BOLETIItT DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL TOMO VI— 1906 MADRID ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE FORTANET IMPRESOR DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA Libertad, núm. 29.— Teléfono 991. 190S JUNTA níRECTIVA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL T'-A-K-A. 190S Presidente D. Florentino Azpeitia y Moros. Vicepreside7ite . . D. José Casares Gil. Tesorero D. Ig-nacio Bolívar y Urrutia. Secretario D. Ricardo García Mercet. Bibliotecario. . . D. Ang-el Cabrera Lalorre. Vicetesorero D. Antonio García Vareta. Vicesecretario D. Doming-o Sánchez y Sánchez. Auxiliar de la Biblioteca. D. Emilio Fernández Galiano. Cotninióu fie publicación. D. Francisco de P. Martínez y Sáez.— I). Blas Lázaro é Ibiza. D. Lucas Fernández Navarro. Cotniiión de Catálogos. D. Blas Lázaro é Ibiza.— D. Federico Gredilla y Gauna.— D. José María Dusmet y Alonso.— D. Juan Manuel Díaz del Villar.— D. Enrique Pérez Zúñig-a.— D. Ang-ol Cabrera Lato- rre. — D. José Gog-orza y González. SECCIÓN DE BARCELONA. Presidente. . D. Ramón Turró. Vicepresidente.. .. D. Antonio Casares Gil. Tesorero ' D. Igniacio Tarazona. Secretario D. Manuel Llenas y Fernández. SECCIÓN DE SEVILLA. Presidente D. Manuel de Paúl y Arozarena. Vicejjresidente D. Julio del Mazo y Franza. Tesorero D. Enrique Crú y Marqués. Secretario D. Federico Chaves y Pérez del Pulg-ar. Vicesecretario R. P. Vicente Martínez Gámez. SECCIÓN DE ZARAQOZA. Presidente D. Pedro Ferrando y Más. Vicepresidente D. Vicente de Val y Julián. Tesorero D. José Antonio Dosset. Secretario D. Pedro Moyano y Moyano. n o ^^ COMISIÓN PERMANENTE EXPLORACIÓN Y ESTUDIO DEL NOROESTE DE ÁFRICA Presidente Excmo. Sr. D. Manuel AUendesalazar. Vicepresidente Excmo. Sr. Duque de Alba. » Duque de Luna. » Duque de Medinaceli. » Marqués de Santa Cruz. » limo. Sr. D. Santiag-o Ramón y Cajal. Tesorero Excmo. Sr. Marqués de Urquijo. Secretario D. Ig-nacio Bolívar. Vocal D. Manuel Antón y Ferrándiz. » limo. Sr. D. Luis Bahía y Urrutia. » D. Salvador Calderón y Arana. » D. Blas Lázaro é Ibiza. » D. Carlos de Mazarredo. » limo. Sr. D. Emilio Ribera. » limo. Sr. D. José Rodríguez Mourelo. Comisario D. Manuel Martínez de la Escalera. SOCIOS FUNDADORES DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL D. José Argutuosa. f D. Ignacio Bolívar y Urrutia. Excma. Sra. D." Cristina Brunetti de Lasala, Duquesa de Mandas. D. Francisco Cala, f Excma. S.aD.a Amalia de Heredia, Marquesa Viuda de Casa Loring. Excmo. Sr. D. Miguel Colmeiro. f D. Antonio Cipriano Costa, f Excmo. Sr. D. Cesáreo Fernández Losada. D. Saturnino Fernández de Salas, f D. Manuel María José de Galdo. f D. Joaquín González Hidalgo. D. Pedro González de Velasco. f D. Ángel Guirao y Navarro, f D. Joaquín Hysern. f D. Marcos Jiménez de la Espada, f D. Rafael Martínez Molina, f D. Francisco de Paula Martínez y Sáez. D. Manuel Mir y Navarro. D. Patricio María Paz y Membiela. f Excma. Sra. Condesa de Oñate. f D. Sandalio Pereda y Martínez, f D. Laureano Pérez Arcas, f D. José María Solano y Eulate. D. Serafín de Uhagón. f D. Juan Vilanova y Piera. f D. Bernardo Zapater y Marconell. Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación en 8 de Febrero de 1871. 1871-72. Excmo. Sr. D.Miguel Col- 18S8. meiro. f 1873. D. Laureano Pére;; .'^rcas. f 1889. 1874. limo. Sr. D. Ramón Llórente j' Lázaro, f 1890. 1876. limo. Sr. D. Mfinuel Abe- leira. f 1891. 1876. Excmo. Sr. Marqués de la Ri- 1892. vera, f 1893. 1877. limo. Sr. I). Sandalio Pereda y Martínez, f 1894. 1878. D. Juan Vilanova y Fiera, f 1879. Excmo. Sr. D. Federico de 1895. Botella y de Hornos, f 1880. D. José Mucpherson. f 1896. 1881. D. Ángel Guirao y Navarro, f 1882. Excmo. Sr. D. Máximo La- 1897. guna. t 1898. 1883. Excmo. Sr. D. Maimel Fer- 1899. nández de Casíro. f 1900. 1884. D. Pedro Sáinz Gutiérrez, f 1901. 1885. D. Serafín de Uhag/.n. f 1902. 1886. D. Antonio MachadoyiSíúñezt 1903. 1887. limo. Sr. D. Carlos Oastel y 1904. . Clemente. 1- 1905. Excmo. Sr. D. Manuel M. J. de Galdo. f D. Ignacio F. de Henestrosa, Conde de Moriana. f D. Francisco de P. Martínez y Sáez. D. Carlos de Mazarredo. D. Laureano Pérez Arcas, f Excmo. Sr. D. Máximo La- guna, t Excmo. Sr. D. Daniel de Cor- tázar. D. Marcos Jiménez de la Es- pada, j D. José Solano y Enlate, Mar- qués del Socorro. D. Santiago Ramón y Cajal. D. Manuel Antón y Ferrándiz. D. Primitivo Artigas. D. Gabriel Puig y Larraz. D. Blas Lázaro ó Ibiza. D. Federico Oloriz y Aguilera. Excmo. Sr. D. Zoilo Espejo, f D. José Rodríguez Mourelo. D. Salvador Calderón Arana. XjXStj^ idib socios de la Real Española de Historia nafural EN 10 DE ENERO DE 1906. Socios protectores. EN ESPAÍ5a. S. M. el Rey D. Alfonso XIII. S. A. el Archiduque Luis Salvador. Excmo. Sr. D. Manuel AUendesalazar, ex-Ministro de Instruc- ción Pública y Bellas Artes. Excmo. Sr. Duque de Medinaceli. EN EL EXTRANJERO. S. M. F. el Rey D. Garlos de Portugal. S. A. S. el Príncipe Alberto de Monaco. Socios honorarios. Brunner von Wattenwyl (Cari), Consejero áulico. — 'Lerchenfel- derstrasse, '28, Viena. Gastellarnau (D. Joaquín María de), Ingeniero de Montes. — Segovia. Engler (Dr. Adolf), Geheimer Regierungsrath, Professor der Botanik, Director des Kgl.-botanischeQ Gartens und Mu- seums. — Molzstrasse, 89, Berlín W. Gaudry (Albert), Professeur de Paléontologie au Museum d'His- toire nalurelle. — 7 bis, rué des Saints-Peres, Paris. Geikie (Sir Archibald), Director of Geological Survey of England and Wales. — 28, Fermyn Street, S. W., Londres. LuBROCK (Sir John), Lord Abevury. — Bart. M. D. Siiint James, 2, London, S. W.; también en Down (Keut), High Elms (Inglaterra). 8 LISTA DE SOCIOS Ramón y Gajal (Excmo. Sr. D. Santiago), de las Reales Acade- mias de Medicina y Ciencias, Catedrático en la Facultad de Medicina, Consejero de Instrucción pública. — Calle de Atocha, 125, Madrid. ScuDDER (Samuel Hnbbard). — 156, Brattle Street, Cambridge (Es- tados-Unidos de la América del Norte). TscHERMACK (Prof. G.) — Viena. Van Thiegen (Ph.), Professeur administratenr au Museum d'His- toire naturelle. — 22, rué Vauquelin, Paris. Socios Correspondientes extranjeros (1). MM. Acloque (Alexandre). — 69, Avenue de Segur, Paris. — (His- toria 7iatural general.) André (Ernest), Notario honorario; de la Sociedad ento- mológica de Francia. — 17, rué Víctor Hugo, Gray (Fíaute-Saóne, Francia). — ( Himenópteros , especialmente Formícidos y Mutilidos.) Arnold (Dr. J.) — Munich. Balsamo (Francesco). — Via Salvator Rosa, 290, Ñapóles. — (Botánica y principalmente algas.) Bedel (Louis), de la Sociedad entomológica de Francia. — 20, rué de l'Odéon, Paris, 6^. — (Coleópteros paleárticos.) Blanchard (Dr. Raphael), Profesor en la Facultad de Me- dicina; de la Academia de Medicina, Director de los Ar- chives de Parasitologie. — 226, Boulevard Saint-Ger- main, Paris, 7^. — (Entoynología general., Hirudineos.) Bois (D.), Asistantau Muséum. — 15, rué Faidherbe a Saint- Mandé (Seine), Francia. — (Botánica.) BoulenCtER (G. a.), del Museo británico. — Courtfleld Road, 8. South Kensington, S. W. — Londres. — (Herpeiología é Icliologia.) Bourgeols (Jules). — Saiute Marie aux Musses (x\lsace). — (Malacodermos.J Brangsik (Dr. Cari). — Trencsen (Hungría). — (Entomología.) Brizi (Ugo). — Museo Agrario, Via Santa Susana, Roma. - (Botátiica y principalmente flora de Italia.) (1) Con el objeto de fomentar las relaciones científicas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las señas de su domicilio, si el socio cultiva en la actualidad más especialmente algún ramo de la Historia natural. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 9 MM. BucKiNG(Dr. H.), Profesor en la Universidad.— Estrasburgo (Alemania). Camerano (Lorenzo), Profesor de Anatomía comparada y Director del Museo zoológico de la Universidad. — Palazzo Carignano, Turin (Italia). — (Anatomía comparada, Gordiidos.) Cannaviello (Prof. Eurico).— Villa Bruno, Portici (Ñapóles). Gaul (Dr.), Ayudante del Museo de Historia natural.— Gi- nebra.— (Entomología, Jj^iriápodos.) Ghevreux (Edouard).— Route du Gap, Bóne (Gonstantina). Argelia. — (Crustáceos anfipodos.) GoHEN, Profesor en la Universidad. — Greiíswald (Alema- nia).— (Mineralogía.) GoiNCY (Auguste de). — Gháteau de Gourloiseau par Trigue- res (Loiret), Francia. Delacroix (Di-. G.), Agregado al Instituto nacional agronó- mico y Director de la Estación de Patología vegetal. — 11 bis, rué d'Alésia, Paris. Dervieux (Ermanno). — Via Massena. 34. — Turin (Italia). De Toni (Pr. Dr. Joannes Baptista), Director del Jardín Botánico de la Universidad de Módena (Italia). DisTANT (W. L.) — Steine Haus, Selhurst Road, South Nor- wood, Surrey (Inglaterra). — (Hemipteros.) DoLLFus (Adrien), Director de La Feuiíle des Jeunes natu- r alistes. —Rué Pierre Gharron, 35, Paris. FiNOT (P. Adrien Prosper), Gapitáu de Estado Mayor, reti- rado.—27, rueSaint-Honoré, Fontainebleau (Francia).— (Ortópteros.) FouMOUZE (Armand), Doctor en Medicina.— 78, Faubourg Saint- Denis, Pííi'Ís.--( Entomología médico- farmacéutica.) Gestro (Raffaello), Doctor, Vicedirector del Museo cívico de Historia natural. — Villela Dinegro, Genova (Italia). — (Coleópteros.) GiARD (Alfred), Profesor de Zoología en la Facultad de Gien- cias, Director del Laboratorio de Wimereux y del Bulletin Scientifique de la France et de la Belgique. — 14, rué Sta- nislas, Paris, 6®. — (Evolución^ Parasitismo, Crustáceos). GiRARD (Albert Alexandre), Secretario científico de S. M. — Lisboa (Portugal).— ('icíioíogfm y Malacología.) Griffiini (Dr. Achille).— Turin. — (Entomología.) 10 LISTA DE SOCIOS MM. Grouvelle (A.)— Director de la Manufactura nacional de tabacos de Issy, rué Ernest-Renan, Issy-les-Moulineaux (Seine). fClavicornios exóticos.) Hegkel (Edouard), Profesor en la Facultad de Ciencias. — 31, Gours Lieutaud, Marsella (Francia). — (Botánica.) HoRVÁTH (Géza) , Doctor en Medicina, Director del Museo nacional de Hungría. — Museumring, 12, Budapest (Austria-Hungría). — (Hemipteros.) Janet (Charles), Ingeniero de Artes y Manufacturas. — 71, Rué de París, Voisinlieu, prés Beauvais (Oise), Fran- cia.— (Costumbres y anatomía de las hormigas.) KoNOw (Friedrich Wilhelm). — Teschendorf, Grossherz. Meklenburg (Alemania). — ( Himenópteros y especial- mente Tentredínidos, Chalastogastra.J Kraatz (Guslav), Doctor en Filosofía, Redactor de la Deutsche Entomologische Zeitschrift.^W. 9, Linkstras- se, 28, Berlín. — (Coleópteros.) Lesne (Fierre), Asistente de Entomología del Museo de His- toria Natural — 10, Avenue Jeanne, Asniéres (Seine). — (Entomología, Coleópteros.) Lo BiANGO (D. Salvador), Comendador. — Estación Zoológi- ca, Ñapóles (Italia). Meunier (Stanislas), Profesor de Geología del Museo de Historia natural. — 3, Quai Voltaire. París. — (Litologia.) MoNTANDON (Amald L.) — Filarote, Slrada Viilor, Bukarest (Rumania). — (Hemipteros, principalmente heterópteros.) Nery Delgado (J. F.), Geólogo. — Rúa de D. Carlos I, 35, Lisboa. — (Geología.) Olivier (Henry). — Baroches-au-Houlme (Orne), Francia. Orbigny (H. d'), Arquitecto. — R. Saint-Guillaume, 21, Pa- rís, 7^. — f Coleópteros.) Pérez (Dr. J.) — Rué Saubat, 26, Burdeos. — f Himenópteros). PiGciOLi (Comm. Francesco), Director del Instituto fores- tal.— Vallombrosa (Italia). — (Botánica.) PicciOLi (Lodovico), Sub-Inspector forestal.— Siena (Italia). (Botánica. ) Porter (Garlos E.), Director general del Museo y de la Revista Chilena de Historia naíur«¿. -—Casilla, 1108, Val- paraíso, Chile. — (Histología. Crustáceos decápodos y hemipteros.) DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 11 Reitter (Edmond). — Paskau (Austria). — (Coleópteros de Europa). Richard (Jules), Doctor ea Ciencias, Director del Museo oceanógrafico. — Monaco. — (Crustáceos inferiores. J SalomOxV (Dr. W.) — Instituto Mineralógico de la Universi- dad.— Heidelberg (Alemania). ScHOUTEDEN (H.) — 12,Ghaussée d'Ixelles, Bruselas. — (He- mipteros.J ScHULTHEss Rechuerg (AntoH V,), Doctor en Medicina. — Thalacker, 22, Zuric. — (Entomología, Ortópteros.) SoDiRO (R. P. J.)— Quito (Ecuador). TuRNEz (W. Henri), de la Comisión Geológica. — Washing- ton (Estados-Unidos) DG. — (Geología.) Socios numerarios (1). 1901, Administración Militar (Biblioteca de). — Madrid. 1901. Agell y Agell (D. José), Alumno de Farmacia. — Bar- celona. 1903. Aguilar y Carmena (D. Fernando), Farmacéutico. — Galle de Jorge Juan, 17, Madrid. — (Botánica.) 1896. Aguilar y Cuadrado (D. Miguel), Paseo de Atocha, 17, 2.", Madrid. 1902. Alabern (D. Enrique), Doctor en Medicina. — Plaza del Príncipe, 4, Mahón. — (Citología general é Histología humana.) 1897. Alaejos y Sanz (D. Luis), Doctoren Ciencias naturales, Ayudante de la Estación de Biología marina. — San- tander. 1905. Algaraz (D. Antonio.) — Ingeniero agrónomo. — Castellón. 1898. Alloza Blasco (D. Leandro), Ingeniero de Caminos. — Castellón. — (Geología.) 1901. Almera (D. Jaime), Canónigo de la Catedral. — Sagris- tans, 1, 3.°, Barcelona. — (Geología y Paleontología.) 1902. oAlrededor del Mundo.» — Progreso, 1, Madrid. 1875. Antón y Ferrándiz (D. Manuel), Catedrático en la Facul- (1) El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que indica el año de su admisión en la Sociedad y el de los socios fundadores de la abreviatura S. F. 12 LISTA DE SOCIOS tad de Ciencias, Jefe de la Sección de Antropología y Secretario del Museo de Ciencias naturales.— C. de OIó- zaga, 5 y 7, Madrid. — f Antropología.) 1894. Ahagón y Escagena ( D. Federico), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Falencia. 1898. Aramburu y Altuna (D. Pedro), Doctor en Medicina, Ca- tedrático en la Escuela de Veterinaria. — San Felipe, 4, Zaragoza. 1905. Aranda Millán (D. Francisco). —Madrid. 1885, Aranzadi y Unamuno (D. Telesforo), Doctor en Farmacia y en Ciencias naturales, Catedrático en la Facultad de Farmacia de la Universidad. — Barcelona. — (Antropolo- gía y Botánica.) 1904. Arellano (D. Tomás). — Arenal, 18, Bilbao. 1903. Areses (D. Rafael), Ingeniero de Montes. — Tuy (Ponte- vedra). 1902. Arévalo (D. Celso), Doctor en Ciencias naturales. — Galle de San Juan, 1, Segovia. — (Geología.) 1904. Arias Encobet (D. José), Colector del Museo de Ciencias naturales.— C. de Núñez de Balboa, Asilo de las Merce- des, M.ÁáTidi.— (Dípteros). 1896. Arráez y Cabrias (D. José), Abogado. — C. de Caste- lar, 14, Sevilla. — (Antropología criminal.) ' 1887. Artigas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes. — C. del Reloj, 9, principal izquierda, Madrid. — (Silvicultura.) 1906. AsHER Y C.^ (A.)— 13, Unter den Linden, Berlín W. 1872. Ateneo científico y literario (Bililioleca del). — C. del Pra- do, 21, Madrid. 1889. AuLET Y Soler (D. Eugenio), Presbítero, Doctor en Cien- cias físico-químicas y Licenciado en naturales. Catedrá- tico en el Instituto de Tarragona. — Olot (Gerona). 1900. AzAM (D.José), Arquitecto. — 14, rué de Trans , Dragui- gnan (Var), Francia. — (Ortópteros y Hemipteros.) 1897. AzPEiTiA Y Moros (D. Florentino), Profesor en la Escuela de Minas. — Glorieta del Cisne, 3, hotel, Madrid. — (Malacologia y Diatomeas.) 1902. Bago y Rubio (D. Miguel), Comandante de Ingenieros. — C. de Trajano, 15 y 17, Sevilla. 190i. Bahía y Urrutia (D. Luis), Abogado, Ex-diputado á Cor- tes.—Hilario Peñasco, 2, Madrid. — (Agricultura.) DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 13 1901. Ballestero Pardo (D. Mariano), Doctor en Ciencias. — Galatayud (Zaragoza). 1872. Barboza du Bocage (Excmo. Sr, D. José Vicente), Direc- tor del Mnseo de Historia natural. — Lisboa. — (Mamífe- ros, aves y reptiles.) 1905. Barcia Trelles (D, Juan), Ingeniero agrónomo.— Veláz- qnez, 22, Madrid. 1891. Barras de Aragón (D. Francisco de las). Doctor en Cien- cias naturales, Catedrático en el Instituto. — Huelva. — (Entomología y Botánica.) 1905. Barre (Sr. Barón de la), — C. deCopons, 7, 3.°, Barcelona. 1901. Barreiro Martínez (R. P. Agustín). — Convento de Padres Agustinos, Valladolid. — (Botánica y Lepidópteros.) 1895. Bartolomé del Cerro (D. Abelardo), Doctor en Ciencias naturales. Auxiliar de la Universidad. — Daoíz, 5, Madrid. 1889. Becerra y Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Baeza. — (En- totnologia agrícola y dibujo científico.) 1894. Benedicto Latorre (D. Juan), Farmacéutico.— Monreal del Campo (Teruel). —/jBoíánica y moluscos terrestres.) 1905. Benedito (D. José M.')— Taxidermista, Valencia. 1901. Benet Andreu (D. José), Catedrático en el Instituto. — Almería. 1898. Benjumea y Pareja (D. José). — Santa Ana, 51, Sevilla. 1905. Bernard (D. Francisco), Ingeniero de Montes. — Prado, 3, Madrid. 1905. Bertrán de Lis (D. Vicente). — G. de la Gasea, Madrid. 1903. Descansa Casares (D. Fermín), Catedrático de Historia natural en el Instituto. — Orense. — (Botánica.) 1004. Biblioteca García Barbón. — Vigo (Pontevedra). 1904. Biblioteca universitaria de Granada. 1890. Blanco del Valle (D. Eloy), Catedrático de Historia na- tural en el Instituto. — León. 1892. Blanco y Juste (D. Rafael), Doctor en Ciencias natura- les. Profesor en la Escuela normal— C. de Sandoval, 4, Madrid. 1898. Blas y Manada (D. Macario), Doctor en Farmacia. — C. del Pez, 1, Madrid. 1901. Bofill (D. José María), Doctor en Medicina. — G. Aragón, 281, Barcelona. 14 LISTA DE SOCIOS s. F. Bolívar y Urrutia (D. Ignacio), Caled rálico en la Facul- tad de Ciencias, Jefe de la Sección de Entomología en el Museo. — Jorge Juan, 17, Madrid. — (Ortópteros, Hemíp- teros y Arquípteros.) 1872. Bolívar y Urrutia (D. José María), Jefe faculialivo de la Casa de Socorro de Cfiamberí. — C. de Prim, 15, Madrid. 1882. Bolos (D. Ramón), Farmacéutico, Naturalista. — C. de San Rafael, Olot (Gerona). — (Botánica.) 1898. BoROBio (D. Patricio), Catedrático en la Facultad de Me- dicina.— Coso, 100, Zavñgoza.— (Pediatría.) 1872. BosGÁ Y Gasanoves (D. Eduardo), Licenciado en Medici- na, Catedrático de Historia natural en la Universidad. Paseo del Grao, Valencia. — (Reptiles de Europa.) 1900. BoscÁ Y Seytre (D. Antimo), Doctor en Ciencias natura- les, Catedrático en el Instituto. — Teruel. 1877. Breñosa (D. Flafael), Ingeniero de Montes de la Real Casa. — San Ildefonso (Segovia). — (Cristalografía.) 1901. Brugués y Escuder (D. Casimiro), Doctoren Farmacia y en Ciencias. — C. del Bruch, 66, Barcelona. — (Histología vegetal.) 1883. Buen y del Cos (D. Odón), Catedrático de Historia natu- ral en la Universidad. — C. de Aribau, Barcelona. — (Botánica.) 1905. BuiGAS Y Dalmau (D. José), Cónsul de España en Moga- dor (Marruecos). 1897. BuRR (D. Malcolm). — 23, Blomfield Court, Maida Vale W. Londres. — (Ortópteros y Dermápteros.J 1905. Busto (D. José del), Ingeniero de Minas. — C. de Olóza- ga, 8, Madrid. 1901. Caballero (D. Arturo), Licenciado en Ciencias, Conser- vador del Jardín Botánico. — C. de Lope de Vega, 11, Madrid. 1902. Cabrera y Díaz (D. Agustín), Licenciado en la Facultad de Ciencias.- -C. de Preciados, 9, Madrid. 1891. Cabrera Y Díaz (D. Anatael) , Médico cirujano. — Laguna de Tenerife (Islas Canarias). — (Himenópteros.) 1896, Cabrera y Latorre (D. Ángel), Agregado al Museo de Ciencias naturales , Caballero de la orden civil de Al- fonso XII. — C. de la Beneficencia, 18, Madrid.— /^Mawí- fpros y Dibujo científico. J DE LA REAL ESPAÑOLA DE HIST()RL\ NATURAL. 15 1897. Gáceres y González (D. Juan). — G. del Duque, 8, Garta- gensi.— (Entomología.) 1904. Gadevall y Díars (D. Juan). — Tarrasa. 1906. Galafat IjEÓn (D. Juan), Goleclor del Museo de Giencias naturales. — G. de la Reina, 9, Madrid. 1892. Galandre y Lizana (D. Luis). — Pasaje de Gonesa, Gar- tagena. 1872. Calderón y Arana (D. Salvador), Gatedrático de Minera- logía y Botánica en la Facultad de Giencias, Jefe de la Sección de Mineralogía en el Museo. — G. de San Bernar- do, 66, principal derecha. — (Geología y Petrología.) 1901. Galleja y Borja-Tarrius (D. Garlos), Gatedrático en la Facultad de Medicina. — Gortes, 248, pral., Barcelona. — (Histología.) 1902. Calvo y Antón (D. José). — G. de Gerona, 111, Barcelona. 1905. Campo Prado (D. Fernando de), Farmacéutico, Profesor de Historia natural y de Agricultura en el Colegio cató- lico. Individuo de la Sociedad española de Física y Quí- mica.— G. Real, 16, La Coruña. 1889. Gamps (Sr. Marqués de). — Canuda, 16, principal, Bar- celona. 1905. Canals (D. Salvador), Diputado á Gortes. — C. de Fuenca- rral, 114, Madrid. 1905. Garballo (D. Jesús María), Director del Colegio Salesia- no. — Santander. — (Geología y espeleología) 1894. Garbo y Domenech (D. Manuel), Catedrático en el Insti- tuto.— Reus. 1904. Carretero (D. Luis), Ingeniero industrial.— Segovia. 1877. Carvalho Monteiro (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de). Doctor en Derecho y en Ciencias naturales por la Uni- versidad de Coimbra, y miembro de la Sociedad de Acli- matación de Río Janeiro. — Rúa do Alecrim, 70, Lisboa (Portugal) —( Lepidópteros. J 1901. Gasamada Mauri (D. Ramón). — Pelayo, 17, 2.", Bar- celona. 1900. Casares Bescansa (D. Román), Farmacéutico. — a La Tri- nidad», fábrica de productos químicos, Málaga. 1901, Casares Gil (D. Antonio), Médico militar.— Rambla de Cataluña, 29, Barcelona. — (Hepáticas y Musgos.) 1901. Casares Gil (D. José), Gatedrático en la Facultad de Far- 16 LISTA DE SOCIOS macia, Senador del Reino. — G, de Santa, Catalina, 5, M'dávid.—fAnálisis químico mineral.) 1901. Gasino de Zaragoza. 1905. Gastro y Pascual (D. Francisco), Doctor en Farmacia. — G. de Santa Bárbara, 2, Madrid. 1903. Gastro y Valero (D, Juan), Gatedrático en la Escuela de Veterinaria. — Ghamartín de la Rosa (Madrid.) 1901. Gátedra de Historia natural de la Universidad de Bar- celona. 1901. Gátedra de Historia natural déla Universidad de Santiago. 1884. Gazurro y Ruiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en Giencias naturales, Gatedrático en el Instituto. — Gerona. (Ortópteros y dípteros de Europa., Micrografta.) 1905. Cendrero (D. Orestes), Alumno de la Facultad de Gien- cias— G. de Pelayo, 18, Madrid. 1906. Gerrolaza y Armentia (D. José), Alumno de la Facultad de Giencias. — G. de los Ganos, 8, 3.°, Madrid. 1891. Ghaves y Pékez del Pulgar (D. Federico), Doctoren Gien- cias físico-químicas. — G. de Jesús, 17, Sevilla. — (Mine- ralogía y[ Cristalografía.) 1873. Godorniu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.— Murcia. 1904. Golegio de Santo Domingo. — Orihuela. 1898. Golomina y G.írolo (D. Alejandro de). Doctor en Giencias naturales, Gatedrático en el Instituto. — Pontevedra. 1878. Gomerma (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada. — El Ferrol. 1902. Gompañía de Tabacos de Filipinas. — Barcelona. 1903. Gonsejo general de Agricultura, Industria y Gomercio de Valencia. 1892. Gorrales Hernández (D. Ángel), Licenciado en Giencias naturales, Profesor auxiliar en el Instituto. — Soria. 1901. GoRRÉA DE Barros (D. José Maximiano). — S. Martinho d'Anta, Sabroza (Portugal). 1872. Gortázar (Excmo. Sr. D. Daniel de), Ingeniero Jefe de Minas, de las Reales Academias de la Lengua y de Gien- cias exactas, físicas y naturales, Gonsejero de Instruc- ción pública. — G. de Velázquez, 32, hotel, Madrid. 1901. Goscollano y Durillo (D. José), Profesor auxiliar en el Instituto. — G. de la Goncepción, 29, Górdoba. 1903. GoTRiNA Y Ferrer (D. Modesto). — Barcelona. — (Histología.) DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 17 19U2. Gru y Marqués ( D. Enrique), Naíaralisía disecador. — Reyes Católicos, 7 y 9, Sevilla. — (Entomología y Orni- tología.J 1903. Cruz (D. Emiliano de la), Miembro del Instilato de Inge- nieros de Minas de la Gran Bretaña, del Instituto de Mi- nas y Metalurgia de Londres, del Instituto del Norte de Inglaterra (Newcastle), déla Sociedad geológica de Fran- cia, de la de Bélgica, etc. — C. de Malasaña, 3, Madrid. 1902. Gruz Nathan (D. Ángel B. déla), Profesor en el Institu- to.— G. de D. Juan de Villarrasa, 12, Valencia. 1889. DarctEnt (D. Florismundo), Ingeniero. — Moralejo, 5, Aguilar (Córdoba). 1905. Delgado (D. Mariano). — C. del Arenal, 24, Madrid. 1902. Deulofeu (D. José), Catedrático de Química inorgánica en la Facultad de Farmacia. — Santiago. 1899. Díaz (R. P. Filiberlo), Doctor en Ciencias, Conservador por oposición en el Museo de Ciencias naturales. — C. de San Miguel, 21 duplicado, Madrid. 1898. Díaz DE Argaya (D. Manuel], Doctor en Ciencias, Direc- tor y Catedrático de Historia natural en el Instituto. — C. de la Independencia, 7, Zaragoza. 1890. Díaz del Villar (D. Juan Manuel), Licenciado en Medi- cina, Catedrático en la Escuela de Veterinaria. — C. de Atocba, 127 duplicado, Madrid. — [Epizoarios y Entomo- zoarios.J 1894. DíEz SoLORZANO (D. Manuel). — G. de Blanca, Santander. 1901. Diez ToRTOSA (D. Juan Luis), Doctor en Farmacia. — Re- yes Católicos, 47, Granada. 1898. DoMENECH (R. P. Estanislao), Profesor de Historia natu- ral en el Colegio del Sagrado Corazón. — C. de Lauria, 13, Barcelona. (Apartado 143). 1899. Domínguez (D. Antonio A.)— Laguna de Tenerife.— ( Co- leópteros de Canarias.) 1898. DossET (D. José Antonio!, Doctor en Farmacia. — Plaza de Sas, 2, Zaragoza. — fDiatomeas.J 1903, DuLAU (M.), Soho Square, 37, Londres. 1902. DüRÁN Desumvila (D. Narciso), Licenciado en Farmacia, Título de honor de los Ilustres Colegios provinciales de Barcelona, Lérida y Navarra, Director de la Revista cienlífica profesional. — Ganet de Mar (Barcelona). Tomo vi.— Enero, 1906. " 2 18 LISTA DE SOCIOS 1890. DusMET Y Alonso (D. José M.), Naturalista agregado al Museo de Ciencias naturales, Doctoren Ciencias. — Plaza de Santa Cruz, 7, Madrid. — (Himen ápteros.) 1898. Eleicegui (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de Far- macia.— Plaza de la Universidad, 5, 3.", Santiago. 1888. Elizalde y Eslava (D. Joaquín), Catedrático de Historia natural en el Instituto. — Logroño. 1894. Engibo y Mena (D. Juan), Licenciado en Derecho. — Huercal-Overa (Almería). — (Entomología.) 1902. Escribano (D. Cayetano), Licenciado en Ciencias natura- les.— C. de Hortaleza, 76, Madrid. 1872. Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (Biblioteca de la).— C. de Alfonso XII, Madrid. 1872. Escuela de Ingenieros de Montes (Biblioteca de la). — El Escorial (Madrid). 1894. Escuela de Veterinaria de Madrid. 1905. Escuela Normal de Maestros de Granada. 190G. Escuela Normal de Maestros de Huesca. 1875. EsPLUGA Y Sancho (D. Faustino), Catedrático de Historia natural en el Instituto.— Trinidad, 3, Toledo. 1902. EsPLUGUEs Y Ahmengol (D. Julio), Profesor auxiliar del Instituto y Jardinero 2." del Botánico.— Valencia. 1905. Estación de biología marítima. -C. de Caslelar, Puerto Chico, Santander. 1902. Esteva (D. José), Presbítero. — Bellmirall, 5, Colegio de ' Caridad, Gerona.— ('^oíámca general y Criptogámia.J 1878, Facultad de Ciencias de la Universidad (Biblioteca de la). — Valencia. 1902. Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo. 1901. Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona. 1874. Fernández de Castro (D. Ángel), Ingeniero de Montes.— C. de Fabiola, 3, Sevilla. 19Ü0. Fernández de Gatta y Galache (D. Manuel), Doctor en Farmacia. — Vilvestre (Salamanca). 1904. Fernández Galiano (D. Emilio), Alumno de la Facultad de Ciencias.— C. de Pelayo, 18, Madrid. 1890. Fernández Navarro (D. Lucas), Catedrático de Cristalo- grafía en la Facultad de Ciencias.— Cuesta de Santo Do- mingo, 18, Madrid. 1875. Ferrand y Coughoud (D. Julio), Ingeniero Jefe de la pri- DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 19 mera sección de vía y obras de los Ferrocarriles Anda- luces.— G. de Feria, 100, Sevilla. 1900. Ferrando y Más (D. Pedro), Gatedrálico de Mineraloi^ía . y Botánica en la Universidad. — C. de Ganfranc, 4, Za- ragoza. 1885. Ferrer (D. Garlos), Doctor en Medicina y Bachiller en Giencias. — Ronda de la Universidad, 16, 1.°, Barcelona. 1902. Ferrer Dalmau (D. Eugenio), Profesor de la Escuela de Industrias. — G. de Santo Domingo, 20, Tarrasa. 1901. Ferrer y Hernández (D. Jaime). — Montaner, 66, Barce- lona.— (Mineralogía.) 1901. FiNESTRES Y FoGH (D. Eduardo). — Ager (Lérida). — (Mine- ralogía.) 1879. Flürez y González (D. Roberto). — Cangas de Tineo (Oviedo) . — (Entomología.) 1901. FoLCH Y Andreu ( D. Rafael), Doctor en Farmacia. — Vendrell (Tarragona) . — (Botánica.) 1901. FoNT Sagué (D. Norberto), Presbítero.— G. de Fontane- 11a, 15, 3.", Barcelona. — (Geología.) 1902. FoRTEZA Rey y Forteza (D. José). — Golón, 23, Palma de Mallorca (Baleares). 1902. Francois (Ph.), Jefe de trabajos prácticos en la Sorbona. — Rué des Fossés S'^-Jacques, 20, Paris, 5^. 1888. Fuente (D. José María de la), Presbítero. — Pozuelo de Galatrava (Giudad-Real). — (Entomología, Coleópteros de Europa. Admite cambios de estos insectos.) 1890. FusET Y TuHLÁ (D. José), Doctor en Giencias naturales. Catedrático en el Instituto de Palma. — Mallorca. — (Gusanos y Dibujo científico.) 1904. G.\LÁN (D. Alfonso), Alumno de las Facultades de Gien- cias y Farmacia. — G. de Villanueva, 23, Madrid. — fHi- menópteros.) 1903. García Callejo (D. José María). — Núñez de Balboa, 17. — (Naturalista preparador.) 1872. García y Arenal (D. Fernando), Ingeniero del puerto. — Vigo (Pontevedra). 1901. García Fraguas (D. José Esteban), Doctor en Medicina, Catedrático en el Instituto. — Coso, 120, Zaragoza. 1894. García y García (D. Antonio), Profesor auxiliar en el Instituto. — Huelva. 20 LISTA DE SOCIOS 1877. García y Mercet (D. Ricardo) , Naturalista agregado al Museo de Ciencias naturales, Farmacéutico de Sanidad militar. — Goya, I, Madrid. — (Himenópteros de Europa.) 1904. García Mon é Ibáñez (D. Francisco), \lumno dela.Facul- tad de Ciencias. — C. de la Luna, 18, Madrid. 1899. García Várela (D. Antonio), Doctoren Ciencias natura- les. Conservador por oposición en el Museo. — C. de Re- latores, 24, Madrid. (Hemipteros.) 1902. Garriga y Barrerán (D. Gerardo), Farmacéutico.— Ge- rona. 1904. Gascón (D. Antonio), Director del Boletín Minero y Comer- cial.— Carranza, 8, Madrid. 1900. Gelabert Rincón (Rvdo. D. José).— Llagostera, Gerona. (Mineralogía y Geología.) 1884. GiLA Y FiDALGO (D. Félix), Catedrático excedente de la Fa- cultad de Ciencias. — Segovia. — (Botánica y Geología.) 1877. Cogorza y González (D.José), Catedrático de Anatomía y Fisiología animal en la Universidad Central. — C. de San Andrés, 19, Madrid. 1890. GoiTiA (D. Alejandro), Licenciado en Ciencias.— C. de Alcalá, 4, Madrid. 1894. GÓMEZ OcAÑA (D. José), de las Reales Academias de Medicina y Ciencias, Catedrático de Fisiología en la Facultad de Medicina.— C. de Atocha, 127 dup.°, Madrid. 1905. Gómez de la Maza (D. Manuel), Catedrático en la Univer- sidad de la Habana (Isla de Cuba). 1905. González (D. Anselmo).— G. de la Montera, Madrid. s. F. González Hidalgo (D. Joaquín), de la Real Academia de Ciencias, Catedrático de Malacología y animales infe- riores en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de Malacología del Museo.— C. de Alcalá, 36, Madrid. 1900. Gota y Casas (D. Antonio), Doctor en Medicina. — C. del Pilar, 16, Zaragoza. 1903. Gracián y Lavedán (D. Antonio).— C. del Padre Mar- chena, 13, Sevilla. 1899. Graiño y Caubet (D. Celestino), Doctor en Farmacia, pre- miado en varias Exposiciones. — Aviles (Asturias). — (Or- nitología. Admite cambios.) 1882. Gredilla y Gauna (D. Apolinar Federico), Catedrático de la Facultad de Ciencias, Director del Jardín Botánico, DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORL\ NATURAL. 21 Jefe de la Sección de cultivos. — G. déla Estrella, 7, prin- cipal, Madrid. — (Geología y Botánica.) 1898. Gregorio y Rocasolano (D. Antonio), Gatedrático de Quí- mica en la Facultad deGiencias. — Temple, 20, Zaragoza. ( Gramíneas. J 1905. GuiJELMO (Excmo. Sr. D. José), Ex-Director general de Penales. — G. de Jorge Juan, 7, Madrid. 1893. Guillen (D. Vicente), Médico- cirujano, Jardinero mayor del Botánico. — Valencia. 1901. Gutiérrez Martín (D. Daniel), Doctor en Farmacia. — Gonstilución, 17, Mercado chico, A.vila. — (Botánica n Entomología de la Provincia.] 1902. Gutiérrez Sobral (D. José), Gapitán de 'Navio de pri- mera clase. — G. de la Palma, 40, Madrid. — {Hidro- grafía.) 1898, Halcón (D. Fernando), Marqués de San Gil. — G. de Al- fonso XII, 50, Sevilla. — (Patología vegetal. J 1890. Hernández y Álvarez (D. José), Licenciado en Giencias naturales, Gatedrático de Agricultura en el Instituto. — Badajoz. — (Botánica.) 1893. Hernández Pacheco y Esteban (D. Eduardo), Doctor en Giencias naturales, Gatedrático en el Instituto. — Górdo- ba. — (Geología.) 1875. Heyden (D. Lucas von). Mayor en reserva, Doctor en Filosofía, honoris causa, individuo de las Sociedades Entomológicas de Alemania, Francia, San Petersburgo, Suiza, Italia, etc., Gaballero de las Ordenes del Águila Roja prusiana, de la Gruz de Hierro y de San Juan. — Schlosstrasse, 54, Bockenheim, Frankfurt am Main (Ale- mania).— (Coleópteros.] 1888. Hoyos (D. Luis), Doctor en Giencias naturales y en Dere- cho, Gatedrático de Agricultura en el Instituto. — Toledo. (Antropología.) 1901. Hueso (D. José), Doctoren Giencias, Profesor numerario de la Escuela Normal.— Valencia. 1895. Huidobro y Hernández (D. José), Doctor en Giencias, Gon- servador en el Museo de Giencias naturales.— G. de San Bernardo, 52, Madrid. 1899. Ibáñez Díaz (D. Francisco Antonio), Duque, 9, Cartagena. (Botánica.) 22 LISTA DE SOCIOS 1895. Ibarlucea (D. Gasto), Catedrático de Agricultura en el Instituto. — Moreras, 6, 2.°, Cáceres. 1902. Imprenta de Fortanet. — G. de la Libertad, 29, Madrid. 1905. Instituto general y técnico de Badajoz. 1903. Instituto general y técnico de Barcelona. 1901. Instituto general y técnico de Burgos. 1902. Instituto general y técnico de Gáceres. 1906. Instituto general y técnico de Giudad Real. 1872. Instituto general y técnico de Górdoba. 1901. Instituto general y técnico de Guadalajara. 1903. Instituto general y técnico de Huelva. 1904. Instituto general y técnico de Orense. 1904. Institutí) general y técnico de Falencia. 1901. Instituto general y técnico de Palma de Mallorca. 1904. Instituto general y técnico de Pontevedra. 1872. Instituto general y técnico de San Isidro (Biblioteca del).— Madrid. 1903. Instituto general y técnico de San Sebastián (Guipúzcoa). 1901. Instituto general y técnico de Santiago. 1880. Instituto general y técnico de Valencia. 1901. Instituto general y técnico de Vitoria. 1901. Instituto general y técnico de Zaragoza. 1873. IÑARRA Y Echevarría (D. Fermín), Gatedrático en el Ins- tituto general y técnico de Guipúzcoa. — G. de San Mar- tín, 21, 2.°, San Sebastián. 1904. Iradier (D. Gesáreo), Arquitecto.— Fernando VI, 11, Ma- drid. 1904. Jacobs (Dr. H.) — Luxemburgplatz, 3, Wiesbaden (Ale- mania.) 1872. Jardín Botánico (Biblioteca del). — Madrid. 1896. Jiménez Gano (D. Juan), Licenciado en Giencias natura- les. Gasa Blanca. — Guenca. — (Lepidópteros.) 1884. Jiménez de Gisneros (D. Daniel), Gatedrático de Historia natural en el Instituto. — G. de Medina, 38, Alicante. 1899. Jiménez Munuera (D. Francisco de P.) — Alto, 9, Carta- gena.— (Botánica.) 1898. Jimeno (D. Hilarión), Doctor en Giencias, Director del Laboratorio químico municipal. — Goso, 127, Zaragoza. 1901. Jimeno Egurbide (D. Florentino), Doctoren Farmacia.-^. Plaza Real, 1, Barcelona. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORL\ NATURAL. 23 1906. Julia Olsina (D. Juan), Licenciado en Farmacia. — C. de Buenavisla, 9, Barcelona. — (Botánica.) 1895. Rheil (D. Napoleón M.), Profesor en la Escuela de Co- mercio, Socio del Club de Historia natural de Praga y de las Sociedades Entomológicas de Berlín, Stettin y Dres- de. — Ferdinandslrasse, 38, Praga (Bohemia). 1884. Lauffer (D. Jorge), Agregado al Museo de Ciencias natu- rales, Caballero de la orden civil de Alfonso XII. — Calle de Juan de Mena, 5, Madrid. — (Coleópteros de Europa.) 1901. Laza (D. Enrique), Director propietario del Laboratorio químico. — C. del Duque de la Victoria, 6, Málaga. 1880. Lázaro é Ibiza (D. Blas), de la Real Academia de Cien- cias, Doctor en Farmacia y en Ciencias, Catedrático de la Facultad de Farmacia. — G. de Palafox, 19, Hotel, Madrid. — (Botánica.) 1905. León Ramos (D.Modesto de), Doctor en Medicina. — C. de Augusto Figueroa, 19, Madrid. 1905. Liceo Recreo Orensano. — Orense. 1900. López García y Mir (D. Julián), Farmacéutico. — San Ci- prián, Vivero (Lugo). 1889. LÓPEZ DE ZuAzo (D. José), Doctor en Ciencias naturales. Catedrático en el Listituto. — Burgos. 1901. LÓPEZ Mendigutia (D. Fernando). — C. de Gampoamor, 12, Madrid, 1905. Lozano Rey (D. Luis), Doctor en Ciencias naturales, Con- servador interino del Museo de Ciencias naturales. — Calle de Velázquez, 32, Madrid. 1897. Llanas (D. José María), Farmacéutico militar. — Alberto Bosch, 12, Madrid. 1901. Llenas y Fernández (D. Manuel).— C. del Carmen, 44, 2.°, 1.', Barcelona. — (Botánica.) 1902. Llobet y Pastors (D, Luis), Farmacéutico. — Gerona. 1902. Lloro y Gamboa (D. Ramón), Doctor en Ciencias y Medi- cina.— Jorge Juan, 13, Madrid.— (^Química geológica.) 1897. Magiñeira y Pardo (D. Federico G.), Cronista oficial de Ortigueira (Coruña). — (Prehistoria.) 1878. Mag-Lenna\ ( D. José) , Ingeniero. — Portugalele (Bilbao). 1905. Madariaga (D. Guillermo).— C. de Luis Vélez de Gueva- ra, 11, Madrid. 1887. Madrid Moreno (D. José), Doctor en Ciencias, Profesor 24 LISTA DE SOCIOS Sub-Jefe encargado de la Sección de bacteriología del Laboratorio municipal, Catedrático de Técnica micro- gráfica é Histología vegetal y animal en la Facultad de Ciencias, Consejero de Sanidad. — G. de Serrano, 40, Madrid. — (Micrografia.) 1904. Malaguilla (D. Eduardo), Licenciado en Ciencias natu- rales.—C. de Toledo, 29, Ciudad-Real. 1903. Maluquer y.Nigolau (D. José).— Jaime I, 14. — Barce- lona.— (Malacología.J 1904. Maluquer y Nigolau (D. Salvador). — Jaime I, 14, Barce- lona.— (Lepidópteros.) 1873. Marín y Sancho (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. C. de Silva, 49, 2.° derecha, Madrid. 1899. Martín Ayuso (D. Dionisio), Ingeniero agrónomo, Direc- tor y Catedrático del Listiluto.— Oviedo. 1901. Martínez y Martínez (D. Cesáreo), Catedrático en el Ins- tituto.— Gijóu. 1897. Martínez Gámez (R. P. Vicente), Profesor de Ciencias naturales en el Colegio Calasancio. — C. de Jesús, 25, Sevilla. — (Ornitología de España.) 1903. Martínez Girón (D. Paulino).— Corral del Rey, 11 , Sevilla. 1893. Martínez Núñez (R. P. Zacarías), Agustino, Licenciado en Ciencias naturales, Director del Real Colegio de Al- fonso XII.— El Escorial (Madrid). 1874. Martínez y Ángel (D. Antonio), Doctor en Medicina. — C. del Almirante, 21, Madrid. 1889. Martínez de la Escalera (D. Manuel). — C. de Núñez de Balboa, 17, Madrid. — (Coleópteros de Europa.) 1892. Martínez Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Ciudad Real. — (Ento)nología é Histología.) 1889. Martínez Pacheco (D. José), Doctor en Farmacia. — C. de San Miguel, 21 duplicado, principal, Madrid. s. F. Martínez y Sáez (D. Francisco de Paula), Catedrático en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de üsteozoolo- gía en el Museo. — C. de San Quintín, 6, principal, Ma- drid.— (Coleópteros de Europa.) 1898. Más y Guindal (D. Joaquín), Oficial 2." de Sanidad mi- litar.— C. del Conde Duque, 40, principal derecha, Madrid. DE LA BEAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 25 1898. Mateos Pérez (D. Félix), Profesor en la Escueki de Vete- rinaria.— Santiago. 1882. Mazarredo (D. Garlos), Ingeniero de Montes.— G. de Glau- dio Goello, 24, Madrid. — (Neurópteros y Arácnidos.) 1905. Mazarredo (D. Rafael), Ingeniero Jefe de Gaminos.— G. de Alcahí, 31, Madrid. 1897. Mazo y Franza (D. Julio del), Abogado.— Arguijo, 5, Se- villa.— ( Ornitología. J 1884. Mederos Y Manzanos (ü. Pedro), Licenciado en Giencias naturales. — San Lorenzo (Gran Ganaría). 1888. Medina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, Ga(e- drático de Anatomía en la Escuela de Medicina. — G. de San Vicente, 8, Sevilla. — (Himenópteros.J 1892. Mendoza (D. Antonio), Jefe del Laboratorio provincial en el Hospital de San Juan de Dios. — G. de Santa Isabel, 34, Madrid. 1879. Mercado y González (D. Matías), Médico cirujano titular. Nava del Rey (Valladolid). — (Entomología.) 1897. Merino (R. P. Baltasar), S. J., Profesor de Física y Química en el Golegio de La Guardia (Pontevedra). — (Botánica.) 1894. MiQUEL É InizAR (D. Manuel de), Teniente Goronel Jefe del 2." batallón del 3.-'' regimiento de Zapadores mina- dores de Ingenieros. — Madrid. s. F. MiR Y Navarro (D. Manuel), Director y Gatedrático de Historia natural del Instituto.— l'^aseo de Gracia, 43, 2.°, 1.*, Barcelona. 1876. MiRALLES DE IMPERIAL (D. Glemeute) .—Rambla de Estu- dios, 1, 2.°, 1.*, Barcelona. 1902. Moles Ormella (D. Enrique).— Balines, 19, Barcelona. 1905. Monviedro y Abellán (D. Antonio), G. délas Infantas, 9, Madrid. 1894. Mora y Vizcayno (D. Manuel de), Licenciado en Giencias naturales.— Valverde del Gamino (Huelva). 1903. Moran Bayo (D. Juan), Gatedrático de Agricultura en el Instituto (Górdoba); durante el verano en Medina de las Torres (Badajoz). 1900. MoRODER Y Sala (D. Federico).— Alboraya, 8, Ghalet, Valencia. 1906. Moscoso (D. M. R.).— San José de las Matas (Provincia de Santiago), República Dominicana.— ('^oíánicaj. 26 LISTA DE SOCIOS 1898, MoYANO Y MoYANO (D. Pedro), Catedrático en la Escuela de Veterinaria. — Azogue, 96 y 98, Zaragoza. — (Etnolo- gía zootécnica.) 1898. Muñoz Ramos (D. Eugenio), Doctor en Farmacia, Li- cenciado en Ciencias físico-químicas, Director del Labo- ratorio municipal y provincial. — Valladolid. — (Micro- grafía. J 1902. ¡VluÑoz Cobo (D. Luis), Doctoren Ciencias. — Catedrático en el Lisíiluto. — Baeza. 1872. Museo de Ciencias naturales (Biblioteca del). — Paseo de Recoletos, 20, bajo, Madrid. 1894. Museo Pedagógico (Biblioteca del). — C. de Daoiz, 3, Madrid. 1889. Muso Y Moreno (D. José), Ingeniero de Montes.— C. del Amor de Dios, 1, Madrid. 1889. Nacher Y ViLAR (D. Pascual), Catedrático en la Facultad de Ciencias. — Granada. 1905. Nassimento (D. Luis Gonzaga do). — Setubal (Portugal). 1905. Navarrete (D. Adolfo). — C. de Zurbano, 8, Madrid. 1903. Navarro (D. Leandro), Profesor de Patología vegetal en el Instituto Agrícola de Alfonso XII. — Madrid. 1896. Navas (R. P. Longinos), S. J., Profesor del Colegio del Salvador. — Zaragoza. — (Neurópteros.) 1 905. Naval (D. José del). — C. del Conde de Aranda, 13, Madrid . 1902. NovELLA (D. Joaquín), Licenciado en Ciencias naturales y Abogado. — C. de Mariano Padilla, 29, Murcia. 1898. NovoA Y Alvarez (D. Francisco), Vice-cónsul de Portu- gal en Goyán, Socio correspondiente de la Arqueológica de Pontevedra y de la Española de Higiene, Comenda- dor de las Ordenes de Cristo y de la Concepción de Villa- viciosa de Portugal, Médico municipal de Tomiño. — (Por Tuy), Goyán. 1905. NúÑEZ DE Prado (D. Enrique).— C. de Olózaga, 8, Madrid. 1872. OuERTHÍJR (D. Carlos), de la Sociedad Entomológica de Francia. — Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilai- ne), Francia. — (Lepidópteros.) 1872. Oberthür (D. Renato), de la Sociedad Entomológica de Francia. — Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilai- ne), Francia. — (Coleópteros.) 1872. Observatorio Astronómico. (Biblioteca del). — Madrid. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 27 1897. Olavarría y Gutiérrez (D. Marcial de), Ingeniero de Minas. — G. de las Huertas, 82, pral., Madrid. 1901. Oliver Rodés (D. Benito). —Rambla de San José, 23, Barcelona. — f Análisis de química mineral.) 1896. Olóriz (D. Federico), de la Real Academia de Medicina, Gatedi'cático en la Facultad de Medicina. — G. de Atocha, 96, Madrid. — (Antropología.) 1887. Oxís (D. Mauricio Garlos de), Licenciado en Giencias. G. de Santa Engracia, 23, principal, Madrid. 1899. Oramas y González (D. Pablo). — La Orotava. — (Coleópte- ros y Ornitología de Canarias.) 1890. Ortega y Mayor (D. Enrique).— G. de Carretas, 14, Labo- ratorio químico, Madrid. 1897. Orueta (D. Domingo de). Ingeniero de Minas.— Gijón. — (Fauna inferior marina del Cantábrico.) 1899. Otero (D. Julio), Ingeniero agrónomo y Director de la Granja agrícola de la Moncloa.— G. del Florín, 2, Madiid. 1902. Pagault (M. Edgard). — Buenos-Aires. — (Ictiología y Fau- na de la Mesopotamia argentina y de la Argelia.) 1905. Padró (D. José), Tecnógrafo de la Facultad de Giencias. G. de San Quintín, 10, Madrid. 1894. Palacios (D. Pedro), de la Real Academia de Giencias, In- geniero Jefe del Guerpo de Minas.— G. de Nicolás María Rivero, 8, Madrid. 1903. Pallas y Vals (D. Pedro).— G. de Cervantes, 7, Barce- lona.— (Zoología.) 1881. Pantel (R. P. José), S. J. — Kasteel Gemert por Helmond. Holanda (Bravante septentrional). — (Anatomía de ins., Ortópteros.) 1905. Pardillo Vaquer (D. Francisco), Licenciado en Giencias naturales. — Madrid. 1898. Pardo y Sastrün (D. José), Licenciado en Farmacia. — Valdealgorfa, por Zaragoza y Alcañiz (Teruel). — (Bo- tánica.) 1890. Pau (D. Garlos), Farmacéutico. — Segorbe (Castellón). — (Botánica.) 1882. Paúl y Arozarena (D. Manuel José de). — Plaza chica de San Vicente, 1, Sevilla. — (Patología vegetal.) 1903. Pazos Cabalf^ero (D. J. H.), Médico-cirujano. — Martí, 28, San Antonio de los Baños (Cuba). — (Dípteros parásitos.) 28 LISTA DE SOCIOS 1898. Pella y Porgas (D. Pedro), Ingeniero industrial, químico y mecánico, Socio de mérito de las Económicas Arago- nesa y Gerundeuse de Amigos del País y del Ateneo de Teruel, Ingeniero Jefe de la explotación del Ferrocarril de Cariñena á Zaragoza. — Zaragoza. — (Geología.) 1904. Peña Martí (D. Alfredo), Capitán Cajero de la Coman- dancia de la Guardia civil. — Consejo de Ciento, 320, 3.°, Barcelona. — (Aves insectívoras.) 1905. Pérez y Jiménez (D. Nicolás), Médico-Director del Cuerpo de Baños.— Cabeza del Buey (Badajoz). 1881. Pérez Lara (D. José María). — Jerez de la Frontera (Cá- diz).— (Botánica.) 1873. Pérez Ortego (D. Enrique) , Doctor en Ciencias. — Pro- fesor auxiliar en el Instituto del Cardenal Cisneros. — C. de San Bernardino, 7, Madrid. 1894. Pérez Zúñiga (D. Enrique), Profesor auxiliar en la Facul- tad de Medicina.— C. del Fúcar, 19 y 21, Madrid. 1902. Pi Y SuÑER (D. Augusto), Catedrático en la Facultad de Medicina. — Sevilla. 1901. Pie (D. Mauricio), de la Sociedad entomológica de Fran- cia.— Digoin (Saóne-et-Loire), Francia. — (Ent. general de Argelia. Col, é Himenopt. palearct. Meliridos, Ptini- dos, Anticidos.^ Pedüidos, Brúquidos y Nanophyes de todo el mundo.) 1903. PiTTALUGA (D. Gustavo), Doctor en Medicina.— C. del Marqués del Duero, 10, 1.°, Madrid. — (Investigaciones micrográficas aplicadas á la clínica.) 1903. Planellas (D, Juan), Farmacéutico. — Cayey (Puerto Rico). 1905. PoNS (D. Enrique), Licenciado en Ciencias naturales. — Valladolid. 1887. Prado y Sáinz (D. Salvador), Doctor en Ciencias natu- rales, Catedrático y Director del Instituto. — Guadalajara. 1874. PuiG Y Larraz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas. — C. de Fomento, 1 duplicado, 1." derecha, Madrid. 1895, Ramón y Cajal (D. Pedro) , Catedrático en la Facultad de Medicina.— Sitios, G, Zaragoza. — (Histología.) 1903. Ramos de Molins (D. Federico). — Ronda de San Pedro, 33, Barcelona. — (Histología.) 1903. Raspail (D. Javier).— Goubieux (Oise) Francia.— fOmi- tología.) DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 29 1905. Ratto (D. Juan). — Mogador [Lírica.).— f E^itomologia). 1872. Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales (Biblioteca de la).— C. de Valverde, 26, Madrid. 1901. Real Biblioteca de Berlín (Konigliche Bibliothek). — Beh- renstrasse, 40, Berlín W. 64. 1883. Reyes y Prosper (D. Eduardo), Catedrático de Fitografía en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de herba- rios en el Jardín Botánico. — G. de la Palma Alta, 30, Madrid. — (Anatomía microscópica vegetal, Criptógamas y Orquídeas de España.) 1872. Ribera (limo. Sr. D. Emilio), Doctor en Ciencias natura- les; Conservador mayor. Jefe administrativo del Museo de Ciencias naturales. — G. de Prim, 15, Madrid. 1886. Rio (D. José), Ingeniero de Montes. — C. de Fernando el Santo, 7, Madrid. 1901. Rio (D. Carlos del), Naturalista agregado al Museo de Ciencias. — Redacción de «El Liberal», Barcelona. 1886. RiojA Y Martín (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Director de la Estación de biología marina. — G. de Cas- telar, Puerto chico (Santander). — f Anatomía de anima- les inferiores.) 1902. Riva (D. Maximino de la). Profesor auxiliar en la Facul- tad do Farmacia. — Santiago. 1901. RiVAS Mateos (D. Aurelio), Licenciado en Farmacia. — Serradilla (Cáceres) . 1896. RivAs Mateos (D. Marcelo), Catedrático en la Facultad de Farmacia de la Universidad. — C. de Sagasta.lO, Madrid. fBotánica.) 1902. Rivera y Ruiz (D. Miguel), Catedrático en el Instituto. — Murcia. 1903. Rivera Vidal (D. Pedro). — Barcelona. — fBotánica.) 1901. RivES Mampoey (D. José). — Diputación, 441, Barcelona. — CBotánica.J 1903. Robles (limo. Sr. D. José), Secretario general del Consejo Superior de Agricultura, Jefe de la Sección Central del Ministerio. — G. de la Academia, 10, Ma- drid. 1884. Rodríguez Aguado (D. Enrique), Doctor en Ciencias y Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias. G. de Silva, 2, l.°, Madrid. 80 LISTA DE SOCIOS 1903. Rodríguez y López Neira (D. Manuel), Farmacéulico. — C. de Malasaña, 9, Madrid, 1880. Rodríguez Mourei.o (D. José), Académico de la Real de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Profesor de Química industrial orgánica en la Escuela Superior de Artes é Industrias. — G. del Piamonte, 14, Madrid. — (Mineralogía.) . 1902, RoF Y GoDiNA (D. Juan), Veterinario Militar. — Plaza de la Feria, 19, Lugo. 1903. Romero Masó (D. Jesús). — Barcelona. 1905. Royo y Llobat (D. Adolfo), Farmacéutico. — Ruzafa, 39, Valencia. — (Malacología.) 1887. Ruiz Arana (D. Segundo S.), Licenciado en Farmacia. — Gaparroso (Navarra). 1905, Ruiz Llazer (D. Antonio). — G. Mayor, 158, Gastellón. 1873. Saavedra (Excmo. Sr, D. Eduardo), Ligeniero de Gami- nos, Individuo de las Reales Academias de la Lengua, de Giencias y de la Historia, Consejero de Instrucción pública. — G. de Fuencarral, 74 y 76, principal, Ma- drid. 1890. Sáenz y López (D. Juan), Licenciado en Giencias natu- rales, Director del Colegio de Santa Ana. — Mérida (Ba- dajoz). 1903. Saforcada Adema (D. Manuel). — Barcelona, 1901. Sánchez Bruil (D. Mariano), Catedrático en el Instituto general y técnico. — C. de Alfonso I, 28, Zaragoza. 1891. Sánchez Navarro y Neumann (D. Emilio), Doctor en Gien- cias naturales, Profesor auxiliar en el Instituto. — C. de Santa Inés, 14, Cádiz, — (Entomología.) 1885. Sánchez y Sánchez (D. Domingo), Doctor en Giencias naturales y en Medicina, Conservador, por oposición, en el Museo, Profesor en la Escuela de Artes é Indus- trias.— C. de Atocha, 96, Madrid. — (Anatomía compa- rada.) 1899. Sanghíz Pertegas (Excmo. Sr. D. José). — G, de San Vicen- te, 151, Valencia. 1905. Sancho (D. Enrique)— C de Orellana, 1, Madrid. 1901. San Román Elena (D. Manuel), Doctor en Teología, Licen- ciado en Derecho , Canónigo Doctoral de la S. I. C. de Calahorra (Logroño). DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 31 1902. San Salafranca (D. Francisco).— Condal, 9, Barcelona. 1895. Santo Domingo y I.ópez (D. Agustín), Licenciado en Cien- cias naturales, Profesor auxiliar en el Instituto. — C. de San Segundo, 16 y 18, Ávila. 1898. Santos y Abreu (D. Elias) , Licenciado en Medicina y Ci- rugía y Director del Museo de Historia natural y Etno- gráfico.— Santa Cruz de La Palma {Cauryí-as). — (Ento- mología y Botánica.) 1879. Sanz DE Diego (D. Maximino), Disecador 1.°, por oposi- ción, del Museo de Ciencias naturales. — C. de San Ber- nardo, 94, 1.°, Madrid. — (Comerciante en objetos y libros de Historia natural y en utensilios para la recolección, preparación y conservación de las colecciones; cambio y venta de las mismas en todos los ráenos.) 1900. Saulcy (Feliciano Caignart de). — 3, rué Chátillon, Metz (Lorraine). — (Coleópteros y Ortópteros de Europa.) 1902. Sghramm (D. Jorge). — Sociedad Ahlemeyer, Plaza de San Francisco, Cartagena. — (Coleópteros Cerambícidos.) 1886. Seebold (D. Teodoro), Ingeniero civil, de la Sociedad de Ingenieros civiles de París, Comendador do la Orden de Carlos IIÍ, Caballero de varias órdenes extranjeras. — Square du Roule, 2, París. — (Lepidópteros.) 1898. Segovia y Corrales (D. Alberto), Catedrático de Zoología general en la Facultad de Ciencias. — C. de Leganitos, 47, Madrid. 1902. Seminario conciliar de Orihuela. 1872. Senado (Biblioteca del).— Madrid. 1897. Seras y Gonz.ílez (D. Antonio).— Monsalves, 12, Sevilla. ( Histología. J 1899. Silva Tavares (Excmo. Sr. D. Joaquín de), de la Real Aca- demia de Ciencias de Lisboa, de la Sociedad entomoló- gica de Francia, Profesor en el Colegio de San Fiel, Portugal. — (Zoocecidias.) 1889. Simarro (D. Luis), Doctor en Medicina, Catedrático de Psicología experimental en la Facultad de Ciencias. — C. del General Oráa, 5, Madrid. — (Histología.) 1880. Simón (D. Eugenio).— Villa Sali (70, rué Pergolése), 16, Paris 16®. — (Arácnidos.) 1890. Siret (D. Luis), Ingeniero. — Cuevas de Vera (Almería). (Geología y Antropología.) 32 LISTA DE SOCIOS 1901. Sobrado Maestro [D. César), Catedrático en la Facultad de Farmacia. — Santiago. 1902. Sola y Bosch (D. Francisco de A.), Farmacéutico. — Ga- rrer Nou, 33, Sau Pol de Mar (Barcelona), s. F. Solano y Eulate (D. José María), Marqués del Socorro, Catedrático en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sec- ción de Geología en el Museo. — C. de Jacometrezo, 41, Madrid. — (Mineralogía y Geología.) 1901. Soler y Batlle (D. Enrique), Farmacéutico militar. — C. Mayor, 51, Sarria (Barcelona). — (Botánica). 1S98. Soler y Gargeller (D. Juan Pablo), Doctor en Ciencias, Catedrático de Agricultura en el Instituto general y téc- nico.— C. de Alcoraz, 7, Huesca. — (Microquímica.) 1904. Spoerri (D. Eurico). — Librajo.— Pisa (Italia). 1903. Subirás Olave (D. José). — Hospital Militar, Jesús María, letra E (Hoteles). — Santa Cruz de Tenerife (Canarias). 1905. Surmely (D. Eduardo), Profesor de idiomas. — Concep- ción Jerónima, 15, Madrid, 1903. Taboada Tundidor (D. José), Licenciado en Ciencias na- turales.— C. de la Bolsa, 9, Madrid, y en el verano Orense. — (Entomología.) 1899. Tarazona y Blangh (D, Ignacio), Catedrático en la Facultad de Ciencias.— C. déla Diputación, 229, pral., Barcelona. 1899. Tarín y Juaneda (D. Rafael), Doctor en Ciencias natura- les, Profesor auxiliar de la Universidad. — Torno de San Cristóbal, 9, Valencia. 1902. Tejero y Moreno (D. Germán), Profesor auxiliar en la Escuela de Veterinaria. — C. de Bailen, 39, Madrid. 1901. Tió Y Salvador (D. José).— C. de Balmes, 7, 3.°~ Barce- lona.— (Histología vegetal.) 1901. Tomás y Gómez (D. Calixto), Catedrático de Anatomía en la Escuela de Veterinaria. — Córdoba. — •(Anatomía com- parada.) 1901. Tomás y Radó (D. Juan).— C. de Fortuny, 4, entr.". Bar- celona. — (Mineralogía.) 1900. Torremogha Tellez (D. Lorenzo), Médico militar del Re- gimiento de Caballería de María Cristina.— Aranjuez. 1882. Torrepando (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes. — C. de Ferraz, 48, hotel, Madrid. 1893. Truán (D. Luis), Director facultativo en la Sección Vi- DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 33 driera de la Sociedad anónima «Gijón industrial». — Gi- jón (Asturias). — (Coleópteros.) 1902. TuHRÓ (D. Ramón). — Notariado, lÜ, Barcelona.— f5acíe- riología.) 1896. Tutor (D. Vicente), Doctor en Medicina.— Calahorra (Lo- groño).— ( Coleópteros.) 1903. Universidad de Santo Tomás. — Manila. 1900. Urdaniz (D. Julián José).— San Giprián, Vivero (Lugo). 1897. Urquía y Martín (D. Ildefonso). — Almirante Hoyos, 7 y 9, Sevilla. 1905. ÜRQUiJO (D. Estanislao). — G. de Alcalá, 41 cuadruplica- do, Madrid. 1904. Uruñuela (D. Julio), Licenciado en Giencias naturales, Conservador en el Jardín Botánico. — G. de la Monte- ra, 39, Madrid. 1895. Val y Julián (D. Vicente de). Licenciado en Farmacia, Subdelegado de Farmacia del partido de Borja, Presiden- te de la Junta de Gobierno del Colegio provincial de far- macéuticos de Zaragoza, Socio corresponsal de los Ilus- tres Colegios de Farmacia de Madrid y Barcelona, de la Sociedad española de Higiene, Corresponsal de la Médico- Quirúrgica española y de otras varias Corporaciones, premiado en varias Exposiciones. — (Zaragoza). — (Botá- nica.) 1900. Vales Failde (D. Javier), Presbítero y Abogado. — C. de la Colegiata, 20, Madrid. 1902. Vallespinosa Ruíz (D. Florencio). — Consejo de Ciento, 247, Barcelona. 1887. Vázquez Figueroa y Canales (D. Aurelio), Inspector Jefe de Telégrafos, jubilado. — C. de Mendizábal, 39, 3.% Ma- drid.— (Lepidópteros de Europa.) 1902. Vázquez Figueroa y Mohedano (D. Antonio), Arquitec- to.— C. de Mendizábal, 39, Madrid. — (Coleópteros de Europa.) 1906. Verdaguer Gomes (D. Pablo). — Valencia. 1905. Vera (D. Vicente), Profesor auxiliar en el Instituto de San Isidro. — C. de la Concepción Jerónima, 16, Madrid. 1902. Vigente (D. Melchor), Maestro normal. — Ortigosa de Ca- meros (Logroño). — (Geología.) 1899. Vidal y Gompaire (D. Pío), Doctor en Ciencias naturales, T. vi.- Enero, 1906. 3 S4 LISTA DE SOCIOS Conservador, por oposición, en el Museo.— Travesía de la Parada, 8, Madrid. 1893. ViLA Y Nadal (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de Ciencias. — Salamanca. 1896. ViÑALS Y Torrero (D. Francisco), Doctor en Medicina.— C. de la Espada, 4, principal, Madrid. 1904. Williams and Norgate, Libreros editores.— 14, Henrietta Street. — Govent Carden (Londres), W. C. 1897. Zamora y Garrido (.D. Justo), Licenciado en Farmacia, Director del Colegio de segunda enseñanza de San Agus- tín.— Siles (Jaén), por Valdepeñas é Infantes.— ^¿"n- tomologia, especialmente de la Sierra de Segura.) s. F. Zapater y Marconell (D. Bernardo), Presbítero.— Alba- rracín (Teruel). — (Dolánica.J 1905. Zulueta (D. Antonio de).— Plaza del Ángel, 13 y 14, Ma- drid.— fHerpetología). Socios agregados. 1897. Ángulo y Tamayo (D. Francisco), Doctoren Medicina.— Carretas, 39, Madrid. 1904. Aterido (D. Luis), Jardinero Mayor del Botánico.— Ma- drid. 1906. Beltrán BiGORRA (D. Francisco), Alumno de Ciencias na- turales.—C. Mayor, 25, Nules (Castellón). 1899. Escribano y Ramón de Moncada (D. Francisco), Licen- ciado en Medicina.— Argamasilla de Alba (Ciudad-Real). 1898. Izquierdo (D. Juan Antonio), Catedrático de Ampliación de Física en la Universidad, — Zaragoza. 1903. Orensanz (D. José), Profesor auxiliar interino en la Es- cuela de Veterinaria. — Zaragoza. 1897. Relimpio y Ortega (D. Federico), Catedrático en la Facul- tad de Ciencias.— C. de Cervantes, 16, Sevilla. 1906. Sabater Diana (D. Gregorio), Alumno de Ciencias natu- rales.—C. de Hernán Cortés, 11, Valencia. 1901. Sánchez Pérez (D. José Augusto). — Alfonso 1, 28, Za- ragoza. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Socios que han fallecido en 1904. NUMERARIOS s. H. Saussure (Heni'i de), de Ginebra. s. c. Preudhomme de Borre (Alfred), de Ginebra. 1904. Hernando Monge (D. Benito), de Madrid. 1898. Hierro (D. Fibicio), de Osorno. 1903. Murillo (D. Mariano), de Madrid. 1901. Nacente y González (D. Moisés), de Barcelona. 1872. Rodríguez Femenías (D. Juan J.), de Mahóu. s. A. GoscoLLA Diez (D. Emeterio), de Calataynd. RESUMEN. Socios protectores — t honorarios 10 — correspondientes 53 — numerarios 408 — agregados 9 Total 486 Madrid, 10 de Enero de 1900. El Secretario, Ricardo García Mercet, índice geográfico de los socios <*' ElSFA-lÑr-A. Ager (Lérida) Barcelona Finestres. Agell. Aguilar (Córdoba) Almera. Aranzadi. Dargent. Barre (Barón de la). Albarracín (Teruel) BofiU. Zapater. Alicante Brugués. Buen. Calvo. Jiménez de Cisneros. Calleja. Almería Camps. Benet Andreu. Aranjuez Casamada. Casares (A.) Cátedra de Historia natural Torremocha. Compañía de Tabacos. Argamasilla de Alba (C. Real) (A) Escribano. Avila Cotrina. Domenech. Facultad de Farmacia. Ferrer (C.) Gutiérrez Martín. Ferrer y Hernández (J.) Santo Domingo. Font. Aviles (Oviedo) Graiño. Instituto. Jimeno Egurbide. Julia Olsina. Badajoz Llenas. Hernández Alvarez. Maluquer (J.) Instituto. Maluquer (S.) Baeza Becerra. Mir. Miralles. Muñoz Cobo. Moles. (*) No figuran los residentes en Madrid. Las iniciales H, C ó A, precediendo á un apellido, indican que se trata, respectivamente, de un socio honorario, correspon- diente ó agregado. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 37 Oliver. Caparroso (Navarra) Pallas. Ruiz Arana. Peña. Eanios de Molin. Cartagena (Murcia) Rivera Vidal. Cáceres. Eives. Calandre. Río (C.) Ibáñez. Romero. Jiménez Munuera. Saforcada. Schramm. San Salafranca. Soler (E.) Castellón Tarazona. Alcaraz. Tió. Alloza. Tomás y Radó. Ruíz Llacer (A.) Turró. acidad Real Vallespinosa. Martínez Fernández. Bilbao Malaguilla. Arellano. Instituto. Burgos Córdoba Instituto. Coscollano. López de Zuazo. Hernández Pacheco. Instituto. Cabeza del Buey (Badajoz) Moran. Pérez y Jiménez. Tomás y Gómez (C.) Cáceres Cuenca Ibarlucea. Jiménez Cano. Instituto. Cuevas de Vera (Almería) Cádiz Siret. Sánchez Navarro. Ferrol (Coruña) Calahorra (Logroño) Comerma. San Román Elena. Tutor. Gerona Cazurro. Calatayud (Zaragoza) Esteva. Ballestero. Garriga. Llobet. Canet de Mar (Barcelona) Duran. Gijón (Oviedo) Orueta. Cangas de Tineo (Oviedo) Truán. Flórez. Martínez y Martín. as-* ÍNDICE GEOGRÁFICO DE LOS SOCIOS Goyán (Pontevedra) Llagostera (Gerona) Novoa. Gelabert. Granada Mohán (Baleares) Biblioteca universitiaria. Alabern. Diez Tortosa. Escuela normal de Maestros. Nacher. Málaga Casares Bescansa. Laza. Guadalajara Instituto. Prado. Mérida (Badajoz) Sáenz López. Suelva Monreal del Campo (Teruel) Barras. Benedicto. García y García. Instituto. Hucrcal- Overa (Almería) Murcia Codorníu. Novella. Enciso. Rivera (M.) Huesca Nava del Rey ( Valladolid) Escuela normal de Maestros. Mercado. Soler y Carceller (J. P.) Jerez (Cádiz) Nules (Castellón) (A) Beltrán Bigorra. Pérez Lara. Olot (Gerona) La Coruña Aulet. Campo Prado. Bolos. £a Guardia (Pontevedra) Merino. Orense Bescausa. Instituto. aguna de Tenerife (Canarias) Liceo Recreo Orensano. Cabrera (A.) Domínguez. Orihuela (Alicante) Colegio de Santo Domingo. La Orotava (Canarias) Seminario. Gramas. Ortigosa (Logroño) León Vicente. Blanco del Valle. Ortigueira (Coruña) Logroño Maciñeira. Elizalde. Oviedo Lugo Facultad de Ciencias. Roí y Codina. Martín Avuso. DE LA REAL ESPAÑOLA Palencia Aragón. Instituto, Palma de Mallorca (Baleares) Forteza Rey. Fuset. Instituto. Pontevedra Colomina. Instituto. Portugalete (Bilbao) Mac-Lennan. Pozuelo de Calatrava (C. Real) La Fuente. Reus (Tarragona) Carbó. Salamanca Vila Nadal. San Ciprián (Lugo) Urdaniz. San Ildefonso (Segovla) Breñosa. San Lorenzo (Canarias) Mederos. San Lorenzo del Escorial (Madrid) Biblioteca de Montes. Martínez- Núñez. San Pol de Mar (Barcelona) Sola y Bosch. San Sebastián Instituto. Iñarra. Sta. Cruz de la Palma (Canarias) Santos Abreu. DE HISTORIA NATURAL. 39 Sta. Cruz de Tenerife (Canarias) Sueiras Olane. Santander Alaejos. Carballo. Diez Solorzano. Estación de Biología. Rioja. Santiago (Coriiña) Cátedra de la Universidad. Deulofeu. Eleicegui. Instituto. Mateos. Riva. Sobrado. Segorbe (Castellón) Pau. Segovia Arévalo. Carretero. Castellarnau. Gila. Serradilla (Cáceres) . Rivas Mateos. Sevilla. Arráez. Bago. Benjumea. Chaves. Crú. Fernández de Castro. Ferrand. Gracián. Halcón. Martínez Gámez. Martínez Girón. Mazo. Medina. Paúl. 40 ÍNDICE GEOGRÁFICO DE LOS SOCIOS Pi y Suñer. Muñoz Ramos. (A) Eelimpio. Pons. Seras. Urquía. Valverde del Camino (Hue Mora. Siles (Jaén) Zamora. Vendrell (Tarragona) Soria. Folch. Corrales Hernández. Vigo (Pontevedra) Tarrasa (Barcelona) Biblioteca G.* Barbón. Cadevall. García Arenal. Ferrer Dalmau. Teruel Vilvestre (Salamanca) Fernández Gatta. Boscá (A.) Toledo Vitoria Espluga. Instituto. Hoyos. Vivero (Lugo) Tuy (Pontevedra) López García. Areses. Valdealgorfa (Teruel) Zaragoza Pardo. Aramburu. Valencia Borobio. Casino. Benedito. Boscá (E.) Díaz Arcaya. Dosset. Consejo de Agricultura. Ferrando. Cruz Nathan. García Fraguas. Esplugues. Gota. Facultad de Ciencias. Guillen. Gregorio. Instituto. Hueso. Instituto. (A) Izquierdo. Moroder. Jimeno (H.) Koyo Llovat. Moyano. Navas. (A) Sabater Diana. Sanchíz. (A) Orensanz. Tarín. Pella. Verdaguer Comes. Ramón y Cajal (P.) Sánchez Bruil. Vallad olid (A) Sánchez Pérez. Barreiro. Val y Julián. DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 41 E!:x:Ti^j^3srarEi?.o Alemania Asher. — Berlín. (0) Arnold . — Munich . (C) Bourgeois. — iSí. Marieaux Mi- nes. (C) Bucking. — Estrasburgo. (C) Cohén. — Greifsioald. (H) Engler.— Berlín. Heyden. — Frankfurt am Main Jacobs.— Wíeshaden,. (C) Konow. — Teschendorf. (C) Kraatz. — Berlín. Eeal Biblioteca.— Berfe. (C) Salomón. —Heídelberg. Saulcy. — Metz. Austria-Hungría (C) Brancsik. — Trencsen. (H) Brunner. — Viena. (C) Hor vath . — Budapest. Kheil. — Praga. (C) Reitter.- Paskau. (H) Tschermack.— Viena. Bélgica (C) Schouteden. —Bruselas. Chile (C) Portar. — Valparaíso. Cuba Gómez de la Maza. — Habana. Pazos. — San Antonio. Ecuador (C) Sodho.— Quito. Estados Unidos (H) Scadder. — Cambridge. Puerto Bico Planellas. Francia (C) Acloque. — París. (C) André.—Gray. Azam. — Draguignan. (C) Bedel.— París. (C) Blanchard.— Pan's. (C) Bois. — Saint-Mandé. (C) Chevreux.— Pone. (O) Coincy. — Courtoíseau. (C) Delacroix. — París. (O) DoUfus.— París. (C) D'Orbigny. — Paris. (C) Finot— Fontaínebleau. (C) Foumouze. — Paris. Fran^ois. — París. (H) Gaudry.— París. CC) Giard.— París. (C) Grouvelle (A.) — Issy. (C) Heckel.— ilíarseZía. (C) Janet. — Voísínlieu. (C) Lesoe. — Asnieres. (G) Meunier.— París. Oberthur (Ch.) — Rennes. Oberthur (R.) — Bennes, (C) OlivJer. — Bar oches au Houlme. (0) Pérez.— Pitrdeo.s. Pie— Dí^oín. Raspail.— 6rOM&íewaj. Seebold.— París. Simón. — París. (H) Van Tieghem. — Paris. Filipinas Universidad. — Manila. Holanda Pantel. —Kasteel Gemert. 42 índice geográfico de los socios Inglaterra Boulenger , — Londres. Burr. — Londres. (C) Distant. — South Nonvood. Dulau.' — Londres. (H) Geikie.— Londres. (H) Lubbock. — Londres. Williams. — Londres. (C (C (C (C (C (C (C (C (C Italia Balsamo. — Ñapóles. Brizi. — Roma. Camerano. — Turin. Cannaviello. — Fortici. Dervieux. — Turin. De Toni. — Módena. Gestro. — Genova. Griffini. — Turin. Lo Bianco. — Ñapóles. Piccioli (Fr.) — Vallomhrosa. Piccioli (L.) — Siena. Spoerri. — Pisa. Monaco ^C) R'ich&rá.— Monaco. Portugal Barhoza.— Lisboa. Carvalho. — Lisboa. Correa. — San Martinho (Sa- broza). (C) Girard. — Lisboa. Nassimento. — Setubal. (C) Nery Delgado. - Lisboa. Silva Tavares. — San Fiel. República Argentina Pacault. Rumania (C) Montandon.— £wA;aresí. Suiza Cari.— Ginebra. Schulthess Rechberg.— Zuric. Marruecos. Buigas.— Mogador. Ratto. — Mogador. República Dominicana. Hoscoso. — San José de lat Matas. SOCIEDADES Y PUBLICACIONES C09 las que cambia la í^eal Española de flistoria natural Academia nacional de Ciencias, Córdoba (República Argentina). Academia Real das Sciencias de Lisboa. Académie des Sciences de Cracovie. Académie des Sciences de Paris. Académie internationale de Géograpbie botanique, Le Mans. Academy of Natural Sciences of Pbiladelphia. Academy of Sciences, Chicago. Academy of Sciences, lowa. Academy of Science, St. Louis, Mo. (E.-U.) American Association for the Advancement of Sciences, Cincinnati (E.-U). American Museum of Natural History, Nueva York. Aquila. Budapest. Annaes de Sciencias Naturaes, Foz do Douro (Porto). Association fran^aise de Botanique, Le Mans, Francia. Australian Museum, Sydney (Australia). Berliner entomologischer Verein. Broteria. Lisboa. Brooklyn Institute of Arts and Sciences. Buffalo Society of Natural Sciences. BuUetin of the Lloyd Library. BuUetin scientiflque de la Trance et de la Belgique, sous la direction de MM. Alfred Giard et Jules de Guerne. Paris. Comisión del Mapa geológico de España, Madrid. Comissao dos trabalhos geológicos de Portugal, Lisboa. Davenport Academy of Natural Sciences, Scott Ce, lowa (E.-U.) Deutsche entomologische Gesellschaft, Berlín. 44 PUBLICACIONES CON LAS QUE CAMBIA Entomological Society, Chicago. Entomological Society, Toronto (Ontario) . Entomologische Nachrichten, Berlín. Entomologischer Verein, Stettin. Entomologische Zeitung, Wien. Entomologist's Record (The), London. Entomologiska Foreninguen, Stockolm. Essex Instituto, Salem, Mass. (E.-U.) Faculté des Sciences de Marseille. Feuille des jeunes naturalistes, Paris. Field Columbian Museum, Chicago (E.-U.) Fondation de P. Teyler van der Hulst, Haarlem (Holanda) Institució catalana d' Historia natural, Barcelona. Institut de Zoologie de l'Université de Montpellier. Instituto físico-geográfico de Costa Rica. Instituto geológico de México. Instituto Médico Farmacéutico, Barcelona. Jardín botánico de Tiñis. John Hopkins Hospital, Baltimore (E. U.) Kgl. Museum für Naturkunde, Berlín. K. K. Naturhistorisches Hofmuseum, Wien. K. K. Zoologisch-Botanischen Gesellschaft, Wien. Laboratoire d'Histologie de la Faculté de Medicine de Montpellier. Laboratorio ed Orto Botánico della R. Universitá di Siena, Itali.n. Laboratorio de investigaciones de la Universidad de Madrid. Meriden Scientifique Association. Missouri Botanical Garden, St.-Louis (E.-U.) Musée océanographique de Monaco. Musée zoologique de l'Académie impériale des Sciences de St. Pétersbourg. Musei di Zoología ed Anatomía comp. della Reale Universitá di Toríno. Museo Cívico di Storia naturale di Genova. Museo de Historia natural, Valparaíso. Museo de La Plata, Buenos-Aires. Museo nacional de Buenos-Aires. Museo nacional de Ciencias naturales, Montevideo. LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 45 Museo nacional de Costa-Rica. Museu Paraense, Para (Brazil). Museu Paulista, San Paulo (Brazil). Muséutn d'Histoire Naturelle, París. Museum national Hongrois, Budapest, Museum of Comparative Zoology at Harvard OoUege. Cambridge (E.-U). Naturse Novitates, Berlin. Natural History Society of Glasgow. Naturforschende Gesellschaft in Basel, Suiza. Naturhistorische Gesellschaft, Nürnberg. New-York State Museum University of the State of New- York. Novitates Zoologicse, Tring (Inglaterra). Nuova Notarisia (La), Modena. Oberlin OoUege, Ohío. Peabody Museum of American Archaelogy and Ethnology, Cambridge. Philippine Weather Bureau, Manila. Philippine Forestry Bureau, Manila. Physikalisch-Medicinische Gesellschaft, Würzburg. Polytechnia, Lisboa. Portugalia, Porto. Redia, Florencia. Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Real Sociedad Geográfica de Madrid. Reale Academia dei Lincei, Roma. Royal Microscopical Society, London. Royal Ph^ysical Society, Edinburgh (Inglaterra). Smithsonian Institution, Washington. Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza. Sociedad científica < Antonio Álzate >, México. Sociedad científica Argentina, Buenos- Aires. Sociedad entomológica de Ontario. Sociedad Mexicana de Historia natural, México. Sociedade Broteriana, Coimbra. Societá di Naturalisti, Napoli. Societá di Scienze naturali ed economiche di Palermo. 46 PUBLICACIONES CON LAS QUE CAMBIA Societá entomológica italiana, Fireuze. Societá italiana di Scienze Natural! é Museo Civico di Storia naturale , Milano. Societá romana per gli studi zoologici, Eoma. Societá toscaua di Scienze naturali, Pisa. Societas entomológica Rossica, St. Pétersbourg. Société botanique de Copenhague. Société botanique de France, París. Société botanique de Lyon. Société belge de Géologie, de Paléontologie et Hydrologie, Bruxelles. Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France, Nantes. Société d'Histoire naturelle de Toulouse. Société entomologique de Belgique, Bruxelles. Société entomologique de France, Paris. Société entomologique de St. Pétersbourg. Société entomologique Suisse, Schaffhausen, Suiza. Société fran^aise de Botanique, Toulouse. Société géologique de France, Paris. Société hollandaise des Sciences, Harlem (Holanda). Société impériale des naturalistes de Moscou. Société Linnéenne de Bordeaux. Société Linnéenne de Normandie, Caen. Société Linnéenne du Nord de la France, Amiens. Société national des Sciences naturelles et Mathématiques de Cherbourg. Société ouralienne d'Amateurs des Sciences nat., Ekathérinenburg (Rusia). Société Royale malacologique de Belgique, Bruxelles. Société Bcientifique du Chili, Santiago. Société zoologique de France, Paris. Société zoologique suisse et Musée d'Histoire naturelle de Genéve. Société Vaudoise des Sciences naturelles, Lausanne. South African Museum, Capetown. Station zoologique de Cette. The American Naturalist, Boston. The Canadian Entomologist, London-Ontario. Unión escolar Madrid. LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 47 United States Department of Agriculture, Washington. United States Geological Survey, Washington. United States National Museum, Washington. Universidad de Sassari (Italia). Universitas Regia Fredericiana, Cristiania. Université de Tonlouse. Université Royale d'Upsala. University of Colorado. Verein fiir naturwissenchaftliche Unterhaltung zu Hamburg (Alemania). Wilson Bulietin, Oberliu, Ohio (E.-U.) Wisconsin Academy of Sciences Madison (E.-U.) Wisconsin Geological and Natural History Survey, Madison (E.-U .I Zeitschrift für wissenschaftliche Insektenbiologie, Husum. Zoologischer Anzeiger, Leipzig. Zoologist (The), London. RELACIONES del espado de la Sociedad y de su Biblioteca LEÍDAS EN LA SESIÓN DE DICIEMBRE DE 1905 POR EL SECRKTAPaO D. JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO Y EL BIBLIOTECARIO D. ÁNGEL CABRERA LATORRE Memoria de Secretaría. La Real Sociedad española de Historia natural ha conti- nuado en el año 1905 desempeñando su misión de una manera cada vez más extensa. Sus publicaciones han sido numerosas é importantes, el número de socios ha tenido notable aumento, su Biblioteca ha crecido considerablemente y, á causa de la extensión mayor de su esfera de acción, ha sido más conocida del público, lo que hace esperar aún mayor incremento en años venideros. A propuesta del Sr. Martínez Escalera se resolvió que la So- ciedad org-anizase la exploración científica de Marruecos y, por tratarse de un asunto que requería estudio detenido, se nombró una Comisión compuesta de los Sres. Bolívar, Calde- rón y Lázaro, la cual tomó diferentes acuerdos, que constan en el Boletín. Se constituyó después una Comisión perma- nente bajo la presidencia del Excmo. Sr. D. Manuel Allende- salazar y formada, no sólo por varios de nuestros consocios, sino también por otras personas distinguidas que patrocinaron la idea de dichas exploraciones. S. M. el Rey, el Ministro de Estado y varias corporaciones y particulares contribuyeron con importantes donativos á la formación de un fondo, inde- pendiente del de nuestra Sociedad, para atender á los gastos ocasionados en las excursiones. Los exploradores designados fueron, además del iniciador de la idea D. Manuel Martínez de la Escalera, los Sres. D. Lu- cas Fernández Navarro y D. César Sobrado Maestro, quienes, T. vi.-Enero, 1906. 4 50 RELACIONES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA durante el verano y en el otoño, han realizado diversos viajes por distintos puntos de África y de Canarias, recog-iendo mate- riales que ya pudieron ser observados por los socios en las úl- timas sesiones y que motivaron diversas notas, aparte de las Memorias que han de publicarse más adelante. Las publicaciones de la Sociedad en 1905 comprenden, en primer término, la continuación del tomo i de las Memorias, que se dedica exclusivamente á los materiales recog-idos en la exploración de la Guinea española, habiéndose publicado en este año las Memorias 7.^ á 15, que son: «Lepidópteros», por N. M. Kheil; «Reptiles», por G. A. Boulenger; «Peces», por el mismo; «Malacodermos», por J. Bourg-eois; «Bostríquidos», por P. Lesne; «Hilofílidos», por M. Pie; «Ortópteros acridioideos», por I. Bolívar; «Nitidúlidos, Colídidos, Cucúyidos y Micetofá- g-idos», por A. Grouvelle, de París, y «Diplópodos», por el doc- tor Cari, de Ginebra. Se describen en ellas 5 g-éneros y 63 es- pecies nuevas, á más de darse á conocer por primera vez al- g-uno de los sexos de dos especies. Se ha publicado casi por completo, en el año, el tomo iii de las Memorias, puesto que el último de sus cuadernos se ha de repartir en Febrero próximo, comprendiendo los dos primeros cuatro Memorias, que son: «Estudio descriptivo de alg-unas es- pecies de Polinoínos de las costas de Santander», por L. Alae- jos; «Contribución á la flora bacteriana de las ag-uas potables de la villa de Madrid», por J. Madrid Moreno; «El encéfalo de los batracios», por P. Ramón y Cajal, y «Estudios sobre des- arrollo de maclas», por B. Hernando; ascendiendo á 55 el nú- mero de láminas que acompañan á estos trabajos y un notable mapa de la Plana de Vich que acompañará á la última. El tomo V del Boletín, que es el correspondiente á 1905, comprende numerosos estudios que enumeraremos por g-rupos. Vertebrados: «Las ardillas de España» y «Sobre las ginetas españolas», por A. Cabrera Latorre (con 3 especies nuevas); «Alg-unos datos para el conocimiento de las ág'uilas en la pro- vincia de Madrid», por M. Martínez Escalera; «Noticias refe- rentes á alg^unos monstruos», «Datos para la fauna de la pro- vincia de Oviedo» y «Excursión ornitológ'ica por la provincia de León», por C. Graiño; «Noticia de alg-unos monstruos exis- tentes en Huelva» y «Una colección de aves de Filipinas», por F. de las Barras. DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 51 Entomología: El Sr. Bolívar continuó sus «Notas sobre los Pirg-omórfidos», describiendo 9 g^éneros, 35 especies y 4 varie- dades nuevas; publicó además «Sobre alg-unos decticínos afri- canos» (1 esp. n.), «Una nueva especie de Xiphidium de las Azo- res», «Una nueva especie de Grijllomorplm de Marruecos» y una nota sobre la aplicación que se hace de los nombres Chi- charra y (7/^«rra. Aparecieron también «Una especie nueva de Opisthocosmia (Dermápteros)», por M. Burr; «Neurópteros de Pozuelo de Calatrava», por el R. P. Navas; «Descripciones de alg-unos hemípteros nuevos del Centro de España», por el doc- tor G. Horvath (7 esp. y 2 var. nueva.s); «Redúvidos nuevos ó poco conocidos de la reg"ión etiópica» y «Contribución al estu- dio del g'én. Margasiisy>, por A. G. Várela (1 g-én. y 8 esp. n.); «Bembex nuevas de África»; «Una Bembex de Río de Oro»; «Un Gorytes y una Bembex de Marruecos» (5 especies nuevas); y «Mutílidos nuevos de España» (2 esp. y 4 var. nuevas), por Ri- cardo G. Mercet; «Nuevas especies de Lepidópteros de España», por Aur. Vázquez-Fig-ueroa (4 esp. n.); «Sistema de las espe- cies ibéricas del g-én. Asiday> (17 esp. n.) y «Una nueva especie de FuHpus de Río de Oro», por M. Martínez Escalera; «Neue Arten und Varietáten von Coleopteren der pyrenaischen Hal- binsel», por G. Lauífer (8 var. n.); «Los xlpidos de España, g-én. Melecta, Crocisa y Epeohis», por J. M. Dusmet, y «Alg-u- nos Ortópteros de Olmedo», por D, Daniel Gutiérrez Martín. Crustáceos: «Método para su conservación en las coleccio- nes», por J. Rioja. Gusanos: «Sobre el Cysticercus fasciolaris y la Tmiia cra^sico- llis» y «Sobre las afinidades zoológ-icas y evolución de los Trg- pícnosoma», por el Dr. G. Pittalug-a, y «Nota acerca de la Adamsia Rondeletiiy> , por J. Rioja. Celentéreos: «Hidrarios de nuestras costas mediterráneas», por O. de Buen. Histología: «Tipos celulares de los g-ang-lios raquídeos del hombre y mamíferos», por P. Ramón y Cajal, y «La radioac- tividad como método histológ-ico del sistema nervioso», por J. Madrid Moreno. Botánica: «Plantas crasas cultivadas en el Jardín Botánico de Madrid», por L. Aterido; «Los Peltig-eráceos de Cataluña», por M. Llenas; «Nota briológ-ica» y «Flora briológica de Mont- serrat», por A. Casares; «Anomalías de algunas hojas», por 52 RELACIONES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA F. de las Barras; una «Nota sobre una planta parásita», por B. Lázaro; «Catálog-o de hong-os observados en Calaluña», «Lista de hong-os del Empalme» y «Segunda lista de nombres catalanes de hong-os (bolets)», por T. de Aranzadi, y una «Lista de especies de hong-os nuevas para España», por B. Lázaro, y por fin, «Alg-unos liqúenes de los alrededores de Cuenca», por M. Llenas. Mineralogía: «La breunerita del barranco de la Murria (Huesca)», «Examen químico de la cuarcita bismutifera del término de Conquista (Córdoba)» y «Alg'unas observaciones sobre los yesos de Orejo (Santander)», por R. Llord; «Sillima- nita de Toledo», «Datos sobre el mispiquel de España» y «No- ticias sobre Bournonitas españolas», por S. Calderón; «Las cuarcitas bismutiferas de Conquista (Córdoba)» y «Distribución de la Volframita en España», por E. H Pacheco; «Noticias mi- neralóg-icas», por L. F. Navarro; «El yacimiento de azufre de la Peña de Catí, en el término de Petrel (Alicante)», «Excur- siones por la provincia de Alicante: L El triásico superior» y «El nummulítico de Ag-ost», por el Sr. Jiménez de Cisneros, y «Las minas del Espinar», por el Sr. Fernández Navarro. G-eologia: «El torno del Tajo en Toledo», «Observaciones so- bre las rocas epidotíferas de Andalucía» y «Un g-neis curioso de los alrededores de Santiag-o de Galicia» , notas inéditas de D. José Macpherson, presentadas por el Sr. Calderón; «Los vol- canes de España» y «Sobre la presión como ag-ente minerog-é- nico», por S. Calderón. Paleontología: «Sobre una cuña neolítica de jadeita proce- dente de Arg-ecilla (Guadalajara)», por C. Arévalo. En varias sesiones disertaron sobre terremotos los Sres. Cal- derón y Ribera, sobre la radioactividad el Sr. Calderón; los Sres. Ribera, Bolívar y Vidal (D. Pío), dieron cuenta de las adquisiciones recientes del Museo de Ciencias Naturales, y el Sr. Ribera de alg-unas observaciones realizadas durante el eclipse de sol de 1900. El Sr. Barras (D. F.) refirió en dos notas una excursión á los Jarales (Badajoz) y otra á Ay amonte y Castro Marín (Huelva). Por último, aparece una nota necrológica del Sr. Rodríg-uez Femenías, redactada por el Sr. Gredilla, y otra del Sr. Hernan- do (D. Benito), debida al Sr. Fernández Navarro. Diversas publicaciones de interés para España han dado DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA ^3 lug-ar á noticias bibliográficas hechas por el Sr. Calderón y por el autor de esta Memoria, debiendo citarse, especialmente, otro trabajo de esta clase en que el Sr. Lázaro analiza una pu- blicación del Sr. Castellarnau y una noticia referente á una obra del R. P. Merino, que fué lo último que escribió nuestro malogrado consocio D. Benito Hernando. Ha seg-uido publicándose nn extenso y útil Boletín biblio- gráfico de todas las obras recibidas en nuestra Biblioteca, al- canzando el tomo del Boletín 564 páginas y estando acompa- ñado de 4 láminas. Las Secciones de nuestra Sociedad continúan cooperando á la obra g-eneral. Varios de los trabajos citados corresponden á ellas, y además, en sus reuniones mensuales, se hicieron diversas comunicaciones verbales, por ejemplo, en la de Bar- celona, la del Sr. Llenas sobre preparación en seco de los Arácnidos, y la del Sr. Font sobre un meteorito recientemente hallado. En Sevilla se ocupó el Sr. Crú de diferentes aves; el Sr. Miquel, de fósiles; el Sr. Medina, de himenópteros, y el Sr. Paúl, de la mosca del olivo {Daais Olece). En Zarag-oza, los Sres. Ferrando é Izquierdo trataron de un parásito del naran- jo, y el Sr. Ferrando de la teruelita. Las bajas por defunción ocurridas en 1905, no han sido mu- chas en número, pero sí bien sensibles. Entre los consocios extranjeros que hemos perdido fig'ura el ilustre Henri de Saus- sure, que durante tantos años ha contribuido al desenvolvi- miento de varias ramas de las Ciencias Naturales y al que nuestra Sociedad acababa de disting-uir con el nombramiento de socio honorario. Falleció también el socio correspondiente Mr. Preudhomme de Borre, notable coleopterólog-o. De los nu- merarios el joven cristalóg-rafo D. Benito Hernando, D. Juan Rodríg-uez Femenías, socio muy antig-uo, autor de notables trabajos botánicos; el catedrático de Ciencias de Barcelona, D. Moisés Nacente; el farmacéutico de Osorno (Palencia), D. Fibicio Hierro, que realizaba frecuentes herborizaciones; el conocido librero madrileño D. Mariano Murillo, y el socio ag'reg-ado D. Emeterio Coscolla, de Calatayud. Han renunciado á seg'uir formando parte de la Sociedad los Sres. Alvarez Sereix, de Madrid ; Alorda, de Mahón; Caballero (D. Ernesto), de Pontevedra; Martí, de Tarragona; Tranzo y Palomar, de Zarag-oza; 'Zorrilla, de Sepúlveda; Traizet, de París; 51 RELACIONES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Galleg-os, de la República Arg-eutina; los Institutos de Avila, Almería y Soria; la imprenta de los sucesores de Hernando, de Madrid, y el socio ag-reg-ado Sr. Fernández Cavada, de San- tander. La Sociedad concedió el nombramiento de socios honorarios al Dr. G. Tschermak, de Viena, y al ya citado Mr. H. de Saus- sure, y el de correspondientes á los Sres. G. A. Bouleng-er, de Londres; H. d'Orbig-ny, de París; Reitter, de Paskau, y Griffini, de Turín. Cuarenta y uno son los socios numerarios ing-resados en 1905, con lo cual sig-ue aumentando considerablemente el número total, como prueba de la mayor afición que se desarrolla en nuestra patria al estudio de las Ciencias naturales. Al terminar este trabajo, último que verifico como Secreta- rio, por haber renunciado dicho carg-o, quiero consig-nar aquí mi siempre entusiasta adhesión á la Real Sociedad española de Historia natural, dirig-iendo, á la vez, un afectuoso saludo á todos y á cada uno de nuestros consocios. El Secretario, José María Dusmet y Alonso. DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA 55 Estado de la Biblioteca. • Una vez más soy yo quien tiene que dar cuenta á la Real Sociedad española de Histoeia natural del estado de su Bi- blioteca, y en verdad que en ello teng-o g^ran satisfacción, no sólo por lo honroso del carg-o que este cometido supone, sino además, y muy principalmente, porque sólo me toca hablar de prosperidades y adelantos. Diez años hace que esta Sociedad me confirió la honra de admitirme en su seno. De entonces acá la Sociedad ha gana- do en importancia y en popularidad, ha conquistado un título honroso, ha realizado, en suma, prog-resos acaso superiores á los que entonces podíamos esperar; y reflejo fiel de estos pro- gresos, prueba incontestable de que no son meras ilusiones, tenernos en la Biblioteca. Tal vez su instalación es muy mo- desta; acaso el local que ocupa resulta un tanto falto de como- didades; pero estas deficiencias, que indudablemente vere- mos á su tiempo subsanadas, no aminoran en nada el valor é importancia del contenido. El aumento que este último ha experimentado durante 1905, así por cambios como por donativos, es de todas veras consi- derable. A la ya larg-a lista de publicaciones obtenidas por canje con las nuestras, hay que hacer importantes adiciones, entre ellas el órgano de la Société Vaudoise des Sciences 7ia(u- relles, la revista Aquila, de Budapest, que puede ser conside- rada como una de las mejores publicaciones ornitológicas del mundo, y las Novitates Zoológica;, que edita W. Rothschild en Tring. Este último periódico constituye para nosotros impor- tantísima adquisición, pues tanto por la excelencia de los tra- bajos que en él se publican, como por el lujo con que está edi- tado, tiene pocos rivales entre las publicaciones de zoología, no siendo acaso superado más que por las de la Zoological So- ciety de Londres. Estas últimas vuelven también á figurar en nuestra Biblio- teca, aún cuando no por cambio. Su adquisición, como cosa que es necesaria allí donde hay que conocer el estado actual de los conocimientos zoológicos, no podría pasarse en silencio al hablar de la marcha progresiva de nuestra Biblioteca. 5tí RELACIONES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA También debo hacer constar el ag-radecimiento con que he- mos recibido los numerosos donativos, en libros, que se nos han hecho durante los doce últimos meses. Obras españolas como la Descripción micro gráfica del staLema leñoso de las especies fo- restales españolas, por el Sr. Castellaruau, y Los volcanes extin- guidos de la 2)rovincia de Gerona, por D. José Gelabert, y extran- jeras como el estudio sobre los cefalópodos triásicos de Sicilia hecho por G. G. Gemmellaro, la edición de la Geografía del Paraguay, de Azara, publicada por el Museo de Montevideo, y tantos y tantos trabajos de Nickles, Serg-i y otros muchos do_ nantes ig-ualmente eminentes, han venido á aumentar la valía de la Biblioteca á cuyo frente tengo la satisfacción de ha- llarme. Terminaré hablando de dos mejoras que venían siendo de gran necesidad, y que han sido establecidas definitivamente en este año. Una de ellas es la encuademación de obras y re- vistas, cosa necesaria en toda biblioteca bien org'anizada, y que, sin embarg-o, no había podido ser en otro tiempo lleva- da á la práctica por nuestra Sociedad, oblig-ada entonces á sostenerse con escasos medios y sin protección de ning-una clase. Nada menos que 450 volúmenes hemos encuadernado hasta ahora, y es de esperar que, en el año que ahora empie- za, proseg-uirá esta mejora, para comodidad así del bibliote- cario como de los señores socios que frecuentan la Biblioteca. La seg'unda mejora consiste en la decisión, que en adelante se llevará oficialmente á la práctica, de crear en la Junta un nuevo carg'o que tenga por objeto el ayudar al bibliotecario en sus tarea.s*y sustituirle en su ausencia. Creo que todos debemos felicitarnos de estas útiles noveda- des y de aquellos satisfactorios progresos de que al principio hablé. Hagamos votos para que unas y otros perduren, no en el mismo estado, sino creciendo siempre. El Bibliotecario, Ángel Cabrera Latorre. BOLETÍN REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL Sesión extraordinaria del dia 10 de Enero de 1906. PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERÓN. El Sr. Presidente expuso que el objeto de la sesión era, con- forme á los acuerdos tomados en la del 6 de Diciembre último, proceder al nombramiento de socio protector á favor del Exce- lentísimo Sr. Duque de Medinaceli, y de socio honorario al de D. Joaquín María de Caltellarnau y Lleopart, en los que concu- rren los merecimientos de que ya se dio cuenta á los señores socios en aquel día; acordándose por unanimidad lo propuesto por la presidencia, y levantándose acto seg'uido la sesión. Sesión del 10 de Enero de 1906. PRESIDENCIA DE D. FLORENTINO AZPEITIA El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. — El Sr. Calderón, que al abrirse la sesión ocupaba la presi- dencia, manifestó que procedía tomasen posesión de sus res- pectivos carg-os los señores eleg-idos para constituir la Junta directiva durante 1906, y al efecto, invitó á sustituirle en la cabecera de la mesa al Sr. D. Florentino Azpeitia. Antes de abandonar el puesto, que tan digmamente ha veni- do ocupando, el Sr. Calderón expresó á todos los señores so- cios su ag-radecimiento por el concurso que le habían prestado mientras fué Presidente, y ofreció contribuir, como hasta aho- ra en lo sucesivo, á los trabajos y fínes que realice ó persig-a la Sociedad. — El nuevo Presidente, Sr. Azpeitia y Moros, al ocupar la 58 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA presidencia dirigúó la palabra á todos los reunidos, dando gTa- cias por el honor que se le había otorg-ado, y solicitando el concurso de todos para el mayor florecimiento y desarrollo de la Sociedad, á la que ofreció dedicaría su más asidua y cari- ñosa atención. — El Sr. Vázquez Fig"ueroa propuso, acto seg-uido, un voto de gracias para el Sr. Calderón, y sus compañeros de Junta direc- tiva, que fué acordado por unanimidad. Aprobación de cuentas. — El Sr. Pérez Zúñig-a, que, unido á los Sres. Ag'uilar y Carmena y Taboada, estuvo encargado del exa- men de las cuentas rendidas por el Sr. Tesorero en 31 de Diciem- bre de 1905, leyó el informe sig'uiente: Los que suscriben, individuos de la Real Sociedad españo- la de Historia natural, nombrados para el examen y com- probación de las cuentas de la misma, tienen el g-usto de par- ticipar á sus consocios que después de verificado dicho exa- men, con los comprobantes á la vista, resulta un saldo á favor da la Sociedad de 697 pesetas con 41 céntimos, y créditos por valor de 2.871 pesetas con 16 céntimos. Se han invertido, y se encuentra plenamente justificada esta inversión, las 5.000 pesetas, subvención anual concedida por el Estado á esta Sociedad. Existe también, procedentes de las 4.000 pesetas donadas por el Ministro de Estado á la Comisión de estudios de las co- lecciones del Muni, la cantidad de 1.538 pesetas con 57 cénti- mos, residuo de las 2 440 pesetas 34 céntimos existentes en el año anterior, deducidas las 901,77 g-astadas en este. Por lo dicho, se creen los que suscriben en el deber de propo- ner á la Sociedad la aprobación de las citadas cuentas, así como dar un expresivo voto de g-racias á los Sres. D. Ig-nacio Bolívar y demás socios encarg-ados de la Tesorería en Madrid, como á los Sres. D, Ángel B. de la Cruz Natham, de Valencia; D. Ignacio Tarazona, de Barcelona; D. Antonio Eleicegui, de Santiago; D. Pedro Moyano, de Zaragoza; D. Enrique Crú, de Sevilla, y D. Pedro Fernández Cavada, de Santander, que han contribuido al brillante resultado económico de la So- ciedad. Madrid, 31 de Diciembre de 190^.— Fnrique Pérez Zúñiga, Fernando Aguilar y Carmena, José Taboada Tundidor. DE HISTORIA NATURAL. 59 La Sociedad aprobó el anterior dictamen y el voto de g'ra- cias á los Sres. Tesorero y Vicetesorero de Madrid, y Tesoreros de las Secciones de provincias. Admisiones. —Quedaron admitidos como socios numerarios: D. Pablo Verdag'uer Comes, presentado en la sesión anterior por D. Ang-el de la Cruz Natham; la Escuela Normal Superior de Maestros de Huesca, por D. Juan Pablo Soler; el Instituto g-eneral y técnico de Ciudad Real, por D. Antonio Martínez; D. Juan Calafat León, por D. Lucas Fernández Navarro; D. José Cerrolaza y Arraentía, por D. Antonio de Zulueta; D. R. M. Mos- coso, residente en San José de las Matas, en la República Do- minicana, que lo fué, por D José María Dusmet, y D. Juan Julia y Olsina, propuesto por la Sección de Barcelona; y como ag-reg-ados D. Francisco Beltrán Big-orra y D. Greg-orio Sabater Diana, por D. Emilio Ribera. Y, por último, se acordó nombrar socios correspondientes extranjeros á M. Jules Bourg-eois, de Sainte-Marie aux Mines; al Dr. Cari, de Ginebra, y á MM. A. Grouvelle y Paul Lesne, de París, por su importante colaboración en el primer tomo de las Memorias de nuestra Sociedad, así como á Mr. Schulthess- Rechberg-, por el regalo de varias de sus importantes publica- ciones sobre Himenópteros. Comunicaciones vertíales.— El Sr. Llord leyó una interesante noticia sobre su reciente visita y ascensión al Vesubio, presen- tando varias fotog-rafías con ella relacionadas. El trabajo del Sr. Llord pasó á la Comisión de publicación. — El Sr. Calderón dijo lo sig'uiente: «Un ejemplar de wolframita, procedente de Peñasqueira, en la Sierra de la Estrella, donado el pasado año á las colecciones de nuestro Museo de Ciencias naturales, por D. L. Doria, con- tiene en abundancia notable, no sólo salpicaduras, sino pene- traciones y sustitución completa á trechos del mineral primi- tivo por otra materia terrosa, amarillento obscura, con tono verdoso , mate y opaca de tmujstüa ú ocre de tung-steno , lla- mado también wolframina y wolframocre por los alemanes. Este mineral es el ácido tung-stico, un trióxido WO^ que re- sulta de la alteración de la wolframita, y fácil de reconocer tanto al soplete por su perla.con la sal de fósforo, azul clara al 60 boletín de la real sociedad española fueg'O de reducción, y en frío, como por vía húmeda, merced á su insolubilidad en los ácidos y solubilidad en el amo- níaco. No se halla mencionada esta especie entre las de la Penín- sula, ni tampoco de un modo determinado de muchas locali- dades extranjeras, lo cual debe de proceder de que sólo en fecha relativamente moderna, se ha fijado la verdadera natu- raleza química de este óxido, que había pasado antes inadver- tido como una materia terrosa indefinida.» Noticias hibliográflcas. — El Secretario, en nombre del señor Dusmet y Alonso, presentó las sig'uientes interesantes no- ticias: 1.' «Ting-itidíB novge vel minus cog"nitfB e reg-ione palaearc- tica.» Dr. G. Horvath. f Anuales Historico-naturalis M. Nat. Hungarici. Vol iii, 1905. Pars secunda.) ^ — Fig"uran entre las muchas especies de este trabajo, Dictyonota (Elina) ibérica n. esp., á la cual señala como patria Híspanla: Sierra de Espuna (CoU. Heyden), indicando que es próxima á D.Sicardi. Además Tinffis awiculaia Co&ta, Y av. Dauci, n. var., que entre otros países se encuentra en España (Ciudad Real). 2.* «Rhopalocera at Barcelona, Montserrat and Vernet-les Bains», by R. S. Standen. (TAe Entomologist. Vol xxxviii, 1905, números 509, 510 y 511.) — Reseña de una excursión, enume- rando las especies recogidas, estando solamente en el núme- ro 509 lo referente á las localidades españolas. 3.* «Neuroptera coUected by Dr. T. A. Chapman in Fran- ce and Spain, 1904», by W. J. Lucas. (The EntomoJogist, 1905. Vol xxxviii, núm. 511.) — En España son 24 las especies caza- das en el Puerto de Pajares, Granja de San Ildefonso y Naval- peral. Entre ellas fig-uran varias de Odonatos. 4.* «Revisione monog-rafica delle Gag-ea della ñora spag- nola», per il Dott. Achille Terracciano. {Bol. iSoc. Aragonesa C. Naturales, t. iv, n." 10.)— Trabajo extenso y detallado, con abundantes observaciones. 5.* «Plantas de la provincia de Huesca (Julio 1903)», por D. Carlos Pau. {Bol. Soc. Aragonesa C. Naturales, t. iv, núme- ros 6 á 10.)— Como todos los estudios del Sr. Pau, tiene nume- rosas observaciones recogidas personalmente y acompañadas de notas críticas. DE HISTORIA NATURAL. fil 6." «Notas zoológ-icas. IX. Rectificaciones», por el R. P. Lon- g-inos Navas, S. J. {Bol. Soc. Aragonesa C. Naturales, t. iv, nú- mero 9.) — Comprende varias observaciones sobre Dorcadion y sobre Atractomorpha, motivadas por trabajos de los Sres. Mar- tínez Escalera, La Fuente y Bolívar, otras sobre el g-én. Pycno- gaster, y una nueva división del g-én. Platystohis, del cual separa los nuevos géneros Sgnephippiíis y PlatepMjjpiíis. 7.^ «Guia per la cassera, ^reparació y conservado deis Le- pidópters», per D. S. Maluquer. {Butll. Inst. Catalana ü. Na- tural. Any 2°, núm. 7.)— Instrucciones que pueden ser muy. útiles á los principiantes para la buena formación de colec- ciones. 8." «Contributions á la faune malacologique de la Catalo- gue», par P. Fagot. (Butll. Inst. Cat. H. Nat. Any 2.°, núme- ro 8.) — Se refiere á una excursión realizada en 1891 por Ando- rra, Seo de Urgel, Tuxent y Sierra del Cadí. Se describe una nueva especie, Belix Organiaca, procedente del desfiladero de Organyá en el valle del Seg-re, la cual pertenece al grupo de H. Oreina. 9.* «Notas neuropterológicas. VIII. Un Odonato de intere- sante historia», por el R. P. Longinos Navas. (Butll. Inst. Cat. H. Nat. Any 2.°, núm. 8.)— Se refiere al Selysiothemis nigra. V. de L. 10.* «Catálech de Insectes de Catalunya. Hymenópters. XIX. Familia Apidm>->, por D. J. BofiU. (Butll. Inst. Catalana Hist. Natural. Any 2.°. Publicado como apéndice en varios números.) — En diferentes ocasiones nos liemos ocupado de este interesante catálogo de los Himenópteros de Cataluña. La parte de que ¿üiora se trata es bastante extensa por referirse á la abundante familia de los Apidos, comprendiendo 41 géneros con 600 especies y variedades. Es indudable que en trabajos de esta índole, que abarcan todo un orden de insectos de un país muy poco estudiado, como lo está aún España, han de deslizarse bastantes errores de clasificación, á causa de de- terminarse muchas especies solamente por comparación con tipos y sin un estudio detenido de los ejemplares, para el cual es preciso mucho tiempo y muchos cientos de volúme- nes. A pesar de esto, es indiscutible que se hace una obra me- ritoria con la publicación de estarcíase de estudios, pues siem- pre dan por resultado que nuevos entomólogos se fijen en los 6-2 boletín de la real suciedad española grupos ya enumerados, aunque no sea más que á la lig-era y como en sencillas listas. Al Sr. Bufill, que por la sensible muerte de su colaborador Sr. Antiga, ha quedado solo para realizar esta tarea, deberá la Ciencia que los himenópteros sig-an siendo estudiados en Cataluña y aún en otras reg'iones. Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el 20 de Diciembre de 1905, bajo la presidencia de D. JVíanuel de Paúl. — El Sr. Medina dio noticia de los descubrimientos de honni- g-as fósiles en el ámbar del Báltico, realizados por el sabio mir- mecólog-o de Bolonia Sr. C. Emery. En su último trabajo, publi- cado en la Sociedad entomológ-ica de Francia (núm. 13, 1905), el autor describe una nueva especie de DimorpJiomyrmex, de cuyo g-énero sólo se conocía una especie de Borneo y de Sumatra. Señala, además, otro formícido, Camponotus i (/ne us ^Isiyr, que se aproxima á los curiosos individuos calificados de «pseu- dog'onites», siendo interesante su existencia en aquellas anti- guas resinas. — El Sr. Presidente dio lectura de un artículo sobre el cultivo del caucho, que realizan los nortemericanos con tanto éxito en las islas Hawai, y parece ser la mayor y más seg'ura riqueza que ofrecen para el porvenir los cultivos tropicales. Valdría la pena de que esta cuestión se estudiase á fondo por personas competentes para ver si, en efecto, como pa- rece, sería ventajosí- simo dicho cultivo en nuestras posesiones del África tropical , siempre que el Go- bierno le favoreciese \ i con los recursos ofi- ciales. - El Sr. Barras pre- sentó á la Sección un instrumento neolítico V de serpentina, cuya fi- gura es adjunta, que había recogido en Niebla, durante una excursión verificada el 8 de Diciembre desde Huelva, con la Comisión de Monu- \ y DK HISTORIA NATURAL. 63 mentos de la provincia. Mide dicho instrumento 58 mm. de lon- gitud máxima; 43 mm. de anchura en su boca, que está en dirección oblicua á la long-itud; 20 mm de anchura por el ex- tremo opuesto á dicha boca y un espesor máximo de 14 mm. Para formar el filo, una de las caras constituye una super- ficie curva; pero la otra se completa mediante dos facetas pla- nas, presentando por este lado, además, una faceta lateral. Se trata, pues, de una doladera ó azuela, de las que representa Mortillet en la lámina lv de su Museo Prehistórico , y de las que fig-ura varios ejemplares, entre los cuales el desig-nado con el núm. 584, procede de Alhainade Granada. El poseer dos facetas en el filo obedece, según dicho autor, al hecho de haber sido afilada de nuevo después de desg-astada por el uso. No presenta indicio alg'uno de haber tenido mang-o, siendo, sin duda, de las que se empleaban á mano. La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 27 de Diciem- bre último, bajo la presidencia de D. Pedro Ferrando. La nueva Junta directiva tomó posesión de sus carg-os, dan- do las gracias el Sr. Presidente en su nombre y en el de los de - más señores, por la distinción de que habían sido objeto. —El P. Navas presentó varios cuadernos de la mag-nífica publicación Annales du Musée du Congo, de Bruselas. Los pre- sentes hojean con placer estos fascículos verdaderamente reg-ios. Expone el P. Navas que los Annales forman diferentes series, que se publican por f¿iscículos, varios de los cuales forman un tomo. Los que llevan por título «Documents sur le pays et ses habitants», revisten un carácter más pintoresco, descriptivo y práctico, y están adornados con profusión de preciosos g-raba- dos. Los demás presentan un tono rig-urosamente científico. Son monografías llevadas á cabo por diferentes especialistas. Entre otras son muy de notar las referentes á la Ictiología, debidas á Boulenger, y las de Botánica, elucubradas por Wil- deman y Duran. El último fascículo, aparecido en Noviembre, no es inferior á los demás. Titúlase «Remarques sur l'Ornitho- logie de l'État indépendant du Congo», su autor, el Dr. Alph. Dubois. Es el primero del primer tomo que sobre Ornitología del Congo se publica. A las 36 páginas de texto, en folio, si- guen 12 bellísimas láminas, en fotocromía, que representan 16 64 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA especies de aves del Cong'o coloreadas muy al vivo y en pinto- resco paisaje. En suma, los Amiales dti Miisée du Congo son una publica- ción que enriquecen cualquiera biblioteca de Historia natural y que sería de desear fig'urasen, en la de nuestra Sociedad. Notas y comunicaciones. Una visita á las regiones volcánicas del golfo de Ñapóles POR KAMÓN LLORD Y GAMBOA (con dos láminas^ 1. — La zona del Vesubio: su estado actual. Cuando se contempla por vez primera desde cualquier punto de Ñapóles, la bellísima y extensa línea oriental de su g'olfo, sobre la que se eleva en suaves pendientes iniciales el histó- rico volcán, visitado hoy por miles de personas de toda clase y condición social, no puede dejar de sentirse una impresión de g-randeza, de alg-o sublime, mezcla confusa de lo dramático y trág-ico, con la dulzura, con la belleza del paisaje que se ofrece á nuestra vista. Este contraste entre la amenaza de las energ-ías intraterres- tres productoras de la muerte, y la tranquilidad, la calma del exterior, con sus fuerzas vitales, con sus elementos biog'éni- cos, inundando nuestro cuerpo, empapando nuestro ser, no se borra nunca de la memoria, después de observado aquel admirable cuadro de la Naturaleza. Grandes facilidades hay actualmente para visitar el Vesubio y sus contornos, pudiéndose utilizar todos los medios de loco- moción, siendo desde lueg-o preferibles el ferrocarril y el tran- vía eléctrico, que permiten trasladarse á todos los puntos im- portantes de la extensa zona vesubiana. El Somma. La visita del Somma se hace muy bien desde el pueblo del mismo nombre, al que se va en el tren de circunvalación del Vesubio, desde Ñapóles, cuyo servicio empieza á las siete de t)E HISTORIA NATURAL. 65 la mañana. Una hora escasa se tarda en lleg-ar á Somma, pe- queña villa de 10.000 habitantes, y nunca falta una persona que sirva de g-uia mediante una corta retribución. A la salida del pueblo se camina entre viñas bastante tiem- po, y puede ya irse apreciando la naturaleza del suelo, en el que se encuentran numerosos trozos de rocas volcánicas, como tambíéií en los lados del barranco que conduce á la ermita de Santa Maña di Castello, situada á poco más de 400 m. de altu- ra; desde esta ermita comienza en realidad la ascensión del Somma. A muy poca distancia de ella, en la g-arganta llamada Lag- no del Purgatorio, pude observar g-randes masas de lava leucí- tica y pequeños depósitos de pumita en contacto con otros muy extensos de lapilli y cenizas. Estos últimos están estrati. ficados en muchos puntos, y el lapilli es allí de dos colores dominantes: rojo-pálido á rojo-pardo, y pardo-neg-ro á neg-ro; éste es el más abundante. La ascensión del monte no ofrece dificultades, siendo alg*o penosa en sus últimas pendientes, á causa de la mayor incli- nación y de lo movedizo é inseg-uro del suelo; pero es compen- sación muy agradable el mag-nífico bosque de castaños bajo el que se camina siempre, hasta pocos metros antes de alcanzar la Croce, en donde acaba bruscamente la veg'etación tan es- pléndida hasta allí. Al lleg-ar á la Croce, á 1.120 m. de altura, y contemplar de repente uno de los panoramas más maravi- llosos que puedan concebirse, se olvidan los trabajos y fatig-as de la subida, y bien puede decirse que la Naturaleza premia al viajero decidido á alcanzar aquellos solitarios parajes. En efecto, no es posible describir el espectáculo g-randioso del Ve- subio, invisible hasta lleg-ar á la misma Croce, y cuyo potente cono se alza delante del observador, hacia el S., pudiéndose ver la línea de fueg-o marcada en la actualidad en su vertien- te O., señalada desde lejos por una zona alarg-ada de vapores blanquecinos sobre la corriente de lava. A los pies del espec- tador se encuentra el Atrio del Cavallo y el Valle delV Inferno, valles profundos ó surcos que separan el cono vesubiano del Somma, cortado á pico en dirección S., siendo, por tanto, im- posible adelantar un paso más en esta dirección, en la que aparece un desnivel casi perpendicular de 250 á 300 m. próximamente. A la derecha, y á lo lejos, se ve el Observato- T. VI —Enero, 1906. 5 66 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA rio meteorológ-ico; al N. y al E., cierran el horizonte los Ape- ninos, viéndose multitud de caseríos, pueblos y villas: el de Somma en lontananza, Ottaiano, Santa Anastasia, etcétera, etcétera. Hubiera hecho más interesante aún esta excursión, el H censo por el O. del Somma, hasta el Observatorio, atr;i^' la g-ran corriente de lava de 1872; pero las pocas ^ ^ luz solar con que se cuenta en los últimos días d ^re, pues hasta pasado el medio día, es imposible llef"^> la Croce, me decidió á regresar al pueblo por el mismo aio, antes de que anocheciera en el bosque, lo cual consti > la un verdade- ro pelig-ro por el sinnúmero de barrancos, es de erosión, escarpes profundos, de que está sembrad ,. superficie del monte, teniendo que marchar larg-os ratos sobre lomas estre- chas con profundos surcos á ambos lados. Toda la superficie visible desde la Croce, todo cuanto abarca la mirada, como Vesubiano, Atrio del Cavallo, Valle dell' Infer- no, corriente lejana de lava de 1872, y los escarpes del Somma del lado S. y SE., presenta un tono uniforme de color pardo - negro, dando al conjunto un aspecto particular de rudeza, de desolación, de ausencia de vida, bien característico. Los escarpes del Somma parecen formados, como el monte mismo, por inmensos depósitos de lapilli, de productos escori- formes y lávicos, entre los que se encuentran las calizas y do- lomías blancas y blanco-g-rises de grano fino, cristalinas, en- cerrando en sus pequeñas g-eodas muchos minerales esencial- mente silicatados. Otras varías especies se hallan entre los materiales sueltos, como elpiroxeno angita, tan abundante allí, y las micas multicolores, entre las que aparecen las verdes tan interesantes. La hucita y la nefelina, ya como especies mi- neralógicas, ya formando parte esencial de rocas, son también muy abundantes en todo el monte. La premura del tiempo impidió detenerme á buscar minera- les escasos y raros, contentándome con recog^er los que buena- mente se hallaban al paso. Lo más importante de lo recogido, fué lo siguiente: Lavas: compactas, celulares y escoriformes; leucíticas de as- pecto porfídico, con cristales frescos de leucita, y otras, con los cristales opacos, en descomposición más ó menos avanza- da; piroxénicas y olivínicas: (porfiroideas). DÉ tíiSÍORlA NATURAL. 67 Materiales incoherentes: lapilli de varios colores; trocitos de pumita, algún conglomerado y algunas escorias. Trozos de calizas ó de dolomias: (no ensayados) blancas, blanco-grises y azuladas. Ejemplares de micas, áQ piroxeyío augita , de olivino y ne- felina. Otros cristales no clasificados aún. Altamente instructiva fué esta excursión al monte Sorama, porque además de lo que se pudo observar y recoger, se vio con toda evidencia desde las alturas de la Croce, la importan- cia en tiempos antehistóricos, probablemente terciarios, de la primitiva formación volcánica del Somma, anterior, como es sabido, al actual Vesubio. El Somma fué el primer volcán elevado en la llanura napo- litana, pasando, desde un período de actividad de duración desconocida, según atestiguan sus restos contemporáneos, á otro periodo de largo reposo, cubriéndose sus laderas y su vértice de magnífica vegetación que ocultó siglos y siglos la • energía latente acumulada en su interior, y cuando el año memorable, 79 de nuestra Era, despertó súbitamente, provo- cando las terribles tragedias de Herculano y de Pompeya, no fué el Vesubio en rigor, sino el Somma, el causante de las ca- tástrofes que sig'uieron á la explosión inmensa que hizo saltar toda la parte central y superior de su masa, cuyos fragmentos de ceniza y lapilli sepultaron Pompeya, mientras un torrente de fango, mezclado con pómez y cenizas, invadía Herculano haciéndole desaparecer. La disposición de los materiales eruptivos de las partes N. yNE., que componen hoy el monte Somma, con sus escarpes casi perpendiculares mirando al Vesubio, con señales evidentes de rotura, de dislocación, de violencia, en estas partes, forman- do contraste con laspendientes opuestas, relativamente suaves en relación al perímetro y altura del monte, parecen demos- trar la existencia, anterior á nuestra Era, de un volcán, tran- quilo desde la época terciaria, al parecer, y roto de improviso por su parte superior, arrastrando sus materias ígneas por las pendientes S. y SO. de preferencia, direcciones por las que la historia atestigua haberse verificado todos los paroxismos pos- teriores, y dejando como testig-o de su antigua existencia, todo el esqueleto volcánico del Somma actual, padre del actual Ve- 68 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA subió nacido en su centro el año 79 citado, representante del volcanismo activo en reducida escala, comparado con el que debió dominar durante larg-o tiempo en aquella hermosa re- gión de la antig"ua Carapania. Muy importantes observaciones de fenómenos metamórficos pueden hacerse en el Somma; la aparición de especies minera- les silicatadas, por transformación sucesiva de los elementos constitutivos de las rocas, puede ser allí orig-en de una precio- sa página de metamorfismo, de acciones evolutivas minero- g'énicas, de alta importancia científica. Este delicado estudio, que exige meditación detenida y tra- bajos preparatorios, sólo puede ser mencionado en una reseña de la índole de la presente. El Vesubio. La excursión al Vesubio puede verificarse de varios modos, según el tiempo disponible y el objeto de la persona que la realice. Para estudiar con algún detenimiento las infinitas be- llezas geológicas del volcán y sus contornos, lo mejor es irse , á pasar unos días á cualquiera de las poblaciones situadas al pie del mismo: Portici, Resina, Torre del Greco ó Torre An- nunziata, desde las cuales, especialmente las tres últimas, es posible llegar al cráter principal, y recorrer en el día gran parte de la superficie de las corrientes lávicas más importan- tes. Desde Resina se va muy bien, á pie ó en coche hasta el Observatorio, en cuya vecindad hay un buen hotel y una hos- pedería en donde se puede almorzar á cualquier hora y dormir en caso necesario, siendo éste el itinerario preferido por mí, como más cómodo y rápido. A la salida de Resina, se camina largo rato entre viñas pro- ductoras del riquísimo vino lacrijma christi, ascendiendo len- tamente y llegando, primero á la gran corriente de lava de 1885-59 que el camino atraviesa varias veces, y después á la de 1895, enorme corriente de algunos kilómetros de longitud que no cede en importancia á la de 1858. Poco á poco se va acercando el Observatorio, pisando siempre las lavas de los referidos años. En la proximidad de aquel edificio, puede es- tudiarse la lava de 1851, y poco después la de 1872, de muchí- simo interés por corresponder á la erupción que puso en peli- gro al referido edificio científico , en el que permaneció el DE HISTORIA NATURAL. 69 intrépido Palraieri rodeado por aquella terrible corriente divi- dida en dos brazos á muy poca distancia de allí. El estudio de esta lava riacolítica, conteniendo numerosos cuerpos poco co- munes, es también de alto interés. No me fué posible disponer de tiempo suficiente para visitar el Aírío del Camilo ni el VaUe deW Inferno que habia contem- plado días antes desde las alturas del Somma, y sólo pude as- cender al cráter principal del Vesubio, valiéndome del exce- lente tren funicular establecido por la Ag-encia Cook y Compa- ñía. En pocos minutos se lleg-a á la estación superior, y quedan aún unos 100 m. que deben subirse á pie y con un guía obli- gatorio; estos 100 m. son penosos para el viajero por lo move- dizo é inseguro de los materiales, compuestos de lapilli, ceni- zas, escorias, trozos de lava, etc.. entre los que se hunden los pies, siendo necesarios grandes esfuerzos para poder as- cender. Durante la hora á que da derecho á permanecer en el crá- ter el billete de la Agencia Cook, no puede hacerse un estudio de aquel interesantísimo centro eruptivo, sino solamente al - g'unas observaciones respecto de la forma, intensidad, perío- dos, etc., de las explosiones verificadas por el cráter principal. Desde algunos metros de su borde, se oye, en tiempos irregu- res, el ruido provocado por la súbita irrupción de productos gaseosos, los que, venciendo la presión de las materias acu- muladas en el tramo superior del cráter, salen al exterior vio- lentamente, lanzando multitud de trozos de todos tamaños á alturas variables que no pasan del borde del cráter, la mayoría de las veces. Hubiera deseado acercarme más y poder observar directamente algunas explosiones; pero la prohibición abso- luta del guía, y la relación de las desg'racias ocurridas, obliga- ai más entusiasta á renunciar al peligroso placer de contem- plar de cerca tan admirables fenómenos. El ruido de las ex- plosiones iguala, por su intensidad, al producido por varias descargas de artillería en la mayoría de los casos. En la vertiente O. del volcán .pude observar la salida de la lava con sus correspondientes fumarolas visibles desde lejos. La lava sale tranquila; solamente interrumpen su curso de vez en cuando, pequeñas explosiones parciales de la masa debidas al escape de materias gaseosas por sus hendeduras y puntos débiles; todo el resto de la corriente abandona lenta- 70 boletín de la real sociedad española mente los g-ases y los vapores: los primeros, para disiparse en la atmósfera definitivamente, y los seg-andos, para sublimarse á mayor ó menor distancia de la corriente lávica, depositándose de diversos modos en las rocas, y constituyendo especies mine- ralóg-icas curiosas y dig'nas de estudio. No fué posible detener- se en la observación de tantos fenómenos interesantes allí rea- lizados, no sólo por la premura y escasez del tiempo en esta clase de visitas, sino por las nieblas rápidas formadas de tiem- po en tiempo en el curso del mismo día en aquellas alturas, es- pecialmente en los meses de otoño; estas nieblas, sumamente frías, acompañadas de viento muy húmedo, hacen toda obser- vación muy penosa, además de ser un peligro para la salud del viajero; á causa de ellas no pude hallar oportunidad de obtener fotog-rafías del cráter principal, ni de los adventicios de la parte O. del cono, actualmente activa seg-ún he indica- do ya. La actividad volcánica del Vesubio parece ir adquiriendo la forma stromboliana, como oportunamente observa Lapparent en su excelente tratado de Geolog"ía. Basta mirar los croquis hechos en los treinta últimos años, para convencerse de la re- ducción sucesiva de la esfera de acción del cráter principal, y aun cuando es bien sabida la irreg-ularidad característica de los paroxismos volcánicos, tanto en el tiempo como en el espa- cio, por lo que al Vesubio se refiere, parece haber entrado este foco eruptivo en una fase explosiva irreg-ular, con tendencia á la limitación progresiva de los derrames lávicos, cuyo último término sería la continuación de existencia de la lava á varia- bles y periódicas alturas en el interior del cráter y salida de productos g-aseosos al exterior con más ó menos violencia á través de la lava misma; fase de energía volcánica esta últi- ma, precisamente característica del modo de ser actual del centro stromboliano en una de las islas eolianas ó de Lipari, en Sicilia. Esto no quiere decir, en modo alguno, que el día menos pensado no despierte de improviso éste, como cualquier otro de los conocidos focos de erupción, pasando rápidamente de la forma antedicha y aun de otra más avanzada, como es la de solfatara, á la de derrame lávico intenso y extenso, acom- pañado de las terribles manifestaciones activas del volcanis- mo en todo su esplendor. Muy útil enseñanza resulta de la visita á uno de estos cen- DE HISTORIA NATURAL. TI tros eruptivos, entre los cuales fig-ura el Vesubio en primer lug-ar, no sólo por constituir una magnífica escuela práctica de instrucción acerca de los fenómenos volcánicos en amplia escala, sino también por su inmejorable situación que facilita en grado sumo el estudio de cuanto allí se realiza. En esta expedición se pudieron recoger buenos ejemplares de lavas en las corrientes mismas de 1858-59, 1872 y 1895, las que, por la importancia de sus dimensiones y su constitución físico-química, merecen estudio detenido. También se recogie- ron productos escoriformes, algunos piroxenos, olivinos, cali- za y dolomía, micas, nefelina, leucita, riacolita, cenizas y la- pilli, etc. En el cráter mismo, muy cerca de su borde, pude recoger trozos de lavas escoriformes muy calientes aún, aca- badas de caer después de una de las explosiones. Será intere- sante comparar su composición química y microscópica con la de las lavas y escorias antiguas. ■ Habiendo podido contar con mejor tiempo y dando derecho el billete de la Agencia Cook á la estancia de una hora en el cráter, prorrogable hasta tres cuando hay asiento de regreso en el coche funicular, se hubieran tomado fotografías de mu- cha importancia, medidas de alturas y distancias; observacio- nes sobre la disposición del cráter, especialmente en su parte O., por donde hoy se verifica la salida de lava, etc., etc.; de todo lo cual sólo se pudo ver parte de la corriente lávica á corta distancia, como ya se lia indicado, y fué ciertamente emocio- nante la contemplación de aquel admirable espectáculo. La lava, de color rosa-pálido durante el día, lo que demuestra su temperatura, salía muy lentamente de la hendedura, invisible desde el punto de observación, por la cual se escapaban tam- bién gran cantidad de vapores que ocultaban casi por completo la vista de la corrriente. Confieso haber sentido en aquellos cor- tos instantes, una de las satisfacciones más grandes de mi vida; á mi lado oía las frases de asombro de algunos viajeros franceses que conmigo se aventuraron á llegar hasta donde el guía nos permitió. En otra ocasión, aprovechando un mes de Mayo con tiempo sereno y cielo limpio, trataré de realizar la serie de observa- ciones y estudios que aquellas circunstancias adversas han impedido verificar ahora. 72 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Torre del Greco. Desde esta villa, de más de 35.000 habitantes, reconstruida sobre la lava de 1631, que destruyó gran parte de la población, se pueden emprender muy bien alg-unas excursiones de mucho interés, especialmente para el estudio de las corrientes lávicas de 1631 citada, de 1737, 1767, 1794, 1804 á 1806 y 1861, como más principales. Solamente pude detenerme alg-unas horas en una de las playas, cuyas arenas, compuestas en su mayor parte de restos de rocas volcánicas, como volcánicas son las rocas mismas que allí observé, eran digmas de estudio. En efecto, aquellas arenas, neg-ras en su conjunto, contienen cris- tales diversos, más ó menos ínteg-ros de especies minerales, desprendidos de las rocas que los contenían. Allí se encuentran trocitosde corales en gran número, jun- tamente con los restos de rocas mencionados, entre los que se recog-ieron cristales redondeados é incoloros, que no he cla- sificado aún, y cuyo análisis completo practicaré muy pronto; pequeños trocitos rodados de lavas leucíticas, de calizas y do- lomías, restos aug-íticos, olivínicos, etc., etc., componentes todos de rocas más ó menos lejanas. También se recog-ieron ejemplares curiosos de lavas cenicientas porfídicas: peridotífe- ras, piroxénicas y leucíticas, abundantes en la misma playa. No reñero aquí las visitas hechas á las excavaciones de Pom- peya y Herculano, por no creerlo pertinente en esta relación, en la que sólo deseo consig-nar alg-unos datos g-eológ-icos. 2. — Los campos flégreos napolitanos. Curiosísima es esta región, representante del que pudiéra- mos llamar volcanismo occidental del g-olfo de Ñapóles, ya que el anterior, ó del Vesubio, ocupa la línea oriental del mismo g-olfo. Me ocuparé muy brevemente de cada una de las partes visitadas. Pozzuolo. La visita de Pozzuolo, la antig-ua PiiteoU de los romanos, es muy fácil y cómoda, pues desde Ñapóles hay tr¿invía eléctrico, que en muy poco tiempo recorre los 12 km. de distancia al pue- blo. En este mismo se encuentran los restos notables del templo DE HISTORIA NATURAL. "73 deSerapis,atvi\)uíáosporotvos á un antigHio mercado cubierto, á estilo de Pompeya, ó termas quizá, por existir allí numero- sos manantiales termales. Sea lo que quiera, el visitante es conducido á una especie de patio cuadrang-ular, en cuyo cen- tro se elevan aún tres ó cuatro columnas corintias, incomple- tas, de mármol antig-uo, que se dice g'rieg'O. La parte inferior de estas columnas está por debajo del nivel del mar, como puede comprobarse introduciendo la varilla de hierro en el ag"ua que rodea una de las columnas, cuj^a varilla, dispuesta para esta prueba, se hunde cerca de 2 m. hasta tocar la base de la columna. A la altura de una persona, próximamente, y formando una zona circular en la superficie de aquella, se ven las señales de corrosión, atribuidas á la acción lenta del Lithodoimis litho- phagus, molusco existente hoy en el Mediterráneo; y como la zona corroída comienza á 3,50 m. del suelo y concluye á 5,50 del mismo, poco más ó menos, marcando un anillo de unos 2 m., se cree que todo el edificio descendió con el suelo bajo el mar en la antig-üedad, á causa de una erupción de la Solfatara, próxima á él, primeramente hasta los 3,50 rn., y lueg'o fué ba- jando con el suelo mismo y de un modo lento, hasta los 5,50 metros, siendo después elevada toda aquella comarca, en 1538, cuando tuvo lug-ar la aparición y erupción del Monte Niioto, situado también á poca distancia de allí. Alg'unos, sin embar- g-o, ponen en duda estos hechos, atribuyendo la zona de los Lithodomus á la existencia de un depósito ó reservorio de pes- cados, en el mercado antig-uo, suponiendo fuera tal mercado el edificio, lo cual no se puede aseg-urar, y aunque lo hubiera sido, tampoco se puede afirmar lo del depósito indicado. En cambio, es indudable la variación de altura sufrida varias ve- ces en sentidos opuestos por el litoral de Pozzuolo. Limitándose al templo de Serapis parece resultar de los datos históricos hallados por Suess, que el edificio fué introduciéndose en el mar lentamente, desde la época romana hasta el sig"lo xiii, alcanzando su mayor descenso al principio del sig-lo xvi, ha- biendo ejercido los Lithodonms su acción destructora en este período. Cuando el Monte Nuovo apareció el 33 de Septiembre de 1538, el suelo se elevó rápidamente cerca de 6 m. y las rui- nas de Serapis fueron elevadas también, dejando al descubierto la curiosa zona de los moluscos, testigo constante de las osci- -74 BOLETIK DE LA REAL SOCIEDAD ESPA^OLA laciones del litoral, debidas, sin duda alg-una, á la actividad volcánica de toda aquella comarca, la que puede considerarse, seg'ún dice muy bien Lapparent, como un verdadero cráter. Las observaciones de Matteucci, hechas en el Vesubio, confir- man también y explican estos movimientos alg*o localizados de las zonas volcánicas. A corta distancia de las ruinas, se encuentra la célebre Sol- f atara. Es un cono volcánico de 100 m. escasos de altura, de forma algo ovalada, de unos 500 m. en su eje mayor, plano y arenoso en su fondo, con alguna vegetación en limitados pun- tos del mismo, y rodeado de colinas traquíticas. Desde el mo- mento de entrar en el cráter, se percibe claramente olor sul- furoso que en alg-unos sitios llega á ser un poco molesto y sofocante. Al lado opuesto de la entrada se ven desde lejos co- lumnas de vapor, siendo necesario atravesar todo el cráter para llegar á ellas; corresponden las dos principales á las bocas llamadas grande y 'pequeña, habiendo en multitud de puntos, emisiones ó exhalaciones de vapores acuosos y sulfu- rosos. La roca traquítica en contacto con las emanaciones de la Sulfatara, está muy descompuesta, viéndose allí, por todas partes, formaciones antig-uas y recientes de yeso, en unión del azufre depositado lentamente y de la tierra sulfatada (cera- raohalita). Todo está impreg-nado de vapor de agua, el cual, arrastran- do elementos diversos, dominando los ácidos y de éstos el sul- fúrico, eng-endra las diversas especies mineralógicas sulfata- das, especialmente el yeso citado y los alumbres. Es fácil de comprender el orig-en del ácido sulfúrico, por la oxidación progresiva del hidrógeno sulfurado en una atmósfera caliente y húmeda, depositándose al mismo tiempo parte del azufre no oxidado en innumerables costras cristalinas visibles por don- de quiera que se levanta un poco la roca terrosa de la super- ficie del cráter. Con el azufre se deposita el arsénico, alg-una vez metálico, en pequeñitas manchas y abundantemente en estado de sulfuros, dominando el rojo en g'randes sublimados sobre las rocas. Todos los productos allí depositados por sublimación, de un vehículo acuoso, acusan reacción acida bien manifiesta por el papel azul de tornasol; basta humedecer con agua destilada DE HISTORIA NATURAL. "75 una tira de este papel y colocar sobre ella algunas partículas del azufre, de las costras arsenicales, del yeso, de los alum- bres ó de la arena traqiiítica del fondo del cráter, para que ai)arezcan inmediatamente las manchas rojas características de la reacción acida del producto examinado. En la boca g-rande puede verse, á la entrada de la g-ruta, hervir violentamente el agua al remover con una larga azada las arenas de su suelo; esta mezcla de agua y detritus de rocas, de más de 2 m. de profundidad, tiene una temperatura supe- rior á los 100" C, y todas las emanaciones gaseosas de aquellos contornos salen tan calientes, que la mano, aún á cierta dis- tancia del punto de salida, no puede resistirlas ni un instante. Es curioso, y llama la atención de los visitantes, el ruido á hueco de sus pasos, ruido muy extendido en el fondo del crá- ter y que ha hecho suponer la existencia subterránea y super- ficial de grandes espacios llenos probablemente de gases de ig'ual naturaleza que los expulsados por las grietas, oqueda- des y bocas mencionadas. Próximas á la boca g'rande, hállanse unas ruinas antig-uas, termas quizá , dando acceso á galerías en cuyas paredes se han formado extensas costras y películas de alumbre. Tan alta es la temperatura de estas galerías, que hace imposible penetrar en ellas más allá de los primeros pasos; el vapor de ag'ua sale mezclado con gas sulfuroso, el que, oxidándose, en- gendra los alumbres al contacto de los detritus de las paredes y de las rocas. No pude averiguar hasta dónde llegan aquellas curiosas galerías hechas por la mano del hombre; solamente me fué posible apreciar su comunicación con varias excava- ciones inferiores por las que se exhalan los vapores. Estos arrastran cortas cantidades de metales, como el hierro y el cobre, cuyas manchas rojizas y verde azuladas se ven, no sólo en esta gruta, sino en todas las rocas de la Solfatara. Es digno de anotarse el ruido particular producido por los vapores al atravesar las rocas, algo análogo al de las brasas que se apagan en el agua y que atribuyo á la formación de vapor acuoso en los intersticios al ponerse en contacto el agua caliente que impregna la roca con el vapor que continuamente llega á ella. De este conflicto, se originan innumerables y mi- croscópicas burbujitas, cuyo acceso al aire libre provoca aquel ruido particular. El fenómeno es, en mi opinión, de orden físi- 76 ■ boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA co, pues no hay que olvidar la temperatura de todas aquellas emanaciones hasta el punto de no poder tomar con la mano ning-uno de los ejemplares recog-idos, que fueron arrancados con el martillo, hasta pasado alg'ún tiempo después de coloca dos á cierta distancia. La última erupción acaecida en la Solfatara es la de 1198, y se sabe que los antig-uos, entre ellos Strabon, denominaron este cráter Forum Vu¡ca7ii, creyéndole en comunicación con el cráter del Epomeo, en la próxima isla delschia. Lo más proba- ble es la existencia de este foco volcánico desde tiempos pre- históricos en estado de actividad variable, que unos creen al- ternativa con la del Vesubio, y otros afirman, por el contrario, ser completamente independiente. No he de hacer comentarios en atención á la brevedad de esta reseña, sobre lo instructiva que resulta la visita á la Sol- fatara, modelo admirable de volcanismo y ejemplo perfecto de la fasa solfatariana del mismo. Monte Nuovo. A unos 3 km. de la Solfatara, y al lado mismo de la carrete- ra que sig-ue hasta Baia, se levanta junto al mar el moderno Monte Nuovo, asi llamado por su orig-en reciente. En efecto, el 28 ó el 30 de Septiembre de 1538, después de un intenso temblor de tierra, apareció rápidamente este pe- queño monte de unos 130 m. de altura, en forma de cono con su correspondiente cráter bastante profundo, en cuyas pare- des se ven g-randes cantidades de traquita, pómez y rocas tobá- ceas. El fondo del cráter, llano y cultivado, está muy peco ele- vado sobre el nivel del mar. En el exterior, por la parte que mira á la carretera, hay una extensa explotación de roca tra- quítica, cenicienta-obscura, destinada á diversos usos, entre ellos, y después de pulverizada, á la obtención de excelente puzolana y de morteros de resistencia extraordinaria. Se recu- g-ieron dos buenos ejemplares de esta traquita. Nada más de particular pude apreciar en este volcán, cuya aparición se re- lacionó indudablemente con un estado particular de actividad de la Solfatara y con los notables movimientos sísmicos, cau- santes de la elevación del suelo de toda aquella comarca, y, con ella, la de las ruinas de Serapis, de que antes me ocupé. El fenómeno en sí fué importantísimo y digno de profundo DE HISTORIA NATURAL. 11 estudio, demostrando con toda evidencia el poder inmenso de las acciones g-eodiná micas internas, cuando se acumulan en puntos limitados y débiles de la corteza terrestre, puntos, me- jor dicho zonas lineales, eng-endrados por las dislocaciones de la costra externa, producidas á su vez por la lieterog-eneidad físico-química de los terrenos. Monte Nuovo está al lado del célebre lago Averno, cuyo as- pecto no concuerda con su nombre, pues hoy aparece este lag'o, pintoresco y delicioso sitio de recreo, rodeado de casta- ños, naranjos y viñas. Es un antig-uo cráter lleno de ag-ua, siendo su constitución g-eológ-ica muy semejante á la del Mon- te Nuovo. Su profundidad se dice ser de unos 34 m., estando su fondo poco más de 1 m. sobre el nivel del mar, y abarcando su perímetro cerca de 3 km. Conocidas son las ideas de los romanos sobre este lag-o, que creían en comunicación directa con los infiernos, á los que hizo descender Virg-ilio á Eneas desde una de las grutas de este Averno, conducido por la Sibila, cuya relación se encuen- tra en su mag-níñca Aneida. La historia refiere que el empera- dor Aug-usto log-ró acabar con estas diabólicas leyendas, ha- ciendo una obra de g-rande importancia como fué la reunión de los lagos Averno y Lucrino, muy próximos entre sí, y creando el Puerto Juliano, cuya construcción encomendó á su g-eneral Ag-ripa. Virg-ilio y Horacio cantan las maravillas de este puerto que subsistió durante la Edad Media. Al ocurrir la aparición del Monte Nuovo, todo fué trastornado, cambian • dose la disposición del país. No cabe duda de que el Monte Nuovo, el lag-o Averno y el Monte Grillo, también próximo, son tres cráteres en íntima conexión y formados sobre una misma hendedura. Una de las g-alerías, destinadas quizá al Puerto Juliano, se enseña hoy con el nombre de g-ruta de la Sibila, una de cuyas puertas interiores se bautiza con el nom- bre de Puerta del Infierno, conduciendo otra g-alería al baño de la Sibila, etc., etc. He citado estos cortos datos, para hacer resaltar el hecho del trastorno sufrido por aquella porción de los Campos ñég-reos en época reciente, testificando la continuación en tiempos bien modernos, de la acción volcánica, aún hoy bien mani- fiesta. 18 boletín de La. real sociedad española Posilipo. La colina de Posilipo, al O. de Ñapóles, sembrada de pre- ciosos hoteles y villas de recreo, cuyo nombre procede de otra villa del famoso libertino Védius Pollion, llamada Pausily- 'pon: (sin cuidados), que más tarde perteneció á Augusto, es una eminencia alarg-ada, compuesta de rocas tobáceas, brechi- formes, y de apariencia estratificada. En ella se ven trozos de masas volcfmicas de todos tamaños, ag'lomeradas por materias arcilloso-calizas, dando al conjunto, de dureza variable, un aspecto particular. Lo notable y dig-no de verse en esta colina, es la célebre gruta, mejor dicho galería, abierta quizá desde tiempos de Augusto, citándola Séneca como un pasadizo es- trecho y sombrío. Durante la dominación española, fué agran- dada y restaurada por Alfonso I de Aragón , por el virrey Don Pedro de Toledo y por Carlos IIL Es una obra maestra de la antigüedad, descrita en numerosos libros y folletos. Sólo con- signaré el hallazgo reciente en ella, con motivo de unas exca- vaciones hechas, que continúan actualmente, de un hermoso trozo de obsidiana de algunos kilogramos de peso. Como este ejemplares único hasta ahora, según mis informes en la mis- ma gruta, no quise perder la ocasión de traer conmigo parte de aquella notable roca, y aun cuando destinada al Museo de la Universidad de Ñapóles, logré conseguir un buen pedazo de la obsidiana verde-pardusca, muy transparente, que me pro- pongo analizar. Es raro hallar trozos de este tamaño entre el material tobáceo de Posilipo, y parece digno de anotarse este encuentro casual y reciente, del que se pueden deducir algu- nas consideraciones sobre el origen y formación de la colina y sus relaciones con las zonas ^volcánicas de Ñapóles, espe- cialmente la occidental de los Campos ñégreos. Como resumen de esta rápida visita á las regiones volcáni- cas del golfo napolitano, puede decirse que aquella privilegia- da comarca es hoy única en el mundo por la variedad de los fenómenos que en ella tienen lugar, siendo posible hacer un estudio acabado del volcanismo activo en todos sus grados y fases: desde la explosiva y lávica, hasta la simple emanación de anhídrido carbónico, constituyendo las mofetas, tan abundantes allí, pasando por los intermedios de solfatara y de emanado- Bol. de la R. ÍSociedad Esp. de Historia Nat. Tomo VI.— Lám. I. !?t5i-|. ■%Á-J»"^ Extremo de la gran corriente de 1855, en el pueblo de San Sebastiano, en parte destruido; á unos 6 kilómetros del Vesubio. Gran corriente de 1851, en el camino del Observatorio. Bol. de la K. Sociedad Esp. de Historia Nat. Tomo VI.— Lám. II. Lavas de 1895, cerca del Observatorio. Aspecto del Vesubio en Octubre de 1905, con las hendeduras y fumarolas de la parte O. del cono. — Desde cerca del Observatorio. t)E tílSTOUlA NATURAL. 19 nes termales, como atestig-uan los múltiples manantiales calien- tes, visibles desde la salida de Ñapóles hasta la isla de Ischia. Todo" esto es bien dig-no de larg-a y detallada descripción; hag-o, no obstante, punto final por hoy, para no alarg-ar más esta bre- ve reseña, que refleja simplemente las primeras impresiones y observaciones más salientes recog-idas durante mi estancia en la bulliciosa y aleg^re capital del antig'uo reino napolitano. Nota. — Las fotog*rafías que acompañan á esta reseña, esco- gidas entre otras varias que se pudieron tomar, ilustrarán algo acerca del aspecto del Vesubio en Octubre de 1905, y de las g-randes corrientes de 1851, de 1855 y 1895, con el ca- mino que conduce al Observatorio, camino abierto en las la- vas de los referidos años. Boletín bibliográfico. Enero. Academia nacional de Ciencias. Córdoba (República Argentina). í Boletín). 1905. T. xvni, eutr. 1." Académie des Sciences. Paria. (Comptes rendus). 1905. T. cxli, n° 22. — MüNTZ et Laixé: Rech. sur la nitriflc. intens. — André: Sur l'eclipse tot. du Sol. du 30 aoút 1905 á Tortosa. — Michel-Lévy: Exam. pétrogr. de quelq. roch. volc. des iles Tuamotou et de Tile Pitcairn. — Solaco- Lu: Sur les fruits parthénocarp. — Gallaud: Un nouv. ennemi des Oa- féiers en Nouv. -Caled. — Stefanowska et Chrétien: Recb. statist. sur Tevol. de la taille du Lin. — Zograf: La ealotte cervic. cbez les Naupl. de VArtemia saZma. — Gravier: Sur un prét. cas de reprod. par bourgeonn. chez les Anuél. Polycbét. — Künstler et Gixeste: Les spbér. trophoplasm. des iafus. ciliés. — Pizon: Rech. sur une prét. ovulase des spermatoz. — Loisel: Toxic. du \\\. sémin. et considér. génér. sur la toxic. des prod. génit. — Négbis: Emersión crétac. en Gréce. — Termier: Sur la struct. géol. de la Cordill. cantabr. daos la prov. de Santander. — Deprat: Sur les dépóts carbón, et perm. de la feuille de Vico (Corsé). — Mecquexem: Le gisem. de vertébr. fossil de Maragha.^N° 23. — Laveran: Contrib. á l'étude de larépart. des mou- cbes tsetse dans l'O. afric. fran9. et dans l'Etat indép. du Congo. — Maheu: Sur l'exist. des laticif. á caoutchouc dans un genre de Mé- nisperm.: Tinomiscium Miers. — Marais de Beauchamp; Sur l'org. rétrocérébr. de cert. Rotif. — Bohn: Sur le phototrop. des larves de Homard. — Termier: Sur la struct. géol. des Pyrén. ocoid. — Noül: Sur l'orient. que prend un corps allougé pouv. rouler sur les fonds dans uu cour. liq.- - Haug; Sur les fossiles dévon. de l'Abenet 0GCÍd.=N° 24. 80 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Lacroix: Les syénites uéphél. des iles de Los (Guin. fran9.). — Bon- nieb: L'accoutum. des abeill. et la conl. des fleurs.— Bois et Gallaud: Modif. anat. et physiol. prov. dans cert. plant. tropic, par le chang. de milien.— Lepévre: Prem. essais sur l'infl. de la lum. dans le développ. des plant. vert., sans ga?, carb., en sol artif. amidé. — Gourdon: Les roch. érupt. greuues de laTerre de Graham. — Rothschild: Explor. de l'Afr. Orient. — Burtrand: Sur les charriag. des Pyrén. ariégeois et orient.=rN" 25. American Naturaiist (The). Boston. Dec. 1905. Vol. xxxis, u" 468. — Heim- DET,: Ecology of the Willow Cone Gall. — Tran.seau: Forest Cent, of East. Amer. -Marión: Maudib. and Pharyng. Muscl. of Acanthias and Raía. — Gilbert: Occurr. of Echinostomum spinulosum Rud. Baleares (Las). Palma de Mallorca, Nov. 1906. Año vi, n° 60. Canadian Entomologist (The). London. Ontario. 1905. Vol. xxxvir, n° 11. — Crosby: Tbe Spid. of the Rochp. Cave. — Cockerell: New Bees of the gen. Osmia and Andrena. — Harris: Infl. of Apid. on Geogr. Distrib, of cert. Flor. Types. - Ashmead: New arrangem. of the á.nts or Superfam. Formicoidea. - Ludi,ow: Mosquito Notes.— Bueno: The Hemipt. Heteropt in «American Insects». — Cockerell: A Gall on Bearberry.— AiNSLiE: Caligrapha (Chrysomela) pnirsa.^=N° 12. — Har- ris: Infl. of the Apid. on Geogr. Distrib. of cert, Flor. Types.— Fer- nald: North Amer. Tortricid.— Grabham: Not. on some Jamaic. Culic. Taylor: What is EuchcBca comptaria, Walker?— Kirkaldy: Catal, of the gen. of Aphid. — French: Nitidiila hipustulata in a new role. Campagnes scientifiqíies dii Prince Albert de Monaco. Monaco, 1905. Fase. XXXI.— Pettit. Descript. des encéph. de Grampus griseus Cuv., de Steno frontatus Cuv. et de Globicephalus melas Traill. Commission du Service Géologique du Portugal. Lisbonne. 1904-1905. — KoBY et Ohoffat: Polypiers du Jurass. supér. Enseñanza fLa^.— Concepción de Chile. Nov. de 1906. Año iv, n° 11. Entomologist' s Record (The), London. 15 Dec. 1905. Vol. xvii, n° 12. — Tütt; Retrosp. of a Lepidopter. for 1905.— Burrows: Hybrid Lepidopt. SiCH: Larv. Habits. — Floersheim: Not. on Pijrameis atalanta.— Eikd: Lepidopter. not. froni Monmouthshire. — Turner: Not. on Coleophora hemerohiella. — Powell: Habits of Argynnis clisa.— Swb: Microlepid. in the Hallsham distr. — Chapman: Scents of Insects. — Trumpet hairs on the pupa of Chrysophanus dispar. — Harrison: Social Hymenopt. in North Durham. — Dadd: The season 1905 in Germany. Lepidopt. — Harrison: Note on Volucella bomhylans. — 3íegachile circumcincta Lep., in Durham.— Burr: Synops. of the Orthopt. of West. Europe. (Se continuará.) Sesión del 7 de Febrero de 1906. PRESIDENCIA DE D. JOSÉ CASARES GIL El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fue apro- bada. Correspondencia. — Se dio cuenta de una carta del socio hono- rario D. Joaquín María Castellarnau, que dice así: Madrid, 20 de Enero de 1906. Sr. D. Salvador Calderón, Presidente de la Real Sociedad Espa- ñola L.E Historia Natural. Mi más distinguido amigo: Coa el agradecimiento más profundo he re- cibido la distinción con que la Real Sociedad Española de Historia Na- tural me ha honrado, nombrándome su socio honorario. Por lo mismo que tengo la conciencia do no merecerlo, estimo más el favor que nuestros compañeros me han dispensado, y desearía fuese usted intérprete de mis sentimientos, y en la próxima sesión les manifestara mi reconocimiento por verme elevado, por su bondad, á un sitio de honor, al cual jamás, ni en sueños, había pensado poder llegar. Reciba, desde luego, las gracias y el testimonio del alto aprecio en que le tiene su antiguo y afectuoso amigo q. 1. b. 1. m., Joaquín María Castellarnau. — Se anunció también haberse recibido el programa de pre- mios para el concurso del año 1907, abierto por la Real Aca- demia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid. Dicha docta Corporación adjudicará tres premios á los autores de otras tantas memorias merecedoras de esa recompensa y relativas á las tres secciones que comprende la Academia. El tema señalado para desarrollar en la Sección de Ciencias Natu- rales, es el sig-uiente: «Catálogo descriptivo de las especies españolas de moluscos pertenecientes á todos ó parte de los grupos que á continuación se indican: »Primero, Cefalópodos; segundo, Nudibranquios; tercero, Pulmonados de las familias Testacélidos, Parmacélidos, Arió- nidos y Limácidos». T. VI.— Febrero, 1906. 6 82 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA A la Memoria acompañarán fotografías, fototipias ó dibujos en color, que representen de una manera exacta las especies. La Academia adjudicará un premio, un accésit y una men- ción honorífica. El primero consistirá en un diploma, una me- dalla de oro, 1.500 pesetas en metálico é impresión de la Me- moria, entreg'ando 100 ejemplares al autor. El accésit consistirá en diploma, medalla de oro y 100 ejemplares de la Memoria impresa. La mención honorífica en diploma solamente. El plazo para la admisión de trabajos con destino á este concurso expirará el 31 de Diciembre de 1907. — Asimismo se participó el recibo del programa del Congreso Geológico Internacional, que se celebrará en México durante el año corriente. A propósito de este Congreso, el Sr. Bolívar indicó que el Museo de Ciencias Naturales había desig-nado á nuestro con- socio D. Salvador Calderón para que le representase en dicha Asamblea internacional, y que el Sr. Calderón había aceptado el nombramiento, ofreciéndose á dar una conferencia sobre Geología ante los congresistas, para lo que había sido especial- mente invitado por el Comité ejecutivo del Congreso. La g^es- tión del Museo coincidirá con la de la Sociedad, que tiene acordado desde el año pasado solicitar del Ministerio de Ins- trucción pública se nombre al Sr. Calderón delegado oficial de España en el referido Cong-reso. — Por último, se comunicó á la Sociedad que la Academia de Ciencias de San Luis del Misurí había remitido una invita- ción para asistir á un banquete conmemorativo del quinqua- g-ésimo aniversario de la fundación de dicha Academia, que tendrá lugar el día 10 de Marzo próximo, acordando dar las gracias á dicha corporación y felicitarla con este motivo. Comunicaciones. — El Secretario presentó dos interesantes car- tas remitidas por D. José Esteva, y tituladas Hongos anómalos y Caso de proliferación en la «Bellis perennisy> espontánea. — Dio también cuenta de otros dos trabajos enviados por don Daniel Giménez de Cisneros, con el título ^% Notas varias y Apuntes imr a el estudio geológico de la provincia de Alicante. — El Sr. Calderón leyó un fragmento de una carta inédita de D. José Macpheron, sobre los g-abarros del g-ranito. — El Sr. Taboada Tundidor, comunicó verbalmente á la So- DE HISTORIA NATURAL. 83 oiEDAD noticia de ensayos que están llevándose á efecto, por iniciativa suya, en Galicia, para el cultivo y reproducción en estanques de las ang-uilas de mar. — El Sr. Bolívar presentó un estudio sobre «Yacimientos y manantiales radioactivos de España», debido al catedrático de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central, D. José Muñoz del Castillo, que ya en otra ocasión nos favoreció con una comunicación interesando á los socios mineralogistas en el estudio de la radioactividad, y que pasó á la Comisión de publicación. Secciones. — La de Barcelona celebró sesión el día 17 de Ene- ro, bajo la presidencia de D. Ramón Turró. Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. Quedó admitido como socio numerario D. Juan Julia y Olsi- na, presentado en la sesión anterior, — El Sr. Casares (D. Antonio) presentó un hermoso ejemplar fructificado de Campijlopas poly tricoides , recogido por dicho se- ñor en Santiago de Galicia, en donde fructifica con frecuencia. — El Sr. Llenas leyó un voluminoso trabajo t\.iw\s.(\.o Contribu- ción al estudio ds la Liqmnologla de Cataluña, en el que resume todas sus observaciones y lo que hasta el día se ha hecho res- pecto á liqúenes de dicha reg-ión. — También presentó el Sr. Llenas unos ejemplares de la No- tocJilceua Ma:anthm, recogidos en el lugar llamado El salto de Gualba (Montseny). No habiendo más asuntos de que tratar, se levantó la sesión. — La sección de Zaragoza celebró sesión el día 30 de Enero, bajo la presidencia de D. Pedro Ferrando. — El P. Navas presentó y leyó una nota ¡Sobre una pequeña colección de Neurópteros de Italia, remitida por el profesor Feli- pe Silvestri, de Pórtici. Antes de dar por terminada la sesión, el Sr, Casares Gil, que la había presidido, dirigió la palabra á los señores presentes, dándoles las g-racias por su designación para la vicepresiden- cia de la Sociedad en el presente año, cargo para el que, mo- destamente, se declaró sin merecimientos, y que sólo podía ocupar contando de antemano con la benevolencia y el con- 8» boletín de la real sociedad española curso de todos. El Sr. Casares añadió que le era muy simpático el carácter familiar que revisten nuestras sesiones, recordando á este propósito el del mismo tono que acostumbran dar á sus reuniones periódicas otras Sociedades científicas extranjeras. Notas y coniTinicaciones. Yacimientos y manantiales radioactivos de España POR D. JOSÉ MUÑOZ DEL CASTILLO Las invitaciones que tuve el honor de dirig-ir, á fines de 1904 ofreciendo los servicios del Laboratorio de Radioactividad á la Real Sociedad española de Historia natural, á la Sociedad Española de Hidrología Médica, y á los profesores y técnicos é interesados en materia de mineralogía, minería é industrias químico-inorgánicas, han producido resultados verdadera- mente lisonjeros, en el sentido de que á la fecha, 31 de Di- ciembre de 1905, en que cerramos la presente nota, ó sea en poco más de un año, hemos log-rado determinar la existencia en nuestra Península, de cinco manchas ó zonas en que hay masas y especies radioactivas, y la de más de 24 manantiales, .entre termales y fríos, cuyas ag-uas se hallan, asimismo, dota- das de actividad radiante. Ag-radezco muy sinceramente tan entusiasta colaboración^ que honra á España; pero séame permitido hacer mención especial de los jóvenes doctores D. Eugenio Morales Chofré, D. Faustino Díaz de Rada, D. Eduardo Amaro Herrera, y del li- cenciado D. José de Olavarrieta, todos discípulos míos, sin cuya asidua é incansable cooperación hubiera sido imposible realizar, en tan corto tiempo, el sinnúmero de reconocimien- tos que se han efectuado; y de que no da suficiente idea decir que hemos examinado las ag-uas de más de 80 fuentes natura- les, y alg-unos cientos de muestras de rocas, tierras y espe- cies minerales. Como medio complementario y sintético de presentar los re- resultados obtenidos, hemos compuesto el adjunto mapa, donde DE HISTORIA NATURAL. ¥5 CANTÁBRICO Santander. 3ví(>do A F R I C A 7>^/í/'-t- -ff r,J-^^yí, Manchas radioactivas. I. — Comprende las localidades Colmenar Viejo, Torrelodones, Colme- narejo, Galapagar y San Rafael de El Espinar. II.— Comprende las localidades Valencia de Alcántara, Albiirquerque y Albalá. Iir.— Comprende las localidades Barrueco-Pardo y Saucelle. IV.— Comprende las localidades Motril, Torviscón, y Sierra Nevada en Almería. V.— Comprende las localidades Conquista y Venta de Azuel. Manantiales radioactivos-medicinales. 1. La Toja.— 2. Buyeres de Nava.— 3. Puente Viesgo. — 4. Molinar de Carranza.— 5. Belascoain.— 6. Panticosa.— 7. Fitero Viejo.— 8. Santa Te- resa.—9. Trillo. — 10. Alhama de Aragón.— 11. La Garriga.— 12. Vichy Ca^ talán.— 13. Alange.— 14. Hervideros de Fuensanta.— 15. La Aliseda.— 16. xMhama Viejo de Granada.— 17. Villavieja de Nules.— 18. Villar del Pozo.— (0). Arnedillo (Logroño), Busot (A.licante), Fuencaliente (Ciudad Real) y Mondáriz (Pontevedra). 86 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA se señalan, mediante un grueso punto negro, 18 veneros hidro- luedicinales activos; y, con una mancha rayada, las cinco zonas radioactivas; empleando el sig-no (0) para indicar la falta de confrontación respecto de cuatro ag-uas termales; y no ha- biendo dado representación á las fuentes frías. Observará el lector, puesto que salta á la vista, que ning-ún esmero hemos procurado en cuanto á emplazar con exactitud ni los parajes ni la. poblaciones, por bastar á nuestro objeto una simple aproximación. Manchas radioactivas. I. Situada entre las provincias de Madrid y Seg-ovia, hálla- se formada por terrenos de los términos municipales de Colme- nar Viejo, Torrelodones, Colmenarejo, Galapag-ar y San Rafael de El Espinar. En las clásicas obras de D. Casiano de Prado y de Naranjo, y aun en apuntes de las explicaciones hechas por D. Donato García, hace nn sig-lo, "señálase la presencia de estos minerales uránicos, y de ellos existen muestras en los museos y colecciones; de modo que nuestra labor hubo de tener por objeto encontrar la chalcolita en dichos sitios, y re- conocer su radioactividad; cosa que hemos log-rado, menos en Galapag-ar, donde hasta el presente, no hemos tenido la for- tuna de hallar mineral alg-uno urano-radífero. Los de San Rafael han sido encontrados por vez primera por nosotros, en colaboración con el profesor de la Escuela Supe- rior de Industrias de Cartag-ena Sr. Retamal Martín. Debe confiarse en que sucesivas exploraciones fijarán mejor la extensión y detalles de esta mancha, mediante el descubri- miento en ella de nuevos parajes en que se aprecie la chalco- lita, ó la autunita, ó la zeunerita, ó la wolframita radífera, que son las especies por nosotros halladas; ú otras ig-ualmente dotadas de actividad, como el uranocre, señalado en Torrelo- dones, aunque nosotros no hayamos log-rado encontrarlo. II. Esta mancha comprende las localidades Valencia de Al- cántara y Albalá, de la provincia de Cáceres, y Alburquerque en la de Badajoz. El ing-eniero de minas D. Lucas Mallada descubrió, hace un cuarto de sig-Io, la chalcolita en tales para- jes; y nosotros hemos comprobado la radioactividad de un ejemplar de Valencia de Alcántara, donado á nuestro Labora- DE HISTORIA NATURAL. 87 torio por el Sr. Retamal Martín, y la de otro procedente de Al- balá, que debemos al catedrático de Historia Natural del Insti- tuto de Córdoba, Sr. Hernández Pacheco. Hasta el presente, no hemos conseg-uido adquirir muestra alg'una de Alburquerque. ni. Mancha, señalada recientemente por nosotros, que com- prende los pueblos de Barrueco-Pardo y Saucelle, en la provin- cia de Salamanca. Los Sres. D. Dionisio García Alonso y D. Mi- guel Fernández de Gata, nos remitieron, de la primera de dichas localidades, una muestra piritoso-arsenical-cuarzosa, y varios cubos de pirita descompuesta, débilmente radioactivas; y el Sr. Robledo Serrano nos ha enviado casiterita cristalizada y wolframita, igualmente activas. Es probable que la extensión de esta zona sea alg-o considerable; y existe algún indicio para sospechar en ella la presencia del torio. IV. Mancha, que en estos días empezamos á delinear, y que comprende los pueblos de Motril y Torviscón, en la provincia de Granada, y las faldas de Sierra Nevada, en la de Almería; siendo muy probable que ocupe extensión de alguna impor- tancia. En ella han resultado radioactivos los minerales ferro- cobrizos de Motril, presentados en el Laboratorio por D. Fer- nando Aravaca; los parecidos de Torviscón, y un cinabrio, también del partido de Albuñol, traídos por D. Victorio Lan- cha; y los ferruginosos, especialmente, de Sierra Nevada, que ha sometido á nuestro examen D. Joaquín Gómez de Mercado Aparicio. V. Esta mancha es acaso la más interesante de cuantas hasta la fecha llevamos señaladas. La constituyen minerales de bismuto nativo y de bismutina; y de los reconocimientos prac- ticados, en colaboración de nuestro auxiliar- ayudante señor Amaro, parece resultar existente en ellos el Polonio. La pri- mera noticia'que tuvimos de tan curiosas especies, fué debida á nuestro compañero el catedrático de Mineralogía de la Uni- versidad Central, D. Salvador Calderón, quien nos presentó ejemplares notables, procedentes de Conquista y Venta de Azuel, en la provincia de Córdoba, remitidos al Museo de Ciencias Naturales por el catedrático Sr. Hernández Pacheco, de que dejamos hecho mérito. No es fácil presumir el área que podrá alcanzar la zona en cuestión, donde la existencia del cobalto y otros elementos re- dobla el estímulo para su estudio. boletín de la real sociedad española Manantiales Maro-medicinales. Las investig-aciones que realizamos, de acuerdo y con la co- operación de la Sociedad Española de Hidrolog-ía Médica, nos permite indicar, á la /echa, la radioactividad de los sig-uientes veneros minerales: La Toja (1). — Provincia de Pontevedra. — Ag-uas clorurado- sódicas. Temperaturas entre 16" y 00°. Buycres de Nava (2).— Asturias. — Ag-ua sulfurado-cálcica ar- senical. Temperatura del manantial del Director, 25". Puente Viesgo (3). — Provincia de Santander. — Ag-uas cloru- rado-sódicas. Temperatura del manantial del establecimien to , 35°. Molinar de Carranza (4). — Provincia de Santander. — Aguas clorurado-sódicas. Temperatura, 32",5 á 36°. Belascoahí (5). — Navarra. — Ag-uas bicarbonatado-sódicas. Temperatura, 26", 6. Filero Viejo (7). — Navarra.— Ag-uas clorurado-sódicas. — Tem- peratura, 47", 6. Pantícosa (6). — Provincia de Huesca. — Ag-uas nitrog-enadas. Temperatura, 26",25 á 28°,8. Vichy Catalán (12).— Provincia de Gerona. — Ag-uas bicarbo- natado-sódicas. Temperatura, 50° á 60°. La Garriga (11). — Provincia de Barcelona.— Ag-uas clorura- do-sódicas. Temperatura, 41° á 45°. Santa Teresa de Avila (8). — Provincia de Avila.— Nitrog-ena- das. Temperatura, 9°. Alhama de Aragón (10).— Provincia de Zarag-oza. — Ag-uas bicarbonatado-cálcicas. Temperatura, 32°,5 á 37°, 5. Trillo (9). — Provincia de Guadalajara. — Ag-uas de composi- ción bastante distinta, seg-ún los manantiales. Temperatura, 23° á 29°. Alanje (13). — Provincia de Badajoz. — Ag-uas bicarbonatado- cálcicas. Temperatura 22° á 26°. Hervideros de Fuensanta (14). — Provincia de Ciudad Real. — Ag-uas bicarbonatado-ferrug-inosas. Temperatura, 16° á 22°. Villar del Pozo (18).— Provincia de Ciudad Real.— Ag-uas bi- carbonatado-ferrug-inosas. Temperatura, 25°, 8 á 28°,3. DE HISTORIA NATURAL. 9 La Aliseda (15). — Provincia de Jaén. — Ag-uasbicarbonatado- ferrug'inosas. Temperatura, 17° á 18°. Villavieja de Nules (17). — Provincia de Castellón. — Ag-uas sulfatado-calcicas. Temperatura, 29° á 45°. Alhama viejo de Granada (IG).— Provincia de Granada. — Ag"uas bicarbonatado-cálcicas. Temperatura, 45», 2. Se halla pendiente de comprobación la radioactividad acu- sada por los manantiales de Mondáriz (Pontevedra), Arnedillo (LogToño), Fuencaliente (Ciudad Real) y Busot (Alicante); y también ofrecen cierta débil actividad alg-unas de las ag*uas de La Sellera (Gerona), bicarbonatado-sódicas, que carecen de establecimiento. Los anteriores datos relativos á la clasificación y tempera- tura de los manantiales, pertenecen al libro de los Sres. Alei- xandre y Pérez Fábreg-as, dedicado, en 1903, á los miembros del XIV CongTeso Internacional de Medicina. Varias de estas ag-uas, como las de Alanje, Santa Teresa de Avila, Panticosa, etc., son claramente olig'ometálicas; y, por lo tanto, precisa referir sus virtudes médicas, en más ó en menos, á la radioactividad. Buen número de establecimientos y localidades no poseen una sola fuente, sino dos ó más, á veces bastante diferentes por su composición y temperatura, y que unas son radioacti- vas y otras no. Pero, sobre estos particulares, no conceptua- mos del caso entrar en la presente nota. Fuentes frías. Corrientemente se admite que las aguas radioactivas son termales, á pesar de lo cual dejamos señaladas en tal con- cepto las de Santa Teresa de Avila, que tienen 9° de tempe- ratura, seg-ún el Sr. Muñoz Ramos. Nuestras investig-aciones referentes á manantiales fríos que brotan en las proximidades de los yacimientos radioactivos, ó, cuando menos, á distancias que permiten establecer relación de hechos, han patentizado la actividad de los sig'uientes: el que mana en Motril, cerca de la mina de D. Fernando Arava- ca arriba mencionada; uno en las Matas y otro en Torrelodo- nes, á pocos kilómetros de Madrid, ambos pertenecientes á la clase de las llamadas aguas cárdenas, en las vecinas sierras; y 90 boletín de la real sociedad española varios en El Espinar, especialmente el denominado Torera, situado no lejos y más abajo del macizo en que se halla la chalcolita. La explicación puede ser ig'ual en todos los casos, y reduci- da á que las ag'uas, termales ó frías, se radioactivau cuando atraviesan terrenos en que existen substancias dotadas de ac- tividad radiante. * * * Vamos á permitirnos una lig-era dig*resiün á modo de preli- minar al término de la presente nota. Cuando en el pasado Septiembre tuvimos el honor de ser presentados al sabio profesor de Mineralogía de la Sorbona Sr. Michel, por el eminente matemático Sr. Carvallo, oímos, de tan autorizados labios, la opinión de que en las profundi- dades de la corteza terrestre, y entre la materia en ig-nición del centro del Planeta, deben existir g'randes cantidades de masas correspondientes á metales de peso atómico elevado, entre ellas de Radio. Idea conforme con los estudios sobre la densidad del astro que habitamos, en términos g-enerales; y con el fenómeno de la actividad de muchas ag-uas termales, en particular. El interés grande de la conversación que sobre minerales radioactivos sostuvimos g-ran porción de la tarde, nos movió á rog-ar á tan amable coleg-a una breve nota, con destino á la publicidad, donde, por vía de ejemplo, apareciese alg-ún he- cho relacionado con sus opiniones. Y el ilustre hombre de ciencia ha tenido la bondad de complacernos remitiéndonos, por conducto del Dr. Morales Chofré — preparador privado de nuestro Laboratorio en el curso anterior, que actualmente amplía sus estudios en la capital de Francia— el dibujo aquí representado, referente á un trabajo realizado en las inme- diaciones de Joachimsthal, ó sea en plena zona de substan- cias fuertemente activas, sobre un filón cobaltífero con g-ang-a de cuarzo, dolomía, calcita y baritina. Dice así textualmente el Sr. Michel: «Muy importantes minas de cobalto se encuentran en L'Erz- gebirg-e, siendo las principales Schuceberg-, Marienberg-, Bu- naberg-, Joachimsthal y Johang-eorg-enostalt. La de Joa- chimsthal hállase en la parte más alta de la red sur de L'Erz- DE HISTORIA NATURAL. 91 g-ebirg-e , y está constituida por pizarras micáceas, cuyas ca- pas sig-uen la dirección EO. con declive hacia el N. Tales masas minerales proceden de la época primaria, y en su seno se han producido resquebrajaduras, rellenadas des- pués por filones de pórfidos cuarzíferos, de basalto y fonolitas^ en la época terciaria. Las remociones durante ésta provocaron Corte del filón Hildebrand á Joactiimsthal.— A, plata arsénica!.— C , calcita. -D, do- lomia.-L, arcilla flloniana.— P, pirita.— Q, cuarzo.— R, plata roja. -U, pechurana. grandes trastornos, determinando fracturas, alg'unas de ellas con su vértice inferior próximo á las materias todavía en es- tado de fusión. Y asi han salido minerales que contienen cuerpos simples de elevado peso atómico, más ó menos á la superficie, en forma de bolsadas. La anchura de estas hendeduras (de las que se ha reconoci- do hasta ahora 36 principales), varía de 15 á 60 cm., llegando, excepcionalmente, hasta 1 y 2 m.; no siendo uniforme el modo como están rellenas. 92 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Las principales especies contenidas en ios filones pueden referirse á seis grupos: 1.° Minerales de Ag (plata nativa, arg-irosa, plata neg-ra, roja, kerarg-irita). 2." ídem de Ni (nickelina, chloanthita, milerita). 3." ídem de Co (esmaltina y asbolana). 4/' ídem de Bi (bismuto nativo, bismutina, bismutocre). 5." ídem de As (arsénico nativo, mispiquel). 6.° ídem de ¿/(pechblenda ó pechurana). Las bolsadas de esta última se encuentran en los filones; g-eneralmente en la intersección de las capas transversales designadas en las fig-uras por P, Q, ^—representativas de te- rrenos primitivos— con el terreno moderno, representado por D. El indudablemente en la masa íg-nea central de la Tierra debe haber cantidades muy g-randes de minerales, formados ó disociados, correspondientes á metales de peso atómico ele- vado (el plomo, el bismuto, el radio, el torio y el uranio, etcétera).» * * * Como final de esta comunicación, vamos á permitirnos la libertad de ofrecer á la Sociedad española de Historia natu- ral, para bien de la ciencia, tan fervorosamente en su seno cultivada, el puesto de honor que en la importante investig-a- ción en que nos hallamos empeñados, tiene reservada la Geolog-ía. Por muy expresivamente que manifestemos nuestro recono- cimiento á los señores socios y eminentes naturalistas D. Sal- vador Calderón y D. L. Fernández Navarro, no acertaremos á exteriorizar el que les debemos y sentimos por la eficaz y va- liosa ayuda que de ambos hemos solicitado continuamente, y que de los dos hemos obtenido siempre tan afectuosa como sabia. Cooperación mineralóg-ica, con la cual estamos ciertos seg-uir contando; pero que, por sus pasos, nos ha traído al caso y á la necesidad de que Radioactividad y Mineralog-ía busquen ya la fusión de los hechos respectivos en las amplitudes de las concepciones g-eológ-icas. El alcance del tal aspecto de la cuestión es, en efecto, ver- daderamente excepcional y extraordinario. ¿Tiene fundamento la conjetura atrevidísima de Rutherford, DE HISTORIA NATURAL. í« que en los actuales tiempos va posesionándose de los espíritus, seg-ún la cual, los átomos de Uranio, y aun los de Torio, se desinteg'ran espontáneamente, apareciendo como productos de la disg-reg-ación otros elementos— el Radio, el plomo, etc.— sin que cese el fenómeno, hasta la resolución total en Helio? Pues de semejante proceso, que debe estarse desarrollando desde hace millones de años en la costra terrestre, no puede menos de haber escrituras que sólo el geólog-o sabe leer. ¿Es, por el contrario, pura fantasía, seg-ún creemos, la hipó- tesis de la desintegración, y los fenómenos radioactivos no ponen en pelig'ro las ideas clásicas sobre la materia y la ener- gía, sobre los átomos y las moléculas, sobre las leyes y los procesos de las formas inorgánicas, }' sobre las teorías fisio- lógicas! Pues igualmente en las rocas, en los filones, en las especies minerales, estarán esculpidos hechos de significación decisiva, cuya interpretación sólo al geólogo resulta posible. ¿Es, por último, que, ala vista de horizontes preñados de es- peranzas en aplicaciones trascendentales de las substancias radioactivas, hemos de resig*narnos ante el hecho brutal de que sólo existan unas contadas docenas de gramos de Radio esparcidas por la superficie del Planeta? ¿O tendrán razón el Sr. Michel, y los que como él piensan, y se podrán explorar con éxito, al objeto, los caminos del centro de la Tierra, hasta donde ello sea prácticamente posible? El geólogo lo dirá: sus hipótesis, y sus estudios para confir- marlas ó desecharlas, resolverán cuestión tan vitalísima, que sólo dejaría de serlo si se descubriese que los fenómenos ra- dioactivos fuesen, como nos lo parece, simples efectos de me- canismos moleculares susceptibles de ser formados en nuestros laboratorios. Bajo la presión de la importancia del asunto, numerosos filones han sido ya objeto de examen detenido, según nos re- cuerda el Sr. Michel; y la labor continúa con empeño, siendo el último trabajo de que tenemos noticia una notable Memoria publicada el año pasado por la Academia de Ciencias de Vie- na, original de los Sres. José Stép, administrador general de las minas imperiales do Joachimsthal, y R. Becke, profesor afamado de la Universidad vienesa. Investigaciones abundan- tes en hechos, de que surgen puntos de vista teóricos, que 91 boletín de la real sociedad española quizá teng-an campo de realización, en alg'una escala, en las manchas radioactivas que dejamos señaladas, ó en otras de la Península que puedan encontrarse; siquiera nuestra preocu- pación, hoy por hoy, se concentre en la de las sierras de Gua- darrama (I), y en la de Córdoba (V), por lo notable de ambos casos; y dada, además, la circunstancia de hallarse la primera tan próxima al domicilio oficial de la Sociedad, y de que la se- g-unda se encuentra alg-o en la esfera de acción del joven profe- sor y socio Sr. Hernández Pacheco, cuya laboriosidad y no deca- dentes entusiasmos científicos, con tan justo motivo permiten abrigar risueñas esperanzas. Excusado es consig-nar, por conclusión, que al invitar á esta Real Sociedad española á una empresa de tal mag-nitud, se entiende, claro está, que es adjudicándonos la colaboración incondicional en la parte del trabajo referente á los fenóme- nos radioactivos. (Laboratorio de Radioactimdad de la Facultad de Cieticias de Madrid: 31 de Diciemhre de 1905.) Algunos Mirmeleónidos y Ascaláfidos de Persia y Siria recogidos por el Sr. Martínez de la Escalera POR EL PROF. F. KLAPALEK, DE PRAGA. Aunque escasas en número, no por eso dejan de ser intere- santes las especies recog-idas por el disting-uido viajero arriba mencionado en su viaje á Persia, contribuyendo los datos, que á continuación expondré, á ampliar nuestros conocimientos de su repartición g-eográfica. Los ejemplares pertenecen al Museo de Madrid. Palpares libelluloides L. 1 cf Persia, Bazouf, Haut Karoum, vi, 1899; 1 9 Persia, Susa, VI, 1899, Akbés. Este ejemplar es notable por su color pálido, que casi impide se perciban los anillos obscuros del abdomen. DE HISTORIA NATURAL. 95 Palpares Walkeri Mc-Lachl. 1 cj"; 1 9- Persia: Bazouf, Haut Karoum, vi, 1899. Especie que hasta ahora sólo se había citado de Aden. Palpares aesclinoides. Enyusek. MyrmecEelurus trlgrammus Pall. Persia: Bazouf, vi, 1899. 1 cf , 2 99. Una de éstas tiene el pronoto de color amarillento, lo mismo que en los ejemplares procedentes de Francia. Creagris pliimbeus Oliv. Persia: Bazouf, vi, 1899. cf9 Ksemenog-ráaf, 1 9- Myrmeleon Ouljanini Mc-Lachl. Persia: Bazouf, vi, 1899. 1 J", 19- Esta especie fué conocida primeramente del Turkestan y hallada después al Occidente de Arg-el. Ascalaphus syriacus Mc-Lachl. Siria, Akbés, v, 1898. 1 c^. Bimbog-hadag-. Ascalaplius rhomlDOideus Scheid. Akbés. Ascalaplms lacteus BruUé. Akbés, V, 1898. Teleproctopliila barbara L. Persia: Bazouf, vi, 1899. Bubo hamatus Keng\ Persia: Bazouf. 1 cf , 1 9- Lalí. Chiuaar. Las alas posteriores tienen una coloración como ahumada, en el ápice. N 96 boletín Ülí LA REAL SOCllíDAD ESPAÑOLA Casos de proliferación en la «Bellis perennis» espontánea D. JOSÉ ESTEVA, PBRO. Bajo la mano del hombre y la influencia del cultivo, es bien sabido adquiere con frecuencia en los jardines la bellori- ta, Bellis perennis, ñores por demás anómalas y llamativas. Así son de todo el mundo conocidas las variedades prolíferas denominadas en Francia mere Gigogne, ó mere de famille, así como también nuestras belloritas dobles, rojas, blancas, rosas, manchadas, tubulares, verdes, etc., etc. Lo que creemos, se sabe menos, es que aún en estado espon- táneo, salvaje por así decirlo, ofrece esta plantita, con harta frecuencia, multitud de las modificaciones florales que vemos en los jardines. Y ello es así, sin embarg-o. He aquí alg-unas de las muchas extravagancias, algunas por cierto muy fre- cuentes y repetidas, que durante el último otoño hemos podi- do observar sobre alg'unos pies de Bellis perennis espontánea. Es por demás sabido, que la cabezuela de la plantita en cuestión, está constituida por una serie ó circunferencia de flores blancas ó rojas femeninas liguladas ó semiflosculosas que envuelve el botón central dorado de flores hermafroditas tubulares. Eso, no obstante, hemos encontrado cuatro pies de belloritas, cuyos capítulos poseían todos hasta tres series de lígulas concéntricas. Los pies, en cuestión, crecían vigorosos en terreno fértil y de mucho fondo, al paso que los pies, cuyas anomalías seg'uiremos citando, vivían todos en suelo pedre- goso, árido y pobre. Las flores radiales ó lig'ulares de esta compuesta, son unila- biadas y terminadas por tres dientecitos, como es habitual en el grupo de las compuestas radiadas. Una cabezuela, empero, presentaba sus flores periféricas todas, á excepción de tres ó cuatro bilabiadas, siendo el labio externo algo mayor, recto y bidentado. El inferior, casi lineal, estaba tendido sobre el bo- tón central de flores tubulosas, dando al conjunto del capítulo un aspecto abigarrado, anormal, que llamaba poderosamente la atención ya desde lejos. Esta anomalía debe ser bastante DE HISTORIA NATURAL. 97 rara en la Bellis, pues con haber examinado muchos pies de esta planta, no hemos encontrado ningún otro capítulo que la presentara. Hemos visto un escapo de Bellis perennís espontánea, coro- nado por una cabezuela doble. Una doble fila de hojuelas in- volúcrales y otra de flores blancas semiñosculosas, continua- ción unas y otras de las brácteas, y flores radiales, que en las inflorescencias ordinarias de esta planta rodean al botón central de flores flosculosas, atravesaba por mitad, como un diámetro de círculo, á la cabezuela de referencia. Es cosa muy frecuente encontrar Bellis espontánea con bo- tones múltiples, es decir, prolíferos, pudiendo tal proliferación ser sencilla ó múltiple, y en arabos casos completa ó más ó menos abortada. Trataremos de describir alg-unos de los múl- tiples casos de esta índole que hemos tenido ocasión de exa- minar. Del centro mismo de la cabezuela, de la mitad del botón ■central de flores tubulares de la Bellis, arranca con frecuen- cia otro botón de flores tubulares amarillas, rodeadas de una corona de flores labiadas y circuidas á su vez por un cerco ó una corona de bracteitas verdes. Es este simplemente un caso de proliferación sencilla que, repetimos, es frecuentísimo en la belloriía. Nanea en la Bellis espontánea hemos podido dar con un botón secundario ó prolífero, provisto de eje que lo le- vantara sobre la cabezuela principal, ya se trate de un caso de proliferación sencilla como el que acabamos de reseñar, ó ya de proliferación múltiple de que nos ocuparemos lueg"o. Aveces, Ueg-a á abortar más ó menos el capítulo accesorio en el caso de proliferación sencilla, no siendo raro quede reduci- do á un penacho de hojitas verdes, que á primera vista, y des- de lejos, simulen un insecto posado sobre un capítulo'normal. El aborto queda otras veces reducido á la mitad de las flores radiales y de las brácteas del capítulo secundario central, quedando entonces dos arcos concéntricos, uno blanco interior circuido por otro verde y dentro el botón de flores tubulares de la cabezuela principal. Ni es raro el que aborte uno cualquie- ra de estos dos arcos. Más frecuente aún que la proliferación sencilla, con serlo ésta mucho, resulta en la Bellis perennis la proliferación múl- tiple. En este caso, dentro del capítulo ordinario, en la axila T. VI. -Febrero, 1[0G. 7 98 boletín be la EEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de las flores ya tubulosas, ya radiadas, nacen nuevos capítu- los secundarios, cuyo número hemos visto oscilar entre dos y diez. Unos resultan siempre más tardíos, menos desarrollados- que otros; unos son completos, otros rudimentarios, y más ó menos abortados. Las anomalías florales á que en la bellorita dan orig-en por el aborto estas proliferaciones múltiples, son muchas y por demás curiosas. Así, el florón amarillo central resulta frecuen- temente salpicado de manchas ya blancas, rojas ó verdes, de- bidas á fragmentos de involucro bractear, ó de la corona radial, de flores labiadas de cabezuelas secundarias que no han lle- gado á desarrollarse. Hemos encontrado un capítulo de la Bel- lis que nos viene ocupando, en que suponemos que de eso& abortos en el centro del florón central amarillo de una cabe- zuela, al parecer normal, se había desarrollado un círculo de hojitas verdes, vacío en su centro, y rodeado de otro círculo de flores blancas semiflosculosas femeninas. Bueno será advertir, para terminar, que las anomalías des- critas, con ser muy frecuentes, como tenemos indicado, no lo son en todas partes. A veces se encuentran numerosos pies de Bellis, cuyas inflorescencias son todas perfectamente regula- res; pero no bien aparece una cabezuela anómala, puede darse casi por seguro no será la única. Generalmente le siguen otras y otras cabezuelas dotadas de la misma ó muy parecida ano- malía, lo que da margen á suponer, si las anomalías en cuestión se propagan de generación en generación. Lo que nos parece muy probable es que los ejemplares cuyas anoma- lías hemos reseñado, no pueden haberse escapado de ningún cultivo. Hongos anómalos D. JÓSE ESTEVA, PBRO. Aun cuando no sea cosa enteramente nueva dar con un hongo que viva parásito sobre otro de la misma especie, es siempre bastante raro tal encuentro, y constituye por lo mis- mo, y sobre todo en determinados casos, una curiosidad muy DE HISTORIA NATURAL. 99 interesante y digna de estudio. Bajo este concepto hemos creí- do del caso dar á conocer á la Sociedad los dos ejemplares de parasitismo fung'uícola, fig*urados en los dibujos adjuntos. En la fig'ura adjunta, a representa el sorabrerito de un hong-o normal denominado, seg-ún la persona que lo encon- tró, Escarlet blanch, en esta región. No hemos podido deter- minar su filiación científica por falta de ocasión de estudiarlo personalmente, y en estos momentos ignoramos dónde habrá ido á parar el ejemplar que fué encontrado en Anglés, cerca de Gero- na, pasando sucesivamente por varias manos, hasta perderse, según supone- mos. En la parte media del sombrerito de referencia, se levanta el pedicelo b de otro hong-o de la misma especie perfectamente conformado y en posición vertical sin adherir con el hongo que sirve de soporte más que la base de su pie, en lo que el caso presente se diferencia de otros análogos. Así en el descrito y figurado por el Dr. Jacquet en el número 1.228 de la interesante revista francesa La Nahire, el hongo superior apoya y adhiere, á más del pedículo, uno de los bordes laterales de su sombrerito, sobre el del hongo principal. Tal vez una espora traída por el viento ó por otra cualquier causa, habrá venido á caer casualmente sobre un hongo congé- nere en vías de desarrollo; espora que, al desarrollarse, habrá introducido un micelio dentro de las células del himenio del hongo soporte, con los cuales se habrá anastomosado, nu- triéndose á expensas de las mismas, hasta constituir un doble hongo. Más raro se nos figura todavía el caso que representa el segundo grabado adjunto, trazado á la vista del modelo ya desecado, y, por consig"uiente, deformado, por haber así lle- gado á nuestras manos. No es posible tampoco asegurar á qué especie pertenece, dado su estado actual, pero por los ca- racteres que aún conserva, parece ser una Russula. Aquí, el honguito secundario yace tendido sobre el principal sombre- rito contra sombrerito, con el pie de aquél dirigido hacia arri- ba. Es éste, creemos, uno de los casos de parasitismo funguí- cola más raros é interesantes de cuantos se conocen hasta el 100 boletín de la keal sociedad española día. Fué encontrado en las inmediaciones de Gerona durante el último otoño sobre pizarras silúricas en descomposición. La circunstancia de hallarse, al parecer, alg-o atrofiada la parte terminal del hong-uito superior, así como el estar alejados los dos hongos en el punto en que se cog-ieron de todo objeto cercano, en que pudiera ag'arrarse el pedículo su- perior, hace suponer si tal vez el hong-o secundario se había desarrollado sobre el principal por alg-una de las maneras si- g"uientes: 1/ Un hong-o, en vías de desarrollo, puede haber sido arrancado y traído por el viento ú otra causa cualquie- ra sobre otro hong-o cong-énere, dejándoles como apare- cen en el dibujo adjunto, en cuyo estado habrán en seg-uida fusio- nado sus células hasta formar un todo íntimamente unido y trabado. 2.'' También hubiera podido suceder que una espora se desarrollara nor- malmente entre la hojarasca en que se cog-ió, y en que lueg-o se hubiera reconocido, é invertir así el hong-o que sustentaba, el cual casualmente viniera á caer sobre otro hong-o semejante, con el cual se hubiera fusionado por el sombrerillo. Menos probable parece que el hong-o superior se haya des- arrollado á expensas de un tuberculito producido por el hong-o soporte, y menos aún que una espora, desarrollándose casual- mente sobre un hong-o, haya, por la acción que sobre determi- nadas esporas tiene la luz (1), orig-inado un micelio que, contra lo ordinario, se dirig'iera hacia arriba, atrofiándose tan pronto su himenio correspondiente, y pudiera vivir á expensas del hong-o víctima sobre que se posara. Alg-o más verisímil pudiera parecer que dos esporas di- versas, seg-mentándose en dirección opuesta, una en la base, otra en la pared superior de una g-rieta del suelo, ó en una ca- vidad tapizada por la hojarasca en vías de putrefacción, hu- bieran venido al final á encontrarse y soldarse por la cara su- perior de sus sombreritos respectivos. 1) Constantin; Les Végetanx et les milieux cosmiques^ p. U2. DE HISTORIA NATURAL. 101 Notas entomológicas POR EL R. P. LONGINOS NAVAS, S. J. XIII Sobre una pequeña coIecciÓR de Neurópteros de Italia, reunida por el profesor Felipe Silvestri, de Portici. Por lo que pueda ser útil para el couociraiento de la fauna neuropterológ-ica, daré á conocer el resultado de mis investi- gaciones sobre una pequeña colección de Neurópteros, forma- da casi en su totalidad el verano pasado de 1905, por el distin- g-uido naturalista profesor Silvestri, de Portici, quien tuvo la amabilidad de enviármela para su determinación, ofreciéndo- me á la par g-alantemente de los duplicados. Y si bien las más de las especies ofrecen poco interés por tener un área muy ex- tendida, otras, en cambio, son bastante raras, y alg-una forma no citada todavía en Italia. Lihellula depressa L., Portici, Templo Junio, 1905. Crocothemis erythríea BrulL, Portici. SympetruM Fonscolombei Sel., Portici. — striolatum Charp., Portici. Orthetnim h'unneumYon^o,., Civerrano, Ag-osto, 1905. — cancellatum L., Portici. Un ejemplar 9- Es especie bastante local y más rara que las anteriores, las cuales suelen verse donquiera. jEsclma mixta Latr., San Vito, Julio, 1905. 16 Agosto 1905. Calopteryx JicemorrJioidalis Van der Linden., Nicastro. Septiem- bre, 1905. Lestes barbara F., Portici. — Bryas Kirby., Portici. Agrión Lindeni Sel., Portici. Especies frecuentes, más raras la Dryas. Ascalaphus italiciis F., San Vito di Norm. Mayo, 1905. Varios ejemplares típicos, uno de alas más pálidas. Palpares libelluloides L., San Vito di Norm. 2 Jun. 1905. Nicas- tro. Agosto, 1905. Macronemícrus appendiculatiis Latr., Nicastro. 5 Agosto, 1905. 10> BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA FormicaUo telragrammicusY., San Vito di Norm. 24 Junio 1905. Creagris iJlumlens Oliv., Torre del Greco, Junio, 1905. Myrmeleon nemausiensis Borkli., Nicastro. 10 Ag-osto 1905. No- table hallazg'o que extiende el área de esta especie circun- mediterránea. Nemura variegata Oliv., Bevag-na. C/irysopa vnlgaris Schn. Muchos ejemplares. San Vito, 2 Junio 1005. Nicastro, Julio, 1905. — vnlgaris var. radialis Navas. Parece nueva para Italia, y es muy rara aun donde abunda la forma típica. — clatJirata Sclin., San Vito, 16 Junio 1905- — ;;erZ« L., San Vito, Serranova,23 Mayo 1905. Nicastro, Baratta. 2 Mayo, 1905. ^ 2)rasina Burm., Nicastro, Septiembre, 1905. — Cienei Ramb., San Vito di Norm., Junio, 1905. Kothochrysa itálica Rossi., Nicastro, 3 iig-osto 1905. San Vito, Septiembre, 1905. Sialis liitaria L., Florencia. Psocus 7iel)ulosus Steph., Nicastro, 28 Junio 1905. Me resta al- 'g-una leve duda por lo imperfecto del ejemplar único. Mantisi^a iKvla L. var. brwmea nov. Alis membrana brmmta. Bistíng-uese del tipo por la coloración más obscura de todo el cuerpo. Las manchas pardas de cabeza, tórax y abdomen, tiran á neg'ro píceo, y el estig-ma es de color de café rojizo. El tinte del ala es de un color de café claro, alg-o más acentuado hacia la base, donde amarillea el tipo. No hallando que se haya dado nombre á esta forma, aunque Hag-en ya citó las de alas pardas, me ha parecido denominarla brunnea, del color que en ella domina. Un ejemplar de San Vito, Serranova, 16 Junio 1905. RapJiidia ophiopsis L., San Vito, Mayo, Junio y Julio, 1905. Panorpa comnmnis L., Portici. GramnotaiUus atomarius L., Portici. Micropterna nyclerobia M'L., Portici. Obs. De las 32 formas examinadas, resultan de especial in- terés las sig'uientes: Lestes Dryas, AscalapJms italicits, Palpares Ubelluloides, Myrmeleon nemausiensis, Chrysopavidgaris var. o'a- dialis, Notkochrisa itálica, Mantispa perla var. brunnea, Gram- notaulus atomarius y Micropterna nycterohia; dig-nas de ser ci- tadas de las localidades de donde proceden. DE HISTORIA NATURAL. 103 Sobre Geología del Sudeste de España rOR DON DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS No siendo fácil comunicar aisladamente á la Real Sociedad ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL las numerosas noticias relacio- nadas con la g'eolog'ía del Sudeste de España, datos que pue- den tener alg-ún interés para el que se propong-a hacer un estudio detallado de esta parte de la Península, reunimos en esta nota alg-unos de los recog-idos en las últimas excursiones. Son, por lo tanto, hechos sueltos, pero que pueden servir para relacionarlos con otros conocidos, sin otras pretensiones por ahora. I. Be la existencia de restos del gen. <íMastodony> en Carayaca {Murcia). — Al practicar un desmonte para la ampliación del cementerio de Carayaca, hubo necesidad de extraer un g-ran número de metros cúbicos de tierra. El corte está hecho en el cuaternario, en un limo rojo que se encuentra sobre la masa de loess y aluviones antig-uos, de donde se han extraído bas- tantes armas de piedra, y una parte de las que en 1887 reg-alé al Museo de Madrid, proceden de este sitio, extraídas á mi presencia por diferentes personas. Indudablemente muchos de los fósiles que aparecen en los barrancos de las inmediaciones, son producto de los arrastres, y el Mioceno ha sufrido una erosión en extremo considerable, pues he encontrado un g-ran trozo de un Pectén, que parece el P. Burdigalensis Lam., en el fondo de un barranco, entre arras- tres del Triásico; pero lo que más llamó la atención fué un trozo de diente que yo califiqué en aquella época (1884), como perteneciente á un gran herbívoro, sin atreverme á más. Re- unida ya mi pequeña colección, sospeché se trataba de un pezón de muela de Mastodonte, y el Sr. Mallada lo reconoció inmediatamente, disipando mis dudas. Tratándose de un pe- queño fragmento, no es fácil fijar la especie; pero no cabe duda que procede del Mioceno. El que dirigía las obras, D. Francisco Puerta, me dijo no 101 boletín de la real sociedad ESPAÑOi^A había vuelto á encontrar ning-ún otro pedazo. Como del Mio- ceno de Alcoy se citan dos especies, M. arvernensis y M. lon- girrosiris, nada tiene de particular que alg-una de ellas se ex- tendiera por la provincia de Murcia. II. Restos de <íElephas primigeniíis Blum», en el cuaternario de Murcia. — En el pasado mes de "Enero me comunicó mi dis- ting-uido amig'o D. Luis Pérez Bueno, entusiasta por las anti- g-üedades, que en un reciente viaje á Murcia había visto un molar de enormes dimensiones, extraído del cuatarnario de la Vega de aquella ciudad. Comprometió á su dueño para que me lo presentara, y tuve la mala suerte de no poderlo ver, porque un comisionista francés lo adquirió antes en 200 pesetas. Me- dicen que pesaba 3 kg-., y por el dibujo que me hicieron,, parece que debe referirse á esta especie que también se ha citado en Cuevas de Vera (Almería). III. Restos de un gran herhmoro en Valdeganga (Albacete). — El profesor de instrucción primaria del pueblo de Altea, don Pascual Serrano, me enseñó no hace mucho tiempo un molar de g-ran tamaño procedente de una cantera del pueblo de Val- deg-ang-a. Desgraciadamente tiene la corona destrozada y el marfil al descubierto, no existiendo más que restos del esmalte en la proximidad del cuello. Las raíces son anchas, paralelas y terminando en dig-itaciones redondeadas. Igmoro á qué g-énero pueda referirse. IV. De la existencia del piso Albense en las cercanías de Ca~ ravaca.—En una reciente excursión que hice acompañando al Sr. Mallada, encontramos trozos de un g-ran AcantJioceras en el Racó de Cortes (1), y aunque la especie no la he podido de- terminar, es exactamente ig"ual al encontrado por mí hace años en el NO. de la provincia de Murcia. Como el Racó de Cortes- esta perfectamente descrito por el Sr. Nicklés como Albense, no cabe duda que este piso se encuentra también en Carava- ca en unión de los demás del Infracretáceo, dato que puede tener interés para el estudio g"eológ-ico de la provincia de Murcia. V. De la existencia del Titánico en el Norte de la ¡írovincia de Alicante. — Aunque desde hace mucho tiempo se calificó de (1) Recó de Cortes se lee en los mapas de la provincia, y así lo escribe también e I Sr. Nicklés; pero en el país se pronuncia Racó. DE HISTORIA NATURAL. 105 Jurásica la sierra de Crevillente, no es precisamente de ella de donde proceden los mármoles rojos, venosos, con numerosos ammonites que después de recibir pulimento, producen el más bello efecto. Las serrerías de mármoles establecidas en Monó- var, Novelda, y principalmente en Aspe, reciben sus materia- les de las canteras de la Ramlla Honda, Sierra del Rollo y del término de la Romana, en donde el Titónico presenta un g-ran desarrollo. La hoja 45 del Mapa g-eológ-ico señala estos lug-ares como Mioceno; error fácil de comprender dado el excesivo trabajo de la Comisión, el corto número de personas dedica- das á esta labor, la falta de datos 'anteriores, así como de aficionados que prestaran su concurso con datos precisos y objetos recog-idos y basta la falta de medios de comunicación. Pero no es de este yacimiento tan interesante del que me voy á ocupar en estas líneas, sino de otro también ignorado que debe existir hacia el NE. de Villena, en punto llamado la Ve7ita del Gitano. En Abril del año 1905 fui á Villena con objeto de ver unos fósiles del Cretáceo de aquellas inmediaciones. Esta mancha está bien representada en el Mapa, aunque no pude precisar sus límites, y como manifestara mi interés por conocer los me- jores materiales de construcción que se empleaban en la loca- lidad, el Sr. Serra, Director del Colegio y algunos profesores del mismo establecimiento, me indicaron los mármoles que adornaban el templo parroquial. Este bellísimo edificio con- tiene gran cantidad de recuerdos históricos, y entre los mate- riales empleados hay hermosas pilas de mármol Titónico procedente de la localidad antes citada. También se extraen mármoles de buen aspecto de las can- teras de las Peñas de la Cabrera, punto situado entre Sax y Salinas, á la derecha del camino del primero de estos pueblos al segundo. VL El Neocomiense de Busot. — Habiendo acompañado al Sr. Mallada durante varios días, el 12 del pasado Enero nos diri- gimos al pequeño pueblo de Busot, en donde tan experto geó- logo hizo precisas observaciones acerca de la continuación de la mancha nummulítica de esta parte de la provincia. Mucho debo á sus oportunos consejos, y en esta ocasión me indicó un lugar, por él ya conocido, distante pocos minutos del pue- blo, en donde había de ver el Neocomiense con caracteres com- i06 boletín de la real sociedad española pletamente nuevos para mí. Dando la vuelta al pueblo, y al pie de un pequeño y antig-uo castillo que domina al poblado, se presenta el lufracretáceo con un extraño aspecto. La roca es una oolita ferruginosa, de color rojo subido y g-rano muy ig'ual, y en ella hay abundancia de fósiles de fácil caracterización. ♦Sobresale entre ellos una Dwvalia, indudablemente D. dilatata Blain., y esto hace creer que se trata de las capas más anti- g-uas del piso Neocomiense; también se encuentran abundan- tes Belemniics cilindricos, uña forma joven de braquiópodo, que creo sea un Pygope, una ó dos especies de Desmoceras, un Hoylites y algunos de difícil determinación. Este tipo, que podemos calificar de siderolUico, se extiende hasta ocultarse bajo las marg-as y calizas que forman el cerro del Castillo. VIL El cretáceo de la Sierra de la Cortina. — En sus Étiides géologiqíies sur le Sud-est de VEspagne, cita Mr. Rene Nicklés la Sierra de la Cortina, situada al NO. de Benidorm como formada por el Mioceno, bordeada al SE. por una estrecha faja de Eoceno 3^ otra de cretáceo indeterminado. Cierto que al calificarla de Miocena, lo hace añadiendo una interrog-ante (1); pero de seg-uro que si el Sr. Niklés hubiera pisado la expre- sada Sierra, habría cambiado de opinión. El día 7 de Enero la visité acompañando al Sr. Mallada, quien 2 ó 3 km. antes de llegar á ella, me manifestó su opinión de que no podía ser Miocena, tal vez immmulitica, acaso cretácea como 7/iás probable, y al cabo de poco tiempo toqué con mi mano la prueba de su aserto, que me demostraba una vez más su vista experimen- tada y su verdadera sag-acidad, para buscar el sitio más á pro- pósito de reconocimiento. Hacia la mitad de la mencionada Sierra presenta una espe- cie de estribo oblicuo, que se eslabona al macizo principal muy cerca de su extremidad SO. Fórmase entre ambas masas un rincón, un Racó, el de las Bastidas, y por su fondo corre un {3rofundo barranco lleno de peñones de caliza marmórea, g-ris clara, con algunos pedernales incluidos. Estas piedras proce- den de amabas cumbres, y en las laderas se advierten unas cuantas capas de margas en un todo semejantes á las del lu- fracretáceo de otros puntos. Separámonos á la lleg'ada á la (1) Esquisse géologique de la región ¿>ti4 de Callosa de Ensarriá. Pl. vi. DE HISTORIA NATURAL. . il ♦Sierra, sig-uiendo el Sr. Hallada por la arista del contrafuerte en dirección á su unión con la masa central, y yo tomé por el fondo del barranco con ánimo de reunirme á él á la primera indicación; pero me fué imposible verificarlo por lo áspero del terreno, y al verificar la seg'unda tentativa, seg-uí por un lecho de marg-as, un tanto pizarrosas, teniendo que volver al ba- rranco, tropezando en mi forzado descenso, con un trozo de ammonites que recuerda á una Pulchellia; no pude encontrar más, y para no perder tiempo, pues el Sr. Hallada quería visi- tar aquella misma tarde el Tosal de la Cala y el Tosal de Be- nidorm, avancé por el lecho del barranco hasta encontrar á mi sabio maestro y amig-o, que, menos afortunado que yo, sólo había recogido un trozo de Pectén de imposible determina- ción. Coraunicámosnos nuestras impresiones, que confirma- ban sus sospechas, y descendiendo él por el barranco, trepé por la ladera de la Sierra hasta su cumbre, subiendo por un áspero peñascal, sin encontrar otro fósil; pero la formación es idéntica á la del Racó de la Bastida. En todo lo que la vista avanzaba, no se veía otra cosa que desnudos riscos, parduscos; pero el martillo ponía de manifiesto el mármol g"ris claro antes citado. Buzan al E. 24". En la ladera N. del Racó la incli- nación es la misma próximamente; pero la direción está va- riada un cuadrante, es decir, que buzan al S. El barranco se desvía al salir del Racó y se dirig-e casi nor- mal á la costa, llevando sus arrastres hasta una pequeña playa formada entre el Tosal de Benidorm y el de la Cala, atrave- sando una mancha de Eoceno, al cual pertenecen los dos mon- tículos citados, reconocidos antes por el Sr. Nicklés. Nada tiene de extraño que el joven g-eólog-o francés recibiera alg-una indi- cación, no comprendida, de alg-uno de los campesinos del con- torno, pues como ya he dicho, en la falda SE. de la Cortina, cita una faja de Eoceno, que encontramos al paso, junto al Cortijo de la Balsa redonda. VIII. La laguna de Salinas y noticias acerca de la supuesta Sierra de la Solana. — En el mes de Febrero del año anterior, fui invitado por el Sr. Pérez Bueno, abog-ado de Alicante y gran coleccionador de antig-üedades, á pasar un día en una posesión de su propiedad, situada en las inmediaciones de la lag-una de Salinas. Desde la estación del Sax nos dirig-imos al valle, en cuyo fondo se encuentra la pintoresca lag"una. Limi- 108 . boletín de la. real sociedad española tan el horizonte por el N. la Sierra de Carboneras; al NO y 0.^ la Sierra de Salinas, y por el S. se levantan tres Sierras de re- cortados picos, la de la Sima, Ja Umlria y la Cámara (1), que en días despejados reflejan sus tonos azulados en las tranquilas- ag'uas de la lag-una. El fondo de este valle no recibe otras ag-uas que las pluviales,. las de pequeños manantiales de las sierras que lo circundan, y no teniendo salida, encuentra en la evaporación la com- pensación de la que recibe; asi es que, en años lluviosos, crece de tal manera, que ha lleg-ado á medir 11 km. de con- torno. Los dueños de las fincas inmediatas han naveg-ado en aquellas soseg-adas ag'uas, y como alg-ano de los manantiales proceden del Triásico superior, la sal se va acumulando en la lag-una, y en veranos secos Ueg-a á cristalizar en alg-unos pun- tos de la orilla. En otro tiempo se sacaba sal de ella y hasta hubo una casilla con vig-ilantes, cuyo sueldo importaría seg-u- ramente más que el valor de la sal extraída. En la actualidad se ha reducido considerablemente tanto, que, en puntos en donde hubo más de 2 m. de ag*ua, se cruza hoy á pie enjuto. Caminando sobre terrenos sembrados de sal y yeso, lleg-amos á unas pintorescas ruinas dominadas por un torreón del que sólo restan tres paredones de bastante altura. Aquello fué en otro tiempo el pueblo de Salinas y sus arbo- ledas se conservan mineralizadas, extendiendo sus blanquí- simas ramas como otros tantos esqueletos. Las excavaciones para hacer canales ó para preparar la tierra, por si fuese posible alg-ún cultivo, han tropezado con abundantes restos humanos del antig-uo cementerio, también sumerg-ido durante muchos años. El Sr. Sánchez Carpintero, ilustrado joven, que después de haber terminado las carreras- de Medicina, Farmacia y Ciencias, se ha recluido voluntaria- mente en aquellos lug*ares, me dio muchos detalles referentes á la lag-una y me prometió una copia de la relación existente en el archivo de la villa de Salinas, fundada hoy á más de un kilómetro de distancia en la ladera de la Sierra. Transcribo fielmente la relación del hecho, copiada por el Sr. Pérez Bueno de los libros del archivo. « Pedro Azorín, Síndico y procura- (1) cámara, dicen los mapas equivocadamente. DE HISTORIA NATURAL. 109 ílor g-eiieral del lug-ar de Salinas, dice: que el día 30 de Octubre de 1751, sucedió una abundante lluvia que quedó el lug-ar hecho una lag'una, levantando seis palmos y hasta ocho, en alg'unas partes, y continuó la lluvia cuatro días más, lo que, visto el peligTO, sus moradores, estando lloviendo, salieron del lug'ar con extremos llantos y clamores, llevando cada uno sobre sus hombros sus respectivas mujeres é hijos. Todo lo ■cual ocurrió de haberse encontrado la lag'una al lado del lugar llena de ag-ua, ocasionadas por no haber sacado la sal de ella desde treinta años antes y el aumento de sal á cualquier llu- via.... » Aunque la redacción de la adjunta deja mucho que desear, revela el estado de ánimo del síndico Azorín, al ver su pueblo totalmente destruido por el crecimiento de la lag-una. La vuelta á Alicante, en compañía de mis queridos amig-os Sr. Pérez Bueno y del catedrático del Instituto D Heliodoro Carpintero, se efectuó caminando junto á la lag'una para pasar por entre las sierras de la Sima y de la Umbría, y aunque lle- vaba á mano la carta de la provincia, levantada por el señor Coello, al pasar junto á la sierra de la Umbría, no encontré el estrecho valle allí marcado, por cuyo fondo corre, seg-ún el citado mapa, la ramMa de la Cámara, ni dimos vista á la sierra de la Solana, resultando ser una sola sierra que recibe estos dos nombres de las dos faldas situadas, una al N. y otra al S. Consultadas muchas personas de Monóvar, se han expresado siempre en este sentido, y si realmente no existe tal sierra de la Solana, debe borrarse de la carta. IX. Más /(kiles del Jurásico de Fuente Álamo (Albacete). — El ilustrado y laborioso joven D. Eloy Coloma Sirvent, profe- sor de instrucción primaria de Fuente Álamo, con un celo y un entusiasmo dig-nos de todo encomio, dedica las horas libres de trabajo á hacer excursiones con sus alumnos. Procedimiento dig-no de ejemplo y que da por resultado la formación de un pequeño g-abinete de Historia natual, con el que enseña á los niños los rudimentos de la Ciencia, despertando en ellos el entusiasmo por las colecciones y paseos escolares que ilustran y robustecen á la vez, librándolos del aire infecto de los malos locales en que se tienen, generalmente, las escuelas. En el pasado mes de Diciembre me remitió, para su clasificación, al- «•unos fósiles más, que kay que añadir á la lista presentada por mí á la Real Sociedad española en la sesión del 4 de Octubre lio boletín de la real sociedad española último. Fig'nran entre ellos varios ammonites, uno parecido al A. Humphiesimius , y otros de difícil determinación, siendo notable un tallo de Apiocrinus que debía pertenecer á un indi- duo de g-ran tamaño. X. Calkas marmóreas iriásicas del término de Aspe. — Aun- que de diferentes puntos del Triásico de la provincia, se extraen las calizas marmóreas venosas, de tono azul obscuro ó ne- g-ruzco, no igualan á las de la Sierra Negra, situada cerca de Aspe y no lejos del pantano de Vinalapó. He recibido muestras pulidas del mejor efecto y que pueden competir con los már- moles extranjeros. Este yacimiento no está indicado en el Mapa, sin duda por lo reducido de su extensión. XI. OoUta ferruginosa de la PueMa de Muía. —Cerca, de los baños de Muía, situados en la carretera que une Murcia á Ca- ravaca, se presenta el Mioceno marino con fósiles ig-uales á los encontrados en Alicante; pero no muy distante de este paraje se halla una formación oolítica ferriig-inosa, citándose, parti- cularmente, en la llamada Cañada de los Perdigones, nombre que expresa bien la clase de roca que la forma. No he estado en aquel paraje, pero por las muestras que me remiten y por otros detalles que recibo, entiendo que el Nummulítico no está lejos de allí y que esas capas de oolita ferrug-inosa debe repre- sentar el tipo sideroolitico del Eoceno, análog'o á los que se conocen en el Jura, Berrí y otras localidades del extranjero. XII. De la existencia prohaMe de otra mancha nummulltica al NO. de la Sierra del Cid (x\licante). — La disposición que afectan las montañas al N. de Alicante, me hace pensar que debieron estar en parte, al menos, emerg-idas durante el últi- mo período del Eoceno, y si mi sospechas se confirmaran, ne- cesariamente se habrán de encontrar nummulites hacia Elda, Petrel y puntos más distantes del NO. del Cid. Las próximas excursiones nos sacarán de dudas. DE HISTORIA NATURAL. 111 Sobre los gabarros del granito POR I). JOSÉ MACPHERSON (1) Y paso á la cuestión de los g-abarros, ó mejor, á lo que de ellos pienso, puesto que se me pide mi opinión personal. En muchos sitios de la cordillera de Guadarrama pueden verse estos nodulos, y á veces con abundancia extraordinaria. Las aceras de las losas de las calles de Madrid suministran al observador variadísimos ejemplares en forma de manchas de contornos limpios, que se destacan después que la lluvia ha lavado aquéllas, y no pueden menos de llamar la atención. Recuerdo como localidad curiosa en este respecto, el seg-undo túnel á la salida de Avila, camino de la Cañada, en donde los g-abarros son tan numerosos que el g-ranito de las trincheras simula en un todo una puding-a ó cong-lomerado de negaros cantos, ag-lutinado por un cemento g-ris blanquecino. Pudiera citar otros muchos parajes de la misma cordillera donde se repite cosa semejante. Hace tiempo que se ha observado que estos nodulos están formados sencillamente por un g-ranito de g"rano más fino que el que los envuelve, sumamente rico en mica, con cuarzo no muy abundante y feldespato triclínico en notable cantidad (2}. He hecho bastantes preparaciones de gabarros de la cordi- (1) Fragmentos de una carta inédita. Es sabido que con el nombre de gabarros designan los canteros de la Sierra de Gua- darrama los nodulos redondeados de color obscuro que se alojan en el granito, desta- cándose del tono grisáceo de éste. Merece notarse que las ideas emitidas por el autor en el año de 188G, en que se escribió la carta de que se ha entresacado el presente fragmento, concuerdan con las posteriores y más recientes opiniones admitidas sobre esta discutida cuestión. — (iV. de la Com. depubl.) (2) Según Prado {Descrip. Jis. y geol. de laprov. de Madrid, 186-t, pág. 43), los pica- pedreros llaman gabarros á los nodulos pequeños é irregulares de 10 á 20 ó más cen- tímetros de diámetro, que son partes que se labran con dificultad, y negros á otros de mediano tamaño en que la mica se presenta aislada, formando ríñones, por lo regu- lar, redondos ú ovalados; c y una «Bembex> de Ma- rruecos. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Nov. 1905.) — Mutílidos nuevos de España. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Dic. 1905.) Graiño (D. Celestino). — Excursión ornitológica por la provincia de León. (Bol, R. Soc. esp Hist. nat., Nov. 1905.) Grouvelle (D. A.) - Nitidulides, Colidiides, Cucujides et Mycetophagides de la Guiñee espagnole. (Mem. R. Soc. esp. Hist. nat., t. l, mem. 14.) Jiménez de Cisneros (D. Daniel).— El yacimiento de azufre de la Peña de Catí, en el término de Petrel (Alicante). (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Dic. 1905.) Llenas t Fernández (D. Manuel).— Algunos liqúenes de los alrededores de Cuenca. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Dic. 1905.) Malcolm Bdrr.— Una especie nueva de Opisthocosmia (Dermápteros) . (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Dic. 1905.) Martínez de la Escalera (D. Manuel).— Una nueva especie de «Eulipus> WoU. (Tentyrini)áe Río de Oro. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Nov. 1906.) — Sistema de las especies españolas del gen. c Asida» Latr, n. (Bol R. Soc. esp. Hist. nat., Nov. 1905.) Mdñoz del Castillo (D. José).— El Mapa de la Radioactividad hidro- minero-medicinal de España. (Soc. esp. Hidrol. med.) — Observations critiques sur les bypothéses de la Desintegration atomi- que et de la Dissotiation moleculaire chimico-physique. Madrid, 1905, Sesión del 7 de Marzo de 1906. PRESIDENCIA DE DON FLORENTINO AZPEITIA El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. Presentaciones.— Se hicieron cuatro propuestas de socios nu- merarios. Comunicaciones verbales.— Se leyeron dos notas remitidas por el Sr. Jiménez de Cisneros, acordándose la publicación de las mismas en el Boletín. El Sr. Bolívar presentó una nota sobre minerales radioactivos que el Sr. Muñoz del Castillo destina á nuestro Boletín, y otra de nuestro consocio el Sr. Cadevall, de Tarrasa, sobre plantas nuevas para la Ciencia de la flora de Cataluña. — El Sr. Calderón dijo haber leído en un periódico un tele- grama de Crevillente, puesto el día 20 del pasado mes de Fe- brero, en el que se da la noticia de que la noche anterior, á las diez, se sintió un terremoto en aquella localidad que duró dos segundos, y que produjo alg-una impresión en el vecindario. Añadió el Sr. Calderón que era ésta la única noticia que hasta ahora se había publicado respecto al fenómeno de que se da cuenta, y que creía curioso ponerla en conocimiento de la So- ciedad, por si podía ampliarla alg'ún socio. — El Sr. Dusniet y Alonso presentó un trabajo sobre Los «Apidos» de Espaíta, g'énero Celyoxys, que pasó á la Comisión de publicación. — El Sr. Zulueta participó haber hallado en las cercanías del cerro de Vallecas, yendo de excursión con su compañero de estudios, Sr. Amoedo, una tortug*a fósil de g-ran tamaño que, extraída con g-randes precauciones del terreno en que se en- contraba, ha sido trasladada al Museo de Ciencias Naturales de Madrid, al que han cedido g-enerosamente el hallazg-o sus descubridores. El Sr. Zulueta ofreció entregar una nota, que será publicada T. VI.— Marzo, I9n6. 9 122 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA en el Boletín, con todos los detalles relativos al descubri- miento y extracción de este curioso quelonio fósil. A propósito del hallazg-o hecho por los Sres. Zulueta y Amoe- do, los Sres. Bolívar, Calderón, Azpeitia y Ribera, hicieron al- gunas consideraciones relativas á su importancia y á los tra- bajos que están practicándose y han de practicarse para la mejor conservación de este g'ran fósil. — El Sr. Ribera, al felicitar por su descubrimiento á los se- ñores Zulueta y Amoedo, se cong-ratuló de la parte activa que los alumnos de la Facultad de Ciencias Naturales toman hoy en los trabajos de la Sociedad, y de la asistencia de los mis- mos á las sesiones mensuales, indicando que esto constituye un evidente testimonio del entusiasmo con que estos jóvenes siguen sus estudios, y que de ellos puede legítimamente espe- rarse una notable generación de naturalistas é investiga- dores. Notas bibliográficas.— El Sr. Calderón leyó las siguientes: Mossen Norbert Font y Sagué: Curs de Geología di7iámma y estratigráfica aplicada á Catalunya. Barcelona, 190.5, 480 pági- nas y 305 grabados intercalados. Con este título, nuestro laborioso y eminente consocio de Barcelona, el Dr. Font y Sagué, bien conocido por otros traba- jos anteriores, algunos aparecidos en nuestro Boletín, acaba de dar á luz una obrita interesante en todos respectos. Toman- do por base la clásica Geología de Lapparent, el autor presen- ta un resumen claro y conciso de cuanto se sabe de la Geolo- gía catalana; es una obra de popularización, y por ello está escrita en lengua catalana para la mejor comprensión del pú- blico á quien se destina. La mayoría de los grabados represen- tan accidentes del suelo del Principado, lo cual constituye una de las principales novedades de esta obra, lujosamente impresa y editada con el mayor gusto. Felicitamos sinceramente á nuestro sabio colega, deseando sirva su trabajo de ejemplo y estímulo para que otros natura- listas los compongan semejantes sobre otras regalones de la Península, medio el más eficaz de todos para propag-ar la afi- ción á estos estudios. Simmersbach, O.: Der Eisenerzreichtum Spanie7is. Glückauf, t. 41, 1905, págs. 1.377-1.382. DE HISTORIA NATURAL, 123 Esta nota es una enumeración de los principales yacimien- tos de hierro de España, comprendiendo la producción y com- posición de las menas que le suministran. Douvillé, Robert: Sur Jes Préalpes subbétiqties aux enmrons de Jaén. (Compt. rend. Ac. Se, 3 juillet, 1905, t. cxli, pág-s. 69-71.) En la reg-ión estudiada, la serie estratigráfica comprende los siguientes miembros: 1.", trías yesoso con ofitas; 2.°, jurásico con formaciones toárcicas y titónicas fosiliferas; 3.°, calizas marg-osas del cretácico inferior y medio, con sus niveles habi- tuales; 4.'', cretácico superior en masas enormes de calizas en masa, frecuentemente olíticas; 5.°, nummulítico (eocénico medio); 6.°, miocénico (aquitaniense, burdig-aliense, helve- ciense); 7.°, pliocénico. El aquitaniense está representado por una facies muy nota- ble pelág-ica con g-lobig-erina, radiolarios y diatomeas. La tectónica puede resumirse de la manera sig-uiente: yen- do de N. á S. se encuentra una primera zona en que el cretá- cico superior forma un manto sobre el triásico y el miocénico; después viene una segunda zona en la que los terrenos secun- darios determinan un anticlinal acostado al N.; por último, una última zona en la que está formado por el jurásico, mon- tado en ciertos puntos sobre la zona central. Entre la terce- ra y Granada los fenómenos de corrimiento (charriage) parecen ser menos intensos que en la región estudiada por el autor. Douvillé, Robert: Síir les Préalpes subMtiques au sud dii Gua- dalquivir. (Compt. rend. Ac. Se, Nov., 1904, t. cxxxix, pági- nas 884-894.) En el valle del Guadalquivir, las capas miocénicas débil- mente onduladas, reposan directamente sobre el triásico yeso- so con ofitas que forman allí apuntamientos. Mas al S. las ca- denas subbéticas están constituidas entre Jaén y Granada, por el jurásico, el cretácico y el eocénico. En los alrededores de Jaén, la mayoría de los macizos cretácicos están rodeados, los unos en su mayoría, y los otros en la totalidad de su periferia, por las margas y calizas miocénicas. Dondequiera que la es- tratificación puede observarse, se comprueba que estas últimas se hunden francamente bajo el cretácico, que descansan, por consiguiente, sobre un terreno de fecha más moderna. De otra parte, se ve en toda la región el neocomiense, el cenomanien- 124 boletín de la. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA se ó el cretácico superior descansar indiferentemente sobre el triásico. Probablemente se está en presencia de uno ó muchos man- tos venidos del S. y compuestos de terrenos secundarios y eocé- nicos. Estos mantos han deslizado sobre el substratum del triá- sico, que se hace visible en muchos puntos á través de ojales. Los cabezos de los plieg'ues han venido á cubrir el miocénico en una extensión de 4 ó 5 km. Las cadenas subbéticas jueg'an entre las reg-iones bajas, y el macizo cristalino de Sierra Nevada, exactamente el mismo papel que los Prealpes suizos entre la planicie molásica y las eminentes cadenas calizas de Suiza y la Saboya. En la Z. d. D. geol., ges., lv, 4, 1903 y lvi, 1904, figuran las dos notas siguientes de Krusch : «Uber Zinkkarbonatoolithe von Santander in Spanien», 10, y «Uber magmatische Nicke- lerzausscheinungen iin Serpentín von Malaga», 11. También en la Z. f. praktische Geol., xii, 7-9-1904, se en- cuentra el siguiente artículo: I. Schmidt und Preiswerk: «Die Erzlagerstátten von Cala, Castillo de las Guardas und Aznal- collar in der Sierra Morena (Prov. Huelva und Sevilla)», 225-238. Fallecimientos. -El Sr. Calderón participó el de nuestro emi- nente consocio corresponsal extranjero el profesor E. Cohén, de la Universidad de Greifswald. Recordó el lugar distinguido que ocupó el finado en punto á ¡Petrografía, siendo autor de un atlas de fotografías de preparaciones de rocas y minerales sin rival hasta ahora, y sus excepcionales méritos en el estu- dio de los meteoritos, en el que fig-uraba como la primera auto- ridad de Europa. — El Secretario dio cuenta igualmente del fallecimiento de nuestro consocio D. Eduardo Malaguilla, acordándose, á pro- puesta del Sr. Presidente, hacer constar en el acta el senti- miento de la Sociedad por tan sensible pérdida. Secciones. — La de Baucelona celebró sesión el día 7 de Fe- brero, bajo la presidencia de D. Ramón Turró. — El Sr. de Buen dio cuenta del homenaje tributado á la memoria de nuestro llorado consocio D. Juan Joaquín Rodrí- guez Femenías, por el Ateneo Científico de Mahón, á cuyo DE HISTORIA NATURAL. 125 acto asistieron los Doctores Llenas y Alabern, representando á nuestra Sociedad, y además el Dr. de Buen, representando á la Universidad de Barcelona. Con este motivo lee dicho socio alg-unos datos más acerca de la vida científica del Sr. D. Juan J. Rodríg-uez Femenías. El mismo Sr. de Buen presenta un trabajo titulado «Notas de un viaje á Menorca, que comprende lo sig'uiente: I. Excur- sión á Calas-Covas. — Habitaciones rupestres. — II. Excursión al barranco de Alg-endar. — III. La Mola. — IV. Alg-unos datos zoológ'icos, y V. Anomalías en las antenas de una lang-osta. Notas y comunicaciones. Plantas nuevas para la Ciencia, correspondientes á la Flora catalana POR JUAN CADEVALL Y DIARS A las varias especies nuevas para la Ciencia que el amig-o Pau y el hermano Sennen han señalado en Cataluña durante el último año, deben añadirse las siguientes, observadas du- rante las muchas excursiones que he efectuado. Jmiiperus Mariana Cad. ( J. phoeuicea — ./. conmmnis). — Dise- minada en la montaña de Montserrat, donde la descubrió el P. Adcodato F. Marcet. 25 Junio. Filmaría calcarata Cad. — Viñedos silúricos ó pizarrosos in- mediatos á la Puda de Montserrat, al pie de la carretera de O lesa. 2 Mayo. Estas dos especies, con susfig-uras, [a, Fumaria muralisSoná. y el Medicado dep'cssa Jord., nuevas para Cataluña, se publi- caron en las Memorias de la Real Academia de Ciencias y Ar- tes de Barcelona, correspondientes al mes de Ag'osto. Helianlhemum angustipetaliim Cad.— Bosques inmediatos á la Font de Tag-ast, Berg-a. 26 Julio. Centaurea CadevaJlii Pau. — Yermos y márg-enes de Valldo- reiX; cerca de S. Cug-at del Valles. 20 Julio. 126 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA La descripción y dibujos de estas dos especies, juntamente con la relación de otras muchas plantas críticas catalanas se hallan pendientes de publicación en dichas Memorias. Hieradum heterademim Arv.-Touv. et Cad.— Rocas de Pegfue- ra, Berg-a. 26 Julio. B. arnoglossoides Arv.-Touv. et Cad.— Tierras marg-osas de Bag-á, junto al Cementerio. 28 Julio. H. glossophyllum Arv.-Touv. et Cad.— Rocas de CoU de Jon (Sierra de Cadí). 31 Julio. H. sonchophyllum Arv.-Touv. et Cad.— Rocas de Tag-ast. 26 Julio, y de CoU de Jon. 31 Julio. La descripción de estas cuatro especies se publicará tan pronto pueda terminarla el eminente especialista francés y coleg-a, M. Arvet-Touvet. Notas de un viaje á Menorca POR ODÓN DE BUEN Estuve en Menorca á fin del año pasado y primeros días de éste, representando á la Universidad de Barcelona en el home- naje tributado á Rodríg-uez Femenías. La sección de excursiones del Ateneo de Mahón me honró org-anizando algunas en mi obsequio, y en ellas recogí algu- nos datos que ofrezco á nuestros consocios por si encuentran alg-o útil. He de hacer constar que no consig-no aquí ning-una de las observaciones hechas durante la campaña del vapor Roland (del Laboratorio Arago), por las costas menorquinas; serán objeto de un trabajo más extenso. I EXCURSIÓN Á CALAS- COBAS. — HABITACIONES RUPESTRES Acompañados de varios amigos, el Sr. Llenas y yo hicimos en una tarde, partiendo de Mahón, esta excursión notabilísima. En acantilados calcáreos verticales, cerca del mar, y á lo DE HISTORIA NATURAL. 12T largo de una doble cala, continuada por profundo barranco, que bien pudo arrastrar en tiempos remotos buen caudal de ag-ua dulce, se hallan numerosas cuevas; fueron otro tiempo habitaciones humanas de difícil acceso, de gran capacidad y excelente orientación para librarse de los fuertes vientos del Norte. Las hay altas y bajas, algunas en grietas inaccesibles; por dentro tienen oquedades distintas, columnas de la misma roca; hay una de dos pisos, con el suelo del superior hundido; otra con su correspondiente reja de piedra y departamentos laterales, á la que llaman vulgarmente la prisión. Son, en ge- neral, muy amplias. Fueron, sin duda, excavadas por los primitivos habitantes de la Isla, aprovechando oquedades y hendeduras naturales que en tan gran número ofrecen las calizas de Mallorca y Menorca; y por ellas debieron pasar generaciones sucesivas de trogloditas, y es raro no se utilicen aún, como pasa en la Gran Canaria con las habitaciones rupestres de los guanches. En una de las cuevas mayores, que está derrumbada, hay inscripciones romanas, bien inteligible alguna. Menorca es rica en monumentos megaliticos, que aún es- tando bien estudiados, merecen una revisión detallada, ha- ciendo excavaciones bajo un plan concienzudo. Talayots, Navetas, recintos diversos, grutas, debieran ser nuevamente explorados, reuniendo la multitud de datos que acerca de ellos se han publicado y que no forman un cuerpo de doctrina. Fué nuestro guía en esta excursión el Sr. Hernández Sans, que conoce como nadie estas construcciones antiguas de Me- norca. No se presta mucho la época esta del año para herborizar. No obstante, pudimos ver lo rica y lo especial que es la flora de aquel barranco y aquellas rocas. En buen tiempo debe ser esta excursión de las más útiles á los botánicos. El Sr. Llenas hizo buen acopio de liqúenes. La vegetación es bastante tupida, cosa no muy frecuente en Menorca. For- man el matorral las especies sig'uientes: Centisco (en fruto); Clematis cirrhosa (vulg. Vidauba), de grandes flores péndulas, mu}' ornamentales, con los sépalos atigrados; Lonicera iwi'plexa (vulg. Gabarrera); Smilax áspera (vulg. A.ritja); Rubia peregri- na; Rubm discolor, Phillyrea angnstifoliay Ph. media; Romero; 12S boletín de la real sociedad española Jiiniperus phcenicea. Sobre las matas se destacan alg-unos ejem- plares de olivo salvaje (UUastre ú Oastre vulg-.); un individuo secular hay en el barranco de Calas-Covas, de g'rueso tronco retorcido, que mide cinco brazas de circunferencia; parece formado por 10 troncos menores reunidos. En el suelo del matorral ha}' puntos sombríos cubiertos por la Selaginella denticuJata y por abundantes Arisariim vulgare, entre cuyas hojas, muchas invadidas por e\ Phytliosiphon Ari- sari, aparecían las flores erguidas. Por todas partes se veían las flores de Bellis, las hojas verdes del AsphodeJiis microcar- ptis (Aubó y Parrasa, vulg-.), tan característico de la veg*etación balear y las anchas hojas de la Scilla marítima (Seba mari- na, vulg-.j. Cerca ya del mar, abundaban tallos secos de un Scolyímis, que bien pudieran ser €\. grandiflorus. Las rocas calizas cercanas al mar nos proporcionaron her- mosos ejemplares del Asplenmm mariniim, además de Poliji^o- dmm mugare, Ceterach offichtarum, A dianthiim CapiUus- Veneris, Crühmum mañümiim (Fonoy mari, vulg-.), un Dancus del tipo del Maiiritaniais, A Ilüim triquelrum {solo hojas), Teucríum Po- lium var. angustifoUa, T. ¡ancifoliiim, Micromeria Rodriguezii, UmMlicus pendulimis, Sedum altissimum, Parietaria difusa, E'UfhofMa exigua var. tricuspidata , Sonchus cervícornis, for- mando verdaderos erizos inabordables, Loius Creíicus. Ante las cuevas hay una veg-etación de ortig-as (Urtica mem- branácea y U.pilulifera), Arnm ItaUcmn, ínula viscosa, I. crith- moides (en flor), Statice, Asparagiis aciitifolius, A. horridus, y otras plantas del matorral, aparte de las especies que suelen abundar cerca de las ruinas, en todas partes. Al pie de las cuevas, en el fondo de la cala y en la misma orilla del mar, mana una fuente de ag-ua dulce, que no suele ag-otarse en el verano. II EXCURSIÓN AL BARRANCO DE ALGENDAR Sin disputa, la más hermosa de la Isla. El Barranco, exca- vado por las ag-uas en las calizas miocénicas que llaman en el ^ais sanio, ofrece panoramas de g-ran belleza. Hay abundan- cia de ag-ua dulce, huertas en que se cultivan naranjas y lau- reles; además se abre en dirección al S. y está libre, portante, DE HISTORIA NATURAL. 129 de las fuertes tramontanas que imposibilitan la vida arbórea en otros puntos de Menorca. ' El Barranco tiene unos 5 km,, desde cerca de Terrerías á la desembocadura (cala de Santa Galdana), y en alg-unos puntos más de un centenar de metros de altura. Desde la capital, la excursión puede hacerse en un día; pero resulta bastante fatigosa. Nosotros la hicimos del siguiente modo: Salida en carruajes, de Mahón, á las 6^ 20'. Visita á la Naveta de Rafael Ruhi cerca de Alayor. Almuerzo en|Mercadal, continuando en coche hasta Perrerías. A pie, desde Ferrerías á Santa Galdana por dentro del Ba- rranco. A pie, desde Santa Galdana á Ferrerías por Santa Ponsa, y en coche, hasta Mercadal. Comida en Mercadal. En coche á Mahón. Se nos hizo muy difícil la marcha por el Barranco, desde el Molino de Abajo (un lugar espléndido), porque estaba el piso encharcado en algunos puntos y lleno de lodo en otros, amén de vernos obligados á saltar muchas paredes de piedras sueltas. Apenas vimos en flor otras plantas que el Oxalis cermia (Fió de vellana), el Bellis anmia y el Leucojimi Hernandezü que es abundante en algunos parajes y se caracteriza bien por la manchita verde que tienen en el ápice sus blancos tépalos. Los peñascos calizos se hallan en muchos puntos cubiertos por ramas péndulas del Capparis spinosa (allí inerme) y por higueras adaptadas á esa vida rupestre; en el suelo, por la abundancia de sus hojas típicas, adiviné la presencia de la Férula commmiis y de la Pastinaca lucida (anchas y mal olien- tes); vi también hojas de Vinca media, de Daucus maxmus, de Coronilla (/lauca, de Chelido7iium majus, de Smilax áspera, de una Viola que debe ser la stolonifera, de Potentilla reiüans^ de Arisarnm vulgare, de Unibilicus (allí hay dos especies: pendu- linus y Gaditanus), de Sedum aJtissimum. En los setos apare- cían: Cratoegus hrevispina, Ruhis discolor, Rudia peregrina. En el lodo: Mentha rotwidi folia. En las grietas de los peñascos y en las fuentes: Adianthum Capillns Veneris, Polipodium vul- gare (forma genuina y \ar.- serratum), Asplenium Adianthum nigrum, Ceterach officinarum y Píeris aquilina. Abundaban en 130 boletín de la real sociedad española las márg-enes de los reg-ueros las hojas de un lirio que debe ser el Iris Pseudacorus, y en las charcas, sobre todo, cerca de la desembocadura, hay espesura de Typha ¡ati folia, Phragmi- tes communis, Jmicus acutus, J. hiifonius y alg-unas otras espe - cies difíciles de reconocer. Muy abrigada y bastante profunda es la cala de Santa Gal- dana. Su playa, formada por ese barrillo calcáreo, tan carac- terístico en Baleares (sobre todo en Mallorca donde no hay terrenos primarios), estaba llena de Posidonia Caulini muerta, arrancada por las olas de las extensas y frondosas praderas submarinas que adornan aquel litoral; abundaban las pelotas de mar, aglomeraciones tupidísimas de fibras Ae. Posidonia que botánicos de salón consideraron como un g-énero especial de algas conferváceas (á las fibras de una monocotiledoneaü), confirmándole con el pomposo nombre de Aegagropila. Desde la playa, puede ascenderse por el pinar de Santa Ponsa hasta el predio de este nombre, por buen camino. El pinar ofrece el mismo aspecto que los de la zona Norte de Mallorca. Arboles, solo hay el Pinus Halepensis y el Qtiercus Ballota. Arbustos, anoté los siguientes: Romero, Erica multi flo- ra, Lentisco, Cistus allidus, C Salmaefolius, C. Monspelie7isis , Jimiperiis Phcenicea, Myrtus commmiis;\2iñ g-randes matas del Ampelodesmos tenax y las hojas abundantes del As2)hodelus mi- crocarpiis, más los ramos sarmentosos del Smilax áspera, dan carácter al matorral. A la ida visité la Naveta de Rafael Rubí; á la vuelta, en el camino de Santa Ponsa á Perrerías, el Talayotde Bini-Calsich. La Naveta está bien conservada; deben su nombre estas construcciones megalíticas, á la forma de nave volcada que tienen. Aquella sirve para resg-uardar g-anado. El Sr. Hernán- dez nos hizo notar la estrecha puerta, cuyas ranuras indican que se cerraba herméticamente con una losa pesada, y nos indicó que debieran ser estas construcciones osarios, porque de algunas se han extraído carretadas de huesos humanos. El Talayot no está tan bien conservado; subimos al muro de g-ruesas piedras, adornado entonces por las flores de la Vinca media. Allí cerca se veía la losa vertical, de lo que llaman mesa del Talayot, que está formada por dos grandes losas rectangu- lares; una plana, horizontal, descansando sobre otra perpen- dicular, colocada de canto. DE HISTORIA NATURAL. 131 III LA MOLA La fortaleza de este nombre, á la entrada del hermoso puerto de Mahón, reposa sobre calizas terciarias que á su vez descan- san en el terreno devónico. Es una zona de contacto dig-na de estudio. Como las calizas filtran fácilmente las ag'uas y las pizarras del devónico, no son permeables, por la zona de con- tacto hallan las filtraciones fácil cauce, originándose en la parte S. una fuente abundante en la misma orilla del mar, en el llamado Clot de la Mola. Y deben ser las filtraciones aún más abundantes de lo que puede apreciarse, porque en aquel sitio viven animales marinos de aquellos que buscan el ag-ua dulce. AUi se recog-e en abundancia el pequeño pez que llaman los pescadores Roseti (un Aphya) y que será objeto de una ex- tensa nota en que comunicaré á la Sociedad mis observaciones acerca de esta especie. Es la Mola buena localidad botánica, pero no en Enero; el monte estaba pelado; allí vive en abundancia la que llaman vulgarmente Camamila de laMolaiSantoUnaChamoecyparissus), que buscan por su aroma delicado, y allí pude ver hermosos ejemplares en ñor de una especie bien estimada por los botá- nicos: el Crociis Cambessedesii. Es también buena localidad para obtener fósiles terciarios, porque se ha excavado mucho el terreno. Los que visiten la mola deben ver una pequeña g-ruta que encontraron los ing-enieros militares al hacer excavaciones y que tiene alg-unas bellas estalactitas. Está iluminada por acetileno. IV ALGUNOS DATOS ZOOLÓGICOS En este tiempo, el zoólogo que visite Mahón debe hacer todas las mañanas una visita al mercado de pescado. Aparte de las numerosas especies de peces que encontrará, ha de llamarle la atención la abundancia y la variedad de los moluscos. Entre los calamares no es raro que encuentre el Ilex üoin^ 132 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA detii, al que llaman los pescadores Alutja. Pero, con este mis- mo nombre desig-nan también al Todarodes sagittatus, que á veces alcanza dimensiones g-ig'antescas. Abundan, normalmente, cuatro mariscos característicos; la escupiña grabada { Venus verrncosa); la oslra rot/a {Spondylus gtederoims); el dátil de mar {LUhodomus Uthophagus) y elpeic de cadrit (Arca Nocb). Son comida exquisita, si se saben condi- mentar. Los dátiles abundan en alg'unos puntos hasta el ex- tremo de que saqué en cierta ocasión tres docenas de una sola piedra y no muy voluminosa. Se prestan mucho á su trabajo de litofag'ia las calizas aquellas en que el agua hace estragos de denudación. Aparte estos moluscos, vi vender varias especies de Pectén que llaman vulgarmente Chel; Modiola barbata, que conocen con el nombre de Bitu; el Cardiimí edtiJe; una Tellina; el Pec- tén varius (vulgarmente Rumera) y el Murex trunculus. Como comestibles se vendían en abundancia actmias y los Microcosmiis; á estos les denominan Pichona. Dijéronme que á veces, en primavera, el puerto se llena de legiones de Velella spirans. Otro tanto he observado en la costa de Barcelona. Los peces comen con avidez la Velella (que lla- man vulgarmente Barella) y se envenenan, encontrándoles á miles sobre las aguas; las personas que comen estos peces sufren perturbaciones gástricas. Los pescadores secan la Vele- lla y la emplean, en pequeñas dosis, como cebo. V ANOMALÍA EN LAS ANTENAS DE UNA LANGOSTA El distinguido farmacéutico de Mahón Sr. Ferrer, cuidadoso observador de las especies marinas mahonesas, me proporcio- nó un notable caparazón de langosta que ofrece la particula- ridad de tener bifurcada una de las grandes antenas. Había sido pescado el animal en la costa de Menorca. La antena bifurcada es la derecha. La izquierda y las peque- ñas antenas, son normales. El ejemplar es joven: mide el caparazón 20 cm., 8 el céfalo- tórax y 12 el abdomen, sin comprender el telson. Ordinariamente en las dos grandes antenas, el último artejo DE HISTORIA NATURAL. 133 basilar es más larg"ü que ancho, y tiene, lo mismo que el pe- núltimo, un surco long-itudinal que le divide en dos zonas: una interna, ancha, y otra externa, estrecha. En esta langosta, y en la antena bifurcada, el último artejo basilar tiene la zona interna más corta de lo ordinario y en ella se apoya una larga fusta de longitud y forma normales, igual en un todo á la fusta de la antena izquierda, que no está bifurcada. La zona externa del mismo artejo, se diferencia de la in- terna formando ángulo con ella, pero sin separarse por com- pleto. El artejo parece así formado por dos ramas: una inferior (zona interna), que lleva la fusta normal; otra superior, corta, estrecha (zona externa), en la cual se articula una doble fusta, formada por dos grandes ramas que tienen base común, de la que divergen, alcanzando la longitud de la fusta normal. Las dos grandes ramas no son iguales: la externa es sen- cilla; en cambio, la interna, á unos 12 cm. de la bifurcación, vuelve á dividirse en dos filetes delgados, uno de los cuales aparece roto en el ejemplar; pero tenía igual longitud que el otro (unos 14 cm.) En resumen: la antena derecha de esta langosta ofrece cinco ramas. La fusta izquierda, normal, mide 32 cm. La fusta derecha (rama interna no bifurcada), tiene igual longitud. En la bifurcada cada rama mide 26 cm. Hubiese sido muy instructivo conservar viva esta langosta, estudiando las modificaciones de las antenas en diferentes mudas. El ejemplar llegó ya muerto á poder del Sr. Ferrer. ia4 boletín de la real sociedad española Los «Apidos» de España POB JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO II Género Ccelioxys. Alas anteriores con una celdilla radial, alargada, redon- deada en SU extremo, el cual está separado del borde del ala; dos celdillas cubitales, la primera ig'ual, ó poco mayor, que la seg-unda; ésta mucho más estrecha por la parte superior, que por la inferior; el segundo nervio transverso-discoidal.se uneá la seg-unda celdilla discoidal antes del extremo de ella. Escu- dete con un fuerte diente á cada lado, dirigidos hacia atrás. Pos-escudete inerme. Ojos con pelos bien visibles, con auxilio de lente. Abdomen con 6 segmentos dorsales y 6 ventrales. 9 Antenas de 12 artejos. Abdomen cónico. Ano abierto. cf Antenas de 13 artejos. Segmento anal con 6 á 9 espinas bien marcadas. Espacio lampiño bajo los ojos, más ó menos visible. El nombre científico de este género, que significa vieíitre aguzado, y el de Kegelbienen (abejas cónicas), que le dan los autores alemanes, indican su aspecto, aún más marcado en las hembras que en los machos Los caracteres señalados le separan, sin duda posible, de los restantes Ápidos. Su forma y su color, generalmente negro, á veces rojizo, con bandas ab- dominales de pelos blancos ó grises, le pueden confundir úni- camente con los Dioxys (en los que, no sólo el escudete, sino también el pos-escudete, llevan dientes), ó con algunos Mega- c/iile, los cuales tienen el escudete inerme y el abdomen más redondeado. Pertenece este género á las abejas parásitas, ó sea á aquellas que depositan sus huevos en nidos de especies de otros grupos, para que sus larvas vivan á expensas de las provisiones allí acumuladas. Los huéspedes suelen pertenecer á los géneros MegacMle y Podalirius {Megilla^^ AnthopJiora\ Vuelan en pri- mavera y verano, siendo más abundantes en Junio y Julio. DE HISTORIA NATURAL. 135 Las fechas extremas observadas en España, son el 23 de Abril y el 8 de Septiembre; pero adviértase que muchos de los ejem- plares observados no expresan la fecha de su captura. Nunca se encuentran en g"ran abundancia, y solamente las especies auToUmbcUa, conoidea, afra y rufocaudata están alg-o más ex- tendidas. He podido, sin embarg-o, estudiar hasta 134 9 y 122 cf, utilizando, no sólo los recog-idos por mí y los del Museo de Ma- drid, sino los que han tenido la amabilidad de facilitarme mis amig-os los Sres. García Mercet y Schramm, de Madrid; Bofill, de Barcelona; R. P. Navas, de Zaragoza; R. P. Saz, de Orihuela; La Fuente, de Pozuelo de Calatrava; Boscá, de Valencia; Fló- rez, de Cang"as de Tineo, y Cazurro, de Gerona; á quienes doy expresivas g-racias por su concurso. Proceden dichos ejempla- res de 38 localidades diferentes, sin contar las de Cataluña, que no están separadas. Este g-énero se halla repartido por casi todo el mundo, ci- tando 145 especies el Catálog-o de Dalla Torre; 29 correspon- den á la fauna paleártica, seg-ún Friese, de las cuales solamen- te 20 ó 22 deberán admitirse. Hemos encontrado 16 en España, de las que tres se citan ahora por primera vez. Probablemente hay una ó dos más nuevas, que, por ser ejemplares únicos, no quiero describir. La distinción de las especies se funda, principalmente, en la existencia de verdaderos pelos, ó en la de escamas (pelos cor- tos, planos y alarg-ados). Además, en las 9? en la forma del seg-mento anal. En los cf cf, en la existencia de espinas en las caderas anteriores y en el número y forma de las espinas ana- les. Este sexo ofrece mayor dificultad y alg-unas especies se confunden muy fácilmente. Para este trabajo seguiré el mismo plan que en otro ante- rior sobre Ápidos. (Bibliografía, núin. 3), tomando como guía principal la obra de Friese (4), la cual, así como la de Pérez (9), recomiendo á los que quieran hacer un detenido estudio de este género. En cada especie señalo las fechas de captura y la longitud de los ejemplares observados, así como las modificaciones acci- dentales que pueden presentarse. En las especies escasas se indica el número de ejemplares; en las abundantes tan sólo las localidades, y aún se suprimen las muy próximas. Algunos ejemplares dudosos han sido vistos por el profesor 136 boletín de la REA.L SOCIEDAD ESPAÑOLA J. Pérez, nuestro disting-uido consocio de Burdeos, á quien expreso aquí mi sincero agradecimiento. He utilizado las sig-uientes obras, sin citar otras muchas consultadas: (1) BofiU (J. M..)—Cat('fleck de Insectes de Catalunya. Apidoe. (Butll. Inst. Cat. Hist. Nat., 1904-1905.) (2) Dalla Torre (C. G.) — Catalogus hyinenopteronmi hucusque descriptoniTii systemaücus et synonymiciis. Vol. x. Lipsiae, 1896. Apidaí (Antophila). (3) Dusmet (J. M,)— Zoí Ajñdos de España. I. Gen. Melecta, Crocisa y Epeolus . (Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat., Marzo, 1905.) (4) Friese (E..)—Die Bie?ien Buropa's. Theil i. Berlín, 1895. (5) Gog-orza {i .)—Himenópteros cazados por D. Máximo La- guna en El Escorial. (Act. Soc. Esp. Hist. Nat., tomo xi, 1882.) (6) Gribodo (G.) — Spedizione italiana nelV África equatoriale. (Ann. Mus. Civ. Storia Nat. di Genova. Vol. xxi, 1884.) (7) Gribodo (G.) — Sopra alcune specie nuove ó poco conosciute di imenotteri antofili. (Bol. Soc. Ent. italiana, tomo xvi. Fi- . renze, 1884.) (8) Lepeletier de St. Farg-eau (Cte.) —Hist. Nat. des Insectes. Uyménopiéres . II. París, 1841. (9) Pérez {5.)—Contribution a la f aune des apiaires de France. (Act. Soc. Linnéenne de Bordeaux. Vol. xxxvii, 1883.) (10) Pérez (J.) — Espéces nouvelles de melliféres de Barbarie. Bor- deaux, 1895. CUADROS DE DETERMINACIÓN 9- 1 . Con pelos ; sin escamas 2. — Con escamas, solas ó mezcladas con pelos 6. 2. Seg"mentos anales cortos, el inferior poco más larg-o ó an- cho que el superior 3, — Seg-mentos anales alg-o alarg-ados, el inferior bastante ma- yor que el superior 4. — Seg-mentos anales muy larg-os, el inferior no más ancho que el superior, puntiag-udo y con su porción libre de doble long'itud que la del otro 5. elongata Lep. 3. Seg-mento anal superior (visto de perfil) con extremo en DR HISTORIA NATURAL. IST forma de g-ancho. Epístoma con tomento 1. auTolimbaia Forst. — Seg-mento anal superior de forma ordinaria. Epístoma con pelos largos 2. rufescens Lep. 4. 5." segmento ventral g-rande, truncado en su extremo, más ancho que el sexto. . . (aJata Forst.) — 5.° seg-mento ventral ordinario 5. 5. Espolón externo de las tibias posteriores grueso y romo. Segmento anal inferior, estrechando sucesivamente y terminando en punta . . 3. conoidea Kl. — Espolón externo ordinario, ó sea ag-udo. Seg-mento anal inferior de lados paralelos, estrechando después brusca- mente y continuando con lados paralelos hasta su extre- mo, que es redondeado 4. 4-dentata L. 6. Seg-mentos anales anchos, el inferior poco más larg-o que el superior 7. — Segmentos anales alarg-ados, puntiag-udos; porción libre del inferior de doble long-itud, por lo menos, que la del superior 10. 7. Segmento anal inferior redondeado, el superior con fuerte quilla prolongada en ana espina (decipiens Spin.) — Segmento inferior terminado en un ángulo saliente.. 8. — Segmento inferior truncado ó escotado 9. 8. Seg"mento inferior con lados paralelos y estrechando lueg'o con rapidez, terminando en un ángulo recto 10. oMusa Pérez. — Seg'mento inferior de forma triang-ular, terminado en un ángulo ag-udo 9. coturnix Pérez. 9. Segmento inferior truncado, ó con una ligera escotadura. Seg-mentos primero y último rojos. Escamas abdomina- les alargadas; 8 á 9 mm 8. hmmorrhoa Forst. — Segmento inferior con escotadura bien marcada. Mandí- bulas rojas. Escamas abdominales cortas; 7 á 11 mm. . . 6. afra Lep. — Seg-mento inferior con escotadura poco profunda. Fajas muy ensanchadas á los lados y muy estrechas en el cen- tro. Todo negro. 11 á 13 mm 7. emarginata Forst. 10. Seg-mentos anales muy largos, con lados paralelos.. 11. — Segmentos anales triangulares, adelgazando poco á poco hasta su extremo, que es ag-udo 13. T. vi.-Marzo, 11)06. 10 138 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA 11. Porción libre del seg-mento inferior, casi tan larg-a como la mitad del resto del abdomen. Clípeo rojo, muy g-iboso. 16. acanthura III. — Porción libre del seg-mento inferior, tan sólo una cuarta parte del larg-o del abdomen. Clípeo negro, casi plano. 12 12. Segmento anal superior inclinado hacia arriba: el inferior truncado en su extremo. Además de las fajas abdomina- les hay otras manchas laterales 15. argéntea Lep. — Seg-mentos anales muy inclinados hacia abajo: el inferior con su extremo redondeado 14. Fórsteri Mor. 13. Seg-mento inferior rojo, ag-udo, sin escotadura en su ex- tremo 14. — Seg-mento inferior neg-ro, con una escotadura muy peque- ña en su extremo. Tórax con escamas esparcidas 13. polyce7itris Forst. 14. Fajas abdominales estrechas en el centro (una fila de esca- mas). Seg-mento anal superior, sin escamas 12. rufocaicdata Sm. — Fajas abdominales con tres ñlas de escamas en el centro. . Seg-mento superior con una mancha blanca á cada lado. 11. Irevis Ev. d 1. Con pelos; sin escamas. Caderas anteriores armadas de espinas larg-as y romas. Seis espinas bien desarrolladas en el seg-mento anal 2. — Con pelos y escamas. Sin espinas en las caderas ante- riores 7. — Con pelos y escamas. Espinas en las caderas anteriores.. . 15. argéntea Lep. 2. 4.° seg-mento ventral, teniendo en el centro del borde una escotadura, cuyos extremos suelen ser espinosos. . . 3. — 4.° seg-mento ventral sin escotadura en el borde 5. 3. Espolón externo de las tibias posteriores, g-rueso y romo. . 3. conoidea Kl. — Espolón externo ordinario, ag-udo 4. 4. Primer seg-mento abdominal, con abundantes y larg-os pelos. Fajas abdominales anchas. 5.° segmento sin dien- tes laterales 4. 4-de7itata L. — Primer segmento desnudo en el centro. Fajas estrechas en DE HISTORIA NATURAL. 139 el medio. 5.° seg'inento con pequeños dientes laterales.. 2. rufescens Lep. 5. Un pequeño diente entre las dos espinas inferiores del seg-- mento anal 1. aurolimbata Forst. — Sin tal diente ; sólo las seis espinas 6. 6. Las cuatro espinas internas reunidas de modo que casi se reducen á dos bidentadas en su extremo, (alata Forst.) — Las seis espinas bien distintas 5. elongata Lep. 7. Seg"mento anal con siete espinas (decipiens Spin.) — Segmento anal con nueve espinas 8. — Seg-raento anal con ocho espinas 9, 8. Espina central bien marcada. Seg^mento anal con una g-iba aquillada. Long-. 13 mm 16, acanthura 111. — Espina central pequeña. Seg-mento anal cubierto de pelo en el centro. Long-. 6 á 8 mm 9. coturnix Per. 9. Las seis espinas centrales próximas, formando una prolon- g'ación del seg'mento anal bastante separada de las dos espinas externas inferiores 10. — Segnnento anal de forma ordinaria 11. 10. Espinas centrales superiores, situadas más altas que las laterales. Seg'mento anal sin escamas en el centro. Man- díbulas negTas 13. polycentris Forst. — Espinas centrales superiores, situadas más bajas que las laterales. Prolong-ación anal aún más marcada. Faja de escamas del seg-mento anal completa. Man- díbulas, antenas y patas, más ó menos rojas 10. obtusa Per. 11. Espinas inferiores laterales del seg'mento anal muy peque- ñas, reduciéndose casi á unos áng-ulos. Antenas, man- díbulas y espinas, rojas 8. kísmorrkoa Forst. — Espinas laterales bien marcadas 12. 12. 4.° seg'mento ventral con el borde escotado en el centro. 13. — 4." seg'mento con borde entero. Espinas ag-udas; las cen- trales inferiores larg-as. Seg'mento anal con manchas la- terales; en el centro una quilla brillante 12. rufocaudaia Sm. 13. Debajo de los ojos hay un espacio oval, lampiño, brillante, que está elevado formando un pequeño diente 14. — Dicho espacio lampiño, si existe, no está elevado forman- do diente 15. 140 boletín de la eeal sociedad española 14. Seg-mento anal formando en el centro una g-iba que ter- mina en el orig-en de las espinas. ... 14. Forsteri Mor. — Seg-mento anal sin dicha giba 11. brevis Ev. 15. Primer seg-mento casi del todo cubierto de escamas amari- llentas. Fajas abdominales anchas, triseriadas en el cen- tro 7. emarginata Forst. — Primer seg-mento con escamas blancas sólo á los lados, fajas muy ensanchadas á los lados, estrechas ó desapa- reciendo en el centro. Con frecuencia hay indicios de fa- jas en la base de los seg-mentos, además de las del borde. 6. afra Lep. 1. G. aurolimhata Forst. —Sinonimia, C. recurva ñchGnoik. — C. reflexa Schenck. Madrid!— Chinchón! (en Madrid) — Escorial (en Madrid) (Gar- cía Mercet!).— Pozuelo (en Ciudad Real) (La Fuente!).— Valla- dolid!— Ciudad Rodrig-o (en Salamanca) (Sanz!)— Sobradiel(en Zarag-oza) (P. Navas!). — Ainbel! (en Zarag-oza).— Calatayud! (en Zarag-oza). — Calamocha! (en Teruel).— Cataluña (Bofill!). — Orihuela (en Alicante) (P. Saz!).— Valencia (Boscá!)— (Se en- cuentra en Alemania, Grecia, Asia Menor, Cáucaso, Arg-elia.) Long-. observada, 9 12 á 15 mm.; cT 9 á 13. De Mayo á Sep- tiembre. Se ve que esta especie está bien extendida por España. Es característica en las 9 9 l^- forma del último seg-mento dorsal que, visto de perfil, ofrece una fuerte quilla long-itudinal, la cual baja cerca del extremo, formando una especie de escotadu- ra limitada por dos dientes, uno anterior y otro más marcado, posterior, ó sea en el extremo mismo del seg-mento, resultando así una especie de g-ancho. El último seg-mento ventral está, seg-ún Friese, terminado en el tipo de la especie por una punta central y dos laterales. En ning-uno de los ejemplares que he estudiado sucede así, correspondiendo más bien á la var. aJge- riensis Friese, ó, mejor aún, al C. ogivalis Pérez. De éste dice su autor la valve iiiférieure, élargie dans le genre du C. vectis , mais plus large el lüiis courte , en ogive surmonlée d'un faihle api^endice ohtus. De la var. algeriensis dice Friese, que los dientes del seg-mento ventral son redondeados é imi- tan la forma del C. 4-dentata. Pero si en este concepto se acer- can más nuestros ejemplares al C. ogivalis, en cambio la esco- DE HISTORIA NATURAL. 141 tadiira ó g-ancho característico del último seg-mento dorsal, en unos muy marcada, lo está poco en otros, asemejándose más á la algeriensis «la placa anal superior muestra la forma carac- terística de la aiiroli ilibata, aunque alg-o menos marcada {tcemí auch 'derschwommen)'í> que á la ogivalis ide 6^ segment rebordé et comme dédoiiblé mais 'plus 2)rofondément». M. Pérez, á quien remití alg'unos en consulta, opina que son aurolimbala, pero pareciéndose al ogivalis, aunque con pun- tuación más débil. Le hacen dudar, sin embarg'O, por esta tran- sición, si el ogivalis podrá ser solamente una variedad. Como entre las 24 9$ estudiadas no hay relación constante en- tre las variaciones de forma del seg-mento anal superior, las más lig'eras del inferior, la franja de pelos del 5.° seg-mento ventral, que es más ó menos blanca ó amarillenta (nunca ama- rillo dorado como el tipo), y la puntuación más ó menos g-ro- sera, pero siempre haciéndose más espesa y fina hacia el ex- tremo del abdomen, es indudable que todas deben ser de la especie aurolimbata, sin dar lug-ar á resolver á qué variedad pueden reducirse. Las consideraciones precedentes no pueden extenderse á los cf cf, por no estar descrito el del C. ogivalis ni el de la var. algeriensis. Los que hemos visto, se diferencian bien de otras especies por el pequeño diente (séptimo), que hay entre los dos inferiores del seg-mento anal, por la falta de escotadura en el 4.° seg-mento ventral, y por los espolones neg-ros. En el 5.° seg-mento hay dientes laterales, á veces poco desarrolla- dos. En los seg-mentos ventrales, además de las bien marcadas fajas marg-inales de pelos, hay otras en la base de los seg-men- tos, pero este carácter es de poca confianza, porque dichas fajas basilares pueden desvanecerse casi completamente. El séptimo diente en unos es muy marcado (ejemplares de Ambel y Chinchón); en otros lleg-a á ser muy poco visible, sin g-uar- dar esto relación con otros caracteres. Un ejemplar de Valencia, con puntuación abdominal más profunda y escasa, y con espinas cortas, especialmente las centrales superiores, sospecha M. Pérez si será el (J" de su (7. ogivalis. 142 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA 2. C. rufescens Lep. — Sinonimia, C. hedescens Nyl. — (7. lanceo^ lata Schenck (nec. Nyl.).— C. fallax Mocs.— C. ohtiisata Sclienck. San Fernando (en Madrid) (García Mercet!); Sierra Morena (Lag-una!); Cang-as de Tineo (en Oviedo) (Flórez!); Bilbao (See- bold!); Gerona (Cazurro!); Cataluña (BofiU!); Valencia (Boscá!). (Se encuentra en toda Europa y en Asia Menor). Long'. 10 á 14 mm. En Mayo. La 9 i^e distingue bien de la aiirolimhata por el seg-mento anal superior con su extremo horizontal sin formar g-ancho ni esco- tadura. Los seg-mentos anales son muy cortos; el inferior pue- de ser truncado recto (var. odtusata Schenck), redondeado (var. hehescens Nyl.) ó tridentado (en el tipo), g-eneralmente con dientes obtusos. Un ejemplar de Valencia tiene dientes ag-udos y sólo 9 mm. de long-itud. En otro, también de Valencia, el borde posterior es truncado y como trisinuado. Debe ser espe- cie variable, y, atendiendo á los pocos ejemplares observados, pudiera ser que se ag-rupen aquí varias formas. La pilosidad suele ser amarillenta. El epístoma con larg-os pelos grises. El l)rimer seg-mento abdominal con bandas anchas laterales, que forman una faja interrumpida en el centro, uniéndose á veces por pelos aislados, sobre todo en el áng-ulo de la porción de- clive. Los (^ (^ tienen el 4.° seg-mento ventral escotado en su bor- de, y con marcadas espinas á los extremos de las escotaduras. Las espinas anales están mucho más próximas entre sí que en la aurolimhata. 3. C. conoidea Klug-.— Sinonimia, C. vedis Curtís.— C. pttnctata Lep. Madrid!; Las Arenas (en Vizcaya) (Schramm!); Ormáizteg-ui! (en Guipúzcoa); Cataluña (Bofill!); Cortellas (en Orense) (Gar- cía Várela!). (Se encuentra en casi toda Europa). Long-. $ 12 á 16 mm.; c? H- I^e Junio á Septiembre. Esta especie es la única que tiene el espolón externo de las tibias posteriores g-rueso y romo. Se disting-ue, además, por las g-randes manchas triang-ulares á los lados de los seg-mentos. abdominales. La cara tiene pelos larg-os blanco-amarillentos, el epístoma tomento gris en la $, pelos larg-os en el cT, con DE HISTORIA NATURAL. 143 una escobilla de pelos amarillos casi naranjados en el borde. El escudete, á causa de su g-ruesa puntuación, tiene el borde aserrado, y el áng-ulo central resulta bidentado. Las mesopleu- ras son muy pelosas. En el (^ el 4." seg-mento ventral tiene en su borde una escotadura, con algunas espinas en los extremos. Las espinas superiores centrales del seg-mento anal del cT son anchas, romas, casi como paletas. Observación.— Wi C. alata Forst., es una especie de Alemania y Austria, que no conozco, debiendo ser fácil de distinguir por la forma del segmento anal en uno y otro sexo, según se indi- ca en los cuadros de determinación. 4. C. 4-deiitata L.— Sinonimia, C. cónica Lep.— C. acula Nyl. Una 9 Cataluña (Bofill); citada de El Escorial (en Madrid) (Laguna!); (Bibl. 5.) {C. acula). (Se halla en toda Europa). Long. 13 mm. Algo parecida al rufescens, pero los segmentos anales en la 9 son más largos: el inferior ancho, después se estrecha for- mando un marcado ángulo, que es redondeado, luego conti- tinúa con lados casi paralelos, y el extremo es redondo. El epístoma es peloso, teniendo en el borde largos pelos amarillo- rojizos. Las franjas abdominales son estrechas, sin ensanchar apenas á los lados. P]l metatórax y el primer segmento, con largos pelos blancos. Las espinas del escudete, poco encorva- das, no son paralelas entre sí, sino divergentes. El (^, que no he visto, debe determinarse fácilmente, según el cuadro de clasificación. 5. C. elongata Lep. — Sinonimia, C. simplex Nyl. — C. Iricuspi- dala Forst. — C. aciiminala Nyl.— C mandihularis Nyl. Madrid (García Mercet!); Villa Rutis (en Coruña) (Bolívar!); Cortellas (en Orense) (García Várela!); Cangas de Tineo (en Oviedo) (Flórez!); Bilbao (Seebold!); Cataluña (Bofill!); Orihue- la (en Alicante) (P. Saz!); Valencia (Boscá!). (Se halla en varias regiones de Europa; la mandihularis no estaba citada de España). Long. 9 á 14 mm. De Mayo á Agosto. Lo característico en la 9 es la forma del segmento anal infe- rior, mucho más largo que el superior, redondeado en el ex- 144 boletín de la REAL SOCIEDAt) ESPAÑOLA tremo, y ofreciendo, antes de él, una pequeña espina á cada lado. El escudete tiene su borde muy ang-uloso, terminando en un tubérculo ó espináronla. Las fajas abdominales completas en el tipo, son interrumpidas en el centro en la var. acnmina- ta Nyl , en cuyos (f cf el4.°seg'mento ventral tiene ig-ual pun- tuación que los anteriores, mientras que en el tipo la tiene más espesa y fina. Otra variedad es la mandibulmis Nyl., que se disting-ue por los espolones neg-ros, á diferencia de las dos anteriores en que son de color claro. Aunque la obra de Friese las deja separadas como tres especies, ya indica su próxima relación, y Pérez cree que deben refundirse en una. Esta opinión me parece fundada; los ejemplares que he visto corresponden la mayor parte á la acuminata, alg-unos son du- dosos entre ella y la elongata; un ¿^ de Orihuela y otro de Ca- taluña corresponden á la ^nandibiiJaris, de cuya 9, fácil de dis- ting'uir por sus mandíbulas fuertemente arqueadas, no he visto ningún ejemplar. 6. C. afra Lep. — Sinonimia, C. corónala Ftirst.— C. mandihida- Tis Chevr. (nec Nyl.). Es probablem.ente la especie más abundante en España. Vi- llaverde!; Montarco!; Escorial! (en Madrid); Bilbao (Schramm!); Ormáizteg'ui! (en Guipúzcoa); Sobradiel (en Zaragoza) (P. Na- vas!); Cataluña (BofiU!); Orihuela (en Alicante); (P. Saz). Long". ^1 k\\; (^ 1 k\0 mm. De Abril á Septiembre. (Se encuentra en el centro y mediodía de Europa, Argelia, Asia Menor y Cáucaso). Se distingue la 9 por la forma del último segmento ventral, con escotadura bien marcada, por las mandíbulas rojas y por la quilla elevada en la frente. Los seg'mentos anales son siem- pre algo rojizos, sobre todo el ventral. El borde del escudete no es aserrado; sus espinas, relativamente cortas y poco en- corvadas. Las bandas ventrales son anchas á los lados y estre- chas en el centro, interrumpiéndose á veces (como ya indica Friese). Ha de tenerse muy presente en ésta, como en todas las especies que tienen escamas, la facilidad con que se caen, pu- diendo dar lug-ar á errores de clasificación. Así , hay algunas afra casi sin escamas en el vientre. Los (^ (^ tienen en la base del escudete dos manchas bien marcadas de escamas, que rara vez faltan. Por lo deraás^ en el DE HISTORIA NATURAL. 145 tóraX; más bien que escamas agrupadas, hay pelos sueltos. El diente debajo de los ojos (característico de C. hrevisy Forsleri), aquí no es saliente ó muy poco, pero sí se nota bien el espacio lampiño entre la pilosidad. Las mandíbulas y las antenas sue- len ser rojas, especialmente las primeras, pero hay ejemplares en que se obscurecen mucho. El borde del escudete no es ase- rrado. La banda del seg'mento anal, bastante marcada, no está interrumpida en el centro, salvo raras excepciones. Las espi- nas centrales superiores son romas. Estos dos últimos caracte- res la separan de C. rufocaudata. 7. G. emarginata Forst.— Sinonimia, C. rolnsta Mor. Una 9 Cercedilla! (en Madrid!); un (^ Cataluña (Bofill). (Especie de Austria-Hung-ría y Turquestán. No estaba citada de España). Long". 12 á 13 mm. Ag-osto. Su aspecto es el de C. conoidea, pero en vez de pelos tiene escamas, y sus espolones son ag-udos. Las mandíbulas son ne- g-ras, así como el seg-mento anal, el cual, en la 9, es menos pro- fundamente escotado que en C. afra. El escudete tiene el bor- de fuertemente aserrado (bidentado en el centro). En el abdo- men hay g-randes manchas laterales unidas por una línea delg-ada, que á veces está interrumpida. 8. C. hsemorrhoa Forst.— Sinonimia, C. ^7í/í;/¿e/^« Mor. Una 9 Montarco! (en Madrid). Long-. 7 mm. Julio. (Especie de Francia, Austria, Eg-ipto. etc. El catálog-o de Bo- fill la cita de Cataluña). El seg-mento anal inferior presenta señales de escotadura alg'o más indicada que lo que se observa en el dibujo de Frie- se. Las escamas de las bandas abdominales son larg-as. El l.°y último seg-mentos dorsales son completamente rojos, el 2.° lo es á los lados, en el 3." y 4.", aunque obscurecido, también se observa lateralmente el tinte rojizo. El vientre es todo rojo. El borde del escudete está marcadamente aserrado. 9. C. coturnix Pérez (J" inédito). Tres 99 y un (^ Madrid (García Mercet!); 1 9 Villaviciosa! (en Madrid); 1 ^f El Pardo (en Madrid) (Arias); 1 9 Escorial (eu 14(5 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Madrid) (García Mercet!); 1 9 Ciudad Rodrig-o (en Salamanca) (Sanz!); 1 c? Riela (en Zarag-oza) (P. Navas!); 1 9 y 2 (j^ (j' Ori- huela (en Alicante) (P. Saz!). Long-. 6 V2 9^ 8 mm. De Mayo á Septiembre. La 9 tiene el último segmento ventral de forma triangular, como en la hamorrkoa; pero más estrecho y termina en una punía roma, no siendo nada escotado. El vértex y mesolórax tienen gran- des escamas, blanco-amarillentas, dispersas y mezcladas con po- cos pelos blancos. Las fajas abdominales son muy ensanchadas á los lados; en el centro tienen varias filas de escamas, y éstas son más cortas que en Immorrlioa. Las manchas de escamas junto al pronoto y á las escamillas y las del escudete, son muy marcadas. El abdomen es negro con el extremo rojo, y, á veces, con indicios de rojo obscuro en los primeros segmentos. El vientre, casi ente- ramente cubierto de escamas, suele ser rojo, bien vivo, ó bien obscurecido. Los (^(^ que he citado (en número de cinco), creo que deben referirse á esta especie. Presentan, además de las ocho espinas ana- les, una pequeña entre las inferiores. Esto sólo ocurre en las miTolimlata y acantJmra, con las que no pueden confundirse. Son próximos á la limmorrhoa; pero ningún autor cita en ésta la novena espina, bien visible en dichos ejemplares, que precisa- mente han sido cazados (dos de ellos) á la vez que coturnix 99- Creo, por tanto, que, más probablemente que otra especie nueva, serán los (f(f de estas 09, á las cuales se asemejan mucho. Las mandíbulas y antenas son de un rojo obscuro, á veces casi negro. El mesolórax apenas tiene las escamas tan abundantes y características de la Q. Bueno es advertir que, en C. poJijcentris, las 99 tienen escamas semejantes á las de coturnix, y en los ¿^(f están reemplazadas en gran parte por pelos bastante largos, como aquí ocurre. Las fajas abdominales son anchas, tri-seriadas en el centro y más álos lados. Por debajo, las escamas cubren casi todo el abdomen; en la parle posterior de los segmentos son muy abun- dantes, formando remolinos, y alargadas casi como pelos. El seg- mento anal tiene nueve espinas, las centrales inferiores son las más largas, las cuatro superiores algo menores; las inferiores ex- ternas las más pequeñas, pero bien marcadas, no reducidas casi á unos ángulos como en hmmorrhoa; la novena pequeña, como en auTolwibata, situada entre las inferiores. El abdomen es lodo negro, excepto el segmento anal, que es rojizo, con las puntas de DE HISTORIA NATURAL. 147 todas las espinas obscurecidas. Este segmento está cubierto por encima, hasta la base de las espinas, por una gran mancha de pelos blancos (en hamorrhoa son escamas). 10. C. obtusa Pérez. Dos 99 Madrid! Cuatro r^d" Madrid (Schramm!).— Un ^ Esco- rial (en Madrid) (G. Mercel!).— Una C Pozuelo de Galatrava (en Ciudad Real) (La Fuente!) (Citada de Cataluña, por Bofill; de Málaga, por Pérez, y se encuentra además en todo el S. de Europa, hasta el Cáucaso.) Long. 9 7 á 8 ram.; (/ 8 á 9. De Julio á Septiembre. La 9 tiene un segmento anal inferior característico, con lados paralelos, estrechando después bruscamente y terminando en una punta roma, que viene á ser un ángulo recto. El segmento anal superior es bastante más corto, separado del inferior, truncado y ligeramente escotado. Ambos son rojos; pero el resto del abdo- men puede ser rojo ó negro, habiendo transiciones. Las mandí- bulas y antenas rojas; pero el escapo y último artejo, suelen ser más obscuros, y, á veces, toda la antena se ennegrece. Las fajas abdominales ensanchan mucho á los lados. Las escamas son cor- tas, más semejantes á las de C. cotnrnix que á las de iKemorrJioa. Los cTcf' tienen las cuatro espinas superiores y las dos centrales inferiores muy aproximadas, formando una prolongación del seg- mento anal bastante separada de las dos inferiores externas. Este carácter sólo se maniüesta en C. polycentris, pero menos marca- damente. En obtusa (J' las antenas son de un rojo amarillento, con el escapo y el primero y último artejos del funículo negros. El abdomen es negro, observándose á veces algún trozo de rojo muy obscuro, especialmente en el segundo segmento dorsal. Hay faja completa de pelos en el segmento anal, no interrumpida en el centro. 11. C. hrevis Ev. Sinonimia, C. 8-dentata Schenck (nec. Lep.) — C. erytliropyga Fcirst. Una 9 Madrid. (Mus. Madrid).— Una O y un (/Madrid (García Mercel!). — Dos 99 Vizcaya (Schramm!). — Un (f Sierra Morena (Laguna!) (Se extiende por todo el centro y mediodía de Europa, hasta el Cáucaso y Argel.) Long, 8 á 10 mra. Abril á Agosto. 148 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Por el tamaño no puede disliiigLiirse de la rnfocmidata. Las escamas de las fajas dorsales son más cortas en la brevis, gene- ralmente (no siempre) más amarillas, lo cual suele ocurrir tam- bién en las del tórax, en el que se forman manchas más marca- das. El epístoma de las 99 tiene pelos blancos, que en el borde son más lai-gos y amarillos. Las manchas de escamas á los lados del segmento anal, pueden desaparecer en ejemplares mal conser- vados. Las antenas son de un rojo obscuro que puede casi ser negro. 12 .G. rufocaudata Sm. Sinonimia, C. H-dentata Lep. (nec Schenrk.) C. echinata Forst. Madrid! Villaviciosa! (en Madrid). — Montarco! (en Madrid) Sardón de Duero! (en Valladolid). — Ciudad Rodrigo (en Sala- manca) (Sauz!). — Orense (P. Navas!).— Galatayud! (en Zarago- za.)—Cataluña (BofiU!).— Alicante (G. Mercet!) (Especie del centro y sur de Europa.) Long. 9 8 á 10 mm.; (j^ 6 á 8. De Junio á Agosto. Los segmentos anales de la 9 son aún más aguzados que en la brevis. Antenas negras. Epístoma con largos pelos blancos, y lo mismo en el borde. Escudete anguloso en el centro y algo biden- tado. Las escamas de las fajas abdominales son largas ( unas tres veces su ancho). Así ocurre que^ aunque suele haber una sola fila y en la brevis tres, tiene la faja casi la misma anchura, por lo cual hay que observar con cuidado. Las espinas anales del (^ son todas muy agudas, distinguiéndose por esto de «/f«, así como por las fajas más iguales, por estar menos ensanchadas á los lados (en a/ra lo están mucho y casi desaparecen en el centro). La var. ecMnata Forst. se distingue por sus escamas tan alar- gadas, que son más bien pelos. No he visto ningún ejemplar. 13. C. polycentris Forst. Sinonimia, C. co7ispersa Mor. Una 9 Ribas de Jarama! (en Madrid). — Un (^ Ribas (G. Mer- cet!).—Dos 99 y dos ¿"cT La Guardia (en Álava) (P. Navas!).— Cuatro 99 y un (^ Pozuelo de Calatrava (en Ciudad Real) (La Fuente!) (De Austria y el Cáucaso. No citada de España.) Long. 9 á 11 mm. En Agosto. En la 9 ios segmentos anales son triangulares, de mediana longitud, el inferior doble que el superior, éste con quilla; el in- DE HISTORIA NATURAL. 149 ferior con punta estrecha que está escotada eu ángulo, pero dicha escotadura sólo es visible con bastante aumento, lo cual puede hacer que pase inadvertida. En el tóiax hay bastantes escamas dispersas, aisladas, acompañadas de pelos también aislados. An- tenas negras ó muy ligeramente rojo-obscuras. Los cTcf tienen en el tórax bastantes pelos y pocas escamas. Las especies del último segmento se juntan en un haz de seis, bas- tante separado de las dos inferiores laterales. Esta prolongación anal no es tan marcada como en obtusa. El diente que hay bajo los ojos se distingue bien, como en Forsteri ó hrevis. Otro cf de Ribas (G. Mercet!) tiene las escamas amarillentas y su forma general es más gruesa. Como ambos caracteres se indi- can más ó menos en los otros ejemplares, creo que éste sea sola- mente una variedad de la misma especie. Debemos aquí citar un ¡^ de Pozuelo de Galatrava (en Ciudad Real) (La Fuente!), que remití en consulta á M. Pérez, quien cree que no es polycentris. De ser especie nueva sería próxima á la que nos ocupa. Otro cf *ie la colección Seebold (Museo de Madrid), que muy probablemente procede de Bilbao, ha sido clasificado por M. Pq- TQi como polycentris. Sin embargo, la prolongación anal (grupo de seis espinas), se marca poco; la faja anal no está interrumpida y hay un noveno diente pequeño, y colocado entre los inferiores, recordando el C. aurolimbata. ¿Se trata, acaso, de otra especie nueva? Con ejemplares únicos y siendo tan variables y difíciles de distinguir los (^(^ de Codioxys, no estamos en el caso de re- solver estos dos úliin;os problemas. 14. C. Forsteri Mor. Dos 99 y tres cf cf Madrid (Mercet! Schramm! Dusmet!). — Un ^f Montarco! (en Madrid). — Un (f Sardón de Duero! (en Valladolid). (Se encuentra en todo el S. de Europa, el Gáucaso y Ai-gelia.) Long. 9 12 mm.; cf 9 á 10. De Junio á Agosto. La 9 se distingue bien por los segmentos anales largos, el infe- rior doble que el superior, y ambos muy inclinados hacia abajo. Epístoma casi lampiño. Gara con abundantes pelos blanco-amari- llentos. Mandíbulas negras. Antenas de un rojo muy obscuro, casi 150 boletín de la real sociedad española negras. Escudete característico, por formar en el borde un ángulo muy agudo, el cual está hendido, resultando dos fuertes dientes. Bandas abdominales completas, bastante anchas y mucho más á los lados, las cuales se hallan en el borde de los cinco primeros segmentos: además, en el primero hay otra en el ángulo con la parte declive. El cf tiene ocho espinas anales; las centrales inferiores, que son las más largas, inclinadas hacia abajo. El 4.° segmento ventral tiene una escotadura poco marcada. El 5.° tiene un surco longitu- dinal. El escudete y franjas abdominales son como en la 9- En el centro del segmento anal dorsal hay una giba bien visible, sin quilla: á los lados de ella hay manchas de pelos (no de escamas). El 5.° segmento (y á veces el 4.°), tiene el borde lampiño rojizo. Observación. — El C. cmidata Spin., de Italia, Francia, Alema- nia y Egipto es, según Friese, en la 9 una variación del Fórsteri: el cf , descrito por Gribodo, debe serlo del argéntea Lep. 15. C. argéntea Lep, Una 9 Valencia (Boscá!).— Un (^ Tiermas (en Zaragoza) (Sanz!). Dos cf cf Madrid (Schramm!).--Dos c^cf Jaramiel! (en Valladolid). (Especie del S. de Europa. Citada de Cataluña por Bofill.) Long. 9 14 mm,; c?, 12 á 13. En Julio. La 9 tiene el epístoma plano, negro, con pelos grises más cor- tos que los del resto de la cara. Los segmentos anales son más cortos que en acanthura; el superior levantado en su extremo, el inferior, de doble longitud, truncado, ligeramente escotado, con pelos amarillentos formando pestañas á los lados. Fajas abdomi- nales ensanchadas á los lados y llegando á reunirse con otras manchas laterales que hay en la base de los segmentos. El (f es, entre las especies con escamas, el único que tiene espi- nas en las caderas anteriores. Las fajas abdominales del borde de los segmentos son estrechas. Tiene además, en el 1.°, otra junto al borde anterior ó parte declive, ensanchada á los lados. En el 2.°, una muy estrecha en el medio del segmento, que puede reducirse á manchas laterales. En el 3.°, 4." y 5.°, faja muy ancha, completa, en la parte media. En el 6." manchas laterales. 1 6. C. acanthura III. Sinonimia, C. 4-ílentata Sanz (nec L.) — (7. ma- crura Forst. Una 9 y un cf Madrid (Schramm!).— Una 9 El Pardo (en Ma- DE HISTORIA NATURAL. 151 drid (Arias!) (Mus. Madrid). — Una 9 Tiermas (en Zaragoza) (Sanz!) (Mus. Madrid). (Se halla en todo el S. de Europa y Argelia.) Long. 9 16 nim.; q 13. En Julio y Agosto. La 9 tiene el epístoma con los ángulos laterales obscuros, el centro rojo formando una abultada giba con dos impresiones verticales separadas por una quilla. Las antenas, el segmento pri- mero y el último, son más ó menos rojos; pero parece variar bas- tante este carácter. El segmento anal es muy largo, su prolonga- ción inferior, doble que la superior, llega á ser la mitad que el resto del abdomen. El c/ tiene la cabeza más ancha que el tórax. Nueve grandes espinas anales, la central más baja que las otras. En el centro del segmento anal hay una giba con marcada quilla, que abajo des- aparece en una depresión. Observación. — La C. decipie?is Spin., tiene caracteres que la separan bien de cualquiera otra en ambos sexos. Hasta ahora se ha encontrado en Argelia, Egipto, Greta, Transcaspia y N. de la India. Apuntes para el estudio geológico de la provincia de Alicante (Parte primera: alrededores de la capital.) POK DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS El observador que, desde un punto elevado, tiende la vista por los alrededores de Alicante, juzg-a que el Mioceno y el Cua- ternario se reparten el campo; pero si, atentamente y desde cerca, examina una por una las pequeñas lomas de que está sembrada la planicie, nota que el Nummulítico desempeña también su papel, apareciendo en unos puntos y sirviendo en otros de apoyo á las calizas helvéticas. Aunque no citado, que yo sepa, en ning-una publicación, el Eoceno de Alicante es tan rico en fósiles como cualquiera otra reg-ión de la provincia. Desde la Sierra de San Julián, situada al NE. de Alicante, hasta el pequeño pueblo de Villafranqueza ó el Palamó, como también se le llama, se extiende una serie de colinas, cuya base es constantemente nummulítica, y las cumbres las for- 152 BOLETÍN DE LA EEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA man calizas miocenas del tramo helvético. Seis se disting-uen claramente como islotes en medio del cuaternario, no siendo visibles alg-unas de ellas hasta encontrarse á corta distancia; tal es su poca altura. La orientación de ellas se halla fácil- mente en las cartas de Coello, trazando una recta que una la Cmz de Piedra, primera estación del tranvía de vapor que une Alicante con Muchamiel, y la Cruz del PaJamó, situa- da en la carretera de la capital á Villafranqueza. El conjunto de estas colinas ha recibido el nombre pomposo de Cordillera de los Angeles, nombre sacado del partido rural que se en- cuentra á poca distancia de su extremo NO., y no lejos de la carretera de Villafranqueza, y entre ésta y la de San Vicente de Raspeig. Todavía al O. de la carretera del Palamó hay otros aflora- mientos del Nummulítico, pero las calizas que los coronan (Cerro de Lunares) presentan un carácter muy diferente (la- custre) de las que forman la cumbre de la cordillera de los Ang-eles. Para su más fácil comprensión, dividiremos esta nota en varias partes, ocupándonos en cada una de ellas de las reglones en que pueden dividirse los alrededores de Alicante. 1." Región. Desde la costa hasta la linea férrea de Mucha- miel.—Lo.^ mayores elevaciones de la costa hasta encontrar la Sierra Helada, situada entre Benidorm y Altea, son, induda- blemente, el Castillo de Santa Bárbara y la Sierra de San Ju- lián. M. Nicklés ya se ocupa de ellas, aunque muy brevemen- te, en sus Étiides géologiqíies sur le Sud-Est de V Espagne, y de fijo que si hubiera tropezado en sus excursiones por la provin- cia con el Nummulítico del Palamó, le hubiera citado y ha- bría visto la unión del Eoceno con el Mioceno de estos sitios, notable por más de un concepto. Adivina la superposición de esta parte del Mioceno, y consag-rando sus esfuerzos al estudio de las cuatro regiones por él eleg-idas (1), pasa de larg-o, dedi- cando cortas líneas al resto de la provincia. Observador exac- to, caracteriza con precisión los terrenos que ha pisado, mar- cando con interrog-aciones los sitios dudosos, dejando ancho campo á investig-aciones posteriores, librando de prejuicios la mente de los que hayan de continuar el estudio minucioso de (1) Sierra de Foncalent y Serreta Negra, alrededores de Alcoy y Mariola, La Ma- rina y alrededores de Cuatretonda. DE HISTORIA NATURAL. 1Ó3 la región. Procedimiento muy juicioso, y que, en mi concepto debía seg'uirso siempre, de la misma manera que cuando no se puede cerrar una curva de trazo continuo, se la construye por punios. El Helvético de Santa Bárbara y San Julián, lo forma supe- riormente una caliza basta, alg-o marg-osa y arenosa, toda ella penetrada de fósiles marinos; es una verdadera molasa con aspecto de formación litoral. El grueso de esta capa varía mu- cho, y pasa á constituir inferiormente gruesos bancos calizos, con fósiles escasos, conservándose aún pectenes, ostreas, dien- tes de selacios y huesos de quelónidos y cetáceos. Ya en otra nota remitida á esta Sociedad, he hablado sobre el particular, aunque ligeramente. Hoy puedo añadir á la lista publicada algunos g'éneros más, habiendo encontrado hasta la fecha dientes de Carcharodon, Oxijrhiíia, Lamna, Odontaspis, Scyllium, á los que hay que agregar tres ó cuatro especies de Sphasro- diis. Esta caliza es la empleada como piedra de construcción en Alicante, que, aunque tiene la ventaja de su fácil labra, pre- senta el grave inconveniente de su alteración al aire, redu- ciéndose en algunos puntos á polvo finísimo. Por bajo de esta molasa, aunque no siempre á la vista en las canteras de San Julián, sin duda por la g-ran potencia del de- pósito calizo, se encuentra en unos puntos un falún amari- llento, de g-rano muy fino, bastante fuerte para ser empleado como piedra de construcción (cantera del Garbinet), conte- niendo numerosos trozos, rara vez garandes, de conchas y poliperos, pero que pueden determinarse alg-unas espe- cies, y entre ellas un pectén delgado, trasluciente, liso por su superficie externa, y las costillas por el interior aproxima- das de dos en dos, el Peden (6 Anmsium) cristatus (falún de la ladera S. de las Atalayas, falim de las inmediaciones del Cas- tellar, camino de Elche á Aspe). Pero en el resto de la reg-ión, lo más frecuente es encontrar debajo de la molasa una capa de cong-lomerado de cantos calizos, un verdadero Naf/eJfluh, del que nos ocuparemos más adelante. Separando estas alturas de la cordillera de los Ang-eles, se extiende el Cuaternario, constituido en unos puntos por una especie de travertino, ó por un loess muy calizo en otros, manchado de rojo por el hierro. La mayoría está cubierto por aluviones modernos y por tierras de cultivo. A la parte opues- T. VI. -Marzo, 1906. 11 154, boletín de la. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ta, en la ladera que baña el Mediterráneo, las calizas helvéti- cas forman acantilado; pero hacia la extremidad NE., es decir, sig'uiendo la costa hacia el Caho de la Huerta, se presenta una formación por todo extremo curiosa. Se trata del Cuaternario marino, que forma una 'playa levantada más de 20 m. Una arena ag-lutinada empasta numerosísimas conchas actuales, formando lechos con g-ran reg-ularidad, que se extienden hasta el Cabo, punto en el que terminan mis observaciones en la ac- tualidad. La formación vuelve á ser helvética hasta la playa del Campello. Entre las colinas del Cabo y la Sierra de San Julián, el mar hace un pequeño seno, conocido en el país con el nombre de la Albnfereta. Encuéntranse allí ruinas al })arecer romanas, y alg-unos cronistas é historiadores de la región, creen ver en aquéllas los restos del Alicante de otros sig-los, del antig'iio Lucentun. El sitio empero, no parece muy á propósito para con- tener una ciudad, aunque fuera pequeña; y, por otra parte, quizá en la época á que quieren referirse, el mar ocupara parte de las tierras bajas de la Albufereta, puesto que ha de- jado huellas indelebles, tanto en las perforaciones de las ro- cas por los litüdomos, como en la formación de marmitas de (/¡gante, que actualmente están llenas de alg-as secas y otros productos que la mar arroja en las tormentas. Los numerosísi- mos hoyos de esta especie que ^^cc-^ón a. n^^ marmita de gigante áe ^^í^ton eU loS últimOS pUUtOS Xa. playa levantada {.\\\mí^vex&), qüQ -pre- de \^ playa levantada, parecen sent.i un notable estrechamiento en la , ... ' mitad inferior. A la izquierda otra que ^blCrtOS CU UUa areUlSCa de al- empezo á formarse. g'uua más cousisteucía; pero la parte superior se desmorona con g-ran facilidad, quedando actualmente, reducida á g-randes manchas, lo que un tiempo sería una playa continua. 2.^ Región. Desde la linea férrea de MiicMmiel á la carretera del Palamó. — Esta seg-unda región comprende un triáng-ulo cuyos vértices son Alicante, Santa Faz y Villafranqueza. Si se quisiera hacer el mapa de esta pequeña extensión, habría que colorear en g-ris, representando el Cuaternario y el actual, los DE HISTORIA NATURAL. 155 tres vértices y los lados de Alicante á Santa Faz, y desde aquí á Villafranqueza, dejando una línea en el centro, que une la Cruz de Piedra de la Huerta con la del Palamó, y desde aquí á Villafranqueza, es decir, la llamada cordillera de los Angeles, que habría que colorear en amarillo subido para representar el Nummulítico en las laderas, y en amarillo claro para el Mioceno de las cumbres. Lo único interesante aquí, es la citada serie de colinas, que hemos procurado recorrer en cuatro ex- cursiones distintas, hasta formarnos cabal juicio de su dispo- sición. La primera loma, de pocos metros de elevación, se encuen- tra á escasa distancia de la Cruz de la Huerta, y ya antes de Ueg^ar á su falda, se recog-en cantos de caliza nummulítica, procedentes de estas formaciones, y que se han empleado en la construcción de pequeños múreles para contener las tierras de cultivo; g'racias á esto, pudimos dar con el Nummulítico. buscando con cuidado, el día 14 del pasado Enero, acompa- ñando al Sr. Hallada en un corto paseo por estos alrededores. Los lechos de caliza nummulítica separan otros de marg'as, con abundantes fósiles, y en esta loma se han encontrado, en di- ferentes excursiones, Nv.mmulites complánala L., N. granulosa kYc\\., Assilina exponens Sow., N. variolaria, Prenaster Desor Cott. , Echinolampas Stiíderi Ag-ass., Conoclypeus conoideas Ag-ass., C. VilanovcB Cott., Micropsis Lusseri Desor., alg-unos moldes de lamelibranquios, alg-unas vueltas de Ceo'ü/iium, y moldes bien conservados de Vohtta, Coniis, etc. Las capas eo- cenas de esta loma y de la siguiente, buzan al O. 20° N., con una pendiente de 18°, como término medio. La parte superior de la loma está formada de calizas helvé- ticas, con ligera inclinación al E., y abundan en restos mari- nos, sobresaliendo un gran Clyi)easler (Cl. crassicostaliís Ag.'^j, ostreas (0. O f retí Kil, y algunos más), Peden Solarmm Lamk.,. y moldes de Venus, Tellina, Cardiiim 3^ otros indeterminables, así como también grandes moldes de algas {Chondrites y otras), que tienen cierto parecido con el Taonurus uUimus Sap. La segunda colina, algo mayor que la primera, está situada un centenar de metros más al O., y presenta idéntica disposi- ción é iguales fósiles, encontrándose, además, trozos de un Pectén que no he podido determinar, pero que he recogido •con mucha frecuencia en los diferentes puntos en que se pre- 156 boletín de la. EEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA senta el Eoceno de esta provincia. Alternan en él las costillas finas con otras más g-ruesas, y es de valvas poco convexas. En esta seg-unda colina se manifiesta mejor la superposición del Mioceno al Eoceno, limitando inferiormente las capas del pri- mero de estos sistemas un lecho de cong-lomerado calizo, de cantos muy variados en su volumen y composición, pues los hay del grosor de una avellana ó menores, mezclados con otros mayores que el puño, y proceden del Nummulítico principal- mente, habiendo alg-unos con aspecto cretáceo, y no faltando cantos de cuarcita obscura. Su espesores de unos 50 cm, próxi- mamente y, reg-istrándolo con cuidado, se ven alg'unos cantos impresionados, fenó- meno que en otro tiempo preocupó tanto á los sabios, y que no ofrece otro interés sino el demostrar la plasticidad de los sóli- dos. El dibujo adjunto representa un poco urr«:pr¿ra"«: ^el cong-lomerado arrancado por mi, pava to rodado, con dos pro- couservar uii pequeiio gHiijarro que ofrece fundas impresiones AA, . . . ' . ^ de la cordillera de los Án- cuatro impresiones muy manifiestas. So- ^^^^^- bre el lecho de cong-lomerado, y en los puntos en que las capas helvéticas lo dejan al descubierto, se hallan alg-unos Balanus. Subiendo á la loma se encuentran las capas fuertes de cali- za, profundamente ag-ujereadas por litodomos. Alg-unas de estas perforaciones están ceg-adas por la tierra; pero, g'ene- ralmente, se presentan con aspecto tal de frescura, que no dudo hayan sido abiertos durante el Cuaternario ó en los pri- meros tiempos de la época histórica. Cuando se ven tantos ag-ujeros en la cumbre de estas dos colinas, se recuerda inme- diatamente la lüaya levantada de la Albufereta, distante de allí muy pocos kilómetros. No se puede dudar de la presencia del mar en estos campos durante el Cuaternario, y estas coli- nas y los montes del contorno, serían otros tantos islotes de un diminuto archipiélag-o. En estas primeras colinas, que acaso fueran sólo escollos, encontrarían su alberg-ue millones de li- todomos, y las perforaciones que les sirvieron de morada, vie- nen á ser hoy mudos testigos; pero cuya presencia es suficiente para darnos á conocer el antig-uo estado de esta región. La tercera colina, más larg'a y alta que la anterior, está casi toda ella formada por el Mioceno, y se ensancha mucho hacia DE HISTORIA NATURAL. 157 el O., donde forma un pequeño semicírculo ó anfiteatro. Los fósiles son idénticos á los ya citados, porque realmente son las mismas capas cortadas por erosiones, en trozos de menor á mayor. Si se encuentran alg'unos fósiles más, debe atribuirse á que su mayor altura y extensión la ha defendido mejor de la erosión cuaternaria. De ella hemos retirado, además, alg-ún polipero mal conservado (Flabelliim...) y alg-unas sérpulas. En la pendiente del O., y casi en el fondo de la cañada, vuelve á aparecer el Nummulítico, calizas y marg-as blanquecinas, con nummulites, presentando j^a una inclinación de 36°, con buza- miento ig'ualraente orientado que en las anteriores: O., 20° N. La cuarta colina es la más raiocena de todas, y se debe á su g-ran masa, y á que el suelo va subiendo en dirección al Po- niente; así es casi toda ella; está incluida en el Mioceno, no habiendo más señales de Nummulítico que pequeños aflora- mientos, que pronto embozan las tierras del Cuaternario. Su aspecto macizo, su situación entre profundas cañadas, su po- breza de Nummulítico y el árido paisaje que la rodea, hace que sea la menos ag-radable de visitar. Los g-ruesos bancos calizos que la coronan contienen enormes pectenes, g-ruesos Clypeas- ter, g-randes ostras, y alg-uno que otro diente de Lamna. La quinta colina, separada de la anterior por un camino ve- cinal, presenta suave pendiente al NE., y casi en su cumbre queda al descubierto, en una pequeña cantera, el fahm e7idii>- recido, con numerosos y destrozados restos de conchas. Pudie- ra calificarse de molasa de g-rano fino, y en lo más alto de la colina se presentan las molasas bastas de que ya he- mos hecho mención tantas veces. La estancia en ella es muy desag-radable, porque una Compañía ha eleg-ido aquellos sitios para depositar las basuras de Alicante. En verano es imposi-» ble permanecer allí unos minutos, y no obstante, viven unas familias en unas casuchas miserables, entre montones de es- tiércol y despojos de toda clase, en compañía de unos cerdos que se mantienen de aquellas inmundicias. Con tal rég-imen, no son de extrañar las muchas enfermedades, en particular la triquinosis y los cisticercos. Una pequeña depresión separa esta colina de la sexta y úl- tima, que es de todas la más alta y esbelta, y desde donde la vista se recrea con un bello panorama entre las huertas de Alicante y Villafranqueza; el Mediterráneo al S., y las monta- 158 boletín de la real sociedad española fc? »M^ N i*- 'V> i c6 11 e sí t>i jrí ^ * ^ ti rt > C -^ ^' '^ Uj ^-^ (K O P"_ cc-iJ >><¡i; ^ « - n > -^ — Í3 S Pm ^^ =« *^ ro u °¿ — > _•■ ^ rí >> S í- 3 Ni O £.5' ñas del Cábese, Gijona, Maigmó, el Cid y Fontcalent, por el res- to del horizonte. Al O. y por su pie, pasa la carretera de Villa- franqueza, dirig-ida casi de S. á N., y á la orilla del camino, en el punto culminante de és- te, se alza la Cruz del Palamó. Las capas nummulíticas, cali- zas y marg-as, cortan el cami- no, formando con él un áng-ulo de unos 20" (de NNE. á SSO.); pero su inclinación es mucha, casi vertical á alg'unos 100 me- tros al E. del camino y con bu- zamiento al E. 20'^ S., es decir, formando una pendiente con- traria á las capas obseivadas en las primeras colinas, pero las capas intermedias ofrecen repliegues muy variados y con pendientes cada vez mayores. Esta disposición ha^e aparecer al Eoceno como las varillas de un abanico abierto. A orillas del camino son nu- mero.sísimos los fósiles que se encuentran y que no cito aquí, para evitar repeticiones. Sobre- sale por su número la iSerpula (ó Rotularia) spirideea Lamk,, y muchos ejemplares justifican lo dicho ya á. esta Sociedad en una de las notas del pasado Diciembre acerca del desarro- llo de esta especie, presentán- dose desenrolladas en su últi- ma porción, hasta formar un cilindro irregular de dos ó tres centímetros. Numerosos bloques de caliza helvética se hallan disemina- dos por las laderas, destrozándose alg-unos al caer de la cum- bre. En ellos es muy frecuente encontrar dientes de solacios \K hH « S ¿^ j= ^ « £ t' s " s * 4 !- O! o Cí N C— -" .£ 3 f- = '" g - rr-'^ ai <^ — ^ — ' Q- • '^ :* ctí ^^ a> ai S^ = > « .^ 6C.2 fiC ü^ DE HISTORIA NATURAL. 1^9 y í\.ü SpIícBrodus. Cual sea la causa de este destrozo de las cali- zas mioceiias, se percibe bien claramente al levantar la vista á la arista de Ui loma. La molasa se nitrifica rápidamente, de- jando los peñascos más voluminosos convertidos en verdade- ros cascarones, formando ag'ujeros y cuevas, alg-unas capaces á contener varias personas. El resultado de ese ataque es una tierra menuda, de tacto húmedo, sin duda por la formación de nitrato calcico, que irá pasando muy lentamente á potásico, cuando la presencia de este álcali lo permita. Aplicando la leng'ua, se nota alg-o de sabor fresco alcalino. El ag-ua del la- vado precipita abundantemente por el oxalato amónico, y amarillea lig-eramente con el cloruro platínico, demostrando así la presencia de la cal y la potasa. Alg-unos bloques caídos pesarán seguramente más de cinco toneladas, y esto puede ci- tarse como efecto destructor de tan pequeño microorganismo. Las bacterias déla nitrificación nos han sido muy útiles en nues- tra recolección de fósiles; atacan la molasa, la reducen á pol- vo, y dejan los dientes de selacios perfectamente limpios. Así hemos recogido en el fondo de las pequeñas cuevas y coberti- zos, hermosos ejemplares de Lamna, Carcharodon (dientes muy pequeños, acaso de otra especie de este género, distinta del C. aíigustidens y C. megalodon), Crysophrys, Scylliiim, Oxy- rhina, etc. La colina se ensancha considerablemente al N. y NE., for- mando al O. otro pequeño semicírculo, comparable al ya cita- do en la tercera. Los estratos levantados del Eoceno llegan hasta pocos metros de la cumbre, sobre todo en la ladera O., y dominan por completo al N. y NO., en donde una serie de re- pliegues los hace buzar al N. en algunos puntos. Esta mancha eocena tiene más de un kilómetro cuadrado, perdiéndose bajo el Cuaternario al llegar á la vega de Villafranqueza. Induda- blemente, vuelven á aparecer más adelante, pero esto será ob- jeto de otra nota. 3." Región. Desde la carretera de Villafranqueza al Cuaterna- rio del barrio de Benalúa.—k la izquierda de la carretera que une Alicante con el Palamó, se extiende una mancha cuater- naria, interrumpida en su comienzo por el Mioceno de la base del ruinoso castillo de San Fernando, y por una colina aisla- da, situada á unos dos kilómetros de la capital. La inspección de esta colina nos la hizo ver como prolongación de las capas 160 boletín de la real sociedad española nummulíticas del último cerro de la cordillera de los Ang-eles ó del Garbinet; es decir, la más nummulítica de todas. Los es- tratos calizos, saliendo al descubierto en muchos sitios, mar- can la dirección antes citada (N. 20** E.), de modo que las ca- pas de ésta, llamado Cerro de Lunares, buzan al E. 20° S., con una pendiente de 45°. Abundan los nummulites, y en la cima se ofrece un banco calizo de unos dos metros de espesor, casi horizontal, con tonos rojizos en la fractura fresca, y encerran- do conchas del g-énero Helix. El banco pasa á ser coug'lome- rado en alg-unos puntos (1), y se emplea como piedra de cons- trucción, pues su resistencia lo permite. ¿Cuál es el orig-en de esta formación? A primera vista, la juz - g-ué un travertino muy fuerte. M. Og-iez, de Ginebra, la tenía como lacustre mioceno. ¿Podría reíerirse al Mioceno superior que se cita en alg-unos puntos de la provincia? No obstante es- tas dudas, creo que se trata del Cuaternario, contemporáneo de los más altos depósitos de \di playa levantada de la Albufereta. Las tierras de cultivo rodean á esta colina, y vuelven á apare cer las mismas calizas rojas al ONO. y SO., formando una he- rradura, cuyos extremos son el antig-uo molino de viento, cer- ca de la Cruz del Palamó y, por otra parte, la cruz levantada á principios de siglo en la loma, continuación del castillo de San Fernando, y que domina el cementerio de Alicante. Si se sube á esta última por la espalda de la ruinosa y abandonada forta- leza, asoman de nuevo las capas del Mioceno, pero ya en for- ma de marg-as muy arcillosas, coronadas por un cong-lomerado gTueso de g-ran espesor. Los arrastres y la alteración de la marg-a han provocado desplomes en el conglomerado, y masas de 20 á 30 toneladas se encuentran caídas en la pendiente. Superiormente, la formación tiene una g'ran uniformidad; bancos de la caliza rojiza, de un metro próximamente, sepa- rados por otros que se van nitrificando y formando cobertizos de muchos metros de longitud, y hasta dos de fondo en alg-u- nos sitios. Los desplomes son frecuentes. El aspecto de las cumbres es extraño; una serie de gig-antescos escalones. Siguiendo hasta la cruz levantada para conmemorar la en- trada del siglo XX. la formación es idéntica. En la zona infe- cí) Estas calizas y conglomerados, los he visto también en el campo de Cartagena. DK HISTORIA NATURAL. 161 rior, y en una escotadura del monte, que hace frente al SE., se abren unas canteras de piedra blanquecina, sin un solo fó- sil marino; en cambio, abundan las conchas de Helix. Se ve que el depósito es el mismo. En esta colina, el Mioceno sopor- ta á la dudosa formación lacustre, de una manera análoga á como el Eoceno del Garbinet sirve de fundamento al helvético. El Cuaternario vuelve á presentarse cubriendo el OSO. de Alicante, salvo un pequeño montículo situado á alg-unos pasos de la plaza de San Francisco, frente á la estatua de Maissona- ve, que parece puesta en aquel sitio para pedir la demolición de aquella loma, que estorba y afea la entrada de la bella ca- pital alicantina. No aparecen ya formaciones terciarias hasta mucho más allá de la Cruz de Elche, con las lomas de la Sienta de las Atalayas, á la derecha de la carretera de Elche, corta- das por la carretera de Novelda y las que componen la sierra de Santa Pola. Entre las Atalayas y el mar se presentan otras pe- queñas lomas dispuestas con g-ran reg-ularidad, en donde tam- bién he encontrado el Mioceno (helvético). Estas colinas for- man el Racó de Cherra {Rincón de la Tinaja), y serán objeto de otra nota. Limitóme en la presente á los contornos de Alican- te, y dejo el resto, hasta conseg'uir la determinación de las nu- merosas especies fósiles recog-idas, coniprendiendo la presente desde el Calo de las Huertas hasta el álveo de la Rambla de las Ovejas, es decir, poco más de lo que expresa el dicho alican- tino: De eren d creu. Especies nuevas de Coleópteros de Marruecos POR MANUEL M. DE LA ESCALERA Filalia (Sitaris) cerambycina sp. nov. Cabeza con ki frente y vértice amarillo-rojizos, fuertemente pun- teada y finamente pubescente de amarillo-dorado y pardo-obscu- ro; con una línea ligeramente saliente, brillante, longitudinal que arranca del occipucio; resto de la cabeza y por debajo negra ó pardo muy obscuro, así como los palpos. Antenas intensamente negras y males, tan largas casi como el cuerpo; extraordinariamente robuslas y muy aserradas hacia afue- 162 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ra, con todos sus artejos notablemente más largos que anchos, excepto el 2.°, libres, trapezoidales, deprimidos y cortados en bisel á partir del 4.°; el último tan largo como los dos anteriores reuni- dos, estrangulado en su parte media y luego acuminado, al punto de parecer formado por la fusión íntima de dos artejos. Protórax negro luciente, fuertemente punteado, algo más largo que ancho, redondeándose hacia el borde anterior á partir de la mitad; apenas saliente hacia el borde posterior, que no es rebor- deado; biimpresionado lateralmente en su parte anterior y coa una fina estría longitudinal media. Escudete negro. Élitros diváricos como en los Sitaris y de su misma forma, amarillo-claros en su totalidad, excepto una mancha negro-par- dusca en su tercio posterior, pero qu€ deja libre el ápice donde reaparece el tono amarillo; fina y desordenadamente punteados. Abdomen y patas amarillos, exceptuando el extremo de los fé- mures, que es negruzco, y algo menos el final de las tibias y tarsos ligeramente obscurecidos; tibias posteriores notablemente más largas que los fémures correspondientes, aquéllas tan largas como sus tarsos. Los tarsos de las patas anteriores é intermedias extraordinariamente más largos que sus tibias; coxas y piezas metalorácicas-negras ó f)ardo-obscuras. Loe. 1 cf. Mogador, 11-1905. La forma especial de las antenas y su volumen sin similar en sus congéneres, y la extraordinaria longitud de sus tarsos an- teriores é intermedio?, me deciden á proponer para esta especie una sección en los Süaris, para la que propongo el nombre de Filalia, en honor de la dinastía mogrebita; por su coloración debe estar próxima á Sitaris táurica Motsch, que no conozco. Anoxia Rattoi sp. nov. Protórax con pubescencia doble: una corta escamiforme, blanca, sentada, escasa, y otra larga, erizada y revuelta, amarillenta, densa. Élitros con una sola pubescencia densa, escamiforme, sentada, bicolor, amarillenta y blanco-nivosa, formando manchas irregu- lares como en emarginata, y aún menos serialmenle dispuestas que en ella, en sentido longitudinal, por estar más mezclada la de tono amarillo con la de color blanco; en algunos ejemplares las dos fajas nivosas yuxtasuturales son bien aparentes, y en otros no existen, por predojninar la amarilla, no por frote. DE HISTORIA NATURAL. 163 Los restantes caracteres como en A. emarginata, y en cuanto á aspecto general, algo más corta y rechoncha que ella, é inconfun- dible por su doble pubescencia protorácica, que la distancia igual- mente de A. australis y similares, de las cuales está más alejada que de A. emarginata. Loe. cf 9. Mogador, 7-1905. Nuevos minerales radioactivos de «San Rafael», de El Espinar (provincia de Segovia) JOSÉ MUÑOZ DEL CASTILLO En labor paciente, donde compiten el tesón de los propietarios del coto minero de San Rafael por explorar aquellos hermosos sitios, y los esfuerzos del centro especial de investigación recién fundado por nuestra iniciativa en la Facultad de Ciencias de Ma- drid, van siendo reconocidas multitud de muestras que, no son de Chalcolita, pero sí radioactivas, en el transcurso del año acadé- mico actual; ejemplares de los que buen número está aún á medio estudiar, y otros han dado ya materia para este avance. Dos motivos nos deciden á publicar los resultados que siguen á continuación: uno, el hecho notable que surge de que, en tan gran extensión de terreno, lo mismo la superficie que el subsuelo posean actividad radiante; lo cual permite sospechar si San Ra- fael, bien acreditado por su salubridad, será una verdadera esta- ción de cura de aire, y ello debido á la radioactividad que al am- biente comunique el suelo. Y otro, el hallazgo de minerales uraní- feros dotados de actividad considerable, no ya diseminados, como la chalcolita, sino constituyendo filón de potencia, según las no- ticias que se nos comunican. Ambas circunstancias reclaman con interés que se efectúen ob- servaciones y reconocimientos en el sitio, complemenío de los trabajos de Laboratorio; y á ello estoy decidido, para muy pronto, contando con la cooperación de la Real Sociedad Española de Historia natural, tan generosamente patentizada en la presente nota por la parte importante que en ella corresponde, y que tanto agradezco, á sus distinguidos miembros D. Salvador Calderón y i6i " boletín de la real sociedad española D. Lucas Fernández Navarro, á quienes he sometido la clasifica- ción de las muestras. REMESA DEL 3 DE OCTUBRE DE 1905 I. Paraje: Mina «Flor de El Espinar». Clasificación: Roca alterada, con limonita. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 53,75. II. Paraje: Mina «Flor de El Espinar» (vía). Clasificación: Granito con dorita. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 28,9. II r. Paraje: Mina «Flor do El Espinar». Clasificación: Cuarzo filoniano con chalcolita. Radioactividad en voltios-hora-100 g. : 12. IV. Paraje: Mina «Flor de El Espinar». Clasificación: Ortosa. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 55,81. V. Paraje: Mina «Delirio». Clasificación: Cuarzo con dorita. Radioactividad en voltios-hora-100 g,: 3,33. VI. Paraje: Arroyo Mayor, mina «Amable». Clasificación: Granito alterado. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 56,25. VII. Paraje: Mina «La Cacera». Clasificación: Limonita, cuprita y cobre nalivo. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 5,55. VIII. Paraje: Mina «La Cacera», pozo «La Reina». Clasificación: Rocas con óxidos de cobro y de hierro. Radioactividad en voltios-hora- 100 g.: 30,57. IX. Paraje: Mina «La Reina», nuevo filón «La Torera». Clasificación: Cuarzo con cobre nativo y limonita. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 25,14. X. Paraje: Kilómetro 33. Clasificación: Roca eruptiva alterada. Radioactividad en voltios-hora-100 g.; 7,14. REMESA del 3 DE NOVIEMBRE DE 1905. XI. Paraje: No indicado. Clasificación: Cuprita y limonita. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 67,5. DE HISTORIA NATURAL. 165 REMESA DEL 28 DE NOVIEMBRE DE 1905 XII. Paraje: Clasificación: Limonita, calcita y ¿wolframita? Radioactividad en voltios-hora-100 g.: los dos primeros troci- tos, 0; el último, 102. REMESA DEL 11 DE DICIEMBRE DE 1905 XIII. Paraje: Mina «La Reina», á 17 m. de profundidad. Clasificación: Cuarzo con cuprita y cobre nativo. Radioactividad en voltios-hora-100 g,: 18,4. REMESA DEL 27 DE ENERO DE I 90G XIV. Paraje: «La Cacera», travesía á Madrid. Clasificación: Roca eruptiva alterada, con mica y limonita. Radioactividad en vollios-hora-100 g.: 18. XV. Paraje: Ti'avesía del pozo á Madrid. Clasificación: Pirita limonitizada. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 48. XVI. Paraje: Túnel, filón á Madrid. Clasificación: Cuarzo con mica y wolframita. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 22,4. XVII. Paraje: «La Torera». Clasificación: Limonita y cuarzo. Radioactividad en voltios-hora-100 g.: 13,6. MUESTRAS EXCEPCIONALES Paraje: Siguiendo la carretera desde San Rafael hacia Madrid unos tres kilómetros, y separándose de ella como 500 metros, no lejos del León, hállase la mina Amable, de donde nos han sido traídas, para su examen, varias muestras cuya radioactividad al- canza cifras superiores á cuanto hemos podido observar, hasta la fecha, en minerales españoles. Clasificación: El conjunto de sus caracteres externos asemeja la especie de referencia á la pechblenda, á la annercpdila, á la i6(i boletín de la real sociedad española ilrotantalita, etc. (1). Pero presentándose de la manera mal defi- nida que es corriente en los filones y en muchos minerales disemi- nados, procedemos actualmente á un reconocimiento químico. Radioactividad en voltios-hora-lOü g.: ?.0I 1,5. — Primer ejemplar ensayado. 2484,3. — Otro ejemplar algo más puro. Observaciones. — 1.'' Con objeto de establecer alguna compara- ción entre este mineral y la chalcolita, teniendo en cuenta los números graduantes que se atribuyen por varios investigadores á tal última especie y á la pechblenda de diversas procedencias, encargamos al Sr. González que nos proporcionase una pequeña cantidad de lam.inillas del fosfato de Cobre y Uranio de San Ra- fael, lo más limpia posible de ganga. Complacidos por dicho se- ñor con su habitual bondad, hemos encontrado que la radioacti- vidad de las plaquitas que nos envió se halla representada por .588,23 voltios-hora-lOO g. 2.* Atentos á fines análogos, hemos reconocido en el electros- copio varios compuestos de Uranio comerciales. Tres decigramos de uranato de Plomo acusan una radioactividad de 12.400 voltios- hora-100 g. Cifra 5 á 6 veces, tan solo, superior á la del mineral, y que da alguna idea industrial de la riqueza del mismo en cuer- pos dotados de actividad radiante. 3." Cinco muestras de la substancia en cuestión, colocadas sobre placas fotográficas, han impresionado á éstas notable- mente en tres días. (Laboratorio de Radioactividad de la Facultad de Ciencias de Madrid.) (1) La. annero'd i ía Gs considerada como niobato hidratado de Uranio, Itrio, Cerio y Torio, en la pegmatida. Groth la clasifica como pironiobato de Itrio y Uranio, prescin- diendo de los demás constituyentes. La itrotantalita contiene, principalmente, según Grotli, pirotantalato de Itrio y tan- talato de Calcio y Hierro, como también pequeñas cantidades de Uranio, Tungsteno y Estaño, sin negar la presencia del pironiobato de Itrio. Nuestros amigos D. Salvador Calderón y D. .losé Retamal Martin nos dieron á co- nocer, hace casi un año, una itrotantalita de Toledo, en que no pudimos discernir la radioctividad, acaso por las circunstancias en que hubimos de efectuar el examen, ó quizá por carecer de Uranio. El mineral de radioactividad importante sobre que hoy empezamos á llamar la aten- ción es interesantísimo; y, con el de Toledo, constituye, probablemente, el segundo y primer caso de hallazgo de tierras raras en España. DE HISTORIA NATURAL. 167 Boletín bibliográfico. Marzo. Académie den Sciences. Parig. (Compies rendas.) T. cxlii, n° 5, 29 Janv. 1906. LefévPvE: Épreuve general, sur la nutrit. amidée des plant. verles en inanition de gaz carbón. — Jacobesco: Nouv. champign. paras., Trema- fovalsa MatrucJioti, causant le chancre du Tilleul. — Anthony: Les cou- pures génériq. de la fam. des Bradypodidce. — Küntsler et Gineste: Gontrib. a la morphol. genérale des Protozoaires supér. — Bonket: Sur l'anatom. et riiistolog. des Ixodes.— Kilian: Sur une fauae d'Ammo- nites néocrétac. — ISégris: Sur les racin. de la uappe de charriage du Péloponese. — Y ves Dei.age: Capture d'un Cachalot du genre Kogia Gray,=N° 6, 5 Fevr. 1906. — Wintrebert: Sur le passage á travers les gangl. spin. de faisceaux provenaut des racin. motric, chez les Ba- trac. — Kilian et Lory: Sur l'exist. de breches calcair. et polygéniq. daus les montagn. situées au SE. du Mont Blanc.=N'' 7, 12 Fevr. 1906. — Gravier: Sur la faune annélidienne 'de la mer Rouge et ses affinités.— Pacaut et Vtgier: Les gland. salivaires de VHelix x>omatia. IS" 8, 19 Fevr. 1906. — Oardot: Note sur la végétat. bryologiq. de l'An- tarctide. — Víala et Pacottet: Sur les levures sporul. de Champign. á périthéces ( Gla'osporiumj.— Fizot:: L'évolution des colon, de Diploso- )va spovgiforme Giard. -Qüidor: Sur le mále et l'appareil suceur de •Jsicothoa Astaci. — Cayeux: Les tourbes des plages bretonnes. Académie internationale de Géographie boíanique. Paris. (Bulletiji.j N<'s 197- 198, 1"' Fevr.-Mars 1906. — Olivier: Les princip. parasites de nos 1¡- chens fran(,'ais (suite). — Domin: Plantae novae buhemic. annis 1900- 1904 detectae vel descriptae (suite). — Léveillé: Sur 1^ présence de VAzolla Caroliniana, en Chine.— Cyperacées sino japonaises.— Contrib á la flore de la Mayenne ¡ suite J. American Natnralist (The). Bostor. N° 470, Febr 1906. — Ayers: The Uni- ty of the Gnathostome Type.— Shimer: Oíd Age in Brachiopoda. — Eycleshymer: The habits of Necturus maculosus. Baleares (Laf). Palma de Mallorca. N."* 62, Enero 1906. Broteria. S. Fiel. Yol. v, fase, i, 26 Jan. 1906. — Luisieh: O ultimo Con- gresso internac. de Botan. — Rick: Pilze ans Biazil. Canadian Entomologist (The). London. Ontario. Yol. xxxviii, n" 2, Febr. 1906. — Sherman: The Dragon-flies and Damsel-flies. — Pearsali.: What Euchaica comptaria. — Swenk: New Bees of the genus Golletes — Ainklie: Guests of Spittle Insects.— Wolley Don: List of the Macro- Lepidopt. of Alberta (contin.). — Walker: Records in Orthopt, froni the Cañad. NO. — Chígnün: Capture oí Sphinx luscitiosa at Montreal. 168 boletín de la KEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Coquillett: Five new Culicid. from tlie Westlndies. — Babne.s: A new Lasiocarapid from Arizona. Entomologische LitteratarhlaLter. Berlín. Sechster Jahrg. N" 2, Febr. 1906. Feuille des Jeunes Naturalistes (La). París. — Goury et Güignon: Les Insect. parasites des Cracífér. — ALESSA^DRI: Nouv. genre de cépha- lopod. de rÉocéne des envírons de París. — Dadtzesbero et Ddrou- cHOUx: Supplém. á la fauuul. malacolog. des envír. de Saiut-Malo (fin). Ingeniería. Madrid. N.os 31-33, Febr. 1906. Institució catalana d'Historia natural. Barcelona. (Butlleti.) — Fagot: Contríb. á la faune malacolog. de la Catalogne. — Maluqüer: Guía per la cassera, preparac. y conservac. deis lepidópt. Instituto Físico-Geográfico Nacional de Costa Rica. San José de Costa Rica. (Anales.) T. ix, 1896. Instituto Geológico de México. México. (Parergones.) T. i, n.° 9, 1905.— Or- DÓÑEZ: Los Xalapazcos del Estado de Puebla (1." parte). Johns Hopkins Hospital (The). Baltimore. (Bulletin.) N° 179, Febr. 1906. Musée Océanographique de Monaco. Monaco. (Bulletin.) W 58, 29 Janv. 1906.— JoüBix: Les larves et les métamorph. des aním. marins.=N° 61, 10 Fevr. 1900. N" 62, 12 Fevr. 1905.— Nathansohs: Sur l'icfluence de la circulat. verlicale des eaux sur la production du Plankton marin. Musée Teyler. (Archivis.) Haarlem. Serie ii, vol. ix, 3." y 4." parte. Novitates Zoologicae. Tring. Vol. xin, n*^ 1, 1906. — Hellmayr: On tlie birds of the ísland of Trmidad. — Warrex: New Drepanulidae, Thi^rididae, Uraniidae and Geometridae. — 3 ok\)\tí: Two new ^graHsítWae. — Roths- CHiLD: On a new parasít. tineid moth from Queensland. — Jordán aud Rothschild: Notes on the SipJionaple7-a from the Argentine. — New Sphingidae. — llocuscBíhX): Notes on bat fleas.— Two new Saturniidae. Observatorio Meteorológico magnético central de México. México. ( Boletín. } 1902. Fhiiippine Journal of Science (The). Manila. Vol. i, n"^ 1, Jan. 1906.— Freer: On the Water Relations of the coconut Palm (cocos nucífera). On the Oil Produc. from the Nuts. — The Factors Entering into the Rancidit. of the Oil. —The Insects attacking the Trees. — Walker: The Coconut and Its Relation to the Product. of coconut Oil. — Woolley: The Occurrenc. of Schistosoma Japonicum in the Philíppine Islands. Philippine Weather Burean. Manila. (Bulletin.) August 1905. Pliysilcalisch-Medicinischen Gesellschaft. Würzburg. (Sitzitngs-Berichte.J N«is 3-6, 1905. — ( Verhandlimgen.) Band xxsviii, nos 2-4. Real Academia de Ciencias y Artes. Barcelona. (Boletm.) Vol. ii, n." 8, 1906. Revista Científica profesional. Barcelona. N." 87, Enero 1905. (Continuará.) Sesión del 4 de Abril de 1906. PRESIDENCIA DE D. FLORENTINO AZPEITIA El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. Admisiones. — Fueron admitidos como socios numerarios los Sres. D. Eduardo Amoedo y Galarmendi, D. Maximino San Mig'uel de la Cámara, D. ManuelJerónimo Barroso y D. Joaquín García González, presentados, respectivamente, por D. x4.ntonio Zulueta, D. xlbelardo Bartolomé del Cerro, D. Agustín Cabrera y Díaz y D. Igmacio Bolívar. Fué presentado un nuevo socio numerario. Correspondencia. — Se leyeron dos cartas, una de Mr. A. Grou- velle y otra de Mr. J. Bourg-eois, dando las g-racias por su nom- bramiento de socios correspondientes. El Sr. Grouvelle mani- fiesta al mismo tiempo que desea recibir las publicaciones de la Sociedad, abonando la cuota correspondiente. El Sr. Bourgeois remite, con su carta, alg-unas de sus publicaciones sobre insec- tos coleópteros, para enriquecimiento de nuestra biblioteca. Notas y comunicaciones. — El Secretario presentó un trabajo de D. Daniel Jiménez de Cisneros, referente á sus excursiones g'eológ'icas por la provincia de Alicante en el mes de Marzo último. —El Sr. Calderón leyó un trabajo bibliog-ráfico de nuestro con- socio el P, Filiberto Díaz sobre la industria aurífera en la ac- tualidad. — El Sr. Martínez de la Escalera presentó la descripción de una especie nueva del g-énero Asida, y leyó una nota sobre una Sii(/niodera paleártica . — El Sr. Ribera le3'ó una nota del Sr. Cabrera Latorre, rela- tiva á los chimpancés del Muni. — El mismo Sr. líibera dio lectura á una comunicación sobre la cría y aprovechamiento del avestruz en Europa. A propósito de las curiosas é interesantes noticias de que dio T. VI.— Abril, 19C6. ' 12 170 boletín de la real sociedad española cuenta el Sr. Ribera, el Sr. Zulueta dijo que en el Jardín Zooló- gico del Parque de Barcelona hay una pareja de avestruces que se han reproducido en domesticidad,pero cuyas crías han muerto siempre jóvenes. — El Sr. Amoedo dio cuenta de los trabajos que, en unión de su compañero Sr. Zulueta, están llevándose á cabo para re- constituir la tortug-a fósil encontrada en las cercanías de Va- llecas, manifestando que hasta la fecha han podido reconsti- tuirse varias placas dorsales, los huesos coracoides y algún otro. — El señor Presidente añadió algunos detalles sobre el trabajo de reconstitución de dicho quelonio, consignando que se podrá llegar á la determinación especifica del ejemplar encontrado. Hizo justos elogios de los Sres. Zulueta y Amoedo, por el acierto con que están llevando á cabo la reconstitución de este fósil. — El Sr. Lázaro é Ibiza presentó y leyó una noticia sobre el hallazgo del Couvolmilus Durandoi en España. Notas bibliográficas.— El Sr. Calderón leyó la siguiente: Pilz, R. — Die Bhiglanzlagersüítteih von Mazarrmí in Spanien (Los yacimientos de galena de Mazarrón).— Zeitsch. f. prakt. Geol., t XIII, Berlín, 1905, págs. .385-409. Con un plano y 20 figu- ras intercaladas. El autor comienza por una ojeada sobre la geología del dis- trito minero de Mazarrón, constituido por rocas arcaicas, .ter- ciarias y cuaternarias. Las Sierras principales consisten en calizas, dolomitas, pizarras micáceas y filitas; estas últimas en el contacto con las rocas eruptivas más modernas, consisten en pizarras sericíticas, afines á las verdaderas talcocitas, con intrusiones de pizarras anfibólicas y cuarzo. La cadena arcaica principal está atravesada por rocas erup- tivas terciarias, tanto andesitas básicas como dacitas. Ambas se hallan bastante alteradas, tanto por acción atmosférica como por manantiales termales, convirtiéndose en kaolín, y á trechos en materias aluminosas, bajo la influencia de las aguas sulfhídricas. Las rocas eruptivas yacen sobre cuarzo y sobre el terciario más moderno, que el autor califica de plioceno. Los yacimientos de galena aparecen entre las dacitas y en los contactos de ellas con las rocas arcaicas, ya en masas, ya DE HISTORIA NATURAL. Hl diseminadas ó ya como verdaderos filones. El espesor de éstos es tan variable, que los hay desde 10 cm. hasta varios metros. y su extensión es g-eneralmente rau_y reducida. Las o-ang"as contienen, además de detritus de rocas y mate- rias arcillosas, hierro espático, calcita, dolomita, en parte per- lada y en parte parda, baritina y cuarzo, y como formaciones modernas yeso y mendozita; en los filones hay, en cambio, g-alena, blenda, pirita, marcasita, calcopirita, mag'uetita y rara vez olig-isto especular, plata nativa y mercurio, y como productos secundarios limonita, cerusita, smithsonita, piro- morfita y mimetesita. Los parajes en que radican estos yacimientos son tres: el monte de San Cristóbal, Los Perules y Las Pedreras Viejas. La estructura de estos filones es, por lo común, la de masas desordenadas, rara vez brechiformes ó lechos. Los productos primarios de orig-en profundo se disting^uen por ser una mezcla de g-alena y blenda, eng*astadas en cuarzo y magmetita, que faltan á mayor profundidad, acabando por esterilizarse; los secundarios se encuentran en el coronamiento. La ley sufre grandes alteraciones, sobre todo donde los filones están atravesados por las rocas arcaicas. Es de notar la elevada ley de plata de la g-alena arg-entífera, la cual es, en g-eneral, de 1 393 á 1.746 g-., y lleg-a, en ocasiones excepcionales, hasta 6.687 g". por tonelada de plomo. Termina el autor haciendo la historia de estas minas y tra- tando de su explotación. Secciones. — La de Barcelona celebró sesión el dia 7 de Mar- zo, bajo la presidencia de D. Ramón Turró. Fué leída y aprobada el acta de la sesión anterior. — El Sr. Turró dio lectura á una interesante nota titulada «Di- gestión del Bacilus Virg-ula y del Bacilusde Ebher por el jug-o tiroideo», explicando al mismo tiempo alg-unos detalles obser- vados en dichos fenómenos autolíticos. — El Sr. Llenas dio cuenta de que existía en los arenales de Casa Antúnez la variedad albidus Friv. del Tribitlus terrestris, hasta hoy citada sólo en España por Lang-e en el reino de Murcia. Presentó además el Sr. Llenas varios ejemplares de dicha variedad. No habiendo más asuntos que tratar, se levantó la sesión. 172 boletín de La REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA — La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 28 de Fe- brero, bajo la presidencia de D. Pedro Ferrando. — El P. Navas, recordando un articulo publicado en la FeíiilJe des Jeunes natiir alistes, sobre la distribución g-eog-ráfica del aiulusco Helix (Leucochroa) candi dissima, que se dice litoral, presenta ejemplares, recog-idos por él, de localidades no men- cionadas y dig-nas de consig-narse, por ser interiores de la Pe- nínsula. Estas son: Granada, en la Sierra Elvira; Zarag-oza, frecuente en los alrededores de la ciudad; Valdespartera y Ag-reda (Soria), que es la localidad más interior. En Tortosa halló una forma turriculada muy interesante. — El mismo presenta lamonog-rafía de losHemeróbidos (Neu- rópteros) neárticos, por Banks, de interés para la taxonomía de los paleárticos. — Sobre los Bombus (Himenópteros) de Bohemia ha escrito una monog-rafía el Profesor Klapálek, de Prag-a. Contiene datos interesantes de anatomía, que podrán ser útiles también á los himenopterólog'os de España. — El mismo P. Navas dijo que el Btibo hamatus Keng-, que se cita en la pág*. 95 del Boletín de nuestra Sociedad, es Bnhopsis hamatus Klug-. — La misma Sección celebró sesión el día 28 de Marzo, bajo la presidencia de D. Pedro Ferrando. Fué propuesto para socio numerario D. Ramón Gómez, por el P. Navas. — El señor Presidente manifestó que á D. Vicente de Val y Julián, Vicepresidente déla sección, le había sido reg-alada una g-ran Placa de iñata. con expresiva dedicatoria, por el Coleg-io Farmacéutico de Córdoba, en nombre de todos los de España, por haber sido el iniciador y org-anizador de la Asamblea Na- cional de Farmacéuticos que se celebró en Zarag-oza en 1904, y propuso se hiciese constar en acta la satisfacción de todos por la distinción de que había sido objeto, acordándose por unani- midad. — El Sr. Navas presenta los trabajos del Sr. Banks, de los Estados Unidos, sobre Neurópteros, de interés para la entomo- log-ía g-eneral y aun para la europea, á pesar de versar sobre Neurópteros neárticos. El primero lo titula «Descripciones de Neurópteros neárticos nuevos». Son 47 las especies que se describen, cuyos tipos DE HISTORIA NATURAL. 173 existen en la colección de Banks. Las descripciones están en inglés. Acompañan al trabajo dos láminas. El seg'nndo es la «Revisión de los Hemeróbidos neárticos». El autor, que ya había hecho una revisión de los Crisópidos neárticos, prosignie en sus favoritos estudios con la revisión de los Hemeróbidos. Primeramente los mismos nombres de Heme- róbidos y Crisópidos que conserva, nos parecen muy acertados, en vez de llamar Hemeróbidos á los Crisópidos, como alg-unos hacen. Divide los Hemeróbidos en tres subfamilias: DUarinos, Sisi- rinos y Hemerobinos. Separando con H;igen los Dilarinos para constituir familia aparte, los Diláridos, análog'a si, pero muy distinta de los He- meróbidos, dividiremos á éstos en dos tribus: Sisirinos y Heme- robinos, bien caracterizados por la estructura de sus alas. Tres nuevos g-éneros establece el autor, dos de los cuales, Lomamyia y Boriomyia, preferimos escribir Lomariúa y Borio- mia. á fin de evitar la desinencia en 7nyia, adoptada para alg-u- nos g'éneros de Dípteros. Las descripciones son completas y sencillos y claros los cua- dros dicotómicos, por lo cual, y porque al menos cinco especies de Hemeróbidos neárticos existen también en Europa, es útil para la entomología europea el bien elaborado trabajo del se- ñor Banks. — El Sr. Ferrando lee una nota sobre «Rocas hipogénicas de Zarag"oza». Notas y comunicaciones. Homenaje á Rodríguez Femenias POR ODÓN DE BUEN En los últimos días del año pasado celebró el Ateneo de Ma- lión una solemne velada en homenaje al sabio botánico que fué socio fundador de esta Sociedad. Presidía el ilustre Co- mandante de Estado Mayor D. Antonio Victory y asistieron las autoridades locales. Adhirióse, por expresivo teleg-rama del 174 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Rector, la Universidad de Barcelona, y representaba á ésta nuestro consocio D. Odón de Buen. La Real Sociedad española DE Historia natural tuvo por representantes, al Sr. Alabern y al Secretario de la Sección de Barcelona Dr. Llenas. Leyó el Sr. Ballester, dig-no Secretario del Ateneo, una bien escrita Memoria acerca de Rodríg-uez Femenías, uno de los fundadores de aquel centro de cultura, y estuvo encarg-ado del discurso en homenaje al sabio alg-ólog-o menorquín, el señor de Buen. Terminó la velada con discretas frases del presidente en nombre del Ateneo y en nombre de la apenada familia de Rodríg'uez Femenías. El Ateneo g'uarda las ricas colecciones alg-ológ-icas del re- nombrado botánico, por cuya buena conservación hacen votos todos los especialistas. Guarda, igualmente, las importantes colecciones de Cardona y Orfila. Contribuyendo á tan justo homenaje, reproducimos á conti- nuación alg'unas notas del discurso del Sr. de Buen, que, de este modo, podrán ag-reg-arse á la biog-rafía escrita por D. Fede- rico Gredilla y Gauna y publicada en este Boletín (1). «Rodríg-uez Femenías había nacido en Mahón el año 1839, y en Mahón pasó casi toda su vida. La capital de Menorca g-uar- da recuerdos imperecederos de las iniciativas que había toma- do y de las actividades que desarrolló en beneficio de la cul- tura pública y del prog-reso de aquella isla, desde los carg-os elevados que desempeñaba, tanto en el terreno político, como en el financiero. De intelig-encia perspicaz, de una firmeza g-rande, y, sobre todo, de un extraording-rio amor al estudio, puso sus excep- cionales condiciones de carácter al servicio de las Ciencias Naturales, alcanzando justa fama de botánico concienzudo. Cuantos naturalistas, atraídos por la sing-ular riqueza de la flora y la fauna menorquinas, visitaron la isla, fueron sus ami- gaos, sus corresponsales, y aún sus admiradores; cuantos le consultaron respecto á las especies críticas de aquel territorio, (1) Gracias á las facilidades que para ello hemos encontrado en la Junta directiva de aquella culta Corporación damos ho^' el retrato del ilustre botánico, objeto de esta nota, lo que no pudimos hacer cuando se publicó la biografía del mismo. (Nota de la C. de P.j Boletín de la Soc. Españ. de Hist. Nat. ÜK HISTORIA NATURAL. 1"5 obtuvieron amable y sabia respuesta. De aquí la reputación que g-ozaba fuera de España. De aquí que su nombre esté unido al descubrimiento de muchas especies botánicas y aún zoológ"i- cas: Sagina, Senecio, Meniha y Micromeria Rodrif/uezH; Peltogas- ter Bodrigiiczii , curioso crustáceo parásito de los Pagunis, etc. Cultivó especialmente la botánica fanerog-ámica primero, y la alg-ülog'ía después; pero recopiló cuidadosamente cuanto se escribía acerca de la Historia Natural de Menorca, y en folletines de los periódicos de Malión pueden hallarse notas suyas sobre Espong-iarios, Pólipos, Equinodermos, etc., que habían sido citados ó descritos por los zoólog-os que visitaron la isla. Aunque no se dedicó especialmente á la Geolog-ía, en los tiempos en que era apenas conocida la de Menorca, hizo indi- caciones muy precisas acerca de los terrenos allí representados. Hermite, en su Descripción geológica de Mallorca y Menorca, consig-na lo sig'uiente: <> de su Cat. de las plantas de Menorca. (2) Excursión botánica al Puig de Torrella (Mallorca). 176 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Catálogo de las plantas y árboles de adorno que se cultivan e7i Menorca, 1874. Ampliado eii 1901. Suplemento al Catálogo de plantas vasculares de Menorca. («Anales Soc. esp. H. n.», vol. iii, 1874). Catálogo de los Musgos de Baleares. («Anales Soc. esp. H. n.». vol. IV, 1875). Adiciones á la Flora de Menorca. («Bull. Soc. Bot. de France», 1878). Cultivo y explotación del esparto. Mahón, 1878. Excursión botánica al Puig de Torrella (Mallorca). («Anales Soc. esp. H. n.», vol. viii, 1879). Herhorización en Panticosa, Julio y Agosto de 1879. (« Anales Soc. esp. H. n.», vol. xix, 1890). Flórula de Menorca. Un tomo de 200 y xv pág-inas, que com- prende cerca de 1.000 especies. Están excluidas las Algas. Mahón, 1905. Esta última obra, la más completa de las publicadas acerca de la Flora menorquina, acabó de imprimirse poco antes de la muerte del autor. De sus mismas manos tuve el honor de reci- bir un ejemplar en una de las frecuentes visitas que hizo en los últimos meses de su vida á mi laboratorio de la Univer- sidad. Las publicaciones citadas suponen un enorme trabajo de investigación; muchos años invertidos en el estudio; una gran escrupulosidad y verdadera conciencia científica. Pocas de sus determinaciones específicas fueron corregidas. Este carácter serio, escrupuloso, le había captado las simpa- tías del gran botánico Willkomín, con el que sostuvo íntima y frecuente correspondencia, y de cuantos tuvieron relaciones científicas con él, que fueron muchos. Aparte de la comprobación concienzuda de aquellas especies anteriormente citadas, ó halladas primeramente por él en Me- norca, se debe al Sr. Rodríguez Femenías el descubrimiento y la descripción de bastantes fanerógamas nuevas para la Cien- cia. A la ñora balear pertenecen las siguientes: Lepidium Carrerasii, Viola stolonifera, Vicia hifoliolata, Qa- lliimi Crespinianum, Centaurea Baleárica, Lysimachia Minori- censis, Linaria fragilis, Digitalis dubia, Daphne vellaoides, Malva Minoricensis, Althcea Baleárica, Allium cestivalis. Su última nota fanerogámica la trajo personalmente á mi DE HISTORIA N'ATURAL. l^iT laboratorio poco antes de morir. Hablando y consultando con él tiempo atrás acerca de las plantas que había yo visto y re- cogido en la isla de Cabrera, en los dos últimos veranos, le indiqué me parecían los Scolijmus, allí abundantes, de porte distinto al S. hispanicus; que quizá correspondiesen á la espe- cie >S'. grandi/lorus Desf. Un día de este verano encontré en mi mesa de trabajo un ejemplar fresco de S cohj mus grandi flor us j una nota del Sr. Rodríg-uez diciendo que, en efecto, debía con- siderarse aquella planta como perteneciente á la ñora balear. Con ser importantes los trabajos fanerog-ámicos del Sr. Ro- dríg-uez Femenías, no tienen, ni con mucho, la trascendencia científica que sus investigaciones acerca de las Algas. Está ligada tan íntimamente la flora marina á las circuns- tancias del medio, y ejerce en la región litoral influencia tan grande en la vida de los animales, que para juzgar délas con- diciones bionómicas de una zona, es un dato precioso el cono- cimiento de las alg-as que en ella viven. De los trabajos realizados por nuestro ilustre consocio acerca de las algas que habitan los diversos fondos de ]ñ planicie Uto- ral que circunda el grupo mayor de las islas Baleares (Mallor- ca, Menorca y Cabrera^, han de sacar mucho partido los bió- logos. Hasta las campañas de dragado y sondeo realizadas en de- rredor de aquel Archipiélago por el vapor Roland, del Labora- torio Arago (anexo de la Sarbona) (1), sólo noticias sueltas se tenían de tan interesante comarca mediterránea en lo referente á la biología marina. Encomiábanse la riqueza de la fauna y la excepcional posición de aquellas islas; se habían descrito espe- cies típicas; pero ningún estudio metódico, de carácter gene- ral, se había llevado á cabo. Las investigaciones algológicas de Rodríg-uez eran el dato más positivo. En ellas ya se vislumbraba la variedad y riqueza de la planicie litoral de Menorca constituida por terrenos g*eo- lóg-icos varios. De los trabajos de nuestro biografiado se había (1) Véase mi trabajo La Región Méditerranéenne des Baleares. (Bull. Soc. Zool. de France. Sept. 1905.) ns boletín de la real sociedad española deducido ya la profundidad á que alcanzaba en aquellas ag-uas la influencia de la luz solar. En adelante, cuando se complete el estudio bionómico de la planicie litoral balear, después de la futura campaña del Ro- land, podrá apreciarse hasta qué grado han sido trascenden- tales los trabajos alg'ológ'icos de Rodríg-uez Femenías. Uno de los últimos que realizó fué la clasificación de las alg-as recog"idas por el Roland en la campaña de 1904. Por el interés que esta lista, aún inédita, ofrece, la copio á conti- nuación. Alg'as de Porto Cristo (Mallorca), recogidas sobre las rocas de O., á 2 m. de profundidad. Halimeda Tuna. Asperococcus hilbosus. Rypnea imisciformis. Alg-as recog'idas en la punta NO. de Cabrera. Fondo de cas- cajo. Profundidad de 63 á 112 m. Palmo'phylUim orbicula tum. Codüim tomentosum. — Biirsa. Carpomitra Cabrera. Halopteris fiHcina. Zanardinia coUaris. Cystosira Montagnei. Neurocauloii grandifolmm . Lome7itaria 'phaligera. RhodophyUis blfida. Gloiocladia fiircata. SphíBTococcus coronopifolius . PeyssoneJUa squamaria. Rytiphlcea tinctoria. Vidalia volubilis (1). (1) Esta especie, que conocen los pescadores con el nombre vulgrar de herba torta, tapiza grandes extensiones de la planicie entre Mallorca y Cabrera. La red salió algu- nas veces llena por completo de Vidalia. DE HISTORIA NATURAL. 179 Sp. nova, próxima á Fauchea. Callymeuia microphylla. Algas recogidas á 6 millas al SSE. de Cabrera. Fondo de arena g-ruesa conchífera. Profundidad, 101 m. Laminaria Rodriguezii . Dictyo ta dicho tom a . PhyUo'phova nervosa. Fauchea repens. — niicrospora. PeyssoneUia squamaria. Balyseris polijpodioides. Rodríguez debió comenzar sus investigaciones algológicas hacia 1880. En su afán de estudiar todos los seres naturales de la flora y fauna menorquinas. viendo el escaso conocimiento que se tenía de las algas de aquella región, abordó resueltamente su estudio. En verdad que está muy abandonada esta especialidad por nuestros naturalistas. Apenas si tenemos de la rica flora algo- lóg'ica de nuestras variadas costas, otros datos que los de Ro- dríguez, los de Lázaro é Ibiza, acerca de las algas del Cantá- brico, y los de G. Fragoso, respecto á las de la costa gaditana. Contribuyen al abandono, en primer término, las dificulta- des de la recolección y del estudio; hay que disponer de dragas y embarcaciones á propósito, que motivan gastos de alguna cuantía, dada nuestra pobreza; hay que arrostrar las fatigas de la pesca del tou, ó retribuir bien y adiestrar á los pescado- res, y hay que contar con microscopio, bastante material y costosa biblioteca. La fortuna de Rodríguez Femenías le permitió vencer la ma- yor de las dificultades, y su amor al estudio y su inteligencia, hicieron lo demás. Yo le oí decir muchas veces que era la al- golog'ía una especialidad muy cara. Para favorecer el desarrollo de la afición á estos estudios, tenía el pensamiento de publicar una obra con claves y nume- rosos grabados; preparó no pocos materiales, que he visto. l^(0 boletín de la real sociedad española Desgraciadamente, la muerte le ha sorprendido sin lleg-ar á realizar sus nobles propósitos. Al comenzar sus trabajos de alg-olog-ía, fué su consejero M. Bornet. Asi lo hace constar en el párrafo sig'uiente al dedi- carle una especie nueva: «Fué— dice — un g-uía tan inte ig-ente y un apoyo tan eficaz en mis investigaciones, que le corres- ponde de derecho g-ran parte del mérito que pueda caber k mis descubrimientos.» En 1888 apareció en estos Anales su trabajo fundamental: Algas de Baleares. En notas sueltas, que titulaba Dalos algológicos, fué publi- cando después sus descubrimientos y observaciones. En los mismos Anales vieron la luz los signiientes: I. Dos esjjecies mievas del gen. uSilophylhim». II. La constiliicUn mineralógica del suelo ¿puede contribuir á la riqueza algológica de nn pais^ III. Una especie nueva del gen. <.E LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA g-idas en Táng-er, por el Sr. Martínez de la Escalera, en el mes de Julio de 1905. Los ejemplares á que aludo se acomodan bastante bien á la descripción que de la Ámm.fera da Lepele- tier en el tomo iii, pág-. 635 de la Hist. Nat. des Ins. Hym; pero no creo que correspondan á esta especie. Sería preciso cono- cer el tipo de Lepeletier para disipar las dudas que rae sug-ie- ren los ejemplares marroquíes que tengo á la vista. Se diferen- Q,m.n de la Amm. fera (ateniéndonos á la descripción de Lepe- letier) por su mayor tamaño, presentar el dorso del metatórax neg"ro y blanquecinos los pelos del 6." segmento abdominal. Aw.m. fera: long. 14 mm.; dorso del metatórax algo pardusco; pelos del ano negTos. El área dorsal del metatórax, en la Amm. fera, seg-ún André, es rug-osa. Esto aumentaría sus diferencias con la Amm. Mauri- tánica. En prensa ya este trabajo he visto una AmíiiopMIa de Bilbao (colección Sebold), que pudiera ser la Ámm.fera Lep. y que es bien distinta 'de la Amm, Mauriianica. Tendría, entonces, la Amm. fera la puntuación del dorso del tórax más apretada, el área dorsal del metanoto punteado rugoso estriada, el peciolo más corto, las antenas más g-ruesas y las alas más obscureci- das que la Amfn. Maiiritaiiica. Ammopliila (Psammopliila) errabunda nov. sp. Nig-ra, nítida, capite et thoracis parte antica nigro pilosis^ metathorace albo villoso; segmentis abdominalibus 1-3 rufis; petiolo, ápice seg-mentitertioetsegmentis 5-6 nig-ris; ano nigro piloso. Oculi clypeum versus fere paralleli; oceli postici ab oculi quam ínter se magis distantes; clypeo convexo, sparse punctato, fere utin Tydei con^tvncio; pronoto et mesonoto niti- dis, sparse punctatis; mesonoto antice sutura mediana longitu- dinali instructo; scutello planiusculo, nítido, sparse punctato; metathoracis área dorsalis irreg-ulariter transverse-striata; pleu- rae magis regulariter transverse striatse; alae leniter flavescen- tes, apicen versus subinfuscatse, anticae cellula radíali breviter acuminata; abdomine nudo, nítido; petiolo duobus trientibus metatarsi postico longitudine fere aequali. Pedes nigrí, niti- dí; pectén tarsali antico long-ior quam in Amm. Tydei; unguiculi haud dentati; articulo secundo flagelli, tertio quartoque simul sumptis paulo breviore. 9- DE HISTORIA NATURAL. 19! Loiig-. 17 mm. Patria: España. Alrededores de Madrid (Arias Encobet). Especie que se diferencia bien de la Amm. Tyclei Guill, y es- pecies afines por el color del abdomen, pubescencia de la ca- beza y tórax, puntuación, dimensiones relativas del peciolo, etcétera, etc. De la Anwi. Caucásica Mocs, por la pilosidad del metatórax, blanca en la Amm. polita y neg-ra en la otra; la puntuación del mesonoto y escudete (lisos en \?iAmm. Caucasica)y\^ estructura del área dorsal del metatórax, muy finamente rug-osa, apenas arrug-ada transversalmente en la especie asiática. Sería nece- sario ver ejemplares de la Amm. Caucásica para establecer con exactitud las diferencias de una y otra especie, pues la Cauca- sica está insuficientemente descrita. Ammopliila (Psamraopliila) homogénea nov. sp. Amm. Tyclei affinis sed facile disting-uenda. Nig-ra, nítida, albo pilosa; mandibulis teg-ulisque rufescentibus; seg-mentorum abdominís 1-4 rufis; petiolo et seg-mentis 5-7 vel 5-6 nig-ris; clypeo et facie argénteo pubescentibus; fronte et vértice nig-ro hirtis. Oculí clypeum versus in ¿^ parum converg-entes in 9 fere paralleli; ocelis posterioríbus ab oculi quam ínter se plus dis- tantibus; clypeo fere plano, víx elong^ato, ápice rotundato, marg-ine antico, in medio, paulo exciso cf; fere uti in Tydñ constructo 9; capíte ab antico viso distinctissime minus lato quam in Tydei; capíte, pronoto, mesonoto, scutelloque mag"is punctatis; pronoto crassíusculo, mesonoto antice sutura me- diana long'itudinalí instructo; metatliorace área dorsalistrans- verse rug-oso-stríata; pleurae punctato-rugoso-stríatae; pe- tiolo breve, metatarso postico multo brevíore, tarsorum postio- rum articulo secundo paullulum long-iore; abdomine minus elong-ato quam ín species affinis, subpíriforme, nudo. Alae leniter flavescentes, apicem versus subinfuscatae, anticae cel- lula radiali breviter acuminata; pedibus plus minusve cano pruinosis; ung-uiculi haud dentati. (^ et 9- Long-, ¡^ 13 mm.; 9 16-19 mm. Patria: España. Alicante! (22 Mayo 1903). Por el abdomen ensanchado y corto, la brevedad del peciolo y la pubescencia del tórax, menos abundante que en los cf'cf de la Amm. Tyclei, el cf de la especie que he descrito parece, á 192 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA primera vista, una 9 de PsatmnophUa, y puede disting'uirse fácilmente de los que con él son afines. También se diferencia de la Amm. Tydei, por tener la cabeza, vista de frente, más re- donda y menos ancha; las órbitas internas de los ojos {c^) menos convergentes hacia el clípeo, y, sobre todo, por la brevedad del peciolo (c^ y 9). El «Convolvulus Durandoi» en España POB BLAS LÁZARO É IBIZA En la excursión que á fines de Mayo de 1905 realicé, en unión de los Sres. Casares, Rivas Mateos y Rodríg'uez López Neyra por Despeñaperros, recogí un Convolvulus que desde luego llamó mi atención por sus hermosas corolas grandes y rosadas, y por los grandes rodales que formaba en las laderas de la línea férrea. Estudiado después detenidamente en Ma- drid, hube de notar que no podía referirle á ninguna de las especies de que yo tenga noticia de haber sido mencionadas alguna vez como españolas. Especie perenne, con los tallos vigorosos y poco volubles; lampiña, y con las hojas más bien truncadas que aflechadas en su base, no podía identificarla con el C. arvensis, aun cuan- do creyese reconocer evidente analogía con esta especie, por lo que busqué con gran interés las especies de este tipo que pudieran mencionarse en las floras délos países próximos, an- tes de resolveren definitiva. No fueron perdidas estas indag-aciones, pues, en virtud de ellas, he podido notar que la planta por mí recogida posee to- dos los caracteres que en la Flore de V Algerie, de Battandier y Trabut, se atribuyen al ConvolmUus Durandoi Pomel. Confír- manme en esta opinión la fina reticulación de sus hojas, de las cuales las inferiores son orbiculares, los pedúnculos robustos y tetragonales, los sépalos algo carnosos con la cima ensanchada y el color rosado de toda la corola marcadamente más intenso en el fondo y del cual parten líneas radiantes. Tales son las diferencias que separan esta especie del Convolvulus arvensis. No dejará de sorprender que una especie africana, que no se DE HISTORIA. NATURAL. 193 ha citado aún en el litoral, aparezca en Sierra Morena; pero, sobre que podría hallarse, y seg'uramente se hallará en otras próximas de Andalucía, aunque no teng-o noticia de mención anterior alg'una, pues nada es más fácil que el pasar inadver- tidas plantas que se asimilan á otras especies que, por ser vul- gares nadie se cuida de recog-er, cosa de que hay sobrados ejemplos, la especie en África no parece ser de las que carac- terizan el litoral, sino de las que viven en el interior y, por tanto, á mayor altitud. Doy á conocer el hecho, no sólo por el interés de que se co- nozca la existencia del Convolvulus Durmidoi en nuestro país, sino por llamar la atención de los recolectores, que segura- mente la hallarán en otras localidades del Mediodía de Es- paña. El sitio en que yo la recogí pertenece al término de Santa Elena, fuera ya del desfiladero de Despeñaperros, entre los ki- lómetros 274 y 275 de la línea de Andalucía. Adiciones al sistema de las especies ibéricas del género «Asida» Una «Globasida» nueva de la provincia de Murcia MANUEL MARTÍNEZ DE LA ESCALERA Globasida Schrammi sp. nov. Loe. La Muela (Cartagena). Forma general del cuerpo alargada y no muy ancha; muy estrangulada en los húmeros y muy deprimida en el dorso; la de mayor tamaño de las conocidas; antenas y patas largas y finas. Protórax no muy ancho y muy globoso, de márgenes anchas- y bien levantadas, de ángulos posteriores muy entrantes y muy romos. Húmeros casi rectos ((j^), apenas redondeados, pero no angulosos ni divergentes. Con cuatro costillas elitrales, de las que la I."" dorsal es total- mente nula, apareciendo sólo en algún ejemplar alguna rugo- sidad bien apreciable en el tercio posterior del élitro; la 2." dor- sal, como trazo seguido á partir de la base y borrado por com- pleto muy cerca de ella; la 1.' humeral, única bien marcada, 19á boletín de la EEA.L SOCIEDAD ESPAÑOLA seg'uida, elevada, nada sinuosa, larg-a, borrándose en el 4.° posterior del élitro, con la misma inciirvación hacia la sutura que en cincta, curtaüpennis, etc.; la 2/ humeral, sólo indicada por pequeños y escasos trazos aislados y flexuosos; todas ellas con una corta pubescencia ríg-ida poco visible. Parecida, como aspecto, á G. cincta, pero distinta por sus áng-ulos posteriores protorácicos, romos y entrantes y ning-una flexuosidad de la I."* costilla dorsal; parecida á Almeriana por la long-itud de las patas y antenas, pero muy diferente por tener sólo la 1." costilla dorsal pronunciada y nada flexuosa, carácter que la disting-ue de las restantes especies, aparte el tamaño, mayor que el de la mayor quadrata, de la que se dife- rencia también por su estrang-ulamiento en los húmeros, que la acerca más á curvatipemiis, setosa j cincta, bajo ese aspecto. De la importancia de la nerviación de las alas en los coleópteros para una clasificación natural POR MANUEL MARTÍNEZ DE LA ESCALERA La nerviación alar en la mayor parte de los Coleópteros, es muy reducida y uniforme dentro de los órdenes; pero en mu- chos casos es g-uía seg-ura para incluir en una familia especies erróneamente atribuidas á ella, ó para dividir otra; y en todos ellos sirve para atestig-uar la edad de los g-éneros y familias, al ig-ual que otros órg-anos en sus modificaciones marcan la evolución del g"rupo; y esta característica es más constante que la que den los órg-anos bucales modificados, según el ré- g-imen alimenticio del insecto, ó los de la prog'resión ó los de 'las diferentes piezas de los anillos torácicos y ventrales; puesto que el ala dispuesta exclusivamente para el vuelo, no tiene más modificaciones que las impuestas por el mayor ó menor empleo de la función; sublimación de los elementos que la componen ó regresión y atrofia. Así es que no servirá la nerviación para clasificar espe- cies y g-éneros bien establecidos (aún cuando al final doy un pequeño cuadro para separar alg-unos Bupréstidos paleárti- cos, hasta hace muy poco confundidos); pero sí tendrá que DE HISTORIA NATURAL. 195 P T Fií emplearse á falta de otros mejores para establecer gmealogías racionales, menos hipotéticas que las que se señalan sin do- cumentos fehacientes; porque la nerviación alar lo es, en Bu- préstidos, Cerambícidos y Lamelicornios que hasta ahora llevo comparados. En la teoría que paso á exponer, llamaré familias superiores á las que vuelan mejor: son éstas las más recientes, con ha- bitat más variado y mayores medios de dispersión por el vuelo; para esta adaptación (dentro del orden ó familia á que pertenecen), al par que el ala han modificado todos sus órg-a- nos; son, pues, superiores en esta especialización. Para mayor simplificación desig-naré con las letras a y p los nervios que representan al mediano y suhmediano y con la y uno adyacente al submediano, el postmediano que jtieg-a importante papel en el ala de los Cerambíci- dos, Bupréstidos 3' Lamelicornios: nada diré del costal y subcostal por ahora, á cuyo carg-o corre el doblez del ala como seg-undo eje de ple- g-amiento, habiéndolos suprimido en el dibujo, ni tampoco más que incidentalmente de los finos intermedianos del área inferior del ala. En las alas de los Cerambícidos y Bupréstidos más inferio- res (Prionus, Chalcopliora, Ancylochira), el nervio submediano P está bifurcado y cerrado incluyendo una celda que es la que primero se modifica en ambos ordenes, se- g'ún dos procesos di- ferentes. En los Cerambíci- dos se acercan las dos ramas del nervio p hasta fundirse en una, desapareciendo la celda incluida, por estrechamiento y reducción. (Fig-. 11, g-én. Prionus a, Rhamu- sium b, Cerambyx c.) En los Bupréstidos se modifica por romperse la rama poste- rior ó izquierda por su extremo inferior, acortándose esta rama 19) BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA primera y prolong-ándose otra vez, pero ya desviada de la ra- ma anterior ó derecha. (Fig-. iii, g-én. Chalcophora a, Chalcopho- rella b, PsUoptera c.j En ambos procesos ha sido el ag-ente el nervio y; empujando la rama izquierda de la celda de p, que no pudiendo seg'uir el movimiento por apo- yarse en su otra rama los nervios in- termedianos, ha teni- do que ceder, fun- diéndose con ella en los Cerambícidos; mientras que, en los Bupréstidos, y ha retraído la rama izquierda de p, produciendo la rotura de la celda en su extremo inferior. En los Bupréstidos superiores el tronco de la ya ahorquilla- da p se acorta, rompiéndose la conexión de su rama izquierda con y (fig. IV, g-én. Acmmodera a), mientras que en otros (figu- ra IV, g-én. Coroehus b), ha desaparecido el trozo inferior de y. En los Cerambícidos superiores (Opsilia), el nervio y está muy debilitado como en otros Bupréstidos (Agrilus), siendo la Fig. IV. Fie'. V. tendencia en unos y otros á la desaparición de esa celda cerra- da, última ya que conservan, haciéndose la nerviación, radial, independiente y sin conexiones transversas. El tipo más perfecto del ala en los Lamelicornios es esta de Cetonia en que a, p, y, son rectos y seg-uidos sin horquillas ni conexiones por haber adquirido el máximum de rig-idez y sim- plicidad, exactamente como las varillas de un abanico. (Fig-. v, g-én. Cetonia.) DE HISTORIA NATURAL. 107 d Fig. VI. Los Lamelicornios están más avanzados en el perfecciona- miento del ala que los Bupréstidos y Cerambícidos superiores, habiéndose especializado más para el vuelo : en ning-uno de los que conozco de nuestra fauna pa- leártica, existe la celda del nervio p ni aún vestig'io de ella, y queda sólo la formada por p y y en alg'unos, siendo este el esquema del proceso evolutivo de su desaparición (fio-. VI, g"én. Anoxia a, Anisoplia b, Amíplúcoma c, Cetonia d), produciéndose el fenómeno por dislocamiento de la conexión de y con p, que ya no tenía más que una rama. Parece demostrado así que la celda cerrada es sig"no de infe- rioridad en Bupréstidos, Cerambícidos y Lamelicornios, y que los dos primeros están ig-ualmente avanzados en cuanto al perfeccionamiento del ala, y que lleg-an á él sin conseg-uir la superioridad que para la función del vuelo presenta el ala de Cetonia, en la que y es nervio tan sólido como p, mientras que en aquellos se ha debilitado mucho, haciéndose accesorio para darle solidez y sólo en Acnmodera es independiente (de lo que llevo examinado!; pero sin ser más fuerte que los intercostales libres. En otra nota trataré de éstos, porque demuestran el por qué en Cerambícidos y Bupréstidos el ala no es susceptible de lle- g"ar al tipo, ideal alcanzado por los Lamelicornios en Cetonia: puedo adelantar tan sólo que la nerviación intermediana que jueg-a gran papel en Cerambícidos y Bupréstidos, especiali- zándose mucho, ha sido una pérdida en detrimento de los ner- vios fundamentales a, p, á los que no ha dado solidez sino apoyo, quedando después aislados en el área inferior del ala al perfeccionarse ésta, atrofiándose paulatinamente después de perder su conexión con aquéllos. En resumen, el ala de Lamelicornios, Bupréstidos y Ceram- bícidos, tiende, ó ha llegado ya á la nerviación radial simple sin celdas ni horquillas, excepto las del costal, subcostal y, á Veces del mediano, impuestas por el doblez de la punta ó me- dio del ala para ser recubierta por el élitro, y que son de muy 198 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA diferente tipo que las de p y y arcaicas, únicas reticulaciones cerradas que quedaban en el ala de los órdenes examinados. Así, dentro de uno de ellos, conocido el proceso evolutivo, podrá atisbarse con el examen de la nerviación el punto de partida y el camino que ha recorrido en relación con los gru- pos afines: y claro es que este asunto más interesa á la Biolo- gía que á la sistemática; pero aún para esta, y como vía de ensayo, doy el sig-uiente cuadro que confirma la importancia de este elemento para una clasificación natural. Borde posterior del ala, encorvado lig-eramente hacia dentro desde el ápice hasta el punto donde termina el nervio me- Fig. viir. diano y desde ahí encorvado hacia afuera; nervio mediano desde el nacimiento del ala hasta la horquilla, poco más larg-o que desde ese punto hasta su terminación (fig\ vii) . . . ChalcopJiorini. Borde posterior del ala desde el ápice en curva seg-uida sin sinuosidad entrante; nervio mediano desde el nacimiento del ala hasta la horquilla más del doble más larg-o que desde ese punto hasta su terminación (fig-. viii). .. Psilopterini. M Chalcopliorini. Horquilla del nervio sub- mediano cerrada, for- mando celda ovoidea (figMx) Gen. Chalco2)hora (maña- na, detrita). Horquilla del nervio submediano abierta, con la rama derecha de su bifurcación larg-a y la izquierda corta incurvada hacia la anterior con tendencia á cerrar la celda (fig-. x) * Gen. ChaJcophoreUa (stigmaUca, 4-ocnlalaJ. Fiff. IX. Fig'. X. DE HISTORIA NATURAL. 199 Una Stigmodera paleártica MANUEL MARTÍNEZ DE LA ESCALERA El tipo del Buprestis sanguinea F. es de Mog-ador, confirmada la localidad por el hallazgo al pie de un m atojo de EpJie- dra sp.? de algunos restos de 1 (5^ perteneciente á ese coleóp- tero (una mitad posterior de un élitro, dos anillos ventrales y un protórax), en los que se aperciben algunas diferencias con larga serie de cf de la especie de España que Champion halló en Gea sobre Ephedra nehrodensis, y atribuye á la especie de Fabricius y que sospecho sea diferente, sin poder decidir hasta obtener más materiales de Mogador; conocido el habitat sobre las Ephedra en España y Mogador, no ha de ser difícil dar con ella en época oportuna en esta última localidad. Pero no se trata de esto, sino de la persistencia del error en colocar el B. sanguinea al lado de las Ancylochira, como ha hecho Kerremans en su Genera con el gen. Tamina, fundado sobre esta especie. Ya Champion dice cómo muchas Stigmodera australianas poseen el dimorfismo sexual de nuestra especie. Hubiera bastado la indicación para que Kerremans, conoce- dor de toda la familia, llevara su gen. Yanmia á su lugar na- tural, si no le hubiera bastado el examen de los caracteres sin seguir á Marseul y á los otros, que vieron tan sólo la colora- ción que la acerca á las Ancylochira en los cfcf. Kerremans, frente al Buprestis sanguinea, al encontrar que tiene las tibias anteriores inermes en los dos sexos, sin el gan- cho de los Q (^ de las Ancylochira, que el primer artejo de los tarsos posteriores es corto, poco más largo que el segundo y no como el de las Ancylochira casi tan largo como los tres siguien- tes reunidos; que tiene las antenas cortas, de artejos anchos y espesos, y no como las de las Ancylochira largas y de artejos alargados; que el último segmento ventral carece de los dien- tecillos de la Ancylochira y no es trapezoidal; si no le hubiera bastado la forma del protórax y el paralelismo del cuerpo y su acilindramiento, que no se presenta nunca en los Bupres- 200 boletín de la real sociedad española iini, de cuerpo aplanado, ovoideo y nada paraleliforrae; nunca debió contentarse con creer qua era alg-o diferente tan sólo de las Ancijlochira, separarle de ellas y crear un g-énero deján- dolo ahí. Ni aun siquiera se fija en que si \9,& Eiirijthy rea tienen, como Biiprestis sanguínea, tibias anteriores inermes, que el pri- mer artejo de sus tarsos posteriores es corto también, que los ojos de los ¡^ c^ son también g"lobulosos, así g-rosso modo podía atribuir Yamina á las EiirytJiyrea; claro es que no se le ocurre y que no podía hacerlo por la forma del protórax y del último anillo ventral, á más de la del prosternón y metaster- nón; hubiera debido fijarse en éstos y marchar más lejos á bus- car su similar, dando simplemente en las Stigmodera, máxime cuando Champion dice que conoce Sügmodera australianas dimórficas en los mismos términos que esta paleártica. Y así es, efectivamente, buena y simplemente Stigmodera, con el prosternón truncado y derecho, casi plano y bordes an- tero-posterior de las caderas posteriores paraleloides, sin po- derla separar g-enéricamente de las Stigmodera, muy afín de S. Ausiralasice de Victoria, que es la más próxima de la escasa media docena de australianas que conozco. Pero es inconcebible que el autor de un Genera, que ha de poseer conocimientos generales y míe d'ensemUe, hag-a de una Stigmodera un género colocado al lado de AncylocMra, g-énero que desaparece ipso facto; así es que la sinonimia de esta asen- dereada especie habrá de quedar establecida así, provisoria- mente, hasta un arreglo de las ¡Stigmodera que se impone. Stigmodera (Castiarina) sanguínea F. Biiprestis sanguínea Fabr. $. — Levaillanti Luc. 9- AncylocMra margarípicta Mars. cf . Biiprestís sanguínea Champ. cf $. YamÍ7ia sau guinea Kerr. cf 9- Todo ello viene de que adolece de vicio de origen la clasifi- cación de los Bupréstidos, basada en caracteres arbitrarios, resultando por ello los Stígmoderíni un centón de grupos anti- téticos, como los Buprestiní y muchos otros. ¿Qué duda cabe de que con algunos PoJycestini habrán de ser agrupados mu- chos Stigmoderiní, y de que los Buprestiní deben ser por com- DE HISTORIA NATURAL. 201 pleto dispersos? ¿Cómo alejar Latipaljñs iñsaiia en los Psilop- terini de Dicerca berolineusis en los BnprestinP Hay una prueba fundamental, aparte los caracteres morfo- lógicos, para llevar ^S'. sanguínea á su lug-ar, que demuestra plenamente la sinonimia establecida. Sabemos que -S'. sanguínea vive sobre Ephedra nehrodensis de la familia de las Gnetdceas [Gymnospermas), ocupando el lugar más bajo en la escala de las fanerógamas^ en unión de las Co- nifiras, Cicadeas, y Taxáceas. Las Ephedra presentan un tipo marcadamente arcaico que por su facies recuerda en algo las Equisetáceas . Las Stigmodéra, que viven sobre Gnetáceas y Casiiarineas, deben representar dentro de los Bnpréstidos un tipo más infe- rior que el de los que viven sobre plantas de tipo más complejo como las Eurythyrea y parte de las Pmcilonota, huéspedes de las plantas de hoja caediza. Ha sido preciso en el tiempo, que las Ephedra y sus huéspe- des, fuere cual fuere su patria de origen, hayan podido emi- grar, rompiendo el círculo de hierro de las zonas tropicales durante un período de enfriamiento terrestre, alejándose pos- teriormente de dicha zona ante la vuelta del Ecuador á sus condiciones climatológicas, arcaicas y actuales, no pudién- dose admitir en modo alg'uno que las Ephedra boreales y sus Stigmodéra hayan derivado paralelamente de protoephedras y protostigmoderas boreales y australes en líneas sin conexión alguna. Esto hace retraer, sin embargo, á una época antiquísima el nacimiento del grupo Stigmodéra en una de sus secciones, tal cual es hoy, con una persistencia de caracteres durante milla- res de años verdaderamente asombrosa (como si no bastaran los datos paleontológicos, trayéndonos en el succino represen- tantes de géneros hoy vivos todavía en todos los órdenes de insectos): encontrándonos en Stigmodéra sanguínea y en algu- nas australianas los caracteres producidos por el dimorfismo sexual, perpetuados sin haber producido en esta paleártica desviación alguna desde el Jurásico probablemente, durante el gran esplendor de las Gymnospcrmas; y no se acierta á vislum- brar en qué masa de tiempo los ascendientes de estas Stigmo- déra dimórficas se distanciaron de las restantes, adoptando en su variabilidad ese dimorfismo sexual que hace tan antitéticos T. vi.-Abril, 1906. 14 20-2 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA como vestidura los ^(^ de las 99, teniendo en cuenta que la coloración parece lia de ser en los insectos poco constante; ello es que las 2}^'oiosH(/mode7'a roían ya como las actuales, veg-eta- les en cierto modo superiores, y habían lleg-ado al límite de su evolución durante el Jurásico probablemente, en cuanto se refiere á nuestra especie, que no ha podido acomodarse á otro medio de vida, abandonando las seculares y humildes Ephedra que tienen la menor cantidad posible de madera roíble en nuestra zona. En Australia, por el contrario, donde las Casuar Ineas (que aunque Angiospermas conservan gran semejanza con las Gy- nospermas) han diversificado en multitud de formas; también las Stigmodera han proliferado en muy diferentes sentidos, produciendo un esplendor del g-rupo que nada dice en favor de que Australia sea la patria de las Stigmodera, sino que allí hoy encuentra el g-rupo condiciones favorables para evolucio- nar, al paso que la nuestra paleártica, en verdaderos islotes, harto hace con conservarse, reduciendo su área cada vez más. Pero de todos modos, en parte de las australianas y en esta nuestra, el simple carácter. del dimorfismo por coloración ha persistido con todos los otros más fundamentales, sin ser posi- ble hacer una sección aparte para S. sanguínea, que desde el Jurásico es tal cual era, una Stigmodera (Castiarina) sin po- derla entroncar con Ancylocliira ni Eurythyrea, que viven so- bre familias botánicas diferentes; y se demuestra cómo para una clasificación racional de los Biipréstidos, insectos poco diferenciados y muy compactos al parecer, por tanto, no podrá seg-uirse el mismo sistema que para otros, basando la división sobre unos caracteres escog-idos al azar entre los más aparen- tes, ni sobre situaciones g-eog-ráficas de las familias tomadas sin examen detenido, ni g-eneralizando por la facies que pre- senten, sino sig-uiendo criterios muy diferentes para cada g-é- nero; en los Bufréstidos habrá de tenerse muy especial cuenta de la Botánica y de los órg-anos del vuelo, muy descuidados por los coleopteristas. Y, sobre todo, estamos muy lejos para afirmar apriorística- mente la comunidad de orig-en para las familias y los órdenes y las clases en los insectos. Ya en mi «Sistema de las especies ibéricas delg-en. Asida>~>, en las Glohasida apunto la imposibilidad de que, si desde el tercia- DE HISTORIA NATURAL. 203 rio á hoy las especies españoiasy africanas iio han evolucionado más que en mínimos detalles de org*anización, hayan podido, sin erabarg'o, en períodos g'eológ'icos anteriores sus ascendien- tes distanciarse de los de las actuales A Ip/íasida, lo bastante para poderlas atribuir contra ese dato positivo una comunidad de orig-en; sus líneas g-enealóg-icas no son ya converg-entes, sino verdaderas asíntotas, sin que basten millones de millones de años para fundirlas; y lueg-o quedará por buscar el entron- que con las Madila sudafricanas, por ejemplo, y no hay edades posibles que hag-an concordar á los Asidinii con otras familias de los TeneJjrionidos y á los ascendientes de éstos con los de SiigModeras, que ya en el Jurásico, cuando se admite que apa- recieron las Dicotiledóneas, tenían un g-rupo de especies dimór- ficas que han perpetuado esa simple diferencia de coloración sexual hasta hoy día. Excursión al triásico superior de Sierra Negra, del término de Aspe (provincia de Alicante), y noticias acerca del mismo sistema en otros puntos del SE. de España DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS Al SE. de Aspe, y en el espacio comprendido entre el río Vi- nalapó y la carretera que une este pueblo con Elche, se ex- tiende una g'ran mancha triásica, que he tenido ocasión de estudiar recientemente. En efecto, en Diciembre último reco- rrí, á pie, la distancia que separa ambos pueblos, con la espe- ranza de pasar muy cerca del Despeñadero del ÜasteUar, fián- dome de la carta del Sr. Coello, y con gran sorpresa mía, noté que el camino se aparta mucho á Occidente, alejándome del Castellar y de la Sierra Negra, objeto preferente de mi excur- sión. Desde Elche hasta el principio de la Sierra del Burón solo se encuentra cuaternario y aluviones modernos, y después una formación miocena(helveciense) constituye la nota dominante, presentándose las molasas con escasa cantidad de fósiles, en buen estado de conservación. Hacia la mitad del camino aso- 204 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA man unas capas de molasa muy arenosa, casi sin falún, ama- rillentas, que encierran alg-unas ostreas y trozos de Peden cristatíis. Es el mismo horizonte, que tantas veces he visto en ios alrededores de Alicante, y que puede reconocerse también en la falda S. de la Sierra de las Atalayas, al O. de la capital, en la bifurcación de la carretera general y la que se dirig-e á Elche. En las trincheras abundan Chondrites ú otras alg-as, cuyos moldes se han descrito ya en otro lug-ar con el nombre de Cos de dona, que reciben en la reg-ión. Distínguense tam- bién perforaciones que atraviesan diversos estratos, casi nor- malmente, pero que no pueden confundirse con Taonuriis,. Chondrites ú otras impresiones y moldes de cuerpos org-ánicos. La pasta marg'osa que rellena estas perforaciones, está unifor- memente repartida, ensanchándose en aijuellos puntos en que los estratos ofrecen menor resistencia, mientras que las forma- das por cuerpos orgánicos están perfectamente limitadas, no siendo raro verlas rodeadas de una delgada capa semicris- talina. Hasta las proximidades de Aspe no se encuentra otra forma- ción que la miocena; cerca ya del pueblo se presentan capas que parecen del Eoceno, y aunque en la primera excursión no di con Nummulites, me aseguran que los hay no lejos de aque- llos sitios. Ya en los alrededores del pueblo reaparece el cua- ternario, ocultando las demás formaciones. Con ánimo de visitar la Sierra Negra volví á Aspe el 8 de Febrero, y guiado por el Sr. Almodóvar, Director del Colegio de segunda enseñanza, y por el profesor D. Antonio Soria y algunos alumnos, salimos con dirección al SE., atravesando parte de la vega y unas colinas eocenas, cercanas á La Nia^ propiedad del Dr. Hernández, que se extienden hasta la lla- mada Cruz del Salvador. Pasada esta pequeña faja nummulí- tica, aflora ya la formación de Keuper y sigue, hasta perderse de vista, por el SE. El terreno se encuentra cortado por nume- rosos y profundos barrancos, que ponen al descubierto las margas irisadas y potentes bancos de yesos grises y rojis, es- tos últimos con abundancia de cuarzos hematoides. En medio de un laberinto de colinas desprovistas casi por completo de vegetación, el paisaje ostenta un aspecto melancólico y de ex- trema soledad. Nuestro guía, un joven marmolista, no cono- cía bien el camino, pues sólo trabajaba los mármoles titónicos- DE HISTORIA NATURAL. 205 del Rollo y de Ramlla Honda, y nos hizo dar un rodeo de hora j media antes de lleg-ar al punto objeto del viaje; pero no me pesó, porque pude apreciar la g-ran extensión del Keuper y pasar por alguna de las profundas cavidades, que forman cir- cos en aquellos lug'ares. A primera vista no se comprende cómo no se llenan de ag-uas pluviales; pero descendiendo á ellas se ven ang"Ostas salidas, á modo de cañones estrechos y profun- dos, que dan salida á las aguas para unirse al curso de los ba- rrancos antes mencionados. Las formaciones de yeso abundan en este terreno accidenta- do, y no lejos del sitio llamado Bítpanel son objeto de activa explotación. Desde allí pueden ya disting-uirse los elevados picachos de la Sierra Neg-ra, y siguiendo un camino de carros, y dando nuevos rodeos, llegamos á la base de la sierra, que. aunque pequeña, presenta un aspecto imponente con sus es- tratos verticales y los grandes peñascos que amenazan derrum- barse. El mármol que se extrae de sus canteras es del más bello efecto, pues en medio de su masa casi negra se destacan venas blancas, que corresponden á otras tantas fracturas, rellenas de infiltraciones de diferentes g-ruesos, entrecruzándose, como testimonio de las numerosas dislocaciones que en diferentes épocas ha experimentado la formación No es tampoco raro encontrar en los mármoles pulidos señales de resbalamiento de unos fragmentos sobre otros, de lo que en la iglesia parro- quial de Aspe hay ejemplos muy curiosos. Nos encontrábamos al pie de la Sierra y en su parte occiden- tal. Los derrubios forman un plano inclinado, por el que des- lizan los bloques, pues la cantera se abre á alguna altura, siendo la parte S., no representada en la adjunta figura, laque proporciona mármoles de más estima, es decir, de negro más intenso, en el que contrastan las venas blancas, produciendo el mejor efecto. En esta parte, la Sierra ofrece sus estratos ver- ticales hasta una altura considerable, asemejándose á antiguos murallones de un castillo en ruinas. Las gruesas bancadas marmóreas, de un color azulado de pizarra, muy obscuro, se mantienen erguidas, gracias al enorme espesor de los estratos. Bordeando la sierra hacia el N. se van viendo estratos más delgados, sólo de algunos centímetros, y á un kilómetro de distancia se pueden apreciar marcadas inñexiones de las capas, y aunque algo del aspecto se debe atribuir al desgarramiento 206 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de las mismas más bien que á accidentes estratig-ráficos, el conjunto no deja de ser curiosísimo. Muy por bajo de estas formaciones se encuentran lechos de areniscas micáceas, de un blanco ceniciento, é inferiormente á ellas, otras rojas, en un todo ig-uales á las estudiadas en la nota en que se habla del Triásico síiperior del Cerro de la Venta (Diciembre, 1905). Como las calizas neg-ras marmóreas van perdiendo lenta- mente su compacidad, pasando por lechos de calizas tabulares azuladas, y últimamente por calizas marg"osas, asemejan estas formaciones al triásico superior de Raibl, y aunque hasta el presente no hemos encontrado ningún fósil, es verisímil que una MyopJiorya que he visto pertenezca á estas formaciones. No pierdo la esperanza de encontrarlos, y me propong-o para ello repetir las excursiones. A distancia de 2 km. al N. de la Sierra reaparecen las arenis- cas rojas en forma de g-randes cantos rodados, siendo dig-no de notarse el hecho de estar perforadas por numerosos ag-ujeros, debidos, al parecer, á lüodomos. Ocupan casi la cima de una colina y á orilla del sendero que bordea un profundo barranco. Un g'uijarro que conservo presenta hasta 14 impresiones, bien manifiestas. También alg'unas tablitas de caliza marmórea ofrecen parecido fenómeno; pero tan surcadas de orificios, que tienen aspecto criboso. La parte inferior de estas forma- ciones es constantemente el Keuper, con sus marg'as de colo- res vivos y sus gTandes masas de yeso g-ris. La vuelta á Aspe puede hacerse en menos de una hora, aun- que con precaución, porque el sendero tiene más de un paso difícil y peligToso. Las o/itas diabdsicas de Bnrete (Murcia).— '^l camino que une Murcia á Caravaca corta el río Quipar, á alg-unos kilómetros al E. de Ceheg-ín, y pasando el hermoso puente de hierro, construido hace unos veinte años, se encuentran, á la parte S. de la carretera, unas pequeñas Sierras, continuación de la de Quipar, aunque su formación es por completo diferente. La Sierra de Bnrete, al menos en su falda N., es triásica superior, presentando la misma constitución que las de otros lug-ares ya citados. Por encima de las raarg-as irisadas, y atravesándolas, aparece una masa ofítica, reputada en el país como mineral DE HISTORIA NATURAL. 207 explotable (1), aseg-urando los prácticos de la reglón que cou- tienen abundancia de blenda. El actual propietario de aquellos terrenos, mi disting'uido amig'o D. Fernando Martínez Oliva, me invitó á ver estas supuestas minas, y allí fui el 14 de Sep- tiembre de 1903. A poca distancia de la carretera se presentan las calizas tabulares obscuras, con los mismos caracteres que las de todas las localidades antes descritas como triásicas su- periores, y en la falda N. de la pequeña Sierra, y junto á un barranco, aparece una masa ofitica de no mucha extensión. La roca presenta abundancia de hojuelas de olig'isto, con as- pecto micáceo, aunque no forman masas que.teng-an arriba de 2 ó 3 cm. en la parte explorada. Le aconsejé no continuara los trabajos, y así lo hizo. Rodeando la Sierra aparecen las margas irisadas y los yesos, y de alg-unos puntos manan pequeños hilos de ag-ua que lleva en disolución sulfato mag-nésico, siendo de notar una fuente- cilla un poco mayor, conocida hace mucho tiempo por sus pro- piedades purgantes. En las inmediaciones del pueblo de Santomera, ú uno y otro lado de la carretera de Murcia, se presentan á menudo las ma- sas ofíticas, continuación de las que abundan en la Sierra de Orihuela, notándose la alteración de las calizas mag-nesianas inmediatas, que toman aspecto tabular, casi pizarroso, con denlritas, alg'unas de muy buen aspecto. Otras calizas se han vuelto esponjosas, amarillentas y como reticuladas (piedra bomba en el país), y en ocasiones las porciones inmediatas á las ofitas pasan á pizarras, tan suaves al tacto que pudieran pasar por pizarras talcosas (2), habiendo sido ésta, sin duda, la causa de considerarse estas Sierras como paleozoicas, contri- buyendo al error las calizas pizarrosas de color morado y las areniscas transformadas en cuarcitas. El olig'isto se encuentra (1) Lo mismo ocuire en las ofitas de. la Cuesta Negra, al NO. de Caravaca; las dife- rentes rocas eruptivas del Cabezo de Gil de Ras, que corta la carretera á poca distan- cia del pueblo, y tantas otras. (2) El reverendo P. Saz, profesor del Coleg-io de Santo üomingro, de Orihuela, me remitió el pasado año rocas de varios aspectos, procedentes de la Sierra inmediata al pueblo, habiendo algunas, que pasarían por talcitas, idénticas á las que se encuentran en el triásico de Cartagena, que unas y otras pudieran creerse paleozoicas si no se supiera su procedencia. En Lorca (Sierra del Caño) se encuentran areniscas trans- formadas en cuarcitas del más extraño aspecto. También en el Keuper de esta loca- lidad se hicieron trabajos en busca de blendas, smithsonitas y malaquitas. 208 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA en mayor cantidad que en Bureta; así es que en alg-unos sitios de la Sierra de Orihuela es explotado, dando buen mineral, aunque la cantidad no debe ser considerable. También existen malaquitas, objeto de beneficio dispendioso, y años atrás se encontraron pequeñas cantidades de cinabrio. El triásico de Lorca. — Al O. de esta ciudad, y separando una considerable mancha del Mioceno, situada al N. de otra gran extensión de Cambriano, que corre al SO. liasta internarse en la provincia de Almería, se eleva una Sierra que tiene su punto de partida junto al GiiadaUnihi ó rio de Lorca, yendo más de 10 km. al O., casi toda ella del triásico superior, excepto en su extremo oriental. Forma éste el Peñón de la Vélica, de cali- zas terciarias (Mioceno probablemente), y las cumbres de esta primera y menos elevada parte de la Sierra, sobre la que se levanta el antig-uo castillo. La cima de la Sierra del Caño, pro- piamente dicha, consiste en areniscas micáceas de color rojo, con aspecto pizarroso, cubiertas en alg-unos sitios por un g-rueso lecho de congiomerado poligénico, que indudablemente cons- tituye el contacto del Triásico y del Mioceno, como puede verse en el sitio llamado Los Pilones, g-arg-anta situada entre el cas- tillo y la Sierra del Caño, de la que aquél es dependencia. Este ag"lomerado está formado por cantos de cuarcitas, pizarras cámbricas de varias clases y calizas, muy duras en alg-unos sitios. En la ladera N. del castillo enormes bloques de esta roca desprendidos de la zona superior y cerca de Los Pilones, la formación terciaria se ha desplomado en el sitio llamado de las Sálicas. En toda la extensión de las areniscas rojas citadas no he visto huellas de Chondrites ni de otro fósil, aunque la he se- g-uido por espacio de muchos kilómetros. En la ladera S. de la Sierra aparecen, por debajo de las areniscas rojas, las marg-as irisadas, dominando los tonos rojos en la parte oriental (falda del castillo, San Lázaro y cercanías del Calvario), y el tinte azulado y verdoso en la parte occidental. La subida natural de la Sierra, escarpada por ambas laderas, es la línea de crestas que parten de Los Pilones hasta su extremo O,, el cual alcanza una elevación considerable. Como los deberes profesionales me impedían permanecer en DK HISTORIA NATURAL. -20^ Lorca durante ias épocas más favorables para excursiones, y sólo podía ir en los meses de verano, para hacer la correría sin las molestias de la alta temperatura de Julio y Ag-osto, pro- puse á alg'unos amig'os realizar el viaje de noche, aprovechando una fecha de luna llena, para lleg'ar sin calor á lo más alto y reconocer con la luz del alba y á las primeras horas de sol lo más alto de la Sierra, dejando el descenso para las siete ó las ocho. Aunque muchos aceptaron g'ustosos la idea, por lo que tenía de extraordinaria, lleg-ado el momento sólo D. Manuel Monteg-rifo y Fajardo se prestó g"ustoso á emprender el cami- no. Salimos de Lorca á las diez y media de la noche; subimos por San Lázaro, y á las once lleg-ábamos á Los Pilones, y desde este punto empezamos á ascender la Sierra del Caño, propia- mente dicha. Caminamos unos 2 km. por calizas terciarias (1), que sólo ocupan esta parte de la arista de la Sierra, pasando á poco á las areniscas rojas micáceas, en algunos sitios tan frag-mentadas que formaban considerables masas sueltas. La luz de la luna, absorbida por el color rojo-morado del suelo, producía una impresión de tristeza, aumentada con la sole- dad de aquel paisaje, completamente estéril. En algunos sitios parecía que pisábamos sobre carbonilla; tal era la obscuridad que reinaba en el suelo. Pasábamos á las doce y media frente á un antig'uo acueducto situado 100 m. más abajo y que sirve para el paso del pequeño curso de ag'ua de que en otro tiempo se abastecía la ciudad, y que tiene su salida por la fuente si- tuada frente á la Coleg-iata de San Patricio. Más adelante cru- zamos un difícil paso, y entramos en un pequeño semicírculo, al que hacían sombra los elevados picos que lo rodean, dándole cierto parecido con un circo lunar. Poco más de la una de la madrug-ada pasábamos por entre elevados peñascos de calizas blancas (miocenas seguramente) simulando monumentos cicló- peos, que precedían á un llano perfectamente alumbrado, gracias á la tiaturaleza del suelo calizo y á la cal viva espar- cida alrededor de unos hornos que encontramos al paso. Media hora después llegábamos á un sendero peligrosísimo, abierto en la ladera S. de la Sierra, teniendo que retroceder ante el temor de caer de una altura mayor de 200 m., pues la ladera forma un ángulo de cerca de 70" en aquel sitio. Habiendo dado (1) Todas estas formacioues fueron reconocidas á la vuelta de la excursión. 210 boletín de la real sociedad española después con la verdadera senda, lleg-amos muy cerca de la cumbre, de la que nos separarían unos 300 m. y poco más de 50 de altura. Descansamos un breve rato, y como el terreno se presentaba invariablemente con la misma composición, habien- do pisado casi toda la noche las areniscas rojas y rojo-mora- das, cerca de las tres comenzamos el descenso, con objeto de atravesar ciertos lugares un poco difíciles antes que alumbrara el sol, temiendo al vértig-o que podría determinar en nosotros la vista de las profundidades junto á las que habíamos transi- tado. Reconocimos detenidamente algnmos puntos cercanos al camino, y nos encontrábamos en Los Pilones, Ueg-ando á las siete de la mañana á la población. En el triásico de la Sierra del Caño, y más particularmente en la ladera N., se encuentran masas de cuarcitas blancas y rosadas en potentes bancos levantados como diques, y de los elementos sueltos cercanos al pequeño barranco que sale de Los Pilones, hemos recog-ido en otras expediciones, en unión Inflexione.-; en un trozo de caliza pizarrosa, procedente del triásico de Los Pilones CLorcyi'. Las fajas sombreadas representan calizas azules y las claras zonas amarillentas. ^ t. n. Trozo de cuarcita que envuelve un núcleo de arenisca micácea y fajas de la misma arenisca, proce- dente del Iriásico superior de la Sierra del Caño (Lorca). ¡í t n. de D. Antonio López Villanueva, profesor normal de Murcia, un trozo de roca, con aspecto pizarroso, con dobleces é inflexio- nes que recuerdan una serie de sinclinales y anticlinales. Otro frag-mento g'rueso de cuarcita blanca rosada forma ca- pas que envuelven un núcleo de arenisca micácea de color ag-risado. Parece como una comprobación de que ciertas cuar- citas no son sino areniscas transformadas. DE HISTORIA NATURAL. 211 Nuevos datos para la Geología del Sudeste de España DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS I. El Mioceno de la Sierra de las Atala¡/as. — Al O. de Ali- cante, y sig-uiendo la carretera que desde la capital con- duce á Monforte, se encuentra la pequeña Sierra de las Ata- layas, á unos 4 km. de distancia, brevemente estudiada por Mr. Nicklés (1). Atrajo mi atención la abundancia de fósiles que me participaron había en ella, y allí me he dirig-ido varias veces con mis alumnos del Instituto. No pasó de ser la primera excursión una exploración ligera, faltos de tiempo después del empleado en la inspección de la Serreta Negra y en el Rincón de los Santos (Foncalent). No obstante la poca luz crepuscular, se recogieron muchas espe- cies, y esto nos oblig-ó á volver tres días después (8 Noviembre), repitiendo las correrías el 19 y el 25 del mismo mes. El g-ran número de alumnos que tomaron parte en estos pa- seos escolares permitió aumentar considerablemente las colec- ciones del Instituto y el descubrir capas margosas cargadas de fósiles, algunos no citados, que yo sepa, en las listas publica- das en diferentes obras. Ello me mueve á escribir las siguien- tes líneas, no sin dar antes las gracias á los Sres. Pérez Dagni- no, Martí, Martorell, Gómez Llueca, Puigcerver, Borja, y á otros, á cuya actividad y entusiasmo por estos conocimientos debemos la posesión de gran cantidad de fósiles. La Sierra de las Atalayas forma una pequeña arista de es- casa elevación, pero que se destaca perfectamente en medio del cuaternario que la rodea. Tiene su principio á muy poca distancia al O. de la Rambla de las Ovejas. Su dirección gene- ral es de ENE. á OSO. próximamente, y su mayor altura no pasará de 50 m. sobre el nivel de la carretera, no exce- diendo de 2 km. su longitud total. Preséntase, por tanto, como una serie de pequeñas colinas, si bien en la localidad se (1) RccJierches géologiques sur les terrains secondaires y tertiaires de laprovince d'A li- cante et du sud de la province du Valence, pág. 137 y pl. iv. 212 boletín de la. real sociedad española emplean las palabras sierra y cordillera, aun para las más in- significantes elevaciones. Principia cerca de la hacienda titu- lada La Lucrecia y termina en la Atalaya Grande, situada en la parte occidental, desde donde se domina una gran llanura, darrrtera. Jr Las Atalayas desde el centro de la laguna desecada. A. — Casa de Caturla, en cuyas inmediaciones se encuentran capas margosas coa discordancia de estratificación, por lo que se supone sean nummuliticas. 1.— Molasa con Heterosteginas y dientes de peces. 2.— Bancos calizos. 3.— Molasas inferiores. formada casi toda ella por el cuaternario. La inclinación ge- neral de sus capas es hacia el E. 30" S., con una pendiente de unos 16°. Así es que presenta un suave declive hacia la carre- tera, mientras que al NO. aparece cortada y dejando ver sus estratos hasta cerca de la depresión, que fué en otro tiempo una laguna, situada entre ella y la Serreta Negra y la parte meridional de la Sierra de Foncalent. Forma las capas superiores una molasa bastante fuerte que encierra numerosos fósiles, entre los que se encuentran restos de Peden, Cstrea, Lima, Cardium, Venus, Voluta, Conus, Ce- rithimn, etc., etc. Su espesor es variable, pues mientras que en algunos sitios es sólo de algunos centímetros, dejando al des- cubierto la capa caliza inferior, en otros alcanza algunos me- tros. Esta capa deja al descubierto en ciertos puntos una mo- lasa amarilla, de grano muy fino, que contiene trozos del Peden crisialus Bronn, pequeñas ostreas y corales. En las cer- canías de la Venta de las Atalayas, á la izquierda del sendero que va de la carretera á la casa de Caturla, se presentan estas molasas en unas pequeñas barranqueras fraguadas por las aguas pluviales. Allí se encuentran el Peden Solarium Lamk. y el P. Burdi- galensis Lamk., pues á esta especie creo deba referirse uno que alcanza hasta 20 cm., poco convexo, de 14 costillas, muy convexas al principio y que cerca de los bordes van aplanan- DE HISTORIA NATURAL. 213 dose, hasta desaparecer casi. Otro ejemplar de pequeño tama- ño, con una valva muy convexa y de 15 costillas, ig-noro á qué especie pueda referirse; no falta tampoco un pequeño Chlamys en las capas superiores. El Sr. Nicklés cita la Ostrea Offreü Kil. como característica de las Atalayas, pero sin duda se encuentran además otras es- pecies. Los g'éneros Cardium, Venus, Pholndomya (una especie de g'ran tamaño), Lima, Spondijliis, tienen también sus repre- sentantes, aunque, por desg-racia, los ejemplares recog-idos se encuentran en un estado que hace muy difícil su determi- nación. En la parte alta de la Atalaj^a Mayor, que es, como hemos dicho, la más occidental, la molasa se reduce, poco á poco, á polvo, fenómeno debido sin duda á las eflorescencias salinas que presenta. Los ejemplares g-uardados en las colecciones se cubren de sales, principalmente cloruro sódico y sulfato mag-- nésico, más alg-unas sales calcicas, pues precipitan abundan- temente con el oxalato amónico. Acaso la nitrificación no sea extraña al fenómeno. El resultado es la formación de pequeñas cuevas y cobertizos, que prestan un aspecto extraño á las ci- mas. La parte exterior de estas molasas permanece sin alte- rarse, pero sólo en el espesor de unos cuantos centímetros, de tal manera que hay g-randes cavidades que se hunden al peso de una persona. Este hecho rae parece que encuentra su expli- cación en la infiltración de las ag-uas de lluvia, que disolviendo las sales de la parte superficial, las conducen al interior, rom- piendo ó disg'reg-ando su masa al cristalizar en las superficies de las hendeduras. Así este polvo es salado, y el viento y otras causas de dispersión van ag-ran- dando lentamente estas cavidades. Los dien- tes de peces, conchas y demás restos, resisten á esta acción destructora, y por eso en estas cavidades, como en la ya citada del Garbinet, se hallan buenos ejemplares, completamente tItlTor\X¡''!m¿ limpios. ceuo de las Atala- T -, ., . 1 111 yas. Alicante. La lormación superior, molasa muy blanda, encierra á millares pequeñas Heierostegina, que empastan los moldes de Lamelibranquios, Gastrópodos y hasta de Taomirus, y entre ellos formas muy curiosas, en un todo semejantes á los •214 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPATÍOLA moldes de alg-as ya citados con el nombre de Cos de dona en la nota en que me ocupé del nummulítico de Ag-ost. La profusión con que se encuentran estos pequeños fósiles es tal, que en alg-unos puntos de la Atalaya Grande forman un verdadero cong"lomerado, como se sabe acontece en la cuenca del Gua- dalquivir. Pequeños pectenes se encuentran también entre ellas, y no faltan radiólos de Cidaris ó de alg-ún otro g*énero vecino. Los dientes de peces no son tan abundantes como en la Cor- diUera de Jos Ángeles. Sólo los hemos visto, hasta el presente, de Lamna y Chrysophrys, pero quizá no falten Oxijrhmas, por ser g-énero mu}' frecuente en el Mioceno del SE. de España. Reposa bajo de esta molasa una capa caliza de dos ó tres me- tros, que se destaca fácilmente á distancia. En ella los fósiles están muy destrozados, sobresaliendo los g"éneros Peden y 0^- irea, que son los predominantes en las Atalayas. Esta es la caliza de Clyjyeaster, y más particularmente su parte inferior, de donde se han extraído el C¡. crassicosiatus Ag". y otra espe- cie que creo deba ser el ^7. al tus Lamk., una de las más repar- tidas en España. A estas capas corresponden también una Sciitella, indeterminable por su estado de conservación, y alg"u- nas Beterosiegina. La parte inferior es más pobre en fósiles, reproduciendo por sus caracteres la zona superior. En alg-unos puntos, y ya casi en la base, se presentan unas calizas marg-osas que buzan al N. y que están, por lo tanto, en discordancia con las capas helvecienses. Por su aspecto recuerdan al Nummulítico y con duda las señala el Sr. Nicklés como tales, y aunque se han re- petido las excursiones con el objeto de cerciorarnos, no hemos tenido la suerte de encontrar fósil alg-uno que nos sacara de dudas. Nada tendría de particular la existencia del Eoceno en estos lug-ares, dada la identidad de formación con la Cordillera de los Áng-eles, que, como ya he dicho en otra nota, descansa sobre marg-as nummulíticas. Es el asomo nummulítico más próximo á Alicante y uno de los más ricos en fósiles. La presencia del g-énero Heterostegina, alg-unos de cuyos ejemplares alcanzan 8 mm. de diámetro, viene á confirmar una vez más el parecido de estas formaciones con el Mioceno de Viena, y en una próxima nota pienso comunicar á nuestra Sociedad el hallazg-o de otros foraminíferos en el Mioceno de DE HISTORIA NATURAL. 215 la provincia de Murcia, ig'uales á los citados en las calizas de Leytha (1) y formaciones análogas inmediatas á aquella capital. Al N. de las Atalaj'as se encuentra una g-ran depresión del terreno, imposible de cultivar por encontrarse cubierto de sa- les, principalmente cloruro sódico, pareciendo como una ex- tensa lag-una desecada. Ya Nicklés señaló este sitio en la Pl. iv de su obra, indicando los numerosos afloramientos de Infra- cretáceo en las proximidades de Foncalent. En medio de esta llanura se presentan pequeñas manchad de calizas azuladas, oon numerosos ammonites que, por su forma, parecen neoco- mienses, y en alg-unos puntos la capa de tierra es sólo de unos cuantos centímetros. El Infracretáceo se extiende hasta muy cerca de las Atalayas. II. El Infracretáceo del N. y NO. de FoncaIenl—J)escTÍt-Añ cuidadosamente por el Sr. Nicklés las Sierras de Foncalent y Serreta Neg-ra, nada tenía que añadir á su concienzudo tra- bajo; y sólo á título de curiosidad he recorrido multitud de ve- ces estos lug-ares, aprovechando la circunstancia de poder hacer noche en la casa de campo de mi disting-uido amig*o el Sr. Elizaicin, situada en el extremo N. de Foncalent. La afición de mi amig'O á las antig-üedades le ha hecho recorrer las inme- diaciones en busca de objetos romanos, de los que abundan en aquellos sitios (2), y juntos hemos visitado los contornos de la Sierra y encontrado fósiles infracretáceos en puntos distin- tos y á donde no llegaron los estudios del Sr. Nicklés. En mi (1) Lingiíliiia costata d'Orb., Dentalina elegans d'Orb., AmpJiistegma Haueri d'Orh. y algún otro género poco conocido. (2) En las cercanías de la casa de Foncalent, y no lejos de la antigua capilla, hoy en ruinas, se encuentran innumerables trozos de vasijas romanas de todos tamaños, ánforas, jarrones, platos, tazas, etc., unas de barro ordinario, otras primorosamente labradas, conteniendo inscripciones, dibujos, ornamentos de orden jónico y bástalos sellos ó contraseñas del fabricante. También se encuentran numerosos fragmentos de vidrio, ya alterado, formando escarnillas irisadas en su superficie; pero lo que más llama la atención es un sencillo capitel (?) de granito de mica negra, que el Sr. Eli- zaicin conserva en su casa de campo. Forma esta piedra un prisma cuadrado de 0,8í metros en la base por 0,13 de altura; de modo que viene á ser como una losa de mucho grueso, y en sus caras laterales corre un surco ó canal de un centímetro de profundi- dad. Formando cuerpo con la losa se encuentra un cilindro de 0,7G m. de diámetro por 0,09 de altura, lo que le da el aspecto de la parte alta de un capitel, y en este su- puesto, tomando como módulo 0,38, debe corresponder á una columna de más de 7 m., incluso basa y capitel, si se trata de alguno de los órdenes jónico, corintio ó com- puesto, y de más de 5 m. si toscano ó dórico. Acaso sea una modificación introducida en el arte primitivo español, no muy conocido; pero de todas maneras, esta piedra 2ii? boletín de la real sociedad española última visita á aquellos lugares disting-uí á larg-a distancia una serie de pequeñas alturas ai NNO. de la casa de Fonca- lent y formando la continuación de la Sierra Mediana, ya estu diada en otra nota que comuniqué á nuestra Sociedad. Conve- nía reconocer aquella parte para unir los trabajos hechos en Foncalent con los de Sierra Mediana, y á ello dediqué la ma- ñana del 11 de Marzo último, recorriendo de paso las dos pequeñas manchas' que el Sr. Nicklés señala en su Esquise géologique de la Sien'a de Foncalent (Pl. iv) como cretáceo inde- terminado, inclinándome á considerarlas como continuación del Neocomiense con que termina la Sierra, como asimismo las pequeñas lomas inmediatas á la hacienda de la Campaneta, situada alg-o más al N. Dirig-iéndome después al NO., crucé por otra lag-una salada, que aún conserva bastante ag"ua en alg-unos puntos, dejando otros en seco y cubiertos de sal. Pasada es- ta lag-una el sue- lo ofrece una pe- queña inclina- ción, y desde este j^nto son ya fre- El Racó del Oabach. , , cuentes los en- l.-Travertinos y aluviones antiguos. 2.- Zonas infracretáceas formadas por margas azuladas de CUCntrOS de am- diferente consistencia. mouites piritOSOS y pequeños trozos de Belemnites. El terreno es constante- mente el mismo y parece como continuación del de Sierra granítica, traída, como otras muchas, de lejanos países, pues no es de suponer que fuera ella sola de este material, da idea de la importancia del edificio á que se la des- tinó Las construcciones rurales habrán empleado las otras, y estos capiteles, que no tienen cómoda colocación en las paredes, quedan como bancos ó asientos á la puerta de las casas de campo. Así vi en 1891 un bello capitel jónico junto á la puerta de una casita edificada en la falda del Cerro de Beaza (Cartagena\ en la Encarnación (Cara- vaca), etc. La existencia de una quinla romana, ó acaso de un templo 6 de unas termas para utilizar el agua caliente de la fuente donde se deriva el nombre de Foncalent (28" c.) parece indudable, y en una excursión verificada, el .5 de Noviembre último, por la Serreta Negra, frente á Foncalent y en las inmediaciones del Porlell, encontré un gran trozo de díabasa primorosamente pulida y como formando parte de una escultura ú otro adorno. DE HISTORIA NATURAL. 211 Mediana, y por tanto nada tiene de particular el hallazg"o de especies ig-uales á las del Rincón de los Santos. Una hora después lleg-aba á la falda de las lomas del Racé del G-abach, y tornamos descanso en un diminuto barranco que recog"e las ag"uas de las laderas, dominando en aquellos parajes mar- gas azuladas de tinte muy claro, separadas de trecho en trecho por delg'ados lechos de caliza amarillenta con manchas ferrug'inosas. Corta además el barranco un banco de arenisca rojiza, alg-o micácea, de unos 50 cm., y todas estas capas buzan al SE., con una pendiente próximamente de 70". Las marg-as azules son muy pobres en fósiles; tan sólo por excepción encontré, después de mucho examinar, un molde borroso de Holcodiscus (?), de pequeño tamaño; pero entre las marg-as sueltas que arrastran las ag-uas pluviales al fondo del barranco, es frecuente hallar núcleos piritosos y alg-unos am- monites bien conservados. Entre las especies recog-idas en los llanos situados entre Fon- calent y el Racó del Gabach fig-uran un Holcostephamis inier- medius d'Orb., que parece representar la zona del HopUtes neo- comiensis, una PulcheUia, parecida á la P. compressissima d'Orb. y otra en mal estado, un Hoplites, de costillas más g-ruesas que el H. cryptoceras d'Orb.; trozos de Besmoceras, dos Holco- discus, uno de los cuales se encuentra también en el Rincón de los Santos y en Sierra Mediana, y el Phylloceras lethys d'Orb. cerca del Racó y en el fondo del pequeño barranco mencio- nado, así como también trozos de Belemnites no determinables. Coronan la parte superior del Racó unostravertinos de color rojizo, alg-o inclinados hacia elE., incluyendo en su parte me- dia unos aluviones que alcanzan en total de 8 á 10 m. Como las marg-as azules se alteran fácilmente, los travertinos forman como una cornisa en la parte alta de las lomas, pero faltan en la última porción hacia el N. de^Foncalent, en unas lomas si- tuadas muy próximas al meridiano que pasa por la casa del Sr. Elizaicin y como á 3 km. de distancia. ni. Infracretáceo al N. de Muc/iamiel — En una excursión efectuada con los alumnos Sres. Pérez Dag-nino, Vidal, Martí y Gómez Llueca, el día 18 del pasado Marzo, encontramos una g-ran mancha de Infracretáceo al N. del pueblo de Muchamiel. Habíamos salido en el tranvía de vapor que hace el servicio entre Alicante y el Ravalet. y seg-uimos la carretera de Jijona T. V. -Abril, 1906. 15 218 BOL. riN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA hasta el kilómetro 6, en busca de un yacimiento fosilífero, que no encontramos, sin duda por error nuestro. No teniendo en- tonces tiempo bastante para continuar la exploración, dejamos la carretera y tomamos un antig-uo camino vecinal que con- duce á Busot, partiendo del lado mismo de la seg-unda casilla de peones camineros. Habiendo seg-uido por él como un kiló- metro, dimos ccn alg-unos fósiles secundarios, con g'ran sor- presa mía, pues había oído decir que toda aquella extensión era nummulítica. Junto al camino vecinal encontramos pe- queños trozos de Belemnites, y á alg"una distancia al N. los alumnos descubrieron un buen yacimiento de equinodermos, principalmente Hemiaster, alg-o parecidos á los del Albiense, como también un diminuto Amononites piritoso, semejante á un SchlahacMa, pero no fácil de determinar por ser una forma muy joven. Continuando por este camino lleg-amos á un pro- fundo barranco abierto entre marg-as azuladas, sumamente inclinadas, que buzan al E., con una pendiente de 70 á 75°, y en ocasiones casi verticales, alternando con lechos de caliza alg-o micácea. No encontramos fósiles en nuestro recorrido, y únicamente entre las piedras rodadas del lecho del barranco halló el señor Martí una caliza fuerte amarillenta, con impresiones de dos vueltas de un Turrilites que, comparado con otros ejemplares que poseo, parece ser el T. Bergni Brong-., procedente, sin duda, del albiense de alg-ún punto más al N. El barranco recibe sus ag"uas de la Sierra de Almadén (el E. de Jijona) y de los otros barrancos que salen del O. de Cabesó. El cenoma- nense no debe estar lejos, porque á los pocos días los alumnos me trajeron una Discoidea cylindrica Ag"., idéntica á la que encontramos á la salida del Racó de Cortes. Todo el barranco del Verg'elet, que así nos dijeron se llama- ba, continúa en la misma formación de marg-as azuladas obs- curas, con g-ran inclinación. Por la parte S., y cerca de Mucha- miel, el barranco afluye al río Cartalla, que lleva sus ag-uas á la playa del Campello. DE HISTORIA NATURAL. 219 Boletín bibliográfico. Marzo. 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Soc. esp. Hiet. nat., Ma- drid, 1906.) Torino (D. Damián). — Memoria presentada al x Congreso de la Nación. Buenos Aires, 1904-1905. — Anexo A á la anterior Memoria. — Anexo B á la anterior Memoria. Ventalló (D. Domingo).— Contribució al estudi de la Fauna lepidopte- rologica de Tarrasa. Tarrasa, 1905. Abril. Academia Mexicana de Ciencias exactas, físicas y naturales. México. (Ana- les.) Tomo I, 1903, n.os 1-2. Académie des Sciences. Paris. (Comptes rendus.) T. cxlii, 1906, n" 9, 26 Fevr. Berthelot et André: Recherch. sur quelq. métaux et miner. trouvés 222 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA dans les fouilles. — Víala et Pacottet: Sur les kystes des Gloeosporium et sur leur rCle dans l'orig. des levures. —Stellosphoera mirabilis, nou- velle larve d'Astérie. — Argand: Sur la tectonique du ruassif de la Dent-Blanche. — Chudead: D'Iféronane á Zinder. — N" 10, 5 Mars.— Guignard: Le Haricot á acide cyanhydrique, Fhaseohis lunatus L. — Leger et Duboscq: L'evolut. des Eccrina des G/owíms. — Bounhiol: Sur le gisement huitrier natur. de la Macta (Algér.) et le regine d'e- coulem. de cette riviére. — Chabrin et Goupil: Les ferments du pla- centa.— Lambert: Sur la durée dea persist. de l'activ. du cceur isolé.— Montier; De l'influeuce de la vieillesse sur la press. arter.— Glan- geaud: Une chaine volcan, mioc. sur le bord occid. de la Limagne. — KiLlAN et Gentil: Découv. de deux horizons cretac. remarq. au Maroc. — Martel: Sur le grand cañón du verdón (Basses-Alpes), son age et sa format.^N" 11, 12 Mars. — Depéret: L'evolut. des Mammif. tertiaires; import. des migrations.— Pelourde: Contrib. á l'anatom. systemat. de quelq. geures de Fougéres. — Dangeard: La fécondat. nucléaire chez les Mucorin. — Rothschu.d et Neuville: Sur V Hylochce- rus Meinertzhageni O. Ths.— Bordas: Struct. des csecums ou append. filiforra. de l'intestiu moyen des P%Z¿¿es.— Hérubel: A propos de l'anat. conip. des Sipunculides. — Morofk: Sur l'evolut. des prétendus Coccidies des Céphalop.— Léger: Sur une nouv. maladie myxosporid. de la Truite indigéne. - Gadtrelet: La réaction du sang, fonction de la nutrit. — Chevalier: Sur les glaciers pléistoc. dans les valléesd'An- dorre. — Glangeadd: Les volcans du Livradois et de la Comté. — Ar- gand: Sur la tectonique des zones d'Ivrée et du Strona. — Petit et Courtet: Les sédiments á Diatomées de la región du Tchad.=N" 1 2, 19 Mar.g. — Lacroix: Sur les facies de variat. de certain. syénites né- phéliniq. des iles de Los.— Boüvier: Sur les Gennadas on Pénéides bathypSlag.— Lévy: Surlafeuille de Gap au , — Cayeux: Struct. ^ 8000Ü et orig. problable du mineral de fer magnét. de Diélette (Manche). — Vassikre: Sur les Gasterop. Nudibranch. et sur les Marséniadés de l'Expéd. au tarct. du Dr. Charcbt. — Léger et Hesse: Sur la struct. de la paroi sporale des Myxosporid. — Pelseneer: Un genre de Lamellibr. á bouches multipl. — Villemin: Rayons X et activité genit. — Kayser et Manceau: Sur la malad. de la Graisse des vins. — Henry; Sur les lois de l'elastic. muscul. et leur applicat. á l'Énergetique. — Hang: Nouv. données paléontol. sur le Devon. de l'Ahenet occid.— Cornet: Sur la faune du terr. houiller infér. de Baudour. — Rekier: Sur la flore du terr. houiller infér. de Baudour.— Thoulet: Le calcaire et l'argile dans les fonds marins. Académie Impériale des Sciences de St. Fétersbourg. (Annuaire du Musée Zoologigue). 1905. Tomo x, nos i_2. DE HISTORIA NATURAL. 223 Academy of Natural Sciences. Philadelphia. fProceedings.) 1904, vol. lvi, part 2 and 3; 1905, vol. LVii, part 1. American Natwalist (The). Chicago. 1906, vol. xl, n° 471.— Stone: Notes on Reptiles and Batrach. of Pennsylvania, New Jersey, and Delaware. Wií.LOox: Anatomy of Acmrea testudinalis Müller.— Hollick and Jef- fret: Affinities of Cert. Cretaceous Plant Remains Commonly refer- red to the Gen. Dammara and Brachyi)hillum. — Colé: A New Pycno- gonid from the Bahamas. — Barbour: Addition. Notes on Bahama Snakes. Anales del Museo Nacional. San Salvador. Tomo 2.°, n.° 15.— Güzmán: 100 mater. textiles de El Salvador. — Rodríguez Luna: Flores de palo. Sompopos. — Güzmán: Botan, industr. de Centro-Amér. (cont.). Archives de Zoologie experiméntale y genérale. 4' serie, tome 2% 1904; tome 3^ 1905, nos 1-2, 4. — Notes et Revue. ]904, nos 1.2, 5-I]; 1905, nos 3-9. Archives Néerlandaises des Sciences Exactes et Naturelles La Haye. 1906, serie 11, tome xi, r et 2" livraisons. — Schreinemakers: Cristaux mix- tes dans les systémes ternaires. — Beijerinck et Rand: Sur l'excitat. par traumat., le parasitisme et l'écolement gommeux chez les amyg- dalées. Baleares (Las). Palma de Mallorca. 1906, n.os 63-64. Burean of Government Laboratories. Manila. 1906, n.° 36. Campagnes scientifiques du Prince Albert de Monaco. Monaco. 1906, fascic. xxxii. — Dautzenberg et Fischer: MoUusq. proven, des dragages effec- tués á l'ouest de l'Afrique. Canadian Entomologist (The). London. Ontario. March 1906, vol. xxxviii, n° 3.— Lochhead: Household Insects.— Pearsall: Another Geometr. Tangle.— Woglum: Two new Scale Insects.— Weeks: New Lepidopt. — Girault: Trichogramma pretiosa and a new variety.— Cockerell: The Coccid genus Eulecanium. — Haight: Noctuid and Geometr. Moths from Ternagami Lake. —Evans: Cañad. Coleopt. not heretof ore recor- ded. — Taylor: The species of Eupithecia occurring at Calgary. Casopis. Praga. 1906. Rocnik iii, cislo i. Chicago Academy of Sciences. Chicago. (Bulletr\) 1901, vol. u, n° xv; 1902. nos 111 y V. Special Publicat., n" 1. Davenport Academy of Sciences. Davenport. (Proceedings.) Vol. vii (1897- 1899); vol, VIII (1899-1900); vol. ix (1901-1903). Deutsche Entomologische Zeitschrift. Berlín. 1906. Erstes Heft. Entomological Society. Ontario. (Annual Report.) 1905. Entomologische Litteraturblatter. Berlín. Marz 1906, n" 3. Entomologist' s Record (The). London. 1900, vol. xii; 1901, vol. xiii; 1902, vol. XIV, nos i_6, 8, 10-12; 1903, vol. xv, nos I-7, 9_i2; 1904, vol. xvi, nos 1-6; 1906, vol. XVIII, nos 2-3. 224 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Faculté des Sciences. Marseille. (Anuales ) Tomo xv, 1906. Feuille des Jeunes Naturalistes {La). París. N" 418.— Labeaü: Note sur la flore marit. du littoral fraiK;. de la Mer du Nord (fin).— Plateau: No- tice géologique sur le territoire de Merfy (suite).— Mingaud: Nouv. captures de Platypsyllus castoris Rits. — DoLtFüs: Études sur les crus- tacés Isopod. terrestres de l'Europe et du bassin méditerr. (á suivre). Field Columhian Museum. Chicago. Geological series, vol. ii (1904), nos 6-6; vol. III (1905), n" 1. Zoological series, vol. iv (1904), part i y il; vol. v (1904). Report series, vol. ii (1904), n° 4. Forestry Burean. Manila. (Bulletin.) 1903, n° 1. Ingeniería. Madrid. 19t6, nos 34_36. Institiició Catalana d'Historia Natural Barcelona. (Butlleti.) 1906, nos 1-2, Cadevall: Excursionisme botánich. — Soler: Rectificac. de la nomen- clat. d'una «Perdix».— J. Maluquer: Moluschs terrestres y d'aygua dolsa deis voltants de la Pobla de Segur.— S. Maloquer: Guía per la cass., preparac. y conservac. deis lepidópters (acab.). Institut de Botanique de I' Université. Montpellier. 1 906. Serie mixte, mé- moire n° 2. Institut de Zoologie de V Université. Montpellier. 1904 1905. 2^ serie, mé- moir 1415. Jardín Botánico de Tifiis. 1906, vol. ix, n° 1. (En ruso.) Johns Hopkins Hospital. Baltimore. (Bulletin.) 1906, vol. xvii, n° 180. K. K. Naturhistorischen Hofnmseums. Wien. (Annalen.) 1904, Band xix, nos 1-4. K. K. Zoologisch-botanischen Gesellsclwft. Wien. ( Verhandlunqen) 1906, LVi Band, 1 Heft.— Brehm und Zederbauer: Beitr. zur Planktonun- tersuch. alpiner Seen.— Brehm: Untersuch. üb. das Zooplankton eini- ger Seen der nordlichen und ostlichen Alpen. — Brauns: Zur Kenn- tnis der südafrikanisch. Hymenopt.— Penther: Bemerkung. üb. einige Scorpione aus Kreta. Missouri Botanícal Garden. St. Louis. Sixteenth annual Report. 1905. Musée Teyler. Haarlein. (Archives.) 1904, serie ii, vol. viii, b'= part.; 1905, serie ii, vol. x, V part. Musei di Zoología ed Anatomía comporata. Torino. (Bolletino.) 1904, vol. xix. Museo cívico di Storia Naturale. Genova. (Annali.) 1904-6, sene 3.^ vol. i. 3hiseo Nacional. Buenos Aires. (Anales.) Serie iii; 1904, tomo iii; 1905, tomo IV. Museo Nacional. Montevideo. (Anales.) 1905, señe ii, entrega ii.— Sección histórieo-filosófica. 1905, tomo ii, entrega i. Muséum d'Hidoire Naturelle. París. (Bulletin.) 1904, nos 4-8; 1906, nos i-6. (Continuará.) Sesión del 9 de Mayo de 1906. PRESIDENCIA DE DON FLORENTINO AZPEITIA El Secretario accidental, Sr. üusmet, leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. Admisión y presentaciones. — Quedó admitido corno socio nu- merario D. Carlos Rodríg-uez y López Neira, propuesto en la sesión anterior, por D. Marcelo Rivas Mateos. Se hicieron otras tres propuestas de socios. Correspondencia. — Se leyó una carta del Dr. Schultess-Rech- berg", de Zurich, y otra de Mr. P. Lesne, de París, dando g-ra- cias por su nombramiento de socios corres'pondientes. Se dio cuenta de la tercera circular del Comité org-anizador del Cong-reso Geológico Internacional de Méjico, que ha de inaugurarse el (3 de Septiembre. Se leyó una carta circular del Dr. Richard, Secretario de S. A. el Príncipe de Monaco, referente al proyecto del Primer Cong"reso Internacional de Oceanog-rafía que habrá de cele- brarse en aquella población con motivo de inaug'urarse el g-randioso Museo Oceanógrafico debido á la munificencia y entusiasmo científico de aquel Soberano, conviniéndose, por todos los señores que usaron de la palabra, en que merece aplauso de cuantos se interesan por el progreso de la Ciencia, la iniciativa' tomada por S. A. S., y que se transmita al doctor Richard la adhesión incondicional de la Sociedad para tan útil proyecto. Comunicaciones verbales. —Pll Sr. Vázquez presentó el pros- pecto de una gran publicación sobre Lepidópteros, indicando la conveniencia de que la Sociedad se suscriba á ella. Se acor- dó estudiase este asunto la Comisión de publicación, conce- diendo desde lueg-o su aprobación á lo que ésta resolviese. — El Sr. Rivas Mateos (D. Marcelo) leyó la reseña de una excursión á Motril, y el Sr. Lázaro ofreció una nota referente á las plantas notables de aquella zona. — El mismo Sr. Lázaro presentó la sig-uiente nota: T. v.-Mayo, 19(16. 16 226 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Como el catálog-o de hepáticas españolas debe ser aún muy incompleto, no habremos de asombrarnos de que aun los que no cultivan especialmente dicho g-rupo de plantas, pero reco- rren los campos con frecuencia, puedan recog-er ejemplares de especies que anteriormente no se hayan citado. Tal es el caso de nuestro activo consocio y eminente profesor Sr. Boscá, quien hará dos meses me remitió para su determinación al- g'unas plantas, y entre ellas una hepática taliforme recog-ida en Oliva, cerca de Sag'unto. Examinada ésta, resultó corresponder á la especie Oliona Itálica Dumortier {Aitonia Itálica Lindberg-, AnthTocephalus Italicus Sassi, Plagiochasma Italicum Notaris), que hasta aho- ra no había sido hallada en la Península. La especie fué reco- nocida primeramente en Lig-uria , donde durante bastante tiempo se la creyó localizada, pero recientemente se compro- bó su existencia eii Francia, en el litoral mediterráneo, y el hallazg-o del Sr. Boscá demuestra su existencia en España, y hace muy probable su presencia en otras localidades penin- sulares de la reg'ión oriental. — El Sr. de Buen llama la atención acerca del envío de in- vertebrados vivos que ha hecho en ios comienzos de este mes el Laboratorio Arag-ó, de Banyuls sur Mer, al Museo de Ma- drid, con motivo de las Conferencias de Biología Marina que ha tenido el honor de explicar estos días en el Ateneo, usando del derecho que le concede el Real decreto de Noviembre de 1901 y con la venia del Sr. Director del Museo. El envío de animales vivos tiene importancia, porque han Ueg-ado perfectamente, incluso los crustáceos que tan difíciles son de transportar, á pesar de la temperatura elevada de los días primeros de este mes. La Compañía de ferrocarriles Ma- drid, Zaragoza y Alicante, permitió que viniesen las cajas con los animales vivos, en el tren de lujo de Portbout á Madrid, mereciendo por ello un aplauso. Además, es el primer envío de tal importancia y con tal pro- pósito que se ha hecho en España, y prueba que pueden sur- tirse nuestras cátedras y laboratorios del interior, perfecta- mente, de animales vivos. Una vez que el Laboratorio de Baleares (en org-anización) se establezca, el servicio para, las cátedras y laboratorios de Ma- drid, podrá hacerse regulíirmente, sin dificultad. DE HISTORIA NATURAL. 227 I En el envío fig-uran Esponjas muy notables y brillante re- presentación de Pólipos y Equinodermos, como puede verse en la lista adjunta. Aprovecho — dice el Sr. de Buen— la ocasión para ag'radecer al Laboratorio Arag-ó (anexo de la Facultad de Ciencias de París), á su ilustre Director M. Pruvot y al Subdirector Dr. Ra- ■covitza, el desinteresado é importantísimo concurso que han prestado á mis Conferencias, como hace años prestan á mis lecciones en la Universidad de JBarcelona, y á mis estudios de Eiolog-ía marina. Animales de Banyuls lleg-ados vivos á Madrid: ^sponf/iaríos.—Siiheñtes domuncula, — S. ficus — Euspong-ia oíRcinalis. — Tethia lyncurium. — Axynella polipoides.— Sy- con capillosus. J^ólipos. — Agiaophenia pluma. — Sertultirella polyzonia. — An- tennularia antennina. — Alcyonum palmatum. — Veretillum cynomorium. — Pennatula phosphorea. — Gorgúna verrucosa. Sympodium coralloides. — Heliactis bellis. — Sag-artia para- sítica. — Ilyanthus diaphanus. — Actinia equina. — Anemonia sulcata. — Adamsia palliata. equinodermos. — Strong-ylocentrotus lividus. — Holothuria tubu- losa.— Cucumaria Plancí. — Asterias g-lacialis. — Echinaster sepositus. — Antedon rosacea. J^oliqueíos — Spirog'rai)his Spallanzani. Cuatro ó cinco especies no determinadas aún. Brioxoarios. — Sal icorn aria fistulosa. Alg'unas especies no determinadas. Braquiópodos. — Meg-erlia truncata. ■Crustáceos . — Eupag'urus Prideauxi. — Pag-urus stríatus. — Dro- inia vulg-aris.— Portunus depurator? Una' Caprella y varios anfípodos, aún no determinados. IIoluscos. — Doris tuberculata. — Murex brandaris — Anomia ei)hippium. — Avicula tarentina. Ascidias, — Phallusia mamillata. — Microcosmus sp — Cynihia papulosa. — Polycyclus Renieri. Con este motivo, el Sr. Artig-as felicitó al Sr. de Buen por la iniciativa y por el éxito de estas conferencias, haciendo notar la importancia que entrañaban, porque por su medio se hace comprender el interés de estos estudios y se populariza su co- nocimiento, sobre todo haciéndolo de la manera amena y ag-ra- 228 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA dable como lo ha realizado el Sr. de Buen, quien se ha servi- do de proyecciones y de los ejemplares vivos, facilitados por la Universidad de París. El Sr. de Buen dio las g-racias al Sr. Artig-as por sus juicios tan favorables á su persona, y aprovechó la ocasión para ma- nifestar que pronto sería un hecho la fundación de un nuevo laboratorio biológ-ico en nuestro país, que estaría situado en las Baleares, á cuyo fin, g-racias á las g-estiones del Director del Museo de Ciencias Naturales, se le había nombrado por el Ministerio de Instrucción pública, en unión del profesor señor Fuset, de Palma, para constituir la Comisión que había de es- tudiar y proponer al Gobierno las condiciones en que podría fundarse dicho Establecimiento, habiendo encontrado todo género de facilidades en el Ayuntamiento de Palma y en la Diputación, que habían votado 1.500 y 1.000 pesetas, respecti- vamente, para los primeros g-astos, con lo que ya se disponía de local apropiado para la instalación del futuro laboratorio, lo que la Sociedad oyó con la mayor complacencia. —El Sr. Ribera (D. Emilio! enseñó á los socios un tubo, con- teniendo polvo volcánico (vulg-armente cenizas) arrojado por el Vesubio en la erupción del mes de Abril del año corriente, reco- g>ido por la tripulación del vapor Matyas Kiraly, estando éste an- clado en el puerto de Ñapóles. Seg-ún el testimonio de dicha tri- pulación, durante una sola noche se depositó sobre la cubierta del barco una capa de 50 centímetros de altura, que, seg-ún lo que aumentó la inmersión del vapor, pesaba 50 toneladas. Esta muestra ha sido donada al Sr. Ribera, y por rueg-o del mismo al Museo de Ciencias Naturales, por D. J. Ricardo Mo- rales, farmacéutico de Valencia, quien lo ha recibido directa- mente del capitán del vapor citado. —El mismo señor socio leyó la sig-uiente nota sobre alg-unos datos del presupuesto para Instrucción pública de Francia en 1905 y 1906: «No es Francia de los países en que la Instrucción pública está más ni mejor atendida financieramente, ni de los en que la masa social aumente con donaciones de grandes sumas los recursos que el Tesoro público destina á fines docentes ó cien- tíficos; no puede, sin duda alg-una, compararse bajo estos as- pectos con Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos. Pero, por lo mismo, entiendo que ha de tener interés para nuestra DE HISTORIA NATURAL. 229 Sociedad el que se conozcan en ella los recursos que el país vecino destina oficialmente á las enseñanzas públicas y á las misiones científicas relacionadas con la de la Historia Natural, j el que estos datos se publiquen en nuestro Boletín para que se divulg-uen, sean conocidos en el país y vayan las g-entes comparando lo que allende el Pirineo se hace con lo que propor- cionalmente aquí podría y debería hacerse, tanto más cuanto que los particulares, entre nosotros, solo se acuerdan para sus donaciones, inter vivos 6 2Jos¿ moriem. de las instituciones pia- dosas ó benéficas. Destina Francia al personal del Museo de Historia Natural: en 1906, 683.050 francos, y destinó en 1905, 678.000; ídem al material, respectivamente, 329.200 y 331. '000. Debiendo tenerse en cuenta que en estas sumas no se in- cluye nada que á la Facultad de Ciencias se refiera, pues está ésta atendida con la parte que le corresponde de la dotación para enseñanza universitaria, la cual dotación es en 1906, para personal, de 10.952.225 francos, y para material, de 2.575.705. Para viajes y misiones científicas y literarias se destinan 324.500 francos; para impresiones, 130.810, y para Subvención á la Misión científica de Marruecos, 40.000; sumas ig-uales á las concedidas en 1905. Es de advertir, á propósito de la última partida, que esta Misión percibe, además, auxilio con carg"o á las dos partidas precedentes. Estos datos están tomados del presupuesto promulg'ado ofi- cialmente el 18 de Abril próximo pasado. Por si alg-uien desea saber lo que el presupuesto español dedica al Museo de Ciencias Naturales entre personal y mate- rial, diremos que son 55.000 pesetas, que, sumadas con 41.500 que al Jardín Botánico se destinan, forman un total de 96.500 pesetas para análog-os servicios que los que en Francia están dotados con 1.012.250 francos. — En nombre del Sr. Martínez de la Escalera, fueron presen- tados dos artículos para el Boletín, «Asida Lazaroi» y «Sistema de las especies ibéricas del géuevo Asida L-ati., 111, Subgénero, Flongasiday>, en el del Sr. Cabrera Latorre otro sobre «Mamí- feros de Mog-ador», y en el del Sr. Esteva, de Gerona, «La de- hiscencia y diseminación del Papaver Rhoeasy) y «Las hojas de la Onobrychis saiiva». — El Sr, Calafat (D. .Tuanj presentó una nota sobre minera- 230 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA les fosforescentes, titulada «Un nuevo mineral fosforescente de- la provincia de Murcia», haciendo ver dicha propiedad en unas- calizas de aquella procedencia, que había recogido en su re- ciente viaje á la referida localidad. — El Sr. Fernández Navarro presentó una nota titulada, «Plan de una exploración g-eológ"ica del Noroeste africano». . — El Sr. Bolívar dijo que se habían recibido varias Memorias- para el tomo I, destinado á la fauna del Muni, y que tenían por objeto el estudio de los Crustáceos, por el Sr. Nobili; el de alg'unos Neurópteros, por el profesor Klapalek; el de los Dermápteros, por el Sr. Burr; el de los Estafilínidos, por Mr. Fauvel; los Crisomélidos y Coccinélidos, por el Sr. Veise,. de Berlín; los Tenebriónidos, por el Sr. Gebien, de Hamburg-o^. con lo que la publicación de dicho tomo recibiría un notable adelanto. Presentó además un estudio de los Locustídeos para. el mismo tomo. Noticias bibliográficas. — El Sr. Calderón leyó la sig-uiente: Vidal (Luis Mariano) y Depéret (Ch.), «Contribución al estu- dio del Olig-oceno de Cataluña. (Mem. de la R. Acad. de Cien- cias y Artes de Barcelona, v, núm. 19, 1906). (Con versión francesa). — 19 pág-inas y 6 cortes g-eológicos intercalados. Este importante escrito alcanza suma trascendencia, no sólo- para la g-eolog-ía de Cataluña, sino para todo el centro y Norte- de la península ibérica. Sintetizando los resultados de muchos trabajos anteriores y completándolos con otros nuevos, ba- sados en cuidadosas investig-aciones estratig-ráficas y paleon- tológ-icas, lleg-an los autores á las conclusiones siguientes: «El principal resultado del presente trabajo será haber de- mostrado que la potente formación terciaria de Cataluña, has- ta aquí referida en su mayor parte al Mioceno lacustre (mioce- no del Ebro), es en realidad de edad OUgoceno, y sucede en perfecta concordancia á los depósitos eocenos del contorno de la cuenca. »Esta conclusión se aplica, no sólo á la cuenca lacustre de Cataluña, sino también á las partes vecinas del reino de Ara- g-ón, lo cual nos hace entrever la posibilidad de comprender asimismo en el Olig-oceno la mayor parte de los depósitos ter- ciarios del centro y del Norte de España. Si se dejan aparte los pequeños depósitos que en Madrid, Teruel y Valladolid,, DE HISTORIA NATURAL. 231 han suministrado osamentas de mamiferos, tales como Hip2)a- vion g radie, y Mastodontes^ cuya edad del Mioceno superior no es dudosa, quedan aún grandes extensiones cuyos caracteres litológ"icos recuerdan más bien los de la serie olig-ocena de Ca- taluña, y de las que los pocos fósiles citados hasta hoy, como son Limnaea loiigiscata, Phmorbis cornu, etc., parecen también justificar esta apreciación.» Los Sres. Azpeitiay Fernández Navarro y el mismo Sr. Cal-- derón, hicieron varias indicaciones, con motivo de la anterior noticia bibliog-ráfica que la Socieüad oyó con mucho g"usto. Secciones. — La de Zaragoza celebró sesión el 2.5 de Abril, en la cual quedó admitido como socio el Sr. D. Ramón Gómez, propuesto en la sesión anterior. Notas y comunicaciones. El género «Tetraconcha» Karsch POB IGNACIO BOLÍVAR Uno de los g-éneros dimorfos más notable de los Faneropté- ridos es el Tetraconcha, descrito en 1890 por el Dr. Karsch, de Berlín, por solo el cf, tan diferente de la 9? que, al conocer ésta, la consideré como g'énero nuevo y la describí con el nom- bre de Tellidia en 1893. Su historia es la sig-uiente: 1890. — Describe el Dr. Karsch el g-énero solo por el cf en «Entomolog-ische Nachrichten», de Berlín (Jahrg-ang* xvi, n° 4, pág-. 61), dando á conocer la especie T. fenestrata, é indica su afinidad con Oíiophysa (1). En el mismo año y publicación (S. 360), describe^el autor otra especie T. sUchyrata, por sólo el cf (2). (!) Orthopterologische Mittheilungen. 4. Uber Phaneropteriden. (■2) Verzeichniss der von Herrn Dr. Paul Preuss auf der Barombi-Station in Deutsch-Westafrika 1S9) gesammelten Locustodeen aus den Familien der Phane- ropteriden, Mekonemiden und Gryllakriden. 232 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ]891. — En su «Addimenta zar Monog-raphie der Phanerop- teriden» (1) Brunner (S. 115), da cabida al g-énero en el grupo Oíiaphysce, creado por Karsch en «Beitrag-e zur Kenntnis der Plianeropteriden Fauna Afrika's, der Seychellen und Mada- g-askar» (Berliner Entom. Zeitschr. Bd. xxxii (1888) S. 453, colocando dicho g-rupo entre el Tylo'psidm ^' el Hormilicey enu- merando tres especies, de las que dos se describen por primera vez y siempre por sólo los cf cf , que son T. fenestrata Karsch, scalaris y smaragdina Brunn, pág"inas 115 la primera y 116 las dos últimas, dando un dibujo (fig\ 20) de \?ijenestrata, que no me parece el de dicha especie, sino en todo caso el de la scala- ris, pues en él aparece el lóbulo lateral del pronoto más alto que ancho, al contrario de lo que sucede en aquella especie, y los élitros estrechados hacia el extremo y redondeados en él, mientras que en feneslrata tienen paralelos los bordes anterior y posterior y están terminados en el extremo por ancha trun- cadura. Es, además, curioso que Brunner nada dig-a de la coloración de la especie al describirla, siendo tan notable como poco frecuente en los insectos de esta familia. De las dos especies nuevas, que describe Brunner, lo. scalaris es la mi&msi síic/iyrala de Karsch, habiendo desconocido Brun- ner la publicación de Karsch, en que fué descrita, seg-ún pue- de comprobarse por la enumeración que hace aquel autor al principio de su notable estudio de las obras que consultó y entre las que no figura la referida. 1893.— En esta fecha he descrito el g"énero Tellidia en los «Anuales de la Société entomologique de France», vol. lxii, pá- g'ina 177, Pl. 1, fig'. 9 (2), cng-añado por su forma, tan diferente de la de los cJ'd'j y también por la equivocada colocación del g-rupo junto al Tylopsidw, que no es la que le corresponde como ahora diré. La colocación del g-rupo OtiaphijSfe en el sistema de Brunner (1. c), no me parece natural, pues las analog-ías de los insec- tos que comprende con los del g-rupo EpMppiíhy 1(6 son, á mi (1; Verhandlungen de K. K. Zoologisch-botaaische Gesellschaft in Wien. (1) Voyage de M, Oh. Alluaud dans le territoire d'Assinie (Afrique occidentale en Juillet et Aout 1886, 14^ Mémoire. (Memoria presentada en Octubre de 1392 y que no se publicó hasta la fecha indicada). DE HISTORIA NATURAL. 233 entender, tan evidentes, que el que solo conozca las 99 no se le ocurrirá colocarlas en otra parte; asi señalé yo, al descubrir el g"én. Tellidia, su afinidad con el PoJichne, y el mismo Karsch liabia indicado ya, al dar á conocer el Otiaphysa, su relación con el Dicti/ota Br. Así que, la colocación que de él liace Brunner sólo puede explicarse por el desconocimiento en que estuvo de las 99 ^^ sste g-rupo, puesto que solo describió el sexo (^ de sus especies de Teiraconcha y no parece haber visto tampoco las del Otiaphysa. La disposición del oviscapto parece abonar la colocación en el EpJtippitJfyíee, siquiera sean dentados sus bordes, pues lo son muy lig-eraraente y no me jíarece este carácter, tan débilmente manifiesto, de más valor para la filiación dé estos g-éneros que la finura y elasticidad >, vol. xvn, núm. ~, 1905, y traducida por el mismo. Boletín de la Soc. Españ. de Hist. Nat. DE HISTORIA NATURAL. 237 quirió nacionalidad de la República helvética el año 1635. Mu- chos de sus descendientes fueron personajes importantes por su participación en la vida pública de su país: seis de ellos como miembros del Consejo de los Doscientos; uno síndico y otro embajador famoso en la corte británica. Horacio Benedict de Saussure, g-eólog-o renombrado, fué ei primero que subió hasta la cima de Mont Blanc, y su nieto, Henri de Saussure, no al- canzó menor renombre por sus obras científicas. Nació nuestro biog-rafiado en Ginebra el 27 de Noviembre de 1829, y recibió su enseñanza primera en Briquet, y más tarde en el conocido establecimiento de Fellenberg- et Hof- wyl. Los años pasados allí, ejercieron una influencia notable en el desarrollo de su personalidad. Su amor á la naturaleza y á los paisajes g-randiosos, al aire de las montañas y al ejerci- cio físico, fué alentado por sus maestros, quienes se maravi- llaban viendo la profundidad y la variedad de los conocimien- tos del joven naturalista, quien conocía, no solamente la Zoo- log-ía, sino la Geolog-ía, la A.rqueolog-ía, la Historia y también la Geog-rafía, mostrando á la par viva simpatía por la Ag-ricul- tura y el alpinismo. De reg-reso á Ginebra, el joven empezó sus estudios acadé- micos bajo la dirección de Francois Jules Pictet de la Rive. El mismo Pictet, que influyó mucho en la educación científica de Eduardo Claparéde, Hermann Fol y Alois Humbert, dirig-ió la atención de Saussure hacia el estudio de los insectos. En este tiempo empezó éste su obra mag-istral sobre las avispas solita- rias, que acabó en París, en donde vivió durante varios años, sig-uiendo los cursos de la Sorbona. Durante su permanencia en la capital francesa, frecuentaba siempre el Museo, donde contrajo amistad con H. Milne Edwards, Emilio Blanchard y muchos colegas, cuyos nombres más tarde adquirieron g-ran nombradla. En el año 1852 tomó el diploma de Licenciado de la Facultad de París, y en 1854, en la Universidad de Giessen, el de Doctor. En el año 1854, de Saussure empezó sus viajes con su cama- rada Enrique Peyrot. Después de haber visitado las Indias oc- cidentales, los dos viajeros fueron á Méjico, donde, á pesar del estado turbulento y peligTOSo del país, entonces en revolución continua, pudieron reunir colecciones sumamente ricas y pre- ciosas. De Saussure no era especialista de espíritu estrecho; 233 BOLETÍN DE LA REAL SUCIEDAD ESPAÑOLA prestaba atención, tanto á la hidrolog-ía, como á los volcanes ó á los miriápodos, á las antig-üedades como á las avispas y ortóp- teros, que tanto le interesaban. En este tiempo publicó su co- nocida Descripiio7t d'un volcan éteint du Méxtque (Bull., Socié- té Géol. de France, 1857); sus notas sobre el volcán delJoruUo (Lausanne, 1859) y sobre Le Pie d'Orizaba (1858): su Descrip- iion d'ime ancienne ville méxicaine (París, 1858), Memoire sur quelques mammiféres du Méwique (París, 1860), y varias otras obras sobre las aves, los miriápodos, los mamíferos, los crustáceos y la etnología del país, en donde realizó sus viajes. ¡Qué alegTÍa para un hombre tan altamente simpático, erudito y entusiasta, la de viajar por un país tan mag-nífico como poco conocido! Durante su residencia en el Nuevo Mundo, de Saussure vi- sitó los Estados Unidos, haciendo conocimiento personal con Luis Ag-assiz, de Henry, entonces jefe de la «Smithsonian Ins- titution», y muchos otros famosos naturalistas americanos. Cuando volvió á Europa en 1856, no decayó su predilección por los volcanes, pues siguió publicando varias notas sobre las erupciones del Vesubio y del Etna. Para formarse idea de la variedad y amplitud de sus tareas en este tiempo, véanse al- g"unas de sus obras. Entre ellas trató de Ag-ricultura, en una muy notable, intitulada Memoire sur ¡a maniere d' atteler ¡es boeufs, que mereció medalla de oro en la Sociedad Central de Agricultura de Francia y en otra que versa sobre el estrag-o causado en los viñedos por la PhijIIoxera vaslalrix, atrajo la atención del Consejo Federal, el cual, más tarde, acabó prohi- biendo la importación en Suiza de plantas extranjeras, i)rinci- pio de una larg-a lucha contra esta plaga. Entonces empezó Saussure la g-ran serie desús obras magis- trales sobre los himenópteros y los ortópteros, á las cuales de- bió su g-ran fama. Versan sobre los himenópteros, lasiYo?í?;e- lles considéraiions sur la nidification des guépes (Ginebra, 1855), Études sur la famille de vespides (París, 1852-57), Spiopsis of American Wasps (Washington, 1875). sobre los himenópteros recogidos durante el viaje de la iVot^ar^ (Viena, 1867i, Mélanges himenopiérologiqíies (fascicules 1, 2, Ginebra, 1854 y 1863), A ca- talogue of the gemís Scolia (en colaboración con Jules Sicliel, París, 1864), Note sur les Massariens (París, 1853), Notes sur les organes luccaux des Massaris (París, 1857), Eistoire naturelle des Dlí HISTORIA NATURAL. 239 Hymenopiéres de Madaí/ascar (París, 1890), con muchísimas •otras Memorias y notas breves. Pero como ortopterólog-o, es como el nombre de Henri de ■Saussure se recordará siempre. De sus Mévioires pour servir d V hisLoire du Méxique, des AnliJJes el des Jüats Unis, la parte tercera es Orlhoptéres de V Amérique moyenne (1864), y la cuar- ta es Manlides arnericaines (1871). El Ministro de Instrucción pública en París (1870) le encarg-ó la publicación de una gran •obra que apareció bajo el título de Míssion scientifique au Me- dique. En 1874 describió los ortópteros recog-idos por Fedchen- ko en el Tarquestán. Entre los años 18(33 y 1868, dio á luz las seis partes de las Mélaiiges orihoptérologiques, que compo- nen dos g-ruesos volúmenes, continuando varias obras impor- tes sobre los blátidos y los mántidos, pero en especial la mo- nog-rafía de los g*rílidos. Esta continúa siendo hasta hoy la obra mag-istral sobre dicha familia; muchas especies nuevas han sido descritas después, pero nadie ha llegado á componer una monografía sobresaliente de semejante g-rupo. Entre los años 1859 y 1870, publicó varias notas, principal- mente descripciones de varias formas, y en 1879 Spicilegia En- iomolüglca genaxieiisis, 1., Genre Hemimerus. El autor propuso formar un nuevo orden con este insecto tan extraño, aunque se sabe que fué eng-añado por una mala preparación. La con- tinuación de esta serie, la //., Pamphagiens (1887) fué seg-uida de monog-rafías parecidas sobre las familias menos numerosas de los ortópteros: Prodroimís Oedipodiorum (1884). con sus Ad- ditamenia (1888), tratando de \o& Oedijmdidos áQ\iT\\u\ú.o entero; después la Sgnopsis de la iribú des Sagiens, seguida de una Nole supplementaire, y revisiones de varias familias de los bláti- dos, los Paiiesíhides, Epil ampri des , en 1895, los Perisphaerides en el mismo año, en colaboración con León Zehnter, quien le ayudó también á escribir el primer volumen de los ortópteros sobre los blátidos y los mántidos en la Biología Centrali- Ame- ricana, y una obra parecida sobre los blátidos y mántidos de Madagascar, publicación de Grandidier. Colaborando con Al- fonso Pictet, escribió un Catalogue d' acridiens (1887), Icono- graphie de Santerelles tertes (1892). Sus notas y Memorias bre- ves, por ser numerosas, no pueden ser aquí mencionadas. La cuestión del orig-en del hombre interesaba también á este .naturalista tan versátil en sus aficiones; formó una colección 240 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA etnológica y antropológica muy rica, que regaló, con su gene- rosidad acostumbrada, al Museo de Ginebra. En el año 1868 exploró la cueva de Scé, cerca de Villeneuve, en donde con el mayor cuidado, descubrió reliquias de vida humana, induda- blemente contemporáneas del rengífero. En el año 1858, con la ayuda de seis camaradas, fundó la So- ciedad Geográfica de Ginebra, de la que fué Presidente en 1888 89; representó á esta Sociedad en los Congresos internacio- nales de París en los años 1875 y 1889. Desde 1857 hasta el nom- bramiento del Director, el profesor Bedot, de Saussure fué miem- bro del Comité que administraba el Museo de Historia Natural de Ginebra. Como colegas, tuvo á sus antig'uos maestros F. J. Pictet, Dr. Brot y de Loriel-le-Fort. Con su entusiasmo carac- terístico, se entregó á la obra de arreglar y organizar las co- lecciones. A pesar de su edad avanzada, trabajaba reg'ular- mente y con ardor, clasificando los numerosísimos ortópteros del Museo, mientras en su residencia de Genthod organizaba sus himenópteros, que dio recientemente al Museo. El trabaja prestado á este centro aumentó enormemente el valor de las colecciones, y él añadió la biblioteca suntuosa de especialista^ que había reunido durante su larga y continua labor. En el año 1897, el Ayuntamiento de Ginebra hizo una mani- festación pública como signo del agradecimiento á los cua- renta años de trabajo consagrado al Museo de su ciudad nataL Las instituciones científicas más importantes del mundo- colmaron á de Saussure de honores y dignidades; nuestra Real Sociedad Española se honró eligiéndole socio correspon- diente en Febrero de 1904, y socio honorario en Enero de 1905, ¡un mes antes de su fallecimiento! En Agosto de 1904 recibi6 en su casa de Genthod á los miembros del Congreso Interna- cional de Zoología celebrado en Berna, último hecho de su larga y aprovechada vida científica. El fallecimiento del insigne Henri de Saussure es, además de una gran pérdida para la ciencia, un doloroso quebranto para sus muchos amigos. Los que tuvieron la buena suerte de conocerle, estaban encantados con la profundidad y también con la amplitud y variedad de su saber, no menos que por el atractivo y la gracia de su conversación. Otros, que no tuvie- ron la dicha de tratarle, le conocían como sabio cortés y aten- to, siempre dispuesto á ayudar al más humilde de sus corres- DE HISTORIA NATI RAL. '211 ponsales con el arsenal inag-otable de sus vastos conoci- mientos. Generosamente ofrecía hospitalidad á sus araig-os y corres- ponsales en su casa de Genthod, tan pintoresca y tan g'racio- samente situada al borde del hermoso lag-o de Ginebra. Muchas notas necrolog'icas han aparecido y continuarán .apareciendo sobre varón tan preclaro; pero seria de desear que fueran escritas por sus coleg-as íntimos ó alg-uno de sus con- temporáneos de los que le conocían personal é íntimamente (1), los cuales podrían darnos nota exacta, simpática y viva sobre sabio tan disting-uido y amig-o tan excelente y caballeroso. Nota bibliográfica acerca de la industria aurífera en la actualidad FILIBERTO DÍAZ, PBRO. De Villafranca del Vierzo procede una bella pepita de oro, g-enerosamente donada ai Museo por el intelig-ente minero I). Carlos Cuartielles Cátala. De antig'uo es conocido y beneficiado ese distrito aurífero, y pepitas de relativa consideración recogen los campesinos durante el estío, á pesar de su primitivo modus operandi y de las limitadas capas de aluvión que á brazo pueden explotar. Un banquero del Barco de Yaldeorras, el Sr. Gurriarán, que compra á los aureanos todo el metal precioso que lavan, posee una cadena de reloj hecha con g-ruesas pepitas acarreadas por el Sil. En 1904 vendió á lug"laterra el Sr. Gurriarán un riel de 1,700 g-raraos, que tenía la elevada ley de 0,976. Lo cual demuestra que aún subsisten en dicha reg-ión los placeres que valieron á España, antes del descubrimiento de América, el renombre del país más aurífero del mundo. Los romanos, en las inmediaciones de Carucedo, lleg^aban á (1) Cuando ya estaba en prensa este artículo, se ha publicado un precioso estudio biográfico por el sabio Director del Museo de Ginebra, Sr. Bedot, que recomendamos á cuantos deseen trabar más amplio conocimiento con el ilustre biografiado.— /'.V. de la C. de P.J T. VI. -Mayo, V.m. 17 242 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA obtenerlo en tan g-ran cantidad, que enviaban á la Metrópoli anualmente hasta 20.000 libras de oro. Y como no ig'noraban que la riqueza de semejante yacimien- to se hallaba en razón directa de la profundidad, dado el peso específico del oro, rebajaron en un espacio de dos kilómetros el lecho del río para dejar en seco el cauce natural, constru- yeron un dique larg-uísimo, horadaron la montaña y realiza-, ron el soberbio trabajo del túnel de Monte Furado, que veinte sig'los después aún se conserva como al terminarlo. Pero además de estos aluviones, cuya explotación estaba al alcance de aquella potente raza, hay otros que les fué imposi- ble tocar por falta de maquinaria y, sobre todo, de motores de g-ran fuerza. Hoy se piensa aplicar á ellos el método racional hidráulico, utilizando modernas drag-as, que tanto éxito obtienen en Cali- fornia, Nueva Zelanda y en Klondike. Y he aquí la razón potísima de esta nota, pues al Sr. Cuar- tielles Cátala le soy también deudor de haberme dado á cono- cer la clásica obra de industria aurífera del ing-eniero David Levat, publicada en París el año pasado (1). La obra es de carácter financiero, y reúne cuantos datos pue- de apetecer un hombre de neg'ocios para exponer su capital en esta clase de asuntos sin miedo á decepciones ni chanchu- llos por medio de un estudio racional y científico. Dos partes contiene este libro: en la primera se ocupa de la extracción del oro aluvionar y filouiano, y, en la segunda, de las minas existentes en las diversas regiones del mundo, con una crítica razonada de los métodos empleados para la explo- tación. Preceden cinco fotografías de las mayores pepitas del globo, correspondiendo á California una de 72.781 kg. aluvionar, y otra filoniana de 128.178 kg. De Australia hay una de 95.000 kg. En California, región de el Colorado, existen los mejores ejemplares cristalizados; uno, sobre todo, dendrítico, en octae- dros colocados paralelamente al eje del filamento. Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, el Transvaal, Ru- sia, Canadá y Méjico son por orden de enumeración los países (l) Dlndtistrie Aurifére^ par David Levat. Paris (vi"), 1905. DE HISTORIA NATURAL. 24? más productores de oro; en los diez últimos años la explota- ción lia subido uu 150 por 100, á pesar de lag"uerra del Trans- vaal, que vuelve á recobrar su perdida primacía, g-racias á la mano de obra amarilla. La raza anglo sajona, con su incontestable potencia de ex- pansión colonial, su energ-ía y sus iniciativas, fíg-ura á la ca- 'beza de los aurecmos. En toda comarca aurífera hay dos períodos de explotación: el heroico y el racional; así como la explotación aluvionar precede á la filoniana, como ocurrió en el mismo Transvaal, pues, contra lo que vulg-armente se cree, el oro viaja j^oco. Los aluviones pueden ser antig-uos, como los pliocenos de €alifornia, Australia y Klondike; estar situados en el fondo •de ríos y marismas — Nueva Zelanda, Estados Unidos, Guaya- na Francesa y África Central— y por encima, debajo ó al mis- mo nivel de los ríos -América, Australia, Siberia, etc. Hay aluviones de los g-laciares, como los del Ródano, en el flanco Oeste del Pamir, al Sur de los Montes Altai y en la ver- tiente Oeste del Tiam Cham; y existen también aluviones he- lados en Siberia y en el NO. de América. La explotación ha de variar con la posición y naturaleza de los placeres; y puede hacerse utilizando las propiedades físicas del metal por medio de una corriente de ag-ua, ó simplemente empleando la acción del viento para separará seco el oro. El prototipo de los instrumentos del lavado por la acción del íigua es la hatea, de que- hay hasta cuatro clases: siberiana, negra, el Pan americano y la Poruña, de la América del Sur y de los bohers. Es un recipiente de madera ó hierro; de fondo curvo ó cónico, que se llena con el aluvión, el cual se desen- tarquina, agitando la batea en medio de una corriente de ag'ua, á la vez que se la imprime un movimiento g-iratorio suñciente para expulsar las partículas lig-eras y concentrar el oro en el fondo. Con el oro descienden otras substancias pesadas: mag-netita, granates, rutilo, etc., y del color áe\ depósito deducen los prác- ticos la riqueza del aluvión. Hay que apelar á veces á la acción del mercurio, sobre todo cuando se trata de ovo farináceo. El eradle, rocker ó cnna es el primer g-rado de perfecciona- miento de la batea. Es una especie de cajón rectang"ular de madera, en el cual se coloca el aluvión, y, al mismo tiempo 244 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA que se le rocía con agua, se le imprime üu movimiento de vaivén; en el fondo lleva un pequeño tamiz y dos ó tres reg-le- X^^-rifles, para retener el oro. Mejor que el Cradle es aún el Long-tom: consta de un tamiz en la parte superior y una caja de 3,60 m. de largo por 0,30 á 0,60 de ancho; dos obreros con g-anchos y paletas quitan á los cuarzos toda la arcilla que lle- van adherida, y en el fondo colocan pieles de carnero para re- tener el codiciado metal; es el equipo más usual en los busca- dores de oro y ha experimentado muchas mejoras, principal- mente la de sustituir las pieles de carnero con placas de cobre amalgamadas, que son más eficaces que el mercurio solo para apoderarse del oro, sobre todo cuando se trata de arenas finas» como la de las orillas del mar de Behring. Finalmente, hay el slmce, canal rectangular de madera, con fondo conveniente- mente adaptado al objeto y de una longitud tal que el oro ten- ga tiempo de separarse de las gangas más ligeras antes de llegar al punto de evacuación de la mezcla de agua y aluvión que corre constantemente por el aparato. El sluice se construye con una serie de cajas de 3,60 m. por 0,45 á 0,60 de altura, enchufadas unas en otras; en el fondo se colocan regletas longitudinales, transversales y en ziszás; este aparato requiere mucha agua para disgregar la arcilla que propende á apelotonarse; puede hacerse también de mam- postería, y en él se echa, además, mercurio á gotas para faci- litar la retención del oro. Está muy generalizado en Klondike, Guayana y Madagascar. La separación á seco se efectúa en la Australia Occidental y en el Queensland; y Edísson construyó,- para beneficiar los Gould-Montaine de la región árida de Nueva Méjico, un seya- Tíidor que nada deja que desear en cuanto al cribado y exclu- sión de los cantos gruesos, el tamizado de las partículas finas y la inyección de fuertes corrientes de aire, que son las tres operaciones indispensables para esta clase de explotación en países yermos, privados en absoluto de agua, pero enriqueci- dos con valiosísimos placeres. Acerca de la pesquisación y cubicación de los placeres, hace notar el autor la enorme diferencia que ofrece el rendimiento del oro aluvionar comparado con el de los filones. Basta que contenga un gramo por nietro cúbico cualquier placer para que su laboreo resulte beneficioso, mientras que, DE HISTORIA NATURAL. 215 tratándose de rocas auríferas, se necesitan de 15 á 16 g-ramos por tonelada. La razón de esta diferencia se halla en la diver- sidad de los procedimientos de extracción y en los g-astos in- dispensables para las respectivas instalaciones. Como dato geológico se utiliza la existencia de rocas verdes, dioritas y anfibolitas; el cuarzo ferruginoso, cariado y de brillo vitreo, en unión de la laterita, roca de composición variada, pero constante en sus mismas alteraciones, descrita primera- mente en Ceyian y que se conoce con el nombre de cascajo en el continente Sudamericano (Colombia, Venezuela, las Gua- yanas, el Brasil), y que hasta en el Oeste de África se en- cuentra. En la Siberia Oriental los buscadores }• expedicionarios han ■de salir en Noviembre, porque durante el estío se sumergirían en aquellos inmensos turbales y tienen que trabajar con tem- peraturas de — 30^^ y — 40". Abren pozos de 50 en 50 metros, en líneas perpendiculares á la dirección de la corriente y asusta el .pensar las dificultades que han de vencer considerando que el suelo está helado á profundidades inverosímiles y que el hielo se dobla como el plomo á la percusión de los picos y los traba- jos de sondeo han de alcanzar el bed-rockó roca madre, forma- da por pizarras y gneis hojosos y hay que extraerlo por par- celas, valiéndose de hogueras y apuntalando el terreno, que, al reblandecerse, cae en forma de barro. En cambio en la Guayana, como el único y exclusivo ve- hículo es la piragua, al peligro de las corrientes, del paludis- mo y del clima, hay que sumar el de estar expuesto á perder- se en los bosques ó quedar aplastado bajo alguno de los árbo- les que continuamente están desplomándose, efecto de las mismas talas que hay que practicar para abrirse paso á través de la manigua, formada por Ficiis y Eiiterpe edulis, que reto- ñan por innúmeras raíces adventicias. Y como aquí el subsuelo chorrea agua copiosísima, es pre- ciso extraerla á medida que se va excavando con el coni, es- pecie de cacerola que les sirve después para cocinar. En California hay que abrir galerías de nivel y efectuar son- dajes hasta dentro del agua; pero los aureanos ante nada re- troceden. Una vez denunciado el placer, los métodos de explotación pueden ser de lavador fijo y de lavador móvil. 246 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Tipo de los primeros son las dragas, cuyo empleo no se re- monta más allá de 1885. AI principio no se usaban más que palas movidas á brazo en el flanco Occidental de Pamir; después se adicionaron sacos á las palas, y se extraían los sacos ó recipientes á torno; las palas fueron más tarde sustituidas por cangilones de acero en cadena; se cribaba la grava en una reja especial y evacuada la parte estéril, con una bomba de mano se lavaba el material aurífero en un long tom provisto de riñes. Más tarde, coma ocurrió en Nueva Zelanda, se utilizó la velocidad de la corrien- te para mover un sistema de ruedas extractoras. Finalmente, un minero, Sedeberg, instaló una pequeña máquina de vapor para mover la pala. M. Charles Mac Queen fué el primero que construyó una draga de cangilones movida por vapor: pero tenía poca estabi- lidad, y un marino, Mac Lay, la adicionó dos flotadores latera- les; de aquí surgió el doble pontón sobre que se arman hoy to- das las dragas. Los elevadores de los tailings — material aurífero— no se han empleado hasta 1894; con ellos pueden dragarse hasta place- res desprovistos de agua. La electricidad sustituye con ventaja al vapor en sitios don- de no ocurran con frecuencia averías en las dragas. En los útiles extractores debe mencionarse el Steam-SIiovels — americano— con una gran cuba de borde cortante, enmanga- da al extremo de una viga, y QXscramb-dredge. de mandíbulas,, así como las dragas asjñrantes, aunque sólo valgan para alu- viones de composición reg'ular. La economía que las dragas han llevado á la industria aurí- fera puede calcularse por los siguientes datos: en Oroville (Ca- lifornia) funcionan 28 dragas, y no consumen arriba de 0,60 francos por metro cúbico de mineral lavado; y en Nueva Zelan- da y en Guayana, placeres que por medios rudimentarios re- sultarían ruinosos, dan pingües rendimientos, á pesar de no producir más que 2 francos por metro cúbico. Es más: aluviones cementados, hasta aquí inatacables, hoy se benefician, removiéndolos previamente con dinamita. La serie de operaciones que lleva á cabo una draga de can- gilones es la siguiente: el aluvión de los cangilones va á una tolva clasificadora; de aquí á un tambor, donde los cantos DE HISTORIA NATURAL. 247 son layados, desenarcillados y evacuados; el oro gTiieso va á un primer sluice; el oro fino, aspirado por una bomba, pasa á un sl'it'ice fino y de aquí á unos tapices de fibras de coco, que es donde mejor se aprisiona el oro. En Siberia hay necesidad de lavadores fijos, que exigen el acarreo de los materiales con camellos, renos ó i)erros uncidos á lig'eros trineos. Y como no disponen más que de ciento diez á ciento veinte días laborables, pues del 11 al 24 de Septiembre han de abandonar los trabajos por lo rig-uroso del clima, los obreros, en número suficiente, han de dedicarse á sus respec- tivas faenas sin tregua ni descanso. El lavador es el sltiice siberiano y hay que convenir en que nadie como ellos para recog'er el oro, pues si bien exige la in- tervención constante del obrero, en cambio, dada la escasa longitud del sliiice, no es posible obtener mayores beneficios: para el oro fino apelan al mercurio. Usan también lavadores con tambor, cuando las arenas son grasas y exigen un previo desentarquinado: y lavadores de cuba si las arenas arcillosas son compactas. En el placer Malamalsky funciona un excavador universal desde hace siete años. De 1852 data la implantación del método hidráulico en Cali- fornia; un tonel, que servía de depósito, se descargaba con una manga de hierro sobre el aluvión, confiando á la gravedad el cuidado de la explotación, pues el ag-ua servía de vehículo después de aislar el oro, para el arrastre de los residuos. En tan sencillo principio, y en procedimiento tan rudimen- tario, encontró el talento generalizador de los americanos, cuanto había menester para producir una verdadera revolu- ción en la industria. VA tonel se convirtió en depósitos de hasta 50 m^/o?¿(?,9C'w5?i (Tableau Systématique des Minéraux. a. 10O4, Genéve, pág. 48). RC05 (OH)^ en la cual R=Co, Ni, Fe, Mn. DK HISTORIA NATURAL. 259 Masas esferoidales; color negro y brillo submetálico en la raya. Diir. 2,()-:!; pes. esp. 3,69. Infusible al soplete; un tro- cito de mineral calentado en tubo de ensayo desprende H^O, que se deposita formando g-otas en las paredes frías del tubo. Los restantes ensayos pirog-nosticos aparecen confusos, desta- cándose, sin embarg-o, las reacciones del cobalto. Solu'ble en el CIH algo diluido, con desprendimiento de clo- ro, y se forma disolución de color verde ó verde azulado; si á esta disolución se agreg*a H^O, el líquido adquiere color rosado ó amarillo rojizo; el cambio de coloración es debido á que la sal de cobalto anhidra se hace hidratada. Atacable por INO^H formando líquido de color rojo ó rosado. Disolución nítrica. — Diluida en H-0 destilada, se neutraliza ron NH^ y se agrega unas gotas de ácido acético; con el nitri- to potásico se produce precipitado amarillo de nitrito cobáltico potásico {cobalto). Con el sulfocianuro potásico da color rojo de sangre, inaltera- ble aun cuando se caliente el líquido (hierro al estado de sal férrica). Disolucifhi clorhídrica. — Diluida en H-0, se agrega cianuro potásico que precipita cianuro de níquel verde amarillento; se agrega más reactivo —gota agota— hasta que se redisuelva el precipitado; luego se añade unas gotas de potasa, y después agua de bromo en exceso; se forma, con rapidez variable, pre- cipitado negro de Ni (OH)'* (carácter específíco del níquel). \ la disolución clorhídrica se agrega potasa y se produce abundante precipitado; este precipitado se recog'e en un filtro y se lava bien con agua destilada; el precipitado se coloca en tubo de ensayo y se disuelve en NO''H; se añade bióxido de plomo en polvo, y el todo se liierve, dejando luego reposar el complejo; sedimentado el polvo negro, aparece un líquido de color rojo debido al ácido permangánico {manganeso). Por todas estas reacciones, más otras de exclusión que omi- to, es innefial)le se trata de la HevJjachita. 260 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Boletín bibliográfico. AbriL (Continuación.) Musée Océanographiqne. Monaco. (Bulleün.) Fevr. 1906, nos 63-64. - K^eh- LKR et Vaney: Descript. d'une nouv. larve d'Astérie ( Stellosphaera mirabilisJ.= ^o!^ 65-67, Mars 1S06. — Gukrin: Notes prélimin. sur les giséments de Mollusq. comestibles des cotes de France.=N° 68. Museum of Comparative Zoólogíj. Cambridge. (BuUetin.J 1905, vol. xlvii. Philippine Jotirnal of Science (The). Manila. 1906, vol. i, n" 2. — VVai.ker: The Keeping Qualit. of Oooonut Oil and the Couses of its Raucidity. — Banks: The Princip. Insects Attackiog the Coconut Palm (part ij. — Herzoq: On Beii-Beri in the Japan. Aimy during the Late War and on the Kakke coccns of Okata Kokuho.— Strong: Vaccination against Plague. — Clover: Philippine Wood Oils.— Smith: Orbitoides from the Binangonau Limestone. Real Academia de Ciencias exactas, fínicas y naturales. Madrid. (Revista.) 1904, tomo 1, n.° 4. Real Sociedad Geográfica. Madrid. (Boletín.) 1905, tomo iii, n." 9. Redia. 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Reitter: Vier neuevon Herrii Paganetti-Huinmler in Calabr. gesain- melte Coleopt. — Fleischkr: Kritische Stiid. üb. Liodes Art. — v. Hey- uen: Richtigstell. der Ñamen Heliopathes und Heliophilus bei den Tenebrionidse— Bemerkiing. z. Monograph. der Coleopt. — Tribus Hyperini von K. Petri. — Reitter: Übersicbt der palaartiscb. Art. der Coleopt. — Gattuug JSíargns Thoms, aus den Familie der Silphiden. — V. Heyden: Oberea oculata L., var. horysthenica Mokr. — Fle]scher: Eine neue Liodes-Art aus Milbren und Bohmen. — ]\Iüller: Coleop- terolog. Notizen. — Formanck: Eiu neuer Grottenkilfer aus Monte- negro, M^isconsin Acaclemy. Madison. (Transactions.) 1903, vol. xiv, part ii. Wisconsín Geological and Natural History Survey. Madison. 1904, BuUe- tiu, n° XIII. Wissenschaftliche Inscktenbiologie. Husum. (Ztitschrift.) Baud ii, Heft 2. — Wasmaxn: Z. Lebensweise von Átemeles pratensoides\f&s\n. — Küsne- Rov: Frageüb. die Licht-Experimente mit Lepidopt.— Nielsex: Beitn z. Biologie der Gattung Cryptocampus.—y . Schlechtexdal: Haben die palilozoischen Blattiden im Hinterflügel ein Praecostalfeld?— Dickel: Naciitrag zu meiner Arbeit: Bisberige Veriinderungen der Fauna Mitteleuropas durch Eiuwanderung und Verbreitung Schiidliclier Insekt. — Ducke: Neue Beobaclitung. üb. die Blenen der Amazonas-" Uinder. Zooío^tsc/ier .áíizeí^er. 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Meunier: Orig. et mode de format. des minér. de fer oolithique.= N" 15. — Cayeux: Genése d'un minér. de fer par décompos. de la glau- conie. — J'jmelle et Perrier de la Bathie: Le7t/i«í/ade Madagascar — André: Etude des variat. de l'Azote et de l'acide phosphor. dans les sucs d'une plante grasse. — Breal: Traitem. cuivriq. des remenees.— Tribot: Sur les chaleurs de combust. et la compos. des os du squelet • te, en fonction de Táge, chez les cobayes. — Pikttre et Vila: Sur le noyau des hémat. du sang des oiseaux. — Chevalier: Sur les glaciers pléistoc. daus les vallées d'Andorre et dans les hautes vallées espagn. environn. — Bonnet: Contrib. á la flore tertiaire du Maroc Septentr. — Brxllonin: Les courbur. du géoide dans le tunnel du Simplom.= N° 16.— Meunier: Sur l'orig. vésuvienne du brouillard sec observé á Parisién Avril 1906.=]N" 17. — Lacroix: Sur l'érupt. du Vésuve et en partió, sur les phénom. explosifs.^^JouKowsKY: Sur une molasse á Turritelles et une couche lignitif. de la presqu'ile d'Aznexo (Panamá). 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Washington.— Bulletin, 1906, nos 247, '261, 256, 263. 266-268, 270-271, 276.— Monographs, 1905, vol. xlviu.— Pro- fessional Paper, 1904 1905, n^s 34, 36 38, 40-42.— AVater Supply, 1905, nc'^ 123, 125, 127, 129-131, 133 147, 149, 151-152. Umted States National Museiim. Washington. (Proceedings.) 1905, vol. 28, Verhandlungen der k. k. zoologisch-botanischen Gesellschafí. Wieu. 1906,. Lvi Band, 2 und 3 Heft. — Becker: Z. Veilchenflora Tirols.— Híndel- Mazzetti: Erwiderung auf vostehende Ausführungen. — Fritsuh: Beo- bachtungen üb. blütenbesuchende Insekt. in Steiermark. — Klemen- siLTRicz: Lepidupterolog. Beitr. aus Galizien. — Seitxer: Resseliella piceae. — Gr.ov^'ACKi: Bryolog. Beitr. aus dem Okkupationsgebiete. Verhandlungen der Naturforschenden Gesellschafí. Basel. 1906, Band xvm, Heft 2. — Steiger: Beitr. z. Kenntnis der Flora der Adula-Ge- birgs gruppe. — Grepiun: Z. Kenntnis des geolog. Profiles am Hórnli bei Grenioch.— Hagenbach-Bischoff: Worte der Erinneruug an Georg. W. A. Kahlbaum. — Sarasin: Berichtüb. das Basler Nathurhist, « •268 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Museum. — Bericht üb. die Saminlung für Vólkerkunde des Basler Museums. Zoologischer Anzeiger. Leipzig. 1906, Bd. xxx, nos 3-4.— Odhner: Uer walire Ban des m. de France, vol. lxx, 1901.) — Lycides nouveax cu peu connus du Musée Civique de Genes. (Ann. del Museo Civico di Stor. Nat. di Genova, vol. xxvii, 1889.) — Lycides recueillis au Cameroun. (Eutomologisk Tidskrift 1903.) — Liste des Coléoptéres recueillis á Madagascar. (Mém. de la Soc. Zoo]. de France. 18í'9.) — L'origine des lourrailiéres. (Bull. de la Soc. d'Hist. nat de Col- mar, 1903 1904.) — Malacodermes de la Guiñee espagnole. (Mem. de la K. Soc Esp. de Hist. nat., tomo i, 1905 ) — Malacodermes récoltés au Japón par M. J. Harmond. (Bull. du Mus. d'Hist. nat., 1902.) — Malthofles et Podisfrina. (Bull. de la Soc. Entom. de France, 1 905, n" 17). — Note sur quelques espéces de Malacodermes de la Faune Méditerra- néenne. (Bull. de la Soc. Entom. de France, 1903, n° 4.) — Notes sur quelqncs Malacodermes appartenant au genre Lycus. Des- criptions de deus uouvelles espéces de Lycides. (Bull. de la Soc. Entom. de France, 1898, n" 4.) — Notes sur quelques ilaltliinus paléarctiques. (Bull. de la Soc. Eutoai. de France, 1899, n" 19.) — Notes sur quelques Podisfrina du Nord de l'Afrique. (Bull. de la Soc. Entom. de France, 1902, n" 4.) — Notes sur quelques PodistruHi et description d'une espéce nouvelle d'Algérie. ^BuU. de la Soc. Eutom. de France, 1900, n^ 14.) — Note sur Cicindela leucosticta Fairm. (Bull. de la Soc. Entom. de France, 1897, n° 3.) — Observations sur quelques Lycides du Brésil. (Bull. de la Soc. Entom. de France, 1886-1887.) — Quelques notes coléopterologiques. (,Bull. de la Soc. Entom. de France, 1882.) DE HISTORIA NATURAL. 271 .BouKGKois (D. J.) — Remarques sur le gen re Dasytiscus. (Ann. de la Soc. ce, 1885.) — Rhipidonérides et Malacoilermes recueülis :i l'At'rique australe. (Ann. and Magaz. of Nat. Plist., Oxford, 1'.j04.) — Sur la périodicité trienna'.e des années á Hannetons. (Bull. de la Soc. Entom. Suisse, vol. xi, n° 2.) — Sur le cosmopolitisme de r^4ca>?í^ocKe»M?i.'í ciliatus Perris. (Bull. de la Soc. Entom. de Frauce, 1904, n" 2.) — Sur un mode particulier de progression souterrain# chez quelques larves d'Insectes. (Bull. de la Soc. Entom. de France^ 1900, n° 13.) — Synopsis du genre Henicspus Steph. (Ann. de la Soc. Entom. de France, 1887.) — Trois nouveiles de especes Malacodermes de rHimala\ a. (Bull. du Mus. d'Hist. nat., 1902.) — Voyage de M. Ch. Alluaud dans le ténitoire d'Assinie. Lycides. (Ann. de la Soc. Entom. de France, 1889.) — Voyage de M. E. Simou au Venezuela. Coleoptéres. (Ann. de la Soc. Entcm. de France, vol. Lxvni, 1899.) — Voyage de M. Maurice Maindrou dans l'Inde raérldionale. Dascillidcs et Malacodermes. (Ann. de la Soc. Entom. de France, vol. Lxxii, 1903.) - Voyage du Dr W. Horn. a Ceylan. Malacodermes et Lymexylonides. (Ann. de la Soc. Entom. de Frauce, vol. lxxiv, 1905.) Briet (D. L.)— Le défilé de l'Entremon. Pau, 1906. — Voyage au Barranco de Mascun. Pau, 1905. Oadevall y DiARs (D. J.) — Plantas nuevas para la Ciencia, correspon- dientes á la Flora catalana. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Marzo 190C.) De Buen (D. Odón).— Notas de un viaje á Menorca. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat.. Marzo 1906.) DrsMET Y Alonso (D. José María). — Eos «Ápidos» de España. lí. Género Caelioxí/s. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat. Marzo 1906.) Ferrer Ai.edo (D. Jaime). — Catálogo de los Peces de Menorca. Mahóu, 1906. Jiménez de Cisneros (D, Daniel). — Apuntes para el estudio geológico de la provincia de Alicante. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat.. Marzo 1906.) KuAATZ (Dr. Gustav). — Ein Beitrag zur Geschichte der systematischen Entomologie. Berlín^ 1906. Martínez de la Escalera (D.Manuel). -Especies nuevas de Coleópteros de Marruecos. (Bol. R. Scc. e.sp. Hist. nat,. Marzo 1906.) 27¿ boletín de la REAL SOCIEDAD ESPANO1.A Mira (D. Francisco).— Las Dunas de Guardamar. (Mem. R. Soc. esp, Hist. nat., tomo iv, 1906.) Observaioire Royale de Belgique. — Annuaire astronomique pour 1906. Bruxelles. Pampalont (D. Temistocle). — Sunto di un corso elementare di Legisla- zione e Giurisprudenza foréstale. Vallombrosa, 1897. Pérkz (D. J.) — Espéces nouvelles d'Hyménopléres de Catalogue. Bor- deaux, 1905. — Hyménopteí%s nouveaux d'Algérie. (Hevue scient. du Bourbonn. et du Centre de la Franca, 1895.) — Sur les Melliféres parasites. (Procés-verbaux de la Soc. Linn. de Bor- deaux, 1896.) — Sur une forme nouvelle de l'appareil buccal des Hyménoptéres. (Proces-verb. de la Soc. des Scienc. Phys. et Natur. de Bordeaux, 1896.) PicciOLi (D. !• 1— Boschi e Toirenti. Roma-Torino, 1905. Sesión del 6 de Junio de 1906. PRESIDENCIA DE DON FLORENTINO A/PEITIA El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fuá aprobada. Admisiones y presentaciones —Fueron admitidos como socios numerarios los 8res. D. José Martínez Sáenz, D. Julián Aldaz y el Instituto General y Técnico de Baeza, propuestos, respec- tivamente, por D. Juan Luis Diez Tortosa, D. Tg-nacio Bolívar y D. Luis Muñoz Cobo. Fué presentado un nifevo socio numerario. Notas y comunicaciones. — El Sr. Fernández Navarro dijo que en la decoración de la calle de Toledo, durante las fiestas por la boda de S. M. el Rey, han fig-urado alg-unos bellos ejempla- res de palmeras dactilíferas, traídos de Elche, entre los cuales se encuentra uno notable por su doble ramificación. Añadió el Sr. Fernández Navarro que podrían practicarse g-estiones á fin de que el ejemplar de referencia quede en Madrid, y nuestro consocio ü. Abelardo Bartolomé y del Cerro se encarg-ó de llenar esta comisión. — El Sr. Bartolomé y del Cerro dio cuenta de un viaje que aca- ba de efectuar por el Mediodía de Francia é Italia, con motivo del Cong-reso de Química celebrado, recientemente, en Roma. Ofreció dicho señor una nota escrita sobre su viaje, con ob- jeto de que se publique en este Boletín. — El Sr. Calderón llamó la atención de los señores socios acerca de un trabajo que, con el título «Las pinturas y g'raba- dos de las cavernas prehistóricas de la provincia de Santan- der», ha visto la luz en uno de los últimos números de la re- vista Portugalia. — El Sr. Dusmet presentó un trabajo de D. José María de la Fuente, titulado «Datos para la fauna de la provincia de Ciu- dad Real». — El Sr. Arévalo comunicó á la Sociedad los trabajos de in- vestig-ación que ha practicado sobre las espíenlas de alg-unas T. VI. -Junio, 1906. 19 274 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA especies de esponjas de los mares de España, entreg-ando el trabajo correspondiente. Con este motivo, el Sr. Azpeitia manifestó que él también había hecho alg-unas observaciones sobre espíenlas y poseía materiales, que ponía á disposición, tanto del Sr. Arévalo como de todos los señores socios que se dediquen á tan intere- santes investig'aciones, así como las*preparaciones microg-ráfi- cas de que es autor, entre las cuales fig-uran alg"unas muy bellas y que pudieran ser dig-nas de estudio. — El Secretario presentó un trabajo de los Sres. Riojay Alae- jos sobre las especies españolas de Celentéreos propiamente dichos, que fig-uran en las colecciones de la Estación de biolo- gía marítima de Santander. — Por último, el señor Presidente participó á la Sociedad que, en una entrevista que ha tenido con el Presidente de la Socie- dad Española de Física y Química, se le había indicado la conveniencia de que todas las Sociedades científicas que exis- ten en España converg'ieran sus esfuerzos hacia una acción común encaminada á estimular el estudio de las ciencias ex- perimentales en nuestro país. Dijo el Sr. Azpeitia que el plan ó proyecto de la Sociedad Española de Física y Química no está concretado todavía y que sólo puede considerarse, en el presente momento, como una noble aspiración cuyo alcance no es posible definir. Añadió que tal vez lo que pretende la Sociedad de Física y Química sea realizar en España, con la cooperación de nuestra Sociedad y de otras similares, una ac- ción de propag"anda científica como la que llevaron á cabo en otros países las Sociedades llamadas «para el adelantamiento de las Ciencias», celebrando, por decirlo así, Congresos cientí- ficos nacionales que difundieran el amor al estudio por todos los ámbitos de la nación. El Sr. Azpeitia, al dar cuenta á la Sociedad de la entrevista con el Presidente de la de Física y Química y del proyecto que éste le comunicará, consig-nó que lo hacía solamente con el propósito de que los señores socios fuesen meditando sobre el particular para que tuviesen ya opi- nión formada el día en que la de Física y Química dé, concreto y definido su pensamiento, comunicándonoslo oficialmente. Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el día 31 de Marzo, bajo la presidencia de D. Manuel de Paúl. DE HISTORIA NATUHAL. 275 — El Sr. Cni dio cuenta de haber cazado en la Carlota (Cór- doba) un ejemplar cf de Parus cusrideus L. el 16 del pasado Marzo. — El Sr. Medina remitió un fósil, del cual se ocupará en la próxima sesión. — El Sr. Miquel leyó una nota sobre unos restos fósiles de ver- tebrados encontrados en San Morales (Salamanca), presentando los fósiles á los cuales se refiere. Notas y comunicaciones. Datos para el conocimiento de la fauna marina de España POR JOSl': RIOJA Y MARTIN A pesar del buen deseo y de la constancia en el trabajo del personal de esta Estación de Biolog-ía Marítima, se va retar- dando, en atención á múltiples causas que sería prolijo enu- merar, la confección del catálog-o definitivo de las colecciones actualmente existentes en este Centro, sobre la base del catá- log-o provisional en que me ocupé desde 1891 á 1892 (con los datos aportados por el Sr. (González de Linares y por raí) de las especies que hasta entonces habíamos recogido, no sólo en España, sino en el extranjero, y teniendo en cuenta todo lo recogido y estudiado posteriormente. Por ello, aunque en lo referente á los Celentéreos propiamente dichos, está ya casi ultimado el catálog'O y en breve remitire- mos, el Sr. Alaejos y yo, á esa Sociedad la parte relativa á las especies españolas para que pueda servir de contribución al conocimiento de la fauna marina de España, he creído conve- niente el envío preliminar de la adjunta lista para evitar que ocurra el caso de que teng"an que darse á conocer por primera vez de procedencia extranjera especies de antig-uo estudiadas y clasificadas en esta Estación. Debo advertir que se han formado las colecciones de la Esta- ción, hoy á mi cargo, en la forma siguiente: 1.° Con lo recogido por el Sr. González de Linares en San Vi- •276 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA cente de la Barquera, Golfo de Valencia, costas de Francia y Golfo de Ñapóles, y por él clasificado antes de ser nombrado' Director de este Centro, sobre lo cual escribió sus Datos ¡jara Ja descripción de ¡a fauna marina de España referentes d CeJenterecs y Equinodermos, trabajo presentado en 1887 para el concurso á la plaza de Director de esta Estación, que no ha sido publicado y que ó bien se publicará en la forma que fué escrito, ó se ten- drá en cuenta y manifestará en los sitios que se requiera en el. anunciado catálogo de Celentéreos españoles recog-idos por el personal de esta Estación que el Sr. Alaejos y yo remitiremos en breve á la Sociedad. 2." Con lo recog'ido, principalmente por mí, y clasificado provisionalmente por el Sr. González de Linares durante la excursión de 1887-88 exploratoria de las costas atlánticas N. y O. de España y alg-o de la del Mediodía hasta Alg-eciras inclusive, sobre lo que se hizo un trabajo relativo á la indicación y em- plazamiento de los múltiples drag-ados realizados en cada sitio y de las 451 especies recogidas, con acuarelas de muchas de ellas, cuyo trabajo presentado por el Sr. Linares al Ministe- rio, acompañando al informe del emplazamiento que debiera darse á esta Estación, no fué publicado por considerarle de ca- rácter provisional. En él se indicaban 59 especies de Celentéreos (cnidarios). 3." Con lo recogido por el mismo Sr. Linares y todos los demás que han formado parte del personal de esta Estación ,^ ya con carácter permanente, ya temporalmente. Entre los múltiples fines de esta casa y dentro de lo que lo han permitido el tiempo y los medios para ello (pues su biblio- teca, por desg-racia, es deficientisima) se ha continuado sin cesar trabajando en la clasificación definitiva de las especies y todos los que hemos pertenecido á la misma hemos contri- buido á la obra emprendida por el Sr. Linares en las diversas épocas y bajo los diversos conceptos con que hemos formada parte de este establecimiento, como indicaremos el señor Alaejos y yo cuando remitamos á la Sociedad el trabajo antes aludido. DE HISTORIA NATURAL. 277 Lista de las esjiecies españolas de Celentéreos propiamente di- chos (ó sean los Cnidarios, en el concepto expresado por Claus y otros que aceptan, el mismo seguido ó extensión de este califi- cativo ), existentes en las colecciones de la Estación de Biología Marítima de Santander, como contribución al conocimiento de la Fauna marina de España: 1. Perig-oni m US repens f:Z'. *y. íF/'¿^/¿// Santander. 2. Dicoryneconfertai^^lMerJ. Noja (provincia de Santander). 3. HeterocorJyle conybeare Allman. Noja (provincia de Santander). 4. Eudendrium racemosum (Cavolinij. Santander. 5. Podocoryne carnea Sars. Santander, Noja, Vig-o. tí. Hydractinia echinata Fleming. Santander, Vig-o, Marín. 7. Tabularía indivisa Linmeas. Santander. 8. — mesembryanthemum ? ylZ/»¿ffw. Santander. 9. Clava squamata (O. F. MilUer), Santander. 10. Pennaria Cavolinii Ehremberg (disticha Goldfus). G. de Valencia. 11. Coryne pusilla? Gaertner. Santander. 12. Sertularia pumila Linnmis. Santander, Santoña, La- redo. 13. — operculata Linnmus. Santander, San Vicente de la Barquera. 14. — argéntea Ellis et Solander. Santander, 15. Sertularella polyzonias ( Linnaus). Santander, G. de Va- lencia. 1(5. Diphasia alata llincks. Santander. 17. — pinnata f/^«Z/'íZ5J. Santander. 18. — pinaster J'//w^/ /S'w/«wtí?er. Santander. 19. — tamarisca (Linneeiis). Santander. 20. — attenuata ( Hincks). Santander. 21. Pluraularia setacea (Ellis). Santander, Santa Marta de Ortig'ueira. 22. — írutescens (Ellis el Solander). Santander. 23. — similis Hincks. Santander. 24. — echinulata Lamarck. Santander. 25. — pinnata (Linnmisj. Ferrol, Coruña. 26. — g-eminata (Allman et Hollic/i). Santander. 27. Polyplumaria flavellata G. O. Sars. Santander. i78 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA 28. Polyplumaria cántabra Arévalo (1). Santander. 29. Antenella g-racilis Allman. G. de Valencia. 30. Antennularia antennina (Linnmis). G. de Valencia. 31. — ramosa fZamowroííí^^- ^^^tander. Valencia.- 32. — tetrastica Menegh. Algeciras. 33. — Perrieri Billard. Santander. 34. — — var. antennoides Billard. San- tander. 35. Ag-laoplienia myriopliyllum (Limimus). Santander, G. de Valencia. 36. — radicellata Sars. Santander. 37. — pennatula EUis et Solander. Santander. 38. — tubulifera (Híncks). Santander, G. de Va- lencia. 39. — pluma Linnmis. Santander, G. de Va- lencia. 40. — cubiformis Mari. Santander. 41. Lytocarpus spectabilis Allman. Cádiz. 42. Halecium halecinum fLimiaus). Santander. 43. — Beanii (Johnsíon). G de Valencia. 44. — tenellum Hincks. Santander. 45. Lafoea fruticosa M. Sars. G. de Valencia. 46. Calycella fastig-iata (AlderJ. Santander. 47. Campanularia flexuosa (Hincks). Santander, Santa Marta. 48. — ang-ulata Hincks. Santander. 49. — Hincksii ylMer. Santander. 50. — volubilis (Linnmis). Santander. 51. Gonothyrsea g-racilis Sars. Santander. 52. Ag-astra (Campanularia) caliculata (Hincks). San- tander. 53. Clytia Johnstoni (Alder). Santander. 54. Obelia g-eniculata (Linnaus). Santander. 55. — dichotoma (Linnmis). Santander. 56. Campanulina panícula Sars. Santander. 57. Aequorea Forskalina Ag. Santander. 58. Cunina rhododactyla E. H. Santander. 59. Geryonia spc. Santander. (1) Especie inédita que se describe en un trabajo en impresión. BE HISTORIA NATURAL. 2:9 Sifonóforos. 60. Physalia caravella. O. F. M. Santander. 61. Velella spirans ^5c/¿. Santander. 62. Diphyes spc. Santander. A cale f os. 63. Periphylla spc. Santander. 64. Pelag-ia noctiluca Per., Les. Santander, Alg-eciras. 65. Chrysaora spec. Algeciras. Aíitozoos. (Alciones.) 66. Alcyonium palmatum Pallas. Santander, G. de Valen- cia, Cádiz. 67. — dig-itatum ? LmnmLS. Santander. 68. — g'lomeratum ( Hasall). Santander. 69. Pteroides g-riseiim Esper (Kolliker) forma típicra y v. Cor- nel'icB. Santander, G. de Valencia. 70. — spinulosus Hertlie. Alg-eciras. 71. Pennatula phosphorea Linnmus (típica y v. acciileala). G. de Valencia, Cádiz. 72. — rubra Bilis. G. de Valencia. 73. Kophobelemnom spec. Santander. 74. Funiculina quadrangnilaris Delle C/iiaje. Santander, G. de Valencia. 75. Veretillum cynomorium Pallas. Villag-arcía, G. de Va- lencia. 76. Gorg-onia verrucosa Pallas. Santander, Alg-eciras. 77. — Cavolinii Koch. Santander. 7(^. Muricea chamaeleon Koch. Santander. 79. — echinata Koch. Santander. 80. Gorg-onella sarmentosa Val. Santander. (Antipates.) 81. Antiphathes larix Bilis. Santander. 82. — subpinnata Bilis. Santander. 83. — aenea? Áoc/¿. Santander. 84. Gerardia Lamarcki Haim. Santander. 280. boletín dp: la real sociedad española (Actinias.) 85. Anemonia sulcata (Pennant). Santander. 86. Actinia efhina lÁnncnis. Santander, Neja (provincia de Santander). 87. Bunodes g^eminacea EUis. Santander. 88. Eloactis Mazeli (Jonrdan). Santander. 89. Aiptasia spec. Santander. 90. Sag-artia viduata (0. F. MüJler). Santander. 91. — spliyrodeta Gosse. Santander. 1)2. Adainsia Rondeletii DelJe Chiaje (Sag-artia parasítica. (tossu). Santander, Valencia, Cádiz. 93. — — var. libera ^4. G. de L. Santander. 94. — palliata ÍBohadsch). Santander, Santoña. 95 Helliactis bellis EUis. Santander. 96. Cereus spinosus Hertwig. Santander. 97. Phellia elong-ata Jourdan. Santander. 98. Corynactis viridis Al/man. Santander. 99. Edwardsia Claparedii Andrés. Santander, San Vicente. 100. Palythoa axinellae O. S. Santander. 101. — arenácea Ue//e Clñaji. Santander, Cádiz. 102. Cerianthus membranáceas Gmelin. Santander. 108. — solitarias ^rt';;j». Santander. (Madreporas.) 104. Dendrophyllia ramea M. Edir. Santander. 105. Astroides calycularis M. Edw. Alg-eciras. 106. Hoplang-ia Durotrix? Gosse. Santander. 107. Cladocora cespitosa Linnmis. G. de Valencia. 108. Balanophyllia itálica (M. Edir. i Santander, San Vicente. 109. Amphihelia oculata Linnceus. Santander, San Vicente. 110. Lophohelia prolifera Pallas. Santander. 111. Caryophyllia cyathus? Lamx. Santander, G. de Valencia. Tetióforos. 112. Beroe ovata Delle Chiaje. Santander. 118. Horiniphora plumosa Ag. Santander. DE HISTORIA NATURAL. "281 (N. B.) La lista orig'inal de esta comunicación está firmada por D, José Rioja y Martín, Director de la Estación, j por don Luis Alaejos, Ayudante de la misma. (Nota de la C. de P.j Un nuevo mineral fosforescente de la provincia de Murcia JUAN CALAFAT LEÓN Hace ya muchos años que llevado de mis aficiones minera- lóg-icas de siemjjre, y cuando aún era casi un niño, realicé, entre otras varias, una excursión por las pintorescas serranías situadas al E. de la ciudad de Murcia, y recorrí alg'unos mon- tes pertenecientes á los pueblos de Monteag-udo, Santomera y Sierra de Orihuela. Recuerdo que buscaba una supuesta cala- mina, y entre los minerales que pude observar, llamó mi aten- ción un bloque g-ris azulado, que un corte reciente del terreno dejaba al descubierto, y que estaba g'uarnecido de una costra amarillo-verdosa, que por su aspecto me hizo sospechar si sería una fosforita. Grande fué mi extrañeza cuando, de reg'reso de mi excursión, hice alg'unos ensayos de las muestras recog-idas, y después de observar que el mineral presentaba una intensa fosforescen- cia, pude comprobar que no se trataba de una fosforita, sino de una modesta caliza asociada á otras substancias extrañas. Descartada la idea de que fuese fosforita, y no creyendo yo en aquella época que el fenómeno de la fosforescencia tuviese la importancia que actualmente reviste, desistí de hacer otros es- tudios. Cuando á primeros del año actual, después de transcurridos diez ó doce años, vino á mi memoria el recuerdo de aquellos ensayos, pensé que tal mineral pudiera ser de g-ran interés científico, y, sin embarg'o, temí mucho no poder encontrar el yacimiento de aquella caliza sing'ular por presentar tan mis- teriosa fosforescencia, teniendo en cuenta la extensa área que recorrí en mis excursiones juveniles, y la pequeña masa visi- ble que el mineral presenta al descubierto. A pesar de tales temores, me decidí á ir en busca del mineral, y, en efecto, he tenido la suerte de encontrarle, trayendo una numerosa colee- 282 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA t'ión de muestras que obran en poder de nuestro Museo de Ciencias Naturales. El yacimiento se halla situado al Este de Murcia, á unos doce kilómetros de la capital, en un cerro próximo al pueblo de Santomera. Allí se observa una g-ran excavación, efectuada ])robablemente para la extracción de yesos, abundantes en aquellos contornos. En el interior de esta excavación arranca un manto, ó acaso más bien un filón ramificado de la caliza fosforescente. Entre estas ramificaciones, y á poca distancia de las mismas, se observan vetas y masas considerables de yeso perfectamente blanco y de estructura sacaroidea, del cual he traído también algunos ejemplares á dicho Museo. Las ramifi- caciones de la caliza presentan alg-unas particularidades dig- nas de atención. Desde luego se observa que las capas super- ficiales están muy alteradas por la acción de los agentes at- mosféricos; tienen color amarillo, ligeramente verdoso, y for- man en unos sitios hojas ó láminas irregulares de escasa du- reza y tenacidad que fácilmente se las desprende, en tanto que en otros sitios esta capa superficial aparece granuda, espon josa y deleznable. En las zonas intermedias, el aspecto del mi- neral es completamente distinto; el color es amarillo, más ó menos agrisado, y el material duro, compacto, de grano muy fino. Tanto en esta zona como en la superficial, vense con mu cha frecuencia dendritas negras, de óxidos de manganeso. Por último, aparece un núcleo central de color gris obscuro, ligeramente azulado, tan duro y compacto como la zona inter- media, siendo la una solución de continuidad de la otra sin ninguna separación, pues el color de la intermedia va va- riando paulatinamente hasta convertirse en el del núcleo. La masa interior está seccionada en trozos, en cuyas junturas hay diseminados diminutos cristales de pirita de hierro, cos- tras cristalinas incoloras y películas formadas por óxidos metá- licos de variados matices, singularmente verdes. Acaso una visita más detenida que la que pude hacer en esta excursión, hubiera suministrado algún otro dato de mayor in- terés que los que dejo consignados, pues durante mi breve es- tancia en Murcia, el tiempo fué muy lluvioso, y la excursión á Santomera la hice, por no demorarla más, en un día en que apenas si cesó de llover. Sospechando si la caliza fosforescente tendría representación DE HISTORIA NATURAL. 283 en otros terrenos de la provincia de Murcia, hice otra segunda excursión á la Sierra de la Fuensanta, situada á unos 5 ó (3 ki- lómetros al Sur de Murcia, y, en efecto, pude recog-er varias muestras de pizarras y otras diversas rocas, que, aunque no forman un mineral bien definido como el de Santomera, tie- nen la propiedad de ser fosforescentes, si bien en menor gra- do que la caliza de este último lug-ar. Resulta, pues, que la zona en que se extienden los minerales fosforescentes en la provincia de Murcia, comprende varios kilómetros, y su cen- tro parece constituirlo el ñlón de la caliza de Santomera. La termofosforescenciaque presenta esta caliza es, en efecto, muy intensa y superior á la de todos los demás minerales que en aquella reg'ión he observado. Es de un color amarillo, lige- ramente anaranjado, á diferencia de las fosforitas, que ordina- riamente presentan una fosforescencia verdosa. También debo consignar que el máximum de ella radica en la zona inter- media del filón y el núcleo central; la de la capa superficial alterada es menos intensa, pero bien perceptible. Observando detenidamente la producción de este fenómeno, vese que, en muchos ejemplares, la termo-luminiscencia ama- rilla-anaranjada va acompañada simultáneamente de puntos brillantes de luz blanca, como si fuesen producidos por partí- culas combustibles inñamadas en atmósfera de oxígeno, que recuerdan la deflagración que producen las eflorescencias del salitre ó nitrato potásico, proyectadas sobre un carbón incan- descente. El procedimiento más sencillo para observar esta fosforescen- cia, consiste en calentar una placa metálica, apo;yada en un soporte, mediante una lámpara de alcohol, y proyectar sobre dicha placa una pequeña cantidad del mineral reducido á polvo. Deben practicarse estas operaciones en la obscuridad. El análisis de la caliza de Santomera y la determinación de sus constantes físicas, es actualmente objeto de mis inves- tigaciones. No es substancia radio-activa, según se deduce del reconocimiento practicado por mi querido amigo el Sr. Muñoz del Castillo en su laboratorio de Radio-actividad de la Facul- tad de Ciencias. (Laboratorio da Mineralogía del Museo de Ciencias Naturales.) ^¿81 boletín de la real sociedad española Datos para la fauna de la provincia de Ciudad Real (1) POR JOSÉ MARÍA DE LA FUENTE XYIU.—Afami'feros. Sciurus bseticus Cab. Latorre. — Sierra Morena. A. Cabrera Latorre (Bol. de la Real Soc. Españ. de Hist. Nat. 1905, pág-. 228). Coleópteros. Asida novissima M. Escalera.— Descripta por el Sr. Martínez, de la Escalera en el Boletín arriba citado, pág". 436, de Pozuelo de Calatrava. Es especie bastante rara. Se halla debajo de las piedi-as en la cumbre de los cerros de la Dehesa del Acebuchal, por los meses de Octubre á Marzo. Pimelia punctata v. mancliega Lauífer. — Alcázar de San Juan, seg'ún el autor D. Jorg-e Lauífer (Boletín, etc. 1905, pág-, 406). Heliopathes Heydeni Keitt. — Flüg-eldecken mit abg-erundeten >"^cliulterwinkelu und mit starken, fast furchig vertieften Punktstreifen, der vierte innere mit circa 30 Punkten, die Zwischenraume flach g-ewolbt; die Streifen an der Basis fast starker vertieft. Die feine Seitenrandliuie des Halsschildes ist manchmal vor den Hinterwinkeln feiner ausg"eprág*taber stets voUstándig- vorhanden. Gross, lang-g-estreckt und parallel in beiden Geschlechtern, Halsschild stark punktirt, láiig-s den Seiten starker lang-sstrig-os sculptirt, in den stumpfen Hinter- winkeln mit einem Kleinen Schrag-eindruck, Flüg-eldecken lang- oval, Unterseite des Halsschildes an den Seiten g-rob (1) Véanse las Actas de esta Sociedad de 1897, páginas ]29, 177, 202 y 210; las de 1898, páginas 83, 97 y 2o5; las de 18 9, páginas SO y 210; las de 190 ', pág. l8S; el Bole- tín de 1901, pág. 133; el de 1902, pág. 105; el de 19)3, pág. 312. y el de 1901, pag. 331. DE HISTORIA NATURAL. á-S láng-sstrig-os punktirt. Vordertarsen des cf fast so breit ais die Scluenen8])itze, Mittelschieiieii und Hinterschenkel ziemlich lang- und dicht, die Hinterschienen kürzer, zur spitze feiner g-elb beliaart, die Hinterschienen kiaftig- aber fast g-erade. Von dem áhnlichen ¡iisilamciis durch vollstandig- g-erandete Seiten des Halsschildes, die gTobe strig-ose Sculptur desselben, von cribralus durch letztere und die diclit behaarten Hinterschen- kel des cf , von beiden durch den Eindruck in den Hinterwin - keln des Halsschildes abweichend. Long\ 13,5-15 mm. — Al- murad iel. E. Reitter in Best.-Tabdh der europ. Coleopt. luí HeftClOOi), pág-ina 102. Barls morio var. Lethierryi Desbr. (Le Frelon ii, pág-. 48).— Todos los ejemplares de Ciudad Real (Pozuelo, Fuencaliente) pertenecen á esta variedad, indicada hasta ahora solamente de Baína (Arg-elia). Se disting-ne del tipo, seg-ún su autor, par míe monchelnre formée de poils squamiformes flavescenis ou ar- gentes, soiikvés a la hase des :f el 8° inierslries... Baris ignifcr var. chioroptera n. v. — Metallica, nitida; rostrura et corporis infra cum {)edibus ;oneo-rubra, parce squamata;. prothorax rubro-cupreus; elytra per totum viridia, prfeter hu- mera aurata. Pozuelo. Los élitros, que en el tijio son cobrizos ó cobrizo-violáceos, son en la variedad de un hermoso color verde, con los hom- bros dorados, lo que unido al rojo brillante del protórax, hacen de este insecto uno de los más bonitos conocidos. Sólo he hallado un ejemplar, entre otros muchos de Omias cast'Uianus, Trachyphloens picturalus y miiralis, Microhirinus Lareyniei, etc., etc., en el ribazo, mencionado ya en vai?, Datos, que existe á la derecha del camino de Ciudad Real, antes de lleg'ar al cementerio de esta villa. Gymnetron Fuentei Pie — Latus et brevis, depressus, nig^er,. g-riseo fulvo aut g'riseo pubescens et hirsutus; rostro satis bre- ve, fere recto, insubulato; elytris late striatis. Larg-e et court, tres deprime en dessus sur les élytres, en- tiéremeut noir membres compi'is, revétu d'une pubescence rude d'un gñ'is flave ou g-rise, celle-ci en partie soulevée; rostre 286 BOLETÍN DK LA: REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA assez court, presque rlroit, non subulé. pas sensiblement di- minué au sommet, pubescent en arriére avec une lig-ne mé- diane dénudée, protborax court et larg-e, assez arrondi sur les cotes, diminué antérieurement, la pubescence ne forraant pas de créte pileuse nette sur le milieu du disque; écusson g-rand, pubescent; élytres peu plus long-s que larg-es, débordant un peu le prothorax á la base, séparément arrondis au sommet, á stries larges et tres marquées, les intervalles g-arnis de plu- sieurs rangs de poils assez rég'uliérement disposés; extrémité de l'abdomen et pyg-idium revétus de poils rudes serrés; pattes foncées, robustes, cuisses non ou indistinctement dentées. Long-. 4 mm. Pozuelo (de la Fuente in coll. Fuente et Pie). — Espéce remarquable par sa forme large et courte jointe á son rostre assez court et cylindrique, pouvant prendre place prés de canescens Desbr., ce dernier est moins deprime en dessus et la pubescence de son pyg-idium et du sommet de l'abdomen n'est pas plus dense que sur le reste de cet org-ane. Mr. Maurice Pie in VEchange, 1906, pág-. 12. Gryptoceplialus rugicollis var. Perroudi Pie. — Entre los ejem- plares típicos suele hallarse en Pozuelo, de vez en cuando, al- g-uno de la variedad mencionada. Descripta por D. M. Pie (VEchange, 1905, pág-. 107) por ejemplares de Sicilia y Cerde- ña, creemos no haya sido todavía señalada de nuestra Pe- nínsula. Pachybracliys incallidus Pie— Nuevo para Europa. Los ejem- plares que sirvieron al citado Sr. Pie para el establecimiento de la especie (cfr. BiiU. Soc. d'Hist. Nal. d'Autun, 1897, pági- na 196) procedían del Norte de África. En Pozuelo es bastante frecuente en el estío sobre la Artemisia campesiris L. Neurópteros. Ghrysopa ibérica Navas.— Statura media, colore viridi, pilosa pilis atris. Capiit viridi-flavum; facie notis plurimis variegata fusco- rufis: puncto ínter antennas, stria utrinque ad antennarum basin in ang-ulum vértice superiore, in quo atomus, stria trans- versa ad apicem clypei; duplici puncto anteoculos et ad clypei DE HISTORIA NATURAL. 287 latera, hoc paulo elong-atius; vértice modice inflato, duplici puncto in medio, duplici paulo majore juxta oculos, fuscis vel í'usco-rubris; antennis long-is, primo articulo elong-ato, stria externa long'itudinali insig-nito, secundo brevi puncto fusco fere evanescente notato, flavescentibus, ceteris articulis api- cem versus fuscescentibus; palpis subtotis atris. Thorax viri- dis, fusco-notatus. Prothorax latior quam long-ior, angulis an- terioribus fuscis; disco punctis fuscis in lineam bis fractam ss confluentibus; marginibus ter puncto fusco notatis. Mesotho- rax sex punctulis fuscis, quatuor in disco, duobus ad alarum basin, interdum confluentibus in maculas. Metatborax item quatuor sexve punctis similiter dispositis. AMomen 'ú.w^vW^ seg-mentis supra sex maculis notatis, duabus elongatis trans- versis in medio, duabus punctiformibus ad marginein anti- cum posticumque, fuscis. Alm elong-atse, anteriores ápice sub acutae. Veníe omnes virides. In ala anteriore vena procubitalis paulo ante cellulam cubitalem fu^ca, haec subtota fusca. Cos- talis puncto fusco ad basin. In ala anteriore venulse costales omnes, duse primee discoidales (sectoris radii), gradatíe ^/^j duíB item piimse et ultima procubitales et tres cubitales toti^p atrfip, radiales, reliquse cubitales, marg-inales posteriores initio et fine; alise tantum initio atrse. Longitudo corporis 7,8 inm. — antenn 11,5 » — alee ant 12 » Especie afín á la abdominaJis Brauer... Los dibujos de la ca- beza, tórax, abdomen y alas en ambas especies son totalmente distintos. Patria .. Pozuelo de Calatrava (La Fuente, 1902). Rdo. P. Long'inos Navas in Bolet. de la Soc. Aragonesa de Ciencias Naturales, 1903, pág-. 99. Dilar campestris Navas. — Statura minore, colore fusco-testa- ceo, corpore toto piloso, alis subtotis maculatis. cf. Capiit testaceum, ocellis concoloribus, oculis mag-nis, atris. J.í¿Ye;¿;¿¿? flexibles, fere 25-articulat8e, articulo primo in- crassato fusco, ceteris pallidioribus, articulis 14 dentatis, deii- tibus flexibilibus cylindricis ápice ovoideis, longitudinem ar- ticulorum manifesté superantibus; in quarta parte apicali 28S BÜLKTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA inermibus. Vértex modice inflatus, linea media long-itudinalí impressus. Alm oblong-ag, fimbriatae, fimbriis mediocribus, pa- Uidis, post tertium ampliat?e, ápice rotundatae, venis venulis- que distinctis, maculis fusco pallidis parum distinctis, tesse- llatae. Sector radii quinqué saltem ramis succesive furcatus. In alis anterioribus piinclnm atrum discoidale sub secundo ramo ante médium alse, aliud minus distinctum sub primo ramo ante venam procubitalem; in alis posterioribus punctum Ínter primum et secundum ramum sectoris radii situm. Long'itndo corporis 5 mm. — alffi anter 8,5 » — — poster 8 » — antennar 7,5 » Femina raihi ignota. Patria. Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real). Teng-o á la vista siete ejemplares, todos cf cf , cogidos por el Rdo. D. José María de la Fuente, Pbro., á cuya buena amistad debo éstos y otros muchos insectos de mi colección. Rdo. P. Long-. Navfís in Memorias de la R. Acadeni. de Cieñe, y Artes de Barcelona, 1903, pág-. 380. Hemif teros Piesma pupula Put.— De Córcega y Arg-elia. Algunos ejem- plares recog-idos por mí en Pozuelo. Pliyllontocheila juveuca Horv. — Especie indicada hasta ahora (cfr. Természetrajzi Fiketek. xxv (1902) pág. 598) de Argelia; también en Pozuelo. Piezocraniim frontosiim Horv. — De Arg-elia, como los anterio- res. Se encuentra asimismo en Sierra Morena (Fuencaliente). Thamnotettix fraudulentus Horv. — Citado de Servia y Hun- gría; nuevo para España (Pozuelo). Tettigometra sulphurea v. scutellaris Horv.— Tres individuos en Pozuelo: conocido únicamente de Servia. DE HISTORIA NATURAL. 289 Ommatidiotus longiceps v. decipiens Horv.— A typo vértice an- trorsurn minus producto ditfert. cf . Brachypteras; vértice latitudine sua inter oculos V3-V4 et quam pronoto duplo et dimidio-triplo long-iore, parte ante- oculari parte interoculari V4-V2 longlore; fronte latitudine sua paullo long-iore. Long*. 3 ^j^A mili. 9. Brachyptera et in ómnibus notis specificis cura feraina brachyptera O. Falleni Stál congruens. Long\ 4 Vi mili. Hispania:... Pozuelo de Calatrava (Coll. de la Fuente). Dr. Géza Horváth in Ármales Musei nationalis himgarici 1905, pág\ 383. Bimenópteros. Amasis Dusmeti Konow cf 9- — ^- jucund^ K1. colore similli- ma; nigra; macula frontali infraantennali majore etpronoti loMs lateraUbus e viridi aJbidis; clypeo fusco; ahclominis scgmentis primo et ultimo dorsalihus nigris, séptimo aIMdo limbato, ceteris tiíroMque macuUs e flavido albis, apicem versus iiicrescentibus et fascias medio interruptas simuJantibus ornatis; pedum coxis, trochanterihus, femorwn basi nigris; femoribus ex albido flaves- centibiis, tibiis albidis, posticarum ápice et tarsis ex albido ru- fescentibus, illis apicem versus fuscescentibus; alis hyalinis, venis et stigmatefiiscis. Elong-ata-ovata, crassiuscula densissime et subtiliter pun- ctata, fere opaca; capite pone oculos fere dilatato; clypeo ápice emarg-inato; antennarum articulo quarto dimidium tertii lon- g-itudine aequante, apicem versus fortius dilatato, a clava pa- ra in separato; scutello subelato, convexo, dense punctato, opaco; abdominis seg-mento octavo dorsali triang-ulariter pro- ducto, ápice obtuso, densissime punctato, opaco. — Long-. 8, .5-9 milímetros. Patria: Hispania et Alg-eria. Diese Art ist der A. jucunda KI. ausserordentlicli ahnlich und kann leicht mit dersel"ben verwecliselt werdeu, docli etwas g-rosser und dicker, besonders von derselben verschieden durch die auífallig-e Form des letzten Rückenseg-mentes bel beiden Geschlechtern. Bei A. jucunda Kl. ist das 8. Rucken- seg-ment hinten breit g-erundet mit bleichem, fein punktulier- tem Hinterrande, an der Basis ziemlich g-rob und nicht dicht T vi.-Junio, 1906, 20 '290 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA panktiert. g-lánzend; bei Dusmeii ist dasselbe dreieckig- aus- g-ezog-en mit stumpfem Ende, g-anz schwarz und sehr dicht punktiert, matt. Ferner ist bei jucunda das Riickenschildchen fast flach, weitláufig* punktiert, g-lánzend; und der Clypeus ist vorn schmal und tief ausg'eschnitten; der g'anze korper ist zwar auch dicht punktiert, aber etwas g-rober ais bei Diismeii, und zeig-t fast íjberall deutlich g-lánzende Zwisclienraüme. — Die Art trág-t ihren Ñamen zu Ehren des Herrn José M^ Dus- met y Alonso in Madrid. Friedrich Wilhelm Konow in Zeitschrift für Hymenopierolo- gie und DijjteroJogie, Heft 4. 1905, pág-. 242. Los ejemplares, que sirvieron al autor para establecer la es- pecie, procedían de nuestras cazas en Pozuelo, según noble- mente lo testifica nuestro querido amig-o el Sr. Dusinet in Bo- LET. Soc. EsPAÑ. DE HiST. Nat. , 1905, pág". 365. Amblyteles Medinai Berth. — cj^. Ang-les du clypeus, orbites de la face et points sous les ailes et sur Técusson blancs. Anten- nes subnoduleuses, noires, ferrugúneuses en dessous. Aréa su- péromédiane transversale, rectang-ulaire. Abdomen noir mat, fortemeiit ponctué; postpétiole g-rossiérement aciculé; gastro- céles mediocres; seg-ments 4--7 avec un trait blanc aux ang-les postérieurs; 4« seg-ment ventral non plissé; le dernier long'ue- ment acurainé. Pieds roux; hanches noires. Stig-ma et nervu- res noires. — Long\: 15 mili. Patrie: Ciudad Real (coll. Medina). L'abbé Victor Berthoumieu in Bull. Soc. eniom. de France, 1903, pág-, 310. Dryinus draciinciilus Marsh. — Second seg-ment abdominal brun. Entiérement brun, plus ou moins pále, un peu roussatre par endroits, métathorax et abdomen le plus sombres. Tete roussatre; parties orales testacées, mandibulesá pointe bruñe. Vértex excavé et, comme le front, a peine sensiblement acicu- lé; une faible carene part de Tocelle antérieur et n'atteint pas la base des antennes. Celles-ci d'un brun pále, les quatre der- niers articles brises et manquant, les deux premiers épaissis, les suivants tres minees, le premier testacé en dessous; le 3« un peu plus long- que le 4*^ ou que les deux premiers réunis. Prothorax lisse, d'un testacé roug-eátre en dessus; mesono- DE HISTORIA NATURAL. 291 tiim tres finement aciculé; sillons parapsidaux indistincts; scutellum petit, indistinct, lisse; metanotum noirátre, fine- ment rug-ueux-réticulé. Ailes liyalines, avec les deux bandes ordinaires; stig-ma pále, hanches etfémurs plus foncés, genoux postérieurs pales. Abdomen brun foncé, á bord postérieur de tous les seg-ments noirátre. Tariére un peu proéminente. Tai- lie 9: 4""". Patrie: Espag-ne céntrale (environs de Ciudad Real; coUec- tion Medina). Thomas Ansell Marshall in Species des Hyménoptéres cV Euro- pe et cVAlgévie, V ix (1905) Proctotrypides, pág-. 82. Gonatopus dryiniformis Marsli.— Second seg-ment abdominal testacé, le 3'^ et le 4'= testacés avec le bord postérieur noir; pé- tiole et derniers seg*ments noirs. Corps d'un brun marrón et g-labre; face et bouclie d'un testacé brunátre. Vértex excavé. •Ocelles nuls. An tenues noires, avec les deux premiers articles testacés, atteig-nant la base du métathorax et g-rossissant vers Textrémité; 3*^ article un peu plus long- que le 4*^ et un peu plus court que les deux premiers réunis. Thorax binodal; par- tie rétrecie testacée, étroitement noire aux deux extremités; métathorax brun, presque lisse en dessus, sa partie postérieur noirátre et faiblement ridée en travers. Taille 9' •^"""• Patrie: Espag-ne céntrale (Ciudad Real; collection Medina). Cette espéce ressemble extrémement á Dryimis dracunculus, dont elle ne différe que par le manque d'ailes et l'avortement du mésotliorax avec le scutellum, qui sont remplaces par un réírécissement. Th. An. }ílarshall, op. cit., t. ix (1905) Proctotrypides, pá- g-ina 99. Gonatopus Hispanicus Kieff. — Antennes noires, les deux pre- miers articles d'un jaune roug-eátre. Corps noir, lisse et g-labre: bas de la face, mandibules et jones d'un jaune roug-eátre; dessous des hanches antérieures, tous les trochanters, partie rétrecie des fémurs sauf i'extréme bout des postérieurs, tibias antérieurs et intermédiaires, base des tibias postérieurs, anneau avant leur extrémité, et tarsos antérieurs roux. Corps g-labre et lisse; vértex excavé et chag-riné, lig-ne frontale et ocelles distincts. Scape de moitié plus long- que le second arti- 292 boletín de la. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ele, celui-ci presque deux fois aussi long- que g-ros; le 3<^ un, peu plus long' que les deux premiers réunis, de moitié plus long" que le 4*^; 5® distincteraent plus court que le 4", égal au P'', presque trois fois aussi long" que gros; le 9^ au moins de moitié plus long" que g'ros; antennes g"raduellement épaissies á partir du 4*^. Thorax binodal; P'' noeud distinctement divisé, partie antérieure bien plus larg-e et plus courte que la 2'^, et moins élevée qu'elle; pai-tie rétrécie un peu plus longue que gTosse; second noeud h suture peu distincte, grossiérement ridé en travers dans sa partie declive. Métatarse anterieur double des deux articlcs suivants réunis, ég-al au 4«; 5« ég"al au 3^; branche externe de la pince inerme; Tinterne avec une rangée de lamelles denses et une rangée de soies plus longues, ees rang-ées interrompues avant l'extrémifcé. Taille 9 • 3,5'"'".. Patrie: Espagne: Pozuelo de Calatrava; recueilli par M. J. M. de la Fuente (Ern. André). L'abbé Jean-.Jacques Kieffer op. et t. cit., pág. 117. Gonatopus scioplianes Marsh. Pl. vi, fig-. 4. — Tete noire, man- dibules et joues d'un brunátre pále; vértex tres fortement ex- cavé lisse, avec arete frontale jusqu'árocoUe anterieur; ocelles á peine distincts. Antennes noires avec le dessous des deux premiers articles plus ó moins brunátre, légérement épaissis á partir du h"" article, s'étendant jusqu'á la base du métatborax; 3« article un peu plus long- que le 4®. Thorax binodal, noir en majeure partie; prothorax ponctué rug"ueux en dessus, brun rougeátre sur le dessous; partie rétrécie d'un brun rougeátre, mesonotum presque rugueux; métatborax fortement gibbeux, lisse en dessus, finement ridé sur la partie postérieure et de- clive; un petit espace lisse indique la place du scutellum. Pattes antérieures d'un brun noirátre; hanches pales en des- sous; trochanters pales avec une lig-ne noirátre en dessus; fémurs noirs; tibias pales aux deux bouts, crochet externe de la pince testacée, l'iaterne á l'extrémité pále; pattes intermé- diaires et posterieures á fémurs noirátres, tibias bruns, tarses plus pales, presque testacés. Abdomen noir, lisse et brillant. Taille 9 : 4'"'". Patrie: Espag-ne céntrale: Ciudad-Real (coUect. Medina). Th. An. Marshall op. cit. Proctotrypides, pág. 107. DE HISTORIA NATURAL. 293 Pheogenes fulvidens Berth. — Q. Tete nórmale, palpes et man- dibules fauves. Clypeus tres rug-ueux. Antennes entiérement rousses. Pieds roux; hanchespostérieures noires, celles-ci avec une petite créte simple Aréa supéromédiane en carré long-. Postpétiole ponctué-chag-riné; seg-ments 2-4 roux. Stig-ma tes- tacé, écailles sous les ailes blanclies. Le cj^ différe parles pal- pes, les mandibules, le clypeus, le devant du scape, les écai- lles, les hanches antérieures et tous les trochanters blancs. — Long-.: 7-8"^"". Patrie: Ciudad Real (Cabrera y Díaz). V. Berthoumieu in BuII. Soc. ent. de France, 1903, pág-. 310. La patria de los siete Himenópteros, cuya descripción acaba- mos de transcribir, es realmente Pozuelo, por más que los au- tores indiquen la capital de la provincia, Ciudad Real, por ser población más conocida y como medio de simplificación. Dípteros. Las descripciones sig-uientes han sido hechas por el Profesor Gabriel Strobl y publicadas en el Wiener Entomologische Zei- ■Umg, 1898 1900, bajo el título de Spanischc Dipteren. Rhamphomyia umbripennis Mg-. var. Morense. — Wie a (umiri- pennis) aber die Schwing-er g-elbbraura. Diese var. scheint mit picipes Zett. DijJt. Scand., 410^ 9» identischzu sein; wenig-stens stimmt die kurze, allerding-s zu einer sicheren Bestimmung- nicht hinreichende Beschreibung- g'enau. Um Cárdenas 2 9 g-estreift. Empis tessellata F. subspec. castellana. — In Grosse und Bau vollstandig- identisch mit der Normalform; ¡^9 weichen aber ab durch viel intensiver rothgelbe Flüg'elwurzel, so dass sich die übrig-e braunschwarze Flüg-elfláche rechtscharf davon abhebt; ferner durch rothg-elbe Mittel-und Hinterschenkel (áhulich wie bei der var. iipuloides L.); das ¡^ durch fast g-anz schwarzen, kaum etwas schillerfleckig-en Hinterleib mit weis- sliclien Seg'mentrandern, das 9 durch die unscheinbare oder g-anz fehlende Mittelstrieme des Thorax. Die Farbung- der Beine vaHirt übrig-ens bedeutend; beim (^ und 1 9 sind die Vorderbeine durchaus schwarz; bei anderen 9 sind die Vor- 294 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA derschienen uncí die Basalhafte der Vorderfersen nur dunkel: rothbraun und auch die Vorderschenkel zeig'en nahe der Spitze einen braunrothen Fleck; auch die übrig^en Schienen sind bald rothg-elb, bald— wenigstens die Hinterschienen — g-anz brauu; bei 1 9 endlich sind alie Schienen und Fersen rothg-elb und auch ber lichte Fleck der Vorderschenkel ist g-ross, rothg-elb. Der Hinterleib des 9 besitzt deutliche Schiller- flecke g"leich der Normalform. Bei dieser auífallenden Va- riabilitat der Farbung" und dem Maugel an plastischen Unters- chieden ist das spanische Thier jedenfalls nicht ais Art, son- dern nur ais subspec. der Rasse aufzufassen. — Venta de Cár- denas. Empis Morense.— 9 S'""^ Simillima priori {E. fulmpes Wied):.. diífert thorace femoribusque crebrius pilosis, palpis coxisque totis nig-ris, femoribus cinereopruinosis, alis infumatis. — Sie- rra Morena, 1 9- Empis Mikii.— cf 6-7, 9 5-5,5'""\ Nig-ra, antennis, palpis femo- ribusque concoloribus, halteribus luteis, tibiis ómnibus meta— tarsisqueposterioribus pr. p. rufis; thorace opaco, cinereoprui- noso, dense villoso, abdomine subnitente, cinéreo, nig-ro- fasciato. cf : Oculis connexis, hypopyg-io long-o, hiante, filum lon- g'um, tenuem emittente, pedibus simplicibus. 9 : Oculis remotis, femoribus posterioribus subtus dense ciliatopennatis. Venta de Cárdenas, cf 9- Empis gracilitarsis.— c^ 3'"'". Nig-ra, opaca, nigropilosa, hal- teribus femoribusque obscuris, tibiis tarsisque luteis, tarsis gracillimis, long'is.— Sierra Morena, 1 cf. Hilara fusitibia.— c^ 4, 9 3,5"^"\ Nig-ra, nitidula, nig-ropilosa halteribus rufis, setis acrost. 2-3 dorsoc. 1-seriatis. (J : tibias anticíe modice incrassatse, sparse setosoe; meta- tarsus cylindricus tibia brevior, breviter pubescens. 9 : tibiíE posticse incurvse, fusiformes.- -Venta de Cárdenas. Hilara cingulata Dlb. var. Morenee.— Cárdenas 3 cf, 4 9 an ^inem mit Wasserranunkeln bewachsenen Bache. Stimmt DE HISTORIA NATURAL. 295 g-enau mit meiner Beschreibung' und den osterr. Exemplaren bis auf einige Fárbung^sdifferenzen: die Wurzelg-lieder der Fühler sind nicht rothgelb, sondern gleich dem Endg-liede scliwarz; die Tarsen des cT niclit bloss g'eg-eu das Ende hin, sondern g-anz schwarzbraun. Der Hinterleib des cf ist nur am Bauche rothg-elb, oben g'anz oder fast g-anz dunkel und die bei der Normalform breit weisslich schimmernden Ring-rander sind sclimal oder unscheinbar lichter. Auch der Hinterleib des 9 ist oberseits g-rosstentheils dankel. Die Hüften und Schen- kel des 9 sind g-anz rothg-elb und sog"ar die Fersen in der Ba- salhálfte ziemlich licht; die Hüften des ¿^ aber g'anz oder theilweise dunkel und auch auf den Schenkeln zeig-en sich dunkle, schlecht begranzte Striemen. Da im Batí der Tarsen etc. Keine Abweichung- zu finden ist, kann icli das spanische Thier nur ais dunklere Varietát oder Rasse betracliten. Microphonis pilimanus. — cf 3"^"^. Simillimus vehUino; dififert tertio antennarum articulo ang-ustiore, vix puberulo; corpore nitidulo, setulis acrostich. brevioribus, metatarso antico sub- tus longe ciliato. — Sierra Morena, 1 cf . (Edalea brevicomis. —9 2""^^ Nig-ra, nitida, albopubescenshal- teribus albidis, g'enubus anguste flavis; antennjie capite sub- breviores; aire hyalin?e stig-inate elliptico, vena .5 abbreviata. — Sierra Morena, 3 9- Tachydromia minutissima. — 9 1,5-1,8'""". Nig-ra halteribus lu- teis; pedibus anticis fere totis luteis, mediis pr, p., posticis to- tis obscuris; antennae nig-r?e, brevissimse; thorax tenuiter ci- nereoopollinosiis; feínora antica mediis crassiora; ala? albidse vena 3 et 4 parallelis, área posteriore subbreviore. — Venta de Cárdenas. Gymnopternus (Dasyarthriis) Morense.— 3™". Nig-roviridis facie, oculorum teg-ularumque ciliis, pedibus totis simplicibus ni- g-ris, halteribus rufis; palpis magnis, probóscide exserto crasso; antennis subelong-atis seta fere apicali; hypopyg-io máximo, inflexo, lamellis nigris, rotundatis, subparvis; alis nig-rescen- tibus, vena 3 et 4 exiraie converg-entibus. — Sierra Morena, 2d^,2 9. 296 BOLETÍN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Campsicnemus umbripennis Lw. var. Mspanicus.— An Bachrán- dern bei Cárdenas. Stimmt vollkommen mit der Beschreibung- Loew's und mei- nen zahlreichen mitteleuropáischen Exemplaren; nnr sind die Mittelsclienkel der Normalforai (cf) unteseits— wie Loew angibt — «ibrer g-anzen Láng-e nach mit Kurzen, steifen Borst- cben besetzt»; ich zable 6 bis 7 starkere^und 4 bis 6 feinere, etwas Kürzere, die sich unmittelbar an die starkeren anschlies- sen und bis zur spitze g-ehen; bei den spanischen cf aber stehen auf der Mitte der Unterseite 3 bis 5 ung-efahr doppelt so lang-e, stárkere Borsten (ais bei der Normalform) und erst nahe der Spitze, von den Mittelborsten ziemlich weitg-etrennt einig-e viel Kürzere und scbwachere. Da die Mittelschienen und Mittelfersen g-enau mit der Normalforn übereinstimmen und ich auch sonst Keinen constanten Unterschiedsehe, han- delt es sicb nur um eine LoCalrasse; die 9 erg-eben Keine Differenz. Lonchoptera tristis Meig\ var. pseudotrilineata, — Sierra More- na, mit der Normalform 6 9- Genau dieselbe Form, die ich in meinen Dipteren von Siebenbürg-en ais triUneaia var.? aufge- führt habe. Die Analader mündet bedeutend hinter der Gabe- lung- der vierten Lang-sader, wie bei tristis; aber der Thorax ist oben und an den seiten nicht g-anz schwarz, sondern deu- tlich roth g-efleckt, so dass die Farbung- fast g-enau mit den dunklen Gebirg-sformen der trilineata stimmt; da aber doch das Geáder mir wichtiger und constanter scheint ais die Far- bung- und ich die stüke zug-leich mit 11 normalen 9 sammelte, führe ich sie ais var. der tristis an. Der Oberkopf ist bald theilweise dunkel, bald bis auf den dunklen Ocellenrand roth- g-elb; das Schildchen an den Seiten mehr wenig-er roth. Tho- rax stets g-rau bereift, daher die rothen Stellen wenig- auífa- ilen; Hinterleib g-anz dunkel. Xanthogramma margínale Lw. var. Moreníe. — Stimmt in der Flüg-elfarbung- etc. fast g-anz nach Loew, unterscheidet sich aber durch folg-endes: Schildchen nicht g-anz g-elb, sondern in der Basalhalfte, die bei ornatum schwarz ist, dunkel roth- braun. Die zwei dreieckigen Flecke des zweiten Ring-es be- rühren sich nicht, sondern sind— wie bei ornatum— ziemlidh DE HISTORIA NATURAL. 297 breit getrennt. Die durch g-eliende breite Binde des dritteii B,\nge& ist wie hei mar¿fi)iale; der vierte Ring- ist nicht «wie bei ornatum>'> g-ezeichnet, sonderii statt der unterbrochenen Vorderrandsbinde sind nur zwei feine g-elbe, vom Vorder-und seitenrande fast gieich weit abstehende Querlinien vorhanden; dafur aber ist der Hinterrand breit biiidenartig- g-elb g-esáumt; nur g'eg'en den Seitenrand wird die Binde schraal und endet etwas vor demselben. Flüg-elvorder-rand wie bei margínale; nur ist diese Binde nicht in der Wurzelhálfte bráunlich und in der Endhalfte schwarzbraun, sondern in der g-anzen Láng-e bis zur Miindung- der dritten Láng-saderg-leiclimássig- schwarz- braun. Beine g-enau, wie sie Loew beschreibt. Da von jedeu* Form nur 1 ¡^ bekannt ist und die Xanthogramma. — Arten ziemlicli variabel sind, mag- ein Exemplar wohl ehereine auf- fallende varietát, ais eine nene Art sein. — Cárdenas, 1 ^f. Chloropisca rufa Macq. var. nigrovittata . — Alie fünf Thorax striemen und der g-rosse Brustfleck g-anz oder fast g-anz sch- warz. — Sierra Morena. CMorüpisca rufa Macq. var. varievittata.— Die zwei aussersten Striemen und der Brustfleck g-anz oder g'rosstentheils roth. — Sierra Morena. Hyadina guttata Hal. var. obscuripes.— Sammtliche Schienen sehr verdunkelt, die vier hinteren entweder nur in der Mitte schmal rothbraun oder g'leich der Vorderschienen g-anz sch- warz; die Vorderschenkel mit voUstándig-er dunkler Rücken- strieme, die übrig-en Sclienkel an der Spitze schwarz; Vorder- tarsen g-anz dunkel, die hinteren nur an der Basis lichter. Der samratschwarze Brustfleck baldziemlich g-ross, bald klein; die zwei helleren Flüg-elflecke in g-ewiser Richtung- erkenn- bar. Es bilden also die Exemplare mit kleinem Brustflecke einen Uebergang- zu humeralis Beck , die wohl kaum eine g'ute Art sein dürfte. Aus Máhren besitze ich 1 9» das nach den durchaus einíarbig-en Flügeln zu humeralis g-ehort; aber der Brustfleck ist ziemlich g-ross, nicht kleiner ais bei mancher guttata. — Sierra Morena. Noterophila acutipennis Lw. var.? nigripes. — Meiue Exemplare 29-i boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA stimmen in Korperfárbung- und Beborstung- voUstandig- mit fflabraFall, Schin. 276, die ich aus Oesterreich-Ung-arn und Dalmatien besitze, sind aber etwas kleiner ((j^ 1,7"^'", 9 2'"'"); die Flüg-el sind etwas schmaler und g-ehen in eine schárfere Spitze aus; ferner sind die Beine durchaus g-lanzend schwarz, nur die vier hinteren Fersen rostroth; dei'Kopf des 9 istsammt den Fühlern g-anz rein schwarz; beim cf aber sind die Basal- glieder der Fühler und ein schmales Band oberhalb derselben rostroth. Thorax und Schildclien sind bei (^ 9 g'lánzend grünschwarz; der Hinterleib erzbraun, beim cf schmal, lang% nur wenig nach rückwárts verschmalert, mitwinzig-em Hypo- pyg-; beim 9 kürzer, viel breiter, eiformig", mit zweig-liederi- g-er, abstehendschwarzbehaarter Leg"erolire. Sollte das spanis- che Thier von dera griechischen verschieden sein, so konnte ihm nigri23es ais Artname bleiben. - Sierra Morena. Ochthipliila coronata Lw. var. nigripes. — Beine schwarz, nur die Knie nebst Schienen basis (oder auch Schienenendej und der Metatarsus deutlich rothg-elb.— Sierra Morena. Agromyza lútea Mg-. var. meridionalis — Die Exemplare stim- men im Geáder und Korperbau vollstándig- mit lútea, zeig-en aber einig-e constante Fárbung-sdifferenzen : die Fühler sind nie g-anz gelb, sondern das dritte Glied ist stets mehr wenig-er gebrjiunt, wenn auch nie g-anz dunkel; ebenso sind die Schen kel mehr wenig-er dunkel g-efleckt oder g-estriemt. Am Thorax- rücken sind die drei g-rauen Striemen g-anz oder fast g'anz zu - sammeng-eflossen, so dass man sie selten unterscheiden kann, nur vor dem Schildchen bleibt die g-elbe Grundfarbe meist sichtbar. Das Schildchen selbst ist mié g-any g-elb, sondern g-rau mit schmaler oder breiter g-elber Mittelstrierae oder es bleibt nur die Spitze licht. Die Brustseiten zeig-en oberhalb des normalen dreieckig-en dunklen Fleckes zwischen Vorder- und Mittelhüften noch eine schmale, wag-rechte, dunkle strie- ine. Das 9 unterscheidet sich ausserdem durch einen fast g-anz brauschwarzen Hinterleib, doch ist auch beim cf die Mittel- partie g-ewohnlich braun. An Hypopyg- und Leg-erohre sehe ich keinen constanten Unterschied. Ein fast identisches cf sammelte ich auch bei Mostar, nur sind die Schenkel noch reiner gelb. — Sierra Morena. DE HISTORIA NATURAL. 299 Agromyza grossicornis Zett. var. crassiseta. — WohLeig-ene Art, aber in Farbung- und Geáder so vollkommen mit grossi- cornis var. flavocincta Strobl übereinstimmeud, dass ich das Tiiier nur durch die Kopf-und Fühlerbildung' unterscheiden kann. Die Backen sind bedeutend breiter, so dass sie fast der Aug"enhohe g'leichkomraen. Das dritte Fühlerg-lied bedeutend g-rosser und nach vorn starker erweitert, so dass es verkehrt trapezformig" ist; die bei grossicornis ziemlich lang"e, in der Basalhalfte massig- dicke und in der Spitzenhálfte haardünne Fülilerborste ist hier bedeutend kürzer, dicker und fast bis zur Spitze hia abnelimend verdickt, so dass nur etwa das End- fünftel haardünn ist.— Sierra Morena, 1 (^. Phytomyza Morenfe.— 2'"'". 9 capite, scutello pedibusque sul- furéis, tliorace albidopruinoso, abdoniine fusco, alis lacteis.— Sierra Morena. Dilophus femoratus Mg\ var. andaliisiacus.— Das9 stim mt in den plastichen Merkmalen vollkommen mit meinen Exemplaren der var. humeralis Zett. aus Lesina, unterscheidet sich aber etwas durch die Farbung-; ausser den Vorderhüften, Vorders- chenkeln und der Schulterschwiele ist aucli der Bauch g-anz Oder grosstentheils rothbraum; bisweilen sind auch die hinte- ren Schenkel in der Mitte rotli; die Flügel sind dunkler, das scliwarzbraune Randmal ist breiter, da es g-anz oder beinahe bis zur dritten Lang-sader herabsteig-t, wáhrend es bei femora- tus durch einen ziemlich breiten, g-anz hellen Saum von der- selben g-etrennt wird. Das ¡^ kann ich von aIMpeniiis Mg-. = fevioratus cf (vide Str. Dipt. Steierm., iii, pág. 2) nicht unters- cheiden; es ist durchaus g-lanzend schwarz, weiss behaart; die Flüg-el sind milchweiss, fast ohne Randmal etc.; die Furchen der Vorderschenkel sind meist rothg-elb bisweilen so ausg-e- breitet, dass nur die Ober-und Unterkante schwarz bleibt: aber auch hei femoratus der steirischen Alpen sind die Furchen of- ters rothlich.— Sierra Morena, Dilopliiis tenuis Wied var. minor. — Auch in der Sierra Morena bei Cárdenas sammelte ich 6 cf , 2 $; diese Exemplare sind aber bedeutend g-rosser (cf 3,5 bis 4,5"""., 9 3,5 bis 4""".). Tho- rax und Hinterleib der (^ ist bedeutend dunkler, theilweise 300 boletín de la real sociedad ESPAÑOi^A seglar schwarzlich behaart. Diese Exemplare stimmen also in der Grosse fast mit der Normalform in der Behaarung" aber mit ternatus; ich zweifle daher, dass ternatus wirklich speci- fisch verschieden ist, da die Stellung- der Querader ebenfalls schwankung'en unterworfen ist. Sciara obtusicauda.— 1,5 ad 2'"™., long-. al. 3 ad SjS""". J" Di- vis., II, A. 1, A. c. Winn. Tota atra, opaca, thorace nitidulo; antennis brevibus; abdomine brevi, lato, hypopyg-io crasso, truncato; alis nig-ricantibus, long-is. — Sierra Morena. Sciara Morense.—cf 2,4™'". Divis., ii. A, 1, C. c. (Winn.) Atra, opaca, coxis femoribusque anterioribus brunneis; alis obscu- ris, furcíE ramo superiore prope basim late interrupto. — Sierra Morena. Ceratopogon Morenae.— 1,8'^™. (^ 9. Similliraus spinijjedi; dif- fert antennis, abdomine pedibusque totis nigris; venis anticis crassioribus, femoriim spinis parcioribus.— Sierra Morena. Ceratopogon castellanus.— 9 2,5"^'". Caput nigrum; thorax rufas pectore vittisque dorsi nigris; abdomen pallide rufoflavum; pedes rufi coxis, tarsorum máxima parte g"enubusque late ni- g'ris, femoribus anticis spinosis; ahíe hyaliníe, nudse nervis nt in flavipecle directis. — Sierra Morena. Tanypus castellanus.— (^ 2"""". Simillimus priori {nigropuncta- ius Stg-.); diífert palpis, antennarum articulo 1, thoracis vittis atque metathorace obscuris; abdomis vittis obscuris latiori- bus.— Sierra Morena, 1 (f. Tipiila trifasciculata.— cf 13-15, 9 17-20"^'". Ex affinibus6»c/¿r«- ceíe, simillima cinerasceiiti; cinérea antennarum basi abdomi- nisque lateribus luteis; thorace 4vittato; alarum lunula-me- diocri. cf : hypop. magnum, fuscoluteum, appendicibus parvis, lamella infera patente, tres pilorum fulvorum fascículos g-e- rente. 9 '. lamellse superse acuminatae, rectíe; inferas breviores, la- tiores ápice rotundato. — Sierra Morena 5 (j^, 6 9- DE HISTORIA NATURAL. 201 Típula Moreii£e.—cf 12"""'. Simillima cmerascenti; differt an- tennis totis obscuris, hypopyg-io minore, lamella inferiore pi- lorum fascículo carente. — Sierra Morena, 1 (^ Típula acumlnata. — c? 18-20""", Ex affiaibus ochracea, ast thorace 5-lineato et hypopyg"io lamella superiore bidentato- producta appendicibusque spinosis distinctissima.— Sierra Mo- rena, 2 cf . A rácnidos. Zodarium álacre.— E. Simón. — Sierra Morena. Mr. E. Simón, en Rev. et Mag-. de Zoolog-ie, 1870, p. 144. Plan de una exploración geológica del Noroeste africano POR LUCAS FERNÁNDEZ NAVARRO El éxito de toda empresa, sea de la índole que quiera, es, en su mayor parte, consecuencia, después de los recursos dispo- nibles para la misma, del plan concebido para su realización. El plan depende á su vez del conocimiento del fin propuesto y de los medios que para lleg'ar á él se tienen. Habiéndome correspondido el honor de iniciar, en lo que á la Geolog'ía se refiere, la importante labor de exploración em- prendida en África por nuestra Sociedad, me parece opor- tuno indicar mi opinión sobre la marcha que en estos trabajos debe seg-uirse para obtener de ellos el mayor resultado. Dicho se está que no he de hacer referencia más que á las investi- g-aciones geológ-icas, y que lo que yo diga, no es sino la ex- presión de mi personal modo de ver el problema. Y tampoco hará falta añadir que sería muy útil que otros g-eólog-os más autorizados con que cuenta la Sociedad, hicieran sobre el mismo objeto las observaciones que juzg-uen pertinentes, de todo lo cual resulte un plan para las futuras labores. No quiere decir esto nada que coarte la libertad de los ex- ploradores ni limite su iniciativa. No es ni siquiera una indi- cación á la Sociedad para proponerla el número de las ex- ploraciones, las comarcas que deben recorrerse ni el orden en 302 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA que las diversas excursiones se hayan de hacer. Esto pug-na con la libertad amplia que se debe dejar á cada explorador para que aplique sus esfuerzos en la dirección que juzg-ue más oportuna, y asuma así la responsabilidad de su personal labor. Además, dicha limitación y determinación en el plan, siem- pre muy difícil de fijar en las tareas de esta índole, lleg-a á ser en nuestro caso verdaderamente imposible, porque carecemos del dato de que habían de partir todos los cálculos, del cono- cimiento de los recursos con que habremos de contar. Por des- gracia, lo único seg-uro que desde luego podemos afirmar en este punto, es que el auxilio oficial será muy inferior á lo que la empresa demanda, y que habremos de marchar mucho más despacio de lo que á los intereses de la ciencia y de la patria convendría. Mi objeto en esta nota no es otro que exponer á la lig-era los principales problemas g-eológicos que actualmente interesa resolver en la porción Noroeste del continente africano. Para ello, no hay sino recordar los rasgos más importantes de la constitución geológica de estas regiones, de que tan incomple- tos son todavía nuestros conocimientos. Es indudable que en el Noroeste de África hay dos zonas perfectamente distintas bajo este respecto: Marruecos, Argelia y gran parte de Túnez, es decir, todo el fragmento aislado al Norte del Gran Atlas, que es mediterráneo, podríamos decir europeo; y la porción sahárica, desde el nivel de los montes Bani en la cuenca del Dráa, hasta el Golfo de Guinea, que for- ma parte de la gran meseta desértica asio-africana. El terreno se reparte, por consiguiente, entre dos amplias individualida- des geológicas perfectamente definidas. El mayor interés de la exploración, como es consiguiente, se encuentra en la zona de contacto de ambas, ó sea en el Gran Atlas. De la historia de las vicisitudes geológicas del Medite- rráneo, trazada por Suessen la segunda parte de su admirable Das Antiiiz der Erde, parece deducirse que durante el primer piso mediterráneo, debió existir una comunicación entre éste y el Atlántico á través de Marruecos, bordeando la falda Norte del Gran Atlas. Algo parecido, pero en mayor escala, á lo ocu- rrido á través del valle del Guadalquivir, al pie de la meseta ibérica. La existencia de esta comunicación, quizá interrum- DE HISTORIA NATURAL. 303 pida y vuelta á establecer durante el segundo piso mediterrá- neo, necesita ser comprobada en el territorio marroquí, y es uno de los más interesantes problemas que puede proponerse un g-eólog'o. Para ello sería necesaria una exploración efectuada en an- €lios ziszás en toda la vertiente septentrional de la cadena, desde el Cabo Guir hasta el punto culminante del Aiachin, y lueg-o por la cuenca alta del Muluya hasta su confluencia con el Za. Los ziszás necesitarían extenderse desde la misma cumbre de la cordillera hasta bien adentro de las llanuras sep- tentrionales en su primera parte, y hasta las mismas estriba- ciones del Mediano A.tlas en la seg-unda. Serían localidades de excepcional interés, la g-ran depresión de la garg-anta de Bi- buan, la reg-ión comprendida entre el Norte del Taglierat y Marrakesh, y las inmediaciones del Aiachin, verdadero nudo del sistema orográfico de todo el imperio marroquí. Comprobada esta comunicación, el Mediano Atlas sería uno ■■de los g-randes pilares {horts) que jalonan el antepaís medite- rráneo en su porción occidental, y tal vez el más importante de todos ellos. Contra él se han debido repleg-ar los materiales de diversas edades por impulso tang-encial, á la vez que se ha debido establecer, por esfuerzo vertical, un desnivel g"eológ"ico entre el macizo antig-uo y los sedimentos depositados poste- riormente en las diversas edades. Lo poco que sabemos de la orog-rafía y composición litológica de la reg'ión, autoriza á pensar que el papel tectónico de esta zona montañosa debe ser el que hasta ahora le asig'namos. Sábese, en efecto, que en ella abundan los materiales arcaicos, y que no constituye una verdadera arista montañosa, sino una extensa y elevada me- seta llena de g-randes desig'ualdades, pero que parece elevarse lig-eramente en conjunto hacia su borde meridional. La verda- dera extensión de la meseta, las rocas que predominan en su composición y la estructura de los sedimentos que sobre ella se apoyan, son otros tantos problemas á resolver. Lo es también, y tan complicado como interesante, el desci- frar las relaciones entre el Mediano Atlas y las montañas del Riff que bordean la costa mediterránea, consideradas por Suess como uno de los seg-mentos del sistema alpino, enlaza- das con él, á Levante, por la Calabria y el Apenino, y termina- das á Occidente por el sistema hético. Esta es quizá la zona 304 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA menos conocida de Marruecos, y con su estudio se enlaza la interesante cuestión de la moderna apertura del Estrecho de Gibraltar. Sería ésta probablemente la comarca de exploración más difícil, tanto por lo intrincado y desig-ual del macizo^ como por ser sus habitantes los riííeños y djebalas, entre cuyas tribus están los marroquíes más fanáticos y más hostiles á la penetración europea. No es empresa la exploración de este país para emprendida sin un previo aprendizaje en otras zo- nas del imperio, y aun quizá sin liaberse familiarizado con el dialecto tamarzit y con las costumbres, preocupaciones y fa- natismos de los bereberes montañeses. En cuanto á las reg-iones más llanas occidentales, especial- mente las comprendidas en el triáng-ulo alarg-ado, cuyos vér- tices son Mog-ador, Fez y Táng-er, su función geológ-ica no po- drá ser determinada claramente sin el estudio detallado de sus materiales. Cuando se conozcan con seg-uridad y precisión la edad de los estratos que las constituyen, las líneas de fractura que las recorren y los plieg"ues y dobleces de sus diversas ca- pas, podrá con alg-ún fundamento decirse, uniendo estos datos á los que nos hayan suministrado el conocimiento de la zona montañosa, si se trata de una verdadera zona de hundimiento, como pudiera sospecharse, ó si es tan sólo la prolong-ación ha- cia el Atlántico del gran pilar central que se inclina en aque- lla dirección, y sobre cuya superficie denudada por los g-ran- des ríos marroquíes se han depositado los sedimentos tercia- rios y cuaternarios. El estudio de esta zona, que en su orden lóg'ico debiera seg-uir al de las anteriores, será probablemente el que antes pueda hacerse, por tratarse de la región más ase- quible á'los extranjeros. Otros interesantes problemas quedarían aún por resolver en el estudio g-eológ-ico de Marruecos, como son: el conocimiento del valor fisiográfico del valle del Muluya, especialmente en su porción superior, y el de la cuenca del Guir que corre hacia el Sahara; la significación de la cuenca del Sus entre el Gran- de y el Pequeño Atlas; la tectónica de esta última cadena y la de los montes Bani, paralelas al Gran Atlas, y quizá relaciona- das con éste, de modo análogo á como lo hace el Jura con los Alpes. Todos estos problemas, aunque de menor interés que los enunciados en primer lugar, le tendrían suficiente para la geología marroquí y aun para la ciencia geológica en general. ÜE HISTORIA NATURAL. 305 En cuanto á la reg-ión sahariana, aunque mucho más exten- sa y tan desconocida por lo menos como la marroquí, es indu- dablemente más uniforme y de más sencilla estructura. Acer- ca de ella poseemos alg"unos datos preciosos, debidos en g-ran parte al inolvidable maestro Quirog-a, y de ellos parece dedu- cirse que se trata de una extensa unidad, quizá un pilar colo- sal cubierto por las arenas desérticas, rodeado de una faja casi continua en que se suceden hacia el interior con bastante re- g-ularidad los materiales de las diversas épocas; tanto más an- tig"uos cuanto más interiores. Mis recientes exploraciones en las zonas de las posesiones españolas mediterráneas, me ha permitido observar una disposición bastante análog-a en el li- toral rifefio, al menos en la parte comprendida entre el Cabo del Ag'ua frente á Chafarinas y la isla Iris, á Poniente del Pe- ñón de Vélez de la Gomera. Las exploraciones en la cuenca del Dráa tendrían un espe- cial interés, porque servirían para relacionar las dos reg"iones que integran el Noroeste de África. En cuanto á la determina- ción de la estructura de la meseta desértica, parece que las expediciones deberían hacerse en direcciones próximamente normales á la costa'y á diversas latitudes. El estudio detallado del Adrar y de las cuencas interiores del Sahara occidental, sería de un valor g"eológ"ico extraordinario. En la reg-ión cuya exploración detenida se propone nuestra Sociedad, debemos considerar también comprendido el Archi- piélag-o canario, por tantos respectos interesante, pero por nin- g-uno en el gTado que por el g-eológ-ico. Como de la importan- cia de las Canarias se ha dicho tanto, y en las publicaciones de nuestra misma Sociedad han visto la luz valiosos trabajos á ellas referentes, no habré yo de insistir sobre este punto. Sólo sí recordaré que, á pesar de todo, sólo las islas centrales van estando reg'ularmente conocidas en su composición lito- lóg-ica, mientras que las orientales (Lanzarote y Fuerteven- tura) han sido muy poco estudiadas, y las occidentales (La Palma, Hierro, Gomera) puede decirse que no han sido objeto de exploración g-eológica alguna. Sin necesidad de entrar en detalles, y sin más que las ideas apuntadas, se comprende el interés que presenta el estudio geológico de la región nordafricana. Vese, en efecto, que á los problemas de la mayor importancia que una exploración de T. VI.— Junio, 1906. 21 aoü BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA esta índole tiene que resolver, se unen aquí los que la situa- ción excepcional de la comarca hace surg-ir, únicos de que yo he querido dar idea en esta modesta nota. Si á ellos se une la riqueza minera que probablemente posee este desconocido país, y el interés que en otros órdenes de ideas tiene para nos- otros el estudio de la porción vecina del continente africano, se comprenderá la importancia capital de la iniciativa de la Real Sociedad Española de Historia Natural, y la impacien- cia que todos sentimos por ver en práctica proyectos tan bene- ficiosos para la ciencia y para la patria. Sistema de las especies ihéricas del gen. «Asida» Latr. POR MANUEL MARTÍNEZ DE LA ESCALERA III Subg-én. Elongasida. Cuerpo alargado y paralelo, nada ó apenas estrangulado en los húmeros que son más ó menos redondeados, pero nunca ang'ulosos ni divergentes. Protórax moderadamente convexo, reticulado ó muy densa- mente punteado en el disco con los puntos contiguos, de cada uno de los cuales nace una cerdita rojo dorada, por lo g-eneral corta y poco visible; pero en alguna especie, muy larg-a y ás- pera, leonada; y bastante caediza en todos los casos, con las márg-enes del mismo anchas, cortantes y bastante levantadas, pero siempre más bajas que el disco; escotado en su borde anterior, en curva perfecta con los ángulos anteriores bien ag-udos y con los lados redondeados, pero no brevemente, te- niendo su ma^'or anchura más cerca de la base que del borde anterior y con el lóbulo poco ó nada saliente iniciado muy lejos de la canal marginal y notablemente más corto, por lo g-eneral, que los ángulos posteriores (1), los cuales son bien acusados y más ó menos prolongados hacia atrás, entrantes ó lig-era- mente divergentes; pero nunca redondeados. (1) Ver. E. rectipennis Esc. DE HISTORIA NATURAL. 307 Cara inferior del ^voUn'?iTíreticu¡ado-granv.losa() francamente granulosa. Élitros, apenas ó mu}^ lentamente ensanchados, á partir de la base hasta la mitad ó dos tercios de su longitud donde tie- nen su mayor anchura, y desde ahí, más rápidamente estre- chados, hasta el fin, que es lig-eramente acuminado; no muy deprimidos en la zona dorsal, pero siempre más en los (^(^ que en las 9$; provistos en alg'ún caso de dos costillas segui- das, lisas, de las cuales la primera dorsal arranca de la misma base corriendo paralela á la sutura, y la segunda más lejos; entre ambas costillas existen unas series de granulos alarga- dos, costiforraes, lisos y brillantes, con tendencia á formar costilla ininterrumpida, como ocurre á las dos costillas hume- rales que generalmente sólo existen como series g'ranulosas; pero en la mayor parte de las es])ecies desaparecen en los (j^^f todas ellas y sólo quedan en las C 9 las series granulosas costi- formes interrumpidas que indican la posición que tendrían las costillas. Con todo el resto del élitro, más ó menos finamente granu- loso, siendo la granulación más fuerte en la región humeral, y cubierto, más ó menos densamente, por una pubescencia, más ó menos larg-a, caediza, roj izo-dorada. Patas largas, fuertes y robustas, no muy comprimidas, pero bastante las tibias anteriores, sin denticulaciones, á no ser el diente apical que está muy desarrollado. Antenas finas y largas, con todos sus artejos muy notable- mente más largos que anchos, excepto los 10 y 11 transverso aquél, y éste globular, más ó menos empotrado en el anterior, pero no tanto como en las Alphasida, ni tan libre como en las ^lohasida. 1 (10) Ángulos posteriores del protórax notablemente agu- dos y muy prolong-ados hacia atrás, cubriendo los húmeros y más largos que el lóbulo. 2 (5) Con dos costillas dorsales salientes, enteras, parale- las á la sutura é intervalos cubiertos por una larga pubescencia rojizo-dorada, áspera y dirigida hacia atrás, entre la cual aparecen alg-unos granulos alar- gados, dispuestos serialmente con tendencia á for- mar verdaderas costillas en número variable, lo mismo en los (J'(^ que en las 99- 308 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA 3 (4) Pequeña, muy estrecha y larg-a, con las dos costillas dorsales bien marcadas E. hespérica P. A. 4 (3) Grande, no muy estrecha, con las dos costillas dorsa- les algo menos marcadas y más interrumpidas, so- bre todo la segunda dorsal. . . E. hispalensis sp. n. 5 (2) Sin costillas dorsales salientes en los c?c?, existiendo solamente en las 99? J ^^^^ V\en como tendencia y entre ellas, con algunos granulos lisos dispuestos en series longitudinales. 6 (7) Cuerpo poco acuminado, paraleliforme; márgenes pro- torácicas anchas, traslúcidas, rojizas; último artejo de los palpos normal. . . E. rufo marginalis sp. n. 7 (6) Cuerpo rápidamente estrechado posteriormente, acu- minado: márgenes protorácicas anchas, pero no tras-- lúcidas ni rojizas, del color del resto del órgano; último artejo de los palpos grande. 8 (9) Mediana, con un largo espacio bajo la canal marg-inal en la cara inferior del protórax, muy brillante, cha- rolado por estar desprovisto de granulos y arrugas. E. grandipalpis AU. 9 (8) Grande, sin espacio liso bajo la canal marginal. . . . E. cahimniata sp. n. 10 (1) Ángulos posteriores del protórax poco prolongados ha- cia atrás, rectos ó apenas agudos sin cubrir los hú- meros, y nada ó apenas más larg'os que el lóbulo. 11 (14) Cuerpo largo y protórax apenas estrechado en su ter- cio posterior sin placas lisas en el disco que está fuertemente reticulado en toda su extensión y con las fositas redondeadas. 12 (13) Cuerpo negro brillante muy g'ranuloso E. alonensis Mtr. 13 (12) Cuerpo negro mate ó pardo obscuro, poco granuloso. E. reciipeiinis sp. n. 14 (11) Cuerpo corto y protórax muy estrechado porterior- mente, á veces cordiforme, con dos plaquitas lisas muy pequeñas en el disco á uno y otro lado de la línea media, y el resto reticulado con las fositas alargadas E. asperata SoL DE HISTORIA NATURAL. 309 E. hespérica P. A. Insectos nuevos, seg-unda parte, p. 41.— Rambur: c q"6 se disting-ue poco de las 99 ^^ rectipennis y que, como ella, tiene costillas suplementarias intercostales ó ten- dencia á ellas, con las series de gráimlos lisos y fuertes, como todas las del g-rupo. Ultimo artejo de los palpos, g-rande. » E. rectipennis sp. n. Loe. Huercal Overa, Tíjola, Galera. Forma g-eneral del cuerpo, plana y alarg-ada. muy acumi- nada posteriormente, como cahimniata, grandipalpis y alo- nensis Protórax más ó menos ancho, de márg-enes moderamente anchas y bastante levantadas, nada estrechado posteriormente y con los áng-ulos posteriores poco ó nada prolong-ados hacia atrás, y más g-eneralmente esto último, por lo cual aparece la base recta; asi que dichos áng-ulos posteriores son rectos ú ob- tusos, seg-ún la curva de los lados, y no descansan sobre los húmeros que quedan libres y son muy redondeados; en al- g-unos ejemplares, sin embarg-o, los ángulos posteriores proto- rácicos son muy ligeramente ag-udos, sobre todo, en las 995 pero sin descansar nunca sobre los húmeros. Élitros exactamente como en E. cahimniata, grandipalpis y alonensis; pero más ó menos anchos ó alarg-ados, alg-o más g-ranulosos que las dos primeras y no tanto como la última. Variabilidad de la especie. Como en las especies de las Alphasida y Globasida, en esta Elongasida la amplitud de su variabilidad es grande; la falta de materiales me impide marcar sus límites. A pesar de ello, en los números 1 al 5 (j^ 9. e^ protórax tiene los ángulos posteriores entrantes, siendo el cuerpo estrecho, repitiéndose el mismo carácter en los números 9 al 12 en que el cuerpo es ancho; en los números 6, 7 y 8 los ángulos poste- riores son salientes, ligeramente diverg*entes y el cuerpo estre- clio, mientras en los números 13 al 16 tienen la misma dispo- sición y el cuerpo ancho. DE HISTORIA NATURAL. 313 Con la base perfectamente recta, sin ning-una salida de los áng-ulos posteriores en el núm. 17, y con ella sinuosa y de án- g-ulos posteriores prolongados hacia atrás en el núm. 18. Con el cuerpo corto y áng-ulos posteriores protorácicos en- trantes^ alg"o romos en el núm. 19 ó con ellos alg'o salientes y cuerpo- corto y muy ancho también, ú con el cuerpo larg'O y áng-ulos posteriores diverg'entes en el núm. 20, ó con él exa- g-eradamente larg-o y acuminado recordando á hespérica, y án- g-ulos posteriores protorácicos entrantes, al punto de parecer dos especies totalmente diferentes por su facies, estos últimos números 21 y 22. E. asperata Sol. An. S. E. F. 1836, p. 450 42. Ramb.: «Faune de l'And.», 1842, ■pl. 19, fig-. 8. Loe. Málag-a, Mijas. Forma g-eneral del cuerpo, ancha, poco alarg-ada, bastante e.strechada en los húmeros. Protórax ancho, alg-o cordiforme, de márgenes moderada- mente anchas y levantadas, con los ángulos posteriores lige- ramente divergentes y poco prolongados hacia atrás; base algo más estrecha que la de los élitros, cuyos húmeros son muy redondeados: frecuentemente con dos pequeñas placas lisas en el disco á uno y otro lado de la línea media, como en algunas Alphasida, ó nulas en algunos casos. Fositas de la reticulación del disco ligeramente oblongas en sentido longitudinal, al paso que en las especies anteriores las fositas son redondas. Élitros sin costillas ó con tres ligeros pliegues que las re- cuerdan, y desprovistos aún en las 99 de las granulaciones aisladas, salientes de las anteriores especies; punteados, reti- culados, en vez de granulosos, semejantes á A. sicula y veci- nas, con la cual podría colocársela; incluyéndola provisional- mente ahora en las Elongasida por no multiplicar indefinida- mente las secciones, y haciéndolo así, por estar más cerca orgánicamente de este subgénero que de los otros, entre las especies ibéricas. ai4 boletín de la EEAL sociedad ESPATs'CLA Distribución geográfica de las '>. Tiene el subg-éiiero pocas especies, más éstas habitan áreas bastante extensas, estando asimismo muy diferenciadas unas de otras, excepto rectipennis y alonensis. Con hespérica é hispalensis se corren de Oriente á Poniente, desde Granada á Portug-al, y por el N. hasta Sierra Morena; bajan al Mediterráneo con asperata en Málag-a y rufo-magina- lis en Almería; lleg-ando por Oriente con calumniata á Torre- vieja, ocupan el interior del SE. de España con rectipennis en Tíjola y Huercal-Overa, y otra A^ez con calumniata, que sube hasta Sierra de Seg'ura; destacan al NE. á alonensis en Alicante, mientras que con grandipalpis rebasan Sierra Morena, poblan- do Puerto Llano, Despeñaperrosy el Campo de Calatrava, para buscar en esa marcha á Occidente á hispalensis ó alg"una forma' intermedia que habite en toda esa Extremadura totalmente inexplorada. Con sus muy vellosas hespérica é hispalensis recuerda alg-o á las Alphasida, cuyas costillas lisas, conserva ó repite, y más remotamente se lig-a también á las Glabrasida por las formas pubescentes de este grupo sulcata, punctipennis , etc.: también por las 99 ds sus alonensis, rectipennis, grandipalpis y calum- niata, se acerca como facies á las 99 ^^ ^^^ Granulasida, más el protórax punteado dé aquéllas y el g-ranuloso de éstas en el disco, las diferencian á pesar de esa comunidad de formas. Si se considera que las cuatro indicadas especies habitan el área que ocupan las Granulasida, puede decirse aquí que son dos g-rupos que evolucionan dentro de términos semejantes, produciendo formas similares como facies, más conservando sus caracteres fundamentales g-enealógicos. Más tarde trataré de la positiva importancia que tiene el g-ránulo y la fosita y el tránsito del uno á la otra, seg'ún dife- rente proceso. Por último, asperata se aisla de todas las otras, pues no tiene similar en las de otros g'rupos á no ser en términos muy ale- jados, acercándose á sicula y constituyendo ambas el verda- dero tránsito á las Glabrasida (1). (1) A . squalida AU. no está en la Coll. Allard hoy Oberthür; creo debe pertenecer á este grupo verisímilmente. DE HISTORIA NATURAL. 315 "S 'o •2S w. « íá ^ 1-^ ---ií S ■w •^^ ^ «o d 03 6á -^ O Q H Ü) (0 d < -p 0 (/) A 0 W Ti al w T< •rl .•'-< »H Tí d 0) d ;í w 0 H a (iJ ^^ a) £3 Altitud sobre editerrá: o "(Si S 5si ■Sil "3 22 «2 3 Lj o S ^ ^ álaC: del lamo. ^ >^ 3 3 Si ü «2 o *5 -o o ü 'a -o o 'S -o o o Q s o o o o p 'm o c o u 3 -(.j ."ti Pl, .■^ QJ 'S OJ H Eh -^ H 'á ^ H p Tji Tt >o o Oí o Oí t— ( ■^ CO COi-Hr— (t— iCVÍrH "^ ■^ C3 «2 CÓ o ü 02 Oh CO O t- O fin o O) cu o; 'TZÍ 'tí 'O o Oh s be có o = .2 p H ^' «^ o rt (D tó íS S cí , 1 o ^ bü o tí < ^ =1 O) ce 03 — ' 3 o; O! ■tí o mmznwifAmmzú^ 320 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA num y terebrátulas, alternando las marg-as con capas d§ are- nisca pizarrosa muy micácea y de tonos rojizos; vienen debajo unas margas nodulosas de tono azulado claro, separadas de trecho en trecho por bancos calizos, teniendo en conjunto unos 25 metros; é inferiormente, unas potentes capas de yesos blan- cos y g-rises, cuyo conjunto no medirá menos de 30 metros, alternando con lechos marg-osos. Esta parte es muy pobre en fósiles, por lo que la abandonamos para dirig'irnos á la por- ción central, y, reg"istrando cuidadosamente las marg-as que alternan con las areniscas micáceas, hemos retirado alg-unas curiosidades dig-nas de mención. La zona de ammonites piri- tosos comienza en este sitio, y de ella hemos retirado unos fó- siles que pueden referirse á alg-unas especies poco frecuentes. Fig'uran, en primer lug^ar, unas vueltas que parecen de Tiirri- lites, de costillas muy aproximadas, que pasan sin interrup- ción por la reg-ión sifonal con una pequeña inflsxión. Las vueltas son aplanadas, de tal modo, que el diámetro que va de la región sifonal á la antisifonal es casi doble del alto de la vuelta, es decir, del diámetro perpendicular. Hay otra forma relativamente frecuente que se asemeja también á un Tiirri- lites, pero que más bien es un Heteroceras, y si bien sólo se han encontrado dos ó tres vueltas completas, fácilmente se puede reconocer el género; las costillas son enteras, alg-o aqui- Uadas, formando una S abierta, eu número de 26 á 28 por vuelta y acrecentamiento no muy rápido. Finalmente, hay otra que es, sin duda, un Turrilites, del que, desg-raciadamentey sólo tenemos fragmentos. El número de costillas por vuelta debía ser considerable, y muestran una interrupción en la región sifonal que deja un espacio liso. Las costillas presen- tan seis varices ó hinchazones en todo el trayecto, de modo que se encuentran tres por encima del espacio sifonal y otras tres por debajo; algunas se suelen reunir con la inmediata antes de la región umbilical y en la unión se forma un tu- bérculo. Acrecentamiento muy lento; ombligo muy ancho. Esta especie alcanzaría un tamaño considerable (1), y, aunque por su aspecto general es parecido al Turrilites costatus Lam. (1) Como pudiera muy bien suceder que estas especies estuvieran ya descritas y considerando que el crear nombres nuevos más bien entorpece, por la confusión que se produce, que facilita el estudio, señalo provisionalmente estas especies que descri- bo designándolas con letras del alfabeto. DE HISTORIA NATURAL. 321 del Ceiiomanense, se disting-ue de él claramente por los deta- lles arriba expresados. También corresponden á estos lechos de margas nodulosas de color ceniciento azulado muy claro, alg-unas especies de HopUtes, Holcodismis, Desmoceras, Phi/Uoceras y un Cida- ris (?), que ha debido alcanzar g-randes dimensiones á juzgar por los trozos que poseemos. En estas formaciones, cualquier fósil de regular tamaño contrasta notablemente con la pe- quenez de las formas en general. La fauna del Infracretáceo es numerosa y variada; pero sus fósiles son tan pequeños, que en nuestras excursiones vamos prevenidos de cajitas y de pequeños tubos. No se extrañe que al hablar de algunas especies se diga de gran tamaño con refe- rencia á las que solo cuentan algunos centímetros. Encima de estas margas nodulosas, que miden más de 10 metros de espesor, se encuentran unas margas muy arcillosas, casi arcillas, de matiz verdoso, con fósiles calizos, predomi- nando dos especies de Cerithimn de solo algunos milímetros. El espesor de esta capa alcanzará unos 3 metros. Sobre estas margas vienen unas potentes capas de areniscas micáceas verde-agrisadas, muy escasas en fósiles. Sobre ellas vuelven á aparecer las margas nodulo- sas y las calizas margosas con restos fósiles pirito- sos, y, entre ellos, algunas curiosidades. En la segunda excursión, los alumnos recogieron y me entregaron un trozo de forma de S muy abierta, de 26 mm. de largo, 7 mm. de ancho y escasamente „ , ® ' -^ Trozo de 5 mm. de grueso, todo él surcado de finas costillas, Macrosca- j r»r> • , 1 phites(?)t.n. en numero de 22, que se conservan casi paralelas, sierra Me- sin interrumpirse á su paso por la región sifonal. ^lana. Su aspecto es el de la porción desarrollada de un Macrosca- phites. Proceden, además de estas margas, dos especies del género Ptijchoceras. Una de ellas, la más común, es de muy pequeño tamaño y completamente lisa la rama delgada, y ligeras cos- tillas distanciada en la otra, teniendo las caras de contacto de ambas ramas perfectamente lisas y planas. La otra, es de ma- yor tamaño, de superficies también lisas, á juzgar por el trozo de cerca de dos centímetros que poseo y que debía tener algu- nos centímetros de larga; la rama más gruesa es, en parte, T. vi.-Junio, 1906. 22 322 boletín de la real sociedad española abrazadora, y, una vez que experimenta la flexión ó dobladura, se acomoda en su crecimiento á la superficie de la menor, envolviéndola en un tercio de su circunferencia (1). La primera de las formas citadas es probablemente una de las descritas por D'Orbigny. ^^■MW:. Ptychoceras a, t. n. Sección muy aumen- tada. Sierra Mediana y Albor aya. Pty chaceras h, t. n. Sierra Mediana. En lug-ar incierto he de colocar otros pequeños trozos de ce- falópodos desenroscados cogidos en las mismas capas. Son éstos de forma de cilindro elíptico, lig^eramente arqueado, pro- visto de costillas simples que dan la vuelta por completo, y, por tanto, no pueden referirse á trozos de las especies arriba citadas. Acaso sean de un Hamites s. str.; tal vez de una Ha- mulina, pero de ning-ún modo de un Ptychoceras. En estas mismas capas habíamos encontrado un trozo de ci- lindro elíptico, casi completamente liso y de pequeño tamaño, viéndose perfectamente por una de las fracturas las seis sillas y las seis lobas, y por la superficie las líneas suturales fina- mente delineadas. Se trata de un Baculites, y probablemente el B. neocomiensis D'Orb. De estas capas procede una Plexir otomana de reg'ulares di- mensiones y otro frag-mento de concha turriculada difícil de determinar. (1) Algunos autores confunden el Ptychoceras con la Hamulina, olvidando que en este último género las dos ramas no se tocan, y que en la superficie lleva abun- dantes costillas muy próximas. Con frecuencia se ven figurados verdaderos Ptycho- ceras con el nombre de Hamulina. DE HISTORIA NATURAL. H23 De los poliperos se puede citar una forma piritosa que re- cuerda á un Troc/iosmilia. La parte superior de esta zona, tan abundante en restos or- g-ánicos, termina pasando á una marga muy arcillosa, alg-o amarillenta, en la que todavía se encuentran alg-unos Desmo- ceras (D. Emnierici Rasp.), con siete estrangulaciones por vuelta en vez de seis, que parece que forman uno de los carac- teres de la especie, por lo que creo sea una variedad, aunque sin importancia. Continúan estas margas algo micáceas hasta la parte elevada de la sierra, que termina en una arenisca de tono verdoso y á trechos rojizo en grandes y potentes bancos, cuyos trozos, como si fueran piedras de sillería á medio labrar, ruedan por la pendiente hasta la falda de la sierra. Los alum- nos encontraron en la parte más alta unas conchas de lameli- branquio, que recuerda algo á un Inoceramiis. Hasta aquí la constitución de la parte central de la sierra; pero, recorriéndola por el SO. hasta dar vista á Foncalent, se nota que predominan las calizas azuladas algo margosas con grandes ammonites y belemnites. Sus estratos parecen inclinarse de nuevo al SO. como los del otro extremo de la sie- rra, y por sus escarpadas pendientes, el tono ceniciento azula- do y por algunos fósiles recogidos se asemeja más á Fon- calent. Desde la Sierra Mediana nos dirigimos al pequeño valle for- mado por esta sierra y las de Foncalent y la Alcoraya. El par- tido rural lleva este último nombre, si bien comprende dos agrupaciones de casas; la primera, bajando de la Sierra Me- diana, se llama Racons (rincones), y tocando á las casas, sobre pequeñas eminencias del terreno aparecen margas de un gris verdoso claro, muy arcillosas, con trozos de belemnites de pe- queño tamaño. Encima hay un estrato de unos 70 cm. de are- nisca parda rojiza con dirección OSO. á ENE. buzando al NNO. bajo un ángulo de 70 á 75". Sobre esta formación viene otra de margas y calizas, de un gris amarillento, que encierran pequeños ammonites piritosos, entre los cuales he creído re- conocer el A. {Desmoceras ?j sub-Royerianus Hallada. Idéntica formación se extiende por todo el partido de Racons hasta cerca de la Alcoraya propiamente dicha, y pasando junto al grupo de casas, caminando siempre al O., se encuentra una pequeña loma, que al principio nos pareció igual que las ya 324 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA visitadas; pero su exploración nos permitió recog-er fósiles dis- tintos entre alg-unas especies ig-uales á las de Sierra Mediana. Subiendo á su cumbre, muy pocos metros sobre el camino,, encontramos unas g-ruesas capas de marga micácea amari- llenta, y á la parte del N. los gruesos estratos de areniscas pardo rojizas, de que hemos hablado más arriba, con buza- miento al S. y tan inclinados, que parecen verticales. Debajo siguen las margas verdosas. La marga amarillenta y micácea contiene abundantes fósi- les, entre los que se pueden citar una Natica muy bien con- servada, estriada ligeramente; trozos de ammonites piritosos, de Phylloceras y Hoplites, que forma como un tránsito á los Holcodiscus, pues es sabido que este último género tiene en su juventud grandes analogías con los Hoplites; fragmentos de pequeños i/e/ewm«7g5 cilindricos y unos PtycJioceras de la es- pecie menor citada ya en Sierra Mediana. Registrando con cuidado, encontramos radiólos de un Cidaris muy pequeño, así como también algunos artejos de crinoides. Notable es también un pequeño polipero libre, circular, achatado, de base plana, que recuerda al género Cydolites. El suelo está sembrado profusamente de discos de OrMtoIina, entre las que se distinguen bien la O. conoidea A. Gras, que es la más frecuente, la O. discoidea A. Gras y, probablemente, la 0. lenticuJaris Blum; estábamos ya en el Aptense, y mi pro- pósito era llegar hasta la falda de la Sierra de San Pascual, distante tan sólo una legua. El sol declinaba y podíamos aún contar con más de una hora de luz, aprovechando el crepúscu- lo, con tal de dejar las observaciones cuando la obscuridad no lo permitiera y recorrer por la noche las cuatro leg*uas que nos habíamos separado de Alicante. Aunque nuestros deseos eran estos, tuvimos que desistir cuando sólo nos quedaban ya escasamente dos kilómetros que recorrer. El suelo todo pare- cía infracretáceo, y en la mayor parte del valle, hasta en los mismos sembrados, están las margas arcillosas y las arcillas clo- ríticas, salvo un pequeño manchón de terreno moderno. Indu- dablemente el Infracretáceo se extiende hasta la falda SE. de la Sierra de San Pascual (1), porque en una excursión que (I) El Sr. Mallada reconoció en el pasado Febrero que esta falda SE. es neoco- miense, con una gran falla que le separa del Mioceno de la falda NO. DE HISTORIA NATURAL. 32b efectué con varios alumnos, encontré en la falda NO. el Mio- ceno desde los Baños de Oriio y el convento del mismo nombre, hasta la Cueva de San Pascual, situada en uno de los picos de la sierra, habiendo recogido una Oslrea de grandes dimensio- nes, el Pectén crisiatus Bronn, otra especie mucho ma^^or y algunas otras iguales á las del Helveciense de -Alicante; pero me fué imposible registrar la ladera opuesta por lo avanzado de la hora y el gran rodeo que había que efectuar, merced á lo es carpado del terreno. Dejamos de recorrer esta parte, dos veces vista sin poder lle- gar á ella, y comenzó nuestro reg-reso á Alicante, alumbrados primero con la escasa luz de la luna, y el resto con las estre- llas. Todavía antes de llegar á la carretera vimos un cerro al S. del camino vecinal, que nos dijeron llamarse la Barrina y que, rodeado de formaciones infracretáceas, ofrecerá alguna curiosidad que estudiar. Llegados al punto que llaman Rebo- lledo, se deja el camino vecinal para tomar la carretera de Alicante á iMonforte, que se encuentra en muy mal estado de conservación, y por -aquel polvoriento camino continuamos hasta cerca de las diez de la noche, hora en que llegamos á la capital, habiendo recorrido á pie muy cerca de 40 kilómetros. Corto parecerá el número de especies clasificadas que aquí presento en relación con las recogidas; pero en rigor bastan para la determinación del sistema y piso á que pertenece la Sierra Mediana, y como por ahora no tengo la pretensión de hacer un estudio detallado, son más que suficientes para el fin que me propongo. No he podido referir algunas desconocidas á las citadas en las publicaciones de Mr. Nicklés, que puede decirse son los únicos trabajos modernos existentes acerca de la provincia de Alicante, y en la duda me abstengo de imponer nombres nuevos, tanto por no creerme con autoridad sufi- ciente, como por no exponerme á cometer errores ó redundan- cias en que han incurrido aun reputados paleontólogos bau- tizando dos ó más veces una misma especie, por estimar di- ferencias que solo son debidas á las fases por que atraviesan los seres en su desarrollo ó al dimorfismo sexual y hasta á las deformaciones que han experimentado en el seno de las capas terrestres. Entre todas estas causas de error, la primera citada es la que con más frecuencia motiva la creación equivocada de especies nuevas. Sabido es que en los ammonites, como en 326 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA todos los seres en g-eneral, se nota una gran diferencia entre las formas jóvenes y las adultas, de tal modo, que en la prime- ra edad no suelen notarse estrías, surcos ó tubérculos con la claridad que en un período más avanzado del crecimiento, así como en las formas muy g-randes suelen desaparecer estos caracteres, y por eso se aconseja estudiar ejemplares de un mediano tamaño, dentro del propio de cada especie. Y si, por otra parte, es lo más probable que unas formas hayan encon- trado su orig-en en la evolución de otras de edades anteriores, nada más natural que en el período de desarrollo recuerden á las formas prog-enitoras, y, por tanto, muchas de ellas nos pa- rezcan de especie y hasta de g'énero distinto al que hoy se las asigma. Por esto hace observar, muy juiciosamente, Hoernes, que alg'unos Holcodiscus se parecen cuando jóvenes á los Ho- pliies; hecho que explica admitiendo que los Holcodiscus, HopUtes y Holcostephamis tienen su orig-en en los Perisphinc- tes, como éstos y los Stephanoceras pudieron proceder de los Cceloceras, y los Harpoceras de los Arieiiies, con los que tienen estrecho parentesco, y acaso todo el g"rupp de Ammoniies deri- va de la Clytnenia del Paleozoico. Estas consideraciones, mu- chos años hace sospechadas por eminentes paleontólog'os, nos hacen ver con cuánta dificultad pueden reconocerse las espe- cies en individuos muy jóvenes y cuan arbitrario es formar especies en vista de un ejemplar aislado, cuya edad y cuyo desarrollo son desconocidos. ESPECIES RECOGIDAS EN SIERRA MEDIANA Y ALCORAYA Sierra Mediana. Phylloceras Rouyanmn D'Orb. — Tühys D'Orb. Desmoceras Emmerici Rasp. — difficilis D'Orb. Desmoceras, a, h, c y d. HopUtes, a. — cryptoceras D'Orb. Holcodiscus (de fuertes costillas y tubérculos). — (costillas menores, sin tubérculos). Heteroceras, ay b. DE HISTORIA NATURAL. TurriUtes. Macroscaphiies . Baculites neocomiensis D'Orb. Ptychoceras, ay h. Pachydiscus (?) . Diivalia dilatata Blain. — var. muy pequeña. BelemnUes pisUUiforims Blain i?). — ayl. Pleurotomaria. Cerithmm a y b. Tere hratida tamarindiis. Trochosmilia {?)-Cidaris ind. De la Alcor aya. Ammonites Suh-Royerianus Hallada. Ptychoceras, a. HopUtes. Orlitolina conoidea A. Gras. r — discoidea A. Gras. — I en ticii laris B 1 u m ( ?) . Natica, Crinoides y Poliperos. 327 N. B Al imprimir la noticia acerca del Triásico superior de Sierra Neg-ra (Abril 1906), se omitió involuntariamente el adjunto dibujo con su explicación. La Sierra Negra de Aspe, vista á un kilómetro de su extremo N. A, Mármoles negros venosos en gruesos estratos casi verticales.— B, Calizas tabu- lares obscuras.— C, Colina de areniscas rojas micáceas y areniscas claras superiores al Keuper.— D, Margas irisadas calizas dolomiticas y yesos del Keuper.— F, Fragmentos diversos. 328 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Otra. En el dibujo representado en la pág\ 158 del Boletín (Marzo 1906) advertirán los lectores una equivocación, pues las lomas situadas á la extrema derecha del dibujo deben repre- sentar la estratificación del Nummulítico con una pendiente contraria, con arreg'lo á lo que en el texto se dice. Otra. En la nota de la pág-. 217 se citan algunos foraminí- feros del Mioceno de Cartag-ena, y entre ellos aparece la espe- cie Amphistegina Haiieri D'Orb. en vez de la RohiUina calcar D'Orb., que es la que positivamente se encuentra. Por olvido se omitió la especie Ostrea digitaUna Dub. entre los fósiles del Mioceno de las Atalayas, pág-. 215, lín. 7. Boletín bibliográfico. Junio. Académie des Sciences. París. fComptes rendas.) T. cxLii, n° 18.— Chauveau: Kapports simples des «actions statiques» du muscle avec l'énergie qui les produit.— CoLLET et Lee: Sur la composit. chim. de laglauconie. — LuGEON et Argand: Sur la grand nappe de recouvr. de la Sicile. — Ter- MiER et Frih^dei,: Sur l'exist. de pliénom. de charriage autérieurs au Stéphanien.=N° 19. — Bouvier: La nidificat. des abeilles á l'air libre. Lacro;x: Les conglomeráis des explos. vulcan. du Vésuve. — Metc hni- koff: Recherch. sur le blauchiment hivernal des poils et des plumes. Cirkra: Sur un mouvem. microsismi'jueimport.=lN'*' 20.— Ddbard: Sur le genre Mascarenhasia.—FmEDEL: Sur un cas d'organe vert dépourvu de pouvoir assimil.^DE Wildkman: Les malad. du caféier.— Janet; Remplacem. des muscles vibrat. du vol par des colonnes d'adipocy- tes, chez les Fourmis. — Leger: Sur une nouv. Myxosporidie de la Tanche commune.— De Lamothe: Les terrasses de la vallée du Rhóne. Haug: Sur les relat. tectoniques et stratigraph. de la Sicile et de la Tunifíie.— LuGEON et Argand: La racine de la nappe sicilienne. — Maillet: Sur les grandes crues de saisou froide dans les bassin de la Seine et de la Loire. -Dienert: De la minéralisations des eaux souterr. et des causes de sa variat. — Martel et van den Broeck: Sur les abi- mes des Abaouets. American Naturalist (The). Boston. Vol. xl, n° 473, 1906.— Baker: Applicat. of Vries's Mutation Theory to the MoUusca.— Kepner: Notes on the genus Lejytophrys.—ÁSDUE^s: Egg-]ay¡ng of Crayfish.— Aleen: Sowerby's Whale on the American Coast. - Cushman: Fresh-water Rhizopods of Nantucket. (Continuará.) Sesión del 4 de Julio de 1906. PRESIDENCIA DE DON FLORENTINO AZPEITIA El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada. Admisiones y presentaciones.— Fueron admitidos como socios numerarios los Sres. D. Manuel Benito y Piñal, de Sevilla, y D. José Gascón Martínez, director de la Granja Ag-rlcola de la región leonesa, propuestos, respectivamente, por D. Enrique €rú y D. Federico de Arag-ón. Por indicación del Sr. Calderón, y á propuesta del mismo y de los Sres. Azpeitia y Bolívar, fué admitido socio correspon- diente extranjero el Dr. Henry St. Washing-ton, muy conocido por sus trabajos petrog^ráficos y químicos. Comisión del Noroeste de África. — Esta Comisión celebró sesión el 28 de Mayo último bajo la presidencia del Excmo. Sr. D. Ma- nuel Allendesalazar, actuando de secretario el limo. Sr. Don Emilio Ribera, en ausencia, por enfermedad, del Sr. Bolívar; en ella tomó posesión de su carg-o de Vicepresidente el elo- cuente diputado por Yalladolid D. José Muro, cuyo concurso ha sido tan eficaz para conseg'uir que en los actuales presu- puestos del Ministerio de Estado se atienda á los fines de esta Comisión, consig-nándose una partida para ellos y otros glastos que el Sr. Ministro determine, y se dio cuenta de que de ella se habían destinado por el Sr. Duque de Almodóvar 20.000 pe- setas para dicha Comisión. Se dio cuenta también de que la Diputación provincial de Orense, por g-estiones de su Vicepre- sidente D. Juan Tabeada, había destinado 3Ü0 pesetas á los mismos fines, que ya se hicieron efectivas. El Sr. Comisario presentó el balance de cuentas, del que resultaba una existencia en caja de 21.800 pesetas, de las que había que deducir 3.961,25 por diversos conceptos acreedores, producidos por g-astos hechos en Mog'ador durante el año que corre. • '; Propuso el mismo, el plan de campaña de los próximos otoño é invierno, que debía, en su sentir, fundamentarse sobre T VI. -Julio, 1906. 23 330 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA la base de una misión fija en Mogador, ya que lo limitado de los recursos no consiente otras expediciones que resulta- rían costosísimas. Esta misión habrá de permanecer allí nue- ve meses, de los que los seis primeros, á partir de Septiembre, han de ser sufragados con los fondos del corriente ejercicio, presupuestándose para ello 1.500 pesetas mensuales. La explo- ración habrá de dirig-irse, de acuerdo con indicaciones del Mi- nisterio de Estado, desde Mog-ador hacia el Suss, en sentido de aproximación al Sahara. La Junta aprobó en todas sus par- tes el plan propuesto por la Comisaría, y como después de cu- bierto el presupuesto para estos trabajos, quedasen aún dispo- nibles unas 2.000 pesetas, se acordó su empleo en la exploración g-eológ-ica de los territorios cercanos de nuestras posesiones del Norte de África ó de Canarias. En cumplimiento de estos acuerdos, el Sr. Martínez de la Escalera realizará la expedición á Mog-ador, y el Sr. Fernández Navarro ha salido para Canarias con ánimo de visitar las islas más occidentales. Está terminado el inventario de las colecciones de rocas y minerales recog-idos en el Norte de África durante las expedi- ciones del Sr. Fernández Navarro, y de las plantas traídas de Canarias por los Sres. Sobrado y Cabrera, y se está haciendo el de los animales, que por ser muy numerosos y exig-ir muchos de ellos previa preparación, se encuentra menos adelanta- do, proponiéndose la Comisión publicarlos cuando estén ter- minados. Notas y comunicaciones.— El Secretario presentó dos trabajos remitidos por D. Daniel Jiménez de Cisneros, con el título de «Datos para el estudio de la Geolog-ía del Sudeste de España», y «Excursiones al terreno arcaico de Macael y Soraontín (pro- vincia de Alicante)». —Se dio cuenta de haber recibido la Sociedad varios clichés, enviados generosamente por el Rvdo. P. Gelabert, para que figuren en el estudio que sobre la región volcánica de Gerona preparan los Sres. Calderón, Fernández Navarro y Cazurro, acordándose que constara en acta nuestro agradecimiento al Sr. Gelabert. —El Sr. de las Barras leyó una nota titulada «Una moleta •prehistórica de Sevilla». DE HISTORIA NATURAL. 331 — El Sr. Calderón dio las sig'uientes noticias sobre terre- motos recientemente sentidos en España: Durante el raes de Mayo se percibieron dos sismos en Galicia de que dieron cuenta los periódicos: uno, en Santiag-o, el día 21 á la una y diez minutos de la tarde, de breve duración, pero de bastante intensidad, en dirección SE. á NO. El tiempo de duración, contando el del ruido que precedió y sig-uió al tem- blor, se calcula en doce seg-undos. Aunque el sobresalto fué g-eneral en toda la ciudad, no se ha resentido ning-ún edificio ni monumento histórico, El otro sismo fué experimentado en La Coruña -y sus inme- diaciones al mediodía del 22 de Mayo, siendo también de es- casa duración. En el mes de Junio último se percibieron en la provincia de Almería las dos sacudidas signiientes: En Cuevas de Vera, durante la noche del día 7, llovió torren- cialmente, cayendo alg-unas chispas eléctricas y sintiéndose varios temblores de tierra. El fenómeno se repitió por dos veces en la mañana del sig-uiente día, durando la primer sacudida unos cinco seg-undos, seg*ún las noticias comunicadas á, los pe- riódicos. El movimiento fué de oscilación de Slí. á NO. Al mismo tiempo, sin duda, se sentían en Huercal Overa, dicen que entre nueve y media y diez de la mañana, dos vio- lentos terremotos de escasa duración, precedidos de fuertes ruidos subterráneos. El pánico en el vecindario fué g-rande, pero no teng-o noticia de que el fenómeno haya ocasionado daños materiales. Por último, consig'uaré, con referencia á noticias particula- res del Sr. Bartolomé !y del Cerro, que en el Observatorio de Fabra, en el Tibidabo, se reg-istró una trepidación durante el terremoto de California, habiendo podido inferir allí que se trataba de alg-ún sismo, cuyo epicentro estaba muy distante. — También el Sr. Calderón dijo haberle comunicado el señor Bolívar, la sig-uiente noticia histórica sobre la caída de un me- teorito: «De todo lo sobredicho hubo aig-unos presag-ios harto nota- »bles porque el martes 27 de Mayo, en la tarde, cayó un rayo »sobre la ig-lesia del Aseo de Valencia A 2Q de Mayo de 1520, »viernes por la mañana, comenzó á tronar y á pedrear, y súbi- »tamente en una heredad, que estaba entre el condado de Oli- í^2 boletín de la real sociedad española »va y ducado de Gandía, cayeron de las nubes tres piedras de »color á manera de pedernal. Fray Antonio de Guevara, coro- »nista del Emperador y obispo de Mondoñedo, vio colg-ada la »una en Santa María á una leg-ua de Oliva, que por lo menos »pesaba una arroba, y todos los que venían allí en romería «hurtaban de ella lo que podían, por lo cual la colg-aron de lo »más alto de la ig-lesia con una cadena.» {Historia del Empera- dor Carlos V, Rey de Es¡Mña, escrita por el Maestro D. Fray Prudencio de Sandoval, Obispo de Pamplona. Madrid, 1846, tomo II, pág'. 264.) — El Sr. Ribera (D. Emilio), leyó la nota sig-uiente: El Gobierno del África occidental francesa acaba de nombrar á M. Gruvel, profesor de la Facultad de Ciencias de Burdeos, para que reorg-anice y dirija, durante diez, años las pesquerías de Arg-uin, con permanencia en ellas cada año durante un mí- nimo de tres meses. Además, se ha encarg-ado al mismo profesor la creación en París de una oficina de investig-aciones y de org-anización para las pesquerías de todas las posesiones de Francia en el Oeste africano, en la cual ha de haber un Museo, un Archivo, bien documentado y un Laboratorio de piscicultura, viniendo asi- mismo obligada la oficina á contestar á cuantas consultas se la dirijan relativas á pesquerías y á explotaciones con ellas relacionadas. Como se ve, no descuidan nuestros vecinos nada de cuanto conducir pueda al mejor aprovechamiento de los productos naturales de los países en que dominan, y ello, además de servirnos de ejemplo saludable, nos interesa en esta ocasión más de lo que parece, porque Arg-uin se halla en los linderos meridionales del Sahara atlántico, muy cerca de nuestro Río de Oro, y no muy lejos de Canarias. ■^El Sr. Escribano, en nombre del Sr. Gredilla, participó que actualmente se encuentra en Madrid el naturalista sueco doc- tor Robert Fries, de la Universidad de üpsala, el cual ha ve- nido con objeto de sacar copia de varios autóg-rafos de Linneo, que existen en el Archivo del Jardín Botánico. — Fué leído un trabajo de D. Ag"ustín Cabrera sobre «La extinción de varias especies de la ñora Canaria». —El Sr. Rioja presentó alg-unos ejemplares de cenizas y lavas procedentes de la última erupción del Vesubio, que le DE HISTORIA NATURAL* 333' han sido remitidas desde Italia por el Conservador de la Esta- ción Zoológ-ica de Ñapóles, Sr. Lo-Bianco. — El mismo Sr. Rioja dio cuenta de las vicisitudes porque ha pasado, desde su fundación á la fecha presente, el Labora- torio de Biolog'ia marina de Santander, de que es director, extendiéndose en largas consideraciones sobre el particular y presentando numerosas fotografías, láminas y planos, así como trabajos relacionados con la instalación de dicho laboratorio y de los estudios que se llevan á efecto en el mismo. El Sr. Rioja solicitó el concurso de la Sociedad para lasg-estiones que viene practicando cerca de los Poderes públicos, á fin de que sea dotada aquella Estación de los recursos indispensables para su vida y sostenimiento. El Sr. Presidente, en nombre de la Sociedad, ofreció al se- ñor Rioja el apoyo y concurso que desea, indicándole que con- vendría concretase la forma y manera en que han de prac- ticarse. — El Sr. Bartolomé del Cerro dio cuenta de las g'estiones que ha realizado para la traslación de la palmera bifurcada que figuró en la decoración de la calle de Toledo durante las pasa- das fiestas reales, al Jardín de la Universidad, donde ha que- dado colocada. Notas bibliográficas.. — D. Emilio Ribera leyó las sig-uientes: Para que la Sociedad tenga noticia de cuanto en el .extran- jero se hag'a relacionado con el estudio científico de Marrue- cos, á que tanta atención viene aquella dedicando, me ha pa- recido oportuno dar conocimiento de la reciente publicación del libro que paso á indicar. «Explorations au Maroc (Dans le Bléd es Sibaj», par Louis Gentil, membre de la mission Segonzac. — 1 vol. en 4." menor de xv-364 pág-inas con 223 fig'uras. París, Masson 1906, 12 francos. Este libro es una descripción de los cuatro viajes que el autor ha hecho por Marruecos, más que un estudio científico de las reg-iones recorridas. Consig-na, sin embarg-o, de ellas nu- merosos datos g"eográficos y g-eológicos, anunciando haber re- conocido la existencia de la serie casi completa de las forma- ciones, desde la Silúrica á la Eocena, y de diversas manifesta- ciones volcánicas. Ha recorrido el Norte entre Tánger y 334 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Tetuán; el alto Atlas marroquí; la vertiente meridional de la cordillera en el Suss en una extensión de 300 km., y la cadena que él llama Djebel Sima, entre el Atlas y el Antiatlas, donde pretende haber sido el primer europeo que ha explorado. La edición resulta muy cuidadosamente publicada. — El Secretario participó haberse recibido dos ejemplares del Manual que, bajo el título «El microscopio», acaba de pu- blicar la conocida Casa editorial de Barcelona, «Sucesores de Manuel Soler». El Manual de referencia, escrito por nuestro ilustrado con- socio D. Ernesto Caballero, como destinado á servicio de los principiantes en el estudio de la microg-rafía, y á vulg-arizar esta clase de conocimientos^ está hecho con toda claridad, y contiene, narradas en forma amena y sencilla, las principales cuestiones que se relacionan con el manejo del microscopio y la teoría de este instrumento. Secciones. —La de Zaragoza celebró sesión el día 30 de Mayo, bajo la presidencia de D. Vicente de Val y Julián. El P. Navas presenta el prospecto y dos láminas de la obra «Les Papillons de la Terre», que empieza á editarse en Stuttg-art (Alemania), bajo la dirección de Adalbert Seitz. Para hacer notar la exactitud de las figuras en color, presenta un ejemplar vivo de la Saturnia pyri ahora abundante en Za- ragoza. La obra constará de dos partes: Lepidópteros paledrticos, con más de 100 entreg-as á 1 franco cada una, y 226 láminas en co- lor, y Lepidópteros exóticos, de unas 300 entregas á 1,60 francos. Estos últimos, para comodidad de los suscriptores, se dividen en cinco secciones: Ropalóceros, Esfíngidos, Bombícidos, Noc- turnos y Geométridos. La primera parte dará la descripción y figuras en color de unas 10.000 especies, y la seg-unda de más de 20.000. Es una obra que ha de traer inmensa utilidad á los entomó- log-os, y creará nuevas aficiones entre los que aman el estudio de los seres naturales. A los simples colectores y aficionados seg-uramente introducirá en el estudio más íntimo y exacto de los Lepidópteros. —La misma Sección celebró sesión el día k8 de Junio, bajo la presidencia de D. Pedro Ferrando. DE HISTORIA NATURAL. 335 El P. Navas hizo el elog-io del Dr. Pedro Kempny, entomó- iog-o vienes recientemente fallecido, y dio cuenta de una ex- cursión realizada en dicho día por la orilla del Ebro y soto de Almozara. Lo más interesante de ella ha sido la captura de 20 ejemplares de un Neiiróptero 7iemoptérido ( Bitlacus tipularins). especie muy local y circunscrita, propia de esta época. — El Sr. Ferrando presenta un ejemplar de Panabasa arg-entí- fera de los filones de minerales cobrizos descubiertos en el tér- mino de Alpartir, pueblo de la provincia de Zarag-oza, situado en las estribaciones orientales de la sierra de Alg-airén, y en el límite que separa el siluriano del triásico. Con este motivo, hace alg'unas consideraciones sobre la g-ran diferencia que se observa respecto de la riqueza petrog-ráfica y minera de la re- g-ión occidental de la provincia, constituida por terrenos pri- marios y secundarios, y la del resto de la misma recubierto por formaciones terciarias y cuaternarias. — k propósito del trabajo sobre huevos anómalos que ha pu- blicado recientemente el P. Navas, el citado Sr. Ferrando da noticia de la notable obra de Georg" Krause, titulada «Oolog-ia universalis palearctica», que Fritz Lehmann está publicando en Stuttg-art, y de la cual mostró una de las láminas que re- presenta anomalías de coloración en los huevos del Larusridi- lundus L. Notas y comunicaciones. Noticia acerca de la Estación de Biología marítima de Santander POR JOSÉ RIOJA V MARTÍN La fundación. — La Estación fué creada por I?.eal decreto de 14 de Mayo de 188G, siendo Ministro de Fomento el Excmo. señor D. Eug'enio Montero Rios, como resultado de las prolongadas g-estiones del sabio catedrático Sr. González de Linares, que hizo ver la carencia absoluta en España de centros de este g-énero, tan prodig-ados ya entonces en el extranjero. Se le asig-naron en dicho Real decreto los tres fines sig-uien- 2'S6 BOLETÍN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA tes: 1.° Estudio y enseñanza de la fauna y flora de nuestras costas y mares adyacentes. 2.° Aplicación de estos conocimien- tos al desarrollo de las industrias marítimas. 3." Formación é incremento de las colecciones científicas de los Museos y establecimientos de enseñanza. Personal. — Componen el personal de la Estación, en cumpli- miento de lo dispuesto en el decreto de creación: un Director nombrado por concuiso entre catedráticos de Universidad de la sección de Naturales de la Facultad de Ciencias; un Ayu- dante, carg'o también que se provee por concurso entre licen- ciados ó doctores en Ciencias Naturales, y un Conserje-orde- nanza, los cuales perciben 1.500, 2.500 y 1.000 pesetas, respec- tivamente; en concepto de g-ratificación , él primero, y de sueldo los dos últimos. Al fallecimiento de su primer Director é instaurador D. Au- g-usto González de Linares, nombrado en 21 de Junio de 1887, le he sucedido en virtud de nombramiento interino de 18 de Mayo de 1904, y por confirmación en el cargo, como conse- cuencia del oportuno concurso, con fecha de 1." de Agosto de dicho año. La plaza de Ayudante fué ocupada por mí desde 21 de Junio de 1887, en que la obtuve por concurso, hasta 1897 en que por mi traslado al Museo de Ciencias Naturales quedó vacante, siendo nombrado para sucederme, con fecha de 21 de Diciem- bre de 1900, D. Luis Alaejos y Sanz, que la tiene á su carg-o en la actualidad. La de Conserje hace diez y siete años que viene desempe- ñada por el licenciado de la Armada D. Timoteo Estanillo. A este peráonal le están encarg-ados los servicios necesarios para el cumplimiento de los fines antes apuntados, fig-urando entre los comprendidos en el g-rupo primero el de dar la ense- ñanza á los alumnos pensionados por el Ministerio cada año para ocupar durante seis meses (antes ocho), las dos plazas establecidas, á cada una de las cuales consig'nánse en la ac- tualidad 1.000 pesetas (antes 1.500), en el presupuesto del Estado. En ellas se han sucedido los señores sig-uientes: D. Manuel Janer y D. Lucas F. Navarro, en el curso de 1890-91; D. Baldo- mcro Cañizares y D. José Hernández Alvarez, en 1891-92, en cuyo curso estuvo también comisionado D. Manuel Cazurro DE HISTORIA NATURAL. 337 para terminar su trabajo sobre la Anemonia suJcata, publicado en los Anales de esta Sociedad, el que había estado anterior- mente unos meses en la Estación como Ayudante interino durante una comisión mía en Ñapóles y en la cual me sucedió á mi reg-reso; D. Lucas F. Navarro, por segunda vez; D. José Fusety el Sr. Asua, en el de 1892-93; el Sr. Fuset, porseg-unda vez, y D. Rafael Blanco y Juste, en el de 1893-94; D. Simeón Aurelio Jimeno Vázquez y D. Carlos Mig'uel Hernández, en el de 1894-95; D. Manuel Berraondo y D. Antimo Boscá, en el dé 1895-96; D. Antonio García Várela y D. Luis Gimier, en el de 1896-97; D. Luis Alaejos Sanz, por dos veces, ó sea en 1898-99 y 1900-901; D. Celso Arévalo y D. Enrique Pons, ambos por dos veces, en 1904 la primera y 1905 la seg-unda, todos los cuales presentaron las Memorias respectivas y en su mayoría son ya catedráticos en diversos centros. En la actualidad ocu- pan dichas plazas D. Jerónimo Barroso y D. Antonio Zulueta. Además, en uso de las atribuciones que concede al Direc- tor el Real decreto de creación, se han puesto los medios de que dispone la Estación al servicio de muchas personas que han solicitado trabajar en ella, y así lo han hecho, entre otras, las sig'uientes: el distingniido Ing'eniero D. Doming-o Orueta, de Gijón, que independientemente de sus importantes investig-a- ciones y descubrimientos en otro orden de estudios, ha hecho trabajos orig-inales sobre Esponjas que, seg-ún noticias, son los únicos que se han publicado en España y en nuestros Anales, fuera de los artículos del Sr. Linares de que hablaré en otro lug-ar; los catedráticos D. Luis Simarro, D. José Madrid More- no; los médicos de Santander, Sres. Toca, Quintana, Lanuza, Santiuste, Tánag-o, Almiñaque, Reg"ii y otros que han hecho en la Estación el aprendizaje de la técnica microscópica; los de otras localidades Sres. Fernández Izquierdo, Perales, y Fernández Alcalde, discípulo éste último de D. Leopoldo López García, en Valladolid, que realizó en aquélla durante los vera- nos de 1904 y 1905, trabajos de investig-ación sobre los cris- tales de hemocromog"eno en la sangre de los animales mari- nos; el Director del Laboratorio químico-municipal de Valla- dolid; D. Eug-enio Muñoz Ramos y su ayudante D. Luis María Ruiz, el padre Juvenal, de la Orden de Escolapios y el padre Valderrábano, del coleg-io de San José de Valladolid, que ha estado en diversas ocasiones; el joven Sr. Lemus, etc. En la ^c- 338 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA tualidad trabajan en la Estación, ya para hacer su aprendizaje, yapara realizar estudios propios, el médico D. Leoncio Santos Ruano y el oficial de marina D. Eladio Ceano Vivas, el cual al parque lo relativo al conocimiento de la técnica va adquirien- do el de la fauna y flora necesario para la resolución de los blemas de la pesca á que particularmente tiene singular afición. Trabajos realizados por el personal. — Constituyen la labor encomendada al personal los trabajos sig-uientes: 1.° La recolección del material vivo, ya la hecha en excur- siones por la costa de España en otro lug-ar citadas, ya la que se hace constantemente en Santander, á la cual contribuyen, Director, Ayudante, Conserje, alumnos, pensionados, durante el tiempo que están afectos á la Estación, y todos aquellos pescadores que, en g-ran número le suministran, mediante una pequeña remuneración, los ejemplares que recog-en con- tinuamente al hacer su pesca, adquiriéndose por este econó- mico procedimiento, muchas de las importantísimas especies de la fauna profunda recog-idas por el Challenger, Travailleur, etcétera, y otras no descritas aún. Como consecuencia de todos estos esfuerzos se ha reunido un abundantísimo material, que constituye de un lado la colección típica, y de otro la de ejemplares repetidos, utiliza- dos para envíos á los centros de enseñanza. 2." El mantenimiento en vivo de los ejemplares, para lo cual, por lo mismo que hasta ahora ha carecido la Estación de acuarios, convenientemente instalados por no disponer de loca- les propios, ha sido doblemente trabajoso el procedimiento de renovación del ag-ua. No obstante esto, hanse mantenido en tal forma bastantes especies que han lleg-ado á veces hasta un centenar, seg-ún se ve en la fotog-rafía y en los números de La Ilustración Española de 22 de Noviembre de 1905 y de Julio de dicho año de Por esos Mundos, que mostré ala Sociedad; cons- tituyendo en los años en que fui Ayudante, el atractivo de numerosos visitantes y proporcionando á los naturalistas de la Estación, por la ventaja de la separación en recipientes di- versos, datos importantes, sobre todo en lo referente al estudio de la reproducción de las mismas, como se ha lleg-ado á poder hacer ostensible, no sólo in situ, sino hasta en algunos de los repetidos envíos de ejemplares vivos pertenecientes á diversas DE HISTORIA NATURAL. 33D especies, hechos á esta Sociedad, al Museo de Ciencias Natura- les y á la Cátedra de Zoolog-ía de Madrid que para sus prácticas las ha recibido. Fig-uran entre las enviadas para este último fin, especies de las indicadas por el ilustre naturalista mi amigo el Sr. de Buen, en su nota del número anterior de este Boletín. 3." La conservación del abundante material que á diario se recog-e y adquiere, seg*ún los procedimientos del doctor Lo Blanco, de la Estación zoológ-ica de Ñapóles, que tanta im- portancia han dado á aquélla. 4." La investig'ación, ya en vivo, ya en los diversos géneros de preparaciones temporales ó definitivas que la técnica micro- g-ráfica enseña, lo cual lleva aparejada la confección de notas, dibujos, acuarelas y fotografías, macro y microscópicas; de cuyos datos está materialmente abarrotada la Estación, ha- biéndose utilizado para ello, á más del personal propio de la misma, otro supletorio, ya pagado con cargo á la subvención municipal, ya gratuito, en el que ha figurado á la cabeza la viuda del Sr. Linares, que asiduamente lo ha hecho en la úl- tima forma en vida de su esposo y continúa haciéndolo en la actualidad, sin que hasta ahora haya obtenido recompensa alguna por este trabajo. Dicho material, que será utilizado al publicar los trabajos emprendidos, conforme se vayan éstos concretando como ya ha sucedido y á medida que lo consienta el incremento que haya de darse en lo sucesivo á la relativamente reducida Biblioteca de que hasta ahora dispone la Estación. A pesar de que })or la insuficiencia de la Biblioteca y por las condiciones personales de modestia del Sr. González de Lina- res, que le llevaban hasta desconfiar de su propia labor, siem- pre escrupulosa y concienzuda, así como por la necesidad de atender á los múltiples trabajos del laboratorio, apenas se han exteriorizado los innumerables estudios realizados en la Esta- ción, debe hacerse mención, á más de aquéllos exclusivos del Sr. Linares, de que se ha dado cuenta en oportunos artículos necrológicos, de los siguientes: Los catálogos de Celentéreos y Equinodermos, presentados por él al Ministerio en 1886, como Datos imra la descripción de la fauna marina de España, que he presentado en la Sociedad con esta nota: El interesante infor- me enviado al Sr. Ministro, con fecha de 21 de Marzo de 1889, 310 boletín de la real sociedad española fundamentando la instalación en la costa Cantábrica de la primera Estación bioióg-ica marina en atención á la importan- cia y relativa facilidad de la exploración constante de la fauna de los g-randes fondos próximos, que sucesivamente Ueg-an hasta el de 5.000 m., todo lo cual hase comprobado después en la práctica á pesar de la carencia de medios: El emplazamiento gTáfico de los numerosos drag-ados y labores de recolección de animales litorales y pelágicos, hechos en la excursión ex- ploratoria de la costa que duró próximamente el primer semes- tre de 1888, realizada por el Sr. Linares y por mí en cumpli- miento de lo dispuesto en el decreto de creación á fin de pre- sentar á su terminación, debidamente basado, el informe que se acaba de mencionar del sitio en que debiera instalarse la Estación: La lista de las 451 especies de invertebrados en dicha excursión recogidas, estudiadas y conservadas, con indicación de las correspondientes á las distintas regiones y exploracio- nes, que acompaño al Atlas aludido con el emplazamiento de aquéllos en las cartas hidrográficas respectivas y al de acuare- las de muchas de ellas; todo lo cual constituye un interesantí- simo trabajo relativo á Laredo, Santoña, Colín dres, Santander, San Vicente de la Barquera, Ferrol, Santa Marta de Ortig-ueira, Cariño, Coruña, Arosa en los diversos sitios de su ría, Vig"o y Pontevedra á lo larg-o de las suyas, Cádiz, Algeciras y aún Valencia (visitada con anterioridad á esta excursión), según se ha mostrado con la presentación de los mencionados traba- jos en esta sesión, y que no ha sido publicado por las razones ya dichas en otro lugar, como tampoco el catálog-o provisional que hemos hecho ambos desde 1890 de las colecciones de esta casa constituidas con la g-ran base de lo recogido en esta y otras exploraciones y con lo que á diario se recoge ó adquiere en Santander: La lista de 113 especies de Celentéreos que el señor Alaejos y yo dimos como pequeño avance del catálog-o que en la actualidad estamos rehaciendo, al reinstalar, ordenar, aña- dir y estudiar lo recog-ido con posterioridad á la confección del antes referido catálog-o: Los muchos estudios sobre Esponjas, hechos por el Sr. Linares, de los cuales sólo se ha dado alguna muestra con la publicación de dos artículos en El Glodo, en ocasión de la Exposición de Filipinas, sobre esponjas de dichas Islas, entre las que fué descripta la nueva especie Farrea Bala- guerii, por cuya razón se han remitido á la Sociedad dichos ar- DE HISTORIA NATURAL. 341 tículos por si estima conveniente reproducirlos. (Ya se lia men- cionado en otro lug-ar lo publicado por el Sr. Orueta, de Gijón, á lo que habrá de añadirse la nota que el Sr. Arévalo ha presen- tado á la Sociedad sobre las espíenlas de alg-unas esponjas ca- lizas que la Estación le ha remitido á tal fin): Estudios sobre actinias diversas, como el publicado por el Sr. Cazurro en los Anales de esta Sociedad sobre la Anemonia sulcata y la pequeña nota dada por mí hace poco tiempo en este Boletín sobre la variedad libre de la iSaf/artía parasiiica: Otros &ohYeB.\ávoideoíi de Ñapóles y de Santander, tanto del Sr. Linares como de otras personas que hemos trabajado en la Estación, entre cuyos tra- bajos fig-ura el que tiene presentado para su publicación el Sr. Arévalo y otros que están en vías de confección, y que, á ser- nos posible, terminaremos el Sr. Alaejos y yo: Alg-unos sobre Gusanos, como el publicado por el Sr. Alaejos sobre Polinoinos de Santander: Otros sobre Crustáceos, como el anatómico sobre la Galatea strigosa, por mí emprendido y aun no terminado: El de Nudibranquios de Santander, empezado de antig-uo por mí: Y múltiples notas inéditas sobre peces y, principalmente, sobre los diversos Cetáceos, allí recogidos y preparados sus esquele- tos, cual las especies Orea gladiator , Ziphivs cavirrostris, Glohi- cephalus melas, Tiirsio2)s ttirsio, BalenojAera mtiscuhis y B. ros- trata (ahora en estudio), de todo lo que he mostrado fotogra- fías en la sesión, así como de un cachalote, de que se dio por €l Sr. Linares y por mí una pequeña nota en la Sociedad. 5." La enseñanza á los alumnos pensionados y otras per- sonas que hacen en la Estación su aprendizaje y la presta- ción de material y medios de estudio á los que realizan trabajos propios, seg"ún se ha hecho con los naturalistas en otro lug"ar citados. 6." Las repetidísimas explicaciones dadas por los distintos individuos que constituímos el personal fijo y ag-reg-ado de la Estación á las innumerables personas de todas las clases so- ciales que la visitan, como prueba de lo cual he presentado las L700 firmas de g-entes, del pueblo en su mayoría, de entre muchas que en este último mes y parte del pasado han visita- do la Estación, y han hecho constar así su deseo de que se amplíe la pequeña instalación provisional, de la cual hablo en otro lugar. 7.° Las conferencias en la localidad y fuera, de ella, entre 342 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA las que fig-uran las que di eu 1904 oficialmente en Oviedo en cumplimiento de lo dispuesto por la Real orden de 29 de No- viembre de 1901, y en 1905 en Santander; la dada particular- mente en Seg-ovia por el Sr. Arévalo en dicho año; y las que, sin formar parte oficialmente de la Estación, pero como con- secuencia de mi adhesión moral á ella, di, como catedrático de Oviedo en los cursos de Extensión Universitaria de 1899 á 1900, 1900 á 1901, y 1902 á 1903, siempre con ejemplares vivos que recogí en Gijón, y con proyecciones, no ya sólo de diapositivas, sino de preparaciones microscópicas directa- mente, y con láminas murales clásticas, en su mayoría hechas por mí, de todo lo que se dá cuenta en los muchos periódicos presentados en esta sesión. 8.° El envío de colecciones y del material científico á los centros de enseñanza que lo piden, y del que se ordena servir por la Superioridad, como son buena prueba de ello los envíos de colecciones de numerosas especies, hechos á los siguientes centros: Coleg-io de Sautoña, 1891; Universidad de Sevilla, Cá- tedra de Histología de Valladolid (pequeños envíos de ma- terial para estudio, conservado convenientemente!. Instituto de Avila, ídem de Gerona, Escuelas Pías de San Antón, 1892; Universidad de Zaragoza, 1893; Instituto de Salamanca, Cole- g-ios de Escolapios de Getafe y Villacarriedo, Instituto de Ciu- dad Real, Museo de Madrid, Universidad de Valencia, 1894; Co- leg-io de Paúles de Limpias, 1897; Universidad de Granada, Ins- titutos de Toledo y Pontevedra, 1902; Universidad de Oviedo, Colegio de San José de Valladolid, Instituto del Cardenal Cis- neros de Madrid, Colegio de Ag-ustinos de Uclés y Universidad de Valladolid, 1904; Institutos de Burgos y de Murcia, Colegio de Salesianos de Santander, Normales de Maestras de Burg-os y Badajoz, 1905; Coleg-io de Agustinos de El Escorial, 1906; habiendo otras varias ya ordenadas por la Superioridad, ya pedidas por diversos centros que están sin servirse por falta de recursos. 9.° Los fines de aplicación que señala el Real decreto de creación, los cuales no han podido desenvolverse como fuera de desear en atención al reducido personal, exceso de tra- bajo y falta de medios materiales para ello. No obstante, se ha contribuido á ellos en alguna medida con informes remi- tidos al Ministerio de Marina cuando lo ha solicitado, como el DE HISTORIA NATURAL. 343 que por estar impreso muestro á la Sociedad, que es el pre- sentado por mí en unión de los Sres Borja y Domíng-uez al Excmo. Sr. Ministro de Marina en 1901, después de haber desempeñado á bordo del Infanta Isabel la comisión que nos fué conferida para el estudio de los problemas de la pesca de la sardina en Galicia, y en el cual se recopiló lo estudiado y representado gráficamente acerca del desarrollo de la Chipea Pilckardus en el extranjero. Dalos acerca de las instalaciones provisionales sucesivas de la Estación, y de los recursos ¡j material de que ha dispuesto y dispone en la actualidad. Como consecuencia del informe presentado por el Sr. Lina- res, de que se ha hablado, en el cual se tenían en cuenta, no sólo las altas consideraciones científicas, en otro lug-ar apun- tadas, sino también otras subalternas, pero no menos impor- tantes alg-unas, como el apoyo ofrecido por Santander, cuyo Ayuntamiento ha sostenido durante doce años un compromiso, que ha continuado cumpliendo alg-unos años después de ter- minado, de subvencionar á la Estación anualmente con 7.500 pesetas; se fijó la residencia en dicha ciudad. Se instaló, al efecto, la Estación en 1889, en un hotelito si- tuado cerca de la seg-unda playa, propiedad de D. Antonio Gas- tar eda, alquilado en 1.500 pesetas anuales, renta que se aumentó después al levantar su dueño un seg-undo piso por exigfencias del abundante material de la Estación. Para dar idea de dicha instalación se han presentado diver- sas fotog-rafías, no sólo del exterior del edificio y de la forma en que se mantenían en vivo entonces los animales de que ya se ha hablado en otro lug-ar, sino de varios de los cuartos de trabajo y de colecciones, de la biblioteca, cuartos de aparatos, de estudio, de los de recolección, etc., y de parte del personal de entonces. Asimismo se han exhibido en la sesión los perió- dicos citados, y el de 22 de Octubre de 1904 de El Gráfico, que lo representan más ó menos. Por venta del hotelito antes indicado, se impuso una inme- diata mudanza, que con el carácter de provisionalísima se hizo en 1903 á un local inmediato, y de allí á otra casa situada en la Alameda del Sardinero, propiedad de doña María Labat, en la 344 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA que tampoco hubiera podido subsistir, pues por lo húmedo é insuficiente del local, el Director, Sr. Linares, se veía obli- gado á tener en la casa que de antig-uo habitaba en el paseo del Alta, los libros y algunos aparatos, y á llevar en alquiler otros locales complementarios para contener los esqueletos de los Cetáceos de mayor tamaño. Por todas estas razones, y en vista de las condiciones del clima, y de las necesidades del centro, que imponen una pro- ximidad á las ag'uas de la bahía, en sitio donde acudan los pescadores y en donde pueda tenerse la embarcación de que haya de servirse, tuve siempre la idea de que la Estación no debía estar en el Sardinero, sino á ser posible, inmediata á la embocadura de la Dársena de Puerto Chico (donde hoy se halla), en cuyo sitio se reúnen al par que las expresadas "con- diciones, la de ag-uas relativamente puras, la cual no se log-ra desde este punto hacia adentro por los sedimentos de los lava- deros de mineral del Astillero y el desag-üe de las alcantari- llas. Los sitios desde Puerto Chico á la Mag-dalena, situados más hacia la entrada de la bahía, han sido siempre por mí descartados, en atención á la dificultad de comunicaciones y á su alejamiento de la población. Convencido de ello el Sr. Linares, al llamarme en Abril de 1904 para que le ayudase y sustituyese, si era posible, había convenido conmig-o antes de su muerte en que se instalase la Estación en Puerto Chico, y me rog-ó buscase allí local con- veniente para hacerlo. En su consecuencia, al encarg-arme de la Estación en 20 de Junio de 1904, por el fallecimiento de mi inolvidable antece- sor, ocurrido en 1.° de Mayo, hube de llevar á cabo, antes de Julio, en que era preciso renovar el contrato anual de alquiler de la casa del Sardinero, una rápida y penosa mudanza de todo el material allí contenido, instalando lo necesario para los servicios activos de la Estación en los pisos tercero y quinto de la casa de D. Alejandro Valle, en la calle de Castelar, frente á la entrada de la dársena de Puerto Chico, que rentan L620 pesetas anuales, y concentrando el resto, en el que fig-uran las colecciones de Esponjas y de g-randes Cetáceos, así como las de fósiles y otras particulares del Sr. Linares, en la casa núm. 51 del paseo del Alta, en que él vivió y murió, que cuesta 730 pesetas de alquiler al año. DE HISTORIA NATURAL. 345 Desde entonces, y al par que se han cumplido sin interrup- ción los fines y servicios que le están asig-nados á este Centro, se ha venido realizando, dentro de lo que la escasez de medios ha permitido, su instalación en dicho sitio, aunque provi- sional, como tiene que serlo hasta que no se dispong-a de loca- les propios. La he dado por terminada el 1." de Mayo último, desde cuya fecha está abierta la Estación, con sus acuarios anejos, para el cumplimiento de sus fines científicos, á los na- turalistas españoles y extranjeros, y asimismo al público en g-eneral para difusión de la cultura popular, seg-ún comuniqué oficialmente á la Superioridad por si tenía á bien insertarlo en la Gaceta, y lo manifiesto por medio de esta Sociedad al mundo científico. No siendo posible en este momento y en un. tra])ajo de esta índole detallar dicha instalación, me he limitado á mostrar en fotog"rafías y en los g-rabados de los ya referidos artículos sobre la Estación, la forma en que se hallan sus diversos servicios, los acuarios, cuarto de conservación, salas de colecciones, bi- blioteca, cuartos de aparatos de observación, de recolección, de estudio, de ejemplares duplicados para envío de coleccio- nes. Dirección, etc. Haré constar únicamente, que g-racias á la amabilidad del Ing'eniero jefe de las obras del puerto de Santander, Sr. Grin- (la, se nos ha concedido permiso en terrenos del dique para hacer la preparación del esqueleto de la Balenoptcra rostrata últimamente adquirida, y se ha improvisado una pequeña caseta mientras se termina la construcción de aquél, en la cual se han instalado los dos acuarios que en deficientísimas condiciones se tenían en el piso tercero de la casa destinado á la Estación, y otros dos mayores, en todos los cuales, y con ag-ua de mar previamente sedimentada en depósitos de cal hidráulica y sostenida constantemente en circulación y airea- ción, se mantienen bastantes especies de los diversos g-rupos zoológ-icos. Asimismo se ha expuesto una pequeña parte de las colec- ciones, constituyendo todo ello, aunque en pequeño, un atrac- tivo foco de instrucción para los numerosos visitantes, que deberá ser ampliado en un pabellón mayor de un modo más definitivo en otro sitio quizá, del dique, al terminarse éste. Prescindimos de las gestiones que vienen haciéndose para T. vi.-Julio, 1906. 21 MU BOLLíTlN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA solucionar el insostenible estado económico presente de la Estación, de todo lo cual he mostrado documentos justifi- cativos y artículos de periódicos, y sólo nos resta dar las gracias á la Sociedad por el apoyo que ha ofrecido prestar en aquéllas, á fin de que se pueda compensar á este centro de la enorme diminución de 8.000 pesetas en dos años de sus ya escasos recursos, de la falta de percibimiento de otras 3.000 on la subvención municipal de 1904, á pesar de los buenos deseos de la Alcaldía, en atención al precario estado de aquella corpo- ración y de no haberse podido rvún abonar nada de la sub- vención de este año como consecuencia de dicho estado. Sólo indicaré, en tesis general, que esta Dirección aspira á colocar esta antig-ua y hasta ahora única Estación establecida, siquiera en las condiciones de vida que tenía, al encarg-arme de ella, pero de un modo seg-uro, ó sea en análogas á las que, aunque modestísimas, se ha creado la nueva Estación para la costa de África, pues no es justo que la nuestra, con tan múltiples fines que cumplir, esté dotada desde hace años, sólo con 2.000 pesetas para las atenciones de todo género de mate- rial á causa de considerabilísimas reducciones del respectivo crédito, al paso que se consignan 8.000 para la nuevamente creada. Repito, finalmente, la indicación hecha con motivo de la lec- tura de alguna de las reformas pedidas respecto á la conve- niencia de unir los esfuerzos aislados de los Ministerios de Ma- rina y de Instrucción Pública para el desarrollo de los proble- mas biológico-marinos y de las respectivas Estaciones biológi- cas, y, por consiguiente, de los marinos y naturalistas á ellos dedicados, en la que el primero de dichos Ministerios prestaría la valiosísima cooperación de los medios de pesca ó recolección de que carece el segundo, y éste, á su vez, pondría á disposi- ción de aquél el material científico, incluso la biblioteca de esta Estación y de las futuras que se establezcan y la compe- tencia de los naturalistas dedicados á estos estudios, todo lo cual no le será fácil improvisar al de Marina. DE HISTORIA NATURAL. 317 La dehiscencia y diseminación del «Papaver Rhoea:». JOSÉ ESTEVA, PRESBÍTERO Varias especies del género Papaver son interesantes por la curiosa dehiscencia de los frutos y diseminación de sus semi- llas. Así del Papaver, á lo que parece somiiiferum, se cuenta (1) que, apenas entra en sazón, entreabre en la parte superior de su cápsula é inmediatamente debajo del reborde saliente del disco que la corona, unos ag-ujeros, á manera de ventanillos, por donde se escapan las diminutas semillas tan pronto el viento ú otra causa cualquiera agita el largo tallo de la plan- ta. Si viene una llovizna, el reborde del disco acanalado deja escapar al suelo el agua, sin permitirla penetrar dentro de la caja ni humedecer lassemillas que están en su interior. Y caso de persistir la lluvia ó ser ésta desde el principio muy copiosa, ciérranse los postigos de los ventanillos, quedando así las se- millas completamente al abrigo de la humedad. Ignoramos se conozca en sus detalles la dehiscencia y dise- minación del Pajmxer Phoeas, si algo diferente no menos inte- resante que la ya descrita. Por ello hemos creído no sería fuera de caso dar cuenta á la Sociedad de algunas observaciones que sobre el particular llevamos verificadas. Como el 'Papaver somniferum, nues- tro P. Phoeas conserva herméticamen- te cerrados sus frutos hasta haber ter- minado la maturación de las semillas (fig. I.''). Llegado ya este caso las cu- biertas de la cápsula frutal se mustian y secan y, por consiguiente, se con- traen, resultando que la envoltura!lateral a (fig. 2.') se encoge hacia abajo, mientras el sombrerito]estigmatífero ¿se levanta. (Jiuedan, como consecuencia, bajo de éste, unos agujéritos pe- queños c, limitados lateralmente por los tabiques que del cen- Y\g. í.* (1) Lubbock: '•dosaurns Gervais pre- tendida por el primero, manifiesta Lemoine que en el Sim c?; '^■> 9- 12 de Noviembre. Es un representante septentrional del g-rupo ca^er, ig'ual al H. caffer en su aspecto g-eneral, en la forma de las hojas nasa- les y en el número de las hojuelas accesorias, pero más pe- queño que cualquiera de las formas de esta especie hasta aho- ra descritas (3), con el paladar proporcionalmente más estre- cho, y las orejas más largas que anchas. En las otras dos espe- cies del mismo g-rupo (H. cafer y heatus), la longitud de las orejas es menor que su anchura. El cráneo, un poco más g-rande que el del H. heatiis, es no- table por ofrecer una anchura maxilar menor que la longitud de la serie dental superior, mientras en el H. caffer dicha an- chura es ig-ual ó un poco mayor que la longitud de la serie dental, y en el H. ¡•eaius, la primera dimensión excede siem- pre considerablemente á la segunda. Los dientes, con relación al tamaño del cráneo, son bastante g-randes. (1) Mem. Soc. Fspañ. Hist. Nat., ii (1904), p. 25L (2) Proc. Zool. Soc. Lond. , 1^05, voL ii, pp. 141, 142 (3) K. Andersen, Aun. Nat. Hist., xvii (190íí), p. 269 Un H. caffer obtenido en Loan- do por Fralkenstein, j' que he podido examinar grafías :i la amabilidad de mi amigo el profesor ^¡atíchie, difiere ligeramente de todas las subespecies descritas por el Dr. Andersen, representando, al parecer, una forma nueva, intermedia entre el H c. centraUs y el H. c. occidentalis. DE HISTORIA NATURAL. 359 El color del pelaje es ceniciento obscuro en el dorso, más claro en la reg-ión abdominal y detrás de las orejas. Los pelos, en las partes superiores, son de un g-ris blanquecino muy cla- ro, con una ancha faja g-ris-parda cercíi de la base, y la punta pardineg-ra; en el vientre son cenicientos en su mitad basilar, y de un gris blanquecino en la punta. Membranas de color sepia muy obscuro, casi neg-ro, á excepción de la parte del plag-iopatag-io más inmediata al cuerpo, que es blanca amari- llenta. Dimensiones del tipo en alcohol: Cabeza y cuerpo, 44 mm.; long-itud de las orejas, 13,5; an- cho máximo de las mismas, 12,5; ancho de la herradura, 4,.5; de la hoja posterior, 5,5; antebrazo, 46; tercer dedo: metacar- piano. .31; primera falang-e, 14; segunda, 15,5; cuarto dedo: metacarpiano, 30,5; primera falang-e, 10; seg-unda, 8; quinto dedo: metacarpiano, 27; primera falang-e, 12,5; seg'unda, 10; cola, 28; tibia, 17; pie (c. u.), 7,5. Cráneo: long-itud total, desde delante del canino, 17 milíme- tros; anchura maxilar, 5; anchura en la base de los caninos, 3; serie dental superior, 5,7 (1). El tipo es el ejemplar a. En los demás, el antebrazo mide ig-ualmente 46 mm. La mayor diferencia entre el ancho maxi- lar y el larg'o de la serie dental, se encuentra en el ejemplar e-, que tiene 5 mm. para el primero, y 6 para el seg-undo. 3. Myotis myotis Bechst. «, (^. 29 de Julio. 4. MacroscelidesRozeti Duvern. a, S seraiadulto. Ag-osto. ¿, cf. 9 de Septiembre. Esta especie ocupa un área g-eogTátíca muy extensa, puesto que parece encontrarse en toda la región litoral berberisca, y además en el Sahara argelino, donde la representa una sube.s- pecie de menor tamaño \' colores más pálidos. (M. R. deseríi Thos.) Juzgando por los datos que M. Menegaux ha tenido la bondad de comunicarme acerca de los ejemplares de Oran (1) Estas medidas están tomadas en la misma forma en que lo hace el Dr. Ander- sen ea sus recientes trabajos sobre los RMnolophi'iíB. 360 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA existentes en el Museo de París, los dos que fig-uran en esta colección no difieren de la forma típica. 5. Erlnaceus algirus Duvern. «, 9; ^> 9 jo"^- Julio. c, d; d, e, 9; /, 9 jov. Agosto. g, (^\ h, ¿, 9- Septiembre. 6. Crocidura Whitakeri de Wint. a, 9- ^ de Julio. ¿>, 9- 15 de Ag-osto. 7. Lutra lutra splendida subsp. nov. «, cf . 13 de Ag-osto. Caracteres g-enerales como en la L. luirá de Europa; pero la cola es más larg-a, y el cráneo más aplastado y mucho más es- trecho en la región postorbitaria. El pelaje en las partes superiores, es de un hermoso color de canela, alg-o rojizo y muy lustroso, más vivo encima del cue- llo y más obscuro en la cola. Labios, g-arg'anta y parte alta del pecho, enteramente blancos; lo demás de las partes infe- riores, color de café con leche, muy claro, notándose alg"unas manchitas del mismo color, muy borrosas, en la parte blanca del pecho. Los bigotes, que son blancos, están implantados en una mancha parda. La borra ó pelo lanoso es de color de café muy intenso, con la base blanca sucia. El cráneo, comparado con el de la forma típica, es más es- trecho, y tiene los zig'omáticos más larg-os y mucho más altos. La anchura interorbitaria es la misma en ambas formas; pero detrás de las apófisis postorbitarias, el cráneo de la L. 1. splen- dida se va estrechando gradualmente, hasta el punto de tener, en la parte contig-ua á la caja cerebral, una anchura ig-ual so- lamente á dos tercios de la que ofrece en el mismo sitio el cráneo de la verdadera L. lutra. Dimensiones del tipo (1): Cabeza y cuerpo, 635 mm.; cola, 420; pie posterior (s. u.), 125; oreja, 18. (1) A menos que se indique lo contrario, las dimensiones han sido siempre toma- das por el colector en el ejemplar en carne. DE HISTORIA NATURAL. 361 Cráneo: Long-itud basal, 110 mm.; ancho en los zig-o místicos, 69; ancho interorbitario, 20; de punta á punta de las apófisis postorbitarias, 22; ancho postorbitario, 11; long-itud palatal, 53; diámetro antero-posterior del pm*, 11; diámetro máximo del mi, 11. Esta nutria me pareció en un principio ig-ual á la de Arg-e- lia, que Lataste ha llamado L. angustí frons (1), y que tiene también la cola larg-a y el cráneo «fortement étrangdé entre le front et la boite cérébrale»; pero me oblig'a á considerarlo como forma distinta, el ver que el mismo Lataste considera idénti- cas á la nutria arg-elina y á la de Italia, descrita y figurada por Bonaparte (2). Esta última, con la cola «lung-a piíi della meta del corpo», y el pelaje pardo obscuro («big-g-io bruno») en el lomo y ceniciento en la g-arg-anta, es, á todas luces, un ani- mal distinto de la nutria de Mog-ador, y no puede confundirse con ella. Acerca del color de la L. angustí fvons, no hace Latas- te indicación ninguna; lo que sí indica es una particularidad de su cráneo, que no se encuentra en la L. 1. spiendida. En la nutria argelina, los arcos zigomáticos son, en su parte poste- rior, mucho más estrechos que en la L. Lntra; en la de Moga- dor, son bastante más anchos en toda su extensión, pero sobre todo posteriormente. En el Museo de Ciencias Naturales tenemos una piel mon- tada y un cráneo, perteneciente acaso al mismo ejemplar, que sin género alg'uno de duda son de L. 1. spiendida. La piel no tiene ningún dato de localidad; pero al cráneo acompaña una etiqueta con la indicación «España», lo cual me hace pensar que acaso esta subespecie se encuentre en algún punto de nuestra Península. Téngase presente, sin embargo, que las indicaciones de localidad, casi siempre poco precisas, que lle- van muchos ejemplares antiguos del Museo, merecen muy poca ó ninguna confianza. En el Centro y Sur de España, las nutrias suelen ser de un color leonado claro, un tanto pareci- do al pelaje de la nutria marroquí; pero ni tienen la garganta blanca, ni su cola es tan larga, ni su cráneo difiere en nada del de la L. lutra del resto de Europa. No creo que estas nu- trias españolas puedan separarse ni aun como una forma lo- (1) Actes Soc. Linn. Bordeaux, xxxix (1885), págs. 169 y 237. (2) Icoitogr. Fauna Ital., 1831, lám. iv. T. vi.-Julio, 1906. 25 362 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA cal. L.angusiifrons, dicho sea de paso, es hoy g-eneralmente considerada como sinónima de la forma tipo. 8. Putorius nivalis atlas Barr.-Ham. a, (^. Julio de 1904 (Ratto col.). i, 9. 31 de Julio de 1905. El ejemplar a no tiene los pies blancos, pero sí de un ama- rillento pálido. Creo conveniente dar sus dimensiones, ya que Barrett-Hamilton no ha podido hacerlo de un modo completo. Cabeza y cuerpo (en alcohol), 240; cola, sin los pelos termi- nales, 102; pie posterior (s. u.), 41; oreja, 20. La 9 es, como de ordinario, una tercera parte más pequeña. 9. Ganis anthus F. Cuv. •^j d\ ^1 9 jo'^- Julio. c, c?. 1.° de Septiembre. ¿¿, (j^. 22 de Noviembre. e, Q.Q de Diciemre. 10. Vulpes atlantlcus Wagn. a. Una piel de ejemplar adulto, sin cráneo ni huesos de las patas, y sin indicación de sexo ni fecha de obtención. 11. Herpestes ichneumoii L. «, (/'. Sin fecha. Además de ser un poco más pequeño que los ejemplares que he visto de Eg-ipto y de España, éste tiene el pelo anillado de neg"ro y blanco, no de castaño y amarillento, y la borra ó pelo interior lanoso, de un amarillo rojizo sucio. Presenta, por consiguiente, los mismos caracteres del ejemplar arg-elino denominado H. numidicus, por Cuvier. 12. Genetta afra F. Cuv. a, 9- Ag-osto. 13. Felis ocreata mauritana subsp. nov. a, (^. 28 de Julio. Comparando el g-ato marroquí del tipo ocreata con los de otras partes de África, resulta necesario separarlo como una forma local distinta. Creo que esta misma forma es la que des- DE HISTORIA NATURAL. 363 cribió I. Geoífi'oy Saint-Hilaire, hace nada menos que sesenta y tres años, sobre un ejemplar de Táng-er, denominándola Fe- lis libycus (1); pero si atendemos á las leyes taxonómicas, es imposible conservarle este nombre, por haberlo empleado mu- cho antes Meyer (2) para desig-nar el g-ato que encontró Bruce en Gafsa (Túnez), y que Buífon llamó en sus Sup'plemenís, con notoria impropiedad, caracal a oreilles Manches. Mr. Harold Schwan (3j, supone que el animal denominado por Meyer F. lihi/ca, es realmente un caracal; pero la breve descripción de Buífon se refiere indudablemente á una forma de F. ocrea- ia, con las orejas rojas exteriormente, los pies negros y la cola anillada de este último color (4). Que esta forma no es la mis- ma que se encuentra en Marruecos, lo demuestra la diag-nosis de Meyer. que comienza: «Corpore rufo», y por consiguiente, no conviene al g-ato marroquí, cuyo color dominante es elg-ris. Por Lataste sabemos que en Túnez existe, efectivamente, un g-ato del tipo ocreata con un pelaje en que predomina el matiz rojo, «brun roux vers la lig-ne médiane, g-ris roux vers les fla- nes» (5). Este naturalista lo encontró en Haidra, y creyéndolo nuevo, le dio el nombre de Felis cristata; pero tanto la colora- ción como la localidad, inducen á creer que se trata de la ver- dadera F. libijca, ó sea del g-ato así llamado por Meyer. La subespecie marroquí, para la que he propuesto el nom- bra de maiiriiana, presenta los sig-uientes caracteres: Pelaje de las partes superiores de un color g-ris pardusco, que mirado más detenidamente, resulta ser una mezclilla de gris obscuro y amarillento. Los pelos son aisladamente blanco- amarillentos, con la punta neg-ra y un anillo, neg-ro también, un poco más abajo, y entre ellos se ve un poco la borra, que es leonada muy pálida, con la base cenicienta. En el dorso, la (1) Description des collect. de V. Jo.cquem.ont, 1842-43, p. 56. (2) Syst. Zool. Entd. Neuholl. und Af/., 1793, p. 101. (3) Ann. and. Mag. Nat. Hist., xiii (19Ü4), p. 4'22. (4) La descripción orig-inal, dice así: «Ces caracals k oreilles blanches ont aussi des pinceaux, mais courts. minees et noirs. lis ont la queue blanche h l'extrémité et ceinte de quatre anneaux noirs, et quatre guetres noires derriere les quatre jambes, comme celui de Nubie; ils sont aussi beaucoup plus petits que les autres caracals, n'étant guére que de la grosseur d ' un grand chat domestique; les oreille?, qui sont fort blanches en dedans et garnies d'un poil fort touffu, son d'un rouxvifenda- hors.» (Buñbn, [Jistoire naturelle. Suppléments.) (5) Actes Soc. Linn. Bordeaux, xxxix (1885), p. 229. 364 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESrAÑOLA lcng"¡tud del pelo es de 35 mm. Los costados son un poco más claros, sin bandas ni manchas de ninguna clase. Parte supe- rior de la cabeza, como el lomo; de las rayas cef;'ilicas, que son pardinegras, tres se prolong-an mu3' indistintamente sobre el centro del dorso, uniéndose con frecuencia para formar una sola faja muy ancha. La nariz es roja; las orejas de un rojo leonado por fuera, pardineg^ras en la punta y amarillentas por dentro. Mejillas de color leonado pálido sucio, con las dos ra- yas comunes en la especie, castaña la superior y roja clara la de debajo. Encima de cada ojo hay una mancha color de cre- ma. En el labio inferior y debajo de la mandíbula, el pelo es blanco sucio; en todas las demás partes inferiores color de ante sucio, con una faja transversal parda debajo de la g-ar- g'anta, á modo de medio collar, y alg'unos indicios irregulares y mal definidos de fajas negruzcas en el vientre. Extremida- des leonado-grises, con fajas negras indistintas, cuatro en las anteriores y seis en las posteriores; los antebrazos por detrás, junto al codo, negruzcos, y las plantas de los cuatro pies, ne- g'ras. La cola, por encima, del color del dorso, por debajo leo- nada clara; en el último tercio hay tres fajas negras, separa- das por espacios blanco-cenicientos, y la punta es también negra. Dimensiones del tipo: Cabeza y cuerpo, 530 mm.; cola, 332; pie posterior (s. u.), 135; oreja, 80. Cráneo: longitud basal, 85 mm.; longitud máxima, 100; an- cho en los zigomáticos, 68; ancho anteorbitario. 17; ancho temporal, 33; ancho de la caja cerebral, 44; longitud de los nasales en la sutura media, 26; longitud máxima de los globos auditivos, 22; longitud del carnicero superior, por fuera, 11,5. Si los gatos de Tánger y Oran, descritos por Geoífroy, son, como yo creo, iguales al de la costa occidental de Marruecos, tendremos en Berbería tres formas distintas de Felis ocreata: una oriental, de pelaje pardo rojo, en Túnez {F o. Lihijca Mey.); otra occidental, gris parda, en Marruecos y Argelia {F. o. mau- ritana), y otra desertícola, de color amarillo Isabela, en el Sa- hara argelino ( F. o. margarita Lochej. DE HISTORIA NATURAL. 365 14. Xerus getulus L. ci — e, d;f-"q, 9- Julio. 15. Gerl)illus hirtipes hesperinus siibsp. iiov. a, cf . Sin feclia. h — cl, 9; <^ 9 jov. Julio. f,g, 9. Ag-osto. Caracteres g-enerales como en la forma arg-elina, pero el co- lor leonado es más obscuro y más rojo, especialmente en los flancos En el ejemplar tipo y en alg-unos otros, se acerca este color al del Dipodilliis campeslris; en dos ó tres es más brillan- te, y en el ejemplar b, pasa casi á anaranjado. Este color de las partes superiores se extiende mucho hacia abajo en los flancos, y también sobre la cabeza, donde las manchas blan- cas de encima de los ojos y detrás de las orejas, ocupan un es- pacio bastante reducido. El pincel caudal tiene los pelos rela- tivamente cortos; los de encima tienen las puntas muy obscu- ras, formando una raya bien distinta de color pardo neg-ruzco. Dimensiones del tipo (en alcohol): Cabeza y cuerpo, 100 mm.: cola, 116; oreja, 14; pie poste- rior (s. u.), 28. El ejemplar eleg-idocomo tipo, es el único macho que fig-ura en la serie, ó sea el señalado con la letra a. Aunque este GerMUus tiene la cola alg-o más corta y las ore- jas más g-randes que el verdadero Cf. hirtipes, y su coloración es un tanto diferente, se asemeja tanto á éste por sus caracte- res g-enerales, que no me atrevo á separarlo más que como una forma local. 16. Dipodillus campestris Levaill. ^j cf ; ^> 9; ^j ^j jóvenes. Julio, e, 9- 7 de Noviembre. 17. Musrattus L. a — d, jóvenes. 9 á 16 de Julio. e, (f. 2 de Septiembre. 18. Mus calopus sp. nov, a, cf . Noviembre de 1904 (Ratto col.). Cazado en un árbol. Esta especie presenta una coloración bastante parecida á la 366 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPA^'OLA del M. syhaticus, pero su tamaño es mucho mayor, y la cola más larg-a que el cuerpo. A primera vista, podría tomársele por un M. raitus alexandrimis no lleg-ado á su total desarrollo, á no ser por sus pies, que son relativamente pequeños, de es- tructura delicada y con los tubérculos bastante chicos. El tu- bérculo tarsiano interno, de doble tamaño que el externo, no es tan redondo como en los verdaderos ratones, ni tan alarg-ado como en el M. raitus, sino que forma un óvalo casi perfecto. En el carpo, el externo es muy g-rande, casi doble que el interno. Del M. peregrimcs de Wint., que se encuentra en la parte oriental de la provincia de Hahá, distíng'uese esta rata por ser bastante mayor, por su color más claro y más vivo, y además, por sus orejas más gTandes, próximamente tan larg-as como el pie posterior. Pelaje leonado de arena, más obscuro y lig-eramente variado de neg"ro en el dorso. Todas las partes inferiores, la parte in- terna de los miembros, y los cuatro pies, de un blanco puro. En los antebrazos, el color leonado llega por fuera hasta la articulación del carpo, formando una punta. Los pelos son, en casi toda su longitud, á partir de la base, de color de pizarra^ y leonados solamente en la punta; en el lomo hay muchos en- teramente negros. La cola tiene pelillos negruzcos por encima y blancos en los lados y por debajo, pero tan cortos y tan finos, que no cubren las escamas ni influyen en el color general, apareciendo toda la cola de color de carne. Dimensiones del tipo (en alcohol): Cabeza y cuerpo, 120 mm.; cola, 137; oreja, 24,8; pie poste- rior (s. u.), 25. Cráneo: longitud máxima, 34; ancho en los zigomáticos, 17; longitud de la serie molar superior, 6,7. 19. Mus musculus gentilis Brants. a — d, c?; e, /, 9- Julio. 20. Hystrix cristata L. a. Un ejemplar en piel, en muy mal estado. 21. Lepus sherif sp. nov. «, c?; J>, c, 9« Julio. d^ c? jov. Agosto. DE HISTORIA NATURAL, 367' Del mismo tamaño que el L. SchhimMrgeri de Tánger, pero con el cráneo diferente y las orejas mucho más larg-as, exce- diendo en long-itud á los pies posteriores. Del L. aílanticus del interior de Marruecos, se disting-ue fácilmente por la colora- ción y por ser mucho más g-rande. Pelaje de las partes superiores, leonado de arena pálido, muy distintamente mosqueado de negro intenso; en la parte posterior del lomo, junto á la cola, el color pasa á leonado gris sucio, sin mezcla de negro. Los pelos del dorso tienen la base blanca sucia, á continuación una faja muy ancha negra de azabache, después un espacio leonado arenoso, y en la punta son otra vez negros. Los que forman la borra ó pelaje lanoso son blancos, con la punta leonada de arena. La nuca y la gar- ganta, de color leonado rojizo claro; el pecho y el vientre de un blanco puro, separado del color de las partes superiores por una faja rojiza, tirando á ante, que corre á cada lado del ab- domen. Cabeza del color del dorso, pero más finamente mos- queada, y con los lados del hocico amarillo-rojizos. Una man- cha blanca ocupa el borde inferior del ojo, subiendo un poco por delante. Las orejas con pelo corto y escaso, pardo sucio, pasando á gris hacia el borde posterior, hasta llegar á blanco sucio en el mismo borde; el borde anterior es amarillo blan- cuzco, y la punta negra en muy poca extensión. Las cuatro patas, de color rojizo de ante; los pelos largos de debajo de los dedos posteriores, de un leonado sucio obscuro. Cola negra por encima, blanca por debajo. El cráneo es algo mayor que el del L. Schlumbergeri: los na- sales, sobre todo, son mucho más largos, y la sutura entre ellos y los frontales tiene una forma distinta, siendo muy estrecha y cuadrada la punta anterior de estos últimos. La sutura fronto- parietal es también diferente; el ángulo que suele formar en su parte media apenas está indicado, y en cambio, á uno y otro la- do, los frontales penetran muy profundamente en los parietales. Dimensiones del tipo: Cabeza y cuerpo, 465 mm.; cola, 95; oreja, desde la cabeza, 160, desde la escotadura, 138; pie posterior (s. u.), 120. Cráneo: longitud basal, 76 mm.; longitud máxima, 92; an- cho en los zigomáticos, 40; longitud de los nasales en la sutu- ra, 32; ancho máximo de los mismos, 21,5; longitud de la se- rie molar, 14; barra, 27. ^368 BOLKTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA El tipo es el ejemplar a, que es un macho muy adulto; pero las medidas del cráneo están tomadas en una hembra del mis- mo tamaño, por no hallarse el cráneo del tipo en buen estado de conservación. á2. Sus scrofa L. a, cf semiadulto. Investigaciones ópticas sobre espíenlas de algunas especies de esponjas españolas (^^ POR CELSO ARÉVALO En un g-ran número de animales, y muy notablemente en el grupo de los esponjiarios, existen formaciones esqueléticas de substancia mineral que ofrecen una gran fijeza y reg-ulari- dad de formas, y á la vista de las cuales se sugiere el proble- ma de averiguar cuál es la verdadera causa de estas formas. Nada de particular tiene que la mayor parte de los investig-a- dores, tratándose de substancia mineral y de reg'ularidad de formas, las hayan considerado como dependientes de la cris- talización de la substancia, con tanto más motivo cuanto que no son raros sino, al contrario, bien frecuentes los ejemplos de cristalización intracelular; pero para fundamentar esta manera de ver, es preciso, ante todo, demostrar que la materia que constituye estas formaciones está cristalizada, y en caso afir- mativo, que existe relación entre la estructura cristalina de la substancia y la forma presentada por la formación esquelética, objeto del examen. Cuestiones son estas que sólo la óptica cristalina es capaz de resolver, porque sólo á este linaje de conocimientos le es dado averig-uar la constitución íntima de las substancias cuando no se ha manifestado al exterior bajo forma de cristales, como consecuencia y como resultado inme- diato de la peculiar constitución de la materia cristalizada. (1) Los ejemplares de que me he servido para estas investigaciones, proceden de la Estación de Biología marllima de Santander. DE HISTORIA NATUUAL. 36í> Espiculas silíceas (1). — Todas las espículas silíceas colocadas en el microscopio polarizante, permanecen en todas las posicio- nes, obscuras á nicoles cruzados, lo que demuestra claramente su isotropismo. Este solo hecho es bastante para aseg'urar que estas espículas no están constituidas por sílice cristalizada, sino por ópalo, lo que desde lueg"o es racional puesto que el procedimiento común de la formación de la sílice en los org-a- nismos es la desecación de la sílice g-elatinosa, en cuyo estado es absorbible y bien sabido es que en estas condiciones se forma el ópalo, que es esencialmente porodino. En efecto, los análisis hechos por alg-unos investigadores han demostrado que la sílice de las espículas de las esponjas está hidratada, no estando conformes con la cantidad y habiéndose propuesto las fórmulas (SiOaíH^O; (SiOgj-H^O y (SiOJ^H.^O. Lo proba- ble es que la cantidad de ag-ua sea variable con las especies, lo que tampoco es de extrañar, pues el ópalo, considerado como mineral, tampoco ha sido posible asig-narle una fórmula quí- mica determinada, si bien responde siempre á la fórmula g-e- neral x (SiO.2) y (H^O), en la que x é, y son números sencillos y enteros, y á esta fórmula debe también responder la sílice de las espículas. El isotropismo de las espículas silíceas, además de propor- cionar un medio fácil de distinción entre estas espículas y las calizas, es una prueba en contra de la opinión de que la forma de las espículas dependa de la cristalización de la substancia^ puesto que estas ostentan formas reg-ulares, siendo cristato- gTáficamente amorfas. Espiculas calizas. — La forma de las espículas calizas sabe- mos que es de dos tipos: las espículas monacc anidas forma- das simplemente por un vástag-o y las triaxónidas de forma trirradiada constituidas por tres {acunas) que diverg-en 120°. Estas formas, y sobre todo la seg'unda propia y exclusiva de las espículas calizas, inducen á considerarlas dependientes de la cristalización porque son la imag-en de los ejes equivalentes del sistema hexag-onal, habiendo además la coincidencia de que existe á veces una cuarta actina que concurre al punto de (1) El procedimiento seg-uido para obtener las espículas, tanto silíceas como cali- zas, consiste en macerar la esponja en potasa cáustica que, destruj'endo la materia orgánica, las deja en libertad, pudiendo entonces ser separadas por decantación y montadas directamente después de desecadas. 370 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA unión de las otras tres perpendicularmente á ellas y (jae po- dría considerarse como el eje senario, y, por lo tanto, el eje óptico de la espíenla. Pero el examen con luz polarizada reba- te por completo esta aserción porque, ante todo, si esto fuera así, la espíenla debiera en toda posición exting-uirse á nicoles cruzados, y esto no sucede, como ahora veremos. Pero antes debemos advertir que estas espículas son calizas y no pueden considerarse constituidas por arag-onito^ porque el examen con luz converg-ente de ellas hace ver su íigura de interferencia constituida por anillos circulares concéntricos atravesados por una cruz neg-ra de brazos ig-uales, que desaparece á nicoles paralelos. Las espículas calizas están, pues, constituidas por carbonato de cal hexag-onal, y, por lo tanto, uniáxico. Leucoma sólida O. Schmidt. — Esta especie posee dos clases de espículas, las dos triaxónidas, pero que se diferencian por su tamaño. Los caracteres ópticos de ambas son ig"uales, sin más diferencia que las más pequeñas por su menor g-rosor dan á luz paralela fenómenos de polarización cromática, carácter (^ue no presentan las de mayor talla, pues sabido es que éstos desaparecen con el g"rosor. Si se coloca una espíenla de esta especie al microscopio en- tre los nicoles cruzados, aparece generalmente clara en medio de la obscuridad del campo. Si se hace ahora girar la prepara- ción se observa que la espícula seexting-ue cuatro veces según dos direcciones de extinción rectangulares al cabo de una ro- tación completa. Mas al llegar aquí, debemos llamar la aten- ción sobre una notable contradicción. Se sabe, según las deli- cadas observaciones de Minchin, que las espículas calizas, al contrario de las silíceas, no se forman de una sola célula ma- dre, sino que se originan de tres células ectodérmicas (aciino- Mastos ó más precisamente calcoblastos) que juntamente for- man una triada y dando lugar cada una á una actina. Según esto, cada actina se ha formado independientemente, y, por lo tanto, siendo tres individuos cristalinos independientes y con distinta orientación debieran extinguirse también con inde- pendencia, y, sin embarg"o, la espícula lo hace totalmente. Las relaciones que existen éntrelas direcciones de extinción de estas espículas y su forma, son sumamente interesantes. La espícula se extingue cuando una de las actinas, que denomi- naremos actina axial para distinguirla de las otras dos ó acti- DE HISTORIA NATURAL. 371 ñas laterales, coincide con la dirección del plano de uno de los nicoles, y como esto se verifica cada 90° (puesto que los nicoles están cruzados) las espíenlas se extinguirán cuatro veces cada rotación completa. Si (fig-. a y fig". a') ABC son lastres actinas de una espíenla de L sólida, las dos direcciones de extinción serán EE' y E\E\ si A es la actina axial, y, por lo tanto, el eje óptico. De las dos direcciones de extinción, una EE' , coin- E, Fia-, a. cide con la actina axial y es bisectriz del áng-ulo que forman las dos laterales, formando con una de ellas, por lo tanto, un áng-ulo de 60° y la otra dirección E^E\, es perpendicular á la actina axial y forma con las laterales un ángulo x que vale: . T.=E,OB = BOA — E\ O A = 120''— 90°-= 30". Zeiicotiia áspera O. Schmidt.— En esta especie hay también dos clases de espíenlas, las mayores monaxónidas y las más pequeñas triaxónidas. Estas últimas son en un todo parecidas á las pequeñas de la L sólida, pues además de su parecido morfoióg-ico y de su tamaño tienen sus mismos caracteres ópti- cos, presentando las mismas direcciones de extinción y ofre- ciendo también colores de polarización irisados y colocados simétricamente en las tres actinas, colores de polarización de 372 boletín de la real sociedad española seg-uudo orden, que varían á nicoles cruzados entre el indig-o y el rojo violáceo intenso y colores complementarios, compren- didos, por tanto, entre el amarillo vivo y el verde, que corres- ponden á retardos de 589 ó |- á 1.101 millonésimas de milíme- 22 tro o -g- en fracciones de A. Las espíenlas raonaxónidas se parecen, por el contrario, á las actinas de las espíenlas g-randes de su cong-énere antes ci- tada, parecido que, como vamos á ver, delatan sus caracteres á luz paralela. Si se examinan estas espíenlas monaxónidas entre nicoles cruzados quedan claras y se exting'uen cuatro veces al cabo de una rotación completa; pero las direcciones de extinción tie- nen diferente posición seg-ún las espíenlas. Para unas estas direcciones de extinción están representadas (fig-. h) por BE' y E^ E\, mientras que para otras son E^^E\ y E.^ E\, siendo EE' y E^E\ en los dos casos las trazas de las secciones principales de los nicoles. En suma, estas espíenlas tienen la particulari- dad notabilísima de comportarse como actinas sueltas. Así las DE HISTORIA NATURAL. T.'i espículas para las cuales las direcciones de extinción son F£!' y ExE\ pueden considerarse como actinas axiales sueltas y las que las direcciones de extinción son E,¡_E\^ y E^E\ como actinas laterales independientes. Las posiciones EE' y E^E\ para direcciones de extinción de las espículas rectilíneas calizas es la g*eneral para todas las que tienen esta forma pertenecientes á otros g-rupos zoológi- cos; así las espículas de la Pennatula phosphorea, que son sim- plemente un vastago calizo, se extinguen cuando su mayor long-itud coincide con la dirección de una de las secciones 5' E r*. / E^ S, .— -E E* \. ^, principales de los nicoles cruzados. Igual sucede á los dedos de los pedicelarios del StrongylocentroUis limdus Brandt. Las espículas del Sycon ciliatmn- Lbkh, que tienen la misma forma y menores dimensiones que las de \^ Leucoma aspercu, ostentan los mismos caracteres ópticos que los de dicha especie. En fin, debemos señalar una particularidad de las espículas triaxóni- das de un ascon Leucosolenia spec. Estas espículas se compor- tan unas como todas las triaxónidas de que hemos hablado, al 374 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA paso que otras quedan en todas posiciones, obscuras, á nicoles •cruzados. En conclusión, es indudable que las espíenlas calizas están formadas de carbonato de cal cristalizado uniáxico; pero no es menos indudable que no se debe buscar en razones cristalo- g-ráficas la forma de las espíenlas. Poro en este caso ¿á qué se debe esta forma? En respuesta á esta preg-unta existen varias teorías. Unos, como Hseckel, suponen que son formas pseudo- cristalinas formadas por una cristalización especial intracelu- lar en un medio especial (biocristalización de HaBckel), Esta ex- plicación es completamente inverisímil; en primer lugar, por- que esto sólo sería aplicable á las espíenlas calizas (en las cuales hemos demostrado que no hay relación ning'una entre la forma y la cristalización) porque las silíceas están formadas por materia amorfa, y, sin embarg-o, presentan formas reg'ula- res. Otros más explícitos que Haeckel suponen que dicha forma es debida á la orientación de las moléculas en virtud de las fuerzas mecánicas á que están sujetas (tensión superficial, tensión vesicular, desigual resistencia de partes vecinas, etc.); esta explicación, además de no satisfacer por completo, tiene el inconveniente de suponer al medio celular fuerzas que coartan la cristalización, lo cual no es exacto, puesto que sabe- mos que el medio celular es perfectamente idóneo para la for- mación de cristales. Minchin explica la forma de las espíenlas por medio de la selección que fijaría las variaciones ventajo- sas, teoría que está sujeta á las mismas objeciones que la se- lección natural en general y muy principalmente la ineficacia de las variaciones pequeñas no orientadas y sin trascendencia alguna en la selección. Por último, nosotros vamos á proponer una explicación, á nuestro parecer, más sencilla y más verisímil. Se sabe que la espíenla está formada por un eje axial de naturaleza orgánica (figs. a,f,a, x) y alrededor capas concéntricas de substancia mineral, existiendo tantos filamentos axiales como actinas, pues bien nada más lógico que suponer que el filamento axial es el que determina la forma de la espíenla, y que una vez formado aquél la célula no hace más que irle recubriendo de capas cristalinas de caliza, de la misma manera que las aguas cargadas de bicarbonato de cal recubren de caliza todos los objetos sumergidos, como ramas de árboles, etc. En este caso DE HISTORIA NATURAL. 375 la caliza que recubre la rama, está perfectamente cristalizada; pero sería irrisorio suponer que la forma ramificada del con- junto es debido á la cristalización, no siendo más que la del objeto que sirvió de núcleo. Neue Coleopteren aus Spanien BlíSCHRIEBEN VON EDM. REITTER in Paskau (Mábren). Acmseodera virgulata Illig-. v. Moroderi nov. var. Von der Staramform durcli einfarbig"e, erzscliwarze Ober- und Unterseite zu untersclieiden. Auf den Flüg^eldecken sind die g-elben Lángsbinden vollstandig- verschwunden. Die Beliaa- rung- der Zwischenraume ist kürzer, dichter, nicht in einer einzelnen Reihe stehend. Von Acm. virgulata v. nigra Rag*usa, durcli den Erzgdanz der Oberseite und die Beliaarung- der letzteren zu unterscliei- den. Von Herrn Federico Moroder bei Torrente undDeliesade la Albufera im April und Mai 1904 und 1905 auf blühendem Helianthemum zahlreich g-esammelt. Helops liliputanus nov. sp. YiQvlÚQin^te Helops den icli kenne. Er misst nur 3,8 mm. Lang-e und g"ehort in die 2. Gruppe der Seidlitz'schen Arten in der Naturg-esch. der Insekten Deutschl. V, pag-, 718, wo er durch die g-esperrteu Merkmale recht isolirt stelit. Klein, kupferrot mit Messing-g-lanz, feinwenig- dicht au- lieg-end greis beliaart. Füliler, Palpen und Beine braun- rot. Fühler dünn die halbe Korperlánge nicht erreichend, die Mittelg-lieder etwas lang-er ais breit, zur Spitze nur sehr undeutlich dicker werdend, das Endgdied wenig- lüng-er ais das vorletzte. Kopf rundlicli, sammt den ziemlich kleinen, vorstehenden Aug-en etwas scbmaler ais der Halsschild, dicht und deutlich punktirt, Schlafen lang-, nach hinten verschma- lert. Halsschild kaum breiter ais lang-, sehr wenig- schmaler ais die Flügeldecken, dicht, ziemlich stark, einfach punktirt, die Seiten g-erundet, vor der Mitte am breitesten, vor den Hin- 376 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA terwinkeln undeutlich ausg-eschweift, die letzteren, von oben g-esehen, stumpfeckig-; die Randkantenlinie hüchst fein, un- vollstándig'; die Seiten des Halsschildes auf der ünterseite massig- dicht, grob punktirt. Schildchen sehr klein, quer, giatt. Flüg-eldecken langlich oval, zweimal so lang* ais in der Mitte breit, mit feinen, eing-egrabenen Streifen, in diesen fein, undeutlich punktirt; die Zwischenráume flach, viel breitei" ais die Streifen, mit einer unordentliehen, feinen Punktreihe, in welcher die anlieg-enden Harchen ste- hen. Schulterwinkel abg^erundet. Beine dünn, zart, Vordertarsen des 9 einwenig- stárker ais die hinteren. Valencia, ein 9 von Herrn Federico Moroder aufg-efun- den und mir g-ütig'st überlassen. Helops tomentosas nov'. sp. Die vorlieg-ende neue, leicht kenntliche Art g-ehürt in die 2. Gruppe der Seidlitz'sclien editen Helops Arten und ist mit sphaerüolUs und gibbithorax, auch mit zillosipennis nahe ver- wandt, aber durcb die dichte, g-elblichbraune, fast tomentar- tig-e Behaarung-, starke Punktstreifen , schmale, g-ewolbte Zwisi'henraume der Flüg-eldecken, und fast recliteckig-e Hin- terwinkel des Halsschildes ausg-ezeichnet. Lang'estreckt, schmáler beim (j^, erzbraun, dicht g-elblich braun behaart, Fühler und Tarsen braung-elb. Fühler zart, beim 9 ^iie halbe Korperlánge etwas, beim (^ weit überrag-end das Endg-lied etwas lang-er ais das vorherg-ehende, die Spitze etwas abg-esetzt. Kopf schmáler. ais der Thorax, dicht punk- tirt, Kopfschild fast gerade abg-estutzt. Halsschild etwas schmiiler ais die Flüg-eldecken um 1/3 breiter ais lang-, der Lang-e und Breite nach g-ewolbt, an den Seiten leicht g-erun- det, dicht vor der Mitte am breitesten, vor den fast rechtecki- g-en Hinterwinkeln schwach ausg-eschweift, oben g-edrang-t, stark punktirt, die Punktur bis an die feine Randlinie heran- reichend, vor der BasismitschwacherQuerdepression. Schild- chen dreieckig-, fein punktulirt. Flüg-eldecken mitg-roben, fast furchig- eingedrükten Punktstreifen, die Streifen mit dicht g-estellten lang-lichen Punkten besetzt, die Zwischenráume g-ewolbt, fein punktulirt und behaart; alie an der Spitze ohne Kiel. Ünterseite dicht punktirt, Spitze des Analsternits un- g-erandet. Schienen g-erade. Vordertarsen des cT aus- DE HISTORIA NATURAL. 377 serst scliwach, Mitteltarsen kaum erkennbar erweitert, un- ten diclit gelb tomentirt. Long-. 7-13,5 mm. Yon dem mir unbekannten Helojjs gHhithorax Gemm. aus Sai'dinien, durch rechteckige Hinterwinkel des Halsschildes und die g-ewolbten Zwisclienraiime der Flügeldecken unter- scliieden. Sicilien. 2 Stücke erhielt ich von Freiind En rico Rag'usa ausPalermo zur Determination, eine g'rüssere Serie erwarb ich von Professor G. Conig-Iio Fanales in Calta- g-irone. Cyclopterus (1) Desbrocliersi nov. sp. Braunrot, mit ziemlich g-rossen, blassen, rundliclien Schup- pen massig' dicht besetzt. Kopf kurz, sammt dem Rüssel in einer Flucht nach vorne konisch vereng-t, vom Rüssel durch keineQuerfurche abgesetzt; Aug-en wenig- g-ross, ausderKopf- Wülbung- niclit vorrag-end, bei der Ansiclit von oben etwas dorsalwiirts g-elegen. Rüssel wenig- lang-, etwas lang-er ais der Kopf, mit 3 ang-edeuteten Laug-skielen, die FühlergTuben tief, láng-lich, dorsalwarts g-eleg-en, der Rüssel zwischen den Füh- lern viel schmaler ais die Stirn zwischen den Aug-en. Fühler ziemlich dünn, der Schaft g-ebog-en, den Vorderrand des Halsschildes kaum überrag-end, Glied 1 der Geisel 1/2 mal láng-er ais breit, 2 so lang- alsbreit, diefolg-enden nahezu quer. Mandibeln beim 9 nii^ sichelfürmig-en Anháng-en. Hals- s oh i Id etwas breiter ais lang", schmaler ais die Flüg-eldecken, an den Seiten leicht gerundet, nach vorne ein wenig- starker vereng't, and der Spitze so breit ais die kurzen nach hinten breiier werdenden Schlafen, g-rob punktirt, wenig- dicht, an den Seiten dichter blass beschuppt. Schildchen kaum sichtbar; Flügeldecken fast kugelig-, wenig- lang-er ais in der Mitte breit, ohne Schulterwinkel mit feinen Streifen, diese punktirt, die Puukte die Streifenránder überrag-end, die blass lehmfarbig-en, ein ,wenig- metallischen Schuppen nicht fibereinander g-elag-ert, sie bilden auf den abwechselnden Zwischenráumen, besonders an den Seiten heilere Láng-sflecken; zwischen den Schuppen sind keine Borstchen mit der Luppe erkennbar. Beine ziemlich schlank, (1) Steht unter Jen Curcuüoniden systematisch bei Cyclomaiirus Fairm. uad .í^o¿- corrJíiiius Schouh. T vi.-Julio,lPOG. 26 378 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA die Sclienkel ung-ezahnt, die Füliler, Schienen und Tarsen heller g-efarbt. Schienen dünn, am Ende nach beiden Seiten etwas erweitert, die Tarsen dünn, das dritte g-elappte Glied doppelt breiter ais die andern, das Klaueng-lied viel kürzer ais die vorherg-ehenden Glieder zusammen, die Klauen sehr klein nnd an der Basis verwachsen. Long-. 3,3 mm. Von den bekannten (alg-ierischen) Arten durch die g'eringe Grosse und die Bildung" des Kopfes abweichend. Zwei Exemplare unter Steinen bei Buviasot (Umg-ebung- von Valencia) am 24/1 1905 von Herrn Federico Moroder aufgefunden. Pñytonomus viridis nov. sp. Eine schone, leicht kenntliche Art aus der A^erwandtschaft des Phyt. ononidis Chevr. und mgrirostris Fabr. Von der Grosse des ersteren, aberlebhaft metallisch g'rün, dicht anlieg"end behaart, dazwischen mit hellen, lang-en^ schrág abstehenden, auf den Flügeldecken in Reilien stehen- den Haaren besetzt. Korper am Grunde schwaiz. Sclienkel braun; Füliler, Schienen und Tarsen rostrot. Fühler und Rüssel ganz wie bei ononidis, aber zwischen den Augen starker eing-eschnürt, daselbst hell g-reis behaart und fast nur halb so breit, ais der übrig'e Teil des schwach g-ebog^enen, schwarzen Rüssels. Halsschild wenig" breiter ais lang", viel wenig-er quer ais bei der verg-lichenen Art {ononidis) und seitlich nicht so stark g-e- rundet, in der Mitte am breitesten, oben dicht, metallisch g-rün behaart, an der Basis mit 3 kleinen heller, greis behaar- ten Stellen und dazwischen mit g-elblicher Behaarung-, die aber oft undeutlich ist. Manchmal sind 2 dunklere, genaherte Líingsstreifen schwach angedeutet. Schildchen klein, weiss behaart. Flügeldecken viel breiter ais der Halsschild, láng-- lich eiformig, mit kraftig vorstrebenden Schultern, dann eine Strecke parallel, von der Mitte zur Spitze eiformig- verengt, die schone g-rüne Behaarung- deckt g-anz die Oberseite, die Strei- fen dazwischen sind nur schwer erkennbar, der Zwischenraum an der Naht ist meistens liinten weiss mit braun g-etupft, auch auf den andern Zwischenráumen sind metallisch braune kleine Flecken ang-edeutet. Beine kraftig, fein metallisch g-elblich oder greis behaart, wie bei der verglichenen Art. Die DE HISTORIA NATURAL. 379 Ha are auf der Oberseite sind ebeiifalls bis auf den Grund g-es- palten. Von nigrirostris durch grosseren und lang-eren Korper, ■dichter gTüne Behaarung- und kaum sichtbare Punktstreifen auf den Flüg-eldecken verschieden. Long-. 4,2 ohne Rüssel. Spanien. In der ümg-ebung- von Valencia von Herrn Federico Moroder ziemlich zahlreich g-esammelt. Baris purpurea nov. sp. Der B. coryniMa Fairm. und nhalis Bris. sehr nahe verwandt, aber von der ersten Art durch den Mangel der Basalbebaarung- auf den Flügeldecken, die feinen durcliaus g-leichmássig- ein- g-eschnittenen Streifen auf denselben und die dunklere pur- purrote, fast matte Fárbung des g-anzen Tieres, von derletzte- ren Art ebenfalls durcli die Farbung- und Streifung- der Flü- g-eldecken verschieden. Diinkel kupferrot, zum Teile, die Beine g-anzmattg'lánzend; Fühler und Tarsen schwarz. Rüssel dick, stielrund, an der Basis g"ebog-en, punktirt, Kopf nur miteinzelnen, sehr feinen Punkten besetzt, stark verkürzt. Halsschild etwas schmáler ais die Basis der Flügeldecken, etwas láng-er ais die Basis breit, von da nach vorne fast konisch vereng't, ziemlich stark und dicht, einfach, rundlich punktirt, mit abg-ekürzter, punktfreier Mittelláng-slinie und undeutlicher, kleiner, punktfreier Stelle in der Nahe der Hinterwinkel, Basis doppelbuchtig-. Schild- chen klein. Flüg-eldecken liing-lich eiformig-, mit eing-eris- senen feinen, g-leiclimassig-en Streifen, in denselben undeut- lich punktirt, die Zwischenraume breiter, flach, mit sehr feiner, wenig- auffalliger Punktreihe. Oberseite kahl, nur ring"s um die Spitze in den Pankten wie auf der Unterseite mit weissen Staubhaaren, die Beine etwas deutlicher behaart. J"' schmáler ais das 9- Long*. 3-3,7 mm. Spanien. Valencia. Von Herwi Federico Moroder ein- g-esandt. Baris viridipennis Rosenh., die allg-emein verschollen blieb, halte ich heute für eine nivalis Bris., bei der die g-ewohn- lich blauen Flügeldecken g-rün, fvíridípenms) statt blau (niva' lis) sind. Die Zweifarbig'keit haben sie gemeinsam. {jynnietron Moroderi nov. sp. Dem G. I^ipusf tila ¿um iúmhch, und ahulich g-efárbt, aber kür- zer, gedruiig-ener gebaut, die Fiügeldecken mehr gerundet, 3fo boletín de la real sociedad española wie bei teter, aber der Rüssel g-leich breit; dünn: die Sclienkel' sind beim ¡^ ziemlich stark, beim 9 sehr fein g-ezahnt. Schwarz, anlieg-end g-elbgreis behaart, daz^Yischen aufg-e- richtete, auf den Flüg-eldecken reihenw-eis g-estellte Haare^ der hintere Dorsalteil jener rot, Eüssel so lang- ais Kopf und Halsscbild, beim 9 parallel, die Fühlerin derMitte eing-eleukt und vón da g-latt; beim (^ kürzer, die Füliler hinter der Mitte (nahe der Spitze zii) eing-elenkt. Kopf klein. Halsschild stark qiier, nacli vorne stárker g-erundet vereng't, nicht gaiiz so breit ais die Flüg-eldecken. oben dicht pnnktirt. Schildchen deutlich. Flüg-eldecken kurz. oval mit deutlichen Punktstreifen und breiteren piinktahnli- chen Zwischenraumen. Schenkel, besonders die vorderen (beim (^ starker) verdickt, g-ezalint, Scliienen beim (f mit stárkerem nach innen g-ekrümmtem Eiidhacken,, dieser rotlich. Long". 2,5-3 mm., ohne Rüssel, Herr Federico Mo- ro der saramelte ilin bei Valencia (Pinedo, 12, 7, 1903) in ziemlicher Anzahl in Pinedo und Torrente, auf einerScropliu- laria im Juni 1904: und 1905. Sobre la variabilidad de las especies de «Álpliasida» de las ramas orientales y descripción de especies nuevas. MANUEL MARTÍNEZ DE LA ESCALERA Trazando una línea ideal que una á Málag-a con Granada, línea que de momento habrá de considerarse como centro de- las especies actuales y de la cual arrancan las diferentes ra- mas que constituj-en el subg;énero, nos encontramos á partir de Granada una serie interrumpida de formas hacia Levante, á las que sirven de límite por el Sur las crestas de Sierra Neva-r da, altos de Fiñana y Sierras de Baza, Lúcary de María. En esta rama aparece y se consolida hacia Oriente una ter- cera costilla suplementaria externa también, y conjuntamente la pubescencia intercostal del negro pasa al rojizo y desapa- rece, existiendo en alg-unas localidades al lado de la forma pubescente una forma calva que lueg'o queda aislada en el DE HISTÜÜIA NATURAL. 381 -extremo NE., como asimismo las costillas se hacen paulatina- mente más gTuesas y redondeadas. Persiste en todas ellas la disposición de las manchas proto- rácicas y las marg-enes estrechas y levantadas. En Huéneja existe una forma calva y otra vellosa, y en Guádix solo la vellosa de A. Becerrts, que es la más próxima geog-ráfica y movíológicdmente é, A. Clemeniei, la cual desde Granada llega hasta Guéjar Sierra y el Molinillo. En Baza hay la forma vellosa y calva de A. Oderthüri, que ■en Gor ha perdido casi la pubescencia y que ya no existe en absoluto en la forma típica de Galera. En cientos de ejemplares de Granada no hay uno solo des- nudo ni con tres costillas ni con pubescencia rojiza; ha}' sólo AlpJiasida Clcmeniei, en una palabra, así como en Galera en cientos de ejemplares no hay uno solo pubescente ni con dos -costillas finas; hay sólo Alphasida OVerthüri genuina y típica, y nadie puede sostener ante esas diferencias la fusión de Cle- mentei y Oieri/i üri h&jo un nombre específico tan sólo porque ■en localidades intermedias existen vivos documentos de la des" viación que en el tiempo ha sufrido un tipo primitivo de ori- gen, del cual hoy quedan como descendientes A. Becems ve- llosa y calva con dos y tres costillas en el centro de su área geográfica, A. OhcrlJiürí calva con su variedad viUosa y con tres costillas hacia Oriente y. 1. Clementei vellosa y con dos <;ostillas hacia Occidente. Los límites N. y O. de esta ramadiabrán de verse más tarde, habiéndolos establecido en esta campaña de 1906 por el Sur y Levante, donde no existen contactos con las especies del Sur •de Sierra Nevada. En el Sur existen tres tipos: A. kolosericea en Málaga y alre- dedores, con cuatro manchas protorácicas; el núcleo de A. Al- pujarrensis, Escalera, Lazaroi, BoJivari y Martini, con una g-ran mancha' protorácica bipartida longitudinalmente, que en La:aroi está reducida á dos pequeñas y en Bolhañ, por el contrario, invade todo el disco, con una ó dos costillas, ve- llosas ó desnudas en las diferentes especies, las cuales todas ■están sumamente circunscritas en los diferentes barrancos de la Alpujarra y suben hasta cerca de las cumbres de Sie- rra Nevada sin doblarlas hacia la vertiente Norte; y finalmen- te, el grupo de A. Loped, Almeriensís, Lorcaiia y Sanc7iez-Go- 882 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA mezi, con seis manchas protorácicas aisladas, diferenciándose el protórax de las dos primeras especies en estar ciliado de ne- gro en el borde como en las otras Alphasida, mientras que en las dos últimas lo está densamente de rojo y en este g-rapo de las de protórax con seis manchas se reproduce la variabilidad en los mismos términos que en los otros citados; así las hay con una ó dos costillas y vellosas ó calvas. En todas las especies del Sur, excepto en holosericea, los éli- tros están bordeados de pubescencia arg-entada en una linea que, si es bastante ancha en Escalera y Oberthüri, recordando el marg-en de argeiiteo-limiata, se afina mucho y desapa- rece cerca de los húmeros en Lopezi, AIme)iensis, Lorcana y Sánchez- Qomm; pero nunca es nula la pubescencia ar- g-entada marg-inal como lo es en las especies del Norte de Sierra Nevada Clemeníei, Becerree, Cherthüri, en las cuales dicho marg-en es desnudo y fuertemente g-ranuloso por el con- trario. Las 99 de todas estas especies pierden la pubescencia más que los cTcf , así en 100 ejemplares efe? los viejos están rayados y con la vellosidad raída en pequeñas zonas en un 10 por 100 escaso, y en ig'ual número de 99 1^ proporción llega al 80 por 100. Ahora bien; conocida esta propiedad de las 99 ^^ quedar semicalvas en la última parte de su vida, no es preciso esfor- zarse g-ran cosa para suponer que su descendencia puede en muchos casos sacar este carácter de la madre como predomi- nante, y "así los hijos c? y 9 serán semicalvos, con lo que en g-eneraciones sucesivas se consolidará el carácter, apareciendo la forma calva al lado de la vellosa, como ocurre en A. Bece- rra, OhertJiiiri, Lorcana, LoiKzi, Sanchez-Gomezi en las ramas del Norte y del Sur de Sierra Nevada, que presentan ese carácter común, reciente y superpuesto á los otros caracteres que las se- paran ó acercan. A. Boíl vari sp. n. Loe. Fondón (Granada). Protórax ancho y plano como el de J[. Escalera, Lazaroiy Martini á cuyo g-rupo pertenece y aún más pubescente que to- das ellas con el disco cubierto por la vellosidad neg-ra atercio- pelada, apenas dividida por una fina línea desnuda en el cen- tro, sin más espacios desnudos que esa línea y las márgenes DE HISTORIA NATURAL. 383 en que se ve la puntuación fuerte y no muy densa; bordeado de una fina pubescencia neg-ra. Élitros negro-aterciopelados, con la sutura y marg-en pubes- centes arg'entados y con dos costillas finas y lisas, brillantes y salientes, enteras: sin g'ránulos visibles en el marg-en por es- tar cubiertos por la pubescencia arg-entada y con ellos fuertes y numerosos en la parte rebatida del élitro. Muy afín de A. Escalerce, v. Al2)ujarrensis, por tener dos cos- tillas cutrales, pero distinta por la densidad de la pubescencia protorácica, menor tamaño y menor paralelismo. A. Lopezí sp. n. Loe. Tabernas, Gádor, Huércal de Almería, Bentarique. Protórax ancho y plano como el de ^. Sánchez-Gomezi, Lor- cana y Almeriensis, á cuyo g-rupo pertenece, y como el de ellas con seis manchas en el disco neg'ro aterciopeladas; con los án- gulos posteriores romos nada prolong-ados hacia atrás, y, por lo g-eneral, con el lóbulo más saliente hacia atrás que ellos; con el reborde ciliado de neg'ro, siendo esta pubescencia muy corta y poco visible; partes desnudas del protórax densamen- te punteadas, siendo los puntos del marg-en más fuertes y pro- fundos, pero menos densos que en el disco. Élitros pubescentes, neg-ro aterciopelados con una muy fina faja arg-entada linear en la sutura y marg-en, con dos costillas lisas, brillantes, finas y enteras, sin g-ranulación apreciable en el dorso y con ella extraordinariamente densa en la parte re- batida del élitro. Como aspecto g-eneral es muy estrangulada en los húmeros y esto la disting-ue con relativa facilidad de los ejemplares de A. Almeriensis de Huércal-Overa, en los que la seg-unda costi- lla es muy frecuente; mas, aparte de esto, no es confundible, pues que A Imerieusis tiene los ángulos posteriores protoráci- eos bastantes prolong-ados hacia atrás, agudos y más salientes que el lóbulo y el reborde del protórax mucho más densamen- te ciliado; en A. Almeríensis, de Vera y Cuevas de Vera, la se- gunda costilla, generalmente, no existe y las diferencias con A. Zopezi son más pronunciadas á primera vista. káemás, A. Zopeii está geográficamente aislada de Alme- riensis; la primera, en el curso bajo del río Almería y arroyos afluentes; y, la segunda, en el Almanzora, sin haber encontra- SH boletín de la real sociedad ESPANOj^A do formas intermedias en las divisorias de ambas cuencas, y en las Alphasida las divisorias ííe ag-iias son verdaderas rotu- ras ó barreras infranqueables hoy á las especies actuales. A. Lopezi var. depilata, v. nov. Loe. Huércal de Almería. Conviniendo con el tipo en esta localidad se encuentran ejemplares con los élitros sin pubescencia aterciopelada perfec- tamente frescos, así efe? como 99 de mucho parecido con Lor- cana de Totana y Lorca, de la que se disting-ue por tener la pu- bescencia del borde del protórax negra y no roja como en esa especie, aparte su mayor estrang-ulamiento en la reg-ión hu- meral. Es de notar que esta forma calva de A. Loped sólo se pre- senta en Huércal de Almería y no en Tabernas, Bentarique ni Gádor. Rectificaciones y observaciones ortopterológicas POR IGNACIO BOLÍVAR Rhombodera scutata Bol. En 1889 he dado á conocer en el «Jornal de Sciencias de Lis- boa» (2.* ser., n.° 2) un mántido de Ang-ola bajo el nombre de Hierodula scutata, advirtiendo que pertenecía al subgénero Rhomhodera, cuyas especies son todas asiáticas. Cuatro años después, el Dr. Karsch ha publicado en «Entomologñsche Nach- riten», Jahrg-. xviii (1892), pág-. 5, su Rhombodera scutata de Ang-ola (Malang-e), acompañando su descripción de la observa- ción siguiente: «Die erste africanische Art der über Indo-Aus- tralien in violen Arten verbreiteten Gattung- Rhombodera (Burm) Stal», etc.; de donde fácilmente se deduce que el doc- tor Karsch no conocía mi descripción cuando publicó la suya, á pesar de que por una coincidencia sing-ular empleara el mis- mo nombre para designarla que el usado por mí anterior- mente, no cabiendo duda de que la especie es la misma por- DE HISTORIA NATURAL» £85 que así se deduce de la comparación de las descripciones y de la identidad de procedencia. Tan singnilar como esto es que el Sr. Kirby haya desconoci- do también mi EicroduJa scutata y la haya omitido en su re- ciente catálog-o de ortópteros «A synonymic Catalog-ue of Or- thoptera», publicado por el British Museum, en el que apare- ce la Rliomlodera scutata Karsch como la única especie de este g'énero que habita en el occidente de África. Leptynia Fourniali sp nov. Gracillima, la?vissima straminea verisimiliter a latere fas- ciata. Caput retrorsum angustatum supra antice sulco abbre- viato, pone oculos vitta fusca. Antennse. filiformes metanoto breviores? articulis valde hirsutis, articulo primo elong-ato, articulis sequentibus parum distinctis apicem versus bene determinatis, valde elong-atis. Pronotum supra insequaleprope marg-inem anticum sulco transverso dein sulcis long-itudina- libus parallelis et circa médium sulco secundo transverso uni- tis, antice pone sulco primo foveola parva instructum. Meso- et metanotum líievia medio carina obtusata retrorsum obsoleta. Pedes g-racillini. Femora inernia femora postica médium seg-- menti octavi abdominali attingentia. Tibi* posticfe nec non tarsi nulti spinulosi. Tarsi arolio magno ung'uibus breviore instructi. Abdomen supra laeve, seg-mento penúltimo lateribus rectis, seg-mentum anale breve trknsversum valde convexsum postice processo único postice exciso lobis rotundatis. Cerci elongati cylindrici curvati ápice truncati spinulosi. Lamina subg-enitalis postice late rotuijdata seg-mentum novenum haud suuerans. ¿^. Long\ corp. 64; antenn. 11; mesonoti 19; fem. ant. 27; interm. SO; post. 24 mili. Como las antenas están rotas no puedo precisar su longitud, son muy vellosas y los 14 artejos que restan, á excepción del seg-undo que es corto, ofrecen una long-itud notable. La especie debe ser próxima á L. Kcenigi Krauss, de Gabes (Túnez), pero el proceso del líltimo seg-mento abdominal la disting-ue; dicho proceso está bifurcado por detrás y los cercos están muy encor- vados. Las patas son mucho más larg'as que en la especie citada. Loe. Sahara. Norte de Tadent, Oued Jkoavenc, pozos de Tahabert. 386 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Recog'ido por el Dr, Fournial, de la misión Foureau-Lamy (1900). El ejemplar pertenece al Museo de París, Después de haber llevado la Leptynia hispánica Bol. al gé- nero Phthoa, el género Leptynia Pant. no comprende otras es- pecies, además de la aquí descrita, que X^-aítaimata Pantel, de España, y la Kmmgi Krauss, de Túnez. Aspidonotus spinosus BruUé. Esta especie sólo es conocida hasta ahora por individuos in- completamente desarrollados, que han sido tomados por adul- tos, como puede verse en Brullé y Serville, y sólo Brunner ad- mite la sospecha de que pudieran ser jóvenes (an larva?). Serville supone que los élitros y alas podrían estar ocultos de - bajo del protórax. «La g-rande aíRnité de ce g-enre avec le sui- vant (Hyperomala), me fait supposer qu'il doit avoir comme lui, des élytres et des ailes, cachees sous son enorme protho- rax; mais je n'ai pas pu vérifier ce fait.» Brunner afirma ro- tundamente que el insecto carece de élitros y de alas «Elytra et alee nuUse» y, sin embargo, se trata de un insecto perfecta- mente alado, mejor diría provisto de unas g*randes alas que contribuyen á darle mayor parecido si cabe con el género ya citado que el que tiene la larva á pesar de ser éste muy gran- de y que no puede explicarse por mimetismo, entre ambas especies beneficioso para alguna de ellas, puesto que ambos géneros habitan en regiones totalmente distintas, como son Nueva Guinea y Madagascar. El Aspidonotus spinosus Brullé, es un hermoso insecto de gran tamaño, de color verde lustroso como el de las hojas del naranjo, sobre cu^^a planta podría pasar enteramente inadver- tido como ocurrirá con la que le sirva de alimento. Él protórax, si se le considera por encima, tiene la forma de una hoja de rosal, con sus bordes menudamente aserrado-den- tados, formando curva regular que sólo se altera en los ángu- los humerales ligeramente acusados y terminados por una es- pina algo mayor y anteriormente presenta á cada lado seis grandes espinas deprimidas, y que por encima son de color negro: los lados ó porciones verticales (lóbulos laterales) del prenoto ocupan una posición vertical y su borde inferior está DE HISTORIA NATURAL. 38T lig-eramente escotado formando el seno humeral apenas per- ceptible en los jóvenes, por lo que ha podido Brunner, refirién- dose á este borde, decir «margine inferiere subrecto». Los élitros son g-randes, amplios y anchamente redondeados en el extremo; lejos de quedar ocultos bajo el pronoto le supe- ran considerablemente por ser mucho más g-randes que éste. Su consistencia es coriácea por lo que casi son opacos ó sólo traslucientes, y todos sus bordes son enteros. Sólo están reco- rridos por una fuerte vena longitudinal que corresponde al tronco radial formado por dos venas, de las cuales hi anterior, separada en la base de la principal, se aproxima á ella g-ra- dualmente y se pierde antes del medio. Todo el campo marg-i- nal está o.cupado por venas oblicuas dispuestas paralelamente, aunque con poca reg-ularidad, alg-unas de las cuales se bifur- can antes de su terminación y están irregularmente reunidas unas con otras por venillas transversales que determinan es- pacios rectangulares muy desiguales. La vena radial emite tres ramos oblicuos y paralelos que van á terminar en el bor- de posterior, y de los cuales el primero arranca del medio de la referida vena; están unidos entre sí dichos ramos por venas transversas que forman rectángulos más grandes y regulares que los del campo marginal. Hay, además, una vena ulnaria anterior, aunque poco saliente, que corre al principio paralela- mente á la radial y que antes del medio se encorva y se bifur- ca, apartándose de aquélla ambas ramas para ir á terminar en el borde posterior del élitro; antes de la bifurcación da dicha vena ulnaria otros ramos que terminan también en el borde posterior, estando todos ellos unidos entre sí por venillas trans- versas. Las alas son verdosas y llegan al borde posterior de los élitros. Los ejemplares de mi colección, y que adquirí por compra de la casa Donckier, de París, son hembras (adulto y larva), lo que constituye otra particularidad interesante, puesto que hasta ahora sólo el macho era conocido. El oviscapto es gran- de, fuerte, ligeramente encorvado en toda su longitud y un poco más corto que los órganos del vueL% aunque este carác- ter es relativo, pues depende del estado de retracción del ab- domen. La placa infraanal es escotada, con sus puntas algo agudas pero no prolongadas. He de rectificar también la frase de Brunner «femora omnia 388 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA mutica», que si es aplicable al joven no lo es al adulto, en el cual los fémures anteriores tienen un cliente ó corta espina en el borde anterior cerca del ápice; los intermedios tienen dos en el anterior y uno en el posterior^ y por fin los fémures me- tatorácicos llevan varios dientes análog'os sobre ambas quillas inferiores. Las dimensiones del adulto, en milímetros, son las si- g'uientes : Long-. corp 40 — pronoti 51 — elytrorura 56 Lat, media elytr 28 Long'. alarum 50 — fem. ant 19 — — intermed 18 — — posticorum 35 — oviposit 32 Mis ejemplares proceden de Dieg'o Suárez. Rhacocleis Maura Bon. El año anterior, en nuestro Boletín, traté de esta especie con motivo de un lig-ero estudio comparativo «Sobre alg'unos decticínos africanos» (pág\ 343), recordando dos especies des- critas por el Dr. Bonnet y que fueron olvidadas por Mr. Finot en sus publicaciones sobre los ortópteros de estas reg'iones: nada nuevo tengo que añadir al referido trabajo, pero sí co- rreg-ir un error tipog-ráfico, que si el lector ha podido rectificar no por eso lie de dejar de hacerlo yo, ya que casualmente me he apercibido de él y que consiste en que al enumerar las es- pecies de Rhacocleis se lee Gessardi en todos los sitios en que debiera leerse Maura (véase pág-s 344 y 345) por confusión con Pterolepis Gessardi Bonnet, de que se habla más adelante. De modo que las especies de decticínos á que se contrae aquel estudio son: Rhacocleis Maura Bonnet.— 1\i\\Q7.. — negdecta Co^^a.— Calabria.— Arg-elia: Orán,Tlemcen. — maroccana ^o/.— Marruecos: Táng-er. Pterolepis Gessardi Bonnet. — Túnez. DE HISTORIA NATURAL. 38» Pterolepis indigena Finoi. — Argelia: Oran, Chevet-el-Ameur. — spoliata Ramlj. — España: iJálaga, Granada, Carta- gena. Var. minor ^o/.— España: Chiclana. — Cordubensis ^«¿'.—España: Córdoba. Á ellas habría que agregar el Rhacocleis annulata Fieber ci- tado de Túnez por Boruiai.s y Bonnet et Finot, si es que no confundieron esta especie con el Rh. Maura Bonnet. Callicrania obvia Nav. Este hermoso insecto, que he tenido la satisfacción de reco- ger en abundancia en la Sierra de Guara, á mediados de Julio, y también en la Peña de Oroel, junto á Jaca y en el camino de Canfranc, hacia la misma época, es parecido por su aspecto á la C. Ramhuri Bol., que se encuentra en la vertiente francesa y se extiende por la cordillera cantábrica hasta San Vicente de la Barquera, desde donde comienza á presentarse la Scoanei^^X., especie común en gran parte de Galicia y en el Norte de Por- tugal, llegando también hasta Oña (Burgos) y Logroño, exis- tiendo además en Galicia la C. Bolivari Seoane. Resultan, por tanto, las especies de Callicrania distribuidas á lo largo de las cordilleras pirenaica y cantábrica; sólo una especie, la C. Miegi Bol., habita fuera de esa zona, pero también es propia de terrenos montañosos, encontrándosela en la Sierra Carpe- tana y en los montes de Toledo. Por la forma de los cercos, recuerda esta especie el género Platijstolus, habiendo sido descrita como de este género; pero el tubérculo frontal más manifiesto que en el mismo, la forma de los élitros, menos convexos, con tendencia á quedar ocultos bajo el pronoto, lo que se realiza en las hembras, y sin mar- gen areolado, y otros caracteres la llevan al género Callicra- nia. Los Plalystolus, después de la separación del iistulatus y áeli^achi/gaster, para constituir los géneros Bcetica y PraepijjM- (jera respectivamente, que propuse y dio á conocer Mr. du Buys- son en su catálogo de los Locústidos del Museo de París iBull. duMuseum, n.° 5, p. 225) en 1903, quedan reducidas á las dos especies propias de la fauna central de España. El nombre de panii7igana ó i^antUjana con que se conoce vul- garmente esta especie en la provincia de Huesca, parece apli- 390 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA carse á todos los insectos análog-os; así el P. Navas ha visto de- sig-nar con él á la especie á que lia dado dicho nombre y el conocido arabista Sr. Codera observó le aplicaban á la Eph. Pe- red Bol., seg-ún hice constar en mi Sinopsis, p. 201. Pycnog'aster cucullatus Charp, La circunstancia de haber podido examinar los tipos de esta especie que se conservan en el Museo de Berlín, me permite rectificar su posición relativamente á las restantes del g-éne- ro, bien distinta de la que se suponía. Es una especie de pequeño tamaño, análoga al P. Graellsi, y coloreada de un modo semejante; esto es, con líneas longi- tudinales amarillentas. El pronoto es estrechado por delante y su escotadura posterior bastante profunda; visto de lado pre- senta una sinuosidad hacia el centro del borde inferior, el cual se encorva posteriormente de un modo semejante á como se ve en la especie citada. Las tibias posteriores llevan siete espinas en el borde interno superior y cuatro en el externo. Los cercos por los pámues del Muni. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Abril 1906.) De Buen (D. Odón).— Homenaje á Rodríguez Femenías. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat.. Abril 1906.) García Mercet (D. Ricardo). — Algunas especies del género c Ammopliila>. (Bol. R. 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Sur le Botrytis cinérea, cause de la pourrit. grise des raisins.— Joubin: Sur les Némertiens bathypélag. — Ba- TAiLLON: Imprégnation et fécondat. — Sabrazés, Mdratet et Hüsnot: Motilité du scolex échinococcique. — Püssesot: Sur les schistes graphi tiques du Morbihan. — Hergesell: Sur les veuts locaux des iles Cana- ries.;:=]S¡''25. — Gaüdry; Fossil. de Patagonie. — Kóvessi:Loí de l'accrois- sem. en volume dans les arbres. — Lubimenko: Étude spectro?c. des pigments verts des graines.— Houard: Sur les galles des Euphorbes. — Roubaud: Sur la larve et métamorph. de Siphona crisiafa Fabr. — Char- RiN et Jardrt: Influeuce de l'ovaire sur la nutrition. — Bertrand: Sur le stipe de V Adelophyton Jutieri B. R. — Martel: Sur l'érosion tor- rentielle. — PjLTSCHiKOFF:Surla polarisation du ciel pendant les eclipses de Soleil.=]S;° 28. — Curie et Laborde: Sur la radioactiv. de l'eau des sources thermales. — Blaringhem: Product. de feuilles en cornet par traumatismes. — Friedel: Orig. des matér. utilis par l'ovaire.— Becque- REL: Sur la longévité des graines. — Beauverie: Sur la maladie des Platanes. — Constantin et Gallaud: Asclépiadées nouv. de Madagas- car. — Gravier: Sur la biolog. des Virgulaires. — Gruvel: Sur une forme nouv. de Cirrhipéde operculé. — Le Sourd et Pagniez: Sur l'isolem. dea hématoblastes du sang. — Girard et Henrt: Sur l'électricité anim. — Stefánik: Sur la sensibil. de la retine. — Combes: Sur le Sparnacien des environs de Paris. — Ficheur et Doümergue: Sur l'exist. du Crétacé dans les schistes d'Oran. — Fritel: Sur les argües yprésienues de l'Aisne. American Naturalist (The.) Boston. 1906, n° 474.— Osbühx: On Dragon- flies in Brackish Water.— Pearse: Reactions of Tubularia crocea (Ag). Wiegand: Pressure and Flow of Sap in tbe Maple. Anales del Museo Nacional. San Salvador. 1906, u" 16. Archives du Musée Teyler. Haarlem. 1906, vol. x, 2^ partie. 398 bolí:tín de la real sociedad española Broteria. S. Fiel. 1906, vol. v, fase, in.— Navas: Neuropt. de Esp. y Port.— Tavares: Os mosquitos. Canadian Entomologist (The). London. 1906, vol. xxxviii, n° 6.— Cook: Stud. in the genus /wcjsaíia.— Gibson: Caterpillar Hunting, — Bergroth: American Hemiptera.— Kirkaldy: Genera of Aphidae. — Taylor; On Euehoeca comptaria.—Tho new Geometrid.— Cockerell: A Fossil Water-bug.— Washburn: Minnesota Diptera.— Büsck: A new Tórtricid. Entomologist' s Record (The). 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Revista chilena de Historia natural, Valparaíso. 1906, año x, n° 1. — Navás: Recolecc. de liqúenes. — Pie: Lathridiens du Chili. — Sodiro: Piperáceas ecuatorianas. — Silvestri: Opilionidi del Chile. — Rothschild: Chillan Siphonaptera. DE HISTORIA NATURAL. 399 Eoyal Microscopical Society. hondón. (Jour7ial.) 1906, n" 172. — Dollman: A Method of Produc. Stereo-Photomicrographs. — Kirkman: Rotifera of Natal. — Pe arce: Oribatidse from the Sikkim Himalaya.— Coon: New Finder for the Microscope. Societá Entomológica italiana. Firenze. (Bulletino.) 1905, trim. ii-iv. Société belge d'Astronomie. Bnixelles. (Bulletin.) 1906, n" 5. Société Botanique de France. Paris. (Bulletin.) 1906, t. 53% n" 4. — ,Poissox: Les fruits d' Ananas fasciés. — Dübard: Le geure Mascarenhasia.— Gha- bert: Note sur quelques Pomacées. — Simón: La Viola arvensis.-=1s° 5, LiGNiER: Sur l'anatoua. de la fleur des Renonculacées. Société Entomologique de Belgiqup. Bnixelles. ( Anuales.) 1906, n" vi.— Obst: Drei neue Anthia-Arten. — Buprestid. von Deutsch Südwest-Afnka. — Kebremans: Sur le nom générique de Buprestis. — Dognin: Hétérocéres Douv.— Forel: Fourmis d'Asie Mineare. Société Impériale des Naturalistes de Moscou. (Bulletin.) 1905, nos 1.3. Spelunca. Paris. 1906, t. i, 11. Weather Burean. Manila. October 1 906. Wiener Entomologische Zeitung. Wien. 1906, v. vi und vii Heft. — Mayr: Neue Feigen-Insekten. — BREnniNc: Rhynchotograph. Beitr. — Fleis- cher: Líber Liodes-Arten. — Varendorff: Kleine entomol. Notiz. — Pop- pius: Paliiarktisch. Carabicid, — Reuter: Üb. die Verwendung des Gat- tungsnamens Lopus. — Müller: Üb. den Formenkreis des Laemostenus cavicola.- Petbi: Malthodes Serhotae n. sp. — Flach: Biolog. Plau- dereien. Wissenschaftlische Insektenbiologie . Husum. ( Zeitschrift.) 1906, Heft 5-6. — Rübsaamen: Üb. Bildungsabweichungen bei Vitis vinifera L. — Mjo- bebg: Z. Kenntnis einig. unter Seetang lebenden Insekt. — Kieffer; Üb . die Cbironomidengattung Orthocladius. — Pawlowskt: Üb. den Stech- und Saugappavat der Pediculid.— Ulmer: Übersicht üb. die bisherbe- kannten Lar ven europáisch. Trichopteren. Zoologisclier Anzeiger. Leipzig. 1906, No» 8-9. — Porta: Ricerche anatoin. snll' Echinorrhyncus capitatus. — ^Ostroümoff: Über Acipenser ruthenus. Mvdgk: On Scillium canícula. — Kükenthai; Üb. japanischer Alcyona- ceen.— Mayer: Z. Kenntnis der Rhachis im Ovarium und Haden der Nematod.=N° 10. — Fisher: Tho New Starfisches.— Maule: Üb. die Vejdovskyella comata und Nais hammata. — Walter: Über Hydrachni- den. — Poche: Z. Nomenklat. der Muriden. Zoologist (The). London. 1906, n" 780.— Seloüs: On the Question of Sexual Selection in Birds.— Wesché: The Habits of some Caged Birds.— Kerr: The Birds of the District of Staines. 400 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Bolívar (D. I.)— El género «Tetraconcha» Karsch. (Bol. R. Soc. eep. Hist. nat. Madrid, Mayo 1906.) Caballero (D. E.)— El Microscopio. Barcelona. Díaz (D. F.)— Nota bibliográfica acerca de la industria aurífera en la actua- lidad. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Mayo 1906.) Martínez de la Escalera (D. M.)— Una nueva «Alphasida» de Motril. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Mayo 1906.) Müxoz DBL Castillo (D. J.) — Sobre la radioactividad de los manantiales hidromedicinales nitrogenados. Madrid, 1906. RivAS Mateos (D. M.)— Excursión á Motril (Granada). (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., Mayo 1906.) Romeo Rodrigo (D. O.)- Eclipse de Sol de 30 de Agosto de 1905. Bur- gos, 1906. Sesión del 3 de Octubre de 1906. PRESIDENCIA. DE DON JOSÉ CASARES GIL El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué apro- bada. Presentaciones. — Se hicieron tres propuestas de socios nume- rarios. Correspondencia. — El Secretario leyó la sig-uiente Real orden dirig-ida á la Sociedad por el Excmo. Sr. Ministro de Fomento: «Creada por Real decreto de 3 de Febrero del corriente año, una Comisión encarg-ada de estudiar y determinar las Comu- nicaciones Marítimas Regulares que convenga al Estado fo- mentar especialmente, determinando los servicios postales, los tráficos directos de mercancías nacionales, en buques también nacionales, y cuantos servicios mercantiles de naveg-ación y pesquerías hayan de ser protegidos directamente con subven- ción del Estado, formulando al efecto el necesario pro^^^cto de ley; constituida dicha Comisión en 26 de Abril y aprobado antes de 1° de Mayo en Consejo de Ministros el Cuestionario que debía reg-ular los trabajos de la Comisión, ésta, después de las deliberaciones y estudios necesarios, ha acordado for- mular á su vez Cuestionarios parciales que, dirigidos, tanto á los Centros oficiales, como á aquellas colectividades oficiales y particulares competentes, le faciliten los autorizados elemen- tos de juicio que estima inexcusables para la emisión de su dictamen. Aprobados dichos Cuestionarios reglamentariamen- te, y fijada á la remisión de las contestaciones que procedan de Europa é islas adyacentes un plazo límite de dos meses, y de cuatro á las que procedan de Ultramar, á contar desde la fecha de esta Real orden, S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer se invite á esa entidad para que remita á este Minis- terio de Fomento, dentro de los plazos marcados, los datos que se solicitan en los Cuestionarios que se acompañan. De Real orden lo digo á V. S. para su conocimiento y demás efectos. Dios g-uarde á V. S. muchos años. Madrid, 30 de Agosto de 1906.— M. García Prieto.» T. VI.— Octubre, 1906 28 402 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA El Cuestionario á que se refiere la Real orden transcripta, comprende las dos preg-untas sig"uientes: 1/ ¿Qué condiciones cree que reúnen las pesquerías cana- rio-africanas para la pesca de un producto análog-o ó similar al bacalao, y en qué forma cree que deben org-anizarse esas pesquerías y la preparación, importación y venta en España de sus productos? 2/ ¿En qué lugares, con qué clase de buques y tripulaciones, en qué forma y con qué auxilio del Estado cree más beneficio- so org'anizar la pesca del bacalao por españoles para sustituir paulatinamente con su importación la del bacalao extranjero? Enterada la Sociedad de la consulta que le dirige el Sr. Mi- nistro de Fomento, el Presidente manifestó que procedía el nombramiento de una ponencia ó Comisión, compuesta de personas competentes, encargada de estudiar el Cuestionario propuesto y emitir el informe correspondiente. Dijo que podían componer esta Comisión el Sr. D. Anatael Cabrera, que ha he- cho estudios sobre la fauna marina de las islas Canarias; don Emilio Ribera, encargado á la sazón de la Cátedra de Zoog^ra- fía de Vertebrados en la Facultad de Ciencias; D. José Gog-or- za y González, Catedrático de Fisiolog'ía animal, y Vocal natu- ralista del Centro consultivo de la Armada, afecto al Ministe- rio de Marina, y D. Manuel M. de la Escalera, como individuo de la Comisión del Noroeste de África. La Sociedad aprobó la desig-nación de estos señores, quedan- do, desde luego, encargados de emitir el informe que ha de elevarse al Ministerio de Fomento en el plazo marcado. — Se dio cuenta de haberse recibido el programa dei primer Cong-reso internacional de Higiene alimenticia y de la alimen- tación racional del hombre, que se reunirá en París del 22 al 27 del corriente mes de Octubre. Al prog-rama del CongTCSo le acompaña un boletín de adhesión al mismo. Se participó también á la Sociedad haberse recibido el Re- glamento de la Exposición Marítima Internacional, que se ce- lebrará en Burdeos durante los meses de Mayo á Noviembre de 1907, y una comunicación del Comité org-anizador del Cer- tamen invitando á la concurrencia. Se dio igualmente cuenta de haberse recibido un B. L. M. del Sr. Bibliotecario de la Real Academia de Ciencias, D. José R. Carracido, remitiendo ejemplares de las instruccio- DE HISTORIA NATURAL. 403 lies para el Catálog-o internacional de Literatura científica, los cuales fueron distribuidos entre los socios presentes. Notas y comimicaciones. — El Secretario presentó una noticia del Sr. Lozano dando cuenta de la convención establecida en París para proteg-er á las aves útiles á la ag-ricaltura, acordán- dose pasara á la Comisión de publicación. — El Sr. Lázaro é Ibiza leyó la sig-uiente nota, que bajo el título de Batos para la flora de la 'promnda de Granada remite nuestro consocio D. Juan Luis Diez Tortosa: Variadísima es la flora de esta provincia, sin duda la más numerosa en especies en la Península Ibérica, pues todas las circunstancias que contribuyen á la riqueza botánica de la Pe- nínsula se encuentran reunidas en Granada. Con efecto, tiene zona litoral en la que se hallan plantas marítimas y propias de esta reg-ión, zona esteparia con su fa- cies especial, vecindad con el Norte de África que motifa que en ella crezcan plantas africanas, y muy especialmente contri- buye á lo indicado la Sierra Nevada, que por su g-ran altura le proporciona zona verdaderamente alpina. Además, por su variado relieve orog'ráfico, posee climas muy diferentes, seg'ún las alturas y las orientaciones. Por ser tan rica su flora ha conseg-uido siempre ser muy frecuentada por los botánicos, y ha sido causa de que se haya hecho un detenido estudio de la misma por los que han visita- do este hermoso rincón de Andalucía. Prueba de ello es el g-ran número de especies botánicas descubiertas y que han re- cibido los nombres específicos de Nevadensis unas y Grranaten- sis otras. Por lo tanto, parecía natural que nada nuevo podría añadirse á lo escrito sobre esta flora; sin erabarg'o, como quie- ra que los viajes á esta reg'ión por sus ilustres visitantes sólo han podido hacerse en determinadas épocas del año, claro está que habrán pasado inadvertidos ciertos datos que, por la circunstancia de residir yo en esta provincia, me han sido asequibles en mis excursiones en distintas épocas y á los dife- rentes parajes de la misma. De aquí que haya encontrado alg'unas especies nuevas para esta flora. Alg"unos de los datos recog-idos son el objeto de la presente nota, y los restantes motivarán sucesivas comunicaciones. 404 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Narcissíis Clusii Dun. — En una de las excursiones que he efectuado en el presente curso he recog-ido una especie del g-énero Narcissus de bastante interés, la que estudiada vi que parecía corresponder al Narcissus Clusii Dun.; pero el mencio- nar g-ran número de obras, entre otros caracteres, que esta es- pecie presenta el estilo no saliente y tenerlo más larg-o que el perig-onio las flores que había yo recogido, unido á que se le asig-naba (1) las provincias Vascas y los Pirineos como única área en España, fueron causa que me asaltasen dudas acerca de la especie á que había de referirse, tanto más, cuanto que dudaba poder encontrar una especie nueva, por lo bien estu- diada que está la flora fanerog-ámica en esta reg-ión. Expuse estas dudas al botánico Dr. Lázaro, remitiéndole ejemplares, y dicho señor opinó que la planta recog-ida era la esipecie N'arcissHS Clusii Dun., y que Clusio, que había sido quien la había descrito por primera vez, no le asig-nó el carác- ter de estilo no saliente, y si se le aplicaba en las descripcio- nes era por no presentarlo saliente la ñg-ura que aparece en la obra de Clusio. Esta nueva especie para la flora de Granada se encuentra abundante en los cerros próximos á la Fuente de la Culebra, á dos kilómetros escasos de la capital. Es notable este hallazg'o y confirma lo dicho en el comienzo de la presente nota, dado que esta planta, además de encon- trarse en los Pirineos, se halla en África. Crozop/iora zerlascifolia Adr. Juss. — De esta euforbiácea he encontrado alg-unos ejemplares en el Barranco de la Zorra, en las inmediaciones de Granada. Planta muy rara en España, pues sólo se le asig-na como localidad, seg'ún las obras que he consultado, la Mancha y Murcia, no estando citada como pro- pia de Granada; de aquí que sea una nueva especie que aña- dir á su flora. Vinca major L.— En el bosque de la Alhambra, en los alrede- dores del Farg-ue y en el camino de Cenes á la capital, he ha- llado muy abundante la especie Vinca major L., no encontra- (1) Aun siendo numerosas las obras que manejo, no representan más que una par- te de la literatura botánica, y por ello he de manifestar que las afirmaciones que hago en el presente trabajo se refieren solamente á los libros y publicaciones que he podido consultar. DE HISTORIA NATURAL. Í05 da anteriormente ni citada de Granada. De la reg-ión meridio- nal de la Península sólo se le indica como localidad Sevilla por Boutelou (Wk. et Lang-e: Prod. Florae Hísp., t. ii, pág". 660) y el Puerto de Santa María. Lhuma Elaline Desf. — Entre los sembrados de las cercanías he encontrado esta planta nueva para Granada. Esta especie es propia de Galicia, Cataluña, Castillas, Aragón, Navarra y Valencia. En Andalucía se ha indicado en Jerez y otros paí- ses (Clem.), pero no -en Granada. Linaria CijmLalaria Mili.— Sin duda por arrastre de semillas desde otras localidades se ha hecho espontánea en el interior de la población, siendo mu}^ abundante en los muros y tapias de huertos y jardines, recibiendo el nombre vulg-ar de Ruinas. El Sr. Lázaro, refiriéndose á este trabajo, ag-reg'ó que res- pecto del Narcissiis Chisii Dun., aún había alg-o más que lo manifestado por el Sr. Diez Tortosa, y que él tenía una opinión más radical respecto del área, fundándose en que dicha planta no había sido jamás vista en las Vascong-adas, ni en el Pirineo francés ni español por los botánicos modernos, después de Clusio, en que tampoco había sido hallada en Asturias, ni por él, ni por ning'únotro botánico, á pesar del nombre de Narciso de Asturias que con harta lig-ereza asig-nó Fernández Navarre- te á una planta que nadie ha creído encontrar en dicha comarca y de que donde sí ha sido hallada de un modo positivo é in- contestable, desde hace muchos años, es en la Arg-elia; había lleg-ado á suponer que el Narcissus Clusii era una especie me- ridional, más probable en el Mediodía que en el Norte de Es- paña. El hallazg-o del Sr. Diez Tortosa tiene por esto mayor interés, pues permite rectificar lo que probablemente no es otra cosa que una equivocación de Clusio, á quien pudo ocu- rrir muy fácilmente un cambio ó pérdida de etiqueta, por el que atribuyese á Vizcaya y los Pirineos una planta de nuestras provincias meridionales, cosa muy posible en los azares de los viajes de aquella época y con un itinerario tan complicado como el de las correrías por España del ilustre botánico francés. Esta indicación, errónea sin duda, fué trascrita por Kunth y consignada por los posteriores sin ninguna comprobación ul- terior. 406 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA El mismo Si*. Lázaro presentó un ti-abajo ütn\aiáo Ñola sobre algunas plantas de Motril, que pasó á la Comisión de publi- cación. — El Sr. Calderón manifestó que el Sr. Rioja ha remitido, para el Museo de Ciencias naturales, muestras de cenizas pro- cedentes de la última erupción del Vesubio, que le fueron en- viadas desde Italia por el Conservador de la Estación Zoo- lógfica de Ñapóles, Sr. Lo Blanco. Estas cenizas han sido re- cog-idas en las mejores condiciones de pureza, y fijando los días en que fueron arrojadas por el volcán. Pertenecen á dos tipos: uno, A, de color claro, correspondiente al día 10 Abril, y otro, B, de color obscuro, del 8 del mismo mes. Analizadas por el Sr. L. Jag-on en el Laboratorio químico de la Fábrica de Nueva Montaña, en Santander, han dado la si- guiente composición: A B 8,45 12,49 9,00 8,10 3,24 2,44 í 0,77 0,61 0,60 14,08 9,14 100,00 100,00 Sílice 49,50 48,15 Alúmina 17,05 18,31 Peróxido de hierro ^ Oxido rojo de manganeso Protóxido de hierro Protóxido de manganeso , Cal Magnesia . Acido sulfúrico Acido fosfórico Álcalis y elementos sin ensayar , Total — El Sr. Calafat dio cuenta de haber efectuado durante el verano último una excursión por Santander y las Provincias Vascong'adas, durante la cual ha podido recog'er para el Mu- seo de Ciencias naturales alg-unos minerales muy interesan- tes. Ofreció remitir una nota sobre este asunto. — El mismo señor manifestó que el .23 de Diciembre de 1905 fué extraído por la drag-a en la bahía de Santander un g-ran trozo, al parecer de defensa de Mammut en buen estado de conservación, y cuyo ejemplar ha sido donado al Museo de Ciencias naturales de Madrid, po* el activo Director de la Es- DE HISTORIA NATURAL. 407 tación de Biología Marina de Santander, D. José Rioja, y que €l examen de la sección transversal de este enorme incisivo, permite observar aos zonas perfectamente diferenciadas en su composición y aspecto. Analizadas separadamente en el Labo- ratorio de Mineralog'ía del Museo de Ciencias naturales, han dado los siguientes resultados: Zona cortical. Materia orgánica 36,54 Eesiduo mineral '..... 63,46 100,00 Zona medular. Materia orgánica 45,73 Residuo mineral 54,27 100,00 Notas blMíográficas. — El Sr. Fernández Navarro leyó las si- guientes: I. R. Breñosa: «La polarización rotatoria de la luz». (Memo- rias de la R. Acad. de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Tomo XXIV. Madrid, 1906.) Nuestro distinguido consocio, el sabio ingeniero de Montes, D. Rafael Breñosa, ha enriquecido la literatura científica es- pañola con un trabajo que une á su mérito extraordinario una oportunidad indiscutible. En efecto, los fenómenos de la pola- rización rotatoria de la luz, tan útiles á químicos, mineralo- gistas, y sobre todo á los cristalógrafos, han sido objeto de muy pocos estudios de conjunto, en que se ordenen sistemática- mente los numerosos datos que hoy se poseen acerca de tema tan interesante. Por de contado que no había obra alguna en castellano que respondiera á este objeto. La del Sr. Breñosa se distingue desde luego, como todos sus trabajos, por la claridad y el riguroso método científico. No ex- cluyen las anteriores condiciones la profundidad de la doctri- na, puesto que todas las teorías de fenómenos y aparatos están matemáticamente desarrolladas, siquiera el autor, con muy buen acuerdo, no haya echado mano para ello de las matemá- 408 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ticas superiores, sino en aquellos contados casos en que era. imprescindible su apoyo. Consecuencia de este carácter de la obra es que reúna dos méritos que difícilmente suelen verse juntos: el valor científico, y la utilidad práctica, para aquellos que se vean oblig-ados á utilizar en sus investigaciones los fe- nómenos de polarización rotatoria. El libro va precedido de un capítulo de óptica física muy conciso, muy claro y mu^^ completo. Viene después el más ex- tenso, dedicado á la polarización rotatoria natural, y sig-ue á éste otro en que se ocupa de la polarización rotatoria mag-né- tica. Los tres capítulos sig-uientes podríamos decir que son de índole práctica, como á los otros pudiera llamárseles teóricos. En uno de ellos estudia los aparatos para determinar el án- g-ulo de rotación (polarímetros y sacarímetros y sus acceso- rios), dedica el sig-uiente al estudio de la dispersión rotatoria por los diferentes métodos conocidos, ocupándose en el último de las aplicaciones de los instrumentos polarimétricos, de las cuales, como es natural, merece su atención preferente la sa- carimetría El trabajo del Sr. Breñosa ha merecido ser premiado en con- curso ordinario por la Real Academia de Ciencias de Madrid, que lia sido también la que le ha publicado en un tomo en 4.", de cerca de 500 páginas. Al señalar á nuestros consocios la aparición de tan impor- tante obra, felicitamos muy sinceramente al autor, así como á la sabia Corporación que la ha dispensado distinción tan me- recida. II. P. Lemoine: «Mission dans le Maroc Occidental». París, 1905 (223 pág-s. en 8.°, 63 fig's., 3 francos.) El interés que Francia concede á los reconocimientos g-eoló- gicos del suelo marroquí, se demuestra en el hecho de que el Comité d'ii Maroc tenga actualmente dos g-eólog'os distinguidos, M. Paul Lemoine, preparador en la Sorbona, y M. Louis Gen- til, jefe de Conferencias del mismo Instituto, especialmente dedicados á estudiar la Geología de Marruecos. Estos dos naturalistas trabajan separados en distintas regio- nes, pero bajo un plan común, y se proponen hacer en breve, entre los dos, una obra de conjunto sobre la Geolog'ía del Garbh, que será la primera en este g-énero. Actualmente, han publicado ya ambos geólogos los trabajos preliminares de con- DE HISTORIA NATURAL. 409 junto, además de varias notas breves comunicadas á la Acade- mia de Ciencias de París. El de M. Lemoine, objeto de esta nota, se reíiere al territorio sometido á la autoridad más ó menos efectiva del Sultán. Está dividido en los cuatro capítulos sig-uientes: I. Viaje. — II. No- tas sobre la población y estado del país. --III. Observaciones geográficas. — IV. Observaciones g-eológ-icas personales. Los dos últimos, que son con mucho los más extensos, tienen g-ran interés y están nutridos de datos nuevos .y de rectificaciones de otros equivocados de viajeros anteriores. El trabajo, en suma, es de g-ran utilidad, y está presentado con sencillez g'rande, lo que no le impide estudiar con bastan- te detalle la estratig-rafía y la tectónica del país recorrido, ha- ciendo al final consideraciones de g'ran interés acerca de la estructura del Gran Atlas. Es, en suma, un libro que no puede dejar de estudiar todo g-eólogo que piense realizar observacio- nes de esta índole en el Imperio de Abdel-Azis. III. L. Gentil: «Explorations au Maroc». París, 1906 (354 pá- ginas en 4.°, 223 figuras, 14 francos.) Las exploraciones de M. Gentil se han realizado casi siem- pre en el Blada-es-siba, ó territorio independiente, siendo to- das ellas bastante penosas y alg'una verdaderamente arriesg'a- da, como lo demuestra el hecho del secuestro del marqués de Seg-onzac en el mismo territorio, y por la misma época. Aun- que ag-reg-ado á la Mission Ségonzac, Gentil ha recorrido dis- tintos itinerarios, acompañado casi siempre de un par de ma- rroquíes adictos, simulando ser un moro arg-elino pobre. Así ha logrado muchas veces pasar inadvertido, aunque á costa de fatigas y privaciones sin cuento. Las excursiones realizadas están comprendidas en los cinco viajes siguientes: 1.° Viaje por el Norte de Marruecos, que comprende uno desde Tánger á Tetuán por Andjeray el Haour, varias excursiones cortas desde Tetuán, y la vuelta á Tán- ger. 2.° Viaje por el Sur marroquí; el centro de operaciones es Mog-ador, desde donde ha realizado diversas excursiones cor- tas, una mayor al valle del río Tidsi, y otra á la región de los Knafa. 3° Viaje al Sus, partiendo de Mogador, pasando por las inmediaciones de Tarudant, de aquí á Marruecos por Dje- bel Tesa, y vuelta á Mogador. 4.° Viaje á los Ida ó Tañan, al Sur del Cabo Guir. 5." El viaje al Sirna, el más difícil é intere- 410 boletín de la real sociedad española sante de todos, que le ha permitido adquirir una idea sobre la desconocida estructura del Alto Atlas oriental; basta conocer el itinerario de esta última excursión: Marraqués, Demnata, Tikirt, Djebel Sirna, Marraqués, para comprender su dificultad é importancia. M. Gentil va esmaltando su relato de viaje con observacio- nes de todas clases, aunque de preferencia relativas á Geolo- gía. Esto tiene la ventaja de hacer su lectura más amena para la g-eneralidad, á cambio del inconveniente de que la parte geológica queda más diluida que en el libro de M. Lemoine. Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el día 6 de Julio úl- timo, bajo la presidencia de D. Antonio Seras, y en ella el se- ñor Chaves se ocupó de fenómenos glaciares en Portugal, con referencia á una reciente nota de Edward HuU, intitulada: «The physical History of the great Pleistocene Lake of Portu- gal». El autor admite dos períodos glaciares en el macizo de la Sierra de Estrella, de un modo correlativo á lo sucedido en las Islas Británicas. Corresponde dicho fenómeno glaciar á la emergencia del país y á la erosión de la parte del valle del Tajo, que yace actualmente bajo el Océano. Esta erosión se hace sentir á 55 millas de la playa actual y á una profundidad de 72.000 pies bajo el Océano. Sumada esta cifra con la de la altitud de la Sierra de Estrella, da una elevación suficiente para admitir la pasada existencia en ella de condiciones gla- ciares análog'as á las de los Alpes actuales. — El Sr. Barras envió la siguiente nota acerca de un temblor de tierra observado en Huelva: «El día 9 de Julio del corriente año, á las cuatro y diez minu- tos de la mañana, me despertó súbitamente una conmoción, de cuya causa dudé al pronto; pero no tardé en calcular que procedía de un temblor de tierra. La oscilación fué una sola, pero lo suficientemente fuerte para parar, en la hora citada, el despertador que tenía sobre la mesa de noche y mi reloj de bolsillo. Como aún tenía alguna duda acerca de su causa, pregunté á una porción de personas, inuchas de las cuales lo habían sentido, pudiendo citar, entre ellas, al gobernador de la pro- vincia, Sr. Polo de Lara, y al secretario del Gobierno, Sr. Ra- mírez de Arellano. DE HISTORIA NATURAL. 411 La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 26, bajo la presidencia de D. Pedro Ferrando. — El Sr. Mo^'ano manifestó que, teniendo que ausentarse de Zarag-oza para ir á hacer estudios en el extranjero, hacía dimi- sión de su carg-o de secretario al despedirse de sus consocios, los cuales lamentaron la marcha del Sr. Moyano, cuya g-estión tan provechosa era para la Sección, y propusieron á D, Celso Arévalo para que interinamente desempeñara dicho carg-o. — El Sr. Gómez da g-racias por su admisión como socio nu- merario. — El Sr. Arévalo presenta una nota sobre «Anomalías foliares j ñorales en el .Ia.s)}mm7n officincde L.», á la que acompañan unas fotog-rafías ilustrativas del trabajo, haciendo alg-unas consideraciones sobre dichas anomalías, que los señores socios pudieron confirmar en ejemplares del Jardín Botánico. Con este motivo el señor Presidente citó el caso de la Brous- sonetia ■papyrifera Vent., en que son muy frecuentes dichas anomalías. Notas y comunicaciones. Nota soLre algunas plantas de Motril POR BLAS LÁZARO É IBIZA Aunque el resultado más interesante de la excursión que realicé en Abril último en unión de los Sres. Casares, Rivas Mateos y Diez Tortosa, fué el de comprobar la existencia en el litoral de Moti'il de varias de las especies veg"etales que carac- terizan la veg-etación sudoriental de España, resultado que ya expuse oportunamente á la Sociedad á nuestro reg-reso, recog"i- mos en dicha excursión alg-unas especies interesantes. Entre ellas podemos citar la Lapiedra Martmezü Lag-., el Osyris lan- ceolata Hachst., la Catha euroima Webb., Va Reseda Imiceolata La.g\, la. Carric/iíem Vella DC, \a Frauquenia co7ymdosa Besí., especie que en la Península únicamente ha sido citada en esta localidad, por el Sr. Amo y Mora, el Lo¿i(S arenarius Brot., el Lyciíim iiitrincaium Boiss, la Vinca major L., citada en po- 412 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA cas localidades andaluzas, la WitJiania frutescens Pauq., el Teuc7'ium ITísnseleriBoiss., el S ¿atice T/iouini Viv., la Centaurea S07icAí folia Lag-., y la Ceiitaitrea hetero¡ihylla W.; por no alarg-ar demasiado esta enumeración no mencionaremos otras especies . El Lycium intrincatum Boiss., recog-ido en esta excursión, es interesante, porque nos permitirá completar con alg-unas obser- vaciones la característica de esta especie, que aparece incom- pleta en las obras descriptivas más importantes de nuestra flora. El g-ran Boissier, el autor de la especie, dice de sus ñores «cáliz carnoso; corola mr;¿e« pálida, de 7-8 líneas», y en cuan- to al fruto, conñesa que le desconoce. Willkoram, también de- ficiente en la descripción de esta especie, dice que la corola es blanquecina, y que desconoce los frutos maduros. Ambos auto- res mencionan que las hojas son pequeñas y alg-o carnosas, y lo mismo se lee en la Flore de l'Algerie, de Battandier et Tra- but, si bien estos autores mencionan que la corola es andada y las bayas pequeñas y rojizas. Amo y Mora se limita á trans- cribir las indicaciones de Boissier y Willkomm, y nada dice que hag-a sospechar que lleg-ase á ver esta especie. Los ejemplares que recog-imos en Motril, perfectamente ca- racterizados y completos, nos permiten esclarecer estas discor- dancias y completar la descripción de tan interesante especie. Las hojas, carnosas siempre, son, en efecto, pequeñas en las ramas floríferas; mas no así en las ramas estériles que las ma- tas presentan al efectuar su desarrollo, en las cuales el prome- dio lleg-a á tener 3 cm. de long-itud y se aproxima, por tan- to, al de las otras especies del g-énero Lycium que existen en nuestra flora. Las de las ramas floríferas no suelen exceder de 15 mm., y aun su promedio es alg-o menor. Las flores, cuya long'itud total es de 20 á25 mm., presentan una corola bastante embudada, cuya parte superior, limbo y g-arg-anta, es de un color morado intenso, matiz que se va desvaneciendo á medida que se desciende por el tubo, que en su última porción es más ó menos verdoso. Sin duda los colores que Boissier y Willkomm atribuyeron á la corola, no fueron los que pueden apreciarse en la planta viva, sino los que se observan en los ejemplares ya secos, en los que muy fácilmente la coloración ha podido lleg-ar á ser laque dichos autores mencionan. En cuanto á los frutos, efectivamente, son bayas pequeñas, de 6 á 8 mm. de long-itud por 4 ó 5 de diámetro, rojas, y cubiertas por el cáliz casi has- DE HISTORIA NATURAL. 413 ta SU mitad. Podría suponerse que los dos grandes botánicos citados hubiesen recogido ejemplares cuyas flores tuviesen otra coloración, cosa no imposible, pero poco verisímil, especial- mente tratándose de Willkoram, que recogió ejemplares en la misma localidad de Motril. Más probable parece que, no ha- biendo tenido lugar de ultimar el estudio de los ejemplares en fresco, se efectuase sobre los ejemplares ya secos y preparados, cosa á que tan frecuentemente se ven oblig'ados los botánicos y que, para entonces, los matices azules, que tan delicados son para la desecación, se hubiesen modificado hasta ser los que mencionan los dos autores citados, que tampoco concuerdan en este punto. Interesante fué también el hallazgo de un Astragalus de la sección Trimeniaeiis Bge. que recog"imos en Motril, en el lug-ar llamado Las Zorreras, próximo á la nueva azucarera de los Se- ñores Moren, especie que consideramos nueva, y cuya descrip- ción es la sig"uiente: «Astragalus paiiciflorus nov. sp. — Planta anual con raíz del- gada, con las ramas tendidas, de 6 á 8 cm., vellosa en todas sus partes, con pelos sencillos insertos por su base; hojas pín- nado compuestas, con cinco á seis pares de foliólas pelosas en ambas caras, trasovadas ó acorazonadas al revés, de 4 á (icm. de longitud; estípulas lanceoladas, agudas, pelosas, tres 6 cuatro veces más cortas que el peciolo; pedúnculos axila- res mitad menores que las hojas, con una á cuatro flores azula- do-violáceas, que amarillean por desecación; legumbre pelosa, curva, casi en forma de anzuelo, colgante, con un surco lon- gitudinal y ang-osto, muy bien marcado.» Como esta especie presenta alg-unas afinidades con otras de la misma sección existentes en nuestra flora, señalaremos las diferencias que presenta con aquéllas que en algo pudieran aproximársele, á fin de evitar toda confusión. Difiere del As- iraíjahis sesameus por no tener cabezuelas casi sentadas, y por tener la leg-umbre curva; del A . scorpioides, por no tener g-ene- ralmente dos flores y por tenerlas pediceladas; deM. cymhecar- 2)os, por tener la leg-umbre pelosa; del A. Stella, por su número de folíolas y de flores y por la g-ran curvatura de sus legumbres; del A. Pentaglottis, por no tener de 10 á 15 flores ni las le- gumbres rectas. 4-14 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Aunque no se trate de ning-una especie rara sino de una tan vulgar en las dunas marinas, mediterráneas y atlánticas, como el Pancratium mariUmnm ó nardo marino, teng-o alg-o que decir respecto de la existencia de esta especie en la costa de Motril, aunque no sea más que por desvanecer ideas erróneas, que allí g-ozan de cierto crédito. Nos habían indicado que en un solo punto de la costa vivían unas azucenas especiales, y que la le- yenda relacionaba su existencia con la de la aparición en el mismo lug-ar de la Virg-en patrona de la localidad, para la que alg-uien había propuesto por esto que cambiase su ad- vocación por la de la Virgen de las Azucenas. Como era natu- ral, quisimos ver de qué se trataba, 3^ en efecto, en cuanto lleg'amos al lug"ar marcado vimos que las famosas azucenas no eran otra cosa que el nardo marino tan común en los médanos, del que tantas veces he traído bulbos al Jardín Botánico, ya de Las Arenas (Vizcaya), ya de Fox de Douro (Portüg-al), ó ya de Salinas de Aviles (Asturias) y que es una de las especies características de las dunas de todas nuestras costas. Recogí en Motril bastantes bulbos de esta especie, que he cultivado en mi jardín y en el de la Facultad, habiendo tenido el g-usto de verlos abundantemente floridos en ambos jardines en el mes de Septiembre, y de comprobar su perfecta identidad con los que, procedentes de otras localidades y recogidos por mí, se cultivan desde hace años en uno y otro jardín. Su localización, en un punto determinado de la costa de Mo- tril, se explica porque los cultivos de la hermosa vega motrile- ña ha desalojado las dunas, ocupando todo el terreno que el mar no invade en los temporales, y como los Pancratium tam- poco pueden vivir al alcance de las ag-uas marinas, consér- vanse sólo allí donde la actividad agn-ícola de los motrileños les ha dejado un pequeño médano habitable. Aunque esto des- vanezca una leyenda más ó menos artificiosamente sosteni- da, he de decir que ya hace medio siglo, Boissier y Willkomm, separadamente, vieron dichas plantas en Motril, y las recono- cieron como Pancratium maritimiim y que esta especie es co- munísima en Almería, Cabo de Gata, Málaga, Conil, Sanlú- car y tantas otras localidades andaluzas, como lo es en todos los arenales de las costas de la Península desde Cataluña á las provincias vascas. DE HISTORIA NATURAL. 415 Convención para la protección de las aves útiles á la Agricultura (1^ Una convención establecida en París con el fin de proteg-er á las aves útiles al hombre, entre los Gobiernos de Francia, Alemania, Austria y Hung'ría,Bélg'ica, España, Grecia, Luxem- burg"o, Monaco, Portug-al, Sueciay Suiza, ha adoptado las con- clusiones sig-uientes: Artículo 1.° Las aves útiles á la Ag"ricultura, especialmente las insectívoras, y, sobre todo, las enumeradas en la lista nú- mero 1, adjunta á la presente convención, cuya lista será sus- ceptible de adiciones por la leg-islación de cada país, g'ozaráii de una protección absoluta, de manera que estará prohibido matarlas en todo tiempo, y del mismo modo destruir los nidos, los huevos y las polladas. En tanto que se Ueg-a á este resultado en todos los países, las altas partes contratantes se comprometen á tomar ó á pro- poner en sus leg-islaturas respectivas, las disposiciones nece- sarias para aseg-urar el cumplimiento de las medidas compren- didas en los artículos sig-uientes: Art. 2.° Estará prohibido, en todo tiempo, apoderarse de los nidos y huevos, así como capturar y destruir las polladas, por cualquier medio que pueda emplearse para ello. La importación, el tránsito, el transporte, la venta ambulan- te y en establecimiento, y la compra de estos nidos, huevos y polladas, estarán prohibidas. Esta prohibición no se extenderá á la destrucción, por el pro- pietario, usufructuario ó su mandatario, de los nidos que las aves hayan construido en las casas particulares, edificios en general y paseos públicos. Podrá ser además derog-ado, á títu- lo excepcional, en las disposiciones del presente artículo, lo que concierne á los huevos de g-aviota y avefría. Art. 3.° Se prohibirán la puesta y empleo de trampas, jau- las, redes, lazos, varetas de lig-a y otros medios cualesquiera (1) Acordada la publicación de estas bases en el Boletín de la Sociedad, la Comi- sión de publicación cumple gustosa el deber de manifestar que su traducción á nues- tro idioma y su presentación á la Sociedad, se deben á la iniciativa de nuestro con- socio D. Luis Lozano, Conservador del Museo de Ciencias naturales. 416 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA que teng-an por objeto facilitar la captura ó destrucción en masa de aves. Art. 4.° En el caso en que las altas partes contratantes no se encuentren en condiciones de aplicar inmediatamente y en su integridad las disposiciones prohibitivas del artículo que precede, podrán aquéllas adoptar las atenuaciones quejuz- g-uen necesarias á dichas prohibiciones, pero comprometién- dose á evitar en lo posible el empleo de métodos, artes y pro- cedimientos de captura y de destrucción, de modo que poco á poco puedan realizarse las medidas de protección menciona- das en el art. 3." Art. 5.° Además de las prohibiciones g-enerales formuladas en el art. 3.", no será permitido cog-er ó matar, desde 1.° de Marzo al 15 de Septiembre, las aves útiles enumeradas en la lista núm. 1, adjunta á la presente convención. La venta estará prohibida ig-ualmente en dicho período. Las altas partes contratantes se comprometen, en la medida que su legislación les permita, á prohibir la entrada y el trán- sito de dichas aves y su transporte desde el 1.° de Marzo al L5 de Septiembre. La duración de la prohibición, prevista en el presente ar- tículo, podrá ser modificada en los países septentrionales. Art. 6.° Las autoridades competentes podrán conceder ex- cepcionalmente á los propietarios ó usufructuarios de viñe- dos, huertos, jardines, viveros, campos sembrados ó con plan- tas, así como á Jos encarg^ados de su custodia, el derecho de tirar con arma de fuego sobre las aves cuya presencia sea per- judicial y cause un daño efectivo. Siempre se prohibirá poner á la venta y vender las aves muertas en estas condiciones. Art. 7.'' Podrán concederse excepciones á las disposiciones de esta convención cuando así lo requiera el interés científico ó las necesidades de la repoblación. Las autoridades compe- tentes harán estas concesiones tomando todas las precauciones necesarias para evitar los abusos. Podrá aún permitirse, con las mismas condiciones de pre- caución, la captura, venta y retención de aves destinadas á ser encerradas enjaulas. Los permisos los concederán las autori- dades competentes. Art. 8." Las disposiciones de la presente convención no se- DE HISTORIA NATURAL. 417 rán aplicables á las aves de corral, ni á las de caza existentes en los cazaderos reservados y desig-nados como tales por la le- gislación del país. En cualquiera otra parte la destrucción de las aves de caza no será autorizada más que por medio de armas de fueg-o y en las épocas determinadas por la ley. Los Estados contratantes impedirán la venta, el transporte y €l tránsito de aves cuya caza esté prohibida en su territorio, durante el período de prohibición. Art. 9." Cada una de las partes contratantes podrá ha- cer excepciones en las disposiciones de la presente conven- ción: 1.° Para las aves que la leg-islación del país permite tirar ó matar, por ser nocivas á la caza ó á la pesca; 2." Para las aves que la leg-islación del país haya designa- do como nocivas á la Ag"ricultura local. A falta de una lista oficial redactada por los Poderes públi- cos del país, la seg-unda parte de este artículo será aplicada á las aves designadas en la lista núm. 2, adjunta á la presente convención. Art. 10. Las altas partes contratantes tomarán las medidas oportunas para poner su leg'islación de acuerdo con las dispo- siciones del presente convenio, en un plazo de tres años, á partir del día de la firma del mismo. Art. 11. Las altas partes contratantes se comunicarán, por el intermedio del Gobierno francés, las leyes y las decisiones administrativas ya hechas ó que hayan de hacerse en sus Es- tados, relativas al objeto de la presente convención. Art. 12. Cuando se juzg-ue necesario, las altas partes con- tratantes se haríui representar en una reunión internacional encarg-ada de examinar las cuestiones que suscite la ejecución de la convención y de proponer las modificaciones que la ex- periencia haya mostrado como de utilidad. Art. 13. Los Estados que no hayan tomado parte en la pre- sente convención, pueden adherirse á ella si lo solicitan. Esta adhesión será notificada por la vía diplomática al Gobierno de la República francesa, y por ésta á los otros Gobiernos fir- mantes. Art. 14. La ])resente convención será puesta en vig-or en el plazo máximo de un año, á partir del día del cambio de rati- T. vi.-yclubre, 1906. -j» 4i8 boletín de la KEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA ficaciones, y quedará en vig-or indefinidamente entre todas las potencias firmantes. En el caso de que una de ellas denunciara la convención, esta denuncia no tendría efecto más que para ella, y solamente un año después del día en que esta denuncia haya sido notificada á los otros Estados contratantes. Art. 15. La presente convención será ratificada, y las rati- ficaciones serán cambiadas en París en el menor plazo posible. Art. 16. La disposición de la seg-unda parte del art. 8.° de la presente convención podrá, por excepción, dejar de ser apli- cable en las provincias septentrionales de Suecia, en vista de las condiciones climatológ-icas especiales en que éstas se en- cuentran. Lista núm. 1. Rapaces. Noctua minor, Surnia passerina {Mochuelo), Syrnium aluco (Carado). Strix ñammea (Lechuza). Otus brachyotus (Autillo). Otus vulg-aris (Buho). Scop^ Aldrovandi (Corneja). Trepadoras. Picus major (Picapinos, Carpintero). Gecinus viridis (Pito real). Yunx torquilla (Torcecuello). Y todas las restantes zig-odáctilas. Coracias g-arrula (Carraca). Merops apiaster (Abejaruco). Pájaros. Upupa epops (A buMlla). \ Sitta cassia (Trepa-troncos). Tichodroma muraría (Arañero). Certhia (Trepa-troncos). Cypselus (Vencejo). Caprimulg-us (Engañapastores, Chotacabras). ..s DE HISTORIA NATURAL. 419 Philomela (Ruisefior). Cyanecula suecica (Flaveta). Rulicilla phoenicura (Colirojo). Ruti cilla tithis (Solitaria). Rubecula familiaris (Peiirojo). Saxícola {RniManca, RaMhlanca). Pratíncola {Cagaestacas). Accentor. Sylvia {Pinzoleta). Curruca {Pinzoleta, Curruca, Friolenco). Hypolaís fMosqueta). Acrocephalus. Calamodyta. Locustella. Cisticola. Phylloscopus. Reg-ulus crístatus (Reyezuelo) . Trog'lodytes. Parus (Herrerillo, Primavera), Panurus, Orítes, (Egithalus, Psecíle. Muscícapa (Papa moscas). Hirundo [G-olondrina), Chelidon (Golondrina), Cotyle. Motacilla (Pajarita de las nieves), Budytes. Anthus (Pipi), Corydala, Agrodoma (Pipi). Loxía (Piquituerto). Cítrinella, Serinus (Chamarij. Carduelis (Jilguero), Chrysomitris (Lugano). Sturnus (Estornino), Pastor. Zancudas. Cíconía (Cigüeña llanca, Cigüeña negra) . 4ai, BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA. Lista núm. 2. Rapaces. Gypaetus barbatus ((¿uehranta-huesos) . Aquila (Águila real, Águila imperial, Águila Ueirera, Águi- la conejera, etc.). Haliaétus (Águila yescadora). Pandion haliaétus (Águila Manca). Milvus reg-alis (Milano), Milvus nig-er (Milano negro), Ela- nus, Falco islandicus (Gerifalte), Falco peregrinus (Hal- cón real), Falco barbarus (Álfaneque), Falco subbuteo (Alcotcm), Falco sesalon (Esmerejón). Todas las especies de estos géneros, menos las sig-uien- tes: Falco tinnunculus (Cernícalo), Falco cenchris y Falco vespertinas. Astur palumbarius (f^íTor^. Accipiter nissus (Gavilán). Circus aeriig-inosus (Árpella), Circus cyaneus (Cenizo). Bubo maximus (Buho real). Pájaros. Corvus corax (Cuervo). Garrulus g-landarius (Arrendajo). Zancudas. Árdea cinérea (Garza real), Árdea purpurea. Botaurus (Ave toro), Nycticorax. Palmípedas. Pelecanus (Pelicano). Phalacrocorax (Cuervo de mar). Merg-us. Colymbus. DE HISTORIA NATURAL. 421 La extinción de varias especies de la flora canaria AGUSTÍN CABRERA En un reciente estudio sumamente curioso de M. Henry Correvon, referente á la extinción de ciertas especies^de plan- tas, menciona dos casos referentes á Canarias, que nos han sug-erido la idea de comunicar alg-unos datos más de observa- ción propia sobre esta cuestión en dicho archipiélag'o. El Jimiperus cedrns, que habita las montañas más altas de las islas, es una de las especies de que dicho botánico hace mérito. De ella sólo quedan alg-unos ejemplares en las reg-iones elevadas de Tenerife, á 9.000 m. de altura, y en la caldera de la isla de la Palma, donde existen todavía escasos pies refugiados en los muros inaccesibles, hasta los cuales lleg-a la persecución de los habitantes, que los utilizan para fabricar muebles de mucho valor. La madera de este enebro contiene un principio aromático que la comunica un exquisito perfume mucho más g-rato que el de Virginia, de que se hacen lapiceros. El otro caso, citado por el Sr. Correvon, es el de las formas arbóreas de Staiice, propias de las Canarias y sumamente in- teresantes f/SV. arborescens,fruticans, etc.). Estos antig-uos tipos van también extinguiéndose. El Sr. Dr. Pérez afirma que varios de ellos están á punto de desaparecer, y que no quedan más que algunos pies confinados á las rocas inaccesibles del Cabo de Tenerife, donde acaban de destruirlo las cabras. Trata este señor de protegerlos y cultivarlos en su jardín del Puerto de la Orotava; pero su reproducción es muy difícil á causa de la escasez de g-ranos fértiles que dan estos tipos envejecidos. Las mismas dificultades se han encontrado en el jardín botá- nico de la Orotava, donde se cultivan algunos escasos ejem- plares. A estos datos puedo agregar algunos otros que comprueban la tendencia á la desaparición más ó menos rápida, y por tanto, á la rareza y acantonamiento á que han llegado otras 422 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA especies peculiares de Canarias, bien que, en g-eneral, motiva- da directa ó indirectamente por el hombre. La Lavatera Phcenicea Vent., hermosa malvácea de Canarias, se encuentra en este caso. De ella sólo hemos observado esca- sos ejemplares en la isla de Tenerife, su única patria, habien- do sido ya considerada por el autor de la especie como rara, aserto más tarde confirmado por cuantos botánicos han visita- do las islas. La explicación de ello, que hemos podido compro- bar repetidas veces, está en la obstinada persecución de que es objeto la planta por parte del g-anado cabrío, que la busca con especial predilección para alimentarse, en los meses de Julio y Ag'osto, cuando toda vegetación herbácea ha desapare- cido, y que es precisamente la época en que este arbusto se cubre de hojas, porque tiene la particularidad de que los extremos de las ramas jóvenes se llenen de flores antes de que en el mismo hayan aparecido las hojas. Por el bellísimo color rosáceo de los gTandes pétalos de su corola, contrastando con el ceniciento blanquecino de sus troncos y ramas, bien pudie- ra esta especie fig-urar en los jardines como planta de orna- mentación. Los pastores, que con sus g"anados transitan por aquellos sitios donde habita, la conocen con el nombre de higuereta, que alude á su asemejanza con la hig-uera en la coloración de los troncos y ramas, y la ramificación más visible que presenta cuando está desprovista de hoja, pareciendo remedar á la de aquélla. Perseg'uida por los animales, que destruyen cuanto ejemplar está á su alcance, y limitado de esta manera su campo de dis- persión, esta planta, forzosamente, ha tenido que circunscri- birse á aquellos sitios más abruptos y escarpados de la reg"ión montañosa de Tenerife, como la Punta del Hidalg-o, á unos LOOO metros de elevación sobre el nivel del mar, en el roque cono- cido con el nombre del «Carnero», donde le hemos cog-ido en flor y fruto á fines del mes de Junio. Son muy pocos los pies de planta existentes ya en esta reg-ión, donde únicamente veg^eta; en totalidad creo no pasen de quince, mas unos ocho ó diez que hemos visto en Izog"ne Bajamar, creciendo dispersas en sitios aún más inaccesibles que los anteriores, lo cual hace presumir la próxima desapari ción de esta especie del archipiélago canario. DE HISTORIA NATURAL. 423 Hacia el NW. de la misma isla y zona botánica, en las estri- baciones de la montaña llamada Meca de Vargas, vive otra planta de las peculiares del país, el Echium simjúex DC, que por lo restring-ido de su dispersión y el escaso número de indi- viduos vivientes, se halla en ig-ualdad de circunstancias que la anterior malvácea. Después de Webbe y Berthelot, creo no haya sido observada espontáneamente hasta que nosotros la hemos recogido. Es planta muy apreciada y admirada de propios y extraños por la mag-nificencia de su floración, que afectando la forma de un cono, alcanza de 1 á 2 ^l^ m. de altura, y cubierto de flores blancas, con uniformidad en todo su contorno. En los jardines públicos y privados de Tenerife se la tiene en g-ran estima y se la cultiva con preferencia á ninguna otra. Su época de floración es do Abril á Mayo. De las Rosdceas mencionaré una de las dos especies del g-énero Bencomia (la B. caudete W. y B., y la B. Moquiníana, de los mismos autores). La primera crece en Tenerife, la Madera y la isla de Palma, donde la recogió el ilustre botánico alemán von MüUer en la excursión que en unión suya tuve el gusto de realizar. Aunque se da como rara en Tenerife, he visto que en la sima de los montes más elevados, Cruz de Taganona, Benijo en las Montañas y en los de Anaga, se le encuentra en gran abundancia. No pasa lo mismo por lo que respecta á la seg-unda especie, Bencomia Moquiniana W. B., y que se creyó desaparecida del todo, pues de la nota que de ella hacen sus autores, no teng-o noticia de que la hayan recogido otros botánicos antes del re- verendo Murray, infatigable y sabio botánico inglés, que en el espacio de seis años consecutivos ha explorado con gran dete- nimiento una por una todas las islas del Archipiélago, encon- trándola en el Barranco de los Silos, situado al S. de Tenerife, en 19ü2j y donde la gente de aquellos pueblos próximos la co- noce con el nombre de hierba de la sangre. Ello es, que se trata de una especie sumamente rara; tanto, que no me ha sido posible recogerla en flor y fruto, por haberme ausentado de la isla desde aquella fecha, y sólo poseo un ejemplar, rega- lado por dicho señor Rvdo. Murray. El único representante en Canarias de la familia de las Ce- lastráceas, la Catlia cassinoidcs^ . B., peculiar de Tenerife, con- 424 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA serva escasísimos ejemplares espontáneos, los cuales habitan de preferencia las partes altas de los valles del N. de Tenerife, habiéndole cog-ido sin flor ni fruto en el pago de las Montañas, Valle de Benijo. De las Ericáceas, la Clethra arbórea Ait, tan abundante en los montes de la isla de Madera, fué encontrada en Tenerife en el Barranco de Nuestra Señora de Gracia, próximo á la ciudad de la Lag-una, por Buch y Schmith; más tarde, en 1890, la recog-imos en el monte de las Mercedes, y los ejemplares que obtuvimos con otras plantas, fueron enviados al reverenda Murray. Después de esta fecha, no hemos tenido ocasión de volver á dar con pies de dicha especie. Mucho pudiéramos decir en este sentido de varias plantas que espontáneamente veg'etan en aquel Archipiélag'o, y en particular de las que le son peculiares, determinando su dispersión, localización, rareza, etc , si por ahora no se tratase de una sencilla nota para ampliar en alg-o lo dicho por M. Co- rrevon; pero no queremos dejar de mencionar dos especies que han sido abundantes, y en la actualidad están más ó menos diezmadas por la persecución de los naturales. Una de ellas es el Convolvtihis scoparius L. fil, palo de rosa, que de la parte baja del tallo y g-ran porción del cuerpo de la raíz sumi- nistra una esencia parecida á la de rosas, que utilizan los in- dustriales. Otra es un helécho, el Dicksonia adcita L'Herit., espontáneo en los montes de Tag-anana y Punta de Anag-a, el cual es buscado por los naturales para recog-er los pelos de la base de la fronda, los cuales utilizan para, la curación de sus heridas como hemostático poderoso. Datos para el estudio de la Geología del Sudeste de España POR DANIEL JIMÉNEZ DE CiSNEROS I. Excursión al Infracretciceo del N. de Miichamiel . — En una de las notas publicadas en este Boletín con el título de Nuevos datos para la Geología del Sudeste de Es^mña, hablábamos del Infracretáceo del N. de Muchamiel, y de nuestra infructuosa tentativa para hallar el yacimiento de g-randes fósiles, que el DE HISTORIA NATURAL. á25 Si'. D. Pascual Pardo nos había indicado de antemano. Nuestro primer viaje se redujo á reconocer los seis kilómetros de la carretera que une Muchamiel á Jijona, y parte del Barranco del Verg-elet, y habiendo repetido la excursión el 9 de Abril, no fuimos más afortunados, puesto que tampoco dimos con el deseado yacimiento de fósiles, efecto de la tormenta que des- cargó durante nuestra excursión. Salí en la mañana del 9 acompañado de los alumnos señores Martí Jara, Vidal, Gadea y Salazar, aprovechando uno de los primeros tranvías, hasta Muchamiel. Desde este punto parti- mos en carruaje en dirección á Jijona, llenos de esperanza, pues la hora de salida y el estado del tiempo, nos hacía creer lleg-aríamos hasta cerca de la Sierra de Almadén, situada al E. de Jijona. Recorrimos brevemente los primeros kilómetros, y cerca del sitio en donde dejé la carretera para se^'-uir el ba- rranco del Verg-elet el 18 del pasado Marzo, se cubrió el cielo de nubes y comenzó á llover con violencia. Refug-iándonos en diferentes casas de campo, cuando la abundancia de lluvia no permitía caminar, perdimos una parte del día, hasta que de- cidimos continuar el viaje á pesar del estado del tiempo. Avan- zamos muy lentamente hasta el kilómetro 12, subiendo por la empinada carretera, á trechos convertida en torrente, hasta lleg*ar á la seg-unda casilla de peones camineros, en cuyo punto dejé el carruaje y á los alumnos Sres. Gadea y Salazar, pues era inútil exponer á todos á las molestias de una excur- sión en tales condiciones. Tenía que recorrer la distancia que nos separaba del Eslret, subir 3 km. por el primer barranco afluente de la rambla del Calesa, y volver al Estret para diri- g-irme desde este punto á la Venta del Marche, donde debía esperarnos el carruaje. En total, unos 14 km., en el caso afor- tunado de tener tiempo para lleg-ar á la falda de la Sierra de Almadén, y esto por un camino lleno de lodo y g-randes char- cos que teníamos á veces que vadear para evitar rodeos y di- laciones. Cerca de hora y media tardamos en lleg-ar al Estret, siendo forzoso dejar la excursión en este punto, pues apenas quedaba tiempo para volver á la venta del Marche. Mucho nos prometemos de un yacimiento que de tal modo se resiste á la exploración , y en la esperanza de enviar al Museo alg-ún Ammonites g-ig-antesco, encontramos solo uno pequeñísimo piritoso y alg-unos equinodermos de dudosa determinación. 4-26 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Todo el terreno recorrido parece pertenecer al Infracretáceo. En el Estret afloran potentes bancos calizos, con restos pirito- sos alterados, que buzan al E. próximamente. La formación parece Neocomiense, no atreviéndome á aseg-urarlo por la falta de fósiles bien determinados. La colinas situadas á la derecha del Estret, y que bordean la parte derecha de la carretera, su- biendo en dirección á Jijona, parecen del piso Albiense á juz- g-ar por alg-unos trozos de Acanthoceras ig-uales á los encon- trados en el fondo del Racó de Cortes. Tuvimos que recorrer la distancia que nos separaba de la venta del Marche, lo que se hizo brevemente, por ser el lado menor del triáng-ulo descrito, favoreciendo la marcha el mejor estado del piso y la pendiente que descendíamos. Al cabo de una hora escasa, encontramos el carruaje y á mis dos discípu- los Gadea y Salazar, que habían aprovechado el tiempo reco- rriendo aquellas colinas, en las que encontraron un trozo de polipero que parece del g-rupo Astrmidcp., y alg-unos equino dennos. Unos 2 km. más adelante, detuvimos al carruaje para recog-er algunos objetos olvidados en una venta, y el dueño me preguntó el motivo de nuestro viaje. Enterado de nuestros deseos, me ofreció una piedra que delia ser de las que buscába- mos, y me entregó un hermoso ejemplar de Acanthoceras, de 0,18 cm., probablemente la misma especie que cita Mr. Nic- klés en el Albiense de Racó del Cortes. Lo había encontrado uno de los niños de la casa en las colinas de la derecha del camino, y me dijeron que no eran raros en aquel sitio. Esto comprueba la existencia del Infracretáceo en la parte oriental de la carretera de Jijona, y nuestra excursión no tuvo otra uti- lidad que la determinación de esta faja de terreno hasta el kilómetro 12 y la rambla del Cabesó. II. Alrededores de Villa franqueza. — Expuesta en uno de los números anteriores la constitución geológica de los alrededores de Alicante, comunico hoy á la Sociedad española el resulta- do de nuevas exploraciones por las cercanías de Villafranqueza, y que vienen á continuar los trabajos expuestos anteriormente. El nummulítico forma las colinas de las inmediaciones del pue- blo, que constituyen una serie de crestones de caliza fuerte, dirigidos de SW. á NW. , buzando al SE. con un ángnilo de unos 70°. No hemos encontrado fósiles en el Ce^ro del Madrile- ño; pero, por sus rocas y su proximidad á los yacimientos fosi- DE HISTORIA NATURAL. 427 iíferos de las cercanías, me parece que se trata del Eocen*'», Su aspecto recuerda el peñón de Sax, que es también nummu- lítico, A la parte N. del pueblo continúan las colinas eocenas, en- contrándose abundancia de equinodermos en la loma llamada de la Caligua. El resto del campo lo forma el cuaternario, uti- lizado como tierra de cultivo, salvo en unas pequeñas eminen- cias en que aparecen unos travertinos rojizos encima de alu- viones antig-uos. La consistencia del travertino permite la for- mación de cuevas en los puntos en que se ha excavado en los aluviones, y alg-unas de estas cuevas son utilizadas como casas de campo, notables algunas por su mag-nitud como la llamada Cova de Maruenda. ni. El Racé de la Cherra y la Sierra de los Colmenares. — A la parte S. del mioceno de las Atalayas, ya estudiado en otra nota, se elevan unas pequeñas colinas, cuyo conjunto recibe el nom- bre de Racó de la Cherra (Rincón de la Tinaja). Su formación es parecida á la parte superior de las Atalayas, dominando una molasa amarillenta con escasos fósiles, entre los que se en- cuentran moldes de Cardium af hians Br., Venus, Pectén y Os- irea, con pequeños radiólos de Cidaris. No hemos encontrado, á la fecha, ni dientes de peces ni foraminíferos, como en las Atalayas. Su inclinación hacia el Mediterráneo recuerda la de las Atalayas, de las que parece una continuación. Avanzando hacia el W. se percibe otra serie de alturas, ma- yores que las descritas, y que se suceden unas á otras con g'ran regularidad hasta lleg-ar al Poríichol. Forman esta pequeña sierra, llamada de los Colmenares, unas calizas fuertes con es- casos fósiles, pues tan solo hemos encontrado un Cidaris de pequeño tamaño, y otro equinodermo indeterminable. La par- te inferior la forman unas raarg-as muy arcillosas, de color tan claro que parece blanco, en donde abundan los pectenes, car- dium y diversos moldes de g-astrópodos; pero lo que llama la atención por su frecuencia y su estado de conservación, es una especie del g-én. Lima, de reg-ulares dimensiones. Los estratos buzan al S. con inclinación de 25 á 30°. En el corte efectuado en la última loma para dejar paso á la línea férrea del tranvía de vapor de Crevillente, las marg-as arcillosas presentan en algunos sitios abundancia de peque- ños cuerpos lenticulares que me parecieron foraminíferos. He 428 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA sometido estas tierras á un lavado, y he conseg-uido aislar al- gunas docenas de ellos, que si bien por su fig-ura no puedo referir á las formas conocidas, me parece que pertenecen á pe- queños fósiles. Envío al Museo alg-unas de estas formas para su reconocimiento. El Mioceno se extiende por el S. para formar acaso la Sierra de Santa Pola. Nuestras investig-aciones quedan en este punto. Al W. se extiende una llanura cuaternaria, en la que co- mienza el campo de Elche. Aún queda por estudiar la Siewa de Sancho, situada al N. de la de los Colmenares, y cuya for- mación parece idéntica. En las pequeñas lomas situadas á lo larg-o del camino y más próximamente al Racó de la Cherra, se ha encontrado también el P. cristatus Bronn, aunque la delg^adez de la concha no ha permitido conservar enteros los ejemplares. Excursiones al terreno arcaico de Macael y Somontin (provincia de Almería) POR DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS Mucho tiempo hace que, acompañado del Sr. Enciso y de nuestro malog-rado consocio el joven D. José Sánchez Gómez, realicé una de las excursiones más ag-radables de mi vida. El recuerdo de aquel desgTaciado amig-o, arrebatado prematura- mente al cariño de sus padres y de cuantos le conocimos, y la vista de los ejemplares recog-idos en aquellos días, me mue- ven á escribir estas pág-inas, creyendo que serán de alg-ún in- terés para la Sociedad española de Historia natural. Habíamos convenido reunimos en aquel verano de 1894, y hacer varias excursiones por la provincia de Murcia. La pre- sencia de Enciso nos hizo cambiar de parecer, y unos días des- pués salió de Cartag-ena Sánchez, y nos dirig-imos juntos des- de Lorca á Huércal-Overa, en donde ya nos esperaba Enciso. Reunidos los tres, se convino visitar Macael y sus canteras de mármol, y dirig-irnos después á la sierra de Somontin para ver sus curiosos yacimientos de esteatita. Huércal-Overa es una de las más importantes villas de la DE HISTORIA NATURAL. 429 provincia de Almería, situada en una gran llanura de terreno Plioceno. Su fundación no debe ser muy antigua, y sus casas bajas, sus calles en g-eneral rectas y no muy estrechas, alum- bradas con el espléndido sol del Mediodía de España, le dan un aspecto aleg-re, contribuyendo no poco á hacer allí ag-rada- ble la estancia el carácter franco y expansivo de sus habitan- tes. El mismo día de nuestra lleg-ada comenzaron las excur- siones, dedicándose Sánchez y ICnciso á sus aficiones entorno - lóg"icas, que dieron mejor resultado de lo que se prometían. El Plioceno de Huércal ha sido estudiado por el ing-eniero D. Luis Natalio Monreal, cuyos trabajos aparecieron en el Boletín de la Comisión del Mapa Geológ-ico; así es que poco ó nada puede añadirse á lo publicado. Fuimos aquella tarde al sitio llamado Cuesta de las Moreras, de donde se extrae arcilla para las alfarerías, y arenas muy finas para diferentes usos. Estas arenas, claras y muy micáceas, alternan con las capas de arcilla, y entre las primeras suelen encontrarse nodulos de arcilla, de bastante tamaño, envueltos por un lecho de arena rojiza, que encierran cristales de yeso. Alg-unas capas arcillo- sas terminan en cuña, alternando con otras, separadas por capas de arenas. En los pequeños barrancos de las inmedia- ciones se descubren arcillas azuladas, que parecen representar el último tramo del Plioceno. Las dos g-randes ramblas que atraviesan la llanura, y reunidas van á parar al río Ahnanzora, arrastran g-ravas y arenas, formadas por cuarcitas, micacitas y pizarras cámbricas, procedentes de las inmediaciones. Salimos de Huércal-Overa el 25 de Julio, á las tres de la tar- de, en el tren que hacía á la sazón el servicio hasta Purchena, en donde terminaba la parte explotada de la línea. Atravesan- do áridos campos, Ueg-amos á Zurg-ena, en donde comienzan las feracísimas tierras reg-adas por el Almanzora. Aquella veg-a, que se resentía aún de las pasadas inundaciones, es uno de los puntos de mayor producción de la provincia, y podía juzg-arse esto por lo que en aquella época quedaba. La línea férrea sigue paralelamente al río, pasando por delante de Can- toria y otros puntos de menos importancia, hasta lleg-ar á la estación de Olula-Fines, donde bajamos para continuar á pie el resto del viaje. Cruzamos una parte de la veg-a, hasta lleg-ar al Almanzora, que pasamos fácilmente, porque suele llevar poca ag-ua durante el estío, y entramos por la desembocadura 430 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA de una profunda rambla que lleva el nombre de rio Marchal ó de Macael, que arrastra cuarcitas, calizas sacaroides y micaci- tas. Enormes bloques desprendidos de las cumbres parecen desafiar las más violentas avenidas é impedir el paso, tenien- do que torcer á cada momento y saltar de peña en peña, para evitar el ag"ua que á trechos inunda el camino. Quedáronse atrás Enciso y Sánchez, entretenidos en buscar insectos, y tu- vimos que esperar en la primera serrería de mármol que ha- llamos al paso, y allí se nos incorporaron muy satisfechos de sus encuentros entomológ-icos. Tres vecinos de Macael nos acompañaban, y g-racias á ellos pudimos lleg-ar al pueblo, si- g'uiendo por ásperos senderos y cuestas que parecían intermi- nables, hasta subir á una loma de micacita, desde la que se divisaba un reducido paisaje á la dudosa claridad del cre- púsculo; y mientras que nuestros acompañantes nos daban noticias del país, penetramos por las tortuosas callejuelas del pueblo cuando las sombras invadían el horizonte de Macael. La villa tiene escasamente 400 vecinos dedicados, en su mayoría, al trabajo del mármol. Se halla en la falda occiden- tal de la sierra de su nombre, estribaciones de los Eilabres. Otra serie de pequeñas alturas se extiende paralelamente á la primera, limitando la vista por la parte del W._, y entre ambas corre el río Macael ó Marchal, cuyo cauce hemos seg-uido en g-ran parte. El paisaje es alg-o triste, porque el horizonte se encuentra muy limitado, y apenas contribuye á darle colorido la pequeña extensión de tierra cultivada. Nuestra llegada á aquel país escondido entre montañas fué motivo de comentarios, siendo para ellos incomprensible el motivo de nuestro viaje, máxime cuando supieron que no nos animaba otra idea que ver las canteras y no tenía ning-ún fin comercial. Llevábamos cartas de recomendación para D. Ama- dor Valdés, rico propietario y dueño de varias canteras en ex- plotación, el cual llevó su atención hasta el extremo de orde- nar á un hijo suyo, joven, estudiante de Derecho, que nos acompañara al día sig-uiente; y gracias á la amabilidad del padre y á la buena voluntad del joven, pudimos ver tres de las canteras, con lo que dimos por satisfecha nuestra curiosi- dad, pues en todas se trabaja de la misma manera y con la misma imperfección que en los pasados sig'los. El país se encuentra perdido por falta de vías de comunica- DE HISTORIA NATURAL. 431 ción. Sólo una carretera de 6 ú 8 km. bastaría para sacarlo del estado de abatimiento en que se halla, y sus inag"otables can- teras darían material suficiente y barato para toda la Penín- sula. Inútil fué tratar de convencerlos de que una tal obra po- día ser acometida por todos y en beneficio de todos. En la rea- lización del proyecto veían sólo la utilidad que reportaría á los demás en perjuicio de la propia; y pensando la mayoría de esta manera, quedan en la inacción las mejores iniciativas. El 26, á las cinco de la mañana, emprendimos la marcha á las canteras. Un poco más arriba del pueblo afloran las piza- rras cristalinas (micacitas) con abundancia de g'ranates alman- dinos, resquebrajados y opacos en su mayoría, rara vez trans- parentes y enteros. Forman en la micacita abultamientos que llegan al tamaño de un g-arbanzo, y en ocasiones tan peque- ños, que parecen simples puntos. Valiéndose del martillo y del cincel pueden extraerse alg'unos muy bellos rombododecae- dros. Las micacitas g'ranatíferas de elementos menudos se uti- lizan en el país, así como la arena producida por el desgaste de las rocas, que se recoge en algunos puntos del cauce del Marchal para el corte de los bloques de mármol y para añlar las herramientas, designándola con el nombre impropio de as- perón. Las micacitas son de un gris plateado y de elemento muy fino, de tal modo, que se pueden separar en delgadas hojas, no siendo perceptible á simple vista el elemento cuarzoso (1). A medida que nos acercábamos á la cumbre, iban siendo más escasos los granates, y las pizarras tomaban un tinte ver- doso muy pronunciado y divisibles sólo en hojas muy gruesas. En las inmediaciones de las canteras de mármol no he encon- trado pizarras granatíferas; y habiendo visto pizarras con grue- sos abultamientos, éstos encierran sólo núcleos de caliza cris- talina, del tamaño de una avellana y mayores. Por bajo de los bancos de mármol suelen verse también pizarras verdes, cuya composición no he determinado. ♦ Las calizas sacaroides, enteramente blancas ó listadas de gris, encierran en la proximidad del contacto numerosas lá- minas de mica, de un verde claro, que la convierten en un (1) En las micacitas del arcaico inmediato á San Javier (Murcia), uno de los man- chones más orientales del estrato-cristalino de la región SE. de la Península, están los elementos kan diferenciados, que á simple vista se perciben loslecTios de cuarcita. 432 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA verdadero cipolino; pero no se utilizan, á pesar del buen efec- to que producirían una vez labradas. Encuéntranse alg-unos minerales en el resto de su masa, pero en tan pequeña canti- dad y en granos tan menudos, que en la mayoría de los casos se necesita el auxilio de la lente para percibirlos. El olig-isto, la pirita y acaso la mag-netita, son los más frecuentes. Los na- turales del país creen que también se encuentran oro y otros metales preciosos. La primera cantera que visitamos fué la de Ja Puntilla, abierta hacía poco á la explotación. En una extensión de 40 metros por 12 ó 15 de altura, se presentaba, como una cortina, una enorme masa blanca como la nieve., semejante á las des- cripciones que he leído de los g-laciares. El piso, cubierto de menudos frag-mentos, y los enormes trozos apilados á derecha ó izquierda para que no estorben á la extracción, contribuye á mantener la ilusión. Sentados sobre una piedra de unos 4 metros, que se destinaba á la construcción de una columna, estuvimos descansando como una media hora; y desde aquel sitio, de una blancura incomparable, se desarrollaba á nues- tra vista un paisaje en extremo sorprendente. A 200 m. más abajo, el río corre por entre bloques de mármol y pizarras cris- talinas brillantes, que reflejan la luz de la mañana; y de cien puntos distintos, las g-randes y sonoras piezas de mármol, vi- brando bajo la acción de los instrumentos del trabajo, parecen campanas que suenan á lo lejos; pues se elaboran al pie mis- mo de las canteras para bajarlas después penosamente por el estrecho, tortuoso y malísimo camino que se desarrolla á nues- tra vista, sig'uiendo las sinuosidades de la sierra. De la cantera de la Puntilla pasamos á la de la Reina, vasta excavación que ha surtido de mármoles á una porción de g-e- neraciones, si, como se dice, salieron de ella los mármoles que se emplearon en la ornamentación de la Alhambra. Su estre- cha entrada, lo preciso para dejar paso á las carretas, deja ver un espacio libre de mármoles de muchos cientos de metros cú- bicos, y allí el mismo acinamiento de g-randes trozos, que se consideran inútiles, pero que encontrarían aplicación si halla- ran fácil transporte. Cerca del río se encuentra una pequeña cantera, de donde se extraen mármoles g"rises del mejor efecto. A la sazón pare-, cía abandonada. DE HISTORIA NATURAL. 433 Descendimos después al lecho del río, donde recogimos al- gunos granates; y caminando como unos 2 km. en la dirección de su curso, visitamos algunas serrerías, en donde se cortan los bloques para convertirlos en losas y tableros. Un mecanis- mo sencillo y primitivo, formado por una rueda vertical que recibe impulso de un pequeño salto de agua, pone en movi- miento uno ó dos bastidores de madera, en donde se ajustan unos flejes de hierro, que se conservan tersos, mediante ros- cas y cuñas, y se disponen á distancias variables unos de otros, según el espesor que se quiere dar á los tableros. La arena ta- mizada del mismo río hace de esmeril, y un delgado hilo de agua moja de continuo las sierras y arrastra las arenas hasta el fondo de los cortes. El tamaño desigual de los granos, la falta de presión en los flejes y las intermitencias á que se ve sometida la operación, hace que las tiras metálicas se desgas- ten rápidamente y manchen de hidroxido de hierro las tablas de mármol. A pesar de que se trata de piedras de poca dureza, son raros los flejes que resisten un par de veces la operación, que suele terminarse antes de las cuarenta y ocho horas. Es muy posible que tales artefactos no pudieran aserrar los már- moles titónicos, como lo hacen las máquinas perfeccionadas de Monóvar, Aspe y otros puntos de Alicante, en donde se em- plea el vapor ó la electricidad como fuerza motriz. Los tableros se afinan ó arreglan, según el uso á que se les destina; y los imperfectos, quebrados, etc., se emplean en la construcción de losas para pavimentos, cortándolos á mano por procedimiento lento y primitivo. Las grandes piezas, como pilas para baños, fregaderos, columnas, escalones, morteros de grandes dimensiones, etc., se trabajan al pie mismo de la cantera, bajándolos después en carretas hasta la fábrica, en donde reciben la última mano. Los grandes bloques de forma de paralelepípedo se bajan también de igual suerte, y más de una vez ha ocurrido que estos descensos vuelquen las carre- tas, rodando hasta el fondo del río, perdiéndose completamen- te mármoles, vehículos y animales. No obstante los imperfectos medios de trabajo, hay obreros tan diestros, que labran á mano las figuras de revolución más complicadas, columnas, jarrones, etc., con tal maestría, que parecen construidos al torno. Como todos los productos de Ma- cad salen por el único camino, que es el lecho de la rambla, T, VI. -Octubre, 1906. EO 434 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA fácil es comprender las dificultades del transporte, sig-uiendo el lecho de un torrente erizado de peñones, y cortado por sal- tos y rápidas pendientes. Para dar una idea del precio del már- mol en Macael, baste decir que un tablero de cerca de 2 m. de larg-o por 1 de ancho y más de 3 cm, de g-rueso, vale unas 25 pesetas. De regreso á la población, y después del almuerzo, vimos lo poco de notable que encierra la villa. Unas cuantas columnas de mármol, de 3 á 4 m. de altura, de orden toscano unas, dó- ricas otras, bastante bien labradas y conservadas, pues alg-u- nas datan de 1648 y de 1694. seg-ún puede leerse en sus pedes- tales. Colocadas en plazuelas, calles ó encrucijadas, sirven de recuerdo, ó sosteniendo cruces, como objeto de devoción. Frente á la casa en donde hemos pernoctado se levanta una de ellas, de porte esbelto y eleg-ante, construida por los jóve- nes de Macael y Roya (pueblecito cercano á Macael), en los últimos años del sig'lo xvii. El templo parroquial es peque- ño, con techumbre toda ella de madera, obscurecida por los años. Altares, balaustradas y retablo todo de mármol y de escaso mérito artístico. Una estrecha escalerilla de caracol da acceso al pequeño campanario, desde el cual se disfruta del reducido panorama de aquel extraño pueblo. Despedímonos del escaso número de personas á quienes habíamos tratado, y á las cuatro de la tarde marchábamos con dirección á Pur- chena. Dos caminos se nos ofrecían para lleg-ar á esta ciudad. El uno, llamado del Cafornal, acorta la distancia, pero es de peores condiciones que el otro, llamado del Llano, que corre para- lelamente á Jas estribaciones de la tierra de Filabres. Optamos por este último, y sig-uiendo las indicaciones que nos dieron al salir del pueblo, bajamos al cauce del río ó rambla de Macael, y caminamos como dos kilómetros ag-uas abajo. Torcimos des- pués al W., sig-uiendo un pequeño barranco, y después de una hora de marcha lleg-amos á una extensa llanura en la que afloraban pizarras satinadas, cubiertas, en parte, por los alu- viones procedentes de los Filabres. Una imponente soledad nos rodeaba, y durante alg'unas horas no vimos ser humano en aquellos parajes. Atravesamos después el lecho de un ba- rranco que baja de lo alto de la tierra (Barranco Alegre), y anuye al Almanzora, y siempre marchando en dirección W., DE HISTORIA NATURAL. 435 subimos una prolong-ada cuesta de terreno pizarroso, poblada de viñedo, amenazado, como todo el de este término, de la invasión filoxérica. A la puesta del sol llegamos á la cumbre, y sig'uiendo parte del cauce de un pequeño barranco que desde aquella altura se dirig'e al Almanzora, dimos vista á Purchena, que desde aquellos sitios ofrece un curioso aspecto al borde del río y al pie de un castillo, que en otros sigios debió ser inexpug-nable, y hoy se encuentra vencido por el tiempo, casi todo él ruinoso. Purchena, la antig'ua ciudad tan importante en otro tiempo, es hoy un pueblo decadente. Hasta 1894 apenas tuvo otros medios de comunicación que escasos y malos caminos vecinales, sig'uiendo en esto la misma suerte que las demás poblaciones de esta comarca, tan rica por su naturaleza como abandonada por los hombres, que han debido prestar protección á una provincia abundantísima en minas, y cuya ag-ricultura podía hacerla una de las más im- portantes de la Península. El país se ve abandonado, sin carreteras apenas, sin otros canales de rieg"o que los construí- dos por los árabes, y que hasta 1891 no ha contado con un solo kilómetro de línea férrea. Grato recuerdo conservamos de las atenciones recibidas, y en especial del diputado provincial D. José Morales, que nos •acompañó parte de la noche y nos dio datos interesantes acerca del país, llevando su amabilidad hasta el punto de poner á nuestras órdenes uno de sus dependientes para que nos sirviera de g'uía en las excursiones que intentá- bamos. Al amanecer del 27 de Julio salimos con dirección á las sierras de Somontín y Lúcar, en donde se encuentran los yaci- mientos de esteatita que nos proponíamos visitar. Atravesamos el Almanzora, y caminamos hasta cerca de las siete de la ma- ñana por una fértilísima vega poblada de frutales; y aunque el calor no era excesivo, la marcha fué muy fatig'osa, pues caminamos estas tres horas por una pendiente sembrada de guijarros. Llegamos á las siete á Somontín, villa de pobre as- pecto, como de 400 vecinos, edificada al pie de la sierra de su nombre, con la entrada por rampas entre altos paredones que le dan el aspecto de una plaza fuerte. Atravesamos las calles sin detenernos, y continuamos subiendo la sierra por caminos tan pendientes, que á cada momento teníamos que detenernos 436 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA para tomar aliento, y tras hora y media de marcha llegamos á lo alto de la sierra, desde donde se divisa un espléndido pano- rama. Al S. se desarrolla toda la sierra de Filabres, coronada por la Teiica de Sacares, uno de los vértices principales que elig-ió el g-eneral Ibáñez para la red de triang-ulación, y que con el cerro de Mulahacén, sirvieron para unir los trabajos españoles con los franceses, que tenían su estación en Argelia. Un campesino con quien hablamos, nos contó los trabajos y las dificultades que hubo que vencer para llevar los aparatos geodésicos á lo alto de Bacares. La vista se extiende hasta las sierras de Serón y otras que desaparecen por Occidente, mien- tras que al E. se percibe una serie de montañas entre las que descuella Macael con sus blancas canteras, que parecen manchas de nieve. Entre esta barrera al S., y las sierras en que estamos, se descubre casi todo el valle de Almanzora con sus pueblos Purchena, Tíjola, Serón, la Armuña, que tanto pa- deció en las últimas inundaciones, en tanto que Somontín, Lúcar, Urracal y otros, quedan escondidos entre los repliegues de los montes. La Sierra de Somontín está formada por calizas en la parte alta, y pizarras talcosas, blancas ó verdosas y semitraslucien- tes, forman la base. Entre estas talcitas se halla un banco de caliza cristalina, y debajo se encuentra el yacimiento de estea- tita, que se explota desde hace largo tiempo. Las trabajos se llevan á efecto de una manera imperfecta; donde se sospecha que hay jaboncillo, se abre una galería con pendiente de 45° próximamente, hallando en la caliza unos escalones de tres palmos de altura, y otro tanto de anchos. La irregularidad de esa escalera, la altura de sus escalones y el polvo de esteatita que los cubre, luego de empezar la extracción, hacen la baja- da en extremo peligrosa. Descendí como una veintena de ellos, y tuve que retroceder. Mis compañeros, más afortunados que yo, descendieron al fondo de una excavación, pues no se habían manchado tanto de esteatita. Pasaron, sin embargo, un mal rato, porque resbalaron en una de las galerías y se les apagó la luz que llevaban, teniendo que marchar alumbrándose con cerillas y casi á tientas por aquellos resbaladizos pasillos. Comprobaron la existencia de la capa de caliza cristalina en- cima de la esteatita distribuida algo irregularraente, y pene- trando en algunos sitios la masa de jaboncillo. Éste se saca en DE HISTORIA NATURAL. 437 pedazos que se cortan en forma de losas cuadradas de unos 40 ó 50 cm. de lado. Los pedazos pequeños se encierran en sacos para ser molidos cerca de Somontín, de donde se expiden en saquitos de unos 50 kg". Algunas esteatitas se presentan terrosas y de color gris, como si fueran la alteración de las pizarras talcosas. Entre las hojas ó tablas en que se dividen ciertas esteatitas, se notan g-randes manchas rojas de limonita. Sólo se benefician las más puras, y de color blanco de leche. El yacimiento parece muy ■extenso; pero advertimos pocos trabajos en aquella época del año, sin duda, porque las faenas agTÍcolas ocupaban enton- ces á los obreros. El descenso de la sierra se efectuó rápidamente. Cerca de la base de la montaña existe una pequeña fuente que en otro tiempo debió ser más abundante, á juzg-ar por la g-ran masa de tobas que la rodea. Comimos muy tarde en Somontín y volvi- mos á Purchena antes de ocultarse el sol, pudiendo ver alg"u- nas curiosidades del pueblo. Una ig'lesi'a muy antig-ua con te- chumbre de madera, y un elevado campanario desde el cual contemplamos el paisaje. Al día sig"uiente salimos en el tren de la mañana y Ueg-amos unas horas después á Huércal-Overa, donde continuamos nuestras excursiones. Dos días estuvimos en Lorca, en donde Sánchez recolectó alg-unos insectos, y jun- tos partimos á Cartagena, para visitar el Mioceno de Canteras, en el cual recogimos fósiles muy curiosos, particularmente fo- raminíferos. Algunos días después regresé á Lorca, dejando á Sánchez con su familia. Ya no volví áver más á mi desgracia- do amigo. Muerto en la flor de su vida, y cuando se iba abrien- do nuevos horizontes, dejó en su familia un vacío imposible de llenar con otro afecto. Sus desconsolados padres murieron de pesar al cabo de pocos años. El terreno arcaico de los Filabres ha sido señalado ya hace muchos años. D'Orbigny en su Cows élémentaire de PaUontoIo- gie et G-éologie stratigraphiqíies, tome ii, fase, i (1851), p. 270, lo índica, y acaso autores españoles lo hayan dado á conocer antes de esta fecha; pero ig-norando yo si la Sociedad españo- la DE Historia natural posee alg'unos trabajos referentes á Macael y Somontín, me he atrevido á escribir estos apuntes, que más bien son un recuerdo de aquellas excursiones, que un esbozo de trabajo geológico. 438 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA M. de Lapparent (1), que resume en una fórmula sencilla la constitución del terreno primitivo, establece como carácter dominante de las capas más antig"uas ó del g'neis g'ranitoide, la presencia de los silicatos alcalinos; mientras que, en el piso superior, se manifiestan de preferencia la cal, el óxido de hierro j la raag-nesia. A esta parte corresponden, por tanto, las formaciones de Macael y Somontín. Una moleta prehistórica de Sevilla POR FRANCISCO DE LAS BARRAS Examinando hace próximamente un año el socavón practi- cado para la extracción de g'rava, situado en el diluvhmi, en los terrenos que median entre los dos caminos que conducen de Sevilla al cementerio de San Fernando, y á unos 50 m. del hospital de San Lázaro, encontramos á poco más de 1 m. de profundidad, un canto rodado de grauwacka, cubierto en parte de concreción caliza, y presentando tres superficies pulimen- tadas, las cuales se comprende, desde lueg-o, por la simple ins- pección del ejemplar, que han sido producidas artificialmente. No teníamos noticia del descubrimiento de ning-ún objeto prehistórico en aquel sitio, pero desde lueg'o comprendimos que se trataba de una moleta (molette) ó pulimentador, de cuya clasificación no dudamos, en vista de las fig"uras 720 y 721 que inserta Mr. Mortillet en la lámina lxvi de su Musée PréMstorique. El ejemplar en cuestión, de que dan idea los adjuntos es- quemas, presenta, como queda dicho, tres caras pulimentadas, de forma elíptica, que, á prolong-arse alg-o más, hubieran dado á la piedra sección triang-ular. Mide la mayor (1) 68 mm. de larg-o por 28 de ancho, y está un poco inclinada hacia el lado a, recubierto por la costra caliza, perdiéndose por esta parte en la superficie redondeada del centro, y determinando por la otra una arista viva. La seg-unda faceta (2), que es la más es- trecha, mide 54 mm. de larg-o por 15 de ancho; se inclina (1) Traite de Oéologie, 1883, p. 636. DE HISTORIA NATURAL. 439 también hacia la costra caliza a, y está mejor limitada por una arista al lado opuesto. La tercera faceta (3), que es la más corta, mide 46 mm. de larg-o por 19 de ancho, y se inclina más al lado opuesto que las anteriores. La arista que la limita se acusa bien en todo el contorno, aunque no es muy viva. El espesor máximo del canto es de 42 mm., y sus dos mayo- res dimensiones de 88 y 92, respectivamente. En la Universidad de Sevilla se conservan dos objetos pre- históricos semejantes. Uno es el núm. 88 de la colección de la Facultad de Filosofía y Letras. Procede de Alhama de Grana- da, y es un canto rodado de diabasa, presentando una sola faceta. Está clasificado como moleta. El otro lleva el núm. 85 en la colección prehistórica del Museo de Historia Natural (vi- trina 17), y está clasificado como pulimentador. Es un trozo de jaspe con forma aproximadamente de paralelepípedo, de peque- ño espesor. Procede del sitio denominado Calar de la Mantua, en Alhama de Granada. Las cuatro caras más estrechas son las pulimentadas por el roce. En los alrededores de Huelva hemos encontrado también en el dihivinm alg-unas piedras con caras pulimentadas, pero tenemos aún dudas sobre ellas, por lo cual no las describimos. Anomalías foliares y florales en el «Jasminum officinale L.» POR CELSO ARÉVALO Por ser cuestión tratada en esta Sociedad (1), creo intere- sante dar cuenta de las anomalías que tan frecuentísimas son (1) Véase á este propósito F. Barras de Aragón, «Anomalías de algunas hojas», Boletín DE la Real Sociedad Española de Historia Natural, Febrero 19J5, y E. Reyes Prosper, «Polimorfismo de las hojas del ricino», Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, Enero 1901 . 410 boletín de la real sociedad española en el jazmín, hasta el punto de ser esta especie un buen ejem- plo de ellas. Las hojas del jazmín son compuestas y pueden considerarse constituidas por siete foliólos, uno terminal, y los restantes distribuidos en tres pares de foliólos opuestos (fig-. A); pero existen hojas en que el número de pares de fo- liólos laterales es mayor ó menor, lo cual puede ex- plicarse suponiendo que ha habido desdoblamiento del folíolo terminal, dando lu- gar á uno ó más pares de folíolos terminales en el primer caso, ó, por el con- trarío , concrescencía del primero ó primeros pares de folíolos con el folíolo terminal. Esta explicación está sustentada por la ob- servación frecuentísima de hojas, tales como las de las íig*uras B y C. En la fig"u- ra B se ve que, además de los tres pares de folíolos la- terales existe un último par incompletamente separado del folíolo terminal, mientras que en la fig-ura C el primer par de folíolos se ha hecho concrescente con el folíolo impar, reduciéndose así el número total de folíolos. Tan frecuentes como en las hojas son las anomalías en las flores, en las cuales las corolas presentan indistintamente cuatro, cinco ó seis dientes, lo cual no puede atribuirse á una prolifería, porque estas flores anómalas sig-uen siendo dian- dras, aparte de que la proliferación de los estambres sólo daría lug-ar á pétalos interiores, que no aumentarían el número de dientes de la corola. A mi parecer, esto tiene una explicación análoga á la que he dado para las hojas, trátese aquí simple- mente de concrescencias ó divisiones (seg-ún esté aumentado Fig. A DE HISTORIA NATURAL. 441 Ó disminuido el número de dientes) de las partes libres de los pétalos. Para terminar, he de dar cuenta del procedimiento de repro- ducción que he empleado y que es muy sencillo y muy útil para estos casos. Basta simplemente colocar en la prensa foto- Fig. B Fig. C gráfica de positivas la hoja directamente sobre el papel sensi- ble, para que ésta se dibuje, pues la opacidad de la hoja impi- de la alteración del papel y da por resultado la formación del contorno, al mismo tiempo que los nervios se señalan por su mayor transparencia. 442 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Boletín bibliográfico. Julio-Septiembre. Académie des Sciences. Paris. (Comptes rendus.) 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Sur la lymphe des Ruminants.=JS° 4. — Gosselet: Deux sondages profonds en Picardie. — Blaringhen: Sur une espéce nouv. de Mais. — Marais: Sur l'appar. rétro-cérébral du Kotifér. — Blayac: Le Gault et le Cénomanien. — Dodtillé: Sur la struct. des Fusulines.— Schokalsky: Sur la glace de fond.=N° 5. — Marceau: Sur le mouvem. des valves des Acéphales. — Jourdy: Esquisse tectonique du sol de la France.=N° 6. — Vüillemin: Sur les formes dites anoma- les. — Lefévre: Sur la fonction chlorophyllique des plantes.=]N° 7. — Muntz et Faüre: L'irrigat. et la perméabilité des sol8.=iS[° 8.— Giard: Sur la Mouche á fruits (Ceratitis capitata). — Bigourdan: Le tremblem. de terre de Valparaíso. — Kunstler et Gineste: Les cultures de Proto- zoaires.=N'* 9.— Bigourdan; Le trembl. de terre de Valparaíso. — De- lacroix: Sur une maladie de la Pomme de terre..^N° 10. — Schulten: Sur l'isomorphisme de la northupite avec la tychite.=N'' 11.— Bril- louin: Les courbur. du geoide dans le tunnel du Simplón. — Mirande: Sur la format. d'anthacy aniñe. =i\° 12.— Brillouin: Mouvem. du p61e á la surface de la Terre. Académie des Sciences. Cracovie. (Bulletin international.) 1906, n° 1. — Bu- RAEZEWSKi et Marchlewski: Sur la matiére color, du sang.— Sicmiradzki : Sur les couches paléozoiq. de la Podolie.— Loziriski: Sur le cceur des Lamellibr.=N° 2. -Korczynski et Marchlewski: Sur les racines de Datisca cannabina. —Zápa-lowicz: Sur la flore de Galicie.— Friedberg: Sur le bassin miocén. de Rzeszow.— Stolyhwo: Granes péruv.=N° 3. Marie: Sur les coeurs lympbat. de la grenouille.=N° 8.— Siedlecki: Sur le karyosome.— Garbowski: Sur les larves et les oeufs des Oursins.— DE HISTORIA NATURAL. 443 Raciborski: Sur la cellule vivante. — Beck: Phénom. eléctriq. dans l'écorce cérébr.=N° 9.— Siedlecki: Sur le struct. du Spirochaete pal- uda.— Moldenlvauer: Sur la radio-activité des pIantes.=N° 10. — Janczewski: Species generis Eibes.— Raciborski: Sur les chimiamorph. de V Aspergillus «¿¿rer.— Kulczycki et Kusbaum: Sur les glandes uni- cellul. des Téléostéens.— Romek: Epoque glaciale dans les monts. — Hirschler: Embrj^ologie de la Catocala nupta L. Académie internationale de Géographíe Botanique. París. (Bulletin.) 1906, n° 202. — LÉVEILLÉ: Sur le genre Epilobium.='^os 203-204.— Boissieü: Les Ombelliféres de Chine. — Olivier: Les par? sites des Lichens. American Naturalist (The). Boston. 1906, n° 475. — Mead: On tbe Occipit. Condyl. in Mammalia. — Berry: Fossil Species of Comptonia.=N° 476. Lull: Volant adaptat. in Vertebrat.— Dexler and FREUND:Morphology of tbe Dugong. — Hammatt: Reproduct. of Metridium marginatum.^ N°477.— WEYSSENand Burgess: Histogenes.of tbe Retina. — Williams: On tbe Marine Copepoda.— Howe: Licbens of Mount Monadnock. Archives de Zoologie Experiméntale et genérale. París. 1905, n° 3. Archives Néerlandaises des Sciences exactes et naturelles. La Haye. 1906. Serie ii, t. xi, S' livrais.— Sohngen: Sur les bactéries qui se nourrissent du métbane. Australiam Museum. Sydney. (Records.) 1906, vol. vi, n° 3.— Etheridge: The cranial buckler of a Dipnoan Fish. — Anderson: Axinite, Petter- dite, Crocoite, and Datolite. — Rainbow: A synopsis of Austral. Acari- ña.— Waite: On Austral, and Tasinan. Fishes. — Hedley andPETTERD: Mollusca of Sydney. — Waite: On Austral. Sharks. Baleares (Las). Palma de Mallorca. 1906, nos 67 y 69. Canadian Entomologist (The). 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(Bulletin.) 1906, n" 78.— Joubin: Sur les Némertiens bathypelag.=]S° 79. — Jaquet: Sur la nageoire anale des Sebastes dactyloptera.='¡a" 80. — Eo0vier: Sur les Gennadas ou pénéides bathypelag.=IS° 81. — Bouvier: Sur les pénéides du genre Haliporus Sp. Bate.=N° 82.— Mangin: Distribution des Algues. Musei di Zoología ed Anatomía comparata. Torino. (BuUetino.) 1905, VOl. XX. Museí Nationalis Hungarici. Budapest. (Annales.) 1906, vol. iv, pars prima. Museu Goeldí. Para. (Boletim.) 1906, n° 4. — Huber: Flora amazónica.— Sy- nopse das espec. do genero Hevea. — Ducke: Vespidas sociaes do Para. GcELDi: Chelonios do Brazil. Museum d'Hístoire Naturelle. Paris. (Bulletin.) 1905, n° 6; 1906, nos I-3. Museum of Comparative Zoólogy. Cambridge. (Bulletin.) 1906, n° 2. Naturhistorischen Gesellschaft. Nürnberg. (Abhandlurigen.) 1905, Bandín, (Schluss-) Heft. Novitates Zoologicae. London. 1906, vol. xiii, n° 2. DE HISTORIA NATURAL, 445 Nuova Notarisia (La). Moderna. 1906, Ottobre. — Mazza; Algolog. 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Soc. esp. Hist. nat.) Esteva (D. José). — La dehiscencia y diseminación del ojos compuestos, sobre todo en la 9; el estema anterior dista de los posteriores más que ellos entre sí; dorso del tórax y mesopleuras espar- cidamente punteados; área dorsal del segmento medio transversalmente rug-osa; lados finamente estriados; alas lig-eramente obscurecidas hacia el ápice; cabeza y tórax- ligeramente pubescentes; abdomen alarg-ado, primer seg-mento un poco más corto que el seg-undo y tercero reunidos; último seg-mento truncado en el í^; en la 9 triang-ular, con una línea en su parte central. Ultimo artejo de las antenas (cf j unciforme, tan larg'o como los tres anteriores reunidos. Cuerpo y patas de color neg-ro. cf y 9- Long-. 7-11 mm T. scuiatum (1) Chevrier Patria: Mediodía de Europa y Norte de África: En España se ha encontrado en las provincias de Madrid, Salamanca, Avila y Barcelona, 4. Primer seg'mento del abdomen alarg-ado; próximamente de ig-ual longitud que el seg'undo y tercero juntos 5 — Primer seg-mento del abdomen corto, poco más larg-o que el seg'undo 6 5. Patas completamente neg-ras; clípeo lig-eramente bidenta- (1) Gribodo, en el «Bull. Soc. entom. Italiana», 1881, p;íg. 228, ha descrito, bajo el nombre de Trypoxylon Qi/artinae, una e.=pecie idéntica al T. scntatnm. El autor ita- liano no debía conocer esta última especie, puesto que dice de la suya: «E questa una notevolissima specie che si disting-ue fácilmente da tutte le altre finora conosciute, sia europee che esotiche, per la singolare conformacione della fronte e per la scultura del metatorace.» Por otra parte, la descripción del T. Qitartiiiae conviene exactamente al T. scuiatum. A pesar de ello Dalla Torre, en el Catalogas Hijmenopterorum, vol. viii, pág'. 707, conserva el T. Quartinae como especie separada, no incluyéndolo entre la sinonimia del T. scittatum He consultado sobre el particular al Sr. Kohl, que es, ac- tualmente, la primera autoridad en esfégidos, y me ha confirmado en mis suposicio- nes de que T. Quartinae y T. sciiíatnm son una misma especie. DE HISTORIA NATURAL. 465 do en el ápice; las órbitas interiores de los ojos compues- tos, por debajo de la inserción de las antenas, separa- das entre sí por una distancia mayor que la long-itud del seg-undo artejo del funículo; dorso del tórax bien pun- teado, poco brillante; cabeza y tórax poco pubescentes. Cuerpo neg-ro; el artejo final de las antenas, en el (^, unciforme, de long-itud igual á la de los cuatro anteriores reunidos; escuámulas neg-ras en la mayor parte de su ex- tensión; dorso del seg-mentu medio con un surco long-i- tudinal, estriado transversalmente. Long-. 6-11 mm.... T. aiíemiatum Smith. Patria: Difundido por la ma^^or parte de Europa. En Espa- ña se ha encontrado en las provincias de Madrid, Barcelona, Zarag-oza, Avila y Guipúzcoa. — Tarsos anteriores de color amarillento; los intermedios y posteriores, claros también, pero más obscurecidos; bor- de anterior del clípeo inerme; lasórbitas interiores de los ojos, por debajo de la inserción de las antenas, separa- das entre sí por una distancia próximamente ig'ual á la long-itud del seg-undo artejo del funículo; cabeza y tó- rax provistos de abundante pubescencia plateada; dorso del tórax pulimentado, brillante con muy escasa pun- tuación. Cuerpo neg-ro, escuámulas testáceas, alas hia- linas; el primer seg-mento del abdomen más fino y alarg-ado que en la especie anterior. 9 Long-. 8-11 mm . . T. albipes Smith. Patria: Dalmacia (Smith); España: Granada (Kohl); Alcalá de Henares (M. de la Escalera!); Siria: Akbés (M. de la Esca- lera!)— Esta especie no estaba señalada en Siria. 6. Las órbitas internas de los ojos, por debajo de la inser- ción de las antenas, á los lados de la base del clípeo, distan entre sí la mitad que en el vértice, á la altura de los estemas; tibias y tarsos anteriores de color claro. Cuerpo neg-ro, pocopulimentado;alashialinasligeramen- te obscurecidas hacia el ápice; seg-mento medio estriado transversalmente, con un surco profundo long-itudinal. Antenas eng-rosadas hacia el ápice; último artejo, en el cT, unciforme, de long-itud ig'ual á la de los tres anterio- res reunidos. Long-. 510 mm . T. clavicerun Lepelletier. Patria: Difundido por toda Europa; en España se ha encon- T. vi.-Nóviemt»re, 1906. 32 466 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA trado hasta ahora en las provincias de Madrid, Barcelona y Zarag'oza. — Las órbitas internas de los ojos, por debajo de la inser- ción de las antenas, á los lados de la base del clípeo, distan entre sí poco menos que á la altura del vértice; tibias y tarsos anteriores negros ó de color píceo claro. 7 7. Especie de tamaño pequeño (4,5-6 mm.); tibias y tarsos an- teriores píceos; último artejo de las antenas, en el (j", no unciforme, de long-itud ig-ual á la de los cuatro ante- riores reunidos. — Cuerpo neg-ro, alas hialinas, puntua- ción, próximamente como en las especies anteriores; la relación que g"uardan entre sí la anchura de la frente, por debajo de la inserción de las antenas, con la que tiene á la altura del vértice como de 4:5; las antenas en la 9 más eng-rosadas y más cortas y gruesas que en la del clamcenin; los artejos del funículo 3, 4 y 5, no más lar- g-os que el g-rosor de su ápice (en el clavicerun son dos veces más larg'os que g-ruesos en el ápice). Mandí- bulas y palpos de color amarillento. T. Kolazyi Kuhl. Patria: Austria inferior; España: Ambel, en la provincia de Zarag'oza (Dusmet!) Esta especie no estaba señalada en España. — Especie de tamaño medio (6-12 mm.); tibias y tarsos ante- riores neg-ros; último artejo de las antenas, en el (j^, unciforme, de long-itud ig-ual á la de los tres anteriores reunidos; en la 9, los artejos del funículo 3, 4 y 5 casi dos veces más larg-os que el g-rosor de su ápice. Cuerpo ne- gro; alas lig-eramente ahumadas; la frente, á la altura del vértice, casi de la misma anchura que por encima del clípeo. Detalles de puntuación y pubescencia como en el attenuatíim. Long-. 7-12 mm T. figiilns Linneo. Patria: toda Europa. En España se ha encontrado hasta ahora en las provincias de Madrid, Zarag-oza, Barcelona, Ali- cante, Seg-ovia y Valladolid. DE HISTORIA NATURAL. 46T Sohre la nomenclatura de algunos géneros del orden «Primates». POK ÁNGEL CABRERA LATORRE Uno de los órdenes de mamíferos en cuya g-losolog-ía han in- fluido más las reglas de la nomenclatura aprobadas en el Con- greso Zoolüg-ico de Berlín en 1901, es el de los Primates. Casi la mitad de sus g-éneros se llaman hoy de distinta manera que hace diez años, y en ciertos casos, este cambio de nombres ha obligado á variar también la denominación de las familias. Desde luego, creo deben ser bien recibidas cuantas modifica- ciones se propong'an encaminadas al cumplimiento de la ley de prioridad, base de las citadas reg'las; pero alg-unas de las propuestas para el orden que nos ocupa, me han sug-erido cier- tas observaciones que acaso impidan admitirlas definitivamen- te por buenas. En el interesante trabajo de M. Gerrit S. Miller acerca de los mamíferos de Sumatra, publicado en 1903 en los Procee- dings of the United States National Museiim, y más tarde en el ig-ualmente notable estudio sobre mamíferos malayos por M. Lewis Bonhote, en los Fasciculi Malayenses, se dice que el nombre Semnopithecus, tan g-eneralmente aplicado á los lan- gures (1) ó monos de cola larga de la India, debe ser sustituido por Presbytes, porque Presbt/tes fué usado por Eschscholtz en 1821, mientras Semnopithecus, propuesto por F. Cuvier, data sólo de 1825. No es mi intención discutir ahora si este último nombre se publicó realmente en esta fecha ó en 1821 (2); para (1) Adopto para estos monos el nombre vulgar «langur-> que se les da en la India y ha sido aceptado por los naturalistas ingleses, en vista de que en nuestro idioma no existe ninguna palabra especial para designarlos. En algún diccionario he visto el sustantivo <aT V. Groth; traduit de la quatriéme édi- tion allemande.-Genéve, 1904. (4) En los cálculos que siguen, suponemos los siguientes pesos atómicos: H=I; O = 15,88; Si = 28,2; Ti = 47,7; Mn = 54,6; Fe = 55,5. 480 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Comparando estas cifras con la composición del mineral Bióxido de Titano . . . Oxido ferroso Oxido mang-anoso. . . Sílice Resto indeterminado. 50,94 38,49 3,71 5,80 1,06 100,00 se echa de ver que la mayor parte de la masa que estudiamos puede ser considerada como IJmenita; pero no toda, ni mucho menos. A los 38,49 de óxido ferroso corresponden 44,94 de bióxido de Titano, y por tanto, en tal hipótesis, la composición quedaría así establecida: llmenita 83,43 Bióxido de Titano 6,00 Oxido mang-anoso 3,71 Sílice 5,80 Resto indeterminado 1,06 100,00 Tras este avance para el esclarecimiento de la fórmula del mineral, sig-ue en importancia fijar la situación de la sílice, dado que no se halla libre, y en vista de la pequeña cantidad de bases que resulta (MnO = 3,7 y probablemente R,R' = 1,06) frente á la de ácidos (810 = 5,80 y TiO2 = 6,00). Y á nuestro juicio encauzase el asunto por buen camino, imag-inando que la Ilmeniía está mezclada con una Esfena compleja. Afirma Groth, en efecto, que los dos minerales comprendidos bajo el nombre de Titanita — la Esfena y la írroM?7«— pueden referirse á la fórmula general TiO^ Si O, CaO, dimanada del ácido dimetasilícico Si O Si O OH OH O DE HISTORIA NATURAL, 481 mediante la sustitución en éste de un átomo de Silicio por uno de Titano; pero advirtiendo que multitud de análisis pre- sentan discrepancias en la relación Ti: Si =^ peso atómico del primero : peso atómico del segundo: ó lo que es lo mismo, que ambos ácidos pueden reemplazarse isomórficamente en cual- quier proporción, lo cual transforma la fórmula g-eneral en ésta Ti.,. Sijy Oi Ca. siendo los valores de x é y ig-uales a 1, ó mayores ó menores que 1. Respecto del Calcio, su sustitución por otros elementos ning-una dificultad supone en la realidad; ya la Greenovita es una Titanita en que CaO se halla parcialmente reemplazado por MnO; y así pueden citarse otros casos; de modo que la esfena que imaginamos podría tener la fórmula definitiva (Siy, Ti^) O, (Mn,R, R' ); siendo uno ó varios de los supuestos radicales positivos R, R' la substancia radiactiva del minerefl. Representaremos por X la cantidad de tal Titanita existente en nuestro sujeto de estudio. Pero al reducir esta hipótesis á números, resulta un sobrante de bióxido de Titano; pues los 3,71 de OX. Mang*. requieren 6,31 de sílice; y como sólo hay 5,80, habrá de ser suplida por TÍO2 la diferencia (0,51), en la relación de los pesos molecu- lares respectivos 59,96 (SiO.J y 79,46 (TiOJ. Y aunque el ex- cedente no alcanzará en realidad cifra tan g-rande como así parece, 'porque los elementos básicos que suponemos — R, R' = 1,06-aumentarán la cantidad de TiO., que forme parte de la esfena, el hecho es que una parte de TiO¿ quedará aún libre. Nada, sin embarg-o, importa ello. Todo se reduce á admitir que entra, asimismo, en el cuerpo una cierta pequeña masa de Rutilo; análogamente, á como la Iserita es considerada por Groth, mezcla de dicha última especie é Ilmenita. Y{TiO,, TÍO.,) T. VI.— Noviembre, 1906. 33 482 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA será, por consig-uiente, la cantidad del último componente que aceptamos, también provisionalmente, claro es, para el mineral. En suma, proponemos como fórmula transitoria, por el mo- mento, de la entidad petrográfica que nos ocupa, la sig'uiente: TiO^Fe, X[(Siy, Ti^)0, (Mn„ R, R' )], r{Ti^O,). Siendo oportuno consig'nar complementariamente: 1.° Que al RtiMJo se le asig-na de ordinario la fórmula ,0 -o / por razón de su isomorfismo con la zircona y otras especies quí- micamente análog-as. 2.° Que la probable coexistencia de la Ilmenita y el Rutilo en la Iserita, para-Groth, entendemos que no puede menos de ser isomórfica, 3." Que no sólo los titanatos de Hierro, Mang-aneso (Pirofa- Tiita) y otros constituyen juntos unos mismos cristales, sino que habitualmente los titanatos son sales isomorfas con los corres- pondientes silicatos. 4." Hay que descartar la presencia de la Titanomagnetita ([(Fe, Ti)0.2)2Fe, Groth), entre varias razones, porque el mine- ral no es mag-nético. Y pareciéndonos suficiente tal composición probable, y más dada la circunstancia de tratarse de un cuerpo notablemente radiactivo, para considerar como nuevo el mineral en cues- tión, proponemos para él, con el carácter provisional, repeti- damente indicado, el nombre de Guadarramita (1), en re- (1) Excusado parece decir cuan grande es el temor con que nos permitimos propo- ner un nombre especial y español para el mineral que vamos dando á conccer desde el mes de Marzo último, y que en definitiva acaso quede en su día clasificado como variedad de la Ilmenita. Nos decide, sin embargo, el ejemplo repetido de entidades mineralógicas menos di- ferentes entre sí que la Ottadarramita y la Ilmenita, y que, á pesar de ello, ostentan nombres distintos acogidos por las autoridades en la materia y por el uso general. La DE HISTORIA NATURAL. 483 cuerdo de ese gran macizo granítico que cada día nos parece menos estudiado y más dig-no de estudio. Hase encontrado la Giiadarramita en el pinar del monte Lagasca, no lejos del origen del arroyo del mismo nombre, ya esparcida entre la no mu}' g-ruesa capa de tierra veg-etal, y. Impresión afitiíír:ififa prrduciila a, ios cinco días de exposición. Atribuímos, sin per- juicio de ulterior estudio, su falta de uniformidad á la couflguración geométrica de la superficie del mineral. ya, al parecer, en el afloramiento de un filón de pegmatita; presentándose como masas sueltas, ó como filoncillos envuel- Torita y la Oran¡jUa (silicato de Torio) son iguales substancialmente, pues el más ó menos (la primera i-ontiene TQ por b'O de torina y la segunda 7h,8 por 100) Torio, Hie- rro, Manga ¡eso, Uranio, Cobre, Plomo , que en ellas entran, como tampoco el co- lor, suponen caracteres diferenciales de superior valor á los que posee nuestro mine- ral respecto de aquellos con que se bnlla emparentado. La Knopita y la Perowskiía (titanato de C Icio) sólo se distinguen por la presencia del Cerio en la primera. Y as^ podrían multiplicarse los recuerdos, si necesario fuera— que no lo es— en el caso de que nos hallaremos poco dispuestos á modificar nuestro criterio ante toda observa- ción justificada; y si no se tratara de asunto tan pequeño como el de someter á las personas competentes el nombre de GuadarraMita para una mezcla de Ilmenita y de una esfena notablemente radiactiva, análogamente á como se llama Iseriía á una mez- cla de llmenila y Rutilo; Picrotitanita (.Dana) á la mezcla de Geikielita (titanato de Magnesio) ó Ilmenita; Hidroilmenita á una Tlmenita manganesífera, parcialmente des- compuesta, etc., etc., etc. 484 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA tos por el feldespato, ó como adherida sin solución de conti- nuidad á hermosas masas de hojas de micas (1). Las placas de Guadarramita, así diseminadas, tienen, con frecuencia, el tamaño de varios centímetros; y son menos brillantes, y aún diríamos mates, en las superficies de frac- tura (2). Su densidad alcanza la cifra 4,03. Y en cuanto á la forma cristalina, 3^ respecto de los restantes elementos R, R' que en el mineral existen, no ha lleg-ado aún la ocasión de que podamos decir nada definitivo. (Laboratorio de fíadífíülimdad de la Fa.cnJlad de Ciencias de Madrid.) Boletín bibliográfico. Octubre. Académie des Sciences. Paris. (Comptes rendui.) 1906, t. cxlui, n" 14. — Guignard: Des Kosacées a acide ryanliydrique.— Giart); Sur les dégáts de Loxostega sticticuUs L dans les cultures de Betteraves — Odin: Sur l'exist. de forraes-levures stables chez Sterigmatocystis veraicolor et chez Aspergilhis fumiíjaius. — Kilian: Sur la «feíiétre» du Plaude Net- te. — M ARTEL: Sur les zones impermeables dans les sous-sols calcaires. Ií° 15. — Léhne et Boulud: Sur la natuie du sucre virtuel du sang. — LuBiMENKo: Action de la lumiére sur les sucres du Pínus Pinea. — Roubaud: Sur les Diptér. piqueurs du groupe des Simulies. — Janet: Sur uu org. du thorax des Fourmis ailées. — Frech et Renz: Sur le Trias á facies océan. en Gréce. — Obrecht: Sur les tremblem. de terre du Cbili. — Lkgesdre: Sur la teneur en acide carbón, de l'air mar¡n.= N° 16. — Lépine et Boulud: Sur la dialyse du sucre du sang. — Robin- (1) De la actual, y quién sabe si más ó menos definitiva, esca'^ez de Guadarramita que resulta en armonía con tal modo de presentarse, nos hemos dado cuenta en re- ciente Excursión de esUidios radiactivos al monis Lagasca, realizada en unión del Pro- fesor Auxiliar de Mecánica Química, Sr. Morales Chofré, y del Preparador de Radiac- tividad, Sr. Díaz de Rada; acerca de la cual, y de ciertos detalles conexos, informa- mos, ante la Sociedad española de Física y Química, el 29 de Octubre último. Los datos de la sociedad propietaria del coto minero Amable quizá no permiten calcular en más de un par de docenas de kilogramos la cantidad del interesante mineral, exento de ganga, hasta ahora encontrado. (2) Los trozos mates y los varios minerales, así obscuros, de peso específico, brillo y actividad varios, que vamos reconociendo— todos diseminados por la sierra— nos decidieron á expresarnos en Marzo, como lo hicimos, al ocuparnos de la clasificación de. la Guadarramita. Confiamos, sin embargo, en que aquella primera impresión pueda quedar sobradamente justificada. DE HISTORIA NATURAL. 485 son: Sur un troisiéme canal mandibul. chez l'enfant. — Levaditi et- Sauvage: Pénétrat. du Treponema paUidum daus rovule=N° 17. — Le Renard: Les seis de cuivre dans la germinat. du Penicillium. — Lu- BiMENKo: L'assimilat. chlorophyll. avec la lumiére et la temperat. — Vles: Mécanisme de la nage du Peden.- Quidor: .Sur un nouv. paras, de Corynadis vi'nríís.— Meüniek: Les Dalichopodidai de l'ainbre de la Baltique.=N° 18. — Giard: La Teigue de la Betterave.— Delebecque: Sur les lacs du cirque de Rabuons. — Doyon, Gautier et Kareff: Coa- gulabil. du sang sus-hépatique. American Naturalkt (The). Chicago. 1906, n° 478.— Walton: Naididse of Cedar Point, Ohio. — Herrick' On the Odontophoral Apparat. in the Sycotypiis canaliculatus. Baleares {Laa;. Palma de Mallorca. 1906, n° 70. Berliner Entomolor/ische Zeitschrift. Berlín. 1906, Band 51, Heft i.— Kolbe: Üb. die Amerikan. Dynastidengattung Strategus. — Stein: Die afrikan. Anthomyiden.— Stichel: Z. 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Comisión. — El Presidente manifestó que la Comisión desig-- nada para felicitar á nuestro consocio honorario D. Santiago Ramón y Cajal, con motivo de la adjudicación del premio Nobel, había llenado su cometido, visitando al ilustre histólo- g-o á quien expresó el júbilo de la Sociedad por la alta recom- pensa de que ha sido objeto y el entusiasmo con que se adhiei-e á las manifestaciones de simpatía que de todas partes están tributándosele. Añadió el Presidente que el Sr. Cajal expresó á la Comisión su más sincero ag-radecimiento por la honra que la Sociedad le dispensaba, ag-reg-ando que él conserva siempre vivo recuerdo del apoyo que ésta le concedió en los días que su nombre era poco conocido en el mundo científico y cuando no contaba con recursos materiales para la publicación y di- fusión de sus trabajos y dar á conocer el fruto de sus inves - tig-aciones. Fallecimientos. — Se anunció la muerte de nuestros consocios D. Antonio Paiiz Llacer, de Castellón, y D. José Rives Maupoey, que residía en Barcelona, enterándose de estas bajas la Socie- dad con evidentes señales de sentimiento. Comisión del Noroeste de África.— Noticias recibidas última- mente del Sr. Martínez de la Escalera, nos enteran de que el 16 de Noviembre embarcó para Cabo Juby, aprovechan- T. VI.— Diciembre, 1906 34 490 BOLETÍN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA do el viaje anual que hace el Ccü ¿a(/ena -para, llevar provisiones á aquel punto para el puerto militar que allí tienen los ma- rroquíes; iba acompañado del colector español 3' de un intér- prete moro, y llevaba intención de volver por tierra pasando por Ifní si las circunstancias se lo permitían. Con posteriori- dad se ha sabido su vuelta á Mog-ador, verificada el 30 del mis- mo mes por el mencionado vapor, por haber sido absolutamente imposible intentar el paso por tierra, y aun en Cabo Jub}- no pudo permanecer en casa del g-obernador moro nada más que un día y una noche, pues al sig^uiente le oblig-aron á reembar- cai'se. En los días que permaneció allí recog'ió 27 roedores y un fenec, 50 reptiles, 400 coleópteros y alg-unos ortópteros, á pesar de no haberse alejado apenas tres kilómetros de Tarfalla. La costa es baja y está recorrida por una serie de dunas de poca altura, pero que ocultan por completo el horizonte; en ellas fué en las que pudo recog-er el material citado, valiéndose de una docena de muchachos moros y del colector. Comn la esta- ción es de pleno invierno, sólo se encuentran tenebriónidos y éstos escasos. La impresión que le ha producido el aspecto del país no puede ser más deplorable, dando idea de su pobreza el que en el vapor llevaban 2.000 sacos de cebada para Ma-el-Ain, lo que parece contradecir la afirmación de Dood, de que se encuen- tren campos de cultivo entre Río de Oro y el Dráa. En Cabo Juby se toma el ag-ua de dos pozos que existen á 500 metros de la playa, y es tan salobre, que difícilmente puede utilizarse para la bebida, además de ser muy escasa. Desde Tarfalla al oasis de El Hámara sobre el Dráa, donde asienta Ma-el-Ain, hay cinco días de marcha sin que se en- cuentre ag-ua en el camino, seg-ún los informes que allí re- cogió. Notas y comunicaciones.— El Secretario leyó la noticia sig-uien- te, remitida por nuestro consocio D. Emilio Ribera: «Entre los ejemplares últimamente ing-resados en el Museo de Ciencias Naturales, fig-ura un feto procedente, al parecer, de la unión de asno con muía. Ha sido donación del Catedrático de Historia natural de la Universidad de Sevilla, D. Serafín Sanz, y viene acompañado por certificación dada en 5 de Abril del año corriente por el DE HISTORIA NATURAL. 491 veterinario D. Wenceslao María Triano de Parada, de Alcalá de Guadaira, quien aseg-ura que asistió á la madre en el parto y que le merecen crédito las personas que atestig-uaron la unión de ésta con un asno. Es de advertir que con fecha 1." de Noviembre próximo pa- sado se ha recibido en el Museo carta de otro veterinario, el Sr. Luig-i Rizzelli, deMag-lie (Italia), ofreciendo (parece que en venta), otro ejemplar de caso análog-o, lo que de ser cierto pro- baría que éstos no son tan raros como se cree. No son, sin embarg-o, frecuentes y tendrían mucha importan- cia desde el punto de vista de la reproducción de los híbridos; por ello me ha parecido oportuno dar cuenta á la Sociedad de ambos casos, rog-ando á los señores socios que estimulen don- de puedan y sea procedente, para que Ueg-uen á conocimiento de la misma ó del Museo los ejemplos de esta reproducción anormal que puedan presentarse como auténticos, y noticias, caso de ser ciertos, sobre si las muías fecundadas una vez, si- g-uen aptas para nueva fecundación, como sobre las condiciones en que nazca el hijo y tiempo que viva después del nacimiento.» — Con este motivo, el Sr. Cabrera Latorre dijo que, antes de dar por cierto que el feto proceda de una muía, convendría in- vestig'ar cuidadosamente el orig'en de la madre, que bien pu- diera ser, no una muía, sino una yeg"ua de aspecto amulado, hija á su vez de una yeg'ua muletera. Con frecuencia se han citado casos de muías fecundas, que luego han resultado ser yeg-uas cuya madre fué dedicada durante alg-unos años á la produc- ción de muías, de donde resultaron para la yeg-ua tomada por muía caracteres mulares, debido á la influencia de una prime- ra unión. Este fenómeno, expuesto hace ya años por Taget- meier, pudiera muy bien haberse repetido en este caso, y en- tonces el citado feto nada tendría de notable. Hasta ahora, no ha habido ning-ún caso absolutamente cierto de fecundidad en la muía, y, por lo tanto, conviene proceder con ciertas precau- ciones antes de dar importancia al hecho presente. — El Sr. Calafat leyó una nota sobre el análisis de la Gibbsita de Puente Arce (Santander). — El Sr. Lázaro dio cuenta de haber encontrado en Extre- madura una especie nueva del género Viola, presentando la descripción de esta planta. — El Sr. De Buen comunicó á la Sociedad que ha sido nom- 192 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA brado Director de la Estación de Biolog-ía marina reciente- mente creada en Baleares, y, que habiendo tomado posesión del carg-o, lo ponía en conocimiento de sus consocios, ofre- ciéndose á todos incondicionalmente. Notas Llbliográñcas.^ — El Sr. Calderón remitió las sig-uientes: T. de Azcárate, Terremotos registrados en el Observatorio de Marina de San Fernando. Estas noticias de observaciones, recog"idas con un péndulo Milne, se publican periódicamente. K. Sapper, Tenerife, Globus, 90, 1906. Núm. 1, pág-. 1-7, con seis vistas tomadas por el autor. Esta nota, sin contener novedades notables, es interesante por la viveza de la pintura de las circunstancias locales, y, sobre todo, describiendo una ascensión al famoso Pico. K. Sapper, Beitrage 2iir Kenntnis von Palma ímd Lanmrote, Petersmanns Geog-r. Mitteilung-en, 1906, 20 pg-s. y un mapa. Este trabajo es mucho más extenso é importante que el an- terior, sobre todo en punto á datos originales y nuevos. Des- pués de reseñar brevemente su excursión, se ocupa el autor de los trabajos cartográficos y g-eológñcos existentes sobre las islas objeto de su descripción. Pasa á examinar la isla de Palma desde el punto de vista g-eog-ráfico, para describir después más particularmente en subtítulos sucesivos las regiones siguientes: 1.', la famosa Caldera y los Rancones; 2.*, la parte situada al W. de estos últimos, que él llama depresión de Lavanda, donde se halla, entre otros, el volcán de Tacando; 3.", las cadenas del S. de la isla, con alg'unos famosos cráteres apagados y otros pequeños formados de lapillis y lavas. Siendo Palma bastante conocida desde los trabajos clásicos de L. v. Buch, G. Hartung, K. von Fritsch, Lyell y Reiss, la labor del profesor de Tubinga se ha dirigido, principalmente, á completar y rectificar datos con- signados por aquellos ilustres exploradores. La segunda parte del trabajo que examinamos está destinada á Lanzarote, isla bastante bien descrita geológicamente, sobre todo por Hartung, merced á lo cual el autor se fija más en completar su examen geográfico. La estructura del territorio es muy complicada por el sinnúmero de colinas volcánicas DE HISTORIA NATURAL. 498 modernas y contemporáneas que se alzan por todas partes, con mag-níficas Calderas, sobre todo la de Fuencaliente, la famosa Montaña de Fueg-o, muchas veces descrita, etc. El tercero y último capítulo se refiere á las Isletas (Graciosa, Montana Clara, Aleg-ranza, Roque del Este, Lobos), las cuales describe brevemente, pero de un modo interesante. La lámina que acompaña al trabajo contiene: el mapa hipso- métrico en bosquejo de la isla de Palma, á la escala de 1 : 150.000, hecho sobre la base del mapa de Vidal (Madrid, 1889,; el mapa en bosquejo de Lanzarote á ig-ual escala que el ante- rior, basado principalmente en los trabajos de O. Simony, y, por último, un mapa hipsométrico de la Montaña de Fueg-o de Lanzarote, exclusivo del autor, á la escala de 1 : 50,000. Charles Depéret, Los vertebrados del Oligoceno inferior de Ta- rraga (provincia de Lérida). Con versión francesa. Memorias de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, tercera época. Vol. V, núm. 2L Barcelona, 1906. El yacimiento que ha proporcionado los materiales para esta importante monografía, es conocido por la descripción hecha por el Sr. Vidal. Se trata de una cantera situada á kilómetro y medio de Tárrag-a, en la cual existe, entre capas calizomarg-o- sas, un lecho con abundantes huesos de vertebrados. La edad, seg-ún un trabajo precedente de los Sres. Depéret y Vidal, de que hemos dado cuenta en otra sesión, corresponde al corona- miento del Oligoceno inferior. El conjunto de los diverso^ fósiles conocidos del yacimiento de que se trata, ha dado la sig-uiente lista: Veg-etales, determi- nados por los Sres. Laporta y Zeiller, Aiiastomeria?, Sabal La- manonis, Cinamomum lanceo! atum, Lencolhea 'protogea y Myrica acuminata; Moluscos, Limncea longinata, Planorhis cornu, P. polycymus; Peces, ProleMas aff. Oustaleti; Reptiles, Crysemys Lachati, Trionyx sp., Diplocynodon sp.; Mamíferos, Brachyodus Cluai noY. esp., TAerydomys siderolitMciis Victet, var. majar, nov. var., Plesictis Filholi nov. sp , AniphicionidfP. La Memoria á que nos referimos se concreta al estudio de los vertebrados, particularmente á los mamíferos, cuyas espe- cies nuevas describe minuciosamente. Acompañan al trabajo cuatro mag-níficas láminas destina- das á representar de tamaño natural las partes característi- 491 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA cas en los mejores ejemplares hallados de dichas especies nuevas. Alves de Magalhaes, No'^a Ui do systema do Mundo. Mudanca periódica da posicáo da Terra. Porto, 1905, 694 páginas. La tesis fundamental que se sostiene en esta obra, es la de la transmutación general y periódica de los climas del globo. Se propone el autor demostrar su tesis por tres órdenes de prue- bas, que denomina:} documentos geológicos, documentos pa- leontológicos y documentos históricos. Con ellos pretende ex- plicar por dicha transmutación un gran número de hechos hasta ahora no esclarecidos. Es imposible extractar en pocas palabras el contenido de un libro tan rico en consideraciones y datos como el de que se trata; pero para dar una idea de sus tendencias, recordaremos la relación que establece entre el medio y la evolución socio- lógica. La fase inicial de ésta, dice, corresponde al ciclo geo- lógico que se extiende desde la edad eocénica hasta el fin del último período glaciar: la segunda, ó sea la del desenvolvi- miento de las facultades estéticas, es sincrónica con el período postglaciar; la tercera fase de la civilización, que se caracte- riza por el desenvolvimiento de las facultades intelectuales de la humanidad, corresponde al período geológ'ico reciente. Hay, pues, una serie mesológica paralela á una serie so- cial que abraza las edades de la piedra. La del metal, ó sea la edad en que se sirve el hombre de la escritura, es el pe- ríodo histórico y coincide con el geológico actual. El autor ex- plana esta idea tratando de establecer la razón de la coinci- dencia de las dos series, según los principios de la escuela positivista. El intento del libro en conjunto es, sin duda, de trascen- dencia suma y merecedor de que fijen su atención en él cuan- tas personas se interesan, tanto por la filosofía natural, como por la sociolog'ía. M. Cossmann, Estudio de algunos moluscos eocénicos del Piri- neo catalán. Nota traducida al español, con tres láminas de fósiles, continuación de otra aparecida en 1898 en el Boletín de la Comisión del Mapa geológico. DE HISTORIA NATURAL. 495 Elección de cargos. — Terminada la parte científica de la sesión, el Presidente manifestó que procedía suspender el acto por alg-unos momentos para (jue los señores socios se pusieran de acuerdo respecto á los que han de formar la Junta directiva durante el año venidero, y reanudada á los pocos minutos, pro- cedióse á la votación correspondiente, resultando elegida lasi- g-uiente JUNTA DIRECTIVA PARA EL AÑO 1906 Presidente: D. José Casares Gil. Vicepreside7ite: D. Luis Simarro. Tesorero: D. Ig-nacio Bolívar y Urrutia. Vicetesorero: D. Cayetano Escribano. Secretario: D. Ricardo García Mercet. Vicesecretario: D. Doming-o Sánchez y Sánchez. Bibliotecario: D. Ang-el Cabrera Latorre. Auxiliar de la Biblioteca: D. Emilio Fernández Galiano. COMISIÓN DE PUBLICACIÓN D. Francisco de P. Martínez y Sáez. D. Blas Lázaro é Ibiza. D. Lucas Fernández Navarro. COMISIÓN DE CATÁLOGOS D. Blas Lázaro é Ibiza. D. Federico Gredilla y Gauna. D. José María Dusmet y Alonso. D. Juan Manuel Díaz del Villar. D. Enriquez Pérez Zúñig'a. D. Ang-el Cabrera Latorre. D. José Gog-orza González. Cuentas.— El Sr. Tesorero leyó el sig-uiente Estado económico de la Real Sociedad española de Historia natural en 1." de Diciembre de 1906. La Sociedad ha invertido en el presente año económico la suma de 12.29.5,15 pesetas y tiene un sobrante de 968,58. 490 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Procede lo g-astado: 1." Del sobrante del año anterior de la subvención conce- dida por una sola vez por el Ministerio de Estado á la Comisión de estudio de las colecciones de la Guinea española, para la publicación de un tomo de Memorias, que es el primero de las de esta Sociedad y cuya publicación toca ya á su término. Dicho sobrante, que ascendía á 1.538,57 pesetas, queda hoy reducido á 315,77. Se han abonado por dicho concepto: PESETAS. Por impresión de las Memorias 16 á 20, ambas inclusive, del tomo I y tiradas aparte de las mismas 42d Por papel para las mismas 620 Por las láminas fototipicas viii, ix y x 175,80 Total 1.222,80 2° De la subvención anual concedida á esta Sociedad por el Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes, y que se eleva á 5.000 pesetas, invertidas en su totalidad, cuya cuenta, formalizada por el Sr. Habilitado, nombrado al efecto, consta este año de los sig'uientes conceptos: PESETAS. Abonado á la casa Fortanet por impresión de las Memorias y demás publicaciones de la Sociedad, hecha excepción del Boletín y del tomo i de las Memorias 1.546,23 Por papel para las mismas publicaciones 1.055,40 Por láminas y dibujos para las mismas 1.227,.-,0 Gastos de la Biblioteca por compras y encuademaciones 979,55 Gastos diversos 80,3 ' Por impuestos del Estado 60 Por gastos de habilitación y timbre 51 Total 5.000,00 3.° De los recursos ordinarios de la Sociedad, que con eí saldo sobrante del año anterior hau ascendido á 6.725,16 pese- tas, y cuya cuenta de g-astos é ing-resos, que arroja un saldo á favor de aquélla de 652,81 pesetas, es la siguiente: DE HISTORIA NATURAL. -197 Estado de los ingresos y gastos ordinarios de la Real Sociedad espa- ñola de Historia natural desde 1.° de Diciembre de 1905 á 30 de Noviembre de 1906. I N G F-l E S i3 S . PESETAS. Saldo á favor de la Sociedad eu 1." de Diciembre de 1905 t97 41 Importe de las cuotas corrientes de un socio protector (180}; un correspon- diente extranjero (10;; trescientos veintinueve numerarios, once de ellos extranjeros 1^4 951,50) y seis agregados (48) 5. 189,50 Id. de treinta y seis cuotas atrasadas (seis de ellas de socios extranje- ros) que se han hecho efectivas.. .> 519 Id. de las cuotas adelantadas de dos socios (Sres. Azam y Mercado). . . 31,50 Id. por tiradas aparte, corrientes 32,50 Id. por id., atrasadas ".^20,25 Abonado por el Sr. Gelabert para la excursión de Olot 5 Total <;. V-5,16 GASTOS. Abonado por impresión de diez números del Boletín (9 y 10 del tomo v y 1-8 del vi) y tiradas aparte de los mismos 2.303,25 Id. por papel para la impresión del mismo rí"7],10 Id. por láminas y grabados para el mismo (512,50 Id. por haberes del dependiente 600 Id. por gastos de correos y envíos de publicaciones 806,05 Id. por gastos menores y presupuestos de las Secciones 849,15 Total 0.072,35 R K S U M E N . Importa lo recaudado por recursos ordinarios de la Sociedad.. 6.725,16 Id. lo gastado 6.072,35 Saldo á favor de la Sociedad en 1." de Diciembre de 1906 652,81 La Sociedad tiene, además, créditos á su favor por valor de 2.617,41 pesetas.— Madrid, 1.° de Diciembre de 1906.— El Tesorero, Ignacio Bolívar. Secciones. — La de Zaragoza celebro sesión bajo la presidencia de D. Pedro Ferrando el día 28 de Noviembre, aprobándose el presupuesto de 30 pesetas para los g-astos de la sección. — El P. Navas presenta el prospecto de una nueva obra inti- tulada lUustrierte Flora vou Mitlel Europa de Gustav Hegi, hermosamente ilustrada por Gustav Duunirg-er. 498 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA — El mismo P. Navas anunció la publicación de otra obra de botánica del R. P. Lenner Exicala de Jas j)lantas del Norte de EspafM, presentando, por último, una nota en que da cuenta del X Cong-reso g-eológico internacional celebrado en la ciudad de Méjico. — El Sr. Presidente presenta un ejemplar áe Ancy I aceras dUa- taius D'Orbig-ny, procedente de Alcoy, y cuya especie no ha sido citada en España. Procedióse después á la elección de carg-os para el próximo año, resultando eleg"ida la siguiente JUNTA DIRECTIVA Presidente: D. Vicente de Val y Julián. Vice'presidente: R. P. Long-inos Navas. Tesorero: D. José Antonio Dosset. Secretario: D. Celso Arévalo. Notas y comunicaciones. Análisis de algunas micas españolas POR E. MOLES ORMELLA. Es un g"rupo mineralóg-ico el de las micas, del todo descono- cido químicamente en España, aun cuando se encuentran en su suelo abundantes representaciones del mismo. Al consultar los textos alemanes é ing"leses en que se con- signan procedimientos analíticos referentes á estos minerales, encontré algunas observaciones que me parece oportuno re- producir. Hillebrand, en el Praktische Anleitnng ziir Anahjse der Sili- catgesteine, dedica un capítulo á combatir la denominación de agua Jdgroscópica, que en muchos tratados de Química se asig- na á la que el mineral pierde cuando se calienta á 100-110°, suponiendo que á esta temperatura se desprende únicamente el agua mecánicamente retenida. Se comprende que en el caso de que aquél contenga flúor, al ser calentado á dicha tempe- DE HISTORIA KATLRAL. 499 ratura ha de perder parte de este elemento; lo mismo ocurre si contiene CO2. Además, haj minerales como las Zeolitas y otros, que ceden muy fácilmente el ag-ua de combinación, por lo que la pérdida á 100° es considerable. Hay otros minerales, por ejemplo, las micas, que, seg-ún H. Rose, por su estructura hojosa no pierden toda el ag-ua hi- g-roscópica sino á temperaturas superiores á la citada. Estos y otros ejemplos demuestran lo inexacto de dicha de- nominación y la necesidad de que desaparezca en los análisis el dato «ag'ua higroscópica», siendo sustituido por «ag"ua per- dida á 100-110°», que de aceptarse y publicarse en todos los análisis habría de constituir, seg-ún Hillebrand, un buen pun- to de partida para los litólog-os, relativamente al conocimiento de caracteres morfológicos de una ó varias partes constitutivas del mineral. En la Mineral Chemie de Rammelsberg- se en- cuentran ya indicaciones en este mismo sentido. Otra observación importante para el análisis, tomada tam- bién de Hillebrand y consig-nada además por Treadwell en su Analytischeii Chemie, es la necesidad de proceder á las pesadas del mineral después de seco al aire solamente y no desecado á 100°, como indican la mayoría de obras de análisis, incluso las más modernas, por ejemplo, el Gewichtanalyse de L. Medi- cus, última edición del año corriente. Se comprende bien que si se deseca la substancia á 100° teniéndola en el tubito de pesa- das, al sacar de este pequeñas cantidades de mineral en las su- cesivas operaciones del análisis, entrará en el interior de aquél aire húmedo, y al cabo de unas cuantas veces contendrá tanta humedad como si estuviera en contacto de la atmósfera, dando orig-en, por tanto, á errores bastante g-raves en las pesadas. Indicaré, en conclusión, que en la investig-ación de las partes constitutivas de estos minerales, he procedido seg'ún los mo- dernos métodos de análisis especial. Las micas analizadas fueron cuatro, procedentes: de Fuente- nebro (Burg-osl, moscovita, remitida en g-randes trozos por el Sr. Zuazo; de Los Linares, Miraflores (Madrid), moscovita; de Paredes (Madrid), lepidolita, y del Pedroso (Sevilla), 7neroxeno (1), desig-nadas con los números i, 11, iii y iv. (1) Esta última ha sido objeto de una descripción mineralóg-ica, y especialmente de sus propiedades ópticas, por p rte de F. Roemer {Zeitschr. d. D. geol. Ges , 1875). 500 boletín de la real sociedad española He aquí los resultados: SiO., AU03.... Fe^O^.... FeO MnO MgO CaO Iv,0 Na^O.... Lío TiO^ Fl HgO H^OálOO- 110°... f II III lY 0 Li Al Fe Mn Mg.. . . Ca Na ... . Li Ti H Fl I II III 48.78 19.83 24.55 4.51 1.77 > 0.62 0.52 » » 0.18 0.28 s lY 51.60 16.21 7.27 1.86 3.96 2.43 14.30 > » 0.21 1.74 0.21 43.02 33.35 3.00 0.43 1.63 1.33 3.38 4.44 1.77 0.43 0.21 6.60 42.81 32.16 1.51 0.36 1.53 5.02 0.86 7.59 2.17 » 0.97 3.73 42.21 46.30 2.22 0.29 > 1.02 0.73 5.92 » > 0.31 » 2.44 34.48 13.71 5.11 0.58 3.14 23.70 » 2.83 » 0.49 0.21 15.72 49.12 20.22 17.70 3.68 2.46 1.16 0.55 2.35 » 0.82 0.17 0.73 0.21 47.16 19.97 17.17 6.18 1.03 1.18 3.01 0.61 1.61 > 0.58 0.41 99.40 98.71 101.44 99.97 11.04 99.40 P8.71 101.44 99.97 3.61 1.63 1.36 No he de terminar sin dar antes mis más expresivas g-racias á los Sres. Calderón y Fernández Navarro, que g-alantemente me facilitaron los mencionados ejemplares, y á los Sres. Casares y Rivas Mateos, en cuyos laboratorios he llevado á cabo mi aná- lisis. Los «Sphex» de España jóse MARIA DUSMET y RICARDO GARCÍA MERCET Hará pronto dos años que emprendimos la tarea de estudiar los Sphex que viven en nuestro pais. No por dificultades de la empresa, sino por circunstancias de otra índole, nuestro tra- bajo no ha podido ser terminado hasta hoy. Con él continua- mos la serie de monog-rafías que, para facilitar en España el estudio de los himenópteros y contribuir al conocimiento de DE HISTORIA NATURAL. 501 la fauna ibérica, cada uno de nosotros, por separado, viene publicando. Para la formación de la presente, nos ha servido de base la concienzuda obra del Sr. F. F. Kohl, titulada MonograiMe der natürlichen Gattmig «S2)hexy>. Loñ Spkex son insectos de tamaño medio ó g-rande (12-32 mi- límetros), que reúnen los caracteres siguientes: Ojos enteros, con los bordes interiores casi paralelos entre sí ó alg-o conver- gentes hacia el clípeo. Estemas normales. Mandíbulas triden- tadas. Palpos maxilares con seis artejos; los labiales cuadriar- ticulados. Clípeo de forma variable, generalmente redondea- do ó truncado en el borde anterior. Antenas de 13 artejos en el (j^ y 12 en la 9; el último, truncado. Pronoto engrosado su- periormente. Segmento medio relativamente grande. Primer anillo abdominal peciolado. Ultimo segmento del abdomen desprovisto de área pigidial (9). Alas anteriores con tres célu- las cubitales (en algunas especies exóticas dos), de las cuales la segunda afecta forma diversay es más alta que ancha, otan alta como ancha, ó más ancha que alta. El segundo nervio transverso-discoidal desemboca en la tercera célula cubital (carácter que diferencia principalmente los Sp/iex de las Am- MO'pMla, pues en éstas los dos nervios discoidales van á la se- gunda cubital), y cuando el seg'undo transverso discoidal des- emboca en la segunda cubital, el primer transverso va á la primera cubital (esto sólo ocurre en algunas especies exóti cas). Alas posteriores con el lóbulo basal relativamente gran- de. Patas robustas, espinosas; las anteriores provistas frecuen- temente en las 99 de un gran peine tarsal. Tibias interme- dias con dos espolones. Uñas con dientecillos, cuyo número varía de uno á cinco. Los Sphex son insectos diseminados por todo el mundo, pero que habitan principalmente en la zona templada y los países cálidos. En Europa tienen más representantes en las naciones meridionales que en las del Centro y Norte, siendo España una de las más ricas en formas de este género. Nidifican los Sphex qxí tierra, en los taludes y sitios arenosos, en las cortaduras de las colinas y en las trincheras abiertas so- 502 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA bre las vías de los ferrocarriles. Las 99 aprovisionan sus nidos con diversos insectos, variando la provisión de unos países á otros, y de unas á otras especies. Muchas de ellas proveen á las necesidades de su futura prole, abasteciendo el nido con ortópteros ó coleópteros de gran tamaño. Así, seg-ún Fabre, el í^pli. maxiUosiís aprovisiona sus nidos con g-rílidos jóvenes, y el /S/;/¿. Occitanicm con especies del género Ephippigera. No es frecuente sorprender á los Si)hex en la tarea de cap- turar victimas para el aprovisionamiento de sus nidos. Gene- ralmente se les encuentra visitando las flores de diversas plan- tas, como si en ellas tuvieran alguna misión que cumplir. Pero en su visita á las ñores, ni van en busca de víctimas, ni pro- curan la conjunción sexual. Ésta se efectúa en el suelo, y no es raro ver cómo caen los cf cT sobre las 09 cuando ellas corren por la arena ó tratan de buscar refugio entre las ramas de las plantas bajas. En los alrededores de Madrid, y en toda su provincia, los meses más á propósito para la captura y recolección de los ^phex son los de Julio y Agosto, cuando están en plena flores- cencia las rudas, los eringios, las mentas, los teucrios, los hinojos, y otras plantas estivales Durante esta época del año pueden recogerse en la provincia de Madrid todos los Sphex que citaremos en el presente trabajo. Antes de Julio aparece ya el S. maxillosus, el paludosus. el argyrius y ¡algunos (f cT del Mocscifiji. El j^aludosus y el argyrius desaparecen pronto, pero los otros dos viven hasta ñnes de Septiembre ó hasta bien entrado Octubre, en los años de temperatura otoñal suave y benigna. El S. mduatns, según referencia de las personas que han conseguido encontrar esta rara especie en la provincia de Madrid, aparece á fines de la estación canicular, cuando em- piezan á caer las primeras lluvias precursoras del otoño. En esta época es cuando puede recogerse en más abundancia el S. Alocsaryi, cuyas 99 ? ^ ^^ caída de la tarde, se posan sobre los tallos secos de algunas plantas herbáceas, dejándose coger fácilmente. También durante el verano los grandes Sphex, como oijjachysoma, el tristis, el atroMrtus j elmelanarius, sue- len, en algunos parajes, á la caída de la tarde, formar verda- deras colonias sobre los tallos secos, dando con ello ocasión, al entomólogo que los descubre, á abundantes recolecciones. DE HISTORIA NATURAL. 503 Los. caracteres de que se echa mano para la diferenciación de las especies de este g-énero, residen en la forma del clípeo; mayor ó menor paralelismo entre sí del borde interno de los ojos; abultaraiento de las sienes; puntuación del mesonoto; es- tructura del seg'mento medio; conformación de las patas y las antenas; transparencia ó coloración d3 las alas; forma, en és- tas, de la segunda célula cubital; longitud del peciolo, relati- vamente á la de los artejos basilares del funículo de las ante- nas ó de los artejos de las patas posteriores; pubescencia y conformación de los anillos abdominales primero y último; pilosidad del cuerpo, etc., etc. Todo ello podrá apreciarse en el cuadro dicotómico para la clasificación de las especies, don- de también se encontrará la característica de los subgéneros que tienen representantes en la fauna española. Antes de dar por terminadas estas consideraciones genera- les, hemos de declarar francamente que no hemos podido ver claro ni acertar á definir con precisión en algunas especies: el S. pachysoma.. el f,cmj)enms, el tristis y el atrohírliis, en los que es posible haya varias formas confundidas y revueltas. Nos ins- pira estas dudas el hecho de haber observado que dentro de ellas hay ejemplares con la pilosidad de color algo distinto, con el ahumado y el color de las alas alg-o diferentes también; con el peciolo, asimismo, de un poco distinta longitud; con el ab- domen diversamente coloreado. Pero las diferencias que hemos notado son de tan poca monta, tan difíciles de definir, tan transitorias, de unos ejemplares á otros, que no nos ha sido posible ni separar de las ya conocidas alguna nueva especie, ni precisar claramente la variabilidad de aquéllas. Por esto, en el presente trabajo, conservamos como especies independientes el 8pli. tristis y el Sph. pac/njsorria, aun teniendo la certidumbre de que este último es la 9 del tristis y de que debe ser forzosa- mente errónea la atribución del d" del pachysoma que se en- cuentra en la obra de Kohl, y la de la 9 del tristis que en la misma aparece. Por esto también conservamos el nombre de Sph. atroMrtus para una forma que seguramente no es única, sino la reunión, por lo menos, de dos, que no encontramos medio de separar. 504 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Cuadro dicotómico para la determinación de las especies españolas del género aSphex.» MACHOS 1. Seg'unda célula cubital visiblemeute más alta que ancha: el espolón interno de las tibias posteriores con un peine, constituido en su mitad apical por espinas fuertes y sepa- radas 2 — Seg'unda célula cubital tan ancha como alta ó más ancha que alta; peine del espolón de las tibias posteriores plu- moso 11 2. Uñas de los tarsos con dos dientecitos 3 ■— Uñas con tres ó cuatro dientecitos. Subg". Parasphex.. . . 8 3 El dorso del primer seg-mento del abdomen forma con el peciolo un áng'ulo obtuso; seg'undo artejo del funículo de las antenas marcadamente más larg'o que el cuarto; epis- toma casi plano, muy poco convexo. Subg'. PaJmodes. 4 — El dorso del primer seg-mento del abdomen forma con el peciolo un áng-ulo recto ó casi recto; seg'undo artejo del funículo aproximadamente de lalong-itud del cuarto; epis- toma bastante convexo Subg*. Harpactopus. Cuerpo neg"ro, pubescencia neg-ra, órbitas internas de los ojos muy poco converg'entes hacia el clípeo; antenas bastante robustas; tórax estriado-rug-oso; escudete alg'o abovedado, área media del metatórax poco acusada, con un surco medio long-i- tudinal y rug-oso estriada; peciolo más corto que el metatarso posterior; abdomen gdoboso, desnudo; tibias espinosas, sin cer- das entre las espinas il); alas amarillas, ahumadas hacia el ápice. Long". 10-15 mm Sph. siihfuscatus Dhlb. Sinonimia: Sph. anthracina Costa. Especie estival, abundante en el centro de la Península. Visítalas nje).i tas en flor, las rudas y los eringios. Hemos visto ejemplares de las provin- cia de Madrid (Escorial, Rivas, Alcalá, Villaviciosa, etc.), Avila (Navalperal), Zaragoza (Sobradiel), Santander (Reinosa), Pontevedra (La Guardia), Cádiz (Puerto de Santa María), Barcelona (Gavá, Vallvidrera, etc.) y Valencia. (1) Por este carácter se distingue el SpJi. subfuscatus de los Sph. Aegyptius y Sph. tyranm(.<í, el primero de la región paleártica y que pudiera encontrarse en España, y el segundo del África Austral. DE HISTORIA NATURAL. 505 4. Cara dorsal del primer seg-mento del abdomen desprovis- ta de tomento plateado; pubescencia neg*ra, parda ó blanquecina 5 — Cara dorsal del primer seg-mento del abdomen, hacia el ápice, cubierta de tomento plateado, pubescencia de la ca- beza y tórax blanquecina. — Neg-ro; cara ancha; ojos poco . converg-entes hacia el clípeo; tomento de la cara y dorso del abdomen, plateado; mesonoto esparcidamente puntea- do; área media del metatórax finamente estriada; meso- pleuras rug-oso estriadas; peciolo más corto que el metatar- so posterior; antenas larg-as y ñnas; abdomen negro, bri- llante, á veces con el borde posterior de los seg-mentos li- geramente rojizo; patas robustas, con un lig-ero tomento plateado; alas ligeramente ahumadas, más obscurecidas hacia el ápice; tercera célula cubital ancha por arriba. Long". 15-17 mm Spli. argyrms Brull. Especie rara, que aparece á fines de Junio y muere antes de que se de- jen sentir los grandes calores del estío. En la región central de España se ha encontrado hasta ahora solamente en las vertientes de la Sierrade Gua- darrama, donde frecuenta las rudas y las flores del Peucedanum stenocar- jmm Boiss. — Hemos visto ejemplares de Madrid (Escorial) y Zaragoza (Tiermas).— Kohl lo cita de Andalucía. 5. Pubescencia de la cabeza y tórax neg-ra; abdomen neg-ro en su totalidad ó con los primeros seg"mentos manchados de rojo 6 — Pubescencia de la cabeza y tórax blanquecina ó g-ris; abdo- men totalmente neg"ro. — Neg-ro; ojos converg-entes hacia el clípeo, cara estrecha; seg-undo artejo del funículo tan larg-o como el tercero y la mitad del cuarto; mesonoto finamente es*triado; escudete elevado, con un surco medio y longitudi- nalmente estriado; mesopleuras rug-osas; área media del metatórax transversalmente estriada, las estrías de la mi- tad anterior oblicuas y las posteriores transversas; peciolo casi tan larg-o como el metatarso posterior; abdomen ova- lado, desnudo; patas robustas, uñas larg-as, rojizas; alas lig-eramente ahumadas, más obscurecidas hacia el borde posterior. Long-. 18-22 mm Sph. melanarius Mocs. Esta especie, que no estaba señalada en España, se encuentra abundan- temente en algunas localidades de la próxima Sierra de Guadarrama, por los meses de Julio y Agosto. Visita las rudas, las retamas florecidas, los T. VI.— Diciembre, 1906. 85 Mí V «la^ í\vnv;l^v^^ *> - - Ají \-«rs AÍ^v'^ TSMií^ ?<^ V Hn«ir». Srasw ABti^ Lejv. me? -einnidD v tercer ¿»' .? -var. ¿¡¡rnaems con -"-i-ñncias de llsuirid. Zara- ~ mees de Jmüc. JnÜD x re y segunde- a- TKíSierioTeB. — ^Peioe y pn- nV. HISTORIA NATURAL. S07 rioros oh<;curccidas; ojos roiivor^í'ontes hacia ol clípeo; pronoto y mosonoto lustrosos , pnntoados. escudete convexo, con un surco long-itudinal; área media del me- tj\lóra\ trnnsvcrsalmente estriada; peciolo negro, prime- ro y seí»-nndo segmentos del abdomen rojos ó rojizos; primero y sc¿í-undo artejos del funículo de las antenas tan iar^^-os como el tercero y cuarto; patas robustas, es- pinosas; alas hialinas, nervios rojizos. Long-. 11-15 mm. Sph. alhisectus Lep. et Serv. Mu} alnithlftnto v\\ toda la provincia de Madrid, desde Junio á Octubre. Encontrado hastA ahora on El Escorial, Montarco, Rivas, Peñalara, Aran- jnez, AIcjUÁ, Villaviciosa, Navalperal, Bayona, ííobradiel, Olot, Sardón, Teruel, AlicAnte, .TacA y l^rcelona. — Vltimos seg-mentos del abdomen negros ó rojizos lig-era- mente manchados de negro, ó rojos en la cara ventral y ennegrecidos por el dorso, pero sin bandas apicales ebúrneas, k lo sumo lig-eramente decolorados en el ápice 9 9. Escudete casi plano, sin surco long-itudinal; abdomen casi negro, solamente teñido de rojo sobre la cara dorsal del seg-undo seg-mento y la base del tercero. Peciolo tan lar- g-o como el primero 3' segundo artejos de los tarsos pos- teriores; pubescencia y pilosidad plateadas; dorso de los primeros seg-mentos del abdomen provisto de un lig-ero tomento plateado; cuerpo escasamente adornado de to- mento arg"entino. — Ojos converg-entes hacia el clípeo; pronoto j mesonoto lustrosos, esparcidamente puntea- dos; pleuras rug-oso-estriadas; área media del metatorax. transversalmente estriada; patas robustas, espinosas; alas ligeramente teñidas de amarillo, un poco obscure- cidas hacia el ápice. Uñas de los tarsos con cuatro dien- tecitos. Long". 17-18 mm Sph. IÍTÍdocÍ7LCius Costa. Sinonimia: Sph. gresca Mocs; Sph. micam André. Raro en todas las localidades en que hasta ahora ha sido encontrado, que Bon: El Escorial (Madrid), Tiermas (Zaragoza!, y Gavá y Olesa (Barce- lona). Sobre los eringios, en Julio. — Escudete convexo con una impresión ó surco longitudinal, cabeza y tórax adornados con profusión de tomento pla- teado 10 10. Uñas con tre.s dientecillos; peciolo tan largo como el pri- 508 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA mero y un tercio de la longitud del seg-undo artejo de los tarsos posteriores; abdomen rojo, con alg-una mancha neg-ra sobre el dorso de los últimos seg-mentos; cuerpo muy adornado de tomento plateado, metatórax posterior- mente rug-oso-estriado; área media del metatórax estria- da, pubescente, la pubescencia del dorso forma como una lira; ojos poco converg-entes hacia el clípeo, meso- noto brillante y punteado; puntuación g-ruesa y esparci- da; cara, pronoto, pleuras, lados del metatórax, caderas, fémures y tibias cubiertos de tomento plateado, espinas blancas, peciolo neg-ro, abdomen rojo. Especie de tama- ño superior al medio Sph. mduatus Christ. Sinonimia: Si^h. pudescens F.; Sph. fermiis F.; Spli. micans Eversm, No hemos visto ningún ejemplar (/ de esta rara y bonita especie, que no estaba citada de España, pero cuya Q se ha encontrado hasta ahora en Villavicioea (Madrid), Huércal Overa (Ahnería) y Mazarrón (Murcia). — Longitud de este (f según Kohl, 14-20. — Uñas con cuatro dientecitos; peciolo tan larg"o como el pri- mero y la mitad de la long-itud del seg-undo artejo de los tarsos posteriores; abdomen rojo con la cara dorsal de los últimos seg-mentos neg-ra; el último, en g-eneral, completamente negro; cuerpo con menos manchas de tomento plateado; metatórax posteriormente rug-oso- punteado; área media del metatórax, menos reg-ular- mente limitada por la pubescencia del dorso, á veces casi lampiña. — Ojos poco converg-entes hacia el clípeo; mesonoto brillante y punteado, puntuación g-ruesa y más apretada que en la especie anterior; el tomento arg-en- tado menos profusamente repartido; peciolo neg-ro, ab- domen rojo, con la extremidad neg-ra. Especie de tamaño medio. Long-itud 12-18 mm S}^- Mocsaryi Kohl. Sinonimia: Sph. argentatns Mocs; Sph. omidatus Kohl. Especie no señalada en España, y que no deja de ser relativamente abun- dante en los alrededores de Madrid. Se ha encontrado también en Alcalá, Montarco, Escorial y Villaviciosa. 11. Segunda célula cubital rómbica, tan alta como ancha. Subg. Sjihex 13 — Segunda célula cubital más ancha que alta (conviene para DE HISTORIA NATURAL. 509 apreciar bien la anchura de esta célula examinarla en la dirección de la long-itud del ala). Subg". Isodontia... 12 12. Metatórax transversalmente estriado. Abdomen, en parte, rojo. Resto del cuerpo, neg-ro. Mandíbulas imperfecta- mente tridentadas; peciolo larg-o, curvo, tan largo como los fémures posteriores; más larg-o que las tibias ante- riores; insecto de aspecto alarg-ado. — Alas casi hialinas, borde apical obscurecido; clípeo poco convexo, truncado en el ápice; bordes internos de los ojos muy poco con- verg-entes hacia el clípeo; mesonoto brillante, punteado, así como las mesopleuras; tibias posteriores más larg-as que los fémures. Long-. (según Kohl) 16-18 mm Sph. splendidíihis Costa Encontrado en Gavá y Olesa (Barcelona.) — Metatórax punteado, con indicación de arrugas transver- sas. Abdomen neg-ro. Mandíbulas marcadamente triden- tadas; peciolo corto, recto, más corto que los fémures posteriores; próximamente de la long-itud de las tibias anteriores; insecto de aspecto rechoncho. — Cuerpo ne- gro; cabeza y tórax pubescentes, pubescencia blanque- cina sucia, borde interno de los ojos apenas convergen- te hacia el clípeo; clípeo poco convexo , truncado en el ápice; pronoto, mesonoto y escudete punteados; área dorsal del metatórax punteada, pero la puntuación tien- de á formar estrías laterales; abdomen globoso, últimos segmentos (dorso y vientre) provistos de pelos negros; alas ligeramente amarillentas, obscurecidas hacia el borde apical. Long. 18-20 mm . . Sph. pakidosus Rossi. Sinonimia: Sph. fuscatus Dhlb; Spth. ])arihenia Costa; Sjph. subfuscata Rad. Especie poco frecuente en el centro de España. Se recoge en Junio y Julio sobre las tapsias en flor y otras umbelíferas. Encontrada hasta ahora en Madrid, El Escorial y Barcelona. 13. Dorso del metatórax con arrugas transversales; peciolo tan largo como la cara dorsal del primer segmento del ab- domen; alas hialinas, obscurecidas sobre el borde apical- Cuerpo negro, pubescencia blanca, antenas largas y finas; clípeo poco convexo, más alto que ancho; meso^ noto esparcidamente punteado; escudete convexo con una impresión longitudinal, punteado; abdomen pro- 510 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA visto de una fina pruinosidad blanca, negro, á veces teñido de rojo sobre el borde de los segmentos; patas negras, larg-as. Long-. 13-20 mm. Sph. pruinosus Germ. Sinonimia: Sph. Scioensis Grib. Especie fácilmente distinguible de las afines por las arrugas del área dorsal del metatórax, la longitud del peciolo y la transparencia de las alas, que son hialinas, ó casi hialinas, con el borde apical ligeramente obscure- cido. Estos caracteres bastan para distinguir con facilidad este Qf del Sph. tristis Kohl, parecido á él por el aspecto y coloración. No estaba señalada en España. Se encuentra de Junio á Septiembre. Ha sido hallado en Ma- drid, Cartagena y Orihuela.— En los alrededores de Madrid se recoge con abundancia sobre las rudas y los eringios en flor. — Dorso del metatórax sin arrug'as transversales; peciolo más corto que la cara dorsal del primer seg-mento del abdomen; alas más ó menos amarillentas. . , , 14 14. Cuerpo completamente neg-ro; pubescencia de la cabeza y tórax blanquecina ó g-risáceo amarillenta; peciolo poco más corto que el tercer artejo de los tarsos posteriores. Ojos muy poco convergentes hacia el clípeo; clípeo lig-e- ramente convexo; pronoto poco eng-rosado; mesonoto finamente punteado; escudete convexo con una impre- sión long-itudinal; metatórax completamente cubierto de pelos lanuginosos; área dorsal, apenas perceptible á causa de la pilosidad, transversalmente estriada; abdo- men subcilíndrico, poco pubescente, con pelos neg-ros ó pardos sobre los últimos seg*mentos; patas robustas, lig-eramente pruinosas, con fuertes espinas sobre las tibias y tarsos; antenas normales; segundo artejo del funículo tan largo, por lo menos, como el primero y ter- cero juntos; alas amarillentas, obscurecidas sobre el borde apical. Long. 19-26 Sph. tristis Kohl. Sinonimia: Sph. plumipes Rad? Especie estival, que se recoge abundantemente en Julio y Agosto sobre las rudas, los eringios, los cardos silvestres y otra porción de plantas de estío. Hemos visto ejemplares de Madrid, Escorial, Los Molinos, Aranjuez, Montarco y Valladolid (Jaramiel). Debe estar muy extendida por el medio- día y levante de España. — Abdomen en parte rojo (manchado de este color, á lo me- nos, sobre el borde de algunos de los segmentos); pubes- cencia blanquecina ó negruzca; peciolo de longitud va- DE HISTORIA NATURAL. 511 riable, tan larg-o ó alg'o más larg-o que el tercer artejo de los tarsos posteriores 15 15. Peciolo de la long-itud del tercer artejo del funículo, próxi- mamente como el tercero de los tarsos posteriores ó un poco más corto. — Abdomen rojo, con el peciolo y los úl- timos seg-mentos negros; ojos poco converg-entes hacia el clípeo; clipeo cubierto de pubescencia amarillenta; pronoto y borde anterior del mesonoto con una pruino- sidad de color dorado; cabeza y tórax cubiertos de pu- bescencia g-ris ó amarillenta; antenas largas; patas ro- bustas; alas lig-eramente teñidas de amarillo. Longitud 24 mm Sph. fiampennis F. Sinonimia: S¡)h. bicolor Dhlb; Sph. afer Lep.? (según Kohl); Sph. Sellae Grib. Especie poco frecuente, sale en verano; vieita los eringios, las retamas, las rudas en flor, etc. , etc. Encontrado hasta ahora en Madrid y Montarco. — Peciolo más largo que el tercer artejo del funículo de las antenas, tan largo ó más largo que el tercer artejo de los tarsos posteriores 16 16. Pilosidad de la cabeza y tórax negra ó pardo obscura; pe- ciolo de la longitud del tercer artejo de los tarsos poste- riores; abdomen en su mayor parte neg-ro, solo con man- chas rojas sobre alguna porción de los segmentos basi- lares; sienes muy anchas. Long-. 18-22 mm S2)h. atrohirtus Kohl. Se encuentra en los mismos lugares y parajes que los Sph. tristis y pa- chysoma, y como éstos es especie estival y no escasa en la provincia de Madrid. No estaba señalada en España, — Pilosidad de la cabeza y tórax g-ris ó blanquecina; peciolo más larg-o que el tercer artejo de los tarsos posteriores, próximamente de igual longitud que el segundo; abdo- men generalmente rojo sobre los segmentos basilares, á veces (rara vez) el color negro invade también casi toda la cara dorsal de los primeros segmentos. Long-i- tud 13-22 mm Sph. maxiUosiis F. Sinonimia: S/>/¿. üampennis Latr. Muy abundante: Madrid, Avila, Murcia, Barcelona, Oviedo, Zaragoza, Teruel, Pontevedra, Huesca y Granada. 512 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA HEMBRAS 1. Segunda célula cubital visiblemente más alta que ancha; espolón interno de las tibias posteriores con un peine constituido, en su mitad apical, por espinas fuertes y separadas: el nervio cubital de las alas posteriores arran- ca poco después de la terminación de la célula sub- media , 2 — Segunda célula cubital tan ancha como alta, ó más ancha que alta; espolón interno de las tibias posteriores con un peine plumoso; el nervio cubital de las alas posteriores arranca en la terminación de la célula submedia.. . 11 2. Uñas de los tarsos con dos dientecitos 3 — Uñas de los tarsos con tres ó cuatro dientes 8 3. El dorso del primer segmento del abdomen forma con el peciolo un ángulo obtuso alargado; epístoma casi plano, muy poco convexo; abdomen rara vez completamente negro 4 — El dorso del segundo segmento del abdomen forma con el peciolo un ángulo recto ó casi recto; epístoma bastante convexo. — Cuerpo negro, pubescencia negra; órbitas internas de los ojos paralelas hacia el clípeo, ó más bien un poco divergentes; caracteres de puntuación como en el ^T; ^^^^ amarillas, ahumadas hacia el ápice. Long. 15-19 mm S2J^. sudfuscatus Dhlb. (Véase la descripción del cf en el lugar correspondiente). 4. Peine de los tarsos anteriores compuesto de espinas cortas, poco marcadas; abdomen en parte rojo 5 — Peine de los tarsos anteriores compuesto de espinas lar- gas, encorvadas muchas veces; abdomen negro por com- pleto, ó del todo rojo, ó negro con tintas rojas sobre al- guno de los segmentos 6 5. Tibias y tarsos rojos ó rojizos, en parte; el peine del meta- tarso anterior compuesto de cinco espinas cortas; espinas de las patas amarillentas ó rojizas; pubescencia de la cara de tono dorado pálido.— Abdomen rojo en los seg- mentos basilares; alas amarillentas; pelos de la cabeza y tórax parduscos; peciolo poco más corto que el meta- tarso de las patas posteriores, tan largo como el segundo DE HISTORIA NATURAL. 513 y tercer artejos de los tarsos posteriores ó como el seg'un- clo y tercero del funículo S2)h. striguhsus Costa. No hemos visto esta 2, cuya longitud, según Kohl, varía de 17 á 21 mm. — Patas y sus espinas neg'ras; metatarsos anteriores despro- vistos de peine; pubescencia de la cara plateada. — Ab- domen de color rojo sobre los seg-mentos basilares; pe- ciolo y últimos segmentos neg-ros; pelos del ano blan- cos; alas amarillentas; la tercera célula cubital muy abierta sobre el nervio radial; peciolo más corto que el metatarso posterior; marcadamente más corto que el se- g'undo y tercer artejos del funículo. Long-. 19-21 mm. . . Sph. argyrms Brull. 6. Mesonoto transversalmente estriado , la estriación muy fina; el peine del metatarso anterior compuesto de espi- nas finas, largas y alg"o encorvadas; abdomen comple- tamente rojo. — Pronoto, mesonoto y callos humera- les con una pruinosidad plateada; clípeo blanco pu- bescente; peciolo negro, más corto que el metatarso posterior, casi tan largo como el seg-undo y tercer ar- tejos de los tarsos posteriores; escudete abovedado; pa- tas negras, robustas, espinosas; pelos del ano blan- quecinos. Long". 22-24 mm Sph. melanarius Mocs. (Esta 9 fué descrita por el Sr. Kohl con el nombre de S2)h. Anatolmis.) — Mesonoto brillante, punteado, puntuación g-ruesa y espa- ciada; el peine del metatarso anterior compuesto de es- pinas gruesas, más cortas y rectas; abdomen completa- mente negro, ó neg-ro manchado de rojo; pelos del ano negros 7 7. Abdomen en parte rojo sobre los seg-mentos basilares. — Insecto robusto, de gran tamaño; órbitas interiores de los ojos casi paralelas; pronoto y mesonoto lustrosos, punteados; escudete poco convexo; metatórax mate, con el área dorsal finamente estriada; pilosidad negra; ab- domen globoso, brillante; patas muy robustas y espino- sas; alas obscurecidas. Long. 23-28 (seg-ún Kohl)., S2)h. Occitanicus Lep. — Abdomen completamente negro. Long*. 23-26 mm S2)h. Occitanicus var. Syriacus Mocs- 514 boletín de la. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Se caza sobre los eringios, á grandes alturas, en la próxima Sierra de Guadarrarca. En el puerto de Malagón, sobre El Escorial, hemos recogido en el mes de Agosto de 1905 varios :¿' ^ y QQ de esta rara especie. 8. Escudete más ó menos convexo, con una impresión ó sur- co long-itudinal bien señalado en su parte media 9 — Escudete casi plano, sin impresión ó surco long-itudinal; últimos seg-mentos del abdomen negros, peciolo de la long-itud de los metatarsos posteriores. — Cabeza, tórax, los dos ó tres últimos seg-mentos abdominales, las patas y el peciolo neg-ros; espinas de las tibias y de los tarsos blancas; ojos casi paralelos; últimos artejos de los tarsos rojizos; callos humerales y parte posterior del metatórax provistos de tomento plateado; epistoma bastante con- vexo. Long-. 20 mm Syh. Hvidocinctus Costa.. 9. Abdomen completamente rojo ó lig-eramente manchado de neg-ro sobre los últimos anillos dorsales; peciolo más corto que el metatarso posterior; cabeza, tórax y patas, profusamente cubiertos de pubescencia plateada. — Órbi- tas internas de los ojos casi paralelas.. S2^h. viduatus Christ. (1) — Quinto y sexto seg-mentos del abdomen neg-ros; peciolo tan larg-o como el metatarso posterior ó mucho más larg-o; pubescencia plateada del cuerpo menos abundante. 10 10. Borde posterior de los seg-mentos abdominales lig-eramen- te decolorado; peciolo de la long-itud del metatarso pos- terior; lados del tórax con manchas de pubescencia pla- teada.— Abdomen rojo, con el peciolo y el dorso de los últimos seg-mentos neg-ro; patas robustas; espinas de las tibias blancas; bordes internos de los ojos casi paralelos entre sí. Long-. 14-21 mm S2)h. Mocsaryi Kohl. — Borde posterior de los seg-mentos abdominales con una banda ebúrnea; peciolo más larg-o que el metatarso pos- terior; lados del tórax casi desprovistos de pubescencia (1) WíSpJiex pollens Kohl es una especie intermedia entre el viduatus y el Mocsaryi, que se ha encontrado hasta ahora en Grecia y Persia, pero que también pudiera ha- llarse en España. Se distingue del viduatus por tener las uñas de los tarsos provistas de cuatro dientecillos, negra la cara dorsal de los anillos abdominales 4.° y 5." y la pu- bescencia plateada de la cabeza, tórax y patas menos abundante. Del Mocsaryi se dife- rencia por las sienes más abultadas, el peciolo un poco más corto y el último seg- mento del abdomen encarnado. DE HISTORIA NATURAL. 515 plateada. — Abdomen rojo, con el peciolo y los seg-men- tos 4-6 neg-ros; alas hialinas con los nervios rojizos. Lon- g-itud 14-18 mm {^ph. alMsectiíS Lep. 11. Seg-unda célula cubital más ancha que alta (sobretodo examinada en sentido de la long-itud del ala); metatarso anterior provisto de espinas cortas que no forman ver- dadero peine; truncadura de la tercera célula cubital en el nervio radial muy ancha 12 — Seg-unda célula cubital tan ancha como alta, rómbica; me- tatarso anterior provisto de espinas alarg-adas y finas que forman como un peine; truncadura de la tercera célula cubital sobre el nervio radial estrecha 13 12. Peciolo recto, más corto que las tibias anteriores; abdomen neg'ro; alas teñidas de amarillo, obscurecidas hacia el ápice. — Cuerpo neg-ro, pubescencia blanquecina, sucia; cara ancha; ojos casi paralelos hacia el clípeo; pronoto y mesonoto punteados; área dorsal del metatórax fina- mente rug'osa; abdomen pruinoso; patas robustas, ne- garas. (Aspecto del insecto rechoncho.) Long-. 22-25 mm. /S^j//. imhidosiis Rossi. — Peciolo curvo, más larg-o que las tibias anteriores; abdo- men en parte rojo; alas casi hialinas, obscurecidas hacia el ápice. — Cuerpo negro, con la cara dorsal de los seg-- mentos abdominales 2-3 y base del cuarto roja. (Aspecto del insecto alarg-ado). Long". 17-20 mm Sph. splendiduhis Costa. 13. Área dorsal del metatórax arrug-ada transversalmente; peciolo más larg-o que el seg-undo artejo de los tarsos posteriores.— Cuerpo neg-ro; abdomen neg-ro, con los seg-mentos basilares rojos; patas rojizas con la base ne- gra; antenas larg-as y finas; tórax con pubescencia blan- quecina; escuámulas rojizas. Long-. 16-26 mm Sjih. príiinosus Germ. — Área dorsal del metatórax estriada ó punteada, sin arru- g-as transversas; peciolo á lo sumo tan largo como el se- g-undo artejo de los tarsos posteriores ]4 14. Peciolo muy corto, visiblemente más corto que el tercer artejo de los tarsos posteriores; pilosidad de la cabeza y tórax blanquecina; sienes muy abultadas, vistas de per- fil más anchas que en el Sp/i. flavipennis. — Insecto de g-ran 516 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA tamaño y de cuerpo muy robusto; neg'ro, coa los seg- mentos basilares del abdomen rojos; cabeza y tórax bri- llantes, finamente punteados; escudete y posescudete con una lig-era impresión long-itudinal; área dorsal del metatórax con estrías rug-osas transversales; patas ro- bustas, negras, pruinosas; alas lig-eramente teñidas de amarillo, obscurecidas hacia el borde apical. — Ojos casi paralelos; clípeo provisto de pelos amarillentos, mandí- bulas pardas y robustas; metatórax á veces rojizo; escuá- mulas y patas anteriores aveces rojizas; aveces también el abdomen, exceptuando el peciolo, es completamente rojo. Long". 24-32 mm Sph. pachysoma Kolil. Especie estival y abundante en toda la provincia de Madrid, donde se recoge sobre las rudas, los eringios, las retamas y otras plantas que flore- cen en estío. Aunque el Sr, Kobl en su Monografía del género Sphex. des- cribe un insecto como Q del Sph. ti-istis, nosotros creemos que el Sph. jpa- chysoma es la Q del Sph. tristis. Fundamos esta creencia en el becbo de ser el Sph. tristis y el Sph. pachysoma, especies que conviven en los alrededores de Madrid, donde sólo encontramos c/c^ de Sph. tristis y QQ de Sph. pa- chysoma. Durante el verano último hemos tenido ocasión de ver en Mon- tarco una gran pradera, por la que vagaban juntos, en abundancia, estos dos Sphex, sin que ninguna otra especie se mezclara con ellos. Nosotros, que bemos visto un considerable número de ejemplares de uno y otro in- secto, podemos asegurar que el Sp>h. tristis y el Sph. pachysoma son algo variables por lo que respecta á la longitud relativa del peciolo, color de la pilosidad, teñido de las alas, etc. Hay individuos del Sph. tristis con el pe- ciolo muy corto, mucbo más corto que el tercer artejo de los tarsos poste- riores y otros en que casi alcanza la longitud de éste, pero tampoco faltan ejemplares cuyo peciolo ofrece una longitud intermedia entre los dos ex- tremos citados. La coloración de la pilosidad de la cabeza y tórax varía también de unos individuos á otros, siendo blanquecina ó de un blanco sucio ó pardusca, sin que coincida el distinto tono de la pilosidad con las variaciones del peciolo. El teñido de las alas es también variable. Lo que decimos del Sph. tristis puede también bacerse extensivo al Sph. pachysoma, cuyo peciolo, siendo siempre más corto que el tercer ar- tejo de los tarsos posteriores, apenas alcanza, en algunos individuos, la longitud del cuarto artejo. Los ejemplares de Montarco son los que más corto presentan el peciolo. — Peciolo más largo, de la longitud del tercer artejo de los tarsos posteriores (ó, en el caso de que sea un poco más corto, la pilosidad de la cabeza y tórax negra); sienes menos abultadas que en el Sph. pachysoma 15 DE HISTORIA NATURAL. 517 15. Pilosidad de la cabeza y tórax negra ó negTuzca; peciolo un poco más corto que el tercer artejo de los tarsos pos- teriores, en la coloración del abdomen prepondera el negro. — Caracteres de puntuación y forma g-en eral como en el Sph. pacliysoma; patas rojizas; insecto de menor ta- maño; alas menos amarillentas ó más obscurecidas. Lon- gitud 19-27 mm >S^;/¿. atrohirtus Kohl. — Pilosidad de la cabeza y tórax blanquecina ó amarillenta; tibias y tarsos rojizos; peciolo tan larg'o, por lo menos, como el tercer artejo de los tarsos posteriores 16 16. Insecto de gran tamaño; peciolo de ig-ual long-itudque el tercer artejo de los tarsos posteriores; pronoto y mesono- to pruinosos. — Caracteres de puntuación como en el Sph. i^achijsoma; abdomen con los seg-mentos basilares ro- jos; alas con tendencia á teñirse de amarillo en el centro. Long*. 27-30 mm Sph. flavipennis F. — Insecto de tamaño mediano; peciolo un poco más larg-o que el tercer artejo de los tarsos posteriores; ¡pronoto y mesonoto casi desprovistos de pruinosidad. — Abdomen con los seg-mentos 1-3 rojos. — Los demás caracteres, como en las especies afines. Long*. 18-23 mm Sph. maxülosnsY . Notas geológicas POR EL R. P. LONGINGS NAVAS, S. J. III El Congreso geológico Í7iter nacional de Méjico. (6-14 de Septiembre de 1906.) Creemos que no disg-ustará á nuestros consocios el que ha~ g-amos una lig-era reseña de la 10." sesión del Cong*reso g-eoló- g-ico internacional, celebrada en Méjico, dada su importancia y el éxito brillante que ha tenido (1). (1) Tomamos muchos de los siguientes datos de la revista inglesa Nature. 518 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA 1. Preparativos.— Una serie de circulares emitidas perió- dicamente por la Comisión org-anizadora, cuyo Presidente era D. José G. Aguilera y cuyo Secretario D. Ecequiel Ordóñez, fijaban admirablemente todas las circunstancias que á los Cong"resistas pudieran ser interesantes. En la cuarta, estable- cíase definitivamente la marcha del Congreso, y se indicaban las Memorias anunciadas (entre ellas la de D. Salvador Calde- rón, sobre los fenómenos de las pegas, la única española, para el primer día), los nombres de los geólogos que tomarían par- te en la discusión, el número é itinerario de las excursiones que se proyectaban, sus días, precios, etc., etc. Todo bacía augurar importancia extraordinaria al Congreso de Méjico. Las riquezas mineras de la nación, tan celebradas, la geología típica y variada, los fenómenos volcánicos en acción, excitaban el interés y atraían á los geólogos de todo el mundo. Sin embargo, creemos que el éxito ha superado á las espe- ranzas. Más de 600 fueron los billetes de socio que se expidieron, figurando en primer lugar, por su número, los mejicanos, como e's natural, en segundo los yankis y en tercero los alemanes. Sólo cinco ingleses figuraron en el Congreso, y ninguno de ellos como Delegado oficial. De España no asistió[ninguno, que sepamos, por más que no falten geólogos en nuestra nación. Los trabajos del Congreso han durado unos dos meses, in- cluyendo en este tiempo las excursiones llevadas á cabo antes y después del mismo. 2. Apertura.— La apertura del Congreso realizóse con toda solemnidad la mañana del jueves 6 de Septiembre^ en el Salón de Actos de la Antigua Minería, hoy parte de la nueva Escuela Nacional de Ingenieros, bajo la presidencia del mismo Presi- dente de la República, general Porfirio Díaz. Nombróse la Co- misión ejecutiva, formada por el Presidente D. José G. Aguile- ra, Director del Instituto Geológico "S2íQ,\oi\q\, Secretario ge^ieral D. Ecequiel Ordóñez y Tesorero D. Juan G. Villarello, ambos también del mismo Instituto Geológico y principales organi- zadores del Cong-reso. Las demás sesiones celebráronse en el Instituto Geológico, bajo diferentes Presidentes. 3. Sesiones. — No es posible en esta rápida reseña seguir en todas sus circunstancias la marcha de las sesiones. Acordóse, DE HISTORIA NATURAL. 519 desde el principio, que éstas se celebrasen en días alternos, á fin de poder dedicar los días que quedasen libres á excursio- nes por los alrededores ó no muy lejos de la ciudad, bajo la dirección de alg-ún g-eólog-o mejicano. En la primera sesión, Mr. G. H. Heilprin leyó una comuni- cación sobre la concurrencia y relcición de los fenómenos volcáni- cos y sísmicos, sosteniendo que las sacudidas de origen tectó- nico apenas pueden disting-uirse de las de origen volcánico, 3- que los fenómenos sísmicos van precedidos y acompañados de perturbaciones magnéticas; idea que fué combatida por los señores profesor Lawson y Dr. Becker, concluyendo el doctor K. Renz, de Breslau, que los datos que actualmente poseemos son insuficientes para decidir esta cuestión. De mayor interés y extensión fué la discusión sobre los cli- mas geológicos, la cual ocupó buena parte de tres sesiones. Le- yeron sus Memorias, relativas al asunto, los Sres. J. W. E. Da- vid, de Sydney (Climas geológicos de Australia, India, Sur de África y de América), y el profesor Frecli, de Breslau (Altera- ciones de los climas geológicos). Según el disertante, desde los tiempos paleozoicos hasta el presente, siempre hubo co- rrespondencia entre la evolución de los climas terrestres y la cantidad de anhídrido carbónico y vapor de agua existentes en la atmósfera. El aumento de ambos, fué debido á las ema- naciones volcánicas; y su diminución, á la formación de los compuestos orgánicos, y más particularmente de los inorgá- nicos. El general L. de Lamothe, de Grenoble, habló del clima del África del Norte durante los períodos Plioceno y Pleistoce- no. Terciaron en la discusión, á continuación de la lectura de las Memorias, varios congresistas. El profesor Frech, Presiden- te en la sesión del 8, resumió la discusión en las siguientes conclusiones: existencia de un período glacial en el Permo- carbónico; uniformidad del clima durante el Triásico ;y Jurá- sico; existencia de zonas climatológicas durante el Cretáceo medio, y descenso gradual de temperatura durante las épocas Terciaria y Cuaternaria. Discutióse largamente sobre la formación de las rocas y mi- nerales, y omitióse la discusión sobre la nomenclatura y cla- sificación de las rocas, que entraba en el programa. Son, además, dignas de especial mención las siguientes Me- morias leídas en el Congreso: 520 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOL/. 2>f. Adams, de Montreal. Presentó el mapa de la América del Norte en cuatro g-randes hojas. Previamente se habla dis- tribuido un ejemplar á cada congresista, comprados por el Go- bierno mejicano. Dr. K. Renz, de Breslau. Disertó sobre el Mesozoico inferior de Grecia, refiriendo al triásico muchos mármoles que hasta ahora se atribuían al Cretáceo. Profesor Stefaoiescu, de Bucarest. Dio la descripción del Bi- notherium gigantissimnm , nueva especie, hallado por él en 1888. Profesor Sabati7ii, de Roma. La última erupción del Vesubio. Dr. Tem'pest Anderson. Sobre lo mismo. Con proyecciones. Profesor Lawson. El terremoto de San Francisco. 4. Acuerdos. — Fig-uran entre los acuerdos del Cong-reso, los sig^uientes: otorgar el premio Spendiaroff al profesor Tscher- nyscheff, por su trabajo Los hraquiópodos del carlonifero supe- rior del Ural y del Trmdn; el proponer la creación de un Insti- tuto modelo de Geofísica; el formar una Comisión para el es- tudio de las variaciones de la geotérmica, y el extender las publicaciones de la Palceonlologia Universalis. Finalmente, á propuesta del profesor Sjogren, decidióse, por aclamación, la celebración de la próxima sesión del Congreso geológico en Estocolmo en 1910. La Comisión sueca fijará la fecha. 5. Excursiones. — La primera que se realizó, durante el Congreso, se dedicó á la misma ciudad de Méjico. Otra tuvo por objeto visitar los monumentos toltecas de San Juan Teo- tilmacán. Después de haber visto las dos pirámides, del Sol y de la Luna, los excursionistas almorzaron en la cueva «Porfi- rio Díaz», formada por lava antigua. Otras, realizadas antes y después del Congreso, de tres, doce y más días, se dirigieron á Veracruz, á los volcanes Jorullo y Colima, etc. La última tuvo lugar del 15 de Septiembre al 4 de Octubre, por todo lo mejor que en minería y geología ofrece Méjico. 6. Intervención del Gobierno. — Es muy de alabar la ge- nerosidad del Gobierno mejicano en todo lo referente al Con- greso geológico. El mismo Presidente de la República, Porfi- rio Díaz, mostró, desde el principio, vivísimo interés por todo lo que á él se refería. Pidióse reducción de precio á las empre- sas marítimas de transportes. Como no lo concediesen, el pa- DE HISTORIA NATURAL. 521 saje para los g-eólogos extranjeros hízose con todo esto á la mi- tad de precio, porque el Gobierno mejicano sufragaba la otra mitad. La Compañía Transatlántica española ofreció reducción del precio del 33 por 100 para el pasaje de Bilbao, Santander, Corulla y Veracruz. Por dentro de la nación, las vías férreas estaban francas para los congresistas á la mitad de precio, y los g-astos de las excursiones eran reducidísimos. Se apresta- ban trenes especiales, coclies, caballos y peones; poníanse en movimiento compañías de Rurales, especie de Guardia civil, para la seg'uridad de los viajeros; avisábase de antemano á los propietarios de las haciendas que se iban á visitar, para la dig*- na recepción de los huéspedes. En ün, todo estaba previsto y bien org-anizado. 7. Recepción. — Uno de los actos que se celebraron durante el Cong-reso, y que merece especial mención, fué la recepción de los cong'resistas por el Presidente y su señora en el famoso palacio de Chapultepec. Después de la recepción, detuviéronse á contemplar ios magmíficos espectáculos que desde lo alto de las azoteas se les ofrecían: la vista de la ciudad, del lag-o, de la campiña, de las nevadas cimas de Popocatepelt é Ixtacci- liualt. Invitóse á los cong'resistas á tomar un té por la tarde, y el té consistió en un espléndido banquete servido en la azotea superior. 8. Un deseo. — Es de lamentar que ningún g-eólog-o español asistiese personalmente á este Cong-reso. El averig-uar la causa, no es de este lug-ar. Pero hora es ya de que los españoles in- terveng-amos en los Congresos, demos noticia de lo mucho bueno que poseemos en nuestro suelo privilegiado, y de esta manera preparemos el día, ojalá no sea lejano, en que se ce- lebre algún Congreso internacional, sea de Geología ó de Zoo- logía ó Botánica, en nuestra patria. T VI. -Diciembre liüC. 36 522 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPANOi^A Una especie nueva del gen. «Viola» POR BLAS LÁZARO É IBIZA Desde hace bastantes años tenía en cartera algunos ejem- plares de una notable especie del género Viola, recolectados en Jarandina (Cáceres) por el ilustrado farmacéutico de dicha localidad D. Antonio Mateos é Izquierdo, y que, por la sing-u- laridad de sus caracteres, no hallaba forma de referir á nin- g"una de las especies que de dicho g-énero se han mencionado en España. El estudio de dichos ejemplares, que tampoco puedo determinar como pertenecientes á ning-una Viola de las floras afines^ me ha decidido á considerar que representan una especie nueva, para la cual propong'o el nombre de Viola SKdsessilifoUa, por ser notable en ella la brevedad de los pecio- los de sus hojas. Por si esto puede contribuir á llamar la aten- ción de los recolectores y á comprobar la existencia de esta planta en otras localidades^ creo conveniente dar á conocer sas caracteres distintivos. Viola subsessilifolia nov. sp. — Planta perenne, con los tallos largos y erguidos, de dos á cuatro decímetros, con las hojas muy espaciadas, separadas por larg-os entrenudos, casi senta- das, con el peciolo de uno á dos milímetros cuando más, y el limbo de cuatro á cinco centímetros, ancho, acorazonado, agu- do, con los bordes profunda y desigualmente dentados, angos- tadas en la base; estípulas estrechas, de 10 á 15 mm. de long*i- tud, enteras ó con uno ó dos dientes en cada lado de su base; pedúnculos florales más largos que las hojas, arqueados, uni- floros; flores pequeñas, azules, con los sépalos largamente pro- longados en su base, largos, agudos y conniventes; espolón corto. Florece en primavera. En lo demás es afine á la Viola Demetria y pertenece á la misma sección que ésta. DE HISTORIA ANTURAL. 523 Análisis de la Gibhsita de Puente Arce (Santander) POK JUAN CALAFAT LEÓN En la nota publicada en este Boletín en el mes de Noviem- bre último, pí'ig". 471, daba cuenta del hallazg-o de este raro é interesante mineral de aluminio, nuevo en España, que en- contré en las minas de Puente Arce, en la provincia de San- tander. He creído necesario el análisis de esta substancia (del cual ya he adelantado alg-unas noticias en la referida nota) para poder clasificarle con seg-uridad en la forma que lo he hecho y para conocer las condiciones con que se presenta en nuestro suelo. Primeramente separé, con el mayor cuidado, las partes blan- cas del mineral de la g-ang-a, ó substancias extrañas que le acompañan, formadas por nodulos y fragmentos de color ro- jizo ó pardo, que aparecen incrustados en su masa. Esta parte blanca, que constituye la casi totalidad de la masa bruta, es la que he sometido al análisis, terminado re- cientemente, y cuyo resultado es el sig-uiente: Sílice 0,51 Oxido férrico 1,39 Alúmina 60,15 Ag"ua , 35,60 Pérdida y materias no determinadas 2,35 100,00 Tratemos, pues, de interpretar el anterior resultado analí- tico y las propiedades físicas de la substancia que nos ocupa para su clasificación mineralóg-ica, justificando la denomina- ción dada de g-ibbsita. La composición de la gibbsita, tipo, químicamente pura, es la sig-uiente: Alúmina, 65,4 por 100 y ag'ua 34,6, que corres- ponde á la fómula Al.^O^, SHjO, cuyos números, comparados con los del citado análisis, son suficientemente concordantes. ^36- -líSfiS- SúBie— ^33S2SB TJ-: -M. TagniraBfrga ^■B3EaF - , 3fc^ — -i¡s(^f;^. -^'fiuiiw- lEr "íseess- 'SIt— i&tfflar!^niEr ^HT JES ~d^?nMK /rUS^ ^Sr ^BOTCHfr :.^" 528 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA CanacUan Entomologist (The). London. 1906, u° 11.— Cosens: A new Reti- ñía attacking Austrian Pine. — Oockerell: Some Carpenter-bees from Africa.—GiBSON: The Bean Weevil.— Ludiow: Mosquito Notes. — Kir- kaldy: Classificat. and Nomenclat. of Miroidea. — Bradley: Contiib. to Entomology of the Selkirk Mts., B. C. Entomologische Litteraturhlatter. Berlin. 1U06, n" 11. Entomologisf s Record (The). London. 1906, n° 11. — Balfour-Browne: On Agabus afjinis Payk. and unguicularis Thoms. — Baonall: A probable Cosmopolit. beetle in Britain. — Joy: A new British beetle.— Floes- heim: The Butterflies of Bagshot, Surrey.— Bird: Butterflies in the Wye Valley during 1906. — Mathew: On Camptogramma fluviata.— SicH: On the Heliothis peltigera. — Donisthorpe: Myrmecophilous notes. Feuille des Jeunes Natwalistes fZa) Faris. 1906, n° 434. — Caziot: Etudes malacolog. sur quelq. espéc. asiatiques. — Goury et Güjgxon: Les In- sectes parasit. des Cruciféres. — Dollfus: Sur certains Isopodes terrestr. — Gaülle: Catalogue des Hyménoptér. de Franee. Geological Institution ofihe University. Upsala. (Bulletin.) 1906, vol. vii. Ingeniería. Madrid. 1906, n.os 58-60. Johns Hopkins Hospital. Baltimore. (Bulletin.) 1906, n° 188. Laboratorio Municipal de Higiene. Madrid. (Boletín.) 1906, n." 2. Musée Océanographique. Monaco. {Bulletin.) 1906, n" 83.— Topsent: Farrea occa (Bowerbank) y ar. folia scens n. var.=N° 84.— Legendre: La teneur en acide carbonique de i'air marin.=N° 86. — Anthony: Contrib. á l'étude du mode de vie et de la locomot. du Pechen. =N° 86. — Joubin: Séance d'ouverture des cours de l'Institut Océanogr. a la Sorbonne. Museu Goeldi. Para. 1906, 3." y 4.® decada. — Huber: Arboretum amazo- nicum. Naturfornchenden Gesellschaft. Basel. ( Verhandlungen.) 1906, Band xvxii, Heft 3.— Steiger: Beitrage zur Kenntnis der Flora der Adula- Gebirgsgruppe. Revista científica profesional. Barcelona. 1906, n° 96. Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales. Zaragoza. (Boletín.) 1906, n° 8. Fagot: MoUusca nova provincise Aragonise. — Pau: Plant. de la provin- cia de Huesca.— Salamero: Excursión á María. Societa Toscana di Scienze Naturali. Pisa. (Atti.) 1906, n" 5. — Aloisi: Rocce a spinello dell'Isola d'Elba. — Manasse: Sopra le zeoliti di alcune rocce basaltiche della Colonia Eiitrea. Société helge d' Astronomie. Bruxelles. (Bulletin.) 1906, n"s 9-10. United States National Herbarium. Washington. (Contribution.) 1906^ vol. XI.— Piper: Flora of the State of Washington. University of Colorado Studies (The), Boulder, Coló. 1906, vol. iii, n° 4. — ünderhill: Areal Geology of Lower Clear Cleek (Colorado). DE HISTORIA NATURAL. 5á7 Weather Burean Manila. (An':)ual Report.) 1904. — (Bulletin.) Abril, 1906. Wiener Entomologische Zeitung. Wien. 1906, xxv, Jahrgang, s Heft.— Fruhstorfkr: Verzeiclmis der von inir in Tonkin, Annam und Siam gesamraelten Nymphalid. und Besprechung verwandter Formen. Wissenschajf lidie Insektenbiologie. Husura. (Zeitschrift.) 1906, Band n, Heft 10.— Vosskler: Eine Psyllide (Chlorophora excelsa (Welw) Benth. et Hook.— FiEBRiG: Eine interessante Dipterenlarve. — Sohrottkt: Die Nestanlage der Bienengattung Ptiloglossa Sm.,— Korotnkw: Üb. Ver- packung und Kouservierung unpraparierter Kafer und ander. Insekt. SoLONiow; Z. Pigmentbiidung bei den Schmetterlingen. Zoológica! Society. London. (Proceedings.) 1906, pags. 179-758. Zoologischer Avzeiger. Leipzig. 1906, n° 25.— Siebenrock: Zur Kenntnis der mediterr. Testudo- Arten. — Kasanzeff: Üb. die Entstehung des Haut- panzers bei Syngnafhus acHS.=^° 26. — Woi tereck: Über Hyperiden der Valdivia. — Tragardh: Neue Acariden aus Natal und Zululand. — Hacker: Üb. einige grosse Tiefsee-Radiolar.— Dogiel: Haplozoon ar- matum n. gen. nova sp., der Vertreter einerneuenMesozoa-Gruppe.— Griffini: Studi sui Lucanidi — Berg: Übersicbt der Cataphracti. — Keilhack: Zur Biolog. des Polyphemus pediculus. Zoologisf (The). London. 1906, n° 785.— Warde: Acrocephalus palustris. — Api.iií: On Ornitbology of Oxfordsbire. — Seloíis: On the Question of Sexual Selection in Birds. Cabrera (D. Agustín).— La extinción de varias especies de la flora cana- ria. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat. Madrid, 1906.) Crbrera Latorre (D. Ángel).— Sobre la nomenclatura de algunos géne- ros del orden . (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat. Madrid, 1906.) Calafat León (D. Juan). — Excursión mineralógica al Norte de España. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat. Madrid, 1906.) Ohevreux (D. 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Terracciano (Dr. Achile). — Contribution á la biologie de la propagation agamique dans les Phanerogames. (Contrib. alia Biolog. veget. Pa- lermo, 1901.) — I^em (Resume fran9ai8). — I Banani. Palermo, 1905. — I nettari estranuziali nelle «Bombacee». (Contrib. alia biol. veget. Pa- lermo, 1898.) — I tubesi epigei nelle Dicotiledoni. (Contrib. alia biol. veget. Paler- mo, 1902.) — La biología e la structtura fiorale della Jacaranda ovalifolia R. Br. (Contrib. alia biol. veget, Palermo, 1899.) — Le Gagea della flora portoghese. (Bol. da Soc. Brot. Coimbra, 1903.) — Le specie di Tropceolum. (Contrib. alia biol. veget. Palermo, 1903.) — Les spéces du genre Gagea dans la ñore de l'Afrique boréale. (Soc. botan, de France. Mem^ París, 1905.) — L'inverno de 1904-1905 ed i suoi efietti sulla vegetazione nei giardini di Palermo. (Bollett. del R. Orto botan, di Palermo, 1905.) — Note anatomo-biologiche sulla Aeschynomene indica L. (Contrib. alia biol. veget. Palermo, 1899.) — Note biologiche sulla Leea coccínea Pl. (Contrib. alia biol. veget. Pa- lermo, 1902.) — Revisione monográfica delle specie di Gagea della flora spagnola. Palermo, 1905. índice alfabético DE LOS GÉNEROS Y ESPECIES MENCIONADOS Ó DESCRITOS EN EL TOMO VI DEL BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL (1) Abadejo, 453. Abejaruco, 418. Abrióte, 453. Abubilla, 418. Acanthoceras, 104, 426. * * Acanthoxia, 392. Accentor, 419. Accipiter nissus, 420. Acido fosfórico, 406. - sulfúrico, 406. Acmseodera, 196, 197. - virgulata, v. •* Moroderi, 375. V. nigra, 375. Acrocephalus, 419. Actinia equina, 227, 280. Adamsia palliata, 227, 280. - Rondeletii, 280. - - var. libera, 280. Adianthum Capillus- V^eneris, 128, 129. Aegnorea Forskalina, 278. Aeschna mixta, 101. Alastra caliculata, 278. Aglaophenia cubiformis, 278. - myriophyllum, 278. - pennatula, 278. - pluma. 227, 278. - radicellata, 278. Aglaophenia tubulifera, 278. Agrilus, 196. Agrión Lindeui, 101. Agrodoma, 419. Agromy za grossicornis, var. *cra- ssiseta, 299. - lútea, var. *meridionalis, 298. Águila blanca, 420. - conejera, 420. - imperial, 420. - liebrera, 420. - pescadora, 420. - real, 420. Aiptasia, sp?, 280. Aitonia Itálica, 226. Álcali, 406. Alcotán, 420. Alcyonium digitatum, 279. - glomeratum, 279. - palmatum, 279. Alcyonum palmatum, 227. Alfaneque, 420. Alphasida, 203, 307, 312, 313, 316, 380. - Almeriensis, 381, 382, 383. - Alpujan-ensis, 381, 383. - argenteo-limbata, 236, 382. - Becerree, 236,381. (1) Ua asterisco* indica que el género ó especie á que precede está descrito en este tomo y dos asteriscos ** que se describe por primera vez. Sólo flg-uran en el ín- dice las variedades nuevas. Los nombres vulgares van de cursiva. 530 boletín de la real sociedad española Alphasida ** Bolivari, 381, 382. - Clementei, 236, 381. - Escaleríe, 235, 236, 381, 382, 383. var. Alpujarrensis, 236. - holosericea, 235, 236, 381, 382. ■ - ** Lazaroi, 235, 236, 381, 382. - **Lopezi, 381, 382. 383. - var. ** depilata, 384. - Lorcana, 381, 382, 383. - luctuosa,, 236. - Martinezi, 236. - Martiui, 236, 381, 382. - Oberthüri, 236, 381, 382. - Sancliez-Gomezi , 236, 382, 383. - Volxemi, 236. Althea Baleárica, 176. Alúmina, 406. Aliitja, 132, Allium sestivalis, 176. - triquetrum, 128. Allodapa, 390. Amasis * Dusmeti, 289. Amaura, 390. ** Amaureta, 391. Ambligonita, 459. Ambly teles * Medinai, 290. Ammonites, 215, 218, 320, 425. - Humphriesianus, 110. - Sub-Royeranus, 327. Ammophila, 186, 187, 190. - affine, 188, 189. - (Psammophila) Alpina, 187, 188. - ** ( Psammopila) Ariasi, 187, 1S9. - caucásica, 191. - dispar, 189. - (Psammophila) ** errabun- da, 190. - fera, 188, 190. - flavida, 188. - gulussa, 188. - hirsuta, 188, 189. - (Psammophila) ** homogé- nea, 191. - - ** Mauritanica, 189. 190. - minax, 188. Ammophila polita, 191. - pungens, 188. - Tydei, 188, 190, 191, 192. Ampelodesmos tenax, 130. Amphicoma, 197. Amphihelia oculata, 280. Amphistegina Haueri, 215, 328. Amycus, 391. Anastomeria, 493. Anataélia, 391. Anatíelia, 391. Ancyloceras dilatatus, 498. Ancylochira, 195, 199, 209, 202. - margaripicta, 200. Anemonia sulcata, 227, 280, 337, 341. Anepsia, 391. Anflbolita, 245. Aniara, 391. ** Aniarella, 391. Anisoplia, 197. Annabergita, 257. Annereedita, 165. Anomia ephippium, 227. Auoxia, 197. - australis, 163. - emarginata, 162, 163. - **Kattoi, 162. Antedon rosacea, 227. Antenella gracilis, 278. Antennularia antennina, 227, 278. - Perrieri, 278. - - var. antennoides, 278. - ramosa, 278. - tetrastica, 278. Anthophora, 134. Anthrocephalus Italicus, 226. Anthropopithecus tschego, 183, 184. Anthus, 419. Antimonio, 249, 260, 458. Antiphathes aenea, 279. - larix, 279. - subpinnata, 279. Antracita, 457. Apiocrinus, 110. Aphya, 131. ** Apotropis, 393. Aquila, 420. DE HISTORIA NATURAL. 531 Arañero, 418. Arca Nose, 132. Arcilla, 429. Árdea cinérea, 420. - purpurea, 420. Arena, 429, 431, 433. Arenisca, 206, 207, 208, 209.. 210. Argirosa, 92 Arietites, 326. Arisarnm vulgare, 128, 129. Arpella, 420. Arsénico, 249. - nativo, 92. Arum Italicum, 128. Arrendajo, 420. Asbolana, 92, 258. Ascalaphus italicus, 101. - lacteus, 96. - rhomboideus, 95. - syriacus, 95. Asfalto, 459. Asida, 169, 193, 202, 229. - Lazarni, 229, 256. - novissima, 284. - sicula, 313, 314, 315. Asparagus aeutifolius, 128. - horridus, 128. Asperococcus bulbosns, 178. Asphodelus microcarpus, 128, 130. * Aspidonotus spinosus, 386. Asplenium adiantbum nigrum, 129. - marinum, 128. Assilina exponens, 155. Asterias glacialis, 227. Astragalus, 413. - cymbecarpos, 413. - ** pauciflorus, 413. - Pentaglottis, 413. - sesameus, 413. - scorpioides, ^13. - Stella, 413. Astroides calycularis, 280. Astur palumbariue, 420. Auricalcita, 475. Autillo, 418. Avahi, 471. Avahis, 471. Ave toro, 420. Avefría, 415. Avestruz, 169, 180, 181. Avicula tarentina, 227. Axynella polipoides, 227. Azogue, 457. Azor, 420. Azufre, 459. Azurita, 257, 474. Bacalao, 451. 452. Bacillus de Ebhert, .71,184,185. - virgula, 171, 184. Baculites, 322. - neocomiensis, 322, 327. Baítica, 389. Balanophyllia itálica, 280. Balanus, 155. Balenoptera musculus, 341. - rostrata, 341, 345. Bar ella, 132. Baris corynthia, 379. - ignifer, var. * chloroptera, 285. - morio, var. Letbierryi, 285. - nivalis, 379. - ** purpurea, 379. - viridipennis, 379. Baritina, 257, 474. Bauxita, 478. Belemnites, 106, 216, 217, 218, 324. - pistilliformis, 327. Bellis, 97, 98. - annua, 129. - perennis, 96, 97. Bencomia, 423. - caudete, 423. - Moquiniana, 423. Beroe ovata, 280. Bismutina, 92. Bismuto, 249, 250, 458. - nativo, 92. Bismutocre, 92. Bittacus tipularius, 336. Bitu, 132. Blenda, 207, 256, 472, 473. Bombus, 172. Boriomia, 173. Bornita (Erubescita), 266. Botaurus, 420. Bournonita, 266. 532 boletín de la. real sociedad española Brachyodus Cinai, 493. Brachyurus, 470. - israelita, 470. Bradypus tridactylus, 471. Broussonetia papyrifera, 411. Bubo hamatus, 95, 172. - maximus, 420. Bubopsis hamatus, 172. Budytes, 419. Buho, 418. - real, 420. Bunodes gemmacea, 280. Buprestis Levaillanti, 200. - sanguínea, 19'j, 200. Butleria, 391. **ButlerieIla, 391. Cacajao, 470. * Ca?lioxys, 134. - acanthura, 138, 139, 145, 1 - acuminata, 143, 144. - acuta, 143. - afra, 135, 137, 140, 144, 1 148. - alata, 137, 139, 143. - argéntea, 13o, 150. - anrolimbata, 135, 137, 1 140, 141, 142, 145. var. algeriensis, 140, 1 149. - brevis, 138, 140, 145, 1 148, 149. - caudata, 150. - cónica, 143. - conoidea, 135, 137, 138 145. - conspersa, 148. - coturnix, 137, 139, 145, 1 - coronata, 144. - decipiens, 137, 139, 151, - echinata, 148. - elongata, 136, 139, 144. - emarginata, 137, '140, 146. - erythropyga, 147. - failax, 142. - Forsteri, 138, 140, 145, 1 150. - hsemorrboa, 137, 139, 1 146. - hebescens, 142. - lanceolata, 142. 50. 45, 39, 41, 47, 142, 47. 49, 45, * Cselioxys macrura, 150. - mandibularis, 143, 144. - 8-dentata, 147, 148. - obtusa, 137, 139, 147, 149. - obtusata, 142. - ogivalis, 140, 141. - polycentris, 188, 139, 145, 147, 148. - pulchella, 145. - punctata, 142. - 4-dentata, 137, 138, 140, 150. - recurva, 140. - reflexa, 140. - robusta, 145. - rufescens, 137, 139, 143. - rufocaudata, 135, 138, 139, 145, 148. - simplex, 143. - tricuspidata, 143. - vectis, 142. Cseloceras, 326. Cagaestacas, 419. Caimán, 354. Cal, 406, 438. Calamina, 258, 281, 472. Calamodyta, 419. Calamus, 391. Calcita, 165, 472, 475, 476. Calcolita radífera, 459. Calcopirita, 252, 256, 456, 472, 474. Caliza, 206, 208, 209, 214, 215, 226, 256, 281, 427, 430, 436. - cristalina, 431, 436. - magnesiana, 207. - sacaroide, 431. Callicrania Bolivari, 389. - Miegi, 389. - obvia, 389. - Ramburi, 389. - Seoanei, 389. Callymenia microphylla, 179. Calopterj'x hsemorrhoidalis, 101. Calycella fastigiata, 278. Camamila de la Mola, 131. Campanularia angulata, 278. - flexuosa, 278. - Hincksii, 278. - volubilis, 278. Campanulina panícula, 278. DE HISTORIA NATURAL. 533 Camponotus igueus, 62. Campsicnemus umbripenuis, var. * hispanicus, 296. Campylopus poJytricLoides, 83. Canis anthus, 362. ** Cannula, 391. Canto rodado, 43Ü. Caolín, 459. Capparis spinosa, 129. Caprimulgus, 418. Cárabo, 418. Caracal á oreilles blanches, 'SC'3. Carcharodon, 163. - augustidens. 159. - megalodoa, 159. Cardium, 166, 212, 213. - aff. hiang, 427. - edule, 132. Carduelis, 419. Carpintero, 418. Carporaitra Cabrera, 178. Carraca, 418. Carrichtera VellEe, 411. Caryopbyllia cyatbus, 280. Cascajo, 245. Catha cassiuoides, 423. - europaea, 411. Cebida?, 470. Cenizo, 420. Centaurea Baleárica, 176. - Cadevallii, 125. - heteropbylla, 412. - sonchifolia, 412. Cerambyx, 195. Ccratopogou * castellanus, 300. - * Morense, 300. Cercopithfccus, 468. Cereus spinosus, 280. Ceriantbus iViembranaceus, 280. - solitarius, 280. Ceritbium, 155, 212, 321, 327. Cernicalo, 420. Certhia, 418. Cerusita, 257, 473. Ceterach officinarum, 128, 129. Cetonia, 196, 197. Cbalcolita, 163, 164. Chalcophora, 195, 196, 198. - Mariana, 198. - detrita, 198. Chalcopborella, 196, 198. - 4-oculata, 198. - Ktigmatica, 198. Chamari, 419. Champsosaarus, 355, 356, 357. Che!, 132. Chelidon, 419. Cbelidonium majus, 129. Chimpancé, 182. Cblamys, 213. Chloantbita, 92. Cbloropisca rufa, var. * nigro- vittata, 297. var. * varié vittata, 297. Cbryeaora sp.?, 279. Chrysomitris, 41;». Chrysopa clathrata, 102. - Geuei, 102. - perla, 102. - prasina, 102. - vulgaris, 102. - * ibérica, 286. Cbrysopbrye, 214. Chthouius, 391. Cbondrites, 165, 204, 208. Chotacabras, 418. Ciconia, 419. Cidaris, 214, 321, 324, 427. Cigüeña blanca, 419. Cigüeña negra, 419. Cinabrio, 208. Cinamomum lanceolatuoi, 493, Clpolino, 432. Circus íeruginosus, 420. - cyaneus, 420. Cisticola, 419. Cistus albidus, 130. - Mouspeliensis, 130. - Salviajfolius, 130. Citrinella, 419. Cladbymenia, 180. Cladocora cespitosa. 280. Clava squamata, 277. Clematis cirrbosa, 127. Cletbra arbórea, 424. Clorita (Clinocloro), 258. Cloro, 250. Cloruro sódico, 213. Clupea Pilcbardus, 343. Clymenia, 326. # 534 boletín de la real sociedad española Clypeaster, 157, 214. - altus, 214. - crassicostatus, 155, 214. Clytia Johnstoni, 278. Cobalto, 458. Cobre, 456. - nativo, 164, 165. - rojo de teja, 266. Codium Bursa, 178. - tomentosum;, 178. Colirrojo, 419. i Colymbus, 420. Conoclypeus Vilauovse, 155. - conoideas, 155. Conus, 155, 212. Convolvulus, 192. - arvensis, 192. - Durandoi, 170, 192, 193. - scoparius, 424. Cora, 391. Coracias gárrula, 418. Corneja, 418. Coroebus, 196. Coronilla glauca, 129. Corydala, 419. Corynactis viridis, 280. Coryne pusilla, 277. Corvus corax, 420. Cosdedona, 204, 214. Cotyle, 4 1 9. Cratsegus brevispina, 129. ** Cratilopus, 391. **Cratioma, 391. Cratippue, 391. Cratylus, 391. Creagris plumbeus, 95, 102. Cristal de roca^ 474. Crysemys Lachati, 493. Crithmum maritimum, 128. Crocidura Wtiitalveri, 360. Crocodilus, 354, 356. Crocothemis erithrsea, 101. Crocus Cambessedesii, 131. Crosopbora verbascifolia, 404. Cryptocephalns rugicollis, var. Ferroudi, 286. Crysopbris, 159. Cuarcita, 207, 209,210, 429, 430, 431. Cuarzo, 164, 165, 256, 472. Cuarzo ferruginoso, 245. - filoniano, 1G4. - hematoide, 204. Cucumaria Planci, 227. Cuervo, 420. - de mar, 420. Cumina rbododactyla, 278. Cuprita, 164, 256 Curruca, 419. Cyanecula suecica, 419. Cyclolitos, 324. Cy el opterus ** Desbrocliersi, 3 77 . Cyntbia papulosa, 227. Cypselus, 418. Oystosira Montagui, 178. Dapbne vellesides, 176. Dátil de mar, 132. Daucus maxiraus, 129. ** Deflorita, 392. ** Demochares, 391. Demonax, 391. Dendropliyllia ramea, 280. Dentalina elegans, 215. Deamoceras, 106, 217, 318, 321. 323, 326. - difficilis, 326. - Emmerici, 323, 326. - sub-Royerianus, 323. Diabasa, 439. Diasporo, 478. Dicerca berolinensis, 201. Dicksonia culcita, 424. Dicoryne conforta, 277. Dictyota, 233. - dichotoma, 179. ** Diedronotus, o93. Digita'is dubia, 176. Dilar * campestris, 287, Dilophus femoratus, var. * an- dalusiacus, 299. - tennis, var. * ninor, 299. Dimorphomyrmex, 62. Diorita, 186, 245. Diosys, 134. Diplocynodon, 354, 366, 493. Dipbyee, sp?, 279. Dipodillus campestris, 365. Diphasia alata, 277. - attenuata, 277. - piuaster, 277. DE HISTORIA NATUBAL. 535 Diphasia piunata, 277. - tamarisca, 277. Dolomías, 67. Dolomita, 472. Doris tuberciilata, 227. Dorita, 1(34. Dril, 469. Dromia vulgaris, 227. Dryinus * clracuncnlus, 290. Duvalia, lOCj. - dilatata, 106, 318, 327. Echinolampas Studeri, 155. Echium simplex, 423. Edestosaurus, 355. Edwardsia Claparedii, 280. Elanns, 420. Eloactis Mazc'li, 280. EloDgasida, 229, 306, 312, 313, 315, 316. - *alonensis, 308, 311, 312, 314, 315, 316. - asperata, 308, 313, 314, 315, 316. - * calumniata, 308, 311, 312, 314, 315, 316. - *grandipalpis, 308, 310, 312, 314, 315, 316. - hespérica, 308, 309, 315, 316. - *hispalensis, 308, 309, 314, 315, 316. - * rectipennis, 308, 312, 314, 315, 316. - * rufo marginalis, 308, 310, 314, 315, 3!6. Empis *gracilitarsis, 294. - * Mikii, 294. - * Moren;*, 294. - tessellata, sub-esp. * caste- llana, 293. Enebro, 421. Engringa, 182, 183, 184. Engañapastores, 418. Ephedra, 199, 201, 202. - nebrodensis, 199,201. Ephippigera Perezi, 390. Equinaster sepcsitus, 227. Erica multiflora, 130. Erinaceus algirus, 360. Eritrina, 258. Escarlet hlanch, 99. Esciipiña grabada, 132. Esfena, 480. Esmaltina, 92. Esmaltita, 4"4. Esrrerejón, 420. Esparto, 176. Espilita, 186. Estaño, 45?. Esteatita, 435, 436. 437, 459, Estibina, 251, 474. Estornino, 419. Eudendrium racemosum, 277. Eupagurus Prideauxi, 227, Euphorbia exigua, 128. Eurita cuarcífera, 186. Eurythyrea, 200, 201, 202. Euspongia officinalis, 227. Eusuchia, 354, 357. Euterpe edulis, 245. Exocephala, 391. Exora, 392. Falco sesalon, 420. - bavbarus, 420. - cenehris, 420. - islandicus, 420. - peregrinas, 420. - subbuíeo, 420. - tinnunculus, 420. - vespertmus, 420. Falún, 204. Fanobea, 179. - microspora, 179. - repene, 179. Felis cristata, 363. - libyca, 363. - iibycus, 363. - ocreata, 363, 364. Libyca, 364. - - margarita, 364. ** mauritana subsp. nov., 362, 3(54. Fencc, 490. Férula communia, 129. Ficus, 216. Filaba ** cerambycina, 161. Flabellum, 157, Flaveta, 419. FIÓ de rellana, 129. Fluorita, 474. 536 BOLETÍN DE LA EEAL SOCIEDAD ESPAÍÍOLA Formicaleo tetragrammicus, 102. Fosforita, 281, 459, Franquenia corymbosa, 411. Friolenco, 419. Fumaria calcarata, 125. - muralis, 125. Funiculina quadrangularis, 279. Gadus morhua, 452. Galatea strigosa, 341. Galena, 256, 472, 473. - argentífera, 457. Galliuui Crespinianum, 176. Garza real, 420. Garrulns glandarius, 420. Gavilcm, 420. Gaviota, 415. Geciuus viridis, 418. Genetta afra, 362. Gerardia Lamarcki, 279. Gerbillus hirtipes, 365. ** hesperinus, 365. Gerifalte, 420. Geryonia sp?, 278. Gibbsita, '455, 471, 472, 477, 478, 523. ** Gigliotosia, 393. Giobertita, 455, 471, 475, 476. Glabrasida, 314, 315. - puntatipennis, 3)4. - siücata, 314. Glauberita, 459. Globasida, 193, 202, 307, 312. - Almeriana, 194. - cincta, 194. - curvatipennis, 194. - quadrata, 194. - ** Schrammi, 193. - se tosa, 194, Globicephalus melas, 341. Gloiocladia furcata, 178. Gneis, 245, 459. - granitoide, 438. Golondrina, 419. Gonatopus * dryiniformis, 291. - * Hiepanicus, 291. - * sciophanes, 292. Gonothyríea gracilis, 278. Gorgina verrucosa, 227. Gcrgonella sarmentosa, 279. Gorgouia Cavoliuii, 279. - verrucosa, 279. Goslarita, 257. Gonyacantba, 392. Grafito, 459. Gramnotaulus atomarius, 102. Granate, 433. - almandino, 431. Granito, 164. - alterado, 164. Granulasida, 314. Grava, 429, 438, Grauwacka, 438. Greenovita, 480. Grotbita, 480. ** Guadarramita, 455, 479, 482, 483, 484. Gymuetron bipustulatum, 379. - * Fuentei, 285. - ** Moroderi, 379. - teter, 380. Gymnopternus * Morenee, 296. Gypaétus barbatus, 420. Halcón real, 420. Haleciuní Beanii, 278. - haleciuum, 278. - tenellum, 278. Haliaetus, 420. Halimeda Tuna, 178. Halloysita, 475. Halopteris filicina, 178. Halyseris polipodioides, 179. Hamites, 322, Hamulina, 322, Plaplangia Durotrix, 280. Harpoceras, 326. Hatteria, 355. Helécho, 424. Heliactis bellis, 227, 280. Heliantbemum augustipetalum, 125. Heliopatbes Heydeni, 284. Helis, 161. - candidissima, 172. Helops gibbithorax, 376, 377. - ** liliputanus, 375. - sphferieollis, 376. - ** tomentosus, 376. - villosipennis, 376. Hemiaster, 218. DE HISTORIA NATURAL. 537 Herha torta ^ 178. Herpestes ichneumon, 362. - numidicus, 362. Herrerillo, 419. Heteroceras, 320, 326. Heterocordyle conybease, 277. Heterostegina, 213, 214. - costata, 213. * Heubachita. 257. 258, 259. Bidrargilita, 472, 477. Hidróxido de hierro, 4?3. Hidrozincita, 472. Hierba de la sangre, 423. Hieracium arnoglossoides, 126. - glossophyllum, 126. - heteradennm, 126. - sonchophylliim, \'¿&. Hierodula sciitata, 384. Hierro, 456. Higuera, 422. Higuereta, 422. Hilara * fiisitibia, 294. - cingulata, var. * Morenfe, 294. Hipparion gracile, 231. Hipposiderus, 357. - beatus, 358. - cañer, 358. - tephrus sp. nov., 358. Hirundo, 419. Holcodiscus, 217, 321, 324, 326. Holcostephanus, 326. - interinedius, 217. Holothuria tubulosa^ 227. Hoplites, 106, 217,321,324,326, 327. - cryptoceras, 217, 326, - neocomiensis, 217. Hormiphora plumosa, 280. Horn blenda granatit'era, 252. Hulla, 457. Hyadina guttata, var. *obscuri- pes, 297. Hydractinia echinata, 277. Hyperoraala, 386. Hypnea musciformis, 178. Hypolais, 419. Hysia, 392. ** Hysiella, 392. T. VI.— Diciembre, 1906. Hystrix cristata, 866. Ilex Coindetii, 131. Ilyanthus diaphanus, 227. Ilmenita, 479, 480, 481, 482. Indri, 471. Indris, 471. Inoceramus, 323. ínula critbmoides,128 . - viscosa, 128. Iris Pseudacorus, 130. Iserina, 479, 481, 482. Itrotantalita, 166. Jaboncillo, 436. Jazminum offlcinale, 411, 439. Jaspe, 439. Jazmín, 44C. Jilguero, 419. Jimenezia, 392. Jimenizia, 392. Juncus acutus, 130. - bufonius, 130. Juniperus cedras, 421. - communis, 125. - Mariana, 125. - phaniicea, 126, 128, 130. Kerargirita, 92. Kophobelemnom sp?, 279. Lafoea fruticosa, 278. Laminaria Kodriguezii, 179, 180. Lamna, 114, 153, 157, 159. Langosta, 132, 133. Lapiedra Martinezi, 411. Larus ridibundus, 335. Lasiopyga, 408. - mitrata, 468. Laterita, 245. Latipalpis pisana, 201. Lavatera Fhaenicea, 422. Leadhillita, 257. Lechuza, 418, Lémur laniger, 471. Lencolhea protogea, 493. Lentisco, 127, 130. Lepidium Carrerasii, 1 76. Lepidolita, 499. Leptynia attenuata, 386. _ ** Fourniali, 385. - hispánica, 386. - Konigi, 385, 386. Lepus atlanticus, 367. 538 boletín de la real sociedad española Lepus Schlumbergeri, 367. - **• sherif, :Í66. Lestes barbara, 101. - Dryas, 101. Leucita, 66. Leucojum Hernandezi, 129. Leucoma áspera, 371, 373. - solida, 370, 371. Leucoselenia spec., 373. Libellula depressa, 101. Lignito, 458, 475. Lima, 212, 213, 427. Limnsea longinata, 493. - longiscata, 231. Limonita, 164, 165, 250, 257, 437, 473. Linaria Cymbalaria, 405. - Elatine, 405. - fragilis, 176. LingulJna costata, 215. ** Liotettix, 393. Lithodomus, 73, 206. - lithophagHS, 73, 132. Locustella, 419. Lomanica, 173. Lomentaria phaligera, 178. Lonchoptera tristis, var. * pseu- do-trilineata, 296. Lophohelia prolifera, 280. Loris, 471. Lotus arenarius, 411. - Creticus, 128. Loxia, 419. Lugano, 419. Lutra anguatifroDS, 361, 362. - lutra, 360, 361. ** spleudida subsp. nov., 360, 361. 1-ycium, 412. - intrincatum, 411, 412. Lysimachia Minoricensis, 176. Lytocarpus spectabilis, 278. Machia, 203. Macroscaphites, 321, 327. Macronemurus appendiculatus, 101. Macroscelides Rozeti, 359. - E. deserti, 359. Magnesia, 406, 438. - carbonatada, 469. Magnetita, 432. Maimón, 469, 470. Malaquita, 207, 208, 257, 474. Malva minoricensis, 176. Mammut, 406. Mandril, 469. Mandrilla, 469, 470. Mandrills, 470. Manganeso, 457. Mantispa perla, var. brunnea, 102. Marcasita, 474. Marga. 205, 206, 207, 427. Mármol, 204, 205, 428, 430, 431, 432, 433, 434. Masicot, 266. Mastodon, 103. - arvernensis, 104. - longirrostris, 104. Massaris, 238. Medicago depressa, 125. Megachiie, 134. Megerlia truncata, 227. Megilla, 134. Meloé insignis, 256. Mentha Rodrigue;' ii, 175. - rotundifolia, 129. Mergus, 420. Merops apiaster, 418, Meroxeno, 499. Mercurio, 250. Merlucius vulgaris, 452. Merluza, 452. Mesops, 392. ** Mesopsis, 392. Micacita, 429, 430, 431. - granatifera, 431. Micas, 66, 67, 166, 431, 499. Microcosmus, 132. - sp., 227. Micromeria Eodriguezii, 128, 176. Microphorus * pilimanus, 296. Micropsis Lusseri, 155. Micropterna nycterobia, 102. Milano, 420. - negro, 420. Miierita, 92. Milvus niger, 420. - regalis, 420. DE HISTORIA NATURAL. 53» Minio, 256. ** Miriatra, 392. Mispiqne], 92, 252. Mitraría, 392. Mochuelo, 418. Modiola barbata, 1 32. Molasa, 203, 212, 213 427. Molibdenita, 252. Moncheca, 391. Mormon, 469. Moscovita, 499. Mosqueta, 419. Motacilla, 419. Muía (feto), 490. Mnrex brandaris, 227. - trunculus, 132. Muritea chamaeleon, 279. - ecbinata, 279. Mus rattus alexandrinus, 366. - ** calopus, 365. - mnsculus gentilis, 366. - peregrinas, 366. - rattus, 365, 366. - sylvaticus, 366. Mnsoioapa, 419. Myotis myotis, 369. Myrica acuminata, 498. Myrmec£elnrus trigrammus, 95. Myrmeleon Onljanini, 95. - nemausiensis, 102. Myrtus oominunis, 130. Narciso de Asturias, 405. Narcissus, 404. - Clusii, 404, 405. Nardo marino, -114. Natica, 324, 327. Nefelina, 66, 67. Nemura variegata, 102. Nephele, 392. Neurocaulon grandifolium, 178. Nr/oro, 183. Niquelina, 92. Nitophyllum, ISO. NJmhi, 183. Nkuru, 183. Noctua minor, 418. Noterophila acutipennis., var. * nigripes, 297. Nothochrysa itálica, 102. Notochlíena Mazanthse, 83. Nuceria, 392. ** Nuciera, 392. Nummulites, 204. - complanata, 155. - granulosa, 155. Nycticorax, 420. Obelia dichotoma, 278. - geniculata, 278. Ochthiphila coronata, var. * ni- gripes, 298. Odontaspis, 153. CEdalea * brevicornis, 295. CEgithalus, 419. Ofita diabasica, 206. OJuqñ, 455. Oligipto, 207, 432, 474. Olivino, 67. Ommatidiotus longiceps, var. * decipiens, 289. Onobrychis sativa, 229, 349, 350, 351, 352. Ópalo porodino, 369. Opsilia, 196. Orangután, 182. Orbitolina, 324. - conoidea, 324, 327. - discoidea, 324, 327. - leuticularis, 324, 327. Orea gladiator, 341. ** Orchamus, 392. Orchesticus, 392. Grites, 419. Oro, 432, 457. - aluvionar, 242, 252. - filoniano, 242, 248, 252. Orophus, 391. Orphania denticauda, 392. Orthetrum brunneum, 101. - cancellatum, 101. Ortosa, 164. Ostra rol ja, 132. Ostrea, 2Ü4, 212, 314, 325, 427. - digitalina, 328. - Oiíreti, 155, 213. Osyris lanceolata, 411. Otiapbysa, 231. Otiona Itálica, 226. Otus bracbyotus, 418. - vulgaris, 418. Ouñkaria, 470. 540 boletín de la real sociedad española Oxalato amónico, 213. Oxalis cernua, 129. Oxido de hierro, 438. - rojo de manganeso, 406. ** Oxypita, 392. Oxyprora, 392. Oxyrhina, 153, 159, 214. Pachybrachys'incallidue, 286. Pachydiscus, 327. Pcecile, 419. Poecilonota, 201. Pagurus, 175. - striatus, 227. Pajarita de las nieves, 419. Palpeotherium, 352, 364, Palmophyllum orbiculatum, 178. Palo de rosa, 424. Paloplotherium minus, 362, 353, 364. Palpares feschnoides, 95. - libelluloides, 94, 101. - Walkeri, 96. Palythoa arenácea, 280, - axinellfe, 280. Panabasa argentífera, 335 Paucratium, 414. - maritimum, 414. Pandion haliaétus, 420. Panorpa communis, 102. Pantingana ó pantigana, 389. Panurus, 419. Papamoscas, 419. Papaver Ehoeas, 229, 347, 348. - somniferum, 347, 348, Papio, 469. **Parga, 391. Parietaria diffusa, 128. Par US, 419. - cseruleus, 275. **Parysatia, 392, Parysatis, 392. Pastinaca lucida, 129, Pastor, 419. Pechblenda, 92, 165. Pechurana, 92. Pectén, 102, 107, 132, 212, 214, 427. - Burdigalensis, 103, 212. - cristatus, 153, 204, 212, 326, 428. Pectén Solarium, 156, 212-. - varius, 132. Pegmatita, 483. Pelagia noctiluca, 279. Pelecanus, 420. ** Pelerinus, 390. Pelícano, 420. Pelotas de mor, 130. Peltogaster Eodriguezii, 175. Pennaria Oavolinii, 277. Pennatula phosphorea, 227, 279,. OTO l> I ó. - rubra, 279. Perigonimus repeus, 277. Periphylla, sp?, 279. Perisphinctes, 32ü. Peróxido de hierro, 406. Petirojo, 419. Peu de cabrit, 132. Peyssonellia squamaria, 178,, 179. ** Phalaca, 392. Phalacrocorax, 420. Phallusia mamillata, 227. ** Phelene, 3'J2, Phelha elongata, 280. Phemonoé, 392. Pheogenes * ínlvidens, 293.. Philomela, 419. Phillyrea augustifolia, 127. - media, 127. Pholadomya, 213. Phragmites communis, 130. Phthoa, 386. Phycis limbatus, 463. Phylloceras, 318, 321, 324. - Ronyanum?, 318, 326, - Tethys, 217, 326. Phyllontocheila juveuca, 288.^ Phyllophora nervosa, 179. Phylloscopus, 419. Phylloxera vastatrix, 238. Physalia caravella, 279. Phythosiphon Arisari, 128. Phytomyza * Morense, 299. Phytonomus ononidis, 378,. - nigrirostris, 378, 379, - ** viridis, 378. Picapinos, 418. PicJions, 132. DE HISTORIA NATURAL. 541 Picus major, 418. Piedra bomba, 207. Piesooranum frontosura, 288. Pimelia punctata, var. manche- ga, 284. - variolosa, 25fi. Pinus Halepensis, 130. Finzoleta, 419. Pipi, 419. Piquituerto, 419. Pirita, 166, 2.52, 432,456, 474. - arsenical, 249, 458. - de hierro, 458. Pirofanita, 482. Pirolnsita, 474. Piromorflta, 475. Piroxeno augita, 60, 67. Pirrotina, 252. Pitbecia, 470. Pito real, 418. Pizarra, 207, 208, 245, 431, 434. - cámbrica, 429. - cloritosa, 256. - cristalina. 431, 432. - granatifera, 431. - talcosa, 436, 437. Plata, 250, 457. - nativa, 92. - negra, 92. - roja, 92. Plagiochasma Italicum, 226. Planorbis cornu, 231, 493. - polycymus, 493. Platystolus, 389. Plesictis Filholi, 493. Pleurotomaria, 322, 327. Plomo, 250, 457. Plumularia echinulata, 277. - frutescens, 277. - geminata, 277. - pinnata, 277. - setacea, 277. - similis, 277. Podalirius, 134. Podocoryne carnea, 277. Polichne, 233. Polycyclus Renieri, 227. Poly plumaria cántabra, 278. - flavellata, 277. Polypodium vulgare, 128, 129. Polysarcus, 392. Pompholyx, 393. Pórfido anfibólico, 186. Porñrita diorítica, 186. Portunus depurator?, 227. Posidonia Caulini, 130. Potentilla reptans, 129. Prseepbippigera, 389. Pratíncola, 419. ** Praxibulus, 393. Praxilla, 393. Prenaster Desor, 155. Presbytes, 467, 468. - mitrata, 468. Primavera, 419. Prionus, 195. Pristicampus (Crocodilus) RoUi- nati, 356. Prizbrammita, 473. ** Prostalia, 393. Prolebias aff. Oustaleti, 493. Prototettix, 393. Protóxido de hierro, 406. - de manganeso, 406. Psammophila, 192. ** Pseudopyrrbicia, 392. Pseudopyrrbizia, 392. Psiloptera, 196. Psocus nebulosus, 102. Pteris aquilina, 129. Pterolepis Cordubensis, 389. - Gessardi, 388. - indigena, 389. - spoliata, 389. - var. minor, 389. Pteroides griseum, 279. - spínulosus, 279. Ptychoceras, 321, 322, 324, 327. ** Puerula, 391. Pulcbellia, 107. - cofnpresissima, 217. Putorius nivalis atlas, 362. * Pycnogaster cucullatus, 390. - Graellsi, 390. ** Pycnosarcus, 392. Pygope, 106. ** Pyrrhicia, 392. Quebranta-huesos, 420. Quercus Ballota, 130. Rabiblanca, 419. 542 boletín de la real sociedad española Ramburia, 393. - hispánica, 393. ** Ramburiella, 393. Raphidia ophiopsis, 102. Eegulus cristatus, 419. Reseda lanceolata, 411. Resina fósil, 475. Reyezuelo, 419. Rhacocleis annulata, 389. - maroccana, 388. - Maura, 388, 389. - neglecta, 388. Rhamphomyia umbripennis, var. * Morense, 293. Rhamnusium, 195. Rhinolophus hipposiderus mini- nus, 358. Rhombodera scutata, 384. Rodophyllis bifida, 178. Ricino, 439. Robulina calcar, 328. Rodriguezella, 180. Romero, 130. Roseti, 131. Rubecula familiaris, 419. Rubia peregrina, 127, 129. Rubus discolor, 127, 129, Ruiblanca, 419. Ruiseñor, 419. Ruinera, 132. Russula, 99. Ruticilla phcenicura, 419. - tithis, 419. Rutilo, 481, 482. Rytipblfea tinctoria, 178. Sabal Lamanonis, 493. Sagartia parasiíica, 227, 341. - spbyrodeta, 280. - viduata, 280. Sagina Rodriguezii, 175. Sal, 458. • Salicornaria fistulosa, 227. Santolina Chamaecyparissu 131. Saturnia pyri, 334. Satyrus indicus, 182. Saxícola, 419. Schlcebachia, 218. Sciara * obtusicauda, 300. - Morense, 300. Scilla maritima, 128. Sciurus bfeticus, 284. Scolia, 238. Scolymus, 177. - graudiflorus, 128, 177. - hispanicus, 177. Scopas, 393. Scops Aldrovandl, 418. Scutella, 214. Scyllium, 153, 159. Sedum altissimum, 128, 129. Selaginella denticulata, 128. Semnopithecus, 467, 468. Senecio Rodriguezii, 175. Serinus, 419. Serpula spirulíea, 158. Serrá, 460, 461. Serrá-mascle, 460. Serranus cabrilla, 460, 461. - hepatus, 460, 461. - papilionaceus, 455, 460. - scriba, 460, 461. Sertularella polyzonia , 227,. 277. Sertularia argéntea, 277. - pumilla, 277. - operculata, 277. Sialis hitarla, 102. Siderita, 472, 474. Sienita, 252. Sílice, 250, 406. Simsedosaurus, 355, 356, 357. Simia, 182, 469. - Aubryi, 183, 184. - koolookamba, 183, 184. - nemfens, 468. - satyrus, 182, 183. Sitaris, 161, 162. - táurica, 162. Sitta cíesia, 418. Smilax áspera, 127, 129, 130, Smithsonita, 207, 257, 472. Solitaria, 419. Sonchus cervicornis, 128. Sphterodus, 153, 169. Sphenodon, 355. Spherococcus coronopiíolius^ 178. Sphex, 500. - Aegyptius, 604. DE HISTORIA NATURAL. 543 Sphex albisectus, 507, 515. - Argirius, 505, 513. - atrohirtus, 511, 517. - flavipennis, 511, 517. - lividocinctus, 507, 514. - maxillosus, 511, 517. - melanarius, 505, 513. - Mocsaryi, 508, 514. - occitanicus, 506, 513. var. Sja'iacus, 506, 513. - pachysoma, 516. - paludosas, 500, 516. - pollens, 514. - pruinosus, 510, 515. - spleudidulus, 509, 516. - subfuseatus, 504, 612. - strigulosus, 506, 613. - Thyrannus, 504. - tristis, 510. - viduatus, 508, 514. Spirographis Spallanzani, 227. Spondylus, 213. - gtederopus, 132. Statice, 421. - arborescens, 421. - fruticans, 421. - Thouini, 412. Stephanoceras, 326. Stethophyma, 393. Stibara, 393. Stibaroptera, 393. «tigmodera, 169, 199, 200, 201, 202, 203. - Australasiee, 200. - (Castiarina) * sanguínea, 200, 201, 202. Stiix flammea, 418. Strongylocentrotus lividus, 227, 373. Struthio Camelus, 181. Sturnus, 419. Subeiites Domuncula, 227. - ficus, 227. Sulfato magnésico, 207, 213. Surnia passerina, 418. Sus scrofa, 368. Sycon capillosus, 227. - ciliatum, 373. Sylvia, 419. Sympetrum Fonscolombei, 101 . Sympetrum striolatum, 101. Sympodium coralloides, 227. Syrnium aluco, 418. Tachydsomia * minutissima, 295. Taenionema, 393. Tseniosoma, 393. Talcita, 436. Tanypus * castellanus, 300. Taonurus, 204, 213. - ultimuSj 155. Tardigradus, 471. Tef rinda, 391. Teleproctophila barbara, 95. Tellidia, 231, 2,^2, 233. - iongipes, 233, 'i35. Tellina, 132, 155. Terebratula tamarindus, 327. Tethia lyncurium, 227. Tetraconcba, 231, 233. - fenestrata, 231, 232, 233, 234. 235. - Iongipes, 236. - scalaris, 232, 235. - smaragdina, 232, 233, 234, 235. - sticbyrata, 231, 232, 233, 235. Tettigometrasulphurea,var. scu- tellaris, 288. Teucrium Hsensleri, 412. - lancifolium, 128. - Polium, 128. Thamnotettix fraudulentus,288. Therydomys siderolithicus, 493. - var. major, 493. Tichodromia muraría, 418. Tipula acuminata, 301. - *Mo rente, 301. - trifascicnlata, 300. Titauita, 480, 481. Titanomagnetita, 482. Todarodes sagittatus, 132. Tomistoma, 356. Torcecuello, 418. Tortuga, 170. Travertino, 427. Trepa-troncos, 418. Tribulus terrestris, var. albidus, 171. Trimeniseus, 413. 544 boletín de la. real sociedad española Trionyx sp., 493. Tritropis, 393. Trochosmilia, 323. Troglodytes, 419. - Aubryi, 183, 184. - niger, 182, 183. - tschego, 182. Tropidonotus, 393. Tropinotus, 393. * Trypoxylon Ammophiloides, 463. - * attenuatum, 465, 466. - * albipes, 465. - * claviceruin, 466, 466. - * figulus, 466. - * Kolaryi, 466. - * scutatum, 464. - ** Syriacum, 462, 463, 464. Tschego, 182, 184. Tubulada indivisa, 277. - mesembryanthemum, 277. Tungstita, 59. Turba, 458. Turrilites, 320, 327. - Bergeri, 218. - costatus, 320. Tursiops tursio, 341. Tylopsis, 233. Typha latifolia, 1 30. Uákaris, 470. Umbilicus Gaditanus, 129. - pendulinus, 128, 129. Upupa epops, 418. Urtica membranácea, 128. - pilulifera, 128. Vaca, 460, 461. - serrana, 450, 461. Velella spirans, 132, 279. Vencejo, 418. Venus, 165, 212, 213, 427. - verrucosa, 132. Veretillum cynomorium , 227, 279. Vinca major, 404, 411. - media, 129, 130. Vicia bifoliolata, 176. Vidalia volubilis, 178. Viola stolonif era, 129, 176. - subsessilifolia, 522. Voluta, 155, 212. Vulpes atlanticus, 362. Wad, 475. Withania frutescens, 412. Wolfram, 457, 458. Wolframita, 59, 165. Xanthegramma margínale, var. * Morense, 296. Xerus getulus, 365. Xiphodon, 354. - gracile, 343. - magnum, 353. Yamina, 199, 200. - sanguínea, 200. Yeso, 204, 205, 206, 207, 429,473. Yunx torquilla, 418. Zanardinia coUaris, 178. Zinc, 457. Zipbius cavírrostrís, 341. Zodarium álacre, 301 . Indico (le lo conteiild» en el tomo VI del Boletín. Junta directiva y Comisiones para 1906 3 Comisión permanente para la exploración y estudio del Noroeste de África 5 Socios fundadores de la Real Sociedad española de Historia natural. . 5 Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación 6 Lista de socios 7 índice geográfico de los socios 36 Sociedades y publicaciones con las que cambia la Real española de Historia natural 43 Memoria acerca del estado de la Sociedad y de su Biblioteca 49 Sesión extraordinaria del 10 de Enero de 1906 57 Sesión del 10 de Enero de 1906 57 Calderón (S.) — Sobre la wolframita de Peñasqueira (Sierra de »la Estrella) 69 DusMET Y Alonso. — Notas bibliográficas: Dr. G. Horvath, Tintigidse novse vel minus cognitse é regione palsearctica. — R. S. Standen, Rhopalocera at Barcelona, Montserrat and Verñet-les-Bains. — W. J. Lucas, Neuroptera collectedby Dr. T. A. Chapman in France and Spain, 1904. — D. Carlos Pau, Plantas de la provincia de Huesca (Julio 1903). — R. P. Longinos Navas, S. J., Notas zoológicas. IX. Rectificaciones. — D. S. Maluquer, Guia per la cassera, preparació y conservació des Lepidopters. — P. Fagot, Contributions á la faune malacologique de la Catalogue. — R. P. Longinos Navas, Notas neu- • ropterológicas. VIII. Un odonato de interesante historia. — D. J, BofiU, Catálech de Insectes de Catalunya. Hymenópters. XIX. Fa- milia Ajñdce 60 Medina. — Hormigas fósiles en el ámbar del Báltico 62 Paul (M.)— Cultivo del caucho en las islas Hawai 62 Barras (F.) — Instrumento neolítico de serpentina recogido en Niebla. 62 Llord y Gamboa (R.)— Una visita á las regiones volcánicas del golfo de Ñapóles (con dos láminas) 64 Boletín bibliográfico 79 Sesión del 7 de Febrero de 1906 81 545 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Págs. Muñoz del Castillo (J.) — Yacimientos y manantiales radioactivos de España 84 Klafalek (F.) — Algunos Mirmeleónidos y Ascaláfidos de Persia y Siria recogidos por el Sr, Martínez de la Escalera 94 Esteva (J.) — Casos de proliferación en la cBellis perennis> espon- tánea. 96 Esteva (J.) — Hongos anómalos 98 LoxGiNos Na vis (R. P.)— Notas entomológicas. XIII lOl Jiménez de Cisneros (D.) — Sobre Geología del Sudeste de España. . 103 Macpherson (J.) — Sobre los gabarros del granito 111 Boletín bibliográfico 113 Sesión del 7 de Marzo de 1906 121 Calderón (S..)— Un terremoto en Crevillente 121 Zulueta.— Hallazgo de una tortuga fósil en Valiecas 121 Calderón (8.) — Notas bibliográficas: Mossen Norbert Font y Sagué, Curs de Geología dinámica y estratigráfica aplicada á Catalunya. Barcelona, 1905, 480 páginas y 305 grabados intercalados en el texto — Simmersbacb, O., Der Eisenerzreichtum Spaniens. — Dou- villé, Sur les Préalpes subbétiques aux euvirons de Jaén. — Dou- villé, Sur les Préalpes subbétiques au sud du Guadalquivir 122 Cadevall y Diars (J.) — Plantas nuevas para la Ciencia, correspon- dientes á la Flora catalana 125 Bden (O. de). — Notas de un viaje á Menorca 126 Dusmet y Alonso (J. M.) — Los < Apidos» de España 134 Jiménez de Cisneros (D.)— Apuntes para el estudio geológico de la provincia de Alicante 151 Martínez de la Escalera (M.) — Especies nuevas de Coleópteros de Marruecos 161 Muñoz del Castillo (J.)— Nuevos minerales radioactivos de por los pámues del Muni 1 82 Turró (R.)— Digestión del Bacillus Virgula y Bacillus Ebhert por el jugo tiroideo 184 Ferrando (P.) — Rocas hipogénicas de la provincia de Zaragoza 185 García Mercet (R.) — Algunas especies del género tAmmophila».. . 186 Lázaro é Ibiza (B.] — El nueva de la provincia de Murcia 1 'J3 Martínez de la Escalera (M.) — De la importancia de la nerviación de las alas en los coleópteros para una clasificación natural 194 Martínez ds la Escalera (M.)— Una Síi^^mofíera paleártica 199 Jiménez de Clsxeros (D.) — Excursión al triásico superior de Sierra Negra, del término de Aspe (provincia de Alicante), y noticias acerca del mismo sistema en otros puntos del SE. de España 203 JiMÉN'EZ DS Cisneros (D.) — Nuevos datos para la Geología del Sudeste de España , 211 Boletín bibliográfico 219 Sesión del 9 de Mayo de 1906. 225 Lázaro é Ibiza (B.) — Una hepática nueva para la Flora española Otiona Itálica Dumortier 2'26 Buen (O. de). — Sobre un envío de invertebrados vivos desde el La- boratorio Aragó, de Banyuls sur Mer 226 Ribera (E.) — Una muestra de «cenizas» arrojadas por el Vesubio en Abril de este año 228 Ribera (E.) — Estudio comparativo del presupuesto francés y español para Instrucción pública y especialmente para sus Museos de Ciencias naturales 228 Calderón (S.)— Notas bibliográficas: Vidal (L. M.) y Depéret (Ch.), Contribución al estudio del Oligoceno de Cataluña 230 Bolívar (I.)— El género «Tetraconcha» Karsch 231 Martínez de la Escalera (M.) — Una nueva «Alphasida» de Motril. 235 Bürr (M.)— Henri de Saussure.. —('iVoía necrológica) 236 Díaz (F.)— Nota bibliográfica acerca de la industria aurífera en la actualidad . . 241 RiVAS Mateos (M.)— Excursión á Motril (Granada), 10-14 Abril 190C. 255 Boletín bibliográfico 260 548 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Sesión del 6 de Junio de 1906 273 RioJA Y Martín (J.) — Datos para el conocimiento de la fauna ma- rina de España , . 275 Cat-afat LiíóN (J.) — Un nuevo mineral fosforescente de la provincia de Murcia 281 Fuente (J. M. de la). — Datos para la fauna de la provincia de Ciudad Real 284 Fernández Navarro (L.)— Plan de una exploración geológica del Noroeste africano 301 Martínez de la Escalera (M.) — Sistema de las especies ibéricas del gen. < Asida» Latr 306 Jiménez de Cisneros (D.)— Excursión al Infracretáceo de Sierra Me- diana y de la Alcoraya (provincia de Alicante) , 317 Boletín bibliográfico . 328 Sesión del 4 de Julio de 1906 329 Calderón (S.) — Noticias sobre terremotos ocurridos recientemente en España 331 Calderón (S.)— Noticia histórica sobre la caída de un meteorito en la iglesia del Aseo, de Valencia 331 Ribera (E,) — Sobre las pesquerías francesas de Arguín 332 Ribera (E.) — Notas bibliográficas: Gentil, Explorations au Maroc (Dans le Bléd-es-Siba) 333 Rioja t Maf.tín (J.) — Noticia acerca de la Estación de Biología ma- rítima de Santander 335 Esteva (J.) — La dehiscencia y diseminación del cPapaver Rhoeas».. 347 Esteva (J.) — Anomalías en las hojas de la «Onobrychis sativa» .... 349 MiQUEL (M.) — Restos fósiles de vertebrados encontrados en San Mo- rales (Salamanca) 352 Cabrera Latorre (A.) — Mamíferos de Mogador 357 Arévalo (C.)— Investigaciones ópticas sobre espíenlas de algunas especies de esponjas españolas 368 Reitter (Edm.) — Neue Coleopteren aus Spanien 375 Martínez de la Escalera (M)— Sobre la variabilidad de las espe- cies de « Alphasida» de las ramas orientales y descripción de espe- cies nuevas 380 Bolívar (I.) — Rectificaciones y observaciones ortopterológicas. ..... 384 Boletín bibliográfico 394 Sesión del 3 de Octubre de 1906 401 DÍEz ToRTOSA (J. L.) — Datos para la flora do la provincia de Granada. 403 Lázaro é Ibiza (B.) —Comentarios á la nota anterior 406 Fernández Navarro (L ) — Notas bibliográficas: Breñosa, La polari- zación rotatoria de la luz. — Lemoine, Mission dans le Maroc Occi- dental (1905).— Gentil, Explorations au Maroc (1906) 407 DE HISTORIA NATURAL. ."49 Págs. Chaves. — Los glaciares en Portugal 410 Barras (F.) — Un temblor de tierra en Huelva 410 Lázaro é Ibiza (B.) — iSota sobre al'?unas plantas de Motril 411 Convención para la protección de las aves útiles á la Agricultura. (Traducción de L. Lozano) 415 Cabrera (A.) — La extinción de varias especies de la flora canaria.. . 421 Jiménez de Cisneros (D.)^Datos para el estudio de la Geología del Sudeste de España 424 Jiménez re Cisneros (D.) — Excursiones al terreno arcaico de Macael y Somontín (provincia de Almería) 428 Barras (F. de las). — Una moleta prehistórica de Sevilla 438 Arévalo (C.) — Anomalías foliares y florales en el cJasminum ofiici- nale> L 439 Boletín bibliográfico 442 Sesión del 7 de Noviembre de 1906 449 Calderón (S.) — Notas bibliográficas: Estadística minera de España correspondiente al año de 1905, formada y publicada por la Inspec- ción general de Minería 455 Ferrer (J.) — Nota acerca del «Serranus papilionaceuB> Cuv. et Val. « Serrá-Mascle > 460 García Mercet (R.) — Un «Trypoxylon nuevo y los «Trypoxylon» paleárticos 462 Cabrera Latorre (A.) — Sobre la nomenclatura de algunos géneros del orden < Primates» 407 Calafat León (J.) — Excursión mineralógica al Norte de España y noticias sobre la Giobertita de Reinosa y la Gibbsita de Puente Arce 471 Muñoz del Castillo (J.) — La «Guadarramita»: propuesta de una nueva individualidad mineralógica radiactiva 479 Boletín bibliográfico 484 Sesión del 5 de Diciembre de 1906 489 Felicitación ci D. S. Ramón y Cajal 489 Comisión del Noroeste de África 489 Eibera (E.) y Cabrera (A.) — Sobre un feto de muía 490 Calderón (S.) — Notas bibliográficas: Azcárate, Terremotos registra- dos en el Observatorio de San Fernando.— Sapper, Beitrage zur Kenntnis von Palma und Lanzarote. — Depéret, Los vertebrados del Olig. de Tarraga. — Cossmann, Moluscos eocénicos del Pirineo. 492 Elección de cargos. — Cuentas 496 Moles Ormella (E.) — Análisis de algunas micas españolas 498 DusMET (J. M.) Y García Mercet (R.) — Los «Sphex» de España. . . 500 LoNGiNos Navas (R. P.) — Notas geológicas. III 517 LÁZARO É Ibiza (B.)— Una especie nueva del gen. «Violas 522 550 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Págs. Calafat León (J.) — Análisis de la Gibbsita de Puente Arce (San- tander) 523 Boletín bibliográfico 525 índice alfabético de los géneros y especies mencionados ó descritos en el tomo vi del Boletín ....... 529 índice de lo contenido en el tomo vi del Boletín 545 Se ha publicado este tomo en diez cuadernos, que han aparecido cada uno de ellos dentro del mes correspondiente, cuya indicación se halla al pie de cada pliego. Lleva, además, dos láminas y dos retratos. d. MBL'WHOI LIBRARY UH Iñfl E ñ