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Academia de Buenas Letras de Barcelona Butlletí

V. 2, no. 9

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BOLETÍN

DE LA

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DE

BARCELONA

Enero A Marzo de 1903 Y.Z

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Año III

NúM. 9

Año Académico CLXXV

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BARCELONA Tipografía de la Casa provincial de Caridad

CALLE DE MOHTEALKGRE, NÚMERO 5 1903

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P&g8.

Formas de munificencia real para con los archiatros de Aragón,

por D. L. Comenge ...... 1

Inventari del castell de Sitges de 1' any 1606, por B. F. de

Sagarra 16

La invasión turca de 1558 en Cindadela de Menorca, por don

C. Parpal y Marqués 20

La casa condal de Urgell en Provenza, por IJ. J. Miret y Sans. 32 Del tiempo de Bonifacio VIH, por B. Francisco de Bofarull y

Sans 50

Libre deis ensenyaments de bona parlería, por D. J. Codina y

Formosa, Phro 52

Noticias 55

3o 2.

ARO III ^ ^ x T- ' n. mu. 9

boletín

DE LA

Real /Icademia de Buenas Letras

DE BAt^GEDONA

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ENERO Á MARZO DE 1903

FORMAS DE MUNIFICENCIA REAL

PAKA CON LOS ArCHIATEOS DE ARAGÓN

Señores: Tenía yo el propósito de ofrecer á esta Real Academia un trabajo concreto y redondeado y lo más perfecto posible, en consonan- cia con mis humildes aptitudes.

Perentorias ocupaciones y quebrantos en la salud lo han impedido-, limitóme pues, cumpliendo con honroso encargo, á someter á la ilustra- ción de mis compañeros algunas notas y breves consideraciones perti- nentes á cuestiones histórico-profesionales del antiguo reino aragonés.

A juzgar por el tenaz y general silencio que en materias de Medi- cina, guardan las crónicas regionales, al hablar de la Edad media, se- meja que la confederación catalana-aragonesa estaba sumida en atra- so espantable, inaudito, en punto á la ciencia de Hipócrates; como si no tuviese esta, en nuestra región, organismos docentes ni profesiona- les, régimen nosocomial, asistencia médica rural y urbana, servicio castrense, científica intervención en licencias y prácticas, policía pro- fesional y ni aún, lo que es más lamentable, hombres doctos y esclare- cidos en el Arte de la salud. Tal es la carencia de datos.

Con efecto, á excepción de muy contados árabes y judíos, de los fa- mosos Arnaldo de Vilanova y Ramón Lull, de Miró, Bruguera, Jaime Roig y algunos otros de superior reputación, antes como filósofos y li- teratos que como médicos, no hacen mención las historias generales, ni las particulares del Arte, ni siquiera las monografías histórico-pro- fesionales, de doctores sobresalientes ni dejan tampoco entrever la se- guridad de que en esta comarca tan poderosa en las armas, tan influ- yente en política, tan adelantada en artes y letras, gozara de la Me- dicina como institución viviente y lozana con todos los prestigios de autoridad, de saber y de ordenada organización posibles en aquel

tiempo.

En la modestísima esfera de nuestras aptitudes hemos procurado llenar, en parte mínima, tan amplia laguna y demostrar que el Arte

1903.-X

L. COMENCÉ

de Galeno, hallábase en esta comarca al nivel, cuando menos, de los pueblos más cultos de Europa y que sus funciones privadas y públicas eran tan perfectas como cabía esperar en siglos ya tan distantes; por otra parte y merced á nuestra diligencia y, sobre todo, á la erudición de algunos compañeros de Academia, logramos señalar (1) un razona- ble número de sabios doctores que llegaron, por la fuerza de sus méritos y la eficacia de sus cualidades, A la suprema categoría de archiatros, protofísicos, médicos de las familias reales, de maestros, examinado- res, contribuyendo á establecer, por medio de la humanitaria y pro- gresiva ciencia, cordiales relaciones entre la institución, los magnates y el pueblo.

De todo esto no he de hablar hoy; sólo me propongo robustecer y sancionar noticias, por nosotros ya publicadas, recordando algunas for- mas de gratitud y de admiración adoptadas por los soberanos de Ara- gón para con sus leales, celosos é ilustrados médicos y cirujanos. Y esto no á título de curiosidad baladí, sino con el más hondo intento de que se pueda adivinar la robustez, trabazón y esplendores déla corpo- ración salutífera en el antiguo reino aragonés y la consideración que de los monarcas merecieron, en las lobregueces de la Edad media, los discípulos de Esculapio.

Aparte de las quitaciones en consonancia con la altura, responsa- bilidad y antigüedad de los cargos médicos junto á los reyes, á sus fa- milias y en relación con las costumbres de los tiempos ó la esplendidez generosidad y de los soberanos, estos solían demostrar su reconoci- miento á los físicos, por servicios ordinarios y extraordinarios, con donaciones, mercedes y exenciones, medios similares á los destinos, títulos de nobleza y condecoraciones usados en días contemporáneos. '

Jaime I de Aragón, protector de los Estudios de Montpellier, Ma- llorca y Valencia, formador de la Universidad de Lérida, según' una ley de Felipe II, celoso de la salubridad é higiene de los pueblos, or- ganizador de servicios médico legales, como la visita de cárceles y asis- tencia de heridos (2) y fundador de hospitales para dolencias contagio- sas, declaróse enemigo del intrusismo, prohibiendo, en 20 de Julio de 1272, el ejercicio de la Medicina á cuantas personas no hubiesen sido

(1) Véanse entre otros escritos nuestros cClInica egregia». «Receptari de Manresa. .La Farmacia en el siglo xiv.. .La Medicina en el Reino de Aragón.» .Enfermedades de reyes y módicos de cámara.. «Carta geográfica histórica de la Medicina en Catalu- ña.» etc , y varios artículos publicados en El Siglo Medico, Revista tbero-americana El Eestaurador Farmacéutico, Revista de Ciencias viédicas, de Barcelona, Gaceta médica cata- lana, Revista valenciana de Ciencias 7nédicaB, Revista crítica de historia y literatura Boletín de la Real Academia de Buenas Letras, etc.

(2) Carttdaire de VUniversité de Montpellier. Tom. I, p. 202; Gaspar Escolano lib V ca pitulo XXII; Const. de Cataluüa, yol. 1.° üb. 2.o tit. VIII; Pastor, Foriregni VaLt^ folio 33; Arch de la Corona de Aragóü. Keg.o 9, f.o 72 y Reg.» 21, f.» 45; y la conferencia en lo Ratpenat de Valencia, por D J. Rodrigo, y Pertegás, constituyen algunas de las fuen- tes de donde sargen las afirmaciones contenidas en este párrafo.

FORMAS DE MUNIFICENCIA REAL o

examinadas y aprobadas para tal misión, cristianos y judíos, y sea cual fuera su sexo; decreto famoso confirmado, por Jaime do Jlallorca en 1'284, y que no sólo patentiza la función de tribunales, la existencia déla policía profesional, de los examinadores, la intervención del po- der central en asuntos de pública salud y decoro de la ciencia, si que dicha disposición fué uno de los fundamentos de la seriedad médica, del régimen de las instituciones docentes y golpe rudísimo á la turba de charlatanes, embaucadores y curanderos que explotaban la igno- rancia y el terror de las gentes con detrimento de la majestad de la ciencia hipocrática.

Ahora bien, este monarca protector de la Medicina, y á raíz de la . conquista de Valencia, hizo donación al maestro Guido, su médico, de cuatro jovadas de tierra en Campanar, casas en Valencia y además un huerto de Ilabohamer llalmo Hegnec, Alfaquim y una viña en término de Valencia. A este mismo profesor, Guido, al que se apellida medicus domine re^/me; concedióle cimentado rey, en 1238, casas, heredades y huertos de Mahomad Huardaganama; en esta donación se reincluyó á Guido entre los hombres de Huesca, y en la anterior entre los de Te- ruel, circunstancia que inclina á considerarle aragonés,

Al propio Guido, en 1277, titulándole médico del rey, le otorgó éste, una casa lindante con sus posesiones de Amaherez; en el mismo año se le hizo donación de cierta mezquita con establo y casas, lindante con sus haciendas (3),

Mucho antes, en 1249, recibió este profesor, merced á la regia mu- nificencia y como médico de la reina, casas en Játiva, junto á las de Berenguer Ros-, también se le donó una casa en Alcira, con establo y

corral.

Finalmente, la hija del profesor Guido, llamada Jacomete, recibió de regalo tres jovadas de tierra y una jovada de viña (4).

Dicho monarca que prohibió á los barberos trabajar en días festi- vos, que se cuidó de la limpieza de las poblaciones, (6) que adoptó medidas contra los adulteradores de alimentos é impuso la convenien- cia de que todo enfermo grave se confesase en la primera visita del médico ó del cirujano, concedió á Juan Baldovino, su quirurgo, y al hermano de éste, varias donaciones, en 1248 y 1268, según testimonio de Diago; en 1263 dio al primero ciertos terrenos con derecho á edifi- car en ellos (6).

Casas en Valencia donó el soberano al médico Berenguer Cuculels y á dos hermanos suyos (7).

(3) Col- de Doo. inéditos. Repart. de Valencia. Tom. II.

(i) Col. de Docioédlt. Rep." t. II.

(6) Beg." 8, f.° 87, (Arch. de la Cor. de Aragón) Fura de Valencia.

(6) Eeg.» 19, f.° 96.

(7) CqI. Doo ¡ned. tom. II, Rep.".

4 li. COMENGE

Al maestro G. Anglicus, donó casas de Agec Alhara con huerto y cuatro jovadas de tierra, in Petra (8).

A Jiisefo Almeredi, médico del rey concedió éste, en 1271, quinien- tos sueldos jaqueses sobre el Almodin de Zaragoza, eximiéndole, ade- más, de los tributos correspondientes á los judíos (9).

Al físico Juan, vecino de Tarazona le confirmó, en Diciembre de 1274, un censo anuo de cuarenta sueldos barceloneses (10).

A su cirujano Juan Jacobo, israelita, una donación consistente en unos terrenos que podía vender, edificar, etc., situados a^wd! portam pontis Algorise (Febrero 1263).

Este mismo archiatro había recibido en 1249, tierras y viñas con huerto y torre pequeña en Mardá, Murviedro (11).

Las anteriores y exprimidas noticias autorizan para considerar al Conquistador como fervoroso protector de la enseñanza y práctica de- corosa del Arte, á cuyos profesores otorgó mercedes en premio á sus buenos servicios, qiie no repudió á los médicos de religión contraria á la católica y que trató á sus físicos como auxiliares en sus empresas, como hombres de guerra entre los que distribuyó los frutos de sus con- quistas.

No hay para que recordar las tan sabidas mercedes y donaciones otorgadas por Pedro III á su médico Arnaldo de Vilanova (12), pero si decir; que entre sus médicos de cámara tuvo Pedro III á un Pedro de Vilanova (no Arnaldo) á quién llamó fisico nostro y otorgó mercedes en 1281; que el mismo soberano concedió á magistro Lame phisico nos- tro et domine regine carissime nostre, cierto beneficio sobre la sal pro- cedente de la Albufera de Valencia, en 1279; dio la escribanía de la Veguería de Tarragona, en 1284, al phisico magistro Raymundo, é hi- zo libre y franco de questio servitio y peyta al magistro Bartolomé de Garlenya, médico del Obispo de Valencia y á petición de este (1281). Además, por si puede tener algún valor para cuantos se dediquen al estudio de inolvidable Arnaldo de Vilanova, consignemos que en el Archivo de la Corona de Aragón (Reg. 46, f .*' 95, v.°) existe un docu- mento fechado en Logroño á 15 de 1283, en que el rey Pedro 111, se di- rige á Guillermo de Espiells, Bayle de Barcelona, manifestándole que Manuel y Arnaldo de Vilanova deben darle 32,009 sueldos turonenses por su redención. Estas noticias, que debemos á la erudición de nuestro compañero en Academia Sr. Segarra, hállanse en los siguientes docu- mentos del mentado Archivo de la Corona de Aragón: (Reg.° 44, f .«"» 237; 206; 10, v.° y 166).

El hijo cuarto de este monarca, casado con Guillermina de Moneá-

is) Col. de Doc. inód. citada

(9) Eeg.° 14, f.° 143.

(10) Reg.o 20, f." 304.

(11) Col. de Doc. inéd. citada.

(12) Eist, de lo» Bet, e$pafloleg, por D, M. Menéndez y Felsyo, tom. I y Beg. U, f." 202.

FORMAS DE MUNIFICENCIA REAL 5

da, pidió prestada á su sastre una cantidad no crecida para pagar al cirujano, Maestro Egidio, en Mayo de 1290. Este rasgo prueba que el infante Pedro era pobre, pero agradecido (13).

La misma virtud se revela en la súplica de D.^ Blanca á su esposo, el rey D. Jaime II, en Enero de 1.300, para que conceda alguna he- redad en Lorca, al cirujano (barbero) de la real casa, Maestro Guiller- mo (14;.

El propio monarca, dos años mas tarde, regaló á su cirujano Beren- guer de pariera, en 1303 y siguiente, 30O sueldos para un vestido y 250 sueldos para que comprase un libro de Avicena. Donaciones nada despreciables en aquel tiempo y reinado, cuando sabemos que el mo- narca Jaime II, en tal año, regaló á Fernando IV un peine de inarñl, quandam pectinem eburneum (15).

El soberano de Aragón en 1306 á 1308, concedió merced á los pro fesores de cámara Juan Amelí y Guillermo Corretjer para extraer dos rocines. Al primero, médico, mayor del rey, dio permiso para amojo- nar tierras en Gandía en 1320, (16) y le regaló, más tarde, dos sarra- cenos, permiso para extraer granos, caballos y mulos, aparte de la quitación de 2000 y 5000 sueldos y otras generosidades regias que al- canzó en su larga carrera; este médico sirvió á tres monarcas, consi- guió la legitimación de su hijo Raimundo, logrando ventajas para su pueblo de Novalles (17). En verdad que dicho Juan Amelio, cuyos ser- vicios reconoció Pedro IV en 1336 y que llegó á ser primer médico de cámara de Alfonso IV, oUm jyhisícics majoris, no fué acaso, el primero en tan elevado cargo, pues en Octubre de 1302 el rey de Aragón tras- ladó á Sancho de Bail una renta de mil sueldos que antes gozaba el profesor regio Bern. 3Iart¿n olhn phisiciis noster dice el documento. Ocurre preguntar, ¿el traslado de la renta obedeció á muerte del Archia- tro ó á cesantía? (Reg.° 199, f.° 120).

A Martín de ^alzarroja, archiatro de Jaime II, le dio su señor 300 sueldos para reponer un mulo que se le había perdido y 600 sueldos además; en otra ocasión permiso para extraer cereales y una donación en la villa de Segart. (18) (Años 1306 á 1325).

Al médico de los infantes Berenguer de Faro, napolitano, se le con- cedió franquicia de pechos y, por mediación de la reina D,^ Blanca, dos mil sueldos, como al maestro Enrique, médico del rey, en fecha 1310(19).

(13) Aroh. de la Cor. de Aragón. Eeg.° 85, f.° 14, v." (U) Cartas reales, n." 1272.

(15) Beg.« 294, f.o 78 y 171 v.°.

(16) Keg.» 172, f.° 36.-Reg8 838, f." 134.-Eeg8. 218 y 219, £."> 42,224, 240.-Keg8. 206 y 207, f.° 65.-Reg8. 210, f.» 275. e j .

(17) Eegs. 224 y 225, f 149 -Reg." 228 y 229, fs. 61 y Se.-Reg.» 211, f.° 80, (acerca de este profesor existen multitud de documentos en el citado Archivo),

(18) Beg.o 295, f.o 65.-Keg.o 302, f.» 270.~Eegs. 208 y £09, f." 149.-Eeg. 311, f " 345.

(19) Eegs. 206 y 207, fs. 126, 162, 202.

(-, L. COMENCÉ

En este mismo año concedióse f enquicia de pechos al maestro Pau- lo, médico de la infanta Leonor, y título de módico de S. M. al canóni- go de Lérida, Ramón de Vilalta (20).

Bernardo Serra, cirujano, el judío Alatzary el napolitano Bernardo Crix, módicos de palacio, así como Pedro de Lema, Pedro Gavetis y Bernardo de Pertcgás, cirujano de Alfonso IV, ofrecen ejemplos de re- gios agradecimientos y munilicencias (21).

Tierras en ^^lallorca concedió Pedro IV, en 1350, á su fiel medico Alejandro de Rocaf ort y donaciones al médico de las infantas Constan- za y Juana, Berenguer de Turrilis, padre de Pedro, archiatro del Papa Luna, á quien, por haber acompañado al Ceremonioso en su viaje á Ccrdcña, el rey le hizo franco é inmune de tributos (22).

Alatzar y Abenarduc módicos (23) judíos, gozaron dilatada influen- cia en palacio, disfrutaron muchas y considerables mercedes de pro- lija recordación y fueron troncos de familias de médicos palatinos.

Otro profesor que gozó de alta y duradera influencia fué el valen- ciano Pedro Ros de Ursins, oriundo de Roma, cuyos antecesores aquí vinieron para tomar parte en las conquistas de Jaime I; por esta cir- cunstancia y por eminentes servicios profesionales, Pedro IV le con- cedió, por mediación de D.*^ Elenora, aumento de sueldo en 1343; una renta sobre la Aljama de Montblanc, una mesa de cambio en Valencia, un huerto con tierras y edificios en la plaza de las Ollas de la ciudad del Cid, una posesión en Vilafranca (Morella), título de nobleza, auto- rización para fundar una capilla y un mayorazgo, legitimación de dos hijos, cesión de una renta en Burriana (Castellón), permiso para extraer rocines &., &. (24).

Entre las muestras de agradecimiento de Pedro IV á sii físico, Pe- dro Ros, consta la siguiente peregrina gracia á saber; que el monarca se comprometió á recibir, ipso fado, por médico de cámara al descen- diente directo ó colateral que aquel señale, con tal deque lleve su ape- llido, sea médico, y goce del antedicho mayorazgo con la renta de cien

libras (25).

Aun descendiente de este Ros, llamado Domingo, en 1405, siendo médico de cámara se le donaron unos molinos de harina de trigo y de

(20) Eegs. 206 y 207, f.° l26 y 162.-Ileg.° 211, fs. 191 y 231.

(21) Ileg°376 fo e2.-Reg.° 259, f.° 42.-Reg ° 859, fs. 186, 214, 234.-Heg.'' 866, fs. 20, 87 y 147 -Reg.-' 835, f." 206.-Reg.° ¿93. f.° lOS.-Reg.» 48S, f." 13 -Reg.^ 990, f <> 34.-Reg.° 375, f.° 63.— Registro 1008, f.° 128 (Acersa del médico Alatzar, existen más de veinte re- ferencias en el Arch. de la Cor de Aragón).

(22) Reg.» 1414, f." 192 v., y 189 y siguientes.

(23) RegB. 891, f." 76; 898, f.° 120; 876, f.° 15; 1163, f." 193, 180, v.° Lib. 8 de Gracias, ano 1390 y otros más se refieren á Abenarduc.

(24) Regs. 88i, f.° 161,-885, f.<> 50.-886, f.° 219 y 223.-887, f.° 71 y 91-891, f.» 36.-894, f.° 6 y 49.-895, f.° 132, 162 y 165.-899, 148.-903, f.° 89.-ll67,}f.° 29á.-i89, f." l85.~l46B f ° 193 y obros documentos del citado Archivo.

25) Reg." 903, f.° 69.

FORMAS DE MUNIFICENCIA REAL

arroz en término de VilLarreal y además el señorío de Ribcsaltes, Be- rita y Truilles, no obstante otras mercedes (2G).

Por aquel tiempo á un archiatro balear llamado Roger ó Koyer le obsequió el monarca con zapatos, calzas de paño azul de Perpiñán y capelo; costumbre regia que estaba muy extendida (27).

Harto se os alcanza señores, que no entra en nuestro propósito la mención de todos los archiatros, la noticia de todas sus relaciones con el trono ni los datos biográficos de los profesores; en este exprimido y árido sumario sólo caben algunas muestras de la real munificencia, citando de paso, algún hecho muy curioso ó desconocido ó de revelan- te mérito en la historia médica de la región.

Esta última circunstancia concurrió en un profesor eminente lla- mado Francisco Cunill, Conilli, Cuniculi, que de las tres maneras se escribió su apellido. Era el tal un médico que, por haber asistido al rey Juan I en una dolencia peligrosa, hízole donación el monarca de una casa en la calle que iba de la Plaza Nueva á la de Baños nuevos en Barcelona; (28) esto acaeció en 1387 cuando ya convalecía el sobe- rano aragonés, época durante la cual enseñaba Medicina en la escue- la de Montpellier el citado Conill, quien tenía parientes en Valencia, entre ellos el famoso boticario? fundador del hospital de Mcnáguerra. Ahora bien; dicho doctor y maestro que, siu duda fué llamado para cu- rar al rey de Aragón, por virtud de su extensa y sólida reputación;, tal vez por indicaciones del médico de cabecera Bernardo Figarola, (29) fué profesor de cámara del rey Carlos el Malo de Navarra, á cuyo mo- narca inspiró y compelió para llevar á término una reforma universi- taria de la mayor trascendencia y utilidad. Fué el caso que si bien en los Estatutos de la Universidad de ?>Iontpellier, de 1340, se estableció y recomendaba que cada dos años se practicase una anatomía corpo - ral en su Escuela de Medicina y aunque Luis, Duque de An jou, (30) en Octubre de 1376 ordenó á las autoridades de la ciudad que todos los años entregasen el cuerpo de un ajusticiado para las lecciones prácticas de anatomía, según venían haciendo las escuelas italianas, singularmente Bolonia, lo cierto fué que, á pesar de tales disposicio- nes, por falta de costumbre, de celo y por repugnancia instintiva de las gentes, no se verificaban disecciones humanas; entonces, Car-

(26) Eeg.o 2200 f.° 148-2277, fs. 142 y 144.-2408, f." 62 vuelto.- 2316, f." 105 y s¡g8.2179 f o 222 -2252, f.'^ 83, TTielto.-2184, f.° 83, vuelto (Acerca del módico Domingo Ros cónsul, tese la monografía del Sr. Rodrigo Pertegás. Valencia 1902, dada en el Instituto módico valenciano y nuestro articulo Un archiatro de red' o IV, en El Siglo 3Iédico Dcbre. 1991).

(27) Reg.'^ 210, f.<> 46 Reg." 22oa, f.» 83 y La Cour du Duc Amóde Vlli.-J. Camus, 1902.

(28) Libro 1 " y 9.o de Gracias fs 80 y 177, Regs. 1751 y 2037 y 281, í.° 142 doo. relativo & un Pedro Conill, ano 1303 k 1308.

(29) Regs. 1387, f.» 114; 936, f.» 260, 1262, f.° 60; 1891, f.° 114.

(30) Cartulaire de l'Universitó de Montpellier, tomo 1.°.

g L. COMENCÉ

los el Malo, señor de Montpellcr; en 11 de Junio de 1377, recor- dó aquella obliííación ¿i las autoridades conminándolas á su cumpli- miento sin alegación de escusa fundada en el sexo, religión ni cir- cunstancia alguna. Este importante mandamiento termina, asegurando el monarca navarro, que «por miramientos á los recurrentes, profe- sores y estudiantes de la Universidad y por consideración á su dilecto y fiel médico Francisco Conill, accede á la súplica».

No hay que decir lo mucho que contribuirla al esplendor y fama de dicha Escuela la práctica constante de la Anatomía debida, en parte principal, á la sabiduría y autoridad de un medico regnícola quien ganó, con su ciencia, la gratitud del monarca aragonés, una casa en la calle de la Paja é implantó^ por su ascendiente con el Soberano de Na- varra, una de las innovaciones más grandes y de mayor trascenden- cia con que cuentan las disciplinas médicas en el Sudoeste de Eu- ropa.

No vaya á creerse, por lo apuntado, que los médicos palatinos vi- vían con esplendidez, colmados de regalos y cobrando puntualmente sus honorarios y remuneraciones. En ingentes circunstancias no suce- día así. Traigamos al recuerdo que no pocas de las consignadas mer- cedes solían ser pagos atrasados de servicios múltiples y á veces peli- grosos, como las empresas de conquista en que acompañaron á los soberanos; casos hubo en que las dádivas fueron saldos de cuen- tas muy añejas, ora como médicos de cámara, bien como examinado res ó como especiales delegados del trono...

Fernando I ordenó pagar á Domingo Ros y Pedro Soler (31) hono- rarios devengados en el reinado anterior como á Cort, Podio y Ricart. Al cirujano P. Lias concediéronle título de familiar ])ara un su hijo, como pago de servicios (32). En nuestras notas, fundadas en docu- mentos del Archivo de la Corona de Aragón, aparecen deudores los re- yes á Juan Amelio, (33) Maestro Paulo, y á Berenguer pariera (34) por servicios médicos y por unas bestias que tuvo este al servicio del rey, á G. de Biterris (35) por unas medicinas; á Pedro Ros (36) por antiguos servicios; 50 sueldos pagáronle, á Francisco de Burgos (37) por médica asistencia á la reina D.* María, bien que ésta pidió dine- ros á las ciudades para atender á sus dolencias, lo que revela clara-

(81) Vid Clinica egregia] y los Regs. 2408, f." 45 y siga.; 2252, f 83; 2138, f.» 28; 2189, fs. 62 y li7; Cartas reales leg 120.

(32) Eegs 208y209, f.oug.

(33) Kegs. 858, f.° 184; 864, f." 105,

(34) Eeg.o 302, f." 270; Cartas reales, 1467, 1468.

(35) Eeg.o 258, f.» 85; 211 f ° 191.

(36) Beg.o 836, f.° 223; 837, f ." 71.

(37) Keg.° 3108, f." 50 y otros del miemo tomo. Véanse además Col. Cartas reales, nú- meros 1467, 1469, 1475.

FORMAS DE MUNIFICENCIA REAL V

mente la escasez del peculio regio en tal época; G. Miró, mucho tiem- po después de fallecer su cliente Juan II, aún reclamaba sus honora- rios facultativos-, Jaime Serra en 1471 tenía cuentas pendientes con la Real Casa y es que los monarcas sufrían grandes y luengas apreturas monetarias ú olvidaban en determinadas circunstancias, abonar sus sueldos á los médicos palaciegos (38). Lo de siempre; en materias pro- fesionales suelen disiparse los buenos propósitos, con el término de la urgencia y el final del servicio.

Conociendo el Ceremonioso el poco crédito que su regia palabra te- nía entre los médicos acreditados, escribió con grande apremio, al fí- sico Guillermo Colteller para que se trasladase inmediatamente al lado de la reina enferma á grandes y tiradas jornadas , con la siguien- te posdata: no se ature ¡^er paga ni per cosa del mon car nos vos farets ac¿ satis fer complidament (39).

Con la misma fecha y por igual motivo, escribió Pedro IV al médi- co Juan Fulgem y como dudase de la diligencia y buen deseo del físico, en acudir al llamamiento, ordenó á las autoridades de Barce- na «que si no se ponía inmediatamente en camino se lo mandasen atado, por ser su presencia muy necesaria;» hay que advertir que el mentado (40) Fulgem, en ocasión anterior, había desoído la petición regia y despreciado el honor de asistir á la reina... ¡por algo sería!

Sólo empujado por la autoridad real de Juan I acudió á Zaragoza para cuidar al delfín, el médico Ramón Querol en 30 Junio de 1388; bien que no era, al parecer, archiatro fijo (41).

Ejemplo evidente de que el cargo de médico palatino en el reino de Aragón no era inseparable del medro y de la riqueza, fué Pedro Jordán médico de Alfonso V.

Este profesor ilustre, valenciano de nación, según testimonio fide- digno incluido en una carta de Deseos al Padre Boíl (publicada ínte- gra por el eruditísimo P. Fita, (42) sabemos hoy que después de ha- ber servido como profesor al monarca aragonés, regresó á Valencia, su patria, luego del fallecimiento del egregio cliente, ocurrido en Abril de 1458. La breve, pero muy halagüeña apología, que de Jordán hizo el amigo de Boíl, prueban las eximias dotes del valenciano, que no quedó en posesión desahogada, viéndose obligado á emigrar á Ma- llorca, donde á la sazón notábase escasez de profesores experimenta- dos; establecióse en la capital de la isla, en 1461, donde no sólo alcan- zó alta reputación médica y cuantiosas riquezas, si que, además, la

(38) Clínica egregia. Según doc. del Archivo municipal de Barcelona G. Miró asistió al rey por encargo de la ciudad, por tanto no era módico del cubículo regio.

(39) Eeg.'' 12i9, f.° 39: 1812, f.° 88 y sig

(40) Ileg."1249, f." 89 y 40; 1260, f." 131; 1251, f " 70.

(41) Eeg " 1251, f.° 85: 956, f." 13 vuelto.

(42) Bn el Boletín de la Beal Academia de la Historia. Vid. «Eer. valenciana de Oien- oias médicas» n.° 8.

lo L. COMENCÉ

ciudad le elevó, en 1487, al supremo cargo de Conceller en Cap, en tanto que otro módico famoso, el primer morbero llamado Lucián Co- rominas, Coromina ó Condomina, de apellido Canipells, ejercía ciu- dadano consejero. Pedro Jordán falleció antes de 1490.

Adecuado sitio sería este para dedicar recuerdos y consideraciones A los disgustos y tristezas que los cargos palatinos proporcionaron á los médicos de este rcyno que por su fama, saber y excelentes prendas llegaron á las regias alcobas. Pero sobre que la materia es dilatadísi- ma, no escapa á Yuestra penetración que los sinsabores estar suelen en consonancia con la importancia de los cargos y la significación de los personajes. Las dolencias de infantes y reinas y las muertes de los so- beranos ó de sus hijos, acostumbran ser despeñaderos de médicos mayormente cuando la maledicencia pública convierte las enfermeda- des ordinarias en supuestos criminales envenenamientos, según acon- teció con frecuencia en detrimento de la verdad histórica. Traigamos A la memoria las persecuciones y calumnias sufridas por Juan Ve9ach con motivo del fallecimiento del Príncipe de Viana su egregio cliente, á causa de una vulgar pZeitres/a^ sobrevenida en una constitución mise- rable trabajada por crónica afección intestinal.

Achacada la desgracia al tósigo, no le valió al médico Vezach el haber prestado largos é inestimables servicios entre ellos la persecu- ción del intrusismo, el haber sido protofísico muy estimado del monar- ca y regio examinador de médicos, cirujanos, boticarios en razón á que era «un profesor lleno de ciencia, probada experiencia, probidad y le- galidad de ánimo» (Arch. de la Corona de Aragón. Reg. 3318, f.*^ 111). Estas contrariedades son desdichados pero naturales adherentes del oficio, singularmente ejercido en suntuosos palacios: la envidia de los rivales centuplica las espinas del cargo, y tan claro es ello que huelgan ejemplos con propósito de confirmarlo. Algo acerca de este particular digimos en uno de nuestros libros, titulado Clínica egregia y esto sanciona nuestro actual silencio.

Antes de continuar la principal materia de las donaciones y merce- des á los médicos del cúbicalo regio, recordemos: 1.° la costumbre que se convirtió en obligación para Barcelona y otras ciudades, de mandar por su cuenta un médico ilustrado para la asistencia del rey en casos de cierta gravedad, entre muchos ejemplos citemos, no más, que el mé- dico municipal Oriol asistió á D.* Violante de Bar y en Zaragoza (43) á D. Martín-, Marcos Casáis, cirujano de Albayda á D.'' Juana Enri- quez (44) enferma de cáncer, en Tarragona, como maestre Pardo y Juan Morera á cuenta de Valencia; varias veces vióse también asistida

(43) Eeg.° 1812, f.° &?; Arch. tntmícipal de Barcelona Dellber, 13?6, 110.

(44) «Dietario del CapeUán de Alfonso V», pág. 528 y sig (Rib. Univ. de Valencia 87-6-18).

l^ORMAS DE MUNIFICENCIA REAL H

la esposa del Magnánimo (45) por doctores comisionados do varios ca- pitales- 2 ° Que los monarcas solían ser aficionados á consultar á curan- deros y metgesas como Juan I, Fernando de Antequera la mujer de éste, la de D Martín y la de Juan II (46) 3." que en 1481 quedó elevada la categoría social de los cirujanos del reino, cuando menos para los de Valencia, á quienes ya no se podía compelUv á que anassen publica- ment ballant perla ciutat á la entrada de la Reynapues estaven eximits de tal cosa per privilegi de son pare D. Joan y perqué aixi correspoma pera la conservasió de la gravitat que tais mestres cirujans teñen e deuen teñir en si é per dar autoritat á llur magisteri, (47) y á.*' Que eh días de Pedro el Ceremonioso vemos establecida la asistencia médica gra- tuita y obligatoria, para los pobres. Con efecto, en Julio de 1337 y des- de Valencia, ordenó el monarca que todos los médicos y cirujanos de Barcelona turnen por semanas para visitar, sin retribución alguna, á los enfermos de los hospitales (48).

Esto dicho, prosigamos el sumario de las mercedes: Doscientas doblas de oro castellanas mandó pagar el rey Católico á Juan de Mon- talván por sus vigilias y trabajos circa curatione vulneris nostre {se refiere á la cuchillada en la nuca que le infirió el loco Canyamás), Enero de 1493 (49). .

En los mismos mes y año se dan, por igual motivo, al médico Mi- colás de Soto. 500 doblas-, en Ídem y por ídem otras tantas; las mismas á Julián Gutiérrez; igual cantidad al bachiller Juan de Guadalu- pe- al cirujano Andrés Gastara, 300 doblas; 150 doblas al quirurgo Marciso Corunya; á Gabriel Alvarez, maestro en Artes y Medicina, 500 doblas castellanas, por el accidente y tratamiento consabidos; con idéntica suma se remuneró al maestro Juan Rodríguez; por fin, al ci- rujano Juan Ribes, 15 libras barcelonesas por embalsamar el cuerpo del padre de Fernando el Católico. Todas estas donaciones son del mismo mes y año, y constan en el Archivo de la Corona de Aragón.

En el propio registro, folio 153, v.° se halla un documento por el cual inferimos que la reina D.» Isabel, reconocida á los buenos servicios del maestro- en Artes y Medicina Jaume Serra. médico de Ibiza. con ocasión de la herida del monarca, le obsequió con un rico y vis oso traje de terciopelo raso y grana, y cuya tela costó dos mil ochenta y

(45) Consúltese el excelente estudio histórico qne. acerca de la esposa ¿e^e^te sobe- rano D.» María, ha compuesto y publicado D. Andrés A. Giménez; vid. la «Gaceta dica catalana» y «El Siglo Módico» 1897.

(46) caVtíCfi cprer/ia. Reg." 2247, f ° 88. , . n i „i. «n lo Ratve-

(47) Conferencia sobre la Ctrugia valenciana, por Eodrigo Pertegás, en lo Ratpe

nat 1898.

(48) Reg " 862, f." 101 vuelto.

(49) Reg.° 3616, f.° 143.

12 L. COMENCÉ

dos sueldos, sin contar con lo que el rey lo había dado (28 Febrero 1493) (50).

El atentado contra la persona de D, Fernando puso en evidencia la gratitud y la esplendidez de los reyes Católicos para con sus médicos de cámara, de los cuales los más notables fueron Gutiérrez, especialis- ta en enfermedades urinarias quien, con el Dr. Soto certificó la locura de la Reina Juana, andando el tiempo; Rodríguez médico de Enrique IV de Castilla y AlvArez y Guadalupe que formaran parte del Froto- medicato en aquella época de gloriosos recuerdos para nuestra nación.

En mucho demostró estimar á sus archiatros la reina D.* María, esposa del rey Magnánimo, á la que no dudamos en apellidar la Do- líente por sus muchos y continuos alifafes.

Víctima de un histerismo grave y rebelde, que la martirizó duran- te casi toda su existencia, enferma, varias veces, de fiebres palúdicas, de viruela, catarros y dolorosos accidentes propios de su sexo, estéril, flaca, eructadora, de color terroso y picada de viruelas, sin despreciar los auxilios de los doctores, recurrió á matronas, curanderos y herbo- larios para mitigar sus tenaces sufrimientos..

La regia dama, dentro de sus recursos pecuniarios, que no fueron grandes y en multitud de circunstancias muy esquilmados, portóse dignamente con los profesores del arte de curar á los que consideró y protegió con la mayor eficacia.

Díganlo, sino, sus médicos Francisco de Burgos y Gabriel García. Para el primero obtuvo del Pontífice una pensión de cuatrocientos -flo- rines de oro sobre el Priorato del Santo Sepulcro (51) en Calatayud, donación ratificada por D. Alfonso V en Septiembre de 1419. El tal profesor lo fué de cámara del rey de Castilla, y D.* María pretendió de D. Alvaro de Luna que, á pesar de la ausencia de aquel reino, se le continuase pagando al médico su quitación en aquel país, á parte de sus honorarios en el reino de Aragón; y no terminó aquí la protección de mentada D.* María; pues en 1426 pidió para su médico, y tal vez con- siguió, una canongía en Toledo.

El segundo médico Gabriel García, protofísico, examinador regio y maestro, recibió de su egregia cliente, pruebas inequívocas de grati- tud y de alta consideración. Recordemos nada más, que este bachiller en medicina, de Valencia, entró á su servicio en 1423, que diagnosticó la dolencia de la soberana, que presenció y comprobó bu muerte y la asistió con lealtad, celo é inteligencia (52).

Habiendo quedado vacante la plaza de Canciller de los Estudios de Medicina de Barcelona por fallecimiento de Pera Pau, médico también

(50) Beg." 3616, fs. 136, 142 á 155.

(51) EegB. 3162, f.» 78.-3108, f.° 8 y Bigtes.— 2570, f.» 33.— 31W, f." 8.— 3170, í.° 9, v.

(52) Dietari municipal, año li86.— Beg.° 8172, f." 141, \,—Qaceta médica catalana^ loo< cit.

FORMAS DE MUNIFICENCIA REAL 13

de la reina (aunque con categoría, acaso, de consultor), la provisión de aquel cargo, de las atribuciones del rey, (Reg.** 3302, f.° 94) dio lu- gar á una especie de cisma en el claustro y á la divergencia de pare- ceres entre Alfonso V y su esposa D.* María

Defendió ésta los derechos de su protegido García con verdadero ahinco, conforme se desprende de la siguiente epístola que la reina di- rigió á D Juan, soberano de Navarra (53).

«Muy alto príncipe nuestro, muy caro é muy amado hermano. El colegio del Studio de la ciudat de barchinona según havia é podia por sus privilegios, por muerte de maestre pere pau quondam físico e chanceller del dicho studio pro elección bien e legitimamente segund justicia e con sentencia donada del dicho oficio de chanceller del bien amado consellero e phisico nostro maestre Gabriel García maestre en artes e en medicina en possesion del cual officio la universidat e colegí deis phisicos e otros artistas lo posaron en possesion de contiaent. E no obstante la dicha sentencia fuese por nos confirmada ahun el dicho maestre Gabriel García obtenía otra confirmación de nuestro Santo

padre aparece ahora según somos informada el Rey crehemos si-

nistrament informado de los dichos privilegios e sentencias, por algu- nos que en esto se han con passion, ha provehido del dicho officio de Chanceller á maestro Jaime quintana phisico suyo e a maestre Bernat de Granullachs á instancia del cual según se dice, esto se es fecho por su lugartinent; por ende, Rey muy caro e muy amado hermano roga- mos á vuestra alteza plega aquella mandar este fecho sea remitido á

justicia ehihayades el dicho maestro Gabriel por recomendado

car attendidos sus servicios é la obligación que le tenemos no querría- mos que su ausencia en esto que sabemos tiene justicia li fuesse dam- nosa. D.* Tudela de Duero aldea de Valladolid 7 Sepbre. 1454. La Reina.»

Cabe imaginar que D.'* María estuviese nial informada ó que mirase con excesiva benevolencia los asuntos de su físico García con menos- cabo de Quintana; pero no fue así; en el Archivo de la Corona de Ara- gón se custodia un documento en el que, prescindiendo de fórmulas se dice que Gabriel García había sido elegido y promovido rite et recle al sumo officio de cancelario de los estudios de Medicina, el 23 de Julio de 1453; que dicha elección se llevó á cabo mediante las formalidades y requisitos legales; que convocados y congregados maestros y bachi- lleres, tanto en medicina como en artes para proveer la vacante de Canceller por fallecimiento de Pere Pau, presentes diecisiete profesores que nombra^ presididos por el Rector Pedro Fumanya y con asistencia de un procurador de Granollers, un boticario, un notario y puestos de

(53) Archivo del Real de Valencia, f.° XXX, 2.° lib. reginale— Arch. de la Oor. de Aragón, P6g.° 3168, f." 175 y eigtes.-Eeg " 2197, f.» 149.— Reg.» 3128; f.° 28.

14 L. COMEXGR

acuerdo los arbitros de los diversos bandos, fué designado para el cargo el médico Gabriel García (64).

En verdad que este archiatro es quien verificó la muerte de la soberana poniéndole sobre el pecho un got áhiigua, una vedija de lana cardada ante la boca y una vela encendida, luego, junto á la nariz y como la señora no contestó á las voces con que la llamaron, ni el agua se movió ni osciló la llama, ni se agitó la vedija, diéronla por difunta en medio de los sollozos y gritos de consuetud en libitinarios tran- ces (55).

Como debo poner ñn á este cansino y monótono relato, eligiré para despedida un ramito de noticias más cercanas; demos pues una zanca- da y salvemos algunas centurias en busca de generosidades, premios y finezas á ciertos archiatros regios de origen catalán.

El famoso profesor Masdevall vióse colmado de soberanas atencio- nes y alcanzó duradero influjo en la Corte; á Pedro Virgili, fundador de los Colegios de Cirugía en España (56) y profesor palatino, conce- diéronle los monarcas, por sus desvelos y servicios eminentes, pensio- nes, cargos honoríficos y título de nobleza, aun logró más preciadas cosas; la confianza de los soberanos, la admiración de los suyos y el aplauso de la historia.

El modesto hijo de Guixona, D. Pedro Castelló y Ginesta, reforma- dor de la enseñanza y de la legislación sanitaria, llegó al pináculo de la profesión, arbitro fué de los destinos médicos, premiáronle con las más honrosas consideraciones y con el título de Marqués de la Salud para él y sus descendientes (57).

En Cataluña, tal vez, antes que en ninguna otra región española, se instaló la institución del Protomedicato (58) que fué, en sus comienzos» un progreso indudable y. una garantía firmísima para el decoro y pres" tigio del Arte de curar; de Catalunya, andando los siglos, surgieron espíritus valerosos é ilustrados que dieron el golpe de muerte á tal institución que, por anacrónica, era ya un obstáculo para la marcha de la ciencia y un embarazo en la moderna organización política, docente y sanitaria.

Al justo ascendiente de los catalanes en el ánimo de los monarcas, se atribuye el triunfo de la unidad médica, la creación de sociedades sa- bias, de los cuerpos castrense y de baños, la regeneración profesional

(54) Eeg." 31B8, f.*^ 175 y BÍgtes.

(65) Clinica agregia Gaceta médica catalana; loe. cit.

(56) Biografía de P. Virgili, por L. Comenge. Barcelona, 1893.

(57) V. Biografía de P Castelló, por el Dr. Alonso y Enbio, en la España Módica y «Dio. biográfico y bibliográfico de escritores y artistas catalanes del siglo xix», por Elias de Molina.

(68) Eev. Ibero-americapa, n.° IV, pág. £65 y sigles., 1869

INVENTARI DEL CASTELL DE SITGES DE l' ANY 1606 15

en nuestra patria y á tres ilustres catalanes Gimbernat, Oalli y Laca- ba, médicos de cámara (69) y doctores verdaderamente eminentes, de- bióse, en gran parte, el suceso profesional más grande, la más caritati- va y loable empresa que llevó á término esta España tan infeliz y ca- lumniada. Ellos aconsejaron á Carlos IV que el valenciano Xavier de Balmis difundiera por toda la redondez del mundo la linfa de Jenner Ahora precisamente se cumplen cien años, que buques cargados de tiernas criaturas, nodrizas, cirujanos y hermanas de la Caridad, lle- varon, desinteresadamente, la vacuna al continente americano, á las

islas oceánicas, al Asia y mientras los ingleses destruían nuestros

puertos, se apoderaban de nuestras escuadras y tesoros, nosotros es parcíamos el tesoro profiláctico en las abandonadas posesiones de la Gran Bretaña.... ! (60). Esta excursión fué cantada por el inmortal Quintana.

Todas estas y otras mil noticias, señores, habrán de tenerse en cuenta al componer la Historia de la Medicina en Cataluña y, especial mente, al estudiar la influencia de los catalanes en la evolución y flo- recimiento de la ciencia de curar española, en el siglo xix.

L. COMENGE.

INVENTARI DEL CASTELL DE SITGES,

DE L' ANY 1606

En la historia de Sitges se fa esment de les Iluytes y plets que es- devingueren entre la vila y la Pía Almonya de la Seu de Barcelona, rc- ferent á la jurisdicció civil y criminal que aquesta última pretenía; y 's diu, (1) que ais 80 d' octubre de 1606 se dicta sentencia á favor de la Pía Almonya y que d las horas aquesta toma á pendre jJossessió del castell y vila ab sos termes.

Un document curios, que havem trobat al Arxiu de la Catedral de Barcelona, ve á precisar la data en que dit Capítol ó llurs almoyners estavan ja en possessió del castell, y ensémps relació ó inventari de- tallat de tots los mobles y objectes á ell pertanyents. L' inventari, se prengué lo día 6 d'agost de dit any 1606, á instancia del honora- ble n' Antoni OUer preveré, paborde y majordom de la Pía Almoyna de la Seu de Barcelona, intervinguenthi com á testimonis en Joan Ros-

(59) MereoieroQ recompensas del soberano, por su asistencia y baen término de la inoculación antivariólioa en personas reales. (Vid. Historia del Protomedioato, por P. Iborra. Mam. de la Real Acad. Medicina de Madrid, 1885.

(60) Biografía de X. Balmis, leída en el Instituto médico valeneiatw, por el Dr. More- no Caballero, 18S5.

(1) Joan Llopis y BofiU— Ensaig historioh sobre la vida de Sitges, pág. 44.

16 F. DE SAGARRA

sell negociant y en Bartomcu Romeu, agricultor, habitants en la casa ó torra de Garraf ; fentse cárrech de les claus y <ie tot lo mobiliari, en Píiu Alió, preveré y vicari do Sitges, com així consta per lo següent do- ciiment posat á continuació de dit inventar!.

«Jo Pau Alió preveré y vicari arrendador de la iglesia parrochial »dc la vila de Sitjas, confés y regonech a Anthoni 011er preveré, pa- »bordre y majordom de la pia almoyna de la sen de Barcelona que »vuy día present que comptam a sis de Agost de lany mil sis cents y »sis me ha donadas y encomenadas las claus del Castell de dita vila de » Sitjas pera que aquellas y dit Castell tinga y guarde per lo lUtre y »molt Rnt. Capítol e, o, alraoynés de dita Seu junctament ab tot lo que »es dintra de dit Castell 90 es mobles armes y altres cosas las quals »stan continuadas en lo present quern en forma de inventari, las quals «cosas ha restituidas Joan Pía y Anna Pía muller sua lo día present »com consta en los fuUs tras scrits, a dit majordom, totas las quals co- »sas en continent dit majordom me las ha encommenadas las quals »claus castell y cosas promet guardar y restituyr sempre y quant apa- »raxera al lltre. y molt Rnt. Capítol e, o, ais senyors almoyners ho «majordom de dita pía almoyna, a las personas ho persona que a dit » Capítol e, o, alniDyners volrran y per lo ver fas lo present albora »de ma mía propria vuy día y any sobre dit.— Pau Alió preveré predit.»

L' inventari, á que referencia aquest document, es com se- gueix:

Lo Castell

P.® entrant en lo Castell unas portas ab portalleta y clau pany y una anella de ferro grossa á una porta y á la portalleta una anella de ferro.

ítem, en lo portal del Castell unas portas gornidas de llisto gros ab una portalleta ab pany y clau y una anella de ferro á la por talleta.

ítem, entran en dit Castell en la ma esquerra un enfustament lo qual havía servit de costell.

ítem, en la ma dreta entrant un saller ab unas portas pany y fo- rrallat.

ítem, dintre del saller dos cups grans y una escala per pujar la ve- rema á dits cups y una pastera per trapitjar verema.

ítem, una sistema ab una galleda de aram per traure aygua, ab la nanga de ferro.

ítem , de dit saller se entra á un altre selleret ab sas portas dins lo qual y ha un cup mitjanser.

ítem, á ma esquerra una stabla ab sas portas pany y forrellat din- tre de la qual y ha una instancia que serveix de pallissa ab sas portas y forrellat y pany y clau.

INVENTAPI DEL CASTELL DE SITGES FET L 'aNY 1606 17

ítem, á r altra capdestabla y ha un portal quo ix al corral ab sas portas y forrellat y pany y clan.

ítem, al cap de la escala y ha un portal ab sas portas pany y clau per hont se entre en la preso dintre de la qual y ha tres portáis ab sas portas y un forrellat en una de las portas y en la primera instancia de

la preso y ha teulas y rajólas y en la segona instancia y

ha cabirons y llatas y pots de Arbucias.

ítem, á ma drcta un sellaret ab sas portas pany y clau dintre del qual y ha un cup mitjanser y un banch.

ítem, á mitja escala una porta y portalleta ab son pany y clau y dos baldons.

ítem, en lo passatge del cap de la escala y ha dos bofets de noguer gornits ab sa ferramenta.

ítem, una conca de aram gran ab marlets, an^as y tres peus.

Mes, al rebost nou una porta ab pany y clau.

ítem, en la sala vella entrant unas portas ab son pany y clau.

ítem, dintre de dita sala y ha una taula gran ab quatre petjas y dos calaxos.

ítem, dos caxas grans antigás la una sense cubertor y laltra ab cu- bertor sense frontissas.

Ítem, una pastera vella.

ítem, una brondonera de fusta per posar set ciris.

Ítem, un panell de ferro ab sa creu y bandera lo qual es de Garraf.

ítem, un armari ab sas portas,

ítem, al un cap de dita sala un portal ab sa porta pany y clau-

ítem, dintre dita cambra una caxa de tomba ab las armas del Capítol.

ítem, un satial dolent,

ítem, en la cambra de las armas vulgarment dita la guarda roba entrant ab sa porta y pany y clau.

ítem, entrant en dita cambra y ha quatra caxas tombadas, sense panys ni claus, ab las armas del Capítol.

ítem, un mítg coffra ab son pany ab las armas del Capítol.

Item^ una caxeta llarga dins de la qual y ha set ciris los quals cro- man los días de tots Sants y deis morts y una antorxa.

ítem, una bassina de llautó gran vella y llisa.

ítem, un gorniment de fusta ab sos peus per á penjar flassadas so- bre del qual y ha sinch flassadas grans grogas y duas de mitjanseras tambe grogas y set flassadas vermellas grans y dos flassadas tambe vermellas mitjanseras las quals tant grogas com vermellas son totas molt usadas.

ítem, altra flassada groga molt dolenta.

ítem, un Hit de camp ab pilars.

ítem, dos tambors de guerra dolents lo gran y laltro dolent y ab sos tocadors.

1903 - a

18 F. DE SAGARRA

ítem, den arcabiissors dolents.

ítem, duas ballestas y dos abras de ballesta.

ítem, nou manadas de dardills y en cada manada una dotzena.

ítem, dos grillons y una marca.

ítem, una argolla.

ítem, quatre motllos dos ab manech y dos sense manech.

ítem, un motilo de coure pera fer pilotas y bastarts.

ítem, sis balas de plom y ferro.

ítem, dos trompetas una bona y altra dolenta.

ítem, un pany nou gran ab sa clau.

ítem, un pany xich dolent.

ítem, set morrions de ferro y no molt bons.

ítem, sinch cuyrassas dolentas.

ítem, tres coxins grans dolents y tres de gaita també dolents.

ítem, tres devants Hits de cotonina ab flocadura de filadís de color deis mateixos Hits, usats.

ítem, nou fiascos.

ítem, setza bossas de cuyro.

ítem, quatre llanssols prims grans.

ítem, quatre stovallas escacadas bonas.

ítem, sinch trossos de lli esquin^ats los quals diñen eren de llan- ssols.—Sonse esquinzat per fer cobri bassins, de manament del Sr. pabordre.

ítem, una tela devant Hit ab llistas de vermell usada.

ítem, una cortina llistada de vermell dolenta que diuen ha servit per la capella.

ítem, deu torca bocas molt usats.

ítem, tres coxineras de gaita dolentas y una coxinera gran do- lenta.

ítem, entrant en la cambra, vulgar dita den Serda, unas portas ab son pany y clau dins de la qual y ha un Hit de camp ab sos pilars y cortinas de color danech gornidas ab flocadura y alamares blava y una márfega dolenta.

ítem, una caxa tombada ab las armas del Capítol ab son pany y clau.

ítem, en la cambra vulgarment dita la cambra del Cabiscol Eossell unas portas ab son pany y clau y altra porta que ix á la sala ab sa porta y pany y clau.

ítem, en dita cambra y ha un Hit de camp ab sos pilars y cortina de cotonina de color danech, ab flocadura y alemares blaus y una márfega.

Item^ en dita cambra per las parets godamacHs vermells ab los pi- lars deoripell.

ítem, en la quadra ho sala nova se ha tiobat un llancer ab vuyt Han^as y set rodellas al costat de ditas llancas.

INVENTARl DEL CASTELL DE SITGES FET L' AN'Y 1606 19

ítem, una barra en la qual y ha penjadas onza ballestas ab sas gaffas y buyrachs.

ítem, dos restallers y á tots dos y ha dotza arcabussos.

ítem, sobre dits arcabussos stan penjadas unas cuyrassas y un

peto.

ítem, una taula de noguer ab dos capitells ab balustra.

ítem, un tinell de fusta de alba ab un calaix gran ab set cándale- ros de llautó, sinch de bons y dos de trancats.

ítem, una taula gran de noguer ab tisora.

ítem, una tisora sense taula.

ítem, una taula de noguer quadrada ab dos capitells y un cobri taula blau dolent.

ítem, set cadiras comunas usadas.

ítem, altras quatre cadiras usadas las quals tenia lo vicari en

ítem, en la cambra vulgarment dita la saleta en la qual y ha una ximeneia francesa en la quál si ha trobat un Hit de camp ab sos pi- lars y márfega y en las parets quatra pessas de guadamassils molt do-

lentas.

ítem, en la cambra vulgarment dita den navarro en la qual y ha un Hit de camp ab sos pilars y márfega y cortinas de cotonina de co- lor danech gornidas ab flocaduras y alamares verts.

ítem, sota dita cambra y ha un studi en lo qual y ha un Hit de camp ab sos pilars y márfega.

ítem, un escó á modo de bancal ab dos calaxos.

ítem, uns armaris encastats á la paret ab sas portas pany y clau.

En la cuyna y ha uns clamastras ab quatre barras de ferro y una ollera de ferro.

ítem, uns ferros grans y una pala gran de ferro.

ítem, una lluna de ferro per lo forn.

ítem, duas paellas molt grans dolentas.

ítem, uns moHs de ferro bons y una porta de ferro per tancar la boca del forn.

ítem, quatre cavalls de ferro gran.

ítem, dos cossis encastats á la paret.

ítem, una taula rodona gran.

ítem, un bancal.

ítem, una olla de aram gran ab duas an(jas foradada. En la cambra del rellotge y á una cadena de ferro grossa ab una argolla, dita la argolla.»

Tal es, aquest curios inventan, que no perqué sia de época relati- vament moderna, está mancat de interés pera la indumentaria, y '1 mobHiari, per lo qual havém volgut transcriurel integralment, conser- vantli la mateixa ortografía y construcció gramatical.

Fekrán de Sagarra.

20 C. PARPAL Y MARQUÉS

LA INVASIÓN TURCA M 1558 EN CIUDADELA DE MENORCA

Bellamente ha descrito Bala.c^ucr (1) el suceso de queme voy áocu par en este trabajo; ha presentado el hecho como pudiera hacerlo el m;'is diestro artista pintando un cuadro lleno de grandiosas pinceladas y finos retoques; ha cantado, mejor que narrado, el acontecimiento, ixuiado sin duda por su poética imaginación notablemente impresiona- da ante el heroísmo, y si, á pesar de ello, hoy trato de este suceso es precisamente porque hace falta, se publique la crónica del mismo con la severa imparcialidad que exige la Historia, á fin de que los docu - mentos confirmen ó corrijan la tradición, ya que un trabajo serio y formal, como deben ser los históricos, sobre este acontecimiento aun no se ha escrito

Es glorioso el hecho y á pesar de ello algunos autores ni siquiera lo citan (2), por otros es solamente mencionado (3), algunos aportan nuevos datos (4), otros incurren en lamentables equivocaciones^ por desconocer la topografía de la Balear menor (6), y existen, en fin, unos pocos que presentan relaciones bastante completas (6).

Examinadas y estudiadas las obras á que aludo, si á ellas solamen- te hubiese atendido,, mi trabajo no tendría valor histórico de ninguna clase; sería un escrito más, una recopilación mejor ó peor hecha de lo dicho por los autores y mi intención jamás ha sido ésta, ni pienso nun- ca seguir tal camino en cuestiones históricas. Los autores me han guiado, pero la fuente, los materiales de esta monografía han sido bus- cados en los Archivos, los documentos la han formado y sobre ellos

(1) El Degolladero. Memoria leída en sesión de la Eeal Academia de la Historia. Tomo XXXII de la colección de obras de D. Víctor Balaquee, págs. 223-34.

(2) L A FU ENTE en su /r/síorm de España y Alcalá Galiano en la traducción de la obra del Dr. Dcnham.

(3) Weis. La España desde el reinado de Felipe /Jete. Tomo I. Cap. I; Gebaet, que co- pia al anterior en su Historia critica de España. Tomo V. Cap. VI; Bofarull (D. A.) His- toria, crVica de Cataluña. Barcelona 1876 78. Tomo VII, pág. 119.

a, Ortiz de la Vega. (Patxot): Glorias nacionales. Barcelona 1852-54. Tomo VI, ca- pitulo III; San Miguel cD E.): Historia de Felipe II. Madrid 1844-47. Tomo I, Cap XVII; Cabrera de Córdoba: Fdipe II, rey de España. Madrid 1676. Tomo I, pág. 226; Galindo y DE Vera: Historia de las vicisitudes y política tradicional de España respecto de sus pose- siones en las costas de África etc. (Memoria premiada por la R. A de la H.) Madrid 1796- 1882. Tomo XX, pág. 187; Gómez de Arteche: Xieblas de la historia patria, Barcelo- na 1883. Cap. Mabón, y Campaner: Crónica Mayoricense. Palma 188L. Pág. 270.

(5) Terreras en su Historia de España y el P. Mariana en la suya.

(6) Además de los que se mencionarán más adelante, Fulgosio: Crónica délas islas Baleares. Madrid 1870 y Dameto, Mut y Alemany: Historia general del Reino de Mallorca continuada por MckagüEs y Bover. Palma 1840. Tomo III.

LA INVASIÓN TURCA DE 1558 EN CIUDADELA DE MENORCA 21

he escrito sin descuidar las historias de Quadrado y Oleo y los estudios de Balaguer y Ramis.

El fausto suceso, que bien merece una página de oro, salpicada de sangre y coronada de inmarcesible laurel, en la Historia general de España, tuvo lugar á mediados del siglo xvi, en el año de 1558, cuan- do retirado en el monasterio de Yuste^ Carlos I, ocupaba el trono de España, su hijo Felipe II el Prudente, ejerciendo, en su ausencia, las funciones de gobernadora de la Península Ibérica, su hermánala prin- cesa D."' Juana. Hallábase bajo su dominio un codiciado país, na- cido en el mar Mediterráneo y en cuya costa occidental está situada una histórica ciudad, conocida con el nombre de Ciudadela, vocablo castellanizado del de Ciutadella con que fué bautizada cuando los ca- talanes y aragoneses en 1287 la arrebataron del poder musulmán (7). Era dicho lugar desde tiempo inmemorial la capital de Menorca y en él residía el gobernador, nombrado por el Rey y subordinado al Virrey de Mallorca, desempeñando interinamente en 1558, aquel cargo Mossen Bartolomé Arguimbau por haber pasado D. Juan de ]\Ioncayo, gober- nador que fué de la isla antes de la citada fecha (8), á Orihuela y no haber llegado aun á Menorca el electo D. Juan de Cardona y Rocaber- ti. Era Arguimbau, según cree Ramis (9), natural de Ciudadela, nom- brado varias veces baile general de la Isla, y el que desempeñaba en la citada fecha, desde el día 9 de Marzo, el cargo de lugarteniente de gobernador ó regente de la gobernación. Hallábanse á más de él y co mo oficiales reales, un capitán de infantería llamado Miguel Negrete (10) y Mossen Rafael Pons (11) lugar teniente del procurador Real de Mallorca, cuyo Virrey D. Guillermo deRocafuU, había sido gobernador de Menorca (12), y actuaba de Procurador Real de las Baleares Mossen Jorge de San Juan.

Personas aptas y de absoluta confianza del Rey debían ser las ci- tadas porque la lucha que España en la persona de Carlos I había sos- tenido con el preso de Pavía Francisco I de Francia, no había cesado, antes al contrario los hijos de éstos, los monarcas Felipe II y Enrique II, la continuaban con nuevas guerras, aliándose el francés con aque-

(7) Véase mi obra La conquista de TiTcnorca en Í2s7.

(b) Archivo de la Corona de Aragón. Registro 4019, foHo 25 v.°.

(9) Varones ilustres de Menorca.

;10) Sapongo qne Negreta no era mencrqnin, desconociendo completamente su bio- grafía, si bien puedo dar como único dato hasta hoy inédito, que en 2:< de abril de 1553 fué nombrado capitán de la gente de (guerra de Menorca, en sustitución de Vicente Za- fontes. Arch Cor. Arag. Documentos procedentes de Simancas Legajo. 1571.

(11) Archivo de la Corona de Aragón. Registro 4358, fol.° 204 v.".

(12) Aro. Oor. Arag. Eegiatro 4018, folios 36 y 86 v.° y 91 y 91 v.°.

22 C. PARPAL Y MARQUÉS

líos corsarios hijos de Barbarroja que, con orgullo al par que con razón, se titulaban reyes de los mares y el Mediterráneo se hallaba infestado de ellos, quienes en concordia con los reyes de Francia atacaban las posesiones marítimas españolas, á fin de distraer la atención de Felipe que combatía más allá de los Pirineos para más tarde las legiones his- panas cubrirse de gloria en la batalla de San Quintín (13).

El emperador Carlos, primero, y Felipe, después, tenían noticia de lo que ocurría y así no es de extrañar que á más de nombrar personas expertas para los cargos públicos de las Baleares, enviasen á ellas al- gunas armas (14), por temerse nuevas invasiones délos turcos (15) que en 1553 habían saqueado á Mahón y en otros años, diferentes po- blaciones isleñas. Todas las precauciones, tal vez por ser pocas, no bastaron, sin embargo para que el corsario después de haber pasado el faro de Mesina y saqueado á Sorrento, población de Italia, llevándose 9,0C0 cautivos (16), dirigiese su flota hacia las islas adyacentes de la Pe- nínsula ibérica.

No me será difícil, atendiendo los lugares que los documentos é historiadores citan, señalar el itinerario que siguió la armada corsa- ria una vez hubo atravesado el Faro de Mesina, y así se puede afirmar que después de recorrer la parte occidental de Italia devastó algunas villas en el reino de Ñapóles, haciendo lo propio con las de Sorrento, según se ha dicho, y con las de la isla de Procida. Recogido el botín si-uió la expedición turca hacia el Golfo de Genova y costa de Proven- za° y por no haber encontrado en las costas de Córcega la armada francesa pasó del Sur de Francia á Cataluña divisándosela desde Ro- sas y blanes y descubriéndose en el cabo de Tosa moltes veles de va- xells de rems que pensam son de la dita armada turquescha y que ve- nen per esta costa (17) desde la cual se dirigió á Mallorca y por creer se hallaba muy bien defendida pasó por frente de ella, sin detenerse, para dirigirse á Mahón y después á Cindadela. Componíase dicha flota, se- gún el acta escrita en Constantinopla y de la cual me ocuparé más adelante, de 150 buques, todos ellos galeras menos 6 ó 7 galiotas, nu- mero que acepta Quadrado (18) añadiendo que todas estaban armadas de buena vela á excepción de 5 ó 6 tripuladas por forzados. Según

(13) BoFAROLL (D. Francisco) oit» la alianza mentada en el documento III de su fo- lletoPredtlección del emperador CarloB V por los catalanes. Tomo V de las Memorxas de laR. A. de Buenas Letras de Barcelona. , x , - j i

(U) En 21 de Enero de 1540 Carlos ordena al lugarteniente de Cataluña quédela artillería de Barcelona mande dos medias culebrinas á Mahón «por algún recelo y ha- viso que se tiene do fustas y armada de Alger.. Bofaeüll ob y lug. cit. Documento C.

(15) BoFARüLL ob. y lug. oit. Documento C. y CXI. . , ^ o r n

(16 Apéndice. Documento número I. Véase además & Weis, Gebbar, BofaruH ,A y San Miguel, ob. cit. y el Dietario de la Generalidad de Cataluña, trienio de 1557 á Í560 folio 29 y las Deliberaciones del propio trienio folios 126 y.» y 127. Archivo de la Co-

a*) ^Diltíriode la Generalidad de Catalu&a, trienio de 1B67 & 1580, folio 30 y.» (18) Islai Baleares. Barcelona lb85, página 1222. Nota.

La invasión turca de Í558 en ciüdadela de menorca 23

otros la armada constaba de unos 140 bajeles, 134 galeras y 4 gáleo t08, opinión que tiene autoridad por dársela un documento (19) y al- guien afirma, por referencias, eran 120 (20), señalando San Miguel el número de 130: 55 del gran señor y las demás de otros corsarios (21). En vista de tal disparidad de opiniones podemos, atendiéndonos á ellas, calcular que el número de las embarcaciones debió ser de 140 á 150 tripuladas por 15,000 hombres de pelea y armadas con más de 20 caño- nes de calibre ópessas de bronzo de Cossia per dar la hatería y rompre murallas (22), figurando como jefe de la expedición un almirante oto- mano llamado Mustafá Piali (23).

II

Llegado que hubo á las costas de las antiguas Gimnesias refieren Perreras y Mariana (24) que intentó apoderarse de Puerto Mahón lo cual no logró, tomando á viva fuerza su cindadela, 6 como dice Maria- na, la cindadela de Jamma, equivocándose ambos historiadores de un modo lamentable por desconocer la topografía del país ya que supo- nen, como dice Patxot (25), que Cindadela, la antigua Jamma, era un fuerte del Puerto de Mahón y no una población cuyos habitantes rebo- saban pundonor y valentía. Sin embargo, el relato de los dos escri-

(19) Divendret /— Aquest dia oompareguó la armada tnrqxiesoha davant la vila de Giatadella de la Illa de Manorcha que son sent y cnatre galeres ab qnatre que ni ha do francesas ab que va lo embaxador de Fransa y trenta galiotes, etc. Manual de novella ardits. Día 1 juliol de 1558. Volum XVIII, Archivo municipal de Barcelona.

(20) Dietario de la Generalidad de Cataluña, trienio de 1657 & 1660, fol. 29, Archivo de la Corona de Aragón.

(21) Ob. y lug. oit,

(22) Manual de novells ardits. Día 1 juliol 1668. Volum. XVIII. Archivo municipal de Barcelona.

(23) Nació Piali en Hungría en 1620, de familia cristiana, siendo recogido cuando niño en la batalla de Mohac por unos soldS'los turcos. Educado en la corte de Solimán, Piali'cautivó la atención de todos los que le rodeaban y también la de su amo y señor, llegando á ocupar, siendo muy joven, los puestos de baiá y visir. No le crea por esto debiera tales favores á las artes cortesanas ya que demostró su valor y talento en va- rias ocasiones y particularmente en 1555, año en que como aliado de los franceses com- batió contra España, operando en los sucesivos años contra Mesina, Beggio y las Baleares, asolando las oootas de España ó Italia, volviendo el año posterior á la toma de Cindadela, después del combate de Zerbi, á. Constantinopla, tornando á sus excursiones marítimas en 1565 y á pesar de que tuvo que levantar el sitio de Malta, gracias k los es- fuerzos de La Valette, el sucesor de Solimán, Selim II, siguió dispensándole sus favo- res y considerándole como su primer marino, encargóle la guerra contra Veneoia. Piali hostilieó dicha Kepública, apoderándose de Chipre, más no de Famagusta, lo oual le valió la destitución, pero ponservando siempre las dignidades y honores que te- nia. Domiciliado en Constantinopla fundó una mezquita y un bazar, que llevan su nombre, muriendo en 1671. Véase Diccionario enciclopédico hispanoamericano. Tomo XV; Weis, Biographie universelle, timo IV y Hoefer, Nouvelle biographie ge- nérale, tomoXL.

(24) Ob cit. (26) Ob. cit.

24 C. PARPAL Y MARQUÉS

tores no carece de fundamento ya que consta de nn modo autén- tico que antes do sitiar el turco á Cindadela, probó de atacar á Mahón (26). En efecto: en una carta que los Concelleres de Barce- lona mandaron á los diputados catalanes se dice que la armada turca llegó A Mahón y queriendo sitiar el castillo, losmahonoses pusieron tal resistencia que echaron á pique 3 6 4 galeras otomanas, gracias á lo cual, abandonaron las aguas de dicho puerto para cercar á Cindade- la (27); afirmación que contiene otra carta dirigida al barón de la Lia- cuna (28). Que se temía de los corsarios el ataque á Mahón, como lo hi- cieron, está fuera de duda puesto que, antes de la fecha de la toma de Cindadela y por lo tanto de su intento de atacar la de Mahón, se publi- có un pregón en Menorca mandando á las mujeres y niños que se reti- rasen A Ciudalela^ quedándose los naturales y vecinos de Mahón en esta ciudad (29), evidente prueba de que allí se temía se dirigiese el ataque.

Comprendiendo Piali que su intento de saquear á Mahón, no pros- peraría, ordenó se trasladare la flota á Cindadela, presentándose ante dicha ciudad el último día del mes de junio de 1558. Al siguiente, se dio por el almirante otomano, la orden de que desembarcase la gente de la escuadra y emplazase frente á las murallas de Cindadela la artillería que debía vomitar sobre la plaza fuego y hierro para hacer de cada hombre un héroe, un mártir de la patria.

Poca era la guarnición que en Cindadela había donde casualmente se hallaba, como se ha dicho, el Capitán Miguel Negrete con unos cuantos soldados forasteros, castellanos en su mayoría, los cuales for- maron junto con los soldados del país una hueste escasa y débil á pesar de que el regente Bartolomé Arguimbau recorrió en un día las poblaciones de Menorca, reclutando en ellas gente disponible que junto con la de la capital formaron el ejército sitiado compuesto de: 400 hom- bres de Ciudadela, 110 de Alayor, 100 de Mercadal, 7 ú 8 de Mahón, por solo haber llegado á Ciudadela, este exiguo número de los 50 au- xiliares que habían salido de Mahón y 40 soldados mandados por el Capitán Negrete (30) . Con este puñado de hombres debíase resistir á la hueste enemiga, pues si bien el teniente de gobernador mandó á Ma- llorca, por dos veces al marinero Pedro Campllonc para dar aviso de lo que ocurría, con peligro de su vida (31), de la vecina isla no pasó

(26) üra ea 1558 alcalde de la fortaleza de San í'elipe Pedro Esquerra. Archivo de la Corona de Aragón. Registro 4018, fol. Il6 v.° y sigaientes.

(-27) Apéndice. Docamento número II.

(28j Fechada el 6 de julio. C\\.rta8 cloasas, 1558 á 1560. Archivo municipal de Bar- celona.

(29; Apéndice. Documento número III.

(30) Estos datos como muchos de los que nos sirven para este relato, están sacados del acta firmada en Constantinopla, por Arguimbau y otros, que copio integra- mente. Apéndice. Docamento número IV.

(31) Apéndice. Docnmento número ¥.

LA INVASIÓN TURCA DE 1558 EN ClUD ADELA DE MENORCA

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auxilio de ninguna clase á Menorca, conducta observada también por Cataluña en donde por barcas llegadas de Menorca á San Feliu de Guixols (32) se tenía noticia del sitio la cual les sirvió para prevenirse de cualquier ataque, sin mandar refuerzos A la Balear menor (33).

Solos los menorquines lucharon heroica y magnánimamente y ha- bían empezado ya los turcos á batir la muralla el día 2 de julio cuando los sitiados intentaron una salida para enclavar é inutilizar los 24 ca- ñones de la artillería turca, salida inútil ya que si bien entraron en las trincheras enemigas, á pesar de la resistencia puesta, no encontraron en ellas artillería alguna, que fué emplazada al día siguiente para dar comienzo al bombardeo contra la muralla.

Continuo é incesante era el fuego sucediéndose á las descargas de la artillería, las de la arcabucería; sin descansar ni sitiados, ni sitiado- res, morían algunos de aquellos al par que otros caían de sueño y fatiga para levantarse y pelear de nuevo con más brío y valentía, mientras las mujeres trabajan sin descanso y á porfía en fortificar y bastionar las murallas, abiertas por grandes brechas que se reparaban con ramas, leña, tierra, lanas, colchones, sacos de ropa y quien sabe si con los acribillados cuerpos del amado esposo ó del querido padre... Y mientras los bravos defensores de Cindadela portábanse como bue- nos, por la noche, tal vez temiendo que la luz del día echase en cara su traición, un renegado, al pie de la muralla, llamaba por sus nom- bres \ Arguimbau y á Negrete intimándoles en nombre del Bajá á que se rindiesen con ofrecimiento de agasajarles y dejar á ellos y á sus amigos en completa libertad, atrevida embajada que era contestada con*el plomo de los arcabuceros, teniendo aún la consideración de advertir antes al emisario que se retirara, j Siempre nobles, siempre

bravos!

Nueve días con sus noches pasaron los heroicos soldados resistien- do al ejército invasor, viendo abrirse, primeramente, ancha brecha en el baluarte de los Frailes, derrocándose luego gran parte de la muralla del de San Juan, que el fuego había ya derruido, rompiendo sus de- fensas al pie de las cuales morían los valerosos artilleros á cuyo cargo se hallaban, al intentar el turco por cuatro veces distintas con gran

(32) El día 9 de jalio Uegó á San Pélin uaa barca en busca de pólvora por la cual se Bnpo que la armada turquesca está combatent en Cíutadilla y que los de dintre se defensen molt be y han morti mes de quatre sents turchs y se tindrdn tot lo que pugan. ... El 10 llegó otra con nn capellán pidiendo socorro y pólvora. Archivo municipal de Barcelona. Carta» closas, 1553 flnex 156o.

(33) Escribiendo los Concelleres & la princesa Juana sobre los medios de defensa.— Archivo Municipal de Barcelona. Cartas reales 1530 /Inej; 1550,-6 mandando una barca & Ciudadela para poner & los barceloneses al corriente de lo que ocurría en el sitio— ^r- chivo Municipal de Barcelona. Cartas closas 1558 fmex 1500—6 pidiendo recursos & los aragoneses para prevenir cualquier invasión— Z,lí6re de coses asanyaladcs. III. cap. GO, A. 31. de Barcelona.— Los diputados de Cataluña pidieron también socorro á Aragón para el caso de invasión. Ar. Cor, Arag. Deliberaciones.— Trieni 1667 ¿ 16&0, fol. 104.

26 C. PARPAL Y MARQUÉS

fuerza de banderas, escalar el muro y entrar en la ciudad, lo cual no les fué posible por defender los de dentro bizarramente la entrada, ma- tando á muchos turcos y tomándoles muchas banderas, todo ello con notables pérdidas y tal número de muertos y heridos, que, al terminar la batalla, el Gobernador y el Capitán hicieron un recuento de las fuerzas que restaban, viendo con dolor cuanto se habían diezmado ya que de los 620 hombres que tenían al comenzar el sitio apenas quedaban 200 disponibles para coger un arma.

Sin embargo, ni los lastimeros ayes de los heridos que yacían en el lecho del dolor, ni los cuerpos amontonados en las trincheras en donde tanta sangre habíase derramado, ni los desencajados rostros de los su- pervivientes, hicieron disminuir el valor de los alentados defensores de Cindadela, quienes á pesar del incendio de la casa de la Universidad donde se custodiaban las municiones, quemadas en gran cantidad, no desmaj^aron ni un momento animados con el ejemplo del Regente de la Gobernación que no abandonó, ni de noche, ni de día, ora á caballo, ora á pie, mostrándose á todos, la batería que tenía á su cargo á pesar de la sangre que manaba de su cuerpo por haber sido herido por unos trozos de bronce de un cañón de la muralla reventado en el mismo instante en que por Arguimbau le era aplicada la mecha.

Como no se recibía auxilio alguno y se empezaba á comprender que la resistencia era imposible, ya que á más de la mucha fuerza de que disponía el enemigo y á pesar de tener muy fácil la entrada, iba atrin- cherándose para batir el otro costado de la muralla por la parte de la puerta de Salas (34) y como se mermaba considerablemente la guarni- ción de la plaza reuniéronse los Jurados, Capitanes y muchas otras per- sonas y requirieron al Regente Arguimbau y al Capitán Negrete á que se abandonara la ciudad, conduciendo con buen orden á las mujeres y niños á Mahón. Lejos de conformarse con la decisión de los reunidos, Arguimbau y Negrete (35), si bien comprendían no se podía resistir un nuevo ataque, se opusieron tenazmente al abandono y huida, siendo su opinión debía defenderse á Ciudadela usque ad mortem, mientras quedara una piedra que echar á los sitiadores y un hombre con vida. La decisión de los dos héroes no prosperó y acatando la de la mayoría, con protesta en el acta levantada por Martín Antonio Bonet, nota- rio (36) dispúsose aquella misma noche el abandono de Ciudadela, noticia que circuló por el pueblo agolpándose éste en las puertas de la ciudad, con gran trabajo por parte de Arguimbau y Negrete para res tablecer el orden y organizar la salida, efectuada después de haber

(31) Una de las cinco que tenia Ciudadela, colocada frente el camino de San Nicolás que conduce al castillo del mismo nombre en la embocadura del puerto.

(35) Además de Arguimbau y Negrete, oree Dameto, se opusieron á la buida Miguel Martorell y Juan Pons. Eistoria general de Mallorca. Tomo III.

(36; Consta & Bamis existia en aquel tiempo en la Isla un notario aii llamado. Yarontí üuitres,pág. 33,

LA INVASIÓN TURCA DE 1558 E.V CIUDADELA DE MENORCA 27

explorado el trayecto tres hombres juramentados. De regreso los ex- ploradores que se cercioraron estaba el caroino libre, dióse la orden que los de Alayor y Mercadal formasen la vanguardia siguiendo á ellos las mujeres, niños, heridos y gente inútil, custodiados como retaguar- dia por el Gobernador y el Capitán con la restante fuerza. Así se hizo y aun no había salido toda la gente cuando la vanguardia dio con los turcos, no habiendo otro remedio en vista del encuentro, que refugiar- se nuevamente en la ciudad. Al conocer el General turco la desespera- da situación de la plaza sitiada, arremetió al amanecer del 9 de julio con mucho ímpetu la muralla, defendida por un puñado de valientes, sobre cuyos cadáveres pasaron los turcos y entrando por la puerta de Salas y llegaron hasta el Borne donde tuvieron que luchar con algunos aguerridos soldados que hicieron retroceder á los turcos hasta la bate- ría. Eran pocos aquellos y éstos muchos y no tuvieron más remedio que sucumbir los primeros por la fuerza del número de los corsarios que entraron en la ciudad saqueando y matando, destruyendo é incen- diando (37).

El vandálico furor del vencedor no respetó á nadie y mientras los archivos eran saqueados (38) y los privilegios quemados (39), las casas, Iglesias y monasterios, eran destruidos (40), los altares, ornamentos sagrados y demás objetos destinados al culto divino, incendiados (41), robados y talados los campos de dos leguas en derredor, sacrificado el ganado de los mismos (42) y lo más sensible aún, deshonradas las doncellas, martirizados los frailes y monjas retirados en los claustros, degollados muchos de los defensores de la ciudad y conducidos los restantes, que pasaban de cuatro mil á las mazmorras de Constantino- pla para padecer allí ó bien para ir á aumentar las bellas los serrallos de la ciudad del Bosforo (43).

(37) Tan memorable snoeso historiado según nos lo cuenta el acta redactada en Constantinopla, se recnerda en dicha fecha con la celebración de piadosos sufragios en la Catedral menorquina terminados los cuales congrégase el pueblo en el Ayunta- miento donde se lee el mencionado documento.

(3S) Apéndice. Documento número Vil. De los documentos existentes en aquel tiempo en Cindadela consérvase el histórico Llibre vermell, códice de unas 300 hojas y letra del primer tercio del siglo xvi llevado por los turcos & Constantinopla y que fué rescatado por 100 doblas de oro por el paborde Marti.

(89j Tanto es así que tuvo que darse nuevo general privilegio. Apéndice. I>oca- mento número VIH.

f40) Véanse los varios documentos que transcribo.

(41) Apéndice. Documento número IX.

(42) Archivo de la Corona de Aragón. Kegistro 4018, folios 168 v.° y siguientes.

(43) En vista del considerable número de menorquines que fueren transportados á la antigua Blzancio ó esparcidos por los mercados de Levante, cr»o aunque autores de reconocida autoridad aürmen que la gente de Cindadela fué pasada & cuchillo y degollados machos de sus habitantes, que si bien se martirizaron algunos no fueron estos en tan crecido número, oom* se supone, ya que de ser asi no hubieran llegado á 4000 los cautivos.

28 C. PARPAL Y MARQUÉS

UI

La caída de Cindadela tnvo gran resonancia en España (44) y en la cristiandad entera, y llevados por la armada turca cargada de rico botín los heroicos defensores de la ciudad entre los cuales se con- taban Negrete (4n), Arguimbau (46), Rafael Pons (47), Francisco Ar- nau (48) y muchos otros, se quedó Menorca sin oficiales reales y sin autoridades, por lo cual el virrey de Mallorca Don Guillermo de Roca- full, que no quiso ó no pudo auxiliar á Cindadela cuando el ataque, ordenó á un caballero llamado Federico de Cors que pasase á la Isla en calidad de Gobernador interino, acompañado de un letrado para que lo asesorase.

Aceptado por Cors el encargo embarcó para Menorca y al llegar á Cindadela uno de sus primeros cuidados fué «enterrar los muchos cuerpos muertos assi de personas como de animales que habían que- dado en aquella tierra» haciendo todo ello con gran diligencia y mag- nanimidad y hasta con sacrificios pecuniarios. No desmayó en su pro- pósito de mejorar en lo posible la situación de Ciudadela en donde residió continuamente teniendo por habitación «los días en una cueva por estar derribadas 5^ quemadas todas las casas y las noches hazien- do centinela en el campo en companya de diez ó doze hombres mal armados.» Además «hizo limpiar toda la batería y cerrar de piedra seca todo el muro» y «hazer puertas ó trampas en tres puertas de dicha villa sin costas del Real patrimonio y de la Universidad.»

Con tales medidas y desvelos que expuso la princesa D,^ Juana al rey (49) procuró el Gobernador interino que se empezase á repoblar la villa ya que los nuevos habitantes veían el cuidado que había para protegerles, alabándose con justicia la pericia y diligencia de Cors por lo cual suplicaron á la princesa le diese la efectividad en el cargo.

D.* Juana desde Valladolid á 11 de abril de 1559 después de hacer presente lo anterior se interesó con el rey para que nombrase á mos-

v44) Ux^a de las publaciones qne primero tuvo noticia del saqneo de Cindadela fné Barcelona y desde ella, tal vez, se comnnicaría la noticia á la Corte. Manual de novells ardits y Lletras clossas, Inga, cits, y Deliberacions dele Conceller s.— 1558 a, 1559, f." 23. Archi- vo mnnicipal de Barcelona.

(45) Abí se dednce por las firmas de la ya citada acta levantada en Oonstan- tinopla.

(46) Se conoce qne cnando los tnrcos entraron en Ciudadela descargaron sn furia contra Argnimban á, quien creyeron muerto su mujer é hijos. (Apéndice. Doca- mentó número X), si bien se desprende en otro documento. (Apéndice. I>oca> mentó número XI) que fué hecho prisionero por los turcos.

(47) Era en 1558 Teniente del Procurador Eeal de Mallorca y fué hecho prisionero. (Archivo de la Corona de Aragóti. Registro 4358, 204 v.°)

(48) Proveedor de la gente de guerra, fué llevado como cautivo á Constantinopla. siendo nueve años después de su rescate tesorero de la Santa Cruzada en Cataluña, (Arch. Corona Arag. Documentos procedentes de Simancas. Legajo 1586).

(49) Aroh. Cor. Arag. R. á0l9, fs. 11, v.° y 12.

LA INVASIÓN TURCA DE 1558 BN CIUDADELA DE MENORCA 29

sen Federico de Cors goljernador efectivo de Menorca (50) reiterando la petición, que sobre lo mismo había hecho en 28 de noviembre del anterior año, porque durante su interinidad servía perfectamente al rey tanto más por cuanto el electo D. Juan de Cardona «es muy moQO para el dicho gouierno y no ha ydo á la dicha ysla ni ha hecho dili- gencia alguna aquí para avisar de su y da» á pesar de ser su nombra- miento de fecha anterior á la toma de Cindadela (51).

El rey no accedió, sin embargo, á lo que con tanta insistencia pe- día el pueblo menorquín y apoyaba la princesa, si bien dio de R. O. las gracias á Federico Cors por los servicios prestados y ordenó, ade más, el 11 de abril de 1559 (52), le fuesen abonadas las dietas que ha- bía ganado de gobernador interino de Menorca desde que salió de su casa hasta que volvió á ella después de hallarse en la isla el goberna- dor efectivo D. Juan de Cardona y Rocaberti (53).

Justo es reconocer el interés que se tomó la princesa y luego el rey por la suerte de Cindadela y de los pobres cautivos y mucho más que éste aquélla, cuyo corazón se impresionó visiblemente ante el heroico y sangriento suceso, apelando á cuantos medios tuvo á su alcance para remediar la aflictiva situación de la villa y de sus moradores.

De como quedaría Cindadela después del saqueo ya he dicho algo- y pueden hacerse mis lectores cargo examinando algunos documentos insertos como apéndice de este trabajo: quemadas las casas, saqueados los templos y monasterios «sin quedarles cosas con que poder celebrar missa ni suministrar los otros sacramentos,» derribadas todas las vi- viendas, sin moradas donde pudieran albergarse los que allí iban, como ocurrió á Cors; convertidas en escombros las murallas y lo que es más triste aún completamente despoblada la villa mientras sus habitantes sin distinción de sexos, categorías ó edades gemían en los calabozos del Sultán.

Era preciso, pues, antes que nada la repoblación de Cindadela y este fué uno de los primeros cuidados del Gobernador interino y de la princesa Juana que, según comunica al rey el 28 de noviembre «le 1588, escribió, de acuerdo con el Consejo de Aragón, cartas á los Virreyes de Cataluña, Valencia y Mallorca para que reclutasen gente de sus respectivos virrenaitos y procuraran fueran á poblar la ciudad menor- quina destruida (54). Pero para que nueva gente pasara á Cindadela era preciso se les hicieran algunas concesiones y al efecto se les ofre-

(50) Id., id , id.

(51) Ar. Cor. Arag. R 4018, f.» 165 v."

(52) Ar. Cor. Arag. R. 40J9, f.o 10

(.53) Dice Oleo, que es entre loe historiadores el que da noticias más completas del hecho que según, documentos, k principios del año 1559 se enoontraba ya en Cindadela el nuevo gobernador Ob, oit. tomo I, pág. 389.

(54) Arch. Cor. Arag. B. 4018, f.° 16J.

30 C PAFPAL Y MARQUÉS

cieron tierras y heredades libros ele censos y gravámenes y con todas las demás facilidades que fuera preciso (55).

No era ello suficiente; precisaba quitar á las heredades todos cuan- tos gravámenes pudiesen tener y dispensar á los nuevos pobladores de algunos tributos por lo cual interesándose el Gobierno cuanto pudo en la'carta dirigida á su representante en Cataluña ordenándole procu- rara manda "pobladores á Cindadela, añadió que debido á la desgracia era imposible pagar los censales que se debían, por lo cual el síndico de la isla en la Corte había suplicado se redujeran aquéllos, como en otro tiempo se había hecho, y como en Cataluña había bastantes acree- dores de dicha villa y su tierra, exhortaba la Princesa al Goberna- dor los llamara á fin de lograr hicieran alguna reducción, de ifíual suerte que se había ordenado al Procurador real de Mallorca que no pidiera ni exigiera cierto censal que se habían cargado los de Cinda- dela para la fábrica del castillo de S. Felipe del puerto de Mahón (56).

Otras disposiciones dio S. A. D.* Juana en interés de Cindadela entre otras la orden de que los soldados así naturales como extranje- ros allí residentes contribuyeran á los cargas universales (57) y la sú- plica hecha en la misma fecha (25 noviembre 1558) al obispo de Ma- llorca de que perdonase por diez años los diezmos que á él pertene- cían, siguiendo de este modo el ejemplo del Rey que había concedido tal franqueza (58).

Esta fué, sin duda, la disposición administrativa más importante en favor de los vecinos y moradores de Cindadela, dada por el Rey con motivo del saqueo turco. En el privilegio firmado en Valladolid á 14 de diciembre de 1558, confirmación de la concesión hecha el 28 de noviembre, (59) por la Princesa Juana ésta en nombre del Rey, des- pues de hacer relación de la aparición de la escuadra pirata en la cos- ta de Provenza y de haber fondeado frente á Cindadela, se narra el si- tio y de la manera como los moradores «se deffendieron varonilmente hasta tanto que después de muchos y grandes combates que de día y de noche les dieron por espacio de nueve días, habiéndoles derribado y arrojado dozientas y sesenta piedras (sic) de murallas» fué tomada Cindadela. Se menciona, luego, el saqueo, la muerte á sangre y fuego de los defensores y el cautiverio de otros; la quema de iglesias y mo-

(55) Arch. ror. Arg. E 4018, f ° 168 v », 169 y 169 v.° CartaB A los Virreyes de Va- lencia y Mallorca.

(56) Id., id., id. Debía consistir lo que se pagaba annalmente por edificar el casti- llo en 221 libras, 15 fcueldos y 7 dineros qne correspondían á Cindadela de las 373 libras mallorquínas ofrecidas según escritura del 12 de abril de 1667. Ramis (Antonio) Fortú giraciones antif,na» de Menorca, pág. 87. Completando el estudio de Eamis tengo en pre- paración, con gran número de documentos, un trabajo icbre las fortificaciones de

Menorca.

(57) Arch. Cor. Arg. E. 4018, f." 166 y^ y 367.

(58) . , . E. 4018, f.° 167, 168 y 168 v.° (B9). Arch. Cor. Arag. E. 4018, f.° 163.

LA INVASIÓN TURCA DE 1558 EN CIUDADELA DE MENORCA 31

nasterios; los actos vandálicos realizados, etc., etc. En vista de ello sigue diciendo el documento «la villa ha quedado del todo despoblada destruida arruynada y quemada y sin nenguna possibilidad ni arbi- trio de tornarse á poblar y rehacer sino con gran dificultad y discurso de tiempo» por lo cual se ha excitado pasen á la capital histórica de 'Menorca pobladores de todas las regiones, dándoles posesiones y here- dades para que gozen de ellas.

Como esto no bastaba en vista de la súplica de mossen Nicolás Cal- derer, clérigo beneficiado de la iglesia mayor de Ciudadela y diputa- do por la villa ante el monarca en solicitud de varias concesiones, «para que con mejor voluntad las tales personas que fuesen á poblar á la dicha villa se dispongan y esfuerzen á ello y con más brevedad se edifiquen casas pues todas quedan destruidas y quemadas y en alguna manera sean reparados los grandes daños que se han padecido por los vezinos y moradores déla dicha villa...» el Rey ordena que «qua- lesquier personas que al presente están biven y moran en la dicha vi- lla de Ciudadela y á ella fuessen en adelante á residir bivir y morar y hazer su bivienda á las quales personas se dieren repartieren y seña- laren en la dicha villa y termino della casas heredades grangerías y possessiones para labrar cultivar y coger qualesquier frutos sean los unos y los otros francos y exentos de pagar el derecho de diezmo de las tales heredades tierras y possessiones situadas en el dicho término y lugar de Ciudadela por término de diez años contaderos del día de la data de las presentes.»

En la última parte del privilegio, del cual trascribo los párrafos más importantes, se dan otras disposiciones paralo venidero y se esta- blece para los que lo contravengan la pena de 1,000 florines de oro de Aragón, además de la ira é indignación de S. M. Las reglas de carác ter preventivo tienen por objeto que pasados los 10 años se pa- guen los diezmos dispensados á cuyo fin ordena que las personas que ocupen heredades den nota de las mismas á los oficiales reales con de- claración del diezmo que le corresponda y de no hacerlo perderán la franqueza dada y la presente merced (60).

Y no sólo tenía esta disposición real por objeto al pedir se declara- ran los diezmos, el que al terminar los diez años de jubileo se pagaran sino que, además, miraba también á la formación de un nuevo mani- fiesto ó catastro por haberse perdido el que regía con la toma de Cinda- dela y desaparición de los libros. A causa de dicha desaparición la Princesa Juana tuvo que ordenar al Procurador Real de Mallorca que en vista de las quejas hasta ella llegadas de que se exigían á los po- bres que habían quedado en Ciudadela y su término el pago de 8 años de pensiones, se abstuviera de hacerlo hasta tanto no se hubiese pro- bado la deuda, ya que todas las probabilidades estaban á favor de los

(60) Aroh. Cor. Arag. R. 4018, f." 168, al 161.

32 J. MIRET Y SANS

ciudadelanos, es decir, do que tal débito no existía, como se podría probar con los libros de los términos de Mahón, Mayor y Mercadal que estaban al corriente y porque «el lugarteniente muerto (61) era hombre muy solícito y diligente» y por esto no es de creer que «cobrasse de los otros términos y dexasse el término y villa de Ciutadella donde tenía su casa y habitación» (62). Al mismo Procurador Real tuvo que orde- nArsele en 1662 A petición del síndico de Menorca que admitiese el pri- vilegio, pues rehusaba hacerlo, del perdón de los diezmos por diez

años (63).

Cosme Paepal y Marqués.

{Se continuará).

LA CASA CONDAL DE URGELL EN PROYENZA

Ermengol IV, el de Gerp, conde de Urgell desde el año 1065, fué el primero que, abandonando definitivamente el país más alto ó parte pi- renaica de sus estados, extendió y aseguró la conquista del país llano, en la región meridional del Montsech y aumentó por modo extraordi- nario el prestigio y poderío de su casa. Tomaba los títulos de conde y marqués, al igual que el conde de Barcelona; es decir que tenía tam- bién su 3Iarca, su línea de avance en territorio de moros y percibía de ellos de la propia manera que el barcelonés, las parias ó tributo espe- cial. Según Monfar, tenía todo el condado urgellense franco de todo reconocimiento al conde de Barcelona, «por haberlo él con sus fuerzas conquistado y esta prerrogativa y franqueza conservaron siempre to- dos los condes descendientes hasta Ermengol VIII.» El cronista con- funde ó á lo menos no distingue la soberanía, asunto de orden político, del señorío útil, directo y alodial, asunto de orden jurídico, y sería muy interesante estudiar á fondo si el conde de Barcelona tenía sobe- ranía sobre el condado de Urgell, sin disfrutar del dominio eminente ó alto señorío feudal, ó si por el contrario vivía dicho país en completa independencia de hecho y de derecho, ó en otro caso si existía única- mente la antigua y olvidada dependencia del rey de Francia.

Este conde de Urgell, hermano de Felicia, reina de Aragón (casa- da con el rey Sancho Ramírez), fué el primero que estableció ó intro- dujo en Provenza la dominación de una dinastía catalana, más de treinta años antes que entrara en aquella tierra la autoridad del con- de de Barcelona, esposo de Dol^a y yerno de la condesa de la Proven-

(61) Abí Be creía como se ve también en otros documentos.

(62) Aroh. Cor. Arag. K. 4018, f.^ 173 á 174.

(63) Arch. Cor. Arag. R. 4361. fol. 121 v.»

LA CASA COXDAL DE URGELL E.\ PROVENZA 33

9a oriental y ele Arles. Bien decía por lo tanto el notario que redactó el acta do la consagración de la iglesia de Olius en 1079, refiriéndose al conde Ermengol IV: «illustrissimo consule Urgellitano et marchioni Erraengaudo, adinodum clarissimo in orbe terrarum toto...»

De un personaje de esta importancia histórica es siempre conve- niente y hasta necesario reunir y aclarar los datos genealógicos refe- rentes á su familia ó descendencia. Este es el objeto del presente trabajo.

El padre de Ermengol I\' murió por los años de 1065 en un comba- te con los moros, en tierra aragonesa; su cadáver fué conducido á Bar- bastro y de allí á Ager La viuda, Sancia, hija al parecer de Ramiro, rey de Aragón, había sido la tercera esposa de Ermengol III y ma- drastra de Ermengol IV.

Esta señora y el hijastro hicieron en 2 de los idus de abril del año V del rey Felipe (1066) la donación á la iglesia de Ager, que ha publica- do el P. Villanueva. En este documento no se hace mención alguna de la esposa de Ermengol IV.

Hemos de creer falso ó equivocado en la data, un pergamino del Archivo de la Corona de Aragón, del año 1062, en que figura ya casa- do y titulándose conde de Urgell el referido Ermengol. Es la donación hecha ante Arnal sacerdote, por Ermengol y Lucía, cónyuges, á favor de Guitart Bonfill, Guillem Sala, Gerbcrt Rogo y otros de una porción de tierra yerma, en término de Almenara^ el día 12 de las calendas de julio del año 2 del rey Felipe (1). En 1062 aun vivía el padre de Er- mengol IV, Ermengol III, el de Barbastro.

En 1069 aparece ya sin duda alguna como conde efectivo y casado, según es de ver en la donación que hizo al Monasterio de Ripoll, con consejo de su esposa Lucía, para edificar un convento en las orillas del Segre, cerca de Pons, publicada en Marca Ilispámca. Y en 1072 apa- recen los dos cónyuges otorgando la definición de los castros de Pilzá, Purroy y Casserras, á favor del conde de Barcelona, con la data de 10 de las calendas de abril del año 12 de Felipe (2). Volvemos á encontrar- los en 1076 haciendo donación á la iglesia de Urgell de un alodio en Lenzirt; firman este documento Ermengol y Lucía con fecha de 16 de las calendas de abril del año 17 del rey Felipe Villanueva en el Viaje literario, vol XII y IX, ha publicado dos escrituras del conde Ermen- gol, del año 1079, una de ellas, que es la unión y sujeción del monas- terio de Sant Andreu de Tresponts al de Ripoll, con la firma y compa- recencia de la condesa Lucía.

El día 7 de mayo de 1080 se encontraba el conde Ermengol IV en Narbona, y asistió á la asamblea reunida en la Catedral y en la que el

(Ij Pergamioo 276 de Ramón Barenguer I.

(2) Archivo de la C. de A oopia del P. Ribera I, pag. 502, pablioado por Monfar, ¡lis- tori i de loi Condes de Urg.:l, I, pig 331.

1903.-3

34 !• miki':t y sans

arzobispo iiarbonés cedió el diezmo de hi sal de las salinas de aquella costa hasta Sigean A favor de su iglesia. La Jlistoire genérale de Lan- guedoc, no indica los motivos del viaje del conde de Urgell A la anti- gua capital de Septimania.

Aquel mismo ano le vemos ñrmar, juntamente con su esposa Lu- cía el acta de consagración y dotación del monasterio de Santa Cecilia de Elins, publicada por el P. Villnnucva.

Monfar afirma que en lOSO había ya muerto la condesa Lucía Si no fué en los primeros meses de ese año. no prolongó mucho tiempo después su vida, si bien debe advertirse que hemos encontrado dos do- cumentos de los años 1083 y 1084 (24 y 25 del Rey Felipe) del antiguo monasterio de Santa Cecilia de Elins, en los que aparece una condesa Lucía. Letgardis, abadesa de aquel convento, otorga juntamente con la condesa algunas franquicias á las tierras del propio establecimiento monástico-, y en el otro, la misma condesa dirige requirimiento al viz- conde Ramón (sin duda el vizconde Ramón Miró de Castellbó) por cier- ta cuestión con el convento de Elins, en presencia de los obispos Ber- nat de Urgell y Guillem de Coserans (1). Suponemos que la condesa Lucía de estos dos últimos documentos es la condesa de Pallars, Lucía de la Jilarca, esposa de Artal, conde de Pallars sobirá ó superior, ma- dre de Sant Ot, obispo de Urgell y que vivió hasta los comienzos del

siglo XII.

Según Diago, en el año 20 de Felipe (1080), el conde Ermen- gol IV aparece ya casado en segundas nupcias, con Adelaida, en la donación que otorgaron á la iglesia de Solsona, de una parte del casti Uo de Altet. No hemos encontrado esta escritura-, pero, tenemos la de fundación del monasterio de Santa María de Gualter, otorgada por el conde de Urgell, con consejo de su esposa Adelaida, en las calendas de junio del año 1083 de la Encarnación (2). Por otra parte, en ei Archivo de la Corona de Aragón existen varios pergaminos correspondientes á estos personajes. Convenio entre los condes de Urgell y de Pallars acerca de los castros de Llimiana, Pilzá y Tenriu de U de las calen- das de febrero del 2fi del rey de Felipe; la donación del castro de Ten- riu por Ermengol IV y su mujer Adalais á Ramón y Valencia, condes de Pallars, y otra donación igual referente al castro de Llimiana, con la misma data En los tres documentos figura la condesa Adalais entre los firmantes (3) En Marca Hispánica se publicó la donación hecha por Ermengol y Adelaida, el 4 de las calendas de setiembre del año 27 de Felipe (1086), del castro de Forés con sus términos, á favor de la Seu de Urgell, y que es el documento 33 del tomo I, del Cartoral de dicha iglesia, y por último, en nuestra obra Investigación histórica sobre el

(1) Sacre Cathalonie Antiquitatia íííonumewíft, del Padre Pasqual.

(2) Villanaeva, Viaje literario, vol. XII, apead II .

Có) Perg. 27, 2S y 29 de la época de Ramón Beroiigaer I.

LA CASA CONDAL DE URGELL EX PROVENZA 3")

Vízcondado de Castellbó, hemos dado noticia de la donación que en el año 28 de Felipe ("1087) hicieron los mismos Ermengol y Adelaida ó Azalaitis dj una iglesia del valle de Lort á favor del monasterio de Scint Llorens.

Aun cuando Zurita, Monfar y otros cronistas é historiógrafos han indicado ya que esta segunda esposa del conde Ermengol IV, el de Gerp era la condesa de Provenza, no han precisado su genealogía ni han aducido documentos justificativos. Como hemos tenido la suerte de encontrarlos y de reunir datos exactos de la familia y categoría de aquella señora, vamos á tratar especialmente de este punto his - tórico.

Hemos de comenzar por advertir que nos separamos de la opinión de Bouche, que afirma ser la condesa de Urgell Adelaida, sexta des- cendiente, por línea femenina de Bossó, conde de Provenza, ó sea ta- taranieta de Guillem Tallaferro, conde de Tolosa y de su esposa Eina, señora de una pequeña parte de la Provenza, como nieta ésta del cita- do Bossó, fundador de la dinastía condal de aquel país Y adoptamos, por más racional y comprobada la opinión de Papón, de ser Adelaida la quinta descendiente, por línea directa masculina, del mencionado conde Bossó de Provenza.

Bossó tuvo dos hijos, Guillem I y Rotbolt ó Rotbau; el primero fué conde de Provenza, y el segundo únicamente señor de grandes feudos y alodios. Rotbau fué padre de Guillem y de Ema, esposa del conde dj Tulosa; y como este Guillem murió sin sucesión, pasó la herencia de la rama menor de la familia condal de Provenza á la casa condal de To- losa^ de manera que Kamón de Sant-Gilles, nieto de Ema^ fué conde de Tolosa y se tituló marqués de Provenza.

El primogénito de Bossó, Guillem I, fué el verdadero continuador de la' línea masculina en la dinastía condal de Provenza. Su hijo Gui- llem II, que murió por los alrededores del año 1018, gobernó el conda- do de Arles y dejó dos hijos de mayor edad Guif re I y Bertrán I, que go- bernaron, al parecer pro indiviso ó conjuntamente la Provenza. Por el cuadro genealógico que presentamos podrá verse más claramente la primera división ó reparto del condado de Provenza, que se efectuó poco después de la muerte del mencionado Bertrán, ocurrida por los años de 1053

En efecto, Guifre I que le sobrevivió, dividió ó partió con sus so- brinos, Bertrán II y Guifre II (hijos de Bertrán I), los derechos que en común tenían en la Provenza, en el año 1054, quedando para Guifre I el condado de Arles ó la baja Provenza. que gobernó hasta su muerte ocurrida en 1063, y obteniendo los dos citados sobrinos la alta Pro- venza ó sea el condado de Avinyó-Forcalquer.

Guifre I, conde de Arles, dejó un hijo, Bertrán, y por haber éste muerto sin sucesión, por los años de 1092, poco más ó menos, el con- dado de Arles pasó á su hermana, Gerberga, esposa de Gilbert, viz-

36 ). MIKET Y SANS

conde de Milláu y Gabaldá. De este matrimonio nacieron dos hijas, Dol^'a, que llevó el condado de la Baja Provenza á la casa de líarcc- lona, al casarse con el conde Ramón Berenguer III en 1112, y Estefa- nía, que fué la esposa de Ramón de Baux, jefe de una de las primeras casas señoriales de Proveuza,

Los dos citados hermanos Bertrán II y Guifre II poseyeron, según Papón, pro indiviso, el condado de Avinyó Folcalquer. El primero, lla- mado también Guillem-Bertrán murió poco antes del año lO'JO, dejan- do de su esposa Adelaida una sola hija llamada también Adelaida, y que estaba casada desde 1080, según Monfar, con ErmengolIV, con- de de Urgell.

De manera que, en lOOO, dos años antes de morir Ermengol, fué cuando su segunda esposa Adelaida heredó la parte del condado de Avinyó-Forcalquer que poseyó el padre de esta señora. En 1096, á poca diferencia, viuda ya Adelaida, murió su tío Guifre II y ella heredó su parte del citado condado, reuniéndose toda la alta Provenza en sus manos.

En rigor, pues, Ermengol IV de Urgell' no pudo titularse conde de Provenza, sino en los dos últimos años de su vida y eso explica la fal- ta de documentos en los que tome este título de la esposa Ni Marca Hispánica, ni los Anales de Zurita, ni la Historia de Monfar, ni otras obras publican escritura alguna otorgada por Ermengol y Adelaida, en la que se titulen condes de Provenza ó de Avinyó-Forcalquer. Señalan un documento pero sin reproducirlo, Diago y Pujades, ó sea el testa- mento de Ermengol, en donde se mencionan los estados y señoríos de Provenza; Zurita dice muy poco, con alguna equivocación y cita tam- bién sin dar detalles,, el testamento de 1090 La Ilistoire genérale de Languedoc se apoya únicamente en Diago para afirmar el enlace de las casas de Urgell y Provenza, sin aducir docuuiento alguno justifica- tivo. Bouche, en su Corograplde ou Ilistoire de Provence, no publicó tampoco escritura alguna de Ermengol como conde provenzal y tan solo menciona la confirmación de posesiones y derechos de la Catedral de Aix, otorgada por el obispo, en 1103, en cuyo documento hace re ferencia á la donación de rentas en Pertuis que en otro tiempo habían realizado el conde Ermengol y la condesa Adelaida. Esto es muy poco; pero, ya volveremos á ocuparnos de esta escritura que hemos visto pu- blicada en Gallia Christiana.

En virtud de esta explicación, comprenderá fácilmente el lector la importancia grande del documento que hemos encontrado copiado en los manuscritos del Padre Jaime Pascual y que vamos á reproducir ín- tegro:

In Dei nomine. Res dónate si potestas dederit uel in presentí tra- diderit nullo modo repetantur. Quia sicut dicitur in libro ludicum. Do- nado que per volumptatem facta fuerit talom habeat firmitatem qua- lem et emptio. Igitur in Dei nomine Ego Eimengaudus gracia Dei Co-

LA CASA COXDAL LE URGELL EN PKOVEXZA J/

mes Urgellitanus siue Prouinciaiis una cum mea coniagc Adalezisnutu Dei comitissa ambo nobili genere orti, siue in datis ucl in faetis nobi- liores compuncti corde timorem Domiui nullius eogcntis imperio nec suadentis ingenio sed propria et spontanea elegit nobis bona volumptas ut cartaiu donalionis fecissemus Domine nostre Dei genitrice Marie eiusque canonice sicuti et facimus de ipsis nostris mers... quos rustici homines taliter vocant que... de ipsis parrochiis omnes qui sunt in val de Annorra... id sunt ex Loria et Annorra et de Encampo et de l\ani- bau et de ipsa Mazana et de Ordinau siue de ómnibus ecclesiis sufira- ganeis earum et villis et villarunculis unde exeunt uel exierint et exi- re debent prelibati mers... quos suprascriptos mers. . ego prelibatus Co- mes habui de hominibus ualle Annoriensis qui eos iniuste tenebant propter emendationem de malis que michi fecerunt siue propter bo- nam volumptatem illorum. Et sicut nos unquam melius habuimus uel illi rastici Iiomines melius habuerunt uUo modo de prelibatis parro- chiis uel loéis sic damus uel concedimus domino Deo sancteque virgi- ne Marie eiusque canonice propter remedium animarum nostrnrum uel parentum nostrorum ut flat nobis delecio nostrorum pcccaminum que fecimus uel gessimus in lioc seculo misserrimo et ut donet nobis Domi- ñus suum timorem et amorem et ut doceat nos faceré suam volumpta- tem... hec omnia sicut superius scriptum est sic donamus et concedi- mus Domine nostre genitrice Marie eiusque canonice .. ab integrum sine ulla reservatione quia nec nos suprascripti nec filii nec filie nostre nec uUus comes uel comiti qui post nos futuri erunt nec ulla posterita nostra nec ullus pontifex qui in presenti modo est uel postea futuri erunt nec ullus procónsul uel iudex nec ulli nobili uel ignobili homines uel satrapis nec ullus assesor uel salo nec ulla persona clericorum ar- chidiachonorum uel aliorum nobilium hec donatio quem nos facimus uel concedimus non possimus uel possint annuUari uel retro convertí, quod si nos donatores aut ullus homo aut ulla subrogata persona nobi- lis mediocra uel uilis uenerimus aut uenerint ad inrumpendum non hoc ualeamus uendicare quod requirimus sed componamus Sánete Marie sedi Urgellitane eiusque canonice C libras auri cocti et purissimi ad pondus sanctuarii et in super... Quod si euenerit ut ex his perso - nis superius nominatis qui hanc scripturam donationis fragere lempta- uerit cum Datan et Abiron quem térra uiuos absorbuit et cum Juda scarioth qui D. N. Jeshum Christum tradidit abeat participationem et in super siat subtus antema marenatha et inantea ista donatio ñrmis permaneat modo uel omnique tempore et non sit disrupta. Facta carta donationis VIIII Kalendas iulii anno XXIII regnante Philippo rege. Ermengaudus gratia Dei Comes Urgellitanus et Prouinciaiis de manu mea prupria expressi in hac carta donationis. Sig j^ num Adalezis nutu Dei comitissa Urgellitana et Prouinciaiis de manu mea propria impressi signum et in super scripturam hanc donationis ambo iam dic- ti fieri iussimus et testes firmare rogauimus. Signum Arnalli dacho.

38 .1- MIRF.T Y SANS

SmuimCuiUcmi Avnalli. Si-nnniGuitardi Isarni. Si^rnum Raimnndi Gomballi. Signum Bernardi Trasueri. Sifrnum Mir ]\Iir. Petrus prcsbi- ter prcfati comitis. Kaimundus sacer rogitus scripsit sub dio ct anno

quo supra

Este es el único documento conocido en que el conde Ermengol IV de Urgcll tome el título de conde de Provenza ó provenzal, y lo toma naturalmente como consorte de Adelaida. La copia encontrada en el Sacre CafaJonie ant iqidtatis monumenta, del P. Pascual, fue saca- da del arch.vo de la mensa episcopal de Urgell; pero, Mr. Baudon de Mony en su obra Relations poUtiqíies des Comtes de Foix avec la Catalogue, ha citado esta escritura, sin dar ningún detalle ni ad- vertir siquiera el nuevo título condal que adoptaba Ermengol IV, y la señala en el Cartoral de la Catedral de Urgell, volumen pri- mero, núraer.) 504. El documento es por lo tanto, completamente iné- dito.

Es raro que Mr. Baudon, ansioso de hallar textos del siglo xi refe rentes á Andorra, no publicase, á lo menos en extracto, este curioso documento del año 1083, por el que, el conde de Urgell cedía á la iglesia urgellense el derecho sobre los mercados, que disfrutaba en aquel vaUe. Quizás le causó la escritura referida la misma desconfianza que hemos experimentado nosotros, y no solamente hay motivos para sos- pechar interpolaciones, sino que la data nos parece equivocada. En el año 1083 vivía aun el padre de Adelaida, Bertrán, conde de la alta Provenza y el hermano de éste, Guifre II. No comprendemos como Ermengol y Adelaida pudieron titularse condes de Provenza antes del año lOrS en que murió Bertrán.

Sin embargo, la calidad y origen de la condesa Adelaida, esposa de Ermengol IV, están comprobadas por medio del testamento de este mismo conde de Urgell, escritura que, si bien ha desaparecido del Ar- chivo de la Corona de Aragón, es indudable que existía aún en el si- glo xvii, cuando Diago, Pujades y Monfar hicieron las investigacio- nes para sus obras. Hay ciertamente discrepancias en algunos deta- lles, en los extractos que de este testamento han dado dichos cronis- tas;'pero, en lo esencial de resultar el conde de Urgell dueño y señor de territorios, en Provenza. por razón de su segunda esposa, están en- teramente conformes y esto es para nosot-ros lo importante.

Indicó Diago y lo aceptaron luego Pujades y Monfar, y con ellos los modernos historiógrafos, que Ermengol IV murió en 1092, en Gerp, cerca la ciudad de Balaguer, y que otorgó su último testamento dos años antes, en 1090. En cuanto al punto de su muerte se prueba por medio de un documento del Archivo de la Corona de Aragón de 15 de las calendas de marzo del año 12 del rey Luis (1119), otorgado por su nieto, Ermengol VI y que hemos ya extractado en nuestra obra Inves- tigación histórica sobre el Vizcondado de Castellbó. Hace donación de la torre y alodio de Almazcor, en término de Linerola, «quod ab anti-

LA CASA CONDAL DE URGELL EN PROVENZA 39

qui teuipus avii de me ErmeníJ:au(lu.s comitum qui o])i¡t a Gerb fecit dono in vita sua ad Amallo Dalrnau.»

Eli el precitado testamento, que Diago halló en el Archivo de la Corona de Aragón, saco R, n " 70, legó Erinengol IV á su esposa Ada- laidis la mitad de los caballos y vacas y varias alhajas y la otra mi- tad á los monasterios de Gualter y Elins. Del resto de sus muebles legó parte á la fábrica de la iglesia de Gualter y del puente de Segre y par- te á los monasterios de Tabernoles, Sant Andreu, Sant Llorens y San. ta Cecilia. A la Seu d' Urgell le legó una cantidad de dinero y los ipsos meros de valle Annorra. Nombró herederos de todo su condado de Urgell á su hijo citado y á su esposa Adalaidis, con la condición de que si ésta deseara vivir en Urgell en buena amistad con aquel hijas- tro, fuese señora del condado, pero que si Adalaidis quería volverse á Provenza, «et vellet rediré ad Provinciam,» el joven Ermengol V, de- bía redimir los señoríos de algunos caballeros, que el testador los te- nía consignados por arras ó esponsalicio á dicha señora ó dar á ella cinco mil mancusos de oro. En este último caso el joven conde queda- ría señor absoluto de todo el (jondado ó sea de los castillos de Ager, Tartareu, Pilzá, Purroy, Alós, Llordá y otros; de Andorra, Yossa y Lavansa y los castros de Forés_, Cabra y Barbera, pero sin que pudiese disponer de nada hasta alcanzar la edad de quince años. Dejó este hijo bajo la custodia y cúratela de Bernat, obispo de Urgell, de Pons vizconde de Gerona y señor de Ager y su hijo Garau y de Ramón, con- de de Pallars, todos bajo la dirección del conde de Barcelona. Si este último no aceptaba, desempeñaría la superior tutela el rey de Aragón.

Si el joven Ermengol muriese sin descendencia legítima, todo el condado pasaría al otro hijo, llamado Guillem, y si éste tampoco de- jase sucesión, en tal caso heredería aquellos estados otro Guillem, her- mano del testador y en su falta, Pedro, hijo del rey de Aragón y so- brino de Ermengol IV.

Al citado Guillem, hijo del testador y de Adelaida, le legó todos los señoríos y honores de Provenza «sicut terminantur a flumine Roda- ni usque ad juga montis Genuse,» conforme sus antepasados lo habían poseído, «ut habeat et teneat cum Comitissa Adaladis matre sua,» de tal modo que durante su vida natural fuese señora de aquellos honores sin dependencia Si Guillem muriese sin descendencia legítima, todo lo de Provenza pasaría á la hermana de éste, Sanxa; y le dejó bajo la custodia y tutela de su madre, de Rostan, obispo de Avinyó de Pere, obispo de* Vaison, de R. de Agoult, E de Gravison, Deson de Sedes- tra, Pere Amich y otros caballeros y encomendando la crianza del niño, que podía tener, en el momento de otorgarse aqael testamento, ocho ó nueve años, al conde Bertrán Arles y al conde Ramón de Roda. Por último, legó á los dos hijos, Ermengol y Guillem juntamen- te, las parias que percibía de los moros de España y les encargó que

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42 ). MIRET Y SANS

combatiesen siempre unidos oonti-ii éstos. Tafes son los principales de- talles que ha dado el cronista Pujades del' perdido testamento de Er- mengol IV de Ur-rell, Los dos condes que menciona, como encargados del cuidado y protección del joven Guillem, el uno, Ramón de Roda, es Ramón de Sant Gilíes, conde de Kodez ó de Rouerga, que lieredó por los años de 1093 el condado de Tolosa de su herinano Gui- llem IV (1); y el conde de Arles ó de la baja Provenza es Bertrán, hijo de Guifre I y que murió sin descendencia en 1092, poco más ó menos^ dejando sus estados á su hermana Gerberga, aquella que fué andando el tiempo, suegra del conde Ramón Berenguer de Barcelona En cuanto á los dos obispos designados también por el testador para la tutela del impúber, mientras Pujades indicó que fueron los de Avinyó y Vaison, Diago nos señaló los de Vaison y Niza, y Papen, en su llistoire gene- rale de Provence, dijo que Arquimbau, obispo de Niza, fué nombrado por el conde de Urgell como uno de sus ejecutores testamentarios; pero creemos que Papón no encontró de esto prueba alguna y no hizo sino copiar á Diago .

Muerto h rmengol IV, en 1092, tenemos por cierto que su esposa Adelaida volvió á Provenza con su hijo Guillem. El primogénito de aquel conde, que fué Ermengol V, el de Mollerusa, gobernó algún tiem- po el condado urgellense, pero pasó pronto á Castilla y allí contrajo matrimonio con la hija de Pedro Ansurez, señor de Valladolid.

Hasta el año 1 103 no encontramos nada referente á la condesa Adalais. En dicho año, Pedro^ obispo de Aix, otorgó la confirmación de las posesiones y derechos del cabildo de dicha iglesia, y entre ellos se encuentra un derecho señorial en la villa de Pertuis (departamento délos Bajos Alpes), adquirido en otro tiempo de los condes Ermengol y Adalaida: «Dedit etiam (el prelado) decimam dominicature Comitis quam adquisiuerunt ab ipso comité Ermengau et Comitissa Adalaide in castro Pertuso...» (2). De manera que por esta escritura se justifica una vez más que la segunda esposa de Ermengol de Urgell era Ade- laida de Provenza.

En 1110 figura Adelaida y su hijo Guillem de Urgell, en la escritu- ra de concesión y confirmación á favor de la iglesia de Sisteron (de- partamento de los Bajos Alpes) déla mitad del castillo de Lurs: «...Ego Adalais comitissa Fulcheriensis et mater mea Adalais et filius meus Vuilelmus marchio Provincie reddimus atque concedimus et conce- dendo laudamus Sistaricensi ecclesie... medietatem illius castri quod dicitur Lurs que a modernis vocata est comitalis... Facta carta ista in mense ianuario regnante Carolo Teutonicorum imperatore filio Henrici regis anno Dominice incarnationis MCX indictione octava Vuilelmus

(1; £n varios documentos de la Histoire de Languedoc ae titula R. comitem de Rute- nis; Ralmnnlo Rutenensiam Comiti,

(2; Gallia chrietiana, vol I, documentos de la iglesia de Alx, n." 10

LA CA«!A CONDAL Dfi URGELL Elf PROVENGA 43

comes et mater ciiis Adalais comitissa, matcr Imius Adalaidis donalio- nem conscribi fecerunt, cum manu propria linnatam. Adalais Comitis- sa mater huius Adalaidis donat et firmat» (1).

Esta es la primera vez que Adelaida tomó el título de condesa de Forcalquer (población del departamento de los Bajos Alpes) y su hijo el de marqués de Provenza, y en ello existe el indicio de haber ocurri- do al-'ún cambio en la situación política do la alta Provenza, ó Pro- venza occidental, según denominación usada por algunos autores. Mr. Valere Martin (2) opina que por los años de 11 10 el conde de To- losa arrojó á dicha Adelaida de la ciudad de Avinyó, donde se había establecido al regresar de Cataluña y donde había fijado el centro de su gobierno, y que se refugió en su castillo y lugar de Forcalquer, en cuyo punto residió hasta el momento en que los condes de Barcelona y de Tolosa celebraron el tratado de repartición de territorios en 112o. Vaissette, en Ilistoire de Languedoc, nada dice del ataque de Avinyó por el conde de Tolosa en lilO, como tampoco Papón en Ilistoire de

Provcizcs *

Es de observar que el padre de la condesa de ürgell Bertrán II, se titulaba conde de Avinyó, y no de Forcalquer, y que aquella, en 1102 se titulaba, según Rufíi (3), condesa de Provenza, en 1110 condesa de Forcalquer y en 1129. condesa de Avinyó y Forcalquer, mientras que su primo Bertrán de Arles se titulaba conde de Provenza ó de toda la Provenza, como indicando cierta superioridad sobre la familia que go- bernaba en Avinyó y Forcalquer.

Bertrán de Aries murió sin hijos y heredó sus estados su hermana Gerberga, la que los cedió en 1112 á su hija Dol^a, al contraer matri- monio con el conde de Barcelona, y un año después Dül(?a los dio á su esposo Desde entonces, hasta 1125, gobernaron la Provenza dos fami- lias catalanas, la occidental ó alta Provenza. la casa de Urgell. la oriental ó baja la casa de Barcelona. Según Vaissette, el conde de To- losa ejercía también parte del gobierno en esta región última, en vir- tud de los derechos heredados de Erna, hija de Rotbau y que caso con Guillem Tallaferro, conde de Tolosa en la primera mitad del siglo xi.

Es lo cierto que Alfonso Jordán, conde de Tolosa. al ser arrojado de su capital en 1114 por Guillem, duque de Aquitania, se refugió en sus tierras de Provenza y no tardó en tener diferencias acerca de estas con el conde de Barcelona. En 1119 ó 1120 los tolosanos se rebelaron contra el usurpador y restablecieron la domin,ación de su legitimo con- de, el mencionado Alfonso. Entonces, el duque de Aquitania deseó re- cobrar la ciudad de Tolosa y al efecto se alió con el conde de Barcelo-

(1) De rehuigesHs Kpiscoporum Siataricensium, por 1. Colnmbí, Lyon, 1668.

(2) Repertoíre des travaur de la Societé de Statistique de Marseille, vol. 25. ano l^i (8) Dism-tation sur V origine des com'es de Venaissin et de Forcalqmer, por L. A. de

Ruffi, MarsellH, 1712

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44 J. MIRET Y SANS

na, enemistado por asuntos de Provenza, con el conde de Tolosa. Este último, para contrarrestar el golpe, i)actó alianza con el vizconde de Carcassuna y los barones del país se dividieron entre ambos partidos. Después de más de un ano de hostilidades, el conde de Tolosa (lue- sitiado en la villa de Orange, cerca del liódano, por el conde de Barcelona y varios partidarios del duque de Aquitania, conde de Poi- tiers; la lucha fué dura y larga y al fin, bien entrado el año 1123, los to- losanos, que acudieron en socorro de su señor legítimo, lograron li- bertarle y conducirle á la capital de sus estados. En el partido del conde de Tolosa figuraba Ramón de Baus, cuñado del conde de Bar- celona y quejoso del reparto de bienes de la común suegra, Gerberga de Provenza. La guerra continuó aun en 1124, ayudado el de Barcelo- na por su hermano uterino Aymerich, señor de Narbona. Por fin, can- sados de pelear y de cubrir de ruinas y de miseria la hermosa tierra de Provenza, se avistaron los condes de B¿i.rcelona y de Tolosa en un lugar de aquel país, en septiembre de 1125, y convinieron el reparto equitativo del antiguo condado de Provenza, En virtud de este trata- do quedó aquel país dividido en tres partes ó estados distintos é inde- pendientes entre sí: 1.", la parte del conde de Barcelona, consistente en la mitad de la ciudad de Avinyó y de los castillos del Pont de Sor- gas, Camont y Tor y todo el territorio desde el origen del río Duran^a, por su curso hasta el Ródano y el mar» y que fué llamada condado de Arles ó de Provenza-^ 2.°, la parte del conde de Tolosa, formada por la otra mitad de Avinyó y de los citados castillos del Pont de Sorgas, Camont y Tor, por todo el castillo de Bellcaire y la tierra de Argence, el castillo de Valabregas del Ródano y el territorio entre los ríos Isére y Duranpa, porción que recibió el nombre de marquesado de Provenza-^ y 3.**, la parte del conde de Forcalqucr, compuesta de los territorios de las diócesis de Apt y Sisteron y porciones de las de Gap y Embrun, y según opina Vaissette, se aumentó luego esta parte con la mitad de la ciudad de Avinyó que había correspondido al conde de Barcelona en el reparto y que ya en anteriores tiempos había pertenecido á la casa condal de Forcalquer.

El condado de Forcalquer, como el de Arles y el marquesado de Provenza, fueron pues, estados independientes, si bien debe advertir- se que subsistía en forma nominal, sin eficacia alguna, la antigua y alta sobeíanía del Emperador de Alemania, rey de Borgoña y Pro- venza.

Volviendo ahora á la condesa Adelaida y á su hijo Guillem de Ur- gell, debemos mencionar las cuestiones que tuvieron con el monaste- rio de Montmajor, sobre la posesión de algunos bienes. El abad aun cuando no tenía jurisdicción sobre Guillem, le excomulgó, y éste, te- meroso de las consecuencias del anatema, presentóse á Calixto 11, en la ciudad de Viena del Delfinado, en el año 1119, á solicitar la absolu- ción. En 1129 encontramos á la madre y al hijo en la villa de Manos-

LA CASA CONDAL DE URT.ELL EX PROVENZA

ca, Otorgando á la orden militar de San Juan de Jerusalera la excep- ción de todo tributo por sus buques que naveg;iban por el río Duran - (ja: «Igitur ego Adalax comitissa et filius raeus Wilelnms comes For- calquerii pariter donauimus Deo et Sánete Hospitali Jherusalem que descendunt uel descensure sunt per Durenciam in Sestirone .. Facta est carta ista in Manuasca, anno ab Incarnatione Domini MCXXVIllI» (J)

Guillem de UrgoU murió en el mes de octubre del mismo año 1129. dejando de su esposa Garsenda de Albon dos hijos, Bertrán y Guifre. La condesa Adelaida que siempre se había reservado derechos é in- tervención en el gobierno del condado, hizo cesión, al momento de morir su hijo, de dichos derechos á favor de los mencionados nietos. He aquí el acta de la cesión: «...Igituí' ego Adalax Avennicensis atque Forcalcheriensis comitissa, dono, concedo et laudo filiis filii mei Wi- lelmi comitis, Bertranno atque Guigoni nepotibus meis. omnem meum honorem, totiusque Prouincie potestatem, atque dominium, ubicum- que mei iuris est, retento mihi tantura usufructu de meis dominicatu- ris, ad victum et vestitum meum quando vixero .. Facta est autem hec donatio in Avennlca civitate, post mortem Willelmi comitis mense octobris. quo ipse mortuus est, in presentía Langerii eiusdem eivitatis episcopi et Bernardi Andusie aliorumque raultorum testium, quorum nomina subscribuntur, anno Dominice incarnationis MCXXIX^ indic- tione VI». (2). Es de observar en esta escritura que Adelaida toma el doble título de condesa de Avinyó y Forcalquer y que fué otorgada en la misma ciudad de Avinyó, cosa que parece confirmar la opinión de Vaissette, antes indicada, ó sea que, el conde de Barcelona, después del convenio de 11-25, entregó á la condesa de Forcalquer la mitad de la mencionada ciudad, que le tocó en el reparto, no tanto por haber sido Adelaida y su hijo Guillem partidarios de la casa de Barcelona y enemigos de la de Tolosa, como por respeto al antiguo y firme derecho que sobre Avinyó tenía la casa de l'rgell, heredera de Bertrán II y Guirre lí.

Xo sabemos en que se funda Mr. Valere Martín para asegurar que á (iuillem de Urgell le sucedió en el condado de Forcalquer su herma no Bertrán (b) pues en tal caso éste debió ser otro hijo de Ermen- gol IV. conde de Urgell y de Adelaida, y en documento ni autor algu- no hemos observado la menor indicación en favor de esta opinión. Por otra parte, el acta de renuncia y dimisión de derechos de Adelaida, que acabamos de reproducir, expresa terminantemente que cede todos sus honores y gobierno de Provenza á sus dos nietos, hijos de su di- funto hijo (iuillem.

Creemos, por lo tanto, que desde 1129, el condado de Forcalquer

(1) Archivo comunal de Arles, serie G G. pablioado por Delaville le Rou'r.

(2) Gallia Oh ist'ana, vol. I. docamentos de la iglesia de Avinyó; Parí*, 1715 '3) Repertoire dea travaux de la Societé de Stattatique de MarscHU, aúo 1863

|. MIRET Y SANS

perteneció á los dos hcrniauos Bertrán y Guifre de Ur^^ell. En 1143 confirmaron A la orden del Hospital de Jernsalem todas las adquisicio- nes hechas en sus estados, y el documento empieza así: «...cjuod e^o Bertrannus comes et ego Guigo Comes et comitissa mater nostra {Gar- senda de Albon) donamus, laudaraus et concedimus...» (1). Y el ano siguiente los mismos hermanos, juntamente con su abuela Adelaida y su madre Garsenda, otorgaron esta donación á los Templarios: «No- tum sit ómnibus, quod ego Comitissa Adalais et ego Comitissa Garcen nis et ego Bertrandus et uxor mea nomine Jauceranna et ego Gulgo comités Forcalquerienses damus et in perpetuum concedimus Templo Domini quod est in Jerusalem... quoddam castiura scilicet Leporia- nura {hoy es el lugar de La Brillane, según Bouclie) cura ómnibus suis pertinentiis... Facta est presentís scripti pagina anno ab Incarnatione Verbi Dei MCXLIIII, indictione octava, regnante Imperatore Col- raso» (2).

Según Bouche, por los años de 1144 murió á muy avanzada edad, la condesa Adelaida, viuda del conde Ermengol de Urgell; y según Papón, en 1146, poco más ó menos murió Guifre, el citado nieto de aquella señora, instituyendo herederos á los sobrinos^ hijos de su her- mano Bertrán, que había muerto anteriormente, y de la esposa de este último^ llamada Jauserauda ó Jaucerana. A ser cierto lo afirmado por el acreditado historiador Papón, en menos de dos años, entre 1144 y 1146, murieron Adelaida y sus dos nietos. Pero es un error, ya comba- tido por varios autores modernos y entre ellos por el abate Feraud en su Historia de Manosque (Digne; 1848), quien demuestra que Guifre hizo la donación de la villa de Manosea á la orden del Hospital de Je- rusalem en 1149 y que su hermano Bertrán, conde de Forcalquer y la mujer de este vivían aún en 1150, en cuyo año nació su tercer hijo, llamado Guillem,

Tanto Papón como Feraud dicen que- Bertrán fué el verdadero conde de Forcalquer^ sucesor de su padre y de su abuela Adelaida, y que Guifre, su hermano, aunque usó el título de conde, en sentido honorífico puramente, no heredó más que un patrimonio ó heredamien- to consistente en la villa de Manosea, el lugar de Pertuis y otras tierras.

El acta de donación de Manosea á los Hospitalarios, que Papón califica de testamento de Guifre de Urgell, dice: «Id circo ego in Dei nomine Guigo Forcalqueriensis comes... dono Deo et hospitali ih'^roso- limitano et pauperibus inperpetuum Manuascam. . et meipsum eidem hospitali et pauperibus in perpetuum ad serviendum centrado. Reli-

(1) Archivo departamental de Marsella, documentos de la orden do Malta, serie H 382.

(¿) Joannis Columbi Manaascensis a Societate Jesu, Quillelmus ianior Forcalquerii Comes, Lagduni, 1662, pág 6

LA CAS \ CONDAL DE URGELL EN PROVEXZA 47

quca bona mea ubicumijue sint, filiis fratris mei relinquo .. Sciendum tamen est, quod ¡n eis OTimibus (lue filiis fratris mei relinquo, matreni nieam dum vixerit usum fructam habere voló. La data es del 3 de las calendas de junio del año 1149 de la encarnación, «in presentía Dora. Petri Sistaricensis episcopi... preterea isti homines testes existunt Garsendis comitissa mater ipsius comitis, B Raymbaldi, II. Boso.. »

Este documento prueba pues, que Guifre era hijo de la condesa Garsenda y de Guillem de Urgell; y por otras escrituras se sabe (lue Bertrán, conde de Forcalquer, no quiso tiempo después reconocer validez á la donación que su hermano había otorgado á los Hospitala- rios, y se apoderó de la villa de Manosea violentamente. Mientras el legado pontificio procuraba acordar una transacción, el conde Bertrán murió (en 1150) dejando á su madre Garsenda de Albon, la tutela de sus tres hijos, Guillem, Bertrán y otro Guillem, sin hacer mención de su esposa Jausseranda. Papón cree que el conde Bertrán y Jausse- randa no tuvieron más que dos hijcs, Guillem y Bertrán y una hija, Alix, que contrajo matrimonio con Garau Amich de Sabrán; pero, el abate Feraud y Mr. Valere Martín afirman que hubo un tercer hijo varón, llamado también Guillem como el primogénito.

Es muy difícil aclarar esta cuestión y por lo tanto vamos á presen- tar los datos referentes á estos señores de Forcalquer sin asegurar si son dos ó tres personas distintas, y si de los tres uno solo, Guillem, fué en realidad el conde con autoridad total sobre el condado.

En primer lugar aparece la cuestión'de Guillem con el Emperador Federico II. Parece que por los años de 1160, el primero se negó á prestar homenaje al último, grave falta en momentos en que Federi- co en lucha empeñada con el Papa, concedía grande importancia á las pruebas de fidelidad de los señores provenzales y al restablecimiento de la supremacía imperial en el Sud Este de la Galia Por creerse in- dependiente y libre de aquella antigua y casi abandonada soberanía, el conde Guillem vióse perseguido y despojado. Federico II, que de- seaba lograr la amistad del conde de Barcelona y del sobrino, conde de la baja Provenza^ para quitar auxilios al Papa aceptó de buen grado las negociaciones y se firmó el convenio de 1162, por el que el Emperador revocó la infeudación de la Pro venza que había anterior- mente conferido á l'go de Baus, enemigo de la casa de Barcelona, con- cedió dicha enfeudación á Ramón Berenguer y además le dio el alto señorío sobre el condado de Forcalquer (1) A pesar de esto, Guillem de Urgell se lesistió á reconocer por señor á Ramón Berenguer. conde de Provenza, y éste, por miedo al conde de Tolosa, no se atrevió á invadir el condado de Forcalquer. En 1166 murió el mencionado conde

(1) Vóase nuestro libro Loa Vescomtes de Bás en la illa de Sardenya, B»rceIon«, 1901, p&g 57.

4S J, MIKET Y SANS

de la baja Provenza, y entonces AU'onso, rey de Aragón y conde de Barcelona, adquirió este territorio. Tanto Alfonso, como su hermano, A quién concedió, en 1168, la Provenza, eran poco simpáticos á la po- lítica del Emperador y poco propicios á aceptar su alto señorío. Así fué, como cayó en el olvido el tratado del año 1162 de que hemos hablado, y Federico II, ansioso de tomar medidas hostiles contra los provenzales y su conde, reconoció oficialmente la cualidad de vasallo inmediato del Imperio al conde de Forcalquer, cuando se le presentó Guillem II de Urgell, en 1174, en Roveredo, suplicando la derogación de la concesión del señorío de Forcalquer, hecha en 1162 á favor del conde de Provenza. Esta derogación no pudo, naturalmente, ser del agrado del rey de Aragón (1).

En este año el rey Alfonso estaba en guerra con el conde Kamón de Tolosa y por iniciativa del rey de Inglaterra se celebró una corte plenaria en Bellcaire, para tratar de la manera más segura de resta- blecer la paz A aquella fiesta espléndida acudieron muchísimos seño- res provenzales y entre los regalos ofrecidos figuraba, según se dice en el Cronicón de Gaufridus prior Vosiensis, una coi'ona de valor cuarenta mil sueldos, enviada por la condesa de L^rgell. Esta familia recordaba sin duda que una de sus ramas había sido transplantada á la alta Provenza casi un siglo antes de la fecha de la referida asamblea.

El año siguiente (1175), Guillem de Urgell, conde de Forcalquer, encontrándose en Sisteron, otorgó donación á favor de los Kospitala- ríos de Jerusalem, de los derechos que tenía en un molino de Manos- ea; y en 1180, estaba en Aix cuando, á ruego del legado del Papa, confirmó la donación de la villa de Manosea que su tío Guifre había otorgado á favor de los referidos religiosos (2). En un documento del año 1191 se bien que el actual conde era el hijo de Bertrán y Jaus- seranda, pues empieza así: «ego Guillelmus Dei gratia Comes Forcal- querii filius quondam bone memorie domini comitis Bertrandi et dom- ne comitisse Jausserande, confiteor tibi patri et domino Rostagno Lurensis monasterii abbati et recognosco quod in tempere adolescentie mee cum essem cum comitissa Garsenda avia, domina et tutrice mea...» (3).

(1) El abate Feraud, en la Histoire de Jlanosque, sostiene que este conde de Forcal- quer, emancipado por el Emperador del vasalla] a del rey de Aragón, era el tercer hij i de Bertrán y Jau-seranda, pues el primero, llamado como el tercero, Guillem, había fallecido sin hijos muchos años antes, y el segundo génito, de nombre Bertrán, como el padre, murió tambiÓQ sia descendencia, en 116S, cuando se disponía á marchar á Palestina, dejando el condado de Forcalquer á su citado hermano llamado Guillem el Joven, por Oolumbi, Feraud y otros ^historiadores. Papón cree por el contrario que este Bertrán regresó de Palestina y vivió hasta 1207, sin haber^ido nuaca conde en propiedad.

(2) Archivo departamental de Marsella, serie H. 627.

(3j G.illia Chrislixuia, v j1 I. ¡Qstrumentos de la iglesia de Sisterón, n.° 6.

LA CASA COND.^L DE TRCEÍ L EX P.COVENZA 49

En la Ilisloire genérale de Langiiedoc ha sido publicado el tratado de amistad y reconocimiento recíproco de derechos celebrado en 1195 por este conde de Forcalquer y el conde de Tolosa, para anubir el lla- mamiento mutuo que en lir,8 se hicieron ambos señores á la sucesión uno del otro^ si morían sin posteridad masculina.

En 1202 comenzó una guerra entre Alfonso, conde de Provenza y ÍTuillem de l'r^'ell, el Joven conde de Forcalc|uer, por razón del des- contento de éste, que acababa de dar su nieta (¡arsenda por esposa al piiraero, hermano de Pedro, el Católico, rey de Ai'agón.

En 1208, «(iuiilelmus dei gratia comes Forcalquerii filius domini comitis Bertraudi et domine comitisse Jaucerande» cedió á los Hospi- talarios ciertos derechos en la villa de Manosea y castillo de Totas Auras (1); otorgó testamento en la citada villa el 4 de febrero de 1200 y murió el día 7 de octubre del mismo año, dejando una sola hija, Garsenda, casada desde mucho tiempo atrás con Reiné de Sabrán. En Guilleni^ el Joven, se extinguió, pues, la línea directa masculina de la casa de Urgell en el condado de Forcakiuer.

Este condado pasó á la casa de Sabrán. Reiné y Garsenda tenían dos hijas, la más joven, Beatriz^ casó con el Delfín del Vienes y la mayor, llamada Garsenda como su madre, estaba casada desde 1193 con Alfonso de Aragón, conde de Provenza, hijo de Alfonso el Casto, rey de Aragón y hermano de Pedro el Católico. Papón dice que Gui- llem el Joven, ya había dado en vida el condado de Forcalquer á su nieta Garsenda y al marido de ésta, Alfonso, reservándose solamente el usufructo. Así quedó este condado unido al de Provenza, después de haber estado separado durante más de un siglo y medio.

Alfonso, conde de Provenza y Forcalquer, disfrutó poco tiem])o de esta reunión de estados, pues murió un mes después que Guillem de Urgell, en 12C9, dejando un hijo, Ramón Berenguer y una hija, lla- mada (como su madre y su abuela) Garsenda.

Garsenda de Aragón-Forcalquer, hija de Alfonso, contrajo matri- monio en 1223, con Guillem de IMontcada, vizconde de Bearn, 8u madre, Garsenda de Sabrán (viuda de Alfonso) célebre por sus amores con el trovador Elias de Bai'jols, gobernó la Provenza y Forcalquer durante la menor edad de Ramón Berenguer, que fué el último conde de Provenza de la casa de Barcelona (2). Beatriz, hija y heredera de Ramón Berenguer, aportó el condado provenzal á la casa de Anjou, á

(1) Arohiro oomanal de Arles, serie QQ

(2) Véase nuestra Memoria: La Casa de Monteada en el Vizcondado de Beartí, eo el Bolelin de esta Academia, vol. I. pág 2'jO.

Guillóm de Sabrán, hijo de Guerau Amich y de Alix de Forcalquer, fué pretendiente al condado de Forcalquer, como sobriuo de GuiUem el Joven, en 1¿10¡ y diez años dei- puÓB Ramóri EHren^ner, conde do l'rnveuza y heredero legitimo del condad) de For- calquer, Armó UQ conveuio para acabar las cuestiones, cedióudole ulj^unos territorios y el uso del titulo más h"norifico que efectivo, de conde de Forcal juer. Ebte titulo lo transmitió Guillem á sus descendientes.

1903.-4

50 F. DH BOFARULL Y SANS

causa de su inatriinonio con Cíh-los de Aiijou, hennano del rey San l^uis.

Los actos políticos de nue «lucda recuerdo, debidos A los condes de Forcalquer de la l'aniilia de Urü^ell, permiten alirniar tiue conservaron siempre los rasgos típicos de su raza. Fueron nobles y liberales y i)ro- curarou aumentar en todas ocasiones el bienestar de sus vasallos, con disposiciones de tendencia nu'is democrática (lue las dictadas por otros señores de la época. Bastará citar la confirmación de la independencia municipal de Avinyó, que efectuaron y respetaron tanto el hijo de ErmenfTol IV de Urgell, el primer conde Guillem, como el último conde, Guillem el Joven; y sobre todo, la defensa que hicieron de la población de Manosea contra las miras ambiciosas de los caballeros Hospitalarios á los que pusieron extraordinarias restricciones en su señorío. Entre las libertades y franquicias concedidas á Manosea por Guillem el Joven, había dos dignas de mención especial; el privilegio de que el juez establecido por los Hospitalarios, para administrar jus- ticia en su nombre^ no podía dictar sentencia ni aplicar pena alguna á los delincuentes vecinos de la universidad citada, sin el previo acuer- do y consentimiento de los prohombres-, y la facultad de los cónsules de aquella comunidad para censurar al Señor (la orden Hospitalaria) y á sus jueces si faltaban á sus deberes, declarando nulas sus disposi- ciones y ordenanzas. Por estas facultades eran los cónsules por lo menos, los iguales del Señor y á veces eran sus jueces. Así supieron aquellos condes de estirpe catalana, mantener en la alta Provenza, á la vista de los Alpes, con su cooperación al desarrollo de la vida libre municipal, la fama que tenían los hijos de Cataluña, entre todos los pueblos meridionales, de poseer un espíritu profundamente demo- crático.

Joaquín Miket y Saks.

DEL TIEMPO DE BONIFACIO YIII

D. Enrique Finke

Consta en los anales del Archivo de la Corona de Aragón el nom- bre del profesor D. Enrique Finke, como el investigador más asiduo en los estudios históricos en el transcurso de estos años y como uno de los primeros historiadores, que ha dedicado su claro talento al estudio de las relaciones de la Iglesia y la política europea, en especial del reino de Aragón en la época medioeval.

En 1896 publicó su erudito trabajo sobre el Concilio de Constanza, comenzando su obra con los datos referentes á los preliminares y pre-

DEr. TIEMPO DE BONIFACIO VIH 51

parativos, comprendidos en los afios de 1410-14. liccientcmente, debi- do ;'i su ¡nfali^.iblo labor lia i>ubl¡cndo la obra titulada «II. Finke aus dí'ii Ta^'en Boiiifaz Vil!. Muenster IX, 2'JG y CCXXIII p. 12 n. Ih' los días de Honi fació VIII.d Esta obra fnó insj>ii'ada por el hallaziro que hizo el autor hace dos años en el Archivo de la Corona de Aragón, al examinar los documentos sin fecha de varios reinados, entie cuyas cartas se custodian tros preciosos documentos pertenecientes al ponti- ficado del papa Bonifacio Vlll. Auxiliado por y de acuerdo ambos procedimos al estudio de la innumerable colección de cartas del reina do de Jaime II, en donde se hallaron numerosos vestigios de varias relaciones escritas, en la Curia Romana y remitidas á la Corte del rey de Aragón, en aquel tiempo continuó y extendió las investigaciones en los Archivos de Roma, París, Monaco y Vicna, pudiendo así redon dear todo el período de su estudio político eclesiástico.

La obra de Finke contiene en la segunda parte todos los datos sacados de estos hallazgos, á más de los documentos españoles (de 1294-1316), una defensa muy importante á favor del papa Bonifacio, dedicada al so- brino del papa y diversos escritos del médico Arnaldo de Vilanova, conocidos eon menor extensión en la notable obra de D. Marcelino Menéndez y Pelayo, sobre los heterodoxos españoles. La primera parte, ofrece investigaciones profundas referentes á la vida y tiempo del poderoso Bonifacio VIII, fundadas todas en documentos inéditos. Apoyado con estas piezas, demuestra el autor la falsedad de la longa- nimidad de la vida del papa Bonifacio, que murió á los setenta años, y por un documento que descubrió en la Biblioteca de Soest ("West- falia) se viene en conocimiento de que el cardenal Gaétani (después Bonifacio VIII) figuró en el Concilio de París en 1290 y asistió á las controversias entre los clérigos regulares y seculares, y cuenta que el entonces cardenal apostrofó á los catedráticos inobedientes y á los monjes combatientes con estas palabras: Scire debent (magistri Pari- sienses) pro certo, quod Curia Romana non habet pedes plúmeos set

plúmbeos vos magistri Parisienses stultam fecistis et facitis doctri-

nam sciencie vestre turbantes orbcm terrarum, quod nullo modo face- retis, si sciretis statum universalis ecclesie. Los demás documentos tra- tan de la situación de Gaetani de la elección del eremita Celestino V, sobre la elección del mismo Bonifacio y sobre los escritos publicados entonces contra su persona, demostrando que la i^rofessio fidei Boni fá- cil VIII, más que del papa fué inspiración del ministro francés Noga- ret. Hace una reseña de los personajes del Sacro Colegio, de los pocos amigos y los muchos y enconados enemigos como los Colonna, Johan- nes Monachi, etc.; sobre la Bula Unam sanctam, y á propósito do esto, da á conocer el documento importantísimo que demuestra su ori- gen y otras noticias. En el proceso contra la'memoria de Bonifacio VIH de Felipe el Hermoso presenta testigos numerosos procedentes de Italia_, testigos todos comprados por los enemigos del difunto papa y

52 J. CODINA Y FORMOSA, rRRO.

SUS declaraciones son todas basadas sobre lo mismo. Las acusaciones iiKls írra ves confia la moralidad del papa, quedan casi desvanecidas por el profesor Finke, qu»^ ai'iade que el papa tuvo la desgracia de te- ner consijío hombres perversos que. muerto aquél, fueron los peores acusadores con el fin de lucrar, esto unido ó, la impopularidad de Bo- nifacio que el autor atribuye á la dureza de su car/icter y al desprecio notorio á sus contemporáneos; consideraba A todos los hombres como instrumentos para su servicio y honra; su arrogancia era hija de la ilu- sión sobre su posición política; intitulaba ribaldi tanto A los monjes como al rey Carlos II de Sicilia. En los últimos años de pontificado parece haber perdido la inteligencia en las cosas de la vida política.

Del trabajo ímprobo del profesor D. Enrique Finke, resultan dos hechos de gran interés y de suma novedad, el primero sobre la elec- ción del primer papa aviñonés Clemente V., Villani y otros cronistas han narrado hechos conocidos sobre el coloquio ó entrevista secreta del Arzobispo de Burdeos con Felipe el Hermoso y las promesas del candidato papal, Finke demuestra que el Napoleón Orsini cardenal celebérrimo de aquel tiempo^ engañó á los cardenales de Bonifacio y en especial al cardenal Hispano; Napoleón, según Finke, fué el que dirigió el asunto á ciencia ó no del rey de Francia. El otro resultado positivo de las investigaciones, es la narración y estudio que hace, re- ferente al papel importante que Arnaldo de Vilanova representó en la corte de Bonifacio VIII, corrobora Finke el origen valenciano del fa- moso médico y demuestra que Arnaldo fué á Roma á fin de lograr ayuda contra los teólogos de París á quienes combatía, y prueba'por último que fué el principal médico del papa, prometiendo publicar un trabajo exprofeso sobre la vida de Arnaldo de Vilanova.

El profesor de ^a Universidad de Freiburg (Badén) D. Enrique Fin ke, dedica la obra á mi persona como jefe del Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona, consignando en el prólogo la importancia y ri- queza del Archivo que coloca A la altura de los primeros de Europa.

Como jefe de este centro docente agradezco su fina dedicatoria, á la que correspondo con esta breve reseña.

Francisco de Bofarull y Sans.

LIBRE DELS ENSENYAMENTS DE BONA PARLElílA

DE Mestre Brunet Latí

>^^>-

(Co n tinuación)

Confermament es la hon lo parlador mostra ses rahons, e assigne tots los arguments que pot aprouar sa intencio, e acrexer fe ho creenea a sos dits.

LIBRE "dELS ENSEWAMEMS DE BüNA PARLERÍA 53

Bcsfennament es con lo parlador inosíra sos l)oiis ti) ar<íuinents e scs bones ralions (contraríes) qui afcblexcn c aminuen e destruen lo confermanient de son aduersari.

Conclusio es la derrcra partida e conchisio (2) del conipto.

Aqüestes son les VI. parts del compto se.ííons la sentencia do TuUi. Ara fa bon dir de les parts quells dictadors dien, e primerament de saluts.

Capítulo XVI.— 7;e les V. parts de letres missives (3).

Saluts ó salutació (4) es lo comensament de la letra qui nomena aquells qui trameten e aquells qui reben, e lo esser e la di<^nitat de cascuu (5), e la volentat del cor que aquell que enuia te (6) enuers aíjuell qui rceb, 90 es a dir que si ell es son amich cU li tramets saluts e altrcs bons mots (7) qui aytal valen o plus. E si ell no es son amich, ell sen calla e li tramet altre mot cubert o descubert de mal. E si ell es maior, ell li tranict páranles de reuerencia. Atressi deu tramctre a sompar (8; e ais menors yo qui es couinent a cascu en tal manera que noy haia vici del plus ne de falta de menys. E sapiatsquel nom daqucll qui es maior e en pus altes digiiitats deu tots temps esser primer, si donchs no es per cortesia o per humilitat o altres coses semblants.

Del prolech e del fet e de la lur fortalesa ha dit lo ]\restre assi da- munt la signiñcanya, e per 90 non dirá ell ara plus (jue dit ha, car los dictadors sen acorden be ab la sentencia de Tnlli.

Mas de la demanda diu lo Mostré que es aquella part en la qual la letra o lo míssatge demana lo fet daoo que ell vol, en preguant o en manant ho manassant ho consellant ho en altra manera, de la cosa a la qual ell enter a tirar lo cor daquell a qui ell enuia.

E con lo dictador ha finida sa demanda e mostrat son confcrmament e son desfermament, ell fa la conclusio, 90 es la fl de sos dits en que ell conclou la summa de son compta en qual manera es e qucn pot auenir.

Capítulo XVll.—JJel Consellament del prolech segons la diuersitat de les maneres (9j.

Per 90 car lo prolech es senyor e princep de tot lo compte, segons que Tullius prona en son libre, es ben couinent cosa que sobre a90 do

(1) Loe fora argamens.

(2) C'07icl,is¿n es ana variante. ChabaíUe: conflrmalions.

(3) Des V. parties dea Lettres Gscrites que on onvoio as antres gens.

(4) Haluz est...

(6> Se refiere á las fórmulas antiguas, como: M. T. Cicero P. I.ent.flo Procons. $alutm dat.

(6) En el MS. falta ^ .

(7) Autres douls moz

'81 Es decir: son par, sa igual

9) Des enseignements don Prologue selonc la diversite des matinres. Otros codiceii manieres.

54 J. COPINA Y FORMOSA, rRRO.

(1) lo Mestvc son cnscnyanicnt, del qual Tullius diu que prolech es un dit qui conquer vertadernniont lo coratgc de aquell a qui tu parles a hoir c;o que tu dirás.

E a^o pot csser en tres mañeros, o en gnaiiyant sa ben volen^a, o per donar li voluntat de hoir, ho voluntat de salx^r tots dits.

Per que lo dicli que con tu vols be fer ton prolech coniein-a tot pri- merament a considerar ta materia e a conexer la natura del fot e sa materia (2). Fe donchs leximpli daquell qui vol fer casa. Car ell no corra pas a la obra cuytosament, ans la mesura primcrament ab la linya de son cor, e compren en sa memoria tot lordonament c la figura de la casa E tu guarda que ta linga no sie corrent a parlar, ne la ma al scriure, ne comans pas la una ne a laltra (:í) a cors de fortuna, mas ton seny tengua en sa ma loffici de cascuna en tal manera que la ma- teria sie longament en la balanza de ton cor, e dins ella pienga lorde de saiiiesa (4) e de sa fi, car en 90 quells affers del segle son diuerses te cone parlar diuersament e cascuna segons sa materia.

Tullius diu que tots dits son en V. raaneres, o ells son honests, o contraris, o vils, o duptos, o scurs. E per 90 pensa que tu deus daltra- ment comensar e seguir ton compte axi en la un con en laltre, e daltra- ment conquer la ben volen9a en la un que en laltre.

E sapiats que Jwnest es 90 que mantinent plau a aquclls qui o ente- nen sens tot (5) prolech e sens nuil hornament de páranles

Contrari es co que mantinent desplau per sa malicia.

Vil es 90 qui aquell qui deu hoir no enten guayre per viltat e per la poquesa de la cosa.

Duptos es en dues maneres, o per 90 que hom dupte de sa senten- cia, o per 90 con es duna part honest e daltra part deshonest, en tal manera que engendra ben volen9a o mal volen9a.

Escur es 90 que aquells qui ho deu hoir no ho pot entendra leuge- rament o per 90 car ell no es ben saui, o car ell es treballat, o per 90 que tos dits son tan scurs e tan cuberts o enbolcats que ell nols pot be conexer.

Capítulo XVIII. —^ssí diu de dues maneres de prolech, una cnherta

e altra descuherta.

Per la diuersitat deis dits e de les coses son los prolechs atressi di- uerses. E sobre a90 diu Tullius que tots prolechs son en dues maneres, 90 es un qui es appe.lat comensament, e un altre que es appellat cu- berta.

(1) Es corrección; decía doíi.

(2) Et sa maniere.

(3) Ne corcmence pas Tune ne Tautre.

(4) Es corrflcción, probablemente de .< a r/n (sa voie). (^5) Tot es corrección atinad» de ton.

NüTieíAS ^^

E comensament es (?o qui apertamont c ab pociues páranles conquor la ben volenra daquells qui lioir (Icuen.

Juan H. C«>dina y Fokmosa, Pbko. (Continuará.)

NOTICIAS

En las sesiones ordinarias de los días 3 y 31 de Enero, el académi- co de número D. Andrés Giménez Soler leyó un erudito estudio sobre El arte militar de la Edad Media en los pueblos de la Corona de Ara- gón; y en la celebrada el 17 del propio mes, el correspondiente en Vich D. Jaime CoUell, Pbro., dio á conocer dos capítulos de la obra inédita del Dr. D. José AmetUer, de Gerona, intitulada: Alfonso V de Aragón en Italia.

Asimismo, en la sesión del U de Febrero, el Dr. Comen-e leyó el interesante trabajo que, bajo el título de Formas de munificencia real para los archiatros de Aragón, viene inserto en el presente numero del Boletín, y en la celebrada el día 14 de Marzo el señor Giménez So- ler dio informe acerca del último de los volúmenes publicados por el Excelentísimo Ayuntamiento de Barcelona del Manual de novells ar dits. Finalmente, en la sesión ordinaria del 28 de Marzo, el doctor don Juan Codina, Pbro., dio lectura á parte de una erudita I\lemoria intitu- lada: rroverhis de Salomó; ensaig literari.

Dos sesiones extraordinarias y públicas se han celebrado en este primer trimestre del 1903, bajo la presidencia del Excmo. Sr. D. Ma- nuel Duran y Bas, para la recepción de los académicos electos D. An- tonio Elias de Molins y D. Pelegrín Casados y Gramatxes. En la del primero, que tuvo efecto el día 8 de Febrero, fué leído el discurso reglamentario sobre el siguiente tema: Los estudios históricos y ar- queológicos en Cataluña en el siglo XVIII; y en la del señor Casades, celebrada el 15 de Marzo, leyó una disertación en lengua catalana, acerca de las Influencies del art oriental en los monuments románichs de Catalunya. Fueron contestados respectivamente por los señores Carreras Candi y Miret Sans.

En la sesión del 3 do Enero ha sido nombrado por unanimidad don Narciso 011er y Moragas para ocupar la vacante de socio de número producida por la defunción do Mossen Jacinto Verdaguer-, y en la del 17 del propio mes, fueron también elegidos por unanimidad, académi- cos correspondientes D. Alfredo Morel Fatio, D. Enrique Courteault y

56 NOTICIAS

D. Ramón Foulché Dclbosch cu París, 1). Fernaiulo de(^>iicrol y D.Juan Kuiz Porta, en Tarraiíona 1) IMario iMcndez Hejarano, en Madrid y don Vicente Vives Liern, en Valencia.

El día II de Marzo ha fallecido D. José Pui^^arí y Llobet acadé- mico numerario desde el ano 18()1. La Academia ha hecho constar vn acta el profundo sentimiento experimentado por la pérdida de tan antiguo y digno miembro de ella. Otra pérdida importantísima ha tenido esta Corporación con la muerte del Excmo. Sr. I). Laureano Fí- guerola, nombrado individuo de número en 1848 y que pasó después A la categoría de correspondiente en Madrid.

Entre las obras recibidas últimamente creemos conveniente hacer mención del folleto Ln literatura neo eatalana da Dr. Cuspar Decur tius e Florín Camatliias (Cuera, 1902), traducción de diez y ocho composiciones de Rubio, Verdaguer, Quimera, Mateu, Llórente Costa y Llobera y algún otro autor, precedidas de la reseña crítica del rena- cimiento literario catalán. El correspondiente Mr. Cahnette ha envia- do sus dos últimos trabajos De Bernardo Sancti GuiUelmi filio y Louís XI, Jean II et la revolution catalane, de los que se han ocupa-' do con elogio los principales críticos. Cenni Storici sui privilegi e sulle prerogative della cittá e dei consiglieri di Cagliari nel secólo XIV, del profesor Giusseppe Picinelli (Cagliari, 1903), es un carioso folleto de 25 páginas con muchos datos interesantes para la historia de la do minación catalana en la isla sarda.

El Señor Brandileone ha enviado su Note snW origine di alcune ins tituzioni giuridiche in Sardegna durante il Medioevo, que publicó en el Archivio Storico Italiano, (Firenze, 1902) y que tiene interés para nuestra historia.

La Academia Real de Bélgica ha remitido su Bulletin de la classe des Lettres et des Sciences Morales et Politiques et de la classe des Beaux Arts, año 1902; la Universidad de Tolosa el liapport annueldu Conseil de V Université (1901), y las Mémoires de V Academie des Scien- ces, Inscriptions et Belles Lettres de Toulouse (dixiéme serie, vol. II), entre cuyos artículos notamos el de Mr Brissaud: «De l'application des lois wisigothiques dans le midi de la France»; de la Comisión arqueo- lógica de Narbona y la Sociedad arqueológica de Montpeller se han re- cibido respectivamente el Bulletin (2.° semestre de 1902) y las Mémoi- res (deuxiéme serie, 1902).

Se ha establecido el cambio de nuestro Boletín con las importantes revistas de París: Bibliotheqae de VEcole des Charles, Le Moyen Age, revioe cVhistoire et de philologie y la Revue des Eludes historiques, ór- gano de la «Sociedad de los estudios históricos».

PUBLICACIONES

DB LA

Beal Acadsmia de Buenas Letras de Bareeloaa

MEMORIAS

Tomo I.-Resumen histórico del origen de la ACMd^mio: observaciones sobre los princí- elemeninles de la llisloria, por el Ma'rqu^s de Llió.-Precio, lO ptas

pío?

Tomo ll.-Obse

Tvaciones sobre los principios elemenlales de la Uisloria (conllnuación). -Diserl.pion «obre !a verla" era suuac.on del país de los l'ercavonos (F Pinos .-Fnndaraento de la ou X de n fe por f^^ en los anales antiguos, se enUenden todos os hombres de^

OdúscuÍos Víñ "irmiena lengua catalana (A. Bofürnll) —Precio, 1!5 ptas. u„„„-,oi j„ «„,

*^ Tomo ílI.-BiHSco de Garay (Rubio y Ors^.-Apnntes históricos sobre el Hospital de Bar- celon "?. Sivilk ).-Nolicia de artistas catalanes de la Edad Media y del Renacimiento (Paiggar,).

-Da"os de Antonio de Campmany (Rubio y Or- -Resen. del '•^"«;:»7''«";° ^^T , 'esf-Un^bm ralura catalanas (Rubio y Ors).-La Torre del Breny y castillo de Balsareny(i.>rres)-Un libro más para ec» alo" o de los escritores C£talane8(Luanco).~Tabla numular.a de los Comunes de- pósitos de B^^^^oña (Negre).-Brunequilde y la sociedad franco-galo-romana Rubio y^Ors).- Nrerros V (Ja'iHIs lVrasols)--Olérdula (Milál.-Necrologia de D. Jaime Ripoll.-Precio lO ptas. 'Tomo i V --La expe lición y dominació.i de los catalanes en Oriente juzgadas por los grie^.s"ubi¿ V LUich -La cari'a puebla de Agramunl (SÍ^<^«'2-°':«,''%° ^"^« \" íeT°"gl c do(Lu!inco).-Los navarros en Grecia y el ducado catalán de Atenas (Rubio y LUich .-El derecho fu nrario en las .loce Tablas (Barallat).- Origen de la independencia del condado cata-

'*° Í^Sl;^^-i7.s ca'ríaííe^Sfosi^ Borra (F. BofarulD.-Sarcofagosroi.ano cristianos en Calau/ft?(Bolét '.-Orígenes del pueblo de Sin Martí de Provensals (Bofarull) -Nyerros y ^a- dlns(rrallat) -Recuerdos históricos de Molins de R.y ^Maspons).-Pred.iec..ón de Carlos V ñor los catal ..es (Bofarull).-EI testamento de Ramón Lull ;Büfaruin.-Precio 1.-. Ptas. '^ Tomo VI.-Basi-ro proveiizalisla catalán ;Rubió y Ors.-Estudlo de los sellos de Pedro IV de Ara-ón (S.garra).-Intensivo. de la lengua catalana (Balari).-Shakespeare y Moraun ante la Josa "ara Ut)'Í-Generac,ón de Juan I de Aragón (Bofarull).-Dorninacion ««;^,« «"'.'' P? "'"?"'» ibérica (Rnmaní y Püigüengolasi -Documentos para la monografía de Montblanch (Bofarull).-

^■"^ToioVrr.-Antigua marina catalana (Bofarull) -Jaime de Aragón, último conde de Urgel (Giménezi.-Un bandolero feudal (Maspons).-La heráldica en la filigrana del papel (Bofarull).-

^"■^Toio vfli.-Primer fascículo: El poder judicial en la Corona de Aragón (Giménez Soler). _Preci"2 50 ptas -Segundo fascículo: Los Vescomtes Cerdanya, Gonllenl V Bergadá OIirltNsfns) -Precio, 2'50 ptas.-Tercer fascículo: Importancia de la Sigilografía como ciencia auxiliar déla Historia (Sagarra).— Precio, ptas. nK.>o nv,,^

Dlscni-Hosde recepción de los Sres. Ubach y Vinyeta, Ruhió y Lluch, Ribas, Pbro., Broca Sa"ír»rL "ñas, Pbro, Carreras Candi, Torras y Bages, Pbro V dal Valenciano, Godina, Presbilero! Giménez So er, Corlejon, Pbro., Bás, Miret y Sans, Uinojosa, Comenge, Rahola, Baró Ella- de Molins v Casadps, venden a 2 pesetas cada uno. i„„„.,o «o»

lAhro de la Orden de «laballeiia de Kaimnndo Lalio. traducido en lengua cas- tellana, con un discurso preliminar de 1). José Ramón de Luanco.-Piecio, » Pt»»:

Curial y «ueira, novela catalana del XVn segle, con un discurso prellmina. y notas de

""■ Xto«ía«t ^de ia'lLénS cftVlana, por la Real Academia de Buenas Letras -Precio.

* ^S*e^s*l6n pública del día « de Jnlio de 184», con las fo%P«siciones premiadas en el certamen *Uoudor de Llobregat, Las armas de Aragón en Oriente, Rugoro de Hor).-Precio,

* ^Juicio critico de las obras de D. Antonio de Campmany, por Guillermo For-

^"Vreve ret Jña^lel actnal Renacimiento de la lengaa y literatura cátala- ñu.* Mpmoria escrita por D. J. Rublo \ Ors —Precio, a ptas. »«„,>,«

Notlíía de la vida y escritos de » Francisco Permanyer y Tuyet, Memo- ria escrita por 1). Manuel Duran y Bas.— Precio, «ptas. iií,nii«i Duran v

Reynals y Rabassa, estudio biográfico y literario, por D Manuel Duran y

°*'£a Tra'dtc^6n''de los Paeblo» literaria, filosófica y ««clalmente consi- derada Í""kso de D. J.o>é L. Féu (acta de la sesión inaugural l^^Tl'^'S'lQOrv !^2 -

Boletín de la Real Academia de Buenas £.etra8.-Tomo 1, anos 1901 y iyu¿. Precio, » ptaSé

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