LES Boletin de la Sociedad de Biologia de Concepción (Chile) Filial de la Société de Biologie de Paris Publicación auspiciada por la Universidad de Concepción DIRECTORIO: Prof. Carlos Ollver Schnelder Prof. Dr. Ottmar Wilhelm Prof. Dr. Enrique Solervicens Prof. Ernesto Mahuzler Prof. Dr, Carlos Henckel Dr. Francisco Behn. ) Redactor del Boletín: Prof. Dr. Ernesto Herzog Tomo XX1i Año 1946 EDITADO EN DICIEMBRE DE 1946 SUMARIO Pág. Fernández, R.— “Contribución al estudio anátomo-patológico de la duodenitis y de -la úlcera-duodenal”.......... 3 Enríquez, J.—“El significado de los corpúsculos acidófilos en la enfermedad de Nicolás-Favre (Estudio anáto- , mo-patológico”) ..... A y AA CA O A AN 104 Gunckel, H.—“Algunas anotaciones sobre Oreobolus obtus- AREULOS | CAU e aa at a elsa De Ue ida a de aa 35 Wilhelm, 0.—“Factores carenciales en la patogenia de la anemia ancylostomasica”.....ocoooommrorcorrr... 39 Sandoval, L. y Domínguez, M.—“El factor Rh, el factor Hr y sus e A A A O 53 Oliver, C.—“Catálogo de los mamíferos de la provincia de A A 67 lA ] Bol. Soc. Biol. Concepción (Chile) BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGIA DE CONCEPCION FILIAL DE LA SOCIETE DE BIOLOGIE DE PARIS PUBLICACION AUSPICIADA POR LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCION TOMO XXI 1946 CONCEPCION MAR 1/3 1947 AS Iitografía Concepción, S. A 1 UM 2 ll "DEL INSTITUTO DE ANATOMIA PATOLOGICA de la Universidad de Concepción (Chile) Director: Prof. Dr. E. Herzog Contribución al estudio anátomo-patológico de la duodenitis y de la úlcera duodenal (Con 7 figuras) por Rodrigo Fernández (Recibido por la Redacción el 1-IV-46) Las alteraciones inflamatorias del duodeno y la úlcera duo- «denal tienen, hoy día, cada vez más importancia por el perfec- cionamiento de los métodos de diagnóstico y de tratamiento. Llama la atención, que con bastante frecuencia se hace el diag- nóstico de úlcera duodenal o duodenitis, a base de cierta sinto- matología clínica y radiológica; a pesar de esto, en la literatura mundial no existen investigaciones anátomo-patológicas exactas sobre el concepto de la duodenitis, en comparación con la gastri- tis, aunque existen numerosas observaciones sobre la úlcera duo- denal. Acerca de este último problema orienta en forma amplia, la gran monografía de HAUSER. Nos pareció, en primer lugar, de gran interés estudiar en un vasto material de autopsias no elegido y en analogía a un “trabajo sistemático sobre la gastritis, de BURDACH de nuestro Instituto, la participación del duodeno en procesos inflamatorios y su frecuencia. . No ha sido el objeto de nuestro trabajo, estudiar la génesis de la úlcera duodenal y sus distintos aspectos y localización en gran parte ya conocidos. Tampoco ha sido posible entrar ma- yormente en detalles clínicos y radiológicos por factores ajenos a nuestra voluntad. En los muy minuciosos trabajos de ORATOR y PUHL sobre la úlcera gástrica y duodenal, se aprovecharon exclusivamente estómagos y duodenos resecados, lo que da, sin duda, la ventaja «le tener material fresco, muy apropiado para los estudios histo- lógicos. Desgraciadamente es un material muy unilateral, ya francamente patológico que no puede dar ninguna pista sobre los comienzos, en especial en lo que se refiere a la muy discutida. gastritis y duodenitis. HAMPERL en un trabajo posterior, ha llamado la atención sobre la importancia de estudiar también material de autopsia, considerando los prccesos autolíticos no siempre tan perjudicia- les, por lo menos dentro de las primeras horas después de la nuerte, para no obtener buenos cuadros histológicos. Desgraciadamente los tres autores mencionados dan sola- mente pocos datos sobre el aspecto de la mucosa duodenal nor- mal e inflamada. Han descrito en la úlcera duodenal y sus cerca- nías, aprovechando la reacción de oxidasa, un mayor número de leucocitos polinucleares, especialmente numerosos en las vellosi- dades y muy poco frecuentes entre las glándulas de Brunner. En las úlceras crónicas se encuentran de preferencia muchas plasmacélulas en el estroma de las vellosidades (PUHL). El úni- co que menciona el aspecto de la mucosa duodenal normal en un easo de una niña de 10 años con diabetes, es HAMPERL, dicien- do que siempre se encuentran en el estroma, vellosidades y entre las criptas numerosos leucocitos eosinófilos y neutrófilos, pero que entre las glándulas de Brunner casi nunca se ven neutrófilos. Sobre alteraciones de las glándulas de Brunner, en varia- dos procesos no relacionados íntimamente con duodenitis y úlce- ra duodenal, encontramos mención sólo en aislados trabajos. norteamericanos. : Para llenar este vacío, nos hemos propuesto hacer un estu- dio sistemático en material de autopsia, dando preferencia a ma- terial bien conservado, examinando la mucosa duodenal en su primera, segunda y tercera porción. - Ha sido nuestro deseo buscar ya en los primeros comienzos de una duodenitis, su localización y extensión exacta y sus rela- ciones con la úlcera duodenal; desgraciadamente no nos ha sido posible examinar a la vez la mucosa gástrica para ver si existen relaciones directas entre duodenitis y gastritis. MATERIAL Y TECNICA Nuestro material se compone en total de 70 duodenos no ele- gidos, correspondiendo éstos exclusivamente al obtenido de las autopsias. En general hemos aprovechado el material más fres- co, llegando en algunas ocasiones a inyectar el duodeno con for- malina al 10% pocos minutos después de la muerte. Con este fin hacíamos una pequeña incisión supraumbilical y previa liga- dura en ambos extremos del duodeno, procedíamos a inyectar el líquido en su lumen; de esta manera conservamos el material en óptimas condiciones hasta el momento de la autopsia. Los casos que presentaban discreta autolisis no perjudica- ron nuestros fines, pues el tejido intersticial que era nuestro objetivo principal, no sufrió mayores alteraciones. El material comprende individuos de diferentes edades, des- de niños recién nacidos hasta sujetos de más de 70 años de edad, clasificándolo según esto en tres grupos: el primero que com- 4 prende niños de algunos días hasta 15 años de edad (13 casos), el segundo de los 15 a los 30 años (20 casos) y el tercero todos aquellos sobre 30 años (37 casos). Los duodenos abiertos según la línea que continúa la curva- dura mayor del estómago y una vez examinado su contenido y aspecto macroscópico de la mucosa, se fijaban inmediatamente en formalina al 10%, tomando luego para su examen histológi- co trozos de la mucosa de tres porciones diferentes: primera porción a 3 cms. del píloro, segunda porción cerca de la ampolla de Vater y tercera porción en la región vecina al ángulo de Treitz. Cortes.—Fueron todos hechos con el micrótomo a congela- ción, variando su grosor entre 10 y 15 micrones; algunos casos los incluímos en gelatina para obtener una vista topográfica más fiel de toda la mucosa (fig. 1). Tinciones.—Hemos empleado tres tipos: la Hematoxilina- Eosina, Sudan III y en aleunos casos la oxidasa de Schultze- Graeff para evidenciar con esta última, en mejor forma, los leucocitos polinucleares. En cada caso particular hemos seguido el mismo método para la determinación cuantitativa de plasmacélulas y eosinófilos en el estroma de la mucosa duodenal, haciendo recuentos de 10 campos con ocular 4 y objetivo 5 Seibert, tanto en la mitad superficial como en el tercio basal situado inmediatamente por encima de la muscular de la mucosa, obteniendo luego los térmi- nos medios. En lo que se refiere a la expresión cuantitativa de los leuco- citos, hemos empleado los términos de escaso, mediano, nume- roso y muy intenso contenido leucocitario, señalando además su distribución topográfica. De los linfocitos hemos dejado constancia del número de folículos existentes, indicando además el mayor o menor grado de infiltración linfocitaria en las diferentes porciones. También revisamos sistemáticamente las glándulas de Brunner y el contenido lipoídico de los epitelios de la mucosa y glándulas. INVESTIGACIONES PROPIAS El orden que seguiremos en la exposición de nuestras obser- vaciones será el siguiente: nos referiremos en primer lugar a los leucocitos neutrófilos para seguir con los eosinófilos, plas- macélulas, linfocitos, alteraciones glandulares e infiltración con lipoides sudanófilos. Además observamos muy especialmente el aspecto macroscópico de la mucosa duodenal y todo el órgano en conjunto para estudiar las llamadas “periduodenitis”. Leucocitos neutrófilos. —Por medio de la tinción corriente de Hematoxilina-Eosina, pudimos orientarnos en la cantidad y comportamiento de los leucocitos neutrófilos en la mucosa duo- denal, pero con el fin de evidenciarlos mejor, sobre todo en aque- 5 llos casos en que existía un aumento apreciable de ellos, emplea-- mos la tinción de oxidasa de Schultze-Graeff; esto lo hicimos. en un número determinado de casos (21) perteneciendo a las más variadas edades. Para nuestra clasificación empleamos los términos de esca-- so, mediano, numeroso y muy intenso contenido leucocitario,. siguiendo en esta forma la idea de BURDACH empleada para el mismo objeto en el estómago. Con escaso contenido leucocitario tenemos 4 casos, la repar-- tición en todos ellos es difusa menos en uno donde vemos ma-- yor predilección por el tercio medio, la presencia de leucocitos entre las glándulas de Brunner es poco manifiesta. Con mediana infiltración contamos 12 casos, distribuyén- dose los leucocitos en 5 entre la superficie y el tercio medio,. otros 3 lo hacen en el tercio basal (fig. 2) y el resto se distri- buye en forma difusa (fig. 3). Con numeroso y muy intenso contenido leucocitario tene- mos 6 duodenos, en todos la distribución es difusa y generali- zada a las distintas porciones; 8 de estos casos corresponden a úlceras agudas de la primera porción (fig. 4). En otro de los. casos ya mencionados podemos ver que el aumento es bastante marcado en las proximidades de la úlcera (fig. 5), lo que hemos comprobado en todas las úlceras agudas examinadas. En los casos en que encontramos aumento de los leucocitos. sin considerar las úlceras, no pudimos hallar una relación franca con la enfermedad principal, ni sabemos si correspondieron a. una posible leucocitosis digestiva. Leucocitos eosinófilos.—Los pudimos evidenciar fácilmente: con la tinción corriente de Hematoxilina-Eosina, haciendo el recuento de ellos según las normas establecidas anteriormente y agrupándolos en relación con las edades correspondientes. En 12 duodenos pertenecientes al primer grupo, tenemos 9 casos con cifras de 0,1 - 0,8 eosinófilos término medio por cam- po, encontrando 2 casos en que estas cifras suben hasta 2,2 por campo, siendo evidente en uno de ellos sólo en la tercera porción. Como regla general que vale para todos los casos, se encuen- tran en mayor cantidad en el tercio basal de la mucosa y entre las criptas epiteliales. En los duodenos que corresponden al segundo grupo encon-- tramos en 20 casos valores que oscilan entre 0,1-2 por campo; además encontramos en uno de ellos una cifra de 6,6 por campo,. tratándose en este último de un caso médico-legal, con mucosa perfectamente normal y conservada. En el último grupo, las cifras varían en 25 casos entre 0,1- 0,5 término medio por campo, en 3 de “ellos la infiltración. es manifiesta sólo en una de las tres porciones. En 5 duodenos. vemos cifras un poco más altas, de 0,6-4,2 por campo y en 2 casos no encontramos eosinófilos. En general, podemos decir, que se distribuyen en forma equitativa en las tres porciones. Plasmacélulas.—Estos elementos los encontramos en todos. los casos observados, no experimentando grandes variaciones em cuanto a su número en relación con la edad. 6 En 7 duodenos que corresponden a casos cuya edad fluctúa entre tres días y seis años, vemos un componente de plasmacélu- las que varía entre 0,8 y 4,4; en 2 de ellos el número de plasma- células es mayor en la primera porción y en los 5 restantes en la tercera. Podemos agregar a este grupo un caso que alcanza a 10 plasmacélulas término medio por campo, se trata aquí de un niño de seis años de edad, cuya causa de muerte fué una glomérulonefritis aguda; no podemos en este caso explicar dicho aumento. En otros 5 casos cuya edad oscila entre Y meses y 14 años, comprobamos cifras de 2,4 - 8 por campo. En el segundo grupo tenemos 12 casos con un promedio de 0,7-5 plasmacélulas, en 6 el grado de infiltración es más evi- dente en la segunda porción, el resto (6 casos) se reparte entre la primera y segunda porción. En otros 8 casos encontramos sobre 5 plasmacélulas, en uno de ellos con antecedente de alcoho- lismo alcanza hasta 20 plasmacélulas, considerándolo, por eso, como una duodenitis crónica (fig. 6). En 4 el grado de infiltra- ción es mayor en la primera porción, 2 lo presentan en la segun- da y el resto en la tercera porción. . El tercero y último grupo tiene las siguientes característi- cas y modo de agrupación: 10 duodenos con un grado de infil- tración que oscila entre 7 y 9 plasmacélulas por campo, 17 casos con menos de 7 plasmacélulas, y, por último, en este mismo gru- po hay casos cuyas cifras se salen del promedio que hasta aquí hemos visto, alcanzando en uno de ellos hasta 23,7 plasmacélulas. Los otros 3 fluctúan entre 12 y 20, dos de ellos presentan un infiltrado linfocitario difuso, no observamos alteraciones glan- dulares ni del epitelio. En uno de estos casos había como ante- cedente de importancia un extenso cáncer gástrico y el otro era portador de una amebiasis. AL » Linfocitos.—Estos constituyen los elementos más constan- tes y se encuentran en gran número, lo que es conocido para todo el intestino. Se presentan también en forma de nódulos linfáticos fran- cos, con su centro germinativo y localizados en la submucosa, alcanzando éstos diversos tamaños y formas, desde pequeños y ovoídeos hasta grandes que ocupan a veces todo el espesor de la mucosa; en otras ocasiones sólo se trata de acúmulos de linfo- citos y en la mayoría de los casos sólo de infiltración linfocitaria, lo que casi siempre es constante para todos los.casos a nivel del tercio basal de la mucosa. Siguiendo con nuestra clasificación según las edades, tene- mos que el primer grupo presenta 6 casos con acúmulos y nódu- los linfáticos en número de 1-4 por campo, no habiendo predi- lección para una u otra porción. Los 7 restantes presentan una infiltración linfocitaria difusa, de predominio basal. En el segundo grupo, que comprende 19 casos, el número de folículos es de 1-3, en 6 de ellos existe predilección por la primera porción; hay un predominio por la segunda en 5 casos y en 2 por la tercera porción (fig. 7). El resto se encuentra infiltrado en forma difusa. ERA - A ez . p T En el tercero y último grupo tenemos 4 casos con un núme- ro de folículos que fluctúa de 2-4, lo que vale para todas las porciones; en otros 4 hay ausencia de folículos, pero se ve un infiltrado difuso basal. El resto (23 casos) tiene menos de tres folículos por porción. Alteraciones de las glándulas de Brunner.—En su estudio estuvimos facilitados por la buena conservación de estas glán- dulas, pudiendo en esta forma examinarlas con detención en to- dos los casos. Podemos decir que en ninguno hemos visto alte- raciones de dichas glándulas, en lo que estamos de acuerdo con ROBERTSON, que demostró en un extenso material la poca fre- cuencia con que reaccionan estas glándulas en el sentido de presentar alteraciones ya sea de naturaleza inflamatoria o de otra índole. Lipoides.—Para su evidencia recurrimos a la tinción electi- va de la grasa con Sudan ITI. La infiltración con lipoides sudanófilos es, en general, pobre en nuestro material; lo encontramos en forma de pequeñas goti- tas en el estroma entre las vellosidades, no existiendo predilección por ninguna porción en especial. No encontramos aumento en relación con determinadas enfermedades. Aspecto macroscópico de la mucosa.—Á pesar de revisar macroscópicamente cada duodeno con el fin de encontrar atrofia de la mucosa, hiperplasia, edema o alteraciones de otra índole como se sabe del estómago, tenemos que afirmar que en ningún caso vimos estas alteraciones, sorprendiéndonos la integridad de la mucosa en los más variados estados patológicos. Considerando ahora la frecuencia con que se diagnostica la úlcera duodenal, nos preocupamos de buscar cicatrices en la mu- cosa, con la consiguiente sorpresa para nosotros de no encon- trarlas en ninguno de los casos examinados. La llamada periduodenitis adhesiva no la pudimos compro- bar como entidad aislada. Es cierto que podría existir en deter- minados procesos inflamatorios del abdomen superior como, por ejemplo, fistulización de la vesícula al duodeno, pero como esta clase de afecciones es sumamente rara, no nos fué posible observar nada al respecto. CONCLUSIONES Y CRITICA Nuestras investigaciones han sido realizadas en un mate- rial de 70 autopsias no elegidas con el objeto de determinar los primeros grados de inflamación y siguientes, hasta las fases crónicas, dando importancia en forma especial al contenido en leucocitos polinucleares, plasmacélulas y linfocitos en el estro- ma de la mucosa duodenal. Con el propósito de investigar el límite entre lo normal y lo patológico, basados en la presencia de estas células, hemos recu- rrido a un material de lo más variado, siendo, sin duda, el más apropiado para nuestros fines el que nos proporcionó la autop- 8 sia, del cual hemos elegido casos pertenecientes a diversas eda- des y cuyas causas de muerte fueron también muy diversas, evitando en esta forma la unilateralidad de lo que podría ser un material de biopsia proporcionado por la cirugía, donde se trata, sin duda, de casos con manifiestas alteraciones patológicas, aun- que en nuestro caso éste también habría sido escaso, ya que el duodeno en casos de úlcera, no se extirpa, sino que, como es ya de todos sabido, sólo se hace la exclusión por medio de una gas- troenteroanastomosis. Para tener una visión de conjunto, hemos clasificado nues- tro material en tres grupos, comprendiendo éstos. casos que incluyen sujetos desde algunos días hasta más de 70 años de edad. Si se nos hace la objeción que este material de autopsias tiene el inconveniente de las alteraciones cadavéricas, tenemos que contestar que muy de acuerdo con HAMPERL encontramos que fuera de los casos con autolisis muy avanzada, el término medio de duodenos autopsiados pocas horas después de la muer- te, sirve muy bien para los fines perseguidos por nosotros, pues los leucocitos, linfocitos y plasmacélulas pueden estudiarse per- fectamente, por diferencia del epitelio glandular que natural- mente es muy sensible, pero no ha tenido mayor interés para nosotros. Con sorpresa hemos podido comprobar en un gran número de casos un muy buen estado del epitelio, sin embargo, para tener una exacta comparación, hemos practicado en 9 casos la inyección de formalina en el lumen del duodeno inmediatamente después de la muerte; este procedimiento nos proporcionó una excelente conservación de la mucosa, pero el resultado general del recuento de células no ha sido mayormente influenciado, por lo cual no ocupamos esta técnica en todos los casos. Hemos empleado en un número determinado de casos la tinción de oxidasa de Schultze-Graeff para orientarnos con ma- yor precisión en la manera de distribución de los leucocitos como asimismo del grado cuantitativo de estas células a través de las distintas porciones del duodeno. Los encontramos como un com- ponente normal de todos los casos examinados, existiendo si dife- rencias en cuanto a su cantidad, así tenemos algunos con escaso contenido leucocitario y otros con mayor número de leucocitos, sin que se trate en estos últimos de un estado inflamatorio, pero, en general, sabemos que un marcado aumento de estas células traduce siempre un proceso inflamatorio de carácter más o me- nos agudo, según sea el grado o número de leucocitos existentes; esto lo palpamos en forma evidente en los pocos casos de úlcera duodenal aguda que hemos logrado reunir, en los cuales vemos la intensa infiltración leucocitaria que no sólo es efectiva en la zona de la úlcera (fig. 4) sino también en las porciones adya- centes (fig. 5) y, en general, a lo largo de todo el duodeno. Estos casos corresponden francamente al cuadro de duodenitis aguda. Una relación con la enfermedad principal no la encontramos, pues casos análogos presentaban diferencias con respecto al nú- mero de leucocitos polinucleares. Considerando lo observado por HAMPERL y BURDACH acerca del aumento fisiológico digestivo de los leucocitos poli- nucleares en el estómago con contenido alimenticio reciente, no podemos pronunciarnos de manera semejante en el duodeno, por- que no disponíamos de material apropiado para este estudio. El comportamiento de los leucocitos en el espesor de la mucosa es análogo a lo ya visto por HAMPERL en aquella parte de su trabajo sobre la gastritis, donde menciona de paso el com- portamiento de estas células en el duodeno, es decir, una mayor frecuencia hacia la mitad superior de la mucosa. Dejamos cons- tancia que lo hecho por HAMPERL en este terreno fué muy poco y en ningún caso se trató de un estudio sistemático como el efectuado por nosotros. Los leucocitos eosinófilos que los podíamos ver fácilmente con la tinción corriente de Hematoxilina-Eosina, los encontramos casi en la totalidad de nuestros casos, sólo en uno que otro no se hicieron presentes. En algunos duodenos el número se elevó a 6,6 por campo en circunstancia que la mayor frecuencia es de 0,8. En estos. casos con gran número de eosinófilos, se trató de muertes brus- cas y accidentales, este hecho fué comprobado también por HAMPERL primero y BURDACH últimamente en sus observa- ciones sobre la gastritis. La opinión del primero es que normal- mente la cantidad de estas células es mayor, pero que determi- nadas enfermedades algunas de carácter caquectizante, como la tuberculosis, ocasionan una disminución de los eosinófilos. En nuestro material no hemos podido comprobar esto porque en los tipos de enfermedades mencionados, hemos encontrado cifras. sensiblemente iguales a otros casos en que la causa de muerte fué una enfermedad de corta duración y no acompañada, por lo tanto, de desnutrición o caquexia. En todo caso dejamos constancia de haber comprobado dicho aumento en algunos casos médico-legales de muertes bruscas; la explicación de dicho aumento no está al alcance de nuestros. conocimientos, por lo cual sólo mencionamos el hecho. También hemos observado que no experimentan grandes variaciones con la edad, ni con el aumento de otras células del estroma como, por ejemplo, linfocitos y plasmacélulas, no guar- dan, pues, una relación de paralelismo tan estrecha como la que existe entre estas últimas células, ni tampoco con los polinuclea- res neutrófilos. Su localización es siempre más notoria en el tercio basal de la mucosa; nunca los vimos entre las glándulas. de Brunner. En resumen, podría decirse que estas células se encuentran siempre en los duodenos considerados normales por nosotros y que son la mayoría de los investigados en nuestro estudio. Las plasmacélulas son también constantes en todos los ca- sos observados, notándose sólo discretas variaciones en su nú- mero en relación con la edad, pero siempre estuvieron presentes. aún en log duodenos de niños considerados como absolutamente normales. Solamente en el caso de un niño de seis años de edad, cuya causa de muerte fué una glomérulonefritis aguda, vimos un. 10 aumento en el número de plasmacélulas que llegó hasta 9 por campo, siendo las cifras encontradas corrientemente en el grupo que comprende estas edades, de 0,4 - 4 plasmacélulas por campo; este aumento no ha tenido explicación para nosotros. En los casos siguientes sólo hemos podido encontrar 3 con un número de plasmacélulas que nos ha llamado la atención y que podríamos considerar como duodenitis crónica; uno pertene- ce al segundo grupo de nuestra clasificación (28 años de edad), presentando más de 14 plasmacélulas por campo (fig. 6), en este tenemos antecedentes de alcoholismo crónico, pero no existe una gastritis macroscópicamente visible; los otros 2 pertenecen al tercer grupo, en uno de ellos se trata de un individuo con un extenso cáncer gástrico, en el cual encontramos sobre 20 plasma- células por campo y el otro, portador de una amebiasis, en el cual también encontramos un aumento de este tipo de células. El caso del cáncer debe, sin duda, haberse acompañado de una extensa gastritis, lo que nos sugiere la idea de una posible reaec- ción por parte del duodeno en estos casos, pero por no haber examinado el estómago, no tenemos comprobación de ello, lo que podría ser objeto de un estudio posterior. Siempre hacemos la salvedad, que en un mayor número de casos, este porcentaje podría aumentar, pero no creemos que la duodenitis crónica jue- gue un papel tan importante como la gastritis encontrada por BURDACH en un 66%. Muchos cirujanos, como KONJETZNY, mantienen la tesis de un cuadro en conjunto de gastritis y duodenitis. Referente a los linfocitos podemos decir que se encuentran en forma constante, lo que es sabido para todo el intestino; no hicimos recuento de ellos por la imposibilidad material de con- tarlos, ya que el número en que se encuentran es relativamente alto, sólo dejamos constancia del número de folículos o acúmulos linfocitarios y el grado de infiltración difuso que es casi cons- tante para la mayor. parte de nuestro material. Como algo nor- mal hemos visto que el número de folículos linfáticos oscila entre 1-4 (fig. 7), cifra que no hemos visto sobrepasar en nin- guno de los casos observados; la distribución en las tres porcio- nes es más o menos uniforme y el infiltrado linfocitario basal es casi la regla para la totalidad de los casos observados; sólo he- mos visto un aumento en esto, que se ha hecho efectivo al resto de la mucosa en dos de los casos que presentaban mayor número de plasmacélulas, lo que nos demuestra el estrecho paralelismo que existe entre plasmacélulas y linfocitos. En lo referente a alteraciones de las glándulas de Brunner en todo el material observado, no las encontramos, a pesar de habernos preocupado del asunto en forma minuciosa. Esto da una prueba de la escasa frecuencia con que reaccionan estas glándulas en los estados inflamatorios o de otra índole, en lo que estamos de acuerdo con lo visto por ROBERTSON. Con respecto al contenido de lipoides de la mucosa duodenal hicimos para su comprobación la tinción de Sudan III. Acerca. de su disposición, podemos decir que lo encontramos siempre en el estroma entre las vellosidades, pero en pequeñas cantidades. en forma de granulaciones. En las úlceras el contenido lipoídico 11 no varió en lo que se refiere a su cantidad, conservando la mis- ma disposición que hemos descrito anteriormente para la muco- sa normal. y En general, el contenido en lipoides es escaso en la mucosa duodenal en sus tres porciones, no observándose mayor acumu- lación en ninguna de las porciones mencionadas. Esta escasez es más notoria aquí que en el estómago donde también el conte- nido en lipoides es escaso. Creemos que sería de interés inves- tigar la disposición y acúmulo de los lipoides en la mucosa duo- denal en períodos de reabsorción alimenticia, desgraciadamente no pudimos verificar esta idea por dificultades de orden práctico y de otra índole para la obtención del material adecuado. En forma acusiosa hemos observado la mucosa duodenal desde el punto de vista macroscópico, en forma análoga a lo que se ha hecho en el estómago con el objeto de buscar alteraciones que pudieran traducir una inflamación, como ser proliferación exagerada de los pliegues o atrofia de ellos, edema, etc., en rea- lidad nunca lo hemos observado aún en los casos en que se trató de úlceras; esto ya sería un índice de la poca frecuencia de estas alteraciones y, por lo tanto, de la escasa o nula reacción del duo- deno a la inflamación, lo que ha sido corroborado en forma am- plia por el detenido examen microscópico de los casos. Otro punto de interés para nosotros ha sido la búsqueda de cicatrices en la mucosa, tratando de hallar una relación con la alta frecuencia con que se diagnostica la úlcera a rayos, que de ser así tendríamos que ver algún rastro de ella en el material que llegó a nuestras manos. Con gran sorpresa nuestra podemos decir que jamás lo hemos visto. En cuanto a la úlcera duodenal, no hemos insistido mayor- mente en todo el complejo problema de la génesis y etiología por estar eso íntimamente relacionado con la úlcera gástrica ya tra- tada por numerosos autores. De cierto interés nos pareció revisar los datos estadísticos de nuestro Instituto en un gran material de autopsias de más de 14 años. Del año 1931 - 1945 en un total de 5916 autopsias, encontramos sólo 8 casos de úlcera duodenal y 55 casos de úlcera gástrica, lo que da un porcentaje solamente de 0,13% para la úlcera duodenal y 0,92% para la úlcera gástrica, aumentando esta cifra todavía algo si se toma en cuenta que se opera la ma- yor parte de las úlceras. También hemos considerado las biopsias de los últimos 10 años, encontrando que en un total de 10,000 de ellas, la úlcera gástrica se hizo presente en 77 casos y la úlcera duodenal en 23 casos, lo que da un porcentaje de 0,77% para la úlcera gástri- ca y 0,23% para la úlcera. duodenal. El porcentaje algo mayor entre las biopsias se comprende por tratarse de material elegido; sin embargo, esto no es muy exacto, pues del material quirúrgico han llegado varios casos a nuestras manos con el diagnóstico clínico de úlcera duodenal, pe- ro en los cuales nosotros no recibimos la úlcera para su estudio histológico correspondiente, y por lo cual falta la comprobación exacta de su existencia. 12 Estas estadísticas las hemos podido ampliar con datos pro- porcionados gentilmente por los directores de diferentes prosec- turías del país y que estaban destinados para la Sociedad Inter- nacional de Patología Geográfica, que debió efectuar un congreso en Roma el año 1938. Observamos que el porcentaje para la úlcera duodenal oscila entre 0,2 y 1,8% y para la úlcera gástri- ca entre 0,4 y 2,6%. También podemos agregar los datos proporcionados gentil- mente por la Clínica Médica del Prof. Prado Tagle que en un total de 2,532 enfermos de los años 1932 - 1938, arroja un por- centaje de 1,2% para la úlcera duodenal y 2,6% para la úlcera gástrica. Como podemos ver por las estadísticas anátomo-patológicas se llega a conclusiones parecidas en lo que se refiere a la frecuen- cia de la úlcera duodenal, es decir, una marcada escasez de ella, la que en términos generales es siete veces menos en relación con la úlcera gástrica. Si ahora comparamos estas estadísticas con las obtenidas del Instituto de Radiología del Dr. Heegewaldt de Santiago con un porcentaje de 18,1% para la úlcera duodenal y 5,1% para la úlcera gástrica, siendo además corroborado esto por datos ver- bales de otros radiólogos, llama inmediatamente la atención esta gran discrepancia y tenemos que preguntarnos porque en radio- . logía se diagnostica con una frecuencia tanto mayor que en ana- tomía patológica. Según nuestro juicio hay solamente dos explicaciones: 1. los métodos clínicos y radiológicos no son suficientemente exactos y en alto porcentaje erróneos. 2. puede ser que en la clientela particular, es decir, en ciertas esferas sociales, la úlcera duode- nal sea mucho más frecuente que lo visto por el patólogo en los enfermos indigentes de hospital. Desgraciadamente para esas dos tesis no hay ninguna com- probación exacta, por lo cual nos permitimos advertir que eso sería un punto de partida para futuras investigaciones combina- das con la clínica, radiología y anatomía patológica, lo que para nosotros por diversos factores no ha sido posible realizar. Si se nos hace la objeción que la úlcera duodenal no puede encontrarse por el patólogo con tanta frecuencia por llegar a la cicatrización, tenemos que repetir lo dicho anteriormente, es decir, que nos hemos fijado especialmente en la búsqueda de cicatrices sin encontrarlas. Además estamos convencidos, de acuerdo con lo que conocemos de la úlcera gástrica, que úlceras que ya dan el aspecto de un nicho en la radiografía, comprome- tiendo mucosa, submucosa y hasta muscular, no pueden cicatrizar. Además hemos revisado los conceptos sobre periduodenitis, diagnóstico que se hace con bastante frecuencia a base de sínto- mas demasiado vagos, o debido a errores de la interpretación de los cuadros radiográficos. En atención a esto tuvimos especial cuidado en examinar el duodeno in situ, anotando su ubicación, forma y relaciones con los órganos vecinos, en busca de posibles cambios en dichos aspectos. Pensamos que en aquellos casos que presenten una lesión vesicular con fistulización al duodeno, tiene que existir una reac- 13 ción por parte de este último órgano en forma de una periduo- denitis adhesiva; pero como estos cuadros los vemos con muy poca frecuencia, no las hemos podido observar en ninguno de los casos examinados. En este terreno sería de gran provecho una profundización de nuestros conocimientos a base de trabajos de investigación junto con el patólogo. RESUMEN Se investigaron histológicamente 70 duodenos de. autopsias no elegidas de niños y adultos de las más variadas edades, para precisar las distintas formas de duodenitis. Se estudió especialmente la distribución de los leucocitos polinucleares con la reacción de oxidasa en los tres segmentos del duodeno. No existe mayor diferencia cuantitativa en las distintas porciones y en los distintos casos y su localización en la mucosa es más notoria en la superficie y en el tercio medio y escasa entre las glándulas de Brunner. Un notable aumento en el sentido de una duodenitis aguda se observó solamente en los cuatro casos de úlceras agudas, lo que fué visible en todo el duodeno, pero más acentuado cerca de la úlcera. Eosinófilos se encuentran en la mucosa duodenal en todas las edades, siendo su localización preferente en el tercio basal de ella. Su número fluctúa entre 0,1-0,9, término medio, por campo microscópico. No hay predilección por un segmento deter- minado del duodeno. Se encontró un aumento en casos de muer- tes bruscas. Plasmacélulas se encontraron también en forma constante en el duodeno, existiendo una predilección en su ubicación por el tercio superficial de la mucosa, su número oscila en la mayo- ría de los casos entre 2,2 - 8 plasmacélulas por campo. Un au- mento franco en el sentido de una duodenitis crónica se encontró entre los 70 casos solamente en un caso de cáncer gástrico, en un caso de alcoholismo, en otro de amebiasis y en un niño con nefritis aguda, no pudiendo explicar este último caso satisfac- toriamente. Llama la atención la marcada escasez de duodenitis crónica en comparación con la gastritis. Linfocitos se encuentran siempre en gran número como en todo el intestino, aumentando solamente en casos en que aumen- ten las plasmacélulas. Lipoides se encuentran en escasa cantidad en el estroma de las vellosidades, no notamos aumento de él ni en el ulcus ni en otras enfermedades. Alteraciones de las glándulas de Brunner no se observaron. Cicatrices de la mucosa y periduodenitis adhesiva no se pre- sentaron en ningún caso. Entre 5916 autopsias se encontraron solamente 8 úlceras duodenales, es decir, 0,13%, o sea 7 veces menos frecuente que la úlcera gástrica en el mismo material. Estas cifras guardan 14 relación con la de otros Institutos anátomo-patológicos del país, pero están en franca oposición con las estadísticas radiológicas que dan una mayor frecuencia, hasta 18%, de úlceras duodenales. SUMMARY 70 duodenums have been histologically examined in order to establish the different kinds of duodenitis. The material was taken from non selected autopsies of children and adults of different ages. The distribution of the polymorphonuclear leuco- cytes has been especially studied in the 3 parts of the duodenum by means of the oxydase reaction. There is no great quantitative difference in the several parts and in the different cases and their presence in the mucosa is more marked at the surface and middle third and they are scarce between the Brunner glands. A considerable increase of the polymorphonuclear leuco- eytes in the sense of a duodenitis, was observed only in 4 cases of acute ulcers, and was visible throughout the length of the duodenum but was more marked near the ulcer. In all the cases no matter what age eosinophiles are found in the mucosa of the duodenum, being its preferent location the basal third. The average number varies between 0,1-0,9 in a microscopic field. There is no preference for any special sector of the duodenum. An increase was found in cases of sudden deaths. Plasmacells were constantly found in the duodenum, being located with preference in the superficial third of the mucosa; in number they fluctuate in the majority of the cases between 2,2 - 8 plas- macells in each field. Among the 70 cases an increase in the sense of a duodenitis, was found only in one case of a gastric carcinoma, in one case of alcoholism, in another of an amoebic dysentery and in a child with acute nephritis; this last case could not be satisfactorily explained. The small quantity of duodenitis compared to gastritis is worthy of note. The number of limphocytes was always large as in the intestine, increasing only when the plasmacells did likewise. Lipoids were scarce in the stroma of the villis; no increase was observed either in the uleus or other diseases. No changes of the Brunner glands were found. No case showed scars of the mucosa and periduodenitis. Among 5916 autopsies only 8 duodenal ulcers were observed (0,13%), that is to say 7 times less frequent than gastric ulcer in the same series. These numbers are in keeping with those from other pathological departments of this country, but are in opposition to the radiologic statistics which give a higher frequency of duodenal ulcers, up to 18%. BIBLIOGRAFIA BURDACH, R.—Contribución al estudio anátomo-patológico de la gastritis crónica. Bol. Soc. Biol. Concepción (Chile), 20, 21, 1945, 15 HAMPERL, H.—Zur Histologie der akuten Gastritis und der Erosionen der Magenschleimhaut. Beitr. z. pathol. Anat. u. allg. Pathol. 90, 85, 1932. HAUSER, G.—Die peptischen Schaedigungen des Magens, des Duodenums und der Speiseroehre und das peptische postoperative Jejunal- geschwuer. En: Henke-Lubarsch: Handb. d. spez. pathol. Anat. u. Histologie, IV/1, 339, 1926. Jul. Springer, Berlin. ORATOR, V.—Beitraege zur Magenpathologie. Virch, Arch. 256, 202, 1925. 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Mucosa del duodeno de la primera porción cerca de una úlcera. Intensa leucocitosis. Tinc.: Oxidasa-Carmín. Aum.: 48 x. FIG. 6. Mi. 542.—A. N. 75/45. M. L.—g 30 años. Mucosa duodenal con muchas plasmacélulas (duodenitis crónica). Tinc.: Hematoxilina-Eosina. Aum.: 510 x. 34 TIA Mi. 540.—A. N. 69/45. M. L.—-¿ 28 anos. Mucosa del duodeno de la tercera porción (inyectado con formalina al 10%). Folículos linfáticos en la submucosa. Tinc.: Hematoxilina-Eosina. Aum.: 70 x. pe gob 1 $) DEL INSTITUTO DE ANATOMIA PATOLOGICA de la Universidad de Concepción (Chile) Director: Prof. Dr. E. Herzog El significado de los corpúsculos acidófilos en la enfermedad de Nicolas Favre (Estudio anátomo-patológico) (Con 7 figuras) por Jorge Enríquez (Recibido por la Redacción el 1-IV-46) Desde el descubrimiento de ciertos microcorpúsculos (grá- nulo-corpúsculos) por MIYAGAWA y colaboradores, en frotis de pus de bubones humanos de la enfermedad de Nicolas Favre e inoculaciones en animales y que se consideran como el virus causante de esta enfermedad, este hecho ha sido confirmado por otros autores y últimamente por HERZBERG y KOBLMUEL- LER. Mientras los autores japoneses muestran en sus láminas (fig. 1) numerosas pequeñas granulaciones del mismo tamaño y forma, de más o menos 0,3 micrones y situados dentro de histio- citos y leucocitos y también extracelulares, HERZBERG y KOBLMUELLER hablan de corpúsculos elementales de aspee- to de micrococos, pero de distintos tamaños y agrupaciones, mos- trándolos en microfotos con aumento de 2000 y 2800 (fig. 2). Estos investigadores los evidenciaron con tinción de azul de Victoria y los autores japoneses con Giemsa. Es de interés saber que de los autores que se preocuparon de la anatomía patológica de los bubones, de las manifestaciones crónicas en el recto y otros órganos, ninguno menciona estas formas del virus. Por diferencia, algunos autores, como GAMNA y FAVRE, han considerado erróneamente ciertos restos nuclea- res, encontrados en los microabscesos de los bubones, como posi- bles causantes de la enfermedad. Estas formaciones no tienen 17 relación alguna con los gránulo-corpúsculos de MIYAGAWA, como se sabe bien hoy día (D'AUNOY y VON HAAM). En un trabajo del año 1937, COUTTS y MARTINI (8) dan mucha importancia al hallazgo de corpúsculos granulares dentro de células mesenquimáticas y también extracelulares, homogé- neas, en forma de gránulos chicos o más grandes, muchas veces dispuestos en mórulas y de un tamaño que oscila de entre ape- nas cisibles hasta 11 yu. Ellos recomiendan la tinción de Mann con eosina ácida. Los gránulo-corpúsculos se encuentran según los autores chilenos, especialmente en las formas tardías de la enfermedad de Nicolas Favre, es decir, en la proctitis crónica y en el estiomena y las observaron muy raras veces en los bubones inguinales, es decir, en las manifestaciones agudas y sub-agudas de la enfermedad. COUTTS y MARTINI (10) los interpretan, por eso, como manifestaciones tardías del virus y les dan el nom- bre de corpúsculos granulares intracitoplasmáticos de tipo MIYAGAWA. En la literatura posterior a este trabajo, no se encuentra mención alguna sobre estos corpúsculos como forma especial del virus en las manifestaciones crónicas de la enferme- dad, ni tampoco comprobación de la tesis de COUTTS y MARTI- NI. Hasta hoy día consta, que no ha sido comprobada en forma segura la transformación de las microformas del virus, descrita por MIYAGAWA y colaboradores, en corpúsculos de hasta 11 micrones, por lo menos en el tejido de las manifestaciones cróni- cas de la enfermedad de Nicolas Favre. No podemos tocar las transformaciones del tamaño y forma que sufre el virus en los cultivos en embriones de pollos, por ser ajeno a nuestro tema; pero creemos que siempre el tamaño, forma y también compor- tamiento tintorial del virus, es distinto al de los corpúsculos aci- dótfilos. En todo caso, como hipótesis de trabajo y con fines diagnósticos, la tesis de COUTTS y MARTINI nos pareció muy sugestiva y hace años atrás, en este Instituto, se aplicó siempre la tinción de Mann para tejidos sospechosos de Nicolas Favre, especialmente en sus manifestaciones crónicas, como proctitis y estiomena, buscando los gránulo-corpúsculos acidófilos. En realidad, se encontró en un alto porcentaje de los casos de proctitis crónica y estiomena, muchos de los cuales habían sido diagnosticados clínicamente como enfermedad de Nicolas Favre por la reacción de Frei, la presencia de corpúsculos acidófilos en el tejido de granulación inflamatorio. Así, en un tiempo se creyó que esto podría servir como método de diagnóstico. Por diferen- cia, en los casos de bubones, rara vez ha sido posible encontrar estos corpúsculos, de acuerdo con COUTTS (7). A pesar de esto, se nos presentó la duda sobre la especifici- dad de los corpúsculos acidófilos, por encontrarlos con frecuencia también en otras ocasiones y hasta en casos normales, como nos lo enseñó la literatura mundial. Asi sabemos que, entre otros, RUSSEL describió ya en 1890 pequeñas formaciones granulares homogéneas, acidófilas, hasta del tamaño de glóbulos rojos y que él consideró como causantes del cáncer. Después se rechazó ro- tundamente esta tesis; pero en la literatura mundial y en los !i- bros de enseñanza, figuran hasta hoy día los corpúsculos hialinos 18 «de RUSSEL, especialmente en la mucosa gástrica. Existe desde el año 1890 hasta hoy día, una vasta literatura sobre los corpús- «culos de Russel y formaciones parecidas, con mucha discusión sobre su origen y significado práctico. No podemos citar a todos los numerosos autores y nos permitimos advertir que lo expuesto por LUBARSCH, ERNST y BORRMANN en distintos tratados, orienta mejor sobre toda la literatura y las múltiples discusiones acerca de los corpúsculos de Russel. Podemos resumir que hoy en día se sabe (CHUMA, BORST y BORRMANN) que los cor- púsculos acidófilos, conocidos en parte bajo el nombre de corpús- «culos de Russel, se encuentran en los más variados tejidos, en distintos tamaños (0,5 — 25 micrones según BORST), aislados o “en grupos, a veces en rosetas o mórulas, tanto intra ccmo extra- celulares. Es discutido todavía si se componen de substancia hialina y cómo se forman. Ya UNNA (1894) suponía que se derivan de plasmacélulas por degeneración de éstas, mientras que otros autores defienden otro origen. CHUMA, recientemen- te en un trabajo bien documentado, habla de que se originan de plasmacélulas y eosinófilos, especialmente de las granulaciones de estas células; cuando se rompe o se degenera la célula primi- tiva, las granulaciones transformadas y aumentadas de volumen muchas veces, se encuentran en el tejido en forma extracelular. En los trabajos de KLIEN, HANSEMANN, CHUMA y BORR- MANN, encontramos documentaciones fidedignas con láminas en colores que corresponden en todos sus detalles a lo desexito por COUTTS y colaboradores. Fuera de la mucosa gástrica, los cor- púsculos fueron evidenciados* en pólipos nasales, gástricos y uterinos, carcinomas, mucosa del seno maxilar, mucosa gástrica e intestinal, uretra, vejiga, endometrio, ganelios linfáticos, ton- silas, bazo, riñones, cerebro, etc., (LUBARSCH). Mientras que en la mayoría de los casos se trata de procesos crónicos inflama- torios ,encontrando siempre en la vecindad de los corpúsculos muchas plasmacélulas y eosinófilos, se describieron también en condiciones normales, pero mucho menos frecuentes. En estos «casos se: puede suponer un proceso inflamatorio ya pasado. COUTTS (9) cita recientemente a trabajos nuevos de COWDRY, LUCAS y FOX, PAPPENHEIMER y HAWTHORNE, ACTON y HARVEY y otros que encontraron los mismos corpúscules en condiciones normales o patológicas sin relación con la enierme- dad de Nicolas-Favre, lo que está ampliamente de acuerdo con lo dicho. Los corpúsculos acidófilos evidenciados tanto en la proctitis crónica como en otros tejidos, dan las mismas reacciones tinto- riales que los descritos por los autores citados anteriormente. Se tiñen, según Mann, de color rojo vivo; con Gram, de vez en cuan- do, de color violado suave; con Van Gieson, amarillento débil y «on Hematoxilina-Eosina rosado pálido. No mencionamos otras tinciones más, pues parece que no hay alguna tinción específica y tampoco dan, la mayor parte de las tinciones, un color definido, sino transiciones y hasta pueden resultar negativas, mientras que la tinción de Mann es la que da siempre un color rojo vivo. Nos pareció de importancia, buscar en un gran material de autopsias no elegidas y sin signos de Nicolas-Favre, los corpús- 19 culos acidófilos y hacer además, varios controles de los más variados órganos en busca de la posible presencia de ellos. Esto nos orientaría en forma segura, si a los corpúsculos corresponde un carácter específico o no. MATERIAL Y TECNICA El material investigado fué extraído del material de biopsias y autopsias hechas en este Instituto. Estudiamos en total 207 casos; compuesto de rectos de biopsias y autopsias y otros tejidos diversos. Hemos clasificado el material en cuatro grupos diferentes. El primer grupo se compone de 90 rectos obtenidos de autopsias no elegidas, para efectuar un control sistemático de mucosa anal y rectal, con el objeto de pesquisar la presencia de los corpúseu- los acidófilos en rectos normales o, por lo menos, donde no se sos- pechó la enfermedad de Nicolas-Favre. Se extrajo el recto junto a su porción anal, para estudiar ambas mucosas. El segundo grupo, consta de 12 casos, en los cuales se sospe- chó clínicamente la enfermedad de Nicolas-Favre y en los que el estudio histológico fué comprobado por la reacción de Frei. Se compone especialmente de rectos y vulvas con estiómena. En el tercer grupo, hemos colocado a 19 biopsias rectales, llegadas con diagnóstico de proctitis o de fístulas y a 31 biopsias de tejidos pertenecientes o relacionados con los genitales y en los que es posible sospechar en algunos de estos casos la enfer- medad de Nicolas-Favre. En estos casos no se hizo la reacción de Frei, por lo que los resultados obtenidos en este grupo son, hasta cierto punto, dudosos. Además de los rectos, comprende este grupo biopsias de miomas y pólipos uterinos, cuello uterino con cervicitis crónica, Ca del cuello uterino, condilomas, trompas, ganglios inguinales, etc. En el cuarto grupo, de 59 casos, entra material de biopsias y autopsias obtenidos de tejidos u órganos sin relación alguna. con los genitales y en los que por este solo capítulo, debe dese- charse cualquier posibilidad de infección con el virus de la Linfo- granulomatosis Venérea. Así hemos estudiado en este grupo, material procedente de estómagos, con pólipos, úlceras, y gastri- tis crónica; cirrosis y carcinomas hepáticos, pólipos nasales, the. pulmonar, ganglios profundos del cuello en casos de Tbe y Hodgkin, etc. Técnica: Los cortes fueron hechos en el micrótomo a congelación en su mayor parte, reservando la inclusión en parafina para determinadas tinciones o por el estado del material. En todos los casos usamos la fijación en formalina al 10%. El material se estudió en cortes escalonados de 5 a 10 micrones en un número que oscila entre 4 a 20 cortes. Sistemáticamente usa- mos la tinción de Mann (con azul de metilo y eczina) y Hematoxi- lina-eosina, además usamos la tinción de Gram y Van Gieson en algunos casos. Para establecer el tamaño exacto de los corpúsculos, hici- mos mediciones con el micrómetro. 20 INVESTIGACIONES PROPIAS Nuestro primer punto de vista, fué el de establecer un con- trol exacto de la mucosa anal y rectal, de un material no elegido de 90 autopsias, para establecer si los corpúsculos se encuentran o no en rectos en condiciones normales o en casos patológicos sin relación con la enfermedad de Nicolas-Favre. Este control lo hemos considerado indispensable, después de haber encontrado con tanta frecuencia estos corpúsculos, en biopsias de mucosa anal y rectal, en algunas de las cuales se comprobó la enfermedad de Nicolas-Favre por la reacción de Frei. Del total de los 90 casos, de este primer grupo, en 20 encon- tramos fenómenos de proctitis crónica de diferente intensidad; incluímos en este grupo a 3 proctitis tuberculosas. En todas estas proctitis, en general no vimos alteraciones inflamatorias espe- cíficas, sino que los infiltrados corrientes de linfocitos y plasma- células, a excepción de las tuberculosas que presentaron tubércu- los típicos, con células gigantes, etc. En la mayor parte de los casos de estas proctitis crónicas, encontramos sin mucha difi- cultad, corpúsculos de forma esférica, cuyo tamaño osciló entre 0,5 y 5 u, teñidos homogéneamente de color rojo vivo con Mann, rosado con hematoxilina-eosina, azul violado con Gram y amari- llento débil con Van Gieson. Se encuentran situados en el inte- rior de células mesenquimáticas o fuera de ellas y se disponen en grupos que toman forma de mórulas o de semilunas; en muchas ocasiones se ven aisladas (fig. 3, a, b, d, e, y fig. 4). A veces se hallan mezcladas en un mismo grupo, corpúsculos de distinto tamaño, por lo que no es raro encontrar al lado de unos muy grandes (4 a 5 h por ejemplo), otros bastante pequeños, entre la2u (fig. 3, d). En contadas ocasiones, vimos corpúsculos pequeños, de 0,5 micrones (fig. 3, a). La mejor forma de eviden- ciarlos, fué, de acuerdo con COUTTS y GACITUA (7), con la tinción de Mann, aunque no empleamos sublimado en la fijación del material, como lo recomiendan estos autores, sino formalina. Con hematoxilina y eosina es más difícil su localización; esto lo hacemos extensivo a la tinción de Gram con la que parecen no teñirse siempre. Como al parecer se distribuyen en forma focai en el tejido afectado, pueden encontrarse en algunos cortes y en otros no. Se hallan siempre en medio o bordeando el tejido infla- matorio, en especial en las zonas donde la reacción inflamatoria es más intensa. Los corpúsculos descritos por COUTTS y cola- boradores, en los casos de proctitis y estiómena, concuerdan exac- tamente con los que hemos descrito, hasta en los tamaños. El aumento de 900x que dan estos autores, corresponde exactamen- te a las dimensiones dadas por nosotros. Con respecto a la zona de preferencia, es de interés dejar consignado que su hallazgo es más frecuente en la mucosa rec- tal, es decir, donde aún se encuentran pliegues, que en la porción anal. Este detalle no deja de tener interés práctico para valori- zar el hallazgo de los corpúsculos en el material de biopsias, las cuales, según este criterio, tendrían distinta probabilidad de re od según si el material fuera tomado de la porción anal o rectal. Del total de 20 proctitis crónicas, en 13 encontramos cor- púsculos, lo que nos da un porcentaje de 65% (14,4% del total. de los 90 rectos). Entre los 70 casos restantes que podemos con- siderar normales, es decir, sin proctitis, no nos fué posible pe- nerlos en evidencia a pesar de insistir detenidamente en su. búsqueda. Ningún caso vino con el diagnóstico de la enfermedad de Nicolas-Favre. Llama la atención que en 3 casos de proctitis tuberculosa, donde el examen macroscópico del recto reveló úlceras típicas. tuberculosas, el hallazgo de los corpúsculos se hizo con gran fa- cilidad, en especial en las zonas algo alejadas de las úlceras. En los demás casos, el examen macroscópico no demostró alteracio-- nes de la mucosa rectal y el examen histológico sólo reveló una proctitis crónica sin otras particularidades que linfocitos y plas- macélulas en mayor o menor abundancia. Al hacer una estadística de los casos de bicrsias de rectos, diagnosticados como proctitis crónica, en este Instituto, en los últimos 3 años (en las cuales se usó preferentemente la tinción de Mann), de los 59 casos, 22 presentaron corpúsculos (38,4%). Entre éstos casos, 28 llegaron con el diagnéstico de Nicolas- Favre rectal y de éstas, 16 presentaron corpúsculos, dando un porcentaje de 57%. En el cuadro siguiente hemos resumido este estudio para mayor claridad. Biopsias de rectos con proctitis crónica de 1943-1945. N.? de casos Positivos. J Negativos. 59 22 = 38,4% 37 28 con diag. clínico 16 — 57 % 2 de Nicolas-Favre 31 con otros diagnósticos 20 Te 25 Como puede verse, el porcentaje es relativamente alto en las, biopsias llegadas con el diagnóstico de Nicolas-Favre, en donde el clínico sospechó tal afección ya sea por su aspecto, anamnesis y en algunos casos por medio de la reacción de Frei; desgracia-- damente no nos fué posible informarnos sobre la frecuencia con que se practicó la reacción. En el grupo que colocamos con otros. diagnósticos, hemos agrupado aquellas biopsias en las cuales no se sospechó, por el examen clínico, la infección del Nicolas-Fa- vre. De 31 casos de este tipo, encontramos corpúsculos en 6 (20%). De la descripción de los informes de biopsias enviados por este Instituto en esos casos, hemos concluído que, al igual que en. los casos de nuestra investigación, los corpúsculos se encontra- ron siempre en medio o bordeando el tejido inflamatorio crónico: y con las mismas características de disposición, tamaño y tinción. En atención a que los corpúsculos que hemos evidenciado en los rectos de autopsias, han tenido a raíz de los trabajos de: COUTTS en estos últimos años, caracteres específicos con res- pecto al Nicolas-Favre, nos propusimos investigarlos en tejidos. 22 en los cuales existiera la seguridad casi absoluta de infección con el virus de la enfermedad. De este modo era posible establecer analogías más estrechas entre los corpúsculos encontrados en nuestro material de rectos y los que encontráramos en tejidos enfermos con el virus de Nicolas-Favre. El material del segundo grupo que alcanza a 12 casos, se compone en especial de rectos, estiómena vulvar y bubones, en los cuales se practicó la reacción de Frei para constatar su na- turaleza específica. De los 12 casos analizados, la reacción fué positiva en 10, estos mostraron una pápula mayor de 7 mms. al segundo o tercer día. Usamos como antígeno un preparado co- mercial (Lygranum). El estudio microscópico de estas lesiones fué un punto que nos interesó bastante, especialmente para establecer un control con la reacción practicada, e investigar la presencia de los cor- púsculos que anteriormente COUTTS y colaboradores ya han descrito minuciosamente como formas visibles del virus de la linfogranulomatosis venérea en su forma tardía. En 8 casos encontramos corpúsculos intra y extracelulares con las mismas características estructurales y tintoriales de los descritos ante- riormente (66,6%). Estos corpúsculos cuyo tamaño fluctuó en- tre 0,5 y 5 micrones, se tiñeron homogéneamente; los encontra- mos al igual que en el material de rectos de autopsias, distribuí- dos en forma focal en el tejido afectado, dispuestos en mórulas, aislados y en. ocasiones agrupados en media-luna, y también en medio o bordeando el tejido inflamatorio. En 2 casos de bubones su hallazgo fué menos frecuente y su tamaño osciló alrededor de 1 micrón. No encontramos, mórulas tal vez porque nuestro mate- rial en este capítulo fué bastante escaso. Todos los casos que presentaron corpúsculos tuvieron reac- ción de Frei positiva. Solamente en 1 caso de proctitis crónica con corpúsculos de relativa frecuencia, la reacción fué dudosa. En general, con este pequeño trabajo comparativo entre reacción de Frei y estudio histológico en lo que a corpúsculos se refiere, podría desprenderse que se comprueba una vez más la especificidad de estos. Por lo demás ya COUTTS y GACITUA (7) hicieron un amplio trabajo sobre este tema, comparando el estudio histológico con reacción de Frei y otras; llegaron a una conclusión semejante a la nuestra, pero interpretaron los resul- tados altamente positivos como seguros, en cuanto a especificidad. La circunstancia de encontrar los corpúsculos tanto en le- siones de la enfermedad de Nicolas-Favre, comprobada por la reacción de Frei, como en proctitis crónicas, en las cuales segu- ramente no había contacto con el virus de la enfermedad, nos llevó a investigar un mayor número de casos de proctitis crónicas del material de biopsias de este Instituto. Pero no nos limitamos solamente a controlar las biopsias de rectos, sino que hicimos extensivo nuestro trabajo a otros tejidos de o en relación con los genitales, especialmente en aquellos en que sospechábamos una inflamación crónica. Fué así como al mismo tiempo de estudiar las biopsias de mucosa anal o rectal, investigamos en un tercer grupo la frecuencia de los corpúsculos en cervicitis, pólipos ute- 23 rinos, condilomas, etc. y agregamos además cánceres y tubercu- losis rectales, donde también se observa inflamación crónica agregada. Todo este material lo hemos clasificado en un grupo, porque además de tener relación estrecha con los órganos geni- tales, no practicamos en ningún caso la reacción de Frei. Estas circunstancias hacen que no se puede asegurar si en estos casos está presente o no la enfermedad de Nicolas-Favre. De todos modos, podemos suponer que algunos de ellos nunca han tenido contacto con la infección venérea. Por otra parte, la alta fre- cuencia con que encontramos los corpúsculos, nos hace dudar de que la enfermedad esté presente en todos los casos, porque de ser así, la enfermedad sería muy frecuente, no sólo en las proe- titis sino que también en otras inflamaciones crónicas de los genitales. Dejamos consignado, además, que en todos estos casos, el clínico no sospechó la infección del Nicolas-Favre. * Usamos con este material la misma técnica empleada en los casos anteriores, con cortes escalonados y dando preferencia a la tinción de Mann y Hematoxilina-Eosina sobre Gram y Van Gieson. Del total de 50 casos que comprende este grupo, 19 corres- ponden a biopsias rectales llegadas con el diagnóstico de procti- tis crónica o de fístula rectal. De los 19 rectos, 15 fueron positi- vos, es decir, que encontramos corpúsculos en 83,83%. El resto del material que alcanza a 31 casos, compuesto por diversos teji- dos, los encontramos en 19, que da un porcentaje de 62%. Los corpúsculos que vimos en este grupo, tanto en las biopsias de rectos como en las de otros tejidos, presentaron un tamaño que osciló entre 1 y 5 micrones, dispuestos intra o extracelularmente y muestran todos los detalles mencionados anteriormente con respecto a los rectos de autopsias y a los tejidos de Nicolas- Favre. CUADRO 1. N.? de casos Tejido Con corpúsculos. Sin corpúsculos. 6 Cervicitis 3 3 6 Pólipo uterino 3 3 2 Ca del cuello uterino 1 1 2 Mioma uterino 2 0 1 Metritis AL 0 4 Condilomas 4 0 1 Salpingitis crónica 1 0 5 Ca del recto 1 4 2 Tbc. rectal 2 0 9 Proctitis crónica 9 0 10 Fístulas rectales 6 4 2 Ganglio inguinal 1 1 50 34 16 Del total de los 50 casos estudiados, 34 mostraron corpúscu- los (68%). Fueron más numerosos en las cervicitis, pólipos y 24 condilomas, predominando las formaciones extracelulares y en agrupaciones aisladas; las mórulas fueron menos frecuentes. De los casos con cánceres del útero y recto, se presentan en relación con el tejido de granulación inflamatorio y nunca en medio del tejido neoplásico. En las proctitis en general predominaron las formas aisladas extracelulares y las mórulas, siempre situadas profundamente en la mucosa. Es interesante que PUND y colaboradores, citados por COUTTS (9), ya habían encontrado cierta relación entre los cán- ceres y los corpúsculos; pero a pesar de ello no pone en duda la especificidad de estos últimos. Los resultados altamente significativos, obtenidos en los casos anteriores, al encontrar corpúsculos que se consideran es- pecíficos del Nicolas-Favre, con tanta profusión en múltiples te- jidos con inflamación crónica, muchos de los cuales evidentemen- te no estaban afectados por aquella enfermedad, nos hizo am- pliar más nuestro trabajo. Ya dijimos al comienzo que corpúsculos semejantes a los encontrados y descritos por nosotros, fueron evidenciados por LUBARSCH, HANSEMANN, FICK, MILLER, BORRMANN y otros, en tejidos normales o con inflamación crónica. Estos auto- res los encuentran en pólipos nasales y del tubo digestivo, híga- do, riñón, en tejidos con inflamación tuberculosa, etc. De la des- cripción que hacen estos autores se desprende que corresponden exactamente en todas sus características a los que hemos estu- diado en el curso de nuestra investigación. No logran ponerse de acuerdo con respecto a su etiología y origen, asignándoles un ori- gen diferente, ya sea de plasmacélulas, eosinófilos, etc. Con estos antecedentes, nos pareció de interés extender nuestra investigación a tejidos diversos del organismo. Fué así como estudiamos la presencia de corpúsculos, en tejidos muy ale- jados del recto y genitales, en los cuales ya por su situación no es posible suponer en ellos la infección de Nicolas-Favre. De este modo agrupamos gran variedad de tejidos en un grupo aparte. Como en el curso de nuestra investigación, nunca encontramos corpúsculos en otras regiones que no fueran zonas inflamadas crónicamente, con abundantes plasmacélulas y linfocitos, elegi- mos el material de aquellos tejidos en que sospechamos la exis- tencia de una inflamación más o menos crónica. El material de este cuarto grupo lo obtuvimos de las biopsias y autopsias del Instituto. Los corpúsculos que se ven en estos tejidos son iguales a los encontrados en las proctitis crónicas del Nicolas-Favre, estió- mena, proctitis de autopsias, etc.; su tamaño varía entre 0,5 y 5 micrones dispuestos en forma focal y agrupados en mórula o ais- lados, intra o extracelulares. Como en los casos anteriores, se tiñeron mejor con Mann que con otras tinciones; con Gram, Van Gieson y hematoxilina-eosina, es algo más difícil su localización porque no se tiñen muy intensamente. Si analizamos el material estudiado, nos parece que no es posible relacionarlo con la infección del Nicolas-Favre, por per- tenecer a órganos en los cuales, por lo menos hasta hoy, no se 25 ha descrito en forma fehaciente tal afección y por no existir ra- zón alguna para sospechar la enfermedad. Investigamos úlceras gástricas, pólipos nasales y del oído, cirrosis hepática, enteritis. y gastritis crónicas, tuberculosis pulmonar, etc. En el cuadro siguiente hemos colocado los casos de los te-- jidos en los cuales encontramos corpúsculos, apartando de este grupo aquellos tejidos en los que no se encontró inflamación. crónica. CUADRO 2. N.? de casos Tejido Con corpúsculos. Sin corpúsculos.. Papiloma encía Ulcera gástrica Pólipo estómago Pólipo nasal Pólipo oído ext. Metástasis ganglio- nar de Ca. gástrico Mucosa nasal Hígado graso Cirrosis hepática Enteritis crónica Gastritis crónica Ganglio mediastínico en enf. de Hodgkin Trombo corazón Tbc. pulmonar A NR. -AHRAJNNDHA HH0OHAHOA DR HANDAR -Ho0RRAA ooo oosrkoo oocoomo [Yu] O) [No] > hu N ¡y Ko) pa o Tejidos diversos sin 0 inflamación crónica 55 24 31 De los 36 casos que presentaron inflamación crónica, 24 son: positivos, es decir, que encontramos corpúsculos en un 66,6%.. Llama la atención que los corpúseculos son casi constantes en las formaciones poliposas, pues comprobamos que en los pólipos na-- sales parecen constituir un componente corriente y se encuentran. en ellos en abundancia, especialmente las formas intracelulares y en mórulas (fig. 5 y fig. 3, c). Esta misma observación, se hace extensiva a los pólipos del estómago y oído y aunque pre-- sentamos uno de cada caso, es notable la abundancia y facilidad. con que los encontramos. En un campo del microscopio con aumento de 120 diámetros, hemos visto hasta 6 mórulas. De 8. hígados investigados, 5 con cirrosis de Laennec y 3 con infiltra- ción grasa, en 4 encontramos los corpúsculos; en los de cirrosis se observan entre el tejido intersticial inflamatorio crónico de los seudolobulillos (fig. 6) y nunca entre las células nobles del pa- rénquima; en los hígados grasos se evidencian también en el se-- no del tejido conjuntivo intersticial. En los casos de tuberculosis. 26 pulmonar se vieron con más frecuencia las mórulas que las for- mas aisladas y situadas algo lejos de los focos en caseificación,. en medio de plasmacélulas y linfocitos. En un caso de trombo en organización de la aurícula izquierda, vimos los corpúsculos pre- ferentemente aislados en las zonas con tejido de granulación con. fenómenos de reabsorción (fig. 7). CONCLUSIONES Y CRITICA Se hizo un estudio de control, de 90 rectos autopsiados jun- to con su porción anal, de autopsias no elegidas, con el fin de ve- «rificar si era posible evidenciar en ellos a los corpúsculos acidó- filos que se han considerado, por COUTTS y colaboradores, como específicos para la enfermedad de Nicolas-Favre. El examen macroscópico de las mucosas estudiadas, no reveló alteraciones especiales, a excepción de tres casos, en los cuales se encontró: úlceras tuberculosas típicas. Hicimos cortes escalonados, de ambas mucosas, es decir, de la porción anal y rectal, tiñéndolos especialmente con Mann y hematoxilina-eosina y a veces con Gram y Van Gieson. Del total de 90 rectos, 20 presentaron fenómenos inflamatorios crónicos banales, a excepción de las proctitis tuberculosas; de éstos 20, en 13 casos encontramos corpúsculos, es decir, en un 65%. Los corpúsculos encontrados en este primer grupo, concuer- dan exactamente con los descritos por COUTTS y colaboradores, como formas tardías, visibles, del virus de la linfogranulomato- sis venérea y que estos autores han descrito especialmente en estiómena, proctitis crónica y rara vez en bubones. En efecto, sus características de tamaño, disposición y afinidades tintoria- les son las mismas. Su tamaño es de 0,5 a 5 micrones, se tiñen en forma homogénea de rojo vivo con Mann, rosado con hemato- xilina-eosina, amarillento débil con Van Gieson y violado suave: - con Gram. La mejor forma de evidenciarlos, en todo el material de nuestro trabajo, fué, de acuerdo con COUTTS, con la tinción de Mann. Se disponen aislados o en agrupaciones formando mó- rulas o semilunas, en especial situados en las partes más aleja- das de la superficie de la mucosa y en donde la reacción inflama- toria es más intensa. Como se disponen en forma focal en el te- jido, se ven en unos cortes y en otros no. Los encontramos de preferencia, en la base de la mucosa rectal, siendo menos fre- cuentes en la porción anal. Como en este material no practicamos la reacción de Frei, no podemos asegurar o negar la existencia de infección on el virus. de la enfermedad de Nicolas-Favre, aunque es notable la frecuen- cia con que se encuentran los corpúsculos. Nunca los encontramos en rectos normales, es decir sin proctitis, lo que estaría de acuer- do con la mayoría de los autores que han descrito corpúsculos, idénticos a los que estudiamos, especialmente en tejidos con fe- nómenos inflamatorios crónicos, interpretándolos como produe- tos de degeneración de células mesenquimáticas, en especial de- plasmacélulas y eosinófilos. Los corpúsculos que describen estos autores (LUBARSCH, ERNST, BORRMANN, CHUMA y otros) 27 tienen las mismas características de disposición, tamaño y afini- dad tintorial que los encontrados por nosotros en las proctitis crónicas de autopsias y a los deseritos por COUTTS y colaborado- res como formas tardías del virus del Nicolas-Favre. Por lo dicho anteriormente, nos propusimos establecer en cierto número de casos, la presencia de corpúsculos en tejidos en los cuales existiera con toda seguridad la infección-con el virus de la enfermedad, para establecer así las posibles analogías entre los corpúsculos citados anteriormente y los que encontráramos en este segundo grupo. Encontramos corpúsculos en 8 casos, con las mismas características tintoriales, de distribución y forma que los evidenciados en nuestro material anterior; y, como aquellos, en medio del tejido inflamatorio crónico. Ei hecho de encontrar- los también en rectos autopsiados donde no existe razón alguna para sospechar el Nicolas-Favre y de encontrarlos citados en la literatura, en diversos tejidos del organismo, donde nunca se ha comprobado lesiones producidas por esta enfermedad, nos hace poner muy en duda su especificidad y pensar si no fueran un componente corriente de las inflamaciones crónicas. Los gránulo-corpúsculos descritos por MIYAGAWA y cola- boradores, según nuestro juicio, no guardan relación con los observados por nosotros y los autores anteriormente citados, pues MIYAGAWA describe unos gránulo-corpúsculos de 0,3 u, esféri- cos, a veces solitarios y en otros casos dobles o en cadenas de po- cos corpúsculos o de pequeñas colonias agregadas. Se tiñen con Giemsa de color rojo obscuro, que se mantiene al decolorar con acetona pasando ligeramente a azul; no se tiñen con el Gram. Se encuentran en el interior de histiocitos, linfocitos, neutrófilos y Células de la glía que cuando los contienen en mucha cantidad se degeneran dejando en libertad a los corpúsculos. Desde luego, llama la atención el tamaño tan pequeño de estos gránulo-corpúsculos y estamos de acuerdo con MIYAGA- WA que pueden corresponder únicamente a microorganismos. También HERZBERG y KOBLMUELLER, evidenciaron última- mente, en frotis de pus de bubones con Nicolas-Favre, corpúscu- los elementales parecidos a los observados por MIYAGAWA y de tamaño muy pequeño, en todo caso muy inferior al de los cor- púsculos observados por COUTTS, nosotros y otros autores, como lo muestra la fig. 2. Si se aduce que las microformas del virus pudieran transformarse en granulaciones más grandes, eso sólo no bastaría para identificarlos con los descritos por nosotros y otros autores; en primer lugar debería comprobarse exactamente en cultivos, todo el ciclo evolutivo del virus hasta las formas en mórulas. El caso de COUTTS de un cultivo consegui- do de un papiloma no es de ninguna manera concluyente y po- dría corresponder a un hallazgo. Consideramos que no hay punto de comparación entre los corpúsculos citados anteriormente y los deseritos por nosotros, COUTTS y otros autores en diversos tejidos. Para una mayor claridad hemos copiado fotográficamente el dibujo en el que los autores japoneses muestran la disposición, forma y tamaño de sus gránulo-corpúsculos (fig. 1). Los trabajos que MIYAGAWA y cooperadores verificaron sobre Nicolas-Favre, son únicamente 28 experimentales y de inoculación en animales y tienen un carác- ter casi esencialmente bacteriológico. No se refieren a alteracio- nes histológicas ni de bubones, ni de proctitis, etc. En su segun- do trabajo sobre los gránulo-corpúsculos, MIYAGAWA mencio- na que en ganglios linfáticos humanos infectados por otras en- fermedades, especialmente con chancro blando, Hodgkin y sífi- lis, se encuentran cuerpos granulares ambiguos que se diferen- cian fácilmente de sus gránulo-corpúsculos por caracteres tinto- riales, tamaño y número en las células. Desgraciadamente sobre estos corpúsculos que denomina ambiguos no da mayores deta- lles sin entrar en consideraciones sobre su disposición, región del tejido en que se encuentran, etc. Ñ Por la gran diferencia morfológica entre los corpúsculos descritos por los autores japoneses y los encontrados por nosotros en nuestro material de rectos con y sin Nicolas-Favre, condilo- mas, cervicitis, pólipos nasales, etc., no nos parece muy evidente que, aquellos se transformen en estos últimos y que sean encon- trados sólo en tejidos infectados con el virus de la linfogranulo- matosis venérea, pues éstos, en su mayoría, son mucho más gran- des, hasta de 5 micrones y de caracteres tintoriales diferentes; el hecho de encontrarlos con alta frecuencia en diversos tejidos con inflamación crónica, ya nos apoya en esta sugestión. Debemos dejar establecido que MIYAGAWA prefirió en sus investigaciones la tinción de Giemsa en tanto que nosotros hemos empleado, al igual que COUTTS, preferentemente la tin- ción de Mann. Refiriéndonos a nuestro trabajo, en el material que compc- ne nuestro tercer grupo incluyendo biopsias de rectos, pólipos uterinos, cervicitis, miomas, condilomas anales, cánceres uteri- nos y rectales hemos obtenido corpúsculos en el 68% de los casos. Estos presentan las mismas características de distribución, ta- maño y afinidad tintorial que hemos encontrado en el material anterior y que los que han descrito los autores citados anterior- mente, en procesos sin relación evidente con el Nicolas-Favre Es cierto que nuestro material lo obtuvimos de rectos y de los genitales o de tejidos muy cerca de ellos, por lo que se nos puede objetar que es muy probable que en ellos exista esta enfermc- dad. Como no practicamos la reacción de Frei.ni el examen de fondo de ojo, no podemos tener seguridad en uno u otro sentido. Pero a pesar de todo creemos que en muchos de estos tejidos que presentaron corpúsculos nunca han tenido contacto con el virus de la enfermedad, porque además de la frecuencia significativa- mente alta con que las encontramos, el examen clínico no dió sos- pechas de tal infección. PUND y otros (citados por COUTTS (9) insisten que en los cánceres es frecuente la asociación del tumor con corpúsculos y de 115 casos los encontró en 25, es decir, en 21,7%. Pero estos autores, desatendiendo probablemente la vasta literatura citada por nosotros sobre los corpúsculos acidófilos, recomiendan su búsqueda en los casos de cervicitis crónica, haya o no un cáncer asociado, para demostrar así que la inflamación no es banal sino producida por el virus de Nicolas-Favre. Con esto creen no poner en duda la especificidad de los corpúsculos. De nuestro material de 6 cervicitis, encontramos corpúseu- los en 3; de 2 cánceres del cuello uterino, en 1 encontramos abun- .«dantes corpúsculos en el tejido inflamatorio agregado. Del material que forma nuestro cuarto grupo, no es posible -suponer que el virus del Nicolas-Favre se presente en todos los casos. Hasta hoy día no se ha descrito en Anatomía Patológica la existencia de lesiones por esta enfermedad en tejidos bastan- te alejados de los genitales. No nos referimos a los casos de per- versiones sexuales, en los que es posible encontrar lesiones vené- reas de cualquier clase en la mucosa bucal o lingual. De los 55 'casos que forman este grupo incluyendo pólipos nasales y del oído, cirrosis y carcinomas hepáticos, tbe. pulmonar, úlceras gás- tricas, etc., 36 presentaron signos de inflamación crónica. De estos, en 24 encontramos corpúsculos, es decir, en un 66%. No evidenciamos corpúsculos en los tejidos normales, es decir sin in- flamación, como en riñones, bazo, páncreas, ete. y que suman 19 casos. A pesar de que según HANSEMANN se encuentran en tejidos normales, no nos fué posible ponerlos en evidencia. Los corpúsculos evidenciados en este material, presentan las mismas características tintoriales de disposición, tamaño, ete. que los corpúsculos que vimos en los otros casos. Usamos la mis- ma técnica de siempre. Lo que más nos llamó la atención, fué el comprobar de acuer- do con POLYAK (según BORRMANN), que en los pólipos nasa- les parecen constituir los corpúsculos acidófilos un elemento constante; su hallazgo en los cortes fué bastante frecuente. Esto mismo fué observado en los pólipos de oído y estómago. Tanto en los pólipos nasales como en estos últimos, siempre se encuen- tra un abundante infiltrado inflamatorio crónico rico en plas- macélulas y eosinófilos. En los casos de inflamación tbc., 7 en total, compuestos de dos biopsias rectales, dos tbe. pulmonar de autopsias, y tres de rectos autopsiados, todos de casos diferen- tes, encontramos corpúsculos en todos ellos. Esto está de acuerdo con KLIEN, quien los ha visto en gran abundancia en las lesio- nes tbc. de diversos tejidos, usando la tinción de Gram. Nunca los encontramos en el interior de las células gigantes como lo menciona este autor. Algo parecido podemos decir con respecto a los hígados ci- rróticos O grasos en que vimos los corpúsculos en 4 casos de 8 estudiados. En cambio, en las úlceras gástricas los encontramos en un solo caso de 9 estudiados, a pesar de insistir bastante en su búsqueda. El hallazgo de los corpúsculos en gastritis y ente- ritis, en un trombo del corazón en organización y en otros diver- sos tejidos con inflamación crónica, nos demuestra que pueden ser encontrados en cualquier tejido con fenómenos inflamatorios crónicos. "Si comparamos el porcentaje alcanzado de los diferentes grupos, éste oscila entre 65 - 68%, esto es, con tedas las consi- deraciones del caso, un argumento no muy despreciable en favor de aquellos autores que sólo han encontrado corpúsculos en teji- dos con inflamación crónica y no en tejidos normales, y en con- tra de aquellos que les dan características específicas. 30 Casos estudiados % de casos positivos Grupo 1 20 65 % Grupo II 12 66,6% Grupo II 50 68 % Grupo IV 36 66,6% Es notable que en tejidos sorpechosos de Nicolas-Favre y en aquellos en que no se puede pensar en tal afección, la fre- cuencia de los corpúsculos es la misma. Esto querría decir que en las inflamaciones crónicas en general, se encuentran los cor- púsculos en un porcentaje de 65-68% en cualquier tejido del organismo y que para su presencia sólo es necesario como con- dición especial fenómenos inflamatorios crónicos. COUTTS y SAID investigando los corpúsculos en frotis teñidos con nigrosina de material sospechoso de Nicolas-Favre, encontraron cierto número de casos con corpúsculos pero con reacción de Frei y fondo de ojo negativo. Este hecho no dejó de llamar la atención de los autores mencionados quienes suponen que en el Nicolas-Favre al igual que otras enfermedades infecto- contagiosas, pueden presentarse casos de portadores sanos en que el organismo aún no ha reaccionado con los cambios humo- rales conocidos. Es notable que esta conclusión a que llega COUTTS, también la expone ante los hallazgos de diferentes autores que demostraron la presencia de corpúsculos similares, en tejidos normales (COWDRY, LUCAS y FOX) o con enfer- medades distintas no producidas por virus (GOODPASTURE, PAPPENHEIMER y HAWTHORNE) y en ciertas condiciones experimentales por la inoculación de diversas substancias de ani- males (ACTON y HARVEY, COWDRY y SCOTT, BLACK- MAN y otros). En realidad no deja de ser importante esta explicación y también pudiera hacerse extensiva a nuestro tra- bajo, para explicar la presencia de los corpúsculos que se consi- deran específicos del Nicolas-Favre, en diversos tejidos. Nos pa- rece que adoptar tal criterio sería demasiado inseguro, porque con ello obtendríamos una frecuencia muy alta de la enfermedad y más de la mitad de las inflamaciones crónicas diagnosticadas histológicamente, es decir 66,6%, serían de etiología específica. Sin mencionar casos especiales, como en los pólipos nasales en que todo portador, sería portador de la enfermedad. Por Otra parte el problema de los portadores sanos del virus de la linfo- granulomatosis venérea, no es punto resuelto todavía, por lo que no nos parece adecuado recurrir a esta explicación. Hechas todas estas consideraciones, nos parece que la es- pecificidad atribuída a los corpúsculos que hemos encontrado en las proctitis crónicas con y sin Nicolas-Favre, pierde todo su va- lor. Es por esto que apoyando o mejor dicho, recurriendo a KLIEN, FICK, CHUMA, BORRMANN y otros, creemos que tales corpúsculos se encuentran casi habitualmente en las infla- maciones crónicas sea cual fuera su origen y que probablemente sean productos de desintegración de las plasmacélulas y eosinó- filos, pues en todos los casos, los encontramos donde hubo abun- dancia de estas células. 31 El diagnóstico histológico del Nicolas-Favre en el recto y probablemente en cualquier región genital o en relación con estos, es punto menos que imposible si es basado en la presencia de los corpúseulos que hemos descrito en varias ocasiones. Esto no lo hacemos extensivo a los casos de bubones, en que en el período agudo de .la enfermedad, es bien conocido su cuadro histológico, con sus típicos microabscesos. En estas consideraciones no se nos escapa el gran valor diagnóstico de la reacción de Frei, para poder verificar la enfermedad de Nicolas-Favre. RESUMEN Los corpúsculos descritos, en primer lugar, en las manifes- taciones tardías de la enfermedad de Nicolas-Favre, especial- mente en proctitis crónica y estiómena, por COUTTS y colabora- dores como específicos, es decir, formas tardías del virus de la enfermedad, se buscaron con el método de Mann en 90 rectos de casos de autopsias no elegidas y sin antecedentes de Nicolas- Favre y se encontraron solamente en 13 casos correspondientes a proctitis crónicas. En todos los casos con reacción de Frei positiva encontra- mos corpúsculos acidófilos. A pesar de esta aparente relación, entre los corpúsculos y enfermedad de Nicolas-Favre, pudimos evidenciarlos en la misma forma, en numerosos órganos y pro- cesos inflamatorios o neoplásicos, como por ejemplo, pólipos na- sales, del oído y del estómago, cirrosis hepática, cáncer uterino, tbe pulmonar, ganglios linfáticos con enfermedad de Hodgkin y otros más,'con sus aspectos tisurales y tintoriales idénticos. Suponer en estos casos, una combinación con Nicolas-Favre, nos parece muy artificial. Como apoyo de nuestra opinión, nos sirve además, el hecho de la descripción de los mismos corpúsculos extra o intracelula- res en la mayoría de los órganos de nuestro organismo con pro- cesos crónicos inflamatorios y aún sin ellos, por numerosos auto- res, desde el año 1890. Estos corpúsculos hialinos acidófilos, son conocidos también bajo el nombre de corpúsculos de Russel. Los corpúsculos tienen tamaños desde más o menos 0,5 a 5 micrones, son esféricos, homogéneos y se encuentran aislados o en grupos, muchas veces en forma de mórulas, localizados o libres en el tejido de granulación inflamatorio o incluídos en células mesenquimáticas. Según la mayoría de los autores, se supone que derivan de granulaciones de plasmacélulas o eosinófilos, como productos de degeneración de ellos; pero tanto su etiología como génesis están discutidos. Los gránulo-corpúsculos de MIYAGAWA, tal como los de HERZBERG y KOBLMUELLER, nada tienen en común con los descritos, pues son mucho más chicos, término medio 0,3 micro- nes, se han hecho visibles con otras tinciones y se encuentran en frotis del pus de bubones y después de inoculación en animales; son, indudablemente, formas del virus de la enfermedad de Nicolas-Favre. 32 «Los gránulo-corpúsculos acidófilos, no tienen importancia para el diagnóstico histológico del Nicolas-Favre, por no ser específicos. SUMMARY The corpuscles which Coutts and co-workers described in the late manifestations of the Nicolas Favre disease, especially in chronic proctitis and esthioméne, as specific ones, that is, late forms of the virus of the disease, were investigated with Mann's method in the rectum of 90 cases of non selected autopsies and without histories of Nicolas Favre. They were found only in 13 cases corresponding to chronic proctitis. All the cases with positive Frei test showed acydophile corpuscles. Although there is an apparent relation between the corpuscles and the Nicolas Favre disease; they could be evidenced in the same way in various other organs and in inflammatory or neo- plastic processes, i. e. nasal polyps, polyps of the ear and of the stomach, hepatic cirrhosis, uterine carcinoma, tuberculosis of the lungs, lymph nodes with Hodgkin's disease and other polyps with an identical structure. It seems very far fetehed to suppose these cases were related with Nicolas Favre. The authors” “opinion is supported by the findings of numerous investigators' (since 1890) about the same intra- and extracell corpuscles in the majority of the organs of the body with chronic inflam- matory processes and even without them. These acydophile and hyaline corpuscles are also known by the name of Russel's corpuscles. The size of the corpuscles varies between 0,5-5 microns, they are round and homogeneous, frequently having the form of morules, being fixed or free in the inflammatory granulation tissue or included in mesenquimatic cells. According to the majority of the authors, they are supposed to derive from granulations of plasmacells or eosinophils, as products of their degeneration; but both their ethiology and their genesis are questioned. The granulocorpuscles of Miyagawa like those of Herzberg and Koblmiiller, are not identical with those just described; they are much smaller (0,3 microns average), have been made visible with other stainings and are found in smears of pus of buboes and after inoculation in animals; undoubtless, they are forms of the virus of the Nicolas Favre disease. The acydophile granulocorpuscles have no importance for the histo- logic diagnosis of the Nicolas Favre disease, as they are not specific. 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Corpúsculos acidófilos finísimos, intracelulares (en una célula mesen- quimática). Tamaño de los corpúsculos más o menos 0,5 ue (De color negro). b) I. N. 1218/45. Pólipo inflamado del cuello uterino. Tinc.: Mann. Corpúsculos acidófilos intracelulares (en una célula mesenquimática). Tamaño de los corpúsculos 1,5-1,8 Ll. (De color negro). c) Pólipo nasal. Tinc.: Mann. Corpúsculos acidófilos extracelulares dispuestos dispuestos en mórula. Tamaño de un corpúsculo 3,6 u. Más arriba un corpúsculo aislado. (De color negro). d) IL N. 1381/45. Proctitis crónica por Nicolas Favre (Frei +). Tinc.: Mann. Corpúsculos acidófilos aislados y agrupados. Tamaño de los corpúsculos 1,8-3,6 y 4 . (De color negro). I. N. 1381/45. Proctitis crónica por Nicolas Favre (Frei +). Tinc.: Mann. Corpúsculos extracelulares aislados de 4-5 u. (De color negro). e == Mi. 536 A. N. 517/45. 942 años Proctitis crónica. Corpúsculos acidófilos en forma de mórula, de granulaciones medianas «de 3,6 1 en la submucosa rectal. Tinc.: Mann. Aum.: 610x. E > g < Be . Ed > . se FIG. 5. Mi. 531. Pólipo nasal. Corpúsculos acidófilos intracelulares en forma de mórula. Diámetro «le la mórula 11 u y de cada corpúsculo, 3,6 y. Tinc.: Mann. Aum.: 600x. Mi. 537 A. N. 597/45. 250 años Cirrosis hepática y Ca. hepatocelular. Corpúsculos acidófilos en el tejido intersticial inflamado. Tamaño de- los corpúsculos 3-5 |. Tinc.: Mann. Aum.: 610x. Mi. 539 A. N. 16/46. 962 años Trombo de la aurícula izquierda en período de organización. Corpúsculos acidófilos en medio del tejido de reabsorción. Tamaño de- los corpúsculos 3-5 uo Tinc.: Mann. Aum.: 500x. DEL MUSEO ARAUCANO DE TEMUCO TEMUCO Director: Prof. Hugo Gunckel L. Algunas anotaciones sobre Oreobolus obtusangulus Gaud. por Hugo Gunckel L. (Recibido por la Redacción el 9-V-46) Entre las numerosas plantas que para su identificación recibí «de mi amigo y colega Prof. Carlos Oliver Schneider y que fueron coleccionadas por él durante la reciente expedición científica a las islas de los Chonos, durante los meses de Enero-Febrero de 1946, «Organizada por el Prof. Oliver y don Benjamín Subercaseaux, figuraba la ciperácea monotípica, cuyo nombre encabeza estas líneas. Es sin duda, una de las ciperáceas más curiosas de la parte austral de Sud-América y que posee una interesante dispersión geográfica, ya que crece desde Cabo de Hornos hasta la región andina de la provincia de Ñuble, en Chile, donde desaparece para volver a aparecer en las zonas de las altas cumbres de Colombia y Venezuela, como lo indicó ya Hooker, en Flora Antártica, al afirmar que “it is difficult to suppose that a plant, so abundant in the Falkland Islands, should be rare on the mountains of the adjacent continent, however, it has only gathered near Cape Horn, unless a species collecter by M. Goudont full 4.000 miles further north, on the peak of Tolima in Colombia, should prove to be the same plant, as judging from a barren specimen, it very likely may”. El género Oreobolus fué creado por Robert Brown en Prodr. (1810) : 235 y actualmente se conocen cuatro especies con algu- nas variedades de carácter regional que integran a este género; todas son habitantes de las regiones templado-frías del hemisfe- rio austral (Tasmania, Nueva Zelandia y Sud-América) y según C. B. Clarke la forma: borealis de Oreobolus obtusangulus se en- A A IE o S: A » : Eh 8 “[lsls|s|2| E |8 382 | “somo EA : un aj 1e]nqo3 ojuanay El > 5 -29014 a E H S A E A EPA A a [:» SVHVADONEIH o 43- EXAMENES HEMATOLOGICOS Y SU RELACION CON LA HELMINTIASIS INTESTINAL PRACTICADOS EN LA POSTA ANTI-ANQUILOSTOMIASICA DE LIRQUEN Y COSMITO 3 2, Hb. E a Nombre Eritrocit. a 3 E o A EE o % 5 no ZE aña o E. E e 9 O AS 35| Au Z 3 (48 Ba (S:3| gs E 5 NE 29 291 2 Z 2 (42| <3 (ds £S | 32 | E. B. M. 4.337,500 | 80 | 8,600 | Xx 33 |J. de D, B. B. 4.650,000 | 86 9,100 | x XX Xx 5a. 34 [C0,C. B: | 4.687,500 82 7,950 Xx 35|J. M. C. 5.365,000 90 6,700 Xx 36 |N. A. O. 5.275,000 90 6,000 XxX 6 m. 37 | J. del C. M. B. | 4.700,000 97 7,700 | Xx X QA 38 |J. de D. D. P. 4.715,000 86 | 10,200 X 2 m. 39|A. V. V. 5.250,000 | 90 | 8,500 Xx la. 40|S. H. C. 4.550,000 | 88 5,600 | Xx Xx 10 a. 41|H. N. EF. 4.750,000 89 7,300 Xx Xx 5 a. 42 | N. V. S. | 5,400,000 | 97 6,900 | X X Xx 3 m. 43|E. C. C. 5.180,000 | 87 | 11,600 SI 3a. 44|H. S. M. 5.200,000 96 5,800 4 45|E. R. M. 4.675,000 | 90 8,400 Xx Ba. 46 |C. D. P. | 4.500,000 | 86 | 11,300 XxX E 470. HL: 5.375,000 88 8,800 Xx Xx 2a. | 48 | M. P. L, 4.735,000 92 8,600 XX 38m. 49|J. S. R. F. 4,287,000 96 6,400 Xx 8 m. | -50] M. A, L, J. 5,437,000 | 86 9,300 XXX 8 m. 51 |M. J. B. M. 4.400,000 88 7,200 XXX Xx 1 m. 52 | H, M. P. 4.912,000 98 9,200 Xx as | 53|3. C. C. 5.265,000 83 | 11,600 A PALA 54 | L. A. D. O. 5.265,000 94 | 11,100 Xx | DONAR AG: 4.600,000 | 100 4,800 Xx Xx la. 56/J. 1. B. | 5,350,000 | 98 | 10,900 Xx 3m. 57|M. O, M. 4.950,000 | 96 9,200 SI la. 58 |J. C. G. | 5.175,000 | 100 7,000 7 2 m. 59 /|3J. S. P, | 5.390,000 : 97 8,800 Xx Xx 1 a. 60 |P. P. S. 5.180,000 83 8,000 | Xx XXX Xx 61|P, B, V. 5.125,000 | 75 8,000 e 5 a. 1 62| E. M. V. 5.250,000 | 91 6,800 Xx LE | 63|R, R. P. 4.350,000 | 81 6,200 Xx 10 a. 64 |V. V. T. 5.200,000 85 8,400 Xx 5 a. 65| A. P. A. 5.450,000 | 90 9,600 Xx 5 m. | 66|J. A. E. O. 4,400,000 95 5,600 y la 67 | A. del T. R, R. | 5.200,000 | 94 | 10,800 XX la | 68|D. B. A, | 4.425,000 | 86 5,600 XxX Xx la. | | Hb. Nombre Eritrocit. 8 E : Z ES 69 |S. C. H, | 4.525,000 | 82 | 12,800 70 |J, M. S. L 5.275,000 | 74 | 5,400 Ta: OP. 4.925,000 | 89 | 9,600 Te Ml: e EO E 4.150,000 | 90 | 6,800 73 | R. C. S. 5.400,000 | 96 7,300 TAR R: Pl 5.200,000 | 93 7,250 75|D. S. L. 5.537,500 | 97 | 11,300 EJ WO! “TE 3.200,000 | 87 | 11,200 WEB. OL 4,225,000 | 98 | 10,800 | 78|J. A. C. $. | 5.300,000 92 8,000 79|L. A. S, H. 5.600,000 | 86 | 8,300 80|A. P. A. 4,450,000 | 88 4,550 81|R. C| C. 4.775,000 | 100 7,400 | 82 |R. V. C. 5.460,000 | 91 | 10,400 83 |J. del C. M. C. | 4.125,000 | 78 | 13,400 84 | V. F. O. 5.100,000 | 82 | 10,300 85 |J. 2.2 C. A, 5.450,000 | 86 | 10,600 | 86|R, O, M. | 5.250,000 | 88 | 11,600 SUIZA BS S: | 4.650,000 | 92 | 9,100 88 | B. F. C. 5.150,000 | 83 | 9,600 | 89|H. H. G. 5.400,000 | 95 6,700 90 |B. P. $. 5.080,000 | 83 | 14,600 SDE 4.900,000 | 94 | 11,900 92|J. S. R. F. 5.300,000 85 8,200 93|B. A. C. 4.300,000 | 88 | 11,800 | 94|F., L, B. 5.330,000 | 94 | 8,400 | 9|J, A. A, 4,430,000 | 80 | 8,400 | 96/3. C. R. P. 4.550,000 | 85 | 5,200 | 97|C. R. R. 4.815,000 | 90 | 9,800 | 98| A. R. C. 4,430,000 | 85 | 10,400 99|J. R. B. 4.600,000 | 85 | 8,800 o F. G. M. 5.030,000 | 84 | 6,600 [104 [Z.. P..P. | 4,287,000 | 90 | 8,600 | 102 | M. C. V. 3.350,000 | 75 7,300 | 103 | V. M. E. 5.230,000 | 90 | 9,200 104 | A, R. S. 5.500,000 | 80 | 10,500 105 | E. R. C. 3.650,000 | 98 7,000 | 106 | L. C. G. 4.780,000 | 95 | 8,200 |107|L, A, A. E. 5.125,000 | 98 | 10,200 108|A. H. R. | 5,400,000 | 100 | 7,400 LOQUE: AR UR: 5.600,000 | 93 | 9,600 110/00, T. A, | 5,650,000 | 98 | 10,400 Ancylostoma lumbricoides duodenale Ascaris Xx Xx XXXXXXXX Xx xy Xx xXx A Xx X XXXXXXXXXXX X Xx x Xx XXXXX X Trichuris trichiura XXX . . RDN-P?O0DNAOPA A 40H oOowDnDn .u pu Rh q» DDADOIAOgad- anys oNoaOo yan Én nh nn A A Tiempo trabajado : en las minas AR Do 1 pa ya o PPEBBPPOPRBP POR? BEBER PROP» 45 Nombre E A Sl o »nSs grupos coreano ma Nu) “5 0 =P PENULASRE RO? SUP? RU UAO POP ENS sins o sAno Sa 5 ETE TSE S ES Ea a 5 sa NE] pl a Eritrocit. | | 4.750,00 3.900,000 5.600,000 | 3.230,000 3.780,000 5.850,000 4,400,000 5.175,000 4.900,000 5.100,000 5.500,000 | 4.865,000 3.380,000 5.150,000 3.375,000 5.412,500 4.350,000 4.800,000 5.400,000 5.763,500 4.350,000 5.250,000 3.550,000 5.662,500 4.862,500 6.000,000 4.175,000 4.962,500 | 5.050,000 4.275,000 4.625,000 4.100,000 4.987,500 | 5.087,50 | 5,512,000 5.687,500 | 3.412,50 5.137,500 4.837,500 | 5.275,00 4.075,000 4.462,000 Hb. % 100 100 100 100 Leucocitos 00 (27) [=] o , 12,300 10,000 5,600 10,100 8,100 8,400 6,400 8,600 9,600 11,000 7,200 11,400 8,300 8,500 9,200 10,300 10,300 9,300 8,600 7,700 13,900 9,600 14,200 12,200 13,100 11,400 11,300 9,400 6,500 7,700 7,900 11,900 11,400 10,700 6,900 11,000 6,500 13,000 5,900 14,000 11,200 Ascaris lumbricoides Trichuris trichiura Ancylostoma duodenale X XXXXXXXX X XX XX SOX X A AS X X X XXX X X XXX XXX XXX XXX X XXX XX X XXXX X XX Tiempo trabajado | en las minas ASA A NO PA0DNO0DNAaIonNADOOanNA A pp A ADNO00NDNA NOOO ana Y SES . DOSSIER PPP ERASE A nEnA> > O > APPO AER Ln ON TOA TALES A SANAR ESOO OSA SANA? AAA O Nombre BE > a a Ss oZa 2 SA el Sa 50 z sn ORO UL RO RIO PARO Lo 147 Eritrocit 5.112,50 5.250,00 | 5,412,000 4.637,50 5.087,50 5.237,50 4.975,00 5.087,50 4,287,500 5.350,00 | 5,487,500 | 4,712,500 5.700,000 5.812,500 4,862,500 5.887,500 5.812,50 5.887,50 | 5,493,700 4.962,50 5.137,50 5.000,00 5.000,00 5.150,00 5.625,000 | 4,787,500 4.562,500 5.037,50 | 4,175,000 | 4.700,00 | 4,887,500 | | | 4.630,000 4.612,500 4,412,500 4,300,000 4.012,500 5.123,000 4.850,000 5.675,000 5.980,000 5.662,500 | E % 100 80 90 99 90 85 93 90 85 80 95 87 95 105 100 100 90 90 85 90 105 100 90 95 | 103 80 87 85 83 85 86 87 89 88 97 89 94 100 97 90 6.015,000 | 101 85 | Leucocitos 15,300 6,400 11,500 7,900 10,300 10,800 14,700 10,800 7,200 9,800 12,400 11,800 8,100 9,600 10,700 7,700 9,400 11,600 13,500 10,200 9,600 10,100 12,600 11,900 10,000 7,200 12,200 8,900 18,000 10,900 9,200 14,000 7,200 9,900 8,100 11,800 8,500 8,300 10,700 10,200 12,400 7,900 lumbricoides Ascaris X Ancylostoma duodenale X XXX X XX XX Trichuris trichiura XX XXX _ _ _EE>>= a OA === A A A A A A __—_ —_- a __>>z >> == - > Tiempo trabajado en las minas a 0 ON SA E Aa A y A EII OO HA HA 00 ASTROS CS go a 0 N HN DOIAINNARIRNO A AI E 47 48 BRASS IP OARBNPASROTUSO IEEE AS Zo» = a le Nombre as 2 e +++ 3.—S. H. 10) > (—) 5.—T. C. Az > + 6.—B. A. Aj > +++ 7.—L. C. Aj > + 8.—J. V. As > ++>+ 9.—L. $. 0) > (E) 1) =00 Me O os (E) 11.—Dr. G. (0) > + Titulación de aglutininas: Con sangre N.? 2 = 1/32 > EN AS > >» Ne 11 = 1/16 La técnica usada primero fué la de Diamond y luego la de Conglutinación de Wiener obteniendo con esta última resultados paralelos a la primera. El suero de esta enferma demostró poseer cuerpos bloquea- dores en cantidad apreciable, lo que hace pensar que para el fu- turo obstétrico la sensibilización será más intensa. 62 El recién nacido fué alimentado primero con leche de nedriza y luego artificialmente. Se le hicieron transfusiones con sangre Rh negativa y de la madre con eritrocitos lavados, lográndose después de algunas bajas de la hemoglobina y de los eritrocitos algo alarmantes, una estabilización perfecta. El chico goza, según me lo ha manifestado el colega, de perfecta salud, y entra a su quinto mes de vida. Suero de esta enferma que aún conservamos sigue con su poder aglutinante casi igual que al principio, usando las técni- cas de Diamond, Bloqueo y Conglutinación. No podemos entrar en detalles sobre estas últimas técnicas sin pecar de latos, así que estamos a las órdenes de los colegas que lo deseen para sus trabajos experimentales o clínicos. En resumen, de todos estos hallazgos, que creo habrán pro- ducido alguna desorientación en mis pacientes consocios, se pue- den deducir algunas conclusiones prácticas: El suero anti-Rh Standard sigue siendo una herramienta magnífica de trabajo, sobre todo en nuestro medio para la de- terminación de esta terrible enfermedad llamada Anemia Con- génita Hemolítica de los recién nacidos (antigua Eritroblastosis fetal) y los cuadros clínicos asociados o derivados de esta sensi- bilización humana al Factor Rh. La obtención de los sueros anti-Rh”, anti-Rh” y los anti-Hr, nos servirán en el futuro, cuando entren en la práctica diaria, para aclarar y afinar aun más estos magníficos resultados obte- nidos con el suero anti-Rh”. La sensibilización al Factor Rh, puede producirse en madres o individuos Rh” positivos por diferencias de tipo entre la san- gre de estos y del sensibilizador. También puede ocurrir por sen- sibilización al Factor Hr y sus tipos. Las transfusiones y aun las hemoterapias, según los últimos trabajos de Levine, pueden sensibilizar a una persona contra es- tos factores, de allí que debemos impedir a toda costa que se siga haciendo transfusiones o hemoterapia en niñas, adolescentes o mujeres, so pena de privarles de la posibilidad de tener por lo me- nos un hijo vivo. Afortunadamente no todas las personas son aptas para sensibilizarse aun siendo teóricamente aptas, ya que vemos que sólo un caso entre 25 a 50 mujeres rh llegan a estarlo, cuando se casan con individuos Rh, pudiendo muchas tener hijos sanos, pero como esto no podemos saberlo de antemano, debemos impedir la transfusión o hemoterapia en las condiciones señaladas más arriba. Es posible que una madre Rh negativa, sensibilizada por un feto Rh positivo, tenga un niño viable, el cual puede vivir me- diante una terapéutica adecuada (transfusiones con songre Rh negativa o eritrocitos frescos, lavados, de la madre. En estos casos, no debe dejarse que la madre amamante al hijo. Hay técnicas modernas que permiten descubrir la sensibili- zación, aun en los casos en que no se aprecian aglutininas por los métodos antiguos. 63 No existe hasta ahora ningún método para desensibilizar a una persona, ya sensibilizada a estos factores sanguíneos. Es posible, aprovechar los sueros que contienen conglutini- nas o cuerpos bloqueadores, provenientes de mujeres que han tenido hijos con eritroblastosis (enfermedad hemolítica congéni- ta del recién nacido) o de aquellas inmunizadas por transfusión o hemoterapia. RESUMEN Se comunican los últimos adelantos en el conocimiento del Factor Rh, del Factor Hr y sus tipos. Se hace resaltar la nomen- elatura oficial según las normas de los Genetistas Norteame- ricanos. Finalmente se da cuenta de cuatro nuevos casos de Eritro- blastosis fetal, en los cuales se confirma la teoría etiopatogénica. de Landsteiner, Levine y Wiener. SUMMARY The recent advances in Rh and Hr factor and types are communicated. A special value is given to the Standard Nomen- clature according to the rules of the American Genetists. Finally four new cases of erythroblastosis fetalis are com- municated and the Landsteiner, Levine and Wiener ethiopatho- genic theory is confirmed. BIBLIOGRAFIA 1.—Landsteimer, K. y Wiener, A. 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Nature 155: 112, 1943. 64 11.—Levine, P. y Waller, R. K.—Erythroblastosis Fetalis in the First Born, Blood 1: 143, 1946. 12.—Wiener, A. S.—Theory and Nomenclature of the Hr Blood Factors. Science 102: 479, 1945. 13.—Wiener, A. S.—Rh Factors in Clinical Medicine. J. of Lab. and Clin. Med. 30: 957, 1945. 14.—Wiener, A. S.—Subtypes of Rh in Hemolytic Transfusion Reactions and in Erythroblastosis. A. J. of Clin. Pathol. 14: 52, 1944, 15.—Wiener, A. S. and Wexler, I. B.—Hemolytic Disease of the Fetus and the New Born Infant. Am. J. of Dis. of Children, 68: 317, 1944. 16.—Wiener, A. S.—The Rh Series of Allelic Genes. Science 100: 595, 1944, 17.—Wiener, A. S. and Davidsohn, 1. and Potter, E. I.—Heredity of the Rh. Blood Types. 18.—Wiener, A. S.—The Rh. Types and Some of Their Applications, Am. J, of Clin. Pathol. 15: 106, 1945. 19.—Wiener, A. S. and Preciado Cepeda, Sohn, E. and Polvka, H. 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K. y Abelson, M.—The Importance of Rh Inhibitor Subs- tances in Anti-Rh Serums, Clin. Invest, 24, 122, 1945. 28.—Diamond, L. K. y Abelson, M.—Detection of Rh Sensitization. J. of Lab. and Clin. Med. 30: 668, 1945. 29.—Wiener, A. S.—Conglutination Test for Rh Sensitization, J. Lab. and Clin. Med. 30: 662, 1945. ia AA PEA dal 1 OD Le A 13 O PEE bl a Ae EA A 4 de A id a DEL MUSEO DE CONCEPCION Director: Prof, Carlos Oliver Schneider Catálogo de los mamíferos de la Provincia de Concepción por Carlos Oliver Schneider (Recibido por la Redacción el 8-VII-46) Cumpliendo con los propósitos contenidos en nuestro plan «del Levantamiento Biológico de la Provincia de Concepción, concretamos en este Católogo la enumeración sistemática de los mamíferos vivientes en el territorio de la Provincia de Concepción. Este trabajo está basado en el material y en las observacio- nes recogidas durante treinta y dos años, o sea desde 1915, época en que iniciamos nuestro trabajo científico en el Museo de Concepción. Enumeramos en él las especies endémicas de la región, las especies aclimatadas en estado silvestre y también aquellas que han desaparecido ya como consecuencia de las modificaciones del medio ambiente debidas a la acción del hombre. A este inventario lo hemos adicionado con algunas notas de carácter biológico e histórico con el propósito de difundir su cono- cimiento ya que comprende éste una materia tan poco estudiada entre nosotros. Hemos seguido, en parte, en este Catálogo la nomenclatura dada por Wilfred H. Osgood, en su obra The Mammals of Chile, con algunas modificaciones, que, a nuestro criterio, nos han pare- cido más acertadas y aceptables. 67 Tipo VERTEBRADOS Clase MAMMALIA Insub Clase THERIA Infra Clase Metatheria I. Orden Marsupialia Sub Orden Prolyprotodonta 1. Familia Didelphidae 1. Género MARMOSA, Gray (1821) 1.—M. elegans elegans, Waterhouse. Comadreja, Llaca, Colo-colo, Kod-kod, Monito del monte. Es frecuente encontrar esta especie en la espesura de los: matorrales de quilas o en los huecos de los peumos, tanto al norte como al sur del río Bío-Bío. Se han colectado ejemplares en Lonco, Gualpén, Coihueco,. El Retamo, San Pedro, Pelun, Yovilo, Coronel, etc. Cría dos veces en el año, teniendo cada vez de ocho a doce: hijuelos. Sus hábitos son nocturnos. 2. Género DROMICIOPS, Thomas (1894) 2.—D. australis australis, Fed. Philippi. Comadreja, Llaca, Colo-colo, Monito del monte, Kod- Lol Esta especie ha sido indicada para la región al sur del río Bío-Bío, aún cuando se encuentra también al norte de este río. En el Parque Pedro del Río, junto a Concepción, convive con la. especie anterior en los mismos matorrales junto a la desemboca- dura del río. En la colección del Museo de Concepción existe un ejemplar capturado por el señor Skewes, en la Hacienda Rucamanque, cer- ca de la Estación Huépil (1) y al norte del río Laja. (2) Es una especie de hábitos nocturnos. Se alimenta principal- mente de coleopteros, pareciendo que se deleita en triturar los élitros, aún cuando caza otros insectos. En esto demuestra una. sorprendente agilidad y seguridad que contrasta con la aparente. somnolencia que demuestra de ordinario. En cautividad come carne rallada, frutas, bebe leche y agua. Es particularmente gracioso cuando se asea y se lame los. mostachos y las estremidades anteriores después de comer. Su grito es “tzchi...tzchi...kod...kod” que parece produ-- ce en una combinación de dientes y garganta. Tanto en la vida libre como en el cautiverio tiene sueño in-- vernal. Duerme entonces enroscado y acostado de un lado, entu- meciéndose en tal forma, en el invierno que parece hubiera fa- Mecido. Hace su nido con palitos, musgos y lanas en los huecos de los. árboles o en las espesuras de los quilales. 05 Las observaciones que hemos efectuado con ejemplares de esta especie en cautividad nos permite decir que sus sentidos son normales, dominando el olfato. Inteligencia mínima. No se presta a la domesticación, no reacciona a ningún in- centivo ni siquiera a la comida. Aparenta un continuo sopor. Sólo podría considerarse como un LASER de inteligencia es- peculativa el hacerse el muerto. No reconoce a personas ni a ningún des extraño a su vida ordinaria. Su carácter es tímido, insociable y pérfido. II. Orden Chiroptera Sub Orden Microchiroptera 2. Familia Vespertilionidae 3. Género MYOTIS, Kaup. (1829) 3.—M. chiloensis arescens (Waterhous). Murciélago. Lo hemos observado con frecuencia en Coronel, principal- mente en las construcciones mineras abandonadas. De alimentación insectívora vive en pequeños grupos no su- periores a medio centenar. Parece ser una especie de carácter pendenciero. 4. Género HISTIOTUS, Gervais (1855) 4.—H. macrotus, Poeppig. Orejón, Murciélago orejón. Murciélago orejudo. Es una especie común en Concepción, encontrándose ejem- plares aislados en los bosques del Cerro Caracol. 5.—H. montanus montanus, Philippi et Landbeck. Orejón. Murciélago orejón. Murciélago orejudo. Especie muy común en las regiones interiores y altas de la provincia, tales como Rere, Florida, Coelemu, hallándose en los bosques y en las bodegas. Su alimentación es insectívora y erróneamente se cree y se dice que como uvas. Vive aisladamente. 5. Género LASIURUS, Gray (1831) 6.—L. borealis bonariensis, Lesson y Garnot. Murciélago colorado. Es el murciélago más común en toda la región y principal- mente en las ciudades. Se le encuentra en forma gregaria tanto en los bosques como en los edificios o en las cuevas y rendijas de las rocas del litoral. 69 Su letargo invernal es de menor duración que en las otras: especies de quiropteros pues es el primero que se hace notar y” el último que desaparece. En varios exámenes estomacales se hallaron vestigios de lepidópteros seguramente nocturnos o crepusculares. Hemos efectuado la curiosa observación de que es el único murciélago de la región que vuela en las noches de viento fuerte. También lo hemos observado volando sobre el mar a corta: distancia de la costa. 7.—L. cinereus villosissimus, Geoffroy. Murciélago gris. Murciélago escarchado. Esta especie ha sido hallada también en las regiones altas. de la provincia y principalmente en la cordillera de Nahuelbuta. Vive aislado. 3. Familia Molossidae Género TADARIDA, Rafinesque (1814) 8.—T. brasiliensis, Geoffroy. Murciélago castellano. Murciélago coludo. Esta especie era bastante común en los pueblos y minas. abandonadas del Golfo de Arauco, donde la encontramos muchas: veces. Actualmente es una especie rara. Es una especie de alimentación insectívora y de hábitos gre-- garios alcanzando a formar grandes bandadas. TIT. Orden Carnívora Sub Orden Fissipedia 4. Familia Canidae Sub Familia Caninae Género DUSICYON, Hamilton Smith (1839) 9.—D. griseus maullinicus, Philippi. Chilla, Zorra, Zorro. Es una especie de hábitos nocturnos y crepusculares ya bas- tante rara en la provincia, o por lo menos, sin la abundancia con. que se le hallaba hace veinte años. Viven aislados y sólo se juntan en parejas en determinadas épocas acompañando después a sus cachorros hasta su total desarrollo. Los cachorros están sujetos a una educación por parte de- sus padres que dura unos seis meses. 10.—D. griseus domeykoanus, Philippi. Es una especie de hábitos semejantes a la anterior que vive. en la región alta de la provincia. 70 11.—D. culpaeus culpaeus, Molina. Culpeo, Zorro colorado. Zorro grande. s Esta especie se encuentra todavía en la cordillero de Na- huelbuta. Antes de 1927 era frecuente cazarla en los cerros de ES y de Cayumangue (3), donde actualmente ha desapa- recido. 5. Familia Felidae Sub Familia Felinae - Género FELIS, Linnaeus (1758) 12.—F. concolor puma, Molina. León, Puma, Pagi. Esta especie es ya escasa en la provincia de Concepción, aún cuando no es ocasionalmente rara. Se le encuentra en toda la cordillera de la costa desde el Cerro Cayumangue y el Queime hasta el Manquimávida (4) en cuyos aledaños aparece con frecuencia. Es más abundante en los cerros que bordean a Santa Juana, Coronel y Lota, tales como el Pileo, los Palcos y Pelún, que forman parte de la cordillera de Nahuelbuta (5). El Museo de Concepción posee un ejemplar joven capturado en el año 1913, en las Pocitas, Concepción, a poca distancia del actual Barrio Universitario. No hace muchos años otro puma merodeó por el Cerro Caracol y en este año, un puma visitó una obra de ladrillos junto a Viluco, en el camino a Chiguayante, de- jando impresas sus huellas en los ladrillos frescos. 13.—F. pajeros colo-colo, Molina. Gato montés, Colo-Colo. El Museo de Concepción posee un ejemplar capturado en Nonguén en 1905. Actualmente es una especie desconocida en la región. 14.—F. guigna guigna, Molina. Guiña, Gato montés. Es una especie bastante común en toda la región y talvez más abundante que en años anteriores. Se encuentra en los ma- torrales y bosques. Vive aislado y sólo en parejas en la época del celo. Ocupa los huecos de los árboles y cuevas abandonadas y originadas por la erosión de los terrenos para refugiarse y mantener sus crias. Su carácter es pérfido y talves imposible de domesticar, por lo menos, no hemos logrado conseguirlo, a pesar de criar ejem- plares desde pocos días de su nacimiento. mi 6. Familia Mustelidae Sub Familia Lutrinae Género LUTRA, Brisson (1762) 15.—L. huidobria, Molina. Guillín. Especie cada vez más rara en nuestra región. Vive en los meandros de los ríos, siempre en cuevas ocultas en los matorra- les de la ribera. Hábitos nocturnos y crepusculares. Se sostiene, aún cuando no nos consta que es una especie de costumbres gregarias y que varios ejemplares viven en un mismo lugar y posiblemente en una misma cueva. 16.—L. felina, Molina. Gato de mar, Chungungo, Chinchimen. Es una especie rara en el litoral de la provincia, aún cuando vive en una región cercana como ser los farellones o roquerías de Tropen, en la provincia de Arauco (6). Conocemos ejemplares capturados ocasionalmente por los pescadores en el puerto de Coronel y en los alrededores de Tum- bes. Me han señalado su presencia ocasional en las cuevas del Pompon, en la desembocadura del río Bío-Bío. Su piel tiene un pelaje aterciopelado, largo y tupido, de un color café amarillento más pálido en el pecho y región ventral donde es isabelino, “la lanita o borra oculta bajo el pelo es lige- ramente azulada”. Es la especie de más valor en toda la fauna mamalógica de la región. Sus hábitos son nocturnos. Se alimenta de peces, crustáceos y molúscos. Es de carácter huraño y no dura mucho en cautividad. Sub Familia Grisoninae 10. Género GRISON, Oken (1816) 17.—G. (Grisonella) cuja, Molina. Kike. Es una especie de hábitos nocturnos que se encuentra fre- cuentemente en toda la provincia. Se alimenta de roedores y aves que caza con mucha destreza. Debe ser considerada como una especie útil para la agricul- tura por el control que ejerce sobre las liebres y conejos. Es fácil de domesticar, a pesar de su carácter sanguinario e irritable. Esta condición ha dado motivo al dicho popular “malo * como kike” o a este otro “se puso como un kike”. Los cachorros nacen imperfectos. Son objeto de educación por parte de sus padres. Entre sus sentidos predomina el oído, que es muy fino. 72 Sub Familia Mephitinae 11. Género CONEPATUS, Gray (1837) 18.—C. chinga chinga (Molina). Chingue. Es una especie frecuente en toda la provincia pero principal- mente en la región al sur del río Bío-Bío, en la cordillera de Nahuelbuta. Vive en cuevas que elabora en las quebradas o aprovechan- do algún hueco de árbol. Es de hábitos nocturnos, aun cuando tenemos la certeza que su mayor actividad la desarrolla al amanecer, que es cuando se le sorprende. Se alimenta de aves, roedores e insectos. Puede ser consi- derada como una especie útil a la agricultura. Parece ser un animal de hábitos poco sociables, pues siempre se le encuentra aislado. Sin embargo, en la cordillera de Nahuel- buta y a la altura de Carampangue, se encuentra un lugar que denominan Cajón de los Chingues y donde los vecinos sostienen que vive una colonia de esta especie. En una comprobación per- sonal, aun cuando no vimos ningún chingue, hallamos indicios inequívocos de que frecuentaban el lugar. Sub Orden Pinnipedia 7. Familia Otaridae 12. Género OTARIA, Peron (1816) 19 —0. flavescens, Schaw. Lobo de mar, Lobo de un pelo, León marino. Uriñe, Lame. Es una especie común en todo el litoral de la provincia des- de la desembocadura del río Itata hasta el Golfo de Arauco, don- de causa serios daños a la pesca, tanto por el consumo de peces como por los destrozos que efectúa en los aparejos. En otra época y principalmente en tiempo de la Colonia parece que fué muy abundante, a juzgar por los relatos de los viajeros y cronistas (7). Es un animal inteligente, fácil de domesticar, de carácter franco y confiado, aun cuando es agresivo. Sus sentidos más desarrollados son la vista y el olfato, cualidad que es necesario tomar en cuenta en las cacerías de lo- bos marinos. Tiene hábitos nocturnos y durante el día su sueño en tierra es muy profundo. Es sociable en alto grado. 13. Género ARTOCEPHALUS, E. Geoffroy y F. Cuvier 20.—A. australis, Zimmerman. Lobo de dos pelos, Lobo fino, Lobo de Magallanes, Fur seal, Fursil, Lobo fursil. 73 Esta especie que parece fué más abundante en nuestro lito- ral a mediados del siglo pasado, ahora sólo aparece ocasional- mente, traído por las corrientes del sur. 21.—A. philippi (Peters). Lobo de dos pelos. Fur Seal. Esta especie propia del litoral, siendo más frecuente cuando hay variaciones en la corriente de Humboldt. 8. Familia Phocidae Sub Familia Monachidae 14. Género LEPTONYCHOTES, Lesson (1826) 22.—L. weddelli, Lesson. Foca de Weddell. Esta especie, propia de la región antártica llega incidental- mente hasta nuestro litoral. 15. Género HYDRURGA 23.—H. leptonyx, Blainville. Leopardo marino. Lobo de los patos. Esta especie es también incidental en el litoral de Concep- ción. El Museo de Concepción posee un ejemplar capturado en San Vicente. Sub Familia Cystophorinae 16. Género MIROUNGA, Gray (1827) 24.—M. leonina (Linnaeus). Elefante de mar, Morunga, Mirunga, Thopel Lame. Parece que en otras épocas fué más común en esta región. Actualmente ha desaparecido completamente, refugiándose en la región antártica. IV. Orden Rodentia Sección Hystricomorpha 9. Familia Octodontidae 25.—0. degus, Molina. Ratón cola de trompeta, Bori, Degú, Dewú, Ratón de tapia. A pesar de la observación de Osgood, de que esta especie no ha sido vista al sur del Maule (8), ha sido colectada en los cerros. de San Cristóbal, cercanos a Yumbel (9). Con referencia a esta especie Claudio Gay dá la curiosa noti- cia de que los indios araucanos la comían con gusto. 74 La característica principal del ratón degú es la parte termi- nal de la cola que semeja un pequeño plumero. 18. Género ACONAEMYS, Ameghino (1891) 26.—A. fuscus fuscus, Waterhouse. Rata de campo. Se encuentra esta especie en la cordillera de Nahuelbuta. 10. Familia Echimyidae Sub Familia Myocastorinae 19. Género MYOCASTOR, Kerr (1792) 27.—M. coypus coypus, Molina. Coipo, Coipu, Coipus, Nutria. Es común en los ríos, esteros y lagunas de toda la provin- cia, aun al sur del río Bío-Bío, que es el límite austral que seña- la Osgood. Es una especie de hábitos gregarios, crepusculares y más: bien nocturnos. Sus sentidos son normales, predominando el olfato. En los criaderos se observa que a pesar de su carácter tími- do, es inteligente y reconoce las personas y voces amigas. Nace apto para la vida pero existe una educación por parte de los padres que dura aproximadamente seis meses. El desarro- llo total se alcanza al año. La carne es blanca, tierna, sabrosa, superior a la de otros roedores, como por ejemplo, la liebre y el conejo. La piel tiene el pelaje distribuído en los capas, una exterior, de pelos largos, tiesos, cerdosos, de color pardo castaño, que se vuelve amarillento en los ejemplares viejos y otra interior, bajo la primera, compuesta de pelo corto, admirablemente suave y sedoso, de color plomizo, obscuro. Es esta felpa la que dá más valor a la piel de coipu o nutria, como han dado en llamarla los peleteros. 11. Familia Leporidos 20. Género LEPUS, Linnaeus 28.—L. timidus, Linnaeus. Liebre. No conocemos la fecha de la introducción de esta especie en nuestra región, pero sabemos que sus daños y perjuicios se hicieron sensibles en nuestra agricultura a partir de 1926. Actualmente su piel y sobre todo su pelo se está aprovechan- do industrialmente. Ello puede determinar su control, y en con- secuencia su disminución. 75, 21. Género ORYCTOLAGUS, Lilljeborg 29.—0. cuniculus, Linnaeus. Conejo. Esta especie fué primeramente aclimatada en esta región, según datos que encontramos en la prensa de la época, alrededor del año de 1907 y sus perjuicios se hicieron sensibles dos años después en 1909. Posteriormente desapareció totalmente, talvez controlada por algún carnívoro o ave de rapiña para aparecer nuevamente en los últimos años en forma de una plaga realmen- te seria. Sección Myomorpha 11. Familia Muridae Sub Familia Murinae 22. Género RATTUS, G. Fischer (1803) Sub Género Epimys, Trouessart (1881) 30.—R. rattus rattus, (Linnaeus). Rata negra. Esta especie fué aclimatada en Chile desde los primeros años de la Conquista, seguramente desde la expedición de Alonso de Camargo, en 1539, uno de cuyos navíos, el mandado por Juan de Riberos, hizo escala en la llamada entonces Bahía del Carnero, en el litoral de Arauco (10), donde los aborígenes le obsequia- ron un guanaco, que fué retribuído por varias ratas de abor- do (11). Esta especie ha sido casi totalmente desplazada y destruída por la rata gris o pericote (M. norvegicus, Exl) en forma tal que en cuatrocientos ejemplares de ratas obtenidos en la ciudad de Concepción y autopsiados por Ruiz del Río (12), nosotros solamente identificamos seis ejemplares de R. rattus rattus, Linnaeus. 31.—R. rattus alexandrinus, (Geoffroy). Rata. Esta especie, originaria de Egipto, cuya fecha de introduc- ción ignoramos, fué encontrada al revisar y clasificar el material de ratas colectado por Ruiz del Río, en sus investigaciones sobre su parasitología, hallándose solo tres ejemplares en cuatrocien- tas ratas. Más tarde vimos un ejemplar muerto en las caballerizas de un regimiento. Sub Género Rattus, G. Fisher (1803) 32.—R. norvegicus, (Erxleben). Pericote, Rata gris, Guarén, Huarén, Guareno, Huareno. Esta especie originaria de Asia llegó a nuestro país proce- dente de Europa, donde apareció en los comienzos del siglo XVIII 76 y en donde desplazó totalmente a la rata negra. Entre nosotros se hizo sentir en los principios del siglo XIX, probablemente en la primera época de la República, al intensificarse el tráfico ma- rítimo y a igual que en otras partes del mundo, fué exterminan- do paulatinamente a la rata negra. 23. Género MUS, Linnaeus (1758) 33.—M. musculus musculus, Linnaeus. Laucha, Laúcha, Llaucha. Es una especie introducida en el país e intensamente acli- matada. 13. Familia Cricetidae Sub Familia Cricetinae 24. Género ORYZOMYS, Baird (1857) 34.—0. longicaudatus philippi, Landbeck. Rata. Rata de campo. Rata silvestre. Rata coluda. Es una especie común en los pajonales de las vegas de Tal- cahuano, encontrándose también en los bosques de pinos de toda. la provincia, pero de preferencia en los terrenos húmedos. Es de hábitos gregarios. Tengo la impresión de que las ratas que componían la famo- sa invasión de ratas de 1877, que asolaron la provincia, a raíz de las inundaciones del mes de Julio de ese año, correspondían a es- ta especie. 25. Género NOTIOMYS, Thomas (1890) 35.—N. megalonyx microtis, Philippi. Ratón topo. Rata de campo. Vive en cuevas que elabora con sus propios medios, de pre- ferencia en suelos húmicos. 36.—N. valdivianus valdivianus, Philippi. Ratón topo. Rata de campo. Se le encuentra al sur del río Bío-Bío en los bosques de la cordillera de Nahuelbuta. 26. Género AKODON, Meyer (1883) 37.—0. olivaceus pencanus, Philippi. _ Esta especie, cuya variedad pencanus es propia de la pro- vincia, vive en cuevas y rendijas naturales o en los huecos de los. troncos y raíces de boldos, litres y peumos. 38.—A. (Abrothrix) longipilis apta, Osgood. Ratón de campo. Es una especie bastante común en nuestros campos. TR 27. Género PHYLLOTIS, Waterhouse (1836) 39.—P. darwini fulvecens, Osgood. Rata orejuda. Esta especie de tendencia arborícola vive en los peumos, boldos y litres y también en los pinos. Es relativamente mansa, inquietándose muy poco ante la presencia del hombre. Se le encuentra en la cordillera de Nahuelbuta. 40.—P. (Ausliscomys) micropus micropus, Waterhous. Rata de campo. Es una especie muy rara en la cordillera de Nahuelbuta. V. Orden Ungulata Sub Orden Artiodactyla 14. Familia Camelidae 28. Género LAMA, G. Cuvier (1800) 41.—Lama guanicoe, Muller. Guanaco, Huanaco, Chilihueque. Hueque. Carnero de la tierra. Esta especie existió en nuestra provincia. Ello consta por los relatos de los cronistas, por algunos huesos que se 'suelen encontrar en los cementerios de indígenas antiguos y por la afir- mación de Claudio Gay (13) que dice: “Abunda muchísimo en las provincias de Coquimbo y Concepción, frecuentando las altas montañas, y descendiendo en el invierno hasta las llanuras en busca de un pasto más abundante y substancioso”. Actualmente no vive en estado silvestre en ninguna región de la provincia. ; 15. Familia Cervidae 29. Género PUDU, Molina (1782) 42.—P. pudu, Molina. Venado. Pudú. A pesar de lo indicado por algunos autores (14) siempre hemos encontrado esta especie sola o en parejas en la espesura de los bosques, tanto-en la cordillera de Nahuelbuta, como en el Cayumangue o el Manquimávida. Aún cuando esta especie es relativamente escasa, se le en- Ccuentra con frecuencia. 30. Género DAMA, Gesner 43.—D. dama, Wied. Ciervo. Gamo. Esta especie fué introducida en el país y en nuestra provin- cia en el año 1887, por iniciativa de la señora Isidora Goyenechea 78 de Cousiño y de su hijo don Carlos Cousiño, trayéndose los ejem- plares de España. Fueron ubicados primeramente en el Parque de Lota, donde la perfecta aclimatación y pronta procreación los convirtieron en una especie molesta. Esta situación determinó que se enviara el plantel de ciervos al fundo El Escuadrón, actual propiedad de la Compañía Minera e Industrial de Lota, situado en plena cordille- ra de Nahuelbuta donde se les construyó un recinto especial con cerco de piedra, que hasta no hace muchos años aún se conger- vaba con el nombre de: “corral de los ciervos”. Luego se hicieron indeseables por sus continuas fugas y los destrozos que causaban a los sembrados. Esto determinó un nuevo traslado del plantel, esta vez a la Hacienda de la Isla Santa María, en el Golfo de Arauco, donde prosperaron en buenas condiciones en un espacio de tiempo cercano a quince años, y en donde se efectuaron cace- rías de ciervos. Un mal concebido propósito de rodearlos y re- ducirlos, en la zona de la isla denominada Morro Dolores, hizo que la manada, arizca de por sí, se precipitara por los acantila- dos al mar donde precieron en las piedras de la playa. Allí hemos recolectado cráneos y cornamentas de esta especie, recuerdos de este interesante intento de aclimatación. VI. Orden Cetácea Sub Orden Odontoceti 16. Familia Delphinidae 31. Género TURSIOPS, Gervais (1855) 44.—T. tursio, Fabricius. Delfin. Tunina. Especie ocasional en el Golfo de Arauco. 32. Género DELPHINUS, Linnaeus 45.—D. delphis, Linnaus. Delfin, Tunina. Esta especie aparece periódicamente en nuestro litoral a fi- nes de Otoño. 33. Género TURSIO, Wagler (1830) 46.—T. peroni, Lacepede. Delfin, Tunina. Es una especie frecuente en todo el litoral. 34. Género PRODELPHINUS, Gervais (1880) 47.—P. longirostris, Gray. Delfin, Tunina. Especie ocasional en el litoral. 79 a 34. Género LAGENORHYNCHUS, Gray (1846) 48.—L. obscurus, Gray. Tunina negra. Es la especie más frecuente en el litoral, abundando en el Golfo de Arauco y en los alrededores de la desembocadura del río Bío-Bío. 35. Género CEPHALORHYNCHUS, Gray (1850) 49.—C. eutropia, Gray. Tunina, Delfin. Ocasional en nuestro litoral. 36. Género PHOCAENA, Cuvier 50.—Ph. sp. En la colección del Museo de Concepción se conserva un cráneo que corresponde a este género y que fué hallado en Trau- co, cerca de Llico, en el Golfo de Arauco. 37. Género GLOBICEPHALUS, Lesson (1842) 51.—G. melas, Trail. Calderón. Aparece ocasionalmente en nuestro litoral, siempre en los primeros meses de verano. Conocemos ejemplares capturados en el Golfo de Arauco y en la bahía de Concepción. Aún cuando es una especie de hábitos gregarios, sólo arri- ban a nuestras aguas ejemplares aislados. 38. Género PSEUDORCA, Reinhard (1862) 52.—P. crassidens (Owen). Orca. Esta especie de distribución universal en los mares, suele aparecer ocasionalmente y siempre con ejemplares enfermos. En el Museo de Concepción se conserva un cráneo de un ejemplar varado en la Bahía de Concepción, en la isla Rocuant. 39. Género ORCINUS, Fitzin (1860) 53.—0. orca, Linnaeus. Ballena quila. Quila. Kila, Espolarte. Orca. Keller. Esta ballena aparece incidentalmente en nuestro litoral ha- biendo sido capturada muchas veces por los balleneros de la Isla Santa María y de caleta Tumbes. Por la relación que nos han hecho los balleneros antiguos parece que a comienzos de este siglo era una especie muy común. Se alimenta de peces y aun ataca al lobo de mar, y a las ballenas y cachalotes. S0 17. Familia Physeteridae. 40. Género PHYSETER, Linnaeus (1766) 54.—P. Macrocephalus, Linnaeus. Cachalote, Epamuel, Esperma, Ballena esperma, Sperm whale. Es el cetáceo más común en nuestro litoral, siendo objeto de la principal explotación de las balleneras de la isla Santa María. Esta especie produce aceite, esperma y ambar gris. (15). Su alimentación es a base de jibia (Ommastrephes gigas, Hupé), cefalopodo cuya abundancia regula su presencia en el litoral. 18. Familia Ziphidae. 41. Género ZIPHIUS, Cuvier (1823) 55.—Z. cavirrostris, Cuvier. Ballena Fimbaqui. Fimbaki, Thin Back. Actualmente es sólo ocasional. Antes era más abundante. Aparece en nuestras aguas litorales sólo a fines del verano. Se alimenta de jibias. Sub orden Mystacoceti. 42. Género BALAENA, Linnaeus (1766) 56.—-B. glacialis, Bonnaterre. Ballena Raituel. Raituel. Reituel. Right whale. ta especie, que constituye la verdadera ballena, sólo se presenta, en la actualidad, en forma ocasional en nuestro litoral. A comienzos del siglo era más abundante. Es el único de los cetáceos, aparte de los delfines o tuninas, que se acerca a la playa, recostándose en los bajos fondos y de- teniéndose por largo rato. Familia Balaenopteridae. 43. Género MEGAPTERA, Gray (1864) 57 .—M. nodosa, Bonnaterre. Ambaqui. Ballena ambaqui. Ballena jorobada. Humpback whale. Es, entre los cetáceos que frecuentan nuestro litoral, junto con el cachalote, la especie más común, sin ser abundante en la actualidad. Tiene la particularidad de inmovilizarse sobre la superficie del agua y parecer dormir. 81 44. Género BALAENOPTERA, Lacepede (1804) 58.—B. musculus, Linnaeus. Alfahuara. Ballena alfahuara. Rorcal. Gran Rorcal. Blue Whale. Esta especie es el animal viviente más grande que existe, pues alcanza a treinta metros de largo y doce metros de circun- ferencia. Fuera del aceite que se le extrae y que es muy apreciado se estima mucho sus barbas, que son de color negro y hasta de un metro cuarenta de largo. Nos han informado los balleneros que es frecuente encontrar ejemplares de esta especie mezclados en manadas de la ballena ambaqui (M. nodosa). BIBLIOGRAFIA ESENCIAL CONSULTADA (*) ALBERT, FEDERICO.—Los Pinipedios de Chile. Santiago. CABRERA LATORRE, ANGEL.—Católogo descriptivo de los Quiropteros chilenos. Rev. Chil. Hist, Nat. 1903, pág. 278-308. Catáligo sinonimico de los Felidae sudamericanos, Rev. Chil. Hist. Nat. 1911. pág. 40-54, Notas sobre carnívoros sudamericanos. Notas del Museo de La Plata. Zool. N.* 29. pág. 1-22. La Plata. 1940. Manual de Mastozoología. Calpe. 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Liv, 3-1919. - - dl 2949 y p Los mamíferos de la provincia de Concepción en su relación coh la agricultura, Concepción. 1923, Notas Mastozoologias. Comun, Museo de Concepción. N.? 5, Concep. 1936. PHILIPPI, R. A.—Beschreibung neuer Wirbelthiere aus Chilé. Aréh.'Naturg. 1858. Sobre una nueva especie de foca o lobo de mar descripto: pór el prof. Peter. Anal. Univ. Chile. 29, pág. 802, 1867. Las focas chilenas del Museo Nacional. Anal. Museo Nace) Chil. Zool. Santiago. 1892, y Figuras y descripciones de los Murideos de Chile. Anal. Museo Nac. Chil. Zool. Santiago. 1900, WOLFFSOHN, JOHN.—Contribuciones a la Mamalogía chilena. 1. Sobre y el Felis colocolo, Molina. Rev. Chil, Hist, Nat. pág. 165, 172. 1908. Contribuciones a la Mamalogía chilena. 11. Sóbre la Lutra huidobria (Mol) Rev. Chil, Hist. Nat. pág. 101, 103. 1909. Contribuciones a la Mamalogía chilena. Apuntes sobre las Marsu- piales. Rev. Chil. Hist. Nat. pág. 74-88. 1913. Sinópsis de los Quiques. (Grison) de Chile. Rev, Chil. de Hist, Nat. pág. 138-140. 1925, ; Las especies chilenas del género Notiomys. Rev. Chil. de Hist. Nat. pág. 11-12. 1926. 83 INDICE TOMO XXI Editado XII — 1946 Pág. Fernández, R.—“Contribución al estudio anátomo-patológico de la duodenitisiy de lalúálcera duodenal condes clado ae callao Enríquez, J.—“El significado de los corpúsculos acidófilos en la enfer- medad de Nicolás-Favre (Estudio anátomo-patológico”)...... Gunckel, H.—“Algunas anotaciones sobre Oreobolus obtusangulus CAU ecoraio tatoo A od O O OO A ORO Wilhelm, 0.—“Factores carenciales en la patogenia de la anemia aney- loto masia da alla Imialalo iaa laja.oo 0 000 aio a e lala ala 8 aloja yo jala Sandoval, L. y Domínguez, M.—“El factor Rh, el factor Hr y sus tipos” Oliver, C.—“Catálogo de los mamíferos de la provincia de Concepción” 17 35 39 53 67 85 - il ATA E HIDE tg EA : in y ¡ ADA AURA Dat CN AMS E e solamente trabajos del terreno de la Biología General y Especial, ps incluyendo Anatomía, Anatomía Patológica, Anatomía Compa- LA: - rada, Histología, Antropología y Embriología, pero con exelu- h ión de trabajos clínicos. Cada año aparece un tomo en la segun- - da mitad del año y los'manuscritos tienen que estar en manos del redactor antes de fines del mes de Julio. Todos os trabajos tienen que ser originales, de valor cien- tífico e inéditos y tampoco deben ser publicados en otra parte espués de haber sido admitidos por esta redacción. Los trabajos no deben exceder de 40 páginas escritas a má- ¡ quina, tamaño carta (27 X 21 ems.) con margen de 3 cms. y con doble espacio. aceptarse, sino en forma muy breve. Tampoco pueden publicar- se en extenso observaciones y experimentos con resultados nega- tivos. Las introducciones históricas largas deben evitarse. "Helaciones con trabajos anteriores del mismo tema pueden ha- E cerse por simples referencias de las últimas monografías, ma- - —nuales o trabajos respectivos. fi En caso de experimentos, protocolos de autopsias, historias q - clínicas, etc., debe hacerse un corto resumen, estilo telegrama - y en casos necesarios pueden agregarse tablas cortas. ' Las figuras deben restringirse al mínimo con leyendas que - expliquen las técnicas usadas y la ampliación, muy cortas y sin mayor explicación en el texto. Se aceptan solamente fotos o DOM dibujos originales en negro y blanco, mejor en tinta China, lo mismo vale para curvas y gráficos. El número total de figuras 2 de cada trabajo lo fija el OE es decir, pudiendo él decidir o u aumento O re ibrcción. según ba convenios a conteniendo el ape- mpleto y la primera letra del nombre del autor, título ro 0 monografía, se en: también la casa editorial. io ografía deben figurar solamente trabajos citados en Óricos y as dudo menos a deben Mario en lel manuscrito el signo P (Petit) para su impresión en Mfidado a pedir trabajos de los miem- s la fecha de publicación, deberán en- El Boletín de la Sdciedad de Biología de Concepción acepta - Las puras “comprobaciones de hechos conocidos no pueden oir ql trabajo, co 0 abreviación cor 'espondiente del BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGIA DE CONCEPCION (CHILE) Bol. Soc. Blol. Concepción (Chile) a MANTE Deseamos establecer Canje con todas las Revistas similares. ; We wish to establish exchange with all similar Reviews. Wir winschen den Austausch mit allen áhnlichen Zeitschriften. On désire établir Péchange avec toutes les Revues similaires. Dirigir correspondencia al BIBLIOTECARIO: Prof. Dr. Carlos -Henckel, Concepción (Chile). Casilla 29.