OBRARV ^TME NEW YORK BOTANfCAL GAñDEH BRONX. NEW YORK 10458 ^\-:J ■ ';.,; ^ BOLETIIsr DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL TOMO XVI.— 1916 MADRID (MUSEO NA.CIONAL DE CIENCIAS NATURALES) Hipódromo,— Teléf.° 5.276 -I 9-1 e MADRID.— IMPRENTA DE FORTANET, LIBERTAD, 29.— TELÉFONO 991 JUNTA DIRECTIVA DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL JE'J^:Rjh. 1916 Presidente D. José M.* Dusmet y Alonso. Vicepresidente D. Eduardo Hernández-Pacheco. Tesorero D. Ig-nacio Bolívar y Urrutia. Secretario D. Ricardo García Mercet. Vicetesorero D. Cayetano Escribano y Peix. Vicesecretario D. Cándido Bolívar y Pieltain. Bibliotecario D. Ang-el Cabrera Latorre. Cotnisiótt de pubticación. D. Florentino Azpeitia.— D. Odón de Buen.— D. Antonio Ca- sares Gil.— D. Lucas Fernández Navarro.— D. Luis Lozano Rey.— D. Doming-o Sánchez y Sánchez. Cotniaión de CalálogoB. I). Blas Lázaro é Ibiza.— D. Federico Gredilla y Gauna.— D. José María Dusmet y Alonso.— D. Enrique Pérez Zúñiga.— D. Ang-el Cabrera Latorre. SECCIÓN DE BARCELONA Preside?iie D. José María Bofill. Vicepresidente D. Baltasar Serradell. Tesorero D. Francisco Pardillo y Vaquer. Secretario D. Emilio Fernández Galiano. SECCIÓN DE SEVILLA Presidente D. Francisco de las Barras. Vicepresidente D. Carlos Morales Antequera. Tesorero D. Romualdo González Fragoso. Secretario D. Mariano Simó. Vicesecretario D. Jacinto Owin. JUNTA DIRECTIVA SECCIÓN DE ZARAGOZA Presidente D. Antonio de Gregorio Rocasolano. Vicepresidente D. Jesús María Bellido. Tesorero D. Pedro Ferrando y Más. Secretario D. Pedro Moyano. SECCIÓN DE GRANADA Presidente D. José Peso y Blai;co. Vicepresidente D. Carlos Rodríg-uez y López Neira. Tesorero D. Francisco Simancas Señan. Secretario D. Fidel Fernández Martínez. Comisión para el fomento del Museo regional. D. Enrique Requena.— D. Francisco Soriano.— D. Manuel Diez Tortosa. SECCIÓN DE SANTANDER Presidente D. Orestes Cendrero. Vicepresidente D. Vicente Ag-uinaco. Tesorero D. Luis Alaejos y Sanz. Secretario D. Ricardo Ruiz de Pellón. Comisión del Museo. D. José Gómez Veg-a.— D. Federico Vial.— D. Hermilio Al- calde del Río.— D. José Rioja Martín.— D. José Olabe. SECCIÓN DE SANXIAGO Presidente D. José Deulofeu. Vicepresidente D. Eugenio Labarta. Tesorero D. César Sobrado Maestro. Secretario D. Antonio García Várela. SECCIÓN DE VALENCIA Presidente D. Francisco Moróte. Vicepresidente D. Ángel B. de la Cruz Nathan. Tesorero !)• Eduardo Roselló. Secretario D. Ramón TruUenque. Vicesecretario D. Luis Pardo y García. conv^isiOisr PARA EL ESTUDIO DEL NOROESTE DE ÁFRICA Presidente Excmo. Sr. D. Manuel Allendesalazar. Vicepresidentes Excmo. Sr. Duque de Alba. » » Duque de Luna. » » Duque de Medinaceli. » » Marqués de Santa Cruz. » » D. Santiag-o Ramón y Cajal. » » Luis Armiñán. Secretario general . . . Sr. D, Ig-nacio Bolívar. Vocales Sr. D. Manuel Antón y Ferrándiz. Excmo. Sr. D. Luis Bahía y Urrutia. Sr. D. Blas Lázaro é Ibiza. Excmo. Sr. D. Ricardo Codorníu. limo. Sr. D. Emilio Ribera y Gómez. Sr. D. José Rodríguez Mourelo. Sr. D. Eduardo Hernández-Pacheco. Comisario Sr. D. Manuel Martínez de la Escalera. JUNXA EJECUTIVA Presidente Excmo. Sr. D'. Luis de Armiñán. Vocales.. Excmo. Sr. D. Ricardo Codorníu. limo. Sr. D. Emilio Ribera. Secretario Sr. D. Eduardo Hernández-Pacheco. SOCIOS FUNDADORES DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL D. José Argumosa. f D. Ignacio Bolívar y Urrutia. Excma. Sra. D/ Cristina Brunetti de Lasala, Duquesa de Mandas. D. Francisco Cala, f Excma. S.aD.a Amalia de Heredia, Marquesa Viuda de Casa Loring. Excmo. Sr. D. Miguel Colmeiro. f D. Antonio Cipriano Costa, f Excmo. Sr. D. Cesáreo Fernández Losada. D. Saturnino Fernández de Salas, f D. Manuel María José de Galdo. f D. Joaquín González Hidalgo. D. Pedro González de V^elasco. f D. Ángel Guirao y Navarro, f D. Joaquín Hysern. f D. Marcos Jiménez de la Espada, f D. Rafael Martínez Molina, f D. Francisco de Paula Martínez y Sáez. t D. Manuel Mir y Navarro, f D. Patricio María Paz y Membiela. f Excma. Sra. Condesa de Oñate. f D. Sandalio Pereda y Martínez, f D. Laureano Pérez Arcas, f D. José María Solano y Enlate, f D. Serafín de Uhagón. f D. Juan Vilanova y Piera. f D. Bernardo Zapater y Marconell. f Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación en 8 de Febrero de 1871. 1871-72. Excmo. Sr. D. Miguel Col- 1893. meiro. f 1873. D. Laureano Pérez Arcas, f 1894. 1874. limo. Sr. D. Ramón Llórente y Lázaro, f 1895. 1876. limo. Sr. D.Manuel Abeleira.f 1876. Excmo. Sr. Marqués de la Ri- 1896. vera, f 1877. limo. Sr. D. Sandalio Pereda 1897. y Martínez, f 1898. 1878. D. Juan Vilanova y Piera. f 1899. 1879. Excmo. Sr. D. Federico de 1900. Botella y de Hornos, t 1^01. 1880. D. José Macpherson. f 1902. 1881. D. Ángel Guirao y Navarro, f 1882. Excmo. Sr. D. Máximo La- 1903. guna. t 1904. 1883. Excmo. Sr. D. Manuel Fer- 1905. nández de Castro, f 1906. 1884. D. Pedro Sáinz Gutiérrez, f 1907. 1885. D. Serafín de Uhagón. f 1908. 1886. D. Antonio Machado y Nú- 1909. ñez. t 1910. 1887. limo. Sr. D. Carlos Castel y 1911. Clemente, f 1888. Excmo. Sr. D. Manuel M. J. 1912. de Galdo. f 1889. D. Ignacio F. de Henestrosa, 1913, Conde de Moriana. f 1890. D. Francisco de P. Martínez 1914, y Sáez. f 1891. D. Carlos de Mazarredo. f 1916. 1892. D. Laureano Pérez Arcas, f Excmo. Sr. D. Máximo La- guna, f Excmo. Sr. D. Daniel de Cor- tázar. D. Marcos Jiménez de la Es- pada, f D. José Solano y Enlate, Mar- qués del Socorro. -|- D. Santiago Ramón y Cajal. D. Manuel Antón y Ferrándiz. D. Primitivo Artigas, f D. Gabriel Puig y Larraz. D. Blas Lázaro é Ibiza, D. Federico Olóriz y Agui- lera, f Excmo. Sr. D. Zoilo Espejo, f D. José Rodríguez Mourelo. D. Salvador Calderón Arana. -J- D. Florentino Azpeitia. D. José Casares Gil. D. Luis Simarro y Lacabra. D. José Gómez Ocaña. D Joaquín González Hidalgo. limo. Sr. D. Emilio Ribera y Gómez. Excmo. Sr. D. Ricardo Co- dorníu. limo. Sr. D. Juan M. Díaz del Villar. limo. Sr. D. José Madrid Mo- reno. limo. Sr. D. Fernando García Arenal. V Tomo XVI.— Núm. 1. DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de Historia fiatural FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 1871 Enero, de 1916 MU8EO NACIONAX, DE CIENCIAS NATURALES Hipódromo.--Teléf. 5.278 ^U OBSERVACIONES Loa SOCIOS coBRBSPONDiENTEs EXTRANJEROS podrán recibir las pablica- ciones dé la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas. Los NUMBRABioR abonarán la cuota anual de 15 pesetas ó la de 16,60 si residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuento al tesorero en la época de admisión, y posteriormente en el mes de Enero de cada afio. Reciben el Boletín y las Memorias. Los AGREGADOS abonan la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Bolbtíh. Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta- dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á razón de 4 pe- setas por trimeste los numerarios y de 2,26 los agregados. Los socios numerarios que abonen de una vez ó en tres plazos anual'ia la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas las publicaciones de la Sociedad. Ijos que hicieren á la Sociedad el donativo de 500 pesetas serán consi- derados como socios perpetuos, con iguales derechos que los vitalicios, pero figurando su nombre á perpetuidad en la lista de socios, junto al de los socios fundadores. XjISTJL IDE SOCIOS de la Real española de Historia natural EN 12 DE ENERO DE 1916 Socios protectores. EN ESPAÍ5A S. M. el Rey D. Alfonso XIII. Excmo. Sr, D. Manuel Allendesalazar. Excmo. Sr. Duque de Medinaceli. Excmo. Sr. Duque de Alba. Excmo. Sr. Duque de Luna. Excmo. Sr. Marqués de Santa Cruz. Excmo. Sr. D. Juan Navarrorreverter. EN EL EXTRANJERO S. A. S. el Príncipe Alberto de Monaco. Sr. Marqués de Mauroy. (Francia.) Socios honorarios. Gastellarnau (D. Joaquín María de), Inspector general del Cuer- po de Ingenieros de Montes. — Segovia. ENrjLER (Dr. Adolf), Geheimer Regierungsrath, Professor der Botanik, Director des Kgl.-botanischen Gartens und Mu- seums. — Molzstrasse, 89, Berlín, W. Geikie (Sir Archibald), Director of Geological Survey of England and Wales. — 28, Fermyn Street, S. W., Londres. Holland (William J.), Director del Museo Garnegie en Pittsburgh (Estados Unidos). Lázaro é Ibiza (D. Blas), de la Real Academia de Ciencias, Doctor en Farmacia y en Ciencias, Catedrático de la Facultad de Farmacia. — G. de Palafox, 19, Hotel, Ma- drid.— [Botánica.) b LISTA DE SOCIOS PouLTON (Edward B.), Profesor de Zoología en la Universidad. — Oxford (Inglaterra). Ramón y Gajal (Excmo. Sr, D, Santiago), de las Reales Acade- mias de Medicina y Ciencias, Catedrático en la Facultad de Medicina, Consejero de Instrucción pública. — Calle del Príncipe, 41, Madrid. Simón (Eugéne). — Villa Said 16 (70, rué Pergolese), Paris. — (Arácnidos.) TscHERMAK (Prof. Dr. Gustav). — Universitát, Yiena. Socios Correspondientes extranjeros (1). MM. Acloque (Alexandre). — 69, Avenue de Segur, Paris. — (His- toria natural general.) Arnold (Dr. J.) — Munich. Balsamo (Francesco). — Via Salvator Rosa, "290, Ñapóles. — (Botánica y principalmente algas.) Bedel (Louis), de la Sociedad entomológica de Francia. — 20, rué de l'Odéon, Paris, 6e. — ( Coleópteros paleárticos \) Blanchard (Dr. Raphael), Profesor en la Facultad de Me- dicina; de la Academia de Medicina, Director de los Ar- chives de Parasitologie. — 226, Boulevard Saint-Ger- main, Paris, 7«. — (Entomología general, Hirudineos.) Bois (D.), Asistant au Muséum.— 15, rué Faidherbe á Saint- Mandé (Seine), Francia. — (Botánica.) BoulenCtEr (G. a.), del Museo británico. — Courtfield Road, 8. Soülh Kensington, S. W. — Londres. — (Herpetología é Ictiología.) Brancsik (Dr. Cari). — Trencsen (Hungría). — (Entomología.) Brizi (Ugo). — Museo Agrario, Via Santa Susana, Roma. - (Botánica y ■principalmente flora de Italia.) BucKiNG (Dr. H.), Profesor en la Universidad. — Estrasburgo (Alemania). BuRR (Malcolm), Doctor en Ciencias por la Universidad de Oxford, Ingeniero jefe de «Kent Goal Concessions Ltd.» —United University Club, Pall Malí Enst S. W., Lon- dres (Inglaterra). — ( Dermápteros y Ortópteros.) (I) Con el objeto de fomentar las relaciones científicas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las señas de su domicilio, si el socio cultiva en la actualidad más especialmente algún ramo de la Historia natural. DE LA REAL ESPA>;OLA DE HISTORIA NATURAL 9 MM. Gamerano (Lorenzo), Profesor de Anatomía comparada y Director del Museo zoológico de la Universidad. — Palazzo Carignano, Turin (Italia). — (Anatomía comparada, Gordiidos.) Gannaviello (Prof. Eurico). — Villa Bruno, Portici (Ñapóles). Garl (Dr.), Ayudante del Museo de Historia natural.— Gi- nebra (Suiza). — (Entomología, Miriápodos.) Ghevreux (Edouard).— Route du Gap, Bóne (Gonslantina). Argelia. — (Crustáceos anfipodos.) Ghoffat (Dr. Paul), de la Academia de Lisboa y de la Co- misión del Servicio Geológico de Portugal. — Rúa do Arco a Jesús, 113, Lisboa. GoGGESHALL (Arthur), Jefe del Laboratorio de Paleontolo- gía del Museo Garnegie.— Pittsburgh (Estados Unidos). GoRBiÉRE (Louis), Profesor de Botánica en la Universi- dad.—Gherburgo (Francia). De Toni (Pr. Dr. Joannes Baplista), Director del Jardín Botánico de la Universidad de Módena (Italia). Delacroix (Dr. G.), Agregado al Instituto nacional agronó- mico y Director de la Estación de Patología vegetal. — 11 bis, rué d'Alésia, Paris. Dervieux (Ermanno).— Via Massena. 34.— Turin (Italia). DiSTANT (W. L.)— Steine Haus, Selhurst Road, South Nor- wood, Surrey (Inglaterra). — (Hemipteros.) DOLLFUS (Adrien), Director de La Feuille des Jeunes natu- ralistas.—Rué Pierre Gharron, 35, Paris. Fauvel (G. Alberto), Abogado.- Rué Ghoron, 3, Gaen (Fran- cia.—fCoZeópíeros y, especialmente EstafilíHidos.J Gebien (H.)— StockharJtstrasse, 2J, Hamburg-Hamm.— (Coleópteros.) Gestro (RaíTaello), Doctor, Director del Museo cívico de Historia natural.— Villeta Dinegro, Genova (Italia).— (Coleópteros.) GiRARD (Albert Alexandre).— Lisboa (Portugal).— ricíioiogfia y Malacología.) Griffini (Dr. Achille), Profesor en el Liceo «Berchet».— Milán {IítíMá).— (Entomología.) Grouvelle (A.)— Director de la Manufactura nacional de tabacos de Issy, rué Ernest-Renan, Issy-les-Moulineaux (Seine) (Francia).— i^Cíauíconiios exóticos.) 10 LISTA DE SOCIOS MM. Heckel (EdoQard), Profesor en la Facultad de Ciencias. — 31, Gours Lieutaud, Marsella (Francia). — (Botánica.) HoRVÁTH íGéza), Doctor en Medicina, Director del Museo nacional de Hungría. — Museumring, 12, Budapest (Austria-Hungría). — (Hemípteros.) Janet (Charles), Ingeniero, Doctor en Ciencias. — 71, rne París Voisinlieu prés Beauvais, Oise (Francia). — (Geolo- gía y Paleontología. Hormigas, Avispas y Abejas.) Rheil (D. Napoleón M.), Profesor en la Escuela de Co- mercio, Socio del Club de Historia natural de Praga y de las Sociedades Entomológicas de Berlín, Stettin y Dres- de. — Ferdinandstrasse, 38, Praga (Bohemia). Klapalek (Prof. Francisco).— Karolinenlhal, 263, Praga. — (Tricópteros y Neurópteros.) Lagerheim (Prof. Gustav), Profesor en la Universidad de Estocolmo. — (Botánica sur americana.) Lesne (Pierre), Asistente de Entomología del Museo de His- toria Natural. — 10, Avenue Jeanne, Asniéres (Seine) (Francia). — (Entomología, Coleópteros.) Levvis (Jorge).— 87, Frant Road, Tumbridge Wells (Ingla- terra).— (Coleópteros del Japón é Histéridos.) Martin (Rene), Abogado. — Le Blanc (Indre) Francia. — (Neurópteros de Europa y Odonatos.) Meü.nier (Stanislas), Profesor de Geología del Museo de Historia natural. — 3, Quai Voltaire. Paris. — f Lito- logia. J MoNTANDON (Arnald L.) — Filaréte, Strada Viilor, Bukarest (Rumania). — (Hemípteros, principalmente heterópteros.) Olivier (Henry). — Baroches-au-Houlme (Orne), Francia. PicciOLi (Comm. Francesco), Director del Instituto fores- tal.— Vallombrosa (Italia). — (Botánica.) PiCGiOLi (Lodovico), Sub-lnspector forestal. — Siena (Italia). (Botánica.) Porter (Carlos E.), Catedrático de Botánica en la Univer- sidad Católica; Laureado de la Academia internacional de Geografía Botánica de Le Mans; Miembro honorario de la Facultad de Ciencias de la Universidad Mayor de San Marcos, de Lima; Académico de mérito de la de Ciencias de la Habana; Correspondiente de la R. de Ciencias de Madrid; Oficial de Instrucción pública; Di- DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL U rector general y Jefe de la Sección zoológica del Museo de Historia natural de Valparaíso y de la Revista Chile- na de Historia naíurai.— Casilla, 2352, Santiago, Chile. (Histología., Crustáceos decápodos, ffemipteros y Lon- gicornios.) MM Reitter (Edmond).-Paskau (A.uslria).-(Coieópteros.) Richard (Joles), Doctor en Ciencias, Director del xMuseo oceanográñco.-Móivico.— (Crustáceos inferiores. J Salomón (Dr. W.)— Instituto Mineralógico de la Universi- dad.—Heidelberg (Alemania). ScHOUTEDEN (H.) - 12,Chaussée d'Ixelles, Bruselas^^^- mípteros.) ScHULTHESs Rechuerg (Auloii V.), Doctor en Medicina.- Thalakerslrasse, Zurich [Smza].-(Entomología, Ortóp- teros é Himenópteros.) Torre (D. Carlos de ia), Catedrático en la Universidad de la Habana (Cuba). TuRNEZ (W. Henri), de la Comisión Geolópica.-Washing- ton (Estados Unidos) DC— (Geología.) Verneau (Dr. Réné), Profesor en el Museo de Historia na- tural.—48, Rué Ducouédic, 14- Paris (Francia). Washington (Dr. Henry St.)-Locust, Manmouth Co., N. J. (Estados Unidos). Weise (J.)-Griebenowstrasse, 16, Berlin, n. 37.- (Coleóp- teros, esp. Curculiónidos y Crisomélidos.) Socios numerarios (1). 1915. AcHÚCARRO (D. Nicolás), Doctor en Medicina, Profesor auxiliar en la Universidad-Central.-Lista, 11, Madrid. (Eistología.) 1915. Ager Nuguerza (D. Vicente), Alumno de Ciencias natu- rales.—Zaragoza. 1903. Aguilar y Carmena (D. Fernando), Farmacéutico, Direc- tor de la Estación de Biología vegetal.-IUescas (Tole- diO].-^( Biología vegetal.) (1) Kl nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que in^'c-' J^ de su admisión en la Sociedad y el de los socios fundadores y v.tahc.o. de viaturas S. F. y S V., respectivamente. 12 LISTA DE SOCIOS 1912. Aguilaramat (D. Juan Bautista), Ingeniero industrial. — Barcelona. 1912. Aguinaco (D. Vicente), Médico-oculista, — Santander. 1902. Alabern (D. Enrique), Doclor en Medicina. — Paseodelos Mártires, 58, Alicante. — (Citología genérale Histología.) 1897. Alaejos y Sanz (D. Luis), Doctoren Ciencias, Conserva- dor de la Estación de Biología marina. — Santander. 1907, Alcalde del Río (D, Hermilio), Profesor en ia Escuela de Artes ó Industrias de Torrelavega (Santander). 1914. Alconada González (D. Ángel), Licenciado en Ciencias na- turales.— Madrid. 1915. Almela Meliá (D, Juan), Auxiliar del Instituto de Refor- mas Sociales. — Madrid, 1901. Almera (D. Jaime), Canónigo de la Catedral, — Sa- gristans, 1, 3.°, Barcelona. — (Geología y Paleontología.) 1914. Alvarado Fernández (D, Salustio), Alumno de Ciencias naturales, — Diputación, 351, Barcelona, 1915. Alvarez de Toledo (D. Ramón), Profesor auxiliar de la Facultad de Medicina. — Granada. 1913. Alvarez Sierra (D, José), Doctor en Medicina. — Palma, 11, Madrid. 1914. Alvira (D. Mariano), Doctor en Medicina. — Zaragoza. 1914. Amat Erro (D. Cai-los), Alumno de Ciencias naturales. — Barcelona. 1906. Amoedo y Galarmendi (D.Eduardo). — Alameda, San Se- bastián (Guipúzcoa), 1908. Andreu y Rubio fD. José), Profesor de Historia natural en el Seminario de Orihuela (Alicante). 1875. Antón y Ferrándiz (D. Manuel), Decano y Catedrático de la Facultad de Ciencias, Director del Museo de Antro- pología.— Calle de Olózaga, 5 y 7, Madrid. — (Antropo- logía.) 1894. Aragón y Escacena ( D. Federico), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — León. 1898. Aramburu y Altuna (D. Pedro), Doctor en Medicina, Di- rector de la Escuela de Veterinaria. — Coso, 5, Zaragoza. 1905. Aranda y Millán (D. Francisco), Catedrático de Zoología en la Universidad, — Paseo de Sagasta, 22, Zaragoza. 1885. Aranzadi y Unamuno (D. Telesforo), Doctor en Farmacia y en Ciencias naturales, Catedrático en la Facultad de DE LA REAL ESPATsOLA DE HISTORIA NATURAL 13 Farmacia de la Universidad. — Corles, 635, 3.°, 2.% Bar- celona.— [Antropología y Botánica.) 1910. Ardiz Acha (D. Manuel).— Paseo de Pamplona, 7, Za- ragoza. 1909. Ardois (D. Juan).— Calle de la Princesa, 41, Madrid. — (Coleópteros del Globo J 1911. Areny de Plandolit (Pablo de), Médico naturalista- dise- cador.— Hospital, 115, Barcelona. 1903. Areses (D. Rafael), Ingeniero Jefe del Distrito Forestal de Pontevedra. — Tuy (Pontevedra). 1902. Arévalo Carretero (D. Celso) , Doctor en Ciencias natu- rales. Catedrático y Vicedirector del Instituto, Director del Laboratorio de Hidrobiología del mismo.— Gran Vía del Marqués del Turia, 69, 2.°, Y ülenciai.—f Hidrobio- logía.J 1915. Arias de Olavarrieta (D. José), Alumno de Ciencias na- turales.— Madrid. 1904. Arias Encobet (D. José), Catedrático en la Universidad.— Diagonal, 440, Barcelona.— ('Di/>íeros.j 1900. Asher y C* (A.)— 13, Unter den Linden, Berlín, W. 1872. Ateneo científico y literario (Biblioteca del).— C. del Pra- do, 21, Madrid. 1915. Ateneo Montañés.— Santander. 1912. Aulló y Costilla (D. Manuel), Profesor de la Escuela de Ingenieros de Montes. — Ferraz, 44, Madrid. 1913. Azorín Fornet (D. José), Farmacéutico.— Yecla (Murcia). 1897. AzPEiTiA Y Moros (D. Florentino), Profesor en la Escuela de Minas.— Fernando VI, 10, Maávid. —CMalacologia ij Diatomens.) 1902. Bago y Rubio (D. Miguel), Comandante de Ingenieros,— C. de Trajano, 15 y 17, Sevilla. 1904. Bahía Y Urrutia (Excmo. Sr.'jD. Luis), Abogado, Sena- dor del Reino.— Almagro, 29, Madrid. — (Agricultura.) 1913. Balasch (R. P. Jaime), Profesor de Historia natural.— Colegio de San José, Valencia. 1906. Balguerias y Qüesada (D. Eduardo), Licenciado en Cien- cias, Conservador del Jardín Botánico.— Carretas, 7, Madrid. 1914. Barbera Martí (D. Faustino), Doctor en Medicina, Direc- tor de la revista La Medicina Valenciana. — Valencia. 14 LISTA DE SOCIOS 1913. Barnert (D. Ricardo), Profesor de la Escuela Alemana.— Barcelona. 1891. Barras de Aragón (D. Francisco de las), Catedrático de Mineralogía y Botánica de la Universidad. — Reinoso, 8, Sevilla. — (Entomología y Botánica.) 190L Barreiro Martínez (R. P. Agustín).— Convento de Padres Agustinos, Valladolid. — (Botánica y Lepidópteros.) 1895. Bartolomé del Cerro (D. Abelardo), Catedrático, por opo- sición, de la Universidad. —Salamanca. 1911. Beathy (Beatrice M.)— Minas del Astillero (Santander). 1912. Bellido y Golferichs (D. Jesús María), Catedrático de la Facultad de Medicina.— Zaragoza. 1906. Beltrán BiGORRA (D. Francisco), Doctor en Ciencias, Ca- tedrático de la Universidad y Director del Jardín Botá- nico.—Pizarro, 10, Valencia.— (^/íotánica.j 1905. Benedito (D. José M.'), Jefe del Laboratorio de taxidermia del Museo Nacional de Ciencias naturales.— Don Ramón de la Cruz, 12, Madrid. 1912. Benedito (D. Luis), Colector taxidermista del Museo Na- cional.—Don Ramón de la Cruz, 12, Madrid. 1912. Benisa (R. P. Fr. Melchor de), Director del Observatorio. Totana (Murcia). 1915. Benjumea Calderón (D. Antonio), Ingeniero de Minas.— Sevilla. 1913. Bernaldo de Quirós (D. Constancio).— Lagasca, 97, Madrid. 1910. Berraondo (D. Manuel), Catedrático en el Instituto.— Al- bacete. 1912. Bertrán Olivella (D. Andrés), Alumno de Ciencias na- turales.— Barcelona. 1903. Bescansa Casares (D. Fermín), Catedrático de Historia natural en el Instituto.— La Covnñ^.— (Botánica.) 1898. Blas y Manada (D. Macario), Doctor en Farmacia.— C. del Pez, 1, Madrid. 1901. BoFiLL (D. José María), Doctor en Medicina.— C. de Ara- gón, 281, Barcelona. 1912. Bolívar y Pieltain (D. Cándido), Licenciado en Ciencias naturales. Agregado al Museo.— Paseo del Obelisco, 33, Madrid, — (Carábidos y Ortópteros.) 1913. Bolívar y Pieltain (D. Ignacio), Doctor en Medicina.— Don Ramón de la Cruz, 12, Madrid. Dlv LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 15 3. F. HoiJVAH Y UnnuTiA (D. Ignacio), GaledivUico cu la Facul- tad de Ciencias, Director del Museo Nacional de Ciencias Naturales. — I'aseo del Obelisco, 33, Madrid, — (Ortópte- ros, Herníplerus y Crufitáceos.) 1915. Bolos v Vayueda (I). Antón), Farmacéutico. -San Ra- fael, 28, Olüt (Gavoií-d).— (Botánica.) 1909. BoHuÁs Celma (H. V. Manuel).— Kscuelas Pías de Malaró (Barcelona). 1898. BoHoiuo (I». Patricio), Catedr.ltico en la Facultad de Me- dicina.— Coso, 47, Z-dv^i;oza.— (Pediatría.) 1872. BoscÁ Y Gasanovks (I). Kduanlo), Licenciado en Medici- na, Catedr.'í tico jubilado de la P'acultad de Ciencias natu- rales en la Universidad. — Avenida del Buoito, Valen- cia.— (lieptiles de Europa.) 1900. BoscA Y Seythk (D. Antiino), Doctor cu Ciencias, Cate- dr.-ítico en el Instituto.— Castellón. — (Mineralogía.) 1912. BosoMS Manegal (D. José), Alumno de Medicina. — Bar- celona. 1877. BahÑosA (D. FUfael), Ingeniero de Montes de la Real Casa. — San Ildefonso (Segovia). — (Criatalografía.) 1912. BnoLEMANN (H. W.)— l'au (Bajos I'irineos, Francia).— (Entomología general, especialmente Miriápodos.) 1901. BauoiJÉs Y Escude» (1). (Casimiro), Doctoren Farmacia y en Ciencias. — Brucb, 00, Barcelona. — (Histología ve- getal.) 1883. Buen y del Cos (D. Odón de), Ex-Senador, Catedrático de Mineralogía y Botánica en la Universidad Central, D¡- reíitor del Instituto español de Oceanografía y del Labo- ratorio biológico-marino de las Baleares. — C. de Lagas- ca, 109, Madrid.— f/yioío^í'a marina.) 1915. Buen y Lozano (D. Fernando), Alumno de Ciencias y Farmacia. — Lagasca, 109, Madrid. 1911. Buen y Lozano (I). Rafael de), Catedrático de la Sección de Ciencias en la Facultad de Medicina.— Cádiz. 1916. Buen y Lozano (D. Sadi), Alumno de Medicina. — La- gasca, 109, Madrid. 1915. BusQUETs MoLLKHA (D. Narciso), Alumno de Ciencias na- turales.— Barcelona. 1901. Caballeho (D. Arturo), Catedrático de la Universidad.— Barcelona. 16 LISTA DE SOCIOS 1913. Caballero Fernández (D. Justo), Alumno de Ciencias. — Barcelona. 1908. Cabeza de León (D. Salvador), Catedrático de la Facultad de Derecho eu la Universidad. — Santiago. 1912. Cabré y Aguilió (D. Juan). — C. de Ventura Rodríguez, 2, Madrid. — (Espeleología.) 1902. Cabrera y Díaz (D. Agustín), Doctor en Ciencias, Cate- drático en el Instituto. — Canarias. 1891. Cabrera Y Díaz (D. Anatael) , Médico cirujano. — Laguna de Tenerife (Canarias). — (//imenópteros, Véspidos, Eumé- nidos y Masáridos del Globo.) 1896. Cabrera y Latorre (D. Ángel), Agregado y Colector del Museo Nacional de Ciencias naturales, Caballero de la orden civil de Alfonso XII. — Madrid. — [Mamíferos y Dibujo científico. J 1904. Cadevall y Diars (D. Juan), Doctor en Ciencias, Profesor en la Escuela industrial. — Tarrasa. — (Botánica.) 1903. Calafat León (D. Juan), Colector del Museo Nacional de Ciencias naturales. — C. de Fuencarral, 42, Madrid. 1901. Calleja y Borja-Tarrius (D. Carlos), Catedrático en la Facultad de Medicina. — Cortes, 248, pral., Barcelona. — (Histología.) 1910. Cambronero y González (D. Saturnino), Farmacéu- tico militar. — G. de las Veneras, 1 y 3, 1.° dcha., Madrid. 1914. Campo y López (D. Estanislao), Doctor en Medicina y Ci- rugía.— Plaza del Matute, 6, Madrid. — (Fisiología.J 1889. Camps (Sr. Marqués de), Diputado á Cortes. — Canuda, 16, principal, Barcelona. 1905. Canals (D. Salvador), Diputado á Corte?. — Almagro, 23, Madrid. 1914. Candau y Pizarro (D. Feliciano), Rector y Catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad. — Sevilla. 1913. Carandell y Perigay (D. Juan), Doctor en Ciencias Na- turales.— Rodríguez San Pedro, 20, Madrid. — (Geología.) 1905. Carballo (D. Jesús María). — Estación de Biología mari- na, Santander. — (Espeleología.) 1913. Carreras Montoya (D. Ricardo). — Madrid. 1914. Carreras Reura (D. Francisco), Alumno de Ciencias Na- turales.— Travesía de San Mateo, 1, Madrid. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 17 1877. Garvalho Monteiro (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de), Doctor en Derecho y en Ciencias Naturales por la Uni- versidad de Goimbra, y miembro de la Sociedad de Acli- matación de Río Janeiro. — Rúa do Alecrim, 70, Lisboa (Portugal). — ( Lepidópteros. J 1901. Gasamada Mauri (D. Ramón).— Pelayo, 17, 2.", Barcelona. 1914. Casan (Rvdo. P. Ignacio), Profesor délas Escuelas Pías de Udel. — Valencia. 1901. Casares Gil (D. Antonio), Médico Mayor de Sanidad mi- litar.— P. de Santa Catalina, 2, Madrid.— (^epáíicas y Musgos.) 1901. Casares Gil (D. José), Catedrático en la Facultad de Far- macia, Senador del Reino. — Plaza de Santa Catalina, 2, Madrid. — ("Análisis químico mineral.) 1901. Casino de Zaragoza. 1911. Castaños Fernández (D. Emiliano), Catedrático del Ins- tituto de Mahón (Baleares). 1912. Castro y Barea (D. Pedro), Licenciado en Ciencias Na- turales.— Residencia de estudiantes, C. de Fortuny, Madrid. 1905. Castro Y Pascual (D. Francisco), Catedrático de la Fa- cultad de Farmacia, Secretario general de la Universi- dad Central.— C. de Valverde, 9, Madrid. 1901. Cátedra de Historia natural de la Universidad de Bar- celona. 1901 . Cátedra de Historia natural de la Universidad de Santiago. 1907. Cátedra de Mineralogía y Botánica de la Universidad Central. — Madrid. 1914. Cavero Martínez (D. Isidoro), Alumno de Ciencias Natu- rales.— Sagasta, 3, Madrid. - 1884, Cazurro y Rüiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en Ciencias naturales. Catedrático en el Instituto. — C. de la Diputación, 289, Barcelona. — C Prehistoria y Micrografía.) 1915. Cela Díaz Maroto (D. Augusto), Doctor en Farmacia. — Madrid. 1905. Cendrero (D. Orestes), Doctor en Ciencias naturales, Ca- tedrático en el Instituto. — Santander. 1914. Chavas (D. José), Doctor en Medicina, Director de la re- vista Higiene y Tuberculosis. — Don Juan de Austria, 12, Valencia. — (Biología.) Tomo xvi.— Enero, 1916. 2 18 LISTA DE SOCIOS 1891. Chaves y Pérez del Pulgar (D. Federico), Doctoren Cien- cias físico-químicas, Director del Museo regional.— Córdoba. — (Mineralogía y Cristalografía.) 1913. Cillero y Ángulo (D. José), Licenciado en Ciencias natu- rales.— General Espartero, 4, Logroño. 1913. Cillero y Ángulo (D. Marcelino), Catedrático en el Ins- tituto.— Reus. 1873. CoDORNiu (Excmo. Sr. D. Ricardo), Inspector general de primera ciase del cuerpo de Ingenieros de Montes, jubi- lado, Gran Cruz de Isabel la Católica y del Mérito agrí- cola.— Murcia. 1914. CoGOLLUDO Y Bejerano (D. José M.^), Licenciado en Cien- cias y Farmacia. — Martín de los Heros, 20, Madrid.— (Botánica.) 1907. CoLOMO Y Amarillas (D. Victoriano), Profesor en la Es- cuela de Veterinaria.— C. del Olivar, !, Madrid. 1878. CoMERMA Y Batalla (Excmo. Sr. L. Andrés Avelino), General de Ingenieros de la Armada y Licenciado en Farmacia. — Canalejas, 84, El Ferrol. 1913. Conde de la Vega del Sella. — Nuevas (Asturias). 1914. Conde y Lledó (D. Enrique), ingeniero de Minas. — Sevilla. 1892. Corrales Hernández (D. Ángel), Licenciado en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Ciudad-Real. 1872. Cortázar (Excmo. Sr. D. Daniel de), Ingeniero Jefe de Minas, de las Reales Academias de la Lengua y de Ciencias exactas, físicas y naturales, Consejero de Ins- trucción pública. — C. de Velázquez, 16, hotel, Madrid. 1901. CoscoLLANO y Burillo (D. José), Catedrático en el Insti- tuto.— Baeza. 1915. Crespi y Jaume (D. Luis), Licenciado en Ciencias Natura- les.— Pontevedra. — f Agricultura.) 1902. Cru y Marqués ( D. Enrique), Naturalista disecador.— S.Vicente, 245, Valencia. — (Oología y Ornitología.) 1903. Cruz (D. Emiliano de la). Ingeniero jefe de las Minas de Ribas (Gerona), délas Sociedades geológicas de Lon- dres, Francia, Bélgica é Italia, etc., Ingeniero graduado de los Institutos de Minas de Londres y de Newcastle. — Minas de Ribas, Gerona. 1902. Cruz Nathan (D. Ángel B. de la). Profesor en el Institu- DE LA KEAL ESPA^'OLA DE HISTORIA NATURAL 19 to. — G. de la Libertad, 117, Cabañal (Valencia). — (Zoología.) 1915. Cuesta Urcelay (D. Juan), Alumno de Ciencias natura^ les.— Menéndez Yaldés, 23, Msiáriá.— (Botánica.) 1912. Cusí Y Ventades (D. Ernesto), Licenciado en Ciencias Na- turales, Conservador del Museo Nacional de Ciencias Naturales.— C. de Fomento, 23, 3.°, Madrid. 1910. Dantín Y Cereceda (D. Juan), Catedrático en el Institu- to.— Guadalajara. 1910. Darder Pericas (D. Bartolomé), Alumno de la Facultad de Ciencias.— Vallori, 18, Palma de Mallorca.— (PaZeon- tologia.) 1910. Darder y Cánaves (D. Emilio).— Temple, 9, Palma (Ma- llorca) . — (Paleontología .) 1909. Delgado Lauger (D. Jorge).— P.° de Colon, 3, Barcelona. 1902. Deulofeu (D. José), Catedrático de Química inorgánica en la Facultad de Farmacia. — Santiago. 1890. Díaz del Villar (limo. Sr. D. Juan Manuel), Doctoren Medicina, Catedrático en la Escuela de Veterinaria, Con- sejero de Sanidad.— Atocha, 127 dupl.°, Madrid.— /^Epi- zoarios y Entoynozoarios.) 1899. Díaz TosAOs (R. P. Filiberlo), Doctor en Ciencias, Con- servador por oposición en el Museo Nacional de Ciencias naturales.— C. de Fuencarral, 74 y 76, Madrid. 1901. Diez Tortosa (D. Juan Luis), Catedrático de la Facultad de Farmacia.— Reyes Católicos, 47, Granada.— (^jBo- tánica.J 1907. Diez Tortosa (D. Manuel), Licenciado en Ciencias na- turales.— Granada. 1911. DoDERO (D. Agostino), fu Gno. — Vía xx Setiembre, 28-9; s. V. Casella póstale, 1160, Genova (Italia).— CCoieó/jferos de Europa.) 1915. Domínguez (D. Baldomcro), Catedrático de Historia natu- ral en el Instituto. — Almería. 1913. DuBOis (D. Carlos).— Ferraz, 52, bajo, Madrid. 1903. DuLAU (M.) — Sobo Square, 37, Londres. 1890. DusMET y Alonso (D. José M.), Naturalista agregado al Museo Nacional de Ciencias naturales, Doctor en Cien- cias Naturales.— Plaza de Santa Cruz, 7, Madrid.— í^fíi- menópteros.) 20 LISTA DE SOCIOS 1909. Eguren y Bengoa (D. Enrique), Doctor en Ciencias Natu- rales.—Florida, 22, Vitoria. 1898. Eleizegui (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de Far- macia.—Plaza de la Universidad, 5, 3.°, Santiago. 1888. Elizalde y Eslava (D. Joaquín), Catedrático de Historia natural en el Instituto. — Logroño. 1894. Escalas Real (D. Jaime), Alumno de Ciencia?.— Bar- celona. 1902. Escribano (D. Cayetano), Conservador del Museo Nacio- nal de Ciencias naturales, Profesor Auxiliar, por oposi- ción, de la Facultad de Ciencias.— Calle de Colmena- res, 6, 2.°izqda., Madrid. — [Dibujo científico.J 1872. Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (Biblioteca de la).— C. de Alfonso XII, Madrid. 1872. Escuela de Ingenieros de Montes (Biblioteca de la). — Madrid. 1894. Escuela de Veterinaria de Madrid. 1905. Escuela Normal de Maestros de Granada. 1915. Escuela Normal de Maestros de Málaga. 1915. Escuela Superior de Comercio de Málaga. 1907. Espejo y Casabona (D. Francisco), Regente de la Escuela normal de Maestros. — Granada. 1905. Estación de biología marina. — Puerto Chico, Santander. 1902. Esteva (D. José), Presbítero.— C. de la Clavería, 5.— Gerona. — (Botánica general y Criptogamia.J 1914. Ezquieta y Arce (D. Joaquín), Alumno de Ciencias natu- rales.— Barcelona. 1878. Facultad de Ciencias de la Universidad (Biblioteca de la). — Valencia. 1906. Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada. 1906. Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada. 1914. Fallot (Mr. Paul). — Laboraloire deGéologie, Place Notre Dame, Grenoble (Francia). 1909. Faüra y Sans (D. Mariano), presbítero, Doctor en Ciencias, Auxiliar, por oposición, en la Facultad de Ciencias. — Plaza de Comas, 2, Las Corts, Barcelona. 1914. Feged Caííeque (D.J.Gonzalo), Licenciado de Ciencias na- turales.— Humilladero, 2, Madrid. 1914, Fenech (D. Rafael), Ingeniero.— Norguera, 15, Málaga.— (Cristalografía química.) DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 21 1910. Fernández (D. Ambrosio), Agustino.— Colegio de Uclés por Tai-ancón [Cuenca].— ( Lepidópteros.) 1911. Fernández Alonso (D.* Juana), Profesora en la Escuela Normal de Maestras de La Goruña. 1904. Fernández Galiano (D. Emilio), Catedrático en la Uni- versidad.— Barcelona. 1909. Fernández Garrido (D. César), Catedrático de Física en el Instituto. — Santiago. 1914. Fernández Hernández (D. Alfredo), Profesor de Historia natural en el Colegio Cervantes.— Hernán Cortés, 19, Valencia. 1908. Fernández Martí (D. José), Doctor en Medicina y Licen- ciado en Ciencias naturales, Jardinero mayor del Botá- nico.— Valencia. 1907. Fernández Martínez (D. Fidel), Médico.— Granada. 1890. Fernández Navarro (D. Lucas), Catedrático de Cristalo- grafía en la Facultad de Ciencias.— San Andrés, 18 duplicado, Madrid. 1913. Fernández-Nonídez (D. José), Doctor en Ciencias natura- les.—C. del Conde de Romanones, 18, Madrid.— fCiío/o- gía y Etnbriología.J 1914. Fernández y Martínez (D. Julio), Licenciado en Ciencias naturales. — Munilla (Logroño). 1900. Ferrando y Más (D. Pedro), Catedrático de Mineralogía y Botánica en la Universidad.— Paseo de Sagasta, 9, Zaragoza. 1912. Ferré Gomis (D. Roberto).— Barcelona. 1885. Ferrer (D. Carlos), Doctor en Medicina y Bachiller en Ciencias.— Ronda de la Universidad, 16, 1.°, Barcelona. 1914. Ferrer (R. P. Francisco), Profesor y Secretario del Cole- gio de la Concepción de On teniente (Valencia). 1907. Ferrer Hernández (D. Francisco), Doctor en Ciencias, Auxiliar, por oposición, en la Universidad. — Madrid. 1915. Ferrer y Galdiano (D. Manuel), Alumno de Ciencias na- turales.— Madrid. 1879. Flórez y González (D. Roberto).— San Francisco, 21, principal, Segovia. — (Entomología.) 1901. FoLCH y Andreu (D. Rafael), Catedrático de la Facultad de Farmacia. — Madrid. 1912. Font Quer (Dr. Pío), Licenciado en Ciencias y Farma- 22 LISTA DE SOCIOS céutico militar.— Galle de Sicilia, 26 bis, Barcelona.— (Botánica.) 1914. FoRNET QuiLis (D. José), Licenciado en Ciencias, Ayudan- te del Instituto.— Plaza Rodrigo Botet, 3, Valencia. 1914. Fraga Torrejón (D. Eduardo de), Maestro superior.— Olid, 4, Madrid. 1910. Franganillo Balboa (P. Pelegrín), S. J.— Colegio de PP. JJ., Gijón. 1914. Fructuoso Tristancho (D. Gonzalc), Auxiliar en el Insti- tuto.— Albacete. 1888. Fuente (D. José María de la), Presbítero.— Pozuelo de Galatrava {Giuda.á-B.eai\). —(Entoynología, Coleópteros de Europa, Admite cambios de estos insectos.) 19J5. Fuentes Pascual (D. Joaquín), Doctor en Ciencias quí- micas y Director del Laboratorio agrícola de Navarra. — Pamplona. 1890. Fuset y Tubiá (D. José), Catedrático en la Universidad.— C. de Valencia, 19o, Barcelona.— ^Giísanos y Dibujo científico.) 1914. Gabinete de Historia natural de la Univ'ersidad de Sevilla. 1904. Galán (D. Alfonso), Licenciado en la Facultad de Cien- cias, Conservador del Laboratorio biológico marino de Baleares. — Palma de Mallorca. Galán y Ruiz (D. Gabriel), Catedrático en la Escuela Su- perior del Magisterio.— Travesía de San Lorenzo, 18, Madrid. Gallego Armesto (D. Heliodoro), Doctor en Ciencias, Profesor de la Escuela de Arles é Industrias.— Santiago. 1910. Gamundi Ballester (D. Juan), Farmacéutico militar. — Palma de Mallorca (Baleares). 1914. Garbayo Ayala (D. Saturnino), Alumno de Ciencias na- turales.— Barcelona. 1914. García (D. Julio).- Carrera de San Jerónimo, 12, Madrid. 1872. García y Arenal (limo. Sr. D.Fernando), Ingeniero Jefe de Caminos, Canales y Puertos.— Lista, 4, Madrid. 1913. García Banús (D. Mario), Doctor en Ciencias naturales.— Olózaga, 6, Madrid.— (Histología.) 1913. García Bayón-Campomanes (D. Pedro), Alumno de Cien- cias naturales.— Don Benito (Badajoz). 1909. 1909. DE LA. REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL - É3 1915. García del Cid (D. Francisco), Alumno de Ciencias natu- rales.— Barcelona. 1906. García González (D. Joaquín).— C. de Preciados, 46, 3.°, Madrid. 1913. García Izcara (D. Dalmacio), Director de la Escuela de Veterinaria.— Plaza de la Cebada, 9, Madrid. 1877. García y Mercet (D. Ricardo) , Secretario de la Asocia- ción española para el progreso de las Ciencias, Natura- lista agregado al Museo Nacional de Ciencias naturales, Subinspector de Sanidad militar. — Glorieta de Queve- do, 10, Madrid. — (Himenópteros de Europa.) 1899. García Várela (D. Antonio), Doctoren Ciencias natura- les, Catedrático de Mineralogía y Botánica en la Uni- versidad de Santiago (Galicia). — (Hemipteros.) 1910. García Velázquez (D. Pedro), Ingeniero de Minas.— Calle de Res, 6, Sevilla. 1909. Garma (D. Félix de la), Ex-Diputado provincial. Licencia- do en Derecho.— La Paraya-Guriezo (Santander). — (Pis- cicultura.) 1900. Gelabert Rincón (Rvdo. D. José).— Llagostera, Gerona. (Mineralogía y Geología.) 1914. Gil Lletget (D. Augusto), Licenciado en Ciencias natu- rales.— Serrano, 19, Madrid. 1912. Gil Montaner (D. Federico), Alumno de Ciencias.— C. de Valencia, 195, Barcelona. 1912. GoizuETA Y Díaz (D. Jesús), Catedrático y Decano de la Facultad de Farmacia. — Barcelona. 1912. GÓMEZ DE Llerena y Pou (D. Joaquín), Licenciado en Ciencias.— Plaza de la Cruz, 5, llo\Qáo.—(Gfeologia y Geografía.) 1912. GÓMEZ Fantova (D. Manuel), Alumno de Ciencias natura- les.— Madrid. 1914. Gómez Fernández (D. Luis).— Travesía del Conde Du- que, 8, Madrid. 1911. GÓMEZ Llueca (D. Federico), Farmacéutico, Catedrático en el Instituto. — Palma de Msí\Iovc3í.— (Geología.) 1914. GÓMEZ Miguel (Rvdo. P. Ensebio), Profesor de las Escue- las Pías. — Sevilla. 1894. GÓMEZ OcAÑA (Excmo. Sr. D. José), Senador por la Uni- versidad de Madrid, de las Reales Academias de Me- 24 LISTA DE SOCIOS dicina y Ciencias, Catedrálico de Fisiología en la Fa- cultad de Medicina.— Galle de San Agustín, 7, 2.°, Madrid. 1909. GÓMEZ Vega (D. José). — Sa.nla.naer.— (Antropología.) 1910. González (D. Saturio), P. B. — Convento de Santo Domin- go de Silos (Burgos). — ( Mamíferos.) 1916. González Bozas (D. Manuel), Doctoren Farniacia. — Pam- plona. 1881. González Fragoso (D. Romualdo). — Lineros, 21, Sevilla. (Micología.) s. F, González Hidalgo (D. Joaquín), de la Real Academia de Ciencias, Catedrático de Malacología y animales in- feriores en la Facultad do Ciencias, Jefe de la Sección de Malacología del Museo Nacional. — Calle del Car- men, 6, Madrid. 1915. González Regueral (D. José Ramón), Licenciado en Ciencias naturales. — Madrid. 1902. González Sánchez (D. Francisco). — Granada. 1914. GoÑi Nagore (Ü. Ramón), Alumno de Ciencias naturales. Barcelona. 1900. Gota y Casas (D. Antonio), Doctor en Medicina. — C. del Pilar, 16, Zaragoza. 1916. Granja, Instituto agrícola. — Palencia. 1882. Gredilla y Gauna (D. Apolinar Federico), Catedrático de la Facultad de Ciencias, Director y Jefe de la Sección de cultivos del Jardín Botánico. — C. de la Estrella, 7, principal, Madrid. — (Geología y Botánica.) 1898. Gregorio Rogasolano (D. Antonio), Catedrático de la Fa- cultad de Ciencias. — Zaragoza. 1907. Heintz (D. Luis), Licenciado en Ciencias, Director del Colegio de Nuestra Señora del Pilar. — Goya, 13, Madrid. 1893. Hernández-Pacheco y Esteban (D. Eduardo), Catedráti- co de la Facultad de Ciencias, Jefe de las Secciones de Geología y Mineralogía del Museo Nacional de Ciencias naturales. — C. de Eloy Gonzalo, 13, Madrid. — (Geología y Paleontología.) 1888. Hoyos (D. Luis), Doctor en Ciencias naturales y en Dere- cho, Catedrático de la Escuela Superior del Magisterio. — G. de Larra, 6, Madrid. — [Antropología.) DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 25 1901. Hueso (D. José), Doctoren Ciencias, Profesor numerario de la Escuela Normal.— Llano del Remedio, 8, Valencia. 1915. HüGUET DEL Villar (D. Emilio).— Galle de la Villa, 2, Madrid. 1907. HuGUÉT Y Paüró (D. Mariano), Doctor en Medicina. — Barcelona. — (Bacteriología.) 1895. HuiDOBRO Y Hernández (D. José), Doctor en Ciencias, Con- servador, por oposición, en el Museo Nacional de Cien- cias naturales.— C. de Ruiz, 12, 2.°, Madrid. 1895. Ibarlucea (D. Casto), Catedrático de Agricultura en el Instituto. — Moreras, 6, 2.°, Cáceres. 1914. Ibarra Y Méndez (D. Rafael), Licenciado en Ciencias na- turales.— Ferraz, 7, Madrid. 1916. Iglesias Iglesias (D. Luis), Alumno de Ciencias natura- les.— Desengaño, 10 trip., Madrid. — (Coleópteros.) 1902. Imprenta de Fortanet. — Calle de la Libertad, 29, Madrid. 1908. Instituto general y técnico de Alicante. 1906. Instituto general y técnico de Baeza. 1903. Instituto general y técnico de Barcelona. 1901. Instituto general y técnico de Burgos. 1906. Instituto general y técnico de Ciudad Real. 1909. Instituto general y técnico de Cuenca. 1916. Instituto general y técnico de Figueras (Gerona). 1907. Instituto general y técnico de Granada. 1901. Instituto general y técnico de Guadalajara. 1903. Instituto general y técnico de Huelva. 1908. Instituto general y técnico de Huesca. 1908. Instituto general y técnico de la Coruña. 1915. Instituto general y técnico de Málaga. 1904. Instituto general y técnico de Orense. 1901. Instituto general y técnico de Palma de Mallorca. 1904. Instituto general y técnico de Pontevedra. 1909. Instituto general y técnico de Reus (Tarragona). 1915. Instituto general y técnico de Salamanca. 1872. Instituto general y técnico de San Isidro ( Biblioteca del). — Madrid. 1903. Instituto general y técnico de San Sebastián (Guipúzcoa). 1913. Instituto general y técnico de Santander. 1901. Instituto general y técnico de Santiago. 1880. Instituto general y técnico de Valencia. .26 LISTA DE SOCIOS 1901. Instituto general y técnico de Vitoria. 1901. Instituto general y técnico de Zaragoza. 1909. Instituto Oswaldo Cruz, — Chez Mr, A. Schlachter, 46, rué Madame, Paris. 1914. IvEAS Gano (D. José), Médico de Lozoya del Valle. — Madrid 1872. Jardín Botánico (Biblioteca del). — Madrid. 1906. Jerónimo Barroso (D. Manuel), Doctor en Ciencias natu- rales, Auxiliar en la misma Facultad, Catedrático del Instituto. — Salamanca. 1896. Jiménez Cano (D. Juan), Catedrático de Historia natural en el Instituto. Casa Blanca. — Cuenca. — (Lepidópteros.) 1884. Jiménez de Gisneros (D. Daniel), Catedrático de Historia natural en el Instituto. — Calle de Medina, 38, Ali- cante. 1901. Jimeno Egurbide (D. Florentino), Doctoren Farmacia. — Plaza Real, 1, Barcelona. 1909. Labarta (D. Eugenio), Ingeniero de Minas. — Santiago. 1907. Laboratorio biológico marino de Baleares. — Palma de Mallorca. 1906. Laboratorio de radiactividad de la Facultad de Ciencias de Madrid. 1913. Laguna y Gómez (D. Luis), Alumno de Ciencias natura- les.— Estación, 8, Miguelturra (Ciudad Real). 1884. Lauffer (Excmo. Sr. D. Jorge), Agregado al Museo Na- cional de Ciencias naturales, Gran Cruz del Mérito Agrí- cola, Caballero del mismo y de la orden civil de Alfon- so XII. — Calle de Juan de Mena, ^, Madrid. — (Coleópte- ros de España.) 1915. Laza (D. Enrique). — Sevilla. 1909. LÓPEZ (Excmo. Sr. D. Claudio), Marqués de Comillas. — Madrid. 1889. LÓPEZ DE ZuAzo (D. José), Doctor en Ciencias naturales. Catedrático en el Instituto. — Burgos. 1907. LÓPEZ Mateos (D. Rafael), Catedrático de Agricultura en el Instituto. — Granada. 1901. LÓPEZ Mendigutia (D. Fernando), Doctor en Ciencias na- turales, Profesor auxiliar por oposición de la Facultad de Ciencias. — G. Nueva, 8, 2.°, Valladolid. 1909. Loro y Gómez del Pulgar (D. Manuel V.), Conservador de la Estación de Biología, sucursal de Málaga. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 27 .,1909. LousTAU Gómez de la Membrillera (D. José), Doctoren Ciencias naturales. — Leonps, 1, 1.°, Madrid. En verano: Valencia de Alcántara (Cáceres). 1905. Lozano Rey (D. Luis), Catedrático de Zoografía de Verte- brados de la Universidad Central, Jefe de la Sección de Osteozoülogia en el Museo Nacional de Ciencias natura- les.— Lagasca, 111, Madrid. 1901. Llenas y Fernández (D. Manuel). — Avenida de la R. Ar- gentina, 5, pral., Barcelona. — (Botánica.) 1902. Llord y Gamboa (D. Ramón), Doctor en Ciencias y Me- dicina.— Jorge Juan, 59, Madrid. — (Química geoló- gica.) 1914. Llórente Lagave (D. Carlos). — Sevilla. 1908. Llovet Vergara (D. Alejandro). — C. de Escuderos, 4, Segovia. 1897. Magiñeira y Pardo (D. Federico G.), Cronista oficial de Ortigueira (La Coruña). — (Prehistoria.) 1907. Macho Tomé (D. Aquilino), Doctor en Farmacia. — Sal- daña (Falencia). 1887. Madrid Moreno (limo. Sr. D. José), Sub-Jefe del Labo- ratorio municipal, Catedrático de Técnica micrográfica é Histología vegetal y animal en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de Microbiología del Jardín Botánico, Consejero de Sanidad y de Instrucción pública. — C. de Serrano, 40, Madrid. — (Microgrofta.) 1903. Maluquer y Nigolau (D. José). — Rosellón, 323, Barcelona. 1914. Mañas Bernabeu (D. Francisco), Ayudante en la Granja agrícola. — Alfonso XIII, Sevilla. 1913. Marcet (D. Jaime), Alumno de Ciencias naturales. — Bar- celona. 1913. Marín Sáenz de Viguera (D. Antonio), Licenciado en Ciencias naturales. — Madrid. 1873. Marín Y Sancho (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. C. de Silva, 49, 2.° derecha, Madrid. 1914. Marqués (D. Vicente), Alumno de Medicina. — Bar- celona. 1914. Martí Más (D. Ramón), Alumno de la Facultad de Medi- cina.— Pí y Margall, 52, Valencia. 1915. Martín Lázaro (D. José), Farmacéutico militar.— Islas Chafarinas. 2S LISTA DE SOCIOS 1910. Martín Lecumberri (D. Nicomedes E.), Doctor ea Cien- cias Naturales, Auxiliar en la Universidad. — Barcelona. (Diatomáceas. Micro fotografíaj . 1889. Martínez de la Escalera (D. Manuel). — General Nar- váez, 9, Madrid. — ("Coleópteros de Europa y Marruecos.) 1892. Martínez Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Ferraz, 84, Ma- drid.— (Entomología é Histología.) 1903. Martínez Girón (D. Paulino), Abogado y Vice-Cónsul de Chile. — Corral del Rey, 9, Sevilla. 1893. Martínez Núñez (R. P. Zacarías) , Agustino, Doctor en Ciencias naturales. — Madrid. 1909. Martínez Rodríguez (D. José), Párroco de Cebrero, Pie- drafita (Lugo). 1874. Martínez y Ángel (D. Antonio), Doctor en Medicina. — C. de Hortaleza, 89, Madrid. 1901. Martínez y Martínez (D. Cesáreo), Catedrático en el Ins- tituto.— C. del Convento, 2, Gijón. 1913. Marvier (Evan), Ingeniero Inspector del servicio telegrá- fico de la Compañía de los ferrocarriles Andaluces. — Sánchez Pastor, 8-10, Málaga. — (Entomología.) 1914. Más de Xaxars y Palet (D. José M.'), Ingeniero quími- co.— Princesa, 57, 2.°, 1.". — Barcelona. — (Carábidos.) 1898. Más Y Guindal (D. Joaquín), Oficial 1." de Sanidad mi- litar.— C. de Ruiz, 13, Madrid. 1912. Maynar Dupla (D. Jesús), Licenciado en Ciencias Natura- les.— Manifestación, 93, Zaragoza. 1913. Mayordomo (D. Valentín), Profesor de Historia natural en el Colegio de Nuestra Señora de la Antigua. — Orduña (Vizcaya). 1905. Mazarredo (D. Rafael), Ingeniero Jefe de Caminos. — C. de Alcalá, 31, Madrid. 1909. Medina Martínez (D. Alfonso), Médico.— Calle de Serra- no, 36, Madrid. 1888. Medina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, Cate- drático de Anatomía en la Escuela de Medicina. — C. de San Vicente, 8, Sevilla. — (Himenópteros.) 1913. Meisser (Dr. D. Benedicto). — Barcelona. 1909. Melcon (R. P. Agustín). — 10, Jang-tszée-poo-Road. Shanghai. China (Via Siherií^).— (Lepidópteros.) DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 29 1892. Mendoza (ü. Antonio), Jefe del Laboratorio provincial en el Hospital de San Juan de Dios. — G. de Santa Isabel, 34, Madrid. 1906. Menet (D. Adolfo).— G. de la Ballesta, 30, Madrid. 1914. Mergadel Escudero (D. Antonio), Alumno de Ciencias naturales.— Barcelona. 1897. Merino (R. P. Baltasar), S. J., Profesor de Física y Química en el Colegio de La Guardia (Pontevedra). — (Botánica.) 1910. MiR Y Llambias (D. Antonio). — Mahón. 1908. Montero y Rodríguez-Almanza (D. José), Licenciado en Ciencias naturales. — Madrid. 1911. Monteverde (D. Félix), Ingeniero de Montes. — El Esco- rial (Madrid). 1914. Morales AíNtequera (D. Carlos), Ingeniero agrónomo, Director de la granja de Alfonso XIII. — Sevilla. 1903. Moran Bayo (D. Juan), Catedrático de Agricultura en el Instituto. — Córdoba (durante el verano en Medina de las Torres (Badajoz). 1908. Morcillo (D. Ramón), Presbítero, Profesor del Sacro- Monte. — Granada. 1913. Moreno Berisa (D. Paulino), Alumno de Ciencias natura- les.— Martín de los Heros, 85, Madrid. 1909. Moreno Sevilla (D. Fernando). — Granada. 1909. Moreno y Rodríguez (D. Agustín). — Catedrático en el Ins- tituto.— Orense. 1900. Moroder y Sala (D. Federico). — Calle Baja, 26, Valen- cia.— (Entomología , Coleópteros y Hemípteros.J 1914. Moróte Greus (D. Francisco), Doctor en Ciencias, Cate- drático de Agricultura y Director del Instituto. — Pí y Margal!, 52, Valencia. 1914. Motos Fages (D. Mariano), Alumno de Ciencias naturales. Barcelona. 1898. Moyano y Moyano (limo. Sr. D. Pedro), Catedrático y Se- cretario en la Escuela de Veterinaria, Comendador de número de la Orden civil del Mérito Agrícola, Caballero de la Orden civil de Alfonso XII y Caballero de 2.* clase de la Orden del Mérito Militar. — S. Nacional, 18 dupl.°, Zaragoza. — (Etnología zootécnica.) 1914., MúGiCA Mondragón (D. Hilario). — Plaza del Ángel, 13 y 14, Madrid. 30 ' LISTA DE SOCIOS 1902, MüNoz-GoBO (D. Luis), Doctor en Ciencias. — Catedrático en el Instituto. — Málaga. — (Malacología y Mineralogía.) 1872. Museo Nacional de Ciencias naturales (Biblioteca del). — Hipódromo, Madrid. 1894. Museo Pedagógico (Biblioteca del). — G. de Daoiz, 3, Madrid. 1889. Nacher y Vilar (D. Pascual), Catedrático en la Facultad de Ciencias. — Granada. . 1905. Nascimento (D. Luis Gonzaga do). — Setubal (Portugal). 1905. Navarrete (D. Adolfo).— C. de Zurbano, 8, Madrid. 1903. Navarro (D. Leandro), Profesor de Patología vegetal en el Instituto Agrícola de Alfonso XII. — Madrid. 1908. Navarro y NeumanxN (R. P, Manuel M." S.), S. J.— Direc- tor de la Estación sismológica de la Cartuja. — Apartado núm. 32, Granada. — (Sismología y especialmente terre- motos españoles.) 1908. Nieto Valls (D. Gustavo), Licenciado en Ciencias Natu- rales.— Ponferrada (León). 1908. No Y G.^HcÍA (D. Eduardo), Catedrático de Física general y Decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad. — Calle del Prior, 17-23 pral., Salamanca, 1915. Novel Peña (D, José), Licenciado en Farmacia, — Avenida de Cervantes, hotel. Granada. 1902, Novella (D. Joaquín), Catedrático en el Instituto de Gerona. 1898. NovoA Y Alvarez (D, Francisco), Vice-cónsul de Portu- gal en Goyán, Socio correspondiente de la Arqueológica de Pontevedra y de la Española de Higiene, Comenda- dor de las Ordenes de Cristo y de la Concepción de Villa- viciosa de Portugal, Médico municipal de Tomiño, Socio de número de la Cruz Roja Española y condecorado con la medalla de plata de la misma Sociedad y con la de plata de Puentesampayo. — (Por Tuy), Goyán. 1872, OBEffTHÍJR (D. Carlos), de la Sociedad Entomológica de Francia. — Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilai- ne), Francia. — (Lepidópteros.) 1872. Oberthür (D. Renato), de la Sociedad Entomológica de Francia. — Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilai- ne), Francia. — (Coleópteros.) 1872. Observatorio Astronómico (Biblioteca del). — Madrid. 1911. Olabe Alonso (D.José). — Santander. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 31 1911. Olea y Górdova (D. Gregorio). — Subinspector Farmacéu- tico de Sanidad Militar. — Madrid. 19Ü9. Olivar (D. Manuel), Doctor en Medicina, Profesor auxl-^ liar en la Escuela de Veterinaria. — Zaragoza. 1887. Onís (D. Mauricio Garlos de), Licenciado en Giencias. G. de Santa Engracia, 23, principal, Madrid. 1915. Oppel y Sanz (D. Amador), Profesor de la Escuela de Go- mercio de Málaga. 1890. Ortega y Mayor (D. Enrique). — G. de Garretas, 14, Labo- ratorio químico, Madrid. 1897. Orueta (D. Domingo de), Ingeniero de Minas.— Gijón. — (Fauna inferior marina del Cantábrico.) 1915. OwiN Y GoRTÉs (D. Jacinto), Profesor de la Facultad de Medicina.— Sevilla. 1905. Padró (D. José), Tecnógrafo de la Facultad de Giencias. G. de las Huertas, 70, Madrid. 1894. Palacios (D. Pedro), de la Real Academia de Giencias, In- geniero Jefe del Guerpo de Minas.— G. de Montesquin- za, 9, Madrid.- 1911. Pan Fernández (D. Ismael del), Gatedrático en el Insti- tuto.— Gáceres. — (G-eologia.) 1881. Pantel (R. P. José), S, J. — Maison d'études, Gemert (Ho- landa).— (Anatomía de insectos, Ortópteros.) 1905. Pardillo Vaquer (D. Francisco), Gatedrático de Grista- lografía en la Universidad. — Barcelona. 1913. Pardo García (D. Luis), Alumno de Giencias naturales. — San Vicente, 205, Valencia. 1913. Pastor y Orozco (D. Gerardo), Alumno de Giencias natu- rales.— Villacarrillo (Jaén). 1882. Paúl y Arozarena (D. Manuel José de). — San Vicente, 10, Sevilla. — (Patología vegetal.) 1903. Pazos Gaballero (D. J. H.), Médico-cirujano. — Miem- bro de varias sociedades científicas y Gorresponsal de la Academia de Giencias de la Habana, — Martí, 46, San Antonio de los Baños (Guba). — (Dípteros pará- sitos.) 1909. Pedraja (D. Eduardo de la). — Santander. 1898. Pella y Forgas (D, Pedro), Ingeniero industrial, químico y mecánico, Socio de mérito de las Económicas Arago- nesa y Gerundense de Amigos del País y del Ateneo de 3Sl LISTA DE SOCIOS Teruel, Ingeniero Jefe de la explotación del Ferrocarril de Cariñena á Zaragoza. — Zaragoza. — (Gfeología.) 1907. Pereyra Galbiati (D. José), Perito agrónomo por la Escuela de Montpellier. — Arrecife (Lanzarote. Islas Ca- narias).— (Agronomía y Creología Agrícola de Ca- narias.) 1913. Pérez (R. P. Valentín), Escolapio,— Granada. 1915, Pérez de Barradas y Alvarez de Toledo (D. José). — Vic- toria, 33, Málaga. 1915. Pérez de Pedro (D. Félix), Alumno de Ciencias natura- les.— Barcelona. 1881. Pérez Lara (D, José María), — Jerez de la Frontera (Cá- diz).— (Botánica.) 1907. Pérez Molina (D. Miguel), Director de la Academia ge- neral de enseñanza, Caballero de la Orden civil de Al- fonso XII. — Ciudad Real. 1873. Pérez Ortego (D, Enrique), Doctor en Ciencias, — Pro- fesor auxiliar en el Instituto del Cardenal Cisneros. — C. de San Bernardino, 7, Madrid. 1894. Pérez Zúñiga (D, Enrique), Profesor auxiliar en la Facul- tad de Medicina. — P.° de Trajineros, 32, Madrid, 1907. Peris Fuentes (D. Ernesto). — Burriana (Castellón). 1909. Peso y Blanco (D. José), Doctoren Medicina. — Gran Vía, 13, Granada. 1902, Pi Y SuÑER (D. Augusto), Catedrático en la Facultad de Medicina. — Barcelona. 1901. Pie (D, Mauricio), de la Sociedad entomológica de Fran- cia.— Digoin (Saóoe-et-Loire), Francia. — (Ent. general de Argelia. Col. é Himenopt. paleart. Melíridos, Ptini- dos, Antícidos , Pedílidos , Brúquidos y aNanophyesD de todo el rniindo.J 1915. Pina de Ruríes (D. Santiago). — Madera, 9, Madrid. — (Quí- mica mineral.) 1903. Pittaluga ( D. Gustavo), Catedrático de Parasitología de la Facultad de Medicina en la Universidad Central. — Blanca de Navarra, 4, Madrid. — (Investigaciones micro- gráficas aplicadas á la clínica.) 1915. Planas Gahau (D. Autonio), Alumno de Ciencias natura- les.— Nadrid. 1909. PoMBO Ibarra (D. Gabriel). — Santander. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 33 1905. PoNs (D. Enrique), Liceaciado en Ciencias naturales. Catedrático en el Instituto. — Pamplona. 1914. PoNS Seguí (D. José), Alumno de (ciencias naturales. — Barcelona. 1912. Portóla Rodeja (D. Buenaventura de), Alumno de Cien- cias naturales. — Barcelona. 1887. Prado y Sáinz (D. Salvador), Doctor en Ciencias natu- rales, Catedrático y Director del Instituto. — Guadalajara. 1874. PuiG Y Larraz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas. — C. de Fomento, 1 duplicado, 1.° derecha, Madrid. 1912. Pujol (D. Manuel). — Vellisca (Cuenca). — f Lepidópteros.) 1912. QuELLE (Dr. Otto). — Konigstrasse, 3, Bonn (Alemania). — (Geología y geografía.) 1909. Quintana Trueba (D. Vicente)^ Cirujano del Sanatorio Madrazo. — Santander. 1895. Ramón y Cajal (D. Pedro), Catedrático en la Facultad de Medicina. — Sitios, 6, Zaragoza. — (Histología.) 1872. Real Academia de Ciencias exactas, físicas y natu- rales (Biblioteca de la). — Calle de Valverde , 26, Madrid. 1901. Real Biblioteca de Berlín (Konigliche Bibliothek). — Beh- renstrasse, 40, Berlín W. G4. 1914. Rey Gelabert (D. Luis del), Ingeniero agrónomo del ser- vicio catastral. — Sevilla. 1915. Rey Montero (D. José Cipriano), Catedrático de Agricul- tura del Instituto. — Málaga. 1907. Reyes Calvo (D. Manuel), Farmacéutico, Licenciado en Ciencias. — Plaza de Herradores, 2, Madrid. 1883. Reyes y Prósper (D. Eduardo), Catedrático de Fitografía en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de herba- rios en el Jardín Botánico. — C. de San Bernardo, 56, Madrid. — (A^iatomía microscópica vegetal, Criptógamas y Orquídeas de España.) 1872. Ribera (limo. Sr. D. Emilio), Doctor en Ciencias natu- rales; Catedrático en la Escuela Superior del Magiste- rio.— Calle de Orellana, 1, Madrid. 1915. Rieta Sister (D. Joaquín), Alumno de Ciencias. — Plaza de la Constitución, 4, Valencia. 1886. Rioja y Martín (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Director de la Estación de biología marina. — C. deCas- ToMO X7I.— Enero, 1916. 3 34 LISTA DE SOCIOS telar, Puerto chico (Santander). — f Anatomía de anima- les inferiores.) 1914, RiojA Lo BiANco (D. Enrique), Licenciado en Ciencias na- turales.— Blasco de Garay, 17, Madrid. 1909. Ríos y Rial (D. Cándido), Director y Catedrático de His- toria natural en el Instituto general y técnico. — Santia- go.— f Mineralogía.) 1902. RivA (D. Maximino de la), Profesor auxiliar en la Facul- tad de Farmacia. — Santiago. 1896. RivAs Mateos (D. Marcelo), Catedrático en la Facultad de Farmacia de la Universidad; Diputado á Cortes. — Sa- gasta, 19, Madrid. — f Botánica.) 1916. Rodrigo (Rvdo. P. Sabino), Agustino. — El Escorial Madrid. 1908. RodriCtO Lavín (D. Cipriano), Doctor en Ciencias y Medi- cina, Auxiliar por oposición en la Facultad de Ciencias. C. de la Princesa, 16. Madrid. 1914. Rodrigo Pertegás (D. José), Doctor en Medicina.— Va- lencia. 1884. Rodríguez Aguado (D. Enrique), Doctor en Ciencias y Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias. C. de los Reyes, 13, Madrid. 1906. Rodríguez y López Neira (D. Carlos). — Catedrático de Farmacia. — Granada. 1912. Rodríguez y López Neira (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales. — Calle del Cardenal Cisneros, 1, Madrid. 1903. Rodríguez y López Neira (D. Manuel), Catedrático de la Facultad de Farmacia.— G. de Ghurruca, 17, Madrid. (Liqúenes de España.) 1880. Rodríguez Mourelo (D. José), Académico de la Real de Ciencias exactas, físicas y naturales, Profesor de Química industrial orgánica en la Escuela Superior de Artes é In- dustrias.—G. del Piamonte, 14, M&áviá.—( Mineralogía y Química.) 1914. Rodríguez Olleros (D.Jorge), Licenciado en Ciencias na- turales.— Mayor, 76, Madrid. 1915. Rodríguez Sardina (D. Juan).— Isabel la Católica, 19, Madrid. 1909. Rodríguez y Rosillo (D. Abilio), Catedrático del Insti- tuto.— Figueras. DE LA. REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 35 1914. Romeo (D. Fermín), Doclor en Ciencias químicas.— Za- ragoza. 1914. RosELLÓ (D. Eduardo), Comandante retirado de Infante- i-ía. — San Bartolomé, 5, Valencia. — (Malacología). 1914. RoTAEGHE (D. José M.*), Alumno de Ciencias.— Barcelona. 1907. RoussEL Y Ory (D. León), Ingeniero Agrónomo, Cate- drático de Agricultura del Estado en Francia, Director del servicio agronómico de la Sociedad general de In- dustria y Comercio.— G. del Prado, 7, Madrid. 1914. Royo Gómez (D. José), Alumno de Ciencias naturales.— San Vicente, 45, Madrid.— En verano: Morella (Caste- llón).—f^^tío/ogriaj. 1915. Rubio Vicente (D. Ramón).— Madrid. 1914. Rueda Ib.4ñez (D. Félix de la), Profesor en la Escuela Normal de maestros. — Barcelona. 1913. Ruiz (D. Fernando), Librero.— Plaza de Santa Ana, 13, Madrid. 1915. Rdiz de Pellón (D. Ricardo), Profesor odontólogo.— San- tander.—(Z^isíoíogría.) 1890. Sáenz y López (D. Juan), Licenciado en Ciencias, Direc- tor del Colegio de Sania Ana.— Mérida (Badajoz). 1914. Salaya y León (D. Ricardo), Licenciado en Ciencias natu- rales.—Alcalá, 93 moderno, Madrid. 1915. Sales Crespo (D. Vicente).— G. del Torno de San Grego- rio, Farmacia «La Central», Valencia. 1913. Salguero (D. Luis).— Heras (Santander). 1906. San Miguel de la Cámara (D.Maximino). — Catedrático de la Facultad de Ciencias de la Universidad. — Bar- celona. 1901. Sánchez Bruil (D. Mariano), Catedrático en el Instituto general y técnico.— C. de Alfonso I, 28, Zaragoza. 1914. S.ánchez-Mantero Fisat (D. Remigio).— Alcantarillas, 6, Daimiel (Ciudad Real). 1 89 1 . Sánchez Navarro y Neumann (D. Emilio) , Doctor en Cien- cias naturales, Profesor auxiliar en el Instituto. — C. de Santa Inés, 2, Cá(i\i.— (Entomología.) 1914. Sánchez Robles (Rvdo. P. Manuel), Colegio de San Ig- nacio.—Sarria (Barcelona). 1885. Sánchez y Sánchez (D. Domingo), Doctor en Ciencias naturales y en Medicina, Conservador, por oposición, en 36 LISTA DE SOCIOS el Museo de Antropología, Profesor en la Escuela de Ar- tes é Industrias. — G. de Atocha, 96, Madrid. — C Anato- mía comparada.) 1913. Sánchez y Sánchez (D. Manuel), Licenciado en Ciencias naturales. — Teluán, 15, Madrid. — {Histologia animal.) 1899. Sanchíz Pertegas (Excmo. Sr. D. José), Doctor en Medici- na y Cirugía. — G. de San Vicente, 151, Valencia. 1898. Santos y Abreu (D. Elias), Licenciado en Medicina y Ci- rugía y Director del Museo de Historia natural y Etno- gráfico.— Santa Cruz de La Palma (Canarias). — (Ento- mología y Botánica.) 1911. Santos Ruano (D. Leoncio), Médico. — Santander. 1879. Sanz de Diego (D. Maximino), Disecador 1.°, por oposi- ción, del Museo de Ciencias naturales. — C. de Abel, 8 (Cuatro Caminos), Madrid. — (Comerciante en objetos y libros de Historia natural y en utensilios para la reco- lección., preparación y conservación de las colecciones; cambio y venta de las tnismas en todos los ramos.) 1902. ScHRAMM (D. Jorge).— C. de Monteleón, 23, pral., Ma- drid.— (Coleópteros, Cerambícidos.) 1912. Sección de Ciencias de la Facultad de Medicina de Cádiz (Universidad de Sevilla). 1913. Sección de Ciencias naturales de la Universidad de Va- lladolid. 1898. Segovia y Corrales (D. Alberto), Catedrático de Zoología general en la Facultad de Ciencias. — Leganitos, 47, Madrid. 1915. Selma (D. José), Doctor en Medicina. — Zaragoza. 1902. Seminario conciliar de Orihuela. 1872. Senado (Biblioteca del).— Madrid. 1915. Seras y Romero (D, Antonio). — Sevilla. 1915. Seres (D. Manuel), Catedrático de Anatomía de la Facul- tad de Medicina. — Sevilla. 1915. Seró Navas (D. Prudencio), Médico. — Barcelona. 1913- Serra Robert (D. Francisco), Alumno de Ciencias. — Bar- celona. 1907. Serradell (D. Baltasar).— C. de San Pablo, 71 y 73, Bar- celona.— (Conquiliología, Paleontología y Mineralogía.) 1915. Serrano y López Hermoso (D. Ricardo), Doctor en Far- macia.— Pez, 32, Madrid. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 37 1909. Sierra (R. P. Lorenzo). — Limpias (Santander). — (Espe- leología.) 1915. Silva (D. F. Emygdio da), Director de la Biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad. — Lisboa. 1899. Silva Ta vares (Excmo. Sr. D. Joaquín de), de la Real Aca- demia de Ciencias de Lisboa, de la Sociedad entomoló- gica de Francia, Socio correspondiente de la Real Aca- demia de Ciencias y Artes de Barcelona y fundador de la Sociedade Portuguesa de Sciencias Naturaes. — Apar- lado 21, Pontevedra. — (Zoocecidias.) 1908. Simancas Señan (D. Francisco), Paseo de la Bomba, 7-8 (Hotel), Granada. 1889. SiMARRO (D. Luis), Doctor en Medicina, Catedrático de Psicología experimental en la Facultad de Ciencias. — C. del General Oráa, 5, Madrid. — (Histología.) 1914. Simó y Delgado de Mendoza (D. Mariano), Ingeniero de Minas. — Sevilla. 1890. SiRET (D. Luis), Ingeniero. — Cuevas de Vera (Almería). (Geología y Antropología.) 1912. SiRVENT (D. Ángel), Auxiliar en la Facultad de Medicina. Barcelona. 1901. Sobrado Maestro (D. César), Catedrático en la Facultad de Farmacia. — Santiago. — (Botánica.) 1909. Sobrino y Buigas (D. Ramón), Catedrático en el Institu- to.— Pontevedra. 1901. Soler y Batlle (D. Enrique), Farmacéutico militar. — C. Mayor, 51, Sarria (Barcelona). — (Botánica). 1910. Soler y Luesma (D. Amadeo), Doctor en Medicina y Ci- rugía.— Palacios Malaver, 8, Sevilla. 1912. Soler Pujol (D. Luis), Naturalista preparador. — Calle de Raurich, 13 y 15, Barcelona. 1911. Soler Segura (D. Federico), Coronel de Infantería reti- rado.— Luzón, 1, Madrid. 1913. SoRiANO Lapresa (D. Francisco). — Granada. 1915. SoRiANO Y Pérez (D. Clemente), Alumno de la Facultad de Ciencias. — Zaragoza. 1908. Suárez de Figueroa y Cazeaux (D. José), Doctor en Medi- cina.— Barcelona. 1912. SuBiRACHs (D. Santiago), Alumno de Ciencias. — Bar- celona. 38 LISTA DE SOCIOS 1903. SuEiRAS Olave (D. José). — Hospital militar, Ambulancia de montaña, núm. 3, Barcelona. 1905. SuRMELY (D. Eduardo), Profesor de idiomas. — Concep- ción Jerónima, 15 y 17, Madrid. 1913. SusAETA Y OcHOA DE EcHAGÜEN (D. José M.*), Doctor en Ciencias naturales, Auxiliar de la Facultad de Ciencias de la Universidad. — Barcelona. 1903. Taboada Tundidor (D. José), Doctor en Ciencias na- turales; Catedrático en el lustituto. — Granada. — (Ento- ■mologia.) 1899. Tarazona y Blangh (D. Ignacio), Catedrático en la Facultad de Ciencias. — Príncipe Alfonso, 11, Valencia. 1899. Tarín y Juaneda (D. Rafael), Doctor en Ciencias natura- les, Profesor auxiliar de la Universidad. — Calle del Torno de San Cristóbal, 9, Valencia. 1908. Tello (D. Francisco), Médico. — C. de Aguirre, 1, Madrid. 1910. Tenorio (D. Bernardo). — Venerables, 5, Sevilla. — fCreo- ^logía.) 1909. Tomás (D. Lorenzo). — Barcelona. 1907. Tomás Corrales (R. P. A.), Rector de las Escuelas Pías y Catedrático de Historia natural. — Granada. 1900. Torremocha Tellez (D. Lorenzo), Catedrático en la Fa- cultad de Medicina. — Sevilla. 1912. Torres Mí.nguez (D. Alejandro), Farmacéutico.— Barcelona 1914. Trullenque Esteve (D. Ramón), Farmacéutico de Cariet (Valencia). — (Geología.) 1914. TuÑÓN Y Mallada (Rvdo. P. José M.'), Dominico. — Santa s. V. Maria de Nieva (Segovia). — (Mineralogía). 1902. Turró (D. Ramón), Director del Laboratorio Microbioló- gico. — C. del Notariado, 10, Barcelona.— fiJacíeWoZogfía.J 1896. Tutor (D. Vicente), Doctor en Medicina. — Calahorra (Lo- groño).— (Coleópteros.) 1914. Ullastre y Costa (D. Narciso), Ingeniero Agrónomo. — Córdoba. 1903. Universidad de Santo Tomás. — Manila. 1911. Universidad de Viena (Biblioteca de la). 1915. Uria Ruiz (D. Juan), Licenciado en Derecho. — C. de Campoamor, Oviedo. — (Antropología y Prehistoria.) 1904. Uruñuela (D. Julio), Doctor en Ciencias naturales, Con- servador en el Jardín Botánico. — Madrid. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 89 1900. Vales Failde (limo. Sr. D. Javier), Auditor del Tribu- nal de la Rota. — Princesa, 77, Madrid. 1902. Vázquez Figueroa y Mohedano (D. Antonio), Arquitecto. — P.* de Jaudenes. — Guadalajara. — (Coleópteros de Europa) 1915. Vela González (D. Manuel), Doctor en Medicina. — Cepe- da, 8, Sevilla. 1914. Velaz de Medrano (D. Luis), Profesor en la Escuela de Ingeniero de Monte?.— Gaztambide, 5, Madrid. 1905. Vera (D.Vicente), Catedrático en la Escuela Superior del Magisterio, Profesor auxiliar en el Instituto de San Isidro. — C. de la Concepción Jerónima, 16, Madrid. 1906. Verdaouer Comes (D. Pablo).— C. del Mar, 94, Valencia. (Geología.) 1909. Vial (D. Federico). — Santander. 1912. Vicioso Martínez (D. Carlos), Ayudante de Montes.— Madrid. 1914. Vidal (R. P. Juan Crisóstomo), Profesor de Historia na- tural en las Escuelas Pías. — Valencia. 1909. Vidal y Carreras (D. Luis Mariano), Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Minas, Presidente de la Comisión del Grisú, Miembro de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, Socio correspondiente de la Real Academia de Ciencias exactas, físicas y natura- les de Madrid. — Barcelona. 1899. Vidal y Compaire (D. Pío), Doctor en Ciencias naturales, Conservador, por oposición, en el Museo. — C. de Justi- niano, 7, Madrid. 1915. Vidal y López (D. Manuel). — Huércal-Overa (Almería).— (Cicindélidos del Globo. J 1893. ViLA Nadal (D. Antonio!, Catedrático en la Universidad de Barcelona. 1896. ViÑALs y Torrero (D. Francisco), Doctor en Medicina.— Plaza de los Ministerios, 9, Madrid. 1913. Vives y Pieras (Srta. Catalina), Licenciada en Ciencias naturales.— Carrera de San Jerónimo, 31, Madrid. 1904. Williams and Norgate, Libreros editores. — 14, Henrietta Street. — Govent Carden (Londres), W. C. 1907. Wynn Ellis (D. Federico). — Barcelona. — (Botánica.) 1915. Zarala (Rvdo. P. Julián), Profesor de Historia natural del Colegio de San Bartolomé de Bogotá (Colombia). 40 LISTA DE SOCIOS 1907. Zabala y Lara (D. Miguel), Químico de la Azucarera Santa Juliana y Farmacéutico. — Granada. 1907. Zambrano y García de Gáravantes (D. José), Farmacéu» tico. — Granada. 1912. Zamora (D. Ricardo), Farmacéutico. — Siles (Jaén). 1915. Zamorano Ruiz (D. Manuel), Licenciado en Ciencias na- turales.— G. de la Rambla, 15, Murcia. 1915. Zapata y Castañeda (D. Francisco), Médico de la Marina civil. — Sevilla. 1915. Zarco García (D. Ángel). — Raymundo Lulio, 5, Madrid. (Coleópteros. J 1912. Zariquiey (D. Ricardo), Doctor en Medicina.— Mallorca, 237, Barcelona. — (Coleópteros.) 1905. ZuLUETA (D. Antonio de), Doctor en Ciencias naturales, Encargado de Cursos prácticos de Biología del Museo. — Claudio Coello, 64, Madrid. Socios agregados. 1914. Alcayde Vilar (D. Manuel).— Serrano, 5, Madrid. 1915. Aldaz (D. Julián). — Zumaya (Guipúzcoa). 1 904. Aterido (D. Luis), Jardinero Mayor del BotánicO: — Madrid 1914. Belbeze Pérez (D. Luis), Alumno de Ciencias naturales.— Cardenal Cisneros, 38, Madrid. — (Coleópteros.) 1914. Betanzos (D. Domingo). — Santander. 1915. Blasco Soriano (D. Benjamín), Alumno de Farmacia. — Madrid. 1910. Casares (D. Demetrio). — Granada. 1911. Diez y Díez (D.* Adelaida), Inspectora de 1." enseñanza de la provincia.— Marqués del Duero, 2, Valladolid. 1908. Díez Tortosa (D. Ángel), Profesor auxiliar en el Insti- tuto.—Mariana Pineda, 5, 3.°, Granada. 1909. EsGOBio Franco (D. Jesús).— Gaboya, 6, 4.% Santander.— f Antropología.) 1899. Escribano y Ramón de Moncada (D. Francisco), Licen- ciado en Medicina.— Calle de Hidalgo, Torrevieja (Ali- cante). 1914. Fernández Aguilar (D. Rafael), Alumno de Ciencias na- turales.—San Andrés, 18, Madrid. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 41 1914. Ferrer (D. José), Alumno de Ciencias naturales.— Za- ragoza. 1898. Izquierdo Gómez (D. Juan Antonio), Catedrático de Am- pliación de Física en la Universidad. — Paz, 17, Valencia. 1914. Lana (D. Francisco), Alumno de Ciencias naturales.— Za- ragoza. 19! 3. Martínez Escalera (D. Fernando).~General Narváez, 9, Madrid. 1897. Martínez Gámez (D. Vicente), Catedrático en el Institu- to.— Jerez. — (Ornitología de España.) 1912. Olivan Palacín (D. Nicasio), Licenciado en Farmacia.— Barcelona. 1910. Requena Espinar (D. Enrique).— Granada. 1915. RoDRífiUEZ Rodríguez (D. José), Alumno de Medicina. — Granada. 1909. Savirón y Caravantes (limo. Sr. D. Paulino), Decano y Catedrático de la Facultad de Ciencias, Comendador de número de la Orden Civil de Alfonso XII. — Zaragoza. 1911. Serrano Pablo (D.^ Leonor), Inspectora de 1." enseñan- za.— Gobierno Civil, Barcelona. -12 LISTA DE SOCIOS Socios fallecidos. PROTECTOR S. A. EL Archiduque Luis Salvador, HONORARIO Brunner von Wattenwyl (Cari). CORRESPONDIENTES EXTRANJEROS Añoré (Ernest). D'Orbigny (H.). numerarios 1892. Blanco y Juste (D. Rafael). 1906. Gascón y Martínez (D. José). 1912. Gereijó (D. Francisco). 1910. Doblado Bertholeet (D. Francisco). 1909. Herrera Oria (D.Juan). 1875. Heyden (Dr. Lucas von). 1897. Mazo y Franza (D. Julio). 1913. Menacho y Suaña (D. Antonio). 1886. Seebold (D. Teodoro). RESUMEN Socios protectores í) — honorarios D — correspondientes 54 — vitAlicios 2 — numerarios 521 — as-regados 22 Total 6n Madrid, 12 de Enero de 1916. El iS'ecreíario, Ricardo García Mercet. índice geográfico de los socios (*) lESiP-i^iÑr^ Albacete Berraondo. Fructuoso. Alicante Alahern. Instituto. Jiménez de Cisneros. Almena. Domínguez. Arrecife Pereyra Galviatti. Baeza CoscoUano. Instituto. Barcelona Aguilaramat. Almera. Alvarado. Amat. Aranzadi. Areny de Plandolit. Arias. Barnsrt. Bertrán. BofiU. Bosoms. Brugués. Busquets. Caballero (A .)• Caballero (J.) Calleja. Camps. Casamada. Cátedra de Historia natural. Cazurro. Delgado Lauger. Escalas Real. Ezquieta. Faura. Fernández Galiano. Ferré Gomis. Ferrer (C.) Font Quer. Fusset. Garbayo. García del Cid. Gil. Goizueta. Gofíi. Huguet y Padró. Instituto. Jimeno Egurbide. Llenas. Maluquer. Marcet (J.) Marqués. Martín Lecumberri. Mas de Xaxars. Meisser. r) NO fl-uran los residentes en Madrid. Las iniciales H C ó A. P''^.^;'^*«°^° j^^'^^t apeílido? indican que se trata, respectivamente, de un socio honorario, correspon diente ó agregado. 44 ÍNDICE GEOGRÁFICO DE LOS SOCIOS Mercadel. Motos. (A) Olivan. Pardillo. Pérez de Pedro. Pí y Snfler. Portóla. Pons Seguí. Rotaeche. Rueda. San Miguel. Seró Navas. Serra Robert. Serradell (A) Serrano. Sirvent. Soler (E.) Soler Pujol. Suárez de Figueroa. Subirgchs. Sueiras Olave. Susaeta. Tomás. Torres Mínguez. Turró. Vidal. Vila Nadal. Wynn EUis. Zariquiey. Burgos Instituto. López de Zuazo. Burriana (Castellón) Peris Fuentes. Cebrero (Piedrafita, Lugo) Martínez Rodríguez. Cáceres Ibarlucea. Pan. Cádiz Buen (R.) Sánchez Navarro. Sección de Ciencias. Calahorra (Logroño) Tutor. Castellón Boscá (A.) Chafarinas Martín Lázaro. Ciudad Real Corrales Hernández. Instituto. Pérez Molina. Córdoba Chaves. Moran. Ullaetre. Cuenca Instituto. Jiménez Cano. Cuevas de Vera (Almería) Siret. Daimiel (Ciudad Real) Sánchez Mantero. Don Benito (Badajoz) García Bayón. El Escorial Monteverde. Rodrigo. Ferrol (Corufía) Comerma. Figueras Instituto. Rodríguez Rosillo. Gerona Esteva. Garriga. Novella. Gijón (Oviedo) Franganillo. Martínez y Martínez. Orueta. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 45 Goyán (Pontevedra) Novoa. Granada Alvarez de Toledo. (A) Diez Tortosa (A.) Diez Tortosa (J.) Diez Tortosa (M.) Escuela normal de Maestros. Espejo. Facultad de Ciencias. Facultad de Farmacia. Fernández Martínez. González Sánchez. Instituto general y técnico. López Mateos. Morcillo. Moreno Sevilla. Naclier. Navarro Neumann. Novel Peña. Pérez. Peso y Blanco. (A) Requena. Rodríguez L. Neira. (A) Rodríguez Rodríguez. Sánchez Robles. Simancas Señan. Soriano. Taboada. Tomás Corrales. Zabala. Zambrano. Guadalajara Dantín. Instituto. Prado. Vázquez (D. Antonio). Heras (Santander) Salguero. Huelca Instituto. Huércal- Overa (Almería) Vidal y López. Huesca Instituto. lUescas (Toledo) Aguilar y Carmena. Jerez (Cádiz) (A) Martínez Gámez. Pérez Lara. La Coruña Bescansa. Fernández Alonso. Instituto. Za Guardia (Pontevedra) Merino. Laguna de Tenerife (Canarias) Cabrera (A.) León Aragón. Limpias (Santander) Sierra (R. P.) Logroño Cillero (J.) Elizalde. Lozoya del Valle (Madrid) Iveas Cano. Llagostera (Gerona) Gelabert. Máhón (Baleares) Castaños. Mir. Málaga Escuela Normal de maestros. Escuela Superior de Comercio. Fenech. Instituto. Loro. Marvier. Muñoz Cobo. Oppel. Pérez de Barradas. Rey Montero. 46 índice geográfico de los socios Matará (Barcelona) Bordas. M árida (Badajoz) Sáenz López. Miguelturra (Ciudad Real) Laguna. MorelJa (Castellón) Eoyo Gómez. Motril (Granada) Cazorla. García Cazorla. Munilla (Logroño) Fernández (J.) Murcia Codorníu. Zamorano. Nuevas (Asturias) Vega del Sella (C. de la). Olot (Gerona) Bolóa. Orduña ( Vizcaya) Mayordomo. Orense Instituto. Moreno Rodríguez. Orihuela (Alicante) Andreu. Seminario. Ortigueira (Coruña) Macifieira. Oviedo Uria Ruiz. Falencia Granja agrícola. Palma de Mallorca (Baleares) Darder (B.) Darder (E.). Galán (A.) Gómez Llueca. Gamundi Ballester. Instituto. Laboratorio biológico marino. Pamplona Fuentes. González Bozas. Pons. Ponf errada (León) Nieto. Pontevedra Crespi, Instituto. Silva Tavares. Sobrino. Pozuelo de Calatrava Fuente. Reus (Tarragona) Cillero (M.) Instituto. Rivas (Gerona) Cruz (E.) Salamanca Bartolomé del Cerro. Instituto. Jerónimo. Nó y García. Saldaña (Falencia) Macho Tomé. San Ildefonso (Segovla) Breñosa. San Sebastián Amoedo. Instituto. Sta. Cruz de la Palma (Canarias) Santos Abreu. Sta. Cruz de Tenerife (Canarias) Cabrera y Díaz (A.) Sta. María de Nieva (Segovia) Tuñón. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 47 Santander Aguinaco. Alaejos. Ateneo Montañés. Beathy. A) Betanzos. Carballo. Cendrero. (A) Escobio. Estación de biología. Garma. Gómez Vega. Instituto. Olave. Pedraja. Pombo. Quintana. Rioja. Ruiz de Pellón. Santos Ruano. Vial. Santiago (Coruña) Cabeza de León. Cátedra de la Universidad. Deulofeu. Eleizegui. Fernández Garrido. Gallego Armesto. García Várela. Instituto. Labarta. Ríos. Riva. Sobrado. Santo Domingo de Silos (Burgos) González. Sarria (Barcelona) Sánchez Robles. Segovia Castellarnau. Flórez. Llovet. Sevilla Bago. Barras. Benjumea. Candau. Conde. Gabinete de Historia natural. García Velázquez. Gómez Miguel. González Fragoso. Laza. Llórente. Mafias. Martínez Girón. Medina. Morales. Owin. Paúl. Rey Gelabert. Serás y Romero. Seres. Simó. Soler Luesma. Tenorio. Torremocha. Vela González. Zapata. Siles (Jaén) Zamora (R.) Tarrasa (Barcelona) Cadevall. Toledo Gómez de Llerena. Torrelavega Alcalde del Río. Tor revieja (Alicante) (A) Escribano. Totano (Murcia) Benisa. Tuy (Pontevedra) Areses. üclés (Cuenca) Fernández. 48 índice geográfico de los socios Valencia Vellisca (Cuenca) Arévalo. Pujol. Balasch. Barbera. Villacarrillo (Jaén) Beltrán. Pastor. Boscá (E.) Vitoria Casafi. Eguren. Chavas. Instituto. Crú. Cruz Nathan. Yecla (Murcia) Facultad de Ciencias. Azorín. Fernández Hernández. Fernández Martí. Zaragoza Ferrer. Ager. Fornet. Alvira. Hueso. Aramburu (P.) Instituto. Aranda. (A) Izquierdo. Ardiz. Martí. Bellido. Moroder. Borobio. Moróte. Casino. Pardo. Ferrando. Eieta. (A) Ferrer. Eodrigo Pertegás. Gota. Koselló. Gregorio Rocasolano. Sales Crespo. Instituto. Sanchíz. (A) Lana. Tarazona. Maynar. Tarín. Moyano. TruUenque. Olivar. Verdaguer Comes. Pella. Vidal. Ramón y Cajal (P.) Romeo. Valencia de Alcántara Sánchez Bruil. Loustau. (A) Savirón. Valladolid Selma. Barreiro. Soriano. (A) Diez y Diez. López Mendigutía. Zumaya (Guipúzcoa) Sección de Ciencias. (A) Aldaz. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 49 í:x:Ti?.^As_isrcrEí^o (C) (C) (H) (C) (C) (C) Alemania Arnold . — Munich . Asher. — Berhn. Bucking. — Estrasburgo. Engler. — Berlín. Gehien.—Hamburgo. QueUe.— Bonn. Real Biblioteca. —Berlín. Salomón. —Heidelberg. Weise (J.)— Berlín. Argelia (C) Chevreux. — Bóne. Austria-Hungría (C) Brancsik. — Trencsen. (C) Horvath. — Budapest. (C) KheU.— Praga. (C) Klapalek.— Praga. (C) Reitter.- Paskau. (H) Tschermack. — Viena. Universidad (Bibliot.*) — Viena. Bélgica (C) Schoiiteden. - Bruselas. Brasil Instituto Oswaldo Cruz. Chile (C) Portar.— (Sawíia^o. Colombia Zabala— Bo^fofá. Cuba Pazos. — San Antonio. (C) Torre.— Habana. Estados Unidos (C) CoggeshaW. — Pittsburgh. (H) Holland. - Pittsburgh. Tomo xvi.- Enero, 1916. (C) Turnez. — Washington. (C) Washington. — Locust, Mon- mouth. Francia (C) Acloque. — Pan's. (C) André. — Gray. (C) Bedel.— París. (C) Blanchard. - París. (C) Bo\8.— Saint-Mandé. (C) Corbiére. — Cherbnrgo. (C) Delacrois. — Paris. (C) Dollfus.— Pans. Fallot —Grenoble. (C) Fauvel. —Caew. (C) Grouvelle (A.) — Issy. (C) H.Qck&\. — Marsella. ( C) Janet. — Voisinlíeu. (C) Lesne. — Asniéres. (P) Marqués de Mauroy. (C) Martin (K.)— Le Blanc. (C) Meunier.— Pan's. Oberthur (Ch.) — Rennes. Oberthur [R.)— Rennes. (C) Olivier. — Bar oches au Hotdme. Fie — Digoín. (H) Simón. — París. (C) Verneau,— Pans. Filipinas Uni versid ad. — Manila. Holanda Pante].—Kasteel Gemert. Inglaterra (C) Boulenger. — iontfres. (O) Burr. — Dover. 4 50 ÍNDICE GEOGRÁFICO DE LOS SOCIOS ^C) Distant. — South Norwood. Dulau. — Londres. (H) Geikie.— jConííres. (C) hQyíis {G.) — Tumhridge Wells. (H) VovMon. — Oxford. Williams. — Londres. Italia (C) Balsamo. — Ñapóles. (O) Brizi. — Roma. (C) Camerano. — r«rm. (C) Cannaviello. — Portici. (O) Dervienx. — Turin. (C) De Tow.—Módena. (V) Doáero.— Genova. (C) Gestro. — Genova. (C) Griffini.— TiírÍH. (O) Piccioli {YT.)—Vallomhrosa. (C) Piccioli {1,.)— Siena. Monaco (O) Richard. — Monaco. Portugal Carvalho. — Lisboa. (C) Choífat. — Lisboa. (C) G\va,rá.— Lisboa. Nascimento. — Setubal. Silva —Lisboa. Rumania (O) Montandon. — Bucarest. Sueeia (C) Lagerheim. — Estocolmo. Suiza (C) Cari.— Ginebra. (C) Schulthess Rechberg. - Zuricli RELACIONES del estado de la Sociedad y de su Biblioteca LEÍDAS EN LA SESIÓN DR DICIEMBRE DE 1915 POR EL SECRETARIO D. RICARDO GARCÍA MERCET Y EL BIBLIOTECARIO D. ÁNGEL CABRERA LATORRE IVIemoria de Secretaría. Señores: Vais a permitirme este año, que la Memoria que he de escribir para daros cuenta de la labor realizada por nuestra Sociedad en el anterior, sea de una brevedad y de una concisión a que nunca en esta clase de trabajos había llegado. Dos motivos me impulsan a ello: el uno, que todos conocéis sobradamente los asuntos que han ocupado nuestras sesiones y los nombres de los que en ellas actua- ron; el otro, que una tarea, si no más importante, por lo menos más en armonía con los fines que perseguimos con nuestra reunión men- sual, reclama y solicita mi atención. Ocupado ahora en el estudio de un grupo de microhimenópteros parásitos de orugas y de piojillos de los vegetales, y dedicando a este trabajo todo el tiempo que me de- jan libre el cargo oficial que desempeño y otras obligaciones que no puedo desatender, las horas o los minutos que a costa de ese estu- dio dedique a otra labor, me parecen inútil y perjudicialmente per- didos y hasta los creo completamemte estériles para la producción. Así, ahora, para ponerme a la tarea de escribir esta Memoria que el reglamento de nuestra Sociedad me obliga a presentaros, tengo que realizar un esfuerzo que no está en armonía con la poca impor- tancia que tiene y debe tener esta especie de resumen de los traba- jos del año. Porque no otra cosa que un resumen viene a ser esto que todos los años escribo, siguiendo precepto acatado por mis antecesores en la Secretaría de la Sociedad y que nadie se ha atrevido a in- fringir. 32 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD Sin embargo, yo creo que podría y debería modificarse nuestro Reglamento, en el punto concreto que ordena y prescribe la presen- tación de una Memoria anual a los que ejercen los cargos de Secre- tario y jefe de la Biblioteca. Me parece que sin perjuicio de nada ni de nadie podría eximírseles de este trabajo. ¿Qué se dice en estas Memorias, que vosotros no sepáis o que no podáis deducir de la lectura de las actas de nuestras sesiones, de las cuentas que rinde el señor Tesorero y de los índices de los libros y revistas que anualmente se reciben? ¿Constituye, por acaso, alguna novedad el que yo ponga aquí, en hilera, los nombres de todos los consocios que han colaborado en nuestras publicaciones durante el año que acaba de finalizar, y el que forme una lista de las notas o comunicaciones que cada uno ha pre- sentado? La novedad estribaría, tal vez, en aquilatar el mérito de esos tra- bajos, en emitir un juicio sobre su bondad o sobre su interés, en comparar más que cuantitativa cualitativamente la obra realizada durante el año, con la que se ejecutó en los anteriores. Esto se- ría útil ; esto señalaría verdaderamente el adelanto conseguido y de que podríamos enorgullecemos, o el retroceso que hubiera que lamentar. Pero una Memoria en que se aquilatara el valor de nues- tro rendimiento científico anual, comparándolo con el de otras épo- cas, exigiría una profunda y vasta erudición en el llamado a escri- birla y una autoridad que a muy contadas personas se puede atri- buir. Reconociéndolo así, y reconociendo sinceramente— lo declaro sin alarde de falsa modestia — mi propia insignificancia, no se me pasa ni se me ha pasado por la imaginación imprimir un carácter que nunca tuvo a la Memoria que me está encomendada. Pero sin descender a comparaciones odiosas ni meterme a crí- ticas que me vendrían muy holgadas, al examinar el florecimiento que alcanza nuestra Sociedad actualmente, su brillante estado eco- nómico, lo lucido de los cuadernos que forman nuestro Boletín, el interés de las Memorias que editamos; al ver cómo cada año apare- cen entre nosotros obreros nuevos, y al apreciar, siquiera sea some- ramente, la importancia de lo que cada cual produce, se me ocurre establecer cierto parangón entre la obra que actualmente la Socie- dad realiza y la que desarrollaba en los primeros años de su exis- tencia y aun algunos lustros después. Había entonces, ciertamente, en la Sociedad, naturalistas emi- nentes, investigadores concienzudos y originales que enriquecieron Y DE SU BIBLIOTECA 53 nuestros tomos de Actas y Memorias con trabajos que tal vez no hayan sido sobrepujados; pero sin rebajar ni en un ápice el mérito de aquellos hombres ni el de su producción científica, creo yo que es más importante, más numerosa, y hasta más fina y delicada, en términos generales, la que compone nuestras publicaciones de hoy. No se sospeche por un momento siquiera, que con mis palabras tra- to de proyectar alguna sombra sobre la fama bien cimentada y sobre la labor de los naturalistas que fundaron esta Sociedad. Vivos es- tán algunos, a los que reconocemos como maestros eminentísimos y a los que nunca osaremos igualarnos; pero sin menoscabo de ningún prestigio pretérito me parece que puede decirse y proclamarse con cierto orgullo patriótico, que nuestra producción científica actual es en conjunto superior a la de otros tiempos. Alcanza, sin embargo, a los fundadores de nuestra Sociedad un mérito extraordinario y que nunca será debidamente ponderado y reconocido: el de nuestra constitución en un período de la historia patria tan poco propicio a las investigaciones científicas y en el que el huracán revolucionario y el azote de las guerras civiles barrían y devastaban el suelo español. Fracasaron entonces en empresas análogas algunas grandes figuras de la política, como Moret y Ríos Rosas, que trataron infructuosamente de crear aquí una Asociación para el progreso de las ciencias; no estaba entonces para bollos, como suele decirse, el horno en que se cocía el pan o la masa de la nación; sólo para encender y sostener discordias y contiendas y pro- vocar desates de pasiones parecía hallarse dispuesto el ambiente na- cional. A pesar de ello, nuestros antecesores, un pequeño grupo de obscuros entomologistas, botánicos y geólogos, animados de un sano y ardiente patriotismo y de un entusiasmo inmenso por las ciencias que cultivaban, consiguieron establecer en aquellas circuns- tancias tan anormales, en aquel hervidero de pasiones políticas, en aquella España trágica que evoca y reproduce en uno de sus mara- villosos Episodios Nacionales el gran Pérez Galdós; lograron, repito, constituir la primera Sociedad científica española dedi- cada a la investigación de los fenómenos naturales y de los seres de la naturaleza. La magnitud de esta empresa no es posible que pueda ser concebida en toda su extensión al través del tiempo que de aquella época nos separa; pero cuanto más meditemos sobre ella más grande hallaremos la obra que realizaron nuestros ilustres an- tecesores. Ahora bien; el que reconozcamos el mérito extraordinario de esta 54 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD obra y de los hombres que la concibieron y realizaron, no ha de ofuscar nuestra razón hasta el punto de que juzguemos la época presente inferior a la pretérita, y nuestra producción científica actual de menos importancia que la de antaño. Sobre que el número de investigadores ha aumentado, aunque no haya sido en grandes proporciones, el producto de la investigación va siendo cada vez más delicado y más selecto. A ello contribuye indudablemente no sólo el ambiente nacional, propicio como nunca lo estuvo en España al es- tudio y la investigación, sino los elementos de trabajo con que se cuenta, muy superiores á los de entonces. Hoy la adquisición de ma- terial científico es relativamente fácil a los establecimientos oficiales, lo mismo que la compra de publicaciones para el enriquecimiento de las Bibliotecas; hoy se estimula y recompensa al que trabaja y se crean pensiones para perfeccionar dentro y fuera de nuestro país los estudios de especialización. Resultado de todo ello tenía que ser forzosamente una contribución mayor y más escogida, por parte de los intelectuales españoles, al progreso científico mundial. Recibid mi más caluroso y cordial parabién todos los que a él habéis contribuido durante 1915, permitiendo publicar a la Real Sociedad Española de Historia Natural, de Enero a Diciem- bre de dicho año, un tomo de Boletines que componen 514 páginas y 5 cuadernos de Memorias que han alcanzado 283 planas de compo- sición. A los naturalistas jóvenes que por primera vez han traído a nuestras publicaciones algún producto de su trabajo con que ir dán- dose a conocer, mi más afectuoso saludo de bienvenida a'estas pá- ginas, por su aparición. Ellos son los llamados a continuarlas, a sos- tener su interés, a hacerlas más buscadas y más estimables dentro y fuera del suelo patrio. * ' * Con estas palabras de aliento, de esperanza, propias para levan- tar bs corazones y mantener vivo el entusiasmo y la fe en lo por- venir, querría yo haber terminado la Memoria de Secretaría del año 1916. Pero con cierto escrúpulo de que el omitir un párrafo que en esta clase de escritos se ha dedicado siempre a los fallecidos, pu- diera tomarse por una falta de cortesía, de respeto y de considera- ción para el recuerdo de los miembros de esta Sociedad que en 1915 han dejado de existir, me induce a no dejar de nombrarlos an- tes de poner punto definitivo a estos renglones. No han sido de escasa importancia los huecos que la muerte ha Y DE SU BIBLIOTECA 55 producido en nuestras filas durante el año que acaba de terminar. Tenemos que lamentarnos de la desaparición de un miembro ilustre de esta Sociedad, S. A. el Archiduque Luis Salvador de Austria; también echamos de menos con honda pena al socio honorario Brun- ner von Wattenwyl, que con tantos y tan concienzudos trabajos contribuyó al mejor conocimiento de los Ortópteros; al correspon- diente Ernesto André, director científico de la monumental obra Species des Hyménoptéres d'Europe et d'Algérie; a M. H. D'Orbigny, que asimismo formaba parte de nuestros correspondien- tes extranjeros, y, por último, a los socios numerarios D. Rafael Blasco y Juste, laborioso Catedrático; Dr. Lucas von Heyden, tan conocido y respetado de todos los coleopterologistas; D. José Cha- cón, D. Francisco Cereijo, D. Francisco Doblado, D. Juan Herrera, D. Julio Maso y D. Antonio Menacho Suaña, algunos de los cuales ejercieron cargos en nuestras Secciones de provincias. No han sido pocas ni de escaso relieve, como veis, las bajas que la muerte ha causado en nuestras listas de socios durante el año 1915. De desear sería que el año que ahora comienza se mostrase más benévolo y clemente con nosotros, y que también lo sea para los pue- blos que están en dura y espantable lucha desde el mes de Agosto de 1914. El Secretario, Ricardo García Mercet. 56 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD Estado de la Biblioteca. La influencia de la espantosa fiebre guerrera en que hoy se con- sume Europa, con la excepción de unas pocas naciones, entre las que tenemos la honra de contarnos, se ha dejado sentir más durante el año 1915 que en los últimos meses del 1914. Desde Junio, espe- cialmente, solóse han recibido con relativa regularidad las publica- ciones de Inglaterra y los Estados Unidos, y digo con regularidad re- lativa, porque aun estas últimas, con no tomar América parte en la guerra, nos llegan con gran retraso y de un modo poco uniforme. En cuanto a las demás naciones, de todas nos llegan escasas publi- caciones, sobre todo de las de la Europa central y oriental, y hay centros, como el Museo Zoológico de Retrogrado, que oficialmente nos ha avisado el cese de sus envíos mientras dure la guerra. Las mismas circunstancias nos han impedido entablar nuevos can- jes. Sin embargo, hemos adquirido la colección casi completa (a falta de un cuaderno agotado) de la revista Zóe, publicada por la Universidad de California, a cambio de algunos volúmenes atrasa- dos de nuestros Boletines y Memorias, que en dicha Universi- dad faltaban y que nos pidió para completar las series. Tampoco hemos recibido tantos libros y folletos extranjeros como en años anteriores; pero, en cambio, han abundado los envíos espa- ñoles, mereciendo especial mención el donativo de algunas obras clásicas de vulgarización, como La Vie des Animaux, de Brehm, hecho por el socio fundador Dr. D. Joaquín González Hidalgo. En cuanto al régimen interno de la Biblioteca durante el año que acaba de transcurrir, se han encuadernado 150 volúmenes y se han hecho 50 cajas nuevas para folletos. El índice por papeletas se ha puesto completamente al día, faltando sólo ordenar un corto número de fichas correspondientes a algunas cajas nuevas. Desde el mes de Mayo se ha empezado a llevar un registro de las obras que los socios piden con derecho a consultarlas durante varios días, resultando haberse hecho, de 15 de Mayo a 31 de Di- ciembre, 1 16 pedidos en esta forma. En cuanto a los pedidos de mo- mento, para tomar citas, copiar fechas, etc., su número en el mismo lapso de tiempo puede calcularse aproximadamente en unos 300. El Bibliotecario, Ángel Cabrera. LISTA DE LAS SOCIEDADES C017 las que cambia, g de las publicaciones periódicas que recibe, la f^eal Sociedad española de f4istoria natural. Alemania Deutsche Entomologische National Bibliothek, Berlín. Deutsches Entomologisches Museum, Berlin-Dahlem. Entomologisch e Mitteihingen . Deutsche Entomologische Qesellschaft, Berlín. Deutsche Entomologische Zeitschrift. Entomologischer Internationaler Verein, Stuttgart. Entomologische Zeitschrift. Entomologische Litteraturblatter, Berlín. Entomologischer Verein Iris, Dresden. Iris. Entomologischer Verein, Berlín. Berliner Entomologische Zeitschrift. Entomologischer Verein zu Stettin. Entomologische Zeitung. Geologisches Centralblatt, Leipzig. Internationalen Entomologen-Verein, Stuttgart. Entomologische Riindschaii. Insektenbórse. Soc leías Entomológica. Naturae Novitates, Berlin. Naturforschenden Qesellschaft, Rostock. Sitzungsberichte und Abhandliingen. Naturhistorische Qesellschaft zu Nürnberg. Abhandhingen. Jahresbericht. Mitteihingen. Naturwissenschaftlichen Verein, Bremen. Abhandlnngen. Physikaüsch-medizinischen Qesellschaft zu Würzburg. Sitznngsberichte. Verhandlungen. Verein für naturwissenschaftliche Unterhaltung zu Hamburg, Verhandlungen. ^8 PUBLICACIONES QUE RECIBE Zoologischer Anzeiger, Leipzig. Zoologisches Museum, Berlin. Mitteilungen. Austria^Hungria Académie des Sciences de Cracovie. Bulletin international. K. K. Naturliistorisches Hofmuseum, Wien. Annalen. K. K. Zoologisch-Botanische Gesellschaft in Wien. Verhandliingen. Katalog Literatury naukowej Polskiej, Budapest. Museum Nationale Hungaricum, Budapest. Anuales historico-natiirales. Societas entomológica Bohemias, Praga. Acta. Ungarisclier Centralbureau für ornithologische Beobachtungen, Bu- dapest. Aqiiila. Wiener Entomologische Zeitung, Wien. Bélgica Observatoire royal de Belgique, Bruxelles. Aúnales. Aunuaire. Société belge d'Astronomie, Bruxelles. Anuales. Aunuaire. Bulletin. Société belge de Géologie, de Paléontologie, et d'Hydrologie, Bru- xelles. Bulletin. Mémoires. Société royale zoologique et malacologique de Belgique, Bruxelles. Aúnales. Brasil Museu Goeldi de Historia natural e Ethnographia, Para. Boletín. Museu Paulista, Sao Paulo. Revista. Sociedade scientifica de Sao Paulo. Revista. LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 59 Costa Rica Instituto físico-geográfico nacional de Costa Rica, San José. Anales. Sociedad nacional de Agricultura, San José de Costa Rica. Boletín. ehile Boletín de bosques, pesca i caza, Santiago. Instituto Central Meteorológico y Geofísico de Chile, Santiago. Publicaciones. Museo Nacional de Chile, Santiago. Boletín. Museo nacional de Valparaíso. Revista chilena de Historia nataral. Société scientifique du Chili, Santiago. Actes. Dinamarca Société botanique de Copenhague. Botanisk Tidsskrift. Ecuador Biblioteca Municipal, Guayaquil. Boletín. Egipto Société entomologique d'Égypte, Le Caire. Biilletin. Memorias. España Asociación española para el Progreso de las Ciencias, Madrid. Broteria, Salamanca. Clínica y Laboratorio, Zaragoza. Club Montanyenc, Barcelona. Biitlleti. Facultad de Ciencias de Zaragoza. Anales. Farmacia y Medicina, Barcelona. Anales. Gaceta farmacéutica española, Barcelona. Ibérica, Tortosa. Ingeniería, Madrid. Institució catalana d'Historia natural, Barcelona. Butlleti. 60 PUBLICACIONES QUE RECIBE Institución libre de enseñanza, Madrid. Boletín. Institut d'Estudis Catalans, Barcelona. Anuari. Arxiiis. Instituto central Meteorológico, Madrid. Instituto geológico de España, Madrid. Boletín. Memorias. Laboratorio de investigaciones biológicas de la Universidad de Madrid. Trabajos- Laboratorio de Radiactividad, Madrid. Boletín. Laboratorio municipal de Higiene de Madrid. Boletín. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. Trabajos. Observatorio de Física cósmica del Ebro, Roquetas. Boletín mensual. Observatorio meteorológico de Cartuja (Granada). Boletín mensual. ' Boletín anual. Peñalara, Madrid. Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales, Madrid. Boletín. Memorias. Revistas. Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Memorias. Real Sociedad Geográfica de Madrid. Boletín. Revista de Geografía Colonial y Mercantil. Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza. Boletín. Sociedad española de Física y Química, Madrid. Anales. Sociedad malagueña de Ciencias, Málaga. Boletín . Estados Cnídos y sus Colonias Academy of Natural Sciences of Philadelphia. Proceedings. Academy of Science of Saint-Louis. Transactions. American Association for the Advancement of Sciences, Cincinnati. Proceedings. American Museum of Natural History, New York. Annual Report. Bulletin. Monographs. LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 61 Brooklyn Institute of Arts and Sciences. Cold Spring Harbor Monographs. Miiseiim. Science Biúletin. Carnegie Museum, Pittsburgh. Annals. Anniial Report. Memoirs. Prize Essay Contest. Celebration ofthe Founders Da\\ Chicago Academy of Sciences. Anniial Report. Biilletin. Geological and Natural Historf Survey. Natural History Siirvey. S pedal Püblication. Davenport Academy of Sciences. Proceedings. Departamento del Interior. Oficina de Agricultura. Manila. Boletín del Agricultor. Revista agrícola de Filipinas. Department of the Interior. Weather Bureau. Manila Central Obser- vatory. Annual Report. Bulletin. Essex Institute, Salem. Bulletin. Field Museum of Natural History, Chicago. Publications. Report. John Hopkins University Circular. Missouri Botanical Carden, St.-Louis. Annual Report. Museum of Comparative Zoologyat Harvard College, Cambridge. Annual Report. Bulletin. New-York Zoological Society. Zoológica. Oberlin College. Laboratory Bulletin. Public Museum of the City of Milwaukee. Annual Report. Bulletin. Smithsonian Institution, U. S. National Museum, Washington. Annual Report. Bulletin. , „ , . Contributions from the U. S. National Herbar lum. Miscellaneous Collection. Proceedings ofthe U. S. National Museum. The American Naturalist, New-York. 62 PUBLICACIONES QUE RECIBE The Philippine Journal of Science, Manila. Tufts College, Massachussets. St lidies. United States Department of Agriculture, Washington. Biilletin. United Satates Geological Survey, Washington. Anniial Report. Bülletin. Mineral Ressources of the United States. Professional Paper. Waíer-Siipply and Irrigation Paper. University of California, Berkeley. Publications. University of Colorado, Boulder. Studies. University of Illinois, Agricultura! Experiment Station, Urbana. Bülletin. University of the State of New York. New York State Museum. Anniial Report. Bülletin. Wilson Ornithological Club, Oberlin, Ohio. The Wilson Bülletin. Wisconsin Academy of Sciences, Arts and Letres, Madison. Transactions. Wisconsin Geological and Natural History Survey, Madison. Bülletin. Francia Académie des Sciences de Paris. Comptes-rendüs. Académie Internationale de Qéographie botanique, Le Mans. Bülletin. Bülletin scientifique de la France et de la Belgique, Paris. Bülletin trimestriel de l'Enseignement professionnel et technique des Peches maritimes, Paris. Faculté des Sciences de Marseille. Annales. Institut de Zoologie de l'Université de Montpellier. Travaüx. Laboratoire d'Histologie de la Faculté de Médecine de Montpellier. Travaux. La Feuille des Jeunes Naturalistes, Paris L'Echange, Moulins. Le Naturaliste, Paris. Muséum d'Histoire Naturelle de Paris. Bülletin. Revue des Pyrénées, Toulouse. Bülletin. LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 63 Revue genérale des Sciences purés et appliquées, Paris. Société botanique de Franco, Paris. Bulle tin. Mémoires. Société botanique de Lyon. Société des Amis des Sciences naturelles de Rouen. Ballet in. Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France, Nantes. Bulle tin. Société de Spéléologie, Paris. Spelunca. Société d'Océanographie du Qolfe de Gascogne. Bordeaux. Rapports. Société entomologique de France, Paris. Anuales. Bulletin. Société frauí^aise de Minéralogie. Bulletin. Société géologique de France, Paris. Bulletin. Société linnéenne de Bordeaux. Actes. Société linnéenne de Lyon. Anuales. Société linnéenne de Normandie, Caen. Bulletin. Mémoires. Société linnéenne du Nord de la France, Amiens. Bulletin. Mémoires. Société nationale des Sciences naturelles et mathématiques de Cher- bourg. Mémoires. Société zoologique de France, Paris. Bulletin. Station Entomologique de la Faculté des Sciences, Rennes. Insecta. Université de Toulouse. Annuaire. Bulletin. Holanda Fondation de P. Teyler van der Hulst, Haarlem. Archives du Musée Teyler. Rijks Herbarium, Leiden. Mededeelingen. Société hoUandaise des Sciences, Haarlem. Archives néerlandaises des Sciences exactes et naturelles. 64 PUBLICACIONES QUE RECIBE Inglaterra y sus Colonias Australian Museum, Sydney. Legislative Assemb/y. Records- Colombo Museum, Ceylan. Spolia Zey Iónica. Entomological Society of London. Transactions. Entomological Society of Ontario. Annnal Report. Linnean Society of New South Wales, Sydney. Proceedings. Natural History Society of Glasgow. The Glasgow Natiiralist. Transactions. Queensland Museum, Brisbane. Annals. Roya! microscópica! Society, London, Journal. Roya! Physical Society, Edinburgh. Proceedings. Sarawak Museum. Journal. South African Museum, Capetown. Annals. The Canadian Entomologist, London. The Entomologisl's Record and Journal of Variaton, London. The Zoological Record, London. The Zoologist, London. University of Toronto. Studies. Zoological Museum of Tring. Novitates zoologicae. Zoological Society of London. Proceedings. Transactions. Italia Accademia Qioenia di Scienze Naturali, Catania. Atti. Laboratorio di Zoología genérale ed agraria della R. Scuola superiore d'Agricoltura in Portici. Bollettino. La Nuova Notarisia, Modena. Musei di Zoología ed Anatomía comparata della R. Universitá di Torino. Bollettino. LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL G") Museo Civico di Storia natnrale di Genova. Annalí. Reale Stazione di Entomología agraria in Firenze. Redia. Rivista coleotteVologica italiana, Camerino. Rivista italiana di Ornitología, Bologna. Rivista técnica e coloniale di Scienze applicate, Napoli. Societá di Naturalisti in Napoli. Bollettino. Societá di Scienze natural! ed economiche di Palermo. Giornale di Scienze natnrali ed economiciie. Societá entomológica italiana, Firenze. Bollettino. Societá italiana di Scienze naturali in Milano. Atti. Societá toscana di Scienze naturali, Pisa. Atti. Societá zoológica italiana, Roma. Bollettino. Japón Tokyo Zoological Society. Annotationes zoologicae Japonenses. Méjico Instituto geológico de México. Boletín. Parergones. Instituto Médico Nacional, México. Anales. Museo Nacional de'Historia Natural, México. La Naturaleza. Sociedad científica «Antonio Álzate», México. Memorias y Revista. Sociedad mexicana de Geografía y Estadística, México. Boletín. Monaco Instituí Océanographique, Monaco. Bulletin. Résültats des campagnes scientifiques du Prince Albert l^r de Monaco. Noruega Universitas Regia Fredericiana, Christiania. Perú Sociedad geográfica de Lima. Boletín. Tomo xvi.— Enero, 191tí. 5 6Ó PUBLICACIONES QUE RECIBE Portugal Academia das Sciencias, Lisboa. Boletim. Memorias. Annaes de Sciencias Naturaes, Foz de Douro. Commicao dos traballios geológicos de Portugal, Lisboa. Commiinicagoes. Memorias. Institut de Bactériologie Cámara Pestaña, Lisboa. Archives. Sociedade Broteriana, Coimbra. , Boletim. Société portugaise des Sciences naturelles, Lisboa. Biilletin. República Argentina Academia nacional de Ciencias, Córdoba. Boletín. Ministerio de Agricultura (Sección de Geología, Mineralogía y Mine- ría), Buenos Aires. Museo de La Plata. Anales. Revista. Museo nacional de Buenos Aires. Anales. Sociedad científica argentina, Buenos Aires. Anales. Sociedad Physis. Buenos Aires. Boletín. Rusia Jardín botánico de Tiflis. Kaukasisches Museum. Tiflis. Mitteihingen. Musée botanique de l'Académie impériale des Sciences, de Petro- grado. Travaiix. Musée zoologique de l'Académie impériale des Sciences, de Petro- grado. Annnaire. Societas entomológica rossica, Petrogrado. Reviie russe d'Entomologie. Trudv (Horas). Société impériale des naturalistes de Moscou. Bulletin. Nouveaux Mémoires. Société ouralienne d'Amateurs des Sciences naturelles, Ekaterinoslaw . Bulletin. LA KEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 67 San Salvador JVluseo Nacional de El Salvador, San Salvador. Anales. Suecia Entomologiska Foreningen i Stockholm. Entomologisk Tidskrift. Geological Institution of the University of Upsala. Biilletin. Université Royale d'Upsala. Suiza Naturforschende Gesellschaft in Basel. Verhandlungen. Schweizerische Entomologische Gesellschaft, Schaífausen. Mitteilungen. Société Vaudoise des Sciences naturelles, Lausanne. Bulletin. Société zoologique suisse et Muséum d'Histoire naturelle de Qenéve. Reviie süisse de Zoologie. Uruguay Museo nacional de Montevideo. Anales. Venezuela Museos Nacionales, Caracas. Gaceta. Ángel Cabrera, Bibliotecario. BOLKTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Sesión deí Í2 de Enero de \916* PRESIDENCIA DEL SR. D. JOSÉ MARÍA DUSMET Al empezar el acto, ocupa el sillón presidencial el Sr. D. Fernando García Arenal. El Secretario lee el acta de la sesión anterior, que es aprobada. Entrega y posesión de cargos.— Antes de entrar en la parte cientí- fica de la sesión, el Sr. D. Fernando García Arenal invita al señor D. José María Dusmet á que le sustituya en la presidencia que ha venido ocupando durante el año 1915. Con este motivo, el señor Arenal dirige una afectuosa despedida á todos los presentes, res- plandeciendo en las frases que pronuncia la modestia más exquisita. Al sentarse en la presidencia el Sr. Dusmet, hace un cumplido y merecido elogio de las cualidades del Sr. García Arenal, ingeniero eminente, que goza de justa y muy elevada reputación en el Cuerpo de Caminos, á que pertenece. Rendido este homenaje á la modestia del Sr. García Arenal, el Sr. Dusmet agradece á todos los miembros de la Sociedad la dis- tinción y el honor que le han otorgado, elevándole a un puesto que hemos visto ocuparon sucesivamente los naturalistas más ilustres de nuestro país, y al que no puede considerarse acreedor. Por último, el Sr. Dusmet dedica algunas frases al estado de flo- recimiento que alcanza actualmente nuestra Sociedad, y que consi- dera como la obra exclusiva de todos los que le han precedido en el puesto que ahora le toca desempeñar. Admisiones y presentaciones.— Fueron admitidos como socios nu- merarios los señores presentados en el mes de Noviembre, y pro- puesto por los Sres. Hernández-Pacheco y Fernández Navarro para 70 boletín de la real sociedad española socio correspondiente M. Paul Choffat, geólogo muy conocido por sus importantes estudios y numerosas publicaciones. Comunicaciones.— El Sr. Lozano presenta una nota remitida por el Catedrático de la Universidad de Cádiz, D. Rafael de Buen, sobre el hallazgo de un pez muy raro, la Ranzania truncata, cuya pre- sencia en las costas occidentales de España no estaba señalada. Al dar cuenta de la nota del Sr. de Buen, participa el Sr. Lo- zano que hace poco tiempo, en una visita que hizo al gabinete de Historia Natural del Instituto de Oviedo, encontró dos pieles secas de un pez que seguramente correspondería á la especie que ahora ha encontrado en las costas del Mediodía el Sr. de Buen. — El Sr. Cabrera Latorre manifiesta que durante la estancia en Madrid del naturalista portugués Sr. Athias, le expresó éste el deseo de que los cultivadores de las ciencias experim.entales de España y Portugal, celebraran de cuando en cuando algún Congreso científico que facilitara el mutuo conocimiento 3^ favoreciese la mutua estima- ción entre las clases intelectuales de ambos países. El Sr. Cabrera expresó la satisfacción con que transmitía a la Sociedad el deseo manifestado por el distinguido catedrático portugués, y expresó las consideraciones de orden político y sentimental que deberían indu- cirnos a producir en España un movimiento de opinión que permi- tiese llevar a la práctica este pensamiento. — El Secretario, Sr. García Mercet, haciéndose cargo de las mani- festaciones expuestas por el Sr. Cabrera, informó a éste que, desde el año 1913, algunos profesores de la Universidad de Coimbra, que han visitado nuestro país con motivo de los congresos celebrados por la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, acari- ciaban el propósito de que una de las reuniones periódicas que cele- bra esta Corporación tuviese por asiento una ciudad portuguesa, habiendo llegado hasta proponer recientemente en Valladolid, que el Congreso del año 1917 se llevara a Coimbra. Esta proposición no pudo ser acogida por el Comité ejecutivo de los Congresos cien- tíficos españoles, a causa de estar a la sazón ya concertado con el claustro de la Universidad de Sevilla que el Congreso de 1917 se celebraría en dicha capital; pero se ofreció a los Catedráticos por- tugueses que el de 1919 será llevado a Coimbra, si la célebre Uni- versidad portuguesa tiene gusto en recibir a los congresistas espa- ñoles, y media cierta invitación en que tome parte, más o menos directa, el Gobierno portugués. DE HISTORIA NATURAL 71 Como complemento de estas manifestaciones, aseguró al Sr. Ca- brera el Sr. García Mercet, que ha sabido recientemente que los profesores de Coimbra y los miembros de algunas Sociedades sabias de Portugal han decidido concurrir al Congreso de Sevilla, en 1917, llevando representación bastante para recabar el acuerdo de que se designe una ciudad portuguesa como asiento de la Asamblea que en 1919 celebre la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias. Todas estas manifestaciones— agregó el Sr. Mercet— demuestran que la aspiración sustentada por el Catedrático portugués con quien ha conversado recientemente el Sr. Cabrera, constituye el deseo de una gran parte del profesorado de la nación vecina, y ha encontrado en España toda la simpatía y toda la aceptación necesaria para que pueda traducirse en un hecho dentro de un plazo relativamente breve. —El Sr. Cabrera se mostró satisfecho de las explicaciones dadas por el Secretario de la Sociedad, y continuando en el uso de la pa- labra, indicó la conveniencia de que se convoque y reúna la Comi- sión del Noroeste de África, y trace el plan de estudios y explora- ciones que podrían llevarse a cabo por la Sociedad durante el año corriente. El Sr, Cabrera insistió en la necesidad de que se acuerde rápida- mente la extensión y el objeto que podría tener nuestra próxima campaña científica en Marruecos, a fin de que informemos cuanto antes de nuestros propósitos al Sr. Ministro de Estado, recabando los recursos que exija aquélla para poderla llevar a la práctica. —El Sr. Presidente aseguró al Sr. Cabrera que se citará con ur- gencia a la citada Comisión y se le transmitirán los deseos expues- tos en la sesión presente y en otras anteriores, acerca del asunto puesto sobre el tapete. — El Sr. Casares leyó el siguiente dictamen, emitido por la Co- misión designada en el mes de Diciembre, para el examen y com- probación de las cuentas de ingresos y gastos de la Sociedad du- rante el año de 1915: «Los que suscriben, designados por esta Sociedad en la última sesión para el examen de las cuentas correspondientes al año 1914- 1915, tienen la satisfacción de manifestar a sus consocios que los justificantes se hallan de acuerdo con los estados publicados en el último Boletín. El estado económico de la Sociedad sigue siendo cada vez más 72 BOLETItí DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA satisfactorio, y á pesar del aumento creciente de sus gastos, des- pués de pagados todos, tiene un saldo a su favor de 2.517,70 pese- tas, sin contar un remanente de atrasos de 2.077,50 pesetas, de lo:^; que es de esperar que se hagan algunos efectivos. Como importante mejora económica hay que consignar la compra de dos cédulas del Banco Hipotecario. — Antonio Casares Gil. — Francisco Viñals.— Gregorio Olea.» Terminada la lectura de este informe, el Sr. Casares, en nombre propio y en el de sus compañeros de Comisión, propuso un voto de gracias, por su gestión, para el tesorero de la Sociedad y los se- ñores tesoreros de las Secciones, acordándose así unánimemente. — El Sr. Fernández Navarro, en cumplimiento del acuerdo to- mado sobre el particular en la sesión precedente, lee una nota muy razonada y erudita acerca de la traducción española de algunos tér- minos empleados en Glaciología. Acerca de algunos de los términos propuestos por el Sr. Fernán- dez Navarro se promueve una pequeña discusión, en que inter- vienen, entre otros, los Sres. Hernández-Pacheco, Obermaier y H. del Villar. Este último, al terminar su lectura el autor de la nota, le felicita efusivamente por su meritísima labor que, sobre ahorrar algunas perplejidades a los compatriotas nuestros que estudian el glaciarismo, imprimirá a los trabajos de éstos una uniformidad tecno- lógica de que hoy carecen. El mismo Sr. H. del Villar indica que en el índice de géneros y especies publicado al final del tomo del Boletín del año último aparece incluida la palabra Nardetitm, que él sólo indicó al refe- rirse a una formación botánica, pero no para hablar particularmente de ninguna de sus especies. —El Sr. Hernández-Pacheco manifiesta lo siguiente: Respecto a glaciología cuaternaria quiero hacer constar en el Boletín de la Sociedad una rectificación a una nota que publiqué hace ya bastantes años en el tomo ii del mismo, titulada «Sobre la existencia de fenómenos glaciares en el Norte de Extremadura». Señalé allí depósitos morrénicos en el término de Hervás como pro- cedentes de glaciares que hubieran descendido de las alturas de Calviiero y dejado su carga morrénica hacia las partes bajas de la montaña. Correspondía esta opinión al estado actual de la Ciencia en la época en que se publicó la nota y de acuerdo con las opinio- nes de Macpherson, Calderón y Quiroga, los maestros de la Geolo- gía española en aquellos tiempos en que yo era su discípulo. DE HISTORIA NATURAL VS Una glaciación de efectos tan extensos que alcanzara a las zonas bajas de la Cordillera Central no puede ya admitirse, y del mismo modo que desde hace tiempo estamos ya conformes los que de gla- ciología nos heiiios ocupado que las acumulaciones morrénicas se- ñaladas por los citados geólogos en San Ildefonso (Segovia) y To- rrelodones (Madrid) en la Cordillera Central, y en Granada, en Sierra Nevada, no deben considerarse como tales manifestaciones del glaciarismo cuaternario, conviene también hacer constar que tampoco las acumulaciones de Hervás representan morrenas, sino formaciones de origen torrencial, observación que tiene la finalidad de evitar errores en. los que se ocupen del glaciarismo de la Cordi- llera Central; opinión respecto a la cual yo había reaccionado hace tiempo, considerando que las manifestaciones glaciares de esta parte de la cordillera deben estar únicamente en la región de las cumbres, donde existen las lagunas altas del extremo occidental de la sierra de Credos. Secciones.— La de Barcelona celebró Sesión el 20 de Noviem- bre de 1915 bajo la presidencia de D. Manuel Cazurro. El Sr. Calleja lee una nota del Sr. García del Cid, titulada «Hallazgo de formaciones lacustres pliocénicas en Montroig (pro- vincia de Tarragona)». —Se acuerda hacer construir un armario con destino a la Éiblio- teca de la Sección. — Se conviene en verificar a mediados de Diciembre una excur- sión a las inmediaciones de Tarragona, para visitar unas canteras allí enclavadas. — La misma Sección se reunió el 19 de Diciembre bajo la Presi- dencia de D. Manuel Cazurro. El Sr. Presidente da cuenta de haberse recibido con destino a la Biblioteca de la Sección las siguientes publicaciones, donadas por el Institut d'Estudis Cataláns: Arxi'íís de I' Instituí de Ciencies, año i, núms. 1 a 3; año ii, nú- meros 1 a 3; año iii, núms. 1 y 2. Flora de Catalunya, vol. i, fascículos 1 a 5. Fauna malacológíca de Catalunya, vol. i, fascículos 1 a 3. Trehalls de la Societat de Biología, años 1 .° y 2." —El Sr. Tesorero lee las cuentas de la Sección durante el año 1915, siendo aprobadas por aquélla. -74 boletín DK la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA —El Sr. Vila Nadal pone a disposición de los socios el acuario de biología marítima que ha establecido en la Barceloneta, cosa que aquéllos agradecen. Se conviene en que la proyectada excursión a las canteras de Ta- rragona se verifique durante los días 27 y 28 de Diciembre. Se procede a la elección de nueva Junta directiva de la Sección para 1916, resultando elegida por aclamación la siguiente: Presidente D. José María Bofill. Vicepresidente D. Baltasar Serradell, Tesorero D. Francisco Pardillo Secretario D. Emilio Fernández Galiano. —La de Santander celebró sesión el 3 de Diciembre de 1915. Leída y aprobada el acta de la anterior sesión se procedió a la elección de la nueva Junta para el año 1916, quedando constituida en la forma siguiente: Presidente D. Orestes Cendrero Curiel. Vicepresidente D. Vicente Águinaco. Tesorero D. Luis Alaejos Sanz. Secretario D. Ricardo Ruiz de Pellón. —Él Sr. Rioja mostró algunos de los ejemplares de animales mari- nos últimamente recogidos, pertenecientes a especies interesantes de profundidad, entre ellos uno del género Argyropeleciis, pez de la familia de los Sternoptychidae, provisto de órganos de fosfores- cencia, —La de Sevilla celebró sesión el 3 de Enero de 1916. Presidió el nuevo Rector Sr. Candau. Leída y aprobada el acta de la anterior, tomó posesión la nueva Junta, haciendo con este motivo uso de la palabra los Sres. Torre- mocha, de la que cesaba, y Barras, de la que entraba en funciones, y concediéndose a propuesta de este último un voto de gracias a la Junta saliente. — Fueron presentados para socios numerarios D. Antonio Gonzá- lez Nicolás, Ingeniero de Minas, porD. Feliciano Candau; D. Manuel Algarín y Castillo, por D. Francisco de las Barras, y también por el mismo el Instituto de Sevilla, cuyo Director, Sr. Portillo, se lo había manifestado expresamente. DR HISTORIA NATURAL "5 —Por varios señores socios fueron donados al gabinete los ejem- plares que siguen: D. Bernardo Tenorio: Alabastro yesoso de explotación antigua, probablemente árabe, de la Sierra de Gilbalbín, en el término de Le- brija (Terreno Triásico). Ejemplares de granito piroxénico, unos con ortosa y otros con plagioclasa, procedentes de Almadén de la Pla- ta.— Calcopirita de la mina «Los Paredones», del término de Alma- dén de la Plata. D. Enrique Conde: Crestones con colores notables de irisación, de la mina de cobre «La Esperanza», de Almonaster la Real (Huel- va). Cobre nativo de la misma mina. — Azurita y Malaquita en cuar- zo de la dehesa «La Castienda de Moura», término de Encinasola. — Cobre acerado del mismo término.— Cuarzo cristalizado de la Pue- bla de Cazalla.— Arcillas de aluvión con numerosos moluscos de la misma procedencia. — Dendrofilia rodeando a un molusco de la ría de Huelva. D. Antonio Benjumea: Calcopirita de la mina «Esterquizo» de Al- madén de la Plata.— Óxidos de hierro y cobre deleznables de la misma mina. D. Pedro García Velázquez: Una calavera completa de f elido de la Isla de Mindanao y una mandíbula inferior de Elephas Indicas L. joven que murió en Sevilla en una colección ambulante. —El Sr. Torremocha propuso que constara en acta la satisfacción de la Sección de Sevilla, por haber sido nombrado Rector de la Uni- versidad uno de sus miembros, el Sr. Candau, y así se acordó por unanimidad, haciendo uso de la palabra, para dar las gracias, dicho Sr. Candau. El mismo Sr. Torremocha dijo que, en vista de que la Sociedad preparaba una nueva expedición al Norte de África, creía que la Sección de Sevilla debía pedir que algunode sus miembros formara parte de ella, y máxime habiendo varios de ellos que conocían ya aquel territorio. Unánimemente se tomó en consideración, y se acordó que cons- tara en acta para conocimiento de la Sociedad. —El Sr. Barras dio cuenta del importante donativo hecho al Ga- binete por el eminente Ingeniero D. Luis Molini, consistente en grandes y notables ejemplares de calizas fosilíferas procedentes de las canteras de Dos Hermanas (Sevilla). También de dos grandes valvas de Pinna nobilis L., recogidas en la Mar Chica, junto á Me- lilla, por el mismo Sr. Molini cuando hizo el estudio para la cons- -*; ROLETliN DE LA KICAL SOCIKnAD ESPAKüLA trucción de un puerto en dicho punto, y además del plano ejecutado por el notable dibujante D. Francisco de Matarredona y numerosos datos de sondeos y otros de gran interés. Añadió que se complacía en hacer constar su agradecimiento por tan valioso regalo. El mismo Sr. Barras comunicó á la Sección que el Director del Instituto de Huelva, D. Lorenzo Cruz, en carta de Diciembre pasa- do, le rogaba diera cuenta de la adquisición, por dicho Instituto, de un notable eiemplar de Limulus, de 30 centímetros de longitud. También que los Sres. Chiclana y Jiménez Placer le habían comu- nicado datos de algunas aves cazadas recientemente por ellos en las marismas de Huelva, cerca de Punta Umbría, figurando entre ellas un ejemplar de Fratercula árctica L., que es bastante raro encon- trar en esta región. El mismo Sr. Barras leyó una nota antropológica, que se agrega al acta, sobre un «cráneo antiguo de Sillezas (Burgos)», existente en el Instituto de Jerez y que ha podido estudiar gracias á la amabilidad de nuestro consocio el Padre Vicente Martínez, Catedrático de His- toria Natural en dicho Centro. Después se levantó la sesión. —La de Valencia celebró sesión el 30 de Diciembre, bajo la pre- sidencia del Catedrático D. Celso Arévalo. El Sr. Verdeguer presenta notables ejemplares de diversos mine- rales procedentes de Armillas (Teruel), sobresaliendo entre ellos una blenda con cuarzo y siderita y una baritina. El Sr. TruUenque regala al Museo Regional algunos fósiles de Albocacer (Castellón), y después da lectura a una comunicación del Sr. Boscá acerca de «Un paradero de la época paleolítica en Oliva (Valencia)», que se remite a Madrid para que se publique en el Boletín. Cumpliendo lo preceptuado por el Reglamento, se procedió a la elección de nueva Junta directiva, dando el resultado siguiente, por unanimidad: Presidente D. Francisco Moróte. Vicepresidente D. Ángel B. de la Cruz. Tesorero D. Eduardo Reselló. Secretario D. Ramón TruUenque. Vicesecretario D. Luis Pardo. Se cambiaron frases de consideración entre las Juntas entrante y saliente, acordándose otorgar a esta última un expresivo voto de DK HISTORIA NATURAL gracias, que propuso el P. Balasch, como recompensa a su gestión. El mismo señor donó a todos los socios pases para los Laboratorios Bacteriológico y Químico del Municipio y Colección Paleonto- lógica. Notas y comunicaciones. Calcídidos nuevos de España por Ricardo García Mercet. Atoposonioidea pulclierrima nov. sp. Hembra.— Color fundamental del insecto amarillo con manchas pardo negruzcas. Cabeza amarilla con una mancha circular negruzca en el occipucio, la que emite dos ramas laterales que llegan hasta el borde de los ojos. Frente con seis o siete manchas negruzcas, que forman como una corona, en la cual están incluidos los estemas. Estemas de color de rubí; ojos pubescentes, de color rojo escarlata intensísimo. Antenas insertas relativamente cerca de la boca, pró- ximamente como en Antoposomoidea Ogimae How.; compuestas de escapo, pedicelo, dos artejos anillos, funículo de dos artejos y maza triarticulada. Escapo alargado, subcilíndrico, de color amarillo, con una mancha alargada, pardusca, en la cara interna; pedicelo pardusco en una gran parte de su extensión, amarillo hacia el ápice más largo que el primer artejo del funículo; artejos anillos de extra- ordinaria pequenez; primer artejo del funículo un poco más largo y más estrecho que el segundo; maza más ancha que el funículo, pardo obscura en la base, amarillento pardusca en el ápice, con algunos sensorios longitudinales y numerosos pelitos obscuros sobre el dorso. Mandíbulas muy cortas, rojizas y microscópicamente dentadas en el ápice; toda la superficie de la cara con algunas pestañitas incoloras. Pronoto estrechado hacia adelante, mucho más ancho que largo, y con un angulito saliente en el centro del borde posterior; el dorso con una mancha longitudinal pardo obscura, y los lados con un re- borde del mismo color; mesonoto ligeramente estrechado hacia lu base, con una franja broncínea dorsal, que se continúa sobre el es- -8 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA cudete y el dorsillo; axilas con una mancha broncínea en el dorso; escudete entero, sin surcos longitudinales, con la línea obscura ya citada en el centro y manchado de pardo sobre las suturas latera- les; dorsillo amarillo, con la línea broncínea dorsal; metanoto verde obscuro broncíneo, con varias cerditas blancas laterales; cerditas análogas, pero más cortas, se encuentran también sobre el mesono- to, las axilas y el escudete. Alas hialinas, las anteriores durante el reposo, rebasan del ápice del abdomen; nervios de color amarillo claro; el marginal tan largo como el submarginal; el postmarginal, casi de igual longitud que el estigmático; alas metatorácicas, con pestañas largas sobre el borde posterior; patas de color amarillo de limón; caderas intermedias con una mancha parda en el centro de la base; tarsos de cuatro artejos; el primero, corto; el último, el más largo de todos y de color pardo; abdomen claramente peciolado; el peciolo corto y más bien ancho; primer segmento pardusco; los ani- llos siguientes pardos sobre el borde posterior, y de la base al ápice toda la parte central del dorso del abdomen obscurecida. Oviscapto corto; arranca hacia la base del tercer segmento ventral. Longi- tud: 2 mm.; env. 3,9 mm. Patria: España. Cercedilla, provincia de Madrid, mes de Enero de 1916 (Bolívar y Pieltain). Observaciones.— ^o se conoce el parasitismo de esta especie, que ha sido capturada en libertad por el Sr. Bolívar y Pieltain, en los alrededores de la Estación alpina de biología que posee el Ins- tituto Nacional de Ciencias físico-naturales en la próxima sierra de Guadarrama. Corresponde indudablemente al género Atoposomoidea Ho- ward, á pesar de haber sido caracterizado como poseyendo ojos lampiños. El que la única especie de Atoposomoidea conocida has- ta ahora (A. Ogimae) presente los ojos desnudos y la nueva los ofrezca pubescentes, no creo que sea bastante para crear un género nuevo sobre la que ahora he descrito. Concuerda con Atoposomoi- dea, por presentar el escudete desprovisto de surcos longitudinales y las antenas insertas cerca de la boca. Es afín también indudablemente de un insecto europeo descrito por el Sr. Masi bajo el nombre de Atoposoma variegatum, que presenta ojos pubescentes, antenas insertas hacia el medio de la cara y surcos longitudinales en el escudete. Atoposoma variegatum (publicada en 1907), Atoposomoidea Ogimae {\^\0) y Atoposo- moidea piilcherrima, ofrecen la misma conformación antenal. Sin DE HISTORIA NATURAL "79 embargo, me parece que Atoposomoidea puede considerarse como género distinto de Atoposoma. Las tres especies pueden distinguirse de la siguiente manera: — Antenas insertas por debajo del medio de la cara, cerca de la boca; escudete sin surcos longitudinales 2 — Antenas insertas hacia el medio de la cara; escudete con surcos longitudinales; ojos pubescentes de color gris Atoposoma oariegatum Masi. 2. Ojos lampinos; borde posterior del pronoto redondeado; abdomen amarillo con una mancha negra en el dorso Atoposomoidea Ogimae Howard. — Ojos pubescentes, de color de carmín; borde posterior del prono- to con un angulito saliente; primer segmento del abdomen par- do, los restantes amarillos con banda parda apical Atoposomoidea palcherrima Mercet. NOTAS ANTROPOLÓGICAS Cráneo antiguo de Sillezas (Burgos) por Francisco de las Barras de Aragón. A la amabilidad de nuestro distinguido compañero y consocio el P. Vicente Martínez, Catedrático del Instituto de Jerez, debo el haber tenido ocasión de medir un cráneo procedente de la provincia de Burgos, donde fué recogido en Septiembre de 1905 por D. Ma- nuel de la Quintana, distinguido médico de jerez que pasó aquel ve- rano en aquella región y lo ha regalado recientemente al Instituto de su ciudad natal. En carta de 5 de Diciembre del año próximo pasado, nos comuni- ca el P. Martínez los siguientes datos referentes al cráneo: «Fué encontrado en una sepultura de piedra, análoga a las romanas.» «Sobre esa sepultura antigua creció un roble, cuyas raíces se in- trodujeron por entre las junturas de las piedras y destrozaron el ar- matoste y el esqueleto.» «Fué encontrado todo al arrancar de cuajo el corpulento roble en el pueblo de Sillezas (valle de Mena), de la provincia de Burgos, 80 boletín de la real sociedad española por debajo de la Gruta de Santa Cecilia, en la llamada Peña de Vizcaya.» El cráneo es indudablemente de varón, y tiene comienzos de osi- ficación en la sutura sagital. Con la tierra que lo cubría en parte tenía adheridas las vértebras atlas y axis. Creemos de interés hacer notai» la coincidencia del índice cefálico de este cráneo con el que medimos procedente de una de las treinta sepulturas antiguas encontradas en Valdemiranda, a tres kilómetros de Herrera de Pisuerga (Palencia), de que dimos cuenta en las Actas de 1899 (pág. 141). El índice cefálico de ambos es de 73, si bien hay diferencias en los demás. Suprimiendo de la hoja de Monaco las medidas que no hemos po- dido tomar, por faltar trozos de hueso, nos resultan las siguientes: Diámetro anteroposterior máximo 182 mm. ídem id. id. ¡níaco 1 56 » ídem transverso máximo 133 » Altura basio-bregmática 121 » ídem aurículo-bregmática 97 » Anchura frontal mínima 92? » ídem id. máxima 120 » Diámetro bimastoideo máximo 117 » ídem bizigomático 120 » ídem naso-basilar 95 » ídem alveolo-basilar 92 » Altura naso-barbal 120? » ídem naso-alveolar 63 » ídem de la nariz 47 » Anchura inter-orbitaria 24 » ídem orbitaria 33 » Altura orbitaria • • 33 » Longitud de la bóveda palatina 45 » Altura orbito-alveolar 37 » Longitud del agujero occipital 40 Anchura del agujero occipital 29 Curva sagital del cráneo ". 357 ídem id. id. parte frontal 115 ídem id. id. parte parietal 127 ídem id. id. parte occipital 115 Curva transversal 295 » ídem llamada horizontal •• • • 504 » DE HISTORIA NATURAL Pl Mandíbula inferior: Anchura bigoniaca 90 mm. Longitud de la rama ascendente 62 » Anchura mínima de la rama ascendente 27 » Altura de la sínfisis 31 » ídem del cuerpo mandibular 26 » Espesor máximo del cuerpo mandibular 14 » índices: Cefálico 73,076 ídem vertical 66,483 Vértico-transversal 90,977 Frontal 76,666 Fronto-parietal 69,172 Fronto-zigomático 100,000 Facial (Monaco) 52,500 Orbitario 86,842 Del orificio occipital 72,500 De la rama mandibular 43,548 Un paradero de la época paleolítica en Oliva (Valencia) por E. Boscá y Casanova. A la presencia del hombre prehistórico, confirmada en Valencia en las cuevas del Parpalló y de les Maravelles en el distrito de Gandía, Cova Negra en Játiva, la de Bolomóz en Tabernes de Valldigna; la del Avellaner, en Catadan, y otras localidades de me- nos importancia, hay que añadir un paradero circunstancial alejado de toda cueva, y en el que, entre otras ventajas probables, en aquel entonces, se contaría la existencia de bosque, prestando abrigo relativo para amparar una colonia en paraje de cierta estrategia, en las inmediaciones de Oliva, al W. de la ciudad. Gracias a la amistad que me une con D. Domingo Barber, co- nocedor de la comarca, principalmente por sus aficiones a la caza, pude visitar un campo dedicado al cultivo del algarrobo, al pie del Collado, encontrando variedad de conchas marinas acompañadas en alguno de los rincones del talud de tierra negruzca como muy car- gada de substancias orgánicas, llamando la atención el que eran es- ToMO XVI.— Enero, 1916. 6 H2 boletín de la real sociedad española pecies de regular tamaño, y que las conchas turbinadas, algunas de ellas, aparecían rotas con violencia. A poco se hallaron algunos frag- mentos de pedernal tallados, y por cierto blanqueados por una pro- funda huella de pátina, en prueba de su larga permanencia a la intemperie. Desde aquel momento quedó resuelto el por qué de la presencia de restos marinos en aquel paraje, a la altura como de 60 metros y como a 5 kilómetros de la playa actual, por detrás del cerro del Cal- vario o de Santaneta. Las especies más abundantemente representadas entre los mo- luscos acéfalos son el Pectunculus gaditanas Gmelin, recubierto poruña ligera capa incrustante terrosa; el Cardiiim edule L., en sus dos variedades, una de valvas finas y otra variedad en la que ofrecen algún grosor y con los nátices encorvados. Esta especie, propia de las ensenadas tranquilas, parece contemporánea del sub- suelo del lago de la Albufera, hallándose hoy viva en la llamada Albufera de Elche, en donde se la explota para alimento. Llama la atención un fragmento nacarado de Pinna nobilis L., por habitar entre las pechas y a cierta distancia de la orilla del mar, aun- que los temporales pudieran haberla arrancado del visas con que se adhiere y haberla dejado en la playa, o admitir que tenían medios para marisquear en parajes difíciles. En cuanto a los univalvos, el Marex tráncalas L. y una varie- dad de Parpara haemastoma L., de concha muy robusta y pro- vista de gruesos tubérculos, existiendo, en cambio, otra variedad de concha fina formando tránsito a la Parpara Barcinonensis Hidal- go, siendo otra de las especies representadas el Tritón nodiferus Lam. o bocina, por emplearse aún como tal instrumento, rompiendo el vértice de la espira. La presencia de ejemplares de la aludida es- pecie vuelve a sugerir la idea de si serían buenos nadadores, por ejemplo, para poder proporcionarse buscando este molusco, propio de los sitios rocosos, y del que no se tiene noticia de haberle en- contrado arrastrado sobre la costa. El Cerithiam valgatam Brug. y el Melanopsis Graellsii Vila, éste á pesar de no existir en la actualidad ningún manantial, com- pletan la corta lista de ias formas obtenidas. Con respecto a los instrumentos de silex, son pequefios y ninguno en forma de almendra, lo cual no es de extrañar, pues no se conoce pedernal en muchas leguas alrededor, siendo de suponer que se pro- veerían del que existe en forma de cantos rodados en el cauce del DLí HlSTiJUlA NATUUAL 83 río Gallinera, no lejos de Oliva, a donde acudían hasta no ha muchos años los fumadores para adquirir las consabidas piedras de chispa. «Por último, una esquirla discoidea sacada de una menuda pudinga de caliza silícea, evidencia su empleo como de raspador para des- prender las adherencias carnosas de los huesos, pues no se com- prende el que ello sea un fragmento natural. Durante el verano de 1867, con motivo de una excursión con mi inolvidable profesor el Dr. Vilanova y Piera, cruzamos el dicho término de Oliva en busca de un afloramiento con fósiles del terreno jurásico existente entre los pueblos de Fuenteencarró y Patries, y en el paraje Dehesa, hoy convertido en extensos naranjales, hallan- do gran cantidad de conchas rotas del Murex brandaris L., princi- palmente. Al pronto lo atribuí a la posible existencia en aquel paraje de una tintorería romana, pues como es sabido, de esta especie, así como de las Purpura, se entresacaba la glándula colorante para las altas investiduras; pero hoy, mejor orientado, atribuiría dicho depó- sito a una estancia pasajera del hombre aborigen. Acerca de una nueva localidad española de la creta o tiza por Juan Dantín Cereceda. La conocida y proverbial escasez en España de la creta o tiza, hace interesante toda descripción y mención de nuevas localida- des (1). El propio Calderón (2) señala la penuria de creta típica en nuestro país, digna de advertirse por cuanto contrasta con la copiosa riqueza que ofrece el suelo espafiol en las restantes varie- dades de calcita. Llama la atención al mismo tiempo acerca de que las pocas for- (1) Es digno de curiosa atención que, no obstante esta escasez, la llamen los franceses y otros pueblos extranjeros blanc d'Espagne, en indicación de su primera procedencia. (Véase C. P. Brard: Minéralo- gie appliqíice aux arts, tomo ii, págs. 451-455, Paris, 1821, sobre inte- resantes datos acerca de este blanco de España, cretas lavadas y puri- ficadas.) (2) Calderóx (S.): Los minerales de España, tomo ii, pág. 13. JVladrid, 1910. 81 boletín de la real sociedad española maciones que se conocen ni se distinguen por su extensión ni por su potencia, ni está constituido el mineral en ellas como en los ejem- plares extraños al país, por restos de foraminíferos. Nuestras cretas se hallan horras de organismos, o de estar por ellos constituidas, son pertenecientes a otros grupos distintos. El ejemplar de creta que nos ocupa forma parte de la colección de minerales del Instituto de Quadalajara. Es de un blanco puro, mate, de grano finísimo, tizna mucho los dedos y constituye una creta excelente en sus aplicaciones gráficas. Estudiada debidamente al microscopio, está desprovista totalmente de restos de seres orga- nizados; la componen granos pequeñísimos, irregularmente redon- deados y próximamente del mismo diámetro. Ya citaba también QuiROGA (1), de la creta tan conocida de antiguo en las proximida- des de Oviedo, esta ausencia de organismos en ejemplares por él estudiados y formados por romboedros primitivos, quizá debidos a procesos secundarios. El mineral por nosotros examinado, cuyos granos no son cristales, procede del tramo superior del mioceno de La Muela de Aragón (Zaragoza). Caliza terrosa bastante abundante, según noticias par- ticulares, en la impropiamente llamada Sierra de La Muela— cuando no es más que un sistema de páramos miocenos— por abusar de la toponimia nacional. Es muy frecuente en España que países en me- seta o en terraza y cuyos estratos conservan en una estructura ta- bular su horizontalidad original, reciban, indebidamente, el nombre de Sierras (Sierras de la Alcarria,, Sierra de Molina, Sierra de Canredondo y esta misma Sierra de La Muela). No pasa desapercibida a Calderón, en su ya citada obra Los minerales de España, la cita de una variedad de caliza campanil (nombre debido a su coherencia y sonoridad), margosa, de fecha del mioceno superior, y que aunque vagamente se dice procedente de La Muela, sospechamos sea de la misma localidad que la creta en cuestión. La presencia de ambas variedades nos induce a suponer, bien que ignoremos toda circunstancia de asociación y yacimiento, que pro- bablemente se halle como la creta de los páramos miocenos de Ocaña (Toledo), formando pequeños nidos o bolsadas en las calizas superiores que coronan las formaciones terciarias de fecha pontien- (1) QuiROGA (F.): Particularidades de la creta de Oviedo. (AnaU Soc. Esp. de Hist. Nat., tomo iv, Act., p. 96, 1875.) Dlí HISTORIA NATURAL 85 se. Presunta asociación con la caliza campanil de La Muela de Ara- gón que vale por toda una explicación de la minerogenia de la creta considerada. La densidad de esta creta es de 2,571. Sobre la presencia en España de la Ranzania fruncata Retz. por Rafael de Buen. El 30 de Abril de 1915, fué capturado en las proximidades de Sancti Petri (junto a Cádiz) un pez luna que, por presentar un as- pecto bastante diferente del de la especie común, adquirí con des- tino al Museo del Laboratorio biológico de Málaga, donde actual- mente se encuentra. Clasificado más tarde, comprobé se trata de un ejemplar de Ran- I zania truncata Retz. (Orthagoriscus Planci Canestr.; O. oblon- gas Bl.). Es muy característica la Ranzania truncata, bastando para m BOLETÍN DK LA lUÍAL SOCll'DAD F.-PANÜLA determinarla su forma oblongo alargada, con las aletas dorsal y ana? situadas en la parte posterior del cuerpo y opuestas, extendiéndose entre ellas la caudal casi en línea recta. La longitud total del ejemplar es de poco más de 55 cm., y su al- tura igual a la mitad de su longitud; la distancia que media entre el extremo anterior y la abertura branquial es un tercio de la longitud total. Está este pez recubierto por una piel gruesa, formada por peque- ñas piezas exagonales. Su coloración es pardo amarillenta, con vivos reflejos plateados, presentando además unas manchas lineales, sinuosas, de color obs- curo, que se extienden verticalmente desde la parte anterior de la cabeza hasta la aleta dorsal. Estas líneas, dispuestas por parejas, se destacan más claramente en la parte anterior, siendo las últimas poco perceptibles. La Ranzania truncata, aunque muy raras veces, ha sido captu-- rada en el Atlántico y en el Mediterráneo. Sobre traducción española de algunos términos frecuentemente empleados en Glaciología por Lucas Fernández Navarro. Aceptada en la sesión anterior mi iniciativa de fijar la significa- ción de algunos términos de uso corriente en Glaciología, en la nota que tengo el honor de presentar cumplo el encargo que la Socie- dad m.e hizo en este sentido. La oportunidad de esta labor no se ocultará a nadie, teniendo en cuenta el impulso que los estudios gla- ciológicos están recibiendo entre nosotros, gracias en gran parte ala influencia del maestro en estas disciplinas, Profesor Hugo Obermaier. Para mayor garantía de acierto, he consultado mi nota antes de traerla a la sesión con el citado Sr. Obermaier y con nuestro con- socio Sr. Hernández-Pacheco, a los cuales, si algo bueno hice, co- rresponde una parte alícuota del éxito. Para cada término doy primero la palabra francesa (fr.), luego la alemana (al.) y después la traducción española que estimo más con- veniente. Sigue una definición tan breve como me ha sido posible. DE HISTORIA. NATURAL ^'' de modo que en la totalidad de los casos pudiera ser llevada íntegra al Diccionario. Termino con ligeras observaciones cuando las juzgo indispensables. Algunos de los términos definidos no son exclusivos de Glaciolo- gía, pero sí de frecuente uso en esta rama de la ciencia. Me ha pa- recido conveniente incluirlos en la nota, porque opino que en asun- tos de esta índole el criterio más amplio es siempre el mejor. fr. Glacicr. al. Gletscher. e. Glaciar (1). Definición: «Masas de agua congelada, con una estructura espe- cial debida principalmente al rehielo, y dotadas de un movimiento semejante al de los ríos y torrentes, pero de una velocidad incompa- rablemente menor; sólo pueden existir a grandes altitudes o a lati- tudes elevadas.» Observación: La palabra «Helero», con que en el Diccionario de la Real Academia Española parece quererse traducir la anterior, es un término local (de los Pirineos aragoneses principalmente) que no puede responder al concepto de glaciar, por la sencilla-razón de que no existiendo casi en absoluto glaciares en España, no ha podido vulgarizarse una palabra que los represente. Efectivamente; la de- finición de helero en el citado Diccionario es: «Masa de hielo que rodea a las nieves perpetuas de las altas montañas. Por extensión toda mancha de nieve.» Como se ve, esta definición no conviene en modo alguno al concepto de glaciar. Los sudamericanos suelen designar impropiamente a los glaciares con la palabra ventisquero, cuya acepción castellana es la de-ma- sas de nieve (y aun hielo) reunidas por el viento en ciertos puntos de las montañas, o por extensión, los puntos donde se forman estas acumulaciones. Un ventisquero no tiene ni la forma ni la estructura de un glaciar y carece además del movimiento. G/flc/o/o^m.— Disciplina de los glaciares. Glaciarismo —Qn^ atañe a los glaciares y a sus efectos, tanto (1) Ya en 1874 nuestra Sociedad se preocupó, por iniciativa de D. LaureaxoPérkz Arcas, de traducir al español la palabra ¿"-/rtc/er. sin llegar a un acuerdo. El profesor Vilaxova defendía el término «glaciar», mientras que D. Justo Egozcue era partidario de la palabra «helero». 88 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de los actuales como de los que existieron en otras épocas geo- lógicas. fr. Nevé. al. Firnfeld. e. Neviza. Def.: «Parte superior del glaciar, de poca pendiente y perfil lige- ramente cóncavo, con aspecto de nieve, pero constituida por un hielo de estructura granuda» (1). fr. Langiie glaciaire. al. Gleischerzunge. e. Lengua del glaciar. Def.: «Porción alargada del glaciar que baja entre las paredes de un valle, de perfil transversal ligeramente abombado, constituida por un hielo azulado dispuesto en estratos más o menos concéntricos.» fr. Rimave. al. Bergschrund. e. Rimaya. Def.: «Grieta más o menos continua, o conjunto de grietas que ro- dea a la región de la neviza, separándola de la lengua del glaciar y de la nieve de las laderas del circo glaciar, aún no transformada por el rehielo.» f r. Caloñe glaciaire. al. Gletscherkappe. e. Casquete glaciar. Def.: «Masas de hielo y neviza que recubren las cumbres de una Sierra o de un macizo montañoso. » (1) Esta palabra dio lugar a una discusión animada, habiendo parti- darios de! término nevé, tanto por ser el más empleado hasta ahora por los geólogos españoles, como por resultar más comprensible para los lectores extranjeros. La palabra neviza, tiene en su favor una estruc- tura más conforme con las leyes filológicas y el no haber un término internacional o internacionalizado equivalente. Posteriormente nos comunican que en Picos de Europa se usan las palabras «cemba» y «trabes», en Asturias y León respectivamente, para designar la nieve vieja, en un estado próximo al del nevé de los Alpes franceses. DE HISTORIA NATURAL 89 fr. Sé rae. al. Serak. e. Serác. Def.: «Masas de hielo de forma irregularmente prismática que suelen erizar la superficie del glaciar en los puntos en que, por una ruptura de pendiente, la velocidad de deslizamiento aumenta.» fr. Table de glacier. al. Gletschertiseh. e. Mesa de glaciar. Def.: «Masa de hielo que recuerda vagamente la forma de un ve- lador y que se levanta en la superficie del glaciar, soportando ge- neralmente una piedra. Su formación se debe a que la piedra de- fiende al hielo de la radiación solar y evita su fusión.» fr. Moiilin. al. Gletschermühle. e. Molino. Def.: «Grieta o agujero por donde el agua procedente de la fusión superficial del glaciar se precipita dentro de su masa; generalmente este agua está dotada de un movimiento giratorio merced al cual ensancha más y más la cavidad.» fr. Ice-berg (del inglés). al. Eisberg. e. Iceberg. Def.: «Grandes masas de hielo que, desprendidas de los glaciares septentrionales, son transportadas por las corrientes marinas hasta su fusión.» fr. Ablation glaciaire. ai. Glelseher ablation. e. Degradación glaciar. Def.: «Pérdida de materia que experimenta el glaciar, por licua- ción y evaporación; tiene lugar principalmente en la porción llama- da lengua, y es tanto más intensa cuanto más cerca de la extremi- dad se la considere.» Obs.: Ablación en el Diccionario de la Real Academia es «separa- ción o extirpación de cualquier parte del cuerpo», indicando, por lo tanto, una acción violenta y muy localizada, que no conviene en modo alguno al fenómeno a que nos referimos. 90 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA fr. Fiord (del Fjord escandinavo), al. Fjord. e. Fiord, Def.: «Valle profundo y sinuoso, de origen generalmente glaciar, invadido por el mar en la actualidad, merced a un descenso del sue- lo; son característicos, sobre todo, en las costas de Noruega.» fr. Inlondsis. al. Inlandeis. e. Inlandsais. Def.: «Caparazón de hielo, de superficie llana y uniforme, que recubre una gran extensión de tierra y del que salen glaciares nu- merosos en diversos sentidos. Es un buen ejemplo el que ocupa el interior de Groenlandia.» fr. Moraine. al. Mor cine. e. Morrena. Def.: «Acumulaciones de cantos y barro transportadas por un glaciar, en las cuales se mezclan irregularmente todos los materia- les de que está constituida su cuenca. Las hay que se mueven con el glaciar mismo (morrenas centrales, laterales, internas, etc.) y otras depositadas por el glaciar en puntos a que ya no alcanza su actividad (morrenas marginales, frontales, etc.).» Obs.: El Diccionario de la Real Academia traduce el moraine francés por la palabra castellana morena, que define: «Montón de piedras que se forma en el borde de los heleros» (2." acepción). Esta definición es inexacta, porque la morrena no está solamente constituida por piedras, sino que tiene siempre barro glaciar (Ar- güe á blocaux, Geschiebelehm, Boulder clay). Es también in- completa, porque no abarca más que las morrenas marginales y acaso las frontales. Adoptamos el término morrena, porque traduciendo con más exac- titud fonéticamente los moraine francés, y moráne alemán, y te- niendo una estructura perfectamente castellana (morro, morrillo, et- cétera), evita los equívocos a que puede dar lugar la palabra «morena». DE HISTORIA NATURAL 01 fr. Amphithcatre morainiqnc. al. Ziingenbecken. e. Anfiteatro morrénico. Def.: «Complejo morrénico que corresponde a la extremidad de un gran glaciar desaparecido. Le constituye una cuenca cerrada, cuyo centro suelen ocupar uno o varios lagos, limitada por los res- tos de las morrenas frontales que constituyen a modo de un dique en forma de arco, casi siempre múltiple. El dique se inclina siempre con una pendiente violenta hacia el interior de la cuenca y suave hacia el exterior. Entre el lago y el dique exterior, drumlins, esars, etc.,. complican generalmente la topografía.» fr. Ca ilion strié. al. Gekritztes Geschiebe. e. Canto estriado. Def.: «Cantos de aristas redondeadas, pero de caras planas, que llevan, sobre las mismas, estrías producidas por el frotamiento con los inmediatos o con las paredes o fondo del valle durante la marcha del glaciar. Son característicos, sobre todo, de las morrenas de fondo.» fr. Argüe á blocaux. al. Gletscherschlamm. e. Barro glaciar. Def.: «Barro de naturaleza predominantemente arcillosa, que tra- ba o cementa los cantos irregulares de una morrena.» fr. Dnimlin. al. Dnimlin. e. Drumlin. Def.: «Colina o montículo alargado, cuyo eje mayor es paralelo a la dirección en que marchó un glaciar y que está constituida por restos de la morrena profunda del mismo.» fr. Bloc érratiqíie. al. erratisclier Block. e. Bloque errático. Def.: «Canto de dimensiones considerables que transportado por un glaciar, queda, cuando el hielo se funde, a gran distancia de su punto de procedencia y muchas veces entre materiales de distinta 91 boletín de la real sociedad española naturaleza. Sirven para calcular la extensión y trayectoria de los glaciares desaparecidos.» Obs.: En el Diccionario de la Real Academia errático significa «vagabundo, que no tiene domicilio cierto», acepción que conviene bastante bien al caso de que nos ocupamos, así como la de bloque: «trozo grande de piedra sin labrar.» fr. Val/ée siispendue. al. Han ge tal. e. Valle suspendido. Def.: «Valle secundario, frecuentemente de origen glaciar, que desemboca en el valle principal a bastante altura, y, por consiguien- te, formando un escalón más o menos considerable.» f r. Cirqiie glaciaire. al. Kar. e. Circo glaciar, Def.: «Conjunto de alturas de fuerte pendiente dispuestas en arco, en cuyas laderas se deposita la nieve que alimenta al glaciar.» Obs.: El Diccionario de la Real Academia no trae la acepción geográfica de la palabra circo; por eso es necesario definir el circo glaciar. Hay algunos términos locales, como por ejemplo el de «Hoyos» en la Sierra de Guadarrama, que alude a pequeños circos de origen glaciar. fr. Verrón. al. Riegel. e. Umbral. Def.: «Elevación transversal en el valle excavado por un glaciar, incompatible con las formas de erosión originadas por los torrentes. Casi siempre va seguida de un gran escalón o ruptura de pen- diente.» ' Obs.: Umbral en el Diccionario de la Real Academia es: «Parte inferior o escalón, por lo común de piedra y contrapuesto al dintel, •en la puerta o entrada de una casa.» El concepto expresado por la palabra cerrojo, traducción del verrou francés, no conviene en modo alguno al accidente que estamos definiendo. DE HISTORIA NATURAL Oi fr. Auge. al. Ziingentrog. e. Artesa glaciar. Def.: «Parte profunda de un valle glaciar, excavada por la acción erosiva del hielo, cuya sección transversal en U semeja bastante a la de una artesa o gamella.» fr. Épaiilement. al. Scluilteriing (Schiilter). e. Hombrera. Def.: «Porción de la pared de un valle glaciar que sigue inmedia- tamente a la artesa glaciar. Tiene siempre una inclinación mucho menor que las paredes de la artesa, y si se prolongaran las hombre- ras de ambos lados resultaría para el valle una sección transversal en forma de V.» fr. GEsar (de la palabra escandinava as, plural asar). al. Asar. e. Esár. Def.: «Crestas perpendiculares al muro limitante de un anfiteatro morrénico, formadas por capas que presentan estratificación torren- cial. Son debidas probablemente a ríos subglaciares y abundan so- bre todo en Finlandia.» fr. Roche políe. al. Gletscherschliff. e. Liamiar. Def.: «Porción de roca pulimentada por el paso del glaciar.» Obs.: En Picos de Europa llaman lamiares (llambiares), a estas rocas. fr. Nnnatak (de Niinataker, escandinavo), al. Nnnatak. e. Nunaták. Def.: «Porciones de roca totalmente rodeadas por la masa de un glaciar, pero que por su altura sobresalen de la superficie del mis- mo. Generalmente son alargadas en el sentido de la marcha del hielo. Sus laderas están corroídas por el glaciar en su parte inferior, mien- tras que la superior muestra los efectos de la erosión subaérea.» 94 BOLETÍN Dlí LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA. fr. Moilíonné. al. gehockert (Rnndhócker). e. Aborregado. Def.: «Se dice del aspecto que presentan las rocas sobre que se ha deslizado un glaciar, porque recuerda confusamente un rebañó apretado de borregos, o lo que se llama un cielo aborregado.» Publicaciones qae l^a recibido la í^eal Sociedad Española de }4istoria Natural durante el mes de Diciembre de 1915. (La liste suivante servirá d'accusé de réception.) Alemania Internationalen Entomologen-Verein, Stuttgart. Enfomologische Rundschau, xxxii Jahrg., n." 12. Insektenbórse. xxxii Jahrg., n.os 23-24. Societas Entomológica, xxx Jahrg., n.° 12. España Asociación española para el Progreso de las Ciencias, Madrid. Congreso de Madrid. Tomo vn. Ibérica, Tortosa. N.o« 102-106. Boletín mensual. Vol. v. n." 12; vi, n.° 1. Peñalara, Madrid. Año ii, n.° 24. Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Fiestas del CL aniversario de su fundación. 1914. Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza. Boletín. Tomo xvi, n."" 9. Sociedad española de Física y Química, Madrid. Anales. Núm. 127. Estados Unidos y sus Colonias Academy of Natural Sciences of Philadelphia. Vol. lxvii, part i. Department of the Interior. Weather Bureau. Manila Central Obser- vatory. Bulletinfor May, 1915. Field Museum of Natural History, Chicago. Publica tions. 178-185. John Hopkins University Circular. 1915. N.os 1-2. Museum of Comparative Zoologyat Harvard College, Cambridge. Annual Report. Vol. ii, n.os 1-2. DE HISTORIA NATURAL ««S New-York Zoological Society. Zoológica. Vol. II, n.° 1. Smithsonian Institution, U. S. National Museum, Washington. Biilletin. Núm 71. Proceedings ofthe U. S. National Museum. 1915. The American Naturalist, New-York. Vol. xlix, n.°588. United States Geological Survey, Washington. Bulletin. 559, 660, 563, 567, 532, 589, 594, 596. Mineral Ressources ofthe United States. 1914, ii, 1. Professional Paper. 87, 90 I-L, 95 A. The publications of the U. S. Geolagical Survey. 1915. Water-Supply and Irrigation Paper. 312, 331, 338, 340 F-J; 341, 343, 345 H-I; 349, 353, 354, 365, 367, 368, 375 A; 580 L-P; 581 E; 620 A. University of California, Berkeley. Publications. Vol. xii, n.os 8-12; vol. xiii, n.os 8-10. Wilson Ornithological Club, Oberlin, Ohio. The Wilson Bulletin. Vol. xxvii, n.° 3. Wisconsin Academy of Sciences, Arts and Letres, Madison. Transactions. Vol. xvii, n." 1. Fran'cia Académie des Sciences de Paris. Comptes-rendus. Tome 161, n.os 22 26; tome 162, n." 1. Revue genérale des Sciences purés et appliquées, Paris. 26* année, n."s 22-23. Station Entomologique de la Faculté des Sciences, Rennes. Insecta. 5- année, n.os 52-54. Inglaterra y sus Colonias Royal microscopical Society, London. Journal. 1915, part. 6. The Canadian Entomologist, London. Vol. xlvii, n." 11. Italia La Nuova Notarisia, Modena. Anno xxx, Aprile, Luglio, Ottobre. Monaco Instituí océanographique, Monaco. Bulletin. N.os 307-312. Rusia Societas entomológica rossica, S. Petersburgo. Revue russe d'Entomologie. Tome xv, n.° 3. 96 bületin de la real sociedad española Suiza Société zoologique suisse et Muséum d'Histoire naturelle de Genéve. Reviie suisse de Zoologie. Vol. xxiii, n.os 10-11. Barras de Aragón (F. de las). Notas tomadas en Inglaterra, Escocia é Irlanda en 1909.— Sevilla, 1915. Cabrera (A.). Code de Nomenclature Zoologique. (Insecta, 1915.) w^mr SUMARIO DEL N.° 1. Sesión del 12 de Enero de 1916. Paga. Junta directiva de la Real Sociedad Española de Historia Na- tural para 1916 3 Comisión para el estudio del Noroeste de África 5 Socios fundadores de la Real Sociedad Española de Historia Natural. 6 Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación en 8 de Febrero de 1871. '. 6 Lista de socios de la Real Española de Historia Natural. 7 índice geográfico de los socios ' 43 Relaciones del estado de la Sociedad y de su Biblioteca 51 Lisia de las Sociedades con las que cambia, y de las publica- ciones periódicas que recibe la Real Sociedad Española de Historia Natural 57 Sesión del 12 de Enero de 1916.— Entrega y posesión de car- gos. — Admisiones y presentaciones. — Comunicaciones. — Secciones 69 NOTAS Y COMUNICACIONES García Mercet (R.).— Calcídidos nuevos de España 77 Barras de Aragón (F. de las).— Notas antropológicas: Cráneo antiguo de Sillezas (Burgos) ^ 79 BoscÁ Y Casanova (E.).— Un paradero de la época paleolítica en Oliva (Valencia) 81 Dantín Cereceda (J.).— Acerca de una nueva localidad^ espa- ñola de la creta o tiza. " 83 Buen (R. de).— Sobre la presencia en España de la Ranzania trúncala Retz 85 Fernández Navarro (L.).— Sobre traducción española de algu- nos términos frecuentemente empleados en Glaciología 86 Publicaciones recibidas 94 LISTA de los señores socios de provincias (i) y ex- tranjero que han satisfecho su cuota desde 1.' á 31 de Enero de 1916. Cuota 1915. Fenech. Barreiro. Granja agrícola de Falencia. Escribano (F.). Instituto de Salamanca. Instituto de San Sebastián. Jiménez de Cisneros. ~ , ,r.:.^ Merino. Cuota 1916. Sánchez Navarro (E.). Ateneo Montañés. Silva Ta vares. Berraondo. Siret. (1) No se incluyen los de las capitales en que existen Secciones de esta Sociedad. MADRID.— FOHTANBT, IMPEESOE DE LA B. 80C. KSP. DB HIST. NAT. LIBERTAD, 29.— TELÉFONO 991 .^:-:-'^;^;^.-^ Tomo Xl/L— Núm. 2. DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de [listo ría natural FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 1871 Febrero de 1916 MUSEO NACIONAL. £>£ CIENCIAS NATURALES Hipódromo.— Teléf, 6.276 ,'. '•■ -.-V ■■-.,>\»'í OBSERVACIONES Los BOCIOS COBBBSPOHDIENTES EXTRANJEROS podrán recibir las publica- ciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas. Los KUMEBABios abonarán la cuota anual de 15 pesetas ó la de 18,60 si residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuento al tesorero en la época dé admisión, y posteriormente en el mes de Enero de cada año. Reciben el Boletín y las Meiíobias. Los AQBBGADos abouau la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Boletín. Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta- dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á raión de 4 pe- setas por trimeste los numerarios y de 2,26 los agregados. Los socios numerarios que abonen de una vez ó en tres plazos anuales la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas las publicaciones de la Sociedad. Los que hicieren á la Sociedad el donativo de 500 pesetas serán consi- derados como socios perpetuos, con iguales derechos que los vitalicios, pero figurando flu nombre á perpetuidad en la lista de socios, junto al de los socios fundadores. Sesión del 9 de Febrero de 19 J 6. PRESIDENCIA DEL SEÑOR DON JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. Admisiones y presentaciones.— Fueron admitidos los señores men- cionados en el acta de Enero y, además, el Sr. Henry Breuil, del Instituto de Paleontología, de París, cuya presentación fué hecha por el Sr. Hernández-Pacheco. Comunicaciones.— El Secretario presenta un trabajo de los seño- res Del Pan y Paul Wernert, titulado «Consideraciones acerca de una nota bibliográfica publicada por el P. Barreiro en la revista España y América^). — El mismo Secretario presenta una nota de que es autor, sobre Calcídidos de España. —El Sr. Fernández Navarro da cuenta de un trabajo suyo, que titula «Notas petrográficas». El mismo presentó unos ejemplares de turba y baritina remitidos al Museo de Madrid por D. Antimo Boscá, nuestro consocio de Cas- tellón de la Plana. El primero es' procedente de la turbera «El Cuadro», situada a 3 km. de la capital y uno del mar, que va a explotarse como com- bustible. La localidad no estaba mencionada en los libros con preci- sión, aunque parece que constituye un importante yacimiento. Aun- que el aspecto externo es de una turba reciente con restos de vege- tales y pequeños moluscos de aguas pantanosas, en la fractura presenta dureza y compacidad, que hacen sospechar una riqueza considerable en carbono. La baritina está representada por dos ejemplares, ambos intere- santes. Uno es en masa, blanco, de estructura finamente sacaroi- dea, trasluciente en los bordes, con un aspecto muy distinto del ha- bitual en la especie. El otro ejemplar es una masa de exfoliación, muy trasluciente, que presenta con una claridad poco común las es- trías de la macla según (601) y de la según (011), paralelas respec- tivamente a las diagonales mayor y menor de la base. —El Sr. Hernández-Pacheco presentó una nota sobre el descu- ToMO XVI.— Febrero, 1916. 7 9^ boletín de la real sociedad española brimiento de pinturas prehistóricas y dólmenes en Alburquerque Badajoz) y en la frontera portuguesa. El mismo sometió a la consideración de los señores socios una publicación suya titulada «Las tierras negras del extremo Sur de España y sus yacimientos paleolíticos», con otra nota incluida en la misma publicación, sobre las tierras negras de Marruecos, de que es autor el Sr. Dantín. Ambas constituyen el número 13 de la Serie Geológica de los Trabajos del Museo Nacional de Ciencias natu- rales de Madrid. Secciones. — La Sección de Barcelona celebró sesión el 29 de Enero bajo la Presidencia de D. José María Bofill. Toman posesión de sus cargos los nuevos Presidente y Vicepre- sidente, y expresan la satisfacción con que la Sección ha visto durante el año pasado la acertada gestión de sus antecesores. — Los Sres. Lecumberri y Maluquer proponen, como nuevos so- cios numerarios, respectivamente, a D. Juan Cañáis Carreño, alum- no de la Facultad de Ciencias, y a D. Ignacio de Sagarra. — D. Luis Mariano Vidal entrega una comunicación titulada: «Nota sobre el pretendido Archaeopteryx de la Guinea española.» — El Sr. Faura da cuenta del fallecimiento de los geólogos fran- ceses Sres. Callot, Larrazet, Zeiller y Dauvillé, autores todos ellos de trabajos referentes a la Geología de España, y dedica sentidas palabras a la memoria de dichos malogrados naturalistas. El mismo señor presenta una nota bibliográfica referente a uri trabajo del señor Fontseré titulado «La estación sísmica del Observatorio Fabra y su funcionamiento durante el año 1914». — Los Sres. Pardillo y Gil presentan la segunda parte de un tra- bajo en el que estudian diversas formas cristalinas de la piromorfita de Horcajo (Ciudad Real). — El Sr. Cazurro da cuenta de haber verificado, en unión de otros socios, una excursión a unas canteras próximas a Tarragí)na; hace una descripción de aquel paraje y promete, junto con los señores San Miguel y Serradell, escribir un resumen de los resultados de la excursión, que ha sido interesante por varios conceptos. —La de Sevilla celebró sesión el 1 ." de Febrero, bajo la Presi- dencia del Sr. Barras. —El Sr. Torremocha usó de la palabra para dar cuenta de algu- nas experiencias de la espectroscopia de la sangre, y se ofreció a DE HISTORIA NATURAL 99 •que las presenciaran los demás socios, a cuyo efecto se acordó, a propuesta del Sr. Barras, que la próxima sesión se verifique en el la- boratorio de Fisiología de la Facultad de Medicina. —El mismo SV. Torremocha dio noticia de unos experimentos de ielegonía entre conejos albinos y pardos. —El Sr. Benjumea dio cuenta del encuentro de un balénido fósil en el Mioceno de Villanueva, haciendo con este motivo uso de la pa- labra los Sres. González Tenorio y Simó. — También se proyectaron varias excursiones. —Antes de levantar la sesión, el Sr. Barras repartió a los señores socios la invitación firmada por los Sres. Candan, Torremocha, Mu- rillo. García Oviedo y por él, solicitando conferencias para reorga- nizar en Sevilla la Extensión Universitaria. Dijo que se habían reci- bido ya numerosas adhesiones y que, desde luego, había puesto el Gabinete al servicio de estos trabajos y hacía tiempo venía dando un curso de Historia Natural con carácter eminentemente práctico, para maestras. —Se acordó por unanimidad, a propuesta del Sr. Tenorio, que la Sección de Sevilla cooperara en cuanto le sea posible a la exten- sión universitaria, y después se levantó la sesión. —La de Zaragoza celebró sesión el 26 de Enero, bajo la presi- dencia del Dr. de Gregorio Rocasolano. Después de aprobada el acta de la anterior y tomado posesión del cargo de Presidente el Sr. de Gregorio, manifestó su gratitud por la distinción de que había sido objeto y propuso un voto de gracias para la Junta saliente, y así se acordó. —El Sr. Bellido hizo análogas manifestaciones, así como los de- más señores Tesorero y Secretario, que habían sido reelegidos. —El señor Presidente hizo saber que había fallecido D. Manuel Díaz de Arcaya, Director del Instituto General y Técnico y ex Pre- sidente que fué de esta Sección. La noticia causa verdadero senti- miento, por la pérdida de tan esclarecido maestro de maestros uni- versitarios, acordándose se hiciese constar en acta. —El Sr. Moyano dio conocimiento de que al distinguido Catedrá- tico de esta Facultad de Medicina y dignísimo Vicepresidente de la Sección, D. Jesús M." Bellido, le había sido concedido el premio «Garí», de la Real Academia de Medicina de Barcelona, por su tra- bajo «Correcciones fundamentales en el aparato urinario». Con tal motivo, el Sr. Bellido fué muy felicitado, lo cual agradeció vivamen- 100 boletín de la real sociedad española te. Se acordó se hiciese constar en acta la satisfacción sentida por todos los señores socios. — El Sr. Ferrando dio cuenta del donativo que el Dr. Dosset (que en paz descanse) había hecho al Museo Botánico de la Facultad de Ciencias, juzgándole muy interesante para la enseñanza, y se acor- dó ver el medio de que se puedan proseguir los trabajos del señor Dosset, de tan grato recuerdo. — La de Valencia celebró sesión el día 27 en el Laboratorio de Hidrobiología del Instituto general y técnico, bajo la presidencia del Director de dicho Centro, Dr. D. Francisco Moróte. — El Sr. Trullenque presenta para nuevo socio numerario al señor D. Francisco Castell, Catedrático honorario de la Facultad de Ciencias. ^El Sr. Moróte recordó lo conveniente que sería dar nuevo im- pulso a la formación del proyectado catálogo de nombres vulgares regionales de los vegetales que habitan en nuestras provincias, así como también al fomento de las colecciones que se destinen al Mu- seo regional, a fin de que sean fiel reflejo de la gea, flora y fauna de nuestra comarca. —El Sr. Sales dio cuenta del hallazgo de un ejemplar de oligisto en el término municipal de Vives (Castellón), ofreciendo. proporcio- nar más datos referentes á dicho ejemplar y al sitio en "donde fué hallado, para la próxima reunión. Nota bibliográfica. Del Sr. Faura y Sans (sesión de Barcelona): Dr. E. FoNTSERÉ : La Estación sísmica del Observatorio Fabra y su funcionamiento durante el año 1914. (Mem. de la R. Acad. de Cien, y Art. de Barcelona, 3.-'^ época, vol. xii, núm. 6, Diciembre de 1915.) El nuevo Director de la Estación sismológica que tiene instalada la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona en el Observa- torio Fabra, el Dr. Eduardo Fontseré, miembro de aquella docta Corporación y Catedrático de la Universidad de Barcelona, nos da cuenta detallada de la instalación de los nuevos aparatos y su fun- cionamiento con el esmero cuidadoso con que debe precisarse cien- tíficamente las manifestaciones sísmicas. Cuenta actualmente la Estación con el microsismógrafo Vicentini DE HISTORIA NATURAL 10! y dos péndulos bifilares Mainka, y todos los demás aparatos ane- xos, de relojería y eléctricos. Presenta una gráfica complementaria para el cálculo de amplitu- tud de onda por el método de Schmit, calculada y trazada por el ayudante del servicio Dr. Jardí. Y al final reproduce el autor los diferentes modelos que utiliza para una metódica ordenación de los datos registrados en la esta- ción que está bajo su dirección técnica. Notas y comunicaciones. Consideraciones acerca de una nota bibliográfica del P. A. Barreiro, titulada Un capítulo de Etnografía comparada (i) por Ismael del Pan y Paul Wernert. Nos complace extraordinariamente presentar a la considera- ción de la Sociedad, una nota bibliográfica tan interesante como la Las pinturas en esta extensa región de cuarcitas están repartidas en tres territorios principales: uno, por Cabeza del Buey y sierras situadas al S. de La Serena, al que se hace referencia en el libro del Sr. Cabré El Arte Rupestre, pág. 86. Otro centro que se señala ahora por vez primera, es el que cons- tituye la Sierra de San Servan y 'prolongaciones orientales hacia Alanje, por los términos de Arroyo de San Servan, Calamonte y Alanje. Estas sierras están constituidas por riscos de cuarcitas, son de no gran elevación, pero escarpadas, y dominan gran extensión de territorio, destacando y señalándose desde largas distancias en medio de la feraz llanura de Tierra de Barros. El tercer núcleo lo forman la extensa zona de la Sierra de Sai? Pedro, que establece divisoria entre los ríos Tajo y Guadiana, y formando parte de las dos provincias extremeñas, separa una de otra; este territorio comienza al W. de Mérida, y ensanchándose cada vez más la zona montañosa de terrenos silúricos, llega hasta la frontera portuguesa por territorios poco poblados y en su mayor parte con grandes dehesas con arbolado de encina y alcornoque. Las pinturas y monumentos megalíticos de que en la presente nota vamos a presentar algunos ejemplos, están en la parte más occiden- Bol. de la R. Soc. Esp. de Hist. Nat, Tomo XVI.— Lám. I. 1 Risco de La Carava, en Alburquerque (Badajoz). [Las flechas indican el sitio de las pinturas. Abrigo de La Esperanza (Portugal), en la región fronteriza de Alburquerque. Bol. de la¡R. Soc. Esp. de Hist. Nat. Tomo XVI. -Lám. II. Dolmen en la Encomienda de Mayorga. San Vicente de Alcántara (Badajoz.) Dolmen en la Encomienda de Mayorga. San Vicente de Alcántara (Badajoz.) DE HISTORIA NATURAL li9 tal de la región por los términos de Alburquerque y San Vicente de Alcántara, y algunos dentro ya de territorio portugués en la Sierra de San Mamede. Esta situación en el extremo occidental de España la juzgamos de interés, por cuanto comprueba que el pueblo neolí- tico o eneolítico que con tanta profusión pintó las estilizaciones de la Sierra Morena, ocupó todo el ámbito de España, pues se encuen- tran sus pinturas desde Cádiz hasta Asturias, y ahora vemos que se extienden desde Levante hasta Portugal. Por otra parte, la asociación de pinturas estilizadas en los peñones de Alburquerque y del inmediato territorio portugués con los nume- rosos dólmenes, otros monumentos megalíticos y enterramientos en forma de túmulos, permiten hacer algunas deducciones de interés respecto a la edad de las pinturas. El descubrimiento de pinturas, monumentos megalíticos y túmu- los, se debe, como se indica en el título, al profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Toledo, el escultor D. Aurelio Cabrera, el cual desde 1914, mediante autorización de la Junta superior de excavaciones y antigüedades, viene realizando estudios de ín- dole arqueológica y prehistórica en la región mencionada, de la cual es natural. El Sr. Mélida (1) publicó hace poco tiempo un interesante fo- lleto, acerca de los dólmenes de Extremadura, por el que se ve que toda la región central y en cierto modo también la meridional, están llenas de estos interesantes monumentos, descubiertos en su mayor parte por el Sr. Mélida. La localidad de la dehesa de Mayorga en San Vicente de Alcán- tara, es ya señalada en la publicación a que nos venimos refiriendo, pues se cita y dibuja un dolmen situado en el «millar del anta en la antigua Encomienda de Mayorga, situada en término de San Vi- cente de Alcántara, junto a la raya de Portugal >■•. Como ejemplos de localidades con pinturas y grabados rupestres de Extremadura central, reproducimos aquí los de las más occiden- tales, descubiertas por el Sr. Cabrera, y de las que tiene calcos la Comisión de Investigaciones paleontológicas y prehistóri- cas. Al presente el Sr. Cabrera continúa sus investigaciones por el país y calcando nuevas localidades; materiales que, una vez reuni- (1) José Ramón Mélida: Arquitectura dolménica Ibera. Dólme- nes de la provincia de Badajoz. Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid, 1914. 120 BOLlíTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA dos, se publicarán detalladamente en las Memorias de la Comi- sión citada, debiéndose considerar la presente nota como una sim- ple noticia y anuncio de publicaciones posteriores. y^V Abrigos y peñas, con pinturas, en la región 1 \ í/e Alburquerque. — Las principales localidades con ^ I pinturas de la región de Alburquerque son las si- ^3 m guientes: I ^^^ Riscos de San Blas. — El Risco de San Blas es un % gran peñón de cuarcita silúrica, situado a unos dos ^ kilómetros al W. de la villa de Alburquerque en una ^k serrata, en la cual el castillo de la villa está empla- ^ zado en otro risco análogo. Fig. 1.^- Signo Están situadas las pinturas en la parte baja del pintado en el Ris- . , ,. -. . . i -j co de San Blas nsco en dos USOS O superficies planas producidas por en Alburquerque |gg diaclasas de la roca, separados entre sí una vein- (Badajoz). ^ tena de metros. En una de las superficies destaca un signo en rojo de trazo ancho unos 2 cm., teniendo la pintura unos 30 cm. de alto, y del cual da idea el grabado adjunto. T t ?k I mt T T^ Fig. Q.''— Pinturas del Risco de San Blas en Alburquerque (Badajoz). La composición principal del Risco de San Blas, situada en el otro liso, es extensa y contiene numerosas figuras estilizadas de los ti- DE HISTORIA NATURAL 121 pos tan abundantes en Sierra Morena, de las cuales sólo se repro- ducen aquí las que se aprecian claramente en la peña sin humedecer la superficie de ésta y, por lo tanto, las más visibles. El tamaño to- tal de la composición es de unos tres metros de largo por cerca de dos de alto, y el de los signos repre- sentados, variable entre 20 y 80 cm. La figura 2.^ da idea del conjunto pictográfico principal del Risco de San Blas. Junto al risco, cuyas pinturas hemos mencionado, existe hacia el W. otro peñón también de cuarcita en la misma serrata, separado unos 50 a 60 m. del gran- de; en una de las superficies planas de la peña se en- cuentra otro signo aislado, que tendrá de 30 a 40 centímetros de alto, y es el representado en la ^.^ s.^-signo figura 3." pintado en el ^ , , o. t , ^ r- I Risco pequeño Pinturas de la Sierra de la Carava.— i^n la de San Blas en misma dirección que los crestones de cuarcita del ^'/g^ada^oz?"^ Castillo de. Alburquerque y que el Risco de San Blas, se continúa hacia Poniente la Sierra de la Carava, que se eleva gradualmente después de pasado algún trecho, donde los riscos y peñones se interrumpen. En un pequeño abrigo que forman las cuar- citas (lám. i), y que dista de Alburquerque unos cuatro kilómetros, se encuentra una compleja composición del tipo de las anteriores, si bien con algunas variantes que no detallamos ni discutimos hasta la publicación de toda la composición. Llena ésta todo el interior del abrigo, cuya profundidad es de un par de metros como máximo por unos cuatro de ancho y dos de alto. De algunos de los signos dan ¡dea los representados en la figura 4."* En la vertiente opuesta a la que están estas pinturas, o sea en la vertiente N. y a la distancia de unos cuatro kilómetros de Albur- querque, existe una gran peña de granito con muy suave incli- nación y que forma una superficie casi plana de unos 14 ó 15 metros de largo por unos 6 ó 7 de ancho; en ella están grabados nu- merosos signos del tipo de los que hemos descrito en la llamada Laja de los hierros (1) en el S. de la provincia de Cádiz, al N. de la depresión del Barbaté. Esta gran peña se llama en Alburquerque (1) Cabré y Hernández-Pacheco: Avance al estadio de las pin- taras rupestres del extremo Sur de España. Com. de Invest. Paleont. y Prehist. Mem. 3.'^ Madrid, 1914. 122 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA La Piedra de las herraduras, y creen en el país que allí están grabados desde tiempo inmemorial los hierros con que los antiguos ganaderos acostumbraban marcar a sus reses. Actualmente está el Sr. Cabrera obteniendo calcos y planos de esta curiosa peña. Conviene advertir que aun en la actualidad, siguiendo quizá una tradición remotísima los pastores de esta comarca, esencialmente ganadera, siguen grabando a veces en la piedras las marcas de las Fig. 4."— Pinturas del Risco de la Carava en Alburquerque (Badajoz). ganaderías o utilizando en algún caso signos de los allí empleados para señalar los ganados. Es también coincidencia curiosa que la denominación que lleva el lugar donde están las pinturas y la singular «Piedra de las herra- duras» se llame La Carava, voz que en nuestro idioma castellano significa reunión de gente campesina los días festivos para solaz y recreo. Sólo a título de curiosidad y sin pretender deducir conse- cuencia alguna respecto a la significación de tales grabados, expo- nemos estas dos observaciones. Risco de la Esperanza.— h\m más al W., ya en territorio por- tugués cerca de la pequeña aldea La Esperanza, en las huertas de Benavente y sitio de Valdejunto, correspondiendo a las sierras por- tuguesas de San Mamede, existe otro risco de cuarcitas distante DE HISTORIA NATURAL 123 próximamente un kiló- metro de la aldea men- cionada que ocupa el valle. A media ladera del ce- rro se abre entre las cuarcitas un profundo y espacioso abrigo (lám. i), por cuanto tendrá unos r 10 metros de largo por cuatro de alto en algún sitio y de dos a tres de ■ | t son en rojo, pertenecen a la familia de los de Sie- f* CVT/V rra Morena, de los que tan detenidamente se ocupó y representó nues- tro GóNGORA a media- dos del siglo pasado. O ■a CQ ::í desprendida del techo ^ existe el singular dibujo que representa la figu- ra 6.^ Todos estos dibujos y^ CH—T^ /- .ti o .5? "53 •o in &, 1-24 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Dólmenes y túmulos. — Los dólmenes que en el país, como en Portugal, llaman antas, están repartidos por todo el territorio, pero donde más abundan es en el término de San Vicente de Alcántara por los terrenos graníticos, roca que se presta mucho mejor que la cuarcita a obtener piezas grandes y apropiadas para construirlos. Fig. 6.''— Signo pintado en el abrigo de La Esperanza (Portugal), región fronteriza de Alburquerque. Entre los mejor conservados están los fotografiados por D. José Rebollo, distinguido artista y profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Badajoz, hace ya algunos años. La mayor parte están excavados por buscadores de tesoros, y algunos derruidos. La lá- mina íi representa dos de los dólmenes fotografiados por el Sr. Re- bollo. Los reconocidos últimamente por el Sr. Cabrera, son los si- guientes: Anta de la Vega del Peso, en la dehesa llamada Encomienda de Mayorga, término de San Vicente de Alcántara. Está el dolmen en gran parte destruido, pues hace unos cinco o seis años fué excavado por unos campesinos con objeto de buscar un tesoro. El Sr. Cabrera pudo recoger algunos de los objetos que contenía, que se conservaban en poder de uno de los excavadores, los cuales tiraron o perdieron la mayor parte de los objetos encon- trados. Los que el Sr. Cabrera pudo reunir son las dos placas de pizarras grabadas que reproducimos, cuatro hachas de piedra que se conservan en el pequeño Museo de la villa de Alburquerque, un trozo de cerámica de barro correspondiente a una vasija hemiesfé- rica de unos diez centímetros de diámetro, y un trozo de cráneo humano correspondiente al occipital. El relato de la excavación, copiado por el Sr. Cabrera en el mo- mento de referírselo uno de los excavadores, es el siguiente: «Ahondando dentro como metro y medio, sin dar con el fin de las piedras, como a menos de un metro de profundidad, encontramos UE HISTORIA NATURAL 125 como una veintena de «cuenquecitos» de barro del mismo tamaño que el pedazo que existe y además tres hachas de piedra obscura afilada en corte por un extremo y otra de piedra blanca y muy dura; las pizarras labradas, como las que hay, serían una veintena con la misma clase de labor de éstas, y con todo ésto cinco o más esque- letos de personas, lo cual estaría hasta una profundidad de menos de metro y medio; también se recogieron diversos trozos de piedra de lumbre, largos hasta de diez centímetros por dos y medio de ancho.» Anta de la Cerca de Enmedio, en la dehesa de Mayorga, tér- mino de San Vicente de Alcántara. Los obreros empleados en realizar operaciones de descuaje en la Fig. 7."— Planta del dolmen de la Cerca de Enmedio. Encomienda de Mayorga (San Vicente de Alcántara, Badajoz). dehesa, hace algún tiempo excavaron también este dolmen, aunque no por completo, quitándole las tapas de la galería y destruyéndole parcialmente, si bien no en for- ma tal que no pueda recono- ,•-'" 'n cerse la disposición de las pie- dras, como se representa en la figura 7.^ Anta del Careo de Anta y Turma, dehesa de Mayorga, término de San Vicente de Al- cántara. Es análogo al anterior, circu- lar y con corredor de acceso. También revuelto y excavado; uno de los mayores de la loca- lidad, por cuanto tiene más de doce metros de largo, según repre- senta la figura S.'"^ Anta del Careo de Cuesta. La cámara circular tiene unos tres Fig. 8.^— Planta del dolmen del Careo de Anta y Turma. Encomienda de Mayorga (San Vicente de Alcántara, Badajoz). 1-2G DULKTIN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA metros de diámetro, y alguna de las piedras que se conservan en pie sobresalen de la tierra dos metros y medio, pero la destrucción ha sido casi completa, si bien puede reconstruirse, por las piedras caídas, la disposición y estructura de este dolmen. Otros dólmenes existen cerca del pozo de Poca Harina, en el lugar llam.ado Torre del Vizconde y en La Esparragosa, término de Alburquerque, junto a sepul- cros excavados en la roca, de edad posterior. Además de construcciones de este tipo, existen en la región, y existían muchos más, enterramientos en túmu- lo, especialmente en la de- hesa de Azagala, término de Alburquerque, donde recien- temente, en las operaciones de descuaje, los campesinos han destruido muchos, cons- tituidos por pequeños monte- cilios de piedra y tierra, que en su interior contenían una sepultura o cavidad cubierta por una piedra tosca y plana. La inspección detenida de ta- les construcciones, como de otras referibles al grupo de las megalíticas, nos permitirá hacer deducciones respecto a su edad prehistórica y carac- teres, de los cuales ahora se- ría prematuro hablar. Tampoco hacemos ahora indicaciones respecto a las cavidades o cuevas como la del Ladrón, en la dehesa de Azagala, y la cueva de Soterraño, modernamente utilizada como encerradero de ganado, hasta que una inspección más detenida que pensamos realizar en fecha próxima, nos permitan hacer deducciones más fun- damentales que los incompletos datos que ahora poseemos. Edad de las pintaras y dó/nienes— Aunque esta cuestión será Fig. 9.''— ídolo neolítico en pizarra del dol- men de la Vega del Peso en San Vicente de Alcántara (Badajoz). DE HISTORIA NATURAL 12" objeto de más detenido estudio, en la publicación que mediante esta nota anunciamos, puede adelantarse algo acerca de la edad de am- bas manifestaciones de la actividad del hombre prehistórico. Los objetos encontrados en uno délos dólmenes excavados, en el de la Vega del Peso en San Vicente de Alcántara (Badajoz), de los Fig. 10.— Fragmento inferior de un ídolo neolítico en pizarra, del dolmen de la Vega del Peso, en San Vicente de Alcántara (Badajoz). cuales conservamos un fragmento de cerámica y dos pizarras graba- das consideradas como amuletos o ídolos (figs. 9 y 10), nos lle- van a considerar a estas construcciones como de edad eneolítica. De las dos pizarras con grabados, una está entera, la otra es la mitad inferior, pues observando sus bordes ésto no deja lugar a duda al- guna, ídolos análogos y aun idénticos á éstos se han encontrado en relativa abundancia en Portugal y en la Extremadura española, es- pecialmente en las cercanías del Tajo, en Garrovillas; de tal modo, que el área de extensión que asigna a estos singulares objetos el Sr. CoRREíA en su interesante trabajo, se aumenta con una buena parte de España. Las dos formas de ornamentación que tienen las pizarras del dol- men de Alburquerque se observan en los de Portugal, de una ma- nera tan clara, que se ve se trata de una gran provincia etnográfica eneolítica. Consúltense a estos efectos los trabajos de Martins (1), Leite de Vasconcellos (2), y los recientes del último autor, (1) Martins Estacio da Veiga: Antigüedades monumentaes del Algarbe. Lisboa, 1886. (2) Leite de Vasconcellos: Excursao arqueológica a Extrema- dura Transtagana. Lisboa, 1914. liS boletín DI', L.V RIÍAL SOCllínAl) ESPAÑOLA. FoNTES (1) y CoRREíA (2), con otros prehistoriadores portu- gueses. Claramente se comprende, estudiando el conjunto de las pizarras grabadas de las sepulturas dolménicas de Portugal y Extremadura española, que representan la figura humana; en algunas se aprecia la cara, aun con indicaciones del tatuaje facial, según han expuesto los Sres. Fontes y Córrela; el resto de la decoración de la placa corresponde al vestido, según tuvimos ocasión de exponer en nues- tro trabajo respecto a Peña Tú (3) y según se deduce de la intere- sante escultura de barro cocido, de unos 30 centímetros de alto, de procedencia claramente neolítica, que se conserva en el Museo de Belgrado y que representa el profesor Obermaier (4). La asociación que existe en Peña Tú entre el ídolo dolménico» que tanta analogía y casi identidad ofrece con las placas de pizarra más antropomorfas de Portugal, y el puñal eneolítico, uno y otro grabados en la peña, y los dibujos en rojo representando estiliza- ciones humanas que los acompañan, prueban la edad del final del neolítico o eneolítico que suponemos a los dólmenes de la región de Alburquerque y a las pinturas de los abrigos y rocas inmediatos. La estrecha relación que entre las pinturas extremeñas existe con las descritas por nuestro Góngora (5) de la cueva de la Batanera y Piedra Escrita, en Fuencaliente (Ciudad Real), y señaladas después por diversos investigadores modernos en tan diversos lugares de la Península, nos hace ver, como dijimos al principio, que el pueblo del final del neolítico se extendió con iguales costumbres pictóricas desde Cádiz a Asturias y desde Levante hasta Portugal. (1) Joaquín FoNTEs: Sobre a Taiiiagen facial en Ídolos prehis- tóricos agentilicos. Archivo de Anat. e Anthrop. Vol. iii, nüm. 2. Lisboa, 1915. (2) Virgilio Correia: ídolos prehistóricos tatuados de Portu- gal. Separata da Aguia. Lisboa, 1915. (3) Hernández-Pacheco, Cabré y Conde de la Vega del Se- lla: Las pinturas prehistóricas de Peña Tú (Asturias). Com. de Invest. Paleont. y Prehist. Mem. 2.^ Madrid, 1913. (4) Hugo Obermaier: Der Mensch der Vorzeit, figuras 328. Ber- lín, 1912. (5) Manuel de Góngora: Antigüedades prehistóricas de Anda- lacia, páginas 62 a 78, figuras 70 a 87. Madrid, 1868. ^^i& SUMARIO DEL N.° 2. Sesión del 9 de Febrero de 1916. Págs. Sesión del 9 de Febrero de 1916.— Admisiones y presentado-.. nes.— Comunicaciones.— Secciones.— Nota bibliográfica — 97 NOTAS Y COMÜlílCACIONES Del Pan (I.) y Wernert (P.).— Consideraciones acerca de una nota bibliográfica del P. A. Barreiro, titulada Un capítulo de. Etnografía comparada 101 García del Cid (F.) y de Arias.— Hallazgo de formaciones la- custres pliocénicas en Montroig (provincia de Tarragona.) — 105 Fernández Navarro (L.)— Notas petrográficas 107 Vidal (L. M.)— Sobre el pretendido Archceopteryx de la Guinea española 111 García Mercet (R.)— Calcídidos de España 112 Hernández-Pacheco (E.)— Pinturas prehistóricas y dólmenes de la región de Alburquerque (Extremadura). Láminas i-ii 118 LISTA de los señores socios de provincias (D y ex- tranjero que han satisfecho su cuota desde 1." á 29 de Febrero de 1916. Cuota 1916. Mayordomo. Pantel. Pan. Cuota 1916. Pereyra. Plá Bordas. Sánchez Robles. Crespí. Tutor. Instituto de Pontevedra. ^^^^ ^^y^ — Oswaldo Cruz. Jerónimo Barroso. Pantel. Macho. (1) No se incluyen los de las capitales en que existen Secciones de esta Sociedad. MADEID.— FOBTA.NBT, IMPEKSOE DK LA B. 800. E8P. DB HIST. WAT. LIBERTAD, 29.— TBLÉFOMO Wl ñ^i^l::.' } -""^^^ t -ijbrtíS.- Tomo XVI.— Núm. 3. .\' *-V^ DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA da flistoria fíatural PUNDADA EN 8 DE FEBRERO OE 1871 Marzo de 1916 MUSEO NACIONAL, DE CIENCIAS NATURALES Hipódromo.—Teléf. 6.27© OBSERVACIONES Los BOCIOS ooRBESPOiíDiENTBa BXTBASJEB08 podrán rccibir las publica- ciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas. Los NxniEBABios abonarán la cuota anual de 16 pesetas ó la de 16,60 si residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuente al tesorero en la época de admisión, y posteriormente en el mes de Enero de cada año. Reciben el Boletík y las Mbmobias. Los AGREGADOS abouBu la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Boletín. Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta- dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á razón de 4 pe- setas por trimeste los numerarios y de 2,26 los agregados. Los socios numerarios que abonen de una vez ó en tres plazos anuales la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas las publicaciones de la Sociedad. Los que hicieren á la Sociedad el donativo de 500 pesetas serán consi- derados como socios perpetuos, con iguales derechos que los vitalicios, pero figurando su nombre á perpetuidad en la lista de socios, junto al de los socios fundadores. Sesión del T de Marzo de \9\6. PRESIDENCIA DEL SEÑOR DON JOSÉ MARÍA DUSiMET Y ALONSO El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. Admisiones y presentaciones.— Fueron admitidos los señores pre- sentados en la sesión de Febrero, y propuestos también para socios numerarios los Sres. Marqués de Cerralbo, D. Antonio Becerra y Herráiz, D. Joaquín Pía, D. Gregorio F. Guerrero Rodríguez, D. Mariano de la Paz Gómez y Rodríguez y el Instituto de Cas- tellón, siendo presentado el primero, por D. Ignacio Bolívar y D. Juan Cabré; los dos siguientes por D. Cándido Bolívar, y los tres últimos por D. Carlos Vicioso, D. Luis Lozano y D. Antimo Boscá, respectivamente. Comunicaciones. — El Sr. González Fragoso presenta un trabajo titulado Pugillus mycetorum Persice. El mismo señor comunica la sígnente nota: «Tengo el sentimiento de participar a la Sociedad la muerte del botánico francés, Dr. Fernand Pelourde, bien conocido por sus tra- bajos acerca de los heléchos fósiles de Francia, Brasil y Tonkín, y aún más por su Paleontología vegetal {\), que desgraciadamente deja incompleta, no habiendo publicado más que el primer tomo. Pelourde, cuyos trabajos habían sido laureados por el Instituto de Francia, y premiados por el gobierno con el título de Oficial de Academia, era, en su modesto puesto de Preparador del Museo de París, el continuador de los trabajos de B. Renault, cuyos cursos de Botánica fósil son hoy clásicos, consultados por todos. Actual- mente preparaba un estudio acerca de algunos heléchos fósiles que pude remitirle, y que fueron encontrados por nuestro consocio el Sr. García Velázquez. El modestísimo botánico, en quien fundaba grandes esperanzas el ilustre paleontólogo Zeiller, también muerto ha pocas semanas, ha (1) Pelourde: Paleont. veg.-Crypt. celL et Crvpt. vasc—Psi- ris, 1914. To.MO xvi.-Marzo, 1916. 9 130 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA fallecido muy joven, a los treinta y un años, a consecuencia de cruel enfermedad contraída en las trincheras, donde fué a cumplir sus de- beres para con la patria.» —El Sr. Cabrera (D. Ángel), da cuenta de haber estudiado una subespecie nueva del Capreolus capreolus, procedente de las mon- tañas de León. —El Sr. Lozano presenta una nota escrita por D. Rafael de Buen sobre algunos peces interesantes del Laboratorio de Biología mari- na de Málaga. —El Secretario lee una comunicación del Sr. H. Breuil titulada: «Algunas observaciones acerca del trabajo del Sr. Cabré sobre El Arte rupestre en España k —El Sr. Dusmet presenta una nota bibliográfica sobre trabajos publicados en el extranjero, durante 1915, en que aparecen des- criptas especies pertenecientes a la fauna española o a la de sus colonias. —El Sr. De Buen (D. Fernando), participa el hallazgo de un Gobius comensal de Alosa vulgaris. —El Sr. Bolívar y Pieltain (D. Cándido) presenta la nota si- guiente: «Creemos de interés hacer constar el hallazgo, en la vecina Sierra de Guadarrama, de una especie del género Chionea, notable dípte- ro nivícola, desprovisto de alas, perteneciente a la familia Lim- nobidae, y que no había sido citado nunca como de la fauna ibérica. Encontramos esta especie por vez primera durante el invierno de 1914 a 1915, recogiendo entonces tres ejemplares en diferentes días. Posteriormente no habíamos vuelto a capturarla hasta el 13 de Fe- brero último, en que tuvimos la suerte de recoger dos ejemplares (cf y 9). Todos los individuos han sido hallados corriendo sobre la nieve, en ambas vertientes del Puerto de Navacerrada, en altitudes com- prendidas entre 1.600 y 1.800 m., siendo curioso hacer constar que el insecto no sale sino los días nublados y más fríos del invierno. La Chionea no es el único insecto nivícola encontrado en el Gua- darrama; en varias ocasiones hemos podido observar diferentes per- lidos; un pequeño podurido, habitante a veces en numerosísimos gru- pos, no es raro encontrarle en las Guarramillas. Asimismo hemos hallado con cierta frecuencia algún otro insecto nivícola y numero- sas especies de coleópteros, que accidentalmente se encuentran so- DE HISTORIA NATURAL 131 bre la superficie de la nieve. De ellos hablaremos más detenida- mente en otra ocasión». El mismo señor entrega una nota de que es autor, titulada: «Ex- ploración entomológica de algunas cuevas de la región Cantábrica». —El Sr. Vicioso (D. Carlos) entrega una nota sobre plantas de Bicorp (Valencia). —El Sr. CogoUudo leyó una nota bibliográfica sobre la obra «Las estepas de España», de D. E. Reyes. —Por último, habiéndose dado cuenta del fallecimiento, ocurrido en Santiago, de nuestro consocio el Catedrático D. César Fernán- dez Garrido, propone el Sr. Olea que se haga constar en el acta el sentimiento con que la Sociedad se ha enterado de esta infausta noticia. Secciones.— La de Granada celebró sesión el 29 de Diciembre, bajo la presidencia de D. Juan L. Diez Tortosa. —Quedó admitido como nuevo socio, D. José Rodríguez y Ro- dríguez, alumno de Medicina. —Fué proclamada la Junta para el próximo año, quedando cons- tituida en la siguiente forma: Presidente D. José del Peso y Blanco. Vicepresidente D. Carlos Rodríguez y López Neyra. Tesorero D. Francisco Simancas Señan. Secretario D. Fidel Fernández Martínez. Comisión para el fomento del Museo regional, Sres. Diez Tor- "tosa (M.), Requena y Soriano. —La misma Sección volvió a reunirse el 29 de Febrero, bajo la presidencia de D. José del Peso y Blanco. —El Sr. Diez Tortosa (D. Juan L.) dio cuenta de la solemne se- sión que, en honor del ilustre geólogo D. Domingo de Orueta, cele- bró a principios del presente mes, la Sociedad malagueña de Ciencias, por los trabajos para el hallazgo de yacimientos de platino en la Serranía de Ronda. —El Sr. Mateo indicó la oportunidad de que se intentaran explo- raciones de esta índole en Sierra Nevada. —El Sr. Soriano Lapresa habló de la importancia de colaborar en ciertos estudios de prehistoria que se realizan en nuestra región, acordándose la celebración de varias excursiones al objeto de explo- rar los yacimientos descubiertos. 132 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA —El Sr. Diez Tortosa (D. Manuel) leyó una nota bibliográfica relativa a la obra del Sr. Reyes Prósper, «Las Estepas de España y su vegetación». —La de Sevilla se reunió el 29 de Febrero, bajo la presidencia de D. Manuel Paúl. —Fué presentado como socio numerario el Sr. D. Juan Pedra Llórente y Lacave, por los Sres. Paúl, Benjumea y Simó. —El Sr. González regaló un diente de escualo encontrado en un terrón de fosforita, con destino al Gabinete de la Universidad. —Con el mismo objeto cedió el Sr. Rey algunos ejemplares de hierro micáceo, y otros de óxidos de cobre, así como algunos cris- tales de cuarzo recogidos por él, en su reciente viaje a la Puebla de los Infantes. —El Sr. Conde regaló curiosos ejemplares de óxido de antimonio rodeando al sulfuro del mismo cuerpo, procedentes de la mina Dolores, de la provincia de Huelva. El mismo señor donó varios ejemplares de Dentalium y trozos de los clásicos crestonajes de los criaderos de pirita de Huelva, llama- dos vulgarmente reüiiemos. '&^ —La de Barcelona celebró sesión el 19 de Febrero bajo la pre- sidencia de D. José María Bofill. —El señor Presidente da cuenta del fallecim.iento de nuestro con- socio D, Lorenzo Tomás; propone, y así se acuerda, que conste en acta el sentimiento de la Sección por la pérdida de tan distinguido compañero. —El Sr. San Miguel regala a la Biblioteca de la Sección los cua- tro primeros números de «Red pluviométrica de Cataluña», publi- cados por la Sociedad astronómica de Barcelona. El mismo señor presenta una nota bibliográfica de un trabajo del Sr. Fontseré, titulada: «Sobre un centro de actividad sísmica en el alto Essera». — D. Luis M. Vidal entrega para la Biblioteca un trabajo suyo, titulado: «Cerámica de Ciempozuelos en una cueva prehistórica del NE. de España». —El señor Presidente presenta, en nombre del Sr. Maluquer, un trabajo titulado: «Equinodermos recogidos en Cataluña». DE HISTORU NATURAL 133 —La de Valencia celebró sesión el 27 de Febrero, siendo pre- sidida por el Director del Instituto, D. Francisco Moróte. —El Sr. Arévalo presenta para nuevo socio al profesor Dr. Alfon- so Gandolfi Hprnyold, de la Universidad de Ginebra, distinguido hidrobiólogo que actualmente está realizando estudios en el labora- torio valenciano. El mismo señor dio cuenta de las excursiones que ha realizado a la Albufera, con objeto de recoger plankton para el estudio que del mismo está efectuando, y del que en breve dará noticia. —El Sr. Hueso dio nota del lugar exacto en donde se hallan las grandes Ostrea que se encuentran en el barranco de Torrente, y de donde pueden obtenerse ejemplares muy curiosos y en muy buen estado. —El Secretario lee unas cuartillas del Sr. Boscá, tituladas una «Exposición improvisada», en donde constan un gran número de localidades típicas de la gea, flora y fauna valencianas. Notas bibliográficas. Del Sr. Cogolludo (sección de Madrid): Dr. Reyes Prósper: Las estepas de España y su vegetación. (Obra publicada a expensas de la Casa Real.) Madrid, 1915. Por creerla de verdadero interés para los que se dedican al estu- dio de la Botánica, publicamos la presente nota en la que, aunque de un modo sucinto, damos una ligera idea de la obra antes in- dicada. El Dr. Reyes Prósper comienza ésta con la definición y generali- dades de las estepas españolas, clasificándolas en tres grupos, y des- pués de revisar todos los trabajos que sobre estos asuntos y relacio- nados con ellos, se han publicado por Mauricio Willkomm, Engler, etcétera, señala las que se encuentran en nuestra Península, pa- sando en el capítulo siguiente a describir su posición, extensión y lo- calidades de cada una de ellas, haciendo observaciones interesantes, y señalando terrenos esteparios que no lo habían sido hasta ahora. También son de notar una serie de análisis de tierras referentes a distintas localidades de estas estepas, que son debidos a D. Ramiro Suárez, que ha colaborado de esta suerte en la obra de que hablamos. Encontramos en ella un capítulo muy interesante para los estudios anatómicos y fisiológicos: «Infhíencia de la sequedad de los suelos y los climas esteparios sobre la morfología externa e interna de las 134 boletín de la RIÍAL SOCIliDAD ESPAÑOLA plantas», en el cual, aunque de una manera breve, consigna el autor la serie de modificaciones que sufren las plantas por estas acciones^ refiriéndose principalmente, y entre otras, a las que experimentan cuatro tipos por él estudiados, para terminar con unas interesantes- observaciones acerca del clima estepario. A continuación trata de la «Vegetación esteparia», incluyendo primero una lista de las plantas comunes a todas las regiones de las estepas salinas españolas, con sus nombres científicos y vulgares, y después, en su segunda parte, las agrupaciones de estas plantas, para constituir las formaciones esteparias que el autor describe con extensión. Un último capítulo está dedicado a las aplicaciones de dichas plan- tas, bajo los puntos de vista forrajero, industrial, medicinal y de adorno. El texto está ilustrado con diversos fotograbados y un mapa de España y sus estepas. —Del Sr. San Miguel (sección de Barcelona): Dr. Eduardo Fontseré: Sobre un centro de actividad sísmi- ca en el alto £'55era.— Memorias de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, t. xii, núm. 8. Enero de 1916. En la Memoria que indicamos describe el director del Observa- torio sismológico del Tibidabo, un foco sísmico desconocido hasta ahora para la ciencia, aunque bien conocido de los habitantes de la región comprendida entre los cursos superiores del Essera y el No- guera Ribagorzana. Establece sus áreas epicentral y macrosísmica, y fija con aproximación grande el epicentro en la Sierra Negra, en- tre Carler y Costanza. Acompaña al trabajo un mapa de isosis- tas muy detallado, un cuadro de las principales constantes sís- micas deducidas de los sismogramas obtenidos con los sismógrafos de los Observatorios del Ebro y Fabra en los días 1 .° de Octubre de 1910; 7, 11 de Agosto de 1914 y 28 de Marzo de 1915; otro cuadro de datos macrosísmicos obtenidos, gracias a la actividad del profesor Fontseré, de personas fidedignas que habitan en los diver- sos pueblos afectados por el epicentro dicho, que demuestra la im- portancia de estos terremotos, que han alcanzado el grado VII en Benasque, Cestanesa y Criste. Termina con un resumen, en el que supone la existencia de algunos focos de actividad, aún no deter- minados, en la parte S. de los macizos de la Maladeta. DE HISTORIA NATURAL 135 Notas y comunicaciones. Plantas de Bicorp (Valencia) (O por Carlos Vicioso. La continuación de los trabajos forestales que en el otoño ante- rior me llevaron a esta localidad, hubieron de proporcionarme oca- sión de efectuar nuevas herborizaciones en época más propicia y adquirir valiosas muestras de la flora valenciana. Más fructuosas hubieran resultado mis excursiones de haber sido la botánica el único móvil de ellas; no obstante, aun cuando sólo podía disponer de reducido tiempo y recoger lo que buenamente salía al paso, no estoy descontento del resultado. Especial mención merecen las expediciones que llevé a cabo, aprovechando días festivos, al Pico de Caroche y a la Cueva Hora- da, y ellas constituyeron la nota más interesante de la campaña. El Pico de Caroche es el punto culminante de la comarca y su ascen- sión la hice el 4 de Julio por el Collado de Hongares y laderas de la vertiente Norte, en las que encontré Saxífraga latepetiolata Willk., Hieraciiim mariolense Rouy, Arenaria obtusiflora Kze., Armería allíacea (Cav.), y otras muchas que llenaron por com- pleto mi caja y cartapacios. El 22 de Agosto me encaminé a la Cueva Horada, célebre por ser la única localidad en el mundo en que hasta el día se ha encon- trado el curiosísimo Chcenorrhínum tenelíum de Cavanilles; tuve la suerte de hallarlo con relativa abundancia en flor y fruto, pero atendiendo a la gran rareza de esta especie, hube de conformarme con unos pocos ejemplares, dejando el resto para evitar la extinción de la especie, que ya de por sí tiene el tiempo limitado, pues el día en que se produzca un desprendimiento de tierras, alterándose las condiciones de humedad y sombra en que hoy vive y que parecen serle precisas, desaparecerá, a menos que se encuentre en algún otro sitio aún ignorado. (1) Véase el numero de Enero de 1915 de este Boletín. 136 boletín de la RKAL SOCIEDAD ESPAÑOLA La relación de las plantas que recogí en toda la temporada de Junio a Septiembre, es la siguiente: Alliuní Molí/ L.— Sitios pedregosos y húmedos de la vertiente Norte de Caroche, a unos 900 m. Juncus biiffonius L., /. obtusiflorus Ehrh. y J. inflexus L. = J. glaucas Ehrh.; en las praderas y terrenos húmedos de Caroche, en donde viven en consorcio con Carex Loscosíi Lge. y C. glau- ca Scop. Cladium Mariscas (L.) R. Br.— Frecuente a orillas del barranco de la Parreta. Agrostis stolonifera h.= A. vertícillata Vill.— Terrenos sali- nos húmedos junto al pueblo. A. delicatula Pourr. (1833) = A. truncatula Parí. (1848) = A. capillarís auct. hisp. (non L.); praderas de Caroche, en donde son comensales Brachypodium distachyon (L.) P. B., Arrhena- therum elatíum (L.) M. K., Avena bromoides Linné! (1763), Gouan (1768), Phleum pratense L., Festuca Fenax Lag., varie- dad confería Haeck., y Kceleria setacea Pers., var. pubes- cens Parí. En el Burriquet, Kceleria setacea var. minoriflora Don., Lamarckia áurea (L.) Moench. y Andropogon hirtaní L. Sorglmm halepense (L.) Pers., f. exaristata; Setaria viridis (L.) P. B. y Loliuní strictam Presl.; en los campos cultivados. Deschampsia media (Gou.) R. S., en el Collado de las Arenas y en Caroche una variedad nueva puniila, más pequeña, de unos 6-7 centímetros. Ya pasada, y en ejemplares escasísimos, encontré el Epipactis atrorrubens Schult.-Hoífm., entre el matorral de los montes del Burriquet. Rumex bucephalophoras L.; cerros próximos a las Cuevas de Bogarra. Rumex pulcher L., /?. intermedias DC. (ex Willk.), Polygo- nam Bell ar di All, y Par iet aria officinalis, var. ranii flora Moench.; en el Burriquet. Euphorbia serrata L.; Pico de Caroche. Euphorbia verracosa Asso, Synopsis, p. 60 (1779) = £". spi- nosa Cav., Obs. ii, p. 330(1797).— £'./?í//-e/2a/cíz Willk., Sert. nú- mero 920 (1852).—^. flavicoma Kunze, Chlor. austro-hisp. nú- mero 75 (1846).— £". chamcebuxus Lóseos, Ser. inconí., p. 94 (1863) et Tratado pl. arag., p. \\\.—E. mariolensis Rouy, Exc. bot. (1881-82).— £". verrucosa, var, trúncala Porta, Vegetab., p. 66 DE HISTORIA NATURAL la (1892).— £'. verrucosa, var. densifolia Lge., ex Willk., Siippl., p. 260 (1893).— £". flavicoma, var. hispánica Roiiy et Willk., p. 260 (1893).— £". polygalce folia B. et R., f. pubenila Willk., 1. c, p. 260 (1893).— Frecuente en los terrenos pedregosos y secos de los montes, habiéndola recogido abundante en el Collado de las Arenas. E. chamcesyce L., E. falcata L. y E. peplus L.; en los campos cultivados. Hemiaria lenticulata L. = H. annua Lag. = H. cinérea DC; en el Burriquet. H. suffruticosa (L.) Desf. (\m^)=Illecebrum suffruticosum L. (1753)=://. polygonoides Cav. (1793); Collado de las Arenas. Paronychia aretioides DC— Muy abundante por todos los cerros, especialmente en el Collado de las Arenas y Cerro de Caroche. P. capitata (L.) Lamk. y P. argéntea Lamk.; en el Burriquet. Polycarpon tetraphyllum L. fil. y Arenaria obtusiflora Kze.; en la subida a Caroche. Arenaria Armerina Bory, var. pseudo-armeriastrum (Rouy) C. Vicioso = A. pseudo-armeriastrum Rouy, Exc. bot., i, p. 7.— Abunda principalmente en el Pico de Caroche y en el Collado de las Arenas; suele ir asociado a la Paronychia aretioides. No dudo se trate de la misma planta que el Sr. Rouy nos dio como especie nueva al publicar el resultado de sus exploraciones botánicas por España, pues comparada la muestra que me ha comunicado mi ami- go el Sr. Pau, recogida en Valldigna (localidad clásica de la pseu- do-armeriastrum), con mis ejemplares de Bicorp son idénticos. Y creo que no puede considerarse más que como variedad de la A. Armerina Bory, en vista de los ejemplares que poseo de esta última procedentes de Sierra Nevada. La especie de Bory, de St. Vicent, suele darse indebidamente en los libros que tratan de la flora española, bajo el nombre de Arenaria armeriastrum Boiss., siendo así que Bory publicó la Armerina el año 1820 (Anal, geneu., III, 5) y BoissiER la Armeriastrum en 1838 (Elench. plant., p. 22). Que los dos autores se refieren a la misma planta, no cabe dudarlo, por no haber en Sierra Nevada otra que pudiera ser origen de con- fusión. Dianthus brachyanthus Boiss. var.— Raro en los peñascos de Caroche. Mis ejemplares se apartan del tipo por tener más angostas las dos piezas externas del calicilo. 13 boletín de la. real sociedad española Silene nocturna L., var, brachy pétala (Rob. Cast.) Willk., Velezia rígida L., Nigella Bourgeai Jord. y Delphininm pere- grinum L., var. cardiopetalum DC; en las vertientes del Bu- rriquet al Río Fraile. Alyssum Peyrousianum Gay., var. hirtum (Willk.) Pau; escaso en los peñascos próximos a la cumbre de Caroche, Erysimum Bocconi (AU.) Pers. y Biscutella leptophylla Pau, pl. de Ayora, p. 4(1907); en el Burriquet. Reseda phyteuma L., f. integrifolia Tex.; viñedos de la Pa- rreta. Reseda fruticulosa L. = R. Gayana Boiss. — «Peñas Largas», en las grietas de las rocas. Var, valentina Pau, en los peñascos de Caroche, donde también recogí Cistus libanotis L., Helianthemum glaucum (Cav.) Pers., H. hirtum Pers., y H. cinereum (Cav.) var. paniculatum (Dun.) Pau = //. paniculatum Dun. = Cistus numularius Cav.! (e loco), Obs. ¡I, p. 332, H. scariosum Desf, — Alto del Capador, Frecuentes son: Hypericum tomentosum L., en las orillas de los campos, y entre el matorral Malva althceoides Cav.; Linum nar- bonense L. y Linum strictum L, Linum catharticum L.; Caroche, Linum angüstifolium Huds.; Erodium malacoides (L.) Willd. y E. cicutarium (L.) L'Her.; terrenos incultos del Burriquet. Dictamus hispanicus Webb.; frecuente en los montes de La Muela y el Burriquet. En Caroche Poterium muricatum Sp., P. rupicolum Boiss. et Reut., Spircea Filipéndula L., Potentilla reptans L, y Saxí- fraga latepetiolata Willk.; esta última rara en las grietas de los peñascos próximos a la cumbre. También colecté en la misma locali- dad Genista valentina (Willd.) Pau = Spartium valentinum Willd. ex Sprengel, Syst. vegetab., iii, p. 176 (1826) = Genista oretana Webb. ap. Bourg. Exs. (1852); Willk., Prod,, iii, p. 434 {\880). —Dorycnium suffruticossum (L.) Vill.; Medicago lupu- lina L.; Bonjeania hirsuta Rchb.; Anthyllis hispida Boiss, et Reut,, f. Cavanillesii Pau, Pl. de Ayora, p, 6 (1907) = A. vul- neraria Cav, (e loco), Obs. ii, p. 335 (p. p.) y Trifolium fragi- ferum L, T. lappaceum L.; inmediaciones de la Peña de Ibles. T. angüstifolium L.; T. procumbens L., var. major; Vicia pe- UK HISTORIA NATIRAL 13» regrina L.; Medicago triincatula Gasrtn,; Orobus canescensh. fil. y Scorpiurus sulcata L.; en el Burriquet y laderas de barranco Salado. Astragalus saxatilis Cav.! Ic. t. ii, p. 72 (1793) = A. chlo- rocyaneus Boiss. et Reut., Pug. plant., p. 39 (1852) = A. mons' pesulanus, var. chlorocyaneus Costa, Intr. Fl. Cat., p. 65(1877). El Sr. CoLMEiRO, en su «Revisión de las plantas de la Península», t. II, p. 217, dice: <íAstragalus chlorocyaneus B. R.~A. mons- pesulatms Auct. mult.— v4. saxatilis Cav. sine descript.y> A pesar de esta afirmación, que pone de manifiesto la seriedad y conoci- miento de la flora española con que fué escrita dicha obra, la planta en cuestión estaba ya bien descrita por su autor, pues abriendo la obra de Cavanilles en su tomo y página arriba citados, puede leerse: «^ Astragalus saxatilis subacaulis; scapis folio longioribus; pinnulis orbicularis glaberrimis. Habitat in monte Cabezo propé Xixonam. Floret Maio. Obs. Accedit ad Astragalum monspesu- lanum flores sunt lutei; pinnulae orbiculatse, numerosa;, mínimas; scapi semipedales et amplius; legumina erecta, teretia, conniventia in fasciculum acuminata, sexquipollicaria», — Encontré esta planta ya en frutos en las vertientes del barranco Salado. Conopodium ramosum Costa, var. ualentinum Pau hb. — Estilo- podio cónico, estilos un poco más cortos; tallos glabérrimos. — Pico de Caroche y en la misma localidad Bupleurum semiconiposi- tum L. ^ B. opacum Lge., y Heterotcenia thalictrifolia Boiss., var. maj'or Boiss. Bupleurum rotundifolium L.— Campos cultivados. Peucedanum stenocarpum Boiss. et Reut.; cuesta de Cazuma, junto al camino de Ayora. Armería filicaulis Boiss. var. nov. valentina Pau.— Folia aci- cularia uniformia, crassiuscula acuta serrulata; calycibus ad costas pilosas limbo tubo triplo brevior, lobis ovatis obtusis abrupta aris- tatis. — Planta humilde, escapos de 4-8 cm., hojas de 3-5 cm. Sólo encontré algunos ejemplares ya pasados en la Muela de Bicorp en el mes de Agosto. Armería alliacea (Cav.) Pau var. nov. heterophylla Pau.— Se diferencia del tipo por tener hojas de dos formas (lo que, siguien- do la clasificación que da Willkomm en el Prodomus nos llevaría a sección distinta); las exteriores planas, anchas, y las interiores estrechas, filiformes y con el margen revuelto. No parece escasear en Santis y Caroche, lu) boletín de la real sociedad española Obs. Se acostumbra poner la Armería alliacea (Cav.), como sinónimo de la >1. allioides, nombre que creó Boissier en sustitu- ción del primero por estimarlo inadecuado. Ahora bien, indudable- mente el botánico suizo no debió conocer la especie cavanillesiana por ejemplares auténticos, sino únicamente por su descripción y por la estampa poco detallada de los Icones; de ahí que aplicase el nom- bre a una especie distinta que no sale de Andalucía. Poseo ejem- plares de la ^. allioides Boiss., recolectados en Sierra Tejeda, y de la alliacea Cav., procedentes de Calatayud, Ayora, Orihuela del Tremedal y Peñagolosa. A la vista de ellos se hace imposible englobar las dos especies en una sola, pues para su distinción no precisa ser especialista, basta la más leve atención. El grupo de armerías de flor blanca, hállase bastante embrollado — cosa que por desgracia ocurre con tantos otros géneros de nuestra flora—, sintiéndose la necesidad de hacer una revisión, pero seria y dete- nida, no limitándose al estilo de ciertas Revisiones, a una acumu- lación mecánica de datos tomados al azar, sin añadir comentario crítico alguno que revelen el criterio personal del autor. Así, la A. allioides Boiss. se menciona en diversas localidades del centro de España (Sierra de Guadarrama, etc.), y temo, no obstante la autoridad de las firmas que avaloran algunas citas, que resulten inexactas; ya dejo dicho que la allioides Boiss, la considero locali- zada en algunas sierras de Andalucía, y en cuanto a la alliacea Cav. no creo se aparte tanto del Mediterráneo. Como sólo conozco ejem- plares de Cercedilla no me conceptúo con materiales suficientes para intentar aclarar la confusión, pero acaso no sea ajeno a ésta el polimorfismo de la A. plantaginea. Plantago lagopus L. y P. lanceolata L.; en las praderitas de Caroche. Echium piistiilatum S. y Convolvulus althcEoides L.; en terre- nos incultos. Convolvulus lanuginosus Desr., var. argénteas Choisy in DC. Prod., t. IX, p. 401 = C. lanuginosus, var. sericeusV^'úWí., Prod., t. II, p. 516 (p. p.). — Frecuente en los montes. Obs. Esta planta, que fué publicada por Boissier en su Voi/a- ge bol., t. II, p. 416, como variedad séricas, aparece en la obra de WiLLKOMM y Lange, por errata de imprenta, convertida en seri- ceas; errata que aún perdura en nuestros días por haber autores que únicamente tienen a bien consultar el Prodromas, bien por comodidad, bien por no disponer de otra obra. La localidad clásica DIÍ HISTORIA NATURAL 141 del C. lanitginosus Desr. es Monserrat y el tipo que corresponde al C. Cneorum L., var. [i (Sp. plant. ed. S. p. 157) indicado en España, tiene la vestidura lanosa de color ferrugíneo; la variedad sericeusW\\\k. comprende las variedades séricas Boiss., canes- cens Choisy y argénteas Choisy. La variedad canescens Choisy solamente se la puede considerar como forma canescens, difiriendo del tipo monserratino por el color plateado de las cerdas únicamen- te; la variedad argénteas Choisy se distingue por la vestidura se- doso-plateada. Tanto la forma canescens como la variedad argén- teas son valencianas, y la variedad séricas, propia de Andalucía, difiere a primera vista de la planta valenciana (loe. class. ex Choisy, según ejemplar de L. Dufour), por los sépalos menores. Verbascam valentinam Burnat et Barbey; terrenos incultos del Burriquet. La planta que he recogido es idéntica a los ejemplares que el Sr. Pau me ha comunicado de la Sierra de Chiva (La Lán- diga; Corral del Cate, hoy arruinado); pero la descripción de estos autores corresponde más bien a la planta de Játiva, en donde tam- bién estuvieron, que a la de Chiva, que presenta tomento más fijo y hojas más gruesas que aquella. V. Boerliavii L. y V. sinuatam L.; no suelen escasear en las orillas e inmediaciones de las carboneras. Linaria repens (L.) Mili.; rara en los peñascos del barranco del Purgatorio. Chcenorrhinum tenellam (Cav.) Lge.; en las paredes de la Cueva Horada. Cli. crassifolium (Cav.) oí genainam.—Se encuentra con profu- sión en los peñascos calizos de estos montes, subiendo hasta el pico de Caroche. Al tipo de Cavanilles corresponde ciertamente la Linaria setabensis Leresche (ap. Lge. in Prod., ii, p. 580). Digitaíis obscara L.; en los ribazos. . Antirrhinum controversum Pau; abunda en peñascos y tapiales. • Scropliularia sciaphylla Willk. = Se. lacida Costa (de Alcira) — Se. Grenieri Reut.; rocas del Burriquet y de la Barreta. Teacrium baxifoliam Schreb.; frecuente en los peñascos de La Umbría, El Buitre y Caroche. Var. nov. diversifolium Pau.— Hojas caulinares pequeñas, elíp- tico-oblongas, las del involucro mucho mayores, orbiculares, más largamente pecioladas.— Rara en la Cueva Horada. Teacrium capitatum L., var. fraticosarn Mili. (Gard. dict., ii, 1768)= T. valentinam Schreb., p. 46 (1774).— No cabe dudar 112 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA acerca de la identidad de las plantas de Miller y Schreber, pues tanto uno como otro la citan del reino valenciano y le asignan el mismo sinónimo de Barrelier (le, 1048).— En los montes. Teucrium Chamcedrys L.— Abunda en Caroche y cerros de Cazuma. La planta que he recogido es menos vellosa que las muestras que poseo de Aragón y Castilla, presentando un aspecto verde y bri- llante, lo que llevó a Cavanilles a considerarla erróneamente como T. lucidiim L., especie ésta que no existe en España hasta la fecha. He tenido ocasión de examinar muestras de localidades en que Ca- vanilles indicó el lucidiim y pertenecen sin excepción al Cha- mcedrys. Teucrium aureum Schreb.; Cav., Ic. ii, p. 16, t. \\7 .—'x genui- num = var. latifolia Willk.— En la descripción que hace Schre- ber de la planta en su obra, p. 43: «Folia latiora sunt , etc.», concuerda con los caracteres que asigna Willkomm a su variedad latifolia. Además, a la planta valenciana corresponden la figura de Clusius (Hist. plant., 361) y Polium montanum luteum, de Ba- rrelier (p. 33, n.° 320, ic. 1082).— Frecuente por todos los montes, llegando hasta la cumbre de Caroche. Teucrium pseudo-chamcepitys L.; en los montes del Bu- rriquet. Teucrium scordium L. y T, aragonense Lóseos; en el pico de Caroche. Teucrium bicoloreum Pau = T. aragonense X aureum nov. hybr. Planta de pequeña alzada, con aspecto de aragonense, al que recuerda por las cabezuelas y forma de las hojas, siendo los cálices casi tan pequeños como en él; la parte superior está cubierta de tomento amarillento que delata el cruzamiento con el aureum.— Raro en el pico de Caroche, entre los dos padres. En la misma localidad. Salvia lavandulcefolia Vahl. y Prunella alba Pall., y en la cumbre Thymus numidicus Poiret (1789), var. micranthus (Willk.) Pau = Th. granatensis, var. micran- tlius Willk. Phlomis crinita Cav., Ph. Lychnitis L. y Sideritis incana L., var. sericea (Pers.) Willk. = 5. incana Cav.; a cada paso en los montes. Sideritis hirsuta L., f. chamcedryfolia (Cav.), 5. romana L. y Ajuga Iva L.; en el Burriquet. DE HISTORIA NATURAL Mlí SiDERiTis Viciosoí Pau = 6". incana, var. sericea X Trago- riganum, nov. hybr. Incana, folia spathulato-linearia, obtusa; bracteis verticillastri subequalibus, lanceolatis, basi inciso-dentatis lateralibus 1-3 denti- bus, calycibus edentibus 6 mm., dentibus 2 mm. acute spinulosis; cerolla subcarnea. Exactamente intermedia entre los padres. Vive, mezclada con ellos, en la Dehesa de la Umbría. Orobanche epithymum DC; en el Burriquet, sobre Thymus vulgar is. Lysimachia Ephemerum L.; junto a los arroyos, en la Muela. Anagallis tenella L., f. albiflora; arroyos de Cubillas. Centaiirium cymosum (Webb.) Pau = Erythrcea Centau- rium, var, cymosa Webb., Iter hisp., en Caroche. Campanilla dichotoma L.; laderas de Cazuma y el Barranco Salado. Knautia subscaposa Boiss. Ejemplares más o menos caulescen- tes y hojas más o menos enteras; Caroche. Scabíosa tomentosa Cav. — Caroche, El Buitre y Muela de Bicorp. Crucianella latifolia L.— En la Dehesa de la Umbria. Galium fruticescens Cav.; abunda en los cerros del Burriquet. Asperala aristata L. fil. 1 , Icevis a, brachysiphon Lge. Prod. ii, p. 302 = A. tenuiflora Jord. sec. Rouy (e loe. Játiva).— En el Supplementum incluyó Willkomm la planta de Jordán en las Species incertce sedís, y mencionándola como recogida por Rouy en el cerro San Felipe, de Játiva. Este autor, en su Flora de France (8-p. 59), da la especie de Jordán como variedad de la A. cynan- chíca L. Por consiguiente, la planta valenciana no puede asimilarse a la tenuiflora Jord., como expuso el Sr. Rouv, porque aquella es alta, elevada, desparramada, mientras que la cynanchica L. es vhumilior, dense ccespitosa, caulibus diffiísis , etc.». (Willk., Prod. II, p. 303); siendo más acertada la opinión de Lange al lle- varla a\a A. aristata L. fil.— En los montes. Serratula flavescens (L.) Poir., var. leucantha (Cav.); común en los terrenos salinos. Serratula pinnatifida (Cav.) Poir.; Alto de Cazuma. Onopordon acaule L., var. uniflorum (Cav.) Pau = O. uniflo- rum Cav., Ic. i, p. 60, t. 88 (1791). — Campos incultos de Las Arenas. Conozco dos variedades bien definidas de esta especie: la una, es \ii BOLICTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA el uniflorum Cav., que presenta espinas foliares cortas y débiles, y las escamas del involucro de tamaño pequeño; la otra, la var. or- biculatum (Lóseos) Pau, de escamas mayores y espinas del margen foliar más robustas. Stcehelina diibia L.; Dehesa de la Umbría. Helichrysiim Stcechas DC, f. macrocephala; Carduncellus monspeliensíum (L.) All. y Jurinea humilis DC, f. excaposa Leresche et Levier; en Caroche. Micropus erectas L., Xeranthemum inapertum Willd. y Phag- nalon rupestre DC; en el Burriquet. Phaqnalon Caroli Pau = rupestre X sordidum nov. hybrid. Término medio de ambos, de los cuales se diferencia fácilmente. Presenta hojas de rupestre, pero algo angostas, lineares, con los bordes revueltos, agudo-mucronuladas, verdes por el haz; cabezue- las de sordidum, aunque más cortas, acercándose por la figura a las del rupestre; sin embargo, tanto las escamas como la inflores- cencia son de sordidum.— Muy rara en el Burriquet, sitio conocido por «Peñas Largas». Centaurea Scabiosa L. = C. cephalar ice folia Willk.— Illustr., p. 138, lám. 172.— Especie que ha sido considerada por Willkomm como autónoma y admitida como tal en obras posteriores sin más fundamento que la garantía del botánico sajón. Desde hace años la tengo recogida en Daroca (loe. class.), y en mi herbario figura como C Scabiosa L., por estimar poco sólidos los motivos en que se apoya su separación; los caracteres que aduce Willkomm son muy inconstantes, y puede formarse una serie de variaciones inter- medias para todos los gustos. De todos modos, aunque no existieran éstas y considerásemos únicamente los extremos, á lo sumo podría haberse constituido una variedad.— Vulgar en viñedos y olivares. Cirsium odontolepis Boiss. y C. echinatum DC; en los montes y junto a los caminos. Carduus nigrescens Vill., var.— Cerros del Burriquet. Leucanthemum gracilicaule Duf.— Dehesa de la Umbría. Pyrethrum pallidum (Mili.) Pau, var. genuinum, f. xantho- glossum Pau; peñascos'próximos a la cumbre de Caroche. Bellis microcephalaLgQ.\ terrenos acuosos próximos a la Peña delbles. Solidago Virga-aurea L., var. valentinum Pau; paredes de la Cueva Horada.— Mis ejemplares son idénticos a los que el señor Pau me ha remitido de la Sierra de Chiva. DE HISTORIA. NATURAL 145 Andryala Ragusina L., var. m//zor Lge. — Vertientes del río Fraile. Crepis taraxacifolia Thuill., var. heterocarpa Boiss. Hieracium mariolense Rouy; H. pilosellaL., var. pulchellum Schele; Hypocheris heterocarpa Mor.; todas ellas en Caroche. Crepis macrocephala (Willk.) C. Vicioso, var. scorzoneroi- des (Rouy) C. Vic— Pico de Caroche. Obs. Esta variedad presenta dos formas biológicas que, mez- cladas, coexisten en las mismas localidades: una, brevifolia = scor- zoneroides Rouy, de hojas cortas, y otra, longifolia C. Vic, que las tiene doble o triple mayores y más sensiblemente adelgazadas en peciolo. Picridiiim vulgare (L.) Desf., Urospermiim picrioides (L.) Desf. y U. Dalechampii (L.) Desf.; cerros del Burriquet y ver- tientes del río Fraile. Scorzonera angustifolia L.; muy abundante en los viñedos y olivares. Scorzonera hispánica L., Sp. plant., ed. i, p. 791 (1753) = Se. major hispánica Clusius, Hist. plant., lib. v, p. 137.— Cerros del Burriquet. Obs. Esta planta española nos era conocida desde los tiempos de Clusius, quien en su obra la describió y dibujó. Dado por Linné el sinónimo de Clusius, no era posible vacilar en el concepto del tipo genuino de la especie, y por tal entendieron los españoles el representado en el exacto dibujo que acompaña a la descripción en la obra de este autor, hasta que vino Boissier, quien desdeñando nuestra bibliografía clásica— al igual que otros muchos extranjeros que han herborizado en nuestra patria—, propuso su Se. crispatu- ía, que sin obstáculo ha sido admitida en obras posteriores, por no tomarse la molestia de comprobar las cosas con los textos ori- ginales. Acerca de este punto he solicitado la autorizada opinión de mi querido amigo el Sr. Pau, quien, confirmando mi parecer, me es- cribe que la Se. crispatula Boiss. pertenece, sin duda alguna, al tipo genuino de la Se. hispánica L. Tomo xvi.— Marzo, 1916. 10 146 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Sobre la presencia y caracterización de un Gobiiis de los mares del Norte comensal de una Alosa vulgaris Cuv. Val. por Fernando de Buen. Estudiando los Clupéidos que el profesor Lozano posee en su la- boratorio del Museo de Madrid, tuve la suerte de encontrar en uno de ellos, bajo su opérenlo, alojado un pequeño Gobius. El ejemplar fué capturado en Melilla (Agosto 1912), durante la expedición que dirigía mi padre en el Norte de África. Por la posición en que se encuentra, y por otras razones que enumerarremos a continuación, no podemos creer que el Gobius co- gido por las redes, mezclado con profusión de Alosas, se introdu- jera en el opérenlo de una de ellas casualmente. La especie que pertenece al Gobius pictus Malm, no ha sido citada en las costas de España, ni del Norte de África, viviendo en los fondos de los mares del Norte de Europa; pudiéndose suponer, con más fundamento, que fué trasladada al sur en las emigraciones de los Clupéidos. Presenta además, el Gobius, fenómenos bien claros de adaptación; la primera y segunda dorsal tienen echado sobre el dorso el primer radio, que no puede levantarse por impedirlo una membrana, que sujetándolo, va a apoyarse al mismo lado, fuera de la línea media; esta adapta- ción nos viene a demostrar que el Gobius llevaba en el opérenlo de la Alosa largo tiempo. Por otra parte, el comensalismo entre peces es muy raro; pero conozco un caso análogo (Van Beneden, 1883) en que Risso dice haber observado en Niza a un Murénido, vi- viendo alojado en el saco branquial de un Lophius piscatorius L.; los Gobius por su escaso tamaño, y el poder utilizar la aleta ventral como ventosa (el Gobius pictus la posee muy desarrollada) tienen condiciones mu}' a propósito para la vida de comensalismo. * Al exterior, en la Alosa, no se observa nada anormal; el opéren- lo, perfectamente adaptado, no deja ver el pez que cubre; levantán- dolo, encontraremos al Gobius pictus apoyado sobre la cintura es- capular (fig. 1 .^); su cabeza viene a colocarse en la parte más an- DE HISTORIA NATURAL 147 cha, y su cuerpo se extiende de abajo arriba, haciéndose lugar en el extremo de las branquias. El cuerpo del Gobius se encuentra comprimido e inclinado; en corte transversal daría la forma aproximada de un rombo. Aparte de las modificaciones que hemos visto presentan las dor- Fig. 1."— Posición del Gobius en la cavidad branquial. sales, las otras aletas se adaptan a las superficies que les rodean. La ventral, perfectamente extendida, parece estar adhiriéndose a las branquias de la Alosa. Una de las pectorales se apoya en la cintura escapular y sale doblándose hacia fuera; la otra pectoral se dobla solamente para que el opérenlo no tropieze con ella. La anal, incli- nándose hacia fuera, descansa sobre la cintura escapular. Gracias a los trabajos físico-quimicos de Schmidt, a bordo del Thor, en aguas del Estrecho de Gibraltar, y merced a las conse- cuencias que mi padre (1913) dedujo del estudio de la fauna de las costas mediterráneas de Marruecos, se ha venido a demostrar que la corriente superficial oceánica que penetra en el Mediterráneo, lo hace por el Norte de África. Siendo el Gobius pictus especie genuina del Norte de Europa, el Clupéido, recogiéndolo allá, debió trasladarlo al Mediterráneo en sus emigraciones, alojado en la cavidad branquial, siguiendo la co- rriente indicada. 148 BOLETÍN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Gobius pictus Malm.— Los caracteres que da Smitt (1892) corres- ponden perfectamente al ejemplar comensal; los ojos se aproximan en la parte superior de la cabeza, son el 30 por 100 de la longitud de aquélla, y más del 40 por 100 de la distancia comprendida entre el primer radio y la segunda dorsal. La figura del Scandinavian Fisches (pág. 257, pl. xiii, fig. 6), coincide con la coloración de nuestro ejemplar, aun habiendo estado éste en formol. Manchas obscuras, pareadas, se encuentran coloca- das a lo largo de la línea media de los flancos, y manchas moteadas en el extremo superior del opérenlo y preopérculo, y entre ambos, agrupándose, hasta formar una mancha común que se extiende por todo el dorso. Las dos aletas dorsales presentan líneas obscuras de puntos. MoREAU (1881) describió como nueva una especie a que da el nombre de Gobius laticeps, y que parece ser sinónimo del Gobius pictus; los caracteres de la descripción corresponden perfectamente a los de nuestro ejemplar, exceptuando que el Gobius laticeps Mo- reau poses una mancha negra sobre los dos o tres últimos radios de la primera dorsal; carácter del Gobius pictus exclusivo de los ma- chos, y raro en las hembras (Smitt.) Por otra parte, dice Moreau, que examinado el animal por encima, se observan ojos pequeños (grandes en nuestro ejemplar), y que el diámetro del ojo es un tercio mayor que el espacio interorbi- tario (en nuestro ejemplar están casi en contacto). Mas las dimensio- nes relativas que luego da, corresponden a las tomadas por nosotros: los ojos son un tercio de la longitud de la cabeza, y ésta un cuarto de la del cuerpo. En las figuras de Moreau, se representa fielmente la especie G. pictus (fig. 103), y en la figura 104, visto el animal dorsalmente, corresponde todo menos los ojos, que están represen- tados en pequeño tamaño y algo alejados entre sí. Los caracteres fundados en dimensiones, varían mucho. Habién- dose encontrado un Gobius con ojos de G. pictus y forma de G. mi- nutus, y otro G. microps con forma típica y escamas en número idéntico al G. minutus (Smitt). * La longitud total de la Alosa vulgaris, es de 0,213 metros, mi- diendo a partir de la base de los radios medios de la caudal. Las dimensiones del Gobius, dadas en metros fueron: DE HISTORIA NATURAL 149 Longitud total sin la caudal 0,0364 » de la cabeza 0,0096 Diámetro mayor del ojo 0,0025 Espacio preorbital 0,0017 » posorbital 0,0050 Longitud de la pectoral 0,0076 Base de la primera dorsal 0,0080 » de la segunda dorsal 0,0049 Longitud de la anal 0,0059 » de la caudal 0,0060 Algunas dimensiones como son la de la anchura y altura del cuerpo, no las indicamos, por encontrarse deformada esta parte del Gobius. * :!: Abordaremos ahora la caracterización del Gobius pictus Malm, por un nuevo procedimiento introducido en sistemática por Sanzo (1911). Este autor se fija en las papilas cutáneas que poseen los Go- bius, y comparando 17 especies mediterráneas, llega a diferenciar- las por la distribución de estas papilas. Inspirado en este trabajo Fage (1914) estudia el Gobius minutas y especies afines. Para poner en evidencia las papilas cutáneas, Sanzo aconseja mantener al animal durante media a una hora en solución al 5 por 100 de ácido crómico, seguido de un intenso lavado en agua corrien- te. Este procedimiento nos ha dado resultados muy satisfactorios. En los casos de rápida determinación, en que únicamente necesi- tamos conocer la especie del ejemplar, podemos introducir al Gobius en tinta china diluida, o en una pintura cualquiera eliminable a pos- teriori por el agua. Se acumula en los poros el color, resaltando por su intensidad de todo lo demás. Este procedimiento tiene la gran ventaja de poder lavar por completo -el Gobius, no modifican- do en nada su coloración. Con el fin de dar nombre a las papilas dérmicas, propone Sanzo limitarlas a ciertas regiones, llamándolas así: Series preorbitarias; colocadas delante de los ojos. Series infraorbitarias; situadas bajo el ojo y sobre la mejilla. Series preoperculo-mandibuíares ; dispuestas a lo largo del borde inferior de la mandíbula hasta el mentón. Series operculares; distribuidas en el opérculo. Series óculo-escapulares; situadas, del borde posterior del ojo a la axila de la pectoral. 150 boletín de la real sociedad española Series dorsales u occipitales; del borde posterior de los ojos hasta el comienzo de la primera dorsal. Series del tronco; papilas diseminadas por todo el cuerpo, hasta la inserción de la caudal. Series de la aleta caudal; dispuestas sobre el limbo de la caudal. No es nuestra intención el describir con todo detalle cada una de las papilas que posee nuestro ejemplar; el Gobius pictus de que dis- ponemos, se encuentra en condiciones excepcionales, no siendo oportuno en este caso generalizar lo que veamos en él. Por tanto, no haremos más que comparar la descripción qne ha dado Faqe (1914) para identificar la especie. En la serie preorbitaria (fig. 2) observamos algunas diferen- cias. Faqe dice haber encontrado en la serie mediana interna sola- mente dos papilas; yo he llegado a contar hasta seis; concuerda el núme- ro de papilas de la serie mediana externa poste- rior, pero no la anterior que dice poseer una pa- pila, habiendo yo obser- vado dos, y una tercera no bien caracterizada. Sin embargo, las series infraorbitarias concuer- dan perfectamente; San- zo hace constar que las series más características son éstas, que variando poco en cada especie, se- paran las muy distintas, haciendo ver la semejan- za de las afines. Las series óculo-escapulares no están descritas por Fage con detalle, pero concuerdan en la figura 5 y figura 6 núm. 3 de su trabajo. No me atrevo a comparar las series dorsales anteriores y como puede verse en la figura 2, no se encuentran dibujadas en su mayor parte, a causa de presentar nuestro ejemplar la epidermis levantada. Fig. 2."— Distribución de las papilas cutáneas en el Gobius pictus Malm. DE HISTOKIA NATURAL 151 Finalmente, las diferencias que Faqe hace constar con el fin de separar la especie G. pictus Malm, de sus muy afines G. microps Kroyer y G. guagga Heck, están bien marcadas en nuestro ejem- plar (13 papilas en la serie infraorbitaria que dibujan el borde in- ferior del ojo, y presencia de la serie ventral anterior). * * * En la fauna Baleárica, Fage (1907), al describir algunas especies nuevas y en compañía de mi padre (1908) al dar a conocer el Aphya Fig. 3.^— Escamas del Gobltis pictus Malm. A. Escama de la mitad superior del cuerpo, a la altura de la primera dorsal. B. — de la línea media de un flanco. C. — del pedúnculo caudal. Ferreri, utilizaron en la difícil determinación de los Góbidos, la forma de las escamas, bran- quiespinas y dientes, en los cuales encontraron particu- laridades que separan con facilidad las especies. La forma de una escama que hemos destacado del Gobius pictus, situada bajo la primera dorsal, está re- presentada en la figura 3, A, y corresponde al tipo ge- nuinamente ctenoideo de los Gobius en general, de di- mensiones en centésimas de milímetros 125 X 75, con las espi ñas del borde anterior abundantes, y casi semejantes entre sí. Des Fig. 4."— Parte de una branquia, muy'esquemá- tica, con branquiespina destacada y aumen- tada considerablemente. ]52 boletín de la RKAL SOCIEDAD ESPAÑOLA tacando las escamas de la línea media de un flanco, encontrare- mos en las proximidades de la cabeza la forma representada en la figura 3, B, más aplastada, y con la única línea de espinas poco ar- queada; al contrario, en la escama extraída del pedúnculo caudal (la penúltima), figura 3, C, es el borde de espinas más arqueado, siendo en total la escama, más alta que ancha. Las branquiespinas son rudimentarias; sólo hemos podido ver pe- queños tubérculos poco perceptibles (fig. 4), Observando con más de trescientos diámetros de aumento, se notaban pequeñas promi- nencias coronando las branquiespinas; la forma general de éstas, es próximamente hemisférica. Obras citadas. 1881. MoREAU (EMiLE).—HistoireNaturelIe des Poissons déla France. 1883. Van Benedün.— Comensaux et parasites. Bibl. Scient. Inter- nationale. 1893. Smitt (F. A.).— Scandinavian Fisches. 1907. Fage (Louis).— Essai sur la faune des íles Baleares et descrip- tion de quelques espéces nouvelles.— /Irc/z/Ves de Zool. Expér., IV' serie, tome viii, pp. 69 a 93, pl. vi. 1908. De Buen (Odón) et Fage (Louis).— Un nouveau Qobiidé Médi- terranéen du genre Aphva; Aph\m Ferreri n. s.^.— Archives de Zool. Expér., voi. iii. Notes etRevue, n.° 4, pp. cv-cx. 1911. Sanzo (Luigi).— Distribuzione della papille cutánea (organi ciatiformi) e suo valore sistemático nei gobx.—Mittheiliingen, Neapel, xx, p. 251. 1913. De Buen (Odón).— Note sur les fonds et sur la peche dans la cote Mediterranéenne du Riff . — Estratto dagli Atti del V Congr. ínter n. di Pesca. 1914. Fage (Louis).— Sur le Gobius miniitiis Pallas et quelques for- mes voicines.— 5////. Soc. Zool. de France, tome xxxix nú- mero 7. p. 299. DE HISTORIA NATURAL 153 Sobre algunos peces interesantes del Laboratorio de Biología marina de Málaga por Rafael de Buen y Manuel Loro. Los peces comprendidos en esta nota pertenecen a la ya abun- dante colección del Laboratorio biológico marino de Málaga. Hemos creído sería interesante su publicación por tratarse de especies ra- ras, algunas de las cuales vienen a enriquecer nuestra fauna ictio- lógica. Hexanchus griseus L. Existe en la colección un ejemplar joven que mide 54 cm. Esta es- pecie se separa fácilmente de los demás escualos por presentar seis aberturas branquiales a cada lado. Localidad: Costa de Larache. Heptanchus cinereus L. Hay en la colección un solo ejemplar cuya longitud es de 76 cen- tímetros; se trata, pues, de un individuo joven. No hay dudas para la clasificación de esta especie, por ser la úni- ca, entre los escualos, que presenta siete aberturas branquiales a cada lado. Loe: Cerca de Chafarinas. Etmopterus spinax L. Cinco ejemplares cuyas longitudes totales son de 22, 20, 16 y 12 centímetros, respectivamente; se trata, pues, de individuos que no han alcanzado su completo desarrollo. En esta especie la última abertura branquial limita la inserción de la pectoral. Los dientes son desiguales; en la mandíbula superior puntiagudos, presentando una punta central desarrollada y a los la- dos algunas de pequeño tamaño, y en la inferior triangulares, cor- tantes e inclinados hacia atrás. Presenta dos dorsales muy separadas y semejantes; la segunda situada un poco más atrás de la base de la ventral y provistas am- bas de una espina anterior. Carece de anal, y la caudal es robusta. 154 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA La piel está recubierta de pequeñas escamas que presentan una punta filiforme, blanda y blancuzca. La coloración es ceniciento-negruzca, más obscura inferiormente, con una banda lateral grisácea. Las mucosas que tapizan las cavida- des bucal y branquial son negras. Loe: Frontera, a 12 millas de Málaga y profundidad de 150 brazas. Centrina Salviani Risso. Dos ejemplares cuyas longitudes totales son de 24 y 24,5 centí- metros, respectivamente. Loe: Costa cercana al Rio Martín, a unas 150 brazas de pro- fundidad. Scymnorhinus lichia Bonn. Un solo ejemplar que mide 39 cm. Este animal presenta una forma alargada, con lados redondeados. Su cabeza es deprimida, con hocico breve. La boca provista de la- bios bien desarrollados, especialmente el inferior. Los ojos son gran- des y elipsoidales. Las aberturas nasales, amplias, están situadas cerca del extremo del hocico. Los espiráculos se encuentran en el plano superior, detrás de los ojos. Los dientes en la mandíbula superior son delgados, pequeños y están dispuestos en varias filas; los de la mandíbula inferior son triangulares, aplanados, aserrados, dispuestos en una sola fila y co- locados verticalmente. Posee dos dorsales: la anterior, con el borde redondeado; la pos- terior, de mayor tamaño, se inserta sobre la terminación de la base de las ventrales. La caudal está escotada inferiormente, cerca del ápice. Su coloración es gris obscura en el dorso y negruzca en el vien- tre. La mucosa de la boca es blanca. Loe: Marbella, a 250 brazas. Torpedo nobiliana Bonap. Un ejemplar que mide 25,5 cm. La forma del disco es la general de los torpedos, presentando el ápice truncado. Los espiráculos son grandes y carecen de apéndices. La primera dorsal es doble que la segunda; las ventrales se ex- tienden hasta el origen de la segunda dorsal. DE HISTORIA NATURAL 155 Se distingue perfectamente por su coloración gris violácea, uni- forme en el dorso y blanco rosada en la parte inferior. Loe: Playa de la Malagueta, pescado con el copo. Uraleptus Maraldi Risso. » Un ejemplar, adulto, que mide 23,5 cm. La longitud de su cabeza está comprendida cuatro veces y media en la longitud total. Carece de barbilla. Los orificios nasales están Uraleptus Maraldi Risso, reducido a V2. situados junto a los ojos, siendo grande la distancia que los separa (algo mayor que el diámetro del ojo). Posee dientes desarrollados, espaciados con irregularidad y dis- puestos en una sola línea. En la mandíbula superior existe, además, otra fila de pequeños dientes. Tiene dos dorsales: las torácicas son perfectamente laterales y las ventrales muy pequeñas y delgadas. Su color es rosado obscuro, con reflejos metálicos. Loe: Costa mediterránea de Marruecos, Urophycis blennioides Brunn. Un ejemplar, cuya longitud es de 13 cm. - La mandíbula inferior es más corta que la superior y está provista de una barbilla. Presenta dientes en el vómer. Posee dos dorsales: la primera con el tercer radio más desarro- llado que los demás y la segunda extendiéndose, lo mismo que la anal, hasta la base de la cola. Las ventrales delgadas, filiformes, se prolongan hasta más allá del comienzo de la anal. Las dorsales, anal y caudal, están marginadas de negro, presentando además, la se- gunda dorsal, una mancha negra en su parte media. La coloración general, rosada. Loe: Málaga; Mar de fuera. i5fi boletín de la real sociedad española Tracliyrhinclius trach.yrh.inchus Risso. Tres ejemplares que miden, respectivamente, 30, 29 y 26 cm. Hocico alargado y triangular; boca infera con pequeña barbilla en la mandíbula inferior. Presentan dos fosetas, no escamosas, una a cada lado del occipucio. La línea lateral muy cercana al perfil su- perior. Tienen dos dorsales bastante unidas; la segunda, como su seme- jante la anal, se extiende hasta el extremo posterior del cuerpo. Si- guiendo a la anal se encuentra una línea a cada lado, de fuertes es- camas con el ápice, único, vuelto hacia atrás. La mucosa de la boca azulado negruzca. Loe: Málaga; Mar de fuera. Aulopus filamentosus Cuv. Dos ejemplares, uno macho y otro hembra; el primero, mide 45 cm.; la segunda, 44; se trata, por tanto, de individuos bien des- arrollados. Cuerpo prolongado ligeramente comprimido y cubierto de esca- ^ Aulopus filamentosus Cuv., ¡^f , a V4. mas ctenoideas. El ano, situado un poco más atrás de la terminación de las ventrales. Mandíbula superior más breve y con una escotadura en el ápice; ambas mandíbulas, provistas de dientes finos, semejantes y en va- rias líneas. Presenta dientes en la lengua y en el vómer. La boca es amplia y se extiende hasta el borde posterior de los ojos; éstos son grandes, alcanzando su diámetro casi un quinto de la longitud DE HISTORIA NATURAL 151 de la cabeza; entre ellos el cráneo está acanalado. Las piezas oper- culares son escamosas. Poseen dos dorsales: la primera comienza encima de las ventrales, y en el macho su segundo, tercer y cuarto radio, adquieren gran desarrollo, llegando el tercero, estando bajo, hasta junto a la se- gunda dorsal. En la hembra, por el contrario, el segundo, tercer y cuarto radios de la primera dorsal no adquieren mayor desarrollo que los otros; sus extremos son negros en ambos sexos. La segunda dorsal se halla situada encima del final de la anal, es adiposa y presenta pequeñas escamas en la base. Las pectorales y las ventrales están próximas y las primeras algo más delanteras. Las ventrales, muy separadas, tienen el primer radio simple, los tres siguientes bifurcados y los cinco últimos ramosos. La caudal es ahorquillada. Loe: La 9 de Málaga; Mar de fuera. El rf de la costa de Larache. Argentina sphyraena L. Cinco ejemplares, cuyas longitudes son, respectivamente, de 19,5, 19, 18, 17,5 y 17 cm. Su altura es solamente un octavo de su longitud. La línea lateral está muy marcada. La longitud de la cabeza es un cuarto de la longitud total. El crá- neo es aplanado y transparente. Las mandíbulas carecen de dientes. Argentina sphyrcena L., a '/2. « Los ojos son grandes; su diámetro es un tercio de la longitud de la cabeza e igual al espacio preorbitario. Presenta dos dorsales: la primera, mucho más alta que larga, co- mienza algo antes de la mitad del cuerpo y presenta diez radios; la segunda dorsal es adiposa. Las escamas son caducas. Loe: Málaga; Mar de fuera. 158 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Tetragonurus Cuvieri Risso. Un ejemplar, cuya longitud es de 34,5 cm.; se trata, por tanto, de un individuo adulto. Es de forma alargada, presentando dos quillas escamosas a cada lado del pedúnculo caudal. La longitud de la cabeza es un sexto de la longitud total. El arco dentario de la mandíbula inferior es estrecho y alto, descendiendo Tetragonurus Cuoieri Risso, a ^li. mucho hacia la sínfisis, en la cual una membrana une los dos arcos por su parte interna. Posee dientes numerosos, mayores y más aplas- tados en la mandíbula inferior. La lengua, elevada en los bordes y deprimida en el centro, forma una verdadera canal. Presenta dos dorsales, al parecer separadas; la primera, que puede introducirse profundamente en un surco del dorso, nace algo más atrás del extremo de las pectorales, consta de 16 espinas y es más baja que la segunda. La coloración es negro-violácea briHante. Loe: Málaga; Mar de fuera. Sargus fasciatus Cuv., aWa- Sargus fasciatus Cuv. Dos ejemplares que miden, respectivamente, 16 y 6,5 cm. DE HISTORIA NATURAL 159 La altura del cuerpo es una vez y media la longitud de la cabeza, y ésta es una cuarta parte de la longitud total. Se distinguen fácilmente por poseer en la mandíbula superior diez incisivos largos, estrechos y oblicuos, hacia afuera; por tener labios gruesos, especialmente el inferior, y por presentar siete fajas ne- gras verticales, mucho más anchas que los espacios blanquecinos entre ellas comprendidos. Sus aletas pectorales son blanquecinas y negruzcas las demás. Las pectorales, largas, se extienden hasta el principio de la anal. Loe: Frente a la playa de la Malagueta, de 14 a 16 brazas. Hoplostethus mediterraneus Cuv. Hay en la colección ocho ejemplares, cuyas longitudes son, res- pectivamente: 1 23 centímetros. 2 16 - 3 15,5 4 14,5 - 5 11,5 - 6 ... 10 - 7 9,5 - 8 9 - Su cabeza es grande, redondeada, sin escamas y provista de cres- tas óseas, la mayor parte de las cuales irradian en derredor de los ojos; en ellas descansa una membrana que limita una cavidad. Po- seen espinas en las piezas operculares. La dorsal, que es alargada, consta de seis espinas y doce radios blandos; las ventrales tienen sólo una espina y seis radios y la anal tres espinas y diez radios. Entre las ventrales y el ano se extiende una línea formada por piezas aquilladas en número variable, que no depende, según hemos comprobado en los diversos ejemplares, del tamaño del individuo, pues son diez en el ejemplar 4, nueve en los 2, 3, 6 y 7 y ocho en los 1,5 y 8. Loe: Málaga; Mar de fuera. Echeneis naucrates L. Un ejemplar de 52 cm. de longitud. La ventosa en este individuo mide 11 cm., siendo, por tanto, cerca de un quinto de la longitud total; consta de veintidós pares 160 BOLETÍN DE LA EEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de láminas; entre la sexta y la décima están situados los ojos, cuyo diámetro es la cuarta parte del espacio inter-orbitario. La línea lateral presenta, encima de las pectorales, una sinuosi- dad, curva en el lado izquierdo y angulosa y más marcada en el derecho. La segunda dorsal consta de 36 radios, la anal del mismo número y las pectorales de 21. La anal es más alta que la segunda dorsal. Color gris negruzco con una faja blanquecina que se extiende a lo largo del cuerpo, paralelamente a la línea lateral. Loe: Costa frente a Tetuán, a 150 brazas. Cubiceps gracilis Lowe. Tres ejemplares cuyas longitudes son, respectivamente, de 24,5 22 y 20,5 cm. La altura de su cuerpo es el quinto de la longitud total. La cabeza es escamosa, el hocico obtuso y la boca pequeña, pro- vista de dientes finos en las mandíbulas y una placa de dientes en Cubiceps gracilis Lowe, a Va. el vómer, que son más fuertes en el ejemplar menos desarrollado. La mucosa que tapiza la cavidad branquial es negra. En derredor de los orificios nasales, y extendiéndose hasta la mandíbula superior, se encuentran algunos poros en número variable y distribuidos irre- gularmente. Poseen dos dorsales. Las pectorales, insertas oblicuamente, son vez y media más largas que las ventrales en los dos ejemplares más desarrollados y tan sólo una vez en el de menor tamaño. Las ven- trales, en la posición de reposo, se alojan en un surco triangular que se prolonga hasta cerca del ano. A los lados del cuerpo se señala un surco medio. Su color es ama- rillo castaño. Loe: Málaga; Mar de fuera. DE HISTORIA NATURAL 161 Callionymus phaoeton Qünth. Tres ejemplares: dos machos y una hembra, cuyas longitudes son de 16,5 y 12 cm. en los primeros y de 10,5 cm. la última. La longitud total es casi cuatro veces mayor que la longitud de la cabeza en los machos y tan sólo tres veces y media en la hembra. # Callionymus phaceton Qünth., (^ , a V2. El diámetro del ojo es la mitad de la anchura de la cabeza. Presen- tan solamente dos puntos apicales en la espina preopercular. Poseen dos dorsales, la primera con cuatro radios. En los machos, los últimos radios de la segunda dorsal y dos centrales de la caudal están más desarrollados. Su color general es blanquecino moteado en el dorso y en los la- dos por abundantes y grandes manchas rosadas con algunos reflejos verdosos. En el segundo interradio de la primera dorsal existe una mancha obscura, y en el tercero otra mucho más marcada. Loe: Frente a la playa de la Malagueta, de 14 a 16 brazas. Batrachus didactylus Bl. Dos ejemplares cuyas longitudes totales son respectivamente de 23,5 y 21 cm. Esta longitud es cuatro veces y media mayor que la altura. En ambos individuos la longitud de la cabeza es un tercio de la longitud total y próximamente igual a su anchura. El cráneo es de- primido, el hocico corto, la boca amplia con la mandíbula superior más corta que la inferior y provistas ambas, en sus bordes, de ten- táculos que se extienden hasta debajo de los ojos. El borde de la mandíbula superior está provisto de un ancho repliegue membranoso que se une al de la otra mandíbula, también muy desarrollado; de- trás de la unión de ambas hay dos orificios rodeados de pequeños tentáculos. El diámetro de los ojos es la sexta parte de la longitud de la Tomo xvi.— Marzo, 1916. 11 162 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA cabeza. Las piezas operculares están cubiertas por la piel . En el opérenlo existen dos aguijones dirigidos hacia atrás, y el superior algo más largo; en el sub-opérculo, grande, existe también un aguijón menos perceptible, por estar cubierto por los tegumentos. Las aber- turas branquiales descansan sobre la base de la pectoral. Entre los orificios nasales existen dos tentáculos divididos. La primera dorsal, situada inmediatamente después de la cabeza, consta de tres espinas encubiertas por una gruesa piel; la segunda Batrachus didactylus Bl., a '/a- dorsal comienza cerca de la primera, consta de 21 radios y se ex- tiende hasta cerca del pedúnculo caudal, terminando en el mismo plano vertical que la anal, que está algo menos desarrollada. Las aletas ventrales poseen dos partes bien definidas, una ante- rior más larga, espesa y falciforme, con un radio bastante grueso, y otra posterior blanda, en la que se descubren cuatro radios blandos, algunos subdivididos. La anal consta de 16 radios. La caudal, bien DE HISTORIA NATURAL 163 desarrollada y redondeada, mide próximamente un quinto de la lon- gitud total. El color de este pez es blanco rosado, pero con tan abundantes manchas negruzcas en el dorso y costado y tan reunidas, que pare- ce obscuro. La cabeza está igualmente manchada. Las aletas pectorales, dorsales y caudal con manchas bien sepa- radas formando series, y las jjectorales y anal únicamente con el borde obscuro. Loe: Frente a la playa de la Malagueta, entre 14 y 16 brazas. Noticia de lo publicado en 1915 sobre Entomologfa de España y sus colonias d) por José M. Dusmet y Alonso. A pesar de las tristes circunstancias en que se hallan la mayoría de las naciones, continúan apareciendo un gran, número de revistas científicas, si bien parte de ellas no pueden llegar a España. Doy cuenta a nuestros consocios de lo que he podido ver referente a nuestra Península o a las colonias españolas. Himenópteros. Fr. Fr. Kohl ha publicado un importante trabajo, Die Crabronen der palaarktischen Región. (Annalen des K. K. Naturhist. Hof- museums. Bd. xxix, núm. 1-2, Wien, 1915.) Muy interesante para el estudio de los Crabrónidos de España; además de muchas especies citadas de nuestra Península, figura entre las nuevas, la descripción del Crabro (Solenius?) hispani- cus, hallado en Madrid por el Sr. Mercet, y en las claves dicotómi- cas, se citan otras nuevas de España, cuyas descripciones figurarán en otro cuaderno posterior que, por las circustancias actuales, no ha llegado aún a nuestras manos. En Bol. Soc. Arag. de C. Naturales (t. xvi, núms. 4 y 5), publiqué (1) No se incluye lo que figura en las publicaciones de nuestra So- ciedad. 164 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Himenópteros de Aragón, lista de unas 400 especies halladas en aquella región, en su mayoría, por el P. Navas o por el que esto escribe. Dípteros. El Dr. K. Kertesz, en Vorarbeiten zu einer Monographie der Notacanthen (Ann. Mus. Nation. Hungarici, vol. xii, 1914, par- te 2.^), describe Tinda nigra Macq. y Chelonomima partiti- ceps End., de Fernando Póo. Aunque no sean nuevas, creo intere- sante hacer esta cita. El Dr. Z. SziLADY en Neue oder wenig bekannte palaarktische Tabaniden. (Ann. Mus. Nation. Hungarici, vol. xii, 1914, parte 2.^), describe Tabanas brunnescens, n. sp., de muchas localidades, entre otras Cuní (España). Seguramente la palabra Cuní, no será localidad, sino el apellido del difunto D. Miguel Cuní, que cazó in- sectos en Cataluña. D. AscENSio CoDiNA, en tres notas sobre Dípteros catalanes, (Butll. Inst. Cat. H. Nat., 1914 y 1915), cita 41 especies con sus lo- calidades, estudiadas por el Dr. Villeneuve. Lepidópteros. El P. Cándido Méndes, S. J., publicó en Broteria, vol. xiii, 1915, fase. I, una lista de lepidópteros de Salamanca que comprende 60 es- pecies. El Dr. H. Zerny, en Uber palaarktische Pyraliden des K. K. Naturhistorischen Hofmuseums in Wien. (Ann. K. K. naturhist. Hofmus., Bd. xxviii, 1914), describe Meíissoblaptes murcíellus, de Sierra Espuña (Korb!), y cita otras varias especies españolas exis- tentes en el Museo de Viena. Probablemente algunas de ellas serán los tipos. D. I. de Sagarra (Butll. Inst. Cat. H. Nat., 1915), &x\ Les La- siocampidce de la fauna Catalana estudia dicho grupo, con bas- tantes observaciones propias. El mismo Sr. Sagarra, en Lepidopters nous per a la fauna Catalana (Butll. Inst. Cat. H. Nat., 1915), cita 107 especies, 17 gé- neros y una familia, nuevos para la región. DE HISTOKIA NATURAL 165 Neurópteros. El R. P. LoNGiNOS Navas, en Neue Neuropteren (Entom. Mit- teilungen. Bd. iv. N. 4-6 y 7-9, Berlín, 1915), describe Chrysopa üulgaris Schn, var. hcematodes nov., de El Escorial, donde la halló Lauffer; Chrysopa irencea nov. sp. de Montserrat, cazada por el P. Marcet; Raphidilla paella nov. sp. de Montserrat (Co- dina! y Marcet!); R. sóror n. sp. Montserrat (Codina!); R. alie- na n. sp. Escorial (Lauffer!) y Pozuelo de Calatrava (La Fuente!); Síalis fumosa n. sp., hallada en Escorial a 1.650 metros de altu- ra, junto a la fuente del Cervunal por el Sr. Lauffer y Mícropterna ventralis n. sp. del Moncayo (H. Palacios!). En Excursiones por Cataluña (Bol. Soc. Arag. C. Nat., 1915, núms. 1, 2-3 y 4), el P. Navas menciona numerosos neurópteros, siendo formas nuevas Chrysopa vulgaris Schn. var. catalaunica, de Barcelona; Chr. vulgaris var. ornata, Chr. vulgaris var. bili- neata y Chr. prasina Burm. var. ditata, las tres de Gerona; Bce- tis hispanus, Chrysopa vulgaris Schn. var. Buchi y Coecilius cornutus, los tres de Hostaléts; Sympherobius Riudori, de Mont- seny; Bcetis aculeatus, Chrysopa craspedia y Chr. flavifrons Brauns. var. Justa, las tres de Figaró y Centroptilum obtusum, de La Garriga. Como apéndice pone el autor una lista de Neuróp- teros del Valle de Aran, entre ellos Chrysopa hilar is nov., cazada por el H, León Hilario. El R. P. Navas, en Neurópteros del Moncayo. (Bol. Soc. Arag. C. Nat. t. XIII. núm. 10, 1914), reseña una excursión a dicha locali- dad, citando 122 especies de Neurópteros cazados allí o en Veruela. Entre ellos figuran Chrysopa flavifrons Brau. var. superna nov. Chr. nigricostata Eran. var. Ataresi nov. y Chr. ventralis Curt. var. ditata nov., además de otros varios muy interesantes. D. Carlos Gil narra unas Excursiones por Benabarre (Hues- ca). (Bol. Soc. Arag. C. Nat. 1915, núm. 1),' terminando con una lista de los Neurópteros recogidos. El R. P. LoNQiNOS Navas, en Notas sobre Rafididos (Rev. R. Acad. Ciencias, t. xiii, Madrid 1915), describe, entre otras especies, Raphidia castellana, cazada en El Escorial por Lauffer y seme- jante a R. bcetica; R. Laufferi, hallada en Escorial, Madrid y Na- vacerrada, afine a R. maculicollis; R. Fuentei, también del mismo 166 BOLETÍN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA grupo y procedente de Pozuelo y Fuencaliente (Ciudad Real), don- de la halló La Fuente, y R. Bolívar i, de Robledo de Chávela (Ma- drid), próxima a las anteriores. Tricópteros. El R. P. Navas, en Broteria, vol. xiv, 1916, publica Tricópteros nuevos de España, con las especies Sericostoma Merinoi y su var. atraía, de Humoso (Orense); Leptocerus Tavaresi, de Car- ballino (Orense); Setodes Urania, cazada en el tren, en la provin- cia de León; 5'. dentata, de León, y Rhyacophila sociata, de So- lares (Santander). Hemípteros. El Dr. L. Melichar, en Monographie der Lophopinen (Anuales Mus. Nat. Hung., vol. xiii, Budapest, 1915), cita alguna especie de Fernando Póo. D. AscENSio CoDiNA publicó una Nota sobre' I Phcenacocus aceris Cockerell (Butll. Inst. Cat. d'Hist. Nat., Febrero, 1915). Es el causante de una importante enfermedad del Platanus orientalis. El mismo Sr. Codina en otra Nota, Más hemípteros de Catalu- ña (Bol. Soc. Arag. de C. Nat., tomo xvi, núm. 9), enumera más de 50 especies, como apéndice a otras listas pubhcadas en años anteriores. Coleópteros. M. Pie, en L'Echange, núm. 360 (1914), describe Malthodes Ar- mitageixx. sp. de Marruecos y Pachybrachís bcetícus v. nov. sub- interruptus, de Valencia. El P. A. Redondo, S. J., publicó en Broteria, vol. xiii, 1915, una lista de coleópteros de Salamanca, que comprende 388 especies, en- tre e lias dos nuevas variedades del Zonabrís decempunctata. M. Pie, en L'Echange, núm. 364 (1915), describe Notoxus bra- chycerus v. nov. notatícollís de Ponferrada y Strophosomus (Ne- liocaurus) Schrammí n. sp., de Avila. Q. Reineck, en Mitt. aus dem Zool. Museum in Berlín. 7 Bd., 3. H., 1915, publica Über die athíopíschen Vertreter der Gattun- gen Cryptocephalus und Melíxantlms (Anteriscus) des K. Zool. DE HISTORIA NATURAL 167 Mus. in Berlín und einiger anderen Museen und Sammlungen. Entre las numerosas especies nuevas está Cr. Kuntzeni, de Guinea española (Nkolentangan), hallado por G. Tessmann, existente en el Museo de Berlín; M. Conradti, de Guinea española y otras locali- dades, y A. Zenkeri, de Guinea española (Nkolentangan), hallado por G. Tessmann. «Puglllus mycetorum Persiae» (LECTI FERD. MARTÍNEZ DE LA ESCALERA) auctore R. González Fragoso. Durante su estancia en Persia, en 1899, el Sr. D. Fernando Martínez de la Escalera, de grata memoria para las Ciencias naturales, y su hermano, el sabio entomólogo D. Manuel Martí- nez DE LA Escalera, recolectaron, muy particularmente el pri- mero, buen número de interesantísimas plantas de aquella bellísima flora, plantas que recientemente ha regalado el segundo al Museo Nacional de Ciencias naturales de Madrid. Repasando los lindos ejemplares, perfectamente preparados, aun- que, desgraciadamente, algunos deteriorados por el tiempo, he po- dido hallar un corto número de hongos que, aun siendo escaso, me parece tan interesante, que creo merece ser publicado. La totalidad de las plantas atacadas están recolectadas en el Alto Karun y parajes próximos al Río Karun, presentando el carácter propio de los vegetales que crecen en las estepas. Así, son nume- rosas las especies espinosas o aquellas qu€, como los Astragalus que citamos, tienen sus hojuelas sobre raquis espinosos. Es verda- deramente notable que sobre estas plantas de tan peculiares carac- teres se encuentren en gran abundancia hongos de análoga caracte- rística, siendo más abundantes especies cuyas peritecas o picnidios se encuentran defendidas por aguijones, que, en estos microscópi- cos, son sedas largas, más o menos aguzadas. No recuerdo que na- die haya hecho notar esta analogía entre hongos y fanerógamas de aquella región, pero sí veo, en trabajos concernientes a las floras limítrofes o análogas, la repetición y constancia del fenómeno que señalo. 168 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Las alturas a que se encuentran los puntos en que fueron recogi- das las plantas atacadas, son: Olhoas, Río Karun: nivel del mar, próximamente. Gotvend, Río Karun: 400 m. alt. Alto Karun: 2.000 m. alt. Kouh-Sefid: 3.000 a 3.500 m. alt. Las consigno para evitar repeticiones. Debo hacer constar, al par que mi agradecimiento a D. Carlos Pau, que este sabio botánico ha tenido la bondad de determinar las fanerógamas que he encontrado con hongos, trabajo que ha realiza- do a conciencia. De la exactitud de estas determinaciones respon- den sus conocimientos y publicaciones sobre diversas floras orien- tales, y aún puedo agregar que el ilustre botánico estudia actual- mente todas las fanerógamas recolectadas por Martínez de la Escalera, las que serán publicadas por él. Uredales. 1. Puccinia Crucianellse Desm.— Sacc, Syll. fung., ix, p.301.— Sydow, Mon. Ured., i, pp. 210 et 871. Hab.~En hojas y tallos de Crucianella macrostachia.—Koúh- Sefid, Alto Karun, vi, 1899. Esta especie, no rara en Europa sobre Crucianella angustí fo- lia, ha sido citada en Palestina y Tripolitania sobre C. herbácea, y por primera vez, ahora, en Persia, sobre C. macrostachia. 2. Uromyces Poae Rabh.— Sacc, vii, p. 540 pp.— Syd., ii, p. 310. Hab. — En hojas de Poa bulbosa.— Ew facies teleutospórica. — Gotvend, Río Karun, iv, 1899. Común en toda Europa, se ha citado recientemente por el Profe- sor BuBÁK, en Aleppo, sobre la misma especie (1). Nunca creo lo fué en Persia. 3. Hyalopsora Adianthi-Capilli-Venerís (DC.) Sydow.— /4/7/7. Myc, 1903, p. 248.— Sacc, xvii, p. 268. Hab. — En los nervios de los segmentos de frondes de Adian- (1) BuBÁK (Prof. Dr. Fr.): «Wissenschaftliche Ergebnisse d. Exp. n. Mesopotamien». Fungí. Sep. d. Ann. d. k. k. Natiirhist. Hofmnseums, p. 4. Wien, 1914. DK HISTORIA NATURAL 1C9 thum Capillas -Veneris.—Ex\ facies uredospórica. — Alto Karun, VI, 1899. Nada común en Europa, no conozco cita alguna de ella, fuera de las europeas, creyéndola, por tanto, nueva para la flora de Persia, 4. Uredo Salicis-acmophyllae sp. n. ad interim. Uredosoris hypophyllis, minutis, sparsis vel gregariis, aurantia- ceis, inmaculispallidis insidentibus, circularibus, usque 2 mm. diam.; uredosporiis globosis vel ovoideis, túnica 3-5 jx crassa, egaliter crasseque aculeato-verrucosa, 18-24 X 16-20 [x, paraphysibus co- piosis, clavatis vel ellipsoideis, usque 60 p. íong., supra usque 32 a crassis,''apice incrassatis usque 7-9 [j..— In foliis Salicis acmophillce Boiss., prope Kouht-Sefid (Alto Karun) ubi collegit Ferd. Martínez de la Escalera, iv, 1899. Difícil es conjeturar a qué especie de Melampsora pudiera re- ferirse este Uredo, pero ciertamente será heteroica. Nada hay cita- do en Salix acmophylla Boiss. Ustilagales. 5. Sphacelotheca Ischaemi (Fuck.) Clinton.— Sacc, vii, p. 454.— Schellenberg, Die Brandpilze, etc., p. 63. Hab.— En ovarios de Andropogon hirtum, var. piibescens Vis. Gotvend, a 400 m. de alt., -y Olhoas, Río Karun, v, 1899. Especie bastante común, pero que no creo esté citada en Persia. Oomicaies. 6. Cystopus candidus (P.) Lev.— Sacc, vii, p. 234. Hab— En hojas y tallos de Isatis raphanifolia Boiss. —Alto Karun, a 2.000 m. Especie cosmopojita, pero que por vez primera se menciona pa- rasitando la Isatis raphanifolia Boiss. Pireniales. 7. Pleospora chlamydospora Sacc— Sacc, ii, p. 249. Hab.— En raquis y tallos secos, o casi secos, de Astragaliis eri- nifolius Pau.— En el Alto Karun, 5, vi, 1899.— Y en Astragalas murinum Boiss.— Kouh-Sef id. Alto Karun, vi, 1899. 170 boletín Dlí LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Con Pyrenophora dubia Bubák, en la primera especie citada, y con Pyrenophora pachyasca Sydow en los ejemplares proceden- tes de Kouh-Sefid. Esta especie fué descrita por el ilustre Saccardo sobre Astraga- lus Johanni, de Persia. Cítase por vez primera en Astragalus eri- nifolius Pau, y creo también que en A. murinum Boiss., si bien esta especie se ha citado ya en muy diversos Astragalus, y muy recientemente en Mesopotamia por el sabio Prof. Bubák en A. Kru- geani, A. gummiferus, A. Lagurus y A. Kurdicus. 8. Pleospora kurdistanica Bubák.— In Fungí Mesopotamice . Op. cit., p. 13 (pf. 201, Ann. d. k. k. Naturh. Hofmuseums. Wien, 1914). Peritheciis dispersis, primum tectis, dein erumpentibus, brevi pa- pillatis, contextu pseudo-parenchymatico atro-fusco, usque 200 [j. diam.; ascis 90-120x28-35 [jl brevi pedicellatis; ascosporiis 7-sep- tatis longitudinaliter divisis, medio constrictis, 40-45 X 18-20 (x. In caulibus, ramulis, spinisque Stachydis acerosce Boiss., prope Kouh- Sefid (Alto Karun), iv, 1899.— Socia Pleospora herbarum (P.) Rabh., et Pyrenophora depressa Peck, f. Stachydis nov. Esta especie está descrita sobre Salvia ccespitosa en varias lo- calidades, próximas entre sí, de Kurdistania occidental. 9. Pleospora herbarum (Pers.) Rabh. — Sacc, ii, p. 247. Ascis 90-125 X 25-35 p.; ascosporiis 18-32 X 12-18 p., 7-septatis, 2-septatis in longitudine. En unión de la anterior. 10. Pleosphaeria Escalerae Gz. Frag., sp. n. Peritheciis superficialibus, numerosis, gregariis, globoso-aplana- tis, poro pertuso, contextu atro-carbonaceo, 200-360 ¡j. diam., vel oblongis 200-350 X 180-300 pi, setis numerosis vestitis, rectis vel toruloideis, paucis septatis usque 250 x 5-7 \t., brunneo-fuligineis, • ápice rotundatis, ascis oblongo-clavatis 90-1 10 X 15-28 [i., in pedi- •cellis brevis attenuatis, ápice rotundatis vel angustatis, parietis crassis, paraphysibus filiformibus ramosis obvallatis; ascosporiis irregulariter distichis vel conglobatis, ellipsoideis vel oblongis utrinque rotundatis, typiice 3-septatis, rariis 2-septatis,- loculis me- diis longitudinaliter 1 -septatis, ad septum semper constrictis, locu- lis extremis saepe pallide fuligineis, mediis brunneo-fuligineis, vel DE HISTORIA NATURAL IV. totum brunneo-fuligineis, 30-38x12-18 ¡jl.— In caulibus emortuis Bupleurii Baldensis (Caroli Pau det.).— Ad Olhoas, Rio Karun, Persia ubi collegit Ferdin. Martinez de la Escalera cui dicata spe- cies, VI, 1899.— A Pleosphosrice astragalince Bubák (1) affinis, differt ascosporiis 2-3 septatis nunc 3-5 septatis. Especie muy semejante a la Pleospharia astragalina Bubák, descrita sobre Astragalus Raiiwolfii, pero fácilmente distinguible, no sólo biológicamente, sino también por el número de tabiques, que en nuestra especie siempre son dos o tres horizontales. 11. Pyrenophora pachyasca Sydow.— y4/7/z. Myc, vi, 1908, p. 529.— Sacc, xxii, p. 278. Hab.—En raquis y tallos secos, o medio secos, de Astragalus miirinum Boiss.— Olhoas, Río Karun, 5, vi, 1899 y Kouh-Sefid (Alto Karun), vi, 1899. Bastante semejante a la Pyrenophora Astragalorum Maire, del Asia Menor, difiere por sus aseas más amplias, así como las ascosporas, que llegan las primeras a 175 X 60 a y las segundas a 52 X 25 [J. en la P. pachyasca Sydow. Esta especie ha sido des- crita sobre Astragalus Rauwolfii, de Persia occidental, y recien- temente citada por el Prof . Bubák en Mesopotamia sobre otros As- tragalus; pero es la primera vez que se menciona sobre el A. mu- rinum . 12. Pyrenophora depressa Peck,— Sacc, ix, p. 895. F. Stachydis nov. Peritheciis sparsis, primum tectis, dein erumpentibus , globoso- depressis, atris, usque 250 ¡i. diam., basi hyphis radiantibus cinctis, prope apicem setis brevioribus, rigidis, crassiusculis, preeditis; ascis clavatis vel cylindraceo-clavatis, usque 100-125x25-30 \k, ascos- poriis irregulariter distichis vel monostichis, oblongis, 3-5-septatis, longitudinaliter 1-2-septatis, 25-35x18-20}/, pallide-fuscis.— In spinis, caulibus, ramulisque Stachydis acerosce Boiss., prope Kouh-Sefid (Alto Karun) et Olhoas, Rio Karun, ubi collegit Ferd.^ Martínez de la Escalera, vi, 1899.— Socia Pleospora kurdistaníQa^ Bubák et P. herbarum (Pers.) Rabh. Esta forma, bien diferenciada del tipo descrito sobre tallos de (1) Bubák: Loe. cit., p. 8 (p. 196 in Átuu d. k. k\ Nat. Hofmu- sciims. Wien, 1914). 172 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Arabis en California, ha sido mencionada por Bubák en Kurdista- nia sobre tallos de Heldreichia rotiindifolia. Nueva la especie para la flora de Persia, la forma Stachydis acaso deba ser separada como especie independiente. 13. Pyrenophora Suenes Gz. Frag., sp. n. Peritheciis sparsis vel laxe gregariis, tectis, foliicolis vel in ramu- lis, globosis, brevi papillatis, atris, subcoriaceis, sed distinctis cel- lulosis 100-200 ¡j. diam., ostiolo minuto pertuso, setis longis usque 90 x5-7[JL, septatis, fuligineis, in apicem sgepe subhyalinis; ascis paucis, evanescentis, usque 110x30;^, subsessilibus, ápice rotun- datis, paraphysibus ramosis; ascosporiis irregulariter distichis vel monostichis, brunneo-fuligineis, oblongis, 7-9- septatis, muriformi- bus, a septo medio constrictis, plerumque 36-42 X 20-24 {a, rariis usque 70 X 28 u-, transverse 7-11 -septatis, 3-5-septatis in longitu- dine, et ad septa omnia constrictis.— In foliis languidis ramulisque emortuis Suenes tejadensis Boiss. prope Olhoas, Rio Karun, et Kouh-Sefid (Alto Karun) et in foliis caulibusque morientibus Sile- nes albescentis Boiss. prope Olhoas, Rio Karun.— Leg. Ferd. Mar- tínez de la Escalera, vi, 1899.— A Pyrenophora dubia Bubák, próxima sed satis diversa. Es afine, pero fácilmente diferenciable de la Pyrenophora du- bia Bubák, que enumeramos a continuación. 14. Pyrenophora dubia Bubák.— In Fungí Mesopotamice. Op. cit., p. 11 (p. 199, Ann. d. k. k. Naturh. Hofmuseums. Wien, 1914). Hab.— En hojas y raquis casi secos, o secos, de Astragalus eri- nifolius Pau.— Alto Karun, a 2.000 m. alt., vi, 1899. Esta especie sólo está citada hasta ahora en Mesopotamia, de donde ha sido descrita por el Prof. Fr. Bubák sobre Astragalus icmadophyllus. Esferopsidales. 15. Phyllosticta bromücola Qz. Frag., n. sp. Pycnidiis plerumque hypophyllis sine maculis, numerosis, sparsis, primum tectis, dein erumpentibus, globoso-aplanatis 90-180 ¡j., atris, contextu membranáceo, poro minuto pertuso; sporulis numerosis, cylindraceis vel claviformis, rectis vel curvulis, utrinque rotundatis. DE HISTORIA NATURAL TiS pallide-chlorinis, grumosis, vel obsoletis pluri-guttulatis, 9-12 X 2-2,5 u. In foliis languidis vel siccis Bromi scoparii L. (= Bromi humilis Cav.), prope Gotvend, Rio Karun, ubi coll. Ferd. Martínez de la Escalera, iv, 1899.— A Phyllosticta Bromi Potebnia próxi- ma sed diversa. Especie bien característica. La Phyllosticta Bromi Potebnia de Rusia tiene espórulas oblongas de 12 X 3 a. 16. Coniothyrium Ebeni Qz. Frag., n. sp. Pycnidiis sparsis, primum tectis, dein erumpentibus, globosis vel oblongis, usque 150x 140 ¡j., atris, contextu parenchymatico, ostiolo obscurioribus; sporulis globosis vel rariis oblongis, brunneo-fuligi- neis eguttulatis, vel guttulatis, 5-7 a diam., membrana crassiuscula; sporophoris obsoletis.— Inspinis £"6^/2/ stellatis Boiss., Alto Karun, 2.000 m. alt., ubi coll. Ferd. Martínez de la Escalera vi, 1899.— Socia Hendersonice Ebeni n. sp. 17. Microdiplodia Heüchrysi (Pass.), nov. nomen. Syn.: Diplodia Helichrysi Pass.— Diagn. Fungi novi, iv, n.° 111 (1891).— Sacc, x, p. 290. Pycnidiis sparsis, primum tectis, dein superficialibus, usque 300 \>. diam.; sporulis ovatis vel ovato-oblongis, castaneo-fuscis, 1-septatis, constrictis, loculis saepe inaequalibus, quandoque 1 -guttu- latis, 10-14 X 6-8 ;jL, sporophoris flavidis, sporulis subaequantibus.- In caulibus ramulisque siccis Helichrysi ArmeniiDC. prope Olhoas, Rio Karun ubi coll. Ferd. Martínez de la Escalera, vi, 1899. Especie poco extendida, la creo nueva para la flora de Persia, y citada por vez primera sobre Helichrysum Armenium DC. 18. Microdiplodia Escalerae Qz. Frag.,.n. sp. Pycnidiis magnis 300-600 a diam., sparsis, solitariis vel paucis gregariis, primum subtectis dein superficialibus, globoso aplanatis, ápice papilla crassa cylindracea ornata, ostiolo pertuso, contextu pseudo-parenchymatico ; sporulis cylindraceis, 7-10 X 3,5-4 [/, pal- lide luteolis, 1-septatis, non constrictis, utrinque rotundatis, loculis plerumque 1 -guttulatis.— In caulibus ramulisque emortuis Thesii ramosi Hayne (In Sch., 1800, det. Car. Pau), prope Olhoas, Rio Karun ubi coll. Ferd. Martínez de la Escalera cui dicata species, vi, 1899.— A Microdiplodia Handelii Bubák próxima differt sporulis minoribus, loculis guttulatis. 174 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA La Microdiplodia Handelii Bubák (1), descrita sobre tallos de Thesium tauricolum, de los Montes táuricos, en Mesopotamia, es muy semejante, pero sus espórulas son más largas, de 9-14 X 3,5-4 a, y, según la descripción, no gutuladas. 19. Hendersonia Ebeni Gz. Frag., n. sp. Pycnidiis subepidermicis dein semierumpentibus, atris, globosis, usque 225 pi diam., contextu fusco-castaneo pseudo-parenchymatico, poro minuto pertuso; sporulis oblongo-ellipsoideis, utrinque obtu- siusculis, rectis, curvulisve, 2-3-septatis, ad omnia septo constrictis, loculis insequalibus saepe guttulatis, brunneo-fuligineis 14-18 X 6-8¡j., sporophoris flavidis, brevis suffultis. — In spinis Ebeni stellati Boiss., in Alto Karun, 2.000 m. alt. ubi collegit Ferd. Martínez de la Escalera, vi, 1899.— Socia Coniothyrii Ebeni n. sp. 20. Cladosporium herbarum (P.) Rabh.— Sacc, iv, p. 350. Hab.—Ew hojas medio muertas de Lolium rigidum Gaud.— Got- vend, Rio Karum, 400 m. alt., iv, 1899. Esta especie cosmopolita se encuentra acompañada de peritecas no maduras aún, y, por tanto, indeterminables. Si bien el número de especies comprendidas en este pequeño tra- bajo es corto, no deja de ser interesante, pues si se exceptúa la que acabamos de mencionar, la Pyrenophora pachyasca Sydow, y Va Pleospora chlamidospora Sacc, las demás son nuevas para la interesantísima y poco conocida micoflora de Persia. Además son nuevas para la flora mundial el Uredo Salicis-acmophyllce, Pleos- phceria Escalerce, f. Stachydis de la Pyrenophora depressa, Pyrenophora Silenes, Phylíosticta bromiicola, Coniothyrium Ebeni, Microdiplodia Escalerce y Hendersonia Ebeni. (1) V. in Bubák: Loe. cit., p. 23 (p. 211 in Ann. d. k. k. Naturh. Hofmiiseiims. Wien, 1914). DE HISTORIA NATURAL HS Un nuevo cérvido español por Ángel Cabrera. En El Vierzo (provincia de León), ha cazado recientemente el dis- tinguido montero D. Benito Llórente seis corzos, uno de los cuales ha tenido la atención de regalar al Museo Nacional de Ciencias Na- turales, y que evidentemente representan una raza geográfica di- ferente del Capreoliis capreoliis canas, considerado por mí como común a toda la Península Ibérica (1). Comparados con topotipos de canas y con otros ejemplares de la Sierra de Guadarrama, todos en pelo de invierno, estos corzos son mucho menos grises, más ama- rillentos y se distinguen sobre todo por presentar una mancha blan- ca en la garganta, y otra de forma aproximadamente semilunar, en la parte inferior del pecho. En C. c. canas no existen estas man- chas, por lo menos bien definidas. Sólo en un ejemplar de las cerca- nías de Cercedilla (Madrid), he encontrado muy ligeros indicios de la más baja. De las diferentes razas reconocidas hasta ahora en el corzo europeo, estas manchas sólo las tiene bien determinadas el C. c. transsylvanicas de la Europa sudoriental; pero en éste el pe- laje es grisáceo, como en canas. En cuanto a la forma típica del Sur de Escandinavia, cuyo pelo presenta un matiz más amarillo en in- vierno, carece también de las manchas del cuello, no pudiendo con- fundirse tampoco con la forma del Vierzo. A continuación doy la descripción de esta última, que creo es pre- ciso distinguir bajo un nuevo nombre: Capreolus capreolus decorus subsp. n. Caracteres.— 'PQ\di]Q de invierno más pálido y más amarillento que el de C. c. canas. Los pelos, observados separadamente, son en su mitad basal de un gris de ratón claro (el «palé mouse gray» de Ridgway, Color Standares, Pl. li, 15" " d), y luego presentan un ancho anillo pardo, otro crema y la punta negra. En medio del dor- so, el color general es bastante más obscuro, y todavía lo es más en la frente, entre los ojos, donde es casi negruzco. Una mancha en (1) Fauna Ibérica: Mamíferos, 1914, pág. 330. 176 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA forma de rectángulo irregular que ocupa la garganta, y otra semi- lunar hacia la mitad de la cara inferior del cuello, blancas. Las man- chas del hocico, el escudo ana^ etc., como en las demás razas. El cráneo no ofrece ninguna particularidad. Dimensiones del tipo, medido en carne por mí mismo: cabeza y cuerpo, 1.230 mm.; oreja, 130; pie posterior, 360. Cráneo: longitud cóndilobasal, 188 mm.; ancho cigomático, 86,4; ancho en los bordes orbitarios, 89,9; nasales, 59,5; mandíbula, 158; serie molar superior, 59; serie molar inferior, 63; /;z^ 12; m.., 15. Cuernas (en terciopelo): longitud aproximada, 240; separación en las puntas, 150. r/yoo.— Macho adulto, de El Vierzo (León). Museo Nacional de Ciencias Naturales, núm. 16 • ii • 18 • 1 . 0¿>serü«c/o/?g5.— Probablemente C. c. decoras es el corzo del rincón nordeste de la Península, si es que no se extiende también por el distrito cantábrico. Para tener una idea, siquiera fuese apro- ximada, de su distribución geográfica, sería preciso ver corzos en pelaje invernal de Portugal y de Asturias. También convendría exa- minar ejemplares de El Vierzo con pelo de verano, para apreciar las diferencias que en esa estación puede haber entre decoras y canas. Publicaciones que ha recibido la Real Sociedad Española de Jiistoria Natural durante el mes de Enero de 1916. (La liste suivante servirá d'accusé de réception.) España Broteria, Salamanca. Vol. xiii, fase. 2-3; vol. xiv, fase 1. Ibérica, Tortosa. N. O" 107-110. Institución libre de enseñanza, Madrid. Boletín. Año xl, n.° 670. Instituí d'Estudis Catalans, Barcelona. Ararías. Any iii, n.° 3. Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales, Madrid. Revista. Tomo xiv, n.^s 1-5. Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Memorias. Vol. xi, n.o^ 24-30; vol. xii, n."' 1-4. Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza- Boletín. Tomo XVI, n.° 10. Sociedad española de Física y Química, Madrid. Anales. Año xiii, n.° 128. de historia natural 1t7 Estados Unidos y sus Colonias Academy of Natural Sciences of Philadelphia. Proceedings. Vol. lxvii, part 2. Department of the Interior. Weather Burean. Manila Central Obser- vator}'. Biilletin. June, 1915. Smithsonian Institution, U. S. National Museum, Washington. Anniial Report for 1914. Biilletin. N"91. Contribütions from the U. S. National Herbar iutn. Vol. xix. The American Naturalist, New-York. Vol. l, n.°589. United States Geological Survey, Washington. Bulletin. 544, 566, 569, 587, 601, 612. Mineral Ressources of the United States. 1914, i, 1-2; ii, 2-7. Monograph. luí. Professional Paper. 95 B-C. Water-Supplv and Irrigation Paper. 340 K, 342, 356-53, 375 B-C. Wilson Ornithological Club, Oberlin, Ohio. The Wilson Bulletin. Vol. xxvii, n.° 4. Francia Académie des Sciences de Paris. Comptes-rendns. Tome 158, tables; tome 162, n'^s 4.5, Académie internationale de Qéographie botanique, Le Mans. Bulletin. 25» année, n^^ 313-315. Revue genérale des Sciences purés et appliquées, Paris. 26' année, n° 24; 27' année, nos 1-2. Société botanique de France, Paris. Bulletin. 1915, n"8 1-3. Holanda Fondation de P. Teyler van der Hulst, Haarlem. Catalogue de la Bibliotheque. Inglaterra y sus Colonias Sarawak Museum. Journal. Vol. 11, part 2. The Canadian Entomologist, London. Vol. xlvii, n.° 12; vol. xlviii, n° 1. The Entomologist's Record and Jour. of Variaton, London. Vol. xxviui n" 1. Zoological Museum ofTring. Novitates zoologicae. Vol. xxii, n° 3. Zoological Society of London. Proceedings. 1915, part iv. Transactions. Vol. xx, parts 1617. 178 boletín de la real sociedad española Italia Societá entomológica italiana, Firenze. Bollettino. Anno xlvi. Societá italiana di Scienze naturali in Milano. Memorie. Vol. viii, fase. i. Monaco Institut océanographique, Monaco. Resalíais des campagnes scientiflques dii Prince Albert l^r de Monaco. Fase, xlii, xlvi, xlvii. Portugal Société portugaise des Sciences naturelles, Lisboa. Bulletin. Vol. vii, fase. i. Rusia Société ouralienne d'Amateurs des Sciences naturelles, Ekaterinoslaw. Bulletin. Tome xxxv, livr. 6-10. Aranzadi (T. de) y Ansoleaga (F. de).— Exploración de cinco dól- menes del Aralar. Pamplona, 1915. Catalogiis seminum in Horto Botánico Matritensi. Madrid, 1916. Mateo Sagasta (B.).— Discurso leído ante la Real Academia de Cien- cias exactas, físicas y naturales, en su recepción pública. Madrid, 1916. Navarro Neumann (E. M. S.).-Essai de quelques formules applica- bles aux microsismes. (O Instituto, 1915.) — Essai de quelques formules aux tremblements de terrede Messina et d'Avezzano. (Boíl. Soc. Sismol. italiana, 1915.) Mes de Febrero Chile Instituto Central Meteorológico y Geofísico de Chile, Santiago. Publicaciones. 10-12. Dinamarca Société botanique de Copenhague. Botanisk Tidsskrift. 32 Binds, 2 Hefte; 34 Binds, 4 Hefte. Dansk Botanisk Arkiv. Bind 1, n° 6; Bind 2, n° 3-6. de historia natural 179 Egipto Société entomolDgique d'Égypte, Le Caire. Biilletin. 1913, fase 3-4. España Broteria, Salamanca. Vol. xiv, fase. i. España forestal, Madrid. Año i, n.»" 1-8. Estación de ensayos de semillas, Madrid. Memoria anual, 1914. Algunas eslaciones de Eurupa, 1915. Ibérica, Tortosa. Año iii, n."* 111-112. Laboratorio de Radiactividad, Madrid. Bolelin. Vol. vii, 1915. Peñalara, Madrid. Año iii, n."s 25-26. Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza. Bolelin. Tomo xv, n.° 1. Sociedad española de Física y Química, Madrid. Anales. Año xiv, n.° 129. Estados Uxidos y sus Colonias Wisconsin Qeological and Natural History Survey, Madison. Bullelin. N° xlii. Francia Académie des Sciences de Paris. Comptes-rendus. Tome 162, n.o? 6-8. Revue genérale des Sciences purés et appliquées, Paris. 27^ année, n° 3. Société entomologique de France, Paris. Anuales. 1915, 2' et 3*^ trimestres. Société frangaise de Minéralogie. Bullelin. Tome xxxviii, nos q./. Holanda Rijks Herbarium, Leiden. Mededeelingen. No^ 15-27. Société hollandaise des Sciences, Haarlem. Archives néerlandaises des Sciences - exacles et naturelles. Tome III, 3' livr. MÉJICO Dirección de Estudios Biológicos, México. Bolelin. Tomo i, n.° 2. Instituto geológico de México. Bolelin. N." 32. SUECIA Entomologiska Fóreningen i Stockholm. Enlomologisk Tidskrifl. Ary. 36, Haft 1-4. 180 boletín de la real sociedad española Suiza Société Vaudoise des Sciences naturelles, Lausanne. Biilletin. Vol. 50, n° 187. GoDOY Ramírez (José).— Bosquejo geológico liistórico de la actual provincia de Almería. (Rev. Soc. de Estudios Almerienses, 1915.) Muñoz del Castillo (José).— La riqueza nacional radiactiva y los abonos radiactivos. (Bol. Instit. de Radiactiv., 1916.) Orueta (Domingo).— Resultado práctico del estudio petrográfico de la serranía de Ronda. Madrid, 1915. Orueta (Domingo) et Pina de Rubíes (S.)— Sur la présence de platine en Espagne. (C R. Acad. de Sciences, 1916.) Pina de Rubíes (S.)— La presencia del platino en España. (Trabajos del Labor, de Invest. Físicas, 1916.) ¿X::írf'y:^:'., ^•^^^^^^■M SUMARIO DEL N.° 3. Sesión del l.° de Marzo de 1916. PAgfl. Sesión del 1." de Marzo de 1916.— Admisiones y presentacio- nes.—Comunicaciones,— Secciones.— Notas bibliográficas . . 129 NOTAS Y COMUNICACIONES Vicioso (C.)-— Plantas de Bicorp (Valencia) 135 Buen (F. de).— Sobre la presencia y caracterización de un Gobius de los mares del Norte comensal de una Alosa vulgaris Cuv. Val. 146 Buen (R. de) y Loro (M.)- -Sobre algunos peces interesantes del Laboratorio de Biología marina de Málaga 153 DusMET Y Alonso ( J. M.).— Noticia de lo publicado en 1915 sobre Entomología de España y sus colonias 163 González Fragoso (R.).— «Pugillus mycetorum Persiae» 167 Cabrera (A.).— Un nuevo cérvido español 175 Publicaciones recibidas 176 LISTA de los señores socios de provincias (i) y. ex- tranjero que han satisfecho su cuota desde 1.* a 31 de Marzo de 1916. Cuota de 1915. González (P. Saturio). Ibarlucea. Boscá (A.) Instituto de Burgos. Mir y Llambías. ^^^^^ ^^ ^uazo. Martín Lázaro. Cuota de 1916. .,. , , _, , Mir y Llambías. Cillero (M.) Sierra (P. Lorenzo). Fernández Alonso. Zamorano. (1) No se incluyen los de las capitales en que existen Secciones de esta Sociedad. UADBID.— FOBTi.NET, IMPRESOS DE LA B. SOC. E8F. DE HI8T. IfÁT. LIBERTAD, 29.— TELÉFONO 991 Tomo XVI.— Núm. 4. DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA pisto ría natural FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 1871 Abril de 1916 UUSSO NACIONAL. DS CIENCIAS NATURAXíES Hipódromo^— Tel6í. 0.376 OBSERVACIONES Los BOCIOS CORRESPONDIENTES BXTBASJBB08 podrán recibit las publica- ciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas. Los NUMERARIOS abonarán la cuota anual de 15 pesetas ó la de 16,60 si residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuento al tesorero en la época de admisión, y posteriormente en el mes de Enero de cada afio. Reciben el Boletín y las Memorias. Los AGREGADOS abonau la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Boletín. Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta- dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á razón de i pe- setas por trimeste los numerarios y de 2,26 los agregados. Los socios numerarios que abonen de una vez, ó en tres plazos anuales la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas las publicaciones de la Sociedad. Los que hicieren á la Sociedad el donativo de 500 pesetas serán consi- derados como socios perpetuos, con iguales derechos que los vitalicios, pero figurando su nombre á perpetuidad en la lista de socios, junto al de los socios fundadores. Sesión del 5 de Abril de 1916. PRESIDENCIA DEL SEÑOR DON JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO El Vicesecretario, en ausencia del Secretario, leyó el acta de la sesión anterior; que fué aprobada. Admisiones y presentaciones.— Fueron admitidos los señores pre- sentados en la sesión de Marzo, y propuestos para socios numera- rios los Sres. D. Miguel Pérez Gutiérrez, D. Pablo Wernert, don Eustaquio Suárez Blanco y D. Roberto Roldan Mínguez, siendo presentado el primero por D. Antonio Planas, los dos siguientes por D. Cándido Bolívar y el último por D. Juan Ardois. Comunicaciones. — Se da cuenta de haber recibido una nota del Sr. Boscá (D. Eduardo), titulada «Adiciones herpetológicas a la fauna de Cataluña». — El Sr. Aranzadi remite otra nota «Sobre el cráneo de Cilleza (Mena)». — El P. Barreiro presenta un artículo titulado «A los Sres. D. Is- mael del Pan y Paul Wernert, con motivo de su comunicación a la Real Sociedad española de Historia Natural, cuyo encabezamiento reza así: Consideraciones acerca de una nota bibliográfica del pa- dre Barreiro, titulada Un capitulo de etnografía comparada^) . — El Sr. Pérez Zúñiga muestra un ejemplar de cuarzo aurífero, procedente de la mina «María Josefa», enRodalquilar, parte sureste del término de Níjar (treinta y tantos kilómetros de Almería). El filón, que es de cerca de un kilómetro de longitud, se encuentra en roca traquítica, constituyendo una formación hipogénica moderna. El mineral se halla rellenando grandes grietas del terreno, siendo su riqueza en oro de 40 a 50 gr. por tonelada, llegando en algu- nas muestras a 400 o 500 gr. por tonelada. Débese este descubri- miento al Ingeniero D. Enrique Vargas. — El Sr. Fernández Navarro presentó un ejemplar de molibdenita que había encontrado en Torrelodones. Sabido es que dicha espe- cie mineralógica estaba mencionada en aquella localidad desde la época en que fué abierto el túnel de la línea férrea, existiendo en el Museo de Madrid un mediano ejemplar, pero hace muchos años Tomo xvi.-Abril, 1916. 12 182 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA que todas las exploraciones de los mineralogistas en busca de la molibdenita resultaban infructuosas, por lo cual la mencionada loca- lidad iba tomando un cierto carácter de leyenda. El ejemplar encon- trado por el Sr. Fernández Navarro, muy parecido al que se con- serva en el Museo, pero mucho mejor, presenta la molibdenita en pegaduras de bastante tamaño sobre un granito muy rico en pirita y en clorita verdosa que forma grandes hojas. — El Sr. Hernández-Pacheco somete a la consideración de la So- ciedad el libro del Dr. H. Obermaier, Profesor agregado al Mu- seo, titulado El hombre fósil, que acaba de ser publicado formando la Memoria 9.^ de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, de la Junta para ampliación de estudios. Consti- tuye un volumen de 27 X 10 cm., de 397 páginas, 122 grabados in- tercalados en el texto y 19 láminas aparte, algunas en color. En él se desarrolla el curso que este Profesor dio el pasado año en el local de la Sociedad, y constituye una obra completa de antropología, arqueología, paleontología y geología cuaternaria. La Sociedad acordó felicitar al autor, congratulándose de que se haya publicado en España una obra de esta importancia; acordó también adquirir un cierto número de ejemplares con objeto de poder transmitir a los Socios la rebaja que hace la Junta a los que compran un gran número de sus publicaciones. El mismo señor dio cuenta de los interesantes trabajos que rea- liza en España el Sr. Eug. Frankowski, Profesor agregado de la Universidad de Cracovia, presentando en nombre de dicho señor un trabajo titulado «Los signos quemados y esquilados sobre los animales de tiro de la Península ibérica». — El Sr. Iglesias Iglesias (D. Luis) hace constar el hallazgo, en las dunas de Bouzas (Vigo), del díptero Leptomydas lusítani- t:us Wied., especie poco frecuente, citada hasta ahora únicamente de Portugal, Valencia y alrededores de Madrid, siendo, por tanto, nueva para la fauna de Galicia. En esta región parece ser abundan- te, habiendo encontrado muchos ejemplares en los primeros días de Julio último; todos ellos son de gran talla, semejantes a los ejem- . piares de Madrid (1). Las 99 presentan la coloración negra del extremo del abdomen más extendida que en los restantes ejempla- res españoles. (1) J. Arias: Dípteros de España. Fam. Alydaidae. Trab. Mus. Nac. Cieñe. Nat., Madrid. Ser. zoo!., núm. 15, págs. IG-IT (1914). DE HISTORIA NATURAL • 183 —El Sr. Sánchez (D. Manuel) dio cuenta de un trabajo que ha realizado sobre algunos detalles de la fina histología de la corteza del cerebelo de los mamíferos. —El Sr. Bolívar (D. Ignacio) presentó una nota sobre los crustá- ceos de las islas Baleares, con motivo de una publicación del doctor Bruno Parisi. —El Sr. González Hidalgo (D. Joaquín) remite una nota sobre moluscos de España, titulada «Datos para la fauna española». —Por último, el Sr. Bolívar y Pieltain (D. Cándido) presenta unas rectificaciones sinonímicas sobre algunos ortópteros del grupo Eiimastacinae. Secciones.— La de Barcelona celebró sesión el 18 de Marzo, bajo la presidencia de D. José M."" Bofill. El señor Presidente manifestó haber solicitado de la Diputa- ción provincial ia donación a la Sección de los mapas geológicos de Cataluña que dicha Corporación ha editado, petición que ha sido galantemente atendida. A continuación, dio cuenta de un concurso anunciado por la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona p&ra adjudicar varios premios de 200 pesetas cada uno a los mejores trabajos que se pre- senten sobre diversos temas científicos hasta el día 1 1 de Septiem- bre del corriente año. Los referentes a ciencias naturales son los siguientes: Un trabajo de cartografía matemática, de especial aplicación lo- cal y práctica a las coordenadas del Observatorio Fabra, en parti- cular para la resolución gráfica de los problemas relacionados con la sismología. Génesis de los hidratos de carbono en el organismo vegetal. Estudio de los lagos y lagunas de Cataluiía y su utilización para la Agricultura y la Industria. Cartilla meteorológica para uso de los agricultores. Distribución geográfica de las coniferas en Cataluña. El aparato de la visión en la serie animal. El mismo señor hizo la descripción antropológica y etnológica de unas tribus antropófagas del Norte del Perú,- llamadas de los Hiiito- tos-nonuyas, mostrando una porción de objetos de dicha proceden- cia traídos por un viajero. Entre ellos, algunos muy curiosos, hay utensilios de caza y pesca, otros que emplean los salvajes en sus pequeñas industrias y usos caseros, así como para la producción de 184 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ciertas deformaciones de los miembros que, sin duda, persiguen' un ideal estético. —Los Sres. Cazurro, San Miguel y Serradell hacen el siguiente resumen de la excursión verificada a Tarragona a fines del pasado Diciembre: «En los días 27 y 28 del pasado Diciembre, se verificó la excur- sión mensual, acordada por esta Sección, con objeto de visitar las formaciones geológicas de Tarragona, y examinar una interesante cantera, la del Medol, explotada en tiempo de los romanos, y de la que se ha pretendido por algunos que se habían extraído los bloques de la muralla ciclópea de la primitiva ciudad. Reunidos en la mañana del 27, los expedicionarios, nuestros con- socios D. Luis Mariano Vidal, D. Carlos Calleja, D. Maximino San Miguel, D. Baltasar Serradell y D. Manuel Cazurro, salieron en el expreso de las ocho, llegando a las diez a Tarragona, donde les aguardaba otro de nuestros consocios, D. Ángel García del Cid, que, como vecino de Tarragona, sirvió de guía a los excursionistas. El resto de la mañana se empleó en recorrer la bella ciudad de Tarragona y visitar su hermosísima Catedral e importantes Museos provincial y diocesano, cuyos ricos tesoros son de todos justamente alabados. Además de los importantes objetos arqueológicos y artís- ticos que se conservan en ellos, pudieron los excursionistas exami- nar, como más relacionados con sus estudios, los objetos prehistó- ricos que conserva en sus ricas colecciones el Museo arqueológico provincial, entre los cuales ofrece excepcional interés una hacha de silex, del período chelense, que en los catálogos del Museo consta como procedente de Constanti, hacha de verdadero interés, pues sería la única de este período de que tengamos noticia, hallada en Cataluña, siendo de lamentar que no se posean más pormenores acerca del sitio de su yacimiento, que el dato consignado por el antiguo Director del Museo, Sr, Hernández Sanhuja, en el catálogo publicado, en el que sólo consta la indicación de que procede de Constanti. La amabilidad del actual Director y peritísimo arqueó- logo Sr. del Arco, nos permitió examinar dicha hacha, que es de silex, de color obscuro, de unos 15 centímetros de longitud, y algo estre- cha, pues sólo medirá unos 6 de ancho; su forma es la típica en estos instrumentos del período chelense, y los retoques se ven bien marca- dos en los bordes. Por la tarde, los excursionistas, acompañados por D, Francisco García del Cid, padre de nuestro consocio, y Director de la Sucur- Dlí HISTORIA NATURAL 185 sal del Banco, que con gran amabilidad se prestó a servirles de guía, visitaron el acueducto romano, que siguiendo la carretera de Valls, a distancia de poco más de cuatro kilómetros, se encuentra en sus inmediaciones. A la mañana siguiente, acompañados por los Sres. García del Cid, D. Rafael Montes, Director del Instituto de segunda enseñanza y D. Juan Sancho, fueron a visitar las interesantes canteras del Medol, situadas a unos ocho kilómetros al NE. de Tarragona, siguiendo la carretera que conduce a Barcelona, no mucho después del monumen- to sepulcral romano, que impropiamente se conoce con el nombre •de Tumba de los Escipiones. La cantera está abierta en las capas de una caliza de color amari- llento, estructura psefítica brechoidea, compacta, más o menos al- veolar o cavernosa en las superficies expuestas a la intemperie, constituida principalmente por fragmentos de conchas empastadas por un cemento de calcita cristalina. El análisis químico de tres fragmentos, los más diferentes por el aspecto y color, nos permiten fijar la composición media de la roca: Ca C O3 88 Si O, 1,25 Arcilla ferruginosa 10,75 100,00 Examinada una sección transparente con el microscopio se ofrece con la estructura psefítica ya indicada, debida a los fragmentos de conchas y caparazones de equinodermos de tamaños muy variables que no siempre conservan su estructura primitiva, sino que han sido disueltos por las aguas, y en los huecos dejados ha recristalizado calcita granulo-cristalina; la pasta es microgranuda de calcita inco- lora, y en ella se ven, muy rara vez, algunos granillos de cuarzo, redondeados y de color amarillento pálido; la arcilla está muy irre- gularmente distribuida sobre la pasta a manera de polvo finísimo de color amarillo rojizo. Pertenece a la época miocena, facies litoral, y forma bancos de veintitantos metros de espesor, de una homogeneidad notable. Los trabajos de explotación de la época romana han formado un socavón enorme en forma de anfiteatro, prolongado en el fondo y abierto en todo el espesor de las capas, y en el medio dejaron como testigo, pro- bablemente como hoy se hace para poder cubicar la piedra extraída, 186 boletín Dlí LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA un monolito o aguja que representa el espesor de las capas, a modo de gigantesco menhir, que mide más de 16 metros de altura, y que a pesar de su esbeltez y de los siglos transcurridos se conserva en pie para demostrarnos la gran cantidad de piedra arrancada de la cantera, a la cual por este curioso monolito se la llama del Medol, palabra que probablemente deriva de meta (término, mojón). El trabajo d^ explotación no se pudo verificar, como por algunos se ha indicado, aprovechando los planos de juntura de la roca, pues ésta se presenta muy compacta, y sólo por la diferencia de colora- ción, se nota que como verdadero depósito de playa es en algunos puntos más arcillosa que en otros, sino que fué preciso arrancar y labrar cada piedra con el trabajo del pico, del cual se ven las huellas en todas las superficies de la cantera, y aprovechando la poca du- reza del material. En las capas inferiores pudieron recogerse algunos fósiles, tro- zos de valvas de Pectén y de algún equínido, pero, como es natu- ral, dado el carácter del depósito, muy fragmentados. Se ve bien claro que todos los sillares de la muralla romana, y una buena parte de las piedras de los demás monumentos antiguos de Tarragona, incluso la Catedral, que en parte aprovechó los silla- res de los edificios romanos, proceden de esta cantera, pues son del mismo material y hasta se ven corroídos del mismo modo que las superficies de ella, en los lados en que están expuestos a los vientos del mar que los desgasta muy desigualmente, dejando en Saliente los puntos más ricos en granos de arena cuarzosa, y corroyendo más fácilmente los puntos calizos y arcillosos. Han pretendido algunos que de esta cantera se extrajeron las enormes piedras de la muralla ciclópea más antigua, pero sobre ser muy difícil el transporte de los inmensos sillares que la forman, a veces de 4 metros por 1 ,50 de alto y más de 1 ,50 de espesor, cuyo excesivo peso los haría en todo tiempo muy difíciles de acarrear, in- dudablemente no proceden de esta cantera, pues estas son rocas ca- lizas compactas de la época cretácica, que en muchos puntos, por ejemplo, en la falsa braga, se ven aflorar a la superficie, y sobre cuyas rocas reposa en muchos sitios esta antiquísima construcción, de tal modo, que los primitivos habitantes de Tarragona no tuvieron más que arrancarlas del lugar en que construían su muralla y apenas desbastadas colocarlas en hiladas. Es de notar la semejanza que ofrece esta cantera, con otra tam- bién de época romana, que se encuentra a unos seis kilómetros al DE HISTORIA NATURAL 11Í7 NW. de Nimes, la de Barutal, la cual es también de una caliza terciaria miocena, y de la que están construidos los edificios roma- nos, especialmente el anfiteatro de Nimes, y todos los que fueron edificados con sillares grandes en la época imperial. En el hondo que forma la cantera, cuya humedad facilita una espesa vegetación, tuvieron los expedicionarios ocasión de recoger una abundante y variada fauna de moluscos terrestres, de los cuales daremos a continuación la lista. Después de reconocer esta interesante cantera, y las formaciones geológicas de las inmediaciones, los expedicionarios regresaron a Tarragona, y en el tren de las cinco a Barcelona, quedando muy satisfechos de la excursión y muy agradecidos a las múltiples aten- ciones de los Sres. García del Cid y Montes, que con sus repetidas atenciones les facilitaron la excursión, haciéndosela sumamente agradable, por cuya razón se complacen en hacer constar aquí el testimonio de su gratitud. Nota de los moluscos recogidos en la excursión verificada a Tarragona los días 27 y 28 de Diciembre de 1915. En las murallas romanas. Helix (Cochlicella), acuta Müll. — (Macularia) Compagnoi Aller. Clausilia (Euclista) Catalonica Fagot, var. Antigües Fagot. En el acueducto romano (Pont del Diabble). Hyalinia (Polita) Harlei Fagot. Leucochroa candidissima Drap. Helix (Euparypha) Pisana Müll. — (Heliomanes) Mendranoi Serv. — ^ pila Cariot. — (Helicella) Arigonis Rsm. — (Tachea) splendida Drap., frm. Cossoni Letourneur. — — — Drap,, var. Tersonia M.-T. Clausilia (Euclista) Catalonica Fagot, var. Antiguce Fagot. Cyclostoma elegans Müll. — lutetianum Brgt. En el sepulcro de los Escipiones. Helix (Euparypha) Pisana Müll. — (Heliomanes) lineata Loe. (non Oliv.) !88 BOLETÍN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Helix (Meliomanes) alluvionum Serv. — . — astata Brgt. — • — albovariegata Cariot. — (Tachea) splendida Drap., frm. C0550/2/ Letourneur. — — — Drap., var. Tersonia M.-T. Clausilia (Euclista) Catalonica Fagot, var. Antiguos Fagot. En la cantera «El Medol». Hyalinia (Vitrea) crystallina Müll. — — cellar ia Müll. Leucochroa candidissima Drap. Helix (Euparypha) pisaría Müll. — (Heliomanes) pila Cariot. — — cysiciensis Coutagne. — — granonensis Serv. — — Canovasiana Serv. — (Turricula) Penchinati Brgt. — (Tachea) splendida Drap. (typus). — — — Drap., var. D«^e5/rt M.-T. . — — — Drap., var. Tersonia lA.-T . — (Macularia) láctea Müll. — — apalolena Brgt. Pupa (Abida) Montserr ática Fagot. — — üirgicula Micli. — (Charodrobia) umbilicata Drap. Clausilia (Euclista) Catalonica Fagot, var. Antigües Fagot. — (Kuzmicia) Penchinati Brgt. Stenogyra (Rumina) de col I ata L. Ferussacia (Folliculus) folliculus Qron. — — Vescoi Brgt. Cyclostoma elegans Müll. Todas estas especies, aceptadas hoy día por la mayoría de los autores, deberían seleccionarse y algunas pasarlas a la categoría de variedades. Paetel, «Catalog der Conchylien-Sanimlung», en su última edi- ción, admite las Clausilia Catalonica Fagot, que no es más que una buena variedad de la Clausilia bidens L.; Clausilia Penchi- /zí2// Brgt., var. de la Cl. rugosa Drap. También admite la Pupa DE HISTORIA NATURAL 189 Montserratica Fagot, y en cambio la Pupa virgicula Mich. sólo la acepta como variedad de la Pupa polyodon Drap., siendo así que la Pupa virgicula Mich. presenta mejores caracteres para dis- tinguirla de \aPupa polyodon que la Pupa Montserratica Fagot, y que sólo debe aceptarse como otra variedad de la misma. La Heíix apalolena Brgt. la considera una variedad de la Helix pune- tata Müll., y bien estudiadas una y otra no son otra cosa que varie- dades de la Helix láctea L. La Ferussacia Vescoi Brgt. tampoco. debe considerarse como especie y sí sólo como variedad de la Fe- russacia folliculus Gron., y finalmente Paetel admite el Helix Mendranoi Serv., que es una variedad del Helix variabilis Drap. Citamos algunas especies que no las cita Paetel por haber sido descritas posteriormente y porque no deben aceptarse. La Helix pila Lariot, H. linéala Loe, H. alluvionum Serv., H. astata Brgt., H. albovariegata Lariot y H. cysiciensis Lontagne, sólo son va- riedades de la H. variabilis Drap., y la H. Lanovariana Serv., como variedad de la H. granonensis Serv.» —La de Sevilla celebró sesión el 1." de Abril, bajo la presiden- cia del Sr, Paúl. Los Sres. Tenorio, Benjumea y Simó dieron cuenta de su reciente excursión a Peñaflor, donde el Guadalquivir, en su última avenida, ha descubierto un taller de alfarería romana que estaba enterrado en una de sus orillas, en la que se produjo un desprendimiento de tierras considerable. —El Dr. Torremocha dio cuenta de sus experiencias hechas en gatos, acerca del funcionamiento del tiroides. —Se cambiaron impresiones acerca del próximo Congreso de la Asociación para el Progreso de las Ciencias. —Se acordó, por unanimidad, que constara en acta la satisfacción de la sección de Sevilla por el premio concedido al Dr. Seras. —La de Valencia celebró sesión el 30 de Marzo, bajo la presi- dencia del Dr. D. Francisco Moróte. El señor Secretario lee unas cuartillas del Sr, Boscá acerca de «Adiciones a la fauna herpetológica catalana». El mismo señor da cuenta de una visita por él realizada a la cueva de la Avellanera, lamentando que la incuria que allí reina haya sido la causa de la destrucción de aquella importante fuente de estudios y muestra algunos objetos (fragmentos de huesos, de cerámica, 190 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA moluscos, etc.), recogidos allí tras de detenidas pesquisas. También enseñó a los socios unos cuadros, representación del período me- sozoico. —El Sr. Moróte hizo observar la disminución de la plaga del poll-roig (Chrysomphalus dyctiospermi Morg.) que de tan cruel manera ha castigado nuestros bellos naranjales, a la par que el aumento de ciertas especies de insectos, como por ejemplo el Chi- locorus bipushilatus L., que se supone pueden atacar al fitoptirio en cuestión, exponiendo la conveniencia de someterlas a detenido estudio para ver si sería oportuno comprobar tal acción y fomentar su rápida propagación con el fin de contrarrestar los deplorables efectos que en nuestra región causa el poll-roig. Citó que este punto ha sido tratado en alguno de sus trabajos por el entomólogo Sr. García Mercet, quien ha podido demostrar la existencia de varios parásitos del dañino Chrysomphalus. —El Sr. Arévalo muestra a los reunidos ejemplares vivos de Hydra fuscah., recolectada en nuestra Albufera, así como algu- nos dibujos de interesantes especies de Quidóridos que han de ilus- trar sus monografías sobre el plankton de nuestro penilago y que dicho señor tiene en preparación, haciendo resaltar sus caracteres específicos. —El Sr. Gandolfi dio algunas noticias acerca de varias observa- ciones realizadas cerca de las angulas (hora que entran del mar, di- mensiones, etc.), hechas en el Perelló, y el Sr. Balasch también ma- nifestó que había tenido ocasión de comprobar dichas experiencias. Nota bibliográfica. Del Sr. Fernández Navarro (sección de Madrid): Réné-Ch ARLES Sabot: Étude cristallographique et optique d'un certain nombre de minéraux des pegmatites de Madagas- car et de minéraux de VOural. Thése de Doctorat. Gene ve, 1914. (138págs. 14x10, 52figs.) La «Grande Isla», como llaman los franceses a Madagascar, es hoy el paraíso de los mineralogistas. Numerosos prospectores, re- corriendo su territorio con fines mineros y en todos sentidos, han descubierto especies nuevas; otras raras o poco conocidas han sido encontradas con abundancia y en excelentes condiciones de estudio; no pocas como el berilo, el corindón, el topacio, los apatitos, etc., han ofrecido ejemplares de belleza y dimensiones excepcionales. De ahí DE HISTORIA NATURAL- 191 que abunden los trabajos recientes que tienen por objeto de estudio los minerales de Madagascar. Entre estos trabajos ocupa lugar preferente el de Mr. Sabot, ayudante del profesor Duparc, de Ginebra. Estudia en él los mine- rales de varias localidades de la isla, describiendo ejemplares de cuarzo, micas, monacita, columbita, euxenita, ampangabeita, struve- rita, ilmenita, oligisto, espesartina, gahnita, ocre rojo, zircón, bismu- tita, magnetita, turmalinas, apatito, brookita, topacio rosa y rutilo. Todos estos minerales son objeto de investigaciones interesantes, especialmente las que se refieren a sus propiedades radiactivas, A manera de apéndice terminan el interesante trabajo análogos es- tudios acerca de varios yacimientos mineralógicos rusos, y muy es- pecialmente del anfibol (horblenda) de las dioritas-pegmatitas de los yacimientos platiníferos del Ural. En todo el estudio se muestra el Sr. Sabot como un hábil investigador, en plena posesión de la mo- derna técnica mineralógica. Notas y comunicaciones. Adiciones herpetológicas a la fauna de Cataluña por Eduardo Boscá. Requerido por el Rectorado de la Universidad de Valencia en dos distintas ocasiones, para intentar la reorganización de su Jardín Bo- tánico, al que tanto debe la agricultura levantina, y previa la apro- bación de unas bases presentadas al Real Consejo de Instrucción pública, dejé en mala hora el Instituto de segunda enseñanza de Ciudad Real, campo apropiado para serias investigaciones histórico- naturales en general por su situación geográfica en la Península y, por lo tanto, para continuar mis estudios herpetológicos practicados como ensayo en la región valenciana, y desde aquel momento aban- donados. Nuevas circunstancias para la vida y correspondiendo a reflexio- nes hechas por buenos amigos, determinaron el reanudar la explo- ración en el sentido de dicha especialidad, después de un párente- 132 BOLETÍN ÜE LA HEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA sis de treinta años y bajo los auspicios de la Junta para ampliación de estudios e investigaciones científicas. Una de las comarcas apenas conocidas era la parte alta de Ca- taluña, interesante, sobre todo, por comprender las vertientes orien- tales del Pirineo, por lo que mereció en el pasado año acometer una visita desde Lérida, remontando el río Sagre a Seo de Urgel y Pui'gcerdá, a buscar la cuenca del río Ter, bajando por Ribas a Ri- poll (1), en donde se tomó la vía férrea para regresar a Valencia por Barcelona. Aunque tarde, comprendimos mi hijo Antimo, auxiliar insepara- ble, y yo, que la excursión quizá hubiera resultado más provechosa verificándose antes del mes de Julio, por ser esta una época en que los animales objeto de nuestra recolección, después de haber criado, quedan menos visibles o tal vez retraídos por la sequedad relativa o calor, sobre todo para las costumbres de los anfibios, de suyo li- gados a las aguas de las respectivas localidades. En el mapa de la Península Ibérica que acompaña a mi publica- ción titulada Correcciones y adiciones al Catálogo de los rep- tiles y anfibios de España, Portugal e Islas Baleares (2), en el que se consignan por medio de los números asignados a las espe- cies, el área en que se las ha encontrado, corresponden a las cuatro provincias catalanas tan sólo un total de 16 especies, cuatro de an- fibios y las restantes de los reptiles, cuando se trata de la única re- gión de España, en cuanto a la topografía, que comprende desde una superficie esencialmente pantanosa, como son las riberas del Ebro en su desembocadura en el Mediterráneo a las altas regiones (1) En esta culta ciudad existe la Sociedad de cazadores de escopeta titulada «La Rama», que en la planta baja de su domicilio ostenta unain- teresante colección de aves y mamíferos indígenas, recordando entre és- tos la presencia naturalizada del erizo, tejón, garduña, mustela, nutria, lobo, zorro, gineta, ardilla, lirón, liebre, conejo y jabalí; faltaba, por lo menos, el rebeco, que aun se cría en el Cadí, la más próxima altura de los Pirineos Orientales. Además nos enteramos de que siendo por hoy la estación de Ripoll el término de la línea de San Juan de las Abade- sas, quizá para dentro de unos diez y ocho meses estará terminada la prolongación llamada ferrocarril transpirenaico, cuyas obras de fábri- ca, puentes y túneles, ya terminados, vimos en la última parte de nues- tra correría; noticia que seguramente será acogida con viva satisfac- ción, por los naturalistas en particular. (2) Anal. Soc. esp. Hist. Nat. Madrid, 1887. Tomo x, páginas 89 a 112. DE HISTORIA NATURAL 193 de los prados naturales y nieves perpetuas o poco menos, con pro- digalidad de estaciones zoológicas. Hoy, teniendo en cuenta las recientes investigaciones, a las que se añaden algunos datos personales adquiridos con posterioridad al año 1881, o bien proporcionados mediante consulta, casi se duplica el número de formas reconocidas, quedando en nuestro ánimo la im- presión de que ha de superar aún al doble, a poco que se registren con detenimiento los parajes apropiados. En su consecuencia, a las 16 especies aludidas deben añadirse, en firme, las siguientes formas específicas o variedades, a las que acompañan las respectivas localidades y alguno de los nombres vul- gares, tomados al oído. Salamandra maciilosa Molleri Bedriaga.— Ribas! Sus larvas, y en general los urodelos que se hallan en el agua, llevan el nombre de Pasachéts o Salamiñons. Alytes obstetricans Boscce Lataste.— Lérida! Baños de San Vi- cente! Ribas! Primaveres. Pelodytes punctatus (Daud.).— Salou! Pelobates cultripes (Cuv.).— Ampurias, Maluquer! Bufo viilgaris Lans.— Tortosa! Baños de San Vicente! Gra- pal{\). Bufo calamita Lans.— Baños de Cardo! Rana temporaria parvipalmata Seoane.— Vedrá Masfarre! Rana agilis Thomas.— Ribas! Especie no citada a la fecha como de la fauna Ibérica. Coronelía girondica Wagl.— Lérida. Cases! Coronelía austríaca Fitringeri Bonap.— Queralps, camino de Nuria! Variedad no citada a la fecha como de la fauna Ibérica. Coluber scalaris Boié.— Cardó! Serp. Anguis fragilis L.— Lérida, Ximenes! Seo de Urgel! Vidriola. (1) En este balneario de aguas termales sulfurosas puede verse un caso en favor de la teoría mecánica de la producción del calor sobre las capas terrestres, pues sobre el granito que aflora en los desmontes y lados de la carretera de Seo de Urgel a Puigcerdá, se halla arrumbado frente al establecimiento un monte calizo, y entre el contacto de ambas masas, la granítica dura y la caliza menos dura, se desliza el agua a 42° y 6 c. de calor, si bien ésta va acompañada de 15 substancias sepa- radas por el análisis, lo cual lo mismo pudiera tomarse como causa o como efecto del calor. 194 boletín de la REAL SÜCllíDAD ESPAÑOLA Acanthodactylus vulgaris Dum. Bibr.— San Carlos de la Rá- pita! (1). Hemidactylus turcicus (L.).— Sagaró Dragolius Vayreda! Emys orbiciilaris (L.).— Tipo y variedad e, de Schreiber, edi- ción 1912. San Carlos de la Rápita! Réstanos dgr las gracias desde este sitio a los elementos intelec- tuales, y en particular al Dr. D. Aurelio Ximénez del Rey, Inspec- tor de Sanidad de la provincia de Lérida, que al par que auxiliaron nuestra misión, nos hicieron conocer la afrentosa situación de la mo- numental Seu vella convertida de antaño en cuartel, y los demás templos antiguos de la comarca, así como la colosal instalación hi- dro-eléctrica Aytona, productora de 60.000 caballos de fuerza que se consume en Barcelona, y que la simple caída de agua da 41° ter- mométricos, muestra de la importancia de los saltos para España después de la minería y de su agricultura, aunque deficiente. Sobre el cráneo de Cilleza (Mena) por T. de Ai-anzadi. Al leer en el Boletín de Enero último, de esta Sociedad, la nota craniométrica del Dr. Barras, a pesar de la ausencia de caracteres descriptivos en ella, y a pesar de no haber visto el cráneo mismo, ni fotografía ni dibujo alguno, me llamaron la atención ciertos ca- racteres métricos, que sospecho más importantes que la coinciden- cia del índice cefálico horizontal con el de un cráneo también anti- guo de la provincia de Falencia. (1) En la isla de Buda y en aquella costa en general, son frecuentes las chozas construidas sobre las dunas para evitar la tierra pantanosa, y con objeto de contener la movilidad de las arenas, pueblan el talud respectivo del llamado por los jardineros Sediim de pie de vaca (Mes- sembrianthemiim acinaciforme L.), el cual da un fruto gomoso espe- so, que se ha tratado de explotar, no sé si por estas cualidades o por su aroma a fresa. DE HISTORIA NATURAL 195 Ante todo hizo que fijase mi atención en él la altura del cráneo que, si tan indudablemente es de varón, resulta más bajo que el más bajo de los guipuzcoanos por mí medidos; éstos son modernos y aquél antiguo, pero éstos se cuentan entre los relativamente más bajos de España, y la antigüedad de aquél no es tan excesiva como para no poder relacionarlos. Una vez en camino de comparación observé la casi identidad de la anchura frontal máxima, largura alveolo-basilar, anchura del agu- jero, largura de la curva parietal y occipital, largura de la rama as- cendente de la mandíbula y su anchura mínima y altura de la sínfi- sis, índice cefálico vértico-transversal y cígomo-temporal, compara- dos con los valores medios de los cráneos masculinos de Guipúzcoa; la identidad absoluta de las dos dimensiones de la órbita y de la lar- gura palatina. Los demás caracteres y medidas difieren de dichos valores me- dios, pero se quedan entre éstos y los valores mínimos guipuzcoa- nos el diámetro antero-posterior, anchura frontal mínima, altura de la nariz, la órbito-alveolar, curvas sagital y transversal, índices ce- fálicos horizontal y vértico-longitudinal, índices frontal y facial y el del agujero occipital, el vértico-modular y transverso-modular; son mayores sin pasar de los máximos guipuzcoanos la anchura inter- orbitaria, la largura del agujero occipital, el índice fronto-parietal y el antero-posterior al módulo. 'Mayor que el máximo guipuzcoano masculino no es más que el fronto-cigomático, pero son mayores el máximo guipuzcoano feme- nino y los de ambos sexos en Zarauz. Menores que el mínimo gui- puzcoano masculino son el diámetro transverso y el vertical, el mó- dulo, anchura bicigomática, largura naso-basilar, altura naso-alveo- lar, curva frontal, circunferencia horizontal, sin pasar de los mínimos femenino y de Zarauz. La anchura bigoniaca es menor en dos milí- metros a la mínima de cinco mandíbulas guipuzcoanas. La relación de la curva a la recta naso-basilar es casi idéntica al valor medio femenino guipuzcoano. Por todo ello y dentro de las posibilidades de deducción cranio- métricas, .sin haber visto personalmente el cráneo ni su figura, ni haber leído nada descriptivo, sospecho que es de tipo vasco algo afeminado y en su variante más dolicocéfala. Nada debe extrañar tal conclusión para un cráneo del valle de Mena, a cuyos naturales he oído más de una vez presumir de viz- cainía, no sé si con fundamento histórico o sin él. Lo cierto es que 196 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA existen toponimias éuskaras en él. El pueblo de Cilleza está a diez kilómetros de la raya de Burgos, Vizcaya y Álava; sobre él está la peña de Igaña, que en vascuence quiere decir subida, y lo riega el Cadagua, que desemboca en la ría de Bilbao. A mayor abundamien- to, cabe hacerse notar que su distancia a Valdemiranda (Falencia) y Aranda de Duero (Burgos) es mayor que a San Sebastián; item más que mucho más al Occidente, y hasta la provincia de Falencia hay varios lugares llamados Báscones, Villabáscones y Basconcillos. Notas sobre Eumastacinos (Orth. Locust.) I. — Rectificaciones sinonímicas por Cándido Bolívar y Pieltain. Eríanthus bifidus Kirby. Erianthus bifidus Kirby, Fauna British India, &, Orth. Acryd., pp. 86-88, fig. 76 (1914) (fig. 77 delenda). Este singular insecto debe formar, a nuestro juicio, el tipo de un nuevo género intermedio, en cierto modo, entre Erianthus Stál y Hemierianthus Sauss., teniendo nosotros un gran placer en propo- ner para designarle el nombre Kirbyita nov. nom., en memoria de Mr. F. Kirby, el conocido entomólogo inglés, descriptor de la es- pecie. El insecto de que nos ocupamos ofrece las tibias posteriores pro- vistas en la base, por encima, de un gran lóbulo triangular; lóbulo que no se presenta nunca en las especies del género Erianthus, y que no existe sino raramente en los géneros del grupo Erianthi (1). Las alas son también muy diferentes y características, llegando a ser casi caudiformes por la forma aguda y prolongada de su ángulo anterior, mientras que en Erianthus las alas son más o menos an- gulosas anteriormente, no sobrepasando nunca en longitud a los éli- (1) Los géneros Hemierianthus Sauss. y Bennia Burr, son los úni- cos pertenecientes a la sección Erianthi, que presentan las tibias pos- teriores lobuladas. DE HISTORIA NATURAL Ii»7 tros. El pronoto, cuya quilla central está fuertemente elevada, apro- xima este género al Erianthus. La mayor analogía que con Hemierianthus ofrece el nuevo gé- nero es el presentar las tibias posteriores lobuladas; sin embargo, creo imposible confundir ambos insectos, sumamente diferentes por la forma del pronoto y de las alas. No conociendo la especie de Kirby sino por la descripción y el dibujo dados por este autor, nos limitamos a indicar las particulari- dades anteriormente mencionadas; pero será necesario, para poder precisar bien las diferencias entre Hemierianthus, Erianthus y Kirbyita , el hacer el estudio comparativo de sus piezas anales, para lo cual es completamente indispensable poder revisar directa- mente el insecto descrito por Kirby, pues este autor omite en su descripción todas las particularidades referentes a ellas y que cons- tituyen en estos insectos los caracteres de más valor taxonómico. Haré también notar que el insecto representado (Kirby, 1914, fi- gura 77) como larva de esta especie, no pertenece a ella, a nuestro parecer; su aspecto general y la" forma de su pronoto y fémures la aproximan a los géneros de la sección Choroetypi. ¿No será quizá el insecto representando la larva de algún Orchetypus? Masyntes tigris Burr. Masyntes tigris Burr, An. Soc. esp. Hist. Nat., xxviii, pp. 91, 274,276, pl. 9, f. 11 (1899); Ib., Gen. Ins. Orth., Eumast., p. 17. pl. 1, f. 7 (1903); Rehn, Proc. Acad. Nat. Se. Philad., lvi, p. 676 (1904); Kirby, Syn.Cat. Orth., iii, p. 79(1910); Rehn, 1. c, lxvii, p. 280(1915). Masyntes brasiliensis Bruner, Ann. Carn. Mus., viii, pp. 6, 7(1911). Las dos especies tigris Burr y brasiliensis Bruner, deben ser consideradas como una misma especie, que llevará el primero délos dos nombres por razón de prioridad. Para llegar a esta conclusión he tenido a la vista el tipo de tigris, que se conserva en nuestra colección, y un ejemplar para- y topotípico de brasiliensis, que po- seemos igualmente, gracias a la amabilidad del Dr. Holland, Direc- tor del «Carnegie Museum», de Pittsburgh. Las dos principales diferencias sobre que basa Bruner su espe- cie, separándola de tigris, estriban en la menor longitud de sus éli- tros y alas, y en la forma subangulada del margen posterior del pro- ToMO XVI.— Abril, 1916. 13 198 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA noto. La longitud de los élitros varía, en los ejemplares cf cf que he podido observar, entre 6,5 y 8,5 mm. (1). Estas pequeñas diferencias no tienen ningún valor, pero aun cuando fuesen de mayor importan- cia no llegarían nunca a ser específicas en un género en que alguna de sus especies (M. Gundlachi Scudder) (2) posee dos formas: una braquíptera y otra macróptera. El borde posterior del pronoto forma un ángulo obtuso-redondeado en todos los ejemplares que he podido observar. Como confirmación a mis suposiciones puedo señalar que Rehn (1904) ha examinado y determinado como tigris ejemplares de Co- rumbá y Chapada, recogidos por H. H. Smith, al mismo tiempo que los que le sirvieron a Bruner para describir su brasiliensis. El mismo autor (1915) señala como muy dudoso el que brasiliensis deba formar una especie diferente de tigris. La especie descrita primeramente sobre ejemplares procedentes del Paraguay y citada posteriormente de Corumbá y Chapada (Bra- sil) por Rehn (1904) y por Bruner (191 1 , sub M. brasiliensis), ha sido mencionada muy recientemente por Rehn (1915) como habi- tando la República Argentina. Masyntes Borelli Giglio-Tos. Masyntes Borelli Giglio-Tos, Boíl. Mus. Torino, xii (302), p. 17 nota (1897); Burr, An. Soc. esp. Hist. Nat., xxviii, pp. 90, 274, 275 (1899); Ib., Gen. Ins. Orth., Eumast., p. 17 (1903); Rehn, Proc. Acad. Nat. Se. Philad., lvi, p. 676 (1904); Kirby, Syn. Cat. Órth., iii, p. 79 (1910). Masyntes mutilata Giglio-Tos (nec Serville), Boíl. Mus. To- rino, IX (184), p. 4 (1894); Ib., Zool. Jahrb. Syst. VIII, p. 806 (1895). Masyntes chapadensis Bruner, Ann. Carn. Mus., viii, pp. 6, 8 (1911). Lo mismo que en el caso anterior, creo que deban reunirse en una sola las dos especies Borelli Giglio-Tos y chapadensis Bru- ner. He podido estudiar de esta última especie un ejemplar cf topo- yparatipo, que recibido por intermedio del Dr. Holland, s^ conserva en nuestra colección. Rehn (1904) ha estudiado ejemplares de Cha- (1) Rehn (1915, p. 280) asigna 5,3 mm. para la longitud de los élitros de un ejemplar cf de la Argentina. (2) I. Bolívar, Mém. Soc. Zool. Franca., i, p. 141 (1888). DE HISTORIA NATURAL 199 pada recogidos por H. H. Smith (al mismo tiempo que los tipos de chapadensis) refiriéndolos al Borelli, e indicando únicamente que su talla era ligeramente menor. Masyntes saurus Burr. Masyntes saurus Burr, An. Soc. esp. Hist. Nat., xxviii, pp. 91, 274, 277 (1899); Ib., Gen. Ins. Orth., Eumast., p. 17 (1903); Kirby, Syn. Cat. Orth., III, p. 79(1910). De la sinonimia dada por Kirby (1910) de esta especie, hay que suprimir las dos líneas siguientes: M. versicolor, Burr, Gen. Ins. Orth., Eumast.,p.23,n.6,pl.l,f. 6(1903). El haber establecido Kirby esta sinonimia es debido a un error de nombre genérico existente en el trabajo de Burr (1903), en cuya lámina 1 , figura 6, se lee Masyntes versicolor en lugar de Eumas- tax versicolor, que es el verdadero nombre del insecto allí repre- sentado. Por tanto debe desaparecer completamente de la sinonimia de M. saurus, el nombre M. versicolor, que se refiere al Eumas- tax versicolor. Scbre algunos detalles acerca de la fina histología de la corteza del cerebelo de los mamíferos por Manuel Sánchez. Los estudios que desde hace algún tiempo hemos emprendido so- bre el aparato de Golqi, en las neuronas del cerebelo, nos han con- ducido a observar una porción de detalles sobre las modalidades que el citado aparato adopta en las células de un mismo tipo, o sobre su evolución, los cuales vamos a consignar en este trabajo. El aparato endocelular ha sido estudiado en las células de la cor- teza del cerebelo, por diversos histólogos: Golgi le señaló en las células de Purkinje; Cajal y Besta confirmaron el hallazgo del sabio italiano estudiando el primero de dichos histólogos el aparato en las células de cesta, granos y neuronas de cilindro-eje corto. 200 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Fañanás ha estudiado el mismo aparato en el cerebelo del embrión de pollo y Río Horteqa en el cerebelo de animales patológicos. Últimamente, Cajal ha descrito algunas modalidades del retículo en las células de Purkinje, interpretadas como estados fisiológicos del citado aparato. Nosotros hemos comprobado las observaciones de dichos histólo- gos, estudiando además algunas modalidades del retículo, observa- das en las neuronas de cilindro eje corto; describimos la evolución del aparato en las células de Golgi, y en las células de Purkinje, desde que aparece polarizado, conforme a la teoría de Cajal, hasta que invade todo el protoplasma y envuelve al núcleo. Damos cuenta también, en este trabajo, de los aparatos endocelulares de las neuro- nas pequeñas estrelladas, y de los corpúsculos epiteliales de la capa molecular, los cuales no han sido estudiados. :!: !¡: :{: Para realizar nuestros trabajos nos hemos servido del proceder de Cajal, al formol-urano, empleando tanto la fórmula primera (1912), como su modificación (1915), habiendo obtenido en ambos casos muy buenos resultados. Es tan constante y seguro el proce- der de Cajal, que se obtienen muchas preparaciones en donde el aparato aparece impregnado en todas las células. En nuestras investigaciones nos hemos servido de mamíferos jó- venes, desde dos días de edad a más de un mes, particularmente del conejo, que es del que hemos obtenido mejores preparados. El modo de proceder fué el siguiente: matábamos rápidamente el ani- mal con cloroformo; en seguida levantábamos el 'casquete craneano y sacábamos la masa encefálica, destacando de ella el cerebelo, el cual seccionábamos obteniendo bloques de dos a dos y medio milíme- tros de espesor. Una vez obtenidas las piezas histológicas, como acaba de decirse, las introducíamos en la mezcla fijadora, en donde permanecían por espacio de doce horas; lavábamos rápidamente en agua destilada y en seguida pasábamos dichas piezas a la solución de plata (nitrato al uno y medio por ciento), permaneciendo de veinticuatro a cuarenta y ocho horas; finalmente, tras de nuevo la- vado pasaban a la mezcla reductora, en donde las teníamos por es- pacio de doce horas, al cabo de las cuales las incluíamos en celoidina por el proceder ordinario, obteniendo cortes transversales y tangen- ciales de las laminillas de 10 \x de espesor. DE HISTORIA NATURAL 201 Dichos estos pormenores técnicos vamos a indicar las modalida- des de aparatos encontrados en las distintas células, describiéndolos por orden de capas. * * Aparatos de Golgi de las células de la capa molecular. — Tiene que estudiar esta capa los aparatos de las células pequeñas estrella- das, células de cesta, corpúsculos epiteliales y células de Purkinje. Las neuronas pequeñas estrelladas poseen un aparato que está situado siempre en el arranque de la prolongación más robusta. Dichos aparatos, como pueden verse en la figura 1.^, adoptan formas muy sencillas; la neurona / posee un aparato formado por dos trabéculos en forma de riñon; h exhibe un aparato constituido por tres trabéculos en forma de vírgula; la neurona g ofrece un órgano formado por dos trabéculos entrecruzados, los cuales inva- den el arranque de una prolongación protoplásmica; la célula/ mues- tra un aparato formado por dos trabéculos dispuestos en forma de y griega; k posee un órgano endocelular constituido por un tra- béculo vacuolado en forma de v, dando al conjunto aspecto arro- sariado. De la descripción que acabamos de hacer, y del examen de la figura 1.", obtenida del conejo de más de un* mes de edad, se des- prende que el aparato de estas células no tiene una orientación de- terminada, sino que se dirige hacia aquel sitio de donde arranca una robusta prolongación. Aparato endocelular de las células de cesta.— Ha. sido seña- lado por Cajal. Dichas neuronas poseen un órgano endocelular como el representado en /, formado por dos o más trabéculos diri- gidos siempre hacia arriba, porque de la parte superior del proto- plasma arranca una gruesa prolongación, con la que establece ínti- mas relaciones. Aparato endocelular de los corpúsculos epiteliales.— Wa sido estudiado por nosotros. Estas células, como han observado Cajal y otros histólogos, están situañas entre las células de Purkinje o en los estratos superiores del cuerpo de dichas células; muestran un nú- cleo diminuto y a su inmediación un aparato endocelular, tan senci- llo, que en la mayoría de los casos está representado por una deli- cada granulación, como se observa en el corpúsculo que yace en las inmediaciones de la neurona G, en su parte superior, en el espa- cio comprendido entre las células de Purkinje B y C. (Fig. 1.'^) 202 boletín de la real sociedad española Aparato de Golgi de las célalas de Purkinje. — Fué señalado por Golgi y comprobado por Cajal y Besta. Aparece en nuestras /«■^ é— — f t- il ,- vadir el resto del protoplas- /V-^ . 3^ ma. A consecuencia de este ^^ ^ mecanismo queda el núcleo encerrado en la red y el apa- Fig. 5/-Aparato endocelular de las células "' de (jolgi. rato ocupando la mayor parte del protoplasma, como se observa en las células de los mamíferos adultos. Resta no más, para terminar este trabajo, expresar nuestro pro- fundo reconocimiento a nuestro maestro el Dr. Ramón y Cajal, por las atenciones que en todo momento nos ha dispensado y por haber- nos guiado en el curso de nuestras investigaciones. Laboratorio de Investigaciones Biológicas de la Universidad de Madrid. 210 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Bibliografía (I). Ramóx y Cajal (S.).— Comunicación a la Sociedad española de Biolo- gía. 21 de Junio de 1912. —Fórmula de fijación para la demostración fácil del aparato reticular de Golgi, etc. Trab. del Lab. de Inv. Biológ., 1912. —Les conduits de Qolgi-Holmgren du protoplasme nerveux et le réseau péricellulaire de la membrane. Ibidem, tomo vi, 190^. —Algunas variaciones fisiológicas y patológicas del aparato reticular de Golgi. Ibidem, tomo xi, 1915. — Histologie du Systéme nerveux de Thomme et des vertebres. Pa- rís, 1911. —Manual de Histología normal. Madrid, 1914. Golgi (C.).— Sulla struttura delle cellule nervose della corteccia del cervello. Boíl Soc. Med. Cliirur. di Pavía, 1903. Besta (C.).— Sull apparato reticolare interno (apparato di Golgi) della cellula nervosa. Anat. Anz., Bd. 36. Fañanás ( J. R.).— Nota preventiva sobre el aparato reticular de Golgi en el embrión de pollo. Trab. del Lab. de Inv. Biológ., 1914. Río HoRTEGA (P.).— Alteraciones del sistema nervioso central en un caso de moquillo de forma paralítica. Trab. del Lab. de Inv. Biológ., 1914. SÁNCHEZ (M.).— El aparato endocelular de Golgi de las células nervio- sas y neuróglicas del núcleo del techo del cerebelo. Bol. de la R. Soc. ESP. DE HiST. Nat., 1915. (1) Para la bibliografía más completa véase mi monografía: Recher- ches sur l'apparcil de Golgi des celliiles de l'écorce cérébelleiise (Trab. del Lab. de Inv. Biológ., 1916); y, sobre todo, Duesbekg: Refe- rale. Verliand. des anat. Gesellschaft aiif 28 Versamhing in Inns- bruck, 13-16 Abril 1914. DE HISTORIA NATURAL 211 Publicaciones que ha recibido la Real Sociedad Española de Historia Natural durante el mes de Marzo de 1916. (La liste suivante servirá d'accusé de réception.) Austria-Hungría Museum Nationale Hungaricum, Budapest. Annales historico-natiirales . Vol. xiii, pars ii. España Broteria, Salamanca. Vol. xiv, fase. ii. España forestal, Madrid. Año ii, n.»-"' 9-10. Ibérica, Tortosa. Año iii, n.»" 114-117. Observatorio de Física cósmica del Ebro, Roquetas. Boletín mensual. Vol. vi, n."^ 2-3. Peñalara, Madrid. Año iii, n.° 27. Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales, Madrid. Revista. Tomo xiv, n.^s 6-7. Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza. Boletín. Tomo xv, n.° 2. Sociedad española de Física y Química, Madrid. Anales. Año xiv, n.° ló50. Estados Unidos y sus Colonias Department of the Interior. Weather Bureau. Manila Central Obser- vatory. Annual Report for the year 1913, part iii. Bnlletin. ]\i\y, 1915. Smithsonian Institution, U. S. National Museum, Washington. Contributions from the U. S. National Herbar ium. Vol. 16, part 14; vol. 18, part 3. The American Naturalist, New-York. Vol. l, n.°591. Francia Académie des Sciences de París. Comples-rendiis. Tome 162, n'^s 9.13. Revue genérale des Sciences purés et appliquées, París. 27^ année, nos 4-6. Inglaterra y sus Colonias Royal microscopical Society, London. Journal. 1916, part. 1. The Canadian Entomologist, London. Vol. xlviii, n" 2. 212 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Italia La Nuova Notarisia, Modena. Gennaio, 1916. Musei di Zoología ed Anatomía comparata della R. Uníversítá di Torino. Bollettino. Vol. xxix. Museo Cívico di Storia naturale di Genova. Annali. Serie 3"", vol. vi. Rivista coleotterologica italiana, Camerino. Anno xiíi, no» 4-9. Societá italiana di Scienze naturali in Milano. Atti. Vol. Liv, fase. 2-4. Societá zoológica italiana, Roma. Bollettino. 1914, fase. v-ix. Méjico Sociedad científica «Antonio Álzate», México. Memorias y Revista. Tomo 33, no» 11-12. República Argentina Museo de La Plata. Revista. Tomos xix (1.^ parte), xx y xxii. Sociedad Physis. Buenos Aires. Boletín. Tomo Ji, n.»^'» 9-10. Rusia Societas entomológica rossica. Retrogrado. Trudy (Horce). Tome xli, n" 6; tome xlii, n" 1. Suiza Naturforschende Qeseilschaft in Base!. Verhandliingen. Band xxvi. Société zoologique suisse et Muséum d'Hístoire naturelle de Qenéve. Revue suisse de Zoologie. Vol. 24, n.»^ 1-3. Berlese (A.) y Paoli (Q.).— Un endofago esotico efficace contro ii Chrysomphalns dictyospermi Morg. (Redia, vol. xi, 1916.) Bernard (A.).— Le Maroc. París, 1915. Fernández Navarro (L.).— Consideraciones sobre la clasificación mineralógica. (Rev. Real Acad. de Ciencias, 1915.) — Sur la découverte d'un pointement basaltique dans la Sierra de Gua- darrama. (Comptes rendus, Acad. Scíenc. de París, 1916.) Muñoz del Castillo (J.).— Primer avance en el establecimíenfo de las leyes de la radiactividad del suelo. (Bol. Instit. de Radiactividad, VIII, 1916.) . ■ Aí."^ SUMARIO DEL N.» 4. Sesión del 5 de Abpil de 1916. Pie*. Sesión del 5 de Abril de 1916 —Admisiones y presentaciones — Comunicaciones.— Secciones.— Nota bibliográfica 181 NOTAS T COMUNICACIONES BoscÁ (E.)-— Adiciones herpetológicas a la fauna de Cataluña. . . 191 Aranzadi (T. de).— Sobre el cráneo de Cilleza (Mena) 194 Bolívar y Pieltain (C.).— Notas sobre Euraastacinos (Orth. Locust.) 19^ SÁNCHEZ (M.).— Sobre algunos detalles acerca de la fina histolo- gía de la corteza del cerebelo de los mamíferos 199 Publicaciones recibidas 211 LISTA de los señores socios de provincias (i) y ex- tranjero que han satisfecho su cuota desde 1/ a 30 de AbrU de 1916. Cuota de 1914. Gelabert. Carballo. Gómez Rodríguez. González Bozas. Cuota de 1916. Instituto de Ciudad Real. Breuil. Loustau. Franganillo. Novella. (1) No se incluyen los de las capitales en que existen Secciones de esta Sociedad. líADBID.— POBTAUBT, IIÍPRKSOR DE LA B. 80C. BiP. DB HIST. WAT. LIBEBTAD, 29.— TELÉFOKO 881 trV^;r': : Tomo XVI.— Niím. 5. DE LA REiL SOCIEDAD ESPAROU "^^ 0^-- de flistoria Natural FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 1871 Mayo de 1916 MUS£0 NACIONAL DE CIENCIAS NATURALES Hipódromo.— Teléf, S-443 .;• .-r^v^ff? OBSERVACIONES Los BOCIOS CORBE8PONDIENTK3 EXTRANJEROS podrán rccibir las publica- ciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas. Los NUMERARIOS abonarán la cuota anual de 15 pesetas ó la de 16,50 si residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuento al tesorero en la época de admisión, y posteriormente en el mes de Enero de cada año. Reciben el Boletín y las Memorias. Los agregados abonan la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Boletín. Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta- dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á razón de 4 pe- setas por trimeste los numerarios y de 2,26 los agregados. Los socios numerarios que abonen de una vez ó en tres plazos anuales la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas las publicaciones de la Sociedad. Los que hicieren á la Sociedad el donativo de 500 pesetas serán consi- derados como socios perpetuos, con iguales derechos que los vitalicios, pero figurando su nombre á perpetuidad en la lista de socios, junto al de los Booioe fundadores. Sesión extraordinaria del 3 de Mayo de 1916. PRESIDENCIA DEL SEÑOR DON JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO Abierta la sesión, con asistencia de los Sres. Becerra, Benedito (D, José y D. Luis), Bernaldo de Qiiirós, Bolívar, Bolívar y Piel- tain. Buen (D. Odón y D, Fernando de). Cabré, Cabrera Latorre, Carandell, Carreras Reura, Cogolludo, Cuesta, Cusí, Díaz Villar, Dusmet, Escribano, Fernández Aguilar, Fernández Navarro, Fer- nández Nonídez, Ferrer, García Arenal, García Baniís, García Mer- cet, Gómez, González Fragoso, González Hidalgo, Gredilla, Her- nández-Pacheco, Hoyos, Iglesias, Lauffer, Lázaro Ibiza, Lozano, Marín, Martínez y Fernández Castillo, Mir Llambias, Olea, Pérez Zúñiga, Pina de Rubíes, Pittaluga, Suárez, Surmely, Vicioso, Zarco y Zulueta, el señor Presidente manifiesta que se ha convocado á Junta extraordinaria, con objeto de proveer la vacante de miembro honorario de la Sociedad, que se produjo por fallecimiento del eminente entomólogo Mr. Karl Brunner von Wattenwyl, y que para sustituir a éste proponía la directiva al ilustre zoólogo francés M. Edmond Jean Octave Perrier, que actualmente se encuentra en la Corte formando parte de la Comisión de académicos franceses que han venido a visitar España. —El Sr. Bolívar apoya la candidatura del Sr. Perrier, enumerando los méritos que concurren en este sabio naturalista, que de ayu- dante del eminente zoólogo Lacaze Duthiers en el Museum National d'Histoire Naturelle, pasó a ser su sucesor en la Escuela Normal su- perior, siendo más tarde Profesor de Malacología en el Museo, del que por fin en 19CX) vino a ser Director. Ha tomado parte activa en las exploraciones submarinas del «Travailieur» y del «Talismán» que tanto contribuyeron al desarrollo de la Zoología marina, y perte- nece al Instituto de Francia, a la Academia de Medicina y a la de Ciencias, de la que es Presidente en la actualidad, y mencionando sus más importantes publicaciones (1). (1) Principales trabajos de investigación: Recherches sur les pédiceliairei et les ambulacres des Astéries et des Oursins. Sur le corps plastidogene ou pretenda cceur des Echinodermes. Tomo XVI.— Mayo, 191G. 11 •21i boletín DH la RlíAL SüCllSDAl) RSPANOLA La Sociedad, de acuerdo con lo propuesto por la Junta directiva, convino, por aclamación, que sea nombrado miembro honorario el Sr. D. Edmundo Perrier, Presidente de la Academia de Ciencias y Director del Museo de Historia Natural de la capital de Francia. Revisión de la collection de Stellérides du Museum d'Histoire Natu- relle de París. Sur Tapparei! reproducteur des Étoiles de mer. Recherches sur rorganisation des Étoiles de mer. Echinodermes. I. Stellérides (Mission scient. Cap Horn 18S2-83). Stellérides nouveaux provenant des campagnes du yacht rccHirondelIe>^ Sur la morphologie du squelette des Étoiles de mer. Les Echinodermes des expeditions scient. du «Travailleur» et du «Ta- lismán» pendant les années 1880-83. lére partie descriptive. Stellé- rides. Contribution á Tétude des Stellérides de TAtlantique Nord (Golfe ele Gascogne, Acores, Terre-Neuve). Recherches sur Tappareil circulatoire des Oursins. Mémoire sur rorganisation et le développement de la Comatule de la Méditerranée. Organisation et développement de TAntedon rosacea. Études sur les Lumbricus terrestris. Recherches sur les Urocheta. Obras generales: Anatomie et Physiologie anímale. Le Transformisme. La Philosophie zoologique avant Darwin. Les Colonies animales et la formation des organismes. La Tachygenése. L'Instinct. La Femme dans la Nature et TEvoIution genérale du Sexe féminin. Traite de Zoologie. (Faltan por publicar los Vertebrados tetrápodos.) La Vie dans les Planétes. I)R HlfsTüUIA NATUIÍAL ¿Ib Sesión ordinaria del 3 de Mayo de 1916. PRESIDENCIA DEL SEÑOR DON JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO Asiste a la sesión el socio honorario M. Edmond Perrier, que ocupa un sitio en la mesa, a la derecha del señor Presidente. — El Secretario lee las actas de la sesión celebrada en el mes de Abril y de la extraordinaria que acaba de celebrarse, las que se aprueban por unanimidad. Homenaje a M. Perrier. — El Presidente, dirigiéndose al Director del Museo de París, le participa que acaba de ser nombrado miem- bro honorario de esta Sociedad, y que siente una verdadera satis- facción en poder comunicarle tan grata noticia. Añade que la Real Sociedad española de Historia Natural se considera muy honrada contando entre sus miembros a un tan alto representante de la ciencia francesa. —El Sr. Perrier contestó en términos muy expresivos y de gran consideración para los naturalistas españoles. Manifestó la grata sorpresa que le había producido su visita a nuestro Museo de Ciencias Naturales, en el que había encontrado instalaciones bellas y artísticas, que no posee el Museo de París. Tuvo también frases encomiásticas para los departamentos de tra- bajo del Museo, dedicando especial mención a los Laboratorios de Taxidermia, de Entomología, de Gelogía, de Prehistoria, de Mala- cología y de Vertebrados. Hizo un cumplido elogio de las colecciones que se conservan en estos Laboratorios, del material de trabajo de que se dispone en los mismos, y de los profesores que los tienen a su cargo, indicando que le habían llamado la atención las coleccio- nes de microlepidópteros por su preparación, por no conocer sino una que pudiera compararse con ellas, y es la del Gran Duque Nico- lás, Generalísimo del Ejército ruso. Por último, se mostró agrade- cidísimo a las atenciones y' agasajos que están recibiendo él y sus compañeros de viaje desde que llegaron a España. . El Sr. Perrier terminó su discurso declarando que esperaba no se- ría ésta la última vez que visitase nuestro país, del que llevaría a :SU patria perdurables y gratísimos recuerdos. —El Tesorero de la Sociedad y Director del Museo Nacional de •216 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Ciencias Naturales, D. Ignacio Bolívar, contestó al discurso del señor Perrier, manifestando que ante el temor de no poder asistir a la sesión por ocupaciones urgentes, y deseando que nuestro ilustre visitante conservase un recuerdo fehaciente dé la sesión que le de- dicaba la Real Sociedad española de Historia Natural, había redactado un escrito dirigido al Sr. Perrier, nuestro nuevo conso- cio, para que fuese leído en la sesión; pero que ya que tenía el gusto de hallarse presente, lo leería él mismo, con la venia del se- ñor Presidente, añadiendo que tenía la seguridad de interpretar los sentimientos de todos nuestros consocios en cuanto se refiriese a considerarnos honrados con la visita de nuestro ilustre huésped y con su colaboración en nuestros trabajos, y en felicitarle por su larga y gloriosa carrera científica, así como por los progresos que se le deben en la ciencia zoológica. En seguida procedió a la lec- tura del documento, que dice así: «Monsieur le Professeur, Depuis que notre Société et le Musée se trouvent installés dans ce local, et que celui-lá arecouvré la vitalité dont il manqua durant tant d'années, nous avons été favorisés par les visites de deux hommes de science éminents, tous deux précisément Directeurs de grands Musées d'Histoire Naturelle; la premiére, celle de Mister Holland, Directeur du Musée de Pittsbourg, lorsqu'il vint installer ici le Diplodocus que Mr. Carnegie offrait á sa Majesté le Roi, ■ comme témoignage de son estime pour la Nation espagnole; et la seconde, dont nous sommes honores en ce moment, celle du savant et célebre naturaliste M. Edmond Perrier, Président de l'Académie des Sciences de Paris et Directeur du Jardín des Plantes. Si la pre- miére de ees visites, outre le précieux exemplaire qui a procuré tant d'attraits au Musée, a servi á développer nos relations avec d'autres Centres de grande importance, entre autres, avec le Mu- sée Américain précité, celle-ci doit contribuer encoré davantage á ce que les savants étrangers, et tout particuliérement la Nation francaise, se rendent compte de la renaissance de notre pays á la vie scientifique et de ce que l'Espagne posséde déjá des élément-s capables d'apporter un contingent modeste, il est vrai, mais cepen- dant assez appréciable, au patrimoine commun de la science mon- diale. Ce qui nous intéresse le plus, relativement á la France dont les Pyrénées ne nous séparent point, mais au contraire nous unis- sent, et avec laquelle nous avons tant de motifs de communauté,. DE HISTORIA NATURAL 2*7 -entre autres, l'égalité de hauteur de noblesse et de niveau moral á Jaquelle, avec une finesse exquise, faisait allusion l'illustre M. Berg- -son, il y a peu de jours. lis sont Idins, heureusement, les temps oü Ton pouvait penser á des missions de savants chargés d'explorer notre sol. Une nation dont les établissements destines a l'encouragement de la science sont aussi anciens que la plupart de ceux de n'importe quel autre pays, bien que son développement scientifique ait été détenu par un siécle de guerres civiles et étrangéres, mais qui revient á la vie active de la science par l'impulsion dont ses múltiples institutions et ses publications diverses sont une preuve manifesté, mérite bien de la part des nations étrangéres une autre considération que celle que Ton accorde á un pays qui ne réunit point ees mérites. Loin de nous l'idée de chercher á monopoliser l'étude de notre sol, de notre faune, de notre flore et de notre préhistoire, car, bien que nous sentions le patriotisme avec l'intensité dont notre histoire nous crédite, nous croyons que non seulement nous autres, espa- gnols, mais aussi vous autres, nos fréres, puisque tous nous apparte- jions á la méme race latine, et méme tous les hommes de bonne volonté, quelle que soit leur nationalité, peuvent préter leur colla- boration á l'étude de notre terre patrie, et nous en sommes tres honores, car, au-dessus de tout intérét égois^e doit se trouver le bien supréme de la science pour laquelle il ne doit pas y avoir de frontiéres, moins encoré si celles-ci sont celles qui limitent notre nation de la vótre pour laquelle nous professons tant d'admiration et de sympathie. Fideles á nos sentiments, vos naíuralistes des générations passées ont toujours trouvé, dans tous les cas et dans tous les moments, sur le noble et loyal sol espagnol, l'accueil favorable et l'aide que notre hidalguie s'est plú á offrir aux représentants de la science francaise, tant pour eux-mémes, comme savants, que par considé- ration et respect á la nation qui les envoyait. Ensemble ou ¡solément, franjáis et espagnols ont travaillé dans les temps passés sans luttes ni antagonismes, avec l'harmonie et la sérénité qui doivent toujours régner entre hommes qui poursuivent comme supréme ideal, non la vanité égoTste de celui qui considere la science comme propriété personnelle, mais comme le savant qui, pour des fins élevées, pour- suit la vérité scientifique afin de contribuer au bien et au progrés de riiumanité. Dans la génération actuelle, les professeurs duMusée etde TUni- 21S boletín dk la rkal socikdad empanóla versité de Madrid qui, poussés par leurs études et leur désir d'en- trer en relations amicales avec les savants francais, se sont rendus aux laboratoires de !a Sorbonne et du Jardín des Plantes, y ont été accueillis avec la plus franclie cordialité par leurs collégues francais; ils en conservent d'heureux souvenirs, autant qu'une pro- funde gratitude. Tout spécialement, au Musée place sous la haute direction du savant Zoologiste qui nous honore aujourd'hui de sa présence, ils se sont sentis entourés d'un ambiant de bienveillance et de compagnérisme tel, comme sMls se fussent trouvés dans leur propre maison. Tous ees hommes illustres, le venerable Verneau, qu'un long séjour aux Canaries rendit si ami des espagnols, Lacroix, Boule, Bouvier, Meunier, Jouvin, Roule, Trouessart, tous enfin, et a leur tete, leur ¡Ilustre Directeur, actuellement au milieu de nous, ont mérité plus que le respect et la reconnaissance de leurs collégues espagnols, ils se sont rendus dignes de notre affection fraternellé qu'ils possédent aujourd'hui. Actuellement, la renaissance scientifique que vous avez remar- quée en Espagne a coincide avec l'étude intense de notre préhis- toire, á laquelle se consacre un Centre francais, l'Institut de Paléon- thologie humaine de Paris, fondé par Tinitiative et gráce á la libé- ralité du souverain par.ses aTeux et par sa science, le Prince Al-, bert I de Monaco, á*qui sont si redevables tous ceux qui sMntéressent au développenment de la science et de la culture, et dont la figure est pour nous, espagnols, digne du plus profond respect et de la plus haute admiration, vu l'intérét qu'il a bien voulu prendre auxproblé- ines scientifiques de l'Espagne, et aussi parce que nous nous rap- pelons toujours en lui du vaillant officier de la Marine de guerre es- pagnole. Une preuve de l'accueil qu'ont trouvé parmi nous les savants pré- historiens et paléontologistes qui sont venus travailler en Espagne, il y a quelques années, á l'éclaircissement des civilisations primiti- ves et a l'étude des origines du peuple ibérien, est la cordialité avec laquelle nous les avons recus et Tassistance que nous leur avons prétée des qu'ils nous en manifestaient le désir. Plusieurs de ees illustres professeurs de l'Institut 'de Paris sa- vent fort bien aussi que, pour les seconder dans leur mission chez nous, de hautes personnalités de notre Parlement ont obtenu, sur les indications de quelques-uns des investigateurs francais, que le pro- jet de loi primitif qui mettait des obstacles aux excavations préhis- toriques et archéologiques de la part des étrangers, fút modifié, et DE HISTORIA NATURAL 21» que la nouvelle loi votée leur accorde, comme nous estimons de toute justice, des droits analogues á ceux des investigateurs nationaux pour exécuter des excavations de caractére scientifique. II est á désirer que les bonnes relations qui ont toujours régné entre les naturalistes francais et les espagnols, et dont la caracté- ristique principale reside dansla noblesse d'action et la cordialité de sentiments, se continueront á l'avenir entre les étrangers qui nous honorent en venant étudier notre sol, et qu'elles ne seront jamáis troublées par le trop de zéle auquel un savant homme d'État faisait allusion, et qui, méme employé en faveur de la science, peut étre nuisible aux hautes fins que celle-ci poursuit. La visite du savant naturaliste M. Edmond Perrier.qui, á ses hauts mérites personnels dús a ses nombreuses et importantes pu- blications, joint encoré la considération de Président de l'Académie des Sciences de Paris et celle de Directeur de Muséum d'Histoire Naturelle, servirá á consolider la continuation des bonnes et since- res relations qui existaient entre les naturalistes francais et les es- pagnols, et qui faisaient que ceux-ci estimaient lestravaux de leurs coníréres de France a l'égal des leurs mémes. C'est ainsi que, sous l'égide de l'affection mutuelle et de la fran- che cordialité entre les hommes de science des deux pays, nous che- minerons en parfaite harmonie dans la voie de la civilisation et du progrés.» Terminada esta lectura, el Sr. Bolívar entregó a M. Perrier el dpcumento leído, que fué acogido con nuevas frases de cortesía de nuestro consocio honorario. Admisiones y presentaciones.— Fueron admitidos los señores pro- puestos para socios numerarios en la sesión anterior, y presentado como nuevo socio numerario, por D. Cándido Bolívar, el Sr. D. Ma- riano Amorós y Abad, alumno de Farmacia. Comunicaciones.— El Sr. De Buen y Lozano (D. Fernando) pre- senta una nota titulada «Sobre la presencia y caracterización del Acanthias uyatusy. —El Sr. Cabré, en su nombre y en el del Sr. Marqués de Ce- rralbo, presenta la contestación que dan a la nota del Abate Breuil que se inserta en este número del Boletín, acordándose pasara a la Comisión de Publicación, y que por su extensión se destinase a las Memorias. 220 BÜI-KTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA — El Sr. Hernández-Pacheco presenta ejemplares que le han sido remitidos por el Catedrático del Instituto de Teruel Sr. Rodríguez y López Neyra (D. E.), del sitio cercano a la ciudad llamado Los Al- gezares. Consisten aquéllos en una marga blanca, conteniendo una gran cantidad de peces, todos de la misma especie; otro de los ejem- plares tietle incrustados varios Helix, que coinciden por su aspecto con la especie H. nemoraüs, y Limnaea. Además, con restos de los adheridos a la misma marga blanca existen varios dientes de Hip- parion gracile y algunos de Gazella. La inspección de los ejempla- res hace comprender que los fósiles en cuestión corresponden al Mioceno superior o Pontiense; pero el estudio a que han de some- terse pondrá en claro de qué especies de gacelas, peces y mo- luscos se trata. La manera cómo todos estos fósiles yacen indica ya el régimen geográfico del sitio de Los Algezares eij la época Pontiense: en un pantano cuyas aguas se concentraron en pequeño charco, se acumularon gran cantidad de los peces que en el pan- tano vivían; la desecación completa del charco aislado ocasionó la muerte de los peces, todos reunidos en tan pequeño espacio; las Limnaea y Helix indican los moluscos palustres que allí vivían o los terrestres de las orillas arrastrados por las aguas de lluvia al pantano. Los restos de Hipparion y de Gazella son de los herbí- voros que abundarían en esta comarca de abundantes hierbas, y que al ir a abrevar quedaron hundidos en los trampales que el fango formaría en los bordes de la laguna miocena. —El Sr. Fernández Navarro, en nombre de los Sres. Castro y Fernández Aguilar, presentó una nota sobre algunos yacimientos de aragonito. — El Sr. Bernaldo de Quirós participa que el domingo próximo se celebrará la inauguración del refugio que la sociedad Peñalara ha construido en la Pedriza de Manzanares, e invita a los señores que lo deseen a formar parte de la excursión que con tal motivo se ha de efectuar. —El Sr. González Fragoso dijo que deseaba hacer notar que en su trabajo Pugillus mycetoritm Persice, publicado en el número de Marzo de este Boletín, aparece en diversas especies, como localidad, por error de copia, «Olhoas», debiendo leerse «Ahvas». —El Secretario, en nombre del Sr. Dantín Cereceda, lee un tra- bajo de éste, que se titula «Acerca de la costra caliza superficial de los suelos áridos de España». —El mismo lee la siguiente noticia, que nos remite, para su pu- DE HISTORIA NATURAL 221 blicación, la revista agrícola de Barcelona titulada El Cultivador Moderno: «El nüldiu y su tratamiento.— La insuficiencia notoria del sul- fato de cobre y su elevado precio, dejan en situación comprometi- dísima la riqueza vinícola española. Ante la trascendecia económica que esto tiene, una solución que ayude a resolver el conflicto, adquiere importancia capitalísima. En este concepto merece conceptuarse la nota científica que el Direc- tor de la Estación Enológica de Narbona, M. Semichon, hace poco presentaba a la Académica de Agricultura de Francia, para llegar a la completa preservación de los viñedos de las invasiones de la peronospora. Los estudios del sabio observador, apoyados en repetidas expe- riencias, le han llevado a deducir que la acción preservadora contra el mildiu se obtiene preferentemente con soluciones de cobre solu- ble, siendo de mayor eficacia las simples disoluciones que las com- binaciones a que dan lugar los preparados complejos que con los nombres de papillas o caldos se vienen aplicando. Comprobada por M. Semichon la penetración del cobre en el mo- vimiento circulatorio de la savia y la inmunización que con ello se obtiene si se opera en los momentos más propicios, propone como práctica a seguir, el empleo de 250 gramos de sulfato de cobre por cada 100 litros de agua y el combinar estas aplicaciones líquidas con otras pulverulentas después de la florescencia, para prevenir que los racimos sean presa de la enfermedad, como suele acontecer cuando los rocíos, las brumas y las humedades, favorecidos por las temperaturas elevadas, ayudan a que el mal haga presa en los frutos. De sus observaciones y estudios, el eminente técnico francés llega a la conclusión de que las simples "soluciones de sulfato de cobre pueden preservar la viña del mildiu, si se efectúan con la oportunidad que señala. Resuelto en esta forma el problema, el viticultor obtiene una simplificación notabilísima en la defensa de sus viñas, una economía de producto importantísima y un ahorro de dinero jamás sospecha- do. Además, en las presentes circunstancias, esta solución inespe- rada aleja los temores justificados de falta de producto anticripto- gámico, quedando la cuestión de precio igualmeiTte resuelta de una manera no sospechada, por lo beneficiosa.» 222 BOLETÍN DK LA REAL SÜCIIÍDAO ESPAÑOLA Secciones.— La de Valencia se reunió el 27 de Abril en el Labo- ratorio de Hidrobiología del Instituto General y técnico, presidiendo el Director de dicho Centro, Dr. D. Francisco Moróte. —El Sr. Boscá (D. Antimo) lee unas cuartillas que son remitidas a la Comisión de publicación, en las que se da cuenta de una vi- sita realizada a las lagunas de Ruidera. También hace donación de algunos ejemplares de turba de El Cuadro (Castellón), y ofrece en- viar otros con destino al Museo Regional, que está en formación. —El Sr. Arévalo muestra cultivos de Simocephalus vetuluSy procedentes de la Albufera. — El Sr. Gandolfi da noticia de haber hallado en el interior de una anguila un cestodo parásito Ichthyotcenia macrocephala Crepl., curioso ejemplar si se tiene en cuenta que es el único pará- sito encontrado a pesar de haber efectuado unas 400 disecciones,, lo que indica una gran salubridad en las aguas para sus habitantes. —La de Sevilla celebró sesión el 1 .^ de Mayo, bajo la presi- dencia del Sr. Barras. — Asistió D. Francisco Zapata y Castañeda, médico del trasatlán- tico Príncipe de Asturias, recientemente naufragado en la costa del Brasil. Dio amplia cuenta de la catástrofe y de su salvamento, que debió principalmente al practicante, así como de las múltiples atenciones que había recibido en el Brasil, especialmente de la Sociedad Mé- dica de Sao Paulo. —A propuesta del Sr. Paul y por unanimidad, se acordó hacer constar en acta la satisfacción de la Sección de Sevilla por el salva- mento del Sr, Zapata y el agradecimiento a cuantos cooperaron a salvar y ayudar a los náufragos españoles, y muy especialmente a la Sociedad Médica de Sao Paulo, a la cual se comunicará de oficio el acuerdo. —Hicieron uso de la palabra los Sres. Paul y Simó acerca de un notable ejemplar de Canis viilpes L., cazado en los alrededores de Constantina, y de algunas excursiones en proyecto. , —El Sr. Barras dio cuenta de su reciente excursión a la provin- cia de Huelva, especialmente a las minas de Ríotinto, y continuada luego por Moguer hasta la Rábida. El mismo Sr. Barras presentó a la Sección un monstruo doble de gato recién nacido, que había sido regalado al Gabinete pocos días antes por D. Bernardo García Vélez. DIC HISTORIA NATLRAL 223 La unión de los dos fetos está en la parte anterior del cuerpo, presentando una sola cabeza normal, así como las dos extremidades anteriores de uno de ellos, estando las del otro desviadas de su po- sición normal y soldadas entre sí en toda su longitud hasta el carpo, desde donde quedan libres. Las espinas dorsales se separan desde la región cervical. La unión de los fetos está hecha por la parte de delante de la re- gión torácica y abdominal hasta la parte del ombligo, presentando dos cordones umbilicales. El resto de los dos cuerpos, extremidades posteriores y colas, son normales por completo y separados. Por último, presentó una nota titulada: «Cráneo y mandíbula en- contrados en una mina de cobre de explotación antigua de Asturias, existentes en la Escuela de Ingenieros de Minas», que se agrega al acta. —La de Zaragoza celebró sesión el día 26 de Abril, bajo la presidencia del Sr. Rocasolano. —El Sr. Ferrando (D. Pedro) presentó a D. Joaquín Gómez de Llarena, socio de la de Madrid, y el señor Presidente le dio la bien- venida, esperando de él un valioso concurso. —El Sr. Gómez de Llarena contestó agradecido al recibimiento que se le dispensaba, y a continuación leyó la nota siguiente: En la excursión verificada por el mioceno de La Zaida y Sástago (Zaragoza) he observado la distinta estratigrafía que aquí guarda este terreno respecto al mioceno de ambas Castillas; así como en éstas las calizas son siempre superiores, constituyendo la superficie de los páramos, en Sástago y La Zaida la caliza también corona la formación, pero además se aprecian estratos del mismo material alternando regularmente con las arcillasVojas yesíferas y los yesos, dando lugar a rupturas de pendiente bien patentes. La caliza es toda ella de gran pureza y compacidad (según informes del profesor Savirón, director de la fábrica de cemento de Quinto), teniendo espesores que en Sástago alcanzan más de cuatro metros. Es notable el cambio de régimen tan absoluto y periódico indica- do por las variaciones en la sedimentación. El paisaje ofrece los mismos aspectos del mioceno castellano: grandes extensiones horizontales, desprovistas de vegetación y surcadas de vez en cuando por los afluentes del Ebro, que dan lugar a la formación de los típicos páramos. 224 boletín de LA KIÍAL SOCIEDAD ESPAÑOLA — El Sr. Mgyano propuso se hiciera constar en acta la satisfac- ción sentida ante el éxito alcanzado por los Dres. Rocasolano y Be- llido en las series de conferencias que han dado de extensión uni- versitaria, referente a los temas de «Química biológica», «Estudios químico-físicos sobre la materia viva» y de «Electrogénesis en los seres vivos», respectivamente. — La de Granada celebró sesión, bajo la presidencia accidental del Sr. Rodríguez y López-Neyra. -Por el Sr. Diez Tortosa (D. Manuel) fué propuesto como nuevo socio el Sr. D. Gregorio Fernández Montesinos, médico. — El Rvdo. P. Navarro Neumann leyó dos trabajos, titulados: «Enumeración de los terremotos sentidos en España en 1914» y «Enumeración de los terremotos sentidos en España en 1915». — El Sr. Fernández Martínez dio cuenta de la creación en Gra- nada de un Instituto para estudios de Medicina tropical, que ha de funcionar bajo su dirección. — El Sr. Soriano Lapresa se ocupó extensamente del Museo Re- gional, acordándose Hacer una activa campaña para aumentar sus colecciones. Notas y comunicaciones. Contestación a los Sres. Del Pan y Wernert sobre sus ob- servaciones acerca de mi nota bibliográfica «Un capítulo de etnografía comparada» por el P. Barreiro. ANTECEDENTES En el núm. 16 de España y América, correspondiente al 15 de Agosto de 1915, publicamos una nota bibliográfica dedicada al En- sayo de Etnografía comparada de los señores arriba citados. Con este motivo adujimos algunos datos relativos a razas que pueblan el Archipiélago Magallánico, señalando la existencia de cos- tumbres semejantes a las que por el autor W. VoLZ se atribuyen a DI'; IlISTOlílA NATURAL 225 los habitantes de la Isla de Timor y refutando de pasó la opinión de éste, contenida en el texto que después veremos, A nuestro trabajo lian contestado los Sres. D. Ismael del Pan y Paul Wernert en este Boletín (Abril de 1916), y con tal motivo vamos a recoger sus argumentos para oponer a ellos la respuesta oportuna. I Sostienen los Sres. Del Pan y Wernert que «será siempre difí- cil averiguar si entre los cráneos paleolíticos encontrados aislada- mente los hay debidos a la caza de cabezas, y después de adver- tir que Breuil se había fijado en la sorprendente frecuencia con que se encontraban mandíbulas humanas aisladas, en los diferentes paí- ses en que se hallaron yacimientos paleolíticos diversos, añaden la opinión de este autor, según la cual habría que buscar la explicación de aquella anomalía en las costumbres etnográficas de Nu'eva Gui- nea, de Australia o de África. Después de esto, dicen así los seño- res arriba mencionados: «Y nosotros citamos por ello a W. Volz, quien escribe así refiriéndose a la actual civilización malaya. La caza de cabezas es una especial característica de los ma- layos. Lo's cráneos, y muchas veces también otros huesos, son col- gados en las casas y conservados; algunas veces son usadas porcio- nes de éstos, principalmente las mandíbulas, como adornos del cuer- po.» Esta afirmación, tal cual suena, es completamente inexacta, por la sencilla razón de que en ella se extiende a todos los malayos lo^ que sólo se ha observado en algunos de los grupos salvajes de aque- llos países, que por añadidura ni siquiera soíi malayos en el sentido estricto y científico de la palabra. Nosotros, al ocuparnos en nuestro mencionado artículo de las cos- tumbres filipinas, no podíamos callarnos ante ella: primero, porque habiendo sido misioneros en aquel país habíamos visto lo contrario; segundo, porque dado su carácter de generalidad, contiene un ver- dadero estigma para aquellos pueblos cuya suavidad de costumbres ambicionarían para sí muchas de las naciones más civilizadas de Europa; tercera, por considerarla indecorosa para nuestra patria, que hizo de aquel país un pueblo único en todo el Oriente, tanto por su cultura como por la organización religiosa, política y administra- tiva. He aquí la causa de nuestra crítica, que los señores Del Pan y Wernert han calificado de acerba. Para hablar con fundamento de semejante asunto, debe todo es- ?2ü UÜL15T1N DK LA lil':AL SGClliDAl) KSPA^CLA critor tener presente que en aquellas tierras existen algunas agru- paciones pertenecientes a negritos e indonesios, que por su caren- cia de cultura y sistema de gobierno caen dentro del salvajismo; las hay, aunque muy raras, que por la ferocidad de sus costum- bres descienden hasta el canibalismo; y, por último, existen mi- llones de malayos tales, que constituyen la casi totalidad de la po- blación, los cuales han pasado de la rudeza natural a la suavidad y elegancia de costumbres propias de gente culta. Estos ni tienen ni han tenido nunca la caza de cabezas como característica, y sin embargo sólo su civilización es la que puede científicamente lla- marse así y calificarse de malaya. Honrar con el nombre de civilizado a un cazador de cabezas o a un pueblo que ostenta como característica esa costumbre, se nos antoja impropio, aunque lo afirmen personas tan dignas para nos- otros de respeto, como Volz y los Sres. Del Pan y Wernert. t 11 Sólo un recuerdo vago conservábamos de nuestro trabajo publica- do, como hemos dicho, allá en Agosto, cuando después de seis meses, nos encontramos con una nota de los Sres. Del Pan y Wernert, en que se pretende no sólo refutar nuestras afirmaciones en contra del texto citado, sino cogernos en contradicción. Veamos esos argu- mentos y examinemos su valor. «El grupo malayo más numeroso está hoy representado por el pueblo filipino, cuyos habitantes ascendían hace ya años a más de 7 millones.» Esta cifra tenía su base en el censo de población llevado a cabo por el Gobierno español. Los cálculos que se hacían en fechas pró- ximas a la insurrección filipina, daban hasta 10 millones, partiendo de las muchas ocultaciones que tenían lugar al hacerse aquél y que sabíamos muy bien los españoles que vivíamos allí en aquella época. Sin embargo, no hemos querido hacer uso de ellas. A esto contestan los Sres. Del Pan y Wernert: los filipinos no son el grupo más numeroso; la raza malaya asciende a 40 millones, y sólo en Java unos 29 millones. Respuesta al primer extremo.— 'Ld. cifra de 40 millones carece ante todo de base racional, porque el estado salvaje de los habitan- tes lo mismo de nuestras antiguas posesiones, Joló y gran parte de Mindanao, que de la gran isla de Borneo y otras inmediatas, hace im- DE UISTOUIA NATURAL 227 posible cálculo alguno ni siquiera aproximado. Además, aun admi- tida esa cifra, queda una segunda parte, por cierto muy digna de tenerse en cuenta. Esos 40 millones comprenden malayos, negritos, indonesios y .varias razas más esparcidas por aquel archipiélago, ra- zas que difieren en sus caracteres físicos, en sus costumbres y en sus lenguas, y que por estas circunstancias no podemos tomarlas como base para juzgar de la civilización malaya. El hecho de vivir en aquellos países, no es suficiente para ser considerado científica- mente como malayo, pues en ese caso, podríamos aplicar semejante calificativo a los chinos, a los ingleses, a los franceses y a los espa- ñoles que moran en esas regiones de la Oceanía. Segundo extremo. Población de Java.— Es aplicable a ésta lo que acabamos de consignar. Por otra parte, la cifra de 29 millones que mis amigos dan, está sustituida por las de 23 y 20 por otros autores. Y aún hay más. El abate Fabre, misionero de Java, que desempeñó su ministerio muchos años en esas islas y que publicó las gramáticas de las lenguas malaya y javanesa, dice en esta última (1), pág. 23 de su Introducción: el jaimnés puro se habla en la mayor parte de la isla de Java y se extiende á 4 millones de habitantes. Si ahora tenemos en cuenta que en esas islas la mayor densidad de población corresponde a las regiones costeras, y que sólo las tribus más salvajes buscan su defensa en los bosques del interior, y que la mayor parte asciende a los 4 ci- tados millones, la menor parte no llegará a ellos, y fundados nosotros con perfecto derecho en los datos de esa autoridad, ver- daderamente excepcional, que recorrió las costas citadas, dígannos ahora nuestros queridos amigos, si partiendo del hecho innegable de que los malayos viven en grupos diseminados por aquellas is- las, puedo yo sostener mis cifras ciertas en contra de las suyas cuyo carácter hipotético estamos viendo. ¿Es acaso que desde esa época se ha verificado tal aumento de población, que caben las cifras acep- tadas por los Sres. Del Pan y Wernert y por otros? No tememos afirmar que no. Las razones son estas. Una mayoría muy grande de esos javaneses vive aún en estado salvaje, como viven también los de Borneo y otras islas, faltas de una autoridad enérgica que los someta y dirija, están asociados en pequeñas tribus, por el estilo de lo que ocurre con los negritos, manguianes, itetapanes, etc., etc., de Filipinas. ¿Cuáles son ahora las consecuencias de ese régimen social? <1) París, 1S6G. 2-3>l boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Primera: cruces entre consanguíneos, maternidad prematura, aveces a los doce, once y hasta diez años, degeneración constante y ago- tamiento de resistencia física; segunda, luchas frecuentes entre unos y otros grupos y la natural disminución por este concepto; tercera, indefensión casi absoluta contra mil epidemias que los diezman y aniquilan, por su ignorancia y falta absoluta de cultura higiénica. Por estas y otras causas que no mencionaremos, esa población de- crece en vez de aumentar, y de ahí el que etnólogos ilustres sosten- gan que semejantes razas están llamadas a desaparecer en virtud de una ley biológica. No queremos omitir un detalle más que ha influido bastante en el decrecimiento de la población javanesa del Estrecho de Sonda. Nos referimos a la erupción del Krakatoa, ocurrida el año 1883, mes Agosto, la más espantosa del siglo xix, seguramente, que se re- gistró durante todo él. Pues bien, en esa catástrofe murieron en Java muchos millares de ah-nas y se vio sepultar en el mar a pobla- ciones como la de Angers, sin que lograse salvarse ni uno solo de sus 12.000 habitantes. Francamente, semejantes factores no son los más a propósito, que digamos, para fomentar el aumento de los java- neses desde la cifra calculada por Fabre, hasta las que nos ofrecen algunos autores modernos. El número de individuos que componen aquellas tribus salvajes permanece aún desconocido. ¿Y cómo no ha de ser así, cuando nos- otros mismos jamás pudimos averiguar la cifra exacta que corres- pondía a cada una de las dos rancherías de éstas, muy poco nume- rosas por cierto, que teníamos en nuestra misión, a pesar de que al- gunos de ellos bajaban con frecuencia a vernos? Por eso, mis que- ridos amigos, esas estadísticas ficticias son como el mentir de las estrellas, y sobre cimientos tan inseguros no se puede apoyar argu- mentación alguna que tenga el carácter de solidez. Así es que mientras Crawfurd en su History of Iridian Archipelago, volu- men I, págs. 357 y 58 asigna a la región occidental de Java, a pro- pósito de los que hablan el dialecto Ganda, una población de 500.000 almas, Jonatas Rigg la eleva a la friolera nada menos que de dos millones. Semejantes cómputos no pueden servir ni en este caso ni en otros parecidos como arma de combate, y con todo derecho pueden ne- garse y ser desechados sin faltar en lo más mínimo a las leyes de la crítica. Pero, aun admitiendo la cifra mencionada, queda en pie toda- ÜK HISTOIUA NATLUAL iá9 vía una segunda cuestión importantísima para nuestro objeto: la del origen étnico y de las costumbres y usos de esas razas. Los Sres. Del Pan y Wernert, al no establecer distinción algu- na en esta materia, al hablar así en globo de esos millones de ja- vaneses, como si todos fuesen malayos legítimos, como si cupiese fundamentar en esa afirmación la tesis que arriba sustentan apo- yando a VoLz, parten de un supuesto completamente falso. Mars- DEN y T. Stanfar Rápeles (1), describiendo los caracteres físicos, no ya de los Kalangs del interior de Java, ni siquiera de los mismos indonesios, sino los de los propios malaj^os, cita un detalte de posi- tivo valor etnográfico, y es la configuración del ángulo interno del ojo, rasgo típico e inconfundible de la raza amarilla, y añade que por éste son casi chinos, o mejor tártaros. Marsden extiende esa cualidad a los habitantes de Sumatra; Labillardiére afirma lo mismo de los celebeses. Si, pues, admitimos la veracidad de estos testimonios, confirmados, por otra parte, por la autoridad del célebre Marco Polo, quien afirma que durante su estancia en China oyó decir que los javaneses pagaban tributo a este imperio, desde luego podemos afirmar que la civilización de esos no era ni malaya, ni indonesia, sino china. Todo el que conoce esta raza privilegiada, sabe perfectamente que allí adonde lleva su sangre, lleva también sus usos y costumbres. Por esto, sin duda, el profesor Blumentritt, de todos los javaneses sólo incluye entre los malayos, propiamente dichos, a los que viven en la costa oriental, y esos no suman, ni con mucho, una cantidad igual a la que nos dio la estadística de Fi- lipinas. La civilización tagala.— Y)\cQ.n\os Sres. Del Pan y Wernert que nosotros, según su creencia, confundimos el concepto de pueblo con el de civilización. Hemos leído de nuevo nuestro artículo y nada hallamos que justifique semejante opinión. -Siempre hemos pensado que pueblo es el conjunto de habitantes de un lugar, y civiliza- ción el grado de cultura que adquieren los pueblos cuando de la rudeza natural pasan a la suavidad y elegancia de voces y costum- bres propias de gente culta. Los Sres. Del Pan y Wernert son quienes confunden el concep- to de salvajismo con el de civilización, cosas por cierto completa- mente opuestas. Me dicen que la civilización actual del pueblo filipino es una (1) Hislorr of'Java. Vol. ]. Tomo xvi.— Mayo, 1916. I? 230 BOLETÍN DE LA RUAL SOCIEDAD ESPAÑOLA pseudo-civiüzación y no la civilización malaya autóctona, «que los conquistadores encontraron en auge, que fué atrofiándose y per- diéndose por intromisión de los elementos de cultura— en parte tam- bién inahometanos— entre los que existía la caza de cabezas. De esta costumbre carece hoy la civilización tagala; pero no la de aquellas tribus que no han sufrido la acción modificadora del europeo». Contestación. — Si según confesión délos Sres. Del Pan y Wer- NERT, la civilización tagala actual carece hoy de la costumbre de cazar cabezas, mi tesis es completamente cierta, pues a esa civili- zación, II sólo a ella, me referí en mi artículo. Todos los casos por mí citados, atañen precisamente, o al estado actual de salvajis- mo de los negritos, o al de los indonesios, y eso se llama, no salva- jismo malayo, sino salvajismo negrito o papua y saloajismo in- donesio. No hay entre las tribus por nosotros citadas, por sus ac- tos de ferocidad, ni una sola tagala, y de consiguiente, cae por •tierra el razonamiento con que los Sres. Del Pan y Wernert han pretendido demostrar que había contradicción en nuestro artículo. La confusión nace aquí de creer que ciertas tribus de tagalos han en- trado en las vías del progreso y otras no, y esto es un error. Los tagalos que dicen D. Ismael del Pan y Paul Wernert son ci- vilizados sin excepción alguna, y nada tienen que ver con las tri- bus arriba citadas; y como esos y no aquéllos son los malayos au- ténticos sin las dudas que por ejemplo suscitan acerca de su clasifi- cación etnográfica los igorrotes y otras razas allí existentes, y como además de esto W. Volz habla de la civilización malaya actual sin distinción ninguna, por eso hemos rebatido su doctrina en la parte que a esos millones de indios filipinos se refiere. Los Sres. Del Pan y Wernert nos hablan de una civilización malaya en auge y con la costumbre de la caza de cabezas, y dicen que así era al llegar los conquistadores. Contestación . -Los indios que llaman muy impropiamente taga- los, ño teñían semejante costumbre cuando llegaron los españoles; y, todos los textos de los PP. Rada, Fernández, Salazar y Anto- nio Mozo y los que nosotros mismos hemos aducido, se refieren no a los tagalos, sino a tribus, y razas que sólo tienen étnicamente de malayas el haber nacido y vivido allí. Los zambali a que se re- fiefe el agustino P. Roda y que él compara a los Manguianes y a los negros de las demás islas, se ve claramente que no eran sino los balugas, antecesores de otros que conocimos en nuestra época de Dli HISTORIA NATÜHAI, 231 misioneros, ni tenían cosa que ver con los indios malayos de la pro- vincia de Zambales, llamados taiubién con este nombre. Recibían aquéllos el nombre citado, porque moraban en la cordillera de Zam- bales, que separa a dicha provincia de las de Pampanga y Nueva Écija. Es verdad que los indios se hallaban en gran atraso; lo es tam- bién que formaban grupos o barangais; que sostenían entte sí lu- chas frecuentes; pero precisamente los que resultaban vencidos, no eran víctimas del vencedor como en las otras tribus, ni se les corta- ba la cabeza para ostentarla como trofeo: se contentaban con lle- várselos para esclavos, y dicen los filipinólogos, entre ellos Mon- tero Vidal, que la esclavitud era en Filipinas bastante benigna, a juzgar por las noticias que de aquella época se conservan. Los Sres. Del Pan y Wernert nos hablan de los «Aborígenes», de «La civilización tagala» y de «La civilización católica», que co- rresponden etnográficamente a la Negrita, Malaya y Tagala. Ante todo, debemos advertir que en las palabras de W, Volz ya conocidas, no aparece semejante distinción aceptada por aquéllos, pues sólo habla de la actual. Los Sres. Del Pan y Wernert han aceptado como buenas las afirmaciones de D. Pedro Alejandro Molo y Paterno, en su obra titulada La antigua civilización tagalog, y resulta que no lo son. Yo no puedo particularizar aquí las críticas durísimas que la prensa española de Manila dedicó en aquella época al parto del Sr. Molo y Paterno, entre las cuales se recuerdan aún los ar- tículos del ilustre periodista filipino D. Juan Caro y Mora; pero, en cambio, me cabe el sentimiento de ofrecer a mis buenos ami- gos un reflejo de ellas, con el siguiente párrafo, escrito por el español que más se ha ocupado de asuntos filipinos en los últimos tiempos, y que más ha leído sobre aquel país, cuya historia conoce admirablemente y que residió allí bastantes años. Me refiero a D. Wenceslao E. Retana, quien dice así en su Catálogo abre- viado de la Biblioteca filipina. — Níááv'yá, 1887. «Papeleta núm. 1.067.— Paterno (Pedro Alejandro), La antigua civilización tagalog.—lAaáYxá, M. Q. Hernández, 1887.» «El autor que se firma Pedro, Alejandro, Molo, Agustín, Paterno y de Vera Ignacio, Maguinó Paterno, llama modestamente apuntes a- un libro que en rigor pudo haber llamado desatinos, porque hay muchos; y los que no lo son, son tonterías. Estas han hecho a la larga bastante daño entre los indios vulgares.» •¿■M boletín DÜ la. real suciedad Efel'ANOLA Vean, pues, Sres. Del Pan y Wernert, la turbia fuente a donde han ido a beber. La obra del Maguinó o Paterno es un tejido novelesco, hilvanado con relatos y noticias de antiguas crónicas, muy estimables para su tiempo, pero faltas de crítica como todas las de su época. La civilización tagala del Sr. Paterno es un mito que, si no tu- viese en^contra de su veracidad documentos antiguos, ya bien cono- cidos, bastarían a echarla por tierra los que modernamente ha sa- cado por primera vez a luz el académico de la Historia D. Adolfo F. Navarrete. El mismo nombre de tagalo se ha usado en los últi- mos tiempos con notoria impropiedad, porque con ese término se designaba en Filipinas nada más que a los habitantes de las provin- cias de Manila, Bulacán, Batangas y dos o tres más en que se ha- blaba el idioma tagalo. A los restantes, que eran de la misma raza e igualmente cultos, les daban los nombres de pampangos, visayas, ilocanos, etc., etc., según el idioma que hablaban. Al autor de la Antigua civilización tagalog, se le ha tachado con razón de violentar e interpretar a su antojo una porción de tes- timonios de distintos escritores, testimonios de los cuales ha echado mano para preparar su obra, a falta de documentos auténticos. El propósito de empalmar la ¡civilización! de los aborigénes con el modo de ser, con los usos y costumbres de los indios filipinos, pretendiendo escalonarlos y ver en los primeros una primera fase del estado social de los segundos, es un imposible y un contra- sentido. No se parecían los papúes a los indios y lo mismo otras de aque- llas razas, ni en lo físico, ni tampoco en lo moral. La rebeldía de los primeros a someterse a toda autoridad que no fuesen sus jefes, for- mó siempre contraste con el carácter pacífico, suave y dócil de los segundos. Mil veces intentaron los misioneros e intentamos nosotros mismos atraerles. Se les trató con carifío, se les dieron ropas, se les dio arroz y hasta medicinas; nada se pudo conseguir. Un negrito que llevaba doce años al servicio del español D. Ricardo Herreros, negrito tratado con todas las consideraciones, bien alimentado y vestido, huyó un día de casa, se despojó de su traje y se volvió bonitamente al monte a ceñirse el taparrabo. El indio filipino era completamente opuesto, y lo fué siempre á pesar de sus antiguos defectos y de su primitivo atraso y, por consiguiente, es inútil el querer acudir a los antiguos tiempos para encontrar al cazador de cabezas. Dlí HISTORIA NATURAL 58:^ A éste, pues, nos hemos referido, y no hay un solo testinunio de los citados o por nosotros o por los misioneros Rada y Fernández y demás, que pueda probar lo contrario. Los aetas zambali, etc., son razas muy distintas. Aun en estos que conservan indiscutible- mente su salvajismo primitivo; aun en los indonesios y demás razas más o menos conocidas que se hallan dispersas por la Malasia, sólo determinados y muy escasos grupos ofrecen el triste espectáculo de la ferocidad de costumbres y la caza de cabezas. Siendo esto así, como de hecho lo es, preguntamos nosotros ahora, prescindiendo de nuestra cuestión que, como sabemos, es muy otra: ¿Cabe en buena lógica afirmar en tesis general, sin distinción alguna, de la actual civilización de esos atrasados pueblos, que la caza de cabezas es su especial característica? ¿Sí?, pues partiendo de que en poblacio- nes manchegas y en Guadix, y en Las Hurdes, hay bastantes habi- tantes que se alojan en cuevas, podríamos por ese procedimiento lógico establecer esta otra que exponemos a la consideración de nuestros queridos amigos: el trogloditismo es una especial carac- terística de la actual civilización española. Supongo que no la juzgarían admisible; pues apliquen eso mismo en el caso Volz, porque en lo que respecta a los remontados de Filipinas (sin que tengamos la presunción de establecer categórica- mente una proporcionalidad exacta, porque eso no es posible, pode- mos, sin embargo, sentarla como muy aproximada entre los dos ex- tremos de nuestra comparación. De los textos transcritos por los Sres. Del Pan y Wernert, sólo dos palabras diremos aquí, después de lo que atrás queda con- signado. Saben muy bien, mis buenos amigos, que aquí tratamos Volz, ellos y este su servidor, de la actual civilización malaya, y supongo que nos referimos a la de nuestros días, única que cabe llamar actual; ahora bien, ¿me querrán explicar qué valor ■tienen esas palabras escritas en 1577, 1840, 1763 y 1700, respecti- vamente, aun tratándose de esos mismos negritos que nosotros he- mos citado ya? En nuestro humilde sentir, esos textos sólo proba- rían algo respecto a los zambales, en el caso de haberse escrito ahora, pues no creemos que dichos Padres pudiesen hablar de lo que ocurre hoy, máxime teniendo presente que, dada la organiza- ción de esos salvajes, su ferocidad depende casi siempre de los ins- tintos más o menos sanguinarios del jefe que los acaudilla. Los zambali que nosotros conocimos tenían fama de pacíficos, a pesar de su estado primitivo, y con todo eso, si su famoso Capitán Mu- V3l BOLETÍN DB LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA sinos les hubiese ordenado cortar cabezas, como les ordenaba en ciertas ocasiones robar carabaos y vacas para sus comilonas, no creemos que su lastre moral hubiese constituido ningún obstáculo para ello. Esto nos demuestra, una vez más, que ciertas costumbres como esa, son muy accidentales y que por eso mismo, no pueden to- marse como característica de raza alguna. Dos palabras nada más acerca de una frase nuestra, subrayada muy signifi.cativamente por los Sres. Del Pan y Wernert, como... indicando duda. Se refiere a los documentos de los misioneros, de los cuales afirmamos que son los únicos que nos merecen fe com- pleta. Las razones se comprenden fácilmente. Todo explorador que vi- sitaba aquellos países, se encontraba en presencia de razas que muy difícilmente rompían su natural reserva respecto a costumbres, usos y supersticiones, que tan sólo revelaban al misionero cuando éste mostraba interés en saberlos. Además de esto, interponíanse entre aquél y los malayos no una, sino tantas vallas imposibles de salvar cuantos eran aquellos idiomas y dialectos, de carácter aglutinante, de factura completamente distinta de aquella que caracteriza a las lenguas europeas y de acentuación sumamente difícil para nuestro oído; de aquí las mil inexactitudes registradas en libros, al pie de los cuales aparecen firmas por otro lado tan prestigiosas como las de Cok, Mr. Le Gentil y hasta, en algunos detalles, el moderno y celebrado Jaqor. Aquí tienen, mis queridos amigos, la explicación de aquellas frases nuestras, que tanto parecen haberles chocado. Con esto damos por terminada la respuesta a las observaciones que, con el motivo ya indicado, nos han sido dirigidas por los seño- res Del Pan y P. Wernert. Un deber de cortesía, al que no po- díamos faltar, nos ha puesto en la necesidad de dar las explicacio- nes que preceden. Si nuestros amigos nos hacen el honor de fijarse en ellas, notarán fácilmente que sus objeciones tienen por base una confusión de las razas que habitan aquellos países— confusión ex- plicable en quienes no han vivido allí—, y por otra parte una fe y confianza algo excesivas en cifras y en autores que distan mucho de merecerlas. Dlí HISTORIA NATURAL .'¿J» Datos para la fauna española (moluscos y braquiópodos) por J. G. Hidalgo. Desde hace muchos años he reunido todas las noticias publicadas en los escritos de 1.190 autores (1) acerca de los Moluscos marinos y terrestres y de los Braquiópodos que viven en la Península hispa- no-lusitana, habiendo publicado mis obras Moluscos marinos y Ca- túlogos de los moluscos marinos y terrestres de España y las Baleares. Eliminado lo que hay de inexacto en los libros revisados y agregado a lo que resultó útil lo mucho recogido por los españo- les, publicaré dentro de poco La fauna malacológica de España, ya preparada para la imprenta y que completará mis obras antes ci- tadas. Sólo me ocupo en ella de los moluscos marinos y terrestres pro- vistos de concha, trabajo muy extenso por el gran número de espe- cies que comprende, y porque otras personas, colocadas en circuns- tancias más favorables,' como las de las estaciones biológicas, etc., se encargarán de publicar lo relativo a los Cefalópodos, a los Nudi-\ branquios, a los Gastrópodos terrestres sin concha y a los Braquió- podos. Y para facilitarles algo esa tarea, doy a continuación listas de los datos que ya tenía recogidos acerca de los seres de dichos grupos y que hallarán fácilmente en el tomo de la Academia antes mencionado. He de advertirles que algunas de las especies citadas figuran en más de un género con el mismo o con distinto nombre específico, lo cual comprobarán cuando hagan el estudio de las mismas. Las 15 especies de Nudibranquios que se citan de Santander, fue- ron recogidas por el Sr. RiojA, Director de la estación biológica, y gracias a sus buenos dibujos en color, fueron clasificadas por M. Vayssiére, Profesor de la Universidad de Marsella, autor de obras notables acerca de dicho grupo de moluscos, y que con su bue- na amistad se apresuró a comunicarme el resultado de su estudio. (1) Véase tomo xv de las Memorias de la Academia de Ciencias, con 2.431 páginas. Madrid, 1890 a 191.3. 23tí boletín de 1.a REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Cefalópodos. Ancistroteuthis Lichtensteinii. — Es paña: Algeciras. Chiroteuthis Veranyi. — E s p a ñ a . Eledone Adrovandi. — España: Baleares, Barcelona, Blanes, Masnou, San Carlos de la Rápita. — c//-/-/f05<3.— España: Mallorca.— Portugal: Lisboa. — moschata. — España: Barcelona, Blanes, Cádiz, Gibral- tar, Mataró, Menorca, Palma, Salou, Cabo Salinas en Mallorca, San Carlos de la Rápita. — Portugal. Histioteuthis Rupellii. —España. íllex Coindetii. — España: Barcelona. — Portugal: Cezimbra, Lisboa, Setubal. Leachia obeliscus.— España: Baleares. Loligo Eblance. — España: San Lúcarde Barrameda.— Portugal: Cabo da Roca. — Forbesi. — Portugal: Arrabida, Cezimbra, Lisboa, Cabo da Roca, Setubal. — yWízr/norü?.— España: Algeciras, Barcelona, Palma, San Carlos de la Rápita. — media. — España: Coruña. — Portugal: Aveiro, Lisboa, Matozinhos, Setubal, Villa Real de San Antonio. — neglecta. — Portugal: Lisboa. — sagitta. — España: Laredo, Mallorca, Puerto de Santa María. — í;¿//^or/5.— España: Barcelona, Cádiz, Calafell, Ferrol, Laredo, Mahón, Málaga, Mallorca, Mataró, Pineda, San- tander, Puerto de Santa María, San Lúcar, Valencia, Vi- lanova. Vivero. — Portugal: Aveiro, Buarcos, Cascaes, Faro, Foz, Lagos, Lega, Lisboa, Monte Gordo, Olhao, Oporto, Setubal, Sines, Villa Real de San Antonio. Moschites cirrhosa.— España y Portugal, Octopus Alberti.— España: Asturias. — Z)e /^///^/9//.— España: Mallorca. — granulatus.-— España: Baleares, Cataluña, Ferrol. — macropus. — España: Barcelona, Blanes, Palma, Salón. — moschatus. — España: Gibraltar, Ibiza, Mallorca, Me- norca. — sepia. — España: Asturias. DE HISTORIA NATURAL 237 Ocíopus tuberculatus. — Portnga]: Lisboa, Villa Real de San Antonio. — velatus. — España: Valencia. — violáceas.— España. — vu/garis.— España: Los Alfaques, Asturias, Blanes, Ferrol, Mataró, Menorca, Palma, Santander, San Lú- car. —Portugal: Lisboa, Matozinhos, Oporto, Se- tubaL Ommatostrephes Ctíro//.— Portugal: Lisboa. — Co//2í/e//.— Portugal: Algarve, Cezimbra, Ba- rra del Duero, Ericeira, Setubal, Vianna do Castello, Villa Real de San Antonio. — sagittatus.— España: Calafell, Valencia, Vila- nova.— Portugal. — Fertí/zí//.— Portugal: Cabo da Roca. Parasira carena.— España: Barcelona. Philonexis velifer .—España: Valencia. /^o/í//0tí5 oc/oyows. —E s p a ñ a : Asturias. — ¿;ü/^a/-/5.— España. Rossia macrosoma.— España: Barcelona, Calafell, Gerona, en- tre Cabo Ortegal y Cabo Peñas, Rosas, Vilanova.— Por- tugal: Lisboa. Sepia atlántica. — Portugal. — biserialis. — España: Baleares, Málaga. — elegans.— España: Barcelona, Blanes, isla Cabrera, Cádiz, Calafell, Málaga, Cabo Salinas en Mallorca, San Lúcar, Vilanova. — Portugal . — Filliouxi.— España: Baleares, Calafell, Coruña, Ferrol, San Lücar, Vilanova, Vilasar, Zarauz. — Portugal: Lisboa. — Fischer i. —España: Calafell, Vilanova. — Mieredda.— Por tnga\. — Loligo.—F oringaX. — oc/o/?e£//í2.— Portugal. ; — officinalis.— España: Algeciras, Barcelona, Blanes, isla Cabrera, Cádiz, Calafell, Cartagena, Coruña, Ferrol, La- : redo, Mataró, Menorca, Pineda, Cabo Salinas en Mallor- ca, Puerto de Santa María, Santander, San Carlos de la Rápita, Valencia, Vilanova, Vilasar.— Portugal: Alfeite, Buarcos, Cascaes, Esteiro de Faro, Faro, Lagos, Lisboa, 238 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Olhao, Oporto, Setubal, Sines, Tajo, Tavira, Villa Nova de Mil Fontes, Villa Real de San Antonio. Sepia Orbignyana. — España: Barcelona, Calafell, San Sebas- tián, Vilanova, Vilasar.— Portugal. — Rondeleti. — Portugal. — rupellaria.—'Es\>ax\A: Málaga, Salou, Tarragona, Vilasar. Sepiola atlántica. — Portugal: Algés, Lisboa, Matozinhos, Setu- bal, Tajo. — Rondeleti.— Es^iaña: Algeciras, Barcelona, Blanes, isla Cabrera, Mataró, Mahón, Palma, Salou, San Carlos de la Rápita. — Portugal : Arrabida, Setubal. — scandica. — España: Cádiz. Stenoteuthis Bertrammi.— España. — Caro//.— Portugal: Lisboa, Setubal. Teuthis Filliouxi.— España: Calafell, Vilanova, Vilasar. — . Fischeri.— España: Calafell, Vilanova. — media. — España: Coruña, Mataró, San Lúcar.— Portu- gal: Algés, Foz, Lisboa, Matozinhos, Oporto, Setubal. — subulata. — España: Cataluña. Tbdarodes sagit tatas. — Portugal. Todaropsis Veranyi. — España: Barcelona, San Lúcar. — Por- tugal. Tremoctopus violáceas.— España: Valencia. — Portugal. Nudibranquíos. Aeolidia papulosa. — España: Santander. Aeolidiella glauca. — Portugal: Matozinhos, Sines. Aldisa Bergfíi.— España: Santander. — yo/a/zfl/<7.— Portugal: Setubal. Amphorina coeralea. — España: Santander. — Portugal: Granja. Antiopella cristata.— España: Santander. Archidoris tuberculata.— Portugal: Foz do Douro, Matozinhos, Cabo de Santa María. Chromodoris alhescens. — España: Santander. — Portugal: ' Valmarin. — ^r«c///5.— Portugal: Foz do Douro, Sines, Val- marin. — l^///(2//-«/zca. — Portugal: Sines. Corypkella gracilis.— España: Saxúanáe.r. DE HJSTOHIA NATURAL 23& Corí/pheí/a Landsburgí't. —Portugal: Sines. Dendronotus arborescens. —España: Golfo de Vizcaya. Doriopsilla areolafa.— España: Santander.— Portugal: Povoa, Setubal, Sines. — Pelseneeri.— Portugal: Sines. Doríopsis grandiflora.— Portugal: Cabo de Santa María, Val- marin. — ///w^a/íz. — Portugal: Valmarin. Doris Argo.— Portugal. — testudinaria. — España: Santander. — tuberculata.— España: Santander. Doto coronata. — España: Santander. — Portugal: Foz do Douro. — fragilis.— España: Santander. — rosea.— Portugal: Sines. Elysia viridis.— España: Palma.— Portugal: Faro, Foz do Dou- ro, Granja, Leixoes, Sines. Facelina coronata.— Portugal: Matozinhos, Sines. — Drummondi. —Portugal: Sines. — /?í//zc/a/'<2.— Portugal: Sines. — üí2:r/>o-a/(7.— Portugal : Valmarin. Glaucus atlanticus. — España: Ibiza. — hexapterigius.— España: Ibiza. Goniodoris castanea.— Portugal: Foz do Douro, Granja, Sines. Hermcea bifida.— Portugal: Granja. Jorunna Johnstoni. — Portugal: Faro, Foz, Leixoes, Sines, Val- marin. Limapontia capitata.— Portugal: Foz do Douro, Leixoes. Marionia Blainvillea.— España: Cádiz. — quadrilatera .— España: Valencia. — Portugal : Buarcos. Platydoris .í4r^o.— Portugal: Cabo de Santa María. — yO/a/za/a.-Portugal: Setubal. Pleurophylidosa pustulosa .—Portugal: Setubal. — undulata.— Portugal: Setubal. Polycera quadrilineata. — España: Santander. — Portugal: Foz do Douro, Granja, Leixoes, Sines. Rostanga coccínea. — España: Santander. — Portugal: Se- tubal. Scyllcea oelagica.—E spaña y Portugal. 240 boletín de LA. UEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA StaurodoriS ver rucosa.— Por i\xga\: Sines, Valmarin, Villa Nova de Mil Fontes. Thetys fimbria.— España: Baleares. Thecacera pennigera. — España: Santander. Triopa clavigera. — España: Santander. — Portugal: Foz, Granja, Leixoes, Simes. Tritonia NombergL—España: Valencia. — moesta.— Portugal: Granja. Gastrópodos terrestres sin concha. * Agriolimax agrestis. — España: Barcelona, Barcena, Gerona, Gibraltar, Mallorca, Mataró, Menorca, Olot, RipoU, Tarrasa.— Portugal: Alemtejo, Algarve, Braga, Cintra, Bussaco, Coimbra, Extremadura, Guarda, Lisboa, Oporto, Serra Estrella. — immaculatus.— Por ingaV. Cintra, Norte, Portunhos. — Icevís, — España y Portugal: Algarve, Braga, Coimbra, Monchique. — lombricoides. — Portugal: Braga, Coimbra, Es- pinho, Gerez, Mattosinhos, Monchique, Oporto. — Majoricensis. — España: Mallorca. — Maltzani.— España: Gibraltar.— Portugal: Algar- ve, Lisboa, Monchique, Tejo. — /2/Y/í/«5.— Portugal: Abrantes, Alvega, Beja, Ca- cilhas, Lisboa, Tejo, Sur. — Valentianiis. — España: Barcelona, Valencia. Amalia atraía.— Portugal. — carinata. — España y Portugal . ; — ^£7^<2/'e5.— España: Barcelona, Gerona, Gibraltar, Lorca, Mataró, Olot, Ripoll, Santiago, Valencia.— Portugal: Abrantes, Alcántara, Alfeite, Algarve, Alvega, Braga, Cintra, Coimbra, Faro, Gerez, Guarda, Guimaraes, Lisboa, Mattosinhos, Monchique, Norte de Portugal, Oporto, Portimao, San Martinho, Sur del Alemtejo, Ta- vira, Vianna do Castello, Vila do Conde. — marginata. — España: Cataluña. — Sowerbyi.— España y Portugal. Ar ion agrestis. — España: Olot. — ater.— España: Valle Anduria, Valle Ara, Valle Aran, DE HISTORIA NATLHAL . 241 Bruc, Castellar, Valle Cinqueta, Eristé, Esterri de Aneo, Valle Essera, Puerto de Gavarnie, Llobregat, Montserrat, Panticosa, Puerto de las Paúles, La Pobla, Pobla de Se- gur, Valle de Ribas, Puerto Salau, Tuxent, Hospicio de Venasque.- Portugal : Monchique, Serra Estrella, Tras- os-Montes. Arion Zíocfl^r^/. --Portugal: Norte. — M/w/í//c«s.— Portugal. — Pascalianus.-?ori\.^ga\: Braga, Cintra, Caldas de Ge- rez, Oporto, Tejo, Tras-os-Montes. — Pyrenaicas.-España: Aragón, Valle de Aran, Bruc, Montserrat. ?I2 boletín de la RIÍAL SOClliDAD ESPAÑOLA Arton rufas.— España: Valles de Anduria y Aran, Castellar, Chia, Eristé, Valle del Essera, Gerona, Llobregat, No- guera-Pallaresa, Olot, entre el Plan de Gistain y Sara- villo, Panticosa, La Pobla, Montaña Pomarola, Valle de Ribas, Sacot, Seira, Venasque. — Portugal: Arrabida, Cintra. — subfuscus.— España: Puente de Argoné, Valle de Aran, Campo, entre Chía y Seira, entre Escaldas y Andorra, ; Valles del Essera y Ezca, Pobla de Segur, Valle de Ri- bas.—Portugal: Serra da Estrella. ^^ sulcatus.— Portugal: Oporto. 1— timidus.— España: Asturias, Sierra Nevada. — Portugal: Abrantes, provincia de Beira, Norte y Sur de Portugal. Drusia Valencieni'i. --Portugal: Alcántara. Geonialacus anguiformis.— Portugal: Algarve, Serra de Cal- deirao, Lisboa, Sierra de Monchique. — Bourguignati. — Portugal: Algarve. — granáis. —Portugal: Sierra Estrella. — intermedius.— España: Valencia. — Lusitanicus. — Portugal: Monte S. Silvestre, en Vianna do Castello. — /77í7cw/o5M5.— España: Santa Albas, Galicia.— Por- tugal: Caldas de Gerez, Provincia del Minho, Oporto, Silvestre, cerca de Vianna do Castello. — Moreleti. — España: Gibraltar. — Numidicus. — España: Gibraltar. — Olioeirce . — Portugal: Alvega, Sierra Estrella, Monchique. — squammatimis.— Portugal: Sierra de Caldeirao. Krynickilliis brunneus. — España: Montserrat. • — lumbricoídes.— España y Portugal. Lehmania marginata.— España: Santiago. Letournexia lusifanica.— Portugal: Monte San Silvestre en Vianna do Castello. — numidica. — España: Gibraltar. Limax agrestis.— España: Barcelona, Bruc, Lorca, Valle del Carona, de Les á Artias, Montserrat, Mallorca, Olot, Montaña de Peña Blanca en el valle del Essera, La Pobla, i. . Pobla de Segur, Valle de Ribas, Santiago, Tuxent, Va- lencia, Hospicio de Venasque, Entre Viella y Betren.— DE HISTORIA NATURAL . . 54:1, Portugal: Alemtejo, Algarve. Aveiro, Cintra, Coimbra, Escalo, Extremadura. Limax angiiiformis.— España y Portugal: Sierra Monchique, en el Algarve. — í2r¿>o/7//7z.— España: Valle de Aran, Barcena, Bosque de Barricaudo, Chía en Valle Essera, Entre Chía y Sahun, Valle del Carona, de Les á Artias, Sierra de Guadarra- ma, Peña de Orduña, Valencia, entre Venasque y Eristé, Sur de España.— Portugal: Algarve, Cintra, Monchi- que, Oporto. — arbustorum. —España: Entre Andorra y Santa Coloma. — ater.— España: Aragón.— Portugal. — bcBticus. —España y Portugal, — ^oca^^e/.- Portugal: Guimaraes, Oporto. — brunneus.— España: Bruc, Montserrat, Pirineos, Pobla de Segur, Valle de Ribas. -^ cinereo-niger.— España: Este. — cinéreas.— España: Aragón, Asturias, Cataluña, Pirineos, Valencia.— Portugal: Cintra, Collares, Serra Estrella, Minho, Oporto. — Companyoi. —España. — Deshayesianus.— España y Portugal. — flaviis.— España: Baleares, Barcelona, Gibraltar, Madrid, Mataró, Olot, Ripoll, Santander, Santiago, Sevilla, Va- lencia.—Portugal: Braga, Coimbra, Lisboa, Monsao, Oporto. — lumbricoides. —España: Asturias. — Portugal: Baleia, Monte de Braga, Monchique. — gagates.— España: Cataluña, Mallorca, Menorca, Valen- cia.—Portugal. — Icevis.— España: Montserrat. — /w5/7(3/7W5.— Portugal. — Majoricensis.— España: Mallorca. — Maltzani.—F ovinga\: Algarve. — marginatus.— España: Aragón, Cataluña, Sierra de Gua- darrama, Norte.— Portugal: Monchique, Oporto. ,— maximus.—España: Camprodón, Fuente del mar, cerca Santander.— Portugal: Arrabida, Cintra, Coimbra, Lis- boa, Melgaco, Oporto. — nitidus.—'? orii\ga\: Algarve, Beja, Lisboa. 211 BOLETÍtJ DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Limax nubigenus.— España: Valle del Essera, Maladetta, Circo de la Rencluse. — Panormitanus.— España: Gibraltar. — pycnoblennius.—E&paña: Valle de Aran, Hospicio de Ve- nasque, Entre Viella y Betren. — rafas.— España: Asturias. — scaber.— España. — serpens. -España. — Sowerbyi.— España: Pirineos. — sqaammatinus.— 'Por ivíga\: Sierra de Caldeirao, entre el Alemtejo y el Algarve. — sylvaticas. — España: Camprodon. — Portugal : Cintra, — tenellus.— España: Menorca.— Portugal. — Valentianas.— España: Barcelona, Gerona, Valencia.— Portugal: Sur. — Valentinianus.— España: Valencia. — uariegatas.— España: Castellar, Cataluña, Gibraltar, Lio- bregat, Lorca, Mallorca, La Pobla, Pobla de Segur, Valle de Ribas, Santiago, Valencia. - Portugal : Alcántara, Lisboa, Norte y Sur. — ü/z-Ms.— Portugal: Sierra de Caldeirao. Malacolimax valentianas. ^España: Barcelona. Malino lombricoides.— Portugal. Milax at ratas. — Portugal. — gagates.— España: Cádiz, Gibraltar, Tarrasa.— Portu- gal: Abrantes, Algarve, Lisboa. — margínalas. —España: Aragón, Santiago, Sierra de Gua- darrama, Norte de España. — 5oM;^r¿)^/.— España: Barcena, Lascalles, Reinosa.— Por- tugal. — Valentianas.— España: Valencia. Braquíópodos. Argiope aperta.— España: Guetaria. — cistellala.— España: Gijón. — canéala. — España: Cabo Menorca, Rambla, en Me- norca. — decollata.— España: Alcudia, Ciudadela, Gijón, Gue- taria, Santander. — Portugal. Dlv HISTOHIA NATUHAL 245 Cistella cuneata.— España: Cabo Menorca, Rambla, Valencia. Crani'a anómala.— España: Isla Cabrera, Gijón, Mallorca, Me- norca, Vigo.— Portugal. — lina.— España: Islas Cabrera, Mallorca y Menorca. — personata.— España: Vigo. — turbinata. — España: Alcudia. Dyscolia Vyüillei.— España: Norte. Lyothyrís subquadrata.— Portugal: Setubal. — vitrea. —España: Alcudia, Calafiguera, Mahón, Vigo. Macandrewia craniíim.— España: Vigo. Magellania cranioides.— España y Portugal. — craniíim.— España: Gijón, Vigo.— Portugal : Fa- rilhoes. — septigera.— España y Portugal. Megathyris decollata .-España: Norte .—Portugal. Megerlia trúncala.— España: Isla del Aire, Alcudia, isla Cabre- ra, Canet de Mar, Deva, Fornells, Cabo de Gata, Gijón, Guetaria, Mallorca, Mahón, isla de Ons, Pon- tevedra, Rosas, Santander, San Vicente.— Portugal: Buarcos, Povoa. Muhlfeldtia truncata.— España: Asturias, Baleares, Cabo de Gata, Valencia.— Portugal. Platydia anomioides.— Portugal: Setubal, Tajo. — Davidsoni. —España: Norte.— Portugal. Rhynchonella cornea.— Portugal . — psittacea.— España: Arenys de mar. — 5/a//(7.— Portugal, Terebratella Spitzbergensis.— España y Portugal: Cabo de San Vicente. Terebratula affinis.—Po r t u g a 1 . — capul serpenlis.— España: Baleares, Guetaria.— Portugal. — eran ium.— España: Vigo. — sphenoidea.— España: Vigo.— Portugal. — subquadrata.— Portugal: Setubal. — //-/CTO/^a.- Portugal. — trúncala. — España: Cabo Finisterre. — vitrea. — España: Alcudia, Cádiz, Isla Cabrera^ Cabo de Gata, Calafiguera, Cartagena, Mahón, Rosas, Cabo de Sagres, Vigo, Valencia. Tomo xvi.— Mayo, 1916. 16 24'j boletín DLí la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Terebratulina caput serpentis.—Es^añ3i\ Barcelona, Canet de mar, Isla Cabrera, Fornells, Gijón, Guetaria, Mallorca, Mahón, Rosas, Santander, Valencia.— Portugal: Foz, Povoa. — . trígona. — Portugal. — V y vil le i. —España. Los crustáceos de las Baleares por Ignacio Bolívar. Ocupándome en el estudio de los crustáceos de la Península para la publicación del tomo correspondiente de la «Fauna Ibérica», no pensaba hacer ningún otro trabajo sobre el mismo asunto, reser- vando para la referida publicación cuantas noticias y datos sobre estos animales llegara a reunir como resultado de aquel estudio; pero me hace alterar momentáneamente mi propósito un pequeño trabajo que el Dr. Bruno Parisi ha publicado en el núm. 688, vol. XXIX, del Bolíetino del Musel de Zoología ed Anatomía comparata della Unluerslta di Toríno, bajo el título «Su una piccola coUezione di Crustacei delle Baleari». Este trabajo, que ha aparecido el 22 de Octubre de 1914, no ha llegado hasta ahora a mi conocimiento,, lo que explica el retraso con que le comento. Tiene por objeto el referido trabajo el examen de una pequeña colección de crustáceos de los alrededores de Palma de Mallorca, que el profesor De Buen, por intermedio del conservador del La- boratorio Biológico de las Baleares, Sr. A. Galán, envió genero- samente al autor, y cuya lista se apresura éste a publicar, «deseoso de contribuir al conocimiento de la distribución geográfica de los crustáceos del Mediterráneo oriental» (síc), por tratarse de una localidad fuora di mano, y como si dijéramos desconocida. No lo es así, sin embargo, y el Dr. Parisi hubiera podido aho- rrarse el trabajo de clasificar y publicar dicha lista a poco que hubiera ojeado la literatura científica carcinológica, pues sin nece- sidad de recurrir a las publicaciones españolas, lo que, no obstante, no debe dejar de hacerse cuando se quiera tratar de nuestra fauna, con sólo consultar los datos que respecto a los crustáceos de núes- DE HISTORIA NATURAL 217 tras costas figuran en obras que pueden llamarse clásicas, como Heller (C), Die Crustaceen des Südlichen Europa, Crusta- ■cea Podophthalmia, Wien, 1868, y Carus (J. V.), Prodromus Faunae Mediterraneae, vol. i, Stuttgart, 1885, en cuya última obra están recogidos los datos de Neumann y Fraisse, tan intere- santes para el conocimiento de la fauna balear, hubiera podido con- vencerse de la escasa novedad que presentaba su lista, pues apenas si contiene algunas especies que no hubieran sido citadas, repetidas veces las más de ellas, de las Baleares. Pero no es en esas obras donde se ha dado a conocer mayor nú- mero de crustáceos de esta procedencia, sino en nuestros Anales de la Sociedad española de Historia Natural, publicación que es harto ccnDcida en el extranjero para que deje de ser consultada por los naturalistas que quieran colaborar con nosotros en el estu- dio de nuestra fauna, colaboración que siempre deberemos agrade- cer cuando no se menosprecien ni desconozcan nuestros trabajos. En efecto, en nuestros Anales se han dado reiteradas veces no- ticias sobre los crustáceos de la Península, y en 1875, diez años ■antes de que Carus publicara su Prodromus, había dado ya el Sr. Barceló una relación de los crustáceos de las Baleares bajo este título: Barceló y Combis (F.): Apuntes para la fauna balear. Catá- logo de los crustáceos marinos observados en las costas de las islas Baleares (An. de la Soc. esp. de Hist. Nat., t. IV, pág. 59, 1875). Esta publicación no fué tenida en cuenta por Carus, que hubiera podido hacer más referencias a nuestra fauna si la hubiera conoci- do, por lo que tuvo que limitarse a citar las recolecciones de Neu- mann y Fraisse, como ya he dicho. Pero lo que era disculpable a los cuatro años de haber comenzado sus publicaciones nuestra Sociedad, que apenas era entonces cono- cida, no lo es hoy, a los cuarenta años de su existencia, y cuando sus Anales, Memorias y Boletines se reparten por todo el mundo. Después han aparecido otros varios trabajos, y entre ellos los si- guientes, para no citar todos, sino sólo aquellos que contienen ma- yor número de datos de la región baleárica: Buen (O. de): Materiales para la fauna carcinológica de España (An. de la Soc. esp. de Hist. Nat., i. xvi, páginas 405-434, 1887). •2.48 BOLKTIN DE LA. 15EAL SOCIRDAD ESPAÑOLA Bolívar (I.): Lista de la colección de crustáceos de España y Portugal del Museo de Historia Natural de Madrid (Actas de la Soc. esp. de Hist. Nat., i. xxi, 1892.) Véase ahora como la mayor parte de las especies de la lista del Dr, B. Parisi estaban ya citadas de las Baleares en nuestros Ana- les desde hace cuarenta años, y si valía la pena de haberlos con- sultado y de enterarse de la bibliografía antes de calificar de des- conocida laiauna balear. Lista de los crustáceos de las Baleares del Dr. B. Parisi, a la que se han añadido las localidades de que estaban ya citados (1). 1. Ethusa mascarone (Herbst). 2. Ilia nucleus (Herbst).— Mallorca y Menorca (Barceló); Palma (Neumann). 3. Ebalia tuberosa (Pennant) sub nom. Pennantii Leach. — Mahón (Bolívar). 4. Lambrus angulifrons (Latr.), — Mallorca (Barceló). 5. Lissa chiragra (Fabr.).— Menorca (Martínez Sáez); Mallorca y Menorca (Barceló); Palma (Neumann); Menorca (Bolívar). 6. Maja verrucosa M. Edw.— Mallorca y Menorca (Barceló); Palma (Neumann). 7. Pisa corallina (Risso).— Mallorca y Menorca (Barceló). 8. Pisa Gibsii Leach. —Mallorca (Barceló); Palma (Neumann); Mahón (Bolívar). 9. Pisa tetraodon (Penn.).— Palma (Neumann). 10. Inachus thoracicus Roux. — Mallorca y Menorca (Barceló); Palma (Neumann); Mahón (Bolívar). 11. Inachus dorhynchus Leach.— Mallorca (Barceló). 12. Acanthonyx lunulatus Risso.— Menorca (Barceló). Iv3. Stenorhynchus longirostris (Fabr.).— Mallorca y Menorca ■(Barceló); Palma (Neumann). 14. Xantho rivulosa Risso.— Mallorca y Menorca (Barceló). 15. Pilumnus hirtellus (L.).— Mallorca (Barceló); Palma (Neu- mann); Mahón (Bolívar). 16. Portunus corrugatus Leach. — Mallorca (Barceló); Mahón (Bolívar). (1) No se han indicado los nombres de los colectores, por constar ya este dato en nuestros Anales y en gracia de la brevedad. DE HISTORIA NATURAL Ud 17. Portunus arcuatus Leach.^^Rondeletü Risso. — Mallorca y Menorca (Barceló); Palma (Neumann). 18. Portunus depurator (L.).— Mallorca (Barceló). 19. Carcinus maenas (L.).— Baleares (Barceló); Palma (Neumann). 20. Pagar istes maculatus (Risso).— Mallorca (Barceló); Palma (Neumann). 21. Pagurus arrosor (Herbst). — Mallorca (Barceló); Palma (Neu- mann); Mahón (Buen, Bolívar). 22. Diogenes varians (Costa). 23. Clibanarius misanthropus (Risso).— Mallorca (Barceló); Ma- hón (Fraisse). 24. Eupagurus Prideauxi (Leach). —Mallorca (Barceló); Palma (Neumann). 25. Porcellanu platycheles M. Edw. 26. Galathea squamifera Leach. — Mallorca (Barceló); Palma (Neumann). 27. Gebia litoralis (Risso).— Mallorca (Barceló). 28. Scyllarus arctus Fabr.— Baleares (Barceló); Palma (Neumann). 29. Gnathophyllum elegans (Risso).— Mallorca (Barceló), 30. Nika edulis Risso.— Mallorca (Barceló); Palma (Neumann). 31 . Leander squilla (L.) 32. Leander xiphias (Risso). — Baleares (Barceló); Palma (Neu- mann). 33. Leander serratus (Penn.) 34. Lysmata seticaudata (Risso).— Mallorca (Barceló). 35. Virbius viridis (Otto).— Mallorca (Barceló); Palma (Neumann). 30. Athanas nitescens Leach.— Palma (Neumann). 37. Alpheus dentipes Quérin.— Palma (Neumann). 38. Pseudosquilla Cerisii (Roux),— Menorca (Barceló). La nota del Dr. B. Parisi pudo reducirse, sin menoscabo para la Ciencia, a la enumeración de las cinco únicas especies que no estaban citadas, puesto que todas las otras se habían ya indicado de las Ba- leares, en gran parte, desde el año 1875. Dichas cinco especies son: Ethusa mascarone (Herbst). Diogenes varians (Costa). Porcellana platycheles h\. \Láv^. Leander squilla (L.) Leander serratus (Penn.) 2;jO BOLKTIN DE LA RKAL SOCIKDAU ESPAÑOLA Entre ellas sólo la primera constituye un aumento para la fauna, española, pues las otras cuatro son especies muy comunes que están, citadas repetidas veces de las costas de Levante como puede verse a continuación: Di'ogenes vari'ans (Costa).— S'úges, Cadaques(Buen, Bolívar). Porcellana platycheles M. Edw. — Valencia (Bolívar). Leander squilla (L.)— Albufera, Amposta, Albuixech (Bo- lívar). Leander serratas (Penn.).— Barcelona y Valencia (Buen, Bo- lívar). Pero no son estas solas las especies que se encuentran en Balea- res y que han sido indicadas por los autores, sino que en las mismas obras enumeradas al principia, hay otras muchas del Archipiélago balear, como puede verse por la siguiente lista: 1. Lambras Massena Roux. — Mahón (Bolívar). 2. Maia squinado Latr. — Baleares (Barceló). 3. Herbstia condyliata (Herbst). — Menorca (Barceló). 4. Mithrax dichotomus Desm.— Baleares (Milne Edwards, Ca- rus, Heller, Barceló). 5. Pisa armata (Latr.).— Mallorca (Barceló). 6. Stenorhynchus phalangiiim (Penn.). — Palma (Neumann); Mahón (Buen, Bolívar). 7. — aegyptias M. Edw.— Palma (Neumann). 8. Achacas Cranclii Leach.— Palma (Neumann). 9. Inachus scorpio (Fabr.).— Mahón (Bolívar). 10. Pachygrapsus marmoratus (Fabr.).— Baleares (Barceló); Palma (Fraisse). 11. AV.vzo/AereSyO/^w/Tz (L.).— Palma (Neumann). 12. — ücterum Bosc — Mallorca (en Pinna nobilis), (Barceló). 13. Gonoplax rhomboides (Fabr.).— Mallorca (Barceló). 14. — angulata (Fabr.).— Menorca (Bolívar). 15. Eriphia 5/?/«í//-o/z5 (Herbst).— Mallorca, Menorca, Ibiza (Bar- celó). 16. Piíamnus spinifer M. Edw.— Mallorca (Barceló). 17. Xantho fubcrculata Bell.- Palma (Neumann). 18. — florida (Mont.).— Mallorca (Barceló). IMÍ HISTORIA NATl'UAL 251 19. Baffiynecfes longipes A. M. Edw. — Mallorca (Barceló). 20. Lupa hastata (Latr.).— Mallorca (Barceló); Menorca (Bo- lívar), 21. Calappa graniilata (L.).— Mallorca y Menorca (Barceló). 22. Homola spinifrons (Lam.).— Mallorca y Menorca (Barceló); Palma (Neumann). 23. Dromia vulgaris M. Edw.— Mallorca y Menorca (Barceló); Palma (Neumann); Mahón (Bolívar). 24. Albunea Guerinii Luc — Menorca (Cardona, Buen, Bolívar). 25. Eitpagurus anachoretus (Risso).— Baleares (Barceló); Palma (Neumann). 26. — ¿wcas/ Heller.— Palma (Neumann). 27. — excaimtus ]!A\ers = angulafus Risso. — Mallorca (Barceló). 28. Pagaras calidas Risso. — Palma (Neumann). 29. Galathea strigosa (L.).— Mallorca y Menorca (Barceló). 30. Scyllarus latas Latr.— Baleares (Barceló). 31 . Homaras gammarus (L.).— Baleares (Barceló). 32. Crangon cataphractas (Olivi). — Mallorca (Barceló); Palma (Neumann). 33. — frispinosas Bell.— Mahón (Bolívar). 34. — fasciatas Risso.— Mallorca (Barceló); Palma (Neu- mann). 35. Typton spongicola Costa.— Palma (Neumann). 36. Pontonia castos (Forsk.). — Mahón (Buen, Kosmann). 37. Leander Treillamis Desm.— Baleares (Barceló); Palma (Neu- mann). 38. — xiphias (Risso).— Baleares (Barceló); Palma (Neu- mann). 39. — rectirostris (Zadd.).— Palma (Neumann). 40. — — var. oc/oí/^/; /'fl/'í/5 Neum.— Palma (Neu- mann). 41. — /za/^a/'or (M. Edw.).— Baleares (Barceló). 42. Hippolyte Cranchii Leach.— Mahón (Bolívar). 43. — ^«/75e«/ Pagstchr.— Palma (Neumann). 44. Virbias gracilis Heller.— Palma (Neumann). 45. Alpheas megacheles Norm.— Palma (Neumann). 46. Miersia punctalata ^. Edw. ("^p/zí/m/— Mallorca y Menorca (Barceló). 47. Penaeas Caramote Risso.— Mallorca (Barceló). ■m boletín de la real sociedad española 48. Penaeus siphonocerus Phil. (membranáceas M. Edw.). — Mallorca (Barceló). 49. Sicyonia sculpta M. Edw.— Mallorca y Menorca (Barceló). 50. Squilla mantis L.— Mallorca (Barceló y Buen). 51 . — Desmarestií Risso. — Mallorca y Menorca (Barceló). , Resulta de los datos anteriores, y prescindiendo de las reducciones que el estudio de la sinonimia pueda ocasionar, que las especies co- nocidas hasta ahora de las Baleares suman un total aproximado de 90 especies, a las que podrían agregarse algunas más examinando los materiales reunidos en el Museo Nacional de Madrid con posterio- ridad a las publicaciones citadas, y especialmente los recogidos en estos últimos años por los Sres. D. Luis Lozano, D. Maximino San Miguel, D. Francisco Ferrer y D. Federico Gómez Llue- ca. La misma Ethusa, que constituye la mayor novedad de la lista del Dr. B. Parisi, está representada en estas colecciones por ejem- plares de Palma de Mallorca, y además como especies aún no cita- das se cuentan la Pirimela denticulata Mont., la Ilia rugulosa Risso y la Porcellana Boscii Aud., también de Palma. Lejos, por tanto, de ser desconocida la fauna carcinológica ba- lear, resulta que es lo suficientemente conocida para poder estable- cer comparaciones con otras faunas mediterráneas, y que hecha ex- cepción de la de Marsella, todas le son inferiores en cuanto al nú- mero de las especies conocidas, según los datos aportados por M. Gourret en su Revisión des Crustacées podophtalmes du Goífe de Marsei/le, publicada en 1888 en los Ann. du Mus. d'Hist. Nat. de Morseille, pues la del Adriático contaría 86 especies; la de Ñapóles, 78; la de Argelia, 67, y la de Niza, 63; todas, por supuesto, del orden Eubrancliiata, que es al que se concreta esta nota. Sólo la de Marsella alcanza cifra más alta, pues llega á 113 especies; pero si de ellas se eliminan tres, que no son pro- pias de aquella fauna, sino que han sido importadas por los barcos que hacen el comercio con la India, como son: la Plagusia cha- brus White y la squamosa Latr. y el Pachygrapsus trans- versus Gibbes, así como el Nautilograpsus minutas M. Edw., acarreado desde el Atlántico por igual modo, por ser especie que se encuentra sobre las algas flotantes de todas partes, quedan sólo 109, esto es, 16 especies más que las conocidas de Baleares, y esto a pesar de las condiciones excepcionales de aquella localidad, debidas Dlí HISTORIA NATURAL 253 a la configuración de sus costas tan diversamente expuestas a las corrientes, la extrema diversidad de sus fondos marinos, las comu- nicaciones con el Atlántico durante el período terciario, etc., y de que el Golfo de Marsella ha sido explorado por diversos naturalis- tas, y muy especialmente por el profesor A. F. Marión, y más re- cientemente por M. Paul Gourret. Este resultado es consolador para los naturalistas españoles, y de- muestra bien claramente que no se han descuidado ni en la explora- ción ni en el estudio de las islas Baleares. Por cierto que M. Gourret incurre en el mismo desconocimiento de nuestra literatura científica, como lo demuestra el hecho de que sólo conozca 33 especies de crustáceos de España. Tiempo es ya de que procuremos ser más conocidos en el extran- jero y de que no nos dejemos arrebatar el fruto de nuestros estudios o la primacía de ellos cuando legítimamente nos corresponda; para ello hemos de aunar nuestros esfuerzos ayudándonos mutuamente en la empresa de estudiar nuestro país, procurando que en lo posible se realice dicho estudio por naturalistas españoles, pues si para la ciencia es indiferente la patria del explorador o del naturalista que realice un descubrimiento, para nosotros, que hemos llegado con tanto retraso al palenque científico, es de interés que se nos tenga en cuenta cuanto en él hagamos, y que no solicitemos el concurso de los extranjeros, sino para aquellas materias que en absoluto no se puedan estudiar en nuestro país. Algunas observaciones acerca de la obra de D. Juan Cabré, titulada: El Arte Rupestre en España por H. Breuil. La obra publicada recientemente por D. Juan Cabré Aguiló, con el título de El Arte Rupestre en España, y el prólogo bastante extenso que la antecede, escrito por el Marqués de Cerralbo, se hallan en manos de eruditos españoles. Como quiera que estos autores exponen, respecto de varios extre- mos, opiniones bastante diferentes de las mías, y rechazan éstas sin unir siempre a sus críticas una exposición justificativa de la opi- nión contraria, solicito de la Real Sociedad Española de Histo- 251 15ÜLETIN DE LA KKAL SOCllíDAÜ líSPANOLA ría Natural, que se digne dar hospitalidad a estas breves líneas, en las cuales procuraré, sobre algunos puntos, contestar a mis ama- bles contradictores, y, en otros, dirigirles, a mi vez, algunas obser- vaciones corteses. De un modo general, seguiré el orden en que el texto de la obra me presente la cuestión o materia controvertida. El Marqués de Cerralbo elogia con razón a los artistas paleo- líticos que decoraron las cavernas cantábricas y ensalza el notable sentido del movimiento que se revela en sus obras. Sin embargo, cuando adopta la interpretación del «Jabalí de ocho patas», de Al- tamira, dada ya por autores sin autoridad suficiente como una re- presentación «impresionista» del movimiento, incurre en error. En efecto, las ocho patas se deben solamente al hecho de que, habiendo quedado casi borradas las cuatro primeras por la alteración, otro pintor subsanó esa degradación pintando otras nuevas, que no coin- cidían con las primeras. El ilustre arqueólogo hace en otro lugar el proceso de la inter- pretación propuesta por nosotros de los dibujos «antropoides» de Al- tamira, Hornos, Marsoulas y otros lugares. No puede resignarse a considerarlos como humanos, pues sería injuriar a los artistas auto- res de las bellas figuras animales el creerles capaces de rebajarse hasta tal punto. A esta objeción he contestado anticipadamente haciendo ver que los dibujos que se discuten, de Hornos y Altamira, son obra de artistas de época auriñacense bastante remota, y mi contradictor, al relacionarlos con obras mucho más modernas, es víc- tima de una ilusión de perspectiva, que le hace confundir términos separados por casi toda la extensión del paleolítico superior. Para el Marqués de Cerralbo, esos dibujos representan Monos. «¿No tiene una cola la figura de Hornos?»— Desgraciadamente, los macacos de Gibraltar están desprovistos de ella en absoluto, y para hallarles, en Europa, antepasados fósiles, hay que remontarse a un período más lejano que los yacimientos chelenses de Torralba; los importantes trabajos de BusK sóbrelas brechas huesosas del «Rock» no han hecho descubrir ningún resto o vestigio de ellos, y hay serios motivos para pensar que la presencia de esos cuadrumanos en Gi- braltar es debida a una importación de época histórica, romana o morisca. En cuanto a los Monos de cola, desaparecieron de Europa con anterioridad al fin del terciario. Cierto que el menor descubrí- DK HISTORIA NATl.RAL 255 miento auténtico de osamentas de primates en un yacimiento paleolí- tico superior sería un dato susceptible de dar una gran fuerza a la opinión del Marqués de Cerralbo; pero hasta que no se haga ese poco verosímil descubrimiento, me parece en pugna con lo que sabe- mos sobre la geología y la paleontología europeas, tanto más cuanto que, para seguirla lógicamente hasta en sus consecuencias, sería preciso admitir la existencia de dos variedades de monos, por lo menos, unos con cola, los otros desprovistos de este apéndice. También recuerda el autor que había propuesto con anterioridad que se considerasen focas, animales que habían existido, y hasta exis- ten todavía esporádicamente en el litoral del Océano y del Medite- rráneo. Uno de los dibujos de Altamira, publicado, por otra parte, con fecha posterior a la observación que impugnamos (Pirineos Cantábricos, fig. 201), puede, en rigor, ser interpretado así aisla- damente; pero no puede ocurrir lo mismo con los otros; su phallus no puede ser sino humano, y su forma, engrosada a la altura de las ancas, adelgazada más arriba, con largos brazos delgados y acoda- dos, se opone en absoluto a la asimilación propuesta. En efecto, las focas son, por el contrario, muy gruesas de espaldas, su cuerpo se afina hacia atrás, y sus miembros cortos y anchos, no recuerdan el aspecto de brazos. Si hemos admitido como más aceptable la hipótesis de disfraces con máscaras, es por ser la más sencilla y la que se ajusta más a los datos de la Etnografía comparada. Las mascaradas salvajes no se reducen, como dice el Marqués de Cerralbo, contradicho en esto por millares de hechos etnográficos, a la utilización de los despojos de animales cazados para acercárseles engañándolos; la literatura sobre esta cuestión es inmensa, y nos contentamos con señalar las indicaciones contenidas en los capítulos comparativos de nuestro libro sobre Altamira. En cuanto a ver en ello, con Mr. S. Reinach, «Ratapasy> proge- nitores espirituales de forma ambigua, no podríamos resolvernos a hacerlo sin reserva, pero recordaremos que es imposible indicar un ejemplo etnográfico de creencia en un ser espiritual de aspecto semi- bestial, sin que esa objetivación imaginaria tenga su fuente de inspi- ración en la práctica de los disfraces rituales. La hipótesis de Mr. Rei- nach, no comprobable, pero tampoco absurda, supone pues, en su raíz, el uso de máscaras entre los pueblos paleolíticos; nada más nor- mal, pues tales manifestaciones son la regla en ese grado de civi- lización. Debe admitirse recíprocamente que allí donde existían más- 256 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA caras, han debido ser imaginados seres tales; lejos de excluirse las dos ideas, son, por el contrario, solidarias. Respecto de las imágenes, muy humanas éstas, de las rocas pinta- das del Oriente español, el eminente autor subraj^a con razón la longitud extraordinaria de sus piernas; pero proyecta esta particu- laridad del canon artístico en la esfera de las realidades anatómicas: «Esa vida de cazadores inmensamente activa... hizo que las piernas de esos hombres adquiriesen un desarrollo tan desmedido, que se hallan representadas como colosales en las cavernas españolas». Más sencillo y prudente nos parece afirmar que una desproporción tal es constante en todas las pinturas primitivas, sean bosquimanas, cretenses, griegas, egipcias, arcaicas, y no corresponde sino a un procedimiento artístico en la expresión de los movimientos. Al hablar de las figuras femeninas, el eminente escritor no se re- siste a establecer una oposición fortísima entre las esculturas auri- ñacienses y magdalenienses de Aquitania y las pinturas de los abri- gos orientales; por un lado, la venus aquitania, hembra de formas opulentas, está sujeta, por su misma obesidad, al hogar, y no puede seguir al hombre en la persecución de la caza; por otro lado, la mujer española de Cogul o de Alpera «último acto encantador de la divina creación, emblema ideal de la naturaleza, cimiento de la patria, sublime maga»; «castamente vestida, inaugura el sentimien- to del pudor ocultándose a las miradas obscenas y reservando sus amores, como un tesoro velado, para el hombre de su elección»; «esbelta, ágil, resistente en las caminatas, sigue al hombre a través de sus correrías, y le acompaña a la caza». El dístico es seductor y está pintado de mano maestra; pero ¿no se abandona el artista a algún brillante desvío imaginativo a expensas del buen arqueólogo? Antes de concluir con lo referente a las mujeres pintadas en Es- paña, mencionaremos otros varios asertos discutibles; en primer lugar, la relación arbitraria entre los escutiformes de Castillo y las faldas de Cogul, elementos de época absolutamente diferente y de medios etnográficos y geográficos tan distantes como heterogéneos. Las figuras áe Castillo pertenecen al viejo auriñaciense; las de Co- gul y Alpera, son ciertamente mucho más modernas. La asimila- ción propuesta de las figuras pintadas del Tajo de las Figuras (Casas Viejas), con las estatuitas auriñacienses del Sur de Francia es, además, grave anacronismo, pues las pinturas de la Laguna están fechadas por el hombre del hacha (¿de piedra o de cobre?), pin- tado no lejos y que establece o fija la edad neolítica o eneolítica, DE HISTORIA NATURAL 257 confirmadas por otras numerosas relaciones o conexiones. Las ana-' logias de las pinturas del Sur de España nos parece más justo bus- carlas en los medios mediterráneos, bien hacia el Asia Menor, bien en Malta, donde conocemos estatuas esteatopigas acurrucadas, en cuclillas, de la época del Bronce, que son testimonio de la prolonga- ción o extensión de la misma tradición artística. En fin; acaso debiera declarar que no he visto nunca en las rocas de Mirabueno, las cuales visité en dos ocasiones, sino tintes infor mes y negruzcos, en lugar del dibujo de hombre y mujer observado por el Sr. Cabré y publicado por el Marqués de Cerralbo. Pasando al problema de la domesticación del caballo en la época paleolítica, he de decir que esta teoría fué lanzada en otro tiempo por TouTAiN a propósito de las osamentas acumuladas en Solutré, y PiETREMENT ha rcducido a la nada sus aseveraciones, carentes de base seria. El hombre del bastón al hombro (cuya cabeza simiesca omite mencionar el Marqués de Cerralbo) de la Madeleine, ani- ma al eminente escritor a reanudar por su cuenta los argumentos y errores de Edquard Piette. Notemos de paso la grave confusión de que es víctima, al atribuir a la época aziliense, porque fué hallada en el Mas d'Azil, la admirable escultura de cabeza de caballo que relincha, descubierta por Piette en los hogares o focos del magda- leniense antiguo de la orilla derecha del Arize. Aquí no cabe error alguno. El argumento de Piette, prohijado por el Marqués de Cerralbo, era la representación estilizada de ciertas particulari- dades de la cabeza de los caballos, llegando a dar excepcional- mente la ilusión de una cabezada. Estas particularidades se hallan, por otra parte, sobre el lomo y las piernas de cabras monteses y bisontes, y figuran, ora relieves musculares u óseos a modo de adornos, ora simples detalles del vellón^ como yo lo establecí des- pués de Mr. Cartailhac. Pero el detalle que retiene, sobre todo, la atención del autor español, es la línea marcada tan frecuente- mente alrededor del hocico y en la que ve una correa. Cierto que no representa, soy de su parecer, un relieve óseo o muscular, ni un pliegue de la piel; pero he demostrado ya que figura el límite de In faz y de las mejillas con pelo largo y obscuro, y de la región del hocico y de la boca casi lampiña y blanca; son estas particularidades que todos los équidos salvajes actuales y muchos asnos domésticos presentan aún. Respecto de la interpretación de los diversos signos del techo de Altamira, el Marqués de Cerralbo renueva una teoría ya anti- 258 BÜLKTIN 1)K LA RHAL SOCIKDAD líSPANOI.A gua emitida por él. En los naviformes, interpretados después por nosotros con numerosos documentos etnográficos de comparación, figurando mazas de madera (claviformes), ve artefactos de caza des- tinados a herir en el pie a las reses mayores. Desgraciadamente, el contacto alegado de la gran cierva de Altamira con ciertos de ellos, se debe a la superposición, completamente fortuita, sobre los signos rojos de edad auriñaciense de los policromados del final del Magda- leniense. (Véase Pirineos Cantábricos, págs. 203-203.) En cuanto a los tectiformes, donde vemos cabanas, el Marqués DE Cerralbo, fundándose en la asociación, a mi juicio accidental, entre algunos de ellos con un bisonte de Font-de-Gaume, opina que son trampas. A pesar de este defectuoso argumento, la idea del eminente escritor me parece digna de serio examen y en modo al- guno desdeñable a priori. Tomo nota, en primer lugar, de que, se- gún el parecer del mismo, se trata de representaciones de trampas formadas por la disposición hábil de troncos o- palos y ramas. Yo añadiré que los artesanos carpinteros capaces de realizarlos, trá- tese de trampa o de casa, se hallaban evidentemente en condi- ciones de construir cabanas con cercas, etc. En fin, mi hipótesis de cabanas está basada en numerosas analogías etnográficas, mientras que no he podido reunir ninguna en favor de la idea de trampa, y por este motivo la he abandonado, no sin pesar, por parecerme gratuita. En cuanto a la objeción que se me hace de que las paredes late- rales están con frecuencia figuradas o representadas oblicuamente, hecho que estaría en oposición con la estabilidad del edículo, haré observar que esa oblicuidad hacia fuera no es general, y que, por otra parte, es muy fácil realizar prácticamente una cabana en que los pilares laterales, normales al techo, cuj^o empuje soportarían, se' hundan oblicuamente en tierra, desde el momento en que los ele- mentos del techo están ellos mismos unidos sólidamente a la cobija sostenida por los pilares centrales, principal sostén del edificio. La experiencia no es costosa ni difícil de comprobar, y resulta conclu- yente por completo. Además, no creo que esos dibujos, muy con- vencionales y adornados, deban interpretarse como descripciones o diseños de arquitectos. Sábese que, queriendo interpretar los signos de la gruta de San- tián en forma de manos o de brazos, propuse la idea de armas con la forma de estos órganos, en las que el brazo formaría el mango; el Marqués de Cerralbo adopta una idea aproximada; pero de la DIl HISTORIA NATURAL 259 mano hace la empuñadura, y del otro extremo, que es generalmente obtuso y redondo, la punta; esta explicación me parece pDCo conclu- yente; con esa suerte de espadón, el hombre, según él, atacaría al bisonte, y aduce en apoyo de su dicho una sencilla mancha comple- tamente insegura como significación, vestigios de pinturas de valor muy dudoso, probablemente indetefminable, que avecina casual- mente una de las más pequeñas y peores figuras policromadas de Altamira. Nada se puede sacar en claro de documentos tan vagos. Tocante a los pectiformes de Marsoulas y Altamira, se niega a ver en ello manos esquemáticas; sin embargo, una de las figuras de Marsoulas tiene el pulgar demasiado bien determinado para que la duda sea posible en esto, y la mayor parte tiene cinco dientes, como también en Altamira; esa figura es el signo de la mano en casi to- das las escrituras simbólicas primitivas del mundo, hecho de un va- lor que no se podría desdeñar. Además de esto, es probable que esa explicación no valga igualmente para todos los pectiformes, princi- palmente cuando se consideran los de más dientes y los de época neolítica, para los cuales no estaba destinada en modo alguno. Pero yo no podría aceptar en ningún caso la sugestión de mi eminente contradictor, de reconocer en ello armas para matar bisontes, armas formadas por un travesano de madera, al cual se adaptarían varias hojas de silex o pedernal de aguda punta. No conozco nada parecido en etnografía, y fuera de esta vía relativamente sólida, rehuso in- ternarme en esos terrenos movedizos, en los que, para emplear el lenguaje del Sr. Cabré, se abandonó, sin bastante recelo, «a su ima- ginación exuberante y a su intuición maravillosa». Al terminar esta somera revista de puntos litigiosos, no dejaré de recordar que el eminente escritor se excusa, finalmente, de ha- ber abierto el camino a algunas hipótesis,, que él no sostiene, sino que indica solamente para que los especialistas decidan. Era un ga- lante alegato en esta discusión cortés; yo he usado de esa misma franca libertad de que el sabio arqueólogo se sirvió para criticar varias opiniones, de las cuales no podía ignorar él que yo era el principal defensor. Vengamos ahora al libro mismo del Sr. Cabré. Ya que el autor quería poner al alcance del público español un resumen general del origen de la ciencia prehistórica, es lamentable que no haya vigila- 2f0 ÜOLF.TIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA do más la corrección ortográfica de los nombres propios, principal- mente en el primer capítulo; graves errores restan mérito a una obra presentada, por otra parte, con gusto, y cuya ilustración es exce- lente. Buckland se ha convertido en Buckand. Bize — — Bisse. Christol — — Cristol. Dumas — — Duncas. Savigné — — Sevigné. Peccadeau — — Piccadeau. Arcelin — — Arciliu. Aurensan — — Aurenzau. Monstier — — Mustier. Laporterie — — Laportiére(!). Fermond — — Fermod. Julien — — Julieu. Paignon — — , Paignou. Reinach — — Reilhac (!!). Verneuil — — Vernuil. Paso por alto otras menos graves; incluso ciertos nombres espa- ñoles alterados: Pág. 87. Caravaca se convierte en Casabaca, y la Sagra en Sapa. Concibo que el Sr. Cabré esté poco familiarizado aún con esas cuestiones de ortografía de nombres extranjeros; pero hubiera obrado bien teniendo en cuenta, como lo ha hecho en lo tocante á la lista de las estaciones europeas con obras de arte, las correcciones que yo me tomé el trabajo de señalarle sobre pruebas que él me envió (1). En la misma parte del volumen se han deslizado aún pequeñas con- fusiones, que señalo más bien como simples retoques a efectuar en otra edición: la figura 10, representa un objeto falso; la figura 23, no es de cuerno, sino por el contrario una fina lámina de hueso (1) Es de lamentar que ese pequeño favor no sea mencionado por el autor, según costumbre. Asimismo, en vano se buscan en su libro las gracias habituales a los autores y revistas francesas de las que toma tan ampliamente la ilustración. Yo había tenido, por otra parte, el vivo placer de concederle liberal autorización en lo concerniente a los do- cumentos publicados por mí, feliz de verlos puestos de ese modo a la disposición del público español y de pagar así una parte de mi deuda hacia este noble país. DIí HISTORIA NATURAL 261 cortada; la figura 24, es una escultura gruesa de hueso y no una hoja de hueso; la figura 25, no es de marfil, sino de cuerno de reno. El orden- de los yacimientos de la Península Ibérica, no es ni alfabético, ni geográfico, ni cronológico, lo que hace esa lista muy difícil de consultar. Haré algunas observaciones más fundamentales: la localidad de Otta, conocida por sus sílices terciarios problemáticos, es citada como chelense (?). Pág. 42. La industria de Penicial (Asturias), está indicada como achelense, lo cual es muy discutible; opinaría yo, provisionalmen- te, como de una fecha mucho más reciente. Este asunto está en estudio, y el Conde de la Vega del Sella acabará sin duda por dilucidar definitivamente esta cuestión todavía dudosa. Pág. 47. El Sr. Cabré comete un grauisimo error atribuyén- dome el descubrimiento en Unquera de herramientas musterianas con un diente de hipopótamo (!). El yacimiento, hallado por Alcal- de DEL Río y yo, ha dado una muela inferior de Rhinoceros ti- chorhinus, y partes de muelas superiores del mismo, determinadas y publicadas por M. Harlé, ¡lo que es muy diferente! La mención del hipopótamo corre el riesgo de causar muchos errores lamentables. Otra afirmación sensacional y no menos atrevida, es la emitida por el Sr. Cabré, página 41 , a propósito de Torralba, «la estación huma- na más antigua que se conoce en Europa», donde pretende con in- sistencia, haber observado «los primeros ensayos del arte», en forma de grabados sobre hueso. Estos últimos, que he visto en Madrid, en fotografía y en el original, son huesos estriados, sin ninguna pre- tensión de nada, aunque se suponga que esas estrías sean obra del hombre, cosa que no me parece cierta. El autor se ha abandonado muy ligeramente a su imaginación creadora, lo cual es grave, pues nada tan lamentable como el lanzar a la circulación, partiendo de datos inexistentes, por decirlo así, semejante leyenda. Procuremos que nuestros estudios no sean motivo de irrisión para las personas instruidas y sensatas. El capítulo II expone el sumario de los descubrimientos sobre el arte prehistórico. En la parte consagrada a la costa Cantábrica y a la región circunvecina, ha habido asimismo errores materiales que señalo a los lectores españoles. Pág. 61. El Sr. Cabré me atribuye afirmaciones exactamente contrarias a lo que yo he escrito. En efecto; creo haber establecido que las figuras de Altamira en rojo unido son posteriores a las figu- ToMO XVI.— Mayo, 1916. 17 ■2(52 boletín de LA KEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ras negras modeladas, y anteriores a numerosos grafitos; he dicho igualmente que las polícromas de contornos trazados en negro, son más recientes en Altamira que las que no los presentan. Pág. 65. Todas las manos de Gargas (Alta Garona) son nega- tivas y no positivas, como escribe el Sr. Cabré. Pág. 66. La piedra de Laussel no es arenisca, sino calcárea. El Sr. Cabré omite el trabajo principal sobre Cap-Blanc, publicado por el Dr. Lalanne y por mí. Pág. 71. Los tectiformes de la gruta de Herrerías han sido des- cubiertos por el señor Alcalde del Río, quien me condujo allí. Pág. 72. El P. Carballo no había visto en Atapuersa sino accidentes o fósiles de la roca, que hizo mal en publicar como figu- ras intencionales. Pág. 74. El Sr. Cabré ha omitido decir, respecto del descubri- miento de Peñalba, que la primera indicación le había sido transmi- tida por mí, que la debía al P. J. Atienza, socio del P. Sierra, de Limpias; ese religioso, oriundo de Villastar (Teruel), las había visto en su infancia y me las señaló. Pág. 78. La memoria del Sr. Cabré respecto del origen de su excursión a las Batuecas, es seguramente infiel. Informado del ar- tículo de Vicente Paredes, y deseando animar al Sr. Cabré para que extendiese sus investigaciones más allá de su país natal, ob- tuve de S. A. S. EL Príncipe de Monaco una subvención para él, y le invité para que fuese a comprobar antes que nadie los asertos de Vicente Paredes, no pudiendo abandonar yo en varias semanas mis tareas en Friburgo. Por otra parte, he tenido motivo para felicitarme del celo que el Sr. Cabré desplegó para llevar a buen término la misión que había aceptado y por el éxito de sus in- vestigaciones. Con objeto siempre de alentar al Sr. Cabré, y por amistad hacia él, cuando pensé en extender a Andalucía y Sierra Morena mis in- vestigaciones rupestres, le propuse graciosamente que me acompa- ñase, asociándole a trabajos, en los que toda iniciativa y dirección era mía y que el Sr. Cabré no tenía entonces' ni la idea ni los me- dios de realizar. Por otra parte, le estoy agradecido por el exce- lente concurso que me prestó, como hábil fotógrafo sobre todo, du- rante varios años, cosa que nunca he dejado de mencionar. Entre las personalidades españolas que el Sr. Cabré ha colmado justamente de alabanzas, a las cuales me asocio, por sus meritorias iniciativas, cada una en su región, he sentido no hallar el nombre DE HISTORIA NATURAL 3«S de D. Federico de Motos, ni ver mencionada la parte activa y desinteresada que tomó en las investigaciones de la provincia de Almería. No sólo nos acogió a ambos, en diferentes ocasiones, con la cordialidad delicada y la abnegación de un amigo, sino que nos hizo ver muchas rocas que sólo él conocía y puso a nuestro servicio uno de sus empleados, hábil buscador, cuyas investigaciones dirigió él posteriormente para el fin perseguido en común. El Sr. Cabré hubiera debido hacerle justicia. Antes de pasar del capítulo ii añadiremos una corrección final: el grabado en piedra que hallé en la gruta de Parpallo, no representa una cabra montes, sino un lince (?). El capítulo III está dedicado al estudio de las grutas cantábricas, que el Sr. Cabré no ha visitado sino muy poco, y sólo de paso; por esto no faltan los indicios de que la materia no le es muy fa- miliar. Pág. 103-104. Criticando mis ideas sobre el origen del arte pa- rietal, el Sr. Cabré mezcla y confunde mi teoría acerca de los di- bujos digitales en hueco sobre arcilla, y aquella otra teoría sobre las diversas trazas coloridas dejadas en las paredes roquizas por los dedos y las manos manchados de ocre. Se sabe que son esos los más antiguos vestigios de decoración de las grutas cuaternarias, y que he intentado hacer ver que el arte parietal derivaba por evolu- ción de esas trazas, al principio accidentales. El Sr. Cabré, afirma sin timidez, que «esas teorías son inadmisibles y faltas de base». Yo ignoro dónde habrá adquirido el conocimiento necesario de la materia para justificar su afirmación; pero he aquí sus razones: La estatuaria, desde el principio del auriñaciense, está en su apogeo; no es, pues, inadmisible que, en la misma época, el dibujo lineal sea aún tan rudimentario. Mi respuesta es ésta: La idea de escultura y la del dibujo Ijneal son cosas distintas, en modo alguno solidarias, como los estudios etnográficos e infantiles lo demuestran; ciertos pueblos hacen esculturas y son incapaces de comprender dibujos, y el niño comprende el sentido figurado de los juguetes, muñecos o animales, antes de descubrir el de la imagen, cuyos colores sólo llaman de pronto su atención. Piette se sorprendió con justo moti- vo de que el invento del dibujo, donde las tres dimensiones de los objetos son reducidas a dos, exigiese un poder de abstración mayor que la realización de esculturas en las cuales están conservadas; así quiso demostrar cómo el arte escultórico creaba gradualmente el grabado trazado; en esto se engaña o equivoca parcialmente, porque •2fií BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA si el estudio del arte mobiliario parecía prestarse a esa demostración, no ocurre lo mismo cuando se tienen en cuenta los resultados obte- nidos desde la muerte de mi antiguo maestro, que provienen del arte pariecal. Puedo afirmar hoy que el origen de esas dos manifes- taciones, escultura y dibujo, es diferente y no único, y su evolución constantemente paralela. En el origen de la escultura se halla, de una parte, la utilización de despojos de animales disecados o empa- jados con diversos fines, sustituidos luego parcialmente por una in- intervención industriosa; y, por otra parte, la interpretación de las formas naturales; por el contrario, desde el punto de partida del dibujo, figurado o decorativo, se observa la nota de trazas acciden- tales, marcas de herramientas, vestigios de pasos, trazos y señales de manos, sombra proyectada y adaptación intencional a la idea de ornamento o de representación figurada, según los casos. El se- ñor Cabré parece no haber reconocido suficientemente la impor- tancia de tales problemas de psicología y sociología, pues es conse- cuencia de su perspectiva que signos digitales y las manos aplica- das sobre paredes, más antiguas que todas las otras manifestaciones parietales, sin duda alguna, adquieren todo su valor. Es muy posi- ble, por otra parte, que se pueda llegar un día a demostrar que cier- tos dibujos digitales y ciertas marcas de dedos o de manos, remontan más allá del Auriñaciense, hasta en el Musteriense; sabemos, en efec- to, que es en capas de esa época donde se comienzan a descubrir tro- zos raídos, raspados de ocre y más de manganeso, destinados proba- blemente a la pintura corporal. Anotemos ahora algunos errores de detalle, inevitables de parte de un autor que no ha podido estudiar directamente, y de una ma- nera profunda, las cavernas cantábricas. En la pag. 104, el Sr. Cabré se equivoca al expresar, de un modo confuso, por otra parte, que ciertos dibujos de Hornos o de Altamira serían anteriores a los dibujos digitales o a las manos posi- tivas o negativas; todas las demás manifestaciones parietales están encima invariablemente; en- cambio, y contrariamente a la afirma- ción del Sr. Cabré, no existe contacto entre los unos y los otros. Pág. 108. Incurre ciertamente en error queriendo remozar los dibujos antropomórficos de Altamira y colocarlos en el mismo plano cronológico que la figura del Mas d'Azil, que es magdale- niense. Pág. 107. Si el Sr. Cabré tiene a bien leer con más atención los volúmenes dedicados á La Pasiega y a las cavernas cantábricas, DE HISTOUIA NATCRAL 2 5 sabrá por qué me vi obligado a atribuir edades muy diferentes a di- versos grupos de tectiformes. Pág. 113. Resumiendo el Sr, Cabré, según mis trabajos, las pruebas principales de la edad o época paleolítica de las cavernas pintadas, incurre en varios contrasentidos importantes en su traduc- ción; el cuarto, no corresponde a nada que yo haya dicho; el sexto, €s un texto inventado en todas sus partes, y que yo no he escrito jamás, pues es un tejido de errores. En efecto; M. Riviere no ha escrito nunca sobre Tej'jat, que yo cito como localidad donde hemos hallado «inéditos» grabados magdalenienses sobre losas estalagmíti- cas fechadas por su posición estratigráfica; el grabado de Puyrous- seau, auriñaciense superior, fué hallado en los focos de ese yaci- miento por M. Riviere; son dos hallazgos distintos, como yo hice notar al Sr. Cabré, sobre pruebas que él me había enseñado. El descubrimiento del bloque pintado del Sr. Didón, hallado en Sergeac, se relaciona con el auriñaciense medio bien definido, y no con el fin de ese período. Pág. 122. Las manos de Pretina (Cádiz) ciertamente no son pa- leolíticas, como las demás figuras del mismo conjunto. Pág. 123. Línea 10; hay escrito no en vez de nos, lo cual in- vierte o tergiversa el sentido; una simple errata de imprenta que tiene su importancia. Pág. 126. El Sr. Cabré repite las ideas del Sr. Marqués de Cerralbo sobre los tectiformes, toma por cuenta propia otra idea ya antigua, la de que ciertas figuras representan escudos, añadiendo •para otras la interpretación de sombreros y bolsas; estas afirmacio- nes no van acompañadas de ningún principio de prueba; no tenemos que tomarlas, por consiguiente, en consideración; el Sr. Cabré, por otra parte, ha omitido exponer mis propias teorías, que rechaza sin examen. El cap. IV trata de las rocas pintadas al aire libre, del estilo de Levante de España, que ha examinado por sí mismo, y, por consi- guiente, sus descripciones tienen una precisión y un valor mayores que en las partes precedentes; cierto número de hechos nuevos bien descritos, fruto de su investigación, realzan particularmente el in- terés. No discutiré a fondo algunas inexactitudes menudas o ciertas ideas emitidas sin espíritu de crítica, pero sin consecuencias graves. Señalaremos, sin embargo, pág. 139, que no es exacto que en los Pirineos Cantábricos, la transición del Auriñaciense al Magdaleniano 266 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA se verifique sin episodio solutrense, cosa que considero verosímil en el resto de España, como el Sr. Cabré lo dice después de indi- carlo yo. Pág. 177. No puedo llegar a comprender cómo las cabezas de mujer de Cogul y de Alpera pueden autorizar al Sr. Cabré para decir que sus cabellos caían en bucles sobre sus hombros, puesto que sus cabezas están, por el contrario, completamente separadas de éstos siempre. Respecto del cazador de ciervos esquemático de Cogul, sobre el cual tuve posteriormente, en mi primera nota, la ocasión de recono- cer la edad neolítica, desde el principio había examinado yo parale- lamente la idea de arco y flecha y la de escudo y venablo; la pri- mera idea, ahora que no faltan los documentos comparativos, se im- pone de una manera tan clara, que no comprendo cómo el Sr. Ca- bré habla aún de espada y de escudo. Pág. 193. El Sr, Cabré declara que, dada la edad de las pintu- ras de Alpera, la idea de la domesticación del perro, que yo insinué con duda, es inadmisible. Me parece que, teniendo el hombre neo- lítico desde el principio, el perro doméstico, y apareciendo esporá- dicamente osamentas atribuíbles a este animal, no sólo en medios azilienses, sino también en medios magdalenianos franceses, es pre- ciso admitir que esa domesticación ha comenzado en alguna parte. Tampoco es dudoso que varios cánidos representados en Alpera, no son lobos ni zorros, sino más bien perros, salvajes o domésticos; finalmente, es posible que ciertas proximidades de esos animales con cazadores no sean fortuitas. Tal es el estado de la cuestión, como yo la he expuesto, y la negativa del Sr. Cabré no puede cerrar el debate, que permanece abierto. Pág. 195. No podría admitir yo de ningún modo las cabezas humanas de Alpera indicadas por el Sr. Cabré como presentando un aspecto o rebozo animal; los ejemplos citados no son, en manera alguna, característicos, y ciertos perfiles de la segunda línea de la figura 92, son testimonio de una interpretación muy atrevida que yo no puedo admitir. Lo mismo acontece con la modificación introducida por el Sr. Ca- bré en ciertos detalles pequeños de mis dibujos, que evidentemente han servido de punto de partida para la ejecución de las láminas XIV y xxii; por esto no pudo invocarlas, como lo hago con placer para los dibujos de El Arabi, como una confirmación de mis propios datos, de los que son visiblemente una derivación. Dli HISTORIA NATURAL »n Pág. 197. Me parece que el Sr. Cabré no se ha dado cuenta de que el objeto que tiene en la mano el personaje grande es sencilla- mente la extremidad de un gran arco situado arriba, exactamente como en la gran figura próxima. Yo había señalado ya el paralelis- mo exacto de la actitud de estos dos personajes que el Sr. Cabré. sin motivo, opone uno a otro. En la lámina xxiii, el Sr. Cabré ha intentado agrupar en cuadro las figuras de Alpera y de Tortosilla, según cinco períodos; esa ten- tativa era interesante realizarla, pero bastante prematura aún; por esto no puedo admitirla tal como la presenta; he admitido a lo más. tres fases bien claras en Alpera; la última neolítica y esquemática: la primera, con figuras de animales de color rojo claro. En ésta el Sr. Cabré coloca animales seguramente posteriores, aunque más antiguos que otros. Por el contrario, su fase 3 no debe separarse de su fase 2, y los animales de su fase 4 pertenecen también al mismo conjunto. Sus observaciones sobre la cronología del Val de Charco Amargó- me parecen más acertadas'. Solo después de una serie de tanteos, será cuando se puedan sacar reglas generales aplicables a las dis- tintas localidades. Pero hay dos puntos sobre los cuales está el Sr. Cabré en mani- fiesta contradicción con afirmaciones que yo he emitido después de madura reflexión y con plena conciencia de su alcance. Se trata de la existencia en Cogul, de figuras representativas del bisonte, y en Alpera de una figura de alce. Los bisontes de Cogul, que yo he dado a conocer, son dos: uno situado sobre la bóveda del Abrigo, así como una figura de hombre semiesquemático como los más antiguos del Queso, está pintado so- bre un fondo muy obscuro; la luz muy oblicua y poco considerable que recibe esa superficie, a la vez que la posición muy elevada, ne- cesitando el empleo de escalas para un examen serio, hacen el es- tudio poco cómodo. Por esto concibo que miradas sinceras, pero me- dianamente acostumbradas a esas interpretaciones, y fuera de cier- tos juegos de luz proyectada y reflejada a veces indispensable, hayan renunciado a ver nada cierto. Pero el Sr. Cabré no piodría ser objeto de semejante reproche; el dibujo que publica de este ani- mal, aparte la omisión de la cola y muchas finuras que se le han esca- pado, sobre todo en el perfil de la cabeza, confirma muy claramente mi interpretación; declara, sin embargo, no ver en él sino un toro. ¿Conoce bien los caracteres diferenciales de los dos bóvidos? La im- 263 boletín DK la RIÍAL SÜCIIÍDAÜ ESPAÑOLA posibilidad de comparar con el dibujo discutido ningún buey de igual estilo y del mismo período, así como la existencia de otro bisonte en Cogul mismo, y de otro en la Pileta, completan la demostración. Al principio no había yo reconocido claramente el segundo bisonte de Cogul; pero un estudio más profundo de los dibujos de los bóvidos y del aspecto de los bisontes jóvenes, me ha permitido llegar a esa determinación precisa, de la que no hace mención el Sr. Cabré. El alce de la Cueva del Queso de Alpera no halla tampoco buena acogida en sus críticas. Como considero mi determinación perfec- tamente sólida, creo un deber contestar. Con anterioridad al señor Cabré, sostuve que la pintura primitiva era una cabra montes re- verso en rojo claro repintada en obscuro o moreno en otra figura de alce. Este se halla caracterizado por dos elementos: el morro enorme que cae en una testera muy arqueada, que exagera la del caballo y no se parece a la de ningún ciervo. El Sr. Cabré atribuye este ca- rácter tan notable a una descostración de la roca; pero ese descos- tramiento, quitando superficie al morro normal de un ciervo, lo ha- bría empequeñecido y no agrandado; por otra parte, ninguna fisura ni escama ha alcanzado los contornos de la cabeza del alce discutido; el mismo dibujo que el Sr. Cabré reproduce en apoyo de su tesis, es la prueba de ello. En cuanto a las astas del alce, se caracterizan por su ensancha- miento en forma de abanico aplastado, desde su base; su lóbulo está cortado hacia adentro de una manera bastante variable, según la edad, y tiende a la subdivisión en dos; la parte anterior es bastante menos ancha que la posterior, pero ambas presentan pitones cortos, de longitud casi igual y espaciados con bastante regularidad. Cierto es que cuesta trabajo el llegar a discernir los detalles so- bre la pintura de Alpera; pero, en fin, yo los he apreciado clara- mente, y conmigo los Sres. Obermaier y Burkitt, que han acep- tado mi interpretación. Pero el Sr. Cabré no se ha limitado a decir que mi dibujo le parecía más o menos discutible, a causa de la difi- cultad de apreciación en una figura semiborrada; yo no hubiera po- dido responder sino que, después de tantas visitas a Alpera y tantos exámenes repetidos, tenía la absoluta convicción de que no se tra- taba de asta de ciervo. El Sr. Cabré publica un dibujo de esa fa- mosa asta, excusándose, con visible embarazo, de haber tenido que acentuarlo, tal como él lo comprende. Me veo obligado a decir que ha sido casi inventado por él en todas sus partes, para las necesi- dades de la causa, y de un modo tal, que no se parece a los de DE HISTORIA NATURAL 269 ningún ciervo viviente, y aún menos a las astas de los ciervos, tan numerosos, de las rocas orientales. Evidentemente se ha dejado sugestionar por su fantasía, cosa muy peligrosa al aventurarse en los dominios de la morfología zoológica. Este año, 1915, he tenido, por otra parte, la satisfacción de observar sobre otra roca de la misma provincia otras dos figuras de alces, que confirman definiti- vamente mi primera interpretación de Alpera. En la última parte, donde trata de las rocas meridionales de la provincia de Cádiz, cita el Sr. Cabré la crítica que le dirigí por haberse dejado sugestionar por el recuerdo de los ciervos de Ca- lapata, copiando la cierva (que yo creo neolítica) de Pretina (1). El Sr. Cabré reconoce muy lealmente que eso es posible y dice que volverá a ver esos dibujos en la primera ocasión. Espero que podrá asimismo, en adelante, subsanar los diversos puntos de su obra que he debido criticar. Esa obra no deja de ser sugestiva, tanto por los temas que trata, como por la vivacidad del relato y la profusión de ilustraciones. El hecho de que yo haya reunido en algunas páginas las correcciones que necesita, podría ha- cer suponer que no encuentro en ella méritos, lo cual es muy con- trario a mi pensamiento. Pero en España, donde se difundirá espe- cialmente el libro, se reconocerá pronto lo que contiene de ameno y verdaderamente útil. Al suplicar a una Sociedad española que acoja estas observaciones, es mi deseo que las personas a quie- nes interesan estas materias puedan rectificar sobre diversos pun- tos las opiniones del autor, y oir, respecto de otros, la justificación de ideas contrarias de que soy defensor. Cúmpleme darle las gracias por la hospitalidad que se digna dar a estas páginas, y que es para mí un nuevo motivo de gratitud hacia aquéllos que se esfuerzan por acrecentar el amor a las ciencias prehistóricas y naturales. (1) La única figura de las grutas de los alrededores de ia Laguna donde hay una figura paleolítica, es ia de Palomas. Yo mismo hice co- nocer al Sr. Cabré la existencia de esa figura, que no había visto. 270 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Contribución a la Muscologfa de la Península Ibérica por el P. Merino, S. J. La lectura de la obra hace poco publicada por el Sr. Casares Gil, titulada Enumeración y distribución geográfica de las Musci- neas de la Península Ibérica, nos ha sugerido el propósito de dar cuenta de algunos musgos interesantes entresacados de nuestra co- lección, formada exclusivamente de muestras gallegas, y cuyas es- pecies en su mayoría han sido revisadas por Julius Clowacki, de Marburg, Austria, quien en 1909 nos invitó al cambio de briofitas. Con el trabajo mencionado del Sr. Casares, dedicado desde hace muchos años al estudio de las muscíneas españolas y con los artícu- los recientemente dados a luz por el P. Luisier, S. J., en la revista Broteria, etc.', sobre musgos de España y Portugal, queda hecho el inventario concienzudo y fidedigno de cuanto hasta ahora se conoce respecto a las briofitas de la Península Ibérica. En el presente es- crito indicamos algunas especies que deben añadirse, bien a toda la Península, bien sólo a España. Las recogidas en Galicia, no mencio- nadas como de esta región, son muchas; pero solamente hablaremos de las que ofrecen particular interés. Andreaea Rothii W. et M. (A. rupestris Roth) Abundante en las rocas que coronan la cumbre del monte Aloya, en las inmediaciones de Tuy (Pontevedra), a 600 m. Probablemente será el sitio más bajo, más occidental y próximo al mar (unas cuatro leguas en línea aérea) que ocupa la especie. Andreaea crassinervia Bruch. La hemos visto en dos puntos de la provincia de Orense: en los peñascos cercanos a la iglesia parroquial de Rocas, cerca de Lona do Monte, Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín, y a mayor alti- tud, unos 1.200 m. en la montaña de Ramilo, Ayuntamiento de Viana. Ninguna especie del género Andreaea se cita en Galicia. DE HISTORIA NATURAL «ll Pleurídium nítidum Br. eur. (Phascum nitidum Hedw., P. axi- llare Dicks.) Esta especie, nueva para la Península Ibérica, es copiosísima en las tierras fangosas de Saleidos, más vecinas al cauce del Miño (Pontevedra), mezclada con el Anthoceros punctatus L. La dispo- sición y situación de los frutos es muy varia. En los pies menores el fruto comúnmente es uno, terminal; a veces dos juntos, asimismo terminales; al prolongarse el tallo por innovación apical, dichos fru- tos parecen laterales. En los más vigorosos hemos notado con algu- na frecuencia dos frutos, uno terminal y otro lateral axilar, como se dibuja en la lámina v de la Muscología Britannica, de Hooker y Taylor, y en algún caso raro, o al menos poco repetido, aparece un fruto terminal en el tallo y otro también terminal en un ramillo inferior. La longitud del pedicelo es variable, ya cortísimo y el fruto casi sentado, como acontece en las otras dos especies del género, ya largo y muy recurvo, siendo entonces su longitud la del fruto próximamente. Pleuridium alternifolium Bruch et Schp. Nueva para España. Aunque no tan común como el P. siibula- tum Br. eur., se deja ver a menudo, particularmente en el pinar más inmediato al Colegio de PP. Jesuítas, en el Pasaje de Camposancos, vive él con exclusión de las otras dos especies. Es planta general- mente sencilla, pero a veces echa el tallo uno o dos ramillos en la porción inferior, y en este caso, tanto el tallo com.o el ramillo o ra- millos llevan fruto terminal: las innovaciones se producen en la parte superior del tallo. ' Bruchia vogesiaca Schw. Especie no citada en España. Vive en algunos claros o calvas que presentan los prados en las cercanías de Bande (Orense). Gymnostomum calcareum Nees et Hrnsch., G. rupestre Schleich. y G. curvirosírum Hedu'. No citados en Galicia. Viven en los contornos de Camposancos, La Guardia y Rosal (Pontevedra), los dos primeros en las paredes encaladas o en los taludes; el tercero, al pie de los muros sombríos y sobre piedras graníticas casi constantemente mojadas. Gyroweísia tenuís Schp. (Gymnostonum tenue Schr.) Mencionada por vez primera en la Península Ibérica. Crece en las 272 boletín Dli LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA paredes encaladas del Pasaje de Camposancos, especialmente en las. del Colegio de PP. Jesuítas. En los mismos sitios y en otros no en- calados vive la G. refle.xa (Brid.) Schp., y aunque no es tan exi- gente en su habit., es ésta aquí menos abundante que la primera es- pecie. Anoectangium compactum Schw. Nueva para nuestra Península. Vegeta, si bien escasa, entre pe- ñas en la falda del monte Aloya (Pontevedra). Weisia Alberti Corb. Ni en España ni en Portugal se tiene hasta ahora conocimiento de esta especie. De los pocos pies cogidos sobre una piedra en una huerta del Pasaje de Camposancos, algunos enviamos al Sr. Glo- WACKi, reservándonos dos con un solo fruto. Esperamos poderla co- lectar en mayor copia. Weisia crispata (Br. germ.) Jur. En Portugal no se hace mención de esta especie, y de España cítanse las rocas calizas del Dornajo, en Sierra Nevada, donde se ha observado. No es preciso escalar montañas para encontrarla; en este valle último del Miño y a pocos metros sobre el nivel del mar, vive sobre las paredes y tierra que cubre los cercados y a veces so- bre piedra en Camposancos, Eiras, Goyan y Tuy; en este punto la hemos cogido, detrás del cuartel de Santo Domingo. Quizás sea propensión y tendencia de los briólogos registrar preferentemente las altas montañas en busca de novedades; en esto hacen bien, pero conviene no descuidar las llanuras, valles y hondonadas más bajas, donde, como en el caso presente y otros semejantes, vegetan las mismas especies, pudiendo aplicarse aquello de oposteí hoc faceré et illiid non omitiere. Dicranella Schreberi Schp. Escasea en este valle del Miño, sobre todo los pies fructíferos, habiendo encontrado algunos al borde de los caminos húmedos y sombríos en San Juan de Tabagon (Pontevedra). Dicranella varia Schp. var. tenella Schp. Asociada la variedad a la forma típica en algunos montículos del Pasaje de Camposancos. Tanto la susodicha variedad como la espe- cie precedente, eran desconocidas en nuestra Península. DH HISTORIA NATURAL 2"3 Dicranodontium longirostre Br. Eur. (Dicramim longirostre Brid.) Tampoco vemos citada esta especie en la Península. No es co- mún; aparecen manchones de esta planta en los pinares y brezales, así del Pasaje referido tantas veces, como de Salcidos. Hace unos seis años le recogimos con fruto; en los siguientes ha quedado estéril. Todas las especies del género Campylopas mencionadas en la obra del Sr. Casares, las hemos visto y recogido en Galicia, a ex- cepción del C. fragilís, indudablemente por no habernos fijado en ella. En cambio, podemos añadir: Campylopus atrovirens De Not. var. adustas De Not. Se propaga en los prados muy húmedos, a menudo encharcados, vecinos al Miño, a la distancia de unos 3 kilómetros de la desem- bocadura. Campylopus subulatus Schp. y su var. Schimperi }AMe. Bastante comunes en todo este valle sobre piedras y tierra de po- quísimo fondo. Campylopus turfaceus Bruch et Schp. Por lo que hemos podido notar es planta montañosa, vista en las rocas del valle de Lóuzara (Lugo). Observación. De todas las especies del género hemos visto fructificar en Galicia sólo el C. polytrichoides De Not. y el C atrovirens De Not. y llama la atención lo poco exigente que se muestra la primera respecto a su habitat; lo mismo se acomoda y fructifica en la peña viva que en la tierra estéril y apelmazada, como en los arenales del segundo kilómetro de este valle, donde cubren no pequeñas extensiones, ostentando por los meses de Marzo y Abril una fructificación incontable. Al revés, en otros arenales nunca fruc- tifica, probablemente por estar ambos sexos muy distantes. Campylosteleum strictum Solms. Esta curiosa especie es nueva para España, y aun en Portugal sólo se ha encontrado en uno o dos parajes con certidumbre. Nos- otros la hemos observado en cuatro sitios de esta cuenca miniana, sobre piedras, y en las junturas de las paredes en los alrededores de Camposancos, y sobre tierra al borde de un camino sombrío en San Juan de Tabagón (Pontevedra). Se asemeja esta planta, a primera 271 BOLETÍN DE LA REAL SUCIEDAD ESPAÑOLA vista y sin examen microscópico, a la IVeisia Wimmeriana Br. eur., que aquí también se produce, por la cortedad del tallo, delgadez y crispadura de las hojas secas, longitud del pedicelo y forma de la cápsula. Sin embargo, de un examen atento, sometida al microscopio, saltan a la vista sus diferencias: las hojas son obtu- sitas, de borde plano, el nervio cesa antes del ápice... y sobre todo la cofia cónico-lobulada persistente y adherida al opérenlo de modo que sólo cae con este, la distinguen grandemente de toda especie de Weisia. En uno de los sitios donde vive la hemos visto reproducirse todos los años, y por si andando el tiempo algún briólogo desea re- cogerla in sita le determinaremos todo lo posible. Ese sitio es la faceta oriental de una piedra fija en un pequeño pinar frente al ex- tremo de la finca perteneciente al Colegio de los PP. Jesuítas de Camposancos (Pontevedra). Brachyodus trichodes Fürn. Nueva para nuestra Península. Se la hace indígena de la región montana de Inglaterra, Francia, Alemania y Escandinavia. Aquí vive cerca de la costa y a pocos metros sobre el nivel del mar, aun- que siempre escasa y en colonias poco numerosas. La hemos notado en tres piedras sueltas, con una veintena de pies en cada una, y en otra piedra que forma muro en el barrio de Camposancos, llama- do Sar. Leptotrichum subulatum Hampe (Trichostomum subulatum Br. eur.) Nueva para España. Crece profusamente en el borde y taludes de los hoyos y hondonadas en tierra silíceo-arciliosa que aquí deno- minan Salón, extendiéndose desde Camposancos, por lo menos, has- ta Goyan, de donde nos ha enviado muestras nuestro consocio don Francisco Nóvoa. Donde la hemos visto en cantidad prodigiosa es a un lado y otro en el camino sombreado que desde el Puente Tamu- je conduce al Rosal (Pontevedra). Leptotrichum palüdum Hampe (Trichostomum pallidum Hedw.) Se propaga asociada a la especie anterior, si bien no tan abun- dante. Debe, pues, figurar entre las especies peninsulares. Potíia Heimii Br. eur. (Gymnostomum Heimii Hedw.) Nueva, al menos para España. Se propaga por las tierras de la costa en Camposancos y La Guardia, internándose hasta tres kiló- metros. DE HISTORIA NATURAL 275 Tortula Solmsii (Schp.) Roth (Barbula Solmsii Schp.) Hasta el presente conocida en Portugal, no en España. La descu- brió el S. Qlowacki en la colección que le enviamos, en ejempla- res cogidos cerca del puerto de La Guardia (Pontevedra). Fissidens incurvus Starke var. inconstans (F. inconstans Schpr.). Crece en las piedras de una fuente, en Camposancos (Ponteve- dra). Variable en la inserción de las cápsulas, que son ya termina- les, ya laterales ó terminales y laterales en el mismo pie. Var. tamarindifolius Don. (F. tamarindifolius Brid.). , Vive en la falda del monte Aloya, junto al barrio llamado Freijó, en las inmediaciones de Tuy; además en el borde de algunas zanjas en el Pasaje de Camposancos (Pontevedra). Fissidens impar Mitt. Nueva para nuestra Península. La encontró Glowacki en nues- tro envío de musgos gallegos, muestras colectadas en el valle de Sar, cercanías de Santiago. Desconozco su descripción. «Esta es- pecie, me escribe Husnot en Abril del presente año (1916), la des- cribió MiTTEX en q\ Journal of the Linn. Society, 1881; no tengo los números de este año. Le veo citado como var. de F. Cryoides, por LiNDBERG, París, etc.» Planta multicaule de 1-3 cm. de longitud; tallos más o menos ra- mosos muy foliosos; hojas patentes cuando húmedas, flexuosas y algo incurvas de secas, oblongo-lineares o las inferiores oblongas, de 1 mm. de longitud o menos, agudas, enteras, menos el ápice le- vemente sinuado, rodeadas de margen que desaparece poco antes del ápice; dicho margen, en la lámina es angosto en toda su longi- tud; en las alas se ensancha hacia la base escurrida, el nervio des- aparece debajo del ápice; fruto terminal; pedicelo de variable longi- tud (5-10 mm.); cápsula pequeña, algo inclinada, contraída debajo del orificio en la maduración; opérculo corto cónico, de base ancha, apiculado, peristoma anaranjado, muy papiloso. Zygodon conoideus Hook. et Tayl. Mus. Brit., pág. 123, ed. 2.° Nueva especie que agregar a la Briología de la Península Ibérica. Aunque muy semejante al Z. viridissimus Brid., que también hemos recogido en varios puntos de Galicia, se distingue sin difi- cultad por la cápsula ovalada, de cuello tan largo como el esporan- 27C boletín DK LA REAL SOCIKDAD ESPAÑOLA gio, y sobre todo por el peristoma doble. De las cápsulas examina- das, ya muy maduras, en dos hemos logrado ver los dientes del pe- ristoma externo y algunos cilios del interno. Planta muy rara. Vegeta en un castaño y en las piedras de la no- ria en la huerta de los PP. Jesuítas de Camposancos (Pontevedra). Publicaciones que ha recibido la I^eal Sociedad Española de Historia Natural durante el mes de ñbril de 1916. (La liste simante servirá d'acciisé de réception.) ^ España Asociación española para el Progreso de las Ciencias, Madrid. Congreso de Madrid. Tomo ix. Broteria, Salamanca. Vol. xiv, fa3c. i. España forestal, Madrid. Año ii, n." 11. Ibérica, Tortosa. Año iii, r\.^^ 119-122. Institución libre de enseñanza, Madrid. Boletín. Año xxxlx, n.° 669. Peñalara, Madrid. Abril 1916. Real Academia de Cievias y Artes de Barcelona. Memorias. Vol. xu, n.os 5-10. Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza. Boletín. Tomo xv, n.° 3. Sociedad española de Física y Química, Madrid. Anales. Año xiv, n.° 131. Estados Unidos y sus Colonias Departamento del Interior. Oficina de Agricultura Manila. Revista agrícola de Filipinas. Vol. viii, n«s 3-4. Department of the Interior. Weather Bureau. Manila Central Obser- vatory. Bulletin for September, \9\5. Public Museum of the City of Milwaukee, Annnal Report. xxix. The American Naturalist, New- York. Vol. l, n.° 592. Wilson Ornithological Club, Oberlin, Ohio. The Wilson Bulletin. Vol. xxviii, n.° 1. Wisconsin Qeological and Natural History Survey, Madison. Bulletin. No9 32, 35, 40 y 44. (Continuará.) mt£::'H : ■■-■^ x:-:.víii^ SUMARIO DEL N.* 5. Sesión del 8 de Mayo de 1916. Pígs. Sesión extraordinaria y ordinaria del 3 de Mayo de 1916.— . Homenaje a Per rier.— Admisiones p presentaciones.— Comu- nicaciones.—Secciones 213 NOTAS Y COMUNICACIONES Barreiro (P.).— Contestación a los Sres. Del Pan y Wernert sobre sus observaciones acerca de mi nota bibliográfica «Un capítulo de etnografía comparada» 224 Hidalgo (J. G.).— Datos para la fauna española. (Moluscos y braquiópodos) 235 Bolívar (I.)-— Los crustáceos de las Baleares 246 Breuil (H.).— Algunas observaciones acerca de la obra de don Juan Cabré, titulada: El Arte Rupestre en España 253 Merino (P.).— Contribución a la Muscologfa de la Península Ibérica 270 Publicaciones recibidas 276 LISTA de los señores socios de provincias (i) y ex- tranjero que han satisfecho su cuota desde 1.° a 31 de Mayo de 1916. Cuota de 1916. Castaños. García Bayón. Sáenz López.' (1) No se incluyen los de las capitales en que existen Secciones de esta Sociedad. ICÁDBID.— FOBTANBT, lUPBESOB DB Lá. B. SOC. ESP. OB HI8T. NAT. LIBEBTAD, 29.— TELÉFONO 991 Tomo XVI.— Ním. é. DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de fíistoria fiatural FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 1871 Junio de 1916 MUSEO NACIONAL DE CIENCIAS NATURALES Hipódromo.— Toléf, 8>443 ■i, ■' 1 rJ OBSERVACIONES Los BOCIOS COBRE8PONDIBNTE8 EXTRANJEROS podrán recibir las publica- ciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas. Los MUHERARios abonarán la cuota anual de 15 pesetas ó la de 16,60 si residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuento al tesorero en la época de admisión, y posteriormente en el mes de Enero de cada año. Reciben el Boletín y las Memorias. Los AGREGADOS abonan la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Boletín. Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta- dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á razón de 4 pe- setas por trimeste los numerarios y de 2,25 los agregados. Los socios numerarios que abonen de una vez ó en tres plazos anuales la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas las publicaciones de la Sociedad. Los que hicieren á la Sociedad el donativo de 500 pesetas serán consi- derados como socios péi-petuos, con iguales derechos que los vitalicios, pero figurando su nombre á perpetuidad en la lista de socios, junto al de los ■ocios fundadores. Sesión del 7 de Junio de 1916, PRESIDENCIA DEL SEÑOR DON JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. Admisiones y presentaciones.— Fueron admitidos los señores pro- puestos en la sesión de Mayo y presentados por D. Abelardo Barto- lomé del Cerro, como nuevos miembros numerarios, D. Andrés Pro y Alonso y D. José Beato y Pérez. Comunicaciones.— El Secretario, en nombre de D. Pío Pont Quer, presenta una nota sobre la flora de Melilla. —El Sr. Vifials, en nombre del Sr. Aranzadi, lee una comunica- ción acerca de una silla de obstetricia guipuzcoana. —El Sr. H. del Villar presenta dibujos y descripción de una es- pecie nueva del género Armería. —El Sr. Lozano da noticia del hallazgo en Melilla del Orcynop- sis unicolor (Geoffr.). —El Sr, de Buen y Lozano, en nombre de su padre, D. Odón de Buen, lee una nota titulada los «Crustáceos de Baleares». —El Sr. Bernaldo de Quirós da cuenta de un trabajo suyo, sobre una supervivencia paleolítica en la psicología criminal de la mujer. — El Sr. González Fragoso, dice: En mis notas «Micromicetos varios de España y de Cerdeña», pu- blicadas el 30 de Marzo del presente año en los «Trabajos del Museo Nacional de Ciencias Naturales», he dado cómo nueva para nuestra flora la Laboulbenia Siagonce Picard, encontrada por D. Cándido Bolívar Pieltain en Siagona Jenissoni Dej., de su colección y pro- cedente de Tarifa (Cádiz). El ilustre micólogo Prof. Rene Maire, en un trabajo interesantísimo como todos los suyos «Sur quelques Laboulbéniales», publicado el 15 de Abril del corriente año en el «BuU. de la Société d'Histoire Naturell^ de l'Afrique du Nord», da a conocer también la misma especie y sobre el mismo insecto, re- colectado en Algeciras (Cádiz), y procedente de la colección de M. P. de Peyerimhoff. Este descubrimiento viene, pues, a corrobo- rar la mención hecha por mí, lo que me complazco en hacer constar. Entre otras especies que han ingresado recientemente en el Her- ToMO XVI.— Junio, 1916. 18 218 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA bario micológico del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, deseo hacer notar como nuevas para nuestra flora las siguientes: Ramularía Daniloi Bubák.— En hojas de Lavatera rotundata. Vaciamadrid (Madrid); leg. C. Bolívar! Coniothyrium Tamaricis Oud. — En ramas jóvenes de Tamarix gallica. — Vaciamadrid (Madrid); leg. C. Bolívar! Peridermium Pini (Willd.) Kleb.— En ramas de Pinas Hale- pensis. ^Se^orhe (Castellón); leg. C. Pau! (Ecidium Plantaginis Ces.— En hojas de Plantago lanceola- /c— Cerro Negro, Madrid; leg. C. Vicioso et A. Planas! Piiccinia oblongata (Link.) Winter.— En hojas de Lúzala Forsterii. — Tibidabo, Barcelona; leg. Fr. Sennen! Tilletia olida (Riess) Winter. —En hojas de Brachypodiam ramosum. — Tibidabo, Barcelona; leg. Fr. Sennen! Entyloma Bellidis Krieger. — En hojas de Bellis sylvesiris.— Tibidabo, Barcelona; leg. Fr. Sennen! De todas ellas me ocuparé más extensamente en otra ocasión. —El Sr. Bolívar (D. Ignacio) propone el nombre de Ybrika nov. nom. para sustituir al de Kirbyella Bolívar 1909, por existir ya un Kirbyella publicado por Kirkaldy, en 1906. — El Sr. Hernández-Pacheco presenta, en nombre del Sr. Fran- kowski, una nota titulada: «La lucha entre el hombre y los espíritus malos por la posesión de la tierra y su usufructo». —El Sr. Fernández Navarro dio cuenta de los hallazgos realiza- dos en una breve excursión que en compañía del Sr. González Re- gueral hizo recientemente por la Sierra de Guadarrama. Mostró a los señores socios un gran cristal de cuarzo ahumado, procedente de La Cabrera, notable por la perfección de sus formas cristalinas y por su tamaño, pues alcanza un peso de 22,5 kg. En la misma locali- dad recogió un fragmento de cristal de roca con inclusiones ma- croscópicas de molibdenita. Presentó asimismo magníficos cristales de ortosa (tipo Baveno), procedentes de Valdemanco, nueva locali- dad que agregar a la ya conocida de Bustarviejo. En el yacimiento basáltico del Puerto de Canencia pudieron recoger los excursionis- tas numerosos ejemplares de esta roca impregnados fuertemente de asfalto, constituyendo no sólo una localidad española nueva para di- cha substancia, sino también una nueva forma de yacimiento para nuestra gea. Por último, los señores socios pudieron ver hermo- sos ejemplares de sienita de San Blas, término de Miraflores de la Sierra, yacimiento descubierto hace años por el profesor Quiroga - DE HISTORIA NATURAL 2"39 y que desde aquella fecha no había vuelto a ser visitado. El comu- nicante ofreció que el Sr. González Regueral presentaría una nota más detallada acerca de esta fructífera excursión. — El Sr. Wernert lee, en su nombre y en el del Sr, Del Pan, una contestación a la publicada en el último Boletín por el P. Barrei- ro, cuyo contenido se puede resumir en las siguientes frases: Al rechazar el concepto civilización empleado por nosotros para los malayos insumisos, incurre el P. Barreiro en una contradicción, puesto que él confirma en la p. 328 de España y América, 1915, de los Igorrotes que «su civilización es todavía la del arco y de la flecha». La cuestión de la población de Java es de interés secundario, pero insistimos que, según el último censo oficial, la cifra de habi- tantes alcanza ya los 3D.003.03D [Statesman year book, 1914]. Los insumisos de Filipinas están considerados por el P. Barreiro, Antón, Quatrefages, Hamy, como indonesios, por la escuela ale- mana, Ratzel, Blumentritt, Volz, Haberlandt, Laloy, y el P. Agus- tino A. Pérez, como malayos. La corta de cabezas florece aún en el archipiélago filipino, como lo confirman los relatos oficiales del Go- bierno americano. El punto de discusión principal está en que el P. Barreiro afirma que la caza de cabezas es una costumbre muy accidental y que por eso mismo no puede tomarse como característica de raza alguna. En este punto no están conformes con el P. Barreiro, Volz, Ratzel, etcétera, quienes afirman que esta costumbre es, en la actualidad, peculiar a la raza malaya, ni con la escuela de Hamy, que la atribu- ye a los indonesios de la raza malaica. — A continuación hizo uso de la palabra el P. Barreiro, contes- tando en la siguiente forma: 1.°, que en su artículo se había con- cretado principalmente a exponer las doctrinas de los Sres. Del Pan y Wernert, empleando para mayor exactitud y fidelidad en la ex- presión, su misma terminología, sin someterla a crítica alguna por no ser oportuno. La frase citada referente a los igorrotes no es, por lo tanto, más que una adaptación a su modo de expresarse impuesta por las razones arriba dichas; 2.°, la estadística o censo de pobla- ción de Java carece de base suficiente para establecer, sobre ella, la consabida tesis de la ca'za de cabezas, ya por las razones adu- cidas en la contestación a los Sres. Del Pan y Wernert, ya princi- palmente porque se refiere a los habitantes, sin distinguir de razas; y esta último extremo es imprescindible en el caso presente; 3.°, las •280 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA tribus insumisas de Filipinas pertenecen unas a los llamados negri- tos que viven en la cordillera oriental al N. de Luzón, en la cor- dillera de Zambales, donde dijo los había conocido y tratado, en Camarines Norte, y en otros varios puntos; y a esos, añadió, ni nosotros ni etnólogo alguno, podría clasificarlos como indonesios sin cometer un error mayúsculo. Como papuas los hemos con- siderado en nuestro trabajo, siguiendo la opinión generalmente aceptada. Otras reciben el nombre genérico de igorrotes y se hallan dise- minadas por distintos puntos de la región Norte de Luzón y, final- mente, varios grupos más por Mindanao, etc., etc. Todos estos, lo mismo que los negritos, difieren del malayo auténtico, tanto por sus caracteres físicos como por sus costumbres y lenguas, y clasifí- queselos como se quiera, nunca podrá confundírselos con él; 4.° y úl- timo, sigúese de lo expuesto que, concretándonos a nuestra cues- tión, es decir, a la actual civilización malaya en Filipinas, no sólo no tiene la característica de la caza de cabezas, sino que, al contrario, sus costumbres pacíficas y su carácter suave han sido siempre opuestos a esas manifestaciones de salvajismo. Aun supo- niendo admisible la opinión del P. A. Pérez— que no está razonada sobre base alguna científica— tampoco cabría establecer la tesis por nosotros rechazada más que con un carácter completamente excep- cional, nunca con carácter general. Los demás autores citados nos merecen gran respeto; pero sus opiniones, opuestas a lo que nosotros hemos visto, resultan en este caso completamente inaceptables. Fallecimiento.- El Sr. Bolívar (D. Cándido) participa el falle- cimiento ocurrido el día 5 del actual de nuestro consocio D. Vi- cente Tutor, que desde hace muchos años venía dedicándose al es- tudio de los coleópteros. La Sociedad acordó constase en acta su sentimiento por tan sen- sible pérdida. Asuntos varios.— El Secretario lee la siguiente comunicación que nos ha dirigido la Sección de Barcelona: «Tenemos el honor de comunicar a usted que esta Sección, en se- sión del 29 de Abril próximo pasado, tomó el acuerdo de recabar el apoyo de la Real Sociedad Española de Historia Natural a la petición del Ayuntamiento de Agullana, de que se conceda la gran DE HISTORIA NATURAL 281 cruz de Alfonso XII a nuestro consocio D. Luis Mariano Vidal, cu- yos méritos científicos son bien conocidos. Esta Sección espera que la Junta directiva de la Real Sociedad realizará con tal objeto las gestiones que estime oportunas. Dios guarde a usted muchos años. Barcelona, 1 de Mayo de 1916. El Presidente, José M. Bofill.— jG"/ Secretario, E. Fernández Galiaxo. Sr. Presidente de la Real Sociedad Española de Historia Natural.» La Sociedad se enteró con viva satisfacción de que haya sido propuesto para la gran Cruz de Alfonso XII un naturalista tan emi- nente como D. Luis Mariano Vidal, y acordó por unanimidad elevar una exposición al Sr. Ministro de Instrucción pública y Bellas Artes apoyando dicha propuesta. — También leyó el Secretario un oficio que nos dirige la Acade- mia de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de Zaragoza, dando cuenta de haberse constituido el día 27 de Marzo último y los fines culturales que persigue. La Junta de gobierno de la nueva Aca- demia la forman D. Zoel García de Galdeano, Presidente; D. Caye- tano Úbeda, Vicepresidente; D. Juan Bastero, Tesorero; D. Gracia- no Silván, Bibliotecario, y D. Manuel Martínez Risco, Secretario perpetuo. La Sociedad se enteró con satisfacción de esta noticia y acordó constasen en acta, al par que la felicitación a la nueva Aca- demia, los más sinceros votos por su prosperidad y desarrollo. — El Sr. Dusmet, refiriéndose al estudio «Guadarrama», publica- do por los Sres. Bernaldo de Quirós y Carandellen los Trabajos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, expuso la idea de la colocación en algún paseo de Madrid, de una ampliación del bonito perfil de la Sierra que hay en dicho estudioj con los nombres de los picos más visibles, a semejanza del panorama de los Alpes que hay en Berna, y otros análogos en diversas poblaciones. Hicieron obser- vaciones los Sres. Viñals y H. del Villar, y se acordó estudiar el modo de poner en práctica tal idea. —El Secretario participa que nuestro consocio el ilustrado cate- drático y entusiasta naturalista D. Francisco de las Barras, a la cua- lidad de Vicerrector de la Universidad de Sevilla, que ya tenía, une ahora la de Presidente del Ateneo Científico y Literario de aque- lla capital. La Sociedad se enteró, con viva satisfacción, de los honores que alcanza en Sevilla nuestro distinguido consocio. —El Secretario anuncia haber recibido los últimos números de la 23Í boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Revista chilena de Historia Natural y de los Anales de Zoolo- gía aplicada que se publican en Santiago de Chile, bajo la direc- ción del conocido zoólogo, profesor Carlos Porter. La Revista chilena de Historia Natural es una publicación bien conocida de todos nuestros consocios, pues la recibe desde que fué fundada, nuestra Sociedad. En ella han aparecido trabajos muy interesantes sobre la fauna y flora chilenas, debidos unos a natura- listas de aquel país y otros a zoólogos y botánicos extranjeros. Los Anales de Zoología aplicada son de más reciente funda- ción, pues empezaron a publicarse en 1914 y han entrado ahora en el tercer año de su existencia. El ultimo número de esta revista, correspondiente al mes de Fe- brero del año actual, contiene, entre otros artículos, tres del señor Porter, sobre un nuevo díptero chileno, un pajarillo destructor de pulgones, y las cochinillas chilenas del género Icerga; uno del se- ñor Gallardo (D. Ángel) sobre la cochinilla blanca del moral (Dias- pis pentágona) y los medios de combatirla; otro del Sr. Brethes (del Museo de Historia Natural de Buenos Aires) con la descripción de un Calcídido y de un Proctotrípido nuevos; otro relativo al gusano de la manzana (Carpocapsa pomonella), y otro sobre un mosqui- to, el Phlehotomus papatoci, transmisor de fiebres en la América Central, como lo es también en el Mediodía de Europa. Del interés que ofrecen los Anales de Zoología aplicada, diri- gidos por el profesor Carlos Porter, da clara idea el número que acabamos de recibir y del que hemos reproducido una parte nada más de su sumario. Se trata de una publicación única, en la América española, cuyo principal propósito es ir dando a conocer los anima- les útiles y perjudiciales, no sólo de la fauna chilena, sino de otros países latinos del Nuevo Mundo. Secciones.— La de Barcelona celebró sesión el 29 de Abril bajo la presidencia de D. José M. Bofill. —El Secretario da cuenta de haber sido donados para la Biblio- teca de la Sección, por sus respectivos autores, dos folletos: «So- bre el pretendido Archceopteryx de la Guinea española», por don Luis M. Vidal, y «Noticias anatómico-biológicas del Oligornenos brunneus Oliv. y de su parásito el Pediculóides ventricosus Newp.», por D. José M. Bofill. — También da cuenta de haberse recibido una invitación del Ins- tituto de Estudios catalanes para asistir a una sesión solemne de la DE HISTORIA NATURAL 2S3 citada entidad; se acuerda que el Presidente de la Sección, señor Bofill, lleve en dicho acto la representación de la misma. —El Sr. Cazurro presenta como nuevo socio numerario a D. Ama- dor Romaní. — El Sr. Codina, que asiste por vez primera a las sesiones, pro- nuncia breves palabras de saludo a los socios. —El Sr. San Miguel da cuenta de que el Ayuntamiento de Agu- llana ha solicitado se conceda la gran cruz de Alfonso XU a nuestro consocio D. Luis M. Vidal, y propone que la Sección se adhiera y apoye tal petición, cosa que se aprueba unánimemente por creer que tal recompensa sería muy merecida. — El Sr. Faura presenta una nota titulada: «Contribución a la fauna braquiopódica astiense de Vilacolúm (Gerona).» — El Sr. Fernández Galiano hace una síntesis, auxiliándose con proyecciones, de un trabajo que tiene en vías de publicación sobre la aplicación de un nuevo método técnico al estudio de los infu- sorios. La misma Sección se reunió el 20 de Mayo bajo la presidencia de D. José M. Bofill. — Es admitido como socio numerario D. Amador Romaní. — El Sr. San Miguel regala a la Biblioteca de la Sección un ejem- plar de su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, que versa sobre «Origen y formación de los magmas eruptivos». El señor Presidente aprovecha esta ocasión para proponer, y así se acuerda unánimemente, que conste en acta la sa- tisfacción con que la Sección ha visto el ingreso del Sr. San Miguel en la citada Academia. — El Sr. Calleja da una conferencia, acompañada de numerosas proyecciones, sobre la aplicación de la fotografía en colores a los trabajos histológicos. —La de Valencia celebró sesión el 25 de Mayo en el Laborato- rio de Hidrobiología del Instituto general y Técnico. —El Sr. Trullenque procede a la lectura de unas cuartillas del se- ñor Boscá, acerca de un nuevo reptil de la fauna española. El mismo señor muestra a los reunidos una colección de dibujos, fotografías y acuarelas que representan especies de nuestra fauna, manifestando que ampliará esta colección en lo sucesivo, y solicita el concurso de los consocios que tengan fotografías para intercalar- las entre las que ya posee. 254 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA —La de Sevilla celebró sesión el 2 de Junio en el Gabinete de Historia Natural de la Universidad, bajo la presidencia del señor Rector D. Feliciano Candau. —El Sr. Barras dio cuenta de la visita hecha al Gabinete por el eminente zoólogo y Director del Museo de París, Edmond Perrier, en su reciente e.stancia en Sevilla, formando parte de la Comisión de académicos franceses venida a España para estrechar nuestras rela- ciones científicas con su país. Añadió que, por indicación del señor Rector, había hecho la presentación del Profesor Perrier en una con- ferencia destinada a dar a conocer su personalidad y su obra cientí- fica, y que dicho Profesor Perrier dio el día 1 .° del mes de Mayo en el salón rectoral de la Universidad su anunciada conferencia sobre «La decadencia de las razas y su pretendido fin». El mismo Sr. Barras presentó larvas de Agrión que tenía vivas en el Gabinete hacía días. —El Sr. Tenorio presentó y donó al Gabinete ejemplares de piri- ta ferro-cobriza, interestratificados con micacitas, de la mina «Se- gunda Preciosa», situada en el estrato cristalino de Peñaflor, que había recogido en reciente excursión con el Sr. Simó. También donó ejemplares de pizarra magnesiana ¿escompuesta del «Álamo», que en aquella y otras localidades se emplean para blan- quear las paredes. —El Sr. Conde Diez presentó y donó interesantes ejemplares de pizarra caolinizada conteniendo en su masa numerosos cristales de pirita, procedentes de «La Zarza». —El Sr. Simó presentó dos moldes internos de Cardium, proce- dentes del Plioceno de Mairena, que enviaba de regalo para el Ga- binete el médico D. José María López. —A propuesta del Sr. de Paúl se hizo constar en acta la felicita- ción al Sr. Barras por haber sido elegido Presidente del Ateneo de Sevilla, y después se levantó la sesión. —La de Santander celebró sesión el 20 de Mayo de 1916, bajo la presidencia del Sr. Cendrero. El Sr. Rioja dio cuenta de haberse recogido cuatro ejemplares de la Sula bassana Linn., propia de los mares del Norte, los cuales fueron remitidos al Museo Nacional de Madrid. El mismo señor presentó unos 70 ejemplares, que han sido cap- turados por los barcos del bou, en el sitio llamado de la «Marona», del género Phormosoma, equínido de gran profundidad. DE HISTORIA NATURAL -285 El Sr. Alaejos enseña a la Junta un ejemplar del género Scope. lus, también de grandes profundidades, recogido en estos mares por los barcos de pesca santanderinos, y que dicho señor tiene en estudio, quedando en presentar en su día la correspondiente nota. Se acuerda citar expresamente a la Comisión del Museo Regio- nal, para estudiar la instalación definitiva del mismo. Nota bibliográfica. Del Sr. Fernández Navarro (Sección de Madrid): M. Paul Fallot: Sur la présence de l'Aptien dans la Sierra de Maj'orque (Baleares) .—Comptes Rendus de l'Acad. des Se, Paris; t. 162, n. 22, 29 Mai 1916. El aptiense balear está formado, según el autor, por unas margas de rica fauna piritosa, agrupadas alrededor de Andraitx; en Sa Racó y Cala Blanca de Camps del Ma. La fauna aptiense de Mallorca ofre- ce más analogías con la de Argelia y Túnez que con la del continen- te. Una lista provisional de fósiles acompaña a la nota de monsieur Fallot. Notas y comunicaciones. Sobre la flora de Meliila por P. Font auer. - Nuestro compañero el Sr. Xiberta Raig, farmacéutico militar, nos envió hace tiempo una colección de plantas recogidas en los alrededores de Meliila durante el año 1912. En este mismo Bole- tín, he publicado otras que me remitió desde Larache el Sr. Pérez Camarero; últimamente, otro farmacéutico militar, el Sr. Pando, que reside ahora en Tetuán, acaba de enviarme unas cuantas formas más. Todos esos envíos son con frecuencia ricos en cosas curiosas y en novedades, y nos dicen lo mucho que podrían hacer para el estu- dio de la flora de Marruecos, los farmacéuticos destinados en las farmacias militares de Meliila, Zeluán, Nador, Ceuta, Tetuán, Ar- 286 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA cila, Larache y Alcázar, además de las de Chafarinas, Peñón y Al- hucemas, que son las que existen en la actualidad. Por causas diversas no hemos podido hasta ahora terminar el es- tudio de las plantas de Melilla del Sr. Xiberta. Y ya revisadas por el Sr. Pau, como entre ellas vemos algunas nuevas para Marruecos o para la flora de Melilla, las vamos a consignar en la pequeña lista siguiente, prescindiendo de otras, como Iris Sisyrinchium, Poly- gonum maritimum, Statice sinuata, Euphorbia medicagince, Silene cerastioides, Centaurea involucrata, Ranunculus flabe- llatiis, Perideraea fuscata, Valer ianella discoidea, Nonnea nigricans, etc., etc., ya citadas de allí por el Sr. Caballero en su trabajo «Enumeración de las plantas herborizadas en el Rif». 1. Aphyílanthes monspeliensis L.— Ya la indica Ball cerca de Tetuán, 2. Dipcadi serotinum Medik; Uropetalum serotinum Ker.— Larache. Parece frecuente en Marruecos. , 3. Bellevalia dubia Kunth, forma humilis. 4. Tulipa fragrans Mumby.— Según Pau difiere de la Tulipa Celsiana por las lacinias del p^rigonio más largamente aguzadas. Ni Ball, ni Pau, ni Caballero citan este género en Marruecos. 5. Gladiolus byzantinus Mili. 6. Romulea ligustica Parí., var. Rouyana (Batt.) Pau. 7. Aristolochia baetica L.— Ball la cita en Tánger y en Te- tuán; pero Caballero no la enumera entre las plantas de Melilla. 8. Senebiera pinnatifída DC— El Sr. Caballero ya la men- ciona, aunque como dudosa. 9. Hypecoum pendulum L.— Existe en los alrededores de Me- lilla con el H. procumbens L. Ball lo cita en Marruecos meridio- nal únicamente. 10. Lotus commutatus Guss.; L. Salzmannii B. R. 11. Heliantfiemum ciliatum Pers. 12. Fumana glutinosa (L.) Boiss.; F. viscida Spach. — Ya la halló Pau en 1910 (Una visita botánica al Rif , Coimbra 1911). 13. Tfiymus ciliatus Desf. (sub Tliymbra), var. Fumanifolius Pau. — Caespitosus caulibus procumbentibus, bracteis 3-4 mm., dentibus calycis labii superior is brevibus. — Según Pau es muy parecido al Th. Mumby anus B. et R.; pero los dientes calicinales del labio superior son más cortos, los tallos pegados al suelo y los ramos del año cortos, sencillos y todos elevándose hacia lo alto. Pau DE HISTORIA NATURAL 287 lo descubrió en Bu-guen-zen, el 3 de Mayo de 1910, y lo cree fre- cuente en las cercanías de Zeluán, donde varía por la longitud del tubo de las corolas. El Sr. Xiberta nos lo ha remitido de los alre- dedores de Melilla. 14. Teucrium pseudochamaepitys L. — El Sr. Caballero her- borizó esta especie en Rostrogordo; pero los ejemplares remitidos por Xiberta corresponden a una forma hirsutum. 15. Prasium majus L. — También en Tánger y Tetuán, se- gún Ball. 16. Verbena supina L. — Es probable que sea la forma erecta que vio Pau por allí; pero nuestros ejemplares son defectuosos. 17. Statice Globularifolía Desf . Contribución a la fauna braquiopódica asílense de Vilacolúin, provincia de Gerona por Mariano Faura y Sans. En la reciente expedición escolar universitaria realizada durante las vacaciones de Pascua al Cabo Creus, al visitar el yacimiento del Pliocénico superior, piso Astiense de Vilacolúm, provincia de Ge- rona, dado a conocer por N. Pont y Sagué en 1907 (1), se ha des- cubierto, sobre la roca andesítica, la presencia de dos formas de braquiópodos, las qu^ no habían sido citadas hasta el presente en los yacimientos pliocénicos del Ampurdán; aunque lo fueran, por el Dr. Almera, de yacimientos pliocénicos de los alrededores de Bar- celona (2); tales son: el Argiope decollata Chemnitz, y Megerlia truncata Linneo. Ambas especies se encuentran con extraordinaria abundancia, entre las de moluscos citados por Font y Saüué, a cuyas faunas tenemos que añadir la Anomia ephippium Linneo, A. striata Brochi y la Terebratiila bipUcata Brochi. El Argiope decollata Chemnitz, había sido citado tan sólo por (1) 1907. — Font Y Sagué: La Andesita anfibólica de Vilacolúm (£mpordá).—Bu\\. de llnst. cat. d'Hist. Nat. (2) 1893.— Almera: Moluscos fósiles recogidos en los terrenos pliocénicos de Cataluña.— Bol. de la Com. del Map. geol. de España. 288 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA el Dr. Almera en los derrubios litorales placencienses de ca'n Al- bareda. Y del resto de España no tenemos noticias de que haya sido encontrada. La Megerlia truncata Linneo, además de haber sido hallada en el placenciense de ca'n Albareda, lo fué también por el Dr. Almera en los derrubios astienses litorales del torrente Ricart, cerca de la falud de San Feliü de Llobregat; la var. lata Almera et Bofill, en los derrubios litorales placencienses del torrente de ca'n Albareda. La forma tipo de esta especie fué citada por Donayre en Campillo de Cortijo (Sierra Bermeja); y la var. rotiindata Reg. en el Palo, por Kilian. Ambos braquiópodos son especies vivientes, aunque sumamente raros, citados y figurados por el Dr. Hidalgo (1). El Argiope de- collata Chemnitz, en Cindadela (Baleares), pero no en la costa pe- ninsular mediterránea. La Megerlia truncata Linneo, fué hallada en Canet de Mar y en Rosas. Asi, pues, la fauna del yacimiento pliocénico astiense de Vilaco- lúm hasta el presente, por las especies halladas, es la siguiente: Ostrea Companyoi Fontannes. — cochlear Poli. — Hórneri Reus. Anomia ephippium Linneo. — striata Brocchi. Peden pe s- fe lis Lin. — sp. Spondylus Gussonii Costa. Hinnites Escolan ianus Cocc. Mytilus sp. gran tamaño. Per na sp. Arca Noce Linneo. Venus Bronní Mayer. — niultilamella Lam. — excéntrica Agar. Terebratula biplicata Brocchi. Argiope decollata Chemnitz. Megerlia truncata Linneo. Briozoos, rarísimos e indeterminados. Poliperos, en relativa abundancia. (1) Hidalgo: Mol. mar. de España y Portugal, pág. 117, lámi- na XIV, í\g?. 4, 5, ü, 10 y 11. DE HISTORIA NATURAL 289 Excursión a algunos yacimientos de aragonito por P. Castro y B. Fernández Aguilar. (Láminas iii y iv.) Con objeto de visitar algunos yacimientos importantes de arago- nito y recoger materiales para el trabajo que uno de nosotros tiene en preparación, aprovechando los días festivos de Semana Santa, hemos realizado una excursión por las provincias de Zaragoza, So- ria y Guadalajara. En ella nos ha servido de guía el profesor señor Fernández Navarro, a cuya instancia presentamos esta breve nota reseñando los fenómenos más notables observados. Dimos comienzo a nuestra correría por Alhama de Aragón, em- pleando la tarde del día primero en recorrer la distancia que separa dicho pueblo de la villa de Nuévalos. La carretera, que se prolonga hasta Molina de Aragón, se desarrolla durante todo nuestro trayec- to entre el cretácico, que aparece formando altos taludes calizos a la derecha y el triásico arenoso y margoso a la izquierda. Sólo du- rante un pequeño trecho, en el sitio llamado la Tranquera, se marcha francamente dentro del triásico. El contraste entre los dos paisajes permite distinguir desde lejos ambos terrenos. El cretácico, que es calizo y buza con fuerte incli- nación hacia el W. o el SW., es decir, hacia el exterior de la de- presión por donde la carretera se desarrolla, presenta en conse- cuencia una brusca pendiente en que sobresalen de trecho en trecho las crestas de los estratos, formando gigantescos escalones de color obscuro, a que muy gráficamente llaman ceños en algunos pueblos. En cambio, los materiales del trías, principalmente margas y are- niscas flojas, más fácilmente erosionables, dan lugar a un paisaje ondulado, de lomas bajas, alguna vez coronadas por estratos de are- niscas, (Lám. III, fig. 1.''^) El triásico que corta la carretera en esta parte es un nivel supe- rior al en que aparecen los aragonitos, aunque sin duda pertene- ciente al keuper. Es muy característica de este nivel, en toda la región recorrida, la existencia de yeso en vetas entrecruzadas que, destacando sobre las margas rojizas y verdosas, dibujan un capri- choso enrejado, en las superficies libres. (Lám. iii, fig. 2.'^) 290 boletín de la real sociedad española El sitio llamado La Tranquera, donde el río Mesa, saliendo de una hoz cretácica atraviesa la banda del trías para verterse en el Piedra, ofrece bastante interés. Las margas triásicas, coronadas por algunas capas de areniscas, han sufrido probablemente una caída en masa, como indica el dibujo adjunto, tomado de una fotografía. El El accidente tectónico de La Tranquera. (Alhama de Aragón.) fenómeno parece muy local, pues sólo en el segmento caído b, los estratos aparecen inclinados, mientras que en todo el resto del pai- saje se presentan horizontales, bien se conserven todavía los estra- tos de areniscas superiores, como en el cerrito a, bien hayan sido éstas arrastradas por la erosión y no queden más que las margas in- frayacentes. El río Mesa, que a la salida de la hoz cretácica había ensanchado su valle en los materiales deleznables del trías, aprovecha la solu- ción de continuidad que el fenómeno tectónico representa y se lanza por la brecha formada, punto e del dibujo, para verterse a los po- cos metros en el Piedra. Un poco más adelante, en el punto señalado c en el dibujo, el abarrancamiento del terreno en un nivel en que las margas de va- riados colores se siguen en bandas estrechas y paralelas, da lugar a una apariencia de agudos pliegues. Tiene interés como ejemplo de la falsa apariencia de estratos plegados, que por la forma del relieve puede tomar un terreno de materiales no perturbados. Desde este punto hasta Nuévalos, siempre por el contacto entre los terrenos cretácico y triásico, nada nuevo pudimos observar. El mencionado pueblecillo tiene una situación por extremo pintoresca. DE HISTORIA NATURAL 291 El río Piedra, que le rodea por el W. y el N. a su salida del cretá- cico, ha formado una profunda hoz, y en una de sus vueltas, en un peñón casi aislado y a un centenar de metros sobre el río, se aprieta el caserío, asomado por tres cuartas partes de su perímetro a impo- nentes despeñaderos. Las casas, con un desarrollo limitado en el plano, han tenido que ganar en altura lo que les falta de superficie, y tienen todas tres o cuatro pisos, cosa rara en el país. Remontando al día siguiente el Piedra por las quebradas hoces que señalan su paso a través del cretácico, visitamos los criaderos de truchas que el Estado sostiene para la repoblación fluvial. Tam- bién admiramos el hermoso Parque tan conocido, anejo al Monaste- rio de Piedra, admirable como ejemplo de cauce en un período muy retrasado de formación. Camino de Monterde remontamos luego el río Ortiz, también en el contacto de los terrenos cretácico y triásico, pues es de notar que todos los riachuelos de la región han aprovechado para abrir su cauce, siempre que ello fué posible, las zonas de contacto de dos terrenos. Es la ley del menor esfuerzo, que les hace seguir las líneas de mínima resistencia. En este trayecto apreciamos por primera vez una concordancia notable entre los materiales claramen- te triásicos (margas irisadas) y unas calizas de apariencia cretácica, peronofosilíferas. Esta perfecta concordancia de estratificación, que después hemos podido apreciar en otros puntos de la comarca, así como tránsitos insensibles de unos a otros materiales, nos hacen pensar si una parte de las calizas tenidas por cretácicas no pertene- cerán en realidad a un nivel elevado del trias. En la imposibilidad de resolver este problema por lo rápido de nuestra excursión, y so- bre todo por la falta de fósiles, nos limitamos a exponer en este punto nuestras dudas. Los crestones de ambos terrenos afloran con dirección XS. y buzamiento al W., fuertemente inclinados. Próximamente un kilómetro antes de llegar a Monterde, en el Collado del Campo, sitio llamado La Qodina, encontramos en las margas de la margen derecha del Ortiz, el primer yacimiento de aragonitos, bastante abundante. Se encuentran en grupos exagona- les del color rbjo característico, de tamaño mediano y casi siempre con un gran desarrollo de la base, por lo cual resultan de muy poca altura relativa. En este mismo término y a corta distancia del yacimiento citado, en un colladito que atraviesa el camino que de Monterde se dirige a Nuévalos, dimos más tarde con otro yacimiento. En éste, los ara- 292 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA gonitos se encuentran empotrados en unos yesos de color claro, ó sueltos por alteración de los mismos, revueltos con yesos lenticula- res muy bonitos. El aragonito es blanco o ligeramente verdoso, en complejos muy alargados y formados de muchos individuos, resul- tando más bien que prismas exagonales, unos cilindros de superficie estriada o bacilar y de sección estrellada. Es, en suma, un aspecto muy diferente del que presenta este mineral en los demás yacimien- tos conocidos. Al día siguiente fuimos desde Nuévalos a reconocer el yacimien- to de la limburgita, señalado hace tiempo por el profesor QuiRO- GA (1), El interesante apuntamiento eruptivo tiene unos 30 metros en el sentido de su longitud, no siendo fácil apreciar su anchura sin hacer excavaciones, tanto por encontrarse en una ladera y rodar sus fragmentos, como por no sobresalir del terreno, pues apenas si se marca por un ligero escalón en la pendiente. El punto preciso en que se encuentra situado es la Hoya del tío Mono, a 900 metros de altitud. Recogimos algunos ejemplares de la roca y nos marchamos rápidamente, pues teníamos que recorrer una veintena de kilóme- tros hasta Ateca, donde habíamos de tomar el tren al mediodía. Fué una lástima tener que hacer tan rápidamente aquel recorri- do, pues el camino, todo él en el valle del río Piedra, es muy bo- nito y parece interesante geológicamente, sobre todo desde el pueblecillo de Carenas, donde se deja el trías para marchar sobre el silúrico. Éste es pizarroso, y probablemente si hubiéramos po- dido explorarle nos hubiera proporcionado algunos fósiles. El tren nos llevó a Medinaceli, donde una fuerte nevada no nos permitió aquella tarde más que visitar rápidamente las salinas. El manantial, de donde se extrae el agua salada mediante dos antiguas norias, se abre en el valle triásico del alto jalón, junto al pueble- cillo a que da nombre. Parece ser bastante pobre, puesto que, aun con los primitivos medios empleados en su beneficio, se logra ago- tarle frecuentemente. Dos yacimientos de aragonito reconocimos en Medinaceli. Uno, el más importante, cerca del pueblo, frente a la ermita llamada El Humilladero, Los cristales suelen ser rojos, aunque hay algunos morados y aun negros. Alcanzan bastante tamaño y se encuentran (1) F. Quiroga: Limburgita de Muévalos. Anal. Soc Esp. de H. N., tomo x(1881). DE HISTORIA NATURAL 293 incluidos en yesos de un color rojo vivo, o sueltos en el talud que se forma al pie del afloramiento yesoso, a los 1.160 m. de altitud. A un nivel de 85 m. más bajo, en la trinchera del kilómetro 42 de la carretera que baja a la estación de Salinas, se encuentran tam- bién aragonitos, juntamente con bonitos cristales de cuarzo hema- toideo. Estos aragonitos son de muy pequeñas dimensiones, y con frecuencia se agrupan en bolas cuyos diámetros varían de uno a tres o cuatro centímetros. Desde este punto ofrece el valle del Jalón y las salinas en él enclavadas un interesante panorama. Reconocidos estos yacimientos de Medinaceli, tomamos el tren hasta Alcuneza, desde cuyo punto nos dirigimos por la vía a Si- güenza. En el kilómetro 143. frente a la posesión llamada Obra del Obispo, las margas ofrecen cristalillos abundantes y muy perfectos de cuarzo, de todos los tonos, entre el rojo característico de los he-' matoideos y los incoloros completamente hialinos. En el mismo Sigüenza, a unos 800 m. de la estación por el lado de Madrid, encontramos en los taludes de la vía un nuevo yacimien- to de aragonitos en yeso. Son de colores variados, de las formas ordinarias y de no gran tamaño. El último día de excursión fué empleado en recorrer el pintoresco trayecto de vía férrea comprendido entre Sigüenza y Baides, en cuyo último punto tomamos el tren de vuelta para Madrid. Lo primero que en el trayecto nos llamó la atención fué el en- cuentro de una banda de gonfolitas terciarias que atraviesa la línea en unos 300 m, de longitud. El contacto de este material terciario (que no está señalado en los mapas geológicos) con el triásico de Sigüenza, esta en el km. 137, a 970 m. de altitud. Pasada esta banda se entra en el pequeño valle triásico del He- nares, donde está enclavado el más importante yacimiento visitado, seguramente uno de los mejores, si no el mejor, de la Península. Está situado frente al pueblecillo de Moratilla de Henares, al otro lado de la vía, junto a la casilla del paso a nivel. Le constituyen un pequeño cerro coronado por las ruinas de un palomar, y otro mayor que se le une mediante un colladito situado al N. del primero. La familia que habita la casilla de la* vía da todas las indicaciones que se la pidan y presta la más cariñosa acogida a los excursionistas. En estos cerros y en las tierras de labor que los rodean pueden recogerse a cargas los aragonitos de gran tamaño y perfección, así como grupos de los mismos muy interesantes y masas constituidas totalmente por la agrupación de sus complejos característicos. Tam- ToMO XVI.— Junio, 1916. 19 594 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA bien abundan los cuarzos hematoideos muy perfectos y de tamaño relativamente considerable, sueltos o agrupados en bolas. Pueden, por último, recogerse yesos en que las zonas rojas e incoloras al- ternan de manera caprichosa, dándoles muy bonito aspecto. El yaci- miento se encuentra a 990 m. de altitud. Al dejar ya definitivamente el terreno triásico entramos en la banda cretácica de estratos fuertemente levantados que ha necesi- tado atravesar el Henares para salir a la meseta terciaria de Cas- tilla la Nueva. El cauce encajado del río es tan estrecho que ha sido preciso en algunos puntos abrirle cauces artificiales para dejar paso a la línea férrea. Interesantes fenómenos tectónicos y efectos de erosión pueden observarse en todo este trayecto, como el que re- produce la íig. 1 .^ de la lámina iv, en que los estratos levantados más duros quedan en saliente como paredones sobre los derrubios de las capas más deleznables. La figura 2.'' de la misma lámina da idea de la accidentación del terreno y del aspecto de la roca caliza no lejos de la estación de Cutamilla. Poco después de pasar ésta se entra en el terciario, formado pri- mero por gonfolitas que dan un paisaje todavía accidentado y más tar- de por las conocidas margas miocenas, que ya no dejarán de verse sobre la margen izquierda del Henares en todo el resto del viaje. Un género nuevo para la fauna herpetológica de España y especie nueva o poco conocida por» E. Boscá. Entre los materiales recibidos para su estudio procedentes de la interesante Sierra de Guadarrama, llama la atención una lagartija pequeña que pudiera estimarse como individuo joven, a pesar de que la forma de su rostro recuerda la cabeza de una hembra adulta de nuestra comunísima Lacerta muralis, ya que la fisura de los escudos umbilicales no puede observarse a causa de estar compren- dida en una herida hecha de propósito, para facilitar la penetración del alcohol en el abdomen como medio conservador. Procediendo a su clasificación, resulta pertenecer al género Al- giroides Bibr. y Bory, o Notopholis Bonap. Lacértido, no citado Bol. de la R. Soc. Esp. de Hist. Nat. Tomo XVI.— Lám. III. .^ • -í¿^ Fio. 1."- Paisa e triásico hacia La Tranquera. (Alliama de Aragón.) Fia. 2."— Vetas de yeso en las'margas del kenper. (Alhama de Aragón.) Bol. de la R. Soc. Esp. de Hist. Nat. Tomo XVI.— Lám. IV. FiG. 1.'' - Estratos cretácicos levantados. Cretácico entre Cutamilla y Sigüenza. Fio. 2."- La hoz del Henares en el cretácico, cerca de Cutamilla. DE HISTORIA NATURAL 295 como de la Península Ibérica, aunque sí comprendido en la fau- na europea meridional, como existente en Francia, Italia y en los Balkanes, estando representado respectivamente por las espe- cies Algiroides Fitzingeri (Wiegm); Algiroides nigropuncta- tus Dum. y Bibr., y esta misma más el Algiroides moreoti- cus Bibr. y Bory. Pudiera haber ocurrido al golpe de vista a los exploradores natu- ralistas que frecuentan dicha región del Guadarrama, una confusión de la forma que nos ocupa para con los Psammodromus hispáni- cas o con el Psammodromus algirus en su primera edad allí exis- tentes, con motivo de llevar sobre el dorso encamas empizarradas y con quilla, aunque estas cualidades no sean tan exageradas en nin- gún caso, como se ofrecen en el género aludido; y si no fuera ex- tremar los hechos, a falta de antecedentes sobre sus costumbres, podría invocarse lo observado por el doctor Vandoni (1), a propó- sito del Algiroides nigropunctatus, que habita limitadas localida- des, sobre muros y peñascos, de cuyos parajes no se aparta más allá de 300 metros, mostrándose cauto y miedoso cuando se esta- blece en la proximidad de la habitación humana. Indudablemente se trata de un reptil raro, aun en las buenas co- lecciones, y eri el país hasta ahora sólo debido al acaso. Respecto a la determinación de la especie, sus caracteres en ge- neral le aproximan al Algiroides Fitzingeri, prescindiendo de su tamaño, e insistiendo más sobre esta forma por ser la que se halla «n la vecina Francia; no obstante, la silueta de la cabeza y los de- talles en la distribución y tamaño relativo de los escudos, difieren mucho de la figura 75, que Schreiber en su edición de 1912, pági- na 368, expone, siendo por el momento el único medio gráfico de consulta. " Así, pues, partiendo del examen de un solo ejemplar, que no se dibuja por temor a su deterioro, y repitiendo la duda de que pudie- ra tratarse de un individuo que no ha terminado su desarrollo, se anotan los detalles siguientes, para interpolarlo en la sistemática, siquiera de modo provisional. Algiroides de cabeza pequeña, aplanada hacia adelante y coin- cidiendo en el mismo punto el extremo del hocico con el mentón. Escudo occipital mínimo, triangular redondeado, separado del inter- parietal por los escudos parietales que se tocan. Ojos grandes J) Manuali Hoepli: /. Reltili d' Italia. Milano, 1914, pág. 132. 296 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA con cuatro escudos supralabiales anteriores al infra-orbitario, que es rectangular y tan largo como el diámetro transverso del ojo. Región parietal con escudetes desiguales, existiendo en el lado derecho uno que es mayor, representando el escudo masetérico. Orificio audi- tivo grande, oval, con la membrana timpánica convexa, y sobre el borde superior, el escudo timpánico grande y en sentido horizontal. Pliegue angular manifiesto, separando la región en una parte anterior en la que las escamas son alargadas y bastante iguales entre sí, y otra parte posterior, en la que las escamas son redondeadas, peque- ñas las de las primeras filas, aumentando gradualmente de tamaño, estando limitadas por ^iete escamas rectangulares, empizarradas y alternas sobre las escamas que forman el collar, en número de cua- tro, que son algo mayores y con el borde posterior libre. Esta dis- posición puede interpretarse como un collar doble, caso raro, si no único, entre las especies indígenas al menos. Tronco protegido por escamas grandes, rombales, empizarradas, con una quilla que termina en punta aguda, dispuestas en 17 filas hacia la mitad del largo del cuerpo, siendo de igual tamaño; sobre los lados y región superior de los miembros aparecen algo pequeñas y de forma más suave. Región inferior brillante con 11 escudetes pectorales, de forma y tamaño desiguales, yuxtapuestos, siguiendo después en esta misma disposición seis filas de escudos ventrales, siendo más estrechas las de los lados y las dos del centro. Escudo anal exágono, bordeado en su parte anterior por otros siete escu- dos, de los que es mayor el del centro, siguiendo a la abertura del ano tres filas de escamas granujientas. La cola como uno y un quin- to de la longitud del resto del animal, gruesa y cilindrácea en su mitad anterior, terminando en punta afilada, y el saliente de la qui- lla de sus escamas formar^ uña serie de verticilos ostensibles a la simple vista. Patas posteriores extendidas hacia adelante sobre los flancos no alcanzan a la axila, y lo mismo que las extremidades anteriores, es- tán cubiertas por su cara inferior por escamas lisas abrillantadas. Poros femorales en número de nueve a cada lado; dedos finos, con una fila de escamas gruesas por el borde de abajo, provistos de uña corta y ganchuda. El color café acompaña indistintamente a las partes superiores, viéndose manchitas obscuras sobre los escudos cefálicos, así como sobre las escamas lisas que protegen las extremidades, pero en és- tas las manchas son mayores, redondeadas y distribuidas con cierto DE HISTORIA NATURAL 297 orden. Partes inferiores de un gris azulado, también uniforme, ex- cepto sobre la cola, que lleva el mismo color café toda ella. Longitud total, 59 mm.: Cabeza, 6; cuello, 3; tronco, 18; cola, 32; mayor anchura sobre el abdomen, 5 mm. Localidad: San Ildefonso (vSegovia). Algunas diferencias entre el Algiroides Fitzingeri y el que se describe. A. Fitzingeri (Wiegm). Cabeza convexa, de los ojos al hocico. Mentón algo saliente sobre el escudo rostral. Escudos parietales separados porel escudo occipital y el parietal occipital. Escudo subocular corto, trape- zoideo. Escudo timpánico derecho so- bre el borde anterior del orificio auditivo. Cola, dos veces la longitud del tronco. Longitud total del animal: 10-12 centímetros. A. Hidalgoi (n. sp.?). Cabeza aplanada, de los ojos al hocico. Mentón al mismo nivel vertical del escudo rostral. Escudos parietales en contacto, escudos occipital y parieto-occi- pital separados. Escudo subocular tan largo co- mo el diámetro transverso del ojo. Escudo timpánico transverso sobre el borde superior del orifi- cio auditivo; ancho. Cola como vez y media la longi- tud del tronco. Longitudtotal del animal:5,9cm. En espera de otros ejemplares para la confirmación de los carac- teres, y suponiendo que se trata de una especie nueva y no de un individuo joven, queda dedicada a nuestro sabio académico y emi- nente conquiólogo Dr. J. Q. Hidalgo, Catedrático de la Universi- dad Central, en testimonio de respetuoso aprecio y justa reci- procidad. 298 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Sobre el hallazgo de un Orcynopsis unicolor (Geoffr.) en Melilla por Luis Xiozano. (Lám. V.) El día 24 del pasado Abril encontré en el mercado de Melilla un hermoso escómbrido, que llamó desde luego mi atención y que no conocían los pescadores más experimentados a quienes recurrí en consulta. Ellos me aseguraron que el pez había sido cogido con una red en aguas de Melilla, como indudablemente debió ocurrir, pues según mis indagaciones ninguna de las barcas llegadas aquel día se había alejado de la localidad, cosa que allí, salvo excepciones fáciles de conocer, ocurre normalmente, verificándose la pesca desde el Cabo Tres Forcas a las islas Chafarinas. Considerándolo interesante, adquirí el pez, tomé de él una nota de color a la acuarela, lo medí cuidadosamente y lo hice llegar a nuestro Museo Nacional de Ciencias Naturales, donde está actual- mente. El escómbrido en cuestión pertenece a una especie que se con- sidera como rara, es el Orcynopsis unicolor (Geoffr.), del cual se han hecho solamente citas aisladas, referidas a localidades tan apar- tadas como las costas escandinavas y las de Egipto. Desde luego la especie aparece figurada, aunque no descrita, en la Descript. de VEgypte, Hist. nat. Poiss., pl. 24, f. 6, de Geof- FROY Saint Hilaire. Según MoREAU (Hist. nat. Poiss., t. iii, p. 436), los hermanos- Gal, naturalistas de Niza, sólo han encontrado en esa localidad cinco ejemplares de esa especie durante quince años de obser- vación. También se ha citado en Genova por Verany y en el Tirreno (isla de Elba) y el Adriático (Rímini) por Giglioli. En la obra A History of Scandinavian Fish (2.'"^ ed., t. i, pá- gina 103), de Fríes, Ekstrom, Sundevall y Smitt, se citan tres > > X o ü3 -I-' •O ex (/o o C¿ -deZa Crwc \ CaneAa deZa ¿"¿^ \C>lZctcíí) arítJu> \L¿u feJrííUS \¿it!¿Ze/ffn a!f¿ . (T'iío iie ¿a fTurí ■ '^'^'iW/, ''''V¿^ )¿^fWí'/-a e'f /^•'^ria-a ÜE HISTORIA NATURAL 313 nuevo yacimiento de hermosos cristales de ortosa, maclas del tipo Baveno, en nada inferiores a las de la localidad italiana y a las bien conocidas del valle de Bustarviejo. Hay maclas sencillas de dos in- dividuos, muy apropiadas para el estudio de esta ley y complejos de tres y cuatro individuos, muy perfectos, pero de difícil interpreta- ción. Como en el yacimiento de Bustarviejo, recientemente vuelto a encontrar, se trata en Valdemanco de vetas pegmatíticas que atra- viesan un granito de elementos gruesos. La descomposición de la roca deja aislados los grandes cristales de feldespato en unión de otros de cuarzo. Después de pasar por Garganta de los Montes, donde vimos la mina de cobre (calcopirita) llamada «Descuido», y de pernoctar en Canencia, subimos al día siguiente al puerto del mismo nombre, principal objeto de la excursión. Reconocimos el apuntamiento ba-. sáltico que recientemente descubrió el Sr. Fernández Navarro y que está situado en lo alto del sitio que llaman «La Pedriza», a los 1 ,550 m. de altitud, rodeado por todas partes de granito, atra- vesando el camino que va de Canencia a Miraflores. La roca no forma saliente ninguno y sólo puede llamar la atención por su color negro intenso que destaca sobre el gris del granito. El apuntamiento es pequeño, está en parte recubierto por la hierba de praderas que son casi turbales de montaña, y parece orientarse de SE. a NW. en los 40 m. de longitud que pueden apreciársele. Lina sorpresa nos reservaba este basalto, y fué el encontrarle fuertemente impregnado de asfalto en su extremidad SE., donde en algunos puntos la substancia bituminosa, sin duda reblandecida por los calores estivales, ha servido como de cemento sobre el que se han pegado las piedrecillas que el viento arrastra. Así se ha forma- do un verdadero conglomerado en que el cemento es el asfalto, so- bre cuyo fondo negro destacan las piedrecillas blancas (sobre todo feldespatos), de la roca granítica. El yacimiento de ortosas del camino de Canencia a Miraflores, en la ladera occidental del valle de Bustarviejo, no nos permitió una recolección muy copiosa. Al día siguiente, último de la excursión, conseguimos dar con el yacimiento de sienita antiguamente señalado por Quiroga en Mira- flores. Está en el camino que se aparta en el kilómetro 2 de la carre- tera a Colmenar y que va a Manzanares el Real. El sitio se llama «San Blas el nuevo», y es fácilmente reconocible por una casa y unos grandes árboles que hay en él (lám. vi, fig. 2.'^^). La sienita sale pre- 311 BOLETÍN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA cisamente en el contacto del gneis con el granito, y el apuntamiento-, que no tendrá menos de 400 m. cuadrados de extensión, está situa- do como a 15 m. próximamente de la esquina occidental de la casa. Fácilmente podría pasar desapercibido, porque al exterior la roca tiene exactamente el aspecto de un granito fragmentado y redon- deado por la acción de la atmósfera. En Chozas dedicamos un rato a visitar la faja cretácica que desde Guadalix de la Sierra viene a parar hasta Manzanares el Real. La banda forma un relieve de dirección general ESE. a WNW., de una altitud máxima de 20 m. sobre el terreno, y de una anchura en la base que no pasará de 200 m. El material es una caliza algo arcillosa, de color blanco o amari- llento, en que no pudimos encontrar fósiles. No la utilizan general- mente más que para la fabricación de cal. No se observa pliegue a!^ guno en los estratos, cuya dirección es la general del relieve (ESE. Escala ?wri!C4?nlít¿. ^ : Z^oo Escala, d^ a/¿uras J : 7co^(c^ir0xÍ7/tada) a WNW.), con buzamiento al SSW. y una inclinación aproximada de 30°. Un corte transversal de la diminuta sierrecilla nos da una estructura como la representada en la figura adjunta y nos permite calcular el espesor de los estratos que afloran en unos 100 m. Bol. de la R. Soc. Esp. de Hist. Nat. Tomo XVI. -Lám. VI. Cliché Feknández Navarro FiG. I.-*— El Cancho de las Yeguas, en la Sierra granítica de La Cabrera (Madrid). Cliché Fernández Navarro Fio. 2.''-Apiintamiento de sienita en San Blas el nuevo, Miraflores de la Sierra (Madrid). DE HISTORIA NATURAL 3\5 Exploración entomológica de algunas cuevas de ia re- gión cantábrica por Cándido Bolívar y Pieltain. Durante una quincena de días (fines de Agosto y principios de Septiembre) del verano pasado, hemos tenido ocasión de visitar, mi padre y yo, algunas cuevas de Vizcaya, Santander y Asturias. No disponiendo del tiempo necesario para efectuar exploraciones todo lo detenidas y minuciosas que deben ser las cavernícolas, nos hemos concretado, en general, a recorrer las cuevas vistas por otros entomólogos y recoger varias de las especies descritas, en sus loca- lidades típicas. Además exploramos algunas cuevas qué eran desconocidas ento- mológicamente, como son la de San Cipriano y Santa Isabel, en Vizcaya, y las de Pondrá, de La Pared, de El Mazo, de San Esteban y del Nogal, en Santander. Los materiales recogidos se refieren principalmente al orden de los coleópteros: sílfidos y carábidos; siendo todas las especies en- contradas 3'a conocidas. Sin embargo, creemos de interés dar una relación de las cuevas visitadas, indicando las especies recogidas en cada una, pues muchas de éstas no habían sido encontradas más que una sola vez, y alguna no se conocía sino por un solo ejemplar. Varios de los carábidos recogidos ( Anophthalmus , Trechas y Laemosthenes) presentaban sobre su cuerpo diversos hongos del interesante grupo de las Laboulbeniáceas, los cuales han sido o se- rán estudiados por el Sr. González Fragoso. También hemos buscado con interés los quernetos cavernícolas, encontrando dos interesantes especies del género Ohisium. Cueva de San Cipriano y de Santa IsabeL Cerca del pueblo de Ranedo, ayuntamiento de Carranza (Viz- caya). Dista de Termas de Molimar de Carranza unos tres kiló- metros. Encontramos varios ejemplares del Laemosthenes peleas Fair- *ái6 boletín de la real sociedad española mairet Schí., y dos especies de Bathyscinae: la Breiiilia cuneas Jeann. y el Speocharis Minos Jeann. La Br. cuneas era conocida hasta ahora por un solo ejemplar (^ recogido por M. Breuil en la cueva de la Venta de la Perra. Nos- otros logramos obtener una reducida serie de ejemplares cf (f y 99; los cuales concuerdan bien con la descripción dada por Jeannel, y como en las restantes especies de Breuilia, existen en ésta grandes diferencias individuales respecto al tamaño y a la forma. Los Sp. Minos de esta nueva localidad, parecen idénticos a los típicos de Cullalvera. El habitar la especie dos cuevas bastante se- paradas entre sí ofrece gran interés, sobre todo si se considera que falta en las cuevas que por su posición son intermedias entre am- bas: cueva de la Venta de la Perra y cueva de Pondrá, así como en las numerosas cuevas existentes en los alrededores de Ramales (cuevas de El Mazo, de la Pared, Covalanas, etc.). Cueva de Pondrá. Está situada sobre la carretera entre Molinar de Carranza y Ramales; cerca de la Venta de la Perra. Partido de Ramales (San- tander). Cueva bastante grande en la que se guarece el ganado, entre los excrementos del cual vive el Speocharis Escalerai Jeann. Cueva de Covalanas. Entre Ramales y Lanestosa (Santander). Cerca de la entrada re cogimos un Porcellio y el Laemosthenes peleas Fairmairei Schf . En la galería de la derecha, en la cual están las notables pinturas de líneas de puntos, encontramos el Speocharis Escalerai Jeann. En el mismo monte, y por bajo de la entrada de Covalanas, exis- te otra cueva, llamada del Mirón de Laza. Debajo de las piedras, en la entrada, abundaban Porcellio y Laemosthenes sp? Cuevas de La Pared. Con este nombre se designan varias cuevas situadas cerca de la Pared, a una media hora de Ramales (Santander). Las dos más im- portantes son las siguientes: A) Cueva al pie de la gran Pared, al nivel del prado, de unos DE HISTORIA NATURAL 'MI 30 m. de profundidad. En la entrada hay un gran amontonamiento de piedras, debajo de las cuales habita el Laemosthenes peleas Fairmairei Schf. En esta cueva no hemos podido encontrar ningún sílfido. B) Cueva a unos 100 m. de la anterior, sobre el prado de Pan- do. Tiene un primer vestíbulo que comunica con el exterior por cuatro grandes ventanas. Al fondo existe una pequeña galería en la que vive el Speocharis Escalera/ }eann. Cueva o Covillo de El Mazo. A unos veinte minutos de Cullalvera, sobre el barrio de El Mazo, de Ramales (Santander). Cueva poco profunda, pero con vestíbulo bastante grande, que sir- ve de alojamiento para el ganado, por lo cual el suelo está cubierto de excrementos, principalmente de oveja; entre ellos vive en grandí- sima abundancia el Speocharis Escalerai Jeann. Debajo de las piedras se encuentra el Laemosthenes peleas Fairmairei Schf. Entre esta cueva y la de Cullalvera existe otra llamada del Ala- vés, de la cual no conozco sino la primera porción, en la que no en- contré ningún insecto. El paso a la parte más profunda de la cueva, es difícil, por exigir un descenso por medio de escaleras o cuerdas. En la región de Ramales es muy usado el nombre de Covillos para designar a las cuevas de poca profundidad. Cueva de Cullalvera. En Ramales, a diez minutos del pueblo. Hemos visitado dos veces esta magnífica cueva en los primeros días de Septiembre. Debajo de las piedras, en la primera porción, habita el Trechas Barnevillei Pand. y el Laemosthenes peleas Fairmairei ScM. La primera de las dos especies parasitizada por una Laboulbeniácea. El Speocharis Escalerai jeam., se encuentra bastante abun- dante y en diversos sitios de la cueva. El Speocharis Minos Jeann. es, por el contrario, extraordinariamente raro, y nosotros no lo hemos encontrado sino localizado en un pequeño espacio, al pie de la pared izquierda, a unos 300 m. dé la entrada. En nuestra primera visita encontramos únicamente ios élitros y el abdomen de un ejem- plar; en una segunda exploración fuimos más afortunados, logrando recoger en el mismo sitio dos cf cf vivos. 318 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Cueva del Valle. En Elguera, cerca de Resines, partido de Ramales (Santander). Una rápida visita a la galería de la izquierda nos proporcionó al- gunos ejemplares del Speocharis Escalerai jeann., y un ejemplar de un querneto muy joven. Cueva de San Roque. En el mismo monte y a unos centenares de metros de la anterior. Frente a la iglesia del pueblo de Villaparte, a media ladera. Ayun- tamiento de Rasines (Santander). La entrada de esta cueva es pequeña y se halla medio tapada por las carrascas; comunica con un pequeño vestíbulo en el que se en- cuentra el Laemosthenes peleas Fairmairei Schf. En la izquierda del vestíbulo se abre una galería, que desciende fuertemente, y en toda la cual se encuentra en abundancia la Breuilia tibialis Jeann. Hacia el fondo de esta galería es donde he encontrado, aunque en pequeña cantidad, el Speocharis gracilicornis ]e.aixm., mezclado con la especie anterior. Cueva de San Esteban. Al lado del pueblo de San Esteban, partido de Torrelavega (San- tander). La entrada de la cueva se abre debajo del camino que va desde la estación de Santa Isabel a la cueva de Altamira, y a un cuarto de hora, próximamente, de esta última. Al explorar esta cueva teníamos la esperanza de que en ella po- dría encontrarse el Speocharis Clermonti Jeann., que habita una de las cuevas de los alrededores de Altamira, pero sin que sepamos a ciencia cierta cuál sea su localidad exacta. Todos nuestros esfuer- zos por encontrar dicha especie han resultado estériles. En cambio, pudimos recoger en grandísima cantidad los Sp. arcanas Schf. y Sharpi Esc. Es, por tanto, una nueva estación en que cohabitan estas dos especies, al estilo de la cueva de las Brujas, de Ongayo y la de las Brujas, de Suances. DE HISTORIA NATURAL 319 Cueva de Altamíra. En las cercanías de Santillana del Mar, partido de Torrelavega (^Santander). Visitamos esta cueva a fines de Agosto y principios de Septiem- bre, encontrando el Speocharis arcanas Schf. y un querneto ca- vernícola del género Obisium. Aunque esta cueva es muy conocida y ha sido explorada entomo- lógicamente desde hace bastantes años, es posible que el estudio detenido de las galerías profundas nos proporcione el hallazgo de alguna otra especie de Speocharis. Cueva de las Cascaras. A unos tres kilómetros del pueblo de Canales, que está situado en la carretera de Cabezón de la Sal a Comillas (Santander). Esta cueva, que es bastante grande, comunica al exterior por una abertura relativamente pequeña, practicada en las calizas blancas. Debajo de las piedras de la entrada encontramos el Trechas Bar- nevillei Pand. y una especie de Platyderus. El interior de la cueva ofrece gran cantidad de concreciones cali- zas, abundando en el suelo grandes estalagmitas y estalactitas ro- tas. También se ven pedazos de huesos y de conchas. El suelo es sumamente húmedo en algunos sitios. Después de dos horas de detenida exploración no logramos reco- ger más que un ejemplar de Speocharis arcanas Schf. y otro de una hermosa especie de Ischiropsalis. - Visité esta cueva el 2 de Septiembre último, acompañado por mi amigo D. Leopoldo Torres, a quien debo su conocimiento. Cueva del Nogal. A unos cinco minutos del pueblo de Pechón, en dirección al mar. Ayuntamiento de Val de San Vicente, partido judicial de San Vi- cente de la Barquera (Santander). Puede visitarse fácilmente esta cueva haciendo la excursión des- de Unquera, de donde dista aproximadamente una hora y media, a pie. Estuvimos en ella el 6 de Septiembre, acompañados por don Ceferino Barros, quien nos la hizo conocer. 320 boletín de la real sociedad española La situación de esta cueva es idéntica a la del Pindal (en Pimian- go), estando las dos colocadas sobre el mar y a muy corta distancia entre sí, separadas únicamente por el río Deva (ría de Tina Mayor), que desemboca entre ambas, y que al mismo tiempo es allí límite de provincias, quedando Pimiango en Asturias, mientras que Pechón pertenece a Santander. Después de detenida exploración logramos recoger dos especies de Bathyscinae, aunque en número extraordinariamente reducido. Una de ellas es la Breuilia triangulum Sharp, especie que habita en diversas cuevas del valle del río Deva, y que también se encuen- tra en Balmori y en Pindal. .Creo que todas las estaciones en que había sido recogida hasta ahora pertenecían a Asturias, citándose ahora por vez primera como de la provincia de Santander. La otra especie de la que no logramos recoger sino dos ejempla- res, ha de referirse indudablemente al Speocliaris Perezi Sharp, la cual hasta ahora parecía localizada en un pequeño núcleo de cuevas, en los alrededores de Panes (Asturias). Cueva del Pindal. A unos dos kilómetros de Pimiango, sobre el mar (Asturias). Encontramos todas las especies citadas anteriormente en ella, es decir: Breuilia triangulum Sharp, Speocharis Breuili Jeann., en relativa abundancja; Anophtiíalmus Escalerai Ab. y dos ejempla- res del magnífico Obisium Jeanneli Eli., especie descrita reciente- mente sobre un solo ejemplar. Visitamos esta cueva a principios de Septiembre. Cueva de La Loja. En El Mazo, entre Buelles y Panes (Asturias). Visitamos dos veces esta cueva, a principios de Septiembre, pu- diendo recoger las cuatro especies de coleópteros cavernícolas cita- das en ella, a saber: Breuilia triangulum Sharp, Speocharis Pe- rezi Shavp., Laemosthenes peleus Schí. y Anophthalrnus Esca- lerai Ab. Algunos ejemplares de esta última especie estaban parasitizados por Laboulbeniáceas. DE HISTORIA NATURAL 321 Publicaciones que ha recibido la í^eal Sociedad Española de fiistoria J^atural durante los meses de flbril (continua- ción) g Mago de 1916. (La liste snivante servirá d'acciisé de réception.) Francia Académie des Sciences de París. Comptes-rendiis. Tome 162, n-^s U-ij; Tables, tome 159. Académie internatíonale de Qéographie botanique, Le Mans. Bulletin. 25^ année, n«s 316-318. Muséum d'Histoire Naturelle de París. Bulletin. 1913, n'' 8; 1914; 1915, n-^s 1-3. Revue des Pyrénées, Toulouse. 1914. Revue genérale des Sciences purés et appliquées, París. 27* année> n° 7. • Société des Sciences naturelles de TOuest de la France, Nantes. Bulletin. 23« année, n»» 3-4; 24'' année, n^s 1-4. Société francaise de Minéralogie. Bulletin. Tome xxxix, nos 1-2. Société linnéenne du Nord de la France, Amiens. Bulletin. XXI (1912-13). Société zoologique de France, París. Bulletin. XXXIX. Station Entomologíque de la Faculté des Sciences, Rennes. Insecto. 5' année, n^s 55-57. Uníversité de Toulouse. Bulletin. 22^ année, \f 10; 23" année, nos 1.5. Inglaterra y sus Colonias The Canadian Entomologist, London. Vol. xiviii, nos 3-4. University of Toronto. Studies. Biológica! seríes, n" 15; Geological seríes, n°9; Physiolo- gical series, n" 10. Zoologícal Museum of Tring. Novitates zoologicae. Vol. xxii, n° 4; vol. xxiii, n" 1. Portugal Academia das Sciencias, Lisboa. Boletim da segunda clase. Vols. viii-ix. Boletim bibliográfico. Vol. i, fase 3. República Argentina Academia nacional de Ciencias, Córdoba. Boletín. Tomo xx. 322 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Buen (Fernando de).— Observaciones oceanógraficas en la costa de San Sebastián. Madrid, 1916. Hoyos Sátnz ("Luis de).— Las relaciones modulares en los cráneos de España. (Rev. Real Acad. Cieñe, de Madrid, 1915.) Janet (Charles). — L"alternance sporophyto-gamétophytique de géné- ration chez les algues. 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Vol. xii, n.<'s 11-13. Real Sociedad Geográfica de Madrid. Cuadragésimo aniversario. Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza. Boletín. Tomo xv, n.° 4. Sociedad española de Física y Química, Madrid. Anales. Año xiv, n.° 132. Estados Umdos y sus Colonias New-York Zoological Society. Zoológica. Vol. II, n.«s 3-4. The American Naturalist, New-York. Vol. l, n.° 593. de historia natural 3-2:í Francia Académie des Sciences de Paris. Comptes-rendiis. Tome 162, n.os 18-22. Revue genérale des Sciences purés et appliquées, París. 27' année, n«3 8-10. Société entomologique de France, Paris. Annales. Vol, lxxxiv, 4Urimestre. Inglaterra y sus Colonias Royal microscopical Society, London. Journal. 1916, part. 2. Roya! Zoológica! Society of N. S. Waies, Sydney. Tlie Aiistr alian Zoologist. Vo!. i, Part 3. Soutti African Museum, Capetown. Report for 1915. T!ie Canadian Entomologist, London. Vol. xlviii. n° 5. University of Toronto. Stadies. Nos 9, lo, 13. Italia Reale Stazione di Entomologia agraria in Firenze. Redia. Vol. xi, fase. 1-2. MÓN.A.CO Instituí océanographique, Monaco. Bulletin. N.os 314-317. República Argentina Museo nacional de Buenos Aires. Anales. Tomo xxvii. Rusia • Societas entomológica rossica, Petrogrado. - Revue russe d' Entornólo gíe. Tome xv, n." 4. Suiza Société zoologique suisse et Muséum d'Histoire natureüe de Genéve. Revue suisse de Zoologie. Vol. 24, n.o? 4-5. Choff.vt (Paul). -Albert Artliur Girard. (Hist. e Mem. Acad. de Scier.c. de Lisboa, 1916.) DoGNiN (Paul).— Hétérocéres nouveaux de l'Amérique du Sud. Fase ix, 1916. 324 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Fernández Navarro (Lucas) —Estado actual del problema de la At- lantis. (Bol. Real Soc. Qeogr., 1916.) Qredilla y Qauna (A. F.).— Itinerarios botánicos de D. Javier de Arízaga. Vitoria, 1915. Muñoz del Castillo (José).— Oficialización de los cursos breves intensivos de radiactividad agrícola. (Bol. Inst. de Radiactiv., 1916.) Navarro Neumann (M. M. S.).— Nota sobre los efectos causados en los edificios por algunos movimientos artificiales. (Asoc Esp. Progr. de las Ciencias, Congreso de Madrid.) - Tromómetro Cartuja. (Asoc. Esp. Progr. délas Ciencias, Congreso de Madrid.) PiTTALUGA (Gustavo).— Estudios sobre la enfermedad del sueño. Ma- drid, 1911. ViALLETON (L.).— Développement et fonctions des griffes de Falle chez les oiseaux. (Annal. Mus. d'Hist. Nat., de Marseille, 1915-16.) ■ - ir?^! StTMABIO DEL N.' 6. Sesión del 7 -de Junio de 1916. Sesión del 7 de Junio del916.— Admisiones y presentaciones. — Comunicaciones.— Fallecimiento.— Asuntos varios.— Seccio- nes.—Nafa bibliográfica 277 NOTAS Y' COMUNICACIONES FoNT QuER (P.).— Sobre la flora de Melilla 285 Faura Y Sans (MQ.— Contribución a la fauna braquiopódica as- tiense de Vilacolúm, provincia de Gerona 287 Castro (P.) y Fernández Aguilar (R.).— Excursión a algunos yacimientos de aragonito. (Láminas iii y iv) 289 BoscÁ (E.).— Un 'género nuevo para la fauna herpetológica de España y especie nueva o poco conocida 294 Lozano (L.)-— Sobre el hallazgo de un Orc^nopsis unicolor (Geoffr.) en Melilla. (Lámina v) 298 Buen (F. de).— Sobre la presencia y caracteri ración del Acan- thias. uyaíus Müll. Henl. de la costa mediterránea de Ma- rruecos 303 Dantín Cereceda (J.).— Acerca de la costra caliza superficial en los suelos áridos de España 305 González Regueral (J. R.).— Excursión geológica entre La Cabrera y Miraf lores (Sierra de Guadarrama). (Lámina VI). ... 311 Bolívar y Pieltain (C). - Exploración entomológica de algu- nas cuevas de la región cantábrica 315 Publicaciones recibidas 321 LISTA de los señores socios de provincias — IM ^ ■" ■^ ^ CN ^ co i ^ 1 1 1 > ^ '^ *"" PO > ^ CN ro 2 1 Tf t-- ro ^ OJ ^ lO ^ — Cv) O) CN ro O ^ lO E -S ^ -o 1— ■^ z ^ - •V) — r- fO r- ^ ^ ^ (M „ rO - co OÍ :2 •« -^ H ñ • • • , ffl <¡ Pl 0 o 0. c o ce ca - ! "^ • ce ' c t ce . c j : j i 6 c co 1 o 1 < ce ce c ce c 3 I K J C : C ! ^ ) C — co u ce (_ c _a ce > i .5 ! C • ce ^« , i- ! 0. : ce : ce > 1 ) f • p< o ^ c¿ 1^ •0 H 0 •o 03 .5 có 2 E (11 -4-1 3 o ^ fe = . tÁ Í3 H co <+- ->- ca o •n co (u oj ^ _: 3 2Ü "5 c có 1 -u w dj o ce "J rt < H O 09 'C3 i- -i_, < c/3 X > < O, = ó ^ ,V, -«^ ■O "^ n ^ , , , , ^ ^ , , . , . ^^ 1 Regi corrí ondie 1 i 1 — 1—1 1— « ^— ^^ '— a 1 o c o « l- Tf in co t^ GO O) o ^ 1 °r ^ ro re fO •<* ID in lO lO lo in in in CO CO T3 DE HISTORIA NATURAL 341 ' o fC re CD o OJ i Í2 < oí 1 "* ó i. ! ^ o 1 o 1 5 i ó 1 1 k- •c ' > ¿í co i J3 m S ro ! t; ^— ' fO r^. ^* i ai ^ XI •^ 1 O. Cfl I . o ■♦-> ce C5 g; G? O ! O IC lO in < o ' ' \ ^ "5 ^ — > _ o d Q ' 1 o" ■* — ) . co lO co 1 >i 00 w< '^ '^ ce 1 ^ in íO fO ? 4 w -* a fO in ID < 1 in re T— s 'í 0- c o t^ oi CN N * "? in in 32 ¡1 1 X m *- « s ro rr, ro í 1 o ^ 04 u ir ) co ' 4) ir rr ) co [ XI — • ^_ (U T^ ro 1 ÍL, j_ ro »— -• ; p ' 5 " (^ n 1 U 1 __ cñ 1 a ►J < H O ¡ > • > ■ > > : s • - i II1B0J3 W-iajoj BIBOSa DI 9p sopBjg Tomo xvi.-^julio, 1916. 22 34-2 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Enumeración de ios terremotos sentidos en España durante ei año 1915 por Manuel M. S. Navarro Neumann, S. J. Refiriéndonos, para las aclaraciones convenientes, a las Enume- raciones anteriores, y para los datos macrosísmicos al Boletín de la Estación Sismológica de Cartuja (Granada), comenzaremos nuestro trabajo con una ojeada rapidísima sobre la sismicidad de nuestro territorio peninsular durante el período aludido. Sísmicamente considerado el año de 1915, puede calificarse de mínima para España y en particular para su porción, de ordinario más agitada, como lo es la región III (Cuenca del Guadalquivir). En Granada no se ha sentido ningún temblor, hecho que no acaecía desde 1908, y tampoco los sintieron en Santafé, foco de los más im- portantes y de los que es muy difícil pase ninguno desapercibido, por registrarles seguramente nuestros sismógrafos, distantes unos 15 a 17 kilómetros de la línea epicentral, y contar, además, con buena información macrosísmica. En la región II (Cuenca del Ebro) otro foco importante por el número de sus sacudidas y el mejor es- tudiado quizás de los de España, por su proximidad a Barcelona, el de Badalona y Teyá, que no había dejado de dar algunas muestras de actividad en ninguno de los años anteriores en que hemos veni- do ocupándonos de estas estadísticas (1909 a 1914), permaneció quiescente. En cambio, en esa misma región y en el Alto Éssera se ha sentido el terremoto más violento del año, el que, desgraciada- mente ocasionó víctimas, y en la región I (Meseta Ibérica), la sismi- cidad ha sido mayor que en otros años, precisamente en sitios donde los temblores son rarísimos y muy poco en la porción donde son menos infrecuentes, como lo es Galicia. Han correspondido a la región I siete temblores repartidos en cin- co días y correspondientes a cuatro focos, y a la II y III, respecti- vamente, seis y 14 temblores, sentidos en cuatro días y en catorce, y procedentes de tres epicentros y de diez. El número total de temblores identificados es de 27, aunque este número sea positivamente menos de la mitad del de los realmente sentidos. Región I.— Foco núm. 29. Vigo-Ferrol.—E\ 14 de Noviembre DE HISTORIA NATURAL 343 se sintió a eso de las 9'> 37'", tanto en la Coruña como en Sobrado y otras poblaciones cercanas, un temblor bien perceptible (IV) (Ibéri- ca y datos comunicados por D. José Gálbis). Foco núm. 63. Santa María de Genestaza (Oviedo).— El 2 de Enero, a eso de las 19'' 3'" hubo en Asturias un fuerte temblor, acompañado de un formidable estallido, análogo al disparo de una gruesa pieza de artillería, algo lejana. Según datos de la prensa diaria, el área de sacudimiento fué bastante considerable (lo que está de acuerdo con el haber obtenido nosotros, a casi 800 kilóme- tros, un pequeño gráfico, núm. 1, Bol. Cart.), y abarcó a Tineo, Brañueta, Campas, Fresno, Ambres y Mieldes, habiendo causado desperfectos en los edificios en Civea y San Julián, y tales despren- dimientos de rocas en Genestaza, como para sepultar cinco casas, con muerte de sus habitantes. Esto último no es exacto, pues el señor Cura de dicha población, D. José R. Alonso, a quien nos dirijimos, tuvo la bondad de indicarnos que no hubo que deplorar desgracias, y que el desprendimiento de rocas, desde un cerro de unos 400 metros de altura fué pequeño, en relación a lo ocurrido el 5 de Agosto de 1913, cuando arrasó 13 fincas, y constituye allí un fenómeno muy común y observado ya desde hace unos cuatro siglos, por cierto muy digno de estudiar por los geólogos. Foco núm. 64. Dimas y Durango (Vizcaya).— Entre las 2 '/'2 Y las 3 del día 5 de Enero se sintió en Dimas una trepidación que sin- tieron todos los habitantes de la comarca y de Durango, sin produ- cir daños, al parecer, y se sintió también en Bilbao, pero los más no lo creen. Duró de 3 a 4 segundos. (Obs. del Ebro, quien lo co- menzó a registrar a las 3'' 14™ 25% y a la misma hora exactamente en Cartuja, distante 710 kilómetros.) En Ona (provincia de Burgos), distante 80 kilómetros, fué muy perceptible, despertando a muchos, aunque sin pánico, con notable estremecimiento de unos 3 segundos de duración y amplia oscilación de las lamparillas eléctricas (V), ha- biéndolo sentido muchos también en Briviesca (90 kms.) (P. José P. DE Magalháes, S. J.). Foco núm. 66. Santa Cruz de Campezu (A\av a). ~E\ 18 de Ju- nio se sintieron allí tres temblores entre las 3 y las 5; fué más fuerte el segundo, de intensidad IV, sentido a las 4'^ 40'". En el mismo pueblo tuvo lugar otro temblor de igual intensidad en la madruga- da del 24, que ocurrió a las 5'' 30"'. En ambos casos el área macro- sísmica no se extendió más allá del término municipal de Santa Cruz. (Ibérica.) 314 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Región II.— Foco núm. 60. Alto Éssera (Huesca).— El 28 de Marzo, a las 4'^ 38"' IQ-' registró el Observatorio Fabra (Barcelona) un terremoto distante unos 178 a 180 kilómetros y cuyo epicentro, según las informaciones del distinguido profesor Dr. D. Eduardo FONTSERÉ, se halla en la Sierra Negra, entre los pueblos de Cerler y Castanesa. En esta última población derrumbó un edificio, cau- sando alguna víctima, y pareció durar pocos segundos, acompañán- dole ruidos. En Cerler fué del grado VI, del grado IV al V en Be- nasque, Anciles, Sahún y en los pueblos de la ribera de Vilaller . (Aneto, Bono, Montanuy, Senet y Vilaller), y del III al IV en Plan y en Pont de Suert. En este último punto lo siguió inmediatamente una réplica más intensa, y el temblor hizo oscilar las camas de N.. a S., movimiento que más bien requiere una intensidad V que no III-IV, como le da el Sr. Fontseré, quien admite solamente VII para el punto donde hubo víctimas, sin precisar el número, kí tam- poco si el edificio derrumbado estaba o no ruinoso, y si otros su- frieron más o menos (1). Utilizando el mapa sísmico que acompaña al trabajo (2) del docto profesor de la Universidad de Barcelona, hemos intentado calcular, siquiera con cifras del orden, la cuantía del esfuerzo realizado por el movimiento sísmico, o sea su trabajo. Para ello hemos asignado a la máxima aceleración en cada isosista el mínimo de la cifra admi- tida por el profesor Dr. Adolfo Cancani como correspondiente al grado de la escala Forel-Mercalli, esto es, a la máxima aceleración del suelo, capaz de producir, de ordinario y en construcciones menos sólidas, en los grados altos, los efectos característicos de los mis- mos, hemos calculado una curva, capaz de dar, con bastante apro- ximación, la máxima aceleración correspondiente a una distancia dada, entre los límites del área macrosísmica, y después de averi- guar la profundidad media hipocentral, intentam.os calcular el es- fuerzo necesario para mover el bloque de corteza terrestre, agitado directamente por el sismo, o sea el trabajo realizado por éste. El cálculo de la profundidad hipocentral por el procedimiento (1) Nuestras indagaciones han tenido un éxito negativo, tanto sobre estos puntos como sobre las réplicas, etc. De las varias personas a las que nos dirijimos sólo obtuvimos respuesta del Sr. Fontseré, indicán- donos carecía de más datos. (2) Sobre un Centro de actividad del Alto Essera (Mem. de la Real Acad. de C y A. de Barcelona, vol. xii, núm. 8). DE HISTORIA NATURAL 3J5 Kovesligéthy-janosi (1) nos dio un resultado negativo, — 0,5 a — 1 kilómetro, cifra que indicaría se trataba de un desprendimiento de rocas como el de Santa María de Genestaza, de que antes nos hemos ocupado, o los tan recientes (mediados de Marzo de 1916) de Casa- rabonela (Málaga). El procedimiento del distinguido astrónomo y sismólogo catalán, D. José Comas Sola, nos dio 3 kilómetros, pro- fundidad muy posible, pero, fuerza es confesarlo, muy poco segura, y más en este caso en el que faltan, desgraciadamente, los datos recogidos sobre el terreno, que son ciertamente los más importan- tes, referentes a corrimientos de terrenos, hundimientos o elevacio- nes, fallas, etc., etc., acompañados de medidas y avalorados por croquis y fotografías, tomadas especialmente desde el punto de vista científico, cuya falta absoluta impiden dar resultados realmen- te aproximados, lo mismo que hoy lo permite el procedimiento del Príncipe B. Galitzin, tratándose de telesismos de los que se ten- gan gráficos realmente científicos. Con los datos y, sobre todo, con el mapa del Sr. Fontseré, hemos calculado la ecuación siguiente, que da un gals, o sea en centímetros por segundo, la aceleración del suelo a una distancia A: 3,5— 1,5A + 0,2A^ Llamando H a la profundidad hipocentral (3 kilómetros), A al radio medio del área macrosísmica (20 kilómetros), p a la densidad del blo- que de corteza terrestre movido (2,8, de acuerdo con la densidad media de las rocas, según las tablas publicadas por la Smithsonian ínstitution de Washington), Tala duracióh del movimiento en el epi- centro (6 segundos), C (V.; provisionalmente, por ser coeficiente empírico deducido por tanteo en muy pocos casos), y últimamente: IX = A I-- / Fdx, x = 0 tendremos: -ñ 2 E = CH-AgIT, y con: C = --; p^2,8; A, H en kilómetros: ó E==6HAlTx 10''ergs, (1) Cálculo de algunos elementos sísmicos. (Bol. de la Soc Astro- nómica de Barcelona, Agosto-Septiembre, 11)15, págs. 137-144.) 346 boletín 1)E la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA / y en nuestro caso = 1,8 X 10'" ergs, cifra esta última equivalente al trabajo que produciría una máquina de 78 caballos de vapor tra- bajando durante todo un año sin interrupción, o las de 60.000 caba- llos del magnífico acorazado inglés Queen Elizabeth en algo me- nos de doce horas. Un bloque de la superficie del área pleistosista, esto es, de 3,5 kilómetros cuadrados, con p = 2,8 y de solo un ki- lómetro de espesor hubiera producido idéntico trabajo con un des- censo tan pequeño relativamente, como lo es dos centímetros la vein- teava parte del comprobado en un área de 50 kilómetros cuadrados a consecuencias del desastre de Avezzano (1). Y si tuviésemos en cuenta el trabajo liberado al producirse las fallas, las que, al ser la roca de granito ordinario, representarían un esfuerzo de 2 X 10"* dinas por centímetro cuadrado, por ser de unos 200 kilogramos la carga de ruptura de la mencionada roca para la misma sección, ten- dremos que la producción de una falla que ocupase el eje mayor del área pleistosista (6,5 kilómetros), en medio de una roca de las con- diciones indicadas, bastaría para producirlos 1,8 X 10" ergs indica- dos, con tal de que tuviese tan sólo 14 metros de profundidad media, dado que E=1,8X 10' "ergs = 6,5x10^ X 1,4 X 10^x2X10'". Creemos que el valor más probable del trabajo realizado es cier- tamente del orden indicado y, probablemente, superior a la cifra calculada casi como mínimum (doble quizás o algo menos), y que la causa de este sismo, lo mismo que de los anteriores, citados en la Enumeración... de 1914, ha consistido en una ruptura o estrato- clasis producida por haber excedido la carga tensiva los límites de la elasticidad de las rocas que integran el subsuelo. Esa carga, ori- ginada a su vez por esos corrimientos de tierras, que tanto abundan por el término de Cerler, al producir la ruptura, traducida por una o más fallas casi seguramente visibles al exterior, ha debido contri- buir a que se presente algún movimiento consecutivo del terreno en las cercanías y más aún en los mismos labios de la fractura, con probable descenso de un pequeño bloque de esa marquetería tan abi- garrada que, en frase del ilustre profesor Alberto de Lapparent, integra la corteza terráquea, bloque en nuestro caso asaz reduci- (l) Profesor Emilio Oddoxe, Gli elementi fisici del grande terre- moto Marsicano-Fncense. (Boíl, dslla Soc Sismol. Ital., xix, pági- na 201. DE HISTORIA NATURAL 347 do, con descenso pequeñísimo, y constituyendo el todo un sismo tectónico, mas no de los calificados de asentamiento, puesto que prescindiendo el discutir aquí sobre su existencia real, vemos que en dos años consecutivos ha habido tres sismos no muy diferentes en intensidad, y que nada autoriza a creer que después de un perío- do más o menos largo de acumulación de energías tensivas (aquí de sobrecargas por corrimientos o deslizamientos, muy probablemen- te), no vuelvan a presentarse otra vez terremotos violentos y aun quizás destructores. Lástima que algún geólogo, con suficientes co- nocimientos sismológicos, o, al menos, aconsejado por algún espe- cialista, no estudie in sita con la cinta métrica y el clinómetro y con la cámara fotográfica tan interesante región. Foco núm. 72, Olp (provincia de Lérida).— El 16 de Septiembre, a las 2" 4"" 30% se registró en el Observatorio Fabra un temblor sentido como V. F. M. en Olp y en Ribera de Cardos y IV en Sort, a que siguió cuatro minutos después una ligera réplica. El 29 de Di- ciembre, a las diez y ocho próximamente, hubo en Olp otro tem- blor IIIF.M. Foco núm. 73. K/e/Za (provincia de Lérida).— El 1." de Noviem- bre, a las O'' 24"^, temblor del grado IV. (Obs. Fabra.) Región III.— Foco núm. 1. Ventas de Zaf arraya (provincia de Granada).— El 20 de Julio, a las nueve, sintióse allí por varias per- sonas, aunque pocas, un ligero estremecimiento de corta duración, al que acompañó un ruido percibido por muchos. El 2 de Octubre, a las 19" 36'« 47=* y \9i^ 53-" 44^ (Bol. Cart., nú- meros 114 y 115), se volvió a sentir ruido notable en unión de lige- ros estremecimientos del grado III. (D. Antonio Cobo Pacheco.) Foco núm. 9. Torrevieja (provincia de- Alicante).— El 23 de Di- ciembre, a las 19' 10"", sintieron en Almoradí un ligero temblor, con ruido como de un vehículo cuando la caballería va al galope (Ibérica). Foco núm. 26. Almería.— E\ 11 de Abril, a las 21'' 10'", se sintió en dicha capital un temblor medianamente intenso que ocasionó bas- tante alarma. (Núm. 31 Bol. Cart.) Foco núm. 58. Huércal-Ooera (provincia de Almería).— Telegra- fiaron, el 27 de Abril, de Madrid a La Defensa (Málaga) y al Noti- ciero Granadino se había sentido en Cuevas de Vera por la ma- drugada un intenso terremoto, el que, a pesar de haber producido tan sólo insignificantes daños, infundió tal espanto en la f)oblación que muchos abandonaron sus hogares y se refugiaron en las afueras ante el temor de que se repitiesen las sacudidas. 318 boletín de la rkal sociedad española Foco núm. 65. Villaluenga del Rosario (provincia de Cádiz).— En esta villa y en las vecinas de Ubrique y Grazalema se sintió, el 24 de Abril, a eso de las 12'^ 42"^ 12^ (Bol. Cari. núm. 35), un fuerte temblor de tierra, el que repitió más débilmente el siguiente día, a las dos y media. (Obs. del Ebro.) El 9 de Septiembre, a la P SO"", se sintió en Ubrique un temblor de regular intensidad, acompañado de ruidos subterráneos. Foco núm. 67. AISW. de la costa de Portugal.— YA 1 1 de Julio, a las 11'' 30"' 8^ comenzaron a registrar los sismógrafos de Cartuja un notable terremoto con epicentro, a 690 kilómetros, el que pro- dujo una máxima aceleración de 0,12 gals., poco frecuente a una distancia tan considerable. En todo el litoral portugués, desde Viana do Castello hasta Lagos, se ha sentido con intensidad casi unifor- me V. F. M., según carta del distinguido sismólogo y profesor de la Universidad de Lisboa D. Francisco L. Pereira de Sousa. En Coimbra fué del III, según el Boletín sismológico del profesor señor Feiraz de Carvalho. En nuestra España lo han sentido en Ayamonte (provincia de Huelva), como mediano y de unos dos segundos de du- ración. (Señor capitán de corbeta D. Enrique López Perea.) (Nú- mero 76 Bol. Cart.) Foco núm. 68. Al SW. del saco de Cádi£.-E\ 12 de Julio, a las 23'' 32"' 46=*, comenzaron a registrar los sismógrafos de Cartuja un mediano terremoto con epicentro, a 285 kilómetros de distancia, el que produjo alarma en Huelva (La Defensa), y fué más bien dé- bil, aunque muy perceptible, y de corta duración en Ayamonte. (Sr. López Perea.) En Larache fué muy fuerte y causó notable alarma. (Núm. 77 Bol. Cart.) Foco núm. 69. Pechina (Almería).— El 7 de Agosto, a las O" 27'", hubo un temblor local perceptible por las personas en reposo, al que precedieron fuertes ruidos. (Estación Sismológica de Almería.) Foco núm. 70. Gérgal (Almería).— El 11 de Septiembre, a las O'' 3"' 16-^ (núm. 109, Bol. Cart.), sintieron en dicha villa un te- rremoto algo intenso, sensible en Almería para muchas personas en reposo, y débil en Santa Cruz. (E. S. de Almería y Gaceta del Sur.) Foco núm. 7\.~Bailén (Jaén).— A las veintitrés del mismo día 1 1 de Septiembre sintieron en dicha ciudad un temblor, acompañado por ruidos sísmicos. (El Diario Español, Madrid). DE HISTORIA NA.TURAL 349 O "^ ^0 § (0 o ^ X) «J ■ís vi >Si ^ a -5 Qi W c tí ío r1 ^ <» O (O I -p ^ (1) y' o (í) ÍJ ■^ sil o CN (M ro '- > — (M T- CM o C3 o "^ '> .ü íH >> • « co a ^ 3 ce T3 -OJ O O > ^< r -j ra (L) 58 ■a -M »2 ra c ;_ c ro n) O < < '•3 o .2 E O) •a u O) o ce N co -♦-' W ce >i ce ce ce N OJ -G VI ce c O) > co bC co cu > > CU c ce co c ce: "o; "O ce bJ3 c dj 3 O Cu cu •c ce w O cj O) •a T3 -ce O O) •a o o ce co "o •o cu -cu 3 i5 co (/) > < ^ c .3 co 3 tj >- .~ cu '■1' ce O- O CQ c« W H O O = O i; s ^ 350 boletín de la real sociedad española •H o (O © Tí (d TJ •H (O tí (í o o o tí o ^^ ■p w p o T^ Oi ^ r- 03 í>. < Oi 1 » oi x> 1^ d ' o 5 05 o; n ja •^ OJ > ^ O C5 Z (N <ú 1 >- ^ -*-» 0, il o o__ a; 0 M oT '^ pi in,i O. »- ya^ "- c« CO (^ i o -4-« ^, U3 O en -- < rñ O CO ^ fO '3 "-5 »^ .2 ", 4 3 g S ^ —5 0 - 1 >> ce 0 s 00 'C "? iri th A - - ce < CMCO 0 °^ fS ~(N M in 10 S Ó X) 0 V /• , 1 a. ^ 0 Tf ep CN c — U ir i W hJ < H 0 — > = H • > > > !I IB3J91AI- I3J0á Bl Bosa Bi ap sopBji J i DE HISTORIA NATURAL 851 La Sitta de la España central por A. Gil Lletget. (Lámina vii.) En el año 1857 publicó A. E. Brehm, en el Allgem. Deutsch. Nafurhist. Zeitung, p. 447, una nota en la que establecía una raza de Sitta ccesia, propia de España, a la que llamó minor, por ser más pequeña que la Sitta ccesia, o eiiropoea ccesia de los autores modernos. Como la raza sólo está descrita sobre un ejemplar hembra que llevaba muerto muchos años, aparece con duda en todas las publica- ciones de ornitología. Hartert, en Die Vógel der palaarktischen Fauna, p, 332, sólo la menciona en una nota, y Hellmayr, en el Genera Aviuní (parte 16), la incluye con interrogante en la sinonimia de Sitta eu- ropcea ccesia. Habiendo yo reunido este año material que he podido comparar con ejemplares del Museo Nacional de Ciencias Naturales, repre- sentando las formas europcea, caucásica, ccesia, amurensis y. uralensis, y buenas figuras y descripciones de las demás subespe- cies, puedo confirmar la opinión de Brehm, afirmando la existencia de una raza española. Esta raza es muy semejante a la britannica y Homeyeri, y por la clave de Hellmayr estaría comprendida entre la pérsica y la britannica, siendo su culmen como en 5. e. pérsica, 16,5, y más pequeño que en 5. g. britannica; el ala, en cambio, es algo más grande que en ambas, 79,5 a 82 mm. en esta última, 81,86 en bri- tannica y 85,5 en minor. La descripción de la raza que nos ocupa, hecha sobre un ejemplar macho muerto a mediados del último mes de Mayo, es como sigue: La cabeza y la parte superior gris cadete (1). La garganta es blanca, lavada de ante claro. La parte inferior del cuello es del mis- mo color, pasando gradualmente a un color ante parecido al warm buff de Ridgway; flancos pardo hígado. Cobertoras inferiores de (1) Los nombres de los colores están tomados de Ridgway, Color Standards, 1912. 352 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA la cola blancas, bordeadas lateralmente de pardo hígado. Cobertoras inferiores del ala de color ante claro. La cola y la banda que atra- viesa el ojo son, sensiblemente, iguales a las de Sitta europcea ccesia. Ala: remiges primarias gris neutro, bordeadas de ante en la parte inferior y externa y de blanco en la superior externa. En las secundarias el borde externo es todo blanco, excepto en las más internas, en que es todo ante. Las primarias cuarta, quinta y sexta distintamente terminadas de blanco; en la séptima, octava, novena y décima el blanco de la punta es mucho menos extenso y distinto. El borde de la curva del carpo es blanco y el ala bastarda es obscura. Los tarsos son negruzcos y el pico completamente negro, exceptuando la parte inferior de la base de la mandíbula inferior, que es más clara (blancuzca en el ejemplar muerto). Medidas: culmen, 16,3 mm.; ala, 85 mm.; cola, 40,5 mm.; tarso, 17,5 mm. Descrito sobre un macho. 14 de Mayo de 1916. Santuario de Chilla, Candeleda (Ávila). A continuación doy una clave para distinguir las razas de Sitta énropcea que viven en Europa: a. Partes inferiores blancas curopcea. (Escandinavia.) a'. — — más o menos leonadas. b. Partes inferiores ante. c. Parte inferior del cuello blanca Homeyeri. (Prusia oriental y Polonia.) c' . — _ _ _ ante. d. Pico robusto, de 18 mm. de largo, britannica- (Inglaterra y Escocia.) d' . — delgado, de menos de 17 mm.de largo. .. . minor. (España.) b' . Partes inferiores ocre. e. Borde frontal blancuzco, poco distinto; pico de 17 a 20 mm. de largo ccesia. (Europa central.) e' . Borde frontal blanco bien marcado; pico de 16 a 17 mm. de largo caucásica. (Cáiicaso.) Explicación de la lámina. 1. Sitta europaa Homeyeri Hart. (Prusia Oriental.) 2. Sitta eiiropcea minor Brehm. (Candeleda, España.) 3. Sitta ciiropoea ccesia Wolf. (Castelnuovo, Dalmacia.) 4. Sitta eiiropcea caucásica Reich. (Vladicáucaso, Rusia.) Bol. de la R. Soc. Esp. de Hist. Nat. Tomo XVI. — Lám. Vil. 1. Sitta europaea Homeyeri. 2. S. e. minor. 3. S. e. coesia. 4. S. e. caucásica. DE HISTORIA NATURAL 353 Sobre hidrología subterránea en los Pirineos Centrales de Aragón y Cataluña Supuesto origen «Dels Qüells del Juéu» (i) por M. Faura y Sans. En la región catalana existen varias corrientes subterráneas dadas a conocer en nuestras publicaciones; son: La Falconera, en las Cos- tas de Garr'af ; la Fou de Bor, en Bellver; les Fonts del Bastareny; Fonts del Llobregat; Caus del Quitart, en Tarrasa; les Mentiroras, en Montserrat, etc.; pero el territorio que oírece mayor interés al geo-hidróiogo es el de los accidentados Pirineos Centrales, donde desaparecen ríos caudalosos que alimentan importantísimas corrien- tes subterráneas. Como un avance de nuestras preliminares exploraciones sobre el origen del manantial más abundante que existe en la cordillera pi- renaica, Els Güells del Juéu (Valle de Aran), vamos a exponer nuestras suposiciones, fundándonos en las relaciones estratigráficas de la zona metamórfica del macizo central. Geológicamente, esta parte de los Pirineos ha sido estudiada por Leymerie, Caralp, Garrigou, L. M. Vidal, Bertrand, Dallo- Ni, etc., de cuyos trabajos publicamos un resumen en nuestra tesis doctoral (2); la mayoría de los geólogosTianse ocupado incidental- mente de esta cuestión; tan sólo algunos geógrafos han intentado esclarecer el asunto al tratar de fijar el verdadero origen del río Garona. Los eminentes Ramond y Schrader suponen que el verdadero origen debe ser en Els Aigualluts, siguiendo el río un curso subterráneo de cuatro kilómetros; a esta teoría se resisten MM. Timbal-Lagrave, Saint-Ives y Belloc. Este último refiere eJ hecho de haber teñido el agua en Aigualluts y que luego no re- (1) Extracto de la conferencia dada el 17 de Junio de 1916 en la reunión mensual celebrada en la Universidad por la sección de Barce- lona, proyectándose numerosas vistas. (2) Faur.\ y Sans: Síntesis estrati gráfica de los terrenos prima- rios de Cataluña. (Mem. de la R. Soc. esp. de fíisi. nat., tomo ix^ núm. 1, 1913.) 354 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA sultó coloreada la cascada Deis Güells del Juéu, por lo que afirma que el nacimiento del Qarona está en los estanques de Saburedo (1); y no debemos olvidar la experiencia a que se refiere Joanne, prac- ticada con serrín, que, abandonado en el Trou del Toro, reapareció en el Valle de Aran (2). Y, por último, el malogrado Julio Soler, no se atreve a resolver esta cuestión en su monografía del Valle de Aran, invocando la intervención de los hombres de ciencia (3). En el Alto Éssera existen repetidas desapariciones y reaparicio- nes del curso natural del río, quedando en la parte alta una cuenca independiente. Las aguas del glaciar de Maladeta, al llegar en la Renclusa, en el Forat de Tormo (2.133 m. s. m.), desaparecen en una sima, en el contacto entre el granito y unas calizas metamórfi- cas; siguiendo este mismo contacto vemos que en análogas condicio- nes desaparecen las aguas del glaciar de Aneto y de Barranchs, en Els Aígualluts; existen, además, otras precipitaciones como en Els Clots del Infern, en los lagos de Toro, etc. Como los bancos de caliza metamórfica reaparecen en el Valle de Artiga de Lin, supo- nemos que en la zona donde son atravesados por la corriente fluvial que desciende del Malí de l'Artiga, es donde reaparecen al exterior todas aquellas aguas reunidas, después de haber seguido un curso subterráneo de unos seis kilómetros, en un desnivel de 700 metros aproximadamente, en Els Güells del Juéu (1.425 m. s. m.). Sin embargo, para afianzar estas nuestras suposiciones, sería muy conveniente practicar estudios detenidos geológico-estratigráficos auxiliados de mejores mapas topográficos, ampliando la carta geoló- gica de M. Bertrand, publicada en 1911 (4). (1) E. Belloc et A. Delebecque: Études des Lacs. (2) A. Joanne: Itinéraire descripíif et historique des Pyrénées, 1858, pág. 472. (3) J. Soler y Santaló: La Valí d'Arán. Guía monográfica de la comarca, pág;. 12, 1906. (4) L. Bertrand: Carte géologique, núm. 252. Bagnéres de Lu- chon; escala, 1/80000. DE HISTORIA NATURAL 3£5 Los Crustáceos de Baleares por Odón de Buen. La comunicación de nuestro ilustre consocio y sabio maestro el profesor Bolívar acerca de los Crustáceos de Baleares, publica- da en el Boletín de Mayo, pudiera ser torcidamente interpretada respecto a la intervención del Laboratorio biológico-marino de Ba- leares en el asunto que la motiva. Cumplo con un deber, como director de aquel centro de investi- gaciones, haciendo constar que se realizan con frecuencia, a petición de los interesados, envíos de ejemplares como el que se hizo en 1913 al joven Dr. Parisi, de Milán. Se cumple así lo que está mandado, y responde, el dar a todos las mayores facilidades, al criterio del director. Y para ello no se hace, ni debe hacerse, distinción alguna entre españoles y extranjeros. En el Museo Nacional de Ciencias Naturales figuran buen número de especies de Crustáceos, a las que ha aludido el profesor Bolívar en su trabajo, que fueron entrega- das por el Laboratorio a investigadores españoles o éstos libremente tomaron de las pescas que continuamente realiza el personal de aquel centro balear o del Acuarium. La dirección tiene además que manifestar, sin temor a ser des- mentida, que ha servido siempre los pedidos que se le han hecho de animales vivos o conservados para cátedras y centros oficiales, y continuará sirviéndolos con mucho gusto siempre que estén en armo- nía con los medios de que disponga. Sería injusto además dejar de reconocer que en lo que se refiere al grupo de los Crustáceos, como a cualquier otro de la fauna mari- na balear, los trabajos del Laboratorio biológico-marino de Baleares, desde que se fundó, han contribuido a un mejor conocimiento de las especies y, sobre todo, de sus condiciones de vida. Y como esto último tiene capital interés, excepcional importancia, el director ruega a los especialistas y a las entidades nacionales que les subvencionan, que para estudiar un grupo vayan personalmente al Laboratorio algún tiempo los investigadores. Allí encontrarán todo género de facilidades, el más generoso espíritu y el más vehe- mente deseo de servirles, amén de bastantes comodidades y no esca- 356 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA SOS medios. Hallarán también datos numerosos, metódicamente re- cogidos varios años, respecto a las condiciones de vida de los ani- males marinos del Archipiélago. Y seguramente en aquel estableci- miento tendrán la mejor prueba de que es más fácil y de mayores resultados el estudio de los seres en los medios en que viven. Sin tiempo para correcciones ni para ajustar los nombres a las reglas internacionales de la nomenclatura, he aquí las especies de Crustáceos que figuran en las fichas del Laboratorio de Baleares, con algunas indicaciones que prueban es necesaria una detenida re- visión y no deben aceptarse, como indudables, todas las especies que han sido citadas, especialmente por Barceló. Es justo advertir que las anotadas por el Laboratorio no se hallan exentas de error; no son fruto de estudio detenido, sino de una rápida clasificación. Especies de Crustáceos de Baleares registradas en el Laboratorio biológico-marino de Palma. Podoftalmos. 1 . Pachygrapsus marmoratus Stimps. Por toda la costa del Archipiélago. 2. Gonoplax rhomboides Desm. Mallorca e Ibiza. 3. Gonoplax angulata Fabr. Cardona (Menorca).— No hallado en las pescas del Labo- ratorio. 4. Pinnotheres veterum Bosc. Comensal de Pinna nobilis en Mallorca, Cabrera e Ibiza. 5. Carcinus mcenas Leach. Vulgo Cranc d'herba. Muy frecuente en las praderas de Caulerpa.— Vive en et Acuario del Laboratorio. 6. Bathynectes longipes Risso. Campaña del Roland por Mallorca. 7. Portiiniis corrugatiis Leach. Vulgarmente Pianista. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 8. Portunus arcuatus Leach. Bahía de Palma. — Vive en el Acuario. 9. Portunus depurator L. Bahía de Palma. DE HISTORIA NATUEAL 337 10. Lupa hastata Leach. - Mallorca y Menorca. 1 1 . Eriphia spinifrons Sav. Vulg. Cranc pelut. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. Por todo Mallorca, Menorca, Ibiza y Cabrera. 12. Pihimnus hirtelliis L. Mallorca (campaña del Roland) y Menorca. 13. Pilunmus spinifer Edwards. Mallorca (Barceló). 14. Xantho tuberculata Bell. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 15. Xantho rivulosa Risso. Vulg. Cranc de foch. Bahía de Palma. — Vive en el Acuario. Hay dos variedades, una de más talla con nianchitas rojas^ otra más plana de coloración uniforme. 16. Xantho florida L&ach. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario, 17. Pirimela dentículata Mont. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 18. Lambriis Massena Roux. Cabrera (campañas del Roland y del Balboa) y Menorca. 19. Lambriis angulifrons Latr, Vulg. Cranc imperial. Bastante frecuente en todo el Archipiélago.— Vive en el Acuario. 20. Lambrus mediterráneas Roux. Norte de Mallorca y Menorca (campañas del Balboa), 21. Lissa chiragraL^?i<:\\. Bahía de Palma y Menorca.— Vive en el Acuario. 22. tur y no me áspera Leach. Campañas del Roland y del Balboa. 23. Pisa armata Latr. Dragonera a 90 metros de profundidad. 24. Pisa Gibsii Leach. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 25. Pisa tetraodon Leach. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario, Tomo xvi. -Julio, 1916. 25 358 ' boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAKOLA 26. Pisa cor al lina Risso. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. " . 27. Herbstia condyliata Herbst. Bahía de Palma y Menorca. 28. Mitrax dichotomus Desm. Mallorca (M. Edwards). 29. Maia squinado Latr. Vulg. Cabra. Mallorca, Cabrera, Ibiza y Menorca.— Vive en el Acuario 30. Maia verrucosa Edw. Por todo el Archipiélago abunda.— Vive en el Acuario. Muy constante una variedad rubra. 31. Acanthonyx lunulatusR\sso. Muy constante entre las Cistoseiras de todo el litoral. Vive en el Acuario. 32. Ergasticus Clouei Edw. Mallorca (campaña del Roland). 33. Inachus dorynchus Leach. Bahía de Palma. 34. Inachus scorpio Fabr. Bahía de Palma y Menorca. 35. Inachus thoracicus Roux. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 36. Acheus cranchii Leach. Bahía de Palma (campaña del Roland). 37. Stenorhynchus longirostris Edw. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 38. Stenorhynchus phalangium Penn. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 39. Stenorhynchus cegyptius Edw. Palma (Neumann). 40. Calappa granúlala L. Vulg. Cranc real. Por todo el Archipiélago.— Vive en el Acuario. 41. Ebalia Pennanti Leach. Frecuente en el cascajo de todo el Archipiélago. 42. Ebalia Cranchii Leach. En el cascajo, como la anterior. 43. II ia nucleus Leach. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. DE HISTORIA NATURAL 359 44. Ilia rug u I OS a Risso. No es buena especie; debe refundirse en la anterior. Bahía de Palma. 45. Ethusa mascarone Herbst. Bahía de Palma. Pescada en regiones profundas (campañas del Roland y del Balboa). 46. Dorippe lanata Bosc. Bahía de Palma. 47. Momola spinifrons Lam. Bahía de Palma. — Vive en el Acuario. 48. Dromia vulgaris Edw. Bahía de Palma. — Vive en el Acuario. Por todo el Archipiélago. Cubierta unas veces por Suberites, otras por Ascidias compuestas. 49. Porcellana platycheles Edw. Calas de Poniente en la bahía de Palma y Cabrera. 50. Porcellana Boscii Aud. En las mismas localidades de la anterior. 51. Porcellana longícornis Fenn. * Puerto de Cabrera. 52. Albunea Gueríníi Luc. Menorca. 53. Éupagurus Prídeauxíi Leach. Por todo. — Vive en el Acuario. 54. Éupagurus Lucasi Heller. Bahía de Palma. 55. Éupagurus excavatus Herbst. Campaña del Roland. 56. Éupagurus anachoretus Risso. Por todo el Archipiélago. — Vive en el Acuario. 57. Diogenes üarians Costa. Mallorca y Cabrera. 58. Diogenes arenar ius Luc. Ibiza.— Se esconde en la arena de las playas. 59. Paguristes maculatus Risso. Bahía de Palma. '60. Pagurus striatus Latr. Por todo el litoral del Archipiélago. — Vive en el Acuario. 360 boletín de LA REA.L SOCIEDAD ESPAÑOLA 61. Pagaras callidus Risso. Bahía de Palma.— Campaña del Roland en varios puntos de Mallorca. 62. Clibancirias misanthropas Risso. Por todo el litoral del Archipiélago. 63. Clibanarias Rouxi Heller. Campaña del Roland, 64. Gebia litoralis Risso. Bahía de Palma.— Oculta en la arena 65. Callianassa sabterranea Mont. Bahía de Palma. 66. Galathea strigosa L. Bahía de Palma. 67. Galathea sqaamifera Leach. Abunda.— Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 68. Galathea nexa Eubl. Dragada en diversos puntos del Archipiélago (campañas del Roland y del Balboa) . 69. Palinuras vulgaris Latr. Vulg. Llagosta. Se pesca abundante en todo el Archipiélago.— Vive en el Acuario. 70. Arctas arsus Dana. Por todo.— Vive en el Acuario.— Hay dos variedades. 71. Scy liaras latas Latr. Vu\g. Sígala. Se pesca en todo el Archipiélago.— Vive en el Acuario. 72. Homaras gammarus L. Vulg. Grimaldo. Poco frecuente.— Vive en el Acuario. 73. Gnathophyllam elegans Risso. Bahía de Palma, PoUensa y Cabrera.— Vive en el Acuario. 74. Nika edalis Risso. Frecuente en todas las bahías y puertos. — Vive en el Acuario. 75. Lysmata seticaudata Risso. Bahías de Palma, Pallensa y Cabrera. 76. Cr angón trispínosus Bell. Mahón (Bolívar). DE HISTORIA NATURAL 361 77. Crangon cataphractus Oliv. Bahía de Palma (campaña del Roland). 78. Crangon fasciatus Risso. Bahía de Palma. 79. Éphyra punctata Risso. Mallorca y Menorca. 80. Alpheus dentipes Guer. Bahía de Palma. 81. Alpheus megacheles Norm. Bahía de Palma. 82. Athanas nitescens Leach. Bahía de Palma. 83. Virbius oiridis Otto. En todos los puertos y calas del Archipiélago.— Vive en el Acuario.- 84. Virbius varians Leach. Cabrera. 85. Virbius gracilis Heller. Bahía de Palma. 86. Hippoíyte Cranchii Leach. Bahía de Pollensa y Mahón (Bolívar). 87. Hippoíyte Bunseni Pagstchr. Palma (Neumann). 88. Typton spongicola Costa. Por todo el litoral dentro de esponjas y de algas calcáreas. Vive en el Acuario. 89. Pontonia cusios Forsk. Comensal áo^ Pinna nobilis. — Bahía de Pollensa, Cabrera e Ibiza. 90. Leander (Palcemon) serratus Penn. Vulgarmente a todas las especies de este género les llaman Gambas. En todas las calas y puertos del Archipiélago.— Estanque de las Gambas (Campos). Vive en el Acuario. 91 . Leander Treillanus Desm. Bahías de Palma, Pollensa, Cabrera e Ibiza.— Vive en el Acuario. 92. Leander xiphias Risso. Los mismos lugares que el anterior. 362 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA 93. Le ande r squilla L. Bahía de Palma. 94. Leander rectirostris Zadd. Bahía de Palma. 95. Leander natator Edw. • Citado por Barceló. 96. Penneus car amóte Rond. Cita de Barceló. No creo en la existencia de esta especie en. Baleares. 97. Penneus membranáceas V\\\\. Muy dudosa la existencia de esta especie. 98. Sicyona sculpta Edw. Bahía de Palma y Menorca. 99. Mysís frontalis Edw . Cita Barceló esta especie y dudo de su existencia en Balea- res. En las pescas pelágicas se cogen (en invierno prin- cipalmente) numerosos mísidos (Mi/sis, Leptomysis, Si- riella) que no han sido estudiados. Estomápodos. 100. Squilla manfi's Rond. Citada por diversos autores; creo dudosa su existencia en el Archipiélago; acaso en Ibiza. 101. Squilla Desmarestii Risso. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 102. Pseudosquilla Cerisii Roux. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. Isópodos. 103. Lygia itálica Fabr. Vulg. Pu. Por toda la costa en verano. 104. Idothea atrata? Sobre corchos flotantes en verano. Mallorca y Cabrera. 105. Idothea tricuspidata Desm. Bahía de Palma.— Vive en el Acuario. 1 06. Idothea hectica Pal 1 . Vulg. Arriots. Estanques de las salinas en Mallorca e Ibiza, estanque DE HISTOKIA. NATURAL .363 de L'Avall (Campos), Calas y puertos de todas las islas. 107. Idothea linearis Penn. Bahía de PoUensa. 108. Cymodocea truncata Leach. Puertos de Campos y de Palma. 109. Sphceroma serratum Fabr. Vulg. Somereta. Estanques y salinas de Mallorca e Ibiza. Varios esferómidos han sido enviados a especialistas para su estudio. 110. Cymothea cestroidesR\sso. Bahía de Palma. 111. Anilocra physodes L. Sobre peces varios en la bahía de Palma. 112. Anilocra EdwardsiíSi. Loup. Sobre algunos peces en la campaña del Roland. 113. NerocilabiüittataEá^M. Bahía de Palma. 114. ^ga ophthalmica Sch. et M. Dentro de una esponja dragada en la bahía de Palma. 115. ^ga Deshayana Heller. Bahía de Palma. 116. Bopyrus palcemonisR\sso. Sobre Palcemon xiphias, en la bahía de Palma. 117. Bopy rus ocellatus Cz&rvi. Sobre Virbius oarians, en Cabrera. 118. Bopyrus squiliarumLatr. Sobre Palcemon squilla, en la bahía de Palma. 1 19. Cryptoniscus Paguri Fraisse. Parásito del Clibanarius misanthropus, en Mahón, 120. Pleiirocrypta Fraissei Kosm. Parásito del Clibanarius misanthropus, en Mahón. 121. Gyge branquialis Corn. et Panz. Frecuente en los Palcemon y Virbius. Anotados también Tañáis, no determinados específica- mente. 122. Typhlo-cirolana Moraguesi Racow. Grutas del Drach y cuevas deis Hams (campaña del Roland). 364 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Anfípodos. En las recolecciones del Laboratorio figuran gran número, pero no han sido estudiados y sólo constan en el registro corto número de especies. ' 123. Talitrus locusta L. Vulg. Saltigos. Salinas de L'Avall (Campos). 124. Orchestia Montagui Aud. Bahía de Palma. 125. Gammarus locusta Mont. Bahía de Palma. 126. Porrassia mallorquensis Marcus. Marismas de la Porrasa en la bahía de Palma. 127. Metacrangonyx longipes Chev. Grutas del Drach (lagos Negro y de las Delicias). Filópodos. 128. Artemia salina Leach. Salinas de Ibiza y Tormentera y salinas de L'Avall (Ma- llorca). En las aguas dulces abundan los Branchipus , no deter- minados. En las cisternas existen Daphnias, Ostrácodos. (Estudiados por el profesor Pardillo.) 129. Cypridína mediterránea Costa. Sobre Vidalia a 36 metros de profundidad.— Bahía de Palma. 130. Conchoecia Clausíi Sars. Pelágica. —Bahía de Palma. 131. Cytherois frequens !Aü.\\. Abundantísima en el fango de Porto Pí (bahía de Palma). 132. Paraci/tñerois striata M-üW. Entre algas calcáreas del fondo de la bahía de Palma. DE HISTORIA NATURAL 365 133. Loxoconcha impresa Baird. Frecuente entre las Vidalia y algas calcáreas en la baliía de Palma. 134. Xestoleberis margaritea Brady. Con X. communis Müll.; rara. 135. Xestoleberis communis Müller. Frecuentísimo en la bahía de Palma. 136. Xestoleberis decipiens Müller. Con la especie anterior; rara. 137. Xestoleberis dispar Müll. En las algas calcáreas del fondo de la bahía de Pahna. 138. Cylindroleberis teres Norm. En Porto Pí en el fondo de Posidonia y en la bahía de Pal- ma entre algas calcáreas. 139. Cylindroleberis oblonga Grube. Porto Pí (en Posidonia). 140. SchlerochiliiS^contortus Norm. Fango de Porto Pí y detritus de Zoosteráceas. 141. Erythrocypris acuminata Müll. Bahía de Palma, entre las algas. 142. Paradoxostoma incongruens Müll. En las Vidalia de la bahía de Palma. 143. Paradoxostoma rubrum Müll. Frecuente en Porto Pí, en primavera. 144. Paradoxostoma acuminatum Müll. * Frecuente en Porto Pí y bahía de Palma. 145. Paradoxostoma triste }\n\\. Abunda en Porto Pí, en primavera. 146. Pontocypris intermedia Brady, La que más abunda por todo. 147. Pontocypris pirifera Müll. Sobre el fango y las Posidonias de Porto Pí. 148. Macrocypris succinea Müll. Fondos de Zoosteras y de Vidalia en la bahía de Palma (22 metros). • 149. Philomedes interpunctata Baird. Pelágica y bahía de Palma. 150. Arcliiconchoscia striata Müll. Pelágica y bahía de Palma. Hay algunos Cypris de agua dulce no determinados. 366 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Cirrópodos. 151. Chthamalus stellatus'PoW. Frecuente sobre los peñascos que bate el mar. 152. Balanus perforatus'BvMg. Frecuente sobre cascos de buques. 153. Balanus galeatiish. Sobre Gorgonia (campaña del Roland). 154. Scalpellum vulgar e Leach. Campaña del /?o/o/zí/.— Mallorca. 155. Lepas pectinataS\)g\r. Frecuente en maderas y cañas flotantes. 156. Lepas anatifera L. En un madero flotante, en Ibiza (campaña del Balboa). 157. Lepas anserifera L. Sobre maderas flotantes, en Ibiza (campaña del Balboa). 158. Dichelaspis Darwini De Fil. Frecuente sobre las branquias de langosta, de Scyllarus y de Homarus. 159. Alepas minuta Phil. Sobre radiolas de Dorocidarís (campañas del Roland y del Balboa). 160. Saccul ina Carcini Thomp. Sobre Pachygrapsus, Carcinus y Pisa. 161. Sacculina neglecta Fraisse. Sobre Stenorrhynchus phalangium. 162. Sacculina Benedeni Kosm. Sobre Pachygrapsus. 16v3. Peltogaster Rodriguezzi Fraisse. Sobre Clibanarius misanthropus, 164. Peltogaster socialis Kosm. Mahón (Kosmann). He de hacer notar que en esta lista no figuran la mayor parte de los Crustáceos capturados en las campañas del cañonero Vasco Núñez de Balboa (1914 y 1915); seguramente su estudio aumenta- rá el número de las especies baleares. No figuran tampoco los Copépodos; en las capturas de plankton que se realizan dos veces por semana en la bahía de Palma, abundan DE HISTORIA NATURAL 367 extraordinariamente, lo mismo que en el plankton de alta mar y en el d^ diferentes profundidades que proporciona la red Nansen. El material reunido es cuantioso, la separación de los Copépodos y su estudio exigirá mucho tiempo, pero nada extraño sería que el núme- ro de especies superara mucho al de la lista anterior. Algunos hongos que viven sobre Muscfneas de la flora española por Romualdo González Fragoso. . En sus continuos y concienzudos trabajos acerca de las Muscíneas de España, mi estimado amigo y colega el Dr. D. A. Casares, ha tenido el cuidado de recoger los hongos que encuentra sobre dichos vegetales, y la bondad, que nunca podré agradecer bastante, de entregármelos para su estudio. Ya han sido dados a conocer como existentes en nuestra flora la Gibberella Trichostomi Rolland, sobre Trichostomum nitidum Schimper, del Montserrat (1); la Coleroa Casaresi Bubák et Fragoso, sobre Scapania nemorosa Nees, de Castro-Loureiro (Pontevedra) y Scapania compacta Lin- denberg, de La Coruña; así como la Sphcerella Tartalee Bubák et Fragoso, sobre sedas de Tortula pulvinata Limpr., de Villalva de los Barros (2), todas comunicadas por el Sr. Casares. Hoy puedo añadir a éstas algunas otras que me parecen bien in- teresantes.' Helas aquí: Coleroa Bubakü Gz. Frag. sp. n. Peritheciis 1 -5-epiphyllis, superficialibus, globuloso -depressis, 75-175 p. diam., contextu pseudoparenchymatico , membranáceo, fusco, poro minuto pertuso, setulis numerosis vestitis, setis flexuo- sis, obtusiusculis, septatis, plerumque 25-30 |jl long., 3-3,5 u crass. (1) González Fragoso: Sur quelques champí gnons peii connns Olí nonveaux de la flore espagnole. (In Bol. de la R. Soc. esp. de Híst. nat., Abril, 1914, pág. 244.) (2) Profesor Dr. Fr. Bubák: Fungí nonniilli novi híspanící. (Son- derabdruckaus «Hedwigia», Band lvii, 1915, págs. 3 y 5.) González Fragoso: Adiciones a la micoflora española. (In Bol. de la R. Soc. esp. de Hist. nat., Julio 1915, pág. 340.) 368 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ad basem; ascis ellipsoideo-oblongis, 36-40 X 14-15,5 ¡j-, octospo- ris, brevissimis pedicellatis, ápice rotundato-incrassatis, aparaphy- satis; sporidiis tristichis vel conglobatis, ovoideo-oblongis, subhya- linis, primum continuis, dein 1-septatis, non constrictis, lóculo uno latiore, altero attenuato, 1 -guttulatis., vel granulosis, extremis utrinque rotundatis, dim. 12-15 x 5-5,5 u.— In foliis vivis vel lan- guidis Marsupellce emarginatce Dum., prope Santiago (Hispani«) ubi coll. et determ. Dr. A. Casares, 15, IX, 1915. — A clarissimo mycologo Prof. Dr. Fr. Bubák dicata species.— A Venturia bryo- phila (Fuck.) Sacc. = Coleroa bryophila (Fuck.) affinis sed di- versa; a Coleroa Casaresi Bubák et Fragoso diversissima. Sabido es que el único carácter que separa los géneros Coleroa y Venturia es el que las especies del primero son biófilas y las del segundo saprofitas. La especie que nos ocupa, así como la que a continuación describimos, son indudablemente del género Coleroa, y se apartan en esto de la Venturia bryophila (Fuck.).Sacc., des- crita sobre hojas secas de Jungermannia, Polytrichum y Diphys- cium, entre otras Muscíneas. En los caracteres difiere en que en esta última especie las sedas son menos abundantes y más finas, las aseas de mayor longitud y las ascosporas más anchas. La Coleroa Casaresi Bubák et Fragoso difiere muchísimo más. Coleroa Alicularis Gz. Frag. sp. n. Peritheciis epiphyllis, plerumque 1-2, superficialibus, globulosis, usque 125 pi diam., contextu pseudoparenchymatico, membranáceo, fuligineo, setulis laxe vestitis, setis fuscis, usque 38 \x long., 3 ;x crassis, continuis vel 1-septatis, attenuatis, rectis vel leniter flexuo- sis, rariis curvulisve; ascis obpiriformis usque 45 X 14 ja, apara- physatis, subsessilibus, parietis crassiusculis , ápice rotundato; spo- ridiis irregulariter distichis, ovoideo-oblongis, subhyalinis, 12-15 x (3-7 ¡JL, prope médium 1-septatis, non constrictis, loculis 1-2-crasse guttulatis.— In foliis viviis Alicularice scalaris Cord., in montibus Guadarramae loco dicto <'La Cebollera» ubi coll. Prof. Beltrán, Dr. Casares determ. et comm.— A Venturia bryophila (Fuck.) Sacc. = Coleroa bryophila (Fuck.), Coleroa turfesorurn (Mout.) Bubák. = Venturia turfesorurn Mouton, et Coleroa Bubakii Gz, Frag,, affinis sed diversa; a Coleroa Casaresi Bubák et Fragoso diversissima. Esta especie se asemeja más a la Venturia bryophila (Fuck.) Sacc, que la descrita anteriormente; sin embargo, aparte de ser DE HISTORIA NATURAL 369 especie biófila, las sedas que recubren las peritecas son más largas y las aseas de menor longitud. En la Coleroa turfesonim (Mout.) Bubák, las sedas son mucho más largas aún y las aseas bastante más anchas. Las diferencias con la Coleroa Bubakii pueden notarse con la lectura de las descripciones. Phyllosticta Casaresi Gz. Frag. sp. n. Pycnidiis sparsis, superficialibus, globulosis, brevi papilla- tis, poro minuto pertuso, hyphis hyalinis vel pallide fuligineis, filiformibus, septatis, cinctis et adnatis, haustoriis globosis pras- ditis , contextu celluloso membranáceo, 140-250 ;j- diam.; sporulis numerosis- simis in cirrhus albidis ex- silientes, íusoideo vel ovoi- deo - elongatis , ssepe in- agquilateralibus , utrinque rotundatis, 14-22x3,5-5'- , hyalidis, obsoletis grumo- sis.— In foliis caulibusque Pleurídiisubulati Hedw., et Gymnostomi calcarei Nees et Horn cult. in Ma- drid ubi leg. determ. et comm. claro bryologo doc- tor A. Casares cui dicata species, 23-29, I, 1916.— A Phoma muscicola A. L. Smith non compa- randum. Esta especie es verda- deramente notable y su as- pecto hace recordar el gé- nero Aposphceria; puede decirse es una Phyllostic- ta aérea, sólo unida al vegetal que la sustenta por su micelio nutri- dor provisto de numerosos haustorios o chupadores. Véase la fig. 1 .'' Fig. \.^- Phyllosticta Casaresi Gz. Frag., sobre Plenridiurn subulatum Hedw., procedente de \'i- vero (Lugo) y cultivado en Madrid por el doctor A. Casares. A un lado están dibujadas cinco es- porulas. (Dibujo del natural, por el profesor L. Crf.spí.) H',0 boletín de la. real sociedad española Phyllosticta Corsineae Qz. Frag. sp. n. Maculis vagis, pycnidiis epiphyllis, paucis, sparsis, globosis vel globoso-oblongis, usque 125;j.diam., superficialibus, membranaceis, atris, brevi papillulatis, ostiolo minuto pertuso, circulo brunneo cir- cumdato; sporulis tereti-oblongis, hyalinis. eguttulatis, rectis, cur- vulisve, utrinque rotundatis 4-5 X 1,7-2 [jl, in cirrhus longis exsilien- tibus.— In frondibus languidis Corsinece marchan'iodis Raddi, in Madrid (Hispaniae) ubi cult. le^. et determ. Dr. A Casares, 20, II,. 1916. — A Ph. Marchantice Sacc, próxima sed diversa. La Phyllosticta Marchantice Sacc. tiene picnidios más peque- ños, y las espórulas son más estrechas y bigutuladas. Tetraploa muscicola Qz. Frag. sp. n". Hyphis decumbentis, effusis, parvis, sed longo-ramosis, oliváceo" fuligineis, conidiis irregulariter ovatis, 1-2-3-septato-muriformibus, ápice cornicula 2-3-4 divisis, divergentibus, pluriseptatis, 40-50 X. 5-6[A, conidis et cornicula olivaceo-fuligineis; coni- diophoris nuUis. In frondi- bus Aneiiro2 multifidce Dum.,prope Castro-Lou- reiro (Pontevedra) ubi col!. Dr, A. Casares, L\, 1915; et in foliis cauli- busque Lophozice quin- quedentatce (Huds.) Cogn., prope Ortigosa (Logroño), leg. doctor A. Casares! Esta especie se ase- meja mucho a la Tetraploa aristata Berk. et Br, que se encuen- tra sobre gramíneas en putfefacción. Nuestra especie presenta conidios con 2, 3 ó 4 apéndices, si bien las dimensiones en totalidad son análogas. Parece además ser biófila. Véase la fig, 2.^ Aún hemos de añadir a estas especies un lindo discomiceto en- contrado por el Dr, Casares entre sus cultivos de musgos, y es el siguiente: Fig. 2."— Conidios de Tetraploa muscicola Qz. Frag., sobre Aneara multifida Dum., de Castro- Loureiro (Pontevedra). (Dibujo del natural, por el profesor L. Crespí.) DE HISTORIA NATURAL 371 Boudiera areolata C. et Ph.— Plicaria tracheja Rehm. — Phill. Brit. disc, pág. 285, t. ix, f. 53.— Sacx., SylL fung., viii, pá- gina 512. En tierra entre los musgos.— Madrid, vii-xi-1915, leg, doctor A. Casares. Es especie nueva para nuestra flora. Debemos dar gracias al profesor D. Luis Crespí, que con gran arte y exactitud ha reproducido, de las preparaciones originales, los dibujos insertos en esta nota. Un Encirtino nuevo de España por Ricardo Gr."^ Mercet. Qén. DiVersicornia nov. Mas. Corpus parvum. Oculis glabris. Mandibulae minutae, ápice tridentato. Antennae pilosae, infra médium frontis in- sertae; scapo elongato, simplice; pedicelo subpyriformi quam funiculi articulo primo longiore; funículo Q articúlalo; articu- lis tribus primis transversis, brevis, fere cequalls; articulo 4° elongato; articulo 5° quam 4.° triplo longiore; articulis 2.°, 3°, 4° et 5° singulo ramum elongatum emitenti; articulo 6.^ simplice, elongato; clava indistincte articúlala quam articulo precedenti paulo breuiore. Pronoto breve; mesonoto lineis obliquis subparapsidalibus parum discretis; axillis transverso triangularibus , ápice contiguis. Alae superiores longae, hya linae, setis marginalibus brevibus; nervis crassiusculis; stig- matico quam margínale longiore; margínale quam posmargi- nale vix breviore; tibiae posticae unicalcaratae. Macho.— Ojos lampiños. Mandíbulas tridentadas en el ápice; el diente interno muy corto, el medio grande y bastante agudo, el ex- terno algo menor. Palpos maxilares de tres artejos. Antenas com- puestas de escapo, pedicelo, funículo de seis artejos y maza ente- ra, indistintamente articulada; escapo alargado, cilindrico; pedicelo subpiriforme más largo que ancho en el ápice; los tres primeros ar- tejos del funículo muy cortos, el segundo y tercero emiten lateral- mente un vastago o rama de bastante longitud; cuarto artejo más 3T2 BOLETÍN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Fig. 1. -Antena de^Dioerstcornia pinícola (muy aumentada). ]argo que los anteriores, con rama apical ; quinto artejo muy largo con un vastago en el ápice; sexto artejo normal; maza ligeramente truncada en el ápice (fig. 1 .^). Pronoto corto; escudo del mesonoto <:on dos surcos o impresiones laterales que convergen hacia el borde posterior y que dejan señaladas como unas parápsides; axilas trian- gulares, estrechas, alarga- das, contiguas en el ápice. Alas hialinas, con pestañas marginales cortas y pesta- ñas discales distribuidas uni- formemente por todo el lim- bo, excepto en la extrema base y en una línea calva que baja diagonalmente de fuera a dentro desde el ner- vio estigmático al borde pos- terior; nervio submarginal muy largo, roto antes de unirse con el marginal; nervio marginal corto, pero desde luego más largo que ancho; nervio posmarginal un poco más largo que el marginal; ner- vio estigmático de mayor longitud que el posmarginal, dirigido oblicuamente hacia el disco del ala. Patas normales; tarsos de cinco artejos; el espolón de las tibias intermedias gruesecito, pero más corto que el metatarso. Abdomen mucho más corto que el tórax, de lados casi paralelos, ligeraqiente estrechado en el ápice. Tipo: Diversicornia pinícola Mercet. Observaciones.— Este género, por ofrecer en el mesonoto unas líneas que pueden representar los surcos de las parápsides, podría creerse que es afín de Tanaostigma Howard , que descrito como perteneciente a la tribu de los Encirtinos ha sido llevado después a la de ios Eupelminos por presentar surcos parapsidales, por las di- mensiones y la disposición de las axilas y, si se quiere, hasta por la longitud del nervio marginal de las alas mesotorácicas. Pero el gé- nero Diversicornia que yo he descrito, no me cabe duda de que sea un verdadero Encirtino a pesar de las líneas representativas de los surcos de las parápsides que lleva en el mesonoto. La hechura ge- neral de éste, la de las axilas, la situación de los espiráculos setí- feros del abdomen, la brevedad del nervio marginal, la robusted del del espolón de las tibias intermedias, suministran un conjunto de caracteres lo suficientemente" precisos para incluir este género en la tribu en que lo he colocado. DE HISTORIA NATURAL 37? Se diferencia del único Encirtino europeo hasta ahora conocido que presentaba antenas ramosas, por los caracteres siguientes: Género Tetracnemus Westwood.— Antenas formadas por esca- po, pedicelo, funículo de cinco artejos y maza. Los artejos que emi- ten un vastago o tallo lateral son los primero, segundo, tercero y cuarto del funículo. Axilas separadas entre sí. Nervio posmarginal nulo. Mesonoto sin surcos parapsidales ni líneas que los representen. Género Diversicornia G. Mercet.— Antenas formadas de esca- po, pedicelo, funículo de seis artejos y maza. Los artejos que emiten un vastago lateral son el segundo, tercero, cuarto y quinto del fu- nículo. Axilas contiguas en el ápice. Nervio posmarginal un poco más largo que el marginal. Mesonoto con unas líneas o surcos pseu- doparapsidales. El género Tanaostigma Howard es muy diferente del Diversi- cornia. El mesonoto y las axilas de Tanaostigma presentan la con- formación que ofrecen en los Eupelminos; sus antenas están provis- tas de dos artejos anillos antes del primero del funículo, y el nervio marginal de sus alas anteriores es más largo que el estigmático y que el posmarginal. Diversicornia pinicola nov. sp. Caracteres.— Cuerpo de color azulado muy obscuro y uniforme; la base del abdomen pardusca. Ojos de color pardo rojizo; estemas negros y brillantes. Antenas negras con reflejos azules. Patas ante- riores con los fémures negro azulados, amarillentos en el ápice, las tibias amarillentas, los tarsos pardos negruzcos; patas intermedias con los fémures como las del primer par, las tibias negro azuladas en el tercio inferior y amarillentas en el resto de su longitud, los tarsos con el primero y segundo artejos amarillentos, el tercero y el cuarto más obscurecidos, el quinto negro; patas del tercer par con los fé- mures como los de las anteriores; las tibias amarillentas con una lista longitudinal negra en el dorso; los tarsos con el primero, se- gundo y tercer artejos amarillentos, y el cuarto y quinto negruzcos. Cabeza tan ancha como el tórax; mejillas largas, convergentes hacia la boca; ojos grandes, lampiños; estemas dispuestos en trián- gulo obtnsangulo, los posteriores distantes del anterior como cada uno de la órbita interna del ojo adyacente. Antenas insertas por debajo de la línea de los ojos; primer artejo del funículo monilifor- me; segundo artejo algo más corto que el primero; tercer artejO: 37Í boletín de la real sociedad española apenas más largo que el precedente; cuarto artejo alargado, casi tan largo como los tres anteriores reunidos; quinto artejo como tres veces el cuarto; sexto artejo casi como los tres primeros reunidos; maza de igual longitud que el artejo anterior, ligeramente truncada en el ápice; todos los artejos del funículo y las ramas que emiten el segundo, tercero, cuarto y quinto con pelitos dise- minados sobre la superficie; la maza lleva dos series de sensorios longitudinales, los artejos quinto y sexto del funículo presentan en .el ápice una serie de igua- les sensorios. Escudo del mesonoto reticulado, la reticulación forma mallas alargadas transversalmente; sobre el disco del escudo hay cinco filas transversas de pes- tañitas, y sobre las regiones subparapsidales hay seis pestañitas en cada una, tres basilares y tres api- cales. Escudete triangular, ligeramente redondeado en el ápice, con finas estrías longitudinales y cuatro cerditas en el dorso. Metatórax transverso y corto. Las alas en reposo sobresalen mucho del ápice del abdomen ; las anteriores son completamente hialinas, próximamente dos veces y Fig. 2."— Meso- noto, axilas y escudete de Di- versicornia pi- nícola (muy au- mentada). H I // Fig. 3.^— Nerviación característica del ala anterior de Diversicornia pinícola (muy aumentada). media más largas que anchas en el punto de su máxima anchura; nervios de color pardo claro; nervio submarginal con diez pestañitas sobre su borde superior; nervios marginal, posmarginal y estigmá- tico dispuestos como indica la figura 3.''^; célula costal no muy es- trecha, alargada, con pestañitas diseminadas sobre su superficie; DE HISTORIA NATURAL 315 las pestañas del borde posterior del ala cortas. Alas metatorácicas como en la figura 4.-'^, transparentes, claras, redondeadas en el ápice, cuatro veces más largas que anchas en el punto de su mayor Fig. 4.^— Ala posterior de Dioersicornia pinícola (muy aumentada). anchura, con pestañas marginales cuya longitud máxima representa como un tercio de la anchu- ra del ala. Patas normales; espolón de las tibias inter- medias fuerte y gruesecito, pero un poco más corto que el metatarso correspondiente; extre- midad de las tibias del segundo par y su meta- tarso como en la figura 5.^ Abdomen mucho más corto que el tórax, . „ _ Fig. 5.^— Fragmento de ovoideo hacia el ápice, pardusco en la base y en la pata intermedia de la cara ventral; los seis primeros anillos del ab- '''^^'-íi^^í^nSíi?'" domen normales; los lados del último segmento retraídos hasta el ápice del sexto, con los espiráculos setíferos en dicha posición; los espiráculos llevan dos pestañas largas y dos cortas. Longitud del cuerpo 1,260 mm. . — de las alas anteriores 0,900 — Anchura máxima de las mismas 0,400 — Longitud de las alas posteriores 0,600 — Anchura máxima de las mismas 0,140 — Longitud de las pestañas marginales más largas de las alas posteriores 0,040 — Patria: España (San Rafael, provincia de Segovia). Observaciones.— No conozco ningún dato biológico de esta es- pecie, que ha sido recogida en los pinares de San Rafael el día 2 de Julio de 1916. La descripción del insecto está hecha con datos tomados del ani- mal vivo y de la preparación micrográfica en que fué montado 8",6 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA después de muerto. Las dimensiones están tomadas de la prepara- ción montada en el líquido de Hoyer , y la longitud del cuerpo no corresponde, por lo tanto, a la que tenía el insecto vivo, efecto de la compresión experimentada entre el cubre y el portaobjetos. Publicaciones que ha recibido la f^eal Sociedad Española de flistoria Natural durante el mes de Junio de 1916. (La liste siiivante servirá d'accusé de réception.) Chile Anales de Zoología aplicada. Año iii, n.° 1. .Museo nacional de Valparaíso. Revista chilena de Historia natural. Año xix, n." 6. España Asociación española para el Progreso de las Ciencias, Madrid. Congreso de Valladolid. Tomo ii, Conferencias. * Ibérica, Tortosa. Año iii, n^^ 128-131, 191G. Institución libre de enseñanza, Madrid. Boletín. N.° 674. Laboratorio de Radiactividad, Madrid. Boletín. Vol. viii, 1916. Observatorio de Física cósmica del Ebro, Roquetas. Boletín mensual. Vol. vi, n."^ 8-9. Peñalara, Madrid. Junio 1916. Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales, Madrid. Revista. Tomo xiv, n.fs 10-11. Revista de higiene y de tuberculosis. Año ix, n.° 96, 1916. Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza. Boletín. Tomo xv, n.° 5, 1916. Sociedad española de Física y Química, Madrid. Anales, n." 133. Estados Unidos y sus Colonias Smithsonian Institution, U. S. National Museum, Washington. Contributions from ttie U. S. National Herbarium. Vol. xvik part 7. The American Naturalist, New- York. Vol. l, n.° 594. Wisconsin Geological and Natural History Survey, Madison. Bulletin. N" xxxvi. (Continuará.) m^y SUMARIO DEL N.° 7. Sesión del 5 de Julio de 1916- Sesión del 5 de Julio de 1916.— Admisiones.— Comunicacio- nes.—Secciones 325 NOTAS Y COMUNICACIONES BoscÁ (E.).— Dos observaciones a propósito de la Lacerta mu- ralis en España 327 Barras de Aragón (F. de las).— Cráneo y mandíbula encon- trados en una mina de cobre de explotación antigua en Asturias, existente en la Escuela Especial de Ingenieros de Minas. ...... 331 Navarro Neumann (M. M.S.).— Enumeración de los terremo- tos sentidos en España durante el año dé 1914 333 Navarro Neumann (M. M. S.).— Enumeración de los terremo- tos sentidos en España durante el año 1915 342 Gil Lletget (A.).— La Sitia de la España central. (Lám. vii.).. 351 Faura y Sans (M.).— Sobre hidrología subterránea en los Piri- neos Centrales de Aragón y Cataluña 353 Buen (O. de).— Los Crustáceos de Baleares 355 González Fragoso (R.) . — Algunos hongos que viven sobre Muscíneas de la flora española 367 García Mercet (R.).— Un Encirtino nuevo de España 371 Publicaciones recibidas 376 LISTA de los señores socios de provincias (i) y ex- tranjero que han satisfecho su cuota desde 1.' de Julio a 30 de Septiembre de 1916. Cuota de 1916. Fernández (P. Ambrosio). Gómez Llueca. Sociedad Bilbaína. (1) No se incluyen los de las capitales en que existen Secciones de esta Sociedad. KAOKID,— FOBTANET, IMPRESOS DB LA B. 80C. ESP. DB HIST. MAT. I.IBEBTÍ.D, 29.— TELÉFONO 991 -.": ■>;■•■■- ■ ■ -■ - - " " ■ ■ ■ I- " Tomo IVÍ.— Ntím. 8. DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de flistoria flatural FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 18T1 Octubre de I9íó MUSEO NAGIONA.L, DK CIENCIAS NATURALES Hipódromo.— Telé f. S-'. '>o.— Macho adulto, de Tagüidert, al S. de Mogador, obtenido por Fernando M. de la Escalera en 20 de Junio de 1911. Museo Nacional de Ciencias Naturales. Núm. ll-xii-5-40. Distribución geográfica. — Sólo conozco hasta ahora esta raza de la provincia de Hajá, habiendo examinado ejemplares de Moga- dor y Tagüidert. 055erí^ac/o/7^5.— Aun cuando Thomas afirma (2) que todos los Dipodillus campestris de la costa desde Oran hasta Mogador corresponden prácticamente a la forma típica de la especie, compa- rando una numerosa serie de ejemplares de Mogador y de Tagüi- dert con algunos del litoral argelino, los primeros son constante- mente de un color más fuerte, más canela, sin ofrecer los matices ante característicos del verdadero campestris argelino, y, además, sus dimensiones son, por término medio, algo mayores, casi como en el Dipodillus Dodsoni de Trípoli. En campestris campestris, la longitud del pie posterior oscila entre 22 y 25 mm.; en campes- tris cinnamomeus, entre 23 y 28,5, y en Dodsoni, entre 26 y 29. (1) Bol. R. Soc. Esp. de Hist. Nat., 1906, p. 365. (2) Proc. Zool. Soc, 1902, ii, p. 7. 3=^6 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Thomas ha descrito una forma del desierto al S. del Atlas, D. cam- pestris rozsikce (1); pero desde luego no puede confundirse con la que he descrito, pues sus dimensiones son como las de campes- tris campestris, y su pelaje más pálido, de un cervuno claro. No estará de más advertir que yo no he podido encontrar Dipo- dillus, aunque los he buscado con empeño, en el trozo de costa que se extiende desde Tánger al río Lucus, ni tampoco entre Ceuta y el Martín, zonas ambas bastante ricas en vegetación, y sospecho mucho que el ejemplar de Tánger mencionado por Laxaste (2), aunque fuera enviado desde allí por Faviér, procedería de algún otro punto de Marruecos. Si realmente hay una solución de conti- nuidad en la parte litoral del área de dispersión de Dipodillus campestris, nada tiene de particular que en los extremos de dicha parte se halle la especie representada por formas diferentes. Exac- tamente lo mismo parece ocurrir con Gerbillus hirtipes, que tam- poco he encontrado en las costas de Yebala y que en Mogador se halla también representado por una subespecie, G. h. hesperimis, de color más vivo, más rojo que la forma típica argelina. Documentos de D. Casimiro Gómez de Ortega, referentes a un envfo de plantas vivas y otros objetos de Filipinas, hecho por D. Juan de Cuéllar en 1787. (Datos tomados en el Archivo de Indias de Sevilla) (3) POR Francisco de las Barras de Aragón. Creemos sean de interés las siguientes noticias recogidas en el Archivo de Indias (estante 145, cajón 7, legajo 24), y que al par que dan cuenta de uno de los más importantes envíos hechos desde Filipinas por el botánico D. Juan de Cuéllar, comisionado en aquellas islas, muestran cierta tirantez de relaciones entre D. Casi- miro Gómez de Ortega y los gobernantes, que trataban, al parecer. (1) Ann. and Mag. of Nat. Hist., Ser. 8, vol. ii, 1908, p. 374. (2) Le Natiiraliste, m, 1881, p. 498. (3) Estante 145, cajón 7, legajo 24. DE HISTORIA NATURAL 3«7 de ir postergando el Jardín Botánico y posponiéndolo a los jardines de Aranjuez. La llegada a Cádiz de las fragatas Nieves y Placeres y el navio Águila con plantas vivas de gran interés, entre ellas los canelos, y de que debió tener Gómez de Ortega noticia directa e inmediata, acaso por los corresponsales del Puerto de Santa María, motivó, sin duda, la comunicación de este insigne botánico al Ministro Por- lier en 19 de Septiembre de 1787. Seguramente el recibo de ella fué causa de las órdenes terminantes que en 21 del mismo mes se dieron, dirigidas una directamente a Cádiz y otra al mismo Gómez Ortega, y que a su vez originaron comunicaciones, en alguna de las cuales se exagera probablemente el mal estado de las plantas. A continuación citamos estas órdenes y comunicaciones, copiando las más importantes. En 21 de Septiembre de 1787 se ofició desde Madrid al Presi- dente interino de la Contratación de Cádiz para que, de acuerdo con el Director de la Real Compañía de Filipinas, D. Gaspar Leal, y los corresponsales del Jardín Botánico de Madrid en el Puerto de Santa María, D. Pedro Gutiérrez Troncoso y D, Pedro Gutiérrez Rodríguez, se remitieran inmediatamente al Real Sitio de Aranjuez las plantas que habían llegado de Filipinas. La orden transmitida a D. Gaspar Leal y los corresponsales llevaba fecha 17. En 28 de Septiembre contestó D. Gaspar Leal, y dice- «He visto al Presidente y manifestado que estoy dispuesto a eje- cutar todo lo que contribuya a dicho fin (el envío), pero el dilatado viaje que han traído estas embarcaciones (las fragatas que acababan de llegar de Manila a Cádiz), los temporales sufridos y la natura- leza de las plantas ha frustrado en la mayor parte mi deseo de cum- plir con toda precisión la comisión de V. E., pues sólo existen cua- tro plantas semivivas de las que venían de Filipinas,, a las que se podrán agregar otras dos adquiridas en el Cabo de Buena Espe- ranza, las que se entregarán a los corresponsales del Jardín Bo- tánico. »En la clase de semillas han venido, así de Filipinas como del Cabo, tres cajones y dos canastitos, según se expresa en la adjunta nota.— Gaspar Leal.— Cádiz, 28 de Septiembre 1787.» «Nota de las piezas que con semillas y algunas otras curiosidades de la Historia Natural se han conducido en las fragatas Nieves y Placeres: Un cajón arpillado rotulado al Rey, núm. 9, por mano del señor Conde de Froridablanca. Un canastillo rotulado a dicho s-'s boletín de la real sociedad española señor. Un cajón tosco rotulado a D. Nicolás de Vargas, Director interino de la Historia Natural. Un cajón tosco rotulado al señor Marqués de Sonora. Un canastillito arpillado rotulado a ídem. Otro a ídem.» En cuanto a las plantas vivas, hay un oficio fechado en San Ilde- fonso en 21 de Septiembre de 1787 por el Condi de Floridablanca comunicando al ministro Porlier, que daba órdenes al jardinero mayor de Aranjuez para que recibiera y se encargara de dichas plantas vivas de Filipinas, que habían venido en los buques de la Compañía. En la misma fecha se ofició también al Director del Jardín Botá- nico, D. Casimiro Gómez Ortega, para que diera las órdenes opor- tunas a sus corresponsales del Puerto de Santa María, a fin de que las remitieran en seguida. En el cumplimiento de esta disposición parece que hubo cierta resistencia pasiva por parte del personal afecto al Jardín Botánico, y esto motivó varias órdenes enérgicas. Las comunicaciones del Director del Jardín Botánico a que al principio nos referimos, son dos. En 19 de Septiembre de 1787, D. Casimiro Gómez Ortega dice al ministro D. Antonio Porlier lo siguiente: «Por las cartas de oficio de 9 de Enero último avisa desde Mani- la el botánico del Rey y de la Real Compañía de Filipinas el envío en las fragatas que acaban de aportar a Cádiz varias macetas de plantas vivas y árboles preciosísimos, entre ellos el canelo y el mangostán, que inútilmente se han esforzado los ingleses en con- ducir a Europa, publicando considerables premios a'favor del nave- gante que lo consiguiera. Aunque es regular que el expresado bo- tánico D. Juan de Cuéllar haya escrito directamente a V. E. sobre su remesa, considero ser de mi obligación hacerle presentes los me- dios de precaver el riesgo de que se malogren dichas preciosidades en caso de que se hayan recibido en buen estado todas o parte de ellas en Cádiz, sfegún lo tiene ya acreditado la experiencia de otros envíos de países remotos. »Siendo, pues, el objeto de estas adquisiciones connaturalizarlas en España y multiplicarlas para utilidad común del Reino, y provi- niendo de climas cálidos, entiendo que si V. E. lo aprobase, conven- drá distribuir los pies o individuos de cada especie entre el nuevo Jardín Botánico de Cartagena, el de Madrid y el de Valencia, que cultiva a sus expensas en tan benigno cielo el Arzobispo de aquella ciudad en su pueblo de Puzol. Para que esta distribución se efectúe Dli HISTORIA NATl'RAL :-.8> con el debido conocimiento, se podrá mandar sin pérdida de tiempo al Presidente de la Contratación se valga de los correspondientes del Jardín Botánico de Madrid residentes en el Puerto de Santa Ma- ría, D. Pedro Gutiérrez Troncoso y D. Pedro Gutiérrez Rodríguez, a fin de que, de acuerdo con D. Gaspar Leal, Director de la Com- pañía de Filipinas, reconozcan la remesa de que es copia la adjunta lista, embarquen y dirijan al Arzobispo de Valencia y al Intendente general de Marina de Cartagena algún pie de cada suerte y envian- do a Mfldrid a disposición de V. E. la porción correspondiente de plantas y semillas que hayan venido, con el competente resguardo para que no mate el frío a las primeras en el camino, y orden de que el conductor no las riegue demasiado, porque llegarían, como sue- len llegar, podridas, y las defienda del sol y del sereno; consérven- las además a voluntad de V. E. en algún jardín o huerto adecuado y avisen de todo lo que practiquen y resulte de su reconocimiento.» «Este es mi débil sentir para no exponer tan ricas producciones a un riesgo conocido y asegurar, en la forma posible, el fruto de los muchos cuidados y dispendios de la remesa. Sin embargo, V. E. re- solverá como siempre lo que más convenga. Dios guarde a V. E. mu- chos años. Madrid 19 de Septiembre de 1787.— Casimiro Gómez de Ortega.— Excmo. Sr. D. Antonio Porlier.» Esta instancia no fué atendida, y está decretado al margen, en 20 del mismo mes y año, para que «todas las plantas vivas que han lle- gado de Filipinas se remitan al Real Sitio de Aranjuez al Director de aquellos reales jardines». Debió molestar, como era natural, a Gómez Ortega lo terminante del decreto, y tres días después, en 23 de Septiembre de 1787, se dirigió de nuevo al ministro en comu- nicación reservada, y dice: «Reservada a V. E.- Excmo. Sr.— Se- ñor: He cumplido con mi primera obligación de obedecer ciega- mente la Real orden que V. E. se sirvió comunicarme en 21 del co- rriente dirigiendo la instrucción conveniente a los Correspondientes del Jardín Botánico en el Puerto de Santa María, a fin de que bajo las órdenes del Presidente de Cádiz cuiden de las plantas de Filipi- nas que conducen para S. M. los tres buques de la Compañía de aquellas islas y se trasladen con las debidas precauciones al Real Si- tio de Aranjuez.» «Espero ahora de la bondad y rectitud de V. E. me permitirá des- empeñe otra obligación, poco menos estrecha, de hacerle presente lo que mi corta inteligencia y experiencia de mi profesión me sugieren para el mejor logro de las intenciones de S. M. y de V. E.» 3fiO BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA «El temperamento del suelo y cielo de Aranjuez es admirable para criar y propagar los árboles y demás plantas de Europa, de la Amé- rica Septentrional y generalmente de los climas fríos y templados; pero las de países cálidos, como son por lo común las del Perú, Fi- lipinas, etc., no pueden resistir vivas veinticuatro horas en aquel sitio al aire libre en invierno. En las estufas, además de los dispen- dios que ocasionan y de que en Aranjuez las que hay se hallan des- tinadas a anticipar nuestras frutas tempranas y otros usos propios de jardinería, se conservarían estas plantas, cuando más, para curio- sidad y muy desmedradas, como violentadas por el arte y fuera de su elemento, sin conseguir el fin principal de su pronta y abundante multiplicación de estaca y semilla al descubierto.» «Por estas razones y por no exponer en estación tan avanzada el riesgo de perderse en el camino y después de llegadas a Castilla unas plantas tan delicadas, tan importantes y tan costosas como las que conducen los buques de la Compañía de Filipinas, entiendo que mediante a que se remiten varios pies de cada especie, se asegure su posesión reteniendo por ahora, en el benigno clima del Puerto de Santa María, uno de cada clase, distribuyendo otro a Valencia y Car- tagena, donde hay probabilidad de su conservación y propagación sin artificio ni dispendio particular y que los demás corran el peligro de venir al Jardín Botánico de Madrid, donde hay estufas destinadas a la admisión de estas plantas, y no sólo jardineros, sino también profesores que están obligados por su oficio a entender de la natu- raleza de ellas, a demostrarlas al público para la común instrucción y a comunicarlas al Real Sitio de Aranjuez, con cuyos hábiles jar- dineros mayores sostienen continua correspondencia y amistad y a cuantos parajes disponga V. E.» «Dígnese V. E. llevar a bien esta respetuosa representación; dic- tada por el celo que V. E. me hará la justicia de reconocer en la sencillez de sus cláusulas, y sin embargo de ello resolver para el des- tino de los envíos de las expediciones botánicas, lo que por sus su- periores luces considere más acertado para que yo me arregle invio- lablemente a sus preceptos. Dios guarde a V. E. muchos años. Ma- drid, 23 de Septiembre de 1787.— Casimiro Gómez de Ortega.— Excmo. Sr. D. Antonio Porlier.» ^ Esta respetuosa exposición no fué tenida en cuenta, a pesar de lo razonable que era, demostrando que había algo o mucho de desafecto hacia Gómez Ortega y, en cambio, deseo de dar preferencia a los jardines de Aranjuez sobre el Jardín Botánico. El decreto marginal UK HISTORIA NATURAL 391 dice: «S. M., a quien he hecho presente esta carta, me ha prevenido no se haga novedad en lo que tiene mandado acerca de la conduc- ción de estas plantas.» La resistencia pasiva al envío de las plantas hizo que en Enero siguiente no se hubieran enviado todavía y motivó que en 21 de di- cho mes de 1788 se dictara otra Real orden para el inmediato envío. El celo que en el asunto ponía Gómez Ortega para salvar los va- liosos ejemplares llegados de Filipinas y acaso también por rivalidad al Jardín de Aranjuez, hace sospechar que no fuera ajeno a esta re- sistencia, como parece desprenderse de una carta suya sin fecha que existe en el legajo y que dice: «Sr. D. Silvestre Collar y Castro: Amigo y señor: Por lo rayado en las adjuntas confidenciales se ente- rará Vm. del recibo de la orden del Rey y del de mis oficios e Instruc- ción para la conducción de plantas de Filipinas en Cádiz y el Puerto de Santa María; de las causas que allí ocurrieron y aprobó el Presi- dente de la Contratación para retardar el envío, ofrecía de informar a S. E. del estado del asunto, a pesar de mis repetidas instancias, pjra que a todo trance se cumpliera la orden del Rey literalmente a.ites de que se echara encima la estación de los hielos. »No olvide Vm. el asunto de la Canela de Filipinas ni el expe- diente de Cuéllar, y mande con reconocida satisfacción a su afectí- simo y reconocido servidor y amigo q. s. m. b., Casimiro Ortega.» Hay un 19 que parece fecha, pero no fija mes ni año, y como post- data: «Estimaré me devuelva Vm. las cartas a su tiempo.» Acompaña a este papel otro que dice: «Sr. Mayor: Sírvase vues- tra merced entregar las adjuntas al Jefe para que se entere del estado de las plantas que vinieron de Filipinas y devolvérmelas para restituirlas a Ortega. Collar.» A continuación dice: «Sr. Collar: Le devuelvo hoy las que con este expediente me ha entregado. S. C, Pardo 22 Enero 1888. Es de Vm. afectísimo servidor. Ayala.» Como se ve, sostenía Gómez Ortega una constante información reservada sobre el asunto. Por último, tras tantas dificultades, en 19 de Febrero de 1788 co- municó al Ministro Porlier D. Manuel González Giral, Presidente de la Contratación de Cádiz, que habían salido la víspera del Puerto de Santa María para Aranjuez a cargo de José Vares, que ya se había encargado de otras expediciones, dos carros catalanes conte- niendo cajones de plantas vivas procedentes de Lima, Filipinas y Caracas, encargándole los corresponsales del Jardín Botánico que estaban en el Puerto, que cumpliera estrictamente las instrucciones 392 BOLlíTIN DE LA REAL SüCIKDAD ESPAÑOLA que se le habían dado y acompañándole copia délas remitidas por el Intendente de Caracas, expresivas del método que requiere el cul- tivo y propagación de los arbolitos de cacao blanco y café proce- dentes de aquella provincia. Iba este convoy escoltado por cuatro soldados y un cabo de caballería y con pasaportes y órdenes a todas las autoridades del tránsito. De Lima iban nueve cajones de plantas vivas que no se detallan. De Caracas tres cajones, de ellos uno con 12 arbolitos de cacao blanco y varios granos sembrados y otros con 10 pies de café. La lista del valioso envío hecho por D. Juan de Cuéllar, dice: «Memoria de las plantas vivas y demás cosas que se conducen en los navios de la Real Compañía de Filipinas, a entregar al señor Presidente de la Contratación en Cádiz, para dirigir a Madrid para el Real Gabinete de Historia Natural y Real Jardín Botánico: »Navío v4^«/7íz.— Macetas: 6 Canelos.— 2 Cha o Té.— 6 Café.— 2 Limoncillos. — 4 Mangas. — 1 Mangustán. — 1 Árbol María con tres plantas.— 2 Sibucao o Brasil, con tres plantas. — 2 Anís índico. — 2 Santán (Ixora coccínea L.).— 2 Tamarindos. — 2 Cacao. — Tres cajones de tierra, señalados con los números 1, 2, 3; el primero para los canelos, el segundo para el Cha o Té, y el otro para el resto general de las demás plantas. — Un cajón con tierra y raíces de caña, abierto.— Un cajón que contiene objetos de Historia Natural, plantas disecadas y semillas, marca Rey, para el Excmo. Sr. Mar- qués de Sonora.— Un cajoncito para D. Casimiro Gómez de Ortega, primer Profesor de Botánica de Madrid.— Dos pájaros vivos adqui- ridos en los estrechos de la Isla de Java llamados Cacaran y en Fili- pinas Cálao; entre los naturalistas Ni/drocorax Philippi'nensíS.» «Fragata Placeres. — Macetas: 2 Canelos.— 2 Pimienta negra. — 2 Café.— 2 Limoncillos.— 2 Mangas.— 1 Mangustán. — 1 María, con tres plantas.— 2 Sibucao, con 6 plantas.— 3 Anís indio. — Además tres cajones con tierra señalados con los números 1, 2 y 3; la del primero para los Canelos; la del segundo para el Cha, y la del ter- cero para el resto de las plantas.» «En la fragata Nieves.— M^ac^tas: 4 Canelos.— 2 Pimienta ne- gra.—2 Cha o Té.— 4 Café.— 4 Mangas.— 2 Limoncillos. — 1 Man- gustán.— 2 Árbol María, con 6 plantas. — 2 Sibucao o Brasil, con 6 plantas.— 2 Anís indio.— 1 Tamarindo.— 2 Cacaos.— 2 Santán o Ixora coccínea L. — Además, tres cajones con diversas tierras. — Un cajón con objetos de Historia Natural para D. Nicolás de Var- gas, Director del Real Gabinete de Historia Natural de Madrid. — DE HISTORIA NATURAL 393 Un cajón rotulado para el Excmo. Sr. Conde de Floridablanca, con objetos de Historia Natural para el Real Gabinete.» En papel aparte venía la nota del total de plantas vivas enviadas por Cuéllar en esta expedición, que resultan 83, a saber: Cane- los, 12.— Pimienta negra, 6. —Mangas, 10. — Mangustanes (que producen la fruta más delicada del mundo), 3.— Té, 6.— Cacao, 4.— Anís estrellado o Baolián, 6.— Limoncillos (así llamados en Filipi- nas), 6.— Sibucao, 11.— Palo María, 12.— Tamarindos, 3.— Santan o Ixora coccínea L., 4. El envío de plantas llegó a Aranjuez sin novedad, según comuni- cación de 5 de Marzo de 1788. Las reglas para el cuidado de las plantas en el viaje van en una «Instrucción de lo que se deberá observar en la conducción de las plantas que van á Aranjuez para el Rey Nuestro Señor»: »De dos en dos días se regarán en cantidad de un cuartillo o más de agua dulce o llovediza, aspergeándola con la regadera desde la cima al pie y previniendo se atienda al semblante de cada una para si se pusiesen mustias aplicarles algún conveniente remedio. ^••En los días que lo permita el buen tiempo se cuidará en el carro de que les dé alguna ventilación; y de parte de noche, se hará por que estén libres del sereno y bajo cubierto.» »También cuando sean templados los días, se les quitarán las fun- das que llevan, y si se vuelven a poner será sin que toquen o se perjudiquen las ramas. »Si en algunos malos pasos de su tránsito se advirtiera peligro de volcarse el carro o algún fuerte vaivén amenazara poderse des- prender alguna raíz, no se omitirá. pasarlas a mano ni ayudar a hom- bros las ruedas. »Véase de cuando en cuando si siguen bien aseguradas las ma- cetas y los cajones, por si las sogas con que deben ir bien amarra- das han dado algún amor, en cuyo caso corresponde enmendarlo de modo que vayan sin violencia. »Luego que lleguen a Aranjuez se entregarán al jardinero del Rey Nuestro Señor, y se le prevendrá que son plantas de estufa y abrigadísimos reservatorios.» No tiene firma, pero esta instrucción debe ser de los correspon- ponsales del Jardín Botánico que residían en el Puerto de Santa María, D. Pedro Gutiérrez Troncoso y D. Pedro Gutiérrez Ro- dríguez. La instrucción que también acompaña sobre el café y cacao blanco Tomo xvi. -Octubre, 1916. 25 394 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA está fechada en el Valle de Ocuinare en 23 de Octubre de 1787, y firmada por Francisco Faxardo. Merece consignarse la siguiente comunicación referente a otro envío porque se refiere a dibujos y descripciones de plantas de Fi- lipinas: «Excmo. Sr.: El botánico de Filipinas, D. Juan de Cuéllar, ha re- mitido desde Manila, en la fragata Rey Carlos, los adjuntos dibu- jos de diferentes plantas y animales de aquellas islas con la descrip- ción que acompaña, y de orden de S. M. lo paso a Y. E. todo, a fin de que remitiéndolo al Director del Real Gabinete de Historia Na- tural de Madrid, se sirva prevenirle deposite dichos dibujos en la colección general de esta clase, con sus noticias o prevenciones, 'para que cuando envíe otros el expresado botánico y vuelva de su comisión, los examine, rectifique y dé su dictamen para abrir sus respectivas láminas y darlas al público. Dios guarde a V. E. muchos años. San Ildefonso 1.° de Septiembre de 1788.— Antonio Porlier.— Sr. Conde de Fioridablanca.» La firma de Porlier tiene dos tacho- nes, como si se hubiera querido inutilizar el oficio. Una supervivencia paleolítica en la psicología criminal de la mujer por Constancio Bernaldo de duirós. Los arqueólogos de la prehistoria convienen en interpretar las representaciones de formas animales que aparecen desde los obscu- ros tiempos paleolíticos, más como procedimientos de magia simpá- tica eficaz para la caza a que los breves rebaños humanos confiaban su existencia precaria sobre la tierra poco benigna, que como ma- nifestaciones puras del sentimiento del Arte recreándose en sí mismo. Parece ser así, especialmente, para aquel género de representa- ciones designadas hoy con el nombre de «pinturas rupestres». El primitivo, que, como en el Vamireh, la novela de los tiempos paleo- líticos de J. H. Rosny, suspende un momento su azarosa actividad, abandonándose al interés de seguir el contorno de una flor sobre el hueso plano de cualquier presa con el colmillo de una fiera, quizá para arrojar la obra en seguida, apenas su fugitiva atención le Dli HISTORIA NATURAL transporta a otro estado de espíritu, éste cultiva seguramente el arte por el arte y es la fuente o raíz, el origen primero de la larga y gloriosa genealogía de los expresadores de belleza. Pero las rojas pinturas de animales de' caza guardadas en la obscuridad misteriosa de cavernas casi inaccesibles, tienen otra significación y, consi- guientemente, otro origen. <^En la época del mammut y del reno, quince o veinte mil años antes de nuestra Era, la Galia ya contaba artistas — dice Rei- nach (1) — que en el Perigord y en la región de los Pirineos, escul- pían y grababan figuras de animales y las pintaban en los muros de las cavernas que habitaban. Pero estos animales no son de cual- •quiera clase: son animales comestibles y deseables. Las fieras jamás €stán representa- das. Algunas ve- <:es el animal está acribillado de fle- chas, en previ- sión de una cace- ría feliz o, más bien, con la idea de que la realidad se conformara con la imagen. Sor- prendemos aquí los orígenes mágicos del arte, destinado a atraer, mediante una acción fascinatoria, los animales de que la tribu se alimenta.» Estos otros, por consiguiente, fueron más bien sacerdotes; hechi- ceros, cuando menos, creadores y prácticos de un rito de magia simpática fundado en el principio de determinar los sucesos exterio- res deseables por un simulacro de ejecución; rito que "ha debido aplicarse a toda clase de necesidades, aunque las pinturas rupes- tres no nos le revelen sino en la de la caza. Así, por ejemplo, en su libro Le génie de V argot, Alfredo Niceforo menciona el caso de Fíg. 1.^— Cueva de Niaux: Bisonte pintado en negro, con dibujos de flechas o azagayas encima del cuerpo. (Según H. Breuil.) (1) Orpheus, París, 1909; págs. 162-163. Cf. H.Obrrmaier: El hom- bre fósil, Madrid, 1916, pág. 245, de quien tomamos, como ejemplo grá- fico, una d2 las ilustraciones: el bisonte da ja cueva francesa de Niaux, según Breuil. S9G BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA algunos pueblos bárbaros contemporáneos que, como remedio a las sequías prolongadas, riegan el cuerpo desnudo de una de sus doncellas, esperando que la Naturaleza, ante esta sugestiva insi- nuación, derramará sus ánforas rebosantes sobre la tierra. «Es la misma concepción— añade Reinach— que se encuentra en la Edad Media, cuando se hechiza a un individuo, atravesando con un alfiler su efigie en cera.» Nuestro código medieval de las Siete Partidas, menciona y re- prime expresamente este hecho criminal: «... Otrosí defendemos que ninguno non sea osado de fazer imagines de cera, nin de metal, nin otros fechizos, para ena- morar los ornes con las mujeres, nin para departir el amor que algunos ovieren entre si!> (1). Y también está mencionado en La Celestina, en aquel intere- santísimo pasaje del Folk-lore del amor pecador, en que Parmeno cataloga las artes de la inmortal lena: « . . . G otros daba unos corazones de cera llenos de agujas quebradas. •i> Mas, contra lo que parece creer Reinach, o contra lo que pueda haber sucedido en Francia, semejante reliquia del paleolítico no se ha extinguido aún en nuestra España. Estudiando la mala vida en Madrid, la hemos encontrado nosotros en el mundo de la baja prostitución y, en general, en las profundi- dades sociales, do.nde se conservan las supervivencias de la psico- logía y la sociología primitivas, llegadas de todas partes a la con- fusión étnica de la ciudad y deformadas en su ambiente perverti- do (2). A veces sabíamos de figurillas humanas acribilladas de agujas; otras, más frecuentes, eran corazones representativos de las vidas de antiguos y ahora odiados amantes que se deseaba ator- mentar o extinguir por el mismo método enérgico. En otro tiempo parece que en algunos casos se utilizaron corazones animales amo- jamados, como resulta en el proceso seguido por la Inquisición de Valencia a Esperanza Badía, en 1653, proceso que Casany publicó por vez primera (3); pero en la actualidad parece también haberse (1) Ley 2.^", título xxiii de la Partida vii. (2) C. BerxValdo de QuiRÓs y J. M. Llanas: La mala vida en Madrid; Madrid, 1901, capítulo in, § 6. Y en el mismo lugar de la edi- ción alemana de nuestra obra (Berlín, 1909), con prólogo de César Lombroso. (3) Archivo de Alcalá, legajo 23 de los de aquel Tribunal. DE HISTORIA NATURAL 397 conservado sólo la imagen de la viscera, modelada, a escala muy re- ducida, sobre cera, reproduciendo la representación del corazón convencional que el arte popular ha elaborado y fijado en grafitos, bordados y tatuajes, en que la irregularidad natural del cónico 'músculo hueco se corrige acentuando el vértice ganchudo, torcido marcadamente hacia la izquierda y desdoblando casi hasta la mitad los lóbulos superiores, entre los cuales el tronco de la aorta brota como un árbol. En todo caso, estas representaciones— corazones, figurillas hu- manas completas — yacen en escondrijos poco frecuentados: en el fondo de cajas y bolsas con despojos de vestidos y adornos, perdi- didas entre las estratificaciones de'ropas de viejas arcas y cómodas. Esto da a los hechizos que describimos una nueva semejanza con las pinturas rupestres, «colocadas — como escribe Obermaier— en los nichos más recónditos, en lugares apenas accesibles y rodeados de la más absoluta obscuridad». Y a la vez, estas mismas circuns- tancias diferencian el verdadero hechizo de las manifestaciones similares inocentes, en que un corazón simplemente recortado en tela roja o relleno de serrín sirve de guarda-agujas o acerico. Por una parte, en estos casos el corazón muéstrase al descubierto, col- gado o bien visible en la caja de costura; por otra, las agujas están íntegras, mientras en el hechizo verdadero parece esencial al éxito que las agujas se hallen quebradas, como azagayas o saetas rotas en la violencia de la agresión y en el desesperado impulso de la fuga. Todo, por consiguiente, revela la correspondencia de estos hechi- zos actuales eróticos con los hechizos cinegéticos del paleolítico conservados en las obscuras cavernas, santuarios misteriosos de la humanidad naciente. No habría otra diferencia sino la de que en la actualidad, la simple representación gráfica ha caído en desuso, considerándose probablemente ineficaz o menos eficaz que la del modelado, en cuanto que éste añade la tercera dimensión propia de los cuerpos. Pero ¿cómo ha podido conservarse, sobreviviendo hasta el día, esta aplicación de la sabiduría paleolítica a los rencores de amor, mientras en todas las demás que pudo recibir se extinguía en el curso de los siglos? El enigma no es de difícil solución. La magia simpática de los fingidos corazones que recibiendo el pinchazo de las agujas llevan la vibración del dolor y hasta la ago- nía de la muerte a la lejana viscera viviente que representan, esta 398 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA magia también se hubiera extinguido, igual que la magia simpática cinegética, mucho tiempo hace, en el olvido irreparable de la pre- historia, si lo mismo que ésta hubiera permanecido en manos de los varones. Pero, por un fenómeno de división de funciones debido a las diversidades psíquicas y a las características de los sexos, mien- tras la magia bélica y la cinegética fueron, con otras más, ejerci- cios de varón, la magia erótica se hizo desde los principios arte de mujer, siendo, en resolución, la supervivencia que examinamos una de las artes de Venus, de los venenos malos, como se diría mucho después en la civilización latina (venena /7z<7/a== malas artes vené- reas, que es lo que literalmente significa la palabra), lo mismo que los tóxicos, mientras los venenos buenos (venena bona) compren- dían los filtros de amor y, en general, los afrodisíacos. La suerte de las cosas quedó así ligada a este desdoblamiento. En la línea masculina, las artes mágicas no estaban llamadas a gran longevidad, y el varón, que en la dualidad sexual representa el ele- mento innovador y progresivo, se desprendió poco a poco de ellas,, abandonándolas ante los ensayos fracasados, la larga prueba nega- tiva de la experiencia. Por el contrario, las artes mágicas hallaron en la línea femenina el terreno y la atmósfera buenas para su con- servación indefinida: la ciega confianza, el amor a la tradición, el instinto conservador que representa la naturaleza íntima de la mu- jer, de quien la especie toma propiciamente los rasgos hereditarios que, contra las variaciones a que tiende el elemento masculino, man- tiene la estabilidad de las formas y los caracteres. Como las antorchas cantadas por el poeta] los mágicos corazones fingidos vienen transmitiéndose, generación tras generación, de mano en mano de mujeres por nuestra amplia España, con la espe- ranza y la fe en un perverso influjo que la psicología delincuente femenina se decide excepcionalmente a determinar por métodos más eficaces. ¡Cuan larga, desde los tiempos de las cavernas hasta hoy, cuan ramificada por todo el país, la dinastía de las hechiceras del amor depositarlas de los más arcaicos secretos de la raza y hasta de la especie! Sus nombres, sus hechos, sus vidas se confunden y resuelven en una sola figura representativa, en la cual, como en las fotografías compuestas ideadas por Galton para la obtención de los tipos antropológicos, se acentúan y exageran los rasgos más fre- cuentes y acusados. Es la figura de Celestina inmortal en la vida y en el arte. Aún, y por siempre, sus nietas y herederas siguen conservando el patrimonio original; y bajo su consejo las manos fe- DE HISTORIA NATURAL 399 meninas, en las clases inferiores, modelan y traspasan con agujas quebradas los corazoncillos de cera que ponen auténtica a la inter- pretación de las pinturas rupestres paleolíticas como ritos mágicos de caza. Post scripfum.— Nos complace hallar una coincidencia en el es- tudio de D. Eugenio Frankowski sobre los signos quemados y es- quilados del ganado de tiro en España, publicado últimamente en las Memorias déla Real Sociedad Española de Historia Natural (vol. X, páginas 299- 300). Este señor, en efecto, interpreta acertadamente como una « representación de muerte mágica que el hombre primitivo ha dado a su enemi- go», la figura trazada en la pared vertical de la mole de rocas más imponente del abrigo de Valrobira (provin- cia de Teruel) que Ca- bré, su descubridor, presentaba como una probable representa- ción de sacrificio hu- mano (J. Cabré: El Arte rupestre en Es- paña, página 152). La figura de Valrobira, que, por las represen- taciones de las armas amenazadoras, debe asignarse a la edad de los metales, es del mayor interés para nosotros, en cuanto expresa la derivación a las luchas humanas interindividuales de los métodos que hasta el día sólo conocíamos en relación con la caza de los animales deseables. Nos permitimos, pues, reproducir esta imagen de intensa expresión, ingenua y trágica, en que la lluvia de armas arrojadi- zas representa los deseos, repetidos y fuertes, de destrucción de Fig. 2.^— Grabado en la pared vertical de un abrigo del Valle de Valrobira. (Según J. Cabré.) 4C0 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA un hombre remotísimo que, casi con seguridad, perecería bajo ellas, asesinado. Es la primera manifestación del homicidio mágico; el ori- gen, el tronco de los hombrecillos y corazoncitos de cera traspasa- dos con agujas que hemos procurado ilustrar en esta nota. Datos para la cronología del arte rupestre del oriente de España por Ismael del Pan y Paul Wemert. El objeto de la presente nota es insistir sobre las manifestaciones que ya tenemos hechas en uno de nuestros anteriores trabajos y a la vez ampliarlas con nuevos datos que dicen bastante en pro de la edad que atribuíamos- a aquellas expresiones artísticas del oriente de nuestra Península. Con relaciones entre los adornos colgantes que de manera bien determinada se acusan en la figura de varón de la danza de Cogul y en otras muchas de Alpera y en el Charco del Agua Amarga Fig. l.^~a, Figura masculina de la danza del fresco de Cogul.— 6, Guerrero del fresco del Charco del Agua Amarga.— c, Figura masculina del fresco de Alpera. (Según reproducciones de Breuil y Cabré.) (fig. 1.^), y las aplicaciones de algunos esqueletos paleolíticos, hemos aportado nuevos documentos para probar la edad cuaternaria de las mismas. Pero por si esto no fuera suficiente, diremos que tal coincidencia no sólo existe entre las representaciones pictóricas del oriente de España y los aditamentos de los esqueletos fósiles cuaternarios ya reseñados, sino que también en dos manifestaciones de arte mo- DE HISTORIA NATURAL 401 biliar que aquí presentamos puede verse del mismo modo lo positiüo\de esta determinación cronológica. Así, en el nivel magdaleniense del abrigo de Laugerie-Basse (Do'rdogne), se halló \ lii w?^ a b Fig. 2.'^— a, Hueso grabado del nivel magdaleniense de Laugerie Basse. (Según Nadaiu.ac.)— 6- Varilla del magdaleniense de La gruta de Lourdes. (Según Pif.tte.í 402 boletín de la. real sociedad española sobre un trozo óseo un grabado representativo de una composición gráfica en la que un hombre desnudo por completo y con el miem- bro viril acentuado se halla en actitud de requerir un arma (figu- ra 2.^, a). Pues bien, en esta figura que a continuación reproduci- mos, aconsejamos fijar la atención de quien leyere en la porción correspondiente a ambas rodillas. Allí se observan con toda claridad dos estrechas franjas que ciñen la región inírarrotular, en las que nos parece ver indicada a la perfección la jarre- tera (fig. 3,^). El segundo caso de estas manifestaciones de arte mobiliar se halló en Lourdes (nivel magdale- niense), y es menos persuasivo que el anterior, empero en el dibujo que adjuntamos puede com- probarse que en la parte correspondiente a la ro- dilla d^ una figura humana estilizada y vista de perfil, hay una incisión prolongada, cuya forma recuerda a la jarretera de la provincia oriental de España (fig. 2.^ b). Estos dos datos , proporcionados por el arte mobiliar, vienen a constituir la prueba de más eficacia en pro de la contemporaneidad del arte del oriente de España con el arte fósil magdale- niense, quedando así, indudablemente, dilucidada la cuestión un tanto obscura en un principio refe- rente a cronología artística. Ei calador o guerrero desnudo, pero con las jarreteras en las rodillas [y frecuente- mente con tocado en la cabeza], es pues, el representante de la civilización Magdale- niense del Cuaternario Superior en el Occi- dente de Europa. No debemos pasar por alto, antes de terminar esta breve nota, que esta cuestión de cronología del arte rupestre de la provincia oriental de España, ha sido analizada y controvertida por varios autores, si bien haya sido tomada bajo diferente punto de vista al que nosotros lo hacemos. Así ha reunido principalmente H. Breuil (1) Fig. 3." — Grabado del «cazador de bi- sonte» de Laugerie Basse. (1) H. Breuil: L'áge des cavernes et roches ornees de France et d'Espagne. (Revue archéologique, t. xl\, 1912. pp. ll-25.)-Véase también H. Obermaier: El hombre fósil, 1916. (Memoria ix, de la Co- DE HISTORIA NATURAL 403 varios elementos demostrativos, afirmando la existencia [aunque es- casa y en parte controvertida] de representaciones de una fauna cuaternaria (Bisonte, Alce, Rinoceronte), y estableciendo el para- lelismo de los caracteres artísticos y técnica del arte del Magdale- niense de Francia y de Cantabria y algunos otros detalles. Sobre una nueva Armería por Emilio H. del Villar. Armería Carpetana H. Villar n. sp. Rhizocarpica, glabra; dense csespitosa, pluricaulis; rhizomatis, in radicem simplicem tortile tránseuntis, apicibus residuis íoliorum emarcidorum vestitis. Foliis longitudine differentibus (usque ad 10 cm. vel paulo ultra); ápice curvulatis et fastigiato-mucronulatis; feré tota longitudine an- gustis, linealibus; plerisque 1 — 1 'A mm- latis, plus minusve convol- ventibus (príecípué vel saltem dimidio inferiore), crassiusculis, pagi- nis corrugatis, eximie 1 — obsoleté 3 — nerviis (nervia enim late- ralia paginas radendo apparent), quibusdam vero latioribus (ad 2 mm. usque) et planioribus, ipsorumque nerviis lateralibus eximio- ribus; omnium margine pellucido sub lente minutissimé et remóte denticulato et basi vaginante et latiore 7 — nervia (nerviis autem tribus primariis semper crassioribus), infiméque, nerviorum subse- cundariorum interpositione, multinervia. Scapo sesquipedale erecto, satis robusto, siccatione indurato rigido. Capitulis 1 V, cm. diam. Vaginis 4 cm. et ultra. Involucro pluri- seriato: phyllorum omnium zona media crasso-curiacea, a medio ad apicem rubente, margine lato scarioso; exteriorum ápice longé acu- minato, interiorum rotundato-obtusissimo et tantüm breviter abrupté- que acuminato; omnium acumine (ut in speciebus alus) convoluto, ex- misión de Investigaciones paleontológicas y prehistóricas, pág. 231), y E. H. Pacheco: Estado actual de las investigaciones en Esparla res- pecto a Paleontología y Prehistoria. (Asociación Española por el Pro- greso de las Ciencias, 1915, págs. 52-53.) 401 boletín de la. REA.L SOCIEDAD ESPAÑOLA teriorum alabastro superante. Bracteis feré omnino scariosis, obova- tis, ápice rotundato, leviterque trilobulato, flore adulto brevioribus. «3 0) O ■a (/) o X es c 0) .^ T3 1 o O <3 u o "=!: -4-» _^ K 1 CO CQ E (3 m •ü ^ C3 CO to -a C! es 3 «5 a bo O (/> ir> , N CQ ^ •ca 5S -r ^^ c: 01 O •a o C o 05 1 » E c CO E O s a> > 1 c 0) Cfl Q O ^ Cí CQ sz 0) o >■ 03 ca ^ U (U 5) Cfl Qi ^—^ o C5 CO *^ CQ C3 !0 C3 •^ <^ O £ "=!; 5 <3 Pedicellis in eodem calatho longitudine dif ferentibus: maximis vix 2 mm. excedentibus, sgepissimé minoribus immo flore, praícipué ju- DK HISTORIA NATURAL 405 II venile, subsessile. — Calycis ecalcarati, basi obliqué inserti, tubo c. 3 mm. vel vix minüs; ipsiusquecostis, sub anthesi, spatiorum lati- tudine non sequantibus: primariis eximioribus magisque — (secunda- riis obsoletíoribus minusque— ) pilis complanatis mollisque mediocri- ter vestitis. Limbo scarioso cum dentibusiubi longitudinem paulo excedente; fasciis chromophilicis a tubo productis, et ad limbi mé- dium rubentibus, ipsius dúos i tercios secus cuneantibus, et inde in aristas transeuntibus, costarumcfue pilis fascias has secus in aristarum dentículos degenerantibus; ora valdé et irregulariter rosa, unde ssepis- simé in medio interdente con- vexitas oritur plus minusve irregularis; dentibus acutis et in alas, aristas saepe longé immo longissimé marginantes, abeuntibus, ita ut arista cum alis plerumque longior, ejus autem pars exalata brevior, quám dimidium dentem aris- tatum apparet. Dente cum arista a plus quám 2 '/a ad minüs quám 3 '/j mm. — Peta- lorum alborum spatulatorum lobis integris, basi 3— reli- quo 1 — nerviis. In declivis septentrionali- bus montis S.'"^ de Gredos, ad 1.500 m. et ultra. Lecta lló- rente 17 malo 1912. * * Bordes del cáüz. I, Armería aílioides Bss. (Sierra Tejea).— II, A. Carpetana H. Villar (Sierra -de Gre- dos).—III, A. longearistata Bss. Rt. (o. Cor- dillera Central; b, Sierra Qrimona). Parece que esta especie ha sido confundida en la- Cordi- llera Central con la A. aílioides Bss. (de la cual se ha extrañado semejante habitat) y acaso lo haya sido también con la A. longea- ristata Bss. Rt., especies próximas por la longitud de los dientes (del cáliz) con sus aristas. Aunque los órganos de nutrición ofre- 406 boletín de la. real sociedad española. cían, a primera vista, en mi especie, una diferencia bastante marca- da, he juzgado, sin embargo, necesario ver hasta qué punto se acu- saba ésta en los órganos florales, sobre todo en el cáliz, de tanta im- portancia morfológica en el género. Para ello hice un estudio com- parativo micrométrico, cuyo resultado se expresa en los adjuntos dibujos (a la escala de 20 x 1 para los cálices en conjunto y de 70 X 1 para los dientes y bordes, en el original) (1). En ellos aparecen los cálices con una tectónica propia para cada II I!I Conjunto del cáliz. I, Armería allioides Bss.— II, A. Carpetana H. Villar.— III, A. longearístata Bss. Rt especie. Desde luego resulta facilísima la distinción entre las formas de diente (con arista) corto y las de diente largo, como se ve en los ejemplares elegidos (v. gr.: entre la A. alliacea Cav. y la A. allioides Bss., confundidas en Wk.). Para mí A. Carpetana, en comparación con las otras dos formas de diente largo estudiadas, se tiene (llamando A, a la arista; a, a la parte de ella libre de ala; y D, al diente): (1) Al reproducirlos se han reducido en la medida que gráficamente se indica. DE HISTORIA. NATURAL 407 1 / A. Carpetana H. Villar. mm. Z)-f >1 = 3- a Ala larguísima. A^ D a < t: Borde muy roído, generalmente con con- vexidad central muy irregular. Banda cromofílica, estrechándose a través de los '-/,) del limbo. Nervios del tubo más estrechos que los in- tervalos. A. allioides Bss. mm. Z)-t-/l = 3+ a 3 '/a + Aristación más o menos brusca. Borde bastante liso en tres ondas conve- xas muy regulares, la central muy sa- liente. Bandas cromofílicas estrechándose brus- camente en nervio en el tercio inferior del limbo. Nervios del tubo del ancho de los inter- valos. Z) 4- .4 = 3 V, Alas cortas. A4- D a > — a 4 + mm. A. longearistata Bss. Rt... Borde truncado en el entrediente. Bandas cromofílicas con un estrechamien- to en la parte inferior del limbo, y otro más lento hasta cerca del borde. Nervios del tubo más delgados que en la A. Carpetana. Entiéndase que los dibujos sólo valen íntegramente para las for- mas cogidas en la localidad que en cada caso se indica, pues las es- pecies de este género parecen ofrecer bastante tendencia a variar con el habitat. Con seguridad, en la misma Cordillera Central se han de reconocer nuevas formas o variedades y aun quizás nuevas especies de Armería de flor blanca. Este género en España dista aún mucho de estcr bien estudiado, y ofrece por ello un interés muy especial. 408 boletín de LA RliAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ESTUDIOS ETNOLÓGICOS.-II (1) La lucha entre el hombre y los espíritus malos por la posesión de la tierra y su usufructo por Eugeniusz Frankowski. Los restos fósiles del hombre primitivo, esparcidos en el globo terrestre comparados unos con otros y con los restos de hombres contemporáneos, descubren ante nuestros ojos el desarrollo gradual que sufrió durante el transcurso de millones de años, hasta que ad- quirió su forma presente. Sus utensilios de trabajo y de caza y muchos otros objetos de significación desconocida, que aumentan cada día en la ciencia y que han sido arrancados a los misterios de los siglos^ de los sepul- cros y yacimientos geológicos, dan cada vez una luz más viva sobre su mundo espiritual y su correlación con los enigmas nunca adivi- nados de la vida y de la muerte. Para entrar en esos dominios y leer en los restos hallados los misterios de la lucha de sus antepasados, dispone el hombre con- temporáneo de una llave de un valor insuperable que le abre esos mundos y los aclara. Esta llave es el saber popular, conocido en la ciencia bajo el nombre de Folk-lore. jComo la tierra conserva los remotos restos del hombre y de su cultura, el saber popular guarda las reliquias de sus creencias. Los estudios folk-lóricos, comenzados en la mitad del siglo pasa- do y seguidos intensivamente, lo mismo en los pueblos salvajes que en nuestro pueblo, han sido coronados con un resultado esplendente. Hoy día utilizan estos datos muchos especialistas de las ciencias históricas y naturales. El arqueólogo encuentra en ellos la explicación de muchos hallaz- gos que hasta el presente han sido incomprensibles; el historiador descubre la historia y los caminos de la emigración de los diferentes pueblos. El espíritu humano, ya en el alba de su desarrollo, sentía la ne- cesidad de buscar para cada suceso una causa o un autor. (1) Véase Mem. de la R. Soc. esp. de Hist. nat., t. x, mem. 5.*^ DE HISTORIA NATURAL 409 En los fenómenos de la Naturaleza que le rodea, veía el hombre las manifestaciones de seres parecidos a él: tienen ellos, según él, su alma, que rige cada uno de esos fenómenos y las relaciones suyas con otros objetos. Los fenómenos tan incomprensibles para él, como el sueño, el su- frimiento, la enfermedad, la muerte, cuya esencia y causa le era desconocida, tenían que originar en su mente la creencia en la exis- tencia de seres misteriosos e influyentes. Los descubrió el hombre, determinó el dominio de sus influencias, y se encontró para luchar con esos poderes con débiles fuerzas. Del sentimiento de su existencia sobre la tierra surgió la religión del hombre, como de los fenómenos observados de la Naturaleza, nacieron y se engrandecieron sus dioses. Al principio eran malos, vengativos y crueles, hasta que con sus sufrimientos y con el poder de su genio el hombre los sujetó, escul- piendo en sus rostros los elementos de la bondad, de la belleza y de la verdad, trofeos caramente adquiridos en la lucha de la vida durante miles de anos. Esta imperiosa necesidad de buscar una idea en los fenómenos de la Naturaleza que le rodea existe hasta hoy en el pueblo, asemejan- do su mente a la de los sabios, y del Folk-lore, el saber popular, hace la madre de todas las ciencias. Al lado de esas almas aldeanas, sencillas y sabias, llenan el mun- do millones de seres humanos que invaden las ciudades, absortos completamente en la carrera por el dinero, para los cuales todo es sencillo, natural y comprensible. Estas gentes ignoran esas emociones infantiles que han debido estremecer la mente de los hombres primitivos, y que hoy, encerra- das en las creencias, supersticiones y poesías populares, son el mayor tesoro del pueblo, del mundo entero. Estudiando y comparando el Folk-lore de los diferentes pueblos, llama nuestra atención el hecho que ciertas creencias se parecen unas a otras, y que algunas existen comunes para todo el mundo. Una de las más extendidas y que hace el objeto de este artículo, es la creencia que la tierra, sobre la cual vivimos, no nos pertenece, y la tienen en su poder espíritus más fuertes que nosotros. El hombre que edifica una casa, o siembra los campos, se expone a la ira y venganza de ellos por haber turbado su quietud. Tomo xvi.— Octubre, 191G. 26 410 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Se vengan del hombre los poderosos, dueños de la tierra, aniqui- lando sus esfuerzos. El hombre vive bajo la amenaza de que el campo herido por los aperos de labranza no dará fruto, y que sobre el suelo tomado para la casa se extinguirá su estirpe, cuya conservación es finalmente el objeto de todos sus esfuerzos. Las leyendas de la tierra productora, que se hallan en los himnos védicos, desarrollados después en los misterios de Eleusis y muer- tos, en fin, en las creencias romanas, parecen ser muy recientes en comparación con esas creencias primitivas. Muchos cambios ha sufrido el pensamiento humano en este asun- to; vistió los misterios de la Naturaleza que se desarrolla con rico ropaje de su imaginación, mudando con los siglos sus colores; pero la idea de los espíritus malos, la más extendida, y supongo la más antigua, perduró por siglos y siglos sobre estas creencias. En algunos países vive esa idea en plena conciencia; en otros apenas se ve su antigua existencia. en las costumbres populares y sus dichos. Para calmar la ira de los espíritus y precaver la venganza, el hombre acude al sacrificio. Hacer sacrificios parece tan natural al espíritu humano en cierto período de su desarrollo, que encontramos esta costumbre extendi- da en el mundo entero. ^ Se hallan sus huellas en la Biblia; en la historia de todos los pue- blos la podemos observar en pleno desarrollo en las costumbres de los salvajes de nuestros tiempos y, en fin, tienen una gran impor- tancia hasta en la vida espiritual de las gentes cultas, tanto cristia- nos, como en las demás religiones. Los sacrificios humanos que el hombre, todavía hace poco, hacía en el mundo entero a los espíritus, dioses y dueños de la tierra, in- dican un sentimiento religioso vivo y profundo, pervertido por una concepción errónea de la Naturaleza y de la Divinidad. Para apaciguar la ira de los espíritus de la tierra en sus dominios, muchos habitantes del África del Sur, antes de la siembra, riegan el suelo con sangre de un ser humano sacrificado. Los marimos, una de las tribus del África del Sur, antes de la DE HISTORIA NATURAL 411 siembra celebran una ceremonia llamada meseletso oa mabele, que significa la cochura del grano. Consiste en un sacrificio humano, para el cual escogen un hom- bre robusto, pero de baja estatura. «Sé aseguran de él, dice Ar- BOUSSET (1) por la fuerza, ya embriagándolo con yoalo: lo condu- cen a los campos, y allí lo sacrifican, según su propia expresión, para simiente. Luego que la sangre se ha coagulado a los rayos del Sol, la queman juntamente con el hueso frontal, la carne adherida a él y el cerebro. Finalmente, esparcen las cenizas por las tierras para fertilizarlas, y se comen el resto del cuerpo.» LuBBOCK menciona, tomándolo de Schoolcraft (2), un sacri-- ficio muy semejante que hacen los pañis al «espíritu de la mies». «Comenzaban por atormentar a la víctima, suspendiéndola encima del fuego. A una seílal dada volaba un centenar de flechas que le acribillaban todo el cuerpo. Acto continuo las sacaban; arrancaban la carne de los huesos a pedazos; los metían dentro de cestas, y las llevaban a los campos, donde iban sembrando el grano y exprimien- do la sangre en cada surco.» Sahagún describe un extraño sacrificio que se verificaba el dé- cimo día del octavo mes, hecho en honor de Xilonen-Centeotl, la diosa del maíz y de la tierra, a la que ss sacrificaba una mujer. Aquel autor cuenta con detalles este sacrificio, que recuerda lo que se hizo cuando fué inmolada la hija del rey de Colhuacan por los Aztecas a su llegada a Anahuac... Después de una ceremonia muy complicada, un sacerdote cortaba la cabeza a una mujer. Inmediata- mente la desollaban y el mayor de los sacerdotes se vestía con dicha piel, todavía caliente, y su hijo se cubría el rostro con un pedazo de la piel del muslo de la víctima, a manera de'careta. Llevaba un traje de plumas y seguía a su padre, cubierto de la piel, y ambos, así dis- frazados, realizaban unas ceremonias complicadas... Sahagún dice que lo hacían en conmemoración de lo que tienen que hacer los cultivadores, que, para que la tierra sea más fértil y productiva, tienen que arrancar la costra — especie de piel— con la cual está cubierta (3). (1 ) Arbousset: Toiir to the N. E. of the Cape of Good Hope, pág. 53. (2) Schoolcraft: Personal Memoirs, p. 614. Lubbock: Los orí- genes de la civilización, p. 334. (3) M. LE Dr. Capitán: Les sacrifices Inimains et l'antliropopha- ¿ie ritiielle dans rAnicrique Ancienne. («Revue de L'Ecole d'Antropo- logie de Paris>, 1910, p. 175.) 412 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Semejantes sacrificios encontramos también en otras partes del mundo. Ratzel (1) dice que los kondes en las Indias todavía hacen sacri- ficios humanos, que celebran en la obscuridad de sus bosques, para lograr la fertilidad del suelo. Está probado oficialmente que los ga- ras los verificaban todavía en 1866. Sería un error ver en esos horribles hechos solamente unas de- mostraciones de la bajeza vil y animal de la naturaleza humana y rechazar la verdadera significación de estos sacrificios. En el fondo de esas horrorosas ceremonias hay una idea común a todos los pueblos, y es la de conquistar para ellos los espíritus ven- gativos, habitantes de la tierra. Si profundizamos en diferentes creencias y supersticiones del vulgo de Europa, encontraremos en todas partes sacrificios .se- mejantes. Con el transcurso del tiempo, el sacrificio humano sangriento fué sustituido por animales y, por fin, cuando el hombre supo conquis- tarse patronos y defensores en los dioses poderosos, se puso bajo su protección, y con su aj'uda vencía los malos habitantes de sus cam- pos fértiles, ya* menos terribles para él. Leite de Vasconcello§ (2) cuenta una interesante superstición del pueblo portugués y, por consiguiente, da una prueba de que existen restos de ese sacrificio. Dice él que el pueblo cree que el hombre que planta un nogal morirá cuando éste tenga la misma al- tura que el hombre que le plantó, y para que una higuera no se se- que debe enterrar antes de su plantación un perro en el mismo sitio. Supongo que estudios especiales y más profundos que se harán algún día de la vida y de las costumbres del pueblo español, descu- brirán más de una costumbre, relacionada con la siembra, que nos dará grandes datos relacionados con las creencias citadas (3). A los pueblos cristianos sirve, com.o medio poderoso para la lucha (1) F. Ratzel: Las razas humanas, t. ii, p. 407. (2) Leite de Vasconcellos: Tradicioes populares de Portugal, página 107. (3) No hay palabras bastante fuertes para condenar a los hombres, que, no estando previamente preparados, se ocupan de los trabajos folh-lóricos. Hay que lamentar que a veces los mismos especialistas animan a la gente para este trabajo. La deficiencia de las obras de semejantes ex- DE HISTORIA NATURAL 413 con los espíritus, el agua bendita, el fuego, las palmas del Domingo de Ramos, etc., que son, como es sabido, en nuestra religión una supervivencia de antiguos cultos del fuego, del agua y de los árboles. Los montañeses en los Cárpatos de Polonia, cuenca de Nowy Sacz, observan una costumbre muy interesante, que tiene relación con la bendición de los campos. A media noche, después de Pascuas, van los mozos a los cam- pos, ya sembrados y arados, con cubcis de agua, a la cual han aña- dido agua bendita. • En las cuatro esquinas de cada campo clavan pequeñas cruces, hechas con los ramos benditos y cantando a la luz de las antorchas, bendiciendo los campos con el agua traída; tienen que concluir esta faena antes que cante el primer gallo (1), si no, los espíritus malos que quieren ellos rechazar tomarán posesión de ella y la siembra no dará el fruto deseado. Durante esos misterios, los espíritus atemorizados dan vueltas por encima de los campos. Con el resto del agua rocían la casa, el establo, las muchachas casaderas y las mujeres casadas. Como recompensa por haber bendecido los campos antes del canto ploradores, hacen mucho daño a los que se sirven de este material, por- que conducen a falsas conclusiones. Una típica expresión de esos trabajos es la frase siguiente: «Me de- tengo en dar la descripción detallada para no ofender el pudor del lector.» En este caso, hay que agradecer al explorador que advierte que su descripción no es completa. En muchos casos, pues, causas de orden religioso inclinan ál Investigador a callar, omitir y hasta cambiar cier- tas frases, cantos, ceremonias, etc. Pues un trabajo semejante, no so- lamente no rinde ningún servicio a la ciencia, sino que, por el contrario, la perjudica. Algunas redacciones de revistas suelen, para dar gusto a sus abona- dos, castrar de esta manera las investigaciones desús colaboradores. Una de esas revistas imprimió mi descripción de la ceremonia de ben- decir los campos en la Cuenca de Nowy S£cz, citada más abajo, des- pués de haber previamente borrado todo lo que se refería a los espí- ritus malos. De este modo la descripción de la ceremonia ha perdido su verdadero valor científico y adquirió completamente otra significación. (1) En el Avesta, el canto del gallo acompaña la huida de los demo- nios, anuncia la aurora y despierta a los hombres. (Qubekxatis: Mi- ifíoL zoo/., t. 11, p. 297.) 414 boletín Dli LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA del gallo, cada mozo recibe de la dueña una rica tortilla. Los mozos enhebran las cascaras de esos huevos en un cordel y las cuelgan en los árboles frutales que, según la costumbre del campesino polaco,, crecen delante de su casa. Semejantes misterios hace el pueblo, en la primavera, en muchos sitios. Se suelen verificar a media noche, la hora de brujerías y del poder de espíritus malos. Entonces el labrador sale a sus campos, y con la ayuda de conjuros, brujerías y encantamientos, lucha con sus enemigos. MuRQUíA describe una de esas ceremonias que se hacen en Ga- licia (1): «En la noche del 29 de Abril de cada año, los montes cercanos al # Puente Cesures (Padrón) aparecen poblados de luces. Son los cam- pesinos que van recorriéndolos, blandiendo los haces encendidos y cantando el himno propio de la ocasión, arcaico y digno de ser re- cordado: Alumea, pay. Cada grao, seu toledan! Alumea, filio, Cada espiga, seu pan trigo! Alumea ó liño Cada freba, seu cerriño!» - ■ La lumbre vivificadora, aliada del hombre, está invocada aquí con imprecaciones, como medio creador y poder del desarrollo, para la ayuda y protección de los campos protectores del hombre. Cantando el pueblo revuelve el fuego, para que purifique los campos del mal y de los malhechores. Aparecen en esta ceremonia los restos del antiguo culto del fue- go. Al mismo tiempo, en otras partes del país celebran semejantes ceremonias, que se diferencian solamente en los detalles. En Santa María de Roo, a una legua de Noya, inmediatamente después de la puesta del sol, se reúnen los campesinos de la co- marca en una colina, y en la cima encienden la lumbre. «Mientras empieza arder la leña hacinada en la cumbre, refiere el citado autor, los concurrentes guardan religioso silencio, mas tan pronto el ígneo elemento hace presa en el gran haz destinado a ser presa de las llamas, comienza en torno de la hoguera la alegre dan- za circular, al tiempo que entonan el himno de costumbre: (1) Manuel Murguja: Galicia. Barcelona, 1S8S, págs. 182-183. DE HISTORIA NATURAL . 415 Lume, lume Vé ó pan Dios che dé Moito gran. Cada gran, com'un bogallo, Cada pé, com'un carballo.» Y durante toda la noche, hombres, mujeres y niños bailan alrede- dor del fuego y cantan continuamente la misma estrofa hasta el alba. Después vuelven a sus casas «seguros del holocausto y de la virtud de las palabras». A. QuiMARAES, describiendo algunas fiestas religiosas populares del Miño, en Portugal, llamadas os céreos, os caramoes, os Ici- darios y as rondas (1), da idea de los cercos en las siguientes palabras: -, con que da principio la famosa novela. ÜE HISTORIA NATURAL 481 Viilacentenos; empezando allí el llamado puente natural del Gua- diana (1). Las circunstancias anotadas desde la aparición de las primeras aguas en las lagunas de Ruidera, hasta donde se pierden, dieron lugar a los comentarios en forma de metáfora del insigne escritor, en su capítulo xxiii de la segunda parte: «...el cual (Guadiana) cuando llegó a la superficie de la tierra y vio el sol de otro cielo, fué tanto el pesar que sintió de ver que os dejaba, que se sumergió en las entrañas de la tierra; pero como no es posible dejar de acu- dir a su natural corriente, de cuando en cuando sale y se muestra donde el sol y las gentes le vean. Vánle administrando de sus aguas las referidas lagunas, con las cuales y con otras muchas que se lle- gan, entra pomposo y grande en Portugal.» Las líneas transcritas son una revelación para los geólogos, que sabiendo ver a través del suelo, podrían hallar la explicación del hecho que tanto admira así a los naturales como a los extraños de aquella región manchega; y a pesar de ser muy otro el objeto de la excursión, consignaremos las impresiones sugeridas a la vista del país. Al bajar de Alcázar de San Juan por la línea de Andalucía, des- cuellan sobre los desmontes potentes bancos de cuarcita compacta, afloramientos de lo que mucho más allá, y por aquella misma línea, forman la Sierra Morena en sus difíciles pasos de Despeñaperros, pero ya en la estación de Sietecasas los estratos calizos del terre- no terciario de la meseta se extienden horizontales hasta perderse de vista en algún punto del horizonte. De ello se deduce que nos hallamos ante una formación geológica discordante, y en la que el suelo inferior cot^responde a los materia- les del grupo primario; faltando, por consiguiente, los tramos pro- pios de la época secundaria. Las calizas sobre que descansan, por lo menos la laguna «Col- gada», hasta el llano, son de color claro, abundando sus detritus en cristales de calcita, y a falta de fósiles que las caractericen, pueden referirse al terreno terciario, según lo señala para la meseta en ge- neral el Mapa geológico de España de 1873. Esta formación se extiende hasta más allá del costado derecho de la laguna «San Pe- dro», en donde se muestran de nuevo las cuarcitas del terreno pri- mario, y por consiguiente, el manto calizo constituye en aquellas (1) «El puente del Guadiana, no lo hizo mano humana.» 13-2 boletín de la. real sociedad española laderas una tenue disposición arquitectónica en cuanto al contacto de los dos terrenos, que además de su heterogeneidad en cuanto a las substancias que los componen, llevan otras diferencias, como la dureza de que está dotada la cuarcita, plegada con cierta violencia, quizá por descansar a su vez sobre material aún más duro como es el granito, el que se manifiesta no lejos de allí, en el camino de Valdepeñas a Villanueva de los Infantes. Sabido es que el contacto entre dos terrenos geológicamente con- siderados, es causa ocasional para conducir los mejores veneros de agua, y si a ello se añade la impermeabilidad del de abajo, con el Entrada a la cueva de Montesinos. mayor pozo de la caliza que sirve de superficie colectora del agua, meteórica, tendremos, con unión de las consideraciones expuestas, la explicación del problema. Por último, una de nuestras subexcursiones fué dedicada a la famosa Cueva de Montesinos, enclavada en la cuarcita aludida, lie- DE HISTORIA NATURAL 433 gando a ella después de abrupta pendiente, a partir de un molino harinero que allí existe, precedido de alta alameda. Por allí aún se ven, en efecto, «cambroneras y cabrahigos » «zar- zas y malezas» no «tan espesas e intricadas» seguramente como en otra época, pues los curiosos que frecuentan la cueva se llevan como recuerdo los mejores brotes, y en particular, los de una parra asilvestrada allí nacida. El elemento joven que formaba parte de la excursión, se dedicó a bajar «a obra de doce o catorce estadios de profundidad desta mazmorra, a drecha mano» donde «hace una concavidad y espacio capaz de poder caber en ella un gran carro con sus muías», pero sin que salieran «cuervos ni grajos», aunque sí no pocos murciélagos, legítimos descendientes de los que Cer- vantes vio en el siglo xvi. Publicaciones que ha recibido la í^eal Sociedad Espafíola de fiistoria Matural durarite los meses de Junio (conti- nuación) g Julio a Septiembre de 1916. (La liste suívarite servirá d'accusé de réception.) Francia Académie des Sciences de Paris. Comptes-rendiis. 1916, n^s 23-26. Reciieil de Fonds Bonaparte. 1915, n" 1. Académie internationale de Géographie botanique, Le Mans. Bulletin. 25' année (4'' serie), n»» 319-321 . Revue genérale des Sciences purés et appliquées, Paris. 21' année, nos 11-12. Société d'Histoire Naturelle de TAfrique du Nord. Bulletin. t. VII, nos 1-6. Société entomologique de France, Paris. Ánnales. 1916, 4" trimestre. Bulletin. 1916, nos \\.\2. Inglaterra y sus Colonias Royal microscopical Society, London. Journal. 1916, part. 3. The Canadian Entomologist, London. Vol. xlviii. n'^» 6-7. Zoological Society of London. Proceedings. 1916, part i. Rusia Société ouraiienne d'Amateurs des Sciences naturelles, Ekaterinoslaw. Bulletin. Tome xxxv, livr. 11-12. 434 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Fallot (Paul).— Sur la présence de TAptien dans la Sierra de Major- que (Baleares), 1916. Frankowski (Eugeniusz).— As cangas e jugos portugueses de jungir os bois pelo cachaco, 1916. S. Tavares (Joaquim).— Especies e variedades novas de Cynípides e Cecidomyias da Península Ibérica e descripcao de algunas jáconhe- cidas, 1916. Meses de dulio a Septiembre Alemania Deutsches Entomologisches Museum, Berlin-Dahlem. Entomologische Mitleilungen. Band v, n ? 5-S. Chile Anales de Zoología aplicada. Año ii, n."= 1-2. Revista chilena de Historia natural, Santiago. Año xx, n.""^ 1-2. Ecuador Biblioteca Municipal, Guayaquil. Boletín. 1916, n.'^s 53-55. España Broteria, Salamanca. Vol. xiv, fase. 4-5. Ibérica, Tortosa. Año iii, n."" 132-144. Institució catalana dHistoria natural, Barcelona. Treballs. 1915. Institución libre de enseñanza, Madrid. Boletín. Año xl, n.os 675-676. Observatorio de Física cósmica del Ebro, Roquetas. Boletín mensual. Vol. vi, n." 8, Peñalara, Madrid. 1916, n"8 31-33. Real Academia de Ciencias e.xactas, físicas y naturales, Madrid. Revista. Tomo xiv, n." 12. Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Memorias. Vol. xa, n.os 13-23; vol. xiii, n"s i-3. Real Sociedad Geográfica de Madrid. Boletín. Tomo lviii, trimestres l."-3." Revista de Geografía Colonial y Mercantil. Tomo xii, n.^? 11-12; tomo xm, n.os i-7. Sociedad española de Física y Química, Madrid. Anales. 1916, n."s 134-135. Estados Unidos y sus Colonias Department of the Interior. Weather Bureau. Manila Central Obser- vatory. Bulletin for October-November, 1915. Missouri Botanical Garden, St.-Louis. Annals. Vol. ii, n^s 3-4. üli HISTORIA NATURA!. 4á5 New- York Zoological Society. Zoológica. Vol. II, n° 5. Smithsonian Institution, U. S. National Museum, Washington. Ballet in. 92, vols. i-ii. Contribiitions from the U. S. National Herbarium. Vol. xvii, part 8. Proceedings of the U. S. National Museum. Vol. xlviii. The .\merican Naturalist, New- York. Vol. l, n. os 595-597. United States Geological Survey, Washington. 5////£j///7. 565, 565, 573, 591, 593, 595, 593, 602-608, 611, 613-617, 620 (B-J), 621 (A-J), 622. Mineral Ressources of the United States. 1914, i, 3-13; ii, 8-30. Monographs. liv. Professional Paper. 95 (D-I). Water-Supplv and Irrigation Paper. 340 (L), 352, 355, 370, 371 , 375 (DF), 376-79, 3S8. University of California, Berkeley. Publications. Vol. xv, n° 1; vol. xvi, n.os 1-4. Wilson Ornithological Club, Oberlin, Ohio. The Wilson Bulletin. Vol. xxviii, n.° 2. Francia Académie des Sciences de Paris. Comptes-rendus. Tome 163, n.os 1-13; tome 160, tables. Revue genérale des Sciences purés et appliquées, Paris. 27'' année, nos 13-16. Société d'Histoire Naturelle de l'Afrique du Nord, Alger. T. vii,, n" 7. Société entomologique de France, Paris. Anuales. Vol. lxxvii, 2^ trimestre; vol. lxxxiii, l"et4' trimestres; vol. Lxxxiv, 1" trimestre; vol. lxxxv, 2' trimestre. Bulletin. 1907-1915; 1916, nos i-H. Ingl.aterra y sus Colonias Royal microscopical Society, London. Journal. 1916, part 4. South African Museum, Capetown. Aunáis. Vol. xiv, part ii. The Canadian Entomologist, London. Vol. xlviii, n° 8. Zoological Society of London. Proceedings. 1916, parts ii and iii. Transactions. Vol. xxi, part i. Italia Laboratorio di Zoología genérale ed agraria della R. Scuola superiore d'Agricoltura in Portici. Bollettino. Vol. x. La Nuova Notarisia, Modena. 1916. Aprile-Luglio. Societá di Naturalisti in Napoli. Bollettino. Vol. xxviii. 4S6 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Societá italiana di Scienze naturali in Milano. Aííi. Vol. Lv, fase. 1°. Japóx Tokyo Zoological Society. Annotaiiones zoologicae Japonenses. Vol. ix, part ii. Méjico Dirección de Estudios biológicos, México. Boletín. Tomo i, n.° 4. Sociedad científica «Antonio Álzate», México. Memorias y Revista. Tomo 32, n."^» 11-12; tomo 33, n.^s 11-12; tomo 34, n.»'? 4-9. MONACO Instituí océanographique, Monaco. Bülletin. N."* 318, 320-322. Portugal Commi^ao dos trabalhos geológicos de Portugal, Lisboa. Commiinicagocs. Tomo xi. Instituí de Bacíériologie Cámara Pesíana, Lisboa. Archives. Tome iv, fase. iii. República Argentix.a Academia nacional de Ciencias, Córdoba. Boletín. Tomo XXI. Suiza Société Vaudoise des Sciences naturelles, Lausanne. Bülletin. Vol. 51, n° 189; table des vol. 41-50. Société zoologique suisse et Muséum d'Hisíoire naíurelle de Genéve. Revue suisse de Zoolcgie. Vol. 24, n.°^ 6-8. Barras (F. de las).— Hisíoria naíural (El Libro escolar; ediciones de «La Lecíura»). Madrid, 1916. Berto.xi (M. S.).— Las plañías usuales del Paraguay y países limítro- fes. (Donativo del pro f. Carlos E. Porter.) Bréthes (J.).— Quelques Ichneumonidae nouveaux recueillis par M. le prof. Poríer dans les provinces d'Aconcagua et Tacna. (Donativo del prof. C. E. Porter.) DoGNiN (P.).- Héíéroceres nouveaux de TAmeriquedu Sud. Fase. x-xi. Lahille (F.). — Apuntes sobre unos peces chilenos. (Rev. Chil. de Hist. naí., 1915.) — Nota sobre los argásidos chilenos. (Anal. Zool. Aplicada, 1915.) (Donativo del prof. C. E. Porter.) Mary (Albert et Alexandre).— Príncipes de Plasmogenie. México, 1916. Pla Cargol (Joaquín). —Elementos de Hisíoria naíural. Gerona, 1916. ^■V.v. SUMARIO DEL N." 8. Sesión del S de Oc«u§3i*e de 1988. Págs. Sesión del 3 de Octubre de 19 ¡b . — Comunicaciones.— Seccio- nes.—Notas bibliográficas 377 NOTAS Y COMUNICACIONES Cabrera (A.).— Dos nuevos mamíferos marroquíes :^S.3 Barras de Aragón (F. de las).— Documentos -de D. Casimiro Gómez de Ortega, referentes a un envío de plantas vivas y otros objetos de Filipinas, hecho por D. Juan de Cuéllar en 1787. 3s'í Bernaldo de QuiRÓs (C.).— Una supervivencia paleolítica en la psicología criminal de la mujer ^^H Pan (1. del) y Wernert (P.).— Datos para la cronología del arte rupestre del oriente de España rV'O Villar (E. H. del).— Sobre una nueva Armería i03 FuANKOwsKi (E.).— La lucha entre el hombre y los espíritus malos por la posesión de la tierra y su usufructo BoscÁ(E.).— Tributo a Cervantes Publicaciones recibidas > ' LISTA de los sejaores socios de provincias <') y ex- tranjero que han satisfecho su cuota desde 1." a 31 de Octubre de 1916. Cuota de 1915. Areses. Instituto de Orense. Orueta. Caota de 1916. Aguilar y Carmena. Areses. Benisa. Bolos. Buen (R.). Cillero (J.). Coscollano Dantín. Darder (B ). Eguren. Esteva. Fuentes Pascual. Gamundi. Gómez de Llarena. Instituto de Baeza. — de Castellón — de Coruña. de Huelva. de Huesca, de Orense. de Reus. de San Sebastián- de Vitoria. Laguna. Llovet. Nieto. No. Orúeta. Pérez Molina. Pons. Santos Abreu. Sección de Ciencias de Cádiz. Sección de Ciencias de Valladolid. (1) No se incluyen los de las capitales en que existen Secciones de esta Sociedad M&OaiD— FOaTA.IfKT, IUPBB80B 08 tA B. 80C. B8P. UH HI8T. NAT. LIBEBTAO, 2P.-TBI.KF0W0 ^\ mmM^--^^-'- Tomo XVI.— Núm. 9. DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de fíistoria JVatural FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 1871 Noviembre de 1916 MUSEO NACIONAL. DE CIENCIAS NATURALES Hipódromo.— Teléf. S-443 OBSERVACIONES Los BOCIOS coaRBSPONDiEiiTKs EXTRANJEROS podrán recibÍT las publica- ciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas. Los NCKEBABios abonarán la cuota anual de 15 pesetas ó la de 16,60 si residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuento al tesorero en la época de admisión, y posteriormente en el mes de Enero de cada afio. Reciben el Boletín y las Memorias. Los AaREOAi>os abonan la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Boletík. Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta- dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á razón de .4 pe- setas por trimeste los numerarios y dé 2,25 los agregados. Los socios numerarios que abonen de una vez ó en tres plazos anuales la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas las publicaciones de la Sociedad. Los que hicieren á la Sociedad el donativo de 500 pesetas serán consi- derados como sodios perpetuos, con iguales derechos que los vitalicios, pero figurando su nombre á perpetuidad en la lista de socios, junto al de los socios fundadores. Sesión del 8 de Noviembre de 1916» PRESIDENCIA DEL SEÑOR DON JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO El secretario leyó el acta de la anterior, que fué aprobada. Presentaciones. — Fueron propuestos por el Sr. Zulueta para so- cios numerarios D. José María Navas, alumno de la Facultad de Ciencias Naturales, y la Escuela Normal de Maestras de Pamplona. Asuntos varios.— El secretario lee una expresiva carta de don Luis Mariano Vidal, dando las gracias por el acuerdo tomado en la sesión de Junio, de apoyar la solicitud del Ayuntamiento de Agu- llana para que le concedan la Gran Cruz de Alfonso XII. El mismo secretario lee una comunicación de la Junta municipal de Ciencias Naturales de Barcelona, con la que remite el Anuario publicado por la misma en 1916, solicitando a la vez el envío de nuestras publicaciones, en concepto de cambio. Así se acordó. Comunicaciones.— El Sr. De Buen (D. Fernando) presenta una nota sobre la fauna ictiológica guipuzcoana. —El Sr. Bolívar y Pieltain (D. Cándido), en nombre de D. José María de la Fuente, presenta una voluminosa colección de papeletas que componen el Catálogo de coleópteros observados en la Penín- sula ibérica. Pirineos propiamente dichos, e islas Baleares. Y al mismo tiempo da cuenta del hallazgo de dos nuevas Bathys- cinae, en Castro-Urdiales, presentando sus descripciones. —El secretario, en nombre de los respectivos autores, presenta los trabajos siguientes: «Los lignitos del neógeno continental deLa Alcarrias por D. Juan Dantín Cereceda. «Nota de algunos anélidos recogidos en las costas de Gijón y San Vicente de la Barquera», por D. Enrique Rioja Lo-Bianco. —Por último, el Sr. Fernández Navarro, auxiliándose del aparato de proyecciones, pronunció su anunciada conferencia sobre la ex- cursión y los estudios que efectuó durante el verano último en el vol- cán Teide. El conferenciante dio primero una idea de la composición petro- ToMO XVI.— Noviembre, 1916. 28 43S BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA gráfica y estructura general de la isla de Tenerife, en que parecen destacarse dos porciones más antiguas, las regiones de Teño al NW. y Anaga al NE., de edad acaso terciaria, y probablemente producto de erupciones submarinas. Todo el resto visible de la isla es más moderno, posterciario, y desde luego ha sido formado por erup- ciones sub-aéreas. La formación de la parte central y más considerable de la isla acusa tres períodos sucesivos que, del más antiguo al más moder- no, serían: 1.°, constitución del gran cráter cuaternario que hoy constituye las Cañadas, inmensa caldera de no menos de 60 kilóme- tros de contorno, cegada más tarde en su parte septentrional por las erupciones interiores; 2.°, formación del cráter interior llamado Pico Viejo, aún muy considerable, puesto que el diámetro de su cal- dera se aproxima a un kilómetro, y su profundidad máxima no baja actualmente de 150 metros; 3.°, formación del Pico de Teide, exte- rior al Pico Viejo y todavía en estado de activa fumarola. A este momento pueden referirse también algunas otras montañas interio- res, como la curiosa Rajada, modelo de erupciones vitreas sin pro- ducción apenas de productos sueltos, y la Montan^ Blanca, ejemplo, por el contrario, de erupción predominantemente explosiva; 4.°, ya en los linderos de la época histórica, primeras emisiones de lavas negras, vitreas y de carácter muy básico, proceso que se ha conti- nuado sin interrupción hasta nuestros días y cuya última manifesta- ción fué la erupción del Chinyero en 1909. Estas lavas negras salie- ron principalmente de la depresión de la Rambleta, a 2.500 metros de altitud y rodean totalmente al Teide. Después el Sr. Fernández Navarro fué describiendo cada uno de los elementos enumerados y haciendo de paso alusión a cuestiones relacionadas ya con la estructura y composición petrográfica del suelo (régimen de aguas subterráneas), ya con la edad de los mate- . ríales (estado de la vegetación), ya, por último, de índole menos puramente científica (caminos, turismo, dificultades de la explora- ción, etc.). La conferencia concluyó exponiendo unas 30 proyecciones de vis- tas fotográficas obtenidas durante el viaje, comprobatorias de las opiniones sentadas, y que a la vez que sirvieron al conferenciante para precisar y ampliar las consideraciones expuestas anteriormen- te, dieron al auditorio idea del enorme interés científico y aun sim- plemente pintoresco de la región estudiada. DR HISTORIA NATURAL 439 Secciones. — La de Zaragoza celebró sesión el día 24 de Octu- bre, bajo la presidencia del Dr. De Gregorio Rocasolano. Siendo la primera sesión después de las vacaciones, el señor pre- sidente dirigió un atento saludo a los señores concurrentes, e hizo excitaciones encaminadas a la presentación de algún trabajo para las sesiones sucesivas. Después presentó al consocio Sr. López de Zuazo (D. José), ilustrado catedrático de Historia Natural de este Instituto general y Técnico, como digno sucesor del Sr, Arcaya (D. Manuel), y de quien espera gran ayuda en los fines de esta Cor- poración, dada su singular competencia. — El Sr. López de Zuazo agradeció las lisonjeras frases del señor presidente, y ofreció a todos su incondicional concurso. —La de Valencia celebró sesión el día 27 en el Laboratorio de Hidrobiología del Instituto general y Técnico, bajo la presidencia del director del mismo Dr. D. Francisco Moróte. —Se dio lectura a una nota del Sr. Boscá, «Un individuo anó- malo de la Ckelone mijdas L., en el Mediterráneo», y una nota bibliográfica del Sr. Cruz Nathan, sobre los Anales del Instituto general y Técnico de Valencia. —El Sr. Beltrán da cuenta de haber encontrado'una Campánula nueva en los confines de las provincias de Castellón, Tarragona y Teruel, y el Sr. Arévalo presentó fotografías y dibujos referentes a la laguna de Peñalara y de su fauna, presentando también ejem- plares de Branchypas en ella capturados. —La de Granada se reunió el 28 de Octubre, bajo la presiden- cia de D. José del Peso y Blanco. —Queda admitido, como socio numerario, el Sr. Fernández Mon- iesinos, propuesto anteriormente. —El P. Navarro Neumann, lee una nota sobre la sismicidad del suelo español. —El Dr. Rodríguez López-Neyra (C), se ocupa de sus trabajos helmintológicos, leyendo relación de los parásitos encontrados por él hasta el día. —El Sr. Diez Tortosa habla de los trabajos que los señores Obermaier y Carandell han publicado sobre el glaciarismo de Sie- rra Nevada. —Los Sres. Requena y Simancas, donaron ejemplares mineraló- gicos para el Museo Regional. 440 ' BOLETÍN DC LA RliAL SUCiLCDAU liSPAÑOLA — La de Barcelona celebró sesión el 28 de Octubre, bajo la presidencia de D. José María Bofill, — El Secretario dio cuenta de haberse recibido, con destino a la biblioteca de la sección, un ejemplar del Anuario de la Junta mu- nicipal de Ciencias Naturales, de Barcelona, correspondiente ai año 1916. — Los señores Lecumberri y Cañáis presentan como nuevo socia numerario a D. Jerónimo Roig Binimelis, alumno de la Facultad de Ciencias. — D. Luis Mariano Vidal lee un trabajo titulado: «Edad geológi- ca de los lignitos de Selva y Einisalem (Mallorca) y descripción de algunas especies fósiles». — D. Telesforo de Aranzadi lee otro, cuyo título es: «Sobre una relación antropométrica tradicional >. —La de Sevilla celebró sesión el 1.° de Noviembre, en el Gabi- nete de Historia Natural de la Universidad, bajo la presidencia del Sr. Barras. —Se hicieron las presentaciones para -socios numerarios del Pa- dre escolapio D. Federico Cabrero Martínez y el farmacéutico mili- tar D. Juan Muñoz y Muñoz y también la Escuela Normal de Maes- tros de Sevilla. Todos presentados por el Sr. Barras. —Inmediatamente se procedió a elegir la mesa para el año de 1917, quedando constituida en esta forma: Presidente D. Carlos Morales Antequera. Vicepresidente- p. Enrique Conde Diez. Tesorero .■ D. Romualdo González Fragoso. Secretario D. Mariano Simó y Delgado de Mendoza. — D. Bernardo Tenorio presentó y donó al Gabinete varios ejem- plares de silex, procedentes de Lebrija, y también de una roca de la misma localidad de aspecto semejante a la Moronita, acerca de la cual hizo uso de la palabra el Sr. Paúl, quien se reservó ejempla- res para hacer el estudio micrográfico. El mismo Sr. Tenorio presentó también ejemplares de trípoli, bien caracterizado, del cortijo de Tablilla, en el término de Arcos de la Frontera (Cádiz). . — D. Enrique Conde presentó y donó interesantes ejemplares de azufre, producido naturalmente por sublimación en la mina de pirita «El Carpio/> (Huelva). DE HISTORIA NATURAL 441 El mismo señor, presentó también varios Melanopsis y otros moluseos, procedentes del río Silas o Ríoseco, en el término de Igualeja, cerca de Ronda. —El Sr. Barras dio cuenta del valioso donativo hecho al Gabine- te por D. Manuel Medina Ramos, de su notable colección de Hime- nóptero?, juntamente con los muebles que la contienen, y añadió que, aunque oficialmente se habían dado ya gracias al donante, se com- placía en hacer constar ante la Sociedad el agradecimiento de la Fa- cultad de Ciencias de Sevilla. —El mismo Sr. Barras usó luego de la palabra para dar cuenta de la reciente visita a Sevilla de los Sres. Carracido, Torres Que- vedo y García Mercet, a fin de preparar el Congreso que en esta ciudad se ha de celebrar en Mayo próximo por la Asociación espa- ñola para el Progreso de las Ciencias. Anadió que creía oportuno proponer a la Sección que, haciéndose eco de los propósitos que a dicha Sociedad animan, manifestara su decisión de cooperar a ellos con cuantos medios pueda disponer, y así se acordó por unanimidad. Notas bibliográficas. Del Sr. Hernández-Pacheco (sección de Madrid): Archivo Geográfico de la Península Ibérica, publicado por Emilio H. del Villar, 1916, Barcelona.— 19 por 25; 256 pági- nas; 16 láminas en fotograbado y bicolor, y diversidad de graba- dos intercalados. — Sumario: I, Geografía de situación: Topogra- fía, Cartografía, etc. 11, Geografía de conexión.— k) Analítica o especial: 1, El suelo y su morfología; 2, -Clima y aguas; 3, Fito- geografía e industrias fitogénicas; 4, Zoogeografía e industrias zoogénicas. A este primer tomo publicado, seguirá otro complementario con el resto del sumario, a saber: 5, Industria de transformación, trans- portes, comercio; 6, Población (El hombre físico y moral); 7, Geo- grafía prehistórica e histórica.— B) Sintética o compleja; 1, Síntesis generales; 2, Corografía; 3, Oceanografía. III, Metódica e historia de la Geografía.— Apéndice: Países exteriores conexionados con la Península Ibérica (Geografía colonial). Tiene por objeto la publicación que comienza, con el tomo cuyo sumario hemos expuesto, dar cuenta resumida de todos los trabajos relativos a cuestiones de índole geográfica que se publiquen res- 442 boletín DB LA RIÍAL SOCIEDAD ESPAÑOLA pecto a España y Portugal. De este modo se tendrán en un volumen anual síntesis completas de los trabajos referentes a la Península Ibérica, que hayan sido publicados en revistas, libros y folletos na- cionales y extranjeros, de muy diversa índole, y que difícilmente pueden encontrarse reunidos en poder de corporaciones o de par- ticulares. Constituye, por lo tanto, el Archivo geográfico de la Península Ibérica, una excelente guía del movimiento científico en las Ciencias geográficas, en cuanto atañe a nuestro país. En los tiempos actuales, la experiencia demuestra que las obser- vaciones y datos geográficos relativos a un país se acumulan en poco tiempo en tal cantidad, cuando se considera la Geografía con tanta extensión como lo hace el Sr. H. del Villar, que son indispen- sables libros o revistas que recojan la síntesis de todos ellos. Es bien sabido que en países como Alemania, Francia, Inglaterra o Es- tados Unidos, donde la producción científica es muy abundante, son también numerosas las publicaciones de índole de la que pre- sentamos. ¿Pero hay en España y Portugal tal intensidad en la publicación científica de asuntos geográficos que, unida a la que se produce en el extranjero, relativa a la Península Ibérica, sea suficiente para per- mitir un tomo anual de bibliografía y crítica? El autor del Archivo geográfico opina que sí, por cuanto se lanza a la publicación. Apoya esta creencia el hecho de que este libro de 256 páginas ape- nas es suficiente para dar cuenta de una manera sucinta de la mitad de los principales trabajos impresos durante los últimos años, y que las listas bibliográficas de obras y trabajos recientes que se exponen en el libro del Sr. H. del Villar, y cuyo contenido no se resume, son muy numerosas. Nosotros, por nuestra parte, creemos que la actividad científica en España progresa muy sensiblemente desde hace pocos años; de ello es un ejemplo nuestra Sociedad Española de Historia Na- tural, cuya producción más bien aumenta que disminuye, a pesar de lo intensa que es la del Museo Nacional de Ciencias Naturales, la de la Asociación para el Progreso, de las Ciencias y la de otros centros de fundación reciente. El problema está en la escasa difusión que los estudios cientí- ficos tienen en España. Hasta el presente forzoso es reconocer que tales trabajos y esfuerzos son pocos conocidos, y apenas difundidos por causas muy complejas que no es ocasión- de exponer. A remediar este mal tiende la publicación del Sr. H. del Villar. DE HISTORIA NATURAL 4ri Desgraciadamente, nuestros centros docentes, tales como Facul- tades de Ciencias, Escuelas de Comercio, de Agricultura, Institu- tos, Normales, etc., en su mayoría se preocupan poco de la adquisi- ción para sus bibliotecas de las publicaciones de índole científica que se escriben en España, y precisamente en estos Centros es donde la publicación de que nos ocupamos debería figurar reportando más utilidad que la mayor parte de los libros y folletos que a veces el Ministerio de Instrucción pública envía para aumento de tales bibliotecas. La obra que proponemos a la consideración de la Sociedad, en nuestro concepto es un síntoma de nuestro resurgimiento científico; su utilidad es grande considerada desde varios puntos de vista, pues aparte de sintetizar aquellos trabajos de pura especulación científica, que si no directamente,. indirectamente influyen mucho en el progreso nacional, se ocupa también de los estudios de la Ciencia geográfica en su aspecto técnico-industrial o agrícola, como se aprecia por las secciones que abarca el sumario, y en tal respecto es indispensable en aquellos centros, corporaciones o sociedades en que interesa el desarrollo de la agricultura, la industria o el co- mercio nacional. Una exposición algo más detallada de las materias contenidas en este primer tomo del Archivo geográfico de la Península Ibérica, que la expuesta en el sumario, hará ver el interés de una publica- ción que en bien de la cultura nacional desearíamos ver continuada y consolidada por tomos sucesivos. Contiene el libro, entre otros, la exposición y crítica de los si- guientes trabajos: El mapa Topográfico de España, por el Instituto Geográfico y Estadístico; ojeada retrospectiva y estado de los tra- bajos.—Nuevo mapa militar de España a escala 1 : 100.000 del Es- tado Mayor Español.— Progresos de la Fotogrametría en España.- Cartografía hidrográfica.— Avance para un mapa de la Sierra de Credos.— Contribución geográfica del alpinismo. —El valle de Lozo- ya.— La meseta toledana y el valle tectónico del Tajo.— La Sierra Morena. -La petrografía déla Serranía de Ronda y el descubri- miento de sus criaderos de platino.— Los combustibles minerales de España.— La costa cantábrica en Lugo.— Estratigrafía del Pirineo navarro.— Las calizas litográficas del Monsech.— Las salinas de Cardona y su edad geológica.— El descubrimiento de yacimientos potásicos en España.— La Sierra de los Filabres y sus minas.— La isla de Mallorca y sus sierras. -Las cuencas terciarias de ambas 444 BOLETItl DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Castillas y sus pretendidos «grandes lagos».— La terraza del valle del Henares. — Las «tierras negras» de la Hoya de la Janda (Cá-' diz).— Últimos estudios de vulcanismo en España. — La sismicidad en el período 1909-14.— El glaciarismo cuaternario en la Penín- sula Ibérica. Estado actual de las observaciones meteorológicas de la Penín^ sula.— El paludismo y su distribución geográfica.— Las aguas pota- bles de España.— Últimos estudios sobre el régimen de los ríos es- pañoles.—Principales pantanos y canales de riego en España. Las estepas de España y su vegetación.— La flora micológica Ibérica.— Novedades para la flora vascular de la Península Ibérica. —Distribución actual del suelo español para su explotación agro- pecuaria.—Estudios especiales sobre el problema agro-pecuario en Castilla la Vieja.— El trigo tremesino en las mesetas centrales.— Sobre la productividad de España en frutales.— El problema de los montes en España.— Trabajos de colonización y repoblación inte- rior,—Las Muscíneas de la Península y su distribución. Distribución de los mamíferos en la Península Ibérica.— El coto de «Doña Ana» y su fauna ornitológica acuática.— Datos de zoogeo- grafía entomológica.— La ganadería española en 1915.— La ganade- ría lanar en Segovia.— La zoogenia menor en España. —Del Sr. Cruz Nathan (sección de Valencia). Anales del Instituto general y técnico de Valencia. En el tomo primero de esta excelente publicación, que por inicia- tiva del ilustrado director de este centro de enseñanza, a la vez que dignísimo presidente de esta sección, acaba de ver la luz pública, aparecen dos interesantes trabajos, de los que con el mayor gusto doy noticia a la Real Sociedad Española de Historia Natural. Algunas observaciones sobre la anguila en Valencia, por el doctor A. Gandolfi Hornyold, Privat-docent de la Universidad de Ginebra. Comienza este meritísimo profesor suizo su trabajo por una reseña histórica; detalla la técnica seguida; estudia y confirma las formas establecidas como existentes en nuestra Albufera por el doctor Cis- ternas, antiguo profesor de nuestra Universidad; da luego conoci- miento de la edad de las anguilas por el número de zonas de creci- miento de las escamas, fija los caracteres diferenciales del macho y la hembra; hace un detenido estudio biológico, relata los procedi- mientos de pesca; trata muy bien el asunto bajo el aspecto económi- DK HISTORIA NATURAL . 445 co, aportando interesantes datos de esta fuente de riqueza en distin- tos lagos de Europa, muy de tener en cuenta por lo que a la produc- ción obtenible del nuestro se refiere, y termina su luminosa Memoria ocupándose de la ictiotoxina de la sangre y medio de destruirla. Introducción al estudio de los Cladóceros del plankton de la Albufera de Valencia es el título del trabajo debido al distinguido catedrático de Historia Natural de este Instituto y entusiasta hidro- biólogo doctor Arévalo Carretero. Después de una cumplida y bien metodizada caracterización de tan interesante y curioso grupo de crustáceos y apuntar su relación con la carcinoiogía local, describe el autor el procedimiento de captura y el método o técnica empleado para su estudio; estudia a concien- cia la biología de estos seres; establece su clasificación, y después de aportar una copiosa nota bibliográfica, pasa a darnos minuciosa cuenta del resultado de sus investigaciones en nuestro lago, es decir, de su meritísima labor personal describiendo las especies observadas. Las nuevas especies de Cladóceros por el Sr. Arévalo estudiadas pertenecen todas a los Caliptómeros Anomópodos y se distribuyen en las familias Dáfnidos, Macrotricidos y Quidóridos. Simocepha- his vetulus, dáfnido y el Chydorus sphaericus, quidórido, ya figu- ran mencionados hace años por D. Ignacio Bolívar en un catálogo de Crustáceos. Lynceus rectangulus y L. guttatus, ambos quidóri- dos, y el Illyocriptus sordidus, macrotricidos, debemos al autor de esta Memoria saber que también existen en España, Por último, Alonella hispánica, quidórido; Ceriodaphnia va- lentina, dáfnido; Macrothrix albuferce , macrotricido, y Pleuroxus Morotei, quidórido, son nuevas especies, de las cuales la última ha sido dedicada a nuestro querido presidente^ Todos los estudios para ambas Memorias han sido realizados en el Laboratorio de Hidrobiología, fundado hace cuatro años en este Ins- tituto por el Sr. Arévalo, con el valioso apoj^o de nuestro director desde su anterior cargo, reiterado desde el actual, en armonía con sus entusiasmos por todo progreso científico y con todo motivo de aumento de prestigio para el Centro que con tanto acierto dirige. Aunque a los que somos de casa no nos cuadre bien tributar elo- gios, no hemos de terminar estas líneas sin rendírselo calurosísimo a nuestro ilustre comprofesor y consocio el doctor Gandolfi Hor- nyold, ya que aparte del mérito contraído con su Memoria, es el primer profesor extranjero que ha honrado el Laboratorio, viniendo a realizar en él sus trabajos. 446 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA También nos ha de ser dado consignar aquí la triple gratitud que debemos al Sr. Arévalo, a quien consideramos nuestro maestro desde su llegada a Valencia, a cuyas órdenes trabajamos en la cáte- dra y en el Laboratorio, con cuya cariñosa y leal amistad nos vemos favorecidos desde el primer día. La brillante inauguración que ha tenido la publicidad de los traba- jos que en nuestro Laboratorio se vienen realizando, así como la competencia y entusiasmo de su ilustrado director, son garantía de que no se interrumpirán, lo mismo los que a nuestro lago concierne que los ya en marcha referentes a otras localidades, para contribuir al incesante progreso de las Ciencias naturales, fuente de donde derivan todas las riquezas industriales que agrandan y unen los pue- blos con su intercambio comercial. Notas y comunicaciones. Un individuo anómalo de la Clielone rnydas (L.). en el Mediterráneo por Eduardo Boscá. En una de las sesiones del pasado año (1), se dio cuenta de la apa- rición de un cachalote arrastrado hasta las inmediaciones de Culle- ra (Valencia); y hoy, aunque refiriendo los hechos a una fecha muy anterior, hay que añadir con respecto a la costa levantina, un nue- vo caso de presencia de otro vertebrado también llamativo y extraño a nuestra fauna; demostrándonos que si los aludidos animales llaman la alrención por ser organismos elevados, en cuanto a los seres infe- riores puede suponerse los constantes ingresos que existirán pro- cedentes del Océano, como mar primitivo, y de los que sólo las es- taciones biológicas podrán enterarnos. Corría el mes de Julio de 1899, cuando en los alrededores de las Islas Columbretes unos pescadores del arte del Palangre, de los que allí acuden en busca de determinadas especies, que son aman- (1) Véase Boletín de la Real Sociedad Española de Historlv Natural, Noviembre, 1915. DE HISTORIA NATURAL íH tes de aguas limpias y de los abrigos proporcionados por los anti- guos cráteres volcánicos, pudieron observar alternativas apariciones de una tortuga, que por el tamaño desusado, no podía referirse a la tortuga marina, abundante en las Baleares, y no rara en el golfo de Valencia, la Thalassochelys caretta (L.). Dispuestos a dar caza al animal, comprendieron que además de las dificultades ante lo imprevisto, no tenían que olvidar el peligro de un mordisco o de un aletazo, de las fuertes cuanto largas de sus patas anteriores. Poco después, fiando en la potente vista, que es clásica entré los marinos, acecharon una nueva aparición para res- pirar en la superficie del agua, y mediante un lazo apropiado, dis- currido por quienes son maestros en el arte de cabullería, la tortuga quedaba apresada. La circunstancia de que los quelonios marinos no pueden ocultar en su coraza ni la cabeza ni las extremidades, favoreció en extremo la operación, consiguiendo tras largos esfuerzos colocarla en el fon- do de la barquilla con el peto a la vista, para hacer rumbo a la pla- ya de Cabañal, en donde desembarcaron, atrayendo gran número de curiosos espectadores. En los días sucesivos, en una de las casetas de la feria que en di- cho mes se celebra en Valencia, podía contemplarse vivo el reptil, el que por falta de un ambiente difícil de improvisar, dejó de exis- tir, siendo oportunamente disecado, pero fracasando el intento de su adquisición con destino al gabinete de Historia Natural de la Uni- versidad. Transcurridos los años, y recientemente, ha podido adquirirse dicho ejemplar para hacerle figurar en el museo de Historia Natural de la región valenciana, instalado en la avenida del puerto de dicha ciudad, donde se ha completado su estudio, hecho aunque en malas condiciones, cuando estaba vivo el animal, resultando ser la Clielo- ne mydas (L.), especie muy extendida por los archipiélagos del Atlántico, y vista en ocasiones en alta mar a gran distancia de toda costa. Como antecedente, puede citarse el testimonio de Barceló, cate- drático que fué del Instituto de segunda enseñanza de Palma d^ Ma- llorca, el cual cita en sus escritos la presencia de dicha especie en aquellas costas; la cual tortuga franca es muy conocida y apreciada en los grandes mercados mundiales, pues como se alimenta de plan- tas marinas, su carne adquiere cualidades de que carecen otras tortugas, cuyo régimen alimenticio es el animal; coincidiendo con 44S boletín de LA REAL SOCIEDAD ÉSPAIsOLA frecuencia con un gran peso, además de sobrellevar bien largas tra- vesías cuando se le asiste convenientemente, lo que permite el ofre- cerlas vivas en el momento de su venta. Las dimensiones del ejemplar de referencia, son: desde el extre- mo nasal a la terminación de la cola, muy cerca de 1,59 metros por 0,69 metros en la parte más ancha de su espalda, y 0,33 metros de altura máxima, todo después de naturalizada. El individuo debe ser joven, si se atiende a que los escudetes periféricos del espaldar, en la mitad del borde posterior, aparecen en su conjunto dispuestos como los dientes de una sierra (1). Falta el dato más seguro sobre el sexo, hubiera sido la indicación del disector; sin haber hallado en los autores consultados el carácter de su distinción, no obstante, a juzgar por el gran desarrollo de la robusta uña encorvada hacia abajo, qne acompaña a cada una de las extremidades, puede arriesgarse la sospecha de que es una hembra, pues éstas necesitan tales elementos para poder enterrar los hue- vos en la arena, fuera del alcance de las grandes mareas. Pero más notable que la llegada a nuestra costa mediterránea de esta especie del Océano, es que el número de placas del espaldar, prescindiendo de los escudetes que le bordean, está aumentado, siendo 15 en vez de 13, o sean cinco placas impares sobre el dorso, y otras cinco a cada lado, dorso-costales. Esta anomalía, que en otro galápago no tendría importancia técni- ca, en el presente caso merece consignarse, pues los textos colocan entre los caracteres genéricos del Clielone Brongniart, la presen- cia sólo de 13 placas sobre la dicha región. Y ahora resulta la agra- vante de que al género Thalassochelys Fitzinger, se le asignan sus 15 placas sobre el dorso, teniendo que recurrir, por consiguien- te, a los caracteres considerados como secundarios, para establecer la filiación de las especies. (I) El adulto ofrece el margen íntegro, alcanzando, como es consi- guiente, mayores dimensiones. V'i: HISTORIA NATURAL ní> Los lignitos del neógeno continental de La Alcarria por J. Dantín Cereceda. Al Este de las terrazas cuaternarias del valle del Henares (1) y hasta lindar con las mesetas secundarias orientales, se extiende todo el país de La Alcarria. Es una extensa comarca, dominio exclusivo del neógeno continental, morfológicamente constituida por el pára- mo en altiplanicie y el valle de erosión que lo diseca y lo taja. Por ellos corren los ríos de nombre más significativo en la morfogenia del país: Tajo, Tajuña. Las mesas en que estos páramos se terminan en su parte supe- rior, llamadas llanos en ia rica toponimia alcarreña, presentan una Figl. altitud media de 950 metros. La erosión ha hendido en los páramos profundos tajos y valles, hasta tener su fondo actual en el nivel de las arcillas; el thalweg del valle las está hendiendo en la época pre- sente (fig. \.^). Normales o paralelos a estos valles principales, fundamentales lí- neas de comunicación en todo el país, se dibujan vallejos jóvenes (1) Dantíx (J.): Las terrazas del valle del Henares r sus formas topográficas. (Bol. de la R. Soc. Esp. de Hist. Nat., tomo xv, pá- ginas 301-314, con 10 figuras, 1915.) 450 boletín de la real sociedad española secundarios que, al menos en sus cabeceras, mantienen todavía su thalweg en el horizonte de las margas sarmatienses. Si situados en la hondonada del valle de erosión, caminamos con dirección a la planicie en que el páramo se termina, es ley constante ir hallando sucesivamente, de abajo arriba, un fuerte espesor de arcillas; soportan éstas cuatro a diez metros de yesos cristalizados, cuya posición no es de otra parte muy constante; descansan sobre los yesos cristalizados y las margas en que éstos arman, con es- tructuras brechiformes, los 20 o 30 metros de calizas pontienses en que los páramos se acaban. La horizontalidad sensible de las capas neógenas y la desigual re- sistencia a la erosión de sus materiales constituyentes, ha dado lu- gar al valle y al páramo. Toda La Alcarria es una extensa platafor- ma estructural de unos 3.600 kilómetros cuadrados en números aproximados. La diferente resistencia de los estratos origina la plataforma es- tructural, con alguna que otra pequeña plataforma secundaria, a me- dia ladera, como hemos observado en el propio valle de Lupiana ="ig 2." (figura 2."). La inclinación muy suave y general de toda la platafor- ma en dirección S. W., los levantamientos graduales y de conjunto que se observan y pudieran irse concretamente señalando en todo el ángulo NE. de la submeseta meridional española, al punto de que DE HISTORIA NATURAL 451 puede decirse que las mesetas alcarreñas y de Sigüenza y Molina se han levantado en masa, han determinado no sólo la dirección ge- neral S. W. de los ríos principales (Tajo, Tajuña, etc.), sino lo que todavía es más interesante desde el punto de vista morfológico: el valle encajado en el espesor de la plataforma estructural hasta las arcillas en que hoy corren las aguas. El thalweg se profundiza con una velocidad muy superior a la de las vertientes en su modelado; de otra parte, la aridez del país y el carácter torrencial de las co- rrientes, condiciona y acentúa esta erosión, que corta a la platafor- ma en hondos tajos. Aun cuando, en términos muy generales, sea de alguna constan- cia la composición esíratigráfica de la plataforma estructural de La Alcarria, cuya arquitectura o tectónica es de tipo tabular, describi- mos a continuación el siguiente corte obtenido en La Fardana, tres kilómetros al N. W. del pueblo de Lupiana, a unos ocho kilómetros de la capital de la provincia (fig. 3.'"*). Comienza el corte en su parte superior por la capa A, de un es- pesor de cinco metros, constituida por calizas compactas, blanque- cinas, anteadas o de un tono de café con leche claro. El proceso de su decalcificación está muy avanzado. En las par- tes expuestas a los agentes atmosféricos, esto es, en su superficie exterior, se tornan mas blanquecinas, pulverulentas y deleznables. Las hienden toda clase de fisuras y oquedades, formas transitorias del proceso decalciíicante; hay en su interior largas bolsadas llenas de la arcilla roja residual o huecas ya después del arrastre de la ar- cilla peroxidada. Juzgando por los fósiles que en ellas se encuentran (en su mayor parte moldes) como la Limncea dilatata Noulet, Planorbis Man- /e/// Dunker, P. AíatheroniY . et T., fijamos para estas capas de caliza de agua dulce la fecha pontiense. La formación B, de reducido espesor, únicamente limitada a medio metro, es una arenisca de un amarillo melado claro, compacta, de grano muy fino. Contiene yeso muy dividido y esparcido por toda la roca, al punto de que sería más legítimo llamarla arenisca seleni- tosa. Hay en ella pequeñas' geodas y cavidades como resultado de fenómenos posteriores secundarios de redisolución. Está sujeta, como la caliza-, a procesos de descomposición y alteración que ori- ginan bolsadas de una greda, quizá por redisolución del yeso, que primitivamente la estaba cementando. El espesor de las capas C, superior al de las capas anteriores re- 452 líULliTIN DE LA REAL SOCIEDAD Eí-PANÜLA unidas, llega a alcanzar 10 metros. Estas capas son las complejas margas salíferas sarmatienses. Estas margas salíferas son en este interesante corte de La Far- dana, de Lupiana, muy blancas y no azulado- cenicientas como en otros horizontes, no ya de Castilla la Vieja —en donde es un nivel de gran constancia—, sino en la propia Alcarria (Guadalajara, Iriépal, Tendilla, Cifueníes, et- cétera). Las capas C de referencia están aquí consti- tuidas por margas muy calizas; establecen, de un lado, el tránsito gradual y casi impercep- tible a las calizas superiores, y de otro, a mar- gas inferiores más arcillosas y salíferas. Las margas que nos ocupan son de grano muy fino, de un blanco muy puro, deleznables, untuosas y tiznantes, al extremo de que más bien debie- ran darse por verdaderas cretas terciarias, como la que en otra ocasión describimos de La Muela de Aragón (1). Estas cretas ya llamaron la atención de Castel (2), que respecto de ciertos bancos, que él tuvo por calizos, poco consistentes y muy blancos, advierte que tie- nen la apariencia de la creta. Poco conocidos son todavía en el neógeno continental castellano los íntimos fenómenos del quimismo interior de sus rocas constitu- yentes y la intervención que, en los fenóme- nos de epigénesis, tengan las aguas circulan- tes filtradas entre los espacios y diaclasas de P¡g 3 a las rocas. Pero la presencia constante de estas margas muy calizas inmediata o casi inmedia- tamente debajo de las calizas pontienses con que los páramos se ¿00 - 1 1 , 1 1 1 i 1 1 1 1 A 1 1 A. r 1 1 1 i- B 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 mmsjm:mmmim^ t 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 < 1 1 1 1 1 1 1 1 < 1 1 i.i 1 1 1 1 f 1 1 1 1 1 G 1 1 1 1 1 1 1 1 { ! 1 1 1 1 1 1 1 T ■ 1 1 1 1 1 1 1 1 1 Ti i i i T 1 T T ■ 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 t 1 1 1 1 1 1 1 "Vi i TT7TT 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 T 1 1 I T 1 1 1 1 1 1 1 I 1 1 1 1 1 { 1 1 1 1 i 1 I 1 1 1 1 1 1 1 1 1 T .1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 i> ' 1 I 1 1 1 > 1 1 < 1 I 1 < 1 1 1 1 liipi'rtii!iiii(iniiii;iniiiiiiiinffliniij 1 > 1 1 1 1 1 i 1 i. j. J. 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Cargadas de bicarbonato calcico, dichas aguas penetran las margas inferiores, y en una labor lenta, gradual, las van enriqueciendo en cal, con alte- ración y cambio de su composición primitiva. Este enriquecimiento persistente no cesará sino con la desaparición total del sombrero de las calizas pontienses. No es raro se presenten en la capa C nidos o geodas que tapizan drusas y asociaciones paralelas de caliza bellamente cristalizada en escalenoedros melados, testigos de fenómenos secundarios de redi- solución y concentración subsiguiente. La capa D es un pequeño espesor (30 centímetros) de jalón, yeso granudo cristalino, que separa las capas de margas calizas anterio- res de las capas E, constituidas por margas más arcillosas en un es- pesor de 5 metros. Las margas de este horizonte (E), sobre ser señaladamente más arcillosas, tienen un color gris blanquecino y son muy marcadamente salíferas. En ellas arman los yesos, en este corte de la mina 'La Far- dana en escaso número cristalizados y hay agujas de epsomita o Reichardtita, con abundantes eflorescencias de nitro. Está por hacer, no obstante el interés urgente de la labor, el es- tudio debido del quimismo de estas tierras y rocas salinas de la Es- paña árida, cuya formación y depósito no habrá dependido única- mente de su respectivo coeficiente de solubilidad tomado aislada- mente, sino de la actuación simultánea y recíproca de las sales, de las circunstancias de temperatura y presiórr y de multitud de fenó- menos posteriores a su génesis primitiva; estamos ciertos de que en el momento actual les sorprendemos en una fase transitoria de su incesante cambio y renovación. Es todo un mundo de fenómenos, dependientes los unos de los otros, en una actividad incesante, con muchos ciclos de conversión de unas sales en otras que podremos interpretar por el estudio analítico del presente. Las margas objeto de nuestra consideración son muy fosilíferas; hay en ellas moldes en hueco de Planorbís y Biúinuis?, que el yeso fosilizó quizá, y que hoy, por fenómenos de redisolución, han desapa- recido, dejando el hueco en el espesor de las margas. Vense tam- bién moldes muy abundantes de cristales de yeso que desaparecie- ToMO XVI.— Noviembre, 1916. 29 454 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ron por un proceso análogo. Hay también en otros sitios espacios de la roca en que se carga de un yeso cristalizado, pero en individuos muy menudos, constituyendo un verdadero algez (roca de yeso). Son precisamente estas margas las que presentan intercalaciones de lignito. La misma capa F, de tan reducido espesor que sólo al- canza dos centímetros, es ya una capa lignitífera con abundantes restos vegetales, antiguo suelo de pantano, hoy fósil, arcilloso-ne- gruzco: es un verdadero fango, arcilloso-lignitífero, con abundan- tes fósiles vegetales. Este horizonte es el mismo que hallé en Irié- pal, ocho kilómetros a su W., pero con una diferencia de nivel de dos metros más bajo, lo que equivale a decir que la pendiente en sentido occidental es, en estos páramos, de 0,25 por 1 .000, pues que hay un descenso de un metro por cada 4.000 horizontales. Existien- do, además, otra inclinación N. a S., que llega a tener un valor, por término medio, de 0,5 por 100, se da lugar a una resultante en di- rección NE. a SW., que es próximamente la que siguen los ríos al hender la gran meseta de La Alcarria (Tajo, Tajuña, Henares, etc.). Esta capa lignitífera es un viejo suelo fósil, arcilloso y negruzco. En su plano inferior, al contacto con la capa G infrayacente, son muy frecuentes las superficies de resbalamiento. Arman en el espe- sor de este fango arcilloso lignitífero, numerosos cristales de yeso, lenticulares en una gran parte. Bajo la capa anterior se encuentra la capa G, cuyo espesor no es superior a 0,80 metros. Está constituida realmente por las mismas formaciones margosas salíferas anteriores, de un color gris blanque- cino, con tonos de flor de azahar, pero en las que ya la arcilla se hace marcadamente preponderante. Aprécianse en estas margas repetidos moldes de moluscos de agua dulce (especialmente Planorbis), así como otros muchos de crista- les de yeso que han dejado en hueco la señal del lugar de donde, por redisolución, desaparecieron. En el incesante quimismo íntimo de la roca, el yeso disuelto en un punto se ha concentrado y crista- lizado en otros; así, no es raro hallar acumulaciones y pequeñas bol- saditas de algez. Son estas margas tan salíferas como las de capas anteriores; lo dan a entender los yesos en flecha que armaron primitivamente en ellas, las placas de salitre y las manchas de epsomita crista- lizada. Queda interrumpido el espesor de estas margas por el conjunto de las capas H-LL, las cuales constituyen el grosor principal del lig- DE HISTORIA NATURAL 455 nito. En la figura S."" se representan en globo, y en la 4.* se deta- llan con algún detenimiento. La capa H (fig. 4.^) es un pequeño lecho de lignito de unos cinco centímetros de espesor. Ya no es una arcilla lignitosa, como lo era la F, sino un verdadero lignito francamente carbonoso, en el que no sería fiícil reconocer las plantas que le originaron. Se Hiende y cuar- tea profundamente, especialmente en aquellas partes del corte que quedan más expuestas a la sequía e insolación. Semejante lecho de lignito está soportado por unas arcillas grises claras, que designamos con la letra I. Es una arcilla de gran homogeneidad, de grano uniforme y finísimo. Se halla muy cargada de caliza dispuesta en filetillos entrecruza- dos. Toda la capa alcanza un espesor de unos 10 centímetros. Estas arcillas se ha- llan entre dos lechos de lignito de un espe- sor igual; bajo ellas hay una arcilla J, muy lignitosa, negra y mate, de cinco centíme- tros de espesor. Se intercala ahora entre esita última arci- lla y el espesor principal del lignito, en un grueso de unos tres centímetros, una are- nisca blanca, de escasa coherencia, la cual descansa sobre las capas principales del lignito. La formación L, de 0,40 metros de espe- sor, constituye, por excelencia, el lignito propiamente dicho. Es un lignito puro; se aprecia en él la estructura leñosa de las plan- tas de que se origina. En ciertos sitios pre- senta el aspecto carbonizado, el tono negro, brillo lustroso, y aun la misma dureza, de la hulla. La porción y niveles m.ás inferiores de la capa L que considera- mos, está formada por muy curiosas e interesantes formaciones. Constitúyenla costras, capas o láminas alternantes de hidrato férri- co (verdadero hierro de pantanos), que envuelven extensas costras de revestimiento formadas por cristales diminutos de yeso en drusas de muy poco espesor. Es muy interesante semejante asociación. Diversos autores que de esta provincia escriben — Prado (Casia- no del) y Castel (C.)— , señalan la existencia de una capa de lig- l.i. f 1 1 1 1 1 1 M. 1 L I 1 1 i ' lili 1 1 Fig. 4.' J56 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA nito — sin otro detalle estratigráfico y altimétrico — , en Almadrones,. Brihuega, Villaviciosa, Velamos y otros puntos de La Alcarria, Bien que se limiten a señalarla sin más noticias de posición y asociación, y bien que haya autor que, erróneamente, las atribuya al eoceno, nosotros, con toda reserva, sospechamos pueda ser la misma que ya señalamos en Iriépal, y que ahora describimos de Lupiana. Como combustible es, por lo general, de mala calidad y de muy escasa importancia, con excepción del lignito de la capa L; este úl- tim.o, por su pureza y estructura, pudiera presentar algún interés industrial, aun cuando su abundancia no sea para celebrada. El espesor de capas que designamos con la letra LL (fig. 3.^), presenta al geólogo un interés sobresaliente. Dicha formación, de unos 30 centímetros en el diámetro vertical, es igualmente una capa lignitosa, pero en cuyo seno se acumulan, en número prodigioso, restos clásticos de conchas de moluscos de agua dulce. Es un verdadero fondo de pantano, fango lignitoso, en el que se aglomeran, hasta el punto de constituir casi exclusiva- mente la roca, los restos mencionados. Los pedazos de concha, que llegan a alcanzar un alto grado de división, no parecen haber sido producidos por presiones y aplasta- mientos posteriores a su depósito, sino haber sido rotos con ante- rioridad a su sedimentación o con ocasión de ella. Los restos de es- tas conchas no ofrecen ninguno en estado de que, por su estudio, pueda venirse en conocimiento de los géneros a que pertenecieron; son indeterminables. Encerradas en el espesor de estos depósitos clásticos, debidos a un doble origen vegetal y animal, se hallan, intactas, muchas con- chas fósiles de Melanopsis, cuyo buen estado de conservación nos permite creer que podrán ser determinadas específicamente para fijar, si es posible, de modo concluyente, la edad del depósito. Cir- cunstancias de yacimiento y de posición, pues que debajo de estas capas lignitosas con Melanopsis, se continúan las mismas margas suprayacentes, nos autorizan a admitir, siquiera provisionalmente, una fecha sarmantiense, para estos faúnula y depósito contemporá- neos. Reservamos el juicio definitivo de la edad del nivel hasta la determinación específica de estos Melanopsis que son, de otra par- te, bastante abundantes en el mencionado yacimiento. Fije esta nota preliminar la prioridad del hallazgo. El género Melanopsis no ha sido encontrado hasta ahora por los autores que han escrito sobre el vindoboniense de la meseta en el DE HISTORIA NATURAL 457 nivel en que nosotros lo hemos hallado. En los depósitos del neóge- no continental de La Alcarria, se ha citado como perteneciente úni- camente a las calizas pontienses superiores. Finalmente, la capa M está formada por las mismas margas blan- quecinas sarmantienses. El thalweg del valle se abre en este nivel por ser un vallejo secundario y no haber profundizado más en él la erosión. Todas las capas se hallan sensiblemente horizontales, sin otra in- clinación que la ya señalada de 0,25 por 1 .000, en dirección de E. a W. y la general de N. a S. Notas Helmintológicas por Carlos Rodríguez López-Neyra. Al dar a conocer hoy a nuestros consocios la primera lista de gu- sanos parásitos, que hemos recogido para formar la colección de pa- rasitología, del Laboratorio de Zoología aplicada a la Farmacia de la Universidad de Granada, me guía la idea de anticipar en forma de notas seriadas, los datos que tras numerosas disecciones vamos recogiendo y que en su día han de constituir el Catálogo de gusa- nos parásitos de Andalucía, y a ser posible, de nuestra Península. La gran importancia de estos estudios, es de todos bien conocida y, sin embargo, son extremadamente raras las publicaciones que en nuestra patria mencionanalgún que otro dato aislado, sobre materia que tanta atención' merece" por parte de naturalistas y médicos en otros países. A llenar tal hueco vienen las presentes noticias, que iremos pu- blicando sucesivamente, y en las que encontrarán nuestros conso- cios indicaciones exactas de muchísimas especies parásitas, citadas hasta ahora por primera vez en nuestra Península, acompañadas de los datos referentes a la frecuencia de su parasitismo, mediante anotaciones del número de -observaciones efectuadas en las múlti- ples autopsias llevadas a cabo en el Laboratorio, así como los deta- lles curiosos y reflexiones que su estudio nos ha sugerido. Con el fin de dar a conocer en cada especie animal los parásitos que padecen, indicaremos en primer lugar, la especie que sufre el parasitismo con el número de disecciones efectuadas, y a continua- -158 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA cíón ordenadamente sus peculiares parásitos, anotando, en cuantos casos se han presentado y su localización en el organismo, teniendo presente que, salvo indicación en contrario, todos los datos que con- signamos se refieren exclusivamente- a la región granadina. De lamentar es que aun poseyendo bastante bibliografía de este particular, no tengamos, sin embargo, la suficiente para dilucidar algunas cuestiones referentes a ciertos parásitos de las especies que a continuación enumeramos, de las que nos ocuparemos en otras no- tas posteriores, continuación de la presente, en que sólo menciona- mos aquellas especies que tenemos perfectamente estudiadas, reco- gidas en 250 disecciones, efectuadas desde Octubre de 1914 a Ju- nio de 1916. Homo sapiens Linn. Taenia soliiim L.— Intestino; bastante frecuente. Taenia saginata Goeze (=7". medi'o-canellaf a Kuchenm; T. me- galoon Weinl).— Intestino; menos frecuente que la anterior. Taenia echinococcus v. Siebold (Larva, Echinococcus polymor- phus Diesing).— En el hígado, visceras varias, no raro; huesos y, en especial el húmero (1), un solo ejemplar en el Museo ana- tómico de la Facultad de Medicina de Granada. Fasciola hepática L — Hígado, raro. Trichinella spiralis Owen.— Larva; enquistada en los múscu- los; rara. Enterobiüs vermicularis Leach (=Oxyuris vermicularisL.; Fu~ sarella vermicularis Seurat), Intestino grueso; muy frecuente. Ankylostomiin diiodenale Dubini (= Uncinaria duodenale Dub.; Dochmius anchylostoma Molin).— Duodeno, raro; muy fre- cuente en la provincia de Jaén. Ascaris lumbricoides L.— Intestino delgado; muy frecuente. Bos taurus L.— 20 autopsias. Moniezia expansa Blanchard.— Intestino delgado; muy frecuente. Moniezia planissima Stiles et Hassel . — Intestino delgado; una vez. Thysanosoma aciileata Perroncito.— Intestino delgado; dos veces. (1) Ver Víctor Escribano: Sobre un caso de quiste hidatídico del húmero, publicado en la Gaceta Médica del Sur de España, núm.591. Enero, 1908. DE HISTORIA NATURAL 459 Fascíola hepática L. (Distomiin hepaticum L.). — Hígado; siete casos. Dícrocoelium lanceolatum Stiles et Hassel (= Distomum lan- ceolatiim Mehiis).— Hígado; un caso. Ascaris vitulorum Goeze.— Intestino delgado; tres casos. Ovis aries L.— 18 autopsias. Stilesia centripunctata Rivolta. — Intestino delgado, muy fre- cuente; cuatro veces. Moniezia expansa Blanchard. — Intestino delgado; una vez. Dicrocoelium lanceolatum Stiles et Hassel (= Distomum lan- ceolatum Mehiis). —Hígado; una vez, Ankylostomun cernuum Creplin (= Strongylus cernuus Cre- plin). — Intestino delgado; dos veces. Equus caballus L.— 2 autopsias. Ascaris megalocephala Cloquet. — Intestino; una vez. Lepus cuniculus L.— 16 autopsias. Taenia serrata Goeze (en estado de Cysticercus pisiformis Zed.).— Muy numerosos en el mesenterio y peritoneo; tres casos. Ctenotaenia pectinata Goeze (= Dipylidium pectinatum Goeze; Cittotaenia pectinata Goeze).— Intestino delgado; una vez. Passalurus ambigaus Rud. {^^Oxyuris ambigua Rud.). — Intes- tino ciego; una vez. Canis famiiiaris L. — 8 autopsias. Taenia coenurus Sieb. — Intestino delgado; una vez. Ascaris myxtax Zeder. — Intestino delgado; dos veces. Spiroptera sanguinolenta Rud. (= Filarla sanguinolenta Rud.) En un quiste esofágico, con 15 individuos efe? y $0; una vez. Sus scrofa domestica L.— 17 autopsias. Taenia solium L. (Cysticercus cellulosaeRud.) — Abundantísimo en los músculos; tres casos. Trichocephalus dispar Rud.— Intestino ciego; una vez. Trichinella spiralis Owen. — Enquistada en los músculos; cuatro casos. Ascaris lumbricoides L., var. ■sw/Z/a.- Intestino delgado; dos veces. 4G0 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA * Turdus merula L.— Una autopsia. Monopylídium (Taenia) undulatum Rud. — Intestino delgado; una vez. Turdus pilaris L.— 2 autopsias. Monopylidium undulatum Rud. (= Taenia angulata Duj.). — In- testino delgado; una vez. Turdus musicus L.— 24 autopsias. Monopylidium undulatum Rud. (= Taenia angulata Duj.).— In- testino delgado, seis veces. Echinorhynchus transversus Rud. — Dos veces. Sturnus Vulgarís L.— 2 autopsias. Taenia fascimilalis Batsch (= Taenia undulata Duj.).— Intestino grueso; una vez. Pica caudata Raj-.— 1 autopsia. Taenia angulata ( = Taenia undulata Schrank; Dilepis undu- lata Schrank).— Intestino delgado; una vez. Perdix rubra Brisson.— 19 autopsias. Taenia nigro-punctata Crety.— Intestino delgado; 15 ejemplares en un caso. Esta especie fué descrita la primera vez por Crety, como pará- sita de la codorniz (Cestodi della Coturnix communis Bonn. Boíl, dei Museo di Zool. ed Anat. comp. della U. di Torino, vol. v, núm. 88, 1890, pág. 16), y según creemos no se ha mencionado hasta ahora como parásito de la perdiz. Daoainea Urogalli Modeer. ( = Taenia tumens Mehlis; T. mi- crops Diesing).— Intestino recto y delgado; dos veces. Heterakis cúrvala v. Linstow.— Intestino ciego; dos veces. Coturnix communis Bonn.— 3 autopsias. Taenia nigro-punctata Crety.— Intestino delgado; una vez. Gallus gallsnaceus Palias.— 62 autopsias. Monopylidium infundibuliformis Goeze. ( = Choanotaenia (T), infundibulum Bloch). — Intestino delgado; muy abundante en 8 DE HISTORIA NATURAL 46L casos, en los cuales parasitaban también el intestino, la Davai- nea echinobothrida Megnin. Con el mismo nombre ha descrito Dujardin (Hist. nat. des Helmintes ou Vers intestinaux, París, 1845, pág. 586), otra tenia de la gallina, cuya descrip- ción la toman Davaine y Perroncito en sus obras. Krabbe (Bi- drag til Kundskab om Fuglenes Baendelorme, 1869, pági- na 91, sp. 114), ha demostrado que la descripción dada por Du- jardin corresponde en absoluto a la Davainea cesticilliis Mo- lin. Crety (Cestodidella Coturnix communis. Boíl, del Mu- sei di Zool. ed Anat. comp. della U. di Toríno, vol. v, núm. 8, 1890, pág, 16), estudia detenidamente el róstelo umbe- liforme de la especie que nos ocupa, consignando está provisto de una corona sencilla de 20 ganchos; todos los datos anota- dos por este autor son los mismos que presentan los ejemplares observados por nosotros. La longitud mayor de nuestros ejem- plares es de 65 mm., dato que concuerda con el cíe Crety. Krabbe les asigna la longitud de 100 mm. Davainea echinobothrida Megnin.— Frecuentísima, en el intestino delgado principalmente (22 veces en 62 autopsias), produciendo constantem.ente en las paredes intestinales, pequeñas tumora- ciones, debidas a que el escolex se clava profundamente en ellas. Esta especie es difícil de diferenciar de la Davainea te- tragona Mol. Ranson (Centralblatt f. Bakt. ref., tomo xxxvii, 1904), delimita claramente ambas especies muy próximas del modo siguiente: la Davainea echinobothrida tiene 200 gan- chitos formando una doble corona en la base del róstelo; la D. tetragona, sólo tiene una corona sencilla de 100 ganchos. En esta especie los ganchitos son más pequeños (6 ¡j^) que en aqué- lla (10 a 13' ;/). Además, la tetragona-WQ produce ningún abul- tamiento en la pared intestinal, mientras que la echinobothrida ocasiona la formación de granitos en donde se clava el escolex. Davainea proglottinaDavamo.. — Intestino delgado y grueso. Es curioso el contraste que aparece entre las observaciones de Davaine, que en Octubre de 1855 (Saint-Arnand, Francia), en- contró los duodenos de todas las gallinas examinadas, parasita- das por la especie en cuestión, y las nuestras que entre 62 di- secciones efectuadas, sólo se han encontrado dos veces durante el mes de Enero, siempre asociada con la D. echinobothrida Megnin, Meterakis perspicillum Rud. ( = //. //7//É'.r«/— Frecuentísimo en 432 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA toda la longitud del intestino y de preferencia en la porción del grueso; 24 casos. Heterakis papulosa Bloch. {^= H. vesicularis Frolich).— Intesti- no grueso y especialmente en el ciego; 20 veces. Algunas otras especies se presentan como parásitas de ¡a gallina, pero su defectuoso estudio nos impide mencionarlas en esta prime- ra nota. Es digno de notar la frecuencia inusitada de parásitos intestinales en esta especie, pues sólo en siete ejemplares muy jóvenes hemos visto su intestino libre del parasitismo vermidiano. Scolopax rusticóla L.— 2 autopsias. Taenia fíliim Goeze. — Intestino; cuatro ejemplares. Anser cinéreas domestícus Meyer.- 1 autopsia. Heterakis dispar Zed.— Intestino ciego; un ejemplar. Rana esculenta L.— 33 autopsias. Brachilaimus variegatum Rud.— Pulmón; una vez. Muy frecuen- te en Munich. Salamandra maculosa Laur.— 2 autopsias. Brachilaimus salamandrae.— Duodeno; una vez. Nota de algunos anélidos recogidos en las costas de Gijón y San Vicente de la Barquera por Enrique Rioja Lo-Bianco. Como becario de los cursos de Zoología que la Junta para amplia- ción de estudios tiene establecidos en el Museo Nacional de Cien- cias Naturales, he podido visitar el verano último algunas localida- des del Norte, recogiendo datos para el conocimiento de los gusanos marinos de España , especialmente en Gijón y San Vicente de la Barquera, donde he logrado recoger abundante material de anélidos. La presente nota se refiere únicamente a los Poliquetos seden- tarios, dejando para más adelante el estudio de los errantes. He de mostrar mi agradecimiento al Sr. D. Cesáreo Martínez, DE HISTORIA NATURAL 463 Catedrático del Instituto Jovellanos, y a mi compañero Sr. Regue- ral, por los medios por ellos facilitados parala realización de mi tra- bajo durante mi estancia en Gijón. Cirratulidae. 1. Aiidouinia tentaculata (Montagu). San Vicente; abundante en La Barquera, enterrado en la arena. Gijón; muy frecuente en la playa de Pando, muelle del Fo- mento, escolleras de Castrillóny Arbeyal. 2. Dodecaceria concharum (Ersted. Gijón; un solo ejemplar, encontrado en la canal del Dique. 3. Heterocirrus caput-esocis Saint- Josepli. San Vicente; un solo ejemplar, recogido en los fangales. Spionidae. 4. Scolelepis fuliginosa (Claparede). San Vicente; en los fangales. Poco frecuente. Gijón; escolleras de Castrillón y canal del Dique, juntamen- te con la Audouinia tentaculata (Mont.). 5. Nerine cirratulus (Delle-Chiaje). San Vicente; poco frecuente en el fango situado cerca de La Barquera. Gijón; un ejemplar incompleto recogido en la desembocadu- ra del río Piles. 6. Aonides oxycephala (Sars). San Vicente; dos ejemplares procedentes de los fangales. 7. Magelona papillicornis Fr. Müller. San Vicente; un solo ejemplar joven encontrado en los fan- gales. Aricidse. 8. Árida foetida Claparede. San Vicente; en los arenales próximos al puente de la Maza. Gijón; en la playa de Pando y Fomentín. Capitellidee. 9. Notomastus latericeus Sars. San Vicente; muy frecuente en los fangales. Gijón; dos ejemplares encontrados en el Arbeyal. 464 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA 10. Capitella capitata (Fabricius). Gijón; bastantes ejemplares encontrados en las escolleras de Castrillón. ArenicoUdse. 11. Ar enícola marina {L\nné). San Vicente; muy frecuente en los fangales. Gijón; abundante en la playa de Pando, muelle del Fomento, canal del Dique y escolleras de Castrillón. Maldanidse. • 12. Clymene CErstedi Claparéde. San Vicente; muy frecuente en los fangales; encerrado en un tubo arenáceo. 13. Johnstonia clymenoídes Quatrefages. Gijón; entre las piedras de la costa, habitando un tubo are- náceo. 1-1. Leiochone clypeaía Saint-Joseph. San Vicente; abundante en los fangales. 15. Petaloproctus terrícola Quaireíages. Gijón; dos ejemplares incompletos recogidos en la canal del Dique. Ammocharüdae. 16. Oivenia fusiformis Delie-Chiaje. San Vicente; tres ejemplares recogidos en los fangales. Sabeüaridse. 17. Sabellaria alveolata (Linné). San Vicente; se encuentran colonias de esta especie en la Peña Mayor. Gijón; he hallado este anélido varias veces en las raíces de Laminarias y en el Arbeyal, formando extensas colonias. Amphictenidee. 18. Pectinaria (Lagis) Koreni (Malmgren). San Vicente; dos ejemplares, enterrados en los fangales. DH HISTOUIA NATURAL 465 Amphareíidse. 19. Melinna adriatica Marenzeller. San Vicente; muy abundante en los fangales y en La Bar- quera. Terebellidae. 20. Amphitrite gracilis (Grube). Gijón; dos ejemplares recogidos en la canal del Dique. 21 . Terebeüa lapidaria Linné. San Vicente; se encuentra en un barro compacto en los fan- gales próximos al puente de la Maza. Vive en un tubo fácilmente rompible, formado por una pequeña película quitinosa revestida de partículas de fango. Vive, como comensal, con esta especie el Harmothoé lii- nulata (Dellé-Chiaje), alojado en el mismo tubo que ella. El Harmothoé liinulata ha sido citado como comensal de otros terebélidos (Lanice conchilega y Polycirriis) y por Alaejos (1905, pág. 46), del Balanoglosus (Ptycho- dera) minuta. Gijón; frecuente en la canal del Dique y escolleras de Cas- trillón, en galerías excavadas en las rocas calizas. 22. Pista cretácea (Grube). San Vicente; dos ejemplares, encontrados en el fango. 23. Lanice conchilega (Pallas). San Vicente; dos ejemplares, con su tubo característico, fueron encontrados en los arenales próximos al puente de la Maza. 24. Polymnia nesidensis (Delle-Chiaje). Gijón; dos ejemplares del Arbeyal y otro de la canal del Dique. 25. Polycirrus caliendrum (Claparéde). San Vicente; frecuente en los arenales próximos al puente de la Maza. 26. Polycirrus hcematodes (Claparéde). Gijón; en las escolleras de Castrillón y canal del Dique. SabelHdee. 27. Potamilla reniformis (O. F. Müller). San Vicente; en las rocas calcáreas de la costa. Gijón; en el Arbeyal y canal del Dique. 466 boletín de LA -REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA 28. Branchiomma vesiculosum (Montagu). San Vicente; los ejemplares de esta localidad son más pe- queños que los de Santander. Serpulidse. 29. Ser pula vermicularis Linné. San Vicente; en las piedras dragadas a poca profundidad. Gijón; ejemplares recogidos a 100 brazas sobre Dendro- phyllia. 30. Serpula áspera Philippi. San Vicente; en las piedras del litoral. Gijón; en piedras cogidas con el palangre. 31. Hydroides norwegica Gunnerus. Gijón; sobre Avicula cogidas a 50 brazas. •32. Pomatoceros triqueter (Linné). San Vicente; abundante en las piedras de la costa. Gijón; frecuente en el litoral. 3.^. Spirorbis borealis Daudin. San Vicente; sobre Facas vesiculosas. Gijón; sobre Fucus vesiculosas. v34. Pomatostegus polytrema (Philippi). San Vicente; tres ejemplares encontrados entre tubos de Pomatoceros triqueter. 35. Placostegus tridentatus (Fabricius). Gijón; sobre piedras cogidas con el palangre a 90 brazas. 36. Vermiliopsis infandibalam (Langerhans). Gijón; en piedras recogidas con el palangre a 100 brazas. 37. Apomatus similis Marión et Bobretzky. Un ejemplar sobre Gorgonia verrucosa. DE HISTORIA NATURAL 467 Sobre la existencia de un aparato especial en los tubos nerviosos de los peces por Manuel Sánchez y Sánchez. El dominio que hemos adquirido de algunos métodos técnicos, es- pecialmente del urano-formol de Cajal, nos ha permitido hacer un estudio muy completo de los tubos nerviosos de los peces, encon- trando en ellos no sólo los detalles descritos en las fibras nerviosas de los mamíferos, sino también otros nuevos, absolutamente desco- nocidos, y que he tenido la fortuna de descubrir. Entre ellos destaca por su importancia un aparato especial, de! que he hecho un estudio muy detenido, el cual es un factor cons- tante en la arquitectura de los tubos nerviosos de los peces, y pro- bablemente de todos los vertebrados. En esta nota no pretendo hacer un estudio de detalle del mis- mo (1), sino darle a conocer, haciendo resaltar las distintas partes deque consta. Para ello me voy a servir de las figuras I.'' y 2."; la figura 1." es copia exacta del aparato que, con el método del urano, se nos presenta constantemente en las fibras nerviosas de los peces; la 2.'' es un esquema destinado a hacer comprender mejor la anterior. Dicho aparato está formado de trabéculas, anillos y glomérulos; lastrabéculas son de muy distinto grosor;-ante todo se distingue una a la más somera observación, que destaca de las restantes por su tamaño: esta es la trabécula principal del aparato y de ella nacen las restantes con cierto orden, las cuales se dividen y subdividen, como los nervios en sus terminaciones, yendo a parar a sitios muy di- versos. La trabécula principal en nuestra figura cambia de dirección des- (1) El estudio completo de los tubos nerviosos de los peces apare- cerá en breve, formando parte de una extensa monografía, en la serie zoológica de los Trabajos del Museo Nacional de Ciencias Natura- les, de Madrid. 4G8 boletín de la real sociedad española cribiendo una línea en zig-zag y se une con una serie de anillos, colocados en su mayoría horizontalmente, es decir, en un plano „ .- , perpendicular al cilindro eje. Las tra- béculas secundarias que, como se ob- serva en la figura I.'*, se ramifican de mil modos, dan ramas que van a parar: primero, a los anillos del mismo aparato situados en las proximidades de los in- fundíbulos, como ocurre en As. Dicho anillo ha sido representado esquemática- mente en la figura 2.^; de él parten unas trabéculas casi verticales, las cuales son sensiblemente paralelas; de éstas salen numerosas ramificaciones que forman un velo delicadísimo, no sólo en torno del infundíbulo, sino también en el espacio comprendido entre éste y el anillo, es decir, en el espacio E de nuestro es- quema (fig. 2.''^). Otros anillos del apa- rato están colocados sobre el borde del infundíbulo, pero no forman parte íntima del mismo, como hemos representado en el esquema (fig. 2.^) Ans. Otros anillos, como el An, están co- locados equidistantes de los infundíbu- los; en este caso, las trabéculas que corren entre ellos, se entrecruzan y anastomosan, dando lugar a redes poli- gonales; en algunos casos, en el vértice de los polígonos, suele existir un deli- cadísimo anillo de poco más de una mi- era de diámetro, como se ve en An (fig. l.^'). Las trabéculas secundarias, otras ve- ces, salen de un mismo sitio de la prin- cipal, como ocurre en el esquema de Tr.s (fig. 2.'^^), en este caso ellas mismas, en combinación con otras trabéculas que descienden del piso supe- rior anular, se ramifican y anastomosan, dando lugar a una red de una complicación extraordinaria, como se observa en V.i'nt. (fig. 1 ^). Fig. 1."— Aparato de sostén de la célula de Scuwann del Capri- nas auratits. (Nervios de la linea lateral.) DE HISTORIA NATURAL 16ÍI Hemos hablado ya de las trabéculas y de los anillos; diremos cuatro palabras del tercer elemento de nuestro aparato: los glomérulos. Estos son de dos especies diferentes, que podemos describir del modo que sigue: a) glomérulos de paso; b) glomérulos terminales. a) Glomérulos de paso.— Así los llamamos porque establecen el enlace entre trabéculas secundarias importantes: unas veces están constituidos por una trabécula que corre verticalmente, tocando a! anillo, y otra trabécula secundaria, que no tiene nada que ver con la anterior, procedente de algunas de las que forman el velo trabecular, como en el caso G.in (fig, 1.'*), que es un glomérulo situado en un espacio interanular, formado por tres fibras trabeculares diferentes, las cuales se ramifican y extienden, dejando pequeños es- pacios, dando lugar a un aparato que recuer- da los glomérulos renales. Otras veces estos glomérulos están situados en el anillo yendo a formarle varias fibras trabeculares, como se ve en G.d.an (i\g. I."*). b) Glomérulos terminales. — Las fibras secundarias, que parten de la trabécula prin- cipal, se dividen y subdividen, dando lugar a tenues trabéculas, las cuales en vez de ter- minar libremente, como a veces ocurre, dan lugar a un aparato glomerular sumamente in- teresante por las variedades que presenta. Este glomérulo, en unos casos, es de forma es- férica (G.ú) (fig. 1.'"-), mientras que en otros, da lugar por alargamiento a un aparato glome- rular en forma de placa, como pasa en el si- tuado entre Tr.p. y Tr.s. de nuestra figura 1 .'' El carácter de esta nota nos veda entrar en más detalles sobre este singular aparato, que ha sido comparado por su aspecto parti- cular, con terminaciones nerviosas, por Achúcarro, y con, tejido conjuntivo, por el profesor extranjero Havet y el Dr. Río Horteqa. Después de un estudio muy detenido y delicado que hemos reali- zado últimamente de dicho aparato, impregnándole en unión de los infundíbulos y cilindro-eje, y después del examen de las figuras sobre la célula Schvvann —célula que, por otra parte, nosotros hemos es- tudiado con diversos métodos, observando en ella el condriom.a, Tomo XVI.— Noviembre, 191C. 30 Fig. 2." 470 BOLKTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA aparato de Qolgi, etc. — , del sabio histólogo ruso Nemiloff, ve- nimos a sacar como consecuencia que el citado aparato no es otra cosa sino el esqueleto o aparato de sostén de la célula de ScHWANN, y hacemos esta afirmación porque dibuja en esque- ma, la célula de Schwanx, con todas sus prolongaciones. Por lo demás, esta idea es de nuestro maestro el Dr. Cajal, el cual, tan pronto como vio nuestras primeras preparaciones, dijo que se trataba indudablemente del aparato de sostén o esqueleto de la célula de Schwann. Después de mis investigaciones, no se puede afirmar, como hace Nemiloff al final de su trabajo, que «las relaciones morfológicas en las fibras nerviosas de otros animales se presentan más compli- cadas, en comparación con la simple estructura de las fibras nervio- sas de los peces» (1). Parece, pues, existir un plan de estructura fundamental común a todos los vertebrados, por lo que respecta a los tubos nerviosos. Sobre fauna ictiológica guipuzcoana por Fernando de Buen. En el transcurso de este verano hemos continuado la labor ini- ciada el pasado año en el laboratorio instalado por nosotros en la Sociedad de Oceanografía de Guipúzcoa. Las notas que publicamos se encuentran divididas en cuatro partes incluyendo en la primera los nombres vulgares de especies ya cita- das en nuestra lista (2); en la segunda, tratamos de los escualos que habitan las zonas profundas del Cantábrico; del Centrolabrus exoletusL., interesante Lábrido, hacemos descripción en la tercera parte, correspondiendo a la cuarta la cita de especies de peces en- contrados este verano. A pesar de las grandes dificultades con qué hemos tropezado en (1) Nemiloff: Einige Beobachtungen ueberder Bau der Nerven- gewebes bei Ganoiden, etc. Arch. fiir mikrosk. Anat. Bd. lxxii, pági- na 599, 1908. (2) F. DE BuEX, 1915, pág. 471. En la pág. 478 hay una errata dig- na de mención; la localidad que se señala para la Avíenla ¡mundo L. corresponde al Mytiliis edulis L. habiendo sido capturada la primera en mis salidas con los vapores de arrastre. DE HISTORIA NATURAL 471 ^a selección de los nombres vulgares, se han podido anotar las deno- minaciones vascas típicas y las resultantes de éstas, castellanizadas por los veraneantes. Especies bien conocidas como el Trachinus draco L., al producir por la picadura de sus espinas, dolorosas he- ridas y habitar las playas frecuentadas por los bañistas, y el Mullus barbatus surnmletus L., apreciado por5u carne, poseen nombres vulgares castellanizados. De algunos peces que incluímos en nuestra lista publicada en este Boletín, no damos el nombre vulgar, ya por ser inseguro a causa de referirse a especies no diferenciadas con fijeza por los pescado- res, o por referirse también a otros conocidos sólo por raros ejem- plares. Incluiremos también algunos datos que tengan interés, tales como la pesca, procedimientos utilizados en ella, abundancia, etc. Ciertas especies poseen nombres vulgares variadísimos que difie- ren en localidades tan próximas como San Sebastián y Pasajes. Encontraremos, no sin extrañeza, hasta géneros distintos, como el Scorpcena y Sebastes e igualmente Hoplostetlius y Beryx, que son llamados del mismo modo en localidades idénticas. La Scor. pcena porcus L. y el Sebastes dactylopterus Delaroche, son conocidos vulgarmente por Kabrarroca; el Beryx decadactylus Günth., como el Hoplostethus mediterráneas Cuv. Val., por Bis- higa-erregiiiá. La explicación es sencilla; antes, por ser rudimen- taria la pesca, eran conocidas corto número de especies, que se aumentó grandemente por la intervención de los vapores, arrastrando por mayores fondos redes enormes; a los nuevos peces que llegaron hubo que darles nombre, y el pescador, encontrando labor sencilla comparar, relacionó a la Scorpcena porcus L. costera, con el Se- bastes dactylopterus Delaroche, de mayores profundidades, lla- mándoles Kabrarroca igualmente a los dos. Con mayor impropiedad reunieron, bajo una misma denominación, Bishigu-erreguiá, a las dos especies de los géneros Beryx y Ho- plostethus; su significación castellana es la de Rey del besugo, vi- niendo a indicar el aprecio en que tienen a la carne de estos peces, tomando como tipo comparativo el Pagellus centrodontus Delar., vulgarmente Bishiguá (besugo). Por otra parte, es de admirar que identifiquen especies próximas, consideradas por algunos autores como simples variedades. Las especies citadas por nosotros de la fauna guipuzcoana se ele- van a 106, correspondiendo 31 a las capturadas y estudiadas du- 4";2 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA rante este verano. Una de ellas, el Centrolabrus exoletiis L., para el que hacemos un capítulo aparte, no ha sido citada en España, ni tengo noticia de su presencia en Francia; siendo exclusiva hasta ahora de los mares del norte europeo. Otros peces son conocidos por rarísimos ejemplares, como el Tetragonuriis Cuvieri R'isso, el Te- trapterus belone Rafin. y el Nesiarchus nasutiis Tohnson. Gracias a la amabilidad del Dr. Lozano, nos ha sido posible cla- sificar especies dudosas en su laboratorio del Museo Nacional de Ciencias Naturales, consultando su selecta biblioteca. Hacemos mención de ios escualos de las zonas profundas, no in- dicando más que la denominación vulgar de uno de ellos, por ser las restantes inseguras y variables. En la nota final procuramos señalar en cada especie lo más sa- liente de su característica y con preferencia las diferencias obser- vadas, comparando con las descripciones de los litros clásicos. í Nombres vulgares. Orden PLAGIOSTOMOS Oxyrhina spaUanzanii Bp. Nom. vulg.: Marrajo, en San Sebastián. La carne de este escualo es muy apreciada; se vende en los mer- cados a precios elevados cuando los ejemplares son de pequeño tamaño. Su pesca adquiere importancia creciente. Embcrcaciones peque- ñas, simples bateles de remos salen a la mar, y no lejos de tierra lanzan sus aparejos de cuerda, capturando, los primeros meses del año, buenas cantidades de esta especie. Según consta en las estadísticas que hemos tomado escrupulosa- mente, el número de ejemplares pescados durante el mes de Enero, sólo en el puerto de San Sebastián, se eleva a 1 .541, y el día 23 del mismo mes llegaron a la pescadería en número de 244. En el transcurso del verano he podido tomar nota de la presencia frecuente de grandes ejemplares de Oxyrhina. Al optas vulpes Bp. Nom. vulg.: Chichi espada, en San Sebastián y Quetaria; lla- mado así por la larga cola que posee. DE HISTORIA NATURAL 473 Hexanchiis gríseas Rsá'm. Nom. vulg: Gardia (Bruto), en San Sebastián. Scyllium caniciila L. Nom. vulg.: Catiiarraya (Pez Gato), en San Sebastián. Scyllium stellare L. Nom. vulg.: Breka, en San Sebastián; Momarra, en Guetaria. Pristiurus melanostomus Blainv. Nom. vulg.: Pimpiñiia, en San Sebastián; Colayo, tn Guetaria. Acanthias. Dos especies encontré de este género en San Sebastián, como ya indiqué en mi lista. Reciben los nombres de Mielka y Mielga. Mas para distinguirlos por su nombre vulgar les llanían los pescadores Mielka y Mielga del país al Acanthias blainvillei y Mielka y Mielga de Montaña al Acanthias vulgaris del mismo autor. Spinax niger Cloquet. Nom. \\x\g.\ Lisha (Lija), es conocida bajo este nombre, por po- seer su piel cubierta de fuertes dentículos dérmicos, que permiten utilizarla en el pulimento de finos objetos de ebanistería. Centrina centrina L. Nom. vulg.: Caballo de mar, en San Sebastián. Sqnatina sqiiatina L. Nom. vulg.: Aingueru-gaardakoa (Ángel de la Guarda), en San Sebastián. Trigon vulgaris Risso. Nom. vulg,: Bastanga, en San Sebastián y Guetaria. Orden HOLOCÉFALOS Chimcera inonstrosa L. Nom. vulg.: Ichas gatua (gato de mar). Obtienen de su hígado aceite, que utilizan como medicamento contra el reuma. OkdenTELEÓSTEOS' Orthagoriscus mola L. Nom. vulg.: Atalua, en San Sebastián. Trachinus draco L. Nom. vulg.: Shabiroyú, en San Sebastián. 4:4 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA También le llaman Shabirón, nombre sin duda castellanizado, pero que sin embargo gana terreno, y puede llegue a sustituir al originario. Lo que vemos aquí por primera vez, pero que lo hemos de encontrar en otra multitud de especies. Lophius piscatorias L. Nom. vulg.: S'apuá (Sapo), en San Sebastián. Mullas barbullís, var. sur maletas L. Nom. vulg.: Barbariñá, en San Sebastián. También es denominación admitida y tan generalizada la de Barbaría, mas el nombre que debe admitirse preferentemente por ser el vasco típico es el de Barbariñá. Trigla pini Bloch. Nom. vulg.: Pachano, en San Sebastián. Trigla lyra L. Nom, vulg.: Neskazarra (Solterona) y Barriyaá, en San Se- bastián; Kurrakuruá, en Pasajes; Arraigorriyá, en Guetaria y Zumaya. Es una de las especies que posee mayor variación de nombres en tan poco trecho; así, difiere la denominación que le dan en Pasajes de la que recibe en San Sebastián. Trigla corax Bp. Nom. vulg.: Arraigorriyá (Pez rojo), en San Sebastián; Boron- diñá, en Guetaria. Esta especie lleva la misma denominación que la anterior, más en localidades diferentes. Trigla lineata Bloch. Nom. vulg.: Puchano, en San Sebastián. Trigla gurnardus L. Nom. vulg.: Perloyá, e imperfectamente Perlón, en San Se- bastián. Para distinguirlo de la especie siguiente la llaman, fijándose en el color de su cuerpo, Perloyá beltzá. Trigla milvas Risso. Nom. vulg.: Perloyá, en San Sebastián, como en la Trigla ante- rior, mas la conocen también por Perloyá gorriyá. Estas dos es- pecies las consideran algunos autores como simples variedades una de otra; y es admirable que la observación del pescador las diferen- cie, a la par que las reúna con un nombre común para las dos. DE HISTORIA NATURAL 475 Scorpcena porcus L. Nom. vulg.: Kabrarroca, en San Sebastián; Gómez arraya (Pez Gómez) en Zumaj'a, e Ichaso-Kraba, en Quetaria. Sebastes dactylopterus Delaroche. Nom. vulg.: Es conocido igualmente por Kabrarroca, en San Sebastián. Hoplostethiis mediterráneas Cuv. Val. Nom. vulg.: Bishígu-erreguiá (R^y del besugo), en San Se- bastián. Beryx decadactylas Güntli. Nom. vulg.: Bishigu-er regida, en San Sebastián. Dicentrar chas labrax L. Nom. vulg.: Lupiyá, en San Sebastián. Serranas cabrilla L. Nom. vulg.: Kraba (Cabra), en San Sebastián. Umbrina cirrhosa L. Nom. vulg.: Burriotá, en San Sebastián; Gurbiyá, en Quetaria. Umbrina lafonti Moreau. Nom, vulg.: Cacajalia (Cagón) en San Sebastián. Scomber scomber L. Nom. vulg.: Berdelá, y castellanizado Berdel, en San Se- bastián. Scomber colias L. Nom. vulg.: Begui-aundi (Ojo grande) y Makaela, en San Se- bastián; Huerva, en Quetaria. La denominación primera es la más apropiada; su significación corresponde perfectamente al carácter que llevó a Rafinesque a describir una nueva especie, Scomber macrophthalmas , hoy sinónima del Scomber colias L. Este verano pude ver y estudiar algunos ejemplares de esta es- pecie, apreciando, sin lugar a dudas, el carácter señalado por Rondelet: Una parte de la cabeza es tan clara que se ven a su través los nervios descendentes del cerebro a los ojos, de- nominados ópticos, como al través de un vidrio. En individuos de 0,267 y 0,271 m. pueden observarse diferen- cias de desarrollo bien marcadas comparándolos con un ejemplar de 0,357 m. de largo, capturado el pasado año (Agosto, 1915). En los jóvenes, la zona interorbital es transparente y ancha; la coloración dorsal está formada por bandas obscuras bien marcadas, 476 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA y no presentan corselete aparente. Por el contrario, en los ejempla- res de gran tamaño, la zona transparente que se encuentra entre los ojos, es más estrecha y algo opalina; las bandas coloreadas cel dorso se irregularizan, no siendo limitadas; terminan inferionnente en manchas redondeadas, sueltas, que se extienden por la región ventral, tanto más cuanto mayor es la edad del ejemplar que obser- vemos; el corselete se muestra bien visible. Los Scomber colías L., al comienzo del verano, podían confun- dirse con la otra especie Scomber scomber L. por su tamaño; más tarde (21 de Agosto 1916), la diferencia era notabilísima; el Scom- ber colias había crecido considerablemente, llegando a medir 0,285 m., mientras que el Scomber scomber llegaba solamente a una longitud de 0,181 m. Thynnus alalonga L. Nom: vulg.: Egal-lushe (aleta larga), en San Sebastián. Es también conocido por Bonito, nombre importado por el co- mercio; mas ganando íerreno a la denominación vasca, llegará a sus- tituirla, haciéndola desaparecer. Thynnus thynnus L. Nom. vulg.: Cimarroyá o Cimarrón y Atuná, en San Sebas- tián. Según la edad, recibe nombres diferentes: Cimarroyá, cuan- do pequeño; y Atuná, de tamaños mayores. En la pescadería se vende llamándole Cimarrón. Tr achurus tr achurus L. Nom. vulg.: Chicharrua y Chicharro, en San Sebastián. Zeus faber L. Nom. vulg.: Pez martin o martina, en San Sebastián. Sargus rondeletti Cuv. Val. Nom. vulg.: Mujoyá, en San Sebastián, y Sarguá, en Guetaria. Pagellus centrodontus Delar. Nom. vulg.: Bishiguá y Panchuá o Pancho, en San Sebastián. Bien característica es la presencia de la mancha al comienzo de la línea lateral, cuando el ejemplar es de buen tamaño; pero cuando joven no la posee, y sus caracteres se confunden con la especie si- guiente; los nombres que recibe de Panchuá o Pancho son idénti- cos a los que señalaremos para el Pagellus bogaraveo Brunn. Pagellus bogaraveo Brunn. Nom. vulg.: Panchuá, vasco típico, y Pancho, castellanizado, en San Sebastián. Especie dudosa. DE HISTORIA NATURAL 477 Pagellus erythrinus L. Nom. vulg.: Lamote, en San Sebastián, Pagellus mormyrus L. Nom. vulg.: Erla, en San Sebastián. Pagellus acarne Risso, Nom. vulg.: Alíyotá, en San Sebastián. Pagrus pagrus L. Nom. vulg.: Urta, en San Sebastián, y Cfielba, en Guetaria. Box boops L. Nom. vulg.: Boba, en San Sebastián. Oblata melamira L. Nom. \\.\\g.:Collaka, en San Sebastián y Pasajes. Bustambeltza, en Guetaria y Zumaya. Labras mixtus L. Nom. vulg.: Chilibitua o Chilibitu, en San Sebastián. Ctenolabrus rupestris L. Nom. vulg.: Caraj'ito Rey, en San Sebastián. Julis giofredi Risso. Nom. vulg.: Donshella (Doncella), en San Sebastián. Julis Julis L. Nom. vulg.: Donshella palabeltzá (Doncella de la cola negra), en San Sebastián; Hija, en Guetaria; Luya, en Fuenterrabía. Esta coloración de la cola es muy intensa, y difiere de la que se observa en t\ Julis Julis L. del Mediterráneo. Gadus luscus L. Nom. vulg.: Paneka, en San Sebastián. - Mer langas merlangus L. Nom. vulg.: Liba, en San Sebastián. Merlucius nierlucius L. Nom. vulg.: Legatzá, en San Sebastián, Mote II a tricirrata Bloch. Nom. vulg.: Lechera, en San Sebastián. Motella fusca Risso. Nom. vulg.: Lechera, en San Sebastián. Raniceps trifurcus Arted. Nom. vulg.: Phospolua, en San Sebastián. 4"?8 boletín de la. real sociedad española Pleiironectes megastoma Donov. Nom. vulg.: Ollarrá, en San Sebastián. Platessa platessa L. Nom. vulg.: Platiisa, en San Sebastián. Rfiombiis maximusL. Nom. vulg.: Errebollna, en San Sebastián. Alosa pilchardiis Cuv. Val. Nom, vulg.: Sardina, en San Sebastián. Belone vulgar is Cuv. Val. Nom. vulg.: Acula, en San Sebastián. Argentina sphyrcena L. Nom. vulg.: Abishoyú, en San Sebastián. He tenido noticia de la presencia de alguna especie que no cité el año pasado, y que tampoco incluyo en esta nota, por no haberlas podido clasificar con cuidado. Sin duda alguna pueblan las costas de San Sebastián, pues son abundantes en nuestros mares: Torpedo inarniorata?\\x\.: Tembla; Sygnathus sp? vulg.: Zubia; Mippo- campus breüirostris? \i\\g.: Caballo de mar, etc. II «Centroplioi'us», «Scymnus» y «Equinorhinus», escualos habitantes de las zonas profundas. Tras de la merluza, que se hace escasa por la intensiva y metódica pesca de los vapores de arrastre, las embarcaciones de vela reco- rren grandes distancias, y se trasladan a lugares en donde no puede pescarse con otros aparejos que los de anzuelo. La pesca se lleva a cabo en una zona próxima, o en el mismo borde de \a planicie con- tinental; allá donde se inicia el rápido descenso de las profundida- des escasas a las zonas profundas. No es raro que capturando merluzas, congrios, etc., aprovechables como alimento, muy apreciados en los mercados, se suban a la su- perficie, enganchados en los anzuelos, otros peces que habiten en su compaiiía, iguales fondos. Entre ellos, algunos como el Scymnus lichia, temibles por la fortaleza de sus agudos dientes, que destru- yen los aparejos. Scymnus lichia Cuv. Como dato de su captura, ya que nos fué imposible disecar alguno de los varios ejemplares que vimos, poseérnoslos dientes. Son dife- DE HISTORIA NATURAL 4"7i> rentes en ambas mandíbulas; los superiores, alargados, terminan en aguda punta, inclinándose hacia fuera más señaladamente, cuanto más se alejan de la línea. media; en la mandíbula inferior, se apoyan dientes de maj^or tamaño, de forma estrecha y alargada, con su pun- ta saliente y libre, de forma triangular, con bordes finamente denta- dos. El diente mediano que vemos se apoya sobre los de sus lados; es el único que posee forma simétrica. Echinorhinus spinosiis L. Es fusiforme, algo comprimido posteriormente. Sus aletas dorsa- les, de tamaño aproximadamente igual, se encuentrari colocadas muy atrás; la primera está sobre la ventral. La caudal, es fuerte, y se apoya en el cuerpo por un pedúnculo excesivamente grueso. Tubérculos espinosos, formados por una placa de borde irregular, de cuyo centro sale un fuerte aguijón, recto o ligeramente curvado, se distribuyen por el cuerpo y aletas. Pueden estos tubérculos aso- ciarse en grupos, como se ve perfectamente sobre la línea lateral, que es algo sinuosa. Los ojos son pequeños y la superficie de la cabeza plana en su parte superior. Sobre los maxilares se apoyan dientes semejantes. Es conocida en Guipúzcoa esta especie bajo el nombre de Ta- chuela. Centrophorus graniilosus Müll. Henle. Este escualo, como los de su género, posee dientes desiguales en ambas mandíbulas. Los superiores de forma triangular y base cuadrilátera; los inferiores, de punta oblicua, inclinada hacia fuera y de borde convexo. El borde de los dientes, se encuentra denti- culado finamente. Centrophorus calceus Lowe. Conformes con lo admitido por Albert Qünther (1), Moreau (2) y Vaillant (3), que consideran a la especie de Lowe como típica, por estar caracterizada antes de que lo hicieran, si bien con mayor precisión, Bocage y Capello (4). (1) 1870, volumen vui, pág. 423. (2) 1891, suplemento, pág. 132. (3) 188S, págs. 71 y 72 (pl. ni, fig. 1). (4) 1864, pág. 262, fig. 2 en pág. 261. 480 boletín ÜR la RKAL S0C1KI1AD ESPAÑOLA LowE (1) dice asi: Acanthidiiim calceiis «Sapata». A. piirpit- reo-fuscum, subtiis pallidiiis; rostro plano-depresso; dentibus inferioribiis biseriatis; spiraculis oculo, pinnaque dorsali se- cunda caiidce approximatis. Con estos caracteres podemos perfectamente suponer -que la es- pecie que Lowe describió es la misma que más tarde Bocage y Capello dieron con el nombre de Centrophorus crepidalbus (2). Estos dos autores no hacen más que añadir mayor número de datos y más precisos para una caracterización segura. Bocage y Capello (3), al estudiar los Plagiostomos de Portu- gal, incluyen la especie Centrophorus calceus Lowe, como una variedad de la descrita por ellos (var. scutellis minoris, rostro obtusiusculo). El Centrophorus calceus Lowe, se distingue perfectamente de las otras especies de su mismo género. Su morro aplastado tiene forma de espátula; la distancia preorbital es mayor que la pos- orbital. El cuerpo, poco esbelto, es grueso y alto (4). Las aletas pares se fijan en el cuerpo en su borde posterior por una membrana. Las pectorales son de pequeño tamaño y las ventrales poseen un ex- tremo posterior libre, aguzado. Fijas a las dorsales hay espinas, acanaladas en toda su longitud y encorvadas hacia atrás; la primera aleta es poco elevada y su es- pina más corta que la apoyada en la segunda aleta del dorso. La caudal, que comienza próxima al borde libre de la dorsal se- gunda, es de forma normal, con lóbulos bien aparentes. Posee este escualo ojos de tamaño grande, seis veces y un tercio comprendidos en la longitud de la cabeza, tomando hasta la primera abertura branquial. El espiráculo tiene forma trapezoidal con los bordes anterior y posterior predominantes en longitud, más corto el borde inferior y escasamente manifiesto el superior. Su color es gris ceniza obscuro, de tonalidad uniforme; su piel está cubierta de fuertes dentículos dérmicos; el iris de los ojos es negro y la pupila transparente, como la de los escualos de fondo. (1) 1839, pág. 92. (2) Ellos mismos, comparando ejemplares de Setubal y Madera, identifican su especie con la de Loave. (3) 1866, pág. 28; tab. ii, fig. 1. (4) Su altura es seis veces la longitud total. UE HISTORIA NATUlíAL 4^1 Las figuras que dan Bocage y Capello son las que más se asemejan a nuestros ejemplares; Vaillant, por el contrario, parece haber publicado en su obra un dibujo tomado de un Centrophorus calceus Lowe después de disecado, pues vemos su morro en ex- ceso deprim.ido y su cuerpo en general deformado. Ninguno de los autores citados que han tratado de la especie, hacen mención de sus dimensiones detalladas; por lo cual, creemos encierra algún interés el que nosotros lo hagamos: Longitud total del rostro al extremo de la caudal — 1,017 metros. Altura del ojo 0,023 - Anchura del ojo 0,037 — Longitud preocular 0,111 — — posocular (i) ■ — 0,061 — — interocular 0,071 — Del ríístro a la base de la espina de la primera aleta dorsal 0,433 - Base de la primera dorsal (2) 0,093 — Borde inferior, libre, de la primera dorsal 0,067 Altura de la espina de la primera dorsal 0,015 — Del extremo posterior de la primera dorsal, fijo al cuerpo, al comienzo de la segunda dorsal 0,193 — Altura de la espina de la segunda dorsal 0,032 Base de la segunda dorsal (2) •• .. 0,094 — Extremo posterior de la segunda dorsal al extremo de la caudal 0,225 - Lóbulo superior de la caudal: . Borde posterior 0,055 — Borde inferior ■' 0,030 — Lóbulo inferior de la caudai: Borde posterior 0,097 — Borde anterior 0,100 - De la caudal al ano 0,125 — Del ano a la pectoral 0,400 — Base de la pectoral -■ 0,055 — El día 15 de Julio de este año, pude ver mezclados con otros escualos (Centrophorus granulosas y Scymus) cinco ejemplares de esta especie. (1) Hasta 1.1 priüiera abertura Lranquial. (2) D¿ la base de la espina al extremo posterior de la aleta fijo al cuerpo. 482 boletín de la real sociedad española III Centrolabrus exoletus (Linné). LiNNÉ, en su clásica obra (1), describe esta especie con el nom- bre de Labras exoletus, aíribuyéndole los caracteres siguientes: «L. pinna dorsali ramentacea, corpore lineis coeruleis, pinna ani spinisS.» Habitat in Océano Atlántico. D.^,P.13.V.|,A. 13 , C. 13. CuviER, en compañía de Valenciennes, al publicar su Histoire Naturelle des Poissons (2), indica los caracteres que Linné dio a su Labras exoletus, aceptándola como buena especie y creando otro género, Acantholabrus, donde la incluye. (A. exoletus.) GüNTHER (3) separa del género Acantholabrus otro, el Centro- labrus, que teniendo la misma característica de poseer más de tres radios espinosos en la anal, se distingue por presentar una serie, única, de dientes, en cada mandíbula (el Acantholabrus posee va- rias). Como sinónimos coloca las especies descritas como nuevas Labrus pentacanthus Lacep. y Crenilabrus rntcrostomaThomps., llamado dos años más tarde Acantholabrus niicrostoma, por Cu- viER y Valenciennes (4). (1) 175S, tomo I, pág. 287, especie núm. 32 del género Labrus. (2) 1839, tomo xiii, págs. 247-248. (3) 1862, tomo iv, págs. 92-93. (4) 1839, tomo xiii, pág. 250. DE HISTORIA NATURAL 483 Risso cita el Crenilabrus exoletus, mas por los caracteres que le asigna debe colocarse según otros autores (1) en la sinonimia del Acantholabrus palloni; especie descrita por el mismo ictiólogo con el nombre de Lutjamis palloni Risso. Smitt (2) incluye la especie exoletus dentro del mismo género Labras en que fué descrita por Linné, pasando a la categoría de subgénero la denominación de Centrolabrus que dio Günther. La forma del Centrolabrus exoletus es comprimida y alta; la cur- va ventral del cuerpo está más pronunciada que la dorsal. Su altura es de dos a dos veces y un tercio mayor que el gro- sor y está comprendida tres veces y dos tercios en la longitud total. Todo el cuerpo se encuentra cubierto por escamas delgadas, ex- ceptuando la zona superior de la cabeza. Alrededor de los ojos, que son un cuarto de la longitud de la cabeza, se observa una línea de poros en toda su parte inferior y posterior. Sobre las mandíbulas se fija una sola fila de dientes, poco abun- dantes y casi ocultos en la mucosa; su superficie libre es roma, pudiendo contar ocho para la mandíbula superior y 12 para la in- ferior. La cabeza es algo menor que un cuarto de la longitud total. El opérenlo está dentellado visiblemente en su borde y ángulo posteriores, no viéndose por estar cubierto por una delicada mem- brana en el borde inferior. Sólo he podido observar la presencia de una fila de escamas sobre el interopérculo. La boca es pequeila y poco protráctil. El diámetro de los ojos, me- nor que el espacio preorbital, está comprendido una vez y media, cerca de dos, en el posorbital y es igual al espacio interorbital. Apoyado el opérenlo, que se encuentra limitado por una mem- brana, en el cuerpo del pez, queda al descubierto una parte de los radios branquióstegos. (1) MoRRAU (1881), tomo iii, pág. 139; Cuvikr et Valenciknxes (1839). Tomo xiu, pág. 246; Günther (1862). Tomo iv, pág. 91; Carus (1889-1893), pág. 604, etc. (2) 1892, pág. 14. 484 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA La línea lateral sigue paralela a la curva superior que describe el cuerpo, inclinándose, para ocupar la parte media del pedúnculo caudal, en llegando, a la altura de los radios blandos de la aleta dor- sal. Sus escamas poseen en la superficie un tubo, ya inclinado hacia el dorso, ya lineal, según ocupen la primera porción de la línea la- teral o la parte final. La última escama es excesivamente larga, estando como las demás tubulada y descansando sobre la base de los radios de la cauda!. La base del radio superior de la pectoral se encuentra sobre la misma línea que el comienzo de la aleta dorsal, y la anal al nivel de su catorceavo radio espinoso. Los radios espinosos de la dorsal, en número de 19, sostienen membranas flaveadas, mientras que son enteras las apoyadas sobre los seis radios blandos; el último se muestra dividido en dos ramas casi apartir de su base. Cuento 35 escamas en la línea lateral, 13 en la transversal; co- rrespondiendo tres a la zona superior del cuerpo, una a la línea la- teral, y por debajo de ella nueve, pudiendo formular En cuanto al número de espinas en las aletas: D. 19/6; A. 5 7; C. 15; P. 13; V, 1/5. Pasaremos revista a las fórmulas señaladas para esta especie por los distintos autores que han tratado de ella: LiNNÉ difiere de la dada por nosotros en señalar para la aleta anal ocho radios blandos, en lugar de los siete que poseen nuestros ejemplares; mas el radio que hemos considerado como último puede tomarse por dos, según el criterio de cada autor. Según GüNTHER (1), le corresponde: 18-19(20) 5 . U. g . A y. CoucH (2) dice contar en la dorsal 17 radios duros y ocho blan- dos, cinco duros y siete blandos en la anal; en la ventral siete ra- íl) 1862, tomo IV, pág. 93. (2) 1848, vol. III, pág. 42. DB HISTORIA NATURAL 4f5 dios, de ellos uno duro; en la pectoral, 13. Podemos nosotros re- sumirlo; D. 17/8; A. 5/7; V. 1/6; P. 13. Smitt (1), como vemos en Couch, no da fórmula ninguna; pero sus datos son: D. 18-19/6-7; A. 5/7; V. 1/5; P. 14; C. 13. Eric Zugmayer (2) da para un solo ejemplar capturado en las campañas del príncipe de Monaco, el número de radios siguiente: D. 18/7; A. 5/7 y, finalmente, Hamilton (3): D. 19/6 — P. 13 — V 1 /5 — A. 6/7 — C. 12/2 cortos. En cuanto al número de escamas de la línea lateral, Günther señala 33 a 35, Smitt 36 a 37 (correspondiendo a la línea transver- sal, tres sobre la línea media, y diez por debajo de ella) y Zug- mayer 34. Resumiremos todos los datos enumerados: D. 17-20/6-8; A. 5/7-8?; V. 1/5-6; P. 13-14; C. 13-15. 3 Lin. lat. 33 a 37. Lin. transv. -7— .tt + 1 = 13-14. El color (4), refiriéndonos exclusivamente a nuestros ejemplares, es siena en la parte superior del cuerpo, y plateado, ligeramente rosado, inferiormente; estas dos zonas están separadas por una ban- da de amarillo de oro. En los ojos, el iris está coloreado de rojo y bordeado de amarillo brillante. Sobre la cabeza se observan cuatro hermosas fajas de color viole- ta. Una de ellas, que se extiende de la mitad del ojo (naciendo en el borde anterior) a la mandíbula superior; otra, bordea la parte infe- rior del ojo, y arqueándose y descendiendo continúa paralela a la mandíbula inferior; hay otras dos más pálidas, pero que pueden perfectamente verse. (1) 1892, pág. 15. (2) 1911, pág. 118. (3) Volumen i, págs. 304 á 306. (4) Véase Smitt; 1892, Pl. i, fig. 3. Tomo xvi.— Noviembre, 1916. 31 W6 boletín de la real sociedad española Sus aletas impares son obscuras, y de las pares, la pectoral es casi transparente, con sus radios rojizos anaranjados; las ventrales son incoloras. Se extienden a todo lo largo de la dorsal dos bandas azules que alternan con otras siena-negruzcas. Las membranas interradiales de la caudal están coloreadas de azul, y los radios son negruzcos. En la aleta anal, poseen en su base, una franja azul, y repartidas irregularmente manchas anaranjadas, bor- deadas de rojo, que no llegan a reunirse. Por desgracia, muchos ejemplares de las colecciones de estudio se les clasifica, después de encontrarse en líquidos conservadores durante un tiempo más o menos largo. Nosotros tuvimos la suerte de anotar su color en fresco. El formol hace desaparecer completamente las hermosas tonali- dades* violetas que adornan al Lábrido de que tratamos; se pierden también por su acción las bandas azules que se extienden a lo largo de sus aletas dorsal y anal, aunque estas permanezcan más tiempo que las otras. Finalmente, la acción continuada de este líquido con- servador no deja más que manchas pardas que recuerdan los bellos colores de las mejillas y aletas. Siguiendo a Couch, el Labras exoletus L. debe presentar una mancha en el margen superior de la cola en la terminación de la dorsal, muy obscura y ancha, faltando en algunos casos raros; en la figura de su obra (1) se observa bien marcado este carácter, que en nuestros ejemplares no existía. * * Es opinión de Smitt que esta especie no llega a adquirir tamaños mayores de 120 mm., pues dice que en ejemplares de sólo 100 milí- metros, hecha la disección, pudieron encontrarse los órganos repro- ductores perfectamente desarrollados. El Centrolabrus exoletus L. citado por Zugmayer, medía 130 milímetros. Las medidas que tomamos nosotros, dadas en milímetros, son: (1) 1848, fig. cxxx. DE HISTORIA NATURAL 497 Longitud total J21 125 Altura del cuerpo 33 n^ Anchura del cuerpo 17 jg Longitud de la cabeza 30 30 Altura 22 23,5 Diámetro del ojo 7 g Espacio preorbital 9 g interorbital 75 p — posorbital 1,3 1,3 Del ejemplar a tomé otras dimensiones: Aleta dorsal: Longitud tomada de la base del primero al último radio. . . 59 Altura del primer radio espinoso 5 — del ultimo radio blando H Aleta caudal: Longitud tomada de la base del primer radio al último.... 15 Aleta anal: Longitud (base primer radio a último) 27 Altura del primer radio espinoso 5 — del último radio espinoso 10 5 Aleta ventral: Longitud del radio espinoso 1 1 Aleta pectoral: Longitud del radio superior 19 Todos los autores que hemos citado (2) consideran está especie como exclusiva de los mares del Norte: Suecia, Noruega, Dinamar- ca y Groenlandia. El Princesse-Alice lo capturó (Lat. 61°, 44', N y Log. 4° 58' 55" E) a una profundidad de 30 metros, con trasmallo, y en compa- ñía de otros peces Labras mixtas {Unwíe), Ctenolabnis rapestris (Cuv. Val.) y Sebastes oioipanis (Kroyer). La situación dada es próxima a la isla de Langvingen (Noruega). (2) COUCII, LlNNÉ, CUVIER y V.VLENCIENNES, SmITT, GÜ.NTHER, HaMILTON y ZUGMAYER. 4«« boletín de la real sociedad española IV Notas sobre algunas especies de la fauna guipuzcoana. Carearías glaucas Agass. Durante el verano de este año pude tomar nota de la presencia en la lonja del pescado, de ejemplares de grandes dimensiones, unos que correspondían a la especie Oxyrhina spallanzanii Bp., y otros al Carearías glaucas Agass. Su nombre vulgar es el de Tíntoleta, en San Sebastián. Raía circular ís Couch. Loe. San Sebastián. Ejemplares no escasos he podido ver de esta especie en San Se- bastián, mas por sus caracteres correspondían a la var. mcevus, des- crita como especie nueva por Müll. y Henl. Puede usarse también la denominación de Raía falsavela Bonap., var. mcevas, por ser sinónima de la Raía círcalarís Couch, que hemos adoptado como típica. MoREAU (t) señala como carácter distintivo en su clave, la ausen- cia de espinas en la línea media de la cola. Este carácter no puede tomarse como fijo, pues vemos en nuestros ejemplares la existencia de espinas, si bien de tamaño menor que las dos típicas que posee a cada lado. Raía clávala Rond. Nom. vulg.: Gastaca (Quetaria, Orio, Zumaya); Arrai-zabalá (San Sebastián). Pude estudiar en fresco la especie Raía asterias Rond. con ésta, el 26 de Julio. La Raía clávala Rond. estaba coloreada de siena con manchas más claras, pequeñas y abundantes, destacadas del fondo por su reborde más obscuro; por el contrario, la Raía as- terias Rond. poseía sóbrela cara dorsal manchas negras redondea- das y no escasas. Con ser la Raía davala Rond., la especie de más apreciada car- ne y de mayor abundancia en las costas guipuzcoanas, sólo pude observar en un ejemplar la presencia de bucles bien manifiestos sobre la cara dorsal. Galeas canís Rondelet. Loe. San Sebastián. Mezclado entre Mustellus, lo clasifiqué el 22 de Julio. Semejante (1) 1881, tomo I, pág. 390. DK HISTORIA NATURAL 4«&- al Miístellus Ice vis Risso, por la posición de su primera dorsal, es fácilmente diferenciable observando sus dientes. Miístellus vulgarishWxW. Henl. Nom. vulg.: Tolla (Guipúzcoa). No escasea en San Sebastián, pescándose en toda la costa de Guipúzcoa; en algunos ejemplares se encontraban bien patentes las manchas blancas sobre la zona dorsal del cuerpo. Nesiarchiis nasutas ]o\\\\sow. Al estudiar los peces de Madera, Johnson describe esta espe- cie (1) y de ella publica una magnífica figura, que es más tarde re- producida por Bean y Tarleton en su obra (2). Capello (3) lo cita en las costas de Portugal como nuevo, bajo «1 nombre de Prometheus paradoxus, aunque más tarde (4) hace constar su error. Ha sido encontrado en España por el Sr. Alaejos (5). Steindachner (6) lo cita de Lisboa y Tenerife bajo los nombres vulgares de Peixe espada preto y Pez spada picudo. El Nesiarclms nasutus ]o\\nsox\, es de cuerpo largo y comprimi- do. La altura, siendo dos veces mayor que la anchura, es la tre- ceava parte de la longitud total. Pequeñas escamas cicloideas cubren todo el cuerpo. Dos aletas de muy desigual longitud se apoyan sobre e! dorso; la primera ocu- pa mucho más espacio que la segunda. La pectoral es reducida y casi nula la ventral, no faltando caudal y anal. La línea lateral, formada de escamas tubuliformes, se muestra muy perceptible, iniciándose a la altura del primer radio de la dorsal pri- mera y sobre el borde superior del opérenlo; sigue en línea recta apartándose cada vez más del dorso para describir a la altura de los radios 15, 16 y 17 de la dorsal espinosa una ligera curva; continúa por el pedúnculo caudal y desaparece con brusquedad en llegando a la línea trazada entre la base de loS primeros radios de la aleta caudal. Es bien típica la forma de su cabeza, con la mandíbula inferior prominente. (1) 1862, píate xxii, págs. 173 y 175. (2) 1895, pág. 197. (3) 1867, pág. 264, fig. 5 en lám. iv. (4) 1869, pág. 154. (5) 1915, pág. 146. (6) 1866, pág. 707. ■iSO BOLETIU Dlí LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA El diámetro de los ojos es un poco menor que el espacio interor- bital, tres veces y dos tercios comprendido en el espacio preorbi- tal, y sólo tres veces en el espacio posorbital. La cabeza es cuatro veces y media menor que la longitud total del cuerpo. En la parte anterior de la mandíbula superior se apoyan tres dien- tes predominantes en longitud, haciéndolo en una membrana que se abre de dentro a fuera, formando un pequeño saco. Otros dientes, fuertes, pero de tamaño mucho menor, se apoyan en todo el borde de las mandíbulas. La mucosa que tapiza la boca y la cavidad bran- quial es negra. Cuento radios^branquiostegos en número de seis. Las aberturas nasales comunican con cavidades tubulares abier- tas, la anterior de delante a atrás, y la posterior a la inversa. La segunda es lineal y puede obstruirse con su propia membrana, la que no ocurre a la primera, que mantiene siempre abierto su orificio de salida. Un surco, ancho en su mitad y estrecho por sus extremos, separa los ojos. Cerrando la boca, la mandíbula superior encaja perfectamente en la inferior, quedando de forma extremadamente aguda y pudiéndose ver los dientes primeros de la mandíbula inferior y los posteriores de la superior. No poseía apéndices cartilaginosos en los extremos mandibulares, ' mas debían habérsele caído, por encontrarse bien marcado el lugar que debieron ocupar. La primera dorsal espinosa, compuesta de 20 radios, se inicia a la altura del borde superior del opérenlo, terminando antes de la ver- tical que pasa por el ano. Pueden los radios, inclinándose sobre el cuerpo introducirse en un surco que recorre toda su base. Sostienen a la segunda dorsal 22 radios blandos y está separada de la primera, como dice muy bien Alaejos (1), por una distancia igual a una duodécima parte de la longitud de la cabeza. Su radio más largo es el cuarto, descendiendo paulatinamente hacia la cau- dal, cada vez más divididos; los tres últimos llegan a destacarse en aparentes pínnulas, mas observados con cuidado se les ve unidos en su base por una membrana muy baja. Opuesta y semejante a la segunda dorsal, la anal comienza algo (1) 1915, pág. 146. DE HISTORIA NATURAL 491 mas atrás con 19 radios; de los cinco últimos tres casi libres y dos reunidos en un grupo, formando una verdadera pínnula. • En la caudal cuento 22 radios, y en la pectoral, de longitud igual a la distancia que separa la base del primero y cuarto radios espi- nosos de la dorsal primera, observo 10. La aleta ventral, de pequeño tamaño (1), posee un radio duro y cinco blandos. Las branquispinas no son casi aparentes; recuerdan su presencia muy pequeños tubérculos finamente espinosos; para sustituirlos existen en la base de los tres últimos arcos branquiales muy fuertes espinas. La coloración de este pez es plateada dorsal y ventralmente, con irisaciones verdosas más pronunciadas en la parte del cuerpo supe- rior a la línea lateral. Sus aletas poseen las membranas interradia- les negras. • Ek ejemplar descrito pude verlo en San Sebastián el día 19 de Julio, siendo sus dimensiones en milímetros: Longitud total 900 — de la cabeza 180 Diámetro del ojo 23 Distancia preorbitaria 87 — posorbitaria 69 — interorbitaria ; 24 Borde mandibular (mandíbula superior e inferior) 75 Longitud del maxilar inferior 94 Mandíbula superior (borde extremo) a la base del primer radio de la dorsal espinosa 168 Base de la dorsal primera 439 — de la segunda dorsal 166 — de la última falsa pínnula de la segunda dorsal al comienzo de la caudal 4] Borde anterior de la mandíbula inferior a la base del primer ra- dio de la ventral 219 Base primer radio de la ventral al and 417 Del ano al primer radio de la anal 33 Base primer radio de la anal a base de la última pínnula 145 — de la última pínnula al primer radio de la caudal 4 Longitud del radio más largo de la pectoral 64 — del radio espinoso de la ventral 1 — del primer radio de la dorsal espinosa 25 ■ — del décimo radio de la dorsal espinosa 34 del último radio de la dorsal espinosa 15 (1) Su longitud es igual al espacio comprendido entre el primero y segundo radio de la dorsal espinosa. 492 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Tetrapterus belone Rafin. Sin.: Schenopus prototypus Nardo; Tetrapterus belone Agass.; Histiophorus belone Günther. Esta rara especie está citada en el Mediterráneo (1); Barceló (2) la incluye en su catálogo de los peces de Baleares. MoREAU (3) indica las siguientes localidades: Excesivamente raro, Mediterráneo, Niza, Océano, La Rochela. Günther lo cita como exclusivo del Mediterráneo (4). El 6 de Septiembre pude observar con detención este pez; me indicaron había sido capturado a cinco millas de la costa, no lejos de San Sebastián, quedando enganchado en el anzuelo, lanzado para la pesca del atún. Su carne, vendida a elevado precio, poseía agra- dable sabor y coloración asalmonada. Siéndome imposible adquirir el ejemplar entero, preparé la ca- beza, de la cual hice una fotografía; hoy forma parte, colocada en un gran acuario lleno de formol diluido, de la colección qu% po- see la Sociedad de Oceanografía de Guipúzcoa. Dentro de la familia Xifidos sólo hay dos géneros citados en nues- tras costas, el Tetrapterus de que tratamos y el Xiphias, del cual se diferencia fácilmente por la presencia de dos quillas en el pe- dúnculo caudal, por estar cubierta su piel de piezas escamosas con puntas en el borde posterior y poseer la primera aleta dorsal muy extensa y la segunda reducida. Posee dos anales. Tetragonurus Cuvieri Risso. Es de interés el haber encontrado este pez en las costas Oceáni- cas de España, pues no ha sido citado según mis noticias más que en Madera por Lowe (5), describiéndolo como especie nueva Te- tragonurus atlanticus Lowe, que no ha sido aceptada y por Ra- fael DE Buen y Manuel Loro (6) en Málaga, pescado en la zona del mar de fuera. Carus (7) dice en su obra haberse encontrado en Argel, Marse- lla, Tolón, Niza, Genova, Ñapóles, Sicilia, Mesina y Madera. (1) 1889-93, Carus. Tomo ii, pág. 676. (2) 1868, pág. 39. {:S) 1881, tomón, pág. 534. (4) 1860, pág. 513. (5) 1843-60, pág. 129. fig. xix. (6) 1916, págs. 153-163. (7) 1889-1893, pág. 704, tomo n. DE HISTORIA NATURAL 493 GüNTHER (1) en el Mediterráneo y zonas próximas del Atlántico, y MoREAU (2) como muy raro en Niza, Tolón y Marsella. Nuestro ejemplar fué pescado a 80 millas N. de San Sebastián y sus dimensiones en milímetros son: Longitud total (sin la caudal) 320 — de la cabeza 62 Diámetro del ojo • 12 Distancia preocular .^ ,. . 20 — posocular 30 — interocular 18 Borde mandibular inferior a base primer radio de la anal 203 Distancia comprendida entre las bases de los primeros radios de la anal y caudal 95 Borde mandibular superior a primer radio de la dorsal primera. 160 Base primera dorsal Sesión del 8 de Noviembre de 1916.— Presentaciones.— Asun- tos varios. — Comunicaciones.— Secciones.— Notas bibliográ- ficas ' ; 437 NOTAS Y COMUNICACIONES BoscÁ (E.)-— Un individuo anómalo de la Chelone mydas (L.), en el Mediterráneo 446 Dantín Cereceda (J.)-— Los lignitos del neógeno continental de La Alcarria 449 Rodríguez López-Neyra (C.)-— Notas Helraintológicas 457 RiojA Lo-BiANCO (E.)-— Nota de algunos anélidos recogidos en las costas de Gijón y San Vicente de la Barquera 462 SÁNCHEZ Y SÁNCHEZ (M.).— Sob/e la existencia de un aparato especial en los tubos nerviosos de los peces 467 Buen (F. de).— Sobre fauna ictiológica guipuzcoana 470 Bolívar y Píeltain (C.).— Un nuevo Scotodipnus de Cata- luña. (Col. Carabidae)., 498 Publicaciones recibidas • 500 LISTA de los señores socios de provincias (D y ex- tranjero que han satisfecho su cuota desde 1.° a 30 de Noviembre de 1916. Cuota de 1915. Diez y Diez. Corrales Hernández. Fructuoso Tristancho. Jiménez Cano. ^^¡¡^ Cano. Cuota de 1916. Rodríguez y López Neyra (E.). Andreu. Seminario de Orihuela. Bescansa. Vidal y López. Busquéis. „ ^ , „,_ Cabrera (Agustín). Cuota de 1917. Comerma. Bescansa. Corrales Hernández. (1) No se incluyen los de las capitales en que existen Secciones de esta Sociedad. MADHID— POETANET, IMPRESOR DB LA K. 80C. BSP. DB HI8T. MAT. UBBBTAD, "29. -TELÉFONO 991 WíjM¿^¿''^ Tomo XVI.— Niíni. 10. DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de flistoria fiatural FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 1871 Diciembre de 1916 MUSEO NACrONAL. DE CIENCIAS NATURALES Hipódromo.— Teléf. S-443 OBSERVACIONES Los 800IOS CORRESPONDIENTES ExTBAKjERos podrán recibir las publica- ciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas. Los NuiCRRARios abonarán la cuota anual de 15 pesetas ó la de 16,50 si residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuento al tesorero en la época de admisión, y posteriormente en el mes de Enero de cada año. Reciben el Boletín y las Memorias. Los agregados abonan la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Boletín, Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta- dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á razón de 4 pe- setas por trimeste los numerarios y de. 2,25 los agregados. Los socios numerarios que abonen de una vez ó en tres plazos anuales la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas las publicaciones de la Sociedad. Los que hicieren á la Sociedad el donativo de 600 pesetas serán consi- derados como socios perpetuo8,'con iguales derechos que los vitalicios, pero figurando su nombre á perpetuidad en la lista de socios, junto al de loa socios fundadores. Sesión del 6 de Diciembre de 19 1 6» PRESIDENCIA DEL SEÑOR DON JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. Admisiones y presentaciones. — Fueron admitidos los señores pre- sentados en Noviembre y propuestos, también para socios numera- rios, D. Eugeniusz Frankowski, ayudante del Instituto Antropo- lógico de la Universidad de Cracovia; D. Gregorio Planchuelo, li- cenciado en Ciencias y Farmacia; D. Pedro Domínguez, alumno de Ciencias, la Facultad de Ciencias de la Universidad de Murcia y el Instituto de Mahón, propuestos los dos primeros por el Sr. Bolívar y Pieltain, y los tres últimos por los Sres. Carreras, Fernández- Nonídez y Castaños, respectivamente. Comunicaciones.— El Sr. Hernández-Pacheco dio cuenta de las in- vestigaciones que, en compañía del Sr, Royo, ha efectuado sobre Mineralogía, Geología y Prehistoria en el Cerro de los Angeles. —El Sr. Pina de Rubíes señaló la presencia de los metales ní- quel y cobalto en varias cromitas por él analizadas, deduciendo de sus estudios que esto no debe constituir un hecho excepcional. — El Sr. Cabrera Latorre participó haber encontrado en las colec- ciones del Museo Nacional, los tipos de algunos mamíferos ameri- canos descritos por el célebre naturalista D. Félix Azara. —El Secretario presentó un trabajo suyo sobre los Signiforinos de España, microhimenópteros parásitos de orugas y cochinillas per- judiciales a las plantas cultivadas. El mismo dio cuenta de haber recibido una nota del Sr. Vidal Ló- pez sobre Cicindélidos paleárticos y dos comunicaciones del señor Sobrino Buhigas, una acerca de un nuevo yacimiento de berilo y otra relativa a anomalías neuro-esqueléticas. Fallecimiento. — Se participó a la Junta la noticia de haber falleci- do recientemente nuestro consocio D. Rafael Breñosa y Tejada, in- geniero de montes y persona respetabilísima por su competencia e ilustración. Tomo xvi.— Diciembre, 1916. 32 £02 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA La Sociedad se enteró con profundo sentimiento de esta lamen- table pérdida, y acordó se hiciese así constar en el acta de la sesión. Rendición de cuentas.— El señor Vicetesorero lee el siguiente Estado económico de la Real Sociedad española de Historia na- tural en 1.° de Diciembre de 1916 ' La Sociedad ha invertido en el presente año la suma de pese- tas 12.518,93, y tiene un sobrante de 2.179,92. Procede lo gastado: l.o De la subvención anual concedida a la Sociedad por el Mi- nisterio de Instrucción pública y Bellas Artes, que se eleva a la suma de 5.000 pesetas, invertida en su totalidad, según se acredita por el siguiente estado, y cuya cuenta, formalizada por el Habili- tado de estos fondos, consta este año de las siguientes partidas: PESETAS Abonado por la impresión de las Memorias, tomo x (números 3, 4 y 5) y tomo vni (número 8) 945,45 Id. por papel para impresiones 624 Id. por grabados para las mismas 419,38 Id. por encuademaciones 562,25 Id. por gastos de Biblioteca y administración 2.110 Id. por otros gastos 120,92 Id. por impuestos del Estado y Habilitación 218 Suma igual a la concedida 5.000,00 2.° ■ De los recursos ordinarios de la Sociedad, que, con el saldo sobrante del año anterior, han ascendido a 9.698,85 pesetas, cuya cuenta de ingresos y gastos, que arroja un saldo a favor de la So- ciedad de 2.179,92 pesetas, es el siguiente: Estado de los ingresos y gastos ordinarios de la Real Sociedad espa- f.ola de Historia natural desde 1.° de Diciembre de 1915 a 30 de Noviembre de 1916. pesetas Saldo a favor de la Sociedad en 1." de Diciembre de 1915 2.517,70 Importe de las cuotas corrientes de un socio protector (180); trescientos ochenta y seis numerarios, cinco de ellos extranjeros (5.797,50), y diez agregados (80) 6.057,50 Id. de sesenta y una cuotas atrasadas de socios numerarios (915), y siete de agregados (56) • 9^' Id. de las cuotas adelantadas para 1917 de los socios Sres. Bescansa y Pantel 31,50 Id. de tiradas aparte, cobradas 71,50 lid. de publicaciones vendidas '2 Id, de los intereses de dos cédulas del Banco Hipotecario al 4 «/o 37^65 Total 9-698,85 DE HISTORIA NATURAL i 505 O-ASTOS PESETAS Pagado por la impresión del Boletín, tomo xv (números 8, 9 y 10) y tomo xvi (números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8) 2.687,55 Id. por papel para las publicaciones 1.821 Id. por láminas y grabados 530,98 Id. por otros gastos 128 Id. por haberes de los dependientes 1.128 Id. por gastos menores y de oficina 138 Id. por gastos de correo y envío de publicaciones 705,90 Id. por los presupuestos de las Secciones 379,50 Total 7.518,93 PESETAS Importa lo recaudado por recursos ordinarios de la Sociedad. . 9.698,85 Id. lo gastado 7.518,93 Saldo a favor de la Sociedad en 1." de Diciembre de 1916. . . . 2.179,92 La Sociedad tiene, además, un saldo a su favor, por atrasos, de 2.037,50 pesetas, según resulta de los estados y comprobantes que se acompañan. Madrid, 1.° de Diciembre de 1916.— .£'/ Tesorero, Ignacio Bo- lívar.—.£"/ Vicetesorero, Cayetano Escribano. El Sr. Presidente, después de oir la lectura demostrativa del es- tado económico de la Sociedad, propuso que una Comisión formada por los Sres. Pérez Zúiiiga, Bernaldo de Quirós y Vicioso, pro- ceda al examen de las cuentas leídas y emita sobre las mismas el in- forme correspondiente. Renovación de cargos — Terminada la parte científicade la sesión,, se procedió a la designación de los señores que han de figurar al frente de la Sociedad en el año próximo, y verificada la oportuna votación, dio ésta por resultado la formación de la siguiente JUNTA directiva PARA 1917 Presidente D. Eduardo Hernández-Pacheco. Vicepresidente D. Gustavo Pittaluga. Tesorero D. Ignacio Bolívar. Secretario D. Ricardo García Mercet. Vicetesorero D. Cayetano Escribano. Vicesecretario D. Cándido Bolívar y Pieltain. Bibliotecario . D. Angél Cabrera Latorre. 504 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA COMISIÓN DE PUBLICACIONES Sres. D. Florentino Azpeitia, D. Odón de Buen, D. Antonio Ca- sares, D. Lucas Fernández Navarro, D. Luis Lozano y D. Dominga Sánchez y Sánchez. COMISIÓN DE CATÁLOGOS Sres. D. Blas Lázaro e Ibiza.— D. Federico Gredilla y Gauna. — D. José María Dusmet y Alonso.— D. Enrique Pérez Zúñiga.- D. Ángel Cabrera Latorre. Secciones.— La de Barcelona celebró sesión el 18 de Noviem- bre, bajo la presidencia de D. Luis M. Vidal. Es admitido el socio propuesto en la sesión anterior, —El Sr. Caballero (D. A.) propone como nuevo socio numerario a D. Benito Fernández Riofrío, licenciado en Ciencias naturales. El mismo señor presenta la descripción de un nuevo género de fanerógamas de Melilla, que denomina Paua en honor del eminente botánico español D. Carlos Pau, y representado por la especie Paua maroccana Caballero. —El Sr. Suárez de Figueroa lee un trabajo en el que estudia las modificaciones producidas en la secreción del sudor por la acción de la electricidad. , —El Sr. Fernández Galiano da cuenta de los resultados que ha obtenido tratando las células oleíferas de las semillas por el método ¿e Achúcarro, al tanino y plata amoniacal. —La de Zaragoza celebró sesión el día 29 de Noviembre, bajo la presidencia del Doctor de Gregorio Rocasolano. —El Sr. Presidente manifestó que procedía acordar la nueva Junta directiva para el año próximo, como es costumbre todos los años, y por unanimidad fueron propuestos los señores siguientes: Presidente D. Jesús María Bellido. Vicepresidente. . » José López de Zuazo. Tesorero » Pedro Ferrando. Secretario » Pedro Moyano. DE HISTORIA NATURAL 505 Acto seguido el Sr. Gómez de Llarena dio lectura a la siguien- te nota: «Por ser de interés regional, consignaré aquí algunos datos de los obtenidos en las excursiones verificadas durante este verano en compañía de nuestro consocio de Madrid, Sr. Carandell, a las sie- rras de la Demanda, Urbión y Moncayo. El trabajo que preparamos y que más adelante se publicará en la «Serie geológica del Museo Nacional de Ciencias Naturales», contiene en extenso los resultados obtenidos respecto al glaciarismo cuaternario en esta región mon- tañosa de la Península Ibérica, objeto principal de nuestras investi- gaciones. Los resultados afirmativos de la existencia de antiguos glaciares en las montañas estudiadas han superado a lo teóricamente sospe- chado, viéndose de una manera clara una compleja topografía glaciar con sus valles en U y sus típicas morrenas de valle y frontales; estas últimas formando barrera, han originado lagos que, rodeados por las altas paredes de los circos glaciares, constituyen uno de los más en- cantadores paisajes de la Península Ibérica. Si bien en las diversas zonas estudiadas hemos reconocido la pre- sencia bien manifiesta de huellas glaciares, no en todas ha alcanzado igual desarrollo. En Urbión es donde éste ha sido mayor, dejando allí la celebrada laguna de Urbión, que de paso anotaré ha sido con- siderada como el origen del Duero, error lamentable que aún persis- te: el Duero nace en lo alto, a 2.100 metros de altitud, cerca del pico de Urbión, quedando la laguna de Urbión en la vertiente del Ebro y mucho más abajo, a 1.960 metros de altitud. En la cuenca del Duero hay otras lagunas tan extensas como la de Urbión y que rinden abundante caudal a este río. Al mismo tiempo, amplias morrenas de valle hacen ver una máxima- glaciación de valle, a la que siguieron pequeñas recurrencias, acabando con la formación de las lagunas. Lo mismo, pero con mucho menor desarrollo, se observa en la De- manda. AHÍ vimos sólo pequeños circos glaciares colgados en las cabeceras de los barrancos, notándose bien la diferencia con los circos de erosión fkivial, pues éstos carecen del fondo plano y del reborde de aquéllos; algunos tienen aún en su fondo pequeñas char- cas, restos de la antigua laguna de barrera; pero uno hay en que subsiste bien conservada una profunda laguna. Bien diferentes en desarrollo son las huellas glaciares en nuestro Moncayo. La situación aislada de este macizo, de esta mole que se áQft. boletín de la REAI, SOCIEDAD ESPAÑOLA yergue con su altitud de 2,315 metros, orientada de NW. a SE., sobre las bajas llanuras de sus alrededores, hace que sus vertientes estén más expuestas a las influencias atmosféricas. La mayor inso - lación qne sufriría durante los períodos estivales hizo disminuir y retroceder en altitud la línea de las nieves perpetuas cuaternarias; así, no obstante la mayor altitud del Moncayo (Urbión 2.246), sola pudo sostener diminutos glaciares, más pequeños aún que los de la Demanda, en tanto que en Urbión, sobre todo, protegido por otras sierras, había extensos neveros que poco a poco originaron los glaciares. Actualmente, en ninguna de las montañas ibéricas se mantiene la nieve durante todo el año, desapareciendo mucho antes en el Mon- cayo que en el Urbión. No es de extrañar que dadas estas condiciones del Moncayo, y el poco desarrollo del glaciarismo que tuvo, haya sido negado éste por anteriores geólogos, y más en épocas en que los conocimientos morfológicos eran de poca importancia. Así, Donayre, en su Bosque- jo físico y geológico de la provincia de Zaragoza, año 1873, escribía: «Nada podemos tampoco decir de fenómenos glaciarios, turbales, etc., de los que no hemos visto indicio alguno en toda la gran extensión que ocupa la provincia de Zaragoza.» Otros autores tampoco mencionan el asunto, y sólo hace poco, en 1912, Wurm cree probable la existencia de huellas glaciares en el Moncayo. Nosotros hemos reconocido en esta montaña tres diminutos circos glaciares en su vertiente E.; el mayor al pie del cerro de San Mi- guel, cumbre del Moncayo, y otros dos contiguos; todos presentan unos rebordes morrénicos bien destacados sobre el relieve autócto- no, formando barreras frontales que se hallan a una altitud de 1.700 y 1.800 metros. Entre el circo de San Miguel y el contiguo de San Gaudioso, hay una pequeña meseta acantilada, el Cucharón, al pie del cual está el santuario de Nuestra Señora del Moncayo; esta me- seta llegó a rebasarla ligeramente la morrena frontal del circo de San Miguel. Las hoyas glaciares, con sus paredes acantiladas y sus rebordes morrénicos, contribuyen junto a la presencia de algunos escalones en las rocas autóctonas, n alterar la pesada monotonía de las am- plias lomas recubiertas uniformemente por bloques de areniscas triá- sicas del substratum, y que en la misma cumbre del Moncayo dan a este monte un relieve suave.» DE HISTORIA NA.TURA.L SÍT/ —La de Sevilla se reunió el día 2 de Diciembre de 1916 en el Gabinete de Historia Natural de la Universidad, bajo la presidencia del Sr. Barras. — D. Bernardo Tenorio usó de la palabra para llamar la atención acerca de un interesante caso de epifitismo que existe en Sevilla a la entrada del salón del paseo de Cristina, frente al camino que pasa entre el palacio de San Telmo y los jardines de Eslava. Se trata de un Plataniis orientalis L., en cuya cruz se está criando una Robi- nia Pseudoacacia L., que alcanza ya más de un metro de altura. Encareció la conveniencia de que se conserve el ejemplar. El mismo señor presentó un buen ejemplar de hongo poliporáceo desarrolla- do en el tronco de una morera blanca. Acerca del epifitismo usó de la palabra el Dr. Torremocha. -T-D. Enrique Conde presentó y donó los siguientes ejemplares: amianto anfibólico de Cala (Huelva); feldespato en vías de caolini- zación de la misma localidad, y limonita concrecionada en forma de coliflor, de la mina El Teuier, junto a Santa Olalla (Huelva). — D. Antonio Benjumea, donó un ejemplar de calcopirita sobre siderita y varios de pirita en capas alternadas de oligisto micáceo, todos de la mina Juan Teniente, cerca de El Pedroso (Sevilla). — D. Mariano Simó, presentó y donó dos moldes internos de Cardium procedentes del plioceno de Mairena del Alcor (Sevilla), uno de Lepidodendron de las minas de Valdeinfierno, término de Hornachuelos (Córdoba), y de la sierra Albarrana, en el mismo tér- mino, uno de moscovita. Los dos últimos citados son verdaderamen- te notables. —El Sr. Barras presentó varios ejemplares de dientes de Car- charodon megalodon Ag., Oxyrhina hastaíis Ag. y otras es- pecies procedentes del terreno plioceno de Trigueros (Huelva), que recogidas por el médico de aquel pueblo, D. Juan Fernández, le han sido donadas para el Gabinete por D. José Salvador Ga- llardo. El mismo señor presentó la siguiente nota sobre algunas plantas de Sierra Morena, estudiadas por D. Carlos Pau: En dos breves excursiones realizadas en Junio de 1915 con nues- tros consocios D. Carlos Llórente Lacave y D. Mariano Simó, tuve ocasión de recoger varias especies de fanerógamas en los alrededo- res de El Ronquillo (Sevilla), y de Aracena (Huelva). Remitidas es- tas plantas juntamente con alguna otra de procedencia distinta al distinguido botánico D. Carlos Pau, ha tenido la bondad de comu- 508 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA. nicarnos los datos siguientes, que creemos de verdadero interés para el estudio de la flora regional: «.Silene scabriflora Brotero. Fl. Lus. ii, pág. 184 (1804); Phyto- graphia i, pág. 177, fol. 72.-5. hirsutaLag., variedades, iv, pági- na 212 (1808).— El Ronquillo.» aCotyledon Mucizonia Ortega (1772). — C híspida Lamarck, dref. II, pág. 141 (1786) — Umbilicus hispidas DC. — Aracena. El caballero Lamarck creó su especie híspida llevando a la sinonimia la Mucizonia de Ortega, propuesta catorce años antes. Candolle procedió igualmente, y en vez de admitir la de Ortega, propuso el Umbilicus hispidas. El género Umbiíicas parece que en el día no hay tendencia a mantenerlo.» <í Pulicaria paludosa Lk. (1808). — P. arábica [i hispánica Boiss.— P. hispánica Boiss. — Aracena.» v^Orobanche loricata Rchb.— Sobre las raíces de la Torilis nu- dosa, en Sevilla.— Especie rara en España y no herborizada po^ ningún botánico español todavía. La especie nodriza tampoco la en- cuentro indicada por los autores.» <íPhagnalon saxatile (L.) Cass., ssp. intermediuní (Lag.) Pau. Conyza intermedia Lag., gen. et sp. 2% {\'^\Q).—Phagnalon saxatile var. inter médium Wk., prodr. ii, pág. 57 (non DC, prodr. V, pág. 396, p. p.). - Ph. Lagascce Cass.— El Ronquillo.— Willkomm, en el lugar indicado le enumeró como variedad cando- lleana; no teniendo en cuenta de Candolle en la variedad interme- diuní, incluyó también la planta de Creta, que según las muestras de mi colección es específicamente diversa, y citándola así: «Ins Scio (Oliv!), in muris ins. Cre/ Trachinus draco, 471, 473. Trachurus trachurus, 476. Trachyrhinchus *trachyrhinchus, 156. Trechus, 315. - Barnevillei, 319. Tremoctopus Violaceus, 238- Trichinella spiralis, 458, 45). Trichocephalus dispar, 459. Trichostomum nitidum, 367. - pallidum, 274. - subulatum, 274. Trifolium angustifolium, 138, - Cherleri, 509. - fragiferum, 138. - lappaceum, 138. - procumbens, 138, 509. - scabrum, 509. Trigla corax, 474. - gurnardus, 474. - lineata, 474. - lyra, 474. - milvus, 474. - pini, 474. Trigon vulgaris, 473. Triopa clavigera, 240. Tripoli, 440. Tritón nodiferus, 82. Tritonia Hombergi, 240. - moesta, 240. Trixago Apula, 509. Troctolita, 510. Turba, 97. Turdus merula, 460. - musicus, 460. - pilaris, 460. Tulipa Celsiana, 286. - fragans, 286. Turmalina, 191. Typhlocirolana Moraguesi, 363. Typton spongicola, 351. Umbilicus hispidus, 508. Umbrina cirrhosa, 475. - lafonti, 475. Uraleptus *Maraldi, 155. Uredo **Salicis-acmophyllae, 169. Uromyces Bauemberianus, 325. - Poae, 168. Uropetalum serotinum, 286. Urophycis *blennioides, 155. Urospermum Dalechampii, 145. - picrioides, 145. Ursus speiaeus, 379. Urta, 477. Valerianella discoidea, 286. Velezia rigida, 138. Venus Bronni, 288. DE HISTORIA NATURAL (53 Venus excéntrica, 288. - multilamella, 288. Verbascum Boerhavü, 141. - sinuatum, 141, - valentinum, 141. Verbena supina, 287. Vermiliopsis infundibulum, 466. Vicia peregrina, 139. Vidriols, 193, 361. Virbius graciiis, 251, 361. - viridis, 249, 361. - varians, 361. Vulpes vulpes acaab, 384. Weisia Alberti, 272. - crispata, 272. Xantho florida, 250, 357. - rivulosa, 357. Xantho tuberculata, 250, 357. Xeranthemum inapertum, 144. Xestoleberis communis, 365. - decipiens, 365. - dispar, 565. - margaritea, 365. ** Ybrika, 278. Yeso, 223, 289, 534. - cristalizado, 450. - sacaroideo, 525. Zarzas, 435. Zeus faber, 476. Zircon, 191. Zonabris decempunctata, 166. Zorro, 266. Zygodon conoideus, 275. - viridissimus, 275. índice de lo contenido en el tomo XVI del (Boletín )) Págs. f lint a directiva de la Real Sociedad Española de Historia Na- tural para 1916 3 Comisión para el estudio del Noroeste de África 5 Socios fundadores de la Real Sociedad Española de Historia Natural 6 Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación en 8 de Febrero de 1871 6 Lista de socios de la Real Sociedad Española de Historia Na- tural 7 índice geográfico de los socios 43 Relaciones del estado de la Sociedad }' de su Biblioteca 51 Lista de las Sociedades con las que cambia, y de las publica- ciones periódicas que recibe la Real Sociedad Española de Historia Natural 57 Sesión del 12 de Enero de 1916 69 Hernández-Pacheco.— Sobre supuestos fenómenos glaciares en el Norte de Extremadura 72 Sección de Santander.— Rio]a (J.).— Hallazgo del género Argy- ropelecus en los mares de Santander 74 Sección de Sevilla. — Barras, (F. de \as).-Fratercula árctica L. hallada en Huelva ; 76 García Mercet (R.).— Calcídidos nuevos de España Ti Barras de Aragón (F. de las).— Notas antropológicas: Cráneo antiguo de Sillezas (Burgos) 7ü BoscÁ Y Casanova (E.).— Un paradero de la época paleolítica en Oliva (Valencia) 81 Dantín Cereceda (J.).— Acerca de una nueva localidad espa- ñola de la creta o tiza 83 Buen (R. de). — Sobre la presencia en España de la Ranzania trúncala Retz 85 Fernández Navarro (L.)-— Sobre traducción española de algu- nos términos frecuentemente empleados en Glaciología 86 Tomo xvi.— Diciembre, 1916. 36 566 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Págs. Sesión del 9 de Febrero de 1916 97 Fernández Navarro (L.).— Presentación de ejemplares de turba y baritina de Castellón de la Plana 97 Faura y Sans.— Nota bibliográfica: Dr. E. Fontseré, La esta- ción sísmica del Observatorio Fabra y su funcionamiento du- rante el año 1 914 100 Del Pan (I.) y Wernert (P.)— Consideraciones acerca de una nota bibliográfica del P. A. Barreiro, titulada Un capítulo de Etnografía comparada 101 García del Cid (F.).— Hallazgo de formaciones lacustres plio- cénicas en Montroig (provincia de Tarragona.) 105 Fernández Navarro (L.)— Notas petrográficas 107 Vidal (L. M.)— Sobre el pretendido Archceopteryarde la Guinea española 111 García Mercet (R.)— Calcídidos de España 112 Hernándkz-Pacheco (E.)— Pinturas prehistóricas y dólmenes de la región de Alburquerque (Extremadura). Láminas i-ii 118 Sesión del 1." de Marzo de 1916 129 González Fragoso (R.).— Noticia necrológica de M. F. Pelourde 129 Bolívar y Pieltain (C).— Hallazgo del género Chionea en la Sierra de Guadarrama 1 30 Cogolludo (J.).— Nota bibliográfica: Dr. Reyes Prósper, Las estepas de España y su vegetación 1 33 San Miguel (M.).— Nota bibliográfica: Dr. E. Fontseré, Sobre un centro de actividad sísmica en el Alto Essera 1 34 Vicioso (C.).— Plantas de Bicorp (Valencia) 135 Buen (F. de).— Sobre la presencia y caracterización de un Gobius de los mares del Norte comensal de una Alosa vulgar is Cuv. Val. 146 Buen (R. de) y Loro (M.). -Sobre algunos peces interesantes del Laboratorio de Biología marina de Málaga 153 Dusmet y Alonso ( J. M.).— Noticia de lo publicado en 1915 sobre Entomología de España y sus colonias 163 , González Fragoso (R.).— «Pugillus mycetorum Persiag» 167 Cabrera (A.).— Un nuevo cérvido español 175 Sesión del o de Abril de 1916 181 Pérez Zúñiga.— Cuarzo aurífero del término de Nijar (Almería). 181 Fernández Navarro.— Molibdenita de Torrelodones 181 Iglesias (L.).— Hallazgo del Leptomydas lusitanicus Wied. en Vigo •.. 182 Sección de Barcelona. -Cazurro, San Miguel y Serradell. Excursión a Tarragona 184 Fernández Navarro (L.).— Nota bibliográfica: Réné-Charles Sabot, Étude cristallographique el optiqued'un certam nom- DE HISTORIA NATURAL 5S7 Págs. bre de miiiéraiix des pegmaíites de Madagascar et de miné- raiix de l'Oiiral 190 BoscÁ (E.)— Adiciones herpetológicas a la fauna de Cataluña. . . 191 Aranzadi (T. ).— Sobre el cráneo de Cilleza (Mena) 194 Bolívar y Pjeltain (C.). — Notas sobre Eumastacinos (Orth. Locust.) 196 SÁN'CHEZ (M.).— Sobre algunos detalles acerca de la fina histolo- gía de la corteza del cerebelo de los mamíferos 199 Sesión extraordinaria del 3 de Mayo de ! 91 6 213 Nombramiento de socio honorario de Mr. Edmond Perrier 213 Sesión ordinaria del 3 de Mayo de 1916 215 Homenaje a Mr. Perrier 215 Hernández-Pacheco (E.)-— Fósiles encontrados por el Sr. López Neyra en los algezares de Teruel 220 El mildin y su tratamiento 221 Sección de Valencia.— h^tvxLO.—Simocephalus vétalas de la A.\büíera.— GANDOi.Fi. — Icl7thyotaenia macrocephala en una anguila de Valencia 222 Sección de Zaragoza. — Gómez de Llarena. — Una excursión por el mioceno de la Zaida y Sástago (Zaragoza) 223 Barreteo (P.)— Contestación a los Sres. Del Pan y Wernert sobre sus observaciones acerca de mi nota bibliográfica «Un capítulo de etnografía comparada» 224 Hidalgo (J. Q.).— Datos para la fauna española. (Moluscos y braquiópodos) 235 Bolívar (I.).— Los crustáceos de las Baleares 246 Breuil (H.).— Algunas observaciones acerca de la obra de don Juan Cabré, titulada: El Arte Rupestre en España 253 Merino (P.).— Contribución a la Muscología de la Península Ibérica -• 270 Sesión del 7 de Junio de 1916 277 González Fragoso (R.).— La Laboulbenia Siagonae Picard en España y sobre algunos otros micromicetos de nuestra flora. . . 277 Bolívar (I .).— Rectificación sinonímica 278 Fernández Navarro(L.)— Noticia sobre minerales de la Sierra de Guadarrama 278 Wernert (P.).— Sobre la nota del P. Barreiro acerca de la civili- zación malaya 279 Bar REiRO (P.).— Réplica a la observación anterior 279 RioiA (J.).— Hallazgo del género Phormosoma en Santander — 284 Alakjos (L.). — Un pez del género Scopelas encontrado en el Cantábrico 285 Fernández Navarro (L.).— Nota bibliográfica: Paul Fallot, 568 BOLETÍK DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Págs. Sur ¡a présence de l'Apfien dans la Sierra de Ma jorque (Ba- leares) 285 FoNT QuER (P.).— Sobre la flora de Melilla 235 Faura y Sans (M.)-— Contribución a la fauna braquiopódica as- tiense de Vilacolúm, provincia de Gerona 237 Castro (P.) y Fernández Aguilar (R.).— Excursión a algunos yacimientos de aragonito. (Láminas iii y iv) 239 BoscÁ (E.).-Un género nuevo para la fauna herpetológica de España y especie nueva o poco conocida 294 Lozano (L.).— Sobre el hallazgo de un Orcynopsis unicolor (Geoffr.) en Melilla. (Lámina v) 29S Buen (F. de).— Sobre la presencia y caracterización del Acan- thias uyatus Müll. Henl. de la costa mediterránea de Ma- rruecos 303 Dantín Cereceda (J.).— Acerca de la costra caliza superficial en los suelos áridos de España 305 González Regüeral (J. R.).— Excursión geológica entre La Cabrera y Miraf lores (Sierra de Guadarrama). (Lámina vi). . . . 311 Bolívar y Pieltain (C). -Exploración entomológica de algu- nas cuevas de la región cantábrica 315 Sesión del 5 de Julio de 1916 325 González Fragoso (R.).— Algunos hongos de España 325 BoscÁ (E.).— Dos observaciones a propósito de la Lacerta mu- ralis en España 327 Barras de Aragón (F. de las).— Cráneo y mandíbula encon- trados en una mina de cobre de explotación antigua en Asturias, existente en la Escuela Especial de Ingenieros de Minas. .. = ... 331 Navarro Neumann (M. M. S.).— Enumeración de los terremo- tos sentidos en España durante el año de 1914 333 Navarro Neumann (M. M. S.).— Enumeración de los terremo- tos sentidos en España durante el año 1915 342 Gil Lletget (A.).— La Sitia de la España central. (Lám. vii.).. 351 Faura v Sans (M.).— Sobre hidrología subterránea en los Piri- neos Centrales de Aragón y de Cataluña 353 Buen (O. de).— Los Crustáceos de Baleares 355 González Fragoso (R.). — Algunos hongos que viven sobre Muscíneas de la flora española 367 García Mercet (R.).— Un Encirtino nuevo de España 371 Sesión del 3 de Octubre de 1916 377 González Fragoso (R.). — Distribución del Polystigma rubruní en España 377 Sección de Sevilla. — González Nicolás (A.): Nota sobre la cueva de las Cascaras (Santander) 379 DE HISTORIA NATURAL 569 Págs. Fernández Navarro (L.)— Nota bibliográfica: Dantíx (J.)-— La zone espagnole da Maroc 380 Carandell (J.).— Nota bibliográfica: Fernández Navarro (L.) Paleogeografía. Historia geológica de la Península Ibérica 381 Cabrera (A.)-— Dos nuevos mamíferos marroquíes 383 Barras de Aragóx (F. de las).— Documentos de D. Casimiro Gómez de Ortega, referentes a un envío de plantas vivas y otros objetos de Filipinas, hecho por D. Juan de Cuéllar en 1787. 336 Bernaldo de Quirós (C.).— Una supervivencia paleolítica en la psicología criminal de la mujer 394 Pan (1. del) y Wernert (P.).— Datos para la cronología del arte rupestre del oriente de España 400 Villar (E. H. del).— Sobre una nueva Armería 403 Frankowski (E.).— La lucha entre el hombre y los espíritus malos por la posesión de la tierra y su usufructo 408 BoscÁ (E.).— Tributo a Cervantes 426 Sesión del 8 de Noviembre de 1916 437 Fernández Navarro (L.).- Conferencia acerca del Teide 437 Hernández Pacheco (E). — Nota bibliográfica: E. H. del Vi- llar.—Archivo Geográfico de la Península Ibérica 441 Cruz Nathan.— Nota bibliográfica: Anales del Instituto general y técnico de Valencia 444 Bosca (E.).— Un individuo anómalo de la Clwlone mydas (L.), en el Mediterráneo 446 Dantín Cereceda (J.).— Los lignitos del neógeno continental de La Alcarria 449 Rodríguez López-Neyra (C.).— Notas Helmintológicas 457 RiojA Lo-Blanco (E.).— Nota de algunos anélidos recogidos en las costas de Gijón y San Vicente de la Barquera 462 Sánchez y Sánchez (M.).— Sobre la e.xistencia de un aparato especial en los tubos nerviosos de los peces 467 Buen (F. de).— Sobre fauna ictiológica guipuzcoana 470 Bolívar y Pieltain (C.).— Un nuevo Scotodipniís de Cata- luña. (Col. Carabidae) 498 Sesión del 6 de Diciembre de 1916 501 Rendición de cuentas 502 Sección de Zaragoza.— Gómez de Llarena: Excursiones a las sierras de la Demanda, Urbión y Moncayo 505 Sección de Sevilla.— Tesorio (B.): Un caso curioso de epifitis- mo.— Barras: Excursión botánica a Sierra Morena 507 Sección de Valencia.— Arévai^o: Dos nuevas localidades de cla- dóceros ...... 510 Fernández Navarro (L.)— Notas bibliográficas: F. Pardillo ñ-JO boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Págs. VÁQUER, Curso de Cristalografía geométrica.— L. Duparc et M. TiKANOWíTCH, Recherches géologiques et pétrographi- qiies sur l'Oural du Nord.—h. Duparc et A. Qrosset, Étude comparée des gites platiniféres de la Sierra de Ronda et de l'Oural 510 Cabrera (A.)— El tipo del Philander lanigerDesm. en el Mu- seo de Ciencias Naturales de Madrid 51 4 Vidal y López (M.)— I- Nueva forma de Cicindela (Cylindera) germánica L 517 García Mercet (R.) — Signiforinos de España (Himenópteros Calcídidos) 519 Hernández Pacheco (E.) y Royo Gómez (J.)— Mineralogía, Geo- logía y Prehistoria del Cerro de los Ángeles (Madrid). (Lámi- nas VIII a xi) 533 Caballero (A.)— Un género nuevo de Espermofitas, Compues- tas ligulifloras, del Riff 539 Sobrino Buhigas (R.)— Contribución a la Gea de Galicia (nuevo yacimiento de Berilo) 541 índice alfabético de los géneros y especies mencionados o descri- tos en el tomo del xvi del Boletín 547 índice de lo contenido en el tomo xvi del Boletín 565 ñóuertencia Se ha publicado este tomo en cuadernos que han aparecido dentro del mes correspondiente. Lleva once láminas, aparte del texto. New York Botanical Garden Librar 3 5185 00259 2614