BOLETIIsr DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL MADRID ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE FORTANET IMPRESOR DE LA REAL ACADEMLA DE LA HISTORIA Calle de la Libertad, núm. 29 ^9o^ f/ REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD mmu DE HISTOIUH MTMAL . CAPÍTULO PRIMERO. CoPislitución de la Sociedad. Artículo 1.° La Sociedad Española de Historia Natural tiene por objeto el cultivo y adelantamiento de esta Ciencia, y es- pecialmente el estudio de las producciones naturales de España mediante la publicación de cuanto á dichas producciones se refie- re y la formación de colecciones de las mismas. Art. 2.° Se compone de Socios Protectores, Honorarios, Co- rrespondientes extranjeros, Numerarios y Agregados; sin distin- ción de nacionalidad. Art, 3.° Son Socios Protectores, las personas ó entidades que por haber favorecido á la Sociedad con donativos de notoria importancia, fundaciones de Premios ú otros servicios de gran valia, acordase la Sociedad incluirlas en esta categoría á pro- puesta de la Junta Directiva. Su nombramiento deberá hacerse en sesión extraordinaria y por votación secreta; recibirán un diploma, el Reglamento, y gratuitamente las publicaciones de la Sociedad. Art. 4.° Son Socios honorarios las personas que, habiendo prestado á la Ciencia servicios eminentes, sean admitidos como tales, con las mismas formalidades que se expresan en el pá- rrafo segundo del artículo anterior. Recibirán un diploma, el Reglamento y las publicaciones de la Sociedad á título gratuito. Su número no podrá exceder de 10. Art. 5.° Son Socios Correspondientes extranjeros, los nacio- nales de otros Estados que se hayan hecho acreedores á esta dis- tinción por sus donativos á la biblioteca de la Sociedad; serán nombrados á propuesta de tres Socios aprobada por la Sociedad 4 EEGLAMENTO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA en sesión ordinaria, y recibirán un diploma, el Reglamento y la Memoria con la relación de los trabajos en que se haya ocupado la Sociedad durante el año, en la que figurará la lista de las pu- blicaciones recibidas en el mismo y la de los Sres. Socios. Po- drán recibir todas las publicaciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas. Art. 6." Los Socios numerarios serán propuestos por uno de los Socios en sesión ordinaria, decidiéndose su admisión en la inmediata por mayoría de votos, previo informe de otros tres So- cios nombrados al efecto. Sus derechos y obligaciones serán los siguientes: a. Pagarán una cuota anual de 15 pesetas los nacionales y 16,50 los extranjeros, la cual harán llegar sin descuento al Tesorero en la época de admisión y posteriormente en el mes de Enero de cada año, ó la de 16 pesetas los primeros si prefiriesen pagar por trimestres adelantados allí donde hubiere sección ó representante de la Sociedad. h. Recibirán un diploma, el Reglamento y las publicaciones todas de la Sociedad desde el año en que se verifique su ingreso y tendrán voto en las sesiones que la Sociedad celebre. c. Cesarán de pertenecer á la Sociedad si dejasen transcu- rrir un año sin satisfacer su cuota anual ó si manifestaren por escrito su decisión de no continuar perteneciendo á ella, quedando en uno y otro caso borrados de la lista de Socios y relevados del pago de la cuota desde el año siguiente al en que se tome tal resolución. d. Podrá el Socio numerario quedar exento del pago de la cuota anual mediante el abono de la suma de 300 pesetas ingre- sada en caja de una sola vez, ó de la de 100- durante tres anuali- dades consecutivas; una vez liberado será considerado Socio nu- merario vitalicio, y á título de prima recibirá una serie de diez volúmenes de los Anales de la Sociedad (de los señalados al efecto), y anualmente y de por vida cuanto publique aquélla. Esta cláusula no es aplicable á las corporaciones que fuesen admitidas en concepto de socios numerarios. e. Toda persona que hiciese donativo á la Sociedad de la suma de 500 pesetas, será considerado como Socio numerario per^petuo con iguales derechos que los anteriores ; su nombre figui'ará á perpetuidad en la lista de los Socios, y al lado de los fundadores. DE HISTORIA NATURAL. 5 /. Las cantidades recaudadas por liberaciones de cuotas y los donativos que se hicieran por el concepto indicado en el párrafo anterior se capitalizarán en valores públicos, al efecto de que sólo su renta se invierta en los gastos de la Sociedad. Art. 7.° Son Socios agregados, las personas que á propuesta de un Socio numerario sean admitidas con las formalidades que éstos. Pagarán una cuota anual de 8 pesetas en la misma forma y términos que los numerarios, ó de 9 si prefiriesen abonarla por trimestres adelantados, donde hubiere Sección ó representación de la Sociedad. Recibirán un diploma, el Reglamento y el Boletín de la Socie- dad; tendrán voz sin voto en las sesiones y podrán dejar de pertenecer á la Sociedad por las mismas causas que los nume- rarios. CAPÍTULO IL Organización y funoionaniiento de la Sociedad. Art. 8.° La Sociedad nombrará anualmente su Junta Direc- tiva compuesta del Presidente, Vicepresidente, Secretario, Vice- secretario, Tesorero, Vicetesorero y Bibliotecario, que serán ele- gidos por mayoría de votos entre los Socios numerarios residentes en Madrid. Art. 9.° Se procederá en la sesión ordinaria del mes de Di- ciembre al nombramiento de las personas que hayan de desem- peñar estos cargos desde el mes de Enero inmediato, no pudiendo ser reelegido el Presidente hasta después de dos años. Art. 10. Corresponde al Presidente dirigir las discusiones, y su voto será decisivo en caso de empate. Art. 11. El Secretario extenderá el acta de las sesiones, es- tará encargado de la correspondencia científica, y ejercerá el car- go de Contador. Art. 12. El Tesorero recaudará las cuotas de los Socios, hará los pagos acordados por la Sociedad, y distribuirá las publi- caciones de ésta, presentando al fin de cada año las cuentas docu- mentadas, que deberán examinarse por una Comisión nombrada al efecto. Art. 13. El Bibliotecario cuidará de la Biblioteca, dando 6 REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cuenta en todas las sesiones de las publicaciones recibidas, y á fin de año presentará un estado de la misma con la lista de las obras con que se haya aumentado la Biblioteca por donativos y por cambios. Art. 14. La Sociedad se reunirá en sesión ordinaria el pri- mer miércoles no festivo de cada mes, exceptuando los de Agosto y Septiembre en que no habrá sesiones. Art. 15. El orden de las sesiones será el siguiente: 1.° Lectura y aprobación del acta de la sesión anterior. 2° Asuntos administrativos en este orden: a Presentación y admisión de Socios. h Comunicación de la correspondencia. c Pi-oposiciones y asuntos diversos. 3." Comunicaciones científicas. Art. 16. No será permitida discusión alguna que sea extra- ña al objeto de la Sociedad. Art. 17. Podrá concurrir á las sesiones cualquiera persona que no pertenezca á la Sociedad, siempre que previamente sea presentada á la mesa por uno de los Socios. Art. 18. En la última sesión de cada año leerá el Secretario una Memoria acerca del estado de la Sociedad y de los trabajos científicos en que se haya ocupado durante el año. Art. 19. El Presidente convocará á sesión extraordinaria cuan- do lo crea oportuno, ó en virtud de petición por escrito de cinco Socios, no pudiéndose en ella tratar sino de los asuntos para que hubiese sido convocada y que deben ser conocidos de antemano de los Socios. CAPÍTULO III. Comisionéis. Art. 20. Una Comisión llamada «de Publicación», compuesta del Presidente, Tesorero y Secretario de la Sociedad y otros tres Socios nombrados con este objeto en la última sesión ordinaria de cada año, será la encargada en el ejercicio siguiente de examinar las Memorias y comunicaciones científicas que hayan sido dirigi- das ala Sociedad por sus Socios ó por personas ajenas á ella y de elegir las que crea más convenientes para su publicación, vigi- DE HISTORIA NATURAL. 7 lando y cuidando la impresión de estos trabajos y remitiendo á la del Catálogo aquellos en que deba entender ésta. Art. 21. Habrá una Comisión llamada «de Catálogos», com- puesta de siete Socios, en la que ejercerá el cargo de Presidente el más antiguo de los elegidos y el de Secretario el que sea desig- nado al efecto por la misma. Dicha Comisión tendrá el carácter de pei'manente, siendo cubiertas las vacantes que en ella se pro- duzcan mediante propuesta de la misma aprobada por la Junta general en votación ordinaria en la primera sesión celebrada des- pués de ocurrir aquélla. Tiene esta Comisión el encargo de reunir, ordenar y conservar en el local de la Sociedad las papeletas redactadas por los Socios referentes á la preparación de los Catálogos de las producciones de España, Bibliografía histórico-natural. Biografías de natura- listas españoles y Diccionario de Historia Natural de voces técni- cas y vulgares. Esta Comisión, cuando el estado de sus trabajos lo exija, podrá subdividirse é incorporarse á ella mayor número de Socios, soli- citándolo de la Junta Directiva y procediendo á elección de los can- didatos presentados por la Comisión en sesión ordinaria. Art. 22. La Comisión «de Catálogos» deberá celebrar sesio- nes independientemente de las ordinarias de la Sociedad todos los meses, entregando á la Comisión de Publicación los Catálogos y demás trabajos que le están encomendados y que tendrán cabida en las Memorias á medida que se vayan formando. Se entenderá directamente con los Socios, facilitándoles cuan- tos datos le sean pedidos, resolviendo las dudas que les ocurran y remitiendo papeletas en las que precisamente deberán los Socios comunicar los datos que recojan. Asimismo la Comisión del Catálogo será la depositarla de las colecciones típicas de especies españolas y dibujos que á ellas se refieran. CAPÍTULO IV. Publicaciones. Art. 23. La Sociedad Española de Historia Natural hará dos publicaciones regulares, sin perjuicio de las extraordinarias que pudiere convenirle dar á luz por razones especiales : serán aquéllas: 1.° El Boletín. 2." Las Memorias de la Sociedad. '%^'^^^ 8 REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA El Boletín se publicará por meses, excepto en los de vacacio- nes, y comprenderá el extracto del acta de las sesiones y las co- municaciones que se hagan á la Sociedad y que no excedan de ocho páginas de impresión por autor y sesión, subordinadas siem- pre al acuerdo prudencial de la Comisión de Publicaciones por la extensión que deba tener el Boletín. Las Memorias aparecerán por tomos completos con numeración correlativa, comprendiendo necesariamente estudios sobre los tres grupos de seres naturales, siempre que hubiere materiales para ello; y, tendrán cabida en ellas, los estudios generales sobre Bio- logía , los descriptivos y organográficos , los trabajos sinópticos y monografías, los necrológicos y bibliográficos y los catálogos de las producciones naturales de la Península Ibérica y Baleares (estos últimos con paginación independiente). Art. 24. Los trabajos destinados á las Memorias habrán de' ser originales, salvo lo que en casos especiales pudiera acordar lá Sociedad , y serán publicados según el orden de presentación dentro de cada grupo, quedando facultada la Comisión de Publi- cación para alterar este orden cuando las circunstancias lo acon- sejen. Los trabajos que deban ir acompañados de láminas ó grabados deberán ser presentados por sus autores con los dibujos definiti- vos para que puedan ser reproducidos por cualquiera de los pro- cedimientos tipográficos en uso. Los grabados intercalados y las láminas se ejecutarán bajo la dirección déla Comisión de Publicación, abonando la Sociedad la mitad de los gastos que ocasionen^ siempre que su número no fuere excesivo, siendo el resto de cuenta de los autores, enten- diéndose ésto para los ejemplares que constituyen la tirada de la Sociedad; pero los autores podrán presentar los clichés de los gra- bados intercalados que hayan de acompañar á las notas destina- das al Boletín, teniendo derecho á que se les abone, en este caso, la mitad de su importe al precio que la Sociedad acostumbre á pagarlos. Art. 25. Los autores de trabajos publicados en las Memorias tienen derecho á recibir gratuitamente 50 ejemplares de ellos, sin variación, pudiendo obtener mayor número abonando previamente su importe según la tarifa que se publicará en las cubiertas del Boletín; pero deberán indicar con claridad en el manuscrito la tirada que desean. DE HISTORIA NATURAL. f> Los autores de comunicaciones que se inserten en el Boletín no recibirán gratuitamente ejemplares de ellas; mas podrán obtener los que deseen del pliego ó pliegos en que esté incluido su trabajo á precio de tarifa, para lo que habrán de indicar claramente en el manuscrito de sus notas ó comunicaciones el número de ejempla- res que desean. Los autores podrán hacer tiradas especiales de los trabajos que publiquen, tanto en las Memorl^s como en el Boletín, pero ha- brán de anunciarlo con anticipación y entenderse directamente con la imprenta por lo que respecta á su coste, quedando obliga- dos á conservar en dichas tiradas la indicación de que el artículo ha visto la luz en las publicaciones de la Sociedad. Igual obligación tendrán los autores que publiquen traduccio- nes de sus trabajos ó hicieren reimpresiones de los mismos, para lo que habrán de solicitar previamente la venia de la Sociedad. Art. 26. Serán devueltos á sus autores los manuscritos que no se hayan publicado dos años después de haber sido leídos en la Sociedad. Art. 27. Las opiniones emitidas en los trabajos publicados por la Sociedad son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. Art. 28. La Sociedad se reserva el derecho de imprimir los trabajos científicos que se le remitan en idioma extranjero, siem- pre que lo tenga por conveniente. Art. 29. Quedarán en poder de la Sociedad los manuscritos de las Memorias que se inserten en las publicaciones de aquélla. Art. 30. Ningún trabajo se puede insertar en las publicacio- nes de la Sociedad sin haber sido leído antes en las sesiones, ya en totalidad, ya en extracto. CAPÍTULO V. Excursiones y conferencias. Art. 31. La Sociedad Española de Historia natural realizará excursiones que serán acordadas en sesión ordinaria, en la que se establecerán las condiciones á que deben sujetarse los que se ins- criban, lo que habrá de hacerse en el local de la Sociedad con ocho días por lo menos de antelación á la fecha señalada. La Sociedad cuidará de dar la mayor publicidad posible á este señalamiento, con el fin de que puedan concurrir á la excursión las personas 10 REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA que, sin ser Socios, se interesen de algún modo por esta clase de estudios, obteniendo antes la venia del Presidente. Realizará asimismo una excursión anual, á la que podrán asis- tir los naturalistas extranjeros, á quienes se facilitarán por el Se- cretario de la Sociedad cuantos datos se dignen solicitar, asi como billetes á precio reducido desde la frontera, si se obtuvieren de las Compañías de ferrocarriles por gestiones de la Junta Directi- va: las condiciones y reglas á que deban sujetarse los que se inscriban serán publicadas en el Boletín de la primera sesión del año, así como el programa de la excursión. Art. 32. La Sociedad, por medio de sus miembros que á ello «e presten, dará conferencias de carácter técnico y de vulgariza- -ción científica, anunciándolas por medio de la prensa con la de- bida antelación. CAPÍTULO VL Serciones. Art. 33. La Sociedad Española de Historia Natural podrá autorizar la formación de Secciones de la misma en todos aque- llos puntos donde lleguen á reunirse 15 Socios residentes, lle- vando cada Sección el nombre de la localidad respectiva: se regi- rán por el presente Reglamento, y en consecuencia nombrarán su Junta Directiva, compuesta de Presidente, Vicepresidente^ Secre- tario y Tesorero, que funcionará con arreglo al articulado del ■capítulo II. Las actas de las Secciones, una vez aprobadas por éstas, asi ■como los trabajos científicos que en las mismas se presenten, de- berán remitirse por el Secretario de cada una de ellas á la Socie- dad, para los efectos del Reglamento en lo que á éstos se refiere (Comisión de Publicación, Publicaciones, etc.)- Art. 34. Los acuerdos de las Secciones sólo podrán versar sobie asuntos económicos ó administrativos que con ellas se re- lacionen y que en nada afecten al interés general de la Sociedad. Art. 35. Cada Sección formará, con la anticipación conve- niente, un presupuesto anual de gastos, que habrá de enviar á la Sociedad para su aprobación en la sesión de Diciembre; y obteni- da ésta será su importe abonado al Sr. Tesorero de la Sección, el cual rendirá cuenta de su gestión al Tesorero general con la anti- DE HISTORIA NATURAL. U cipación necesaria, á fin de que los ingresos y gastos presupues- tados de la Sección, así como el estado de su personal, puedan figurar en las relaciones que se leen en la sesión de Diciembre por el Secretario y Tesorero de la Sociedad. CAPÍTULO VIL Disposiciones generales. Art. 36. Todos los Socios tendrán derecho á consultar las obras de la biblioteca en el local destinado al efecto, sin que pue- dan sacarlas del mismo por ningún concepto. Art. 37. Los objetos naturales que la Sociedad reciba y no juzgue convenientes para sus colecciones, servirán para formar otras destinadas á los establecimientos públicos de enseñanza, donde se crea que puedan ser más provechosos y conservarse para ser estudiados con mayor facilidad por los naturalistas, dan- do conocimiento de todo ello al remitente. Atr. 38. Todos los Socios están facultados para poder copiar, extractar ó examinar, por sí ó por medio de tercera persona, los libros, dibujos y documentos de carácter científico que se conser- van en la Biblioteca de la Sociedad^ así como para estudiar y dibujar los ejemplares de las colecciones, previa autorización fir- mada por el Socio, la cual será visada por el Bibliotecario ó por el Secretario déla Comisión de Catálogos, según el caso; mar- cándose por estos señores los sitios y horas en que dicho trabajo haya de verificarse, si el autorizado es persona extraña á la So- ciedad. Art. 39. Todos los años se publicará en el Boletín una lista de los Socios pertenecientes á la Sociedad, así como la indicación de los que por cualquiera causa hayan dejado de pertenecer áella durante el último año. En ella se hará constar la especialidad que cultive cada uno, á fin de que puedan establecerse relaciones científicas entre los Socios que se dediquen á un mismo género de estudios. Art. 40. Para modificar el Reglamento ó disolver la Sociedad, se necesitará una proposición fundada y firmada por cinco Socios, la cual se presentará en sesión ordinaria. Si en ella fuere tomada en consideración, se nombrarán cinco Socios que emitan un in- forme razonado, el cual se discutirá y votará en sesión extraordi- 12 REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD DE HISTORIA NATURAL. naria, convocada expresamente con este objeto, no siendo admi- tida la proposición si no fuere aprobada por las dos terceras par- tes de los Socios residentes habitualmente en Madrid. En caso de no reunirse este número, bastarán las dos terceras partes de los Socios presentes en la sesión inmediata. Art. 41. En caso de disolución de la Sociedad, las colecciones y libros que pudieran pertenecería serán donados á los centros de enseñanza en los que se crea que puedan ser más convenientes y conservarse mejor para su más fácil estudio y consulta por los naturalistas, y los fondos que existan se destinarán á los Estable- cimientos de Beneficencia, respetándose las cláusulas de las do- naciones, si las hubiere. Presentado para su aprobación en el Gobierno civil el 17 de Enero de 1901, con- forme á las disposiciones vigentes. JUNTA DIRECTIVA. SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Presidente D. Blas Lázaro é Ibiza. /^\^- ,-'^*^^'V'Cj Ticepresiderite D. Federico Oloriz y Ag-uilera. Z^- ^''í^^^^^iy.i Tesorero D. Ig-nacio Bolívar y Urrutia. r^¡ " "' ^ "•" ^ Secretario D. Salvador Calderón y Arana, luj i L I B R A R Y Vicesecretario D. José María Dtismet y Alonso\^ BMiotecario D. Rafael Blanco y Juste. ^^NÍ!» as5>^^ Vicetesorero D. Antonio García Várela. X^ 0 }3^ Comisión de pudlicación. 1). Francisco de P. Martínez y Sáez. — D. José Macplierson. D. Germán Cerezo y Salvador. Comisión de Catálogos. U. Gabriel Puig* y Larraz. — D. Blas Lázaro é Ibiza. — D. José Rodríg-uez Mourelo.— 1). José María Uusmet y Alonso.— 1). Juan Manuel Díaz del Villar.— I). Enrique Pérez Zúñig-a.— D. Ang-el Cabrera Latorre. SECCIÓN DE SEVILLA. Presidente D. Fernando Halcón, Marqués de San Gil. Vicepresidente D. José María Benjumea y Pareja. Tesorero D. Julio del Mazo y Franza. ¡Secretario D. Federico Chaves y Pérez del Pulg-ar. Vicesecretario I). José J. Arráez v Carriás. SECCIÓN DE ZARAGOZA. Presidente D. Manuel Díaz de Arcaya. Vicepresidente D. Hilarión Jimeno. Tesorero D. Félix Gila y Fidalg-o. Secretario D. Pedro Moyano y Moyano. Vicesecretario D. Juan P. Soler y Carceller. Socios fundadores. D. José Argutnosa. f D. Ignacio Bolívar y ürrutia. Excma. Sra. D.^ Cristina Brunetti de Lasala, Duquesa de Mandas. D. Francisco Cala, f Excma. S."D.a Amalia de Heredia, Marquesa Viuda de Casa Loring. Exorno. Sr. D. Miguel Colmeiro. D. Antonio Cipriano Costa, f Excmo. Sr. D. Cesáreo Fernández Losada. D. Saturnino Fernández de Salas, f D. Manuel María José de Galdo. f D. Joaquín González Hidalgo. D. Pedro González de Velasco. f D. Ángel Guirao y Navarro, f D. Joaquín Hysern. f D. Marcos Jiménez de la Espada f D. Rafael Martínez Molina f D. Francisco de Paula Martínez y Sáez. D. Manuel Mir y Navarro. D. Patricio María Paz y Membiela. f Excma. Sra. Condesa de Oñate. f D. Sandalio Pereda y Martínez, f D. Laureano Pérez Arcas, f D. José María Solano y Enlate. D. Serafín de Uhagón. D. Juan Vilanova y Piera. f D. Bernardo Zapater y Marconell. Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación en 8 de Febrero de 1871. 1871- ■72. Excmo. Sr. D. Miguel Col- meiro. 1886. 1873. D. Laureano Pérez Arcas, f 1887. 1874. limo. Sr. D. Ramón Llórente y Lázaro, f 1888. 1876. limo. Sr. D. Manuel Abe- leira. f 1889. 1876. Excmo. Sr. Marqués de la Ri- vera, t 1890. 1877. limo. Sr. D. Sandalio Pereda 1891. y Martínez, f 1892. 1878. D. Juan Vilanova y Piera. f 1893. 1879. Excmo. Sr. D. Federico de Botella y de Hornos, f 1894. 1880. D. José Macpherson. 1895. 1881. D. Ángel Guirao y Navarro, f 1882 Excmo. Sr. D. Máximo La- guna. 1896. 1883. Excmo. Sr. D. Manuel Fer- 1897. nández de Castro, f 1898. 1884. D. Pedro Sáinz Gutiérrez, f 1899. 1885. D. Serafín de Uhagón. 1900. D. Antonio Machado y Nú- ñez. f limo. Sr. D. Carlos Castel. Excmo. Sr. D. Manuel M. J. de Galdo. f D. Ignacio F. de Henestrosa, Coode de Moriana. f D. Francisco de P. Martínez y Sáez. D. Carlos de Mazarredo. D. Laureano Pérez Arcas, f Excmo. Sr. D.Máximo Laguna Excmo. Sr. D. Daniel de Cor- tázar. D. Marcos Jiménez de la Es- pada, t D. José Solano y Eulate, Mar- qués del Socorro. D. Santiago Ramón y Cajal. D. Manuel Antón y Ferrándiz, D. Primitivo Artigas. D. Gabriel Puig y Larraz. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL EN 1." DE ENERO DE 1901. Socios protectores. EN ESPAÑA. S. M. el Rey D. Alfonso XIII. S. A. el Archiduque Luís Salvador. EN EL EXTRANJERO. S. M. G. el Rey D. Garlos de Portugal. S. A. S. el Príncipe Alberto de Monaco. M. Henri de Lacaze-Duthiers, Profesor de Zoología y Anatomía comparadas en la Facultad de Ciencias, Director de Ios- Laboratorios de Banyuls-sur-Mer y de RoscoíT. IC LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Socios Correspondientes extranjeros. O MM. Acloque (Alexandre).-~69, Avenue de Segur, París. — (His- toria natural general.) Andué (Ernesl), Nolai-io honorario; de la Sociedad ento- mológica de Francia. — 17, rae des Promenades, Gray (Haule-Saóne, Francia). — (Himenópteros, especialmente Formícidos y Mutilidos.) Balsamo (Francesco). — Yia Salvator Rosa, -290, Napoli (Ita- lia).— (Botánica y principabnenle algas.) Bedel (Louis), de ia Sociedad entomológica de Francia. — 20, rne de l'Odéon, Paris. — (Coleópteros palear cticos.) Blanchard (Dr. Raiihacl), Profesor en la Facultad de Me- dicina, Director de los Archives de Parasitologie. — 226, Boulevard Saint Germain , Paris. — (Entomología general.^ Hirudineos.) Bois iDenre). — 15, rué Faidherhe, Saint Mandé (Seine), Francia. — [Botánica.] BoMBici (Prof. L.), Director del Gabinete mineralógico de la Universidad de Bologna, Italia. — (Mineralogía.) BoRMANs (Auguste de). — 53, via GoíTredo Casalis, Torino (Italia). — (Forficúlidos J Brizi (Ugo). — Museo Agrario, Via Santa Susana, Roma {lVd\Í8i). —( ¡htánica y principalmente flora de Italia.) BucKiNG (Dr. H.), Profesor en la Universidad de Strasburgo, Alemania. Gamerano (Lorenzo), Profesor de Anatomía comparada y Director del Museo zoológico de la Universidad. — Palazzo Carignano, Tarín, Italia. — (Anatomia comparada, Gor- diidos.) Chevreu.x (Edonard). — Pioute du Cap, Bóne (Gonstanlina) Ai-gelia. — (Crustáceos anfipodos.) Cohén. — Profesor en la Universidad de Greifs\vald (Alema- nia).— (Mineralogía.) (1) Con el objeto de fomentar las relaciones científicas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las señas de su domic lio, si el socio cultiva en la actualidad más especialmente algún ramo de la Historia natural LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 17 MM. CoiNCY (Auguste de). — Gháteau de Gourtoiseau par Trigué,- res (Loiret), Francia. Dervieux (Ermanno). — Via Massena. 34. — Torino (Italia). De Toni (Joannes Baptista). — Via Regate, 2236,— Padova (Italia). FiNOT (P. Adrien Prosper), Capitán de Estado Mayor, reti- rado.—27, rué Saint-Honoré, Fontainebleau, Francia. — (Ortópteros.) FouMOUZE (Armand), Doctor en Medicina.— 78, Faubourg Saint-Denis, Paris. — (Entomología médico- farmacéutica.) Gkikie (Sir Archivald).— F. R. S. Firmyu Street, 28.— S. W. London. — (Geología.) G-ESTfto (Raffaello), Doctor, Vicedirector del Museo cívico de Historia natural. — Villeta Dinegro, Genova (Italia). — (Coleópteros.) GiARD (Alfred), Profesor de Zoología en la B'acultad de Cien- cias, Director del Laboratorio de Wimereux y del Bulle- tin Scientipque de la Frunce et de la Belgiqíie. — 14, rué Stanislas, Paris. — (Evolución, Parasitismo, Crustáceos.) GiRARD (Albert Alexandre), Secretario científico de S. M. — Lisboa (Portugal). — (Ictiología y Malacología.) Heckel (Edouard), Profesor en la Facultad de Ciencias. — 31, Cours Lieutand, Marseille (Francia). — (Botánica.) HoRVÁTH (Géza) , Doctor en Medicina, Director del Museo nacional de Hungría. — Museumring, 12, Budapest. — Austria-Hungría, — (Hemipteros.) Janet (Charles). — Rué Saint-Jacques, Beauvois (Oise), Francia. — (Costumbres y anatomía de las hormigas.) KoNOw (Friedrich Wilhelm). — Teschendorf, Grossherz (Meklenburg), Alemania, — (Himenópteros y especial- mente Tentredínidos, Chalastogastra.J Kraatz (Gustav), Doctor en Filosofía, Redactor de la Deutschen Entomologischen Zeitschrift. —W. 9, Links- trasse, 28, Berlín. — (Coleópteros.) LuBBOCK (Sir .John W.), Bart. M. D. — Saint James, 2, Lon- dres, S. W.; también en Down (Kent), High Elms. — (Antropología., costumbres de Insectos, Formícidos.) Meünier (Stanislas), Profesor de Geología del Museo de Historia natural. — 7, Boulevard Saint-Germain, Paris. — (Litología.J N.» 1. -Enero, 1901. 2 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN MM. MoNTANDON (Arnald L.) — Filaréte, Strada Viilor, Bukarest, Rumania, — (Ilemipteros, principalmente heterópteros.] Nery Delgado (J. F), Geólogo. — Rúa de D. Garlos I, 35, Lisboa. — (Geología.) Olivier (Henry). — Baroches-au- Eíoulme (Orne), Francia. PiGCiOLi (Gomm. Francesco), Director del Instituto fores- ta!.— Vallombrosa (Italia). — (Botánica.) PiCGioi.i (Lodovico), Sub-Inspector forestal. — Vallombrosa (Italia). — f Botánica.) PoRTER (Garlos E.) — Director general del Museo y de la Revisía Chilena de Historia natural. — Casilla, 1 108, Val- paraíso, Ghile. — (Histología, Crustáceos decápodos y hemípteros.) Preüdhomme de Borre (Alfi-ed), Individuo de varias Socie- dades científicas.— Villa Ja Fauvette, Petit Saconnex, Ginebra, Suiza. — (Entomología general, geografía ento- mológica, coleópteros y principalmente heterómeros é hidrocántarosj Richard (Jules), Doctor en Giencias, Director del Museo oceanógrafico. — Monaco. — (Crustáceos inferiores. J Salomón (Dr. W.) — Instituto Mineralógico de la Universi- dad.— Heidelberg, Alemania. ScuDDER (Samuel Hubbard). — 156, Brattle Street, Cam- bridge (Estados-Unidos). — ( Macrolepidópteros, Ortópte- ros é insectos fósiles.) Türnez (W. Henri), De la Gomisión Geológica de los Esta- dos-Unidos (Washington) DG. — (Geología.) Socios numerarios (1). 1896. Aguilar y Cuadrado (D. Miguel), Paseo de Atocha, 9, ■2.°, Madrid. 1894. Aguilar y Esteban (D. Cipriano Luís), Licenciado en Ciencias físico-químicas. — Plaza del Olivo, 7, Cala- tay ud . — (Botánica.) 1897. Alaejos y Sanz (D. Luís), Licenciado en Ciencias natu- rales.— Estación de Biología marina. Santander. (1) El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que indica el año de su admisión en la Sociedad y el de los socios fundadores de la abreviatura S. F. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 1» 1898. Allbutt (D. Enrique A.), de la Sociedad geológica de Leed y de la de Medicina de Atenas. — 24 Park Square. — Leeds, York (Inglaterra). — (Geología.) 4898. Alloza Blasco (D. Leandro), Alumno de la Escuela de ingenieros de Caminos. — G. de las Veneras, 4, pral., y en verano en Castellón. — (Geología.) ■1896. Alorda y Sampol (p. Jaime). — Harina, 28, pral., Palma de Mallorca. — (Lepidópteros y moluscos.) 4894. Álvarez de Toledo y Acuña (ü. Fernando), Conde de Caltabellota. — Palazzo Bivona, Largo Fernandina, Ña- póles (Italia). *i894. Álvarez Sereix (D. Rafael), Ingeniero de Montes, Go- bernador civil de las Baleares. — C. de las Huertas, 41, 3.\ Madrid. 1893. Antiga (D. Pedro).— G. de Cortes, 313, Barcelona. 1875. Antón y Ferrándiz (D. Manuel), Catedrático en la Facul- tad de Ciencias, Jefe de la Sección de Antropología y Secretario del Museo de Ciencias naturales. — C. de Oló- zaga, 5 y 7, Madrid. — (Antropología.) -1894. Aragón y Escacena (D. Federico), Licenciado en Ciencias naturales, Director del Colegio de San Vicente Ferrer. — Astorga (León). 4898. Aramruru y Altuna (D. Pedro), Doctor en Medicina, Ca- tedrático en la Escuela de Veterinaria. — Zaragoza. 1885. Aranzadi y Una muño (D. Telesforo), Doctor en Farmacia y en Ciencias naturales, Catedrático en la Facultad de Farmacia de la Universidad. — Barcelona. — (Antropolo- gía y Botánica. J 1896. Arráez y Carriás (D. José), Abogado.— C, de Miguel del Cid, 28, Sevilla. — (Antropología crimijial.) 1887. Artigas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes. — C. del Reloj, 9, pral. izq., Madrid. — (Silvicultura.) 1889. Aulet y Soler (D. Eugenio), Presbítero, Doctor en Cien- cias físico-químicas y Licenciado en naturales, Catedrá- tico en el Instituto de Huesca. — Oiot (Gerona). 1873. Avila (D. Pedro), Director de la Escuela de Ingenieros de Montes. — El Escorial. 1900. AzAM (D.José), Arquitecto. — 14, rué de Trans, Dragui- gnan (Var), Francia. — (Ortópteros y Hemípteros.) 1897. AzPEiTiA Y Moros (D. Florentino), Profesor en la Escuelt? .20 .n .:LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN de Minas, — Glorieta del Cisne, 3, hotel, Madrid. — (Malacologia.) 1872. Barboza du Bogage (Excmo. Sr. D. José Vicente), Direc- tor del Museo de Historia natural. — Lisboa. — (Mamífe- ros, aves y reptiles.) 1891. Barras de Aragón (D. Francisco de las), Doctor en Cien- cias naturales, Catedrático en el Instituto. — Avila. — (Entomología y Botánica.) 1895. Bartolomé del Cerro (D. Abelardo), Doctor en Ciencias naturales. — C. de Daoiz, 5, Madrid. 1889. Becerra y Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — ^ Almería. — (Entomología agrícola y dibujo científico.) 1894. Benedicto Latorre (D. Juan), Farmacéutico. — Monreal del Campo (Teruel). —(Botánica y moluscos terrestres.) 1898. Benjumea y Pareja (D. José). — C. de Pedro del Toro, 11, Sevilla. 1890. Blanco del Valle (D. Eloy), Catedrático de Historia na- tural en el Instituto. — Ciudad-Real. 1892. Blanco y Juste (D. Rafael), Licenciado en Ciencias na- turales, Ayudante por oposición del Museo. — C. de San- doval, 4, pral., Madrid. 1898. Blas y Manada (D. Macario), Doctor en Farmacia. — C.del Caballero de Gracia, 3, Madrid. s. F. Bolívar y Urrutia (D. Ignacio), Catedrático en la Facul- tad de Ciencias, Jefe de la Sección de Entomología en el Museo. — C. de Moreto, 1, Madrid. — (Ortópteros, Uemip- teros y Arquípteros.) 1872. Bolívar y Urrutia (D. José María), Licenciado en Medi- cina.— C. de las Salegas, 2, Madrid. 1882. Bolos ( D. Ramón), Farmacéutico, Natur;i.lisla. — C. de San Rafael, Olot (Gerona). — (Botánica. J 1898. BoROBio (D. Patricio), Catedrático en la Facultad de Me- dicina.— Coso, 100, Zaragoza. — (Pediatría.) 1872. BoscÁ Y Casanoves (D. Eduardo), Licenciado en Medici- na, Catedrático de Historia natural en la Universidad, Director de Paseos y arbolados. — Paseo del Grao, Va- lencia.— (Reptiles de Europa.) 1900. BoscÁ Y Seytre (D. Antimo), Ayudante por oposición de ; ._ ]a Facultad de Ciencias. — Valencia. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 21" 1900. Brañas (D. Gonzalo), Farmacéutico. — La Coruña. 1877. Bkeñosa (D. Flafael), Ingeniero de Montes de la Real Gasa, — San Ildefonso (Segovia). — (Cristalografía.) 1883. Buen y del Gos (D. Odón), Gatedrálico de Historia natu- ral en la Universidad, — Barcelona. — (Botánica.) 1897. BuRR (D. Malcolm). — Dormans Park, East Grinslead (In- glaterra).— (Ortópteros y en especial forficúlidos.J 1892. Gaballero (D. Ernesto) , Gatedrático de Física en el Ins- tituto.— Pontevedra. — (Diatomean.) 1891. Gabrera Y Díaz (D. Anatael), Médico cirujano. — Laguna de Tenerife (Islas Ganarias). — (Himenópteros.) 1896. Gabrera y Latorre (D. Ángel). — G. de la Beneficencia, 18, M-dávid.— (Vertebrados.) 1897. Gáceres y González (D, Juan). — G. del Duque, 8, Garta- gena. — (Entomologia.) 1900. Gáceres Gómez (D. Mariano), Doctor graduado en Giencias físico-Ljuí micas. — Mendizábal, 34, Madrid. 1892. Calandre y Lizana (D. Luís). — Pasaje de Gonesa, Car- tagena. 1872. Calderón y Arana (D. Salvador), Gatedrático de Minera- logía y Botánica en la Facultad de Giencias, Jefe de la Sección de Mineralogía en el Museo. — G. de Sagasta, 9, 3.°, Madrid. — (Geología y Petrología.) 1889. Gamps (Sr. Marqués de). — Canuda, 16, pral., Barcelona. 1872. Cánovas (D, Francisco), Gatedrático jubilado de Historia natural. — Lorca (Murcia). — (Paleontología y Estudios prehistóricos.) 1893. Cañal y Migolla (D. Carlos), Profesor auxiliaren la Fa- cultad de Filosofía y Letras. — G. del Rosario, 19, Sevi- lla.— (Prehistoria.) 1893. Capelle (R. P. Eduardo), S. J. — Colegio de Gaousou, Toulouse (Francia). — (Prehistoria.) 1894. Garbo y Domenech (D. Manuel), Ayudante por oposición en la Facultad de Giencias. — G. del Notariado 2, 3.", 2.*. Barcelona. 1877. Carvalho Monteiro (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de), Doctor en Derecho y en Giencias naturales por la Uni- versidad de Coimbra, y miembro de la- Sociedad de Acli- matación de Río Janeiro. — Rúa do Alecrim, 70, Lisboa (Portugal). — ( Lepidópteros. J 2* LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN 1900. Casares Descansa (D. Román), Farmacéutico. — Santiago. 1874. Castel (limo. Sr. D. Garlos), Ingeniero de Montes, de la Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales. — C. del Desengaño, 1, pral., dra., Madrid. 1876. Castellarnau y de Lleopart (D. Joaquín María de), In- geniero Jefe de Montes. — Segovia. — (Micrografia.) 1884. Cazurro y Ruíz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en Ciencias naturales. Catedrático en el Instituto. — Gerona. — (Ortópteros y dípteros de Europa^ Micrografia.) 1895. Cerezo (D. Germán), Catedrático de Zoología y Mineralo- gía aplicadas á la Farmacia. — Ballesta, 16, Madrid. . 1872. Cervera (Excmo. é Limo. Sr. D. Rafael), de la Real Aca- demia de Medicina. — C. de Jacometrezo, 66, 2.° dere- cha, Madrid. 1891. Chaves y Pérez del Pulgar (D. Federico), Doctoren Cien-^ cias físico-químicas. — C. de Jesús, 17, Sevilla. — (Mine- ralogía y_ Cristalografía.) 1872. CoDiNA y Langlin (D. Ramón), Socio residente del Cole- gio de Farmacéuticos de Barcelona, numerario de la Academia de Ciencias naturales y de Artes de la misma,, de la Academia de Medicina y Cirugía, Doctor en Far- macia.— C. de San Pablo, 70, Barcelona. 1873. CoDORNiu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.— Murcia. 1896. Colegio de San Juan de Letrán (Sr. Rector del). — Ma- nila (Filipinas). s. F. CoLMEiRO (Excmo. Sr. D. Miguel ), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, de las Reales Acade- mias de la Lengua, de Medicina y de Ciencias, Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedrático jubilado de la Universidad Central. — C. del Barquillo, 8, 2." izquier- da, Madrid. — (Botánica.) 1898. Colomina y Carolo (D. Alejandro de). Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Pontevedra. 1878. CoMERMA (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.— Ferrol. 1877. Corral y Lastra (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres- ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Individuo de la Academia Nacional de Agricultura, Industria y Co- mercio de París, de la Sociedad Linneana Matritense y de la de Higiene.— C. de Daoíz y Velarde, 5, Santander. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATÜHAL. 23: 1892. Corrales Hernández (Ü. Ángel), Licenciado en Ciencias naturales, Profesor auxiliar en 3I Instituto. — Jaén. 1872. Cortázar (Excmo. Sr. D. Dauiel de), Ingeniero Jefe de Minas, de las Reales Academias de la Lengua y de Cien- cias exactas, físicas y naturales, Consejero de Instruc- ción pública. — C. de Velázquez, 32, hotel, Madrid. 1897. Cortina y Poveda (D. Enrique), Disecador del Museo de Ciencias naturales. — C. de Carnpoainor, 4, Madrid. — fTaxidermia.) 1874. CouDER (D. Gerardo), Ingeniero de Montes. — Avila. 1872. Crespí (D. \ntonio), Licenciado en Farmacia y en Cien- cias naturales, Catedrático en el Instituto. — C. de Pere- grina, 80, 2.", Pontevedra. 1872. CuNi Y Martorell ( D. Miguel), Individuo de la Real Academia de Ciencias naturales y Arles. — C. de Codols, 18, Barcelona. — (Botánica y Entomología.) 1889. Dargent (D. Florismundo). — Moralejo, 5, Aguilar (Cór- doba). 1893. Dávila (D. Marino), Catedrático en el Instituto. — Ba- dajoz. 1899. Díaz (R. P. Filiberto), Doctor en Ciencias, Ayudante por oposición del Museo de Ciencias naturales. — C. de San Miguel, 21 duplicado, Madrid. 1898. Díaz de Argaya (D. Manuel), Doctor en Ciencias, Cate- drático de Historia natural en el Instituto. — C. de la In- dependencia, 7, Zaragoza. 1890. Díaz del Villar (D. Juan Manuel), Licenciado en Medi- cina, Catedrático en la Escuela de Veterinaria. — C. de Atocha, 127 d.", Madrid. — (Epizoarios y Entomozoarios.) 1894. DíEz Solorzano (D. Manuel). — C. de Blanca, Santander. 1890. DoLLFUS (D. Adriano), Director de la Feuille des Jeunes Naturalistes. — Rué Pierre Charron , 35, París. — (Isó- podos.) 1898. Domenech (R. P. Estanislao), Profesor de Historia natu- ral en el Colegio del Sagrado Corazón. — C. de Lauria, 21 , Barcelona. 1899. Domínguez (D. Antonio A.) — Laguna de Tenerife. — (Co- leópteros de Canarias.) 1898. DossET (D. José Antonio), Doctor en Farmacia. — G. de D. Juan de Aragón, 20, Zaragoza. — (Diatomeas.) 24 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN 1890. DusMET Y Alonso (D. José M.), Doctor en Ciencias natu- rales.— Plaza de Santa Cruz, 7, Madrid. — (Himenó'p- teros.) 1898. Egaña (D. Jesús de), Ingeniero industrial, Comandante de Artillería. — C. de Santa Engracia, 3, Zaragoza. — (Geología. J 1898. Eleicegui (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de Far- macia.— Santiago. 1888. Elizalde y Eslava [h. Joaquín), Licenciado en Ciencias naturales. Catedrático en el Instituto. — Logroño. 1894. Engiso y Mena (D. Juan), Licenciado en Derecho. — Huerca! -Overa (Almería). — (Entomología.) 1875. Espejo (Excmo. Sr. D. Zoilo), Catedrático de Ciencias na- turales en el Instituto agrícola de Alfonso XIÍ y Secreta- rio general de la Asociación de Agricultores. — C. de Fuencarral, 97, pral, Madrid. — (Agricultura y Botánica.) 1875. EsPLUGA y Sancho (D. Faustino), Licenciado en Ciencias naturales, Director del Colegio de 1.* y 2." enseñanza de Nuestra Señora de la Piedad y Profesor auxiliar en el Instituto. — Toledo. 1890. Fereal (D. César). — G. de la Salud, 13, principal dere- cha, Madrid. 1874. Fernández de Castro (D. Ángel), Ingeniero de Montes. — C. de Fabiola, 5, Sevilla. 1900. Fernández de Gata y Calache (D. Manuel), Doctor en Farmacia. — Villavieja (Salamanca). s. F. Fernández de Losada (Excmo. Sr. D. Cesáreo), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Gran cor- dón de la de Metjidié, Comendador de número de la de Carlos III, condecorado con la Cruz de primera clase de Beneñcencia y con otras de distinción por méritos cientí- ficos y de guerra, Socio de varias corporaciones cientí- ficas nacionales y extranjeras, Inspector, Médico Mayor del Cuerpo de Sanidad militar, Doctor en Medicina. — C. de Valencia, 1, pral., Madrid. 1893. Fernández Duro (D. Gabriel), Coronel de Artillería. — Burgos. — (Lepidópteros.) 1890. Fernández Navarro (D. Lucas), Doctor en Ciencias, Ca- tedrático en el Instituto. — Soria. — (Mineralogía.) 1875. Ferrand y Couchoud (D. Julio), Ingeniero Jefe de la pri- LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 25 mera sección de vía y obras de los Ferrocarriles Anda- luces.— G. de Infanzones, 5, Sevilla. 1900. Ferrando y Más (D. Pedro), Licenciado en Ciencias.— G. de San Bartolomé, 27, Madrid. 1885. Ferrer (D. Garlos), Doctor en Medicina y Bachiller en Giencias. — Ronda de la Universidad, 16, 1.°, Barcelona. 1879. Flórez y González (D. Roberto). — Gangas de Tineo (Oviedo) . — (Entomología.) 1877. Fortanet (D. Ricardo).— G. de la Libertad, 29, Madrid. 1888. Fuente (D. José María de la), Presbítero. — Pozuelo de Galatrava (Giudad-Real). — (E^itomologia, Coleópteros de Europa, Admite cambios de estos insectos.) 189Ü. Fuset y Tubiá (D. José), Doctor en Giencias naturales, Gatedrático en el Instituto de Palma. — Mallorca, — (Gusanos y Dibujo científico.) 1899. Gallegos y Sardina (D. Ventura), de las Sociedades entomológicas de Bélgica y Stettin, de la de Higiene de París, de la Gentral de Apicultura é Insectología de Fi-ancia. — Mendoza (República Argentina). 1872. García y Arenal (D. Fernando), Ingeniero del puerto de Vigo. — Pontevedra. 1887. García y Baza (D. Regino), Ayudante de Montes. — Ma- nila. 1894. García y García (D. Antonio), Profesor auxiliar en el Instituto. — Huelva. 1877. García y Mercet (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad militar. — Madrid. — (Coleópteros y dípteros de Europa.) 1899. García Várela (D. Antonio), Licenciado en Giencias na- turales, Ayudante por oposición en el Museo. — G. de la Bolsa, 6, Madrid, ó Garballino (Orense). 1892. Garrido Barrón (D. Joaquín), Catedrático de materia far- macéutica animal y mineral en la Universidad. — Ma- nila. 1900. Gelabert Rincón (Rvdo. D. José).— Llagoslera, Gerona. — (Mineralogía y Geología.) 1884. Gila y FiDALfio (D. Félix), Catedrático de Historia natural en la Universidad.— Zaragoza. — (Botánica y Geología.) 1890. GoiTiA (D. Alejandro), Licenciado en Ciencias.— G. de San Quintín, 8, bajo dha., Madrid. 1886. GÓMEZ Carrasco (D. Enrique), Licenciado en Giencias 26 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN naturales. — G. de Leganitos, 39, 3."*, Madrid. —(Coleóp- teros de Europa.) 1894. GÓMEZ OcAÑA (D. José), Catedrático de Fisiología en la Facultad de Medicina, de la R. Academia de Medicina. — C. de Atochfi, 127 dup.", Madrid. 1898. González Arintero (Fr, Juan), Profesor de Historia na- tural, Licenciado en Ciencias, Vice-Rector en el Cole- gio de PP. Dominicos. — Salamanca. 1887. González y García de Menesks (D. Antonio), Ingeniero industrial. — C. de Martínez Montañés, 15, Sevilla. 1872. González Linares (D. Augusto), Catedrático de Historia natural en la Facultad de Ciencias y Director de la Esta- ción de biología marina. — Santander. 1893. González Pérez (D. Lino Victoriano), Farmacéutico. — Sisante, La Roda (Cuenca). 1900. Gota (D. Antolin). — Zaragoza. 1899. Graiño (D. Celestino), Doctor en Farmacia, premiado en varias Exposiciones. — Aviles (Asturias). — (Ornitología. Admite cambios.) 1882. Gredilla y Gauna (D. Apolinar Federico), Catedrático de la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de cultivos en el Jardín Botánico.— C. de la Estrella, 7, principal, Madrid. — f Geología y Botánica.) 1898. Gregorio y Rocasolano (D. Antonio), Doctoren Ciencias, Profesor auxiliar en la Facultad. — Plaza de la Constitu- ción, 4, Zaragoza. — (Gramíneas.) 1893. Guillen (D. Vicente), Médico- cii'ujano, Jardinero mayor del Botánico. — Valencia. 1898. Halcón (D. Fernando), Marqués de San Gil. — G. de Al- fonso XII, 50, Sevilla. — (Patología vegetal. J 1890. Hernández y Álvarez (D. José), Licenciado en Cienciae naturales. Conservador por oposición en la Escuela de Montes. — El Escorial (Madrid), ó C. de Montserrat, 9 y 11, pral. dra., Madrid. — (Botánica.) 1893. Hernández Pacheco y Esteban (D. Eduardo), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Córdo- ba.—^Geoíogía.j 1875. Heyden (D. Lucas von), Mayor de reserva. Doctor en Filosofía, honoris causa, individuo de las Sociedades Entomológicas de Alemania, Francia, San Petersburgo, LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 27 Suiza, Italia, etc., Caballero de las Ordenes del Águila Roja prusiana, de la Cruz de Hierro y de San Juan. — Schlosstrasse , 54, Bockeuheim, Frankfuri am Main. — (Coleópteros.) 1898. Hierro (D. Fibicio), Farmacéutico. — Sautillana de Cam- pos, Estación Las Cabanas (Falencia). 1888. Hoyos (D. Luís), Doctor en Ciencias naturales y en Dere- cho, Catedrático en el Instituto. — Toledo. — (Antro- pología.) 1895. HuiDOBRO Y Hernández (D. José), Doctor en Ciencias na- turales.— C. de San Bernardo, 52, Madrid. 1899. Ibáñez Díaz (D. Francisco Antonio), Duque, 9, Cartagena. — (Botánica.) 1895. Ibarlugea (D. Casto), Catedrático de Agricultura en el Instituto. — Moreras, 6, 2.°, Cáceres. 1873. Iñarra Y Echevarría (D. Fermín), Profesor auxiliar por oposición, de la sección de CienciaL> físico-químicas y naturales en el Instituto del Cardenal Cisneros. — C. de Silva, 10, 3.°, Madrid. 1899. Iranzo (D. Juan Enrique), Catedrático de la Facultad de Medicina. — Zaragoza. 1896. Jiménez Cano (D. Juan), Licenciado en Ciencias natura- les.— Casa Blanca (Cuenca). — (Lepidópteros.) 1884. Jiménez de Cisneros (D. Daniel), Catedrático de Historia natural en el Instituto. — C. de Langreo, 14, Gijón. 1899. Jiménez Munuera (D. Francisco de P.) — Alto, 9, Carta- gena.— (Botánica.) 1898. Jimeno (D. Hilarión), Doctor en Ciencias, Director del Laboratorio químico municipal. — Coso, 127, Zara- goza. 1895. Rheil (D. Napoleón M.), Profesor en la Escuela de Co- mercio, Socio del Club de Historia natural de Praga y de las Entomológicas de Berlín, Stet-tin y Dresde. — Ferdi- nandstrasse, 38, Praga (Bohemia). 1872. Laguna (Excmo. Sr. D. Máximo), Ingeniero de Montes de la Real Academia de Ciencias. — Travesía de la Ba- llesta, 8, 2.° izq., Madrid. — (Botánica.) 1872. Larrinúa y Azcona ( D. Ángel), Doctor en Derecho. — San Marcial, 22, San Sebastián (Guipúzcoa). — (Omitolo gía y Coleópteros.) 28 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN 1884. Lauffer (D. Jorge). — G. de la Lealtad, 13, 2.° derecha> Madrid. — (Coleópteros de Europa.) 1880. Lázaro é Ibiza (D. Blas), Doctor en Pharmacia y en Cien- cias, de la Real Academia de Ciencias, Catedrático de la Facultad de Farmacia. — G. de Carranza, 10, 3.°, Ma- drid.— (Botánica.) 1897. Llanas (D. José María), Farmacéutico militar. — Madrid. 1891. Lo BiANco (D. Salvador), Comendador. — Estación Zooló- gica, Ñapóles (Italia). 1900. LÓPEZ (D. Julián), Farmacéutico. — San Ciprián, Vivero (Lugo). 1889. LÓPEZ DE ZuAzo (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto de Burgos. 1897. Magiñeira y Pardo (D. Federico G.), Cronista oficial de Ortigueira (Coruña). — (Prehistoria.) 1878. Mag-Lennan ( D. José), Ingeniero. — Portugalete (Bilbao). 1872. Macphehson (D. José). — G. de la Exposición, 4, Barrio de Monasterio. Madrid. — (Mineralogía y Geología.) 1887. Madrid Moreno (D. José), Doctor en Ciencias, Jefe del G¿ibinete micrográfico municipal y Profesor en la Fa- cultad de Ciencias. — C. de Serrano, 40, Madrid. — (Mi- crogriifia.) 1898. Marcos y Zamora (D. Jacinto), Licenciado en Ciencias. — C. de D. Jaime I, 59, Zaragoza. — (Mineralogía.) 1873. Marín y Sancho (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. G. de Silva, 49, 2." derecha, Madrid. 1878. Marti y Lleopart (D. Fj-ancisco María de), Licenciado en Derecho civil y canónico. — G. de Sania Ana, 8, prin- cipal, Tarragona. 1899. Martin Ayuso (D. Dionisio), Catedrático de Agricultura en el Instituto de Oviedo. 1893. Martínez (R. P. Zacarías), Licenciado en Ciencias natu- rales, Real Colegio. — El Escorial (Madrid). 1874. Martínez y Ángel (D. Antonio), Doctor en Medicina. — G. de Goya, 9, pral., Madrid. 1874. Martímez Añibarro (D. José), Doctor en Ciencias, Miem- bro de las Sociedades Entomológicas de Francia y de Bélgica, Correspondiente de la Española de Antropolo- gía y de las Económicas de León y Gerona, Presidente de la Comisión Antropológica de la provincia de Bur- LA S0C1!::DAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 29 gos. — C. de Alcalá, lOi, Madrid. — (Mineralogía y Geo- logía.) 188'J. Martínez Escalera (D. Manuel). — Villaviciosa de Odón (Madrid). — (Coleópteros de Europa.) 1892. Martínez Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias naturales, Profesor en la Facultad de Ciencias. — Ovie- do.— (Entomología., especialmente Ortópteros.) 1897. Martínez Gámez (R. P. Vicente), Profesor de Ciencias naturales en el Colegio Calasancio. — Sevilla. — (Ornito- logía de España.) 1889. Martínez Pacheco (D. José), Doctor en Farmacia. — C. de San Miguel, 21 duplicado, principal, Madrid. s. F. Martínez y Sáez (I). Francisco de Paula), Catedrático en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de üsteozoolo- gía en el Museo. — G. de San Quintín, 6, principal, Ma- drid.— (Coleópteros de Europa.) 1873. Martínez Vigil (limo. Sr. D. Ramón), Obispo de la dió- cesis, ex-Catedrálico de Historia natural en la Univer- sidad de Manila. — Oviedo. 1898. Más y Guindal (D. Joaquín), Oficial 2." de Sanidad mili- tar.— C. del Conde Duque, 40, pral. dra., Madrid. 1898. Mateos Pérez (D. Félix), Profesor en la Escuela de Vete- rinaria.— C. de la Montera, 8, Zaragoza. 1882. Mazarredo (D. Garlos), Ingeniero de Montes. — G. de Claudio Coello, 24, Madrid, — (Neurópteros y Arácnidos.) 1897. Mazo y Franza (D. Julio del), Abogado. — Arguijo, 5, Se- villa.— ( Ornitología. J 1884. Mederos Y Manzanos (D. Pedro), Licenciado en Ciencias naturales. — San Lorenzo (Gran Canaria). 1888. Medina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, Cate- drático de Anatomía en la Escuela de Medicina. — San- ta María de Gracia, 15, Sevilla. — (Himenópleros.) 1892. Mendoza (D. Antonio), Jefe del Laboratorio provincial en el Hospital de San Juan de Dios. — G. de Santa Isabel, 34, Madrid. 1879. Mercado y González (D. Matías), Médico cirujano titular. — Nava dei Rey (Valladolid). — (Entomología.) 1897. Merino (R. P. Baltasar), S. J., Profesor de Física y Quí- mica en el Colegio de La Guardia (Pontevedra). — (Bo- tánica.) aO LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN 1894. MiQUEL É Irizar (D. Manuel de), Comandante de Inge- nieros.— C. de Lauria, 39, Valencia. s. F. MiR Y Navarro (D. Manuel), Catedrático de Historia na- tural en el Instituto. — J~*aseo de Gracia, 4o, 2.°, 1.*, Bar- celona. 1876. MiRALLES DE IMPERIAL (D. Clemente). — Rambla de Estu- dios, 1, 2.*^, 1.*, Barcelona. Í894. Mora y Vizcayno (D. Manuel de), Licenciado en Ciencias naturales. — Valverdedel Camino (Huelva). t881. MoRAfiUEs Y DE Manzanos (D. Fcrnaudo), Presbítero. — C. del General Barceló, Palma (Mallorca). — (Coleópteros, himenópteros, dípteros, hemipteros y ortópteros de las Baleares y conchas de Europa y exóticas. Admite conchas á cambio de cualquier orden deÍ7isectos de la isla.) 1900. Moroder Y Sala (D. Federico). — Alboraya, 8, Chalet, Valencia. 1898. MoYANO Y Moyano (D. Pedro), Profesor auxiliar y Disec- tor anatómico de la Escuela de Veterinaria. — Coso, 129, Zaragoza. — (Etnología zootécnica.) 1896. MuGUKUzA (D. Federico de), Licenciado en Medicina y Ci- rugía.— Elgoibar (Guipúzcoa). -1898. Muñoz Ramos (D. Eugenio), Doctor en Farmacia, Licen- ciado en Ciencias físico-químicas. Director del Laborato- rio municipal y provincial.— Valladolid. — (Micrografia.J 1889. Muso Y Moreno (D. José), Ingeniero de Montes. — C. de los Dos Amigos, 3, principal, Madrid. 1889. Nacher y Vilar (D. Pascual), Catedrático en la Facultad de Ciencias de la Universidad. — Granada. 1896. Navas (R. P. Longinos), S. J., Profesor en el Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo. — Chamartín de la Rosa '(Madrid). — fGeologíay Entomología, especialmente Neu- rópteros.J 1873. Nieto y Serrano (Excmo. é limo. Sr. D. Matías), Mar- qués de Guadalerzas, Consejero de Instrucción pública, Presidente de la Real Academia de Medicina. — C. de Genova, 11, Madrid. 1898. NovoA Y Alvarez (D. Francisco), Socio corresponsal del Instituto arqueológico de Pontevedra, Comendador de la Real Orden militar de Cristo de Portugal, Médico muni- cipal de Tornillo. — (Por Tuy), Goyan. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. SI .187-2. Oberthür (D. Garlos), de la Sociedad Entomológica de Francia.— Faubourg de París, 20, Rennes (Ile-et-Vilai- ne), Francia. — (Lepidópteros.) 187^2. Oberthür (D. Renato), de la Sociedad Entomológica de Francia. — Fanbourg de París, 20, Rennes (Ile-et-Vilai- ne), Francia. — (Coleópteros.) 1897. Olavarría y Gutiérrkz (D. Marcial de), Ingeniero de Minas. — G. de las Huertas, 82, pral., Madrid. 1896. Olóriz (D. Federico), de la Real Academia de Medicina, Gatedrático en la Facultad de Medicina. — G. de Atocha, 96, Madrid. — (Antropología.) 1887. Onís (D. Mauricio Garlos de), Licenciado en Giencias. — Galle de Santa Engracia, 23, principal, Madrid. 1899. Gramas y González (D. Pablo).— Norte, 5, Santa Grnz de Tenerife. — (Coleópteros y Ornitología de Canarias.) 1890. Ortega y Mayor (D. Enrique).— G. de Garretas, 14, Labo- ratorio químico, Madrid. 1897. Orueta (D. Domingo de). Ingeniero de Minas.— Gijón. — (Fauna inferior marina del Cantábrico.) 1899. Otero (D. Julio). — Zaragoza. 1894. Palacios (D. Pedro), Ingeniero Jefe del Guerpo de Minas, de la Real Academia de Giencias. — G. de Gedaceros, 8, Madrid. 1898. Palomar (D. x\lejandrol. Médico de la Armada. — G. de Llauder, 1, primero, Barcelona. 1873. Palou y Flores (limo. Sr. D. Eduardo), Gonsejero de Instrucción pública. Decano y Gatedrático en la Uni- versidad.— G. de los Reyes, 8, Madrid. 1881. Pantel (R. P. José), S. J.— Vals prés Le Puy, Haute Loire (Francia). — fAnatomia de ins., Ortópteros.) 1898. Pardinas Esteban (limo. Sr. D. Galixto), Licenciado en Giencias, Jefe superior honorario de Administración civil. — Independencia, 23, Zaragoza. — (Estudios prehis- tóricos.) 1898. Pardo (D. José), Licenciado en Farmacia.— Valdealgorfa, por Zaragoza y Alcañiz (Teruel). — (Botánica.) 1898. Passapera Gampderá (D. Mariano), Farmacéutico. — G. de Fuencarral, 110, Madrid. 1890. Pau (D. Garlos), Farmacéutico. — Segorbe (Castellón). — (Botánica.) 32 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN 1882. Paúl y Arozaiíena (D. Manuel José de). — G. de San Pa- blo, 71, Sevilla. — (Patología vegetal.) 1898. Pella y Forgas (D. Pedro), Ingeniero industrial, químico y mecánico, Socio de mérito de las Económicas Arago- nesa y Gerundense de Amigos del País y del Ateneo de Teruel, Ingeniero Jefe de la explotación del Ferrocarril de Cariñena á Zaragoza. — Estación de Gariñena, Zara- goza.— (Geología.) 189o. Pérez Arcas (D. Antonio), Abogado. — G. de Santa Tere- sa, 7, 3.", Madrid. 1881. Pérez Lara (D. José María). — Jerez de la Frontera (Cá- diz) . — (Botánica . ) 1873. Pérez Ortego (D. Enrique), Doctor en Ciencias. — Pro- fesor auxiliar en el Instituto del Cardenal Cisneros. — C. de San Bernardino, 95, Madrid. 1894. Pérez Zúñiga (D. Enrique), Profesor auxiliaren la Facul- tad de Medicina.— C. del Fúcar, 19 y 21, Madrid. 1886. PiELTAiN Y Bartoli ( D. José María), Abogado. — G. de Múrelo, 1, 1.°, Madrid. 1889. Pino y Vivo (D. José), Farmacéutico. — Murcia. 1887. Prado y Sáinz (D. Salvador), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. Guadalajara. — (Mineralogía.) 1874. PuiG y Larraz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas. — C. de Fomento, 1 duplicado, 1.° derecha, Madrid. 1890. QuADRAS (D. José Florencio). — Relatores, 5, Madrid. — (Malacologia.) 1895. Ramón y Gajal (D. Pedro), Catedrático en la Facultad de Medicina. — Zaragoza. 1892. Ramón y Gajal (D, Santiago), de las Reales Academias de Medicina y Ciencias, Catedrático en la Facultad de Medicina, Consejero de Instrucción pública. — G. de Ato- cha, 64, pral., Madrid. — (Histología.) 1883. Reyes y Prosper (D. Eduardo), Doclor en Ciencias natu- rales, Jefe de la Sección de herbarios en el Jardín Botá- nico.— G. de la Palma Alta, 30, Mddvid.—(Dibíijo cien- tífico., Cristalografía y Botánica.) 1886. RiojA y Martín (D. José), Doctor en Ciencias, Catedrático en la Facultad de Ciencias. — Oviedo. 1886. Río (D. José), Ingeniero de Montes. — C. de Fernando el Santo, 7, Madrid. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 33 1896. RivAs Mateos (D. Marcelo), Catedrático en la Facultad de Farmacia de la Universidad. — Barcelona. — (Botánica.) 1872. RivKiíA (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales, Secre- tario y Catedrático de Historia natural en el Instituto. — Plaza de la Aduana, 13, Valencia. 1890. RouniGUEz (D. Ulpiano), Farmacéutico. — Madrid. — (Botá- nica.) 1884. Rodríguez Aguado (D. Enrique), Doctor en Ciencias y Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias. — C. de Silva, 2, \.\ Madrid. 1898. Rodríguez Ayuso (D. Manuel), Ingeniero Agrónomo, Di- rector de la Granja-Escuela experimental. — C. de la Independencia, 14,Zai'agoza. — (Plantas de gran cultivo.) 1872. Rodríguez y Femenías (D. Juan .).)— C. de la Libertad, 48, Mahón (Menorca). — (Botánica.) 1880. Rodríguez Mourelo (D. José), Profesor de Química in- dustrial orgánica en la Escuela Superior de Artes é In- dustrias.— G. de Serrano, 96, 3.°, Madrid. — (Minera- logia.) 1890. Rodríguez Pérez (D. Felipe), Licenciado en Ciencias na- turales.— Largo Fernandina, Palazzo Bivona, Ñapóles (Italia). — (Botánica, fanerógamas.) 1872. Rubio y Galí (Excmo. élliuo. Sr. D. Federico), de la Real Academia de Medicina. — Paseo de Recoletos, 25, Madrid. 1887. Ruíz Arana (D. Segundo S.), Licenciado en Farmacia. — Caparroso (Navarra). 1873. Saavedra (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Cami- nos, Individuo de las Reales Academias de la Lengua, de Ciencias y de la Histoi-ia, Consejero de Instrucción pública. — C. de Fuencarral, 74 y 76, principal, Madrid. 1890. Sáenz y López (D. Juan), Licenciado en Ciencias natura- les, Director del Colegio de Santa Ana. — Mérida (Ba- dajoz). 1896. Salazar y Quintana (D. Francisco de), Licenciado en Far- macia.— Plaza de Antón Martín, 44, Madrid. 1896. S.ÁNCHEZ (D. Bartolomé), — C. del Duque, 8, Cartagena, en memoria de su hijo D. José Sánchez Gómez f en 1896. Í891. Sánchez Navarro y Neumann (D. Emilio), Doctor en Cien- cias naturales. — Calle de los Reyes Católicos, 8, Puerto Real (Cádiz). — (Entomología.) N." L-Enero, 1901. 3 m LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN 1885. Sánchez y Sánchez (D. Domingo), Doctor en Ciencias na- turales , Ayudante por oposición del Museo. — G. del Grafal, 17, Madrid. — f Anatomía.) 1899. Sanchíz Pertegas (Excmo. Sr. D. José). — C. de San Vicen- te, 151, Valencia. 1872. San Martín (limo. Sr. D. Basilio), de la Real Acade- mia de Medicina. — Galle de Villalar, 5, principal, Ma- drid. 1895. Santo Domingo y López (D. Agustín), Licenciado en Cien- cias naturales. — C. de San Segundo, 16 y i 8, Ávila. 1898. Santos y Abreu (D. Elias) , Licenciado en Medicina y Ci- rugía y Director del Museo de Historia natural y Etno- gráfico.— Santa Cruz de La Palma (Canarias). — (Ento- mología y Botánica.) 1879. Sanz de Diego (D. Maximino), Disecador 1.° por oposi- ción del Museo de Ciencias naturales. — C. de San Ber- \ nardo, 94, 1.", Madrid. — { Comerciante en objetos y libros de Historia natural y en utensilios para la recolección^ preparación y conservación de las colecciones, cambio y venta de las mismas en todos los ramos.) 1900. Saulcy (Feliciano Caignart de). — 3, rué Chátillon, Metz. (Loraine). — (Coleópteros y Ortópteros de Europa.) 1897. Segall (D. José), Ingeniero de Montes, Profesor en la Escuela. — El Escorial. 1886. Seebold (D. Teodoro), Ingeniero civil, de la Sociedad de Ingenieros civiles de París, Comendador de la Orden de Carlos III, Caballero de varias órdenes extranjeras. — Square du Roule, 2, París. — (Lepidópteros.) 1898. Segovia y Corrales (D, Alberto), Catedrático de Zoología general en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central. — C. de Leganitos, 47, Madrid. 1897. Seras y González (D. Antonio). — C. de Orienle, Sevilla. — (Histología.) 1899. Silva Ta vares (Eíícmo. Sr. D. Joaquín de), Profesor en el Colegio de San Fiel, Portugal. 1889. SiMARRO (D. Luís), Doctor en Medicina. — C. del Conde de Aranda, 1, Madrid. — (Histología.) 1880. Simón (D. Eugenio). — Villa Said, 16, París. — {Arácnidos.)- 1890. SiRET (D. Luís), Ingeniero. — Águilas (Murcia). — (Geolo- gía y Antropología.) LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 85 s. F. Solano y Eulate (D. José María), Marqués del Socorro, Catedrático en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sec- ción de Geología en el Museo. — C. de Jacometrezo, 41,' Madrid. — (Mineralogía y Geología.) 1H98. Soler y Carceller (D. Juan Pablo), Doctoren Ciencias, Profesor auxiliar en la Facultad de Ciencias. — C. de Flandro, 14, Zaragoza. — (Micro- química.) 1896. Steva de la Vega (D. Enrique), Subdelegado de Farma- cia, Licenciado en Ciencias físicas y químicas y Profe- sor mercantil. — Santoña (Santander). 1897. Surmely y Marghal (D. Eduardo), Profesor de Lenguas. — C. de la Concepción Jerónima, 15 y 17, 2.*, Madrid. — (Botánica y Entomología. j 1899. TarazOxNa y Blanch (D. Ignacio), Catedrático de la Facul- tad de Ciencias. — Barcelona. 1899. Tarín y Juaneda (D. Rafael), Doctor en Ciencias natura- les, Ayudante de la Universidad. — Francos, 30, Valla - dolid. 1900. ToRREMOGHA Tellez (D. Loreuzo), Médico militar. — Ma- drid (Getafe). 1882. ToRREPANDO (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes. — C. de Ferraz, 48, hotel, Madrid. 1893. Traizet (D. Emilio). — 42 Rué Notre Dame de Nazareth, París. — (Coleópteros de Europa.) 1893. Truán (D. Luís). — Gijón (Asturias). — (Coleópteros.) 1896. Tutor (D. Vicente), Doctor en Medicina. — Calahorra (Lo- groño) . — (Coleópteros.) s. F. Uhagón (D. Sei-afín de). Miembro de las Sociedades En- tomológicas de Fi-ancia y Berlín. — Calle de Juan de Mena, 11, Madrid. — (Coleópteros de Europa.) 1900. Urdaniz (D. Julián José). — San Ciprián, Vivero (Lugo). 1897. ÜRQUÍA Y Martín (D. Ildefonso).— P." de Villasis, Sevilla. 1895. Val y Jull4n (D. Vicente de). Licenciado en Farmacia, Socio corresponsal de los Ilustres Colegios de Farmacia de Madrid y Barcelona, de la Sociedad española de Hi- giene, Corresponsal de la Médico-Quirúrgica española y de otras varias Corporaciones, premiado en varias Expo- siciones.— Boquiñeni y Luceni (Zaragoza). — (Botánica.) 1900. Vales Failde (D. Javier), Presbítero y Abogado. — C. del Almirante, 2 quint. , 2.", Madrid. 36 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN 1887. Vázquez Figueroa y Canales (D. Aurelio), Inspector Jefe de Telégrafos, jubilado. — G. de Mendizábal, 39, 3.°, Ma- drid.— (Lepidópteros de Europa.) 1872. Vayreda y Vila (D. Estanislao). — Liado, Gasa Olivas (Ge- rona).— ( Botánica. J 1873. Velaz de Medrano (D. Fernando), Ingeniero de Montes. — Soria. 1894. Vicioso y Trigo (D. Benito), Licenciado en Farmacia. — G. de Bodeguilla, 9, Galatayud. — (Botánica.) 1899. Vidal y Gompaire (D. Pío), Ayudante por oposición del Museo de Giencias naturales. — Galle del Piamonte, 6, Madrid. 1896. ViÑALs Y Torrero (D. Francisco), Doctor en Medicina. — G. de San Roque, 4, principal, Madrid. 1872. Yañez (limo. Sr. D. Teodoro), Gatedrálico en la Facul- tad de Medicina de la Universidad, de la Real Acade- mia de Medicina.— G. de la Magdalena, 19, principal, Madrid. 1897. Zamora y Garrido (D. Justo), Licenciado en Farmacia, Director del Goiegio de segunda enseñanza de San Agus- tín.— Siles (Jaén), Valdepeñas, Infantes. — [Entomología y especialmente de la Sierra de Segura.) s. F. Zapater y Margonell (D. Bernardo), Presintero. — Alba- rracín (Teruel). — (Lepidópteros ) Socios agregados. 1897. Ángulo y Tamay-o (ü. Francisco), Doctoren Medicina. — G. de San Andrés, 25, pral., Madrid. 1898. Arií5o Cenzano (D. Julio). — G. del Goso, 100, Zaragoza. 1898. Borao del Frasno (D. Jerónimo). — G. del 5 de Marzo, 1 triplicado, Zaragoza. 1898. Bosque Rivas (D. Ángel). — Paseo de Sagasta, nüm. 14, Zaragoza. 1898. Glaver y Navarro (D. José María). — G. de Ganfranc, 3, Zaragoza. 1898. Coscolla Díez (D. Emeterio). — Galatayud (Zaragoza). 1899. Deop (D. Ramón). — Zaragoza. 1900. Eguía (D. Robustiauo). — Zaragoza. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORL\ NATURAL. 37 1809. Escribano y' Ramón de Moncada (D. Francisco), Licen- ciado en Medicina. — Argamasilla de Alba (Ciudad-Real). 1890. Fernández y Cavada Lomelino (D. Pedro). — C. de Santa Clara, 8 y 10, Santander. 1900. Gutiérrez ángulo (D. Andrés). — Zaragoza. 1899. Gutiérrez Prieto (D. Jacinto), Licenciado en Medicina. — C. de Quintana, 31, 2." dra., M;idrid. 1899. Herránz (D. Clemente). — Zaragoz i. 1898. Izquierdo (D. Juan Antonio), Catedrático de Ampliación de Física en la Universidad. — Granada. 1898. Llórente de Pablos (D. Julián). — G. de San Miguel, 43 y 45, Zaragoza. 1900. Mezo (D. Juan). — Zaragoza. 1898. Ossuna (D. Manuel de). — Puerto de la Cruz (Islas Cana- rias). ■ 1897. Relimpio y Ortega (D. Federico), Catedrático en la Facul- tad de Ciencias. — C. de Cervantes, 16, Sevilla. 1893, ViLA Y Nadal (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de Ciencias de la Universidad. — Santiago (Galicia). RESUMEN. Socios protectores i — correspondientes 39 — numerarios 274 — agregados 19 Total 337 Socios que han fallecido en 1900. 1889. GiMiER (D. Luís). 1872. LÓPEZ Seoane (D. Víctor). 1882. MoRAGUEs É Ibarra (D. Ignacio). 1872. Rivera (Sr. Marqués de la). 1874. Sélys-Longchamps (Sr. Barón Edmundo de). 1897. Teixeiro (Sr. D. Maximino). 1872. Themols y Borrell (D. Federico). 1893, Vera (D. Francisco de Asís). El Vicesecretario, José M. Dusmet y Alonso. RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD Y DE SU ¡BIBLIOTECA LEÍDA EN L^ SESIÓN DE DICIEMBRE DE 1900 POR D. SALVADOR CALDERÓN Y ARANA T D. RAFAEL BLANCO Y JUSTE El puesto de confianza que á vuestra g-enerosidad exclusi- vamente debo me oblig'a á desempeñar nuevamente la tarea reglamentaria de hacer la historia de la Sociedad duranteel último año, y trataré de que sea en breves y sencillas palabras. Una vez más he de repetir que exclusivamente al entusias- mo científico de sus miembros y á su perseverancia se debe haber podido continuar la obra emprendida hace ya veinti- nueve años, merced á la iniciativa de sabios y venerados pro- fesores, pocos de los cuales viven todavía, si bien subsisten todos en el recuerdo de los naturalistas aquí cong-reg-ados. El último año transcurrido ha sido, como el anterior, fecun- do en iniciativas encaminadas no sólo á asegurar la vida de la Sociedad sino á darla nuevo y más vivo impulso. Recordaré ante todo ^que las novedades ensayadas en los dos últimos años, y respecto á cuyo éxito muchos abrig-aban temores in- fundados, han sido coronadas por un resultado de todo punto lisong'ero : me refiero principalmente á la extensión dada á la sección de las Actas y al reparto mensual de éstas, sin aumento de personal administrativo, resultados ambos que se han ve- nido sosteniendo, g"racias á la fecunda labor de unos y al tra- bajo enojoso que otros generosamente han querido imponerse, pudiendo ya darse por alcanzado definitivamente el plantea- miento de esta importante reforma. Otro tanto cabe decir res- pecto á la creación de las categorías de Socios protectores y ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 39 •correspondientes extranjeros, fundada en motivos que por haber sido expuestos en la Memoria del pasado año, no he de repetir ahora. Se recordará también con satisfacción la galan- tería con que acog-ieron nuestra circular rog-ándoles favore- cieran nuestra Biblioteca con sus publicaciones, los naturalis- tas eminentes del extranjero á quienes nos dirig-imos, y hoy podemos añadir que ig-ual atención hemos merecido de otros muchos sabios á quienes expreso en este momento en nombre vuestro la g-ratitud de la Sociedad, ascendiendo ya á 39 el número de nuestros correspondientes extranjeros. El Sr. Bi- bliotecario os pondrá de manifiesto la importancia que este movimiento ha tenido en el departamento de su carg-o. No es mucho, señores, que el buen resultado alcanzado al intentar nuevas empresas haya estimulado á alg"unos socios á acometerlas aún mayores. Se deben sobre todo al Sr. Martínez Escalera atrevidas iniciativas encaminadas unas á romper con ■ciertos moldes que se estiman g-astados y otras á aunar con- certadamente los trabajos de los socios que se dedican á la ex- ploración del territorio de la Península, á fin de Ueg'ar á com- poner y publicar un catálog-o de sus producciones minerales y orgfánicas, reuniendo para ello todo linaje de materiales con- ducentes á este fin: notas, papeletas, dibujos y ejemplares. Asunto tan transcendental ha sido madura y ampliamente dis- cutido, y aunque unánimes todos en alabar los g-enerosos pro- pósitos del Sr. Martínez Escalera, en punto á la posibilidad de su realización se han señalado dos tendencias bien definidas: una conservadora, si puedo calificarla así, que responde al temor de que nuestros medios no corran parejas con la mag-- nitud de la empresa, y de que pudiera arriesg-arse por ello la vida actual de la Sociedad, modesta, pero seg-ura; otra ten- dencia radical, que fía en el entusiasmo de todos, despertado y avivado ante el propósito de lanzarse por nuevos derroteros y que no se resig-na á que los años transcurran sin que salg^a- mos de una vida que sin ser realmente láng'uida, nos ha man- tenido siempre á un mismo nivel sin log-rar aumentar de un modo sensible ni el número de nuestros adeptos ni los hori- zontes (le nuestra obra. Ya habéis visto que la seg'unda ten- dencia ha imperado, sin que los vencidos se hayan sentido por ello molestados, sino que se han manifestado sinceramente dispuestos á cooperar al éxito de las nuevas empresas; prueba 40: RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA fehaciente de que un interés objetivo y ning'ún amor propio, ha constituido como siempre vuestra común aspiración. Para llevar á cabo tales propósitos se ha nombrado una Co- misión de reformas del Reg-lamento, la cual ha cumplido dili- g-ente su cometido, y su proyecto, ya aprobado unánimemente por la Sociedad, es nuestro Reg-lamento actual. Se acaba de nombrar por lo mismo este año una nueva Comisión, la de Catálogos, á la cual corresponde una difícil y laboriosa tarea, la de iniciar la forma en que se han de reunir y coleccionar los datos referentes á las producciones naturales de la Penín- sula, que oportunamente se irán publicando, venciendo las dificultades que la práctica irá dando á conocer y algunas que ya han señalado ciertos socios. Y paso á ocuparme de nuestros trabajos científicos durante el año transcurrido. La prontitud con que en la sección de Actas aparecen los trabajos, ha animado á varios de nuestros más activos conso- cios á seguir colaborando en ellas y enriqueciéndolas con los frutos de su continua labor. Recordaré entre éstos á los seño- res Pau, de Seg-orbe; Martínez Escalera y el R. P. Navas, de Madrid; Moyano, de Zarag-oza; Chaves, de Sevilla; Barras, de Avila; Hernández Pacheco, de Córdoba, y alg'unos otros, á todos los cuales se debe la sostenida publicación de noticias- histórico-naturales relativas á nuestro país y la variedad de. asuntos tratados, que supera notoriamente á la de los años anteriores. A ello han seg-uido cooperando con loable perseverancia las Secciones de Sevilla y Zarag-oza, inspiradas en los mismos propósitos de investig-ar y dar á conocer la naturaleza de sus respectivas regiones. En la sección de Memorias han podido aparecer varios de los trabajos atrasados, cuyo número había llegado á constituir un verdadero conñicto, en la imposibilidad de publicarlos todos con la prontitud debida, dado el número de pág'inas que nues- tros medios económicos nos permiten dedicarles. Este año han venido á sumarse á los pendientes de publica- ción los siguientes trabajos: Cabrera Latorre (A.), Estudios sobre una colección de monos americanos; R. P. Baltasar Merino, Contribución d ¡a /lora de Galicia. Suplemento 2.° No hay duda que la abundancia de notas y trabajos origi- DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 41 nales imponía la necesidad de cambiar alg-ún tanto la forma y aun el fondo de nuestras publicaciones. Aísí lo han compren- dido los autores de Memorias orig-inales, que en todos los casos en que esto es posible, prefieren reducir sus escritos á la parte de novedad que encierran, al objeto de que puedan tener ca- bida en la sección de las Actas, la cual, ampliada considerable- mente, constituirá en lo sucesivo el Boletín que se repartirá á todos los señores socios. Trabajos hay que no son susceptibles de extractarse y que por su extensión tenían que aparecer fragmentariamente en cuadernos y hasta en tomos distintos de nuestros Anales, perdiendo así, al menos en la forma, su unidad y dificultándose su consulta, por lo cual se ha pensado en la conveniencia de publicar dichos trabajos como Memo- rias completas, independientes del Boletín y sin época fija de aparición. Nuestra Sociedad ha cumplido este año un g-rato deber mo- ral: el de asociarse á la Universidad de Barcelona para hacer una manifestación de respeto y afecto al venerable sabio La- caze-Duthiers con quien nos unen, además de lazos g-enerales de admiración hacia el g-ran maestro, los particulares por lo referente á su influencia en la cultura histórico-natural espa- ñola. Nuestro consocio el Sr. Barras, cumplió el encarg'o de ofrecerle el diploma de socio protector el día de la solemne ceremonia en que la Comisión de la Universidad de Barcelona le entreg-ó el mag-nífico busto ejecutado por Benlliure. También este último año como en los anteriores hemos ex- perimentado pérdidas dolorosas por extremo: el Sr. D. Víctor López Seoane, bien conocido en el mundo científico por sus múltiples trabajos, especialmente sobre la fauna de Galicia, proseguidos con una asombrosa perseverancia y sólo por g-usto y vocación; D. Francisco de Asís Vera, presbítero residente en Cádiz, sobre cuya provincia remitió un trabajo g-eológ-ico apa- recido recientemente en nuestros Anales; D. Maximino Teixei- ro, ilustrado profesor del claustro de medicina de Santiago^ que gozaba de justa fama como médico eminente y que des- empeñó repetidas veces el Rectorado de aquella Universidad, y en la actualidad ostentaba la representación de aquel claus- tro en el Senado; D. Ignacio Moragues é Ibarra, de Mallorca, grande aficionado al estudio de los insectos, á cuyo conocí- 4-2 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA miento contribuyó descubriendo buen número de coleópteros de aquel país; D. Federico Trémols, eminente botánico y cate- drático de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Bar- celona, que pertenecía á esta Sociedad desde su fundación, como también el Sr. López Seoane. Hay que ag-reg-ar á aquellas pérdidas las de otros señores so- cios que por haber abandonado los estudios que aquí cultiva- mos ó por sus múltiples ocupaciones, se han dado de baja du- rante el año transcurrido , que son los numerarios señores: Acosta (D. Juan), Cortijo (D. Ang-el), CoscoUano (D. José), Gordón (D. Antonio), Guallar (D. Eug-enio), López Cañizares (D. Baldomero), López Peláez (D. Pedro), Muñoz Cobo (D. Luís), Pruna (D. José), Rivas García (D. José), Sales Ferré (D. Ma- nuel), Soldevilla (D. Juan), Toro (D. Cayetano), Fernández Iz- quierdo (D. Alvaro), Alavés (D. Demetrio) y Álvarez Ruellan (D. Manuel). Como compensación á estas bajas, tenemos que señalar el ingreso de diecisiete socios numerarios y cinco ag-reg^ados, nueva esperanza de obreros dilig"entes en la obra que viene elaborando esta Sociedad con un fin absolutamente científico y desinteresado durante veintinueve años sin un solo momento de interrupción ni desaliento. El Secretario, Salvador Calderón. ESTADO DE LA. BIBLIOTECA. Los constantes y activos trabajos realizados por la Sociedad DE Historia Natural durante los años que cuenta de existen- cia, han encontrado su natural recompensa en el extraordina- rio desarrollo adquirido por la misma, así como en el consi- g"uiente aumento de sus relacionss con las Sociedades extran- jeras. Es claro reflejo de ésto, la importancia actual de su Biblioteca, dig-na ya de llamar la atención de todo naturalista, tanto por la considerable cantidad de publicaciones en ella acumuladas, DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 43 cuanto por el valor que representan las reputadas firmas de sus autores, así como por la circunstancia de ser únicas g-ran número de ellas en las bibliotecas de nuestro país. Este estado de prosperidad que viene realizándose prog-resi- vamente desde hace muchos años, ha sufrido modernamente tan notable aumento, que ha lleg-ado casi á duplicar en menos de cinco años el material ya existente en la Biblioteca el año 1896, y del cual ya tienen conocimiento los señores socios por el catálog'o publicado en la misma fecha. A tan satisfactorios resultados han contribuido principal- mente determinados acuerdos tomados por la Sociedad y las modificaciones introducidas en su antig'uo Reg-lamento; refor- mas todas que, como se esperaba, han venido á afianzar y es- timular los g-randiosos entusiasmos de los aficionados, que con loable desinterés han correspondido enviando g-ran número de trabajos y prestando de este modo su valiosa cooperación á la constitución de esta Biblioteca, que, privada de todo apoyo oficial, representa hoy, por lo tanto, la suma de los esfuerzos individuales de todos los amantes de este g-énero de conoci- mientos. Transcurrido el presente año sin que la Sociedad haya expe- rimentado ning-una baja en los cambios que anteriormente tenía establecidos, se ha visto, por el contrario, solicitada de adquirir otros nuevos, como efectivamente lo ha verificado, con 12 Sociedades extranjeras de g-ran prestig-io, y que, su- madas á las 85 con que ya contaba, vienen á formar el total de 97, que es el número de entidades de carácter científico que en la actualidad constituyen la fuente de ing-reso de la Biblio- teca en el concepto de caniMo. No de menor consideración es el número de publicaciones recibidas como donativos, por ascender á unas 450 próxima- mente, cuyo número justifica sobradamente el celo y desinte- rés de los donantes, entre los que se ven, ya respetables maes- tros, ya notables aficionados, y á todos los cuales la Sociedad rinde con este motivo su tributo de ag-radecimiento. Como podrá observarse en la adjunta lista, continúan hon- rando la Biblioteca con sus publicaciones personalidades tan salientes por todos conceptos como S. A. el Príncipe de Mona- co y el Archiduque Luís Salvador, cuyos donativos del pre- sente año no desmerecen de los realizados en años anteriores, 44 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÍÑ'OLA y que ya conoce la Sociedad por haberlos juzg-ado con elog-io en oportuna ocasión. A estos eg'reg'ios donantes hay que agre- g-ar hoy un conjunto de nombres pertenecientes á personali- dades universalmente conocidas y respetadas dentro de la cien- cia que sería ocioso enumerar aquí, y que por sus trabajos científicos y por su interés en beneficio de estos conocimientos se han hecho acreedores al título con que la Sociedad los ha disting'uido al venir á formar parte de la misma. Con tales elementos se ha constituido el ing-reso del pre- sente año, que en números redondos podemos apreciar como de 1.000 publicaciones; incremento anual muy notable, dada la modesta vida de la Sociedad, y que permite, por lo tanto, considerar como verdaderamente halag-üeño el estado actual de su Biblioteca. Así, pues, al terminar esta Sociedad el año vig-ésimo nono de su fundación, puede ostentar unos 4.000 volúmenes, propor- cionados en su mayoría á cambio de sus publicaciones por Sociedades de todo el mundo, y otros 4.000 folletos de gTan valor científico por lo general , cuyo detalle se consig-na en el citado catálog-o de 1896 y en las Memorias presentadas por el Bibliotecario, seg-ún ordena el Reg-lamento, en los meses de Diciembre de los años 97, 98, 99 y la presente. Arsenal científico es todo éste que desearíamos ver en cons- tante movimiento para su consulta, como prueba palpable de la importancia que reporta en la vulg-arización de los conoci- mientos histórico-naturales, los cuales tan directamente influ- yen en la tan deseada cultura g-eneral. Y dadas estas explicaciones, que creemos de nuestro deber hacer presente á todos los que contribuyen á tan lisonjeros resultados, exponemos á continuación la lista de las Corpora- ciones -^ revistas con las que cambiamos nuestras publicacio- nes, y lá de 'las obras recibidas, especificando, seg-ún costum- bre, el concepto de cambio ó donación con que lo han sido. Academia nacional de Ciencias, Córdoba (República Argentina). Academia Real das Sciencias de Lisboa. Académie des Sciences de Cracovie. Académie des Sciences de Paris. Academy of Science, St. Louis, Mo. (Estados-Unidos). American Asotiation for the Advancement of Science, Cincinnati (E.-U). Annaes de Sciencias Naturaes, Fez do Douro (Porto). DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 45 Australian Mnseum, Sydney (Australia). Buífalo Society of Natural Sciences BuUetin scientifique de la France et de la Belgique, sous la direction de MM. Alfred Giard et Jales de Guerne. París. Chicago Academy of Sciences. Chicago entomological Society. Comisión del Mapa geológico de España , Madrid. Comissao dos trabalhos geológicos de Portugal, Lisboa. Entomologische Nachrichten, Berlín. Entoniologiska Fórenínguen, Stockholm, Suecia. Essex lustitute, Salem, Mass. (Estados-Unidos). Faculté des Sciences de Marseille. Fíeld Columbian Museun, Chicago (E.-U.) Fondation de P. Teyler van der Hulst, Haarlem (Holanda). Giornale de Science naturali et economiche de Palermo. Illustrierte Zeitschrift für Eutomologíe, Neudamm. Instituto geológico de México. ' lowa Academy of Sciences. Jardín botánico de Tíflis. K. K. Naturhistorisches Hofmueeum, Wieu. K. K. Zoologisch-botanische Gesellschaít, Wien, Laboratorio ed Orto Botánico, Siena. Meriden Scientifique Association. Missouri Botanical Garden, St.-Loiiis (Estados LTnidos). Musée d'Hístoire naturelle de Genéve (Suiza). Musée zoologique de l'Académie impériale des Sciences de St. Pétersburg. Musei di Zoología ed Anatomía comp. della Reale Universitá di Torino. Museo Cívico di Storía naturale di Genova. Museo de La Plata, Buenos Aires. Museo de Valparaíso, Chile. Museo nacional de Buenos Aires. Museo nacional de Ciencias naturales, Montevideo. Museo nacional de Costa-Kíca. Museu Paulista, San Paulo, Brasil. Muséum d'Hístoire Naturelle, París. Museum natíonal Hongroís, Budapest. Museum of Comparative Zoology at Harvard College. Cambridge (E.-ü). Natural History Society of Glasgow. Naturse Novítates. Naturhistorische Gesellschaft Nürnberg. New-York State Museum University of the State of New- York. Peabody Muscuai of American ArchíBology and Ethnology, Cambridge. Physíkalisch Medicinísche Gesellschaft, Würzburg. 46 KELACIUN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Portugalia, Porto. Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Beale Academia dei Liucei, Roma. Royal Microscopical Society, London. Royal Physical Society, Edimburgh (Inglaterra). Smithsonian Institution, Washington. Sociedad científica < Antonio Álzate >, México. Sociedad científica Argentina, l>ueno8 Aires. Sociedad Geográfica de Madrid. Sociedad Mexicana de Historia natural, México. Sociedade Broteriana, Coimbra. Societá di Naturalisti, Napoli. Societá entomológica italiana, Firenze. Societá italiana di Scienze Naturali, Milano. Societá romana per gli studi zoologici, Roma. Societá toscana di Scienze naturali, Pisa. Societatis entomologicse Rossicpe, Tiflis. Société botanique de Copenhague. Société botanique de France, Paris. Société botanique de Lyon. Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France, Nantes. Société d'Histoire naturelle de Toulouse. Société entomologique de Belgique, Bruxelles. Société entomologique de France, Paris. Société entomologique de St. Pétersbourg. Société entomologique Suisse, Berne. Société fran^aise de Botanique, Toulouse. Société géologique de France, Paris. Société hollandaise des Sciences, Haarlem (Holanda). Société impériale des naturalistes de Moscou. Société Linnéenne de Bordeaux. Société Linnéenne de Normandie^ Caen. Société Linnéenne du Nord de la France, Amiens. Société ouralienne d'Amateurs des Sciences nat., Ekathérinenburg (Rusia)* Société Royale malacologique de Belgique, Bruxelles. Société scientifique du Chili, Santiago. Société Zoologique de France, Paris. The American Naturalist, Philadelphia. United Slates Department of Agriculture, Washington. United States Geological Survey, Washington. United States national Museum, Washington. Universitas Regia l'redericiana, Cristiania. Université de Toulouse DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 47 üniversité Royale d'Upsala. Vereins für naturwissenchaftliche Unterhaltung zu Hamburg (Alemania). Wisconsin Academy of Sciences. Wisconsin Geological and Natural History Survey. Zoologischer Anzeiger, Leipzig. Obras recibidas á cambio: Academia R. das Sctencias de Lisboa. — Joriml de Sciencias mathematicas pliysicas é natwaes. 2.^ serie, tomo vi, n. xxx (Fevreiro, 1900). AoADÉMiE DES SciENCEs DE Paris. — Comptcs reticlus hebdomadaires des séan- ces. Tome cxxix, u. 22-26; tome cxxx, n. 1-26; tome cxxxi, n. 1-20. — Tahles des comptes rendus des séances. Premier semestre 1899. AcADÉMiE DES SciENCES DE Cracovie. — Bulletíii Ínter national. Année 1899: Octobre, Novembre, Décembre. Année 1900: Janvier, Février, Mars, Avril, May, Juin, Juillet. AcADEMT op Science of St. Loxjis. — Transactions. Vol. viii, n. 1-2, 17-20; vol. IX, n. l-r>, 7. AoADEMY oF SciENCEs OF Chicago.— Fortíeth Annual Report, For the Year 1897. — Geological and Natural History Survey. BuUetin, n. ii-iii, part. i. Annaes de Sciencias naturaes de Porto. — Vol. vi. BüFFAi.o Society of Natural Sciences. — BuUetin. Vol. v, n. 1-.5; vol. vi, numero 1. Chicago Entomológica l Society. — Memoirs. Vol. i, n. i. Comisión del Mapa geológico de España. Madrid. — Boletín. Tomo xxv (v de la 2.a serie). Entomologische Nachrichten. Berlín. — Jahrgangxxv: Heft xx-xxii, xxiv. Jahrgang xxvi: Heft i-xxi. EssEx Institute. Salem. — BuUetin. Vol. 28, n. 7-12; vol. 29, n. 7-12; vol. 30, n. 1-6. Faculté des Sciences de Marseille. — Annales. Tome iii, fase, ii; tome ti, fase, ii; tome x, préface, fase. i-vi. Field CüLüMBiAN MüSEüM. Chicago.— PubHc, n. 23, 25-44, distribuidas de esta forma: Geological Series. Vol. i, n. 37.— Botanical Series. Vol. i, n. 4-5; vol. ii, n. 1. — Zoological Series. Vol. i, n. 9-17. — Anthropological Series. Vol. ii, n. 2-3. — Report Series. Vol. i, n. 4-5. Fondation Teyler. Harlem. — Archives del Musée Teyler. Serie ii, vol. vi, cinquiéme partie; vol. viij premiére partie. HORAE SOCIETATIS ENTOMOLOGICAE ROSSICAE. St. PÉTERSBÜRG. — TomO XXXIi; XXXIII, n. 1-2, y xxxiv. Illustrierte Zeitschrift für Entomologie. Neudamm. — Band 5. n. 1-23. 48 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Instituto geológico de México. — Boletín, u. 12 13. lowA AcADEMY OF SciEXCEs. — Proceedinfjs. Vol. vi (1899). Jardín botánico nv. Tifus (Cáucaso). — Libro IV (en ruso). Laboratorio ed orto botánico di Siena. — Balletino Vol. terzo, fascci- colo 1 II. Meriden Scientific Association. — Transactions. Vol. viii. Missouri Botanical Garden. St. Lüuis. — Ninih Report (1898). — Tenth Re- port [\89^J).—Elevenih Report (1900). MUSÉE ZOOL,OG1QÜE DE l'AcADÉMIE IMPÉRIALE DES SciENCES DE St. PÉTERS- BOURG. — Annuaire, 1899, n. 3-4, (tomo iv); 1900, n. 1-2 (tomo v). MüSEí DI Zoología er Anatomía comparata della R. Universita di To- Riífo. —BoUetino. N. 354-367, 376. Museo nacional de Buenos- Aires. — Comunicaciones. Tomo i, n. 5 7; tomo ii, fase. XV. Museo nacional de Costa-Rica. San José. — Informe de 1899 á 1900. Museo nacional de Montevideo. — Anales. Tomo ii, fase, xii; tomo in, fase, xiii-xiv. Müseum d'Histoire naturelle de París. — Bulletin. Anuée 1899, n. 3-8; 1900, núm. 1. Museum of Comparative Zooi.oGY AT Harvard-College. Cambridge. — Bulletin. Vol. xxxi, n. 7; xxxii, 1-8; xxxili-xxxiv, xxxv, 3-8; xxxviii, n. 4-5.' Naturwissenschaftliche Unterhaltüng zu Hamburg. — Verhandlungen. Band. x. Peabody Museum of American ArcHíEology and Ethnology. Cambridge. — Eighteenth and Nineteenfh Annual Reports. Vol. iii, n. 5-6. Physikalisch-medizinischen Gesellschaft zu Würzburg. — Fesischrift zur Feier ihres Fünfzigjahriyen Bestehens. Würzburg, 1 899. — Siízmgs-Berichte. Jahrg. 1899, n. 6-7; Jahrg. 1900, n. 1. — Verhandlungen. Band. xxxiii, n. 4. Portugalia. Porto. — Materiaes para o estudo do pavo piortuguez. Tomo i, fase. 2." Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. —iJoZeíín. Tercera época, vol. i, n 25-26. — Año académico de 1899 á 1900. Nómina del personal académico. 1900. Reale Academia dei Lincei. Roma. — Atti. (Serie quinta), vol. ix. fase. 1 (1." y 2.° semestre), fase. 2-12 (de todos éstos sólo el 1."" semestre). Revista chilena de Historia natural. — Año iii, n. 9-11; iv, 1-4, 6, 8-9. Revub suisse de zoologie. Gen¿ve. — Tome vii, fase. 3 et dernier; tome viir, fase. 1-2. RoYAL MioROScopiCAL Society. — Joumal. 1899, part. vi (December); 1900, part. i-v (February-October). RoYAL Physical Society. Edinburg. — Proceedings. Session 1898-99. DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 49 Smithsonian Institütion Washington. — Annual Report. 1895 (June); 1896-97 (June, July). — Bulleün of the (U. S.) National Museum. Núm. 47; parí, ii y ni. — Proceedings. Vol. sx (1898). Sociedad científica «Antonio Álzate». México. — Mewonas y Revista. Tomo XII, n. 1-12; xiv, 16. Sociedade Broteriana. Coimbra. — Boletim. Tomo xvi, fase. 2-4. Sociedad española de Historia natural, Madrid.— ylíiaíes. Serie ii, t. viii (xxviii). Sociedad geográfica de Madrid. — Boletín. Tomoxn, 4.° trimestre de 1899, tomo xLii, l.*^' y 3.*''^ trimestres de 1900, — Revista de (jeografia colonial y mercantil. Núm. 24 (Diciembre de 1899); números 25-28 (Febrero-Junio de 1900); núm. 31 (Noviembre). Sociedad Mexicana db Historia natural. México — La Naturaleza pe- riódico científico. Tomo ii, cuaderno núm. 12; tomo iii, cuader- nos 1-4, SoCIETA di SCIENZE NATÜRALI ED ECONOMICHE DI PaLERMO. — Gíomale iH scienze naturali ed economiche. Vol. xxii (1899). SociETA ENTOMOLÓGICA ITALIANA. FiRENZE. — Biilletino. Aniio tieiitaunesimo. trimestre i-iv; anno trentaduesimo, trimestres i-iii. SOCIETA ITALIANA DÍ SCIENZE NATURALI. MlLANO. Atti. Volume XXXVIII, Fascicolo 4," (fogli 22-30); volume xxxix, fascicolos l.*'-2.°(fogli 1-11). SOCIETA ROMANA PER GLI STÜDI ZOOLOGICI. RoMA. — BolletinO . AnnO VIH, fase. i-T, SOCIETA TOSCANA DI SciENZE NATURALI. PlSA — Atti. PrOCCSSi VCrhali. Vol. XII' SociÉTÉ BOTANiQUE DE COPENHAGUE. — BotoMÍsk TidskHft. Tome 23, fase. I, SociÉTÉ BOTANiQUE DE France. Paris — Bulletin. Tome xli (1 Janvier); tome xLiv (session extraordinaire á Barcelonnette, Aoút 1897, troi- siéme et derniére partie); tome xlvi, numeres 6-8 (Juin-Novem- bre 1899); tome xlvii, números 1-7 (Janvier-Juillet 1900). SociÉTÉ des sciences naturelles de l'Üuest de la Frange. Nantes — Bulletin. Tome 8, 2" trim.; tome 9, 1-4 trim. SociÉTÉ d'histoire naturblle de Toulouse. — Bulletin trimtstriel. Année xxviii (Avril-Septembre), SociÉTÉ entomologique a Stockholm, — Entomologisk Tidskrift. Arg. 20, hiift 1-4; Arg. 21, hiift 2, SociÉTÉ entomologique de Belgique. Brüxelles. — Anuales. Tome xlui^ números xi y xii; tome xlit, números i-x, SociÉTÉ entomologique suisse. Schaffhausen. — Mittheilu/igen. Vol, x, Heft. 6 y 7. SociÉTÉ GÉOLOGiQUE DE France, Paris. — Bulletlii. Tome xxvii (3,"' serie), números 4 y 6. SociÉTÉ hollandaise dks sciencks á Hablem, La Haye, — Archives Neerlan- N." 1,-Enero, 1901. 4 50 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA daises des sciences exactes et naturelles. Serie ii, tome iii, 2* -5' livrai- sons; serie ii, tome iv, 1' livraison. SociÉTÉ IMPÉRTALE DES NATURAUSTES i)K Moscoc. — Bulleti». Année 1899, números 1-4. SociÉTÉ linneenne de Bordeaux. — Actes. Volume liv (sixiéme serie, t. iv). SociÉTÉ linneenne de Normandie. Caen. — BuJletin. 4* serie, S"" volume (1", 2' fascicule); b" serie, 2* volutne. — Mémoires. xix volume, 3' fascicule. SociÉTÉ linneenne du Nord de la Frange. Amiens. — Bulletin. Tome xiii et XIV, números 293-312. SociÉTÉ OORALIENNE d'aMATEÜRS DES SCIENCES NATURELLES. EkATERINEMBURG. Bulletin. Tome xx, livr. 1; tome xxi, annexe au T. xxi. SociÉTÉ ROYALE MALACOLOGiQUE DE Belgique. Bruxelles. — AnuaUs. Tome XXI (189(5), fase. 2; tome xxii-xxiii (1897-98). — BuUetins des séances. Tome xxxiv (,1899); págs. 1-128. SociÉTÉ sciENTiFiQUE DU Chili. — Tome IX, 4-5'' livraison. SociÉTÉ zooLOGiQUE DE France. Paris. — Bulletin. Tome xxiii, números 7 et 8; 11 et dernier, tome xxiv. Termeszetrajzi Fuzetek. Budapest. — Vol. xxii (1899), partes in-iv; vol. xxm (1900), partes x-iv. The American Association for the Adtancement of Science. Easton. — Proceediiigs. Vol. xlvii-xlviii (1898-99). The| American Natüralist. Boston. — Vol. xxxiii-xxxiv, números 396-404 (December-August); num. 406 (October). The Geological Institution of the University of Upsala. — Bulletin. Vol. IV, part. 2." United States Geological Survey. Washington. — Geologic Atlas of the United States. Marysville folio. California. Washington, 1895. — Geologic Atlas ofthe United States. Big trees folio. California. Washing- ton, 1898. — Atlas to accompany monograph XXXI on, the Oeology of the Aspen district Colorado. Washington, 1898. — Bulleth}. 1897, n. 149; 1898, n. 88-89, 150-156; 1899, n. 157-162. — Annual Beport. 1896-97, part. i-v; 1897-98, part. i-v (texto y atlas) vi; 1898-99, part. i-vi (ésta en dos volúmenes). — Monographs. xxix-xxxii (part. ii); xxxiii-xxxviii. United States National Müseum. Washington. — Proceedings. Volume 19; Volume 21. Université de Toülouse. — Bulletin. Fascicule num. 10 (Juiilet 1899); fas- cicule num. 11 (Janvier 1900). — Aimuaire. Année 1899-1900. — Du traiíement radical des kistes sinoviaux folliculaires ou ganglions du poignet, par Marc. Dauge. Toulouse, 1898. DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 51 Université de Toüloüse. — Contribution ¿i l'étude des tumeurs crániennes d'origine congénitale (varíete de pseudo-encephalie) par B. 1. Alhert Andrieu. Toulouse, 1898. — Etude de la gangrene des membres chez les neuro-arthritiques , par Laurent Bares. Toulouse, 1898. University of THE State of New- York. — State Museum Report. 49, vol. 1-2 (1895); 50, vol. 1 (1896). ZooLOGiscH-BOTANiscHEN Gesellschaft. Wien. — Verhandlungen. Band xlix' Heft. 9, 10; Band l, Heft. 1-6. ZooLOGiscHER Anzkiger. Leipzig.— Baiid xxiii; números 600-615; num. 617" WiscoNsiN Geological and Natural History Survet. — Bulletin. Núme- ros 1 y 2 (1898). WiscoNsiN Academy. — Transactioits. Vol. xi (1896-97). Como donativos. Albert 1'^'' (S. A. S. LE Prince). — Resultáis des campagnes scientifiques ac- complies sur son yachts. Fase, xiii, Crustaces decapodes. — Fase, xiv Nudibranches et Marsenia — Fase, xv, Gephyriens. — Fase, xvi, Am- phipodes. — Carte IV. Itineraires du yacht iPrincesse Atice* dans 1' Archipel des Agores. 1896, 1896, 1897. — Sur la deuxihne campagne de la tPrincesse- Atice 2^>. (Academia des Sciences de Paris, 1900.) — Deuxihne voyage au Spitzberg (Mus. de Hist. nat. , 1900.) (Don. de S. A. S.) Archiduque Luís Salvador. — Bovgie. Praga, 1899. (Don. de S. A.) Acloque {A.)—-Faune de France. Orthopt'eres , Neuropteres , Himénopt'eres, Lépidopteres , Hemiptéres, Diptéres, Aphaniptéres , Thysanopteres, Rhipipteres. Paris, 1897. — Faune de France. Mammiféres, Oiseaiix, Poissons, Reptiles, Batraciens, Protochordes. Paris, 1900. — Faune de France. Coleoptercs. Paris. — Faune de France. Arachnides, Crustaces, Myriapodes, Vers, Mollusques, Phytozoaires, Protozoaires. Paris. — Sous le microscope. Abbeville, 1900. (Don. del Sr. Acloque.) Algué (R. P. José). —Baguios ó ciclones filipinos. Estudio teórico-práctico. Manila, 1897. (Don. del P. Navas.) Ayuntamiento de Madrid. — Estadística demográfica, Enero-Abril, 1900. — Anuario estadístico demográfico. Años 1897 y 1898. Balsamo (Francesco). — Impressioni dal vero cenno geohgico-botanico suW isola rf' Ischia. Napoli, 1883. — Commemorazioni del barone Prof. Vicenzo Cesati. Napoli, 1883. 52 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Balsamo (Francesco).— Le diatomee della cascata di Casería. Napoli, 1884. — Alyhe della haia di Assab, raccolteda G. B. Licata. Napoli, 1885. — Sulla storia naturale delle alr/he d' acqtia dolce del comune di Napoli. Napoli, 1885. — Homonymiae algarum in plantis animalibusque Tentamen. Napoli, 1888. — Diatomee contenutc nel cannh digerente di alcune Aplysiae raccolte dal capitana G. Chierchia nel viaggio di circumnavegazione della R. Cor- vetta Vettor Pisani nell 1884-85. Napoli, 1890. — Sulla visibilitá delle strie delle Diatomee in rapporto ai sistenú offici ed ai mczzi d' inchisione. Napoli, 1891. — Ricerche sulla penetrazione delle radiazioni nelle piante. Parte prima. Método di ricerca. (Riassunto). (Soc. bot. italiana, 1891.) — SulV assorhimento delle radiazioni nelle piante. Napoli, 1891. — Elenco delle piante raccolte in África. Napoli, 1891. — Index ad F. Traug. Kuetzingii species Algarum. Napoli, 1892. — Contribuzione alia Flora Africana, piante delle Canarie é del Congo raccolte da G. Zenker. Centuria prima. Napoli, 1892-93. — Manipolo di alghe napolitane. Napoli, 1892. — Ilioduro di metilene nella preparazione delle diatomee. Napoli, 1893. — Titoli di mérito del Prof Francesco Balsamo. Napoli, 1894. — Ad homonymian algarum addenda. Napoli, 1893. — Ricerche sulla penetrazione delle radiazioni nelle piante. (Part. i). Na- poli, 1894. — Necrologia del Professore Giuseppe Antonio Pasquale. Napoli, 1894. — Una mezza centuria di piante raccolte dal socio G. Zenker al Congo. Napoli, 1895. — SulV uso di un sistema divergente per ingrandire I' imagine nel micros- copio. Napoli, 1895. — Iconnm algarum. Index adjecto generum algarum omnium. Índice siste- mático. Napoli. Fase. I-IV (1895); fase. V- VI (1898-99). — Intorno ad una sostanza colorante della Salpichroma rhomboidea Miers. Napoli, 189(i. — Achille Costa. Napoli, 1898. — Iconum algartim. Index adjecto generum algarum omnium. Napoli, 1898-99. (Don. del Sr. Balsamo.) Balsamo (F.), Fatta (A.), Giordano (G. C.)—Reliquie cesatiane. Crittoga- me del R. Orto Botánico raccolte dal Prof. Barone V. Cesati, Alghe, Zicheni, Muschi. (Estratto della E. Accademia delle Scienze Fis. e Mat. di Napoli.) Ñapóles, 1885. (Don. del Sr. Balsamo.) Bedel (L.) — Varias comunicaciones presentadas á la Sociedad entomoló- gica de Francia en sesiones de los afíos 1882, 83 y 84. Paris. — Synopsis de coléopt'eres européens. Cryptophagidae pai Edm. Reitter. DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTEGA. 58 (Traduction par Bedel) { « L'Abeille» , Journal de Entomologie, 18í)0-92.) Bedel (L.) — Synopsis des especes du genre Aeolus Esch. d'Europe et de la Bussie d'Asie par Edm. Reitter. (Traduction par Bedel). L'Abeille, 1892. — Synopsis des Chironitis, Onitis et Bubas de la región méditerranéenne. Extrait de la Monographie des Onitides de G. Van Lansberge par L. Bedel. L'Abeille, 1892. — Synopsis des Macrosiagon méditerranéens. L'Abeille, 1895. — Recherches synonymiques et rectificatives a la mémoire tsur quelques coléoptéres nouveaux ou peu connus de la famille des carabiques » ^?ar T. Tschitscherine. L'Abeille, 1897. ^ Diagnoses de deux nouveaux Dromius de Barbarie. (Bull. de la Soc. Ent. de France. Paris, 1900.) (Don. del Sr. Bedel.) Bedel (L.) et Bleuse (L.) — Diagnose d'un nouveau Mylabre saharien. Description d'un Mylabre du Sud-Oranais. (BuUetin de la Soc. Ent. de France. Paris, 1899). (Don. del Sr. Bedel.) Blanchard (Raphael). — Nouveau cas de Filarla loa. (Archives de Parasi- tologie. Paris, 1899.) — Notes de Parasitologie sino-japonaise. (Ibd., 1900.) (Don. del Dr. Blanchard.) Bois (D.) — Statistique Horticole du département de la Seine. (Soc. nationale d'Horticulture de France. Paris, 1897.) — Les plantes nouvelles et les plantes d'Australie. (Ibd., 1898.) — Notice biographique sur Baptiste-Ruse Charmeux. (Ibd., 1899.) — Compfe rendu des trnvaux de la Société nationale d^ Horticulture de France pendant l'année 1S98. Paris, 1899. — Cas de pistillodie dans un Begonia tubereux a jieurs cristées et dans le Begonia semperflorens *tigrette>. (Soc. nat. d'Hort. de France. Paris, 1899.) — L'Actinostemma panioulatum cucurbitacée grimpanfe ornementale nou- velle et le pey-mou chináis. Paris, 1900. — Aperen historique sur la Société nationale d' Horticultore de France (1827 á 1899). (Soc. nat. d'Hort. de France. Paris, 1900.) Bois (D.) ET GiBAULT (G.) — Le premier projet de jardín pittoresque en France. Le jar din idelectabley de Bernard Palissy. (Ibd., 1896.) — La vegetación et le-'s productions horticoles des lies Canaries. (Ibd., 1895.) — L'arboriculture et la culture inaraichh-e en Tunisie. (Ibd., 1897.) — L' Horticulture dans la Noiivelle-Galles du Sud (Australie). (Ibd., 1897.) — Statistique horticole de la France. Paris, 1898. (Don. del Sr. Bois.) Bois (E.) ET Paillieux {A.)—Leivisia. Paris, 1889. — Crosne epiaire a chapelets, histoire d'un nouveau légume. (Revue des Sciences naturelles appliquées. Paris, 1889.) 54 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Bojs (E.) ET Paillieux (A.) — Le Matamhala (Coleus tuberosus Benth). In- trodudion et propagntion au Gahon-Congo. (Revue des Sciences natu- relles appliquées. París, 1891.) — Lis comestibles. (Bull. de la Soc. d'Hist. nat. d'Autun.) ( Don. del Sr. Bois.) BoMBicci (L.) — Corso di Geología é Física terrestre, applicate ai materiali da costruzíoni. Bologna, 1881. — Corso di Litologia, filoni metalliferi, rocce, pietre edilizie, niarmi. Bo- logna, 1885. — Météorites du cabinet de Minéralogie de la Royale Université. Bologua, 1888. — Svlla lucentezza e striatura liscia delle superficie nelle salbande dei filoni metalliferi e nelle rocce scagliose. Bologna, 1888. — Sul giacipiento é sul tipo litologico della Roccia oligoclasite di monte Cavaloro (Bolognese). Bologna, 1889. — Alia memoria di G. Meneghini. Bologna, 1889. — La collezione di ambre siciliane, posseduta dal Museo di mineralogía della R. Universita di Bologna. Bologna, 1890. — Sulle inclusioni di ciottoli , 2^'>'ol}abilmente pliocenici o qunternari nei grossi e limpidi cristalli di Seleniíe di Monte Donato (Bologna). Bo- logna, 1890. — Sul tre memorie preséntate alia R. Academia delle Scíenze delV Istitiito di Bologna. Febbraio, 1890. — Nuove ricerche sulla Melanofiogite della miniera Qiona presso Racal- muto in Sicilia. — Le gradazioni della sferoedria nei cristalli. Sue coe- sistenze nelle forme normalmente reticolari. — Altri esempli di contor- sioni elicoidi nelle facce e negli aggregatí simmetrici dei cristalli. Bo- logna, 1891. — Considerazioni sidle analogie di struttura mimetica fra la pirite, la bo- leite, la melanofiogite ed ultre sostanze. ídem, 1892. --- Réponse á la Note de M. Georges Fríedel du 11 Féviier 1892 concernant la composition chimique et la structure de la Melanophlogite. París, 1892. — Siilla''coesistenza delle due inverse plagiedrie sopra una faccia di un cris- talío di Qaarzo di Carrara e sulle spirali di Airy preséntale da una sezione ottica dello stesso cristallo e di altri. — Sulle guglie conoidi rhn- piazzantile piramidi esagono-isosceloedriche in due esemplari di Quarzo del Valiese e dell hola d^ Elba.— Loro correlazioni con i rilievi lan- ceolari del Quarzo di Porretta. — Sulle modificazioni degli spigoli ver- ticali nei prisini esagoni di Quarzo di Carrara e sti quelle che struttu- ralmente vi corrispondono nei cristalli di altre specie nihierali. Bolo- gna, 1892. ' — Illavoro meccanico (manvale) igienico, educativo, riposante, annesso alie scuole elementari. Bologna, 1893. DE HISTORIA NATURAL Y Dlí SU BIBLIOTECA. 55 BoMBicci (L.) — Dalí' Asilo inf cintile aW Ateneo, attraverso le questioni so- ciali. Bologna, 1893. — Rivendicazione della imorita degli studi e delle coaclusioni sul solleva- iitento deír Appeiinino Emiliano per via di scorrimenío e di pressioni laterali e la diretta azione dclla gravita. ídem, 1893. — Le notevoli particolaritá dei cristalli mimetici cubiformi di jjirite gialla, scoperti nelle mame grigic terziarie antiche dei monti della Riva f Valle del Dardagna, Appennino Bolognese). Ídem, 1893. — 11 Prof. Ernesto Mallard. (R. Acad. delle Scienze dell' Istituto de Bo- logna, 1894.) — Sulla intrusione forzata ascendente di argille , fattesi simili alie a. sca- gliose con breccioline verdí associate, nelle fratture verticali de' hanchi selenitici, presso Bologna. Bologna, 1895. — La cremazione dei cadaveri, dinanzi alia religione, alia scienza, alia civilta. ídem, 1895. — 11 tirocinio sperimentale di compimento ai corsi universitari di scienze fidche e naturali. ídem, 1897. — Le interessanti anomalie ( dissimmetrie é spostamenti) dei tnirahili cris- talli di Solfo nativo, della miniera di Ga-Bernardi. Confronto... etc. ídem, 1898. — Sulla cuhosilicite e sulla stai posizione tassonomica nella serie delle va- rietá di sílice anídra é idrata. ídem, 1899. — Per Paolo Gorini. Discorsi contmemorativi per I' inaugurazione del mo- numento eretto in Lodi. Lodi, 1899. — Sidla forutazione della grandine e sulla pratica degli spari per dimi- nuiré i danni recati da essa aW agricoltura. Bologna, 1899. — Nuove considerazioni sulla prohahilita che talune anomalie di forma, nei cristalli, dipendano da durevoli movimenti negli spazi naturalmente cristalligeni. ídem, 1899. — índice delle pubblicazioni del Prof. Luigi Bomhicci dal 1858-1900. ídem, 1900. — Le principan modalita dell' acqua cristallizzata. ídem. — Alcuni esempi di Minerali riproducenti le modalita sferoedriche é le altre, dell' acqua cristallizzata. ídem. (Don. del Prof. Bombicci.) BoRMANs (A. de). — Description d'une nouvellc espéce de pomphagide. (Société Entomologique de Belgique, 1879.) — Liste des orthopteres recoltas dans l'Afrique Australe par M. Selys-Fan- son. (ídem, 1880.) — Etude sur quelques dermapteres éxotiques. (Anal, de la Soc. Esp. de HiST. Nat., 1880.) — Spedizione italiana neW África Equatoriale. Risultati zoologici. Ortot- íeri. (Annali del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova). Genova, 1881. — Faune orthoptérologique des lies Hawai ou Sandivich. (ídem, 1882.) 56 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA BoRMANs (A. de). — Le creciere delV yacht ^Corsaro* del capitana armatore Enrico D'Albertis. ( Annali del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova, 1883.) — Spedizione italiana velV África Equatorial. Risultati zoologici. Ortotteri. Parte segunda. (ídem, 1883.) — Un été a Rouge-Cloítre. (Société Entomologique de Belgique). Bruxel- les, 1883. — Note sur les orthopteres recueillis par M. Weyers, A. Águilas, province de Murcie (Espagne). (ídem, 1884.) — Materiali per lo studio della Fauna Tunisina raccolti da G. e L. Doria. (Ann. del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova). Genova, 1885. — Notes sur les Chrysidides des environs de Bruxelles. (Société Entomolo- gique de Belgique, 1887.) — Viaggio di Leonardo Fea in Birmania e regioni vicine. Dermapthres. (Ann. del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova). Genova, 1888. — Deuaciejne partie, 1894. — Quelques dermaptéres du 7nusée civiquede Genes. {Ann. del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova, 1900.) (Don. del Sr. de Bormans.) BoRST (Dr. Maxl — Berichte üher Arbeiten aus dem pathologischen Institut der üniversitát Wurzburg. Wurzburg, 1899. Brizi (Dott. Ugo). — Addenda adjioram italicam. Muschi nuovi per la Pro- vincia di Roma. (R. Istituto Botánico di Roma. Genova, 1889.) — Addenda ad Jioram italicam. Prima e seconda contribuzione alV Epati- cologia romana. (ídem, 1889.) — Addenda ad jioram italicam. Contribuzione alV Epaticologia italiana. (Ídem, 1899.) — Note di Briologia italiana. Genova, 1890. — Appunti di Briologia Romana. ídem, 1891. — Appunti di Teratologia briologica. Roma, 1892. — Contribuzioni alia conoscenza della flora delV África oriéntale. ídem, 1893. — Reliquie notarisiane. I. Muschi. ídem, 1892. — Sopra alcune particolarita morfologiche , istologiche e biologiche dei Cyathophorum. ídem, 1893. — Su alcune briofite fossili. (Soc. bot. italiana, 1893.) ^— Bryophytae abyssinicae a el. Prof. O. Penzig collectae. Genova, 1893. — Sul Cycoconium oleaginum Cast. ídem, 1894. — Sulla brunissure o annerimento dellefoglie della vite. Modena, 1895. — Micromiceti nuovi per la flora romana. (Soc. bot. italiana. 1895.) — Gli effetti dannosi dell' anidride solforosa sulla vegetazione. Módena, 1896. — Una nuova malattia (antracnosi) del Mandorlo. Firenze, 1896. — Saggio monográfico del genere Rhynchostegium (del Giornale Malpighia Genova, 1896.) DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 57 Brizi (Dott. Ugo). — Sul disseccamento dei germogli del gelso. (R. Accademia dei Lincei). Roma, 1896. — Contributo alio studio morfológico, biológico é sistemático delle muscinée. (R. Istituto Botánico di Roma, 1897.) — Una malattia dei tralci della vite, caúsala dalla tBotrytis cinéreas. Modena, 1897. — Ueher die Fdulnis der Rehentriehe durch tBotrytis cinereay verursacht, Jena, 1897. — La bacteriosi del sedaño. (R. Accademia dei Lincei, 1897.) — Una malattia bactérica delV Apiura graveolens L. Jena, 1897. — Ricerche botaniche sulle principali adulterazioni della polvore di Soni- maco (Rhu8 Coriaria L.) Módena, 1897. — Etiología della malsania del Corylus avellana L. (R. Accad. dei Lincei). Roma, 1897. Brizi (U.) b Cuboni (G.) — La fersa, del ¡/elso. Ricerche sulla natura della malattia e sul modo di comhatterla. Roma, 1896. % (Don. del Sr. Brizi.) BücKiNG (}í)~Beitrage zur Geologie von Célebes, 1899. — Leucitbasal aus der Ger/end von Bangkadjene in Siid-Celebes, 1899. — Cordierit von Nord-Celebes und aus den sog. verglasten Sandsteinen Mitteldeutschlands, 1900. — Zur Geologie der Minahassa, 1900. (Don. del Sr, Bucking.) Bdrr (Malcolm.) — Essai sur les Eumastacides. (Soc Esp. de Hist. Nat. 1899.) (Don. del Sr. Burr.) Chevriíüx (Ed.) — Campagnes de la <.Melita>. Description d'un amphipode notweau appartenant au genre Grubia Czerniawski. (Soc. Zool. de France, 1900.) — Campagnes scientifiques du Prince Albert 1". Fac. xvi. Amphipodes, par Chevreux. (Repetido por haberlo regalado también el Príncipe.) — Gammarus Simoni, nov. esp. Amphipode des eaux douces d'Algerie et de Tunisie. (Soc. Zoolog. de France, 1894.) (Don. del Sr. Chevreux.) CocKERELL (T. D. A.) — Dircctiotis for collecting and preserving scale ¿n- sects (coccidce). (Smithsonian Institutlon). Washington, 1897. Cohén (E.) — Ueber eine aórdlich von Pretoria (Transvaal-Republik) in Qranit gelegene Salzpfanne. Wien, 1879. — Ueber eine Pseudomorphose nach Markasit aus der Kieide von Arcana auf Rugen, 1886. — Ueber pleochroitische Sófe im Biotit. (Separat-Abdruck aus dem Neuen Jahrbuch für Mineralogie, etc., 1888.) — Chemische Untersuchung des Meteoreisens von S. Juliao de Moreira^ Portugal, sowie einiger anderer hexaédrischen Eisen. (ídem, 1899.) — Das Obere Weilerthal und das zunachst angrenzende Qebirge. Strass^ burg, 1889. N.» 1.— Eaero, 1901. * 58 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Cohén (E.) — Zusammenjstellung petrographischer Untersuchungsmeíhoden nehst Angahe der Literatur. Berlin, 1 890. — Contacterscheinungen an den Liparit-Lakkolithtn der Gegend von Pja- tigorslc im nórdlichen Kaukasus, 18í)0. — Die Goldproduction Transvaals im Jahre 1889. Greifswald, 1891. — Meteoreisen. Studien ii-x. (KK. Naturhist. Hofmuseums.) Wien, 1892. — ücber ein angehliches Meteoreisen von Rugen, 1894. (Separat-Abdruck :uis dera Mittheilungen des naturwisenschaftlichen Vereines fur Keu-Vorpommern und Eügen.) — Verzeichniss der Meteoriten in der Greifswalder Sammlungen 1 Juli 1895. (ídem, 1895.) — Ueber ein bei der teclmischen Darstellung von phosphorsaurem Natrium sich bildendes Phosphat. (ídem, 1896.) — Ueber den Meteoritenfall bei Madrid. (ídem, 1896.) — Zusammenstellung petrographischer Unter.^uchi(ngsmethoden nehst An- gabe der Literatur. Stuttgart, 1896. — Die Meteoriten von Laborel und Guareña. (KK. Naturhistoriscben Hof- museums). Wien, 1896. — Ueber ein angebliches Meteoreisen von Walker Co.; Alabanza, Vereinigte Staaten. (Separat-Abdruck aus den Mittheilungen des Naturw. Ve- reines fur Neu-Vorp. und Rugen, 1897.) — Ueber das Vorkommen von Eisencarbid (Cohenit) im terrestrischen Ni- ckeleisen von Niakornnk bei Jakobshavn in Nord-Grónland. 1897. — Ueber ein neues Meteoreisen von Locust Grave, Henrg Co., Nord-Caro- lina, Vereinigte Staaten. («Akademie der Wissenschaf ten zu Berlin»). Berlin, 1897. — Das Meteoreisen von Forsyth Co., Georgia, Vereinigte Staaten. (ídem). Berlin, 1897. — Ein neues Meteoreisen von Beaconsfield Colonic Victoria, Australien. (ídem). Berlin, 1897. — Ueber eine zum Schneiden von Meteoreisen geeignete Maschine. Wien, 1898. — Ueber ein neues Meteoreisen von Ballinoo am Murchisonjlttss, Aurtralien. (Akademie der Wissenschaf ten). Berlin, 1898. — Ueber das Meteoreisen von Cincinnnti , Vereinigte Staaten. (ídem, 1898.) — Ueber das Meteoreisen von Morradal bei Grjotli zwischeu Skiaker und Stryn, Norwegen. Christiania, 1898. — Ueber den WiUfing'schen Tauschwerth der Meteoriten im Vergleich mit den Handelspreisen. Ueber das Meteoreisen von Quesa, Provinz Va- lencia, Spanien. Greifswald, 1899. — Ueber den Meteoriten von Zsadany, Temesvar Comital, Banat. — Ueber ein neues Meteoreisen von San Cristóbal Antofagasta. Chile. Ber- lín, 1898. nii HISTORIA NATURAL Y DK SU BIBLIOTECA. 59 Cohén (E. ) — Turmalinhornfels aus der ümgebung der Capstadt. (Tscher- mak's Miueral u petrogr. Mitth.) — MilüithaiKjitgestein und calcitfuhreuder Aplit aus Südafrika. (ídem.) — Die beiden Meteoreisen von Los Muchachos, Tucsoii, Arizona. — Contacterscheinungen an den Liparit-Lakkolithen der Gegend von Fjati- gorsk iin nórdlichen Kaukasus. (Don. del 8r. Cohén.) Cohén (E.) und Deecke (W.) — Sind die Stórungen in der Lagerung der Kreide an der Ostküste von Jasnmnd (Rugen) durch Faltuvgen zu erkláren? 1899. — Úber Geschiebe aus Neu-Vorpommern und Rugen. Erstc Fortsetzung. Berlin, 1896. (Don. del «r. Cohén.) Cohén (E.) und Weinschenk (E.)— Meteoreisen Stitdien. (KK. Naturhisto- rischen Hofmuseums). Wien, 1891. (Don. del Sr. Cohén.) CoiNCY (Augnste de). — Écloga Plantarum Hispanicarum. París, 189.3, — Écloga altera ¡üaiüarum Hispa nicarum. Paris, 1895. — Un Linaria nouveau de la flore d'Espagne, Linaria Gobantesiana. (Bul- letin de l'Herbier Boissier. Courtoiseau, 1896.) — Heterospermie de certains ilíthiunema heterocarpes. Paris, 1896. — Un Alyssum nouveau de la flore d'Espagne, Alyssum amoris. Géneve, 1895. — Centaurea niaroccana. (Bull. de l'Herbier Boissier. Courtoiseau, 1896.) — Une nouvelle espece de caucalis. (C. homoephylla). (Idem.j — Un iTeucriunii niéconnu de la flore d'Espagne (T. saxatile.) (Journal de Botanique). Paris, 1897. — Écloga tertia, plantarum hispanicarum. Paris, 1897. — Burgos au point de vue botanique. (Bull. Herbier Boissier). Géneve, 1 898. — Remarques sur le Juniperus thuriferai. et les especes voimies d.u bassin de la Méditerranée. (Soc. botanique de Trance, 1898.) — Écloga quarta plantarum hispanicarum. Paris, 1899. (Don. del Sr. Coincy.) CoRY (Charles B.) — Tlie Birds of Eastern North America. Water Birds. Part. I. Key to the families and species. Chicago, 1899. — The Birds of Eastern North-America. Part. ii. Land Birds. Chicago, 1899. (Don. del Field Columbian Museum.) Dervikux (E.) — La Cristellaria galea Fichtel é Molí. (Musei di Zoologia della (Jniversitá di Torino, 1890.) — Le cristellarie terziarie del Piemonte. Poma, 1891. — 11 genere Cristellaria Lamarck, studiato nelle swe specie. Roma, 1892. — Studio sui foraminiferi pliocenici di Villarresxna. Torino, 1892. — Le Frondicularie terziarie del Piamonte. Torino, 1893. — Osservazioni sopra le Tireoporinae é deserizione del nuovo genere Flabe- Uiporus. Torino, 1893. — Sopra un anomalia in un esemplare di Cristellaria Lmk. Torino, 1894. 60 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Dervieüx (E.)— Jje Nodosarie terziarie del Piemonte. Roma, 1894. — I foraminiferi della zona ad lAmphisteginat presso pavona d' Alessan- dría. Torino, 1895, — £e marginuline e vaginuline terziarie del Piemonte. Roma, 1895. — Foraminiferi Tortoniani del Tortonese italiano. Roma, 1895. — Collezioni di Storia naturale; norme generali e pratiche pubblicate per gli allitvi delle scuole normali preparaíorie , tecniche, operaie... etc. Torino, 189(5. — Exame micropaleontolo/^icn di un calcare rosso-cupo del «ítas superiores di MoHSunmiano (Val di Nievole) in Toscana. Roma, 1896. — Settimo Congresso geológico internazionale. Russia 1897. Eelazione del Socio Corr. Sac. Ermanno Dervieüx. — Osservazioni paleozoologiche , sopra le linguline terziarie del Piemonte. Roma, 1898. — Foraminiferi terziarii del Piemonte e specialmente sul Gen. Polymor- phina D' Orhigny. (Societá geológica italiana. 1899.) — Nuove specie di Foraminiferi. Torino, 1899. (Don. del Sr. Dervieus.) Ddbront (A.) — Liste des oríhoptéres recueilles jusqu ici en Ligurie. {Knx\. del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova. 1878.) — Crociera del Violante comandato dal capitano armatore Eurico D'Alhertis durante V anno 1876. Catalogo degli Ortotteri. (ídem). Genova, 1878. — Essai sur le genre Chelidura. (ídem). Genova, ] 878. — Enumeration d£S Orthopteres rapportes par MM. J. Doria, O. Beccari et L. M. d' Albertis des regions Indienne et Austro-Malaise. Dermapie- res. (ídem). Genova, 1879. — Notes sur quelques Orthopteres de Sardaigne. (ídem). Genova, 1879. — Etude sur quelques forficulides exotiques. (Anal, de la Soc. Esp. de HisT. Nat. 1879.) (Don. del Sr. Bormans.) FiNüT {Pi.á.)—Quelq%ies Orthopteres des Caiilerets (Hautes-Pyrénées). (Soc. entom. de France. 1882.) — Les Orthopteres de la France. Catalogue accompagne de tableaux dicho- tomiques, renseignements sur l'habitat et les mreursdes especes, procedes de chasse et de conservation, Paris, 1883. — Nouveau catalogue des Orthopteres de la France. Caen, 1884. — Description de la Forfícula Lesnei. Finot. (Soc. entom. de France. 1887.) — Faune de la France. Insectes Orthopteres, Thysanoures et Orthopteres proprement dits. Paris, 1890. — Faune de l'Algerie et de la Tunisie. Ínsteles Orthopteres. Paris, 1897. FiNOT (Ad.) ET BoNNET (Ed.) — Breves diagnoses Orthopterorum novorum e regno Tunetano. (Soc. entom. de France. 1884.) — Mission scientifique de Tunisie 1883 84. Catalogue raisonné des Orthop- teres de la regence de Tuiíis. Montpellier, 1885. (Donativos del Sr, Fjuot.) DE HISTORIA NATURAL V Ulí SU BIBLIOTECA. 61 Gallardo (D. Ángel). — Notas fitoteratológicas. (Muaeo Nacional de Bue- nos-Aires. 1899.) — Observaciones morfológicas y estadísticas sobre algunas anomalías de Digitalis purpurea L. (ídem, 1900.) Gbikie (Sir Archibald). — o» the Oíd Red Sandstone of western Europa. Edinburgh, 1878. — On the Carboniferus Vulcanic Rocks of the Basin of the Firth of Forth, their slructure in the Field and under the Microscope. Edinburgh, 1879. — The History of Volcanic Action dxiring the Tertiary Perica in the Bri- tish Isles. Edinburgh, 1888. — Address delivered at the anniversary meeting of the Geological Society of London. On the 2th of February 1891. London. 1891. — Address delivered at the anniversary meeting of the Geological Society of London. On the 19th o f February 1892. London, 1892. — Address. Report. 1892. London, 1892. — On the Pre-Cambrian Rocks of the British Isles. Chicago, 1893. — Sur la slructure rubannée des plus nnciens Gneiss et des Gabbros ter- tiaires. Zurich, 1894. — The Latest Volcanoes of the British lales. (Geological Society of Glas- gow. 1895.) — The Tertiary Basalt-plateatix of North-tvestern Europe. Edinburgh, 1896. — Address to the Geological section. Dover, 1899. (Don. de Sir A. Geikie.) Geikik (Sir Archibal) t Teall (J. J. H.) — On the Banded structure of some Tertiary Gabbros in the Isle of Skye. (Quarterly Journal of the Geo- logical Society. 1894.) (Don. de Sir A. Geikie.) Gi.AR» (Alfred). — Sur untype nouoeídi et aberrant de la famille des Sa- bellides. (Société de Biologie). Paris, 1893. — Evolution des étres organisés. Sur certains cas de dedoublement des cour- bes de Galton dus au parasitisme et sur le di¡n,orphisme d' origine para- sitaire. (Academie des Sciences). Paris, 1894. — Sur certains cas de dedoublement des courbes de Galton das au parasi- tisme et sur le dimorphisme d'origine parasitaire. (Société de Biologie). Paris, 1894. — Sur l'aufotomie parasitaire et ses rapports avev Vautotomie gonophorique et la schizogonie. Paris, 1897. — Sur les regenerations hypotypiques. (Ídem). Paris, 1897. — Sur deux Cochenilles nouvelles ürthezida fodiens nov. spec. et Rhizacus Eloti nov. spec, par asiles des racines du Cofeier a la Guadeloupe. (ídem). Paris, 1897. — Sur la distribution géographique des cochenilles du genre Margarodes et sur deux esp'eces nouvelks de ce genre. (ídem). Paris, 1897. ni RELACIÓN DIÍL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA GiABD (Alfred). — L'Army worm en France. (Leucania unipunctata Haw.^=± L. extranea Gn.) (Sooiété entomologique de France). Paris, 1898. — Sur les cephalonomia parasites des larves de ptinides. (ídem) Paris, 1898. — Sur Vexistence de Phyllotoma Aceris Kaltenbach aux environs de París. (ídem). Paris, 1899. — La Cochenüle de San José. (Aspidiotus perniciosiis Gomstak). Paris, 1899. — Sur le determinisme de la métavtorphose. Paris, 1900. — Sur Vexistence de Ceratitis capitata Wied, var. hispánica de Breme aux environs de Paris. (Acad. des Sciences de Paris. 1900.) GiARD (M. Alfred) et Büisine (K.)---Quatrieme note sur le genre Marga- rodes. (Société de Biologie). Paris, 1895. (Don. del Sr. Giard.) González Fragoso (R.)— Apuntes para la flora de la ])rovincia de Sevilla. Criptógamas. Madrid, 1883. GoRDON T DE AcosTA (D. Antonio). — El azúcar como alimento del hom- bre. Habana, 1899. — La Legislación sanitaria escolar en los principales Estados de Europa. Habana, 1900. (Don. del Sr. Gordón ) Heckki. (Édouard). — Le Sterculia tomentosa et la gomme qu'rl fournit. (Repertoire de pharmacie. 1899.) — Sur le processus germinatif dans la graine de Ximenia Americana L. et sur la nature des ecailles radiciformes a cette espiece. (Revue genérale de botanique. 1899.) Heckel (Édonard) et ScHLAGnENHAUFFEN (Fr.)— Sur le tuhercule aérien du Dioscorea Hofta. Ide Cordemoy. (Soc. nationale d'acclimatation de France). Paris, 1899. (Don. del Sr. Heckel.) HoRVÁTH (Dr. G.)—Quatre especes et quatre varietés nouvelles d'heteroptéres palearctiques. (Revue d'Entomologie. 1898 ) (Don. del Sr. Horváth.) Janet (Charles).— Su?- les Nematodes des glandes phar y ngiennes des Four- mis (Pelodera sp.) (Oomptes rendas de l'Académie des Sciences de Paris, 1893). (Núm. 1.) — Sur les Nerfs de l'Antenne et les Organes chordotonaux chez les Fourmis. (ídem, 1894). '(Núm. 2.) — Sur le Systeme glandulaire des Fourmis. (Ídem, 1894). (Núm. 3.) — Sur les Nids de la Vespa crabo Ordre d' apparitions des premier alveo- les. (ídem, 1894). (Núm. 4.) — Sur la Vespa crabo L., Ponte, conservation de la chaleur dans le nid. (ídem, 1895). (Núm. 5.) — Observations sur les Frelons. (ídem, 1895). (Núm. 6.) — Sur les muscles des Fourmis, des Guépes et des Abeilles. (ídem, 1895). (Núm. 7.) — iSitír les rapports des Lepismides myrmécophiles avcc les Fourmis. (ídem, J896). (Núm. 8.) DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 63 Janet (Charles). — Sur les rapports du Discopoma comata Seríese avec le Lasius uiixtus Nylander. (ídem, 1897). (Núm. 9.) — Sur les rapports de l'Antennophorus Uhlmanni Haller avec le Lasius mixtus Nylander. (ídem, 1897). (Núm. 10.) — Srir les limites morphologiqíies des anneaux du tegument et sur la sifua- tion des memhranes articulaires diez les Hymenopteres arrivcs a l'état d'imago. (ídem, 1898). (Núm. 11.) — Sur une cavilé da tegument servant chez les Myrmicinae a étaler au contactde l'uir un p)roduit de secrétion. (ídem, 1898). (Núm. 12.) — Reaction alcaline des chambres et galeries des nids de Fourmis. Durce de la vie des Fourmis decapitées. (ídem, 1898). (Núm. 13.) — Sur un organe non decrit servant á la fermeture du réservoir du venin et sur la mode de fonctionncment deVaiguillon diez les Fourmis. (ídem, 1898). (Núm. 14.) — Sur le mecanisme du vol chez les Insectes. (ídem, 1899). (Núm. 15.) — Eludes sur les fourmis, les guépes et les aheiUes. Sur Vespa cratro L. histoire d'un nid depuis son origine. (Soc. zool. de France. 1895.) — Eludes sur les fourmis... Structure des memhranes articiúaires des tendons et des muscles (Myrmica, Camponotus, Vespa, Apis). Limoges, 1895. — Eludes sur les fourniis... Limites m,orphologiques des anneaux post- cepJialiques et mitsculature des anneaux post-tlioradques diez la Myr- mica rubra. Lille, 1897. — Eludes sur les fourmis... Systeme glandulaire tegumentaire de la Myr- mica rubra, Observations diverses sur les Fourmis. — Eludes sur les fourmis... Aiguillnn de la Myrmica rubra, Appareil de fermeture de la glande ce venia. Paris, 1898. — Eludes sur les fourmis, les guepes et les aheilles. Anatomie du corselet de la Myrmica rubra Reine. (Soc. zool. de France. 1898 ) (Don. del Sr. Janet.) KoELLiKER {A.)—Kurzer Bericld üher den Anntomischen Kongress zu Pa- via. 1900. Würzburg, 1900. KoNow (Fr. W.) — Sprachliche Bemerkung. (Wiener Entomologiscbe Zei- tung. 1890.) — Neue Blattwespen. (ídem. 1891.) — Analytische TJehersicht der europciischen Artcn der Tenthrediniden-Gat~ /Mw^r Schizocera Latr. (ídem. 1892.) — Neue europdische Blnttioespen nebst Bcmerkungen über einige bisher verkannte Arten. (ídem, 1894.) — Neue Tentlirediniden. (ídem. 1894.) — PhilologiscJie Randbemerkung. (ídem. 1894.) — Neue palaarctisdie Blattwespen. (ídem. 1895.) — Une noiivelle Tenthredinite de France. (Soc. des Sciences nat. de l'ouest de la France. 1896.) 64 líRLAClON DKL KSTaDO T)V. Í.A «íOCIKDAD RSPANOLA KoNow (Fr. W.) — Neue oder wenig bekannte Tenthrediniden únd eine ana- lytische Ubersicht der Gattung Holcocneme. Kuw. (Termeszetrajzi Fuzetek. 1895.) — Analytische und kritische Bearheitung der Gattung Amauronema- tas Kuw. (ídem. 1895.) — Ueber wenig bekannte oder bisher zweifelhafte soioie einige neue palaark- tische Tenthrediniden. (Entomol. Nachrichten. 1896.) — Neue und einige bisher verkannte Arten aus der Fawilie der Tenthredi- nidem. (Ídem. 1896.) — Zwei neue Siriciden und einige palaarktische Tenthrediniden. (Id.. 1897). — Ueber die Hyelini, Tenthredinarum tribus. (ídem. 1897.) — Ueber die Tenthrediniden-Galtungen Cimbex und Trichiosoma. i-ii. (Wiener Entom. Zeitiing. 1897.) — Neue palaearctische Tenthrediniden. {ídem. 1897.) — Systematische und kritische Bearbeitung der Siriciden- Tribus Oryssini. (Termeszetrajzi Fuzetek. 1897.) — Systematische und kritische Bearbeitung der Blattwespen-Tribus Lydi- ni II. (KK. naturhistorischen Hofmuseums. 1897.) — Eine neue Tenthredo-Art? (Entom. Nachrichten. 1897.) — Species incertae sedis vel inepte Tenthredinibus adscriptae. (Wiener En- tomologische Zeitung. 1897.) — Systematische und kritische Bearbeitung der Siriciden -Tribus Siricini. (ídem. 1898 ) — Ueber die Tenthrediniden- Tribus Lophyrini. (Entomolog. Nachrichten. 1898.) — Neue Arten aus den Blatttvespen-Gattungen, Allantas Jur. und Tenthre- dopsis Costa. (KK. Zoologisch-botanischen Gesellschaft in Wien. 1898.) — Neue Tenthrediniden. (Wiener Entom. Zeitung. 1898.) — Ein neues System der Chalastogastra? (ídem. 1898.) — Neue Chalastogastra- Gattungen und Arten. (Entomolog. Nachrichten. 1898.) — Ueber die Tenthrediniden-Gattung Amasis Leach. (Wiener Entom. Zei- tung, 1898.) — Neue asiatische Tenthrediniden. (Entomol. Nachrichten. 1898.) — Neuer Beitrag zur Synonymie der Chalastogastra. (ídem, 1898). — Neue asiatische Tenthrediniden. (ídem, 1898). — Neue Tenthredinidae aus Südamerika. (ídem, 1898). — Einige neue Chalastogastra- Gattungen und Arten. (ídem, 1899). — Ueber einige neue Chalastogastra. (Wiener Entom. Zeitung, 1899.) — Neue südamerikanische Tenthredinidae beschrieben. (Museo N. de Bue- nos Airea, 1899). — Neue Tenthredinidae. (Entom. Nachrichten, 1899.) DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 65 KoNOW (Fr. W.) — Neue südamerikanische Strombocerus-Arten (Fam. Ten- thredinoe). (Wiener Entomologische Zeitung. 1899.) — Synonymische und krifische Bemerkungen zu Leach, Zool., MiscelL, 1817, und Stephens., llliistr. Brit. Ent. Band. Vil 1835. (Illustrierten Wochenschrift für Entomologie.) — Analytische Tabelle zum Bestimmen der bisher beschriebenen Larven der Hymenopteren Unterordmmg Chalastogastra. (ídem.) — TJeber fossile Blatt-und Halmioespen. (Entom. Nachrichten. 1897.) — Essai sur la classification des Symenoptéres. (Revue d'Entomol. 1898.) Weiterer Beitrag zur Synonymie der Tenthrediniden. (1898.) — Chalastogastrorum novce species et varietates, quas D. Escalera ex Asia minore reportavit. (Soc. esp. de Hist. nat. 1899.) — Zioei neue Blathoespen-Arten. (Akademie der Wissenschaften zu Ber- lín. 1888 (Don. del iSr. Konow.) Kraus (Dr. G.)— Rede zur des 50 jcihrigen Bestehens der physikalisch-me- dieinischen Gesellsehaft in Würzburg, 1900. (Don. del Sr. Kraus.) Lksne (P.) — Animaux articules recueillis en Indo- Chine par M. Pavie et offerts au Museum d'Histoire naturelle de Paris. (Bull. du Museum d'Histoire naturelle). Paris, 1896. (Don. del Sr. Lesne.) LüBROCK (Sir John). — Observations on Ants, Bees, and Wasps. (Linnean Socety's Journal. 1878; ii, 1886; ix, 1881; xi, 1888.) — On the Sense of Color among some of the Lo loer- Animáis, i y ii part. (Tdem, 1881, 1883.) — Phytobiological observations; on the forms of seedlings and the causes to which they are due. (ídem, 1886.) — On the Attractions of Hoioers for Insects. (ídem, 1897.) — On Buds and sypules. (ídem, 1897.) — An address delivered to The Entomological Society of London, at the annual general meeting. (ídem, 1868.) (Don. de Sir Sr. Lubbock.) Mainwaring (G. B.) y Grünwkdel {AVüqtí). — Dictionary of the Lepcha- Language. Berlín, 1898. (Don. de los autores.) Martínez de la Escalera (D. M.)— Examen del grupo Bathyscíse de Es- imña. (Soc. esp. de Hist. nat. 1899). (Don. del autor.) Mascareñas (Dr. D. E.) — El aire liquido. (Conferencia dada en el Salón de actas de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona). Bar- celona, 1900. (Don. de la E. Academia.) Montandon (A. L.) — Hemipteres-hetéropteres. Une nouvelle forme dans le genre Ranastra, description de une espéce nouvelle. (Société des Scien- ces de Bucarest-Roumanie. 1898.) — Hemiptera cryptocerata. Notes et descriptions d'especes nouvelles , no 3-6 (Ídem, 1898-99.) — Hemipteres-hetéropteres. Plataspidince. Notes et descriptions d'especes nouvelles. (Soc. Entom. de Belgíque. 1899.) N.» 1.— Enero, 1901. 5 m RELACI(3N DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA MoNTANDON (A L. ) — Nouvelles especes d' Hemipferes-hetéropferes (VAlgerie tt de. Tunisie. — Hemiplera cryptoceraia. s. fam. 3íonony china e. Notes ef descriptions d' especes nouvelles. Bucarest, 1899; 2""^ partie, 1900. — Hemiptera-heteroptera. Especes nouvelles de la f aune palear etique. Buca- rest, 1900. — Faune entoniologiqve du Delagoa. 111 Uemipteres. Bucarest, 1900. (Don. del Sr. Montandon.) Observatorio astronómico y meteorológico de Madrid. — Instrucciones para la ohservación del eclipse total de sol del 28 de Mayn de 1900. Madrid, 1900. (Don. del Director.) Observatorio del Colegio Nacional «San Vicente». Ecuador. — Boletín 7nefeoroló[iico. Años 1895-97 (estos tres incompletos); 1898, 1899 (in- completo). (Don. de D. Francisco Campos.) Oi,iviER (l'abbé H.) — Exposé systématique el description des Lichens de VOuest et du JVord-onest de ¡a France. V et 2^'"" partie. (Don, del Sr. Olivier.) Pknzig (O.) ET Saccardo (P. A.)—Diagnoses fungorum novorum in Ínsula Java collectorum. (Series prima). Genova, 1897; (series secunda), 1898. (Don. del Sr. Saccardo.) Preüdhomme de Borre (A.) — Sur le Sargas nitidus Mcigen et sur sa capture en Belgique. (Soc. entom. de Belgique. 1899.) — Sur une noticie d'un entomologisie anglais M. Sladen qui a étudié en captivité, ílans des nids artificiéis de son invention, les especes anglaises du genre Bourdon (Bombus). (Archives des Sciences physiques et naturelles). Genéve, 1899, — Nota preserdacla en sesión del 16 de Febrero de 1899 á la Soc. de Física é Historia natural de Ginebra, anunciando el estudio publicado por Cari. Grevé «so&re la distrihución geográfica de Ivs Perisdactilos, Zamnungios y Artiodactilos no rumiantes. i (Ídem, Genéve, 1899.) (Don. del Sr. Preadhomme de Borre.) PuiGGARi (Dr. D. J, I.) — Noticia sobre algunas criptóganias Jialladas en Apiahy, provincia de San Pablo en el Brasil. Apiahy, 1881. (Don. del Sr. Puiggari.) Eey-PaiLhade (M. J. de\ — Projet d' étahlissement d'un systeme tmetre- grdmme-jour» 2)0ur Vunification des mesures j^hysiologiques. Toulouse, 1899. (Don. del autor.) EiCHARD (Dr. Jules). — Les campagnes scientifiqueé de S. A. S. le Prince Al~ bert i" de Monaco. Monaco, 1900. (Don. del Sr. Richard.) — Essai sur les crustacés consideres dans leurs rapports avec V higiene, la médecine et la parasitologie. Lille, 1900. EivAs Mateos (D. Marcelo).— Estudios preliminares para lafiora de la pro- vincia de Cáceres (continuación). (Soc. esp. de Hist. nat. 1899.) (Don. del autor.) DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 67 Saccardo (P. a.) — Sulla piü antica imhhlicazione di plantae exsiccatae. (Soc. botánica italiana. 1899.) — Di Domenico Vandelli e della parte cJi ebhe lo studio padovano, nella riforma deW istruzione superiore del Portogallo nel settecento. Padova, 1900. (Dr. del Sr. Saccardo.) Salomón (Dr. ^^ .) — Wermrite (dipiro) di Breno. Milano, 1896. — SuW origine, huIV eta e sulla forma di giacitura delle masse granitoidi della conca periadriatica. Milano, 1897. — Sul modo di determinare il valore variahile della rifrazione della luce in sezioni sottili, comunque oriéntate di Minerali oíticamente uniassici) a rifrazione e birifrangenza conosciute. — Studi geologici e pefrografici sul monte Aviólo, ti ella regione lombarda del gruppo dell Adamello. (Giornale di Mineralogia, Cristall. e Petr., diretto da! Dott. Sansoni). Pavia, 1891. — Sopra idcune rocxe metamorfiche, intercluse nella. tonalite. (ídem). 1892, — Ntiove osservazioni nelle regioni di Cima d' Asta e dell' Adamello. (ídem). 1892. — Bemerkungen zu der Cathrein'schen Arbeit. Dioritische Gang-und Stock- gesteine niin dem Pusterthale. Heidelberg, 1896. — Die Kri/sínllform des Acetylesters des o-oxytriplienylmethans. Heidel- berg, 1898. — Ueber das Alter des Asta-Granites. 1898. — Ueber eine neue Bildun<¡íiweise der dritten Modification des Schwefels. 1899. — Ueber einen Doppelgang van Mintttc und Granitporphyrbei Schriesheim im Odemvald. 1899. — Essai de nomenclnture des roches metamorfiques de contad. Paris, 1900. — Neue Bemerkungen zu den von A. Cathrein gegen mich gerichteten An- griffen. Pleidelberg, 1900. — Die KryataUformen des MetliyUithers des Dibrom-p-oxy-Mesttylalkohols und des p-p-Dimetliyl-benzoins. 1900. — Kónnen Gletscher in ausfehendem Fels kare, Seebecken und Thaler ero- diren? Stuttgart, 1900. — Ueber Fseudomortotis und Pleuronectites. Berlin, 1900. — Ueber eine neue Bildwnjsiveise der dritten Modification des Schwefels. (Don. del Sr. Salomón.) ScHMiDT (Joh). — Notes critiques sur les Histerides des íles Cauüries, avec observations synonymiques. L' Abeille, 1895, — Description d'un hisleride algérien dn genrc Pachylopus et remarques sur la compjosilion de. ce genre. (Soc, entom. de Frauce. 1896.) (Don. del autor.) ScüDDER (S. H.) — The fossil insects of tlie green river shales. (Bull. of the Siirvey). Washington, 1878, 68 EELAClÜN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ScDDDER (S. H ) — Frngments of the coarser analomy of diurna I Lepidoptera.- Cambridge, 1882. — The species of the orthnj)teran genus Derotmema. (Amer. Academy of Arts and Sciences. 1900.) (Don. del Sr. Scudder.) Selts-Longchamps. — Revisión des Diplax palearctiques. Bruxelles, 1884. Sjóstróm (O.) — Die chemische üntersuchiing der Meteoreisen. (Mittheilun- gen des naturw. Vereins fur Nenvorpommern und Rugen. 1898.) Starr Jordán (David). — The Fishes of Sinaloa. 1895. Tassi (Doct Fl.) — Furigi novi Australiani. Senis, 1900. (Don. del autor.) Thoulet (M. J.)— Carie hathimétrique des lies Agores. 1899. (Don. de S. A. S. le Prince Albert I." de Monaco. ToNi (G. B. de). — Secondo pugillo di tripolitane. (Bolletino del R. Inst. Bot. deír Universitá Parmense). Parma, 1893. — Intorno ad una Bacillariea (Suriraya helvética Brun.) confermatn pro- pia della florula lacustre alpina. (ídem). Parma, 1893. — Intorno alia nota di D. Levi-Morenos. «Le diverse ipotesi sul fencmeno del Mar Sporco nelV Adriaticoi . Venecia, 1893. — In morte del Prof. Francesco Saccardo. Padova, 1896. — Frammenti vinciani. II. Una frase allusiva a Stefano Ghisi. Venecia, 1897. — Nota ittiologica risguardante il genere Trygon Adans. Padova,. 1898. — Degli studi intorno agli alimenti dei pesci. Padova, 1898. — Calvi Ger alano. II manoscrito H di Leonardo da Vinci, il ti Fiare di Virtui e r (lAcervat di Ceceo d'' Ascali. Cantrihuto ad tino studio sui fonti di Leonardo da Vinci. (Archivo storico lombardo). Padova, 1899, — I recenti studi di talassografia Norvegese. 1899. — Lampropedia violácea (Bréb) nella flora Véneta. (R. Istitnto Véneto di Scienze, Lettere ed Arti. 1899.) Toxi (G. B de), Bullo (G. S.) t Paoletti (Gí.)—Alcnne notizie sul lago D' Arqua- Petrarca. Venezia, 1892. ToNi (G. B. de) Y David Levi. — Flora Algologica della Venezia. Parte prima. Lefloride Venezia, 1885. Parte segunda. Le Melanoficee. 1886. Parte terza. Le Cloroficee. 1888. Parte cuarta. Le Mizoficee ¡cianofi- cee). 1892. Parte quinta. Le BacWariee (diatomce). 1898. ToNi (G. B.) ED FoRTí (Achule). — Contrihuto alia conoscenza del 2>lancton del lago Vetter. Venezia, 1900. (Don. del Sr. de Toni.) Torremocha Telí.ez (D. C. Lorenzo). — Termogenesis, icrmolisis y termo- taxis. Madrid, 1899. (Don. del autor.) TuFTS. coi,LE(JE sTUDiES.— No 5 (March, 1898); no 6 (February, 1900). Vera y Chilier (Francisco Asís de). — Memoria sobre la formación de las rocas de la provincia de Cádiz. (Soc. esp. de Hist. xat. 1900.) El Biiliotecai-io, Rafael Bla>;co y .íuste. boletín SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Sesión del 9 de Enero de 1901. PRESIDENCIA DE D. BLAS LÁZARO É IBIZA. Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. Asiste el Sr. Barras, de Avila. — El Sr. Puig" y Larraz, después de dar g-racias á la Socie- dad por el carg'o con que le había honrado, invitó á los señores eleg'idos en la sesión anterior para formar la Junta directiva del corriente año y tomar posesión de sus puestos. — El Presidente, Sr. Lázaro é Ibiza, hizo uso de la palabra para manifestar á la Sociedad la sincera g-ratitud que la debía por haberle desig'uado para un puesto que habían ocupado an- tes de él personas eminentes en las ciencias naturales. Mani- festó que la Sociedad continúa sus tradiciones de trabajo sin interrupción, tratando de ampliarlas con las nuevas reformas, que no cambian en esencia el plan hasta aquí seg'uido, sino que constituyen nuevos intentos para dar á aquél mayor des- arrollo. Terminó pidiendo un voto de g'racias para los indivi' dúos de la Junta saliente, que fué aprobado por unanimidad. — El Vicepresidente, Sr. Oloriz, también expresó su g-ratitud por el nombramiento con que la Sociedad le había honrado y para el cual no se creía con méritos suficientes. — El Sr. Lázaro dio cuenta á continuación del fallecimiento del Excmo. Sr. Marqués de la Ribera, consocio nuestro desde el año 1872, miembro de la Sociedad Geológica Alemana y au- tor de un importante Estudio sobre las turmalinas y descripción de sns principales variedades, con cinco láminas, publicado en el tomo III de nuestros Anales, y otro sobre El Eozoon canadense, •aparecido en el tomo v de los mismos. Poseía el finado una ':o boletín de la sociedad española espléndida colección de minerales, que, como los demás me- dios de estudio reunidos en sus larg'os viajes, puso siempre á disposición de cuantas personas quisieron utilizarlos. Por es- tos y otros muchos méritos personales, era el Marqués de la Ribera uno de los hombres de ciencia más queridos y respeta- dos de España, y cuya muerte verán con honda pena los indi- viduos de esta Sociedad. Se acordó constase así en el acta. También participó á la Sociedad que nuestro consocio señor Rodríguez Mourelo había sido nombrado profesor de Química industrial org-ánica de la Escuela Central de Artes é Industrias de Madrid, felicitándole con este motivo en nombre de todos, por lo que dio las g-racias el Sr. Rodríg-uez Mourelo. Correspondencia. — El Secretario leyó una comunicación de nuestro consocio D. Federico Rubio y Galí, dando g-racias por la felicitación que le dirig-ió la Sociedad con motivo del quin- quag'ésimo aniversario de su licenciatura en medicina. Otra de la Sociedad Entomológ-ica de Bélg-ica participando el fallecimiento del Barón Edmundo de Sélys-Long'champs, cuya lectura fué oída con sentimiento, acordándose hacerlo así pre- sente tanto á la expresada Sociedad como á la familia del finado, que ha tenido también la atención de participarnos tan triste suceso. Con este motivo manifestó el Sr. Bolívar que aun cuando sabía que otro señor Socio se proponía leer una noticia necro- lóg-ica acerca de los méritos del ilustre sabio cuya pérdida todos lamentamos, se creía en el deber de decir alg-unas pala- bras en elüg'io del finado, ya que le había correspondido la honra de presentarle en nuestra Sociedad, cuando enterado apenas de su constitución quiso asociarse á nuestras tareas para alentarnos á perseverar en nuestro propósito. Manifestó deber al Sr. de Sélys-Long-champs g-randes atenciones, habién- dole encontrado siempre propicio á resolverle cuantas dudas se le ocurrieron en el estudio de los neurópteros, debiéndole también una numerosa colección que el Sr. Bolívar reg-aló más tarde al Museo de Madrid, y es hoy el principal núcleo de la colección de odonatos de este establecimiento, estando etique- tadas todas las especies de mano del mismo Sélys, y por fin, fué el arbitro en la controversia suscitada con motivo de la determinación de la lang-osta que forma la plag-a en Extrema- DE HISTOHIA NATURAL. "Jl dura, y que desde entonces se atribuye exclusivamente al Stauronotus maroccanvs Thunb. (1). Aprobación de cuentas. — El Sr. Rodrig-uez Mourelo, presidente de la Comisión de revisión de cuentas, leyó el sig-uiente dic- tamen: «Los socios que suscriben, desig-nados en la sesión de 5 de »Diciembre de 1900 para examinar y comprobar las cuentas de »esta Sociedad que con referencia al mismo año presentó en »dicha sesión el Sr. Tesorero, D. Igmacio Bolívar, tienen el »g-usto de manifestar que las han encontrado en todo confor- »mes con los comprobantes, resultando que existe á favor de >da Sociedad un saldo de 215,02 pesetas, y créditos de 2.033,12 »pesetas. »E1 estado económico de la Sociedad Española de Historia »Natural es, como se ve, altamente satisfactorio, debiéndose »ésto, muy principalmente, al constante celo del Sr. Tesorero, »para quien la Comisión solicita un voto de gracias, á la vez »que propone la aprobación de las cuentas comprobadas. — Ma- »drid 10 de Diciembre de 1900.— José Rodríguez Mourelo. — »Aurelio Vázquez Fig-ueroa. — Ang-el Cabrera Latorre.» La Sociedad aprobó el dictamen y el voto de gracias solici- tado para el Tesorero, haciéndolo extensivo á los Tesoreros de las Secciones de Sevilla y Zaragoza, D. Julio del Mazo y don Félix Gila, y á los Sres. D. Emilio Rivera y D. José Fuset, que han representado á la Sociedad en Valencia y Barcelona con gran interés y asiduidad. Admisiones. — D. Daniel Gutiérrez Martín, residente en Ma- drid, calle del Marqués de Santana, núm. 24, presentado por los Sres. Lázaro é Ibiza y Sanz de Diego. Presentaciones.— D. César Sobrado Maestro, Dr. en Farmacia, residente en Madrid, calle de las Minas, núm. 13, presentado por el Sr. Lázaro é Ibiza. Comunicaciones verbales. — El Sr. Martínez Escalera expuso la conveniencia de que nuestra Sociedad eleve á los Poderes pú- blicos una Exposición pidiendo que la Historia Natural forme (1) Rl resultado de esta controversia puede leerse ea el Bulletiii de la Sociéld ento- mologique de Belgique^ t. 20, x. •72 boletín de la. SOCIEDAD ESPAÑOLA parte de la enseñanza primaria en España. Después de varias ob- servaciones de los Sres. Cáceres Gómez, Vázquez Fig-ueroa, Bolívar y el Presidente, se acordó que la idea apuntada se ma- dure más despacio y se discuta en otra sesión para ver el modo de realizarla. Nuestro disting-uido consocio Sr. Más y Guindal comunicó á la Sociedad varias citas de plantas por él observadas y recog-i- das en sus expediciones por las provincias de Santander, Ma- drid (Majadahonda-Romanillos y Aranjuez á Ontíg-ola), Bar- celona (Horta) y Toledo; todas ellas de interés para el objeto que se propone la Sociedad de alleg-ar datos para la formación del Catálog'O de las producciones naturales de la Península, por lo que se acordó pasaran á dicha Comisión, manifestando al 8r. Más el aprecio con que la Sociedad recibía su trabajo, y ro- g-arle, igualmente que á todos los socios que quieran colaborar en la redacción de listas de especies, que las extiendan en las papeletas aprobadas por la Sociedad, las cuales les serán faci- litadas por la Comisión del Catálog-o, que á la vez les dará las instrucciones necesarias para la conveniente uniformidad de este trabajo. — El Presidente dio cuenta de otras notas recibidas, que son: Al gimas formas transitorias de las especies españoJas del género Drosera , por el Sr. Rivas Mateos ; Noiiibres regionales salmantinos de algunas plantas espontáneas, por el Sr. Fernán- dez de Gata, y Algunas especies raras, unieras ó criticas de la jlora gallega, por el R. P. B. Merino, acordándose pasaran á la Comisión de publicación. Excursiones. — Tratóse á continuación de las que, seg^ún el nuevo Reg'lamento, debe realizar la Sociedad, y el Sr. Bolívar indicó el proyecto que algunos socios alentaban de llevar á ■cabo una excursión por las provincias de Almería y Granada durante las vacaciones de la Semana Santa; y no habiendo otro proyecto presentado, se acordó anunciar en las cubiertas del Boletín los datos referentes á la duración, plan y presupuesto de lo iniciado por el Sr. Bolívar, á fin de que llegue á cono- cimiento de todos los socios, para que puedan tomar parte en «Ha los que lo desen. También se acordó realizar la primera excursión mensual el día 23 del corriente; se dirigirá á Montarco, estación del ferro- DE HISTORIA NATURAL. 73 carril de Madrid á Arg-anda, y los socios que deseen concurrir se enterarán de las condiciones en el local de la Sociedad unos días antes. Conferencias. — Se pasó á tratar de las que debe dar nuestra Sociedad para propag-ar la afición y los conocimientos de las (•iencias naturales, en cumplimiento de lo prevenido en el nuevo Reg-lamento, y el Presidente invitó á ios socios presen- tes, ofreciéndose desde lueg-o varios de ellos á satisfacer los deseos del Sr. Lázaro, conviniéndose en que por ahora se da- ría una conferencia mensual, para lo que el Sr. Rodríg-uez Mourelo g-estionará del Ateneo científico y literario la concesión del local necesario al efecto. Publicaciones. — El Tesorero manifestó que vencidas las di- ficultades que habían retrasado la publicación de los cuader- nos de las Memorias, se habían por fin publicado los cuader- nos 1." y 2.° del tomo xxix bajo una misma cubierta, quedando en prensa el 3.° y que entre este tomo y el que se publicaría en el año corriente, que sería el décimo de la seg-unda serie y el treinta y último de los Anales, se podrán dar á luz todas las Memorias que la Sociedad tenía en cartera, de conformidad con lo propuesto por la Junta directiva anterior. También se ha publicado y repartido el Acta de la sesión de Diciembre, con lo que queda terminada la serie de las Actas. Manifestó, por último, que esperaba podría repartirse el primer cuaderno del Boletín en lo que resta de mes, á pesar de que en él ha- brían de tener cabida la lista de socios y la relación del estado de la Sociedad y de su Biblioteca, además del acta de la sesión que se estaba celebrando, con las numerosas comunicaciones de que se iba á dar cuenta. Secciones. — La de Sevilla celebró su sesión del mes de Di- ciembre el día 7 del mismo, bajo la presidencia de D. Manuel Medina, aprobando el proyecto de presupuesto para 1901, que es el sig'uiente : Mozo para repartir ¿50 ptas. Impresión de citaciones 5 — Total 35 ptas. 74 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA También quedó aprobada la nueva Junta directiva en esta forma: Presidente, D. Fernando Halcón, marqués de San Gil. Vicepresidente, D. José María Benjumea y Pareja. Tesorero, D. Julio del Mazo y Franza. Secretario, D. Federico Chaves y Pérez del Pulg-ar. Vicesecretario, D. José J. Arráez y Carrias. Se leyó una nota del Sr. Hernández Pacheco, Datos sobre he flora micológica de Jos alrededores de Córdoba, que se publicará en el acta. La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 26 de Diciem- bre de 1900, bajo la presidencia de D. Patricio Borobio, y se aprobó la consig-nación de 30 pesetas al dependiente para re- partir las citaciones de dicha Sección. Se nombró la sig-uiente Junta directiva: Presidente, D. Manuel Díaz de Arcaya. Vicepresidente, D. Hilarión Jimeno. Tesorero, D. Félix Gila y Fidalg-o. Secretario, D. Pedro Moyano. Vicesecretario, D. Juan P. Soler y Carceller. Se presentó una nota del Rvdo. P. Navas acerca de La cueva de Maderiiela, que se publicará en el acta. Notas y comumcaciones. El Barón Edmundo de Sélys-Longchamps (Noticia necrológica) POK EL R. P. LONGINOS NAVAS. Pérdida en extremo sensible acaba de experimentar nuestra Sociedad con la muerte del Barón Edmundo de Sélys-Long-- champs, ocurrida en Lieja (Bélgica), el día 11 del pasado Di- ciembre. Pocos personajes contará nuestra Sociedad de la talla de Sélys-Long-champs. Desde el año 1874 pertenecía á ella y la ennoblecía con su ilustre nombre, como honraba á la Sociedad Zoológica de Francia, que lo contaba entre sus miembros hono- DE HISTOHIA NATUHAL. 75 rarios, y á la Entomológ-ica de Bélg-ica, de que fué presidente. Además, muchas otras Corporaciones científicas se g-loriaban de tener al ñnado Barón entre sus socios de número, correspon- dientes ii honorarios. Durante más de medio sig-lo ha ocupado lug-ar preferente en el mundo sabio. Ya el año 1836 dióse á conocer por su Essai monograpJiique sur les CampagnoJs des environs de Liége. Poco después, en 1840, publicó su famosa Monogra-pMe des Lihelhi- lidées- d' Euro]}e , obra fundamental- para todos los que después han querido estudiar esta sección de los Neurópteros de Euro- pa. Desde entonces, aunque no descuidó el cultivo de otros ra- mos de la Historia Natural, especialmente insectos Lepidópte- ros y Ortópteros, dedicóse por completo al estudio de los Odo- natos, abarcando en su investig-ación á los de todo el mundo. De su fecunda pluma brotaron continuamente sabias mono- "•rafías ó enumeraciones y descripciones aisladas, que serán siempre consultadas como oráculos por los que á semejantes estudios se dediquen. A él en g'ran parte se debe el rápido in- cremento que tomó el estudio de los Odonatos en diferentes naciones durante la seg'unda mitad del sig'lo que acaba de ter- minar. Su labor ha sido fructífera. En los albores de su carre- ra entomológ-ica, en 1838, se conocían apenas 159 especies de Odonatos, descritos brevemente por Burmeister en su Manual de Entomolog-ía, y aquella cifra se elevó á 2. 000 en 1895, cinco años antes de su muerte. Su colección propia, seg-uramente la mejor del mundo, no contaba menos de 1.550 especies en 1895, seg"iin atestignia él mismo. A las eminentes dotes científicas juntaba aquellas que sue len acompañar á los g-randes sabios: laboriosidad incansable y benig-nidad sin límites para con aquellos que á él acudían en demanda de sus luces. También en la política ocupó los más altos puestos, forman- do parte del Senado por espacio de cuarenta y cinco años y siendo varias veces su presidente. Por más que había lleg-ado á la avanzada edad de 87 años (nació en París en 25 de Mayo de 1813), su robustez hacía pro- meternos todavía se alarg-ase mucho tiempo su preciosa exis- tencia. Escribíame en Junio de 1899: «Le temps me manque souvent pour satisfaire á mes correspondants; mais g-ráce á Dieu, malgTé mes 85 ans, ma santé est encoré bonne, et je "6 boletín de la. sociedad española puis me livrer á la Chasse aux Insectes et a leur étude, lors- que mes occupations parlementaires et celles de chef de famil- le me le permettent.» Tales palabras me hacían aug-iirar lar gos años de vida: así es que me ha sorprendido la noticia do- lorosa de su muerte. Exting-uióse apaciblemente aquella exis- tencia tan laboriosa, teniendo el consuelo de morir en brazos de su familia y confortado con todos los auxilios de la Ig-lesia. Aunque enumerar todas las obras del Barón de Sélys-Long^- champs es para mí tarea imposible en estos momentos, no quiero, sin embarg-o, defraudar á nuestros consocios privándo- les de la lista de las principales publicaciones de que teng-o noticia, debidas á su docta pluma. Lista de las principales publicaciones del Barón Edmundo de Sélys-Lougchamps. «Essai monog-raphique sur les Campag-nols des environs de Liég-e.» 1836. «Monog-raphie des Libellulidées d'Europe.» 1840. 'xRevue des Odonates ou Libellules d'Europe.» 1850. «Monog-raphie des Caloptérygines.» 1854. «Synopsis des Caloptéryg-ines.» 1853-79. «Monog-raphie des Gomphines.» 1857. «Névroptéres de Tile de Cuba.» (En la obra de D. Ramón de la Sag-ra.) 1887. «Synopsis des Gomphines.» 1854-78. «Névroptéres de la Corsé.» 1862. «Odonates de l'Alg-érie.» 1865-66. «Odonates recueillis á Madag'ascar et Comore.» 1867. «Névroptéres de Ming-rélie.» 1868. «Odonates des íles Seychelles.» 1868 «Nouvelle revisión des Odonates de TAlg^érie.» 1870. «Synopsis des Cordulines.» 1871. «Apercu statistique sur les Névroptéres Odonates.» 1871. «Matériaux pour une Faune Névi^optérolog-ique de l'Asie sep- tentrionale.» 1872. «Revisión des Psocides décrites par Rambur, suivie de la li.ste des espéces observées en Belgique.» 1872. «Note sur plusieurs Odonates de Madag'ascar et des íles Mas- careignes.» 1872. «Synopsis des Ag-ríonines.» 1860-1877. DE HISTORIA NATURAL. 77 «Observation sur V Acridium j)eregrimim.y> 1878. «Note sur deux Libelluliues du <>-enre Uí'othemis.y> 1878. «Odonates de la Rég-ion de la Nouvelle Guiñee.» 1878. «Nouvelles obsei'vations sur les Odonates de la Rég-ion de la Nouvelle Guiñee.» 1879. «Revisión des Ophiogomphus, etc.» 1879. «Note sur une race de VAscaJapIíus b 1885. «Odonates nouveaux dePékin.» 1887. «Odonates de l'Asie mineure et Revisión de ceux de la fau- ne paléarctique.» 1887. «Névroptéres recueillis dans l'Asie céntrale.» 1887. «Catalog-ue raisonné des Orthoptéres et des Névroptéres de laBelg-ique.» 1888. «Odonates recueillis aux lies Loo-choo.» 1888. iiPalceophJeMa, etc.» 1889. «Odonates de Sumatra.» 1891. «Odonates du voyage de M. Leonardo Fea en Birraanie » 1891. «Le prog'rés dans la connaissance des Odonates.» 1896. «Causeries odonatolog-iques » (Núms. 1-9.) 1890-97. Además numerosos artículos ó notas en diversas Revistas científicas. Especies españolas del génsro Dorcadion Dalm. POR D. MANUEL MARTÍNEZ DE LA ESCALERA. Cuerpo oblongo, más ó menos alargado y pubescente, ador- nado por lo común de fajas loi:g'itudinales vellosas de dis- tinto color que el fondo; patas cortas y robustas; antenas más cortas que el cuerpo, robustas y finamente pubescentes; man- díbulas fuertes, poco arqueadas; protórax convexo provisto de ■78 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA tubérculos laterales salientes más ó menos pronunciados; éli- tros soldados. Insectos propios de las estepas y terrenos ásperos; marcha- do res. Es g-énero muy homog-éneo en el que pueden, sin embar- §•0, hacerse g-rupos muy naturales; la gran mayoría de las especies españolas están caracterizadas por una costilla long"i- tudinal, lisa, saliente y desprovista de pubescencia, más pro- nunciada en las que ocupan la reg-ión central (sierras de Gua- darrama, Cuenca y Teruel), cuya costilla va perdiendo en in- tensidad á medida que las especies avanzan hacia el S. , te- niendo las andaluzas el protórax simplemente punteado, como en minulicorne, mucidum, mus, Amori, etc., mientras que las del NO. de la Península tienen el protórax muy rug-oso y aun escabroso en cas/ilianmn, 3ínlsan¿í, Seoanei, etc. '' Todas ellas suelen estar bastante localizadas, siendo extra- ordinariamente variables en su coloración y dibujo, con infi- nidad de anomalías individuales que hacen difícil su deter- minación específica, lo cual ha dado lug-ar á una sinonimia bastante confusa, puesto que las descripciones, sin tener á la vista los tipos, son insuficientes cuando por todo carácter se da la coloración y disposición de las fajas vellosas, 3^ éstas, como dig'o antes, son muy variables dentro de la especie y se repiten en otras distintas; si á ello se añade que los caracteres que pudieran llamarse org-ánicos son asimismo variables en hi especie, por ejemplo, la costilla frontal y la media protorácica, las callosidades y tubérculos laterales, costillas de los éli- tros, etc., se comprenderá la dificultad de determinar alg-unas especies muy afines. Así es que he adoptado en los cuadros el empleo simultá- neo de estos caracteres org-ánicos y de los que se sacan de la l^ubescencia del protórax, que es más constante que la de las fajas elitrales, pudiendo afirmarse que, en alg-una especie, ejemplares que no estén bien frescos con la pubescencia ínte- g-ra son indeterminables, no para un ojo experimentado, sino para el que sin materiales de comparación pretenda hacerlo. He procurado en la determinación de las especies indicar su variabilidad en los términos de las descripciones que re- sultan quizás alg'o vag'as, dando al fin de ellas las afinidades de cada una con las más próximas; asimismo he procurado DE HISTORIA NATURAL. '.9 también emplear casi las mismas palabras en todas ellas, aún á riesgo de monotonía y quizás con excesiva minuciosidad: ¡están tan lejos los tiempos de Linneo y de las frases cortas para caracterizar las especies de coleópteros! Pudiera creerse al ver aparecer en el presente trabajo una quincena de especies nuevas entre cuarenta españolas, que el amor desmesurado del mi/il me había impulsado á hacer «•rupos arbitrarios prodig-ando su número; mas, considerando, de una parte, que las especies existen sin que el naturalista pueda hacer rectamente más que aplicarlas un criterio más ó menos amplio; de otra, que el g-énero Dorcadioíi está profusa- mente representado en España, donde cada sierra ó estepa po- see especies típicas, y por fin, que me ha cabido ea suerte explorar, con algún detenimiento, nuestro suelo, siquiera sea en zonas reducidas; la objeción del número excesivo de nove- dades, perderá alg-una fuerza, máxime si cuando con mi crite- rio he ag-rupado buen g'olpe de las especies de Chevrolat, en lo que he creído fueran formas permanentes, bien limitadas; con el mismo habré debido considerar lo que estimo especies nue- vas, sin que este último arg-umento pretenda llevar al ánimo de nadie la convicción de que lo hecho por mí es bueno, ni eri- girme en autoridad de especialista, antes al contrario, confe- sión de ñaquezay deseo de que otros más competentes ilustren la cuestión. Cúmpleme ahora dar las g-racias por sus comunicaciones á los naturalistas nacionales y extranjeros que me han prestado ayuda, á los Sres. Uhag-ón, Martínez y Sáez, Bolívar, Lafuente. Navas, etc., entre los primeros, y Y. He^^den, Pie, y Oberthür. entre los seg"undos, haciendo muy especial mención de este último, de cuya incomparable colección dispong-o como de cosa propia, merced á su amor por la Entomología, y á cuya colec- ción pertenecen casi todos los tipos que sirven de base á este trabajo, y asimismo atestiguo mi gratitud públicamente á mi amigo el Sr. LaufFer, quien teniendo reunidos grandes mate- riales para hacer una Revisión , generosamente los ha some- tido ámi examen, pudiendo él, con mayores luces, realizar este mismo trabajo que yo intento; ejemplo raro de desprendi- miento que quizás sea en daño de la Ciencia. 80 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA CUADRO DE LOS GRUPOS. 1 (6) Especies de costilla media protorácica, más ó menos indicada. 2 (5) Costilla media protorácica saliente, entera desde la base al borde anterior , lisa y brillante y fuertemente pro- nunciada, más ó menos surcada en el centro; flan- queada de bandas pubescentes unicolores ó bicolores bien limitadas. 3 (4) Protórax con dos fajas long'itudinales peladas desde la base al borde anterior á más de la costilla media. Sección A, tipo BD. Graellsi, Ghilianii. 4 (3) Protórax totalmente pubescente, sin fajas peladas longi- tudinales ni más espacios lisos que la costilla media y unas pequeñas callosidades redondeadas cuando existen, circundadas por la pubescencia. Sección B, tipo DD. Uhagoni, Heydeni. 5 (2) Costilla media protorácica, poco ó nada saliente sin lle- g'ar á la base ni al borde anterior y flanqueada de una pubescencia más ó menos densa, sin constituir fajas ó bandas long"itudinales distintas. Sección C, tipo DD. Lesnei, Bouviefi, f) (1) Sin costilla media protorácica. 7 (8) Protórax punteado. Sección D, tipo D. Amori, steparium. 8 (7) Protórax rug"oso. Sección E, tipo DD. Mulsmiii, Seoanei. Sección A. Especies con la costilla media protorácica saliente, entera desde la base al borde anterior y más ó menos surcada eh el centro, "flanqueada de bandas pubescentes unicolores ó bico- lores bien limitadas. Protórax con dos fajas longitudinales desprovistas de pubes- cencia de.sde la base al borde anterior á más de la costilla media. 1 (4) Bandas pubescentes protorácicas unicolores, blancas, ocupando dos estrechos surcos formados por la costi- lla y las callosidades lisas, salientes y oblongas que ocupan g-eneralmente todo el espacio de las fajas des- provistas de pubescencia, resultando el protórax con tres costillas lona-itudinales. DE HISTORIA NATURAL. «1 2 (3) Élitros totalmente pubescentes, sin costillas ni espacios lisos pelados, faja sutural pubescente blanca y es- trecha. Patas y antenas negras, pasando al color castaño y al rojo; cabeza con una costilla longitudinal lisa, más estrecha en la región frontal y surcada en toda su extensión desde el vértice al labro; élitros totalmente pubescentes, bicolores ó tricolores, con el fondo de pubescencia pardo obscura aterciopelada, va- riando al rojizo dorado y al blanco, según predominan las ban- das coloreadas sustituyendo al fondo. En la forma típica además de las fajas blancas estrechas marginal y sutural, con una faja humeral blanca generalmen- te más ancha hacia el final que en su nacimiento, otra supra humeral de tono rojizo dorado ó gris sucio que nace cerca del húmero y se prolong-a hasta cerca del final del élitro paralela- mente á la faja humeral, y otra linear blanca, comunmente sólo indicada en su nacimiento, equidistante de la sutural y humeral y que se prolonga á veces entera ó interrumpida flanqueando á la supra-humeral. D. Graelisi Grlls. nec Chevr. Sin. D. aUernaium Chevr. =Z>. Segomaiiimi Cliew.^ cosíicol/e Chevr. Loe. Navacerrada, Peñalara, Reventón; altitud 2.000 m. Antenas y patas rojas, fondo de los élitros del color rojizo do- rado de la faja supra-humeral del tipo, cuya faja no es visible aquí, siendo los élitros, por tanto, bicolores y con las otras fajas blancas , como en él. Sub-especie longipenne Chex i\ = Gh^aellsi Chevr. = v. Ohr- thuri Gangl.; loe. Escorial; altitud 1.500 m. Antenas y patas rojas, fondo de los élitros blanco, siendo apenas distintas las fajas de dicho fondo y desprovisto de la supra-humeral, resultando los élitros, por tanto, unicolores. Sub-especie cinereum Lauff., v. nova; loe. Robregordo; alti- tud 1.500 m. Por lo demás, hay toda suerte de combinaciones en la coloración de las fajas, anchura ó adelgazamiento y desaparición de la supra-humeral y mayor ó menor longitud de la dorsal; doy á continuación el resultado del examen de los tipos de Ciievrolat, existentes en el Museo Británico. D. alternaUím Chevr. no es válido: son un q^ y una Q en los que la costilla protorácica es poco saliente y las callosidale? pof;o marcadas; fajas como en la forma típica del D. Graelisi Glls. N.» 1.— Enero, 1901. 6 /■■ í ■ m boletín de la sociedad española D. Segovianum Chevr. no es válido: es un cT con la faja supra humeral de los élitros nula y con la costilla protorácica más fuertemente surcada que de ordinario. D. Graellsi Chevr. es igual á v. Obertlmri Gangl., y son tres ejemplares de la sub-especie longipanne del cuadro. D. Inv gipenne Chevr. es exactamente un Graellsi Chevr., en el que la f}ij:i dorsal sólo está indicada en la base, así en la forma típica como en la Bub-espicie lovgipenne del cuadro; en el ejemplar típico of de Chevrolat, dicha línea se prolonga hasta cerca del final del élitro, modificación pura- mente individual, que se repite en casi todas las especies de Dorcadion. Chevrolat describió sus Graellsi y longípenne sobre ejemplares de patas rojas de D. Graellsi Glls. pin faja supra humeral, y creó su alternntum so- bre ejemplares típicos de la misma, todos ellos recibidos de Graells, á los que hay que considerar como tipos: conservo por ello el nombre de Graellsi psara la especie y me limito á admitir el áQlongipenneChQvr. parala sub- especie ó raza ya citada para la cual Ganglbauer impuso el de v. Obertiiuri. Y no me es posible conservar los otros á título de variedades en espe- cie cuyos individuos toman caracteres de coloración indistintamente de las que pudieran considerarse como tales; así he visto Graellsi de patas negras en que la faja supra-humeral es agrisada y tan ancha que se une á las humeral y dorsal, Graellsi de patas negras sin faja supra humeral, como Segovianum Chevr., pero con toda suerte de pasos de unión de unas á otras sin ningún carácter orgánico que acompañe á estas modificaciones en la coloración: la var. ovale está constituida por las 99 desprovistas de pubescencia, y no he podido ver (^'q;' de ella. Establezco las dos sub-especies para marcar los límites dentro de los que varía la especie, la mayor ó menor extensión de los tubérculos, la es- tría de la costilla protorácica, generalmente nula, aparte de que la fuerte impresión de la base y la costilla frontal son tan sujetas á modificaciones individuales que sobre ellas, en el D. Graellsi, no es posible establecer caracteres; yo expresaría la idea de que en su evolución el D Graellsi no había encontrado los caracteres definitivos, que fluctúa entre varios y que la exagerí^ción de las callosidades protorácicas que le distinguen de todas las españolas parece ser la predominante con los casos de regresión indi- viduales de callosidades más moderadas que tienden al tipo corriente de los afines hispanicum, Dejeani, Ghiliani, etc. 3 (2) Élitrcs con algunos espacios lisos costiformes long-itu- dinales. D. hispanicum Muís. (Aberraciones con callosidades protorácicas exageradas, parecen á pri- mera vista D. Graellsi sub-especie cinereum, pero distintas de él por tener aún en algún ejemplar de costillas apenas pronunciadas y pubescencia blanca casi completa, las corditas negras erizadas en los húmeros y parte DE HISTORIA NATURAL. 83 anterior de los élitros que faltan en (?raeZ/si cuya pubescencia es más corta y sentada, además de los costados desprovistos de pubescencia, cosa que no ocurre en éste.) 4 (1) Bandas pubescentes protorácicas unicolores ó bicolo- res, sin callosidades, ó cuando éstas existen, peque- ñas, poco pronunciadas, sin cubrir todo el espacio desnudo de pubescencia. 5 (16) Élitros con espacios lisos long-itudinales, más ó menos costiformes, desprovistos de pubescencia. 6 (11) Protórax con bandas pubescentes unicolores, blancas, á ambos lados de la costilla. 7 (10) Sutura de los élitros pubescente, de color blanco. 8 (9) Cabeza provista de una costilla lisa, más ó menos ele- vada, visible en toda su extensión desde el vértice al epístoma, y fuertemente surcada. Patas y antenas neg-ras, pasando al tono rojizo; élitros más ó menos pubescentes, con espacios lisos pelados más ó menos costiformes y en número variable, afternando estas costillas con las fajas pubescentes blancas ó bicolores (blancas y pardo rojizas); en las partes desprovistas de pubescencia, sentada, blanca, que parecen desnudas por verse los teg-umentos ne- gros, existen unas cerditas rígidas, erizadas, neg-ras ó rojizo obscuras, difícilmente perceptibles, y algo más densas en la reg-ión humeral y tercio anterior de los élitros. En la forma típica hay una costilla lisa, paralela á la sutura blanca, otra costilla supra humeral que, naciendo cerca del húmero, viene á unirse á la primera en elcuarto posterior del élitro, siendo paralela á la tercera ó humeral , de suerte que resulta el élitro, además de las fajas pubescentes blancas, su- tural y marg"inal con otras dos pubescentes, blancas también, de las cuales una naciendo en la base concluye en la unión de la primera costilla con la supra-humeral y la otra es sólo visi- ble en el tercio posterior del élitro por fundirse cerca de los húmeros las costillas supra-humeral y humeral y ocupar la pubescencia sólo el fondo de los surcos. D. hispanicum Mis. • Sin. B. nigroUneatum Chevr. Loe. Navacerrada, Peñalara, Reventón, Robreg-ordo; altitud 2.000 á 1.500 m. Ocurre muy frecuentemente que las costillas se obliteran por ser anchas y poco salientes ó se adelgazan hasta formar verdaderas aristas, y ello 84 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA trae modificaciones en la pubescencia que ocupa menos ó más espacio hasta invadir toda la parte visible del élitro (pues en los costados los te- gumentos son desnudos) ; y ocurre también que la pubescencia blanca se transforma en gris ó pardo rojiza, comenzando por la segunda faja en el centro del élitro, extendiéndose esta coloración á la tercera y conservando el color blanco en la sutura y margen , con lo que resultan los élitros tri- colores. No admito variedades por no tener éstas límites fijos, aunque la especie sea en extremo variable y toque en algunos casos en la sub-especie cine- reum del D. Graellsi cuando se presentan en algunos individuos callosida- des protorácicas exageradas conjuntamente con una gran invasión de la pubescencia blanca; mas, en este caso, las patas negras y las cerditas de la base de los élitros la distinguen. La var. encaustum está formada sobre ejemplares QQ en que falta la pubescencia blanca sin conservar más que las cerditas rígidas erizadas negras. 9 (8) Cabeza simplemente estriada en el lug-ar de la costilla long-itudinal. Especie muy afine á la anterior de la que se disting'ue ade- más por la falta de cerditas ríg-idas en el tercio anterior de los élitros, por su tamaño g-eneralmente menor y por la pubescen- cia menos densa. Sufre las mismas modificaciones en cuanto á la disposición y número de costillas y fajas vellosas, asimismo blancas y más ó menos anastomosadas; no he visto ejemplares de patas rojas, pero no creo difícil existan por ser caso muy frecuente en las especies españolas. D. albicans Chevr. Sin. ReinosíB Bris. Loe. Reinosa. 10 (7) Sutura de los élitros lisa, desprovista de pubescencia. Patas y antenas neg'ras. Élitros sin costillas ni más eleva- ciones que la sutura lisa y desprovista de pubescencia y el reborde marg-inal que la tiene blanca, muy raras veces con el comienzo vag-amente indicado de una costilla supra-humeral como en Perezi; con una corta y clara pubescencia negra ú obscuro rojiza muy fina y erizada y con dos manchas blancas que, sin lleg-ar á la base, se corren á lo larg-o de la elevación sutural hasta el fin de los élitros, donde se unen con el mar- g-en y que recuerdan á la del Perezi y con la terminación en el cuarto posterior de aquéllos de una faja humeral blanca borrada en su parte anterior. D. Laufferi Esc. Loe. Cercedilla, DE HISTORIA NATURAL. 85 Especie que sirve de transición entre D. Mspanicum y D. GM- liani, como ocurre por su distribución g-eog-ráfica (el Mspanicíim no baja de Navacerrada y el GJiüiani está en El Escorial, ocu- pando la presente la región intermedia). Distinto de hispanicum por la falta de costilla entera en la cabeza y de callosidades protorácicas, así como por la pubes- cencia de las fajas protorácicas, menos densa, además de la sutura ancha y desnuda; distinto del Ghiliani por no tener la pubescencia de las fajas protorácicas bicolor y por la falta de la costilla supra humeral que delimita en Ghiliani dos zonas en la pubescencia, blanca la interna y pardo rojiza ó g-ris sucio la externa. 11 (6) Protórax con bandas pubescentes bicolores, línea fina blanca flanqueando á la costilla media y ancha banda adyacente color g-ris sucio ó pardo rojizo. 12 (15) Protórax sin callosidades lisas, 13(14) Sutura de los élitros lisa, ancha, desprovista de pu- bescencia y con una costilla supra humeral lisa des- nuda á más del espacio infra humeral pelado. Patas y antenas negras pasando al tono rojizo; élitros trico- lores con la sutura lisa pelada y brillante como la costilla supra humeral que, naciendo cerca del húmero, corre acer- cándose á la sutura sin unirse á ella, con una faja pubescente blanca además de la marg'inal, flanqueando á la sutura lisa y ocupando el espacio comprendido entre éstas y la costilla supra humeral, y con otra faja de color g-ris sucio ó pardo rojizo desde dicha costilla hasta la parte redoblada del élitro (espacio infra humeral), que está pelado en dicha zona, como ocurre en his'panicum, albicans, Laiiferi,:y alg-o menos en iTisi- diosmny Pere2i\ la costilla supra humeral puede ser más ó me- nos larg-a y pronunciada. D. Ghiliani Chevr. Sin. Reichei Chevr. Loe. El Escorial. 14 (13) Sutura de los élitros pubescente y sin costillas ni más espacios lisos que el infra humeral, pues los in- dicios de la costilla supra humeral están cubiertos por la pubescencia. Patas y antenas neg-ras pasando al tono rojizo, cabeza con costilla sólo indicada en el occipucio y finamente surcada hasta el epístoma. m boletín de la sociedad española Élitros además de las fajas pubescentes blancas sutural y marg-inal, con una mancha irreg-ular frecuentemente fundida con la sutural y ocupando el medio del élitro sin lleg-ar á la base ni al fin de él, y con otra pequeña lineal en la conclu- sión del mismo que se acentúa á veces prolong-ándose hacia el húmero sin lleg-ar á él, es decir, con faja humeral borrada en su nacimiento; con el fondo del élitro totalmente pubes- cente, de color pardo obscuro ó pardo rojizo aterciopelado, menos en la reg-ión infra-humeral que está desnuda. Frecuentemente la mancha del medio del élitro y la parte que subsiste de la humeral, pasan del color blanco al g-ris rojizo, ya en parte ya en su totalidad, en ejemplares mal con- servados. D. Perezi Glls. Loe. El Escorial. La var. anthracinum Chevr., está constituida por ejemplares Q Q con los tegumentos negros al descubierto, desprovistos de pubescencia ó á lo sumo con las cerditas negras erizadas del fondo; no conozco ^f of. 15 (12) Protórax con dos callosidades pequeñas oblong-as y lisas y sutura de los élitros estrecha, pubescente, blanca; con un espacio infra-humeral liso despro- visto de pubescencia. Patas y antenas rojizas con pubescencia caediza g-ris. Ca- beza provista de una costilla lisa visible en toda su long-itud desde el vértice al epístoma (aunque más ancha en la reg-ión occipital), finamente surcada y ñanqueada por una ancha faja pubescente pardo rojiza y otra adyacente externa de color g-ris, habiendo además y en la reg-ión frontal solamente, una pequeña lista blanca interpolada entre la costilla lisa y la faja ancha pardo rojiza. Protór^x lig-eramente más ancho que larg-o en el cf y nota- blemente más en la Q, con una costilla lisa long-itudinal en- tera y saliente finamente surcada y ñanqueada de dos fajas pubescentes bicolores (blanca la interna, que es lineal, y pardo ó pardo rojiza la externa, que es ancha), con dos espacios ad- yacentes desprovistos de pubescencia desde la base al borde anterior del órg-ano, que en dicha zona aparece fuertemente reticulado, menos en dos callosidades lisas, brillantes y oblon- g-as, poco elevadas, que no pasan del medio de la banda des- nuda; y con otras dos fajas pubescentes grises menos densas DE HISTORIA NATURAL. 8T -cubriendo los tubérculos laterales que son poco pronun- ciados. Élitros alg-o más de dos veces más largos que anchos, cubier- tos de una pubescencia pardo obscura aterciopelada, excepto en dos estrechas fajas laterales infra-liumerales desnudas como en D. Perezi: con la faja sutural pubescente blanca así como la marg-inal entera; con una faja humeral blanca descom- puesta en lúnulas en el ^f y entera en la Q, visible desde el húmero hasta el final del élitro; y con otra faja dorsal asimismo blanca, estrecha, lineal, equidistante de la sutural y humeral y que indicada sólo en su nacimiento en el c/, se prolong-a en la Q hasta el tercio posterior del élitro, existiendo además en la 9 un espacio muy estrecho liso costiforme supra-humeral y que más indica una aberración individual. Ofrece el aspecto de D. Martinedv. PaiiieU, del que se dis- ting-ue por las fajas longitudinales peladas del protórax, por las pubescentes bicolores, que son como en Pereii en dicho ór- gano, además de tener las bandas de los élitros lisas, desnudas en la regióninfra-humeral que nunca existen en Martinezi. D. insidiosum sp. n. Loe. Cuenca; procedencia incierta; 1 cf 1 Q en mi colección. 16 (5) Élitros totalmente pubescentes. Patas y antenas negras, cabeza con costilla sólo indicada en el vértice y finamente surcada hasta el epístoma. Protórax con pubescencia bicolor como en la especie anterior flanqueando á la costilla media, que es lisa, saliente, entera y fuertemente surcada y dos espacios desnudos adyacentes á las fajas vellosas, fuertemente reticulados con pequeñas callosidades oblongas poco pronunciadas, casi nulas en algún ejemplar. Élitros además de las fajas pubescentes blancas sutural y marginal, con otra también blanca humeral más ancha hacia el fin del élitro que en la base, donde algunas veces se bo- rra; y con otra supra-humeral más ó menos larga y ancha que corre paralela á la humeral copiando á la del Grraellsi, solamente que es blanca aquí y siendo nula raramente: con el fondo totalmente pubescente de color pardo obscuro aterciopelado , sin espacio alguno desprovisto de pubes- cencia. Fácilmente confundible con el Grraellsi por la disposición de ias fajas vellosas de los élitros, pero bien distinto por las fajas ?8 boletín de la sociedad española pubescentes bicolores del protórax (1) y las callosidades pe- queñas. D. Dejeani Chevr. Loe. Sierra de Béjar, Gredos. Repartido en las colecciones con el nombre de alternattim. Notas críticas sobre el género Dorcadion Dalm. POR D. JOKGE LAUFFER. Desde liace algún tiempo, son objeto de mi estudio predi- lecto las especies españolas de Dorcadion, g-énero muy intere- sante, pero que á causa de la g-ran variedad á veces dentro de la misma especie y de la g-ran afinidad que existe entre espe- cies distintas ofrece serias dificultades aun para el entomólogo más versado en la materia. Comprendiendo que sólo disponiendo de un material abun- dante se podrían resolver las dudas acerca del valor de algu- nas especies, cuyos autores desgraciadamente ya no están entre los vivos, he explorado distintas localidades de la sierra de Guadarrama én busca de representantes del género en cuestión y no en balde, puesto que tuve la suerte de encontrar buen número de ejemplares, perteneciendo muchos de ellos á formas y variedades de las tan discutidas especies descrita» por Chevrolat. Esto, unido al material recogido en diferentes partes de la Península que varios de nuestros consocios se han servido en- treg'arme, permite formar una opinión más concreta acerca de las referidas especies y hasta la descripción de otras nuevas. Como nuestro consocio, mi particular amigo Sr. Martínez Escalera > me habla enterado hace poco de su propósito de publicar un cuadro sinóptico de los Dorcadion españoles, me apresuro á dar á conocer las siguientes especies y varieda- des para que las incluya en su trabajo, el que, hecho por un entomólogo tan inteligente, ha de estar necesariamente bien pensado y seguramente facilitará mucho el estudio del género. (1) La faja lineal blanca, adyacente á la costilla protorácica, que caracteriza á DD. Dejeani, Pereú, insidiosum y Gfíiüani siendo muy fina, es menester apreciarla en ejemplares frescos. DE HISTORIA NATURAL. 89 Réstame dar las gracias á los Sres. Bolívar, Becerra, Uha- g-ón y R. P. Navas (S. J.), quienes, bien sea por haberme pro- porcionado especies, bien por sus valiosos consejos, me ayu- daron mucho en este trabajo y muy particularmente á D, Fran- cisco de P. Martínez y Sáez, el que con la amabilidad que tanto le disting-ue, puso su rica colección á mi disposición. Dorcadion vallisoletanum nov. spec. Oblongum, nigrum, griseo-olivaceo-tomentosum. Capite antice sulcato, profunde inaequaliter punctato, interstitiis punctulatis; vértice thoraceque fortiter atque reticulatim pun- ctatis, spina laterali prothoracis acuta; elytris subquadratis, (in Q latioribus) leviter convexis, modice punctatis; abdomine breviter cinéreo vestito; antennis pedibusque nigris, ferru- ^ineo-pubescentibus. — cf' Long". 13,5, Lat, 5,2. Q Long*. 16,2, Lat. 6,7 mm. Patria: Valladolid. Collect. Pérez Arcas, Martínez Escalera. Afin al B. Spinola Dalm., del que se distingue además de la pubescencia, por su forma proporcionalmente más corta, más ancha y casi paralela, sobre todo en la 9 en la que los élitros (que en su parte media tienen 6,7 mm. de ancho por 10,5 de largo, en el cT 5,2 por 9 de larg'o), se estrechan poco hacia el final, lo que da al insecto un aspecto extraño, alg-o parecido al de los lUonohammus. La pubescencia gris verdosa de la cabeza, protórax y élitros es fina y muy caediza, como lo demuestran las 9 9 que he po- dido examinar, que la han perdido casi por completo. Las an- tenas y patas son neg'ras con pubescencia rojiza poco densa. Aun admitido el caso, que no creo imposible, de tener el D. Spinolíp Qxy estado sumamente fresco, un tomento pareci- do, había motivo para mantener la nueva especie que por su forma difiere notablemente de aquélla. Dorcadion Escalerae n. sp. Oblongo-ovatum, nigrum, nitidum, nudum; corpore subtus leviter ferrugineo pubescente punctato; vértice thoraceque for- titer rugoso-cicatricosis; prothorace transverso, medio haud €ostatü, spina laterali subacuta; elytris brevibus, convexis, dilatatis, haud dense punctatis.— Long-. 10-13, Lat. 4-5 mm. Patria. Monte Cauno, P. Navas, S. J. colleg-it. Afin al D. Spinolm Dalm. (D. Mulsa7iíi Bñs.), del cual di- 90 boletín de la sociedad española fiere en que es mucho más pequeño (c/ c/ 10 mm. de long-. por 4 de ancho, Q 2 13 por 5,3), en proporción más corta y más an- cha aún en loS(f(f, recordando los pequeños ejemplares del B. Marmoiiani E&cal. La puntuación en la parte media del pro- noto, es sumamente g-ruesa y desig-ual, dejando muchas veces g-randes intervalos rugosos, más ó menos lisos en su super- ficie; la de los élitros suele ser menos densa y g-ruesa que en el D. SpínoI(F Dalm. No creo que el color rojizo de las patas y antenas que pre- sentan la mayor parte de mis ejemplares deba tomarse por carácter, pues lo atribuyo á que los insectos eran ya viejos- cuando se cog"ieron. Dorcadion Becerrae nov. sp. Elong-atum, nigrum, supra murino-vel ochraceo-tomen- tosum, infra cinereo-pubescens; antennis pedibusque ferrug-i- neis; capite convexo , costa long-itudinali antice augusta , pos- tice latiere, g-labra et uitida, medio sulcata, utrinque albo- lineata; prothorace transverso, haud g-rosse impresso punctato, subtiliter reticulato, costa longitudinali elevata, nítida, haud vel leviter sulcata, lineis quatuor albidis; supra tuberculum spinosum área minutissima g-labra, plus minusve distincta; in singulig elytris fasciis quatuor albidis: suturali, marg-inali, humeralique latiore et cum marg-inali antice et postice con- juncta, integris, quarta ad basim inter suturalem et humera- lem breve.— Long-. 10,5—13, Lat. 4—5,2 mm. Patria: Soria. Becerra, coUegit. Cuerpo prolong-ado, neg-ro, revestido en la parte superior de pubescencia pardo-rojiza, corta, casi pulverulenta, y de otra menos densa pero más larga y resistente en la parte inferior. Cabeza con pubescencia blanquecina y una costilla lisa, finamente asurcada, la que ancha y brillante en el vértice, se estrecha repentinamente en la depresión interantenal, y está ñanqueada por dos líneas blancas, que empezando en el vértice pasan por encima de la frente. Protórax con costilla long-itudinal entera, lisa y saliente, sin ó con un ligero surco y con una faja blanca, mediana- mente ancha á uno y otro lado, y otra del mismo color más estrecha é incompleta encima del tubérculo lateral. El espacio entre las dos fajas está ocupado por una ancha banda pardo- DE HISTORIA NATURAL. 91 rojiza, en cuya parte media hay una pequeña callosidad re- donda, más ó menos lisa, brillante y muy poco saliente. Pero esta callosidad no es un carácter constante, puesto que en alg-unos ejemplares no existe, siendo completa la banda de color. Los tubérculos laterales poco ag-udos pero bien pronun- ciados, y la parte por debajo de ellos con lig-era pubescencia leonada. Élitros casi paralelos, con fajas blancas sutural y marg-inal, estrechas, reuniéndose ésta en la base y en el ápice con la pri- mera que es más ancha; además hay una corta línea basilar del mismo color y equidistante de aquéllas, que en alg^u- nas 9 9 se prolong-a hasta más allá de la mitad del élitro. Antenas y patas con excepción de los tarsos, que son un poco más obscuros, rojas, finamente pubescentes así como la parte abdominal. Solamente en las coxas aparece esta pubescencia blanquecina más densa y larg'a. Esta especie pertenece al gTupo cuyo tipo representa el D. Martinezi Pérez, al que sin embarg-o se parece poco y del que se distingue, abstracción hecha del color, por su tamaño mucho menor, (los ^ cf g'raudes sólo alcanzan 12,5, las Q9 13 milímetros contra 15 y 17 respectivamente en el D. Martinezi) y por su forma casi paralela, las callosidades protorácicas menos pronunciadas y el tomento corto, casi pulverulento. Dorcadion Graéllsi Graélls var. Cazurroi n. var. A forma typica differt: articulo primo antennarum pedibus- que rufis, pictura corporis elytrorumque autem dissimilis fas- ciis albidis latioribus, staturaplerumque validiore. Long-. 11 — 15,5. Lat. 3,7 — 5,5 mm. Patria: Cercedilla reg-ione montana inferiore. Lauffer col- leg-it. Esta variedad de caracteres constantes en la reg'ión en que se encuentra, se disting-ue de la forma típica por el color rojo de las patas y del primer artejo de las antenas (los tarsos y ar- tejos restantes más obscuros), siendo estas partes completa- mente neg-ras en el GraeJJsi. En la variedad el dibujo blanco no suele ser de un color tan puro, sino g-eneralmente amarillento; y tanto las líneas y fajas blancas como la interhumeral leonada son más anchas. En casi todos mis ejemplares, la faja humeral es entera y la línea 92 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA basilar se prolonga alguna vez hasta cerca del ápice del élitro. El tamaño del insecto es el mismo ó mayor que el del tipo. En resumen, se puede decir que el Cazurroi es la única forma que, aparte las diferencias antes indicadas, presenta por com- pleto el aspecto del D. alternatum Chevr., ó sea del verdadero D. GfraeUsi Graélls. Se encuentra en los alrededores de Cercedilla, en la parte baja y bastante lejos del Puerto de Navacerrada. Dorcadion Graéllsi Graélls var. cinereum n. var. A forma Oberthüri Gg-lb. próxima sed elytris omnino ci- ñereis, fasciis, excepta liumerali, parum distinctis; pronoto €osta media lateralibusque valde elevatis. Long. 11 — 14. Lat. 3,5—5 mm. Patria: Somosierra. Lauífer collegit. Por sus élitros aplanados, más largos y proporcioiíalmente más estrechos en la base, es poco parecida al Graellsi típico, y más próximo á la var. Oberthüri. El bonito tomento pardo-rojizo con reflejos dorados de esta última forma está sustituido en el dnerenm por otro de color blanco agrisado (pero más corto y caedizo). Dicha coloración €S causa de que no siempre se distingan bien las líneas y fajas blancas que en los élitros se componen de: sutural, humeral y marginal enteras, y línea basilar corta, que á veces se pro- longa hasta cerca del ápice. La pubescencia del abdomen es blanquecina ó leonada. Las antenas y patas rojas como en el Oberthüri y Cazurroi. De las tres costillas lisas protorácicas, la del medio es muy saliente y convexa, y las dos laterales an- chas, muchas veces enteras y separadas de la mediana por un surco siempre profundo. En las hembras varía el color del tomento, lleg-ando en al- g-unos ejemplares al pardo-rojizo; entonces (y sobre todo com- parando las hembras de la misma talla) el parecido entre el cinereum y el Becerree viene á ser sorprendente, tanto que sería algo difícil distinguirlos si no fuera por las diferencias del pronoto. Dorcadion hispanicum Muís (^y Opuse, ii, p. 48, 1853; Q Chevr., Berl. Ent. Z., 1862, p. 339). De esta especie, cuya área geográfica comprende la parte DE HISTORIA NATURAL 9:? Nordeste de la Sierra de Guadarrama, desde el Puerto de Na- vacerrada hasta Somosierra y quizás más allá, he podido ob- servar las tres razas sig-uientes: 1/, la de Penal ara, la más pequeña, normal, g-eneralmente ejemplares de 9,5-12,5 mm.: 2/, la del Puerto de Naracerrada, Reventón, Lozoya, muy robusta, con dibujo bien pronunciado y que presenta con fre- cuencia hermosos ejemplares de 16,5 mm. de largo por 6 de ancho, y 3/, la de Rohregordo, Somosierra, etc., también g-ran- de, pero muy esbelta, de élitros larg-os, brillantes, rara vez rug-osos, y que en los c^c/" se ensanchan poco hacia la mitad, lo que da al cuerpo una forma cónica prolong-ada. Muchos ejemplares de esta raza ofrecen en el pronoto una lig-era ana- logía con el D. Graellsí \)Oit el tamaño de las costillas laterales y el surco bastante profundo que las separa de las del medio. En las otras dos razas las costillas laterales suelen ser menos pronunciadas, y á veces faltan del todo. La variación en la forma del dibujo blanco de los élitros está mencionada ya por el eminente entomólog-o Sr. Gang-lbauer en SU.& Bestwwinuffs- TadeUen der Ceram'bycideii y consiste en que al lado de la faja dorsal se presenta otra externa, estrecha y abreviada en los dos extremos, y una humeral (como conti- nuación de la apical) que atenuándose llega hasta la base. En algunos casos las tajas se ensanchan (var. nigrolinealwm Chevr.); en otros hasta tal punto, que la pubescencia blanca ag-risada cubre toda la parte superior del élitro, dejando libre solamente una corta línea basilar intrahumeral y la zona lisa supra-marginal. La variedad Q encaustum Chevr. es totalmente negra, es decir, carece de tomento blanco. Dorcadion hispanicum var. erythropus n. var. A forma typica antennis pedibusque rufis tantum diflfert. Patria: Somosierra. Lauffer collegit. Entre los ejemplares pertenecientes á la raza de Robregordo y Somosierra cogidos por mí en aquella región hay tres 9$ con las patas y el primer artejo de las antenas rojos y los demás artejos y los tarsos más obscuros. De muchas especies se encuentran ejemplares inmaturos en los que el color normalmente negro de las antenas y patas tira más ó menos al rojo; pero no se hallan en este caso las Q9 que 94 boletín de la. SOCIEDAD ESPAÑOLA me han servido para la descripción de la nueva variedad^ puesto que han sido cog-idas en completo estado de desarrollo. Dorcadion hispanicum Muís. var. brunneofasciatum n. var. A forma typica differt: fascia dorsali tomentosa elytrorum brunnea, fasciis albidis capite thoracequebrunneo variegatis. Patria : Sierra de Guadarrama. Coll. Lauífer, Martínez Saez, etc. En esta variedad el tomento blanco de la faja ó fajas dorsa- les de los élitros está en mayor ó menor extensión sustituido por otro de color pardo-rojizo que, en este caso, suele mezclarse también con el blanco del protórax y de la cabeza, quedando siempre en la base de los élitros una línea blanca, más ó me- nos corta. He cog'ido bastantes ejemplares, todos bien desarrolla- dos, de esta variedad, á la que pertenecen quizás también los hallados en Peñalara por los disting'uidos entomólog-os v. Hey- den, Baulny y Piochard de la Brúlerie, considerados por ellos como formas híbridas. A ella se refiere sin duda el ejemplar Q de la colección del Sr. R. Oberthür, de que nos habla el Sr. Gang-lbauer en sus antes mencionadas ^^,9^. Tabe- llen. El tener el ejemplar en cuestión un élitro lisiado ó abo- llado, será probablemente debido á una causa extraña durante el desarrollo del insecto y no á la supuesta hibridación, puesto que entre tantos ejemplares cog-idos por mí, no se encuentra este defecto en mayor proporción que entre los de la forma típica. Hallándose la nueva variedad también en sitios donde, como por ejemplo, en el Puerto de Navacerrada, no vive en compa- ñía del alternatum Chevr., no puede admitirse que se trate de una form^ híbrida, de que todavía no he visto ejemplo en el g-énero Dorcadion. Dorcadion Perezi Graélls (An. Soc. entomol. de Fr. 1851 p. 24). Pertenece por la existencia de un espacio liso supramarg-i- nal en los élitros al mismo grupo que la especie anterior, y es por su tomento bicolor y por el número y forma de las fajas afin al D. Ghilianii Chevr. El dibujo blanco de los élitros consiste en: fajas sutural y marg-inal íntegras, dos dorsales y otra apical abreviadas. Las fajas dorsales no suelen pasar del segundo tercio del élitro, y DE HISTORIA NATURAL. 05 g-eneralmente anastomosadas con la sutural forman una sola mancha que por la invasión del tomento obscuro en la parte basilar de las dorsales, adquiere un dibujo en forma de ala- barda. La apical se prolong-a alg'una vez por encima del áng-ulo humeral hasta la base. No he podido encontrar esta especie más que en los altos que coronan el Escorial y siempre bastante tiempo después de haber desaparecido la nieve. Dorcadion Perezi Q var. anthracinum Chevr. (Bullet. de la Soc. entomolog-. de Fr. 1870, p. 86.) Esta variedad, á pesar de no ser pubescente, tiene, como las variedades neg-ras del Mspaniciim, Laiifferi y GMlianii, una débil pubescencia, sólo visible con la lente, y que se compone de cortos pelos neg-ros y erizados. Es, como la de las especies anteriores, bastante rara. Aprovecho la ocasión para refutar en este lug-ar la creencia de alg'unos entomólog-os que consideran las variedades no pu- bescentes como formadas por ejemplares frotados; contra esta creencia puedo citar el hecho de haber encontrado en mis fre- cuentes excursiones á la sierra á principio de la temporada, estas variedades en estado tan fresco que se descompusieron al día sig-uiente, lo que no me sucedió nunca con ejemplares cog-idos más tarde. Además, por muy frotado que esté un ejemplar de las especies que nos ocupan, siempre quedarán vestig-ios del tomento. La verdadera causa de esta particularidad no se conoce aún; quizás se deba á circunstancias especiales ocurridas durante la transformación del animal. Sabido es que la falta de tomento se observa sólo en las hembras. Dorcadion Perezi Graélls Q var. septemvittatum n. var. A forma typica diífert: elytris fascia dorsali in lineas abbre- viatas duas soluta, basi apiceque strig-a brevissima albida ornatis, fascia humerali integ"ra. Q Long\ 11,5. Lat. 4 mm. Patria: Sierra de Guadarrama, Escorial. Lauffer coUeg-it. Élitros con tomento color castaño-obscuro y con tres fajas y cuatro líneas blancas. Aquéllas, que son: la sutural, la hume- ral y la marginal, son completas, distinguiéndose las dos últi- 96 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA mas por su mayor anchura. Entre la sutural y la débil costilla granulosa suprahumeral, á un milímetro de la base, hay dos líneas bien separadas que no Ueg-an á la seg-unda mitad del élitro; la tercera ó basilar es muy corta, y prolong-ada dividiría las dos dorsales; la cuarta, también corta y paralela á la hu- meral, empieza más arriba del ápice, y prolong-ada en la di- rección que lleva, alcanzaría la dorsal externa. Tuve la suerte de encontrar este ejemplar que en el dibujo de los élitros difiere tanto de la forma típica que parece ente- ramente perteneciente á otra especie; bastante motivo (á mi modo de ver) para ser descrito como variedad. Dorcadion Ghilianii Chevr. (Synon. D. Reichei Chevr.) (Berl. Eatom. Zeitschr., 1862, p. 338 y 342.) Muy afin al D. Perezi Graells. La descripción poco precisa que nos dejó Chevrolat de esta especie, hace difícil reconocerla, si como se ha de suponer, el insecto que se considera hoy como el D. Ghilianii es la especie descrita por Chevrolat, quien en la descripción hace caso omiso del tomento bicolor en la cabeza, protórax y élitros que tienen todos los ejemplares de la colección del Sr. Martínez Elscalera y de la mía. Sólo en la descripción del D. Reichei habla Chevrolat de la sutura lisa, elevada y neg-ra que es característica en la especie que tene- mos por D. Ghilianii y en el Lanferi Escal. La faja humeral, blanca y entera que según el mismo autor tiene la hembra tipo, no está más que iniciada en los ejemplares que poseo, destacándose en forma de una corta línea sobre el tomento amarillo sucio del fondo. Patria: Sierra de Guadarrama, Escorial, Las Navas. Colección Escalera, P. Gabriel Strobl, Lauífer. Dorc&dion Ghilianii Chevr. 9 var. ebeuinum n. v. (var. midwm Strobl. i. 1.) A forma typica corpore nudo, haud tomentoso disting'uenda. Carece por completo de tomento, teniendo tan sólo una es- pecie de pubescencia de pelitos cortos, aislados, negros y eri- zados. En los ejemplares que he podido examinar, los élitros son opacos, salvo la sutura, la costilla y el espacio supramar- g-inal, que resultan más brillantes. Se distingue de la var. encausium Chevr. por la falta de las callosidades laterales protorácicas; y de la misma y de la var. DE HISTORIA NATURAL. 97 snbpoUtimi Laaff. por la presencia de costillas brillantes en los élitros. De la var. anthracímim Clievr. difiere en la puntuación mucho más fuerte de la cabeza y del protórax. Colección P. Gabriel Strobl, LauflFer. . Dorcadion Laufferi Escal. (Anales Soc. Esp. de H. N. 1900., Act. p. 236.) Afin al Perezi Graélls y Ghiliann Chevr. Es especie muy bonita, que llama la atención por el contraste que forma la pureza del tomento blanco con el neg-ro brillante del resto desnudo de los élitros. Como el Sr. Escalera dispuso de muy pocos ejemplares al hacer la descripción, me permito, de acuerdo con él, comple- tarla respecto á alg'unos caracteres. Antenas gruesas y larg-as, lleg-ando con frecuencia en los ofcf hasta la parte apical, en las QQ bastante más allá de la mitad del élitro. Patas robustas. Los ejemplares no frotados tienen en el vértice de la cabeza dos líneas blancas que, perdiendo en intensidad, pasan por en- cima de los alvéolos en que se insertan las antenas, lleg-ando hasta el borde anterior del epístoma; entre estas líneas hay otras dos más estrechas del mismo color que g-uarnecen el fino surco frontal. Protórax g-rueso y rugosamente punteado, con una línea blanca á uno y otro lado de la costilla lisa y otra bastante débil é incompleta encima de los tubérculos laterales. El espacio entre estas líneas ó listas está g-eneralmente des- provisto de tomento. Uno de los caracteres más notables de esta especie y del D. GhíHanii es la sutura neg'ra, lisa y brillante, de los élitros. El número de las fajas blancas es ig-ual que en el D. Perezi; son: una sutural y marg-inalínteg-ras, dos dorsales más larg-as que en aquella especie y una corta apical como vestig-io de la humeral. Las dorsales están en los d'c^ casi siempre completamente anastomosadas con la sutural; atenuadas hacia el final y abreviadas en la base por una manchita cuneiforme de un to- mento obscuro, forman una gran mancha ó faja alarg-ada, alg-o parecida á un arpón. En las 9?, y sobre todo estando un poco frotadas, se disting-ue á veces muy bien la separación entre las fajas dorsales. Es más robusto, más convexo y más ovalado N.»l. -Enero, 1901. 7 í»s boletín de la sociedad española que el D. GhiUani, del que se distíng-ue, entre otras particula- ridades, por la falta de las costillas desnudas y brillantes de los élitros. Long-. 10,5—17. Lat. 3,7—6,5 mm. Patria: Sierra de Guadarrama, carretera de Navacerrada, Oarg-anta del Espinar. Dorcadion Laufferi Escal. 9 var. subpolitum n. var. A forma typica corpore nudo tantum distincta. Variedad desprovista de tomento que se disting-ue de la var. encaiistiim Chevr. por la falta de las callosidades laterales protorácicas; de la var. anthracmnm Chevr., además de su ma- yor tamaño y antenas más gruesas, por la puntuación más g-ruesa de la cabeza y del pronoto, y de la var. eheiiimim Lauff. por la falta de las costillas algo brillantes de los élitros. Patria: Sierra de Guadarrama, Garg-anta del Espinar, Lau- ífer coU. Dorcadion Spinolse Dalm. (in Sch. app, ad syn. p. 174)= D. Mulsanti Bris. (An. Soc. Ent. de Fr., 1866, p. 420.) Esta especie se extiende formando lig-eras variedades y razas desde Reinosa, provincia de Santander, por la de Oviedo, la de Zamora, hasta las fronteras de Portug-al en la de Salamanca (Ciudad Rodrig-o, Las Hurdes), encontrándose también en la de Burg-os. Los ejemplares recogidos en Las Hurdes por el se- ñor Sanz de Dieg-o suelen tener los áng-ulos humerales salien- tes, alg-o prolong-ados eu dirección al protórax y en este mismo vestigios de una costilla longitudinal, lisa y brillante, visible- mente asurcada en toda su extensión. Los de Burgos se distin- guen por la brillantez de sus élitros. Algujaas formas transitorias de las especies españolas del género Drosera. POR D. MARCELO RIVAS MATEOS. Cuando se analizan ejemplares de una misma especie reco- gidos en distintas localidades, suelen encontrarse diferencias que, si con frecuencia no son lo suficientemente notables para instituir variedades, al menos nos dan clara idea de la diver- sidad de formas locales y de las modificaciones que los indivi- duos sufren por adaptación al medio luchando por la existencia. DE HISTORIA NATURAL. 99 Para poder encontrar estas relaciones de las especies, pue- den estudiarse un buen número de individuos que procediendo de especies próximas sean, si es posible, de ig-ual y distinta localidad; por lo reg*ular las condiciones de vida son diferentes y por lo tanto los individuos al adaptarse modifican, en defen- sa propia, su org-anización para poder proseg-uir la existencia. En la inmensa mayoría de los g-éneros podemos observar el cumplimiento del principio de la evolución org-ánica; la exis- tencia de formas transitorias es quizá una de las pruebas más decisivas de la inneg*able preponderancia de la energ-ía de adaplació?i sohre la otra tendencia antag-ónica representada por la herencia que, como es sabido, tiende al loantenimiento de la especie. Aparte de la selección sexual natural y sólo tenien- do en cuenta ese desequilibrio, insensible á veces, g-rande en otras, entre las dos tendencias adaptación y conservación pre- existentes en las formas vivas, podríamos explicar el por qué de la existencia de esos individuos transitorios, que no vienen á ser más que especies en vías de formación. En la época presente el catálog-o de plantas faneróg-amas y criptóg-amas ñbroso-vasculares de la Flora española está muy adelantado, pues son muchos los valles y montañas que han sido visitados por los aficionados á la ciencia lin- neana y publicada después la lista de las especies encontradas ó en libros especiales ó en nuestros Anales de la Sociedad Es- pañola de Historia Natural. Es verdad que estos trabajos tie- nen notoria importancia, pero la actual empresa que hay que acometer es el estudio de las relaciones que tienen entre sí las especies veg-etales y la org-anización de esos mismos seres para que más tarde las g-eneraciones venideras de la humanidad puedan ver la evolución en toda su majestuosa mag-nitud y resolver otros problemas más gfrandiosos que hoy á nuestra vista aparecen enig-máticos. Me propong-o desarrollar en una serie de artículos todo lo que de notable poseo en mi herbario español referente á for- mas transitorias; en este primero expong-o las correspondientes al g-énero Drosera, de cuyo g-rupo existen tres especies en nuestra Flora: Drosera rotundifolia L., D. longi folia L. y D. intermedia Hayn. Drosera rotmidifolia L., sp. pl. 402.— Escapo recto, bastante mas larg'o que las hojas; éstas que son radicales y forman una 100 boletín de la sociedad española roseta, son de limbo orbicular con el marg-en y haz llenos de pestañas g-landulosas; peciolo alg-o velloso por la parte supe- rior y desprovisto de pelos g-landulosos. Flores en cima escor- pioidea; sépalos lineares obtusos, más cortos que los pétalos y conniventes durante la época de maduración del fruto; pé- talos blancos; estig-ma acabezuelado, entero ó escotado y color blanquecino; cápsula oblong-a, lisa, sin surcos y más larga que el cáliz; semillas con arilo, finamente estriadas y alg-o fusiformes. Fl. Mayo, Ag-osto. Drosera longifolia L., sp, pl. 403. — Como la especie anterior muestra el escapo recto y bastante más larg-o que las hojas; hojas espatuladas, larg'as é insensiblemente adelg-azadas hacia la base por lo que resultan algo cuneiformes; peciolo lampiño ó escasamente pestañoso. Cáliz como en la especie anterior; pétalos rosados; estig-ma mazudo y no escotado; cápsula obtu- sa, alg'O angulosa y lisa; semillas poco arrugadas, con arilo y forma ovoideo-oblongas. Fl. Julio, Agosto. Drosera intermedia Hayn. in Schrad. Journ., 1801, p. 37. — Escapo torcido en la base, recto en la terminación, apenas más largo que las hojas; éstas son trasovado-cuneiformés con el peciolo completamente lampiño. Sépalos muy obtusos y ex- tendidos por el vértice cuando madura el fruto, pétalos blan- cos; estig-ma escotado, plano y rojizo; cápsula piriforme y asurcada; semillas tuberculosas, aovado-oblong-as. Fl. Julio, Agosto. Entre la D. rotundifolia y D. longifolia existe una multitud de formas transitorias que las relaciona de un modo insensi- ble; la paulatina y gradual modificación de las hojas y del estigma, hace que sea difícil la exacta clasificación de algu- nos ejemplares. No hay que olvidar que Schereider denomina D. Totundifolia-anglica á una especie intermedia entre la D. rotmidifolia y D. longifolia (D. anglica Huds.), ó sea la D. ol)o- X)ata Mertens et Kochs, y que esta forma acompaña con alguna frecuencia á la D. rotundifolia en la Sierra de Gredos, Pirineo catalán y otras localidades montañosas. Las hojas de la D. ol)o- vata M. et K., según los ejemplares que tenemos á la vista y que proceden de Gredos, tienen una forma intermedia entre la D. rotmidifolia y D. longifolia; el limbo es trasovado é in- sensiblemente adelg-azado en la base; el peciolo es menos ve- lloso que en la D. rotundifolia pero más que en la Z>. longifolia. DE HISTORIA NATURAL. 101 Las relaciones de las dos especies se hace mucho más mani- fiesta en las flores de los ejemplares que estamos estudiando, y en efecto, la forma y long'itud de los sépalos tanto tienen de común con una y otra especie , los pétalos son Mancos y algo rosados en el margen; estig-ma en maza y escotado; caja ovoidea y lisa. Como se ve, la B. obovata M. et K., es una forma genui- namente intermedia, el anillo de transición entre la D. rotim- difoHa y D. longifoUa; tiene como la primera los pétalos blan- cos, sonrosados en el margen (D. longifoUa), estig-ma mazudo (D. longifoUa), escotado {D. rotundifolia) . En fin, el aspecto de esta planta, la forma, hasta en el detalle, se ve como una combinación de las dos especies; esta es, pues, la razón qué tienen alg-unos botánicos para no considerar como especie la D. obovata M. et K., (D. rotundifolia-anglica Schid.) •' -^ La B. rotundifoUa^Q Sierra de Béjar (Salamanca, Avila, Cá- ceres), tiene bastantes puntos de contacto con la B. interme- dia Hayn.; pueden considerarse como caracteres esenciales de esta última especie, la tortuosidad del escapo en la base, lo muy obtusos que son los sépalos y que el estig-ma es plano y escotado; pues bien, estos ejemplares de Sierra de Béjar y sobre todo los recog-idos en el sitio denominado «Venerofrío», próximo al Tejadillo que da vista al Valle de Plasencia, tienen el estigma plano aunque no escotado y los sépalos bastante obtusos; las hojas son verdaderamente de B. rotundifolia. El estig-ma de los g-enuinos ejemplares de B. rotundifolia no es francamente mazudo sino con tendencia á formar maza, y estos ejemplares que estudio lo tienen marcadamente plano y sabido es que esta forma del estig-ma corresponde á la B. in- termedia. En turberas del Trampal, de la misma Sierra de Béjar, y á una altitud próximamente de 1.900 m., se hallan rodalitos de B. rotundifolia mezclados con B. longifoUa; el aspecto de aque- llos ejemplares es tan distinto de todos los que poseo de otras localidades, que la verdad, me hicieron dudar de si se trataba de una especie nueva para la Flora española; bien pronto me convencí de lo contrario al examinar detenidamente los ejem- plares; pero lo que no deja de ser curioso y tener en mi con- cepto mucha importancia, es que aquellas formas híbridas (rotundifolia-longifoUa) tienen bastante parecido con la B. in- termedia,. ñiQudiO así que esta especie no se encuentra en la 1^2 boletín de la sociedad española Sierra de Béjar, ni teng-o noticia se haya encontrado en nin- gún otro punto de la región central. Estos curiosísimos ejem- plares no tienen el escapo recto en la base, sino algo curvo, poco más largo que las hojas y los sépalos son 7)my obtusos; el estigma es mazudo. Las hojas son poco distintas de la D. ro- tundi folia y los pétalos y frutos como la D, longifolia. Poseo algunos ejemplares de D. intermedia recogidos por mí en las riberas del Miño, no muy lejos de Tuy (Galicia), donde es muy abundante; por lo general son genuinos, pero en algu- no de ellos se ve que el peciolo es algo pubescente y la forma del limbo parecido al de la D. longifolia. Quizá por esta forma del limbo y poca tortuosidad del escapo, el difunto profesor D. Esteban Quet, separó en su herbario, que hoy se conserva en la Facultad de Farmacia de esta Universidad de Barcelo- na, unos ejemplares recogidos en las riberas del Miño, á los que puso la siguiente etiqueta: iDrosera intermedia-longi folia. Miño (Tuy). Julio 1884.» , Para terminar, haré una somera indicación sobre unos ejem- plares de D. longifolia recogidos por el Dr. D, Federico Tre- mols en una de sus últimas excursiones al Pirineo Catalán; dice la etiqueta: i Astrocarpus lalifolius (sp. n.). xLaete virens, perennis, multicaulis, procumbens: caulibus cito denudatis ramos foliosos edentibus, e quorum ápice rosu- latü ramuli floriferi prodeunt: foliis carnosis, oblong-is v. oblon- g-o-spathulatis 4-5 cm. long-. 5-7 mm. latis (sectione latiore): racemis elong-atis, laxifloris; pedicellis X mm. L, fructiferis incrassatis ; sepalis quatuor orbicularibus , quinto superiore minore, ovato, acutiusculo, ómnibus vel sub anthesi reflexis; petalis g-landulai affixis; superioribus 7-9 laciniatis, Ínfimo una lacínula constante: starainibus 12-16 g-labris, antheris ña- vis; carpidiis ssepius 7 g-labris , g-ibbis, g-ibbere styllum supe- rante.» Hace ya seis años que se cultiva esta planta en el botánico DE HISTORIA NATURAL. 117 del Coleg-io, trasladada de los arenales de la playa, sin que haya experimentado la más mínima modificación. Fuera de los caracteres expuestos, comparada con el A . Chisii Gtiy, aun- que en todo más gruesa, es, sin embarg-o, más blanda y her- bácea, y no pudiendo sostenerse derecha á causa del peso de las hojas carnosas y ramos floríferos vive tendida sobre la are- na. Dase en los arenales de la costa entre La Guardia y Oya, Viaje del Sr. Martínez Escalera á Persia Mamíferos POR D. ÁNGEL CABRERA LATORRE. En la introducción á su obra sobre la Zoolog-ía de Persia, dice Blanford, hablando de lo poco estudiadas que están alg-unas partes de este reino bajo el punto de vista científico: «Inmensas extensiones del país no han sido jamás exploradas por ning-ún zoólog'o. Conocemos muy imperfectamente la fauna de las lla- nuras que se extienden desde el Tig-ris hasta el pie de los mon- tes Zag-ros, y aun sabemos menos de los animales que habitan estos montes» (1). Las reg'iones á que el naturalista inglés hace referencia, y de las que la primera, la de las llanuras, traspasa la frontera persa para internarse en la Turquía asiática, son precisamente las en g-ran parte recorridas hace unos dos años por nuestro consocio D. Manuel Martínez Escalera, y de ellas procede, por consig-uiente, la pequeña colección de mamíferos objeto de estas notas. Dicho esto, creo fácil de comprender la importancia de esta colección; mas por si el hecho de venir de localidades tan poco visitadas no bastase á hacerla interesante^ añadiré que lo es también porque de las 14 especies que la componen, el Museo de Madrid tan sólo poseía una (Vesjyentgo Kiililii), lo que además comunica cierto valor á su adquisición. Las especies que en la colección fig'uran son casi todas de pequeño tamaño, perteneciendo en su mayor parte al orden de los roedores. Entre las que en este caso se encuentran, he ha- llado una que me ha parecido nueva y como tal la describo más adelante. (1) EastPersia;n,Zoolog7/,\S'G,^éig.2. 118 boletín de la sociedad española 1. Vesperugo Kuhlii Natter. Tres cfcT y doce QQ. Bag'dad (Marzo). 2. Taphozous nudiventris Cretzsclim. Un (f y una Q. Mohammerah (Octubre). Creo que este quiróptero no había sido hasta ahora encon- trado en Persia. pues ni Blanford lo cita en su obra, ni Troues- sart, en su Catalogiis Mammalium , le asig'na como localidad parte alg'una de este país. 3. Mustela boccamela Cetti. Un solo ejemplar. Alto Karoum. 4. Vulpes leucopus Blyth. Una cabeza en mal estado. Alto Karoum. 5. Myoxus dryas Schreb. Un ff. Alto Karoum?, una Q y tres hijuelos. Chag-ajor (Julio). 6. Meriones erythrurus Gray. Una 9. Bag'dad (Marzo). 7. Dipodillus dasyurus AVag-n. Una 9 joven. Amarah (Abril). He determinado esta especie seg-ún la característica y des- cripción publicadas por Wagmer (1). En el ejemplar de la co- lección, sin erabarg-o, nótase una pequeña diferencia, por ser ■el pelo de la cola más bien escaso que abundante, pero esto acaso sea debido á la poca edad. 8. Mus bactrianus Blyth. Dos ejemplares. Bag'dad (Marzo); Amarah (Abril). 9. Nesokia Hardwickii var. Huttoni Blyth. Tres ejemplares. Bag'dad (Marzo). 10. N. argyropus sp. nov. N. villosa, siipra ex isadeUino nigroque variegata, siibtus albes- €6718, pedibus argentaiis, cauda mediocriíer pilosa, tuberculis plantañbus quinqué. Un sblo ejemplar Q en alcohol. Chag-ajor, en la vertiente oriental de los montes Bakhtyari, á cerca de 2.500 m. Por su tamaño y aspecto g-eneral esta especie se parece bas- tante á la N. Hardwickii. Tiene, sin embarg'O, la cabeza más voluminosa, y la parte desnuda de la nariz es doblemente an- cha. Los dedos de los pies anteriores son alg'o más g-ruesos; el seg-undo, que en la N. HardwicMi es ig-ual al cuarto, aquí es (1) Archives für Nalttrgeschichte, 1, 1812, pág. 20. DE HISTORIA NATURAL. 119 mucho más corto, lleg-ando apenas á la mitad del dedo medio, y siendo, por consig'uiente, solo un poco más larg-o que el quinto. La disposición de los cinco tubérculos de la palma es la misma en ambas especies. En los dedos posteriores nótase también alg-una desemejanza, pues mientras la especie Bard- nickii tiene el segundo y el cuarto ig-uales y el tercero más larg-o, la que ahora es objeto de nuestra atención presenta el tercero y cuarto ig-uales, siendo también de notar la desig-ual- dad entre el primero y el quinto, que en la otra Nesokia son casi de la misma long-itud. Pero lo que constituye el carácter más peculiar de la N. ar- gyropM, en lo que respecta á los pies, es el número de tubércu- los en los posteriores. Todas las Nesokia hasta ahora conocidas llevan en la planta seis de estas tube- rosidades , seg'ún parece indicar Tho- mas cuando, al hablar de la A", henga- lensis en uno de sus interesantes tra- bajos zoog-ráficos, dice que son «cinco en los pies anteriores y seis en los pos- teriores, como en las otras especies del subg-énero» (1), y seg'ún yo mismo he podido observar en los ejemplares de N. Eardwickii que forman parte de esta colección (véase a en el g-rabado); pero la nueva especie es una excep- ción á esta reg-la, pues en sus plantas sólo se observan cinco tubérculos, estando el tercer par de los tres que en las demás Nesokia se cuentan sustituido por una sola verrug-a muy gran- de, de forma ovalada y colocada un poco más cerca del borde interno del pie que del externo {h en la figura). Color variado de amarillo de arena y negro. El pelo es muy largo y espeso, negruzco en una gran extensión á partir de la raíz, luego de color de arena y en la punta negro; según la proporción en que está cada uno de estos colores, el matiz general varía; en el dorso predomina el negruzco, el color de arena en los flancos, y en la cabeza viene á establecerse, por decirlo así, el equilibrio, resultando un color pardo amarillen- Pies posteriores derechos de la Nesokia HardunchU (a) y la A', argyropus {h). (1) Proreedings 0/ thi Zool. Soc of London, 1881, pág-. 527. Thomas considera ;í las Nesokia, por lo menos al escribir esto, como un subgénero del género Mus. 120 boletín de la sociedad española to. El pelo de las partes inferiores es ceniciento obscuro con las puntas blancas. Los cuatro pies están por encima cubiertos de abundante vello, espeso y aterciopelado, de un bonito color g"ris blanco de plata, que contrasta notablemente con el resto del pelaje, siendo este carácter el que primero me llamó la atención j el que me hizo dar á la especie el nombre argyropus (de apyupo;, plata, y r.fñi^ pie). Estc mismo color plateado se encuen- tra alrededor de la boca, siendo también el de los pelillos que, en más abundancia que en la N. HardiricMi, cubren á medias las escamas de la cola. El pelo, muy corto, de encima de la nariz es pardo claro con reflejos acerados. Los bigotes neg-ros y blan- cos. Las uñas, que son larg-as y ag-udas, tienen un matiz ama- rillo sucio. Los incisivos superiores anaranjados, los inferiores amarillos. Las sig-uientes medidas son las del único ejemplar. Long'itud en línea recta desde la base de los incisivos supe- riores hasta la raíz de la cola, 155 mm.; long'itud de la cola, 109 mm.; de la cabeza, 45 mm.; de la oreja, 13 mm.; desde la oreja al ojo, 19 inm.; desde el ojo á la nariz, 17 mm.; del pie anterior, sin uñas, 15 mm.; del pie posterior, sin uñas, 30 mm. Las mamas están en número de seis (un par pectoral y dos ing-uinales). 11. Arvícola mystacinus De Filippi. Once ejemplares. Alto Karoum. En la coloración de esta especie se observa cierta lig^era va- riabilidad. Casi todos los ejemplares ofrecen un color g-eneral pardo, pero en alg-unos este matiz está limitado á la línea media del dorso y sustituido en los costados por amarillo rojizo de ar- cilla. El pelo del vientre es, en un individuo no muy adulto, de un color ceniciento uniforme, mientras en los demás tiene las puntas blancas. 12. Bipus Loftusi Blanf. Once ejemplares. Eag'dad (Marzo), un ejemplar. Schouster. 13. Alactaga indica Gray, Cinco ejemplares. Bag-dad (Marzo). Tres ejemplares. Schouster. Como nota curiosa, conviene advertir que los naturales del país están en la creencia de que la Alactaga y el Bipus Loftusi son los distintos sexos de una misma especie. 14. Gazella subgutturosa Guldn. DE HISTORIA NATURAL. 121 Solamente hay la cabeza de un cf con las manchas obscuras completamente borradas. Schouster. Nombres regionales salmantinos de algunas plantas espontáneas D. MANUEL FERNANDEZ DE GATA, El conocimiento de los nombres con que se designan alg-unas de las plantas que veg-etan espontáneamente en una determi- nada región, es siempre de la mayor importancia para el botá- nico que trata de herborizar en aquélla, y constituye un dato no despreciable con el cual se integra el conjunto de los que constituyen la flora de dicha reg-ión. Por poco extensa que ésta sea, debe considerarse, para el objeto que nos ocupa, dividida y subdividida en diferentes cir- cunscripciones, que aunque de ig'ual veg-etación alg-unas de ellas, varían, sin embargo, los nombres no castizos con que el vulgo denomina los seres del reino vegetal. Limitándome ahora solamente al partido de Vitigudino, en- clavado al NO. de la provincia de Salamanca, considero en él las siguientes circunscripciones que el vulgo ha sancionado con los nombres de El Ahadeiigo, que comprende la mitad me- ridional del partido, La Ribera y La Ramajerla, que forman la otra mitad septentrional; aquélla constituyendo las dos ter- ceras partes del lado del O., y ésta la otra tercera parte del de el E. Los nombres, que difieren de los comunmente adoptados, y con los cuales se intitulan las plantas en estas ciramscripcio- nes, vienen á ser algunas veces caprichosas denominaciones del que las hauiko, pero otras no son sino resultado de una bien razonada observación que el conocimiento experimental de sus propiedades ha venido á sugerirles. Las especies que el vulgo ha bauthado y sancionado por el uso, tengan ó no aplicación por algún concepto, son las que crecen en las inmediaciones de los pueblos ó cerca de las vi- viendas de éstos, al paso que las que vegetan en el bosque, en los prados ó en las tierras labrantías, son especialmente seña- ladas por lamente del campo en atención á sus virtudes médi- N." 2. -Febrero, 1901. 9 1?2 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cas, empleándose, seg-ún frase del primero, como remedios ca- seros. Hé aquí, finalmente, la lista de «Nombres reg-ionales sal- mantinos del partido de Vitigudino», que comprende las plan- tas espontáneas por mí recolectadas y clasificadas. Nombres castizos. Nombres regionales. Ova de río Conferva rivnlaris L Limios. Veg-ino (Abaden Carbón del trig'o. Ustilago Triiici Jens. \ g-o y Ram aje- ría), Alcaor (Ri- bera). I Cag-ada de cig-üe- ña (Abadeng-o , , , . Lycoper don mátense qX Bo , -r. . , Cuesco de lobo... ] I y Ramajeria) Cag-ajorra (Ri- bera). (A todas las especies que) Hong-os ^. 1, n [Monterillas. ( tienen sombrerillo ) Evernia Prunastri Ach. . . Mocos de peña. Festiica duriuscula L Barcea. Brüa máxima L Pendientes. /Añade jas (Aba- ^ , 7. , .^ ,, \ deng-oyRama- Cotcmcmn Clementet GvWs.^ . , ^ -^ ^ , jeria). Pata de cabra (Ribera). Rusco Ruscus aculeatvs L Yerdenace. Cebolla albarra-i ^^ . ,, .„ ^,, . ^ u n -u- i Urqinea iScilIa Stem Cebolla chirle. na ) ^ Guitarrillo Muscari comosum Mili. . . . Hierba rig'iosa. Narcissus BuUocodmm L. Campanillas. AlUu sphamrocefalnm L.. Ajo de cigüeña. Espadilla GJadioJus segetum Gawl. . Galas de avión. Satirión Orchis Morio L Tijeritas. Serapias Lingua L — Hierba carmín. . Pliytholacca decandra L. . Carmesí (Ribera). Hidrolapato me-) . ^ (Acedera de la- [ Ríimex cvíspiis L ñor ) ' garto. Jara estepa Cistíis ¡anrifolius L Jaracepa. Rábano silvestre. Raj^hanvs Raphanistr'umh. Labrestos. Nombres castizos. Lechetrezna. .. . Uva de g"ato Ombligo de Ve- nus Eetama común. Retama blanca. Alverja Terebinto. . Relojes, . . . Almizcleña Pamplina Quebrantahue- sos Peonía. . . . €inosbarbo Zarzamora. Endrinera. Ninfea. . . . , DE HISTORIA NATURAL. 123 Nombres regionales. En2)horMa helioscojrialu. . Mamona. Sedum acre L • Pan de cuco. UmMIicus 2^endulmns DC. Basilios. Jie¿amas2}/iarocarpaBoiss. Escoba rubial. i?, monosperma Boiss Escoba blanca. Ádenocarpíis IlispanicusBC. Tiratudellos. Vicia sativa L Alverjaca. V. angustifolia All Alverjilla. V. Narbo7iensis L Alverjón. ^ , . 7 T (Guisantes silves- Lathyrus Aphaca L •^ ^ / tres. BiserruJa Pelecinus L Manillas. Cornipedrera (Ri- ^., . ^ -,. ,, T \ bera)yFidi- P'istacia Teremntfmsh. . . ,, ., i g-uera (lusita- nismo (ídem). Erodium cíconium WiUá.. Peinetas. F. mosc/iaíum L'Herit Mantillinas. Maruja (Ribera y . W111 ^ Ramajería1,Re- Steliana medta ^\ lUd. ... . , , , , I gajo (Abaden- go). ( Raniincíilus hederacetis L. . Quebrantahuesos ) R. fluiians Lamk Embudes. ^ • ^ T i Mamona (Aba- R. murtcatus L ] r dengo). Rosa maldita -n • r. ^ • TI • Á (Abadengo y íP(Eoma Broten Boiss. et\ ' . , ° ' ^ ^ Ramaieriaj.Es- { Reut i *• /' \ caramon dama- nos (Ribera). ^ , , , ^ . ^ í M o n i o 1 i n o s ( a 1 Fruto de la Rosa camna L. . . ^ ^ ' mismo fruto). Rubus discolor W Zarzera. ^ . ^ (Bruñera, y bru- Prumis sptnosa L \ , , \. , { ños a los frutos. Nymphaa alba L Platos. 124 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA Nombres castizos. Nombres regionales. Nenúfar Niiphar hiteiim Sm Platos. Tapsia. Thapsia villosa L Galas pajizas, ^ , , . ^ iCorruviela ÍRibe- Corres-iiela Co?woIvmus arvensis L. . . , i ra). Raspilla Asperugo procumhens L. , . Azotaleng-uas. „. , C Verdolaga (Aba- Hierba verrug-ue- i ^^ ,. ^ . T ^ 1 X • ]^Heliotroptum europíBum \u.l deng-o), impro- ( pió. Estramonio Datura Stramonium L Hierba topera. Escrofularia ma- ) 7 , • • t u • i t. ScropJmlana canina L — Hoia de Troya, yor ) Linaria spartea Hoffm . . . Baleo montesino. Dig-ital Bigiialis purpurea L Villoria (Ribera). i Villoría (Abaden- — D. TJiapsiil, g-o y Ramaje- ' ría) . ,. ,. ^ i Hortelana de pe- Mastranzo Menina roUmdi folia L. . . ] f ITO. Cantueso Lavandula Stcechas DC . . . Tornillo cabezudo Tomillo blanco , . Thymus Mastichina L Tomillo salsero . Lamium amplexicaule L. . Perlitas. L. puvfureum L — , (Hierba mazaro- Brunela BruneUaiJulgaris Moench. •^ ' quera. ( Hierba de las al- Llantén menor. . Pmitago lanceolata L ' morranas. Llantén blanque- 1 _ ,,. _ . ,.,, ^ ' P. albicans L Arg-adillo. orno Cachurrera me- J ^^ ^, . . ^ t^ 4. \Xmitmum spinosum L Peg-otes. ñor. \ Brionía Bryonia dioica .Jacq Uvas de perro. Madreselva Lonicera Verichjmenum L. Silva (Ribera). Saúco Samhmis nigra L Canillero. Yezg-o S. Ehuh'S L — Aciano. -. Centaurea Cyanus L Baleo cabezudo. \ ArzoUa (Abaden¡- Cardo estrellado . C CaJcitrapa L j ^ Escaba cabezuela MichroloncMs Chisii Spach. Baleo m acho. M. Dnrieui Spach.. ídem. DE HISTORIA NATURAL. 125 Nombres castizos. Nombres regionales. Perpetuas amari-; ^^ ,. , „, , ,,^ ^ Manzanilla de ^ [Helichryson St(£chas DC. lias ) ' olor. -, . ^ I Hierba de lasque- Hierba cana Senecio viugans L ] , f maduras. H. de Santiag-o. . S.Jacobaal^ Cachapedo. S. (iaUicus Chaix — „ , ,. ■ .j, -,. ^ V Manzanilla cabe- Meaperros Santohnarosmanmfoha L J ' zucia. ^ . ^ í Achicoria leche- Lecnug'a virosa. . Lactuca virosa L ° ' rieg-a. Manzanilla loca. Anacijclus clavatus P Galas de burro, Cachurrera ma- / ^ ■ r. j. ^ • iLappa onajor Gaert Respigones. Notas geológicas EL R. P. LONGINOS NAVAS. La cueva de Maderuela en Vera (provincia de Zaragoza), (i) (Continuación) (2). 8. Sus HABITANTES. — «Cada caverna 'tiene su historia y me- rece un estudio especial», ha dicho Boule (3). La historia de las cuevas comprende así su formación primera como las vici- situdes que haya tenido, en las cuales no desempeñan infe- rior papel los habitantes. Los de la caverna de Maderuela son bastante variados, por más que ella no sea muy extensa. A. Plantas. — Sólo las criptóg-amas inferiores tienen vida posible en la profundidad de las cavernas, y en la de Made- ruela he hallado una sola especie, colonias de un hong'o pará- sito en restos de conejo y en excreciones del carnicero que lo devorara. Dicho hong"o es probable pertenezca á la especie Mucor mnceclo. (1) Por una alteración del texto en la pág. 298 {Actan de Diciembre de esta Socie- dad), resulta el sentido ininteligible ó falso. Léase: «La segunda de estas leyes es fácil comprobarla aun sensiblemente en la cueva de Maderuela, cuya temperatura la percibimos más y más semejante á la del exterior á medida que nos acercamos á la boca. (2) Véanse las Actas de la Sociedad, sesión del 5 de Diciembre de 1900, p. 292. (3) Boule: L'Anthropologie, 189Í, p. 19 et s., apud Martel, loe. cit. p. 126. 1-26 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA B. Animales. — No lie tenido la fortuna de hallar en la ca- verna de Maderuela ning-uno de los animales propiamente cavernícolas, ó sea completamente cieg"os. Es posible que los haya, aunque poco probable que sean numerosos. Fuera de estos habitantes indígenas, los hay huéspedes más ó menos pasajeros, si bien alg-unos han establecido y tienen aún su habitación en ella con carácter permanente. a. Articulados. — 1." Arácnidos. — En el corredor más in- terno F se ven numerosas telas de araña en las paredes y aun capullos ovíg-eros, prueba inequívoca de que en la caverna viven y se reproducen las arañas. Consultado por mí nuestro consocio el insig-ne aracnólog-o Sr. Simón, ha resultado que así los ejemplares vivos ó muertos como los capullos ovíg-eros enviados pertenecían todos á la especie Tegenaria domestica. Vése, pues, que juntamente con las especies más ó menos anoftalmas pueden vivir en las cavernas alg-unas de las que moran ordinariamente en nuestros sótanos. 2." Insectos. — De los Ortópteros encontré sólo la extremidad de un Acridido, probablemente del g-énero Stenodothrus, en lo interior de la g-alería F en que habitan principalmente las arañas. En esta misma g-alería descubrí alg-unos Microlepidópteros y en mucho mayor número en la de entrada A, donde abun- dan en diferentes épocas del año las Noctuas Spintherops spe- ctriim, Siñntherops catophanes (1), junto con alg-ún micro del g-énero Pteropliorus y otros. En lo más profundo hallé también alg-unos Dípteros, h. Vertebrados. — Residuos se ven de alg-ún pequeño Roedor perteneciente á la familia de los Múridos ó de los Arvicólidos que parece tienen su nido ó vivienda en la g-alería postrera F de la caverna. En un pequeño recodo del corredor G, que tiene trazas de haber sido el cado ó manida de zorros ó lobeznos halláronse huesos de conejo mondos y quebrados, como también otro que sería de cordero ó cabritillo, delatando así la existencia, siquiera pasajera, en la cueva de un Carnicero, probablemente la especie Canis vulpes. (I) Determinadas por nuestro consocio D Gabriel Fernández Duro. DE HISTORIA NATURAL 127 Los (Quirópteros se ven revolotear en el recodo C de la sala principal. No me ha sido dado ver á qué especie ó especies pertenecen, pero puedo decir que en la comarca existen por lo menos las especies VesperlUiomurimis, Vespertilio pipistrd- lits y Plecotus anritus, las cuales fácilmente hallarán abrig-o y vivienda en la caverna. Indicios poderosos hay de que la misma ha sido morada del Hombre en diferentes épocas. Las rocas que forman el corre- dor J. , ofrecen señales de haber sido descantilladas en épocas muy remotas en los sitios donde hacen muy ang-osto el paso. Tal vez no erraría quien atribuyese en buena parte la des- composición que se nota en los materiales de los corredo- res .1, D, E, F principalmente, á la continua acción del ácido carbónico que de la sala D se iba difundiendo, si esta fué en tiempos habitación humana. Además, en las inmediaciones de la cueva se han hallado dos instrumentos de piedra que poseo, uno de sílex tallado perteneciente á la época paleolí- tica y otro de arenisca pulimentada referible á la neolítica. Ambos materiales, sílex y arenisca, no escasean en los valles de Veruela. Excavaciones metódicas practicadas en la cueva, así en el rellano exterior de la misma, el cual ofrece todo el aspecto de un hog-ar funerario, como en el vestíbulo L" y en la sala I), es de creer que suministrarían nuevos y más cier- tos datos de la estancia é historia del hombre en la cueva de Maderuela. No habiéndome sido posible llevarlas á cabo por mí propio, consig-no estas observaciones por si alg-ún natura- lista puede proseg"uir las investig-aciones en la misma cueva. 9. FÓSILES DE LA CUEVA DE MaDERUELA Y DE SUS INMEDIA- CIONES.— Réstame dar una lista de las especies fósiles halladas en la cueva de Maderuela y sus contornos, las cuales no inclu- yo entre los moradores de la misma aunque en ella se encuen- tren, por haber vivido antes de su formación, si bien acaso no sea imposible que alg-una g-rieta ó cavidad de ella se formase durante la época misma en que los valles de Veruela estaban cubiertos por el mar jurásico. Y antes he de declarar que la determinación de la mayor parte de las especies la debo al ilustre paleontólogo español 1). Lucas Hallada. Bien fué menester su consumada pericia, pues varias de ellas están en tan mal estado de conservación, que hacen su determinación muy dificultosa. 128 boletín de la sociedad española Señalaré con un * las especies que recuerdo haber sido ha- lladas por mí dentro de la misma cueva y con -|- las que por no hallarse citadas en la Sinopsis paleontológica de España del Sr. Mallada de 1885, ni en su Catálog-o g-eneral de 1892, parecen nuevas para España. Ammonites Bakerice Sow. — Humphriesi Sow. — raricostatus Zieten. Pleurotomaria sp. Cerythium sp. Natica sp. t * Nerincea scaJaris d' Orb. * Ostrea gregaria Sow. Pectén cequivalvis Sow. (lejos de la cueva). *■ — sp. * Spondylus sp. Pholadomya deltoidea Sow. Unió Idubedce Palacios et Sán- chez (cerca de Trasmoz?) Cardium sp. Astarte sp. Trigonia denticulata Sow. — costulata Licet. f Terebratula Buckmani Dav. — maxillata Sow. — Philipú Morris. — furciliensis Haas, t — fí/hid' Oppel. — (Waldheimia) ca- rinata Sow. Terebratula ( Waldheimia) obo- vata Sow. t Terebratulina coarctata Sow. Rhynchonella inconstans Sow. Pyg áster Peronni? Cott. Cidaris Lcemani Cott. — lamillosa Cott. — bathonica Cott. * — spinulosa Ranner. t * Rhabdocidaris hórrida Lorio!. * Pentacrinus sp. * Millericrinus Escheri Loriol. t * — Hoferi Merian. f Acrosalenia pseudodeco- rata Cott. f * Cyathophora tuberosa Buncan. j * — insignis Buncan. f * Isastrcea gibbosa Buncan. * Intricaria bajociensis? Defr. f * Thecosmilia obtusa. * Heteropora ficidina Mich. Ctenosteum semielonga- tum? Etal. Thecocyathus sp. Turbinolia sp. I 10. Cüasificación de la cueva de Maderuela. — Para ter- minar esta nota intentaré referir la cueva de Maderuela á al- g-uno de los g-rupos en que las cavidades naturales de la tierra pueden dividirse. De paso aventuraré un ensayo, siquiera muy incompleto, de las ag-rupaciones que de las cuevas pueden ha- cerse por diferentes conceptos. 1.° Por su extensión. — Pueden las cuevas ser simplemente grutas cuando tienen escasa anchura y profundidad, ó caver- nas, si éstas dimensiones son considerables. De ambas divisiones participa la cueva de Maderuela. Tiene DE HISTORIA NATURAL. 123 de gruta el vestíbulo primero de la cueva exterior y de ca- verna toda la seg'unda parte ó cueva interior, con parte del vestíbulo seg-undo, ó en su totalidad si se considera un todo con el canal que á lo interior conduce. 2." Por su posiciÓ7i. — Divídense las cuevas en verticales ó simas y horizontales ó cavernas, con más ó menos desigualdad é inclinación del suelo. Puede haberlas también mixtas, como lo es, V. gr., la de Armand en Lozére (Francia), explorada y bellamente descrita por Martel. La de Maderuela pertenece á la categ^oría de las cavernas propiamente dichas, ya que el desnivel del suelo es insigni- ficante. 3." Por Sil y acimiento .—'ñon tantas las divisiones por este concepto, cuantos son los terrenos g-eológ-icos en que se en- cuentran, pudiendo, empero, disting-uirse en dos grupos: ígneos y sedimentarios , distinguiéndose entre estos los secun- darios y calizos por ser caverníferos por excelencia. En el jurásico, como se ha dicho, se abre la cueva de Made- ruela. 4." Por su edificio ó materiales. — Son los más frecuentes los calizos, pero pueden ser también los graníticos, basálticos y de otra cualquiera naturaleza. Basálticas son las célebres de Fin- g-al y de los Quesos. 5.° Por su contenido. — A. Inorgánico.— Son <7«í6;oí«5 si con- tienen ó arrojan g-ases diferentes del aire atmosférico. Tal es la célebre gruta del Perro (Italia) que desprende ácido carbó- nico y la de Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) de la misma naturaleza, segn'in el Sr. Puig" (1). Acuosas se llamarán si tie- nen ríos ó lagos subterráneos, así de ag-ua dulce, que es lo ordinario, como de ag-ua salada ó salobreña, seg"ún acontece en la del Drag-ón, en Mallorca. B. Orgánico. — Contienen animales comunes casi todas. Al- bergan animales cavernícolas las más profundas y obscuras. En España, por ejemplo, las cuevas de CoUbató y de las Mara- villas en Carcag*ente (Escalera) y la sima de Puig-moltó (Font y Sag-ué) en Barcelona (2). (1) Puig: Cavernas y simas de Espa-ua, p. 105. (2) Butlleti del Centre excursionista de Catalunya^ núm. 57 (Octubre de 1899,, pá- gina 24-2). J30 boletín de la sociedad española C. Restos de org-anisinos.— (?. Restos del hombre y de su industria. Son muchas las exploradas de este g-énero. 1. Restos de otros animales, v. g-r. g-uano de los mureiéla- g-os, huesos de mamíferos, etc., como en las más de las caver- nas y simas. c. Fósiles propiamente dichos, como en la de Maderuela, lo cual es propio de ella. En otras cuevas se hallarán fósiles, pero en el suelo ó en las paredes como formando parte del terreno, mas no inherentes á la misma cueva como tal, según acontece á la de Maderuela, donde los fósiles revisten el inte- rior de las paredes y no se hallan en el espesor de ellas. Los fósiles de la cueva de Maderuela se pueden llamar tan propios suyos y de su fábrica, como las estalactitas lo son de otras cuevas. 6." Por su destino.— ü. Para habitación del hombre en vida. 1. Para su sepultura después de muerto. A la primera categ-o- ría parece perteneció la cueva de Maderuela, sin que por ello excluyamos la seg-unda, 7.° Por su c»í7¿7íí%.— Resumiendo ó completando lo que han dicho varios autores, podemos reducir á tres los orígenes ó las causas inmediatas de la formación de las cavernas y simas. 1.^ El calor hipogénico. — k éste han de referirse las que Martel (1) llama caxernes d' explosión y las grottes de rejroidis- sement existentes en las Azores, Islandia, Lipari, etc., fabrica- das por alguna erupción lávica ó basáltica y su consiguiente enfriamiento, que deja cavidades á manera de g-ig-antescas burbujas. 2." El enfriamiento ietrá^neo.— Merced al enfriamiento pau- latino de la corteza terrestre se originan los fenómenos de retracción y consig-uientes grietas ó rendijas (los joints de Martelo entre estrato y estrato ó paralelos á ellos y las roturas ó quiebras (las diaclases de los autores franceses), más ó me- nos perpendiculares á las capas g-eológ-icas. A esta formación deben reducirse las cavernas debidas á lo que llama Martel la préexisten'.ce des flssures des roches. A ella también parece deba finalmente referirse la cueva de Made- ruela. Las g*alerías laterales A , B, F. Ci indicarían la línea de (1) Martel: La Spéleologie, p. 11. DE HISTORIA NATURAL. 1:íí unión de los estratos .y la D una rotura ó quiebra de los mismos. 3.^ El agua epigénica ó epigeica (1).— Por su doble acción física y química, ya sea que obre una sola, ya las dos, bien simultánea bien sucesivamente, el agua lia producido ó dado el último retoque á la mayoría de las cavernas. Por este con- cepto las cuevas pueden ser de orig-en terrestre si lo es el agua que por su filtración ó arrastre las ha eng-endrado, ó de ori- gen marino si el agua del mar las ha excavado con su repe- tido oleaje, como lo son muchas de las cuevas formadas en las costas, y en España la del Drag'ón, seg'ún la explicación de Martel (2).» Datos para la flora micológica de los alrededores de Córdoba POR D. EDUARDO HERNÁNDEZ PACHECO. Es esta nota continuación de la inserta el pasado año en las Actas áQ esta Sociedad, Sección de Sevilla, correspondientes al mes de Febrero, pág. 114. En ella incluyo aquellas especies de hong'os basidiomicetos que he recolectado en los alrededores de Córdoba y que no enumeré en la nota anterior. Entre las localidades aquí citadas, merece especial mención la de Campo Bajo, pequeña meseta situada en el distrito piri- tífero de Cerro Murciano, cuyos yacimientos de cobre fueron en épocas prehistóricas y romanas objeto de intensa explota- ción, y que actualmente vuelven á serlo, siguiendo los traba- jos antiguos. Esta localidad ofrece condiciones muy abonadas para el desarrollo de la flora micológ-ica, pues cubierto el suelo de una vegetación de matorral, dominando los jarales, asociados á especies arbóreas de encinas y pinos, se origina gran cantidad de hojarasca que por su obstrucción proporcio- na abundantes materiales nutritivos á los hongos que allí vegetan en gran número; encontrando estas criptógamas el (1) Epigénica se llamaría del griego Ir.', encima y la R. y;v que significa produc- ción; pero con más propiedad epigeica de Ir.!, y yr) tierra. (2) Boletín de la Comisión del Mapa geológico de España, tomo xxiv, de la 2.* serie el IV, correspondiente al año 1897. 132 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA ^rado de humedad necesario para su vida, merced á las cir- cunstancias topográficas del lug-ar y á la acción protectora, que siempre produce el matorral asociado á la veg-etación ar- bórea. Una correría micológ-ica hecha en época oportuna sería mucho más fructífera que lo fué la que realicé, pues no siendo la botánica el principal objeto de la excursión, sólo pude reco- gev aquellas especies que incidentalmente encontraba. Los sotos de las márg-enes del Guadalquivir los he vuelto á visitar con fruto, pero si bien el número de individuos es mayor en estos sitios, no alcanzan á la riqueza en especies de las localidades de la sierra. Entre las especies aquí citadas llamo la atención respecto al PoJysacum o'assipes D. C. , que en g-ran abundancia he encon- trado en la citada localidad de Campo Bajo. Los individuos recogidos corresponden á dos formas muy diferentes, unos de mayor tamaño y forma de maza pueden incluirse en la varie- dad arenaria, ó sea á la llamada Pisolithicus arenarms por Albertini y Schwenitz; los otros tienen semejanza externa con ^\gyinQñ Sderoderma (S. verríicosum P., por ejemplo), . distin- guiéndose de la variedad anterior por su tamaño mucho menor, unos 4 cm. de diámetro, por término medio, de forma ^•lobulosa deprimida, enraizado por un micelio ramificado y convertido en estroma, que se une al aparato esporífero por un estrechamiento á modo de cuello. Si bien el tamaño y for- ma de las esporas es ig-ual en las dos formas, los demás carac- teres difieren bastante para constituir á lo menos una variedad distinta de la anterior. Las obras de que he hecho uso en las determinaciones de €stos hong-os, son las sig-uientes: L Costantin et Düfour, Nou- 'velle Flore des Champignons; L. Düfour, Atlas des Champí gno7is: L MoYEN. Les Champignons ; B. Lázaro é Ibiza, Compendio de Ja flora española, t. i; Telesforo de Aranzadi, Setas ú hongos del país vasco, y de los cuadros que tomados principalmente de la flora de París, de M, Lanesan, incluye el Sr. de Buen en el tomo n de su Botánica. Las especies de que se trata son las sig-uientes: Vo\\^ovkceo^.—Meruliuslacrymans Vulf., sobre Schinus molle, Jardín Botánico. — Bcedalea quercina P. , sobre troncos podri- dos. Abundante. -5o/e¿;«í appendiculatus Sch., entre jarales, Campo Bajo.— Polypor US lucidus Leys. , sobre álamo blanco, DE HISTORIA NATURAL. 13» Soto de la Conchuela. Campo Bajo. — Polyporus versicolor Fr., sobre naranjos, sierra de Córdoba. Ag-aricáceos. — Volvaria lomlycina Sch., sierra de Córdoba. — V. speciosa Fr. , sierra de Córdoba. — Lepiota excoríala Sch., arroyo de Pedroches. — Armillaria mellea Fr., sobre troncos de Tamarix, Soto de la Conchuela. — Pholiota miitaMJis Sch., junto á los chopos, alamedas de las márg-enes del Guadalquivir.-^ 8tro]}haria odtusala Fr., arroyo de Pedroches. — Clitocyhe ce- russaia Fr., entre el musg'o y la hojarasca, sierra de Córdoba. — Galera Sp., en los asientos de estercoleros y praderas muy abonadas, Campo de la Verdad. — Coprinus atramentariiisYv., cortijo de la Conchuela. — Coprimis digitalis^^i.i&c'h., entre la hojarasca. Abundante. — Russvla cinefica Sch. var. fragilis, entre jarales. Campo Bajo. — CoUybia platypliylla Pers., ala- medas, junto al río. — Pleuroíus corMicopoidesV. var. sapidns, sobre fresno, Soto de la Conchuela. Licoperdáceos. — Lycoperdoii pratense P., Campo Bajo. — L. codalum Bull., Campo Bajo.— ^omte plmnlca P. , Campo Bajo. Polisacáceos.— i'oZyMwm crassipes DC, Campo Bajo. Datos para la fauna de la provincia de Ciudad-Real O DON JOSÉ MAKIA DE LA FUENTE. XTV. Especies de Pozuelo de Calatrava. Coleópteros. Oxypoda magnicollis Fauvel. (Not. Ent. , 1878; vi, p. 65.) — Especie del N. de África, nueva para Europa. Oxypoda Juctifera Fauvel. (Mém. Soc. Linn. Norm., 1879; xv, p. 30.)— También del N. de África é ig-ualmente nueva para Europa. ThyJacites hirsiitus n. sp.— Oblong-o-elong-atus, nig-er, cinc- el) Véanse las Actas de esta Sociedad de 1898, páginas 129 y l'T, 202 y 24(i; las de 1898, páginas 83, 97 y 205; las de 1899, páginas £0 y 210, y las de 1900, pág. 188. 134 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA reo-squamosus. Prothorax arquatim cupreo-squamosus, bili- neatus. Elytra ante apicem obsolete albido-oculata. Opacus, totus, in elytris subseriatim, brunneo-hirsatus, pilis iníjíqiiali- bus, lon^ioribus. Ca'piU an<^ustius, fronte plana, oculis prominentibus. Ros- /nm¿ subquadratum , latitudine paulo long-ius, long-itudinali- ter sulcatum. Antennce minus crassse; funiculi articulis. 1." elong-ato, cónico, 3-7 moniliformibus, clava valde incrassata, elong"ato-ovata. Prothorax transversus, a latere rotundato- ampliatus, densissime subg'ranulatim squamosus, punctis mi- nutis sparsis. Elytra subovalia, Immeris subrotundatis; late sulcato-panctata, interstitiis elevatis, punctulatis. Femora in- tus, tibiiE, utrinque long-e hirsuti. Tihice anticm intus vix pers- picue denticulatae, subrectae, ápice valde dilatatae. Long-. 10.— Lat. 4,5 mm. Ab ómnibus cong-eneribus: fuUo. chalcogrammus, etc., pilo- sitate longe erecta, facile distinctus. Marzo. Dos ejemplares debajo de las piedras: cerro de «El Gato». Baris ¡gni/er n. sp. — B. corinthio simillibus, paulo major, latior; prothorace minus ang-usto, minus cónico, ad ang'ulos posticos non distincte albido-squamoso; humeris obtusis; pe- dibus parce squamosis. Cupreus vel cupreo-violaceus, supra subg"laber. Capul subtiliter minus dense punctulatum. Prothorax sub- conicus , long'itudine paulo latior , profunde minus crebre punctatus, linea media long-itudinali Isevissima, plag-aque la- teral! obsoleta notatus. Smitellum subpunctiforme. Elytra basi et ápice paulo attenuata, humeris obtusis, striis dorsalibus distincte punctulatis, interstitiis latioribus , subsequalibus, margiilibus subelevatis, obsolete non serie punctulatis. Pedes piloso subsquamosis. Long-. 3,5.— Lat. 1,7 mm. Junio, Noviembre. Cuatro ejemplares debajo de las piedras en la lag-una de «La Inesperada», junto á los muros del Kiosko. GyMnetron sapiens Fst. (Berl. Entom. Zeitschrift. , 1885; pá- gina 242.)— Especie propia de Arg-elia, nueva para Europa. Mayo, al borde de los arroyos. Plalynas'pis luteoniljTa v. Karamani Ws. (Bestimrn. Tabell. ■der europ. Coleopt., 1885; p. 55.) DE HISTORIA NATURAL. 135 Julio. Cinco ejemplares recog'idos , entre otros muchos de la forma típica, mang-ueando los bordes de los arroyos en la Virg-en de los Santos. Esta variedad, encontrada por primera vez en Spalato (Dalmacia) por el Dr. H. Karaman, nos parece que no ha sido citada todavía en España. Hemípteros. Oncotylus setuJosus B..-^c\\. (Wanz. Ins., iv, p. 30.)— Se en- cuentra en Hung-ría, Grecia y Rusia, pero no se ha citado, que sepamos, de España. Dos ejemplares en Julio sobre la Centau- rea paniculata Boíl. Nota, sobre Dorcadion Navasi M. Escalera. Hace alg-ún tiempo que fig-uran en mi colección cuatro ejem- plares (dos (f:f y dos Q9) de un Borcadion etiquetado por mí mismo, después de un maduro examen, con el nombre de Dore. onoJitor?, así, con el sig-no de duda por encontrar entre estos individuos y los que poseo del verdadero D. molitor al- gunas diferencias. No fiándome de mis pobres conocimientos, y deseando acla- rar el asunto y tener seg-uridad de que los coleópteros perte- necían á la mencionada especie, los envié para su revisión (cuidando de hacer desaparecerla etiqueta para evitar prejui- cios) al insig-ne entomólogo de Paskau, Edmundo Reitter. que me los devolvió con el mismo nombre que yo les había dado, Borcadion molitor, pero avanzando un poco más, es decir, sin el signo de duda. Estos ejemplares, que me fueron remitidos en consulta desde Zarag-oza por el padre Navas, pertenecen al Borcadion Navasi descrito recientemente (Anales de la Soc. esp. de His. nat., Acias de 1900, p. 234) por nuestro consocio D. Manuel Martínez Escalera. Como alg-uno de los conceptos de la descripción orig-inal tiene necesidad, á nuestro juicio, de ser rectificado ó ampliado, nos va á permitir el Sr. Escalera que intentemos la rectifica- ción ó ampliación con nuestros ejemplares á la vista, copiando desde lueg-o, para mayor claridad, sus mismas palabras. «1.° Color pardo obscuro... con los palpos neg-ros... Cuerpo »con fajas blancas. 2.° Cabeza... densamente pubescente de »blanco. 3.° Protórax... con una costilla... surcada en toda 136 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA »sii long-itud. 4.0 Élitros., con una faja humeral interrumpida »formando lúnulas desig-uales... excepto en una 9 en que la »faja humeral es entera en toda su long-itud. Otra faja también »blanca (como las anteriores... entre la sutura j el húmero no »pasa de2mm. de longitud, menos en la hembra dicha en la »que la tercera faja... continúa entera hasta cerca del ápice.» (M. Escalera.) 1.0 El color g-eneral en una de mis Q9 es pardo claro con las fajas blancas amortig-uadas en su color, que resulta más bien de un color g-ris sucio que blanco, al contrario de los otros ejemplares, en los que dichas fajas son de un blanco puro; los palpos, participando del color g-eneral del cuerpo, son rojizos, como las patas, con el último artejo casi g-labro y más obscu- ro que los otros, excepto la extremidad misma que es de un rojo vivo. Este punto rojizo en la extremidad de los palpos se presenta también en los dos efe/; tan sólo la Q restante los tiene completamente neg-ros. 2." La pubescencia blanca de la parte anterior de la cabeza (hasta la base de las antenas) se halla sembrada de numerosos pelitos neg-ros, de tal suerte, que el color, en vez de ser como el del vértice, de un blanco puro, es g-risáceo, notándose la di- ferencia á simple vista en los cuatro individuos. 3.° El surco de la costilla lisa del protórax desaparece en un ejemplar cf casi por completo, pues sólo hacia el medio se nota una pequeña línea hundida, que no alcanza á un milímetro de long-itud. 4.° La faja blanca humeral es entera en los cuatro indivi- duos que poseo, yendo desde la base hasta el ápice y fundién- dose en este punto (excepto en una Q cuya faja no alcanza el ápice mismo) con la marg-inal y la sutural. La que hay entre la sututa y el húmero es muy desig-ual. En un cf apenas lleg-a á un milímetro; en el otro casi hasta el ápice, pero dejándose ver sólo de trecho en trecho. En las Q2 4 y 5 mm. respectiva- mente. Una observación más. Conste que no nos g-uía al publicar esta última nota el deseo de la exhibición, sino el amor á la verdad. Si el Sr. Martínez Escalera lo cree así y aún es tiempo , puede tomarla en consi- deración: de todos modos, nos basta la satisfacción de la pro- pia conciencia. DE HISTORIA NATURAL. 137 La triquina espiral ( TñcMiia spiralis Owen). (i) D. JUAN MANUEL DÍAZ VILLAR. Son pequeños vermes que, cuando adultos, tienen el cuerpo delg"adísimo como un cabello, apenas apreciable á simple vis- ta; su parte posterior, lig-eraraente abultada, es cilindrica, y la anterior va estrechándose g'radualmente de atrás adelante. El macho mide una long-itud de 1,5 mm. por 40 milésimas de an- cho, y la hemhra de 3 á 4 mm. de largo por 60 milésimas de ancho. La triquina Ueg-a á su completo desarrollo ó adquiere sus órganos g-enitales en los intestinos delgados de los mamíferos y de las aves (triquina intestinal), en cuyo estado pueden distinguirse bajo el aspecto de pequeños filamentos blanque- cinos, que se agitan en el moco y en la superficie intestinal. Las larvas (triquina muscular) emigran á los músculos de los seres en que se albergan, vagan libres por alg-unos días, y una vez alojadas en la fibra contráctil, se arrollan en espiral y se enquistan. Ya en esta fase de enqiiistamiento, pueden existir vivas y aptas para entrar en evolución por espacio de muchos años; pero jamás Ueg-an á su completo desarrollo ó estado se- xuado, sin que antes sean ingeridas en un animal de tempe- ratura constante. Cuando se introduce en el estómag-o de un mamífero carne que contenga triquina enquistada, el jugo g-ástrioo disuelve las paredes del quiste en donde se halla encerrado el parásito, dejándole en libertad. En este momento los sexos no son dis- tintos; pero bien pronto se desarrollan los órg-anos g-enitales, y al cabo de dos ó tres días adquieren su estado sexual perfecto, entregándose entonces á la reproducción. Los huevos fecunda- dos se desarrollan en una dilatación del oviducto de la triqui- na, en donde se realiza el nacimiento de los nuevos vermes, que son expulsados por la vulva, por lo que son ovovivíparas. Las hembras fecundadas se introducen en la mucosa intes- tinal donde tiene lugar el nacimiento que comienza á los cinco (1) Esta nota va encaminada á divulgar el conocimiento de la triquina y á preca- ver 8U desarrollo. N." 2.— Febrero, 1901. 10 138 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA Ó seis días de efectuarse la cópula y continúa durante un mes próximamente, en cuyo tiempo se supone que de cada hem- bra se derivan 10.000 ó 15.000 embriones. Después, las triqui- nas intestinales son evacuadas poco á poco con las materias fecales, de modo que al cabo de seis semanas apenas si se en- cuentra el parásito en el intestino de la víctima. Los embriones, en el momento que salen del cuerpo de la mailre^ atraviesan las paredes intestinales y la cavidad visce- ral del ser en que se alberg-an, y emig-ran á los músculos es- triados principalmente, trasmigración que , en parte , la efec- túan de una manera activa, abriéndose paso á través del tejido conjuntivo, y, en parte, con ayuda de la corriente sang'uínea. una vez alojados en los haces primitivos, perforan el sarcole- ma y penetran en la fibra muscular, cuya substancia deg"enera, al paso que proliferan activamente los núcleos musculares, y fijándose las larvas en una distensión tubulosa de la referida fibrilla se transforman en el espacio de catorce días en g-usano arrollado en espiral , alrededor del cual , y dentro del sarcole- ma, se forma una cápsula transparente en forma de limón, dentro de la que queda encerrado el nuevo helminto. Los músculos muy abundantes en fibras tendinosas ó que están en contacto con superficies óseas, como el diafragma, los maséte- ros y los respiratorios, son los más expuestos y los que con preferencia les sirven de morada, debido, sin duda, á que el tejido lig-atorio y los huesos constituyen un obstáculo insupe- rable á la marcha invasora del gusano, y, por tanto, éstos se ven obligados á residir en g-ran número en dichos músculos. El quiste se forma á expensas de la substancia muscular degenerada y del sarcolema, cuyo capsulamiento principia por una vesícula oblonga, delgada y transparente, que forma una envoltura protectriz al nuev^o helminto. En el interior de ésta se observan algunas veces tres ó cinco triquinas; pero, por lo general, existe una sola ó dos en un mismo quiste, en donde después de adquirir cierto grado de desarrollo, se dispone en espiral y queda inmóvil: es decir, en estado de vida latente. En estas condiciones, lleg'a la triquina muscular á su com- pleto desarrollo en poco más de catorce días, y entonces mide próximamente 1 mm. de largo por 40 milésimas de ancho; el cuerpo se presenta bajo el aspecto de un fino cabello ensorti- jado, adelgazado en sus extremidades, .sobre todo, en la ante-^ DE HISTUKIA NATURAL 133 i'ior; su tubo dig-estivo es semejante al del estado adulto, y ha- cia el tercio posterior se disting-ueu ya los rudimentos de los órganos g-enitales. La figura adjunta representa la triquina enquistada en los múscu- los de los cerdos decomisa- dos en el Matadero de esta corte,, en donde se han re- gistrado, en poco más de tres meses, 16 casos de tri- quinosis porcina, y ha sido tomada del natural por D. Ang'el Cabrera La- torre de preparaciones he- chas por los alumnos de la cátedra de Higiene de la Escuela de Veterinaria de Madrid. Los animales que pue- den ser invadidos por tan terrible helminto son muy numerosos. Por la vía ex- perimental se han llegado á infectar los músculos de g-ran número de mamífe- ros; pero espontáneamen- te sólo se ha comprobado la infestación en el hombre, cerdo, jabalí, hipopótamo, rata doméstica, ratón, perro, zorro y gar- duña. La triquina puede adquirir su estado sexuado en los intestinos de las aves; pero las larvas jamás se han observado en los músculos de estos animales, debido quizás á la inepti- tud de los embriones para verificar en ellos la emigración. El hombre toma casi siempre su triquina del cerdo, y este animal de los pequeños roedores citados, por lo que considera- mos conveniente dar á conocer las especies de ratas que viven en la Península. (Lámina i.) * * Tri(iuina muscular enquistada , tomada del natural con aumento de,[00 diámetros; el quiste de la izquierda contiene dos larvas. La rata común ó negra (Mus rattus) con la subespecie ale- xandñnus, y la rata turón ó emigradora (Mus decumamis), pa- recen ser los animales en quienes este vermes se perpetúa y 140 boletín de la. sociedad española encuentra su residencia habitual, en razona que estos pequeños roedores matan y devoran, cuando pueden, á sus semejantes. La rata común ó neg-ra (Mus rattus L.) tiene la cola bastante más larg-a que la cabeza y el cuerpo juntos, las orejas anchas y larg-as, llegando hasta los ojos cuando se las echa hacia ade- lante, y las crestas del cráneo poco marcadas. Su color es ne- gruzco, negro ó pardinegro, con un matiz ceniciento en la parte inferior del vientre, según puede verse en la lámina. En esta especie se hallan algunas veces ejemplares albinos, y una variedad (intermedius Ninni), que es gris clara, con el vientre blanco, y una faja negruzca á lo largo del dorso. (Lámina i, figura 1.) La subespecie ( Mus ratius alexandrimis E. Geoíf.) sólo se di- ferencia por su color pardo leonado, á veces algo rojizo, las partes inferiores blancas, y la garganta con frecuencia amari- llenta. (Lám. I, fig'. 2.) El origen de la rata común, con la subespecie alexandrimis y la variedad inte^'medius, no se conoce aún de un modo posi- tivo. Unos autores suponen que vinieron á Europa siguiendo á los primeros pueblos emigrantes; piensan otros que lo hicie- ron en la época de la invasión de los bárbaros, y no falta quien crea que proceden de África, y vinieron con los árabes, por lo menos la subespecie ahxcmdrinus. Ninguna de estas hipótesis ofrece visos de veracidad, siendo la más aceptable la que, fundándose en la costumbre que las ratas tienen de seguir á los grandes ejércitos, supone que estos roedores vinieron á Europa siguiendo á los hombres y caballos que regresaron á fines del siglo xi después de la primera cruzada. El hecho de datar del siglo xii los documentos más antiguos que acerca de estos molestos animalillos se conservan, vienen á dar fuerza á esta opinión. Algunos autores sospechan que las primeras ratas que 'vi- nieron á Europa eran de la subespecie alexandrinus , y que luego han ido variando de color. De ser así, habría que supo- ner que las que hoy existen de esta especie proceden de emi- graciones muy recientes. Actualmente, esta especie no es tan abundante como en otro tiempo, pues es muy perseguida por el Mus decummms; pero aún no ha llegado á extinguirse del todo. La rata turón ó emigradora (Míis decumanus Pall.) presenta DE HISTORIA NATURAL. 141 la cola bastante más corta que la cabeza.y el cuerpo juntos; las orejas medianas, de modo que no lleg-an á los ojos cuando se las echa hacia adelante; las crestas del cráneo bastante salien- tes; el color pardo claro ó rojizo, más pálido y algo g-ris en las partes inferiores. Á esta especie corresponde la variedad ma%- rus Waterh, que es neg-ruzca, asemejándose por esto á la rata común; pero difiere de ésta por su cola y orejas más cortas. Como tipo déla especie que nos ocupa, exponemos el ejemplar representado. (Lám. i, fig-. 3.) La existencia de esta rata en nuestro país, data de fecha re- lativamente reciente. En los años 1725 á 1730, millares de es- tos roedores entraron en Europa por la Rusia oriental, atrave- sando el Volg-apor la parte de Astrakan, y extendiéndose poco á poco hacia el O., invadieron aquella parte del mundo. Hay quien afirma que las referidas bandadas de roedores proceden de la Persia; mas Filippi, Hutton, Blanford y otros muchos autores que conocen bien este reino y sus animales, afirman que entre éstos no se encuentra el Mus demmanus, siendo un verdadero absurdo suponer que toda la especie hubiese aban- donado su país natal para pasar á Europa. Otros dicen que proceden de las Indias Orientales, afirman- do alg-unos que de éstas fué á Inglaterra un barco cinco años después de la emigración descrita, llevando en él numerosas ratas de esta especie. No obstante, hay que advertir que en la India sólo se las halla en las ciudades más populosas que mantienen comercio con Europa, lo que nos induce á sospe- char que han ido allí en barcos de esta procedencia. Acerca de ésto, la opinión más acertada es la de Blyth, quien supone que la especie en cuestión debe tener su cuna en el O. del Asia Central. Por lo demás, no sabemos á punto fijo cuándo se presenta- ron estas ratas en Madrid. En París aparecieron en 1753, mien- tras que en Suiza no fueron frecuentes hasta 1809. Como profilaxis fundamental proponemos la conveniencia de destruir los citados roedores, observando los preceptos si- guientes: 1." Se exterminarán por medio de substancias tóxicas, dis- 146' BOLETÍK DE LA SOGIEUAD ESPAÑOLA puestas cbnveniéntemen te en las alcantarillas, acometidas.- pozos negros y demás residencias habituales, con las debidas precauciones, y á beneficio de sus enemig-os naturales, espe- oiálménte los perros Griffons, llamados ratoneros. ^2." Las autoridades dictarán medidas encaminadas á reco- ger dé la vía publica los cadáveres de estos múridos para so- meterlos á la cremación, impidiendo que sean confundidos con las inmundicias,. como sucede en la actualidad; y 3." Prohibición, bajo penas severas, de emplazar los ceba- deros de cerdos en los corrales, muladares y demás locales destinados á depósitos de basuras que puedan contener restos de animales sospechosos de infestación triquinica. Notas sinonímicas sobre el género Dorcadiotí Dalm. D. MANUEL MARTÍNEZ ESCALERA. El Sr. Pie, de Dig'oin, en el número de Diciembre pasado del Bol. de la S. E. de France, pretende rectificar la sinonimia de alg-utías de mis nuevas especies y variedades del g-énero Borcadíon Dalm., aduciendo el que yo he empleado para las primeras, nombres dados por él á unas variedades de su fabri- cación y el que para una variedad mía he dado el de una es- pecie de todos conocida. Y ya que el S'r. Pie, erigiéndose en definidor, quiere enmen- darme la plana y atribuirse alg-unas especies más por ese su sistema, bueno será hacer presente el por qué no estimo en- nada su opinión. Una variedad no tiene vida propia; así D. v. ru^pes Esc, ni se dice ni debe decirse porque no se sabe á qué pertenece y será menester decir D. BolivaH v. ru^pes 'Esc, por la misma razón que no se dice Bolivari Lauíf. , sino Dorcadion BolivaH Lauff.: y qué duda tiene que puede emplearse el nombre es- pecífico de BolivaH para tantos cuantos g-éneros de coleópteros existan sin causar confusión ni aumentarla sinonimia; lueg'o para las variedades podré yo emplear el nombre de rnfifes cuantas veces lo crea oportuno; y así bien está mi v. rufipes. del D. Bolivari Lauff., hasta tanto que otro entomólog"o más DE HISTORIA NA.TURAL. táS clarividente ló eleve á lá categ-oría de especie , en cuyo caso sí será reo de sinonimia y podrá en justicia ser desbautizado: cosa que no ocurrirá con las variedades del Sr. Pie en el D. Bo- livari, por la sencilla razón de que no son variedades siquiera, como diré en el curso de mi Revisión. , • Y hé aquí el por qué me he creído con derecho á emplear para una variedad un nombre específico de Fabricius de todos conocido y á usar otros de variedades de Pie, que no lo son tanto, para mis especies; las cuales hasta nueva orden siguen siendo D. Lauferi Esc, y D. grisescens Esc, haciendo^ caso omiso de los nombres dados por el Sr. Pie. Las leyes de nomenclatura zoológ-ica aprobadas en los di- versos Cong-resos nada dicen contra esto , y en cambio son muchos los ejemplos que podrían referirse que demuestran mi aserto ; y para sólo citar uno bien reciente , recordaré que el eminente entomólogo de Ginebra, M. Henri de Saussure, hace bien poco tiempo ha descrito una especie con el nombre dé Maura breTÍpe?inis existiendo ya una Maura rugulosa var. dré- vipemiis Bol., sin que á nadie se le haya ocurrido que el nom- bre dado por M. de Saussure debía ser substituido. * * * En el número de Enero de las Acias de la Soc. esp. de His- toria Nat. describo como nuevo mi D. insidiosum cuyo nom- bre debe pasar á sinonimia de I). Seguntianu7)i Dan. Tenía yo los dos ejemplares c^ y 9 sobre los cuales describí la especie mezclados con D. Uhagoni, sin etiqueta y en su lug'ar un número impreso; en ini reciente viaje á Reúnes, buscando la procedencia exacta de dicha especie vinimos á dar el Sr. Rene Oberthür y yo, por la preparación de los insec- tos y otros números semejantes sobre otros Borcadion de Cuen- ca, en que pudieran provenir de Korb, y efectivamente corres- pondían á un envío hecho por dicho señor y cuya lista halla- mos, averig-uando que procedían de Sig'üenza y no de Cuenca como erróneamente dije: lectura más atenta del D. ¡Segun- lianuTn Dan., y la localidad de los ejemplares en cuestión han aclarado este punto: así, deberá decirse D. Í7isidiosum Esc.= D. Seguntiamim Dan. » * * 144 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA El Sr. Lafuente, de Pozuelo de Calatrava, sin conocer los tipos de mi D. Navasi atribuye dicha especie á D. molitor, lle- g-ando á ampliar la descripción de tipos que no ha visto, lo cual es un colmo de observación al que no todos lleg-an: el se- ñor Lafuente después de consultarlos con el Sr. Reitter, des- cribe unos ejemplares que le envió el P, Navas, de Zarag-oza, erg"o todos los Dorcadion de Zarag-oza que envía el P. Navas, son D. moHtor para el Sr. Lafuente; pero es el caso que en Za- rag-oza existen tres especies, 7)iol¡tor, Navasi, y otra que poseo innominada: procure el Sr. Lafuente conocerlas, y entonces estará en su punto la filípica conminatoria con que concluye su disertación. * He visto en la colección Oberthür D. senegalense Thoms, que no es más que un D. molitor y muy verosímilmente de Zarag-oza pudiendo atribuirse el cambio de localidad á una etiqueta mal escrita ó mal interpretada por ser parecidos en manuscrito los comienzos, Sarag. Seneg. de las dos localidades confundidas; de todas suertes, D. senegalense no lleg-ó á ser descrito. BOLETÍN SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Sesión del 6 de Marzo de 1901. PKESIDENCIA DE DON BLAS LÁZAEO É IBIZA. Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. Asiste D. Calixto Tomás y Gómez, catedrático de la Escuela de Veterinaria de Córdoba. Correspondencia. — El Secretario dio cuenta de una circular de la Unión Zoológ-ica Italiana anunciando que la seg-unda Asam- blea del Convenio zoológ-ico nacional tendrá lug"ar en Ñapó- les el próximo Abril, y enviando tarjetas para las personas que deseen inscribirse; de la Comisión de propag-anda para la Exposición provincial de Málag-a para el año 1901, y de la So- ciedad malag-ueña de Ciencias Físicas y Naturales, partici- pando la constitución de su nueva Junta directiva. Admisiones. — Quedaron admitidos como socios numerarios D. Vicente Pérez Cano, de Madrid, calle Mayor, 59, y D. José Maxim. Correa de Barros, de San Marthino d'Anta, Sabroza, Portug-al, presentados en la sesión anterior; acordándose fig"u- rase en la lista de socios el Instituto de seg'unda enseñanza ■de Guadalajara. Se hicieron veinte presentaciones de nuevos socios. Proposiciones. — Continuando la discusión pendiente sobre la proposición del Sr. Martínez Escalera, referente á si nuestra Sociedad debería elevar á los Poderes públicos una exposición pidiendo que la Historia natural fig-ure en la enseñanza pri- maria y en qué forma debería redactarse aquella exposición, el Sr. Presidente rog'ó á los señores que habían tenido la ama- bilidad de prometer algún trabajo como cuestionario ó lección N.» 3.-Marzo, 1901. 11 146 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA que sirviera de modelo para un libro destinado á la instruc- ción délos maestros en la ciencia de que se trata, que, á serles posible, lo presentasen en la sesión próxima, pues por el in- terés de la cuestión y por la inneg-able utilidad de tales traba- jos, convenía que esta deliberación no se interrumpiese. El Sr. Calderón leyó una breve lección sobre la cristalización y los cristales en general, y el Sr. Bartolomé, tres lecciones de un breve cuestionario de Historia natural que podría servir para las escuelas de párvulos. Hicieron uso de la palabra sobre la proposición discutida los Sres. Artigas, Gredilla, Cerezo, Olóriz, Gómez, Puig- y Barto- lomé, éste último estimulando á los Sres. Socios á que am- plíen el ofrecimiento de objetos recogidos, hecho á la Escuela Normal de Madrid, á todas las de España, y explicó cómo se enseñan las ciencias físicas y naturales á los niños en la Escuela Froebel de Madrid. El Sr. Olóriz invitó al Sr. Presi- dente á que recoja las diversas indicaciones que sobro la cues- tión se han ocurrido á los diferentes socios que han interve- nido é intervengan en esta discusión y condense la resultante, lo cual le parecía más práctico que el nombramiento de una Comisión, como otros Sres. Socios habían propuesto. El Sr. Presidente, D. Blas Lázaro, dijo que sentía mucho que una indisposición pasajera le hubiera impedido asistir á la sesión anterior, por haberse suscitado en ella una cuestión que le interesa vivísimamente, y sobre la cual tiene alguna experiencia por su intervención desde hace veinte años en la enseñanza de Ciencias de la Escuela Normal Central de Maes- tras. Haciéndose cargo de algunas de las indicaciones hechas en la sesión anterior, expuso su opinión de que los libros de lec- turas .científicas en las escuelas primarias constituían un me- dio de muy escasa eficacia para propagar estos conocimientos, y que en cuanto á libros para los maestros no eran realmente necesarios, pues éstos podían manejar con fruto los corrientes en los Institutos y Universidades para adquirir los conoci- mientos teóricos necesarios, siendo más útil cuanto tendiese á difundir entre los individuos de tan digna clase los cono- cimientos prácticos y la conveniente cultura en el manejo del material. Expuso su convencimiento de que la proposición del se- DE HISTORIA NATURAL U7 ñor Escalera debía, desde lueg-o, ser aprobada; pero que, reco- nociendo la dificultad de que la enseñanza de las nociones científicas en todas las escuelas primarias fuese todo lo fructí- fera que era de desear, si el personal encarg-ado de ella no tenía la debida preparación, como era de temer, creía también que esperar á que el nuevo personal que hoy se halla en vías de formación en nuestras Escuelas Normales sustituyese al mag-isterio primario actual, suponía una espera demasiado larg-a; y que, como por otra parte, era de temer que g-ran parte de este personal no saliese bastante iniciado por las condicio- nes especialísimas en que esta reforma se había establecido, deberían proponerse alg-unas medidas que facilitasen la adqui- sición de los conocimientos necesarios á los maestros de hoy á fin de que estos pudiesen inaug-urar las enseñanzas científicas en más breve plazo. Que por el momento le ocurría que podrían org-anizarse por los físicos, químicos y naturalistas que á ello se prestasen, cursos breves y prácticos sobre las cuestiones científicas más indicadas para los cursos primarios en las capitales de distrito universitario y en todas las poblaciones en que hubiese ele- mentos para ello, á fin de que los maestros actuales y venide- ros adquiriesen cierta práctica de los experimentos y observa- ciones más importantes. Los maestros podrían concurrir á estos cursos durante las vacaciones escolares como hoy lo hacen á las Asambleas oficialmente establecidas, las cuales podrían ser sustituidas por estos cursos ó coincidir con ellos. También podrían establecerse comisiones de personal práctico en la experimentación científica que fuesen recorriendo las diferen- tes comarcas y dando en ellas cursos breves y prácticos para familiarizar á los maestros con la experimentación y con el manejo del material, como se hace con no mal éxito en otros países de Europa. Debería también pedirse para que las ense- ñanzas científicas dadas en las Normales actualmente no pare- ciesen ser tenidas como conocimientos secundarios ó de ador- no , que éstas interviniesen en las oposiciones á escuelas pú- blicas al par de la Geog-rafía ó de la Historia, cosa que hoy bo sucede, pues no se piden más que en las escuelas superiores de niños, y aun en éstas, con un carácter muy especial. Estas y otras medidas que podrían proponerse, debieran ^^h-*— "-—i.^ acompañar á la petición fundamental contenida en la propo--/^v!.*il/4/ juj I L I B f^ A P ' 148 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA sición del Sr. Martínez Escalera para que dicha reforma se es- tableciese en condiciones favorables y sin esperar larg-os años, como supondría el aguardar cruzados de brazos hasta que sur- giera otra generación de maestros. Secciones. — La de Zakagoza celebró sesión el día 27 de Fe- brero, bajo la presidencia de D. Manuel Díaz Arcaya, que- dando admitidos como socios: Numerarios. — D. Mariano Sánchez Bruil, catedrático de Agri- cultura en el Instituto de segunda enseñanza; D. Marceliano Isabal, abogado, y D. José Esteban García Fraguas, doctor en Medicina y profesor en el Instituto de segunda enseñanza, to- dos de Zaragoza, y presentados en la sesión anterior. Agregado. — D. José Augusto Sánchez Pérez, alumno de Cien- cias, presentado en la misma sesión. Se hicieron cuatro nuevas presentaciones. El Sr. Gregorio y Rocasolano leyó la siguiente noticia necro- lógica: «En su sesión última, esta Sección de la Sociedad Española DE Historia Natural me confió el encargo de dedicar un re- cuerdo á la memoria de nuestro querido y malogrado CQnsocio D. Jacinto Marcos Zamora, fallecido en esta ciudad el 20 de Enero del corriente año; y cumplo este triste deber, apenado mi espíritu por la reciente pérdida del amigo entrañable, poro halagado por tener ocasión de recordaros los merecimientos de nuestro malogrado compañero. D. Jacinto Marcos Zamora nació en Valladolid el año 1864, y en dicha ciudad hizo los estudios de segunda enseñanza, pasando después á Madrid, donde fué alumno de la facultad de Ciencias, y más tarde á Zaragoza, en cuya Universidad y en el curso de 1883-84, recibió el grado de licenciado en Cien- cias físico-químicas con nota de sobresaliente. En el curso de 1884-85, hizo en la Universidad Central los estudios del doctorado en la referida facultad y sección, y en 1886 fué nombrado, previa oposición, ayudante de las cátedras de Quínaica de la Universidad de Zaragoza. Desde esta fecha hasta la de su prematura muerte dio pal- pables muestras de su amor al trabajo y entusiasmo por la enseñanza, desempeñando en diversas épocas en nuestra fa- cultad de Ciencias las cátedras de Ampliación de la Física, DE HISTORIA NATURAL. 149 Mineralogía y Botánica, Zoolog'ía, Química inorgánica, y sin retribución alg-una y durante ocho cursos completos, la de Cosmog-rafía y Física del g-lobo. Dio gallarda prueba de su celo por la enseñanza privada en su gestión como director del Coleg-io Politécnico de esta ciu- dad, cargo que desempeñaba desde 1893. Ha muerto nuestro compañero en plena juventud, cuando apenas ha podido revelarnos algo de lo que sus talentos ate- soraban, trayendo su pérdida con siniestro poder la más pro- funda de las ang-ustias sobre una esposa que ha quedado sin el compañero de su vida y unos niños que han quedado sin pa- dre... ¡Pobres huérfanos! Vida dedicada por entero al trabajo fué la de nuestro inol- vidable consocio; pero al rudo trabajo de la enseñanza, por el que sentía verdadera vocación, y lleno de inteligencia, de fe y de entusiasmo para el cumplimiento de su aug'usta misión, dejó de pertenecer al mundo de los vivos. ¡Descanse en paz!» El mismo Sr. Gregorio Rocasolano dio lectura á una nota remitida por el Sr. Pan, de Seg-orbe, continuación de la leída en la sesión anterior, sobre Plantas teruelanas. — El Sr. Sánchez Pérez presentó una nota dando cuenta de una Excursión a Mezalocha (Zaragoza), verificada por el cate- drático Sr. Gila en compañía de sus alumnos. — El Sr. Jimeno dio lectura á unas Noticias históricas sobre terremotos acaecidos en España. — Por último, el Sr. Gila anunció que iba á organizar para la próxima Semana Santa una excursión de Riela á Calata- yud en compañía de sus alumnos, invitando á los señores so- cios que deseen tomar parte en ella , para lo cual daría á co- nocer oportunamente las condiciones. Notas y comunicaciones. Una especie nueva para la flora de Europa POR DON CARLOS PAU. D. Francisco Jiménez Munuera, de Cartagena, se ha servido remitirme en consulta ocho muestras de vegetales; desconocí el remitido con el número 6 por hallarse reducido á la parte 1» boletín de la sociedad española superior de la planta, y por lo tanto no ser posible apreciar si se trataba de una especie anual ó de raíz perenne, y con flo- res, menos una umbela que trae frutitos muy jóvenes; así es que rog-ué á dicho señor repitiera de nuevo el envío con bue- nos y completos ejemplares. Al colocarla estos días (26 de Fe- brero) en mi colección descubro, á pesar de lo defectuoso del ejemplar, que pertenece á una especie nueva para la ñora europea. ■ Se trata de la Selinopsis fmtida Coss. et Dur. Tanto esta especie como su añne la iS. montana Coss. et Dur. entran en el plan de morfolog-ía específica á que pertenece la PimpineUa dicJwtomaDC; por consig-uiente opino, dada esta afinidad morfológ-ica, que la SeUnopsis foslida debe calificarse de Pimpinella foBtida. ■ De los restantes números merecen citarse la Cutandia scle- Tiroides Wk. , especie sumamente rara en España, y que Willkomm no menciona en sus obras mas que de una sola localidad (cabo de Gata), y oiAstragalus Mauritaniciis Coss. et Dur., recog-ida únicamente en España por los viajeros Porta, Rig-o y Reverchou. Como todas estas localidades son mucho más meridionales, los descubrimientos de nuestro estimado consocio tienen suma importancia desde el punto de vista g-eog-ráfico, por aumentar el área de su dispersión hasta Cartag-ena. Plantas teruelanas recogidas por D. Antonio Badal POR DON CARLOS PAU. Sabido es que el Sr. Badal, cura de Las Parras de Martín, fué uno de los principales colaboradores de los íSnpJementos de Lóseos, y que á este botánico se debía valiosa cooperación en dichos trabajos. Publicado lo más importante de su colección, tanto en las obritas citadas como en nuestras Notas botánicas; seg-ado el campo, como quien dice, no nos queda otro recurso que espig-ar con cuidado en las nuevas remesas de hierbas que hemos recibido recientemente, debidas á rueg-os de don José Pardo, que veía con sentimiento permanecieran inéditas y en peligro de perderse y desapapecer. Las publicaciones indicadas no son el único inconveniente DE HISTORIA NATURAL. 151 para quitar novedad á los descubrimieutos del Sr. Badal. Re- cogidas sus hierbas quizás con anterioridad á la de otros botá- nicos teruelanos, resulta que, por no haberse hecho públicas, pasamos por descubridores Benedicto, Zapater, Almag-ro,. Re- verchon y yo mismo, como lo demuestran Astragalus aiislria- cus, Armería liUoralis, Geum heterocarpum , Conopoclium Boiir- gaei y otras especies más. Conocidas y estudiadas las sierras meridionales aragonesas lo bastante para que podamos permitirnos alg-unas generali- zaciones, se ve que difieren apenas en su fisonomía botánica general; y esta misma uniformidad teruelana se extiende por las tierras valencianas limítrofes que se corren desde el Maes- trazgo Alto hasta el río Blanco. Hay que tener en cuenta que entre las especies que no dan carácter botánico se observa que las sierras orientales presentan más «reliquias aquilónicas» que las occidentales, á pesar de su menor elevación. Intriga al naturalista este fenómeno, y al pretender explicárselo acu- de á su. mente el que las plantas dichas debieran llegar cami- nando de Oriente á Occidente; mas tropieza en seguida el geó- grafo en que no puede aplicarse esta misma suposición á las tierras meridionales que miran á Poniente, porque aquí las especies siguieron rumbo totalmente diverso, es decir, vinie- ron de Occidente. Debió existir, además, un no pequeño impedimento entre las tierras orientales y occidentales, porque faltan en la parte oriental especies occidentales; y recíprocamente, lo mismo sucede en la parte occidental. Este obstáculo contuvo la mar- cha de ambas invasiones y se opuso á la mezcla de las colo- nias emigrantes; pero jamás pudo ser este obstáculo tan garan- de como el que se opuso á la venida de las plantas directa- mente del Norte; yo me inclino á creer que fué simplemente orog-ráfico. Debió existir, á mi modo de ver, una enorme y alta cordi- llera que con sus regiones desnudas y nieves casi eternas im- pidió el paso á las plantas de un lado á otro; y da fuerza á este sentir el que dichas «reliquias.» vengan á subsistir en los ribe- tes de las sierras teruelanas sin encaramarse en las cumbres ni aparecer por el interior. Es posible que Penyagolosa venga á ser los restos que nos quedan de aquella altísima y enorme cordillera, lo mismo que San Just. 152 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA Como muestra de las recolecciones del Sr. Badal daré en ^ primer lugar las Rosáceas, continuando en notas sucesivas con las restantes, evitando en lo posible nombrar especies ya publicadas y citar las muy vulgares. SpircBci iihnaña L. var. foJns suMus argentéis.— ^\qvv2í Palo- mita en Villarluengo. Ruhiis idmis L. — Rara en Peñacerrada, término de Forta- nete (Sierra Palomita). En la sierra de Albarracín debe abun- dar, según ejemplares del Sr, Zapater, Parece faltar en Jaba- lambre y Penyagolosa. Geum nivale L. — Linares, en el Mas de la Balsa; Fortanete, en Peñacerrada. Recientemente ha sido también descubierta en la Sierra de Albarracín por los Sres. Zapater y Almagro. G. Jieteroc(irpum~Qo\&^. — Escorihuela, en el pico de Castel- frío. 4 Agosto, 1886. Esta hierba, que hemos sacado de entre algunos pies de la Alchemilla, la dimos por especie nueva para la flora arago- nesa; la etiqueta del Sr. Badal trae la fecha de recolección en cuatro ó seis años anterior á la nuestra de Jabalambre. Es, pues, el Sr. Badal el primero que la recogió en Arag'ón. Bosa Mathonneti Crepín. — Fortanete, en Peñacerrada. 7 Ju- lio, 1890. Forma más herbácea, menos leñosa y de hojas mayores que nuestros rosales R. spÍ7iosissima L. y R. myriacantha DC. , de los cuales no es más que variedad, y que poseo también de La Puebla de Valverde desde el año 1892. En el monte de Bañón, junto á la carretera, y en Monreal del Campo, ha recogido el Sr. Benedicto otra forma sin ñores ni frutos parecida á la R. rubeJla Sm., y más todavía á la sor- MfoUa Godet, que á ser verdaderamente espontánea pertene- cería á*una de las especies más curiosas de la Península, pues ning'uria de sus afines se ha descubierto en España. R. molUs Sm. (vid. Crepín). — Esta especie ya fué indicada como descubierta por el Sr. Badal, pero no hemos dado con exactitud el sitio al nombrarla Sierra de Mosqueruela, cuando Willkomm (SuppL, p. 224) al citarla la lleva junto á Mosque- ruela. Son dos las muestras recibidas: la una se encuentra rara «en Valdelinares, hacia el Mas de Gimeno, camino de Lina- res»; la remitida últimamente es de Peñacerrada, en Fortanete (Sierra Palomita). DE HISTORIA NATURAL. 153 Rosa corylifolia Fr. — Peñacerrada, en Fortanete. Parecida á la R. fruletorum Bess. El aspecto y los aguijones son ciertamente de la R. glauca y de su subordinada i2. corylifolia Fr., pero los estilos son mu- cho menos erizados ó peludos; tampoco trae la muestra frutos para apreciar el importante carácter sacado de la persistencia ó no de los sépalos. Yo me inclino á creerla una subcanina Christ. , pero la carencia de buenas muestras y completas nos impiden dar nada como seg'uro. Este es uno de los inconvenientes que tiene el g-énero Rosa. pues la mayoría de los herborizadores españoles estamos im- posibilitados de procurarnos muestras, completas, y por con- siguiente de adelantar en el conocimiento de los rosales de la flora española, que tantísimo deja que desear. J./'c/¿ew¿?7/« w¿í;¿or Huds. — Frecuente en Fortanete; también en Mosqueruela, en las masías de Valtuerta, y en el pico de Castelfrío de Escorihuela. Pertenece esta especie al núm. 3394 del SnppJementum de Willkomm, y tiene por sinónimos, entre otros, A. mihjaris L. var. suhsericea Gaud., A . pubescens Lam. , A. vulyaris var. ky- brida Roth., A. hybrida L., etc. II. Catairosa aquatica P. B. - Fortanete, en Peñacerrada; 1890. El descubrimiento de esta especie es mny interesante para la ñora arag-onesa, porque no se conocía con seg'uridad más que en los Pirineos; pues las citas zaragozanas de Asso y Echeandía, seg-ún Lóseos y Pardo (Ser. imp., p. 445), proba- blemente no pertenecían á esta especie. El Catálogo de Palomita trae el Aira aquatica; pudiera ser- vir de confírraación la muestra del Sr. Badal, porque Forta- nete, á pesar de no consignarlo el catálogo en la relación de pueblos que nos da, se encuentra con Troncha, Villarluengo, Cañada de Benatanduz y Cantavieja en las faldas de la sierra Palomita. Ha sido recogida, además, en Camarena. Odón lites seroiiua Rchb. p latiJolia.— O divergens Jord.— O. rubra P. ¡3 divergens Lge.— O. rubra P. var. latifolia Coss. En las Parras de Martín. En mi herbario la hay de Albarra- cín (Zapater), Monreal del Campo (Benedicto), Calatayud (Vi- cioso) y abundante de Gea de Albarracín y Jabalambre. 154 boletín de la. SOCIEDAD ESPAÑOLA Hieracium CapdevaUi Pau.— En las peñas de la Cueva de las Palomas (Parras de Martín), 17 de Septiembre de 1881. Apenas difiere del tipo catalán y es nueva para la ñora arag-onesa. Ephedra distacJnja L. — En Orrios. No podíamos sospechar que esta especie apareciera en el partido judicial de Teruel, porque todas las muestras que conocíamos pertenecen á la E. Nebrodensis Tin., tan abun- dante entre Teruel y Albarracín. Se extiende hasta Calatayud (B. Vicioso) y se encuentra en Monrealdel Campo (Benedicto). He visto y recog'ido la E. distachya L. junto al mismo puente Contreras del río Gabriel (Minglanilla). Silaiis virescens Boiss. — Las Parras de Martín. Indico esta especie, á pesar de haberla citado Lóseos (Suple- mento 5.°, p. 5), porque Wiükomm no consig-na más que la planta recogida por Lóseos en Cantavieja y se trata de una especie no conocida en España antes de los descubrimientos de Lóseos y Badal. Es idéntica á los ejemplares de mi her- bario. Astragalus aiistriaciis L. — Las Parras de Martín; 22 de Junio de 1883. A no haber permanecido inédita esta noticia hubiera lla- mado la atención semejante descubrimiento, que después de haberse recog-ido y publicado la especie de las sierras de Albarracín y Mosqueruela y Monreal del Campo ha perdido su interés. Ca7^ex nutans Rost.—C. paludosa Lóseos, p. p.! «Valdeconejos en la confluencia bajo de la ermita de San Juan, 16 de Julio de 1882.»— «Valdeconejos en la umbría, 5 de Abril del 81.» Planta perteneciente á especie nueva parala flora española. La C. paludosa Good., abundante en la Cañada de Valdeco- nejos (Badal), Calata3'ud (Vicioso) y Tramacastilla (Zapater). Cynoglossospermum barhatum (M. B.) form. Zapateril . —EcM- nospemmm bai'baium Leh.m., subsp. aragonense Rev. et Freyer. — E. Zapatera Pau, \ih.—E. patulum Lehm., v...? Pau, Not. bot., II, pág. 32. Las Parras de Martín, 3 de Julio de 1883.— Esta especie, apenas diversa del tipo, pues los caracteres en que se fundó la separación, según recientes muestras, no son constantes, y DE HISTORIA NATURAL. 155 fué recog-ida por el Sr. Zapater en la sierra de Albarracín, poco después por el Sr. Badal; de 1891 á 93, en las tierras cul- tivadas de las cercanías de Teruel, por el Sr. Benedicto; en 1892, por el Sr, Reverchon en la sierra de Jabalambre y en Julio de 1895, por mí en Sacañet (Valencia) y Jabalambre. En la sierra de Albarracín (Zap.) se encuentra asociada con el Cynoglossospermuní LappiUa (L.) y en Las Parras de Martín (Badal) lo mismo. En Calatayud no parece hallarse más que e.ste último (Vicioso). Armería fiilicauUs Boiss., p minor Boiss. — Fortanete, en Pe- ñacerrada. Carece de corolas casi por completo; en los restos de una ñor creo descubrir la forma candida. AntirrJiiniim Utigiosum Pau (A. Barrelieri auct. arag-.). — Las Parras de Martín. La especie, sumamente extendida por toda la provincia y tierras vecinas, se corre desde la sierra de Chiva (límite del área hasta Cataluña).' Sube hasta la Ming'lanilla, siendo nueva para Castilla. Senecio Carpetanus Boiss. (S. Celtibericus Pau). Esta planta, no conocida más que por los ejemplares dese- cados g-uardados en el herbario Pavón, fué descubierta por el Sr. Badal; posteriormente ha sido recog-ida en abundancia por varios colectores. Es notable la localidad de Monreal del Campo (S. Benedicto), porque quizás pudiera corresponder á la Cineraria pahislris de Asso, especie que nos es desconocida. Lonicera Xylosteum L. — Las Parras de Martín. Efectivamente es especie no rara en las montañas teruela- nas, pero la indico porque me extraña que el Sr Badal escriba en la etiqueta ^.Lonicera injrenaica L. de Lóseos». La L. Xijlosteiim L. en la sierra de Albarracín (Zapater); yo la recog-í junto á Camarena. Teucrium pyrenaicum L. — Villarlueng-o, en la sierra Palo- mita, cerrada de la Torre Villores. 1.400 m. alt. Confirma las indicaciones de Asso y Xarne. Es la localidad más apartada (reliquia iñrenaica) que de la cordillera pirenaica se conoce. Se presenta esta planta lig'e- ramente diversa del tipo por las hojas más ang-ostamente cuneadas; la g-labrescencia se observa ig-ualmente en los ejemplares asturianos y vascong-ados, aunque no sea tan exa- 156 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA g-erada; noto, además, la pequenez de las hojas en uno de mis varios ejemplares pirenaicos. La forma dominante del tipo es la macrophylla. Asiragalns muticus Pau (A. nevadensis auct. arag-.).— Valde- conejos, en el barranco al pasar el monte. Debe ser muy raro el Asir. Boissieri Fiscb. en las montañas orientales de Teruel; yo no lo poseo. En la Balma, de donde lo indicaron Lóseos y Pardo, no pude encontrarlo. Seg"uramente habrá desaparecido de las ramblas del río Valenciano, en donde lo recogió el Sr. Pardo, arrastrado por las ag-uas y traído allí por estas mismas de alg-una sierra cercana, que quizás no sea arag"onesa. Plcmiago Badali n. sp. — Pl. medim L. afñnis, sed foliis viri- dibus, g-labris, aliena. Planta verde, hojas en rosca, carnosas, opacas, rara vez pubescentes hacia su parte superior, ligeramente pestañosas, aovado ú oblong-o-elípticas, obtusas, adelgazadas en corto peciolo, más ó menos dentado al margen generalmente ondea- do, con tres á siete nervios, pero lo más constante son cinco; pedúnculos erectos, algo encorvados en la base, tenues, del- gados, alampiñados en su mitad inferior y ligeramente asur- cados; espigas cilindricas, brácteas lanceoladas, brevemente escariosas y con el dorso redondeado, más cortas que el cáliz; segmentos calicinos elíptico-oblongos, escamosos, menos la quilla dorsal aguda y verde; mucronados; corola blanca, pla- teada, brillante, cápsula... Las Parras de Martín (Badal, sin fecha); sierra de Albarra- cín, en Priegos (Zapater, 1887); Sacañet, en el reino de Valen- cia, á 1.500 m. de altura. Lugares húmedos; Julio de 1895. Erinus Mspanicus P.— Las Parras de Martín. Los botánicos aragoneses no indicaron esta forma como de su país; únicamente Lóseos (Trat., p. 122) cita de Bielsa la variedad glahratiis, que ciertamente no pertenece á la pro- puesta por Lange. Este último autor, á nuestro entender, ha fraccionado indebidamente este tipo específico y ha prescin- dido, de los caracteres morfológicos constantes y de los geo- gráficos. Todas las formas españolas se pueden reducir á dos tipos: el uno de primer orden, E. alpinus L.; el otro subordina- do, E. hispanicns P. Considérese el segundo bien como sub- DK HISTORIA NATURAL. 157 especie, bien como variedad, por más que para nosotros la «variedad» carece la inmensa mayoría de las veces de valor taxonómico alg'uno y, en cambio, otras veces representa «pe- queñas especies», y que por esta causa debiera desterrarse la voz «variedad» en taxonomía, sustituida en ocasiones por forma ó variación, y en otros por subespecie ó pequeña espe- cie, considérese, repito, como la escuela de cada naturalista le sug'iera, lo cierto es que en España existen dos tipos geo- gráficos distintos, acompañados de caracteres morfológ-icos, alrededor de los cuales podemos ag-rupar las formas conoci- das. Ambos tipos presentan formas lampiñas y formas vello- sas y pubescentes, pero en variaciones intermedias que indi- can la clara distinción en el E. alpimis L. El E. hispanicus P. no es ig-ual al E. aJpiniis L. p Jdrsu- tus G. G., seg-ún Lang-e expuso en el Prodr. fl. Msp., ii, p. 592, porque E. hispanicus P. no existe en la flora de Francia. Bajo el nombre de E. aljñmis var. hirsiUus Lg-e. (non Gr. Godr.) ó E. cdpiniis L. var. viUosus Lg-e. nos da su autor las formas pirenaicas del E. alpinus L. cubiertas de pelos blancos y lanosos y el E. his'paniciis P. El E. aljñnus L. ¡3 glabratus Lang-e pug. es una forma glahra et microphyUa del E. hispariicus P.; pero también incluye alg'una forma g-labra pirenaica del ^. alpimis L.; porque la verdadera variedad glabratus Lg-e. es propia de Asturias, Cantabria y Castilla la Vieja; como el Erinus hispa7iiciis P. tuvo su centro de creación quizas en Valencia y es forma propia de la reg-ión oriental y austro-oriental. Infiérese de lo expuesto la necesidad de revisar de nuevo todas las citas é indicaciones de los autores que nos precedie- ron si queremos lleg-ar al exacto conocimiento de nuestra flora. El E. hispanicus P. existe en Peñag-olosa, en donde con más frecuencia y abundancia lo he visto, Sierra de Canales ó Sa- cañet, Sierra de Pina y Sierra Mariola, faltando por consi- g-uiente el E. alpimis L. 158 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Sobre los caracteres y la clasificación del puerco espin pequeño de Colombia POH D. ÁNGEL CABHERA LATORRE. En el año 1865 describió Gray por vez primera un cercolábido de Colombia bajo el nombre de Eretliizon rufescens, creyendo conveniente formar con la nueva especie un subg-énero dentro del g-énero EretM:on, subg-énero que denominó EcMno2)rocta por el hecho de tener la gTupa cubierta de espinas larg-as y rí- gidas, á diferencia de los congéneres anteriormente conocidos, que la presentan poblada de larg-as cerdas, entre las que se ocultan alg'unas espinas cortas (1). A decir verdad, no es muy completa la descripción hecha por Gray, quien se muestra un tanto vacilante en lo que respecta á la edad del ejemplar que le sirvió para establecer la especie, por no haberle sido posible examimar el cráneo. Ocho años después, entre las colecciones que al Museo de Madrid envió desde Bog-otá el Sr. Gutiérrez de Alba, vino un ejemplar de cierto puerco espín denominado en Qolomhm ¡merco espin 'peqiieño. Desconociendo, sin duda, la especie por Gray establecida, el docto catedrático D. Francisco Martínez y Sáez diputó este ejemplar por un verdadero EretJmon eirixantlms Brandt, y con este nombre lo citó en los Anales de nuestra Sociedad, serie i, tomo ii. Afirma el Sr. Martínez que «convienen bien á esta piel la descripción y lámina que asig-na á la especie Brandt en sus Mammalium exoticorum novormn Descriptiones et Icones y>, no obstante lo cual siempre se me hizo difícil creer que se hallase en Colombia un animal de especie puramente norte-americana; pero como jamás vi el ejemplar en cuestión sino á través de los cristales de un armario más bien sombrío que claro, no quise manifestar mis dudas. Hace poco, habiéndolo tenido en mis manos, y habiendo podido, por consig-uiente, estudiarlo con todo detenimiento, mis sospechas quedaron confirmadas y yo convencido de que q\ puerco espin pec^ueño y el Erethizon nifes- ceyís son un mismo animal. (1) Proceeáings of the Zoológica! Society of London, 1865, pág. 321, lám. xi. DE HISTORIA NATURAL. 159 Pero, ¿es realmente un Erethizon la especie de que tratamos? Así lo supuso Gray, y lueg-o el Sr. Martínez fué de la misma opinión; en cambio, Trouessart la coloca en el g-énero Coendú ó Cercolahes, considerándola, aunque con alg-una duda, como una subespecie del Ccrcolahes prehensilis (1). Por mi parte, si de la primera de estas opiniones me aparto por completo, no estoy del todo conforme con la segunda, y los motivos que á esto y á aquello me oblig-an son los que me han movido á redactar estas líneas. En primer lugar, el puerco espín pequeño no puede ser un Erathizon porque sólo tiene cuatro dedos en las extremidades abdominales, cuando precisamente uno de los principales ca- racteres de aquel género es el tener en ellas cÍ7ico dedos, casi de la misma longitud todos ellos. La lámina que al trabajo de Gray acompaña, aunque puede ser calificada de buena y da una idea muy exacta del animal, no peca por lujo de detalles; pero me ha parecido que en ella los dedos posteriores están también en número de cuatro solamente. Por otra parte, tampoco se trata de un Cercolahes, porque aunque por sus pies lo parezca, la notable brevedad de su cola le aparta de un género exclusiv^amente formado por especies de cola larga y prensil, y mucho más del Cercolahes ¡weliensilis, del que además se distingue por la forma del cráneo, bastante singular en esta última especie para que algunos autores hayan querido formar con ella un grupo especial fSynetheres F. Cuv.) Siendo necesario un lugar donde pueda ser colocado este animal, que sin ser Erethñon ni Cercolahes tiene caracteres de uno y otro, no creo haya inconveniente en elevar á género el subgénero creado por Gray, debiendo por lo tanto llamarse á la especie EcMnoprocta rufescens. Algunos detalles que pueden servir para completar la defi- ciente descripción de Gray, pondrán más de manifiesto las ra- zones que á proponer la creación de un nuevo género me han inducido. Por su aspecto pesado, sus miembros cortos, su hocico alto y sus ventanas nasales muy juntas, el EcMnoprocta se asemeja realmente al género en que primeramente fué colocado; pero al observar sus pies estas semejanzas pierden todo su valor. Las (1) Catalogus Mammal. tam vivent. quamfossü., 1897, pág. 621. 160 boletín de la sociedad española extremidades anteriores son en un todo semejantes á las de los Cercolahes; las posteriores, como las de éstos, sólo llevan cuatro dedos armados de uñas larg-as y corvas; pero el tubérculo, ó por mejor decir, el pequeño abultamiento que ocupa el lug-ar del dedo interno, está á medias cubierto por una plaquita cór- nea que puede ser considerada como una uña rudimentaria. La cola no se parece en nada á la de los Cercolahes, no siendo tampoco completamente de Erethhon. Es muy corta, puesto que ocupa menos de Vü c^e la longitud total del animal, más bien cilindrica que aplanada, y está del todo cubierta de cer- das de un color neg-ro parduzco. El pelaje, si asi puede decirse, de este roedor, no tiene ig'ual en ninguno de los dos g"éneros próximos. En el dorso yo no he hallado cerdas ni pelos, sino solamente espinas larg-as, delga- das y en extremo blandas y flexibles, que no ofrecen re- sistencia alg-una al contacto de la mano cuando ésta se pasa en el mismo sentido en que están dirigidas, ó sea de la cabeza á la cola. Todo el cuerpo está cubierto de estas lig-eras púas, lo mismo que la cabeza, donde son alg-o más ríg'idas; pero única- mente en la regúón del sacro es en donde se presentan verdade- ramente duras y erizadas, á la vez que más g-ruesas y algo más cortas. En el pecho y en los costados, por el contrario, se van haciendo más delg-adas y blandas, hasta quedar en el abdomen reducidas á lo que podríamos llamar «pelo espinoso» (syiiiy hair de los autores ing-leses). Todas estas espinas, cualquiera que sea su longitud y dureza, son de un blanco amarillento en casi toda su longitud, con un ancho anillo neg"ro cerca de la punta, y ésta teñida de rojizo de naranja bastante vivo, que es el color que más se ve al exterior. A cada lado de la cara alg"u- nas espinas del todo blancas forman una mancha, y otras ig-ua- les se hallan en la parte superior de la cabeza, carácter que Gray, suponiéndolo acaso individual, señala también en el ejemplar por él estudiado. Los pies están cubiertos de pelos duros, alg-o cerdosos, de color pardo claro. Los mostachos son muy largos, neg-ros, con puntas pardas; cerdas á ellos pareci- das, larg-as y tiesas, salen en muy escasa cantidad de entre las espinas que cubren los miembros. Longitud desde el hocico á la raíz de la cola, 0,385 m.; de la cola, 0,10 m. Atendiendo sin duda á estas dimensiones relativamente pe- DE HISTORIA NATURAL. 161 quenas y á la delicadeza de las espinas, indicaba Gray la posi- bilidad de que el individuo que él observó fuese joven, posibi- lidad que Trouessart, en su Catalogus, parece haber convertido en aseveración. No está en mi mano contradecir ni confirmar esta opinión, pues que no he visto dicho individuo; solamente diré que en la lámina de Gray aparece igual al nuestro, y de que éste es adulto teng-o la más completa seguridad. El cráneo del EcMnoprocta se asemeja al del Cercolabes villo- sus F. Cuv. más que al de ning-ún otro animal, hasta el punto de que viendo uno y otro, sin conocer su procedencia, á la primera ojeada pudiera creerse que pertenecían á una misma especie. Con todo, fijándose un poco se puede apreciar una multitud de diferencias más ó menos notables, siendo la prin- cipal el excesivo estrechamiento de la bóveda palatina entre las dos filas de molares, lo que relaciona al EcMnoprocta con el género Ch(Btom¡js, en el que dicho estrechamiento es uno de los más importantes caracteres. El plano del occipital es me- nos oblicuo que en el Cercolabes mllosus, los huesos de la nariz un poco más largos y los arcos zigomáticos más finos y más separados de la caja del cráneo. En la mandíbula inferior la apófisis del ángulo es más delgada, más deprimida y ligera- mente encorvada hacia arriba. Muchas suturas están ya com- pletamente soldadas, permitiendo apreciar el estado adulto del ejemplar. Las dimensiones de este cráneo son las siguientes: Longitud desde la base de los incisivos hasta el borde inferior del agujero occipital (1) 61 mm Anchura en la parte más saliente de los arcos zigomáticos 42 Anchura de los frontales detrás de las apófisis postorbitarias. . . 20 Longitud de los huesos nasales 21 Longitud de la mandíbula inferior desde la base de los incisivos hasta la punta de la apófisis angular 58 Altura de la misma mandíbula hasta el cóndilo 20 Los dientes en nada difieren de los del g'énero Cercolahes; como en el C. vil/osus y al contrario de lo que en el C. pre/ien- (1) Por estar el occipital un poco estropeado me ha sido imposible tomar la longi- tud hasta su parte más saliente. N.» 3. -Marzo, 1901. 12 162 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA silis se observa, los incisivos inferiores son más larg-os que los superiores. El sig-uiente cuadro, deducido de lo anteriormente expuesto,, muestra de una manera clara y concisa las relaciones entre el nuevo g-énero y los demás de la familia CercolaMdce. A. Molares superiores con la corona tan ancha como larg-a, dividida transversalmente en dos lóbulos. Arcos zig"0- máticos desprovistos de apófisis postorbitarias. Tribu Cercola¡)in(B. a. Pies posteriores con cuatro dedos y un rudimento de pulg-ar apenas marcado. Cola más ó menos cilindrica, 1). Cola larg-a y prensil. El rudimento de pulg-ar sin uña. Género Cercolahes F. Cuv, V . Cola corta. El rudimento de pulg-ar con una uña tam- bién rudimentaria. Género Echinoprocta Gray, a' . Pies posteriores con cinco dedos. Cola corta y aplanada. Género Erethizon F. Cuv, A' . Molares superiores con la corona más larg-a que ancha, dividida transversalmente en tres lóbulos. Arcos zig-o- máticos provistos de apófisis postorbitarias que lleg-an casi á unirse con las de los frontales. Tribu Chatomynm. Género Chcetomys Gray. Plantas de Sierra de Béjar DON MARCELO RIVAS MATEOS. En las Actas de Diciembre del último año, pág-. 282, veo pu- blicadas unas Ligeras mdicacio7ies sobre un viaje botánico, en las que el Sr. Pau, de Seg-orbe^ da cuenta de la excursión rea- lizada por la sierra de Béjar durante tres días del verano an- terior, sin marcar cuáles sean. Pero es el caso que dicho señor, con una intención que á mí no se me alcanza , trata de zaherirme y molestarme en repeti- das referencias á las notas que de una excursión á la misma sierra tuve el honor de comunicar á nuestra Sociedad y que fueron publicadas en las Actas de 1897. DE HISTORIA NATURAL. 163 Trátame el Sr. Pau con evidente injusticia, manifiesta des- confianza de mis citas y hasta Ueg-a á acusarme de notoria li- gere^a, frase escrita acaso con más facilidad que meditación, pero que con facilidad no menor se ha publicado en nuestras Actas, donde los miramientos y mutua cortesía entre los natu- ralistas no suelen dejar espacio para los ataques personales; cuento, pues, con hallar idénticas facilidades para rechazar una crítica que me parece injusta. Mas no emplearé para ello fórmulas tan acentuadas y expresivas como las que el Sr. Pau ha usado en alg-unos casos contra naturalistas dig-nos de todos los respetos, pues además del disg-usto que siempre producen tales acritudes, creo que sólo las formas correctas caben en nuestras Actas , por lo cual me limitaré á poner en su lugar la verdad de los hechos. Estos son, sencillamente, que hace tres años hice una excur- sión á la sierra de Béjar, y que habiendo repetido el Sr. Pau esta excursión, con mayor apremio de tiempo y parece que no en los mismos días, no hemos coincidido del todo en las espe- cies recogidas. Todos los naturalistas experimentados, y como no me duelen prendas ni siento tristeza alguna en reconocer los méritos del prójimo, creo que el Sr. Pau lo es, comprenderán que si dicho señor repitiese la misma excursión en cualquiera de los años venideros y siguiese el mismo itinerario, hasta donde es po- sible en una montaña que, naturalmente, no tiene calles tra- zadas ni manzanas numeradas, no hallaría las mismas especies que halló este verano y encontraría alguna más. ¿Por qué, pues, el Sr. Pau se sorprende de tales diferencias y se cree au- torizado para adoptar tan inconsiderada actitud con este motivo? Afirmar que una especie existe en una localidad en vista de los ejemplares en ella recogidos es cosa fácil; pero para negar las recolecciones de otro se necesita, además de una talla de maestro, que yo no regatearé al Sr. Pau, que la localidad en cuestión esté muy lejana del área conocida de dicha especie. Yo he remitido, para ser presentados á la Sociedad, ejemplares de las especies que el Sr. Pau ha tenido á bien negarme, y este es mi mejor aigumento; pero bueno será que examine si había siquiera pretexto para tales dudas. Ignoro con qué fundamentos, que no acusen ^¿o^orm ligereza. 164 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA supone dicho señor en cuanto halló unos brezos, que seg-ún él eran Erica arbórea y E. Aragonensis, que las especies por mí citadas (Erica cinérea y E. tetralix) lo fueron por confusión con las que él vio. Precisamente tales especies no pueden confun- dirse con las por él citadas, ni pueden ser dudosas para nadie (véase los ejemplares), ni eran nuevas ni raras en aquella re- gión. La Erica cinérea es harto vulg-ar, y entre las muchas lo- calidades en que podría citarla, básteme recordar que es común en todo Portug-al, desde Yalenca do Miño á los Alg-arbes (datos numerosísimos, desde los de Clusio y Brotero), que se encuen- tra en la provincia de Salamanca (Comisión forestal) y en los montes de Toledo (Pomata, Comisión forestal). ¿Habría motivo para dudar que la especie en cuestión existiese en sierra de Béjar (provincia de Salamanca) aunque nadie la hubiese visto? ¿Por qué, si yo la recog"í allí, me ha de reconvenir el Sr. Pau? En cuanto á la otra especie, la Erica tetralix, las circuns- tancias del caso son más curiosas. Citada estaba ya en Gredos por Reuter, en Salamanca y Ciudad-Rodrig-o por la ComJsión de Ing-enieros de Montes, en toda Extremadura por la Comisión Forestal, hasta en la sierra de Andévalo (Huelva) por Colmeiro; en la Alcarria (Palau, Ing-enieros de Montes), sierra de Riaza (Comisión Forestal), en Portug-al (Brotero, Salvador, Hoífmann, Link) y por mí en la sierra de Piornal. ¿Es que no es especie propia de alturas? Cítanla en el Pico de Arvás (Lag-asca, Co- misión Forestal), en Cuernavacas (Leresche), en Peña de Fran- cia (Clusio y Quer). Pero se conoce que en la sierra de Béjar no podía ser admitida hasta que la hallase el Sr. Pau. Afortuna- damente, y esto es lo más curioso, dos pág-inas después dice el ilustre botánico de Seg-orbe que la halló en la Hoya de la Cue- va, que es como si dijésemos el corazón de aquella montaña. La vio por fin, ¡loado sea Dios!; pero ¿valía la j)ena de adoptar tales actitudes para venir á parar en esto? Con ig-uales fundamentos, y sin hacer uso de «notorias ligre- rezas», me niega la existencia de la Santolina rosmarinifolia (falta en absoluto en todo el terreno recorrido, dice). La tal planta, que puede verse entre las que remito, existe en abun- dancia en Somosierra, en todo el Guadarrama, en Gredos (Le- resche), en el valle del Xerte (Bourgeau); en la sierra de Béjar la pone el veto el Sr. Pau , pero la había cuando yo fui y con- tinúa en Portugal, donde ya la citó Brotero, abundando en la DE HISTORIA NATURAL. 165 sierra de la Estrella y cercanías de Coimbra. Confiemos en que otra vez la hallará mi crítico. Mencionaba yo en el relato de aquella excursión un al pa- recer Ulex, aún no determinado, y mi caritativo comentador afirma, sin más, que es la Genista Lusitanica, sin ver que esta especie la cité ya entonces y no podía tenerla determinada y sin determinar al mismo tiempo. En esto se revela lo meditado y detenido de semejantes censuras. Lamento tales ocurrencias y nada más ag-reg-aré; pero no podía callarme ante ciertas g-enialidades, pues si me creo obli- g-ado á acatar toda crítica sensata y razonada, no puedo reco- nocer que nadie teng-a la exclusiva en estas materias ni debo transigir con injustificadas pretensiones. Un autógrafo de D. Ignacio Jordán de Asso DON HILARIÓN JIMENO. Voy á tener el g-usto de dar á conocer á la Sociedad española de Historia natural, un autóg-rafo inédito del sabio arag-onés D. Ig-nacio Jordán de Asso y del Río, que con otros de familia conservaba apreciado en todo su valor histórico, mi amig-o y docto profesor de Calatayud D. Alberto García, hasta que, favoreciéndome demasiado, lo puso á mi disposición con in- estimable g-enerosidad. Los prefacios de las obras escritas por Asso para mayor ilus- tración de la Gea, Flora y Fauna reg'ionales, consig-nan las distintas excursiones que aquel insig-ne naturalista realizó por territorio arag-onés acopiando los materiales que sirvieron de base á sus trabajos. En la Syno'psis stirpium indigenarum , impresa en Marsella siendo D. Igmacio cónsul de España en Burdeos, consta que por el año 1783 recorrió su autor los Pirineos y la Sierra de Guara con provechosos resultados; y á este viaje alude el documento que presento á la Sociedad, creyendo retratar en uno de sus aspectos más característicos la figura del escritor insig'ne que dedicó por entero su vida á la ciencia y á la patria. El orig"inal que poseo es como sig-ue: -i^iL zpz,!^ /rg% p\v-^:Áep yy^TTM?/'' ^^^rerv^ ^e. ^ ^tA^C v^ ri^k^ 6^ '^cAjff/r/oU^ ^(^^ 77»^* ¿?ü^í/ W-i^ >7 p^j^^f^^ . ó ^0 t^ C..-v^ ^^^ /r^cí7 //t^ DE HISTORIA NATURAL. 169- ¡Qué bien se delatan en el documento transcrito las ansias de saber que ag-uijonearon siempre la fecunda actividad de Asso ! Su soberano entendimiento lleg"ó á conocer y dominar las ciencias de su época, debiéndole trabajos de sing-ular estima la jurisprudencia y la literatura, la economía y la filología, la historia natural y la numismática; y cuando en sus últimos años pelig'raba la independencia de España á la que sirvió con desinterés en el extranjero, sacrificó cuanto poseía, inspirando á los defensores de Zarag-oza desde la célebre Gaceta de, los Sitios, sentimientos de fe y de patriotismo. Vida tan llena de enseñanzas, debe ser expuesta para ejem- plo de todos en esta edad, cuando parecen ag-otadas las ener- g-ías nacionales porque no existe el esfuerzo individual que es el que verdaderamente ha de eng-endrarlas. ¡Trabajar, pensando siempre en enaltecer la patria, es lo que hizo mientras vivió D. Ig-nacio Jordán de Asso, por eso su labor perdura en la ciencia y la historia le otorg-ó laureles y palmas! Nombres regionales salmantinos de algunos animales POR D. MANUEL FERNÁNDEZ DE GATA. ni. (1) Nombres castizos. AveS. Nombres regionales. Charla Turdus viscivorus L Pajarita-zorra. Tordo — miisicns L Chirivía. Arrendajo Grarrulus glandarius L Alcaraván. Passer hispaniolensis Tem. Pimpina. Jilg-uero Carduelis elegans Steph. . . Pico-romo. Pardillo Linaria horealis Vieill Cag-anchín. Anda- río. Charadrius hiaticula L. . . Pica-peces. Frailecillo VaneUus cristatus Mey Chorlito. Gallina de ag'ua.. . Fúlica atra L Gallina cieg-a. Reptiles. Culebras de tierra. Rhinechis scalaris Boié Bastardos. » Ccelojjeltis monsiKSsnlambS Herm » > Coluder comTimnis TidiVidi . . . » (1) Véase el Acta de Septiembre de esta Sociedad de 1900, pág. 231. 170 boletín de la sociedad española Excursión á Muel y al pantano de Mezalocha POR D. JOSÉ A. SÁNCHEZ PÉREZ. El día 29 de Enero , aprovechando la vacación y confiando en la benevolencia del tiempo, veriñcamos una excursión de carácter cientiñco dirigida por el Sr. Gila, en la que tomaron parte los individuos de esta Sociedad Sres. Soler y Mateos, el catedrático de la Facultad de Ciencias Sr. Ríus y Casas, unos 20 alumnos del Prof. Sr. Gila y los encargados de las clases prácticas de Mineralogía. La inclemencia del tiempo no correspondió á nuestros bue- nos deseos, pues aunque el día apareció despejado, poco antes de llegar á mitad de camino vimos aparecer por el N. densos nubarrones y á la vez se levantó un cierzo fuerte y frío, que en unión á lo poco pródiga que se muestra la Naturaleza en el crudo invierno, nos obligó á limitar la excursión á la Geolo- gía, pues no pudimos recoger nada que aportase datos ó mos- trara ejemplos de la fauna y flora. La vía férrea sale de Zaragoza atravesando el terreno de aluvión característico que viene á constituir las orillas del Huerva, pudiéndose observar el terreno de acarreo constituido por limos arenosos y arcillosos, y los hacinamientos de cantos rodados, llamados en Aragón graveras, que se han formado por los materiales que el Huerva acarrea de las regiones por que atraviesa. A pocos kilómetros de Zaragoza sirve la línea férrea de límite de separación entre el terreno cuaternario y el mioceno, apareciendo á los ojos del excursionista el siguiente paisaje geológico: al N. está situada la Sierra de la Muela, formada por capas miocenas, al E. queda Zaragoza y al S. y O. se ve la^ denudación actual que sobre el terreno citado ejerce el agua- de lluvia, constituyendo, por su continua acción des- gastadora, esos grandes artesones volcados, dispuestos de manera que entre ellos se forman acantilados, cortaduras ó barrancos, por los que puede verse la señal ó huella que deja el agua á su paso ó bien constituyen la madre de riachuelos. Esa denudación llega á originar conos de mucha altura que pueden presentarse encadenados ó á distancias enormes, pu- diendo reconocerse su estratificación concordante. Hasta Muel se camina siempre por el terreno aluvial; pero DE HISTORIA NATURAL. 171 desde allí tomamos la ruta del pantano, dejando ala izquierda la veg-a del Huerva y á la derecha la cadena de montes que parte del Moncayo. Toda la cuenca del Huerva, desde Muel hacia arriba, está constituida por marg-as, arcillas y arenas, de facies completa- mente distintas, de color rojizo característico; en una palabra, aparecía á nuestros ojos un terreno de aspecto nuevo y curioso estudio. Caminando hacia el pantano nos llamó sobremanera la atención la inmensa cortadura que la cadena de montañas miocénicas presentaba, y que nos recordaba los famosos caño- nes del Colorado que con tanto relieve pintan los libros clá- sicos de Geolog-ía. El causante del corte de terreno fué un afluente del Huerva que viene desde Jaulín atravesando el mioceno y produciendo ese inmenso canal. A unos 7 km. de Muel se encuentran las obras del pantano de Mezalocha. Esta excursión, bajo el punto de vista g-eológico, fué intere- san tísima para los alumnos, que por tener su residencia en Zarag"oza no se habían hecho carg-o de los terrenos que he- mos visitado; fué interesante, repito, porque en el viaje ex- plicó el Sr. Gila los terrenos por que íbamos atravesando, cua- ternario, mioceno y liásico, dando detalles acerca de su for- mación y recordando su característica. Uno de los puntos más culminantes de la excursión fué la observación de una columna de arcilla, de unos 10 m. de altu- ra, que sostenía una piedra enorme cuya cara superior sería de 1 m.2 Otra circunstancia curiosa y de importancia es la estratifi- cación que próxima al pantano presenta el terreno liásico, Ueg-ando á existir á unos 100 m. de aquel un corte en el que se observan más de 1.000 capas de caliza cristalina g"ris con marcado paralelismo, unas veces horizontales y otras obli- cuas, pero paralelas entre sí. Como recuerdo de la excursión trajimos muestras de calizas de varias clases y una admirable geoda en un ejemplar calizo. Además sacamos fotografías de la columna natural antes mencionada, los estratos, el trog-loditismo que conservan mu- chos pueblos de la reg'ión arag-onesa, y alg-unas otras vistas de interés g-eológico, siquiera sea local. 172 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA Materiales para una revisión del género Asida POR D. MANUEL MARTÍNEZ ESCALERA. I. Especies españolas aterciopeladas al menos ¡parcialmente. 1 (11). Élitros con ó sin costillas, con pubescencia negra aterciopelada, y protórax con ó sin pubescencia ig-ual á la de los élitros. 2 (5). Élitros sin costillas, cubiertos totalmente por la pu- bescencia negra aterciopelada y circundados por una faja asi- mismo pubescente, de color blanco-plateado; protórax sin pu- bescencia ig-uai á la de los élitros. 3 (4). Cuerpo muy paralelo; élitros con la faja blanco-pla- teada ancha, remontando posteriormente hasta )% de la lon- g-itud del élitro, quedando reducida la pubescencia neg-ro- aterciopelada á una isla oblong-a que ocupa menos espacio que el cubierto por la pubescencia blanca; protórax casi para- lelo en sus lados, con los áng-ulos posteriores bastante ag-udos y prolong-ados hacia atrás; forma g-eneral como A. inquinata. A. luctuosa Boisd. ?¿ec Rambur. Sin. A. luctuosa var. minor Rosh. Loe. Alg-eciras.— 1 q^ coll. Oberthür, tipo de v. minor Rosh. en un todo conforme con la fig"ura que acompaña á la descrip- ción orig-inal de Boisduval, con la cual concuerda. 4 (3). Cuerpo sensiblemente estrechado en la reg-ión hume- ral; élitros con la faja blanco-plateada estrecha, del mismo ancho en toda su extensión, ocupando la pubescencia neg-ro- aterciopelada mucho mayor espacio que el cubierto por la pu- bescencia blanca; protórax sensiblemente redondeado en sus lados, con su mayor anchura hacia el medio como en las de- más especies del g-rupo. A. argenteolimbata sp. n. Sin. A. luctuosa Ramb. Loe. Ronda.— 1 9 coll. M. Sáez.— Ronda, seg-ún La Brñlerie, Heyden, Pérez Arcas: á esta especie pertenece el (f de la coll. Oberthür del A . luctuosa Ramb. , tipo de Rosenhauer, sin eti- queta de localidad (San Roque?), conforme con la fig-ura de Rambur. DE HISTORIA NATURAL. 173 5 (2). Élitros con costillas eu número variable y protórax <;on () sin manchas pubescentes aterciopeladas. 6 (10). Protórax con manchas pubescentes aterciopeladas. 7 (8, 9). Con cuatro manchas pequeñas en el disco, de las cuales las del medio son alg'o mayores y long-itudinales y las externas redondeadas; puntuación de las partes desnudas del protórax, confluente, densa, de impresiones alarg-adas como hechas á cincel; bordeado de una pubescencia corta negra y diri- gida hacia atrás; élitros con una costilla entera desde la base hasta el X posterior, lisa y saliente como la sutura y reborde marg-inal y flanqueada como ésta por una estrecha línea de pubescencia g'ris plateada más visible hacia su terminación y más caediza que la pubescencia neg"ra aterciopelada que ocupa todo el resto del élitro, la cual persiste aún en ejempla- res muy viejos y frotados. Loe. Málag-a. — Coll. M. Sáez, Uhag-ón, Escalera, Museo de Madrid, Oberthür. A. holosericea Germ. Sin. A. Ramhuri Sol. . En algunos ejemplares, y más frecuentemente en las Q 9, hay vestigios de una segunda costilla suplementaria en el tercio posterior del élitro; y en todos los ejemplares que he visto, flanqueando al reborde marginal, hay una faja estrecha mate finamente granulosa y desprovista de pubes- cencia gris plateada, cuya pubescencia flanquea exclusivamente á la su- tura y costilla. 8 (7, 9). Con cuatro manchas g-randes en el disco, de las cuales las del medio tienden á unirse con otras dos suplemen- tarias triang"ulares que ocupan el borde anterior; puntuación de las partes desnudas menos densa y confluente que en la especie anterior; bordeado de íina pubescencia corta, roja y diri- gida hacia atrás; élitros con dos costillas enteras, de las cuales la primera nace en la base y la seg"unda á X de ella sin unirse en su conclusión , lisas y salientes como la sutura y reborde marg-inal y flanqueadas como ellas por unas estrechas líneas de pubescencia g-ris plateada más caediza que la neg-ra ater- ciopelada que ocupa todo el resto del élitro. A. Sanchez-Gomezi sp. n. Loe. Mazarrón, Almería.— Col. Uhag-ón, Escalera, Museo de Madrid, Oberthür. En cuatro ejemplares (¿"^^ y QQ de Palomares de Vera la pubescencia del borde del protórax es negra como en holosericea y Clementei, y la se- 174 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA gunda costilla es más corta, casi nula en un of que poseo; pero las man- chas del protórax son exactamente como en Sánchez- Gómez i. V. almeriensis v. n 9 (7, 8). Con dos manchas grandes en el disco formadas por la fusión de las cuatro primitivas y las dos del borde ante- rior; puntuación de las partes desnudas tan densa como en A. holosericea, pero con los puntos redondos; hordeado de una 'pubescencia corta, negra y dirigida hacia atrás; élitros con dos costillas enteras, de las cuales la primera nace en la base y la segunda muy cerca de ella, lisas y salientes basta su conclu- sión, donde se unen en el cuarto posterior del élitro , y flan- queadas, como la sutura, por unas estrechas líneas de pubes- cencia gris plateada menos visible que en las especies ante- riores, nula por lo general y con todo el resto del élitro cu- bierto por la pubescencia negra aterciopelada. A. Clementei P. Are. Sin. A . Solieri Ramb. Loe. Granada. — Col. M. Sáez, Uhagón, Escalera, Museo de Madrid, Oberthür. Poseo un ejemplar de Granada con duda, cuyos élitros tienen una cos- tilla y vestigios sólo de la segunda, con el reborde marginal y sutura con pubescencia blanco-argentada tan viva como en los ejemplares de Palo- mares de la var. almeriensis de A. Sanchez-Gomezi, pero con dos manchas grandes en el protórax; con él concuerda un ejemplar de la coU. Oberthür con etiqueta (Andalucía). Aun convencido de que se trata de otra especie, pues presenta otras diferencias con Clementei, Sánchez- Gomczi y holosericea, la falta de materiales y la inseguridad de procedencia me impiden deno- minarla. En la col. M. Sáez existe un ejemplar q^ de Jerez de la Frontera, reco- gido por el Sr. Laguna , que no puedo referir á ninguna de las especies citadas, pues aun teniendo los élitros como holosericea presenta el protó- rax desprovisto de manchas pubescentes, y su puntuación es diferente; es una especie que, á mi juicio, sirve de enlace á las citadas y á la si- guiente, pero que no es posible describir por falta de ejemplares. 10 (6). Protórax sin manchas pubescentes aterciopeladas; puntuación de éste clara, de puntos aislados redondos sobre fondo brillante , bordeado de una corta pubescencia negra; élitros con dos costillas enteras como Clementei, unidas en el cuarto posterior del élitro, lisas y con los intervalos provistos de pubescencia negra aterciopelada como las especies anterio- DE HISTORIA NATURAL. HS res; forma general del cuerpo, alarg-ada, paralela, menos es- trechada en la reg-ión humeral que sus afines. A. Martinezi sp. n. Loe. Osuna.— Dos c/c/ y dos QQ col. M. Sáez. 11 (1). Élitros con costillas y desprovistos de pubescencia neg"ra aterciopelada; protórax con manchas pubescentes ater- ciopeladas. 12 (13). Con cuatro g-randes manchas aterciopeladas en el disco y dos suplementarias triang-ulares que ocupan el borde anterior, exactamente como en ¡Sanchez-Gomezi , bordeado de una corta pubescencia roja; élitros con dos costillas enteras como en la ya citada especie, de la que se distingue por la falta total de pubescencia negra aterciopelada en estos órg-a- nos, ocupando su lugar alg-unos pelitos cortos rojos aislados, difícilmente visibles. A. lorcana sp. n. Sin. A. CUmentei v. lorcana Per. A. Loe. Lorca. — Col. M. Sáez, Uhag-ón, Escalera, Museo de Ma- drid. 13 (12). Con dos manchas grandes en el disco, formadas por la fusión de las cuatro primitivas y las dos del borde ante- rior; bordeado de una corta pubescencia neg-ra; élitros con dos costillas enteras lisas como CUmentei, unidas en el cuarto pos- terior del élitro, pero más gTuesas que en ella, y además con otra tercera suplementaria más ó menos pronunciada entre la seg-unda y el reborde marg-inal, y uniéndose á ella en su terminación en los ejemplares que la tienen bien acusada; desprovistos totalmente de pubescencia y con los espacios in- tercostales muy ligeramente rug-osos en sentido transversal en los efe/ y más en las 99; especie más brillante que la an- terior. A. Oberthüri sp. n. Loe. Galera.— Coll. Marmottan, Oberthür, Escalera. Noticias históricas sobre algunos terremotos acaecidos en España D. HILARIÓN JIMENO. Por si no fueron coleccionados anteriormente, presento á la Sección varias noticias relativas á fenómenos sísmicos ocurrí- ne boletín de la sociedad española dos en España, que reuní hace años para un trabajo inédito, y que con las referencias de los autores y obras que las con- signan pueden ampliar las interesantes notas publicadas en el Boletín de la Sociedad por los Sres. Hernández Pacheco y Barras y contribuir á la formación de un catálogo sobre tan importante asunto. 500 años antes de Jesucristo. — Grandes terremotos en toda la costa de mar, manifestándose sus efectos en los Pirineos. — (Véase la Crónica de Florián de Ocaonpo, libro ii, cap. xl.) 348 años antes de Jesucristo.— Terribles terremotos en luga- res vecinos á la costa de nuestro mar Mediterráneo. Señalada- mente padeció gran peligro Sagunto ó Monvedre. — (Crónica de Florián de Ocampo, libro iii, cap. xxv.) La isla de Cádiz y toda la marina frontera de la Andalucía padeció grandes terremotos ó temblores que derrocaron edifi- cios y mataron g-entes. — (Véase Crónica de Florián de Ocampo, libro IV, cap. xliv.) En tiempo de los Escipiones ocurrieron terremotos en Cádiz y la mar anduvo muchos días tan gruesa, con bravezas y co- rrientes excesivas, que pasó hasta más adelante de donde so- lía.— (Véase Crónica Florián de Ocampo, libro v, cap. xxxix.) Año 585. — Reinando Leovigildo sintiéronse terremotos en los Pirineos, cayendo grandes peñascos que causaron daños á hombres y ganados. — (Véase Ambrosio de Morales en su Cró- nica, libro XI, cap. lxxi.) Año 1356, reinando D. Pedro I de Castilla. — «E este año fué el terremoto, vigñlia de Sant Bartolomé e cayeron las man- zanas que estaban en la torre de Sancta María de Sevilla, e tremió la tierra en muchos logares del Regno en aquel día, e fizo gran destroimiento en el Regno de Portogal e en el Al- garbe e derribó la capilla de Lisbona que había fecho el Rey Don k\i•>— (Anales de Zurita, parte n, libro x.) Año 1396, reinado de D. Martín de Arag-ón. — «En este año á diez y ocho de Diciembre hubo g-randes terremotos en el reino de Valencia y en las comarcas que confinan con Castilla y en la Serranía hasta Tortosa, y desde hora de tercia hasta la hora de completas tembló la tierra tres veces, y en el reino de Valencia se hundieron diversas torres é ig-lesias y el monas- terio de Vadig-na, y seg-ún escribe D. Martín de Alpartir en la obra que compuso de la Cisma, que fue familiar del Papa Be- nedicto, en la villa de Alg-ecira del reino de Valencia dos fuen- tes manaron ag-ua muy hedionda y de color ceniza y se vieron otras señales muy prodig-iosas.» — (Anales de Zurita, parte ii, libro X.) Año 1431, reinando D. Juan II de Castilla. — «Estando el Rey en su alcázar de Cibdad Real en Martes á veinte é cuatro dias del mes de Abril del dicho año, cuanto á hora de vísperas hizo un terremoto en que cayeron alg-unas almenas del alcázar é muchas texas é abrióse una pared en el monasterio de San Francisco desa cibdad, é cayeron dos piedras de la bóveda de la capilla de la iglesia de San Pedro. El Rey estaba dur- miendo, é como sintió el terremoto salió á muy g-ran priesa al patio del alcázar é dende al campo.» — (Crónica de D. Juan II, año XXV.) Año 1504, reinando D. Fernando el Católico. — «En este año se padeció g-eneralmente gTande esterilidad y hambre por toda Italia y España y en otros reinos: y el día de Viernes Santo 'hubo en Castilla y el Andalucía g-randes terremotos, señalada- mente en Sevilla y Carmona, y se abrieron los cruceros de di- versas iglesias y de g-randes fortalezas y edificios y se cayeron muchos lienzos de muros y torres; fue tan repentino el espanto y terror que causó en las g-entes, que caían de su estado como personas sin ning-un sentido, y murieron muchos de las ruinas de las casas y lug-ares públicos, y el daño que se recibió en alg-unos lug-ares que están á las riberas del Guadalquivir fue muy g-rande especialmente desde Alcalá del Rio arriba, así N." 3.-Marzo, 1901. 13 Í78 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA como eu Santillana y Tócina.» — (Anales de Zurita, libro v, ca- pítulo 84.) Año 1526. — En el mes de Junio, estando el emperador en Granada, un terremoto puso en consternación á sus habitantes. Año 1531. — «No habían ¡¡asado dos meses desde que en Ho- landa aconteció furiosa tempestad de tres días, cuando se vio en la ciudad de Lisboa otro poco menor terremoto y lo mismo sucedió en Santander y Almería, Murieron en tierra muchas g'entes y perecieron muchos navios.» El temblor se repitió en Lisboa durante ocho días. — (Véase Historia del Emperador Carlos V. por fray Prudencio de Sandoval.) Año 1642. — En el mes de Ag'osto se sintió un terremoto en Burg-os. —(Véase Pellicer, Avisos políticos.) Año 1680. — Produjéronse en alg-unos puntos de España es- pantosos terremotos. Se menciona como notable en Sevilla el ocurrido el día 9 de Octubre. Año 1775. — «En la mañana del 1.° de Noviembre, fiesta de Todos los Santos, sintióse en Cádiz, de improviso, un temblor de tierra cuya violencia fué creciendo poco á poco hasta de- rribar alg'unas casas y estremecer los más sólidos edificios con violentos vaivenes... por espacio de diez minutos?»— (Véase la obra Retratos de antaño, por el R. P. Luís Coloma, de la Com- pañía de Jesús, pág-inas 192 y sig-uientes) (1). Año 1775.— «En la noche del 1,° de Noviembre cesó de ma- nar el ag-ua mineral de la presente villa Caldas de Malave- Ua á consecuencia de los terremotos que se experimentaron la noche anterior y posterior, volviendo al cabo de un mes á su curso natural.» Estos terremotos coincidieron con los memo- rables de Lisboa.— (Nota que fig-ura en los libros parroquiales de Míilavella, seg-ún el ilustrado ing-eniero D. Luís Mariano Vidal.) Año 1778? — El Memorial Literario, señalando ciertos tem- blores de tierra ocurridos en las vertientes de los Pirineos y apuntando las erupciones de ag-ua de Hinojosa, concluía di- ciendo: «Vemos aquí los efectos de los terremotos de Cataluña y continuados sus fenómenos y resultas...»— (Discurso del se- (l) El Sr. Calderón ha dado también en esta Sociedad noticias históricas de este ■terremoto. (Anales de la Soc. esp. de Hist. nat. , tomo xxiv, Actas, pág. 180.) DE HISTORIA NATURAL 1*79 ñor Cortázar en la Academia de Ciencias exactas, físicas y na' turales. Madrid, 1884.) Año 1798.— «En la tarde del día 11 de Ag-osto y noche si- g'uiente se oyeron alg'unos temblores de tierra, y de estos y otros que se notaron en varios días del mismo mes, del de Sep- tiembre y el de Octubre, se desviaron alg-unas fuentes de ag-ua mineral de las varias que hay en esta villa y su recinto, otras perdieron mucha de su ag-ua y hasta Noviembre de 1799 no han recobrado su estado primitivo.»— (Nota que fig-ura en los libros parroquiales de Malavella, seg"ún el mencionado inge- niero D. Luís Mariano Vidal.) Año 1803. — El 13 de Enero de este año se sintieron en Ma- drid, á las cinco y tres cuartos de la tarde, dos movimientos de oscilación, que en La Carolina, Granada, Málag-a y Motril, principalmente, fueron de mayor intensidad. — (Variedades de Ciencias, Literatura y Artes, tomo i, páginas 227 y siguientes.) Año 1829.— El día 21 de Mayo y en los tres siguientes se de- jaron sentir en' Valencia y Murcia terremotos que llenaron de espanto y desolación á sus habitantes. Año 1841.— Durante el verano ocurrió en Huelva un temblor de tierra cuyas circunstancias refiere el sabio ingeniero D. Da- niel Cortázar en su discurso de entrada en la Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales. Madrid, 1884. Año 1858. — Temblor de tierra que se advirtió en Madrid y Sevilla, en esta última capital durante 16 seg'undos. — (Véase artículo del catedrático Sr. Machado en el tomo cii, pág. 20 de la Revista contemporánea.) Año 1863. — En 10 de Junio comenzó una serie de movimien- tos sísmicos en la provincia de Almería que, extendiéndose después por Murcia y Granada, llegaron á acusarse en las Ba- leares, Italia, Grecia y Argelia, y estos movimientos, si bien con diferente intensidad, continuaron durante tres meses. — (Véase Los terremotos de la provincia de Almería, por D. Casia- no de Prado, Revista Minera, tomo xiv.) Mr. A. Daubrée, en un estudio aparecido en la Remie des Deux Mondes, afirma que en Andalucía, además de los indica- dos, ocurrieron temblores de tierra apreciables en las siguien- tes fechas: 1802, 1823, 1826, 1836 y 1845.— (Livraison du leí- Abril 1885.) J80 boletín de la sociedad española Noticias sobre algunos fosfatos y arseniatos raros ó poco conocidos de nuestra Península PÜR D. SALVADOR CALDERÓN. Como materiales para la sección de Mineralog-ia del futuro Catálüg'o que se propone formar nuestra Sociedad he reunido la lista de las especies á que se refiere el epígrafe precedente, y que á mi juicio merece ofrecerse á la consideración de las personas aficionadas á estos estudios, por si alg-una posee más datos que pudieran completarla. En todas las ramas de la Historia natural son necesarios los catálogos locales, y especialmente en nuestro país, pero qui- zás en ninguna tanto como en Mineralogía, por la diversidad de obras, revistas y publicaciones nacionales y extranjeras en que las noticias sobre localidades se hallan dispersas. Yo mis- mo, que por afición y por deber reúno hace tiempo datos sobre este particular, ignoraba hasta hace poco la existencia en nuestra Península de varias de las especies que á continua ción se enumeran. Vivianita (Fe^ P^ 0^ 8 H'^ O. Monosimétrica).— Paillette y Be- zard {Coiip d'mil s. I. gis. et Ja comp. cMm. de qiielq. min. de fer de la prov. des Astur., 1849) la mencionan asociada á la farma- cosiderita en ciertos minerales de hierro de Asturias. Sospecho que en ciertas fosforitas de Logrosán se presenta accidental- mente como materia pigmentaria. El Sr. Pedro Gomes (Com- mum. d. Direcc. d. Trahalh. geoL. t. iii^ 1898) la ha citado de la mina de S. Domingos. Libethenita ((Cu OH) Cu PO^ Rómbica). — Mina de Bugalho (distrito de Évora) y Heredad de Arouca (Alcoutim), según Pe- dro Gomes. (Id.) Olivinita ((Cu OH, Cu As 0^).— La Escuela de Minas de Ma- drid posee dos ejemplares españoles que deben referirse á esta especie. Uno procede de Villamanín (León), y es de color verde obscuro, brillo aterciopelado muy intenso y estructura laminar alabeada. El otro ejemplar es de Onís (Oviedo), en ríñones de color verde aceitunado, y está asociado á otros minerales de cobre en las cavidades de una roca feldespática. DE HISTORIA NATURAL. 181 Autunita, mica de urano (Ca (UO'^j^ pa o», SH^ O. Rómbica).— Tras-os-Montes, Marváo y Castello de Vide, seg-úii Pedro Go- mes. (Id.) Wawelita (3 AI2 0^. 2 P^ 0"\ 12 H'' O. Rómbica). —Sierra de Por- taleg-re en Portugal, seg'ún Pedro Gomes. (Id.) No será difícil se encuentre asociada á las fosforitas de Extremadura con ca- rácter accidental, aunque no ha sido citada, pues así suele hacerlo en otras localidades extranjeras. Eritrina, flores de cobalto ([As 0*]^ Co^ 8 H'^ O. Monosimétrica). Acompaña á los arseniuros y sulfoarseniuros de cobalto en su conocida forma; tal sucede en Gistain (Pirineos de Huesca), Asturias, Almería y Granada. En esta última el Sr. Rodríguez (Rev. min. , t. 11 , 1S51 , p. 586) cita del criadero de Molvizar, cerca de Motril , grupos cristalizados resáceos en agregados radiantes preciosísimos. La Universidad de Sevilla posee un ejemplar procedente del Cerro (Huelva) y otro con cobaltina de la Sierra de Filabres. En Portugal hay eritrina en las minas de Palhal y de Telhadella (Aveiro), según el Sr. Pedro Go- mes. (Id.) Amiabergita ([As O^J^ Ni^. 8 H'^ O. Monosimétrica).— Sin duda debe ser esta la especie que el antiguo mineralogista Herrgen (An. de Hist. nat. , t. iii, 1801) menciona del valle de Gistain con el nombre de ocre de Kíqjfernickel. En la mina Aurora de Peñaflor y en Lora del Río recogí bellos ejemplares proceden- tes de la oxidación de la disomosa, con la cual se halla aso- ciada (Anal. Soc. Españ., t. xv, p. 140). También existe del mismo modo y en abundancia en el residuo aurífero que queda del lavado de las tierras inmediatas á la casa de la Compañía de la citada mina. He regalado ejemplares á los Museos de Sevilla y de Historia natural de Madrid. La Universidad de Sevilla los posee de annabergita con aná- logas circun.stancias de Bailen (Jaén) y Carratraca. Aparece accidentalmente como película en los nodulos de grafito de Benahavis (Genth: Ami. Chem. Journ. i, p. 324). Está citada además de las minas de níquel de cabo Ortega! y de Peñamellera, acompañando á otros minerales del mismo metal y con pirita alterada, de cuya última procedencia hay ejemplares en ñloncillos y mamelones verdes ñbroradiados, con aspecto de malaquita, en los Museos de la Escuela de Mi- nas y de la Comisión del Mapa geológico. 182 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA La menciona asimismo de la mina de Telhadella (Aveiro) Pedro Gomes. Cabrerita ( [As O'^p (Ni, Mg-, Co)». SHHJ. Monosimétrica).— De esta especie española, denominada así por Dana en alusión á la Sierra Cabrera (Almería), de donde procede, puede verse la descripción en la Mineralogía de Naumann y Zirkel (1) y otras obras modernas. Scorodita (Fe- As- 0^ + 4 H^ O. Rómbica).— Este arseniato fé- rrico hidratado ha sido mencionado de Portugal por el señor Pedro Gomes (Id.) como existiendo en las sig-uientes localida- des: Ancora (Vianna do Castello) y Castelloes (Villa Nova de Famalicáo). De España no está citado, pero seg"urainente se hallaría reconociendo ciertas manchas verdosas de las arseno- piritas y piritas de muchas localidades. Haidingerita (As 0^ Ca H. H^ O. Rómbica). — El Sr. Naranjo (Elein. Min. gen., 1862, p. 235), dice que aparece en España, aunque con escasez, sobre minerales de plata, níquel y cobalto arsenical. Sólo hemos visto esta vaga indicación. Farmacolita (As 0^ Ca H. 5 H^ O. Monosimétrica).— El Sr. Na- ranjo (Id.) la menciona con la misma ambig-üedad que la es- pecie anterior, pero Paillette y Bezard (Oper. cit.) especifican más, diciendo que pequeñas porciones de este arseniato hidra- tado de color rosa ó rojo aparecen bajo la forma de hebras se- dosas en los criaderos de mercurio del distrito de Mieres (Astu- rias), cuya presencia indica por lo general la del cinabrio. Esto se explica bien porque allí, particularmente en la zona donde los romanos explotaron dicho sulfuro, sobre todo junto á La Peña, se mezclan con él los minerales arsenicales arseno- pirita y rejalgar. Hállase también en el valle de Gistain, Piri- rineos de Arag-ón , con los minerales de níquel y cobalto, aun- que en pequeña cantidad. Bindlieimita (H'* Pb^ Sb^ O'"'^). — De este antimoniato de plomo hidratado, raro y conocido desde hace poco tiempo, existen en el Museo Británico dos ejemplares de localidades españolas, seg-ún se ha servido comunicarme particularmente el señor Spencer, Director de la Sección de Mineralogía de tan impor- (1) Elementos de Mineralogía, por Naumanu y Zirkel, trad. por M. Madariaga. Ma- drid, 1891, pág. 662. DE HISTORIA. NATURAL. 1«3 tante centro, á saber: Sierra Almagrera (Almería) y Lomo de Bas, A^'-uila (Murcia). Farmacosiderita ( [As 0'']^ Fe [Fe O Rf. 6 H O. Reg-ular).— Pail- lette (Oper. cit.) halló esta substancia íntimamente unida á ciertos minerales de hierro de Lena, AUer y Oviedo. Conicalcita (Konichalcit). — Breithaupt dio á conocer con este nombre un doble arseniato hidratado de cobre y cal procedente de Hinojosa de Córdoba, cuya descripción puede verse en los Pogg. Ann. lxxviii, 1849, p. 139. Seg-ún análisis de Fritzsche, su fórmula es la sig-uiente : (As, P, V) O'' (Cu, Ca) [Cu. OH]. X H"^ O. El Museo de la Escuela de Minas de Madrid posee un ejem- plar donado por el 8r. Cía, sabio profesor que fué de la misma, en masa verdosa arríñonada, que se parece á la malaquita. Plomo-goma (P^ O»^ AP Pb. 9 H^ O.. Exag-onal).— Dice el Sr. Na- ranjo (^0;j6'r. ciL, p. 377) que es posible,se encuentre este hidro- aluminato de plomo en la mina La Regla, de Sierra Almag-re- ra, de donde tenía un pequeño ejemplar que lo parece por sus caracteres exteriores. También del Barranco de la Torre, en la misma provincia de Almería, hay una muestra en el Museo de la citada Escuela de Minas, que entre varios minerales de plo- mo parece llevar el de que tratamos. Difícil es afirmarlo con certeza, pues con el nombre de plomo-g-oma se han descrito y analizado compuestos que acusan cantidades de ácido fosfó- rico, óxido plúmbico y alúmina muy variables, con caracteres 'físicos diferentes, lo cual deja bastante vag-uedad en la defini- ción de esta especie. Calcouranita ([PO'']^ [ÜO^^ Ca. 8 H^ O. Tetrag-onal).— Aunque confundiéndola con la uranita ha sido citada de las minas de cobre de la cordillera de Guadarrama, en Colmenar Viejo, por Herrg-en (Min. geogr. de Esp., An. de Hist. nat., t. iii, 1801, p. 111) y Ramón Espiñeira (Exjms. de los compañ. de las suhs. metal., 1803), y de Galapag-ar y Torrelodones en g-ranito, por Naranjo (Oper. cil., p. 385). Conócese mejor con las fosforitas de Trebejo, Valencia de Alcántara, Alburquerque y Albalá, junto á Mont'hichez, al S. de la provincia de Cáceres (Mallada, Explic. del Mapa geol., t. i, p. 176). El Sr. H. Pacheco, que ha recogido abundantes ejemplares de esta región, y es el pri- '184 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA mero que los ha estudiado detenidamente, dice se presentan en bellas hojuelas cristalinas, de color verde hierba, midiendo de 2 á 3 min. y aun más de lado, en un granito porfídico alte- rado que forma las salbandas de los filones de fosforita, abun- dando más en la proximidad de los óxidos de hierro que hay en dichos filones. Ofrecen cristalización bien marcada, con el pinacoide básico muy desarrollado y con visible exfoliación prismática. En Portug-al se cita de la mina de Tapada d'Ayres (Sabug-o- sa) y Villa maior (Sabug-al). Ganomatita (Hierro sub-sulfoarseniatado). — Paillette y Bezard (Oper. cit.) la mencionaron como accidental y mezclada con otras substancias en Hieres (Asturias); pero no puede aseg-u- rarse que corresponda exactamente á aquélla, cuya fórmula no se halla aún bien establecida (1). Otro tanto decimos de alg-unos hallazg-os, al parecer de la misma especie, en los filo- nes piritíferos de la provincia de Huelva, especialmente de la Cueva de la Mora (Museo de la Universidad de Sevilla). Por vía de apéndice diremos dos palabras sobre la prixiia, con cuyo nombre desig-nó Leymerie (Cours de oninér., París, 1867, pág". 302) al plomo arseniatado hidratado, mencionán- dolo de cuatro localidades, y una de ellas España (probable- mente será Linares). Semejante nombre no fig-ura en ning-uno de los doctrinales ni catálog-os clásicos modernos, con excep- ción del de la Colección ele Mineralogia del Museo de Historia natural de París del x>resente año (pág*. 38); pero allí está como un sinónimo de la mimetita, que es una sal anhidra, siendo así que Leymerie dice de un modo terminante que «el análisis de la prixita indica esencialmente un arseniato de plomo que contiene 10 por 100 de ag-ua.» En vista de esta contradicción sería muy conveniente bus- car ejemplares en la indicada localidad con los caracteres físi- cos que señala aquel mineralogista en su obra citada, y com- probar si en realidad se trata de una substancia anliidra, y entonces de la mimetita, ó si debe rehabilitarse como indepen- diente la prixita de Leymerie. (1) Según el profesor A. Lacroix es una variedad de la pitticita. BOLETÍN SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Sesión extraordinaria del 18 de Marzo de 1901. PRESIDENCIA DE DON BLAS LÁZARO É IBIZA. — El Sr. Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. — El Sr. Presidente dio cuenta del objeto de esta sesión ex- traordinaria, en la cual procedía admitir los Sres. Socios pre- sentados en la anterior, confirmar el acuerdo tomado por la Junta directiva en sesión del 13 de los corrientes autorizan- do á la Sección de Barcelona para celebrar sesiones, y, en fin^ votar los Socios honorarios que dicha Junta propone. Admisiones. — Quedaron admitidos como socios numerarios los Sres. D. Juan de Ag-uilar Amaty Banús, Consejo de Ciento, 387, EntomoJogia: D. Jaime Almera, presbítero, cañón ig-o de la Catedral, Sag-ristans 1 , 3.°, Geología y Paleontología; D. Casi- miro Brug-ués y Escuder, doctor en Farmacia y en Ciencias, calle delBruch, 66, Histología vegetal; D. José Casares y Gil, decano de la facultad de Farmacia, Rambla de Cataluña, 29, A7iülisis químico mineral; D. Antonio Casares y Gil, médico militar. Rambla de Cataluña, 29, Hepáticas y musgos; D. Eduar- do Finestres y Foch, Vila-Vilá, 134, 3.°, Mineralogía: D. Jaime Ferrer y Hernández, Montaner, 66, 2.°, Mineralogía; D. Rafael Folch y Andreu, alumno de Farmacia, Casa de Caridad, Bo- tánica; D. Norberto Font Sag-ué, presbítero, Fontanella, 13, Geología; D. Luís Gig-erei Morentín, catedrático de la Univer- sidad, Pelayo, 17, Mineralogía; D. Florentino Jimeno Eg'urbi- de , doctor en Farmacia, Plaza Real; D. Manuel Llenas y Fer- nández, Liado, 8, 2°, Botánica; D. Moisés Nacente y Gonzá- lez, catedrático de Ciencias de la Universidad, Diputación, 415; N.o 4 —Abril, 1901. 14 ]8í) boletín DK la SüCIHbAD ESPAÑOLA D. Benito Oliver Rodés, Rambla de San José, 23, Análisis quí- mico mineral; D. José Rives Mampoey, Diputación, 441. 3.", Botánica; D. Enrique Soler y BatUe, farmacéutico militar, Cor- tes, 372, 1.", Botánica; D. José Tió y Salvador, Balmes, 7, 3.", Histología vegetal; D. Juan Tomás y Radó, Fortuny, 4, entre- suelo, Mineralogía; todos de Barcelona, propuestos en la sesión anterior por D. Marcelo Rivas Mateos. * D. José Benet Andreu, catedrático en el Instituto de Teruel, y D. José CoscoUano y Burillo, profesor auxiliar en el de Cór- doba, propuestos por D. Ig-nacio Bolívar. Se propone ig-ualmente para fig-urar en la lista de socios la cátedra de Historia natural de la Universidad de Barcelona, la Facultad de Farmacia de la misma Universidad y la Biblio- teca del Instituto de Soria. Nombramiento de socios honorarios. — Se leyó el dictamen de la Junta Directiva relativo al nombramiento de socios honora- rios, manifestando el Sr. Presidente que con el fin de dar cum- plimiento á lo que dispone el art. 4.° del Regdamento, la Junta Directiva había estudiado detenidamente esta cuestión, á fin de proponer á la Sociedad las personas más eminentes en los diversos ramos de las ciencias naturales, procurando al mismo tiempo que estuviesen representadas en lo posible las diver- sas nacionalidades que más contribuj^en al desarrollo y pro- greso de las ciencias naturales, y que en tal concepto proponía para socios honorarios á los sabios que se expresan á conti- nuación: Sir Archivald'Geikie, Director general del Servicio g-eoló- g-ico de la Gran Bretaña é Irlanda, individuo de la Real so- ciedad de Londres, correspondiente del Instituto de Francia, autor de muchas publicaciones notables y especialmente del conocido Text Booh of Geology , uno de los doctrinales más famosos escritos sobre esta ciencia; es además correspondiente de nuestra Sociedad. Ph. Yan Tbieg-en, Profesor-administrador del Museo de His- toria natural de París, Miembro del Instituto de Francia, cuya personalidad es bien conocida entre nosotros por sus obras de conjunto en que ha reñejado el estado actual de la Botánica, pero cuyo renombre se cifra principalmente en numerosos trabajos de investig-ación acerca de la estructura de los veg-e- DE HISTORIA NATURAL. IS": tales, de su anatomía comparada y de numerosas cuestiones ■de fisiología vegetal y de criptogamia. Adolf Engler, botánico de grandes iniciativas, que ha con- cebido obras tan extensas como la titulada Die natürlichen Pflaiuen FamiUeiv, que dirige en unión de Prantl, y la deno- minada Die Vegetation der Erde, con O. Drude, y por fin la lla- mada Das P flan: ensni che (Regni vegetabilis conspectus). Es profesor de Botánica y Director del Jardín y Museo botánicos de Berlín, y de él puede decirse que ha cultivado todas las ramas de la ciencia de los vegetales, incluso la paleontología. D. Santiago Ramón y Cajal, nuestro consocio y ex-presiden- te, cuya historia y triunfos científicos son harto conocidos para que se necesite relatarlos. Cari Brunner von Wattenwyl, el célebre entomólogo vien- nés. Consejero áulico, y autor de numerosas monog'rafías des- criptivas y de sistematización que le han conquistado puesto eminente entre los que cultivan la Zoolog-ía sistemática, ha- biéndose también ocupado en el estudio del transformismo y del mimetismo en los insectos. Su Sijstéme des Orthoptéres es la obra que más ha hecho progTCsar el estudio de este orden de insectos. Sir John Lubbok, Lord Abevury, tan reputado por sus cono cimientos sobre Antropología y sobre las costumbres de los himenópteros y las metamorfosis, instinto é intelig*encia de los animales; autor de importantes publicaciones de índole muy diversa, y correspondiente de nuestra Sociedad. Albert Gaudry, Miembro del Instituto de Francia, profesor de Paleontología en el Museo de Historia natural de París, autor de numerosos estudios en que ha revelado su notable y vigorosa personalidad científica, particularmente en Les en- dialnements du monde animal, Considérations sur les mammifé- res qui ont vecu efi Furope á la fln de l'époque miocéne, Maté- riaux pour l'histoire des tenqjs qnaternaires y Les ancétres de oíos animaux dans les iemps géologiques. Samuel Hubbard Scudder, autor de valiosísimas monogra- fías sobre los insectos fósiles, entre ellos los terciarios de la América del Norte, que ha dado á conocer la Comisión geoló- gica de los Estados-Unidos en un grueso volumen de sus pu- blicaciones, y redactor de la parte entomológica del gran Tra- tado de Paleontología del profesor Zittel. 188 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA Puesto á votación el nombramiento de estos socios honora- rios fué acordado por aclamación. Acuerdos. — Por unanimidad se tomó el de aprobar lo dis- puesto por la Junta directiva respecto á que la Sección de Bar- celona se considere restablecida conforme alo solicitado por el Sr. Rivas Mateos en nombre de los socios residentes en aquella capital. La Sección de Barcelona fué la primera en constituir- se, y en realidad continúa establecida, aun cuando hace tiem- po no haya celebrado sesiones; no se trata, por tanto, de cons- tituir una nueva Sección de la Sociedad, y así lo ha entendido- la Junta directiva, acordando manifestarlo al Sr. Rivas Mateos á fin de que, convocados por este señor, que viene represen- tando á la Sociedad en concepto de Tesorero de aquella Sec- ción, puedan los socios de Barcelona nombrar su Junta direc- tiva y celebrar sesiones, de las que la Sociedad espera muchos- y valiosos trabajos en atención á la conocida actividad, entu- siasmo científico y extremada competencia de los coleg-as con que allí contamos. Sesión del 10 de Abril de 1901. presidencia de don BLAS LÁZARO É IBIZA. Se leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué aprobada. Correspondencia. — El Secretario dio cuenta de una circular de la Sociedad de Amantes de las Ciencias naturales de Ekathe- rinenbourg- invitando á todas las Instituciones y Sociedades correspondientes á tomar parte el 4 de Junio próximo en el jubileo' de su presidente el doctor Alejandro Andreevitch Mislawsky. De nuestro consocio D. Román Casares, manifestando que acepta con g'usto la representación de la Sociedad en San- tiago, por ser útil de alg-una manera á esta corporación. La Sociedad acordó dar las g-racias al Sr. Casares, no dudando- que mediante su g-estión aumentará el número de socios en aquella importante población. Presentaciones.— Se hicieron tres nuevas propuestas de Socios. DE HISTORIA NATURAL. 189 Proposiciones. — Continuando la discusión pendiente sobre la proposición del Sr. Martínez Escalera, el Sr. Presidente dio lectura á un articulo remitido por su autor, nuestro consocio -de Valencia, D. Emilio Ribera, y publicado en el núm. 607 de la Revista Contemporánea^ correspondiente al 15 de Marzo de este año, sobre el asunto que se debatía y que aquél no había enviado á la Sociedad en la creencia de que habría termi- nado en ella la discusión referente á la enseñanza elemental de las Ciencias en las escuelas primarias de nuestro país. La So- ciedad oyó con interés dicho artículo, aplaudiendo las ideas en él contenidas, y que se acordaban perfectamente con las dominantes entre los que tomaron parte en la discusión re- ferida. El Sr. Ribera, después de lamentar el atraso considerable en que estamos respecto á otras naciones por lo que toca á medios de educación, propone que debe comenzarse por dotar á las Escuelas normales de material abundante para lecciones ■de cosas, á fin de que los futuros profesores se familiaricen con su uso haciendo oblig-atorio el que en él se adiestren y que íueg'o lo empleen en las escuelas; que se abran concursos para la formación de cartillas y cartones con viñetas y cromos bien pensados y ejecutados, á fin de que se simultanee la enseñanza de los rudimentos literarios con los histérico-naturales de apli- cación á los usos de la vida; que se hag-an oblig-atorias las grandes excursiones escolares en las normales y las pequeñas, pero repetidas semanalmente, en las escuelas elementales y superiores, y las visitas á las fábricas ó á los talleres de pe- queñas industrias y en especial á las ag-rícolas. Se dio lectura á una carta del profesor de Física, Química é Historia natural de la normal de Granada, D. José Hueso, dirigida al Sr. Bolívar, en la que da cuenta, á petición de nues- tro consocio, de los elementos de que dispone on aquella es- cuela para la enseñanza de los múltiples problemas de la asig"- natura de que está encarg-ado, y manifiesta su opinión sobre el asunto que se debate, por lo que es de interés para el cono- cimiento del estado actual de la enseñanza de las ciencias en las escuelas. Dice así: «Conocido el interés de usted y de los demás señores que forman esa Sociedad por la difusión y vulg-arización de esta clase de conocimientos, me permito exponer á usted las si- ffio boletín de la sociedad española g-uiéntes consideraciones, llevado á ello por mi afición y mi: carg"o, por si cree que merecen alguna atención, ya que con tan buen acuerdo han llevado á esa Sociedad la cuestión de la enseñanza de las ciencias naturales en las escuelas de ins- trucción primaria. Que sería útilísimo el que entrasen en el prog-rama de estas escuelas los tales conocimientos, por vulg-ares que fuesen, está en la conciencia de todos. Pero ¿cómo conseg-uirlo? A mi en- tender no basta con que se log-re una ley que así lo dispong-a; hoy se tropieza con una g-ran dificultad, la ig-norancia de la mayoría de los maestros en esta clase de conocimientos. En las escuelas normales se ha mirado siempre con escaso interés esta clase de estudios (claro que hablo en g-eneral, pues en esto, como en todo, pueden citarse honrosas excepciones);- se ha considerado como sobrado difícil el estudio de la Física^ y como casi imposible el de los principios de la Química; y en- Historia natural se ha lleg-ado á lo sumo á aprender el esque- leto del hombre y los nombres de las principales visceras deL mismo. La mayor parte de los maestros presienten la importancia de las ciencias naturales y son campo abonado para el desarro- llo de las mismas, siendo los primeros en quienes hay que pensar para que suba el nivel científico de nuestra sociedad;, pero no se les ha enseñado; por reg-la g-eneral no pueden ex- plicar de un modo satisfactorio cualquiera de los más senci- llos fenómenos naturales á un muchacho curioso y preg-untón.. Y cuando se ha puesto el maestro en estas condiciones, cuando apenas se le ha hecho saborear el placer de la verdad científica y del estudio de la Naturaleza, no hay que pedirle- que despierte estos sentimientos en el niño; si la ley le oblig-a y se le da una cartilla de Historia natural, por ejemplo, la hará quizá aprender á sus alumnos, pero sin calor, sin pres- tarle su atención, en una palabra, será un libro más de me- moria, y no es esto lo que creo debe buscarse. Con el actual plan de estudios podrá conseg-uirse quizá alg-u- na cosa; es de suponer que los nuevos maestros, recibiendo- durante cuatro años en las Normales los primeros elementos- de la ciencia, estén lueg'o más dispuestos á prestar á estos co- nocimientos toda la atención que merecen. Los que saliendo hoy con sus profesores á alguna excursión. DE HISTORIA NATUllAL. 191 se liayan dedicado un poco á observar la Naturaleza, esos es- tán conquistados; el que en el campo ha contado una vez los estambres de una flor ó ha segniido con interés el desarrollo de una yema, ese llevará al campo á sus alumnos para ense- ñarles lo mismo; quien con sus profesores haya recog-ido alg-u- na orug-a y haya asistido lueg"0 á su conversión en mariposa, con seg"uridad repetirá la experiencia á la vista de los niños cuando se encuentre al frente de su escuela; si se le ha ense- ñado á disting-uir el cuarzo de la caliza, á no tomar por oro las piritas ni confundir la mica con la plata, tendrá placer en enseñar lo mismo en cuantas ocasiones se le presenten. Pero para todo esto se necesita material de estudio: la Física requiere aparatos y algnino también la Química, y modelos y colecciones la Historia natural; y desg"raciadamente en la ma- yoría de las Escuelas Normales se carece en absoluto de todos estos elementos. Cuando á principios de este curso me hice carg'o de la asig*- natura de Ciencias naturales en la Escuela Normal Superior de Maestros de Granada, todo el material científico se reducía á dos barómetros iilútiles, un pequeño imán, una brujulita y unas cuantas láminas de Botánica y Zoolog-ía. En nuestras excursiones hemos recog-ido alg-unos minerales y plantas, y se está formando una colección de insectos. Pero esto no es bas- tante; y se comprende que con tal falta de elementos es impo- sible ni aun aproximarse á lo que se podría conseg-uir. Alg-una mayor atención, pues, respecto á este asunto, es lo que creo debe pedirse á quien deba y pueda prestarla. Y como esto es claro, me parece que alg-o se conseguirá; y así pensando, teng-o fe en el porvenir. Pero ¿cómo esperar á mañana? ¿Es posible ag-uardar tran- quilos en asunto de tal importancia? Opino que no; debe es- perarse andando. Si sin maestros no hay escuela, ha de diri- g-irse la acción sobre los actuales maestros, y eso puede ha- cerlo la Sociedad española de Historia natubai,; publíquense manuales de estas ciencias en que, huyendo de lo puramente especulativo, se tienda á divulgarlas por su aspecto de utili- dad y de atractiva belleza; dense baratos, consígase pueda adquirirlos el maestro con el presupuesto de material para las escuelas, y se empezará á marchar. Cautivan de tal modo las ciencias naturales, que el probie- 192 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ma de conseg'uir que tomen carta de naturaleza en las escue- las primarias se reduce, á mi entender, á saber iniciar á los maestros en las mismas.» El Sr. Rodríg-uez Mourelo leyó una lección de Mineralog-ia, escrita para uso de los niños de las escuelas de párvulos. El Sr. Bartolomé presentó también dos trabajos en el mismo sen- tido: uno consiste en una lección sobre los carbones minera- les, destinada á los alumnos de diversos g-rados, y el otro es un modelo del medio de que se puede valer el maestro para des- arrollar ante sus pequeños discípulos un asunto de Historia natural. Por último, el Sr. Artig-as dio lectura de un trabajo pedag'óg-ico también, pero de distinta índole que los anteriores que había escrito; consiste éste en un curso breve sobre Mon- tes que podría darse en 12 lecciones, de una hora, en las Escue- las normales de maestros y maestras. Todos estos trabajos interesaron por extremo á la Sociedad, y el Sr. Presidente, en nombre de ella, felicitó y dio g-racias á sus autores por el celo é intelig'encia que habían mostrado •en asunto de tanta importancia, prometiendo resumir la dis- cusión deduciendo en breves consideraciones el resultado déla misma. Comunicacioues verbales. — El Sr. Presidente dijo que la Socie- dad había realizado las excursiones anunciadas. Aunque la estación se hallaba en el presente año bastante -atrasada, no habían dejado de hacerse alg-unas recolecciones útiles, especialmente en lo que á plantas se refiere; pero que todavía no era posible dar noticias precisas de los resultados obtenidos, hasta que dichas recolecciones se hayan estudiado, ofreciendo ocuparse oportunamente de los hallazgos más inte- resantes. Presentó también una nueva publicación sobre plantas de España en los términos siguientes: Los señores socios pueden examinar la Écloga quinta que M. Aug-uste Coincy ha tenido la amabilidad de remitirnos. Como las anteriores, ofrece muy vivo interés para el estudio -de nuestra ñora, pues salvo la parte en ella consag'rada al es- tudio de la var. gallica del Juniperiis ihurifera del Delfinado, se refiere al estudio de nuevas especies y variedades de plañ- ías españolas dadas á conocer por el autor. La Reseda luteola DE HISTORIA NATURAL. 193 \d,v . partita , Medicago ononidea, TrifoUum Carteiense, Centau- rea Ronyi, Centaurea Setabensis, Áster Hispanicus , Boucerosia Hispánica, Linaria 2)roxima, Linaria intrincata, Globularia Os- ce7isis, Atriplex rosea var, ilicifolia, y Cfastridiíim oMongum, son las comprendidas en este nuevo estudio de M. Coincy, publi- cado con ig-uales condiciones editoriales en la impresión y en las láminas que las que ya otras veces liemos tenido ocasión de encomiar en las series anteriores. De desear es que el ilus- trado botánico francés persevere en el estudio y publicación de las plantas nuevas de nuestro país. El mismo Sr. Presidente presentó los modelos de papeletas, ya impresos, que la Sociedad distribuirá entre las personas que deseen cooperar á la obra de los Catálog-os. Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el día 20 de Marzo bajo la presidencia del Sr. Marqués de San Gil, leyéndose una comunicación remitida por el Sr. Calderón, de Madrid, titulada Aptrntes sobre el nitro en España. La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 27 bajóla pre- sidencia de D. Manuel Díaz de Arcaya; se admitieron los So- cios presentados en la sesión anterior, que son los señores: Numerarios.— Wvcio. Sr. D. Simón Vila Vendrell, decano de la Facultad de Ciencias en la Universidad de Zarag-oza, y don Mariano Ballestero y Pardo, licenciado en Ciencias y director de la Azucarera, propuestos por D. Hilarión Jimeno, y D. An- drés Salvador y Gil, propuesto por D. Juan Pablo Soler. Agregados. — D. Luís Urzola y Gil, presentado por D. Félix Gila y Fidalg-o. Se propuso también por el Sr. Presidente fig-urasen en la lista de socios el Casino de Zarag-oza, el Casino Mercantil In- dustrial y Agrícola y el Instituto de seg-unda enseñanza de Zarag-oza. El Sr. Jimeno leyó unas Noticias históricas sobre algunas piedras meteóricas caídas en EsimTia. El Sr. Gila presentó unos ejemplares de Hippu7'ites procedentes de Seg-ovia, y dos tipos de pórfidos de la sierra de Guadarrama. Por último, el R. P. Domenech dio lectura á una nota bibliográfica remitida por el R. P. Navas sobre dípteros de España del P. Gabriel Strobl. 194 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA Notas y comunicaciones. Nuevos estudios sobre las agallas W D. MANUEL FERNANDEZ DE GATA. Clasificación de las agallas en general. Las clasificaciones que hasta ahora se han hecho de la& agallas en general son todas sistemáticas. El carácter que ser- vía de base á éstas era tan secundario y los g-rupos formados de constitución tan artificiosa, que nin¿,''una de las propuestas ha sido adoptada en el estudio de dichas producciones morbo- sas. AgTupar éstas seg'ún sus analog-ías y diferencias, tomando- por base la subordinación de caracteres y la relativa impor- tancia de éstos sería establecer la verdadera «clasificación natural metódica». No es de extrañar que ésta todavía se desconozca si se con- sidera la complejidad de caracteres que presentan las ag-a- llas, la dificultad para saber á cuáles se ha de dar la prefe- rencia y lo mucho que aún resta conocer en lo que atañe á su org-anización y estructura anatómicas. Aunque los caracteres que disting-uen una de otra no sean por sí solos suficientes, ofrecen importancia suma para fun- damentar con sólida base la única verdadera clasificación. A conseg-uirlo tendemos con el sig-uiente esbozo de Clasifica- ción natural fundada en los caracteres de estructura. (1) Extractados del Discurso del Doctorado (todavía inédito) del mismo autor. DE HISTORIA NATURAL. ISfi tó í=> E-" O !=> E-i OS a E-" O O < ^ I-:) «tj ^ O t—t -as O §.-§ 5 os ^H I I a a a 5 QQ — O. ai •— «!> -^ ^ c; S «t! S es 73 "Ñ s, -o 196 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA En esta clasificación califico de ag-allas incompletas á las que todos los autores conocen con el nombre de falsas; deno- minación que encuentro impropia para las agallas sin zona mitritiva y las considero tan verdaderas como las tituladas completas, que poseen esta última, apoyándome para ello en ios razonamientos sig-uientes: \° Su formación, desarrollo y definitiva constitución res- ponde de todo en todo á los diferentes conceptos que integ'ra la definición que hoy se da de las ag-allas. 2.° Los caracteres en que se funda tan errónea denomina- ción nada dicen respecto á que deje de formarse la excrecen- cia «con participación activa del órg-ano afectado» , carácter fundamental que sirve para diferenciar unas de otras. ,3.° Las agallas falsas se dice que «están provistas de una abertura por lo menos en un momento dado de su desarrollo». Pues bien; este carácter no es exclusivo de las comprendidas €11 dicho g-rupo ; en efecto , la agalla glandifila del rolle se abre naturalmente por contracción lateral de los tubérculos internos que la cierran al principio para dar salida después á los insectos que en ella se desarrollan. Y 4.° Porque las ag-allas que con toda propiedad deben llamarse falsas, son las formadas por simple arrollamiento del órg-ano afectado sin participación fisiológica del tejido que le constituye , como acontece en la agalla foliar del chopo y la agalla foliar del laurel y en alg-unas más. II. Agallas de las cupnllferas indígenas. Las especies del g-énero Quercus ofrecen g-ran número de excrecencias producidas todas ellas por diferentes himenóp- teros del g-rupo de los cinípidos. Las agallas de las cupulíferas que crecen en nuestro país (1) pueden agruparse, para su clasificación por el «órgano vege- (1) Son conocidas en la provincia de Salamanca con el nombre de Bogallas, las que presentan tubérculos y no tienen forma esférica, y Bogallos las que poseen esta forma, más ó menos perfecta, y carecen de tubérculos en su superficie. DK HISTORIA NATURAL. 197 tativo donde tienen su orig-en», que unas veces es el mismo en que aparecen insertas, cuando están completamente for- madas, como sucede en las agallas foliares, y otras es dife- rente, como ocurre en las gemi-foliares, las cuales se desarro- llan en la yema de una hoja y aparentemente se insertan en la base del peciolo de ésta ó en las ramillas foliares. Atendiendo al supradiclio carácter, ordeno sistemáticamente las 20 especies, por mí recolectadas, como expresa el sig-uiente «cuadro sinóptico»: (1.^ clasificación). I.) Eadiculares Agalla radiculai- de la encina. II.) Corticales Agalla cortical del roble. , r> j í De la encina. / Bedegares ... \ { Del roble. III.) Gemi-rameales ^ Agalla del alcornoque. Agalla cornicular del roble. T, j j í De la encina. Redondas. . . > i Del roble. IV.) Gemi-foliares \ Agallones. . . ^ ^® ^^ encina, ' Del roble. Agalla coronada indígena. Agalla reniforme de la encina. Agalla esférica del roble. V.) Foliares { Agalla esferoidea del roble. Agalla lenticular del roble. Agalla falsa agalla del roble. VI.) Gemi-florales Agalla bracteolada del roble. ( De la encina. VII.1 Florales \ -r. ^ ,., ( Del roble. VIII.) Glandífilas Del roble. Las ag-allas de las cupulíferas indíg-enas se desarrollan una» en dos ó más especies de Quercí(s; tal sucede con los «Bedeg-a- res»: el de la encina aparece casi en ig"ual proporción sobre el roble y el de éste, aunque con menos frecuencia, también se encuentra en la encina. Otras, por el contrario, viven única y exclusivamente sobre determinadas, especies; ejemplo de ello tenemos en la ag-alla del alcornoque, en la corniculada del ro- ble, y en la gdandífila, que se desarrollan respectivamente so- bre el Q. Siiier L., Q,. Toza Bosc. y Q. pedunculala Ehrh. Por la mayor ó menor abundancia en que aparecen dentro 193 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA ■de una misma circunscripción, como la recorrida por mí (1), ■considero coíminisimas, las «redondas mayores» y los «ag-allo- nes»; 2^oco abundantes, «la del alcornoque» las «foliares» la «g-landifila» y la «bracteolada»; lastante raras, la «cortical» y la «corniculada»; y rarísima la «falsa ag-alla foliar del roble». Después de secas todas flotan en el ag-ua, menos la agalla del alcornoque. No todas son ig-ualmente ricas en tanino. Las «redondas ma- yores» y los «agallones» son en las que más abunda dicho g-lu- cósido. Es mucho menor en las demás, é insig-nificante ó casi nula la proporción que de él contienen la ag-alla del alcorno- que, la's «foliares» y las «florales», y carecen del mismo la «bracteolada» y la «falsa ag-alla foliar del roble». Atendiendo á la manera como se forman éstas excrecencias, son sencillas las agallas propiamente dichas, que son la ma- yoría, cada una de las cuales es un individuo veg-etal, de cre- cimiento uniforme y limitado; y conqniesias ó «bedeg-ares» las formadas por yuxtaposición de muchas sencillas, resultando de aquí que el crecimiento de estas ag-allas es desigual é ili- mitado. Las sencillas pueden ser unicelulares (ó unilociilares) y pluricelulares {diüiiriloculares), seg-ún que consten de una sola celda ó cámara larvar ó de muchas incomunicadas entre sí. A su vez las unicelulares pueden tener una larva única, que más tarde lleg-a á insecto perfecto y llamo nnilartares , ó dos ó más larvas, á las que titulo multilarTares. Entre las primeras pudiérase calificar de sinelarvas á la «ag-alla esferóidea del ro- ble», porque por excepción es la única excrecencia que pre- senta vacía la cámara larvar por aborto constante del huevo en €lla depositado. Y la.& 2^1 wí'iceliil ares pueden tener las celdas larvares centra- les, formadas en la capa nutritiva, situada en el centro geomé- trico de la agalla; excéntricas, producidas también en la capa nutritiva, que en estas se halla fuera de aquel centro y ocupa la zona media; y ¡periféricas, aquellas que las presentan en la zona externa. Con arreglo á estos caracteres clasifico sistemáticamente las agallas de las cupulíferas indígenas de la manera siguiente: (2.^ clasificación). (1) Límites O. y S. del partido de Vitigudino (Salamanca). / Unilarvares . res. . Pluricelu- lares. DE HISTORIA NATURAL. 199 ' Agalla del alcornoque. — coronada indígena. — reniforme de la encina. — lenticular del roble. — esférica del roble. /Unicelula- \ f " esferoidea del roble. — bracteolada del roble. — floral del roble. ! ,, ,,., í' Agallas corticales. Multilarvares . f Agallas radiculares. Agallas sen- I ,, Agallón de la encina. „:iia„ \ / Unacamara central 1 "^^^^ ' ' . ... \ Agallón del roble. y varias periie-<, i Agallas redondas mayores de la encina y del roble. I Varias centrales y \ Agallas redondas menores varias periféricas ' de la encina y del roble. Una excéntrica y) Agalla glandifila. vanas periféricas ) Varias excéntricas ) ... f Agalla cornicular del roble, y vanas perifé-/ 1 . \ Agalla floral de la encina. \ ricas ; Agallas com- ^ De muchas sencillas unicelu-^Bedegar de la encina. puestas / lares y unilarvares ' Bedegar del roble. Apuntes sobre el nitro en España. D. SALVADOR CALDERÓN. Nuestra Península es sumamente rica en eflorescencias de nitro, que se producen de una manera natural en la superfi- cie del suelo, ríe las rocas, de las paredes de antig-uas cons- trucciones y de las g*rutas y cavernas, merced á un conjunto de circunstancias favorables para el desarrollo de las bac- terias de la nitrificación ; circunstancias relacionadas con el clima y la composición de las rocas predominantes en vastas regalones del país. Esta cuestión interesante no sabemos se liaya tratado por los naturalistas modernos con referencia ■á España, y nos ha parecido curioso resumir los datos que liemos podido recog-er respecto á la distribución en ella de las formaciones nitríferas. 200 boletín de la. sociedad española Los antig-uos geógrafos y naturalistas se fijaron más que los modernos en la abundancia y riqueza de las nitrerías natura- les de la Península, y no faltó quien notara que fuera de ella sólo el Eg'ipto y la Persia ofrecen este proceso evolutivo en semejante grado cuando, como en nuestro país, sobrevienen lluvias después de un prolong-ado tiempo cálido. «Si el poder divino, exclama Bowles (1), aniquilase el salitre de las basu- ras de Francia y de las paredes artificiales y plantíos de Ale- mania, las tierras de España solas podrían dar salitre para toda Europa hasta el fin del mundo, sin auxilio del álcali fino de las cenizas de los veg-etales, como el interés oblig-ase á la industria á perfeccionar las operaciones y todas las tierras nitrosas se empleasen en hacer salitre.» Hay que tener en cuenta que Bowles, como otros varios de su tiempo, referían al nitro una g-ran parte de las eñorescencias del suelo de la Mancha y Arag-ón que son principalmente de sulfato de mag*- nesia, según observó el famoso Proust con mucho acierto. En las rocas y tierras resultantes de su alteración que se nitrifican , como ciertas molasas y calizas, al cabo de cierto tiempo de sequía, se forman agregados fibrosos que producen cutículas blancas, más ó menos delgadas, de un salitre que es una mezcla de nitrato de potasa y nitrato de cal, cuando no de nitrato impuro de cal y de magnesia. La producción de estas sales contribuye poderosamente á la desagregación de estas rocas y al empobrecimiento del suelo, cuya vegetación llegan á ahogar casi por completo. El citado Proust se ocupó del efecto destructor de la nitrificación en España, mencio- nando que en Zaragoza sus eñorescencias borraban de día en día las pinturas y arruinaban la bóveda del famoso santuario de Nuestra Señora del Pilar, y que apenas había piedra de sillar exenta de salitre. «Últimamente, añadía, reconocí en El Escorial que la sosa ya va carcomiendo sin el menor res- peto aquellas soberbias columnas acanaladas de mármol rojo del Panteón» (2). En los tiempos modernos , el profesor D. Ramón Torres Muñoz de Luna, de feliz recuerdo, se ha ocupado del proceso (1) Bowles: 'Introducción á la Uist. nát. y á la Qeogr. física de España, 2.' edi- ción. 1782, piSg. 54. (2) Pkoust: Sol/re el salitre. «.4nal. de Hist nat.^>, 1. 1, 1799. DE HISTORIA NATURAL. 201 -de la nitrificación y manera de propag-ar en España esta industria (1), considerándolo como natural y espontáneo en nuestros climas templados; pero éste, como los demás traba- jos sobre el mismo asunto anteriores á los prog-resos de la bacteriolog'ía, sólo ofrecen hoy interés histórico. Hay en el país, como queda dicho, no pocas cuevas en las que se produce nitro, á veces en bastante cantidad. Citaremos después las Cuevas del Salitre, á una leg-ua próximamente de •Somiedo, en Asturias, llamadas así por las eflorescencias de •esta sal que revisten su interior; en Guadalajara la pequeña mina de carbón de San Rafael, en Valdesotos, ofrece eflores- cencias semejantes en las paredes de contacto con la hulla; las cuevas de MontenegTos, junto á Peñaflor en la Sierra Mo- rena, parece proporcionaron dicho producto en cantidad sufi- ciente para ser explotadas; otro tanto se dice de las minas ó •cuevas de San Felipe y Horceg-uilla en la sierra de Filabres, y en las de La Morcig-uilla, La Sarna y Las Narices, en Serón, todas en la provincia de Almería. La forma en que más abunda el salitre en España, es natu- ralmente la de eflorescencias é impreg-naciones en tierras propicias para su producción, de las cuales mencionaremos las principales localidades de que tenemos noticia. Existen tierras nitrosas en la misma provincia de Madrid, y Proust celebró las condiciones de su salitre, del cual decía que no necesitaba refinarse muchas veces, como el que se prepara en las cercanías de París. Seg-ún Prado, existieron fábricas en alg-ún tiempo en Madrid (2). En ig-uales condicio- nes aparece en Tembleque, provincia de Toledo, en muchos pueblos de la Mancha, como el término de Quero, la veg-a de Herencia, los alrededores de San Juan, Tembleque y Yillaca- ñas, Ruidera, donde hubo fábrica de pólvora por cuenta del Estado (3). (1) Memorias de la Real Academia de Ciencias, tomo ni, 2.' serie. 1863. (2) Prado: Descripción física y geológica de la provincia de Madrid, 1864, pág. 146. (3) Para convertir las tierras nitriflcadas en nitrato de potasa impuro se sigue en la Mancha la práctica que vamos á exponer, ateniéndonos á la descripción del Sr. Torres Muñoz de Luna en su citada Memoria. Los fondos de tinajas análogas á las del Toboso los entierran en barro, y en su interior colocan un capacho, es decir ■un redondel de estera, y lo cubren con una capa de ceniza. Sobre éste echan las tie- cras salitrosas y las lixivian con aguas procedentes de anteriores operaciones. El N.»4.-\bril. 190L 15 202 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA En Arag'ón abundan asimismo las tierras nitrosas, y alg-u-, ñas son conocidas en el país por la buena calidad del pro- ducto con el que se hacía antes mucha pólvora, siendo repu- tada como la mejor de España la de Villafeliche. En otras- localidades el nitro está mezclado con sulfato de mag-nesia, como sucede en Calatayud y muchos otros términos. Las rocas calizas del trías de esta provincia y su continuación por la de Guadalajara, son altamente propensas á la nitrificación, y no es raro ver las antig-uas casas señoriales corroídas en su base por esta verdadera caries de las piedras. Sig-uen las tierras mencionadas por la provincia de Log-roño^. como acontece entre San Pedro é Ig-ea de Cornag-o. En Asturias parece escaso el nitro y de pobres condiciones; pero debemos hacer mérito de una capa de tres á cuatro líneas de espesor que se descubrió en la montaña de Navajos, del concejo de La Pola de Somiedo por haber sido objeto de aná- lisis y de un informe especial en el sig-lo xviii, seg-ún el cual se trataba de un producto único en el mundo por su pureza,. y cifrando en el hallazg-o g-randes esperanzas (1). Nada de ésto era fundado, y lo único que tuvo importancia en este estudio fué el análisis practicado en la Casa de Moneda de Madrid por D. Doming-o García Fernandez; trabajo suma- mente notable para su tiempo y el primero con carácter ana- lítico sobre el nitro que creemos se haya realizado. Seg-ún él,, la sal de Navajos posee la sig'uiente composición: líquido filtra lentamente, cayendo en una especie de barreños impermeables cons- truidos debajo de las tinajas. Estos primeros líquidos se evaporan espontáneamente- al aire en dichas vasijas y abandonan lo que en el país llaman c^aws del salitre, es- decir, el jjitro impuro, el cual suelen disolver nuevamente para cristalizarlo segunda vez y dejarlo desecar. Este salitre impuro lo llevaban á vender á las fábricas de refinación que, bajo la dependencia del Cuerpo de Artillería, tenía el Gobierno establecidas en Tembleque, Alcázar de San Juan y algún otro punto, en las cuales se pagaba á los salitreros el precio de su mercancía con arreglo al nitrato potásico real que contenía, calculán- dolo allí mediante una prueba basada en la solubilidad y cristalización de estos- nitros comparada coa la de muestras químicamente puras. (1) Informe sobre el salitre natural descubierto en Asturias, por D. Domingo G. Fer- nandez. «Anal, de Hist. nat.»;, t. x, 1709. DE HISTORIA NATURAL. 20U Sulfato de cal 3,10 Nitro potásico 84,1 3 Cloruro calcico 1,17 Residuo 11,17 Agua higroscópica ? ; 0,43 100 Las molasas de diferentes puntos de Cataluña muestran con profusión eflorescencias de salitre (nitrocalcita), aunque ig-no- ramos que en ning-uno se haya tratado de explotarle, quizás por no presentar condiciones propicias para ello (1). Andalucía ofrece muchas tierras nitrosas en las provincias de Málag-a, Granada y Almería, así como Lorca en Murcia. Las marg-as pliocenas con azufre de Benamaurel y las marg-as yesosas del partido de Baza suministran buenos ejemplos. Explótase en el país, en pequeña escala, por el lavado de dichas tierras, concentrando después las lejías y verificando el refinado en calderas que al efecto tienen dispuestas (2). En Almería hubo bastante extracción de salitre, que se enviaba á Granada para la refinación. El Estado sólo sostiene actual- mente fábricas de pólvora encomendadas al Cuerpo de Arti- llería en Murcia y Granada, siendo la primera la más impor- tante, las cuales envían comisiones para comprar el nitro en los sitios de producción antes indicados. Terminaremos con una interesantísima observación del eminente químico Proust, tantas veces citado en estos apun- tes. Habiendo purificado alg-unas libras de salitre de la Man- cha (no se sabe de qué paraje), encontró después de las últi- mas cristalizaciones nitratina, ó sea nitrato de sosa. «Hasta ahora, añade, creo que nunca ó rara vez se había manifestado esta especie entre las sales nativas.» En efecto, en la época en que escribía no se tenía noticia de las g-randes formaciones de nitratina del Perú, de modo que esta es la primera indica- ción hecha sobre el hallazg-o de dicha especie en estado na- tural. (1) La nitrocalcita se puede convertir en nitro verdadero adicionándola sales de potasa que reaccionan sobre su materia. ■ (2) G. Tarín: Reseña física y geológica de la provincia de Granada. Bol. Com. Mapa geol., t. VIII, pág. 130. 1881. ?04 boletín I)K la .socii:dad IíSPAÑOLA Se infiere de los datos precedentes que en las reg-iones este- parias de España tienen representación las tres principales especies de nitratos naturales que se conocen; abundantísimo como en pocas comarcas del mundo, el nitro potásico de for- mación contemporánea; mezclada con él en la Mancha, la nitratina ó nitro sódico, y en eflorescencias coposas en las calizas y molasas de Cataluña y Arag-ón la nitrocalcita ó nitro calcico hidratado. Un nuevo medio de cultivo para diferenciar el Bacillvs tífico del coli, según Mankowskí D, JOSÉ MADRID MORENO. El año pasado publicóse en el Centralllatt für Bakteriolo- gie & (1) una nota del Dr. Mankowskí, de Kiew, referente aun nuevo medio de cultivo para diferenciar el bacilo tífico del coli; cuestión que desde larg'o tiempo viene ocupando la aten- ción de muchos investig-adores, existiendo al presente una bi- blíog'rafía extensísima sobre el particular con un sin número de fórmulas y procedimientos para hallar más ó menos rápi- damente los referidos bacilos en su placa de cultivo. La difi- cultad que existe de encontrar y aislar en las ag'uas potables el bacilo tífico, por la variedad de formas que se le asemejan, ha motivado numerosos trabajos, que más que á aclarar la cuestión, vienen á entorpecerla con nuevas fórmulas para po- ner aquél de manifiesto. En realidad sólo mediante una com- probación personal en el laboratorio es dado decidirse en el te- rreno, de la práctica por la elección de tal ó cual procedimien- to, en vista de los resultados obtenidos. Se trata de un problema bastante difícil de resolver, cuando se investig-a aquel microorg-anismo en un ag-ua que se sospe- cha sea el vehículo de propag-ación de la fiebre tifoidea, pues los procedimientos del análisis son demasiado lentos ante la (1) N." 1, XX vil. Band, 6 Januar KOO.— JF/íí nenes N&hzsubstrat zur Isolierung wn Typhtis bacillen und des Bacierhim coli conitmiuis. DE HISTORIA NATURAL. 205 ansiedad de la opinión pública en conocer sus resultados, no quedando bien parada ante el vulg'o la bacteriología y mucho menos la reputación científica de los encarg-ados de dar dicta- men sobre el particular. En fecha no muy lejana tuvimos la desg'racia de tropezar con éste asunto, y no faltaron personas que fantaseasen sobre la bondad de las ag-uas buscando en el trayecto de las canalizaciones la epidemia, sin tomarse la mo- lestia de pasarse larg-as horas en el laboratorio investig-ando si existía ó no en las ag-uas el g-ermen productor de la enfer- medad. A no dudarlo se ha exag-erado mucho, achacando siempre al ag'ua las epidemias de esta clase, lo cual se debe á que antes de que se conocieran los caracteres típicos y diferenciales de los dos bacilos, todos los investig-adores encontrasen en las ag'uas sospechosas el bacilo tífico, confundiéndolo sin duda al- g"una con las formas coli-bacilares, con lospseudo-tíficos y con todo ese cortejo de bacilos que al parecer ofrece tanta semejanza con el tífico. Esto es lo que ha inducido á los bacteriólog'os á tra- bajar en tan importante asunto; y así como antes se hallaba á todas horas el bacilo tífico en las ag-uas, si se reg"istran ahora los datos sobre las epidemias, se estudian con detenimiento dón- de residen las causas y se practican los análisis bacteriológicos, se verá que son muy contadas las veces en que un investig-ador se atreva á afirmar la existencia en aquel elemento del citado bacilo. La concurrencia vital por una parte, la rapidez de la infección, la temperatura y la composición del medio son cau- sas que, á no dudarlo, influyen en la permanencia más ó menos prolongada. en el ag-ua de dicho bacilo. Expuestos rápidamente estos hechos indicaremos que el pro- cedimiento de Mankowski consiste en preparar una decocción de hong'os comestibles ó venenosos á la qué se añade 1,50 por 100 de ag-ar, 1 por 100 de peptona y 0,5 por 100 de sal común. Seg-ún dicho investig-ador los bacilos de la flora intestinal cre- cen muy difícilmente en este medio, á excepción del tífico y del coli. Con objeto de comprobar la utilidad de esta nueva g-e- latina, la preparé seg-ún la expresada fórmula, aplicándola al análisis del agua potable. Contemporáneamente sembré cuatro muestras procedentes de otras tantas fuentes de Madrid, del viaje Bajo Abroñig-al, en agar nutritivo ordinario y en agar de hongos, y á la dosis de Vio ^^ ce, procediendo después de ocho 206 boletín de l.^ sociedad española días de permanencia en estufa 437° al contado de colonias. Los resultados fueron los sia-uientes: AGAR NUTRITIVO. AGAR DE HONGOS. Aguan." 1 1.450 colonias. Agua n.° 1. 760 colonias y 2 mucoríneas. — 2 4.260 — — 2. 4 - 3 600 — - 3. 19 - 4 360 — — 4. 23 y 1 mucorinea. Eepetí en idénticas condiciones esta prueba, obteniendo re- sultados semejantes, lo que indica que la g'elatina de liong"os no es apropiada para el desarrollo de toda clase de microorg"a- nismos del ag'ua, como sucede con la gelatina y el ag-ar ordi- narios. Sembré una muestra de bacilo tífico procedente del Instituto Pasteur y otra que procedía de la autopsia de un tifoso del Hos- pital g-eneral, en varias placas de ag-ar de hong-os. A las veinti- cuatro horas de cultivo á 37° dichas colonias presentaban exu- berante desarrollo, siendo mayores que las que se desarrollan en g-elatina, más opacas, con g-randes plieg'ues, centro más obscuro, no ofreciendo la transparencia y delicadeza de línea que se observan en la g-elatina nutritiva. Ig-ual resultado obtuve con muestras de bacilo coli proceden- tes de una diarrea y del ag-ua potable. En vista de esto mezclé caldos de cultivo de tífico y coli, haciendo diversas placas con ag-ar de hong-os. Los resultados á que lleg-ué no fueron ya tan diferenciales; apelando á la separación de colonias y siembra •en otros medios, es como podrán disting-uirse uno de otro, y contando ya de antemano con la presencia de ambos bacilos. No nle fué ya tan fácil diferenciar el tífico, colocando un cul- tivo de" éste en caldo nutritivo junto á una pequeña cantidad de ag-ua del Lozoya, también en caldo nutritivo, pues la mayo- ría de las veces no log-ré encontrar aquel bacilo patóg-eno. En alg-unas placas á 37° y á, las veinticuatro horas de cultivo ob- servé colonias transparentes de 2 á 3 mm. de diámetro. Con el microscopio se notaban las líneas ó surcos de coloración más ■obscura, como asimismo el centro. Sólo el examen microscó- pico de las bacterias, junto á los demás medios, denotaba que se trataba de aquel bacilo. La ventaja que ofrece el ag-ar de DE HISTORIA NATURAL. 207 liong-os es que permite colocarse en estufa á 37°, pudiéndose á las veinticuatro horas obtener las colonias ya desarrolladas. Cambié el ag-ar por la g-elatina, añadiendo á esta substancia la decocción de hong-os repitiendo las pruebas anteriores. Los resultados fueron casi idénticos, con la desventaja de la rápi- da liquefacción. Sembrando diversos microorg-anismos en el ag-ar de hong-os he observado que alg'unos se desarrollaban perfectamente, ta- les como eXBaciUus lactis aerogenes, B. Uquefaciens, B. vermicu- ■laris, Micrococcus sul'phiirens, Sarcina lútea, M. coronatus; en la gelatina de hong-os se desarrollan bien el BaciUus typliosus, el coli, Micrococcus cereus albus, B./íamis aureus, Micrococcus roseus, M. prodigiosus, Proteiis vulgaris, B. implextis y M. suIpMireus. Como quiera que alg-unos de los microorg-anismos enumerados tienen su orig-en en el tubo intestinal y materias pútridas, y ■cuya presencia en alg-unas ag'uas de Madrid es frecuente, la in- vestig-ación del bacilo tífico y coli en los medios con decocción úe hong-os no supera ni lleva ventaja alg'una á muchos de los ja conocidos, seg-ún las diferentes investigaciones que he prac- ticado, ni tampoco en su aplicación al análisis bacteriológ'ico 4e las aguas potables. Relación de plantas menorquinas DON CARLOS PAU. A las quinientas plantas menorquinas remitidas por D. An- tonio Pons y Guerau, de Mahón, he de añadir las siguientes, menos una insignificante minoría que son repetidas. No es ne- cesario encarecer el valor de tal colección, quizás única en el Continente; bastará decir que el reciente catálogo de nuestro •consocio el Sr. Rodríguez Femenias, y todavía no publicado ni terminado, que he tenido el gusto de estudiar, lleva numera- das ochocientas sesenta y cuatro fanerógamas. A pesar de es- tos recientísimos trabajos todavía el Sr. Pons Guerau presenta varias especies y formas nuevas para la flora particular de Me- norca y algunas para la general de las Baleares. Marcaré con un asterisco las que el Sr. Rodríguez Femenias no consigna en su obra. im boletín de la sociedad española ' Como se trata de una reg"ión en que las citas de autores son? casi siempre muy reducidas, la indicación de las especies,. aunque sean vulg-ares, siempre tiene relativa importancia;, por esta causa no omitiremos ning-una. Adonis mUmimalis L. — Eafal Fort (Alayor). * — micrantha DC— Biniparracliet (Mahón); Sto. Tomás- (S. Cristóbal). Muestras del primer envío. Véase á Barceló (Fl. bal., p. 567). El Sr. Rodríg"uez Femenías admite la misma teoría; pero sospecho que la forma de los au- tores menorquinos pudiera pertenecer á la última del Sr. Pons,. lo que hay que comprobar. Ranuncuhis Baudotii Godr. í.^ Jluitans Gr. Godr. — Canasia.- El Sr. Porta indica en la Canasia el R. confussiis Godr., y "Will- komm (seg-ún Barceló y Rodríg-uez Femenías), el R. aquati- lis L. V. heteropJiylhis DC. Nuestra planta se aparta por sus flores menores y estambres- más cortos que la cabezuela de los carpelos. Es menor en todos sus órg-anos que los varios ejemplares del R. Bmidoiii que po- seo en mi herbario, acercándose alg"o al R. tripartitus DC.;. pero el receptáculo oblong-o lo disting-ue en seg-uida. R. macrophyUíis Desf. (Binifabini). — R. Sardous Crz, var. tv^ derculatus Oclak. (Estancia Cebollar, Mahón.) — R. triJobus Desf. (Alcoitx, Mercadal). — R. parviflorus L. (Deyá Vell; Rafal Fort). — R. muricatiis L. (Rafal Rubi). — Nigella Damascena L. (Deyá Vell). — Pmoiúa Cambessedesii Wk. (Rafal Fort; Ferrerías). — Papaver seiigerum DC. (Ferrerías; Rafal Y ovt).— Fumaria offlci- nalish. (Rafal Yovl).—Rhapha7ms Raphanistrnmlu. (Binillanti,. Mahón). — Sinapis arvensish. (Sto. Tomás, Mercadal). — Sisym- brium officinaU L. (Rafal Rubi). Especie citada por Cursacli, Ramis y Oleo, seguin el Sr. Ro- dríg-üez Femenías. Barceló no la indica más que de Mallorca. Yo la recog'í en Ibiza. Cardaviine hirsuta L. (huerto Rafal Fort). — * Alyssiim Lybi— cum Viv. (Rafal Fort). La muestra de Menorca posee flores mayores, sépalos sub— persistentes. Diñere notablemente del A. maritimum L. de- Ibiza. Nueva para la flora balear. Lepidimn Draba L. (camino Alzag-otar). — Senebiera pinnati- fida DC. (calles de Mahón).— Ci5¿'?^5 alhidus L. (Rafal Rubi). — C. salmmfolius L. (Rafal ^\ih\) . — Helianthermmi guUaium- DE HISTORIA NATURAL. W» L. (Rafal Fort, Son VevvoX.—Fumana glutinosa L. (Rambás). — *F. glutinosa L. var. Barrelieri Ten. (Rafal Rubi). Ni Barceló ni Rodríg'uez indican esta forma en las Baleares. Fumana Icsvis Cav. var. viridis Ten. (Rambás, Alayor). — Poli/gala rwpestris Pourr. (Rafal Rubi). — Frankenia hirsuta L. (arenal de Son Bou, }Aü\\ó\\).—Sihiie lusitanica L. (Rafal Fort.^ Rafal Rubi). — S. molUssima Sibth. (peñascos sombríos de Bi- nicudillet, San Cristóbal). — Linum gallicum L. (Canasia). — L. strictum L. (id.) — *Z. spicatum Lamk. (id.)— Z. angustifo- Zmw¿ Huds. (Rafal Rubi, Sto. Tomás, S. Cristóbal). — MaUami- noricensis Camb. (Mezquita de Mahón). — Lavatera maritimcc Gon. (Son Roter, Barranco de Se Valí).— Z. crética L. (Rafal Fort).— A lt/í(sa /lirsuta L. (Son Pons, l^íahón.) .— Geranium co- lumbinum L. (Binifabini).— ír. molle L. (Rafal Rubi). — 6^. Eo- bertianum L. var. purjmreum Vill. (Binifabini). — HijpericuTn 'perfoliatum L. (Rambás). — ZT. halearicum L. (S. Cristóbal).— Ruta cJialepensis L. (Rambás). — Cneornm tricoccum L. (Mezqui- ta).— Anagyris foetida L. (Son Puig-., Alayor). — Cahjcotome sjñ- nosa Lk. (Alcoitx, Mercadal).— 0;¿o;¿i,? crispa L. (Binibeca, Ma- hón; Cala Binisefullar). — 0. recUnata L. (Canasia).— O. mimt- iissimaL. (camino viejo de Biniquerda; Rafal Rubi. — Anthyllis spinosissima Pourr. (Biniparrachet).— J.. rubra Gm. (Rafal Ru- bi).— Medicago marina L. (Son Bou).~lf. apiciilata Willd. (Bi- nillanti). — Trifolium scabnmi (Bec Nou; Son Nou).— r. mariti- mu/n Huds. (Binillanti).— Z". stellatimi L. (Rafal Rubi).— T. an- gustifolinm L. (Canasia). — Z". resíipinatum L. (Binillanti). — T. procumbens L. a minus K. (Binisarmeña) p majiis K. (Santo Tomás, S. Cristóbal).— Z>oí'ymM/;¿ sufruticosum Vill. (Rafal Fort). — *Z>. gracile Jord. (Binifabine, Mercadal). No citado en las Baleares. El ejemplar del primer envío es idéntico á la planta valenciana de la Dehesa de Valencia, junta al lag-o de la Albufera; la indicada de Mercadal no es tan her- bácea. Lotus hispidus Desf. (Binisarmeña).— Z. corniculatus L. var. crassifolius P. (Rafal Fort).— *Z. decumbens Poir. var. PresUi Ten. (Rambás).— Z. tomifolius^L. (Mezquita).— Z. creticus L. (Son Bou, Binillanti).— Z. tetraphyllus L. f. (Monte Toro; Rafal ^\\\>\].—Astragalus hamosus L. (Son Sancho, Alayor).— P^om- lea bituminosa L. (Rafal Fon).— Vicia parvi/lora Cav. (Mezqui- ta).—V.pícbescens DC. (Son Bou, Alayor).— V. parvi /lora Cav. <2io boletín de la sociedad española var. major, foUis latíoribus (Alcoitx). — *V. macrocmya Mor. (Binifabini; nueva para las Baleares). — *V. angustifolia All. (Rafal Fort.)— *r. Mrta Balb. (Son Sancho). No creo esté citada esta forma por los autores insulares. , Lathyrus Ochnis DC. (Son Sancho). — L. Aphaca L. (Rafal Fort). — L. Cícera L. (Binifabini; Rafal Fort). — L. aimmis L. {Binillanti). — Coronilla júncea L. (Borrassos Nous, Alayor). — Hippocrepis íinisiUquosa L. (Son 'Bon). — E'piloJ)m7n tetrago- mim L. (Binillanti). — Lythrum fiexuosuwi Lag*. (Rambás, Ala- yor; camino de la Albufera). — L. Hyssopifolia L. (Recibí esta especie y ho}^ no la encuentro para dar localidad.) — *L. Thy- mifolia L. (Entre muestras de Cala Mezquita.) Especie nueva para la flora balear. También el Sr. Pons me remite una muestra de la fuente de Torrenti que pertenece á un g"énero nuevo para la ñora menorquina: es MyriopJnjUuon, pero ning'uno de los tres pies ó frag-mentos trae el ápice florido para saber la especie á que pertenece. Pudiera ser el M. spí- catum L. Tamarix africana Poir. (Rafal Fort, Rambás, Binillanti Nou, ■Son Bou). — Daucus gummifer Lam. (Deyá Vell). — Torilis liete- ropJiylla Guss. (Canasia). — T. nodosa L. í.^ pedwiculata (id.) La planta de Canasia presenta la particularidad, para mí ■desconocida, de llevar umbelas notablemente pedunculadas. Orlaya maritima K. (Sto. Tomás, Mercadal). — Thapsia villo- ■sa L. (Gala "Q{m^QÍ\ú\?L).— Pastinaca lucida L. (Mezquita).— i/«- gydaris tomentosa K. (Rafal Fort), — CEnanthe glolulosa L. (Bi- nillanti, camino de la Albufera). — CE . apii/olia Bvot. (Son Puig-, Alayor). Especie nueva para la flora de las Baleares y que debieron recog-er, seg'ún suposición del Sr. Rodríg"uez (p. 58), Ramio, 'Herná^idez, Oleoy Casall, que la denominaron (E. pimpinelloi- des. El mismo señor Rodríg-uez supone que la planta recogida por él en Son Bou pudiera pertenecer á la apii/olia ig'ual- .mente-. Scandix pecten-veneris L. (Rambás, Biniparrachet). — Coninm maculatum L. (Barranco Sta. Ménica; Mercadal). — Lonicera implexa k\X. (Rafal Fort; Sto, Tomás; Mercadal). — *Z. 'palen- tina Pau (Rafal Fort). • Especie nueva para la flora balear. Alg'ún autor antig'uo, icomo Cursach, había disting-uido dos formas en Menorca, pero DE HISTORIA NATURAL. 211 las asimilaba á especies de Linneo; los restantes autores no consig-naban más que una. Los descubrimientos del Sr. Pons Guerau confirman la existencia de las dos formas de Cursach, así que las determinaciones específicas estuvieron equivo- cadas. Aspernla Icenigata L. (Rafal Fort). — *Centranthus orMcuJatus Dufr. (Rafal Fort, Rafal Rubi). — Valerianella microcarpa Lois. (Rafal Fort, Bec Nou, Rafal J{w\)\).—Phagna¡on sordidum DC. (Rafal Fort).— P/¿. saxaiile Cass. (i(\..)— Senecio Rodriguezii Wk. (Binillanti). — Santolina chamcBcyparissns L. (Biniparracliet). — Asteriscns spinosus G. G. (Rafal Rubi, Son Pons). — Pulicaria odora L. (Rambás, Alayor, Binillanti). La creo idéntica á mis muestras sicilianas y andaluzas. *HelichTysiim decimibens Lag-. (Rambás). — *Fi¡ago spaihulata Presl. '^^ prostrata Lg-e. (Deyá Vell). — Sihjhmn Mariamim G. {Biniparracliet). — Centaurea melitensis L. (Binifabini). — Hyose- ris radiata L. (Rafal Rubi). — Sonchtis arvensis L. (Biniparra- chet). — "S. asper Vill. var. puvgens Bisch. (Mezquita). — Rei- chardia picroidesVi. (Sto. Tomás).— i?, tingitanah. (id.) — Crepis bulbosa L. (Rafal Rubi). — Cr. Triasii Camb. (Deyá Vell). — Campánula Frinus L. (Bec Nou, Biniparrachet). — Pentagonia hybridah. (Rafal B.\i\)\).—Cycla')ne7i halearicum^\í. (Cuartera- dos, Alayor).— Cor?5 monspeliensis L. (camino Binig-uarda A-'ell, Alayor). — Vinca media H. et L. (Rafal Fort). — Vincetoxicum nigrum L. (Rambás).— F. apodum^X^. (Binillanti). — Erythríea pulcAella Kovn. (Binisarmeña, Mahón, Sta. Pousa, Ferrerías). — B. Centauriiim Pers. (Rambás, camino Albufera). — E. mari- tima Pers. (Rambás; Son Perrol y Esquellé). — *C/¿/ora (baleá- rica). He recibido tres muestras que ning-una pertenece á las espe- cies ó formas baleares que nos dan los autores; sospecho que se trata de una especie propia de las Baleares , porque la planta que traje de Ibiza, y que clasifiqué de Chl. intermedia Ten., á pesar de ser muy jóvenes los ejemplares, corresponde á esta misma forma menorquina. Aspecto y hojas de Chl. intermedia Ten.; alg-unos ejemplares son tan robustos y tan altos como los mayores de la Chl. perfoliata L.; lacinias calicinales como las de la Chl. serótina K. ¿An Chlora serótina K. var. baleárica'? (Mezquita, Son Bou, Binisarmeña). . Convolvulus cantábrica L. (Rambás). — Lithospermum arxen- 212 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA se L. (Son Vmg).—Echiíim italiciim L. (Deyá Vell). — E. ¡^arm- fiorum M. (Dait Gibraltar).— *^"'. creliciim L. (Binillanti Vell). Especie nueva para la flora de las Baleares. Myosotis hispida Schl. (Barranco Rafal Fort). — HeliotroiñuTn curassavicíim L. (carretera villa Carlos).— 6'e/á'/« crética L. (Ra- fal Fort). — Scrophularia j^eregrina L. (id.) — Digitalis clulia Rodr. (Binillanti). — THxago apula Stev. var. versicolor W. (Bi- niparrachet, Canasia). — T. viscosa L. (Mezquita, Rafal Fort). — Ko'psia ramosa L. (Rafal Rubi). — K. AñiteU F. Sch. (id.) — Orolamche Jlederts Bnhy (Deyá Vell, Rafal ¥ovt). — ZavcínduIa Stcechas L. (Rambás). — Meniha Pulegimn L. (Biniparrachet). — Micromeria filiformis Bentli. (Binillanti Vell, Rafal Fort). — Stachys hirta L. (Qimí^Xiim). —MarruMum vuIgareL. (Binipa- rrachet).— Teucrium Chammlnjs L. (Rambás, Alayor). — T. ma- joricum Rouy (Biniparrachet). — FerZ'e»» ojficinalis L. (Ram- bás).— Plantago ¡anceolata L. (Rafal Rubi).—/'/. Lagopns L. (id.) — PJ. BeUardi k\\. (Son Blanch Nou , Alayor).— P/. crassifo- lia Forsk. (Rafal Fort).—/*/. psyUimn L. (id.) — *P/. mariti- ma L. (id.) Esta especie, nueva para la flora balear, ha venido en el mis- mo plieg'o con la P. crassifolía Forsk. El ejemplar es demasia- do hermoso, garande y bueno^ para que dudemos de la deter- minación. Statice mimiüjiora Guss. y *8t. psiloclada Boiss. (Binipa- rrachet). ■ Esta última especie no se conocía en España más que por la indicación de Boissier, seg-ún el herbario de Pavón , pero sin localidad ni región. La he recog-ido en ejemplares muy jóve- nes en las «tosqueras» de Jávea (Alicante). Planta sumamente cercana de la St. mimitif.ora y difícil de separar por los ejemplares de Mahón, en donde al parecer cre- cen mezcladas. Chenojjodium múrale L. (Biniparrachet). — Beta marítima L. (Rambás). — Rumex píilcherl,. (Son Sancho). — R. conglomeratus Murr. (Binisarmeña).— ^. crispus L. (Rambás, Son Bou).— R. Bucephalophorus L. (Rafal Fort). — Osyris alba L. (camino Bech Y ell). - Eup/¿07-bia Peplis L. (Pto. Mahón).— ^. heliosco- pia L. (Verjel de J. Mir). — E. ñavopurpurea Willk. (Estancia Confit. Mercadal). — Eaphorbia imbricata Vahl. f.' parvifolia Wk. (Mezquita, Biniparrech; Esfreus); '^f.'* angustifolia Willk. DE HISTORIA NATURAL. 213 . Limosina limosa Fall. var. varicornis. — Alg-eciras. — pUirisetosa. — Alg-eciras. — andalusiaca. — Alg-eciras. Bibiónidos. Dilophus femoratus Mg-. var. andalusiaca.— i kiihdu, Sierra Ne- vada, Sierra Morena. BiMo Johannis L. var. nigri fémur. — Sierra Aiscurre. Micetofílidos. Sciara ThoniíB L. var. nevadensis. — Sierra Nevada. — odtusicatcda.— Ronda, Sierra Morena. — qtíinquelineata Macq. var. alpujarrensis. — Alpujarras. — Morena. — Sierra Morena. Boletina analis Mg*. var. postposita. — Brincóla. 230 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Quironomiclos. Ceraiopogon cantabñcus. — Bi-incola, — 2MUcaris L. var. algecirensis. — Alg-eciras. — flavipes lsie\g . y^v. flaioscuiellata. — Alg-eciras. — Morenm. — Sierra Morena, — casiellamis . — Sierra Morena, Madrid. — paUideiarsus. — Madrid, Játiba. Tanypíis casteliamcs .—Qien-Si Morena. Díxidos. Díxa macúlala Meig-. f.^ nel/tdosa.— Sierra Nevada. — — var. dilatata — Brincóla. f Tipúlidos. Típula saginaia Berg-r. var. ohscuriventris. — Sierra Aiscurre. — pseudogig antea. —iHerva Aiscurre. — irí/asckuIaia.—íiieTra Morena. — Moreim. — Sierra Morena. — acumitiaia.— Sierra Morena, Madrid. Limnohia aniumnalis Stg-. f." unicolor. — Monte Baldo. — tristis Sclium. f.^ maculosa. — Brincóla. Ceranomyia caloptera Mik. var. odscura. — Alg-eciras. Trimicra andalusiaca. — Alg*eciras. Rliynclíolopus crassipes. — Bri n cola . Eesnmen de los dípteros nuevos descritos por el P. Strobl: Géneros, 4; especies, 54; subespecies, 1; variedades, 43; for- mas, ^5. Como se ve, más de la décima parte de las especies de díp- teros encontradas por el P. Strobl en España son nuevas para la ciencia. Resultado es éste harto halag-üeño para cualquier naturalista que á tales estudios se dedicase. Para templar el rubor que nos cubre el rostro ante la idea de que semejantes trabajos no los haya llevado á cabo alg-ún naturalista español, felicitémonos de que al menos nuestras riquezas naturales las conozcan, estimen y estudien los sabios extranjeros, y de que uno de ellos sea el relig'ioso benedictino P. Gabriel Strobl. DE HISTORIA NATURAL. 231 La casiterita y los filones estanníferos de nuestra Península POR D. SALVADOR CALDERÓN. B i IdIío grafía. 1847. F. Cútoli: Mera, sobre miu. estaño prov. Pontevedra y Orense. 1850-52. Escosura: Miu. de estaño de Zamora. Rev minera, i á ni. — Martínez Alcíbar: Sobre min. estanníf. de Galicia. Rev. mine- ra (varios tomos). 1853, P. López: Mem. geogn. agrícol. prov. Asturias, p. 15. 1856. Dufrénoy: Traite de minéralogie, 1856, iii, p. 300, y Atlas, pl. 113, fig. 380 y pl. 114, fig. 381. 1858. Scbulz: Descrip. geol. de Astur., p. 18. 1862. Naranjo: Elem. de Miner. gener., p. 380. 1864. Prado: Descrip. fís. y geol. prov. Madrid, p. 106. 1874. Cortázar: Bol. Com. Mapa geol., p. 24. 1876. M. García: Fil. estann. prov. Salamanca. Bol. Com. Mapa geol., iii. 1877. Becke: Tschermak's min. Mittb., p- 243-200. 1880. Gil y Maestre: Descrip. fís. y geol. prov. Salamanca. 1882. Barrois: Redi. s. 1. terr. anciens des Astur. et de la Gallee, p. 137. 1883. Puig y Larraz: Descrip. fís. y geol. prov. Zamora, p. 412. 1889-90. Espina y Capo: Com. ejecut. Estad, minera. 1893. Breidenbach: Die Zinnlagerstilten Portugals (Glückauf, p. 1032 y 1050. 1894. Quiroga: Traduce. Miner. Tschermak, p. 282. 1895. Mallada: Explic. Mapa geol. de España, i, p. 173 y 545. 1898. Pedro Gomes: Commun. d. Sec9. dos Trabalh. geol., ni, p. 202. 1900. Bolívar y Calderón: Elem. de Hist. nat., Geol., p. 116. Sin que pueda decirse que tenemos en España una riqueza extraordinaria de estaño, no dejan de alcanzar cierta impor- tancia los yacimientos de esta mena que existen en la par- te NW. de nuestra Península, de los cuales, así como de otros mucho menos considerables que se hallan en otros parajes de la misma, vamos á presentar un breve trabajo de conjunto. Se ha cuestionado mucho sobre si los antig-uos explotaron ó no nuestra zona estannífera y si formaba parte de la reg-ión de Las Casitérides, no bien definida. Los Sres. P. López y Cortázar (lanía cuestión como resuelta, afirmando que hoy está fuera 532 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de duda que las naves de los mercaderes de Tiro abordaban al litoral de Galicia en busca del estaño, y que existen en el país los restos de los lavaderos. La casiterita se presenta bajo dos formas: en g-ranos sueltos y en filones. Estos últimos, aunque suelen llamarse filones estanníferos, son en realidad cuarzosos, en los que se presen- tan de una manera accidental é irreg'ular concreciones, nodu- los y aun bolsadas de casiterita de tamaño tan variable que sería imposible dar una idea de su término medio, pues los hay desde el g-randor de un piñón hasta el de una nuez, y al- g'unos mucho mayores. Los mismos filones que los contienen ofrecen también muy diversa potencia. Como excepcionales cita el Sr. Espina y Capo pequeñas vetas tendiendo á la forma ñloniana en el término de Brandilanes, provincia de Sala- manca; pero aun en este caso no constituyen todavía verda- deros filones, como nota acertadamente el citado ing-eniero. Caracteres. — No faltan buenos cristales y maclas en la reg-ión de la casiterita de Galicia y Salamanca. Fig-uran de antig-uo en las colecciones los de San Pedro de Rozados y Orense; de Salamanca presentó el ing-eniero D. Manuel García mag-níficos ejemplares á la Exposición de Viena que llamaron mucho la atención, y nosotros los hemos visto voluminosos de Bernoy, mina Nueva Cornouailles, formados por el protoprisma y la protopirámide, combinados con el deutoprisma y la deutopi- rámide y en codo, seg-ún la macla del rutilo. La casiterita de San Bartolomé de Penouta, en la provincia de Orense, se ha citado varias veces por los mineralogistas á causa de sus cris- tales muy rebajados, casi reducidos á la cara P. El Museo de Historia natural y el de la Escuela de Minas de Madrid poseen muy .buenos ejemplares de la reg-ión á que nos referimos. Así en esta última existe uno de 1 dm., consistente en una g-ran macla g-eniculada de entre Montes y Avión, en Orense, conte- niendo hojas de mica en tal cantidad, que en la fractura pa- rece una roca de mica y casiterita; de la misma localidad hay un mag-nífico pico de estaño, neg-ro, donado por Schulz; un gran cristal incompleto de Presqueiro, Montes, con brillo mar- cadamente resinoide y color morado en la fractura, y de San Pedro de Rozados un bello g-rupo de cristales estudiado por el Sr. Cía, eminente profesor que fué de aquella Escuela, que, seg-ún él, se componen de «prismas con las caras primitivas 1/" DE HISTORIA NATURAL. 233 y las/¿i, ^í^l-2, modificados en las aristas básicas por los pla- nos d\ j en los áng'ulos por los planos a^ (1).» Dufrénoy hace especial mérito de dos cristales de la colec- ción de Heuland, procedentes de Monterrey y notables por una truncadura en el vértice que forma la base del prisma. Ambos están fig-urados en el Atlas del Tratado de este mineralog-ista, y son los únicos que poseen semejante disposición entre los allí presentados. Ofrecen las caras /¿i (110), «' (321), b^ (311), P (001), y uno de ellos además la cara prismática i/ (101). En los buenos cristales de las mencionadas localidades suele mostrarse muy bien una estriación vertical, dispuesta de modo que las líneas alternan en el prisma dominante con las caras pequeñas de otro, ambos de desig-ual valor y ocupando diversa posición, de suerte que un sistema brillante y liso alterna con otro mate }' flexuoso. Examinando Becke los diversos ejemplares de casiterita que se encuentran en las colecciones alemanas, y entre ellos de España (Beariz, Carballino, provincia de Orense), disting-ue en esta especie tres tipos ó facies: uno que llama sajón-bohemio, otro el de ag'ujas de Cornwally otro el de cristales, en que do- mina la cara c (001), que es el de Pitkaranta, Al primero, que es el principal, pertenecen los ejemplares de Orense, y, en ge- neral, los de toda la zona estannífera hispano-portug-uesa. Fuera de dicha zona se conocen pocos cristales de casiterita en la Península, y carecen de importancia. En Asturias los hay pardo-obscuros implantados en la masa; escasos en Hoyo de Manzanares, en la provincia de Madrid, y en las cercanías de Mérida, en la de Badajoz. El ing-eniero y reputado químico D. Enrique Hauser nos ha comunicado particularmente el análisis por él practicado de una casiterita del término de Avión, siendo la muestra ensa- yada mineral menudo procedente de concentración por lavado. Bióxido de estaño ■. - 63,C85 Arsénico 0,178 Cobre 0,280 Plomo 1,022 Hierro 0,197 Azufre 0,381 (1) Correspondeálacombinación (101), (110), (210), (311),(321). ^ N.» 5. -Mayo, 1901. 17 234 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Oxido ferroso 3,003 — mangánico 1,488 Alúmina 0,020 Cal 2,495 Magnesia 0,081 Acido túngstico 1,735 — nióbico ] 1,375 Sílice 13,623 Suma 99,563 De este estudio se infiere que el mineral no es puro, sino que engloba otras especies, y entre ellas alg-una poco frecuente^ como la columbita ú otra afín. De otros ejemplares peninsulares se han hecho sólo, que se- pamos, ensayos incompletos, aunque suficientes para probar que las casiteritas de los filones de Galicia y Salamanca con- tienen cantidades variables de óxido de hierro, arcilla, ácido silícico y otros cuerpos no determinados; las más puras, en g-eneral, son las de los aluviones, y entre ellas á las de El Viso se les ha asig'nado una ley de hasta 60 por 100. Ya hemos dicho que en el cuarzo filoniano el mineral de es- taño suele presentarse de preferencia en g-ranos de muy diverso tamaño, y también los hay á veces sueltos. En ciertos aluvio- nes de Galicia, Zamora y Salamanca constituyen cantos roda- dos que exteriormente parecen de cuarcita, pero que se distin- g-uen desde lueg'O de ella al cog-erlos con la mano, por su gran peso; en la Escuela de Minas los hay de tamaño de nueces, y otras veces son arenosos, como lueg'o veremos. Otras variedades de casiterita son raras en nuestro país, y no se han visto aún en él alg-unas de las mencionadas de las loca- lidades clásicas extranjeras. Recordaremos solamente unas muestras concrecionadas que cita Massart de los pequeños criaderos de Cartag-ena. Asociaciones. — Preséntase la casiterita con mica, seg-ún se ha dicho, en íntima unión, formando en ocasiones como una ver- dadera roca; el cuarzo también hemos indicado le sirve de ma- triz las más veces, siendo los filones de éste, por lo común, le- chosos y otras veces hialinos y ahumados, con numerosas g-eo- das cristalinas, y no es raro vayan con el estaño turmalinas y otros silicatos, por ejemplo en San Pedro de Rozados; á ellos DE HISTORIA NATURAL. 235 suele asociarse la ^voIfl'amita; en Cartag-ena acompaña al cuarzo la baritina. Como minerales metálicos es bastante constante la pirita arsenical, aunque no en g-ran cantidad, el óxido de hierro en el filón de Carbajosa, en Zamora, la cuprita en otros de la misma provincia y la g-alena en uno de Cartag-ena: Yacimientos. — Los filones de cuarzo estannífero arman en el g-ranito y en los terrenos arcaico y paleozoico. Entre los prime- ros pueden citarse muchos de Galicia, de Zamora y varios de los principales de Portug-al; fuera de esta zona los hay también en Asturias, en Salave como mineral accesorio de las quersanti- tas cuarcíferas recientes de Barrois, en el Hoyo de ^Manzanares, en la provincia de Madrid, y en Mérida. En Zamora se suele ver pasar los mismos filones del g-ranito al g-neis, y en el con- tacto de estas dos rocas están la mayoría de los de Portug-al; los de Martinamor, en la provincia de Salamanca, encajan en el g-neis, como lo hacen en Galicia, y otros en el turmalinífero de Pesqueiras, en el clorítico de Montes y en las micacitas de Mon- terrey. Por lo que hace á las provincias de Zamora y Salaman- ca, los yacimientos estanníferos están, por lo g-eneral, dentro de los terrenos cámbrico y silúrico, y en las zonas de contacto de éstos y el g-neis, correspondiendo, como los demás del país, al tipo de los antig-uos yacimientos de estaño acompañado de fluosilicatos. En toda la reg-ión hay aluviones estanníferos más ó menos considerables procedentes de la ruina de los filones; tal su- cede, sobre todo, en la provincia de Orense y en las de Sala- manca y Zamora, en las depresiones del terreno próximas á aquellos; la casiterita en g-ranos rodados, en arenas mezcladas con otros minerales, interpuesta en arcilla micacífera, forma depósitos de variable espesor, como lueg-o veremos. Localidades. — Hay en la Península una zona propiamente estannífera y varios pequeños yacimientos aislados fuera de ella, respecto á los cuales poseemos aún pocas noticias. «La reg-ión estannífera, dice el Sr. Mallada, comienza en el pueblo de Merza, límite N. de la provincia de Pontevedra, cru- za la de Orense por el monte Testeiro y la Sierra de Suido, donde se hallan enclavados los criaderos más importantes de los términos de Beariz y Avión; se inclina después al W.; sigrne por Rivadavia, Freas de Eiras, Monterrey y Villar de Ciervos (Zamora), hasta el vecino reino de Portug-al.» 236 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Los filones rara vez exceden de 27 cm., derivándose ramiñ- caciones que, por lo general, no pasan de 10, desprovistos de interés industrial; suelen estar cruzados por otros estériles de cuarzo, y se alinean de NE. á SW. Poco tenemos que añadir á lo dicho por lo que se refiere al es- taño de Galicia. Ailemás de la zona de los principales criaderos de Lousame y Cabana, en Coruña, y otros, hay filoncillos en las micacitas de Monterrey, en el gneis turmalinífero de Pesquei- ras, Avión, Couso de Avión y Doade y en el micáceo y cloríti- co de Montes. En la provincia de Orense hemos mencionado por sus bellos cristales Carballino y Beariz; en este último se dio }iace algún tiempo con un stockwerck de granito estannífero de una riqueza excepcional, del cual hay buenos ejemplares en el Museo Británico. En el término de Forcaray y la provin- cia de Pontevedra, se ha descubierto hace pocos años un im- portante yacimiento. Del deshecho de los filones resultan, como queda dicho, aluviones con el mineral de que tratamos en el término de Beariz y en otros de la misma provincia. En Zamora hay muchos filoncillos, ó más bien vetillas de cuarzo con casiterita, unas veces cristalizada y otras en masas más ó menos voluminosas, sobre todo en la zona de contacto del g'neis con el granito, como sucede en Carbajosa, Pino de Oro, Yilladepera, Almaraz, Arcillera, etc. Estos y otros dimi- nutos criaderos que consisten en vetillas repetidas á interva- los de 2 m., parece ser los haces de un tronco único que radi- cara en la profundidad. Hállanse en las depresiones del suelo inmediatas á los citados filones, depósitos aluviales constituí- dos por arcilla micacífera con cantos cuarzosos y granos roda- dos de casiterita, alcanzando á veces el volumen de avellanas y nueces, trocitos de turmalina, algunas raras pajuelas de oro, cristates rodados de granate, etc. Estos aluviones presentan un espesor de 3 m. en las inmediaciones de Yilladepera, y desde Pereruela al Duero. Existen en la provincia de Salamanca criaderos en un todo análogos á los de Zamora: en general son más ricos los de esta última, pero en aquélla, en cambio, la zona del estaño es mu- cho más extensa. La riqueza aumenta según nos aproximamos á los 3° longitud W. y á los 43° latitud N. Ya hemos dicho que los filones salmantinos encajan en las pizarras paleozoicas y excepcionalmente el de Martinamor, sito en el cerro de la Ata- DE HISTORIA NATURAL. 237 laya, que es muy potente, en el ^-neis. La localidad clásica de esta provincia es San Pedro de Rozados, conjunto de filones en una extensión de unos 17 km. aproximadamente, y cuya dis- tribución y límites no pueden determinarse por estar el terre- no cubierto de tierra vegetal y monte. Aparecen allí magnífi- cos ejemplares cristalizados, acompañados de turmalina y otros silicatos que figuran en los gabinetes mineralógicos. Otros varios filones radican en el terreno cámbrico de Sala- manca, en los términos de Terrubias, Santo Tomé de Rozados, Bernoy y Cemprón; en este último los granulos ^y cristales de casiterita son de color de vino claro y encendido y van asocia- dos á turmalina, arsenopirita y algo de wolframita. La ero- sión de los filones ha dado lugar, como en las otras provin- cias antes mencionadas, á aluviones estanníferos, de los cua- les el de San Pedro de Rozados ocupa una extensión conside- rable. Como queda dicho, la región estannífera española se extien- de por Portugal, si bien no pasa de los 40° de latitud por los distritos de Braganza, Villa real y Oporto; aparece además en Vizeu, de Tras-os-Montes. Según Breidenbach, los filones de Tras-os-Montes están en el contacto del gneis con el granito, y la ley de los minerales es mayor en la parte que arma en el segundo; pero el gneis contiene, además, pizarras anfibólicas con casiterita. Pedro Gómez cita las siguientes localidades por- tuguesas del óxido de que tratamos: minas de Brunosinho, del Carvalhal, de S. Martinho d'Angueira, de Paradella, de Mon- tesinho, de las Teixugueiras, de las Malhadinhas, de Villa- rinho do Monte (todas en Tras-os-Montes), de la Rebordosa (distrito de Oporto); Sierra de Maráo, Covello de Paiva i^San Pedro do Sul). Fuera de la región estannífera hispano-portuguesa que que- da mencionada, los restantes yacimientos del país, aunque no bien conocidos, parecen tener muy escasa importancia. Pas- cual López y Cortázar afirmaron que los antiguos, quizás los fenicios, explotaron yacimientos en Salabe, á legua y media sobre la costa E. de Rivadeo, y en Ablaneda, una legua al S. de Salas, en los cuales hoy apenas quedan señales de mine- ral; según Schulz, los vaciados producidos por la antigua extracción pasan de 4 millones de metros cúbicos. Hoy todo lo que se conoce en Asturias respecto al óxido de que tratamos, 238 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Son pobres masas en Salas, mezcladas con mica blanca, y en ellas alg-unos cristales pardo obs.curos. En las cercanías de Mérida (Badajoz) hay pequeñas masas y cristalinos en terreno g-ranítico, y otras indicaciones vag-as se han hecho respecto á casiteritas de Extremadura, que no son suficientes para juzg-ar si se trata de una prolongación de la zona estannífera principal ó si solo de manifestaciones ais- ladas. En la sierra de Guadarrama también se conocen, aunque pequeños, alg-unos yacimientos de estaño. Prado dio como se- g-uro el de Hoyo de Manzanares en la provincia de Madrid, con alg-unos cristalitos, en el g-ranito, y como dudoso uno de el Es> corial. Vag-amente cita la casiterita de la provincia de Valladolid el profesor é ingeniero Naranjo, dato que merecería com- probarse. En las zonas oriental y meridional son muy escasos hasta ahora los hallazgos de mineral de estaño. Debemos á Massart noticias de los yacimientos en el distrito de Cartagena y de ellos uno explotado en la mina San Isidoro, formando una masa que medía 2 m. de potencia en el afloramiento pero que se reducía á algunos centímetros á los 60 m. de profun- didad. El mineral consistía en una casiterita concrecionada con ganga de baritina y cuarzo; en otro yacimiento más insig- nificante estaba asociada á galena. Se ha citado sin detalles el mineral que nos ocupa de la pro- vincia de Jaén, de la cual hay un ejemplar con cuarzo despro- visto de procedencia precisa en la Universidad de Sevilla, y sólo consiste en porciones pequeñas sin ninguna circunstan- cia especial. Por último, con duda le han mencionado algunos mineros como de la provincia de Murcia, y en la colección del reputado ingeniero D. Pablo Ochayta Martínez, figuraba un ejemplar teniendo por localidad Sierra de Bacares, que debe referirse á dicha provincia; pero, al menos por lo que se refiere á otras citas de la misma, M. Petigaud dice con razón que pro- ceden de haberse tomado por casiterita rocas anfibólicas im- pregnadas de hierro oxidado, con granate ú otras substancias, aparte de que la confusión puede haberse hecho en ocasiones intencionalinente con propósitos fraudulentos. ProdiíCCÍÓ7i, — Como hemos dicho, es indudable que los anti- DE HISTORIA NATURAL. 239 g'iios explotaron el estaño en Galicia y lo exportaron á otros países, y en Asturias y Portug-al también se han reconocido vaciados de extracción al parecer considerables en sitios en que hoy apenas quedan vestig-ios de mineral. Seg-ún el Sr. Cor- tázar, la mayor parte de los criaderos de Zamora eran cono- cidos y están apuntados en el reg-istro g-eneral de las minas de Castilla como concedidos los permisos de beneficio á fines del siglo XVI y principios del xvii, y aun alg'uno citado ya por Plinio y Posidonio. Sin embargo, se atendieron poco los yacimientos peninsulares hasta el año 1887, en que la su- bida extraordinaria que tuvo el estaño inició bastante mo- vimiento minero en aquella reg-ión , sobre todo en Galicia, donde esta substancia ha constituido hasta hace poco el único elemento de riqueza mineral explotado. Al principio se redu- cía la extracción á un verdadero merodeo, cog-iendo el mine- ral de más fácil acceso y Vendiéndolo á intermediarios que lo exportaban á Ing'laterra; pero después, y merced sobre todo al concurso de capitales extranjeros, se ha ido normalizando esta industria minera. Las casiteritas y wolframitas de Lou- same (Coruña), parece se intentan explotar en g-rande seg-ún los preparativos hechos para ello, incluso la construcción de una fábrica. Produjeron las minas de Tiro y Sidón, del término de Carbia (Pontevedra), seg-ún una de las últimas estadísti- cas, 50 quintales métricos de estaño y 19 de wolframita en un año. En los aluviones de Beariz y de El Viso, que son muy extensos, la ley se calcula en 2 por 100 y la casiterita es suma- mente rica, presentándose más abundante en ciertas bolsadas en las que el mineral está envuelto en una materia arcillosa y donde se explota con más ventaja; sin embargo, en varios de estos aluviones, como sucede en la provincia de Orense, el beneficio es tan poco lucrativo que sólo se emplean en él algu- nas mujeres y niños de las parroquias de Girasga y Presqueira, del ayuntamiento de Beariz. Ya hemos indicado que los yacimientos de la provincia de 'Zamora son más ricos que los de Salamanca, pero, en cambio, en esta última es más extensa que en la anterior la zona es- tannífera. Una y otra están muy mal dotadas de medios de comunicación, resultando los pocos que existen demasiado costosos, y los carbones están lejos; dichas minas se encuen- tran paralizadas en su mayoría. Sin embargo, en las de Alma- »4(i boletín de la sociedad española ráz parece se llevaban á cabo hace poco trabajos de investig-a- ción. Los extensos aluviones estanníferos y los filones de San Pedro de Rozados, que representan una riqueza de considera- ción, se explotan alg-o por dos Compañías, una ing-lesa y otra alemana, aunque luchando con las expresadas dificultades y con la de la g-ran escasez de ag-ua necesaria para el lavado. En Portug-al es muy semejante el estado de las cosas, reco- nociéndose en él señales de antig-uas explotaciones, que se cree datan en parte del tiempo de los árabes, las cuales no exceden de 30 m. de profundidad. Para dar una idea de la producción en España del estaño diremos sólo que en 1888 se obtuvieron en el país 4 t. que va- lieron 2.700 pesetas; se elevó la cifra por la g-ran subida que el metal tuvo en el mercado, en 1890 hasta 41 t., y en 1891 á 69, después del cual disminuyó la producción hasta 34 t. en 1893, que valieron 18.000 pesetas. En la última estadística de 1900 sólo Galicia fig-ura como productora de mineral de estaño con las cantidades siguientes: Provincias. Toneladas. Valor á bocamina. Corufia , Orense . Pontevedra (1) 40 14 9 30000 10.000 2.250 57 42.250 / (1) Todo su estaño procede de la mina Estradense, del término de Forcarey, recien- temente demarcada. BOLKTÍ N SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Sesión del 5 de Junio de 1901. PRESIDENCIA DE DON ULAS LÁZARO É IBIZA. Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. Asiste á la sesión D. Carlos del Río, presentado por el Sr. Calderón. Correspondencia. — El Sr. Secretario leyó una carta del pro- fesor L. Bornbicci, dando gracias á la Sociedad por haberse adherido á la manifestación que le tributó la Universidad de Bolonia. Acompañan á dicha carta periódicos y un folleto en que se relata este interesante acto. Otra del Sr. Girard acusando recibo en nombre de S. M. el Rey de Portugal del tomo xxix de nuestros Anales y dando las gracias. Otra del profesor H. de Lacaze Duthiers dando g-racias á la Sociedad por el envío del tomo xxix y manifestando le remite al laboratorio Arag-o para que esté á disposición de cuantos naturalistas frecuentan aquel centro. Otras de los Sres. D. Santiago Ramón y Cajal, Sir Archiwaid Geikie, Lord Avebury y Cari. Brunner von Wattenwyl, dando gracias por sus nombramientos de socios honorarios. Este úl- timo anuncia el envío de varias de sus obras para la biblio- teca de nuestra Sociedad. El Sr. Arnold, de Munich, participa también el envío de varios libros. Se han recibido numerosas publicaciones del Sr. Dollfus, de París, del Sr. Cannaviello, de Ñapóles, y un ejemplar de la obra sobre Criptógamas vasculares de Qitiío, en- viado por su autor el P. Sodiro por intermedio del R. P. Navas. El Profesor 1). Calixto Tomás, da gracias por su admisión.; ^ N.» e.-Janio, 190L 18 242 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Admisiones. — D. Melquíades Criado, ayudante de Naturalista de la Comisión del Muni, socio ag-reg-ado, presentado en la sesión anterior por los Sres. Sanz de Dieg-o y Bolívar. Se acordó fig-urasen en la lista de socios la Real Biblioteca de Berlín (Konigliche Bibliotek , Berlin W. 64, Beliren- strasse 40), las bibliotecas de los Institutos de Santiag-o, Avila, Almería y Palma de Mallorca, á solicitud de los profesores de dichos establecimientos Sr. D. Cándido Ríos y Rial y de los consocios Sres. Barras, Becerra y Fuset. Se hicieron dos nuevas propuestas de socio numerario y quedó sobre la mesa la solicitud de admisión para otras biblio- tecas. Se admitieron como socios correspondientes extranjeros á los Sres. Adrien DoUfus, de París, rué Fierre Charron, 34, Dr. J. Arnold, de Munich, el profesor Eurico Cannaviello, de Ñapóles, vía Nilo, 32, y el P. Sodiro, de Quito. Proposiciones.— El Sr. Bolívar manifestó que solicitan el cam- bio de publicaciones con las de nuestra Sociedad laFeuille des Jeunes naturalistes de París, y la Academia de Ciencias de Filadelfia, Estados-Unidos, quedando acordado acceder á lo solicitado en vista de la importancia de dichas publicaciones, bien conocidas de todos los naturalistas. Se leyó la sig'uiente proposición enviada por el Sr. Barras: Un ensayo realizado en la clase de Historia natural del Ins- tituto de Avila durante este último curso con el propósito de que los alumnos adquirieran alg"unas nociones de antropome- tría y una conversación tenida ante varios consocios con el sabio antropólog'o Sr. Olóriz, nuestro Vicepresidente, el cual encareció la importancia de que las medidas antropométricas de los individuos que están creciendo y desarrollándose se re- pitieran anualmente para apreciar las modificaciones sufridas por cada uno, han sido las causas de decidirnos, dada la reco- nocida importancia del asunto, á llamar acerca de él la aten- ción de la Sociedad é indicar alg-o de lo que á nuestro modo de ver sería realizable en punto á dichos trabajos de me- dición. Claro está que el medio único en la práctica tiene que ser el valerse de los alumnos de los centros oficiales de enseñan- za, y esto no sería difícil de conseg"uir con alg-ún auxilio, del DE HISTORIA NATURAL. 243 'Gobierno. Indudable es que para este fin no podría menos de ser atendida por la Superioridad cualquier proposición ó peti- ción de nuestra Sociedad, que iría garantizada por nombres tan prestig-iosos como los de los Sres. Olóriz, mi querido maes- tro Antón, Hoyos y Aranzadi, tan distinguidos en esta clase de estudios. La aspiración puede concretarse á que cada alumno sea medido anualmente desde que ingresa en la primera ense- ñanza hasta que termina por completo su carrera, y á que los resultados de estas medidas adquieran desde lueg-o la pu- blicidad suficiente para que el arsenal de datos, que en poco tiempo se habían de reunir así, no quedase oculto y olvidado, sino que entrase en seguida en circulación para su aprove- chamiento. Desde luego, para utilizar los trabajos y darles unidad, sería indispensable se presentara una cartilla donde, con gran- dísima claridad y sencillez, se dieran las instrucciones nece- sarias para hacer las mediciones y que la acompañara un mo- delo de hoja antropométrica conteniendo sólo los datos más esenciales. Ambas cosas, al realizarse la idea, debían ser repartidas con profusión. La Sociedad podría desde luego nombrar una comisión ó sección de investigaciones antropológicas que fuese la encar- g-ada por el Estado de coleccionar y publicar los datos que se reunieran de toda España, si es que el Estado no comisionaba á algún centro que con carácter oficial los reuniera. También puede la Sociedad dar cursos prácticos y breves de antropo- metría para aumentar en lo posible el número de personas que recojan datos. En cuanto á la manera de poner en práctica la expresada idea en los tres grados de enseñanza, nos encontramos en la primaria con que sería necesario que los maestros poseyeran conocimientos antropométricos, y claro es que, si bien no sería difícil que los adquirieran los que en la actualidad siguen sus estudios en las Normales, raya en lo imposible conseguirlo úe los que están ejerciendo; por tanto, esta es labor de tiempo que podría, sin embargo, prepararse desde luego, exigiendo un ejercicio práctico de antropometría en las oposiciones á escuelas, y considerando de mérito preferente en los concur- sos los trabajos de antropometría realizados con los alumnos, 24-t' boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA con tal de que presentaran recibo de haber lleg-ado las obser- vaciones ó ejemplares, si los hubieran publicado, al centro 6- comisión g'eneral que existiera oficialmente. En la seg-unda enseñanza es, acaso, donde con más facili-- dad puede implantarse lo que decimos, pues en todos los Ins- titutos existe un catedrático de Historia natural y un profesor de Gimnasia, titular ó médico, bastando, por consig-uiente, una disposición para que entre ambos, puestos de acuerdo, hag"añ el trabajo de medir todos los años á sus alumnos, para los cuales sería oblig-atorio, y abriendo á. cada uno en el pri- mer curso una hoja en la que, en los sucesivos, se anotarían las variaciones que sufriera. Podría disponerse que los resul- tados de cada curso se publicaran en las Memorias anuales del Instituto, estableciendo la oblig'ación de remitir ejemplares al centro ó comisión g'eneral antropológica. Más arduo nos parece realizar dicho proyecto en las Univer- sidades, al menos con carácter oblig'atorio para los alumnos; pero no para los catedráticos de Historia natural, que con el personal auxiliar podían verificar las mediciones de los de su clase y de todos los que lo desearan, y publicar los resultados en la Memoria del establecimiento, no omitiendo la oblig-a- ción del envío de ejemplares á hi comisión central. No se nos ocultan las dificultades de llevar á la práctica tales proyectos y las enormes deficiencias de los mismos me- dios que proponemos; pero en las actuales circunstancias sería inútil pedir á los Poderes públicos nada que represente nuevos g"ravámenes al Presupuesto. Lo único de lo indicado que supone alg-i^n g-asto es la adquisición del material necesa- rio de antropometría, si bien éste podría conseg'uirse con la consig-nación de material de cada establecimiento docente. Como estas lig-eras indicaciones se encaminan únicamente- á llamar la atención de los señores socios acerca del asunto bosquejado, nos limitamos á lo dicho, esperando que si las creen dig-nas de ser tomadas en consideración , las discutan k fin de resolver lo más práctico y conducente. Invitado el Sr. Olóriz á manifestar su opinión sobre la pro- posición que acababa de leerse, después de alabar el buen deseo que le animaba, expuso sobre ella alg-unas considera- ciones de carácter práctico. En primer lug"ar hizo notar que- parte .de lo. que deseaba pedir el Sr. Barras á los Poderes- DE HISTOKIA NATURAL. 245 públicos está ya mandado; así existe una disposición según la cual los catedráticos de Gimnasia deben practicar medidas sobre los alumnos y enviarlas al Museo pedag-úg-ico, liabiénT- dose publicado instrucciones y una cartilla en la Gaceta. Existe en nuestro país un trabajo notable sobre el asunto: la Cartilla del Sr. Ballesteros, maestro de Córdoba, premiada con medalla de oro en la Exposición de Chicag'o, y de la cual se han ag-otado ya dos ediciones y se prepara la tercera, y, sin embarg-o, hasta ahora han sido escasísimos los resultados ob- tenidos. Por lo que se refiere á los establecimientos de ense- ñanza primaria aún crecen las dificultades, como fácilmente se comprende, para obtener datos antropométricos, sobre todo utilizables. ' Opina el Sr. Oloriz que del Estado no se puede esperar nada práctico para el objeto de la proposición, y á lo más conven- dría influir para que no cree trabas; mayor eficacia tendría la propag-anda con carácter privado entre los profesores de Gim- nasia, los catedráticos de Historia natural de los Institutos y alg-ún maestro de los que ya han mostrado interés por estos trabajos, é ir aumentando sucesivamente el núcleo que con ellos se formara, en la intelig-encia siempre de que el fruto sólo se recog-ería después de bastantes años. En vista de todas estas consideraciones propone el Sr. Oloriz se piense despacio en el asunto, formulando una proposición más concreta. El Sr. Presidente propuso se confiara la ponencia al Sr. Olo- riz, lo cual fué aceptado unánimemente por la Sociedad, ofre- ciéndose éste á hacerlo, aunque declarando de antemano las dificultades que el asunto presentaba. Comunicaciones verbales. — El Sr. Presidente dio cuenta de ha- ber entregado al Excmo. Sr. Ministro de Instrucción pública, acompañado de una Comisión de la Sociedad, la exposición en que se pide que las nociones más importantes de Física, Quí- mica é Historia natural, fig'uren en las enseñanzas de las escue- las elementales y superiores, seg-ún propuso el Sr. Martínez Es- calera, y ha sido objeto de detenida discusión. Después de alg-u- nas consideraciones sobre los motivos que han impulsado á la Sociedad á elevar á los Poderes públicos la mencionada exposi- ción, el Sr. Presidente entreg-ó, asimismo, al Sr. Conde de Roma. nones los números del Boletín en que constan las discusiones y 246 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA acuerdos referentes al asunto, y le hizo presente la cooperacióit que aquélla ofrece para el planteamiento de la nueva ense- ñanza, cumpliendo los acuerdos tomados en la sesión anterior. El Excmo. Sr. Ministro de Instrucción pública escuchó atenta- mente todas las consideraciones que le fueron expuestas, pres- tando una afectuosa acogida á la Comisión de nuestra Socie- dad, cuyas observaciones prometió estudiar detenidamente.. El Sr. Artíg-as indicó que la Sociedad debía estar ag-radecida al Sr. Presidente é individuos que le acompañaron por su dili- g-encia y buen resultado de su cometido, acordándose consig- narlo así en el acta. El Sr. Presidente manifestó su satisfacción por el éxito obte- nido en lasg-estiones encaminadas á que un naturalista forma- se parte de la expedición que en breve saldrá para las posesic* nes españolas delg-olfo de Guinea, pues se ha conseg-uido vaya con este carácter nuestro disting-uido consocio el reputado na- turalista y viajero Sr. Martínez Escalera, á quien ayudará en sus faenas de recolección D. Melquíades Criado, también con- socio nuestro. Como se trata de una empresa rodeada de peli- g'ros y fatig'as y de personas con quienes nos unen lazos de amistad y de solidaridad científica, proponía fueran á despe- dirlos á la Estación el ¡¡róximo día 7 aquellos consocios á quie- nes no se lo impidieran urg'enter, ocupaciones. El mismo Sr. Presidente dio cuenta á la Sociedad de que la Comisión de Catálog-os proyectaba la formación de un Diccio- nario de los nombres vulg'ares de animales, tanto de los nom- bres castellanos como de los reg-ionales, y que á este fin se ha- bían dirig-ido á las Secciones de provincias solicitando su con- curso; y en la imposibilidad de hacerlo individualmente con todas Jas personas que pudieran contribuir á este fin, rogaba se tuviese esta manifestación como dirig-ida á todos nuestros consocios. Que siendo esta obra de verdadero interés creía po- der contar con la cooperación de todos los amantes de las cien- cias naturales, cuyos datos debían inscribirse en las papeletas impresas á este fin, pues la remisión de listas creaba un g"ran trabajo á la Comisión oblig'ándola á rehacer cuanto le envia- ban; y por último, que para desvanecer toda duda respecto de la forma del trabajo, la mencionada Comisión había formulado las reg'las necesarias que convenía se insertasen en las cubier- tas del Boletím. DE HISTORIA NATURAL. 247 Ig-ualmente dio cuenta de que las papeletas correspondien- tes á datos de la fauna y flora de nuestro país habían sido solicitadas ya por varios de nuestros consocios, y aun alg-unos habían sido tan activos que habían comenzado á remitir datos interesantes. Comprendiendo la Comisión que era muy posible que el número de papeletas necesario fuese enorme, con au- mento considerable de g'astos para la Sociedad y recarg-o ex- cesivo de trabajo para la Comisión y sus dig-nos auxiliares, si no se formulaban reglas precisas sobre lo que convenía recomendar para evitar tales contingencias, había acordado aquélla llamar la atención de cuantos la honraban remitién- dola datos respecto de las sig-uientes indicaciones: 1,^ Son de utilidad escasa ó nula las papeletas referentes á especies que por su vulg-aridad y abundancia pueden conside- rarse como existentes en todas partes, como Ccipsella Biirsa-pas- toris, Caléndula arvensis, Lamiam aniplexicaule , Apis mellifica y Mus decuma7ius, por ejemplo. 2." Son también de escaso interés las papeletas referentes á especies citadas ya en muchas localidades de una misma re- gión, á no ser que se trate de especies críticas. 3." Se recomienda muy especialmente que, en todo caso, se cercioren si las especies que se proponen citar lo han sido an- teriormente de la misma localidad por alg'ún otro autor. 4." Sería muy conveniente que se encaminasen, de prefe- ferencia, las observaciones hacia las especies nuevas, raras ó críticas, cuyas áreas de distribución no pueden considerarse todavía bien determinadas. 5.* Se ruega, en fin, á los remitentes que llenen íntegra- mente las papeletas, sin omitir las indicaciones geográficas. El Sr. Bolívar participó haberse recibido la fototipia del bus- to del Sr. Lacaze Duthiers acompañada de una memoria en que se hace relación del acto de la entreg'a que tuvo lugar en la Sorbona, y al que asistieron varios de nuestros consocios y en representación de la Sociedad el Sr. Barras. También presentó una nota sobre el género Tceniopoda Stal. El Sr. Rodríguez Mourelo dio cuenta de sus últimos experi- mentos relativos á sulfures fosforescentes, prometiendo pre- sentar en breve una nota más detallada sobre este asunto. El Sr. Calderón habló del terremoto sentido en Málaga el día 24 de Mayo último á las cuatro y algunos minutos de la ma- 248 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ñaua. Fué precedido de un ruido subterráneo muy perceptible, después del cual se sintieron las sacudidas durante cuarenta y cinco seg-undos, al decir de los periódicos, alarmando al vecindario en términos de que muchas familias se lanzaron á las calles, y varias personas, asustadas, pedían auxilio desde los balcones. No lian ocurrido desg-racias personales, pero se derrumbaron alg-unos muros en casas ruinosas situadas en las afueras de la población. Posteriormente han llegado noticias de que en la Alsacia y otras regiones de Alemania se sintie- ron casi contemporáneamente sacudidas lo bastante intensas para producir g-ran alarma. Secciones. — La de Barcelona celebró sesión en 1." de Mayo hnjo la presidencia de D. José Casares, leyéndose el acta de la anterior, la que fué aprobada. Quedó admitido como socio D. Eamón Casamada Mauri, presentado por D. José Casares en la sesión anterior. Se hicie- ron tres nuevas propuestas de socios numerarios. El Sr. De Buen dio lectura de una nota sobre Za extensión y carácter de laregwn volcánica de OJot, y presentó después, para que fuera examinado por los Socios, un Nantiliis del Brasil de pequeñas dimensiones, que mostraba en su interior y cerca del orificio del sifón unas hermosas perlas con finísimas irisa- ciones. El Sr. Jimeno (I). Francisco), dio lectura de una nota sobre La mina de Piiig-Pedrós (Barcelona). A continuación pre- sentó el Sr. Antig-a un trabajo de M. Tournier titulado Des- criptions de quelques Hyménopiéres d'Europe et confins. El señor Finestres leyó una nota sobre Pirita de hierro del 3Iontjuich, y otra el Sr. Rivas Mateos, titulada Foranas transitorias de las especie^ españolas del género Silene, Sección Behen. La Sección de Sevilla celebró sesión el 5 de Abril bajo la presidencia del Sr. Marqués de San Gil, leyéndose una comu- nicación de D. Francisco de las Barras titulada Noticias sodre algunos monstruos existentes en el Gabinete del Instituto de Ávila. El mismo socio hizo la comunicación siguiente: ' Revisión des es2)éces critiques du genre i par M. A, de ooincy. Premiére serie. ( Extrait du Journal de Botanique, tomo XIV, números 10 y 11, 1900). ' Una de las cuestiones de actualidad que tanto en la Zoolo- gía como en la Botánica descriptivas preocupan hoy más á los DE HISTORIA NATURAL. 249 naturalistas es, como se sabe, el número excesivo de especies descritas y la confusión y poca exactitud en las descripciones de muchas, produciendo en alg-unos g-éneros g-raves dificulta- des para la clasificación. La importancia de evitar tales confu- siones es más patente desde que desapareció el erróneo concep- to de que clasificar era el último fin de la Historia natural, y ha entrado la ciencia en un periodo en que la determinación de las especies se considera sólo corno un medio de ordenar los conocimientos. Por esto ha de ser muy útil todo trabajo que teng-a por obje- to disipar dudas en la descripción y limitación de los g-éneros y especies. De esta naturaleza es la nota cuyo título precede del emi- nente botánico, nuestro consocio el Sr. Coincy, de quien tan- tas veces nos hemos ocupado á causa de lo mucho que ha con- tribuido y contribuye al estudio de la flora española. Dicha nota, de 16 pág-inas, es primera serie, y ha de ser se- g-uida por otras, pues en ella dice el autor que tiene la inlen- ■rióu de proceder á %ma o-evisióii de las formas criticas de la cuen- ca del Mediterráneo; trabajo cuya sola enunciación expresa suficientemente su importancia. Ya, seg-ún indica, presentó y publicó en las actas del Con- ^•reso botánico de 1900 unas bases para la clasificación y limi- tación del g-énero iíV/¿mm (sentido estricto), al cual divide en •dos secciones: Eleuterolepis, cuando el anillo basilar interno de la corola está compuesto de escamas claramente separadas, y G-amoleiús cuando forma una membrana continua más ó me- nos lobada. «Es necesario, dice, rehacer las descripciones y hacerlas lo más precisas posible. Este es un trabajo fastidioso, pero que se ha hecho necesario por las discordancias que reinan en los trabajos sistemáticos sobre las especies de este difícil g-é- nero » No podemos, dada la corta extensión de la nota, extractar aquí la concienzuda crítica que hace de cada especie, limitán- donos á enumerar éstas y hacer alg'una que otra lig-era in- cristata, a latere visa, antice posticeque humiliore, metazona carina media acuta arcuata; antice obtuse, postice acate pro- ductum , crista tota nec non carinis metazonfe nig-ris. Elytra apicem femorum distincte superantia, elong-ata, subparaliela, ápice snbtruncata, marg-ine antico máxima parte recto; areo-- lis plurimis maculis rotiindatis occupantibus; ápice nig-ro lim- bato. Alse sang-uinese nigTO limbata?, área radialis máxima parte fusca, ápice late nig-ro, interstitium scaiare arejB analis bene dilatatum fere duplo latins quam área postradialis, vena postica incrassata, arquata. cf Long". corp. 42 mm.; pron. 14 mm.: elytr. 40 mm.; fem. post. 25 mm. Loe. México, Procopp. Museo de Budapest. Especie de g-ran tamaño, puesto que las dimensiones anota- das corresponden al macho. Pll área dilatada de las alas mide 5 mm., y cuenta unas 18 venas transversas dispuestas con bas- tante reg-ularidad. Es muy semejante á la primera, salvo en los caracteres señalados en el cuadro y en el pronoto, cuya cresta es más comprimida y más arqueada en la metazona. Una Q imperfectamente desarrollada tiene 46 mm. de longitud y 16 en el pronoto. Es de advertir que en la fig-ura de Drury falta la faja neg-ra de la cresta del pronoto, á pesar de que la descripción hace mención de ella. Var. reticularis. Diífert antennis basi apiceque exceptis croceis; elytris fuscis, ang-ustissime pallide areolatis; inter- vallum scaiare arefe analis alarum hyalinum multo minus reticulatum (venis tantum propre 14), statura minore. cf Long-. corp. 35 mm.: pron. 13 mm.; elytr. 35 mm. fem. post. 24 mm. Loe. México, Procopp. Museo de Budapest. T. pulchella sp. n. Colore flavo testaceo. Antennse basi brevissime, ápice late nig-rfe. Pronotum, rugoso areolatum, prozona acute tectiforme, metazona crista valde arcuata et subcucuUata (a latere visa convexa), antice obtuse, postice acute productum. Elytra ovata, ápice rotundata, angustissime nig-ro-marg-inata, mar- g-ine antico distincte arcuato, ñavescentia sparse nig-ro areo- lata. AlíB dilute sang-uinese, nigro limbatse, área radialis basi fusca, ápice rotundata, interstitium scaiare are^e analis hya- linum dimidio latius quam aream postradialem, venis trans- •270 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA versis paucis, obliquis. Pedibus abdomineqüe uti in species príecedentes. q" Long". corp. 35 mm.; pron. 12 mm.; elytr. 25 mm. ; fem. post. 20 mm. Loe. México, P. Valcárcel (mi col.) El área dilatada del campo anal mide 3 mm. en su mayor anchura, 3^ es media vez más ancha que la postradial. Considero como una variedad de esta especie otro ejemplar que me ha comunicado el P. Navas, de menor tamaño y con el área dilatada poco más ancha que la postradial y más reg^u- larmente reticulada. Sólo un examen comparativo de muchos ejemplares puede decidir respecto á la variabilidad de que son susceptibles estas especies, y por tanto de si la variedad que acabo de describir debe elevarse á la categ-oría de especie. Las dimensiones de dicho ejemplar son : Long'. corp. 30 mm.; pron. 9,5 mm.; elytr. 21 mm.; fem. post. 18 mm. Mina de Puig-Pedrós, Papiol (Barcelona) POR DON FRANCISCO JIMENO. . A unos 4 km. al N. de Papiol existe, entre unos montes de terreno terciario en el sitio llamado Puig^-Pedrós, una masa de g-ranito en la que se halla empotrado un depósito de fluo- rina donde se observan filones de g"alena; y no es raro descu- brir ejemplares de malaquita, azurita y calcopirita, de los cua- les vamos á dar alg'unas noticias. Fhiorina. — Este mineral se encuentra con frecuencia en masas cristalizadas, observándose en las formas de los distin- tos ejemplares marcada tendencia octaédrica; suele ocurrir que aparecen los cristales en formas más ó menos irreg-ulares, debido á la falta de espacio en su crecimiento. En la colec- ción de la cátedra de mineralogía de la Facultad de Farma- cia de Barcelona existen unos cuantos ejemplares notables, entre los que merecen especial mención por su marcada irre- ¿■ularidad en el crecimiento, un cristal que presenta como do- minante la forma octaédrica, y en combinación con ésta se halla el cubo; pero con la particularidad de ofrecer una de sus DE HISTORIA NATURAL. 271 facetas, enormemente más desarrollada que las otras cuatro laterales á ella, y en el sitio correspondiente á su cara opuesta no se observan ni rudimentos de truncadura, terminando por el vértice de las caras del octaedro; no dejan por esto de en- contrarse ejemplares perfectamente determinados, pues en la misma colección se disting*ue, precisamente por la reg'ulari- dad de sus facetas, una forma combinada del octaedro con el cubo. No sólo aparece este mineral en cristales, sino que es tan frecuente ó más hacerlo también en masas compactas que os- tentan muy variados colores, blancos, y rosáceos, rojizos, par- duzcos, verdosos, etc., etc., notables alg-unos de ellos, por ofrecer incrustaciones de cristalitos de diversas variedades de cuarzo, cosa muy natural, por la circunstancia de hallarse la mina empotrada en terreno g-ranítico; en la citada colec- ción existen unos mag-níficos ejemplares de fluorina que tie- nen incrustados una multitud de cristales de falso topacio. Galena.— k causa de su poca extensión los ñlones de este sulfuro en la citada mina, tienen escasa ó ning-una impor- tancia industrial, hasta el punto de que sus explotadores sólo utilizan la fluorina para las fábricas de vidrio; se pre- senta en masas compactas y en formas cúbicas; científica- mente considerados, son curiosos alg-unos de los ejemplares recog-idos, por destacarse en ellos perfectamente el filón de galena entre la fluorina. Malaquita, Azurita y Calcopirita.— ^^to^ minerales no tan frecuentes en el terreno como los anteriores, suelen hallarse, sobre todo los dos primeros, formando masas compactas en el g'ranito. La pirita de hierro de Montjuich (Barcelona) D. EDUARDO FINESTRES Y FOSCH. En el cerro de Montjuich, correspondiente al terreno tercia- fio miocénico marino, y en la cantera llamada del CasteJlá, hemos encontrado yendo de excursión con el Sr. Tió, unos curiosos ejemplares de pirita de hierro, alg-unos con su trans- formación en limonita afectando ó no la forma cristalog-ráfica 2*2 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de la pirita, y otros en los cuales puede observarse la descom- posición de la pirita en óxido férrico hidratado (limonita). Se encuentra la pirita en la cantera por encima de donde practican las excavaciones, formando un veteado horizontal sin interrupción, sobre un terreno de color ceniciento, y al extraer la pirita verifícalo junto con una piedra que llaman de galha, y que no es sino una raarg-a arcillosa muy endu- recida. En alg-unos parajes obsérvase, que casi perpendicular á la dirección de la veta de pirita, existe una serie de líneas pa- ralelas de color amarillento, que son de limonita. Los cristales de pirita presentan un vivo lustre metálico, amarillo de latón, con irisaciones muy hermosas, lo que hace sea aquélla perceptible á reg-ular distancia en días de sol es- pléndido. Están formados los cristales por la ag-rupación de cubos, sin otras formas en combinación, y alg-unos ejemplares los pre- sentan en considerable número, pequeños, agrupados de tal suerte que dan lug-ar á otro cubo mayor. En alg-unos ejemplares extraídos, puede observarse que ofre- cen sus bordes alterados en una substancia pardo rojiza; es la pirita que por la oxidación é hidratación del sulfuro, conviér- tese en limonita. La transformación va del exterior al interior, pues rompien- do uno de estos ejemplares que presentan ya sus bordes alte- rados, encuéntrase al interior un núcleo de pirita sin que se haya limonitizado. También encontramos en Montjuich limonita compacta, de un color amarillento, y pseudomórfica, de forma cúbica, por derivar de la pirita. BOLETÍN SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Sesión del 3 de Julio de 1901. PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS. Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. Asiste D. Pascual Naclier y Vilar, Catedrático de la Univer- sidad de Granada é individuo de esta Sociedad. El Sr. Presidente dijo que ante todo se debía consagrar un recuerdo cariñoso á la memoria de su expresidente y socio fundador, limo. Sr. D. Mig'uel Colmeiro, fallecido después de la última sesión, y enalteció con frases sentidas los méritos del eminente maestro que con sus estudios sobre Botánica se liabía conquistado una reputación europea. Se acordó constase en el acta el sentimiento de la Sociedad por la pérdida que ella y la ciencia española habían experimentado con la muerte de tan distinguido naturalista. ■El Sr. Bolívar propuso, y así fué aceptado, que se encomen- dase áalg-uno de los socios botánicos la redacción de un escrito necrológ-ico del finado, para que se publicase en las Memo- rias acompañado del retrato del Sr. Colmeiro como se ha hecho en casos análog-os, acordándose encomendar este trabajo al Presidente D. Blas Lázaro. Se dio cuenta del fallecimiento del socio numerario D. Ang-el Larrinúa, Doctor en Derecho, que pertenecía á la Sociedad desde la fundación de ésta; su extraordinaria afición á las ciencias naturales se manifestó primeramente en el campo de la entomología, á la que se dedicó muchos años, reali- zando frecuentes excursiones por la sierra próxima, por lo que su nombre aparece con frecuencia en los primeros tomos de nuestros Anales, con motivo de sus hallazg-os y descu- N.» 7.- Julio, 1901. 20 974 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA brimientos. Grande afícionado también á la caza, se dedicó en los últimos años á formar una colección de aves de los alre- dedores de San Sebastián, en Guipúzcoa, donde residía y don- de ha fallecido k los 49 años de edad, leg"ando, seg-ún creemos,' su colección muy numerosa ya é interesante, al Instituto de aquella población. La Sociedad acordó, á propuesta del Sr. Pre- sidente, hacer constar en el acta el sentimiento que la causaba la pérdida de tan entusiasta colaborador. Correspondencia. — Se han recibido las sig-uientes comunica- ciones: De los señores Samuel H. Scudder, de Boston, Ph. van Tie- g-hen, de París, A. Eng-ler, de Berlín, y A. Gaudry, de París, dando gracias por su nombram.iento de socios honorarios y alentando á la Sociedad á proseg'uir en sus tareas que la han conquistado puesto tan distingnüdo entre las demás sociedades científicas. De D. Eduardo Chaquert, Director del Museo de Historia na- tural de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, por su nombramiento de socio numerario. Del Director del Field Columbian Museum, por el envío del tomo IX, serie 2^, de nuestros Anales. Del Presidente de La Unión Escolar, por el envío del Boletín. De la Sociedad botánica de Ginebra invitando á la nuestra para la reunión que tendrá lug-ar en dicha ciudad el 7 de Agosto próximo con objeto de concentrar los trabajos biblio- gráficos sobre Botánica. Un prospecto de la Revue Russe d\Entomologie. El socio honorario, Sr. Brunner de Wattenwyl, ha hecho un importante y valioso envío de publicaciones de extraordinario interés y mérito de que es autor, pudiendo los socios presentes admirar las bellas láminas de la obra sobre la coloración de los insectos, de la que nos ha remitido dos ejemplares con el texto en inglés en uno de ellos y en alemán en el otro. D. Federico Albert, Jefe de la Sección de Ensayos zoológicos y botánicos del Ministerio de Industria, en Santiago de Chile, comunica su deseo de que dicho centro se pong'a en relación con los análogos de nuestro país, anunciando el envío de algu- nas de sus publicaciones para mostrar el carácter y resultado de sus trabajos; envía, además, dicho señor, el manuscrito de DE HISTORIA NATURAL. ¿75 un estudio de que es autor sobre las falcónidas de Chile, solici- tando una crítica sobre él y ofreciéndolo por si la Sociedad quisiera publicarlo. Acordóse dar las g-racias al Sr. Albert por sus publicaciones y comunicarle que la Sociedad, como tal Corporación, no puede erig-irse en juez de trabajos cientí- ficos, como lo ha manifestado en otras ocasiones, y que el ma- nuscrito sobre las falcónidas pasara á la Comisión de publica- ción para que informe si por su índole y objeto puede inser- tarse en los Anales. Admisiones. — Quedaron admitidos, como socios numerarios, D. Carlos del Río, de Madrid, presentado en sesión anterior por el Sr. Calderón, y D. Manuel Sanromán Elena, párroco de x\storg-a, propuesto por el Sr. Arag-ón yEscacena. Quedó admi- tida, también, la Biblioteca de Administración militar. Se hicieron dos nuevas propuestas de socios, así como las de otras Bibliotecas. El Sr. Bolívar propuso, y así quedó aceptado, el cambio de nuestras publicaciones con la Remie Rvsse d'Eiitomologie. Comunicaciones verbales. — El Sr. Secretario presentó un tra- bajo del Sr. Macpherson titulado Ensayo de Historia evolutiva de la Península Ibérica, el cual pasó á informe de la Comisión de publicación. El Sr. Reyes (D. Eduardo) leyó á continuación un estudiu sobre Inclusiones cristalinas en los peciolos de las hojas de las begonias, indicando que se había apresurado á concluirlo y presentarlo en esta sesión como testimonio de recuerdo á su maestro D. Mig-uel Colmeiro, de quien ha sido el último ayu- dante. Dicho estudio pasó á la Comisión de publicación. El Sr. Nacher, de Granada, expuso la conveniencia de que los catedráticos de Historia natural de provincias dieran á la Sociedad noticias y, si fuera posible, ejemplares de las espe- cies obtenidas en las expediciones que deben hacer con sus alumnos en cumplimiento del Decreto del Sr. García Alix. También se ocupó de los trabajos realizados por la Sociedad para logTar que la enseñanza elemental de las ciencias fig"ure en las escuelas primarias y superiores, haciendo notar la pre- dilección que por éstas suelen mostrar los párvulos, como había comprobado en la Escuela Manjón de Granada. Se lamentó de 276 fiOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA que los libros elementales publicados sobre Historia natural en nuestro país conteng-an con frecuencia errores de importan- cia, llamando la atención sobre la conveniencia de que la So- ciedad procure que se corrijan en otras ediciones ó como cre- yere más acertado. El Sr. Bartolomé y del Cerro, recog-iendo alg-unas frases del Sr. Nacher, dijo que entendía que todos los individuos de la Sociedad estábamos en el deber de correg-ir las faltas que supiéramos que existen en los libros de Historia natural pues- tos en manos de los niños, para evitar que se inculcasen tales errores, añadiendo que si bien podía esto producir alg-ún roce personal con los autores, había que emprenderlo con altura en bien de la educación nacional. El mismo Sr. Bartolomé y del Cerro, indicó que por no haber podido ver al Sr. Olóriz, encarg-ado de la ponencia sobre la proposición hecha en la sesión anterior por el Sr. Barras, pre- sentaba una hoja antropométrica obtenida de los Jardines de la Infancia y aprobada por el Ministerio de Fomento en la épo- ca en que fué Director g-eneral D. Eduardo Vincenti, que í5e pre- ocupaba con vivo interés de todas las cuestiones de enseñanza. Después de aprobada la indicada hoja, se pidieron los instru- mentos necesarios para su cumplimiento, los cuales no con- cedió el Gobierno, nombrando entonces una profesora de g-im- nástica, la cual tomó alg-unos datos que por lo incompletos no han dado el resultado apetecido. También presentó el Sr. Bartolomé y del Cerro los estatutos y un folleto acerca de la sociedad escolar humanitaria y de protección de los animales y plantas de Málag-a por creer que pueden interesar á la Sociedad, principalmente, en lo que se refitire á la atención que deben prestar los niños á las lec- ciones de Historia natural. Estos folletos Ueg-aron á sus manos merced á la visita que hizo el Sr. García de Toledo, presidente de la Sociedad humanitaria de Málag-a á la Escuela Froebel. El Sr. Artig-as se ocupó del proyecto de traslación del Jardín Botánico de Madrid á otro sitio, y aunque declarando que no hay temor por ahora de que se pretenda realizar una trasla- ción precipitada, que sería funesta, opina que convendría dar á la Junta Directiva plenas atribuciones para que durante los meses de vacaciones en que la Sociedad no celebra sesión, pudiera tomar las iniciativas que creyera convenientes para DE HISTORIA NATURAL. 277 representarla cerca de los Poderes públicos, si ocurriera cual- quier novedad que pusiera en peligTO la existencia de aquel centro científico. Asi se acordó después de las observaciones de varios señores socios, conformes todos ellos en que la So- ciedad debe oponerse por cuantos medios estén á su alcance á que se realize la traslación en las lamentables condiciones en que se llevó á cabo la del Museo de Historia natural, g-estio- nando cerca del Gobierno para evitarlo, como entonces se hizo. Los ofrecimientos y declaraciones del Sr. Ministro respecto k este punto, son completamente tranquilizadores y manifiestan bien claramente su deseo de contribuir al eng-randecimiento y desarrollo del Jardín y del Museo, como era de esperar de la alta cultura y amor á las instituciones científicas del ilustre político que dirig-e hoy el Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes. El Sr. Dusmet dijo lo sig'uiente: El 20 del pasado Junio verifiqué en compañía del Sr. Váz- quez una excursión en la cual recog-í bastantes himenópteros, que no creo deba enumerar, atendiendo á lo acordado por la Sociedad respecto á las citas de especies. Alg-una indicación será, no obstante, de interés. líncontré un ejemplar Qf de la MeJUurya clavicornis Latr., ápido muy poco frecuente, que no creo haya sido citado de España. Por lo menos no existe en la colección del Museo de Historia Natural, ni en la mía, no estando enumerados en las publicaciones de nuestra Sociedad la especie, ni siquiera el g'énero. Al ir desde el apeadero de Fortuna al pueblo de Rivas, nos vimos molestados por nubes de hormig-as aladas en número realmente extraordinario; pues aunque muchas veces se en- cuentren, en dicha ocasión lleg-aban á ceg-arnos é impedir la marcha. Eran casi todos cid" con alg-unas 9Q (que quizá no lle- g-asen en número al 1 por 100 de los primeros), y estaban for- madas por un Leptothorax, que creo sea el L. Rottenhergi Em. De confirmarse mi sospecha, sería un hallazg-o feliz; pues Mr. Ernest André, en su Species des Hyménoptéres, dice que no se conoce el (f de dicha especie. Por falta de tiempo no he po- dido averig'uar si con posterioridad á la publicación de dicha obra, ha sido descubierto. Por la tarde, al recorrer las cañadas entre el cerro de Rivas y la estación de Montarco, nos molestó bastante por su abun- 278 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA dancia un pequeño hemíptero. Pero, al llegar á dicha estación, nos sorprendió la cantidad enorme del mismo que había en la pared que estaba á la sombra, así como en los postes inmedia- tos del telég"rafo. Dicho hemíptero, es el Phiiy¡)¡ax salmee Schill., especie que, aunque común, no suele presentarse en tal abun- dancia. Como caso curioso, indico por consiguiente esa in- vasión. El Sr, Calderón leyó á continuación la sig-uiente noticia bi- bliog-ráfica. «Climat et uvux minerales d'Espagne, par le Dr. A. Labat. París, 1901. Con este título ha aparecido recientemente un opúsculo de 78 páginas escrito por el Dr. Labat, expresidente de la Socie- dad de hidrología de París. Como es sabido, nuestro país es uno de los más ricos en aguas minerales. Kubio hizo mención de 1.200, y este número ha crecido con los descubrimientos posteriores hasta 1.500, próximamente tantas como Francia. La parte más interesante, á nuestro juicio, del trabajo á que nos referimos, es el de la clasificación de las aguas minerales, en la cual el autor dice siente tener que separarse de lo admi- tido por los hidrólogos españoles. «No puedo, dice, colocar La Garriga, con Cl 10 NaO, entre las aguas cloruradas; tíobrón con 0.10 de CO^ NaO, ni Alanje, con 2C0, CaO 0,11; entre las bicarbonatadas, Bellús entre las sulfatadas calcicas con SO" CaO, 0.17, etc. Veremos que la mayoría de estas aguas, dise- minadas así en grupos, son termales simples. Se ocupa después del nitróg-eno y de las aguas nitrogenadas, clase que los mé- dicos españoles han defendido en los congresos de Sevilla (1882), Barcelona (1888) y en otros internacionales, y que, sin embargo, no figura en los tratados clásicos de hidrología, limi- tándose.el autor á recordar aquí lo que dijo en 1889 en un tra- bajo especial sobre la cuestión: que los famosos 710 cm.^ de nitrógeno de Panticosa, quedaron reducidos á 15 por los tra- bajos del Sr. Saenz Diez, análogamente á como ha acontecido en otras aguas semejantes del extranjero, al rectificarse erró- neos análisis antiguos. No pocos manantiales sencillos y sul- furosos de los Pirineos, de Auvernia y de Alemania, contienen igual proporción de nitrógeno que aquél. Nota, en fin, el autor que muchas aguas de España, como las de Italia, escapan por su complejidad á una clasificación química precisa, encontrán- DE HISTORIA NATURAL. ^TO dófeé én ellas frecuentemente asociados principios clorurados, sulfurados y ferruginosos y que abundan mucho las débilmen- te termales, siendo numerosas las muy calientes y cuyo brote excede de 1.000 m.^ Después va describiendo el autor lig-eramente las ag-uas prin- cipales de España por reg-iones en que halla analog-ías de te- rrenos, de clima, y á menudo de constitución; y aunque esta parte de su trabajo ofrece escasa novedad, no deja de ser inte- resante para dar una idea á los extranjeros de nuestra riqueza hidrológica. Secciones. — La de Barcelona celebró sesión el día 4 de Junio último bajo la presidencia de D. José Casares Gil. Quedaron admitidos como socios numerarios los Sres. D. José M. BoíRl. Dr. en Medicina, que fué propuesto por D. Pedro Antiga; D. Eduardo L. Chaquert, Director del Museo de Historia natu- ral de la Real Academia de la Historia, que se dedica á Mine- ralogía; D. Eduardo Fontseré Ribas, Catedrático de la Facultad de Ciencias de la Universidad y D. José Agell, alumno de la Facultad de Farmacia, propuestos en la sesión anterior por D. Marcelo Rivas Mateos. Se leyeron dos trabajos: uno de D. José Casares Sobre la ¡we- sencia del fiíioruro sódico en algunas agiias minerales y otro de D. Marcelo Rivas Mateos titulado Bamondia 'pyrenaica Rich. var. Lazari Riv. Mat., acompañado de un dibujo á lápiz de la misma ejecutado por el Sr. Aranzadi. El Sr. D. Jaime Ferrer dijo lo siguiente: Tomando parte en una de las excursiones zoológicas que durante el curso pasado el Dr. de Buen organizó á la vecina villa de Blanes, aproveché la llegada del Dr. Rivas Mateos que con un grupo de estudiantes de esta Universidad, se disponía á recorrer aquellos ali-ededores para herborizar, acompañán- dolos en el trayecto que media entre Blanes y la ermita de Santa Cristina, término de Lloret del Mar, y distante de la pri- mera unos 4 km. Salimos de Blanes por el camino vecinal que conduce á la ermita, abandonándolo después de haber herborizado en él un corto trayecto, para ascender á las pequeñas colinas que ro- dean el poblado y recorrer sus cimas, yendo á encontrarlo de nuevo en el término de Lloret; seguimos herborizando por los 280 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA sembrndos y pequeños matorrales que se hallan en- aquella parte del litoral, terminando la expedición después de haber- recorrido los alrededores de Santa Cristina, en donde nos es- peraba el Dr. de Buen. Recog'imos 59 especies cuya lista remito á la Comisión de Catálogo. La Sección de Sevilla celebró sesión el día 5 de Mayo último bajo la presidencia de I). Manuel de Paúl, leyéndose una nota enviada por D. Salvador (Jalderón, de Madrid , titulada Apun- tes sobre algunas arcillas y rocas arcillosas de Andalucía y Ex- tremadura. En 1." de Junio celebró sesión la misma Sección bajo la pre- sidencia de I). Manuel de Paúl, presentando el Sr. Del Mazo (D. Julio) una circular remitida de París por el Comité que se ha constituido recientemente, por iniciativa de la Sociedad de Excursiones Científicas, para erigir un monumento al ilustre paleontólog-o M. Mortillet, creador de la clasificación indus- trial de los tiempos prehistóricos (1). El Sr. Barras (de Ávila) presentó á la Sección dos interesan- tes folletos que ha recibido recientemente. Debe el primero á la g*alantería de su autor P. Venukoff, Catedrático de la Uni- versidad de Kiew, y es uno más de los muchos trabajos que este profesor viene realizando acerca de la Paleontolog-ía de su país, haciendo en él un estudio crítico de las especies sig-uien- tes: D'moiheriuin giganteiim li.2iU^.,Mastodon longirostris Kaup., Aceratherium incisimim Cuv. (Kaup.), Hipparioii gracile Kaup. y Capreolus cf. Matheroni Gervais. Todas ellas, menos el Mas- todon lo)igirostris KauY)., han sido representadas en la hermosa fototipia que acompaña al trabajo. Está publicado en leng'ua rusa, en el presente año de 1901; consta de 33 pág-inas en 8.", y lleva al final un lig-ero extracto en alemán. El otro folleto, lo debe el Sr. Barras á la amabilidad del Director del Museo de Budapest, quien se lo envía en concepto de haber sido miembro del XII Cong-reso de Antropología cele- brado en París el año anterior; contiene un notable discurso leído en la sesión de 25 de Ag-osto de 1900, y que lleva por (1) El encargado de recibir el importe de las suscripciones es M. Luis Giraux, Te- sorero del Comité, 22, rué Saint-Blaise, París (ije). DE -HISTORIA NATURAL. ■• - 281 título: «Colección etnográfica del Museo Nacional Húng-aro. II.— Tipos madg'iares. Primera serie: de los alrededores de Balaton, reunidos y ordenados por el Dr. Jean Jankó; editado á costa del Real Ministerio de Cultos é Instrucción Pública, por el departamento de museos nacionales de Hung-ría». Buda- pest, 1900. Aunque la obra está en folio, el texto es muy corto; pues la impresión se ha hecho á dos columnas, una enhúng-aro y otra en alemán, no alcanzando, sin embarg-o, más que hasta la pág-ina 9. En cambio, va seguido de 24 hermosas láminas foto- g-rabadas, conteniendo cada una dos tipos madg-iares represen- tados de frente y de perfil, y acompañados de algunos datos, entre ellos el índice cefálico. Resulta, pues, una serie de 48 in- dividuos (masculinos) en los cuales varía el índice cefálico en- tre 75 y 93, de la manera siguiente: uno de 75, uno de 79, tres de 80, tres de 81, seis de 82, cinco de 83, siete de 84, cinco de 85, cuatro de 86, cuatro de 87, cinco de 88, tres de 83 y uno de 93. El mismo Sr. Barras comunicó á la Sección que á su llegada á Sevilla ha podido recoger algunos datos comprobados con el testimonio de su padre D. Antonio, D. Amante Laífon, D. An- tonio Huete, D. Pedro Palazuelos, Sres. de Cerero y otros, de que el temblor de tierra que se experimentó en la provincia de Huelva y El Algarve en 24 de Abril próximo pasado, se sin- tió también en Sevilla el mismo día á las cuatro de la tarde (las 16), produciéndose dos sacudidas, y trasmitiéndose la onda, según algunos, de E. á O. Se orig-inaron desperfectos, aunque ligeros, en algunas casas, habiendo tenido ocasión de observar en una pared de la suya, una g'rieta que forma un ángulo de 50° próximamente con el horizonte, y la alteración en los quicios de varias puertas, que desde entonces cie- rran mal. D. Amante Laffon le participó también que por algunas per- sonas habitantes en Cortegana, sabe, de un modo seguro, que en aquella población y otras de Huelva, el terremoto se sintió con mucha más intensidad que en Sevilla. La prensa local dio cuenta en los días sucesivos de los terremotos de Huelva y El Algarve; pero de las oscilaciones de Sevilla acaso no se ocupó njás periódico que El Noticiero Obrero, 285 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Notas y comunicaciones. Sobre la presencia del fluoruro sódico en algunas aguas minerales. POE DON JOSÉ CASARES GIL. Seg-ún el art. I." del Reg-Iamento, la Sociedad Española de Historia Natural tiene por especial objeto el estudio de las producciones naturales de España, Las ag-uas minerales son uno de estos productos y de g'ran interés, no sólo por sus apli- caciones médicas, sino por los problemas que encierra el ori- g-en de su mineralización. En este sentido he creído podría ser útil presentar á la Sociedad el resumen de los trabajos que publiqué hace alg-ún tiempo, unido á nuevos datos que con- firman mis anteriores investig-aciones. Ocupándome del análisis de las ag-uas minerales de Lugo y Guitiriz (Galicia) y ensayándolas por el procedimiento que describe Fresenius en su TrMado de análisis cualitativo, edi- ción 15.% encontré el ñuor con g-ran facilidad. La intensidad de la reacción me hizo sospechar si habría alguna causa de error, y repetí las observaciones hasta tener la más completa certeza. La presencia del flúor en notable proporción era in- negable. El método no podía dar lugar á errores. Para buscar el flúor en las aguas se concentran 2 á 4 litros hasta pequeño volumen. El líquido se precipita en caliente por el cloruro calcico, y el precipitado, después de lavado y calcinado , se trata por ácido acético, que descompone los car- bonatos. Se evapora hasta sequedad al baño de maría, se lava; y el residuo insoluble, después de seco y calcinado, se destina á la investigación de dicho halógeno. Para descubrir el flúor en este residuo se le coloca en un matracito y se trata por ácido sulfúrico concentrado, haciendo pasar una corriente de aire seco y dirig*iendo los g-ases por un tubo en el que hay ag-ua. El fluoruro de silicio es arrastrado DE HISTORIA NATURAL. 38S por el aire, y al ponerse en contacto con el ag'ua, es descom- puesto, separándose sílice. Corno las agnias de Liig"o y Guitiriz tienen carbonatos alca- linos, no es necesario añadírselos antes de concentrar. Como, además, contienen notable proporción de sílice, tampoco es preciso mezclar esta substancia con el último residuo. Es nota- ble la facilidad con que se desprende el fluoruro de silicio en el residuo de las ag-uas. Ya en frío, el desprendimiento es muy rápido y sospecho que completo, lo cuales debido al estado de división y á la mezcla íntima del fluoruro y silicato calcicos, que se precipita al tratar el ag'ua concentrada por cloruro calcico. La facilidad con que se descubría el flúor cualitativamente me decidió á determinar su cantidad. Cierto, que Duran-Far- del en su Diccionario general de las aguas minerales, dice ' T> 0.038 > 0.00 > O.OOl 0.19 » XXVí 87.97 10.75 1.07 0.04 0.00 vestigios 0.19 100.02 XXVc 100.00 88.36 10.55 1.05 S 0 04 XXVI 88.73 10.85 0.15 99.73 «Seg-ún el contenido de Ni -f- Co debe pertenecer el meteo- rito de Quesa más bien á las octaedritas de láminas finas que á las de mediana anchura; pero, como ya he notado, se nece- sita examinar una placa mayor para formar exacto juicio.» El Sr. Criado (D. Melquíades) nuestro consocio é individuo de la Comisión del Muni de donde ha tenido que reg-resar por causa de enfermedad adquirida en cumplimiento de sus debe- res, invitado por el Sr. Presidente á dar alg'unas noticias sobre aquellos territorios y sobre el estado y trabajos de sus compa- ñeros, habló con elog"io de la fertilidad de Fernando Póo é im- portancia de sus cultivos, especialmente del cacao que explota una sociedad catalana, añadiendo que saneando las islas y fa- voreciéndolas con medidas protectoras lleg'arían á constituir un importante centro de producción. Otro tanto puede decirse de los nuevos territorios, á pesar de su clima mortífero y des- población actual, así como de las condiciones poco favorables de su costa para establecer puertos en ella. Por ahora sólo hay allí una factoría extranjera á la cual traen los indíg-enas princi- palmente marfil, caucho, ébano, palo de campeche, cambián- dolos por avalorios, con lo cual realiza aquella un neg-ocio de • cierta importancia. Recorrió el Sr. Criado el Cabo de San Juan, DE HISTORIA NATURAL. 303 pero habiendo caído allí enfermo prontamente, pudo hacer muy poco, sin log-rar comprobar si era cierta, como alg-unos han aseg'urado, la abundancia de elefantes, antílopes, hipopó- tamos y alg-unos otros mamíferos que allí habitan. Pocos fue- ron, por lo mismo, los ejemplares que pudo recog-er de anima- les y plantas, los cuales han quedado en poder de la Comisión, y aun de esos varios han sido devorados por el comején, la plag-a de estas regiones. Terminó diciendo que á causa de ser ahora la estación de las lluvias y por otras dificultades, los tra- bajos para la limitación del territorio español marchan con g*ran lentitud. La Sociedad oyó con interés el relato del Sr. Criado, y el Sr. Presidente le invitó á que redactase una nota alg-o más €xtensa que podría leerse en la próxima sesión. El Sr. Presidente, D. Blas Lázaro é Ibiza, leyó la noticia bibliográfica de D. Miguel Colmeiro que le fué encomendada por la Sociedad, acordándose se publicase en las Memorias, acompañándola con un retrato del finado , cuyo cliché ofrecía generosamente para este objeto el disting'uido publicista Don Salvador Cauals, al que se acordó dar las gracias. Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el día 6 de Julio últi- mo, bajo la presidencia de D. Julio Ferrand, haciendo en ella el Sr. Mazo la siguiente comunicación: «Persiguiendo con interés la recolección de datos acerca del albinismo en esta región andaluza, con objeto de suministrar material de estudio, á quien con más competencia que yo pueda inducir sobre estas observaciones aisladas algo general, voy á dar cuenta de un ejemplar albino, del Leptis cunicuhis L., el cual aparecía cubierto en toda su extensión, de pelo espeso muy fino y de una blancura extremada. Los ojos eran de color natural. Conservo la piel de este animal, que fué cazado el día 5 de Agosto del presente año, en el sitio llamado Coto de Doña Blan- ca, por otro nombre Marzagón, término de Almonte, provincia de Huelva, y perteneciente á D. José Saenz y Medrano, aboga- do, vecino deMoguer. Esta posesión, acotada desde hace larguí- simo tiempo, linda por el S. con el Océano Atlántico y forma parte del monte bajo comprendido entre La Rábida, Palos, Moguer, Lucena del Puerto, Almonte y la desembocadura del 30i BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Guadalquivir, El terreno está formado por arena suelta, lavada^ muy fina y casi blanca, que origñna en las costas garandes mé- danos cuya posición y forma cambia el viento con suma fre- cuencia. La circunstancia de estar el sitio en que fué cazado el ejem- plar á gran distancia de todo poblado, y por tanto de paraje alg-uno en donde haya conejos domésticos, y las manifestacio- nes del dueño, poseedor del terreno desde liace cuarenta y cinco años, que aseg'ura no haber llevado ni sabido que nadie lleve allí, individuo alg"uno manso, alejan toda sospecha de cruzamiento ó mezcla, y por tanto, de algún fenómeno de atavismo. Además, el conejo blanco doméstico tiene siempre los ojos de un hermoso color de laca carminosa, cosa que al ejemplar descrito no ocurría. El caso se considera en Mog'uer como rarísimo, no obstante ser allí muy frecuentes las perdices blancas, y sólo se conserva memoria de otro conejo, cazado hace unos veinte años, pero de color ceniciento plúmbeo.» El Sr. Chaves leyó una nota bibliog'ráfica sobre un trabajo de M. A. Gautier, que se publica más adelante. El Sr. Barras comunicó á la Sección noticia de un interesante folleto titulado: Sur Vétat íV atancement du Repertoire Unimrsel des iravaux concernant Jes scíencies géologiques (BibliograpJiia geológica) (1), y es su autor el disting-uido g-eólog-o Dr. Michel Mourlon, quien da cuenta en este trabajo de liaber aparecido los tomos terceros de las series ^ y ^ de la Bíbliografia geoló- gica, anunciando á la vez que hay otros tres tomos en prepa- ración. Con todo lo publicado y ésto que prepara, compondrá dicha Bibliografía un total de nueve tomos, conteniendo cada uno aproximadamente 3.000 títulos de obras. Lleva cada tomo un índice ideológ'ico y otro reg-ional ó g-eog-ráfico, lo cual propor- ciona mas de 50.000 datos bibliog-áficos perfectamente ordena- dos, habiéndose hecho esto en los últimos tomos con arreglo á la segunda edición de la Classi/ication décimale appliciaée aux (1) Tirada aparte délos «Anales de la Sociedad Real Malacológica de Bélgica», tomo XXXVI, 1901. DE HISTORIA NATURAL. 305 scie7ices géologiques, revisada y completada por M. G. Simoeiis (edición de 1899), de que ya nos ocupamos en otra ocasión. Con objeto de dar á conocer M. Mourlon con mayor claridad los importantes resultados obtenidos en la reunión de datos bibliog'ráficos, indica el método seguido por él en este asunto en el Servicio Geológico de Bélg-ica. «Los títulos de las obras con sus dos índices, dice, no van impresos mas que por la primera cara de cada hoja, pudiendo estas cortarse y pegarse sobre las fichas, seg'ún el modelo adoptado por la Bibliographia Unhersali, emprendida por la Oficina internacional de bibliografía de Zuric, dedicando cinco ejemplares de cada volumen á ser cortados para formar las colecciones de fichas siguientes.» a) Por orden alfabético de nombres de autores. 1) Por el índice ideológ-ico ó de materias. c) Por el índice reg-ional ó geográfico. d) Por los periódicos ó revistas. e) Por el catálogo de la biblioteca. Como desde lueg'o se comprende, este arreg'lo implica un enorme trabajo manual, pero que está ampliamente recom- pensado por los resultados científicos y prácticos que diaria- mente se obtienen, y á que ciertamente no se habría llegado sin la constancia é iniciativa extraordinarias del Dr. Mourlon. La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 10 de Julio último bajo la presidencia de D. Manuel Díaz de Arcaya, leyendo el R. P. Navas la II de ñ\i^ Notas liquenoJógicas, que aparecerá en el Boletín. Notas y comunicaciones. Ramondia Pyrenaica Rich. var. Lazaroi Riv. Mat. (Láin. ii.) POR D. MARCELO RIVAS MATEOS. Comparando ejemplares de Ramondia Pyrenaica recog-idos recientemente en la porción S. de la montaña de Montserrat (Barcelona) con otros ejemplares de los Pirineos aragoneses y catalanes y cotejándolos con buenas láminas que representan 306 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA la especie típica, hemos podido encontrar alg-unas diferencias, que si bien no son de jerarquía suficiente para formar una especie nueva, al menos tienen valor taxonómico para consti- tuir una variedad, la cual titulamos como dice el epíg-rafe que encabeza estas líneas. Justo es que esta nueva forma de tan hermosa especie, lleve el nombre del naturalista á quien tanto debe la Botánica patria. Rizoma fibroso con tupida y larg-a cabellera de raicillas. Hojas pequeñas, muy arrug"adas, ovales, festonadas y con escasos pelos rojizos en el envés; las hojas forman una densa roseta bastante más apretada que en la forma típica. Escapos (4-8) ascendentes, poco pelosos, con 2-3 flores inclinadas, for- mando corimbo irreg"ular. Cáliz con 5 sépalos ; los dos inferio- res vez y media más g-randes que los superiores, formando un áng-ulo bastante más abierto que los dos que constituyen los tres sépalos superiores. Corola g-rande, fuertemente violácea, enrodada é irregular; el pétalo inferior doblemente más des- arrollado que los superiores; 5 mechoncitos de pelos cortos, ana- ranjados, colocados en la garganta y sobre los dos pétalos supe- riores, formando una especie de reborde ó media luna; la parte de g'arg-anta correspondiente á los tres pétalos inferiores , es lampiña, ó cuando más, ostenta pelitos aislados y poco colori- dos. Estambres cortos; anteras g-randes provistas de cresta dor- sal; dehiscencia marg-inal. Ovario supero, unilocular, con los bordes carpelares enrollados; estilo sencillo; estig-ma indiviso. Caja lampiña; semillas pardas y casi lisas. Fl. Mayo. San Jeró- nimo, San Mig-uel, Cueva de la Virg-en (Montserrat). Los dibujos que acompañan esta nota (Lám. ii) están toma- dos del natural y hechos con g-ran perfección por nuestro dis- tinguido consocio el catedrático de Botánica D. Telesforo de Aranzadi; ellos completan la descripción que hemos hecho de la planta montserratina. Sería de desear que los botánicos es- tudiasen con detenimiento la Ramondia Pyrenaica de España, pues abrig'o la esperanza de que muchos de los ejemplares no correspondan al tipo descrito por Richard y sí á la var. Lazaroi. DE HISTORIA NATURAL. 307 Abreviaturas de los nombres de naturalistas españoles. POR D. FRANCISCO DE LAS BARRAS DE ARAGÓN. Hace ya alg-unos años, en 1890, el Dr. Blanchard publicó en París, entre varios Documentos relativos al Congreso de Zoología verificado en aquella capital del 5 al 10 de Ag-o'sto de 1889, una lista de nombres de zoólog-os que han descrito especies y las abreviaturas correspondientes que habían sido adoptadas por dicho CongTeso, con objeto de fijarlas de una vez; evitando así las frecuentes confusiones á que se prestan y los errores á que éstas pueden dar lug-ar. En dicha lista, que es reproducción de otra análog-a publi- cada por el Museo de Berlín, no fig-uran más nombres de espa- ñoles que los de los Sres. Graells, Bolívar, Seoane y Poey. Mu- chos más deben, indudablemente, aparecer en ella; y como nuestra Sociedad es la entidad indicada para hacer que se in- cluyan por medio de una comunicación que podría presentar á la primera reunión del Cong-reso Internacional de Zoolog"ía, no creo falto de interés el llamarla atención de los señores So- cios acerca de este asunto. Es muy aventurado el dictar leyes acerca de la manera de hacer las abreviaturas de los nombres propios, pues aunque entre nosotros no son muchos, hay excepciones inevitables; pero sin embarg-o, quizás no huelg-uen por completo alg"unas observaciones acerca de la norma que más g^eneralmente se sig'ue, y de la que podría ser conveniente en alg-unos casos. La reg'la g-eneral para formar las abreviaturas, parece ser consig-nar la primera sílaba del apellido con la primera letra de la seg-unda, siesta empieza por consonante (Bolívar = ^o/., Tubilla = Tul).), ó hasta la primera vocal de la seg'unda en el caso de que esta conste de varias consonantes unidas (Rodrí- g"uez=:Rodr.), y aun la primera sílaba mas la última conso- nante (Martínez = Martz., Martens == Marts.). Parece lo natural que se pong-an completos todos los apelli- dos que no excedan de dos sílabas (Amor, Pantel). Como es bastante frecuente que sea más conocido el natu - ralista por su seg-undo apellido que por el primero, sobre todo 308 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cuando este es muy común, como sucede con los Martínez. Fernández, etc., lo mejor será, á nuestro modo de ver, abre- viar el apellido que se usa, pero precedido de la inicial del primero, para evitar confusiones; Martínez Escalera, que es conocido por Escalera, debería abreviarse, á nuestro juicio, uniéndolos con un g-uión (M.— Esc.) para indicar que la primera abreviatura corresponde también á un apellido, pues si se refi- riera á un nombre, debería ir detrás y entre paréntesis. Cuando en vez de abreviatura se emplee un apellido com- pleto, creemos que debe esto indicarse de alg-ún modo, y que para ello convendrá observar con todo rig-or la reg-la g"ra- matical de poner punto en caso de abreviatura y suprimirlo si no lo es. Claro está que estas regdas deben modificarse en casos par- ticulares cuando la abreviatura resulta ig-ual á otra ya adop- tada por el Cong^reso, ó cuando el naturalista sea conocido de otro modo, y aun podrá darse el caso opuesto de que un mismo nombre represente dos naturalistas diversos sin que haya lug-ar á confusión, como sucede con Pérez, que se aplica á Pérez Arcas y á M. Pérez, de Burdeos, de los que el primero ha tra- tado exclusivamente de coleópteros, al paso que el seg-undo lo hace de himenópteros, ó cuando representen á un botánico y á un zoólog-o como Cahr., que sirve para Cabrera (Antonio) y Cabrera Latorre (Ángel). El criterio seguido para la formación de la lista adjunta es el de incluir en ella á todos los españoles que han descrito es- pecies; pero se han incluido algunos nombres de extranjeros que han vivido ó viven en España y han publicado sus traba- jos en nuestros Anales, debiendo, por tanto, ser considerados como naturalistas nacionales, en el respecto de que tratamos. Paríi evitar confusiones van separados los botánicos de los zoólogos, habiéndonos servido de núcleo para la lista de los primeros, la publicada en la conocida obra de nuestro dig'no Presidente Sr. Lázaro é Ibiza, Compendio de ¡a Flora espaíiola. Para terminar añadiré que, no considerando mi trabajo como ultimado, invito á todos los socios que puedan aumentar las listas adjuntas con algunas adiciones, á que lo hagan, con el fin de que logremos completarlas. DE HISTORIA NATIRAL. 309 Botánicos. Alcina (Francisco Ignacio), Ale. Amo (Mariano del), Amo. Andrés y Tubilla (Tomás) , Tiib. Asso (Ignacio), Asso. Barceló y Combis (Francisco), Barc. Barnades (Miguel), Barn. Blanco (Fr. Manuel), Blanco. Bolos (Ramón), Bolos. Cabrera (Antonio), Cahr. Campderá (Francisco), Camp. Cavanilles (José), Cav. Cervantes (Vicente), Cerv. Colmeiro (Miguel), Colm. Costa (Antonio Cipriano), Costa. Catanda (Vicente), Cut. Cutanda y del Amo, Cut. et Amo. García (Donato), Ga7-c. Gómez Ortega (Casimiro), G. Ort. González Fragoso (Romualdo), G.- Frag. Gorriz y Muñoz (Ricardo), Gorr. Graells (Mariano de la Paz), Graells. Gredilla y Gauna (Federico), Grecl. Guirao (Ángel), Guii: Lagasca (Mariano), Lag. Laguna (Máximo), Laguna. Lallave (Pablo), Lall. Lázaro é Ibiza (Blas), Láz. Llanos (Fr. Antonio), Llanos. Lóseos y Bernal (Francisco), Lose. Masferrer y Arquimbau (Ramón), Masf. Merino (R. P. Baltasar), Merino. Minuart (Juan)^ Min. Mocifio (José Mariano) , Mociño. Mutis (José) , Mutis. Palau (Antonio), Palau. Pardo (José), Pardo. Pan (Carlos), Pau. Pavón (José), Pavón. Pérez Lara (José María), P.-Lara,. Planellas Giralt (José), Plan. Quer y Martínez (José), Quer. Rivas Mateos (Marcelo), Riv. Rodríguez y Femenías (Juan Joa- quín), B.~Fem. Rojas Clemente (Simón de), Clem. Ruíz (Hipólito), Ruiz. Sesé (Martín), Sesé. Texidor y Cos (Juan), Tex. Truan y Luard (Alfredo), Triian. Tubilla, véase Andrés y Tubilla. Tubilla (A.) y Lázaro (B.), Tuh. et Láz. Vayreda y Vila (Estanislao), Vayr. Zoólogos. Asso (Ignacio), Asso. Azara (Félix), Az. Bolívar y Urrutia (Ignacio), Bol. BoscáyCasani)ves (Eduardo), -Boscct. Buen y del Cos (Odón de). Buen. Cabrera Latorre (Ángel), Cabr. Cazurro y Ruíz (Manuel), Caz. Chicote (César), Chic. Cisternas (Rafael), Cist. Dusmet y Alonso (José M.^), Dusm. Fernández de Castro (Manuel), F.- Castro. Fuente (José María de la), Fuente. Cogorza y González (José), Gog. González Hidalgo (Joaquín), Hi- dalgo. González de Linares (Augusto), Li- nares. Graells (Mariano de la Paz), Graells Guirao (Ángel), Guirao. 310 boletín de la sociedad española Gundlach (Juan), Gundl. Medina Ramos (Manuel), Med. Jiménez de la Espada (Marcos), Es- Moragues y de Manzanos (Fernan- pada. do). Mor. Landerer (José), Landerer. Navas (R. P. Longinos), Navas. LauíFer (Jorge), Lauff. Orueta (Domingo), Or. López Seoane (Víctor), Seoane. Pantel (R. P. José) , Pant. Mallada (Lucas), Malí. Pérez Arcas (Laureano) , Pérez. Martínez Escalera (Manuel), M.Esc. Poey (Felipe), Poey. Martínez y Fernández Castillo (An- Seebold (Teodoro), Seehold. tonio), M.-Fern. Uhagón (Serafín de), Uhag. Martínez y Sáez (Francisco de Pau- Vilanova y Piera (Juan), Vil. la), Martz. Zapater (Bernardo), Zap. Notas liquenológicas POB EL R. P. LONGINOS NAVAS S. J. II. EL GÉNERO «PARMELIA» EN ESPAÑA. 1 .—Caracteres del género Parmelia Ach. (1). Liquen foliáceo. Talo estratificado, orbicular, lobado ó laciniado, adherente al soporte por toda la cara inferior hasta cerca del marg-en, pero fácilmente separable estando húmedo. Lóbulos en gene- ral más ó menos empizarrados. Baz mate por lo común, ó bri- llante, uniforme. Envés de color distinto del haz, de superficie uniforme, esto es, sin manchas ni placas lisas, fibriloso, rara vez lampiño. Apotecios esparcidos por la superficie del talo, nunca marg'i- (1) Por ley de prioridad debiera preferirse el nombre de Imbricaría Schreb. (1791) al de Parmelia Ach. (1803); mas éste lia prevalecido entre la mayor parte de los lique- nólog-os modernos. Koerber («Systema lichenum Germaniseo (1855) y Jatta («Sylloge lichenum italicorumí>, 1800) conservan el de Imbricaria, aplicando el de Parmelia al género Pñyscia de otros autores; pero los no menos ilustres liquenólogos Wainio («Étude sur la clasiflcation naturelle et la morphologie des lichens du Brésil», 1890) y Hue («Causerie sur les Parmelia», 1898) siguen la costumbre general. Para imitarlos puede contribuir lo más adecuado del nombre Parmelia (de -ápfj.r], rodela) y el que del mismo se deriva la denominación dada á la familia ó tribu de los Parmeliáceos de diversos autores, la cual habría de cambiarse si se adoptase el nombre de Imbricaria con preferencia al de Parmelia. DE HISTORIA NATURAL. 311 nales, elevados sobre la superficie del mismo, fijos por el cen- tro, discoidales, con reborde taliiio manifiesto. Esporas peque- ñas, simples, hialinas, ovales elípticas, dispuestas de oclio en ocho en cada asea ó teca. 2.— Clave dicoíómica de las Parmelias halladas en Esimña. 1. Blanquecinas, es decir, de talo blanquecino, g-risáceo ó g-arzo (L* Sección, Blancas) -2 De color, esto es, de talo amarillento, verdoso ó neg-ruzco (2.'' Sección, Coloreadas) 16 1.a Sección. — Blancas. 2. Talo lobado, con lóbulos redondeados, en su totalidad poco ó nada más larg-os que anchos, de borde entero ó festo- nado, ó poco profundamente dividido 3 Talo lacinado, con lóbulos en su totalidad más de dos veces más larg'os que anchos 12 3. Cara superior más ó menos reticulada, con lineas salientes ó profundas á modo de grietas 4 Cara superior lisa, no reticulada 8 4. Talo con placas sorediformes blancas centrales y marg-i- nales Borren Turn. Sin soredios, ó con soredios marg-inales 5 5. Talo con isidio y granulaciones abundantes M -\- K= O {1) Saxatilis L. Talo sin isidio ni g-ranulaciones 6 6. Haz muy distintamente reticulada, con líneas á manera de surcos ó g-rietas lineales. M-\- K=^A. sulcata Tayl. Haz poco distintamente reticulada 7 7. Talo ancho, envés fibriloso hasta el borde mismo, ó bien con las ricinas submar^inales transformadas en papilas. cetrata Ach. Talo más estrecho, blanco, g-arzo; haz enteramente lisa; envés con faja marg-inal lampiña; apotecios con disco perforado yerforata Jacq. (1) La fórmula M ■\- K = O indica que mojando la capa medular (¿1/ ■ blanca con una gota de agua saturada de potasa (íC), no se nota cambio de color. Cuando se dice M 4- /£■ =• Á , el color es amarillo. C empresa la disolución acuosa del cloruro de calcio, T el talo, etc. :n2 boletín de la sociedad española 8. Talo grande, hasta 30 cm. de diámetro, con lóbulos an- chos, bordes enteros ó casi enteros, pleg-ados, ascenden- tes, sin fibrillas ó pestañas, con soredios marg-inales; en- vés negTuzco y más pálido hacia los bordes, 'perlata L. Talo menor, lóbulos festonados, sin soredios 9 9. Lóbulos fibrilosos en sus bordes 10 Lóbulos sin pestañas ó fibrillas 11 10. Haz lisa, sin isidio; bordes de los lóbulos crispados, ascen- dentes, sorediosos trichotera Hue. Haz con isidio, del cual nacen pelos negros; bordes de los lóbulos con pelos simples ó ramosos . . . jyiloseUa Hue. 11. Apotecios de disco pardo y borde (del apotecio) lampiño tiliacea Ehrh. Apotecios rodeados de fibrillas en el borde exterior del margen , car'porrMzans Tayl. 12. Envés fibroso, ó con ricinas negras 13 Envés lampiño (subgénero Menegm^ia Mas.) 15 13. Apotecios de borde festonado; lóbulo? ascendentes; envés pálido en los bordes; M -\- K ^i O remluta Flk. Apotecios de borde entero; lóbulos aplicados al soporte. 14 13. Talo blanquecino amarillento, cubierto de soredios blan- cos, neg-ro inferiormente hasta cerca del borde; lacinias ciliadas, divergentes; M -f- K =^ A (luego rojo) sinuosa Ach. Talo liso, blanquecino, con alg'unos soredios, inferior- mente neg-ro hasta el borde mismo; lacinias diverg-en- tes, las del contorno más anchas. M + K = O IfBxigata Sm . 15. Talo tenue membranáceo, laciniado, empizarrado; poco adherente, ascendente en los extremos. 2^^i'U-^odcs Ach. Tal-o gTueso, cartilag-íneo, adherente en toda su exten- sión; lóbulos empizarrados, convexos. . enemista Sm. 2.a Sección. — Coloreadas. 16. Talo verdoso pálido ó amarillento 17 Talo obscuro, esto es, verde oliváceo ó azulado, negruzco ó negro Ls 17. Talo ancho, rug'oso, mate, de lóbulos anchos, enteros ó festonados caiierata L. DE HISTORIA NATURAL. 313 Talo menor, liso, brillante, salpicado de puntos neg-ros hacia el centro; lóbulos estrechos, festonados ó hendi- dos , conspersa Ehrh. 18. Talo verdoso, lobado ó laciniado 19 Talo pardo obscuro, neg'ruzco ó neg'ro, laciniado 24 19. Talo liso, sin berrug-uillas ó isidio 20 Talo con asperezas diversiformes 22 20. Haz verde lívida ó azulada; apotecios g-randes, á veces hasta 20 mm. de diámetro, de disco pardo-rojizo, de borde festonado inflexo acetabidum Neck. Haz verde olivácea, apotecios menores, de disco pardo obscuro y borde entero 21 21. Corticola. Haz mate, ó sólo brillante hacia el marg-en, lóbulos redondeados olivácea L. Saxícola. Haz brillante, lóbulos estrechos, recortados. . . . prolixa Ach . 22. Talo pardo oliváceo brillante, con asperezas del mismo color ó poco más obscuras, que no blanquean con el frote; apotecios numerosos, con borde papiloso; lóbulos redondeados, festonados, hendidos; envés casi del mis- mo color que el haz. Corticola exasperata Ach. Haz con numerosas asperezas que blanquean con el frote. Saxícola 23 23. Envés iieg-ro en el centro, pálido en los bordes, fibriloso; M + C = R (rojo) lusitana Nyl. Envés neg'ro intenso hasta el borde, lampiño ó poco fibri- loso; M + C =^0 isidiotyta Nyl. 24. Talo delg-ado, reticulado, pardo claro ú obscuro; lóbulos truncados en sus extremos omjj/ialodes L. Talo g-rueso, cartilag-íneo, obscuro, no reticulado 25 25. Talo acanalado por encima, ó cóncavo. . , faJihmensis L. Talo plano ó convexo por encima 26 26. Mate, lóbulos anchos alpicola Th. Fr. Brillante, lóbulos estrechos. stygia L. S.—Enwner ación de las Parmelias de España. Advertencia. No se crea que la presente enumeración va á ser completa; es más bien un avatice ó esfuerzo para lograrla. Eesumiendo lo que hasta el presente se conoce será más ^í^iQÜ N.»8.-0ctubre, 1901. 23 314 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA añadir lo que se vaya descubriendo. Al hacerla nos hemos valido principalmente de los ejemplares existentes en nuestro herbario, citando empero previamente otros de que tenemos más cierta noticia. Porque como la taxonomía liquenológ-ica ha verificado grandes prog-resos en estos últimos años, hemos creído mejor prescindir de citas antig-uas y apuntar solamente- las últimas investig-aciones, mayormente que la Flora del Sr. Lázaro resume las precedentes. Para mayor brevedad expre- saremos con números las publicaciones aludidas, del modo sig"uiente: [1] L'kz3,ro.—Co?}ipendio de la Flora española, t. i, 1896. [2] Barras. — Liqúenes de Andalucía del Museo de la Universi- dad de Sevilla, coleccionados por D. Salvador Calderón. Anal. Soc. esp. de Hist. nat., 1896, Actas, p. 53. [3] Lázaro.—^ Igunos liqúenes de España y Portugal. Anal. Soc. ESP. DE Hist. nat., 1898, Actas. [4] Vicioso. — Liqúenes del Moncayo. Anal. Soc. esp. de Hist. NAT., Acta de Noviembre, 1898. [5] — Liqúenes de Calatayud, ídem id., 1899. Van señaladas con * las formas que ahora se citan por pri- mera vez de España. l.a Sección. — Blancas. 1. Parmelia Borreri Turn. (P. duhia Schser.) Guadarrama, Covadong-a [3]. La Guardia (Pontevedra) (1), Gijón (Asturias). 2. P. saxatilis L. (retiruga DC.) Toda la Península [1]. — Coruña, Aranda de Moncayo, Be- nasque, Sierra de Villarroya, Covadong-a [3!. Moncayo, Ortig-osa (Log-roño). 3. P. sulcata Tayl. (P. saxatilis L. var. sulcata). Madrid, El Escorial, Aranda de Moncayo, Torrelaveg-a, Guadarrama [3], [4]. Andújar, Aya, Brihueg-a (Guadal ajara), Chamartín (Ma- (1) Los liqúenes que poseo de La Guardia los he recibido del R. P. Baltasar Meri- no S. J.; los procedentes de Aya (Guipúzcoa) y Ulzama (Navarra) me los ha entregada el R. P. Manuel Ostiz S. J., y los de Ortigosa los debo á la amabilidad de D. Melchor Vicente. DE HISTORIA NATURAL. 315 drid), El Goloso (idem), Moncayo, Montsant, Montseny, Tineo (Asturias), Ortig-osa, Ulzama, Veruela. 4. P, cetrata Ach. Amo: Flora criptog-ámica de España. * Var. soredifera Wainio f.* ciliosa Viaud-Grand-Marais. Con soredios y pestañas. Gijón. T), P. perfórala Jacq. Covadong-a, Gerona, La Guardia. H. P. perlata L. C. excepto en el Centro [1]. Ribas (Gerona), Morón, Torre- laveg-a [3]. Gijón, Mondariz (P. Ostiz), La Guardia. Dos Hermanas (Sevilla), con duda [2]. 7. P. * trichoUra Hue. — Especie confundida hasta poco há con la P. perlata, de la cual la separó el abate Hue en 1898. Aya, Covadong-a, Gerona (H. Boldú S. J.), Gijón, La Guar- dia, Mondariz, Moncayo, Mahón (Rodríg-uez Femenías)^ Ortig-osa, Tineo, Veruela. 8. P. * pilosella Hue. — Separada de la P. perlata. Covadong-a, Gijón, La Guardia, Ulzama. 9. P. tiUacea Ehrh. C. en la Península. [1] [2] [3] [4]. F.* mimda Schser. Haz lisa, sin soredios, apotecios abun- dantes. Brihueg-a, Calatayud, Chamartín, El Goloso, La Guardia^ Montsant, Ortig-osa, Veruela. F.' scortea Ach. Ordinariamente sin apotecios; haz cubierta de puntos neg-ruzcos. Cercedilla, Guadarrama, El Espinar, El Escorial, Torrela- ^ vega. [3] [4] [5]. Ávila (Barras), Brihueg-a, Cabacés, Chamartín, El Goloso,. Moncayo, Montseny, Ortig-osa, Veruela. 10. P. carporrhizans Tayl. (P. tiliacea var. carporrhnans) . Benasque [3]. Moncayo, Veruela. 11. P.^ revoluta Flk. La Guardia, Mondariz. 12. P. sinnosa Ach. [1] Coruña [3]. 316 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA 13. P. líPiigata Sm, [3J. Moncayo, Veruela. 14. P. physodes Ach. Toda la Península [1]. Moncayo, Guadalcanal, Sierra de Yillarroya [3j. Yar. Jadrosa Ach. Lóbulos terminados en placas harinosas. [4J. Covadong-a, El Goloso, La Guardia, Mondariz (Ribera), Montseny, Moncayo, Osma (Santa Olalla), Pajares. N^v. 2)hity¡)Jiy¡¡a Ach. Lóbulos aplanados y ensanchados en su extremo. La Guardia, Moncayo, Mondariz, Ortig-osa. Var. vittata Ach. Lóbulos ceñidos de una línea parda en el borde. [4]. 15. [1]. La Guardia, Mondariz, Ortigosa, Tineo. 15. P. enemista Sm. * Yar. hitestiniformis\i\\. Lacinias estrechas, articuladas, es decir, ang-ostadas é hinchadas alternativamente. Moncayo. 2.ÍL Sección. — Coloreadas. 16. ■ P. ca per ata L. C. en toda la Península [1]. — Sierra de Yillarroya, Gua- darrama, La Guardia, Pedroso de la Sierra, Alcalá de Guadaira [2|, Moncayo, Torrelaveg-a, Pajares [3] [4]. Aya, Cabacés, Chamartín, Córdoba (Hernández Pacheco), tierona, Gijón, La Guardia, Martorell, Mondariz, Seva (P. Barnola S J.), Yeruela. 17. P. conspersa Ehrh. Casi toda la Península [1]. Aranda de Moncayo, Sierra de Yillarroya [3] [4], Constantina (Sevilla) (sobre piza- rra) [2]. Yar. siiheonspersa Nyl. Difiere del tipo por la reacción: [3]. La Guardia. [4]. DE HISTORIA NATURAL. 317 Var. ¡atior Schíer. Lóbulos del contorno poco hendidos, anchos, festonados. Bellmunt (Vallespí), Cabacés, Covadong-a, Gerona, Huevar (Paúl), Mahón, Montseny, Yeruela. Var. stenophi/lla Ach. Lóbulos del contorno estrechos, hendidos ó recortados. Andújar (Valenzuela), Ávila, Brihueg-a, Calatayud, Cha- martín, Gerona, La Guardia, Javalambre (Pau), Orti- gosa, Osma, Pajares, Veruela, Villaharta (Paúl). Var. isidiosa Nyl. Haz con isidio. El Escorial [3], Calatayud [4]. 18. P. acetahulum Neck. Casi toda España [1]. — Moncayo, Pedroso de la Sierra, San Nicolás del Puerto [3]. Burg-os (López de Zuazo), El Goloso, Moncayo, Montseny, Ortigosa, Pajares, El Pardo, Tudela (P. Ostiz), Ulzama. 21. P. exas2)erata Ach. (P. áspera Masf.) Guadarrama [3]. Brihueg-a, Calatayud, Chamartín, Moncayo (en las hayas), Veruela. 22. P. lusitana Nyl. (P. verrucige7'a Nyl.) Cercedilla [3]. Calatayud. 23. P. isidiotyla Nyl. Calatayud. [5]. 24. P. omphalodcs L. El Espinar, Guadarrama, Somosierra [3] [4]. Ávila^ El Espinar (Lázaro), La Guardia, Moncayo, Ortigosa. 25 . P. fah lun en sis L . N.,0. yS. [1]. 26. P. * aJpicola Th. Fr. Moncayo. 27. P. stygia L. Madrid [3] [4]. Moncayo. •318 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Les gaz combustibles de l'air; l'hydrogéne atmosphérique, par M. Armand Gautier d) POR D. FEDERICO CHAVES. Las interesantes cuestiones de Biolog-ía mineral que se sus- citan en este trabajo del disting-uido sabio francés me han estimulado á dar á conocer á nuestros consocios de la Sección alg'unas de las importantes conclusiones que en él se formulan; conclusiones de verdadera novedad, puesto que se refieren á procesos habidos, no ya en las g-randes masas minerales cuyos cambios químicos están más observados y estudiados, sino por el contrario, á las reacciones que tienen lug'ar entre aquellos minerales cuya existencia en las diversas rocas no está aún bien comprobada por las dificultades que la investig-ación ofrece tratándose de substancias muy difundidas en la corteza del g"lobo, ó presentes sólo en pequeñísima cantidad en los mo- delos que de ésta pasan á ser objeto de reconocimiento en el laboratorio. Trasladamos aquí dichas conclusiones, que apa- recen en la seg-unda parte del trabajo, titulado Origine de Vhy- drogéne atmosphérique. La existencia demostrada de pequeñas cantidades de hidró- g'eno mezclado á los g-ases del aire, entre los que el autor ha dosado el metano (probablemente una mezcla de Cg H(, y 7 CE^ que no reacciona sobre el anhídrido iódico), el óxido de carbono y vestig-ios de carburos en 6'n //2n — 2 y 6'n //2n-2, tie- ne, en efecto, g-ran interés, no sólo por el papel que en la vida mineral y org-ánica representan dichos g-ases, sino mu}^ prin- cipalmente por lo que á su orig-en se refiere. En el aire de las calles de París y en condiciones normales ha encontrado M. Gautier 19 cm.^ de hidrógeno por 100 1. de mezcla. Hace observar que al paso que el oxíg-eiio del aire con- trae sin cesar combinaciones y se empeña en oxidaciones mi- nerales y orgánicas (función clorofílica, combustiones anima- les, fermentaciones etc.), y el nitrógeno es fijado en el suelo por los fermentos nítricos, por las alg-as inferiores, mostrando (1) Ann. de Chim. et de Phys., sept. serie, t. xxii, p. 5-110. DE HISTORIA NATURAL. 319 2 21,28 81,59 102,87 T> 3 20,50 80,50 101,10 > 4 19, G4 72,39 92,05 > 5 17,58 76,58 94,16 » 6 18,58 79,30 97,88 » 7 20,75 74,81 95,56 8 21,28 70,37 91,65 9 21,98 71,70 93,68 10 22,59 68,50 91,09 11 24,19 71,41 92,60 12 19,03 77,03 92,66 13 19,53 81,06 100,69 14 20,33 78,58 98,91 DE HISTORIA NATURAL. 345 Nuevos estudios sobre las agallas (1) POR D. MANUEL FERNÁNDEZ DE GATA. c) Agalla coronada indígena. Agalla coronada del roble. Es sencilla, unicelular y unilarvar. Se inserta en la axila de las hojas superiores del Q,. sessiliflora Salisb., y Q. Jmitani- ca Web., y es orig-inada por el Ci/nips glutinosa Giraud. Su tamaño es variable; de ordinario mide 10 mm. de long'itud por 5 de anchura; y su forma, cónico-truncada é invertida. Tiene ocho á diez tubérculos en el borde de la cara plana y una de- presión en el centro de ésta. En fresco es g-lutinosa y brillante, verde amarillenta primero y lueg-o roja; después de seca es de color pardo obscuro, no g-lutinosa y mate en su superficie. El epidermo consta de varias series de células esferoideas y aplastadas; la más externa está formada por gdándulas unice- lulares con el pelo basilar; éstas son las que seg"reg"an la g"omo- resina que barniza la ag-alla fresca. La capa subepidérmica, la inmediata ó zona media y la capa protectora se hallan constituidas por un parenquima reg-ular de células blancas, pequeñas, de contornos polig-onales y con muy pocos meatos. Por todo él se observan esparcidos g-rupos abundantes de células pequeñísimas, esféricas, con paredes g-ruesas, dispuestas en series moniliformes, y entre las cuales se ven alg-unos hacecillos fibrosos. La capa nutritiva se disting-ue muy bien del parenquima medio, por su forma redondeado-achatada y especialmente por constituirla un tejido de células fibrosas, de paredes lig-nificadas sumamente g-ruesas y teñidas por un pig-mento amarillo. La constitución de la capa nutritiva, en esta ag-alla, es, por lo dicho, una excepción de la estructura que presentan gene- ralmente la de las demás ag-allas cupulíferas. (1) Véase el Boletín núm. 8 de 190L 346 boletín de LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA V) Agallas foliares. a) Agalla de la hoja de encina. Agalla reniforme de la encina. Se produce en la encina común (Q^. Ilex L.), y con más fre- cuencia en el Q. Ballota Desf. (encina de bellotas dulces), por la picadura del Andricus ramuli Hartig-. , forma sexuada del Ai)hilothrix aiUiimnalis Hartig-. Puede observarse la formación de esta excrecencia poco antes de empezar la primavera. En el mes de Marzo aparecen, en diferentes puntos del envés de la hoja (nunca sobre el nervio medio), unas manchas acana- ladas, pulverulentas y fácilmente separables por el frote y cuyo polvillo^ examinado al microscopio, aparece constituido por multitud de células ramosas de color rojo. Al mismo tiem- po, y coincidiendo con estas manchas, se manifiestan en el haz ig-ual número de prominencias, ó pequeños abultamien- tos, que se destacan fácilmente por el marcado contraste con el verde clorofílico que tiene el mesofilo de la hoja. Al cabo de un mes han adquirido las ag'allas todo su desarrollo, pre- sentándose en el envés de la hoja en g-rupos de dos ó más, aisladas ó soldadas entre sí. Son del tamaño de un perdig-ón, inodoras é insípidas, de forma arriñonada casi siempre y cubier- tas de un tomento espeso y blanquecino como el que tapiza el envés de la hoja. En la cara superior de ésta, é inversamente á lo que se observa al principio, hay una depresión por cada ag-alla, con un pequeñísimo ag-ujero en el centro, que es de salida del insecto. Esta ag"alla es unicelular y unilarvar. En su cámara central hay una microscópica larva, ápoda, blanca al principio y des- pués roja. Del exterior al interior vése formada la ag-alla por un epiderrao belloso blanquecino, al que sig-ue una delgada zona verdosa, en contacto de la cual se encuentra la capa pro- tectora, que es la más g'ruesa, y está constituida por células lig-niñcadas, por lo cual es muy dura. h) Agalla de la hoja de la Coscoja. Esta nueva ag-alla, descubierta por mí recientemente, es quizá la más rara de todas las de las cupulíferas indíg-enas. Es orig-inada por el Neurothenis ostredis Hartig-. DE HISTORIA NATURAL. 347 La he visto desarrollada (en solo tres ejemplares que he po- dido encontrar), en el borde de la hoja del Q. Cocci/era L., var. tomentosa. Es de color pardo claro, aovado-oblong-a, apiculada, y más pronunciada por el envés que por el haz; de superficie rug-osa y asurcada en la dirección de los nervios secundarios que en ella terminan por una y otra cara. El corte transversal medio deja ver un epidermo delg-adísimo, de color pardo, al que sig-ue una wíia flbroso-vascular del mismo color; sig-ue á ésta otra zo7ia es2)onjosa y blanca, que circunscribe á la capa protectora donde se aloja el insecto en sus primeras fases de desarrollo. Es, por tanto, unUocular y miiJarvar. Presenta el ag-ujero de salida en la mitad de la ag-alla que sobresale por el envés foliar. c) Agalla lenticular de la hoja del roble. Agalla lenticular del roble. Debe su orig-en al Neurotherus lentíciilaris 01. , g-eneración ág-ama que se reproduce partenog-enésicamente y cuya forma sexuada es el Spathegaster Baccanim L., asi llamado porque produce ag-allas bacciformes sobre los amentos masculinos del Q. Toza Bosc. La ag-alla lenticular se desarrolla en el envés de la hoja del Q. pedunciúata Ehrh., y del Q. Sessiliflora Salisb., notándose siempre que aparece inserta en las nerviaciones secundarias, pero nunca en el nervio principal. También se presenta, aun- que muy rara vez, en el envés de la hoja del Q. lusitanica Webb. , con la diferencia de que en esta especie aparece in- serta tanto en las nerviaciones secundarias como en la princi- pal, y alcanza menor desarrollo que en las anteriores. Esta excrecencia es unicelular y unilarvar; de corta dura- ción, pues principia á formarse en el mes de Agosto y cuando caen las hojas en el otoño termina su desarrollo por falta de vitalidad en éstas: inodora é insípida; muy pequeña, lenticu- lar, plano-convexa; inserta por su cara plana con una depre- sión en el centro y un pequeño apéndice, también central, en la cara superior convexa: al principio es blanca por hallarse cubierta de un tomento lanoso formado de pelos blancos que lueg-o se tornan rojos, y por último, se caen, quedando lampi- 348 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ña la ag-alla y ennegreciéndose por la desecación. Si la sec- cionamos transversalmente y por la mitad, encontraremos un huevecillo ó una microscópica larva roja, alojada en la peque- ña cavidad del centro. d) Agalla esférica de la hoja del roble. Se conoce todavía entre los autores franceses con el sobre- nombre de ag-alla en cereza (modismo francés). No estamos conformes con tal denominación, porque su tamaño es mucho menor que el de una cereza y su color no es el de esta drupa. Debe su orig-en al Dri/ophanta scutellaris Hartig-. , insecto ág-amo cuya forma sexuada es el Sirnthegaster Taschemhergi Schl, y se produce en la cara inferior de la hoja del Q. sessili- jiora Salisb. , var. lanuginosa. Es una agalla poco abundante: en cada hoja se encuentra una sola, frecuentemente, y menos veces, dos, insertándose en el nervio medio, ó junto á él, en la base de los nervios secundarios. En fresco es muyjug-osa, perfectamente esférica, de 8 mm. de diámetro, color rosáceo- claro y con puntuaciones blancas que corresponden á otros tantos hacecillos fibrosos. Después de seca es de superficie g'labra, amarillo-rojiza y con puntuaciones rojas poco mani- fiestas por su relieve. El corte transversal medio deja ver la cámara larvar ovoidea, cuya capa protectora es g-ruesa y dura, como el tejido de la zona media y el de la externa. La larva es g-ruesa, blanca, anillada, con antenas, sin patas ni alas, y con un larg'o apéndice abdominal. ' Por el examen microg-ráfico aparece el epidermo como del- g-adísijua línea formada por una sola serie de células aplasta- das; la capa celular subepidérmica está constituida por varias series de' células poliédricas, de forma diversa: tetraédricas, prismáticas, romboédricas, etc.; y dispuestas como las células rectang-ulares alarg-adas del tejido muriforme. La zona paren- quimatosa es un tejido ñojo de células delg-adas, redondeado- polig-onales, alarg-adas radicalmente y con muchos meatos: en ella se ven los hacecillos fibroso-vasculares que están teñidos por un pig'mento amarillo. La capa nutritiva es un parenqui- ma regfular de células muy pequeñas, poliédricas, apretadas entre sí y llenas de g-ranos amiláceos. Esta ag-alla carece de células moniliformes taníg'eras. DE HISTORIA NATURAL. 349 e) Agalla esferoidea de la hoja del roble. Esta ag-alla se la compara con la baya del grosellero espino- so, y se la llama, con Reaumur, agalla en grosella. No me parece exacta la comparación, pues carece de apéndices que simulen el cáliz que corona el fruto de aquél; además, su tamaño es menor y la forma no es g-lobulosa, sino la de un esferoide achatado. Se produce en el Q,. Toza Bosc, y es originada por la pica- dura del Dryojjhanta folii L., cuya g-eneración sexuada todavía no se conoce. No se halla localizada, como la anterior, en de- terminada reg-ión de la hoja, sino que se extiende por todo el envés, excepción hecha del nervio medio, donde rara vez se inserta: tampoco se encuentra una sola ó un par de ellas en cada hoja; ¿e presentan, por el contrario, en g"ran número y ag-rupadas casi siempre, á lo larg-o de un nervio secundario. También la he visto desarrollada en la hoja del (¿. lusitani- ca Webb., var. Bcetica; se inserta junto al nervio medio en la base de la hoja, por la cara inferior; presenta los mismos ca- racteres que la del Q. Toza Bosc, con la diferencia de que está ag-ujereada, lo cual prueba que en el interior sufre las prime- ras metamorfosis el Drgophanta folii L. Es poco abundante la ag-alla esferoidea; menos que la esféri- ca: aparece de ordinario en las matas arbustivas, y á media- dos de Ag-osto se encuentra ya completamente formada. En reciente es carnosa y con mucho jug-o acuoso; de superficie lisa y lustrosa, amarillo-pálida, con roseólas ó manchas rojizas y las mismas puntuaciones blancas que hicimos notar en la anterior; su forma es esferoidea-aplanada y su tamaño de 3 á 6 mm. de diámetro. Por la desecación artificial se contraen y arrug-an notablemente, haciéndose al propio tiempo específica- mente más lig-eras. Desecadas naturalmente en la hoja, son menos achatadas verticalmente, nada rug-osas, más pesadas y con la superficie externa rojiza y brillante. Cortadas trans- versalmente queda al descubierto la g-ran cavidad central, oblong-a y siempre vacía, lo cual pÍMieba que aborta constante- mente el huevo larvár. Decimos esto, porque en los diversos ejemplares, frescos y secos, que en el (¡¿. Toza Bosc. hemos re- cog-ido, ni hemos visto ag-allas con larva, ni ag-allas ag-uje- readas. ^50 BOLETÍN ÜE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA f) Psetcdo-agalla del rolle. Debe su orig-en á un acárido del g-énero PUyloiptus, que seg-ún la nomenclatura establecida por Pag-ensteclier, será el Ph. ro- Inr Pag-. Es una de las agallas menos abundantes entre las de las cu- pulíferas, así como también la menos importante de todas. Se forma en la hoja del Q,. sessiU/lora Salisb., var. lamigino- sa, por arrollamiento del limbo, en sentido transversal, del vértice á la base, y doblándose, previamente, por el nervio medio en dirección inversa: el capullo foliar, que así se forma, queda completamente cerrado, y no se deshace, si no se le rompe, porque sus paredes están fuertemente adheridas entre sí por una materia g-lutinosa que debe seg-reg-ar el acárido. Dentro de este capullo adquiere su completo desarrollo la pre- citada especie del Phytoptus, y sale al exterior practicando un orificio por el lado del borde foliar, VI) Agallas gemi-florales. Agalla hracteolada del roble. Agalla en alcachofa. Se produce esta excrecencia en las terminaciones de las ra- mas del Q. fedunculata Ehrh., y del Q. sessiUflora Salisb., por la picadura del Ándrícus pilosns Hrtg-. Generación ág-ama del Ap/tílotríx fecimdalrix Hartig-.; aquél deposita sus huevos, y efectúa la picadura en la yema de una ñor femenina, sobre la cual se desarrolla la excrecencia. Ésta fué denominada por Reaumur agalla en alcachofa por la semejanza que presenta con el involucro de la cabezuela de la Cynara Scolymus L. En efec- to, se halla formada por numerosas brácteas escuamiformes é inermes, que son las mismas de la cúpula del g-iande, con la diferencia de no estar soldadas como éste, sino empizarradas; las más externas tienen forma oblong-a ó aovado-lanceolada, escariosas en los bordes, velloso-plateadas ó rojizas por fuera, lampiñas y brillantes por dentro; las del interior son linea- les, velloso-plateadas y de color pardo en el tercio superior; éstas son las que rodean la verdadera agalla. El que por pri- mera vez observa ésta dentro de la cabezuela bracteiforme, asentada sobre el receptáculo fructífero, oblong'o-alarg-ada in- DE HISTORIA NATURAL. 351 feriormente, achatada en la parte superior y con una pequeña depresión en el centro, de superficie finamente estriada, bri- llante y de color pardo-claro (cuando alcanza su completo des- arrollo), cree que aquello es un glande abortado al principio de su formación; error que desaparece seccionando, en cual- quier sentido, por el tercio inferior la agalla bracteolada, en la cual se ve una gruesa larva blanca, ápoda y anillada, lle- nando totalmente la cavidad ovoidea del núcleo glancliforme que aquélla encierra. Las paredes del núcleo presentan, á simple vista, dos zonas: una, interna, blanca, delgada y dura, que viene á ser la cai^a protectora^ y otra, externa más gTuesa, del mismo color que su superficie, y formada casi exclusiva- mente por los haces fibrosos vasculares. La larva practica un orificio en la porción terminal más es- trecha del núcleo glancliforme, sale de la agalla y cae al suelo, donde forma su capullo para transformarse en insecto per- fecto. VII) Agallas florales. a) Agalla floral de la encina. Agalla folio-floral de la encina. Es una de las agallas de vida más breve, porque aparece en las flores al mismo tiempo que se verifica su antesis y cae con éstas después de efectuada la fecundación. Se desarrolla en el extremo de los amentos masculinos del Q. ílex L., hallándose recubierta por las anteras estaminales. Con más frecuencia se forma en el mesofilo de las hojas re- cién brotadas y próximas á las flores, ocupando la base del limbo, y siendo más prominente por el envés que por el haz. Es aovada ó semi-oval, de 4 á 6 mm. de largo por 2 á 4 mm. de grueso; de color rojo vivo la tenue capa de tomento que recu- bre su superficie. Interiormente es blanca, y presenta muchas celdas unilarvares, excéntricas unas y periféricas las otras; es, por tanto, pluricelular y multilarvar. En ella se desarrolla el Ajidricíis Amenti L., al que debe su origen. b) Agalla floral del roble. Es, como la anterior, de muy corta duración por falta de vi- talidad, en el órgano donde se inserta, al poco tiempo de su formación. 3o2 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Al estudiar la agalla lenticular de la hoja del rolle dijimos que en los amentos masculinos del Q. ToraBosc. produce una ag-alla bacciforme el S])athegaster haccarum L., forma sexuada del cinípido ág-amo que orig-ina la primera. También se observa por excepción, aunque muy raras ve- ces, la ag-alla floral del roble en las nerviaciones terciarias marg-inales de las hojas próximas á las flores masculinas. En fresco es, por su tamaño, su forma esférica y su color verdoso-claro, muy parecida á la baya redonda, jug-osay uni- cular del g-rosellero espinoso. El epidermo, que equivale ai pericarpio de ésta, se halla surcado por multitud de venillas rojizas que arrancan del punto de inserción de la ag-alla, y se ramifican por toda la superficie. Lo que pudiéramos llamar sarcocarpio de la ag-alla, sig-uiendo el símil, está constituido por un parenquima de células delg-adas, llenas de un jug-o in- coloro y dulzaino, y en el centro de él se ve una cavidad ocu- pada por el insecto en su primera fase metamórfica. Cuando se marchitan las flores, también se desecan lasag-a- lias, contrayéndose notablemente y tomando un color- pardo- neg-ruzco; unas y otras caen al suelo, donde termina su des- arrollo la larva. VIII) Agallas glandífilas. Agalla del fruto del roble. Agalla glandífila del roble. Desde Guibourt hasta los autores franceses modernos es co- nocida esta excrecencia con el nombre de agalla de Hungría y del Piamonte. quizá por ser las reg-iones europeas donde apa- rece con más abundancia. En nuestra Península no debe serlo á juzg-ar por el pequeño número de ejemplares que en toda la reg-ión occidental de la provincia de Salamanca, por mí reco- rrida, he podido encontrar. Es producida en el ovario fecundado, pero no maduro, ^el Q. pednncnlata Ehrh., y del Q. hisitanica Web., por la pica- dura del Cynips Calicis Giraud. Aunque es muy rara, también poseo ejemplares de esta ag-alla sobre el Q. Suher. Se inserta en el extremo de un ramillo terminal sobre un glande casi abortado ó en los costados laterales de la cúpula \ DE HISTORIA NATURAL. 353 de otro; alg'iina vez parece insertarse directamente en la rami- lla por aborto completo del g-lande que la diera orig'en, y no presentar alg-ún otro á su lado. Aunque la forma de esta ag-a- 11a nada tiene de g-eométrica, puede, no obstante, incluirse en la que resultaría de superponer, por las bases, dos conos trun- cados á un tercio del vértice; el plano de unión de éstos y la base del cono inferior se prolong-an en forma de tubérculos cónico-aplastados y vueltos hacia abajo; á veces el cono supe- rior no está truncado y tiene la forma aparasolada por ser de pequeña altura y ancha base prolong-ada y encorvada, tapan- do el cono inferior. La base menor del cono superior, ó sea el vértice de la ag-alla, está cerrada por tres tubérculos, que se prolong-an en otros tantos apéndices coniformes; estos tubér- culos están soldados por sus caras internas mientras la ag-alla adquiere todo su desarrollo, y á medida que se va secando ésta, se separan aquéllas, y dejan ver una hendidura que se prolong-a longitudinalmente hasta la cámara central básica. Es ésta un núcleo blanco que aloja en su interior una g'ruesa lar- va blanca, ápoda y anillada. En un plano superior y en cá- maras, orientadas oblicuamente hacia el vértice de la agalla, se observan, en la ag-alla fresca, otras larvas con ig'uales ca- racteres é idéntico tamaño que la anterior. La abertura longitudinal citada se reforma contrayéndose lateralmente los tubérculos internos, quedando circular la boca de salida y de forma urceolada la cavidad á que conduce aquélla, en cuyas paredes se ven las señales de las celdas y g'alerías practicadas por los Cynips, cuando éstos han salido fuera de la ag-alla por dicha abertura. La ag-alla fresca es pardo-rojiza, de superficie estriada, bri- llante y peg"ajosa por la oleo-resina que la barniza. Después de seca es g-ris-rojiza y brillante, presentando diminutas len- tejillas mates de sabor epidérmico. Es amarga y astring-ente, conteniendo 15 por 100 de tanino. Como muchas otras, esta ag-alla se ve invadida por diversos parásitos del g-énero Synergus, cuando de ella han salido los verdaderos inquilinos. 354 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Minio de Maro (Málaga). POR D. FEDERICO CHAVES Y PÉREZ DEL PULGAR. El hallazg-o del minio en Maro ofrece cierto interés por cuan- to es una especie poco frecuente, y segniramente no mencio- nada, de la provincia de Málag-a. En España sólo se ha citado vagamente de Asturias, y como producto metalúrg-ico en los hornos de reverbero de Linares por Naranjo (1). Sin poder precisar el lug-ar determinado en donde hallé el único ejemplar que poseo, y da marg-en á esta nota, me consta que lo recog'í en Maro, si no en el Barranco de Cazadores, alN. de dicho pueblo, en el río de la Miel, al O. Esta duda se debe á que el indicado ejemplar se hallaba revuelto con otros de minerales y rocas en que estaban representados ambos sitios, y no me ha sido posible fijar con certeza aquél de que procede la muestra referida. Este ejemplar está constituido por la caliza doloinítica do- minante en la localidad, cuyos huecos se hallan rellenos por limonita, á la cual se mezclan laminillas escasas de mica y cristalinos diminutos de cerusita (?). Diseminado en ese relle- no aparece el minio en pequeñas masas rojo-anaranjadas y deleznables. Por la acción del soplete se funde fácilmente, tomando por enfriamiento color amarillo. La llama reductora dag-lobulillos de plomo. He caracterizado el plomo por vía húmeda mediante el ácido sulfúrico y el tartrato amónico amoniacal. En la diso- lución existen el hierro y el calcio. 'Notas tomadas en mi viaje al Golfo de Guinea DON MELQUÍADES CRIADO. Sin la pretensión de hacer una reseña científica, ni mucho menos, de las tierras por mí recorridas últimamente, aunque (1) El Sr. Calderón me comunica que en la Universidad de Praga existe un ejem- plar consistente en una costra terrosa, rojo púrpura, sobre galena hojosa, que tiene por localidad España, sin más detalles. DE HISTORIA NATURAL. 355 á la fuerza, y sólo para satisfacer los deseos de nuestro Presi- dente, expondré á esta Sociedad alg-o de lo que allí he visto y observado. Después de veintiún días de naveg-ación á bordo del vapor Rabal, Ueg-amos á Fernando Póo el día 30 de Junio del corrien- te año, quedando admirados de la exuberante veg^etación y frondosidad de esta isla, que bien puede calificarse de perla del Golfo de Guinea. Su orig-en es volcánico, como se sabe, y seg-ún datos adqui- ridos, se encuentran cráteres visibles hoy día en varias locali- dades; las rocas, los cantos rodados y las arenas de infinidad de riachuelos, son detritus de lavas que indican á la simple vista su orig-en (1). Hay varias montañas, entre las cuales mencionaremos el Pico de Santa Isabel, que se halla á tres mil metros sobre el ni- vel del mar. Por donde quiera se encuentran en la isla arroyos de ag'uas ferruginosas y también ricos y abundantes manantiales mine- ralizados y lag-unas situadas en los más elevados montes. El clima es cálido, insalubre y mortífero, como puede infe- rirse de su proximidad al Ecuador. Durante mi estancia allí todos los días, sin faltar uno, llovía copiosamente, pues era la estación de las lluvias en aquel país tropical. La humedad uniéndose á un calor sofocante, causa muchas enfermedades endémicas, particularmente fiebres y reumatismos, que tantos estrag-os ocasionan en los europeos que van á establecerse en aquellas reg"iones. Unos zapatos que dejé de ponerme dos ó tres días, los encon- tré cubiertos por una capa de moho de un dedo de espesor, y lo mismo sucede con la ropa y con los efectos de metal, cuya oxidación no es posible evitar por mucha precaución que se tenga. En una excursión que por el interior de la isla realicé acom- pañando al Sr. Martínez Escalera para recolectar objetos de (1) Algunos datos sobre estas rocas pueden verse en los trabajos siguientes, pu- blicados en los Anales de esta Sociedad: Macpheeson: Colecciones recogidas por el Br. Ossorio, tomo xv, pág. 314. LÓPEZ Cañizares : A Igunos basaltos de la costa occidental de África, tomo xviii, pá- gina 395. Calderón: Un basalto de Fernando Póo, tomo xx, Actas, pág. 70. 356 boletín de LA SOCIEDAD ESPAKOLA Historia natural, pudimos apreciar lo frondosa que es y la riqueza de su suelo. ¡Qué selvas, qué panoramas y qué g-ig-an- tescos árboles, enlazadas sus ramas y troncos con lianas y raíces adventicias formando fig-uras caprichosas, animadas por manadas de monos de diversas especies é infinidad de aves de raros y variados colores! La riqueza principal del país consiste en las plantaciones de cacao y café, sobretodo, las primeras, de las cuales hay ya muchas en producción, Este artículo, tan apreciado en la Pe- nínsula y demás mercados de Europa, lleg-ará, por su elevado precio, á constituir una verdadera riqueza, no sólo para la isla de que se ^rata, sino también para la Península, pues, á pesar de las muchas dificultades con que los dueños de fincas tropie- zan para hacer la recolección, la cosecha actual ascenderá á 20.000 sacos, los cuales arrojan un total de 1.300.000 kilos, pag-ando por derechos de importación la misma cantidad en pesetas. También se pueden sacar ping*ües rendimientos de las made- ras de construcción aplicables á la industria, así como de otros muchos productos propios de estas reg'iones, como tabaco, co- cos, plátanos, canela é infinidad de frutas y plantas alimenti- cias y medicinales. Los habitantes se hallan en estado completamente salvaje; su raza, como se sabe, es la neg-ra, pertenecientes á la tribu de los Bubis; son de carácter dócil, temen y respetan al blanco considerándolo como un ser superior á ellos, y emplean el ta- tuaje. Andan casi desnudos, y sus viviendas son sucias y reduci- das; sus ocupaciones consisten en el cultivo de sus ñames (Colocasia antiquorum , Schott ) , cuyo tubérculo constituye su principal alimento; también utilizan el plátano y la malang-a (Xanthósoma saglttcefoUiim Schott), frutos que en Cuba son iñuy apreciados. Los hombres se dedican á lacazay las muje- res cuidan de las plantaciones y se ocupan de otras faenas propias de su sexo; pero son poco trabajadores, y esto es causa de la dificultad de encontrar braceros y de su carestía, teniendo que ir á buscarlos los dueños de las fincas fuera de la isla; por lo g'eneral, los traen de Sierra Leona (colonia ing-lesa), Monro- bia, en la república de Liberia, Lag-os y otros puntos del con- tinente, costándoles g-randes sumas y no poco trabajo trans- DE HISTORIA NATURAL. 357 portarlos. Si los Bubis fuesen trabajadores, muchísimo g-ana- ría nuestra colonia, y el desarrollo de la agTicultura y comercio sería harto mayor de lo que, por desgracia, es hoy. Observan la polig-amia, considerándose tanto más ricos cuanto mayor es el número de mujeres que teng-an, las cuales adquieren por compra. II Habiendo dispuesto el Sr. Presidente de la Comisión partié- semos á establecer nuestra residencia en el cabo de San Juan, punto situado en los nuevos territorios, el «'eolog-o señor D'Al- monte, el Dr. Osorio, el Sr. Martínez Escalera y yo, salimos de Santa Isabel de Fernando Poo acompañados por el prefecto apostólico de aquellas misiones, Rvmo. Padre Armeng'ol CoU en un vapor costero, con rumbo á dicho punto, donde hay una Misión. Una vez establecidos allí marcharon á incorporarse al resto de la Comisión los señores antes citados, excepción hecha del Sr. Martínez Escalera y yo, que nos quedamos en dicho punto para empezar nuestras tareas recolectando y preparan- do ejemplares y quedando muy satisfechos de haber elegido este punto, no sólo por tener la esperanrja de realizar fructífera recolección, sino también por hallarnos al lado de los misione- ros, los cuales, conocedores del país y sus habitantes, habían de darnos muy útiles consejos y prestarnos g-randes y valiosos servicios. En una de las varias excursiones que hicimos en cayuco (embarcación indíg-ena hecha de un tronco de árbol) dirig-iéii- donos hacia Baga y río Aye, pudimos comprobar lo insalubre y mortífero que es aquel país. líío arriba y en su marg-en derecha encontramos dos pue- blecitos cuyos habitantes pertenecían á la tribu llamada Pa- mue, los cuales tienen reputación de antropófag-os, siendo, sin embarg-o, pacíficos, por lo menos los que habitan en la costa, ya sea por el trato con los europeos, ya, también, por las fre- cuentes visitas que les hacen los misioneros explicándoles el Evang-elio y la doctrina de Cristo, la cual ya han abrazado muchos de aquéllos indígenas. Hay otras varias tribus además de ésta, como los Bengas, Bugebas, Bapucos, Balenges, Vicos y alguna más que no r-e- 358 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cuerdo; pero como los principales pobladores actuales de aque- lla región son los Pamues, diré de sus costumbres lo poco que pude observar. Son por lo g-eneral fuertes, valientes y excelen- tes cazadores; extraen el hierro y con él fabrican sus lanzas y machetes; su principal ocupación es la caza, extracción de la g-oma ó caucho, aceite y almendra de palma que cambian en las factorías por escopetas de chispa, pólvora, pistones, aba- lorios con los cuales se adornan, caña, tabaco y alg-unas telas que emplean para hacerse taparrabos; son g'uerreros y temi- dos por las otras tribus, siendo esto motivo de varias reyer- tas; son amig-os de la verdad y la justicia y deseosos de la civilización, así es que mandan á sus hijos á educar á las Misiones. Andan casi desnudos, tanto los hombres como las mujeres; éstas se dedican á cuidar de la prole y de las plantaciones de yuca, de la cual extraen una harina que envuelven con hojas y lueg-o cuecen, consistiendo en ella su principal alimento, como lo es para los Bubis el ñame. Como todas lus de su raza, se adornan los brazos y piernas con arg-ollas doradas, el. cuello con abalorios y cuentas de vidrio que alg-unas pasan por las narices sujetando sus extremos por cima de las oTejas; viven con sumo desaseo, en chozas inmundas hechas de bambú. También existe en esta tribu la polig-amia. La riqueza del país no lleg-a ni con mucho á la de Fernando Póo, ni hay en él tanta exuberancia en la veg-etación como en el último; no obstante, pueden extraerse ricas maderas aplica- bles á la industria y hacerse plantaciones de cacao , café y ta- baco; existen pizarras carboníferas y bituminosas y también se encuentra alg-o de hierro, pero en tan pequeñas cantidades al parecer, que no merecerá la pena de beneficiarlo. Entre las especies animales de alg'ún tamaño abundan el leopardo, elefante, hipopótamo, g-orila, chimpancé, una especie bovina de bosque, antílopes , puerco-espín , así como monos, ardillas, serpientes venenosas é infinidad de aves é insectos de variadas especies, entre ellos la hormig-a blanca ó comején que destruye todas las substancias org-ánicas que encuentra á su paso. Un día tuve necesidad de revisar mi baúl, y cuál no sería mi sorpresa al encontrarme la mayor parte de la ropa destrozada por este insecto que tantos daños causa. La flora y fauna de Coriseo, los dos Elobey y las márg-enes DE HISTORIA NATURAL. 359 del Muñí, sitios donde he estado, son ig-uales á los de Cabo San Juan. • Los habitantes de Coriseo y los Elobey son de la tribu Benga, los cuales, por su roce con los españoles, han adquirido cos- tumbres más europeas que los Pamues y van alg"o más vesti- dos que las otras tribus; se encuentran entre ellos muchos que saben hablar nuestro idioma; su ocupación es la pesca, sobre todo de tortug-as, entre las cuales se halla el Carey, siendo ex- celentes marinos, así es que los barcos de nuestra Armada suelen llevarlos para servirles de prácticos por aquellas costas. Como quiera que fué tan breve el tiempo que estuve por aquellas lejanas é insalubres reg-iones, y éste lo pasé casi siempre enfermo, no puedo dar más detalles que los ya dichos, y aunque poco valgan y muchos de ellos sean conocidos de la Sociedad, cumplo g-ustoso el deber de comunicarlos á mis consocios, por si pudieran encontrar en ellos algfo de interés. Sólo me resta hacer presente mi mucha gratitud á los misio- neros, Hijos del Inmaculado Corazón de María, allí estableci- dos, y que por tres veces que estuve g-ravemente enfermo en Cabo San Juan y Elobey, me asistieron y curaron como si me hubiese hallado aliado de mi familia. A fuerza de g-randes trabajos y no pequeñas penalidades tienen establecidas varias Casas-Misiones, donde educan y en- señan á los indíg-enas, que poseen las primeras letras y varios oficios, aficionándoles de este modo al trabajo. Las Misiones hasta hoy establecidas, son las sig-uientes: en Fernando Póo, Basilé, Banapá, San Carlos, Concepción, Muso- la y Santa Isabel, donde reside el Rvmo. Padre Prefecto, y en el continente, Cabo San Juan, islas de Coriseo, Elobey chico y Annobón. Nota sobre Maláquidos de España D. SERAFÍN DE UHAGÓN. El Sr. D. Roberto Flores, de Cang-as de Tineo (Oviedo), ha tenido la bondad de remitirme en consulta las especies de Maláquidos por él recog-idos en aquel concejo, y son : m) BOLETÍN DE I,A SOCIEDAD ESPAÑOLA CMropus paUipes 01. Hypehaeus albifrons F. Ebaeus rubroniger Goze, var. glahricoUis Rey. A ttalus amicius Er. Axmotarsus piilicarius F. Malachius marginellus 01. — lusHaniciis Er, — sjñnosus Er. — elegaiis 01. — {Cyrtosus) cyampennis Er., var. Mfrons Ab. De esta última variedad me ha enviado el Sr. Flores tres ejemplares rf bien caracterizados; su existencia, por lo tanto, en nuestra península, está plenamente comprobada. Yaque de Maláquidos me ocupo, añadiré que M. Maurice Pie, de Dig-oin, me escribe haciéndome observar que en el nú- mero 182 de «L'Echang-e», 1900, p. 53, ha descrito con el nom- bre de Abeillei un Attalus del Norte de África, que resulta así tener la prioridad sobre el que con ig-ual desig-nación especí- fica di yo á conocer en mi ensayo. Presentado mi manuscrito á nuestra Sociedad en la sesión del 9 de Febrero de 1898, su publicación se retrasó hasta el reparto del 3.^'- cuaderno del tomo xxix de los Anales, que lleva la fecha de 31 de Marzo de 1901 , y así queda explicado el hecho de la duplicidad de nombre á que M. Pie se refiere. Sustituyéndolo por el de A. Elzearii mihi queda arreg-lada la cuestión, sin separarme yo de mi propósito de dar á M. El- zear Abeille de Perrin pública muestra de mi simpatía y de mi agradecimiento. La sinonimia habrá de establecerse del sig-uiente modo: Attalus Elzearii ühag". — ' Abeillei Uhag-. An. Soc. esp. de Hist. nat., t. xxix, pág-inas 352-122, 1901. BOLETÍN SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Sesión del 4 de Diciembre de 1901. PRESIDENCIA DE DON BLAS LÁZARO É IBIZA. El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué aprobada. Correspondencia.— El Sr. Adrien Dollfus, de vuelta á París, su residencia habitual, da g-racias á la Sociedad por haberle nom- brado socio correspondiente extranjero. Fallecimientos.— El Sr. Presidente dio cuenta del fallecimiento de nuestro consocio D. Gabriel Fernández Duro, coronel de Artillería, persona altamente estimable por sus condiciones personales y como naturalista dedicado con especialidad al es- tudio de los lepidópteros de España, de los que había reunido una importante colección, merced á sus perseverantes ca- cerías. Se acordó constara en el acta de este día el sentimiento con que la Sociedad había sabido tan triste nueva. Admisiones.— Quedaron admitidos como socios numerarios D. Aurelio Rivas Mateos, Licenciado en Farmacia, de Serradi- 11a (Cáceres) y D. Fernando López Mendicutía, alumno de la Facultad de Ciencias, de Madrid, presentados por D. Ig-nacio Bolívar; el R. P. Ag-ustín Barreiroy Martínez, de Madrid, pre- sentado por D. Jaime Alorda; y D, Mauricio Pie, de Dig-oin (Francia), presentado por 1). Emilio Traizet; fueron también aceptados como miembros de la Sociedad los Institutos de Bur- g-os y Vitoria á propuesta del catedrático D. José López de Zua- N.» 10. -Diciembre, 1901. 27 36-2 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA zo, y el de Palma de Mallorca á propuesta de D. José Fuset. Se hicieron tres nuevas propuestas de socios numerarios y una de socio ag-reg-ado. Proposiciones.— Se acordó proponer el cambio de nuestras pu- blicaciones por los trabajos del Depósito de la Guerra , y se aceptó el convenido con la «Wiener entomologische Zeitung*» y la "Stettiner Entomologische Zeitung-v, órg-anos de las Socie- dades entomológ-icas de Viena y Stettin. Con este motivo el Sr. Presidente propuso se hicieran g-es- tiones para que nos facilitasen sus trabajos y publicaciones el Instituto Geográfico y Estadístico y el Depósito Hidrográfico, en los cuales se contienen mapas y datos muy interesantes y de g-ran utilidad para nosotros, referentes al territorio español. Así fué acordado. También propuso el Sr. Presidente se sig-nificara de alg-una manera la g-ratitud de la Sociedad hacia el Sr. Ministro de Instrucción pública por haber atendido la proposición de ésta en punto á que la enseñanza elemental de las ciencias natura- les figure entre las de las e.scuelas elementales, formando aquéllas parte de los Programas en el nuevo Reglamento de oposiciones, así como también por su reciente decreto sobre Museos de Historia natural y jardines botánicos provinciales, que tanto han de contribuir al conocimiento de nuestro suelo; ambas medidas honran al Ministro que las ha decretado y le hacen acreedor al reconocimiento de cuantos nos interesamos por el desarrollo de las ciencias y de la cultura patria. La So- ciedad acordó por unanimidad, después de breve discusión, que se dirigiera un oficio al Sr. Conde de Romanones felicitán- dole por ambas medidas. Igualmente se acordó, á propuesta del Sr. Bolívar, dirig-ir otra comunicación al Sr. Ministro de Estado para manifestarle la satisfacción que tendría la Sociedad en que fueran elegidos sus Anales para publicar los trabajos y Memorias que se escri- ban sobre los materiales recogidos por el Sr. Martínez de la Escalera en las posesiones españolas del Muni y haciéndole ofrecimiento de los mismos para este fin. Comunicaciones verbales.— El Sr. Martínez de la Escalera, á rue- go delSr. Presidente, dio noticias sobre la excursión al Muni DE HISTORIA NATURAL. 363 realizada como individuo de la Comisionantes referida y sobre sus recolecciones de Historia natural, prometiendo redactar una nota más detallada cuando se hayan desembalado las ca- jas que contienen aquellos ejemplares. El Sr. D. Norberto Font, presbítero, de la Sección de Barce- lona, dio cuenta del descubrimiento de una cueva llena de brecha huesosa en Gracia (Barcelona), con motivo de las impor- tantes obras de urbanización que se están verificando en la finca de c. Larra, hoy propiedad de D. Ensebio Güell. Al tener noticia nuestro consocio de que se habían hallado diversos huesos en un desmonte, los cuales desaparecieron ya, por desg-racia, mandó por encarg-o del propietario continuaran la exploración con las precauciones necesarias, encontrando una multitud de fragmentos de huesos de diversos animales, de g-rande y pequeña talla, pero de difícil clasificación, atendido á su estado y á la falta de piezas características. Son, no obs- tante, dig-nos de nota unos g-ran des trozos de mandíbula de l\Mnoceros, con las piezas dentarias correspondientes; otros de asta de Cervns (probablemente megaccros, aunque no puede afirmarse con toda seg'uridad); g-ran número de dientes de un roedor no clasificado aún, y además bastantes ejemplares de Testudo graca (?) de gran tamaño y una infinidad de Helix aspersa. Debe advertirse que estos últimos estaban empotrados, en la plancha estalagmítica, sobre la cual aparecían como aplastadas las mencionadas tortug'as, y encima la brecha hue- sosa. No se encontró el menor resto que indicara la presencia del hombre. El Secretario participó haberse recibido la continuación de los «Nuevos estudios sobre las ag-allas» porD. Manuel Fernán- dez de Gatta. El Sr. Barras leyó una nota sobre una «Palmera ramificada del Alcázar de Sevilla», y el Sr. Sánchez otra sobre «El diver- tículo de la bolsa copulatriz del HeJix aspersa». Los tres trabajos enunciados aparecen en el Boletín, así como el presentado en la sesión anterior por el Sr. Cabrera so- bre mamíferos del Museo de Madrid, que no pudo insertarse en el número anterior por no haberse terminado á tiempo los. clichés intercalados que le ¿lustran. El Sr. Calderón dijo que en la sesión del 4 de Noviembre úl- timo de la Sociedad g-eológica de Francia, M. H. Dallemag-ne 364 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA se había ocupado de una cuestión interesante en sí, y espe- cialmente para nosotros, por referirse á la g-eolog-ía española: la cavadura del valle del Bidasoa, el cual proporciona, seg-ún aquel g'eólog-o, un brillante ejemplo de rápida erosión por las ag-uas procedentes de los gdaciares cuaternarios. Sig-uiendo la ribera desde Venta de Yanci hasta Fuenterrabía se advierten de trecho en trecho, á una altura de 15 á 20 m. próximamen- te sobre el nivel actual de las ag-uas del río, depósitos aluviales de g"uijarros y cantos hasta de medio metro cúbico, arcillas ocráce.ts y arenas, encerrando todas las variedades de rucas que componen el valle. En este mismo nivel las calizas de Vera se hallan fuertemente corroídas. En Fuenterrabía el depósito se alza 20 ra. sobre el nivel del mar, en discordancia sobre las pizarras turonianas. Su impor- tancia había hecho pensar que el Oarse, que desemboca ac- tualmente, en el puerto de Pasajes, debió verter sus ag-uas en Fuenterrabía. El autor piensa que hay que abandonar esta versión porque ha encontrado en los aluviones citados cantos de ofita que no pueden provenir más que del Bidasoa, puesto que el valle del Oarse no encierra ni vestig'ios de esta roca. «La rapidez de la cavadura del lecho del Bidasoa, dice el autor en conclusión, parece inneg'able si se atiende á que no existe ning-ún otro depósito entre la línea relativamente con- tinua de los aluviones que he señalado y los que se depositan actualmente en el lecho del río.» Secciones.— La de Barcelona celebró sesión el día 30 de No- viembre último, bajo la presidencia de D. José Casares y Gil. Fueron admitidos como socios numerarios, presentados en la sesión anterior: D. Carlos Calleja y Borja-Tarrius, Catedrático de Medicina. D. Manuel Mascareñas y Boscasa, Licenciado en Ciencias. Se hicieron tres propuestas de socios numerarios. Se dio lectura á las sig"uientes notas: «Laboratorio de manipulaciones de Historia natural en la Universidad de Barcelona», por D. Odón de Buen. El «Hiriido troctiiía John», de Extremadura, por D. M. Ri- vas Mateos. Ambos trabajos aparecen en el Boletín. DE HISTORIA NATURAL. 365 La Sección de Sevilla celebró sesión el 30 de Noviembre de 1901, bajo la presidencia de D. Julio Ferrand. Filé propuesto como socio el Sr. D. Enrique Laza, Director propietario del Laboratorio químico, calle del Duque de la Victoria, núm. 6, Málag-a, presentado por los Sres. Ferrand, Paúl y Chaves. El Sr. Paúl dio cuenta del examen de unas aceitunas remi- tidas por el Sr. Laza y de procedencia desconocida. Dichas aceitunas ofrecen la particularidad de ser lobadas, en tres ó cuatro lóbulos, constituyendo una variedad designada en el país con el nombre de aceituna de figura. Dijo el Sr. Paúl haber observado dicha variedad en Huevar, en una hacienda del Sr. Marqués de la Motilla, y recor- dó á este propósito que en la suya de Huevar existían olivos con una fruc- tificación anormal consistente en dar lí 2^ "R <_lx)s clases de aceituna en la misma rama, de cuyo hecho da mejor idea que cualquier explicación el dibujo adjunto, en donde A es el fruto ñor- j\ mal, y B es el fruto monstruoso, cons- tituido por aceitunas deprimidas de contorno circular cuyas ■dimensiones no exceden de las de un alverjón, provistas de hueso, y pasando por las distintas fases normales hasta com- pletar la madurez. El Sr. Paúl manifestó no acertar á encontrar la explicación ■científica de este hecho curioso. El Sr. Chaves mostró ejemplares de un mineral de síntesis accidental que le fué donado por D. Carlos del Río y procede de las escorias de un horno de reducción de minerales de cobre de Río Tinto. Los ejemplares de este silicato, que parece ser un piroxeno, están constituidos por bellos cristales implantados, que miden hasta 2 cm. en su mayor long-itud y desarrollados por crecimiento escalonado, formando tremías. Manifestó el señor Chaves que la insuficiencia de los medios materiales de estu- dio que actualmente posee no le han permitido realizar aún el examen completo de tan interesantes cristales, ofreciendo á la Sociedad dar cuenta de lo que en adelante le sea posible resolver en este asunto. Terminada la lectura de las actas de las Secciones, los seño- 366 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA res Tesorero, Secretario y Bibliotecario dieron cuenta del esta- do de la Sociedad, leyendo además el primero el sig-uiente Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Española de Historia natural, desde 1.° de Diciembre de 1900 á 30 de Noviembre de 1901. INGRESOS. PESETAS. Saldo á favor de la Sociedad en 30 de Noviembre de 1900 215,62 Recaudado por cuotas corrientes 3 921 . Id. por cuotas atrasadas, según detalle adjunto 835 Id. por cuotas adelantadas para 1902 25 Id. por suscripciones 34.5 Id. por venta de publicaciones á varios socios, según detalle adjunto. 571 ,S7 Id. por tiradas aparte , 140,40 Total (5. 053,95 GASTOS. Abonado por papel para el Boletín y los Anafe-s 1.002,30 Id. por impresiones y tiradas aparte de los mismos 2.934,76 Id. por láminas y grabados 111,80 Id. por haberes del dependiente 480 Id. por gastos de correos y envios de Boletines y Anales 373,15 Id. por gastos menores y presupuestos de las Secciones 568,42 Total 5.500,43 RESUMEN. Suman los ingresos 6.053,95 Id. los gastos 5..500,43 Saldo á favor de la Sociedad en 1." de Diciembre de 1901.. .553, .^2 Á propuesta del Sr. Presidente fueron desig-nados para exa- minar las anteriores cuentas y dar informe acerca de ellas los Sres. Azpeitia, Font y Fernández Navarro, acordándose que las Memorias de Secretaría y de la Biblioteca se inserten en el mira. 1 del Boletín correspondiente al mes de Enero del año próximo. Suspendida la sesión por alg-unos min-utos se procedió á la elección de carg-os para el año próximo, dando el sig'uiente re- sultado: DE HISTORIA NATURAL. 7 Junta Directiva para 1902. Presidente: D. Federico Oloriz y Ag-uilera. Vicepresidente: D. Zoilo Espejo. Tesorero: D. Ig-nacio Bolívar y Urrutia. Secretario: D. Salvador Calderón. Vicesecretario: D. José María Dusmet y Alonso. Bibliotecario: D. Rafael Blanco y Juste. Vicetesorero: D. Antonio. García Várela. Comisión de publicación. D. José Macpherson. T). Francisco de P. Martínez y 8áez. D. Germán Cerezo y Salvador. Comisión de Catálogos. D. Gabriel Puig- y Larraz. D. Blas Lázaro é Ibiza. D. José Rodríg-uez Mourelo. D. José María Dusmet y Alonso. D. Juan Manuel Díaz del Villar. 1). Enrique Pérez Zúñig-a. D. Ang-el Cabrera y Latorre. Notas y comunicaciones. Descripción de tres nuevos mamíferos americanos POR D. ÁNGEL CABRERA LATORRE. En la colección de mamíferos del Museo de Ciencias natura- les he hallado tres ejemplares pertenecientes á otras tantas especies americanas, que creo no han sido hasta ahora descri- tas. Dos de ellos son quirópteros, y fueron recogidos durante la expedición al Pacífico: ,el tercero es un roedor que lleva 368 boletín de la sociedad española muchos años en los armarios del Museo, aunque considerado como otra especie ya conocida. Teniendo en preparación el catálog-o de la colección mencio- nada por encargo del profesor 1). Francisco de P. Martínez y 8áez, y deseando no romper la uniformidad que requiere se- mejante trabajo, con descripciones de nuevas especies, doy á continuación las de las tres á que acabo de referirme. Vespertilio Espadas sp. n. (fig-. 1." a — c). V. aJho-flavidíis, auricuUs mediocribus , ad aiñces rotundañs, margine exteriore infra co7ivexa; trago l)revi, augusto, margini- bíis /ere paralleUs , ápice obtuso; cauda longitudine radium pro xime aquante, mcmbranam excedente. Esta especie debe ser incluida, tanto por sus caracteres ex- ternos, como por su sistema dentario, en el subg-énero ^^/e- \ Fig-. 1.' — a-c. Vespertilio Espadre. d-f. Myotis Thomasi. sicus Rafin. (= Vesperus Keys. y Blas.), ocupando un lug-ar muy próximo al V. magellanicus Phil. Hocico muy ancho y obtuso; tabique nasal con una ligera depresión vertical en medio. Orejas medianas, llegando, si se las extiende hacia delante, hasta la mitad de la distancia entre la nariz y él ojo; su forma se aproxima á la triangular, y la punta es ancha y redondeada; el borde interno muy con- vexo, sobre todo en el ángulo inferior; el externo presenta hacia la mitad una depresión poco marcada, bajo la cual se hace bruscamente convexo, y termina 1 mm. más abajo de la DE HISTORIA NATURAL. 369 comisura bucal con un lóbulo semicircular, lóbulo que se halla separado del resto del borde por una escotadura bastan- te ancha. Trag-o no muy encorvado, estrecho, de una anchura aproximadamente ig-ual en toda su long-itud, estrechándose sólo de un modo casi imperceptible hacia el ápice, que es ob- tuso y redondeado (fig-. 1/, cj. Las alas lleg-an hasta la base de los dedos de los pies; el lóbulo post-calcáneo es casi nulo; la última vértebra caudal y una cuarta parte de la penúltima, sobresalen de la membrana interfemoral. Pelo larg'o y suave; en la cara se extiende hasta una línea que va de un ojo á otro formando un arco de círculo con la convexidad hacia el hocico. Este está sembrado de numerosas vibrisas blanquecinas. Las membranas, así por encima como por debajo, están desnudas, presentándose sólo cubiertas por el pelo del cuerpo en la parte más inmediata á éste. Todos los pelos son de color rojo-leonado á partir de la raíz, en una extensión de dos tercios poco más ó menos, y lueg-o de un blanco amarillento; en el abdomen, la parte roja es más pálida, y en medio del dorso más obscura; pero estas diferen- cias no influyen en el color g-eneral del animal, que aparece totalmente amarillento por mostrarse al exterior tan sólo lo que es de este color, si bien la parte obscura da ciertos mati- ces rojizos á aquellos sitios en que por la disposición natural del pelo, se ve la raíz de éste. Las membranas son pardas. Los incisivos superiores internos son bastantes larg'os y bífi- dos; los externos ag-udos y muy cortos, lleg-ando apenas hasta la mitad del lóbulo externo de los otros. Los caninos maxila- res muy robustos, de doble long-itud que los incisivos interio- res; inmediatamente detrás de cada uno de ellos hay un solo premolar, también muy desarrollado. Los incisivos mandi- bulares son todos ig-uales, pequeños y trilobulares; el canino es tres veces más larg'o que ellos; el primer premolar, una mitad más chico que el segundo, que es un poco más corto que el canino. Dimensiones ( ^Z adulto en alcohol). — Cabeza y cuerpo, 50 mm.; cola, 37; cabeza, 15; oreja, 11; trag-o, 0,5; antebrazo, 38; pulg-ar, 0,6; seg-undo dedo, 36; tercer dedo: metacarpia- no, 34; primera falang-e, 13; seg-unda falang-e, 12; cuarto dedo: metacarpiano, .32; primera falang-e, 11; seg-unda falang-e, 0,8; T.fí boletín de la sociedad española quinto dedo: metacarpiano, 31; primera falang-e, 0,9; seg-unda falang-e, 0,5; tibia, 14; pie con uñas, 0,8; calcáneo, 14. El único ejemplar que de esta especie posee el Museo pro- cede de Babahoyo (Ecuador), y fué encontrado en el mes de Noviembre de 1864, entre la corteza medio desprendida de un árbol muerto, morada que compartía con cuatro hembras de Molossus nasiítus Spix. Dedico el Vespertilio en cuestión á la memoria del malog^ra- do naturalista D. Marcos Jiménez de la Espada, que á su mérito como conocedor de la fauna neotropical, unía la cir- cunstancia de ser quien recog-ió esta especie y la sig-uiente, con muchas otras correspondientes á la misma fauna. Myotis Thomasi sp. n. (fig-. 1/, d-f). M. auribus magnis, margine exteriore siipra concava, infra convexinscicla, margine interiore convexa, ángulo inferiore recto; trago longo, aciito, margine interiore recta, exteriore convexa: vellere longo, casianeo, pilis ápice siiprafulms, subtus albo-fíavi- dis; facie nsque ad labia pilosa. Hocico obtuso; narices abiertas casi en el borde de lá boca, y en forma de coma invertida ('). Orejas grandes; extendidas hacia delante llegan precisamente hasta las ventanas de la nariz; en la punta son redondeadas; el borde externo, cóncavo en su tercio superior, es en lo demás lig-eramente convexo, terminando con un lobulillo redondeado; el interno, convexo en casi toda su extensión, forma inferiormente un ángulo recto perfecto, cuyo lado horizontal termina justamente encima del punto en que acaba el borde exterior. Trago largo, de punta estrecha y aguda, y bastante parecido al del Myotis myo- tis de nuestro país; su borde interior es recto y el exterior casi totalmente convexo, con un pequeño lóbulo basilar redondeado (fig-. l.^/). Alas hasta la base de los dedos; la cola sólo excede á la mem- brana en la última vértebra; el calcáneo llega hasta la mitad de la distancia entre el talón y la cola. Pelo muy abundante, largo y suave; apenas extendido sobre las membranas, cubre por completo el cuerpo y toda la cabeza, ocultando la base de las orejas (en la fig-ura se muestra descu- bierta) y llegando hasta el mismo labio superior, que está bor- deado por una franja de pelillos blancos dirigidos hacia abajo y atrás; solamente quedan desnudos un pequeño espacio aire- DE HISTORIA NATUHAL. 37í (ledor de las narices y otro de forma triang-ular en medio del labio inferior. Los pelos, castaño -neg-ruzcos en sus dos tercios basilares, son de un leonado muy pálido en la punta; en me- dio del vientre, el leonado está substituido por blanco-amari- llento, y el castaño obscuro ocupa mayor extensión. El color g-eneral es á primera vista leonado claro por encima y blan- cuzco por debajo, con matices obscuros debidos á que la parte media de los pelos se ve muy bien exteriormente. sobre todo á ciertas luces. Las membranas pardas. Los incisivos maxilares son ig'uales entre sí y están inclina- dos hacia el centro; entre el lateral y el canino, que tiene tres veces la long-itud de aquél, hay un espacio ig"ual al ancho de cada incisivo; el primer premolar maxilar es sumamente pequeño y está adosado al áng'ulo posterior interno de la base del canino; el seg"undo premolar, situado asimismo un poco más adentro que los demás dientes, es aún más pequeño, hasta el punto de no ser visible sino con el auxilio de la lente. Los incisivos mandibulares un poco proclives; el tercero de cada lado un poco más g"rande que los otros dos; el canino más corto que el maxilar y con la punta más roma. Dimensiones (Q adulta en alcohol). — Cabeza y cuerpo. 46 inm.; cola, 40: cabeza, 1.5; oreja, 13; trag"o, 08; antebrazo. 39; pulg-ar, 06; seg'undo dedo, 34; tercer dedo: metacarpiano, 33; primera falang-e, 11; seg-unda falang-e, 10; cuarto dedo: metacarpiano, 31; primera falang-e, 08; seg'unda falang-e, 09: quinto dedo: metacarpiano , 31; primera falang-e, 08; seg'un- da falang-e, 06; tibia 15; pie con uñas, 09; calcáneo, 14. No teng-o ning-ún dato seg-uro sobre la localidad del único ejemplar que he podido estudiar, pero muy probablemente procede del Brasil mei'idional, pues lo encontré reunido en un mismo frasco con varios ejemplares de Myotis nigricans que me consta están cog-idos en aquella reg-iún. Este quiróplero entra por sus caracteres en el g-rupo de los verdaderos Mijotls, teniendo su puesto al lado de las pequeñas especies americanas (M. nigricans, Jaclfugus, albescens, etc.), con alg-unas de las cuales tiene bastantes puntos de contacto. Al darle nombre, he querido hacer públicos mi admiración y respeto hacia el ilustre zoólog-o inglés Mr. Oldfield Tho- mas, autor de innumerables trabajos sobre mamíferos ameri- canos. :íT2 boletín de la sociedad española Capromys elegans sp. n. (fig-. 2."). C. rufo-/lax¡us, capite, cauda pedibusque castaneo-fuscis; ma- i'alafadaJi minima, flava; macula alia dorsali magna, lancéala, fusca, albo-lwibata: pilis fronlaübiis erectis. Como ya he indicado, el ejemplar que me ha servido para •establecer esta especie, existe desde hace muchos años en nuestro Museo; llevaba una etiqueta en la que se le desig-naba como Capromys prehensilis, de Cuba. Aun cuando no me inspi- ran g-ran confianza los datos consig-nados en las etiquetas de Fig. 2.^ — Capromys elegans. los ejemplares antig'uos, el referente á la localidad puede muy bien ser exacto en este caso, pues de Cuba ó de las islas veci- nas á ésta proceden todos los Capromys actualmente conocidos; pero en cuanto á la determinación de la especie, la cosa varía de aspecto. Dos excelentes ejemplares de Capromys prehensilis hay en el Museo, y á ning^uno de ellos se asemejad que ahora nos ocupa, ni en su aspecto ni en su coloración. La especie que yo creo nueva se aproxima más bien al C. me- hmiirus Poey, sobre todo en la forma de la cabeza, que puede apreciarse bastante bien por encontrarse el cráneo dentro de la piel disecada, lo cual no deja de ser, por otra parte, un con- tratiempo, puesto que por el mismo motivo no he podido hacer una comparación osteológica entre las varias especies. Todo el ííuerpo y los miembros están cubiertos de un espeso pelaje, DE HISTORIA NATURAL. 3~3 que en la cabeza es más duro y áspero; en la frente, los pelos son rígidos, y forman una pequeña cresta transversal que cubre la base externa de las orejas. La cola, bastante larg-a, está medianamente poblada de un pelo larg-o y tieso por enci- ma, y desnuda por debajo; esto último, sin embarg-o, no me parece un carácter natural, siendo muy probable que en el animal vivo sea peluda toda la cola. El color g-eneral es rojo- amarillo brillante: la cabeza, la parte superior del cuello, las extremidades y los pelos de la cola son de un pardo castaño obscuro; entre los dos ojos hay una pequeña mancha leonado-amarilla. El dorso está en gn-an parte ocupado por una mancha en forma de hierro de lanza con la punta hacia la reg-ión lumbar y la base un poco ensan- chada hacia los hombrea; el color de esta mancha, cuyos con- tornos están mal definidos, es un pardo-rojo muy intenso que va obscureciendo hacia delante hasta hacerse neg-ro en la parte que corresponde á la base del hierro. Numerosos pelos blancos rodean la mancha, formando una ancha faja muy irreg-ular, que en el flanco derecho se corre un poco hacia abajo; en los hombros, en la parte anterior de los miembros posteriores y sobre la base de la cola, hállanse también muchos pelos blancos, pero mezclados con los demás y sin lleg-ar á formar manchas. Las uñas son g-randes, muy corvas y de color amarillo-parduzco. Los incisivos son relativamente más g-randes que en las otras especies del género, y de color de naranja en su cara anterior. Dimensiones (1).— Cabeza y cuerpo, 485 mm.; cola, 200;. cabeza, 95; pié posterior sin las uñas, 75. Palmera ramiñcada del Alcázar de Sevilla D. FRANCISCO DE LAS BARRAS. Entre las palmeras, Phoenix dactylifera L., existentes en los jardines del Alcázar de Sevilla, figura una que es ejemplar in- (1) Téngase presente que se trata de un ejemplar disecado, por lo que estas medi- das, aunque tomadas con toda la minuciosidad posible, no deben ser consideradas como rigurosamente exactas. m\ BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA terésantísirao á causa de presentar un tallo bifurcado por ha- berse producido una rama lateral. Sabido es lo excepcional de la ramificación en la familia de las Palmáceas, constituyendo una monstruosidad en la especie en cuestión. Sin embarg-o de esto, aunque raro, no es el caso único en Es- paña, pues alg-unos otros existen de que teng-o noticias por ilos de nuestros consocios. El P. Long-inos Navas, en carta del 2 de Junio próximo pa- sado, me dice: «En el Parque de Barcelona, cerca del lag-o, de la parte" que mira á la ciudad, existe una PA. dactylifera L. ramificada. A la altura de unos 2 m. del suelo el tronco se di- vide en dos ó tres ramas. La plantarían hacia el año 80 ó antes». El Sr. Alvarez Sereix me comunica á su vez que en Alican- te, en el paseo de la Explanada, existe un ejemplar en que á DE HISTORIA NATURAL. 375 los lados del tronco lian nacido dos ramas, dándole el aspecto de un candelabro. También me dice tener conocimiento de otro individuo mucho más notable en el jardín de la casa de un sacerdote de Elche. La palma del Alcázar de Sevilla se encuentra en las inme- diaciones del pabellón llamado de Carlos V, y de ella tomé los datos que sig-uen el 23 de Ag-osto próximo pasado: Altura total del tronco desde el suelo á las hojas, 5 m. 40 cen- tímetros. Altura de la rama principal, ó sea parte de tronco compren- dida entre la bifurcación y las hojas, 1 m. 60 cm. Altura de la rama secundaria ó verdadera rama desde su nacimiento á las hojas, 1 m. 30 cm. Perímetro del tronco junto al suelo, 3 m. 30 cm. Perímetro del tronco al empezar la zona de las raíces adven- ticias, 1 m. 60 cm. Altura de la zona de raíces adventicias, 1 m. 60 cm. La parte de tronco cubierta por hojas en la rama principal se puede calcular en 2 m., aproximadamente, y la secundaria en 1 m. escaso. En cuanto á la edad de la planta, me dice el Sr. D. Manuel de Lara, Interventor del Real Sitio de xiranjuez, en carta fe- cha 4 de Septiembre del año corriente: «La palma ramificada con la mayoría de las que existen en el patio llamado de Car- los V del jardín del Alcázar, fueron trasplantadas de maceto- nes, seg'ún teng-o entendido, el año 1875 á 1876». Hace, pues, unos veinticinco años que el ejemplar de que tratamos fué trasplantado, sin que pueda calcularse la edad que entonces tendría, aunque acaso no sea g-raii exag'eraciún suponerle quince ó veinte años antes del trasplante. El Hirudo iroctma John, de Extremadura D. MARCELO RIVAS MATEOS. El Hirudo Iroctma John fué ya citado por el disting-uido na- turalista francés Rafael Blanchard (Anales de la Soc. esp. be HiST. NAT., serie 2.% t. ii, pág-. 252), de varios sitios de España, €omo son: Vilaboa, Río Eume, Santiag-o de Compostela (Coru- 3-6 boletín de la sociedad española ña) y Lanzós (Lug-o), y sospechamos que la especie haya sido mencionada de otras localidades. Nuestra nota se refiere al estudio de dicha sang-uijuela, la que hemos recog-ido en una porción de charcos y arroyos de Extremadura, donde es abun- dante, no conocién\lose ni usándose allí el Hiruclo medicinalis Ray, estando sustituido por la especie objeto del presente tra- bajo, que g'oza de g-ran fama en la Medicina y es objeto de activo cultivo y explotación. En Extremadura se la disting-ue con los nombres vulg-ares de sanguijuela fina , dragón y sangui- juela pintada. He recog-ido ejemplares durante los meses de Ag-osto y pri- mera quincena de Septiembre en los alrededores de Béjar (Salamanca), charcos y arroyos de Herg-uijuela de Guadaler- ma, Serradilla, Torrejón, Cañaveral (Cáceres) y Plasencia; me la han remitido de Don Benito (Badajoz), y me indican haber- la encontrado en varios puntos de la provincia de Córdoba, próximos á Extremadura. Sabido es por todos los zoólog-os el g-ran polimorfismo que muestran estos animales; así se explica que ning-uno de los mu- chos ejemplares que poseo de H. troc- tina coincidan exactamente con la característica asig-nada á ella por Mo- quin-Tandon; es más, el dibujo de la mencionada sang-uijuela que aparece en los Éléments de Zoologie médicale, 1862, de Moquin-Tandon, solo tiene alg-ún parecido con el H. iroctina de Extremadura. En demostración de lo que dig"o, teng-o el g-usto de presentar á la Sociedad el adjunto dibujo hecho por nuestro disting-uido consocio se- ñor Aranzadi, teniendo delante san- g-uijuelas vivas de Extremadura, el cual resultó tan acabado, que más que dibujo parece fiel retrato de la san- g-uijuela. Él me evitará detallar la ca- racterística del mencionado animal. Hirudo trocíina Johns. — Cuerpo prolong-ado, más deprimido que en el H. medicinalis. Color ceniciento por la cara ventral, con ó sin manchas negruzcas, distribuidas irreg-ularmente. fWiWX\. itT TÍXSrriT ^"'V.T'"^'?S DE HISTORIA NATURAL. 37: pero siempre en pequeña cantidad. En el marg-en latero-ven- tral del cuerpo aparece: á cada lado una línea neg-ra alg-o sinuosa que va desde la ventosa posterior hasta el meridio 7." (en la mayoría de los ejemplares), ó hasta el S.**; las mencio- nadas líneas sinuosas g-uardan tal disposición, que los áng-u- los salientes de ellas corresponden al límite de los zoides. La parte dorsal del cuerpo es poco convexa, tiene un tinte verdo- so más ó menos intenso, seg-ún las localidades, y sobre ella existen unas manchas neg-ras con margen anaranjado ; las manchas dorsales, en número de 4 ó 6 por línea transversal, se disponen en los límites de los zoides y vienen como á enla- zar los ángulos salientes y opuestos de las dos franjas sinuosas latero-ventrales. Estudiando las mandíbulas de la mencionada sanguijuela resulta que el número de dientes de la mandíbula intermedia es variable; los hemos contado en cinco individuos: 1.° 69 dien- tes, 2.-71, 3." 71, 4.° 70 y 5.° 73. Abertura sexual del macho redondeada y colocada entre los meridios 31 y 32; abertura sexual de la hembra alarg-ada trans- versalmente y situada entre los meridios 36 y 37. Por el dibujo y por la precedente descripción puede notarse que esta sang'uijuela se diferencia notablemente de la descrita y dibujada en la obra del distinguido naturalista Moquin- Tandon. Laboratorio de manipulaciones de Historia natural en la Universidad de Barcelona D. ODÜN DE BUEN. Siendo uno de los principales fines de esta Sociedad el fo- mento de las Ciencias naturales en España, no ha de serle in- diferente cuanto á la enseñanza de estas ciencias se reñera; por esta causa paréceme oportuno decir alg-o acerca del Labo- ratorio para los alumnos que hemos inaugurado hace pocos días en nuestra Universidad barcelonesa. En buen hora estableció el Sr. Ministro de Instrucción pú- blica la cuota de 10 pesetas por alumno para la práctica de cada asig-natura en la Facultad de Ciencias; merced á esta N.» 10.- Diciembre, 1901. 28 3:8 boletín de la sociedad española cuota he podido realizar lo que hace pocoo años creía un ideal lejano, que todos los alumnos manipulen, venciendo ellos mis- mos bajo la dirección de compañeros más ilustrados y hábiles, las dificultades de la práctica. Hag-amos votos por que nadie atente á esta cuota que nos permite enseñar la Historia natu- ral por el único medio que hace eficaz la enseñanza. Dos años han bastado para establecer nuestro Laboratorio, en el que trabajan diariamente 50 alumnos. El Laboratorio tiene dos departamentos: uno para Química mineral y otro para disecciones, trabajos microg-ráficos, etc. En el primero hay instalación de g"as y de electricidad, 22 mecheros Bunsen, sopletes mecánicos tan sencillos como de fácil manejo, reactivos, etc., etc. En él trabajan en días alter- nos 20 alumnos cada vez con dos jefes de mesa al frente. Para el Laboratorio principal hemos aprovechado el g"ran sa- lón del Museo de Historia natural; frente á las ventanas se han dispuesto mesas en que se instala el material necesario; las mesas son muy cómodas; los alumnos pueden trabajar senta- dos; de día la luz es abundante; de noche la proporciona, en la medida necesaria, una excelente instalación eléctrica de lám- paras fijas y de otras movibles en soportes, que permiten la orientación que se desee. Disponemos también de enchufes de fuerza para microscopio de proyecciones. Para la disección de animales, cada alumno tiene una ban- deja de hierro esmaltado, suficientemente profunda y una pla- ca de cera neg-ra sobre lámina de zinc. La caja de disección es- colar consta solo de un bisturí, una tijera pequeña y unas pinzas. Los cortes veg-etales se hacen con microtomos Krauss, apo- yados en el borde de la mesa; para inclusiones en parafina usamos el microtomo de palanca y el modelo mediano de Rei- chert para trabajos más delicados. Poseemos microscopios Zulauf, Vachet y Krauss; el Zulauf es excelente; el modelo por nosotros aceptado, sin ser de mu- cho coste, reúne todas las condiciones apetecibles; no obstante, es muy delicado para que se pong-a en manos poco habituadas. El modelo P. C. N. de Nachet, tan g-eneralizado en los Labo- ratorios escolares de Francia, es muy sencillo, le manejan muy bien los alumnos, pero no tiene condensador ni se inclina. DE HISTORIA NATURAL. 379 Da todo el resultado apetecible un modelo que nos ha cons- truido la casa Krauss, de estativo medio, pie pesado, tornillo micrométrico sencillísimo, inclinante; con el ocular F=>25 mi- límetros y los objetivos F=18 y F=4,2, forma las combinacio- nes indispensables. Lleva una pieza en que enchufan diafrag-- mas cilindricos y en que se acomodad condensador Abbe,que tan necesario es en los trabajos histológ-icos, siquiera sean tan elementales como los que nosotros hacemos. Tenemos también un modelo Nachet de petrog-rafia con cá- mara clara; un g-oniómetro universal Picart, conoscopio del mismo constructor, colecciones cristalog-ráficas, colección de preparaciones de rocas, minerales, bacterias, embriog-enia, et- cétera, etc. Las cátedras son numerosas: constan de 300 alumnos próxi- mente cada una. Están divididas en g-rupos de á 50 y trabaja un g-rupo cada día dos horas y media, alternando los deZoolo- o-ía con los de Mineralog-ía y Botánica. Así, cada estudiante, practica un día por semana. Nada podía hacerse sin disponer de personal suficiente; de mis antig-uos alumnos, con los que obtuvieron en los cursos anteriores notas de sobresaliente, se ha formado un cuerpo de jefes de mesa de trabajo, á cuyo celo, constancia é intelig-en- cia se debe la mayor parte del éxito. Cada g-rupo de 50 alumnos se gubdivide en cinco secciones de á 10 y al frente de cada sección hay un jefe de mesa. El personal á mis órdenes es el sig-uiente: •Jefe de trabajos: nuestro consocio D. Manuel Carbó, auxiliar de la Facultad de Ciencias. Jefes de mesa en Zoolog"ía: D. Jesús Romero, D. José Suñé, D. Melchor Parrizas, D. Adolfo Fig-uerolay D. Francisco Coll. Jefes de mesa en Mineralog-ía y Botánica: D. Manuel Llenas, J). Jaime Ferrer, D. Luís de Castro, D. José Ribes y D. Pelayo Martorell. Actúan de suplentes: D. Juan Guarch y D. Elias Ferrer Vai- Uant. Disecador: el licenciado en Medicina D. Pablo Plandolit. Todo el personal trabaja g-ratuitamente; la mayor parte de los citados pertenecen á nuestra Sociedad. Aparte las mesas de trabajo escolar he instalado alg-unas para investig-aciones, sig-uiendo el plan de los laboratorios de 380 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA la Sorbonne. Cada mesa se compone de tres cuerpos en forma de n ocupando el centro una silla g-iratoria, desde donde el investíg-ador pueda alcanzar los aparatos, reactivos, etc., colocados en derredor suyo. Me propong-o aumentar el número de estas mesas individuales para que en ellas trabajen nues- tros colegas que deseen hacer estudios especiales, los alumnos que preparen la tesis doctoral y cuantos se hallen en condicio- nes de dedicarse á observaciones propias. En el plan de reformas sucesivas están comprendidas y han sido estudiadas todas las necesarias para poner nuestro Labo- ratorio á la altura de los que sirven en el extranjero para di- fundir la cultura de las ciencias experimentales y para contri- buir al prog-reso científico con investigaciones nuevas. Nota sobre el diverticulo del conducto de la bolsa copulatriz ó vesícula seminal del Helix aspersa (Müll.) D. DOMINGO SÁNCHEZ. Una de las especies animales que con más frecuencia caen en manos de los principiantes y aficionados á los estudios de ana- tomía comparada y cuya disección suelen emprender, como uno de sus primeros ensayos, es el caracol común, que induda- blemente ofrece ventajas sobre otras especies, no solo por su abundancia, la facilidad de su adquisición, su talla y otras análog-as, sino también porque, como dicen MM. Vogt y Jung-, reúne en alto g-rado los rasg-os más característicos de la clase de los gasterópodos, por cuya razón el estudio de su organización puede tomarse como base para el conocimiento morfológico de la clase y aun para el del tipo orgánico á 'que pertenece. Pera aún hay otra circunstancia, consecuencia de las precedentes, que ejerce influencia mucho más poderosa para que los princi- piantes hagan del caracol cumún uno de los objetos predilec- tos de sus investigaciones: es que, en la gran mayoría de las obras de anatomía comparada y técnica zootómica que solemos manejar, se toma como tipo para el estudio de la organog-rafía de los moluscos en g-eneral, ó para la de los gasterópodos en particular, alguna de las especies comunes del género Helix. Asi, en la mayor parte de las obras francesas de que ordina- ^ DE HISTORIA NATURAL. 381 riamente hacemos uso para esta clase de trabajos, se describe, con más ó menos detalles, la anatomía del H. pomatia (L.), es- pecie frecuentísima que, sin duda alg-una, suministra un g-ran conting-ente al material de los laboratorios de la vecina Repú- blica. En nuestro país, como todos saben, es el H. aspersa (Müll.) la especie sobre que recaen ordinariamente los trabajos de labo- ratorio; y ciertamente su morfología es bastante semejante á la del H. j^omatia, para que puedan utilizarse y se utilicen en la práctica sin dificultad los datos relativos á esta última especie cuando se trata de estudiar aquélla. Hablando en términos generales, las semejanzas entre una y otra especie son g-randes, pero existen entre ellos diferen- cias considerables, aunque no tanto que puedan dificultar, ni aun á los principiantes, la homolog-ación de los órg'anos. Sin embargo, entre nuestro caracol común y la especie que se en- cuentra dibujada y descrita en las obras á que antes hemos aludido existe una diferencia que puede inducir á error, ó cuando menos producir confusión cuando todavía no se tiene formado concepto claro y preciso del valor morfológico de los distintos órganos. En el H. aspersa existe un órgano, de tama- ño relativamente grande, que parece falta en todas las demás especies del género: es el divertlculo del conducto de la bolsa copidatriz ó vesícula semi7ial (1), órgano que aunque conocido puede ofrecer alguna dificultad y confusión, puesto que no se le encuentra representado ni descrito, en las obras de uso más frecuente entre nosotros (2). La presente nota tiene únicamente por objeto dar una breve (1) La denominacióa de bolsa copulatrit me parece más apropiada que la de vesícula seminal con que tambiéa se designa este órgano. Esta última denominación se aplica especialmente á receptáculos interpuestos entre la glándula espermática y el con- ■ducto eyaculador, destinados á contener los espermatozoides antes de veriflcarse la ■cópula; es decir, antes de salir del individuo que les dio origen: mientras que se de- nominan especialmente bolsas copulatrices á receptáculos en que se depositan aque- llos elementos en individuo distinto del que les produjo, después de verificada la có- pula, que es loq^ue sucede en el órgano en cuestión. Las vesículas seminales son pe- <7uliares de los animales machos; las bolsas copulatrices de las hembras, y natural- mente los órganos correspondientes de ios hermafroditas deben distinguirse con las mismas denominaciones. (á) MM. Vogt y Jung, en su excelente obra de Anatomía comparada, se limitan á decir que el pedúnculo de la bolsa lleva en el H. aspersa un divertículo lateral.— T. I, pág. 815. 382 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA descripción de ese órgano, en la creencia de que será de alg-u- na utilidad práctica para los principiantes adquirir una idea de él, siquiera sea sucinta, pero suficiente para servirles de g-uía en sus trabajos y que no les sorprenda la presencia de un órg-ano que no suelen encontrar descrito ni fig-urado. Mas como una breve descripción acaso no fuera suficiente para dar idea bastante clara del órgano en cuestión, creo será pertinen- te acompañar la descripción de un dibujo que, aunque malo, facilitará sin dúdala interpretación. Para abreviar en lo posible la descripción sin g-ran detri- mento de la claridad, supong-amos que tenemos á la vista una lámina ó preparación del aparato g-enital del R. yomaüa que nos ser- ...h vira de g-uía y al mismo tiempo de tipo de com- --■c paración. En ella vere- mos que, á partir de la cloaca g-enital , debajo del saco del dardo parte --(■ un conducto que no tar- i -f< da en bifurcarse, dando 1^-4^...^ orig-en á dos órg-anos de caracteres morfológ-icos /^) ) y fisiológ-icos bien distin- tos. Uno es un g-rueso tubo ó cordón que se di- rig'e hacia la parte poste- rior del cuerpo del ani- < mal venelcualseobser- van á simple vista plie- g-ues ó bullones; este ór- . Sistema genital del Helix aspersa. i +„ ii„ .;, ^ ,, ^ , ;^.„, g-ano, g-eneralmente 11a- a, cloaca genital. — 5, glándula multiflaa.-f, sa- ° . co del dardo. — í?, conducto común al oviducto y á mado OViduCtO , CS á la la bolsa copulatriz.-e, oviducto.-/, íf¿i-e/- Chamienerium angustifolium, 114. Charadrius hiaticula, 169. Charopus pallipes, 360. Chenopodium múrale, 212. Chimpancé, 358. Chlora baleárica, 211. - intermedia, 211. - perfoliata, 211, 338. - serótina, 211. Chloropisca rufa, 229, Chopos, 133, 388. Cidaris bathonica, 128. - lamillosa, 128. - Loen^ani, 128. - spinulosa, 128. Cinabrio, 182. Cineraria palustris, 156. Cistus albidus, 208. - laurifolius, 122. - salvisefolius, 208. Clitocybe cerussata, 133. Cneorum tricoccum, 209. Coca, 395. Coelopeltis monspessulanus, 169. Colchicum Clementei, 122. Colocasia autiquornm, 356. Coluber communis, 169. 4m boletín de la sociedad española Columbita, 234. CoUybia platyphylla, 133. Comején, .358. Conferva rivularis, 122. Conicalcita, 183. Coninm maculatura, 210. Con vallaría verticillata, 114. Convolrulus arvensis, 124. - cantabríca, 211. Coprínus atramentaríus, 133. - digitalis, 133. Coris monspeliensis, 211. Cornipedrera, 396. Coronilla júncea, 210. Crepis bulbosa, 211. - lampsanoides, 111. - Tríasii, 211. Crocus Cambessedesii, 213. Ctenosteum semielongatum, 128. Cuarzo, 234, 271, 343. Cupríta, 235. Cutandia marítima, 214. - scleropoides, 150. Cyathophora insignia, 128. - tuberosa, 128. Cyclamen balearicum, 211. Cynips argéntea, 329. - calicis, 352. - corlaría, 324. - coronata, 325. - corticalis, 321. - fecundatrix, 328. - glutinosa, 345. - hungarica, 325. - Kollarí, 326. - truncicola, 321. Cynoglossospermum barbatum, 154 - Lappula, 155. Cyrtosia andalusiaca, 227. Dactylis glaucescens, 214. - glomerata, 214. - hispánica, 214. Datura stramonium, 124. Dancus gnmmifer, 210. Diastrophus, 394. Dictyophorus micropterus, 264. Digitalis dubia, 212. - purpurea, 124. - thapsii, 124. Dilophus femoratus, 229. Dinotherium giganteum, 280. Dipodillns dasyurus, 118. Dipus Loftusi, 120. Disomo.sa, 181. Dixa maculata, 230. Dolichopus andalusiacus, 228. Dorcadion * albicans, 84. - alternatum, 92. _ ** Becerree, 90. - Bolivari, 142. - * Dejeani, 88. - ** Escalerfe, 89. - * Ghiliani, 85, 94, 96. - - var. ** ebeninum, 96. - * Grffillsi, 81. - - ** var. Cazurroi, 91. var. ** cinereum, 81, 92. sub-sp. * longipenne, 81. - grisescens, 143. - * hispanicum, 82, 92. V. ** brunneo-fasciatum, 94. - - var. ** erythropus, 93. - * iusidiosum, 87, 143. - * Lauft'erí, 84, 97, 143. var. ** subpolitum, 98. - Martinezi, 91. V. Panteli, 87. - Marmottani, 90. - molitor, 135, 144. - Navasi, 135, 144. - Oberthürí, 92. - * Perezi, 86, 94. - - var. anthracinum, 95. V. ** septemvittatum, 95. - Seguntianum, 143. - seuegalense, 144. DE HISTORIA NATURAL. 407 Dorcadion Spinolse, 89, 98. - ** vallisoletanum, 89. Doedalea quercina, 132. Doronicum austriacum, 114. Dorycnium gracile, 209. - suffruticosum, 209. Dragón, 376. Drosera intermedia, 100. - longifolia, 100. - obovata, 100. - rotundifolia, 97. Dryophauta folii, 349. - ecutellaris, 348. Ebseus rubroniger, 360. Echinoprocta ruf escena, 159. Echium albicans, 299. - angustifolinm, 299. - australe, 250, 300. - confusum, 249. - creticnm, 212. - granateuse, 250. - grandiflorum, 250. - italicum, 212. - maritimum, 111, 250. - parviflorum, 212. - plantagineum, 111, 250. - tuberculatum, 250. - vulgare, 250, 299. - Wierzbieckii, 299. Elefante, 358. Elgiva dorsalis, 228. - trivittata, 228. Erapis ciliatopennata, 227. - gracilitarsis, 227. - Mikii, 227. - Morente, 227. - pennaria, 227. - tessellata, 227. Ephedra distachya, 154. - Nebrodensis, 154. Ephippigera (Steropleurus) ** po- lita, 335. - Stali, 336. Epilobium tetragonum, 210. Eptesicus, 368. Erethizon rufescens, 158. Erica aragonensis, li54. - arbórea, 164. - cinérea, 164. - tetralix, 164. Erigeron graveolens, 167. Erinus aipinus, 156. - hispánicas, 156. Eritrina, 181. Erodium ciconium, 123. - mosehatum, 123. Eryngium Duriseanum, 114. Erythriea centaurium, 211. - maritima, 211. - pulchella, 211. Euphorbia characias, 213. - denrJroides, 213, - flavo purpurea, 212. - helioscopia, 123,212. - hiberna, 1 14. - imbricata, 212. - peplis, 212. Eutropha Thalhammeri, 229. Everniaprunastri, 122. Falsas agallas, 398. Farraacolita, 182. Farmacosiderita, 180, 183. Festuca duriuscula, 122. - fenax, 214. Filago spathulata, 211. Fluorina, 270. Fhiornro sódico, 282. Fosforita, 180, 183. Frankenia hirsuta, 209. Fraxinus angustifolia, 402. Fresno, 133, 402. Fúlica atra, 169. Fuinana glutinosa, 209. - Isevis, 209. Fumaria officinalis, 208. 1 Galena, 235, 271, 289. 408 boletín de la sociedad española Galera pp?, 133. Ganomatila, 184. Garduña, 1 39. Garrulus glandarius, 169. Gastridium oblongum^ 193. Gato, 296. Gaudinia fragilis, 215. Gazella subgutturof a, 120. Genista anglica, 394. - Broteri, 394. - falcata, 394. - florida, í<94. - lusitanica, 165. Geranium colombinum, 209. - molle, 209. - Robertiannm, 209. Geum beterocarpum, 152. - nivale, 152. Gladiolus illyricus, 213. - segetum, 122. Globularia oscensis, 111, 193. Gorila, 358. Granito, 183, 270. - porfídico, 184. Graveras, 170. Gymnetron sapiens, 134. Gymnoternus Moreníe, 228. - quadrifilatus, 228. Haidingeiita, 182. Halloi,«ita, 288. Hapale pygniíea, 109. Heleocharis palustris, 214. Heliauthemura guttatum, 208. Helichrysum decutnbens, 211. - stoechas, 125. Heliolrcipiíim curassavicum, 212. - europíEiim, 124. Helix af^persa,363, 380. - pomatia, 381. Heteroporii ficnlina, 128. Heterotíienia ** Paui, 115. Hidrógeno atmosférico, 318. Hieracium Capdevalli, 154. Hierro, 288. Hilara bistriata, 227. - cingulata, 227. - fulvibarba, 227. - fnsitibia, 227. - qnadriclavata, 227. Eipopótanio, 139, 358. Hipparion gracile, 280. Hippocrepis unisiliquosa, 210. Hippiuites, 193. Hirudo niedicinalis, 370. - * troctina, 375. Holcus lanatus, 214. Hombre, 127, 139. Hordeum Gussoneanum, 214. Hyadina guttata, 229. Hydrellia nigricans, 229. Hyoseris radiata, 211. Hypebasus albifrons, 360. Hypericum balearicum, 209. - perfoliatnm, 209. Intricaria bajociensis, 128. Jsastrsea gibbosa, J28. Jabalí, 139. Jidiguera, 396. Juncus acutus, 213. - maritimus, 213. - multiflorus, 213. - Tommassinii, 213. Juniperus thurifera, 192. Koeleria crassipes, 114. Kopsia Muteli, 212. - ramosa, 212. Lactuca virosa, 125. Lagothrix Poppigii, 109. Laguena, 290. Lagurus ovatus, 214. Lamium amp.exicaule, 124. - purpureum, 124. Lamprochromus defectivus, 228. Lappa major, 125. Lasioptera pp., 398. Lathyrus annuus, 210, DE HISTORIA NATURAL. 409 Lathyrus aphaca, 123, 210. - cícera, 210. - ochnis, 210. Launa, 290. Lauras nobilis, 398. Lavandula stcenlias, 124, 212. Lavatera crética, 209. - maritima, 209. Lavas porosas, 291. Leopardo, 358. Lepidium draba, 208. Lepiota excoriata, 133. Leptothorax Rottenbergi, 277. Lepturiis c}'lindricus, 215. Lepns cuniculus, 303. Libethenita, 180, Lignito, 251, 339. Limnobia autumnalis, 230. - tristis, 230. Limodorum aborUvum, 213. Limonita, 271, 354. Limosina andalusiaca, 229. - limosa, 229. - plurisetosa, 229. Linaria borealis, 169. - intricata, 111, 193. - prosima, 193. - spartea, 124. Linum angustifolium, 209. - gallicum, 209. - spicatum, 209. - strictum, 209. Lithospermum arvense, 211. Lobioptera albomaculata, 229. Lolium remotum, var. ** Rodri- guezii, 115. Lonchoptera tristis, 228. Lonicera implexa, 210. - periclymenum, 124. - valentina, 210. - xylosteum, 155. Lotus corniculatus, 209. - creticus, 209. N." 10.- Diciembre, 1901. Lotus decumbens, 209. - hispidus, 209. - tenuifolius, 209. - tetraphyllus, 209. Lycoperdon ccelatum, 133. - pratense, 122, 133. Lythrum flexuosum, 210. - hyssopifolia, 210. - thymifclia, 210. Macroglopsa stellatarum, 301. Magydaris tomentosa, 210. Malachius (Cyrtosus) cyanipennís, 360. - elegans, 360. - lusitanicus, 360. - marginellus, 360. - spinosus, 360. Malaquita, 181, 271, 340. Malva minoricensis, 209. Manganeso, 290. Jlanzana del chopo, 388. Margas, 171, 203, 290. Marrubium vulgare, 212. Mastodon longirostris, 280. Matapollo, 167. Medicago, 397. - apiculatá, 209. - marina, 209. - ononidea, 193. Melanobacidium mali, 338. Melanomelia aterrima, 228. Mélica magnolii, 214. - major, 214. Meliturga clavicornis, 277. Mentha pulegium, 212. - rotuudifolia, 124. Meriones erythrurus, 118. Merulius lacrituans, 132. Mica, 234, 354. Micrococcus céreas albus, 207. - coronatus, 207, - prodigiosas, 207. - roseas, 207. 90 410 boletín de la sociedad española Micrococcus sulphureus, 207. Microlonchus Clusii, 124. - Durieui, 124. Micromeria filiforinis, 212. Microphorus pilimanus, 227. Midas Graellsi, 109. - lagonotus, 109. Millericrinus Escheri, 128. - Hoferi, 128. Mimprera, 385. Mimetita, 184. Minio, 364. Molasas, 200. Molossus uasutus, 369. Moronita, 290. Mucor mucedo, 125. Mus bactrianus, 118. - decumanus, 139. - rattus, 139. Muscari comosum, 122. Mustela boccamela, 118. Mutilla brutia, 223. - europsea, 223. - littoralis, 223. - maura, 223. - partita, 223. - punctata. 223. - pusilla, 223. - 5-maculata, 223. - stridula, 223. - (Dasylabris) rubrosignata, 223. - (Myrmilla) calva, 223. - - capitataj 223. - - Chiesi, 223. - - dorsata, 223. - (Stenomutilla) argéntala, 223. Mycetes senicnlus, 109. Myopa dorsalis, 228. Myosotis hispida, 212. Myotis albescens, 371. - lucifugus, 371. - myotis, 370. Myotis nigricans, 371. - ** Thomaei, 370. Myoxus dryas, 118. Myriophyllum spicatum, 210. Nacrita, 288. Naranjo, 133. Narcissus bulbocodium, 122. - serótinas, 213. Nardurus patens, 115, 216. Natica sp?, 128. Kautilus, 248. Nematus galiicola 387. - sp?, 387. - Vallisnierii, 387. - versicolor, 385. Nerineea scalaris, 128. Nesokia ** argyropus, 118. - bengalensis, 119. - Hardwifkii, var Huttoni, 118. Neurotherus lenticularis, 347. - ostredis, 346. Nigella damascena, 208. Nitro, 199. Nuphar luteum, 124. Nymphaea alba, 123. Ochthiphila coronata, 229. Ocres, 290. Odontites serótina, 153. OEdalea brevicornis, 227. Qínanthe apiifolia, 210. - globulosa, 210. - pimpinelloides, 210. Olea europíea, 401. Ollvinita, 180. Olmo, 391. Oncotylus setulqsus, 136. Ononis crispa, 209. - minutissima, 209. - reclinata, 209. Ophrys apifera, 115. - arachnites, 213. - spec'ulum, 213. - tenthredinifera, 213. DE HISTORIA NATURAL. 411 Orchis bifolia, 115. - conopsea, 115. - coriophora, 115. - frajrans, 213. - morio, 122, - prov'incialis, 115. Orlaya maritima, 210. Orobanche bederpe, 212. Ostrea gregaria, 128. Osyris alba, 212. Oxido de hierro, 235. Oxybelus ** raaculiventris, 256. - **• nigriventris, 257. - ** opacas, 258. Oxypoda luctifera, 133. - magiiicollis, 133. Pseonia Broteri, 123. - Cambessedesii, 208. Palmera, 373. Pancratium maritimum, 213. Papaver setigerum, 208. Parahypostena diversipes, 228. Parmelia acetabulum, 317. - alpicola, 317. - Borreri, 314. - caperata, 316. - carporrhizans, 315. - cetrata, 315. - conspersa, 316. - encausta, 316. - exasperata, 317. - fahliinensis, 317. - isidiotyla, 317. - Isevigata, 316. - lusitana, 317. - omphalodes, 317. - perforata, 315. - perlata, 315. - pbysodes, 316. - püosellf), 315. - revoluta, 315. - saxatilis, 314. - sinuosa, 315. Parmelia ?tygia, 317. - Kulcata, 314. - tiliacea, 315. - trichotera, 315. Passer hispanioleneis, 169. Pastinaca lucida, 210. Pectén sequivalvis, 128. - sp?, 128. Pegmatitas, 288. Pemphigus affinis, 390. - bursariuSj 389. - cornicularius, 395. - folicularius, 398. - populi, 390. - semilunaris, 397. - spirotbecse, 390. - utricularius, 397. Peutacrinus sp?, 128. Pentagonia hybrida, 211. Perro, 139. Pezomachus formicarius, 2 23. Phagnalon sasatile, 211. - sordidum, 211. Phalaris ca?rulescens, 214. - nodosa, 214. - paradoxa, 114. Phcenix dactylifera, 373. Pholadomya deltoidea, 128. Pholiota mutabilis, 133. Phytolacca decandra, 122. Phytomyza aíRnis, 229. - Morense, 229. - nevadensis, 229. Phytoptus robur, 360. Pimpiuella dichotoma, 150. - fcetida, 150. Piorno, 394. Piptatherum coerulesceus, 214. - multiflorum, 214. Pipunculus nigritulus, 228. Pirita, 181, 290, 342. - arsénica!, 235. - de hierro, 271. 412 boletín de la sociedad española Piroxeno, 365. Pistacia terebinthus, 123, 395. Pizarras, 290. Plantago albicane, 124. - ** Badali, 156. - Bell ardí, 212. - crassifolia, 212. - lagopiis, 212. - lanceolatn, 124, 212. - marítima, 212. - media, 15'5. - psyllium, 212. Platynaspis luteorubra var. Kara- mani, 134. Platyplax Salviae, 278. Platystolns ustulatus, 336. Plecotiis anritus, 127. Pleurotomaria sp?, 128. Pleurotus cornucopioides, 133. Plomo-goma, 183. Plumbago capensis, 300. Poa attica, 214. - sudetica, 114. - trivialis, 214. Polygala rupestris, 209. Polypogon Djaritimum, 214. Polyporue lucidus, 132. - versicolor, 133. Polyeacnm crassipes, 133. Polystichum filix-mas, 114. - rigidum, 1 14. Populus nigra, 388, 390. Pórfidos, Ui3, 290., Potasa, 112. Potentillamixta, 115. Prixita, 184. Proteos vulgaris, 207. Prunus ppiTiosa, 123. Fseudoagalla, 398, Pseudocropsilus olaripennis, 228. • - maculipemiis, 228. Pseudoholopogon cbalcogaster, 227. Psila nigrotseniata, 228. Psoralea bituminosa, 209. Pterophorus, 126. Puerco-esjdn, 358. Pulicaria odora, 211. Pygaster Peronni? 128. Quercus ballota, 346. - coccifera, 325, 347. - ilex, 322, 346, 351. - lusitanica, 327, 328, 345, 347, 349, 362. - pedunculata, 197, 321, 326, 329, 34 7, 360, 362. - pseudo-suber, 322, 325, 328. - seshiJiflora, 321, 327, 329, 348,. 350. - súber, 197, 324, 352. - toza, 197,325, 347, 349. Ramondia pyrenaioa, 338. - var. ** Lazaroi, 305. Rampbomyia andalusiaca, 227. - umbripennis, 227. Rannnculns acoiiitifolius, 114. - aquatilis, 208. - Bandotii, 208. - confusus, 208. - flaitans, 123. - hederaceus, 123. - macrophyllus, 208. - muricatus, 123, 208. - parvifloius, 208. - Sardous, 208. - trilobus, 208. - tripartitus, 208. Rapbanus rapbariistrum, 122, 208. Rata, 139. Botón. 139. Reichardia picroides, 211. - tingitana, 211. Rejalgar, 182. Reseda luteola, 192. Retama blanca, 394. Retama monosperma, 123. - sphserocarpa, 123. DE HISTORIA NATURAL. 413 Rhabdocidaris hórrida, 128. Ehaphidophlus lobatus, 334. - filifer var. ** cantábrica, 000. Ehicnoesa alboguttata, 229. - albosetulosa, 229. Ehinechis scalaris, 169. Rhinoceros, 363. Rhodites rosas, 398, 400. - spiuosissima, 400. Rhyncholopus crassipes, 230. Rhynchonella inconstans, 128. Ricinus communis, 103. Romerina, 167. Rosa canina, 123, 398. - - andegavensis, 400. - - dumalis, 398. - - dumetorum, 400. - - fusiformis, 400. - - globularia, 898. - - scabrata, 398. - - sphíerica, 400. - - urbica, 400. - corylifolia, 153. - frutetoruiu, 153. - glauca, 153. - Mathonneti, 152. - mollis, 152. - myriacantha, 152. - rubella, 152. - sorbifolia, 152. - spinosissima, 152. - subcanina, 153. Rosal silvestre, 398. Rubus discolor, 123. - idseus, 152. - thyrsoideus, 400. Rumex bucephalophorus, 212. - conglomeratus, 212. - crispus, 122, 212. - pulcher, 212. Ruscus aculeatus, 1'22. Rusaula emética var. fragilis, 133. Ruta chalepeusis, 209. Salix alba, 387. - aurita, 388. - cinérea, 387. í - fragilis, 387. - olsefolia, 888. - triandra, 387. - viminalis, 385. Sambucus ebulus, 124. - nigra, 124. Sanguijuela dragón, 376. - fina, 376. - pintada, 376. Santolina chamaecyparissus, 211. - rosmarinifolia, 125, 1(54. Sapromyza andalusiaca, 228. Sarcina lútea, 207. Sarga blanca, 387. - negra, 387. Sargado, 290. Sauce blanco, 388. Scandix pecten-veneris, 210. Scatophila quadrilineata, 229. Scbinus molle, 132. Schizoneura lanigera, 391. - ulmi, 393. Sciara Morena, 229. - obtusicauda, 229. - quinquelineata, 229. - Thomíe, 229. Scirpus holoschsenus, 213. - maritimus, 213. Scleroderma verrucosuQi, 132. Scleropoa rígida, 214. Scolopendrium oíBcinale, 114. Scorodita, 182. Scrophularia canina, 124. - peregrina, 212. Sedum acre, 123. Selinopsis foetida, 150. - montana, 150. Senebiera pinnatifida, 208. Senecio carpetanus, 155. - gallicus, 125. 414 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Senecio Jacobaea, 126. - Rodriguezii, 211, - vulgaris, 125. Serapias lingua, 122, 213. - occultata, 213. Siderita, 342. Silaus virescens, 154. Silene alpiua, 262. - commutata, 261, - inflata, 260. - lusitanica, 209. - marítima, 260. - mollissima, 209. - Thorei, 261. Silybum Marianum, 211, Sinapis arvensis, 208. Sisymbrium officinale, 208, Sonchus arvensis, 211. - asper, 211, Spathegaster baccarum, 347, 352. - Taschembergi, 348. Sphaerocera pusilla, 229. Sphecodes ** Antigíe, 258. - hispanicus, 259. Spintherops catophanes, 126. - spectrum, 126. Spirtea ulmaria, 152. Spondylus sp?, 128. Stachys hirta, 212. Statice minutiflora, 212, - psiloclada, 212. Stauronotus maroccanus, 71. Stellaría media, 123. Stenobotiirus, 126. Stipa júncea, 214. Stropharía obtusata, 133, Sulfato de magnesia, 200. Symphorícarpus racemosus, 103. "Synergus, 353, Syrítta pipiens, 228. Syrphus balteatus, 228. Tachydromia andalusiaca, 228, - baldensis, 227, Tachydromia cinereovittata, 227, - cursitans, 227, - major, 227. - minuta, 228. - minutissima, 228. - pseudo-maculipes, 227. - pubicornis, 227. Tamarix, 133. - africana, 210. Tamus communis, 213. Tanypus castellanus, 230. Taphozous nudiventris, 118. Taeniopoda ** Burmeisteri, 266. - centurio, 268. - ** gutturosa, 268. - picticornis, 267. - pulchella, 269. - superba, 267, Tegenaria domestica, 126. Teras terminalis, 323. Terehinto, 395. Terebratula Bnckmani, 128. - (Waldheimia) carinata, 128. - furciliensis, 128. - fylgia, 128. - maxillata, 128. - Philipsi, 128. Terebratulina coarctata, 128. Ternera, 295. Testudo grffica^ 363. Tetraneura ulmi, 393, Teucrium chamaedrys, 212, - majoricum, 212. - pyrenaicum, 155. Thapsia villosa, 124, 210. Thecocyathus sp?, 128. Thecosmilia obtusa, 128. Thylacites chalcogrammus, 134. - fuUo, 134, - ** hirsutas, 133. Thymus mastichina, 124, Tiphia ** Antigás, 252. - brevipennis, 253. DE HISTORIA NATURAL. 415 Tiphia femorata, 255. - Lethyerryi, 253. - morio, 254. - Olcesei, 253. - Putoni, 253. - ** rudepunctata, 253. _ ^* Vaucheri, 255. Típula acuminata, 230. - Morense, 230. - pseudo gigantea, 230. - saginata, 230. - trifasciculata, 230. Torilis heterophylla, 210. - nodosa, 210. Trichina spiralis, 137. Trifolium angustifoliuin, 209. - Carteiense, 193. - maritimum, 209. - procumbene, 209. - resupinatum, 209. - scabrum, 209. - stellatum, 209. Trigonaspis costalis, 322. Trigonia costulata, 128. - denticulata, 128. Trimicra aiidalusiaca, 230. Trixago apula, 212. - viscosa, 212. Turbinolia sp?, 128. Turdus músicas, 169. - viscivorus, 169. Turmalinas, 23á. Ulex sp?, 165. Ulmus campestris, 391. Umbilicus pendulinus, 123. Unió Idubedse, 128. Urginea scilla, 122. Uitica membranácea, 212. Ustilago tritici, 122. Valerianella microcarpa, 211. Vanellus cristatus, 169. Veratrum álbum, 114. Verbena chamfedryfolia, 301. - officinalis, 212. Vespertilio **■ Espadse, 368. - magellanicus, 368. - murinus, 127. - pipistrellus, 127. Vesperugo Kulilii, 118. Vesperus, 368. - magellanicus, 368. Vicia angustifolia, 123, 210. - hirta, 210. - macrocarpa, 210. - narbouensis, 123. - parviflora, 209. - pubescens, 209. - sativa, 123. Vinca media, 211. Vincetoxicum apodum, 211. - nigrum, 211. Vivianita, 180. Volvaria bombycina, 133. - speciosa, 133. Vulpes leucopus, 118. Vulpia geniculata, 214. Wawelita, 181. Wolframita, 235. Xanthium spinosum, 124. Xanthogramma margínale, 228. Xanthosoma eagittsefolium, 356. Zambullo, 401. Zarzamora, 400. El Vicesecretario, José María Dusmet. ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO 1 3DEX_. BOLETÍIsr Pág-s. Reglamento de la Sociedad 3 Junta directiva y Comisiones para 1901 13 Lista de Socios 15 Memoria acerca del estado de la Sociedad y de su Biblioteca 38 Sesión del 9 de Enero de 1901 69 Lázaro (B.). — Noticia necrológica del Sr. Marqués de la Rivera 69 Bolívar (I.) — Recuerdos del Sr. Barón Edm. de Sélys Longchamps, . 70 Martínez de la Escalera (M.) — Proposición relativa á la enseñanza de la Historia natural en las Escuelas 71 Más y Guindal (J.)— Comunicación de plantas para el Catálogo 72 Bolívar (I.) — Proyecto de excursión á Almería y Granada 72 Lázaro (B.) — Proposición sobre conferencias 73 Navas (R. P. L.) — El Barón Ed. de Sélys Longchamps 74 Martínez de la Escalera (M.) — Especies españolas del género Dor- cadion Dalm 77 Laufler (J.) — Notas críticas sobre el género Dorcadion Dalm 88 Rivas Mateos ÍM.)— Algunas formas transitorias de las especies es- pañolas del género Drosera 98 Reyes y Prosper (E.) — Polimorfismo de las hojas del ricino 102 Sesión del 6 de Febrero de 1901 105 Bolívar (I ) — Noticia necrológica de D. Enrique Gómez Carrasco.. . . 106 Discusión sobre enseñanza de la Historia natural en las escuelas. . . 106 Calderón (S.) — Noticia sobre el meteorito de Quesa 108 Cabrera Latorre (A.) — Datos sobre monos americanos del Museo de Madrid 109 Más j' Guindal (J.)- El carex filiformis en España 109 Barras de Aragón (F. de las).— ios trabajos geográficos de la Casa de Contratación de Sevilla (nota bibliográfica) 110 :n38i 418 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA Págs. Barras de Aragón (F. de \as). — Plantes nouvelles de la flore d'Kspagne par M. A. de Coincy (nota bibliográñca) 111 Jinieno (H.) — Electrólisis de la potasa en una pared 112 Merino (R. P. B.)— Algunas especies raras, nuevas ó críticas de la Flora gallega 113 Cabrera Latorre (A.) — Viaje del Sr. Martínez de la Escalera á Persia. Mamíferos 117 Fernández de Gatta (M.)— Nombres regionales salmantinos de algu- nas plantas espontáneas 121 Navas (R. P. L.)— Notas geológicas. - La cueva de Maderuela en Vera (provincia de Zaragoza) 125 Hernández Pacheco (E.) — Datos para la flora micológica de los alre- dedores de Córdoba 130 Fuente (J. M/ de la). — Datos para la fauna de la provincia de Ciu- dad-Real 132 Díaz del Villar (J. M.) - La triquina espiral (Trichina spiralis Owen). 137 Martínez de la Escalera (M.) — Notas sinonímicas sobre el género Dorcadion Dalm 142 Sesión del 6 de Marzo de 1901 145 Discusión sobre la enseñanza de la Historia natural en las escuelas. 145 Gregorio y Rocasolano (A.) — Noticia necrológica sobre D. Jacinto Marcos Zamora 148 Pau (C.) — Una especie nueva para la flora española 149 — Plantas teruelanas reogidas por D. Antonio Badal 150 Cabrera Latorre (A.)— Sobre los caracteres y la clasificación del puer- co espín pequeño de Colombia 158 Rivas Mateos (M.)— Plantas de la Sierra de Béjar 162 Jimeno (H.) — Un autógrafo de D. Ignacio Jordán de Asso 165 Fernández de Gatta (M.) — Nombres regionales salmantinos de algu- nos animales 1 69 Sánchez Pérez (J.) — Excursión á Muel y al pantano de Mezalocha. . 170 Martínez de la Escalera (M.) —Materiales para una revisión del gé- nero Asida 172 Jimeno (H.) — Noticias históricas sobre algunos terremotos acaecidos en España 175 Calderón (S.) — Noticias sobre algunos fosfatos y arseniatos raros ó poco conocidos de nuestra Península 180 Sesión extraor-dinaria del 18 de Marzo de Í90i. — Nombramiento de Socios honorarios y restablecimiento de la Sección de Barcelona. 186 Sesión del 10 de Abril de 1901 188 Discusión sobre la enseñanza de la Historia natural en las escuelas. 189 Lázaro (B.) — Observaciones sobre la Écloga quinta de A. de Coincy.. 192 DE HISTORIA NATURAL. 41» Págs. Fernández de Gatta (M.)— Nuevos estudios sobre las agallas 194 Calderón (S.) — Apuntes sobre el nitro en España 19& Madrid Moreno (J.) — Un nuevo medio de cultivo para diferenciar el Bacillus tífico del coli según Mankowski 204 Pau (C.)— Relación de plantas menorquinas 207 Jimeno (H.) — Noticias históricas sobre algunas piedras meteóricas caídas en España 215 Sesión del 1° de Mayo de 1901 217 Conclusiones sobre la enseñanza de la Historia natural en las es- cuelas 218 Constitución de la Sección de Barcelona 221 Heyden (L. ven). — Contribuciones á la fauna ibérica. Mutillida? (Hymenoptera) 222 Jimeno (H.) — Noticias históricas sobre algunas piedras meteóricas caídas en España (conclusión) 224 Navas (R. P. L.) - Dípteros de España por el P. Gabriel Strobl. (Nota bibliográfica.) 226 Calderón (S.)— La casiterita y los filones estanníferos de nuestra Pe- nínsula 231 Sesión del 5 de Junio de 1901 241 Barras de Aragón (F. de las). — Ensayo antropométrico 242 Oloriz (F.)— Observaciones sobre la proposición del Sr. Barras acerca de la antropometría 244 Presentación al Sr. Ministro de Instrucción pública de las Conclusio- nes sobre la enseñanza de la Historia natural en las escuelas. . . . 246 Nombramiento de Socios de la Española para la expedición al Muni 245 Formación de un Diccionario de nombres vulgares de animales 246 Reglas para la redacción de las papeletas sobre datos de la fauna, flora y gea de España 247 Calderón (S.) Terremoto del 24 de Mayo en Málaga 247 Barras de Aragón (F. de las). — Revisión des espéces critiques du genre Echiumpar M. A. de Coincy (nota bibliográfica) 248 Dosset (J. A.) — Sobre una fuente próxima á Val de Nuez (Teruel), con sedimento de alúmina gelatinosa. 248 Touruier (H.)— Descriptions de quelques Hyméuoptéres d'Europe et confins 252 Rivas Mateos (M.) — Formas transitorias de las especies españolas del género Silene (Sección Behen) 260 Bolívar (I.)— El género Tamiopoda Stál 264 Jimeno (F.)— Mina de Pnig-Pedrós, Papiol (Barcelona) 270 Finestres (Ed )— La pirita de hierro de Montjuich (Barcelona) 271 420 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Sesión del 3 de Julio de 1901 273 Lázaro (B.) — Noticia del fallecimiento de D. Miguel Colmeiro y de D. Ángel Larrinúa 273 Nacher y Vilar (P.)— Conveniencia de que los Catedráticos de provin- cias den cuenta de sus expediciones á la Sociedad y de que ésta corrija los errores de las obras que se publican sobre Historia na- tural 275 Bartolomé y del Cerro (A.) — Más sobre el mismo asunto y sobre ho- jas antropométricas y también sobre la Sociedad protectora de ani- males de Málaga 276 Artigas (P.) — Sobre translación del Jardín Botánico 276 Dusmet (J. M.) — Sobre una excursión desde Fortuna á Ribas (hime- nópteros y hemípteros ) 277 Calderón (S.) — Climat et eanx minerales d'Es¡)agne,par le Dr. A. La bat (nota bibliográficaj 277 Ferrer (J.) — Excursión á Blanes 279 Barras de Aragón (F. de las). — Noticia del folleto del Dr. Venukoíí sobre mamíferos fósiles y del Director del Museo de Budapest sobre etnografía, tipos madgiares 280 — Más datos sobre el terremoto del 24 de Abril 1 . 280 Casares Gil (.!.) — Sobre la presencia del fluoruro sódico en algunas aguas minerales 282 Calderón (S.) — Apuntes sobre algunas arcillas y rocas arcillosas de Andalucía y Extremadura 287 Buen y del Cos (O.) — Nota acerca de la extensión y carácter de la región volcánica de Olot 291 Barras de Aragón (F. de las). — Noticias sobre algunos monstruos existentes en el Gabinete del Instituto de Avila 294 Sesión del 2 de Octubre de 1901 297 Calderón (S.)— Noticia del fallecimiento del Socio Protector Mr. H. de Lacaze Duthiers 297 Barras de Aragón (F. de Isis). — Sedionement du genre Echiam y Qu'est-ce que I' Echium Wierzbieckii, par M. de Coincy (notas biblio- gráficas) 298 líeyes y Prosper (E.) — Observaciones sobre el Plumbago capensis Thuub 300 Calderón (S.) — Más datos sobre el meteorito de Quesa 301 Criado (M.)— Noticias sobre la expedición al Muni 302 Mazo y Franza (J.) — Sobre el albinismo en Andalucía 303 Barras de Aragón (F. de las). — Sobre el repertorio universal de los trabajos geológicos de Bélgica 304 Rivas Mateos (M.) — Ramondia pyrenaica Rich. var. Lazaroi 306 DE HISTORIA NATURAL. -121 Págs. Barras de Aragón (F. de las). — Abreviaturas de los nombres de natu- ralistas españoles 307 Navas [B.. P. L.)— Notas liquenológicas. El género Parmelia en Es- paña 310 Chaves y Pérez del Pulgar (F.)—Les gaz combustibles de. Vair; Vhij- drogene atmos'phérique par M. A. 0v-N ^ 3 J7. Cabrera de¡. Lit J. Palaciot - Madrid. 1 Mus RATTUS L. 2 Mus RATTUS Albxandbinus E Gcafft, 3 Mus UECUMANUS, Poll. ^- Bor.KT. OE i.A Son. Ksr. uv. IIist. nat, Tomo I.— I,.\\i. II. Ramondin j}yrenriica Kich. var. Lazarni Jíiv. Mat. a, llor vista por debajo; b, estambre; r, cáliz; *•/, corte del ovario y del fruto; c, diagrama. H > í^ BOXjETinST DE LA Sociedad española '*■ T^ de Pistoria f^atural FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 1871' Tomo I. — 1901 PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO PALACIO DE BIBLIOTECA Y MUSEOS NACIOXALES INSTRUCCIONES, La Sociedad espaííola de Historia natural se propone el cultivo de esta ciencia y especialmente el de las producciones naturales de España: fué fundada en 8 de Febrero de 1871, y ha publicado sin interrupción 29 tomos de sus Anales divididos en dos series, comprendiendo la primera del 1 al 20 y la segunda del 21 al 30 (este último está en prensa). En la actualidad publica el Boletín y las Memorias; el primero sale á luz por cuadernos mensuales (excepto en los de Agosto y Septiembre) y contiene el acta de las sesiones y las comunicaciones científicas que en ellas se hicieren y que no excedan de ocho páginas de impresión, y las segundas se publicarán por tomos completos y comprenderán los trabajos extensos, procurándose contenga cada tomo estudios referentes á los tres reinos naturales. La Sociedad española de Historia natural no recibe protección oficial y cumple su misión con el esfuerzo de sus socios, por lo que son llamados a auxiiiarhx y sostenerla no sólo los naturalistas sino todas las personas amantes de las ciencias y de la cultura patria, así como las corporaciones y establecimientos docentes, que pueden también figurar en la lista de socios: éstos son de varias clases: protectores, honorarios, correspondien- tes extranjeros, numerarios y agregados. La Sociedad concede el titulo de Protectores á las personas ó entida- des que la favorezcan con donativos de importancia, fundaciones de j)re- mios ú otros servicios de gran valía, y el de Honorarios á las personas eminentes en la ciencia que juzgue acreedoras á esta distinción: su nú- mero está limitado á 10. Unos y utros reciben todas las publicaciones. Los socios correspondientes extranjeros podrán recibir todas las pu- blicaciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas en la te- sorería de Madrid ó la de 8 francos en París, 42, rué de Kotre Dame de Nazareth, á M. Emile Traizet, representante de la Sociedad. Los numerarios abonarán Ja cuota anual de 15 pesetas ó la de 16,50 si residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuento al tesorero en la época de admisión, y posteriormente en el mes de Enero de cada año. Keciben el Boletín y las Memorias. * Los agregados abonan la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Boletín. Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta- dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á razón de á pe- setas por trimestre los numerarios y de 2,25 los agregados. Los socios numerarios que abonen de una vez ó en tres plazos anuales la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas lar publicaciones de la Sociedad. Los que hicieren á la Sociedad el donativo de 500 pesetas seráu consi- derados como socios perpetuos, con iguales derechos que los vitalicios, pero figurando su nombre á perpetuidad en l.i lista de socios, junto al de los socios fundadores. Las personas ó entidades que deseen contribuir á los fines de la Socie- dad en cualquiera de las categorías enumeradas podrán dirigirse á los socios cuyas señas se indican y que representan á la Sociedad, los cuales les facilitarán cuantos datos necesiten. En Madrid al Secretario i). Salvador Calderón, calle de Sagasta, 9, á quien deberá dirigirse la correspondencia científica, y al Tesorero D. Igna- cio Bolívar, Moreio, 1, al que se dirigirá la administrativa. En provincias á L>. Éélix Gila y Fidalgo, Catedrático en la Universidad de Zaragoza; D. Marcelo Rivas Mateos, en la de Barcelona; i). Emilio Kiverá, en el Instituto de Valencia; D. Julio del Mazo, Arguijo, (3, Sevilla; y D. Pedro Fernández Cavada, calle de Santa Clara, 8 y 10, tóantander. En el extranjero M. Emile Traizet, Kue |Notre Lame de Nazareth, i2, en París. PUBLICACIONES DE LA SOCIEDAD QUE se HALLAN Á DISPOSICIÓN DE LOS SEÑORES SOCIOS Á LOS PRECIOS AQUÍ SEÑALADOS. Ptas. Recuerdos botánicos de Tenerife, por D. R. Masferrer (cuaderno e 246 páginas, tirada aparte de los Anales) 2 Fac-simile de una carta del Barón de Humholdt (publicada en el to- mó I de los Anai-es) O 50 Actas de la Sociedad española de Historia natural (años 1890, 1891, 1893-1900), cada uno 2,50 índice de lo contenido en los veinte primeros tomos (primera serie) d e los Anales 1 Catálogo de la Biblioteca de la Sociedad española de Historia na- tural 1 Los Sres. S'ocios tienen derecho á adquirir por una sola vez un ejemplar de cada uno de los tomos de la primera serie, á los precios siguientes: Tomos 2.°, 3.°, 4.", 12.°, 13.", 14.°, 15.o, 19.° y 20." 8 pesetas. — 5." y 11." 25 — — C.°, 7.°, 8.°, 9.°, 10.°, lü.", 17." y 18.° 12 — Los cuadernos sueltos, siempre que de ellos haya sobrantes, sin desca- balar tomos, á 2 pesetas. La colección completa de la 1.^ serie (20 tomos) incluyendo el tomo 1.°, para los socios y por un solo ejemplar (sólo hay disponible un cortísimo número) 250 pesetas. La 2.a serie de los Anales (18921901) se compone de 10 tomos (el últi- mo en publicación), al precio cada uno de 15 pesetas. Los socios vitalicios y perpetuos tienen derecho á recibir á su ingreso diez volúmenes elegidos entre los anteriores á excepción de los 1.°, 5.° y 11.° Los socios tienen derecho á 60 ejemplares gratis de los trabajos que publiquen en las Memorias, pudiendo obtener maj^or número con arreglo á la tarifa que se inserta en la 2.a página de la cubierta del núm. l.o de Boletín. Los autores de comunicaciones que se inserten en el Boletín no reciben ejemplares gratis, pero pueden obtener económicamente los plie- gos en que aparezca su trabajo á precio de tarifa. Unos y otros deberán indicar en el manuscrito de su trabajo los ejem- plares y condiciones que deseen, no respondiendo la Sociedad de que que- den complacidos si así no lo hicieren. MBI. WHOI I lliKAKV UH IñM A M