr. B. parle de 6 soies blanches situées sur le corselet, et nioi de 8. Quant au reste il ny a pas de différence daiis les deux descriptions de la chenille, ou du nioins elles sont si miniíoes qu'il ne vaut pas la peine d'en faire mention, parce qu'elles peuvent provenir du plus ou tnoins de déíails des descrip- tions; Mr. B. ne consacre que 254 niots á la sien- ne, et la mienne en contient 303. Pour ce qui se rapporte á leur maniere de vivre, Mr. Berg s'étend beaucoup plus que moi, par la raison que je n'a- vais pas observé les chenilles avant de les rece- voir de Mr. BtjRMEiSTER, que je les regus adultes, et que j'ai seulement publié quelques observations que m'avait communiquées Mr. Trieblnig, préde- cesseur de Mr. B. dans le méme euiploi. Mr. Berg fait quelques observations tres inté- ressantes sur la composition du cocón et sur sa forme á Tétat jeune. La maniere de vivre, la plante, les lieux oü Tespéce a été trouvée, la des- -- 378 - criptioii dii cocón, etc., occupent 319 mots dans moii article, et 407 dans celui de Mr. B. Ma des- criptioii dii cocón est poiirtant beaucoiip plus dé- taillée, car elle occiipe presqiie la moitié de cette derniei-e partie, desorteqtie ce qu'il y a de moins sur la íagoii de vivre daiis mon article, comparé avec celiii de Mr. B., existe en plus sur le cocón Dans les deux descriptions, il n'y a pas de diííé- rences assez importantes pour étre relevées, ce ne sont probablement qne des différences de style. La description de la nymphe occupe dans le? deux articles le méme espace, et elle n'oíFre pas non plus de différences. Pour ce qui est des notices bibliographiques contenues dans Tun et Tautre article, j'en ai de- ja parlé plus haut. De la comparaison des deux articles, il resulte done que la diíTérence principale consiste dans la couieur genérale fdu papillon) que j'indique comme étaut d'utie teinte plus claire que ne le fait Mr. B.; dans la couieur de la tete (du papil- lon), que je donne comme plus foncée que le reste du corps. tandis que Mr. B. prétend qu'elle est plus claire, et enfin dans la diíFérence de grandeur (du papillon) que j'ai t roiivée étre plus grande que les mesures données par Mr. B. Deux individus (m. et f.) existent encoré, quoique non en parfait état, dans le Musée National. Maintenant jettons encoré un coup-d'ceil compa- ratif sur les deux planches coloriées. Sur la mienne se trouvent: 1. '^ une petite branche coloriée du Stenocali/x, et sur cette der niére 2. ^ un cocón un peu grossi, avec les fils spiraux aux bouts; 3. '^ la chenille hors du cocón, vue de dos et de grandeur naturelle; 4. '^ la par- tie antérieure de la chenille vue de cóté et un peu augmentée; .5. ® la tete et le premier anneau de la chenille, avec encoré plus d'augmentation et vue de dos, tout cela colorié-, 6. '^ la nymphe — 379 — viie de ventre el un peii augrnentée:, 7.'^ la pointe supérienre de sa tete, tres grossie-, 8.'^ la partie terininaie postérieiire de la nymphe, sous un fort ^rossisseineiit-, ees trois derniéres non co- ioriées; 9. ^ roeuf coloi-ié, grossi, et de grandeur natiirelle; 10. "^ la femelle du papillon peu gros- sie et coloi-iée, et 11.® le mále representé de la méme maniere que celle-lá-, Tun et l'antre sont en position volante. Sur la planche de Mr. B. on volt- 1. '^ deux branches des plantes nonrriciéres (lesquelles?), non eoloriées, et sur celles-ci: 2.® le cocón d' une jenne chenille (colorié) et 3. ® un cocón non en- coré achevé, colorié. [Je ne puis pas juger de ees íigiires, comrne je Tai dit plus haul, mais je les crois exactes]-, 4. ® un cocón achevé avec une cheuille adulte dont la plus grande partie du corps se trouve en dehors de ce cocón. Ce tout est co- lorié et de grandeur uaturelle. Ce cocón repre- senté est plus petit que ne Tétaient les niiens et les lils spiraux, quoique bien mentionnés dans la description, nianquent aux bouts. La courbure du cocou est plus accentuée dans ma figure; il est plus veutru, [le cocón se trouve encoré dans le Musée]. La chenille est exacte quant á la forme, surtout sa partie autérieure; la partie postérienre me parait étre un peu gréle. La couleur est trop jaune, et le dessin des premiers anneaux n''est pas aussi íacile á distinguer que sur raa figure. La partie autérieure me parait aussi trop foncée Gt les soies de la tete, córame lithographie, sont mal réussies. Toute la figure est en plus trop petite. Mr. B. n'iudique pas la longueur de ses chenilles; les miennes [ainsi que ma figure 3] avaient 5 centim. de long et 7 á 8 millim, de grosseur au plus gros segment [le 6'^"'^ ] La figure est peut-étre un peu diminuée, quoique l'auteur n'en dise rien. On trouve en outre sur sa planche; 4. '^ le con- tour au trait de la tete, vue de face, augmentée, — 380 — non coloriée et scémalique; on ne peiit done pas la confroiiter avec mes figures-, 5.® la nymphe coloriée, vue de cóté et de grandeur watiirelle, pa rait en harmonie avecina figure, qiioique la poiu- te íerininale de la miennesoit plus obluse, et 6.'^ une aile supérieure et une autre iiilerieure d'une femelle de ce papillon; les deux sont coloriées. Cette figure me parait tres petite, ou bien est elle aussi diminuée? Le bord externe de Talle inférieu- re me semble, quant á la forme, mieux réussie que dans mes figures, mais le bord antérieur de Taile supérieure y est moins exact, ainsi que la pointe de Taile qui est plus aigüe. La couleur et le dessin sont si difTérents de ceux de mes figures, que je douterais presque, au premier abord, que ce soit bien la méme espéce. Dans les miennes, la couleur est plus claire que la partie la plus claire du cocón de la figure 3 de Mr. B. Ce dessin des ailes est mal réussi:, ou bien la figure de Mr. B. a été corrompue par le lithographe ou le coloriste et, dans ce cas, elle ne Ta pas été un peu, mais au point de devenir presque méconnaissable. Je crois que Texécution litliographique est, d'or- dinaire, bien mieux réussie dans les Péiys-bas que par les artistes russes. Peut-étre que les dessins originaux de Mr. B. son tros bien (comme il sait avoir le talent d^en faire) et meilleurs que les mieiis; on dirait cependant le contraire en voyant nos planches, car la mienne est mieux et plus jolie que la sienne. Mais c'en est assez á propos du Mimallo des- veda Walk.- quant á la confusión de son extrait de baptéme, cela nous donne une nouvelle preu- ve que Mr. Beeg avait parfaitement raison lors- qu'il commengait son article par ees mots: «Ein selter ungünstiger Stern liat bei der Klassification der Arten dieseí Gattung obgewaltet*. Córdoba, Juillet 1878. Une espéce nouvelle de Gamase PAR r*. Augusto Ooiill. Les Gamasides composent (dans Téchelle des- cendante) la cinquiéme famille de Tordre des Acariens, et vivent en parasites sur les oiseaux, chauves-soiu'is, reptiles terrestres, mammiféres, mais surtout sur les insectes; ou les voit rare- ment immobiles et fixés sur la méme nartie dn corps de Tanimal dont ils font leur victime, car ils eu parcourent continuellement toute la surta- ce, et se proménent en tous sens avec la plus grande íacilité. II y en a qui habitent temporairernent á Ierre, dans les excréments des bestiaux, le fumier, les feuilles en déconiposition, etc., tandis que d'au tres se plaisent dans les lieux onibragés et humi- des; ils sont aussi tres reinuants et courent sur le sol et les plantes avec beaucoup de rapidité, ce qui rend leur capture assez dilficile. Quelques-uns peuvent pourtant se fixer sur le corps des aniínaux au nioyen d'un pédicule: le genre Uropoda Lat. nous en oífre un exeniple. ARACHNIDES; ordre V, ACARIENS- Famil- le 5, Gamasides. Diagnose de Ja famdle. Le cóplialolhorax se trouve complétement uni á Tabdomen. Le labre est rudinientaire. Les palpes sont libres, filifor- mes et généralement composés de cinq arlicles - 382 — (qiielqueíbis de inoins). Les inandibules sont me- diocres, plus Olí inoiiis avaiieces, iioii denticulées et leniiiiiées en poiiite oii en pinces didacíyles. Les yeux sont invisibles. Le corps est aplati. Le bouc'iier uianqne cliez quelques-uns-, d'aulres en possedent un, qui quelqiieíbis parait double; chez d'aulres eníin un seul des sexes se trouve en avüir. Les sligmates nianquent. Leurs organes gónitaux n'ont pas encoré été suírisaminent étw- diés. Les pieds sont propres á la course, et au nombre de Imit pour les individus adnltes. Les ])attes son velues et de grandenr variable, mais, [exceptan! le genre Gamasus) á pen de chose pres, égales dans chaqué espéce; lenr dernier article est terminé par denx grilles, par une ca- roncule vésicnliforme, par une membrane lobée, ou bien encoré par denx petits crochets et une ventouse. Les iarves sont hexapodes La famille n'est composée, du moins á ma con- naissance, que de dix genres, qui sont: Dermamjssus Dug., trouvé sur plusieurs espé- ces d\)iseaux; Pteroptus Koch., parasile des chauves-souris:, Gamasus Latr., qui se trouve sur les insectes* ainsi que UroiJoda J^atr.-, Cares Latr., qui se rencontre sur les oiseaux; Myocoptes Clap., sur les maramiíeresi de méme que Listroplioriis Pag.; Laelaps Koch.; Zercon Koch.; Sejus Koch.; je ne sais guére sur quels ani- maux ont été trouvés ees trois derniers. (Dermaleiclms Koch. est synonjme de Myocop- tes Clap.). Le genre Gamasus en particulier se reconnait aux caracteres suivants: Extrémité [ou dernier arti- cle] des palpes assez petite. Pattes antérieures plus — 383 — longiies que les siiivantes. Exemples: G. g'igan- teus Dug. parasite de plusieurs coleopteres qui vivent en Améi-iqne dans le fumier; G. coleoptra- tormu L. qui se trouve sur plusieui'S especes de hannetons d'Europe; G. marginatus Herm.*, G. crassipes Herra., etc. La soiiiine de nos connaissances sur ees Acá riens est excessivement iuiiitée; Touvrage de Du- Gés et celui de Walckenaer et Gervais sont les sources principales de nos connaissances sur ees parasites. Le premier de ees travaux a été publié dans les «Ann. des Se. Nat., 2.^ Série> et a pour titre *Recherclies sur VOrdre des Aca- riens»; le second^ intitulé <^^Hlstoire natureUe des Insectes Áptéres^, fait partie de la collection d'ou- vrages faisant suite á Büffon, qu'a edites la li- brairie encjclopédique de Roret. Un nouveau genre fut creé par erreur, ce qui donna naissance au «Mémoire sur les acariens satis houche^ dont on a fait le genre Hypopus, et qui ne sont que le jJi'emier age des Gamases-», que DuJARDiN fit publier, en 1849, dans les cComptes rendus des séances de TAcadémie des sciences> et, en 1850, dans les «Anuales des sciences natu- relles.» Description de la nouvelle espéce: Gamasus inaequipes m, que j'ai nommée ainai parce que les deux paires de pattes intermédiai- res sont plus courtes que la premiére et la der- niére paire:, les exemplaires que j'ai pu me pro- curer ont été trouvés sur une espéce de Bomhus á corselet jaune et velu, assez commun ici (Cór- doba, Rep. Arg.), et que les naturels du pays dé- signent sous la dénomination vulgaire de «Guan- quero». Le mále a 0'"."^ 790 de longueur, et est, cora rae d'habitude, beaucoup plus petit que la femelle, — 384 — qui a 1™.'" 158, inesures prises depiiis la partie an- térieiire du rostre au bord posterieur de Tabdo- mcn; daiis sa plus grande largeiir, le corps du premier donnait O'".'" 440 poiu* la mesure trans- versale qui, chez la seconde, s'est trouvée étre de O'".'" 699. Notre Gamasiis a le corps ovoídal dans les deux sexes, mais celui du mále se rapproche da- vautage de la forme ovalaire que celui de la fe- melle:, l'un et Fautre sont asscz honialosomes. La couleur dominante chez le mále est jaunatre tirant sur le gris, teinte due probablemeut aux poils dont il est couvert sur toute sa surface:; on re- marque en plus sur lui une grande tache trans- verse jaune-clair qui, s'étendant sur presque toute la largeur du corps, se trouve située á peu de distance de Textrémité de Tabdomen avec laque- lie elle est presque paralléle- celte tache dont le bord posterieur forme une ligne courbe, est com- me dentelée et assez irréguliére á son bord oppo- sé; elle se trouve presque divisée en deux parties par la pointe d'nne deuxiéme tache médiane et d'un gris foncé qui, partant de la premiére, s'étend longitudinalement jusqu'au rostre. et a son autre pointe et ses bords latéraux limites par des cour- bes, ce qui lui donne une forme subelliptique. Deux autres taches de la méme teinte que la se- conde et cernees par la premiére, se voient á Topposite, vers les extrémités laterales de cette derniére. La tache médiane qui s'allonge jusqu'au rostre, est produite par le tube digestif de Fanimal et en indique plus ou raoins la forme. La mále est pilifére et son tégument est nigueux et assez résistant. Le corps de la femelle est glabre, parait bipelté, mais n'est que scutellé; jaune clair dans ses par- ties tres éclairées, il prend une teinte gris clair dans celles qui le sont moins, et gris foncé dans — 385 — celles qui se troiivent dans Tombre. Sur sa face dorsale et partant du labre, une cuirasse recouvre la inoitié du corps en virón; cette cuirasse est écail- leuse, cardiacée ou plutót subcordiíbrme, et sa pomte obtuse est tournée vers le rostre et le ca- che en partie; sa couleur est orange clair el elle se trouve sinuée de ligues saillantes (ou cotes), disposées symétriquement, qui prennent une belle teinte orange éclatant, lorsqu'elles se trouvent bien exposées á la hnniere. Le second bouclier dorso-abdominal est deltoide á augleo arrondis ou cordiforme, a3'ant la pointe obtuse et dirigée vers la partie postérieure du corps; sa couleur est orange pále, et ses exti-émi- tés sont d"un gris plus ou moius Ibncé; une lache médiane et symétrique, de ménie couleur que les pointes du bouclier, a chacun de ses cotes laíé- raux formé par trois festons que réunit une cour be paralléle á la poiníe termínale de fécusson, dont cette tache occupe une grande partie. La cuirasse ou bouclier thoracique a O™.™ 589 de long sur autant de large; la longueur de Técus- son dorso-abdominal est de O'".'" 3(38, et sa lar- geur atteint O™.™ 5oü. Les deux n"cu i'ont réelle- meut qu'un, mais le sillón transverse et a-'sez de- prime, qui se trouve entre ses deux paríies, parait complétemeiit les diviser, et c'est pour cela que je les ai décrites séparément. Comme je Tai dit plus liaut, le corps du mále est tres velu sur toute son étendue dorsale; les poils se trouvent tous diriges vers la partie pos- térieure: quant á sa face abdomiuale, elle est dé- nuée de poils et jaunátre. Celui de la femelle est glabre, jaune clair sur l'uue et Tautre de ses faces, cilié bilatéralement, et possédeuii long poil bacillaire lateral entre chaqué deuxieme et troi- sieme paire de pattes. Le rostre du mále ne s'étend que sur une lon- gitude de O'"."" 169, et celui de la femelle arrive — 380 -- á O'».»"! 249-, la largeiir dii rostre dii premier ii'est que de 0"'."^ 125, tandis qne nons avons 0™."i 184 de large pour celui de la temelle. ]jes organes de rap])ai-eil biiccal sout bien visibles á la face ventrale, mais ue le sont pas autaut sul- la face dorsale (recouverte eu partie par le c()r|)s); dans cette derniore posiliou, la plujiart; des petits orgaues sout places derriure les niaudibules, qui, se írouvaut situées sur le premier plau, ne per- iné! teut pas de les apercevoir, j'espure que la descriptiou qui suit sera assez claire, pour qu'on puisse se faire une idee parfaite des nombreux appareils dont est composée cette partie aiUérieure du corps de uotre Acarieu. On aper^oit d'abord la levre sternale (ou lahimn) qui est meiubraueuse, tres large et dont la partie médiane s'allonge assez eu avaut en poiute obtu- sa-, ce labium forme avec le labre (lévre supérieu- re) une espéce de gaíne ou d'étui, dans Tintérieur duquel se trouve soudée la base des appendices buccaux. Sur les bords latéraux du prolongeuieut de la lévre sternale, sout situées deux épiues en forme de máchoires falciformes, entre lesquelles le labium se terunue par un festón biunicroné, dont les deux épiues plus petites (ou dents) sout subacinaciformes, tres aigués et placees á Textré- mité du dit festón, qui parait échinulé d'une grau- de quantité de poils roldes, ténus, et flabellés; je dis parait^ car il est á croire que tous ees poils radies guarnissent Textrémité globulaire de la fa- ce interne du bord de l'avancement du labium, Cette languette ou ligiile (nom par lequel je la designe) arspergilliforme, n'est visible que par Iransparence. A la partie externe de la levre inférieure, au dessus des grandes épiues, uommées ici máchoi- res, se distinguent quatre poils setiformes, assez longs et se dirigeant tous dans un sens différent; chacun d'eux se trouve inséré sur le labium á — 387 — l'aide d'une petite plaque tiiberciileuse, circiilaire, saillante á la surface- ees plaques sont symétri- quement situées. De chaqué cóté de l'avancement que forme le labiuin, á sa partie interne au dessous de la ba- se, se trouve implanté un appendice, qui parait étre un palpe labial, composé d'un seul article, et dont Tinsertion ou base est difíicile á distinguer par ce qu'on ne l'aper^oit que par transparence:, cha- eun de ees palpes est cjlindroide, un peu cour- bé, et muni de deux lonos poils spiniíbrraes, rol- des et piquanls, places Tun sur la pointe méme dü palpe, et Tautre un peu en arriere vers le quart environ de sa longueur totale. Ces palpes ont une longueiu-de 0ra.™029 cliez le mále, et chez la femelle de 0»i.i^i043. Notre Gamasus inaeqiápes a les deux raandibu- les placees au dessous du labre (ou levre supé- rieure, qui est mediocre); elles sont volumineusee, terminées en pinces didactyles, et susceptibles d'un mouvement alternatif d'avant en arriere que Fuñe efFectue toujours en sens contraire de Tau- íre; vers le milieu de leur longitude, ces mandi- bules possedent, en autre, une articulation qui perinet á la partie antérieure de se mouvoir en sens contraire des inandibnles des insectes, c'est- á-dire de haut en bas; entre la pointe íbrmée par les pinces didactyles et la deuxieme partie, parait exister ime outre articulation, de sorte que cha- qué mandibule se composerait de trois articles; la longueur de celles du mále est de O™.™ 126, et celles de la femelle mesurent 0'"."U87. Les deux palpes mandibulaires, soudés aux co- tes externes des máchoires, ont O™ .'"214 de lon- gueur chez le mále, et O'".'" 239 chez la femelle-, dans Tun et l'autie sexo, les articles dont ils com- posés sont au nombre de cinq; la longueur des qua- tre premiers est á peu pres égale, et ils sont: da- cryoides les deux premiers (que Savigny nomme — 388 • axiUaireet hmnéraJ); plus cylindroídes le troisiéme et le quatric'ine (designes par le iriéinesous les noms de cu¡)¡t(d et de radial); eiifiíi le dernier (digital selon Savigñy), qui n'ci enviroii qu^uii tiers de la longueur de rmi des antres, est olivaire. Les paites ont les dimensions suivar.tes: la premiére paire antérieiire du mále 0"^.'"666 de longueur, celle de la femelle O™. '"829; la deuxierne paire du premier 0'>^.'"491, et la méme de la femelle 0™.«»631- la troisiéme paire de celle-ci 0™.™632, et celle de celui-lá 0'".™477; sa quatriéme paire a O'".™ 587, et chez la femelle elle aíteint Oi'^.°^756. Nous voj^ons done que, chez chaqué individu, et quel que soit son sexe, les pattes sont de di- raensions diíférentes, et que les paires antérieure et poslérieure sont notablement plus longues que les deux paires intermédiaires:, c'est ce caractére qui m'a íait donner á ce Gamasus le nom de ñnaequipes» . II est ériopode, et a chaqué tarse terminé par deux crochets, entre lesquels se trouve placee une ventouse assez grande. Les formes des divers arlicles dont se coraposent les pattes, sont tres variées: la hanche est courte, cylindracée, et tron- quee á la base sur laquelle se ti'ouve Tinsertion du trochanter:, celui-ci est piriforme et tres dé- veloppé á sa partie renflée; le fémur est clavifor- me-, le premier article du tibia est cylindroíde- le second article est plutot cjlindrique-, enfin ceux du tarse (ou pied) sont coniques. Je dois faire observer ici que les mesures des pattes ont été eíTectuées sans y comprendre la longueur des crochets, qui est de 0"^.™056 chez le mále, et chez la femelle de O™."» 082. La couleur des pattes et gris foncé*, leurs par- ties transparentes sont orange. La distance qui existe entre les hanches de la derniére paire de pattes et le boi-d postérieur de Tabdomen, est de O".'" 258 chez le mále, et 0"^.°^ 478 chez la femelle. — 389 — Les mesures données sont les méraes chez tous les individus du raérne sexe, ou du moins chez ceux que j'ai examiués. J'aurais désiré pouvoir corapléter cette étude par la description des larves de ce Gamasus\ mais il ufa été impossible de remplir ce désir, parce que je n'ai encoré pu m'en procurer aucun spé- cimen. Cependant, comrae j'ai déjá rencontré plu- sieurs larves d'autres espéces, je ne desespere pas d'en trouver aussi, d'un jour á Tautre, quelques- unes de mou Garaase; d'aüleurs Teté arrive, avec lui viendront les Borabus et, espérons-le, quelques larves de rinaeipiipes! RECAPITULATION DES PRINCIPALES MESURES INDIQUEES Longueur totale Largeur totale Cuirasse, partie antérieure (longueur) id id id (largeur) id partie postérieure (longueur) id id id (largeur) Rostre (longueur) id (largeur) Mandibules (longitude) Palpes mandibulaires (longueur) id labiaux (longueur) Pattes, l.e paire (longueur totale) id 2.e " ( " " ) id 3.e " ( " " ) id 4.e " ( '< . << ) Crochets (longueur) iMále femelle Om .m790 Im .ml58 0. 440 0. 699 0. 589 0. 589 0. 368 0. 550 0. 169 0. 249 0. 125 0. 184 0. 120 0. 187 0. 214 0. 239 0. 029 0. 043 0. 722 0. 911 0. 547 0. 713 0. 533 0. 714 0. 643 0. 838 0. 056 0. 082 DESCRIPTION de deux nouvelles espéces de Lépidoptéres Hétérocéres appartenant a la famille des Lithosides, Par mr. P. C. T. Snellen. Monsieur le Pkof. Dr. H. Weyenberg m'ayant envoyé á diverses reprises quelques Lépidoptéres provénant de la Républiqíie Argentine, je ne crois pas pouvoir inontrer d'une meilleiire maniere que j'apprécie ses bontés, qu'en publiant la descrip- tion des denx espéces nouvelles suivantes. EUes appartiennent toutes les deux á la famille des Lithosides telle qu'elle a été précisée par Mr. Hek- RiCH. ScHAEFFER dans le yi.° volume de sa Si/st. Bearh. der Schmett. von Europa et dans ses Aus- lándische Schnietterlinge. Cienre E}tJDiii.E II. S. Syst. B. VI. p. 99. E. WeyenhergMi m. nov. sp. Un mále sans antennes, d'ailleurs fort bien con- servé et tres írais. 27"^'». Les palpes, qui sont trés-courts, le front, le vér- tex, le thorax et toute la surface supérieure des ailes sont d^un jaune d'ocre foncé qui est d'une nuance assez vive et un peu orangée, mais terne. Comrae les écailles sont fort petites et clair-se- mées, les ailes sont un peu transparentes, tout-á- fait comme cliez VEudule hiseriata Herr. Sch., Exot. f. 44L Ce n'est que sur les nervures et vers le limbe antérieur des premieres ailes que la vesti- tu re est un peu plus épaisse. On ne voit aucun dessin. La frange est fort courte et eoneolore. Le dessous des premieres ailes est revéte d'écail- 391 les d'un brun sale jusqu'aux trois quarts de sa longneur. Le reste, ainsi qu'une raie fine qui di- vise la cellule 1"^ dans toute sa longneur, sont da méme jaune d'ocre foncé et orangé qui colore le dessus. La couleur bruñe du dessous se voit au travers du jaune du dessus et le ternit d'une ma- niere fort appiéciable. Le dessous des secondes ailes est sali vers le bord antérieur par le raéme brun qui s'arréte au bord antérieur de la cellule discoidale, inais atteint Tapex de Taile. Le reste est córame en dessus. Paites longues, fines, lisses, revétues d'écailles et pourvues du nombre ordinaire d'éperons, mais ils sont íort-courts. Les cuisses sont d'un jaune d'ocre foncé córame l'abdoraen et la poitrine; le reste est gris-íbncé. Cette espéce a absolument la raéme forme d'ai- les et la méme nervulation que la Biseriata pré- citée. Je profite de l'occasion pour observer que la nervule 7 des premieres ailes emerge, chez mes deux males de cetle espéce, de la cellule acces- soire á cóté des, mais non pas de la raéme pé- tiole que les,— nervules 8,9 et 10, comme le dit Mr. Herrich Schaeffer. Je ne posséde pas la Fidcliricohra Hübn. Ziitr. 253, ni la Lohida Hübn., Ziitr. 299, que Mr. H. S. réunit a la Biseriata. Quant á celle-ci, je le re- pele, elle est absoluraent congénere avec la Weij- enherghü. Cette espéce a été trouvée á Cordova. Genrc IIypocrit.% II. 1^. I^yst. B. VI. p. 100 H. caJochroma ra. nov. sp. Trois bons males de 19,20 rara. Le bas des palpes (articles 1 et 2) est d'un rou- ge-vermillon foncé, le 3'^'"° article, la tete et les antennes sont gris-foncé, le collier et le devant du dos d'un rouge-brique, les épaulettes gris-foncé — 392 - ainsi que le reste du dos. L'écusson a cependant une étroite bordure rouge. Les premieres ailes avec la frange sorit gris-fon- cé avec une étroile liture d'iin jaune d'ocre sur le bord intérieiir qui s'arréte justemetit á Tendroit oü commence la frange. Cette liture jaune s'élar- git un peu vers Tangle anal et remplit. alors coin pletement la celUule 1 '^ . Secondes ailes d'un beau rouge-vermillon foncé, un peu cramoisi, avec une large bordure du iné- me gris-foncé qui colore les premieres ailes. Cette bordure, sinuée en dedans, s'amincit vers l'angle anal qu'elle n'atteint pas tout-á-fait. Le dessous est semblable au dessus; seulement le bord antérieur est gris jusqu'á la cellule dis c oíd ale. Pattes assez fortes, d\ine longneur mediocre, lisses, éperonnées, comme áTordinaire. Elles sont d'un gris-foncé. Abdomen et poitrine d'un rouge-vermillon fon- cé. Les antennes ont une ciliation fort-conrte. Pour la nervulatiou, je renvoie á Touvrage du Lépidoptérologiste allemand. Cette nouvelle espéce a probablement beaucoup d'affinité avec la Lítliosia laeta Boisduval, Icones du Re fjne Animal p. 518, pl. 88, í. G, de rAmérique septentrionale et vient se placer tout á cote d'elle. Mr. HePvRich-Schaeffer ne citant pas cette espé- ce, j'en conclus qu'elle lui était inconnue ennatu- re, ainsi qu'á moi-méme. Cette espéce, ainsi que celle qui precede, est assez commune á Cordova. Rotterdam Sept. 1877. Dociiixientos oficiales Número 77. Ministerio de Justicia Culto é Instrucción Pública de la Repú- blica Argentina. Buenos Aires, Mayo 3 de 1876. B. 296. Al Sr. Rector de la Universidad de Córdoba. Remito á V., en copia legalizada, el decreto ex- pedido hoy, nombrando catedrático de Física, pa- ra la Facultad de Ciencias Exactas de esa Uni- versidad, al Dr. D. Osear Doering. Se ha dispuesto refundir en una sola las dos Cátedras de Matemáticas que existen en dicha Facultad, en la persuacion de que fácilmente pueden ser desempeñadas ahora por un solo pro- fesor, haciendo así una economía tan necesaria en estas circunstancias. Dios guarde á V. O. Leguizamon. Número 78. Departamento DE Instrucción Pública. Buenos Aires, Ma3'0 3 de 1876. Estando vacante la Cátedra de Física de la Fa- — 394 — cuitad de Ciencias Exactas de la Universidad de Córdoba, el Presidente de la República— DECRETA: Artículo l.*^ Nómbrase Profesor |»ara dicha Cátedra al Dr. D. Osear Doering, actual Catedrá- tico de Matemáticas Teóricas de la misma Facul- tad. Art. 2.'^ La Cátedra de Matemáticas Teóricas queda refundida en la de Matemáticas Aplicadas, á cargo del Dr. D. Francisco Latzina, sin aumen- to de remuneración. Art. 3.^ Comuniqúese, publíquese y dése al Registro Nacional. AVELLANEDA. O. Leguizamon. Es copia- C. Doncel, S. S. Córdoba, 10 de Setiembre de 1876. Al Exmo. Señor Ministro de Justicia^ Culto é TnS' truccion Pública. Buenos Aires. En el interés de ensanchar las relaciones de la Academia de Ciencias Exactas, promoviendo á la vez la importante cooperaccion de ilustracio- nes reconocidas en favor de los objetos de este instituto, se ha acordado proponer al Gobierno, en calidad de miembro honorario, al Dr. D. Germán Biirmeister., Director del Museo público provincial de Buenos Aires, y de miembros corresponsales - 395 — á los señores siguientes: Br. D. Máximo Siewert, director del Colegio Agronómico de Salta; Dr. D. P. G. Lorentz, Profesor de Ciencias en el Co- legio Nacional de Concepción del Uruguaj^-, Dr. D. Alfredo SteUner, Catedi-ático de la Academia de Minería en Freiberg, Alemania; Dr. D. A. Vo- gJer, Catedrático de la icaderaia Politécnica en Axla-Capiila; \D. H. Ave LaUemant, Ingeniero de Minas en San Lnis; Dr. D. Pelegrini Strohel, Ca- tedrático de la Universidad de Parraa (Italia):, Dr. D. R. A. PhiUpjñ., Catedrático de la Universi- dad de Santiago de (^'liile; Dr. D. A. Grisehacli., Catedrático de la Universidad de Goetingue, y Dr. D. Carlos Darivifi., de Londres. Antecedentes fundados, no solo sobre la competen- c¡¿i, garantida á la vez por la notoriedad, sino también respecto de la disposición simpática de las personas mencionadas en obsequio de esta institución científica, han impulsado, Sr, Ministro, el ánimo de la Academia para la designación ex- presada. Al dar este paso, siguiendo la práctica iniciada por mi antecesor en 1874, de acuerdo con los elevados propósitos manifestados entonces por el Gobierno, no dudo de su aquiescencia á la pro- posición que tengo el honor de presentar. Esperando, pues, que se dignará expedir los nombramientos insinuados, me es grato saludar respetuosamente al Sr. Ministro. Dios guarde á V. E. Es copia. Manuel Lucero. J. Díaz Bodrigiiez. Secretario interino. - 39G — Nota prepositiva. MlNISTKino DK JUS'IICIA Culto é Instrucción Pública de la Repú- blica Argentina. B. N. ^ 499. Buenos Aires, Selieinbro 20 de 187(3. Al 8)\ Hedor de (a Unirersidad de Córdoba. Eií la nota de V., fecha 10 del corrienle. lia i'ceaido la solución qiie, para su conociniienlo }' eíeclos C()nsii2;iiieiitcs, tivinsci-ibo á eoiiliiiuacion: «Büeiio"< Aires, Selienibre 2(3 de 187G -('oníés- tese que el (xithierno aprueba la desig'nncioii de nu niiiMubro honorario y de xarios corresponsa- les de Ici Academia Nacioncd de Ciencias, pro- puesta por la misma, y anloriza á esta p;ira co- municarlo así, por inlermedio de su Dii-(-(Mor, á las persona.s designadas. — Publújuese. — AVELLA- NEDA.—O. LEGmzA:srox. Saluda á V. atentamente. O. Legüizamon. Ministerio de Justicia, Culto é Instrucción Pública de la Repú- blica Argentina. Buenos Aires, Octubre U de 1876. Jl Sr. Héctor de la Universidad Nacional de Cór- doba^ Dr. I). Manuel Lucero. A consecuencia de su importante comunicación — 397 — de IG de Setiembre último, el Si*. Presidente de la República ha expedido el decreto de esta fe- cha, cpie en copia le adjunto para sn conocimien- to y ejecución debida. La definitiva incorporación de la Academia de Ciencias á esa Universidad, en sn carácter de Facultad, es un acontecimiento importante que, estoy seguro, tendrá su repercusión en el extran- gero, por el hecho de haberse aliliado dignamen- te á un instituto universitario, tan antiguo como conocido, un cuerpo completo de profesores de ciencias, salidos de las mas célebres universida- des de Alemania. La Academia, como cuerpo cienlífico y litera- rio, carecía de una existeiu^ia segura, y de una misión definida -La ley de su creación no habia sido siquiera dictada. Una enseñanza sin plan, y algunas excursiones anuales, que tampoco obedecicín á un sistema, h-ician de aquella institución un ser exótico, sin arraigo en la tierra, y con poca aptitud para de- jar sobre ella sus fruíos. Hasta el año anterior huían los alumnos de las enseñanzas de los sa- bios, no por que ellas fuesen menos atrayentes que hoy, sino |)or(pie no habia más allá el hori- zonte de uiia profesión útil:, nadie, y dado nuestro estado social, se dedica al estudio de las ciencias naturales de una manera puramente esiieculativa. La Academia carecía, ademas, hasta de facul- tades proi)ias para conferir un título científico á los alumnos que tuviesen amor á sus iuvesligaciones. En tan anormal estado, existia, sin embargo, una institneiou llamada Academia al lado de una Univei'sidad, no habiendo entre ellas víncido al- guno, hecho solo útil para levantar rivalidades de escuela, ó competencias de oli-o orden mas per- judicial. Lo natural era que la Academia dependiese de la Universidad, y fuese su Fíicultad de Ciencias, — 398 - como tuvo este ¡Vliiiislerio el honor de liacérselo coiiocuM' á IJd. el Mño pasado, y eoiiio al (iii el iluslre Clausiro aeaha de praeliearlu con exelente buen .«enlido y claridad de miras. La Universidad de (.'óidoha podrá así l'iincionar dignaniíMüe |)nra lo l'ulnro con dos Facnltades ac- tivas, la de Jin'ispriidencia, y la de Ciencias Ma- leniálicas y Físicas, ensanchando su esfera de ac- ción, y respondiendo con esas enseñanzas al ma- yor nnmero de manifestaciones de la vida moderna. A Ud-, cuya cooperación es tan importante en la medida adoptada, tocará tand)¡en el honor de ver realizada en bi-eve la organización completa de la Facidtad de Ciencias, si estimida á los pro- fesores á proyectar cnanto antes, bajo su inme- diata presidencia y dirección, t¿iido el estatuto in temo de la Facnlíad, como el plan y programa de trabajos aimales, sometiendo todo opoi-tnna- mente á la aprobación del Gobierno Nacional. El decreto que se acompaña consigna tand')ieii la orden para poner á su disposición la snma necesaria, á íin de que se encargue á Euro|)a, por intermedio ó indicasion de los profesores de Física, Matemática, Botánico, ,y Zoología, espe- cialmente, el material científica que estos señores, en la prudente relación de las necesidades de su enseñanza, pudieran necesitar mas ni'gentemente. No cumpliría un deber de justicia, si al tertni- nar no espresai-a á V. la satisfacción del Gobier- no por la medida adoptada por el Claustro, y por la participación que V. tiene en ella-, aj^rove- chando esta oportunidfid para lelicitar á uno y otro por un resultado de lauta trascender.cici pa- ra el progreeo de la educación cierdííica. Dios guarde á V. O. Leguizamon. Es cópia- J. Díaz Bodriguez. Secretario General. 399 — Departamento DR In^TRUCCI )N PÚBLICA Buenos Aii*es, Ootabre 14 de 187 G. Funcionando actualmente con i-ep;nlar¡dad la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, me- díanle la dotación de Cátedras hecha por el H, Congreso, el desem|)erio de las mismas |)0r pro- fesoi'es idóneos, y la concnrrencici de un consi- derahle númei-o de alumnos á los diversos cursos científicos:, _v consi Jeraudo: 1.^ — Que la Academia de Ciencias carece has- la ho}^ de la oi-ganizacion íacullaii\a necesaria para dar una dirección profesional y práctica á los estudios que en ella se nacen. 2. ^ - Que tanto los profesores de la referida Acadeuiia, como los discípulos que siguen sus cur- sos, han rí^preseulado al Gobierno la convenien- cia de t|ue este cuerpo docente sea constituido en Facullad uni\ers¡iai-ia, 3.'^— Que en el inlerés de facililar esta solu- ción, el Gol)iíM-no colocó á los profesores de la Academia, poi- decrrlo de 1.*^ de Julio del año próximo pasado, bajo la dirección del Redor de la UiuxxM'sidad de Córdoba, medida qiu; ha dado los uu^Joi'es resultados, lanío en lo relativo al ré- gimen iuleriH), como al desarrollo de la enseñan- za cieulífica. 4. ^ —Que en mérito 'de estos precedentes, y de iiulicaci(Hies especiales del (ioliieruo, el llusire Claustro de la universidad de Córdoba, i'esi)lvió üllimamenle declarai- mieud)i'o de la Universidad á los profesores de Ciencias^ acordándoles los nds- mos honores, derechos, y prerog;ilivcis de que go- zan sus propios gradufulos. 5. ^— QiH3 tan acertada resolución uo puede menos que contribuir á d;ir mayor realce á los — 400 acreditados estudios que ?e hacen en la mas aii. tigiia de nuestras universidades. Poi* estas consideraciones, y mientras uo sea dictada por el II. Congreso la Constitución defi- nitiva de la Universidad Nacional de Córdoba, do- lándola de todas las Facultades que debe, tener:, El Presidente de la República - DECRETA Artículo 1.® — Apruébase la resolución del Ihis- Ire Claustro de la Universidad Nacional de Cór- doba, por la cual acuerda los mismos títtdos, preeminencias, dei-eclios, )' deberías de los demás gi-aduador, á los profesores de Matemáticas, Fí- sica, (¿uímica Mineralogía. Botánica, Zoología, y Aslronomía, que l'orman la academia de Cien- cias. Art. 2.® — Bajo la depcndenci;i del Rector de la Universidad, los profesores (bí Ciencias [)rocede- ráu á organizar bievi'inente la Facidtad de Cien- cias Malemálicas y Físicas de la Uuivei-sidad de Córdoba, diciando el Reglauíeulo interno de ésla, y los i>rogramas de sus Iríibajos y enseñanzas anuales, con sujeción á los couijU'omisos conlrai- dos con el Gobierno, y á las asi.2,-naciones de la Ley del Presu¡)ueslo. Tanto el reglamenlo comr» Iss pi-ogramas. sei-áu sonuMidiJS, por medio del Rector, á la ;ip lobacion tlel Gobierno Nacional. Art. 3.^ Póngase á disposición dcd Rector de la Uni\-ersidad tle Córdoba, la suma que aciui'rda el Presupuesto vigente para el lómenlo de los (la- bineles y .Museos de la Academia, á íin de que, bajo !a indica.ciou de los profesores respeclisos, se eucai-gue á Em-opa el material cienlifico que les fuese indispensable, y con cargo de rendir cuenta. — 401 — Art. 4,^ — CoiTiuiiíquese, publíquese y dése íil Registro Nacional. AVELLANEDA. O. Legüizamon. Es copia, Es copia. C. Doncel J. Díaz Rodríguez. Secvetíivin (íeneral. Ministerio de Justicia Culto ¿ Lntrccion Pública de la Repú- blica Argentina. Buenos, Aires, Oi'lnbi-e 5 de 1.87G. B. 524. Al Sr. D' rector de la Academia de- Ciencias Exac- tas de Córdot)a. Coinnnico á V. para los fines consiguientes que, por decrelo de esta feclia se ha nombrado á D. Federico Sclndz, Preparador del Museo Zoológico de esa Facullad. Dios gnarde á V. O. Legüizamon. DE ALGUNAS ÍÍONEDAS DE PLATA, oorrieiitesí eis la SCepúbllca Argt'iitiíia. [De un infonno al Banco Nacional, ijor el ]Jr- D. AnoLFo Uoeiíing I. Cuatro boliviano. (1830) x4iivei'so: Fiííiira y: «Libre por la Conslitiicion.» Reverso: Árbol. 'República Boliviana I. J. 1830 4 rls.:) Peso total de la moneda: 13.3055 grin. Ley: Plata = 66.0177 pg . Oro= 0.0055 pg . II. Cuatro boliviano. (1830) Lo mismo cpie el anterior, pero la fignra del ár- bol más grnesamenle acnflada. Peso total: 13.2585 grm. Ley: Plala=65,y026 p§ • Oro^: 0,0178 pg. III. Cuatro boliviano. (1856) Anverso: «Libre por la constitución. s> Reverso: «Re- pública Boliviana, V. Paz. 1856. 4 S. P.» Peso total: 13,3620 grm. Ley: Platanr=66,4120 pg . Oro= 0,0059 pg . - 403 — IV. Cuatro BOLIVIANO. (1859) Anverso: «Boliv;u-. Ijibre |>oi la Constitución.» Revei'so: Árbol. «República Boliviana. 4 S. 1859. T. J.^ Peso total: 13,9205 grni. Ley: Plata-=:ü6,4072 p§ . V. Un boliviano. (1863) Anverso: Figura. ^ Peso total: 20,1470 grni. Lev: Plala=90.01)70 p§ . Ororr^ 0,0001 p|. VI. Un boliviano. (1865). Melgabejo. Anverso: Figuia. «Al pacificador de Bolivia. F. P.» Reverso: «p]n 1805. Grnlilud del pueblo [lotosino al valor del general Melgarejo, (00 N.: 400 gr)». Peso total: 19,5895 grni. Ley: P]ata=00.2112 pg . Oro^ 0,1007 pg. Vil. Un boliviano. (1870) Anverso: Escudo con 11 estrellas. «República de Bolivia.» Reverso: Corona. «La unión hace la fuerza. E. R. 1870. Un boliviano, 25 grs. 9 ds. tino,» Peso tota 1=24.8685 grani. Ley: PJata=-89,6849 pg. Oro= 0,0029 p§. — 404 — VIII. Peso fuerte chileno. (1868). Anverso: Cóndor. «Por lea razón ó la fuerza. 1868. > Reverso: Escudo. «República de Chile. Un peso.» Peso total =24,8475 grm. Lev: Plata^89.7594 p§. Oro=: 0,1083 p8- IX. Un sol peruano. (1871). Anverso: Figura. «Firme y feliz por la unión. Un sol.» Reverso: Escudo. «República Peruana. Lima. 8 decim. (ino. Y. J. 1871.^ Peso total=24,9585 grmm. Ley: Plata=89,5.529 p Oro= 0,0012 p o o- Córdoba, 1875. Talor de la moneda El llelg^arejo» Núxn. 162. Laboratorio químico DE LA «Academia Nacional de Cien- cias Exactas». Córdoba, Julio 28 de 1876. Al Sr. Ministro de Hacienda, Justicia^ Culto^ efc.^ de la provincia de Córdoba^ D. Saturnino D. Fu- nes. Por el Sr. Catedrático de Mineralogía de esta Academia, Dr. D. Luis Brackebusch, se han en- tregado á este departamento dos piezas del nu- merario conocido bajo el nombre de «Melgarejo», que habia mandado S. S. al gabinete de mine- ralogía solicitando una determinación de su con- tenido y ley. Estando muy ocupado en la ejecución de tra- bajos científicos, me resolví á remitir á S. S. la análisis hecha el año ppdo. de un «Melgarejo» que, entre otras monedas, me mandó el Gerente de la sucursal del Banco Nacional, Sr. 1). Cleto del Campillo, pidiendo una análisis de dichas mo- nedas; y el resultado, en aquella ocasión, fué el encontrarse urgente la i-evision de las monedas circulantes en esta República, revisión que fué, en consecuencia, indicada por el Sr. Presidente del Banco Nacional, Sr. Anchorcna, en su Infor- me anual de 1875. Después, sorprendido por algunas supuestas análisis de «Melgarejos», que no ha mucho se pu- — 406 — blicaron en los diarios de la prensa argentina, y, aun mas, por la resolución del Gobierno de la provincia de Tucunian, fijando el tipo del «Mel- garejo» en CINCO HE ALES BOLIVIANOS, mc he de- cidido á someter nuevamente el «Melgarejo» alu- dido, á una determinación exacta de su conteni- do de plata; y tengo el honor de adjuntar á S. S. los datos siguientes: La nueva determinación ha sido hecha sobre las dos piezas remitidas: I. «Melgarejo» de 1865. Del Banco Nacional. Peso total de la pieza: 19,5895 grm. Ley: plata, 66,2112 pg; Oro— 0,1007, p.§ . II. «Melgarejo» de 1865. Del Departamento de Hacienda. Peso total: 19,7575 grm. Ley: plata, 66,7408 pg. III. «Melgarejo» de 1865. Del Departamento de Hacienda. Peso total: 19, 7580 grm. Ley: plata, 66,4032 pg. Calculado el contenido total de plata de cada una de estas tres piezas, respecto al peso y le}"^ normal del patacón boliviano de 1871 — 10 keales — y del peso boliviano de 1863 (tomando la base supuesta: el primero de 25 gramos; el segundo de 20 gramos; cada uno de la mezcla legal de 9/10, ó sean, 900 milésimos fino), resultan los siguientes valores: I. corresponde á 57^ cent, fts., ó 72 cent. bis. H. t á 58i <* « ó 73 « m. « á 58^ t « ó 725/6 « < ó sea, el valor medio proporcional de 58 centavos bolivianos fuertes, ó 73 centavos bolivianos ordi- narios. Este resultado corresponde al mismo tiempo, perfectainente, á los resultados prácticos que ob- tuvo, hace poco, una casa de comercio en Córdo- ba, después de haber mandado las piezas de «Mel- — 407 — garejo», adquiridas en esta Provincia por el valor de 5 i'ls., ci una casa de acuñación en Europa. De las tres piezas analizadas, la primera tiene bastantes señales de desgastacioii, por causa de la circulación. En la segunda y tercera, estas seña- les son menos visibles, y no se puede afirmar con seguridad si los 3—4 décimos que faltan de su peso legal de 20 gramos con la mezcla A, han sido una falta constante de la moneda, ó han de- saparecido por la desgustacion, como sucede en todas las monedas corrientes. Considerando esta circunstancia, y, ademas, su contenido de oro, á ve- ces demasiado alto, como en casi toda la plata boli- viana, y él que toiavía no se ha tomado en el cálculo (y, sin embargo, tiene su valor completo, cuando se utiliza esta moneda para las ligas con oro), resulta un valor real aun mas alto que las cifras expresadas en centavos, y corresponde, mas ó menos, al valor que actualmente tiene en Boli- via: 6 rls. bis. El descrédito de esta moneda ha resultado principalmente por las circunstancias de su intro- ducción en la esfera del cambio. Si no estoy mal instruido, el General Melgarejo tuvo el dere- cho de introducir en Bolivia estas monedas en lugar de las piezas del verdadero boliviano, ó sea, del valor correspondiente á éste, con el cual el «Melgarejo» tiene un ])eso total igual. Pero, mientras el verdadero boliviano tiene la mezcla A, es decir 900 milésimos, el «Melgarejo» ha te- 10 ■) n .) nido la liga de 2/3, ó sea solamente 6QG milési- mos, cifra que ha sido puesta de relieve sobre una de las caras de la moneda, conservando así el introductor, por este hecho, cierta especie de honradez en este negocio. Pero, como no podía conservar para siempre el valor de un boliviano, como se liabia decretado ya en Bolivia, ella cor- rió la misma suerte que al fin les toca á lodos — 408 — los negocios que no se fundan en un principio justo: el resultado fué, que el descrédito sobrevi- niente tomó proporciones mayores que las que habia merecido; así el curso del «Melgarejo» en las provincias limítrofes de Bolivia, cambió entre el valor de solo 4 ^ — 5 reales- Se dice también que hay muclias ])iezas falsifi- cadas- pero hasta ahora no he jtodido encontrar tales piezas. Adjunto á esta nota la pieza original, bien con- servada, de la cual se ha tomado el material del análisis niim. 3, y pido á S. S. se sirva con- servarla como una pieza normal para la compa- ración con otras falsas que pueden ofrecerse, y como un d »cumento que puede probar á cada instante la exactitud de mis datos analíticos. Ruego, pues, al Sr. Mirdslro, que, en casos como el presente, se sirva mandarla solamente á per- sonas de suficiente reputación en la materia ana- lírica, porque no conviene á los miembros de es- ta Academia, perder su tiempo con el i-echazo de objetos ó resultados ofrecidos frecuentemen- te por la ignorancia, y luego en los ejercicios y ensayos estilíticos de ia misma. Respecto á las demás monedas circulantes en esta Provincia, me permito llamar la atención de S. S. sobre los datos correspondientes, acerca de las monedas de esta República, que publicaré mas tarde en el Boletín de la Academia de Ciencias Exactas, rectificando al mismo tiempo algunos de los datos propagados por varios examinadores químicos, que debieran mas bien hacerse útiles en la esfe- ra de su competencia facultativa, de un carácter diverso, que confundir con sus ensayos superficia- les el orden monetario. Con tal motivo tengo el honor de ofrecer al Sr. Ministro las seguridades de mi aprecio. Dios guarde á S. S. Dr. Adolfo Bóring. — 409 — Ministerio de Justicia Culto é Instrucción Pública dl la Repú- blica Argentina. Buenos Aires, Junio 10 de 1876. B. Núm 355. Al Señor Rector de la Universidad de Córdoba. La Sociedad Científica Argentina ha remitido al Gobierno la Memoria que adjunto, titulada «Hierro Oligisto de la Provincia de San Luis», y presentada á dicha Sociedad por el Profesor D. Miguel Puiggari. De acuerdo con la nota del Sr. Presidente de dicha Sociedad, que también acompaño, encargo á Vd. recomiende al Profesor de Química de la Facultad de Ciencias el estudio del referido mi- neral, remitiendo á este Ministerio el informe res- pectivo, y publicándolo en el Boletín de la Aca- demia- Este Ministerio ha pedido una muestra del mi- neral indicado, para remitirlo á Vd.-, pero, sin embargo, espera que Vd. hará por su parte dili- gencias, á fin de conseguir un ejemplar de dicho mineral. Dios guarde á Vd. O. Leguizamon. Copia. HIERRO OLIGISTO I>e la IProvincia dLe San Luis. El hermoso ejemplar de hierro oHgisto que acompa- ño con la presente nota, para que figure en el Museo de la «Sociedad Científica Argentina», me fué mandado de San Luis para analizar, junto con otros minerales de que omito dar cuenta en este momento; siendo las indicaciones que se referían al primero, las siguientes: «La masa grande de las piedras, que tiene un color mas oscuro, y que es casi puro metal, pertenece á una veta situada á unas tres leguas al Sur de Santa Bárba- ra: está en manto, y toda la roca tiene la misma forma- ción del pedazo que le mando: es una masa inmensa de metal Se podría esplotar con facilidad, pues desde el Morro puede irse por caminos carreteros, y en sus alrededores hay montes, agua y población». El análisis de la muestra á que me refiero, ha dado lugar á las siguientes observaciones. Es de color gris oscuro, de aspecto metálico, de cor- te granngiento, intercalado de puntos blancos que cons- tituyen la ganga del mineral. Ademas, esta ganga se presenta mas voluminosa en ciertos espacios, incrustada de pequeiías masas eolíticas de hematites y de laminitas micáceas. Dá por la pulverización un polvo pardo castaño. Es rayado por el cuarzo, y produce chispas con el eslabón. Ejerce una acción débil sobre la aguja imantada, pe- ro no está dotado de magnetismo polar. Su peso especifico es de 4,936. Su composición sobre 100 partes es la siguiente: Oxido férrico GS.SOLn n j , i • ™ r\ -A^ f^,,^ ^ oo AA 60,9 de hierro. Oxido terroso ^»,00) ' Alumina 4,57 Magnesia 2,20 Oxido mangánico 1.0,27 — 411 — Acido silícioo 3,67 Acido titánico 3,58 Vestigios do azuíre, fós- foro y pérdida 0,28 100,00 Como so deduce del análisis, el mineral en cuestión no es hierro oligisto puro, sino una mezcla de éste con hierro oxid alado ó magnético; pero, predominando el óxido férrico sobro el equivalente necesario para formar este último compuesto, he creido deberlo clacificar como hierro oligisto. El procedimiento analítico que he observado, es el si- guiente: 10 gramos del minci'nl pulverizado fueron tratados por el ácido clorhídrico fumante, en gran esceso. Cuan- do el hierro estuvo disuelto, se evaporo el todo hasta la sequedad en baño maria. El producto humedecido con el ácido clorhídrico, y tratado por el agua, se flltró, de- jando y\n residuo insoluble en el filtro. El liquido filtrado so extendió en el agua hasta formar (.1 volumen do 500. ce. De estos so tomaron 100. ce, en los que fué dosado el hierro, la alumina, el manganeso, y la magnesia, por los métodos comunes. En otros 100. ce Ijusipié el ácido sulfúrico por ol clo- ruro baritico; y en otros 100. ce el ácido fosfórico con el molibdato amónico; poro siendo tan insignificantes lo.s precipitados obtenidos, expreso solo como vestigios la cantidad de azufre y de fósforo existente en el mineral. Con otros 50. ce, que representan un gramo de mine- ral, dosé el hierro existente al estado de protóxido por medio del bi-cromato potásico, deduciendo el resultado de la proporción del peróxido antes o))tenida. Por lo que toca al residuo insoluble en el ácido clor- hídrico fumante, se calcinó y pesó. Disgregóse luego por medio del bi-sulfato potásico en crisol do platino, y so- bre el residuo se dosó la sílice y el ácido titánico di- rectamente, y por diferencia la alúmina. Observaré ahora que 60. 9 p.§ de metal puro, unido á los otros datos que se desprenden del análisis, colocan al mineral que me ocupa entre los mas preciosos para la csplotacion del hierro en alta escala. Debe suponerse, ademas, q.ue la formación sea muy extensa, pues nunca se presenta aislado ó en espacios muy limitados bajo la forma y composición que lo ca- racterizan. Algo mas me afirma en esta suposición la existencia, en Catamarca, de otro mineral do hierro que ha sido ya analizado y dado á conocer por mi colega y amigo. Se- — 412 — fíoi' Kyle (1), quo si bioii es ¡nfci'ior oii calidad al do San Luis, ofrece con él bastante analogía de composición, siendo ademas entrambos minerales titaniferos. Si cons¡d(;ramos, poi' otra parte, las condiciones geoló- gicas que rídacionan á la Sierra di; San Luis con la Provincia de Catainarca, creo qii(3 diclia suposición ad- (juiere el carácter de probabilidad. En efecto, la Sierra de San Luis se continua con la de Ulapc:;, y ést.a con la de Los Liemos ó de San C/iepc, la que es continuación de la Sierra de Vela/co, en la Rioja, que va á terminar en la de Guíumpaja y cruce- ros de las ocbo ó di(V, distriltuciones por cada lado de la Cordillera de los Andes, en la parte media occidental de Catamarca. Por otra parte, de la citada sierra de VQla::;co, en la Rioja, sale una derivación llamada Sierra de la Punta, que se continua con la de Ambato, la que atraviesa la Provincia de Catamarca por el oriente de ella; y éste, según las indicaciones hechas por el Sr. Kyle, debe ser el punto donde existo el mineral do hierro que ha dado á conocci-. Atendida pues la relación geológica que media entre los citados puntos, ¿seria aventurado suponer la existen- cia en ellos de grandes masas de hierro. ¿No puede sos- pecharse, bajo tal hipótesis, que la República Argentina sea una de las mas favorecidas por la naturaleza res- pecto á esa importante materia prima? Las condiciones geognósticas del terreno vienen tam- bién en apoyo do la ideaemitida. Los expresados son todos terrenos de cristalización, y abundan en ellos los minerales ferruginosos, como la pirita de hierro, la pirita cupro-ferrosa, el mispikel, y otros, según he podido comprobarlo con dis- tintas muestras. Y no es do escasa importancia otro dato que me ha sido comunicado por personas competentes y conocedoras de dicho terreno, ó sea quo el trayecto indicado es la región donde crece y se desarrolla el que- bracho y el lapacho, ái'boles que solo se encuentran en terrenos muy ferruginosos. ¿No serán, talvez, esos vegetales los puntos de mira que guien en lo futuro para catear las minas del precio- so metal que deba surtir á las necesidades industriales de la República? Firmado. M. Puiggari. (1) Véanse Anal, de la Soc. Cient. Arg. I. p. Zi. 413 Buenos Aires, Abril 11 de 1876. A. S. E. el Señor Ministro del hiterior, Dr. D. Simón de Iriondo. Cumpliendo una resolución de la Sociedad Científica Ar- gentina, me cabe el placer de llevar al conociminnto de V. E. la Memoi'ia titulada: — «Hierro Oligisto de la Provincia de San Luis,» presentada por el ilustrado profesor D. Mi- guel Puiggari. Después de relacionar sus trabajos con los del Sr. Kyle, el autor de aquella Memoria cree fundada la su- posición de que, en las Provincias de San Luis y Cata- marca, existan grandes masas de hierro de buena cali- dad, que importan para la República una verdadera é inagotable fuente de riqueza. Como el Honorable Congreso de la Nación se ha ocupado especialmente de esta cuestión, decretando pre- mios para los desculjridores de hierro en el territorio argentino, esta Sociedad considera que el Gobierno Na- cional se impondrá con interés de las valiosas observa- ciones del profesor Puiggari. Con los elementos con que V. E. cuenta en el Inte- rior, y con el cuerpo de profesores de los Colegios Na- cionales, cree esta Sociedad que podria llevarse á cabo fácilmente una investigación para constatar la existencia de las grandes masas de hierro, de que habla la Memo- ria adjunta. Resuelta una cuestión de tanta importancia, vendría- mos quizás á saber que la República Argentina es uno de los países mas favorecidos por la naturaleza respecto á aquella importante materia prima. Por estas consideraciones so ha creído conveniente poner en conocimiento de V. E. la Memoria sobre el hier- ro de San Luis. Dejando asi cumplida una resolución de la Sociedad que tengo el honor de presidir, saludo á V. E. con la mayor consideración. Guillermo White. L P. Estanif^lao C. Zehallos. 3ecre tarjo. — 414 Departamknto de Inge- nieros Civiles, Repú- blica Argentina. Buenos Aires, Mayo 5 de 1876. Acúsese i'ecibo, y pase al Departamento de Ingenieros á sus efectos. Iriondo. Núm. 124, Buenos Aires, Mayo 23 de 1877. A S. E. el Señor Ministro del Interior, Dr^ D. Si/non de Iriondo. Núm. 469 D. Careciendo este Departamento de los medios indispen- sables para las investigaciones y estudios necesarios que hay que practicar para poder determinar si la suposición del Profesor D. Miguel Puiggari es exacta; y creyendo que se debe dar una preferente atención á la indicación que hace en la Memoria que acompaña, opino seria con- veniente que V. E. ordenase se practiquen los estudios indispensables por el Cuerpo de Profesores de la Aca- demia de Ciencias Exactas de Córdoba, para constatar si realmente existen grandes masas de hierro en la par- te que se indica. Dios guarde á V. E. El Director General. Guillermo White. Justo R. Dillin. Secretario. Buenos Aires, Mayo 2G de 1878. Pase al Ministerio de Instrucción Pública para que se sil-va ordenar los estudios que aconseja el Departamen to de Ingenieros. Iriondo. — 415 — Ministerio de Instrucción Pública. Buenos Aires, Junio 10 de 1876. Remítase con la nota acordada al Rector de la Uni- versidad de Córdoba, pidiéndose al Ministerio del Inte- rior una muestra del mineral á que se refiere la Me- moria del quimico Señor Puiggari. Leguizamon. Academia Nacional DE Ciencias Exac- tas. Laboratorio químico. Córdoba, Julio 10 de 1876. A S. E. el Sr. Ministro del Interior, Br. D. Simón de Iriondo. Tengo el honor de elevar á manos de V. E. el informe sobre los minerales de hierro de la Sierra de S. Luis, que se me ha pedido por el Sr. Rec- tor de esta Universidad, en cumplimiento de una orden del Superior Gobierno Nacional. No habiéndoseme remitido una muestra del mi- neral á que se reiiere el informe del Sr. Puiggari, dejo de entrar aquí en la crítica de algunos er- rores que se hallan en la parte general y anah'íi- ca del informe aludido. Como se puede ver por el análisis del Sr. Puiggari, el mineral en cuestión es una especie de hierro magnético (parcialmente cambiado)^ 3% según las comunicaciones del señor Catedrático de Mineralogía, Dr. D. L. Brackebusch, que en su último viaje ha visitado los alrededores de Santa Bárbara, y todos los demás distritos me- talíferos de la Sierra de S. Luis, se encuentran con frecuencia tales minerales de hierro, en ma- — 416 — sas pequeñas y esparcidas en las rocas metamór- ficas de aquella sierra, lo misino que en los de las sierras de Córdoba, Catainarea etc. A mas de muestras de hierro magnético, hierro espático, etc., el Dr. Brackebusch ha traido, para las colecciones del museo mineralógico, lambien unas de verdadero hierro oligista, cristalizado, y bastante puro. El encontró pequeños mares de éste en el Vallesito^ cerca de S. Francisco. El análisis de este mineral me dio la siguiente composición: Sequióxido de hierro=88,09 pg. ; y, por consiguiente, la producción de hierro en l)ruto en la República Argentina, en la cual los costos para trabajos ordinarios son muy caros, no dará un pro- vecho financiero, ni jiara el empresario privado, ni menos para uiui asociación con subvención nacional. Al principio de la discusión sobre la cuestión pre- sento de \a producción de hierro en la República, so empeñaron algunos diaristas en hacer indicaciones res- pecto á los admiraljles resultados que, en el vuelo progre- sivo y su reacción favorable á la prosperidad nacional, predominaron en algunos Estados de Europa, principal- mente en Inglaterra, á consecuencia del desarrollo de la industria de iiierro; añadiendo á esta consideración la su- posición de que, con el descubrimiento de minas de hier- ro en la República, podrían esperarse reformas análogas en la esfera de la producción superior industrial del país; y estas indicaciones promovieron por parte del H. Con- greso de la Nación, la iniciativa de destinar un premio para el descubrimiento de minas esplotables de hierro en el territorio de la República. Quiera V. E. permitirme hacer al respecto algunas observaciones sobre la industria de hierro en general, y las circunstancias que se requieren para la realización de su movimiento y progreso — observaciones de un estudio penoso sobre las circunstancias que acompañan una pro- ducción de hierro en Europa y en esta República. La producción del hierro como uno de los elementos mas importantes para el crecimiento de la industria supe- i'jor, como para la satisfacción do todas las necesidades de la vida, se diferencia notablemente, respecto á sus re- sultados financieros, de la producción de metales mas pre- ciosos, que por su escasez relativa representan un valor mas grande en la esfera del cambio, ó sea, de la mone- da. Mientras que el valor de estos últimos, como he in- dicado, ya está representado, principalmente en sus mine- rales respectivos; sucede lo contrario respecto del hierro metálico: no está representado por el del mineral crudo, sino por el lujo de gastos en su fundición y en su mani- pulación industrial para los fines útiles. — 4Í9 — Eli la Prusia, por ejemplo, en 1870, se produjo con 58,405,492 quintales de mineral de hierro (cuya cantidad con los gastos de su esplotacion v transporte en aquel pais representa un valer de 6,114,733 $t')— la cantidad de 23,874,263 quintales de hierro en bruto, con un valor bruto de 26,654,417 $f — La proporción entre el valor crudo del mineral, en comparaciou de los gastos, distribuidos sobre la fundición y producción del metal, es, por consiguiente, mas ó me- nos, en la proporción como de 1: 3. — Ahora, los precios para los trabajos erudos en esta República, según mi cal- culo, son 2 1/2 3 veces mas altos, que los de Europa, mientras que el precio del hierro importado en el comei-- cio de este pais, comparativamente á su precio en Europa, ofrece la projiorcion como de 2: 1. Minerales de hierro se encuentran en casi todas las formaciones de la superficie del globo, y, por consiguiente, en casi todos los países del mundo, y asi, solamente por su abundancia en la naturaleza, el hiei'ro puede tener una importancia como metal ó material principal para los ob- jetos necesarios á nuestra vida. El descubrimiento de mi- nas de hierro, por sí solo, no es, por consiguiente, de una importancia tan seria, pues el valor de ellas depende pu- ramente de las circunstancias del pais, en que dicho mi- neral se encuentra respecto á la probabilidad de su em- pleo para la fundición. En la historia de las evoluciones del género humano, apareció mucho mas tarde el arte de fundir los metales de hierro, que el muchos otros metales importantes; pero es- ta aparición solo ha sido el resultado de la circunstancia, de (|ue la fundición del hierro es mas difícil, y ademas implica taml)ien un mayor costo de trabajos y de materia- les combustibles, por motivo de las propiedades químicas do las combinaciones del hierro, mas resistentes para el procedimiento de la reducción, y de la fusibilidad del hierro crudo, el que exije una temperatura mas alta para su fundición. El vuelo de la industria de hierro en Inglaterra, y su reacción tan favorable á la jorosperidad de aquella nación, fué el producto de diferentes circunstancias extraordina- riamente favorables, que se encontraban en ese pais, co- mo casi en ningún otro por las fuentes inagotables de sus riquezas naturales. Era, ciertamente, en parle, la riqueza del pías en material crudo, ó sea, minerales de hierro; pero esta ocurrencia fué acompañada de una riqueza análo- ga de carbón de piedra, motor indispensable para el mo- vimiento de la industria su])erior, y, ademas de este, ya existia su población muy numerosa y rica de trabajadores, posibilitando la ejecución de trabajos crudos en las con- diciones y fuerzas humanas mas acomodadas, — 420 — Empero, siendo ahora la población de esta República muy pequoila en proporción de su gran territorio, se dis- tribuye la suma de sus graiidos fuentes naturales sobre un número muy pequeño du brazos — circunstancia que permi- te á cada uno de los que componen las clases trabajadoras mayor facilidad, variedad y aljundancia en la adquisición de lo necesario para su vida, impidiciudo por desgracia que se formo una clase de trabajadores espofialistas, los que, esco- jiendo como tarea constante de su vida algún ramo especial, como p. ej., la fabricación de hierro, adquieren en él aquella habilidad necesaria, sin cuya presencia falta el fundamento para un resultado provechoso en el mismo ramo de la indus- tria.— No es decir mucho, explicar: que el trabajador, en los países poblados de Europa, ti-aboja, porque para la manu- tención de su individualidad y familia, debe traba- jar; mientras que el trabajador eu el interior de esta Re- pública no trabaja, sino para hacer mas cómoda y lujosa su vida. En consecuencia, el valor que representa el in- dividuo trabajador con su fuerza física en este país, es mu- cho mas alto, y el precio para trabajos crudos, de esta clase, con los inconvenientes que siempre se acompañan, se puede calcular con seguridad, 2 1/2 3 veces mas alto que en los países del Viejo Mundo, y demasiado alto para poder producir resultados satisfactorios en los ramos de la industria superior del trabajo; y solamente, cuando se encuentran para uno y otro ramo circunstancias ex- traordinariamente favorables en este país, hay que esperar con seguridad un efecto, que pudiese alcanzar ó sobrepa- sar, respecto á sus producciones, la. perfección y baratura de aquellos objetos importados, hechos por la industria del Viejo Mundo mediante los brazos mas hábiles y baratos de la fuerza física del hombre. No se puede dudar, que el fomento de una inmigración aumentada de trabajadores del norte de Europa, y el pro- cedimiento de una suba de los precios para los trabajado- res, que actualmente mas rápido que antes ejecuta en los estados de Europa, producirán en algún tiempo una rela- ción mas compensada entre los precios para trabajos ordi- narios, y permitirá entonces una pesrpectiva mas garantida y provechosa á los empresarios de establecimientos análo- gos Pero hasta esta época, y hasta que no se descubran capas esplotables de carbón de piedra, se fundarán los medios para aumentar el poder financiero natural de esta República, ó sea para producir una rica equivalencia de producciones indígenas como recompensación ó objeto del cambio para las necesidades de la importación, menos en la protección financiera nacional de empresas problemáti- cas de una industria artificialmente provocada, sino mas 421 — bien en la protección y elaboración del progreso de aque- llos ramos de la actividad humana, las cuales para los paí- ses del Plata siempre serán las verdaderas fiu^ntes supe- riores de la riipuiza nacional, — sea entonces la Agricultura y también la metalurgia de aquellos metales monetarios, que como objetos del cambio representan un valor mas alto, se extraen con mayor facilidad y menor lujo de gas- tos, y se encuentran todavia casi sin haber sido atasado, con riqueza en nuestras Sierras. Si entonces, Sr. Ministro, en consideración de las cir- cunstancias designadas, y en cuanto me permita V. E., ])ronunciarme como perito en esta cuestión, mi opinión y mis convicciones, no podria recomendar al Superior Gobierno el espendimiento de un premio nacional para descubrido- res de minas de hierro, porque esto premio se ha sancio- nado por el Congreso Nacional solamente en la suposición y esperanza errónea, de que las mismas ofrecerían actual- mente una ventaja grave para los progresos de la Repú- blica. Empero, nos parecía como un acto de justicia una recompensa á los primeros descubridores, de los gastos y empeños ya hecho, las cuales, aunque no fueran de las importancia espresada, han dado al menos una vez mas la convicción á la Nación, que no faltarán en sus territorios es- tas riquezas naturales, luego cuando las proporciones en su población habrán conducido la época, para poder prin- cipiar con su extracción. Bajo este punto de vista se recomendaría una esplora- cion del terreno, para convencer de si la concurrencia de estos minerales es de una extensión satisfactoria y de si los gastos de su esplotacion no transpasen el valor de mi- nerales análogos, importados del estrangero. Según los precios actuales en Europa correspondía el valor de minerales de la misma clase y ley importados del estrangero y con inclusión de los costos de su transporte en un puerto de la República: a) Un mineral de la clase y ley de el de Salta — §f. 7.20 centavos por tonelada (88 arrobas). b) Un mineral id id id. Catamarca — $f. 11.60 centavos por tonelada. Creyéndome culpable, por haberme declarado sincera- mente según mis convicciones, aunque con fieles deseos por los progresos y los intereses de la Nación Argentina, tengo el honor de reiterar á V. E. los sentimientos de mi profundo respeto y consideración distinguida. Dios guai'de á V. E. Dr. Adolfo Dar.' — 422 — Debo hacer presente, Sr. Ministro, que las cir- cunstancias á que se refiere este informe, desde aquel tiempo poco han cambiado. Puede ser muy bien que en algunos distritos interiores de la República, separados de las vias de fácil li-ansporte y mas ricos en montes y leña, una empresa de fundición de hierro crudo, aco- modada en su extensión al consumo ó á las ne- cesidades locales, pueda ofrecer algún provecho para el empresario, por cuanto con su transporte prolongado en la misma proporción se aumenta el valor ó precio del hierro importado. Tales empresas pueden ser de alguna importan- cia local ó particular; pero sin la preexistencia del primer resorte de la industria, el carbón de |)ie- dra, mmca pueden llegar al desarrollo ó á aquella extensión importante, de ocupar los intereses ge- nerales de la Nación, ó de motivar el empleo de sumas considerables del erario nacional para la instalación de empresas problemáticas, con bases dudosas de existencia vital ó provechosa. Sírvase V. E. aceptar el sentimiento de mi alto respeto y consideración. Dios guarde á V. E. Br. Adolfo Boering. índice DEL CONTENIDO DE ESTE II.' TOMO. Documentos oficiales y historia del Instituto. Dr. M. Lucero — Informe anual de la Universi- dad Mayor de San Carlos p. I-XXII Decretos— Etc p. XXIII,-XXIV, 393—401 Parte científica. Dr. L. Brackebusch — Vetas de hierro magné- tico en la Sierra de Córdoba, que contiene el mineral llamado nMartita» p. 1 J. Hieronymus — Sobre las Solanáceas, Lycium argentinum nov. spec, Lycium cestroides Scnl., y una planta liibrida formada por ellas, con lámina I p. 33 Dr. H. Weyenbergh — Sobre el sistema dental de los Loricarios p' 47 Dr. H. Weyenbergh — Remarques sur un mons- tre hydrocéphalique extrait mort d'une vache. p. 57 Dr. a. Doring — Los constituyentes inorgánicos de algunos árboles y arbustos argentinos, y observaciones sobre los métodos mas reco- mendables para la análisis de las cenizas ve- getales p. 65 Dr. P. G. Lorentz — Informe científico sobre el resultado de los viajes y excursiones botáni- cas, hechas desde el mes de Noviembre de 1870 hasta el mismo mes de 1872 p. 92 Dr. L. Brackebusch — Informe sobre el viaje geológico, hecho en el verano del año 1875, por las Sierras de Córdoba y San Luis p. 167 Dr. H. "Weyenbergh — Informe sobre una ex- cursión zoológica á Santa Fé, practicada en 1876 p. 217 Dr. H. Weyenbernh — Noticias biológicas y ana- tómicas sobre el Yacaré ó Alligator sclerops L. (anexo al precedente informe), con lámina II p. 244 — 425 — Dr. T. Thorell — Sobre algunos arácnidos de la República Argentina p. 255 Dr. H. Weyenbkrgh — Informe sobre una excur- sión zoológica en la Sierra de Córdoba ejecu- tada en Marzo de 1876 p. 273 Dr. H. Weyenbergh — Caso letal por la morde- dura de una araña de la especie llamada Se- gestria pérfida Walk p. 289 Dr. a. Doring — Apuntes sobre la fauna de Mo- luscos de la República Argentina (III) p. 300 Dr. a. Doring — Suplemento II. de la lista de moluscos terrestres y fluviales en el territorio del Rio de la Plata y de la República Ar- gentina p. 339 S. EcHEGARAY — Dcterminacion de plantas San- juaninas p. 341 Dr. H. Weyenbergh — Description détaillée d'une nouvelle espéce de la famille des Distomides, Distotna pulcherrimuní p. 354 Dr. H. Weyenbergh — Dolichotis ccntralis Wey- enb., una nueva especie de Subungulata de Sud América p. 362 Dr. H. Weyenbergh — Ni Mimallo Curtisca Wey- enb., ni Eiiciea diagonalis H. S., mais bien Mimallo dcspecta Walk p. 373 P. A. CoNiL — Une nouvelle espéce de Gamase.. p. 381 P. C. T. Snellen — Description de deux iionvel- les espéces de Lepidópteros Hétorocéres ap- partenant á la famille des Lithosides p. 391 Dr. a. Doring — Análisis químico de algunas mo- nedas de plata, corrientes en la República Argentina p. 402 Dr. a. Doring— Valor de la moneda el «Melga- rejo» p. 405 Dr. a. Doring — Informes sobre el hierro oligis- to de la provincia de San Luis (con anexos), p. 409 Dr. a. Doring — Anexo al Tomo II de este «Bo- letín». Noticias críticas p. AVISO Las circunstancias bajo las cuales ha sido pu- blicado este segundo Tomo, y el largo tiempo tras- currido desde su principio de publicación, esplica- rán los errores tipográficos que se encuentran. Los errores gramaticales ó de estilo quedan á la responsabilidad del Sr. Secretario ü. Tobías Gar- zón, y en cnanto á la irregularidad de letra, de compaginación y de forma, se esplican fácilmente á las personas que conocen las circunstancias arriba aludidas. ?«s'wr: