ES de la Sociedad de Biologia e 2 Concepción (Chile) (Organo oficial de publicación de las Sociedades de Biología y de Bioquímica de Concepción). Filial de la Societé de Biologie de París. Publicación auspiciada por la Universidad de Concepción TOMO XXXVII AÑO 1962 SUMARIO Págs. Bardisa, U, L., Concha, B. J., Von Plessing, B. C.— Acción de algunos ácidos hidroxibenzoicos en el consumo de amsenonteria rata placa co a ada LA Da 3 1. Bravo, J. Concha y R, Guerrero,— Rol de las fibras ner- viosas simpáticas del estómago y de catecolaminas en el aumento de pepsinógeno gástrico por estimulación polaca e o ca alo DEN Virginia Springmiiller H. y Juan Concha B.— Evolución de la constante de excitación k y la constante de aco- modación lambda, durante la degeneración Walleria- na “in vitro” del nervio ciático de sapo (bufo aa LOSE) Pa Cae Oates ed AA A A A A Co ALE SECAS rd 19 B. Norris, J. Concha y C. Reyes.— Acción de un Extracto de chítharos (lathyrus sativus) sobre algunas funcio- MESSI EE oa co e CON AL AE UA ee JA 29 W. Dreifuss y N. de Tschischow.— Acción de levaduras activas sobre el contenido en clorofila y acumulación desmateria secaren las idos a o e ad o oa o 41 G. Mueller.— El problema de la vida extraterrestre .... .... 53 Cecil R. Peppel Martínez.— lla y control de la RAPE CONCA a rat A Ad E El profesor Wilhelm Goetsch Foo coco coo ooo o o 97 Carlos Henckel Christoph.— Contribución a la has de Tadeo Haenke (1761-1817) 2 uo uc 101 Curre, Symington and Grant.— “The human adrenal cor- A A o a e AO Bol. Soc. Biol. Concepción (Chile). Boletin de la Sociedad de Biologia de Concepción (Bol. Soc. Biol. Concepción Chile). COMISION DE REDACCION Dr. ide Concha . Prof. M. Pozo Prof. M. Alarcón Sra. Lya Tamayo SECRETARIA DE REDACCION Departamento de Fisiología Casilla 44 — Concepción BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGIA DIE CONCEPCION FILIAL DE LA SOCIETE DE BIOLOGIE DE PARIS PUBLICACION AUSPICIADA POR LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCION TOMO XXXVII 18862 CONCEPCION PA eE eN UNIVERSIDAD DE CONCEPCION FACULTAD DE MEDICINA Departamento de Farmacología ACCION DE ALGUNOS ACIDOS HIDROXIBENZOICOS EN EL CONSUMO DE OXIGENO DE LA RATA BLANCA (CON 1 GRAFICO Y 3 TABLAS) POR Bardisa, U. L., Concha, B. J., Von Plessing, B. C. RESUMEN 1.—Se estudia el efecto de 20 derivados del ácido benzoico sobre el consumo de oxígeno en ratas blancas. 2.—Sólo los ácidos o-hidroxibenzoico, acetilsalicílico, 5-cloro salicílico y la hidrazida del ácido salicílico aumentan el consu- mo de oxígeno. 3.—De las sustancias utilizadas como control sólo la buta- Lotidina y el 2-4 dinitrofenol poseen acción semejante. 4.—El EDTA y el piramidón también ensayados no alte- ran en forma significativa el consumo de oxígeno. 5.—Se discuten estos resultados. The action of twenty derivatives of Benzoic Acid, on the oxygen consumption of the white rat is studied. Only the o-hy- droxy benzoic acid, acetil-salicylic acid, 5-Cl salieylic acid and the N (2-hydroxy benzoil) hidracine, increased the oxygen con- sumption of the white rat. Other drugs assayed such as butazolidine and 2-4 dinitro- phenol, have a similar action, but EDTA and Pyramidon do not alter significantly the oxygen consumption. The significance of these findings is discussed. INTRODUCCION Desde hace algunos años nos ha interesado estudiar el me- canismo de acción de las drogas antiinflamatorias y en especial, Ae el referente a los derivados salicílicos; esto es, drogas derivadas o relacionadas con la molécula del ácido salicílico. Esta estructura química posee multiplicidad de efectos far- macológicos, algunas de estas drogas se usan en terapéutica como analgésicos, antipiréticos y antiinflamatorios (1-2-3-4-5), quisimos ensayar si existía alguna relación entre estos efectos y una de las acciones experimentales bien determinada de esta droga, cual es aumentar el consumo de oxígeno (Q02) en los animales de experimentación (6-7-8-9-10) y al mismo tiempo explorar alguna de las hipótesis planteadas para explicar este último efecto. Estudiamos 20 derivados del ácido salicílico y sucedáneos o productos químicamente relacionados, así como también el 2-4 dinitrofenol como control de la técnica y el EDTA, con el objeto de determinar si un fármaco de potente acción quelante podía ejercer un efecto similar (11-12-13). Los resultados que se exponen en este trabajo se refieren exclusivamente al ensayo de estas drogas frente a un dispositi- vo diseñado con el objeto de medir el consumo de oxígeno en animales de experimentación. METODICA TECNICA. Equipo.—En base al aparato descrito por nosotros anterior- mente (14) al cual se han incorporado algunas modificaciones, como ser: la conección a un espirómetro, un sistema alternante para la circulación de aire en circuito cerrado y la adaptación de una bomba de bencina de motor de automóvil, hemos cons- truído un sistema muy eficiente y relativamente poco costoso o complicado, cuyo esquema presentamos en el gráfico 1. Los fundamentos técnicos de este tipo de mediciones han sido discutidos por varios auores (11-15-16-17-18) y en general los hemos considerado al montar nuestra técnica. Procedimiento.—Debemos recordar que uno de los factores que alteran estas determinaciones está constituído por las va- riaciones de la movilidad espontánea de los animales de experi- mentación que hacen fluctuar ampliamente el Q02, de tal modo que, drogas capaces de inducir cambios en la conducta del ani- mal pueden modificar indirectamente nuestras mediciones. Al- gunos autores proponen como solución a este tipo de interferen- cias, inmovilizar los animales con curare (19), o lo aceptan co- mo inevitable (8) tratando de resolver el problema por procedi- mientos estadísticos. Por nuestra parte, estudiamos la adminis- tración de otros fármacos que disminuyendo la movilidad es- pontánea del animal, no produjeran una depresión respiratorio; después de varios ensayos obtuvimos condiciones que conside- ramos “basales” inmovilizando los animales con mefenesina y pentobarbital (90 y 14 mg. por Kg. respectivamente). Con es- E ES EGUÍRO PARA LA DETERMINACIÓN DEL CONSUMO DE OXÍGENO Azairación SE Ry Vormoreguiación pj mal ud p Í Bin>es paroodos 1 pl GRAFICO 1 tas dosis no se modifica el ritmo respiratorio; se mantienen los reflejos a los estímulos dolorosos y se obtienen cifras de Q02 bastante estables durante los 60 minutos siguientes a la admi- nistración de la mezcla mefenesina-pentobartbital. Durante nuestras experiencias y después de algunos ensa- yos preliminares adoptamos la siguiente secuencia: se adminis- tra el fármaco, se espera 15 minutos, se administra la mefene- sina, se espera otros 15 minutos y se determina el Q02, para realizar esto último se coloca el animal previamente inyectado en la cámara respiratoria del aparato, manteniendo una ventila- ción adecuada, se alterna al sistema de circulación de aire en circuito cerrado, conectando a su vez el espirómetro, se deja funcionando el sistema durante 6 minutos, se ajusta el espiró- metro, se inscribe durante 8 minutos; se cierra el sistema y se retira el animal. Con las fórmulas y transformaciones habituales en este tipo de trabajo y con el espirómetro previamente calibrado, ex- presamos el Q02 de la rata en microlitros/minuto/gramo, en condiciones normales de presión y temperatura. Soluciones.—En general todos los fármacos utilizados fue- ron solubilizados con ayuda de bicarbonato de sodio y ajustan- do posteriormente a un pH cercano de 7.5. Animales.—Se emplearon ratas blancas de ambos sexos, jóvenes y de un peso enre 120 y 150 gramos. A Controles. —Durante el período de experimentación se rea- lizaron mes a mes controles de Q02 en grupos de animales testi- gos, sin observarse diferencia significativa entre Diciembre de 1961 y Mayo de 1962. Cálculos estadísticos.—Se siguieron las indicaciones de Lacey y Ugarte (20-21); para la comparación entre los contro- les se tomó el valor más bajo como referencia; para el estudio de las drogas se toma como referencia el control realizado du- rante el mes respectivo. RESULTADOS Los resultados obtenidos con las diferentes drogas apare- cen en la Tabla N9 1, en la que se puede observar que sólo las siguientes drogas producen aumento significativo del Q02. Acido salicílico, ácido acetilsalicílico, ácido 5-clorosalicílico y la N-(2 hidroxibenzoil) hidrazina. TABLA N? 1 Dosis N2 002 pS DROGA mg. x Kg. Animales T. M. Sx e AC. BENZOICO .. .. 900 10 16.63 0.654 (0.359) AC. SALICILICO AN 0 10 25.48 0.970 (6.497) ACASO CI CO GOD 9 33.24 1.62 (8.425) AC. SALICILICO .. AS 900 8 36.24 1.31 (16.043) AC. p-HIDROXIBENZOICO .. 900 10 15.97 0.749 (0.933) AC. M-HIDROXIBENZOICO .. .. .. .. .. .. 900 8 16.01 0.794 (0.6572) AC. 2-5 DIHIDROXIBENZOICO .. .. .. .. .. 900 11 14.34 0.585 (2.79) AC. 2-4 DIHIDROXIBENZOICO .. .. .. .. .. 2900 8 18.40 0.626 (2.0596) AC. 3-5 DIHIDROXIBENZOICO .. .. .. .. .. 900 7 14.36 0.826 (2.3367) AC. 2-3 DIHIDROXIBENZOICO .. .. .. .. .. 600 8 17.37 0.481 (0.939) AC. 3-4 DIHIDROXIBENZOICO 00 ao Ys) 8 17.18 0.826 (0.895) AC. 2-6 DIHIDROXIBENZOICO .. .. .. .. .. 600 8 14.92 0.891 (1.167) AC. 2-6 DIHIDROXIBENZOICO .. .. .. .. .. 900 10 14.39 0.696 (1.77) AC. 4-HIDROXI-3 METOXIBENZOICO .. 900 9 15.50 0.386 (0.805) AC. 3-4 DIMETOXIBENZOICO .. .. 900 8 18.82 1.079 (2.079) AC. 3-45 TRIHIDROXIBENZOICO .. .. .. .. 300 8 14.88 0.777 (1.26) AC. ACETILSALICILICO 150 10 16.98 0.742 (1.224) AC. ACETILSALICILICO 300 10 19.92 0.414 (6.38) SALICILAMIDA .. .. .. .. 150 10 14.75 0.522 (1.63) AC P-AMINOSALICILICO .. 900 10 16.45 0.804 (0.588) AC. METILEN DISALICILICO .. .. ...... .. 900 8 17.38 1.56 (1.044) AC. ORTO FENOXIBENZOICO .. 300 7 12.47 0.405 (5.567) AC. 5-CLOROSALICILICO 150 10 78.92 1.875 (32.78) AC. 5-CLOROSALICILICO .. O 75 10 25.42 0.439 (15.76) N-(2-HIDROXIBENZOIL) HIDRAZINA .. 40 10 18.63 0.701 (3.4026) N-(2-HIDROXIBENZOIL) HIDRAZINA . 60 9 20.23 1.349 (3.244) NOTA.—Los valores de ““t'” subrayados en las Tablas N%s, 1 y 2, son estadísticamente significativos a un nivel de probabilidad de 0.01. e En la tabla siguiente se observan los efectos de algunas drogas no salicílicas en el consumo de oxígeno; de éstas sólo el 2-4 dinitrofenol y la butazolidina aumentan el consumo de OXÍgeno. TABLA N? 2 o AA Dosis N9 002 t DROGA mg. x Kg. Animales T. M. ES SUN AEA A AAA AC. 3-4 DIHIDROXI-FENIL ACETICO .. .. .. 300 7 17.95 1.542 (1.358) PIRAMIDON Mi o VJ do0 10 14.55 0.758 (1.566) BUTAZOLIDINA .. .. .. .. .. .. +... .- .. 150 10 18.69 0.385 (3.98) EDT A O as 9D, 8 15.22 0.494 (1.097) 2-4 DINITROFENOL ,. .. .. .. .. .. +. .. 10 8 25.95 0.958 (8.76) ENEE IAE IRE AS AUS IR A A A A A A En la tabla N9 3 se puede observar el consumo de oxígeno en diferentes grupos de animales testigos durante el período experimental. TABLA N9 3 NN AUR AMOLES ME PS A o A N9 002 == FECHA Animales T. M. Sx : Diciembre e ia er dea LO 17.02 0.866 (1.215) ENERO iiO, 16.64 0.576 (1.106) Ferca llene lets ajo LO 16.19 0.735 (0.4014) Marzo 62M lia LO 15.90 0.474 (0.0589) ETA Da Solo MOI al) 15.85 0.418 ES EE ON a LO) 16.02 0.561 (0.246) * Valor tomado como referencia para el cálculo de “'t” en los grupos controles. DISCUSION Es interesante destacar que de los productos ensayados, aparte del 2-4 dinitrofenol y del ácido salicílico cuyo efecto es- timulante del Q02 es ya clásico (22-23-24) sólo encontramos este efecto claramente manifiesto en el acetilsalicílico y la bu- tazolidina, ambas drogas de amplio uso terapéutico y además, en el 5 clorosalicílico y la N-(2 hidroxibenzoil) hidrazina a su vez cabezas de serie de un amplio grupo de moléculas reciente- mente sintetizadas por uno de nosotros. En cuanto al ácido gama resorcílico, droga para la cual si bien se ha descrito una acción antiinflamatoria (25-26) no po- see acción desacoplante de la fosforilación (1), en nuestros en- pap, in sayos no modificó significativamente el Q02 siendo la tendencia más bien a disminuirlo que a aumentarlo; sin embargo, ésto podría explicarse por un efecto depresor central semejante al que observamos para el ácido gentísico, la salicilamida, el pira- midón y el ácido orto fenoxibenzoico, o que esta droga potencia- ra los efectos depresores de las pequeñas dosis de mefenesina y pentobarbital administradas. Por otra parte, entre las drogas antiinflamatorias ensayadas en el sapo (17) en un trabajo an- terior, el ácido gama resorcílico mostró ser el menos estimulan- te de la respiración. Además, debemos considerar otros factores como ser la capacidad de liberar tiroxina de su transportador plasmático, propiedad que junto al salicilato (27-28-29-30) posee el gama resorcílico, aunque en menor grado (9). Aún administrados en igualdad de dosis es posible que los niveles sanguíneos y tisulares sean diferentes, condicionando ésto la intensidad de su efecto sobre el Q02, de igual modo pue- de influir el tiempo transcurrido entre la inyección de la droga y la determinación del Q02, ya que el efecto del gama resorcí- lico podría manifestarse en forma más tardía. La posible relación entre el efecto antiinflamatorio y el efecto estimulante sobre el Q02 parecería estar parcialmente apoyado por nuestros resultados, ya que el ácido salicílico, el ácido acetilsalicílico y la butazolidina, serían a su vez antiiníla- matorios y estimulantes del Q02. Pero el ácido gama resorcílico, dotado de propiedades antiinflamatorias no sería estimulante del Q02 y el 2-4 dinitrofenol, potente estimulante del Q02, no posee acción antiinflamatoria, estos hechos nos indican que son necesarias nuevas experiencias antes de rechazar o aceptar es- ta hipótesis. La posible relación entre la acción farmacológica de estas drogas y su acción quelante no parece ser apoyada por nuestros resultados, ya que el EDTA no modifica el Q02 en dosis no tóxicas. Generalmente no se hace mención en la literatura al efecto depresor central de la salicilamida, la cual administrada en do- sis superiores a 200 mg/Kg produce hipnosis y aún anestesia en la rata, como pudimos observar en el curso de nuestro trabajo. Finalmente la extraordinaria potencia de 5-clorosalicílico y de la N-(2-hidroxibenzoil) hidrazina como estimulante del Q02 no descrita en la amplia literatura revisada, nos parece de su- ficiente interés como para continuar el estudio de las propieda- des de una serie de derivados de ellos, en ésta y otras técnicas farmacológicas. BIBLIOGRAFIA Es 1.—DONE, ALAN K.: Clin. Pharmacol. Therap. Vol. 1, No 2, 141- 2.—SMITH, M. J. H.: J. Pharm. Pharmacol. 11, 705-720, 1959. 3.—SMITH, PAUL K.: Pharmacol. Rey. Vol. 1, 353-382, 1949. 4.—GROSS, MARTIN, Greenberg, León A.: The Salicylates.— Hill- house Press, New Haven, U. S. A., 1948. E 5.—MARKS, V., Smith, M. J. H., Cunliffe, A. C.: J. Pharm. Phar- macol. 13, 218, 1961. 6.—TENNEY, S. M., Miller, R. M.: Am. J, Med. 19, 498, 1955. 7.—PACKER, LESTER; Austen, Frank K. and Knoblock, Edward C.: Proc. Soc. Exp. Biol. Med. Vol. 100, 239-244, 1959. 8.—ANDREWS, MURIEL M.: Brit. J. Pharmacol. Vol. 13, N? 4, 419, 1958. 9.—CHRISTENSEN, L. 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UNIVERSIDAD DE CONCEPCION ESCUELA DE MEDICINA Instituto de Fisiología ROL DE LAS FIBRAS NERVIOSAS SIMPATICAS DEL ESTOMAGO Y DE CATECOLAMINAS EN EL AUMENTO DE PEPSINOGENO GASTRICO POR ESTIMULACION HIPOTALAMICA, (CON 4 FIGURAS) POR 1. Bravo, J. Concha y R. Guerrero RESUMEN Al estimular eléctricamente el núcleo supramamilar del hipotálamo en gatos, se produce un aumento de pepsinógeno li- berado por una porción del cuerpo del estómago y de la concen- tración de catecolaminas sanguíneas. El máximo aumento de catecolaminas antecede al máximo de pepsinógeno. Durante el período de estimulación hipotalámica aumenta el “output” de pepsinógeno, y dos horas después alcanza valores máximos. La sección de los nervios simpáticos que inervan el trozo de estó- mago empleado suprime el aumento de pepsinógeno que se pro- ducía durante la estimulación hipotalámica y reduce el aumen- to posterior. La inyección intravenosa contínua de adrenalina aumenta la salida de pepsinógeno gástrico. Estos resultados apoyarían la hipótesis de que el hipotálamo posterior influye sobre la salida de pepsinógeno a través de las fibras simpáticas que inervan el estómago, y por medio de las catecolaminas libe- radas por la médula adrenal. ABSTRACT After electrical stimulation of the cat supramamilar nu- cleus of the hypothalamus an increase of the pepsinogen re- lease by a segment of the cat's stomach was observed. During and after hypothalamie stimulation there was also an increase of blood catecholamines. The higher increase of blood catecho- lamines appeared before the maximum pepsinogen output. The rise of pepsinogen cutput begins in the period of hypothalamic stimulation, and two hours after stimulation the higher pepsi- pe eq nogen values were observed. The section of the sympathetic fibres of the stomach results in a decrease of pepsinogen output and suppresion of the innitially increase of pepsinogen produced during the stimulation. The continnuos intravenous injection of adrenaline enhances the output of gastric pepsinogen. The above results favored the hypothesis that the posterior hypotha- lamus act on the output of gastric pepsinogen by way of sym- pathetic nerves of the stomach and throught the catecholamines liberated by the adrenal gland. INTRODUCCION Folkaw y Von Euler (1) demostraron que la estimulación del hipotálamo a nivel del núcleo supramamilar produce estimu- lación simpática y una descarga de catecolaminas de la médu- la adrenal. En nuestro Laboratorio se encontró que la estimula- ción hipotalámica (núcleo supramamilar) aumentaba las cate- colaminas sanguíneas y el pepsinógeno liberado por la mucosa gástrica (2). En la curva de pepsinógeno liberado (2) se pudo observar 2 ascensos o “piques” bien determinados: el primero de ellos se interpretó como acción directa de fibras simpáticas sobre la glándula gástrica. El segundo ascenso de pepsinógeno se atribuyó a las catecolaminas sanguíneas liberadas por la mé- dula adrenal. ¡Con el fin de demostrar que el primer “pique” se debía a la acción directa de las fibras simpáticas del estómago, decidi- mos suprimir las fibras del simpático que irrigaban este órga- no, y en estas condiciones ver la influencia de la estimulación hipotalámica sobre la liberación de pepsinógeno gástrico. Para atribuir el segundo ascenso de pepsinógeno a las catecolaminas sanguíneas era necesario mostrar que en nuestras condiciones de trabajo la adrenalina es capaz de aumentar el “output” de pepsinógeno. MATERIAL Y METODO Se trabajó en 35 gatos mestizos de ambos sexos con pesos desde 1,5 a 3 kg. Se anestesiaron con pentobarbital sódico (35 mlgr. kg.). Para implantar los electrodos se utilizó un apara- to estereotáxico tipo H orsley Clark siguiendo una técnica pro- pia en la forma descrita por Concha y col. (2). Después de im- plantados los electrodos y saturada la herida se procedió a ais- lar la mayor parte del cuerpo del estómago en una cámara de Lucita según la técnica empleada por Altamirano y col. (3). En esta cámara el trozo de estómago conserva su irrigación y su inervación simpática. Después de 90 minutos de colocados los electrodos se estimuló eléctricamente el núcleo supramami- lar del hipotálamo durante 1/2 hora (2). Al comenzar cada experiencia se colocan 10 ml. de agua destilada sobre la mucosa gástrica y cada 30 minutos se aspira totalmente el contenido de la cámara para ser reemplazados por == MD == 10 ml. de agua destilada. En cada muestra así obtenida se de- termina la actividad péptica (3). La liberación de pepsinógeno gástrico se expresa en unida- des pépticas (U. P.). 1 milígramo de pepsina = 350 U. P. Para mediar la concentración de catecolaminas sanguíneas se canuló la arteria femoral de los gatos. Cada media hora jun- to con sacar la muestra gástrica se extrae sangre de la arteria para medir la concentración de catecolaminas según el método de Von Euler y Floding (4). Los resultados de catecolaminas se expresan en microgra- mos por litro de sangre. A fin de mantener la hidratación normal del animal se mantuvieron todos los gatos durante la experiencia con un goteo contínuo de suero fisiológico (10 ml. por hora) en la vena fe- moral. La adrenalina (Bubek y Dodler) disuelta en cloruro de so- dio 0.15 M se infundió mediante un inyector contínuo (Palmer) en la vena femoral durante una hora. En estos mismos gatos en que se infundió adrenalina se inyectó igual volumen de suero fisiológico por hora, mediante el mismo aparato, en los períodos restantes. RESULTADOS Como se muestra en la fig. 1, la salida de pepsinógeno gás- trico experimenta un aumento al término de la media hora de estimulación hipotalámica. Después de dos horas de haber esti- mulado el núcleo supramilar el aumento de pepsinógeno gástri- co es mayor y de mayor duración. En estos mismos gatos se extrajeron muestras de sangre simultáneamente con sacar el contenido de la cámara de lucita. En estas muestras de sangre se determinaron catecolaminas; los resultados se dan en la fig. 2. Se ve en la fig. 2 que aumenta la concentración de cateco- laminas en la sangre durante la estimulación eléctrica del nú- cleo supramamilar, y que este aumento es mayor a la media hora siguiente. Si se compara esta figura con la fig. 1, se pue- de observar que los máximos valores de catecolaminas sanguí- neas anteceden a los máximos valores de pepsinógeno gástrico. En un grupo de 12 gatos se procedió a la denervación sim- pática del trozo de estómago usado, previa implantación de elec- trodos en la forma ya señalada. La simpatectomía gástrica se efectuó con instrumental fino adecuado aislando totalmente los filetes simpáticos que rodean a la arteria esplénica y luego sec- cionándolos. Los resultados obtenidos con los gatos así trata- dos se resumen en la fig. 3. Se ve en la fig. 3 que no hubo aumento de pepsinógeno li- berado durante el período de estimulación hipotalámica. Des- pués de este período comienza a subir el pepsinógeno gástrico para llegar a un valor máximo de 26 U. P. Al cabo de 5 1/2 horas regresa el pepsinógeno a valores prácticamente iguales a los que anteceden a la estimulación hipotalámica (controles). PS EA o? oS$ 09 yn = Fig. 1.—Liberación de pepsinógeno gástrico antes, durante y después de la estimulación del núcleo supramamilar del hipotálamo poste- rior. Cada columna representa la media aritmética del pepsinó- geno liberado por la mucosa gástrica de 12 gatos, durante media hora. 0 Y il 40 A Bar láro Estirmtach a IS Po e ción Y AU __ A A > E __ z- EE 0 , ¿) $ Raras Fig. 2.—Valores de catecolaminas sanguíneas en microgramos por litro, antes, durante y después de la estimulación hipotalámica. e soy £ Fig. 3.—Liberación de pepsinógeno gástrico de gatos sometidos a estimu- lación hipotalámica, previa simpatectomía gástrica. (Mayores explicaciones como en la fig. 1). A La inyección endovenosa contínua de adrenalina durante 1 hora (6 microgramos/minuto/kg.) produce un aumento de la actividad péptica del jugo gástrico 3 veces superior al valor de control como se puede apreciar en la fig. 4. 6 yg/Kg- min. 50 ES =— Adrenalina $0 30 Horas Fig. 4.—Efecto de la adrenalina endovenosa sobre la salida de pepsinó. geno gástrico. Cada columna representa los valores medios de pepsinógeno liberado durante 1 hora en un grupo de 11 gatos. También se puede apreciar en la fig. 4 que después de 4 horas de suspendida la inyección de adrenalina el pepsinógeno liberado por las glándulas gástricas es francamente superior al liberado en la hora previa al estímulo. DISCUSION Se ha demostrado que la estimulación de las! fibras sim- páticas que inervan el estómago puede aumentar el “output” de pepsinógeno (3). En nuestros resultados se pudo constatar que al suprimir la inervación simpática del estómago no hubo aumento de pep- sinógeno gástrico durante la estimulación eléctrica del hipotá- PE pa lamo (Fig. 4), es decir, no se observó el primer “pique” de pep- sinógeno que se mostró en la fig. 2 y. en que se había encontra- do anteriormente (2). Parece ser cierta entonces la hipótesis de que el aumento inicial de pepsinógeno se debe a la acción de las fibras del simpático que inervan el estómago. Además, co- mo la sección del simpático no impide (aunque reduce) la subi- da de pepsinógeno posterior a la estimulación hipotalámica, se puede sugerir que existe otra ruta por la cual el hipotálamo estimularía la mucosa gástrica. Ya que la estimulación del hipotálamo produce descarga de catecolaminas adrenales en la sangre (1) éstas aminas podrían ser las responsables del aumento tardío de pepsinógeno (5). En apoyo de esta suposición estarían nuestros resultados: aumento de catecolamina sanguínea por estimulación hipotalámica (fig. 8) y aumento de la salida de pepsinógeno por inyección. de adrenalina (fig. 4). La concentración de catecolaminas sanguíneas que obtuvi- mos antes de estimular el hipotálamo es alta comparada con los valores dados por otros autores (6, 7), probablemente porque al colocar los electrodos la estimulación mecánica del hipotála- mo podría liberar catecolaminas. BIBLIOGRAFIA 1.—FOLKOW, B. and Euler, U. S. v. Circulation Research: 2; 191, 1954. 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RESUMEN 1.—Se estudia la evolución que sigue la constante de aco- modación Lambda y la constante de excitación K durante el proceso de la degeneración Walleriana “in vitro” aplicando di- versas técnicas de acuerdo a las diferentes teorías de la excita- ción. 2.—Los resultados obtenidos revelan una disminución de la acomodación nerviosa (aumento del valor de Lambda), que empieza a manifestarse a partir del 109 día, alcanzando su má- ximo el 15% día con valores de Lambda sobre 40 milisegundos. 3.—Durante la degeneración del nervio se observa una disminución de la constante de excitación K de Hill y un aumen- to de la constante de excitación K de Blair. De los resultados obtenidos por las diferentes técnicas se concluye que la cronaxia disminuye gradualmente durante el proceso de degeneración “in vitro”. 4.—Las alteraciones de la constante de excitación no guar- dan ninguna relación con las variaciones de la constante de aco- modación durante la degeneración “in vitro”; se comprueba que estos parámetros de la excitabilidad varían en el mismo sentido y no en sentido inverso como era de esperar. The evolution of the accommodation constant Lambda and the excitation constant K during the process of Wallerian de- generation “in vitro” was studied. — 19 — A decrese of the nervous accommodation (Lambda value increased) during the nerve degeneration is observed. The de- crease starts fron the 10th day of degeneration and reaches the maximum value of 40 milliseconds by the 15th day. AAA During the process of degeneration the Hill's excitation constant K diminished and the Blair's excitation constant K increased. The chronaxie, studied with different techniques, decreases gradually during the process of degeneration “in vitro”. The changes of the excitation constant K and chronaxie during nerve degeneration are not parallel to the changes showed by the accommodation constant Lambda. The accommodation constant and the excitation constant change in the same direction and not inversely as was stated in classical papers. INTRODUCCION Diferentes investigadores se han dedicado a estudiar la evolución de la acomodación y de la cronaxia durante la dege- neración Walleriana (Apostolaky y Deriaud,, Pollock y gol 2, 8, 2, 5, * De Smedt” y Titeca?). Todos los trabajos de los auto- res antes mencionados se refieren a mediciones realizadas “in vivo” y los métodos utilizados para medir la acomodación y la cronaxia de los nervios en degeneración se basan en la respues- ta a corrientes exponenciales para apreciar la acomodación y en respuesta a descarga de condensadores, para la cronaxia. En la mayoría de los trabajos antes anotados, se usó como índice del umbral del nervio, la mínima contracción en el músculo por él inervado. El único autor que ha realizado un estudio paralelo de la acomodación y la cronaxia, a medida que avanza la degenera- ción, es De Smedt”. Este investigador tomó como índice del umbral la mínima contracción muscular. Como en la degenera- ción ocurren trastornos en la placa motora que perturban su funcionamiento normal, el índice muscular podría estar sujeto a errores dependientes de esas alteraciones. Sus mediciones se realizaron “in vivo”. En el presente trabajo se analizan las alteraciones de la excitabilidad del nervio ciático de Bufo a lo largo de la degene- ración Walleriana “in vitro”, empleando corrientes sinusoidales de diferentes frecuencias (Hill%), corrientes exponenciales Hill'0, Solandt'!), descargas de condensador y corrientes cuadráticas. Se tomó como índice del umbral el mínimo potencial de acción del nervio en degeneración aparecido en la pantalla de rayos catódicos. MATERIAL Y METODO Se utilizaron 32 nervios (ciático) de sapo (Bufo spinulosus). Los animales provinieron de poblaciones que viven en los alre- dedores de Casablanca, provincia de Santiago. A al Previa anestesia etérea se procedió a extraer los nervios con todo cuidado, evitando en lo posible toda lesión en el tronco nervioso que pudiera perturbar, posteriormente, el curso de la degeneración. Inmediatamente, después de extraído el nervio, se procedió a determinar su excitabilidad, usando corrientes sinusoidales de diferente frecuencia, lo que nos permitió, aplicando la teoría de Hil?, *%, 12, obtener los valores de las constantes de excitación K y de acomodación Lambda. Después de estas mediciones con corrientes sinusoidales, se estimuló el nervio con corrientes exponenciales para la obten- ción de Lambda”, y con descarga de condensadores para la de- terminación de K1?, El equipo para las determinaciones de excitabilidad apare- ce esquematizado en la Fig. N9 1. umbrales Tresistencro FIGURA N?% 1.—Esquema que representa la disposición de los aparatos usados para determinar la cronaxia y acomodación del nervio ciátrico de Bufo spinulcsus. Con el audiooscilador Au (Phillips GM 2315) se estimuló con frecuencias de 20—30—40—50—60—80—100—120—150 250—300—300—400—450 y 500 ciclos/seg. Utilizando un estimulador de corrientes exponenciales y de descarga de condensadores C. E. D. C. de la Fig. 1 se aplicaron corrientes exponenciales con R. C. de 3,4—10—20—29—39 y 50 milisegundos y corrientes de descarga de condensadores equiva- lentes a estimulaciones cuadráticas de 0,042, 0,35, 1.19, 3.50, 6.51 y 58,10 milisegundos de duración. Además de las determinaciones anteriormente citadas, se estimularon los nervios con descargas cuadráticas producidas por un generador umiversal de pulsos (Phillips GM 2314). Se utilizaron corrientes cuadráticas de 8—4—2—1—-0, 8—0.6—0.—4—0.2—0.1—0.08—0,06 y 0,04 milisegundos de du- ración. == A Li Terminadas las mediciones que duraron alrededor de 20 minutos, se colocó el nervio en un frasco con Ringer (20 ec.) y se llevó al refrigerador donde se mantuvo a 39 C. Las determinaciones de excitabilidad se repitieron diaria- mente hasta que el nervio dejó de responder (2 semanas des- pués de su extracción). De esta manera se pudo controlar alre- dedor de 12 nervios por día. Además de los controles de excitabilidad se determinó dia- riamente, el peso del nervio, utilizando una balanza de torsión de escala O) a 50 me. RESULTADOS EXPERIMENTALES 1.—Como resumen de los resultados encontrados al estimu- lar nervios en degeneración “in vitro”, siguiendo las técnicas de corrientes exponenciales y descargas de condensadores, se con- feccionó un gráfico que está representado en la Fig. 2. En él se aprecia claramente que, a medida que avanza la degeneración “in vitro”, la constante K de excitación aumenta, la cronaxia disminuye y la acomodación se mantiene sin sufrir mayores va- riaciones hasta el 10% día, a partir del cual disminuye notable- mente con el consiguiente aumento de Lambda como se aprecia en el gráfico. *S dios FIGURA N?* 2.—Evolución de la constante K de excitación de la cronaxia y de la constante de acomodación A durante la degeneración Walleriana “in vitro” del nervio ciático de Bufo spinulosus. Las constantes se determinaron utilizando los voltajes obtenidos con descarga de condensadores y corrientes exponenciales. _2.—En la Fig. 3 se resume los valores de la constante K de Hill, la cronaxia y la constante Lambda durante los 15 días que duró la degeneración “in vitro” con respuestas detectables. — 22 — 30 20 10 o 3 20 15 dos FIGURA N% 3.—Evolución de la constante de excitación K (según Hill) de la cronaxia y de la constante de acomoda- ción A durante la degeneración Walleriana “in vitro” del nervio ciático de Bufo spinulosus. Las constantes se determinaron estimulando con corrientes sinusoidales. Se observa que a medida que degenera el nervio, K y la eronaxia disminuyen. La acomodación se mantiene sin mayores variaciones hasta el 109 día como en el caso en que se estimuló con corrientes exponenciales. A partir de allí se altera brusca- mente, subiendo velozmente el valor de Lambda, trastorno que en el nervio se manifiesta por permanentes descargas repetiti- vas (acomodación baja). 3.—Con los datos obtenidos de la estimulación con corrien- tes cuadráticas se construyeron las curvas intensidad-tiempo en nervios en degeneración “in vitro”. JA El): O nervio normal 40 O nervio en degeneración “in varo 30 20 20 ms FIGURA N? 4—Curvas voltaje tiempo correspondientes a un grupo de nervios recién extraídos y nervios después de 17 días de degeneración “invitro”. — 23 — En la Fig. 4 se observa una curva correspondiente a ner- vios frescos y una que corresponde a nervios después de 17 días de degeneración “in vitro”. Se aprecia claramente que los ner- vios degenerados tienen una cronaxia menor que los controles (T. M. controles =0.57 ms. T. M. degenerados = 0.32 ms.). 40 peso Gel nervio” (mg) 8 20 5 -0 13 dias de degeneración FIGURA N? 5.—Variación del peso de nervios de Bufo spinulosus a lo largo de la degeneración Walleriana “in vitro”. 4.—En la Fig. 5 se puede observar que a medida que trans- curren los días de degeneración, el peso del nervio expresado en milígramos va aumentando hasta el 119 día para disminuir en seguida hasta alcanzar, al 159 día, del peso de partida. DISCUSION Hemos comprobado que todas las alteraciones encontradas por Titeca? en el nervio en degeneración “in vivo” aparecen en el nervio en degeneración “in vitro”. El potencial de acción dis- minuye a medida que avanza este proceso degenerativo que evo- luciona en forma centrífuga. Aparece también muy manifiesta la gran fatigabilidad que caracteriza a los nervios en degene- ración. Respecto a estas propiedades generales del nervio en dege- neración Walleriana (Apostolaky y Deriaud*, Pollock y col do en este campo (Erb**, Neumann”, Von Búngner**, Von Not- thafft!7 y más recientemente Apostolaky y Deriaud!, Rosen- blueth y Dempsey**, Rosenblueth y Del Pozo **, Parker”. Según los estudios de Titeca y Rosenblueth la degeneración sigue un curso centrífugo, esto es que se altera primero la región vecina al corte y de aquí continúa la degeneración hacia la periferia. Esto mismo fue observado por nosotros en los nervios en dege- neración “in vitro”, de tal manera que al término de 10 a 15 días sólo se registraban potenciales en el extremo distal del nervio ciático. A pesar de que está claramente demostrada esta degeneración centrífuga, Koch?! encontró que el potencial de demarcación en nervio ciático de rana temporaria se altera en — 24 — forma pareja a lo largo de él contradiciendo en parte las alte- raciones de curso centrífugo que se manifiestan en el nervio en degeneración. En este mismo sentido hablan los resultados de Gallego?? y Erlanger y Schoepfle?*, En lo que respecta a los fenómenos de excitabilidad, duran- te la degeneración “in vivo” encontramos pocos trabajos que realmente aporten datos referentes a cambios de la cronaxia, acomodación y umbrales en general durante el proceso de dege- neración. En condiciones “in vitro” no hemos encontrado datos al respecto. En las experiencias descritas por Titeca? en nervios ciáticos de rana temporaria y esculenta, la cronaxia disminuye durante el curso de la degeneración “in vivo” haciéndose noto- rio este cambio al 11% día de la degeneración en el que alcanza un valor de 0,09 mseg. siendo que el valor del nervio normal es de 0.26 mseg. Junto a este fenómeno de disminución de crona- xia se observó un aumento de los umbrales. Como se vió en la Fig. 4 del presente trabajo, nuestros re- sultados concuerdan con lo encontrado por Titeca*, Rosenblueth y Dempsey*? que son los únicos trabajos de cierta extensión que aportan algunos datos al respecto. Las determinaciones de cronaxia aplicando corrientes sinu- soidales Hill y col.? y por medio de descargas de condensadores, aplicando la teoría de Blair*3, nos muestra igualmente que la eronaxia disminuye a medida que avanza la degeneración (ver Fig. 2 y 3). Es interesante constatar esta correspondencia con los re- sultados obtenidos por los diferentes autores nombrados y en el caso nuestro al utilizar diversos métodos basados en diferen- tes teorías de la excitación. La interpretación de la baja cronaxia en el nervio degene- rado queda más allá de los datos que tenemos por el momento. En lo que se refiere a variaciones de la acomodación ner- viosa no hemos encontrado datos en nervios en degeneración. Los que aparecen en la literatura se refieren a músculo en de- generación (Pollock y col. ?, *, *, *, €, de Smedt”). Estos valores no nos dicen nada respecto al nervio, ya que nada nos autoriza a extrapolar. Nosotros estudiamos este fenómeno en el nervio ciático en degeneración “in vitro” utilizando corrientes exponenciales (Solandt1) y por medio de corrientes alternas sinusoidales (Hill y col.?) como se aprecia en las figuras 2 y 3. Los valores obtenidos con los dos procedimientos empleados concuerdan plenamente en que la acomodación durante la degeneración no se altera sino hasta el 119 día. Es importante señalar que este parámetro de la excitabilidad no sufre alteraciones de curso paralelo al de la cronaxia, ya que mientras la cronaxia se empie- za a alterar durante los primeros días de la degeneración, la acomodación se mantiene normal (Fig. 2 y 3). Al 119 día de degeneración se produce además una disminu- ción del fenómeno del “Breakdown” que ocurre en el nervio de UR sapo a nivel de los 20 milisegundos de RC (Concha**, Sato y col.2) para llegar a desaparecer totalmente al 159 día. En este estudio nos parece interesante hacer resaltar que además de no existir relación temporal de la eronaxia con la aco- modación como dijimos más adelante, estos dos parámetros va- rían en el mismo sentido en el nervio en degeneración “in vitro”. Esto está en desacuerdo con lo encontrado por la mayoría de los autores entre ellos Schriever?*, Hill y col.? en el sentido de que siempre la acomodación varía en forma inversa a la! crona- xia; sin embargo Fabre?” ha encontrado que su “constante li- neal”, que representa la acomodación del nervio, es independien- te de la cronaxia. Respecto a la interpretación del cambio brusco de la aco- modación al 119 día de la degeneración, no estamos en condicio- nes por el momento de sustentar una teoría explicatoria. Sospe- chamos, de acuerdo con los trabajos de Greengard y col.?8 que debido a la falla metabólica del nervio en degeneración “in vi- tro” se altere también el bombeo de sodio, razón por la cual ese ión se iría acumulando en el interior del axon condicionando cambios de la acomodación nerviosa en el sentido de una dismi- nución, ya que el empobrecimiento de sodio en el medio extra celular condiciona un aumento de la acomodación (Concha?*). Respecto al aumento de peso que aparece en el nervio a lo largo de la degeneración, se podría interpretar como una hidra- tación sufrida a causa de la entrada de sodio y su disminución posterior, a la destrucción de las fibras hinchadas y ya total- mente degeneradas, hecho que está de acuerdo con los primeros trabajos histológicos sobre degeneración Walleriana!8, 90 32, BIBLIOGRAFIA .«—APOSTOLARKY, J., Deriaud, R. C. R. Soc. Biol., 93: 1482, 1925. .—POLLOCK, J. y col. Surg. Gyn. and Obst., 79: 133, 1944. .—POLLOCK, J. y col. Surg. Gyn. and Obst. 80: 235, 1945. .—POLLOCK, J. y col. Surg. Gyn. and Obst. 81: 142, 1945. .—POLLOCK, J. y col. Surg. Gyn. Obst. 81: 451, 1945. .—POLLOCK, J. y col. Surg. Gyn. and Obst. 81: 660, 1945. .—De Smedt, J. E. Arch. Internat. Physiol., 58: 23, 1950. .—Titeca, J. Arch. Internat. Physiol., 41: 1, 1935. .—Hill, A. V., Katz, B., and Solandt, D. J, A A o 8 LE n an Proc. Roy. Soc., B, 121 .—Hill, A. V. Proc. Roy. Soc., B, 119: 305, 1935. -—Solandt, D. J. 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Reyes RESUMEN 1.—Se presenta el problema de la intoxicación crónica en poblaciones vecinas a la ciudad de Concepción donde la alimen- tación es casi exclusivamente a base de chícharo. 2.—Se estudió el efecto del extracto de chícharos (Lathy- rus sativus) obtenido tratando 200 gramos de chícharos con una mezcla de 2 partes de agua y una parte de alcohol. Se extrae en caliente y el extracto se dializa y se concentra. El principio activo de 200 gramos de semilla se concentra en un volúmen de 10 cc. 3.—Se demuestra que 0.1 cc de este extracto es capaz de bloquear la conducción nerviosa en el nervio ciático de sapo en 25 a 30 minutos. 4.—La misma cantidad de extracto (0.1 cc) produce, en el corazón de sapo (Bufo spinulosus) un efecto bifásico sobre la propiedad inotrópica: primero un aumento de la amplitud de contracción seguida de una inhibición. Una dosis más grande (0.5 cc) produce directamente un bloqueo. 5.—La inyección endovenosa de 5 ec de extracto en el perro produce una bradicardia y una marcada disminución de la pre- sión arterial. En el electrocardiograma del perro se observa con esta misma dosis una desnivelación del espacio S-T. Con dosis ma- yores (10 a 15 cc) se produce una violenta caída de la presión arterial con bradicardia intensa y alteraciones profundas del electrocardiograma llegando a obtenerse trazados parecidos a los encontrados en corazones con infarto, que denotan la inten- —2M— sa alteración miocárdica. Con estas dosis algunos perros su- mumben al producirse el paro cardíaco. Muerte con iguales características se obtiene en otros ani- males de laboratorio como cuyes, ratas y ratones. Antes de mo- rir estos animales presentan un cuadro muy parecido al síndro- me E. C. C. descrito en la intoxicación por substancias latiró- genas. SUMMARY 1.—The problem of chronic intoxication in human subjects in villages near Concepción, due to the almost exclusive inges- tion of Lathyrus sativus, is presented, 2.—The effect of an extract obtained from 200 grs of La- thyrus peas is studied. This extract is made by adding 2 parts water and 1 part alcohol to the peas, bringing them to the boil, then dialysing and concentrating the liquid. The active subs- tance of 200 grs of peas is concentrated to a volume of 10 ec. 3.—It was demonstrated that 0.1 ce of this extract is able to block nervous conduction in the sciatic nerve of the frog in a period of 25 to 30 minutes. 4.—The same amount of extract (0.1 cc) shows a biphasic effect on the inotropic property of the heart of the frog (Bufo spinulosus). In the initial phase there is an increase in the mag- nitude of the contraction, and in the second phase the contrae- tion is inhibited. A larger dose (0.5 ce) induces heart block. 5.—The intravenous injection of 5 cc of Lathyrus extract in the dog produces bradycardia and a marked fall of the ar- terial blood pressure. The following electrocardiographic alterations are obser- ved in the dog: A dose of 5 ecc produces a depression of the S-T segment. A larger dose (10-15 ce) causes a violent fall of the arterial blood pressure, which is accompanied by a marked bra- dycardia and notable abnormalities of the electrocardiographic waves, Which resemble those found in myocardial infarction and which reveal the intense myocardial alteration. Some dogs die in heart block un der this dose. A similar death is observed in several laboratory animals such as rats, mice and guinea-pigs. Before dying these animals show manifestations similar to the ECC syndrome, which has been described in the intoxica- tion produced by lathyrogens. INTRODUCCION Desde hace 7 años se están estudiando en la Cátedra de Neurología del Hospital Clínico Regional de Concepción, enfer- mos con sintomatología de tipo neurológico (paraplejía, ata- ques epilépticos y disminución de la capacidad intelectual). To- == SES dos los cuadros descritos han sido identificados como Latiris- mo, provocado por la alimentación exclusiva con semilla de La- thyrus sativus. El cuadro aparece en individuos que habitan en pueblos vecinos a la ciudad, generalmente campesinos, cuyo ali- mento principal es el chícharo. Los pueblos en los cuales se han presentado estos brotes de Latirismo han sido Llollahue, Qui- llón, Chancal, Paso Hondo, Yumbel, Rere y Tomeco. En la ma- yoría de los casos (18 de 20) los síntomas comenzaron en el pe- ríodo invernal, en que seguramente el consumo de la legumino- sa es mayor, debido a que escasean otro tipo de alimentos y no hay frutas que puedan completar la dieta. En todos los enfermos de Latirismo existía la sintomatolo- gía neurológica clásica. Nningún paciente manifestó síntomas de osteolatirismo. Dado que en la extensa literatura que existe sobre Latiríis- mo en general (4, 6, 7, 8) no hemos encontrado ningún estudio de carácter fisiológico, nos hemos decidido iniciar una serie de trabajos destinados a investigar la acción que el principio acti- vo del Lathyrus sativus tiene a nivel de las diversas estructu- ras biológicas del organismo animal. En el presente trabajo iniciaremos un estudio de la acción de un extracto preparado en el laboratorio sobre la actividad cardiovascular y nervio, MATERIAL Y METODO El trabajo se realizó en perros, en corazón de sapo, en ner- vios ciáticos de sapo y en ratas. En los perros se estudió la influencia del extracto de chí- charos sobre la presión arterial y sobre el electrocardiograma. En el corazón de sapo se estudió la influencia del extracto de chícharo sobre la propiedad inotrópica. En el nervio ciático de sapo (Bufo spinulosus) se estudió la acción del extracto de chícharos (0,1 ec.) sobre la magnitud del potencial de acción. En las ratas se inyectó extracto de chícharo por vía intra- peritoneal, procediéndose después de esto a estudiar la sintoma- tología que estos animales presentaron. El extracto de chícharo que se usó para todos los estudios antes citados, se preparó de la siguiente manera: Se pesaron 200 grs. de semillas de chícharos del comercio (Lathyrus sativus) y se mezclaron con una solución alcohólica al 30% en agua desti- lada. Esta mezcla se calentó hasta la ebullición durante 116 a 2 horas, restituyendo el líquido que se evaporaba, agregando más mezcla alcohólica. Después de este tiempo se dejó enfriar y se filtró a través de papel filtro. Este filtrado, de color ama- rillento y cristalino, se concentró hasta llevarlo a un volumen de alrededor de 25 ec. Esta cantidad de concentrado se sometió a diálisis durante más o menos 15 horas. La diálisis se practicó con 3 membranas de celofán contra agua destilada. El dializa- do se concentró hasta un volumen de 10 cc. Este concentrado es el que llamamos extracto de chícharos. Ey pa Para las determinaciones de presión arterial se usó un qui- mógrafo Palmer con manómetro de mercurio de la misma mar- ca. Los electrocardiogramas se obtuvieron de las 3 derivaciones clásicas (1% 2* y 32) y fueron registradas en un electroencefa- lógrafo Grass con filtro adecuado para potenciales cardíacos. La contracción del corazón de sapo se registró siguiendo la técnica clásica con palanca cardíaca e inscripción con quimógra- fo con tambor ahumado. Los potenciales de acción del nervio ciático fueron regis- trados con un oscilógrafo de rayos catódicos previa amplifica- ción en un preamplificador Grass. Las fotografías d elos poten- ciales se realizaron con una cámara Grass. RESULTADOS EN PERROS: A) PRESION ARTERIAL.—La dosis de 2 cc de extracto de chícharo por vía endovenosa produjo una caída inmediata de la presión arterial desde 130 mmHg hasta 60 mmHg; el efecto máximo se alcanzó a los 30” y se recuperó par- cialmente a los 90”. Desde este momento hasta los 16.5” per- IU en hipotensión leve, como puede apreciarse en la figu- ra LA, FIG. 1—A.— Efecto de 2 cc de extracto de chíchara por vía endovenosa en la presión arterial del perro. Igual cosa pudo observarse en otro perro con la misma do- sis (ver figura 1-B). a FIG. 1-B.— Efecto de 2 cc de extracto de chicharo endovenoso en la presión del p£rro. Al aumentar la dosis del extracto de chícharos por la vena femoral, a 5 cc, se produjo una caída de presión mucho mayor que la anterior, llegando a valores que oscilaron alrededor de los 10 mmHg. Junio con esta baja enorme de la presión, se ob- servó una acentuada bradicardia que duró alrededor de 60”. A par tir de este momento la presión arterial se recuperó rápidamente hasta llegar al valor normal a los 12 minutos después de inyec- tado el extracto (ver fig. IC). FIG. I—C.— Efecto de 5 cc de extracto de chicharo por vía endovenosa sobre la presión arterial del perro. a Al aumentar la dosis del extracto de chícharos a 10 cc, se observó en el perro, cuyo regitro aparece en la fig. 1-D, una vio- lenta caída de la presión con paro cardíaco. Este paro se man- tuvo durante 11 minutos, al cabo de los cuales se observan pe- queños latidos cardíacos que dan lugar a los piques de presión que se aprecian en el extremo derecho de la figura. El animal no se recuperó de este paro. FIG. I—D.— Efecto de 10 cc de extracto de chícharo por vía endovenosa en la presión arterial del perro. B) ELECTROCARDIOGRAMA.—Como se observa en la fig. 2-A, el ECG del perro anestesiado normal tiene una frecuen- cia de 180”. En la 1* derivación se aprecia un ECG de bajo vol- taje con una pequeña onda P, una onda R. alta, sin Q ni $, y unaonda T de pequeño voltaje. En 2* derivación se constatan ondas de voltaje normal con una onda P alta, un complejo ven- tricular formado por una sola onda R y una onda T ancha y po- sitiva. En 8* derivación se observan más o menos los mismos accidentes que en la 2* derivación. La duración de QRS, es de 0.03”. Al inyectar 6 cc de extracto de chícharo se observa una gran bradicardia que es progresiva, llegando hasta un máximo de 30". En la 1* derivación se observa un ECG de voltaje un poco ma- yor que en el control, aplanamiento e inversión de la onda P, aparición de una onda T negativa y ensanchamiento del comple- jo QRS hasta llegar a un valor máximo de 0.06”. (Ver fig. 2-B). En la 2* y 3? derivación se ve el gran ensanchamiento del complejo QRS, desnivelación enorme del espacio S-T, onda P negativa y una T bifásica. SAC Y PEN Cabal aL : dl AA Ica AO FIG. 2-—A.— Electrocardiograma normal del perro. ; ds AENA pa FIG. 2—B.—Efecto de 6 cc de ext. de chicharo en el ECG del perro. 9 FIG. 2—C.— Efecto de 10 cc de ext. de chícharo en el ECG del perro. a LARA CAS A. FIG. 2-D.— ECG del perro después de la recuperación post-inyección de 6 cc de extracto de chicharo. Con una dosis mayor (10 ec) se aprecia una intensa alte- ración del ECG en las derivaciones (ver fig. 2-C), hasta llegar a producir ondas en las cuales no puede reconocerse ningún ele- mento del ECG, dando la impresión de verdaderas ondas peris- tálticas. Después de más o menos 20” después de la inyección, la actividad cardíaca se normalizó, quedando sin embargo, una desnivelación del espacio S-T (fig. 2-D). EN SAPOS: A) CORAZON.—Como puede observarse en la figura 3-A, al colocar 0.1 cc de extracto de chícharo en el lí- FIG. 3—A.— Efecto de 0.1 cc de extracto de chícharo sobre la contrac- e ción del corazón de sapo. quido de perfusión del corazón de sapo, se observa una inhibi- ción inicial de la propiedad contráctil, seguida de una potencia- ción de esta misma propiedad, para terminar en una inhibición marcada de la activdad cardíaca, de la cual se recupera muy lentamente el corazón de sapo. Una dosis mayor (0.5 ec) lleva a la detención de la activi- dad cardíaca con ligera hipertonía (fig. 3-B). FIG. 3—B.— Efecto de 0.5 cc de extracto de chiícharo sobre la contrac- ción del corazón de sapo. B) NERVIO CIATICO.—En la figura 4-a aparece el po- tencial de acción del nervio ciático del sapo. Al colocar en el ba- ño del nervio 0.5 cc de extracto de chícharo, se observa una dis- minución del potencial de acción a medida que transcurre el tiempo (b, e, d, e, £, a, h). Estas fotografías fueron sacadas ca- da 5. Como se ve en la foto h, el potencial del nervio es bloquea- do totalmente después de 45” de bañarlo en el extracto de chí- charo. A FIG. 4.— Efecto de 0.5 cc de extracto de chícharo sobre el potencial de acción del nervio ciático del sapo. Si el nervio ciático se libera de su vaina envolvente, el tiem- po que demora en actuar el extracto de chícharo se acorta, lle-= gando a valores que oscilan entre 5 y 10 minutos. A medida que transcurre el tiempo la velocidad de conduc- ción en el nervio disminuye, como puede apreciarse en la fig. 4-a en adelante. EN LA RATA.—La sintomatología que aparece después de la inyección del extracto de chícharo por vía intraperitoneal es igual a la descrita por los numerosos autores que han estudiado la intoxicación aguda por chícharos. Esta sintomatología se ca- racteriza fundamentalmente por un estado de hiper-excitabili- dad del animal, por un aumento de la frecuencia respiratoria, movimientos en círculos, impotencia de las extremidades infe- riores, caída del animal, convulsiones de tipo asfíctico con gran- des movimientos inspiratorios, apertura del hocico y finalmen- te muerte al cabo de un cuarto a media hora de inyectado el ex- tracto por vía intraperitoneal. DISCUSION Aunque el extracto de chícharos usado por nosotros dista mucho de ser una substancia pura, sin embargo, creemos que en este preparado que ha sido sometido a diálisis, el principio acti- vo estará acompañado por muchas menos substancias inertes (proteínas, lípidos, hidratos de carbono) que en los extractos descritos por otros autores. — 38 — Para asegurarnos de que es el principio activo del Lathy- rus sativus el que actúa y no otra substancia común a las legu- minosas, hemos probado la acción del extracto de arvejas, en- contrándonos con que no produce ningún efecto. Diferentes autores han tratado de aislar la substancia acti- va del chícharo, llegando a encontrar un principio activo crista- lizado que sería el causante de lo que se denomina el OSTEOLA- TIRISMO (7). En cuanto al NEUROLSTIRISMO, no hay toda- vía ninguna substancia que pueda indicársele como causante de alteraciones nerviosas en forma exclusiva. De las substancias que producen latirismo con predominio de alteraciones óseas, pueden citarse los nitrilos, substancias de tipo alcaloídeo, semicarbazidas, etc. En el caso del extracto de chícharos preparado por noso- tros, el examen químico no demostró la existencia de nitrilos y solamente dió la reacción general de alcaloides. En un futuro próximo se iniciará el estudio químico de es- te extracto, con el objeto de aislar la substancia química res- ponsable. Como puede apreciarse de los resultados obtenidos más arriba, la substancia que existe en el extracto de chícharos tie- ne una potente acción sobre diferentes estructuras biológicas (corazón, músculo en general y nervio). Por lo que se ve clara- mente en el estudio en nervio, bloquea la conducción nerviosa seguramente por una acción depolarizante ejercida sobre la membrana del nervio. Esto último lo basamos en observaciones realizadas sobre el potencial de demarcación de búsculo sartorio de sapo. En estos experimentos se aprecia claramente una rá- pida caída de este potencial. Las alteraciones producidas a nivel del corazón y de los vasos sanguíneos podrían ser explicadas también por una acción depolarizante sobre la membrana de dichas estructuras. En cuanto a lo que sucede en el corazón de rana, no esta- mos en condiciones de dar una explicación, ya que no tenemos ningún datos que nos permita interpretar las alteraciones me- cánicas registradas en esta preparación, aunque podrían ser atribuídas a un agente depolarizante. La sintomatología presentada por las ratas tratadas con extracto de chícharo se parece a la descrita en el cuadro llamado SINDROME ECC (7), descrita en la intoxicación por substan- cias latirógenas: movimientos coreiformes, marcha atrás, in- coordinación, tendencia a la rotación en la natación, etc. En un trabajo que está en marcha, se están estudiando los fenómenos producidos por el extracto de chícharo en el poten- cial y corriente de corto-circuito de la piel de sapo y de la vejiga. urinaria del mismo animal. Además se estudiarán los trastor- nos renales y las alteraciones del equilibrio hidrosalino produci- dos por la substancia activa del extracto de chícharo. — 39 — BIBLIOGRAFIA 1.— GLEASON, H. A.: “Lathyrism”. In: New York Botanical Garden, Vol. 2 (1952). 2.— LEWIS, H. B. and Schulert, A. R. Experimental Lathyrism in the white rat and mouse. Proc. Soc. Exper. Bicl. and Med. 71: 440, 1949. 3.— MCKAY, G. F., Lalick, J. J., Schilling, E. D., and Strong, F. M. Arch. Biochem. Biophys. 52: 513, 1954. 4.— REYES, C., Latirism, contribución al estudio de la Patología Re- gional de Concepción. Tesis., Concepción, Chile, 1955, .— SCHUCHARDT, R.: “Zur Geschichte und Cassuistik des Lathyris- mus”. Deutsches Arch. f. klin. Med. 40: 312 (1885-87). a 6.—SCHULERT, A. R. and Lewis, H. B. Experimental Lathyris. Proc: Soc. Exper. Biol. and Med. 81: 86, 1952. 7.— SELYE, H. Lathyrism. Revue Canadienne de Biologie 16: 1, 1957. 8.— STOCKMAN, R.: “Lathyrism”. Edinburg M. J. 19: 277 (1917). 9.—STRONG, F. M.: “Lathyrism and Odoratism”. Nutrition Rev. 14: 65 (1956). — 40) — INSTITUTO DE INVESTIGACIONES TECNOLOGICAS Departamento de Bio-Ingeniería ACCION DE LEVADURAS ACTIVAS SOBRE EL CONTENIDO EN CLOROFILA Y ACUMULACION DE MATERIA SECA EN LAS HOJAS (CON 2 GRAFICOS Y 9 CUADROS) POR W. Dreifuss y N. de Tschischow GENERALIDADES Ultimamente se ha demostrado que la síntesis de los pig- mentos en las hojas de las plantas depende principalmente de las particularidades de los sistemas radiculares de ellas. Estas observaciones hacen suponer una participación de las raíces en el abstecimiento de las partes terrestres de las plantas con sustancias indispensables para sintetizar las mo- léculas de los pigmentos. Es posible que las hojas de la plantas obtengan de las raíces sustancias activas del tipo de biocatali- zadores, que influyen sobre la intensidad del proceso fotosinté- tico. Varios autores (1, 2, 3), estudiando la acción de agentes físicos y químicos sobre los sistemas radiculares, en las zonas de desarrollo de las últimas, han encontrado una relación entre la temperatura, humedad, aeración y composición mineral del suelo, con el contenido de clorofila en las hojas de las plantas. Dado que tanto el ácido gibberélico como los reguladores sintéticos de crecimiento no tienen una acción positiva sobre el desarrollo de las raíces, explicaría vor qué en esas plantas así tratadas no haya un aumento de clorofila en sus hojas y a veces éste disminuya en comparación a los testigos (4, 5, 6). En nuestro estudio sobre la acción de levaduras del géne- ro Saccharomyces sobre el crecimiento de las plantas, se ha en- contrado un mayor desarrollo de las raíces en las plantas tra- tadas (7). Nuestras observaciones fueron corroboradas por el traba- jo de Krasilnikov (9). El tratamiento se efectuaba con leva- dura activa, esde cir, con los metabolitos de las células vivas, aplicándolas en una suspensión acuosa de maneras diferentes a semillas secas antes de sembrarlas, a las raíces de las plantas nuevas de los almácigos en el momento del trasplante y por A SES riego con suspensión de levadura en distintas concentraciones al comienzo del período vegetal. La reacción de las plantas al tratamiento no es y no puede ser uniforme por una dosificación poco precisa de las células de levadura por semilla y por influencia de los distintos factores (tipo de suelo, temperatura del suelo, el clima) que actúan so- bre los procesos de metabolismo de las células vivas de la leva- dura adheridas a las semillas y raíces. Junto con la observación sobre el desarrollo de las raíces, ha llamado la atención el color más intenso de las hojas de las plantas nuevas. Este fué el motivo de este trabajo. Material y Métodos Las plantas obtenidas de las semillas tratadas con las sus- pensiones de levaduras del género Saccharomyces, se han cul- tivado en el criadero del Barrio Universitario en cantidad de 50-100 y a veces más plantas por tratamiento, en las condicio- nes climatéricas naturales. Otra parte de plantas fue cultivada en el Invernadero del Instituto durante el otoño y el invierno. Se estudiaron las siguientes especies: 1.—Zea Mays híbrido, procedente de Soc. Nac. de Agricultura. 2.—Vicia Faba (habas). Comercio. 3.—Phaseolus vulgaris (poroto) tipo Zepellin. Plan Chillán. 4.—Pisum sativum tipo Grano de Oro. Comercio. 5.—Helianthus var Saratov. Compradora de Maravilla S. A. 6.—Hordeum var Heine Haissa. Soc. Nac. de Agricultura. 7.—Linum (lino común). Sociedad de Lino “La Unión”. S.—Beta saccarifera var Klein Wanzleben. Industria Azuca- rera Nacional S. A. 9.—Soja var Harosoy. Facultad de Agronomía, Universidad Católica de Chile, Santiago. 10.—Avena sativa. Comercio. Para los tratamientos se usaron levaduras de tipo Saccha- romyces cerevisiae, Las determinaciones del contenido de clorofila fueron efec- tuadas en el período vegetativo de las plantas, es decir, durante las primeras semanas de su crecimiento. Las muestras se to- maron en la mañana y las determinaciones se hacían en el mis- mo día por espectrofotometría, usando un equipo Beckmann en (e) las ondas de 6600 A (clorofila a) y 6425 Á (clorofila b). Los resultados están dados en megr./lt. (*) '* Agradecemos a nuestra laborante Srta. Ruth Guzmán, por su ayuda técnica, — 19 — Las determinaciones de superficie de las láminas foliares, se efectuaron por los siguientes métodos: 1) Sacando copia de la hoja en papel Ozalid y midiéndola con un planímetro (maravilla, arveja). 2) Sacando copia, recortándola y determinando el peso del cor- te. El peso de 1 cm2 fue determinado previamente (lino). 3) Según método recién publicado para gramíneas (10), mi- diendo el largo X por el ancho K de la hoja: y calculando por la fórmula 2 S = — KX (cebada 3 Para los casos de extensión excesiva de las hojas, se cor- taba la parte central con un tubo de acero bien afilado, permi- tiendo esto, trabajar con su perficies conocidas: 7.89 cm2 y 5.06 cm2. , Preparación del extracto con éter Se tomaba 20-30 hojas que ocupaban la misma posición en la planta; se cortaba en pequeños trozos y se revolvía bien. Se pesaba 1 gr. y se molía con arena de cuarzo en un mortero. Des- pués de agregar 50 ml. de acetona de 85% se filtraba a través de un embudo Búchner provisto de papel filtro. Se lavaba el residuo con otra cantidad de acetona de 85% y finalmente con un poco de éter para eliminar los últimos vestigios de los pig- mentos del residuo. El extracto se colocaba en un decantador de 500 ml. (1) con 50 ml. de éter sulfúrico. Se agregaba cuidadosamente agua destilada hasta que aparentemente todos los pigmentos en so- lución habían sido absorbidos por el éter. Se ponía el tubo del decantador (1) en el decantador (IT), con 100 ml. de agua destilada y se dejaba pasar al extracto por el tubo hasta el fondo del decantador (11), en las pequeñas go- tas a través de agua destilada. Cuando todo el extracto del de- cantador (1) había pasado al decantador (II), se cambiaba la posición de los decantadores y se seguía lavando en esta forma el extracto hasta la eliminación completa de acetona (aprox. 8 lavados). Después el extracto libre de acetona se secaba con sulfato de sodio anhidro y se filtraba en un matraz aforado de 100 cc y se ajustaba el volumen. La manera de proceder en el proceso de extracción tenía que ser muy uniforme para evitar posibles errores. Los resultados obtenidos con el espectrofotómetro Beck- mann se calculaban por la fórmula de Comar (8). A E TO Clorofila total (mgr/1) = 7.12 log En (6600) + TO + 16.8 log E (6425) JO Clorofila a (mgr/1) = 9.93 log y (6600) - Jo - 0.777 log Hi (6425) TO Clorofila b (mgr/1) = 17.6 log — (6425) 10 TO - 2.81 log E (6600) 10 log — = Absorción determinada para la longitud de onda dada. 1 ; OBSERVACIONES Generalmente el efecto del tratamiento de las semillas con levadura se hacía notorio en los primeros días. Las determinaciones del contenido de clorofila en las ho- jas de las plantas tratadas, además de mostrar un aumento de clorofila total, a y b (ver cuadros) permitieron observar en al- gunos casos una síntesis creciente de ésta (habas, avena, ma- ravilla). Este fenómeno es conocido y su intensidad depende de las condiciones exteriores a las cuales está sometida la planta. Después de un cierto tiempo, que depende de la continui- dad y la intensidad de la acción de la levadura, los valores del contenido en clorofila, en las hojas de las plantas tratadas y de sus testigos respectivos, van acercándose, sobrepasando a ve- ces uno a otro (gráficos 2 y 3). En los casos en que las plantas se encuentran en buen es- tado, este momento puede llegar poco antes de la floración. Por ejemplo, en el ensayo con arvejas (cuadro 4), se puede observar que en las plantas tratadas, después de 46 días de crecimiento, el contenido en clorofila ha bajado de 105,5 y 119,5 a 101,2%, tomando como base el testigo 100%. En el caso de la avena y arveja (22 ensayo) se repitió el fenómeno bajando el valor de 115,7 a 102,5% (cuadro 5 y 6). En varios casos se ha notado que la concentración de la suspensión de la levadura había tenido una influencia sobre el contenido en clorofila en las hojas. Por ejemplo en la cebada, la concentración de 0,8% mostró valores superiores que los de 0.2% (cuadros 8 y 9). — Bl — SVMIAUV o6psa | él — 16 — 1.—HABAS. Invernadero. Sembrado 20/V/1961 Clorofila. Clorof. Clorof. Clorofila Clorof. Clorof. b total a b total a FECHA TESTIGO TRATADO 9/VI 6.92 5.24 1.68 8.72 6.60 2.12 12/VI 8.42 6.15 PE ZA 9.58 7.06 2.52 14/VI 8.84 6.28 2.56 9.86 7.05 2.81 Promedio 8.06 5.89 2.17 9.39 6.90 2.48 2.—MAIZ. Invernadero. Sembrado 20/X/1960 FECHA TESTIGO TRATADO 28/XII 9.93 5.43 4.50 10.74 5.87 4.87 30/XII 10.02 5.52 4.50 10.90 6.04 4.86 4/1/61 9.28 4.98 4.30 12.00 6.29 5.71 Promedio 9.74 5.31 4.43 10.88 6.07 4.43 3.—POROTOS SOYA. Criadero Barrio Universitario Sembrado 11/XI1/60 Clorofila. Clorof. Clorof. Clorofila Clorof. Clorof. b total a b total a FECHA TESTIGO TRATADO 11/1/61 7.81 5.67 2.14 9.22 6.69 2.58 12 5.57 3.97 1.58 7.92 5.70 2.22 13 6.97 5.08 1.89 8.34 6.04 2.30 Promedio 6.78 4.91 1.87 8.49 6.14 2.35 e 4.—ARVEJA. Criadero B. Universitario. Sembrado 21/X1/1958 DIAS TESTIGO TRATADO 12 11.38 (100%) 7.832 4.06 12.00 (105,5%) 7.73 4.27 13 10.37 4.53 5.84 11.02 4.88 6.14 14 10.92 6.24 4.68 11.75 6.61 5.14 19 14.08 10.44 3.64 14.70 10.81 3.89 26 12.16 8.83 3.33 13.30 9.39 3.91 38 12.66 (100%) 8.60 4.06 15.15 (119,5%) 10.33 4.82 46 14.07 (100%) 9.93 4.14 14.25 (101,2%) 10.19 4.06 5—ARVEJA. Invernadero. Sembrado 22/V/1961 Clorofila. Clorof. Clorof. Clorofila Clorof. Eporot total a b total a DIAS TESTIGO TRATADO 28 10.85 (100%) 7.84 38.01 12.47 (115%) 8.96 3.51 29 11.77 8.52 3.25 14.57 10.44 4.13 30 11.62 8.36 3.26 14.78 10.64 4.14 82 11.29 (100%) 8.09 3.20 14.33 (102,7%) 10.39 3.94 Promedio 11.33 8.20 3.18 14.04 10.11 3.93 6.—AVENA. Criadero B. Universitario. Sembrado 9/111/61 DIAS TESTIGO TRATADO 12 5.84 (100%) 4.28 1.56 6.71 (115,7%) 5.10 1.61 13 6.8 4.87 1.52 7.14 5.31 1.83 14 6.86 5.02 1.84 7.74 5.66 2.08 22 8.40 6.25 2.15 8.32 6.18 2.14 23 8.44 (100%) 6.31 2.13 8.65 (102,5%) 6.44 2.21 Promedio 7.18 5.35 1.83 total 5.74 197 — 48 — 7.—MARAVILLA Invernadero. Sembrado 7/VI11/1961 Clorofila. Clorof. Clorof. Clorofila Clorof. Clorof. total total a b DIAS TESTIGO TRATADO 18 6.52 4.74 1.78 7.30 5.44 1.86 23 1 onal 5.23 1.89 8.76 6.46 2.30 28 8.04 5.85 2.19 9.04 6.66 2.38 Promedio 7.22 A 1.95 8.37 6.19 2.18 8.—CEBADA, Cultivos en la solución Knopp. Agosto 1958. Invernadero (3 series seguidas) DIAS TESTIGO 0.2% 0.8% Clorof. Clorof. Clorof. Clorof. Clorof. Clorof. Clorof. Clorof. Clorof. a total a total a b total a b 16 7.24 5.75 1.49 8.05 6.39 1.66 8.37 6.66 1.61 25 8.54 6.58 1.96 9.75 7.55 2.20 9.29 7.20 2.09 17 6.73 5.12 1.61 7.54 5.75 1.79 8.29 6.33 1.96 20 9.57 7.49 2.08 10.98 8.149 2.49 11.48 8.51 2.97 12 9.65 7.96 1.69 9.90 8.22 1.68 10.14 8.29 1.85 Promedio 8.34 6.58 1.75 9.24 7.28 1.96 9.51 7.40 2.10 9.—CEBADA, Agosto 1961. Invernadero (ver gráfico) DIAS TESTIGO 0.2% 0.8% 11 5.74 4.87 1.37 6.26 4.71 1.55 6.38 4.83 1.55 13 6.04 4.53 1.51 6.22 4.61 1.61 6.63 4.93 1.69 16 6.78 5.05 1.73 6.97 5.27 1.71 7.53 5.58 1.95 18 7.76 5.78 1.98 7.02 5.21 1.81 7.89 5.83 2.06 20 SZO, 5.30 1.90 6.80 5.10 1.70 7.60 5.61 1.99 24 6.15 4.51 1.64 5.85 4.26 1.59 6.63 4.84 1.79 AOS Acumulación de materia seca en las hojas Simultáneamente se encontró un aumento de peso y super- ficie de la lámina foliar y acumulación de materia seca por uni- dad de superficie. Este fenómeno fue observado en las hojas de arvejas (7) y posteriormente fue comprobado para las hojas de varias especies: (ver cuadro). 1.—HABAS (51 días) Peso, mgrs Superficie —Acumulac. mat. cm2 seca, mgr/cm2 TESTIGO 102.89+20.16 28.402.78 3.6350.43 1% 135.16+34.11 35.61+7.35 3.83+50.86 2.—ARVEJAS GRANO DE ORO (122 días) TESTIGO 33.97+17.18 12.4074.74 2.73+0.64 0.2% 47.88+12.02 15.8173.48 3.02+0.56 0.8% 45.77+22.20 15.4874.81 2.95+0.79 LINO COMUN (60 días) TESTIGO 2.4570.45 0.89+-0.14 2.79+0.50 1% 3.0070.57 0.87+0.22 3.46+0.56 4.—MARAVILLA SARATOV. 1+ Determinación. (40 días) Peso, mgrs Superficie Acumulac. mat. cm2 seca, mgr/cm2 TESTIGO 378.13+756.4 7.89 (corte) 4.79+0.70 1% 429.1+768.2 7.89 5.43+0.77 22 Determinac. TESTIGO 447.0+762.2 7.89 5.64+0.77 1% 459.045.7 7.89 5.85+0.61 5.—POROTOS JARDINEROS. (44 días) TESTIGO 20.23+-0.27 5.06 (corte) 3.99+0.50 1.0% 22.15+1.06 5.06 4.387+0.92 1.0% 22.65+2.72 5.06 4.48+0.48 6.—REMOLACHA KLEIN WANZLEBEN (65 días) TESTIGO 27.82+1.07 7.89 (corte) 3.52+0.36 0.2% 35.3616.72 7.89 4.4750.90 0.6% 42.73+9.91 7.89 5.32+1.74 0.8% 43.47+6.45 7.89 5.53+50.53 7.—MAIZ SOCNADEA N? 1. (70 días) TESTIGO 29.07-+2.56 7.89 (corte) 3.6850.45 0.6% 33.27+1.14 7.89 4.25570.88 1.0% 31.774.98 7.89 4.02+0.58 1.2% 36.05+3.53 7.89 4.56+0.46 La materia seca acumulada por la superficie foliar revela la cantdad de energía lumínica absorbida por una hoja en el proceso de la fotosíntesis. En cambio, es conocido que la plan- ta utiliza en forma insuficiente la capacidad fotoquímica de clorofila, es decir, que no existe relación alguna entre el con- tenido en clorofila y acumulación de materia seca en las lámi- nas foliares. En nuestro estudio los valores de peso, superficie y acumu- lación de materia seca por unidad de superficie de las hojas de las plantas tratadas, muestran un aumento durante todo el pe- ríodo de vegetación; en cambio el contenido en clorofila dismi- nuye al pasar un cierto tiempo (gráficos). Además se ha encontrado en plantas de cebada tratadas con concentración 0.8% de la suspensión de levadura y culti- vadas en invernadero, una acumulación baja de materia seca y un contenido mayor de clorofila en las hojas, comparado con el testigo; al contrario, la cebada tratada con 0.2% no mostró un aumento en acumulación de materia seca, pero sí en el peso y superficie de la hoja y un contenido bajo de clorofila (8). 8.—CEBADA HEINE HAISSA (23 días) Peso, mgrs Superficie Acumulac. mat. ecm2 seca, mgr/cm2 TESTIGO 6.25+0.69 2.23+0.42 2.85+0.42 0.2% 6.95+2.48 2.44+0.38 2.8950.79 0.8% 5.68+1.02 2.15+0.36 2.66+50.49 Este último confirma la inexistencia de una relación de los fenómenos estudiados. AO E CONCLUSIONES 1) Como resultado de las experiencias, la conclusión evidente es que existe una variación favorable en el contenido en clorofila en las hojas de las plantas tratadas con levaduras activas. 2) Se ha comprobado en varias especies un aumento de peso, de superficie y acumulación de materia seca en las hojas de las plantas tratadas. CONCLUSIONS 1) In leaves of treated plants with active yeast, the chlorophyll content is higher than that of untreated ones. 2) It has been possible to prove an increase in weight, surface and dry matter in leaves of several treated plants. AGRADECIMIENTOS Expresamos nuestros agradecimientos al Doctor J. Concha y Prof, E. Poch por su gentileza al poner el equipo de sus laboratorios a nuestra disposición, BIBLIOGRAFIA 1.—S. S. ANDREENKO y S. V. Titova. Alteraciones cualitativas de clorofila en las hojas de Maíz con temperaturas distintas en la zona de las raíces. Comptes Rendus USSR, T. 116, Ne 1, 1957. 2.—B. A. RUBIN y V. F. Germanova. De la síntesis de los pigmentos en las raíces. Comptes Rendus USSR, T. 124, No 4, 1959. 3.—B. A. RUBIN y V. F. Germanova. La influencia de los sistemas radiculares sobre la formación del aparato fotosintético. Comptes Rendus USSR, T. 107, N? 5, 1956. 4.—J. ULLMANN y J. Krekule. The influence of gibberellic acid on the chlorophyl content of germinating lettuce plants. Folia Biol. (Prague) 4 (4), 1958. 5.—Prof. FRED T. WOLF €: Dr. Alan H. Haber. Chlorophyl content os ener itestel wheat seedlings. Nature Vol. 186, p. 217, 0. 6.—W. MACIEJYEWSKA - Potapeczykowa. Effect of 2.4 D on the chlo- rophyl content of higher plants. Bull. Soc. Sci. et Lettres. Lodz. Classe TIM, 4, 12, 1953. 7.—W. DREIFUSS S. y N. de Tschischow. Acción de levaduras acti- vas sobre el desarrollo de las plantas. Bol. Soc. Biol., Concep- ción, T. XXXIL 1957. 8.—C. L. COMAR. Analysis of plant extracts for chlorophyls a and b. Ind. Eng. Chem., Vol. 14, No 11, p. 877, 1942. 9.—Prof. N. A. KRASILNIKOV. Microbes stimulating the growth of plants. Journal Ciencias Agrícolas USSR, No 7, 1958. 10.—V. V. ANIKIYEV, F. F. Kutuzov. A new method for: determining O surface of cereals, Fisiología Vegetal USSR. T. 8, N? 8, — 52 — EL PROBLEMA DE LA VIDA EXTRATERRESTRE POR G. Mueller ABSTRACT. The probability of existence of life on other planets of the Solar System is discussed. From the point of composition of its' atmosphere and climate, Mars seems to be the likely setting for the living organism, and indeed, its” greenish coloured de- pressions had been interpreted as possible swamps with vege- tation, a possible alternative explanation of the author is that they may show the colour of the Fe++ ion. The carbonaceous meteorites are the only extraterrestrial matter with organic molecules in Our hands for the present. The origin of their carbonaceous phase should be still conside- red as an unsolved problem. The following evidences may give us clues as to the ultimate biological or a-biological genesis of a given carbonaceous phase: 1.—Viable organisms. The presence of viable spores in the Murray and other meteorites has been claimed but the evi- dences are most inconclusive. 2.—Fossils and Microfossils. Recent claims of microfossils in the Orgueil meteorite, and further other carbonaceous sto- nes could not be substantiated. According to the investigations of the author all the frequent can be readily interpreted as mi- neral grains, structures may be terrestrial contaminations. 3.—Sub-fossils. Under the term the author sumarises all typs of nodular or patehy distribution of carbonaceous matter, phosphates, lime, etc., wich may be possibly caused by colonial microorganisms. The carbonaceous phase of the meteorites is usually evenly distributed, the rather patchy distribution of that of Kaba may be explained through processes of distillation. 4.—C12/C13 - ratio. The isotopic compositions of carbons from the so far analysed meteorites are well within the range of juvenil, a-biogenic C from Earth. 5.—Isotopic composition of S N and O. Arccording to geological experiences the isotopic composition ranges of the above elements markedly differ if the minerals in question are Pe UE of biogenic origin, however, no data is available regarding al present meteorites. 6.—Optic Rotation. All the 'terrestial biogenic carbona- ceous substances rotate the polarisel light to the left. The fact that according to the investigation of the author the extracts from de Cold Bookkeveld meteorite have no optic rotation seems to indicate their a-biological origin. 7.—Elemental composition. lt was found by the author through computations of data in the literature, that all the fos- sil organic substances of ultimate biological origin (petroleumns, asphalts, coals, etc).,) are characterised by H/O ratios above 4, whereas the few bituminous substances of presumably juve- nile magmatic origin, the tucholites show H/O values below 3. The H/O value of the extracts of Cold Bookkeveld meteorite are close to the range of the above terrestrial tucholites. 8.—Minar elements. The abiogenic terrestrial carbonaceous phases are markedly rich in minor elements which enter them due to their chemical affinities, such as U, th, V, etc., whereas in those of biological origin the elements introduced by the li- vings organism predominate, such as J, Na, P, ete. This indi- cates that the minor elemental composition of a given carbona- ceous phase may serve as a clue as to its ultimate origin, but so far no data exists in relation to meteorites. 9.—Biogenic Molecules. Molecules highly speciffic for life, such as porphyrines, etc., have not been so far detected in car- bonaceous meteorites. 10.—Molecular composition of the organic complex. Is was claimed by B. Nagy and Co-workers that biogenie products have characteristic proportionalities of the paraffines, etc., of diverse Chain length, which markedly resemble the propor- tionalities found in Orgueil meteorite. lt seems to the author that the above resemblance can be also explained by random probability factors. All the above evidences point rather towards a non-biolo- gical origin of the carbonaceous complex of the meteorites so far examined in some details, and indeed, it seems unlikely that life would have been existing on the parent bodies of the meteorites which are generally considered as of small dimen- sions, with correspondingly variable conditions. Although we have as yet no definite evidence of the exis- tence of estraterrestrial life, it appears that living organisms would be found within numerous settings of the Universe. In this respect we should stress, however, that we do not know the probability factors prevailing for the spontaneous genesis of the proto-organism, and for this reason the existence of ex- traterrestrial life should be considered still problematic, until definite evidences would be obtained either through the study of meteorites or the pending exploration of the Solar System. lt appears to the author that civilization of “human level” — 54 — would penetrate to numerous solar systems within the first few milleniums of its” “space age”, and the fact that our planet had no extraterrestrial visitors or colonisers seems to indicate that life in the human level is a rare phenomenon throughout the Cosmos. 1.—INTRODUCCION. La posibilidad de existencia de vida dentro de otros am- bientes de nuestro Cosmo (cuerpos celestes, nubes de gas, etc.), fue siempre un problema fascinante. Ahora, el problema tiene un interés particular, debido al hecho que probablemente el Sis- tema Solar, será explorado por el hombre dentro de muy pocas décadas más. El ritmo de progreso en esta exploración con ins- trumentos y hombres vivos, dependerá, probablemente de la aplicabilidad dentro del cercano futuro de propulsión atómica para los cohetes; pero aún con los presentes combustibles quí- micos, podremos esperar antes del fin de la presente década, informaciones cruciales en relación de las condiciones de la Luna y posiblemente en los planetas vecinos de la Tierra. Te- nemos uno de los últimos años en que podremos comprobar el valor de la aplicación de modernos principios de Biología, Quí- mica y Física para la interpretación de las evidencias, de ma- nera indirecta, que existen en nuestras manos, antes el adven- to de pruebas positivas, basadas en transmisiones de fotogra- fías y transporte de muestras actuales de la superficie de la Luna, ete., y por último las observaciones directas de los cos- monautas. Las evidencias que existen ahora en nuestro poder, pue- den ser subdivididos en los siguientes tres grandes grupos: A.—Observaciones de planetas, satélites, ete., con el te- lescopio y espectrógrafo. B.—Investigaciones químicas, microscópicas, etc., de las meteoritas y en particular, los pocos de ellos (unos 20 a 25), que son ahora conocidos o por lo menos inferidos por contener sustancias orgánicas, que son llamadas meteoritas carbonáceas. En relación con este interesante grupo de meteoritas, debemos mencionar que la presencia de moléculas “Orgánicas”, que con- sisten en cadenas y anillos de Carbón, no es una evidencia con- cluyente de vida (vea abajo), ya sabemos que esos pueden ser producidos también por procesos no-biológicos de condensación de gases, etc. C.—Evidencias y consideraciones de naturaleza más espe- culativa e indirecta, basados en consideraciones de probabilidad de generación espontánea de vida, la adaptabilidad de posibles organismos vivos, la probable existencia de organismos de dis- tinta biología y bioquímica, como aquellos conocidos aquí en la Tierra y además el problema de la última naturaleza de vida. Como el lector va a ver durante el desarrollo del presente artículo, ninguno de los tres grupos de evidencias enumeradas — 55 — arriba, va a darnos seguridad; aunque la mayoría de los cientí- ficos parece estar convencido que debe haber vida en innumera- bles rincones del Cosmo, la actual existencia de vida extrate- rrestre no es un hecho comprobado. 2.—LAS EVIDENCIAS ASTRONOMICAS. La apariencia de la superficie de los planetas, o por lo me- nos las nubes atmosféricas que los rodean, en el caso de una atmósfera demasiado densa, es conocida en todos los cuerpos celestes mayores del Sistema Solar, por investigaciones con te- lescopio. La composición aproximada de sus atmósferas (con un error de +1%) puede ser determinado por espectroscopía, que sirve también para una estimación de sus climas. A continua- ción, presentado en orden decreciente la probabilidad de vida en los diversos cuerpos celestes va a ser discutido. A.—MARTE. El planeta Marte fue siempre candidato favorito de una supuesta vida extraterrestre, los escritores de ficción científi- ca como H. G. Wells, etc., lo muestran como un sitio de vida al nivel humano. La atmóstera de Marte consiste según Kuiper, G. P. (1947) de unos 20% de CO», con Na como el gas princi- pal y con posibles cantidades menores, (probablemente bajo %) de H20, CH,, NHs, NO, O» y Oz; que no pueden ser com- probadas espectroscópicamente debido al hecho que la densidad de la atmósfera es sólo 1/5 de la de la Tierra. Rosew B. (1953) interpretaba algunos aspectos expectrales como causados por polvo de carbón o sustancias carbonáceas. Hay evidencias que el clima de Marte es sólo un poco más frío que el de la Tierra; el Ecuador puede tener el equivalente de nuestras zonas templa- das y la capa blanca que aparece cerca de los polos en sus res- pectivos inviernos, no es dioxido de carbón sólido, como se pen- só antes, sino una delgada cubierta de condensaciones de eris- tales de hielo, esta última evidencia indica algo de agua. En resumen, parece que la atmósfera y clima de Marte, puede ser adoptado por una vida de tipo nuestro planeta. Aun- que, necesitamos mencionar dos factores que parecen poco fa- vorables: A.— La pequeña concentración o parecen de oxígeno indica que no existiría plantas con fotosíntesis de tipo terres- tre, produciendo O del CO, atmosférica, se piensa que sin estas plantas verdes nuestra atmósfera perdería dentro de unos po- cos miles de años todo su O, por oxidación de hidrocarburos y de Fierro +” en las rceas en contacto con el aire. B.— La antes mencionada delgada capa de hielo colectada en los inviernos polares indica algo de agua, pero por otra parte la carencia de nubes (salvo las nubes rojas de polvo marciano), la baja presión y falta de su detección espectrográfica indica condiciones que son en regla general extremadamente áridos y en eso la colec- AS ción es evidente, que ninguna forma vida terrestre puede adap- tarse a los desiertos de nuestro globo, como el norte grande de Chile lo indica claramente. Dibujos del Planeta Marte en Libros de Astronomía del último siglo muestran numerosas planchas y además una red de canales paralelos de color verde en una base rojo ladrillo. Pa- rece que los canales son producto de la imaginación colectiva. y convergente de los astrónomos, porque las fotografías mues- tran invariablemente terrenos altos de color rojizo y planchas de bajo nivel (según la observación de las sombras del sol) con el color verdoso. La mayoría de los astrónomos piensa, que las últimas planchas indican terrenos pantanosos con una vegeta- ción verdosa como los de nuestros bosques, prados, etc. terres- tres. A mí me parece que el contraste de colores podría tener también una explicación alternativa, que se ve prácticamente en cada depresión artificial o natural terrestre. Por ejemplo, en las canteras hay una zona superficial de color café donde el hie- rro de las rocas o tierra es totalmente oxidado en su forma tri- valente mientras que los niveles más bajos parecen verdosos, debido a la presencia de fierro bivalente. Debo resumir, en conclusión que ni las evidencias de la atmósfera y clima, ni de la observación de superficies con teles- copios pueden darnos una respuesta positiva en relación con existencia o carencia de vida en los planetas vecinos. Nuestro otro vecino, Venus está más cerca del sol que nosotros y por esa razón debería tener un clima más caliente. El planeta tiene una atmósfera muy densa con una capa continua de nubes, por esa razón su superficie es totalmente desconocida. Investigaciones expectrales indican (Alams, W. 1932) predominancia grande de CO? y la falta de detección espectral de O. N, y agua, indi- ca que esos componentes de gran importancia para la manten- ción de vida terrestre pueden ser representados sólo en concen- traciones muy subordinadas al compararla con la atmósfera terrestre. El material de las capas de nubes blancas fue siem- pre objeto de dudas; Wildt. R. 1940 piensa por ejemplo que se trata de productos de polimerización de formaldehida. De los pocos datos conocidos parece, que las condiciones en Venus son algo menos probables para la evolución de la vida que los de Marte, aunque la existencia de una atmósfera más densa parece un factor favorable. Los cuatro planetas exteriores (y además el más grande satélite Titán) tienen una atmósfera densa de metano, amo- níaco e H» en que el O libre no puede existir debido a su cuali- dad muy reductora. Sus climas son muy helados debido a su grande distancia del sol. No cabe duda que bajo estas condicio- nes no puede desarrollarse una vida con una bioquímica de tipo terrestre. La única posibilidad puede ser una vida de bioquími- ca y metabolismo, drásticamente diferente; “respirando” la atmósfera reducente y “comiendo” sustancias oxigenadas de la superficie y, además, adaptado a temperaturas de 100% a 2009 de CO» y la falta de detección espectral de O. N, y agua, indi- C bajo 0%. En la última conexión podemos observar que prác- — 531 — ticamente ninguno de los microbios terrestres se pueden multi- plicar en temperaturas de —10% ¡C, como la carencia de vida en el continente Antártico lo indica claramente. Resumiendo, parece que la única vida que puede existir en esos planetas exteriores sería completamente diferente de la vida de tipo terrestre. En nuestro planeta por lo menos, la va- riabilidad de vida es bastante restringida, del punto de vista de la composición química (e. g. proteínas, etc.) del tipo de me- tabolismo y del rango de las condiciones de temperatura, de adaptabilidad de los organismos, etc. El planeta Mercurio, además los satélites (incluyendo la Luna) los asteroides y cometas, todos carecen de una atmósfe- ra apreciable; por esta razón es poco probable que existiría vida, aun en el nivel de microbios en ellos. Pero es una probabilidad interesante que vida podría haber existido en esos relativamen- te pequeños cuerpos celestes, en un estado anterior de la con- densación de nuestro Sistema Solar, antes ellos perdieron sus atmósferas originales. Una cuidadosa inspección de la superficie lunar por fósiles (aunque no existirían microorganismos vivos ahora) podrían ser efectuados actualmente antes que termine la presente dé- cada, si los proyectos espaciales de los EE. UU. y Rusia se ma- terializan. 3.—EVIDENCIAS DE LOS METEORITOS. Se ha observado desde la mitad del siglo 19 (vea resumen de literatura por Cohen, E. 1894), que algunas meteoritas es- tán compuestas principalmente de silicatos de que se pueden extraer con solventes orgánicos, más o menos 1% de sus ma- sas, sustancias recinosas (Cold Bokkeveld) o cerosas, vaselino- sas (Kaba). En caso de otras meteoritas (Allais, por ejemplo), se nota que durante su destilación se libran olores parecidos a los de asfaltos terrestres, etc. En fin, el color muy obscuro de otras meteoritas, indica la posibilidad de una fase carbonácea. Además, parece que las inclusiones de grafito en meteoritas de fierro tienen también, por lo menos indicios de moléculas basa- das en cadenas o anillos de carbón, llamados en general sustan- cias orgánicas. Ahora existen más o menos unas 25 meteoritas en que la presencia de una fase de moléculas orgánicas es com- probada o por lo menos sospechada. Como la mayoría de la. lite- ratura original del siglo 19, está basado en observaciones poco concluyentes, existe ahora una gran incertidumbre en relación del número e identidad de las meteoritas que tienen una fase orgánica. Puede ser que algunas de las meteoritas “oscuras” consideradas como “carbonáceas” vayan a ser eliminadas de las listas, debido a una razón alternativa por sus colores oscuros, por otro lado el hecho que casi todas las meteoritas de silicatos y algunos de hierro también, liberen indicios de metano por calentamiento, indica, que moléculas orgánicas en cantidades muy subordinadas (quizás 0,01 a 0,0001%) puedan existir den- A tro de casi la totalidad de la sustancia extraterrestre guarda- dos en nuestros museos. La primera publicación en el siglo XX fue preparada por el autor (Mueller G. 1953) describiendo el meteorito Cold Bok- keveld, de Africa del Sur, aprovechando los avances en los mé- todos experimentales de química orgánica moderna. Los resul- tados de otras investigaciones del mismo autor en relación con las meteoritas de Orgouile (Francia) y Murray (EE. UU.), es- tán ahora en la prensa del capítulo de “Cosmo-química Orgánica”, en el nuevo libro de Geoquímica Orgánica, que sería publicado por el Pergamon Press, en el futuro cercano. El advento de edad de espacio produjo un interés agudo por esa rama casi olvidada, mientras que en los últimos 2 o 3 años el Prof. Stro- kay, K. (1961) publicó tres trabajos con relación del meteorito Kaba (Hungría), y el Prof. Nagy, B. de la Universidad de Fordham de New York y sus colaboradores tienen ahora dos trabajos en prensa con relación del meteorito Murray. Todos los resultados e interpretaciones teóricas de estos trabajos se- rán discutidos más abajo. Como un corto resumen de literatura de Meteoritas Carbo- náceas podemos decir, que nuestros conocimientos son muy de- ficientes y poco sistematizados. Hay sólo tres meteoritas examinadas con la aplicación de por lo menos algunos métodos de química orgánica moderna, pero en relación de los otros existen sólo datos muy rudimenta- rios del siglo XIX. El autor fue recientemente invitado como profesor visitante en la Universidad de Londres, por los si- guientes tres años (volviendo a Concepción cada Segundo Se- mestre para completar sus clases), por el motivo de la dirección de un proyecto de estudio sistemático y comparativo de meteo- ritas carbonáceas en todos los países. Se anticipa que en este estudio van a cooperar en el futuro otros profesores de nues- tra Universidad, junto con científicos de Inglaterra y posible- mente también de otras partes del mundo. En relación del estudio de cualquier sustancia carbonácea “fósil”, hay diversas evidencias de carácter más o menos con- cluyentes, indicando su orígen biogénico. Ante nuestra breve discusión de esas evidencias, necesitamos subrayar, que del punto de vista de las consideraciones a priori, parece relativa- mente escasa la probabilidad que los cuerpos celestes en que las meteoritas se originan, tendrían en su historia pasada con- diciones favorables de vida. Según la teoría más aceptada de orígen por la totalidad o por lo menos la mayoría. de los meteo- ritos, ellos son fragmentos de pequeños cuerpos celestes (co- metas O asteroides), su fragmentación está en razón de sus órbitas muy excéntricas originando grandes diferencias en temperaturas. Es fácilmente comprobable que un cuerpo de más de unos 1.000 Kms. de diámetro no puede fragmentarse de- bido a su gran campo gravitacional. Por esa razón, nosotros necesitamos tratar evidencias indicando existencia de vida más evolucionada (como fósiles, vea abajo) con mucho cuidado. Es muy probable que en nuestro planeta los primeros microbios se — 59 — desarrollaron hasta un nivel superior para dejar fósiles reco- nocibles en las rocas, se demoraron por lo menos 500 millones de años antes, y es verdaderamente poco probable que en ta- les chicos cuerpos celestes, la atmósfera y otras condiciones necesarias para la mantención y evolución de vida quedaron constantes por un tan largo período de tiempo. Las evidencias obtenidas de la investigación de una fase carbonácea (con moléculas “orgánicas”) dada, puede ser resu- mido como sigue: 1.—ORGANISMOS “VIABLES”. Aparecieron periódicamente novedades en la prensa con relación a experimentos en que esporas hipotéticas que existían en meteoritas fueron revividas al echar el polvo de la piedra en una nutriente. La última novedad de esta naturaleza apareció en la prensa de EE. UU. en el presente año (1961), mencio- nando que ocurrió al hacer cultivos de microbios de polvo del interior de la meteorita Murray, después la superficie de la pie- dra fue cuidadosamente desinfectada con solución de HgCl». La posibilidad que esas esporas que existan en el presente, es muy improbable que en las meteoritas serían de orígen verdaderamen- te extraterrestres. Se comprobó con métodos radioactivos que la mayoría de los meteoritos estuvieron en el espacio ya en un estado fragmentado por lo menos los últimos 200 millones de años de su historia. Es poco menos que imposible que esas hi- potéticas esporas, de organismos, puedan quedar viables des- pués de su suspensión por más de 200 millones de años al frío, cerca del cero absoluto en el espacio y a los intensos bombar- deos por rayos cósmicos y ultravioletas. Por lo menos, se sabe, que ninguna espora de microbios terrestres puede resistir tales condiciones por más de un año. Al parecer, según el autor, esas esporas viables que fuero: periódicamente encontradas en meteoritas son de orígen terres- tre. Todas las meteoritas carbonáceas son sumamente poro- sas y es muy probable, que mientras la existencia de las piedras de tamaño relativamente pequeño y al contacto con dedos hu- manos, las esporas de microbios terrestres puedan penetrarlas, quizás también propagar dentro de las piedras aprovechando el valor nutritivo de las moléculas orgánicas ya existentes y tam- bién el hecho que muchas de las piedras son higroscóvbicas, co- lectando humedad. 2,—FOSILES Y MICROFOSILES, En el presente año (comunicación privada del Prof. J. D. Bernal, de la Universidad de Londres), los profesores B. Nagy y Claus, de “Fordham University”, New York, van a publicar en el “Nature” Londres, microfotografías que se piensan serían fósiles de algas en las meteoritas de Orgueil e Ivuna. Las mi- crofotografías ilustran globulitos con un centro algo más livia- — 60 — no y una superficie más oscura, pareciendo como “algas mal enfocadas”. La más probable interpretación de estructuras, parece, según el autor, que ellos serían granos de cenizas ensu- ciadas por sustancias carbonáceas “bien enfocadas” de la atmós- fera del original cuerpo celeste, cuya estructura está de acuer- do con la teoría de la génesis de meteoritas carbonáceas descri- to en trabajos anteriores, (Mueller, G. 1953, 1960) y encontra- do con anterioridad en algunas otras meteoritas por el autor. Recientemente el autor examinó con métodos de eristalo- grafía, en luz polarizada las microestructuras en la meteorita Orgueil (ahora en la prensa por la “Nature”). Las mi- croestructuras más comunes son además de las antes mencio- nadas, granos de cenizas ensuciadas, cristales (placas hexago- nales) de Troilita (súlfuro de hierro) y sus pseudomorfos oxi- dados a limonita, además, gotitas de lava que se encuentran ahora en forma de vidrio o bien de silicato de fierro y magne- sio (olivina) cristalizada. Quedan sólo algunas microestructu- ras muy escasas, que parecen ser de orígen vivo, pero, conside- rando su escasez, parece que esas son contaminaciones, que entraban al meteorito durante el impacto de su caída, o duran- te su preservación en el museo. 3.—SUB-FOSILES. Ya fue sospechada hasta mucho tiempo que nódulos, con- creciones y cuerpos lenticulares de sustancias carbonáceas, fos- fatos o cal en rocas arcaicas (edad prefosilífera) de la tierra, pueden indicar la presencia de organismos que vivieron en £o- lonias reconocibles. Es verdad que cada tipo de “distribución irregular-esporádica” de sustancias carbonáceas, algo favorece la hipótesis de orígen microbiológico, pero, esta evidencia es siempre poco concluyente y abierto a interpretaciones alterna- tivas. Por ejemplo, Strokav, K. (1961) interpretó las irregula- ridades en la distribución de fases orgánicas en el meteorito Kaba, como resultado de destilación, y me parece según mis experiencias con hidrocarburos terrestres que estaban destila- dos por cercanía de lavas, etc. que las estructuras en Kaba (globulitos de bitumen, granos de silicatos redondeados con ca- pas oscuras, ete.), son más probablemente causadas por desti- lación de los rayos solares, calor desarrollado durante la caída de la piedra, que por redistribución por microorganismos colo- niales. Por otro lado, la mayoría de las meteoritas carbonáceas muestran una uniforme distribución de fase orgánica, dentro de la fase de silicatos que es una ceniza o polvo fino con algunos cristales, etc., más grandes. La última evidencia parece nega- tiva del punto de vista del orígen biogénico de fase orgánica, pero necesitamos subrayar, que esta evidencia de “Sub-fósiles” es de una naturaleza siempre muy inconcluyente. — 61 — 4.—RAZON ENTRE C* y C**, El carbón tiene dos isótopos estables con peso atómico 12 y. 13 respectivamente. En la tierra, todas las sustancias con car- bón que se originan de grandes profundidades y que nunca participaban en el ciclo biológico de la superficie, tales como el diamante por ejemplo, tienen una razón de C12/C1z relativa- mente uniforme alrededor de 90 (por 90 átomos de Ciz existe un átomo de Cis). Se sabe de experiencias biológicas que el organismo vivo concentra en sus células el Ci», y bota con pre- ferencia en sus productos de metabolismo, particularmente en el (CO de respiración, el Ciz. Por esa razón, los carbones, pe- tróleos y bitúmenes terrestres, que son constituídos por los re- siduos de los organismos actuales, tienen relaciones de C1»/C13 relativamente más altos, hasta 94, mientras las calizas que formaban del CO», que es el producto de respiración, pueden tener sus C12/13 valores tan bajos que 88. Desgraciadamente, debido de las muy complejas historias geológicas de C en todos sus compuestos naturales, hay una considerable sobreposición entre los tres principales tipos genéticos de carbón terrestre, esto es, A) C. juvenil, a-biogénico; B) C. de restos de organis- mos, (org. biológico); C) ciclado - re-ciclado por el metabolis- mo, de organismos acumulados en la atmósfera y precipita- dos eventualmente con los iones de Ca++? en el mar como cali- zas. (Vea tabla). En caso terrestre, por menos, parece de poca duda que los extremos de C;2/13, darían conclusiones definitivas, por ejemplo, según nuestra experiencia, cada sustancia con Ci»/13 sobre 92 es indudablemente de orígen biogénico. En el caso de carbones extraterrestres existe la posibilidad ya com- probada con espectrografía, que las composiciones isotópicas de carbones de distintos sistemas solares varían entre límites muy extensivo, debido a reacciones termonucleares (particular- mente el “ciclo carbón”) que pueden detenerse en diversas eta- pas. Los valores del Ci»/13 estaban hasta nuestros días sólo de- terminadas en tres meteoritas carbonáceas de la USSR, por Trofinov, A. V. (1950), con un rango entre 89,9 - 90,9; que es dentro de la gama del carbón terrestre de orígen a-biológico - magmático (vea diagrama 1.), no sólo indica que el carbón de meteorita puede probablemente ser de orígen a-biológico, pero también que el se origina en nuestro sistema solar. 5.—COMPOSICION ISOTOPICA DE S. N. y O. La geología de isótopos es una ciencia muy joven, y hay ahora bastantes contradicciones e incertidumbres en sus resul- tados. Parece muy probable que la composición isotópica del S (el S32/36 valor, en particular) puede servir como un indica- dor de orígen biogénica o a-biogénica, pero, como ya vimos en el caso del carbón, hay otros factores que hacen las conclusio- nes menos seguras; tales son, cambios relativamente menores de composición isotópica causadas por destilación de azufre en las fumarolas de volcanes o su oxidación atmosférica. La in- — 62 — terpretación de cambios en composiciones isotópicas de mues- tras son compuestos con nitrógeno, oxígeno, es aún más incier- to, por lo menos hasta ahora se piensa, que el carbón es el me- jor “indicador biogénico”. Hasta nuestros días ningún trabajo fue hecho por la de- terminación de composición isotópica de los tres elementos en las meteoritas carbonáceas. Tales determinaciones darían in- teresantes resultados en el futuro, aunque no podemos esperar que nos den resultados concluyentes. 6.—ROTACION OPTICA., pea Los Organismos vivos terrestres sintetizan con preferen- cia estereoisómeros de rotación de luz polarizada hacia la iz- quierda, y esas moléculas exclusivamente biogénicas son pre- servadas en todos los sedimentos de último orígen biogénico. Por esta razón los petróleos o fracciones de bitúmenes, carbo- nes, ete., siempre preservan sus poderes de rotación hacia la izquierda, aún si se originan en rocas de la Paleozoico, de hasta unos 800 millones de años. El autor no pudo encontrar ninguna rotación óptica en los extractos de meteorita Cold Bokkeveld, (Mueller, G. 1953), indicando que el orígen de substancia or- gánica en esta meteorita no sería de un organismo vivo. La única alternativa sería si podrían existir organismos completa- mente diferentes en sus procesos bioquímicos que los seres vi- vos terrestres, que no sintetizarían con preferencia moléculas asimétricas de tendencia de rotación hasta la izquierda, o bien la derecha. 7.—COMPOSICION ELEMENTAL. El autor hizo una tabla de razones de H/C y O/C de todas las sustancias orgánicas terrestres que estaban analizadas has- ta nuestros días, (Mueller, G., 1961). Gráfico 2, muestra esta tabla en una forma simplificada. Según eso todos los bitúmenes, carbones, y otros minerales orgánicos terrestres de orígen cla- ramente biogénica, ocupan la parte baja-derecha del diagrama H/C - O/C, bajo la línea diagonal que conecta substancias con H/0O=4,0. La substancia alrededor con H/O=2,0. forman dos grupos principales genéticos. A) Productos biogénicos en ple- na oxidación atmosférica (como las dopleritas y turbas), re- presentando una fase transitoria muy joven de existencia cor- ta, formando un puente entre el complejo biogénico y su oxida- ción superficial a CO, o, a veces ácidos orgánicos y además, lignitas. B) Hidrocarburos de origen magmático juvenil, pro- ductos de destilación de grandes profundidades de la corteza terrestre, llamadas “tucholitas”. (Vea gráfico 2). La muy pronunciada diferencia composicional entre los hi- drocarburos terrestres de orígen biogénica o arbiogénica puede ser explicado por dos factores: a) La planta viva reduce el CO» (con H/O = O) a glucosas o celulosas con H/O = 2,0 además O E etc.) Cearbonatos (Calizos etc,) i | | j Biolitos | ! (Ccrbon Petroleo, | A. ete) | | 29 Carbones magma | ' Uicos (Diamunte, | Meteoriles Carbonaceos El CARBONATES. de añ RANGAS DE HJy | E CARBOWATOS 11] : Ñ BJOLITOS (VIEJOS) / E | ABIOLITOS AR A OXALATES | GASES FUMAROLICOS microorganismos mientras la sedimentación de las plantas y. animales tienden aún más a reducir la fase orgánica, separando de esta más CO» y otras sustancias de bajo H/O, por su meta- bolismo. Por esa razón es muy probable que la fase carboná- cea en la superficie de nuestra tierra quedaría con más O,, si no estuviera presente la vida. En otras palabras, el efecto bru- to de la vida en las sustancias carbonáceas preexistente, fue una diferenciación de fase netamente reducida, los cuerpos de los organismos, además, una fase oxidada, los carbonatos. B.—Las tucholitas terrestres se forman bajo considerables presiones y temperaturas en la profundidad, facilitando la absorción del anhidrido carbónico, esto es “carboxilación”, pro- duciendo de tal manera productos ácidos con valores relativa- mente bajos en H/O. Parece que a veces bitúmenes de orígen biológicos pueden ser carboxilados en sus contactos con lavas, con gases ricos en anhidrido carbónico, produciendo productos parecidos al de su composición elemental, a las tucholitas, tales como la shungita y metabitumita. Como va a ser discutido en detalle más abajo, es muy pro- bable que las meteoritas carbonáceas se originen en la superfi- cie de pequeños cuerpos celestes y por esta razón, el factor B, eso es alta presión, no puede ser de importancia en el desarro- llo de sus fases orgánicas. La composición elemental del com- plejo orgánico de la meteorita Cold Bokkeveld, es muy diver- sente de todos los minerales orgánicos terrestres debido a su mayor H/O y O/C. La composición puede ser solamente explicada si nos ima- ginamos una mezcla (intermiscible) de sales orgánicas de fie- rro y moléculas orgánicas ácidas. Pero en todos casos es evi- dente en nuestro gráfico que el valor de sus H/O = 1.576 está dentro del rango de las tucholitas terrestres, y bastante afuera de todos los carbones y bitúmenes viejos de la tierra. Bajo el término “viejo” nos referimos a la edad preterciaria, que es, según los datos existentes la edad mínima de las meteoritas carbonáceas. 8.—ELEMENTOS MENORES. Las diversas sustancias de fase orgánica terrestre, tienen fuera de sus mayores componentes de C, H, O, N, y S. otros elementos figurando en porcentaje muy secundario. Se subdi- viden en dos grandes grupos genéticos: A) Elementos que son absorbidos por la fase carbonácea sin agente vivo, tales son, en orden de su afinidad decreciente a moléculas orgánicas, V. U. Ni. Th. Tierras raras, Ga. etc.; B) Elementos que no tienen afinidad química con la fase carbonácea (mejor dicho sus afi- nidades .con otras fases son más pronunciadas), pero son utili- zados por el organismo vivo para fines bioquímicos, tales como el K. Mg. Na. J., ete. Según experiencia general en sustancias de orígen terres- tre, los abiolitos son los más ricos en elementos del grupo A y. — 66 — E > Y ] y j y los Biolitos jóvenes en los del grupo B; en el caso de los bioli- tos viejos, hay en general, pérdida de los elementos Biófilos del grupo B y su reemplazo con los elementos más pronunciada- mente carbófilos del grupo A, pero aún su orígen biogénico es aparente en regla general, de proporción a los dos grupos de elementos. Ninguna de estas fases carbonáceas de los meteoritos fue hasta hoy analizado por estos elementos menores de carácter car- bófilo y biófilo. El hecho que el autor encontró más de un 5% de cloro orgánico en los extractos de meteorita Cold Bokkeveld, parece de considerable interés teórico. Parece, según los pre- sentes datos analíticos, que el halógeno carece, salvo milésimos por cientos en la gran mayoría de fases orgánicas terrestres, sean biogénicos o abiogénicos. Parece, que la presencia del elo- ro orgánico es explicable si suponemos que el cuerpo originador de la meteorita, siendo de tamaño relativamente pequeño fue menos diferenciado gravitacionalmente. Por esta razón las zo- nas superficiales no tenían tanto de los livianos silicatos de K. y Na. que se van a intercambiar con el Cl. Por esta causa la atmósfera va a tener relativamente mas (Cl. libre y HCi1, que, en su turno van a halogenar la fase carbonácea. Según esta hipóte- sis la presencia de cloro orgánico no es de valor decisivo en rela- ción con el problema de orígen de fase carbhonácea. Anticipa- mos, dentro de los tres años que siguen, numerosos resultados, de posible valor teórico en relación con la composición de ele- mentos menores de fases carbonáceas en las meteoritas. 9.—MOLECULAS CARACTERISTICAS DE VIDA. Innumerables experiencias científicas e industriales com- probaron que la gran mayoría de las moléculas orgánicas, pue- de ser sintetizado por sencillas reacciones entre gases. Tales son, las parafinas, cicloparafinas, aromáticos, glucosas, grasas y un montón de ácidos adheridos, cetonas, alcoholes, aminas in- eluyendo aminoácidos. Hay otras moléculas orgánicas de ma- yor especificidad biológica, que se pueden formar en teoría, pe- ro su probabilidad de desarrollo es demasiado remota para una formación a-biológica. Tales son, o por lo menos parecen ser todos los derivados de las parafinas, como clorofilas, hemoglobi- nas, ete. Este grupo, entre otros, es facilmente analizable por sus productos complejos de color lila con sales de V. y fue actualmente encontrada en numerosas fracciones o extractos de carbones, bitúmenes o petróleos terrestres. Hasta el momen- to ninguna de las meteoritas carbonáceas fue analizada por in- dicios de tales moléculas de exclusivo o casi exclusivo orígen biogénico. 10.—COMPOSICION MOLECULAR EN EL COMPLEJO ORGANICO Fue mencionado en el último punto, que la presencia de moléculas orgánicas, no especificadas por procesos biológicos, A pa no indica de ninguna manera un orígen biológico de la muestra en cuestión. Según los argumentos de Nagy B., Meinschein W., Henessy, D. J. 1961, el organismo vivo (terrestre) sinteti- za las moléculas orgánicas “no especificadas” aún en proporcio- nes relativas, que no sale por síntesis a-biológica, y los cientí- eos analizaron las fracciones de la meteorita Orgueile, con el espectrógrafo de masa, comparando las abundancias relativas de diversas moléculas orgánicas con esos dentro de sustancias biogénicas terrestres. Me parece que los resultados son total- mente inconcluyentes y las coincidencias ocasionales son expli- cables con leyes de probabilidad. Otra debilidad del trabajo pa- rece ser que entre los dos ejemplos de sustancias terrestres biogénicas, el uno “la mantequilla” es una sustancia especiali- zada; aún el otro, los “sedimentos recientes” representa más justamente al “promedio biogénico”. Tomando una línea “pro- medio” de la tabla de Nagy, de abundancia en parafinas con cadenas de C entre 15. a 24. La cantidad relativa de parafinas normales de C 20; Mantequilla; 62 ppm. Sedimentos recientes 203 oom.; Meteorita de Orgouile 113 ppm.; el grado de dife- rencia en la composición entre las tres sustancias es evidente. En resumen, el orígen biogénico de la fase orgánica de la meteorita de Orgouile no está comprobada en el trabajo de Nagy y colaboradores, y verdaderamente necesitaríamos mayor volúmen de datos en relación con sustancias biogénicas terres- tres, antes podemos proclamar con seguridad que existe una uniformidad en la composición de parafinas y otros tipos de mo- léculas orgánicas también es comprobado. La tabla a continua- ción, resume nuestro presente estado de conocimientos en re- lación de los 10 grupos de evidencias. EVALUATION DE EVIDENCIAS POR INDICIOS DE VIDA DE LOS METEORITAS Evidencia Valor No de meteoritas examinadas Conclusioneg 1. Organismos viables Conelusivo a Disputado 2a. Fósiles Conclusivo (25) Todos los piedras Negativo 2b. Microfósiles Conelusivo (20) Orgueil, etc. Disputado 3. Sub-fósiles Inconelusivo ( 1) Kaba Dudoso 4. Razón, C 12/C 13 Inconclusivo ( 3) Negativo 5. Composición Eotópica de S. N. y O Inconelusivo (—) — 6. Rotación óptica Conclusivo (2) Cold Bokkeveld, Mokoia Negativo 7. Comp. elemental Inconclusivio (—) — 8. Elementos menores Inconelusivo ( 1) Cold Bokkeveld Negativo 9. Moléculas caracterís- ticas de vida Conclusivo (—) — 10. Comp. molecular Inconelusivo ( 1) Orgueil Disputado — 68 — La tabla arriba nos indica que, entre los estimados 25 es- pecímenes pocos fueron hasta ahora examinados con métodos modernos. Como ya fue mencionado con anterioridad, parece, según el autor, que las evidencias de la existencia de vida extra- terrestre son hasta hoy poco concluyentes. Por otro lado, ne- cesitamos subrayar, se piensa generalmente que los meteoritos se originan por la fragmentación de relativos pequeños cuerpos celestes, como asteroides, cometas o bien son concentraciones primarias de polvo cósmico, en todos casos es poco probable que el cuerpo de orígen, podría ser de un diámetro más grande que 1.000 kilómetros debido al hecho que su fragmentación sería imposible por razón de su alto campo gravitacional. Las condi- ciones serían bastante variables en tales chicos cuerpos celes- tes, por esta razón, el desarrollo de vida en ellos parece a priori poco probable. En la meteorita Cold Bokkeveld, que fue estudiada con de- talles por el autor, (Mueller, G. 1958), el caso por un orígen abiológico de las moléculas orgánicas parece bastante fuerte, por razón de falta de rotación óptica, composición elemental y además la división totalmente uniforme de las sustancias car- bonáceas. La teoría del autor de modo de la formación de la fase orgánica es la siguiente: El cuerpo originador de la me- teorita en cuestión fue de pequeño tamaño (de diámetro desde algunos metros hasta algunos cientos de kilómetros), que con- densó de polvo cósmico en temperaturas bastante bajas, en nin- gún caso superior a los 3009 C. sobre la cual la sustancia orgá- nica del meteorito pierde rápidamente volátiles. Durante las últimas etapas de condensación del cuerpo compuestos de car- bón en estado gaseoso fueron libradas, que tenían carácter quí- mico bastante bajo-saturada, debido de la baja presión presente. La presencia de los gases o iones de CN, CH, CHy, CO, C.H», ete. fueron ya comprobadas espectroscópicamente en colas y cabezas de los cometas, que son también pequeños cuer- pos celestes, actualmente en diversos estados de fragmentación y cuyos fragmentos podrían caer en el futuro como meteoritas. El flujo de esos gases, posiblemente en la presencia de radia- ción producía moléculas condensadas y polimerizadas, como es ahora comprobado en innumerables experiencias científicas y también industriales. Las moléculas orgánicas resultantes, fue- ron absorbidas por la superficie de los polvos cósmicos que ca- yeron hacia el cuerpo y la meteorita que vemos ahora sería actualmente un polvo cósmico de silicatos “ensuciados” con las sustancias carbonáceas. Aparentemente la meteorita Cold Bokkeveld, está clara- mente en acuerdo con la teoría de su orígen, es un polvo fino de silicatos, poco compactada (repulverizable con las uñas), con una fase carbonácea finamente dividida, bajo el poder de reso- lución del microscopio) Como un ejemplo terrestre, ceniza vol- cánica cayendo a través del humo de una gran ciudad, como Santiago, produciría un producto muy parecido al de la meteo- rita de Cold Bokkeveld. El autor tuvo la oportunidad para ins- peccionar y examinar bajo el microscopio binocular y luz ultra- — 69 —= violeta, todas las meteoritas carbonáceas en las colecciones de museos de París, Londres, Nueva York y Washington. Parece que la gran mayoría de las meteoritas carbonáceas, en cuestión, tienen también el mismo aspecto de “polvo de silicatos ensucia- dos con moléculas orgánicas” como en el de Cold Bokkeveld y por esta razón podrían tener el mismo tipo de génesis, pero pa- ra asegurar eso, necesitaríamos los exámenes químicos. En unas cinco piedras, particularmente, el antes mencionado Kaba, las sustancias carbonáceas tienen una distribución más irregu- lar, y además otras estructuras parecen indicar posiblemente un modo de formación diferente. Estudios detallados de esos últimos meteoritos de aspectos bastante divergentes de las otras piedras carbonáceas, serían de particular interés, en el futuro. En esa conexión puede ser mencionado, que el autor estuvo recientemente invitado por el Prof. J. D. Bernal de la Universidad de Londres, para la direc- ción de un estudio sistemático de meteoritas carbonáceas. Se anticipa que en este proyecto de carácter internacional, van a participar otras universidades y centros de investigación y van a ser incluídas en el futuro otros profesores de nuestra Univer- sidad. Nuestro primer objeto sería un acuerdo, que una terce- ra o bien una cuarta parte de cada una de las piedras sería uti- lizable para investigaciones, como ahora, la mayoría de ellos no son disponibles debido a la actitud intransigente de los museos. Una vez que la totalidad o por lo menos la mayoría de las me- teoritas carbonáceas sean obtenidas, se seguirá un estudio sis- temático de todas sus propiedades, físicas, químicas y petro- gráficas, anticipando interesantísimas conclusiones teóricas, en relación de detalles en la génesis de las diversas fases carboná- ceas extraterrestres, de las meteoritas y su variabilidad. 4.—CONSIDERACIONES GENERALES.. En todas las teorías y especulaciones en relación de vida en el Cosmo siempre pre-existe una dificultad fundamental; la carencia de un concepto único y homogéneo del “organismo vi- vo”. Nuestra definición del organismo consiste ahora, en una combinación de conceptos entre la que nosotros no podemos de- tectar claras interrelaciones, tales como metabolismo, reprodue- ción, mortalidad, crecimiento, etc. Armado sólo con esa defini- ción compleja, parece que correríamos el peligro durante nues- tra penetración futura el espacio, que podríamos encontrar existencias que corresponderían en algunas de sus propiedades que encaje en nuestro concepto de “vivo”, pero otras estarían fuera de las propiedades de vida “como nosotros las conocemos aquí en la tierra”. El autor está ahora desarrollando su teoría de “Valores Dimensionales”, que es una tentativa para dar al organismo vivo una definición univocal, en relación de las otras existentes del Universo, el átomo y el fotono. Esta hipótesis sería publicada en el futuro, aparte del presente artículo; en una parte, la conexión entre los dos es sólo de naturaleza tan- — 70 — gencial y por otro lado no cabería lugar para una descripción adecuada de la teoría. Una de las importantes conclusiones de la teoría menciona- da es, que la diferencia interna entre el animado e inanimado, puede ser de una naturaleza más fundamental y menos acciden- tal de lo que se cree en general. Eso indicaría la posibilidad que la “generación espontánea” de vida en cualquier ambiente, donde por un corto tiempo y un espacio relativamente restringi- do, las condiciones favorecen, no sería una cosa automática o casi automática. Ya nosotros sabemos, que todos los experi- mentos en el laboratorio para la generación espontánea de mi- ecroorganismos fracasaron hasta nuestros días, indicando, que la probabilidad de formación de un “protoorganismo” es dema- siado remoto para efectuarse en volúmenes de nutriente de al- gunos litros durante experiencias realizadas por algunas sema- nas o meses. Pero ¿cuál es la probabilidad actual? ¿Estaría eso en el orden de un protoorganismo por miles o millones de años o bien billones de años en billones de toneladas? En el primer caso, la vida aparecerá en casi todos los ambientes que tu- vieron en un tiempo en su historia condiciones adaptadas por ella, tales como Cometas, de atmósfera poco permanente, pla- netas, planchas de gases, etc. En el segundo caso, la vida sólo aparecería en ambiente de gran tamaño, con condiciones favo- rables por largas épocas. La carencia de indicios de origen bio- génico de complejo carbonáceo de la meteorita Cold Bokkeveld, parece favorecer la segunda posibilidad, como es más probable que durante cortos períodos de tiempo, por lo menos, las condi- ciones en el cuerpo originador favorecieron una vida primitiva. Hablando del futuro no muy lejano la exploración de Marte, tendría valor muy crítico en relación con la estimación de pro- babilidad de formación de vida; como fue mencionado antes, aquí las condiciones parecen favorables, por lo menos en el ni- vel de microbios; por.esa razón sería interesante, si verdade- ramente sería encontrada vida o nó. Otro problema que se presentaría en la pendiente explora- ción del Cosmo, sería que nosotros podríamos determinar el “problema de la variabilidad de vida”. Todos los organismos te- rrestres consisten en proteínas y ácidos nucleicos, sustancias con cadenas y anillos de carbón, y utilizan como energía, proce- sos de oxidación suave de las moléculas orgánicas, salvo algu- nos microorganismos que oxidan azufre, fierro, ete. Parece que el organismo necesita una sustancia de gran variabilidad y de una consistencia semi-sólida; plástico-elástico para el desa- rrollo de sus procesos biológicos y parece que los silicatos en temperaturas elevadas, entre 800% € y 10009C. pueden formar tal fase. Podría ser que en cuerpos celestes cuya superficie se encuentra a temperaturas indicadas, una vida de silicatos pue- de desarrollarse y quizás, que tal vida existió en la tierra en sus épocas remotas de su historia geológica, aunque esa posi- bilidad no sería comprobable debido al hecho de la poca proba- bilidad que fósiles permanecieran desde esas lejanas edades. Se sabe también, que el elemento boro puede formar sustancias — 11 — bastante parecidas a nuestros productos biológicos, pero una vida basada en ellos sería menos probable debido a la escasez de este elemento en el Universo. Además, podemos especular en relación con la probabilidad de una vida seca de hidrocarbu- ros, a bajas temperaturas, que puede desarrollarse en planetas de atmósferas reducentes, como Urano, Saturno, etc. Del pun- to de vista para utilizar las energías, pueden ser alternantes en el uso de reacciones entre ácidos y bases, además la energía radioactiva. Todas esas y otras especulaciones relacionadas con la variabilidad de la vida estraterrestre debe quedar en el nivel de “ficción científica”, antes que nuestros conocimientos en la naturaleza interna de la vida se han ampliado, o bien nosotros actualmente encontraríamos en el Cosmo seres que divergen fundamentalmente de la gama de propiedades de nuestros or- ganismos terrestres. Antes de terminar este artículo, se debe considerar en bre- ve un problema que es de gran interés personal para nosotros: ¿Existirían seres de nivel humano, o bien super-humano en otros ambientes del Cosmo? El camino evolucional entre los primeros microbios terrestres y la formación del hombre, demo- ró algo más de un billón de años. Ahora nuestra cuestión vital es “automática o quasi-automática” la evolución de un ser con nivel humano, después que se inició la vida, un billón de años antes o nó? A primera vista parece que este problema debe ser totalmente excluído de una especulación “respetable”, debido a falta de pruebas. Pero me parece por lo menos, que hay una cadena de argumentos que merece alguna consideración seria. Esto se puede resumir como sigue: 1.—Fue comprobado por el astrónomo británico -Adding- ton, que por lo menos la mitad de las estrellas están en un es- tado de evolución inorgánica más avanzada que nuestro Sol. Eso indica que la mitad de los sistemas solares de nuestra gar laxia tienen edad considerablemente más grande que la nues- tra, puede ser, como promedio de un billón de años. 2.—Supongamos por argumento, que cada décima de los sistema solares tendrían un planeta verdaderamente adoptado por vida. 3.—Según argumento (1) y (2) nosotros teníamos for- mación de vida en uno, dentro cada veinte sistemas solares, con anterioridad de un promedio de un billón de años de vida te- rrestre: si el desarrollo de vida nivel humana es “quasi-automá- tica”, debemos tener ahora cada vigésimo de los sistemas so- lares inhabitados por un “pseudo-humanidad” ya un billón de años avanzado en su nivel humano. 4.—Nuestra raza humana tiene sólo el quinto año de su “edad de espacio”, y ya los cohetes penetraron en parte consi- derable del Sistema Solar. La pregunta abierta es, ¿cuál sería el grado de penetración del Cosmo de nuestra raza, o bien de una raza parecida al nivel nuestro, dentro de mil, un millón o un billón años? Eso dependería primariamente de la velocidad — 12 — ON máxima obtenible por los cohetes, que parece ser limitado por la velocidad de la luz, por lo menos según la teoría especializa- da de relatividad. Si nosotros aceptamos como máximo de ve- locidad de cohetes en orden de 1/4 a 1/2 velocidad de luz, más Oo menos un mil estrellas estarían en un rango de 40 años de viaje de nuestra tierra. Parece muy probable que si no dentro de cientos, pero seguramente dentro de miles de años, nosotros podremos construir cohetes con suficiente capacidad por comes- tibles, etc., de alcanzar a esas mil estrellas más cercanas, en base de migraciones de “no regreso dentro de la misma genera- ción” como fueron hechas muchas de las prehistóricas migra- ciones del hombre en la Tierra. Por otra parte, es probable que la duración de la vida humana sería prolongada o que la veloci- dad de luz, puede ser sobrepasada, pero aún sin esos factores favorables, parece que podemos esperar sin un optimismo irra- zonable, que nosotros, o bien otro ser de nuestro nivel pueda penetrar por lo menos hasta un radio de 20 años luz, unos pocos milenios después del principio de la “edad espacial”, salvo algu- na catástrofe de guerra atómica, etc. 5.—Según los argumentos anteriores, debíamos tener por lo menos 50 sistemas solares dentro de un radio de más o me- nos 20 años luz, que ya estaban habitados por seres al nivel de hombre hasta muchos cientos de millones de años y nuestro planeta estaría dentro del rango de su penetración al espacio. Por otro lado, no hay indicios que nuestro planeta haya sido vi- sitado por seres del espacio exterior, salvo el rumor de los pla- tos voladores. En relación con esos debemos subrayar que las investigaciones serias en literatura de EE. UU. indican que todas las observaciones pueden ser explicadas con fenómenos meteóricos, vistas de globos meteorológicos o el planeta Venus. De mi parte dudo si un viajero del espacio exterior se compor- tara en forma tan tímida e inofensiva como el supuesto piloto del plato volante. Un ser de tan altos conocimientos tecnológi- cos, probablemente va a observar, visitar y aún peor, coloni- zar nuestra Tierra. Cuando Colombus alcanzó a las Américas, muy pronto los indios supieron de la existencia muy concreta del hombre blanco! La cadena de los argumentos indicados, parece llegar a la conclusión, que la formación de vida al nivel del hombre, o me- jor dicho, “nivel de penetración en el espacio”, no es un fenó- meno corriente en el Cosmo; aunque si la edad del Sistema So- lar en cuestión es igual o superior al nuestro. El hecho parece que la tierra nunca fue visitada por existencias extraterres- tres, aunque muchas de las estrellas, parecen tener miles de millones en edad superior a nuestro Sol, parece indicar la esca- sez y aún posiblemente la no existencia de seres a nuestro nivel evolucional. La explicación de este hecho es bastante difícil, debido a lo inadecuado de nuestros conocimientos en proceso de evolución orgánica. Es posible, que la gran estabilidad climato- lógica de la Tierra durante más de un millón de años sería un fenómeno muy poco frecuente en el Universo. PU Ea CONCLUSIONES TEORICAS El texto de este artículo demuestra claramente que la exis- tencia de vida extraterrestre no fue comprobada hasta ahora. Parece a primera vista que habría bastante rincones en el Cos- mo donde puede desarrollarse vida a diversos niveles evolucio- nales. En el estudio del problema de vida extraterrestre, es más conveniente para no confiar demasiado en nuestros cono- cimientos, pero también analizar y estimar las posibles incerti- dumbres que salen como resultado de nuestra ignorancia. El mecanismo y probabilidades de evolución de un protoorganis- mo nunca fue comprobado; nosotros conocemos sólo la adapta- bilidad de vida bajo condiciones prevalentes en la Tierra. Por esas razones, debemos mirar adelante la exploración pendiente de nuestro Sistema Solar, con una mente abierta siempre pre- parado para sorpresas fascinantes como en relación de caren- cia O presencia de vida y la posible variabilidad de sus formas y funciones. RESUMEN Los resultados de las investigaciones espectrográficas y telescópicas, indican, que entre los cuerpos celestes dentro del Sistema Solar, los planetas Marte y Venus, tendrían condicio- nes relativamente más favorables de vida, similar a la que no- sotros conocemos en la Tierra, pero su existencia no ha sido comprobada. La interpretación del orígen de fase carbonácea, en unas 25 meteoritas, está ahora en un estado contradictorio. Algunos científicos creen que la fase sería de orígen biogénica; otros, que es el resultado de condensación de gases, sin la parti- cipación del organismo vivo. Las evidencias parecen ser inconcluyentes y además faltan datos vitales con relación a la mayoría de las meteoritas en cuestión. A pesar de esos resultados poco concluyentes, parece probable que la vida de los diversos niveles evolucionales, esta- ría presente, en numerosas localidades del Cosmos, aunque, de un punto de vista teórico, nosotros no sabemos en realidad el valor de la posibilidad de la génesis espontánea en un organis- mo, u la gama de variabilidad y adaptabilidad de vida. REFERENCIAS ADAMS, W. S., (1932) Carnegie Inst. Wash., Year Book, 31, 153 - 154. COHEN E. W. (1894) Meteoritenkunde. |Schweizerbart'sche Verlag, Stuttgart, Vol. I. KUIPER, G. P., (1944) Astrophys. J., 109, 378-383. MUELLER, G. (1953) Geochim et Cosmochim. Acta, 4, 1-10. NAGL, B., MEINSCHEIN, W. G., y HENNESSY, D. J. (1961). Amn. N. Y. Acad. Sci., 93, 25 - 35. ROSEN, B., (1953) Ann. Astrophys. 16, 288 - 289. STROKAY, K. I., (1961) Acta Geológica, Budapest, 7, 57. TROFIMOV, A. V., (1950) DokL Akad. Nauk, S. S. S. R. 72, 663 - 666. WILDT, R. (1940) Astrophys. J., 96, 312 - 314. Da EPIDEMIOLOGIA Y CONTROL DE LA RABIA EN CONCEPCION, (CON 3 FIGURAS Y 11 CUADROS) POR Cecil R. Peppel Martínez Asesor de Zoonosis, Servicio Nacional de Salud Concepción. INTRODUCCION En las consideraciones sobre aspectos epidemiológicos y control de la rabia, ya sea en su carácter regional, nacional o internacional, debe mantenerse como premisa importante el hecho de tratarse de una zoonosis. Bajo este concepto no debemos olvidar que el hombre es sólo un eslabón accidental y evitable en la trasmisibilidad de la enfermedad, constituyendo en muchos casos la rabia más que mada un problema de economía y sanidad pecuaria. Sin embar- leo, la baja morbilidad humana que exhibe la rabia no guarda relación con el constante temor en que sume a una población, preocupación que representa en sí un valioso factor profiláctico, al estimular las denuncias por mordeduras de perros u otros animales sanos o sospechosos. En torno a lo anterior resulta evidente que las medidas de prevención más efectivas, como ocurre con la mayoría de las zoonosis, son aquellas que se refieren al vector, ya sea el perro o animales silvestres, y que la profiláxis humana basada en la laplicación preventiva de una serie de vacunas, no consigue dis- minuir sensiblemente la incidencia de la rabia en su reservorio matural ni menos las posibilidades de su trasmisión al hombre. Ya sea que las enfermedades de los animales trasmisibles al hombre representen un poderoso factor de morbi-mortalidad humana o signifiguen principalmente un problema de pérdidas de ganado y sólo secundariamente sean factor de enfermedad en el hombre deben encararse tanto desde el punto de vista de su trasmisibilidad entre poblaciones de animales como de su difusión de aquellas a la especie humana. Las medidas de profilaxis humana no pueden estar aisla- das del control del proceso infeccioso en su transmisión entre animales de una misma o distintas especies. = 18 = DEFINICION CLINICO-PATOLOGICA Y EPIDEMIOLOGICA Desde el punto de vista clínico y patológico se define la rabia como una encefalitis aguda a virus, invariablemente mor- tal, que empieza con sensación de ansiedad, cefalalgia, fiebre, malestar y alteraciones sensoriales vagas. Histopatológicamente se manifiesta por una polioencefalitis, con infiltraciones peri- vasculares de elementos figurados; formaciones específicas in- tracelulares en los cuernos de Amón, denominadas corpúsculos de Negri; procesos degenerativos de las células nerviosas que pueden terminar en vacuolización completa de las mismas y radicados principalmente en los ganglios vegetativos nodoso del vago y cervical superior del simpático. En su aspecto epidemiológico la rabia tiene las característi- cas de una enfermedad trasmisible, causada por un virus neuró- tropo, que se transmite por contacto directo, generalmente trau- mática. Su puerta de entrada es la piel, su incubación es varia- ble, pero de preferencia prolongada, siendo su reservorio anima- les domésticos o silvestres, de los que accidentalmente pasa al hombre. Raramente se transmite de persona a persona, limitán- dose en el hombre al individuo enfermo. Sus características clí- micas son esencialmente las mismas en el hombre y los animales. Especies afectadas y transmisoras.— Reservorios potenciales de la rabia son todos los animales de sangre caliente. Las fuentes de infección de mayor epidemio- lógico son las especies de cánidos domésticos y silvestres; el gato; especies silvestres mordedoras, tales como mofetas, zeringúeyas, coatíes, ete. ; murciélazos hematófagos, tales como miembros de los géneros Desmodus, Diphylla y Diaemus (9-14), y acciden- talmente murciélagos insectívoros de los géneros Macrotus, Chi- lonicteris, Tadarída, Lasiurus y Dasypterus (9-10-14) y mur- ciélagos frugívoros, entre los que se han identificado especies pertenecientes a los géneros Artibeus, Carollia y Phyllostoma (14). Un elevado porcentaje de las especies susceptibles, entre las que se encuentra el hombre, los hervívoros domésticos, los roedores, etc., no representan un factor de trasmisión de la enfermedad y habitualmente no son sino víctimas de ella. El vehículo de trasmisión es la saliva, siendo la mordedura la principal cireunstancia que permite la difusión del virus, aunque no pueden descartarse los contagios diversos a través del contacto de la piel o mucosas erosionadas, con saliva de un animal enfermo. Entre las especies trasmisoras ocupa un primer lugar, co- mo animal mordedor, el perro, siguiéndole el gato, rumiantes domésticos y animales silvestres. Según cifras del Instituto Pasteur, de París, la proporción de especies mordeduras sería de: A pea BETO oe SOU 36 % Cn A OS 5% CACMÍVOLOS 3,5% RUS a eli 2% (23) En las localidades de Concepción, Chiguayante, Florida, Santa Juana, Penco, Lirquén, Tomé, Talcahuano, San Pedro, Coronel , Lota, Arauco, Curanilahue, Lebu y Cañete la distribu- ción por especies mordedoras en los años 1958, 1959 y 1960, hasta Junio inclusive ha sido la siguiente: Mordeduras o confactos: Distribucion por_E: Especies o AAA AAA AA A A ] 1438, -999 y 1980 mordeduras | oconlactos | O ea Deptos. de Concepcion, Talcahue - no, Tome, Coronel, Arauco y Lebu. CUADRO N* 1 La frecuencia con que las especies domésticas o silvestres trasmiten la rabia al hombre está determinada por factores tales como convivencia con fuentes de infección o reservorios y con el hombre, aptitud para morder y desconocimiento por par- te de algunos sectores de la población de las características de la enfermedad, circunstancia ésta última que determina fre- cuentes exposición para animales rabiosos no agresivos o con escasa disposición para morder, como vacunos, cerdos, caballa- res y perros con rabia muda o atípica. En las provincias de Concepción y Arauco la distribución por especies de los casos de rabia en los años 1958, 1959 y 1960 es la siguiente: — 11 — Rabia animal : E afectadas CUADRO N? 2 Las cifras expuestas son de un valor específicamente local, por cuanto pese a existir una sensible diferencia con la frecuen- cia indicada por datos internacionales, especialmente en lo re- ferente a perror y vacunos. En localidades con abundante fauna silvestre mordedora, como en el caso de los estados fronterizos mexicano-estadouni- dense, se ha llegado a elevar a 94% la proporción de rabia en especies salvajes. Si bien en la zona que nos ocupa no se ha diagnosticado rabia en especies silvestres, es interesante hacer notar la pre- sencia, en las provincias de Concepción y Arauco de murciéla- gos insectívoros de los géneros Myotis, Lasiurus, Histiotus y Tadarida, algunos de cuyos representantes han sido hallados portadores de rabia en otras regiones. Otras especies de mamí- feros en el mismos caso son: la comadreja o colo colo, el zorro, el puma, el guillín, el quique, chingue, degú y el coipo (4-6). EXTENSION DE LA RABIA Rabia Humana: En 1958 en las Américas se notificaron 176 casos; de rabia humana, todas fatales. De ellas correspondieron 5 a Chile, En la figura 2 se señala la distribución de los casos humanos no- tificados en 1958 (17). PAR ro a ad d / “e NA VENEZUELA LE, TESSA cusrwaca Le] ARAGUA Te socoo. 7 He 00. ET Ue a dl Sacracos Me es Y A .o eo] . 5 co0V00LVVo..o FIGURA N? 1: Distribución ca- sos de rabia humana en ¡las Américas (17). A En Chile, desde 1956 hasta Noviembre 1960, se han no- tificado 18 casos humanos de rabia. Cuatro de ellos correspon- den a la provincia de Concepción y uno a Bío-Bío. La distribu- ción, por años y provincias, de los casos nacionales es la si- guiente: 1956 1957 1958 1959 1960 COQUIMBO . . — — — 1 == ACONCAGUA . — > 5 = pon VALPARAISO . — — — — 1 SANTIAGO | al — — 2 4 O'HIGGINS . . 1 — — 2 — CURICO .... 1 — = = = TATU — 1 — — == CONCEPCION . 1 1 al 1 — BIO*BIO (oe — — 1 — pa, CAUTIN .... — — 2 — E= DAT a 4 2 5 6 5 Rabia Animal.— Durante 1958 fueron diagnosticados 7.724 casos de rabia animal en las Américas, de los cuales 304 correspondieron a Chile (17): PUBLICA PUESTO RICO 11 GREMADA-B — TRLIDAD Y TABAGO 11 VENEZUELA 64 FIGURA N? 2: Distribución casos de rabia animal en las Américas (17). Entre 1956 y Noviembre de 1960 se han notificado oficial mente en el país 1.400 casos de rabia animal, habiéndose ex- tendido las denuncias confirmadas desde la provincia de Coquim- bo (localidad de Illapel) hasta la de Llanquihue. Estos casos de rabia animal acumulados desde 1956 hasta ahora, han teni- do la siguiente distribución: COULD ole Talaia o 44, INBA NS) ooo ooo oo 28 Valparaiso 278 SAMA A aio ualolo 688 (OA o IO OOO OOO Seo 75 Coca a stato a ZA — 80 — Distribucion Casos Rabia Alma 4958 - 1959 - 4960 Chaste Oc! incl.) Gl CASOS co-nfi-modos 14950 (o) a » 14959 (a) > vo 19650 6 Total de casos: 563 42 $9 «< 235 60 = 48 2 (Com Urbano) TS a as NS ' A Y 40 FT Que. E ss Provincia de Arauco Casos Rabia Animal 4958-1993 -1360 (hasta Ocf incl ) Casos confirmados M56 O e vo «32 0 % .. .. 180 a A, AAA QUe re Ca o Nu Tolal de casos: o CAMA de PE 580. 3 sq . 4 60 2. 4 sin confirmar 3 ASS lo) O Y ws D) Y ” Curre, Symington and Grant Proceedings of a conference held at the University of Glasglow, lith to 14th July 1960. E. and $S. Livingstone LTD. Edinburgh and London (1962). En un volumen de más de 600 páginas, Alastair R. Currie, T. Symington y J. K. Grant, de la Universidad de Glasgow, han reunido los trabajos presentados a la conferencia de Glasgow (julio 1960) cuyo objeto era el estudio morfológico, bioquímico, y patológico de la corteza adrenal humana. En cada uno de los 6 capítulos que componen esta obra (morfología, bioquímica de las hormonas adrenocorticales, control de la secreción adreno- cortical, efectos metabólicos de las hormonas adrenocorticales, patología, corteza adrenal fetal), varios autores exponen el re- sultado de sus trabajos experimentales. Un resumen y una dis- cusión termina cada capítulo. Numerosos fotos y esquemas ilus- tran esta obra que tiene el mérito de exponer de manera clara y completa los diversos aspectos, actualmente conocidos, de un tema complejo. Por ejemplo, el capítulo sobre control de la secreción adre- nocortical está encabezado por una introducción de G. Sayers que resume las diversas líneas experimentales expuestas más adelante por su respectivo autor. Entre ellas, destacamos los trabajos de Gordon Farrell sobre la adrenoglomerulotrofina y la antiadrenoglomerulotrofina, hormonas epifisiasiarias que in- tervienen en el control de la secreción de aldosterona. Los tra- bajos de Ivor H. Mills tratan de aclarar el control de la secre- ción de andrógenos. J. C. Sloper expone una serie de investigaciones personales o de otros autores sobre la o las neurosecreciones hipotalámi- cas que controlan las descargas de A. C. T. H. En fin, Grant W. Liddle y J. K. Grant exponen los primeros resultados obtenidos por el uso de la metapirona (S. u. 4885) para medir, de manera sencilla, la “reserva pituitaria”. Cada autor cita una interesante bibliografía. Sigue el resumen y la discusión en la cual se dejan entrever otros problemas tal como la posibilidad de una acción directa de los corticoesteroides sobre la corteza adrenal misma o se precisan algunos puntos oscuros tal como la acción tóxica de la metapirona. En conclusión se trata de una obra que, por su claridad, por su actualidad y por su diversidad interesa tanto a los inves- tigadores como a los médicos clínicos que se dedican a la en- docrinología. Dra. Jeanne Marcelin. — 107 — REGLAMENTO DE PUBLICACION El Boletín de la Sociedad de Biología se edita bajo la di- rección de la Comisión de Redacción nombrada por el Direc- torio de la Sociedad de Biología de Concepción. Si el trabajo fué presentado a la Sociedad de Bioquímica, debe enviarse a la Co- misión de Redacción de la Sociedad de Bioquímica. Para la publicación de sus trabajos los autores deben so- meterse a las siguientes normas: 1.— Debe presentarse el trabajo a una sesión de la Socie- dad de Biología o de Bioquímica y ser aprobado en ella. 2.— Los trabajos deben entregarse a la Comisión de Re- dacción en dos ejemplares original y copia, escritos a má- quina en tamaño carta, a doble espacio y en lo posible, sin correcciones. Serán revisados por la Comisión quien podrá rechazar su publicación. 3.— Los trabajos serán impresos tan pronto como sea posible según el orden de aceptación. 4.— Los artículos deben tener una extensión no superior a veinte hojas tamaño carta, excluyendo clisees y gráficos (una página impresa corresponde aproximadamente a cuatro hojas escritas a máquina a doble espacio. Cualquier extensión mayor a la indicada será de cargo del autor, salvo que a opinión de la Comisión de Redacción merez- ca extenderse. 5.—Los artículos podrán incluír cuatro clisees de una co- lumna de ancho (7 cms.) o dos de dos columnas (14 cms.). Los gráficos, dibujos etc., deben ser hechos con tinta china y de- ben enviarse separados del texto, indicando en el dorso el nom- bre del artículo y del autor. Para la publicación de fotografías, radiografías, etc., deben enviarse los originales. El autor debe indicar el lugar que en el trabajo van a ocupar estas ilustra- ciones. Las tablas deben venir con un encabezamiento adecuado y que faciliten su lectura y comprensión. — 108 — 6.— Cada artículo debe venir acompañado de un Tesúmen en castellano y en inglés (abstracts) de no más de 300 palabras cada uno, 7.— Los trabajos deben redactarse, en lo posible, según el siguiente esquema: Título del trabajo — Autores — Instituto, Departamento, ete. en que se realizó la investigación, Exposición del trabajo según el siguiente esquema: Resúmen — Instroducción— Material y método — Resul- tados — Discusión — Bibliografía, 8.— Los agradecimientos a personas o instituciones irán inmediatamente después de la discusión. 9.— Las referencias bibliográficas deben colocarse según su orden de aparición en el texto del artículo e identificadas correlativamente por un númera, Las referencias de artículos de libros serán hechas de la siguiente forma: Nombre del autor — Título del libro '— Nombre y direc- * ción de la Editorial — Año de la Edición. Ej.: Houssay B. A, — Fisiología Humana. “El Ateneo” Buenos Aireg 1958. Las referencias de artículos de revistas serán dadas en la siguiente forma: Nombre del (los) autor (es): nombre de la revista: volú- men, página, año. El nombre de la revista será abreviado según el sistema empleado en el ejemplo siguiente: Altamirano, M.— Bol. Soc. Biol. 23: 131, 1958. Vogt. M. and Holzbauer, M.— Brit. J. Pharmacol. 9: 402, 4. 10.— Los autores pueden obtener apartados de sus traba- jos al costo, indicando oportunamente la cantidad de ellos que le son necesarios. 11.— Los trabajos que no vengan en la forma indicada en estas normas, no serán aceptados para su revisión por la Co- misión de Redacción. Los autores tendrán un plazo de quince días para entregar nuevamente el trabajo. 12.— La Comisión de Redacción se hace responsable unica- mente de las opiniones que aparezcan en la página editorial de este Boletín. Los artículos expresan exclusivamente la opinión del (los) autor (es). 13.— La Comisión de Redacción se reserva el derecho, pre- viamente autorizado por el Directorio, de publicar artículos originales que no se ciñan a estas normas, cuando ellos son de interés general. » , a y SON j eS ] S ] Ñ 4 í Ñ y , y 1 $ F y A S y > A: A xo 1 y y y | Mu 1] 4 A