NANO TN Ñ SN) AOS NA AIN ) TIOS y Y RAS NO NOA SN O ONO NOS ION [Mélica os e Os: Nac. Hist. Nat.) Hugo. ¡Campos C. (U. Austral) Ñ Edmundo Pisano V. (U: IVERENENES) Carlos Ramírez G. (U. Austral) de Patricio Rivera (U. Concepción) de ¡Manuel Rodríguez LOL Austral) Mario Rosenmann A. (U: de Chile) Francisco Saiz G. (UL. Católica, Valparaíso) ? Bernabé Santelices G. (P. U. Católica) “Roberto P. Schlatter (U: Austral) PAS Federico Schlegel (FAO) Mario Silva O. (U. Concepción) seo Haroldo Toro G. ((U. Católica, Valparaíso) + Luis Vargas E. (P. U. Católica) Juan Vial C. (P. U: Católica) ES Ennio Vivaldi C. (U. Concepción) E Raúl Zemelman Z. (U. Concepción) Nibaldo Bahamonde N. (0. de Chile) ¡Germán Pequeño R. (U. Austral) 'Krisler Alveal V. (U. Concepción) DURA AE me hd BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGIA DE CONCEPCION TOMO 67 CONCEPCION 1996 BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGIA DE CONCEPCION - (CHILE) ISSN 0037 - 850X Organo oficial de las Sociedades de Biología y Bioquímica de Concepción Publicación auspiciada por la Universidad de Concepción TOMO 67 AÑO 1996 CONTENIDO EVELYN M. HABIT y JUAN CARLOS ORTIZ. Ciclo reproductivo de Phymaturus flagellifer CEA osa roo oO 7 VICTOR H. RUIZ R. Ictiofauna del Río Laja (VIII Región, Chile): Una evaluación preliminar ..... 15 GERMAN PEQUEÑO R. y JULIO LAMILLA G. Peces de la familia Serranidae en las Islas Des- venturadas, Chile (Osteichthyes, Perciformes) ..cooconoconocinononononanonnonnnonconnnonconnonncononnnnonnononnnncnncnnnooncnnooo 23 JOAQUIN H. IPINZA-REGLA, MARIA A. MORALES y VERONICA AROS. Hermetismo entre RSE O ROA ORO 33 R. MURUA, L.A. GONZALEZ, M. GONZALEZ y C. JOFRE. Efectos del florecimiento del arbusto Chusquea quila (Poaceae) sobre la demografía de poblaciones de roedores de los bosques templados AE NS ci Ra o ER Sl) ROLANDO P. MONTOYA, PATRICIA I. GOMEZ, MARIELA A. GONZALEZ, MARIO HENRI- QUEZ y ARTURO CANDIA. Amplificación de genes por PCR y su aplicación al estudio de la bio- O ios 43 MARCO A. RETAMAL y MARIA E. NAVARRO. Nuevo registro de Leptograpsus variegatus Fabricius, 1793, en el Pacífico Sur Oriental (Decapoda, Grapsidae) ..ooooncccncionnnnnnonnccnocanononconcnoso 53 MARIA ETCHEVERRY. Trayectoria científica de Jorge Arrau Escobar (1939-1993) .ooccccoccc.... 57 NIBALDO BAHAMONDE N. Perspectivas de desarrollo de la zoología en los próximos años ..... 61 ROBERTO MELENDEZ C. y GERMAN PEQUEÑO R. Peces móridos de las Islas Desventuradas (MelcosteriGaditomnes Monda eo SIA O iaa E ic 69 JORGE N. ARTIGAS. Martintella a new name for Martinella Artigas 8 Papavero, 1995 (Diptera, ASA A O O A O a in e iaa 75 A e o o e EA aber PON PSA HIRO 0 m mm PASÓ saca ARAYA Ñ als A : ale tae ci put | o paa ad a a do ems ed A Ara pide A Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 7-14, 1996 CICLO REPRODUCTIVO DE PHYMATURUS FLAGELLIFER (REPTILIA, TROPIDURIDAE) Reproductive Cycle of Phymaturus flagellifer (Reptilia, Tropiduridae) EVELYN M. HABIT* Y JUAN CARLOS ORTIZ** RESUMEN Se caracteriza el ciclo reproductivo de una población de P. flagellifer que habita en el Parque Nacional Laguna del Laja, Chile. Se capturaron 143 ejemplares entre octubre de 1986 y marzo de 1987, de los cuales 57 (31 hembras y 26 machos) fueron utilizados para determinar el ciclo reproductivo. Los machos fueron analizados realizando cortes histológicos de testículos y en las hembras midiendo los folículos ováricos, huevos y nonatos. Se determinó que la cópula ocurre entre febrero y marzo, cuando los machos se encuentran en el pico reproductivo. Entre abril y mayo comienza la hibernación, por lo que el nacimiento de los infantiles ocurre al año siguiente, entre enero y febrero. Además, se determina que algunas hem- bras dan a luz y no son fecundadas durante el mismo período, mientras otras copulan para dar a luz al año siguiente. INTRODUCCION Los ciclos reproductivos en reptiles se encuen- tran estrechamente relacionados con factores am- bientales (Duvall et al., 1982). La reproducción de los lagartos en zonas templadas presenta ciclos estacionales característicos, con un período de acti- *Centro EULAChile, Casilla 156C, Universidad de Con- cepción, Concepción, Chile. **Departamento de Zoología, Universidad de Concepción, Casilla 240710, Concepción, Chile. ABSTRACT The reproductive cycle of a population of Phymaturus flagellifer from Parque Nacional Laguna del Laja, was characterized. We captured 143 individuals from October 1986 through March 1987, and 57 (31 females and 26 males) out over 143 were analyzed for establishing their reproductive stages. Males were analyzed by studing the spermatogenic stages and females by measuring ovaric folicles, eggs and embryos/fetuses. Fecundation period occurs during February - March, coinciding with the reproductive peak of the males. Hibernation begins during April -May, and the birth of infants takes place during January - February of the following year. However, it was found that some females give birth but do not getinseminated, but only after hibernation. KEYWORDS: Reproduction. Viviparity. Phymaturus Jlagellifer. Chile. vidad reproductiva en los meses de primavera y una de inactividad en los meses de otoño e invierno (Fitch, 1970; Heatwole, 1976; Fox, 1977). La estra- tegia reproductiva más común es la oviparidad, pero los lagartos pueden presentar estrategias de ovoviviparidad e incluso viviparidad, dependiendo de factores ambientales como la altitud, latitud, temperatura, precipitación, humedad y fotoperíodo (Guillette et al., 1980; Guillette, 1982). Phymaturus flagelliferes un lagarto altoandino, saxícola y herbívoro (Lamborot y Navarro, 1984), distribuido en Chile entre los 32? y 37% S. La población de P. flagellifer presente en el Parque Nacional Laguna del Laja habita bajo condiciones de clima muy severas durante el invierno (Ortiz, 1993), lo que implica que este tipo de lagartos presenta largos períodos de hibernación (Gregory, 1982). La actividad reproductiva queda restringida a un período corto, en el cual se debe desarrollar alguna estrategia reproductiva que les permita ase- gurar su descendencia. En el presente trabajo se da a conocer el ciclo reproductivo de P. flagellifer, de cuya reproducción poco o nada se conoce (Donoso Barros, 1966; Cei, 1986). MATERIALES Y METODOS Los ejemplares fueron capturados en el Parque Nacional Laguna del Laja (VII Región, 37% 20” S; 71% 18” O; 1.700 ms.n.m.) durante los meses de octubre de 1986 a marzo de 1987. Paralelamente, se realizaron observaciones del comportamiento (Habit y Ortiz, en prensa), que permitieron determinar los períodos de actividad diarios y estacionales, así como la época en que se realiza la cópula. El clima del Parque se caracteriza por presentar abundantes precipitaciones en forma de nieve entre junio y septiembre, alcanzando a 2.170 mm en un año normal. La temperatura media en invierno es de 0.3 *C (Ortiz, 1993). Se capturó un total de 143 ejemplares (72 hem- bras y 71 machos), los cuales fueron medidos y pesados en terreno. De éstos, 57 individuos (31 hembras y 26 machos) fueron sacrificados para el análisis de su estado reproductivo, fijándose con inyección de formalina al 10% para luego ser con- servados en alcohol al 70%. Estos fueron deposita- dos en la colección herpetológica del Museo de Zoología de la Universidad de Concepción (MZUC). Los datos obtenidos a partir de los 143 ejempla- res que fueron medidos permitió determinar la relación longitud-peso y las clases de tamaño por sexo. Para ello los datos de longitud hocico-cloaca (mm) y peso (gr) fueron ajustados a un modelo de regresión multiplicativo para cada sexo. La compa- ración de las pendientes de regresión entre machos y hembras se realizó mediante la prueba tde Student (Zar, 1984). El ciclo reproductivo de las hembras fue estu- diado removiendo los ovarios y los oviductos. Los folículos en vitelogénesis, huevos oviductales y nonatos fueron contados y medidos con un vernier digital 0,001 mm de precisión. La madurez de los folículos se determinó en función de su tamaño, considerando a aquellos iguales o mayores a 3 mm como folículos maduros (Vitt, 1982; Rodríguez- PESO (9) Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Ramírez y Lewis, 1991). El ciclo reproductivo y las clases de tamaño de las hembras se establecieron de acuerdo al tamaño de sus folículos o huevos, al estado de desarrollo en que éstos se encontraban y a su ubicación dentro del sistema reproductor (ova- rio u Oviducto). Estos datos fueron complementa- dos con el mes de recolección y la LHC. Paralela- mente se realizaron experiencias de marcaje y recaptura de 10 hembras, las cuales fueron medidas (LHC) y pesadas en cada ocasión de recaptura, para verificar probables pérdidas de peso por alumbra- miento, entre noviembre de 1986 y marzo de 1987, con un mínimo de dos capturas por hembra. Para determinar el estado reproductivo de los machos se midió el eje mayor del testículo derecho, individualizándolo junto al epidídimo para luego realizar cortes histológicos de ambos. Los cortes de 7 um fueron teñidos con hematoxilina de Mayer y contrastados con floxina. La nomenclatura utiliza- da para la descripción de los estados espermatogé- nicos corresponde a la proporcionada por Mayhew y Wright (1970). Las clases de tamaño y ciclo reproductivo de los machos fueron establecidos en base al tamaño corporal, tamaño testicular, estado espermatogénico y fecha de recolección. RESULTADOS Relación Longitud-Peso La relación longitud-peso de machos y hembras resultó altamente significativa (r =0.98 y r = 0.94, p< 0.0001), (Fig. 1), mientras que las pendientes de regresión no fueron diferentes entre ambos sexos (t = -0.506, 137 g.1., p > 0.05). 40 El Machos a log Peso = -10.386 + 3.03 log Longitud Ve 35 +4 u Poo O Hembras 000 O log Peso = - 10.508 + 3.05 log Longitud %, $, ? 30 + a AN 7) [-] Y? 25 — 5 E " en 20 + a ea 15 mo E e [-] ue » 10 +4 Bo 5 s» E 0 y 05 T T T T T T 40 50 60 70 80 90 100 110 LONGITUD (mm) FIGURA 1. Relación longitud-peso de machos y hembras. Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Estado reproductivo Hembras: La longitud hocico-cloaca(LHC)fluc- tuó entre 42.9 y 100.1 mm. Las hembras menores a 84,7 mm LHC presentaron sólo folículos en los ovarios. De éstas, aquellas menores a66,0 mm LHC tenían folículos transparentes y pequeños (0,75 a 2,00 mm de diámetro), mientras que las hembras entre 66,0 a 84,7 mm LHC presentaron folículos levemente más opacos pero no mayores a 3,00 mm de diámetro. Aquellas mayores a 84,7 mm presen- taron folículos en vitelogénesis, los que midieron hasta 4,8 mm. Las hembras mayores a 86,0 mm LHC presentaron huevos desarrollados y nonatos. Las hembras con folículos en vitelogénesis co- rrespondieron a aquéllas capturadas en los meses de octubre, febrero y marzo. Ejemplares recolectados en octubre y diciembre presentaron huevos en el oviducto y los nonatos aparecieron sólo en hembras capturadas durante el mes de febrero (Tabla 1). Tabla I. Ubicación, número y talla de huevos y neonatos en los diferentes meses. N = número de hembras. Fecha N Estado de Rango de Posición N* por Desarrollo Tamaño (mm) Hembra Marzo 4 Folículo Vitelino 13.16-18.78 Ovario 2 Octubre 3 Folículo Vitelino 11.79-13.14 Ovario 2 2 Huevo* 22.29-23.02 Oviducto 2 Diciembre 3 Huevo* 17.04-23.02 Oviducto 162 Febrero 3 Folículo Vitelino 1.00-13.00 Ovario 2 2 Nonato 37,34-38.00** Oviducto 162 *En los huevos en el oviducto se advierte la presencia de un embrión. **Los nonatos fueron medidos enrollados dentro del oviducto. Las hembras con nonatos presentaron muy po- cos restos o ausencia de contenido estomacal, y sus estómagos se encontraban fuertemente comprimi- dos. Tamaño potencial de la camada y época de nacimientos El tamaño potencial delacamada de P. flagellifer es de una o dos crías. Ninguna hembra estudiada presentó más de dos huevos en desarrollo, y sólo uno o dos nonatos en los oviductos. Laépoca de nacimientos ocurre desde mediados de enero a fines de febrero, cuando se encuentran ejemplares infantiles en terreno, desde 48,7 a 52,0 mm LHC (con un promedio de peso de 3.8 g). Los nonatos encontrados en los oviductos de las hem- bras de febrero midieron, una vez extendidos, entre 46,0 y 47,8 mm LHC. Además, dos de las hembras marcadas y recapturadas durante la segunda quin- cena de enero sufrieron pérdidas de peso de 7,5 y 11,2 gen un lapso detres días (Fig. 2), que concuer- da con el peso promedio de los tres nonatos encon- trados en los oviductos (4,1 g). A AAA 30 ”ó 40 PESO (9) 5 N D E F M MESES FIGURA 2. Registro del peso (gr) de 10 hembras marcadas y recapturadas entre enero y diciembre. La flecha indica las pérdidas de peso por alumbramientos. Clases de tamaño de hembras De acuerdo al estado reproductivo de las hem- bras analizadas, se establecen las siguientes clases de tamaño: Clase I: Infantiles yjuveniles: 48,0-65,0mmLHC, con folículos menores a 2 mm de diáme- tro. Se consideran infantiles aquellos in- dividuos que midieron entre 48,0 y 52,0 mm LHC y que corresponden a los indi- viduos más pequeños encontrados. Aque- llos individuos entre 53,0 y 65,0 mm LHC fueron designados como juveniles. Inmaduros: 66,0-84,9 mm LHC. Las hembras en esta clase de tamaño corres- ponden a aquéllas aún sexualmente in- maduras, con folículos entre 2 y 3 mm de diámetro. Clase MI: Adultos: > 85,0 mm LHC. Las hembras en clase de tamaño III son sexualmente maduras y son potencialmentereproducti- vas. Clase II: Machos: El tamaño de los machos fluctuó entre 53.5 y 103.2 mm LHC. El tamaño de las gónadas varió de acuerdo al mes de muestreo y a la longitud hocico cloaca del ejemplar. Los individuos entre 53,5 y 80,0 mm de LHC, se caracterizaron por presentar testículos sin lumen en los túbulos seminíferos y rodeados por pocos fibroblastos. El epitelio germinal constó sólo de células de Sertoli y espermatogonias (Fig. 3.1). Por el contrario, todos los ejemplares mayores a 80,0 mm LHC presenta- ron algún estado espermatogénico entre los meses de octubre y marzo. La media del tamaño testicular de machos adul- tos fue 5,34 mm en noviembre; 7,13 en diciembre; 7,06 mm en enero; 7,06 mm en febrero y 6,47 en marzo. Los machos con testículos menos desarro- llados correspondieron a un ejemplar de marzo y uno de noviembre (100,40 mm LHC y 5,34 mm; 87,88 mm LHC y 4,00 mm, respectivamente). Los estados espermatogénicos encontrados en los diferentes meses de muestreo fueron los si- guientes. Los ejemplares de noviembre se encontra- ron en estado espermatogénico 2 (Fig. 3.11). En ellos los túbulos seminíferos se caracterizaron por la presencia de espermatocitos primarios en el mar- gen luminal y algunas espermatogonias en el borde interno. Tanto el lumen como las células columnares del epidídimo se encontraron poco desarrollados. Los machos recolectados durante el mes de diciem- bre alcanzaron estado espermatogénico 3 (Fig. 3.11), el que se caracterizó por la presencia de espermato- citos secundarios en el borde del lumen. Además, las células de Sertoli, espermatogonias y esperma- tocitos primarios se encontraron desde la base del túbulo hacia el lumen. Los individuos de enero presentaron estado 5 (Fig. 3.1V), en el que los túbulos seminíferos tienen espermátidas en meta- morfosis en el margen luminal. El diámetro de los túbulos seminíferos se caracterizó por ser mayor al observado en machos de noviembre y diciembre. Los machos de febrero presentaron estado esperma- togénico 6, o pico reproductivo (Fig. 4.1). En ellos, los túbulos seminíferos mostraron gran cantidad de espermatozoides tanto en el margen como dentro del lúmen. Todos los restantes estados de las células germinales se encontraron presentes y con abun- dante cantidad de gametos maduros en el epidídimo (Fig. 4.1). En marzo, algunos machos aún presen- taron estado 6, sin embargo, la mayoría se encontra- ron en estado 7 o regresión testicular temprana (Figs. 4.111 y 4.IV). En ella los túbulos seminíferos se caracterizaron por una desorganización del epi- telio germinativo y desechos celulares en el lumen. 10 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Clases de tamaño de los machos A partir delos datos de tamaño corporal, testicular y estado espermatogénico se establecen las siguien- tes clases de tamaño: Clase I: Infantiles y juveniles: 48,7-64,9 mm LHC. Machos con testículos sin lumen en los túbulos seminíferos. Se consideran infan- tiles alos individuos entre 48,7 y 52,9 mm LHC, y juveniles aquéllos entre 53,0 y 64,9 mm LHC. Clase II: Inmaduros: Individuos entre 65,0 y 79,9 mm LHC. Machos sexualmente inmadu- ros, con testículos sin lumen en los túbulos seminíferos. Clase III: Adultos: >80,0 mm LHC. Machos sexual- mente maduros y potencialmente repro- ductivos. Ciclo reproductivo de Phymaturus flagellifer (Fig. 5) De acuerdo a las observaciones realizadas en terreno y a la información obtenida del análisis gonádico se postula el siguiente ciclo reproductivo. La cópula ocurre durante el mes de febrero y co- mienzos de marzo, época en que fue observada en 12 oportunidades y los machos se encuentran en estado espermatogénico 6. Durante los meses de abril a junio, cuando los machos se encuentran en regresión testicular, y algunas hembras están fecun- dadas, comienza la hibernación, debido ala caída de nieve y bajas temperaturas. La emergencia desde el estado de hibernación ocurre conjuntamente con los incrementos de la temperatura, durante el mes de octubre. Los machos adultos emergen en estado testicular 1 ó 2 para comenzar la espermatogénesis, la que se completa- ráen febrero. Las hembras, en cambio, se dividenen dos grupos que emergen con estados reproductivos diferentes. Aquellas que fueron fecundadas en fe- brero de ese año presentan embriones en los oviduc- tos (tal como las hembras encontradas en octubre), los que continuarán su desarrollo hasta enero o febrero del año siguiente, cuando ocurren los naci- mientos. Las demás hembras corresponden a aque- llas que se encontraban grávidas el verano anterior. Estas comienzan su vitelogénesis luego del alum- Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 DURA se do cl load MN Win, mo iy MO AN 3; IV) Estado espermatogénico 5. Rótulos: A) núcleo célula de Sertoli; B) espermatogonia; C) espermatocito primario; D) espermatocito secundario; E) espermátidas en diferenciación. Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 FiGURA 4. I) Túbulo seminífero en estado espermatogénico 6; II) Epidídimo en estado 6; II) Túbulo seminífero en estado espermatogénico 7; IV) Epidídimo en estado 7. Rótulos: A) espermatozoides; B) espermátidas; C) espermatocitos secundarios; D) células columnares; E) desechos celulares. Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 FIGURA 5. Ciclo reproductivo de P. flagellifer. Desde el exterior del círculo hacia adentro se indican los meses del año (iniciales), el ciclo de hembras y el ciclo de los machos. bramiento (lo que se infiere a partir de los folículos vitelinos encontrados en hembras de marzo y octu- bre), pero pronto entran en hibernación. Por lo tanto, su estado reproductivo al emerger es el co- mienzo o continuación de la vitelogénesis. DISCUSION El cicloreproductivo propuesto para P. flagellifer sugiere que las hembras no dan a luz todos los años, sino que año por medio. Este patrón no es común en reptiles, incluso para aquellos lagartos que habitan en condiciones similares, en los que la fecundación se produce al momento de la emergencia de la hibernación, tal como en Sauromalus obesus (Johnson, 1965). Ello podría ocurrir en P. flagellifer si se disminuyera el tiempo del desarrollo ovular y se depositara el vitelo antes de entrar en hiberna- ción. Sin embargo, las hembras grávidas pasan por un período de inanición, debido a que sus estóma- gos se encuentran fuertemente comprimidos por la presión que ejercen los nonatos, obstaculizando su capacidad de alimentación. Por ello necesitan un lapso de recuperación y acumulación de reservas para el invierno luego de los nacimientos, y antes de entrar en hibernación. Por otro lado, a pesar de que en P. flagellifer la vitelogénesis puede. comenzar previo a la hibernación, las hembras no pueden ser fecundadas a comienzos de primavera (septiembre- octubre), ya que los machos se encuentran en esa época en estado espermatogénico 2. Considerando lo anterior, los huevos con embriones encontrados durante los meses de octubre y diciembre deben haber sido fecundados el verano anterior. De igual forma, los machos presentan su estado de reproducción plena (estado 6) al tiempo de la ovulación de las hembras. Este período tiene una duración relativamente breve, lo cual es compara- ble a lo observado en Liolaemus nigromaculatus kuhlmani (Ortiz y Zunino, 1976), Sceloporus scalaris (Newlin, 1976) y S. virgatus (Ballinger y Ketels, 1983), todas con una sola postura al año, lo cual implica un menor esfuerzo reproductivo que en especies con múltiples posturas (Ballinger y Ketels, 1983). La breve época de cópulas de P. flagellifer está acompañada de un intenso despliegue de com- portamientos territoriales y jerárquicos (Habit y Ortiz, 1995; Habit y Ortiz, en prensa). Ellos asegu- ran el encuentro de los machos con las hembras aptas para ser fecundadas y la protección de las hembras grávidas. Así, el corto período de repro- ducción es aprovechado para una actividad repro- ductiva que signifique un breve esfuerzo en la producción de gametos, pero un mayor esfuerzo en asegurar la fecundación y el nacimiento de los infantiles. Por lo tanto, P. flagellifer produce una postura de 16 2 individuos al año, reteniendo los huevos y asegurando la supervivencia del embrión, al contra- rio de lo que ocurre en especies que habitan en ambientes temperados (Andrews y Rand, 1974). Esta característica, más un período de gestación prolongada (1 año), sugieren que P. flagellifer es una especie viví para, tal como lo había mencionado Donoso Barros (1966). Dicha estrategia reproduc- tiva, más una organización social, sugiere una adap- tación especial de esta población a un hábitat alta- mente inhóspito. AGRADECIMIENTOS Agradecemos a la Dirección de Investigación de la Universidad de Concepción que financió par- cialmente este estudio (Proyecto 92.38.24-1); a la Coorporación Nacional Forestal (CONAP); al Labo- ratorio de Biología del Desarrollo de la Universidad de Concepción por su cooperación para realizar los cortes histológicos; a Pedro Victoriano y Héctor Ibarra por su ayuda en terreno y al Dr. Miguel Cristie por la revisión del manuscrito. 13 BIBLIOGRAFIA Andrews, R. y A.S. Rand. 1974. Reproductive effort in anoline lizards. Ecology 55: 1317-1327. Ballinger, R.E. y D.J. Ketels. 1983. Male reproductive cycle of the lizard Sceloporus virgatus. Journal of Herpetology 17(1): 99102. Cei, J.M. 1986. Reptiles del centro, centro-oeste y sur de la Argentina. Herpetofauna de las zonas áridas y semiáridas. Mus. Reg. di Sc. Nat. Torino. Monografie IV. Mendoza, Argentina. 527 págs. Donoso Barros, R. 1966. Reptiles de Chile. Ed. Universidad de Chile, Santiago, Chile. 458 págs. Duval, D., L.J. Guillette, y R. Jones. 1982. Environmental control of Reptilian reproductive cycles. En: C. Gans (ed). Biology of the Reptilia. Academic Press. Vol. 13: 201-223. Fitch, H.S. 1970. Reproductive cycles in lizards and snakes. Univ. Kansas Mus. Nat. Hist., Lawrence. Fox, H. 1977. The urogenital system of reptiles. En: C. Gans (ed). Biology of the Reptilia. Academic Press. Vol 6: 1 157. Gregory,P. 1982. Reptilian hibernation. En C. Gans (ed). Biology of the Reptilia. Academic Press. Vol 13: 53-154. Guillette, L.J. 1982. The evolution of viviparity and placenta- tionin the high elevation, mexican lizard Sceloporus aeneus. Herpetologica 38(1): 94-103. Guillette, L.J., R.E. Jones. K. Fitzgerald y H. Smith. 1980. Evolution of viviparity in the lizard genus Sceloporus. Herpetologica 36(3): 201-215. Habit, E. y J.C. Ortiz. 1995. Ambito de hogar de Phymaturus flagellifer (Reptilia, Tropiduridae). Boletín Sociedad de Biología de Concepción. Vol. 65. (En prensa). 14 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Habit, E. y J.C. Ortiz. (En prensa). Patrones de comportamiento y organización Social de Phymaturus flagellifer (Reptilia: Tropiduridae). Actas del II Congreso Latinoamericano de Herpetología. Mérida, Venezuela. Heatwole, H. 1976. Reptile Ecology. University of Queensland Press, St. Lucia. Johnson, S.R. 1965. An ecological study of the chuckwalla Sauromalus obesus Baird, in the Western Majove D Desert. The American Midland Naturalist 73(1): 129. Lamborot, M. y J. Navarro Suarez. 1984. Karyotypes and sex determination in Phymaturus flagellifer Molina (Iguanidae). Herpetologica 40(3): 258264. Mayhew, W. y S. Wright. 1970. Seasonal changes in testicular histology of three species of the lizard genus Uma. J.Morph. 130: 163-186. Newlin, M.E. 1976. Reproduction in the bunch grass lizard, Sceloporus scalaris. 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Encada unase analizó la riqueza espe- cífica, abundancia relativa y diversidad. Se encontró un total de 11 especies, de las cuales 3 son introducidas (Oncorhynchus mykiss, Salmo trutta y Gambusia affinis) y 8 son autóctonas. La especie dominante es Trichomycterus areolatus y O. mykiss es la especie de más amplia distribución en el área de estudio. Se entregan patrones de distribución y requerimientos de hábitat. INTRODUCCION Frente a la creciente contaminación y alteración de los hábitats naturales se ha resaltado la necesidad de conservar la biodiversidad en ambientes acuáti- cos (American Fisheries Society 1992), tanto de especies de invertebrados (Ward, 1984) como ícticas (Maitland y Lyle, 1991); (Arratiaetal. 1981; Arratia, 1983; Glade, 1988). Tal gestión de conservación de la biodiversidad en ecosistemas acuáticos dulcea- cuícolas no puede llevarse a cabo sin un adecuado *Depto. de Zoología, Casilla 2407. Universidad de Concep- ción. Concepción-Chile. ABSTRACT Speciesrichnessrelative abundance and taxonomic diversity of Laja river (Chilean VIIIth Region) ichthyofauna in 16 sam- pling stations were studied. Itwas found that eight out of 11 collected species are native and the remaining three introduced ones (O. mykiss, Salmo trutta y Gambusia affinis). The native Trichomycterus areolatus was shown to be the dominant species and the introduced O. mykiss was encountered to have the widest distribution within the study area. Distribution patterns and habitat requirements are also included. KEYWORDS: Laja River. VIII Region. Chile. Freshwater Fishes. Biological Aspects. Ecology. conocimiento científico del medio y de las especies que en él habitan (Boon, 1992). Dentro de los ríos chilenos uno de los importan- tes es el río Biobío que presenta numerosos afluen- tes que contribuyen a aumentar su caudal. Contribu- ye a esto en forma significativa el río Laja, que a los pies de la Cordillera de la Costa vierte sus aguas junto con el Vergara al Biobío. Alafecha, no se ha realizado ninguna investiga- ción detallada de la ictiofauna del río Laja. Este río está sometido en la actualidad a múltiples usos, como son la generación de energía hidroeléctrica, la extracción de agua para riego, turismo, recreación, dilución de aguas residuales urbanas e industriales, etc. A pesar de lo anterior, se conoce muy poco 15 acerca de las especies de peces presentes en este sistema fluvial, así como sobre sus distribuciones, dietas, historias de vida y requerimientos de hábitat. Si se revisa la literatura científica se encontrará que prácticamente no existen estudios acerca de los recursos hidrobiológicos del río Laja. La informa- ción disponible es escasa y la mayoría de las veces sólo se encuentra en informes técnicos de circula- ción restringida. En relación ala fauna íctica del río, sólo se tiene menciones indicando la presencia de algunas especies en determinadas localidades (Mann 1954; de Buen 1959; Wetzlar 1979; Arratia et al. 1981), pero no existe un catastro de especies basado en una investigación ad hoc. En base a lo anterior, los objetivos generales de este trabajo preliminar son elaborar un listado deta- llado de las especies ícticas presentes en el río Laja y estudiar su distribución dentro del sistema. Si bien esta investigación tiene un carácter general y en buena medida contempla un estudio taxonómico, también permitirá caracterizar en forma preliminar algunos aspectos de la ictiofauna del río Laja perti- nentes ala gestión ambiental del ecosistema fluvial. MATERIALES Y METODOS 1. Area de Estudio: El río Lajanace enla Laguna de la Laja(37%20'”S; 71%18”0), cuerpo lacustre de gran tamaño (112 km?) (Wetzlar, 1979). Ubicado en la cordillera de “Polcura”, a orillas del Volcán Antuco, situado a 1.360 m sobre el nivel del mar (Novion, 1971), entre las provincias de Ñuble y Biobío (Chile). La Laguna de la Laja es de reciente formación, Novion (1971) estima que data sólo desde 1851. En este sistema no se efectuaron estudios biológicos ni ecológicos antes de poblarlo con especies salmonídeas. Posteriormente no se han efectuado estudios biológicos, salvo el de Wetzlar op. cit., que registra allí la existencia de O. mykiss y el trabajo de Artigas et al. (1985), que establece la presencia de sólo dos especies (O. mykiss y Salmo trutta fario), siendo O. mykiss la más abundante. El río Laja se orienta con dirección al oeste (si eliminamos algunas irregularidades de su curso. En promedio lleva un caudal de 65 m'/seg, con un máximo en diciembre (75 m'/seg) y un mínimo en febrero (58 m'/seg). Después de atravesar el valle longitudinal, el río sejunta al Biobíoen San Rosendo. En esta parte su caudal medio es del orden de 200 m/'/seg. 16 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 2. Estaciones muestreadas: En total se muestrearon 16 estaciones, durante tres salidas a terreno (7 a 10 de noviembre; 13 a 16 de noviembre y 9 y 10 de diciembre de 1992); realizadas desde el nacimiento de río Laja, en la Laguna de la Laja hasta la junta con el río Biobío, cerca del Pueblo de Laja (Tablas L, II y ID. TABLA I. Localización de las estaciones ícticas muestreadas en el río Laja entre el 7 y 10 de noviembre de 1992 Fecha Estación Ubicación 08/11/92 1 Laguna de la Laja, Estero Chorrillos. 09/11/92 2 Río Laja, junta con Estero Los Pangues, drenaje Biobío. 1,5 km aguas arriba del Abanico. (Lagunillas) 3 Río Laja, El Abanico, drenaje Biobío. 4 Río Laja, 1 km bajo El Abanico con junta Estero Trubunleo. 5 Río Laja, Pueblo Abanico. 10/11/92 6 Río Rucue, tributario al río Laja 10 km al oeste de la carretera a Antuco. TABLA II. Localización de las estaciones ícticas muestreadas en el río Laja entre los días 13 y 16 de noviembre de 1992. Fecha Estación Ubicación 13/11/92 7 14/11/92 8 14-15/11/92 9 15/11/92 10 Río Manco, 4 km al oeste de Polcura. Río Laja, Polcura cerca del cementerio. Río Laja, Puente, 2 km al sur de Tucapel. Río Laja, en el valle 4 km sur de Tucapel. 11 Río Laja, rama norte, cerca Cruz de Pie- dra. 16/11/92 12 Río Laja Fundo Siberia cerca de Cholguán. 13 Río Laja, Fundo Curanilahue, 3 km aguas arriba del Salto del Laja TABLA III. Localización de las estaciones ícticas muestreadas entre los días 9 y 10 de diciembre de 1992. Fecha Estación Ubicación 09/12/92 14 Río Laja, La Cantera 7 km abajo del Salto del Laja. 15 Río Laja, 3 km bajo puente Perales, alre- dedor de 2 km abajo Salto del Laja. (San Isidro) Río Laja, aeropuerto de Laja, 800 m aguas arriba junta con río Biobío. 10/12/92 16 3. Muestreo Biológico: Muestreo de peces: se utilizó como arte de pesca un equipo de pesca eléctrica, una red barredera y una red de arrastre superficial. Los peces fueron Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 fijados con formalina al 10% y trasladados al labo- ratorio de Ictiología, Departamento de Zoología, Universidad de Concepción. En el laboratorio, fueron identificados según las descripciones de Eigenmann (1927), Mann (1954), de Buen (1959) y Arratia et al., (1981). Para el análisis merístico-morfométrico se siguió las reco- mendaciones de Hubbs y Lagler (1958) y Nielsen y Johanson (1983). Se contabilizó el número de ejem- plares capturados por especie aplicando algunos parámetros comunitarios tales como: diversidad: Indice de Shanon-Weaver (Pielou, 1975); Indice de homogeneidad (E) para poder establecer relaciones comparativas respecto alas distribuciones de abun- dancia entre las estaciones de muestreo e Indice de semejanza faunística de Pirlot modificado por Duellman (1965). El índice de Shannon-Weaver se calculó de acuerdo a la siguiente fórmula: S H' =3,3219 (Log N - 1/N Y ni Log ni) i=1 Donde: N = número total de individuos de todas las especies. ni = número de individuos de la especie i. 3,3219 = factor de conversión de log10 en log2. La fórmula de Pirlot es la siguiente: 26 En que C = número de especies en común a las 2 áreas. N1 = número de especies presentes en un área. N2 = número de especies presentes en la segunda área. FRE = factor de semejanza faunística. Un FRF = 0, indica que no hay especies en común en dos áreas y un FRF= 1, indica que todas las especies son comunes a las dos áreas. Para la confección del dendrograma se hizo uso de una matriz (no incluida aquí) y para el tratamien- to de los datos se utilizó la técnica UPGMA que usa la media aritmética no ponderada (Crisci y López, 1983). Los valores de similitud son el promedio de los valores de similitud entre los pares posibles. RESULTADOS FAUNA ICTICA DEL RIO LAJA a) Lista Sistemática: de las especies encontradas en el área de estudio y su nombre vulgar. Orden Petromyzoniformes Familia Geotriidae Género Geotria Especie G. australis “lamprea de bolsa” Orden Salmoniformes Familia Salmonidae Género Oncorhynchus Especie O. mykiss “trucha arcoiris”. Género Salmo Especie $. trutta “trucha café”. Orden Cypriniformes Familia Characidae Género Cheirodon Especie C. galusdae “pocha”. Orden Siluriformes Familia Diplomystidae Género Diplomystes Especie D. nahuelbutaensis “tollo” Familia Trichomycteridae Género Bullockia Especie B. maldonadoi “bagrecito” Género Trichomycterus Especie 7. areolatus “bagre” Orden Atheriniformes Familia Atherinidae Género Basilichthys Especie B. australis “pejerrey chileno”. Familia Poecilidae Género Gambusia Especie G. affinis “gambusia” Orden Perciformes Familia Percichthyidae Género Percichthys Especie P. trucha “perca trucha” Familia Perciliidae Género Percilia Especie P. irwini “carmelita” b) Distribución cuantitativa de los peces: (Tabla IV). Se encontró un total de 11 especies de peces de las cuales tres son introducidas (Oncorhynchus mykiss, Salmo trutta y Gambusia affinis) y ocho son autóctonas (Geotria australis, Cheirodon galusdae, 17 Diplomystes nahuelbutaensis, Trichomycterus areolatus, Bullockia maldonadoi, Basilichthys australis, Percichthys trucha y Percilia irwini). De estas últimas, Diplomystes nahuelbutaensis y Percilia irwini son especies consideradas en peligro a nivel nacional (GLADE, 1988) y las restantes se ubican en la categoría de vulnerables. La especie dominante es Trichomycterus areolatus, con un 33,45% del total de individuos capturados. Le siguen Basilichthys australis (18,56%), Perciliairwini(18,23%) y Onchorhynchus Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 mykiss 11,52%. Onchorhynchus mykiss es la espe- cie de más amplia distribución en el área de estudio. Otras especies ampliamente distribuidas son 7. areolatus en 11 y P. irwinien 10 estaciones respec- tivamente. La estación mejor representada con respecto al número de ejemplares fue la 16, con 258 peces y 8 especies. La estación 14 contiene 224 ejemplares y 9 especies. La estación con menor cantidad de ejemplares y de especies resultó ser la número tres, con una sola especie y 4 ejemplares. TABLA IV. Distribución de las especies ícticas en las distintas estaciones de muestreo del río Laja, total de ejemplares y porcentajes. Especie Localidades 1 1 1 1 1 1 1 Total To 1 2 3 4 5 CAS 9.0 1 A Eli AS Ejempl. G. australis 4 4 0,34 O. mykiss O Y) 4.12 3) ALS ALO 4 25 IA: 134 11,52 S. trutta 1 1 2 0,17 C. galusdae 2 1 LS 23 1,98 D. nahuelbutaensis 16 4 1 1 11 33 2,84 T. areolatus 5 3 WIN EA LSO MS A A 389 33,45 B. maldonadoi LES O RA 79 6,79 B. australis 1 3 1 38 6 168 217 18,56 G. affinis 1 42 43 3,70 P. trucha 18 2 ZA: 1 27 2,32 P. irwini 8 3 29 20 9 Baal má. 2 212 18,23 TOTALES 18 20 4 12 10 12 11 34 87 67 58 89 151 224 108 258 1.163 10000 TABLA V. Diversidad según estación. N: número de indivi- duos; S: Riqueza específica; H”: Diversidad de Shanon-Weaver; Hmax: diversidad máxima; E: equidad. Estac. N S ¡5% H max E 1 18 2 0,991 1 99,1 2 20 1 0 0 0 3 4 1 0 0 0 4 12 1 0 0 0 5 10 2 1 1 100 6 12 4 1,96 2) 98 7 11 1 0 0 0 8 34 2 0,989 1 98,9 9 87 6 2,26 2,58 87,4 10 67 5 1 7/7) 2,32 76,29 11 58 4 1,08 2 S4 12 89 6 1,65 2,58 64,14 13 151 5 0,39 2,32 16,86 14 224 9 2,06 3,17 64,98 15 108 9 2,26 3,17 71,26 16 258 8 1,59, 3 53 La diversidad es variable entre las distintas estaciones estudiadas con una tendencia a aumentar a medida que nos acercamos a áreas potamales. La menor diversidad se presenta en cuatro estaciones 18 (2,3, 4 y 7), con 0 equidad debido a la presencia de una única especie (O. mykiss, TablaIV). Encambio, La estación 5 presentó una muy alta equidad (100), seguida de las estaciones 1, 6, 8 (cercano a 99), mientras que la estación 13, presentó el valor más bajo (16,86), debido a la gran abundancia relativa de la especie Trichomycterus areolatus (Tablas IV, V). Los valores altos se deben seguramente a que los taxa presentes tiene abundancias similares. La afinidad íctica de las estaciones deducida del dendrograma (Fig. 1) permite distinguir dos gran- des grupos a un nivel de 0,5. Con tres subgrupos en cada uno, las estaciones (2, 3, 4 y 7) y (3 y 8) con un FRF igual a 1 unidos a nivel 0, 66. La estación 1 se une a estos dos grupos a un nivel de 0,58. En el segundo grupo, conformado por las esta- ciones 9 y 12 se une con un ERF igual a 1; con 0,88 se unen 6 y 10. A estas últimas, se les une la estación 11 con un nivel de 0,81. Estos dos subgrupos se reúnen a un nivel de 0,73. El tercer subgrupo está compuesto por las estaciones 14 y 16 unidas a 0,82, posteriormente se le unen la estación 15 (0,79) y 13 (0,68). A 0,63 se unen los tres subgrupos. Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 1.2:3.06.1 80.9 Yo D0 DDD 0.74 0.6 + FIGURA 1. Dendrograma de afinidad de las estaciones muestreadas en el río Laja sobre la base de las especies ícticas recolectadas. El primer grupo de estaciones corresponde al primer tramo del río Laja, hasta Polcura, siendo el hábitat principal de O. mykiss. La laguna de la Laja es un área aislada, encontrándose allí O. mykiss y Percilia irwini, especie que no había sido reconocl- da anteriormente para el área. Cabe destacar que en esta oportunidad Salmo trutta, no fue recolectada aquí. Dentro del área reconocida en el primer grupo, se excluye la estación 6 (río Rucue); la cual es afín con la estacion 10 (río Laja, en el valle 4 km sur de Tucapel), con especies nativas además de O. mykiss. Estas estaciones conforman la parte media del río Laja junto con las estaciones 9, 12, y 11, en el área de Tucapel. La parte baja del río está caracterizada desde la estación 13, 3 km aguas arriba del salto del Laja, hasta la junta con el río Biobío. DISCUSION Y CONCLUSIONES El conocimiento de la fauna íctica del río Laja se limita a los trabajos de Wetzlar (1979) y Artigas et al. (1985), el primero en un estudio sobre Salmo gairdneril y Salmo trutta en Chile, principalmente su biología y manejo y el segundo sobre el conoci- miento de la biología y de los hábitos alimentarios de Salmo gairdnerii (= O. mykiss) en la laguna de la Laja. Allí se establece la presencia de sólo dos especies de peces O. mykiss y S. trutta, siendo la primera la más abundante. En el presente estudio no se recolectó Salmo trutta, sin embargo, se registra por primera vez la presencia de Percilia irwini. De las 11 especies de peces recolectadas en el curso del río, sólo una (G. affinis) no fue registrada por Campos et al.(1993) para el río Biobío, lo que probablemente se debió a las artes de pesca utiliza- das o simplemente al azar, ya que en el río Laja se presenta en un área próxima a la unión de éste con el Biobío. Conociendo los hábitos biológicos de la especie, que es sumamente invasora y capaz de sobreviviren condiciones extremas de temperatura, oxígeno e incluso salinidad, podemos asegurar sin temor a equivocarnos que también está presente en el Biobío. De hechoes observada en cuerpos lentícos dentro de su cuenca (Laguna Chica y Grande de San Pedro). Es interesante destacar la presencia de Diplomystes nahuelbutaensis citado por Arratia (1987) para la Hoya del Biobío, pero restringido a ciertos sectores más bien relacionados con el Alto Biobío. En el Laja se presenta en áreas cercanas a la parte baja del río en relación con sectores aislados de ritrón. Comparado con el Andalién (Ruiz, 1993) su ictiofauna se ve notablemente disminuida, ya que allí se registran 27 especies de peces incluidos cuatro ocasionales, pero relacionados con el siste- ma a través de su desembocadura. Sin embargo, todas las especies presentes en el Laja se encuentran enel Andalién conexcepción de D. nahuelbutaensis. Entre el río Biobío, Laja, Andalién se comparte la presencia de B. maldonadoi, especie que ha sido registrada también en muestreos posteriores a 1994 para la cuenca del Itata (Comun. Personal, E. Habit, 1996). Comparada la fauna íctica registrada hasta el momento en el Laja con el aporte de Habit (1994, 1996) para el Itata se puede ver que nueve de las 11 especies son comunes para ambos sistemas, exis- tiendo coincidencia en la presencia de las mismas especies introducidas (haciendo excepción de Ameiurus para el Itata) de manera que en ambos sistemas están presentes O. mykiss, S. trutta y G. affinis. Lo anterior demuestra la amplia distribución alcanzada por estas especies en muestro medio y la amenaza potencial para algunas especies nativas (Ruiz et al., 1993). En ambos sistemas (Laja e Itata) se comparte D. nahuelbutaensis, S. trutta, O. mykiss, Tri- chomycterus sp., B. maldonadoi, B. australis, C. galusdae, G. affinis, y P. trucha. Mientras P. irwini 19 del Laja es reemplazada aquí por otra “carmelita” (P. gillissi). Además en el Itata se registran B. bullocki, A. nebulosus, G. maculatus y C. itatanum, no presentes en el Laja. Hasta este estudio, en el Itata parece existir una mayor diversidad específi- ca, lo mismo que en los ríos Biobío y Andalién, comparados con el Laja. Probablemente, el río Laja seguirá sufriendo impactos ambientales si se lleva a cabo la construc- ción del proyectado Canal Laja-Diguillín. Esta subs- tracción adicional de aguas desde la cuenca del Laja alterará probablemente aún más el régimen de cau- dales en el río, disminuyendo así el hábitat disponi- ble, tanto de los peces como de su principal fuente de alimentación, los macroinvertebrados. Los peces que existen en el área son de innega- ble valor científico y naturalístico. Debe recordarse la importancia que asigna la comunidad científica, e incluso la política, a la conservación de la biodiversidad. No existe hasta ahora un estudio completo de la ictiofauna de este río, ni de sus parámetros fisico- químicos, a pesar de ser el más importante afluente del río Biobío y de tener una fuerte gravitación por su considerable aporte de caudal, por la generación de energía hidroeléctrica, su uso en regadío y su condición de atracción turística por la gran belleza escénica manifestada en sus saltos de agua. Consi- derando la inminente construcción de un nuevo proyecto de desarrollo en la cuenca (Comisión Nacional de Riego, 1990), se tiene propuesto seguir muestreando en el área para aclarar los límites distribucionales y otros aspectos biológicos de las especies involucradas. En resumen, con respecto al Río Laja podemos concluir que: — Se recolectaron 11: especies de peces de las cuales tres son introducidas (Onchorhynchus mykiss, Salmo trutta y Gambusia affinis) y ocho son autóctonas. De estas últimas Diplomystes nahuelbutaensis y Percilia irwini son especies consideradas en Peligro a nivel nacional (GLADE, 1988) y las restantes se ubican en la categoría de Vulnerables. — Tiende a existir una mayor diversidad específica a medida que se avanza hacia áreas potamales. — La especie dominante es Trichomycterus areolatus y Onchorhynchus mykiss es la especie de más amplia distribución en el área de estudio. La estación mejor representada con respecto al número de ejemplares fue la estación 16, con 258 peces y 8 especies. La estación con menor can- Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 tidad de ejemplares y de especies resultó ser la número tres, con una sola especie y 4 ejemplares. — Percilia irwini se registra por primera vez para la laguna de la Laja, originalmente no se habían recolectado otras especies distintas a las salmonídeas (O. mykiss y S. trutta). — El registro de Bullockia maldonadoi en el siste- ma confirma la presencia de la especie en la hoya hidrográfica del río Biobío. La que anteriormen- te había sido mencionada como especie de distri- bución disjunta y para los ríos Rahue y Andalién (Arratia et al., 1978; Arratia et al., 1981). BIBLIOGRAFIA American Fisheries Society. 1992. “Biodiversity”. Fisheries (Bethesda, Maryland), 17(3). Arratia, G., A. Chang, S. Menu-Marque é G. Rojas. 1978. About Bullockia gen. nov., Trichomycterus mendozensisn. sp. and Revision of the Familiy Trichomycteridae (Pisces, Siluriformes). Studies on Neotropical fauna and Environment 13: 157-194. Arratia, G., G. Rojas y A. Chang. 1981. 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Mm Se Saito ETE, E) Jj ¡oa pr Ah patio AE suas Hp, TE MN 6 AarA; id UN "EE AREA Vanddd ¡a 200 ) hip” pa al Ñ El A ved Po : o o RAR P ER e pl ion vá Ñ h Y . mL . 0 A Mi y y IA o Y O o i í z ene A Di y 16] y LL = van. ; EPA % E re: e arts eS y US; Ñ rd Esa AESIY 7 e 3 an 3 mE AMET: de r fur ma 4 N Mr Hb 0 És y d d- ne MES bad iS de Mine fas pe he 0 Fan le be, ed. Mob TOA bea a UA do : Cin Y Mo Marque A e: de al y e ao PA pre Me Palnids Tiida E ibi an m5 1 Hd Chesbl. 108 Ga : é mE 7 ha UPA Pr pl A Mo bl SPEMA 1 Inn, 121) Dl O sa Dies or impida hl il -Dipjeomystigad (Streitrais, Tol LES Ígrbp LES í má e ei Ñ o 14m. E Miói di! mes Any izo? Lar NN EIN pde, 3, E, USD nur dls ya hs E A uy mi PAN ¡fvagraima pri 0 J A grci. unto. Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 23-32, 1996 PECES DE LA FAMILIA SERRANIDAE EN LAS ISLAS DESVENTURADAS, CHILE (OSTEICHTHYES, PERCIFORMES) Fishes of the Family Serranidae in the Desventuradas Islands, Chile (Osteichthyes, Perciformes) GERMAN PEQUEÑO R. Y JULIO LAMILLA G.* RESUMEN Nuevos muestreos de peces litorales en las Islas Desventu- radas (San Félix y San Ambrosio, muestran la existencia de tres especies de la Familia Serranidae: Caprodon longimanus (Gúnther, 1859), Hypoplectrodes semicinctum (Valenciennes, 1833) y Trachypoma macracanthus Gúnther, 1859. La segunda era conocida en las islas, pero las otras dos constituyen nuevos registros. C. longimanus es de amplia distribución en el Pacífi- co, existiendo registros previos en el archipiélago de Juan Fernández e Isla de Pascua y no resulta sorpresivo su encuentro en las Islas Desventuradas; en cambio, 7. macracanthus es conocida en Isla de Pascua, Nueva Zelandia y Australia, pero no en las costas de América del Sur propiamente tales y constituye un nuevo vínculo zoogeográfico de las Islas Desventuradas con la Polinesia. HA. semicinctum se encuentra en el Archipiélago de Juan Fernández, pero tampoco se le conoce en costas de Amé- rica del Sur; además, se han planteado dudas sobre su presencia en Isla de Pascua. En relación con la Familia Serranidae, las Islas Desventuradas muestran una mayor afinidad con el Océa- no Pacífico occidental que con las costas de América del Sur. INTRODUCCION En los últimos veinte años, el conocimiento sobre la composición taxonómica de la ictiofauna de Chile ha sufrido cambios mayores, tanto en la configuración taxonómica misma ya existente, pro- *Instituto de Zoología “Ernst F. Kilian”, Universidad Aus- tral de Chile, Casilla 567, Valdivia, Chile. ABSTRACT New fish samplings in the Desventuradas Islands (San Félix and San Ambrosio) showed three species of the Family Serranidae living in their littoral waters: Caprodon longimanus (Giinther, 1859), Hypoplectrodes semicinctum (Valenciennes, 1833) and Trachypoma macracanthus Ginther, 1859. The second species is known from these islands, but the other two are new records. C. longimanus has a wide distribution in the Pacific, with previous records in Juan Fernandez archipelago and Easter Island and is not a surprise the finding in Desventu- radas Islands. Meanwhile, 7. macracanthus is known from Easter Island, New Zealand and Australia, but never recorded in coastal South America, being this new record other icthyogeographic link between Desventuradas Islands and Polynesia. A. semicinctum is known from the Juan Fernandez archipelago, but unknown from coastal South America. Doubts about its presence in Easter Island are weaker, after this record. In relation to the Family Serranidae, Desventuradas Islands show a major affinity with the western Pacific Ocean than the South America coastline. KEYWORDS: Fishes. Serranidae. Chile. ducto de avances en la sistemática, como en el aumento del número de taxa. Este conocimiento ha abierto vías para numerosos estudios posibles en este mismo terreno de la ordenación sistemática de los peces de Chile y en asuntos de probables relacio- nes de parentesco, distribución geográfica y otros (Pequeño, 1989). Los autores han dispensado especial interés a problemas básicos de distribución geográfica, como un camino en busca a una explicación de por qué 23 están en Chile las especies que hoy conocemos. En el recorrer de tal camino, las relaciones de la ictio- fauna marina con otras regiones del océano Pacífico resultan clave. En tal sentido, los peces de las islas oceánicas juegan un rol muy importante, pues po- drían explicar en parte la distribución, al tener una presencia más o menos continua en ese vasto océa- no. Uno de los conjuntos insulares más desconoci- dos ictiológicamente son las Islas Desventuradas, constituidas principalmente por las islas San Félix y San Ambrosio, más dos pequeños islotes práctica- mente inaccesibles, conocidos como Islote Gonzá- lez e Islote Catedral de San Petersbourgh o simple- mente Islote Catedral, respectivamente. El conjun- to seencuentra emplazado aproximadamente en 25% 15” S y 80 7” W (Bahamonde, 1966) (Fig. 1). Iquique E Islas Desventuradas Coquimbo 309 Arch. Juan Fernández IAS 909 eos 709 FiGUuRA 1. Emplazamiento geográfico de las Islas Desventura- das. La isla más occidental es San Félix y se ubica aproximada- mente a diez millas de San Ambrosio. Por otro lado, hay familias de peces que habitan tanto en las costas occidentales, como en las orien- tales del Pacífico y nunca han sido analizadas en su perspectiva taxonómica y biogeográfica. Tal es el caso de la familia Serranidae que constituye, según la mayoría de los ictiólogos, parte importante de la base desde la cual surgen los demás componentes del gran orden Perciformes y, en Chile, tampoco ha sido revisada en su conjunto. Dada la importancia de la familia y su abundancia y diversidad en el Pacífico occidental, es necesario conocer su representatividad en las islas oceánicas más orien- tales del Pacífico sur. Hasta ahora, las Islas Desven- 24 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 turadas han mostrado muy escasa relación con la ictiofauna de Chile continental sudamericano (Bahamonde, Op. Cit., Sepúlveda, 1987) y los auto- res de esta contribución han supuesto que esta situación debería prevalecer en cuanto se refiere ala Familia Serranidae. MATERIALES Y METODOS Se hicieron capturas de peces litorales en San Ambrosio y en San Félix, entre 1992 y 1994, prin- cipalmente con línea de mano. También se extraje- ron aquellos ejemplares que entraron en trampas para atrapar “langostas”, Jasus frontalis (H. Milne- Edwards, 1837). Las capturas fueron a una profun- didad máxima de 20 m. Los peces fueron fijados en formalina al 10% y almacenados en envases plásti- cos adecuados, para ser trasladados hasta el labora- torio en Valdivia, donde fueron puestos en alcohol etílico de 70”. Las especies se determinaron taxonó- micamente mediante el uso de literatura especiali- zada (Gúnther, 1859; Steindachner, 1875 y 1898; Jordan y Eigenmann, 1890; Mann, 1954; Katayama, 1960; De Buen, 1959 y 1961; Heemstra y Ander- son, 1983; Kharin y Dudarev, 1983; Anderson y Heemstra, 1989). Las mediciones se hicieron en mm utilizando ictiómetro y pie de metro con precisión de 0,05 mm, siguiendo las normas de Hubbs y Lagler (1958). También se consultaron colecciones de referencia del Museo Nacional de Historia Natural (MNHNC) y del Museo del Instituto de Zoología de la Univer- sidad de Concepción (IZUC). Otras abreviaturas usadas en el texto se refieren a la longitud estándar (LE) y longitud de la cabeza (LC). Los antecedentes sobre los ejemplares analiza- dos se entregarán oportunamente, según se vaya realizando la entrega de los Resultados. RESULTADOS El análisis de los peces de la familia Serranidae provenientes de las Islas Desventuradas arrojó la siguiente cCOMposición taxonómica: Género Caprodon Temminck y Schlegel, 1843 Caprodon longimanus (Gúnther, 1859) Género Hypoplectrodes Gill, 1862 Hypoplectrodes semicinctum (Valencien- nes, 1833) Género Trachypoma Ginther, 1859 Trachypoma macracanthus Gúnther, 1859 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Sólo la segunda especie señalada ha sido descri- ta para las Islas Desventuradas (Anderson y Heemstra, 1989). Las otras dos constituyen nuevos registros. Caprodon Temminck y Schlegel, 1843 De acuerdo con Kharin y Dudarev (1983), la diagnosis del género es la siguiente: “Cuerpo elongado, fuertemente comprimido, moderadamente alto. Boca grande, protráctil. Mandíbula superior sin hueso suplementario. Hay 1 a3 caninos grandes en la parte anterior de las mandíbulas, arriba y abajo. Además, hay también una hilera de dientes caninos en el maxilar y en el dentario. Los dientes son pequeños, villiformes y forman bandas sobre las mandíbulas, lengua, palatino y mesopterigoides. El grupo de dientes sobre el vómer tiene forma romboidal. Sobre los infrabitales segundo y tercero hay una proyección suborbital bien notoria. Opér- culo con 2 a 3 espinas; el preopérculo es, como norma, finamente dentellado. Las branquispinas son largas y delgadas. Aleta dorsal con 10 espinas y 192 21 radios blandos. Aletas pectorales largas, con radios blandos ramificados. La aleta caudal puede ser de tres formas: 1) Con o sin una débil escotadura, 2) con una profunda escotadura media y 3) con notorias escotaduras en la parte de arriba y de abajo, mientras los radios centrales son más largos. Origen de las aletas pélvicas ligeramente por detrás del nivel de la base de las pectorales. La línea lateral forma una curva normal (no forma un ángulo bajo los últimos radios de la aleta dorsal). Escamas pequeñas, débilmente dentelladas. La cabeza, apar- te de los labios y de la nuca, está densamente cubierta por escamas. Hay 26 a 27 vértebras y 8 ciegos pilóricos. Caprodon longimanus (Gúnther, 1859) (Fig. 2). Anthias longimanus Gúnther, 1859: 94, pl. 7, Fig. B (Localidad tipo sin especificar, la descrip- ción indica mares Índicos o Australianos). Quijada, 1913: 20 (Catálogo). FIGURA 2. Caprodon longimanus, IZUA-PM-1664. Pseudanthias longimanus Gill, 1893: 116 (Refe- rencia). Caprodon longimanus Fowler, 1943: 79 (Catálo- go); Boulenger, 1895: 315 (Catálogo, Juan Fernández); Steindachner, 1898: 283 (Descripción); Delfín, 1901: 50 (Referen- cia); Rendahl, 1921a: 50 (Referencia); Mann, 1954: (Clave, figura); De Buen, 1959: 42 (Lista); Kharin y Dudarev, 1983:20-25(Mor- fometría, taxonomía); Francis, 1988: 26 (Guía, características, fotografía); Paulin et al.,1989: 176 (Clave); Paxton et al., 1989: 504 (Catálogo); Pequeño, 1989: 59 (Lista); Meléndez et al.,1993: 129-130 (Catálogo). Cuerpo fusiforme, bien comprimido, su altura máxima entre el 27 y el 35 % de la LE. Cabeza aproximadamente entre el 27 y el 30 % de la LE, su extremo posterior por detrás del nivel de implanta- ción de las aletas pectorales; opérculo bien escama- do, con dos espinas notorias en el ángulo, la inferior de tamaño más pequeño y otra espina, que no emerge, está cubierta parcialmente porel ángulo del preopérculo; preopérculo bien escamado, con bor- de finamente aserrado que, en su brazo inferior, alcanza hasta el nivel del centro del ojo. Espacio interorbital ancho, escamado, aproximadamente 6 a 9 % dela LE. Distancia preorbital aproximadamen- te 6,7 a 8,4 % de la LE y alrededor del 25 al 30 % de la LC; distancia postorbital alrededor del 11 al 16 % de la LE y de 39 al 53 % en la LC. Sector nasal escamado, hasta el reborde que limita con los premaxilares. Boca de perfil oblicuo, con maxilar escamado; longitud maxilar más premaxilar aproxi- madamente 11 al 13 % de la LE y entre 39 y 45 % de la LC; ambos no alcanzan más atrás del borde posterior del ojo. Superficie inferior del dentario escamada. Premaxilar con dos caninos en su por- ción más anterior, los cuales son seguidos de una agrupación de dientecillos villiformes hacia atrás. Dentarios con un canino a cada lado, como contra- partida de los caninos premaxilares, también están seguidos de una agrupación villiforme. Los denta- rios también presentan otros dos caninos más atrás, inclinados en sentido caudal; la banda de dientes villiformes de los dentarios se extiende hasta casi su límite posterior, aesa altura bien cubierto por la cara interna de los maxilares. Palatinos dentados; vómer con una agrupación de dientes villiformes con for- ma romboidal, mientras que la lengua presenta dientes similares en tamaño, pero en forma más ovalada. Membranas branquiostegales sinescamas, se cuentan seis radios branquiostegales. Diámetro 25 orbital entre 5,8 y 8,3 % dela LE y aproximadamen- te 20 al 28 % de la LC. Distancia predorsal entre el 28 yel31 % dela LE, aproximadamente. Base de las dos aletas dorsales entre el 57 y el 64 % de la LE, muestra una abundante escamación en toda su lon- gitud; primera espina de la dorsal más pequeña, la tercera la mayor; la primera dorsal se inicia ligera- mente por detrés del nivel posterior de la cabeza y de laimplantación de las pectorales, mientras que el término de la segunda dorsal con los radios apega- dos contra el cuerpo no alcanza al inicio de los radios caudales. Base de la anal entre el 16 y el 20 Jo de la LE, también provista de escamas a su largo y con tres espinas, de las cuales la segunda es notoriamente mayor; esa aleta se inicia ligeramente por detrás del nivel de inicio de la dorsal blanda y su último radio se implanta ligeramente por detrás del nivel medio de la dorsal blanda. Distancia preanal aproximadamente 59 al 66 % de la LE. Aletas pectorales largas, aproximadamente entre el 29 y el 37 % de la LE, apegadas contra el cuerpo alcanzan ligeramente más atrás que el nivel de la primera espina anal y su forma es peculiar, pues tienen un fuerte declive desde el extremo de su primer radio superior hasta los radios centrales. Aletas pélvicas implantadas ligeramente por detrás de la implanta- ción de las pectorales, miden entre el 16 y el 20 % de la LE y presentan entre las bases de ambas un escudete escamado. Aleta caudal relativamente gran- de, alrededor del 25 % de la LE, presenta el lóbulo superior un poco más grande que el inferior y una escotadura variable, dependiendo aparentemente del tamaño del pez: en los más pequeños más profunda y en los mayores mostrando una caudal sólo ligeramente escotada. Pedúnculo caudal firme, escamado hasta la base de los radios caudales, mide entre el 8 y el 10 % de la LE. Línea lateral suave- mente curvada, con 59 a65 escamas. Branquispinas en el primer arco, 6 a 9 en la rama superior; 22 a 26 en la rama inferior, variando el total entre 30 y 34 branquispinas. D.X,19-20; A. IIL, 7-8;P. 16-18. Color: En fresco, el cuerpo es de color rosado algo violaceo, incluyendo las aletas dorsales. La caudal de color más pálido. La cabeza también rosada-violacea, pero con tintes anaranjados en la región bucal y nasal, así como en las piezas operculares. Esclerótica del ojo con igual viso ana- ranjado. Aletas pectorales y anal con el mismo color anaranjado, más marcado hacia el sector basal de cada una. Luego de fijados en formalina al 10 % y 26 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 traspasados a alcohol etílico de 70%, los colores se pierden y los ejemplares quedan de un color amari- llento suave, parejo. Distribución: Archipiélago de Juan Fernández (Steindachner, 1898; Quijada, 1913; Rendahl, 1921a; Mann 1954; Sepúlveda y Pequeño, 1985; Meléndez et al., 1993), Islas Desventuradas (Meléndez et al., 1993); Isla de Pascua (Randall y Cea-Egaña, 1984), Islas Hawaii (Midway Island), Mar de Tasmania, Chile (Kharin y Dudarev, 1983), Austral subtropical (Parin, 1991), Islas Kermadec, Nueva Zelandia (Francis, 1988); Nueva Zelandia (Paulin etal., 1989); Australia de aguas temperadas, Pacífico Indo-occidental (Paxton et al.,1989). Material examinado: La descripción prece- dente se basó en los siguientes 8 especímenes pro- venientes de las Islas Desventuradas: MNHNC-6209, 2 ejs., 193 y 202 mm LE, 6 sept., 1960, San Félix. MNHNC-6194, 1 ej., 189 mm LE, 19 sept., 1960, San Ambrosio. IZUA-PM-1664, 4 ejs., 191 a 258 mm LE, 20 oct.,1991, San Félix. IZUA-PM-1640, 1 ej., 212 mm LE, marzo 1992, San Ambrosio. Además se revisaron los siguientes especímenes: IZUC-43609, 1 ej., 225 mm LE, 9 abril 1967, Arch. Juan Fernández. IZUC-4320, 1 ej., 214 mm LE, 4 febr. 1967, Arch. Juan Fernández. IZUA-PM-1431, 1 ej., 284 mm LE, 18 sept.,1991, Isla de Pascua. IZUA-PM-1665, 2 ejs., 184 y 188 mm LE, 24 mayo 1992, Isla de Pascua. Hypoplectrodes Gill, 1862. De acuerdo con Anderson y Heemstra (1989), el género se distingue por lo siguiente: “27 a 28 vértebres (generalmente 27, muy rara vez 26), tres huesos predorsales, 17 radios caudales principales (15 ramificados); una a tres espinas antirostrales en el borde inferior preopercular; supramaxilar típica- mente presente y maxilar sin escamas”. Hypoplectrodes semicinctum (Valenciennes, 1833) (Fig. 3). Plectropoma semicinctum Valenciennes, 1833: 442 (Localidad tipo Islas de Juan Fernández); Guichenot, 1848: 153 (Descripción); Giin- ther, 1859: 160 (Mención); Steindachner, Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 1875: 448 (Registro); Quijada, 1913: 20 (Catálogo) Gilbertia semicincta Jordan y Eigenmann 1888: 347 (Referencia, sinonimia); Boulenger, 1895: 307 (Referencia); Steindachner, 1898: 282-283 (Descripción); Delfín, 1901: 64 (Catálogo); Rendahl, 1921a: 55 (Registro, morfología); Fowler, 1943: 74-75 (Catálo- g0); Mann, 1954: 68 (Mención, clave); De Buen, 1959: 42 (Lista); Sepúlveda y Peque- ño, 1985: 88 (Lista); Pequeño, 1989: 59 (Lista). Hypoplectrodes semicinctum Anderson y Heemstra, 1989: 1010-1016 (Redescripción, taxono- mía); Melendez et al.,1993 (Catálogo). Scopularia rubra De Buen, 1959 (Descripción, figura); Yáñez- Arancibia, 1975: 35 (Distri- bución); Sepúlveda y Pequeño, 1985: 88 (Lista); Sepúlveda, 1987: 238 y 241 (Lista); Ellerkeldia huntii Paulin et al., 1989:175 (Clave, esquema). Ellerkeldia rubra (non De Buen) Pequeño, 1989: 59 (Lista); Randall y Cea-Egaña, 1984: 6(Men- ción). Ellerkeldia semicincta Sepúlveda, 1987: 241 (Lis- ta). FiGURA 3. Hypoplectrodes semicinctum, IZUA-PM-1161; A, vista lateral; B, vista exterior de la región cefálica, con la boca abierta y C, perfil del preopérculo. La revisión de Anderson y Heemstra (1989) entrega una clara descripción de la especie. Sin embargo, en base a nuestros ejemplares considera- mos conveniente enriquecer los datos, entregando algunas cuantificaciones y observaciones adiciona- les. Cuerpo alto, 33 al 38 % en la LE. Cabeza grande, entre 38 y 46 % de la LE; diámetro orbital horizontal 7 a 9 % de la LE y 19 al 25 % en la LC; distancia preorbital 7 a 15 % de la LE y 31 al 36 % de la LC; distancia postorbital 19 al 24 % de la LE y 47 al64 % de la LC; rama superior del preopérculo alcanza el nivel del borde orbital inferior, mientras que la rama inferior no alcanza el nivel del borde anterior de tal órbita; el preopérculo posee dentelladuras en su borde superior, que se van haciendo más ásperas y fuertes a medida que des- cienden, para terminar presentando tres espinas cuyas puntas se dirigen hacia adelante, éstas últimas en el borde preopercular inferior; opérculo alcanza justo al nivel de la inserción de las aletas pectorales y presenta tres espinas en su sector angular. Espacio interorbital menor que el diámetro orbital. Borde posterior del maxilar alcanza al centro del ojo. Maxilar y premaxilar sin escamas, la longitud de ambos alrededor del 17 al20 % dela LE. Premaxilar con dientes villiformes, en su sector anterior se agrupan en amplia superficie, destacando en la parte aún más anterior dos a tres dientecillos más alargados, agudos. Dentario con dientes villiformes, destacando dos caninos por lado, aproximadamente en la mitad del hueso. Estos últimos dientes se observan un poco mayores que los señalados para el premaxilar. Vómer con dientes villiformes que se disponen como letra “v”. Palatinos dentados en delgada superficie. Lengua sin dientes. Base de las aletas dorsales 50,8 al 58,1 % de la LE; base de la porción espinosa ligeramente menor que aquella de la porción blanda; la quinta o la sexta espina es la más larga, pero la porción blanda es, en general, un poco más alta que la espinosa y apegada contra el pedúnculo caudal limita justamente con el inicio de los radios caudales. La primera espina dorsal se inserta a nivel de la base de las aletas pectorales, ligeramente por detrás del nivel posterior de la orejuela opercular. La base de la aleta anal mide entre el 13 y el 19 % de la LE y se inicia a nivel de la inserción del primer radio dorsal, pero termina antes que el término de la base de aquella; la segunda espina anal es claramente más larga que las otras dos. Pectorales apegadas contra el cuerpo miden entre el 25 y el 28 % de la LE y se extienden un poco más atrás que el nivel del ano, alcanzando el de inserción de la primera espina de la anal. Pélvicas insertas por detrás del nivel de inserción de las pectorales, más cortas que ellas, su extremo posterior tampoco las excede en el sentido caudal. Altura mínima del pedúnculo caudal entre el 10 y el 13 % de la LE. Línea lateral bastante curvada por encima de las aletas pectorales, alcanza su mayor curvatura cerca de las espinas centrales de la prime- ra aleta dorsal y presenta entre 48 y 52 (Promedio 2) 49,5; n= 6). Aleta caudal ligeramente redondeada. Branquispinas cortas, gruesas, en la rama ascen- dente del primer arco branquial se cuentan entre 2 y 3 branquispinas ubicadas más cerca del ángulo de la rama y 3 a4 mamelones, hacia la parte superior; la rama inferior presenta entre 8 y 11 branquiespinas, siendo generalmente más larga la ubicada en el ángulo y 3 a 5 mamelones. D.XaXI-19a20; A. III, 7-8; P. 15-16 Color: Sector anterior premaxilar con banda anaranjada oscura que se prolonga hacia las órbitas. Dentario con manchas del mismo color, que tienden a formar una unidad cromática con aquellas de la mandíbula superior. Con bandas menores, irregula- res, entre el sector nasal y el interorbital. Alrededor de seis bandas irregulares, del mismo color, longi- tudinales y algo paralelas sobre el preopérculo, continuándose hacia el dorso de la cabeza. Opércu- lo con manchas irregulares café claras. Dos bandas verticales, muy juntas, descienden desde el sector predorsal hacia el opercular. Desde el nivel de las primeras espinas dorsales hasta el pedúnculo cau- dal, siete bandas más oscuras, que descienden hasta poco más abajo de la línea media lateral longitudi- nal del cuerpo. Vientre de color claro parejo. Una banda anaranjada oscura en el sector anterior de las aletas pélvicas. Pectorales claras, su base con tonali- dad café suave. Anal con una banda anaranjada oscura en la porción cercana a su base. Caudal más clara que el resto. Membranas branquiostegales claras. Distribución: Juan Fernández (Valenciennes, 1833; Steindachner, 1898; Rendahl, 1921a; Fowler, 1943; Mann, 1954; De Buen, 1959; Sepúlveda y Pequeño, 1985; Sepúlveda, 1987; Anderson y Heemstra, 1989; Islas Desventuradas (Anderson y Heemstra, 1989; Meléndez et al.,1993); Isla de Pascua (Yáñez-Arancibia, 1975; Randall y Cea- Egaña, 1984). Material examinado: La descripción prece- dente se hizo en base a los siguientes especímenes: IZUC-2768, 1 ej., 150 mm LE, 31 agosto 1962, San Félix; IZUC-4309, 1 ej., 163 mm LE, 9 abril 1967, Juan Fernández. MNHNC-6083, 1 ej., 160 mm LE, 11 sept. 1960, San Félix; IZUA-PM-1024, l ej., 198 mm LE, 5 febr. 1985, Isla Robinson Crusoe; IZUA-PM-1160, 1 ej., 89 mm LE, 18 febr. 1985, Isla Robinson Crusoe; IZUA-PM- 1161, 1ej..99 mmLE, 6febr. 1985, Isla Robinson Crusoe. 28 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Un ejemplar más, IZUC-H-2991, recolectado por O. Wilhelm y determinado por A. Hulot (en 1963) como Scopularia rubra De Buen, 1959, fue estudiado, confirmándose que se trata del mismo ejemplar dibujado por Yañez-Arancibia (1975). La etiqueta indica: “presumido Isla de Pascua”. Trachypoma Ginther, 1859 De acuerdo con Ginther (1859), el género se distingue por las siguientes características: “Siete branquiostegales. Dientes en bandas villiformes, sin dientes caninos; dientes sobre los huesos palatinos; lengua lisa. Una dorsal, con doce espinas; la anal con tres. Opérculo con puntas moderadas; preopérculo con dientes espinosos en su brazo infe- rior, dirigidos hacia adelante. Escamas pequeñas. Número crecido de ciegos pilóricos (13)”. Trachypoma macracanthus Gúnther, 1859 (Fig. 4). Trachypoma macracanthus De Buen 1961: 29-30 (Descripción); Yáñez-Arancibia, 1975: 35 (Distribución); Randall y Cea-Egaña, 1984: 9 (Lista); Rendahl, 1921b: 63-64 (re- gistro, descripción); Allen et al., 1976: 396 (Registro, distribución); Sepúlveda, 1987: 238 (Lista); Paulin et al., 1989: 174 (Clave, figura); Paxton et al., 1989: 500 (Catálogo); Pequeño, 1989: 60 (Lista); Meléndez et al., 1993: 131 (Catálogo). FIGURA 4. Trachypoma macracanthus, IZUA-PM-1728 ; A, vista lateral; B, perfil del preopérculo y C, esquema del perfil superior de la cabeza. Cuerpo alto, entre 33 y 40 % de la LE, a nivel de la inserción de las aletas pectorales. Cabeza 41 al 48 Jo de la LE, se extiende notoriamente hasta más atrás de la base de las aletas pectorales y alcanza el Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 nivel de implantación de la tercera a cuarta espinas de la primera aleta dorsal, su orejuela sobresale también con holgura. Distancia postorbital aproxi- madamente el doble de la preorbital, constituye entre el 20 y el 24 % de la LE y entre el 48 y el 55 % delaLC. Distancia preorbital 11 al 13 % dela LE. Opérculo totalmente escamado, con tres espinas en el ángulo superior la central más saliente y aguda. Preopérculo escamado, su borde ascendente alcan- za sólo al nivel del borde inferior de la órbita, mientras que el borde inferior se adelanta hasta el nivel de la mitad del ojo; el borde preopercular es redondeado y provisto de dentelladuras, especial- mente en su zona más angular donde presenta una espina, mientras en el sector inferior presenta dos espinas antirostrales: una aproximadamente en su mitad y la otra en el extremo anterior. Orbita ocular limita con el perfil superior de la cabeza, su diáme- tro constituye entre el 11 y el 13 % de la LE y entre el 26 y el 30 % de la LC. Ancho interorbital aproximadamente la mitad del diámetro orbital. Las narinas anteriores poseen visible brocal membrano- so, mientras que las posteriores caracen de todo vestigio de él. Maxilar más premaxilar alcanzan al nivel medio del ojo y juntos miden entre el 18 y el 21 % de la LE. Premaxilar con dientes villiformes, ocupan una mayor superficie en el extremo anterior y también allí, pero hacia el interior de la boca, alcanzan mayor tamaño. Dientes del vómer son villiformes, en su conjunto con forma de punta de flecha. Palatinos finamente dentados. Dentariotam- bién con dientes villiformes. No hay caninos en ninguno de estos huesos. Lengua lisa. Membrana branquiostegal sin escamas, cuenta con ocho radios branquiostegales. Primera espina de la dorsal, la más corta, mientras que la sexta es la que alcanza mayor longitud. Altura de la dorsal blanda ligera- mente mayor que la porción espinosa. Base de las aletas dorsales entre el 45 y el 58 % de la LE; primera dorsal se inicia ligeramente por delante de la base de las aletas pectorales, pero su última espina se inserta poco detrás del nivel del ano. Dorsal blanda apegada contra el cuerpo no alcanza la base de los radios caudales y su base termina poco más atrás del extremo posterior de la base de la aleta anal. Base de la anal entre el 13 y el 16 % de la LE. Segunda espina anal notoriamente más fuerte que las otras dos. Distancia preanal entre el 64 y el 68 % de la LE. Aletas pectorales redondeadas, entre el 21 y el 25 % de la LE, se insertan bien por delante de las pélvicas y su extremo posterior no supera el extremo posterior de aquellas. Extremo posterior de las aletas pélvicas alcanzan un poco más atrás que el ano; su longitud significa entre el 19 y el 23 % de la LE. Altura mínima del pedúnculo caudal entre el 8 y el 14 % de la LE: Caudal ligeramente redondea- da. Branquispinas de forma variable, existiendo tanto alargadas, como mamelones. En algunos ejemplares las de la rama ascendente del primer arco branquial se presentan cortas y gruesas, mien- tras que en otros son más alargadas y delgadas. En larama ascendente varían entre 1 y 6 branquispinas, más cuatro a cinco mamelones. En la rama inferior varían entre 11 y 15 branquispinas, más 3 a 4 mamelones. Línea lateral alta, separada conrespec- to a las aletas pectorales, presenta una suave curva- tura en su sector anterior, para terminar en forma paralela alos bordes del pedúnculo caudal; presenta entre 49 y 52 escamas tubulares. D. XI-XIH, 13-14; A. IL 5-8; P. 14-17 Color: Los ejemplares preservados en formol presentan una tonalidad pareja, en algunos especí- menes café oscuro, en otros café claro, pero siempre un poco más oscuro en el sector superior de la cabeza, base de las dorsales, aletas pectorales y pélvicas y parte posterior de la caudal. Se observan vestigios de una banda de color más oscuro en el borde de la dorsal espinosa. En los ejemplares más oscuros hay puntitos blancos esparcidos por el cuerpo y las aletas dorsales, en un ejemplar tales puntitos están orlados de negro. Un ejemplar foto- grafiado en Nueva Zelandia se muestra de color anaranjado, con puntitos blancos esparcidos por todo el cuerpo y aletas (Francis, 1988). Distribución: 7. macracanthus fue descrita para Islas Norfolk (Ginther, 1859), pero luego se le ha registrado en Australia y se le considera habitante del sur de Oceanía (Allen et al., 1976; Paxton et al., 1989); Nueva Zelandia (Paulin et al., 1989); Nueva Zelandia e Islas Kermadec (Francis, 1988); Isla de Pascua (Rendahl, 1921b; Wilhelm y Hulot, 1957; De Buen, 1961; Yáñez-Arancibia, 1975; Randall y Cea-Egaña, 1984; Sepúlveda, 1987; Pequeño, 1989). Material examinado: La descripción prece- dente se basó en los siguientes cinco especímenes: IZUC-4431, 1 ej., 148 mm LE, 14 agosto 1972, Isla de Pascua; IZUC-2875, 1 ej., 159 mm LE, año 1963, Isla de Pascua; IZUC-2875, 1 ej., 152 mmLE, año 1963, Isla de Pascua; IZUA-PM-1711, 1 ej., 178 mm LE, 10 Marzo 1992, Isla San Ambrosio; IZUA-PM-1728, 1 ej., 228 mm LE, 19 Sept. 1993, Isla de Pascua. 29 DISCUSION En nuestra más reciente apreciación sobre la composición taxonómica de la Familia Serranidae, hemos contabilizado 24 especies nominales (Pe- queño, 1989). Pero hoy esa cifra es necesariamente distinta, si aceptamos que la Familia Percichthyidae es una entidad aparte, así como sucede con Callanthidae. Sin embargo, aún es necesario asegu- rar la composición taxonómica de Serranidae, to- mando en cuenta que su presencia en las islas oceánicas es evidente y que, con mucha probabili- dad, las especies son diferentes entre el continente sudamericano y las islas más apartadas de él. De allí que este estudio haya circunscrito su campo de acción en la Familia Serranidae sensu stricto y, poreso, hareconocido sólo a tres especies, aunque también se sabe que en las Islas Desventu- radas habitan especies otrora incluidas en Serranidae, como porejemplo Polyprion oxygeneios Schneider, 1801 y Callanthias platei Steindachner, 1898. La presencia de Caprodon longimanus era de esperar, ya que existían registros previos en Juan Fernández y aguas del Pacífico central. Sin embar- go, pese a que se le citó para una zona de pesca que enfrenta a la costa de Chile centro-norte y sur del Perú (Chirichigno et al.,1982), no conocemos re- glstros del sector costero de América del Sur. El encuentro de la especie en las Islas Desventuradas constituye un nuevo registro para la especie. Por lo tanto, interesa también conocer rasgos de morfolo- gía externa. En términos generales, los ejemplares analizados coincidieron muy bien con la descrip- ción original (Giúnther, 1859). En cambio, varias características se mostraron sólo parcialmente so- brepuestas con otras descripciones (Kharin y Dudarev, 1983); por ejemplo, en nuestros ejempla- res coincidieron en proporción de la LE la longitud de la cabeza, distancia preocular, altura máxima del cuerpo, la longitud de la base de las aletas dorsales y la distancia predorsal; pero, comparados con los datos de esos autores, nuestros ejemplares tuvieron diámetro ocular, longitud de la mandíbula superior, longitud de las aletas pectorales y distancia preanal menores, siempre como porcentaje de la LE. En aspectos merísticos, las aletas dorsales y la anal, así como el número de escamas de la línea lateral fueron coincidentes, en tanto que el número de branquispinas fue diferente: en nuestros ejemplares la rama superior del primer arco tuvo 7 a 9, mientras que según Kharin y Dudarev (Op. cit.) tuvieron 9 a 11 y, en la rama inferior, los ejemplares de nuestro estudio tuvieron 22 a 26, mientras que los de Kharin 30 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 y Dudarev mostraron 24 a 29. Estos nuevos antece- dentes sugieren revisar muestras de C. longimanus de diferentes localidades del Océano Pacífico, con el fin de auscultar la mayor firmeza de estas va- riaciones, que podría servir de base para sugerir que existen diferentes poblaciones. En resumen, sobre este hallazgo de C. longimanus, tenemos un nuevo registro para las Islas Desventuradas, ratificando que de las tres especies de Serranidae allí encontra- das, esta es la de más amplia distribución, por su presencia en el Pacífico Norte, en Islas Midway y en el Mar de Tasmania (Kharin y Dudarev, 1983), así como en Nueva Zelandia (Paulin et al. 1989) y Australia (Paxton etal.,1989). Estaespecie ya había sido considerada en un “conjunto de peces estenotermos de aguas calurosas” (Mann, 1954 y 1964), con delimitación de aguas característica- mente oceánicas del Pacífico central, que incluirían a todas las islas oceánicas chilenas, lo cual está de acuerdo con los resultados de este trabajo. En cuanto a Hypoplectrodes semicinctum, nues- tros ejemplares coinciden bien con las descripcio- nes de De Buen (1959) y Anderson y Heemstra (1989). Solamente dos medidas fueron discrepantes: la longitud de la base de las aletas dorsales en nuestros ejemplares significaron entre 50,8 y 58,1 %. de la LE, mientras que Anderson y Heemstra (1989) registraron entre 50,0 y 53,8. Por otro lado, la distancia preanal de nuestros ejemplares estuvo entre 60,3 y 60,9 % de la LE, mientras que aquellos autores registraron entre 65,4 y 73,0 % de la LE. En cuanto a caracteres merísticos, en general son con- cordantes. La especie es endémica de las islas del Pacífico Oriental, pero se ha mantenido la duda referente a la cita para Isla de Pascua (Yañez- Arancibia, 1975) planteada por Anderson y Heemstra (1989), ya que si ha sido capturada en las Islas Desventuradas, en cierta medida se está abar- cando una región que bien permitiría considerar su presencia en todas las islas del Pacífico Sur Orien- tal. Al revisar el espécimen dibujado por Yáñez- Arancibia (1975), no sólo hemos constatado la gran fidelidad del dibujante para con las características del espécimen, sino también hemos constatado que la etiqueta dice: “Pisces. Fam Serranidae. Scopularia rubra de Buen, 1959. 1 ej.:175 mm; presumido Isla de Pascua. Col. O. Wilhelm. Det.: A. Hulot 1963”. Esta etiqueta es importante, por cuanto el recolector era muy meticuloso y, por la fecha, ya había hecho expediciones a Isla de Pascua personalmente, antes que a otras islas. La fecha de la determinación taxonómica por Hulot es otro indicador. Nosotros creemos que el ejemplar pudo ser puesto en duda, en Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 algún momento, pero en relación con ictiofauna de Chile continental sudamericano, en un tiempo en que tal ictiofauna era mucho más desconocida. Pero consideramos que su origen puede ser asignado a Isla de Pascua. Finalmente, Trachypoma macracanthus, cuya captura en las Islas Desventuradas además de ser un nuevo registro para tales islas, es también la locali- dad más oriental conocida para la distribución de la especie. Tal como se señala en los Resultados, 7. macracanthus ha sido capturada en las riberas occi- dentales del Pacífico Sur, pero no en las orientales, razón que invita a convocar a una serie de factores, para reconocer que en las Islas Desventuradas se va perfilando una interesante situación de mayor pare- cido ictiofaunístico con el sector de Oceanía que con América del Sur propiamente tal. Efectivamen- te, de las tres especies de la Familia Serranidae que Í , ( A vd A E A LAZO, Y pool te i % Caprodon longimanus modi al a e Hypoplectrodes semicinctum Ln pS SS O Trachypoma macracanthus e reconocemos para las Islas Desventuradas, dos son comunes con Isla de Pascua (C.longimanus y T. macracanthus), mientras que la tercera (H. semicinc- tum), parece despejar sus dudas sobre lo mismo. Esta última especie aparece como endémica de las islas del Pacífico Sur Oriental, pero no debería descartarse su posible presencia en otras islas más occidentales que Pascua. En todo caso, dos de las especies habitan el Pacífico Sur Occidental (C. longimanus y T. macracanthus), con mayor o me- nor amplitud, pero ninguna ha sido registrada en la costa de América del Sur propiamente tal (Fig. 5). Suponemos que la cita de C. longimanus de Chiri- chigno ef al.(1982) fue hecha en base a los registros de Juan Fernández, pues no conocemos datos de la literatura ni de colecciones, que nos permitan ase- gurar su existencia en el litoral del continente ame- ricano. (a D? WS E EN y - E A pa ') 20 , $ > i $ ¿ a 1 « % 7 Le O a 2 4 en A y pi g as) FIGURA 5. Distribución geográfica de las especies de serránidos de las Islas Desventuradas. AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen la captura y donación de especímenes por el Capt. Alex Wilder, la colabora- ción del Dr. Walter Fischer (FAO, Roma), así como de Jaime Rucabado y Domingo Lloris (Instituto de Ciencias del Mar, Barcelona), del Ministerio de Educación y Ciencia de España, de León Matamala (Instituto de Zoología, Universidad Austral de Chi- le), del Programa Oceanopolítico Integrado (POLI, Armada de Chile) y del Comité Oceanográfico Nacional (CONA) de Chile. Viviane Jerez, Minerva Contreras y Víctor Hugo Ruiz (Universidad de Concepción), prestaron valiosa colaboración en cuanto al estudio de los ejemplares preservados en su Universidad. El Sr. Rodrigo Castillo (Escuela de Biología Marina, Universidad Austral de Chile) realizó los dibujos de los peces. Este trabajo es un resultado parcial del Proyecto S-93-41 de la Uni- versidad Austral de Chile. 31 BIBLIOGRAFIA Allen, G.R., D.F. Hoese, J:R: Paxton, J:E: Randall, B:C: Russell, W:A: Starck II, F:H: Talbot y G:P: Whitley. 1976. Annotated checklist of the fishes of Lord Howe Island. Rec. Austr. Mus., 30 (15):365-454. Anderson, W.D. y P.H. Heemstra. 1989. Ellerkeldia, a junior synonim of Hypoplectrodes, with descriptions of the type species of the genera (Pisces: Serranidae: Anthiinae). Proc. Biol. Soc. Washington, 102 (4): 1001-1017. Bahamonde, N. 1966. Islas Desventuradas. Mus. Nac. Hist. Nat., Chile, Ser. Educ., 6: 1-15. Chirichigno, N., W. Fischer y C.E. Nauen. 1982. 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MORALES””, Y VERONICA AROS” RESUMEN Se estudia la influencia que la distancia filogenética tiene enel hermetismo de sociedades de Camponotus morosus Smith, 1858; Camponotus chilensis Spinola 1851 (ambas pertenecien- tes a la subfamilia Formicinae) y Solenopsis gayi Spinola 1851 (subfamilia Myrmicinae) en nidos artificiales. Se mide el tiempo de latencia de presentación de las siguientes unidades conductuales: exploración antenal, abertu- ramandibular, apercollamiento, levantamiento del gáster, flexión del gáster, movimientos bruscos de retroceso, lucha, transporte y muerte de la intrusa. Los individuos del género Camponotus son herméticos frente a ejemplares del mismo género como a aquéllos de distinta subfamilia. INTRODUCCION En hormigas como en otros insectos —termites, avispas, abejas— las sociedades son consideradas herméticas; es decir, no aceptan individuos de otra sociedad, sea ésta congenérica o no congenérica. Se puede considerar una serie de factores que estarían influyendo en el hermetismo de las sociedades. Experimentalmente Lenoir y Provost (1986) de- “Proyecto FONDECYT 92-0959 y Fondo Investigación y Desarrollo Universidad Mayor. “Laboratorio de Zoología y Etología. Facultad de Ciencias Silvoagropecuarias. Universidad Mayor. Camino La Pirámide 5057, Huechuraba, Santiago. “Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias. Universi- dad de Chile. Casilla 2 (15), Santiago, Chile. ABSTRACT The influence of phylogenetic distance over the interactions between individuals of the same or different species in societies of Camponotus morosus Smith 1858, Formicinae; Camponotus chilensis Spinola 1851, Formicinae and Solenopsis gayiSpinola 1851, Myrmicinae, was studied in artificial nests in a laboratory setting. The nests were collected in the region of Los Andes (Central Chile). The time latency in the presentation of the following behavioral units was measured: antennal exploration, mandibular opening, snatching, dorsal or ventral abdominal flexion, abrupt retreat movements, fight, expulsion and killing of the intruder. Closureis observed inindividuals ofthe genus Camponotus in front of individuals of the same genus as in front of those of different sub-family. KEYWORDS: Hermetismo. Formicidae. Camponotus. Solenopsis. mostraron que individuos de otras colonias ho- moespecíficas, pueden ser tolerados en el área de encuentro o forrajeo, pero no se les permite penetrar al interior del nido, ni participar en la vida social. También es importante considerar dentro de los factores del hermetismo, la edad de la intrusa. Nowbahari y Lenoir (1984) observaron que existe mayor tolerancia hacia las crías y estados juveniles que hacia los adultos. Según Jaisson (1985), ésto sería posible porque los individuos jóvenes no ha- brían aprendido aún las características olfatorias de su grupo y además, no tendrían todavía el olor distintivo de su colonia. De Vroey y Pasteels (1978) indican que las conductas fuertemente agresivas entre sociedades homoespecíficas, parecen ser propias de subfamilias filogenéticamente más primitivas, tales como 33 Ponerinae. En cambio, Ipinza et al. (1991 y 1994), difieren del planteamiento anterior, ya que sus ob- servaciones establecieron que Camponotus morosus, filogenéticamente evolucionada, presenta conduc- tas agresivas frente a otras sociedades homoespecí- ficas. Consideramos que este último factor sería interesante abordar a fin de determinar la importan- cia que las diferencias genéricas tienen frente al hermetismo de sociedades de hormigas, bajo el supuesto que individuos del mismo género son más cercanos filogenéticamente que individuos de dife- rente subfamilia. MATERIALES Y METODOS Se recolectaron 50 a 60 individuos de cuatro sociedades: una sociedad correspondiente a Camponotus morosus, Smith, 1858, perteneciente a la subfamilia Formicinae; una sociedad de Camponotus chilensis, Spinola, 1851, pertenecien- te a la misma subfamilia que la especie anterior; y dos sociedades de Solenopsis gayi, Spinola, 1851, que pertenece a la subfamilia Myrmicinae. Este muestreo se llevó a cabo en una zona de matorral precordillerano, específicamente en San Carlos de Apoquindo. Las hormigas se mantuvieron en nidos artificia- lesen el laboratorio de Zoología consistentes en una caja plástica transparente de 9x 9x9 cm, con su tapa correspondiente (área de residencia o nido propia- mente tal) y otra caja transparente de 35 x 20 x 10 cm con tapa (área de encuentro o forrajeo), conec- tada a la anterior por una manguera de 30 cm de largo. Además, el nido contó con una fuente de agua consistente en una caja plástica de 9x 9 x 9 cm, en cuyo interior se deposita agua que sube por capila- ridad a través de una esponja al piso del nido en cuestión, al cual se encuentra conectado por una malla con espacios de 0.3 mm. de diámetro. La dieta artificial consistió en pulpa de manzana adicionada de miel y trozos de carne de pollo (Dejean, 1986; Ipinza et al., 1991). La temperatura ambiental se mantuvo en 20*C + 22C; y la humedad relativa entre 45%-50%. Las doce horas de luz se proveyeron con tubos fluorescentes y difusores blancos (Cosens y Toussaint, 1985). Después de tres semanas de permanencia en el laboratorio de las hormigas en estudio, período considerado suficiente para la adaptación, se trans- firieron 10 hormigas obreras que fueron designadas intrusas, de una en una, a los nidos residentes. Las transferencias se realizaron transportando 34 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 hormigas desde los nidos de intrusas hacia nidos de receptoras como se muestra en el siguiente cuadro: TRANSFERENCIAS DE HORMIGAS ENTRE NIDOS Nidos de receptoras Nidos de intrusas S. gayi C. chilensis C.morosus S. gayi + + + C. morosus + + C. chilensis > + Se registró durante dos minutos la reacción de una hormiga residente en contra de cada intrusa transferida, a fin de visualizar la presentación de conductas observadas, en ambiente artificial, al introducir individuos de una sociedad en nidos de otra sociedad (Ipinza ef al. 1991 y 1993). Estas conductas son: exploración antenal (EA), abertura mandibular (AM), apercollamiento (A), flexión del gáster (FG), levantamiento del gáster (LG), movi- mientos bruscos de retroceso (MBR), lucha (L), transporte de la intrusa (TI) y muerte de laintrusa (MD. Con los datos obtenidos se calculó: la distribu- ción de frecuencias de cada unidad conductual para cada una de las transferencias, la distribución de frecuencias de la presentación ordinal de las unida- des conductuales; para la variable tiempo el prome- dio (X) y desviación estándar (DE) en cada unidad conductual; análisis de varianza de Kruskal Wallis (Hollander y Wolfe, 1973) para comparar entre transferencias el tiempo de latencia de presentación de cada unidad conductual. RESULTADOS Y DISCUSION Se observa en la tabla I que todas las formas de transferencia presentan las conductas abertura mandibular y exploración antenal (AM/EA), lo que confirma que se trata de conductas de reconoci- miento como fue señalado en trabajos anteriores (Ipinza et al. 1991 y 1993). Apercollamiento y levantamiento del gáster son conductas que, al igual que la anterior, también se presentaron en la totalidad de las transferencias pero con una frecuencia menor que las anteriores. Solenopsis gayi de un nido enfrentado a Solenopsis gayi de un nido diferente las presentó escasamente, lo que señala la falta de agresividad de esta hormiga respecto de individuos de su misma especie, confir- mado con la no presentación del resto de las conduc- tas en esta transferencia. La lucha es una conducta que se presenta en forma más frecuente en las transferencias ($. gayia Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 TABLA LI. Número de hormigas que presentaron las unidades conductuales en las distintas transferencias Unidades conductuales Tipo de Transferencia EA/AM A FG LG MBR LL, TI MI S. gayi-C. morosus 10 8 4 8 8 4 - 5 S. gayi-C. chilensis 10 10 1 10 8 10 1 3 C. morosus-S. gayi 10 10 8 9 4 9 1 - C. chilensis-S. gayi 10 8 8 8 2 7 = - C. chilensis-C. morosus 10 9 6 10 4 9 - 3 C. morosus-C. chilensis 10 6 =- 6 8 8 - - S. gayi-S. gayi 10 1 =- 2 - - - EA/AM: Exploración Antenal/Abertura mandibular A : Apercollamiento FG : Flexión del Gáster LG : Levantamiento del Gáster MBR : Movimientos Bruscos de Retroceso L : Lucha TI : Transporte de la Intrusa M : Muerte de la Intrusa C. chilensis y C. morosus a S. gayi), de distinta sub- familia como también entre transferencias conge- néricas (C. chilensis a C. morosus y C. morosus a C. chilensis) y no se presenta en la transferencia homoespecífica. Transporte de la intrusa, que consiste en una forma de expulsión de ésta, se presentó sólo dos veces (S. gayia C. chilensis y C. morosus a S. gayi). En cambio la muerte de la intrusa se presentó 11 veces y fue en dos transferencias entre distintas subfamilias (C. morosus y C. chilensis frente a S. gayi) y también al introducir C. chilensis a un nido C. morosus, lo que confirma la fuerte agresividad de esta última (Ipinza et al. 1991 y 1993). Respecto del orden de presentación de los even- tos conductuales (Tabla IT), lo más frecuente es que se presenten conductas hasta en un quinto orden, pocos individuos presentan conductas en un sexto o séptimo orden. Destaca en esta tabla que la primera conducta es EA/AM con excepción de la transferencia C. chilensis a S. gayi en que hubo una hormiga que primero manifestó apercollamiento y otra que en primer lugar mostró flexión del gáster. En segundo lugar la conducta más frecuente fueron los movimien- tos bruscos de retroceso (C. morosus y C. chilensis frente a S. gayi) y entre ambas congenéricas. Un segundo lugar de importancia también lo ocupan el apercolla- miento y el levantamiento del gáster. También la lucha se manifestó en segundo lugar en tres casos. En tercer orden las conductas más manifiestas son apercolla- miento y levantamiento del gáster. En cuarto y quinto lugar la lucha es el evento más frecuente. La muerte de la intrusa se empieza a manifestar a nivel de un cuarto orden, siendo esta conducta la más frecuente en ocupar el sexto lugar junto con la lucha y la única observada en el séptimo orden en las transferencias anteriormente indicadas. TABLA Il. Frecuencia de presentación según orden de aparición de las unidades conductuales en las diferentes transferencias. Orden de Aparición 1 2 3 4 5 6 7 Transfer. EA/AM A FGEAAM A FG LG MB L A FG LG MB LEA/AM A FG LG MB L M A FG LG MB L M FG LG MB LT M M Sg.aCA. 10 2d ad DIS 02 3 IA A 10992 1 2h S.g.aCch 10 3 1.6 5 4 1 2 10 5 DEIA 1 1 1 CaaSg. 10 SEI ll DO 3 1 13 DA AA ol 1 CAS Ll INES 2: 982 MUA 5 1 1 DL 2 C.ch.aCa. 10 1 GE lA eZ 2 ISA NL MM A 1 C.a.aC.ch. 10 2 IAS 2 4 3 3 1 2 S.g.aS.g. 10 1 1 SPA Exploración Antenal/Abertura Mandibular : Apercollamiento se : Flexión del Gáster LG : Levantamiento del Gáster MB : Movimientos Bruscos de Retroceso 1É, : Lucha T : Transporte de la Intrusa M : Muerte de la Intrusa 35 En relación al tiempo de presentación de los eventos conductuales (Tabla III) EA/AM muestran una media de 2,0 segundos en la transferencia C. morosus a $. gayi hasta 17,8 segundos en la trans- ferenciaS. gayiaS. gayi. Se observa que C. Morosus y C. chilensis reaccionan rápidamente frente a la introducción de S. gayi, lo que se repite cuando se enfrentan las primeras entre sí. Ipinza et al, (1994) observaron que C. morosus también muestra un bajo período de latencia de los eventos conductua- les frente a individuos homoespecíficos. Por otra parte, existe una alta variabilidad, evidenciada con los valores de las desviaciones estándar, tanto en las transferencias congenéricas como entre subfamilias. El resto de las unidades conductuales para las dife- rentes transferencias también presentan la caracte- rística de ser altamente variables, lo que determinó Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 que se usara la prueba de Kruskal Wallis para la comparación de valores promedios. El resultado de las distintas comparaciones indicó que la única conducta que presentó diferencias significativas fue la combinación EA/AM. Esta conducta presentó un mayor tiempo de latencia en la transferencia C. chilensis aS. gayicomparada con el resto, observán- dose que lo mismo ocurre con la transferencia S. gayi a S. gayi respecto de las otras formas de transferencia. CONCLUSIONES El evento conductual más frecuente y que a la vez se presenta en primer lugar, tanto en transferen- cia homo como heteroespecíficas, fue exploración antenal asociada a abertura mandibular. TABLA III. Tiempo (seg.) de presentación de las unidades conductuales en las diferentes transferencias. Unidades conductuales Tipo de transferencia EA/AM A LG FG MBR IL, MI XD.E. X D.E. X D.E. X D.E. X D.E. X D.E. X D.E. S. gayi a C. morosus 2,8 (1,2) 2,8 (28,9) 48,2 (32,1) 24,9 (34,6) 21,7(26,1) 38,2 (39,9) 49,6 (38,3) S. gayi a C. chilensis 2,6 (2,1) 22,2(25,7) = - 33,7 (24,5) 19,5(25,9) 38,8 (32,7) 65,0 (42,1) C. morosus a S. gayi 2,0 (1,2) 32,7(27,0) 38,0(35,3) 27,3(23,9) 39,5 (33,1) 54,9 (31,4) == C. chilensis a $. gayi 15,6(19,3) 37,5(29.0) 17,6(16,5) 43,9(26,5) 70,0 (15,5) 51,6(29,3) == C. chilensis a C. morosus 3,0 (1,7) 29,7 (23,4) 35,5(38,0) 18,1 (16,5) 16,0 (12,7) 19,8 (15,1) 96,3 (17,9) C. morosus a C. chilensis 2,7:(1,5) 26,8 (22,3) = ME 18,0 (7,0) 37,2 (33,4) 35,7(34,7) = - S. gayi a S. gayi 17,8 (12,3) = - = - 63,5 (47,4) - - = - = - Xx z Media aritmética D.E. : Desviación estándar EA/AM Exploración Antenal/Abertura Mandibular A : Apercollamiento LG . Levantamiento del Gáster FG E Flexión del Gáster MBR Movimientos Bruscos de Retroceso L z Lucha MI z Muerte de la Intrusa Considerando la frecuencia de presentación de las unidades conductuales S. gayi se manifiesta como no hermética frente a individuos de su propia especie; en cambio, C. morosus y C. chilensis, son especies herméticas frente a individuos de cada una de ellas entre sí, como también son herméticas frente a individuos de $. gayl. BIBLIOGRAFIA Cosens, D. y Toussaint, N. 1985. An experimental study of the foraging strategy of the wood ant Formica aquilonia. Animal Behaviour 33: 541-552. Dejean, A. 1986. Etude du comportement de predation dans le genre Strumigenys (Formicidae-Myrmicinae). Insectes sociaux 33(4): 388-405. De Vroey, C. y Pasteels, J.M. 1978. Agonistic behavior of Moyrmica rubrica L. Ins. Soc. 25: 247-265. 36 Hollander, M. y Wolfe, D. 1973. Non parametric statistical methods. John Willey $ Sons. New York. Ipinza, J.; Lucero, A. y Morales, M. A. 1991. 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Autó- noma Barcelona y S.F.E.C.A. pp: 457-461. Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 37-42, 1996 EFECTOS DEL FLORECIMIENTO DEL ARBUSTO CHUSQUEA QUILA KUNTH (POACEAE) SOBRE LA DEMOGRAFIA DE POBLACIONES DE ROEDORES DE LOS BOSQUES TEMPLADOS FRIOS DEL SUR CHILENO Flowering effects of the shrub Chusquea quila Kunth (Poaceae) on demography of rodent populations of the temperate rain forest in Southern Chile R. MURUA,' L. A. GONZALEZ”, M. GONZALEZ” Y C. JOFRE" RESUMEN El florecimiento y posterior semillación del arbusto Chusquea quila es un fenómenorecurrente y cíclico en periodos supranuales. La producción estival de semillas de Ch. quila en 1994, medida en el bosque nativo, alcanzó la cifra de 51.3 millones/ha con una viabilidad entre el 76-89%. La enorme cantidad de recursos alimentarios disponibles ha permitido sostener la hipótesis que los aumentos en densidad de roedores(ratadas) estarían compuestas principalmente por es- pecies granívoras del bosque que tendrían una respuesta instan- tánea a la cantidad de recurso. En dos áreas con Ch. quila florecida, en 1994 en el Bosque Experimental San Martín y en 1995 en Peulla (Parque Nacional Vicente Pérez Rosales) se establecieron retículos de 12 x 12m y 10 x 10m respectivamente, con una trampa Sherman por estación durante el otoño-invierno. Se utilizó el método de Captura Marcaje y Recaptura. La densidad se calculó con el índice de Lincoln. En ambas áreas se detectó una explosión poblacional. Esta fue 14 veces más elevada en el mes de abril que en el mismo mes de años previos en San Martín, alcanzando en invierno a 172 animales/ha. En Peulla alcanzó 255 animales/ha en el mes de julio. En San Martín el incremento se produjo por aumento de la especie granívora Oryzomys longicaudatus (85%- 90% de la población total). En Peulla la especie omnívora Abrothrix olivaceus fue un 93% del total colectado. Los individuos adul- tos de O. longicaudatus de la población de San Martín fueron más grandes y pesados (10-50g machos y 13-43g hembras) en cambio A. olivaceus de la población de Peulla los individuos adultos mantienen sus pesos (14g-23.5g en machos y 13.5g - 26.5g en hembras). Hay diferencias también en la proporción de sexos. En San Martín dominan inicialmente (abril) los machos (74,63%) para finalizar sin diferencias (julio); en cambio en la población de Peulla dominan la hembras con un 60,23%. *Instituto de Ecología y Evolución, Fac. de Ciencias, ABSTRACT Flowering and seeding of a Chilean shrub (Chusquea quila) occur in long interannual cycle. The enormous amount of seeds produced (51.3 millions/ha in 1994) provided abundant food resources for granivorous rodent species inhabiting temperate rain forests.This would explain the outbreak of rodents, named locally “ratadas”, that are associated with this cyclic phenome- non. Two areas with flowering of Ch. quila, in 1994 in San Martin Experimental forest and in 1995 in Peulla sector of Vicente Perez Rosales National Park were studied. Two grids of 12x12 and 10x10 traps, one Sherman trap per station were established in San Martin and Peulla, respectively. Abundance was estimated with Capture and Recapture Method. The Lincoln indice was utilized. In San Martin a population increase of 14 times greater was detected than figures found in the month of the peak in previous years. The total of animals collected in winter was 172 animals/ ha in San Martin, whereas in Peulla in one month (july) were collected 255 animals/ha. Ninety percent of the total population collected in San Martin was formed by the granivorous species Oryzomys longicaudatus but in Peulla 93% of the population was the omnivorous species Abrothrix olivaceus both species codominant in these forests. There were also found differences on demographic features in both populations. Animals from San Martin were bigger and heavier with a sex proportion skewed to males (76,63%).In Peulla no changes in weight or sizes were detected in A. olivaceus and sex proportion was skewed to females with a 60,23%. KEYWORDS: Rodents outbreaks. Plant-animal interac- tions. Small mammals populations. Chile. Chusquea quila. **Instituto de Silvicultura, Fac, Cs.Forestales, Universidad Austral de Chile, casilla 567, Valdivia, Chile,S.A. S)1) INTRODUCCION En la zona centro-sur de Chile, extensas super- ficies con bosques nativos son y han sido alteradas y destruidas por causas antrópicas tales como incen- dios y explotación forestal, y en menor grado, por catástrofes naturales. Entre las especies arbustivas que profusamente colonizan estas áreas se encuentran principalmente quila (Chusquea quila Kunth) y coligúe (Chusquea coleou Desvaux), dependiendo de la altitud en la cual se hayan producido estas alteraciones. La bambúcea Chusquea quila en Chile, se distri- buye entre las provincias de Cautín y Chiloé, bajo los 600 msnm aproximadamente (Muñoz, 1980; Hoffmann, 1982). Cuando crece en áreas despeja- das, forma matorrales monoespecíficos impenetra- bles que son comúnmente llamados “quilantales” o “quilantos” (Veblen et al., 1979; Hoffmann, 1982). Su crecimiento vigoroso y exuberante presentando incluso una condición de trepadora facultativa al- canzando hasta más de 20 m de altura (Donoso, 1993; Schlegel, 1993) determina que la regenera- ción de especies arbóreas, principalmente intole- rantes a la sombra, como son las especies de Nothofagus, sean inhibidas en su crecimiento o presenten serias dificultades para establecer su re- generación, lo que complica notoriamente las ope- raciones de manejo del bosque nativo (Medina y Ojeda, 1972). Uno de los rasgos peculiares de esta especie, como de muchas bambúceas, es su prolongado ciclo vital. Ella presenta una floración periódica y grega- ria (sincrónica) y posteriormente muere. Esto signi- fica que un 70 a 90 % de su población florece en una misma temporada en un área relativamente extensa (Schlegel, 1993). No existe un consenso claro en la literatura sobre la periodicidad en que ocurriría cada ciclo y se habla de que las floraciones se presentarían aintervalos de 10 a 30 años aproximadamente (Muñoz, 1980; Schlegel, 1993). Asociados a esos florecimientos cíclicos de la quila, se tienen informaciones anecdóticas y aisla- das, de aumentos incontrolados de especies de roe- dores, asociados alos hábitats de matorral y bosque higrófilo templado, ocurrida después de una flora- ción masiva y fructificación de Chusquea, llegando en algunos casos a constituir plagas en cultivos y sitios de almacenaje. Un caso es el descrito para la especie Oryzomys longicaudatus que multiplica su población en exceso como respuesta a la rica ali- mentación que le brindan las semillas de Ch. quila 38 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 (Mann, 1978). Este mismo autor señala también, que bajo la influencia de esta alimentación (proba- blemente rica en vitamina E) aumenta la reproduc- ción de esta especie, agudizando la problemática de sobrevida de enormes masas poblacionales. Otras “ratadas” con grandes números de roedo- res, han sido descritas en Chile, Perú y en el lado este de los Andes, pero éstas parecen estar relacio- nadas con sucesos extrínsecos, no predecibles, tales como precipitaciones y consecuentes cambios en la producción de biomasa vegetal en zonas áridas (Hershkovitz, 1962; Pearson, 1975; Pefaur et al., 1979). En los bosques nativos dominados por Nothofagus de tierras bajas, las especies de cricétidos más abundantes son Abrothrix olivaceus, Oryzomys longicaudatus y Abrothrix longipilis (González et al., 1982; Murúa y González, 1985; Murúa et al., 1986). Las dos primeras especies muestran predeci- bles aumentos durante otoño e invierno y fuertes declinaciones a fines de éste. Es importante desta- car que O. longicaudatus presenta fluctuaciones interanuales relacionadas con la disponibilidad de semillas por seruna especie esencialmente granívora (González et al., 1989). Por las características señaladas, la floración acaecida en la primavera y verano del año 1992- 1993 de una de las bambúceas (Ch. quila) constitu- ye un hecho muy especial y de significativa impor- tancia. Esto permite estudiar, por un lado, la diná- mica regenerativa de los bosques nativos de las tierras bajas del sur de Chile dominados por espe- cies arbóreas de Nothofagus, y por otro el efecto de la semillación sobre la dinámica poblacional de los roedores cricétidos habitantes de estos bosques. En el presente trabajo se analiza la influencia de la abundancia de semillas sobre las poblaciones de roedores. Se postula que la mayor cantidad de recurso alimentario disponible en el bosque produ- ciría una respuesta instantánea de las especies esen- cialmente granívoras de los ensambles de roedores, con aumentos en sus tamaños poblacionales y cam- bios demográficos ya sea en su estructura etaria, proporción de sexos y peso corporal. MATERIAL Y METODOS En la región de los Lagos en el sur de Chile, se eligieron dos áreas, una en la zona de la cordillera de la costa, el Bosque Experimental San Martín (39% 38'"Lat. S 737” Long. O) y otra en la pre Cordillera de los Andes, el Parque Nacional Vicente Pérez Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Rosales, sector Peulla (41* 15” Lat. S72* 10” Long. O) que presentaban abundantes matorrales de Chusquea spp. con diferentes grados de floreci- miento (Fig. 1). 742 722 j Bosque Experimental a $ San Martín Z a A AN, 4 S) OS CHILE Valdivia NN Ñ Vicente Pérez Rosales 1 920 420 Dd: £hoitén | a S Ze AF NS y Bao zed. - EN a Mapa de distribucion geografica generalizada de la floración de Chusquea spp. en la X Region de los Lagos. O Localizacion de los sitios de estudio. NS Q No S Fuente. (M.Gonzdlez, observaciones personales 1992-93-94,CONAF, 1993.) FIGURA 1. Distribución geográfica del florecimiento de la Chusquea spp. en la Décima Región Administrativa de Chile (Región de Los Lagos) en 1993-94. El Bosque Experimental San Martín, que ha venido siendo monitoreado desde hace 15 años, se encuentra a 60 msnm y se caracteriza por presentar las especies arbóreas dominantes como Roble (Nothofagus obliqua), Mañío (Podocarpus saligna), Olivillo (Aextoxicon punctatum) y Ulmo (Eucryphia cordifolia), en suelos de origen volcánico y con precipitaciones que superan los 2000 mm concen- trados en un 80% en los meses de otoño e invierno. El sector Peulla del Parque N. Vicente Pérez Rosales está ubicado a 500 msnm y se caracteriza por un bosque siempre verde con alta participación de especies como Ulmo (E. cordifolia), Tepa (Laurelia phillipiana), Coigúe (Nothofagus dombeyi) y Olivillo (A. punctatum) con suelos vol- cánicos y precipitaciones que superan los 2500 mm anuales. 1. Estimación de la producción de semilla de Chusquea spp. En el bosque San Martín se instalaron 21 cajo- nes de 50 x 25 x 15 cm (0.125m?) cada uno para colectar semillas y hojarasca de Chusquea spp. que fueron dispuestos al azar en distintos sectores del bosque cubiertos por esta especie, en los meses de verano y otoño de 1993, los cuales fueron controla- dos semanalmente. Esta medición no se hizo en Peulla porque no se tenía un monitoreo continuo del área. 2. Estimación de la abundancia de los roedores cricétidos En los sitios de muestreo se emplearon retículos de diferentes tamaños. En San Martín se mantuvo el retículo con el que se han monitoreado las especies de roedores cricétidos dominantes desde 1979 a la fecha. El retículo tiene una configuración de 12x 12 trampas Sherman medianas, una porestacióna 10m de intervalo cubriendo un área de 1.21 has. Los censos se realizaron por 6 días mensualmente y los animales capturados fueron marcados con anillos numerados. En Peulla la configuración del retículo fue de 10 x 10 m, una trampa Sherman por estación a 10 mintervalo, cubriendo un área de 0.81 has. Los animales fueron también marcados con anillos y los censos se realizaron en julio y septiembre de 1995 durante 5 días. Los individuos colectados fueron pesados, me- didos y estimada su condición reproductiva por caracteres externos, testículos escrotales en machos y vaginas perforadas, evidencias de preñez o lactan- cia en las hembras. Todos los animales fueron liberados en el punto de captura. La densidad para cada retículo se calculó me- diante el índice de Lincoln modificado por Bailey (1951). Para efecto del método se consideró como primer censo a los animales capturados en los primeros 3 días y como segundo censo los captura- dos en los restantes días del período de muestreo. Se agregó un área de influencia correspondiente a una cinta cuya dimensión es la mitad de la distancia máxima entre dos capturas sucesivas. Se estimaron parámetros demográficos como el peso corporal, la proporción de sexos y edad según Krebs (1978) y Jensen (1982). 39 RESULTADOS Y DISCUSION En la Fig. 2 se muestran los resultados de la producción de semillas colectada semanalmente en el verano 1993-94 para la especie Chusquea quila. Para una mayor claridad se hace presente que en años anteriores desde que se inició el monitoreo no ha habido producción de semillas de quila. La mayor caída de semillas se observa en la segunda semana de enero, donde alcanza su valor máximo de 51,3 millones de semillas /ha. A partir de este punto se inicia la declinación de la caída de semillas, que se hace gradual en las semanas siguientes, hasta fines de febrero, donde los valores de semillas son bajos y se mantienen sin grandes variaciones hasta marzo. NUMERO SEMILLAS / ha. (millones) Y Bra CE A CASA 1 2 semana DIC. ENERO FEBRERO MARZO mes FIGURA 2. Número de semillas de Chusquea quila colectadas durante el verano 1993-94 en la localidad de San Martín, Valdivia. La Fig. 3 muestra la producción de materia seca total desglosada en semillas y hojarasca. La tenden- cia de la curva del peso seco en las primeras 6 semanas, sigue el patrón observado en la produc- ción de semillas. De hecho el peso seco de las semillas es el componente que aporta más biomasa en esa fase. Sin embargo, el peso seco de la hojaras- ca es más abundante al inicio y al final del verano, lo que eleva la curva cambiando su patrón. Los períodos de mayor cantidad de hojarasca corres- ponden a la caída de hoja y desecamiento de las plantas de quilas. Otro aspecto de interés es la viabilidad de las semillas. Se observó durante el verano 93-94 que las semillas colectadas en las cajas trampas presen- taron una alta viabilidad, con un rango entre 76 al 89% de semillas viables. Sería esperable que los depredadores de semillas prefieran las que son 40 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 o eS 035 0.3 PITT 0.25 : EEE SABERES Y Y, 0.2 , EBEIÍ 0.15 ODRÍA, 0.1 AD 0.05 Pesoseco total ¡ Peso seco semillas Peso seco hojarasca GTVeSo esa m2. snm l | DIC ENERO FEBRERO PRODUCCION BIOMASA (Ton/ha) MARZO mes FIGURA 3. Cantidad de materia seca estimada durante el verano 1993-94 en la localidad de San Martín. viables pues contienen la energía y nutrientes en niveles apropiados comparadas con las semillas vanas que presentan solo cáscara. Los roedores cricétidos que habitan el bosque templado frío presentan un ciclo anual que se carac- teriza por un incremento del número de individuos en los meses de otoño e invierno en las especies A. olivaceus y O. longicaudatus, y en verano en A. longipilis (Murúa y González, 1986, en revisión). En el año de florecimiento de la quila en el Bosque Experimental San Martín (93-94) en abril de 1994 se observó un incremento en el número de individuos de O. longicaudatus de 14 veces sobre los valores de animales supuestos vivos registrados para ese mes en años anteriores y en el siguiente (Tabla 1). Pero no sólo se presenta un cambio en los núme- ros totales de individuos, sino también hay un cam- bioen la proporción de las especies presentes duran- te el otoño. En San Martín, en 1994 predomina claramente O. longicaudatus representando entre el 83 al 91% de los animales colectados. Este mayor aumento en número y en la importancia relativa en el ensamble, puede interpretarse como una respues- ta instantánea de O. longicaudatus al aumento im- portante de semillas de quila en el piso del bosque que alcanza su punto máximo en el verano previo. TABLA 1. Número de animales colectados en el mes de abril en el retículo de Bosque en el Fundo San Martín. Año Abrothrix olivaceus Oryzomys longicaudatus 1989 12 10 1993 3 7 1994 13 140 1995 8 2 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Este hallazgo es coincidente con la conducta de esta especie con otras semillas arbóreas del bosque, que lo han definido como un seguidor de las condicio- nes del ambiente “environmental tracker”, fluc- tuando sus números según la abundancia del recur- so semilla (González et al., 1989). La ratada registrada en Peulla en julio de 1995, es diferente a la registrada en San Martín. En primer lugar la especie de roedor cricétido que domina ampliamente en el sitio de muestreo fueA. olivaceus, constituyendo el 93% del total de los animales colectados que incluyó también a O. longicaudatus. A. olivaceus no es granívoro estricto sino más bien omnívoro ya que incluye en su dieta componente animal (insectos), componente vegetal, plantas ver- des, hongos, además de semillas (Murúa y Gonzá- lez,1981). En segundo lugar los animales eran pe- queños, livianos y de la muestra sacrificada para estudios de laboratorio se constató que el 88% correspondían a animales jóvenes. El muestreo rea- lizado en julio en el retículo entregó un valor de 255 animales /ha. Esta cifra cae violentamente en sep- tiembre donde un solo animal fue colectado con el mismo esfuerzo de captura, es decir en dos meses la población desapareció en forma completa. Se observaron otras diferencias demográficas como fueron los pesos corporales y la proporción de sexos de los animales en las especies que produje- ron la ratada en San Martín y Peulla. En cuanto al peso de los animales no se observa- ron diferencias significativas entre machos y hem- bras en las dos localidades, por lo cual los datos se agruparon y se compararon los totales entre ellas. Los A. olivaceus colectados en San Martín fueron significativamente más pesados que los animales de Peulla (Z=6.20922, prueba para términos no parea- dos, P < 0,05) (Tabla.2). Los O. longicaudatus capturados en San Martín son también grandes y pesados observándose una disminución gradual de los pesos promedios a lo largo del otoño-invierno (abril=32.3 g; mayo=29.64 TABLA.2. Pesos de ejemplarese Abrothrix olivaceus colecta- dos en las localidades de Peulla y San Martín en el mes de Julio de 1995. Abrothrix olivaceus Peulla San Martín Total animales 132,0 30,0 Peso promedio 17,4 g 21,8 g Desviación estándar 2,70 3,07 Peso máximo 26,5 g 28,0 g Peso mínimo 13,5 g 17,0 g (Test Unpaired, Z= 5.3466, P < 0,001) g; junio=28.73 g y julio=26.22 g), lo que se puede asociar con la disminución de la cantidad de recur- sos alimentarios, que determina una caída gradual de los pesos y números. En Peulla los pesos de los animales son menores y la población se caracteriza por estar conformada por animales jóvenes. En cuanto a la proporción de sexos de O. longicaudatus se observó en San Martín un mayor número de machos en el mes con el punto máximo de la ratada (abril) con un 74,6 %, y luego una disminución en los meses siguientes para alcanzar enjulio una proporción de 1:1. En cambio, en Peulla A. olivaceus presentó una mayor proporción de hembras en el mes máximo (julio) de la ratada con un 60.2%. La situación descrita en el Bosque Experimental San Martín se ajusta a la hipótesis planteada inicial- mente, en que la mayor abundancia de recursos alimentarios (semillas de quila) produce un aumen- to en el tamaño de la población de los roedores granívoros como es el caso de O. longicaudatus. Esta abundancia de recursos hace las veces de un “dispersal sink” (sensu Lidicker, 1975) que atrae hacia el área a individuos de zonas periféricas, que pueden establecerse por la mayor cantidad de ali- mento disponible y explica la respuesta instantánea de la población que en la misma estación aumenta sus números. El claro sesgo observado hacia una mayor proporción de machos característico de esta especie (Murúa et al. 1986), apoya las condiciones de elevada vagilidad que presenta la especie. En Peulla la colecta realizada en julio, que corresponde al final del período de reclutamiento dentro del ciclo anual descrito (Murúa y Gonzá- lez,1986), muestra una población constituida por animales jóvenes nacidos en la estación y que sobrevivirían en el área por la cantidad de recurso disponible. Laratada estuvo formada por los anima- les nacidos y reclutados en la estación. Por otra parte, se ha detectado en A. olivaceus hembras muy precoces de 13g de peso preñadas y con varias preñeces y grandes camadas en la estación (Gonzá- lez etal., 1988). Una elevada fecundidad y sobrevi- vencia podría dar cuenta de los números de anima- les encontrados en el área en el punto máximo de la ratada. Este hecho estaría de acuerdo con la idea de un aumento de la fecundidad debido a la presencia de algún compuesto químico, en la semilla de quila como ha sido sugerido por Mamn (1978), que afec- tas positivamente la fecundidad de las hembras. Los animales emigran del lugaruna vez que los recursos escasean, con fuertes mortalidades en la población que la lleva a una extinción local. La extinción casi 41 completa fue observada en las colectas de septiem- bre dos meses más tarde de la ratada. De acuerdo a las hipótesis adelantadas para explicar la ratada, las dos especies de roedores cricétidos responderían de forma diferente a la mayor abundancia de recursos de semillas de quila enel área. Estas respuestas serían concordantes con el perfil demográfico de las poblaciones, el que se ajusta a las condiciones ambientales y a las restric- ciones internas (morfológicas, ecoetológicas, genéticas) de la especie. AGRADECIMIENTOS Se agradece a Freddy Mondaca y Pedro Muñoz su colaboración en terreno. Se agradece además a la Corporación Nacional Forestal (CONAE) por la autorización para trabajar en el Parque Vicente Pérez Rosales. (Financiado por Proyectos DIUACH N? S-94 -21 y FONDECYT N* 1951206) BIBLIOGRAFIA Bailey, J.A. 1951. In estimating the size of mobile populations from recapture data. Biometrika 38(3-4):293-306. Donoso, C .1993. Bosques templados de Chile y Argentina. Variación, Estructura y Dinámica. Ecología Forestal. Ed. Universitaria, Santiago, Chile, 487 págs. 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Los organismos utilizados en el estudio correspondieron a 5 taxa del reino Monera, 2 taxa del reino Plantae y 1 taxa del reino Animal. En algunos casos, los patrones de amplificación permitieron dife- renciarlos organismos, aniveles genérico, específico y/o pobla- cional, demostrando la potencialidad de esta técnica molecular enestudios de biodiversidad organísmica y/o en la resolución de problemas taxonómicos puntuales. INTRODUCCION El creciente desarrollo y simplificación experi- mentado por las técnicas de biología molecular ha facilitado su uso en áreas de las ciencias biológicas diferentes de las tradicionales; en la actualidad, el análisis de la molécula de ADN se considera una herramienta de gran potencialidad y resolución en *Depto. Biología Molecular, ***Depto. Microbiología, Fac. de Cs. Biológicas; **Depto. Botánica, Fac. Cs. Nat. y Oceanográficas. Uni- versidad de Concepción. ABSTRACT The use of PCR to amplify known and unknown genes in prokaryotes and eukaryotes to infer relationships among taxa is shown. As examples, particular sequences such as the one in the ribosomal intergenic spacer and the gene eae involved in Escherichia coli pathogenesis and unknown genes applying the RAPD technique are included. The organisms used comprise 5 taxa of the kingdom Monera, 2 taxa of the kingdom Plantae and one taxa of the kingdom Animalia. In some cases, the amplification patterns allow differentiations at genera, species and/or populations level, demonstrating the potential use of this molecular technique in biodiversity studies and/or in the resolution of particular taxonomical problems. KEYWORDS: PCR. ITS. REFLP. RAPD and biodiversity. taxonomía y filogenia. Los atributos moleculares son una medida directa de cambios en el genotipo, por lo tanto, su utilización evita los problemas asociados a la plasticidad fenotípica que, como se sabe, está influenciada por el ambiente. Desde hace más o menos una década, los sistemáticos han comenzado a incluir data molecular en sus estudios tradicionales. Los resultados obtenidos han contri- buido tanto a solucionar problemas sistemáticos irresolutos como a corregir algunos errores genera- dos de la utilización de caracteres taxonómicos clásicos. Las variaciones presentes en el genoma nuclear y organelar (mitocondrial y cloroplastidial) pueden 43 ser detectadas a través de variadas técnicas molecu- lares; entre ellas, el establecimiento de polimorfis- mos en la longitud de los fragmentos de restricción (RFLPs), la secuenciación, la hibridación y la reac- ción en cadena de la polimerasa (PCR). Dadas las ventajas de esta última, su uso en estudios de la biodiversidad es cada vez más frecuente (Arnheim et al., 1990; Coleman and Goff, 1991; González et al., 1995; Weising et al., 1995). La PCR desarrollada por Mullis y Faloona en 1987, es un método de amplificación enzimática in vitro de secuencias nucleotídicas específicas que proporciona grandes cantidades de copias de una secuencia blanco; de esta manera se supera el cons- tante problema de la escasa disponibilidad y pureza del gen que se someterá a análisis (Taylor, 1991). Esta técnica ha sido aplicada a la identificación y caracterización genética de diversos organismos, tanto procarióticos (Gannon et al., 1993; Nowak et al., 1995; Smith-Vaughan et al., 1995) como eucarióticos (Bhattacharya et al., 1991; Irwin et al., 1991; Bird et al., 1992; Sang et al., 1995). Su utilización ha llegado incluso al análisis de organis- mos fijados y fosilizados (Páábo, 1990). La técnica se basa en la unión y extensión de dos oligonucleótidos utilizados como partidores que flanquean la secuencia de ADN a amplificar. Entre los genes que han sido amplificados con fines comparativos se citan los genes de las subunidades mayor y menor de la enzima Rubisco y, cuando existe, el espaciador intergénico que los separa (Destombe and Douglas, 1991; Fujiwara et al., 1994), el gen de citocromo b y la zona D-loop del ADN mitocondrial (Irwin ef al., 1991; Meyer, 1994a), los genes y espaciadores ribosomales (Hillis and Dixon, 1991), entre otros. La información obtenida de la amplificación de los genes que codi- fican para el ARNr ha sido intensamente utilizada en estudios taxonómicos de niveles jerárquicos superiores al específico, mientras que los espacia- dores intra e intergénicos se han empleado en com- paraciones a niveles inferiores (subespecífico, po- blacional e individual) (Schaal and Learn, 1988; Hillis and Dixon, 1991; Meyer, 1994b; Sang et al., 1995). Las secuencias amplificadas son compara- das en cuanto a tamaño y/o secuencia, por digestión con enzimas de restricción (RELP) (Scholfield et al., 1991; Adachi et al., 1994) o secuenciando directamente el fragmento (Hillis and Dixon, 1991; Goff et al., 1994, Manhart et al., 1995; Sang et al., 1995). En 1990, Williams et al. y Welsh y McClelland reportaron separadamente una modificación de la 44 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 técnica de PCR clásica que permite la detección de polimorfismo genético, denominada ADN polimór- fico amplificado al azar (RAPD); en este caso, se utiliza un solo partidor de secuencia arbitraria, con un contenido de GC superior al 50%. Este método ha sido usado en la caracterización de bacterias, hongos, algas, plantas vasculares y animales (Welsh and McClelland, 1990, 1991; Caetano-Anollés et al., 1991; Mazurier et al., 1992; Waugh and Powell, 1992; Patwary et al., 1993; Williams et al., 1993, González et al., 1996). El polimorfismo generado con estas técnicas, se manifiesta por la presencia o ausencia de un trozo de ADN producido por PCR y/o su fragmentación con enzimas de restricción que luego se visualiza en un gel de agarosa. En el análisis de la data se debe tener en cuenta: la calidad del ADN, la digestión comple- tao parcial del ADN, las condiciones de separación electroforética, la intensidad de las bandas y la presencia o ausencia de bandas comigrantes. Para el procesamiento de la data se cuenta con variados métodos disponibles en paquetes computacionales (Romesburg, 1984; Patwary et al., 1993; Olmstead $ Palmer, 1994). En nuestro laboratorio hemos utilizado el paquete computacional NTSYS-pc ver- sión 1.60. Parala comparación de diferentes taxa, se prepara una matriz basada en la presencia o ausen- cia de bandas; a partir de ella se calcula un coefi- ciente de similitud para cada par de taxa, en este caso “simple matching” (Cjk = a+d/a+b+c+d; 0.0 < Cjk< 1.0) y se genera una matriz de similitud de la cual se construye un fenograma aplicando el agru- pamiento UPGMA (Rohlf,1988). El objetivo de este trabajo es entregar informa- ción sobre la potencialidad de la técnica de ampli- ficación por PCR de genes específicos (ITS, gen eae) y desconocidos (RAPD) para la caracteriza- ción genética de individuos, poblaciones, especies y géneros. MATERIALES Y METODOS MATERIAL BIOLOGICO: Talos de Gracila- ria chilensis Bird, McLachlan á Oliveira prove- nientes de praderas naturales (2 a 4 morfotipos), fueron recolectados en Caleta Lenga (36%46'S; 7310"W), Isla Santa María (37%03"S; 73%30"W) y Maullín (41%36*S; 73%38"W). El ADN nuclear de Gracilariopsis lemaneiformis (Bory) Dawson, Acleto £ Foldvik de California, USA, fue propor- cionado por la Dra. Lynda Goff (Universidad de California, Santa Cruz, USA). Cepas bacterianas de Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Shigella flexneri, Shigella sonnei, Escherichia coli enteropatógenas y Yersinia enterocolitica, fueron aisladas de deposiciones de humanos de Concep- ción, VIII Región, excepto una cepa de E. coli proveniente de Canadá. Cepas de Yersinia ruckeri fueron aisladas desde peces cultivados en la X Región. Ejemplares de Merluccius gayi Guichenot (merluza) fueron capturados en el Golfo de Arauco, VIII Región. AISLAMIENTO DE ADN: El ADN nuclear de G. chilensis fue obtenido por ultracentrifugación en gradientes de CsCl - Hoechst, siguiendo el protoco- lo descrito por Rice y Bird en 1990. El ADN genómico de bacterias se obtuvo por ebullición de las bacterias previamente resuspendidas en agua destilada, según la metodología de Mazurier et al., 1992. El ADN genómico de merluza se extrajo por homogenización del tejido en presencia de la resina Chelex 100, proporcionada en el kit de aislamiento de ADN InstaGene matrix (BioRad). AMPLIFICACION DE GENES: Los progra- mas de amplificación fueron realizados en un termociclador Perkin Elmer 480. Los reactivos uti- lizados en las reacciones de PCR, excepto los partidores, fueron adquiridos en Perkin Elmer. Los partidores fueron sintetizados por el Centro de Síntesis y Análisis de Biomoléculas de la Universi- dad de Chile. 1. Específicos: a) Espaciador ribosomal eucarionte: Las mez- clas de amplificación contenían tampón de reacción 1X, 1.5 mM de MgSO,, 200 uM de cada dNTP, 0.4 uM del partidor TW-81, 0.4 uM del partidor AB-28 (Tabla I), 1 U de Taq ADN polimerasa y 50 ng de ADN nuclear, en un volumen de 50 ul. El programa de PCR tuvo las siguientes etapas: 5 min a 95%C; 5 ciclos de 1 min a 92*C, 2 min a90*C y 1 min a 72*C; 30 ciclos de 1 min a 90*C, 1 min a 60€ y 1 mina 72*C; 10 min a 72*C. (Coleman, Com. pers.). b) Espaciador ribosomal procarionte: Las mez- clas de amplificación contenían tampón de reacción 1X, 1.5 mM de MgSO,, 100 uM de cada dNTP, 0.1 uM del partidor SP-1, 0.1 uM del partidor SP-2 (Tabla I), 1 U de Taq ADN polimerasa y 60 ng de ADN genómico bacteriano, en un volumen de 50 ul. El programa de PCR tuvo las siguientes etapas: 7 min a 94*C; 40 ciclos de 1 min a 94*C, 1 min a46'C y 2 min a 72*C; 6 min a 72*C. (Nowak et al., 1995) c) Gen eae: Las mezclas de amplificación con- tenían tampón de reacción 1X, 1.5 mM de MgS0O,, 200 uM de cada dNTP, 1uM del partidor EC-1, 1 uM del partidor EC-2 (Tabla 1), 1 U de Taq ADN polimerasa y 20 ng de ADN genómico bacteriano, en un volumen de 50 ul. El programa de PCR tuvo las siguientes etapas: 35 ciclos de 1 min a 94*C, 1 min a 60%C y 2 min a 72*C; 5 min a 72'C (Gannon et al., 1993). Digestión del gen eae amplificado: 10 ul de ADN amplificado por PCR fueron digeridos inde- pendientemente con 10 U de las endonucleasas de restricción Dpn II, Hha I, Hpa Ill, MspI, Rsal y Tag I, cuyas secuencias de reconocimiento son de 4 nucleótidos. Las condiciones de reacción para cada enzima fueron ajustadas a las indicaciones del pro- veedor (BioLabs). 2. Inespecíficos (RAPD) Con el objeto de establecer las condiciones óptimas de amplificación por RAPD (presencia, nitidez y reproducibilidad de las bandas) se ensayó el efecto de distintas variables como son las concen- traciones de Mg”, de Tag ADN polimerasa, de partidor, de ADN molde y la temperatura de unión de los partidores. La mezcla de amplificación con- tenía: tampón de reacción 1X, 1.5 mM de MgSO,, 100uM de cada dN TP, 0.2 uM de partidor (Tabla D, 1 U de Taq ADN polimerasa y 60 ng de ADN nuclear (G. chilensis, G. lemaneiformis) o total (bacterias y peces), en un volumen de 25 ul. El programa de PCR tuvo las siguientes etapas: 40 ciclos de 1 min a 94*C, 1 min a 42*C y 2 mina 72*C. ANALISIS ELECTROFORETICO: Los frag- mentos resultantes de la amplificación por PCR y de la digestión del gen eae fueron separados por elec- troforesis en geles de agarosa sumergidos en tam- pón TAE, al 2% y al 4% respectivamente. La separación electroforética se realizó a 60 V durante 60-90 min, los geles fueron teñidos en bromuro de etidio 0.5 ug/ml por 30 min, visualizados bajo luz UV y fotografiados con cámara Polaroid y película 667. RESULTADOS Amplificación y digestión de genes específicos En la Fig. 1A se muestra el análisis electroforé- tico de los productos de amplificación por PCR del fragmento ITS de 4 morfotipos de G. chilensis y de G. lemaneiformis. El tamaño del fragmento para los 45 Haelll MD ME MG MY 6.1. Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 1234556758 FIGURA 1: Amplificación del espaciador ribosomal de morfotipos MD, ME, MG y MV de G. chilensis y G. lemaneiformis (A) y de cepas de Y. ruckeri (ranuras 2 a 7) y Y.enterocolitica (ranura 8) (B). Marcador de pesos moleculares (ranura 1). Electroforesis en geles de agarosa al 2%. TABLA 1: Secuencia y % de GC de los partidores utilizados en las amplificaciones por PCR de genes específicos e inespecíficos (RAPD). Partidor Secuencia GC (%) TW-81 S'GGGATCCTTTCCGTAGGTGAACCTGT-3” S8 AB-28 S'-GGGATCCATATGCTTAAGTTCAGCGGGT-3” S0 SP-1 5'-GAAGTCGTAACAAGG-3” 47 SsP-2 5'-CAAGCCATCCACCGT-3” 60 AE-13 5'-GTGGCGAATACTGGCGAGACT-3” Sl) AE-14 5'-CCCCATTCTTTTTCACCGTOG-3” 2 P-1 5'-ACGTATCTGC-3” S0 P-2 5'-ACAACTGCTC-3” S0 P-3 5'-TGACTGACGC-3” 60 P-4 5'-AGCAGCCTGC-3” 70 P-5 5'-GCATATTCCG-3” S0 P-10 5'-GCOGATCCCCA-3” 70 P-17 S'-CCTGGGCCTC-3” s0 P-30 S'-COGGCCTTAG-3” 70 P-50 S'-TTCCCCGCGC-3” 80 P-61 5'-TTCCCCGACC-3” 70 P-100 5'-ATCGGGTECG-3” 70 D-1 5'-ACCGCGAAGG-3” 70 D-2 S'-GGACCCAACC-3” 70 OPA-2 5 -TGCGGAGCTG-3” 70 OPA-3 5'-AGTCAGCCAC-5” 60 OPA-4 5'-AATCGGGCTG-3” 60 OPA-13 5'-CAGCACCCAC-3” 70 M-13 S' -GAGGGTGGCGGTTCT-3” 67 46 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 morfos de G. chilensis fue de 1400 pb y de 950 pb para G. lemaneiformis. Las bandas tenues observa- dasen todos los casos se deberían a amplificaciones inespecíficas. En las 6 cepas de Y. ruckeri se obtuvo la ampli- ficación de 2 espaciadores ribosomales cuyos ta- maños fueron de 700 y 800 pb mientras que en Y. enterocolitica se amplificó un solo espaciador de 750 pb (Fig. 1B). La amplificación del gen eae en E. coli enteropatógenos generó un producto de 890 pb, cuya digestión con las endonucleasas Dpn II, Rsa L, y Taq 1 produjo patrones de restricción idénticos para las dos cepas de E. coli (Chile y Canadá). Por otro lado, se obtuvo patrones de restricción diferen- tes para ambas cepas con las endonucleasas Hha l, Hpalll y MspI (estas dos últimas son isosquisómeros ya que reconocen la misma secuencia de corte) (Fig. 2). M eae Mspl Rsal Tag! Dpnll — Hhal — Hpall FiGURA 2: Digestión de un fragmento del gen eae amplificado previamente por PCR en doscepas de E. coli (una de Chile y otra de Canadá). Las enzimas de restricción usadas son Dpn II, Hha I, Hpa II y su isosquizómero Msp I, Rsa I y Taq I. Marcador de pesos moleculares ranura M y en eae, el fragmento no digerido. Electroforesis en geles de agarosa al 4%. Amplificación de genes inespecíficos (RAPD) Normalización de las condiciones de amplificación por RAPD: En la Fig. 3 se observa el efecto de la concentra- ción de Mg” (A), enzima Taq ADN polimerasa (B), partidor (€) y ADN molde (D) así como la tempe- ratura de unión del partidor (E) en la amplificación por RAPD. Estos ensayos nos permitieron elegir las condiciones óptimas de amplificación: 1.5 mM de Mg”, 0.04 U de Taq ADN polimerasa/ul, 0.2 uM de partidor, más de 2.4 ng/ul de ADN molde y 42*C como temperatura de unión del partidor. La Fig. 3F muestra los perfiles de amplificación de G. chilensis con partidores de diferente secuen- cia y contenido de GC, en las condiciones óptimas señaladas. Con los partidores P-1, P-5 y P-61 se obtuvo una amplificación débil o nula, por lo cual estos partidores no son apropiados para caracterizar G. chilensis. Por el contrario, con los partidores restantes: P-2, P-3, P-4, P-6, P-17, P- 30, P-50 y P-100, se obtienen perfiles de ampli- ficación apropiados en número, longitud y canti- dad de fragmentos. Aplicaciones de RAPD en organismos eucarióticos y procarióticos: En la Fig. 4 se muestra la amplificación del ADN total de merluza con diferentes partidores. Con algunos (D-1, D-2, M-13, OPA-3, OPA-4 y OPA-13), se obtuvo patrones de amplificación de intensidad apropiada para estudios comparativos. En la Fig. 5, se muestran los patrones de amplificación de morfotipos de G. chilensis con el partidor P-17. Se observan diferencias respec- to al patrón común para uno de los morfos de Maullín (ranura 6) y uno de los morfos de Isla Santa María (ranura 10). En la Fig. 6A se muestra la amplificación de ADN genómico de Yersinia con el partidor M-13. En las 6 cepas de Y. ruckeri analizadas se obtuvo un patrón de amplificación idéntico (ranuras 2 a 7) y diferente al presentado por Y. enterocolitica (ranu- ra 8). Por otro lado, en la Fig. 6B se observa que el partidor M-13 generó patrones de amplificación diferenciales para las cepas de S. flexneri y S. sonnel analizadas. DISCUSION Los genes que codifican parael ADN ribosomal, en procariontes y eucariontes, se organizan en una región que se repite en el genoma. Esta región contiene zonas relativamente conservadas, que co- difican para los distintos tipos de ARNr y regiones altamente variables, que corresponden a espacia- dores intra e intergénicos (Schaal and Learn, 1988; Smith-Vaughan et al., 1995). Las secuencias codi- ficantes, por su carácter conservativo, proporcio- nan información útil en el establecimiento de rela- ciones taxonómicas en niveles jerárquicos superio- res al específico; las regiones no codificantes en cambio, por ser más variables, permiten su uti- lización en estudios de variaciones a nivel inferior al específico llegando incluso al individual (Schaal and Learn, 1988; Bhattacharya et al., 1991; Bird et al., 1992; Nowak et al., 1995). 47 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. ''omo 67, 1996 P50 P50 M 0.0 0.5 15 25 3.5 4.5 mMMg?” M 0.5 1.0 2.0 3.0 4.0 UTaq M 0.0 0.1 0.2 0.4 0.8 1.6 PM P50 M 5 10 20 40 80 ngADN duscaccciciad — ARA der O | ll Dile traca P50 A Haelll 30 36 42 50 60% ICAA NA FIGURA 3: Estandarización de la amplificación por PCR-RAPPD. Variaciones de la concentración de Mg” (A), de la enzima Taq ADN Polimerasa (B), del partidor P-50 (C), del ADN molde (D) y de la temperatura de unión del partidor P-50 (E). En Fse observan patrones de amplificación de G. chilensis con diferentes partidores: P-1 (B), P-2 (C), P-3 (D), P-4 (E), P-S (E), P-6 (G), P-17 (B), P-30 (D, P-S0 (3), P-61 (K) y P-100 (L). Electroforesis en geles de agarosa al 2%. 48 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Comose muestra en la Fig. 1A, la amplificación de la región ITS (espaciadores internos transcritos ITS-1 e ITS-2 más gen 5.88 del ARNr) generó un fragmento de 1400 pb paralos morfos de G. chilensis P D M OPA M 6 100 1 MENO IN E] FiGURA 4: Amplificación por PCR-RAPD para el ADN de M. gayi con partidores de las series P, D, M y OPA. Separación de los fragmentos amplificados por electroforesis en geles de agarosa al 2%. 1234567891011 Kb ? ¿ FIGURA 5: Amplificación por PCR-RAPD con el partidor P-17 para el ADN de morfotipos de G. chilensis de Lenga (ranuras 2 a5), Maullín (ranuras 6 a9) e Isla Santa María (ranuras 10 y 11). Marcador de pesos moleculares (ranura 1). Electroforesis en geles de agarosa 2%. 12345678 y de un tamaño considerablemente menor (950 pb) para G. lemaneiformis; la diferencia en longitud de esta región en ambos géneros es el reflejo de muta- ciones ocurridas durante su divergencia taxonómica. Porotro lado, la ausencia de variación en la longitud de la región IT'S de los morfos de G. chilensis se debería a su estrecha relación taxonómica (intraes- pecífica). A la fecha no se han encontrado diferencias en los patrones de restricción de la región ITS en los morfos de G. chilensis (manuscrito en preparación), lo que no descarta su existencia, la cual podría ser determinada mediante RELP con otras enzimas de restricción o bien por secuenciación directa del fragmento. Al igual que en eucariontes, los espaciadores ribosomales bacterianos constituyen un buen atri- buto taxonómico. En el caso de las cepas de Y. ruckeri se obtuvo 2 espaciadores ribosomales cu- yos tamaños fluctuaron entre 700 y 800 pb a dife- rencia del único fragmento de 750 pb amplificado en cepas de Y. enterocolitica (Fig. 1B). En otras especies y cepas bacterianas, el número de espacia- dores ribosomales puede ser superior a dos y su tamaño fluctuar entre 400 a 2000 pb. Sin embargo, estos caracteres se mantienen constantes para un taxón determinado (resultados no mostrados). El gen eae, relacionado con la enteropatogenici- dad de E. coli, tiene una longitud aproximada de 5000 pb y dentro de él se han descrito varias parejas de partidores que permiten amplificar distintas re- giones del gen (Gannon et al., 1993); una de éstas es la acotada por los partidores AE-13 y AE-14 utili- zados en este trabajo. La amplificación del gen eae LIA 20M SAL: E IAB AE a a FIGURA 6: Amplificación por PCR-RAPD con el partidor M-13 para el ADN de cepas de Y. ruckeri (ranuras 2 a 7) y Y. enterocolitica (ranura 8) (A) y cepas de S. flexneri (ranuras 2 a 4) y S. sonnei (ranuras 5 a 7) (B). Marcador de pesos moleculares en A (ranura 1) y en B (ranuras 1 y 8). Electroforesis en geles de agarosa 2%. 49 en 2 cepas de E. coli enteropatógenos, una de ellas aislada en Chile y la otra en Canadá, produjo un fragmento de igual tamaño, pero la digestión del fragmento con algunas endonucleasas de restric- ción (Hha L, Hpa Il y Msp I) permitió revelar diferencias en las secuencias internas de este gen (Fig. 2). Estos resultados indican la existencia, en algunos casos, de variación en la secuencia de regiones codificantes en niveles jerárquicos infe- riores al específico. Comparado con otros métodos de análisis de ADN la detección y uso de marcadores de RAPD es relativamente rápida, sencilla y sensible. Otra gran ventaja de la técnica es que no se requiere informa- ción previa de las secuencias que serán amplifica- das, ya que los partidores utilizados son diseñados arbitrariamente y un mismo set de ellos puede ser empleado para analizar un amplia variedad de organismos. Estos partidores se distribuyen al azar por todo el genoma, reconocen regiones anónimas del mismo e hibridan con ellas estableciendo así los puntos de inicio de la amplificación. Una desventa- ja importante del análisis de RAPD es su alta sensibilidad a las condiciones de PCR empleadas. Para asegurar la eficiencia y reproducibilidad de la reacción, resulta imprescindible la optimización previa de las concentraciones individuales de los componentes de la reacción así como de los perfiles de temperatura y tiempo; esto último especialmente en la etapa de unión del partidor, la cual confiere especificidad a la reacción (Adams and Demeke, 1993; Sardelli, 1993; Skibinski, 1994). Es así como las condiciones óptimas de amplificación por RAPD obtenidas en este trabajo (Fig. 3) difieren levemente de las informadas por Williams et al., 1993 y Patwary et al., 1993, tanto en lo relativo a las con- centraciones de Mg”, ADN patrón, partidor y Tag ADN polimerasa, como a las temperaturas de unión a los partidores utilizadas. De aquí la importancia que cada laboratorio establezca las condiciones ideales para caracterizar un taxón mediante RAPD. El análisis de RAPD aplicado a la detección de polimorfismo genético en los morfotipos de G. chilensis de Lenga, Isla Santa María y Maullín, no reveló diferencias con más de 20 partidores ensaya- dos. Sinembargo, el partidor P-17 diferenció uno de los morfos de Maullín y otro de Isla Santa María (Fig.5). Recientemente, ensayos con otros partidores han revelado diferencias en los patrones de ampli- ficación de los morfos de Lenga vs. los de Maullín (manuscrito en preparación); dadas las característi- cas de la técnica, se concluye que ensayos de este tipo deben realizarse con un gran número de 50 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 partidores para aumentar la probabilidad de encon- trar diferencias entre los taxa sometidos a estudio. En procariontes, el RAPD con el partidor M-13 no diferenció a las cepas de Y. ruckeri a pesar de ser aisladas en tiempos y lugares distintos. Se observa sin embargo, un patrón de amplificación claramen- te diferente del obtenido para otra especie del géne- ro Yersinia (Fig. 6A). Por otro lado, los ensayos con este mismo partidor señalaron diferencias a nivel intraespecífico en la especie S. flexneri, cuyas cepas son serotípicamente distintas (Fig. 6B, ranuras 2 a 4); asimismo, 18 cepas de S. sonnei pertenecientes al mismo serotipo e idénticas en cuanto a otros partidores, sólo fueron diferenciadas con M-13, obteniéndose para todas ellas alguno de los tres perfiles de amplificación mostrados en la Fig. 6B (ranuras 5 a 7). Si bien no existe consenso acerca del nivel taxonómico en el cual el RAPD mostraría su máxi- ma utilidad, la técnica ha demostrado grandes ven- tajas en estudios de sistemática molecular debido a la versatilidad de su aplicación (Caetano -Anollés et al., 1991; Welsh and McClelland, 1991; Williams et al., 1990). El uso de múltiples partidores es imprescindible para llegar a obtener patrones de amplificación que pueden ser utilizados a niveles genéricos, específicos o intraespecíficos. AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen la valiosa colaboración del laborante Sr. José L. Vera en el desarrollo de los experimentos de amplificación por PCR. Este tra- bajo fue financiado a través de los proyectos FON- DECYT 193/0428, DIUC 93.35.17-1 y DIUC 95.31.64-1. BIBLIOGRAFIA Adachi, M., Sako, Y. and Y. Ishida (1994). Restriction fragment length polymorphism of the ribosomal DNA internal transcribed spacer and 5.8S regions in Japanese Alexandrium species (Dinophyceae). J. Phycol. 30:857-863. Adams, R.P. and T. Demeke (1993). Systematic relationships in Juniperus based on random amplified polymorphic DNAs (RAPDs). Taxon 42:553-571. Arnheim, N., White, T. and W.E. Rainey (1990). Application of PCR: organismal and population biology. BioScience 40(3): 174-182. Bhattacharya, D., Mayes, C.and L.D. Druehl (1991). Restriction endonuclease analysis ofribosomal DNA sequence variation in Laminaria (Phaeophyta). J. Phycol. 27(5): 624-628. 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o NONE há em Mob dueY: vu cra 3 q E Mo mm Yi e ml iaa A lg de wa e Y IPN E A ee / , A . " Li Í E A, 0 so Mi MO AN Y ; Mn e aid en Ar drid 1 o ( Ma AS úl Lal alishi so LE MA des 3 y bas YRaÍ0 + "Ea DN Me bli eo ALU xa PESAR pl ed millo ¡e AA me EN NR Amd al meti sie le pon 45 Ud dute y LN Psp A ves nin Med cub a ] ' q bnji De Pe: ENDS: AR, ad " Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 61-67, 1996 PERSPECTIVAS DE DESARROLLO DE LA ZOOLOGIA EN LOS PROXIMOS AÑOS* Development expectatives of Zoology for the following years NIBALDO BAHAMONDE N.” RESUMEN Se entrega una visión integradora de lo que debiera ser la enseñanza de la zoología en los estudios de pre y postgrado y el conocimiento de nuestra diversidad faunística. Se recomienda la necesidad de crear nuevas vocaciones científicas para, lo cual además de publicaciones internacionales de la especialidad se editen textos y revistas de difusión dirigidos a estudiantes y profesores llegando a la elaboración de una “Fauna Chilensis”. Además se proporcionan interacciones entre universidades, museos, ministerios, intendencias y municipalidades para el desarrollo de laboratorios interinstitucionales en puntos claves del país que puedan obtener información de nuestros recursos naturales renovables, separar y analizar muestras biológicas y confeccionar bases de datos de la biodiversidad de nuestro país. Finalmente la integración de los zoólogos se podría realizar en una Sociedad Chilena de Zoología. Antes que nada quisiera agradecer a la Comi- sión Organizadora de este Taller por la amabilidad que ha tenido al invitarme a pensar sobre el futuro de la Zoología en Chile y cómo podría ser desarro- llada. Primero, quise disculparme por mi sordera y por tener ya un número considerable de años sobre mis espaldas. Pero insistieron en que deseaban "Conferencia leída en el Taller: Análisis de la enseñanza de la Zoología en los estudios de pre y postgrado en Chile, realiza- do el 4 y 5 de enero de 1995. “Premio Nacional de Ciencias 1996 ABSTRACT A complete vision of what zoology should be in the study of pre and postgrade teaching and the knowledge of our fauna diversity are given. The need to create new scientific vocations for which besides international publications, the edition of diffusing reports and journals of the speciality directed to students and professors reaching the elaboration of a “Chilensis Fauna”, arerecommended. Also interactions among universities, museums, ministries, intendancies, municipalities for the deve- lopment of interinstitutional laboratories located in key points of the country where informations about our natural renewle resources, separation and analysis of biological samples and the elaboration of a date base of biodiversity of our country are promoted. Finally the integration of zoologists could be realized in a Chilean Society of Zoology. KEYWORDS: Zoology. Formation. Chile. conocer mi pensamiento, sin darse cuenta que sen- cillamente nada había pensado que valiese la pena trasmitir. Y cuando la semana pasada Juan Carlos Ortiz me llamó para darme algunas indicaciones sobre el Taller, tenía escritas unas ocho páginas, las cuales por esos milagros de los computadores se borraron el domingo, cuando recién se iniciaba el año, al tratar de completar el texto. De tal modo que tuve que improvisar lo que ahora expongo. Lo leo siguiendo los consejos de mis viejos maestros que decían que cuando se asistía a una reunión importante, de trascendencia como lo es ésta, debería llevarse un relato escrito 61 por respeto a los asistentes. No creo que sea real- mente ésta una formalidad que siempre debe respe- tarse, sobre todo cuando nos reunimos viejos cono- cidos, que somos amigos y lo que más deseamos es conversar, dialogar, sin aburrirnos, sobre algunos temas de interés común y no escuchar un sermón con aire magisterial. ¿Existirán las zoologías en el siglo XXI? Entretanto había aprovechado de conversar so- bre las “perspectivas” con otros colegas nuestros y la variedad de ideas con que me encontré era tan grande, algunos defendían la Zoología a brazo par- tido, como cuando nosotros éramos jóvenes, mien- tras otros más impetuosos aún y con una experien- cia juvenil contemporánea, negaban rotundamente el valor de esta rama de la ciencia en las postrime- rías del siglo XX. Era para preocuparse, ésas eran realmente las perspectivas. Quiénes tienen o tenían la razón, no lo sé. No estoy en condiciones de juzgar objetivamente la situación por ser parte comprometida. Pero creo que es indudable que ninguno de los dos grupos tenía la verdad en sus manos, y que la visión de ambos es aún parcial. Sólo lo sabrán los jóvenes, cuando ellos mismos envejezcan y sean otros los que niegen sus puntos de vista. Así se va constru- yendo el saber, lentamente y con muchas dificulta- des, que los de mayor experiencia conocemos muy bien al aflorar las canas. Muchas veces somos nosotros mismos los que, discutiendo cosas vanas, frenamos el desarrollo que anhelamos. Entonces meditando si “eso sería todo en cuanto aperspectivas de la Zoología”, recordé el directorio de Científicos elaborado por la Academia Chilena de Ciencias del Instituto de Chile, que ha sido foco de algunas discusiones. Sin embargo, parecía ser un buen punto de partida para saber si había zoólogos en Chile y conocer cuántos se mencionan allí. Lo recorrí con cierto cuidado y me di cuenta que allí podía distinguir los mismos dos grupos. Algunos se reconocieron como zoólogos y curiosamente este grupo incluye parte importante, quizá la mayoría de los científicos más antiguos que se encuentran en la sala. Es una buena noticia para nosotros. Indica que aún hay zoólogos activos, aunque algunos les den el carácter de relictos. Aún más, su presencia indica que estamos convencidos de la necesidad de conti- nuar y mejorar tanto la investigación como la do- cencia zoológica. Allí en el directorio encontré académicos, que en su mayoría son profesores uni- 62 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 versitarios de diferentes niveles. El número más alto está constituido por profesores titulares y Aso- ciados (ver anexo 1). Otros son profesores asisten- tes. Y encontré varios que desempeñan cargos en la administración pública, que son independientes o están en el sector privado, estos últimos son los menos. Todos ellos de una calidad científica que deberíamos destacar y me gustaría realmente poder escribir un libro en el que se narre la trayectoria histórica de cada uno de ellos pues ya inscribieron su nombre en la historia de la ciencia en Chile y América Latina, y además atestiguan la vitalidad de esta rama de la ciencia que es la zoología. Sobre esta base concreta uno puede realmente pensar perspectivas de desarrollo si considera ade- más lo que sucedía en el país hace poco más de 50 años, o cuando algunos de nosotros recién egresaba de la Universidad. La primera Zoología que conocimos en nuestros estudios la aprendimos en textos de Zoología, sí de ZOOLOGIA, con mayúscula, preparados especial- mente para la Enseñanza Media, denominada en ese entonces Humanidades, por profesores de tanta valía en la ciencia como los fueron don Carlos Silva Figueroa y don Bernardino Quijada Burr, que su- pongo Uds. conocen de nombre por sus contribu- ciones científicas, pioneros en sus respectivos cam- pos. Fueron maestros y naturalistas. Me parece que con anterioridad sólo los textos de donR.A. Philippi se habían referido a aspectos de la fauna chilena que deberían ser enseñados en la Educación Secunda- ria. En ellos se intentaba complementar la cultura general humanística con un conocimiento bastante amplio de la ciencia, con énfasis en algunos aspec- tos de la fauna y flora chilenas. Sin embargo, al llegar al Instituto Pedagógico, uno de los pocos establecimientos universitarios donde se podía ad- quirir cultura zoológica, por razones históricas del momento en que se vivía se ilustraban las clases de preferencia con ejemplos extranjeros. Esta situa- ción, claramente anómala, que se trató de mejorar en los años siguientes, en gran parte por el esfuerzo incansable de uno de los discípulos de un profesor italiano contratado para hacer clases de Biología General en la Escuela de Medicina de la Universi- dad de Chile: el Prof. Dr. Juan Noé Crevanni, discípulo de Grassi. Noé dedicó gran parte de su tiempo en la campaña antimalárica y tuvo como ayudantes, entre otros, alos Dres. Parmenio Yáñez, Ottmar Wilhelm, Guillermo Mann, Amador Neghme, Roberto Donoso y Danko Brncic, cuya trayectoria e influencia en el desarrollo de diferentes aspectos Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 de la Zoología, por ser conocidos, no es necesario volver a destacar en esta oportunidad. Todos ellos tuvieron oportunidad de contribuir a la formación de la mayor parte de la primera generación de investigadores chilenos que ha con- tribuido al desarrollo de la Zoología en los últimos 50 años, por lo cual les debemos un especial reco- nocimiento en esta oportunidad. Hoy sus discípulos y los discípulos de sus discí- pulos continúan su labor, con las dificultades que son propias en esta clase de actividades. Aunque el panorama de la educación, sensu lato quizás podría haber sido mejor que el que vivimos, las circunstancias económicas, políticas y sociales del país han sido siempre factores indudablemente modeladores de la situación que vivimos en esta etapa del desarrollo de la Zoología. El balance que hemos hecho (o vamos a hacer) sobre Planes y Programas de Enseñanza de la Zoo- logía en pre y postgrado para lo cual fuimos convo- cados, permitereafirmar, categóricamente, que Chile cuenta con un núcleo importante de zoólogos, capa- ces de gastar parte de su tiempo y energías en formar nuevos cuadros, especializar otros y perfeccionar, O por lo menos reciclar, a los más antiguos. Además, está en condiciones de establecer cursos de capaci- tación en esta área de la ciencia, si el país así lo requiere. Bases de la formación de zoólogos La formación de los zoólogos, a mi juicio, debería basarse en el cultivo de las vocaciones de los más pequeños, hoy prácticamente abandonados al azar. Ya en los jardines infantiles es posible detectar esta vocación, al igual que otras, e irla desarrollando paulatinamente a través de todo el proceso educativo hasta llegar a la Universidad. Pero este desarrollo vocacional requiere de un cui- dado muy especial de los profesores, de los pedago- gos que actuarán como guías en los próximos años de la enseñanza y durante todo el desarrollo educa- tivo. En consecuencia nuestro énfasis, aunque pa- rezca raro, debería estar en la Educación Superior. Allí es donde deberíamos tener buenos zoólogos, desbordantes de entusiasmo, metódicos, constan- tes, perseverantes, con gran iniciativa para recupe- rar en muchos casos el nivel de la enseñanza de la Zoología, y al mismo tiempo ponerla al día, proyec- tarla hacia los años futuros. En tal sentido debería- mos procurar que, por lo menos, nuestros profeso- res universitarios de las escuelas y/o universidades formadoras de profesores cultiven esta ciencia al más alto nivel posible, constituyendo grupos de trabajo homogéneos y solidarios, facilitando las comunicaciones entre estos grupos, completando nuestras bibliotecas especializadas, proveyéndolos de órganos de publicaciones nacionales de calidad internacional que al mismo tiempo que publican artículos originales en idiomas científicos interna- cionales como el inglés, también tengan interés en publicar en español, o por lo menos tengan interés en incluir buenos resúmenes en este idioma oficial del país, para que sus contribuciones alcancen la máxima difusión posible, no sólo entre los especia- listas, sino entre los educadores nacionales y/o latinoamericanos. Revistas de esta naturaleza po- drían dar cabida también a algunos trabajos de síntesis, actualizados, sobre grupos zoológicos de interés nacional. Una revista de difusión, bien ilustrada y a nivel de enseñanza básica y/o media, dirigida al conoci- miento del ambiente de vida del hombre, debería complementar esta iniciativa. Hay otra necesidad referente a publicaciones. Es la producción de textos dirigidos a estudiantes y profesores. La experiencia indica que es una tarea que debemos asumir y que se requiere no sólo de la voluntad de elaborarlos, sino de la capacidad para obtener financiamiento para imprimirlos. No es fácil hacerlo individualmente. Quizás si intentamos un esfuerzo colectivo, comunitario y nos empeña- mos por llevarlo adelante a pesar de las dificultades inherentes, es probable que con la colaboración del Ministerio de Educación, que ha mostrado interés en mejorar la enseñanza científica y tecnológica, podamos concretarlo en un plazo prudente de uno o dos años, a más tardar, sobre la base de nuestro conocimiento actual. Necesidad de conocer la fauna La necesidad de conocer la fauna nacional se ha hecho cada vez más urgente ante la briosa acometi- da del hombre por explotar los recursos naturales, acometida que difícilmente se podrá frenar, pero, sería posible regular. La humanidad ha sentido el impacto de la explotación indiscriminada de laflora y de la fauna. Es así como zoólogos y botánicos hacen causa común para conservar la diversidad biológica, que algunos piensan es sólo un objetivo de carácter comercial. Pero, la celeridad de la des- trucción es tal que numerosas especies que con toda seguridad han existido ya han mermado sus pobla- 63 ciones a un estado crítico o han desaparecido sin que hayamos alcanzado a conocerlas por la destrucción de su hábitat. Hoy los zoólogos son casi los únicos que tienen conciencia de la necesidad de incrementar los espe- cialistas en esta área del saber al darse cuenta de nuestra ignorancia y la necesidad de superarla cuan- to antes. Sin embargo, se observa poco interés de parte de los estudiantes universitarios por dedicarse a carreras de esta naturaleza. Ellos, forzados a preocuparse de su futuro, buscan prioritariamente buenas posibilidades económicas, cultivando otras áreas del saber que a primera vista dan mayores remuneraciones en menor tiempo, logrando “un buen pasar”, situación que muchas veces no está al alcance de los que cultivan una ciencia como la Zoología. Creo que la mejoría de salarios para zoólogos está, por el momento, fuera de nuestro alcance, pero con la ayuda de los economistas comprometidos en el progreso de la ciencia, aunque sea como herramienta para mejorar la producción y la calidad de nuestras exportaciones. Congreso Chileno de Zoología Quisiera recordar que ya en la década del 60 hubo una Asociación de Zoólogos de Chile, que probablemente por nuestra inconstancia desapare- ció, pero dejó una huella indeleble al haber organi- zado el Primer Congreso Chileno de Zoología bajo el alero del Centro de Investigaciones Zoológicas de la Universidad de Chile, en Santiago. En este importante evento colaboraron oficialmente la Uni- versidad de Chile, la Universidad Católica de Chile, la Universidad de Concepción, la Universidad Aus- tral de Valdivia y la Universidad Católica de Valpa- raíso. En las actividades de este Primer Congreso participaron 80 delegados y 87 miembros asociados que dieron a conocer 90 comunicaciones distribui- das en las siguientes sesiones de trabajo: I. Zoología Taxonómica. II. Anatomía, Histología, Embriología, Morfolo- gía y Fisiología Comparadas. TI. Ecología y Biogeografía. IV. Genética, Evolución y Paleontología. V. Conservación, Protección de la Fauna, Zoolo- gía Aplicada. VI Temas generales. Los esfuerzos de ese Primer Congreso se com- plementaron con la presentación y discusión de 14 relatos oficiales referentes a la fauna chilena de 64 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Importancia Sanitaria y Económica. Sus resultados están publicados en “Investigaciones Zoológicas Chilenas” 7, 163 págs., bajo la dirección de un Comité de Redacción integrado por: Carlos Silva Figueroa, Zacarías Gómez, Amador Neghme, Humberto Fuenzalida y Luis Caparro, Guillermo Mann (Director) y Nibaldo Bahamonde N. (Editor). ¿No sería ya el momento de organizar el segun- do? Lograr mejorar esta deficiencia. Es probable que la formación de consorcios universitarios en diversas áreas específicas, la formación de centros interdisciplinarios con la colaboración de institu- ciones estatales y/o privadas pudieran permitir au- nar esfuerzos, tanto en potencial humano como en equipamiento y financiamiento para resolver pro- blemas contingentes que requieren de investigación básica. Asociación de zoólogos La unión de los zoólogos en una Sociedad Chi- lena de Zoología, que pudiese incorporar en calidad de miembros institucionales a Sociedades especia- lizadas activas en el campo científico, como las de Malacología, Crustaceología, Ictiología, Mastozoo- logía, Ornitología y otras, sin perder cada una de ellas su autonomía e identidad, me parece que sería importante. Podría estimular el desarrollo de todos los aspectos de la Zoología e incluso podría ser un grupo de presión independiente que permitiría pro- mover el mejoramiento de los cursos o la inserción de materias sobre Zoología en la educación. Facili- taría y ampliaría la cooperación y la colaboración entre sus miembros, así como también con laindus- tria, gobierno, organizaciones internacionales, etc. Permitiría también la organización de Talleres, interuniversitarios, para formación en Zoología, orientados a profesores de escuelas básicas y me- dias de Chile. Además, aceleraría una colaboración más expedita y eficaz con grupos orientados hacia la Educación Ambiental, teniendo como puntos focales: diversidad y calidad de vida. Permitiría intercambiar ideas sobre cómo la acción antrópica influye sobre la fauna y sobre el desarrollo susten- table, y la necesidad de un desarrollo armonioso basado en el conocimiento de los recursos físicos y sociales. Analizar cómo insertar la Zoología en un desarrollo integrado y cómo el conocimiento faunístico estimula el potencial creativo en los individuos. No hay duda que la formación de esta sociedad podría mejorar objetivamente nuestro pa- norama actual. Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Pero, ¿qué estrategias desarrollar para mejorar nuestro conocimiento zoológico y conocer mejor la fauna chilena? Elaboración de la “Fauna Chilensis” Quisiera una vez más hacer algunos recuerdos históricos para justificar nuestra tarea. Es necesario remontarse al 14 de septiembre de 1830, fecha en que el gobierno de Chile firma un Contrato con don Claudio Gay para escribir una “Historia de Chile” que contuviera las “producciones del país”. Como uno de sus resultados don Claudio escribió los 8 tomos de Zoología, que aún consultamos con pro- vecho, e ilustró algunos ejemplares en su Atlas Zoológico. Chile pasaba a ser uno de los pocos países americanos que disponía de un inventario con los componentes de su fauna, que se agregaba a su flora. En dicha obra en la que Gay aplicó un esfuerzo sobrehumano colaboraron los naturalistas más distinguidos de Europa. A ello se unía la instalación de un Gabinete de Historia Natural, que quedó situado en el Museo Nacional, fundado ya durante el gobierno de don José Miguel Carrera en los albores de la Patria, sobre la base de una colec- ción de minerales, conjuntamente con la Biblioteca Nacional y el Instituto Nacional. Chile, gracias al esfuerzo de sus gobernantes visionarios lograba tener su “Fauna chilensis”. Han pasado muchos años y aún no ha sido posible elaborar una obra semejante; actualizada; que, aunque necesaria, requiere de un enorme es- fuerzo de organización más que de financiamiento. Podríamos pensar que así como en la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos existe un fondo para financiar publicaciones históricas, como lo es porejemplo el Fondo Histórico y Bibliográfico José Toribio Medina, podría crearse por ley otro seme- jante, destinado a financiar una magna obra como sería ésta. El Museo Nacional de Historia Natural podría ser quizá el organismo que encabezará una iniciativa de esta naturaleza, formando por ejemplo una comisión nacional de carácter multi-insti- tucional, donde los zoólogos fueran sus principales protagonistas y pudieran aglutinar también esfuer- zos de carácter internacional, para lograr una obra de gran valía y de relevancia para el desarrollo del país, y que conservándola actualizada sería una base permanente de consulta para conocer sus re- cursos faunísticos. Esta iniciativa podría ser com- plementada con mapas zoogeográficos o, mejor, biogeográficos que mostrarán la realidad chilena en este campo, y de ser posible también los cambios históricos. Un esfuerzo parcial en este sentido fue hecho por la expedición de la Universidad de Lund a Chile en 1948-49 para el área marina y sus resultados se completaron sólo en los primeros años de esta década. Un esfuerzo como éste sólo puede concretarse con la colaboración de la comunidad científica nacional y a mi juicio requeriría de otras iniciativas coordinadas que deberían ejecutarse a nivel regio- nal interesando a las municipalidades del país por emprender un reconocimiento de los recursos natu- rales renovables que existen en las áreas que están bajo su jurisdicción, lo cual permitiría además que científicos naturalistas pudiesen colaborar remuneradamente en una iniciativa que está sin duda relacionada con el reconocimiento y aprove- chamiento sustentable de los recursos vivos que requiere el país, salvaguardándolos, al mismo tiem- po, para las generaciones venideras. Así podríamos lograr un mejor conocimiento de las áreas naturales del país y de la dinámica de sus recursos, en diferen- tes escalas de tiempo. En cuanto a la fauna marina, su conocimiento es notablemente deficitario Además, sabemos, de pri- mera mano cuanta información desperdiciamos, al retornar al mar muestras de comunidades marinas, por carecer deun Centro de Separación y Análisis de Muestras Oceánicas bien equipado, ágil y bien relacionado nacional e internacionalmente. Un ser- vicio de esta naturaleza recién iniciará su funciona- miento en el Museo Nacional de Historia Natural, sin que se haya valorado realmente la importancia de esta iniciativa para el conocimiento biológico de nuestro territorio tricontinental. Hoy, científicos europeos están preocupados de recuperar lo más rápidamente posible la informa- ción sobre sus recursos vivos y es así como UNESCO, por medio del programa PROMAR, con el patrocinio del gobierno holandés y la colabora- ción del Centro Experto para Identificación Taxonómica (ETI), una institución sin fines de lucro de la Universidad de Amsterdam, ha dado ya un tratamiento informático ala publicación: “Peces del Atlántico Nororiental y del Mediterráneo”, que tiene información sobre más de 1250 especies de peces. La tarea del ETI fue filtrar e introducir todos los datos básicos en el programa informativo LINNAEUS Il, de taxonomía normalizada. Eso sólo duró un año de trabajo. Sólo la sección biblio- grafía cuenta con más de 5.000 referencias. Un viejo amigo nuestro el Dr. Jean-Claude Herau, distinguido ictiólogo y profesor enel Museo Nacio- 65 nal de Historia Natural de París, que es uno de los autores del libro, ha sido el Redactor Jefe de la versión actualizada en CD-ROM. ETI organiza con apoyo de UNESCO una red internacional de taxonomía cuyos científicos co- Operan para avanzarenlainvestigación taxonómica, elaborar monografías electrónicas y ampliar así la información sobre biodiversidad. ETI cuenta con una “Base Mundial de Datos sobre Biodiversidad”, que es un sistema centralizado al cual se podrá acceder telefónicamente y estará disponible para aquellos científicos que tengan el material de acce- so necesario. Está previsto que dicha base de datos contenga información sobre más de un millón de especies. Esta referencia la obtuve del Boletín In- ternacional de Ciencias del Mar (Número 71) que publica UNESCO. No sé si alguno de Uds. ha acudido ya a esta Base de Datos. Quiero recordar una vez más que para que los computadores funcionen requerimos de datos que sólo pueden ser logrados por investigadores com- petentes, y en el caso específico nuestro, por zoólo- gos con conocimientos de excelente calidad y expe- riencias reconocidos a nivel internacional. Sin per- juicio de la necesaria colaboración que deben reci- bir de científicos y tecnólogos de otros niveles. Nuestra faunaes prácticamente única en el mun- do. No podemos esperar que venga desde el extran- jero el financiamiento para proyectos que nosotros deberíamos realizar íntegramente. Si somos tigres en lo económico, también deberíamos serlo en el área de la ciencia y de la tecnología. Es otra tarea por cumplir. Colaboración a nivel regional y comunal para explorar el territorio nacional Chile es un país largo y angosto, donde la naturaleza diariamente realiza sus experimentos que muchas veces somos incapaces de observar y más difícilmente de interpretar. Trasladarse con multitud de equipos de una región a otra es díficil, pero tenemos universidades a lo largo de todo el territorio, requeriríamos de mayor colaboración entre nosotros para proponer y conseguir financiamiento para la instalación de una red de laboratorios interuniversitarios que pudieran ser de uso común y que instalados en puntos claves quizá pudieran servir también para lograr registros continuos de algunas variables ambientales mínimas, que influ- yen sobre la vida de los animales. Este equipo podría ser complementado con laboratorios móvi- 66 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 les que pudieran ser arrendados. En este sentido pienso que la colaboración con botánicos y ecólogos es fundamental. Facilidades semejantes deberían estar disponibles en los parques nacionales. Desarrollo de una cultura científica nacional Emprender estas y otras tareas más, que aquí por muy importantes que sean no alcanzaremos a co- mentar, requieren aún de satisfacer la necesidad de desarrollar una cultura científica a nivel nacional para lo cual es imprescindible gastar mayor esfuer- zo en elaborar libros y libritos de difusión, muy bien ilustrados, destinados preferentemente ala comuni- dad escolar, básica y media, porque es allí donde hay mayor potencial de consumo. Esta labor debe- ría sercumplida por nuestros mejores zoólogos, que deberían considerarla impostergable y prioritaria y no como algo despreciable. Es probable que dialogando y dialogando pu- diésemos ponernos de acuerdo en cuanto a necesi- dades; pero será difícil, muy difícil llegar a un acuerdo para priorizarlas. La obscuridad aparece cuando hablamos de financiamiento. El dinero, en múltiples ocasiones ha desviado considerablemen- te nuestro interés científico y la urgente necesidad de conocer, por ejemplo, los efectos de la contami- nación. El impacto ambiental o la recuperación de áreas naturales degradadas hace que se ofrezcan sumas considerables en sueldos y equipos, asícomo otros atractivos para cambiar de línea de investiga- ción y/o docencia. Uno puede comprenderlo, pero es difícil aceptarlo. Creo que los científicos que están hoy en la vanguardia de la ciencia zoológica chilena tienen el deber de mostrar que el desarrollo de la ciencia básica es fundamental para el progreso del país y de la humanidad, que estimula el proceso creativo, nos permite comprender nuestro entorno, mostrar las interrelaciones entre todos los que habi- tamos el planeta tierra y asumir nuestras responsa- bilidades como actores en estos procesos. Todo esto sin perjuicio de buscar soluciones a los problemas contingentes, y avanzar hacia el futuro con paso firme, para asegurar la conservación de recursos que son únicos y que apenas conocemos y lograr la explotación sustentable de los recursos vivos, de la cual tanto hablamos. En todo caso no hay que desfallecer, siempre el mañana será mejor que el ayer. Debemos seguir haciendo esfuerzos coopera- tivos para lograr las metas, solos, individualmente, no alcanzaremos a insistir en estos tópicos. Sólo participando en el desarrollo directo del país podre- Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 mos lograr una influencia real sobre el destino de nuestro suelo, de nuestra fauna y de nuestra flora, a la cual está tan íntimamente ligada la vida de nues- tros organismos autóctonos. Salgamos de vez en cuando de nuestro laboratorio y alternemos con nuestros semejantes, aunque a veces el diálogo sea duro y quizás poco estimulante. Proyectos cooperativos interdisciplinarios e interinstitucionales La elaboración de proyectos interinstituciona- les e interdisciplinarios para obtener fondos concursables debería ser con el tiempo más fructí- fero y alo mejor nos daría más seguridad a nuestro quehacer. Además permitiría fomentar el trabajo grupal y mejorar la productividad del país, tanto en el área de la ciencia como en el de la producción, mejorando la calidad de vida y la sustentabilidad de los recursos como ahora ya lo desean los gobernantes. Chile espera la actividad zoológica La Antártica, la cordillera, el océano, la costa, la estepa, el desierto, el valle, ríos y lagos esperan nuestro accionar. Acerquemos profesionalmente a lajuventud hacia la naturaleza, sorprendámosle con sus secretos. ANEXO 1 CIENTIFICOS QUE DECLARARON SU INTERES POR LA ZOOLOGIA Y QUE ESTAN INCLUIDOS EN EL DIRECTORIO ELABORADO POR LA ACADEMIA CHILENA DE CIENCIAS (1993 -1994) A) Situación laboral: En Universidades: Total P.Titular P.Asociado P. Asistente 24 17 12 55 En otros sectores: Estatal Privado 5 3 8 Total General 63 B) Situación académica: Graduados: Doctorados Magister Licenciados 33 13 5 51 Profesionales: Profesores Geólogos M. Veterinarios Biólogo Marino 9 1 1 1 12 Total General 63 Aproximadamente son 63. Hay unos 10 más que se dedican a temas zoológicos, pero no lo han declarado. 67 mt AA poes E oIAOraNa Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 69-73, 1996 PECES MORIDOS DE LAS ISLAS DESVENTURADAS (TELEOSTEL, GADIFORMES, MORIDAE) Morid fishes from Desventuradas Islands (Teleostei, Gadiformes, Moridae) ROBERTO MELENDEZ C.* Y GERMAN PEQUEÑO R.** RESUMEN Se estudiaron dos ejemplares de Physiculus longicavis Parin, 1984, capturados entre 170 y 180 m de profundidad y tres ejemplares de Lotella fernandeziana Rendahl, 1921, captura- dos a 30 m de profundidad, todos provenientes de la Isla San Félix. Se entrega una breve descripción, con aportes sobre su morfometría y merística y se discuten aspectos de la distribu- ción geográfica de las especies estudiadas. INTRODUCCION La familia Moridae en Chile ha recibido escasa atención, probablemente debido a que en su mayo- ría son peces habitantes del talud continental oceá- nico, asociados aislas y “guyots” o cadenas monta- ñosas sumergidas (Howes, 1991). En una revisión de los móridos de Nueva Zelandia, Paulin (1983) indica que la familia, a nivel mundial, incluye 17 géneros y alrededor de 70 especies. Posteriormente, en un estudio mundial sobre Gadiformes, Cohen et al. (1990) indican que Moridae comprende 18 géne- *Museo Nacional de Historia Natural, Casilla 787, Santia- go, Chile. **Instituto de Zoología “Ernst F. Kilian”, Universidad Austral de Chile, Casilla 567, Valdivia, Chile. ABSTRACT Two specimens of Physiculus longicavis Parin, 1984, captured between 170 and 180 m depth, and three specimens of Lotella fernandeziana Rendahl, 1921, captured at 30 m depth, were studied. All specimens come from San Felix Island, off northern Chile. Brief descriptions, with new morphometric and meristic data, and a discussion on geographical distribution of both species are given. KEYWORDS: Moridae. Lotella. Physiculus. South Eastern Pacific. ros y alrededor de una centena de especies. En su listado de peces chilenos, Pequeño (1989) incluye ocho géneros en Moridae (Antimora, Austrophysis, Halargyreus, Laemonema, Lotella, Melanonus, Mora y Tripterophycis), sin embargo, dos géneros que incluye en Gadidae, Physiculus y Salilota, deben ser removidos y agregados a Moridae. El género Physiculus Kaup, 1858, se caracte- riza por la presencia de un barbo, un órgano luminoso en el vientre y la ausencia de dientes en el vómer. Según Pequeño (1989), en aguas chile- nas está representado por cuatro especies. Este género tiene una amplia distribución en el mun- do. El género Lotella Kaup, 1858, se caracteriza por la presencia de un barbo, dientes caniniformes en el vómer y ausencia de un órgano luminoso en el vientre. Este género contiene alrededor de una do- 69 cena de especies nominales y necesita una revisión taxonómica (Cohen et al., 1990). Al parecer, su distribución estaría restringida al Océano Pacífi- co. Las islas San Félix y San Ambrosio (conocidas en conjunto como Islas Desventuradas) se ubican a unos 850 km al oeste del puerto de Chañaral, aproxi- madamente en 26” 17” 00” S y 8005” 40” W. Su ictiofauna es poco conocida, registrándose hasta la fecha una veintena de familias (Sepúlveda, 1987), pero según uno de los autores (G. P.), aumentará sustancialmente en una próxima publicación. En esta oportunidad señalamos a la familia Moridae, nueva para las Islas Desventuradas, con los prime- ros registros de Physiculus longicavis, Parin, 1984 y Lotella fernandeziana Rendahl, 1921. MATERIALES Y METODOS Los peces provienen de la Isla San Félix y fueron capturados con anzuelo o bien porque se enredaron en trampas para obtener al decápodo macruro Jasus frontalis (H. Milne-Edwards, 1837) (“Langosta de Juan Fernández”). El material estu- diado se encuentra preservado en alcohol de 70% y depositado en la colección de peces marinos de la Universidad Austral de Chile (IZUA-PM). Las mediciones morfométricas utilizadas si- Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 guen aquéllas descritas por Hubbs y Lagler (1964) y Paulin (1989). RESULTADOS Physiculus longicavis Parin, 1984 (Fig. 1). Material examinado: IZUA-PM, 1458, un ejemplar, 359 mm LS, Isla San Félix (26? 27” S, 799 54” W), 180 m prof., 9 octubre 1991; Col. Alex Wilder B/P “Carlos Darwin”. IZUA-PM 1687, un ejemplar, 345 mm £S, Isla San Félix, aprox. 170 m prof., 13 marzo 1992. Col. Alex Wilder B/P “Car- los Darwin”. Breve descripción: Cuerpo alargado, termina- do en un delgado y bajo pedúnculo caudal. Boca grande; espacio interorbital generalmente de ma- yor tamaño que el diámetro orbital. Barbo de menor longitud que el diámetro orbital. Dientes pequeños, en felpa, similares en ambas mandíbulas. Sin dien- tes en el vómer. Branquispinas cortas, en su extre- mo distal con un leve engrosamiento y pequeñas espinas. Notorio órgano luminiscente en el vientre, circular a ovoide y separado completamente del ano. Primera aleta dorsal corta. Segunda aleta dor- sal aproximadamente de igual extensión que la aleta anal. El radio de mayor longitud de la aleta pélvica sobrepasa el ano. Otras características mor- fométricas y merísticas, en la Tabla 1. FIGURA 1. Physiculus longicavis, IZUA-PM 1458. Arriba: El pez completo; abajo, detalle de la región anterior de la aleta anal, precedida por el ano y por el órgano luminoso. 70 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 TABLA 1. Características morfométricas (en % LS) y merísticas de Physiculus longicavis Parin, 1985, capturados en Isla San Félix. Presente Paulin Trabajo 1989 Longitud estándar (mm) 345-359 132-154 Morfometría en % LS: Longitud de la cabeza 27.1-28.2 24.3-28.2 Distancia preorbital 7.2-7.5 6.1-7.3 Distancia interorbital 5.8-5.9 4.3-6.4 Diámetro orbital 5.8-6.4 6.2-6.8 Distancia postorbital 15.3-15.6 Longitud del maxilar 13.0-13.5 11.7-13.4 Longitud del barbo 4.1-4,3 3.5-7.0 Distancia pre primera aleta dorsal 30.7-30.9 26.2-31.1 Base primera aleta dorsal 6.5-7.3 Distancia pre segunda aleta dorsal 38.1-38.4 Base segunda aleta dorsal 57.0-57.1 Distancia pre aleta pectoral 29.2-29.3 Base aleta pectoral 4.8-5.0 Distancia pre aleta pélvica 26.1-28.6 Longitud máxima aleta pélvica 16.8-17.5 Distancia pre aleta anal 37.3-42,3 Base aleta anal 60.7-61.2 Altura corporal en origen de la aleta anal 21.5-23.0 Altura mínima del pedúnculo caudal 2.8 2.2-2.7 Altura máxima de la primera aleta dorsal 10.9-11.8 Distancia inserción aleta pélvica al origen de la aleta anal (en mm) 47.9-50.6 En % de la distancia inserción aleta pélvica al origen de la aleta anal: Distancia inserción aleta pélvica al origen órgano luminiscente 26.0-27.9 26.4-26.9 Longitud total órgano luminiscente 13.2-16.3 13.6-14.8 Distancia de margen posterior del órgano luminiscente al origen de la aleta anal 15.7-18.9 17.7-18.3 Merística T aleta dorsal 8-9 8-9 Il aleta dorsal 69 63-67 Aleta anal 70-71 70-74 Aleta pectoral 25 23-27 Aleta pélvica 7 7 Branquispinas 4+(8-9) (3-4)+(9-12) Color en formol 10%: Cuerpo completamente café claro, con algunos tintes amarillentos hacia la parte posterior del cuerpo. Zona de las vísceras azulosa. Bordes de la segunda aleta dorsal y anal más obscuras que el resto de las aletas. Distribución geográfica y batimétrica: Origi- nalmente, Parin (1984) señala a esta especie para la porción sur de la Cordillera Sumergida de Nazca y a profundidades entre 160 y 290 m. Este nuevo registro amplía la distribución conocida de esta especie hasta la isla San Félix, encontrándose en los rangos batimétricos indicados por el descriptor de la especie. Comentarios: Según Paulin (1989), esta espe- cie es fácilmente reconocible de las demás especies de Physiculus por el mayor tamaño y posición del órgano luminoso ventral. Otra especie que ocurre en simpatría con P. longicavis en la Cordillera de Nazca es P. luminosa Paulin, 1983, la cual es fácilmente reconocible porque posee branquispinas de forma más alargada que aquellas de P. longicavis, la cual a su vez presenta branquispinas de pequeño tamaño, con pequeñas y notorias espinas en su extremo distal. El registro de esta especie en aguas profundas de laisla San Félix revela la posible relación que existe entre esta área y la Cordillera Sumergida de Nazca. Pequeño (1989) asigna al género Physiculus la especie P. marginata (Gúnther, 1878). Sin embar- go, Paulin (1989), en surevisión mundial del género no considera a tal binomio, debido a que en una publicación anterior (Paulin, 1983) la incluyó en el género Austrophycisy, por sus argumentos, consi- deramos conveniente aceptar su proposición. FIGURA 2. Lotella fernandeziana, IZUA-PM 1476. 71 Lotella fernandeziana Rendahl, 1921 (Fig. 2). Material examinado: IZUA-PM 1674, unejem- plar, 268 mm LS, Isla San Félix, 10 octubre 1991, Col. Alex Wilder B/P “Carlos Darwin”, aprox. 30m prof. IZUA-PM 1476, 2 ejemplares, 301 y 333 mm ES, Isla San Félix, 17 diciembre 1991, Col. Alex Wilder, aprox. 35 m prof. Breve descripción: Cuerpo alargado, termina- do en un pedúnculo caudal bajo y comprimido. Boca grande, con fuertes dientes caniniformes. Es- pacio interorbital generalmente de mayor tamaño que el diámetro orbital. Barbo de mayor longitud que el diámetro orbital. Sin órgano luminiscente ventral. Primera aleta dorsal corta. Segunda aleta dorsal de mayor longitud que la aleta anal. Los radios más prolongados de la aleta pélvica no sobre- pasan el ano. Otras características morfométricas y merísticas se presentan en la Tabla 2. TABLA 2. Características morfométricas (en % LS) y merísticas de Lotella fernandeziana Rendahl, 1921. Presente Meléndez y Trabajo Villalba (1992) Longitud estándar (mm) 296-333 223-292 Morfometría en % LS: Longitud de la cabeza 26.8-28.6 26.8-27.9 Distancia preorbital 7.0-7.8 Distancia interorbital 5.3-5.7 5.6-6.6 Diámetro orbital 4.7-5.8 4.1-4.8 Distancia postorbital 15.8-17.8 Longitud del maxilar 12.8-13.5 Longitud del barbo 8.3-9.2 Distancia pre primera aleta dorsal 29.2-29.5 Base primera aleta dorsal 5.6-6.0 Distancia pre segunda aleta dorsal 34.6-36.3 Base segunda aleta dorsal 57.6-58.2 58.9-62.0 Distancia pre aleta pectoral 27.1-29.4 Base aleta pectoral 4.8-5.6 Distancia pre aleta pélvica 23.9-27.8 Longitud máxima aleta pélvica 14.0-14.9 Distancia pre aleta anal 46.2-48.4 Base aleta anal 50.0-51.6 48.4-53.2 Distancia pre ano 43.5-45.7 Altura del cuerpo en origen aleta anal 22.0-22.7 Altura mínima pedúnculo caudal 4.3-4.6 Altura del cuerpo en origen de la primera aleta dorsal 10.9-11.8 Merística: T aleta dorsal 5-6 5 II aleta dorsal 58-62 64 Aleta anal 52-55 60 Aleta pectoral 24 24 Aleta pélvica 9 Branquispinas (6-73 (01-843 72 Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 Color en formol 10%: Cuerpo desde totalmen- te blanquecino amarillento a pardo claro, en la zona superior a media del cuerpo; la parte ventral blan- quecina amarillenta. Distribución geográfica y batimétrica: Esta especie ha sido citada para el Archipiélago de Juan Fernández por Rendahl (1921), Sepúlveda y Peque- ño (1985); Meléndez y Villalba (1992) y Meléndez et al., 1993), entre otros. Años atrás se había publi- cado una sinonimia, que incluyó valiosas referen- cias, con confirmación de la presencia de L. fernan- deziana para el Archipiélago señalado (Fowler, 1943). Recientemente, Cohen et al. (1990) citan entre otras a esta especie para Juan Fernández, bajo la advertencia “...Tentative distribution of some Lotella species...”. Sepúlveda (1987) la señala tam- bién como habitante de la zona Australia-Nueva Zelandia. La profundidad de captura de los nuevos registros oscila entre 30 y 35 m aproximadamente, ya que se obtuvieron con anzuelos y la curvatura de las líneas de los hilos no se calculó. Comentarios: El presente registro corresponde al primero del género y de la especie para las Islas Desventuradas, debiendo notarse que las capturas sólo corresponden a San Félix y que será necesario corroborar su presencia en la cercana San Ambrosio. También esta especie corrobora la existencia de una importante afinidad ictiogeográfica entre las Islas Desventuradas y el Archipiélago de Juan Fernán- dez. En cuanto a la distribución batimétrica, aunque el descriptor original no señala la profundidad de captura (Rendahl, 1921), ni tampoco lo hacen otros autores (e.g. Steindachner, 1898; Norman, 1937), por el tipo de ictiofauna estudiada en sus respecti- vos trabajos, puede colegirse que se trató de captu- ras de poca profundidad, probablemente similares a las conocidas a través de nuestros nuevos registros. DISCUSION La presencia de Lotella fernandeziana en las Islas Desventuradas puede considerarse como algo que estaba en los pronósticos ictiológicos, debido a su topotipo geográficamente cercano. Sin embargo no había expectativas acerca de otros móridos des- critos hace relativamente poco tiempo, como es el caso de Physiculus longicavis. Debe aclararse que los especímenes aquí estudiados fueron errónea- mente considerados como Physiculus luminosa Paulin, 1983, en una contribución sobre ictiogeo- grafía de las Islas Desventuradas (Pequeño y Lamilla, 1996); pero ello no cambia mucho la consideración Bol. Soc: Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996 ictiogeográfica de las islas que ellos proponen, en el sentido que éstas serían el punto más oriental en la llamada región zoogeográfica del Indo-Pacífico Occidental. Anteriormente, ya existía una proposi- ción, en el sentido que tal región zoogeográfica se extendería hasta las cordilleras sumergidas de Naz- ca y de Sala y Gómez (Parin, 1991). Los autores de esta contribución consideran que hay evidencias para extender la región hasta las Islas Desventura- das y pronostican que seguramente en pocos años, se incrementarán las evidencias de ictiofauna en común entre estas islas y otras de la Oceanía, refiriéndose especialmente a formas bentónicas y demersales. En parte, estos conceptos han variado por la realización de nuevas exploraciones, pues la zona era muy mal conocida. También, los avances en topografía submarina del Pacífico Oriental indi- can que una larga cordillera vincularía a islas como Ducie, Henderson, Pascua, Sala y Gómez e Islas Desventuradas, pero no al Archipiélago de Juan Fernández (Rodrigo, 1994). Estos últimos hallaz- gos probablemente contribuyan a explicar mejor algunos de los patrones de distribución geográfica de los peces de estos remotos parajes. AGRADECIMIENTOS Se agradece la colaboración del capitán Sr. Alex Wilder (Pesquera “Chris”, Valparaíso), quien obtu- vo los ejemplares estudiados, con acuciosa data de terreno. El Programa Oceanopolítico Integrado (POLI) de la Armada de Chile y el Comité Oceano- gráfico Nacional (CONA) otorgaron facilidades para conocer los lugares de muestreo en la isla San Félix. Este trabajo constituye resultados parciales del Proyecto S-93-41, de la Universidad Austral de Chile. BIBLIOGRAFIA Cohen, D.M., T. Inada, T. Iwamoto y N. Scialabba. 1990. FAO Species Catalogue. Vol. 10. Gadiform Fishes of the World (Order Gadiformes). An annotated and illustrated catalo- gue of cods, hakes, grenadiers and other gadiform fishes known to date. FAO Fish. Syn., 125 (10): 1-442, Rome. Fowler, H.W. 1943. Fishes of Chile, Systematic Catalog. Part, Teleostomi, Rev. Chil. Hist. Nat., 46-47 (1942-43): 15-116. Howes,G.J. 1991. Biogeography of gadoid fishes. J. of Biogeogr. 18: 595-622. Hubbs, C.L. and K.F. Lagler. 1964. Fishes of the Great Lakes Region. Univ. of Michigan Press, 213 pp., Ann Arbor. Meléndez C., R., O. Gálvez H. y A. Cornejo C. 1993. Catálogo Colección de Peces Depositada en el Museo Nacional de Historia Natural de Chile, Mus. Nac. Hist. Nat., Publ. Oc., 47:1-224. Meléndez C., R. y C. Villalba. 1992. Nuevos registros y antece- dentes para la ictiofauna del Archipiélago de Juan Fernán- dez, Chile. Est. Oceanol., 11: 3-29. Norman, J.R. 1937. Coast Fishes. Part II. The Patagonian Region. Discovery Reps., 16: 1-150. Parin, N.V. 1984. Three new species of the genus Physiculus and other marine fishes (Moridae, Gadiformes) from the seamounts (submarine uplifts) of the Southeastern part of the Pacific Ocean. Vopr. Ikhtiol., 24 (4): 531-544. Citado de acuerdo con la traducción al inglés: Parin, N.V. 1985. Three new species of the genus Physiculus and other fishes (Moridae, Gadiformes) from the submarine seamounts of the Southeastern Pacific Ocean. J. of Ichthyol., 24 (4): 46- 60. Parin, N.V. 1991. Fish fauna of the Nazca and Sala y Gomez submarine ridges, the easternmost outpost of the Indo-West Pacific Zoogeographic region. Bull. Mar. Sci. 49 (3): 671- 683. Paulin, C.D. 1983. A revision of the Family Moridae (Pisces, Anacanthini) within the New Zealand region. Rec. Nat. Mus. N.Z., 2 (9): 81-216. Paulin, C.D. 1989. Review of the morid genera Gadella, Physiculus, and Salilota (Teleostei: Gadiformes) with descriptions of seven new species. N.Z. J. Zool., 16: 93-133. Pequeño R., G. 1989. Peces de Chile. Lista Sistemática Revisa- da y Comentada. Rev. Biol. Mar., Valparaíso, 24 (2): 1-132. Pequeño, G. y J. Lamilla. 1996. Desventuradas Islands: the easternmost outpostof the Indo-West Pacific zoogeographic region. Rev. Biol. Trop., 44 (2): 887.889. Rendahl, H. 1921. The Fishes of Juan Fernandez Island, /n: C. Skottberg (Ed.). The Natural History of Juan Fernandez and Easter Island, 3: 49 - 58, Uppsala, Almquist € Wiksells. Rodrigo, C. 1994. Características morfológicas, geológicas y geofísicas del lineamiento submarino de Pascua. Tesis, Fac. Recursos Nats., Univ. Católica de Valparaíso, 150 pp. Sepúlveda, J.I. 1987. Peces de las Islas Oceánicas Chilenas, pp. 225-245, In: J.C. Castilla (Ed.), Islas Oceánicas Chilenas: Conocimiento Científico y Necesidades de Investigacio- nes, Ed. Univ. Católica de Chile, Santiago. Sepúlveda, J.I. y G. Pequeño. 1985. Fauna íctica del Archipié- lago de Juan Fernández, pp. 81-91, In: P. Arana (Ed.), Investigaciones Marinas en el Archipiélago de Juan Fer- nández. Escuela de Ciencias del Mar, Univ. Católica de Valparaíso. Steindachner, F. 1898. Die Fische der Sammlung Plate. Fauna Chilensis. Abhand. Kenntniss Zool. Chiles Samm., Zweit Heft, L. Plate, 1: 281-338. 73 islas $ EW le 0 dad a ue sil lit a MAS Jalea Li AT A y Rial. ed Cua ñ Ai LEO APTOS Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 75-75, 1996 MARTINTELLA A NEW NAME FOR MARTINELLA ARTIGAS Y PAPAVERO, 1995 (DIPTERA, ASILIDAE) Martintella un nuevo nombre para Martinella Artigas y Papavero, 1995 (Diptera, Asilidae) JORGE N. ARTIGAS* ABSTRACT Martintella a new name for the preoccupied (Mollusca) genus Martinella Artigas y Papavero 1995 (Diptera, Asilidae), is proposed. KEYWORDS: Asilidae. Taxonomy. Nen name. Martintella. Martinella. América. RESULTADOS Martinella Artigas y Papavero was created in 1995 in: “The American genera of Asilidae (Diptera): Keys for identification with an Atlas of Female Spermathecae and other Morphological Details. IX.9. Subfamily Asilinae Leach - Myaptex group, with the proposal oftwo new genera and a catalogue of the neotropical species”. During the course of compiling the last volume of the Zoological Record, the producer, Mrs. Joan Thorne, Editorial Manager, found that the name Martinellais preoccupied ina molluscan, published by Jousseaume in 1887 as listed in: *Jorge N. Artigas. Departamento de Zoología, Universi- dad de Concepción, Casilla 2407, Concepción, Chile. e.m.: jartigas Ohalcon.dpi.udec.cl RESUMEN Se propone el nombre Martintella para reemplazar el nom- bre Martinella Artigas y Papavero (Diptera, Asilidae), preocu- pado en Mollusca. Vaught, K.C. A classification of the living Mollusca. American Malacogist, Inc. Melborne, Florida. 1989. The newname for Martinella Artigas y Papavero 1995 will be Martintella n. name. Type species of the genus: Asilus lestes Williston, 1901. The authors thanks Mrs. Joan Thorne for her kind help. BIBLIOGRAPHY Artigas, J. N. y N. Papavero, 1995. The American genera of Asilidae (Diptera): Keys for identification with an Atlas of Female Spermathecae and other Morphological Details. IX.9. Subfamily Asilinae Leach - Myaptex group, with the proposal oftwo new generaand acatalogue of the neotropical species. Rev. Chilena de Entomología 22: 55-73. Vaught, K.C., 1989. A classification of the living Mollusca. American Malacogist, Inc. Melbourne, Florida. Williston, S.W., 1901. Supplement (part), pp. 249-272, 273- 296, 297-328, 329-332, pl. 4-5, pl. 6, figs 1-6, in Godman y O. Salvin, eds., Biologia Centrali Americana. Zoologia- Insecta-Diptera, I: 378 pp.,6 pls. London. US Ñ PT XÍ 0 Id cd A MA pta ES Y aGAN mm AA IU olas pg Ian e EQ EE Alain eb ani) ade coto lod Gar ade ho nofaiado A RA, IA an AA A fall DR Aj A E A NN do gado ag dept ¡ER ESE MENOS 0 A a o A en a isa le iia REGLAMENTO DE PUBLICACION DEL BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGIA DE CONCEPCION El Boletín de la Sociedad de Biología de Con- cepción publicatrabajos científicos que tengan como base las ciencias biológicas en su sentido más amplio. Esta revista aparece en la forma de uno o más volúmenes al año constituidos por un número variable de trabajos. El idioma oficial de esta publi- cación es el español, reservándose el editor el dere- cho de autorizar la publicación en otras lenguas. Los trabajos publicados deberán ser previamen- te expuestos en una Sesión de Lectura de la Socie- dad de Biología de Concepción, por el Socio intere- sado o su representante. Las contribuciones son de dos categorías: trabajos propiamente tales y notas científicas. Los trabajos mayores son aquellos cuyo manuscrito tiene una extensión mínima de seis (6) páginas y máxima de treinta (30) páginas tamaño oficio dactilografiadas a espacio y medio. Las notas científicas son trabajos de menos de seis (6) páginas dactilografiadas. En todo caso, el editor decidirá su clasificación. Los trabajos mayores y las notas se publicarán a dos columnas. Los primeros deberán contar a lo menos con las siguientes partes: Título en el lengua- je original, Título en inglés, Nombre del Autor(es) y Lugar(es) de Trabajo, Resumen, Abstract, Keywords, Introducción, Materiales y Métodos, Resultados, Discusión, Conclusiones, Agradeci- mientos y Bibliografía. Las notas por su menor extensión podrán no indicar explícitamente algunas de estas partes, aunque siempre deberán llevar Títu- lo, Keywords, Bibliografía, Resultados. Tanto las notas como los trabajos mayores serán enviados a revisión por pares. Los autores recibirán de vuelta los trabajos con las correcciones sugeri- das, debiendo ajustar sus manuscritos a esas suge- rencias. La aceptación definitiva de un manuscrito dependerá de la evaluación de los pares y de su posterior modificación por parte del autor si así fuere necesario. Ocasionalmente podrá el Directorio de la Socie- dad de Biología de Concepción autorizar la dedica- ción de un volumen completo a un trabajo de gran envergadura si la calidad e importancia de éste lo justificaren. Características que deben reunir los manuscritos para ser aceptados por el Editor 1. Ser expuestos previamente en una Reunión de la Sociedad de Biología de Concepción. 2. Cada manuscrito entregado con dos copias car- bón o xérox debe ser escrito a espacio y medio, con margen superior a 2 cm, por todos los contornos de la página. Debe incluir las diversas secciones men- cionadas más arriba e indicar precisamente dónde deben ir figuras, láminas, tablas, gráficos. 3. Si el trabajo incluye Tablas, éstas deben ir nume- radas correlativamente con números romanos, indi- cando su lugar en el manuscrito. Cada Tabla debe llevar una leyenda apropiada en la parte superior. 4. Las ilustraciones pueden ser dibujos de figuras o gráficos y fotografías. Los primeros deben ser con- feccionados con tinta china en papel diamante o papel blanco, grueso y de buena calidad. Deben ser numeradas correlativamente con números arábigos, ser convenientemente aludidas en el texto e indicar- se su posición dentro del manuscrito. Las explica- ciones de las figuras pueden ser dactilografiadas acompañando a cada figura dentro del texto o ser agrupadas en hojas aparte. Las fotografías deben ser bien contrastadas y en papel brillante. 5. Tanto las fotografías como los dibujos pueden aparecer separadamente en el texto o reunirse en láminas que pueden intercalarse en el texto O agru- parse al final del mismo. Para los efectos de reduc- ción de láminas o figuras debe tenerse en cuenta que el tamaño útil máximo de una página impresa es de 21 cm de alto por 15 cm de ancho, con una diagonal de 26 cm. Se recomienda que el tamaño de las láminas entregadas en el original no exceda del doble de la diagonal indicada más arriba. Si la explicación de las figuras de la lámina va al pie de la misma, el espacio necesario para ello debe consi- derarse dentro de las medidas indicadas. Al reverso delas figuras, fotografías o láminas debe inscribirse el nombre del trabajo, autor y número que le corres- ponda. 6. En el manuscrito deben subrayarse con línea continua sólo los nombres científicos de géneros, subgéneros, especies, subespecies, locuciones y diagnosis en latín. 7. No se publicarán palabras con todas las letras mayúsculas en el texto. Esta forma se reservará para títulos, subtítulos, abreviaturas de Instituciones y otros autorizados por el Editor. Los nombres de autores irán con mayúsculas y minúsculas sin su- brayar. 8. En el manuscrito se debe indicar con absoluta claridad los títulos y subtítulos (dactilografiados ambos con mayúsculas). Las cabezas de párrafo que sea necesario destacar pueden indicarse imitando negrita si el manuscrito se hace con un procesador de texto o subrayando con línea cortada. La estruc- tura final del manuscrito puede ser alterada respecto del original para acomodarse al estilo del Boletín. 9. La Bibliografía deberá incluir sólo las citas del texto. Estas deberán hacerse en la forma más abre- viada posible, v. gr. Gómez (1981: 46), lo que indica autor, año y página; si son varios autores: Gómez et al. (1902:107). No debe indicarse en el texto referencias bibliográficas ni aludir a éstas por un número guía como se acostumbra en otras publi- caciones. Si un autor tiene más de un trabajo en un mismo año, se les debe distinguir agregando letras consecutivas después del año, v. gr. Gómez (1946a: 49; Pérez, 1958c). 10. La lista de los autores aludidos en el texto debe llamarse Bibliografía. La forma de presentarla se ajustará en lo posible a los siguientes ejemplos: a. Cita de libros y folletos: Weisz. G. A. 1966. The Science of Biology. McCraw-Hill Book Co. USA. 879 págs. Borror, J.D. y D. M. DeL ong, 1966. An Introduction to the study of Insects. Holt, Rinehart € Winston. USA. 819 págs. b. Artículos en revistas: Androsova, E.I. 1972, Marine Invertebrates from Adelie Land, collected by the XIlth and XVth Antarctic Expeditions. 6, Bryozoa. Théthys suppl. 4: 87-102. Banta, W. C. 1969. The body wall of the Cheilosto- mata bryozoalI. Interzoidal Communication Organs. J. Morph. 129 (2): 149-70. c. Artículos de un autor en un libro de otro autor o editor: Theodorides, J. 1963. Nématodes: 693-723, In Grassé, P.P. y A. Tétry (Eds.) Zoologie I. Encyclopédie de la Pléiade 14. Librairie Gallimard, Paris, 1.242 págs. 11. Los nombres de las revistas botánicas deben abreviarse de acuerdo al B-P-H (Botanico- Periodicum-Huntianum). 12. Si un trabajo, por alguna especial circunstancia, deba ser publicado en forma diferente a las disposi- ciones anteriores, el autor debe exponer su petición al Director Responsable del Boletín (el Editor). Costos de Publicación 1. Los socios con sus cuotas sociales al día, que no tengan respaldo de proyectos institucionales y cu- yos manuscritos fueren aceptados para publicación en el Boletín, recibirán 50 apartados libres de cos- tos. 2. Los socios con respaldo de proyectos institucio- nales (universitarios, regionales, nacionales o inter- nacionales) y cuyos manuscritos fueren aceptados para publicación en el Boletín, deberán cancelar US$ 15 por página impresa pagaderos antes de la entrega de los apartados. Cada socio, en este caso, recibirá 50 apartados de su trabajo libres de costo y con franqueo incluido. 3. Los no socios cuyos manuscritos fueren acepta- dos para publicación en el Boletín deberán cancelar US$ 15 por página impresa pagaderos antes de la entrega de los apartados. Cada autor, en este caso, tendrá derecho a 50 apartados libres de costo cuyo envío dentro del país ascenderá a US$ 5 y fuera del país a US$ 20. Esta publicación se terminó de imprimir, el 30 de diciembre de 1996, en los talleres de EDITORA ANÍBAL PINTO S.A., Maipú 769, Concepción, Chile. . - SOCIEDAD DE BIOL: Gl Fundada el 30 de abril de Presidente: Secretario: Tesorero: ' Director: AA Ñ Director: SN . GUILLERMO. GR IT O EA O SALVADOR (INDUVA SN DIRECTORIO ACTUAL NOS Preside o DR. JUAN CARLOS ORTIZ Z. Vicepresidente: "0000000 DR.WALDO VENEGAS S. Secretaria: os iS O SRA AURORA. QUEZADA OQ. Tesorero A FONS: VICTOR Ho RUIZR+ 000 0 o NO Bibliotecarios a DR ROBERTO A. RODRIGUEZR. | O ONO Director del Boletín: 1,000. o SR. HUGO MOYANO Gs Subdirector del Boletín: EEN á DR. RAMON AHUMADA a NN PUBLICACIONES DE LA SOCIEDAD. —Boletín de la Sociedad de Biología de ope , na da e a de la Sociedad de. Biologia de Concepción. ir Deseamos Ea canje c con ¿todas la publicaciones si ila We wish to establish exchange with all similar rada CORRESPONDENCI Sociédad de BiologíA de Conc Casilla 4006; Correo. 3 CONCEPCION-CHILE MU ISO) A): mo E AI INSTITUTION LIBRARIES