A DARA O | > A E E A ¿A AU E dE E EE EC E + EEE ACER A CUCA A AA $$ AS e e E E áC E d e S « ] CARES CEE IEA EEC CAUCE EA ce E e EG SS ( a E ES ¿GA E | COCA EE AC AA á ELE E E: CUE AS Eo ES : E «E ¿ dd C o. E: «E > Q Ea E a £ RA e LENA fa p INS . NY E EEN: Ya 4 y ABITDESA Ad AN) CE 3 N só Y” y E o EA HA. Y CO da 2 y LN z COIN y / é y AO dos Y / N ” y y ' ! A y a LA E BOLETIN .. /-5 _DE LA COMISION GEOLÓGICA DE MÉXICO INEM FAUNA FOSIL DE LA SIERRA DE CATORCE SAN LUIS POTOSI e DEL E RECTOR LA COMISIO! JOSE G. AGUILERA Geólogo Paleontologista I3LICS MÉXICO, D. F. IMPRENTA DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS Calle de Meleros, antigua Plaza del Volador. 13895 y AN Y a nÓR PRIMEROS ESTUDIOS DE LA FAUNA FÓSIL DE LA SERRANÍA MINERAL DE CATORCE EN SAN LUIS POTOSI. En el presente trabajo nos proponemos confirmar la existencia del siste- ma Jurásico en México, describiendo las formas que se encuentran más co- munmente en las localidades más cercanas á la población, y que son también las más características. Por mucho tiempo sólo se ha indicado la existencia del Jurásicoen México; y como, por otra parte, las rocas de este sistema no se encuentran frecuente- mente á descubierto, no se había hecho un estudio detenido de estas forma- ciones en nuestro país. En este estudio tendremos oportunidad de indicar la vasta distribución geográfica del Jurásico, y si bien hasta aquí no se había fijado la atención de los geólogos mexicanos, y de los extranjeros que han viajado por la República, en nuestras rocas jurásicas, esto era debido en parte á que el sistema Jurásico en México se encuentra en puntos muy lejanos unos de otros, muchos de ellos de dificil acceso; contribuyendo también á ser me- nos reconocibles dichas rocas, la doble circunstancia de su escasez en fósiles bien conservados y perfectamente característicos; y la del paso gradual al sistema Cretáceo, que por todas partes le cubre con una intercalación de mar- gas apizarradas más y más calcáreas, que por un lado terminan en las calizas IV PREFACIO. compactas fosilíteras cretáceas, y por otro en margas apizarradas y arenis- cas margosas ya pertenecientes al Jurásico. Esta zona de transición de uno á otro sistema está comunmente destituida de fósiles 6 bien contiene formas de paso que hacen sumamente difícil el establecer la línea divisoria entre uno y otro sistema, y se prestan, en cambio, á que se las considere como perte- necientes á la base del Cretáceo. Por este motivo se comprenderá fácilmente por qué existiendo el Jurásico en México, apenas había sido reconocido en la serie estratigráfica. Los depósitos Jurásicos que conocemos hasta la fecha en México, per- tenecen en su mayoría á la división superior del sistema, pero existen tam- bién lugares en donde se presentan el Jurásico Medio y el Inferior. Es cierto que algunos autores, engañados por el aspecto de las calizas cretáceas mexicanas, han referido gran parte de ellas al Jurásico, por tener, según ellos dicen, marcadísima semejanza con la caliza del Jura; pero como se puede ver en el Bosquejo geológico dela República, todas estas calizas las hemos referido al Cretáceo, fundándonos en los fósiles que contienen, que son formas cretáceas; muchos de ellos exclusivos de este sistema. Nos corresponde citar aquí algunos párrafos de las opiniones que sobre la Geología han emitido diversos geólogos que han visitado en diferentes épo- cas las localidades de donde proceden los fósiles que describimos en el pre- sente opúsculo, y han tenido oportunidad de estudiar ya in situ, ya en las colecciones formadas por aficionados residentes en el Mineral de Catorce, que reunían toda clase de restos ó vestigios de fósiles, para satisfacer los deseos de los viajeros que recorrían, más bien bajo el punto de vista de su riqueza mineral, por las sorprendentes bonanzas que ha dado desde su descubrimiento, que originó su fundación y desarrollo, y cuya prosperidad ha sufrido las al- ternativas consiguientes á la exploración interrumpida y vuelta á emprender, á consecuencia del estado social del país. La no abundancia de los fósiles, el mal estado de conservación en que generalmente se encuentran, la naturaleza de las rocas que los contienen, y las teorías dominantes en las diferentes escuelas geológicas á que pertene- cieron los observadores que se han ocupado de determinar la edad geológi- ca de la formación de Catorce, explican la discordancia de apreciaciones que acerca del sistema estratigráfico á que debía referirse esta formación, ha PREFACIO. v reinado entre ellos, haciendo que haya pasado por una continuada migra- ción desde el Silurio hasta el Jurásico y el Cretáceo. El Barón Alejandro de Humboldt se expresaba á principios del siglo acerca de esta formación, en los siguientes términos: “La población de Catorce está situada sobre la meseta caliza que des- “ciende hacia el Nuevo Santander. Del seno de estas montañas de caliza - "compacta secundaria, se elevan como en el Vicentino, masas de basalto y "de amigdaloide poroso, que parecen produetos volcánicos, y que encierran wolivino, riolita y obsidiana; un gran número de filones poco potentes y muy variables en su anchura y dirección, atraviesan la piedra caliza, que 1á su vez cubre á una pizarra arcillosa de transición (thonschiefer) tal vez nesta última se halla sobrepuesta á la roca syenítica del Pico del Fraile. El ¡mayor número de estos filones es occidental (spathgange ); su inclinación wes de 25” 4 30” hacia el N. E.. El Sr. Burkart, al hablar del mineral de Catorce en su obra Aufenhalt und Reisen in Mexico in den Jahren 1825 bis 1834, dice: "Tanto estas areniscas arcillosas como algunas capas de caliza que ya- “cen sobre ellas, contienen muchos fósiles. ¡Algunos ejemplares que llevé 4 Alemania en mi colección, tuvo la bon- udad de clasificarlos el Sr. Profesor Groldfuss. "Son escasos y confusos, así es que sólo puedo indicar analogías con la "conocida caliza de montaña (Bergkalk) sin pretender exactitud. "Los más notables son: 12 Un fragmento que parece pertenecer 4 un ucáliz de actiocrinites. 22 Una pequeña turritella parecida á una que se en- ucuentra en la caliza de Ratingen. 32 Una nucula parecida á la N. fornicata uy grandceva. 42 Una modiola, con líneas muy concéntricas, y aceptando que ulas continuaciones en forma de alas queden ocultas en la roca, se parecería, nentonces á la pterinea elegans Groldfuss. 5% Una ammonita que se parece más 1á las ammonitas del Lias que á las de la caliza de montaña; tiene cuatro vuel- utas visibles: va en aumento su grueso poco á poco, y tiene las mismas cos- utillas dorsales que la A. «equistriatus Miinst. 6% Un fragmento de molde de “superficie exterior, de una concha que puede compararse con la delthyris "polymorpha Gold. de Ratingen. Las capas fosilíferas contienen también bo- ulas de piritas cristalizadas, que parecen transmutadas en hierro pardo.» vI PREFACIO. D. Andrés M. del Río, en su Manual de Geología, resumiendo las ideas de Burkart, dice en la página 57 lo siguiente: "En esta cañada está la caliza de transición sobre la pizarra y vácia gris “en estratificación acorde; pero en lo alto está manteada. Hay en el camino, "hacia el cerro de la Mano Prieta, como si dijéramos una transición de la pi- uzarra á la caliza, y bajo la cumbre de Barriga de Plata hay areniscas de co- ulor blanco agrisado arcillosas y apizarradas, que contienen petrificaciones, uasí como las lajas de caliza que están encima, las únicas que encontró Bur- "kart en todo Catorce. Las petrificaciones son Turritellas, Nuculas, Modio- nlas, Ammonitas y Delthyris determinadas por Goldfuss. En vista de lo cual upudiera tenerse ésta por arenisca roja, y la caliza de encima por caliza al- upina; mas Burkart cree que toda sea de transición, por hallarse la vácia gris uroja sin las capas inferiores de la formación de pizarra, por su naturaleza upetrográfica diversa de la del echado rojo, por estar en muchos puntos la "caliza inmediatamente sobre la pizarra sin esas capas intermedias que pare- "cen de arenisca, y finalmente, por el paso casi que se presenta de la pizarra 1á la caliza en la Cañada. de Catorce y en la subida del cerro de la Mano "Prieta. En la parte que mira al Sur de la cumbre del cerro de los Angeles, "hay lasquitas, ojos y riñones de piedra de toque que Sonneschmidt y Valen- “cia dicen ser de la formación de la pizarra. Los fósiles citados por el Sr. Burkart y cuya determinación fué hecha por el sabio Paleontologista Goldfuss, son: Un miembro que parece el cáliz de un Actiocrinites; una pequeña Turritella semejante á la de la caliza de montaña de Ratingen; una Nucula semejante á las N. fornicata y grandeva; una Modiola con líneas concéntricas muy visibles; una pterinea elegans Gold- fuss tab. 109. Petrefactenkunde; una Amonita semejante á la A. «equistriatus Minster; una Ammonita semejante á las A. del Lias y á las de la caliza de montaña. Tiene cuatro vueltas visibles, se adelgazan poco, teniendo sobre el dorso costillas bifurcadas como la A. «equistriatus Minster. El pedazo de una impresión exterior de la valva superior de un molusco que podría con- fundirse con el Deltyris polymorfa Goldfuss de Ratingen. El Sr. Saint Clair Duport, en su obra sobre los metales preciosos de México (uDes meteaux Precieux de Mexiquen), pág. 12, hablando de la Greo- logía del Distrito minero de Catorce, dice: PREFACIO. vI un Estas minas están situadas sobre la parte más elevada de un levanta- umiento aislado qne corre de N. $. sobre una longitud de nueve á diez leguas «y sobre una anchura de una legua y media próximamente. La fuerza que "ha ocasionado este levantamiento parece haber obrado con una grande in- utensidad en el medio de la línea N. S. y arrojado una parte de las capas ulevantadas al O. y otra al E., según puede presumirse por la inclinación de ulas capas que se dirigen en sentido inverso sobre los dos lados de la cadena. uLas cañadas con bordes escarpados ponen á descubierto diversas formacio- “wnes colocadas en el orden siguiente: la roca más antigua que aparece es una upizarra arcillosa verdosa, que en las partes bajas es untuosa al tacto, y se "aproxima mucho entonces por todos sus caracteres á la pizarra talcosa de "Tasco. Está cubierta después de haber comenzado á alternar con ella por uuna arenisca violácea, muy fina en ciertas capas, pero que acaba en la parte usuperior por servir de cemento á una brecha compuesta de fragmentos an- ugulosos de cuarzo cariado, de piedra córnea, mezclados con calcedonia del “tamaño del puño. Viene en seguida una brecha compuesta de estos mismos “fragmentos, pero incrustados en un cemento arcilloso amarillento, de gra- unos bastante finos, para dar á la roca la misma adherencia que si estuviera "completamente compuesta de elementos homogéneos. "Esta brecha está generalmente separada de las calizas por una arenisca umargosa fácil de tallar y de grano fino. Estas calizas parecen poder ser di- uwvididas en dos series bien distintas: la más baja es una caliza negra atrave- usada por hilitos blancos, y que me ha parecido idéntica, por el grano, su tex-. utura y los fósiles que contiene, con la de Tasco. En su parte superior su color uvaría y se hace de un pardo de pelo bastante claro, y entonces la roca se ase- umeja, hasta equivocarla, á las calizas Jurásicas que se explotan en Morestelle "(Departamento de lYsere). Viene en seguida una capa de arenisca cuar- uzosa de grano fino y teñida de gris, rojo y violeta, sobre la cual descansa notra capa de caliza, menos poderosa que la primera, de una pasta menos udura, más granuda y que contiene conchas enteramente diferentes y mucho umás pequeñas que las de la capa inferior. Ésta abunda en turritellas y en uammonitas; estas últimas se encuentran también en las areniscas, pero no "pasan á la capa superior, que encierra los mismos géneros que un ejemplar umandado á la Escuela de Minas de México hace cuarenta años, por Son- vHl PREFACIO. umeschmidt,* que la había llevado de los alrededores de Zimapán, y cuyas "especies no parecen hasta ahora haber sido claramente determinadas. ¡Las rocas más antiguas, comprendidas la brecha de cemento amarillo, “aparecen sobre la vertiente oriental, en la capa inferior donde se explotan ulas minas. La de Purísima á 600 varas (508"80) de profundidad, no ha al- ucanzado aún otra formación. “En la cadena de Catorce no se perciben como en Tasco, Guanajuato, "Zacatecas, las masas de pórfido, cuyas crestas, conocidas con el nombre de "Bufas, dominan las formaciones metalíferas; después de algunas investiga - uciones, no se tarda en descubrir rocas ígneas en la superficie del suelo, cu- uyas formas arredondadas no alteran. Al N. de la mina del Padre Flores se “ye un dique basáltico, y cerca de la mina de Concepción una banda de pór- “fido arcilloso rojizo aparece entre la arenisca y la caliza, que en el punto “de contacto parece haber sido sometido á la acción de una temperatura "elevada. ¡Estas fajas de pórfido han sido observadas en muchas explotaciones; "los mineros de Catorce han dado el nombre de tosca á filones de una subs- "tancia blanquizca que tiene bastante apariencia de kaolín proveniente de ula descomposición de los feldespatos. Estas vetas, que no son (por lo me- "nos en algunas) enteramente desprovistas de plata, cortan y hacen á veces cambiar de dirección á los filones explotados.» Mr. Laur se explica así en su publicación De la Metallurgie de "Argent, au Mexique:" "Las minas de Catorce están comprendidas en un levantamiento aislado nen medio de las llanuras de San Luis, que forma un islote montañoso de udiez leguas de largo, dos de ancho, y que se eleva de mil doscientos á mil "quinientos metros sobre el nivel de las llanuras que lo rodean. "Este levantamiento está formado de pizarras, areniscas y calizas. "Las pizarras que están en la base del levantamiento son verdosas, tal- 1 El ejemplar á que hace referencia el Sr. Duport, es el mismo que representó el Sr. Del Río en la lámina XXVI, fig. 331, y del cual se ocupa sin describir los fósiles en la pág. 56 del Manual, en la reseña del Mineral de Zimapán, declarando las petrificaciones como de la Caliza Oolítica. Hemos tenido á la vista el ejemplar de Soneschmidt, y es un pedazo de caliza compacta cretácea con secciones diversas de Nerinea sp? Acteeonella sp. y Ostrea sp? PREFACIO. IX "cosas, parecen sin fósiles.y son independientes por su estratificación, de los udepósitos sedimentarios superiores. El piso de las areniscas comienza por "un poderoso depósito detrítico rojizo, formado en la base por una brecha de ugrandes fragmentos con aristas agudas, principalmente cuarzosos y seguidos ude arcillas y de areniscas rojas. La estratificación de este piso es bastante "confusa, no contiene fósiles. "El piso de las calizas puede dividirse en dos grupos. El grupo inferior está formado en su base de margas negras y hojosas, piritosas y que contie- unen fósiles indeterminables; se termina por calizas en capas numerosas y “poco potentes, atravesadas por vetillas de siliza y de cal carbonatada cris- utalina, de colores obscuros, algunas veces negros, siempre muy sólidos y de ufractura concoidea perfecta; estas capas no contienen fósiles. "El grupo superior comienza en su base por margas blancas, areniscas ufinas quebradizas, rojas ó violadas, que soportan calizas y margas amari- ullentas hojosas; no presentan los colores obscuros y la tenacidad de las cali- uzas inferiores. En estas capas, sobre la vertiente S. E. de la montaña Barriga ude Plata, es en donde recogí fósiles, de los cuales se han podido determi- “nar algunas especies, y son: Aptychus latus, Ammonites transitorius, Am- u"monites privacensis, Ammonites plicatilis, pertenecientes al terreno jurásico usuperior. El profesor de Paleontología en la Escuela de Minas, Sr. Bayle, use prestó bondadosamente á hacer estas determinaciones de los fósiles. Estas "capas Jurásicas de Catorce están atravesadas por un gran número de filones. . Parece que este estudio del Sr. Laur se limita al camino de Catorce, subiendo por la cuadrilla de los Catorce, población de Catorce, cerro de Ba- rriga de Plata, y bajada de este cerro hacia la población del Potrero del lado Este. SARA * Ei DESCRIPCION DE LA FAUNA FÓSIL DEL MINERAL DE CATORCE BRACHIOPODA. RHYNCHONELLA LACUNOSA ((JUENSTEDT.) " " VAR ARÓLICA OPPEL. Lámina L, figuras 1425; lámina II, figuras 1 y 2. DIMENSIONES. MALO EA MOON AQ BOS 14 mm á 20.00 mm. Ancho con relación á la longitud - 1.16 Espesor " A 0.57 Poseemos una serie numerosa de formas que corresponden exactamente á la R. lacunosa y á la var. Arólica, tanto por el número de costillas y situa- ción de estas, como por la forma y dimensiones de las valvas, la forma y di- mensión del pico de la valva ventral y por el lugar que ocupa la mayor con- vexidad de la concha. En nuestra serie se encuentran individuos de muy re- ducido número de costillas en el seno de la valva ventral, de 142, y lo más comunmente de 3; las formas más ricas en costillas son muy escasas. Localidad: Rancho Alamitos, en la Sierra de Catorce. 'TEREBRATULA CF. ZIETENI P. DE LorI0OL. Lámina IL, figuras 6 y 7. DIMENSIONES. Ia DA E O 33.00 mm. Ancho con relación á la longitud. - ---- 0.84 Espesor " mM, dato 0.47 Los pocos ejemplares que con duda referimos á la especie Zieteni de Lo- riol, presentan caracteres que los aproximan á las especies Terebrátula bi- 2 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL suffarcinata Schlotheim, Terebrátula Bieskidensis Seuschner y Terebrátula cincta Cotteau. Es más aplastada y cuneiforme que esta última, tiene el pico menos encorvado y menos saliente, y la comisura frontal no presenta el seno característico de la T. cincta Cotteau. Las semejanzas con la Terebrátula bi- suffarcinata Schlotheim son mucho más grandes, pero se distingue fácilmente por ser más ancha, más comprimida, tener las comisuras laterales notable- mente menos sinuosas cerca del borde frontal. La distinción de esta especie de la Terebrátula Bieskidensis Seuschner, es para nosotros muy difícil por no conocer de esta especie una descripción completa y no haber podido com- parar nuestros ejemplares más que con las figuras 16 a, b, de la pl. 9 del Etud. Monogr. et Crit. des Brachiop. Rhet. et Juras des Alpes Vaudoises et des Contr. Envir. par H. Haas. Comparados con estas figuras nuestros ejem- plares, tienen la misma forma; la mayor anchura en unos como en otros co- rresponde al tercio frontal; la convexidad de la gran valva es enteramente idéntica; en cuanto á las comisuras, no nos ha sido posible compararlas por no estar representada la especie en cuestión, en las posiciones respectivas. Quizá sea ésta la especie á que pertenecen nuestros ejemplares; pero convi- niéndoles todos los caracteres que el Sr. P. de Loriol da en su excelente des- cripción de la Terebrátula Zieteni en su Monogr. Paleont. des couches de la serie á Amm. tenuilobatus de Baden, Argovie, las colocamos en la misma es- pecie Zieteni de Loriol, mientras tanto adquirimos mejor conocimiento de la T. Bieskidensis Zeuschner, así como la adquisición de mayor número de ejem- plares nos permita hacer una determinación más exacta. Localidad: Rancho Alamitos, en la Sierra de Catorce. TEREBRÁTULA SP? Lámina Il, figuras 3, 4 y 5. DIMENSIONES. 1 u nr Tonta 37.00 mm. 36.00 mm. 36.00 mm. Ancho con relación á la longitud 0.76 0.80 0.64 Espesor con relación á la longitud. ..... 0.49 0.45 0.38 DEL MINERAL DE CATORCE. 3 Muy parecida por la forma á la Terebrátula insignis Schlotheim, es más aplanada, sobre todo hacia el borde frontal. Podría muy bien ser una varie- dad de la Terebrátula antes descrita; pero la convexidad de la gran valva es uniforme desde el pico al borde frontal, lo cual no sucede en la otra especie, que es cuneiforme; además, las comisuras son casi derechas y la pequeña valva es notablemente más convexa en estos ejemplares. Localidad: Rancho Alamitos, en la Sierra de Catorce. WALDHEIMIA CATORCENSIS NOV. SP. Lámina Il, figura 8. DIMENSIONES. o a 19.00 mm. Ancho con relación á la longitud. ---.- 0.74 Espesor " " Wo ocoso=s0 0.63 Concha oval, abultada, muy inequivalva; la mayor anchura se encuen- tra en la parte media de la concha; el máximo espesor se halla en el tercio inferior ó frontal. Gran valva muy convexa, muchísimo más gruesa que la pequeña valva, llevando un inflamiento central bastante prominente hacia el borde frontal. Pequeña valva ligeramente convexa, casi plana, desprovista de pliegues y depresiones. Umbón d pico comprimido, muy encorvado, ocul- tando casi totalmente el deltidium; está fuertemente carenado en los lados Las comisuras laterales casi rectas; comisura frontal débilmente sinuosa en el medio; la superficie de las valvas, lisa en la proximidad de los umbones, está cubierta en el resto por numerosas láminas de crecimiento muy marca- das, especialmente hacia el borde de la pequeña valva. Localidad: Rancho Alamitos, Mineral de Catorce, San Luis Potosí. MOLUSCA. LAMELLIBRANCHIATA. ExXOGIRA POTOSINA NOV. SP. Lámina II, figura 9. DIMENSIONES. A e o 57.00 mm. 4 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL Concha alargada, oblicua, encorvada lateralmente, de contorno semilu- nar. Valva derecha inflada, su mayor convexidad situada cerca del umbón, encorvada como las conchas de Gripheea; provista de una cresta obtusa que recorre la concha en toda su longitud, formando una curva concéntrica al borde anterior; umbón poco desarrollado y ligeramente encorvado lateral- mente. Valva izquierda operculiforme, deprimida y adaptándose á la conca- vidad que forma la valva derecha; umbón rudimentario. Superficie provista de láminas de crecimiento más marcadas en la valva izquierda, que es ente- ramente lamelar; en la valva derecha se perciben dos nódulos pliciformes, obtusos é imperfectos, sobre la cresta poco visible de la concha. Se asemeja 4 primera vista á la Exogyra (Etastreon) latissima (La- mark), pero se distingue fácilmente por ser más estrecha, por tener el borde anterior cóncavo, mientras que la E. latissima lo tiene convexo; por la cresta pliciforme que apenas se distingue en nuestra especie; por la valva izquierda cóncava ú deprimida y por los umbones, que están muchísimo menos des- arrollados, y apenas se percibe el encorvamiento lateral del umbón de la valva derecha. Es una forma de transición entre las Exogyras y las Gry- pheeas, á las cuales se aproxima tanto por la forma general de las dos valvas, cuanto por la preponderancia del encorvamiento vertical de la región umbo- nal sobre el encorvamiento lateral. Localidad: Rancho Alamitos, en la Sierra de Catorce. AucELLA BRONNI, ROUILLER. " " VAR. LATA TRAUTSCHOLD. " PaLLasr KEYsERLING. " " VAR. PLICATA KEYSERLING. " " VAR. TENUISTRIATA KEYSERLING. " VoLGENSIS LAHUSEN. " FISCHERIANA D'ORBIGNY. " AF. PIRIFORMIS LAHUSEN. " TEREBRATULOIDES ('TRAUTSCHOLD.) " SP. Lámina IL, figuras 10 415. Lámina III, figuras 1 á 16. Las especies anteriores de Aucella se encuentran todas reunidas en la misma capa y asociadas con los Cefalópodos que se describen adelante. En DEL MINERAL DE CATORCE. 5 Rusia, según los bellos estudios del Sr. Lahusen, las especies Bromni, Pallasi, Mosquensis, Volgensis y Keyserling se encuentran distribuidas en diversas zonas que pertenecen las unas al Volgiano Inferior y las otras al Volgiano Superior, y aun las diferentes variedades de dichas especies caracterizan dis- tintas capas. Así, por ejemplo: la A. Bronni viene acompañada de la A. Pa- lasi var. tenuistriata, con Cardioseras alternans en las capas de Hoplites y C. alternans, y en la zona de Oppelia tenuilobata, Opp. etc. En nuestro país es enteramente imposible hacer distinción ninguna entre los diferentes lechos que constituyen el piso de Catorce, porque se ven en un grupo de capas de espesor total de cinco metros las Aucellas acompañadas de Perisfinctes, As- pidoceras, Hoplites, etc., y hasta de dientes de peces de especies que en Eu- ropa sólo aparecen á principios del Cretáceo. Las formas más comunes son: la A. Pallasi, A. Bromni y A. Fischeriana. Localidad: Rancho Alamitos y paraje La Cieneguita, en la Sierra de Catorce. CucuLLaa ('PRIGONARCA) CATORCENSIS, NOV. SP. Lámina IV, figuras 1, 4 y 5. DIMENSIONES. A O a o DRESS 60.62 mm. Ancho con relación á la longitud...-..- 0.58 TOS a e IE EE Concha gruesa, muy convexa, de contorno muy variable, ovalar en los individuos jóvenes, sub—cuadrangular en los que están más desarrollados y sub—trapezoidal en los adultos. Umbones anchos muy prominentes, encor- vados y poco distantes entre sí, situados en el tercio anterior y casi termina- les en los individuos adultos, provistos de una carena del lado anal. Región bucal muchísimo más corta que la anal, arredondada en la extremidad, un poco ahuecada hacia el borde cardinal, con el cual forma un ángulo agudo. Región anal oblicuamente truncada en su extremidad, ahuecada 0 cóncava en las inmediaciones de los umbones, limitada por una carena bien marcada que recorre la concha desde el umbón hasta la extremidad posterior en su enlace con el borde inferior de la concha; la carena es bastante aguda cerca del umbón y se vuelve más obtusa á medida que se aleja de él; la región um- 6 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL bonal así limitada por la cresta umbonal, forma una especie de corcelete bas- tante marcado y ahuecado. Región media de la concha convexa y en forma de triángulo limitado por la cresta anal y la otra menos desarrollada que la separa de la región bucal; la mayor convexidad de la concha está precisa- mente junto á la cresta anal y cerca de los umbones. Area ligamentaria no muy excavada y de regulares dimensiones. Borde cardinal rectilíneo, en al- gunos ejemplares casi tan largo como la concha, pero en otros mucho más - corto; borde anterior oblicuamente arredondado; borde inferior casi recto y paralelo al borde cardinal; uniéndose por medio de una curva al borde pos- terior, que es oblicuo, ligeramente curvo y en las formas jóvenes casi para- lelo al borde anterior. Superficie de la concha provista de líneas concéntri- cas de crecimiento que han sufrido interrupciones y constituyen arrugas más ó menos salientes. Localidad: Arroyo de Alamitos en el Rancho Alamitos, en la Sierra de Catorce. Lucia PoTOSINA, NOV. SP. Lámina IV, figuras 2, 3 y 6. Lámina V, figuras 11 414, DIMENSIONES. Tonga 19. mm. 20.5 mm. 21.00 mm. Ancho con relación á la longitud eraets 0.79 0.80 0.85 Espesor con relación á la longitud. -..-. 0.47 0.48 0.48 Concha transversalmente ovalada, relativamente comprimida, inequilá- tera. Región bucal más larga que la anal, uniformemente arredondada en su extremidad y casi del mismo ancho que la anal. Lúnula bien desarrollada, bastante profunda y generalmente más ancha en la valva derecha. Región anal casi del mismo ancho que la bucal, arredondada en su extremidad, más inflada que la región bucal. Area ligamentaria estrecha, profunda y alarga- da, ocupando toda la longitud de la región anal. Borde cardinal, ligeramen- te cóncavo del lado bucal y recto ó suavemente convexo en el lado anal. Umbones subcentrales, contiguos y un poco inclinados al lado bucal. Bor- DEL MINERAL DE CATORCE. 7 de paleal ó inferior poco encorvado, uniéndose á los bordes anterior y pos- terior por arcos de curva más pronunciados que la curvatura general de él. Flancos convexos, más inflados debajo de los umbones donde se encuentra la mayor convexidad; ésta disminuye gradualmente hacia los bordes. Super- ficie adornada con costillas concéntricas delgadas, poco salientes y separa- das por intervalos planos, cuatro ó seis veces más anchos que las costillas. Localidad: Cerro de la Leona y Cieneguita, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. Lucina CoOETOL NOV. SP. Lámina V, figuras 1 y 2. DIMENSIONES. A A E 30.00 mm. á 33.00 mm. Ancho con relación á la longitud. 0.85 0.82 Espesor ' Doa 0.36 Concha oblonga, muy inequilátera, ligeramente deprimida. Región bu- cal muy larga, mucho más larga que la anal, un poco ensanchada hacia el umbón, más angosta que la región anal, estrechada y arredondada en la ex- tremidad. Lúnula bastante ancha y profunda, ocupando más de la mitad del borde cardinal en esta región. Area ligamentaria, estrecha y alargada. Re- gión anal muy corta y arredondada: Umbones sub—contiguos, anchos, poco salientes y ligeramente encorvados del lado bucal. Borde cardinal, ligera- mente encorvado, casi horizontal del lado bucal, muy oblicuo del lado anal. Borde paleal muy arqueado, notablemente más levantado del lado anal que del bucal, lo que hace que la concha se vea un poco oblicua. Flancos muy regularmente convexos, más inflados en la porción anterior cerca de los um- bones; la convexidad de la concha varía muy bruscamente cerca del borde cardinal, especialmente del lado bucal, simulando en esa región una cresta obtusa. Superficie adornada de costillas concéntricas, obtusas, separadas por surcos próximamente del mismo ancho que ellas; las costillas son más finas y mucho más próximas en la región umbonal. En los flancos de la concha se distinguen algunos surcos más anchos y profundos que indican suspensio- nes en el crecimiento de la concha. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce. 8 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL CIPRINA COTEROI. NOV. SP. Lámina V, figuras 4410. DIMENSIONES. No aa Ri E 18.00 mm. á 30.00 mm. Ancho con relación 4 la longitud. 0.83 0.87 Espesor " " 064 0.75 Concha de forma variable, de sub=trapezoidal á ovalada y condiforme, muy abultada, sumamente inequilátera. Región bucal sumamente corta, es- trechada y arredondada, en su extremidad, más deprimida que la región anal, excavada debajo de los umbones, lúnula nula. Región anal notablemente más larga que la bucal, más ancha y abultada, arredondada en su extremidad. Area ligeramente alargada, débilmente encorvada y muy estrecha. Umbo- nes muy convexos lateralmente, poco prominentes, sub—contiguos, encorva- dos hacia el borde anterior, situados muy cerca del borde anterior, casi ter- minales en algunas formas Borde cardinal ligeramente cóncavo en el lado bucal y débilmente convexo en el anal, oblicuo en los dos lados. Borde pa- leal encorvado con bastante regularidad, más levantado hacia el borde an- terior, por lo cual se ve la concha oblicua. Flancos muy convexos, abulta- dos hacia la pendiente umbonal posterior simulando una especie de cresta obtusa que recorre la concha desde el umbón hasta la extremidad del borde paleal, lo que da origen á una especie de corselete: la mayor convexidad queda debajo de los umbones cargada á la región anal. Superficie de la con- cha adornada por finas líneas concéntricas de crecimiento, que se acentúan más al acercarse á los bordes en algunos individuos; en otros la concha apa- rece lisa á la simple vista, por la finura y lo poco marcado de las líneas de crecimiento. Esta especie, así como la Lucina Potosina, las hemos encontrado aso- ciadas con los fósiles de Alamitos, y suponemos que vienen de las capas de ca- liza que descansan sobre las areniscas; dichas calizas contienen cintas de nódulos de pedernal, y en esta sustancia es en la que se hizo la fosilización de las Cyprina y Lucina Potosina. Deben, pues, considerarse como pertene- cientes á un horizonte superior. DEL MINERAL DE CATORCE. 9 Localidad: Cerro de la Leona y Cieneguita, en la Sierra de Catorce, San Luis Potosí. CIPRYMERIA? MEXICANA NOV. SP. Lámina V, figura 3. DIMENSIONES. A A O Ta 0.31 mm. Ancho con relación á la longitud.......... 0.87 Concha subcircular, ligeramente comprimida, un poco inequilátera. Re- gión bucal muy arredondada, prominente, excavada debajo de los umbones, más larga que la región anal, que es arredondada y menos saliente. Borde cardinal excavado del lado bucal, oblicuo y muy inclinado del lado anal; borde palial perfectamente arredondado. Umbones pequeños, agudos, sub- centrales, inclinados un poco del lado bucal. Flancos uniformemente con- vexos, más inflados debajo de los umbones, en donde se encuentra el mayor espesor de la concha. Superficie cubierta de costillas cordiformes poco sa- lientes; separados por surcos de anchura casi igual á la de las costillas. Localidad: Arroyo de Alamitos, en la Sierra de Catorce, San Luis Potosí. GONIOMYA CALDERONI, NOV. SP. . Lámina V, figuras 17 y 18. DIMENSIONES. Ponsa de 36.00 mm. á 38.00 mm. Ancho con relación á la longitud 0.50 á 0.61 Espesor " " Concha de forma subtrapezoidal á subtrigona, muy alargada, poco abul- tada, sumamente inequilátera. Región bucal muy corta, más ancha que la anal, con su extremidad arredondada, más ó menos prolongada hacia ade- lante. Umbones situados en el tercio anterior, muy aproximados, bastante encorvados, anchos y poco prominentes, llevando una carena en su borde posterior. Región caudal muy grande, estrechándose gradualmente hasta lle- gar á la extremidad posterior del borde palial; recorrida en toda su longitud por una cresta curva muy pronunciada que la divide en dos partes de orna- 10 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL mentación é inclinación diferentes: una constituyendo el flanco de la concha, convexa y adornada con costillas, y la otra una especie de corcelete despro- visto de todo adorno, cóneavo 0 acanalado en su porción media. Borde car- dinal oblicuo de los dos lados, convexo del lado bucal y débilmente cóncavo y menos oblicuo del lado anal. Borde palial ligeramente encorvado en las formas de borde anterior prominente, fuertemente encorvado y muy levan- tado hacia el borde anterior, en las formas que tienen la región bucal menos desarrollada. Flancos de la concha bastante convexos en las partes central y anterior y deprimidos en la porción posterior; la mayor convexidad está si- tuada abajo de los umbones y un poco cargada hacia atrás. Superficie de los flancos adornada de dos sistemas de costillas pliciformes que se cortan casi en ángulo recto, formando los vértices una línea oblicua que de los umbones baja hacia el borde palial, cargándose hacia atrás. Las costillas anteriores son curvas, ligeramente sinuosas, casi paralelas al borde palial é imbricadas del borde hacia los umbones; son poco numerosas, 14 á 16, separadas por intervalos tres Ó cuatro veces más anchos que ellas. Las costillas posteriores son casi rectas, dirigidas del borde que limita la área cardinal al borde pa- leal, parecen imbricadas de adelante hacia atrás y separadas por surcos menos anchos que los de las valvas anteriores. La intersección de estos dos siste- mas de costillas es muy notable, pues no se verifica entre todas ellas, sino que de las anteriores alternativamente una sí y otra no alcanzan á una cos- tilla posterior. Localidad: Arroyo de Alamitos, Mineral de Catorce, San Luis Potosí. PLEUROMYA INCONSTANS, NOV. SP. Lámina V, figuras 15 y 16. Lámina VI, figuras 144. DIMENSIONES. London 34.00 mm. á 63.00 mm. Ancho con relación á la longitud 0.47 á 0.64 Espesor " " 0.31 á 0.43 Concha inequilátera, de forma variable, unas veces truncada en el borde anterior, otras con este mismo borde saliente; la forma general dominante es ovalado—trigona. Región bucal poco desorrollada, sumamente pequeña com- DEL MINERAL DE CATORCE. 11 parada con la región anal: excavada debajo de los umbones, con su extre- midad arredondada en unos individuos, en otros oblicuamente truncada, y saliente en su parte inferior, que se enlaza con el borde palial formando un ángulo obtuso. Umbones situados en el tercio anterior de la concha, variando su posición en los diferentes individuos desde casi terminales á subcentrales; anchos, convexos, presentando algunas veces dos carenas obtusas, una de cada lado del pico del umbón. Región anal muy grande, convexa ó depri- mida, estrechándose hacia su extremidad, que es arredondada. Borde cardi- nal recto ó ligeramente cóncavo en su lado anal, bastante excavado en el lado bucal. Borde paleal casi recto, débilmente levantado en los extremos, pero notablemente más del lado anal. Flancos unas veces muy convexos, dando á la concha la forma cilíndrica y otras deprimidas que la hacen cuneiforme; la mayor convexidad queda siempre en la parte anterior de la concha y de- bajo de los umbones. Superficie adornada por surcos concéntricos que con- trastan con las finas líneas de crecimiento. Sólo poseemos de esta especie moldes y ejemplares imperfectos, pero que permiten ver el adorno de la concha y su muy débil espesor. La varia- bilidad en los caracteres de esta especie no sólo se limita al contorno y de- más detalles de forma de la concha, sino que también se manifiesta en la manera de ser de la concha, que es equivalva en las formas más convexas y sensiblemente va siendo más y más inequivalva hasta llegar á formas en las cuales la valva derecha es más elevada que la valva izquierda, de tal mane- ra que el borde cardinal adelante y detrás de los umbones pasa encima del borde cardinal de la valva opuesta, exactamente como en las Gresslyas, á cuyo género podrían referirse sin vacilación estas formas si se encontraran aisladas, tanto más cuanto que las crestas umbonales de que hemos hablado antes harían más acertada esta colocación de la concha en el género Gres- slya, pues que el surco obtuso que se forma á lo largo de las crestas umbo- nales se asemeja un tanto al surco oblicuo que presentan los moldes de las Gresslyas en su valva derecha y que en ellas corresponde á la lámina inter- na. Afortunadamente hemos encontrado abundantes ejemplares que nos han permitido seguir todas las variaciones de la concha, formando una serie cu- yos extremos podrían, tomados sin las formas intermedias, referirse sin va- cilación á los géneros Pleuromya y Gresslya respectivamente. 12 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL Localidad: Arroyo de Alamitos, en el Rancho del mismo nombre, en el Mi- neral de Catorce. GASTROPODA. VERMETUS ( BURTINELLA ) CORNEJOL, NOV. SP. Lámina VI, figuras 5, 6 y 7. Concha pequeña, libre al estado adulto, tubulosa, enrollada planorbi- forme, siniestra, última vuelta desenrollada. Tubo rugoso, llevando dos ca- renas espirales en la base, la exterior más prominente que la interior, com- prendiendo entre las dos un ancho surco. Abertura circular 6 ligeramente ovalada. Superficie provista de líneas de crecimiento sinuosas y muy marca- das en la parte superior de las vueltas, menos marcadas en la parte inferior. Localidad: Arroyo de Alamitos, Rancho de Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. CEPHALOPODA. NauriLus BURKARTI, NOV. SP. Lámina XXI, figura 3. DIMENSIONES. Diametro oros qe ar Eo Sa il 49.00 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- A Sn ES A 0.55 Espesor de la última vuelta con relación al diámetros. iaa CON 0.64 Diámetro del ombligo con relación al diámetro. 0.23 Concha sumamente inflada. Espira compuesta de vueltas poco numero- sas, que cubren más de las tres cuartas partes de las vueltas anteriores; flan- cos muy convexos que alcanzan su mayor espesor cerca del ombligo desde donde descienden gradualmente hasta la región sifonal que es muy arredon- dada Ombligo estrecho, profundo € infundibuliforme. Abertura muy esco- tada por la vuelta de la espira, más ancha que alta, arredondada en la parte superior. Superficie enteramente lisa, desprovista de tubérculos, llevando so- DEL MINERAL DE. CATORCE. 13 lamente líneas marcadas de crecimiento que la hacen ligeramente rugosa en algunos tramos. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. PHYLLOCERAS CF VELLEDG (MICHELIMN.) Lámina VI, figura 9. DIMENSIONES. Diametro a al a lie Eo E 33.00 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- a a E RO AE 0.60 Espesor de la última vuelta con relación al E A E A O 0.33 Diámetro del ombligo con relación al diámetro. 0.06 Concha discoidal, comprimida, apenas umbilicada. Espira compuesta de . vueltas poco numerosas, que cubren casi por completo á las vueltas prece- dentes; flancos débilmente convexos, más gruesos cerca del ombligo, desde donde descienden suavemente hacia la región sifonal que es arredondada. Ombligo sumamente pequeño, profundo, de paredes abruptas, no carenado. Abertura sagitada arredondada en la parte superior. (El ejemplar dibujado está deformado á consecuencia de una compresión accidental de la abertura.) Se distinguen en ella, además del lóbulo antisifonal, el primero y segundo ló- bulos internos y dos lóbulos auxiliares. La superficie de la concha está toda cubierta de costillas muy finas, igualmente espaciadas, ligeramente flexuosas. Localidad: Mineral de Catorce. RHACOPHYLLITES CALDERONI, NOV. SP. Lámina IX, figura 3. DIMENSIONES. DIAmetro papa Montos ¿CP E NE A A 51 mm Ancho de la última vuelta con relación al diá- METIO a e Le 0.43 - Espesor de la última vuelta con relación al diametro, 1 AN id 0.29 Diámetro del ombligo con relación al diámetro 0.39 14 DESCRIPCION .DE LA FAUNA FOSIL Concha discoidal comprimida, anchamente umbilicada. Espira compuesta de vueltas poco abrazantes, visibles en el ombligo en las dos terceras partes de su anchura, poco elevadas unas sobre otras, teniendo su mayor espesor en el tercio interno, cerca del borde umbilical; flancos ligeramente convexos, cortados verticalmente en el ombligo, que se estrechan gradualmente hasta llegar al borde sifonal que es obtusamente carenado. Ombligo poco profundo, dispuesto en escalera, de paredes verticales y de borde ó arista arredondada. Superficie cubierta de costillas muy finas, sumamente contiguas, que parten del borde umbilical, recorren oblicuamente los flancos y al llegar á la región sifonal se dirigen bruscamente hacia adelante, formando una curva pronun- ciada, y en el borde sifonal, al encontrar á las costillas del otro flanco, for- man un ángulo muy agudo dirigido hacia adelante, y el cual simula una arista en el borde sifonal. RHACOPHYLLITES? DISPUTABILE, NOV. SP. Lámina XIV. DIMENSIONES. Metro ml a eS A 0.42 Espesor de la última vuelta con relación al Amelia 0.26 Diámetro del ombligo con relación al diámetro 0.32 Concha comprimida, anchamente umbilicada. Espira compuesta de vuel- tas muy abrazantes, visibles en el ombligo en la tercera parte de su anchura, que se elevan bastante unas sobre otras; flancos planos que bajan vertical- mente hacia el ombligo, teniendo su mayor espesor cerca del borde umbilical; región sifonal arredondada, un poco más estrecha que la parte media de los flancos. Ombligo profundo, escalariforme, de paredes verticales, de borde arredondado. Superficie cubierta por numerosas costillas, ochenta en la úl- tima vuelta, iguales, falsiformes, poco elevadas, que nacen en la pared del ombligo y en su borde adquieren el espesor que conservan en los flancos: se bifurcan al llegar á la tercera parte de la anchura de los flancos: una de DEL MINERAL DE CATORCE. 15 las ramas queda simple, y otra, la posterior, se bifurca nuevamente casi al llegar al tercio externo; una que otra costilla queda sin bifurcación; todas las costillas pasan por el borde sifonal, que es arredondado, formando una onda aguda muy pronunciada, dirigida hacia adelante, que se origina por la fuerte desviación hacia adelante que experimentan las costillas de los dos flancos al llegar á la región sifonal. El número de las costillas crece muy rápidamente con la edad, así: en las dos primeras vueltas el número es de 28, en la ter- cera pasa á 40, en la cuarta 4 52, y en la última á 80 y más. La abundancia de costillas, lo lexuoso de ellas, el ángulo que forman en el borde sifonal, unido á la pared vertical del ombligo, y lo aplastado de las vueltas de la espira, dan á esta especie una fisonomía de Harpoceras de an- cho ombligo y borde sifonal arredondado; pero los detalles de la línea su- tural, solamente visibles en algunos pedazos en que la concha ha sido des- prendida, corresponden más bien 4 los del género Rhacophillites. Localidad: Arroyo del Rancho de los Alamitos en la Sierra de Catorce, Mineral de Catorce. RHACOPHYLLITES? ALAMITOSENSIS, NOV. SP. Lámina XIII, figura 2. DIMENSIONES. Diimetro Ea a e OEA LEA. e 1.13 mm, Ancho de la última vuelta con relación al diá- A IS E A 0.42 Espesor de la última vuelta con relación al A e A A a 0.34 Diámetro del ombligo con relación al diámetro 0.31 Concha comprimida. Espira compuesta de vueltas abrazantes, rápida- mente crecientes, visibles en el ombligo en casi la mitad de su anchura, bas- tante elevadas unas sobre otras, teniendo su mayor espesor cerca del borde umbilical; flancos planos que descienden verticalmente hacia el ombligo y se inclinan suavemente hacia la región sifonal, que es arredondada y más estre- cha. Ombligo profundo, escalariforme, de paredes verticales y de borde arre- dondado. Superficie cubierta de costillas finas numerosísimas, que nacen en 4 16 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL el borde umbilical, se bifurcan á la mitad de los flancos; son flexuosas en los flancos, y al llegar á la región sifonal se dirigen oblicuamente hacia adelante formando en el borde sifonal una ondulación bastante fuerte, dirigida hacia la parte anterior de la concha. Esta especie tiene la concha más involuta que la anterior, las costillas son más finas y numerosas y se encuentran distribuidas del mismo modo en todas las vueltas; el ombligo es más pequeño y la forma general tiende á aseme- jarse más á las de las verdaderas Rhacophyllites y Ludwigias. El mal es- tado del ejemplar no permite distinguir las sillas y lóbulos de la línea sutural con la bastante claridad para decidir con seguridad el género á que pertenece; mientras tanto consideramos esta especie y la anterior como del género Rha- cophyllites. Localidad: Arroyo del Rancho Los Alamitos, Mineral de Catorce, San Luis Potosí. LITOCERAS POTOSINA, NOV. SP. Lámina IX, figura 2. DIMENSIONES. Diámetro ra ed ai O 0.70 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- ME o ad 0.43 Espesor de la última vuelta con relación al "diámetro ls Hdlacios qdo alolor Aaa. 0.54 Diámetro del ombligo con relación al diámetro 0.59 Concha inflada, anchamente umbilicada. Espira compuesta de vueltas gruesas, abrazantes, rápidamente crecientes, visibles en el ombligo en la ter- cera parte de su anchura; vueltas arredondadas en la región sifonal, teniendo su mayor espesor cerca del borde umbilical; flancos convexos que descien- den hacia el ombligo y el borde sifonal con una curvatura sumamente regu- lar. Ombligo muy ancho, demasiado profundo, dispuesto en gradería, des- provisto de todo indicio de carena en los bordes, que son convexos y de paredes abruptas, casi verticales. Superficie lisa. La concha lleva surcos an- chos y profundos que atraviesan oblicuamente los flancos y se continúan por el borde sifonal, en número de ocho surcos por vuelta; en las primeras vueltas DEL MINERAL DE CATORCE: 17 parecen estar equidistantes y con una inclinación uniforme; en las vueltas últimas desaparece la regularidad de situación y dirección de los surcos. La Lytoceras Duvalianus (d'Orbigny) es la que tiene más parecido, pero se distingue de nuestra especie por tener ésta las vueltas más abrazan- tes, más altas, y, por consiguiente, el ombligo mucho más profundo, y por los surcos menos oblicuos y más numerosos. Localidad: Cieneguita, en la Sierra de Catorce, San Luis Potosí. PLACENTICERAS FALLAX, NOV. SP. Lámina VIII, figuras 1 y 2. DIMENSIONES. IDA metro 00.00 Ae az TOA 104 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- A A A A 0.54 Espesor de la última vuelta con relación al NE E AA o EE 0.32 Diámetro del ombligo con relación al diámetro 0.16 Concha comprimida, estrechamente umbilicada. Espira compuesta de vueltas poco numerosas, abrazantes, que ocultan casi completamente á las vuel- tas anteriores. Flancos débilmente convexos, descendiendo gradualmente ha- cia el borde umbilical y con la misma regularidad hacia la región sifonal, que es arredondada y un poco más estrecha que los flancos; el mayor espe- sor de la concha queda en el borde umbilical. Ombligo muy pequeño, muy profundo, de paredes verticales, de borde no carenado. Abertura muy alta, bastante escotada por la vuelta de la espira, arredondada en la parte supe- rior, de forma casi elíptica. Superficie de la concha lisa en las últimas vuel- tas, llevando en las primeras vueltas líneas finas de crecimiento. Colocamos esta especie en el género Placenticeras, no obstante que por su forma se pudiera considerar como una Phylloceras, por los caracteres de la línea sutural que, aunque imperfectamente visible en uno de los ejempla- res de nuestra colección, no presenta las sillas terminadas por las hojuelas características de las Phylloceras, sino ramificaciones y subdivisiones seme- jantes á las de las Placenticeras, Localidad: Rancho de Alamitos, Sierra de Catorce. 18 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL SCHLENBACHIA AF INFLATA (SOWERBY.) Lámina IX, figura 1. DIMENSIONES: Dime te ie o as 28 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- MO e 0 AA Espesor de la última vuelta con relación al diametro teo do EE EE Diámetro del ombligo con relación al diámetro 0.45 Concha discoidal, comprimida, anchamente umbilicada. Espira com- puesta de vueltas numerosas comprimidas, apenas abrazantes, visibles en el ombligo en los cuatro quintos de su anchura, quedando su mayor espesor cerca del borde umbilical; flancos aplastados que bajan rápidamente al om bligo y lentamente al borde sifonal, que es arredondado. Ombligo grande, profundo, en escalera, de paredes abruptas y de borde no carenado. Orna- mentación compuesta de diez y seis tubérculos obtusos, bastante salientes, situados en el contorno del ombligo, de cada uno de los cuales nacen una, dos 6 tres costillas débilmente flexuosas y obtusas, que se ensanchan y sobre- salen gradualmente 4 medida que se alejan de los tubérculos, llegan á la re- gión sifonal y se interrumpen, dejando una zona lisa en el borde sifonal. La circunstancia de estar embutido el ejemplar que describimos en una caliza sumamente impregnada de sílice, no nos permite decidir si se trata de una Schloenbachia 6 de una Hoplytes, pues solamente se ve la interrupción de las costillas y parte de la zona lisa sifonal; no se descubre, sin embargo, indicio de la quilla mediana de las Schloenbachias. La ornamentación corres- ponde á la de una forma joven perteneciente á una Schloenbachia vecina de la inflata Sowerby; tiene mucha semejanza también con Hoplites Eudoxus (d'Orbigny) en su estado joven (véase Paleont. Franc. Terrain. Juras, Pl. 213, figura 3); por la forma, desarrollo y dimensión de las costillas, así como de los tubérculos, se aproxima al H. Denarius (Sowerby ), del cual difiere por llevar mayor número de tubérculos, tener más grande el ombligo y un cre- cimiento más lento, así como por llevar costillas simples y por pares. Localidad: Mineral de Catorce, San Luis Potosí. DEL MINERAL DE CATORCE. 19 HAPLOCERAS CARINATA, NOV. SP. Lámina VII, figura 6. DIMENSIONES. Diametro A e! 30 mm. 38 mm. Ancho de la última vuelta con re- lación al diámetro 02 0.43 0.40 Espesor de la última vuelta con relación al diámetro...--.-. 0.27 0.27 Diámetro del ombligo con rela- ción al diámetro... -------- 0.28 0.29 Concha discoidal comprimida. Espira compuesta de vueltas abrazantes que cubren casi la mitad de la vuelta anterior, aplastadas sobre los flancos, arredondadas en la región sifonal; flancos planos, llevando una carena lon- gitudinal desde la cual descienden bruscamente hasta el ombligo; éste es de magnitud media, poco profundo y débilmente carenado. Abertura de bordes paralelos, más alta que ancha y bastante escotada por la vuelta de la espira. El mayor espesor de la concha queda cerca de la línea media de las vueltas. La ornamentación es sumamente delicada; consiste en costillas falsiformes finas y muy tupidas, que forman un pliegue dirigido hacia la boca, y el cual ocupa el canal espiral que recorre la última vuelta de la espira y termina en la lengiieta lateral de la abertura. Este canal ó surco queda cerca de la línea media de los flancos, y su borde interno constituye la carena característica de esta especie. Sobre el borde sifonal pasan las costillas de los flancos, pero se van ha- ciendo más prominentes y menos numerosos á medida que se acercan al borde de la abertura, que se prolonga él mismo en una especie de lengileta arre- dondada y poco saliente. La carena de los flancos y la inclinación que desde esta carena presen- tan hasta el ombligo, distinguen á esta especie de todas las Haploceras des- critas del Jurásico Superior. Localidad: Los Tajos, Sierra de Zuloaga, cerca de Mazapil, Zacatecas. 20 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL HAPLOCERAS MAZAPILENSIS, NOV. SP. Lámina VII, figura 4. DIMENSIONES. Di 31 33 36 38 Ancho de la última vuelta con relación al diámetro ...--. 0.44 0.52 0,49 0.45 Espesor de la última vuelta con relación al diámetro... --- OZ 0260202 Diámetro del ombligo con rela- ción al diámetro. -..-.--. OEA O 2026026 Concha discoidal, comprimida, bastante estrechamente umbilicada. Es- pira compuesta de vueltas muy abrazantes, que cubren más de las tres cuartas partes de la vuelta anterior; flancos planos 0 débilmente convexos en el último lóculo; borde sifonal arredondado. Ombligo muy estrecho, poco profundo y ligeramente carenado en el borde. Abertura rectangular fuertemente esco- tada por la vuelta de la espira; lengiietas ú orejillas laterales poco avanza- das; lengiieta ó lóbulo ventral ancho, arredondado y poco saliente. Flancos llevando cerca de la línea media un surco espiral bastante bien marcado. El mayor espesor de la concha queda en la región media de los flancos. La or- namentación de la concha es muy parecida á la de la Haploceras fialar, Oppel, solamente que las costillas no son tan fuertes en el borde sifonal en la espe- cie que describimos. Se distingue de la Haploceras fialar (Oppel) por el crecimiento más rá- pido de las vueltas de la espira, por el borde sifonal más liso, por las dimen- siones y formas de las orejillas de la abertura, que son menores que en la fialar (Oppel). La Haploceras sub—clasum (Oppel) presenta también alguna se- mejanza con nuestra especie, pero aquella es de ombligo más estrecho, más comprimida y el surco de los flancos dista más del borde umbilical, así como las orejillas están más desarrolladas. Localidad: Tajos, Sierra de Zuloaga, cerca de Mazapil, Zacatecas; Ran- cho de los Alamitos, Sierra de Catorce. DEL MINERAL DE CATORCE. 21 HAPLOCERAS CATORCENSIS, NOV. SP. Lámina VII, figura 5. DIMENSIONES. DIA metror COME eco, CA EA TOO TEL 22 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- A A A E A 0.46 Espesor de la última vuelta con relación al TAME tro A O A 0.35 Diámetro del ombligo con relación al diá- MENO A A Eo JARA 0.25 Concha discoidal, comprimida. Espira compuesta de vueltas de creci- miento rápido, cubriendo más de la mitad de la vuelta anterior; flancos pla- nos que descienden rápidamente en el ombligo formando una carena apenas visible; región sifonal arredondada. Ombligo mediano, infundibuliforme y profundo. Abertura sub—cuadrangular, muy escotada por la vuelta de la es- pira. La mitad interna de las vueltas está adornada de costillas finas muy contiguas, falsiformes, de concavidad volteada hacia la abertura de la concha; la mitad externa lleva costillas falsiformes más gruesas y bastante separadas, que son menos marcadas 4 medida que se alejan más de la abertura; estas costillas pasan por la región sifonal menos aparentes y formando una ondula- ción ó pliegue dirigido hacia la abertura. La H. tenuifalcatum Neumayr y la H. falcula (Quenstedt) se aproxi- man bastante á la especie que acabamos de describir; pero se distingue la primera por un ombligo menos profundo y notablemente más ancho, y por el crecimiento de la vuelta, que es menor; la segunda, por el crecimiento más lento, la ornamentación de la concha, el canal espiral que la recorre y el om- bligo menos profundo. Por sus dimensiones se aproxima notablemente al H. Carachteis (Zeuschner ); pero difiere completamente por la ornamentación. Localidad: Alamitos, Mineral de Catorce, San Luis Potosí. 22 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL PERISPHINCTES CF COLUBRINUS (REINECKE.) Lámina VII, figura $. DIMENSIONES. Dimetro ns A ee 74 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- A A 0.28 Espesor de la última vuelta con relación al A OE a Quer Diámetro del ombligo con relación al diá- Un solo ejemplar en mal estado de conservación que presenta los si- guientes caracteres: vueltas sub—cilíndricas numerosas, aparentes en el om- bligo en casi toda su anchura, bastante elevadas en la sutura; costillas dere- chas, fuertes, bastante salientes, muy separadas, en número de 38 en la última vuelta, bifurcadas muy cerca del borde sifonal (salvo tres ó cuatro por vuel- ta que quedan simples ); pasan sin interrupción ni inflexión sobre la región externa. La separación de las costillas, el número de estas y la convexidad rela- tiva de los flaneos de las vueltas, dan á este ejemplar mucho parecido con el Perisphinctes lacertosus, Fontamnes, el Perisphinctes Crusoliensis del mis- mo autor y con el Amm. colubrimus biplex Quenstedt. El ancho de la última vuelta corresponde perfectamente con el de las dos primeras especies citadas, pero difiere por el ombligo, que es mayor en nuestro individuo; en cuanto al espesor de la última vuelta es también bastante aproximado al de las dos es- pecies mencionadas, siendo intermedio entre ellas. La bifurcación de las cos- tillas se hace cerca del borde, como en el P. Lacertosus y P. Crusoliensis; presentando la particularidad de que habla Quenstedt en "Die Amm. des Schw. Juran p. 927, al ocuparse de la figura 6, Tab. 101, relativa á la ma- nera como se enlazan las ramificaciones de la bifurcación de las costillas al pasar de uno á otro lado por encima del borde ventral, que no siempre se corresponden y á veces forman en la región sifonal una línea en zig—zag. En nuestro caso esta particularidad es debida á la intercalación de costillas simples entre las bifurcadas. DEL MINERAL DE CATORCE. 23 La presencia en nuestro ejemplar de tres á cuatro costillas simples, y la gran variabilidad en el número de costillas y en las dimensiones relativas del P. colubrinus, son motivos que nos han impulsado á considerar este ejemplar como perteneciente al P. colubrinus Reinecke en una de sus formas de cos- tillas separadas y fuertes. Localidad: Mineral de Catorce, San Luis Potosí. PERISPHINCTES COLUBRINUS (REINECKE). DIMENSIONES. DIAM EOI A e 39 mm. 49 ram. Ancho de la última vuelta con re- lación al diámetro ---...--- 0.29 0.31 Espesor de la última vuelta con relación al diámetro... ---. 0.30 0.33 Diámetro del ombligo con rela- ción al diámetro..-...-.-.- 0.49 0.51 Dos ejemplares bien característicos de esta especie, uno deformado á con- secuencia de una presión lateral ejercida en las capas plegadas quelo contenían. Localidad: Alamitos, Municipalidad de Catorce, San Luis Potosí. Yacimiento. PERISPHINCTES MAZAPILENSIS, NOV. SP. Lámina X. DIMENSIONES. TICA EA a ME AS OE EEN 127 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- Espesor de la última vuelta con relación al diá- O So 0.50 Diámetro del ombligo con relación al diámetro. 0.42 Concha discoidal, comprimida, anchamente umbilicada. Espira com- ) ] > puesta de vueltas abrazantes, poco elevadas, gradualmente crecientes, visibles en el ombligo, en la tercera parte de su anchura, teniendo su mayor espesor en el borde umbilical; flancos deprimidos que descienden bruscamente en el om- 6 24 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL bligo y se enlazan con la región sifonal, que es perfectamente arredondada. Ombligo bastante grande, profundo, de paredes abruptas y borde arredon- dado. Superficie adornada con costillas iguales, numerosas, sesenta y dos á sesenta y tres por vuelta, más prominentes en los dos primeros tercios de los flancos: partiendo del ombligo recorren oblicuamente los flancos y pasan por el borde sifonal formando una ligera ondulación dirigida hacia adelante; en el borde umbilical están un poco encorvadas volteando su concavidad hacia la abertura; al llegar á la mitad de los flancos se bifurcan todas las costillas; en algumas la rama posterior de la bifurcación sufre una nueva bifurcación que se hace un poco adelante del primer punto de bifurcación. Muy parecida al P. Basilicee Favre, se distingue de él por tener las vuel- tas menos abrazantes, el crecimiento más rápido, el ombligo más abierto y la falta de extrangulamientos profundos; en algunos ejemplares se distinguen dos poco profundos y las costillas más numerosas y oblicuas, que se bifur- can antes que en el P. Basilicze. Localidad: Arroyo de los Alamitos, Sierra de Catorce; y Sierra de los Tajos 6 Zuloaga, Mazapil, Zacatecas. PERISPHINCTES CF BALDERUS OPPEL. Lámina XI, figura 1. DIMENSIONES. Didmetrom tr A ee E E 76 mm Ancho de la última vuelta con relación al diá- MER AS A O ro 0.31 Espesor de la última vuelta con relación al diametro A E IAS 0.24 Diámetro del ombligo con relación al diámetro. 0.45 Concha discoidal, comprimida. Espira compuesta de vueltas numerosas, poco abrazantes, visibles en el ombligo en casi las dos terceras partes de su anchura; flancos aplastados, descendiendo algo bruscamente en el borde um- biFical; región sifonal arredondada, un poco más comprimida que los flancos; el mayor espesor queda en el borde umbilical. Ombligo bastante grande, muy poco profundo. Abertura comprimida, oval, más alta que ancha. Superficie cubierta de costillas numerosas, cuarenta y dos en la última vuelta; muy pro- DEL MINERAL DE CATORCE. 25 minentes en las primeras vueltas y menos marcadas en la última vuelta; ape- nas visibles en la pared del ombligo, junto á la sutura, se engruesan hasta lle- gar al borde umbilical, se dirigen oblicuamente á la región sifonal, formando ligeras flexiones, más notables en la última vuelta, se bifurcan la mayor parte antes de llegar al tercio externo y algunas cuantas quedan simples, trifur- cándose otras en la última vuelta; antes de llegar al borde sifonal se inflexio- nan todas fuertemente, de manera de formar un pico más ó menos agudo dirigido hacia adelante; en el borde sifonal se debilitan y desaparecen las costillas, formándose así una faja lisa que recorre todo el borde de la concha. La última vuelta lleva cinco profundos extrangulamientos oblicuos dirigidos hacia adelante. Muy semejante á P. Plannula Hehl, tiene las costillas menos flexuosas y las vueltas de la espira más gruesas y el ombligo más abierto, en lo cual difiere también del P. Balderus, pero todos los demás detalles de la concha convienen exactamente con los del P. Balderus Oppel, tal como se encuentra figurado por M. P. de Loriol, Monogr. Paleont. des couch. de la zone 4 Amm. tenui lobatus de Baden, Arg., en Mem. de la Soc. Pal. Suisse vol. V, pl. XV, fig. 7; y conviene muy bien con la A. cf Balderus Opp. en Quenstedt: Die. Amm. des Schw. Jura. p. 978, pl. 108, figura 12. Localidad: Tutotepec, Distrito de Huauchinango, Puebla. En nuestra colección de fósiles de Catorce se encuentran varios frag- mentos que con probabilidad pertenecen á esta especie. PERISPHINCTES FELIXI, NOV. SP. Lámina XVI, fig. 1. DIMENSIONES. Dinero a e da 60 mm. 75 mm. Ancho de la última vuelta con re- lación al diámetro - --..--- 0.38 0.38 Espesor de la última vuelta con relación al diámetro. - - ---- 0.38 0.38 Diámetro del ombligo con rela- comialldiamettos. 0.35 0.33 Concha discoidal de espira compuesta de vueltas abrazantes, de sección transversal casi arredondada, visibles en el ombligo en la tercera parte de su 26 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL anchura, teniendo su mayor espesor cerca del borde umbilical; flancos con- vexos que descienden gradualmente hacia el ombligo; región sifonal perfec- tamente arredondada. Ombligo pequeño bastante profundo, desprovisto de arista en su borde. Superficie cubierta de cuarenta y seis á cuarenta y ocho costillas fuertes, iguales, que se bifurcan unas á la mitad de los flancos y otras un poco antes; de las primeras algunas se trifurcan y las últimas su- fren una segunda bifurcación, que se hace á la misma distancia del ombligo que la de las otras costillas; tres Ó cuatro costillas quedan simples; todas pa- san por la región sifonal formando una ligera inflexión hacia la parte ante- rior. Abertura un poco más alta que ancha, escotada por la vuelta de la es- pira y arredondada en la parte superior. Se distinguen tres surcos angostos poco profundos y paralelos á las costillas. Ea Perisplúnctes, del grupo del P. Contiguus Op. y del P. Pouzinensis, por la inanera como se hace la bifurcación y trifurcación de las costillas, se distingue de dichas dos especies por ser de ombligo más estrecho, llevar cos- tillas doblemente bifurcadas y costillas simples. Por el número y separación de las costillas se asemeja más al P. Contiguus Catullo, pero la bifurcación se hace más temprano en esta última especie y las costillas trifurcadas son más abundantes que en nuestra especie; la trifurcación se hace en nuestra especie como en el P. Pouzinensis Toucas, pero las costillas en éste son más numerosas. Localidad: Arroyo de Alamitos, Rancho Los Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. PERISPHINCTES LAURI, NOV. SP. Lámina XVI, figuras 2 y 3. DIMENSIONES. MAME A AS 55 mm. 75 mm. Ancho de la última vuelta con re- lación al díametro - -- ----- 0.40 0.48 Espesor de la última vuelta con relación al diámetro..---.- 0.38 0.33 Diámetro del ombligo con rela- ción al diámetr0.-...----- 0.30 0.33 DEL MINERAL DE CATORCE. 27 Concha oblonga, comprimida. Espira compuesta de vueltas abrazantes de crecimiento rápido, de sección transversal elíptica, bastante elevadas unas sobre otras, teniendo su mayor espesor cerca del borde umbilical; flancos convexos en las primeras vueltas, aplanados en las últimas, que bajan gra- dualmente al ombligo; región sifonal arredondada. Ombligo estrecho, pro- fundo, sin carena en su borde. Abertura fuertemente escotada por las vueltas de la espira, ovalada, notablemente más alta que ancha. Superficie adornada de costillas oblicuas, iguales, que se bifurcan antes de llegar al tercio externo; algunas, pocas en número, se bifurcan en el tercio interno y se bifurcan nue- vamente las dos ramas ó una solamente, á la distancia en que tiene lugar la de todas las demás, de manera que la concha presenta la mayoría de las cos- tillas bifurcadas, algunas trifurcadas y una que otra simple 6 doblemente bifurcada; todas pasan por el borde sifonal, formando una ondulación diri- gida hacia la abertura. Se distingue de la anterior por las costillas más oblicuas y más numero- sas, por el desarrollo de las vueltas, que es más rápido; estas son más com- primidas y más abrazantes. Difiere del P. Pouzinensis Toucas por el om- bligo más estrecho y más profundo, por las costillas más oblicuas y las vueltas más anchas. Localidad: Arroyo de Alamitos en el Rancho de los Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. PERISPHINCTES LENKI, NOV. SP. Lámina VII, figura 7. DIMENCIONES. DAME O A A a 66 mm Ancho de la última vuelta con relación al diá- NOS A E EN 0.39 Espesor de la última vuelta con relación al diá- ME A 0.29 Diámetro delombligocon relación al diámetro. 0.41 Concha oblonga, comprimida, anchamente umbilicada. Espira compuesta de vueltas abrazantes, de sección transversal sub—rectangular, visibles en el 28 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL ombligo en las dos terceras partes de su anchura, con el mayor espesor cerca del borde umbilical; flancos planos que descienden hacia el borde sifonal, que es cuadrado. Ombligo grande, poco profundo, escalariforme, de paredes abruptas y borde arredondado. Superficie cubierta de cuarenta fuertes Cos- tillas, iguales y oblicuas, que nacen en la pared del ombligo, adquieren casi todo su espesor en el borde umbilical, se bifurcan casi todas al llegar al tercio externo de los flancos; una que otra se trifurca, y quedan simples tres ó cuatro por vuelta; al llegar á la región sifonal se dirigen hacia adelante y todas for- man en el borde sifonal una ondulación bastante marcada, cuyo vértice se dirige á la abertura. Localidad: Rancho Los Alamitos, Catorce, San Luis Potosí. PERISPHINCTES AF. POUZINENSIS 'TOUCAS. Lámina XVI, figura 4. DIMENSIONES. 9 DIME e ee 43 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- MOTO. AS A 0.37 Diámetro del ombligo con relaciónal diámetro. 0.35 Concha discoidal comprimida. Espira de vueltas poco abrazantes, de sección elíptica, visibles en el ombligo en casi las dos terceras partes de su anchura, teniendo su mayor espesor cerca del ombligo; flancos planos que bajan un poco rápidamente hacia el ombligo, y descienden suavemente ha- cia el borde sifonal, que es arredondado. Ombligo ancho, poco profundo, de. paredes inclinadas y borde arredondado. Superficie cubierta de costillas obli- cuas iguales, poco salientes, la mayoría bifurcadas á la mitad de los flancos, otras quedan simples, hay dos trifurcadas; todas pasan por el borde sifonal. Por la bifurcación de las costillas, que forma una horquilla estrecha, y por la inclinación hacia adelante que experimentan al llegar á la región sifo- nal, se asemeja al P. Pouzinensis, del cual difiere por tener vueltas más com- primidas, el ombligo más estrecho y mayor número de costillas simples. Localidad: Rancho Alamitos, Catorce, San Luis Pootsí. DEL MINERAL DE CATORCE. : 29 PERISPHINCTES PouzINENSIS Toucas. Lámina XXI. figura 2. Lámina XXIT, figura 5. DIMENSIONES. IAE E E O AA 31 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- A A A A A 0.39 Espesor de la última vuelta con relación al A IS 0.36 Diámetro del ombligo con relación al diámetro 0.35 Referimos á esta especie el ejemplar dibujado, por tener todos los carac- teres que da 'Poucas, aunque también tiene bastante parecido con el P. tran- sitorius (Oppel), del cual se distingue por la falta de la banda lisa de la línea sifonal y por llevar costillas trifurcadas. La ornamentación es exactamente la del P. Pouzinensis Toucas, y la única diferencia que encontramos es la de que las costillas que en las primeras vueltas pasan sin interrupción, formando un arco muy abierto, sufren después una inflexión hacia adelante y se en- cuentran en la línea sifonal, formando un ángulo no muy claro, probable- mente por tratarse de un ejemplar que perteneció á un individuo joven; tal vez en ejemplares más desarrollados se acentúe más esta tendencia á formar un ángulo en la línea sifonal. Mientras tanto, creemos deber colocarlo en la especie Pouzinensis, como una variedad de dicha especie. PERISPHINCTES FLEXICOSTATUS NOV. SP. Lámina XIII, figura 1. DIMENSIONES. Diámetro o a a ale id 128 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- KDD coc de o PB Sso coco ess boss 0.34 Espesor de la última vuelta con relación al o o E de 0.20 Diámetro del ombligo con relación al diámetro. 0.44 30 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL Concha oblonga comprimida, anchamente umbilicada. Espira compues- ta de vueltas numerosas, poco abrazantes, visibles en el ombligo casi en las tres cuartas partes de su anchura, de sección transversal elíptica, con el mayor es- pesor en el tercio interno; últimas vueltas poco elevadas sobre las vueltas an- teriores; flancos aplanados ó débilmente convexos que descienden suavemente hacia el ombligo y hacia la región sifonal que es más comprimida pero de borde arredondado. Ombligo muy grande, poco profundo y de paredes in- clinadas. Abertura comprimida lateralmente, ligeramente escotada por las vueltas de la espira, ovalada, mucho más alta que ancha, la mayor anchura queda en la parte inferior. Superficie cubierta por costillas iguales, muy nu- merosas, oblicuas ó ligeramente flexuosas, que se desvían hacia adelante al llegar á la región sifonal para formar sobre el borde sifonal un pliegue agu- do cuyo vértice se dirige hacia la abertura. Las costillas se bifurcan al lle- gar á la parte media de los flancos, formando una bifurcación muy cerrada; algunas costillas quedan simples. PERISPHINCTES TRANSITORIUS? OPPEL, Lámina XXI, figura 5. Referimos á esta especie un ejemplar mutilado adornado de costillas bi- furcadas en el tercio externo, que se interrumpen en el borde sifonal formando un surco muy angosto y perfectamente definido; las vueltas de la espira son casi tan altas como anchas y débilmente abrazantes. PERISPHINCTES ALAMITOSENSIS NOV. SP. Lámina XXI, figuras 4 y 6. DIMENSIONES. Diametro A A 76 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- Metro o a A 0.38 Espesor de la última vuelta con relación al EA A 0.25 Diámetro del ombligo con relación al diámetro. 0.36 Concha comprimida, discoidal, anchamente umbilicada. Espira com- puesta de vueltas numerosas, de sección transversal elíptica, alargada, poco DEL MINERAL DE CATORCE. 31 elevadas, visibles en el ombligo en las dos terceras partes de su anchura, te- niendo su mayor espesor cerca del borde umbilical; flancos casi planos que descienden gradualmente formando una débil curvatura; región sifonal com- primida, de borde arredondado 6 sub—cuadrado. Ombligo grande, muy po- - co profundo, borde arredondado y paredes abruptas. Superficie cubierta de costillas bifurcadas y trifurcadas, bastante separadas, veintiseis 4 veintiocho por vuelta; la bifurcación se hace en el tercio externo de los flancos. Las costillas nacen en el ombligo, se dirigen oblicuamente hacia adelante, pero antes de llegar al borde externo y después del punto de bifurcación, se inflexio- nan bruscamente hacia adelante, formando en el borde sifonal un ángulo agu- do de vértice dirigido á la abertura. Se distingue del P. Richteri con el cual tiene algún parecido, por tener las costillas más separadas, más sinuosas y con una inflexión más fuerte en la región sifonal. La disposición de las costillas le dan más parecido quizás con algunas formas representadas por Quenstedt en su obra Die. Ammoniten des Schwabischen Jura pl. 90, figuras 3, 8, 9, 20 y 21, como A. Lamberti, A. Lamberti macer y A. Lamberti flexicostatus, es decir, que tiene alguna semejanza con formas del género Cardioceras; pero en nuestros ejemplares se distingue en la línea sifonal una tendencia á la formación de un surco por interrupción de las costillas en esa línea, carácter que aleja toda probabilidad de que nuestra especie pertenezca á dicho género, pues que más bien la aproxima á los Hoplites: Localidad, Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, S. L. P. PERISPHINCTES POTOSINUS, NOV. SP. Lámina XVII, figura 1. Lámina XXIV, figura 2. DIMENSIONES. Dimelo a TIO 78 83 110 Ancho de la última vuelta con relación AAA ro OS 0.41 0.40 0.36 Espesor de la última vuelta con rela- conta diametitos AN 0.37 0.35 0.28 Diámetro del ombligo con relación al CCD. e co popa Beso 0.33 0.35 0.42 32 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL Concha discoidal, bastante abultada en el centro en los individuos jóve- nes y comprimida en los adultos. Espira compuesta de vueltas abrazantes que cubren casi las tres cuartas partes de su anchura eb las primeras vueltas, y las dos terceras partes en las últimas, poco elevadas unas sobre otras, de sección transversal ojivada, llevando su mayor espesor en el borde umbilical; flancos ligeramente convexos ó aplanados que descienden bruscamente hacia el ombligo, y desde su borde constituyen un plano inclinado que se liga con el borde sifonal, que es arredondado. Ombligo poco profundo, de paredes abrup- tas y de borde arredondado. Abertura comprimida en los lados, un poco más alta que ancha; arredondada en la parte superior, fuertemente escotada por la vuelta de la espira. Superficie cubierta de numerosas costillas, cincuenta por vuelta, oblicuamente dirigidas hacia adelante, iguales, perfectamente mar- cadas en el contorno del ombligo y en la mitad interna de los flancos, en la cual se bifurcan casi todas conservando sus ramas poco separadas; un corto número de costillas se trifurcan y alguna que otra queda simple en las prime- ras vueltas de la espira, mientras que en la última vuelta la mayor parte es- tán trifurcadas. La trifurcación se hace exactamente como en el P. Contiguus (Catullo), es decir, se hace en dos puntos diferentes; la rama anterior se des- prende primero, mucho antes de llegar á la mitad de los flancos; la segunda bifurcación se verifica en la rama posterior, al llegar 4 la mitad de los flan- cos, exactamente como para las costillas simplemente bifurcadas. 'Podas las costillas pasan por el borde sifonal, formando una curva de convexidad di- rigida hacia la abertura. Es una especie intermedia entre el P. Contiguus (Catullo) y el P. Pou- zinensis Toucas; se asemeja al primero por la manera como se hace la trifur- cación de las costillas y por su número; se distingue por la inflexión de las costillas en la región externa, como en el P. Pouzinensis, del cual difiere por el menor número de costillas, que son más fuertes, y por la mayor frecuen- cia con que se verifica la trifurcación de las costillas, que en el P. Pouzinen- sis sólo tiene lugar en algunas. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. DEL MINERAL DE CATORCE. 33 PERISPHINCTES DOLFUSSI, NOV. SP. Lámina XXIT, figura 4. DIMENSIONES. DA ro A O A 64 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- Metro. ARO CE o o 0.41 Espesor de la última vuelta con relación al dlametro vr ela IAN 0.28 Diámetro del ombligo con relación al diámetro 0.34 Concha discoidal, comprimida, estrechamente umbilicada. Espira com- puesta de vueltas abrazantes, comprimidas, de sección transversal elíptica, poco elevadas unas sobre otras, visibles en el ombligo en la mitad de su an chura, teniendo su mayor espesor cerca del borde umbilical; flancos ligera- mente convexos, que se precipitan bruscamente hacia el ombligo y descienden lentamente hacia la región sifonal, que está comprimida, pero de borde ex- terno arredondado, aunque notoriamente más estrecho que la parte media de las vueltas. Ombligo pequeño, poco profundo, de paredes verticales y borde arredondado. Abertura comprimida lateralmente, notablemente más alta que ancha, arredondada en la parte superior, que es estrecha, fuertemente esco- tada por la vuelta de la espira, teniendo su mayor anchura en la base. Super- ficie cubierta de costillas bifurcadas, ligeramente flexuosas (cuarenta y cuatro en la última vuelta), perfectamente marcadas desde el ombligo, se bifurcan un poco adelante de la línea media de los flancos y se dirigen desde allí un poco oblicuamente hacia el borde externo, formando por su encuentro en la línea sifonal un ángulo de vértice dirigido hacia la abertura. M. de Loriol, en su “monnogr. Paleont. des couches de la Zone ú A. tu- milubatus de Baden, Argovie (Badener Schichten), 1868 á 1878, representa en la lámina XV, figura 8, un ejemplar de P. Baderus (Oppel), cuya orna- mentación es sumamente parecida á la de nuestra especie, con solo la dife- rencia de que ésta tiene las costillas ligeramente flexuosas; comparando nues- tro ejemplar con el representado por Loriol, se nota que las vueltas de la espira son más abrazantes y más anchas en el nuestro, y, por consiguiente, 34 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL el ombligo es más chico; la abertura es más alargada, tendiendo á la forma sagitada en nuestro ejemplar por el estrechamiento de la región sifonal. Es- tos caracteres nos autorizan para separar nuestra forma de aquella con la cual tiene más semejanza. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosf. PERISPHINCTES MONSERRATI NOV. SP. Lámina XVII, figura 2. Lámina XXII, figura 3. DIMENSIONES. Diámetro casa lee grapas Nal A NA AO 59 mm Ancho de la última vuelta con relación al diá- ES o is 0.35 Espesor de la última vuelta con relación al A o Dalila Le 0.34 Diámetro del ombligo con relación al diámetro 0.39 Concha discoidal, un poco abultada, anchamente umbilicada. Espira compuesta de vueltas abrazantes, de sección transversal sub—cuadrangular, bastante elevadas más sobre otras, visibles en el ombligo en las dos terceras partes de su anchura, teniendo su mayor espesor en la parte media; flancos convexos que descienden gradualmente hacia el ombligo y hacia el borde externo que es cuadrado. Ombligo ancho, profundo, de paredes inclinadas y de borde arredondado. Superficie adornada con treinta y ocho costillas por vuelta, bifurcadas, una que otra permaneciendo simples; la bifurcación tie- ne lugar antes de llegar 4 la mitad de los flancos ó sea en la mitad interna; en la región externa las costillas se dirigen hacia adelante y forman en la lí- nea sifonal un ángulo abierto de vértice dirigido á la abertura; sin interrum- pirse en la línea sifonal, las costillas se debilitan un poco y producen una de- presión acanalada y ancha en todo el borde externo. Muy parecida al P. Eupalus (d'Orbigny ) por la manera en que se hace el desarrollo de la concha y por la ornamentación de ésta, se distingue por el borde externo cuadrado y por la bifurcación de las costillas, que se hace más cerca del borde umbilical. DEL MINERAL DE CATORCE. 35 PERISPHINCTES sp.? Lámina XIX. Fragmento de un Perisphinctes adornado con costillas semejantes á las de los Perisphinctes lictor (Fontamnes ), haliarchus Neumayr y polygiratus (Reinecke), de crecimiento más rápido que el de las tres especies citadas; es, sin embargo, más vecino de las dos primeras especies; pero no teniendo más que este solo fragmento, no nos atrevemos á referirlo á ninguna de las espe- cies con las cuales tiene más afinidad. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. PuLcHELLIA MEXICANA, NOV. SP. Lámina VI, figura 8. Lámina VII, figura 1. DIMENSIONES. AN E E E A O 75 mm Ancho de la última vuelta con relación al diá- MECO al e A RO a 0.71 Espesor de la última vuelta con relación al da MEtroO IE 0.17 Diámetro del ombligo con relación al diá- ME A E LI 0.13 Concha discoidal, comprimida. Espira compuesta de vueltas abrazantes no visibles en el ombligo; flancos planos que descienden suavememte desde la región umbilical hasta la región sifonal, que es comprimida y forman una carena obtusa y carenada. Ombligo muy estrecho é infundibuliforme. Aber- tura muy alta, muy escotada por la vuelta de la espira, sagitada. El mayor espesor de la concha queda cerca del borde umbilical. Ornamentación com- puesta de costillas gruesas, obtusas, simples al rededor del ombligo, más grue- sas y bifurcadas, algunas bifurcadas en la mitad externa de los flancos, que se continúan sobre el borde sifonal, dándole la forma crenada ó nodulosa. Por su forma, ornamentación y borde sifonal crenado, se asemejan á Placenticeras Perezianum? var. Liardense Whiteaves, del Cretáceo inferior de la Colombia Inglesa, pero difiere por el número de costillas, que es más 36 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL numeroso en nuestra especie, y por la mayor frecuencia en la alternancia de costillas bifurcadas con trifurcadas, que presentan nuestros ejemplares. La circunstancia de venir la Pulchellia Mexicana acompañada de varias formas de Aucellas, unida 4 la semejanza que presenta por sus caracteres con la Placenticera (Perezianum?) var. Liardense Whiteaves, á la cual acompaña la Aucella Masquensis var. concentrica Keyserling, hace sospechar cierto parentesco entre la especie mexicana y la canadense, y no será remoto que sean congéneres, pues el Sr. Whiteaves refiere con duda y á falta de deter minación más exacta, la especie canadense al género Placenticeras. Sin te- ner la certidumbre de que la determinación nuestra sea exacta, colocamos nuestra especie en el género Pulchellia, por convenirle todos los caracteres que forman la diagnosis de dicho género, tal como lo acepta el Profesor Zit tel en su tratado de Paleontología. Otra especie con la cual tiene una semejanza más remota la Pulchellia Mexicana, es la Ammonites Masyloeus Coquand del Neocomiano de la Pro- vincia de Constantina en Argelia, Africa; pero ésta tiene el borde sifonal más francamente aquillado y con una ligera depresión á uno y otro lado de la qui- lla: por otra parte, el ombligo de esta especie es más abierto y menos infun- dibuliforme que el de la nuestra, y los flancos, aunque aplanados, no manifies- tan el declive general que de la región umbilical se manifiesta en la Pulchellia Mexicana, lo cual le da en cada vuelta la forma cuneiforme; las costillas son menos robustas y los surcos son más anchos en nuestra especie. Localidad: Arroyo de Alamitos, Rancho Alamitos, Mineral de Catorce, San Luis Potosí. OLCOSTEPHANUS POTOSINUS, NOV. SP. Lámina VII, figura 2. Lámina XII, figuras 1 y 2. Concha de espira compuesta de vueltas muy abrazantes, de flancos pla- nos, borde sifonal arredondado; el deseenso de los flancos al ombligo se hace por un plano inclinado de pendiente suave; ombligo infundibuliforme, abierto, de paredes débilmente inclinadas, desprovisto de arista ó cresta en el borde. Superficie de los flancos adornada en el tercio interno de veintiocho á treinta fuertes costillas, que nacen lejos de la sutura y engruesando sensible- mente rematan en tubérculos obtusos, de los cuales se desprenden haces de . DEL MINERAL DE CATORCE. 37 cuatro á seis costillas finas, todas iguales, que recorren el resto de los flancos y pasan sin interrumpirse el borde sifonal. La especie O. Asterianus d'Orbigny se aproxima bastante á la nuestra; pero ésta se distingue fácilmente de aquella por la anchura de las vueltas, que es mayor, por las costillas umbilicales, que son más numerosas y más largas, que ocupan casi los dos quintos de los flancos de la espira. Localidad: Mina de Santa Ana, Sierra de Catorce. OLCOSTEPHANUS AF. PORTLANDICUS DE LoORIOL. Lámina VII, figura 3. DIMENSIONES. Diametro aia: Ad de Eo e A Ip 21 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- A o OS Ml 0.43 Espesor de la última vuelta con relación al CN A E 0.57 Diámetro del ombligo con relación al diá- MECO ri E a 0.41 Concha abultada, anchamente umbilicada. Espira compuesta de vueltas abrazantes, visibles en el ombligo en menos de la cuarta parte de su anchura, comprimidas en el sentido del enrollamiento, mucho más altas que anchas, teniendo su mayor espesor en el borde umbilical; flancos estrechos que for- man una carena ó pliegue obtuso que baja bruscamente al ombligo y menos bruscamente y por medio de una superficie convexa se liga á la región sifo- nal, que es arredondada y muy ancha. Ombligo grande, muy profundo, infun- dibuliforme, de borde arredondado. Abertura deprimida, transversa, sub=cua- drangular, fuertemente escotada por la vuelta de la espira; su mayor anchura queda en la parte media, de borde superior arredondado. Superficie cubierta de diez y seis costillas tuberculiformes, umbilicales, que se trifurcan y pasan sobre el borde sifonal formando una ligerísima ondulación dirigida. hacia la abertura. Localidad: Arroyo de Alamitos, Rancho Los Alamitos, cerca del Mine- ral de Catorce, San Luis Potosí. 38 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL HoPLITES CALISTO VAR. Lámina XI, figura 2. Concha comprimida, discoidal. Espira compuesta de vueltas abrazantes, visibles en el ombligo en las dos terceras partes de su anchura; flancos pla- nos, que bajan bruscamente al ombligo y pasan gradualmente á la región sifo- nal, que es sub—cuadrada. Ombligo grande, poco profundo, escalariforme, de paredes abruptas y borde arredondado. Superficie cubierta de costillas iguales bastante salientes, ligeramente flexuosas, cuarenta y seis por vuelta, apenas visibles cerca de la sutura, se engruesan gradualmente, formando una pequeña curvatura; del borde umbilical al borde sifonal conservan casi el mismo espesor; se bifurcan casi todas al llegar á la mitad de los flancos, una que otra quedando simples; todas pasan sin interrupción y casi normalmente por el borde sifonal. Difiere del H. Calisto d'Orbigny tal como está representado en la Pa- leont. Francaise. Terrains Jurassiques, Cphal. pl. 213, figs. 1 y 2, por el nú- mero de costillas un poco menor y por la falta del surco en el borde sifonal. Esta circunstancia nos había inclinado á considerar la especie de que nos ocupamos como perteneciente al P. Lorioli Zittel, que, como se sabe, es muy parecido al H. Calisto, del cual difiere por no llevar el surco del borde sifo- nal. Estudiando más detenidamente nuestro ejemplar, hemos descubierto que en las primeras vueltas se nota, á la vez que un borde sifonal cuadrado ó trun- cado, una ligera depresión en el centro, que corresponde á una diminución en la altura de las costillas, lo cual indica que en estados más jóvenes la in- terrupción de las costillas es perfecta y forma la zona lisa que se va perdiendo poco á poco con la edad hasta que, en ejemplares adultos, se pierde por com- pleto, pasando entonces de un lado á otro las costillas. DEL MINERAL DE CATORCE. 39 HopLiTeES CALISTO VAR. Lámina XXII, figura 2. DIMENSIONES. Dm Co A A A 48 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- CAME tro a NN 0.39 Diámetro del ombligo con relaciónal diámetro. 0.35 Consideramos este ejemplar como una simple variedad del H. Calisto (VOrbigny ), bastante vecina de la variedad Berthei Toucas, por la cireuns- tancia de llevar á la vez costillas bifurcadas y trifurcadas. La trifurcación se hace de una manera especial que reproduce la figura 6 de la lámina XVII de la nota de Mr. Toucas: Faune des couches tithoniques de P'Ardeche, en Bull. de la Société Géologique de France, 3éme serie, tome XVUHI, Juin, 1890, impresa en Diciembre del mismo año; á saber: la rama posterior que queda simple es la primera que se separa, en el tercio interno de los flancos, y la.rama anterior sufre bifurcación, como la generalidad de las costillas, al llegar á la mitad de los flancos, Por la inflexión de las costillas en la región externa, que es un poco fuerte, se aproxima al Hoplites Calisto var Oppeli, así como por el espesor de las vueltas, que es mayor que en el Hoplites Ca- listo var Berthei. La presencia de costillas trifurcadas verificándose en el medio de los flancos, es carácter que aleja nuestra forma del Hoplites, su in- flexión y el ángulo que forman en la línea sifonal, son otros caracteres que aproximan más nuestro ejemplar á la variedad Berthei Toucas, solamente que en la línea sifonal el surco está poco marcado, especialmente en la últi- ma vuelta. 40 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL HopLITeSs COHGLANI NOV. SP. Lámina XXI, figura 1. Lámina XXIT, figura 1. DIMENSIONES. Diámetro opa. a oia tcs SM YA OS 50 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- ME UE OA 0.40 Espesor de la última vuelta con relación al diá- AC a E 0.32 Diámetro del ombligo con relación al diámetro. 0.32 Concha discoidal, comprimida. Espira formada de vueltas abrazantes, de sección transversal sub—cuadrangular á ovalada, bastante elevadas unas so- bre otras, visibles en el ombligo en las dos terceras partes de su anchura, te- niendo su mayor espesor cerca del borde umbilical; flancos aplanados 6 lige- ramente convexos, que descienden bruscamente hacia el ombligo y suavemen- te hacia el borde externo, que es plano y destituido de surco en las primeras vueltas de la espira, y ligeramente convexo en las últimas. Ombligo pequeño, profundo, de paredes abruptas y de borde arredondado. Superficie cubierta de costillas oblicuas, bifurcadas y simples, poco elevadas, que se van bo- rrando con la edad, y tubérculos poco prominentes que limitan la faja plana del borde externo, que también desaparecen con la edad. Las costillas se bi- furcan en la parte media de los flancos y pasan sin interrupción ni desviación alguna por el borde sifonal; algunas de las costillas se engruesan al llegar al borde de la parte plana externa. Los tubérculos son transversales á las cos- tillas, es decir, que la mayor longitud sigue el contorno de la concha; son más numerosas en las primeras vueltas, y su número va disminuyendo con la edad hasta llegar á desaparecer completamente. En los individuos adultos la ornamentación consiste en costillas oblicuas apenas perceptibles en los flan- cos, pero más claramente visibles en el borde externo, que es arredondado. Es una especie del grupo del Hoplites cryptoceras (d'Orbigny) y se pa- rece por su ornamentación al Hoplites noricus (Schlotheim ); pero se distin- gue por las vueltas más abrazantes, menos anchas y más gruesas, por tener menor número de tubérculos, por los flancos más convexos, por la faja plana DEL MINERAL DE CATORCE, 41 del borde externo, atravesada por las costillas, por el ombligo más chico y por perder su ornamentación en una edad más temprana. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. HopLITeES HEILPRINI NOV. SP. Lámina XXIT, figura 7. DIMENSIONES. Diametro. Paais etd ada da. GIRA e 38 mm Ancho de la última vuelta con relación al diá- O LEO Le M0 la 0.46 Espesor de la última vuelta con relación al AAC O A A OS 0.27 Piámetro del ombligo con relación al diámetro. 0.27 Concha discoidal, comprimida. Espira compuesta de vueltas bastante abrazantes de sección transversal sub—rectangular, visibles en el ombligo, ca- si en la mitad de su anchura; flancos ligeramente convexos ó planos, que se precipitan bruscamente hacia el ombligo y en el borde externo, que es plano. Ombligo pequeño, profundo, de paredes verticales y borde arredondado. Su- perficie cubierta de numerosas costillas oblicuas (cincuenta por vuelta), la ma- yor parte bifurcadas; nacen en el ombligo, se engruesan gradualmente hasta llegar al borde externo, muchas forman allí pequeñostubérculos, y todas pasan bastante gruesas por la parte plana; la bifurcación se hace con bastante irre- gularidad, unas veces en el tercio interno de los flancos y otras en la línea media. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. HopPLITES MEXICANUS NOV. SP. Lámina XV. DIMENSIONES. AMOR A A A A 2.15 mm. Ancho de la última vuelta con relación al diá- MEOtro' PA BSARYEGO. EQ a ALE 0.44 Espesor de la última vuelta con relación al diámetro o A .. Ta ee7l 0.30 Diámetro del ombligo con relación al diámetro. 0.34 42 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL Concha aplanada, anchamente umbilicada. Espira compuesta de vueltas gradualmente crecientes, visibles en el ombligo en los dos tercios de su an- chura; flancos deprimidos, adornados de costillas numerosas, altas, de tres á cuatro milímetros, ligeramente sinuosas, que parten del borde umbilical, unas simples y otras que se bifurcan en el tercio exterior, alternándose con toda regularidad las costillas simples y las bifurcadas, se continúan sobre el borde sifonal, que es casi cuadrado, y forman en la parte media de la región sifo- ual un ángulo cuyo vértice está dirigido hacia la parte anterior de la concha, sin formar surco claramente definido. Ombligo muy abierto, de paredes abrup- tas, en las cuales se funden todas las costillas, que quedan apenas perceptibles como líneas dispuestas paralelamente. Se distingue del Hoplites Calisto (d'Orbigny ), con el cual tiene mucho parecido por la ornamentación, por tener un desarrollo más rápido; tener la última vuelta más gruesa, las costillas bifurcadas más tarde en el tercio ex- terno de los flancos y estar alternadas las simples con las bifurcadas; además, no hay interrupción de las costillas en el borde sifonal. HopPLITES sp? Lámina XVIIL Fragmento de un gran Hoplites, en el cual se ven costillas bifurcadas y trifurcadas, que se encuentran en la línea sifonal, formando un ángulo bas- tante fuerte. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. HOPLITES BIFURCATUS NOV. SP. Lámina XX, figura 1. Varios pedazos de Hoplites, muy vecino del Hoplites Mexicanus que hemos descrito, pero distinguiéndose de él por la constancia con que se bi- furcan todas las costillas; en los distintos pedazos que poseemos no hemos visto una sola costilla simple. Esta uniformidad en las costillas, que contrasta con la alternancia de costillas simples y bifurcadas que caracterizan al Ho- plites mexicanus, nos inclina á creer que se trata de una especie nueva, para la cual proponemos el nombre H. Bifurcatus. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. DEL MINERAL DE CATORCE. 43 HOPLITES EXCEPTIONALIS NOV. SP. Lámina XX, figura 2. Sólo poseemos unos cuantos fragmentos de esta especie, que considera- mos completamente distinta de todas las especies descritas. El género Hopli- tes es el que más le corresponde, no por sus caracteres tomados aisladamente, sino por las gradaciones que entre los distintos Hoplites de esta localidad se encuentran como conducentes á la forma en cuestión. Las vueltas son aplastadas, de borde externo sub—cuadrado, y como se ve por la figura 2 de la lámina XX, la ornamentación de esta especie es sumamente curiosa: consiste en costillas finas flexuosas, muy numerosas, que se dirigen oblicuamente al borde externo; una que otra queda simple y la ma- yoría se bifurcan ó trifurcan antes de llegar á la mitad de los flancos, siendo casi tan abundantes las costillas bifurcadas como las trifurcadas; después de hecha la bifurcación ó trifurcación, las costillas se desvían hacia adelante for- mando una inflexión bastante fuerte, y forman en la línea sifonal un ángulo agudo de vértice dirigido hacia la abertura, pero sin dar origeñ 4 una depre- sión ó canal en la línea sifonal. La trifurcación se hace por la separación de una rama antes de llegar á la mitad de los flancos y bifurcación de la otra rama en la línea media. Las ramas de las bifurcaciones quedan sumamente aproximadas. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. ASPIDOCERAS ÁLAMITOCENSIS NOV. SP. Lámina XXII, figura 6. Lámina XXI. DIMENSIONES. Diámetro sassek ono: 96 56 60 150 Ancho de la última vuelta con relación al diámetro ...--. 0.44 0.44 0.43 0.45 Espesor de la última vuelta con relación al diámetro... --- 0.58 0.55 0.52 0.67 Diámetro del ombligo con rela- ción al diámetro.--...--- 0.32 0.32 0.33 0.35 44 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL Concha muy inflada, estrechamente umbilicada. Espira compuesta de vueltas gruesas, muy abrazantes, rápidamente crecientes, visibles en el om- bligo en casi la mitad de su anchura, sumamente arredondadas en la región sifonal, teniendo su mayor espesor cerca del ombligo; flancos adornados en la mitad interna de la vuelta con dos hileras de tubérculos, una que limita el borde umbilical y la otra la línea de sutura de la espira; tubérculos obtu- sos, muy salientes, cuyo número y dimensión crecen con la edad, siendo ca- torce en el mayor ejemplar; los de la hilera externa siempre más desarrollados, comunmente opuestos á los de la hilera interna, pero algunas veces alterna- dos; cuando los tubérculos están muy desarrollados, sus bases se aproximan y simulan una costilla obtusa poco aparente. Ombligo profundo de paredes abruptas, pero no carenado en su contorno; los tubérculos de la hilera externa se aplican contra sus paredes. Abertura muy escotada por la vuelta de la espira, notablemente más ancha que alta, arredondada en la parte superior. Los tabiques no son visibles. Esta especie se asemeja notablemente ála Aspidoceras Longispinus (So- werby ), de la cual quizá no constituya sino una variedad muy abultada; pero comparando las figuras que dan de la A. Longispinus (Sowerby ) los Sres. P. de Loriol, E. Favre y el Dr. Newmayr, nuestra especie se distingue por el crecimiento más rápido de la concha, por su espesor, que es siempre nota- blemente mayor, por el ombligo muchísimo más profundo, y, finalmente, por no tener las series de tubérculos reunidas por costillas, como sucede en la Aspidoceras Longispinus (Sowerby ). Tiene también algún parecido, sobre todo en lo abultado de la concha y en las dimensiones del ombligo, con la A. Acanthicum Oppel, pero se dis- tingue fácilmente de ella por el espesor de las vueltas, que es notablemente mayor en nuestra especie, así como por el número de los tubérculos de la se- rie externa, que es menor en la A. Acanthicum y desaparecen con la edad. Localidad: Alamitos, Mineral de Catorce, San Luis Potosí. DEL MINERAL DE CATORCE. 45 APTYCHUS MEXICANUS NOV. SP. Lámina XXIIT, figura 8. DIMENSIONES. Concha sub—trígona, convexa. Borde de unión completamente recto; borde anterior ligeramente cóncavo cerca del ángulo anterior, que es recto, en- lazándose con el borde externo por medio de una curva; borde externo re- gularmente arredondado, formando con el borde de unión un ángulo muy abierto. El mayor espesor queda cerca y á lo largo del borde de unión. Cara interna cóncava, provista de estrías concéntricas bastante fuertes y de dos es- trías radiantes, situada una, la más clara, cerca del borde de unión, y la otra, apenas perceptible, en el centro de la concha. Cara externa uniformemente convexa, perforada por finas puntuaciones ó poros ovalados. Se distingue del Aptychus latus Parkinson por el ángulo apicial, que es casi recto, por el ángulo de unión del borde externo con el borde de unión que es más abierto, por el borde externo, que es más uniformemente convexo; y del Aptychus loevis H. v. Meyer, con el cual tiene más parecido, por el borde anterior más corto y más cóncavo; por el ángulo apicial, que es menor en nuestra especie; por no tener la ligera expansión que la reunión del borde anterior con el borde externo forma en el Aptychus loevis; por el pequeño es- pesor del borde anterior, mientras que en el Aptychus loevis es muy grueso, y, finalmente, por ser notoriamente más cóncavo. BELEMNITES AF. Puzosr D'ORBIGNY. Lámina XXIV, figuras 1 y 6. Hemos recogido abundantes fragmentos de rostro de una Belemnites que tiene mucha semejanza con el Bel. Puzosi d'Orbigny por la forma alar- gada cilíndrica del rostro, que es liso y presenta una sección transversal ova- lada, pero es imposible con los fragmentos que poseemos hacer una determi- nación, aunque no sea sino aproximada. Localidad: Rancho de Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. 46 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL BELEMNITES AF. OBELISCUS PHILLIPS. Lámina XXIV, figura 3. Rostro de un Belemnites del grupo del B. Puzosi d'Orbigny, muy vecino del B. Obeliscus Phillips, del cual no constituye tal vez más que una varie- dad. Un solo ejemplar de esta especie tenemos en nuestra colección y con él no nos atrevemos á hacer una identificación con la especie Obeliscus de Phi- llips, en la cual se presentan modificaciones notables que han sido atribuidas á modificaciones sexuales. Localidad: Rancho de Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. BELEMNITES sp? Semejante al B. Bruguierianus d'Orbigny y más aún al B. giganteus Schlotheim. Tiene un número mayor de surcos apiciales que el B. Bruguie- rianus y menor que el del B. subextensus Nikitim; tiene de 8 4 10 surcos apiciales. Dos surcos laterales apenas iniciados en la parte inferior se acen- túan más á medida que se alejan de la punta del rostro, produciendo una sección transversal elíptica con dos estrangulamientos bien marcados. Es una forma de la sección acuarii Orbigny y del grupo para el cual Bayle ha crea- do el género Megateuthis. Localidad: Rancho Alamitos, Sierra de Catorce, San Luis Potosí. * ES Concluida la descripción de los fósiles de Catorce, vamos á hacer ahora la comparación entre ellos y las especies extranjeras que les son más próxi- mas; y para que la comparación de la fauna que nos ocupa sea más cómoda, reunimos en un cuadro las especies extranjeras y mexicanas, colocando unas enfrente de otras las que consideramos como análogas ó representativas. (du) 1. Exogyra Potosina nov. sp. o . Rhynchonella lacunosa (Quenstedt). . Id. lacunosa var Arólica Oppel. . Terebrátula cf. Zieteni de Loriol. . Terebrátula sp? . Waldheimia Catorcensis nov. sp. . Aucella Bronni Rouiller. pa po pu ppp os o 0 ya . Cucullea (Trigonarca) Catorcensis! . Lucina potosina nov. sp. . Coniomya Calderoni nov. sp. . Pleuromya inconstans nov. sp. . Vermetus (Burtinella) Cornejoi nov. . Filloceras cf. Velledoe (Michelin.) . Rhacophyllites Calderoni nov. sp. . Id.? Alamitosensis nov. sp. DEL MINERAL DE CATORCE. 47 CUADRO COMPARATIVO. ESPECIES MEXICANAS Id. Id. Id. Td. Id. Td. Td. Id. Bronni var lata Trautschold. Pallasi Keyserling. id. var plicata Keyserling. id. var tenuistriata Keyserling. Volgensis Lahusen. Fischeriana d'Orbigny. af. piriformis Lahusen. terebratuloides Trautschold. NOV. sp- Id. Coetoi nov. sp. Cyprimeria mexicana nov. sp. sp. Nautilus Burkarti nov. sp. | ESPECIES EXTRANJERAS R. lacunosa (Quenstedt). Id. var Arólica Oppel. T. Zieteni de Loriol, T. Bieskiden- sis Zeuschner. T. insignis Schlotheim. Zeilleria Egena Bayle. LEtostreon latissimum (Lamarek,) Bayle. A. Bromni Rouiller. Id. id. var lata Trautschold. Id. Pallasi Keyserling. Id. id. var plicata Keyserling. Id. id. var tenuistriata Keyserling. Id. Volgensis Lahusen. Id. Fischeriana d'Orbigny. Id. piriformes Lahusen. Id. terebratuloides Trautschol. | Phylloceras Velledae (Michelin). > Pp . Lytoceras potosina nov. sp. . Placenticeras fallax nov. sp. . Schleenbachia af. inflata (Sowerby). | . Id. Mazapilensis nov. sp. . Id. Catorcensis nov. sp. PREPARAR eee . Id. Montserrati nov. sp. | . Pulchellia mexicana nov. sp. . Olcostephanus nov. sp. . Olcostephanus af. Portlandicus de Lo- 48 ESPECIES MEXICANAS 1] Haploceras carinata nov. sp. Perisphinctes ef. colubrinus (Reinec-| ke). Td. Td. Td. Td. Td. Td. Td. Id. Td. Id. Td. Td. Td. colubrinus (Reinecke). Mazapilensis nov. sp. | cf. Balderus Oppel. Felixi nov. sp. Lauri nov. sp. Lenki nov. sp. af. Pouzinensis Toucas. flexicostatus nOV. Sp. transitorius (Oppel). plicatilis (Sowerby) fide Bayle. potosinus nOV. sp. Alamitosensis nOV. Sp. Dolfussi nov. sp. Td. pouzinensis Toucas. riol. DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL ESPECIES EXTRANJERAS | Lyt. Duvalianus (d'Orbigny). | PL glabrum whiteaves. Scliloenbachia inflata (Sowerby). | Haploceras fialar Oppel. Td. tenuifalcatum Neumayr y Ha- ploceras falcula Quenstedt. P. colubrinus (Reinecke). Td. id. id. (12 Basilicos (Favre). . Balderus (Oppel.. . contiguus (Catullo). . Pouzinensis Toucas. . Pouzinensis Toucas. . transitorius (Oppel). . plicatilis (Sowerby). . contiguus (Catullo). . Richteri (Oppel). . balderus (Oppel) in de Loriol : Men des couches a. Á. tenuilo- no) ln) m0) lua) 159) batus. P. pouzinensis Toucas. Placenticeras Perezianum var Liardense Whiteaves. O. Astierianus (dOrbigny). Olcostephanus Portlandicus de Loriol. DEL MINERAL DE OATOROE. 49 ESPECIES MEXICANAS | ESPECIES EXTRANJERAS | 4. Hoplites Calisto var. Hoplites Calisto (dOrbigny). 4. Id. Cohglani nov. sp. Id. Noricus (Schlotheim). 4. 1d. Heilprini nov. sp. | 2. Id. Mexicanus nov. sp. | 3. Id. bifurcatus nov. sp. | 4. Id. exceptionalis. | 4. Aspidoceras alamitosensis nov. sp. | A. Longispinus (Sowerby). 4. Aptychus mexicanus nov. sp. | Apt. loevis von Mayer. 4. 1d. latus (Parkinson). Id. latus Parkinson. 4. Belemnites af. Puzosi d'Orbigny. Bel. Puzosi d'Orbigny. 4. Id. af. obeliscus Phillips. | Td. obeliscus Phillips. Las especies de la lista anterior se encuentran repartidas en los dos gru- pos superiores de capas de los tres grandes grupos en que petrográficamen- te se divide la formación de la Sierra de Catorce y que enumerados de abajo á arriba, son los siguientes: 12 Pizarras satinadas (phyllades ) completamen- te desprovistas de fósiles, y las cuales consideramos como pizarras arcillosas metamórficas, por dinamometamorfismo producido cuando se verificó el ple- gamiento de las capas para formar el anticlinal de la Sierra de Catorce; 22 Areniscas y pizarras margosas y arcillosas que alternan entre sí; éste es el grupo más rico en fósiles, y 32 Calizas compactas gris—cenicientas, más ó menos impregnadas de sílice, con nódulos, riñones y cintas de pedernal ne- gro (phtanita), que en la parte inferior del grupo se cargan de arcilla adqui- riendo una estructura pizarreña; son muy pobres en fósiles. El grupo superior contiene: Exogyra potosina, Lucina potosina, Phy- lloceras cf. Velledee, Sehleenbachia af. inflata, Hoplites mexicanus y Hopli- tes bifurcatus; la Schleenbachia af. inflata es el único fósil hasta ahora en- contrado en los bancos calizos, los demás son de las pizarras calizas y mar- gosas de la base de la división ó grupo superior. Las formas análogas como en el cuadro comparativo, son: de E. potosina, E. (Atostreon) latísima Lamarck, que se encuentra en Europa en el Aptiano; Phylloceras cf. Velled«e, es si no idéntica una simple mutación de la especie Velled:e, que como es sabido sólo 50 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL se conoce del Gault, es decir, del piso Albiano; Sehlseenbachia at. inflata es una variedad si acaso no resulta ser igual á la Schl. inflata (Sowerby) ca- racterística de una zona á la cual ha dado su nombre, en la parte superior del piso Albiano. Por lo que respecto á los géneros tenemos: Exogyra es un género común al Jurásico y al Cretáceo; Lucina es un género de una dis- tribución geológica mucho más vasta, comprende desde el Silurio hasta nues- tros días; Philloceras es común al Jurásico y al Cretáceo; Schleenbachia es un género exclusivo del Cretáceo, y Hoplites, género que tiene un corto nú- mero de especies del Jurásico superior, alcanza su máximum de desarrollo en el Cretáceo y se puede reputar como característico de él. Atendiendo, pues, á la distribución de los géneros y á las semejanzas de las especies con especies ya descritas, se debe considerar la división superior de Catorce co- mo Cretácea, perteneciente á la serie Infracretácea de la cual representa probablemente la parte superior, comprendiendo los pisos Aptiano y Albiano. El grupo ó división media puede subdividirse en dos partes: la superior formada de pizarras y areniscas margosas más ó menos cargadas de carbo- nato de cal con Aucella Bronni, A. Bromni varlata, A. Pallasi, A. Pallasi var plicata, A. Pallasi var tenuistriata, A. Volgensis, A. Fischeriana, A. Pirifor- mis, A. Terebratuloides; Lytoceras potosina, Placenticeras fallax, Pulche- llia mexicana y Olcostephanus potosinus. La subdivisión inferior del grupo medio, compuesta de areniscas de grano fino y pizarras bastante arcillosas, es la más rica en fósiles y contiene: Rhynchonella lacunosa, R. lacunosa var Arolica, Terebrátula cf. Zieteni; T. sp? Waldheimia Catorcensis; Auce- lla Bronni; Cucullea (Trigonarca) Catorcensis; Lucina Coetoi, Cyprina Coteroi, Cyprimeria mexicana, Goniomya Calderoni, Pleuromya inconstans; Vermetus? (Burtinella) Cornejoi; Nautilus Burkarti; Rhacophyllites Calde- roni, Rhac? disputabile, Rhac. Alamitosensis, Haploceras carinata, Hapl. Mazapilensis, Hapl. Catorcensis, Perisphinctes cf. colubrinus, P. colubrinus, P. Mazapilensis, P. cf. balderus, P. Felixi, P. Lauri, Pn. Lenki, P. af. pou- zinensis, P. flexicostatus, P. transitorius, P. plicatilis, P. potosinus, P. alami- tosensis, P. Dolfussi, P. Montserrati, P. pouzinensis, Olcostephanus af. Por- tlandicus, Hoplites calisto var, Hoplites Cohglani-Hoplites Heilprini, H. exceptionalis, Aspidoceras Alamitosensis, Aptychus mexicanus, Apt. latus; Belemnites af Pouzosi, Belemn. af. obeliscus. DEL MINERAL DE CATORCE. 51 Comparando los fósiles de la subdivisión superior del grupo medio de Catorce á cuya subdivisión llamaremos: pizarras y areniscas de Cieneguita, encontramos: que las diferentes formas de Aucella que en Cieneguita vie- nen todas reunidas, sin que hayamos podido encontrar relación alguna entre las capas y alguna ó varias de estas formas con excepción solamente de la Aucella Bronni, que además de encontrarse en las capas de Cieneguita se encuentra también en las capas superiores de la subdivisión inferior del gru- po medio, asociada con las Rhynchonellas. Ahora bien, estas diferentes for- mas de Aucella se hallan en el Jurásico superior de Rusia repartidas, según Y. Lahusen en cinco zonas, denominadas: zona de Aucella Bronni; zona de Aucella Pallasi; zona de Aucella mosquensis; zona de Aucella Volgensis; zona de Aucella Keyserlingi, de las cuales la primera viene debajo del Vol- giano superior, la tercera zona se extiende del Volgiano inferior al superior, la cuarta viene en la parte superior de Volgiano superior y la quinta cubre al Volgiano superior. Siguiendo la comparación de las especies de la subdivisión que nos ocupa, viene la Lytoceras potosina vecina de Lytoceras Duvalianum (dOrbigny >) del Neocomiano de Francia; Placenticeras fallax, equivalente á Placenticeras glabrum Whiteaves, y Pulchellia mexicana muy vecina de Pla- centiceras Perezianum var Liardense Whiteaves, las dos del Cretáceo inferior de British Columbia y Olcostephanus potosinus muy próximo al Olcostepha- nus Astierianus (d'Orbignuy) tan frecuente en el Neocomiano de Europa. Tomando en consideración los géneros defósiles dela subdivisión superior de la división media, encontramos que el género Aucella, el más importante por la abundancia y variedad de formas con que se presenta en estas capas, es un género cuya distribución geológica no está perfectamente conocida. Habiéndose encontrado por primera vez las Aucellas en las inmediaciones de Moscou, fué considerado el género Aucella como exclusivo de los terre- nos de aquellas regiones, las cuales han sido referidas á la parte superior del Jurásico; pero más tarde se encontraron Áucellas en rocas neocomianas per- fectamente caracterizadas y se concedió desde luego al género Aucella una distribución geológica un poco más extensa, y dejó de ser característico del Jurásico superior; así pues, su presencia autorizaría casi con igual funda- mento la referencia de las rocas que lo contuvieran al Jurásico superior ó al Infracretáceo en su piso más bajo ó Neocomiano. 52 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL La mayoría de los autores que han tratado del género Aucella lo han considerado como de edad jurásica, por referirse á la parte superior de este sistema las rocas en que por primera vez se encontraron estos moluscos; pe- ro autores de gran reputación consideran los estratos que contienen las nu- merosas formas de Aucella de Moscow como pertenecientes al Neocomiano. Los profesores Eichwald y Whiteaves reputan como de edad cretácea las ca- pas de Aucellas de Europa, Norte de Asia y Península de Alaska el primero, y las de British Columbia el segundo, el cual considera el género Aucella como característica del Gault. El Dr. C. A. White de la Comisión Geológica de los Estados Unidos refiere al Neocomiano las rocas de Sergipe en el Brasil, que contienen su Áu- cella Brasiliensis; cree que todas las variedades de formas de Aucella de la costa del Pacífico, en California, que han recibido diferentes nombres espe- cíficos y fueron al principio referidas por Gabb y después por Meek al Ju- rásico, son simples variedades de la especie A. concéntrica, que el refiere á ia división Shasta del cretáceo inferior del Oeste de los Estados Unidos. El Dr. Stoliczka consideró como cretácea su Aucella parva de la India. El Sr. Nikitin en su trabajo: Les vestiges du periode Cretácee dans la Russie Cen- tralen menciona la Aucella subleevis Lahusen del Neocomiano. El eminente Paleontologista Dr. Zittel refiere su Aucella plicata de Nueva Zelanda al Jurásico ó al cretáceo inferior, y reconoce la gran semejanza que su especie tiene con la Aucella concéntrica; en su tratado de Paleontología considera el género Aucella como del Jurásico y Cretáceo inferior, haciendo remontar su aparición probable al Zechstein. Asociadas las Aucellas en las capas de Cieneguita con una forma de Ol- costephanus casi idéntica con el Olcostephanus Asterianus (d'Orbigny) del Neocomiano y con una especie de Pulchellia, género que es exclusivo del Cretáceo inferior de Europa y América meridional, creemos que debe con- siderarse como perteneciente á la serie Infracretácea la subdivisión Ciene- guita y que ésta representa al Neocomiano. Los numerosos fósiles de la subdivisión inferior del grupo medio de Ca- torce, á la cual corresponde la denominación Alamitos, por ser el lugar en donde está mejor caracterizada, pertenecen á géneros muy variados y de dis- tinta importancia como medios de determinar con precisión la edad geoló- DEL MINERAL DE CATORCE. 53 gica de estas capas. Así tenemos: Rhynchonella, Terebrátula, Waldheimia «y Lucina son géneros de muy vasta distribución en el tiempo; Cyprina es un género que se extiende desde el Jurásico hasta la época actual con im- portancia cada vez menor; Cyprimeria es género cretáceo, pero hay que no- tar que viene en las capas más elevadas acompañado de Aucella Bronni, que aquí como en Rusia se encuentra á nivel inferior á las de los demás Auce- llas, con la diferencia de que aquí persiste en las capas que traen las otras formas de Aucella; por otra parte, la determinación del género Cyprimeria es dudosa por carecer de buenos ejemplares; Goniomya es género que vivió desde el Jurásico al Cretáceo, pero tuvo su máximum de desarrollo en el Ju- rásico medio y superior; Pleuromya es género que se extiende desde el Triá- sico hasta el Cretáceo inferior; Burtinella vivió desde el Jurásico hasta el Cretáceo; la sección Simplices del género Nautilus existió desde el Triásico; Rhacophillites es un género que empieza desde el Triásico y se extingue en el Malm; Haploceras, aparece en la base del Jurásico superior y tiene algu- nos representantes en el Cretáceo inferior; Perisphinctes, como el anterior, comienza con el Jurásico, tiene su máximum de desarrollo en el Jurásico su- perior y se extingue en el Cretáceo inferior; Hoplites, que ya hemos visto que se puede reputar como característico del Oretáceo inferior, aunque se ha- lla representado desde el Jurásico superior; Aspidoceras que tiene su máxi- mum de desarrollo en el Malm, pero se encuentra en la base de la serie Su- prajurásica y pasa al Cretáceo inferior; Belemnites, común al Jurásico y al Cretáceo. Por esta rápida revista de los géneros existentes en las pizarras y are- niscas de Alamitos, encontramos que la mínima antigiiedad que se les puede dar es la del Cretáceo inferior, toda vez que la mayoría de los géneros que nos ocupan se extinguen en el Cretáceo inferior. Descendiendo ahora á una comparación de las formas pertenecientes á estos géneros con sus equivalen- tes extranjeros, tal vez podamos circunscribir un poco más la época de for- mación de estas pizarras, en espera de mayor número de fósiles que nos per- mitan determinar con toda precisión su verdadera edad geológica. La Rhin- chonella lacunosa (Quenstedt) se encuentra en Inglaterra en el Supra coralino inmediatamente debajo del Kimeridge Clay; se encuentra en el piso Sequo- niano en los Hautes Alpes Vaudoises; la R. lacunosa var Arolica es carac- 54 DESCRIPCION DE LA FAUNA FOSIL terística de las capas de Birmensdorf pertenecientes al Oxfordiano superior ó Argoviano; un solo ejemplar ha sido encontrado en capas superiores á las de Birmensdorf en la zona de Aspidoceras acanthicum de Lemene; la R. la- cunosa se encuentra también en las capas de Baden ó zona de Oppelia te- nuilobata perteneciente al piso Sequoniano. La Terebrátula Zieteni existe en la zona de Oppelia teuitobata en Greislingen y Gmubingen cerca de Ball; de Loriol la cita de las capas de Baden en Argovia; la T. Bieskidensis que es la otra forma vecina de la nuestra, la cita von Haas del Coralino de la Saleve y del terreno Tithonico de Riondanaire; la Ziellería Egena Bayle, es muy vecina de la Waldheimia catorcensis, y se encuentra en el Sequo- niano superior (Astartiano). La Haploceras Mazapilensis corresponde á Ha- ploceras fialar Oppel de la zona de Aspidoceras acanthicum de los Alpes de la Suiza y de la Saboya; á la Haploceras Catorcensis corresponden Haplo- ceras tenuifaleatum Newmayr y Haploceras falcula Quenstedt, la primera de las capas de Aspidoceras acanthicum de Gyilkos— Ko en Siebenbúrgen y la segunda del Weisser Jura £ de Quenstedt. El Perisphinctes colubrinus (Reineke) es una especie del Portlandiano que sólo se encuentra en la par- te inferior del piso; el Perisphinctes contiguus (Catullo) se encuentra tam- bién en la parte inferior del Portlandiano y pasa á la parte media; el P. Basilice (Fabre) viene en el Tithoniano superior; el P. transitorius se ex- tiende del Tithoniano medio al superior 6 Berriasiano; el P. pouzinensis Toucas comienza en el Tithoniano inferior y se extiende hasta el Tithoniano superior en el Ardeche; el Hoplites Calisto (d'Orbigny) es sabido que per- tenece á las partes media y superior del Portlandiano. El carácter de los Brachiopodos es esencialmente jurásico, y acabamos de ver que hay identidad entre los nuestros y los extranjeros de distribu- ción geológica bastante bien determinada; los Cephalopoda presentan grandes afinidades con los Cephalopoda del Cretáceo inferior, y además de las espe- cies netamente jurásicas que entre ellos hemos determinado, encontramos que si los Hoplites aproximan esta fauna al Cretáceo, los Perisphinctes, Haplo- ceras y Aspidoceras la ligan íntimamente al Jurásico superior. 'Por otra par- te, los Hoplites de Alamitos son de pequeña talla y de una escasez relativa, mientras que los Hoplites de Cieneguita alcanzan tallas muy considerables; los Perisphinctes del grupo del P. contiguus (Catullo) son sumamente abun- DEL MINERAL DE CATORCE. 55 dantes, así como los del grupo de P. plicatilis ó planula, lo cual tiende á ligar la fauna de Alamitos con la parte superior del Jurásico. Entre los Perisphine- tes se notan modificaciones de estructura que conducen respectivamente á los géneros Simoceras, Hoplites, Parkinsonia y formas que muy bien pue- den servir para enlazar Perisphinctes y Cardioceras, pues que participan de los caracteres de unos y otros. En los Perisphinctes del grupo P. planula las costillas se bifurcan á una edad muy temprana, como acontece en muchí- simas Perisphinctes del Jurásico blanco. Estas consideraciones nos han determinado á referir al Jurásico supe- rior las capas de Alamitos, no obstante que las capas superiores contienen, como hemos dicho ya, la Aucella Bronni, y en las cuales se podría estable- cer el límite del Jurásico para dar comienzo al Cretáceo. La posición de las capas de Alamitos debajo de las de Cieneguita viene también en apoyo de la clasificación provisional que hacemos de las capas de Alamitos como del Jurásico superior; considerándolas como representantes en México con toda probabilidad de los pisos Kimeridgiano y Portlandiano y las capas que vie- nen debajo de las fosilíferas de Alamitos, se pueden considerar como repre- sentando al resto del Jurásico. Con los datos que nos suministran los fósiles hasta ahora estudiados de las capas de Alamitos, creemos imposible asignarles un lugar preciso en la serie estratigráfica y una equivalencia exacta con las formaciones de otros países; pues estamos convencidos de que sólo la observación minuciosa de los hechos pacientemente continuada, y la determinación rigorosamente exac- ta de las especies fósiles, son los medios únicos seguros para establecer so- bre bases sólidas generalizaciones que en geología salgan del dominio de la fantasía para permanecer estrictamente científicas. México, Marzo de 1894. Antonio del Castillo. José 9. Aguilera. LÁMINAS AMIA. Lámina I. Figs. 1á13.—Rhynchonella lacunosa (Quenstedt) 14 á 25.—Rhynchonella lacunosa var. Arólica coesocassoooor a» oca onosy OppeA SAR mision beologica Mexicana. FOTO-LIT.EM.MOREAU Y M2 MEXICO LAMINA II Figs. » » lámina IE. 1 y 2.—Rhynchonella lacunosa var. Arólica Oppel ...-.....0.....- EA NCAA Y sccose se ono posea cos aso coca ep sonasosonodos EY 616610 AECI bl osssscocondoncossssonosconbcanser 8.— Waldheimia Catorcensis 9.— Exogyra potosina nov. s 10 á 12.— Aucella Bronni Rouiller Moa sepoosbodososhraceocos gas Pp------ d0VOSocaco copadas acabas 13.— Idem idem var. lata Trautschold.....c.ooocoecsrcrncnonan..-- 14 y 15.— Idem Pallasi Keyserling. Págs. Rory. yR Ganlboica MexIcane. FOTOLIT EM. MOREAU Y HE? MEXICO: 2 . O A AA Ni LAMINA III Lámina ILL. Pága. Figs. 1y 2.—Aucella Pallasi Keyserlidg-... cecoocnoceoccococo o. 8 » 11414.—Lucina potosina DOV. SP... <<< ==oooorrrrrrrrrrrrrrrroanoc 6 » 15 y16.—Pleuromya inconstans DOV. SPD «<<<. oooooooreecccoocanoo.-- 10 » 17 y18.—Goniomya Calderoni MOV. BD--+--<<=.0.ooooooooooococoonooo.o 9 cana 1 o 1 / 2aMe, 7 olng be SIOR 7. Z - OL ” r FOTOLIT EM. MOREAU Y H% MEX. piár ht ai Y ERA nta LAMINA VI Figs. » » » Lámina VI. 1MárdBleuromya constan o A 5, 6 y 7.— Vermetus (Burtinella) Cornejoi m0V. SP-===.ooooooo=== 222222 8.—Pulchellia? Mexicana nOV. SD.----------=----- a 9:—Phyllogeras cf. Velledos (Michelin)e===.o oros ee LamWV/ FOTOLIT EM. MOREAU- Y Ho *7* LAMINA VII Lámina VII. ios Bo chela tMexicana o SS AZ O] COSHbEPpAALUS ROCOSAS MO IS den aro blandicas id o O » 4. Haploceras Mazapilensis DOY: SD == 122 den CatOr Cenas iS DOY A SS O A EM CALAMA SS RR SNE On almoy db so ccossocsooosorojyeesessponocoossoso ES deme cola bras Rene co Lam V/l .MORKEAU Y H9 MEA. OS ES LAMINA VIH Lámina VILI. Figs. 1 y 2.—Placenticeras fallax noy. sp Págs. 7 7 :] CGorusion 620! Ban Lam VIIT 2 ES re A ES TOLIT EMMOREAU Y H* MEX. lámina IX. Figs. 1.—Sehlonbachia af inflata (Sowerby ) »» 2.—Litoceras potosina NOV. SD--..-- == soe 9 =.osusrosnr oro rro os 3.— Rhacopbyllitez Calderoni nov. sp non oo roo. pr rro oo rr » puros ovoroso TOLIT EM. MOREAU Y H* MEX. carta Mexz O/OGIca Le USIOR n 19) LAMINA A lámina X. Págs. Perisphinctes Mazapilensis MOV Ep 1-0 ode e de alle 23 Comision Geologica Mexcana. Lam X. FOTO7LIT.EM. MOREAU Y H“2 MEXICO, . LAMINA Al Lámina XI. - Págs. Figs. 1.— Perisphinctes cf Balderus Oppel- -..ooooooooococarroroooonrrno 24 » 2.—Hoplites Calisto (d'Orbigny) Var -2.coooo2ooocconocoa coc 38 Comision Leolóqica Mexicana. FOTO-LIT,EM. MOREAU Y Hi? MEXICO —LAMINA XII Lámina XII. Figs. 1 y 2.—Olcostephanus Potosinus DOY. SPecccocoroncocolcccnnnnococo omo. borusion Leoloqica Mex. EA La 7 ¿Q . FOTOLIT EM. MOREAU Y H2 MEX. NTE ei A LAMINA XIII Lámina XH NL. Figs. 1.—Perisphinctes flexicostabus nov. sp » 2.—Rhacophyllites? Alamitosensis DOV. SP... ++ D02oororrcoor oro amnAl// 7 HE PXICana ica bl ] Geolo SIOR Coma M.MOREAU » H* MEX. lámina XIV. Páge. Rhacophyllites? disputabile NOV: SP.:.:020ccccccororra ccosrc arado nacer da ra 14 . ni > . . omision Leologica Mexicana. FOTO-LIT. EM.MOREAU Y HT? MEXICO AA le , 4] Ms. —LAMINAXV Hoplites Mexicanus nov. sp l.ámina XV. ooo ocu ooo doo oooO oooO OIDO OOOO Págs. Comision Geologica Mexicana Lam IV FOTO-LIT.EM.MOREAU Y HN! MEXICO. 453 0 LAMINA XVI Lámina X VI. Págs. Figs. 1.—Perisphinctes Felixi DOY. SP-=- === ceo ooo: 25 YAA nabo ds scseso psosoooonssocsooneoooosordosscnoness 26 » 4.— Idem af. Pouzinensis Toucas Gana beologica Mex - bomision LIT EM.MOREAU Y H* MEX a ERAS q Pa] . o y e m3 A ; PTÓR 4 A 7 ' A 7 ANS OA TA A TAS A OS SA E A y e DIAS E EN nl E y Ñ . e > Ss A A A A , ' A ' LAMINA XVII Lámina XVII. Figs. 1.— Perisphinctes Pobosinus DOV. SP.-.oooooococerorerrraoo oros » 2 =Idem Monserrati DOV. BP ===. .oocoscao ¿omisión eológica Mexicana Lan XV - FOTOLIT. EM. MORE AU Y H09 MEXICO. — 1 fi = o E ve Y ES c de k E > 4 E . A d ; z E h y Y 3 Es $ eN, e de Saa de A AN Fr AE e A A e Fa pr ai mita a RN pluma aa 7 7 y ; Sa É a M E 5 > y e 7 qe ' ; sy E a DoS . j S a , UN E : s ves E o za . e 7 E 3 , . ¿ . Es AAA paste Lode PE E ++ A po E OR ES a E Hoplites sp.? Lámina X Y HLI. OSOS SNS nO OBS Doo AOS eS ss MaS Doo IO DADOS Comision Geológica Mexicana | Lam. AVUI ¿UIOLIT. EM. MORMEAU Y HU2 MEXICO. A RA dls ip dE E A A A A a A a ye G e me AA A a AN ri a rl coi e ic poli + SS A e Mi 7 , y > 1h Le CA US A E A S ' 2 Ñ a RAS LAMINA XIX lámina XIX. Perispbinctes SD.Ire Ñ se > pe Ni > E Ñ 5 q, a dl KE A Al 5 a EN A E ropa de tas ha e Piera parnpoia á Bo TAO ; OE PT a Ñ MAS ta IN e AA LAMINA XXII Lámina XXXII. Figs. 1.—Hoplites Cobglani nov. SD --- 2 oooooooooooocoorre rocoso 2) 2. Idem: Calisto var es NS 3: Berisphinctes Monserrat nor A m4. Tdem Dolfassicno vpo A A O A o: TA CP OU CSS TOS » 6.—Aspidoceras Alamitocensis DOV. SP .-- o 22oooe=ooceronroooocooos O oy dessscoocoorrcronossnocsooos sessodaosiss » 8.—Aptychus Mexicanus nov. sp CamISIon reológica Mexicana Lain. AXI7 VOTOLIT, EM. MORE AL Y HU? MEXICO A AA EE AI ea cd . :S e 7 4 2) 5 5 , t E 4 SAA X 7 A A AN NN A AN A NA AN A E o ca pl z 5 io y , Ñ pp CDE Da E RES dr 3 1 A A A RI LAMINA XAI5 Lámina XXXIII. Aspidoceras Alamitocensis nov. sp O E Lamision breologica Mexicana Lan. Ax OTSLIT. EM. MOREAL Y H02 muxa SES A e A IN ri e E jm a 1 a lit a PM A is AA lr MA do ls rc al A e IN A A A AS LAMINA XAXIV Lámina XXIV. Figs. 1 y 6.— Belemnites af. Puzosi d'Orbigny....---.- IO OE » 2.—Perisphinetes Potosinus DOV. SD ----< COMISION (rEOÍÓGICO : exc INE 11 Lam Z NIV FOTOLIT. EM. MORE ALU Y HI? MEXICO. > v 3 A y hp O SES O en a e q INSTITUTO GEOLÓGICO DH MÉXICO. DIRECTOR, ANTONIO DEL CASTILLO. LAS ROCAS ERUPTIVAS DEL SUROESTE DE LA CUENCA DE MEXICO POR THAT) O (O) ID O) AN nio MÉXICO OFICINA TIP. DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO Calle de San Andrés núm. 15 (Avenida Oriente 51). 1595 (MS TOP *peuoy e3sLA) "“VYNIAVLVO VLINVS 4d SANVOTOA SO'I IDEA GENERAL DE LA CUENCA DE MEXICO. Los sistemas orográficos que limitan y definen en su medio la vastísima mesa central mexicana y que recorren en su mayor longitud el territorio de la República, dan lugar en sus ramificaciones interiores, de acuerdo con los accidentes locales de dirección, con elementos secundarios de configuración y enlace con macizos interiores diseminados, á la formación de valles y cuen- cas de más ó menos longitud y anchura, los que más ó menos orientados, re- lativamente angostos y elevados, vienen á constituir el extremo meridional de la gran mesa; es decir, la cúspide de ese gran declive continental que se abate hasta las márgenes del Río Bravo del Norte, en los confines de la Re- pública. La gran Cuenca de México y los valles de Toluca y Puebla son los prin- cipales de ese límite meridional. Dicha Cuenca queda comprendida entre los 1995 y 20910 de latitud N. Sus límites naturales tienen una elevación conside- rable sobre el nivel del mar, llegando sus dos cimas más altas á la región de las nieves persistentes. La Cuenca presenta su mayor longitud en la dirección del 5.0. al N.E., desde la montaña elevada del Ajusco, de 3,850 metros so- bre el nivel del mar, hasta las montañas de la serranía de Pachuca, teniendo en esta dirección una longitud de 130 kilómetros aproximadamente. La altura media de la región plana es de 2,260 metros, circundada por importantes serranías cuyo origen se debe 4 movimientos eruptivos acaecidos desde el período Terciario hasta las erupciones volcánicas de nuestros días, dando idea de su relativa edad algunos sedimentos pliocenos y actuales que les son subordinados, y ofreciendo las rocas eruptivas diferencias notables, bajo el punto de vista petrográfico. El límite al O. se halla formado por las cumbres elevadas de la serranía 6 LAS ROCAS ERUPTIVAS de las Cruces, Monte Alto y Monte Bajo, orientada en general de S.E. á N.O. y cuya cadena se prolonga más allá del límite N.O. de la Cuenca. Lomas ex- tensas de sedimentos pliocenos establecen la división hidrográfica del lado N., y al N.E., sierras de no muy grande extensión y cerros aislados, rodea- dos de planicies, se extienden hasta llegar á las montañas de Pachuca, que forman parte del límite oriental. Separado por lomas entrelazadas y á poca distancia de los contrafuertes de aquella poderosa sierra metalífera, se levan- ta la sierra formada por el Ixtaccihuatl y el volcán Popocateptll como cimas prominentes. Los flancos orientales de esas montañas caen en gran parte ha- cia el Valle de Puebla, así como las vertientes occidentales de la Sierra de las Cruces descansan sobre el extenso Valle de Toluca, adonde derraman sus aguas. Las planicies circunscritas por estas serranías, en otro tiempo cubier- tas por las aguas de extensos lagos, constan ahora de un gran espesor de capas lacustres de material arcilloso, calizo y de productos de los volcanes; quedan- do ahora reducidas las aguas á unos cuantos lagos dispersos alimentados por los arroyos que descienden de las sierras, y estos lagos, para la Cuenca de México, son: Chalco, Xochimilco y Texcoco para la región del S.; San Cristóbal, Xaltocan y Zumpango para la región del N. De la sierra del O. de la Cuenca se desprenden dos ramificaciones importantes que avanzan hacia el interior, ha- ciendo el límite occidental bastante irregular, ramificaciones que son á su vez formadas de grupos entrelazados de cerros llamados: el uno, Sierra de Gua- dalupe, y el otro, Tepotzotlán. La uniformidad de la planicie que rodean los macizos de la Cuenca se interrumpe por algunos cerros de pequeña elevación y cordones que no son menos importantes bajo el punto de vista geológico, como las colinas de Chapultepec y Peñón de los Baños, de 45 y 60 metros respectivamente; el Peñón del Marqués, el Cerro de Ixtapalapa y la muy in- teresante cadena de cráteres volcánicos, orientada casi de E.á O., de los cuales el de Santa Catarina es el más elevado; el Cerro de Xocotitlán cerca de Chalco, el grupo de volcanes de Tlalmanalco, ete. La región del S.E. de la Cuenca se cierra por los contrafuertes del Po- pocatepetl, que casi se enlazan con una serie de volcanes alineados aparente- mente de E. á O. que forman el límite del S., donde se cuentan numerosos cráteres en el interior, haciendo notar desde luego que en esta región es «lon- de llegan á tener una extensión preponderante los basaltos modernos bajo la forma de corrientes más ó menos extensas, á veces sobrepuestas. En la carta del S.O. de la Cuenca de México, publicada por la Comisión Geológica, se ven dos serranías que constituyen límites naturales: la Sierra DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 7 de las Cruces cuya altura principal es el Cerro de San Miguel, de 3,200 me- tros, y la región de los volcanes del S. cuyas principales alturas son forma- das por los volcanes de Cuautze y del Tlamolo. Al E. se observan los cerros del Pino y Tejolote, dependencias topográficas de la Sierra Nevada; los ce- rros de Tlapacoya y Chimalhuacán, los volcanes apagados de Santa Catarina, Las Calderas, Xico, y, en fin, al N., la Sierra de Guadalupe. Dicha carta comprende una extensión de 52 kilómetros próximamente de E. 40. y 45 kilómetros de N. á S., quedando en el medio próximamente la Ciudad de México. Las traquitas, las andesitas y los basaltos constituyen la totalidad de las formaciones eruptivas de esta región de la Cuenca, siendo el grupo de las ro- cas andesíticas el que alcanza una extensión preponderante y presenta mayor número de variedades, de tal manera ligadas las especies pertenecientes á este grupo petrográfico, que una separación perfectamente definida es impo- sible, toda vez que las asociaciones de sus elementos minerales constituyen- tes van sufriendo una muy lenta modificación, que hace prever desde luego el enlace íntimo que tienen entre sí las montañas formadas de andesitas y que en su aparición se han presentado en series no interrumpidas, y que sólo el tiempo ó relativa edad de aparición ha producido como consecuencia la mo- dificación petrográfica á que aludimos. En los basaltos la modificación es menos sensible cuanto que este grupo presenta en general menor número de variedades; y las únicas diferencias observadas consisten tan sólo en una mayor ó menor cristalinidad, dependien- te casi siempre de la mayor ó menor fluidez con que estas rocas han venido á constituir corrientes y la rapidez de su enfriamiento, aunque la edad rela- tiva de estos basaltos tenga también alguna influencia que se puede apreciar claramente en la serie de corrientes sobrepuestas que hemos observado en la región S. de nuestra Cuenca. Las traquitas sí tienen, como el grupo de las andesitas, representantes muy variados, observándose como en aquellas una gradación insensible, no sólo en las del grupo mismo, pero aun en su paso hacia las andesitas, caso que tiene lugar frecuentemente y que ha hecho la limitación de la extensión de cada uno de estos grupos, andesitas y traquitas, sumamente difícil; y los colores dados á nuestra carta para representar cada una de estas rocas habrán quizá de sufrir alguna modificación cuando multiplicadas en mayor escala las preparaciones microscópicas, se multipliquen las determinaciones petrográ- ficas, los análisis químicos, y que una discusión más precisa de los resulta- S LAS ROCAS ERUPTIVAS dos, nos den definitivamente las referencias en cada lugar á los grupos de las especies y variedades que de antemano se hayan tabulado y correspondido. Hay que tener en cuenta también como una dificultad para la exacta clasificación, la alteración profunda que estas rocas han sufrido por acciones atmosféricas que van muchas veces más allá de donde se pueden obtener ejemplares para estudio; la dificultad de ver y estudiar la pasta microlítica de estas rocas, que tal vez por acciones de presión ó de fenómenos piezo— dinámicos han producido modificaciones que hacen difícil la percepción clara y la adquisión de medidas precisas al microscopio; así como la pequeñez de los elementos de la segunda generación, que, como lo asientan los petrógra- fos franceses, debe tomarse como la base ó la parte principal para la clasifi- cación. Esto que acabamos de asentar tiene lugar para la sierra occidental lími-- te de la Cuenca, donde una vegetación tupida y un espesor más ó menos grande de material arcilloso, producto de descomposición de las rocas duras que forman dicha sierra, origina á su vez dificultad en adquirir muestras para estudio y así multiplicar los lugares de observación. No hemos visto hasta la fecha descripción alguna petrográfica de las ro- cas de la Sierra de las Cruces; no así para la mayor parte de las otras rocas eruptivas de las montañas que forman el resto de la porción de la cuenca comprendida en nuestra carta, como se ve en el Bosquejo Geológico escrito para una parte casi igual de dicha cuenca, por los sabios doctores Felix y Lenk en Leipzig, después de su viaje á la República de México. Las observaciones que sobre la marcha petrográfica ó modificación mi- neralógica sean apuntadas para la Cuenca de México y para el grupo de las andesitas, servirán más tarde como una base para el estudio de las andesitas de otras regiones de México, donde por condiciones geológicas de formación, se encuentran, como tiene lugar frecuentemente rocas andesíticas análogas, cuanto que es aparentemente uniforme y regular la orogenia de una gran parte de la región meridional de la Mesa Central, y que resalta aun á pri- mera vista de la igual formación topográfica para cada uno de los valles ó cuencas que se extienden, contiguos los unos á los otros, separados por sierras paralelas en toda la porción elevada de dicha Mesa; y es tal la uniformidad á que aludimos, que las series de andesitas, traquitas y basaltos, las encon- tramos siempre para toda esta vasta región en la misma subordinación y con caracteres petrográficos semejantes, comunicando de esta manera un sello pe- culiar á la región central de la República. A. esto se debe, pues, la uniformidad geográfica que se observa y que ha- DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 9 ce simplificar, una vez sorprendida la génesis de la orografía de México, la configuración general que todavía ni aun se sospecha en sus detalles en nues- tras cartas geográficas y que se irán conociendo más tarde, á medida que pro- _ gresen los estudios de nuestras comisiones geográficas y exploradoras, y el Instituto Geológico, que con su red de itinerarios geológicos en todas las di- recciones del país, completará aquellos trabajos importantes. A reserva de dar detallada descripción de la petrografía de cada sierra, macizo ó montaña aislada de la porción de la cuenca que nos ocupa, daremos una sucinta descripción de las rocas en conjunto, para no desvirtuar la índo- le de esta reseña, que sirve de explicación á dicha carta, deseando concretar el estudio á las rocas eruptivas, y quedando el estudio geológico de los sedi- mentos para una monografía especial á que nos dedicamos en la actualidad. Las rocas de la Sierra de las Cruces ofrecen en su aspecto microscópico variaciones acentuadas de estructura. Son ya grises, blanquizcas rosadas ó violadas, de estructura vítrea, microlítica y porfiroide, en relación con la mayor ó menor proporción de magma amorfo microlítico, ó por la presen- cia de cristales diseminados de primera generación. Estos grandes cristales son de sanidino unos, de oligoclasa y labrador los otros, y de hornblenda, más ó menos alterados en óxidos de fierro, en puntos agrupados que definen los contornos de los cristales; alteración que se propaga hasta el fierro dise- minado en pequeños granos en el magma, y que origina sólo este hecho las diferencias de coloración que se observan en estas rocas á la simple vista, que parece ser producida tan sólo por acciones atmosféricas. La hiperstena se encuentra en grandes cristales corroídos de primera consolidación, y en algunas rocas en pequeñas microlitas asociadas siempre á la augita, con la que presenta, á la luz natural, semejanzas muy notables. La cantidad siempre variable de este elemento, y la presencia constante de la hornblenda, también en proporciones muy variables, explican la designa- ción de los dos elementos en la clasificación, con objeto de distinguirlas de las rocas de hornblenda exclusivamente ó de hiperstena sola, que también se presentan en la Cuenca; y si la hornblenda, que por su escasa abundancia no debiera considerarse en algunas rocas de Las Cruces sino como un elemento accidental, la hemos incluído como término que forma parte de la clasificación, es para evitar la confusión á que daría lugar al ser comparada con andesitas exclusivamente piroxénicas que constituyen una extensión considerable y son, por su edad y aspecto general, diferentes, siendo las que vienen á enlazarse con las labradoritas y los basaltos. La presencia en el magma de estas rocas, de microlitas de sanidino y oli- 2 10 LAS ROCAS ERUPTIVAS goclasa nos ha hecho formar un grupo de traquiandesitas como término in- termediario entre los dos grupos principales, las que no se dejan estudiar con claridad por cierta alteración y silicificación de este magma. Las andesitas con hornblenda y piroxena de la colina de Chapultepec, dependencia topo- gráfica de la Sierra de las Cruces, pertenecen al grupo en parte de las ande- sitas de piroxena y hornblenda, que han quedado en la obra de los señores Felix y Lenk con el nombre de andesitas de hornblenda, al lado de las an- desitas de igual tipo del Cerro del Tejolote y del de Tlapacoya, con las que presenta diferencias. En muchas rocas de la Sierra de las Cruces y Monte Alto se encuentran asociados como elementos de primera generación el sanidino y la oligoclasa, presentando casi siempre, cuando es abundante el sanidino, un habitus clara- mente traquítico; unas llevan microlitas de sanidino y de feldespatos triclí- nicos; otras solamente sanidino, las que propiamente deben llevar el nombre de traquitas. En algunas, por la abundancia de oligoclasa en microlitas radiantes como esferolitas no perfectas, pueden llevar el nombre de ande- sitas de sanidino semejantes á las descritas por Fouqué y Levy en su “Mi- neralogie Micrografique.” Cerca del Cerro de San Miguel se observa una roca en corta extensión, de color claro muy vítrea y de estructura perlítica debiendo considerarse co- mo obsidiana perlítica. En el corte transversal de la Sierra de las Cruces que se adjuntó á la Carta de la Cuenca, se puede observar la relación que existe entre las ande- sitas y traquiandesitas de la parte alta de la serranía, con los depósitos en Serranía de las Cruces 1.—Andesitas. 2.—Brecha de pómez. 3.—Toba pomosa con restos de Elephas, Equus, etc. (Postplioceno). 4.—Capas de toba pomosa fina. 5.—A luvión. DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 11 capas de tobas y brechas pomosas que forman la región de las lomas ó parte baja de la misma Sierra, sirviéndole de estribos. Las capas número 2 en el corte, onduladas ligeramente y siguiendo las sinuosidades de la parte maciza de la montaña, están formadas de una brecha de pómez con cimento algo ar- cilloso, las que alcanzan un espesor de más de 80 metros; estas brechas fueron formadas durante las erupciones de las andesitas á que están subordinadas directamente pues que se encuentran en su contacto y forman, por decirlo así, una zona alrededor de las andesitas y traquiandesitas de hornblenda y piroxena, así como también á algunas andesitas de hornblenda sola que son escasas y se presentan de una manera accidental; y á las andesitas cuarcíferas de la Sierra de Guadalupe. Los agentes de erosión han permitido el transporte de este material po- moso haciendo avanzar hacia abajo continuamente las rocas duras aunque alteradas, y estos detritus de las tobas acarreados por las aguas han venido á sedimentarse en capas que ocultan á las brechas de pómez, capas número 4 de nuestro corte. A medida que se asciende en la región de las lomas, las tobas detríticas se cargan de material arcilloso y cambian de color por la descomposición su- perficial de las andesitas en contacto y por el acarreo contemporáneo de sus productos. Tanto en la zona de separación de las rocas duras con las tobas, como intercaladas en éstas, se observan algunas veces poderosos bancos de aluvión conteniendo gruesos cantos; estas tobas amarillentas cuaternarias de grano fino, tienen un espesor que excede de 100 metros y son los depósitos á que Virlet D'Aoust atribuye un origen por acarreo de los vientos, siendo en realidad, como se ve, producidos por las aguas. En el Cerro del Guajolote, alrededor de las traquiandesitas y traquitas francas, se encuentra una toba gris á la que llaman cantera y que está cubier- ta en varios puntos por las brechas pomosas pliocenas y tobas cuaternarias, como lo manifiesta el corte geológico que acompañamos. Las tobas grises guardan con las traquitas blancas la misma relación que las brechas tie- nen con las andesitas que las acompañan: son materiales detríticos volcáni- cos producidos durante las erupciones de unas y otras, interviniendo el agua en su sedimentación, y aun pudieran tal vez considerarse como verdaderos lodos volcánicos. En su masa están contenidos algunas veces fragmentos semicalcinados de la roca dura, como “bombas” que llaman los canteros ““gabarro,” cuya abundancia en el cuerpo de la roca le da un aspecto bre- chiforme. Esta formación de tobas grises se encuentra también á descubierto á lo largo de tres barrancas, de las cuales la más importante es la de San 12 LAS ROCAS ERUPTIVAS Lorenzo por el gran número de canteras en explotación que tiene. Al micros- copio esta roca permite reconocer cierto carácter detrítico, pues los cristales feldespáticos, sobre todo las plagioclasas y la hornblenda se presentan en fragmentos en una pasta arcillosa, con restos de microlitas y lagunas de una masa vítrea semejante á la pómez. Por la composición esta roca debe entrar en el grupo de las tobas andesíticas, pues tanto los cristales en pedazos como las microlitas, son casi exclusivamente plagioclasas, tal vez conservados, por ser de menos fácil desagregación que las ortoclasas. Sin embargo, subsisten bajo el nombre de tobas traquíticas por ser una roca de habitus traquítico la que ha dado origen á este material. MAN 1.—Traquita de hornblenda. 2.—Toba traquítica. 3.—Brecha de pómez. 4.—Toba pomosa fina. El corte geológico del Cerro del Guajolote y Barranca de San Lorenzo, da una idea de la relación estratigráfica que guardan las tobas de que habla- mos con las brechas y tobas amarillentas pomosas. Solamente la erosión ha podido poner á descubierto las tobas grises, cubiertas antes enteramente por las brechas; conservándose en la parte superior de las lomas de esa región, verdaderos girones y cúpulas de brechas, en parte cubiertas por depósitos cuaternarios. Esta sobreposición no da lugar á duda respecto á la anteriori- dad de aparición de las traquitas á las especies de andesitas. La aparición de las andesitas de hiperstena en México, marca también para todo el país una era perfectamente definida de erupciones y á la que pueden referirse muchos de nuestros principales volcanes, cuya actividad lle- ga en algunos hasta nuestros días, Colima y Ceboruco por ejemplo. En nues- tros volcanes más modernos ha podido notarse un cambio en las lavas de los basaltos á andesitas hipersténicas como en el Popocatepetl y entre andesitas vítreas á traquitas hipersténicas en el Ceboruco y Colima. DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 13 Las andesitas y traquiandesitas de las montañas del O. sufren una va- riación en su composición en la Sierra de Guadalupe, al N. de la Ciudad de México, convirtiéndose en andesitas con una fuerte proporción de siliza bajo la forma de cuarzo en granos diseminados ó de magma silicificado y miero- feldsítico, que acompaña frecuentemente á microlitas feldespáticas, por lo cual han sido designadas con el nombre de dacitas. A consecuencia de la estruc- tura en zonas fluidales de este magma microfeldsítico, la roca se separa en la- jas más ó menos delgadas y en columnas imperfectas. Las andesitas hipersténicas se extienden en corrientes en los flancos del Volcán de Santa Catarina. Se cuentan en esta cadena seis bocas alinea- das según la dirección media N. 75 E., aumentando progresivamente en altura al partir.del O. hasta el cráter de Santa Catarina, de 450 metros de altura sobre la llanura. Los dos primeros conos, á saber: el de San Nicolás y el de Xaltepec están formados de brechas volcánicas, lapilli, cenizas, etc.; elementos todos de trituración que los vientos han transportado más allá de su base, sobre todo las cenizas, que se acumulan á veces en pequeños mon- tículos á manera de médanos. El tercer cráter se halla abierto hacia la parte N.O. y tiene la forma de una herradura. En algunos puntos, cerca de la base de estos conos, aparecen pequeñas reventazones de andesitas hipers- ténicas compactas, y que no están marcadas en la carta á causa de su peque- ñía extensión. La protuberancia ó mamelón llamado de Santiago, atestigua por su forma, elevación y carácter vítreo de sus rocas, un estado incompleto de fusión al ser emitidas por el cráter las lavas que lo forman. Las andesitas de los volcanes de Santa Catarina se asemejan, bajo el pun- to de vista petrográfico, á las rocas de la parte superior del cono del Popoca- tepetl, tanto en la composición mineralógica como en la coloración y aspecto de la masa vítrea. La misma semejanza se observa en las rocas del cerro de Ixtapalapa, al N.O. de los volcanes que acabamos de citar. Este cerro, de 200 metros de altura próximamente, se compone de rocas compactas cubiertas en distintos puntos de tezontle remolido.* Probablemente la débil cohesión de estos materiales volcánicos contri- buiría á la rápida destrucción de un cráter que, á no dudarlo, existió en di- cho Cerro de Ixtapalapa, dada la gran semejanza de este macizo con los del cordón de Santa Catarina. Esta misma idea han expuesto los señores Felix y Lenk en su “Beitrage zur Geologie und Palaeontologie der Republik Mexiko.” 1. Se da en México el nombre azteca de tezontles á las lavas basálticas ó andesíticas que por ser muy esponjosas, sirven como rocas ligeras de construcción. 14 LAS ROCAS ERUPTIVAS Al N.E. de Santa Catarina, en la Hacienda de San Isidro, dos nuevos cráteres se presentan, conocidos bajo el nombre de Las Calderas. Las dos bocas se separan por un borde común; su eonstitución es diferente de los an- teriores, pues están formados de capas sobrepuestas de tobas pomosas volcá- nicas con espesor de algunos decímetros é inclinadas generalmente en dos sentidos, hacia el interior de los cráteres y hacia el exterior. Son poco pro- fundos y de grandes dimensiones, utilizándose la planicie de los fondos como tierras de labor. La línea que une los centros de Las Calderas, sigue una dirección de N.O. á S.E., diferente de la dirección general de la cadena volcánica de San- ta Catarina. Se ha dicho que la dirección que afectan los volcanes de Xico, el Peñón del Marqués y Peñón de los Baños, coincide con una línea de frac- tura diferente de la que dió origen al cordón de Santa Catarina. Pudiera ser más bien, según nuestra opinión, que se trata de fracturas secundarias de una principal que corre sinuosa de E. á O., comprendiendo dos grupos ó se- ries de volcanes del mismo tipo, desde los flancos del Ixtaccihuatl donde co- mienza el grupo de volcanes de Tlalmanalco, hasta Ixtapalapa donde termi- na el grupo de los de Santa Catarina. De suerte que una ramificación daría lugar á la formación de cráteres generalmente de poca elevación, donde las fuerzas serían insuficientes para producir una emisión de lavas considerable. Así se explican fácilmente los conos de tobas pomosas volcánicas de Las Calderas, el cerro de tezontle an- desítico del Peñón del Marqués, y otros pequeños conos alrededor de Santa Catarina. El cráter de Xico presenta otro ejemplo notable de cráter poco ele- vado, formado de tobas con una pequeña corriente de lavas inmediata. En el Cerro del Pino, las andesitas hipersténicas semejantes á las de Santa Ca- tarina, se hallan cubiertas por una costra delgada de tobas análogas á las de Las Calderas de San Isidro, y observándose en la cima gran cantidad de te- zontles y brechas, que parecen dar indicios de cráter. Inmediato al Cerro del Pino, hacia el E., se levanta el Cerro del Tejolote, de andesitas de hornblen- da, de erupciones anteriores y acaso contemporáneas con las del Cerro de Tlapacoya, al S. de Ayotla y orillas del lago de Chalco. La fractura que dió origen á los volcanes de Santa Catarina, prolongada, parece limitarse y bi- furcarse, por decirlo así, al tropezar con el macizo resistente del Tejolote. Otro grupo de:andesitas de hiperstena se extiende en la extremidad $. de la Sierra de Guadalupe, solamente que en estas rocas domina el carácter microlítico á diferencia de las anteriores en que el magma vítreo en lo general es más abundante, aunque pueden distinguirse algunas variedades. Cuatro ce- DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 15 rros unidos entre sí son los formados por estas rocas en aquella extremidad, y son: Tepeyac, Gachupines, Guerrero y Santa Isabel. La roca del Tepeyac tiene un color generalmente gris violado con cristales de primera generación de labrador. En algunas cavidades hay revestimientos de ópalo y finas agru- paciones de tridymita además de cristalitos de melanita (granate negro). La hiperstena se ve también en grandes cristales, así como algunos de augita en gemelos. Este Cerro del Tepeyac tiene rocas muy semejantes á las del Pe- ñón de los Baños. En los cerros de Gachupines y Santa Isabel, las andesitas son ya rojizas ó negro—violadas, de apariencia basáltica, menos vítreas. Se ob- servan reventazones ó diques de obsidianas andesíticas de hiperstena de color gris, de abundante magma amorfo y esferolitas simples sin cruz. Los restos de lapilli, tezontle, toba andesítica, brechas volcánicas, ete., encontrados en varios lugares de estos cerros, nos sugieren la idea de consi- derar este grupo de montañas como formadas en condiciones análogas á las que dieron lugar á la cadena de Santa Catarina; es decir, que fueron conos de lavas en su parte inferior, teniendo un cono de restos en su parte superior y que han sufrido por los agentes de erosión posteriores, una casi completa des- trucción, comparable á la que nos presentan los cerros del Pino, Ixtapalapa y aun puede ser el Peñón de los Baños. Se pueden observar en el Cerro de Guerrero dos erupciones distintas; la lava de la última erupción cubrió la boca ó chimenea de salida de la primera, dejando tan sólo algunos restos del primer cráter. A media altura del Cerro de Guerrero, descansando sobre an- desitas grises y rojizas, se descubre en varios puntos una zona no muy grue- sa de una brecha volcánica de fragmentos calcinados. Sobre esta brecha descansa una roca compacta negra, un poco diferente de la de la base y con marcada estructura en lajas. El cerco de brechas sería sin duda el borde de un cráter en parte destruído, en el cual debió formarse un verdadero tapón de rocas, que su débil fluidez y poca cantidad le mantuvo solamente arriba de la boca, casi sin escurrir, y que la lentitud de su completo enfriamiento permitió su separación ó división en lajas delgadas. Este fenómeno de obstrucción es más frecuente de lo que á primera vis- ta pudiera parecer en la Cuenca de México, no sólo en las andesitas de esta especie y los basaltos, pero aun en las andesitas de hiperstena y hornblenda, de erupciones más antiguas, donde la denudación más avanzada, hace ver la obstrucción con menos claridad. , Así, en algunos cerros de la Sierra de las Cruces como en el Cerro del Tigre, llamado también del Pedregal, un cerco de brechas se observa cerca de la cima de uno de sus picos. 16 LAS ROCAS ERUPTIVAS ¿Las andesitas de hiperstena del Cerro de Guadalupe deben considerar- se contemporáneas á las de Santa Catarina? ¿Corresponden á una misma fractura? Para resolver la primera cuestión sólo un argumento de poco peso nos hace suponer las andesitas de Guadalupe anteriores á las de Santa Cata- rina, sin por esto interponer un gran espacio de tiempo; y es la degeneración casi constante de eristalinidad de las rocas hipersténicas de las andesitas de Guadalupe á las de Santa Catarina, de la misma manera casi que en la gran- de serie de corrientes sobrepuestas del Popocatepetl, de andesitas hipersté- nicas, disminuye la cristalinidad de las inferiores á las superiores. La completa destrucción de cráteres en Guadalupe es otro argumento en favor de la idea de su anterioridad. Admitiendo pues, á priori, la anterio- ridad de las andesitas de Guadalupe, es fácil considerar sus erupciones como diferentes de las de Santa Catarina, es decir, dos centros diversos de acción volcánica. El Peñón de los Baños parece ser el límite muy atenuado de esta acción volcánica de Guadalupe. Se halla en su mayor parte localizada la región basáltica de la Cuenca de México hacia su límite S., en una vasta zona sembrada de numerosas bocas volcánicas, por las cuales se ha verificado esta verdadera inundación de rocas de olivino. La faja que comprendemos en nuestra Carta sólo repre- senta una pequeña fracción de esta gran zona que vemos extenderse en los Estados de Morelos y México, dond= podrían contarse los cráteres por dece- nas y las corrientes de lava por kilómetros. Nos limitaremos solamente á una sucinta descripción de los volcanes del mapa: á la simple inspección se notan dos filas le conos en color rojo casi todos, por estar formados en gene- ral de restos. Los dos más elevados son los volcanes de Cuautze y Tla- molo de la fila del $. Uno de los más interesantes conos de esta región es el volcán llamado Xitli, que en lengua mexicana significa Temaxcali. La vasta corriente de la- vas á que ha dado nacimiento, ocupa una superficie de más.de 60.000,000 de metros cuadrados. El cono terminal es de fuerte pendiente, y el cono de la- vas se ha prolongado hacia el N. hasta la parte plana de la Cuenca. La co- rriente basáltica ha cubierto, en una parte de su extensión, las andesitas de hornblenda é hiperstena que formaron parte de los flancos del Ajusco. El cráter circular del Xitli tiene la forma de un embudo, siendo su diámetro en la boca de cerca de 250 metros. Los taludes interiores son generalmente re- gulares, sobre todo hacia el N.E., donde un derrumbe ha producido una ver- dadera rampa. Al S.0. está la parte más elevada del borde, el que presenta dos depresiones en la dirección de un diámetro; el fondo del cráter se halla DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 17 ocupado por grandes cantos desprendidos de las paredes, y la diferencia de altura de la parte más elevada del labio al fondo, es próximamente de 115 metros. En la parte superior del cráter se nota un reborde más alto, que parece in- dicar dos tiempos de emision de escorias. Las lavas comienzan á aparecer en la base del cono terminal con los caracteres como de un baño enteramente fluido que ha debido escurrir en dirección de las más grandes pendientes, es decir, hacia el N., donde llegaba rápidamente á la planicie de la cuenca, dis- minuyendo poco á poco de velocidad y espesor, á la vez que se ensanchaba. En el mapa se ve claramente la forma y contorno de esta corriente. El aspec- to de su superficie es rugoso, provenido de su gran fluidez, delineando se- ries de curvas concéntricas en las direcciones parciales de escurrimiento con- forme á las pendientes. El espesor de la lava en su término, cerca del pueblo de Coyoacán varía de 5 á 10 metros, la roca es ampollosa en las dos superfi- cies superior é inferior, algo más pronunciada en la primera, y demuestra un activo desprendimiento gaseoso. La corriente, al partir de la parte superior, describe una curva dirigiéndose hacia el N.E. y adaptándose á las depresio- nes del terreno, pues la barrancas inmediatas siguen precisamente esta direc- ción. La longitud máxima de la corriente puede estimarse en 13 kilómetros, y la mayor anchura en 5 kilómetros. Algunos cerros formados de andesitas han sido flanqueados y han quedado á descubierto enmedio de la corriente, como el cerro de Zacatepec, de 50 metros de altura sobre los basaltos, y otro cerro más pequeño al S. de aquél; notándose claramente las bifurcaciones que en la corriente ha ocasionado el encuentro de estos pequenos macizos rodea- dos por los basaltos. En su extremidad, las lavas descansan sobre depósitos recientes y tierra vegetal con señales de caltinación por la temperatura de las lavas. En estas capas hemos encontrado restos de cerámica fabricada por nuestros antiguos indios, demostrando hasta la evidencia la erupción reciente de las lavas del Xitli. Al S. de éste se ven los volcanes de Malinalli, inme- diato al pueblo de Ajusco; el Pelón, perfectamente cónico y de gran cráter, y el Ollamello que está en parte destruído. De aspecto muy semejante al del Xitli, por la fluidez y el derrame hacia el N., de sus lavas, es el volcán llamado de Xicalco. El cráter es más peque- ño y menos profundo que el de aquél y tiene un pequeño cráter parásito in- mediato. Las lavas del Xicalco rodean igualmente las faldas de algunos ce- rros andesíticos, siendo el más notable el cerro de Xochitepec donde el escu- rrimiento se bifurcó de igual manera. Las lavas de los pequeños volcanes comprendidos entre el Xicalco y el Teutli se confunden á menudo á causa de 3 18 LAS ROCAS ERUPTIVAS su proximidad. Hay tres ó cuatro conos pequeños en este espacio, no bien de- finidos, que han arrojado inmensas cantidades de lavas, sobreponiéndose unas á las otras las corrientes. Su escurrimiento se dirige constantemente hacia el N. siendo esta la primitiva pendiente del terreno. En este flanco se ven es- calones sucesivos cubiertos en parte por rampas de cenizas finas. Entre las más recientes emisiones de esta región, citaremos una pequeña corriente arro- jada por el cono de Tzamponi de 3 kilóraetros próximamente de longitud y de muy poco espesor, muy fluida y que descansa sobre las tobas y cenizas de erupciones anteriores y una capa delgada de aluvión al pasar por una barran- ca pequeña. Esta corriente se puede ver claramente cerca del pueblo de San Mateo sobre el camino que va de dicho pueblo á Topilejo. El volcán Teutli, el último de la serie al E. es característico por la perfec- ción del cono de su base y por tener un pequeño cono parásito hacia el O. El elevado volcán de Cuautze arrojó hacia el N. una corriente angosta y alarga- da que se distingue con facilidad, lo mismo que una del Teutli, en dirección contraria á la anterior y más pequeña, encontrándose las dos en el fondo del valle entre los dos volcanes. La fluidez y escurrimiento de las lavas de los volcanes de Xitli, Teutli y Xicalco se comprueba por las numerosas grutas que existen en estas corrien- tes. Las grutas tienen á veces más de 100 metros de longitud. En sus pare- des se observan estalactitas de unos cuantos centímetros de longitud y en el suelo se ven las huellas de verdaderos ríos impetuosos de lava, estando rega- das, por decirlo así, en varios puntos por aglomeraciones de gotas basálticas - estalacmíticas. Las lavas de todos estos volcanes, bajo el punto de vista petrográfico, ofre- cen semejanza; son de color negro, negro-agrisadas ó grises compactas ó am- pollosas. Su magma vítreo contiene una fuerte porción de hierro oxidulado, microlitas de labrador, de augita y algunas veces de hiperstena. El olivino en grandes fragmentos que es abundante en los basaltos del Xitli, Xicaleo y Teutli es escaso en los basaltos del Ollamello y Pelón. Los cristales grandes de labrador y de augita no son muy abundantes, salvo en algunas de las co- rrientes inferiores como se ve en los escalones más bajos que descansan en la llanura frente á Xochimilco. El cerro cuyos flancos bordea el camino real de Cuernavaca, entre San Mateo y Topilejo á la derecha, está formado en una gran parte por una roca algo alterada microlítica compuesta sólo de labrador y augita. El estado muy vítreo de algunas de estas lavas les da el aspecto de la Tachilita. Todas estas rocas serán descritas con más extensión en la me- moria detallada. DEL S.O. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 19 Parece haber una transición insensible entre las andesitas de hiperstena y las labradoritas según se ve en el cerrito del Peñón de los Baños, donde exis- ten unos como lunares de labradorita de piroxena en medio de las obsidianas andesíticas. Ieualmente, pocas diferencias se observan entre las labradoritas del cerro de Chimaluacán y las andesitas de Santa Catarina. Y no sólo: algu- nas de las variedades de andesitas del cerro de Guadalupe tienen el aspecto de labradoritas, pues en su pasta microlítica aparece algunas veces el labra- dor y la oligoclasa juntos. LOS VOLCANES DE SANTA CATARINA. UA === PLANO DE LOS VOLCANES DE SANTA CATARINA. Núm. 1.—Cerro de Ixtapalapa. Núm. 6.—Cerro de Santa Catarina. Núm. 2.—Cerro de San Nicolás. Núm. 7.—Las Calderas. Núm. 3.—Cerro de Xallepec. Núm. 8.—Cerro de Peñón Viejo: Núm. 4.—Cerro de Tecomatitlán. Núm. 9.—Cerro de Xico. Núm. 5.—Cerro de Santiago. Núm. 10.—Cerro de Pino. Núm. 11.—Cerro de Chimalhuacán. En la faja de tierras firmes y un tanto pantanosas que separa el lago de Texcoco, de los de Chalco y Xochimilco, se extiende una cadena de cerros ali- neados cuyas alturas se elevan gradualmente. Esta cadena que se interpone entre los lagos impidiendo la unión de sus aguas que en otro tiempo bañaban sus flancos, la convertían en una isla, estando también sumergida la llanura que separa á estos cerros de el de Ixtapalapa y que forma parte igualmente de este sistema de cerros. Cada uno de ellos tiene un nombre particular con el cual se le designa; pero para la fisiografía del conjunto los designaremos con el nombre de Santa Catarina, aplicado especialmente al más elevado de 20 - LAS ROCAS ERUPTIVAS estos cerros en cuya base por el S.E. asienta la pequeña población del mismo nombre. ; La notable uniformidad de sus pendientes, la forma de conos truncados perfectos hace presumir, observados aun á distancia, como siendo cada uno de ellos un volcán, en un estado de conservación tan claro y perfecto como si hubiesen tenido lugar hace muy poco sus erupciones. En los volcanes de Santa Catarina se pueden estudiar con el más gran- de detalle todos aquellos fenómenos de que deja vestigios la erupción: aquí la corriente torpe y lenta de una lava semifluida formando una eminencia en el momento y lugar en que aparece; allá una pequeña grieta que abierta repen- tinamente deja aparecer un cúmulo de lavas en igual estado; ora los produc- tos de trituración y de pulverización se ven acumulados formando poderosos bancos y brechas de fragmentos más ó menos esponjosos, constituyendo la masa de los conos, ó bien las arenas impalpables que á su vez cubren á las brechas adquiriendo un talud natural y regulando la pendiente, que muere suavemente en la llanura que les sirve de base y hasta donde se ven exten- derse las cenizas. Esta vasta región de inmenso caudal para el estudio de los fenómenos volcánicos, situada á pocos kilómetros de nuestra Capital, permite fácilmen- te un detenido estudio; sin embargo es relativamente poco conocida y sola- mente algunos datos interesantes nos son dados en el opúsculo de los profe- sores Felix y Lenk. El plano adjunto da una idea de la configuración topográfica general de esta región, notándose desde luego una gradual elevación desde el pequeño. cráter de San Nicolás, que se halla situado al O., hasta el de Santa Ca- tarina, cuya diferencia de nivel con la llanura de Los Reyes es poco más ó menos de 450 metros, de donde se desciende bruscamente para llegar poco más al N.E. á los cráteres de tobas llamados Las Calderas, y que deben con- siderarse bajo el punto de vista topográfico como el extremo N.E. de esta pequeña serranía. Cada una de las eminencias, sin excepción, lleva en su cima un cráter, ya perfecto ó más ó menos incompleto; en este último caso la forma ha sido mo- dificada por efecto de repetidos paroxismos acaecidos en lugares próximos y á consecuencia de los cuales nuevos cráteres se ven aparecer destruyendo los primeros. La vista que adjuntamos, tomada desde el cerro de Xico, nos da clara idea del característico aspecto del conjunto, y la forma de cada uno de estos aparatos que ofrecen entre sí notables semejanzas, hasta en la regulari- dad y uniformidad de sus pendientes, dando lugar á definirlos por la unión DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 21 relativa que existe en todos ellos como un centro eruptivo perfectamente ca- racterizado, cuyas violentas manifestaciones sucesivas é inmediatas debieron desalojarse según una dirección que cedía fácilmente al impulso de las fuer- zas interiores. Los productos ligeros, tales como las cenizas, etc., arrojados por cada uno de los cráteres, han cubierto con espesores diferentes estos co- nos, formados en general de brechas; pero donde las acciones atmosféricas han determinado en éstos la formación de surcos poco profundos y regulares que siguen la dirección de las generatrices de los conos; dichas cenizas y are- nas, elementos incoherentes, en su acumulación han obedecido á las simples leyes de la gravedad para conservar su talud natural. El cono de Santa Catarina es de los más” completos de esta importante cadena de volcanes y en él se pueden distinguir las tres partes principales: el cráter, que es casi circular, con un diámetro aproximado de 300 metros; la parte más elevada del borde se halla hacia el N.O. y alcanza una profundi- dad de 120 metros. En el fondo cuatro pequeños montículos se hallan espar- cidos, demostrando los efectos atenuados del fin de una erupción. Las pen- dientes interiores de este cráter son en parte uniformes y en parte más ó me- nos desgarradas, á consecuencia de constantes, aunque no muy grandes de- rrumbes. El cono terminal está formado de brechas de tezontle ó sea de fragmentos de lavas ampollosas, escorias, arenas volcánicas de color negro, rojizo y rojo; este cono de rocas trituradas forma las paredes del gran cráter; las pendien- tes que define el exterior son, por término medio, de 35? á 38". El cono de la base, de débil pendiente, en general imperfecto, está constituí- do por un gram número de montículos de corta elevación, unidos los unos á los otros, y que se elevan sensiblemente hasta tocar el cono terminal; otras veces aparecen bajo la forma de alargados y escabrosos contrafuertes. La roca compacta ó más ó menos ampollosa de que están formados dichos montícu- los, se halla dividida por lo general en fragmentos de grandes dimensiones, sobrepuestos los unos á los otros sin ninguna regularidad. Este estado fragmentario de la lava hace perder al conjunto los caracte- res que en muchos de estos montículos debieran ofrecernos, como aquellas es- tructuras que en la superficie manifiestan las corrientes de lavas completa- mente fluidas, como sucede para las lavas basálticas del volcán de Xitli, al S.O, de la cuenca y en las faldas del Ajusco. El aspecto de la lava en estos montículos constituidos de blocks de va- riadas dimensiones, parece ser el efecto de una división que experimentan en su enfriamiento las lavas que vienen en incompleto estado de fusión, y que la 22 LAS ROCAS ERUPTIVAS IED corta extensión longitudinal de estas corrientes nos ofrece una compro- bación. Aspectos fragmentarios análogos y en corrrientes accidentadas y de corta longitud los hemos observado en algunos otros volcanes, como sucede en mu- chos de los que se encuentran al E. y S. de la montaña del Ajusco, en el lí- mite S. de la cuenca mexicana; siendo de notarse que la poca fluidez en las lavas es más frecuente para rocas volcánicas modernas de carcáter andesíti- co, que para las basálticas que dan corrientes muy fluidas y de grandes ex- tensiones y que encontramos en muchas regiones del país. Estando perfectamente formado el cono terminal de Santa Catarina, y no existiendo las lavas macizas sino desde el pie de este cono, parece natural su- poner que han sido lanzadas por aparatos secundarios ó pequeños conos ad" venticios ya destruídos, ó simplemente por grietas que, obstruídas por estas mismas lavas, se han perdido, sin dejar vestigio de los lugares precisos de emisión. Es muy posible también que las lavas hayan aparecido por el cráter cen- tral, por el cual también se haya verificado la erupción de cenizas y de lavas ampollosas que, acumuladas en la base, han formado el actual cono terminal y cráter, siendo la erupción de estos productos la que ha marcado el fin de las erupciones. Sin embargo, las acumulaciones de arenas y cenizas que alrededor de Santa Catarina cubren pequeñas extensiones, marcan el lugar de algunas pe- queñas erupciones en que á la vez que las lavas eran expulsadas, las cenizas y productos triturados los acompañaban definiendo ahora, aunque destruídos, estos conos. : Casi en la base del cono terminal de Santa Catarina, por el lado O., se enlaza por un pequeño puerto esta montaña con el cerro llamado de Santia- go, que tiene una altura poco menor. Su forma en la cima es arredondada y en la parte que ve hacia el N. después de ofrecer una pendiente fuerte y es- carpada, se prolonga abajo en un alargado estribo más ó menos ramificado cerca de su extremidad en la llanura, ligándose por el O. con los flancos de Santa Catarina. El cerro de Santiago y su estribo del N. formado de rocas compactas en lajas y en estado fragmentario, ofrece con muy pocas diferen- cias caracteres análogos á los del cono de la base del de Santa Catarina, á más de notable semejanza en la estructura y naturalezá de las rocas. Más fuerte escarpadura presenta Santiago por el S. cerca de su cima; y enmedio de los escombros y acumulaciones que los derrumbes han debido ocasionar, se le- vanta un gran semicírculo escarpado que encierra á dicho cerro y cuyas pen- DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 23 dientes hacia afuera, tan fuertes al principio como un cono terminal, se sua- vizan más abajo como cono de la base y las rocas se prolongan hasta el pe- queño pueblo de Tlaltenco, á las orillas del lago de Xochimilco. Es fácil observar que este grande semicírculo es el resto de un cráter de erandes dimensiones, y en el que la forma de cono truncado de su parte su- perior es perfecta cuando se observa por el exterior; por ejemplo, desde dicho pueblo de Tlaltenco, estando constituído este cono en su mayor parte de roca compacta, análoga á la del cerro de Santiago. El cerro de Santiago es de los más interesantes de la cadena de Santa Catarina, en lo que se refiere á su forma, muy análoga á la de los “Puys” de Au- vernia en Francia, cuyas formas mamelornadas son bien características en otras muchas regiones exclusivamente volcánicas. La salida de lavas incompleta- mente fluidas del centro de un cráter de lava, ha originado su acumulación en el punto mismo en que han debido aparecer, no sin dar lugar á una corrien- te que al desbordarse produjo la destrucción del borde N. de este cráter; co- rriente que con extraordinaria lentitud, á juzgar por su forma y espesor, pu- do prolongarse hasta la llanura, como ya dijimos, y á la que se habían de unir aquellas corrientes dependientes del volcán de Santa Catarina. - Respecto al carácter viscoso de las lavas en relación con la forma que conservan por su incompleto estado de fusión, Judd, en su obra “Volcanoes,” cita algunos casos: “The less liquid lava like those of Hungary and Bohe- mia, are not usually found following to such distances from the vent but form dome schaped mountain masses.” La parte en que se extienden las lavas en esta serranía, queda definida por la que comprenden los conos de la base del volcán de Santa Catarina, y su vecino al O., el mamelón y corriente de Santiago. Todos los demás conos que se escalonan hacia el O. están formados en su mayor parte de escorias y cenizas, encontrando frecuentemente en los bordes de estos cráteres fragmen- tos de variadas dimensiones de roca compacta y vítrea, verdaderas bombas volcánicas en que la ausencia de elementos cristalinos de dimensiones apre- ciables acusa su violento enfriamiento. Una vez atravesado el medio cráter de lava de Santiago, y descendiendo por los flancos exteriores del O. una grande semi-elipse formada de brechas de escoria y cenizas, indica la existencia de otro cráter destruído en sus ¿bor- des del E. por el medio cráter de Santiago, lo que hace notar inmediatamen- te la anterioridad de este último. El eje mayor de esta semi-elipse tiene una dirección aproximada de N.E. 48.0. con una longitud de 250 metros, y la di- ferencia de altura del fondo ála parte más alta del labio conservado será ape- nas de 30 metros. 24 LAS ROCAS ERUPTIVAS Este conjunto de cráteres en parte sobrepuestos y el mamelón que ocupa el centro de uno de ellos, es, pues, un lugar que representa lentitud en el des- alojamiento del fenómeno volcánico, é indica en esa dirección también el sen- tido en que han tenido lugar las sucesivas erupciones á lo largo de la grieta 6 línea de menor resistencia, definida por la dirección que marca la línea de unión de los centros de los cráteres. En los flancos del O. exteriormente, este segundo medio cráter se cubre con abundancia de cenizas, lo mismo que en los flancos del S.; las rampas ex- teriores, vistas por este último lado, son perfectas y uniformes. Un pequeño puerto se interpone en la base de este último, y vemos un nuevo cráter menos elevado y de menores dimensiones que el anterior, y el que le sigue al O. Está caracterizado por la notable regularidad en las pen- dientes exteriores del E. y $S., cubiertas de finas cenizas negras. La parte O. y N.O. del borde, fuertemente deprimida, da el aspecto de un cráter inclina- do, enfrente del cual, un montículo de lavas, escorias y cenizas, representa los productos arrojados, cuando una vez formado dicho cráter un nuevo impulso daría lugar á la abertura de una grieta que destruiría con los nuevos produc- tos arrojados una gran parte de los bordes del O. Entre los conos más perfectos del grupo de Santa Catarina se cuenta sin duda el que se designa con el nombre de Xaltepec, que sigue inmediatamen- te hacia el O. al pequeño cráter abierto, tanto por la altura, poco más ó me- nos igual del borde de su cráter, como por la regularidad exterior y la forma de éste, que es casi circular. Está formado en su mayor parte de escorias ro- jas'ó negras, observándose claramente en la parte interior del cráter, pues que están cubiertas en la superficie exterior del cono por finas cenizas de co- lor negro. Un fenómeno curioso es digno de notarse en este cono de Xalte- pec, y es el que demuestra la acción de los vientos sobre las finas cenizas que lo cubren. Como la mitad del cono que mira hacia el N.E. está expuesta li- bremente á los vientos más frecuentes, las cenizas han sido arrastradas dejan- do á descubierto una parte de las escorias de color rojizo, á diferencia de la mitad del S.0., resguardada á esta acción por el cono inmediato, que está cu- bierto completamente de cenizas negras. Este notable contraste que á prime- ra vista se nota, es acentuado cuando se observa á cierta distancia, pues el aspecto de la superficie ligeramente rugosa de la escoria que favorece un tan- to una vegetación seca y de pequeña talla, es distinto del liso y completamen- te desnudo de la porción cubierta de cenizas. La palabraindia mexicana Xal- tepec con que ha sido designado este cono, expresa claramente la abundancia de cenizas, pues es voz compuesta de las palabras Xalli, arena, y tepetl, cerro. DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 25 La última elevación de la pequeña cadena por el O. es el pequeño cerro de escorias de San Nicolás, inmediato á la hacienda del mismo nombre. La, altura de este cono es de 60 metros solamente, sobre la llanura. Su cráter mide de profundidad 30 metros próximamente, y su diámetro es de 180 me- tros. La extensión que en la llanura, alrededor de estos volcanes, ha sido cu- bierta por los productos de las erupciones, es relativamente corta. Las arenas y cenizas han sido en parte sedimentadas por las aguas, las que han forma- do lechos de débil espesor, alternando algunas veces con capas de diferente color y dimensiones en el grano. Estos depósitos pueden verse claramente sobre el camino que pasa en el puerto al O. del cerro de Santiago, y que va del pueblo de Santa Cruz á los de Santa Catarina y Tlaltenco. Las tobas calizas arcillogas que ocupan, como veremos, una parte del sub- suelo de la planicie de la cuenca, se presentan en algunos lugares casi tocan- do las corrientes lávicas de Santiago y Santa Catarina, y es fácil ver una del- gada capa superficial de toba caliza conteniendo gran cantidad de arenas y cenizas como una argamaza, completamente reciente, atendiendo á que casi. en épocas históricas las aguas de los lagos alcanzaban sus orillas casi el pie de esta pequeña cadena. Los productos más ligeros de las erupciones son llevados actualmente por los vientos á distancias un poco mayores, y así se ven en el llano entre Xaltepec, San Nicolás é Ixtapalapa, cubriendo á las tobas calizas y forman- do pequeños montículos; la dirección del viento puede reconocerse por finos surcos que se suceden, como las huellas que dejan sobre la arena los movi- mientos de las olas de las playas. La muy débil pendiente que origina en la planicie la acumulación de - arenas y cenizas de los cráteres que siguen al Santiago, se altera en uno que otro punto; el terreno ligeramente levantado deja ver pequeñas reventazones de rocas compactas rodeadas algunas veces por brechas de escoria ó tezontle, y cuyo conjunto demuestra la existencia de pequeños cráteres secundarios muy destruídos por el tiempo, pero en algunos se puede todavía reconocer el crá- ter. De este caso podremos citar el montículo de arenas que rodean á las cu- riosas peñas llamadas “Teotines” al S. y muy cerca del pueblo de Santa Cruz. La disposición general de los cráteres de Santa Catarina da la idea de hallarse distribuídos sobre una línea de fractura ó una grieta que ha permi- tido la emisión de productos del interior, acompañada de todos aquellos fe- nómenos que caracterizan la erupción, ofreciendo en distintos lugares de esta línea la serie de fenómenos en diferentes grados de intensidad. 26 LAS ROCAS ERUPTIVAS La acción volcánica se manifestaba de una manera sucesiva á lo largo de esta grieta, en dirección del O. hacia el E., como se observa palpablemente cuando se recorre la cadena en esa dirección, pues cerca del mamelón de San- tiago vemos un cráter cuya mitad ha sido destruída con la aparición del crá- ter de lavas que al E. apareció, y que dió nacimiento á la corriente de San- tiago, destruyendo á su vez parte de aquel cráter. La sucesión de los fenómenos á lo largo de la línea y al partir desde su límite, suponiendo la acción de una manera local, comenzaría en el cerro de Ixtapalapa, continuaría en San Nicolás, Xaltepec, etc., aumentando de inten- sidad para arrojar lava en el inmediato cono abierto, disminuiría después y aumentaría de nuevo para dar lugar á una nueva emisión de lavas. En los conos de San Nicolás, Xaltepec y su inmediato siguiente al E., dominó la emisión de fragmentos de lavas que llegaron á la superficie casi en completo estado de enfriamiento, fragmentos aglutinados en brechas, arenas y cenizas que se cubrían sucesivamente en los conos en vía de formación. Más al E., un mayor ensanchamiento había de permitir con la mayor inten- sidad, la formación de un cráter de lavas y la aparición de una corriente se- mifluida, el enorme mamelón de Santiago, y continuaría un completo paroxis- mo en el volcán de Santa Catarina, cuya emisión de lavas, no todas tal vez, tuvo lugar por la boca de su cráter, y donde la altura y extensión de esta grande chimenea indica desde luego el máximum de intensidad. Esta grande acción volcánica se contiene momentáneamente en las Calderas y el volcán del Pino, para continuar después en Tlalmanalco. ANDESITAS AUGÍTICAS DE HIPERSTENA. Pocas diferencias pueden establecerse petrográficamente entre las rocas de las corrientes del mamelón de Santiago y las que forman el cono de la ba- se y corrientes secundarias del volcán de Santa Catarina. A la simple vista las lavas de este último son de color negro, generalmente ampollosas y sin elementos cristalinos discernibles, en tanto que las del Santiago, más compac- tas y de color negro, dejan ver cristales, fragmentos y agrupaciones cristali- nas de color blanco sucio, amarillentas y parduscas, y es por consiguiente más acentuada la estructura porfiroide macroscópicamente. Las láminas delgadas de rocas de distintas partes de la corriente de San- tiago, desde sus extremidades hasta la cima del mamelón, no presentan dife- rencias apreciables de estructura ni composición, apenas sí, más ó menos abun- dancia de elementos cristalinos de primera consolidación. Un magma amor- DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 27 fo de color pardo constituye la pasta general, devitrificada en numerosas y muy pequeñas globulitas, transparentes en su medio á los mayores aumen- tos. Este magma cimenta ó rellena los intersticios que dejan entre sí un gran número de microlitas y granos de augita débilmente coloridas en que domi- nan sus alargamientos prismáticos; hay algunos cristalitos de hiperstena, cu- ya diferencia con la augita se establece por su extinción recta y policroismo, pues aparece casi exactamente con la misma coloración que la augita. Las microlitas feldespáticas que acompañan á las piroxenas cuyo conjunto define la segunda consolidación, son de oliglocasa y aun de labrador, y en dimen- siones iguales ó un poco mayores á las de augita. El olivino se encuentra co- mo mineral de más antigua generación, en granos arredondados y muy poco numerosos, algo alterados en-la periferia y de colores intensos de polariza- ción. La hiperstena se halla en grandes cristales corroídos y agrietados. El hierro magnético, en granos de variadas dimensiones, se encuentra disemina- do enel magma. Las preparaciones manifiestan frecuentemente secciones no- dulares ó segregaciones formadas de un conjunto finamente granular de pe- queñas microlitas feldespáticas, fierro muy dividido y granitos de augita, hi- perstena y olivino, y que se observan en la superficie de la roca, á la simple vista, con aspecto de nódulos de color amarillo sucio. No se observa al microscopio el menor indicio de estructura fluidal en las rocas del mamelón ni en las de la corriente, circunstancia que unida á la pequeñez de las microlitas del magma, demuestran el rápido enfriamiento á que fueron sometidas estas lavas, viniendo en el estado viscoso ó poco fluido que ya hemos reconocido por la forma y extensión limitada de la corriente. En algunos lugares más cerca de la base del mamelón y en éste, aunque conservando la roca el mismo aspecto exterior, el magma pardusco cesa de estar devitrificado en globulitas, á la vez que la hiperstena microlítica que hemos observado en la roca anterior, degenera en gran parte casi á formas cristalíticas por su pequeñez. Los granos de olivino son mucho más raros. La roca en lajas delgadas que forma el medio cráter que circunda al ma- melón, es de color gris y contiene diseminados también granos y partes gra- nudas de color verde olivo y pardo, que á primera vista pueden confundirse con el olivino. Al microscopio el magma amorfo, mucho más abundante, se distingue del de las rocas anteriores en ser incoloro y perfectamente transpa- rente, sembrado de partículas generalmente opacas y algunas finas y eortas agujas. Las microlitas de augita, que como las feldespáticas, están dise- minadas, se destacan más claramente por su débil color amarillo y su relieve característico. Playas extensas y cristales de augita, de grandes dimensiones 28 LAS ROCAS ERUPTIVAS relativamente, comparadas con el tamaño de los cristales dominantes, se aso- cian en lagunas más ó menos extensas, tendiendo á una estructura que difie- re de la general. En lo demás esta roca á los nicols cruzados, tiene gran se- mejanza á la roca de la corriente que aparece del medio de este cráter. La roca de las Peñas Teotines, por la abundancia del labrador, bajo la forma de microlitas alargadas en macles de la albita, el oxídulo de fierro fina- mente dívidido en el magma y la mayor frecuencia del olivino, aunque siem- pre de carácter accesorio, nos hace referirla más bien álas labradoritas, sien- do de notarse que las microlitas de pequeños ángulos de extinción se encuen- tran en formas incipientes y en escaso número. Poco hay que decir de las rocas de las corrientes de Santa Catarina, pues que convienen en gran parte con la descripción correspondiente á las rocas de Santiago. SIERRA DE LAS CRUCES. De las sierras que limitan la Cuenca de México, debe considerarse como más importante la de Las Cruces, con las porciones que han recibido diferen- tes denominaciones y que no constituyen más que su prolongación, como Sie- rra de Monte Alto, Sierra de Monte Bajo. La importancia de la Sierra no solamente lo es por su extensión longitudinal, sino aun por su anchura y la serie de altas montañas que forman, por decirlo así, el espinazo de la Sierra. La longitud puede estimarse desde el elevado Cerro del Ajusco, de 3,950 me- tros sobre el nivel del mar, hasta el grupo de montañas que se extienden en la región más septentrional del Estado de México y $. del Estado de Queré- taro. La dirección general á que obedecen las principales eminencias que for- man la Sierra de las Cruces y su prolongación N., puede considerarse en dos partes: la primera, que comprende las cimas principales, parte del Ajusco hasta el Cerro de San Miguel bajo un ángulo de 45” próximamente, en tanto que del Cerro de San Miguel hacia las cumbres de Las Cruces, La Malinche y Monte Bajo, la orientación es de 10 N.O. Puede decirse que la Sierra de Las Cruces se define por una sola cresta sobre la que se escalonan las alturas principales, y que hacia uno y otro lado parten barrancas profundas, talwegs y depresiones del terreno, que dan ca- bida á arroyos de consideración, que alimentan por el E. los receptáculos ó lagos de la Cuenca de México, y por el O. al Valle de Toluca, formando las aguas superficiales y las subterránes las fuentes y el lago pantanoso que da origen al Río de Lerma cerca de la población del mismo nombre. DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 29 Fuera de la cresta principal de la Sierra se encuentran también monta- ñas elevadas, excéntricas, por decirlo así, y que modifican naturalmente la configuración general, como por ejemplo, del lado del E. los cerros de la Mag- dalena, el de San Bartolo, el Cerro de La Chiluca, etc., y por el O. los cerros de Salazar que dan lugar á una meseta elevada llamada los llanos de Sala- zar, casi en el vértice de la inflexión de la Sierra para pasar de la dirección de San Miguel al Ajusco á la de San Miguel á Monte Alto. | De las montañas más elevadas se desprenden naturalmente ó toman na- cimiento las más profundas barrancas, como por ejemplo, de la cima de los cerros de La Campana, del Ajusco y vertientes meridionales de San Miguel, la barranca de la Magdalena, dando nacimiento á un arroyo importante Ccu- yas aguas alimentan algunas fábricas establecidas á lo largo de dicha barran- ca. De las barrancas y cañadas del grupo de cerros de San Miguel en donde dobla justamente la Sierra, se forma una grande herradura en la que de los - talwegs secundarios, aparece el grupo de manantiales que se designan con el nombre del Desierto y de Los Leones que surten á la Ciudad de México. De las montañas de Las Cruces en la falda S. nacen los manantiales del Agua Azul, y así sucesivamente hacia el N., como en Acopilco, Chimalpa, etc., to- man nacimiento nuevas fuentes de caudal siempre menor. - Sobre unsrcarta topográfica de esta región se podría ver con claridad que los arroyos de la región del S.O. hacen una curva para derramar sus aguas en dirección del E., en tanto que más al N. la dirección de los arroyos es en ge- neral de O. hacia el E., reuniéndose los unos á los otros para formar lechos de agua de mayor consideración, los que algunos solamente en la temporada de lluvias llevan agua á los lagos, debiéndose considerar como principales de los que caen dentro de la cuenca de México, el arroyo de Magdalena, que vierte sus aguas en el Lago de Xochimilco; los arroyos de San Borja y de los Morales, que vierten sus aguas en el Lago de Texcoco, formando el último la parte principal del río llamado del Consulado. Más al N., los ríos de Los Remedios y Tlalnepantla, que desembocan cerca de Guadalupe y que nacen en las montañas de Monte Alto. De la Sierra de Monte Bajo nacen los ríos de Cuautitlán y una parte del Río de Tepotzotlán, Río del Oro, etc., reci- biendo los primeros una salida artificial de la Cuenca de México por el Gran Canal de Nochistongo. Respecto á las diferencias que pueden establecerse en la configuración por caracteres que dependen en general de sus pendientes, se pueden dividir en dos partes, las que á su vez van de acuerdo con la naturaleza petrográfica de sus rocas. La primera, desde la base hasta media altura de las montañas, es 30 LAS ROCAS ERUPTIVAS de pendiente suave, ondulada y subdividida en multitud de talwegs y barran- cas pequeñas, profundamente desgarradas por erosión, y que hemos designa- do con el nombre de región de Las Lomas, que se extiende sin interrupción en toda la vertiente oriental de la Sierra, formada de material toboso en ge- neral, interrumpida algunas veces por pequeñas eminencias constituídas de rocas eruptivas macizas como el Cerro del Judío, Chapultepec, los cerros de Los Remedios, Moctezuma, El Tigre, El Cincoque, etc. La segunda parte, que la forma la parte superior de las montañas de la Sierra, de pendiente fuerte, algunas veces escarpada, con grandes acantilados en sus regiones más expuestas y que se caracteriza en la actualidad por ser aquella donde florece la vegetación alpina, diferenciándose de la región de Las Lomas, desnuda, con la escasa vegetación que ha podido desarrollarse después de la gran tala desde tiempo inmemorial. En la región superior ó escarpada, digamos así, es donde se extienden casi exclusivamente las rocas macizas. De esta sierra occidental de la Cuenca de México se desprenden dos gru- pos de montañas de consideración, que tienden á hacer irregular el contorno de la Cuenca, separándola en dos partes principales que alimentan dos gru- pos de lagos y forman dos grandes senos por decirlo así: uno de los grupos se designa con el nombre de Sierra de Guadalupe, la que limita la vertiente por el N. de la alimentación que reciben de la Sierra de Las Úruces los la- gos de Xochimilco y Texcoco. El otro grupo de montañas recibe el nombre de Tepotzotlán, con montañas más elevadas que el primero y definiendo la alimentación occidental de los lagos de San Cristóbal, Xaltocan y Zumpan- go, pues las vertientes del N. del grupo de Tepotzotlán quedan fuera de la Cuenca de México. Dijimos ya que en la sierra del O. de la cuenca de México dominan ex- clusivamente dos tipos principales de rocas eruptivas: las traquitas y las an- desitas, con todos los pasos y transiciones posibles de las unas á las otras, siendo las especies intermediarias las que se encuentran con mucha frecuen- cia, aunque no en grande extensión. Juzgando que la parte más importante de la clasificación es la determi- nación precisa de los feldespatos de las rocas, hemos procurado hacer las me- didas de su extinción en la luz polarizada, valiéndonos de las zonas más cons- tantes y características, prefiriendo en todo caso el empleo de la zona perpen- dicular á y, y la zona pg, así como el estudio de los cristales zonados, que son muy abundantes en estas rocas. Para las microlitas de segunda consoli- dación, es sumamente difícil cualquiera medida á causa de su pequeñez en general, ó bien á una confusa polarización de agregados microlíticos. DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 31 Hemos dicho también que las traquitas francas ó rocas que á la simple vista tienen un habitus claramente traquítico, ocupan en el terreno una po- sición que autoriza á suponerles como de mayor antigúedad en aquella sierra y serán las primeras que estudiaremos. TRAQUITAS DE HORNBLENDA. Las montañas de la sierra de las Cruces, formadas exclusivamente de estas rocas, ocupan una posición excéntrica al eje medio de la sierra, interrum- piendo, por decirlo así, la configuración general, pues que el lento descenso hacia la planicie de la cuenca, se interrumpe por estos macizos de pendiente fuerte y de cimas casi arredondadas. De esta manera se presentan el cerro del Guajolote, el de Moctezuma y el de la Chiluca, los cerros de Chimalpa y el de Texcalac ó de Magdalena. Las traquitas son de un uso frecuente en la ciudad de México como pie- dra de construcción y ornamentación, considerado como el mejor material por su dureza, relativa inalterabilidad y susceptible de un labrado fino. Se le co- noce con el nombre de Chiluca. La estructura en masa es en gruesos bancos, algunas veces semicolumnares, pudiéndose separar blocks de grandes dimen- siones. Las hay de dos colores: blanco-agrisadas y rosadas, prefiriéndose las primeras por su mayor dureza y homogeneidad. El carácter traquítico se revela á primera vista por su coloración clara y rudeza al tacto, finamente vacuolar; en su masa granuda se destacan fácil- mente grandes cristales feldespáticos hasta de 0008 de longitud, poco lus- trosos y delicadamente estriados. Un mineral de color obscuro mancha la roca en puntos diseminados. El magma dela roca del Guajolote se observa en el microscopio, á la luz polarizada, como un agregado holocristalino de microlitas confusamente orien- tadas y unidas, que su sección cuadrada y extinción recta acusan desde luego su referencia al sanidino, ya simples ó en pequeños macles de Carlsbad. Es notable el magma microlítico por su limpidez ála luz natural, en la que ofre- ce algunas secciones opacas de fierro oxidulado. Entre los cristales de primera consolidación, los más abundantes son los de feldespato agrietados, y siempre rotos por acciones mecánicas. Abundan los macles múltiples regularmente escalonados y según la ley dela albita en sus zo- nas frecuentes, en las plagioclasas; pg, con ángulo máximo de 7? sobre y,, como tiene lugar para algunas andesinas. Las extinciones sobre p se hacen á 0% á este macle acompaña frecuentemente el de la periclina. El sanidino es menos 32 LAS ROCAS ERUPTIVAS abundante que la andesina y de carácter accesorio, en macles de Carlsbad, y tanto uno como otro feldespato ofrecen en muchas secciones un desarrollo zo- nar y aun algunas veces una zona de andesina alrededor de un cristal de sa- nidino. Granos arredondados de cuarzo se presentan de una manera acciden- tal, lo mismo que laminillas de mica parda. La hornblenda es abundante en cristales muy alterados en la periferia, en óxidos ferruginosos y ofreciendo en el centro un fuerte dicroismo como las hornblendas ferríferas. Como se ve por la descripción, la composición de estaroca no correspon- de á una traquita normal por la escasez del sanidino en la primera genera- ción y la abundancia de las plagioclasas. Sin embargo, insistimos en darle ese nombre por la presencia casi exclusiva del sanidino bajo la forma miero- lítica. | En láminas delgadas de rocas de la misma procedencia, en el magma mi- erolítico semejante al anterior, se encuentran esparcidas con profusión man- chas ó secciones de forma circular más alumbradas á la luz polarizada que el resto del magma. Observadas estas manchas con fuertes aumentos se presen- tan con delicada y apenas perceptible estructura radiante, adquiriendo la apa- riencia de rosetas por la irregularidad de sus contornos. Parece que estas secciones corresponden á una estructura de agregación esferolítica, como tiene algunas veces lugar para microlitas feldespáticas, pues en algunos casos es posible observar ligeras bandas obscuras como macles de mierolitas con extinción correspondiente á su alargamiento. Esta roca, que en todo lo demás conviene á la descripción anterior, pre- senta accidentalmente cristales de hiperstena y raras veces de augita disemi- nada en el magma, pero abundante en nidos ó en segregaciones que se perci- ben aun á la simple vista bajo la forma de manchitas granudas verdes. Las traquitas de los cerros de Magdalena y de Chimalpa, sin cambiar de aspecto de las anteriores, son un poco más obscuras y resaltan más los cris- tales feldespáticos á la simple vista. Su magma es un poco más vítreo y las microlitas son más fácilmente reconocibles y exclusivamente de sanidino. Se ven algunos eristalitos de segunda consolidación de hiperstena. Los cristales de primera generación son de sanidino en macles de Carlsbad, cristales en bandas hemitrópicas según la ley de la albita de labrador, no muy abundan- tes, secciones prismáticas de hornblenda muy alteradas y reabsorbidas, y muy raras veces se encuentran secciones de piroxena monoclínica. Tanto en los cerros del Guajolote y Texcalac como en el cerro Gordo, á tun lado del camino que va al pueblo de Chimalpa, acompañan siempre á las raquit as blanco-agrisadas; las que tienen un color rosado provenido por una DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 33 alteración muy avanzada de la hornblenda en óxidos rojos de fierro, obser- vándose los cristales de este mineral como formados de agujas, las que se ha- llan generalmente diseminadas en el magma con los mismos caracteres que las que agrupadas forman los cristales de anfíbola. Es de notarse que en la mayoría de las preparaciones de las traquitas rosadas, no se descubren cris- tales de piroxena; que si la alteración parece no obedecer solamente á accio- nes atmosféricas y que también la variación de color coincide con la existen- cia de mayor número de plagioclasas bajo la forma de microlitas. Entre los kilómetros 41, 43, y en el 34 del Ferrocarril Nacional que atra- viesa la sierra de las Cruces para pasar de la cuenca de México al valle de Toluca, así como en el Cerro Gordo, hemos encontrado unas traquitas de co- lor gris obscuro con abundante magma vítreo fácilmente: alterables al aire, transformándose en una masa arcillosa blanca en la que quedan aislados los cristales feldespáticos de color amarillo claro y cristales negros de hornblen- da hasta de 0015 de longitud. Los feldespatos alcanzan hasta 0"01. Aun á la simple vista se puede distinguir el carácter vítreo de su magma que al mi- eroscopio aparece ligeramente colorido. Las microlitas son de pequeñas di- mensiones de sanidino y á veces acusan estructura fluidal. Estas rocas se hallan en parte penetradas de silisa bajo la forma de ópalo, calcedonia y tri- dimyta, tapizando y llenando pequeñas cavidades. De sus grandes cristales, la mayoría son de sanidino en macles simples de Carlsbad; también se en- cuentran algunos pequeños de labrador, la hornblenda de fuerte dicroismo del amarillo intenso al pardo obscuro con reborde opaco de avanzada altera- ción. Las piroxenas se encuentran accidentalmente. TRAQUIANDESITAS. Traguiandesitas de hornblenda y piroxena. ao existencia en un magma ví- treo de microlitas de sanidino y plagioclasa, da lugar á constituir un grupo de traquiandesitas que se asocian algunas veces á las traquitas que acaba- mos de describir, pero que en su aspecto macroscópico se distinguen fácil- mente de dichas traquitas. Son de color más obscuro, ya grises puramente, rojas, Ó grises manchadas de rojo, según su estado de alteración. Contienen un magna amorfo que presenta cierta polarización confusa que hace difícil la determinación precisa de las microlitas. Sin embargo; es posible reconocer las microltos simples de sanidino en la zona de aplastamiento común y las microlitas alargadas simples ó macleadas según la ley de la albita y en la que pg, da extinción según su longitud ó ba- jo áneulogs que no exceden de 5*. J 8 5 34 LAS ROCAS ERUPTIVAS En la roca de esta especie del Cerro Gordo cerca de Chimalpa, muy cer- ca de las traquitas, el magma se halla penetrado de silisa llenando cavidades bajo la forma de calcedonia en globulitos de cruz negra y también atravesan- do la roca en venitas. Los feldespatos de primera consolidación están muy hendidos y rotos, reconociéndose como más abundante una andesina ácida en macles de la al- bita y en cristales zonados. El sanidino en cristales más pequeños en seccio- nes del macle de Carlsbad. La hornblenda se halla completamente alterada en óxido de fierro en gra- nos aglomerados definiendo la forma del cristal. También se presenta la au- gita y la hiperstena, en cristales más pequeños que los de hornblenda con un reborde de alteración, opaco. Una roca asociada á la anterior presenta los caracteres de una brecha por el estado fragmentario de los feldespatos y que á expensas de éstos una par- te del magma se hubiere formado. La hornblenda y piroxenas sin dejar de sufrir el hendimiento y alteración se hallan menos fragmentadas. Las traquiandesitas de color rojizo de las mismas localidades, no se di- ferencian de las grises, más que en la existencia de agujas de color rojo na- ranjado diseminadas en el magma y que presentan los caracteres de la horn- blenda, aun por la semejanza con los grandes cristales de este mineral, cuya separación ó desagregación en agujas se observa algunas veces con mucha claridad. La augita es abundante en cristales límpidos aglomerados en al- gunas cavidades definiendo sus secciones prismáticas, muy claros los cru- Ceros. Traquiandesitas de hornblenda.—Al lado de las traquitas de abundante magma vítreo de los kilómetros 41, 43 y 34 se presentan también traquian- desitas difícilmente separables á la simple vista de las traquitas propiamente dichas ya descritas y que les son semejantes por su pasta muy vítrea en la que nadan microlitas filiformes de oligoclasa y secciones muy pequeñas cua- dradas de sanidino. Raras veces presentan uno que otro cristal de piroxena. Tobas TRAQUÍTICAS. Las traquitas y las andesitas han sido acompañadas en sus erupciones de tobas y productos de trituración en enormes cantidades que vemos exten- derse en gruesos bancos al pie de las montañas formadas por esas rocas, mo- dificando la pendiente que en un principio han adquirido las rocas macizas, haciendo elevar muy lentamente el terreno. Estas tobas han contribuído en DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 35 gran manera, por los transportes del agua, á llenar con un grande espesor , de sedimentos, la primitiva y profunda cuenca que hoy llamamos mexicana. No cabe duda que estas tobas han venido á clausurar cada serie de erup- ciones, ó á demarcar el fin de cada paroxismo, á juzgar por la posición que dichas tobas conservan en el terreno; en contacto directo con las rocas maci- zas y en gruesos é imperfectos estratos con pendiente igual á la que ofrece el terreno en'su superficie ó poco menos, pero en todo caso coincidiendo en direc- ción con la de las rocas duras. La naturaleza del material constituyente de las tobas en general pomoso, hace presumir la alta temperatura de las rocas en el momento de su aparición al exterior, donde sufren calcinación bajo la influencia del aire; y su carácter detrítico una violenta proyección como una pulverización por un canal obstruído y resistente. Se puede reconocer tam- bién la influencia del agua posteriormente que haya permitido la aglutina- ción, y dar lugar juntamente con fenómenos en los cuales sólo es manifiesto el calor, ese carácter en parte sedimentario que fácilmente se nota; y aun me- dir en muchos casos la parte que uno y otro agente han tomado en la forma- ción definitiva de esas grandes extensiones de tobas. Tobas traquíticas.—Las tobas de las traquitas son erises, las de las an- desitas son amarillas; en las primeras domina todavía una grande semejanza con la roca dura; en las siguientes todos los fragmentos componentes han si- do completamente transformados en pómez. La disposición que se observa en el terreno y el orden de sobreposición de las tobas, nos da una idea exacta de su relativa época de aparición y na- turalmente también la de las rocas á que están subordinadas. Así; en la ba- rranca inmediata al acueducto de los Remedios por el lado S. y que se pro- longa hasta las faldas del cerro de la Malinche y las montañas inmediatas á Chimalpa, se nota claramente la disposición que sigue: En el fondo de la ba- rranca y las laderas que la limitan hasta una cierta altura, se ven pequeños acantilados formados de grandes blocks semicolumnares de las tobas traquí- ticas y colosales paredones en las canteras en explotación. Más arriba se ocul- tan estas tobas en parte por las tobas amarillas de grano fino, producto de los deslaves de las tobas, ó más bien brechas pomosas que ya en la cima de es- tas lomas se hallan en una gran parte descubiertas naturalmente ó en las canteras abiertas para la explotación. Recorriendo el terreno en dirección al cerro próximo del Guajolote, se verá de nuevo aparecer la toba amarilla de grano fino primero; después la toba gris, para que ya en la cima de dicho ce- rro se descubra enteramente la traquita blanco-agrisada. Las tobas traquíticas han sido, pues, cubiertas por la poderosa formación 36 LAS ROCAS ERUPTIVAS de las tobas amarillas pomosas de las andesitas y solamente se descubren aqué- llas, en lugares donde por elevación primitiva del suelo, el espesor de las to- bas andesíticas no fué grande, y que la configuración actual ha favorecido una enérgica denudación. Es natural pues, que sólo en la proximidad de las montañas de traquita puedan ser dichas tobas descubiertas y en los bordes y fondo de las barrancas inmediatas. Siguiendo la estratificación y determinando la altura máxima que alcan- zan sobre el fondo de las barrancas, se puede obtener un espesor de más de 70 metros siendo fácil encontrar acantilados Ó blocks prismáticos de bancos sobrepuestos hasta de 40 metros de altura. La estructura en masa de las tobas es en bancos ligeramente inclinados hacia la planicie de la cuenca de 0%60 á 0%70 de espesor. Las líneas que defi- nen los planos de separación son poco visibles en muchos casos. Además de esta separación en imperfectos estratos inclinados, la roca se divide según grietas verticales irregulares definiendo por consiguiente gruesos blocks pris- máticos bien característicos en los grandes acantilados. Generalmente en las superficies de juntura de estos prismas se observa una delgada costra de ar- cilla Ó marga blanca producto de un relleno ó depósito por las aguas de infil- tración. ó La grande homogeneidad en las capas de estas tobas, la fineza de su gra- no y su compacidad, les hace aplicables con grande éxito como material de construcción; siendo de un uso frecuente en la ciudad de México, donde es conocida con el nombre de “Cantera.” Su estructura permite la obtención de grandes blocks y hace su separación fácil por medio de cuñas de madera. Es lástima que no se empleen los procedimientos mecánicos perfeccionados para la apertura y explotación de las canteras, que haría obtener el material más económico y barato. El mayor número de canteras en explotación se encuen- tra en la barranca llamada de San Lorenzo. En la superficie de las tobas traquíticas debajo de la delgada capa de tierra vegetal que las cubre en la falda de las lomas y en los lugares en don- de no las cubren las tobas amarillas, se asienta una capa más ó menos grue- sa de una especie de conglomerado ó más propiamente de aluvión, formado de una pasta de grano fino de la misma naturaleza que las tobas, y guijarros rodados de variadas dimensiones ya de las traquitas semejantes á las del ce- rro del Guajolote á las que cubren, ó bien de las andesitas de la región oeci- dental. Este aluvión llega á adquirir un espesor considerable y viene á encerrar la pasta mucha arcilla, en el límite de esta formación donde ya el terreno se DEL $.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. : 37 eleva rápidamente como se observa cerca de la presa de las Julianas en la prolongación de la barranca de San Lorenzo. La desagregación de las tobas y deslaves por las aguas atmosféricas du- rante un largo período diluvial, han dado lugar á la formación de una toba arcillosa deleznable, donde se ha perdido todo carácter ígneo, y ese aspecto: brechiforme microscópico ó en grande que ofrecen las tobas en general. Estos depósitos se extienden con frecuencia inmediatamente sobre las tobas ígneas y en gran espesor, como las que se extienden en las márgenes de un pequeño arroyo al O. del cerro del Guajolote, ó bien alternan con ban- cos de aluvión y tobas amarillas como en una barfanca inmediata al pueblo de El Contadero. En la barranca del Sotelo hemos encontrado la toba detrítica contenien- do impresiones de plantas actuales. Las tobas traquíticas son de tacto áspero y granudas, á la simple vista se pueden reconocer diseminados en la masa cristalitos feldespáticos y pun- tos obscuros de un mineral ferromagnésico. En grande superficie se notan manchas arredondadas ó angulosas de muy variadas dimensiones, de color más claro que la masa y de aspecto análogo á la pómez, así como fragmentos de una roca porosa negra y vítrea. La cantidad de estos fragmentos conve- nientemente elegida para no ser tal la abundancia que haga la roca frágil ó quebradiza, la hacen de vista agradable en los grandes blocks ya labrados. Se comprende fácilmente que la consistencia y la cantidad de los frag- mentos pomosos y de la roca negra (gabarro), varían dentro de ciertos límites en distintas zonas ó en distintos bancos en el sentido vertical. Se observa fre- cuentemente en las canteras en explotación, los bancos superiores de poca consistencia, algunas veces casi deleznables por la presencia del gabarro, au- menta la compacidad y homogeneidad en el grano en los bancos intermedios para adquirir ya en la zona inferior un carácter de menor resistencia y hete- rogeneidad casi como la zona superior. La roca sometida al examen microscópico una vez reducida á lámina delgada, deja ver bajo la forma fragmentaria los mismos elementos minera- les que constituyen las traquitas hornbléndicas del Guajolote. Los fragmentos de cristales se hallan diseminados en una pasta arcillo- sa finamente granuda visible en los nicols cruzados como finísimos puntos alumbrados. Aisladas ó en lagunas se observan partes enteramente microlí- ticas en medio de las cuales los cristales feldespáticos aparecen aún bajo la forma fraementaria. Por último en algunas preparaciones hemos visto los fragmentos cristalinos embutidos en un magma vítreo de aspecto semejante 38 | LAS ROCAS ERUPTIVAS al de la pómez. En esta pasta pomosa parece haber tenido lugar un princi- pio de devitrificación á juzgar por finos regueros de puntos obseuros y gran cantidad de globulitas. Se descubren también muy finas triquitas cuya dis- tribución así como las bandas fibrosas de la pómez definen la dirección de es- currimiento modificada algunas veces al frente de los cristales ferromagne- slanos. En aquellas tobas de pasta exclusivamente arcillosa como son las de las capas superficiales, el carácter exclusivamente detrítico ó la acción del agua predomina, y los cristales han sido reducidos á fragmentos únicamente por acciones mecánicas. Los cristales feldespáticos en fragmentos son de andesina y labrador con sus macles característicos de la albita y de Carlsbad en sus zonas más fre- cuentes pY¡. La mayor parte de las secciones presentan rupturas transversa- les al alargamiento. Observamos igualmente playas irregulares sin bandas hemitrópicas probablemente de sanidino. Es de llamar la atención que en la pasta microlítica de las tobas no se encuentran los glóbulos esferolíticos de feldespato que en algunas traquitas hemos observado; es posible que hayan sufrido dichos glóbulos una simple desagregación. En este mismo magma microlítico de las tobas, los fragmen- tos de la hornblenda tienen el mismo estado de alteración que en las traquitas y traquiandesitas; es decir, transformados en óxidos ferruginosos en puntos agrupados, conservando la forma del cristal. En el seno de los nódulos de pómez es notable la frescura de la hornblenda y el hallarse muchos de los cristales casi completos como si hubiesen resistido á las acciones de corro- sión. El color de la hornblenda á la luz natural es el verde amarillento con dicroismo bien marcado y las secciones tanto del prisma como basales ofre- cen claramente los cruceros. La hiperstena se presenta constantemente en las preparaciones aunque en cantidad muy variable y sin ofrecer casi ninguna alteración como tenien- do mayor resistencia á la acción del movimiento y corrosión química; con- trasta la conservación de estos minerales ferromagnesianos con el estado de subdivisión fragmentaria de los feldespatos sin que estos hayan sufrido tam- poco descomposición química sensible. De una manera accidental se encuentran granos arredondados de cuarzo en la pasta de las tobas traquíticas. Por esta descripción se ve que coinciden las acciones del calor y el agua; el primero dando lugar á fenómenos de corrosión en los elementos de prime- ra consolidación en los fragmentos de la roca, y la acción de la segunda em- DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 39 pastando estos fragmentos con material cineriforme y arcilloso no habiendo una separación muy clara entre las partes del material detrítico y los frag- mentos pomosos de la roca, los que algunas veces se presentan con el carác- ter de verdaderos enclaves. ANDESITAS. Las montañas principales y elevadas que forman la cresta de la sierra de Las Cruces y sus prolongaciones al N., están formadas en su mayor par- te de andesitas de diferente aspecto y coloración, más ó menos compactas, de estructura microlítica y en estados muy diversos de alteración. En dos gru- pos fundamentales pueden dividirse estas andesitas: aquellas en cuyo magma existe piroxena ó andesitas augíticas, y andesitas que no contienen este mi- neral bajo la forma microlítica, siendo difícil distinguir por caracteres macros- cópicos unas de otras. Pero la presencia de la augita en el magma microlíti- co es tan variable para rocas de lugares muy vecinos, que más bien debiera tomarse como un mineral accesorio para andesitas de hornblenda con piroxe- nas de primera consolidación, y no llevar el nombre de augíticas, como suce- de por ejemplo en las andesitas de Chapultepec, en donde las rocas de color rosado no llevan gran cantidad de microlitas piroxénicas, á diferencia de las erises en que son más ó menos abundantes. Hemos conservado sin embargo la división de andesitas augíticas. Andesitas augíticas de hornblenda y piroxena.—Son de color gris obscuro, compactas; en su superficie se descubren á la simple vista grandes cristales feldespáticos y granos pequeños de piroxena, dando á la roca un aspecto por- firoide. Buenos tipos de estas andesitas encontramos en el elevado cerro de la Malinche al O. de Chimalpa, en los cerros de San Luis Ayuca, en las mon- tañas al N. de Huixquilucan, en algunos cerros inmediatos á Salazar y en la roca gris de la colina de Chapultepec, la que fué clasificada por los Sres. Fe- lix y Lenk* como andesita de hornblenda al lado de las andesitas de los ce- rros de Tlapacoya, Tejolote, y de la montaña del Ixtatcihuatl, en atención á la gran cantidad de hornblenda que contiene en cristales de primera conso- lidación. Las rocas de los lugares mencionados en láminas delgadas al microsco- pio, ofrecen un magma amorfo incoloro en el que se hallan esparcidos crista- les microlíticos de piroxena monoclínica alargada según el prisma, con que- braduras transversales á su longitud y con pequeñas inclusiones de fierro oxidulado; las secciones están ligeramente coloridas en amarillo ó amarillo— 1 Beitrage zur Geologie und Palaeontologie der Republik Mexico. 1891. 40 LAS ROCAS ERUPTIVAS verdoso. El magma amorfo es escaso en la andesita de Chapultepec, y más abundante en la andesita de la Malinche. Las microlitas feldespáticas son en general de pequeña dimensión, alargadas y de extinción según su longitud, de oligloclasa, algunas macleadas según la ley de la albita. La roca de Cha- pultepec presenta accidentalmente granos arredondados de cuarzo, y la an- desita del kilómetro 43 tiene cavidades tapizadas de ópalo y algunas lamini- llas de tridymita. La hornblenda muy abundante en la roca de Chapulte- pec es más escasa en la roca de Dos Ríos, y es de color pardo ála luz natural y rodeados los cristales de una zona obscura de alteración. El centro es en general de muy fuerte dicroismo. Las secciones de la base presentan cruce- ros muy marcados, están en parte dislocadas y con porciones reabsorbidas; lo mismo sucede en algunas secciones prismáticas. Las piroxenas de primera con- solidación son muy variables en cantidad, dominando en muchos casos la au- gita sobre la hiperstena en cristales pequeños y menos alterada que la horn- blenda. Entre los feldespatos de primera consolidación domina en general una andesina de ángulo de extinción, máximo de 12? en y, de la zona pg, el labrador y el sanidino. En la roca de la Malinche se hace difícil en muchas preparaciones la determinación del feldespato por hallarse los cristales rotos y dislocados por acciones mecánicas. El fierro oxidulado en granos y secciones pequeñas, cuadradas, es á ve- ces abundante y la apatita se encuentra con frecuencia en estas andesitas. Esta especie de roca y las siguientes son las más abundantes en la sie- rra, habiendo sido designada en nuestra primera carta petrográfica del O. de la cuenca, como andesitas de hiperstena y hornblenda, dando á la piroxena rómbica un papel característico. Andesitas de hornblenda.—Con caracteres muy semejantes á las anterio- res, se presentan las andesitas de hornblenda en la sierra del O. é íntimamen- te ligadas entre sí. Frecuentemente son de color rojo, debido á la abundan- cia de la hornblenda profundamente alterada en cristales ya opacos por la descomposición, y en agujas microlíticas igualmente opacas, profusamente di- seminadas en el magma. Por esta descomposición se vuelven estas rocas me- dianamente terrosas ó esponjosas, lo que hace difícil su preparación. Algunas de ellas quizá podrán tener piroxena microlítica que la alteración no permite descubrir; pero en las que se puede sospechar, son raras. Por otra parte, unas son enteramente desprovistas de piroxena de primera consolidación, como en aquellas andesitas que forman acantilados 6 que ocupan la cima del cerro de San Miguel, el cerro del Caballete y la montaña del Ajusco; en otras es más ó menos abundante, como en las rocas del cerro del Pedregal, cerca de la ha- DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 41 cienda del mismo nombre, en un cerro rodeado de tobas pomosas. En el mis- mo caso se hallan las rocas que se descubren debajo de las tobas en la cuesta de Barrientos, en donde se une Monte Bajo á la sierra de Guadalupe. Ya en estas andesitas de hornblenda, es más frecuente el labrador que la andesina en los cristales de primera consolidación, y las microlitas de oligloclasa se di- seminan en un magma más vítreo, son alargadas, filiformes y de extinción en general próxima á su longitud. En algunas preparaciones de la roca del Pe- dregal, la hornblenda no es opaca; en sus secciones prismáticas deja ver clara- mente sus cruceros y da un ángulo de extinción máximo de 10%, con dicroismo muy fuerte del amarillo al pardo obscuro. La hiperstena ofrece su policrois- mo característico. OBSIDIANAS. Obsidiana traquitica.—Rocas de magma casi enteramente amorfo se en- cuentran raras veces en la sierra del O., debiendo mencionar una obsidiana traquítica sobre el camino al pueblo de Chimalpa. En su magma vítreo se encuentran solamente algunos fragmentos de cristales de sanidino y horn- blenda. Obsidiana perlítica.—Al S.E. del cerro llamado propiamente de las Cru- ces, y al N.O. del elevado cerro de San Miguel, ya en las vertientes del Valle de Toluca, se presenta esta roca formando una pequeña eminencia del cerro de “La Puerta del Pedregal.” ¡Su extensión es relativamente corta, pues cons- tituye solamente un pequeño reventón rodeado por las andesitas de hornblen- da de la serranía. El color dominante de esta roca es el blanco agrisado; á primera vista se confunde con las traquitas (chiluca) de los Remedios, pero el examen mi- eroscópico permite observar separaciones globulares semejantes á la estruc- tura de las perlitas. Esto no impide considerarla en lo general como de estructura porfiroide por el gran desarrollo de cristales feldespáticos blancos asociados á más pe- queños cristales de un mineral ferromagnesiano cuyos contornos son casi siem- pre definidos á la simple vista. Curvas perlíticas con más ó menos tendencia á la forma circular, se to- can las unas á las otras en distintos puntos. Otras veces una misma curva sinuosa limita varios glóbulos de tal manera que las partes entrantes sirven para formar la parte saliente de otras, y de este modo se realiza la total se- paración perlítica. La delgada penumbra que en la luz natural se reconoce en estas líneas 6 49. LAS ROCAS ERUPTIVAS de separación, es por lo general simple; raras veces se bifurcan ó corren dos penumbras paralelas y muy próximas en muy pequeña extensión. La devitrificación del magma ha tenido lugar bajo la forma de longuli- tas aglomeradas ó esparcidas de muy diferente manera en el interior de los glóbulos perlíticos. Algunas triquitas de formas muy simples se presentan igualmente. Los movimientos fluidales son reconocidos por regueros finos y sinuosos y pasan sin sufrir interrupción por las líneas de separación perlíti- ca, lo que demuestra la posterioridad de la división á la completa consolida- ción del magma. Entre los minerales de primera consolidación aparece en primer lugar un feldespato que en la zona de simetría da un ángulo de extinción de 10%, que probablemente corresponde á una andesina ácida; hay también algunas secciones de labrador con pequeñas inclusiones vítreas. Muchos cristales presentan grietas irregulares, de las cuales algunas apa- recen como la continuación de las divisiones perlíticas, como si estos feldes- patos hubiesen cedido al esfuerzo en el momento de la división perlítica. La horblenda parda de primera consolidación se presenta sin el menor indicio de alteración y con su policroismo marcado, en el que domina el ama- rillo pardusco y verde. En algunos lugares de la sierra de que nos ocupamos se conservan toda- vía las huellas de los lugares que en otro tiempo fueron el sitio por donde tenian lugar las erupciones de las rocas andesíticas, así como también en las faldas de algunas montañas se ven productos cineríticos que debieron acom- pañar á dichas erupciones. Por ejemplo, en las faldas de los cerros de San Miguel, las andesitas duras se ocultan en algunos lugares por capas de tobas erises y capitas de cenizas obscuras que parecen provenir de estas rocas, aun- que algunas veces cubriendo á estas capas vienen otras de cenizas que pare- cen provenir exclusivamente de proyecciones de los volcanes "basálticos que en las faldas orientales del Ajusco se extienden. La cima del cerro de Las Cruces está formada en gran parte por una brecha andesítica de color verde claro, que no parece ser sino producida en la vecindad de un volcán, aunque en ese mismo lugar no se conservan ahora huellas de haber existido en otro tiempo un cráter. En el cerro llamado del Tigre, al O, del pueblo de Atizapán, se puede observar una cintura de un conglomerado volcánico formado de fragmentos de la andesita augítica de hornblenda que corona la montaña, ligados dichos DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 43 fragmentos por un cemento de tezontle ó lapilli, como productos aglutinados cuando conservaban todavía el calor de la lava, y que hemos visto se produ- cen frecuentemente en los cráteres de algunos volcanes; y que si aquí no se conserva actualmente ningún cráter, es porque sobre la cintura de ese con- glomerado volcánico, que sería primitivamente un cráter, apareció posterior- mente un cúmulo de lava imperfectamente fluída que obstruyó por completo dicho cráter. BRECHAS DE PÓMEZ Y TOBAS POMOSAS. Los productos cineriformes que han acompañado á las erupciones de las andesitas de la sierra de Las Cruces, Monte Alto y Monte Bajo, han sido esencialmente de pómez en fragmentos de dimensiones que en general no ex- ceden de 3 á 4 centímetros, aglutinados y soldados los unos á los otros, for- mando lo que propiamente debe llamarse una brecha. La extensión ocupada por esta roca comprende una faja de terreno igual á la longitud de toda la sierra y sus de pendencias, formando poderosas capas poco inclinadas, que partiendo desde media altura de la sierra van á perder- se, ocultas debajo de los sedimentos diluviales de la planicie, á una distancia variable que no puede determinarse fácilmente por el espesor creciente de los sedimentos sobrepuestos y por la reducción paulatina en la potencia y número de las capas. Las brechas pomosas ocultas en una gran parte de su extensión por ca- pas de tobas pomosas de grano fino producidas por la desagregación y trans- porte acuoso de aquéllas, ocupan una grande faja semicircular en la región S.O. de la cuenca, desde el límite de la gran corriente basáltica del volcán Xitli, llamado el Pedregal, lava que descansa sobre dichas tobas y brechas, hasta el pie del cerro del Chiquihuite de la sierra de Guadalupe, al N. de la ciudad de México. Como dijimos, á medida que disminuye el espesor y potencia de las bre- chas, de la montaña á la planicie, el espesor de las tobas detríticas aumenta viniendo éstas á mezclarse lentamente con los lodos y lamas del antiguo lago que cubría la cuenca. Así es que tales depósitos de tobas primero se cambian en el interior de la planicie, en tobas arcillosas; después en depósitos forma- dos exclusivamente de arcilla (barro) allí donde el transporte era ya lento y de material finamente dividido. El carácter de la configuración de la sierra, depende esencialmente de la naturaleza de las rocas que la forman: la parte alta de pendientes fuertes algo escarpada y de perfiles enérgicos, la forman las rocas duras; la parte 44 LAS ROCAS ERUPTIVAS baja muy extensa y de pendiente muy suave la forman las brechas y las to- bas que como material de fácil desagregación hace tortuosas las barrancas, y las laderas y crestas de las lomas enteramente arredondadas. Esta enorme cantidad de pómez en fragmentos debió cubrir en otro tiem- po una gran parte de las montañas en las que ahora se presentan á descu- bierto las rocas macizas, pues aguas torrenciales obrando sobre este material de naturaleza propia á desagregarse fácilmente, han contribuido eficazmente _á descender su nivel formando los enormes bancos de tobas detríticas y alu- vión de gruesos guijarros que se sobreponen á las brechas como puede verse fácilmente en muchos lugares de las lomas. En esta grande serie de capas de tobas de grano fino, de aluvión y arcillas alternando las unas á las otras, se pueden seguir fácilmente los períodos sucesivos de transporte torrencial, se- parados por depósitos lentos de gran espesor que indican grandes espacios - de tiempo entre una y otra cruda. Pero no sólo se observa alternación entre estos aluviones y las capas de toba fina, sino también entre algunas capas gruesas de brechas pomosas se interponen delgadas lentes de aluvión de guijarros de tamaño medio. Y si aquellas brechas como es fácil demostrar han sido formadas durante el acto mismo de su proyección arrojadas por grandes chimeneas volcánicas, se con- cibe desde luego que hubo también varios paroxismos ó recrudescencias se- paradas por lapsos de tiempo no mny grandes. Damos á continuación el corte de una barranca inmediata al pueblo de El Contadero en la base de los escarpados de las montañas del Desierto á la 6. 5370-09 07003 DO G8vS AS Núm. 1.—Toba pomosa brechiforme. Núm. 4.—Conglomerado pomoso. Núm. 2.—Toba pomosa de color gris. Núm. 5.—Toba amarilla de grano fino. Núm. 3.-—-Toba pomosa amarillenta. Núm. 6.—Tobas apizarradas muy arcillosas. Núm. 7.—Conglomerado pomoso de fragmentos pequeños. DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. 45 altura de 400 metros sobre el nivel medio de la cuenca. Como-se verá, todas las capas son productos cineríticos acarreados y asentados por las aguas. El espesor total de los sedimentos en el corte alcanza la altura de 40 metros.' El espesor total de las tobas pomosas de grano fino y capas de aluvión que descansan sobre las brechas pomosas es muy variable; pero en todo caso es muy considerable, pudiendo en algunos lugares exceder de 180 metros. En cuanto al espesor de las capas de brecha apreciado'en la parte media, es de- cir, igualmente distante de la roca maciza y de la llanura, se puede calcular que pasa de 50 metros en la parte que nos es accesible, quedando todavía el fondo de las barrancas formado de estas brechas. El contacto directo entre la brecha pomosa y las rocas andesíticas no pue- de observarse fácilmente á causa de hallarse cubierta en muchos puntos, unas veces por una especie de conglomerado compuesto de cantos de andesita y ar- cillas que provienen de la descomposición de esas rocas, otras veces por unas tobas rojizas muy arcillosas también y con guijarros. En toda la superficie de las lomas, las brechas quedan igualmente cubiertas por las tobas amari- llas de grano fino en que se transforman, descubriéndose solamente en el fon- do de los talwegs ó en los bordes de las pequeñas y grandes barrancas. Estas brechas constituyen otro material de construcción de grande esti- ma en la ciudad de México, y le llaman vulgarmente “Tepetate.” Es aprecia- do por la compacidad y adherencia durante todo el tiempo que conserva la humedad y por su ligereza y labrado sumamente fácil en blocks de espesor conveniente para muros. Los cementos ó argamasa se adhieren bien á su su- perficie, y conservándolo cubierto dura mucho tiempo; expuesto al aire libre se seca y se hace fácilmente deleznable. El número de canteras abiertas á la explotación es muy considerable. El trabajo de explotación de las canteras de tepetate es aún muy imper- fecto. Se practica valiéndose de cuñas ó practicando taladros, aprovechando la superficie de unión de las capas y haciendo una ranura que favorece la se- paración de un block grande que después se subdivide. : La inclinación de las capas es muy débil; raras veces excede de 4? á 6*. Las brechas pomosas no son más que una simple aglomeración de frag- mentos de pómez de color blanco, ligeramente angulosos, tocándose en varios puntos los unos á los otros, dejando entre sí espacios vacíos tapizados por una arcilla ferruginosa muy fina (bol), la que aparece como formando el cemento de la roca aglutinando los fragmentos con alguna adherencia. La arcilla fe- 1 Estudio de los manantiales del Desierto por José G. Aguilera y E. Ordóñez. 46 LAS ROCAS ERUPTIVAS DEL S.0. DE LA CUENCA DE MÉXICO. rruginosa ha sido llevada á la pómez después de su depósito durante las pro- yecciones volcánicas, por las aguas de infiltración, habiendo contribuído más tarde los depósitos de tobas de grano fino y aluvión á aumentar por la pre- sión la adherencia en los fragmentos. En cada fragmento de pómez se ve claramente su característico aspecto fibroso y vacuolar, y en la masa de color blanco ligeramente amarillento se destacan cristalitos y agujas de hornblenda que no presentan mayor altera- ción que la que se observa en la hornblenda de las andesitas macizas. Estos cristalitos se encuentran algunas veces aislados y embutidos en el bol. No se observa ninguna regularidad en la distribución del tamaño de los fragmentos de pómez en cada gruesa capa nien el conjunto de capas, y fuera de la mayor ó menor adherencia en relación con la cantidad de humedad ab- sorbida por las capas, presentan una absoluta semejanza la serie de capas so- brepuestas y aun de capas diferentes y de distantes lugares. > 7 YA t La figura adjunta muestra la estructura de conjunto de una brecha de pómez. Algunas veces la costra superior de la brecha de pómez ha sido removi- da por las aguas de la primera capa, triturando los fragmentos y haciendo una especie de conglomerado menos coherente y de fragmentos arredondados más pequeños que los de la brecha inmediata inferior. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. DIRECTOR, ANTONIO DEL CASTILLO. SOBRE LA GEOGRAFÍA FÍSICA Y LA GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN POR EL Di. OA OS Sua ds 1 Is MÉXICO OFICINA TIP. DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO Calle de San Andrés núm. 15 (Avenida Oriente 51). 1896 PRIMERA PARTE. GEOLOGIA., ESTRATIGRAFIA. Observando los rasgos generales de la distribución de las formaciones geológicas que constituyen los Estados del S.E. de México, fácilmente se no- ta que en los Estados de Chiapas y Tabasco hay varias zonas geológicas muy distintas: una muy antigua en el S. de Chiapas, formada por rocas plutónicas y formaciones paleozoicas; otra más moderna en las regiones media y septen- trional, constituida por formaciones mesozoicas y terciarias, y al pie de cada una de las mencionadas zonas geológicas se hallan depósitos cuaternarios, constituyendo grandes planicies poco elevadas sobre el nivel del mar. En la península de Yucatán no hay tanta variedad de formaciones geológicas; cas] toda aquella extensa región presenta un carácter uniforme, notándose desde luego que allá no hubo tantas dislocaciones geológicas como en las regiones montañosas de Chiapas; y también, que los depósitos se han formado bajo di- ferentes condiciones. Al tratar de la Orografía, hablaré más detalladamente de estas diferencias. Yucatán es una porción de tierra que no ha participado de las rupturas y depresiones, que las formaciones sedimentarias tanto pa- leozoicas como cretáceas y terciarias de Chiapas han sufrido, originando la existencia de serranías elevadas en aquel Estado. Las capas están casi hori- zontales ó poco inclinadas en Yucatán, encontrándose en Chiapas generalmen- te muy inclinadas y dislocadas. A.—FORMACION SEDIMENTARIA. 1. FORMACIONES AZOICAS. Además de unas fajas muy pequeñas de gneis, micapizarra y phyllades, que había observado en 1893 en la Sierra Madre, encerradas en granito, en- 4 GEOGRAFÍA FÍSICA. contré en 1894, en las primeras colinas septentrionales de la misma sierra, cerca de las haciendas “Piedad” y “San Vicente,” otra faja de esquistos cris- talinos con dirección N.70* O. y echado 50% al N.E.; y entre rocas sueltas arras- tradas por las aguas del río Aguacate, pude ver gneis, micapizarra y phylla- des, lo que indica la existencia de fajas de aquellas formaciones en estas re- giones en el interior de la Sierra Madre. Por desgracia la completa falta de vías de comunicación en la mencio- nada serranía hace imposible la entrada al interior, hasta ahora desconocido, y por este motivo en el mapa geológico no he podido indicar la existencia de las formaciones azoicas, sino de una manera muy vaga. 2. ESTRATOS DE SANTA ROSA. Como queda dicho en el informe provisional de 1893, he adoptado esta denominación de los geólogos franceses A. Dollfus y E. de Montserrat para significar un sistema de pudingas, areniscas y pizarras de color rojo, que es anterior á las calizas carboníferas. Consta que las capas superiores del siste- ma contienen en la vecina República de Guatemala fósiles del Carbonífero, y aunque no es posible determinar con exactitud la edad relativa de las capas inferiores, es probable que sean del terreno Carbonífero y Devónico. El espe- sor de los estratos de Santa Rosa es muy considerable, pues cerca del Porve- nir, partido de San Francisco Motozintla, hay cerros importantes casi exclu- sivamente formados de estos estratos. : Estos estratos, como las calizas carboníferas, existen solamente en la par- te S.E. de Chiapas. No he podido averiguar exactamente hasta qué punto del O. continúan, pero presumo que rematan al llegar á las rocas de granito, que constituyen el núcleo de la Sierra Madre. 3. CALIZA CARBONÍFERA. Las calizas y dolomias del terreno carbonífero tienen una extensión po- co considerable en el Estado de Chiapas, como fácilmente se nota en el mapa geológico. La edad relativa está comprobada por varios fósiles que he encon- trado cerca de La Nueva, Las Tres Cruces y Palo Amarillo, que todavía no están determinados. Fósiles carboníferos, como braquiópodos, corales, usulinas y crinoides; encontré también cerca de San Vicente, Departamento de Comitán, en rocas calcáreas, encerradas en conglomerados de cemento arenoso, formados proba- blemente durante la época terciaria. GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN, 5 En casi todos los puntos que conozco, la caliza del Carbonífero descansa concordante sobre los estratos de Santa Rosa. En la vecindad de Chicomucelo y Palo Amarillo se observan bancos de caliza intercalados entre las pizarras y grauwackas de los estratos mencio- nados. | En el informe provisional de 1893 y en “Grundzuge der physicalischen Geographie von Guatemala” (Gotha, 1894), he dado la lista de los fósiles del terreno Carbonífero que hasta la fecha se han encontrado en las capas respec- tivas de la República de Guatemala. 4. ESTRATOS DE Tonos SANTOS. Un sistema de pudingas, areniscas y arcillas de color rojo 6' amarillo que he denominado “Estratos de Todos Santos,” por motivos anteriormente indi- cados, se observa al pie septentrional de la Sierra Madre. Las capas están poco inclinadas hacia el N. en muchos puntos donde he podido notar el echa- do. No descansan concordantes sobre la caliza del Carbonífero, y parece que estos depósitos tuvieron lugar después de la formación primitiva de la Sierra Madre en las orillas y los senos de un mar posterior al Carbonífero, anterior al Cretáceo, y que sufrieron pocas dislocaciones ó alteraciones. No puedo dar ningunos datos exactos sobre la edad relativa de estas ca- pas, porque no he encontrado fósiles en ellas. Tal vez son depósitos del pe- ríodo Triásico, el cual ya ha sido encontrado en las Repúblicas de Honduras' y Nicaragua.* Las formaciones 1 á 4 se hallan únicamente en las regiones meridiona- les de Chiapas. Las porciones septentrionales del mismo Estado están cons- tituídas de rocas sedimentarias más recientes delos períodos Cretáceo y Ter- clario. 5. CALIZA CRETÁCEA. En la mayor parte de la región septentrional de Chiapas se observan calizas, dolomias ó brechas de ambos materiales, que se formaron en la época cretácea. He hallado restos más ó menos bien conservados de rudistas (Ra- diolites sp. y Sphaerulites sp.) entre San Cristóbal Las Casas y Teopisca, en- tre Teopisca y San Lázaro, entre San Bartolomé de los Llanos y San José de 1 Dr. R. Fritzgartner, Kaleidoscopic views of Honduras en “Honduras Mining Journal.” 1891, núm. 6.—8 Tegucigalpa. 2 Dr. Bruno Micrisch, Eine Reise quer durch Nicaragua en “Petermamns Mitteilungen.” Gotha» 1895, pág. 57 ff. 6 GEOGRAFÍA FÍSICA. La Canoa, entre Santa Isabel y Campana (Departamento de Comitán, cerca de Comitán), entre El Calvario y Chiapa, entre San Vicente y Soyaló, donde encontré también nerineas, cerca de San Cristóbal Las Casas y entre Yochiu y Tenejapa. Todos estos puntos están situados en las regionesmeridionales de la zona cretácea. En las porciones septentrionales de la misma zona no he podido encon- trar ningún vestigio de rudistas, pero sí restos de corales fósiles en varios puntos como en La Punta, ríos Cataté y Salvador, entre Sabanilla y Tila y entre Tila y Tumbalá. Estos restos orgánicos no han sido examinados y determinados con la suficiente exactitud, hasta la fecha, para poder indicar si las calizas de rudis- tas y las de corales pertenecen á diferentes pisos del Cretáceo Superior, ó si son formaciones contemporáneas de diferente facies. Encontré un pez fósil en las calizas de grano finísimo, parecidas á la pie- dra litográfica de Solenhofen que los indios antiguos habían utilizado para las construcciones de Palenque. En las capas que existen en las regiones orientales de Chiapas no he ha- llado fósiles ni en el camino de Tenosique al Real, ni en las orillas del Usu- macinta y Lacantún. Sin embargo, creo que serán depósitos cretáceos, por- que en la continuación oriental de las pequeñas serranías de Chiniquijá, ha encontrado en La Libertad, Departamento del Petén, unos restos orgánicos mal conservados que el Geheimerat von Zittel, en Munich, ha examinado y determinado como cretáceos. 6. MARGAS Y ARCILLAS CRETÁCEAS. Cerca de Tuxtla Gutiérrez y Chiapa hay unos depósitos de margas y ar- cillas que contienen fósiles, aún no bien examinados, de los géneros heliópora, leptophyllia, goniastraea, stylina, eryptocoenia turritella, son del piso supe- rior del terreno Cretáceo y más modernos que las calizas cretáceas sobre las cuales descansan. No volví á encontrar estos estratos en otro punto del Es- tado. Las capas de esta formación son poco inclinadas, á veces horizontales, como en la cuenca de Tuxtla y Chiapa. 7. TERRENO TERCIARIO. El terreno terciario se halla en muchos puntos de las regiones septentrio- nal y media de Chiapas, y en los partidos meridionales de Tabasco. GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 7 En Tabasco, la formación terciaria está cubierta en su mayor extensión por delgadas capas cuaternarias. Como ya queda dicho en el informe provisional de 1893, la mayor parte del terreno terciario está constituído por margas y arcillas, areniscas y con elomerados, siendo las calizas las que alcanzan menor importancia. Repito que hallé en 1893 Pecten sp.cerca de Zacualpa, Ostreas, Nummulites, Elypeas- ter y diferentes glosoforas, lamellibranquios y corales cerca del Sacramento, el Relicario, Testaquim é Istapa, perteneciendo los que de estos han sido exa- minados al Mioceno Superior y algunos de un piso inferior. En 1889 había hallado cerca de San José, Departamento de Comitán, restos de plantas y fo- raminiferas que el Sr. O. Sehwager en Munich determinó como terciarios. En 1891 hallé en las márgenes del río Chixoy, Ostrea y Cerithium sp. del perío- do Terciario. En el año de 1894 encontré fósiles terciarios cerca de Moyos, Sabanilla, Tila y Tumbalá; ostreas en Tenosique, cerca de Chinajá, en San Antonio, De- partamento de La Libertad, en Chiapas, cerca de Tenejapa, etc. Otros fósiles terciarios (lamellibranquios) fueron encontrados por D. Joaquín Zetina en las orillas de los ríos Lacanjá, Aguilar y de otros arroyos, y una ostrea por D. José Tamborrel en el S. de Tenosique. | Hallé en el Real, Departamento de Chilón, y en San Antonio, Departa- mento de La Libertad, Chiapas, maderas fósiles en el terreno terciario, pero como no estaban in situ, nada se puede decir sobre la edad relativa de aque- llas plantas. Las capas terciarias generalmente son muy inclinadas; en la vecindad de Istapa, de San Antonio, de Tenejapa y Tumbalá, hay capas horizontales ó de echado muy suave: éstas son más modernas que las erupciones andesíti- cas, porque hay entre sus conglomerados rocas sueltas de andesitas, como en Burrero, Distrito de Istapa, ó bien descansan las capas horizontales directa- mente sobre la andesita, como ocurre cerca de Tenejapa. En la península de Yucatán predomina el terreno terciario, y parece que desde el 5. hacia el N. siguen pisos cada vez más recientes hasta llegar á los depósitos post-pliocénicos (cuaternarios) de la costa septentrional. Creo que las capas terciarias de Yucatán que he observado, casi horizontales ó poco in- clinadas, tienen un declive general suavísimo hacia el N., y gran parte de los bancos más recientes post-pliocénicos se sumergió debajo del mar en tiempos poco remotos como asienta Heilprin “Banco de Yucatán;” y tal vez sigue su- mergiéndose muy paulatinamente, como sucede en la costa del Atlántico de Guatemala, según mis propias observaciones, la que se encuentra en un esta- do de inmersión lentísima. 8 GEOGRAFÍA FÍSICA. Las regiones meridionales de Yucatán presentan formaciones calcáreas, que muchas veces abundan en pedernales; entre las capas de caliza se hallan también algunas capas de margas, otras de yeso (alabastro), y en las margas encontré, en el cerro de Ixconconcal, cerca de Icaiché, cierto número de fósi- les que podrán servir para determinar la edad relativa de estos depósitos. Los bancos de yeso no han sido observados más al N. de la vecindad de Hal- tum. Ciertamente estos depósitos meridionales pertenecen á un piso inferior, al de los depósitos septentrionales que fueron estudiados por el Profesor An- gelo Heilprin. Distingue este célebre geólogo los pisos siguientes: 1. Calizas de color gris ó blanco, que bien se pueden estudiar en la cue- va de Calcehtok, cuya boca se halla á una altura de 200 pies ingleses sobre el nivel del mar. Los fósiles son raros y sólo fueron encontrados los siguien- tes: Pecten nucleus, Pecten (sp.), Marginella (sp. cf. labiata), Potamides ó Ceritidea, Oliva, Venus cancellata. Dice el Sr. Heilprin que la edad relativa es del Mioceno ó Plioceno, pe- ro no del Oligoceno, como había creído Alexander Aygassiz, “Three cruises of the Blak, I, pág. 69). 2. Caliza roja ó bermejuela, descansando sobre mármol semieristalino ó caliza amarilla de grano finísimo, casi parecida á la caliza litográfica de So- lenhofen. Brechas de caliza se hallan al pie de las colinas. En la caliza roja solamente se hallaron una Helix entre Ticul y Santa Elena, á una altura de 300 pies sobre el nivel del mar, y otro fósil que pare- ce ser un Macroceramus en la cueva de Calcehtok. Aunque ambos fósiles son terrestres, no se puede decir con seguridad si toda la caliza es de origen te- rrestre. Las calizas antes dichas se hallan en las regiones de colinas de Yucatán, pero me llama la atención que el Sr. Heilprin no mencione la multitud de pe- dernales que hay en las mismas regiones y que cerca de Ticul se utilizan pa- ra la fabricación de piedras de moler. 3. La caliza del Plioceno que predomina en las regiones bajas al N. de Yucatán, y que fué examinada por el Sr. Heilprin, especialmente en Mérida y en las líneas de Mérida á Calkiní, de Mérida á Ticul, de Mérida á Tunkás y de Tekanto á Silam. Halló el Profesor Heilprin los fósiles siguientes: Pectoral Tekanto, Mérida, línea Mérida—Ticul. Peces ea 0060d9S pY) Anomia simplex (P)....oon.c...... GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. ¿No TEXAS so acgLonoogocUOnOGaV9nO Plicatula filamentosa............ Tekanto. ¡Luana Rae nal sooosccadonobana AS Arca Adamsi...... OSO ARBODADO 4 4 Venus Mercenalla.....o.mooo..... En Venus cancellata................. Tekanto, Mérida, línea Mérida—Ticul. Marginella apicina.........o.o... 5 *Turritella peratenuata.......... 50 *Turritella apicalis .....o.ooooom... 0 ¡SIE SREUE. oom0rdononoabaVaVaVos e *Amusium Mortoni............... Izamal, Mérida. Cardium isocardia............... Mérida. Venus Listerl.....o.ooo.... ESaEcE E Pecten SPPocccoonoccncncnccccmo. Línea Mérida á Ticul. DP a odas 5 on Lucina Jamailcensis. .......oo.o.. AN 0 Lucina edentula.........ooooooooo » ” Cardium Magnum?.. ...o.o.o..... 1 Si Cardium maricatum...... SBouce Mérida. Murex Salleanus........momoc.... Mérida á Ticual. - “Ostrea meridionalis............. Mérida. Arca Deshayesii......... Sansa Si NS ooo os RO SOOoEOAOSA $3 Arca rombea..... OS EU OSEA A *Pectunculus SP......... ARGSDSORS o Lucina tigriMa.....om.omom..... E aTO 53 *Lucina disciformis...... vana creia 7 Lucina Pennsylvanica.......... 7 Cardium serratuM.....o.omoooo... 5 Chama ps Venus Mortonl............. a 0 ¿NAS CUA U E boooonadodoaVoadona 54 Macoma contracta......... Doa 45 Tellina sp..... OOO RERAOOO y 3 *Pulgur rapum.. ..... AdamooS SO 05nS 0 DA A Olive Marin ococovonvovonabcouada o CUE) SOoouosooonoobodoLORcooBas 5 Pyrula reticularis............... z ás MC EME! EjDeonoococo0oVOcOSoDados ” Las formas indicadas con * ya no viven en los mares vecinos. N2 32 10 GEOGRAFÍA FÍSICA. Todos estos fósiles son del Plioceno; la formación es igual á la de Flori- da. Los corales son raros y no han contribuído en escala mayor á la forma- ción de las rocas. Los fósiles que yo hallé en Mérida todavía no están determinados. 4. Caliza post-pliocena ó cuaternaria solamente en la costa del N. y en restos aislados en el interior de la península; lo demás de la formación en el interior, está destruído por la erosión. Está caracterizada por la Venus Can- cellata y continúa, según Heilprin, hacia el N. debajo de la superficie del mar. B.—FORMACIONES ERUPTIVAS. 9. GRANITO. El granito forma la mayor parte de la Sierra Madre de Chiapas; una va- riedad colorada se observa en las regiones septentrionales de dicha serranía. El granito parece ser de edad posterior al terreno carbonífero, porque las se- rranías formadas por las calizas de este terreno y por los estratos de Santa Rosa rematan abruptamente al tocar las rocas plutónicas de la Sierra Madre. No me ha sido posible examinar estas condiciones en aquellos puntos por la absoluta falta de caminos. 10. DIORITA. La Diorita se halla en la región N.O. de Chiapas y forma por sí sola una pequeña serranía; parece ser de edad terciaria. 11. SERPENTINA. En el partido de San Francisco Motozintla se notan varios diques de serpentina, de extensión limitada, entre Malpaso y San Isidoro, y cerca de Chimalapa. 12. ÁNDESITA. Erupciones andesíticas se han verificado solamente en el Estado de Chia- pas: en el N.O. se encuentra la andesita de hiperstena, formando una serra- nía de considerable altura (más de 2,000), y en las regiones medias del Es- tado, andesita de hornblenda, formando las serranías al N. y S.O. de San Cris- tóbal Las Casas y los cerros pintorescos de Mispilla y San Bartolomé de los Llanos, además de numerosos diques de menor importancia. Estas andesitas hicieron su erupción seguramente durante la época ter- claria y antes de la formación de los depósitos neoterciarios del Burrero, cer- GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATAN. 11 ca de Istapa y de Tenejapa, pero probablemente después de las dislocaciones que sufrieron las capas del Mioceno Superior del Sacramento. En la Sierra Madre hubo otras grandes erupciones, no habiéndome sido posible demarcar los límites hacia el Occidente. VOLCANES. El único volcán conocido en el Estado de Chiapas es el Tacaná (3,990 metros), por cuya cúspide pasa la línea divisoria entre las Repúblicas de Mé- xico y Guatemala: su última erupción tuvo lugar en 1855. SEGUNDA PARTE. OROGRAFIA. Existe una gran diferencia entre el carácter orográfico de la península de Yucatán y el de Chiapas y Tabasco: en Chiapas y Tabasco se hallan pla- nicies extensas formadas por los sedimentos de los ríos, y en parte (al S. de Chiapas) por las cenizas volcánicas procedentes del Tacaná y de los numero- sos volcanes de Guatemala; en Yucatán no existen tales planicies, siendo to- da la península ondulada hasta cerca de las costas septentrionales, donde se observan llanuras formadas por las arenas del mar y por las mismas capas del pleistoceno. En Chiapas hay numerosas serranías de alturas considera- bles, formadas por rocas ígneas y sedimentarias, existiendo únicamente algu- nas sierritas de muy poca altura, además de una mesa central al $. de la pe- nínsula, la cual mide unos 250 metros. En Chiapas se notan muchas erup- ciones ígneas de diferentes rocas, verificadas en varias épocas; en Yucatán parece que no hay rocas eruptivas. En las serranías de Chiapas las capas sedimentarias están generalmente inclinadas y dobladas, presentando bóvedas y fallas; no así en Yucatán, don- de las capas son horizontales ó poco inclinadas, encontrándose las fallas y bó- vedas aún, aunque muy suaves. Las sierras de Chiapas tuvieron por origen los movimientos de la costra terrestre y por las erupciones ígneas que han tenido lugar en aque- lla región; mientras que las colinas y depresiones del terreno en Yucatán, fueron motivados por la acción de las aguas, las cuales transformaron la su- perficie, teniendo los agentes de erosión un papel directo, así como la forma- ción de grandes cuevas que al destruirse causaron hundimientos. En Chiapas 14 GEOGRAFÍA FÍSICA. existen verdaderas serranías; así como en Tabasco y al S. de Chiapas vastas planicies; pero la península de Yucatán puede ser considerada bajo el punto de vista geológico como una planicie poco inclinada hacia el N., cuya super- ficie está casi cubierta por multitud de colinas pequeñas y depresiones. Hablando más detalladamente de la orografía, principio por la de Chia- pas y Tabasco, tomando de mi informe anterior lo que sigue, corrigiendo al- gunos puntos conforme á mis estudios posteriores: “El territorio ocupado por los Estados de Chiapas y Tabasco se puede dividir en tres diferentes zonas, á saber: 1%, zona septentrional que ofrece vastas llanuras formadas por capas cuaternarias horizontales; 2%, zona me- dia que presenta en su mayor parte sierras formadas por capas terciarias y cretáceas y 3”, zona meridional que abarca las sierras de formaciones sedi- mentarias antiguas y de rocas plutónicas y neo-eruptivas, al pie de las cua- les se extienden llanuras de poca extensión que siguen la costa del Océano Pacífico.” ZONA SEPTENTRIONAL. “¿Las llanuras de la zona septentrional pertenecen en su mayor parte al Estado de Tabasco, pues sólo una pequeña parte corresponde al de Chiapas; estas llanuras se formaron por los depósitos de los muchos ríos que nacen en las sierras del Sur, cargados en tiempo de creciente de materias orgánicas é inorgánicas, materiales que van á descansar en las llanuras. Siendo este el origen de todas aquellas planicies extensas, se entiende que no existe en ellas ninguna elevación de terreno considerable, observándose muchas bifurcacio- nes de dichos ríos y multitud de lagunas que en tiempo de crecientes aumen- tan de extensión por el desbordamiento de las aguas de los ríos.” ZONA MEDIA. Mucho más complicados y variados que en la anterior zona, son los fe- nómenos orográficos y tectónicos de la zona media formada de sierras impor- tantes que quedan entre las llanuras de la zona septentrional de un lado, y la eran cuenca del Valle de Chiapas del otro, siendo la dirección longitudinal de dicha cuenca, así como de las sierras principales, de E.S.E. á O.N.O. Principia la cuenca longitudinal del Valle de Chiapas en la República de Guatemala, en cuyo territorio, en el departamento de Huehuetenango, la cordillera de los Altos Cuchumatanes, probablemente por causa de una falla transversal presenta á la vista un precipicio inmenso hacia el O. Continúan las capas cretáceas poco inclinadas hacia el N., cerca de Nenton, en una altu- GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN, 15 ra más baja, siguiendo las mismas capas cretáceas con la misma inclinación en el Estado de Chiapas, y el terreno va bajando poco á poco hacia el O. El río de Chiapas corre junto á Nenton, á una altura de 800 metros sobre el ni- vel del mar, junto á Santa Isabel á 600 metros, junto á San José de la Canoa á 490 y junto á Chiapa á 390 metros. No se sabe cuál es el punto más elevado de toda la zona: el aneroide mat- caba en el portezuelo, entre Sinacanta y San Cristóbal Las Casas, una altura de 2,300 metros, y en el portezuelo (Mitzton), entre San Cristóbal Las Casas y Teopisca 2,400 metros; teniendo los cerros vecinos, según mis cálculos, unos 300 ó 400 metros más. Los habitantes de San Cristóbal tienen el Hueitepec por el cerro más elevado de los alrededores, atribuyéndosele una altura de 2,161 metros. : Por una presión lateral las capas han sufrido muchas alteraciones for- mando valles y bóvedas, habiendo tenido mayor influjo en la configuración del terreno unas fallas longitudinales y paralelas con dirección aproximada- mente de E. á O. que dividieron toda esta zona, especialmente la parte occi- dental, en algunos escalones gigantescos. La primera de estas fallas coincide con la línea de demarcación entre la faja terciaria del N. y la cretácea, en un lugar donde se pasa de la falda septentrional á la primera mesa. La segunda falla es el paso de la primera mesa (de San Miguel y San Bartolomé) á la se- gunda mesa ó sea la mesa central (Manzanillo, San Cristóbal), observándose otras varias fallas en esta mesa al N. de San Cristóbal y al S. de Tenejapa, además de la serie de fallas paralelas, las cuales dan á la abrupta pendiente de la mesa central al Valle de Chiapas la forma escalonada que tiene. La úl- tima falla en el medio de la cuenca del Valle de Chiapas, con dirección E.S.E. á O.N.O., constituye el límite entre las calizas cretáceas de un lado y los es- tratos de Todos Santos ó las calizas del Carbonífero del otro. Hay cierta diferencia entre las porciones N.O. y N.E. de esta zona: al N.O. las sierras, á veces formadas por rocas eruptivas, tienen una dirección de E. á O. siguiendo la de las fallas principales, formando los dos escalones del terreno; al N.E. la serranía no sufrió muchas quiebras de gran extensión; pero plegándose, formó gran número de sierras paralelas que tienen una di- rección de E.S.E. á O.N.O. Otros sucesos geológicos han variado la configuración primitiva del te- rreno, como depósitos cuaternarios, fallas transversales, erupción de masas ígneas y la acción de las aguas. 1 Meyers. Conversations lexicon, edic. 8% 1875, 16 GEOGRAFÍA FÍSICA. Depósitos cuaternarios han formado gran número de llanuras en la me- sa central, la mayor parte de poca extensión, pero algunas como las de San Cristóbal Las Casas, Teopisca y Comitán, son considerables. Unas fallas transversales han causado cuencas que atraviesan las sierras, como las de Sacramento é Istapa, llenadas por depósitos terciarios. De mayor importancia para la orografía de la zona, son las erupciones de masas ígneas, que generalmente se han verificado en las mismas fallas lon- gitudinales. Por el eran espesor y la elevación considerable de varios diques, se han formado sierras propiamente dichas, de alguna importancia: (a). Una sierra casi aislada, de poca extensión longitudinal, en la faja terciaria del N., paralela á la primera falla que existe entre la faja terciaria y la primera mesa. Los puntos más elevados de esta sierra tendrán una al- tura como de 1,000 metros. Está formada de diorita. (5). La quiebra que existe entre la segunda y la primera mesa, está in- dicada por una sierra compuesta de masas de andesita de hiperstena. Los puntos más elevados de esta sierra tendrán unos 2,200 metros, habiendo acu- sado el aneroide en el punto más alto del camino que conduce de San Barto- lomé al Sacramento, una altura de 2,042 metros sobre el nivel del mar. (c). Las quiebras que existen en la mesa central de Chiapas están mar- cadas también por erupciones de rocas ígneas, andesita de hornblenda, for- mando dos sierras principales: una que pasa al N. de San Cristóbal, la otra al S.O., teniendo esta última por cúspide el cerro de Hueitepec. (d). En el Valle de Chiapas ocupan las andesitas una extensión consi- derable y definen un sistema orográfico particular que afecta una forma ex- traña, constituyendo esta porción los cerros de San Bartolomé, Bolonchac, Mispilla, Lanza, etc., que sin razón se han tenido por volcanes.' Existe otro cerro de forma completamente cónica, al que se da el nom- bre de volcán, que se halla cerca de la hacienda Laja Tendida, y que no es sino un cono de denudación formado por capas cretáceas. Mucho ha influido sobre la configuración orográfica de la zona la acción de las aguas, porque no solamente han modificado todo el terreno quitando materias orgánicas en unos lugares y dejándolas en otros, sino también des- truyendo la continuidad de las sierras, rompiendo los ríos unos valles trans- versales, como lo demuestran los que corren de Chiapas al territorio de Ta- basco. 1 A. Dollfus et E. Montserrat. Voyaje géologique dans les Républiques de Guatemala et de Sal- vador. Paris, 1868, pág. 487. GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 17 ZONA MERIDIONAL. La zona meridional del Estado de Chiapas se compone de diferentes sis- temas orográficos: (a). Hay algunas sierras paralelas de importancia compuestas de capas sedimentarias antiguas, especialmente del terreno carbonífero. En estas sie- rras se observan alturas considerables y la principal sierra que queda entre Chicomucelo y Motozintla, y que está rompida por el río de Cuilco, presenta alturas de 3,000 metros. Se hallan las sierras del carbonífero exclusivamen- te en las regiones orientales de la zona, continuando hacia el O. en la vecina República de Guatemala. (0). A1S. delas sierras mencionadas marcadas con la letra (a) se extien- de la Sierra Madre de Chiapas, que la forman grandes masas de granitos y andesitas, hallándose encerradas en los granitos pequeñas fajas de micapiza- rras, gneis y de phyllades, lo que prueba que en la misma región, en tiem- pos anteriores á la aparición del granito, hubo una sierra arcaica de esquis- tos cristalinos, continuación de la sierra de Mico de Guatemala. Mientras las sierras que se componen de capas sedimentarias forman generalmente cadenas de cerros bien determinados, la Sierra Madre de Chia- pas no presenta las cumbres principales en filas derechas ó curvas, sino dise- minadas irregularmente sobre una área bien elevada que por el lado $. tiene un declive fuerte hacia el Océano Pacífico. Las alturas más importantes de la Sierra Madre de Chiapas son como de 2,800 metros; la continuación de la misma sierra presenta en la vecina República de Guatemala, no lejos de la frontera mexicana, alturas de 3,600 y 3,500 metros, donde se pueden ver an- desitas y granitos. -(c). Varios escritores pretenden que haya volcanes en la Sierra Madre de Chiapas,' pero parece que no es cierto. Yo al menos no he visto ningún cerro de la Sierra Madre que por su forma cónica revelara ser volcán. En el camino de La Concordia á Tonalá no he visto rocas volcánicas entre los de- pósitos de los ríos procedentes de la sierra mencionada, ni tampoco en el ca- mino de La Concordia á Motozintla. Por estas razones creo que el único vol- cán del Estado de Chiapas es el Tacaná. Este volcán tiene una forma pura- 1 Dollfus y Montserrat, voyage, pág. 48, hablan de un volcán d'Istak, y K. von Seebach (Uber Vulkane Central americas, Gottingen, 1892) menciona un volcán de Soconusco. En varios periódi- cos americanos y europeos se anunció en 1893 la erupción de un volcán de San Martín, cerca de Tonalá, pero la noticia era absolutamente falsa. No 33 18 GEOGRAFÍA FÍSICA. mente cónica y llega, según mis datos, á la altura de 3,990 metros sobre el nivel del mar. Es, por lo mismo, el cerro más elevado del Estado de Chiapas. (7). Al pie de la Sierra Madre se extienden unas llanuras que siguen la costa y tienen declive suave hacia el mar. Cerca del Océano ya no existe de- clive, y en tiempo de aguas se forman lagunas grandes en las cuales entran las aguas del mar y las hacen saladas (esteros). En la península de Yucatán el carácter orográfico es muy extraño. No se observan cordilleras determinadas ó cadenas de cerros como en otras re- giones, sino toda la península, con excepción de algunas planicies de poca ex- tensión, presenta el cuadro de un terreno más ó menos suavemente ondulado. Las colinas no están arregladas en líneas determinadas, sino dispersas, sin regla fija, tanto sobre el terreno bajo, como sobre las elevaciones más consi- derables. Viniendo de la colonia de Belize, después de haber pasado el Río Hondo, el viajero atraviesa dos sierritas anchas, pero no altas, y en seguida sube al primer escalón de la Mesa Central, sobre el cual está situado el pue- blo de Teaiche, á una altura como de 160 metros sobre el nivel del mar, y luego al segundo escalón de la mesa, cerca de Ixconconcal, que tiene una al- tura media de 250 metros. Las fallas paralelas de S.S.O. á N.N.E. parecen haber causado las mencionadas sierritas y escalones. Bajando cerca de Ha- latún á alturas menos considerables, se llega al terreno bajo, entre Iturbide y Yaxhá, se atraviesa después otra sierrita de poca altura pero bastante ancha, y se baja en la ciudad de Ticul álos terrenos bajos que se extienden sobre to- das las regiones septentrionales de la península. Todas las circunstancias mencionadas se notan más detalladamente en la lista de alturas que acompaña, pero tengo que advertir que todas deben considerarse como aproximadas, porque no he podido obtener datos de ob- servaciones correspondientes, indispensables para calcular las alturas con to- da la exactitud posible. El extraño carácter orográfico de la península de Yucatán ha resultado probablemente por causa de la horizontalidad ó poca inclinación del terreno y por el carácter petrográfico de las rocas calcáreas. Habiendo sido la penín- sula primitivamente una sola planicie elevada, un poco inclinada hacia el N., las aguas de las lluvias se infiltraron por falta de declive suficiente y por la porosidad del terreno; y después de haber formado cuevas y ríos subterrá- neos, éstos causaron hundimientos locales en la superficie. De esta manera resultó un desnivel, y la acción de las aguas comenzó á formar y transformar las colinas y las depresiones del terreno hasta el grado que se observa ahora en toda la península. GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 19 Para la formación del mapa hipsométrico é hidrográfico de los Estados de Chiapas y Tabasco, en escala de 1: 500,000, con isohipsas de quinientos á quinientos metros y con la curva de 250 metros absolutos, he utilizado, al construirlo, casi únicamente mis propias observaciones barométricas y las vi- suras de brújula que pude hacer durante mis viajes, de lo cual resulta que solamente en la vecindad de los caminos por mí recorridos hay exactitud; res- pecto de las regiones algo aisladas y otras muy lejanas, solamente hay datos aproximativos y otros de personas conocedoras de aquellas regiones; algunas tuve que dibujar conforme á los mapas existentes, sujetándome á datos va- gos que pude recoger. Para indicar los caminos recorridos por mí y al mismo tiempo las regio- nes que están representadas en el mapa con alguna exactitud, apuntaré en uno de los mapas mis viajes, y daré en una lista especial todas las alturas medidas, en orden alfabético. Haré lo mismo respecto 4 Yucatán, no pudien- do construir un mapa hipsométrico de esta península, tanto por la poca ele- vación de las sierritas de aquel territorio como por lo insuficiente de nuestros conocimientos topográficos. No hablo del Sur ú Oriente de la península, ab- solutamente desconocidos, sino de las regiones septentrionales conocidas. La sierrita al Sur de Ticul, que conforme á unos cartógrafos tiene una dirección de N.E. 45.0. y de N.O. á S.E., conforme á otros (por ejemplo Mr. Henry A. Pilsbry, 1891) creo que difiere poco de la línea E.—O.; cierto es que Pilsbry no tiene razón indicando en su bosquejo á Ixmal al $. de la Sierra y Ticul al N. Cuando hice mi viaje en 1894 pasé de Ixmal á Ticul al pie sep- tentrional de la sierra sin encontrar elevación alguna, en dirección puramen- te oriental. De varias lagunas solamente se sabe su existencia, habiendo noticias va- gas sobre su situación geográfica y su extensión, como la laguna de Cobá y la célebre de Bacalar, que está incorrectamente situada en todos los mapas existentes hasta ahora, pues yo obtuve de algunos ingleses conocedores del lugar la interesante noticia de que esta última laguna tiene una extensión de 37 millas inglesas de longitud por sólo una de latitud. Tomando en conside- ración lo vago de casi todos los datos y lo desconocido de grandes porciones de la península, debe tomarse el mapa que construí en escala de 1: 1.000,000 como para dar idea aproximada de aquella región, pues que serán necesarias muchas nuevas investigaciones para obtener datos ciertos sobre la geología y geografía física de esta península. Confrontando las condiciones orográficas, estratigráficas y tectónicas de la parte S.E. de México con las de las regiones y reconstruyendo con estos 20 GEOGRAFÍA FÍSICA. datos la historia geológica del terreno, se viene en conocimiento de que la par- te más antigua era la Sierra Madre de Chiapas, la cual continuaba hacia el N.O. en la sierra arcaica, que según Felix y Lenk acompaña en México la costa del Océano Pacífico hacia el O. en las sierras arcaicas, que según mis observaciones pasan por las regiones media y meridional de la República de Guatemala, con dirección más ó menos oriental. Existía todavía esa gran sie- rra arcaica cuando el mar del Carbonífero depositaba al N. de la misma are- niscas pizarras y calizas de gran espesor, y habiendo sufrido todos los depó- sitos existentes hasta entonces dislocaciones y dobleces, de manera que forma- ron ya cadenas de sierras; entonces parece que grandes erupciones plutónicas de granitos se verificaron en Guatemala, en British Honduras y en Chiapas. La mayor extensión que ocupan los granitos es en el S. de Chiapas, donde cor- tan abruptamente las sierras paleozoicas y tapan casi por completo la antigua sierra de gneis, micapizarras y phyllades, formando lo que hoy es la Sierra Madre de Chiapas. Después se depositaron areniscas, pizarras y arcillas al N. de la serranía, sufriendo en seguida pocas dislocaciones, que continúan hasta ahora siendo poco inclinados en aquel Estado los estratos de Todos Santos. Quedaron á descubierto por cierto tiempo los terrenos meridionales de Chiapas y medio de Guatemala, y aquella isla que hoy es Cockscomb Moun- talns hasta la época cretácea, durante la cual se depositaron calizas de gran espesor que al fin del período cretáceo experimentaron un levantamiento ge- neral dobleces y quiebras, formándose un continente montañoso, en cuyos se- nos entraba el mar terciario dejando arcillas areniscas y calizas. Sucedió una catástrofe enorme al fin del Mioceno:* todo el terreno for- mado por los depósitos cretáceos y terciarios sufrió dislocaciones y dobleces en la mayor escala, tal vez á consecuencia de un hundimiento general por el lado del Golfo de México y otros hundimientos de menor importancia (Valle del río Chiapas, Sur del Peten); por las fallas principales salieron grandes masas eruptivas, y estos acontecimientos geológicos dieron origen al aspecto físico de Chiapas, tal como se observa: al S. la Sierra Madre, que según pa- rece no ha participado de las dislocaciones sucedidas en este período; al pie septentrional de ella, el Valle de Chiapas; en seguida las mesas elevadas cre- táceas, llegando á morir las cadenas de la Mesa Central en el O., en los terre- nos bajos del Peten y tocando la sierra arcaica y paleozoica de los Cockscomb Mountains, que dan una vuelta al N.E. La península de Yucatán no sufrió mayor alteración en aquella época de dislocación. 1 Las capas del Mioceno Superior del Sacramento y Relicario todavía están muy inclinadas y dislocadas. GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATAN. 21 En tiempos más modernos el terreno experimentó un hundimiento gene- ral de bastante importancia: se hallan en el Valle del río de Chiapas y en las elevadas alturas de la mesa central, depósitos terciarios pliocénicos con con- chas marinas, poco inclinados y á veces casi horizontales, como se ve entre Tenejapa y San Cristóbal Las Casas, á una altura como de 2,300 metros. En la Sierra Madre de Chiapas no he encontrado tales capas terciarias. Después ha tenido lugar una ascensión lenta y desigual de las diferentes porciones del terreno, y bajo el influjo de la erosión y los agentes aéreos, se transformó paulatinamente la superficie del terreno hasta llegar al estado que guarda actualmente, y que llama la atención de todo viajero por la variabi- lidad del carácter orográfico. Al mismo tiempo las aguas, llevando materia- les sueltos de la superficie de las sierras, los dejaron al pie de las serranías formando planicies y cubriendo en las regiones meridionales de Tabasco los depósitos terciarios existentes, que actualmente se observan todavía á poca profundidad. De esta manera paulatinamente fué tomando la forma que ofre- ce el aspecto físico de la porción S.E. de la República Mexicana. ls 0 A TERCERA PARTE. HIDROGRAFIA. Conforme á la gran diferencia orográfica y estatigráfica que se nota en- tre la península de Yucatán y los Estados de Chiapas y Tabasco, la hidro- grafía también es muy distinta. En Chiapas y Tabasco encontramos gran número de ríos y arroyos persistentes mientras que en la península de Yuca- tán no los hay, con excepción de los de las regiones al S.E. ó S.O.; los ríos que se hallan en el interior son temporales, pues en tiempo de secas se ago- tan sus aguas; en las demás regiones sólo hay corrientes de agua que en tiem- po de lluvias se asemejan á ríos y en otras épocas quedan completamente se- cos. Es verdad que en las regiones calcáreas de Chiapas los ríos tienen á ve- ces un curso subterráneo, pero en limitadas porciones de terreno: lo demás del curso es sobre la superficie. Cas1 todas las lagunas de los Estados de Chia- pas y Tabasco tienen desagúe natural; no así las de la península. En tiempo de lluvias las depresiones de la península se llenan de agua formando lagu- nas poco profundas durante varios meses (Akalchés). Para dar algunos detalles de la hidrografía de la región S.E. de la Re- pública Mexicana, repito de mis informes respectivos lo que sigue, cambian- do y corrigiendo los datos anteriores conforme á las investigaciones más re- cientes. A.—HIDROGRAFÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. El territorio de los Estados de Chiapas y Tabasco está limitado al N. por el Golfo de México, Océano Atlántico, al S. por el Océano Pacífico. Todos los ríos ó arroyos de ambos Estados corresponden al sistema hidrográfico de uno 24 GEOGRAFÍA FÍSICA. de los dos mares. La línea divisoria entre los dos sistemas principales queda sobre la Sierra Madre de Chiapas. 1.—SISTEMA HIDROGRÁFICO DEL OCEANO PACÍFICO. En Chiapas no hay ríos de importancia entre los del Océano Pacífico, porque la distancia que media entre las lomas de la Sierra Madre hasta el mar no es suficiente para la formación de ríos considerables. Todos los que nacen en la Sierra Madre, llevan poca agua en tiempo de secas; en tiempo de lluvias se ponen sumamente caudalosos, arrastrando tantas piedras, que mu- chas veces su paso se hace imposible. Los ríos más importantes son el Suchiate y el río Guatán, cuyos oríge- nes principales se encuentran en territorio de Guatemala. El río Suchiate tie- ne en gran parte su curso en la frontera de Guatemala y México. 2.—SISTEMA HIDROGRÁFICO DEL GOLFO DE MÉXICO. Casi todas las aguas de los Estados de Chiapas y Tabasco, que corren al Golfo de México, se reunen, con excepción de unos pequeños ríos costaneros, en dos sistemas fluviales, el del Usumacinta y el del río Grijalva. Llama la atención el paralelismo interesante de los ríos de Chiapas, causado por la di- rección general de las sierras E.S.E.-0.N.O. y por la necesidad de romper estas sierras en dirección de S. á N. para llevar las aguas al mar. (a). Sistema fluvial del río Usumacinta.—Se forma el río Usumacinta por la confluencia de los ríos de la Pasión ó Cauchén y Chixoy ó Salinas, que am- bos proceden de territorio guatemalteco, naciendo el primero en los Cocks- comb Mountains, de British Honduras, el segundo en la cordillera meridio- nal de Guatemala, cerca de Totomicapan. A poca distancia de la confluencia desemboca en el río Usumacinta el río Lacantún, que se forma de los ríos Ja- taté é Ixcán. El curso de estos ríos era casi desconocido, hasta que la Comisión Cien- tífica de Límites levantó planos exactos, los cuales fueron publicados por pri- mera vez en el mapa de la República de Guatemala, compilado por el Ing. Teodoro Paschke, 1889. He adoptado estos datos en los mapas que acompañan este informe, mien- tras se publican los trabajos minuciosos de la Comisión de Límites Mexica- na, que contendrán datos más exactos. El curso de los ríos Jataté y Lacantún desde la montería San Quintín hasta la boca del río Chajul, está conforme á los planos levantados por D. Antonio Bulnes. Los demás del curso del río . GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATAN. 25: Jataté, lo configuré según las noticias que me dieron los Sres. Eugenio Kuapp, - Antonio é Isidoro Bulnes. Las noticias que he obtenido de los Sres. Luis González, Rafael Naranjos y Joaquín Zetina me permiten, junto con mis pro- pias observaciones, corregir y aclarar el sistema hidrográfico del O. de Chiapas. Mirando el mapa se nota desde luego el paralelismo de los ríos Usuma- cinta, Chocoljá, Lacanjá, Cendales, Jataté, Dolores, Tueletic y Chiapas, du-- rante una parte de su curso y este paralelismo corresponde á la misma direc- . ción que tienen las sierras en aquella porción de Chiapas. El río Jataté nace en la hacienda Sajalá cerca de San Martín; se junta cerca de Ococingo con el río grande; en Tecojá con el río Santa Cruz, en se-. guida recibe del lado izquierdo el río de las Tasas, después del lado derecho el importante río Saconejá, que nace en Huistán y recibe además otros arro- yos como el de la Soledad y el río de Chapuil. En San Quintín desemboca en el Jataté, el río de las Perlas y más abajo el río Azul que nace de la lagu-- na de los Lacandones. A poca distancia se encuentra la boca del río Santo Domingo que se compone del río Yalhuitz procedente de Guatemala y del río. Dolores, el cual segun noticias vagas que tengo nace en el camino que con- duce de Comitán á San Carlos; recibe del lado derecho el río Pacayas, corre por corta distancia debajo de la tierra y recibe más abajo del lado izquierdo, el río de Las Balsas, que procede del N. y fué examinado por Luis González hasta cerca de San Quintín. El río Pacayas parece que es el desagije subterráneo de la hermosa lagu- na de Tepancuapan que se halla en el fondo del llano de Comitán á una altu- ra de 1,447 metros aproximadamente; mide de largo unos 11 kilómetros; el ancho es muy variable y algunas veces se acercan tanto las orillas opuestas, que el lago se divide en varias lagunas casi aisladas. Desemboca en el lago, el río Tueletic, el cual se seca en tiempo de secas; además sale de la laguna un río que á corta distancia se oculta en la tierra en el lugar que se llama el Sumidero Arco de San José; es probable que este río siga su curso subterrá- neo debajo de las sierras calcáreas que se hallan al N. de la laguna de Tepan- cuapan, y que las mismas aguas salgan al otro lado formando el río Pacayas como se ha dicho. Desde la boca del río Santo Domingo corre el Jataté hacia el E. pasa por el raudal Colorado y se junta en seguida con el río Ixcán ó Santa Eula- lia, formando el río Lacantún. Habiendo recibido del lado derecho el río Chajul ó Xaloal, desembocan en el río Lacantún hacia el N.; y del lado iz- quierdo unos ríos importantes que se llaman Cendales, Lacanjá y Aguilar. El río Cendales á distancia de una legua de la boca se divide en dos brazos, N2 3—4 26 GEOGRAFÍA FÍSICA. el brazo septentrional que lleva el nombre de Río Palmas cuyo curso es bas- tante largo y nace de las sierras de Chiapas; el brazo meridional ó río Cenda- les se forma de cuatro arroyos principales que una vez unidos, se ocultan debajo de la tierra y después de un largo curso subterráneo sale á la super- ficie á una distancia de 7 leguas de su desembocadura. El río Lacanjá nace en algunas lagunas vecinas al nacimiento del Chocoljá y corre hacia el S.E. formando á la mitad de su curso una laguna; es probable que el río Culebra desemboque en el Lacanjá. El río Aguilar se forma de la confluencia de mul- titud de arroyos pequeños y desemboca en el Lacantún después de corto cur- so navegable. Después de desembocar el río Lacantún, el río Usumacinta recibe del lado izquierdo el río Azul, el Busijá y el Chocoljá. El Busijá nace en unas lagunas no muy distantes del río Usumacinta. El Chocoljá tiene su nacimien- to en una laguna á poca distancia del origen del Lacanjá, corre hacia el N.O., en seguida hacia el N., se junta al lado de la izquierda con el río Chancalá y toma la dirección E.S.E. hasta el desembocadero en el río Usumacinta. Cerca de Balancán desemboca en el río Usumacinta el importante río San Pedro Martín, que nace en el departamento guatemalteco del Peten. Cerca de Montecristo se junta con el Usumacinta del lado de la izquier- da, el río Chacamás que nace en el cerro de Don Juan; el curso superior del río Chacamás queda en el mismo valle tectónico como el Chancalá, el curso inferior del Chocoljá, el Usumacinta y el río Yaxochilán. A poca distancia de la boca del Chacamás se divide el Usumacinta en varios brazos, de los cuales uno, Palizada, desemboca en la laguna de Térmi- nos, otro, San Pedro y San Pablo en el Golfo de México y otros en el río Gri- jalva. El río Usumacinta es navegable en todo su curso menos en una corta distancia arriba de Tenosique, donde por motivo de grandes raudales no pa- san embarcaciones. Un obstáculo semejante para la navegación forma el rau- dal Colorado del río Jataté. Los muchos raudales pequeños del río Lacanjá, dificultan aunque no impiden la navegación. Son navegables para pequeñas embarcaciones, el río Lacantú y gran parte de los ríos Chacamás, San Pedro, Lacanjá, Cendales (brazo izquierdo), Jataté, Ixcán, Chixoy y Pasión. Las lagunas de Pethá, Anaité, Los Pinos, etc., no tienen desagile super- ficial. (0). Sistema fluvial del río Grijalva. — Forman el río Grijalva las aguas de los ríos Nenton, Santa Catarina, Jacaltenango, Todos Santos, Saleguá y Cuilco, los cuales todos nacen en la República de Guatemala, GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 27 El río Grijalva tiene muchos nombres locales, pero de preferencia le lla- man río de Chiapas en el valle de Chiapas; más adelante le nombran general- mente río Mescalapa, y más adelante Huimanguillo; se divide en varios bra- zos que desembocan en el Golfo de México, y de los cuales cada uno tiene su propio nombre: río Grijalva es el nombre del brazo que pasa por San Juan Bautista, recibe del lado derecho las aguas de unos brazos del río Usumacin- ta, y desemboca cerca de Frontera de Tabasco, en el Golfo de México. El río de Chiapas recibe en el valle del mismo nombre á la derecha, el río Blanco, á la izquierda, los ríos de la Concordia y Suchipa; el río Mesca- lapa recibe á la izquierda las aguas del río de la Venta, y con el río Grijalva se unen los ríos considerables del Blanquillo, Teapa, y Tulijá á Tepetitán. * Son navegables los ríos Grijalva, Blanquillo, Teapa, Tacotalpa, Tulijá y Ma- cuspana. El río de Chiapas, en el valle del mismo nombre no es navegable, sino en tiempo de lluvias desde la hacienda Chejel hasta Chiapa. Pocas le- guas abajo de Chiapa el río se encajona de tal modo que es imposible toda clase de navegación; esto acontece en el lugar denominado el “Sumidero” don- de el río rompió una sierra de caliza, volviendo á ser navegable abajo de Que- chulá hasta Huimanguillo, San Juan Bautista y las bocas por donde salen las aguas del río al Golfo de México. B.—HIDROGRAFÍA DE CAMPECHE Y YUCATÁN. El extraordinario aspecto hidrográfico de la península de Yucatán tiene por causa la configuración orográfica y los huecos y la porosidad de las rocas. Solamente en las regiones meridionales se observan ríos verdaderos por el lado del Golfo de Campeche; los ríos de Candelaria (que nace en el departamento guatemalteco del Peten), Mamantel y Champotón, por el lado del mar Caribe el Río Hondo, procedente de la República de Guatemala y el río San José, en la colonia de Belize, saliendo de la New River Lageon, el Río Nuevo. Ade- más hay unos arroyuelos en la costa oriental de Yucatán. En el interior de la península no hay ríos formados persistentes, porque todos los más tienen un curso subterráneo y solamente se ven en unas cuevas que los yucatecos llaman ““Cenotes,” pues el curso superficial de los ríos es corto y deja de existir en tiempo de secas. Los únicos ríos y arroyos que cruzé en mi viaje fueron los de Bek, Cab y Chechén que superficialmente estaban secos (Marzo de 1894), pero abierta una excavación se notaba la corriente de agua á la profundidad de un pie. 1 Compárese el “Viaje á Teapa” por José N. Rovirosa, San Juan Bautista, 1892, 28 GEOGRAFÍA FÍSICA. Cruzé en el mismo viaje unos ríos que solamente en el tiempo de llu- vias tienen agua volviéndose entonces caudalosos, pero pasado este tiempo quedan secos enteramente. No se sabe dónde nacen ni dónde desembocan los ríos y arroyos mencio- nados. De uno solo he visto el nacimiento y es en la Aguada grande de Pu- jil, la cual en tiempo de aguaceros fuertes tiene desagiie, en otros tiempos no. Es fácil que los demás ríos y corrientes, ó muchos de ellos tengan un naci- miento parecido. Por lo ondulado del terreno se forman en el tiem po de aguas muchas la- gunas, las más de poca profundidad, pero muchas de extensión considerable. Estas lagunas que los indios mayas llaman Akalchés, se secan al fin del tiem- po de lluvias (Diciembre) y quedan secas hasta el mes de Julio, aunque los primeros aguaceros caen desde el mes de Mayo ó durante el mes de Junio, no formándose desde estas fechas las lagunas indicadas porque la tierra absorbe estas aguas primeras. Existen numerosos akalchés en los bosques del S. y O. de Yucatán, po- cos en las regiones secas del N. donde el agua de las lluvias se infiltra en la tierra, porque las capas son, como se ha dicho, generalmente poco inclinadas y forman depresiones limitadas. Júntase el agua sobre unas capas margosas que la retienen, cuyas capas frecuentemente alternan con capas calcáreas. De esta manera se forman muchas lagunas subterráneas que pueden verse con la apertura de pozos de poca profundidad. Hay la creencia en Yucatán que el nivel de las lagunas subterráneas es igual por toda la península y coincide con el nivel del mar. Arthur Schott en su obra “ Die Kustenbildung des udrdlichen Yucatan” midió el nivel del agua de varios cenotes septentrionales y lo halló igual al del mar; contradice Mr. Heilprin en los “Geological researches in Yucatan” y mencionando que Ste- phens bajó á la cueva de Bolonchén 450 piés ingleses, cree Heilprin que aquel famoso arqueólogo debe haber bajado en aquella cueva abajo del nivel del mar, porque supone que Bolonchén quedará sólo unos 100 ó 200 piés sobre el nivel del mar. Ahora, pasando por Bolonchén en 1894, determiné la altu- ra del pueblo mencionado en unos 140 metros y aunque no sé á qué altura se encuentre la boca de la cueva, creo que no será á la altura que supone Heil- prin y que por consiguiente la conclusión de aquel geólogo no es cierta. Sin embargo, creo que Heilprin tiene mucha razón diciendo que el nivel del agua de los cenotes no tiene nada que ver con el nivel del mar y el origen proba- ble de estas lagunetas y ríos subterráneos niega absolutamente que el nivel del agua pueda depender del nivel del mar; pero para comprobarlo estrictamente GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 29 se necesitan medidas mucho más exactas de las que hasta la fecha se han efec- tuado en ese sentido, en la península de Yucatán. Cuando las circunstancias del terreno son á propósito, se forman estan- ques superficiales que se llaman (aguadas) algunas de las cuales conservan el agua durante todo el año y otras muchas se secan completamente en los meses de Febrero ó Marzo hasta Julio. Hay pocas lagunas de agua dulce en la península entre las que se cuen- tan Sojlaguna; Ixchouil y Chacanbacá, Olchén y de Cobá y la laguna Oriente; otras de agua salada como la gran laguna de Bacalar, otras de sal catártica como la de Chichancanab. La laguna de Chichancanab (nombre que significa mar chiquita en len- gua maya) fué explorada nuevamente por el Sr. E. Tompson, quien me indi- có que dicha laguna se compone en tiempo de secas de tres divisiones separa- das, las que en tiempo de lluvias se juntan probablemente para formar una sola. La primera porción es una laguna angosta que mide 1,144 metros de longitud por 45 á 50 metros de anchura; la segunda tiene de largo 5 + leguas mexicanas y una anchura media de 200 á 250 metros, en la media extensión de longitud la laguna alcanza una anchura de 1,127 metros, allí mismo y al S. se observan varias islas pequeñas; la tercera porción de la laguna tiene el largo de 5,297 metros y ancho de 80 á 90 metros. Las dos primeras porcio- nes de la laguna tienen la dirección de N.E. á S.O., la tercera de N.O. áS.E. El agua de la mencionada laguna contiene mucho sulfato de magnesia y por consiguiente es muy purgante. Se ha descubierto un manantial de agua dul- ce, “Ojo de Agua,” en la orilla de la laguna. También el agua de muchos pozos y de los arroyos de Bek y Chechén contiene más ó menos grandes cantidades de sulfato de magnesia y por eso tienen las mismas propiedades del agua de la laguna Chichancanab. La laguna Bacalar tiene según nuevos datos obtenidos de unos ingleses fidedignos, el largo de 37 millas inglesas y ancho de una sola milla; su forma es algo encorvada, así es que desde la orilla meridional no se puede ver la parte septentrional. Según estos datos en todos los mapas existentes hasta ahora, la figura de la laguna era inexacta, especialmente en el mapa más mo- derno de la colonia de Belize por A. Usher, 1888, Sobre la figura y posisión exacta de las lagunas Chacanbacá, Olchén, Co- rriente y de Cobá, no existen datos exactos. 9 e 0 % E e Le y DER | AN e oN pa a CUARTA PARTE. CLIMATOGRAFIA Y DISTRIBUCION DE LAS ZONAS VEGETALES. Depende el clima de un lugar, principalmente de su situación geográfica, de la orografía y de los vientos dominantes; los Estados de Chiapas, Tabas- co, Campeche y Yucatán quedan entre los límites de la zona tropical y por consiguiente todo el clima sería caliente y regular, si no hubiese tanta varie- dad en la configuración plástica y en los vientos principales. Por desgracia el número de las observaciones meteorológicas, que se han efectuado en el $. de México durante un período considerable, es muy pequeño y los resultados que los Observatorios Meteorológicos de Mérida y Campeche han obtenido, no he podido utilizarlos para este informe, porque no los he encontrado en ninguna de las bibliotecas que he visitado, ni he recibido contestación de los observadores mismos sobre el particular. En Tabasco se hicieron observacio- nes meteorológicas desde Noviembre de 1892 hasta Diciembre de 1893, por el Ingeniero Mendizábal Tamborrel, miembro de la Comisión Científica de Límites, y el Sr. Pastrana, Jefe de la misma Comisión me favoreció remitién- dome una copia de las observaciones, las cuales dan buena luz sobre las con- diciones climatológicas de San Juan Bautista y de todo el Estado de Tabasco. En el Estado de Chiapas solamente en la parte N.O. (en Ixtacomitán, Depar- tamento de Pichucalco) se han verificado observaciones meteorológicas du- rante el año de 1884, siendo el observador Don José N. Rovirosa, y de esta manera hay un material bueno para caracterizar el clima de las faldas sep- tentrionales de las serranías de Chiapas. En el $. de la península de Yucatán nunca hubo observaciones meteorológicas y para mostrar el clima existente en aquellas regiones y en los distritos medios y meriodionales del Estado de 32 GEOGRAFÍA FÍSICA. Chiapas sólo hay dos medios auxiliares, es decir, los resultados de observa- ciones vecinas y la comparación del carácter vegetal de las zonas respectivas. Las observaciones de Belize dan una idea aproximada del clima del lado S. de Yucatán; las observaciones de Cobán y de otros puntos de la Alta Ve- rapaz (Guatemala) darán cierta luz sobre el clima de las regiones más orien- tales de Chiapas y las observaciones pluviométricas de varios puntos de la Costa de Cuca (Guatemala) indican poco más ó menos las cantidades de agua y la frecuencia de las lluvias que caen en las faldas meridionales de la Sierra Madre (Soconusco). Tanto el término medio y los grados extremos de la temperatura, como la distribución temporal y las cantidades de la lluvia influyen poderosamen- te sobre el carácter de la vegetación y por esta razón también puede uno for- marse idea del clima dominante, cuando se examina el carácter de la vegeta- ción que existe en lugares de conocidas condiciones meteorológicas. Las regiones meridionales de la península de Yucatán, las regiones sep- tentrionales y orientales de Chiapas y la falda meridional de la Sierra Madre de Chiapas, están cubiertas de bosques inmensos, caracterizados por la gran variedad de árboles dicotyledones, de palmas, helechos, bejucos, etc., siendo la región donde cae la mayor cantidad de lluvia, donde el número de días con lluvia es el mayor y donde la humedad del aire es más considerable. Bosques de esta clase existen en Ixtacomitán, en la Costa Cuca y en partes de la Alta Verapaz, y por consiguiente las observaciones pluviumétricas de Ixtacomi- tán, de Las Mercedes y Esmeralda, ó de Setal y Panzamalá darán una idea del clima que existe en estas regiones de los bosques húmedos de tierra ca- liente y templada. Estos bosques están limitados á temperaturas altas y mo- deradas; en estas zonas no hay tiempo que carezca absolutamente de lluvias y la estación de aguas es muy prolongada. Existe un clima muy húmedo en Tierra fría donde los bosques se com- ponen de Pinos, robles, álamos, etc., cuyos troncos y ramas están cubiertos generalmente de musgos y líquenes. En la región culminante del volcán de Tacaná ya no hay bosques ó árboles, tanto por lo frío del clima como por la escasez de lluvias, porque las nubes generalmente pierden su humedad en zo- nas más bajas y siendo muy cargadas de agua no alcanzan alturas mayores; por estas dos razones en la parte más alta del Tacaná sólo hay una especie de sabanas, siendo el límite superior de los bosques á unos 3,700 metros de pi- nos aislados y estropeados á 3,950 metros sobre el nivel del mar. Si entre los bosques húmedos de tierra templada ó caliente se mezclan pinos, el clima ya es algo moderado (como el de Coban); pero si en tierra GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 33 templada ó caliente los bosques se componen exclusivamente de pinos y ro- bles, el clima es algo seco: en tiempo de aguas las lluvias son abundantes y eopiosas, pero el tiempo de secas ya es bien marcado. El clima y el carácter vegetal de la ciudad de Guatemala corresponde poco más ó menos á esta des- cripción y puede servir para la comparación. SI las lluvias durante el tiempo de aguas son poco copiosas y si el tiem- po de secas es muy prolongado, toda la vegetación empobrece: encontramos sabanas secas y arbustales privados de hojas ó armadas con espinas y hojas muy pequeñas. Si el clima es seco, pero no excesivamente, como en las regiones de estas sabanas y bosques de arbustos, entonces encontramos unos bosques formados de árboles de poca ó mediana altura, que en tiempo de se- cas pierden sus hojas (chaparrales). El clima de Salamá, Baja Verapaz pue- de dar una idea del clima que existe en tales regiones. En ciertas regiones los bosques alternan con sabanas de sacate y yerbas altas ó con bosques, cuyos árboles están cubiertos de yerbas y bejucos; estas regiones son de clima moderadamente húmedo, como San Juan Bautista, ha- llándose de preferencia en llanuras que periódicamente se inundan; Soconus- co, Tabasco, S.O. del Estado de Campeche. Pero si las inundaciones duran varios meses como en las lagunas periódicas de Yucatán que los indios llaman “(Akalchés,” los árboles sufren y habiéndose secado estas lagunas la vegeta- ción presta en algunas localidades el aspecto de mucha sequedad, aunque el clima es húmedo y todos los alrededores cubiertos de bosques exuberantes. Las zonas vegetales y climatográficas dependen directamente de la con- figuración orográfica del país y de la dirección de los vientos dominantes como se ha dicho: siendo la dirección general de los monzones de N.E., la dirección general de las serranías casi del O. al Occidente, la mayor cantidad de lu- vias debe caer en las faldas del N. y N.O. de las sierras y del mismo modo nacen sobre el Océano Pacífico vientos marítimos, que tienen por dirección general la de S.0. y cuya humedad se condensa en las faldas meridionales de la Sierra Madre de Chiapas. Habiendo perdido los vientos mencionados la mayor cantidad de agua en las faldas respectivas de las principales elevacio- nes del terreno, siguen como vientos secos al otro lado de las serranías y por consiguiente observamos una región seca en la depresión grande que existe entre la Sierra Madre y las sierras septentrionales de Chiapas y en otras de- presiones de menor extensión que hallamos en el N. de Chiapas como Saba- nilla, San Pedro Sabana, El Real. Cuando las regiones que se extienden en las costas del mar, son muy bajas y distantes de serranías, no hay motivo para la condensación de los vapores de agua que existen en los vientos proceden- N2 35 34 GEOGRAFÍA FÍSICA. tes del Océano, y por consiguiente las regiones septentrionales de la penínsu- la de Yucatán son muy secas y áridas, y solamente en el S. en la región más elevada de la península se encuentra una faja de clima húmedo y de bosques extensos. En Tabasco las regiones costaneras también son menos húmedas, sin embargo, la cantidad de lluvia que cae ya es bastante considerable por motivo de la vecindad de serranías altas, y la vegetación es exuberante tanto por la frecuencia de las lluvias como por el gran número de los ríos y arroyos que proceden de las sierras. A1S. de Chiapas solamente las costas de Soconusco son húmedas al mismo grado que las de Tabasco por las mismas causas; más al Occidente en la misma costa del Pacífico las regiones son secas y áridas, probablemente por la falta ó poca importancia de los vientos, que nacen so- bre el Océano y se dirigen hacia las costas. Los climas húmedos crían bosques, los climas secos crían sabanas y cha- parrales: la frecuencia ó escazes de lluvias causa la diferencia entre las forma- ciones vegetales (“Vegetationsformationen” en el sentido de Grisebach), pero la diminución de las temperaturas que observamos con el aumento de las al- turas, tiene una influencia no menos importante sobre los componentes de las formaciones vegetales. Los pinos, por ejemplo, se hallan en tierra fría tant> en climas húmedos como en climas algo secos, pero en tierra caliente y tem- plada los pinos se hallan solamente en lugares donde el clima es moderado, no encontrándose en regiones de clima excesivamente seco ó húmedo. Muchos árboles se limitan á temperaturas altas como la caoba, el palo de tinte, el hule, el chico zapote, la mora y otros palos importantes para la ex- portación. Otros árboles se limitan á la tierra fría como la hermosa Abies religiosa que solamente se halla entre los límites de 2,400 á 3,600 metros de altura sobre el nivel del mar y fácilmente se conoce que estudiando detenida- mente la distribución de ciertas plantas y las causas de esta distribución, se- ría posible dar un cuadro detallado de la climatografía del país. Pero no he tenido ni el tiempo ni los medios para esta clase de estudios: sin embargo, los resultados adquiridos por mí durante mis viajes, darán una idea aproximada acerca de las zonas climatográficas, que será suficiente para el uso de la agri- cultura y de la producción en general, de que me ocuparé en un próximo in- forme. QUINTA PARTE. LA PRODUCCION. Como la industria está poco desarrollada en los Estados de Chiapas, Ta- basco, Campeche y Yucatán, y la que existe sirve casi exclusivamente al uso local ó al beneficio de los productos de la agricultura como la caña de azúcar, algodón, tabaco, henequén, ete., en este informe me limitaré á la producción en el ramo de la Minería, de la explotación de los bosques, de los animales de caza, de la crianza de animales y de la Agricultura. Todos estos ramos ex- cluyendo el de la Minería dependen directamente de las condiciones físicas y del clima de los lugares, y por esta razón su desarrollo no se puede compren- der bien sin el estudio previo de la geografía física; al mismo tiempo el co- nocimiento de los elementos climatográficos, vegetales, orohidrográficos é hi- drográficos, puede indicar con mucha probabilidad á qué ramo de producción, un lugar está predestinado y apto. En tal virtud el poco conocimiento que te- nemos hasta ahora de la geografía física nos impide indicar el rumbo que puede tomar la agricultura é industria de cada región. Pero es verdad que el estado de las vías de comunicación también influye muchísimo sobre la utili- dad de ciertos ramos de producción para ciertas regiones y esta reflexión su- giere la conveniencia de mejorar las vías de comunicación existentes y for- mar otras nuevas. Es verdad que al N. de la península de Yucatán hay gran número de caminos carreteros y buenos ferrocarriles, y que en el Estado de Tabasco los caminos existentes fluviales naturales ayudan mucho al tráfico, pero tanto al S. de la península de Yucatán como en el interior del Estado de Chiapas se siente mucho la falta ó la mala condición de los caminos. 36 GEOGRAFÍA FÍSICA. PRODUCTOS MINERALES. “Todos los ríos y arroyos procedentes del terreno arcaico de la Siera Ma- dre de Chiapas arrastran un poquito de oro y hace tiempo se habían estable- cido varios lavaderos, pero por la poca utilidad que dichas empresas parecen haber dado se han abandonado. “En varios puntos del Estado de Chiapas se encontraron vetas de mine- ales que contienen plata, y se dió principio á trabajos de explotación en San Francisco Motocintla y en Acala, pero todos estos trabajos están paralizados actualmente, y habiendo tenido á la vista muestras de minerales de San Fran- cisco Motocintla durante mi presencia en aquel pueblo, no me parece impo- sible que se hallen vetas dignas de explotación y tal vez sería conveniente es- tudiar esta región detenidamente. “En el Estado de Tabasco las margas arcillosas del terreno terciario con- tienen asfalto y petróleo en muchos lugares y en Macuspana se han abierto algunos pozos para la explotación hace pocos años, pero actualmente todo trabajo de esta clase está paralizado. “Lignita se halla en el terreno terciario de ambos Estados pero no vale la pena de explotarla por la escasez y por el poco espesor de los banquitos. “En la península de Yucatán no existen empresas mineras. A fines del año de 1893 se formó en Campeche una sociedad anónima con el fin de explo- tar una mina de cobre existente en el partido de Champotón, pero al poco tiempo de trabajarla resultó que no daba resultado práctico y la empresa fué abandonada. “Tal vez sería de interés industrial explotar el sulfato de magnesia que hay en solución bastante concentrada en el agua de la laguna de Chichancanab; pero la falta de buenas vías de comunicación y la vecindad de los indios re- beldes de Chan Santa Cruz impedirían actualmente toda empresa industrial en aquel lugar. “Tel yeso que existe en varias regiones del S. de Yucatán es muchas ve- ces un alabastro fino y blanco de buenas condiciones, pero se halla en regio- nes tan remotas careciendo completamente de caminos, que por este motivo la explotación sería imposible. “Cerca de la hacienda de Zacualpa, en el Departamento de Pichucalco, existe la mina de Santa Fe, la única mina del Estado de Chiapas que se ex- plota actualmente. Hay buena maquinaria para quebrar, moler y concentrar el mineral, el cual se exporta para Inglaterra; la ley del mineral según noti- clas que me dió el Administrador de la mina, es de 10 onzas de oro por to- GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 37 nelada, 60 onzas de plata y 50 por ciento de cobre. El cobre generalmente se halla al estado de sulfuro la Malaquita y lápiz lázuli que se hallan en la misma mina no se explotan. Nose ha encontrado ninguna veta formal: el mineral está disperso en partículas mayores ó menores entre la roca. Los criaderos arman ya en Wollastonita, ya en ópalo común ó en cuarzo; la mayor masa se compo- ne de Wollastonita y presenta vestigios poco claros de estratificación; esta masa es del espesor de unos 100 metros y lleva la dirección de N.73* E. aprox1- madamente; queda inclusa entre la diorita y es probable que la Wollasto- nita se formó á expensas de la caliza por metamorfismo de contacto al levan- tarse las mencionadas rocas eruptivas.” En los últimos años el producto se ha aumentado considerablemente. “En la vecindad de la mina de Santa Fe hubo varias otras como la de San Juan del Oro y Victoria que se explotaron por corto tiempo pero ahora están abandonadas.” Bien se ve que la industria minera no se ha desarrollado en mayor es- cala ni ereo que haya mucho cambio en este sentido en lo futuro. Solamente el producto de la mina Santa Fe es de importancia para la explotación. Sin embargo, hay varias substancias minerales que son de mucha utilidad y nece- sidad para los habitantes de esta porción de la República Mexicana y entre ellas figura en primer lugar la sal, que en la costa yucateca y chiapaneca en varios puntos se tiene por la evaporación del agua del mar. En el interior hay varias salinas que se explotan para el uso del país, como son las del Va- lle de Cuxtepeque, de Ixtapa y Sinacata y la de Ixtapangajoya. La última es de poca importancia y solamente se trabaja la sal allí, cuando el comercio con las regiones vecinas está prohibido. De mucha mayor importancia son las salinas de Ixtapa y Sinacanta don- de los indios Tzotziles de aquella región evaporan el agua salada de unos po- zos, que se hallan en aquellos puntos en el terreno terciario en ollas hondas de barro cocido sobre el fuego de grandes hornos, llenando las ollas cada vez que se agota la porción anterior de agua salada; los hombres traen la leña necesaria y las mujeres cuidan de día y noche el fuego y la fabricación de la sal, que sale muy blanca y de grano fino. Las salinas más importantes son las del valle de Cuxtepeque que se en- cuentran entre los estratos de Todos Santos como también la pequeña salina de Ixtatan en la vecina República de Guatemala: se han hecho unas pilas de forma generalmente irregular y de poca profundidad que se llenan durante la estación de secas con agua salada, la cual se evapora por la fuerza del sol durante una semana ó poco más. Salen de esta manera cristales de sal bas- 38 GEOGRAFÍA FÍSICA. tante grandes de color rojo, pues se mezclan pequeñas porciones de barro con la sal. Para fabricar sal pura y blanca se meten entre el agua palitos de ma- dera que flotan sobre la superficie y por esta razón no se ensucian con el barrro. De mucha importancia local es también la explotación de ciertas rocas, que pueden servir para la fabricación de piedras de moler. Sirve para este fin en Yucatán el pedernal, en Chiapas la andesita. Toda la fabricación es una industria de los indios. Los centros de la fabricación son en Yucatán: Ticul é Icaiché por los indios mayas; en Chiapas: Coapilla por los Zoques, Tenejapa por los indios Tzentales y Chamula por los indios Tzotziles. Además se impor- tan al S.0. de Chiapas piedras de moler de Oaxaca por los indios Zapotecos y del S.E. del mismo Estado. Solamente en Ticul hay canteras á propósito de donde se obtiene el material para metates (piedras de moler); en los otros puntos los indios buscan entre las rocas sueltas que hay dispersas en el cam- po las que son propias para este fin. Barro que pueda servir para la alfarería hay por todo el país y en mu- chísimos puntos, los indios hacen sus tinajas, ollas y demás objetos cerámi- cos para su uso. Una industria cerámica especial se ha desarrollado entre los indios en varios puntos de Chiapas, como en Tapalapa y Coapilla entre los in- dios Zoques; en Yajalón, Tenango, Amatenango y Pinola entre los Tzentales; en Chiapa y Suchiapa entre los chiapanecos; en Comitán entre los chaneaba- les; y los mismos fabricantes venden sus productos haciendo largos viajes para este efecto. Sin embargo, no alcanza el producto cerámico para todo el Esta- do, importándose al S.E. de Chiapas, ollas, etc., de la vecina República de Guatemala por indios mames de Tenejapa é indios quichés de Chiquimula. EXPLOTACIÓN DE LOS BOSQUES. En las regiones que gozan de un clima muy húmedo como al $. de la península de Yucatán, en las faldas septentrionales de las serranías de Chia- pas y en la meridional de la Sierra Madre de Chiapas, los bosques todavía son muy extensos y solamente en la vecindad de las regiones más pobladas los bos- ques están destruidos en gran extensión, porque los habitantes, tanto los indios como la gente mestiza, acostumbran hacer talas grandes, quemando los árboles y arbustos cortados tan luego como están suficientemente secos; no cuidan el fuego al quemar la roza y así, sucede muchas veces que porcio- nes vecinas de los bosques se incendian; pero por lo húmedo de la vegetación los incendios no abarcan gran extensión y por esta razón en todas las zonas húmedas abundan todavía los bosques. Sin embargo, la utilidad que se saca GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 39 de ellos es poca en comparación con la inmensa extensión de los bosques, tan- to por el mal estado de las vías de comunicación como por los pocos produc- tos forestales que hasta ahora se utilizan. No cabe duda que estudiando bien las maderas, jugos, bálsamos y resinas de las plantas forestales se encontra- ran todavía otros productos útiles; pero actualmente casi sólo se utilizan las raíces de sarsaparrilla, (Smilax sp.), que se halla en casi todos los bosques hú- medos, el chicle de chico-zapote (Sapota achras), el hule de Castilloa, elástica, los materiales tintóreos del palo de tinte Haematoxylon Campechianum y de la mora (Maclura aurantiacea) y las maderas de la Caoba, Swietenia Maha- goni y del Cedro, Cedrela odorata. Los palos de caoba, cedros, palo de tin- te, mora, hule y chico-zapote únicamente se limitan á temperaturas altas y hasta la fecha no las he encontrado en alturas mayores de S00 metros sobre el nivel del mar. Cedro y caoba se hallan solamente en bosques muy húmedos y como flotan bien en el agua se cortan en lugares bastante le- janos del mar, se botan en tiempo de creciente á los ríos ó arroyos y se llevan por la corriente de los mismos hasta la mar. Donde no hay ríos como en el S. de Yucatán, ó donde los ríos tienen cascadas y saltos muy altos, ó una por- ción de su curso es subterránea como en varias regiones septentrionales y orien- tales de Chiapas, no se pueden exportar las trozas de caoba y cedro. Los puer- tos principales para la exportación de estas maderas son Minatitlán y Laguna de Términos y para las trozas cortadas al S.E. de Yucatán, Belize. El palo de tinte se halla en los bosques húmedos, especialmente en los lu- gares que sufren inundaciones periódicas, y se halla también en bosques algo secos, como en el interior de la península de Yucatán. Se exporta el palo de tinte principalmente de Minatitlán, Laguna, Champotón, Campeche y Beli- ze. De menor importancia es la mora que de preferencia se exporta de La- guna y Belize. Ambos palos no flotan en el agua y por consiguiente sólo se pueden utilizar en regiones donde existen ríos navegables como en Tabasco y en el S. de Yucatán, Champotón, Río Hondo, ó caminos carreteros como en la parte septentrional de la península de Yucatán, ó una tranvía como en la vecindad de Champotón. Pero donde falta la facilidad de transporte como en el interior de la península de Yucatán ó en el Oriente de Chiapas cuyos ríos prestarían muy buenos servicios de transporte, si no fuera por la rápida co- rriente del río Usumacinta cerca de Tenosique que dificultan absolutamente la continuación de la navegación, no se puede utilizar ni el palo de tinte ni la mora; á no ser que haya hombres emprendedores que hagan en el mismo lugar del corte los extractos respectivos y exporten solamente estos materia- les preciosos. 40 GEOGRAFÍA FÍSICA. El palo de hule se encuentra solamente en los bosques húmedos de tierra caliente, el chico-zapote se observa también en bosques húmedos como en bos- ques secos parecidos á chaparrales de tierra caliente; de ambos se fabrica el hule ó chicle respectivamente y por esto no importa tanto si los caminos son muy buenos ó no llevándose desde muy lejos hasta los puertos de mar, v. gr. del territorio de los indios Ixkanjá (Yucatán á Campeche). Por desgracia los huleros pican demasiado los árboles, matándolos de esta manera; así sucedió, que en Soconusco casi ya no existen palos de hule silvestres, y las pocas plan- taciones de palos de hule hechas hasta ahora en aquel departamento todavía no pueden reemplazar el producto anterior de hule. En las regiones de tierra templada y fría hay también bosques extensos, especialmente en las faldas algo pendientes de las sierras y en las serranías poco pobladas; pero solamente dan una utilidad local para construir casas ú otros edificios, para hacer tablas, para leña, etc., y aunque hay árboles muy hermosos entre los cuales se distinguen los grandes pinos no se pueden utili- zar para la exportación por la completa falta de caminos á próposito. En regiones muy secas ó muy frías como en la cúspide del volcán del Tacaná ya no existen árboles bien desarrollados menos en la vecindad de arroyos ó manantiales. En tales regiones á veces escasea la leña. LA CAZA. La caza es de importancia mayor solamente para los indios mayas y la- candones, que viven en los bosques húmedos de la península de Yucatán y al Oriente de Chiapas. Para la exportación se aprovechan las pieles de venado y en escala ma- yor las de lagarto y las preciosas plumas de garza que por millares se cazan en el Estado de Tabasco. CRIANZA DE ANIMALES. De mucha mayor importancia económica que la caza, es la crianza de animales domesticados introducidos de Europa. Se crían gallinas y cerdos en todas las regiones de tierra caliente, templada y fría en pequeña escala, casi sólo para el uso doméstico, siendo de mayor interés la cría de caballos, mulas y carneros, que forma una parte principal de la riqueza nacional, concentrán- dose en las regiones de poca humedad, porque allí existen pastos naturales que favorecen mucho la crianza, mientras que en las regiones muy húmedas so- lamente con muchos gastos se pueden hacer pastos buenos. Por esta razón se GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 41 comprenderá que la crianza se concentra especialmente en las regiones de Chiapas, Tabasco y el N. de Yucatán donde hay sabanas, pinares y roblares. La crianza de ganado caballar y mular se verifica tanto en tierra caliente como en tierra templada y fría y se exportan partidas grandes de Chiapas y Tabas- coá Yucatán, siendo mayores las que se exportan de Chiapas á la vecina Re- pública de Guatemala. La crianza de carneros se efectúa principalmente en la tierra fría y algo seca del Estado de Chiapas y los indios Tzotziles, Tzen- tales, Chaneabales y Mames qne viven en aquellas regiones, saben tejer bue- na clase de jerga con aparatos primitivos, usándola para la fabricación de vestidos y chamarras. Aunque la producción de lana no es pequeña, no sobra nada para la exportación, sino al contrario, todavía se importan pequeñas cantidades de tejidos de lana del exterior. En Comitán se hacen hileras de lana que sirven de adorno para las trenzas de las indias de ciertas regiones y se exportan para Guatemala. AGRICULTURA. Los Estados de Chiapas, Tabasco y Yucatán han alcanzado un papel im- portante en el comercio del mundo por su agricultura; el Estado de Campe- che ha conseguido la mayor fama por los productos de sus bosques. El cultivo del henequén ha alcanzado un desarrollo enorme en el Estado de Yucatán y ha sido la fuente principal de riqueza' del mismo Estado. El cultivo de esta planta se ha generalizado hasta tal extremo, que ya no se pro- ducen en aquella región los frutos de primera necesidad, como maíz y frijol, en cantidad suficiente para las exigencias de la población, y por esta razón erandes cantidades se introducen de los Estados Unidos del Norte. Se limita el cultivo de henequén á regiones secas y calientes. En Campeche el cultivo del henequén es mucho menor. En Chiapas y Tabasco insignificante, utilizándose en estas regiones para la fabricación de lazos, hamacas, redes, etc., las fibras del maguey que no se cultiva en grande escala si no es para el uso propio del país. En Comitán (Chiapas) el cultivo del maguey produjo una industria especial haciéndose un aguardiente famo- so “comiteco” por destilación de un líquido compuesto de los jugos de esta planta y de la caña de azúcar. El cultivo del henequén se limita exclusivamente á regiones calientes y secas; el maguey se cultiva de preferencia en tierra templada y fría y en re- giones no muy húmedas. El café está llamado á representar en lo futuro el mismo papel en el Es- N2 3—6 49 GEOGRAFÍA FÍSICA. tado de Chiapas que en esta época representa el henequén en Yucatán; el ca- fé es ya el producto más importante del Estado, aunque hasta ahora solamente las plantaciones de Soconusco han dado cosechas importantes. Al N. del Es- tado, en los Distritos de Moyos, Tila, Tumbalá, El Salto, Pichucalco, ete., últimamente se ha sembrado mucho café y dentro de poco la producción de este precioso grano alcanzará mayores dimensiones. Las mejores condiciones para el cultivo se hallan en las alturas, entre 300 y 1,500 metros sobre el ni- vel del mar en un clima húmedo. Sin embargo, el café se puede cultivar tam- bién en tierra caliente, pues en Tabasco hay plantaciones casi hasta el nivel del mar, así como en regiones secas como en Tecoja, Departamento de Chilón, pero en este último caso se debe dar mucha sombra á los cafetos. Cuanto más fresco es el clima tanto menos necesita de sombra el café, y en alturas de 1,000 metros casi ninguna sombra se necesita. Si en alturas considerables se siem- bra el café y se le da mucha sombra, las matas crecen bien, pero no salen ro- bustas y producen poco. A más de 1,200 metros la calidad del café es mejor, pero la cantidad disminuye y se corre el riesgo de una helada que pueda des- truir algún día las plantaciones; y por estas razones todas ellas se hacen en alturas menores. El cafetal más alto que he visto en el Estado de Chiapas está á unos 1,550 metros sobre el nivel del mar. Aunque hay relativamente muchos indios en Chiapas que trabajan en los cafetales, favoreciendo esto mucho el desarrollo de aquel importante ra- mo, sin embargo, hay un obstáculo muy serio, y es el muy mal estado de las vías de comunicación, lo cual hace el transporte del producto difícil y costo- so. No cabe duda que el admirable desarrollo del cultivo del henequén en Yucatán, en gran parte se debe á las buenas vías de comunicación, como fe- rrocarriles y muchas carreteras que existen en aquella comarca. El cacao crece silvestre en los bosques húmedos de tierra caliente, y se cultiva en mayor escala en Tabasco y en los Departamentos de Pichucalco y Soconusco (Chiapas). El producto apenas alcanza para el uso del interior, y solamente del Departamento de Pichucalco y de vecinas comarcas de Tabas- co se exportan cantidades considerables. Como el cacao, también el añil es un producto de tierra caliente, pero el primero está limitado á regiones húmedas y necesita mucha sombra, y el se- gundo necesita mucho sol y se cultiva en regiones áridas. El cultivo del añil se limita al valle del río Chiapas, especialmente á los Departamentos de Tux- tla y Chiapa, pero por la invención del índigo artificial los precios del índigo natural han bajado, y así el producto consigue precios muy subidos solamen- te en el comercio del interior, para el uso de los chiapanecos y guatemaltecos GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 43 que vienen á comprar el índigo en Concordia y en los Departamentos men- cionados. Se exporta á Guatemala y á Europa. El algodón también se cultiva generalmente en tierra caliente y seca, con especialidad en el valle del río Chiapas, donde se ha establecido una pe- queña fábrica de mantas. Pero esta fábrica no produce suficiente manta para abastecer todo el Es- tado, ni hay suficiente producto de algodón para el mismo objeto. De esta ma- nera se importan algodón y mantas al Estado de Chiapas, y en mayor escala se importan tejidos de algodón á los Estados de Tabasco, Campeche y Yuca- tán. La mayor parte del algodón que se produce en Chiapas la tejen los in- dios con aparatos sencillos de construcción primitiva precolombiana; saben teñir sus tejidos con jiguilite (añil), como lo habían hecho sus antepasados en tiempos anteriores á la conquista. Otra industria de los indios de Chiapas es hacer sombreros de paja, los que se exportan para Guatemala; también tejer petates, que saben teñir con palo del Brasil; y los adornados de Motozintla, de Zapatula y de Tzimol, gozan de buena fama en la República de Guatema- la. Por el contrario, hamacas y redes se importan á Chiapas por indios gua- temaltecos (Txiles). Los indios lacandones, al O. del Estado de Chiapas hacen uso para ha- _macas y lazos de las fibras del palo Jolocín (Heliocarpus sp.) y hay que pen- sar si no se podría utilizar este material en mayor escala en empresas indus- triales. : 3 La caña de azúcar se cultiva tanto en tierra caliente como en tierra tem- plada; en pequeño, el cultivo llega hasta la altura de 1,900 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, casi todos los cañaverales se hallan en regiones calientes. Se usa la caña para la destilación de aguardiente y para la fabri- cación de azúcar refinado é impuro. La exportación de azúcar es de poca im- portancia actualmente, por motivo de los precios reducidos que obtiene en los mercados del extranjero. El cultivo de la caña se concentra especialmen- te al N. de lá península de Yucatán y al Estado de Tabasco. El tabaco se cultiva principalmente en el Estado de Tabasco en mayor escala, de donde hay una exportación considerable. En pequeña escala se pue- de cultivar el tabaco hasta una altura de 1,900 metros. Trigo, papas, manzanas, cebada, avena y otros frutos europeos están li- mitados en su mayor parte á la tierra fría, donde únicamente se cultivan, co- mo en Chiapas, en escala regular. d El cultivo del trigo se extiende en Chiapas, de 1,800 hasta 3,100 metros (volcán de Tacaná), y aunque es de cierta importancia y hay molinos para 44 GEOGRAFÍA FÍSICA. beneficiar el trigo, sin embargo, el producto no es suficiente para abastecer el Estado y por este motivo se importa todavía harina norteamericana. Los cultivos de primera necesidad, maíz y frijol, se hacen igualmente en tierra caliente, templada y fría y en regiones secas y húmedas. Las milpas más altas que he podido encontrar en las faldas del volcán de Tacaná están á 3,100 metros de altura. Aunque es muy grande la producción de maíz, al- canza sólo para abastecer la población de Chiapas y Tabasco, pero para Yu- . catán anualmente se introduce maíz y frijol de los Estados Unidos del Norte. Haciendo una revista sobre toda la producción de los Estados de Chia- pas, Tabasco, Campeche y Yucatán, se ve que la Agricultura es el ramo más importante y como se puede extender muchísimo todavía, especialmente en el Estado de Chiapas, se comprende que la importancia económica de estos Estados será mayor cada año, si el desarrollo de la agricultura que hasta aho- ra se ha inaugurado sigue aumentando. Y aunque las riquezas de los mine- rales parecen ser limitadas, sin embargo, la tierra de aquellos Estados pro- mete recompensar esta falta por su fertilidad y la variedad del clima, «y por estos motivos se puede esperar que aquellos Estados entre los cuales hoy día Yucatán es el más importante, en lo futuro formarán una de las más felices porciones de la República Mexicana, y si la población regida por buenas le- yes y dirigida por buenas autoridades, hace un uso más y más extenso de las favorables condiciones naturales, el progreso debe ser rápido y sano, y si no fuere así, no podría culparse á la naturaleza del terreno que estan favorable y rico, sino á otras causas que no se pueden predecir con anticipación. LISTA DE ALTURAS DEL ESTADO DE CHIAPAS. ES Departa Npuacate (pasoldel elo) Poema cnocaneaoosos acaso La Libertad...... ¿ere (Maier) oocossosacnesgancone nonacondeVadas: Comitdn...ococmo. ¿Nteriza (Le), Eáar soonseacaooado duo dobonUOOBDNdRS 12M Sello cocoosooos 'Amatenanco (pueblo a conoceeo none co nenccnao coses El Centro......... INENEAAAO (AUN) bos soVsogea o acocacoVUacaGOS Motocintla........ Antonio (San), cerca de Laja Tendida. ......... La Libertad...... Antonio (San), hacienda cerca de Ococingo.... Chilón............. Antonio (San), hacienda cerca de La Concordia. La Libertad...... Bárbara (Santa), hacienda. ....coocoococosoconoom.o Made) socoóneanes Bartolomé de los Llanos (Sal)....oocococcnon...o. La Libertad...... Bartolomé de los Llanos (San), CerrO............ [IG Taibo losoceconeood Bartolomé Comistlahuacán (Sal).....coomommmmo.. Pichucalco........ Bartolomé Comistlahuacán (Sal)......o.ooomoso... 15 (EJiNos covovacuongo Blanco (Río), paso Mispilla.......coomoocccooroocnos La Libertad...... Blanco (Río), paso San LáZaTO.. .ocoococomeoco.... IG lstIMs coconacaocas Blanco (Río), paso SoyatitáM. ..oocoonocociooono... Idem. Blanco (Río), paso cerca Julta....ooocommmmmom...o Motocintla........ Blanquillo (Río), paso entre Pichucalco é Ixta- ONE MNococonosooononsoocooccoueaDoVo bensVadoDaocoV. Pichucalco........ Blanquillo (Río) paso OSUYAPd...occoococcoooonoss Ilo kelaas covococosoue Bodml (esca) sesosocoososaoronsaVoVontacodeanados Mezcalapa.. ...... Bolonchacicerro y cuna aaa sase La Libertad...... Bravo, paso del río cerca de MOyoOS.........o.... Simojovel......... Bic, (Meuience) hosessenccncoooedosorosdovacenda: El Centro......... Cacaté, paso del río cerca de Ixhuatán......... Pichucalco........ Calvario (El acen osea: Chiapa ....oooo..o. Cerijoama (tad nO) ba oncororoseoocosonocoscooooDoBadaS Comitan Campumá (Santa María), hacienda.........o..o.. Tem. Cénatto, ¡Ana O bspoopadsooccaoooa saco caonasPD OP BRdDOS El Centro......... Cancúc, cumbre entre Cancúc y Yochiú........ Ho lSTSO docaccocuoso Candelaria, hacienda cerca de Teopisca......... LETS: conoc 0h Candelaria, cumbre entre €. y Río Blanco..... ¡ST boccooouudeo Autor. en metros. SapPeT...o..... 920 E IA ORE Saa 1,820 O boedo 1,550 E onbdbnoso 1,815 da 895 A is: 600 taa 890 Ad US AER 540 A ds 740 o OSGEondOs 795 onde 1,190 ME 1,385 RovIirosa....... 1,394 SapPeT......... 940 ES DAbCOE: 840 y ledocsaód 640 tasas 860 A EanOS 90 39 |! ódbavaoos 30 E E cOSanoS 1,100 E UoSsEnoS 1,150 aaa 190 E ona: 1,260 em PEpnEDonOS 520 Ea 1,040 Lo ooGGnore 3 780 A on oanadds 1,520 dc 1,430 e MM Sconadsdo 1,700 PONY Adocccobss 1,760 ey 0OcobODO 1,770 46 GEOGRAFÍA FÍSICA. LUGAR. Departamento. Corbeta o Cal Caribe, cumbre entre €. y Arroyo de Culebra. Idem.. ............ Carmen (Elan La Libertad...... Carmen (El), aguas calientes y baños............ IAlEidso: cossonoaooco Carmen (El), hacienda cerca de Ixhuatán...... Pichucalco........ Catarina, hacienda cerca de Chicomucelo...... Comitan Clara(Sat cd SOCONUSCO...o.ooo Coin ComitdM...omo..... Comitán, cumbre entre C. y Volontau. ......... Comitán. ....oo.so Concord (LU La Libertad...... Cristóbal Las Casas (San), ciudad.......ooomm..... El Centro......... Crrisata) hacienda os Mezcalapa.. ...... Cruz (Santa), paso del río cerca del Real........ Clallioacosonoccoso Cruz (Santa), cumbre entre C. y San Antonio. Idem.. ............ Cmilido Viejo, alv. onscoco bo nadocecconaiasa SOCONUSCO........ Culebra, arroyo (primer paso).....cccoosmomm*»*...o. Cil soco000nvonce Culebra, arroyo (décimo paso).....ocoonccooc.«.... ¡lokos oovonaovonss Culebra, cumbre entre C. y Laguna Redonda. Idem.. ............ Cu deco Comitan Chacamás, paso del río en la Reforma.......... 121 lO .do000000 Chacté, paso del río cerca de Cancúc............ Cil boscocoubcoos Chantichajk, paso del arroll0 ......oo.o.o..o.o...... Le sogbócoueuos Capa ca rd E Clair assooononona Chiapas, Río en Santa Isabel.....ooo.con..ncnc...o. Conta Chiapas, Río en San José de la Canoa.......... La Libertad...... Chiapas, Río.en Chlapas..occonoccoccncanionncnnonos (CIELO ooocovosouas Chicomucelo, pueblo...cococonccoiocann dosdanenads Comitán. ......... Cin Motocintla....... Chimalapa, cumbre entre €. y Mazapa.......... sa cStonO Dlats (Las) naa nc as assousacrmoo canoso covogen9o MU, sooouocabooo DESTA e ONE OO Domingo del Palenque (Santo).......ocooo.oo.mos. ESO ¡NOS (CAN) Eta ososoccanod are tOn e scrodocnusocociaa INTERE docononoceno ESCOCIA oa USO Pichucalco........ Escobetazos, paso del TíO.....o.cooccococncoco cono. (CiWer ocosocococs Escobetazos, cumbre entre E. y Chiapa......... l6lEfms> boodovacunos ESPEJO. Paralelo aL IA MI ES spirits anto cn La Libertad...... Spiritus anto cun CM Felipe Ecatepec (San), pueblo......ccocooococco...o El Centro......... p Felipe Ecatepec (San), cumbre entre E. y La- iones Eos El Centr0......... Felipe (San), hacienda entre La Concordia y CAC o La Libertad...... 196 (EEE) teo cooccoaor a bnocerosVodonadanÓo Pichucalco........ Hrancisco (Sam) haciendas... ooo Comitán. ........ : Francisco (San), Motocintla.......ococoonoccocosm.». Motocintla........ Gloria (La), hacienda......oo..ooommosoo.o 00V0dÁ0000ES . Mezcalapa........ Autor. AS 5 Sapper........ ; 670 O SACD . 960 AnS bOSoado 520 OSO cas : 440 dd ebodonSso 600 as , 645 O EAS OEAOS 35 dm ccobdoasos 1,620 ASCO 1,885 POE ENADES 5380 ON AONÓS 2,090 RovirosSa....... 1,400 SapPel com... 590 NO 1,200 A) 0009g0aDÓ 560 e dais 770 EN aso ano 870 A 1,060 dl ¿0000b00da 710 A aa 50 MNR RADOCOAO 750 o 870 es 420 a: 590 IAE ARCE 490 A ii: 390 a 580 AOS 1,440 IES DS 1,600 co Ropodus 610 Sapper........ ; 160 ES AGOR 1,240 Rovirosa....... 1,328 SapPeT.....o.... 955 Ann adas 1,040 POS SNS 390 OA 540 CONO Mie OB RSOuoda 700 donas 2,140 ZAS 0 IO ECODOÓS 600 pl fobao000d0 510 ais 1,940 an 1,400 A EbaEOOS 1,865 GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATAN. 47 LUGAR: Departamento. Autor. as. Guadalupe, hacienda cerca de Totolapa......... La Libertad...... SapPell......... 460 Guadalupe del Valle, hacienda cerca de Oco- EMNRO noocococoDoosadosOnNOnOnLneTCOcONIvOdSOSOVOdOsds A o E 880 Guatán, paso del río cerca de Huehuetán...... ROCMWE CO... o00000 ldsscuouedabasesnes 20 Cuevalntas, Ina eieno BasosoaoncosnonooooBoVsoseccasod Tuxtla A caracas 340 Horcones (Los), aldea...ocoorocooconnorcconiororos. Pichucalco........ SaPpPel.ococmoo. 310 ¡SMENTIENsscosocoposo bo ccobOncocdnoNE io dd o OU ABODaDO SOCONUSCO........ COROLA RA 35 ¡EVEMENES, CARD: oo0VoonaononVarobosOVOnOSocosoUnOnos El Centr0......... Rovirosa....... 2,704 EWOtE nee, CERO: onococooenoropnocoso ts RosoroGSEOsa okm Sosoncoccios MeyelS....o..o. 2,761 Isabel (Santa), hacienda......oocorocoonosimoom.o.... COM comandos 600 Ixtalhá, paso del río cerca de San Pedro Sa- Dados olor ENS to SapPll...o.m..o. 200 aarEmEaoya, CAR. oooosoo0onooudobOVOSeodeadoO Pichucalco........ Rovir0Sa....... 840 ITA poso do9bdO PORO OOO oOP ORURO PARE ALOGOGónS Td A SapPerionaane 515 ION round no nRc dona OOO CSOAaS Iokerao ooonsovonaco SAIs 210 Ixtacomitán. ...... il Sada 1d ts ooosouonovos Rovirosa....... 176 ¡Too bo0dnodon nodo Loa 9OdONdS POnOOObOdOSOApONDSOSGO Clav oscou0vsvo SapPel....m...o. 1,070 tapa ao dae deaacis coo ona O SERLE 1,020 Jaca elo copocona onobobsabo toto so oO OSE ANA Comitan ltda ostia 750 Jolmax, cumbre cerca de San Pedro Sabana.. El SaltO.....u.o.... occccocecccoconons 790 José (San), aldea cerca de Juncand............... (CONTEO: coc000000 SET ME Poocosboso 1,285 José (San), cumbre entre San José y Juncaná. Idem.. ...o.noomo.. ooconesonocoronnss 1,675 José dle la Cama, (Gro) bovoooosooobononueddaconacaodo Ia eaccosiposcosoococbodaDo: 510 José Montenegro (Sal)....occcoccncccncncocconconoss Comitan CDAS 760 José (San), cumbre entre San José y Camohá. Idem.. ....oocommco.. oonnoonccnccnonnos 1,430 Java, lnaaemtls ooodocoonocororonoVoBoducoDObdaneVa MCU Seo nbosobebn SapPel...com... 1,495 TW (Sea). En MEE oo pooco no ano ddOcO NP rocas SOBEBEOS La Libertad...... ON 510 Jia eme, aa. sosocVosoboorooVoDc raso OodadooO (Commieios coseno tl eooeoo do podais 1,525 JU ta ocio Soon Moro Ecocososo > ddbdovoVodooooresa 810 Tacantun (to) ena Bola ca docoaacsss Oli ooocccdocae DORE NAO ODROUEiAS 85 Laguna, hacienda cerca de San Francisco...... Con aa casos 2,175 Laguna, hacienda cerca de Cuxhú............... TS em 790 Laguna, hacienda cerca de Ecatepec............ ECC Y dond gatos 1,430 Leen IeMEn oo00Vacouadovancc OOOO OsdbacasOOdodabos Conil. oovocodas |. 'daeoooapodaboboras 1,540 Laguna Redonda, lagUNa.....ocococoomeniocommmos.. (Clari Banoooococacos | UEScoEsnooacoBodo 960 ILesumtia, nciOntvoronceococobu o VTasodoSUOsSaUEGON ENCORE lirios 1,950 aa lendida acen dia adaa eos A oca 545 Pajalendida Cross: O A 900 Laja, paso del río cerca de Testaquín........... Ciel Measssocorad RARO BOO IESO AiO 965 ILévanro (SE) Ine a EeooocondocoscocousbbdSbgR. 6£y Aiocntacloocoss | n0nsooocodonosooe 980 Limón (El), paraje entre Teopisca y San Lá- VADER AO Sr OOD OOO OOOO ESA EO CORSO ESRUneBO TA a losas 1,100 Liquidámbar, paso del arroyo......o.o.oconommo»o. El Sao eros otecaicasidos 1,230 Liquidámbar, cumbre entre L. y Tila........... A ia 1,330 Lucía (Santa), hacienda cerca de La Concordia. La Libertad...... .omommmommommmr.*... 540 Luis (río de San), paso cerca de Soyatitán..... Io bacoocconeb ODE UdOcOnDOOBdBAD 980 Mal paso, rancho al S. de Chicomucelo......... Comino antena illa 700 WierzermtlEs ALEMRO coDoV0000VNcTOOdODaTONCEOOrEVUdnOVNOO Mezcalapa.. ...... Rovir0sa....... 2,127 48 GEOGRAFÍA FÍSICA. LUGAR Departamento, Manzanillo ld os Si ases Mezcalapa........ María (Santa), hacienda cerca de Santa Isabel. Comitán. ........ Maia Sa A Simojovel........ Martín (San), cumbre entre San Martín y Mo- MOE bo opnopendo copo cano pOc Ono AO GnobOnaRaO ¡lts osoccnansos Maza o SS Motocintla....... Mercedes (Las), hacienda.. ....ooocococonoccanocinos MielBlcoosonaosns Michol, paso del río cerca de Palenque......... IM SellDoccodoms Miguel (San), hacienda cerca de San Bartolomé. Pichucalco....... Mi a La Libertad..... Mitzton, cumbre entre San Cristóbal y Teo- DEI 0000000000000000000001ASRRÍBOLN00AL00nLOVDacDoe El Centro........ Motocintla (San Francisco).....oomomommmmmm»>»o.r.”>o.. Motocintla....... lOs) ¡IE NO 0000000000000d0ARgBODDononoao 000000200 Simojovel........ Nara, aalentElcooosoeasogeaeoacaooovanVonVVaaas (Cin cosooao0nas Naranja, paso del arroyo cerca de Tenango... Idem.. ........... ¡Ntqyuival, elle s0000000noraoddgaDdRaGaVoVo coo duoDasOs SOCONUSCO....... Nidos (LES) ¡Era O voseogagaaVRagVorooscoeoVagase Mezcalapa.. ..... Nubes (Las rancia l0kE1Tio oacdonasose Nubes (Las), cumbre entre N. y Manzanillo... Idem.. ........... Nueva (La), hacienda. ..oooocococoncononnonccnnnanso Comitán. ........ Nuevo Mexico acond AS els La Libertad..... Odouirzn, amratloonsinonooradadsVonaoorocsonoVaDasas Cial oosocusosos Ortiz, paso del Río cerca de Santa Clara....... SOCONUSCO....... Pachén, paso del arroyo ....o.coomomocsnscasnanaaoos La Libertad..... Pahaltipé, paso del arroyo.......ooooomorosoomm*.*..o LG liiNso odosaosogas Palenque, ruinaS.......oooom... SAO d90sovoNaVaRóVOnaodO 1011 SElO 00010005 Palo enmenillo, JnaeramcioooocndocarorrodoVVodaVoasos Comitan Raloferande acond iS io: SOCONUSCO....... Palo grande, cumbre entre P. y Pinabete...... 16 EltNos ososadónese ¡PEA 0 00m00000009OrOROOSTVVRdOdOaVdOVoBsVaVrcaVo0o Mezcalapa.. ..... El Paraíso, aldea cerca de Ghicomucelo......... Comitán. ........ Pecho Selyara (SEn)bosoconoconpocosnadonodomosaVaas ElSalto a. Pedro Buenavista (San), hacienda.......o.o..o.... (Clero sacoconones 126 180, lA s00000000000000ROdadO00 Vo dOVÓDooVVoVoc Calo ¡eniealeOo00mnno00nsocoRnoDaBEnoaO rnopcaotoV9V0NS Pichucalco....... ¡IBcolnal (La), InatancE.coovosaboVonocuoncobocoV9e0 COM Pnabeceralddai a SOCONUSCO....... ¡nos ELA coduooobo ve oo POS Ron Oneca DoDaDbEVO0OO (Civil moodocosdnso ¡Momycnmi (10), o sovvacoodaBOcOnoSucddVOVaboaooos Motocintla....... Primavera (La cate aa El Salto.......... Prode ota Mol sososcoaces ¡mara (ALE), Maat soorocns9sosacooocacuasododOnE Pichucalco....... ¡Pron (Le), Inca ncblsooncd tada OcOoconudasononaYas 16 /EXTdo: osvovaodaos Punta (La), cumbre entre P. y Zacualpa. ...... ¡6er oavacósosas Puscatán, paso del río cerca de la hacieuda de IDE dE sodsocoborno co o doo doo Oo dE Daga: Simojovel........ Qu a Comitán. ........ cosoronororsonssrso coreo ocrrscssco.a Porcroroorooso..oo conorcornorr.n co... oocorrorocoVor coo escnsorsrssopor...o Porco ccroroocooo.o er occorpacororer.. Sorerorcrocoronaso poneros rorocsro..o eooorocorsoncooo.. oo0recoonorssr.ooo oroorccosooocoo.o.o Porcrrsrarorcocces coro roorncorsons.o corororornoccror.o conorcorcorncoo..o ooooorccosVococo.o oroororrrrro ooo... cooororororrrs.oo eoccononcorcoo.o.o ensorosororoncrsso eococorrrcorcroro Altura en metros. 1,950 600 360 490 1,260 795 120 1,125 1,115 2,400 1,400 680 1,070 920 2,720 1,750 1,816 2,040 705 570 850 30 540 430 210 630 845 GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATAN. 49 LUGAR, Departamento. Autor. Sajmiehos Quistaj Corra oia ciiebdeeslss amo TA oO ed 1,735 Rastrojoy Cafetal to el asen IAE 0000000 ISO UAS 1,360 eE acen cores ellas eme Cial no ovaciod OO OB CON EGONnOs 630 INEEMO, ESTE ososodo0docac donna aso O gaBaGÓaA Mezcalap a ade 1,380 Relicario, cumbre entre R. y la Gloria.......... 1 ooo OEA 1,470 Rita (Santa), hacienda.....occccoocconcocinanncnneoo La Libera acosan 845 Rodeo madeira ata aa MA aa 2,640 Rodeo, cumbre entre R. y El Porvenir......... O o. codes; ROBA aa 2,940 Rosario, hacienda cerca del Carmen............ LA Lit ies 530 Rosario, hacienda cerca de La Goncordia...... Ta A ion 540 Rosario, hacienda cerca de Sacramento......... Mezcalapa o adosados 890 NOS ALO MAC atenas psss Comites 745 Sabanilla) pueblos. .oositasascaguaciosias aaa SO cocososo Padod Ones po ode Ode 330 Sabanilla, cumbre 1? entre $. y Tila............ TR cosa 1,340 Sabanilla, cumbre 2? entre $. y Tila............ os 00006 EA NO a DaSnaooOS 1,390 Sabinal, paso del arroyo entre Manzanillo y Sa- CraMen Ocotal aia Mezcalapa asno 1,300 Sabinal, paso del arroyo cerca de Campana... Comitál. ..s.m.oro eoorrrcnnnnnnonnns 760 Sacehanas hacienda canso da caida da VA aaa 1,350 SAGRLAMO, eaianoesososonodacn oponga ccocaoas Mezcla enn 990 Salado (Río), paso entre San Lucas y Toto- da ateo osos ata eaaiia INC ua oonoa TARO SEO Aa 950 Salvador (El), hacienda....... UNT E 670 Samuero, nana Arvoccosmoounononcoro dcnsocurocncona CI Esoao naco EOI EOS CRBha 560 Seco (Río), paso entre Soyatitán y San Barto- INR acoono osa nano poco AAC OOOO OaOgdA ¿La Ilemacisos. poonasscconosscin 780 TACA sr coseno NO Sada ECC eric isla 2,100 Sinacanta, cumbre entre Sinacanta y San Cris- Oran ne Elena enosa pte sosa 2,300 colacao anams ca do Cal ascos 975 Sivacá, cumbre entre Sivacá y Tenango........ TA sonal 1,620 Solosuchlapa aldea donde dela apela Pichucalco.......,. SapPel.ccsmm... 325 Sombra (La), paraje entre Primavera y Tum- ¡EL sonado oo AAN 15 Sell :ocoovoceos Dr. Karsten... 1,400 oidos Mezcalapa......... SEJNEBooaonoo000 1,140 SOME raton sano cto bre co P AA O OOO ISCOS lla sano ...so, .0apeVoaVacoVonoras 875 Maca dead SOCONUS CO o 3,990 TejuelamElsooacaonanooconoononcuados issobasdnsccagodaso IIGlEMMAS ocacarocone 1 ponoRoSopada9oaaso 180 TEJENENE) MENO NO soco0occoroaaoostado nebocedcouaDgSod Coramtizhdscococoooco | podaVeponascegosdo 1,260 Tapatera, cumbre entre Tapatera y Zapaluta.. Comitád. ..ooccoco .oececenonrenanon. 1,550 EYO ENS noes psanobonoo nan odosogObASOR Odd OOO pObaODa dame... | bovodanononanonose 820 Md ell ici demi Rovirosa....... 753 Mapisalas aldea salon ld isicias (Oro Meta. conoccosa SapPel..coomco. 700 Tecojá, hacienda en la orilla de Jataté.......... Ol soocococoo BOSA OCOABGAE 560 Menea lala else 131 Comi oooccoose od0eococonVoVasoco 1,970 Tenejapa, cumbre entre Tenejapa y San Cris-. leas Is oso cacon RARA SO BAOENCOdO 2,420 Tenojpá, paso del arroyo....o.ococoocccncncormom.».. ENS A 170 50 GEOGRAFÍA FÍSICA. LUGAR. DEP AS Leopisca ii aora TON Elentir oia Teopisca, cumbre entre Teopisca y San Lázaro. El CentrO...c.cocno oocorosccrnnconono Mepancuapa hacienda aa: Comitan IRON MEU o ocncoc abs adodoOLVnVoVodOVBODÓO Td ORO Tepehuis tam ie SOTOMUSCOA TA Teresa(Santa) nacidas (CIMEJTA onoacananodo donansanoVanconono Mereso(S a did Simajovelkossss arodooonmanocccoo IReSiaruita, neiemcs acoso 00Bs9eEnVOoocNoVVococO90aOOS (CiMETO oosodasocio: | ponooondgacocososo MEC O ¡Ad amecnlOO subo. ooovononanonoocoao Mera Colorada Maceda a ENCENtTO ASO incas ON ose ES coi Mp as od cas TAM todoo XCUA an ese Motocintl a atasn AE PROA Ebo co oa AEAO RO cOONdono dono Spb Tot isa INE Ebo oo corbodsooUaRadOdb Ca Asco poa uo una DaBMDO e sons npnondeocados DeCS ins l AO Rleo Mona opa Tia la o AA a oa da oso spoodoSa Trinidad (San José), hacienda.......oommmmmoo...o. (Clay Mbscocoocosso | Sodonconasabaooco Tveletic, paso del río cerca de Quistaj....coc.oo oorococrccccnrononooo SaPPel common... Tulijá, paso del río cerca de San Pedro Sa- ¡SEYIEA D00o000OHOnOAUTODONTODAPBRBSOODOs00adOSaR990UNOO 151 Eli: :ao0000000 | dodoconcoonaccnts AN ESE coonococo opten abocado dosbEOBUagUÓdO aan casco acosa ARPUAMSElE?, CUNA oovno0V.009VRnnononooaVoconSnoDoVOn VA Ro O Ioale, CLIN o00000d00VVuooodO ono OddOAg0OVnO ICE: vscosanosoco Dr. Karsten... EU GU Sa ias Ieaal covsssooooue SapPel..occooo IA AG NO NO) CEA o000ababredosos conosoouonendos Pichucalco........ RoVvir0Sa....... Usumacinta (Río), confluencia del Chixoy y Elo dela Bastón os Caldo SaPPele.o.om... Vicente (San), hacienda cerca de Totolapa..... La Libertad...... EN GEO eDO Vicente (San), hacienda cerca de La Concor- Mi ost ad o Vicente (San), hacienda cerca de Chicomucelo. Comitád.....cuocooo eooooocnonnnncn.o: = Vicente (San), hacienda cerca de Soyaló. ...... Me Vicente (San), cumbre entre San Vicente y So- Neo iaa aloe alte ES Uno matando Vicente (San), hacienda cerca de Trinidad la De telas danes 10 4er Saa Sojo O eo poaioaona Vicente (San), hacienda cerca de la frontera... (Comitál. ..o.oocoo enororcacicccocos. Volontan, “alle ansanaas caco ae COMA TUS Volontán, cumbre entre Volontán y Soyatitán. IdeM.. ....cooo..óo eoccncccnncncono no Vtelko (3) Inacitnc ErsodooonsdocosaccuonoVorasbacass lle Iioeriar osos ascoroncsaacoreso Wenvluena, EmenOsov00co0suadacurosnoVocodoVoaonos COMA Merbabuena E Lalibetid a Na Yochib, paraje entre Sabana y Palenque....... Elsa iaa Vocmú aldea e OA a o EC toa Yochiú, cumbreentre Yochiú y Lenejapar ea aaa Yucuahá (San José), aldea. ....ooonoccono.». ¿00000 Comitan SappPer...... Altura en metros. GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. 51 LUGAR, Departamento. Autor, a OTE, MECIONC E o cvosuornososoono nodo O00O000OS 12 EN: 0000000 000g00000B0OG00nRN 390 A A os dem... Rovirosa....... 380 oil Comitán. 2.0nane.. SapPel..cm..... 1,530 Yao, EMO o 0V0ocovoroceosorcocooo Vds VR dÓnTRS Moto 2,390 Zapote, paso del río cerca de Yerbabuena...... LADA iaa ooo 890 LISTA DE ALTURAS DEL ESTADO DE TABASCO. LUGAR. ALO os Agustín (San), hacienda, jurisdicción de Tacotalpa........oooomomomom.o.. Sapperaas 60 Camrajea, jso cel mos ovovocvocosuonoscocacoracodda RO PRSBObESAdODaVcoDaDa bt 170 Cangrejera, cumbre entre los ríos Cangrejera y Choconjá............ o 560 Chacamás, paso del río cerca de la ReforMa...ococoococcncconncocenonana eooencenoceenoos 50 Cioimiqunje, peso clell M0sovoovosocoseaonosVoVocoorosoDe osa da OPE beoRSVaVaVadoa (pOdNODdOOUOVÓDacOS 80 Chocoljá, paso dell río; y La Concordia, monterla....ocoococononeccnonos cesesacscocaaconos 120 Espejo, cumbre entre Chocoljá y Paso del Macho.......oooonocecnennno ernoneronncanncnos 530 Erotic as otelesellJaass: 00 Ixtlán, hacienda de la jurisdicción de Tacotalpa.......oooooccecncnncnnn. envoncnccnnonanros 100 os cUnicevesue do dead alone ea cod das 40 oasis edo elias 80 Jem Jeria (GATO poco coodoo conca oso eo IS UaTO PO O BORA paccooPOdAO NN IPR DO Cod IdSOaGOSOS 10 cdo, ¡Eso cli rr OR ARATGNSCcOS AO ERARIO ROnDOd: 150 NOSP PIS a OaS nao lA osado 100 Pa, sn COMO o sangcondoca codec roto ocasOddnOcdóoDo denso acodercocosd9s. PEDOSORDOCOASODGES 60 Pomona, ornato ROS ROBE ORBE CO ODO SOS TCOOEDeN 60 Pomoná, cumbre entre Pomoná y el río Chiniquijá......ooococonnencoo 0oronennonnanonnos 400 ¡Pula INUEVO cosocotrosondos Lodo O OO coo OOOO TONO CONO APARTE OOO OA SEO BONO A ORO PEOda nO: 30 ¡Rear (lle), momena, (O AoococonobononoocorobasococoDoOaRdORDoVacododo0s pd00NNaDadODOno00s 50 Mc ela leid leales aldanal dales 60 Met lia aeole aseos islas isa nenes 60 LISTA DE ALTURAS DEL ESTADO DE CAMPECHE. LUGAR. Autor. en metros. BekApasordelnio ceca coat ile danes SapPll.o.m.o.... 210 Bek, cumbre entre los ríos Bek y ChechéN....o.oococcncnnconcncnnonacnos eonronananancnnnno 270 Boloadicenman oscoobooucocoOPoOnoVddORcosdnad OP LOcOOS IO dOnOPOTOODONAAOÓDAVOEODN | adUDOOPODOONaDSO 140 Cacá de Xkanjá, cumbre cerca de SojlaguNa...vcoconenocoennccnonensenes | econrosocccaonanos 310 Caoba daa d ddes 170 CEE ETERNO eueoconcooooo co REoO nio ooo Rca co ooo TE LAA ODB DOCS 100 (CEC, EEE oooonnoodos IO OOR IIA SONORO POR BO O cOcOcÓCUaO EROS DOS RdOOUdOdO 290 Cieyezané, estara q TEMO covoscooo oe urooPodVocoOS OO UUBNSLOnOOGOREgÓ960) pSDOOTOROOdOdaBEnO 170 Chayaxché, cumbre entre Chayaxché y ChunjabíN....o.cooococcocnencno cererroraronaronns 225 Checoacopaso da os aseos 230 Chunchintok........ A A TOO ATO CABE 80 59 GEOGRAFÍA FÍSICA. LUGAR. Autor. as o CUM OO a ISSO 200 Chunjuas Masuadacicid: AA 230 Chunjuashcumbrelcar Chun 250 Chunjuas, aguada y rancho cerca de Pimienta. .occocncnucnccnccocnnnns esnencanecnananinn 170 Chunuastaguadaccicid: NS 100 Chunjuas, cumbre entre Chunjuas y Chunchintok...o.cococcocconconos eroccadossnnanans 120 CA St 170 Chun RN , 230 Exc O SNS oSe 110 1cané, cuilors Galo adas y/ AU MooocosoocnadocoosnonoroacdrosoonVoso duocbooo9nPucoseco 130 Felipe (San), cerros al S.E. de la línea divisoria con Guatemala..... M. Rock....... 400 O E E Sappel cencocoo. 200 Ha RON AO) O E e 60 A os ucoouosoa Bo oarcocióOS OOO E RCOuOPoISS 160 Teaiche ada a O 150 Murdoc ea en 0 A a e A 110 CMC A 160 Ixcanjá, cumbre entre Ixcanjá y Chunjuilz....cocccooccnoonccoc.... DOD8990 | anabdnoodoJooaroos 200 Ixconconcal par O 250 xconconca cumbre ca 180 A O o o OSUNA MIA 230 Keen caia sed A 130 Naranjal, ¡aqua aa. ses IS E 160 Naranjal cumbre catre Nor as 200 Nibul aguada y hacienda SERA 30 Nojcacá, ¡aguada rosita ceca oline aer ela 240 NO RU ST 110 Ed PS SO 130 Pa A ia A nee ERA 260 En comba A aaEO 290 Sohalal Ud ans ses aa Sana 220 Sojlagina, LI a 240 AU A E ENT 190 SOLtUN CUN DER cars A OO 260 Sopakal asada ls aaa 190 E DEE cocoa ico RRAAcOnOS a lea oa cdascas 230 Xiquincha ada ena RAEE been non ren dae REO 230 o ds coa AROS 240 Xkonacal, cumbre entre Xkonakal y Halatún...... Odododduodododdddosd donodooaad0VVo0oo 260 UCA A ES 235 Xuch, aguada cerca de IxcaMjd .....ocoocnonc.m... SODA OS od0000000900000000 110 VA a aa 200 Va e cel Ia NA DN 70 A a EOS LOO A A auecdo ua Pond oon nono pasd- O ubaaduabisa soñó 210 VO A AU 120 Vokchuch faguadaicercadel ran oa 100 GEOLOGÍA DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN. LUGAR. Yokchuch, cumbre entre Yokchuch y el Naranjal YVopuj, Tancho ....oononencenacoonocononanonorecrccnonnnsncnnconncoanss cono nsnnonsnm...s. LISTA DE ALTURAS DEL ESTADO DE YUCATAN. Cale ntok cun Dd letales ello e913:e0oals Chancorozla doses scene Cincel, ¡EE BacoooonossonspooaooooodoosoeVaooc Roba. Ciiwrnié, OUIRdRes onocusodoccoacecVacanoos pndOaVecoOR9RDs Mena (Cama) llesto sos snoodroccooro UP OsEOAAEAOSS Elena (Santa), cablldo.. .coomooocccnonsornorccnoonoroos IHiEUÓ, EVANS sococoooooooroceneSr oro cbUcOVONERRENDEGOS Edo (SEI) a cscocooosoncocoosopsonooos o co INeRSAdERSOO Ixmal, hacienda y ruinas Mit ocoosco oorsonasnon9ocodoosonecRSROo RRE cORdTEROdO Oxuch, aguada cerca de Yocruk Sacacall nacient Blonocorooborsorooonco oO O IO TRTORODOSO Tabi, cumbre entre Tabi y Ticul. ....o.ooooooooo..o. Tekanto Ticul, cerros entre Ticul y Peto......o.oooornoconmoo Vuacalché, paraje cerca de Teaiché Vuayacán, ídem ídem dime nel, ele (GEI cosccoosososcosorecondedogpne9sos Xkulub, ruinas cerca de Teaiché...o..oococoronm..... Xmakil, aguada cerca de Teaiché Xpitil, paraje cerca de Teaiché Xul, cerros cerca de Xul OOOO 2. oo ooororssrossssss. OOOO errors rr rr rr rr corso nocsnsosa cor cororaar rr Yocreek, montería en la orilla del Río Hondo... Yoxuch, aguada cerca de Teaiché.....ooooooommm..- Autor. Eelprnis. rrrooscsnssrssssrso 27 o0c9nccoc Heilprin........ John W. Glen. Heilprin........ erorrcrrssooo.o..: errores oooo..a rra Altura en metros. 95 53 Altura en metros, 170 Observaciones pluviométricas verificadas en la finca de “Las Mercedes,” Costa Ouca, Repúbli- GEOGRAFÍA FÍSICA. ca de Guatemala.— Altura, 1,000 metros sobre el nivel del mar. Septiembre........ Oc 1888, 1889. 1890. OO 98.4 17.8 cOdEDOS 7.6 91.4 daGd0d0 61.0 18.1 ad9d900 215. 159.7 cabañas 530.9 500.4 723.6 513.1 469.9 271.8 424.2 289.6 375.9 6121 442.0 660.4 429.3 543.6 596.9 307.3 515.6 142.2 1821 142.2 58.4 10.2 45.1 Total al año... 2829.2 3299.6 3276.6 1891. D.1 20.3 208.3 68.6 144.8 581.6 586.9 430.1 602.0 383.5 124.5 91.4 1892. 12.7 68.6 13.1 243.8 612.1 472.4 406.4 528.5 386.1 477.5 48.3 172.7 3279.1 3502.6 1893, 39.6 185.4 203.2 312.4 482.6 197.5 655.5 960.1 627.4 472,4 121.9 30.5 4884.3 05 E LA PENÍNSULA DE YUCATAN. GEOLOGÍA D 0'8 eE 876 Gel 891 0'8 6'81 6'pa 8er 8T 1'8T 976 GPL “*:p68T Pp OUY gs 208 687 G'sI 9'8l 08 1015 613 GOL 6'ST T"91 961 6'TL E *91qUIIPIT O1T, 6' PL 0'ez 949]1 991 88 991 807 SGL 9:91 P"91 6'sI GPL NA *9IQUIILAO N Si9) 0'6L S'9% $07 0'91 02 G6T 6PG 981 6'8I T'6T v03 Ss SI da Ugo () sil GLI 083 8 83 91 G'0r 207 $98 S'vL v07 90% sv G 91 ver 91que dog <8 :Do0'pI "Do00'ST "DoS PG "Do8 31 "Do06'l "Do1'03 "Do0'PI A ANA qe 0'8I 0'6L s16 96 GTI S'61 O'ST 91qup O 08 + (O O'61 08% s'OL O'TL $ TG a 9L ye o1quoydog 09 + SGL 0'6L 083 s'TT 66 a TG 991 015010) y] 008 + 0'8r 0'sr 033 6'01 16 908 1 OL 008 + OPI 003 0037 s'6 Cane 80% G9L orunif 997 O'pt 0'6L mó s'0T PILI LG rom “OABIA 09 E O'Z1 0'1Z 0% c'pI 08 dd e'0T IOODO COD IO OOO ONLO Lcda toi 007 + 0'0L 0'ZT 036 s'pL 84 906 Gel -OZ18 TD ae ar 0'0L 0'8L 90% Ger 0'9 G SL OT 019.10 9/H ie 0'S 0'LL 0'08 1:91 sI 0'st 96 o19UH—'S681 ee — 06 O'ST 0'6L Pel 6 e'LT 9'01 een snnea rs ="9 1QUIOLO NT "D00'P + "00 TL "000 SL D09'03 "Do9'TT "D06'L "DoL'81 :Do06'31 eo nO IQ LIO AO N 17688 “100900 TUN WO -10£800 naaa *J10U9 01 WUNWIXYI -10£011 UNIV ULTIMA *O1P9U1 UN WU “OPPOr ApJ “oJpar OU JUL, “YIANDTI "SOKHYALXH “YUI Y AH AA HL "(mpwozpne)) obuvua oz on) 9p smorb0J040979U1 SOUOLIDALISYO SP] 9P SOPDIIMSIT GEOGRAFIA FÍSICA. 56 8€ 98 Gl 36 0'1E 8% 87 SGL s'8L 1'8T go 8'8l O UV 98 Gl 057 v9 GT PILI 661 £'GL *9.1Q UIT 68 QL 067 98 188 8'sL 9 TG Ss pI O1QUDIAO N 36 18 a 67 G8 UPG S'sl G 16 G GT e O LO OO (7) T6 84 9 LG sar 62% 9'vI SEYÓ G 91 metres e1quejdag 06 GL v LG 0'6 023 S'sT 98% GS 71 OSEA O0 SOS Us 88 92 6:87 G Or 696 Ss eL TA T'ST a “on 38 84 186 6 628 g'vI GER 091 orun f 82 89 0'Té »L v LG € PL vG 981 , “OB 18 69 002 96 0:93 TOL e'IT OZ IA] 98 L 18ñ 45 68% GOL Z11 rerrarconananinanooo> OLOIQOH 2d 18 Sd 19 1:68 8% 0 9'8 LOL ernrrrreneaninrercrore O AQUA E 9 “uu uzf wunat *TMNWUIXU 0p Wu 9 “UYIV AU UYAINOH ¿“UUAUANAIDV AAA HA 1 *“IBUL [9P [9A1U [9 9(/OS SOJIUL DOT :VIYLY "G68T 9p 0UD 9 9UDAMP “UPYOD 9p DOLID “aww y ua smpoor/ida so91b9]0.10979U1 SOUOIIDALISJO SP) 9P SOAVL TOS TA un us 94v9 onb vran][ 9p prpryuro 10Á8 IT "9% OZAB]A— OZ LUBIL) “WU 9875 ou card q Oz 11 8 TT OB ue Y Ogg Y OT OZ — $910] O J, “C68T 9P Y OLQU[— (G1 0.191G91) So19 M1 [TU Y) 16 P8I TG Gr LG 991 606 G 91L'T 0l s'9 98 (57 06 61 96 CUCp68L 0Uy 000 000 100 91 1 TL 09 09 LL ***91q OLI I T az 1% 8'8 8 98 88 9(UI9IAON Dad 00 as ez 26 78 9 258 08 “91qupoO $s 8 PG 6 89 1150) 18 64 “e1quiorydog o T Z 81 O 8'G 8'9 28 6 00 SO vs e 000 9 1% Zi 0) 1:9 06 28 Of v ES ÉS Te OS 68 EZ 0'6 P8 “oJun £ h Ss P 61 3 6L 157 138 8L OLB AL G E ES 6 67 gg 96 Se "TQ y 1 z Z 8' 9'G po 0) 1, AOOOOCODS OZIBN D00 o 1 T 150 OS 18 € renos 01919 CS JE T (e 69 69 8:6 ed 9L rana" O JUO ou “ouona) *oZedmupjol "ud q19 “UU ZL “nue "Y “uy zL (0) NOD 5Y1d 44 OYANAN "SUTAN “HYIY TAO AYVUUHAH INVELOOS El. 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Y 4 GEOLOGÍA DE LA PENINSULA DE YUC 1'P88 0 £'18 0916 L'089 Ss'0l€ AS) v'93L v'9zp 819% 00231 8 gres su Or “UU UL MORT (C6-1681) sou e op OJPO1L OUJUIo "VIANTI o re 0673 11288 2.8 0 1'8p v'98 8'689 1812 L-S£p 8'LG9 6'89P 886€ L'079 0'1PG U'SIP 666 P'S8E S'IEP 2*90% E PLE £'08 Se'PTI GIL 1505 “uu 6 pg “1 0001 gT bl OL 8 gt LT 6 ST “101490 109 $ULG AQUI AMIA a 166 “UL 00% IDIOJN SU] S IPP 9TGR 0'79P P'80p GLPE 0'001 S'gLT 8'pLv 1“LOG 8'01 7991 v TO “uu LLL “UL 00RL 088€ 0'Tp G*Tgr 0888 0'9Tp 0'E99 0'68E9 9'L68 vTEE 8'E91 196 90 UL eg 107 SO) guT PI 06 LT 1 61 81 ZL 81 l l UL B) *BJAN|LUOO SUL PLOL v'6p 9'68 9'9p 008 PvP 063 918 318 v'6% 313 gp9 P'L9L “Up 09 UANL OD PUPIJUVO JOÁV]L 61OLG 8'S0L 3 LLI 0'0P3 v'361 e'v6z v'091 £'8T€ S'I8L 1801 6'8p v'opI ASADA "nung 21667 0'609 1989 “LY AVUÑA VUTV 699 8911 7.07% GLI I"L8L 986 LLE 0'991 v'p8 ug “SOMA INV (ormuf op Lg e3ser) 0'E7E 9'08p S'v08 0'3P 0'60% O'LL% “uu GT ez "vip og "VIANTI 60967 3 LPI 0'89P 698€ 6716 ¡00 9998 20868 088% 0'Sp 0'69 9 891 “ua 6,8 cu 00€ n= am oo tt LI 00 ARA 07P9% 07p SOL O'PLE UPGE g'1Gp G'LGp T'06P v'08% G9L SE ¡AS “UL 604 cu OS ATA] 9969% RIO PIO 0'0l3 0'00p S'Z91 0'LGL S'8Lp 189€ TTST 108% 90'ZOL POL 9'8zL a LT “uo O IDION a OT UIO AO Ni P000D0ABODOD OR OLLDOHRLDOADOALACEOa aro) O AOODOCAOS conorsarccnososo 91q uondes orun f* JABIA “q *OZIB "01019 H la ale A A *UDLO VISA “OVILNV TV HA vi “UY “9 *"SUYON Ses Pp OL OVINOS) tl O OCIO errar eneereenarereeo O IQUIOLAON] OO) eee 9 quo dog 00 ADOAOONPEJOAVUAVOdANnA AdOcIOnan «*oJs0S Onnf oLun f *“="**OÍBIA (q y “OZIVIA *"OL01OH ***OL9U —8 3 N2 CORTES Núm.l : Aluviones del R10. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MEXICO. IS e SN 19 MmerSArci//8s. a e le + e s> y pá E MEXICO. = E INSTITUTO GEOLÓGICO D 7 O otto [A estaa! ot astarencanoo CORTES Núm. 2. ESPIGA CION== Eearearo udws] umbr350J 9 o¡n£og+ OUOJA "8 “98H OJIUSOY [A *9UH+ OJU9UIVIDES [A “OU oNuezuUN puoJo ug "S. 190ÍTH *S Ue om]de rs UU A A OD]1INYILA *| OOSJDUEL] *S *98H *| | | yu *S NEJA E TH + yruuO Ly 1 "PESplADg e]. (UPTIVAS NIPERST E caza CARBONIFERA MA aa Y Es CArTACIO EX toros oc A cu 8 3 dio > e 057 > q. yarounp E 1 am .u* j | | sz los sz A ¿Ed S $ TER a S sg 3 PASA] 01H XA Ss BE WS SO JADL DNS “97 q. CS] ú 3 Ú Y - S >= Nx $ S9P9I19[ 507 UH ES S 5 SE UvJ9Y9N — UIUQIYA *S 99H . a TUUINA 950r "8 e Y S sjnuodo, «y > AJUDA "9 Ou Y + uy) Juop. S Ofoja 09m OPUTIL OUA “9H + iria “en XU[U Y 9IH+ A0'] "| PUPrULA LO aJysndy ug *90u y. 29UUL OOS/DUVIJ *S “DRY ISJABUONG OPI "8 “H TUONQE(IOA “DU He PYPJULLL 950f "ge TULIP) 13 "90H + OITNUES *9TH. USOJOL *S "9UH+ Oo] OrH+ OJUVU9PULY +. as 03188 n3pudsg “00 q. 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Lis e BECERRIL a Doo 830 | INSTITUTO CEOLOGICO DE MEXICO, EXPLICACION ES anquizco. eu colorado, a. Rosa. mi llinos (Filades,Cloritapizarra, Micapizarra,Gneis) L A E . E l rbonifero. Esiralos' n.. Santos. — A > DE! LOS ESTADOS de a de l Com! ml Geol" de México Lao Carios dapper ana por dE miem, Bajo la Direccion del Ing? de Minas Ez ualernario ANTONIO pe CASTILLO; E — LO | pue Lv Beer A EA 18“30 4 q INSTITUTO EROLOGICO DE MÉXICO, 8%. de Mexico 20%0 Yaxche MIES > " ', ES s Na “e Tuncas. 7 ¿4 Cansajoab. . PJ Y AA Motul = ó Mzimin End E a Tekanto 1 =-o.lzmal e lag. de Coba de Cosumel 'Bolonchenticul. *lchpech Lag. de Chichancanab GHUETEA: ETB) *Chuntuguí. MA LA *Caxuvinic. Yaxha. ó Campeche. pS Lerma/* *eS Isidoro paro! SS a ; Che pielencoys. AÑopelchen. Ceibaplaya *Cayal , 3 . nl AX SN Bd P pa eTezuctua OS eE y y Pi O *Tolcatzin. Iturbide Se NS Y «Jomono. *S. Rita. 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AGUILERA Geólogo Paleontologista BAJO LOS AUSPICIOS DEL MINISTERIO DE FOMENTO MÉXICO, D. F. IMPRENTA DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS + Calle de M , antigua Plaza del Volador. 1895 Ñ 4 JD ¡ ía | SECRETARIA DE FOMENTO, COLONIZACION É INDUSTRIA. | e 4 Fi 7 | ' / | | | | | | | De | | _ __ -__ __ ->--—- OD ETT IN DEL INSTIRUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO INEM... Ze / LAS ROCAS ERUPTIVAS DEL $.0, DE LA CUENCA DE MEXICO, MEXICO OFICINA TIP. DE LA SECRETARIA DE FOMENTO Calle de San Andrés número 15. 1895 OA -kákáAAááAIMNRRPRS>+—Á ! ==] E _ AE. -HA44A4AA444 q A 5_AHMIMR7TIAA A A AAKÁ A A A A — - 22 3 zzz == _ -=zM >, SECRETARIA DE FOMENTO, COLONIZACION É INDUSTRIA, BOL HH TÍN DEL INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO NUM. 3. LA GEOGRAFIA FISICA Y LA GEOLOGIA DE LA PENINSULA DE YUCATAN, MEXICO OFICINA TIP. DE LA SECRETARIA DE FOMENTO Calle de San Andrés número 15, 1896 y j A e Ú ' Jl hb Cr A Matar EE ESE CORK EEE ae cs > E E > e Sp o SEN CELA Et E «E : o ECC: sa Ad E GÚOG | < ] S | | ; CA A HR == CC Cá E > | = >> == SS = Z ( A a. G << El A p N - : LS a A Q a pb 'l 0 MON 1224 235 y IAN | === ==