dí e | ECECEC LS Os qu ES E E ca o LE CAU 1d sea e E ES a E CEC AR CE CCUCUCC CU CEE > ES a Ge LC E: AS E S == FM > EC EE: REO S á h ( AN A > EN Y ( Cc ( ( OS ( Da a ES CAC E sE á Es ¿FE a CEGUCCE ECACEE ÍA ¿sd Y sl A e e? | E SECRETARÍA DE FOMENTO, COLONIZACIÓN E INDUSTRIA. BOLETÍN DEL INSTITUTO GEOLÓGICO.DE MÉXICO NUMERO 20:39 RESEÑA ACERCA DE LA GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO POR EMILIO BOSE, DR. PHIL. [CON 9 LÁMINAS]. MÉXICO. IMPRENTA Y FOTOTIPÍA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO. Callejón de Betlemitas número 8. 1905 Publicaciones del Instituto Geológico de México. ¡ESO east * Núm. 1.—PFauna Fósil de la Sierra de Catorce, por A. del Castillo y J. G. Aguile- ra.—1895.—56 pp., 21 lám. + Núm. 2.—Las Rocas Eruptivas del S. O. de la Cuenca de México, por E. Ordóñez. —1895.—46 pp., 1 lám. * Núm. 3.—La Geografía Física y la Geología de la Venínsula de Yucatán, por €. Sapper.—1896.—58 pp., 6 lám. : Núms. 4, 5 y 6.—Bosquejo Geológico de México.—1897.—272 pp., 5 lám. Núms. 7, 8 y 9. —El Mineral de Pachuca.—1897.—184 pp., 14 lám. z Núm. 10.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Agui- lar y Sautillán.—1898.—158 pp: j * Núm. 11.—Catálogos sistemático y geográfico de las especies mineralógicas de la República Mexicana, por José G. Aguilera. —1898.—158 pp- * Núm. 12.—El Real del Monte, por E. Ordóñez y M. Rangel.—1899.—108 pp., 26 láminas. Núm. 13.—Geología de los alredepores de Orizaba, con un perfil de la vertiente orien- tal de la Mesa Central de México, por Emilio Bóse.—1899.—54 pp., 8 lám. Núu. 14.—Las Rhyolitas de México (Primera parte), por E. Ordóñez.—1900.—18 pp.. - 6 lám. p Núm. 15.—Las Rhyolitas de México (Segunda parte), por E. Ordóñez: —1901.—18 pp, 6 lám. : Núm. 16.—Los Criaderos de fierro del Cerro del Mercado en Durango, por M, Ran- gel, y de la Hacienda de Vaquerías, Estado de Hidalgo, por J. D. Villarello y E. Bóse.—1902. —144 pp., 5 lám. S Núm. 17.—Bibliografia Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Aguilar y Santillán. —1904. [Un prensa. ] Núm. 20.—Reseña acerca de la Geología de Chiapas y Tabasco por E. Bóse.—1905.— 116 pp., 9 lám. * Agotado. RAP PARERGONES. Tomo L N? 1.—Los temblores de Zanatepec, Oaxaca.—Estado actual del Volcán de Tacaná, Chiapas, por Emilio Bose.—1903.—25 pp., 4 lám. No 2.—Fisiogratía, Geología € Hidrología de los alrededores de la Paz, Baja Califor- ina, por E. Augermann.—El área cubierta por la ceniza del Volcán de Santa María, Octubre de 1902, por limilio Bóse.—1904.—26 pp., 3 lám, ) No 3.—El Mineral de Angangueo, Michoazán, por E. Ordónez.—Análisis de una mues- tra de granate del Mineral de Pihuamo, Jalisco, por J. D. Villarello.— A pun-- tes sobre el Paleozoico en Sonora, por E. Angermann.—1904.—31 pp., 2 lám. No? 4. —Estudio de la teoría química propuesta por el Sr. Andrés Almaraz para expli- car la formación del petróleo de Aragón, México, D. F., por J. D. Villarello.— El fierro meteórico de Bacubirito, Sinaloa, por E. Angermann. —Las aguas sub- ñ terráneas de Amozoc, Puebla, por E. Ordónez.—1904.—24 pp., 1 lám. N9 5.—Informe sobre el temblor del 16 de Enero de 1902 en el Estado de Guerrero, por los Dres. E. Búse y E. Angermann.—Estudio de una muestra de mineral asbestiforme procedente del rancho del Ahuacatillo, Distrito de Zinapécuaro, E. de Michoacán, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—26 pp. N? 6 —UEstudio de la hidrología subterránea de la región de Cadereyta Méndez, E. de Querétaro, porel Ing. J. D. Villarello.—1904.—58 pp, 2 lám. N2 7. —Estudio de una muestra de grafita de Ejutla, Oax,. por el lug. J. D. Villarello. — Análisis de las cenizas del volcán de Santa María, Guatemala, por el Ing. E. Ordónez.—1904.—22 pp- 7 No 8.—Hidrología subterránea de los alrededores de Querétaro, por el Ing. J. D. Vi- llarello.—1905.—51 pp., 3 lám. N? 9.—Los Xulapazceos del Estado de Puebla por el Ing. E. Ordónez.—1905. INSTITUTO uo Loc licor DE MEIICO. BOLETÍN NÚM. 20. Publicaciones del Instituto Geológico de México. ISO TEN. Núm. 1.—Fauna Fósil de la Sierra de Catorce, por A. del Castillo y J. G. Aguile- ra.—1895.—56 pp., 21 lám. * Núm. 2.—Lus Rocas Eruptivas del S. O. de la Cuenca de México, por E. Ordóñez. —1895,—46 pp., 1 lám. * Núm. 3.—La Geografía Física y la Geología de la Península de Yucatán, por C. Sapper.—1896.—58 pp., 6 lám. * Núms. 4, 5 y 6.—Bosquejo Geológico de México.—1897.—272 pp., 5 lám. Núms. 7, 8 y 9—El Mineral de Pachuca.—1897.—184 pp., 14 lám. Núm. 10.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Agui- lar y Santillán.—1898.—158 pp. * Núm. 11.—Catálogos sistemático y geográfico de las especies mineralógicas de la República Mexicana, por José G. Aguilera.—1898.—158 pp. * Núm. 12.—El Real del Monte, por E. Ordóñez y M. Rangel.—1899.—108 pp., 26 láminas. Núm. 13.—Geología de los alrededores de Orizaba, con un perfil de la vertiente orien- tal de la Mesa Central de México, por Emilio Bóse.—1899.—54 pp., 3 lám. Núa. 14.—Las Rhyolitas de México (Primera parte), por E. Ordóñez.—1900.—78 pp., ; 6 lám. Núm. 15.—Las Rhyolitas de México (Segunda parte), por E. Ordóñez: —1901.—78 pp., 6 lám. Núm. 16.—Los Criaderos de fierro del Cerro del Mercado en Durango, por M. Ran- gel, y de la Hacienda de Vaquerías, Estado de Hidalgo, por J. D. Villarello y E. Bóse.—1902.—144 pp., 5 lám. Núm. 17.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Aguilar y Santillán. -—1904. [En prensa. | Núm. 20.—Reseña acerca de la Geología de Chiapas y Tabasco por E. Bóse.—1905.— 116 pp., 9 lám. * Agotado. * AS TANIA YE AO INES Tomo LN? 1.—Los temblores de Zanatepec, Oaxaca.—Estado actual del Volcán de Tacaná, Chiapas, por Emilio Búose.—1908.—25 pp., 4 lám. N? 2.—Fisiogratía, Geología é Hidrología de los alrededores de la Paz, Baja Califor- dE por E. Angermann.—El área cubierta por la ceniza del Volcán de Santa María, Octubre de 1902, por Emilio Bóse.—1904.—26 pp., 3 lám. N? 3. El Mineral de Angangueo, Michoazán, por E. Ordóñez. — Análisis de una mues- tra de granate del Mineral de Pihuamo, Jalisco, por J. D. Villarello.—A pun- tes sobre el Paleozoico en Sonora, por E. Angermann.—1904.—34 pp., 2 lám. N? 4.—Estudio de la teoría química propuesta por el Sr. Andrés Almaraz para expli- car la formación del petróleo de Aragón, México, D. F., por JW. D. Villarello.— El fierro meteórico de Bacubirito, Sinaloa, por E. Angermann.—Las aguas sub- terráneas de Amozoc, Puebla, por E. Ordóñez.—1904.—214 pp., 1 lám. No 5.—Iuforme sobre el temblor del 16 de Enero de 1902 en el Estado de Guerrero, por los Dres. E. Bóse y E. Angermaunn.—Estudio de una muestra de mineral asbestiforme procedente del raucho del Ahuacatillo, Distrito de Zinapécuaro, E. de Michoacán, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—26 p. N? 6. —Estudio de la hidrología subterránea de la revión de Cadereyta Méndez, E. de _Querétaro, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—58 pp., 2 lám. No 7.—Estudio de una muestra de grafita de Ejutla, Oax,. por el Iug. J. D. Villarello. —Análisis de las cenizas del volcán de Santa María, Guatemala, por el Ing. E. Ordóñez.—1904.—22 pp. N? 8.—Hidrología subterránea de los alrededores de Querétaro, por el Ing. J. D. Vi- llarello.—1905.—51 pp., 3 lám. N? 9.—Los Xalapazcos del Estado de Puebla por el Ing. E. Ordóñez.—1905. TIN Sata IO (Ei O OEI Din IMEI IOSOs DirecToR, JosÉ (GH. AGUILERA. RESEÑA r GBOLOGÍA DE CITADAS Y TADASON POR HMIDIO BÓSB, DR. PHIL. (CON 9 LAMINAS.) MÉXICO. IMPRENTA Y FOTOTIPÍA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO. Callejón de Betlemitas número 8. 1905 RESEÑA ACERCA DE LA GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. POR EMILIO BOSE, DR. PHIL. PREFACIO. El Estado de Chiapas, el más meridional y oriental de la República, ha sido siempre una de las partes más desconocidas de México, tanto con rela- ción á su topografía como á su geología. Es verdad que poseemos algunas descripciones de viajes, pero se ocupan naturalmente en los grandes cami- nos y no dan un cuadro de la nuturaleza del país. Las primeras noticias so- bre la geología del país las trajeron algunos ingenieros de la Comisión mexi- cana de límites y especialmente el Sr. P. Goyzueta, quien trajo al Instituto Geológico de México una colección de fósiles, de la cual el Sr. Aguilera re- conoció la existencia del Carbonífero, del Eoceno y otras capas terciarias. Más tarde el Sr. Carlos Sapper fué encargado por el Instituto Geológico de hacer un levantamiento en conjunto de los Estados de Chiapas, Tabasco y Yucatán. Su trabajo! es el primero y al mismo tiempo el fundamental para la Geología de Chiapas. El mérito de Sapper es el haber distinguido prime- ramente las diferentes formaciones y haber fijado graficamente con mayor ó menor exactitud sus límites; además fué Sapper el primero en dar una rese- ña de las condiciones orográficas del país y la monografía de Alfonso Luis Velasco, ? publicada más tarde, en una gran parte no es más que un extrac- to de las publicaciones de Sapper. Casi al mismo tiempo de los trabajos de Sapper se publicó una pequeña noticia en la cual Felix y Lenk?* se referían á un punto de importancia. El 1 Informe sobre la geografía física y la geología de los Estados de Chiapas y Tabasco. Bol. Agr. Min. México, Marzo de 1894, págs. 187-211. Sobre la geografía física y la geología de la península de Yucatán. Bol. d. Inst. Geol. de México, núm. 3, 1896. 2 Geografía y Estadística de la República Mexicana. Tomo XX, Geografía y Estadística del Estado de Chiapas, México, 1898. 3 N. Jabrb. f. Min. 1895, II, pág. 207. N? 20.—1 6 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. botánico Sr. Dr. Karsten había traído de los alrededores de Tumbalá, en el Norte del Estado de Chiapas y ya cerca á la frontera hacia Tabasco, fósiles que estudiados por Felix y Lenk, resultaron ser Nummulites y Orbitoides y que así probaron la existencia del Eoceno ú Oligoceno. Es verdad que ya Sapper había citado un Nummulites de Tenestaquin ' que está algo al Norte de Chiapa, pero en el presente caso según las indicaciones de Karsten ya no se trataba de hallazgos aislados, sino de una zona ó por lo menos de un depósito local bastante grande. Sapper? publicó en 1899 otro trabajo en el cual se ocupa de Chiapas, y en este trabajo reproduce el diario de sus viajes en ese Estado é indica va- rias localidades donde encontró Foraminíferas. El mapa que acompaña el ci- tado trabajo es mucho más exacto y completo que el del Boletín 3 del Ins- tituto Geológico, se corrigió tanto la parte topográfica como la geológica. Especialmente corrigió Sapper allí los numerosos errores de su primer ma- pa respecto á la situación de puntos importantes como Tenosique, Sintala- pa, Jiquipila, Tumbalá, Simojovel, San Bartolomé Solistahuácan, etc., el curso del Río de Chiapas, los errores de imprenta en los nombres, etc. Ade- más cambió la extensión de la roca eruptiva de San Bartolomé Solistahuá- can la distribución del terciario y Cretáceo, etc. Yo había tenido siempre el propósito de visitar la localidad donde Kars- ten encontró los Nummulites, pero como el Estado de Chiapas es uno de los más lejanos y difícilmente accesible, y especialmente su parte septen- trional, cuyos caminos en su mayor parte son casi intransitables, no se me presentó ninguna ocasión hasta hace poco. Teniendo que hacer en Noviem- bre de 1902 por encargo del Instituto Geológico un viaje al Sur de) Estado de Oaxaca y al de Chiapas, utilicé la ocasión para reconocer el Norte de es- te último Estado. Logré encontrar una serie de localidades fosilíferas nue- vas en el Terciario y además probar la existencia de dos zonas de Eoceno, que en lo que alcanzan mis estudios recorren todo el Norte del Estado de Chiapas y en lo general componen el borde septentrional de la montaña. Creo poder probar que estos depósitos no pertenecen al lado del Pacífico, como lo creyeron Semper y Oppenheim, sino al Atlántico. Como el lector verá por la descripción y el mapa, donde se han indicado los caminos que he andado, he tratado en lo posible elegir otros caminos que los de Sapper, para poder corregir de este modo el mapa geológico de aquel autor, en los lugares donde hasta entonces no había llegado ningún geólogo. Es verdad que en parte no fué posible evitar que mis caminos se unieran con los de Sapper, porque se trataba para mí también de recoger fósiles en los luga- res fosilíferos descubiertos por el citado autor, habiéndose perdido la ma- yor parte del material recogido por él en el envío para la Capital. Además Sapper lo llamó erróneamente Testaquin. Ueber Gebirgsbau und Boden des nórdlichen Mittelamerika.—Dr. Petermanns Mittei- lungen, Ergánzungsheft, núm. 127... 1 2 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 7 tuve que visitar algunas de las rutas de Sapper porque sólo en ellas se pu- do obtener luz sobre ciertas condiciones importantes. Mis estudios se refieren principalmente al Norte y al Suroeste del Estado; en el Este y Sureste no pude hacer observaciones, porque allí me los impi- dió la ceniza, que cayó allí en la erupción del 24 de Octubre de 1902 del volcán de Santa María en Guatemala; esta ceniza había formado una capa que tenía p. e. cerca de Comitán 2.6 ctms. y cerca de Motocintla 21 ctms. de espesor. Como hasta mi llegada en Febrero no había aún llovido en el Sur- este del Estado (con excepción de la región de Tapachula), no me fué posi- ble encontrar fósiles y hasta en varias partes distinguir las rocas; no tengo pues que referir de allí nada de nuevo, con la única excepción de la des- cripción del Volcán de Tacaná. Se notará que el mapa adjunto difiere de los de Sapper en las partes que visité. Esto es naturalmente el caso principalmente en los lugares á donde Sapper no ha llegado; además allí en donde Sapper tomó las calizas tercia- rias por cretáceas, y finalmente difiero yo de Sapper en el concepto de la distribución de las rocas eruptivas modernas. Me he detenido en varios pun- tos sólo para fijar los límites de las rocas volcánicas. Querría observar en este lugar que no se debe hacer ningún reproche á Sapper, por errores que haya cometido; al contrario mencionaré aquí otra vez que sus trabajos han sido fundamentales y admiro lo que Sapper ha efectuado no obstante los caminos increiblemente malos, la falta frecuente de alojamiento y la extensión de los montes vírgenes en el Norte del Esta- do. En los caminos pantanosos, donde uno tiene que andar casi en todas partes á pie en el lodo profundo producido por el suelo empapado, donde el fango cubre casi toda la roca, es muchas veces extremadamente difícil hacer observaciones, ó hasta sólo dirigir su atención al mismo tiempo á los obstáculos en el camino y á la roca. El Boletín núm. 3 del Instituto Geológico, que contiene la descripción de Chiapas, Tabasco y Yucatán por Sapper, está completamente agotado; pero como este trabajo es de la mayor importancia, utilizo la ocasión para añadir el contenido de aquel Boletín á las siguientes páginas en lo que se refiere á Chiapas y Tabasco. En la descripción del Estado de Chiapas y Ta- basco utilizaré las observaciones geológicas y orográficas de Sapper sobre aquellas partes que no he visitado y anotaré siempre de quién son las ob- servaciones. 1. LA OROGRAFÍA DE LOS ESTADOS DE CHIAPAS Y TABASCO. Sapper divide la región de Chiapas y Tabasco en tres zonas. Una septen- trional, que comprende las llanuras; una central que se compone de las montañas entre las llanuras en el Norte y las montañas compuestas de for- 8 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. maciones antiguas en el Sur, y finalmente otra zona meridional que com:- prende aquellas montañas, compuestas del Carbonífero, Devoniano, Arcai- eo, ete., conocidas como la Sierra Madre. Esta división tiene ciertamente sus méritos, pero se ha dejado inadverti- da una línea tectónica, que es de mayor importancia para toda la región, y la cual cita también Sapper,' á saber: la poderosa línea de fractura, que separa la parte conocida bajo el nombre de Mesa Central, del valle del Río de Chiapas y su continuación hacia el Oeste. Como esta zona de fractura- miento encuentra su expresión orográfica en enormes pendientes rápidas largamente extendidas, sería bueno considerarla también en una división topográfica del país. Antes de ocuparme del fundamento de otra división oro- gráfica, debo llamar la atención sobre la circunstancia de que todas las al- turas en lo general tienen un declive desde el E.S.E. hacia el W.N.W. Ve- mos esto tanto en la llamada Sierra Madre, como en la Mesa Central: los rasgos grandes orográficos se borran, pues, hacia el Oeste y si pasamos del Es- tado de Chiapas al de Oaxaca, (la parte al Este del Istmo de Tehuantepec), esto todavía se hace más sorprendente, porque allí la llamada Sierra Madre desaparece casi por completo. Esto indica ya la importancia del Istmo de Tehuantepec; veremos en el curso del trabajo, que este istmo es de la ma- yor importancia para Norte y Centro América tanto geológica cómo geográ: ficamente. Sin ocuparnos por lo pronto en consideraciones geológicas, queremos ver, á qué división llegamos sólo por la orogratía. Imaginaremos estar sobre un cerro alto de situación central, p. e. el Zontehuitz (2,858 ms.) al cual tendrá que considerarse como el más elevado de la Mesa Central y que está al Nor- te de San Cristóbal Las Casas. Veríamos allí en las cercanías debajo de nos- otros una mesa no muy ancha pero muy alargada, con una elevación general de 2,200 ms. Esta es la Mesa Central de Chiapas que se abate hacia el W. pero que no termina hacia el E. antes de llegar al valle del Río Jataté. Al Nor- te de esta mesa reconocemos un terreno fuertemente quebrado, que se com- pone de numerosas sierras, teniendo éstas en lo general la dirección de W.N.W.-E.S.E., todavía más al Norte quedan las llanuras de Chiapas y Tabasco. Hacia el Sur es el aspecto completamente diferente. Por lo pronto nos sorprende la circunstancia de que sólo en una distancia grande de la Mesa se presentan montañas; esto nos hace concluir que existe una depre- sión profunda y ancha entre la Mesa Central y aquellas sierras. Las mon- tañas en el Sur deben tener una altura considerable, se extienden en con- figuración uniforme en toda la región que abarca la vista desde el E S.B. hacia el W.N. W. Vemos que así resulta una división muy natural, á saber: siguiendo á las llanuras septentrionales en el Norte una zona de montañas relativamente 1 Sapper, Bol. d. Inst. Geol., núm. 3, pág. 15. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 9 bajas, la Mesa Central, la depresión ancha del Río de Chiapas con su con- tinuación hacia el W. y la Sierra Madre en el Sur. Realmente podemos seguir estas diferentes zonas por todo el Estado más ó menos claramente y podemos probar su independencia también geológi- camente. Nos ocuparemos de esta consideración geológica todavía más de- talladamente en adelante y haremos sólo unas indicaciones sobre ella en lo siguiente. A. LAs LLANURAS DE CHIAPAS Y Tabasco. Estas llanuras se extienden al Norte de la montaña chiapaneca; son casi horizontales y apenas muestran algunas elevaciones. El límite corre en el Sur correspondiente al rumbo de la montaña, de E.S.E. hacia W.N.W. aun- que es verdad que cerca de Macuspana, Tab., una interrupción tiene l1- gar, porque allí se levantan y salen en forma de una cuña elevaciones de edad pliocénica y de formación marina. Las llanuras mismas se componen en su mayor parte del material de acarreo, como ya lo menciona Sapper; contienen enormes pantanos, llamados tembladeras y en el tiempo de aguas se forman lagunas poco profundas pero de gran extensión. El país está re- corrido por un gran número de ríos, que todos nacen en el Sur, en la mon- taña de Chiapas y que son en el tiempo de aguas bastante caudalosos y en tiempo seco están completamente mansos. En aquella parte de las llanuras que está ya más cerca hacia el mar y apenas muestra una ligera inclinación, los ríos se reunen y se bifurcan de una manera muy complicada, de modo que entre el río de Huimanguillo, el río Tacotalpa, el río Grijalva, el río San Pedro y San Pablo, el río Tepetitán, etc., se forma una verdadera red de canales y brazos de ríos. Las llanuras son, en consecuencia de su riqueza de agua, extremadamen- te fértiles y en muchos lugares están bastante bien cultivadas. B. LA ZONA MONTAÑOSA DEL NORTE. El límite septentrional de esta zona forma la llanura, el meridional una línea que corre aproximadamente desde el origen del río Jataté por San Juan cerca de Simojovel, Bochil, Tapalapa, al Norte de Tecpatan hasta el río Mezcalapa. Podemos llamarla también la zona del Terciario antiguo y medio, porque se compone en lo principal de Eoceno y Mioceno con poco Plioceno. Sapper' parece suponer que en esta región se hallan mesas pa- ralelas á la mesa central; creo que esto es un error, producido probablemen- te por la circunstancia de que Sapper conoció sólo el camino de Pichucal- co á Ixtapa, donde no se puede desconocer un ascenso escalonado, pero este rasgo se producirá quizá sólo por la existencia puramente local de rocas 1 Bol. 3, pág. 15. 10 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. eruptivas. Atravesando la región septentrional del Terciario por otros cami- nos (Simojovel-San Cristóbal, Salto de Agua-San Cristóbal) se reconoce que de ningún modo existen sólo unas mesas sino un sistema montañoso bastante complicado, que se compondrá de sierras con el rumbo E.S.E.— W.N.W. y más hacia el Poniente de E.—W.; éstas están cortadas por co- rrientes de agua dirigidas de S. á N. y los valles formados por estos ríos y arroyos, son frecuentemente bastante considerables, de modo que muchas veces la estructura primitiva de los valles y las sierras queda casi borrada; sólo desde cerros altos se reconoce que el curso de las crestas es de E.S.K.- W.N.W. Las montañas en lo general no son muy altas, las mayores eleva- ciones tendrán entre 1,500 y 1,800 ms. de altura. Los cerros son crestas alar- gadas, monótonas, cimas aisladas son raras, las pendientes son suaves con excepción de las partes donde se encuentran mayores masas de caliza y do- lomita. Como los elementos principales de esta zona son pizarras margosas y areniscas arcillosas, que están en parte casi en posición horizontal, en pat: te formando sinclinales amplias, se acumula una cantidad grande de hu- medad en esta región, que está cubierta por una vegetación sorprendente- mente densa; montes enormes existen todavía en la mayor parte de esta zona y favorecen la acumulación de cantidades de agua; casi paso por paso en- contramos arroyuelos, arroyos y ríos, y los caminos dentro de los montes vírgenes se parecen á pantanos, donde los caballos á veces se hunden hasta las cantinas de la silla. El suelo es extremadamente fértil y como ya está comprobado, muy propio para el cultivo de café. Hxiste ya un número con- siderable de plantíos de café, que en lo general han dado resultados muy favorables, pero todas las haciendas sufren por la falta de vías de comuni- cación ó la impracticabilidad de los caminos existentes C. La Mesa CENTRAL DE CHIAPAS. Con pendientes abruptas se levanta del paisaje terciario septentrional la masa de la Mesa Central. Es verdad que el límite no forma de ningún mo- do una línea recta, porque frecuentemente cortan ensenadas terciarias á la masa central, por esta es siempre tan característica que hay que separarla como elemento bien limitado de la montaña. Componen esta parte de la montaña calizas cretáceas, poderosas, horizontales, en bancos gruesos á ve- ces mostrando todavía restos de una cubierta de Plioceno marino. La Mesa Central representa un verdadero paisaje de Karst.?* cuyo aspecto triste está 1 Utilizamos esta palabra derivada de la montaña del Karsten Austria que da el mejor ejemplo para el fenómeno, porque nos hace falta una palabra sinónima en español y es ex- presión casi universalmente aceptada. El fenómeno del Karst comprende la reunión de fenómenos superficiales de erosión mecá- nica y química con los efectos de la erosión subterránea. En la superficie vemos resumideros ó dolinas (dolines) en forma de cuencas ó calderas, embudos muy regulares y profundos en GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 11 mitigado sólo en parte por una vegetación densa. La parte superior de la mesa, que, como ya lo hemos mencionado, se abate fuertemente hacia el Oeste, alcanza su mayor altura en el Zontehuitz, que según mi medida tiene 2,858 m.; es, pues, considerablemente más alto que el Hueytepec, al cual los habitantes de San Cristóbal tienen por el cerro más alto de la Mesa Central. La altura general de la mesa es en el Este de 2,800 m., mientras que en el Oeste, es decir, desde la depresión de Istapa hasta Soteapa y más hacia el W., aproximadamente de 1,200-1,300m. El paisaje de Karst se deja reco- nocer también en la parte más baja, sólo la vegetación es diferente y na- turalmente en muchas zonas considerablemente más espesa, por el clima más caliente. En la división superior de la mesa encontramos p. e. una ve- getación de ericáceas bajas mezclada con bosques de encinas y pinos, seme- jante al paisaje de la Europa septentrional. Los bosques están en lo general ya bastante entresacados, pero en los flancos del Zontehuitz existe todavía un verdadero monte virgen de la “tierra fría'” que seguramente tiene una edad muy grande. Este monte me fué enseñado por el Sr. Germán Múnch, Profesor en Farmacia de San Cristóbal, que lo encontró en sus excursiones botánicas. En lo general es la Mesa Central bastante estéril, apenas existe pasto pa- ra ganado y crecen frutas y legumbres de tierra fría en escasa cantidad. Esto se explica por la constitución de la mesa; se compone en lo general de calizas cretáceas en bancos gruesos con unos cuantos centros de roca erup- tiva, el agua desaparece luego en grietas y la caliza tiene poca tierra de descomposición ó vegetal; además son las lluvias bastante escasas porque el límite septentrional de la mesa forma también una línea divisoria para el clima: mientras que al Norte hay abundancia de lluvia, es ésta muy es- casa en la mesa y al Sur de ella hasta el Pácífico. Al Sur de la Mesa Central se encuentra en todas partes una pendiente más ó menos abrupta, que se extiende casi en línea recta desde la región al W. de Tuxtla Gutiérrez hasta más allá de Comitán. D. EL vALLE DEL RÍO DE CHIAPAS ENTRE CoMITÁN Y TuxtLA GUTIÉRREZ. LA DEPRESIÓN CENTRAL. Apenas puede haber una diferencia más grande que la que existe entre el valle del río de Chiapas y la parte que está al Norte de él. Bajando de parte casi cilíndricos ó en forma de pozos, asurcadas (Karren, Lapiez) que se componen de un sin número de fosas de 1-10 m. de profundidad, sin ordenación, separadas por crestitas agu- das ó arredondadas, á veces desgarradas ó dentelladas; en la profundidad se encuentran gru- tas y sistemas de cuevas que se extienden en varios pisos una sobre la otra ó una al lado de la otra y que en ciertas extensiones y en ciertos períodos están recorridas por corrientes sub- terráneas de agua. La comunicación entre estas cuevas y la superficie se efectúa por medio de chimeneas tubiformes, grietas y tubos irregulares que muestran en la parte superior embu- dos de derrumbamiento. 12 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. la Mesa Central vemos á nuestros pies una vasta planicie recorrida por ba- jas lomas, que se extiende hacia el Oriente y el Poniente hasta donde lle- ga la vista y que está limitada al otro lado por una cadena de altas mon- tañas, crestas de grande monotonía en sus formas. En la parte céntrica del valle es la verdadera llanura muy ancha, cortada sólo por muchos arroyos, algunos ríos secundarios y el río de Chiapas, que corre en un cauce bastante angosto y poco hondo. El fondo del valle tiene allí y hacia el Este una al- tura media de 600—700 m.; las lomas son muy pequeñas, formando las úni- cas elevaciones notables los cerros de Mispilla y el cerro de San Bartolomé que son de origen volcánico. El fondo del valle se compone de capas calcá- reas cretáceas casi horizontales, de areniscas y pizarras terciarias y de aca- rreo cuaternario. Sorprendente es también la forma del cerro de la Laja Ten- dida que es completamente cónica, de modo que se cree ver un volcán muy regular; pero en realidad se compone de calizas cretáceas. Hacia el Oeste se cierra el valle cerca de Tuxtla Gutiérrez y el río de Chiapas lo abandona, penetrando por las calizas de la Mesa Central. Desde Chiapas se levanta el valle y se convierte en una especie de mesa, de una altura media de 900 m. Está ésta limitada hacia el Norte por los acantilados de la Mesa Central y al Sur por la depresión del valle de Cintalapa. Esta depresión se continúa hacia el Este siguiendo siempre entre el borde del valle del Río de Chiapas y la Sierra Madre; la forman principalmente las capas de Todos Santos que pertenecen probablemente al Triásico ó Jurásico. Se distingue claramente la depresión cerca de La Concordia, solamente que allí es menos profunda que en el valle de Cintalapa. La considero como una parte del valle del río de Chiapas ó como se puede llamar ésta también: la depresión central de Chiapas. Aunque el valle del río de Chiapas en el Oeste ya no aparezca como lla- nura simple entre dos montañas, sino como una mesa con una depresión al Sur, hay que considerarlo siempre como una depresión entre dos sistemas montañosos: la Mesa Central y la Sierra Madre. Es verdad que la mesa de esta depresión está allí más alta que la Sierra Madre, pero la depresión se- cundaria de Cintalapa la separa claramente de la Sierra Madre, mientras que la Mesa Central tiene una altura absoluta mucho más grande que la Mesa de Ocozocuautla (así podemos llamar la continuación occidental del valle del río de Chiapas). Toda esta depresión es generalmente fértil pero poco utilizada por la fal- ta de lluvias. Hay casi en todas partes, especialmente en el centro y al Orien- te, abundancia de agua, que todavía no se utiliza para el riego, con el cual la región quedaría convertida en una zona fertilísima, con la única excep- ción de la gran cubierta de calizas que existe entre La Concordia y la fron- tera, al Norte del río de Chiapas. GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. 15 E. La SIERRA MaApDre. La Sierra Madre es quizá la parte más desconocida de Chiapas; topográ- fica y geológicamente no conocemos sino la menor parte, especialmente la vertiente septentrional está desconocida. Yo mismo he atravesado esta mon- taña sólo en dos lugares, al Este y al Oeste del Estado. Según lo que he visto, especialmente desde el Tacaná, la Sierra Madre está formada de lar- gas crestas con cimas aisladas, pero no muy imponentes; Sapper ha tenido otra impresión, dice que “la Sierra Madre no presenta las cumbres princi- pales en filas derechas ó curvas, sino diseminadas irregularmente sobre una área muy elevada que por el lado S. tiene un declive fuerte hacia el Océa- no Pacífico.”” Estas palabras se refieren seguramente á la parte entre Mo- tocintla y Tapachula, y son bastante acertadas como lo vemos en nuestro mapa que reproduce el levantamiento por triangulación de la Comisión de Límites: pero me ha parecido que más adelante, hacia el Oeste, existen ver- daderas crestas largas; particularmente éste era el aspecto de la Sierra Ma- dre cuando la vi desde el Hueytepec y el Zontehuitz. Muy claro se ve el carácter de crestas alargadas en el extremo occidental de la Sierra, entre Tapanatepec y Cintalapa. Allí vemos, por una parte, la cresta entre Fron- tera y Dolores, y por la otra, entre Dolores y el valle de Cintalapa. Sapper separa de la Sierra Madre aquellas sierras al Norte de ella que están compuestas de rocas paleozoicas sedimentarias, porque se distinguen en su configuración de las sierras graníticas. Yo he tenido la impresión de que estas sierras son inseparables de la Sierra Maxre, porque se juntan con ella tan íntimamente, que en la naturaleza no se puede distinguir dónde empiezan las sierras graníticas, si uno no fija la atención en la roca. Quiero añadir todavía unas palabras sobre el llamado volcán de Soconus- eo, que se encuentra en muchos mapas, aun en los modernos. La noticia más antigua que encontré sobre el volcán de Soconusco, la trae García Cu- bas;' dice en el citado lugar: “Pico de Soconusco en latitud N. 15* 54”, y lon- gitud O. 93% 39, se encuentra este pico, tras del cual se ve el volcán del mismo nombre, de unos 5,000 de altura. Tal vez el volcán de Tacaná (?).” También K. von Seebach* cita este volcán, pero en ninguna otra parte he podido encontrar datos sobre él. Sapper* considera que este volcán no exis: te, no encontró rocas eruptivas modernas, ni en el camino de Tonalá á la Concordia, ni en el de la Concordia á Chicomuselo. Yo tampoco he encon- trado tales rocas en los arroyos y ríos entre la Concordia y Chicomuselo. Ninguna persona del Estado de Chiapas sabe algo sobre un volcán de So- conusco; en el lugar donde debería encontrarse, ví un pico bastante alto de 1 A. García Cubas, Diccionario Geográfico, Histórico y Biográfico de los Estados Unidos Mexicanos. México, 1890, Tomo IV, pág. 200. 2 Karl von Seebach, Ueber die Vulkane Centralamerikas, Góttingen, 1892. 3 Sapper, Bol. 3, pág. 17. No 20.—2 14 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. forma redonda que se llama el cerro Tomate, pero no me parece tener for- ma de volcán, sino que desde lejos tiene la forma de un cerro granítico. En resumen, no creo que exista un volcán de Soconusco, y será necesario borrarlo de los mapas. La vertiente meridional de la Sierra Madre tiene una pendiente muy rá- pida, como se nota desde el mar; nuestro mapa, indica esta pendiente, así como se la ví desde la costa. : El interior de la Sierra Madre es casi deshabitado, sólo en los últimos tiempos han llegado muchos guatemaltecos que desde Chicomuselo se han internado en la Sierra y formado allí ranchos. Es muy notable la diminu- ción de altura que sufre la Sierra Madre del Este al Oeste. Mientras que en los alrededores de Motocintla, los cerros alcanzan una altura de unos 3,000 m.; encontramos cerca de Tonalá cerros que no tendrán más de 2,000 m., y más abajo, cerca de Fronteras, apenas alturas de 1,000 m. F. LAs LLANURAS DE LA UosTa DEL Pacírico. La última faja de tierra en el Sur de Chiapas forma una llanura poco in- clinada hacia el mar. La zona es poco ancha y no muy fértil, se compone principalmente de acarreo. Sapper dice: **Cerca del Océano ya no existe declive, y en tiempo de aguas se forman llanuras grandes, en las cuales en- tran las aguas del mar y las hacen saladas (esteros ).?”” Esta costa es com- pletamente parecida á la del distrito de Juchitán, sólo que le faltan las lo- mas de rocas arcaicas. Es poco fértil, tiene poca agua, la lluvia es escasa y la vegetación consiste, en lo general, de matorrales de árboles tropicales. 2. LA HIDROGRAFIA DE LOS ESTADOS DE CHIAPAS Y TABASCO. En este capítulo citaré, principalmente, las palabras de Sapper, porque él ya dice casi todo lo que se puede decir sobre la materia. Desde luego tenemos que distinguir dos grandes sistemas hidrográficos: el del Atlántico y el del Pacífico. 'Tan importante es el primero como insig- nificante el segundo. Hay que notar que la línea divisoria de las aguas se encuentra en toda su extensión en la Sierra Madre de Chiapas. A. SISTEMA HIDROGRÁFICO DEL PaAcírICO. “En Chiapas no hay ríos de importancia entre los del Océano Pacífico, porque la distancia que media entre las lomas de la Sierra Madre hasta el mar, no es suficiente para la formación de ríos considerables. Todos los que GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASOO. 15 nacen en la Sierra Madre, llevan poca agua en tiempo de secas; en tiempo de lluvias se ponen sumamente caudalosos, arrastrando tantas piedras que muchas veces su paso se hace imposible. ?” ““Los ríos más importantes son el Suchiate y el río Guatán, cuyos oríge- nes principales se encuentran en territorio de Guatemala. El río Suchiate tiene en gran parte su curso en la frontera de Guatemala y México.” (Sap- per, Bol. 3, pág. 24.) B. SisTEMA HIDROGRÁFICO DEL ATLÁNTICO. Todos los ríos de Chiapas y de Tabasco que pertenecen al sistema Atlán- tico desembocan en el Golfo de México. En la parte meridional, es decir, en el centro y Norte de Chiapas y en el Sur de Tabasco, existen numerosos ríos y arroyos, pero todos éstos se reunen al fin á dos grandes sistemas flu- viales, el del rio Usumacinta y el del río Grijalva. Distinguimos dos di- ferentes direcciones principales del curso de los ríos, á saber: E. S. E.- W. N. W.yS.-—N. Los ríos que tienen la dirección de E. S. E. — W. N. W., que es el rumbo de los ríos más grandes en la mayor extensión de su curso, siguen á las líneas tectónicas longitudinales, al rumbo de los plegamientos y, por consecuencia, á la dirección de las sierras. Los ríos que corren aproxi- madamente de Sur á Norte, cortan las sierras en parte por valles de ero- sión, y en algunos casos también quizá por valles tectónicos que deben su origen á fracturas transversales. Este último fenómeno todavía no está bien estudiado en el Estado de Chiapas, tenemos que esperar que estudios pos- teriores aclaren el problema. De algunos casos nos ocuparemos en uno de los siguientes capítulos. En la costa de Tabasco hay algunos ríos pequeños independientes, pero son tan insignificantes que los podemos dejar aparte. a. El sistema fluvial del río Usumacinta. ““Se forma el río Usumacinta por la confluencia de los ríos de la Pasión ó Cauchén y Chixoy ó Salinas, gue ambos proceden de territorio guatemal- teco, naciendo el primero en las Cockscomb Mountains, de British Hondu- ras, el segundo en la cordillera meridional de Guatemala, cerca de Totoni- capan. A poca distancia de la confluencia desemboca en el río Usumacinta el río Lacantún, que se forma de los ríos Jataté é Ixcán.”” (Sapper, Bol. 3, pág. 24.) Sapper había utilizado datos de diferentes partes para la compilación de esta parte de su mapa; desde entonces la Comisión Mexicana de Límites ha elaborado sus levantamientos, los cuales han sido utilizados en el mapa que acompaña el trabajo, de modo que la configuración ya es algo más exacta. No he podido reproducir las curvas del original, porque es todavía imposi- ble formar un mapa de Chiapas con curvas de nivel aproximadamente exac- 16 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. tas, pero las sombras aceptadas por mí, indican bien por lo menos el rumbo de las sierras y de los valles. En vez de presumir algo sobre la dirección de los ríos, etc., en la región al Oeste del río Usumacinta, mejor la he dejado sin configuración, porque las noticias son todavía tan escasas, que no se prestan ni para dar un cuadro aproximado de las formas del suelo. “Mirando el mapa se nota desde luego el paralelismo de los ríos Usuma- cinta, Chocoljá, Lacanjá, Cendales, Jataté, Dolores, Tueletic y Chiapas, durante su curso y este paralelismo corresponde á la misma dirección que tienen las sierras en aquella porción de Chiapas. ”” “El río Jataté nace en la hacienda Sajalá cerca de San Martín; se junta cerca de Ococingo con el río grande; en Tecoja con el río Santa Cruz, en seguida recibe del lado izquierdo el río de Tasas, después del lado derecho el importante río Saconeja, que nace en Huistán y recibe además otros arro- yos como el de la Soledad y el río de Chapuil, En San Quintín desemboca en el Jataté, el río de las Perlas y más abajo el río Azul que nace de la la- guna de los Lacandones. A poca distancia se encuentra la boca del río San- to Domingo que se compone del río Yalhuitz procedente de Guatemala y del río Dolores, el cual según noticias vagas que tengo, nace en el camino que conduce de Comitán á San Carlos; recibe del lado derecho el río Paca- yas, corre por poca distancia debajo de la tierra y recibe más abajo del la- do izquierdo, el río de las Balsas, que procede del Norte y fué examinado por Luis González hasta cerca de San Quintín.” “El río Pacayas parece que es el desagúe subterráneo de la hermosa la- guná de Tepancuapan que se halla en el fondo del llano de Comitán á una altura de 1,147 metros aproximadamente; mide de largo unos 11 kilómetros; el ancho es muy variable y algunas veces se acercan tanto las orillas opues- tas, que el lago se divide en varias lagunas casi aisladas, Desemboca en el lago el río Tueletic, el cual se seca en tiempo de secas, además sale de la laguna un río que á corta distancia se oculta en la tierra en el lugar que se llama el Sumidero Arco de San José; es probable que este río siga su cur- so subterráneo debajo de las sierras calcáreas que se hallan al Norte de la laguna Tepancuapan, y que las mismas aguas salgan al otro lado forman- do el río Pacayas, como se ha dicho. ”” “Desde la boca del río Santo Domingo corre el Jataté hacia el E., pasa por el raudal Colorado y se junta en seguida con el río Ixcán ó Santa Eu- lalia, formando el río Lacantún. Habiendo recibido del lado derecho el río Chajul ó Xaloal, desembocan en el río Lacantún hasta el N.; y del lado iz- quierdo unos ríos importantes quese llaman Cendales, Lacanjá y Aguilar. El Cendales á distancia de una legua de la boca se divide en dos brazos, el brazo septentrional que lleva el nombre de río Palmas cuyo curso es bas- tante largo y nace de las sierras de Chiapas; el meridional ó río Cendales se forma de cuatro arroyos principales, que una vez unidos se ocultan de- bajo de la tierra y después de un largo curso subterráneo sale á la superfi- cie á una distancia de 7 leguas de su desembocadura. El río Lacanjá nace GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. ld en algunas lagunas vecinas al nacimiento del Chocoljá y corre hacia e) S. E. formando á la mitad de su curso una laguna. Es probable que el río Cule- bra desemboque en el Lacanjá. El río Aguilar se forma de la confluencia de multitud de arroyos pequeños y desemboca en el Lacantún después de corto curso navegable. ”” ““Después de desembocar el río Lacantún, el río Usumacinta recibe del lado izquierdo el río Azul, el Busijá y el Choco'já. El Busija nace en algu- nas lagunas no muy distantes del río Usumacinta. El Chocoljá tiene su na- cimiento en una laguna á poca distancia del origen del Lacanjá, corre ha- cia el N.W. en seguida hacia el N., se junta al lado izquierdo con el río Chancalá y toma la dirección E.S.E. hasta el desembocadero en el río Usu- macinta. Cerca de Balancán desemboca en el río Usumacinta el importante río de San Pedro Martín, que nace en el departamento Guatemalteco del Petén.” “Cerca de Montecristo se junta con el Usumacinta del lado de la izquier- da, el río Chacamas que nace en el cerro de Don Juan; el curso superior del río Chacamas queda en el mismo valle tectónico como el Chancalá, el curso inferior del Chocaljá, el Usumacinta y el río Yaxochilán.”” “A poca distancia de la Boca del Chacamas se divide el Usumacinta en varios brazos, de los cuales uno, Palizada, desemboca en la laguna de Tér- minos, otro, San Pedro y San Pablo, en el Golfu de México y otros en el río Grijalva.” ““El río Usumacinta es navegable en todo su curso menos en una corta distancia arriba de Tenosique, donde por motivo de grandes raudales no pasan embarcaciones. Un obstáculo semejante para la navegación forma el raudal Colorado del río Jataté. Los muchos raudales pequeños del río Lan- cajá, dificultan, aunque no impiden la navegación. Son navegables para pequeñas embarcaciones, el río Lacantún y gran parte de los ríos Chacamas, San Pedro, Lacanjá, Cendales (brazo izquierdo), Jataté, Ixcán, Chixoy, y Pasión. Las lagunas de Pethá, Anaite, Los Pinos, etc., no tienen desagúe super- ficial. ““(Sapper, Bol. 3, pág. 25-26).” b. Sistema fuvial del río Erijalva. **Forman el río Grijalva las aguas de los ríos Nenton, Santa Catarina, Jacaltenango, Todos Santos, ¿Salegua y Cuilco, los cuales todos nacen en la República de Guatemala.” (Sapper. Bol. 3, pág. 26.) México todavía no tiene una nomenclatura geográfica bien desarrollada, generalmente llevan los ríos multitud de nombres locales; esto pasa tam- bién con el río Grijalva. En su parte superior se llama río de Chiapas, y esto no en todas partes; en la parte entre Chicoasen y la frontera con el Estado de Tabasco lo nombran en lo general río Mezcalapa, desde esta frontera 18 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. hasta San Juan Bautista río de Huimanguillo; y desde el punto donde se divide en dos brazos principales lleva cada uno de éstos su nombre especial, uno se llama río Plátanos, el otro río Nuevo, el que pasa al Este de San Juan Bautista lleva el nombre de Grijalva. Los ríos que recibe el río de Chiapas no son de mucha importancia, ge: neralmente son de curso corto y poco hondos. Desde el lado derecho desem- boca en él el río Blanco que nace entre Zocoltenango y San Lázaro; en su parte superior lo llaman río San Vicente; á la izquierda el río de Chiapas recibe el río Pericos, el río de La Concordia, el río Parado, el río de Suchia- pa y el río de Tuxtla Gutiérrez. El río Pericos nace arriba de la Piedad al Noreste de Chicomuselo en la Sierra Madre. El río de La Concordia nace al S.E. de Espíritu Santo en la Sierra Madre, y se reune abajo de La Concordia con el arroyo de Salinas Grandes. El río Parado tiene en su curso superior el nombre de río San Mi- guel y nace al Suroeste de Esquipulas. Todos estos ríos son de poca impor- tancia. Mucho más largo es el río de Suchiapa; éste se forma por la reunión de los ríos de Catarina la Grande y el río de Suchiapa propiamente dicho. El río de Catarina la Grande nace al Sur de Villaflores en la Sierra Madre y se reune con el río de la Escalera cerca del Rancho Nuevo. El río de Su- chiapa nace también en la Sierra Madre á distancia considerable al Oeste de Catarina la Grande. Los dos ríos se reunen cerca del Rancho de las Li- mas y desembocan en el río de Chiapas poco arriba de Chiapa. El río de Tux- tla Gutiérrez viene del Oeste y es de poca importancia, más bien un arroyo que un río. El río de Chiapas penetra cerca de Chiapa por la montaña que forma la Mesa Central; este lugar se llama el Sumidero; no he podido cerciorarme si el río entra allí sólo en una barranca honda ó si verdaderamente desapa- rece y va subterráneamente, lo que indicaría el nombre de Sumidero. Des- de Chicoasen se llama río Mezcalapa hasta la frontera de Tabasco; recibe del lado derecho los ríos de Chicoasen, Totopacnho, Yomonho, Simbac y Sa- yula; de la izquierda sólo un río de mayor importancia, el río de la Venta. El río de Chicoasen se compone de varios arroyos y ríos que nacen en la región entre Manzanillo y Bochil; desemboca en Chicoasen. El río Toto- pacnho nace entre Tecpatán y Ocotepec y desemboca abajo de Quechula. El río Simbac nace al Oeste de Ocotepec y desemboca cerca de la hacienda de Simbac. El río de Sayula nace cerca de Santa Mónica y desemboca aba- jo de Sayula casi enfrente de la hacienda “Grijalva.” El río de la Venta es uno de los ríos más largos de Chiapas, porque na- ce en la Sierra Madre; se compone de dos ramas principales: el río Jiquipi- las y el río Cintalapa. El río Jiquipilas nace cerca del rancho del Ocote muy cerca de la línea divisoria de las aguas, el río Cintalapa nace arriba del “Valle,”” aquella depresión importante y fértil que se extiende hacia el Su- roeste de Cintalapa; también este río nace muy cerca de la línea divisoría de las aguas. Las dos ramas se reunen al Oeste de Jiquipilas y forman el río de GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. 19 la Venta; éste recibe de la izquierda un afluente importante cuyo nombre no he podido saber, nace al Oeste de Tapanatepec cerca de la frontera en- tre Oaxaca y Chiapas. El río de la Venta desemboca allí donde el río de Chiapas cambia su dirección de S.E.—N.W. á S. W.-N. E. Cerca de Huimanguillo recibe el río de Chiapas sólo dos rios de impor- tancia: El río Mona y el río Camoapa, de los cuales el primero nace al Sur de Nicapa y el otro cerca de Tectuapan. Cerca del Rancho de Santo Do- mingo cambia el río de Chiapas (Mezcalapa) su dirección y va casi de Oes- te á Este; no recibe ningún afluente hasta cerca de San Juan Bantista. En esta región comienza un fenómeno muy frecuente en el Estado de Tabasco, el de la bifurcación de los ríos. El río Grijalva se bifurca primeramente allí donde hay el citado cambio de dirección y manda un brazo al mar que pa- sa por Cárdenas y Comalcalco; el brazo desemboca en la Barra de Dos Bo- cas; otro brazo se separa más abajo, pasa por Cunduacán y se reune con el río González; éste se separa también del río]|Mezcalapa y recibe cerca de San Juan Bautista otro brazo del río de Mezcalapa, llamado el Brazo Nue- vo; que lleva la mayor cantidad de agua. El curso antiguo del río Mezca- pala, es decir, el que pasa al Este de San Juan Báutista, está ahora casi seco y ha dejado de ser navegable fuera del tiempo de aguas; este cambio aconteció hace nueve años. El río González desemboca en Chiltepec y forma ahora la verdadera desembocadura del río de Chiapas mientras que antes lo era el río Grijalva que desemboca en Frontera, después de haberse unido con el Usumacinta. Este cambio de desembocadura es muy interesante, pe- ro todavía muy poco estudiado. Me parece muy probable que la desembo- cadura antigua del río de Chiapas era el brazo de Cárdenas, después cam- bió de dirección y mandó sus aguas al río Grijalva cuyo origen encuentro en el río de Teapa. Me parece probable que ya antes se había formado un cut- so nuevo en el río González, pero lo dejó más tarde para desembocar en el río Grijalva; ahora en los últimos años se abrió de nuevo el canal antiguo del río González y el río desemboca actualmente en Chiltepec. Cuál es la cau- sa de este cambio de desembocadura, todavía no lo sabemos; es probable que el mismo río tapa su curso por las masas de tierra y arena que trae y que se abre después otro canal; pero para resolver el problema se necesitará un estudio especial. Es seguro que el río Grijalva fué antes un río independiente, formado por el río de Teapa. Este desemboca ahora en el lado derecho del citado río y nace bajo el nombre de río Negro al Este de San Bartolomé Solista- huacán, correen una cañada bastante angosta, recibe cerca de Solosuchia- pa á la izquierda el río de Ixhuatán que nace cerca de Tapilula, más abajo recibe á la derecha el río Puyacatenco que nace en la Sierra al Este de Ix- tapangajoya. Cerca de San Juan Bautista desemboca en el río Grijalva des- pués de haber recibido por la derecha el río Tacotalpa y por la izquierda el río de Pichucalco ó río Blanquillo; se puede también considerar el río de Pichucalco como un afluente independiente que se reune directamente con 20 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. el Grijalva, al cual después entra el río de Teapa. El río de Pichucalco na- cecerca de Chapultenango y no recibe afluentes de importancia. Mucho más largo que el río principal es su afluente el río de Tacotalpa. Este se forma por dos ramas principales, el río de Cancúc y el río de San Juan. El pri- mero de éstos viene de la región de Cancúc y de Tenango; el segundo nace arriba de San Juan en varios valles cortados en la masa de la Mesa Central. Se reunen las dos ramas cerca de Simojovel, el río rompe las sierras hasta Almandro, sigue entonces á un valle longitudinal y rompe en la cañada de Tapijulapa otra vez las sierras para seguir de nuevo á una línea tectónica hasta cerca de Tacotalpa, donde entra en la llanura para desembocar al Sur de Pueblo Nuevo en el río de Teapa. El curso de este río es todavía muy desconocido; sabemos sólo de un afluente al lado izquierdo, el ríc de Puya: catepec que recibe á su derecha el río Escalón. Los últimos afluentes del río Grijalva al lado derecho son los ríos Chila- pilla y Chilapa. Los dos son sólo ramificaciones de un mismo sistema fluvial: del-río de Tepetitán. Este se forma por la unión del río de Macuspana con el río Tulijá. El primero lleva en su parte superior el nombre de río Bulojil ó Bulohil y nace cerca de Tumbalá al Oeste de esta población; hace en escala pequeña lo mismo que los ríos grandes, es decir, seguir las líneas tectóni- cas y romper las sierras. Recibe de la izquierda varios arroyos, de los cua- les el más importante se llama arroyo Paona; á la derecha recibe el río Chi- nal, que nace al pie de la sierra de Jolnocpá, al Norte de Tila. El río Tulijá nace en los alrededores de Yajalón y Tumbalá, su origen verdadero es poco conocido; cerca del Salto de Aguas, recibe á la derecha el río Michol, que viene de la región de Palenque. El río Tulijá se reune con el río Macuspa- na entre Macuspana y Tepetitlán y el río se llama entonces río Tepetitán que más abajo se bifurca en los ríos Chilapilla y Chilapa. Muchos de los ríos del sistema fluvial del río Grijalva son navegables. El río de Chiapas es navegable en tiempo de aguas entre la hacienda Chejel y Chiapa; en todo el año desde Quechula hasta el mar; vapores suben desde San Juan Bautista hasta Huimanguillo. Abajo de Quechula cerca de la des- embocadura del río de la Venta existe un obstáculo en forma de un raudal, llamado el Malpaso; allí se pierden muchas embarcaciones. Además son na- vegables los ríos de Teapa con sus afluentes el Blanquillo y el Tacotalpa; el de Tepetitán con sus afluentes ríos Macuspana y Tulijá; generalmente son navegables hasta el pie de la sierra; son de mucha importancia para las fincas cafeteras del Norte del Estado de Chiapas. Se entiende que también el río Grijalva es navegable, suben vapores de Frontera hasta San Juan Bautista. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 21 3. LA GEOLOGÍA DE LOS ESTADOS DE CHIAPAS Y TABASCO. La geología de los Estados de Chiapas y Tabasco es mucho más sencilla que la del resto de la República Mexicana, y hay vastas zonas que se com- ponen de una sola formación, las capas están en lo general relativamente poco plegadas y fracturadas, la extensión de las rocas eruptivas modernas es bastante limitada y no esconde así las grandes líneas tectónicas de la base sedimentaria. Todavía no se puede dar más que una reseña de la geología de esta región, porque existen aún grandes partes prácticamente inaccesi- bles, como la mayor parte de la Sierra Madre y el Desierto, el domicilio de log indios Lacandones; para poder explorar estas regiones se necesitaría mandar expediciones en forma. Pero como la geología de Chiapas es relati- vamente sencilla, podemos saber de antemano con alguna seguridad, cómo será la estructura de las regiones desiertas; se ve en el mapa adjunto los itinerarios de Sapper y los míos, de modo que se puede juzgar hasta dónde llega la exactitud de nuestros levantamientos; además existe una descrip- ción de los itinerarios de Sapper, que se encuentra en su trabajo de 1899. A. ESTRATIGRAFTIA. Tenemos que distinguir rocas sedimentarias y rocas ígneas. Las prime- ras componen la mayor parte del suelo chiapaneco, es decir, casi todo el centro y el Norte; las segundas se encuentran principalmente en la Sierra Madre. a. RocAs SEDIMENTARIAS. 1. Arcaico. En el extremo Occidente de la Sierra Madre se encuentran gneiss y fíla- des, las últimas poco extendidas cerca de Dolores. La sierra entre Dolores y Frontera se compone en su mayor parte de gneiss de biotita, pero en la vertiente hacia Dolores encontramos fílades y pizarras arcillosas; en el ca: mino de Carrizal (cerca de Dolores) para los Pinos se encuentra además de eneiss, anfibolita; en el valle de Cintalapa, cerca de las Cruces, recogí gneiss hornbléndico. Sapper encontró sólo unas fajas muy pequeñas de gneiss, micapizarra y fílades en la Sierra Madre misma, y otra faja al Sur de la ha- cienda San Vicente, cerca de Chicomuselo; yo puedo comprobar la observa- ción de Sapper, porque observé en un arroyo, cerca de San Vicente, una cantidad grande de acarreo de pizarras cristalinas. De una muestra que trajo Sapper al Instituto Geológico, veo que encontró gneiss también cerca de la hacienda de Santiago, Dep. de Chiapa (?), localidad que no está cita- da en sus trabajos. Creo que con un estudio algo más detallado se encon- traría que las pizarras cristalinas ocupan en realidad una extensión mucho N9 20.—3 22 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. mayor de lo que se supone hasta ahora. Por ahora he seguido el ejemplo de Sapper, reuniendo las pizarras cristalinas con las rocas ígneas antiguas é indicando por letras las diferentes rocas que fueron encontradas. 2. Paleozotco. 2a. División Santa Rosa.—Este término fué creado por Dollfus y Montse- rrat y aceptado por Sapper. La división se compone de pudingas, arenis- cas y pizarras de color rojo y está cubierta por la Caliza Carbonífera. Según Sapper contienen estos depósitos en sus capas superiores fósiles del Carbo: nífero. Sapper presumió que la parte inferior pertenezca al Devoniano, lo que es muy probable en consideración al espesor enorme de la división; calculo que en partes tenga un espesor de 1,000 metros. La división se encuentra solamente en el Sureste del Estado de Chiapas, y pasa de allí á Guatemala, mientras que hacia el Oeste se pierde pronto. La sobreposición de la Caliza Carbonífera se observa claramente en la ba- rranca entre La Nueva y Amatenango. 2b. Caliza Carbonifera.—La Caliza Carbonífera descansa concordante- mente sobre la División Santa Rosa. Se compone en lo general de calizas y dolomitas de color negro hasta gris, á veces en bancos gruesos, pero fre- cuentemente en lechos delgados; en los alrededores de San Vicente, cerca de Chicomuselo, existen, según Sapper, conglomerados de cemento areno- so, formados probablemente durante la época terciaria; contienen rocas cal- cáreas con fósiles del Carbonífero. Sapper cita como fósiles carboníferos: brachiopodos, corales, fusulinas y crinoides; lugares fosilíferos sun, según él: La Nueva, Las Tres Cruces y Palo Amarillo;' puedo añadir todavía por los ejemplares recogidos por Goyzueta las localidades de Laja Calorada, Río Cuilco, entre Chirimoya y San Juan, y La Vainilla. Los fósiles que puedo distinguir entre los ejemplares que contiene la co- lección del Instituto Geológico, son los siguientes: La Vainilla. —Productus semireticulatus V, Mart. Nummulina sp. Laja Colorada.—Productus sp. Tres Cruces. —Dielasma sp. Río COuilco.—Bivalvos indeterminables. La Nueva.—Product. semireticulatus, Mart. Pleurotomaria sp., Fenes- tella sp., restos de crinoides. 3. Mezotco. 3a. División Todos Santos.—Una faja bastante ancha de conglomerados, areniscas y arcillas de color rojo y amarilllo pasa por todo el Estado de Chia- 1 Dudo que el lugar se llame realmente Palo Amarillo; en su trabajo de 1899 lo cita Sap- per bajo el nombre de Palo Marillo, y yo creo que será idéntico con la hacienda de Palo-Ma- ría, cerca de Chicomuselo. Palo María llaman en Chiapas al Achras sapota L. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 23 pas de E.S.E. á W.N.W., casi siempre con el mismo ancho y siguiendo al pie septentrional de la Sierra Madre. Hay una diferencia notable entre estas capas y la Caliza Carbonífera; mientras que esta última está bastante ple- gada y quebrada, vemos las primeras siempre con la misma inclinación li- gera hacia el Norte. En el Oeste del país causa esto la impresión de que el límite meridional de las capas sea una fractura, pero en el valle de Cinta- lapa se ve claramente que las capas descansan directamente sobre el gneiss y que su límite rectilíneo es solamente una consecnencia de su rumbo y echa- do uniformes. Debo decir que cuando ví primeramente estas capas en el va- lle de Cintalapa me parecían ser depósitos terciarios formados en lagunas, y esto por su carácter de conglomerados y areniscos y su posición poco dis- locada; se asemejan mucho á los conglomerados terciarios de Guerrero y á los de Tehuacán. Además no se puede probar en el valle de Cintalapa si estas capas realmente están debajo de las capas cretáceas; al contrario, cau- san más bien la impresión como si estuvieran sobre el gneiss, tanto las ca- pas cretáceas como las de Todos Santos, de modo que éstos ó serían de la misma edad como el Cretáceo Inferior, óde edad más moderna. Tampoco he podido ver una sobreposición clara entre las capas del Cretáceo Inferior y la División Todos Santos en el camino de Laja Tendida á La Concordia; pero allí ya me impidió la ceniza una observación clara. Parece que Sapper tam- poco encontró un lugar donde se ve claramente que la División Todos San- tos está cubierta por las capas cretáceas; observa (Sapper, 1899) sólo que estas capas están cubiertas por las calizas de los Altos Cuchumatanes en Guatemala, de las cuales no conocemos la edad, por lo menos no se encon- traron hasta ahora fósiles cretáceas en ellas. Pero hay todavía más circuns:- tancias que hacen sospechosa la sobreposición de las dos divisiones; las capas de Todos Santos están claramente inclinadas hacia el N., las capas cretáceas están casi en posición horizontal. Esto se podía explicar por una discordan- cia entre las dos divisiones, suponiendo, por ejemplo, que las capas de To- dos Santos fueran triásicas y las obras cretáceas, se comprendería fácilmente la causa de la discordancia por la diferencia en la edad y la falta del Jurá- sico. Pero debo añadir otra observación que he hecho: el espesor de las ca- pas cretáceas inferiores es completamente diferente cerca de Cintalapa del que tienen cerca de la Concordia; en el primer lugar tienen un espesor de unos 350 m., en el segundo apenas 100 m. El resultado es que no tenemos prueba de que la División Todos Santos sea más antigua que el Cretáceo In- ferior. No obstante de esto presumo que las capas de Todos Santos sean en realidad más antiguas que el Cretáceo, y esto por el carácter petrográfico de la división. Estando la División Todos Santos muy cerca de las calizas de Rudistas, deberíamos encontrar guijarros de calizas cretáceas en los con- elomerados de Todos Santos, si éstos realmente fueran de una edad más re- ciente que el Cretáceo; pero la División de Todos Santos se compone de ar- cillas rojas y amarillas, areniscas de grano grueso y de color amarillo hasta rojo, y de conglomerados que contienen piedras de cuarzo, pizarras crista- 24 GEOTLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. linas y granito del tamaño de una cabeza. Semejantes piedras redondas se encuentran también en las areniscas, lo que se puede observar muy bien en la llanura de Cintalapa; pedazos de caliza cretácea no he encontrado en nin- guna parte. Esto es casi una prueba segura de que las capas de Todos San- tos son más antiguas que el Cretáceo; ahora se trata de saber qué edad tie- nen. Según Sapper (1899, pág. 65) no hay lugar donde se pueda reconocer claramente su relación á las calizas carboníferas colindantes; de modo que no sabemos hasta hoy más que lo siguiente: La División Todos Santos des- cansa sobre gneiss y es más antigua que el Cretáceo. Sapper opina que la división de Todos Santos podría corresponder á sus capas de Metapán. Esas se componen de margas, areniscas, pizarras arcillosas, pudingas y conglo- merados cubiertas concordantemente por calizas cretáceas, y Sapper presu- me que pertenezcan al Uretáceo Medio ó Inferior. Ahora me permito hacer la conjetura de que en realidad corresponde una parte de las capas de Me- tapán á las capas de Todos Santos, considerando que Sapper en ninguna parte de Chiapas separó el Cretáceo inferior de la división de Todos San- Los; me parece, pues, posible que las capas de Metapán contengan tanto el Cretáceo inferior como la división de Todos Santos. Además, indica Sapper (1899, pág. 65) la posibilidad de que las capas de Metapán correspondan á las capas rhéticas de Honduras, y como el mismo autor (Bol. 3, pág. 5) pa- rece estar inclinado á creer que también las capas de Todos Santos perte- nezcan al Triásico, me parece valer la pena citar aquí lo que dice Newbe- rry' sobre los depósitos triásicos de Honduras. Las plantas fueron descu- biertas por el ingeniero de minas Chas. M. Rolker; después mandó el inge niero de minas F. H. Leggett más ejemplares de las plantas y dió 4 New- berry noticias sobre la posición de las capas con plantas. Estas se encuentran en San Juancito y se componen de una serie de pizarras arcillosas conver- tidas en hidro-micapizarra y tienen un espesor de varios centenares de pies; las pizarras descansan sobre calizas, de las cuales se dice que contienen fó- siles carboníferos; las capas con plantas están cubiertas por grandes masas de roca eruptiva. Las plantas son del Triásico Superior y la fauna tiene gran semejanza á la de las capas rheticas de Sonora y á las de las capas li- mitrofes entre el Keuper y Liásico de Franconia, en Baviera. Newberry dice que los depósitos triásicos más cercanos á los de Honduras están en Sonora pero ya podemos añadir una localidad mucho más cerca, que es la de Acatlán en el Estado de Puebla y que ha dado las mismas especies que los depósitos de Sonora. Salta en seguida á la vista que la posición de las capas de Honduras es muy semejante á la de las capas de Todos Santos en cuanto á la conexión íntima con calizas carboníferas; es, pues, muy probable, que sean de la 1 Newberry.—Rhaetic plants from Honduras.—Am. Journ. of Science, 3d. series, vol. 36, 1888, pp. 342-351, pl. VILL.—Idem.—Triassic plants from Honduras.—New-Y ork Ac. of Se. Trans; vo!. 7, 1888, pp. 113-115. GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. 25 misma edad. No he podido encontrar noticias más exactas sobre la geolo- gía de los alrededores de San Juancito; el artículo de Fritzgartner? citado por Sapper (Bol. 3, pág. 5) no me ha sido accesible; y Sapper* no dice más que lo siguiente: “Den Raum, welchen der grosse nórdliche Bogen des Rio Grande, Rio Choluteca einnimmt, fúllet ein altmesozoisches Gobirge aus, das man nach dem berúhmtestem Berewerksort desselben Sierra de San Juancito benennen kann.....”” Un trabajo publicado por Leggetf, * contiene algunas indicaciones bastante vagas sobre la geología de la re- gión, dadas por €. M. Rolker. Según él hay de arriba para abajo las si- siguientes Capas: Caliza gris. Conglomerado fino colorado. Arenisca arcillosa colorada más ó menos micácea y cambiando localmen- te con pizarras (Con plantas triásicas). Conglomerado fino colorado. Caliza. La caliza más baja correspondería según Newberry al Carbonífero Su- perior y vemos que existe entre ésta y las capas fosilíferas una masa de conglomerado, lo que hace la semejanza entre éstos depósitos y los de To- dos Santos aún más grande, Además, debo añadir, que hay mucha semejanza petrográfica entre las capas de Todos Santos y las del rhético de Puebla, de modo que una edad triásica es bastante probable para la división de la cual hablamos aquí. Fósiles todavía no se han encontrado en esta división. Su extensión es bas- tante limitada; forma una faja no muy ancha al Norte de la Sierra Madre; en otras partes de Chiapas no la he encontrado. 30.—Cretáceo inferior.—El Cretáceo Inferior de Chiapas se compone de pizarras arcillosas, areniscas apizarradas, pizarras coloradas, calizas apiza- rradas, calizas en bancos gruesos y areniscas en bancos gruesos. Se encuen- tran estas capas bajo las calizas de Radistas y al Sur en contacto con la división de Todos Santos; el límite entre el Cretáceo Inferior y la división de Todos Santos no está aún bien estudiado; sigue el Cretáceo Inferior á todo el límite meridional de las Calizas Cretáceas con Rudistas. Además, se encuentra en la cuenca de Chiapa, donde está descubierto por la ero- sión. El espesor de estas capas será de 300 á 400 m.; están cubiertas con- cordantemente por las Calizas Cretáceas con Rudistas, lo que se ve al Sur y al Oeste de Tuxtla Gutiérrez y Chiapa. Sapper* considera estas capas 1 Dr. R. Fritzgartner, Kaleidescopic views of Honduras. Honduras Mining Journal, Te- cucigalpa, 1891, núms. 6-8. 2 Sapper, Beitráge zur Physischen Geosraphie von Honduras. —Zeitschr. d. (es. f. Erd- kunde zu Berlin, 1902, pág. 48. 3 Th. H. Leggett.—Notes on the Rosario Mine at San Juancito, Honduras, C. A.—Am. Inst. of Min. Eng. Trans. 1889, tomo 17, pág. 435 y sig. 4 Sapper, Bol. 3, pág. 6.—Gebirgsbau etc., d. nórdl. Mittelamerika, pág. 66 y sig. 26 GEOTOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. como Cretáceo Superior y dice que descansan sobre las calizas con Rudis- tas. Esto no es cierto; probablemente creyó Sapper que las pizarras, etc., descansan sobre aquellas calizas cretáceas que existen al Norte del Valle de Tuxtla y que estas seguirían debajo del fondo del valle, de modo que éste formaría una sinclinal; á lo menos sus cortes hacen suponer semejan- te opinión. Pero, aunque es cierto que las calizas Iseptentrionales se incli- nan hacia el valle y se sumergen aparentemente bajo las pizarras, se ve claramente en el Sur y Oeste que semejante sinclinal no existe sino que las pizarras están cubiertas por las calizas; y como lo hay que suponer de antemano se encuentran las mismas capas bajo las calizas en el límite me- ridional de ellas. Los pocos fósiles que están á mi disposición no indican tampoco una edad neocretácica sino más bien una eocretácica; es de sentirse que la ma- yor parte de las especies que cita Sapper se quedó en la colección particu- lar del antiguo Director del Instituto Geológico, la que no me es accesible. Tengo de aquellas capas sólo una Isastraea sp. mn. muy semejante á una Isastraea del Eocretáceo de San Juan Raya, dos ejemplares de Nerineopsis Goyzuetae Aguil. m. (nov. gen. n. sp.) y algunos corales mal conservados, encontrados por mí. Es posible que pertenezcan á esta división también ciertas pizarras gri- ses y pardas con lechos de caliza cerca de Cancuc, al pie septentrional de la Mesa Central; no he encontrado fósiles allí fuera de restos de erinoidos en los lechos de caliza; parece que las pizarras están íntimamente conecta- das con la parte baja de las calizas con Rudistas; pero, debo decir, que mis observaciones no son bastante amplias en aquella región para dejarme decir con seguridad que las pizarras sean del Cretáceo, es posible que per- tenezcan al Terciario y que la conexión con la parte inferior de las calizas con Rudistas es sólo aparente. Es posible y hasta probable que nuestras capas correspondan á la parte superior de las Capas de Metapán (Sapper, 1899, pág. 65) que se encuen- tran en el Sur de Guatemala, el Oeste de Honduras y el Noroeste de San Salvador; son también margas, areniscas y pizarras arcillosas y están con- cordantemente debajo de las calizas con Rudistas. , 3c.—Calizas cretáceas con Rudistas.—Esta división es quizá la más im- portante de Chiapas, la que forma el espinazo de toda la parte al Norte de la Sierra Madre, y ocupa casi la tercera parte del suelo del Estado; forma las grandes masas montañosas de la Mesa Central, toda la depresión del río de Chiapas y se encuentra todavía en masas aisladas en el Norte del Es- tado, levantándose en forma de arrecifes del Terciario á su derredor. La división se compone de calizas y dolomitas generalmente en bancos bastante gruesos, solamente á veces en lechos delgados intercalados; se en- cuentran algunas veces bancos de caliza con estructura brechiforme. En las partes inferiores se hallan no muy frecuentemente bancos de caliza con ri- ñones de pedernal, pero la parte superior consiste generalmente sólo de GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 27 bancos de caliza gris con intercalaciones de dolomita. Se puede decir que estas capas contienen Rudistas, especialmente Radiolites, en todas partes; los lugares más ricos que he visto son: el camino de Petapa á Tuxtla Gu- tiérrez y especialmente la parte entre Espinal y Yerbasanta, los alrededo- res de San Cristóbal, especialmente el lugar llamado La Fuente del Peje de Oro; los caminos de San Cristóbal para Cacaté, S. Andrés (Chamnula), San Lucas, Teopisca, (especialmente cerca de Mitzitón), además en los ca- minos de Teopisca á Comitán cerca de la hacienda Yerbabuena, de Laja Tendida para San José de la Canoa, de Tenejapa á Cancuc, de Tuxtla Gu- tiérrez á Soteapa y Chicoasén, entre Bochil y la Gloria, entre Chiapa é Ix- tapa (cerro de Chiapa). Además de éstos cita Sapper (Bol. 3, págs. 5 y 6) todavía: entre Teopisca y San Lázaro, entre Santa Isabel y Campana y en- tre San Vicente y Soyaló. En todas estas localidades son las únicas formas bien distinguibles los Radiolites, sólo en Mitzitón encontré una Ostrea que tiene cierta semejanza con la Ostrea Munsoni, Hill, pero no me fué posible arrancar un ejemplar completamente conservado. Las calizas con Rudistas ocupan una faja ancha en el centro del Estado y se continúan á Guatemala donde acaban en el Golfo de Honduras. La continuación hacia el Istmo de Tehuantepec no la conocemos todavía. En el Norte del Estado de Chiapas, cerca de la Frontera de Tabasco, existen bajo el Eoceno calizas y dolomitas, en las cuales no he encontrado fósil alguno, y que pueden pertenecer todavía al Cretáceo; las calizas con- tienen riñones de pedernal, las dolomitas intercalaciones de calizas en le- chos delgados; además contienen las partes superiores de esta masa canti- dades de asfalto, se encuentran bancos completamente impregnados con él, (fincas Jolnocpá y Primavera). Fósiles no he encontrado en estas calizas y dolomitas pero la cirennstancia de que están concordantemente debajo del Eoceno nos hace probable que las capas pertenezcan al Cretáceo. Estos de- pósitos los encontré sólo en una faja entre Sabanilla y La Primavera. Sap- per encontró estas rocas en el camino de Tacotalpa á Moyos. Me parece probable que esta faja de calizas y dolomitas es la continuación tectónica de las calizas cretáceas del Petén; según Sapper son éstas también pobres en fósiles pero unos restos mal conservados fueron determinados como cre- táceos por el Sr. Geheimrath, Prof. Dr. K. von Zittel en Munich. Lo que Sapper (Bol. 3, pág. $) cita además como cretáceo de las fajas descritas, pertenece seguramente al Terciario, son las partes calcáreas del Mioceno, las que describiremos más abajo. 3d. Neocretáceo.—Ya hemos dicho que las capas de Tuxtla Gutiérrez y Chiapa, tomadas por Sapper por Neocretáceo, pertenecen en realidad al Eocretáceo; yo mismo no he visto capas neocretácicas seguras, pero es posible que las dolomitas y calizas del extremo Norte de Chiapas representen algún horizonte del Cretáceo Superior. Sapper (1899, pág. 67) cita margas que se encuentran en el camino de Nentón á Comitán en la cuenca de San José; contienen según él foraminíferas que fueron determinadas como eocénicas 28 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. por el especialista C. Sehwager de Munich; no obstante de esto presume Sapper que estas margas podrían pertenecer á la parte limítrofe entre el Cretáceo y el Eoceno. 4. Cenozotco. a. Boceno.—Esta división es quizá una de las más importantes en sen- tido geológico, porque es casi desconocida en el resto de México; veremos después que la facies gue tenemos en Chiapas ofrece todavía un interés es- pecial por ser muy poco conocida en toda América. El Eoceno se compone en Chiapas de pizarras arenosas, areniscas, pizarras arcillosas, pizarras cal- cáreas y calizas. Los colores predominantes en todas estas capas son el ro- jo y el amarillo, á veces hay areniscas y pizarras de color gris amarillento, eris azul, gris obscuro; las calizas son también coloradas hasta azul- grises. Cerca de Copainalá y Soteapa existe también una especie de brecha ca'cá- rea con Nummulites. Esta descripción se refiere á las partes fosilíferas del Koceno. Ya cerca de Ixtacomitán no hay tantos fósiles en el Eoceno, yo encontré los Nummulites sólo en muy pocos lugares entre Solosuchiapa é Ixtacomi- tán y Sapper, que probablemente siguió otro camino entre los dos lugares, no encontró fósiles allíen ninguna parte; parece, pues, muy posible que las capas contengan en el Oeste menos fósiles que más al Este; considero las pizarras, etc., de Tecpatán como Eoceno por su posición sobre las dolomi- tas probablemente cretáceas y por su semejanza petrográfica con el Eoceno típico; hacia el Oeste he continuado el Eoceno en el mapa fundándome en la descripción de las rocas que da Sapper (1899) en sus itinerarios. La fauna del Eoceno es bastante monótona, consistiendo en lo general sólo de foraminíferas. Del género Nummulites he encontrado ejemplares en: Santa Cruz (Chilón), Porvenir (Chilón), Tumbalá (Palenque), Triun- fo-Porvenir-Primavera (Palenque), Jolnocpá (Palenque), Tila-Mumunil- Sabanilla (Simojovel), entre Ixtacomitán y Solosuchiapa (Pichucalco), So: teapa (Tuxtla), Copainalá. Tecpatán (Mezcalapa). Orbitoides (Ortho: phragmina),* encontré en el camino de Primavera á Hidalgo; en Soteapa y Copainalá; en Mumunil encontré una Ostrea. Además cita Sapper ejem- plares de Nummulites del camino de Puxcatán para Moyos. Karsten en- contró Orbitoides y Textularia cerca de Yajalón, y también restos de Li- thothamnia. Nuestro Eoceno se encuentra en dos fajas principales, una que forma la mayor parte de la región septentrional de la montaña, y otra que es una banda bastante ancha entre la ranchería El Porvenir y la hacienda Santa 1 El hallazgo frecuente de este género comprueba la edad eocénica de las capas; no se en- cuentra en capas más modernas. El Sr. Dr. Paul Oppenheim, de Berlin, tuvo la bondaá de estudiar algunos ejemplares, y pudo confirmar mi determinación del género. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 29 Cruz, al Sur de Chilón; además existen varios afloramientos cerca de Tec- patán, Copainalá, Soteapa y Tenestaquin queson probablemente las par- tes descubiertas de una tercera faja. Debemos citar aquí también las mar- gas de la cuenca de San José (camino Nenton-Comitán), donde fueron encontradas por Sapper foraminíferas eocénicas (según Sehwager). De una extensión del Eoceno hacia el Oeste no sabemos nada, porque la región entre el río Mezcalapa y el Istmo de Tehuantepec es un terreno completamente desconocido; más al Norte no conocemos hasta ahora nada de Eoceno. Hacia el Este se extiende el Koceno seguramente mucho. Es probable que le corresponden las capas de Sepur; en Guatemala, éstas se extienden mucho en la Alta Verapaz y en el Sur de British Hondu- ras. Cubren en varios lugares concordantemente las calizas cretáceas. Sapper encontró en Sepur y en San Antonio Viejo (British Honduras) fo- raminíferas, las cuales fueron determinadas como eocénicas por C. Sehwa- ger. Sapper no hizo distinción entre el Eoceno y el Mioceno, y por esto es muy difícil determinar la verdadera continuación de nuestro Eoceno hacia el Este. Nuestra facies del Eoceno es tanto más interesante cuanto que existe en América sólo en unos cuantos puntos. Morton* describió un Nummulites Mantelli que es idéntico con Nummulites floridanus Conrad y proviene de Florida; pero este fósil no parece genéricamente bien determinado. Heilprin * describió un Nummulites de Florida cuya determinación es segura; el autor lo llamó Nummulites Wilcoxi y dice que existe otra espe- cie más grande en la misma localidad. Según el autor es el horizonte más moderno que el nuestro, es decir, Oligoceno. En 1886 describió V. Handt- ken otra forma de la misma localidad, llamándola N. Heilprini. En México conozco una sola localidad donde existe probablemente el Eoceno á facies de Nummulites; es la hacienda de San José de las Rusias, en Tamaulipas. De allí trajo el Sr. Villarello una muestra de caliza con numerosas foraminíferas que á primera vista parecían ser Nummulites; pero como estos ejemplares fueron empacados cuando el Instituto Geoló- gico cambió de domicilio y la ordenación de la colección no está todavía concluída, no pude encontrar estos fósiles últimameate para determinarlos con exactitud. En Centro-América no se conocen más localidades de la facies numulíti- ca que las citadas arriba (de Chiapas); Nummulites existen también en el Istmo de Panamá, * pero pertenecen á un horizonte más moderno, el Oligo: ceno. Además, se encontraron varias especies de Nummulites: N. Gizehen- 1 Morton, Synopsis Org. Rem. Cretac. Group, p. 45, 1834. 2 Heilprin, Constributions to the Tertiaxry Geology and Palacontology of the United Sta- tes; Philadelphia, 1884, pág. 80 y sig. 3 Douvillé, Sur Páge des couches traversées par le canal de Panama. Bull. Soc. Geol, France (1D), 26, 1898, pág. 587-600, N? 20.4 30 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. sis, curvispira, discorbina y subdiscorbina en el Ecuador, las que fueron descritas por Tellini' y pertenecen al Eoceno. Son, pues, el Ecuador y el Estado de Chiapas las únicas regiones de América donde conocemos hasta ahora el Eoceno en la facies numulítica. Semper” y Oppenheim?* consideran estos dos depósitos como pertenecien- tes al Océano Pacífico. Por supuesto no puedo acertar nada sobre los de- pósitos del Ecuador, pero en Chiapas no me parece seguro que los depósi- tos sean del Océano Pacífico. Veremos más tarde que el Istmo de Tehuan- tepec no estuvo sumergido durante el tiempo del Eoceno y que al Oeste se levantó hasta la actualidad siempre la Sierra Madre, que nunca estuvo sumergida. Esta se continúa en forma de arco hasta el Golfo de Hondu- ras (Golfo de Amatique), y sigue en Honduras á la costa del Atlántico; la continuación es desconocida. De todos modos la Sierra Madre formó una barrera para la inmigración de los animales del Océano Pacífico. El punto de donde pudieron pasar debe haber estado más al Sur. Del Istmo de Pa- namá no tenemos todavía suficientes datos, pero parece que puede haber estado sumergido en el Eoceno; aunque no se haya encontrado verdadero Eoceno allí. De todos modos, se ve que el Pacífico y el Atlántico estuvie- ron aquí separados, y si las Antillas formaron en realidad un Continente, entonces hubo en la costa de Centro-américa á lo menos una bahía bastan- te ancha. Debemos considerar también que las capas terciarias de Centro— América y de la costa de México son casi desconocidas, de modo que toda- vía no podemos juzgar sobre el carácter de su fauna, así es que el origen de ella queda todavía muy dudoso. No esimposible que los Nummulites de Chiapas hayan venido del Pacífico, pasando por algún punto al Sur de Guatemala, pero hasta ahora son todas las especulaciones sobre este punto inútiles, porque carecemos de datos suficientes. 40. División Simojovel.—Mientras que se ha podido determinar bastan- te exactamente la edad de las capas de Nummulites por el hallazgo de Ot- thophragmina, que se encuentra sólo en el Eoceno, no hemos podido deci- dir cuál es la edad exacta de las capas que se encuentran sobre el Eoceno. Es seguro que cubren concordantemente á las capas del Eoceno, pero pue: den incluir muy bien dos diferentes horizontes, el Oligoceno y el Mioceno. La mayor parte de los tipos me parece pertenecer al Mioceno, pero la fau- na no está todavía bien estudiada porque no he podido llevar grandes co- lecciones de fósiles. : La división Simojovel se compone principalmente de pizarras arcillosas obscuras, arcillas azules, areniscas grises-pardas, calizas en lechos delga- 1 Tellini, Nummoliti della Repubblica dell Equatore. Boll. R. Com. Geol. d'Italia, 1889, (O), pág. 252-255. 2 Semper, Das palacothermale Problem, speciell die klimatischen Verháltnisse des Bocán in Europa und im Polargebiet. Zeitschr. d. Deutsch. geol. Ges. tomo 48, 1896, pág. 314. 3 Oppenheim, Die Priabonaschichten und ihre Fauna im Zusammenhange mit gleichal- terigen und analogen Ablagerungen. Palaeontographica, tomo 47, 1900-1901, pág. 332. GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. 31 dos de color gris; además, se encuentran sobre las pizarras, etc., á veces masas bastante grandes de caliza en bancos gruesos, de color blanco has- ta rojizo. En varias localidades se encuentra una arcilla arenosa sobre areniscas con plantas; en la arcilla se encuentra una resina fósil que se parece mu: cho al verdadero ámbar. Se halla en pedazos irregulares dentro de la arci- lla, tiene un color amariilo hasta color de vino Jerez y encierra frecuente- mente insectos. Entre todas las muestras que ví, no encontré ninguna que tuviera las nubes que el ámbar muestra tan frecuentemente. Esta resina se encuentra en varios lugares cerca de Simojovel, además en el camino de Sabanilla para Yajalón y en el camino de San Bartolomé Solistahuacán para San Cristóbal. Las capas de la división Simojovel contienen generalmente fósiles. En las pizarras, arenas, areniscas, etc., encontré principalmente dos especies de Pecten, Ostrea, Turritella, Strombus, Conus planiceps, Heilpr, Echino- lampas, Clypeaster cfr. Meridanensis, Mich. En las calizas no se encuen- tran más que Pecten y Corales. Fósiles se encuentran: cerca de Simojovel, cerca de Santa Catarina. en el camino de Simojovel á Sabanilla (el punto más rico), Tila, Hidalgo (ca- mino Tumbalá-Yajalón), Yajalón, Chilón, La Punta, (camino de Pichu- calco para Ixtapa), cerca de Pueblo Nuevo y de Sacramento (camino de San Bartolomé Solistahuacán á Ixtapa), cerca de Copainalá; además, hay las calizas con corales cerca de Tila, Nanquem, La Punta, Ixhuatán, San Salvador, ete. La división de Simojovel se encuentra en la mayor parte de la montaña al Norte de la Mesa Central. Son numerosas fajas que cambian con fajas de Plioceno y Eoceno. Es muy probable que exista también en el valle del Río de Chiapas, cerca de San Bartolomé de los Llanos, pero no encontré fósiles allí porque las capas estuvieron cubiertas de cenizas vo!cánicas. Me fué regalado por el Sr. G. Múnch, en San Cristóbal, un fósil seme- jante á Teredo de un arroyo de Chinucultic; la mísma especie se encuentra frecuentemente en Tila, Hidalgo, etc.; este fósil indica la presencia de la división en el valle de San Bartolomé de los Llanos. Sobre la distribución de la división de Simojovel no podemos decir casi nada. Sapper la encontró seguramente en su viaje de Tenosique á San Cristóbal; en el Oeste no los he podido distinguir, y en el Este en Guate: mala, etc., no pudo Sapper separar los diferentes pisos del Terciario, por la falta de fósiles; parece que el Terciario del valle del río Montagua per- tenece á nuestra división, pero como no se han encontrado fósiles hasta ahora, es imposible formarse una opinión segura. Quiero anotar aquí que las capas con la resina fósil se encuentran á ve- ces impregnadas de una cantidad fuerte de sulfato de magnesia, fierro y yeso. Esto nos explicará más tarde el origen de ciertas aguas que se en- cuentran en el terreno de la hacienda del Burrero. 32 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. 4c. División Tenejapa.—La parte más moderna del Terciario marino se compone de areniscas con muchísima mica, pizarras arcillosas, todas ande- síticas, conglomerados y margas; en los conglomerados se encuentran en muchos lugares guijarros de andesita, lo que prueba que estas capas son más modernas que las erupciones andesíticas; además, cubre, según Sap- per, la división Tenejapa cerca de Chamula (¿Muquejá?) lavas andesíticas, y también en el pie del Zontehuitz observamos que las rocas de la división descansan en parte sobre la caliza y en parte sobre la andesita. Las capas descritas contienen fósiles en muchas partes, especialmente del género Os- trea; localidades ricas son: Muquejá y la bajada hacia Tenejapa, camino entre San Andrés y Santiago (Partido de Chamula), Dos Fuentes (hacia el portezuelo de San José), Chilón, camino entre Chilón y Porvenir, cami- no entre Santa Cruz y Sitalá, portezuelo entre Guaquitepec y Río Chacté. La Gloria, Ixtapa, Tenosique, Chocolja (Tabasco), Macuspana (Tabas- co), ete. Estas capas se encuentran en muchas partes de Chiapas. Los depósitos más meridionales de esta división se encuentran en el valle del río de Chia- pas; probablemente pertenecen á ellos casi todas las capas entre San Bar- tolomé de los Llanos y Chiapa; no he encontrado fósiles allí, pero por el carácter petrográfico de estos depósitos se asemejan tanto á los de la Mesa Central, que no dudo su identidad en cuanto á la edad. Depósitos más al Norte se encuentran en varias partes de la Mesa Central, así cerca de Te- nejapa, cerca de San Andrés Chamula, en Ixtapa, etc. Además, halla- mos estas capas dentro de la zona terciaria del Norte de Chiapas en nu- merosos lugares. Las capas descansan tanto en el Cretáceo, como en la división Simojovel (probablemente Mioceno), como sobre las andesitas. Es de presumirse que pertenezcan al Plioceno, porque las andesitas no son seguramente más antiguas que el Mioceno. El-Plioceno marino se encuentra fuera de Chiapas, en las lomas de Ta- basco, especialmente cerca de Macuspana (con Natica canrena, L., y Neri- tina, sp.); además, se encuentra probablemente en los llanos de Veracruz, en donde colinda con Tabasco. Lo conocemos bien desarrollado en el lí- mite de Tabasco, cerca de Tenosique (con Ostrea virgínica, Pecten gibbus, Pyrula papyratia, ete.) y en la península de Yucatán. Hacia Centro-Amé- rica nos faltan casi todos los datos. Sapper (1899 págs. 67 y 68) distingue entre el Terciario dislocado y el no dislocado. El primero es para nuestro autor aquello que muestra capas inclinadas y plegadas, mientras el segun- do tiene capas más ó menos horizontales. Me parece que Sapper comete con esta división un error grave. Ciertamente hay que distinguir las capas plegadas de las no plegadas, cuando se trata de determinar la edad de una montaña; pero hay que distinguir también dónde se encuentran los depó- sitos. Es claro que una capa de origen marino encontrándose á una altura de 2,900 metros sobre el nivel del mar, debe estar dislocada, y es comple- tamente indiferente si muestra capas horizontales, inclinadas ó plegadas; GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 39 porque esto depende muchas veces sólo de condiciones locales de la tectó- nica. Sapper encontró, por ejemplo, las capas de Tenejapa y Ecatepec en posición horizontal. Pero las capas de San Andrés Chamnla que pertene- cen á la misma división como las de Tenejapa se encuentran bien inclina- das y plegadas, formando en aquel lugar una sinclinal no muy ancha. Además, se encuentran capas de la misma edad, con los mismos fósiles, en muchas partes del Norte de Chiapas, y siempre plegadas, de modo que no se puede decir que en el Plioceno ya se habían acabado los grandes movi- mientos orogénicos, y tampoco se puede distinguir en la montaña Tercia- rio dislocado de Terciario en bancos horizontales. Otro error, semejante al que hemos expuesto, cometió Sapper en su ase- veración de que las capas miocénicas y pliocénicas de Yucatán se formaron después del movimiento orogénico, porque no están plegadas ó dislocadas. No, al contrario, se formaron en parte antes del gran movimiento orogé- nico en Centro-América, pero se encontraron fuera de la zona de plega- miento, y por esto no fueron afectadas por el plegamiento. La relación entre el Terciario de Yucatán á las montañas de Centro-América, es la misma que la del Jurásico de Wurtemberg y Baviera al sistema montaño- so de los Alpes; son zonas que quedaron fuera de la región plegada. Por las razones expuestas son las determinaciones que hizo Sapper, bas- tante poco seguras; como no ha encontrado fósiles en las capas terciarias de Guatemala, etc., no podemos saber con seguridad cuáles de los depósi- tos encontrados por él pertenecen al Terciario moderno, de este modo no es por lo pronto posible demostrar la distribución del Plioceno, lo que se- ría de mucha importancia para la explicación de las condiciones tectónicas de Centro-América, lo que demostraremos más adelante. Veremos tam- - bién lo que indica la posición del Terciario moderno en alturas tan gran- des. 4d. Cuaternario.—El Cuaternario de Chiapas no tiene una extensión tan grande como el del Norte de México, porque faltan las mesas extensas cubiertas de arenas, arcillas y margas ó acumulaciones de material volcá- nico. En Chiapas son todos los depósitos cuaternarios dle origen terrestre, lacustre ó fluvial; depósitos marinos no existen. El cuaternario se encuen- tra principalmente en las grandes depresiones, por ejemplo, el valle del río de Chiapas; se compone allí de depósitos de lagos y de ríos, lo que está probado por el hallazgo de Unio, en el Cuaternario cerca de Chiapa. Sap- per menciona que la llanura de Comitán fué antes un lago. Los depósitos en el valle del río de Chiapas son en gran parte acarreo de ríos ó de lagos, especialmente guijarros de tamaño regular; cerca de San Bartolomé de los Llanos encontramos bancos de tobas volcánicas de arena, areniscas blan- das y bastante toba caliza. En el valle de Cintalapa (en sentido más am- plio) se encuentran principalmente productos eólicos y arenas de origen fluvial; según Sapper es lo mismo el caso en la Frailesca. En la Mesa Cen- tral vemos en pocos lugares restos de lagos, como por ejemplo, en la cuen- 34 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. ca de San Cristóbal las Casas. En las otras partes de Chiapas, con excep- ción de la costa, no he visto depósitos en mayor escala, generalmente se limitan á los cauces de los ríos y son de poca importancia. Hay que men- cionar las tobas volcánicas que cubren eran parte de los flancos del Vol- cán de Tacaná. La costa de Chiapas está formada casi exclusivamente de acarreo, en parte fluvial, en parte volcánica; cerca de Tonalá se compone la llanura de la costa, según Sapper, principalmente de arena de cuarzo. las inmensas llanuras de Tabasco se componen de material de acarreo de ríos, lagunas, etc., que cubre al Terciario; estos depositos son proba: blemente bastante modernos, pero no puedo determinar la edad por la fal- ta de fósiles. Fósiles encontré cerca de Chiapa, especialmente Unio y Gastropodos te- rrestres; además, me regaló el Sr. Gobernador de Chiapas, General Rafael Pimentel, una muela de mastodonte, que proviene, como lo pude averi- guar después, de Loma Encantada, Finca Santa Inés, Mun. Villa Corzo, Partido de la Frailesca. Es el último molar de Mastodón trópicus Cope, tiene 5 colinas bien desarrolladas y una colina accesoria. No está desgas:- tado por masticación, pero un corte horizontal por las colinas daría en un lado de la colina una figura oval, en la otra la figura de trébol, Mientras que Zittel parece opinar que el M. trópicus sea idéntico con el M. Hum: boldti, distinguen Felix y Lenk las dos especies, diciendo que el M. Humboldti muestra la figura de trébol en las dos mitades de las colinas y el M. trópicus sólo en una y en la otra una figura oval. En el Bol. 16 del Instituto Geológico hablé ya de estas diferencias, pero en la pág. 20 línea 4 de arriba se encuentra un error; es claro que allí se debería leer M. Hum- boldti en vez de M. trópicus. El M. trópicus Cope se encuentra en capas que pertenecen al Plioceno Superior ó al Pleistoceno Inferior. Los depósitos terrestres de la Frailesca son pues quizá de edad terciaria, pero como no tenemos otras indicacio- nes y la mayoría de estos depósitos terrestres pertenece al Cuaternario, he descrito estos también juntos con el Pleistoceno. b. Rocas ÍGNEAS. Las rocas igneas fueron estudiadas por Ordóñez, cuyo estudio daremos adelante; aquí se trata principalmente de la distribución de éstas. 1. Granito. Según Sapper tienen el granito y sus derivados una extensión inmensa en la Sierra Madre de Chiapas, y son casi los únicos componentes de ella. En el Oeste de la montaña encontré el granito sólo en un punto entre Ca- rrizal y Los Pinos, es un granito de muscovita; además, vi algo lejos del GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 35 camino en:re Los Pinos y El Zapote, aislados cerros que parecen compo- nerse también de granito, á lo menos lo indica así la forma de desgaste de los blocks arredondados de la roca. Entre las muestras que trajo el inge: niero Alcalá se encuentra una pieza de la Cuesta de San Fernando, en las cercanías de la mina de La Luz, Departamento de Tonalá, que es un gra- nito de biotita; otra muestra procedente de Espíritu Santo, Departamento de La Libertad, traída por Sapper, es una pegmatita; la misma modifica- ción encontré entre Amatenango y Mazapa. En la pequeña colección de Alcalá se encontró también un microgranito (en el sentido de la nomen- clatura aceptada en el Congreso de Paris en 1900), que según la etiqueta se encontró en el camino nuevo de Tuxtla Gutiérrez á La Ovejería. Si no hay alguna equivocación, debe esta roca provenir de algún acarreo, por: que en aquel camino seguramente no existe. Sobre los datos que tenemos relativos á la composición de la Sierra Ma- dre hacia el Istmo de Tehuantepec hablaremos en un apéndice á este tra: bajo. 2. Diorita. Diorita se encuentra en dos diferentes partes de Chiapas, una de éstas se encuentra en el Noroeste del Estado al Sur de Pichucalco, entre Solosu- chiapa y Santa Fe; allí forma una pequeña Sierra, y además se encuentran diques de esa roca que perforan el Eoceno, de modo que es probablemente de edad oligocénica ó miocénica; esta diorita se caracteriza como una dio- rita cuarcífera micácea que se podría llamar también Tonalita. La otra localidad se encuentra en el S. W. del Estado de la mina de La Luz, Departamento de Tonalá. No conozco la localidad, pero en la colec: ción de Alcalá se encontró una muestra tomada del alto de la veta, que resulta ser una diorita cuarcífera micácea, sobre cuya edad no sabemos nada. 3. Porfirita andesítica. Me puedo referir sólo á una muestra de la colección de Alcalá, la loca: lidad es el cerro de Tres Picos en el Departamento de Tonalá. La roca fué determinada por Ordóñez como porfirita andesítica de hornblenda y mica. Ordóñez acepta el término porfirita en el sentido de Teall,* de modo que no indica con la expresión la edad geológica, sino solamente la estruc: tura. Se trataría, pues, aquí de una roca intrusiva. Sería posible que las por- firitas fueran allí diferenciaciones de un magma andesítico, pero también sería posible de un magma diorítico. Sapper (1899, pág. 20) dice que el 1 J. J. Harris Teall, British Petrography, London, pág. 258. 36 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. Portezuelo de los Tres Picos se compone de granito, gneiss y micapizatra, pero no indica nada sobre la porfirita andesítica. Por consecuencia pode- mos solamente mencionar el interesante hallazgo y esperar que estudios futuros aclaren el asunto. 4. Andesita. Lavas y tobas andesíticas se encuentran en diferentes partes de Chia- pas, generalmente sin gran extensión. La mayor masa será quizá la del Tacaná y su continuación hacia el Oeste (según Sapper); el volcán, del cual daremos una descripción más adelante, se compone sólo de andesita de hiperstena y hornblenda. Andesita de augita compone el Zontehuitz, el cerro más alto de la Mesa Central; este cerro se levanta en parte sobre Cretáceo (calizas con Rudistas), en otra parte está su lava escondida bajo capas de la división de Tenejapa; es decir, del Plioceno marino. Su exte- rior indica que el Zontehuitz es la ruina de un volcán antiguo probable- mente miocénico, lo mismo indica la existencia de tobas, la que comprueba siempre paroxismos de erupciones. La extensión de las lavas es bastante limitada, las tobas se encuentran en muchos lugares, pero creo que la ex- tensión dada á las andesitas en el mapa de Sapper es muy exagerada, por- que incluye mucho Cretáceo, Terciario marino y tobas estratificadas; estas últimas las reuno con el Terciario, considerándolas como roca sedimentaria. Más extendidas son las andesitas de hornblenda: las conocemos de San Bartolomé Solistahuacán, del Hueytepec cerca de San Cristóbal, del cerro de San Bartolomé de los Llanos y entre Nandamujú y Nandayapa, en el valle del río de Chiapas. La masa andesítica de San Bartolomé Solista- huacán se levanta en forma de un cerro que reune los dos lados de un va- lle; es decir, la andesita cerró aquí aparentemente un valle y se levanta ahora en forma de una cresta;según Sapper se encuentran diques en el valle de Sacramento, á un lado de la masa principal. La dimensión que Sapper supuso para esta masa eruptiva, es errónea; se acaba muy pronto hacia el Este, entre Santa Cruz y Pueblo Nuevo ya no habrá más que diques, y ya antes de Santa Cruz he visto un cambio de Terciario, Cretáceo y diques de andesita; al lado opuesto, hacia el Oeste, tampoco puede extenderse mu- cho, porque ya en Copainalá no hay andesita, y tampoco más adelante hacia el río Mezcalapa. Según lo que se ve desde la cumbre de la cresta, tendrá la masa andesítica una forma oval, así como lo indica el mapa ad- junto. El cerro de Hueytepec forma una elevación aislada, y es probablemente el resto de un volcán antiguo; en la base sedimentaria se observan en va: rias partes diques de andesita. Sapper reunió en sus mapas las rocas del Hueytepec con las del Zontehuitz, pero son en realidad dos puntos de erupción separados, entre ellos se encuentra una masa extendida de cali: zas con Rudistas; además, no hay roca eruptiva entre el Hueytepec y Ca- caté, sino toda la montaña se compone de caliza cretácea. GEOIOGIA DI CITAPAS Y TABASCO. 37 Otro centro de erupción lo representan los cerros de Mispilla y de San Bartolomé de los Llanos; también son unos cuantos puntos aislados, re- presentando probablemente los restos de volcanes antiguos. Aquí reunió Sapper con las rocas eruptivas, también las tobas andesíticas estratificadas, lo que da á aquéllos una extensión demasiado grande. De las andesitas que encontré entre Nandamujú y Nandayapa no puedo decir si representan diquesó sison blocks transportados; lo anterior me pa- rece lo más probable en algunos casos, pero se necesita un estudio más de- tenido para poder determinar la naturaleza de los depósitos. Sapper cita muchos diques de andesita de la región de Teopisca-Soya- titán y de Espíritu Santo. De esta última roca tenemos una muestra en el Instituto Geológico, es una andesita penetrada de sílice que no se deja de- terminar más exactamente. El último punto compuesto de andesita que he visto es el volcán le Ta- caná; éste se compone de andesita de hiperstena y hornblenda. Recogí muestras de varias partes del cerro, pero todas mostraron la misma compo- sición. Como el volcán todavía no fué descrito, añado aquí las observacio- nes que pude hacer allí. El volcán de Tacaná, que forma un punto principal en el límite entre México y Guatemala, tiene una altura de 4057 metros (según la Comisión Mexicana de Límites con Guatemala; la Comisión del Ferrocarril da la al- tura de 4064, Sapper 3990, y mis propias medidas con aneroide (Gold- sehmidt dieron como resultado 3995 metros). La base del verdadero volcán está á la al:ura de unos 2200 metros sobre una masa de granito, la que se observa tanto al Norte como al Oeste, al Este y al Sur del volcán. No me fué posible hacer ningún estudio de la base del volcán, por habérmelo im- pedido la cantidad de cenizas que cubría el suelo y que generalmente no permitía observar el cambio de la naturaleza de la roca. El granito se ob- serva todavía poco antes de llegar á la garita de Rancho Quemado, una de las aduanas de Guatemala, y que se encuentra en el camino de Mazapa á Tacaná. Entre la aduana y la población de Tacaná no pude observar nada. Al Sur de Tacaná, en la cresta cuyo portezuelo se llama la Trampa del Coyote, empieza á observarse la andesita de hiperstena y hornblenda. La cresta de la Trampa del Coyote queda al Norte del volcán, lo rodea ca- si en semicírculo, siendo unida con él sólo por una cresta angosta y roca: llosa de andesita; á los dos lados de la cresta bajan cañadas, al Oeste una que pasa por Niquivil, al Este una en la cual queda el pueblo guatemal- teco de Sibinal; cerca de este último pueblo se observa el granito que for- ma la base del volcán. El lugar donde se reune la cresta rocallosa con el cono del volcán se llama la Haciendita; desde este punto hasta la cima del cerro no hay ningún cambio de rocas. El cerro no es realmente un cono, porque en tres partes hay una especie de escalón. El primer escalón se en- cuentra á la altura de 3510 metros, estando la Haciendita á 3045 metros. Vemos en este lugar una cresta que está separada del volcán por una ca- N2 20.—5 38 GEOTOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. ñada encorvada. Pasando la cañada angosta se encuentra otra pendiente que sube hasta un punto que denomino el segundo escalóny que se halla á 3717 metros de altura; forma una cañada angosta, limitada en un lado por la masa principal del volcán, al otro por un peñasco formado por lava an- desítica. El fondo de la depresión estaba cubierto por cenizas del volcán de Santa María. pero encontré unos pedazos de pómez de andesita de horn- blenda en un lugar donde la ceniza había sido quitada por las lluvias. Esta pómez que está bastante fresca, es probable que haya sido arrojada por el volcán en alguna erupción reciente, quizá por la del año de 1855. Desde este escalón sube la pendiente del volcán de una manera constante hasta la altura de 3872 metros. En esta altura hay una cañada poco hon- da de forma semicircular que encierra más de la mitad septentrional de la cumbre del volcán; está limitada hacia el interior por el último cono del volcán y hacia el exterior por una serie de peñascos de lava andesítica, en su mayor parte con estructura fluidal. El cono principal tiene una altura de 3995 metros. ' Este último cono consiste de pedruzcos de lava y de restos de corrientes. Tanto hacia el Norte como hacia el Sur bajan desde el últi- mo escalón (3872 metros) barrancas no muy profundas, pero cuyo fondo tiene una pendiente bien fuerte. En estas barrancas se encuentran masas poco considerables de brechas volcánicas que seguramente provienen de erupciones recientes. La cima del cono muestra pequeños agujeros en forma de embudos y un pequeño circo de lava, más ó menos á las tres cuartas partes de su altura hacia el Sur. Más abajo hacia el S. W. hay á la altura de 3804 metros un pequeño cráter de forma elíptica, de unos 50 metros de longitud y de 5 metros de profundidad; su borde está formado de brechas volcánicas. Este pequeño cráter está en el flanco del volcán, de modo que solamente el bor- de exterior está bien marcado, como se ve en la fotografía adjunta. Hace poco que este cráter exhalaba todavía mucho ácido sulfuroso y que emana- ban de él pequeñas corrientes de agua azufrosa; hoy se percibe apenas un ligero olor de aquel gas; agua ya no existe. Aberturas en forma de embu- do hay todavía más abajo, también exhalan ácido sulfuroso en pequeña cantidad. Arriba del cráter se encuentran grandes acantilados de unos 150 metros de altura. Encima de éstos hay una pequeña cinta en la cual se encuentran agujeros de 10 á 30 centímetros de diámetro, que hasta hace poco exhalaban ácido sulfuroso; ahora ya no se siente nada. De la descripción anterior vemos que el volcán de Tacaná actualmente no tiene ningún cráter principal, sino que su cima está formada por un cono en cuya cúspide está el monumento de límites. Hay que considerar como cráter antiguo el tercer escalón (3872 metros) que todavía conserva 1 He citado sólo las medidas mias, para conservar así las distancias exactas entre los: di- ferentes puntos; la altura del último como es en realidad, según la medida trigonométrica de la Comisión Mexicana de Límites, de 4057 metros, GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 39 la forma circular; el cono que queda en el interior de este cráter represen- ta el tapón, la lava enfriada que se levantó sobre el orificio de la chimenea. Este cráter debe ser muy antiguo, porque con toda seguridad la circunva- lación ha perdido mucho en altura, lo que se puede deducir de las masas de pedruzcos que se encuentran en los flancos del cerro. Las masas de bre- chas que se hallan en dos puntos de los flancos, seguramente no provienen de este cráter, sino de erapciones pequeñas que se produjeron en los flan- cos del volcán y que son de una fecha relativamente reciente. Según las noticias que he podido recoger, hubo en el año de 1855 una erupción en la cúspide del volcán ó cerca, quizá salieron cenizas y humo de los agujeros en forma de embudo que se encuentran en el cono más alto. La erupción ha sido de muy poca importancia. Se refiere también que hubo una erup- ción el año de 1878, de la cual se tienen noticias únicamente al Sur del volcán, mientras que en Tacaná es desconocida. Según el Sr. Ingeniero Mendizábal Tamborrel, que estuvo allí en esos años, no hubo tal erupción. En Unión Juárez y Tapachula me contaron que salió humo y ceniza de la parte superior del volcán en el lado meridional. En una erupción muy re- ciente se ha hecho también el pequeño cráter que hemos encontrado al Sur; éste debe haberse formado por una explosión; lavas no han salido de él, el borde está formado por puras brechas volcánicas. Este cráter es, como los de la cima, un cráter adventicio que no tiene nada que ver con la cons- trucción del volcán mismo. El verdadero cono consiste solamente de lavas y el cráter más antiguo del cono es el que nos indica todavía el primer es- calón; después se formó otro cráter del cual queda una parte del borde en el segundo escalón, y por fin se formó el tercero y último cráter que tomó parte en la construcción del volcán y es el que hemos denominado el ter- cer escalón; dentro de este se levantó el cono final. Se ve en la fotografía adjunta claramente la sucesión de los tres cráteres é indicados los tres atrios. Probablemente el primer período de erupciones fué el más fuerte, los que siguieron ya no pudieron levantar nuevos cráteres dentro de los antiguos, que con el enfriamiento dejaron anillos, hundiéndose parcialmente la lava en su centro. Tenemos un ejemplo de semejantes volcanes cerca de México y es el Ajusco que conserva solamente un anillo, como lo demuestra la ilus- tración dada por Ordóñez. ' Todo el volcán se compone de andesita de hiperstena y hornblenda; no hay en ninguna parte variaciones mayores en el carácter de la roca. Vemos por la descripción anterior que el volcán de Tacaná se parece en todo á un volcán apagado ó dormido; no se puede decir todavía que sea un volcán extinguido, porque sus últimas erupciones son de fecha muy reciente y sabemos que aunque hubiesen sido más antiguas, no se puede decir fácilmente que un volcán esté extinguido, porque conocemos ejem- 1 Ordóñez: Le Xinantecatl ou Volcan Nevado de Toluca.—Mem. Soc. Alzate, Tomo 18, 1902, pág. 106. 4( GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. plos de que un volcán que ha dormido durante varios siglos como el Vesu- bio, ha hecho después formidables erupciones. No podemos, pues, decir que el volcán sea extinguido, pero sí que está ahora apagado. B. TECTONICA. Vemos por el mapa adjunto que la tectónica de la región que nos ocupa es bastante sencilla, especialmente en el Sur, y que las únicas complicacio- nes se encuentran en el Norte. Es por supuesto imposible todavía hacer cortes completamente exactos, porque para esto se necesitaría un levanta- miento á los lados de los cortes, pero siempre servirán los cortes que da- mos, para entender la tectónica general del país. En la lámina encontra- mos antes de todo un corte general del país, que comienza cerca de las lla- nuras cuaternarias de Tabasco y acaba en la costa del Pacífico. Desde Ta- basco hasta el río de Chíapas observé este corte; desde aquel punto hasta Villa Flores lo he construído á imitación de un corte que se encuentra al- go más hacia el Este (San Bartolomé.—Villa Flores observado por Sapper y en parte por mí), pero como la tectónica es en esta parte tan sencilla y uniforme, no dudo que el corte corresponda á la verdad. El resto de Villa Flores hasta la costa fué tomado de los cortes de Sapper (1899). El corte 2 muestra las condiciones en la parte occidental de la Sierra Madre, 3 y 4 ilustran las condiciones en el Norte del Estado, y 5 demostrará la estruc: tura del Este de la Sierra Madre; este último corte lo construí según las indicaciones de Sapper. Estudiando el corte general, luego nos llama la atención la sencillez de la estructura en el Sur y la complicación de la parte septentrional, y en los cortes especiales vemos las mismas condiciones. -En realidad esta rela- ción entre el Norte y el Sur de Chiapas es general en todo el Estado, y tenemos que explicarlo más adelante. Por lo pronto nos ocuparemos de describir las condiciones tectónicas del Estado. El rumbo de las capas es en lo general E.S.E.—W.N.W., en partes también E.—W.; hay cambios bruscos sólo en el Norte por causas locales (fracturas ó plegamientos), - y esto sólo en las capas muy plegadizas. El rumbo de las capas corresponde muy bien á la dirección de la costa, de la línea de 100 brazas, de las sierras y de una parte de los valles. Después de haber atravesado la costa del Pacífico, encontramos una sie- rra bastante abrupta; esla Sierra Madre que se levanta con una pendiente bastante rápida. Ya sabemos que esta montaña se compone, según Sapper, de rocas graníticas y poco gneiss y pizarras cristalinas; en el Oeste encon- tramos esta relación invertida: mucho gneiss y poco granito. Un estudio tectónico de la Sierra no se puede hacer todavía, porque no conocemos su- ficientemente la relación entre el gneiss y el granito en el centro y el Este de la Sierra; además, sabemos todavía muy poco sobre la composición de GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 4] la montaña, pues no poseemos más que tres cortes. La pendiente rápida hacia el mar se encuentra en la extensión de la Sierra, y así la pendiente suave hacia el Norte, que está menos clara, sólo en el Este; nuestro corte 5 no da una idea exacta de la configuración de la Sierra porque sigue en el lado septentrional á los valles. Hay que tomar en cuenta también lo si- guiente: La Sierra Madre baja continuamente del E.S. E. hasta el W.N.W.; en el E.S.E. llega el granito á una altura de más de 2000 metros, en el W.N.W. no llegan ni el gneiss ni el granito á alturas de 1000 metros; la zona al Norte de la Sierra no baja en la misma escala; encontramos por ejemplo en el Este una altura media de 700 metros en la zona al Norte de la Sierra Madre, y en ésta una altura de 2800 metros; en el centro encon- tramos en la primera región una altura de 500 metros, y en la segunda una de 1420 metros; se entiende que el ángulo de inclinación de la ver: tiente septentrional de la Sierra Madre debe resultar algo diferente. El resultado es que la roca arcaica forma en el Oeste anchas llanuras con lo- mas insignificantes, y en el Este una sierra bastante escabrosa. La Sierra Madre es en Chiapas el verdadero espinazo de la montaña; es la parte más antigua, se formó antes del depósito de las capas del Carboní- fero (y probablemente antes de todo el Paleozoico), y no ha bajado des- pués nunca bajo el nivel del mar; formó una barrera para todos los mares; esto parece cambiar en Guatemala, Nicaragua y Honduras; se reconoce también allí claramente la montaña antigua, que pasa en la forma de una curva por Guatemala y que llega hasta el golfo de Amatique (del Atlántico) para seguir después la costa septentrional del país (Honduras), la del Atlántico Pero notamos que se encuentran dentro de la Sierra Madre en varias partes depósitos cretáceos y terciarios, y es casi seguro que los dos Océanos estuvieron en conexión por lo menos ya en el Terciario. Proba- blemente existían semejantes canales en varias partes de Centro-América, pero los datos geológicos sobre aquellas regiones son todavía demasiado escasos. Debo mencionar también que en Guatemala comienza un cambio de dirección de la Sierra Madre, el cual es de la mayor importancia. Sa- bemos que las rocas arcaicas siguen en México en toda la costa del Pacífico desde los Estados Unidos del Norte hasta Guatemala; sabemos que la Sie- rra formada antes del Paleozoico por estas rocas es el espinazo del conti- nente en México; ahora cambia esta Sierra antigua en Guatemala su direc- ción, y en vez de seguir á la costa del Pacífico acompaña á la del Atlánti- co. Es de sentirse que no sabemos absolutamente nada sobre la continua- ción hacia el istmo de Panamá, donde comienza el desmembramiento de la Sierra arcaica; presumo que allí las conexiones entre los dos mares han si- do más grandes y de mayor importancia en el tiempo del Terciario y qui- zá ya en el Cretáceo. Volveremos á este tema más tarde, porque es del mayor interés para la reconstrucción de los mares del Cretáceo y Terciario, y además para entender los diferentes movimientos orogénicos del suelo de Centro-América. 49 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. En Chiapas se compone la Sierra Madre no sólo de gneiss y granito, si- no también de capas paleozoicas. Ya hemos dicho en la parte orográfica, que en la actualidad no se pueden separar los depósitos paleozoicos de los arcaicos, porque ahora forman una sola montaña, que se distingue perfec- tamente de los llanos de la depresión central de Chiapas; la región de tran- sición Ja forman las capas de Todos Santos. Las calizas carboníferas están algo plegadas, como lo demuestra nuestro corte 5; mientras que la división de Todos Santos presenta sólo una ligera inclinación hacia el Norte (con variaciones del echado hacia el E.); en realidad parece la diferencia ser pequeña, sólo entre San Vicente y Cuxhú he podido observar pliegues de alguna importancia; desde La Nueva hasta el límite de las rocas arcaicas, parece haber una inclinación general hacia el N. que cambia sólo poco. Es muy probable que las capas paleozoicas hayan sufrido un plegamiento antes de depositarse las capas de la división de Todos Santos; teoría que ya fué sostenida por Sapper. Vemos en el mapa que las rocas paleozoicas terminan entre Chicomuselo y La Concordia; Sapper ha ideado una hipó- tesis para explicar esto; dice que las capasl del Carbonífero fueron proba- blemente cubiertas por erupciones graníticas. Esto me parece poco pro- bable, porque por una parte se considera el granito como una roca intru- siva que difícilmente podría haber cubierto las calizas del Carbonífero; por otra parte, falta el Carbonífero realmente más al W. sin que haya allí gra- nito cubriéndolo. Me refiero al valle de Cintalapa, donde se puede obser- var claramente que sobre el gneiss descansa directamente la división de Todos Santos, lo que prueba la no existencia del Carbonífero, y éste desa- parece para no encontrarse otra vez en todo el resto de México, si no es en Sonora, donde fueron encontradas úllimamente capas, probablemente pa: leozoicas. Es, pues, claro que una cubierta de granito no es la causa de que desaparezca el Carbonífero, además de lo improbable de tal cubierta por la naturaleza de la roca; la falta de aquellas capas habrá que referirla á la configuración del suelo en tiempo del Carbonífero. Lo más probable es que al Oeste y Noroeste de Guatemala existió un continente durante el Paleozoico que no permitió la extensión de las aguas marinas en aquella época. Los depósitos del Carbonífero Superior y de la división Santa Rosa son facies de costa, de modo que no hay nada de sorprendente en la cir- cunstancia de que nosiguen hacia el Oeste. Veremos más adelante, cuando tratemos de los movimientos orogénicos, cuál ha sido la causa de la des- aparición de una parte de aquel continente paleozoico. Ya hemos dicho que la división de Todos Santos se presenta en capas ligeramente inclinadas hacia el N. sin que se pueda observar plegamientos en ellas; es probable que existan ligeras fallas transversales en estas capas que ocasionan el cambio del rumbo que se observa accidentalmente. Me parece probabl> que las capas de esta división descansan en lo general so- bre el Carbonífero; es verdad que entre la Concordia y Chicomuselo exis- ten complicaciones probadas por la existencia de pizarras arcaicas en con- GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 43 tacto con el Carbonífero y la división de Todos Santos. Ya he mencio- nado que por la cubierta de cenizas volcánicas no he podido observar bien los límites de las formaciones, pero me parece bien posible que los aflora- mientos de aquellos depósitos arcaicos puedan indicar la existencia de islas paleozoicas, donde no se depositaron las calizas del Carbonífero, etc.; esto se debería probar en el campo por estudios detallados, porque parece que en el camino real no se pueden hacer las observaciones necesarias. Según las observaciones de Sapper, existe probablemente una fractura de poca importancia en el Este de aquella región; corta la división de Todos San- tos, la Caliza Carbonífera y el Cretáceo, de modo que desaparecen tanto las capas de Todos Santos como el Cretáceo Inferior y se junta la Caliza Carbonífera y el Cretáceo Medio. Cerca de San Vicente no se puede com- probar esta fractura, sino parece que allí cubre la división de Todos Santos al Carbonífero. Me parece más probable que la fractura sigue en el límite entre la división de Todos Santos y el Cretáceo, porque el Cretáceo Infe- rior tiene entre La Concordia y Mexiquito un espesor mucho menor que en la cuesta de Petapa, y además parece que este espesor va aumentando del Este hacia el Oeste, de modo que la fractura muere hacia el Oeste. Hay que tomar en cuenta que la region entre Cintalapa y La Concordia es to- davía completamente desconocida, de modo que sólo estudios futuros pue- den traer la solución exacta de este problema. Al Norte de la división de Todos Santos encontramos el Cretáceo Infe- rior casi en todo el ancho del Estado de Chiapas. Parece que hay una li- gera discordancia entre estas formaciones; en el corte de Cintalapa á Ge- tapa tienen las capas de Todos Santos una inclinación marcada aunque ligera hacia el Norte, mientras que el Cretáceo está casi horizontal. Natu: ralmente es posible que esto sea causado por un ligero plegamiento hacia arriba en las capas cretáceas; se necesitaría hacer una investigación en el valle del río Zoyatenco, donde se encontrarían probablemente cortes bas- tante profundos. Mientras que en este lugar parece haber una sobreposi- ción sin dislocación por fractura, hay motivos para creer que en el Este del Estado existe en el límite de las formaciones una falla; ya hemos indi- cado cuáles son aquellos motivos. El Cretáceo Inferior forma una faja bas- tante angosta que se va angostando más y más en el Oriente para des- aparecer, según las observaciones de Sapper, cerca de Tres Cruces. El Cretáceo Inferior está enbierto por las calizas de Rudistas del Cretá- ceo Medio que forman una cubierta enorme de toda la depresión del río de Chiapas y su continuación hacia el Poniente. Esta cubierta forma un raz- go significante é importante para la tectónica de Chiapas. Las capas están casi en todas partes horizontales, especialmente entre Getapa y Tuxtla Gutiérrez. En muy pocas localidades se ve una inclinación marcada de las capas, y este es siempre seguramente el efecto de alguna fractura peque- fía. Un cambio algo más grande se encuentra más hacia el Oriente, entre San Bartolomé de los Llanos y La Concordia. Entre La Concordia y San 44 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. José de la Canoa observé en este camino un cambio bastante frecuente pe- ro siempre pequeño de la inclinación y uno más grande en el rumbo: ob- servé primero una inclinación hacia el N., después hacia el $S., después hacia N., S. y N. Con esto quiero indicar solamente el cambio general en el echado, varía también el rumbo entre E.-W. y N.-S., de modo que se puede observar en algunos lugares un echado hacia el E. Como el echado varía sólo entre 10 y 207, es frecuentemente difícil el apreciar el rumbo; Sapper anota cerca de la cumbre N. 5E. con el echado de 10%E., y más adelante N. 75W. con el echado de 20%8., lo que corresponde bien á mis observaciones. En las orillas del río de Chiapas se observa el rumbo de N. 35W. con una inclinación de 20% hacia el W. S. W.; más adelante cam- bia el rumbo entre N. 652W. y N. 15W. con su echado de 10” hacia el N.N.E. Semejantes condiciones encontró Sapper (1899, pág. 21) en el ca- mino de Tres Cruces á Comitán. A 6 kilómetros de Tres Cruces es el rum- bo de N. 802W. con el echado de 50%N.; á 6 kilómetros al N. de Santa Isa- bel N. 252W. echado 40E.N-.E., después N. 85"E., echado 15"N.;49 kiló- metros al Norte del mencionado lugar N. 65"W., echado 40"N.N.E., más allá de Campana N. 15W. ,echado 20%E., más adelante N. 55W., echado 60.N.N.E.; á 1 kilómetro de Tapatera N. 75W., echado 40%N., á 1% kiló- metros al Norte de Tapatera N. 65W., echado 258. Se ve que hacia el Oriente está la cubierta de caliza muy dislocada, pero estas dislocaciones no son de grande importancia. porque no hacen aparecer nunca el bajo. El resultado es que la depresión del río de Chiapas está formada por una enorme cubierta, poco ondulada y recorrida por numerosas fracturas pe- queñas. ó Hasta aquí la tectónica del país se ha mostrado muy sencilla, pero con el límite septentrional de la depresión central comienzan las complicacio- nes. Estando en el valle del río de Chiapas vemos hacia el Norte un acan- tilado larguísimo y muy alto; otro de menor tamaño observamos levantar- se al Norte del llano de Ocozucuautla. Esta serie de acantilados pasa por todo el Estado de Chiapas desde el W.N.W. hasta el E.S.E. Es claro de antemano que estas pendientes abruptas tienen una importancia geológi- ca; y realmente vemos que el echado de las capas cambia allí de repente. Tanto el corte general (lámina I, 1.) como los que damos aquí en el texto, ilustrarán las condiciones tectónicas. En el Oeste no he podido atravesar la región; una excursión de Ocozucuautla á Quechula aclararía ciertamen- te la situación. En el camino de Tuxtla para San Fernando no se ve mu- cho, porque los estribos de la Sierra calcárea están cubiertos por Terciario y más adelante encuentra uno sólo calizas horizontales del Cretáceo Medio. El primer corte de interés lo obtenemos en la subida de Chiapa á Ixtapa; por lo pronto dejamos aparte las condiciones geológicas del valle, ó mejor dicho, del límite de esta depresión; pero vamos á ocuparnos de ellas en ssguida. Después de haber pasado por arenisca y conglomerados, proba- blemente de edad terciaria, atravesamos una terraza de toba caliza que lle- GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 45 ga hasta una altura de 570 metros, los acantilados arriba de esta terraza se componen de calizas cretáceas que tienen en lo general una inclinación enérgica hasta el valle. Observé en el camino un cambio de rumbo, en una parte es de N. 75"E. y en otra de N. 40W., el echado es de 45” y más ha- cia el valle. Cerca del borde superior del acantilado cambia el echado; en- contramos el rumbo de N. 75%E. con una inclinación de 10? hacia el Sur; más adelante está la caliza cubierta por Terciario. La diferencia entre la posición de las capas cretáceas en el valle y las del acantilado es tan nota- ble, que la existencia de una fractura es segura aunque no se pueda ob- servarla aquí con exactitud, pero creo que una extensión algo al W. po- dría dar una prueba exacta. Otro corte semejante suministra el camino de San Cristóbal las Casas á San Lucas. Cerca de San Felipe Ecatepec se ob- serva la caliza cretácea casi en posición horizontal ó con inclinación ligera hacia el S.; al otro lado del portezuelo comienza una inclinación más enér- gica hacia el S. (30>), el rumbo es de N. 85%E. hasta Laguna Chica; en este punto se encuentra una posición casi horizontal y poco después otra vez una inclinación de 30% hacia el S. Cerca de la Laguna Grande es la incli- nación menos fuerte (rumbo N. 75%W., echado 1578.) para cambiar de nue- vo en el borde, donde las calizas muestran un echado de 45%S. y que ya no cambia hasta la llanura. Semejantes observaciones hacemos en el camino de San Cristóbal por Teopisca á Soyatitán. La mayor parte de las calizas hasta la bajada para Teopisca tienen una posición casi horizontal; poco an- tes de la bajada (poco antes de la finca de Dolores) observamos el rumbo de N. 65W. con un echado de 40%N., después cambia la inclinación (el rumbo queda igual) y se observa 25%8.S.W., más adelante en la bajada misma hasta 45%8.S.W. Según Sapper (1899, pág. 19) se encuentra más allá de Teopisca la misma caliza con el rumbo de N. 65W. y un echado de 208. Un corte muy semejante observamos entre Canjab y Soyatitán; allí bajamos sobre dos terrazas y observamos que los llanos se componen de caliza horizontal, mientras que las pendientes entre las diferentes terrazas se muestra una inclinación fuerte de las capas. Semejante ordenación ve- mos también en el camino de Comitán á Canjab. Y estas fracturas no son locales; en el camino entre Teopisca y Comitán, notamos que la caliza en la parte meridional, es decir, cerca de la bajada, hacia el valle del río de Chiapas, está muy fracturada y plegada, mostrando generalmente una in- clinación hacia el Sur, mientras que las calizas al Norte del camino mues: tran en lo general una posición horizontal de las capas. Hemos visto que la mayor parte de Chiapas está cortada por una zona de fracturamiento bastante angosta, que hacia el Poniente pierde en im- portancia y se reduce probablemente á una sola fractura longitudinal. So- bre la continuación de esta zona de fracturamiento no podemos decir nada, porque tanto la tectónica de Guatemala como la de la región al W. de Chiapas es casi desconocida. Antes de seguir adelante, debemos ocupat- nos un poco en las condiciones geológicas de la región limítrofe entre la N? 20.—6 46 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. eran cubierta de la depresión y la zona del fracturamiento. Conocemos en varias partes pequeños afloramientos de Terciario marino, probablemente del Mioceno ó Plioceno, así cerca del río Salado (entre San Lucas y El Ro- sario), cerca de San Antonio Chinchilla y en el borde del río de Chiapas entre Acala y Chiapa. Estas capas están en lo general horizontales ó poco inclinadas; más hacia el Oriente, en el camino de Comitán á Nentón, en- contró Sapper una pequeña cuenca terciaria que pertenece según las de- terminaciones de Schwager, en Munich, al Eoceno. Cerca de Chiapa y Tuxtla Gutiérrez encontramos bajo el Terciario, el Cretáceo Inferior, que está descubierto por la erosión; en la falla toca aquí el Cretáceo Inferior al Cretáceo Medio lateralmente, de modo que parece casi descansar sobre el último; más al Oeste y Sur vemos que el Cretáceo Inferior está cubierto por las calizas con Rudistas. Veremos más adelante que esta zona de fracturamiento es de la mayor importancia para la tectónica de Chiapas, y que es de una edad mayor que la del levantamiento definitivo del país. Vamos á ocuparnos ahora en la estructura de la Mesa Central. Desde luego debemos distinguir entre las dos partes: al Oeste y el Este de la depresión de Ixtapa. La Mesa Central al Este de dicha depresión se compone en su mayor parte de capas horizon- tales de calizas cretáceas; es cierto que existen ciertos cambios de inclina- ción, pero son insignificantes y son la consecuencia de pequeñas fracturas. En lo general es el rumbo casi E.—W., á veces N. 80-85, á veces N. 60- 85W., la inclinación es en lo general 0-209; sólo cerca del borde, hacia la depresión del río de Chiapas, encontramos inclinaciones más fuertes. Ha- cia el Norte no hay mayores dislocaciones en la Mesa misma, pero éstas existirán más al Norte quizá á veces escondidas bajo depósitos terciarios. Hacia Ixtapa baja la Mesa Central de una manera bastante abrupta; es- to se ve bien cerca de Ixtapa, y todavía mejor cerca de la Hacienda de Ca- caté.- Sapper supone que el valle que conduce desde Zinacantán á Ixtapa está limitado tanto al Norte como al Sur por cerros compuestos de roca an- desítica. Esto es seguramente un error, ocasionado por la existencia de la andesita en el Hueytepec. Mirando desde este cerro, se ve que la roca erup- tiva no se continúa mucho sino que en seguida siguen las calizas cretáceas; además, distingue uno claramente la estratificación desde el camino de Aca- la á Chiapa; es, pues, casi seguro que la falda al Sur del valle consiste en su mayor parte de Cretáceo. Los cerros al Norte de dicho valle los he atra- vesado por el camino de Cacaté-Lagunas-Yascuná, San Cristóbal y no se observan más que las calizas con Rudistas del Cretáceo Medio. Se entiende por esto por qué el Terciario de Ixtapa contiene pocos guijarros de andesi- ta; Sapper encontró uno, yo varios más en el camino nuevo, y estos han ser- vido para probar que el Terciario de Ixtapa es ó de la misma edad como la andesita, ó más moderno. La depresión entre Ixtapa y Zinacantán ha sido un valle preplioceno que fué rellenado después por el Terciario moderno, como lo demostraremos más tarde, GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 47 Antes de describir las condiciones de la depresión de Ixtapa, vamos á decir unas palabras sobre la parte baja de la Mesa Central. Esta se extien- de desde la mencionada depresión hasta el W.N.W.; no puedo asegurar hasta dónde va, pero seguramente sigue por lo menos hasta el río de la Ventana. La altura media de la Mesa varía entre 1200-1400 metros; está formada principalmente de calizas cretáceas, más ó menos horizontales. La Mesa se levanta en dos escalones; .el primero es el escalón de San Fernan- do, una meseta bastante ancha y larga, cuya base se compone de calizas cretáceas; éstas están cubiertas por areniscas y pizarras terciarias, probable- mente pliocenas ó miocenas y poco plegadas, en parte, por ejemplo, entre San Fernando y Muñiz, la cubierta no es muy gruesa, se observan en mu: chos lugares las calizas horizontales. Cerca de Muñiz se plegan las capas enérgicamente hacia el N. y se levanta una masa enorme de calizas en for- ma de acantilado, cuyo rumbo es de E.—W.; el corte adjunto ilustra las condiciones. No he podido seguir á la Mesa, sino sólo la atravesé por el camino de San Fernando á Soteapa, pero se puede ver bastante lejos desde San Fer- nando y parece que las mismas condiciones siguen también hacia el Oeste y Este. Veremos más adelante que cerca de la Mesa hay también al Norte un fracturamiento probablemente más complicado que el conectado con la vertiente septentrional de la parte alta (oriental) de la Mesa Central. Debemos mencionar una particularidad de la Mesa Central; en la parte oriental, la más alta, encontró Sapper, áuna altura de 2,400 metros, capas horizontales de Plioceno marino; he podido comprobar su observación, y además, encontré yo en una altura semejante, cerca de San Andrés, Parti- do de Chamula, capas plegadas del Plioceno marino. Probablemente exis- ten todavía otras localidades con semejantes depósitos que descansan sobre el Oretáceo. La existencia del Plioceno marino á esta altura es tanto más sorprendente é interesante, cuanto que esta formación no se encuentra al Sur del río de Chiapas, en alturas mucho menores; allí no hay capas mari- nas más modernas que el Cretáceo, y el Plioceno se encuentra en forma de depósitos terrestres; en el capítulo siguiente indicaré el por qué de estos fe- nómenos. En la parte occidental de la Mesa encontré capas probablemente pliocénicas, tanto en el escalón inferior como en el superior; además, hallé cerca de Soteapa calizas con Nummulites y Ortroplacemino pertenecientes al Eoceno, que descansan sobre las calizas cretáceas y fueron formadas del detritus de esta misma caliza. x Mucho más complicadas parecen ser las condiciones tectónicas en la de- presión de Ixtapa, y todavía no están suficientemente estudiadas. Sapper dice (1899, pág. 12) que en el río Escopetazos tiene la caliza con Rudistas el rumbo de N. 25%E. con un echado de 25W. é inmediatamente al lado de ellas los conglomerados terciarios la dirección de N. 5%E. con la incli- nación de 20? hacia el E.; el autor considera esta diferencia como el pro- ducto de una falla con el rumbo de E. 5%5. Debo decir que no estoy con- 48 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. forme con esta explicación; hay que pensar en la circunstancia de que el Terciario pertenece probablemente al Plioceno, y quizá todavía al Mioceno; la presencia del Eoceno no está probada y seguramente falta todo el Seno- niano; existe, pues, una transgresión que bien puede explicar la diferen- cia en el rumbo de las dos formaciones. Además, hay que considerar que la depresión tiene todo el aspecto de una bahía antigua (de la época ter- ciaria), de la cual salen en varias partes islotes cretáceos; esto hace presu- mir que el Cretáceo ya fué levantado y dislocado antes de depositarse el Terciario. Según la descripción de Sapper (1899, pág. 12) es casi seguro que entre Ixtapa y Tenestequín existe una serie casi completa del Tercia- rio marino. La parte superior de las capas de Ixtapa considero como Plio- ceno (areniscas con grandes guijarros), después sigue el Mioceco con Co: rales, Gastrópodos, Spongia, herizos y Ostrea, cerca de Tenestequín el Eoceno con Nummulites y después otra vez el Mioceno, que llega hasta la faja de calizas cretáceas entre Soyaló y San Vicente, cuya continuación encontramos en el camino de Bochil y Cacaté y al Norte de Copainalá. Las capas entre Ixtapa y Tenestequín forman claramente una pequeña bahía entre calizas cretáceas que entra al Este hasta Zinacantán y Cacaté; las capas entre Tenestequín y Soyaló siguen hacia el Oeste; las encontramos de nuevo en el camino de Chicoasén á Copainalá. La bahía mencionada debe probablemente su existencia á una fractura preterciaria que causó también la diferencia de nivel entre las dos partes de la Mesa Central; la dislocación está indicada también por el cambio brusco de rumbo que se observa en las calizas cretáceas de la cuesta entre Chiapa é Ixtapa. Tam- bién Sapper presume la existencia de una falla antigua en este lugar. Resumimos ahora en pocas palabras los resultados que hemos obtenido sobre la estructura de la Mesa Central. Este elemento orográfico se divide en dos partes, una más alta en el Oriente y una más baja en el Occidente; la zona oriental consiste de calizas cretáceas en bancos horizontales, plega- das hacia el Sur y fracturadas sólo en el borde meridional; encima de las calizas se encuentran'capas de Plioceno marino. La zona occidental se le- vanta en dos escalones, los dos consistiendo principalmente en calizas cre: láceas; en el escalón meridional se encuentra una capa de Terciario, pro: bablemente Plioceno, y sobre el escalón septentrional hay afloramientos de Eoceno y Plioceno. Las dos zonas están separadas por una bahía terciaria que se compone probablemente de todo el Terciario desde el Eoceno hasta el Plioceno, la depresión fué causada por una fractura transversal preter- ciaria. Llegamos ahora á la región más complicada y menos conocida todavía de todo Chiapas, la zona montañosa del Norte. Hemos visto que la parte meridional de Chiapas tiene una tectónica comparativamente muy sencilla; algo más complicada se mostró ya la zona limítrofe entre la depresión cen- tral de Chiapas y la Mesa Central, mientras que ésta misma mostró una tectónica clara y sencilla; pero en el borde septentrional de ella encontra- GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 49 mos en la región de transgresiones terciarias que se compone de rocas muy uniformes, distinguibies casi solamente por los fósiles. Además, mientras que encontramos en el Sur una tectónica muy uniforme en todo el ancho del Estado, cambian las condiciones en el Norte considerablemente. Los cortes son muy diferentes á causa de flexibilidad de material que cedió á la presión del material de una manera diferente. Hay que considerar tam- bién que en estas regiones existe una fuerte capa de roca descompuesta y tierra vegetal que frecuentemente impide la observación del rumbo y del echado; el terreno está cubierto por vastos montes vírgenes que impiden ver la continuación de las capas aun cuando uno llega á alturas grandes. Por todo esto serán los cortes que puedo dar menos seguros en sus deta- lles; pero no obstante creo poder indicar con cierta exactitud los rasgos generales de la tectónica. Comenzamos nuestra descripción en el Oeste del país. La Mesa Central está limitada allí por enormes acantilados que muestran diferencias de al- tura de 1,000 metros, y en lo general sigue el río de Chiapas á esta línea. En el camino de Soteapa á Chicoasén observamos en el acantilado que las calizas cretáceas tienen el rumbo N.E.-S. W. y una ligera inclinación hacia el N.W. Estas calizas componen todo el acantilado hasta la terraza donde se encuentra el rancho de “El Zapote;”” esta lerraza se compone de con- eglomerados y areniscas pliocénicas marinas con Ostrea. Estas capas cubren toda la ribera derecha del río de Chiapas. Siguiendo hacia Copainalá en- contramos las capas pliocénicas con un echado marcado hacia el Sur hasta el otro lado del portezuelo más alto, después se encuentran restos de cali- zas cretáceas hacia el Norte, probablemente cubiertas de calizas del Eoce- no porque encontré pedazos de caliza con Nummulites y Orthophragmina; entre estas islas calcáreas se encuentran capas de Mioceno con el mismo Pectén que hemos encontrado cerca de Santa Catarina, y de Hidalgo y Chilón. Están cubiertas por un conglomerado grueso que contiene bastan- te material andesítico, el cual proviene probablemente de la andesita al Sur de San Bartolomé Solistahuacán. Copainalá está sobre capas tercia- rias y probablemente sobre capas del Mioceno; hacia el Norte se observan montañas muy altas que consisten de calizas de posición horizontal; es, pues, casi seguro que sean cretáceas, además, son la continuación de las calizas con Rudistas que conocemos ya de Santo Domingo y San Vicen- te. En el camino de Copainalá para Tecpatán subimos sobre el Terciario para llegar á una pequeña meseta formada de dolomita y caliza probable- mente cretácea; sobre ellas se encuentran los restos de una cubierta de bre- chas calcáreas del Eoceno, en las cuales encontré algunos Nummulites. Estas dolomitas forman los bordes del río de Tecpatán; siguen hacia el Oeste y forman algunos conos de una forma extremadamente regular; la gente de los alrededores los llama los Volcanes, pero en realidad se com- ponen de dolomita, que abajo, en los bordes del valle, está en posición ho- rizontal; visité tres diferentes conos; están cubiertos de hierba y sólo en 50 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. pocos lugares se puede observar la roca; la forma cónica es en dos de ellos muy regular, pero otros de estos cerros tienen una forma algo irregular, son conos de denudación, semejantes al de Laja Tendida. Hacia el N.W. sigue esta dolomita también, y en el camino de Tecpatán hacia la finca de la Concepción se observa que la dolomita tiene una posición más Ó menos horizontal; sobre esta roca descansan pizarras y areniscas de color gris has- ta pardo, sobresaliendo los conos dolomíticos como islotes entre la superfi- cie terciaría. Antes de llegar á la finca Concepción se pierde la dolomita y siguen solamente las areniscas y pizarras. Estas no están bien descubiertas porque toda la región está cubierta de un espeso monte virgen y naturalmen- te existe allí una fuerte capa de roca descompuesta y tierra vegetal; fósiles no los encontré. Desde la Concepción existe un camino hasta el rancho de Asapac en la rivera del mismo río; el terreno está ondulado, se pasa un valle bastante profundo donde se puede observar que hay todavía las mis- mas rocas en posición horizontal, es decir, las pizarras y areniscas; se con- tinúan hasta el río Mezcalapa (tío de Chiapas). Río abajo se ve solamente pizarras y areniscas terciarias que son ligeramente onduladas, en el último tramo tienen un echado ligero hacia el Norte. Cerca de la finca “La Peña” desaparece el Terciario bajo aluviones cuaternarios que siguen hasta San Juan Bautista. Vemos, pues, que al Norte de la Mesa Central sigue una depresión relle- nada de Terciario y limitada al Norte por dolomitas horizontales que por su parte están cubiertas por Terciario, cuya edad exacta no se puede de- terminar por la falta de fósiles. Algo más complicado y más claro es el corte de la depresión de Ixtapa hasta Pichucalco. Ya conocemos la parte entre Ixtapa y la finca de San Vicente descrita por Sapper. Este autor dice que entre esta finca y la de La Gloria, se encuentran areniscas, margas, calizas con Ostrea y congjlo- merados con 25% de echado hacia el Sur. Semejante al corte descrito por Sapper es el que atravesé desde Cacaté hasta La Gloria. Cacaté está al pie de inmensos acantilados compuestos de calizas con Rudistas; el terreno ba- jo está formado de conglomerados con numerosísimos guijarros de cuarzo blanco, es el tipo del Plioceno marino así como se encuentra en la Mesa Central. Abajo de estos conglomerados que tienen una inclinación ligera hacia el Sur se encuentran brechas calcáreas y calizas que incluyen guija- rros redondos, y abajo de éstas se encuentra pizarras y areniscas. Estas cubren á calizas cretáceas con Rudistas que forman una zona angosta (in- clinación ligera hacia el Sur) cerca de Nopal, pero parece que hacia el Es- te se está ensanchando el Cretáceo. Desde Nopal hasta la cumbre de una cresta al Norte de esta finca, se encuentran de nuevo pizarras y areniscas terciarias. Esta cresta es la continuación del Pamalhuitz, cerro muy alto y característico, cerca de Bochil; ésta y su continuación se componen de cali- za cretácea con Rudistas, cuya inclinación es hacia el Sur. Bajando ha- cia Santo Domingo, encontramos otra vez pizarras y areniscas terciarias, GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. al que son las que mencionamos arriba. Entre Bochil y La Gloria se encuen- tra principalmente el Plioceno con Ostrea, que tiene, según Sapper, un rumbo de N. 20% W. con el echado de 65”K. Al Oeste de La Gloria se le- vanta del Terciario un arrecife de caliza cretácea con muchos Rudistas; Sapper no ia menciona, no obstante de que la orientación del eje de este islote habla en favor de la línea de fractura supuesta por él. Entre La Gloria y San Bartolomé Solistahuacán no he seguido el mismo camino co- mo Sapper; mientras que éste pasó por el valle, dí yo la vuelta al Este á media altura de los cerros. Sapper observó una serie aparentemente bas- tante complicada de capas terciarias. Parece que entre La Gloria y el Ro- sario encontró las siguientes capas: Plioceno, Mioceno y Eoceno, y en va- rias partes diques de andesita. Como Sapper no distingue entre las dife- rentes capas y como existe una diversidad grande en los rumbos y echado, no me es posible hacer suposición fundada sobre la tectónica del valle; Sapper supone la existencia de una fractura con el rumbo N.-S.; dice que al Este de esta línea tienen las capas inclinación ligera hacia el E., y al Poniente de ella una inclinación moderada hacia el W. En la parte que atravesé no son las condiciones muy propias para observaciones. Desde el portezuelo donde se separan los dos caminos ví primero areniscas apizarra- das y pizarras conglomeradas con el rumbo E.—-W. y el echado de 45*8.; cerca de la cumbre cambia el echado y es de 25? hacia el N. Desde Xito- tol hasta Pueblo Nuevo vi sólo pizarras arenosas, areniscas apizarradas; conglomerado con pedazos de andesita; al Este se levantan cerros altos que aparentemente se componen de caliza probablemente cretácea. Entre Pueblo Nuevo y la hacienda de Santa Cruz hay acarreo con mucha ande- sita, después siguen areniscas de color gris hasta amarillo con numerosos fósiles, mal conservados (probablemente Mioceno), después pasamos un di- que de andesita mal descubierto y bajamos á un arroyo donde hay calizas eocenas horizontales con Nummulites; éstas están cubiertas por andesita de hornblenda que compone toda la cresta á la cual se sube desde aquí. Me explico estas condiciones de la manera siguiente: Entre Cacaté y Bochil encontramos los restos de blocks cretáceos cubiertos por Terciario é indicando las fracturas longitudinales en estructura que los han separado de la masa principal de la Mesa Central. Después encontramos el Tercia- rio plegado y separado por una fractura transversal. Esta parte merecería seguramente un estudio detallado, porque como hay muchos fósiles se po- dría determinar bien la edad de las diferentes capas y esclarecer bien la tectónica. Bajando de la cresta andesítica hacia San Bartolomé Solistahuacán en- contramos bastante abajo otra vez Terciario (areniscas) que sigue hasta la hacienda de San Miguel; está casi horizontal (con una ligerísima inclina- ción hacia el S.S.E.) y muestra intercalaciones de pizarras. Considero estas capas como Plioceno; cubren á calizas blancas con corales que pertenecen al Mioceno; estas calizas tienen intercalaciones de margas (entre San Miguel 52 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. y el río Cacaté). Estas calizas tienen una ligera inclinación hacia el Sur y componen casi todo el terreno entre San Miguel y la Punta. Sólo entre El Salvador é Ixhuatán se encuentran pizarras arenosas sobre la caliza, y ade- más conglomerados de andesita; cerca de Tapachula se encuentran tam- bién numerosos pedruzcos de andesita. La caliza cubre á una serie de piza- rras de color gris, rojo y amarillo, que contienen en varias partes Pecto y Ostrea, las mismas especies que encontramos en el Mioceno de Santa Cata- rina. Parece que existe también aquí una fractura transversal de poca im- portancia, porque al lado derecho del valle de Zacualpa bajan las calizas mucho más que en el lado izquierdo y cubren también allí á las pizarras del Mioceno. Entre Zacualpa y el arroyo de Santa Fe se encuentra caliza (seguramente del Mioceno) y diorita cuarcífera. Entre este arroyo y Los Horcones encontramos diorita, después calizas y margas (del Mioceno) con fósiles mal conservados; poco después de los Horcones viene otra vez diori- ta aparentemente cubierta por el Mioceno. No puedo decir esto con toda seguridad, pero me pareció que el dique de diorita no se abre paso por el Terciario y así como entiendo las palabras de Sapper (1899, pág. 10), éste ha observado lo mismo. Entre Los Horcones y Solosuchiapa se observan margas azules, pizarras obscuras y areniscas, todas tres con mucha mica, tienen el rumbo de N. 802W. con un echado de 10%N.; ereo que pertenecen al Eoceno. Arriba de Solosuchiapa encontramos margas, pizarras areniscas semejantes á las cita: das; están atravesadas por diques de diorita; las pizarras, etc., se conti- núan hacia abajo, y poco después de la cumbre encontré un block rellenado de Nummulites; algo más abajo encontré en dos lugares más Nummulites en pizarras arenosas negras; todas estas pizarras están ú horizontales ó po- co onduladas. Areniscas arcillosas y margas de color obscuro hasta colora- do, siguen hasta Ixtacomitán y Pichucalco. En un arroyo cerca de la ha- cienda “El Rosario”? encontré numerosos pedruzcos de arenisca calcárea llena de Nummulites, lo que indica una extensión grande llena de Eoceno en el Sur. Desde Pichucalco hasta Cosauyapa (Osuyapa de Sapper) se ven margas arcillosas de color gris-azul hasta amarillo-colorado, en las cuales encontró Sapper restos de plantas. Las demás, aparentemente calcáreas, cerca de la hacienda de San Francisco, no las he podido visitar. Hemos visto que la serie de capas entre San Bartolo y Pichucalco es nor- mal, el Plioceno descansa sobre el Mioceno, éste descansa seguramente so- bre el Eoceno, y la única irregularidad produce la diorita, de modo que no nos es posible decir si en realidad está el Mioceno directamente sobre el Eoceno ó si existe una pequeña fractura longitudinal, lo que es posible aunque la dislocación no pudiera ser de gran importancia. Nos ocuparemos ahora del corte San Cristóbal-Tolnocpa. En esta línea no acaba la Mesa Central con un acantilado, sino la bajada es más lenta, y esto por medio de la existencia del Plioceno. Este, componiéndose de pizarras grises y rojas y areniscas con muchos guijarros de cuarzo des- GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 53 cansa sobre la caliza, pero no concordantemente sino sobre una superficie desgastada por la erosión, esta superficie nos presenta un aspecto así como lo tiene una costa calcárea de mar. El Terciario entra en forma de una ba- hía rellenando un valle profundo y no muy ancho; el Plioceno forma una sinclinal ligera, cuya ala meridional llega hasta la meseta de Chamula, so: bre la cual se levanta el Zontehnitz. El Plioceno parece tener un espesor muy grande, pero es muy probable que existen pliegues que no se pueden probar por la falta de partes descubiertas. En lo general, es la inclinación de 30? hacia el Sur, bajo el Plioceno sigue cerca de San Juan el Mioceno, que compone con el mismo echado todo el terreno entre San Juan y Sa- banilla y que ha dado muchos fósiles. Al otro lado de Sabanilla entra- mos en el Eoceno, del cual se levantan arrecifes de caliza sin fósiles, que probablemente pertenecen al Cretáceo. En este corte hay generalmente una cubierta tan gruesa de tierra vegetal, roca descompuesta y aluviones, que raras veces se puede apreciar el rumbo y echado de las capas. Pero ve- mos que se nos presenta la misma estructura como entre Pichucalco y San Bartolomé Solistahuacán. FIGURA 1. Corte por el Valle del Río de Chiapas. — C%. Cretáceo inferior.— C. Cretáceo medio. (Véase p. 44.) Muy diferente de los cortes que hemos conocido hasta ahora, es el entre Tenejapa y Trinidad; la parte entre Cancue y Santa Cruz la he podido es- tudiar sólo superficialmente, por las lluvias torrenciales que caían durante mi viaje en esta parte de Chiapas, pero la estructura general será así como lo indica nuestro corte. Ya hemos visto que las capas terciarias de Teneja- pa descansan sobre una superficie desgastada por la erosión. Al Norte de Tenejapa existe una pendiente rápida, componiéndose de calizas horizon- tales; en algunas partes se encuentran restos de pizarras del Plioceno; las calizas contienen Rudistas y pertenecen al Cretáceo Medio. Este Cretáceo muestra una inclinación ligera hacia el Norte, cerca de Yochib. Entre Yo- chib y Cancuc existe una pequeña eminencia, sobre la cual pasa el camino; aquí descansan sobre las calizas capas probablemente terciarias (areniscas y pizarras), que tienen una inclinación ligera hacia el N.N.W. En la de- presión siguiente se observa de nuevo caliza, en la cual, ni Sapper ni yo hemos encontrado fósiles, pero que consideramos como Cretáceo. El cerro donde está Cancuc está cubierto por pizarras grises hasta pardo-—negruzcas, con bancos de caliza, todo esto poco inclinado. Bajo las pizarras se encuen- No 20.—7 54 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. tra una caliza, en la cual no pude encontrar fósiles bien conservados, pero creo que la caliza sea cretacica. Sobre la caliza encontramos arenisca colo- rada, seguramente muy moderna; su echado es de N. 45%E con ligera in- clinación hacia el N. W. Estas areniscas llegan hasta el río Chacté; al otro lado se levanta una especie de arrecife, compuesto de caliza y dolomita, en capas más ó menos horizontales. Parece que estas rocas son una prolonga: ción de la masa calcárea de Chamula, que se levanta en acantilados al otro lado del valle. La caliza pertenecerá al Cretáceo; está cubierta por una are- nisca de grano grueso, en la cual encontré Ostrea igual á la de Tenejapa: podemos, pues, considerar las capas como Plioceno; arenisca y pizarra are- nosa sigue hasta Guaquitepec. De este lugar siguen las areniscas y pizarras para descansar sobre pizarras y calizas que corresponden probablemente al Mioceno; cerca de Sitalá se encuentran bajo estas capas pizarras con Num- mulites. Allende de Sitalá siguen areniscas de grano grueso y conglome- rados bajo estas areniscas con bancos de caliza, en los cuales se encuentran ejemplares mal conservados de Ostrea, y bajo estas capas, calizas en ban- cos gruesos, que pertenecen probablemente al Mioceno. Cerca del rancho de Santa Cruz empiezan pizarras y siguen areniscas y calizas llenas de Num- mulites, con el echado hacia el N.; estas capas componen todo el terreno hasta la ranchería de '“El Porvenir.”” Después siguen pizarras y areniscas con Ostrea del Plioceno, que descansan sobre calizas margosas con Pecten y Ostrea; todo el complexo se inclina hacia el Norte. En esta parte existe una pequeña falla ó pliegue que origina la posición del Plioceno (véase el corte 1). Sigue ahora con echado hacia el N. el Mioceno fosilífero, sobre el cual se encuentra cerca de Chilón el Plioceno con Ostrea. En todo el ca- mino entre Chilón y Yajalón, vemos principalmente pizarras y areniscas, que pertenecerán al Plioceno; el echado cambia y al otro lado de Yajalón vemos el Mioceno con restos de fósiles, con la inclinación al Sur; las capas (areniscas, pizarras y calizas), no están bien descubiertas hasta Hidalgo; allí encontramos margas y calizas apizarradas, calizas con Ostrea, Pecten y otros fósiles; las capas pertenecen al Mioceno y descansan sobre el Eoce- no (N. 85 W., echado 30 S.), que se compone de areniscas con mucha mi- ca, calizas coloradas (unos cuantos bancos gruesos) con Orthophragmina - y Nummulites, y abajo de éste, pizarras, areniscas, caliza arenosa y mat- gosa, margas, etc.; todo con Nummulites, Orthophragmina, Lithothamnia, restos de Ostrea, erizos y otros fósiles más. Las capas cambian de echado cerca de Tumbalá, donde se ponen horizontales y componen todo el cerro hasta la finca de ““La Primavera” (el espesor debe ser aquí unos 700 m.); el Eoceno descansa sobre calizas y dolomitas horizontales, que probable- mente pertenecen al Cretáceo. Adelante de los cerros compuestos de dolo- mita, encontramos una capa de caliza horizontal y con poca inclinación ha- cia el Norte, que contiene erizos de la forma de Scutella; presumo que sea Mioceno. Resumimos ahora lo que hemos visto en este corte. El borde de la Mesa GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 55 Central está formado por acantilados de Cretáceo, con pequeños restos de Terciario; abajo encontramos algunos blocks de caliza cretácea, cubiertos por Plioceno; entre Caneue y Santa Cruz existe un tramo compuesto de Terciario marino ondulado, después sigue una sinclinal amplia, compuesta de Eoceno, Mioceno y Plioceno, y sigue una anticlinal fracturada; existe todavía el ala meridional y la cresta, mientras que el ala septentrional se hundió en las llanuras de Trinidad. FIGURA 2. Corte por la Mesa Central al Valle del Río de Chiapas.—C. Cretáceo medio. (Véase p. 44). El Noreste de Chiapas está desgraciadamente desconocido casi por com- pleto; sólo Sapper hizo un viaje en aquellas regiones (de Tenosique á Can- Cue), pero no publicó un corte tectónico. No conocemos todavía nada sobre la topografia del terreno; en el mismo Estado de Chiapas aquella parte es- tá conocida bajo el nombre de ““El Desierto:”” no existen poblaciones, los únicos habitantes son los indios Lacandones, todavía no civilizados, y los monteros que cortan cerca de los ríos grandes las maderas preciosas. Según las noticias que da Sapper sobre su camino, no cabe duda de que la com- posición y la tectónica será semejante al resto del Estado de Chiapas, pero debemos esperar estudios posteriores, que aclarezcan la estructura de aque- lla región. Soyatiav 1 FIGURA 3. Corte entre Canjhó y Soyatitan.— C. Cretáceo medio. (Véase p. 44). Resumiremos en pocas palabras nuestros resultados que hemos ganado sobre las condiciones tectónicas de la zona montañosa del Norte. El borde de la Mesa Central se marca generalmente por acantilados enormes, con di- ferencias de altura hasta 1,000 m.; al pie de éstos se observa Terciario on- dulado, comenzando generalmente con el Plioceno y llegando hasta el Eo- ceno; más adelante se encuentran blocks aislados ó zonas angostas de Cre- táceo Medio, que desaparecen hacia el Norte bajo las capas terciarias. El 56 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. Terciario, que es aquí siempre marino, ocupa casi todo el Norte; se encuen- tra plegado ú ondulado, á veces en pliegues angostos y á veces en anticli- nales y sinclinales amplias; fracturas son relativamente raras. En el Oeste hemos reconocido sólo la indicación de un levantamiento en forma de un inmenso y bajo anticlinal (véase el corte Pichucalco-San Bartolomé Solis- tahuacán, el corte Jolnocpá-Santiago), más hacia el Este vemos en el ex- tremo septentrional un anticlinal y un sinclinal amplios, y hay que supo- ner que la tectónica se desarrolla todavía más hacia el Oriente. Mirando el mapa, vemos que en el Norte desaparece poco á poco una faja cretácea que viene desde el Petén (Guatemala) y sigue haciéndose más y más angosta hasta Teapa. FIGURA 4. Corte de los dos escalones de la Mesa Central Occidental. —«a. Cretáceo medio.—b Plioceno. (Véase p. 47). Demos ahora todavía una mirada á la tectónica general del Estado. La estructura del Estado es marcadamente asimétrica y desigual; al mismo re- sultado ha llegado Sapper (1899, pág. 73), no solamente en Chiapas sino también en el resto del Norte de Centro-América. Hemos reconocido en el Sur una montaña antigua, en parte precarbonífera y quizá prepaleozoica, á la cual se junta una zona paleozoica, consistiendo del Carbonífero y qui- zá-el Devoniano que sufrió un levantamiento precretácico y quizá pretriási- co. La zona paleozoica ocupa sólo el Sureste del Estado, mientras que en el Suroeste no existe. La parte central del Estado está formada por una cu- bierta larga, ancha y poco dislocada de capas triásico-jurásicas y cretáceas. En el Norte está esta cubierta cortada por una zona de fracturamiento que la separa de un block elevado: la Mesa Central. Esta está quebrada transver- salmente en dos blocks, de los cuales el occidental es más bajo que el orien- tal. Estos dos blocks levantados consisten de calizas del Cretáceo Medio con restos de una capa de Terciario; en el oriental, es este Terciario muy mo- derno (Plioceno), en el occidental encontré también Eoceno, pero no pude probar la existencia del Mioceno. Al Norte de la Mesa Central encontra- mos Terciario en pliegues con arrecifes de Cretáceo; el terreno se compone de Eoceno, Mioceno y Plioceno. Fracturas transversales son muy raras; exis- te una entre Ixtapa y San Bartolomé Solistahuacan, que se continúa quizá hasta Solosuchiapa. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 57 C.—LOS MOVIMIENTOS OROGÉNICOS EN CHIAPAS. Para entender más fácilmente la tectónica singular del Estado, será bue- no darnos cuenta de la serie de movimientos que han plegado y fractura- do el suelo. El movimiento más antiguo que conocemos es el que nos seña- la la estructura de la Sierra Madre. La falta de capas sedimentarias marinas sobre el gneiss y el granito de aquella montaña nos indica que ésta se le- vantó probablemente ya antes del Paleozoico ó al comienzo de él; este mo- vimiento formó el espinazo tanto de Chiapas como del resto de México: es el espinazo del continente de Norte-América; parece que siguió sin inte- rrupción desde el istmo de Panamá hasta los Estados Unidos. En el Norte de México parece haber sufrido movimientos durante el Cretáceo y el Ter- ciario, mientras que en Chiapas siempre quedó fuera del agua; más al Es- te seguramente se hundió durante el Terciario bajo el mar. Después de este levantamiento se formaron al Norte de la Sierra Madre depósitos de conglomerados y areniscas que indican la proximidad de una costa rocallosa; estas capas pertenecen quizá ya al Devoniano. Es, pues, cla- ro, que antes debe haber habido una emersión parcial de la Sierra Madre, porque está desconocido el Precambriano, Cambriano y Siluriano. Duran- te el Carbonífero quedó esta parte del país estábil, porque encontramos sobre aquellas capas otras más modernas que pertenecen al Carbonífero Su- perior, sin que una discordancia esté indicada. Es casi seguro que una pat- te de los conglomerados pertenezca al Carbonífero, pero como no hay fó- siles, no lo podemos probar; en este caso, la imersión citada debe haber empezado en el Carbonífero. Después de haberse formado el depósito de la época del Carbonífero Superior, comenzó el segundo movimiento orogéni- co; éste levantó al país al Norte de la Sierra Madre y plegó ligeramente las capas paleozoicas. Después de este levantamiento debe haber seguido otra emersión parcial, porque esto lo prueba el hiato que existe entre el Carbo- nífero y las capas del Terciario Jurásico (división de Todos Santos). Estas capas están formadas de conglomerados y areniscas con pocas arcillas; la composición indica la proximidad de una costa rocallosa; además, cubren las citadas capas, en el Este, al Carbonífero, y en el Oeste, al gneiss; hay una discordancia clara entre ellas y el Paleozoico, y falta todo el Permiano (pro- bablemente también una parte del Triásico). Es, pues, claro, que se hun- dió una zona al Norte de la Sierra Madre, y que ésta fué cubierta por las rocas que se depositaron durante el tiempo del Triásico-Jurásico. Esta imer- sión era parcial, porque en el Este encontramos el Carbonífero Superior no cubierto por otras capas marinas, y en el Oeste, el gneiss en la misma con- dición. Es posible que haya habido un movimiento orogénico después del depó- sito de la división de Todos Santos, porque parece haber una ligera discor- dancia entre estas capas y el Cretáceo. No conocemos la edad exacta de la 58 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. división Todos Santos, aunque podamos presumir que pertenezca al Triási- co- Jurásico; no sabemos si representa todo el Jurásico, de modo que no po- demos decir nada de seguro sobre la existencia de una discordancia, aun- que parece estar indicada en la estratificación. Sobre la división de Todos Santos encontramos el Cretáceo Inferior; sobre éste el Cretáceo Medio, sin que haya discordancia. A fines del Cretáceo co- menzó la gran serie de movimientos orogénicos que dió origen á la forma actual de Centro-América. No encontramos en ninguna parte capas del Cretáceo más modernas que el Cenomaniano y quizá el Turoniano; falta to- do el Senoniano. Esto nos prueba que hubo un levantamiento en el tiempo del Senoniano. Este movimiento es general también en el resto del Sur de México y afectó en muchas partes la sierra arcaica; vemos, por ejemplo, en Guerrero, que partes de la sierra arcaica fueron cubiertas por el Cretáceo Medio, mientras tanto sobre el arcaico como sobre el Cretáceo Medio falta el Senoniano. En Chiapas se levantó, por lo menos todo el Sur y el centro del Estado fuera del agua; en el Norte no tenemos datos sobre la edad de las capas cretáceas. Parece que este movimiento se extendió por la mayor parte de Centro-América; así lo indican, por lo menos, los estudios de Sap- per. Es muy probable que este levantamiento originó ya la ondulación de las capas cretáceas de la depresión del río de Chiapas, porque aquella re- gión ya no participó de los movimientos subsecuentes. Además, se produ- jo en este mismo tiempo el levantamiento de la Mesa Central; esto vemos de las siguientes circunstancias: en la parte alta no encontramos Terciario antiguo sino solamente moderno, lo que prueba que el block quedó emergi- do desde el tiempo del Cretáceo Medio hasta el Terciario moderno; en la parte baja, la occidental de la Mesa, hemos encontrado las huellas del Ko- ceno, lo que quiere decir que sufrió un levantamiento en tiempo del Seno- niano y después un hundimiento que permitió la entrada del mar eocéni- co, por lo menos en algunas partes. Hemos visto que la pendiente de la parte alta hacia la bajada de la Mesa Central es bastante abrupta y que allí entra el Terciario antiguo; es, pues, seguro que una fractura transversal se formó cerca de Ixtapa, de modo que la parte alta de la Mesa quedó en su posición y que la parte baja se hundió hasta llegar al nivel del mar. Hay ahora la cuestión si la fractura longitudinal al Sur de la Mesa Central se formó antes del Eoceno ó después. Este es un problema algo complicado, y por esto debemos ocuparnos de él más extensamente. Hemos indicado arri- ba ya los movimientos principales, pero debemos explicar algunos fenóme- nos que á primera vista no se entienden. Las capas de la Mesa Central están en su mayor parte en posición horizontal: hacia el Sur tienen una inclina- ción fuerte; esto indica que estas capas deben de haber sido levantadas, de modo que las capas se inclinaron hacia abajo por efecto del arrastro, como lo indica la figura adjunta. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 59 e al S SS |ZZZZZZZILZZITAZ € FIGURA 0. Formación de la fractura en el valle del Río de Chiapas.—c. Cretáceo medio. ca. Cretáceo superior. Pero cerca de Chiapas y Tuxtla vemos que el Cretáceo Inferior del block no movido está en contacto con el Cretáceo Medio del block movido, lo que indicaría un movimiento de éste hacia abajo (véase la fig. 5). Hay pues, apa- rentemente, una contradicción entre los dos fenómenos. Además, mientras que la masa de la Mesa Central tiene un espesor de por lo menos 1,000 metros (véanse los cortes Cancuc-Tenejapa y Chicoasen—Soteapa), encontramos en las calizas de la depresión del río de Chiapas, cuando mucho un espesor de unos 300 metros. Esta diferencia no puede ser el efecto de la erosión, por- que ésta habrá obrado más ó menos uniformemente en toda la región ó hasta había atacado más las partes altas que las bajas. Hay que presumir que esta diferencia existía ya después de haberse depositado el Cretáceo Medio. Me explico el fenómeno de la manera siguiente: cerca de la zona donde hoy se encuentra el fracturamiento, empezó durante el Cretáceo Medio un hun- dimiento lento del suelo, de modo que las calizas podían crecer allí, mien- tras que en la zona adyacente, hacia el Sur, no hubo tal movimiento, de modo que las calizas no podían crecer más que hasta cierto grado: la figu- ra 6 representa gráficamente mi explicación; pero hay que tomar en cuen- 26 Ss FIGURA 6. Explicación gráfica de la diferencia en el espesor de la caliza cretácea en la Mesa Central y la depresión central. que la longitud del corte ideal no está en relación natural con la altura, sino esta muy exagerada; en la naturaleza aparecerían todas las capas co- 60 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO, mo paralelas y horizontales; el hundimiento duró hasta fines del Cretáceo Medio y entonces siguió un levantamiento general que produjo la fractura longitudinal en el punto de menor resistencia. Se formó quizá ya una in- clinación hacia el S. por arrastro, y el block fué levantado hasta quedar so- bre el nivel del mar. Al mismo tiempo fué levantada la cubierta de la depre: sión central hasta llegar sobre el nivel del mar, porque ya no encontramos capas marinas más modernas sobre el Creláceo. No podemos determinar con seguridad en qué tiempo el block de la Mesa Central fué quebrado transversalmente (cerca de Ixtapa), pero seguro es que fué también antes del Eoceno. Es bien posible que la fractura transversal se haya formado ya al tiempo del levantamiento del block, de modo que el block occidental nunca llegó á la misma altura como el oriental; me parece probable que la fractura transversal se haya formado al mismo tiempo como la longitudi- nal, porque no cruza ésta; es decir, no se encuentra una continuación de la falla transversal en la cubierta de la depresión central. Semejante levanta- miento debe haber habido también al Norte de la Mesa Central, por lo me- nos así lo indica la falta del Senoniano en los alrededores de Copainalá. Desgraciadamente no podemos decidir á qué piso pertenece la dolomita y caliza en el Norte del Estado (Sabanilla, Trinidad-Tumbalá, etc.), por es: to no sabemos cuáles han sido los movimientos orogénicos en aquella región. Después del levantamiento preeocénico siguió un hundimiento general de todo el Norte del Estado, comenzando en el block de la depresión cen- tral. Hemos visto que en la parte occidental de la Mesa Central se encuen- tran restos de depósitos eocénicos, mientras que en la región oriental no; esto indica que la primera se hundió hasta llegar bajo el nivel del agua, mientras que la segunda quedó emergida. Es casi seguro que toda la re- gión al Norte de la Mesa Central se hundió tanto, hasta que todo el terreno quedó inmergido y en todas partes se depositaron los sedimentos del Koce- no. Durante el tiempo del Eoceno y en el Mioceno (el Oligoceno no lo pude FIGURA 7. Corte por la Mesa Central (parte occidental), al tiempo del Eoceno.—C. Cretáceo.—T. Eoceno. N o Mesatent-al Dejuresión Central Ss ea T 5 FIGURA 8. Corte por la Mesa Central (parte oriental) al tiempo del Eoceno.— €. Cretáceo.—T. Eoceno. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 61 distinguir hasta ahora) continúa el hundimiento lento, de modo que los depósitos eocénicos fueron cubiertos por sedimentos más modernos. No puedo decir de qué modo se comportó la parte occidental de la Mesa Cen- tral porque me faltan datos suficientes; según lo que he visto, no fué su- mergida toda aquella Mesa, sino existían solamente bahías angostas que, con el hundimiento mayor, se convirtieron en canales. Al mismo tiempo ya había obrado la erosión en la zona de fracturamiento al Sur de la Mesa Central, convirtiendo esta parte también en una especie de canal largo y angosto, que llegó hasta Soyatitán. Por esto entraron allí, en el Mioceno, las aguas del mar y dejaron sus depósitos, de los cuales encontramos toda- vía los restos en el río Salado, cerca de San Antonio Chinchilla, y otros lu- gares de aquella zona angosta. El cortefig. 9 nos muestra aproximadamente Mesa Central AS SJ Tm : Tm Depresiontentral. FIGURA 9. Corte por la Mesa Central (parte oriental) al tiempo del Mioceno.—C. Cretáceo.—T. Eoceno. Tm. Mioceno. el estado de las cosas en el tiempo del Mioceno, en la parte oriental de Chia- pas. Pero no falta aquí un problema no resuelto; es la existencia del Eoce: no en la cuenca de San José; Sapper (1899, pág. 49) dice que allí existen margas arenosas conteniendo foraminíferas; éstas fueron determinadas co- mo eocénicas por Schwager (Sapper, 1899, pág. 67). No puedo explicarme cómo se depositaron estas capas; deberían ser los restos de un canal eocé: nico, que quizá estuvo en conexión con el alto mar por una comunicación hacia el N.E., pero aquella región es todavía completamente desconocida. El hundimiento continuó durante todo el Mioceno y se hizo más fuerte al principio del Plioceno, de modo que entonces bajó también la parte oriental de la Mesa Central bajo el nivel del agua, así como lo indica la fi- gura 10. N Mesa Centrat Depresión central ) Tm FIGURA 10. Corte por la Mesa Central (parte oriental) al tiempo del Plioceno. —C. Cretáceo.—T. Eoceno. Tim, Mioceno.—Tp. Plioceno. N2 20.—8 62 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. Encontramos el Plioceno también en una gran parte del borde septentrio- nal de la cubierta de la depresión central; lo he visto todavía al Oeste de Tuxtla Gutiérrez, mas es probable que exista todavía mucho más adelante, pero no fué encontrado hasta ahora en ninguna parte de la cubierta de la depresión central. Hoy no podemos decir si el Plioceno cubrió toda la Mesa Central; es muy probable que la haya cubierto sólo en algunos lugares y que algunas sierras hayan salido como islas; pero seguramente la mayor parte estuvo bajo el agua, porque se encuentran los restos del Plioceno en muchos lugares de la parte alta de la Mesa Central, aunque sea como mon- tones de guijarros de cuarzo. Todavía está la Mesa Central muy poco explo- rada, y estudios futuros resolverán el problema. La línea de la costa está marcada por los sedimentos pliocénicos en la zona de fracturamiento, entre Soyatitán y Tuxtla Gutiérrez, aunque ahora ya la erosión ha llevado gran- des partes de aquellos sedimentos. No debemos olvidar los volcanes de San Cristóbal Las Casas y de San - Bartolomé de los Llanos. Estos se formaron poco antes del último hundi- miento, es decir, antes de la formación de los depósitos pliocénicos en la Mesa Central (Tenejapa). Los dos volcanes de San Cristóbal, el Hueytepec y el Zontehuitz, se levantaron en la tierra firme, es decir, sobre la penín- sula de San Cristóbal, mientras que los de San Bartolomé y la Mispilla sa- lieron del agua. En esta parte debe la costa haber tenido una semejanza sorprendente con la costa actual de Nicaragua; los dos volcanes de Orosí y Rincón de la Vieja, corresponderían á los volcanes de San Cristóbal; los vol- canes de Ometepec y Madera, á los de San Bartolomé y Mispilla. Las rocas eruptivas de San Bartolomé Solistahuacán pueden resultar de una erup- ción por grieta, pero para resolver este problema se necesitarían estudios más exactos. : Con el Plioceno comienza el movimiento más importante para Centro América: el levantamiento general del suelo y el plegamiento de las capas, en fin, la formación de la montaña Centro-Americana. En los tres mapas adjuntos hemos hecho un bosquejo de la distribución de mar y tierra en el Eoceno, Mioceno y Plioceno en Chiapas; el mapa geológico nos indica los efectos del levantamiento durante el Plioceno. El movimiento orogénico afectó esta vez no sólo el Norte sino también el Sur. Es seguro que la cubier- ta de la depresión central no estaba mucho más alta que el nivel del mar plio- cénico (así lo indica la altura de los sedimentos pliocénicos en relación á la de la cubierta). Calculo que la cubierta fué levantada unos 600 metros sobre el nivel que tenía en el Plioceno (la cubierta tiene una altura media de 700 metros, los restos pliocénicos de S. Antonio Chinchilla se encuentran á una altura de 600 metros). Probablemente se levantó también la Sierra Madre, pero no podemos presumir por cuánto, porque no conocemos sedimentos pliocénicos en la costa del Pacífico. El levantamiento más fuerte tuvo lu- gar en la parte central y septentrional del Estado; encontramos actual- mente el Plioceno á 2,400 metros sobre el mar y el Eoceno á 1,200 metros GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 63 sobre el mar, y á saber la base del Eoceno. Esto nos da una idea de la emi- nente fuerza del levantamiento, y entendemos que las ideas de Sapper so- bre este movimiento orogénico son del todo erróneas. Este autor cree que el movimiento principal tuvo lugar en el Mioceno y que en el Plioceno se hundió el terreno de nuevo para surgir después lentamente del agua. Su motivo es principalmente la circunstancia casual de que el Plioceno en Te- nejapa no está plegado. Ya hemos visto que este error ha tenido otra con- secuencia, la distinción errónea entre Terciario plegado y Terciario no ple- gado. Pero es claro que una capa no va á ser levantada á una altura de 2,100 m. por algún movimiento ligero, sino una fuerza que causa este fe- nómeno afectará seguramente á todo el terreno de una manera considera- ble. Veremos en el capítulo siguiente que aquel error ha tenido todavía más consecuencias. El Plioceno de Tenejapa no sufrió plegamientos porque fué protegido por una masa grande y gruesa de calizas cretáceas; ya hemos visto que las mismas Capas á poca distancia están plegadas. Vamos ahora á describir los diferentes movimientos que podemos distin- guir todavía. Ya hemos dicho que todo el Sur sufrió un levantamiento; de éste provendrá probablemente la mayor parte de las pequeñas fracturas en la cubierta de caliza de la depresión central. La zona de fracturamiento lle- gó otra vezá hacer un papel importante. Toda la Mesa Central fué levanta- da; la masa se rompió en la zona de fracturamiento y las capas se plegaron allí hacia abajo, por el arrastro, hasta tomar la estructura que vemos indi- cada en el corte general. Esto se refiere, tanto á la parte oriental como á la occidental de la Mesa Central, que ahura forman una especie de pared que separa la depresión central y el Norte del Estado. Por el mismo movi- miento fué interrumpida la conexión entre los depósitos terciarios. Ahora podemos entender por qué el corte de la depresión central á la Mesa Cen- tral parece indicar un movimiento de bajada de la Mesa, mientras que en realidad, ésta debe haber sido levantada; existió realmente un movimiento de hundimiento, pero enel Eoceno-Mioceno y principio del Plioceno; en el levantamiento subsecuente se plegaron las capas hacia el Sur y el levanta- miento puso en contacto el Cretáceo Medio del block levantado con el Cre- táceo Inferior del block estábil. La parte septentrional de la Mesa Central sufrió también un fractura- miento, se hundieron blocks angostos y alargados, como los de Cancuc, de Copainalá, etc., que se distinguen fácilmente en el mapa general. Además, se plegaron y fracturaron las capas terciarias, formando anticlinales y sin- clinales, generalmente bastante amplios. Un estudio más detallado del Es- tado nos demostraría todavía mucho más claramente los efectos del levan- tamiento pliocénico, pero con los datos que poseemos actualmente, no podemos todavía distinguir los diferentes movimientos locales. El resulta- do seguro que hemos obtenido ya, es de la mayor importancia: el movi- miento orogénico que formó la configuración actual de Chiapas, tuvo lugar 64 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. en el Plioceno. En el capítulo siguiente veremos cuáles han sido las con- secuencias de este movimiento orogénico para los continentes del Nuevo Mundo. D.—EL PUENTE CONTINENTAL DE CENTRO AMÉRICA. Entramos en un capítulo que presenta todavía bastantes dificultades; no puedo esperar resolver todos los problemas, porque la mayor parte de Cen- tro América es todavía desconocida; pero me será posible indicar el camino por el cual se podrá resolver el problema más importante: la relación entre la formación de Norte América y Centro América. Afortunadamente la historia geológica de Norte Asmérica, esta ya conoci- da en sus grandes rasgos: para nosotros tiene la mayor importancia la his- toria geológica de México como la parte más meridional de este continente, y aunque los datos respecto á ésta son todavía muy escasos, podemos ya -exponer, á grandes rasgos, los acontecimientos que tuvieron lugar en la formación de la montaña mexicana. Resumiremos aquí, en pocas palabras, la historia de la parte septentrional de México, distinguiendo desde luego entre la parte norteamericana y la centroamericana del país; los motivos para esta separación los expondramos todavía en este capítulo. Los datos que utilizaremos para la reseña de la historia geológica de México, están publicados por Aguilera en el “Boletín del Instituto Geológico de Méxi- co,”” núms. 4-6; por Félix y Lenk en su “Beitrage sur Geologie and Palaeon- tologie der Republik Mexico,”” y por el autor en el *“Boletín del Instituto Geológico de México, ”” núm. 13; además, utilizamos los datos suministrados en varios trabajos más pequeños de diferentes autores, y algunas noticias todavía no publicadas que se recogieron durante el levantamiento de un corte geológico de Veracruz á Acapulco (por Aguilera, Ordóñez y el autor). Las rocas que componen el suelo de México' son las siguientes: rocas ar caicas, Triásico, Jurásico, Cretáceo, Terciario y Cuaternario; además, rocas ígneas, que para el fin nuestro son de poca importancia, aunque hayan da- do rasgos característicos á grandes partes de la configuración actual. Lo que nos interesa principalmente aquí es la distribución de las rocas sedi- mentarias, la clase de movimientos orogénicos y la edad de ellos. El borde occidental del país muestra una faja, ahora ya interrumpida, de rocas ar- caicas; sobre éstas se encuentra generalmente el Cretáceo Inferior, pero hay muchas excepciones. Según las investigaciones de Dumble y Angermann parecen existir huellas de Paleozoico en Sinaloa; en otras partes (Sonora, Puebla, Oaxaca) se encontró el Triásico sobre las rocas arcaicas; éste está á veces cubierto por el Liásico y el Jurásico superior, pero como ya dije, estas formaciones se hallan en afloramientos limitados, y generalmente se 1 Cuando hablo de México en este capitulo, me reficro siempre á la parte norteamericana del país, es decir, á aquella que está al Norte del Istmo de Tehuantepec. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 65 encuentra el Cretáceo Inferior directamente sobre las rocas arcaicas; Conoz- co varias localidades donde el Cretáceo Inferior no existe, sino donde el Cretáceo Medio descansa sobre rocas arcaicas. El Cretáceo Superior existe solamente en la región septentrional del país. El Terciario se encuentra, tan- to en la facies lacustre como en la marina, pero la distribución de las dos fa- cies es completamente diferente. En la sierra y en la Mesa Central de Mé- xico no existe Terciario marino, sino puramente Terciario lacustre ó te- rrestre. Conocemos varias partes donde la edad de estas capas se puede comprobar por la presencia de fósiles; de otras se ha podido determinar la edad por la falta ó presencia de ciertas rocas eruptivas en los conglomera- dos, etc. El Terciario marino se encuentra solamente en la costa, y princi- palmente en la costa del Atlántico, sólo en Sonora y Baja y California existe Terciario marino. El Terciario del Golfo todavía no está estudiado, sabemos que existe el Mioceno, el Plioceno y probablemente el Eoceno. To- dos los depósitos de Terciario marino están á poca altura sobre la del nivel del mar, creo que ninguno pasa de la altura de 300 m. La tectónica general del país, todavía es casi desconocida; los únicos re- sultados seguros los hemos obtenido por el levantamiento del corte entre Veracruz y Acapaleo. En este corte se revela una estructura bastante si- métrica; hemos encontrado que tanto la Sierra Madre Oriental como la Oc- cidental, tienen la estructura de un sinclinal ancho, y que en medio de estos sinclinales existe un anticlinal principal. Mientras que los dos sincli- nales están compuestos casi exclusivamente de Cretáceo (haciendo abstrac- ción de la zona arcaica en el Oeste) se encuentra en el anticlinal una zona ancha de roca arcaica, cubierta por Triásico, Jurásico, Cretáceo y Terciario lacustre. No podemos decir si esta simetría es la regla para todo el país, pero el mapa geológico lo hace creer por lo menos para el Sur de México (desde el paralelo 21) por la distribución simétrica del Cretáceo. No podemos entrar aquí en la discusión de todos los movimientos orogé- nicos del suelo de México, pero podemos indicar los principales. El primer movimiento tuvo lugar en el tiempo del Paleozoico; era un levantamiento del suelo que no permitió el depósito de capas marinas durante el Paleozoi- co; el movimiento subsecuente entró en las diferentes regiones en diferen- tes épocas; haciendo abstracción de la región de Sonora donde se encuentra el Paleozoico y que está todavía muy poco estudiada, vemos que en la ma- yor parte del país comenzó el hundimiento entre el Triásico y Cretáceo In- ferior, parece que sólo en el Oeste comenzó en el Cretáceo Medio, porque allí encontramos las calizas de Rudistas sobre el Gueiss. Con el término del Cretáceo Medio empezó en todo el Sur y el Centro de México el gran levan- tamiento, el movimiento orogénico principal, el que formó realmente esta par- te del continente norteamericano; duró probablemente durante alguna parte del Terciario todavía, porque los depósitos lacustres antiguos están todavía algo plegados, mientras que los depósitos miocénicos están hori- zontales. Desde el Cretáceo Medio no pudo depositarse ninguna capa de 66 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. origen marino en la montaña mexicana; todas las capas de esta época son lacustres ó terrestres, haciendo siempre abstracción del extremo Norte del país, donde el movimiento empezó con el Terciario. Las capas marinas del Terciario se encuentran solamente en las costas y á poca altura sobre el mar; éstas fueron levantadas lentamente, y el levantamiento sigue todavía en nuestro tiempo. De este bosquejo corto vemos cuál es la diferencia entre Chiapas y el resto de México. Durante el Paleozoico y Mesozoico ha habido movimientos bastante uniformes en todo el país, aunque se ve que ya entonces el conti- nente arcaico debe haber sido mucho más ancho en México que en Centro América, ó por lo menos deben haber existido islas de considerable ta- maño. Las regiones arcaicas de Puebla, por ejemplo, nos muestran sólo una cubierta de rocas mesozoicas, mientras que en British Honduras, en los Cockscombs Mountains encontramos un caballete de rocas arcaicas cubier- tas por paleozoicas, lo que nos prueba que esta parte estuvo sumergida du- rante el Paleozoico, y condiciones semejantes parecen existir en Honduras. Es seguro que tanto México como Centro América sufrieron un levanta: miento durante el Cretaceo Superior, pero mientras que este movimiento orogénico duró en el Norte hasta el Terciario Medio y causó un fuerte ple- gamiento y fracturamiento del suelo, empezó en Centro América, en el Ko- ceno, un hundimiento casi general que duró hasta principios del Plioceno, y el movimiento crogénico que plegó y fracturó el suelo del país, comenzó en el Plioceno. Este último movimiento ha sido el que formó realmente Centro América. que produjo la forma actual de esta región; como lo he- mos indicado anteriormente, estuvo la mayor parte del continente sumergi- da todavía á principios del Plioceno, mientras que Norte y Sud América ya existían como continentes. Podemos, pues, decir que el movimiento oro- génico del Plioceno formó en Centro América un puente entre los dos gran- des continentes de América, y este puente ha sido utilizado también por los habitantes de los dos continentes. Oímos lo que dice Zittel* sobre la distribución de los mamíferos en los dos continentes americanos; él dice: “Mais á cóté de ces formes autochthones, on voit apparaitre dans cette faune sud-américaime, et pour la premiére fois (en el Plioceno) une série d'émigrants étrangéres, qui eurent un autre berceau. Les genres Zapirus, Hippidium, Auchenia, Boauchenia, Paraceros, Mastodon, Canis, ne sont pas nés á coups sur, sur le sol de 1” Amérique du Sud, ce sont des emigrés, venus du Nord, car on trouvait déja des genres identiques, ou des genres representatifs tres-voisins dans les Loup-Fork—beds. Cette invasion de membres étrangérs venus du Nord, prouve que déja á l'époque pliocéne, les deux parties du continent américain étaient reunis par une terre fer: me, probablement plus étendue que l'isthme actuel de Panamá. ”” ““Cette voie de communication pliocéne, entre les deux Amériques, ne 1 Traité de Paléontologie, 1894, tomo 4, pág. 760 (traducción francesa). GEOLOGIA DIE CUIAPAS Y TABASCO. 67 fut-pas seulement utilisée par les types nord—américains étendant leur habitat vers les contrées méridionales, ellefutaussi suivie ensens inverse par les formes autochthones du Sud de 1'Amérique qui se repandirent alors vers le Nord; c'est ainsi que s'accomplit ici, vers la fin de lépoque pliocé- ne, une des plus remarquables émigrations de faunes, que la géologie ait pu enregistrer.?” “Les Equus-beds representent la derniére phase de la période tertiaire, ou méme le debut de la période diluvienne pleistocéne, á 1'ouest des Etats—Unis (Oregon, Californie, Idaho, Arizona, New Mexico, Wyoming, Kansas, Texas), au Mexique, dans 1” Amérique Centrale; les couches sont representées par les Megalomyx-—beds á 1” Est des Etats-Unis (Kentucky, Pennsylvanie, Ohio, Carolina, Virginie, Floride) et dans les Antilles. A cette époque la faune de 1” Amérique du nord se trouve étre un bizarre as- semblage de types originaires du nord et du midi, dont les ossements se trouvent réunis dans ces couches. ”” Vemos que toda esta emigración coincide perfectamente con nuestras ob- servaciones; es verdad que no podemos todavía precisar la edad exacta de las capas superiores que pueden pertenecer al Mioceno Superior ó al Plio- ceno Inferior, pero el levantamiento debe haber tenido lugar en el Plioce- no ó á fines del Mioceno, de todos modos, el puente continental es mucho más moderno que los dos continentes al Sur y al Norte. Esto indica tam- bién todo lo que se ha sabido sobre la geología de Centro América; ya he- mos visto que todo lo que Sapper dice sobre la geología de Guatemala, Bri- tish Honduras, San Salvador, Honduras coincide perfectamente con las condiciones de Chiapas. Lo mismo parece ser el caso en Costa Rica, según los pocas indicaciones que nos da Gabb* sobre la parte Sureste de aquella República. Gabb encontró sobre el granito, en el lado atlántico, capas ple- gadas y fracturadas que pertenecen al Mioceno. En el Istmo de Panamá mismo se ha encontrado tanto Oligoceno como Mioceno.” Esto indica que en todo el tramo de Centro América ha habido un levantamiento en tiem- po relativamente muy moderno, es decir, el Mioceno Superior ó Plioceno Inferior. Gregory? ha expresado sus dudas sobre la edad miocénica adscri- ta por Gabb á las capas terciarias de Costa Rica, y cree que puedan ser también oligocénicas, pero las determinaciones de Douvillé comprueban la opinión de Gabb. Gregory cita tambien para apoyar su idea el hallazgo de un glyptodonte, Caryoderma, de tipo sudamericano, en los Loup-fork- beds, siguiendo en esto las ideas de Scott,* pero por una parte la edad de 1 Gabb, Notes on Costa Rica Geology, Amer. Journ. of Sc., 1875, págs. 198-204. 2 Douvillé, Sur Páge des couches traversées parle Canal de Panama.—Bull. Soc. Géol. France, 1898, págs. 587-600. 3 Gregory, Contributions to the Palaeontology und Physical Geology of the West Indies, Quart. Journ. tomo 51, 1895, pág. 300. 4 W. B. Scott--The mammalia of the Deep River Beds. Trans. Amer. Phil. Soc. 1894, pág. 62. 68 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. estas capas no es completamente segura, porque algunos autores las consi- deran ser del Mioceno Superior; otros, como Zittel, del Plioceno; además, encontramos en el citado libro de Zittel (pág. 147) la siguiente nota: “Le genre Caryoderma Cope..... du pliocéene (Loup-Fork-Stufe) du Kansas est établi pour les plaques dermiques isolées de formes et de tailles diffé- rents, qui n'étaient pas reunies entre elles par suture. Leur parenté avec les Edentés est tres douteuse; peut-étre sont=ce des plaques de la carapace de grands tortues terrestres??? Según el informe de la Comisión americana del canal de Nicaragua,' del cual no conozco sino un extracto por Sapper,* en el istmo de Nicaragua se encuentra sólo el Oligoceno marino y el levantamiento y plegamiento tuvo lugar en el Terciario Medio. Esto se ha concluido de la falta de Terciario moderno; pero no me parece concluyente, porque todo el levantamiento se hizo sólo en la línea del canal, las condiciones parecen semejantes á las del istmo de Panamá donde se encontró el Mioceno marino, lo que prueba que -el levantamiento general debe haber entrado en el Plioceno y esto está de acuerdo con lo que hemos demostrado para el Estado de Chiapas. Vemos, pues, que no existe nada que hable contra un levantamiento moderno en Centro América, sino mucho que favorece esta opinión á la cual hemos lle- gado por las observaciones hechas en Chiapas. Varios autores han sido de la opinión que en el Terciario existió una co- municación terrestre entre Norte y Sud América, á lo largo de las Wind- ward Islands, Cuba, Bahama y Florida; esta opinión expresaron Fernández de Castro, Cope, Leidy y otros, y sus argumentos fueron, según Gregory,?* hábilmente reunidos por Sir Henry Howorth. Según Gregory (loc. cif., pág. 305) no cabe duda que existió durante el Plioceno y quizá el Pleisto- ceno una conexión entre Yucatán, Cuba y Florida, lo que fué probado por M. Fernández de Castro.* Desgraciadamente esta obra no me ha sido acce- sible y el extracto que da el ““Neues Jahrbuch fúr Mineralogie”” es extrema- damente corto, de modo que no conozco el contenido; pero como Gregory no duda en los resultados obtenidos por Fernández de Castro, es muy pro- bable que existan suficientes pruebas para una comunicación terrestre en- tre Yucatán y Cuba. No debemos olvidar que en Yucatán están ahora las capas del Mioceno y Plioceno sobre el nivel deagua, aunque no hayan sido plegadas. Sapper dice que estas capas no han sido tocadas por los grandes movimientos oro- 1 Report of the Nicaragua Canal Commission 1897 to 1899. Rear Admiral J. G. Walker, Col. P. C. Hains, Prof. L. M. Haupt. Baltimore 1899. 2 Sapper, Der Bericht der Nikaraguakanal-Kommission. von 1897-99. Petermans Mit- theilungen, tomo 48, 1902, págs. 25-30. 3 Gregory, loc. cit., pág. 305. Í 4 M. Fernández de Castro.-—Pruebas paleontológicas de que la isla de Cuba ha estado unida al continente americano, y breve idea de su constitución geológica. Bol. Com. Mapa geol. España, tomo 8, 1881, págs. 357-372. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 69 génicos, que formaron las cadenas de Chiapas, Guatemala y British Hon- duras, porque se han formado más tarde. Esta idea es completamente erró- nea, Sapper' no toma en cuenta que los plegamientos de las capas abarcan cierta zona y que fuera de ésta las capas quedan en parte en su nivel ori- ginal ó también sufren solamente un levantamiento; vemos, por ejemplo, al Norte de los Alpes, las capas del Jurásico sin plegamientos (Wiúrttemberg, Baviera) y no obstante de esta circunstancia los Alpes fueron plegados en el Terciario; sería ridículo decir que el Jurásico se haya depositado después del levantamiento de los Alpes, porque no está plegado. Las capas tercia- rias de Yucatán y British Honduras que no fueron plegadas, quedaron fue- ra de la zona de plegamiento, pero fueron levantadas sobre el nivel del mar. Si Yucatán estuvo en conexión con Cuba en el Plioceno y Pleistoce- no, entonces entró en el Cuaternario ó en tiempo moderno un hundimien- to que lo separó de nuevo; la montaña nunca se extendió de Chiapas á Cuba. Hemos visto ahora que con Chiapas comienza una montaña en cuanto á composición y edad completamente diferente del resto de México; el lími- te entre las dos montañas no coincide con el Istmo de Tehuantepec, sino está más al Este, probablemente entre Tapanatepec (también llamado Ta- pana) y Tonalá (población en las costas del Golfo al Este de Coatzacoalcos; no hay que confundirla con el Tonalá en Chiapas en la vertiente del Pací- fico). No obstante de esta circunstancia, el estrechamiento del istmo, coin- cidiendo con un abatimiento de las alturas, tiene seguramente un origen téctónico; tenemos en esta región el término de la montaña de edad paleo- terciaria de México que se junta con el término de la montaña neoterciaria de Centro América; es el punto dondese apoya el puente entre los dos con- tinentes en su extremo septentrional. Punto semejante debe existir en el extremo meridional de Centro América, pero desgraciadamente aquella región está todavía casi inexplorada. Hemos entendido que los dos continentes americanos deben haber esta- do separados durante el Terciario antiguo y medio por un tramo de mar, cuya anchura todavía no podemos determinar por falta de datos sobre la geo- logía de la mayor parte de Centro América; y hemos probado que un puente se formó en tiempo relativamente moderno, sea á fines del Mioceno ó á prin- cipios del Plioceno; este puente es de una construcción sólida, porque no consiste de una faja de terreno levantada apenas sobre el nivel del mar sino una banda plegada y transformada en altísima montaña. Es verdad que este puente ya fué preparado en tiempos remotos por la larga montaña arcaica que podemos seguir desde el límite septentrional de México hasta Sur Amé- rica; pero este espinazo, este núcleo del puente moderno se hundió después en varias partes, y sólo en el Terciario moderno se formó una conexión só- lida entre los dos continentes. Este puente ha sido de la mayor importan- 1 Sapper, 1899, pág. 68. Apper, , pas N? 20.—9 70 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. cia para los habitantes de los dos continentes, porque sólo por él fué posi- ble la emigración de los vertebrados tanto del Sur al Norte como del Norte al Sur, y á él debemos la mezcla curiosa de las formas pliocénicas y pleis- tocénicas de los vertebrados, su existencia originó la existencia de muchos géneros vivos en Sud América, cómo Felis, Canis, Lepus, Cervus, Au- chenia (á la cual pertenece el Guanaco y el Llama), Tapirus, ete., y tam- bién el hombre; éste vino seguramente de Norte América y huellas de él se encuentran en Sud América, en la formación de las Pampas, donde vivió junto con el Megatherium, el Glyptodon y con el Mastodon; estas capas se consideran por unos (Ameghino), como Plioceno, y por otros (Burmeister, Steinmann) como Pleistoceno. Así vemos que el puente continental ha sido de la mayor importancia para los dos continentes, teniendo influencia en la composición de la fauna terrestre, y dando al hombre la posibilidad de avanzar poco á poco desde Norte América hasta la punta meridional de la Patagonia. E--RECURSOS MINERALES Y AGUAS MINERALES DE CHIAPAS Y TABASCO. En este capítulo vamos á reunir los pocos datos sobre materias útiles del suelo de los dos Estados. Hasta ahora no existe más que una mina que se trabaja permanentemente y es la de Santa Fe, en el departamento de Pi- chucalco. El mineral principal es la Bornita con ley de oro y plata, ocurre también Malaquita y Azurita. Según Sapper, ''no se ha encontrado ningu- na veta formal: el mineral está disperso en partículas mayores Ó menores entre la roca. Los criaderos arman ya en Wollastonita, ya en ópalo común ó en cuarzo; la mayor masa se compone de Wollastonita y presenta vesti- gios poco claros de estratificación; esta masa es del espesor de unos 100 m. y lleva la dirección de N. 73 E. aproximadamente; queda inclusa entre la diorita y es probable que la Wollastonita se formó á expensa de la caliza por metamorfismo de contacto al levantarse las mencionadas rocas erupti- vas.” Sapper indica también que la ley del metal es de 10 onzas de oro, 60 on- zas de plata por tonelada, y que hay 50 por ciento de cobre; esto es segura- mente un error, no existe en México un metal que ensaye 300 gramos de oro por tonelada y tampoco habrá 50 por ciento de cobre. En los alrededores de Santa Fe, existen varios criaderos más de cobre y fierro, pero no sé si son de importancia. Aguilera ' cita de Santa Fe, ade- más de los minerales mencionados, todavía Amphibola, var. Tremolita y Barita. Otro criadero de Bornita existe al Sur de Ocozucuautla en la mina lla- mada “La Alicia;”? pero no tengo datos seguros sobre la mina, en la cual 1 “Boletín del Instituto Geológico de México,” núm. 11, 1898, pág. 121. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. il se han hecho, según notizias que tengo, algunos trabajos de exploración. Otra mina de cobre, llamada “La Aurora”” existe en el Distrito de Tona- lá, pero no tengo noticias ni sobre la naturaleza de los metales, ni sobre la extensión de los trabajos. Cobre se encuentra, según Aguilera (l. c.) tam- bién en San Lucas, Departamento Las Casas, bajo la forma de Chalcocita, Cuprita y Chrysocola; este criadero arma probablemente en las calizas cretá- ceas; se encuentra allí también la Wollastonita. De los alrededores de Las Chicharras, cerca de Tapachula, recibí una muestra de un hilo con Borni- ta y otro ejemplar que parece provenir del mismo hilo, que consiste de co- bre nativo cubierto de cristales de Cuprita y una capa de Chalcosita; la matriz es cuarzo. De la misma región recibí muestras de Gralena, Limonita Pyrita y una pizarra con hilitos de Pirita, teñida por carbón y manganesa. Cerca de la última localidad, en la parte septentrional de la Sierra Madre existen, según Aguilera y Sapper, pequeños criaderos de metales de plata. Sapper cita tales metales de los alrededores de San Francisco Motocintla, Aguilera de Acacoyahua, en el Departamento de Soconusco (mina del Porvenir), en esta última localidad se encuentra Argentita, Pyrita y Hema- tita. Plata se encontró también cerca de Acala, según Sapper, pero los tra- bajos no siguieron. Una pequeña cantidad de oro libre se encuentra tam- bién en todos los arroyos y ríos que provienen de la Sierra Madre, pero ya no hay localidad donde se lave oro, aunque existan leyendas sobre ricos criaderos de oro en el departamento de Motocintla. Fierro se ha encontrado en la forma de Hematita cerca de San Cristóbal, y en la de Magnetita cer- ca de la hacienda de “La Razón,”” en el partido de Cintalapa. En esta úl- tima localidad existe también Kaolina. Azufre se encuentra en varias par- tes de Chiapas, pero según parece, en pequeñas cantidades depositadas por manantiales termales. Aguilera cita las siguientes: San Bartolomé de los Llanos (La Libertad), Uninajab (Comitán), Mun. Juárez (Pichucal- co) y al Norte de Magdalena (Las Casas). Oreo que esta última noticia sea un error y que la noticia se refiere 4 Magdalena en el Departamento de Pi. chucaleo, donde existe un manantial con e. nombre de Azufre. De poca importancia son los criaderos de lignita en las capas terciarias; las que yo he visto son mantos de poco espesor, cerca de Simojovel, abajo de la mina de ámbar; de otra oí que existiera entre Simojovel y Jitotol. Aguilera dice que hay lignita cerca de San Bartolomé de los Llanos y en el Departamento de Macuspana, en el Estado de Tabasco. Además, exis- ten capitas pequeñas en el Terciario del Burrero, y probablemente hay li- enitas semejantes en muchas partes del terreno terciario. Según Correa, existe lignita en los siguientes lugares de Tabasco: Macuspana, paraje Chi- quigueo, Puente de Piedra, Playas de los Jiménez é Ixmate. Muy frecuentemente se halla asfalto en las rocas de Chiapas y Tabasco; Aguilera cita, fuera del asfalto común, la Grahamita y la Albertita, las que se encuentran, según él, cerca de Simojovel; como no he visto la localidad, no puedo decir si se trata realmente de estos minerales. El asfalto común 712 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. se encuentra, según Aguilera, en el valle de Teopisca, San Miguel Miton- tic (Dep. Las Casas), en este caso se trata de asfalto en las calizas del Cre- táceo Medio; además, en Pijijiapan, San Diego de la Reforma y en la ha- cienda de San Pedro, todos en el departamento de Tonalá; todas estas últimas localidades están en una región todavía no explorada, y no puedo decir en cuáles rocas se encuentra el asfalto, pero supongo que allí existen capas terciarias quizá submarinas. Yo encontré asfalto cerca de Jol- nocpá en la hacienda '“La Primavera;?” el primer lugar está en el camino de Tila á Trinidad, el segundo en el de Trinidad á Tumbalá; ambos en el depar- tamento de Palenque. Allí viene el asfalto de las calizas que pertenecen ó al Cretáceo ó al Eoceno Inferior; en ciertos bancos está la caliza verdaderamen- te impregnada de asfalto, y en Jclnecpá se encuentra el mineral formando un gran block dentro de las calizas; según me han dicho varias personas co- nocedoras del rumbo, existe asfalto en la mayor parte del límite septentrio- nal de Chiapas. Lo encontramos también en las Tembladeras, un paraje - cerca de Macuspana, en Tabasco.' Probablemente se trata en todos estos casos de productos del petróleo, que también se encuentra en todo el bor- de septentrional de Chiapas y en la Municipalidad de Macuspana, en Ta- basco. El petróleo se conoce cerca de Pichucalco (Chiapas), Tembladeras, cerca de Tortuguero, San Fernando, Lago Tigre, Río Mezcalapa (Mun. $. Juan Bautista), Estancia Vieja, cerca de San Francisco, en Tabasco. Vemos que la distribución de asfalto y petróleo coinciden perfectamente. Sola- mente una de las localidades petrolíferas ha sido descrita; es la de Pichu- calco, que fué estudiada por Alcalá.” El petróleo impregna allí un banco de guijarros, arena gruesa y arcilla, entre dos bancos de arcilla. Según mis observaciones, pertenecerán estas rocas al Eoceno; por lo menos está en la continuación de aquellas en las cuales encontré Nummulites. El petróleo de Pichucalco no contiene ni parafina ni bencina. El petróleo de Macuspa- na sale de rocas pliocénicas marinas; datos más exactos faltan, pero se es- tán haciendo actualmente perforaciones de cuyo resultado todavía no he tenido noticias. En varios puntos de Chiapas se encuentra en la división Simojovel, una resina fósil que se utiliza para la fabricación de boquillas, aretes, prende- dores, etc., y estos objetos tienen el aspecto como si fueran elaborados de] verdadero ámbar; pero la resina se encuentra sólo en escasa cantidad y por esto es el precio del material demasiado alto. La resina se encuentra en varios puntos de los alrededores de Simojovel, cerca de Santa Catarina, en el camino de Sabanilla á Yajalón, en el camino de San Bartolomé Solista- huacán á San Cristóbal, y probablemente se la encontrará todavía en otras partes de Chiapas. 1 Correa cita los siguientes lugares del mismo Estado: hacienda de Etapa, pueblo de San Francisco, Estancia Vieja, San Fernando, Las Tembladeras y el Tortuguero. 2 Alcalá.—Criaderos de petróleo de Pichuculco.—Finca de Guadalupe.—Estado de Chia- pas. Boletín Secr. de Fomento, México, tomo 22, núm. 3, sección 2%, 1902, págs. 73-93, GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 13 Debo mencionar que Chiapas posee rocas inmejorables para la construc- ción de caminos, aunque no las hayan utilizado hasta ahora. Son las do- lomitas que se encuentran en el Cretáceo, especialmente las de la faja septentrional; con pocos gastos se podría construir en vez de los caminos impracticables actuales, unos buenos que necesitarían pocos gastos de con- servación; en Chiapas todavía no se sabe combatir que la arcilla se trans- forme en lodazales, así como lo han hecho los habitantes de Florida; pero si se siguiera el sistema usado en aquel Estado, y cubriendo el camino con una capa de dolomita quebrada, se formarían dentro de poco tiempo ca- minos excelentes de herradura. Las calizas del Cretáceo darían una hermosa piedra de ornamentación, porque son iguales á los llamados mármoles de Orizaba; la roca se deja cor- tar en grandes lajas y fácilmente se pule. Arcillas para alfarería se encuentran en casi todo el país, pero especial- mente en la región del Terciario marino; los indios utilizan estos barros ya en muchos lugares para fabricar ollas, platos, etc., y una de las ciudades más importantes del Estado de Chiapas, ha tomado su nombre de esta in- dustria, á saber: Comitán, lo que quiere decir *“el lugar de las ollas. ”” Las andesitas se usan en Chiapas para la fabricación de metates. De cierta importancia para el Estado de Chiapas son ciertos manantia- les minerales; son aquellos que contienen grandes cantidades de sal. Los lugares más importantes son Ixtapa, Sinacantán, Ixtapangajoya y el valle de Cuxtepeque. En las tres primeras localidades sale el agua salada de ro- cas terciarias; en la última, de las capas de Todos Santos. Las aguas sala- das de Ixtapa y Sinacantán, se evaporan por medio de ollas grandes sobre el fuego; en el valle de Cuxtepeque se utilizan pilas en las cuales se evapo- ra el agua por el calor del sol; la sal de Ixtapa y Sinacantán es de color muy blanco, la de Cuxtepeque de un color rojizo. Entre las salinas de Ix- tapa y Sinacantán, se encuentra en los terrenos de la hacienda del Burre- ro un manantial con agua clara y fría, la cual mata á los animales quela beben. Una muestra de esta agua que traje, fuéanalizada por el Sr. Villarello y mostró los siguientes componentes: gs. 1 3 Sin Doc O? y ol AS ee o iS EN [GOO moncocnnononnnnaninoroos 0422 e | SO Esto la 0.0824 EOI E A 0.2676 NA o oc 5.7154 ISO sesscond topanso Eee NANA 0.4794 NO O a lesa - 3.6681 NAO os a eos vestigios, 10.5801 por litro. Residuo por evaporación...... MONA 74 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASOO. El sedimento del agua se compone de: peróxido de fierro, carbonato de cal y materia orgánica. El sedimento citado arriba se había formado en la botella que contenía el agua, porque duró varios meses, hasta que llegó la colección á México. La materia dañosa para el ganado será probablemente la Na”So”. Hemos visto en el capítulo sobre la estratigrafía (pág. 31) que los terre- nos de la división de Simojovel contienen bancos impregnados de sulfato de magnesia, fierro y yeso. Además, sabemos que existen en la región mu- chas aguas saladas en el Terciario. Las arenas que contienen cloruro de so- dio, generalmente tienen también carbonato de sodio. Las substancias con- tenidas en la division de Simojovel son solubles, y suponiendo que aguas que hayan pasado por las referidas capas se mezclen con aguas saladas, en- tonces tendrá lugar la siguiente reacción: CaSO* + NaCO? = CaCO* + Na? SO?. Como el carbonato de cal es poco soluble, seencuentra en el agua sólo una cantidad insignificante en solución, porque ya se desprendió el ácido cat- bónico que la había tenido en solución (vemos que existe carbonato de cal en el sedimento que se produjo en la botella); en cambio encontramos una cantidad respetable de Na?SO* que es muy soluble. La presencia del NaCl nos indica que realmente tuvo lugar la mezcla de dos aguas, además de que las otras aguas saladas del mismo valle no contienen las sales de mag- nesia en cantidad. Sal se gana también en la Municipalidad de Tonalá por la evaporación del agua del mar. Aguas minerales existen en varias partes del Estado de Chiapas; en las faldas del volcán de Tacaná (también en el lado guatemal- teco, cerca de Sibinal), (aguas azufrosas); cerca de la hacienda del Car- men, departamento de la Libertad (aguas azufrosas, temperatura 3225-87" C.); al Suroeste de la Trinidad, departamento de Palenque, llamado El Azufre (aguas azufrosas); cerca de Magdalenas, en el río de Sayula (agua azufrosa). De Tabasco, cita Correa' los siguientes manantiales minerales: El Azufre, La Esperanza y La Guadalupe, en las fincas del mismo nombre, de la municipalidad de Teapa; el manantial de Tapijulapa, en la munici- palidad de Tacotalpa; San José Bulají y Aguacaliente, en la de Macuspana. Según Correa, varía la temperatura de estos manantiales entre 25? y 42%. La mayor parte de ellos tendrá agua azufrosa. Hemos visto que los dos Estados son bastante pobres en consideración á minerales, y podemos decir con Sapper: “que la Agricultura es el ramo más importante, y como se puede extender muchísimo todavía, especialmente en el Estado de Chiapas, se comprende que la importancia económica de estos Estados será mayor cada año, si el desarrollo de la Agricultura que 1 A, Correa.—Reseña económica del Estado de Tabasco. México, 1899, pág. 29. GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. 75 hasta ahora se ha menguado, sigue aumentando. Y aunque las riquezas de los minerales parecen ser limitadas, sin embargo, la tierra de aquellos Estados promete recompensar esta falta por su fertilidad y la variedad del clima, y por estos motivos se puede esperar que aquellos Estados, en lo fu- turo, formarán una de las más felices porciones de la República Mexicana, y si la población, regida por buenas leyes y dirigida por buenas autorida- des, hace un uso más y más extenso de las favorables condiciones natura- les, el progreso debe ser rápido y sano, y si no fuere así, no podrá culparse á la naturaleza del terreno que es tan favorable y rico, sino á otras causas que no se pueden predecir con anticipación.” Puedo añadir á estas pala- bras que para hacer de Chiapas un Estado rico de Agricultura no se nece- sita más que la creación de buenas vías de comunicación; no se necesita allí tanto ferrocarriles como caminos carreteros y de herradura, y desde el mo- mento que éstos se hayan construído, todo el terreno fértil del Norte que ahora está cubierto de monte virgen, se cubrirá de plantíos de café, cacao y vainilla, y será una fuente de riqueza para todo el Estado. 4.—ALGUNOS DATOS SOBRE LA GEOLOGÍA DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC. El Istmo de Tehuantepec es todavía una región casi desconocida, tanto topográfica como geológicamente. La literatura que existe sobre esta zona es bien pequeña y anticuada. Los primeros datos sobre la geología de esta parte fueron publicados por una Comisión americana encabezada por J. G. Barnard y J. J. Williams. * Más tarde vino otra Comisión americana? acom- pañada por una mexicana * con el fin de estudiar la posibilidad de la cons- trucción de un canal interocéanico en el Istmo de Tehuantepec. Las deter- minaciones petrográficas contenidas en estas dos publicaciones son comple- tamente anticuadas y muchas veces apenas inteligibles, y no hay indicaciones sobre la tectónica de la región. Unos cuantos datos sobre la geología del Istmo trae también Ratzel* pe ro se refiere principalmente á la costa del Pacífico. Otros datos contiene 1 Barnard and Williams. The Isthmus of Tebuantepec. New York, 1852. Esta publica- ción no me es accesible, pero pude revisar una traducción, la cual no sé si es verbal, y que fué publicada por la Secretaria de Fomento de México; el título es: J. J. Williams. El Istmo de Tehuantepec. Traducido por Francisco de Arrangoiz. México, 1852. 2 Shufeldt.—Reports of explorations and surveys to ascertain the practicability of a ship- canal between the Atlantic and Pacific Oceans by the way of the Isthmus of Tehuantepec, Washington, 1872. 3 Barroso, —Memoria sobre la geología del Istmo de Tehuantepec. Anales del Ministerio de Fomento de la República Mexicana. T. III. México, 1880. 4 Ratzel.—Reiseskizzen aus Mexico, Breslau, 1878, pág. 211 y sig. 76 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO, una pequeña noticia de Sapper, * pero se refieren sólo al camino de Tehuan- tepec á Oaxaca, de modo que no podemos sacar provecho directo para la geología de la región, que nos interesa aquí. De las condiciones del Istmo se ocupan dos trabajos de Spencer,* pero el autor trata de las condiciones tectónicas del Istmo de una manera muy superficial; en este trabajo tene- mos que ocuparnos algo más detalladamente. Spencer ha publicado últimamente especulaciones sobre la distribución de tierra y agua en el Golfo de México y las Antillas, al tiempo del Tercia- rio y cuando Dall, el mejor conocedor del Terciario americano, se Opuso á sus ideas, fundándose en sus estudios paleontológicos y geológicos, Spen- cer contestó muy enérgicamente. Este no es el lugar para hablar sobre las ideas de Spencer que se refieren á las conexiones entre las Antillas y Flori- da, pero debo decir que si no tienen mejor base que la de sus ideas sobre el Istmo de Tehuantepec, entonces no merecen ni la discusión. Spencer di- ee (loc. cit. 1897, pág. 21) que las calizas semicristalinas forman el espina- zo del Istmo, que las sierras calcáreas, en su lado hacia el Pacífico, están cu- biertas por ““shales”” y que estas ““shales”” juntas con areniscas son de edad eocénica. En esto hay dos errores: primero, las calizas son más modernas que las llamadas ““shales”” lo que se ve tanto en el kilómetro 246 como en el kilómetro 239; de la localidad de Niza Conejo hablaremos más abajo; segundo, las ““shales”” y las areniscas no son más que gneiss, pizarras cris- talinas, filades, etc., de modo que no se trata de pizarras y areniscas ter- ciarias, sino de rocas cristalinas del Arcaico. Antes de ocuparme en el lado Atlántico, citaré unas frases de Spencer sobre el lado del Pacífico; en la pá- gina 22 dice que en la base de las montañas se observa una faja de caliza margosa que contiene guijarros de gneiss, etc. Esta faja de caliza no exis- te ni la puede haber observado Spencer, creo que el error se basa en la in- dicación de semejante faja en los mapas antiguos de Barroso, etc. En rea- lidad se trata de diferentes acumulaciones de toba caliza por manantiales calientes, así como en el Valle de Río Verde y en el pie del Cerro Masahui; naturalmente estas acumulaciones no constituyen ninguna prueba para una segunda formación de nivel de base (baseleveling) así como lo quiere Spen- cer. Este no es el único caso donde Spencer tomó tobas calcáreas por cali- zas; en otra región tomó unas tobas calcáreas por calizas y margas terciarias de origen marino, lo que demostraré en otra publicación. En seguida dice Spencer que las relaciones entre esta “caliza”? y la base de la llanura de la costa, se ven en su corte, fig. 3. Esta figura 3 se 1 Sapper.—Ein Beitrag zur Geologie von Oaxaca. Zeitschr. d. Deutsch. Geol. Gres. T. 46, 1894, pág. 675 y sig. 2 Spencer, J. W.—Geological canals between the Atlantic and Pacific Oceans. Proc. Amer. Ass. adv. of Science. T. 44, 1886, pág. 139. Idem.—Great changes of level in Mexico and the Interoceanic connections. Bull. geol. Soc. of America. T. 9, 1897, pág. 13-24. GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. TT refiere al Río de San Gerónimo; la base está constituída de basaltos des- compuestos, sobre éstos yace la citada marga con guijarros, la que está cubierta por graba y lama. Es verdad que en el texto (pág. 23) no men- ciona el basalto, sino dice que aquellas capas yacen sobre gneiss descom- puesto. Pero en realidad esto es completamente indiferente, porque en el río de San Gerónimo no se encuentran ni basalto ni gneiss. Bajo el puen- te del ferrocarril se halla una masa de toba de pórfido cuarcífero y entre el puente y el pueblo de San Gerónimo el borde derecho del río está consti- tuído de granidiorita, mientras que en kilómetro 260, al lado izquierdo del río, se encuentra granito de biotita, y en kilómetro 264, algo al Sur de San Gerónimo, granito pertítico. Creo que comentarios sobre semejantes “obser- vaciones”? y las interpretaciones consiguientes, son innecesarios. Spencer confunde (pág. 21) las pizarras y areniscas probablemente cretá- ceas que están cubiertas por calizas de Niza Conejo y que se extienden de este punto hasta el puente del ferrocarril, sobre el río Malatengo, con el gneiss y las fílades de Chivela y la vertiente del Pacífico. Además, dice, que entre este punto y el río Jaltepec, existen afloramientos de gneiss des- compuesto. Esto no es cierto, no se encuentra gneiss en ninguna parte de esta región. En otra parte de la misma página cita Spencer los cerritos de caliza cerca de Medias Aguas y presume que sean de edad terciaria, por lo menos más modernas que las calizas cretáceas y las ““shales”” del Istmo. Para esta aseveración Spencer no tiene ninguna prueba, porque aquellas calizas se levantan sobre la llanura sin que se pueda ver su conexión con otras Capas. Spencer dice haber encontrado moldes de Corbis y otras conchas en un estado que no permiten una determinación; yo he buscado allí, junto con mi compañero Juan D. Villarello, pero no nos fué posible encontrar huella alguna de fósiles. No hay ninguna indicación de que aquellas calizas sean post-cretáceas, tampoco tienen la menor semejanza con las rocas terciarias al Oeste de Veracruz, porque aquellas son areniscas margosas y conglome- rados, lo que Spencer no parece saber. Al contrario, las calizas tienen la mayor semejanza con las calizas del Cretáceo Medio del Istmo. Y, además, ¿dónde vió Spencer caliza cretácea en el Istmo? La única localidad don- de se observan restos de Rudistas, cerca de Paso de Buque, no la cono- ció. En el capítulo siguiente, dice Spencer que su “Coatzacoalcos formation” yace sobre gneiss descompuesto. Esto es un error, en ninguna parte se ve la base de las margas terciarias marinas. La capa que cubre las margas miocénicas no fué distinguida por Spencer. Spencer no ha dado ninguna prueba para su canal geológico á través del Istmo. Lo que él tomó por depósitos del agua de este canal (en Chive- la y Rincón Antonio) son depósitos de lagos, lo que cualquier geólogo ve: rá desde luego en el lugar. N2 20.—10 78 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO, Tocan la geología del Istmo, también superficialmente, dos trabajos de contenido principalmente geográfico, publicados por Durocher. * El Istmo de Tehuantepec forma un estrechamiento corto entre Norte Amé- rica y Centro América. De los dos lados bajan las sierras hacia él y de una manera bastante rápida; vemos tanto al Este como al Oeste del Istmo mon- tañas allas; así observamos á 30 kilómetros al Este de la línea más baja, en el Oeste, el Cerro Atravesado, con 1,529 m. de altura; á 21 kilómetros al Oeste, el Cerro Guie-Xila con 1,152 m., mientras que el punto más alto de dicha línea tiene una altura de 244 m. (Chivela). Los elementos orográli- cos del Istmo son tres: una llanura no muy ancha en el Sur, la sierra cen- tral y la llanura ancha del Norte. La llanura meridional sigue á la costa del Pacífico y de ella se levantan lomas de forma irregular y de una altura de 200-300 m. Al Norte de la llanura se levanta bruscamente de ella la sierra central casi sin estribos; ésta alcanza alturas respetables hacia el Este y el Oeste donde se reune con las montañas de Chiapas y Oaxaca, pero se reduce en el Istmo á unas lomas que apenas alcanzan la altura de 600-700 m. Pasando sobre la sierra, en la línea del ferrocarril, vemos que el terreno se levanta en escalones hasta el paso de Chivela (244 m.) y que baja al otro lado de la misma manera hasta Santa Lucrecia. La sierra, que tiene aquí un ancho de 90 km., muestra mesetas bastante grandes, de las cuales se le- vantan lomas y sierritas con el rumbo de E.-W. aproximadamente. Estos llanos fueron bien descritos en la obra de Shufeldt. Hacia el Norte sigue una llanura hasta la costa del Atlántico; y de esta región se levantan sólo aisladas lomitas. La llanura meridional se compone de arena, arcilla y marga con muchas conchas, entre las cuales se distingue la Ampullaria Cumingi, que vive to- davía hoy en todas las desembocaduras de los ríos, en la costa y en los char- cos y pantanos de esta región; no sube á las partes más altas ni vive en el agua del mar, sino donde entra ésta en un río se encuentra el caracol citado en menor cantidad, de talla más pequeña y de concha más delgada. Aque- lla parte de la llanura, donde se hallan las arenas, etc., con conchas, y que es ahora una región bastante árida, debe haber sido semejante á la región más al Este (entre Juchitán y Niltepec) donde se :encuentran todavía tra- mos muy pantanosos, cubiertos de montes bajos. Las lomas que se levantan de la llanura se componen de rocas arcaicas y rocas ígneas antiguas. He podido visitar sólo unos cuantos puntos, pero parece que todas las lomas se componen de gneiss, granito, pizarras cris- talinas, pórfido, etc. Empezamos en el Sur, el puerto de Salina Cruz está encerrado por dos 1 J. Durocher.—Etudes sur Porographie et la géologie de 'Amérique Centrale. C. R. Ac. Se. Paris. T. 50, 1860, pág. 1,170-1,175. Idem. Recherches sur les systémes des montagnes de l'Amérique Centrale. C. R. Ac, Sc. Paris. T. 51, 1860, pág. 43-46, GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 79 sierras que se juntan al Norte de la población; se componen de rocas gra- níticas. Encontré granito de biotita y microgranito de muscovita. Grandes canteras descubren estas rocas, pero tambien el corte donde pasa el ferro- carril (kilómetro 306-307) nos demuestra la naturaleza de las rocas que es en parte granito pertítico y en parte microgranito de muscovita. Estas ro- cas se extienden hacia el Oeste. Al Este de las citadas sierras encontramos unos cerros aislados cerca de Huilotepec, entre los cuales corre el río de Tehuantepec; éstos se componen de tobas de pórfido cuarcífero, pero no es- tán en conexión con otras sierras. Entre las sierras de Salina Cruz y las lomas de Tehuantepec no existen afloramientos de rocas. En el barrio de Santa María vemos por primera vez gneilss; es gneiss de piroxena y gneiss de biotita el que constituye las lomas de Santa María, pasa por el río de Tehuantepec y constituye el subsuelo de la población, y el pequeño cerro llamado Dani-Guivedchi, al Este de la po- blación. Al Oeste del río vemos el cerro llamado Dani—Lieza, que está se- parado de la loma de Santa María por una pequeña depresión. El Dani- Lieza se compone en su mayor parte de felsita, la que forma una intercalación en el gneiss; éste lo encontramos en el pie septentrional del cerro. Interca- laciones semejantes de felsita en gneiss, vemos también en el camino de San- ta María y las canteras del Dani—Lieza. Desde Tehuantepec vemos levantarse cerros altos al Oeste del ferrocarril. Las formas abruptas de esta montaña nos indican ya desde lejos que el ma- terial, del cual se componen, es una caliza de bancos gruesos. Esta par- te, en realidad, ya no pertenece al Istmo; pero como he podido hacer una excursión á Tequisistlán, el camino que también anduvo Sapper, y hacer algunas observaciones de importancia, me permito describir aquí lo que he visto. El camino de Tehuantepec á Tequisistlán sigue al río de Tehuante- pee; primero pasa el camino desde Tehuantepec sobre un llano fértil de alu- viones que llega hasta el pequeño pueblo de Mixtequilla. Sapper* dice que desde Salina Cruz hasta Tehuantepec, é inmediatamente atrás de Tehuan- tepee se hallan rocas arcaicas, que sólo de vez en cuando están cubiertas por depósitos aluviales, y en su corte indica Arcaico desde Tehuantepec hasta Mixtequilla. Esto es un error: entre el kilómetro 306 y Tehuantepec hay sólo aluviones, y lo mismo es el caso entre Tehuantepec y Mixtequilla; só- lo Tehuantepec mismo está sobre gneiss. En Mixtequilla encontramos una caliza obscura ó gris con riñones de pedernal, que forma bancos gruesos. Fósiles no he encontrado allí; pero algo adelante, en la caliza del Quié-ngo- la, se encontraron huellas de bivalvos, de los cuales unos se asemejaron á cortes de Rudistas. Como la caliza es muy cristalina, no hay grandes es- peranzas de encontrar una fauna. El río de Tehuantepec corre desde Mix- tequilla en una cañada angosta, enyos lados están formados principalmen- te de las mencionadas calizas, así como lo indica el corte de Sapper. Pero 1 €. Sapper. Beitrag zur Geologie von Oaxaca, pág. 677. 80 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. á este autor se le ha escapado un hecho muy importante: el pie del lado septentrional y el fondo del valle donde va el camino, no consiste siempre de caliza sino de gneiss. Este gneiss, que tiene más arriba una cubierta de cuarcitas, forma la base de las calizas en el lado septentrional de la caña- da, mientras que en el lado Sur no hay más que las calizas, y que forman allí el Quiéngola. El rumbo de las calizas es de N. 402 W. hasta N. 50% W., y el echado de 20% 4 50 N.E. Como la cañada tiene la dirección S.E.—N. W., sigue ésta más ó menos el rumbo de las capas, y como la inclinación es ha- cia el N.E. y el gneiss se encuentra en el lado N.E. de la cañada, la parte al S.W. de la cañada debe ser un block hundido; la fractura se encuentra en el fondo de la cañada, y es la causa de la formación de ella. En algunos casos no hay una fractura simple sino fracturas escalonadas; pero el carác- ter tectónico es siempre el mismo. Sapper no menciona ni la fractura ni la presencia del gneiss. Allí donde termina la cañada del río de Tehuantepec, se encuentra un enorme acantilado que tiene el nombre de El Tablón. En la continuación de la masa rocallosa del Tablón vemos todavía caliza, pero después -sigue pizarra con el rumbo de N. 50% W. y el echado de 50% N.E.; más adelante vemos otra vez caliza, y de nuevo bajo esta pizarra. Después sigue acarreo, y sólo en un punto se ven pizarras de color morado hasta verde. La región más adelante ya no pertenece al Istmo, y en realidad ya he- mos invadido el terreno al Oeste del Istmo. El llano entre Tehuantepec y Tlacotepec no muestra afloramientos de roca; los cerros de Tlacotepec se componen de la caliza sin fósiles bajo la cual se encuentra cuarcita; los ce- rros de Tlacotepec forman un anticlinal. Entre Tlacotepec y San Geróni- mo, vemos al Norte de los cerros de caliza pasar una faja ancha de micro- eranito y granito; esta faja comprende las lomas de Laollaga (granito de biotita); el llano entre Tlacotepec y San Gerónimo (microgranito y felsita, en el kilómetro 264 del ferrocarril granito pertítico) y el Dani-Guiati, un cerro cerca de San Gerónimo (granito porfiroide de biotita, granito de bio- tita, granito aplítico, microgranito). En el río de San Gerónimo encontra- mos, bajo el puente del ferrocarril, toba de pórfido cuarcífero; más hacia el pueblo, granidiorita. También cerca de Chihuitán se halla toba de pórfido cuarcífero en un cerrito aislado al E. del pueblo. Aquí ya nos acercamos al pie de la sierra, y antes de ocuparnos de ella, mencionaremos que más al Este sigue la misma serie de pizarras cristalinas y rocas ígneas antiguas. Cerca de Niltepec, encontré al S. de la población gneiss granulítico y pizarra de cericita. Entre Niltepec y Zanatepec se en- cuentra (río Ostuta) una brecha de pórfido cuarcífero; en el punto llamado El Roble (camino de Niltepec á Zanatepec) hallé un granito de biotita y anfíbola. Algo más adelante encontramos ya los estribos de la Sierra Ma- dre de Chiapas (Tapanatepec) que fué descrita en la primera parte de este Boletín. Al Norte del río de San Gerónimo encontramos: primero, todavía granito GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 81 de biotita (kilómetro 260 del ferrocarril), después no hay afloramientos hasta el pie de la sierra; la parte meridional de ésta la forma una loma compuesta de gneiss y pizarra de uralita. Una fractura longitudinal corta esta serie en el Norte de la loma (kilómetro 246) y hace aparecer calizas marmoliza- das de edad desconocida, bajo las cuales se encuentran unos bancos de psam- mita, que por su parte yacen sobre fílade glandular. Desde aquí sigue aho- ra una serie de pizarras cristalinas; en el kilómetro 242-241, encontré pizarra caliza con sericita; en el kilómetro 239-238, gneiss de sericita; el rumbo es bastante variado: en el kilómetro 248 encontré, en las pizarras, el rumbo de N. 80% W., N. 55-60 W. y el echado ligeramente hacia el Sur; la caliza en el kilómetro 247 muestra el rumbo N. 60 W. y un echado de 25” S.W. En las pizarras del kilómetro 244-243, observé el rumbo de N.-S., echado al W., N. 40” E., echado 35% S.E.; en el kilómetro 242, el rumbo N.-S., con una inclinación hacia el W.; en el kilómetro 242-241, el rumbo N. 302 W., echado 35” S. W. En el kilómetro 239 encontramos una masa de calizas marmolizadas con el rumbo de N. 60% W.; en el ferrocarril están las capas perpendiculares, pero en el Cerro Prieto tienen un echado de 25-30? S. y yacen sobre gneiss de sericita. Gmeiss (gneiss de sericita, fílade eneissica, gneiss de muscovi- ta, ete.), compone toda la sierra hasta la cima, cerca de Chivela. El rumbo cambia frecuentemente; así, por ejemplo: N. 80 W., echado al S.; N. 302 W., echado 40? N.E. (kilómetro 238); N. 30? W., echado 40? N. E. (kilóme- tro 236); este último rumbo queda casi constantemente hasta el kilómetro 234; la estructura de este último tramo es, en lo general, la de una bóveda. El gneiss sigue hacia el Norte, componiendo el suelo hasta la sierra de Niza Conejo. El llano de Chivela está formado por depósitos de un antiguo la- go, lo que se ve claramente en los cortes hechos por el ferrocarril. Al Nor- te de este llano siguen, como ya lo hemos dicho, las pizarras cristalinas con el rumbo N. 30% W. hasta N. 25% E. y un echado hacia el N.W. y N.E.; después cambia el rumbo (kilómetro 219 de la línea nueva) en N.-S., con un echado al W. (gneiss de sericita). Gneiss y fílades componen todo el lla- no de Petapa al Sur de la Sierra de Niza Conejos; ésta se compone de cali- zas de color aris hasta azulado, en parte en bancos gruesos, en parte api- zarradas, que no contienen fósiles. El rumbo de las calizas es de N. 65" W. con un echado de 30% S. W.; pero en la parte meridional de ellas cambia el rumbo á N. 30 W. con un echado de 10-60? S. W., mientras que las fílades más adelante muestran el rumbo de N. 30-50? W. y un echado de 30% S. W..; una dislocación debe separar las calizas de las fílades. Bajo las calizas en- contramos pizarras arcillosas y margosas, areniscas de color rojizo y pizarras calcáreas (N. 65” W., echado 30? S. W.); en el tramo, kilómetro 215-212, las pizarras predominan y están ligeramente onduladas; más adelante, ki- lómetro 212-211, el rumbo es de N. 55? W. y el echado, 20-50* S.W. Si- suen pizarras de color amarillo hasta gris, y areniscas blancas, verdes y rojas con el rumbo E.—-W. y el echado, 40-50 N. En el kilómetro 208 em- 82 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. piezan los conglomerados modernos, restos de un antiguo lago que antes ocupó la cuenca de Rincón Antonio. Debajo estos conglomerados modernos se observan en muchos lugares las pizarras y areniscas mencionadas arriba, y siguiendo desde Rincón Antonio al ferrocarril, vemos las mismas piza- rras y areniscas, descubiertas magníficamente en la cañada del río Malaten- go. Las capas están fuertemente plegadas. En el kilómetro 203 empiezan log primeros afloramientos con areniscas apizarradas, de color morado has- ta rojizo pardo. Entre el kilómetro 203 hasta el 202, vemos sólo los con glo- merados modernos; pero en el tramo, kilómetro 202-201, sigue una serie de pizarras amarillas, grises y moradas, areniscas, apizarradas y otras en bancos gruesos de color verde y colorado. Esta serie de rocas continúa has- el kilómetro 191, y éste, bajo un cambio frecuente de rumbo y echado. La masa principal la forman las areniscas; las intercalaciones de pizarras son de menor importancia. En las pizarras se nota muchas veces apizarramien- to transversal por presión. El cambio del rumbo y echado se verá en los siguientes rumbos y echados que se observan hasta Mogoñé. Kilómetro 202 201: N. 62% W., echado 68% N.; kilómetro 201-199: primero pizarras y are- niscas fuertemente plegadas, después se hace el rumbo más constante; N. 1052 W., echado 70% N.; N. 80% W., echado 65% N., 80% N., 65% 8., 605 N.; vertical, E.—W., echado 12% N. Kilómetro 199-198: N. 65” E., echa- do 40? $S., 70% S.; N.-S., echado 60% E.; N. 30% W., echado 50% S.E.; N. 40 E., echado 35” S.E.; N. 20% W., echado 30% E.N.E. Kilómetro 198 197: N. 50% E., echado 25 S.E.; N. 30% W., echado 25% E.N.E. Kilómetro 197-196: N. 40% E.; echado 109 S.E.; N. 65% E.; echado 20% S.S.E.; N. 30 E., echado 20% E.S.E.; E.-W., echado 15% S. Kilómetro 196-195: N. 70% E., echado 20% S.S.E.; E.—-W., echado 30% S.; N. 110? E., echado 45% N. Kilómetro 195-193: E.—W., echado 35? N., 20% N.; N. 80? E., echado 202 S.; N. 402 W., echado 20% N.E., 20% S.W., 20% N.E.; E.—W., echa- do 40% N. Kilómetro 193-1992: E.-W., echado 457 $S., 402 $S., 709 N.; N. 752 W., echado 70% S.; N. 55% W., echado 70% N.N.E., vertical. Kilómetro 192-191: E.—W., echado 80? N.; vertical, 80 N., 802 S. En este último tramo se hallan ya, principalmente, pizarras arcillosas; siguen en el kiló- metro 191-190: primero, conglomerados modernos; después pizarras arcillo- sas con el rumbo N. 80% W., echado 80% N.; después, pizarras calcáreas con el rumbo N. 40% E., echado 80 N.W.; E.—W., echado 70? $S.; adelan- te vienen pizarras arcillosas amarillas, y en el kilómetro 190-189, pizarras arcillosas negras con el rumbo N. 55 W., echado 50% S.W.; poco antes del puente, sobre el río Malatengo, observamos el rumbo N. 75” W., echa- do 308. Al otro lado del río no hay «afloramientos, hasta Mogoñé. En el kilómetro 186-185, corta el ferrocarril una lomita que consiste de areniscas (N. 70% W., echado 50? N.); después sigue el llano de Sarabia, compues- to superficialmente de arenas, probablemente depósitos de un antiguo lago. Cerca del río Sarabia, ya encontramos, por última vez, aquella arenisca verde y morada; forma allí las pequeñas lomerías al E. y W. del camino. Conglo- GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 83 merado y arenas modernas cubren todo el suelo entre el río Sarabia y el pue- blo de Palomares. Un kilómetro al N. de éste comienzan margas calcáreas en bancos delgados con intercalaciones de margas apizarradas (N. s0* W., echado 25-40%,W.); sobre éstas yacen calizas en bancos gruesos de color gris-azulado que contienen restos de Nerinea, Rudistas y numerosas púas de echinodermos. Esta masa calcárea tiene un ancho de unos dos kilóme- tros, y presenta la única caliza cretácea en el Istmo de Tehuantepec; por lo menos, no tenemos hasta ahora ninguna prueba estricta de que las otras calizas al Sur sean de la misma edad, aunque esto me parece muy proba- ble en cuanto á las calizas de Niza Conejo. El rumbo de las calizas al Norte de Palomares (Paso del Buque) es N. 80% W., echado 40 N. Desde aquí (kilómetro 162) siguen arenas, areniscas y conglomerados modernos ligera- mente ondulados; en el kilómetro 146, se observa bajo estos depósitos un afloramiento de margas azul- grises. Las areniscas contienen, en varias pat- tes, pequeños depósitos de lignita, y en otras, impresiones de plantas que no se han podido determinar hasta ahora. Estas areniscas y arenas, con acu- mulaciones locales de conglomerados, siguen hasta el kilómetro 136 del fe- rrocarril, donde se encuentra una elevación formada por margas de color azul-gris. Estas margas contienen fósiles y forman el subsuelo desde aquí hasta la costa, aunque en la mayor parte del tramo están cubiertas por are- nas y conglomerados más modernos. Dall determinó los fósiles que fueron recogidos por J. Spencer, y este último publicó la lista siguiente: Conus (semejante á leoninus). Pleurotoma albida, Perry. 0 (semejante á ostrearum, Stearns). Pleurotoma (semejante á Cedonulli, Reeve). E (semejante á Henikeri, Say=S0w ?) Scaphella dubia, Brod. Marginella (semejante á cineracea, Dall.) 0 (semejante á suecinea, Dall.) Olivella mutica, Say. Niso interrupta, Say. Scala retifera, Dall. Phalium globosum, Dall. Glyphostoma Gabbi, Dall. Metulella fusiformis, Gabb. Trophon (semejante á triangulatus, Cptr.) Mitra (semejante á fulgurita, Rve.) ., Striatula, Lam. Cancellaria (semejante á modesta, Dall.) 05 centrota, Dall. Natica (semejante á canrena, L.) Xenophora caribbaea, Petit. Si GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. Pecten (semejante á glyptus, Verr.)-Pecten cactaceus, Dall. ? Amusium Lyoni, Gabb. Astarte opulentora, Dall. Arca Spenceri, Dall. Leda acuta, Conr. A esta lista agrego las siguientes especies encontradas por mí: Amusium pourtalesianum, Dall. Limopsis A guilari, Bóse. Dentaliam rimosum, Bóge. Dalium Dalli, Bóse. Trophon (?) isthmicus, Bóse. Pleurotoma veracruzana, Bóse. E Angermanni Bóse. E zapoteca, Bóse. A Scaliae, Bóse. Natica heros, Say. so CEimiRameal, Jl, ,, Sulcatula, Bóse. Sigaretus mexicanus, Bóse. Oliva subplicata, Bóse. Las margas que contienen esta fauna están poco plegadas; cerca del kil. 136, parecen formar un anticlinal y entre este lugar y Santa Lucrecia, en el Río Jaltepec (kil. 127), un sinclinal. Desde este último punto hasta el kil. 36 (cerca de Chinameca) observamos extenderse un solo anticlinal muy amplio cuyo eje debe encontrarse cerca del kil. 70 del ferrocarril. Los fósiles prueban que las margas pertenecen al Mioceno Superior, en muchas partes están cubiertas por arenas más modernas, pero sólo en un punto encontré fósiles determinables en ellas, es decir, en Santa Rosa á 26 kil. de Santa Lucrecia en el ferrocarril de Veracruz al Pacífico; los fó- - siles son: Pecten santarosanus, Bóse. Amusium Mortoni, Rav. Anomia simplex, D'Orb. Laevicardium sublineatum, Conr. Pyrula papyratia, Say. Esta fauna representa el Plioceno Inferior de México y tiene una enor- me extensión en la costa del Golfo; algo al Norte, cerca de Tuxtepec encon- tré una fauna de la misma edad pero con mucho más especies las cuales indican claramente que la fauna pertenece al Plioceno Inferior.* Faunas 1 La descripción de las citadas faunas y algunas más formará el contenido de un Boletín del Instituto Geológico de México,. bajo el título: ¡Sobre algunas faunas terciarias de México. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 85 más modernas no las encontré hasta ahora, no obstante de que no me cabe duda que los depósitos de arenas de la llanura atlántica del Istmo tengan en parte una edad muy moderna. Resumiremos en pocas palabras lo que nos demuestra el corte descrito. La llanura de la costa del Pacífico está cubierta de lomas compuestas de rocas antiguas, en gran parte arcaicas. Lo que hemos visto al W. del Fe- rrocarril, cerca de Tehuantepec, Tlacotepec, etc., nos convence que allí ya comienza la sierra más antigua, la Sierra Mexicana, y que el Istmo en gran parte pertenece á la Sierra Centroamericana. Es natural que no se debe pensar que el límite entre las dos montañas forma una línea recta, no, al contrario, la línea será bastante complicada, pero hasta ahora nos es desco- nocida en su mayor parte. Ya dijimos que la encontramos en el Sur, allí donde las sierras del Occidente, las que forman el Sur del Estado de Oa- xaca al W. del Istmo, repentinamente mueren en la llanura de la costa del Pacífico, acabándose así también las anchas fajas de calizas, probablemen- te cretáceas, que hacia el W. presentan un papel tan importante, mientras que hacia el E. desaparecen por completo. En la sierra del Istmo las cosas tienen un aspecto diferente; allí los ras- gos geológicos del W. se extienden hacia el E. sin que pudiéramos decir hasta dónde. Esta barrera fué creada junto con la montaña mexicana á fines del Cretáceo, ó á principios del Terciario. La sierra representa en su totalidad un enorme anticlinal que llega hasta Paso del Buque; este an- ticlinal contiene naturalmente pliegues secundarios y fracturas, pero sin que éstos podían borrar por completo el rasgo principal. Los plegamientos amplios que se observan al Norte de la sierra en las capas terciarias perte- necen probablemente ya al movimiento orogénico principal de Centro Amé- rica ó para decir así son las últimas hondas que fueron emitidas por aquel centro. La continuación tectónica de estos pliegues la encontraríamos se- eguramente en el N. de Chiapas y en Tabasco. Debo confesar que el corte dado aquí no satisface desde todos los pun- tos de vista, porque se refiere sólo al istmo geográfico pero no al istmo geo- lógico; éste debe estar más al E. pero allí la región es hasta ahora tan des- habitada é inaccesible que sólo una expedición en regla podría entrar allí y para hacer esto me ha faltado el tiempo y la ocasión. Pero ya con el pequeño corte creo haber avanzado en algo nuestros conocimientos sobre una región tan interesante, no obstante de no haber podido descubrir el verdadero límite entre Centro y Norte América. N? 20.—11 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. 6.—LISTA DE LAS ALTURAS DEL ESTADO DE CHIAPAS. ABREVIACIONES. Com. Lim. M.= Comisión de Límltes Mexicana. —Com. Lim. G. = Comísión de Límites Guatemalteca. — Com. Chiap.=Comisión chiapaneca de Ingenieros para la construcción de un camino carretero entre San Cristó- bal y Chiapa. Lugar. JE, WiMlldsoocooconoce Agua Escondida, Ranchería........ Ajayash,' hacienda... Miami, la, Jelena» .osese sscoeceso Amatenango, Amatenango, Amatenango, Amatenango, Amatenango, Asapac, hacienda..... Bochil, hacienda...... Bochil, hacienda...... Departamento Ó partido. Autor. Chiapas: Bore Chamula ..... Bose Comitán ..... Sappers Palenque.... Sapper........... asiCasas AS Per LasiCasasB Os Bochil, cumbre entre Bochil y Caca- e e A Bola Bolantón,? cumbre entre Bolantón y SOVEAN LEN os sopuasdss socpablee pooosocis Bolonchac, Cerro y TUinas ......o.oo.o.o. Burnero Ia cion da Burro MA cena Burrcro lacio Cacahuatan pueblo Cacahuatan pue po (Cacatehacion lO Calvano laca Calvamio, 191, Innetencla: sas oesoosocones Calvano alacena Campana, rancho Campumá, Santa María, hacienda. Cancuec pued Cancúc, pueblo Cancúc, cumbre entre Cancúc y 1 Ahaiax, según la lista le Sapper. 2 Volontán, según la lista de Sapper. 3 Yochiu en la lista de Sapper. Motozintla... Com. Lim. G.. Motozintla... Sapper..........- Motozintla DO Mezcalapa DOS Simojovel... Sapper..........- 1 DOS CS Chiapa. ...... Bose toc Comitán ..... Sapper + ......... Comitán ..... APP La Libertad. A e elos Chiapas raras: A DOS VEN Com. Chiap.... Soconusco... Com. Lim. M... cda ADOS NOS Chiapas BO A SAPPE a E DOS AE AN Co. Chiap....... Comitán ..... SAPPer io Child E Al o IBOSeLnci os ass SAPO Altura metros. 457 1,734 1,820 1,550 1,815 1,8921 831 860 923 264 1,100 1,099 1,825 1,880 1,920 O 1,260 1,278 La 480 461 1,472 1,040 1,125 1,138 780 Lugar. dos Candelaria, hacienda cerca de Teo- ¡ME A AS Las Casas ... Candelaria, cumbre entre Candela- ee y Jo SEG ...enecasado vousosase e E Cangrejo, El, hacienda............... La Libertad. Caribe macia dc Chilón........ Caribe, cumbre entre Caribe y Arro- yo de Culebra ein apela se ES oe Carmen El hacienda... c00.ooenmessos La Libertad Carmen, El, aguas termales y ba- MO oo cooosoesSrocoraneo sesgo adas poPa RES Sa Carmen, El, hacienda cerca de Ix- UM AT EASEcO Pichucalco Chiapa de Corzo, ciudad.............. Chiapa.....-- Chiapa de Corzo, ciudad.............. SAO LE Chiapa de Corzo, ciudad.............- e E Chiapilla, Pueblo Nuevo de, pueblo. SE (hicoasen pueblos estos: Mezcalapa.. Chicoasén, cumbre entre Chicoasén y Copainalá, camino nuevo........ E añ Chicomuselo, pueblo... ...oomomo. o... Comitán...... (hicomuselo; pueblo: ..ooaciass cobos OE Ca AA Chillón: Ghimalapar vera ooo daealesas - Motozintla... Chimalapa, cumbre entre Chimala- 0 7 WE asesor Ateos EoiOdOS: S Comalapar hacienda acotados E Conil, cámaladleossesens ososcocodoroues Comitán..... Comitan cidad ts asu: NE Comitán, cludade..coocoooonocoocasos Comitán ...-. Comitán, cumbre entre Comitán y Balan. dos tadas A Concepción, hacienda. ....ooomommoo..-. Mezcalapa... Concordia, La, pueblo................. La Libertad. Concordia, La, pueblo................. a > Confluencia del río Usumacinta y Cibao Nssdan tec enano copos Radio UD IO pOUOBaS Chilontes: Confluencia del río Usumacinta (río de la Pasión) y Chixoy ..........-. O Copainalá, pueblo.......cooooooooooooo.. Mezcalapa... 1 Volontán es la lista de Sapper. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. sí Altura Autor. EOS est AS] 1,760 EEN 1,770 Bose 468 Nappera 670 leo Ada 960 SApperssasa: 520 AOS SA OOES 440 o SNE 600 Com. Chiap..-- 443 Saprer 490 BOS 411 OS: 568 IO: 9290 ARAS: 780 SAP 580 Bore as 610 O 949 Sapper sos: 1,440 da 1,600 Bose rana 734 Com. Lim. M... 1,596 SE) Pesascaoagos 1,620 Bose A OOO Sapperiaa SS5 Bose 547 AIN 555 SAapper ae 530 Com. Lim. M... 125 Sapper......... 85 Bosco E 489 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 00 | -00 Lugar. Copainalá, cumbre entre Copainalá y MEQOBIÁN ose pooroscavoncconsacaoaseros Cuesta de Chiapa, cumbre............ Cuilco Viejo Culebra, cumbre entre Culebra y auna reclomdlassssocoasnsuesocuosos CU e Cu Cu Delicias, Las, hacienda .-.......o...... Dolors, macienmtdlossmososassvososssosvos Dolores, cumbre entre Dolores y AM Dolores, cumbre entre Dolores y los Pino aia Ao Dos Puentes, rancho. -...o.ooocononooc.. Edén, caleta Escobal, cerro.. A Escopetazo, dre Sn Eo zo y Chiapa (Véase Cuesta de E oeste ooo OE IBSDEJO, JEMEN Ooscosonesdroce tos uebogoss: SOME) 1 airoscerososeoocoresaocuosoos Espíritu Santo, hacienda.............. Espíritu Santo, CUmbre.....ooooo..... Elomia, Ia, Inaelemalals osasscacocosrocsoosocas Edlomiía, Jla, necia» vosvsosossossacone Guadalupe, hacienda cerca de To- ¡OIEYOR! nosuossoodndocoodorcoghocades soseos Guadalupe del Valle, hacienda cer- en aa OTI O oso ocosasoonds osecosess Guaquitepecipue Guaquitepec, cumbre entre Guaqui- Lepe yO Guayabitas, hacienda................. JE NCEEO: VANO sesconoos oooccscocasonas Hidalgo, cumbre entre Hidalgo y Va os Horcones, Los, hacienda.............. 1 Escobetazo en la lista de Sapper. Dep rtamento ó partido. 1%) Chiapa....... SOConusco... Clnlléa ooson00 Motocintla .. 2 O OA ODO Simojovel ... mul oros Pichucalco .. Chiaparsst Palenque..... Twbdlascsccmose La Libertad. Chiapa......... Simojovel .... Simojovel .. La Libertad. Clamilón o ssnoo: Cialón » scevos Chilón ....... Tibalsosss.s. Palenque. ... Chilón . Pichucalco .. 2 Probublemente un error de prensa, será quizá 1265. a Autor. OS AS CE 775 dana. Chiap..... TL JM Sapper -560 e EA 1,060 AS 710 dom Lim. G.. 716 Bose ria 741 SENO ViiPosocosbesna 610 Dos 146 E AiO ESAS 348 e 07 Dn RO O 784 Sapper Rovirosa 1,328 SOI Boooscososacos 1,040 A 00D Dos 768 Sapper 540 A ra. 700 de UA 21,365 BOS 1,254 SAP 460 E as 880 Bose cia 1,005 A EEN 1,309 Sappel ...mm.o..o.. 340 Bose aci 759 SS AO 1,100 RETA 322 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. Lugar. Dai Horcones, Los, hacienda.............. E Be ue bhu cian pul: Soconusco... Euetinpan puebla Simojovel ... ley te peo Cerror acacia Las Casas....- Elueytepec Cerros sones AA Ele ytepec Cerro osas alnes e eel de ES atan pueblo ote soeces Mexcalapa. but pueblor haci ee se IExtacoratizm, vilo. osoccosarossosredoes Pichucalco .. Iaacommin, Willecosoooscsosuss sososasas AS Iacomitan villa es se tapar pueblo. mo me anni ea eos e Chapare tapar pueblo... coins ito A O tapa pueblos oa a APA Sana a Ciiapassse tapan gajoyas COLO. qa ceci dean Pichucalco .. Jardín, El, hacienda ............ Cintalapa... VOLALJAMEN OAaE Simojovel ... Jitotol, cumbre entre Jitotol y La lO. Se ES Tona O Comitan: Jolmax, cumbre cerca de San Pedro ' SETA cs obacoct lA Palenque.... ono cpathaciendas. casa coucoodasos: Palenque ... Toto hacienda roms. oa Comitan Jumecamall, Inaciemc.ocoovoocouonesedos: E ON SW NI Motocintla JOA, MAS MEN an FUMA, AAN E Laguna de Quixté,” paraje cerca de Sanirancisco ea Ea ieaa adas Comitán ..... Lagunas, hacienda cerca de Ecate- DEV ra Las Casas ... Lagunas, hacienda cerca de Ecate- PE o sn caia css siena e e Leyanima IÍEVICA sensasosscbdte oc cO da OÓ Comitán ..... Autor. SENO sasens coda: Rovirosa......... Meyers Conver- sationsiexi- 1 o IO NOVIOS A OO Altura en metros. 1 Según el Sr. Enrique Santibáñez no existe ninguna aldea de este-nombre en el departa- mento de Comitán. 2 Laguna, hacienda cerca de San Francisco en la lista de Sapper. Lugar. ILaysvina Icdondlal. vvococoosoovocos soso: Lagunetas, l rivera cerca de Cushú. Lagunita, hacienda ..oooomooooooccoo.. Laja Tendida, hacienda. .............. Laja Tendida, hacienda. Laja Tendida, cerro de Limón, El, paraje entre Teopisca y SOLÁZATO: IS AA ES Liquidámbar, cumbre entre Liqui- dambariy ida MAMA Malpaso, rancho al Sur de Chico- O O sssso pus cocobueSn sapo do asccósade Manzanilla, Divisadero de la, cum- Manzanilla, cerro (véase S. Barto- lomé Solistahuacán).. ..oo.ooooo.oo... Menzamillo, Inareiencler: coocavovesesooce Mazapa pe MEA) DUI. Ovesoeos sosososds sousocose Mercedes, Las, hacienda.............. Mercedes, Las, hacienda.............. Mexiquiiomiaciond Mispilla, hacienda Mitzitón, cumbre entre San Cristó- baliyReo pisco ee IGiatiOn, InacienaA .ooossooo sovacenoces Mitzitón, cumbre llamada Tres Cru- Motozintla, San Francisco, pueblo. Motozintla, San Francisco, pueblo. Moyos pue Mumunil, hacienda Wa MAciSnda svesrovob dnsasago posos Muñiz, cumbre entre Muñiz y So- Muquejá, ranchería (véase Teneja- pa, cumbre entre Tenejapa y $. Cristóbal) Nandayapa, hacienda ......o...oooo.... 90 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. Departamento Óó partido. Chilón ....... Motozintla... Las Casas ... La Libertad. La Libertad. Palenque. ... Soconusco ... Comitán...... Chamula .... Mezcalapa... ... Motozintla... Cintalapa ... TDivitllc...oos La Libertad. > > Las Casas... Las Casas ... > 2) Motozintla .. > Simojovel ... noo... Las Casas ... Chiapa....... 1 Laguna, hacienda cerca de Cuxhú en la lista de Sapper. 2? Po... oo...» La... ...... Altura metros. 960 79) 1,950 545 565 900 1,100 1,330 922 700 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO Lugar. Naquém, hacienda Naranja, Mmacicndalel sosoco second sossdauso IN a so INOUIIL TELEM O dorpocoob escotes aseos. Napo e Nubes aa Nubes, Las, cumbre entre las Nu- Des y MiErwamlllo sseuso seosousceosasea ¡Nueva aciendo es Nueva, Jay IMECIEnala! cssandacoseseccono Nuevo México, hacienda.............. Dont l lso se ana Ojala dai Eadenque unas Palo Amarillo,' hacienda.............. BalolGrande hacienda Palo Grande, cumbre entre Palo Grande y Pinabete.....oooocomooco... ante, ¡alo coseieess pobonosbesaso Paraíso, El, hacienda cerca de Chi- COMUSCIO aos eos Baso del río. Aguacate 0o.ooopcccoso río Blanco, cerca de Mis- > ve) GENERO covovocoonaoovo odo ro v0s0oOOOO 0OU OOOO a Oca este despió Paso del río Blanquillo, entre Pi- - Cchucalco é Ixtacomitán...........-- Paso del río Blanquillo, cerca de Cor ade Paso del río Bravo, cerca de Moyos. Paso del río Cacaté, cerca de Ixhua- 1 Palo María? 2 Osuyapa en la lista de Sapper. Departamento ó partido. Simojovel ... Olalla soscoo SOConusco... Om gus Mexcalapa... ve) Motocintla.. ES 2 La Libertad. CIailOiM e ssccos Comitán..... Palenque.... Comitán..... Soconusco... 1) Mezcalapa... Comitán ..... La Libertad. Motozintla... La Libertad. Pichucalco.. 050) Simojovel ... Pichucalco.. Autor. A O ES SENO opa nas coros Com. Lim. M. y Com. Lim. an. DOSOPadoDón Roviroga......... Bose ce dd 91 Altura en metros. 996 1,070 2,153 2,700 1,750 1,816 190 92 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. Lugar. Paso del río Chacamás, en la Refor- Paso del río Chacté, cerca de Can- cúc en el camino para Ocosingo... Paso del río Chacté, cerca de Can- cúc en el camino para Chilón..... Paso del arroyo Chantichajk......... Paso del río de Chiapas, en Santa Table E Paso del río de Chiapas, en San Jo- ¿Sal le (ON ecouscnosrdcorosconoscas Paso del río de Chiapas, en San Jo- 8 dela CEnessserootosncopconone: Paso del río de Chiapas, en Chiapa. Paso del río de Chiapas, en Chiapa. Paso del río de Chiapas en Chicoa- daa EA Paso del río de Chiapas (Mezca- la) en Mm rra soosscccoconsnons Paso del río de Coatan, * cerca de Hueco Paso primero del arroyo Culebra... Paso décimo del arroyo Culebra..... Paso del río Escopetazo”...occocooooco. Paso del río Escopetazo....ooomoooo... Paso del río Ixtalhá, cerca de San Pelo Sn Paso del río de la Laja, cerca de Te- o Paso del arroyo Liquidambar........ Paso del río Michol, cerca de Pa- EVO scovseconosicogcromeconos nosaso Paso del arroyo Naranja, cerca de MEVA] 0600030 dbosoouarcabaoooRaos Paso del río Ortíz, cerca de Santa Clara O see Paso del arroyo Pachén............... Paso del río Pahaltipé................- 1 Guatan en la lista de Sapper. 2 Escobetazo en la lista de Sapper. 3 Testaquim en la lista de Sapper. Departamento Óó partido. E) Cinillómocsos cc Comitán...... La Libertad. INTO UBloscoseco Mezcalapa... Soconusco... > Chilón........ Soconusco... La Libertad. PE) 2) Altura Autor. SO A es 50 pct 750 Bóse.. 875 Sapper:......0. s70 A o 590 O E Uta: 5083 Bossa eta 490 Sapper ass: 390 Bos 383 e doo 9271 MORRIS 149 Sapper 20 ÓN 770 EUA 807 E 955 Com. Chiap..... 1,049 SNAPE 200 data 965 Se CO O 1,230 A CEN 120 a 9920 SEUS eo saconoño: 30 Escasa 540 SAS 430 N? 20.—12 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 93 Altura Lugar. aida e Autor. RO asocio RropPeror risa sones Chiapa. -..... Com. Chiap.-... 1,495 Paso del río Puscatan, cerca de la haciendaide abu Simojovel -.. Sapperimcome.o.. S0 Paso del arroyo Sabinal, entre Man- zanillo y Sacramento ....0occooocooo Mezcalapa... e SIA 1,300 Paso del arroyo Sabinal, cerca de CONE e dio RARA AA Comitán. ..... SAA 760 Paso del río Salado, entre San Lu- cayo bola par ccarasa cancion ds Las Casas ... ES ES 550 Paso del río San Juan, entre San Jus y nO stc sacando Simojovel ... BÓS€.............- 815 Paso del río San Luis, cerca de So- Il dae oe La Libertad. Sapper........... 980 Paso del río Seco, entre Soyatitan 7 Sam amoo o.nosecaceseatoracase La Libertad. E CREA 780 Paso del arroyo Tenojpa.............. Palenque...- VA ESAS 170 Rasordelriode Mia e SATA 1,000 Paso del río Tveletic, cerca de Quis- UDI esco ouva tocara rO OOOO tRaS Comitán ..... dE 1,490 Paso del río Tulijá, cerca de S. Pe- ¿ho Sajona conose seco oSoUOOpORÓS Palenque.... A Os 160 - Paso delata Venda sscosccscdabocosods Chiapa....... Com. Chiap..... 1,135 Paso del río Zapote, cerca de Yer- ¡E ooo ASAS La Libertad. Sapper........... 890 Paso del río Zoyatenco, entre Cin- talaon y IE acoonscosooecosstobeOS Cintalapar Dos 518 Eta parra acno ens pass aaa Obs ssnbas A do st 008 904 Rapa ree Chilón ........ Sapperiiaas: 620 Blechucalcor alla ias Pichucalco.. A 100 Pidimenico, mile oobosbte sendesebsooubas E OSO Id 114 Piedad, La, hacienda........ooooo.=»-- Comitán...... SAPPErA 660 IEEE, TOMEN OasasoccoococosoroVosubos Soconusco... Ar A 2,330 ino, ¡Euro eo consoscocdo o tpoon9OaceS (Ciivilóncosoaess PAIN db Eat. 910 Pinos, Los, Ineaiera al oecccccorsue acoso: TTomallél ccoo Bosnia ee 760 Bore YC a Motozintla... ¡Sapper--......-.. 2,800 Bore ranchera isos Chuilones Bose ade 1,251 Porvenir, cumbre entre Porvenir y Santa (ii soovsolusobspuadue da OdeaSS O po og A 1,443 Preciosa, La, hacienda...............-- Palenque... E SES RE OS 147 Primavera, La, hacienda............-- A O 916 Primavera, La, hacienda...........-.- de deso EMO bobo seoopo 800 Providencia, La, rivera ............-.. Tonalá....... Sappel. oem... 985 Lugar. Pueblo Nuevo pueblo Iuina, JU, Mmaciembla. soscoscooceccossos ¡Sui Ja, Inaciendlals.. soenosos aseos eos Punta, La, cumbre entre la Punta LA Punta, La, cumbre entre la Punta LO Qiista acond Quistaj Cono Rastro cata Ixazóm, Jin, Inmcitemalal. sesos sossco secos Realm lacien da Relhicario Hacienda Relicario, cumbre entre Relicario y EXI e EA O RiojBlanco hacienda Río Lacantún en “La Bola”......... Rodeo riera sa Rodeo, cumbre entre Rodeo y El Poe e EM Rosario, hacienda cerca del Carmen. Rosario, hacienda cerca del Carmen. Rosario ran co Rosario, hacienda cerca de la Con- A iS Rosario, hacienda cerca del Sacra- IRORENMIO, INE svvcVvedesosesos ssones Sabpanilla pue Savall pue Sabanilla, cumbre 1* entre Sabani- Ma Sabanilla, cumbre 1? entre Sabani- E ID lacsadado ceoddocespodsobo rasos Sabanilla, cumbre 2* entre Sabani- Ma O SabanilMa, cumbre 2* entre Sabani- May Til Sacramento, hacienda --....oooooooo... Saichana hacienda 1 Sacchana en la lista de Sapper.: Departamento Ó partido. Simojovol ... Mezcalapa... 2? Pichucalco.. Comitán...... Murla Cintalapa... Mexcalapa..- Motocintla.. Cilia scsscos Motozintla... La Libertad. La Libertad. Mezcalapa... Comitán ..... Simojovel ... > Simojovel ... E de Mezcalapa... Comitán..... 94 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. Altura Autor. metros. Bose e 49 1,660 SEO Iboscoccnos 369 Rovirosa 650 SA EP:occoosoco 715 Bose 758 APS 1,515 AY CESTA CDAS 175 dd ON 1,360 TROVA coco socosovs: 630 SIS Pacoososuon: 630 ES 1,380 AECE 1,470 DO: 881 SapperS 85 O E 92,680 A A 2,980 accio de 530 Bose 496 Com. Chiap-..-- 978 SPP 540 NR 890 dot 745 o eE 330 Bose En 266 SAN Pessonorsssa 1,3540 O sonado: 1,344 SAP 1,390 Bose 1,412 SAPperte 990 E ds 1,350 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 95 Salimitas ranchera oe Salvador, El, hacienda ......... o Salvador hacienda ai Samtamares pue San Antonio Chinchilla, hacienda cerca de Laja Tendida... 090.0... San Antonio Chinchilla, hacienda cercado Maa Mendida os San Antonio, hacienda cerca de DEAN San Antonio, hacienda cerca de La COM SS SN San Antonio, hacienda cerca de La Conc aio San Bartolomé de los Llanos, ciu- San Bartolomé de los Llanos cerro. San Bartolomé Solistahuacán' pue- San Bartolomé Solistahuacán, cum- bre 1? entre San Bartolomé y San- San Bartolomé Solistahuacán, cum- bre 2%entre San Bartolomé y San- CURE dotes San Cristóbal Las Casas, ciudad... San Cristóbal Las Casas, ciudad... San Cristóbal Las Casas, ciudad... San Cristóbal Las Casas, ciudad... San Cristóbal Las Casas, cumbre entre San Cristóbal y San An- San Cristobalito, hacienda........... San Felipe Ecatepec, pueblo......... 1 Comistlahuacán (el nombre antiguo) en la lista de Sapper. Chamula .... Mezcalapa... Chamula .... La Libertad. Las Casas ... La Libertad. Las Casas ... Altura metros. 1,729 96 GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. Lugar. San Felipe Ecatepec, cumbre entre Ecatepec In OS San Felipe, hacienda entre La Con- cordia y Chicomuselo-.....omo....... San Fernando (Las Animas), pue- San Francisco, hacienda........ San Francisco, hacienda.............. San Francisco, Motozintla............ San Francisco Motozintla San Isidro, rancho San José, cumbre entre San José y San Juan San José, hacienda cerca de Junca- mr San José, cumbre entre San José y JUNCAL San José de la Canoa, ranchería ... San José de la Canoa, ranchería ... San José MontenegTo...ocoococcococoo.. San José, cumbre entre San José y Camoha San José Trinidad, hacienda......... San José Yucnaha, aldea ?............ Sala Sam Iear, maciandAs.cecossorooconono Sana ia A San Martín, cumbre entre San Mar- tín y Moyos San Miguel, hacienda cerca de San Bartolomé Solistahuacán.......... SaniMicuel aciendo San Miguel, cumbre entre San Mi- mel y Jia, Mieroatlaccoconcósoocoronose San Pedro Buenavista, hacienda... Santredro DA San Rafael, hacienda cerca de Acalá Departamento ó partido. La Libertad. Moa Comitán...... On. BOaaoo Simojovel ... Comitán..... 15) 151 Motozintla .. E) Comitán ..... .? 1) Simojovel ... Mezcalapa... Zintalapa...- 0 Gdr= Frailesca...... Palenque. ... Chipre Simojovel .... vJE) JE) Bóse Com eE) > Ola Osscos O Altura en metros. 1 El Señor Enrique Santibáñez, antiguo Jefe Político del departamento de Comitán, du- da de la existencia de una hacienda de este nombre en aquel Departamento. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 97 Lugar. San Vicente, hacienda cerca de La CONCA aade d San Vicente, hacienda cerca de La CONCA a San Vicente, hacienda cerca de To- Ola par A aaa San Vicente, hacienda cerca de Chi- COMU oa San Vicente, hacienda cerca de Chi- COMU SEO ido oia San Vicente, hacienda cerca de So- San Vicente, cumbre entre San Vi- center rasos San Vicente hacienda cerca de Vi- Mal oresa a sie tito a e San Vicente, hacienda cerca de la Man ocoraatat oro dnUo Rias Santa Bárbara, hacienda............. Santa Catarina, ranchería............ Santa Catarina, hacienda cerca de (Mitcomuaselo costando se Santa Clara hacienda Santa Cruz, hacienda... ..ooooooooomos- : Santa Cruz, paso del río cerca del Santa Cruz, cumbre entre Santa CUY San Antonio aaieos Santa Cruz, hacienda cerca de Si- Santa Cruz, hacienda cerca de Pue- MO Nro too Saa A eo Santa Isabel, hacienda................ Santa Lucía, hacienda cerca de La Conti RE Santa María, hacienda cerca de Sama En soso cae. Santa María Campuma ...o.ommooooc... Santa Rita, hacienda.................- Dep ctamento Ó partido. La Libertad. Frailesca..... Comitán -..... mal ecscero Simojovel .... Comitán ..... Soconusco ... Mezcalapa... Cin o secos. CMI ¿0soovo Simojovel ... Pichucalco .. Comitán ..... La Libertad. Altura en Autor. metros. Bose A 570 SAPpelsa 540 PE A 490 Ed 530 Bose tod 670 Sapper 1,390 e 1,650 a 660 SAODE oococvevos 11, 11585 ANS 740 Bos 958 SAO Pocoscnccnos 645 RO 85 Rovirosa......... 1,400 SAPPEL 590 A 1,200 Bose. A 1-2 a 1,522 Sapper 510 Do AS 600 a ES 540 ono aós 610 O As 1,520 a EA 845 1 Trinidad de la Ley (el nombre antiguo) en la lista de Sapper. 98 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. Lugar. SantatRcresa Ma cien Santiao pue Santiago, hacienda!......... o Santo Domingo, hacienda............ Santo Domingo del Palenque........ Simpacihiacon da StmoJoyal, vilfsocesoso stoncocoocesucsose Simojovel, mina de ámbar Sala pue e ooo dadoso e oca Sivaca, cumbre entre Sivaca y Te- Silosuchiapa, pueblo ....c0.oooooooo.... Sombra, La, paraje entre Primave- ray Dublin Sombra caca Soteapar haciendas Sot apa, cumbre entre Soteapa y Enea sn a Soyalo pue Soyatitan pueblo SOYA pp O TTacemá, voledmacoscsa voscesoos oocomovos Tecamá, VOCE: 2 seosouoorsoos onondsoss Tacaná, Tacaná, Rapachala ca Mapachla ica da Rapadera rancio Tapadera, cumbre entre Tapadera y ZLapaluta nod eaAdEe Tapia pue ¡ol JOVE Oossvorsocesasoones ssaros apisala ribera Uca ace Tatasantos, hacienda......ooomo..... Tecoja, hacienda en la orilla del SMA de Mecpatan pueblo Departamento 6 partido. Chamula .... Chapare Soconusco... Palenque.... Mezcalapa...- Simojovel ... Palenque.... Palenque.... ¡Mba eosóosos TMioaletooccess Chapas: La Libertad. 1 tres e) Comitán...... 2) a Mezcalapa..- 1257) Comitán -.... Simojovel ... Ciria sesoses Mezcalapa ... OB ooov0oos 7 Bóse........ Com. F. I Com. Lim. M... JDIO oaccosas Sapper--.... e) Rovirosa... SOYA ocoocaobess Bóse ....... Altura metros. 600 1,693 560 845 160 180 663 392 1,109 15 1,620 925 1 Según el Señor Enrique Santibáñez no existe hacienda de este nombre en el Departa- mento de Chiapa. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 99 Lugar. Tecpatán, cumbre entre Tecpatán y Ja Cunas eo me seoboccosossde soso Menciapapueblo aut enel papueblo ida Tenejapa, 1? cumbre entre Teneja- Parñy San Cristo palace Tenejapa, 2% cumbre entre Tene- japa y San Cristóbal (Véase Mu- SUENE) casosasioodaso led Tenestaquín, hacienda *............... Meopisca vila oo comica lla e cda Teopisca, cumbre entre Teopisca y SAIZ ano ida: Tepancuapa, hacienda..........-..... Mepancuapa lana MRepenis ranchos coses Rescubias hacienda: eat Tierra Colorada, rancho, Tierra Colorada, rancho ............. erraColorada ranchos esoo. TA, MAA ON Tila. DOI TMRET, lAO Ronala ciudad taste Toninas eto dat AER Motolaparipue blo esoo sonal Tres Picos, portuguelo...............- MresiBicOs Cumbre toa aa INE], TVE) sssooyscecen nos aebassase Mrunto E hacienda ooo. Tumbalá, iglesia del pueblo......... Tumbalá, iglesia del pueblo......... Munbala cumbre... e Tumbalá, cumbre........ ao: Tumbalá, cumbre entre Tumbalá é Ido cnn, Tuxtla Chico, pueblo Tuxtla Gutiérrez, ciudad....-... -.... Tuxtla Gutiérrez, ciudad.............. 1 Testaquín en las listas de Sapper. Departamento ó6 partido. > Las Casas ... Chiapa ....... AS , Comitán ..... Le > Soconusco... Pichucalco .. Chamula..... A O9A0O Palenque. ... Motozintla... Tomada cecocs Chilón ....... La Libertad. Tonalá O AA Soconusco... Mute Altura Autor. ON O SO 595 Dapper: 1,970 Bose tzs 1,960 DOSIS 2,216 SAPPEL 2,420 Sapperns 1,085 BOS osa 1,784 SAP TS a LUTO Abs 1,915 IAE A 1,520 AER e 1,450 AULA dro 515 Sapper as 640 E 1,420 BOSE Aa: 1,180 Com. Chiap.... 1,467 Sappens 1,160 Boer. ans 1,114 Sapporo 1,840 id, ¡A ALO 55 IS ecc e3s 980 a 670 O co rd 1,420 ¿Asa 2,000 BOSE: de 196 La da AS dE 1,134 SAppenraa 1,620 BOSE. 2 espa 1,529 Sappel +.......... 1,650 Karsten.........- 1,590 Bose Tn IAS GT a E 295 A md 550 SAPpperts 530 100 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. Lugar. Tuxtla Gutiérrez, cumbrelentre Tux- tla Gutiérrez y San Fernando IVANA O WOJNO, OSO: 095 soososdos Unión del Arroyo Burrero y Río Hondo io ce Unión Juárez, pueblo...-......... Vila Mores, villa teooona cesooosos Vuelto, El, hacienda.-.......... AO MACIENE Ea cooononcéscs soodos Malal pue WEI, TIOS: cucnoooco secoocaos Yazcunú, cumbre entre Yazcunú y SanCor Yerbabuena, hacienda....-...... Yerbabuena, hacienda........... Yerbabuena, hacienda........... Yerba Santa, hacienda. Mocho Moca Yochib, cumbre entre Yochib y Te- EJ VMo10povasnovcbsonosmonosooves Yochib, cumbre entre Yochib y Te- MEJEOEloocooseooomoerocesosnosenocos Yochib, paraje entre Sabana y Pa- len Qque taa a Zacualpa, hacienda..........-.... Zacualpa, hacienda............... Zacualpa, hacienda............... Laplace ENSASIO) TENIENDO: soo00voovscsosaso Zinacantán, pueblo.............. Zinacantán, pueblo............... Zinacantán, pueblo............... Zinacantán, cumbre entre Zinacan- tán y San Cristóbal............ Zinacantan. cumbre entre Zinacan- tan y-San Cristóbal............ Zintalapa, pueblo.-.....oooooo... ASOMAN, CESAR soococono ase osscos Departamento Ó partido. OOOO Pichucalco... Chiapa....... Soconusco... Frailesca..... La Libertad. Simojovel .... Oinillómescoo aos Chamula..... Chamula..... Comitán -.... Tull... Las Casas ... Palenque. ... Pichucalco .. 1) E) Comitán ..... Motozintla... Chamula..... 1 Sapper usa el nombre antiguo: Trinidad de la Ley. 2 Yochiu en las listas de Sapper. : Bose OS Altura en metros. 944 1715 1,256 1,266 620 925 1,070 849 9,145 9,481 9,210 9,233 1,000 904 1,370 1,429 2,220 2,223 DIS OI SOLO 1D) JLS O Os Por Ezequiel Ordóñez. Nuestro colega el Dr. Emilio Bóse, ha querido poner á nuestra dis- posición para su estudio y clasificación, la importante colección de rocas ígneas y pizarras cristalinas que colectó en sus viajes al Istmo de Te- huantepec y á los Estados de Chiapas y Tabasco. Vamos á unir á esta des- cripción la de las muestras que anteriormente poseía el Instituto Geológi- co, recogidas por otras personas, especialmente por el Ingeniero Inspector de Minas, Maximino Alcalá y las determinaciones de ejemplares recogidos por el Sr. Sapper desde la época en que fué publicado su estudio sobre Chia- pas y Yucatán en el Boletín N* 3 del Instituto Geológico. En el nuevo curso que toman hoy las descripciones petrográficas y la clasificación de las rocas, no parece razonable emprender ninguna determi- nación sin el auxilio muy eficaz de la composición química, que más que cualquier otro recurso de investigación, puede dar las mejores ideas sobre las relaciones que ligan entre sí las diferentes especies de rocas y dar la verdadera interpretación á las características de cada tipo de roca en las masas ígneas individualmente consideradas. Pero aquel recurso poderoso para el estudio de las rocas, no ha podido todavía entrar al servicio de nuestra clasificación de las rocas mexicanas como auxiliar indispensable de nuestro microscopio, porque demanda ade- más de buenos laboratorios, trabajadores experimentados. Por fortuna am- bas cosas poseemos ya aunque de una manera limitada. El Instituto Geo- lógico emprenderá dentro de poco tiempo una revisión de sus colecciones de rocas, lo que se impone ya al carácter de nuestros nuevos estudios geo- lógicos. Por ahora nos contentaremos con la descripción sucinta de las rocas en cuestión desde un punto de vista puramente mineralógico, toda vez que se trata de un material hasta cierto punto recogido esporádicamente en una amplísima zona de terreno. Asimismo, las determinaciones no pueden te- ner más que valor mineralógico, porque de otro modo el Dr. Bóse habría N? 20.—15 102 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. necesitado establecer la correlación geológica y estratigráfica de sus mate- riales colectados, lo que en la mayoría de los casos le fué imposible hacer, pues en sus páginas se habrá visto que, por ejemplo, la ordenación sucesiva delas pizarras cristalinas en la región del Istmo no se puede seguir por razo- nes tectónicas y de erosión, ni se ha podido establecer la diferente edad de las rocas ígneas por semejantes razones concurrentes. Las muestras presentadas por B0se pertenecen especialmente á dos gran- des grupos: las pizarras cristalinas que forman parte del terreno arcaico del Istmo de Tehuantepec y de la Sierra Madre de Chiapas, y las rocas en su mayor parte graníticas que existen en esas mismas regiones juntamente con aquellas. Los ejemplares de rocas volcánicas son poco numerosos, con excepción de los del volcán de Tacaná, en la frontera de Chiapas con Guatemala. Las rocas cristalinas apizarradas, que forman parte de una serie al pare- cer grande y variada, se pueden referir la mayor parte al gneiss; hay sin em- bargo rocas que muestran un carácter sedimentario más franco) (fílades) que apoyan sobre aquéllas. Tal parece que el grupo principal de pizarras cristali- nas de Tehuantepec, de cuya localidad tenemos el mayor número, forma parte del terreno arcaico más antiguo, lo mismo que el de la Sierra de Chiapas, pues ya hemos visto en otras regiones de la banda cristalina del Pacífico, por ejemplo, cerca de Acapulco, que las más antiguas capas cristalinas yacen cerca del litoral, aunque allá coincide con esto una mayor uniformidad en la composición mineralógica de las pizarras. En cuanto á la variedad de aspecto, estructura y composición que muestran estas rocas gnéissicas de Tehuantepec, mucho se asemeja á la que ya han reconocido Felix y Lenk, de regiones interiores del mismo Estado de Oaxaca,' aunque no parecen seguir allá la ordenación que dichos autores han dado para algunas locali- dades de ese Estado. PIZARRAS CRITSALINAS. GNEISS. Gneiss de biotita.—Sólo se encuentra entre los ejemplares de Chiapas procedentes de la Sierra entre Dolores y Frontera. Estos ejemplares con- tienen bastante mica negra, que resalta de la masa blanca general de la ro- ca como manchitas negras alargadas y más ó menos paralelamente orienta- das. Estos gneiss son compactos y no tiznen propiamente exfoliación. 1 Beitráye z. Geol. u. Paleont. d. Rep. Mexiko. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 103 Al microscopio se revela esa estructura singular observada frecuentemen- te en el gneiss y que consiste de que los agregados alotriomorfos de cuarzo y feldespato muy semejantes á las del granito común, se hallan distribuí- dos en forma de bandas irregulares, separadas por banditas de pasta gra- nofírica, en donde se agrupan las láminas de mica sin forma particular. De la pasta finamente granofírica se pasa con frecuencia á la masa en la que numerosas secciones de mayor dimensión de cuarzo ó feldespato se en- cuentran igualmente orientadas dando la apariencia característica del mosaico. Tanto en las bandas granulíticas como en las que la separan, suelen en- contrarse algunas secciones alotriomorfas ó idiomorfas de oligoclasa. Casi siempre en los bordes de las bandas granulíticas, playitas de feldespato or- toclasa contienen racimos de finos hilos de cuarzo en la forma micropoiki- lítica. En algunos gneiss de la misma región, la pasta granulítica toma el as- pecto de una estructura cataclástica engendrada por las acciones dinámicas que han sufrido estas rocas, pues dicha pasta, que pasa hasta una masa felsítica, contiene en su masa fragmentos de ortoclasa y de cuarzo en sec- ciones más ó menos aisladas. Así se muestra el gneiss muy cargado de bio- tita de la cumbre de cerca de Rancho Bonito y el de la subida del Carrizal al plan de Ortega, todas localidades “situadas sobre el camino de la Sierra entre Dolores y Frontera. Un granito gneíssico, bastante cargado de biotita y conteniendo algunas playas de micropegmatita se encuentra en las Pilas cerca'de Mistequilla, no lejos de Tehuantepec. Gneiss hornbléndico —Viene especialmente entre los ejemplares proceden- tes de Tehuantepec y de la región de las Cruces del Departamento de Cin- talapa, en Chiapas. Este último tiene más bien el aspecto de un gneiss granulítico á causa de la rareza de los elementos coloridos, la hornblenda no se encuentra sino en raras playas ó pedazos de cristales. La pasta de la roca, que es un agregado fino granudo alotrimorfo de cuarzo y ortoclasa, sirve de cemento á secciones también alotrimorfas más grandes é irregular- mente diseminadas, de micropertita, de oligoclasa, de cuarzo, de ortoclasa y de microclina. En cuanto á los gneiss hornbléndicos de Tehuantepec, citaremos aquí el de un cerro al E. de esa ciudad, roca que sin mostrar una regular distribu- bución del mineral ferromagnésico en la pasta blanca hipidiomorfa, mues- tra sin embargo el alineamiento característico de los grupos de cristales de hornblenda ó de las masas de cristales de pequeña dimensión. Al microscopio, el agregado granudo deja ver en partes de las prepara- ciones un verdadero tejido de hornblenda de color verde no muy policroi- ca, envolviendo á secciones de cuarzo alargadas en un mismo sentido y á secciones de feldespatos, especialmente de ortoclasa. Fenómenos cataclásti- cos son muy sensibles en la roca, no sólo por la trituración bien marcada 104 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. que ofrecen masas de cristales, sino también por el quebramiento de estos mismos. Minerales accesorios en esta roca son raros, encontrando solamente crista- litos de esfena, pequeños cristales de plagioclasa y muy raras veces de piroxena. Del camino de Santa María á la cantera del Ferrocarril en las inmedia- ciones de la misma ciudad de Tehuantepec, obtenemos otras muestras de gneiss hornbléndico en las que la estructura propia del gneiss es más marcada á causa de la clara separación de bandas paralelas de feldespato casi solo, de feldespato y hornblenda y de venillas de cuarzo, á más de banditas de todos estos minerales finamente unidos. En esta roca el cuarzo es el que forma principalmente la base de la roca en la forma de un tejido de playas en parte poikilíticas que envuelven á playas irregulares de ortoclasa. En- tre ambos viene la hornblenda, la que en las bandas donde es escasa apa: rece solamente en restos de cristales informes de color verde ó tendiendo á transformarse en uralita. La esfena en cristalitos es relatibamente abun- dante. GNEISS DE PIROXENA. El gneiss de piroxena viene en Tehuantepec como en otros lugares del terreno arcaico mexicano, íntimamente asociado al gneiss hornbléndico, en intercalaciones. Del mismo camino de santa¡Maríaá la cantera del Ferroca- rril, poseemos una roca compacta y de grano muy fino con apariencia de cuarcita que se puede referir microscópicamente á un gneiss de piroxena, pues consiste de un agregado granulítico de cuarzo muy abundante y or- toclasa, sirviendo de pasta á playas de mayor dimensión de ortoclasa y de oligoclasa. La piroxena se encuentra en secciones prismáticas regularmen- te orientadas y mostrando fácilmente que es el mineral de más antigua ge- neración. Es curioso que las grandes playas de ortoclasa y oligoclasa que envuelve la pasta granulítica aparecen como pedazos de cristales, dando así lugar á su- poner que se trata de dos épocas de generación de feldespatos, más bien que de diferencias estructurales provenidas por fenómenos tectónicos, como se Observa en otras variedades de gneiss. En el puente del Ferrocarril, á la salida de Tehuantepec, se encuentra un tipo algo semejante de gneiss de piroxena aunque menos cargado de cuarzo, y de grano menos fino. Este mineral entra en asociación alotriomor- fa con cristales de ortoclasa y en número relativamente considerable de oligoclasa. La piroxena se distribuye casi irregularmente entre estos mine- rales, pero sin dejar de mostrar cierta ordenación paralela de sus grupos de cristales. La hornblenda suele venir como mineral accesorio, de color muy intenso y muy policroica como en el gneiss hornbléndico normal. La estruc- tura del gneiss se acusa por lentes ó lagunas de pasta finamente granuda, en la cual se ven playas alargadas de cuarzo. GEOLOGÍA DE CHIAPAS Y TABASCO. 105 En partes la roca tiene el aspecto de un simple granito gneíssico y con- tiene numerosos granos de pirita. AUGENGNEISS. Una roca muy interesante de color verde manchada de blanco y con cier- ta estructura lenticular (flaserig), recuerda el aspecto del augengneiss por la existencia en la masa general de la roca de ojos ó pequeñas lentes puramente de feldespato, que aparecen blancas en contraste con el resto de la masa verde de la roca. Tiene alguna semejanza con el augengneiss pro- cedente de las viejas pizarras cristalinas de Acatlán en el Estado de Pue- bla. El augengneiss de Dani-Lieza ó cerro de Lieza que se halla frente al caserío de Tehuantepec, no difiere microscópicamente de los gneisses de pi- roxena ó de hornblenda que acabamos de describir, sino en el aislamiento que tienen grandes playas de ortoclasa (ojos), rodeados de pasta fina de origen cataclástico y que se encuentran al lado de agregados alotriomorfos de cuarzo y ortoclasa alterada. Es indudable, á juzgar por la desigual es- tructura de la roca, que las acciones mecánicas, los movimientos tectónicos han tenido influencia decisiva en ella, pues claramente se observa que la masa fina es el resultado de una trituración de los minerales blancos com- ponentes de la roca. La hornblenda verde, un poco de piroxena y quizá también la muscovita han entrado: en la composición original de esta roca y que, con excepción de la hornblenda, estos otros minerales no se dejan reconocer fácilmente por alteración, la que suele extenderse á una buena parte de los feldespatos. PIZARRAS DE URALITA. Sobre la línea del Ferrocarril de Tehuantepec hacia el Oriente, el Sr. Bóse ha encontrado, hasta la base de la Sierra, que él llama del Istmo, di- versos afloramientos de rocas graníticas antiguas y de pizarras cristalinas, las que muestran una facies un poco diversa de la que se ha visto en la re- gión litorial; dichas rocas consisten de pizarras muy hojosas de volor verde obscuro y diferentes grupos de fílades y fílades gnéissicas también muy ho- josas. Tal parece que se trata en esta porción del Istmo de un grupo de pizarras superior al de la vecindad de Tehuantepec. Citamos desde luego las pizarras de uralita del kilómetro 246 del Ferrocarril, que como hemos dicho son muy hojosas; están bastante cargadas de sílice y con costras del- sadas ferruginosas en los planos de separación. Al microscopio se resuelve su grano muy fino en una aglomeración de partículas cristalinas alargadas en el sentido de la exfoliación, de cuarzo y feldespato, significando esa agregación que procede de cristales de estos minerales, los que no se dejan ver claramente tanto por su partimiento, de origen cataclástico como por la presencia de numerosos cristales ó más bien 106 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO, secciones irregulares muy fibrosas de piroxena, transformados incompleta- mente en uralita. Ambos minerales, piroxena y hornblenda, asociados en un mismo resto de cristal, muestran el primero sus colores intensos abigarra- dos de polarización y el segundo partes algo límpidas de color verde ama- rillento con su característico policroismo. Las barras de uralita siguen muchas veces la dirección de la exfoliación Ó se encorvan en varios sentidos. La epidota es un mineral que con la clo- rita y aun un poco de sericita se asocian frecuentemente á la uralita y al teldespato de estas pizarras. La roca del kilómetro 248 tiene exactamente el mismo aspecto al mieros- copio, aunque la menor alteración de los feldespatos deja ver más claramen- te la estructura general de asociación del feldespato y de las numerosas playas de uralita y piroxena. Parece también que el cuarzo es menos abun- dante en esta pizarra como elemento primordial, pero se presenta también secundario en la forma de delgadas venillas. GNEISS DE SERICITA, FILADES GNEISSICAS, FILADES. Bajo estos rubros comprendemos un buen número de rocas al parecer de origen clástico que encontramos, como se ha dicho, en la región del Ist- mo sobre el Ferrocarril de Tehuantepec; son propiamente pizarras satina- das de colores gris amarillento, grises ó verdosas y que varían desde un erano tosco recordando el aspecto del gneiss, hasta muy finas, muy sa- tinadas, exfoliadas y untuosas; en las primeras se reconoce bien que la se- ricita que constituye la materia dominante de la roca es un producto de al- teración que sirve de cemento á lentes más ó menos grandes de cuarzo y feldespato alotrimorfos ó á masas de textura casi felsítica y á playas angu- losas de cuarzo ó feldespato. Esta es la apariencia microscópica de los gneiss sericíticos de los kilómetros 219 y 226 del Ferrocarril, cerca de Almoloya. Las rocas de los kilómetros 238 y 239 pueden considerarse propiamente por su aspecto microscópico como fílades gneíssicas á causa de la abundan- dancia del cuarzo y feldespato, aquel en buena parte de procedencia secun- daria. La sericita entra en fibras paralelas en la masa de este agregado, así como en numerosas escamas irregulares amarillentas á la luz natural, am- pliamente distribuídas en la masa de la roca. El cuarzo secundario se re- conoce fácilmente á la simple vista en la roca, porque viene en delgadas chapas, separando las hojas verdes satinadas que contienen la sericita. Un grano más tosco, de superficie áspera y de color gris, es el aspecto de las pizarras procedentes del kilómetro 934, cuya constitución es propiamen- te la de un gneiss de sericita, pues tiene su pasta el aspecto granulítico de muchos gneiss, marcándose la apariencia estratiforme por las fibras para- lelas ó aglomeraciones de fibras de sericita. Todas estas pizarras sericíticas pasan insensiblemente á fílades de color gris, como las que se encuentran en los kilómetros 235-236. GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 107 Pizarras sericíticas satinadas de color gris obscuro y negro con numero- sas lentes de cuarzo, de felsita y de calcita, que hemos designado como fíla- des glandulares, se encuentran en el kilómetro 246. Por último; en los ki- lómetros 241 y 242 fílades semejantes vienen asociadas con pizarras calizas en lechos delgados conteniendo sericita. ROCAS ERUPTIVAS. GRANITOS. Granito pertítico —En varias de nuestras regiones arcaicas mexicanas, sut- sen de enmedio de las pizarras cristalinas, especialmente del gneiss ó de- bajo de éste, grandes macizos de granitos alcalinos, muy pobres de minera- les coloridos, los cuales parecen casi tan antiguos como el mismo gneiss, al grado de haberlos tomado algunas veces como fundamentales en la serie cristalina de los terrenos arcaicos. Aunque no conocemos la importancia que estos granitos alcalinos tienen en el Istmo de Tehuantepec, nos parecen muy interesantes, especialmente aquellos representados por las muestras recogidas por el Sr. Bose de los kilómetros 206, 264 y 306 del Ferrocarril Istmico. Tienen estos granitos, como los de otras regiones arcaicas, además de la estructura granuda común, en partes la estructura miarolítica que da á es- tas rocas un aspecto poroso ó con cavidades, en las cuales asoman caras de eruceros de ortoclasa y las dobles pirámides de cuarzo. En la masa de la roca pueden distinguirse microscópicamente óá la sim- ple vista, una ortoclasa de color blanco y lechoso y un feldespato rosado, compuesto el primero, y á veces el último, de placas ó cuñas regular y fina- mente distribuídas de albita en la masa de los cristales de ortoclasa. La micropertita es á veces tan fina que sólo se muestra al microscopio como en delicadas estrías, pero otras veces como líneas más fuertemente alumbra- das que el conjunto del cristal. Un cuarzo alotriomorfo se distribuye in- tersticialmente en la masa de la roca, la que por otra parte muestra las ac- ciones dinámicas que ha sufrido en el movimiento tectónico de sus macizos por la presencia de materia finamente granuda de cuarzo y feldespato que se interponen entre las playas de estos minerales y formada á expensas de los mismos. Escasas pajillas de mica, biotita ó de muscovita se pueden ob- servar y muy raras veces otros minerales accesorios como la apatita en fi- nas agujas y la esfena. Granitos de biotita—Es más común, sin embargo, en la región que nos ocupa el granito de biotita, en general de grano fino, que pasa frecuen- temente á granito porfiroide, como en el cerro de Guiaté, cerca de San Herónimo ó en las inmediaciones de Salina Cruz. Casi siempre estos gra: 108 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. nitos están alterados cambiándose su pasta blanca á un color amarillen- to. La composición mineralógica y la estructura de estos granitos no ofre: cen ninguna particularidad, á no ser la presencia accidental de plagio- clasa en la pasta alotriomorfa de la roca ó en cristales idiomórficos, y la cantidad muy variable de biotita. Suelen encontrarse algunas playas de micropertita. E Los granitos porfiroides de biotita de Salina Cruzson muy hermosos por la apariencia que dan á la roca los grandes cristales blancos de feldespato hasta de 2 centímetros de longitud, empotrados en la masa más fina man- chada de negro por numerosas secciones de biotita. No sólo se encuentran aquí algunas secciones de micropertita sino también grandes cristales de oligoclasa. En parte la roca toma la estructura de la pegmatita, pues hemos visto cómo de grandes playas de cuarzo se desprenden ramificaciones de cuñas de cuarzo que envuelven ó se compenetran con secciones irregulares de ortoclasa ó con cristales idiomórficos de plagioclasa. - En el seno de las grandes secciones de ortoclasa hemos visto pajillas de biotita, cristales de ortoclasa macleados y agujitas de apatita á título de inclusiones. De la cuesta de San Fernando en el Departamento de Tonalá en el Es- tado de Chiapas, Alcalá trajo muestras de un granito de biotita de color blanco conteniendo algunos cristales de feldespato rosado, probablemente oligoclasa; feldespato que con relativa abundancia se presenta en las lámi- nas al microscopio. Dentro de grandes playas de ortoclasa se encuentran con frecuencia láminas de biotita y cristalitos de esfena. La estructura de este granito, por otra parte, no se aparta de la del gra- nito común. MICROGRANITOS. Juntamente con los granitos de la región de Tehuantepec, que antes he- mos descrito someramente, vienen numerosas variedades de microgranitos, de los cuales unos contienen especialmente mica blanca ó muscovita, pre- sentando á veces el aspecto de granofiros y otros con mica biotita, de as- pecto muy porfiroide por la presencia de grandes cristales, sea de Cuarzo, sea de feldespatos, diseminados en la masa de la roca. Si algunos de estos microgranitos que á veces tienen el aspecto de aplitas, vienen en diques, pues que presentan también semejanza con los granito-pórfidos, no lo po- demos decidir porque tampoco el Sr. Bóse ha podido distinguir la forma de yacimiento, á causa de las dificultades que ofrece el terreno para este estudio. Como microgranitos de muscovita, mencionaremos los de los kiló- metros 306 y 307 del ferrocarril, rocas de color blanco, de grano fino, con cristales de cuarzo diseminados y grupos de pajillas de mica blanca altera- da. Al microscopio se ven un tapiz de cuarzo y feldespato en finos agre- GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 109 gados alotriomorfos salpicado de secciones más grandes de cuarzo, ortocla- sa y muscovita, sin que falte uno que otro cristalito idiomórfico de plagio- clasa. La alteración á veces muy avanzada de la muscovita, cuando es muy abundante, encubre mucho en las preparaciones la verdadera naturaleza de la roca á causa de la sericita que se disemina notablemente en toda la pas- ta de la roca. En Salina Cruz hay unas canteras donde se explota una especie de mi- crogranito de color gris claro, sumamente duro y compacto, con muchos cristales de cuarzo y algunos de feldespato, que resaltan de la masa de la roca por su diferente coloración. Tienen lestos cristales al microsco- pio, como los granito-pórfidos, una auréola de cuarzo y feldespato, forma- da á expensas de estos mismos cristales y en partes la pasta de la roca tie- ne una apariencia de granulita. Una pequeña cantidad de biotita viene siempre en estas rocas. De otros puntos de Salina Cruz encontramos microgranitos de pasta fran- camente granofírica con palmas de micropegmatita. Microgranitos conte- niendo en su pasta finamente granuda, grandes y numerosos cristales de ortoclasa, y pilas de lámina de biotita alterada, se encuentran en el arroyo del Tule, cerca de Tequisistlán. PÓRFIDOS CUARCIFEROS Y FELSITAS. De las localidades del Istmo, donde se encuentran los microgranitos vie- nen también rocas de pasta felsítica que consideramos como procedentes del mismo magma granítico. Son éstos los pórfidos cuarcíiferos que se ha- llan en Tequisistlán y en el arroyo del Tule, que tienen pasta criptocrista- lina ó microcristalina con segregaciones esferolíticas en su masa y fenocris- tales de ortoclasa. Vemos igualmente allí, brechas de pórfido cuarcífero conteniendo grandes pedazos de una felsita blanca que da á la roca un as- pecto peculiar. Otras brechas de color obscuro tienen nidos de epidota y pedazos y secciones arredondadas de cuarzo con inclusiones líquidas y bur- bujas móviles. En las mismas rocas del arroyo del Tule, hay unas brechas muy interesantes, de color verde claro, conteniendo en su masa pedazos de piedra córnea, que suponemos han sido originados por metamorfismo y grandes pedazos de microgranito refundidos en la pasta felsítica. En la cantera del ferrocarril, situada en un cerrito al Oeste de la ciudad de Tehuantepec, hay unas rocas litoides felsíticas de colores verde claro, rosado ó gris, que al decir del Dr. Bóse vienen intercaladas en las pizarras cristalinas. El origen de estas rocas queda pues dudoso, aunque nos in- clinamos á creer, por su semejanza con las brechas de pórfidos cuarcíferos, que se trata de verdaderas erupciones de estas rocas, además de que cam- bian poco á poco hasta adquirir el aspecto de dichos pórfidos. Semejantes rocas litoides, algunas de ellas con aspecto de tobas, se en- No 20.—14 110 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. cuentran cerca de San Gerónimo en Chihuitán entre Tlacotepec y San Ge- rónimo y en el camino entre Chihuitán, y Laollaga, todas localidades per- tenecientes al Distrito de Juchitán. En la masa criptocristalina de estas rocas se pueden distinguir manchas de materia sericítica que proceden se- eguramente de la descomposición de los feldespatos, los que en pequeños cristales así como de cuarzo y de oligoclasa se diseminan irregularmente ó como bandas apenas marcadas con que se inicia una estructura fluidal. A este respecto son particularmente notables las felsitas de color gris verdoso del Oriente de Chihuitán, sobre el camino de San Gerónimo, porque mues: tran la estructura en bandas muy finas de colores alternantes de distintos tonos de verde y de diversa compacidad. La coloración verdosa de esta rOca proviene de un pigmento distribuído en la masa de naturaleza indetermi- nable microscópicamente. Pudiera muy bien considerarse esta roca más bien como toba de pórfido cuarcífero que como una felsita. Felsitas con formas axiolíticas rellenadas con productos de alteración se- ricíticos han sido traídas del Salado, camino de Jalapa á Tequisistlán, don- de además se encuentran rocas sumamente cargadas de esferolitas. Recuer- dan por su aspecto á nuestras rhyolitas, lo mismo que á las de Buliba-ha, en Tequisistlán. Es probable, á juzgar por el simple aspecto microscópico que estas rocas, son de edad mucho más recienteque las felsitas y los pórfi- dos de que antes hemos hecho mención. DIORITAS. Entre las rocas de la colección de Bóse, las de estructura granuda con feldespatos calcosódicos como elementos esenciales de la roca, sólo vie- nen de dos localidades: unas son de la sierra entre Santa Fé y Solosu- chiapa al sur de Pichucalco, compuestas de un agregado que tiende hacia la estructura ofítica, de cristales de labrador y oligoclasa empastados por playas irrregulares de ortoclasa y de cuarzo. Existen además, numerosas láminas de biotita y algunos cristalitos de hornblenda. Esta composición responde propiamente á la de una monzonita cuarcífera. La otra muestra de roca diorítica que procede del alto de la veta de la Luz (Departamento de Tonalá), es más francamente granítica; contiene mayor abudancia de cuarzo y de biotita, en tanto que de los feldespatos unas veces domina la ortoclasa y otras la oligoclasa. No parece ser por lo tanto más que una variante del granito. p ANDESITAS. Volcán de Tacaná.—Entre las rocas del volcán de Tacaná y las de los volcanes guatemaltecos existen, como es natural, muchas relaciones de pa: rentezco. Desde el punto de vista petrográfico, pudiera decirse que las ro- cas de todos los volcanes de aquella región constituyen una sola provincia GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. dll petrográfica, que proceden de un magna común más ó menos diversificado por el transcurso del tiempo y por la localización cada vez más grande de los centros de erupción. Y aunque los conocimientos que se tienen sobre las rocas de aquella región son bastante incompletos, lo que ya existe bas- ta para demostrar que hay una cierta coordinación entre aquellas rocas de- finidas por una composición media. En efecto, Bergeat'nos da una idea bastante clara de la composición de algunas lavas de volcanes de Guatemala. En su estudio vemos la amplitud con que están representadas las andesitas á la vez que los basaltos. Al hacer la descripción de las rocas del volcán de Tacaná no hacemos más que repetir en gran parte lo que ha dicho Bergeat sobre tales rocas, solamente que para él, en su estudio ya citado, considera las rocas de este volcán como andesitas de augita, aunque en la descripción mineralógica aparezca, como son en realidad, andesitas de hiperstena y hornblenda; ti- po al cual pertenecen, como lo indica él mismo, las rocas del Nevado de Toluca con las que ciertamente ofrecen una semejanza sorprendente. Las rocas del volcán de Tacaná tienen un color gris claro y un aspecto traquítico; cambian con frecuencia á un coler gris sombrío ó á un pardo chocolate. Sin que ningún color pueda de algún modo ser característico en nuestra colección, domina el color gris claro en las lavas del antiguo crá- ter de la cima del volcán, el tono gris obscuro en las de la base de la mon- taña y pardo en las lavas más recientes que edifican el pequeño cráter más joven que ha citado el Dr. Bóse. Un principio de alteración de los elemen- tos coloridos de la roca produce en ellas una coloración rojiza. En términos generales puede decirse que la composición de estas lavas es muy constante. El magna vítreo es abundante, de color claro, excepto en el de las rocas del cráter nuevo, que es de un color pardo y muy denso. Las segregraciones microlíticas son principalmente de feldespato en pe- queñas secciones según su alargamiento y con extinción longitudinal. En las preparaciones se ven también secciones transversales numerosas en for- ma de rectángulos ó de cuadrados. El fierro magnético titanado es también abundante en granos de diversos tamaños. Juntamente con el feldespato microlítico vienen pequeños cristales y agujas microlíticas de un mineral ligeramente colorido en amarillo verdoso que es augita ó quizá más bien hiperstena, pues este mineral, tan abundante entre los fenocristales, dis- minuye frecuentemente de tamaño hasta aparecer claramente reducido al tamaño de los cristales microlíticos. La apatita es bastante rara. Bergeat supone que en muchas de las rocas andesíticas de Guatema- la no es visible la separación entre la primera y segunda generación. Sin embargo, nosotros vemos en las rocas del Tacaná dos generaciones: la de feldespatos microlíticos, de preferencia la oligoclasa y la de los fenocris- 1 A. Bergeat.—Zur Kenntniss der jungen Eruptivgesteine der Republik Guatemala. Zeit- schr. d. D. geol. Gesellsch. 1894, págs. 131-157. 112 GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. tales, entre los que domina principalmente la andesina y en menor propot- ción un labrador ácido, asociados á veces estos dos feldespatos en un solo cristal en zonas sucesivas de crecimiento. De los minerales de primera generación, además de los feldespatos en macles múltiples y en cristales primorosamente zonados se debe contar la: hiperstena y la hornblenda; esta última fácilmente visible á la simple vis: ta porque sus cristales, hasta de 7 milímetros de largo, se destacan con color negro del fondo gris de la masa de la roca. La abundancia de estos minerales es diversa, pero es frecuente que la biperstena domine sobre la hornblenda, excepto en al gunas muestras pro- cedentes de cerca del nuevo cráter. Poco hay que decir sobre estos dos mi- nerales cuanto que tienen los caracteres comunes; la primera un policroís- mo muy marcado sus burbujas gaseosas, sus cruceros y sus inclusiones; y la segunda el policroísmo muy intenso como corresponde á la hornblenda ferrífera. Los cristales á veces están muy frescos y otros tienen un reborde de alteración. La augita viene accidentalmente en las lavas del Tacaná en cristales ais- lados ó en nidos de cristales generalmente asociados con gruesos granos de olivino. Penetración del magma en los fenocristales de feldespato es muy fre- cuente, así como inclusiones de agujas de hiperstena en dichos feldespa- tos. Una clase interesante de andesitas conteniendo exclusivamente horn blenda se encuentra en Nandamujú, Mun. de Nandayapa. Estas rocas son de color blanco ó gris con aspecto de traquitas, sembradas de grandes cris- tales de feldespato vítreo y cristales negros de hornhlenda hasta de un cen- tímetro de longitud. Bajo el microscopio su magna se presenta muy vítreo aunque se vean bastantes microlitas feldespáticas y secciones muy pe: queñas de hornblenda. Tanto los cristales de hornblenda como los de fel- despato están notablemente frescos; este último, en macles sucesivos con ángulo débil de extensión entre cifras que comprenden ála oligoclasa (cer- ca del 5% en la zona normal), ó á veces el dela andesina (169). La horn- blenda es de color blanco ó amarillo intenso á la luz natural con cruceros muy claros. Es muy característica en esta roca la titanita, en cristalitos de tamaño relativamente grande y con la forma de rombos muy agudos. El dicroísmo es muy intenso. Andesitas con gran cantidad de hornblenda y conteniendo augita en mi- crolitas en la pasta microlítica de oligoclasa de la roca se encuentran en el cerro de Hueytepec junto á San Cristóbal Las Casas. Entre los fenocris- tales de esta roca vemos además de la hornblenda y del labrador, varios cristales de augita macleados y raras veces de hiperstena. El término an- desita-augítica de hornblenda sería el más apropiado para definirla. Para terminar con la lista de rocas andesíticas que tenemos de Chiapas, citaremos una preciosa brecha andesítica constituída de una pasta vítrea, GEOLOGIA DE CHIAPAS Y TABASCO. 113 conteniendo microlitas y numerosos pedazos de cristales de feldespato y grandes cristales de augita y hornblenda casi en igual proporción. Esta ro- ca viene del cerro de San Bartolomé de los Llanos en el Departamento de Libertad. BASALTOS. Una lava casi holocristalina compuesta esencialmente de labrador y augita con algo de olivino, quizá de erupción contemporánea á las últi- mas lavas del Tacaná; se encuentra en el cerro de Zontehuitz cerca de $. Cristóbal Las Casas. La roca es de color gris rosada y en su masa aparecen numerosos cristales negro-verdosos de augita. La oligoclasa y la augita entran como partes integrantes del magna de la roca, este último mineral alterado en óxidos de fierro en la periferia de los granos ó en las grietas de los grandes cristales. Un poco diferente de la roca de Zontehuitz es la lava basáltica negra y ampollosa de la hacienda de la Yerbabuena del Departamento de Comitán, porque es muy vítrea, y las segregaciones cristalinas son pequeñas y con- sisten de cristales microlíticos del labrador y augita. Las más desarrolla- das y las menos numerosas son las secciones de olivino. INDICE ¡O A E 1.—La orografía de los Estados de Chiapas y Tabasco.....oonnococoocococccccccnccciccnno Az=IlES llames de Citas y TEC. icosoioo popagoconsconco nde canceccueneacoe 2>=Ila zona montanosa del Nome eesrocoss noves sos soruodastespncoo oc ecreboccuasdase C.—La Mesa Central de Chlapast.o.ococnninnoninnn cooooccons ES D.—El valle del río de Chiapas entre Comilán y Tuxlla Cutiérrez. La depresión A o cos oo dado dado 2.—La hidrografía de los Estados de Chiapas y TabascO....oooono cococccccoraocacccconcns A.—sSistema hidrográfico del PacíficO -...c0coconooc...o.. a E 5 —SiElema mecanico el AMEMINON .ocoouoscrocacaosrocononsconas econo ue iconoduocade al ssiema úluaal ale) mo Ustimacinlaoccccocoooncooonaonasanccosadcocunececaas l).—3l Sistemailugal colmo Cmielvenoossoscscusaocosososocosconbosscuocusscacocene 3.—La geología de los Estados de Chiapas y Tabasco ...0oooocococonccccnconccocococoncnrns ES A a a ROcasiscdi cala aaa AC a OS 2 Dale OZO CO att izo seeds OS ADORO Reno 3 MESOZLO CO a e NIaS A EMOL CO tad tn POCAS enc cedo olmos uote O có dSa Or DORM des tana dolia AIN ONO NS Eo OCASO ANETO ao RASO Enoc ao Sha 3 ANEEIONIC esroos ur ooo r oie baoO ao O Epa a ero O nAR SiS PORRO OO OAdRRE C.—Los movimientos orogénicos en Chiapas....oocoomocococccconenccacionnccnccconono no D.—El puente continental de Centro-AMériCa...o.oomomcneriorcocococanerooncoronanonnns E.—Recursos minerales y aguas minerales de Chiapas y Tabasco ...ooooocoooc.... 4.—Algunos datos sobre la geología del Istmo de Tehuantepel..ooooocooccocccocosonos: 6 Alimias de (Una oscucobnocedo eueRdeDe Auca UOoRSRdBaDRApeeaPaDPhsaO sacada Dádo SS nooonobasodE 116 INDICE. Págs Descripción de las rocas por Ezequiel Ordóñez... 101 PIZARRAS CRISTALINAS.—(G MISS. .ooooccccccccccos A 102 Gnelsside Piornal a AO 104 AU AS a 105 Pizarra a toa OS 105 Gneiss de sericita, filades gneissicas, filades .....oooooococnccoccncnococconoss 106 ROCAS ERUELVAS O A EN 107 MIO AMOS OS Ol 108 Rortidostcu clero cas 109 Dd a ri ae O 110 'Amdesitas iS A a OIE GER 110 Basto AS SET OS A So aducÓs 113 | | olelín N920 INSTITUTO GEOLÓGICO DE MEXICO Lámina 1! Carmen. A, Pano dela triangalación de (rre bxhnel á Tejuzat EARDE Com Len con Guatemala A +. Planes de la Comp Destinadadorns y Colon xaderas TERMINOS. sel Estado de Chrapos C Pano del Estada de (hiypar porel lag" Secundine Dermntes. D. Plano jur ia Com Lam con Garalemala E Pano de la Zona cu ftera de Tita á Dimbalá juar una | | rom" derrcala 4 19" ds ss : , ) ' d ? SE as Portanddo, É 4 ] o lancan. : | FA mm $" INFERIOR Sr [3 omisión or robos SAmNros | MD caza carsonireRA | E p1W15/ÓN DE SIA. ROSA | O pIZARRAS CRISTALINAS | A GRANITO Y GMNEISS | sé Isjorria Le SAN CHIAPAS Y TABASCO POR A DJ senpenrima => . > ES DroRIra SmilioLBósr. | E Anocs/ras 1903 DA ia Y Clair] | — — —4 | g 20 40 ota a Sc S An De (5 PE Boletín núm. 20. Instituto Geológico de México. Lám. IL 00 AP, CÚNDUAC £ÍJUAN BAUTISTA E 1 “05S.CRISTOBAL pa TR 0) : y SALINA CHUZ Extension del mar en la Era del Eoceno. ¡Bacata 4: 2000000 (Las líneas paralelas indican la superficie que ocupaba el mar en la Era del Eoceno). É Sa Es: Boletín núm. 20. : Instituto Geológico de México, Lám. III. FP SALINA CRUZ Extension del mar en la Era del | Oligoceno-—Mioceno. 'A 2/43 ETAJACHuLA ¡Bacata 4: 200000 i -Mioceno). (Las líneas paralelas indican la superficie que ocupaba el mar en la Era del Oligoceno-Mi ) ÑN RS des A ' ÓN ye Ho Mera e dd A A ; 27 Ada Y letí 9 Instituto Geológico de México, Boletín núm. 20. Lám. IV. P SALINA CRUZ Extension del m ar al principio del Plioceno. (0 NS ETARACHYLA ¡Barcala q : 2000000 q p e a p (y pl0 del Plioceno). E 1 paralelas indican la p fi i ocupa ba el mar al rIincl ( as lineas 1 Superticie que UN EE NIZA ' o Lám. V. Chivela 3. Geronimo ae DE E 4 . orto» i y ) ) Cerro Prieto : Salina Ermez Mira Cornejo J ! : 1 ga 1 260" ! : ' h i n ñ acia ETA 1:500.000. UsErtecal: 1:100.000. pe TN UN PA Santa Lucrecio ' sa ¡ 3 1 om , ñ s ñ A 2” . x Y ,Vbero ; E : a : | y . Ax 1 a ¡ 1 Mi Ki.136 D : e A ' ! 1 E H h 3 E " a l E 1 . cm? L : : , . . ' b , se z A e q : areniscas) Em Mioceno Superior. ES ness y pásarras arcnricas. EN >.<. Inferior (prharras Rudistas) [E Prisceno-Pleistoceno. MN +: MD S<>> - A | e qQÓ22 => E 4 Te. ¡Chamula 1 ' . ú S Andres ¡Santiago. Dos Puentes PS José Río 3 Juan IV ¡La Lux : Laa Nubes ! ¡Pueblo Nuevo Í 1 4 H Solistahuacan L Institut Géologique National du Mexique recevra avec grand intéret les publications concernant la Géologie, la Gréo- graphie physique et ' Histoire Naturelle en général, en échange de son BuL- = LETIN qui se publie par caliers in 4? avec figures et planches. Le numéro 1 de ce recueil a paru en 1595 uvec le titre de BoLrríx be La ComIsIÓN GroLócica DE México. L' Institut vient d' étre installé défimitivement dans son nouveau bátiment 9* DEL CIPRÉS NUM. 2728; on est prié de voulotr bien prendre note de sa nouvelle adresse, et aussi de son indépendance absolue de P École des Ingé- nieurs dont ¿l a recu autrefoís une gracieuse hospitalité. Adresse: | Instituto Geológico E México. 5? del Ciprés, núm. 2728. MEXICO, D. F. MEXIQUE. Amérique du Nord. On est prié instamment d'accuser réception. Dans le cas oú cette formalité aurait été négligée, on serait considéré comme ne désirant plus continuer a recevoir les publications de l'Institut Géologique du Mexique. | SECRETARÍA DE FOMENTO, COLONIZACIÓN E INDUSTRIA. BOLETÍN | Í INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO NÚMEROS LA FAUNE. MARINE DU TRIAS SUPERIEUR DE ZACATECAS PAR | LE DR. CARLOS BURCKHARDT en collaboration avec LE DR. SALVADOR SCATLUIA. [AVEC S PLANCHES]. MÉXICO. IMPRENTA Y FOTOTIPÍA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO. Callejón de Betlemitas número $. 1905 Publicaciones del Instituto Greológico de México. Ela sia a o —Fauna Fósil de la Sierra de Catorce, por A. del Castillo y J. G. Aguile- , 21 lám. k A 2.—Las ona o del S. O. de la Guenca de México, por E. Ordóñez. —1895.—46 pp., 1-lám. E* Núm. 3.—La Geografía Fisica y la Geología de la Península de Yucatán, por C. Sapper. —1896.—58 pp», 6 lám. Núms. E 5 y 6.—Bosquejo Geológico de México. 1897. —272 pp-, 5 lám. Núms. 7,8 y 9 —El Mineral de Pachuca.—1897.—184 pp., 14 lám. * Núm. 10. —Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Agui- lar y Santillán.—1898. 158 ¡NU < Núm. 11.—Catálogos sistemático y geográfico de las especies mineralógicas de la República Mexicana, por José G. Aguiler: 1—1898.—158 pp- * Núm. 12.—HEl Real del Monte, por E. Ordóñez y M. Rangel.—1899.—108 pp-, 26 láminas. Núm. 13,—Geología de los alredepores de Orizaba; con un perfil de la vertiente orien- tal de la Mesa Central'de México, por Emilio Bóse.—1899.—54 pp., 3 lám. Núxu. 14.—Las Khyolitas de México (Primera parte), por E. Ordóñez.—1900.—78 pp-- 6 lám. Núm. 15.—Las Rhyolitas de México (Segunda parte), por E. Ordóñez: —1901.—18 pp., 6 lám. Núm. 16.—Los Criaderos de fierro del Cerro del Mercado en Durango, por M. Ran- gel, y de la Hacienda de Vaquerías, Estado de Hidalgo, por J. D. Villarello y E. Bóse.—1902. —144 pp., 5 lám. Núm. 17.—Bibliogratía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Aguilar Ey, Santillán. —1904. [En prensa. ] Núm. 20.—Reseña acerca de la Geología de Chiapas y Tabasco por E. Bóse.—1905.— 116 pp., 9 lám. Núm. 21 —La faune marine du trias supérieur de Zucatecas par le Dr. Carlos Burck- hardt en collaboration avec le Dr. Salvador Scalia.—1905.—44 pp, 8 lám. * Agotado. 77 k PARERGONES. Tomo L N? 1.—Los temblores de Zanatepec, Oaxaca.—Estado actual del Volcán de Tacaná, Chiapas, por Emilio Bóse.—1903.—25 pp., 4 lám. N? 2.—Fisiogratía, Geología é Hidrología de los alrededores de la Paz, Baja Califor- ua, por E. "Angermann. —El área cubierta por la ceniza del Volcán de Santa M: aría, Octubre de 1902, por Emilio Bóse.—1904.—26 pp., 3 lám, No 3.—El Mineral de Augangueo; Michoazán, por E. Ordóñez.— Análisis de una mues- tra de granate del Mineral de Pihuamo, Jalisco, por J. D. Villarello.—A pun- tes sobre el Paleozoico en Sonora, por E. Angermann.—1904.—34 pp., 2 lám. N2 4. —Estudio de la teoría química propuesta por el Sr. Andrés Almaraz para expli- car la formación del petróleo de Aragón, México, D. E., porJ. D. Villarello.— El fierro meteórico de Bacubirito, Sinaloa, por E. Angermann. —Las aguas sub- -——terráneas de Amozoc, Puebla, por E. Ordóñez.—1904.—24 pp., 1 lám. No 5.—Informe sobre el temblor del 16 de Enero de 1902 en el Estado de Guerrcro, por los Dres. E. Búse y E. Angermaun.—Estudio de una muestra de mineral asbestiforme procedente del rancho del Ahuacatillo, Distrito de Zinapécuaro, E. de Michoacán, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—26 pp. No y —Estudio de la hidrología subterránea de la revión de Cadereyta Méndez, E. de Querétaro, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—58 pp., 2 lám. N» 7. —Estudio de una muestra de grafita de Ejutla, Oax,. por el Ing. J. D. Villarello. —Análisis de las cenizas del pon de Santa María, Guatemala, por el Ing. E. Ordóñez.—1904.—22 pp. No 8. —Hidrología aca de los cocoa de Querétaro, por el Ing. J. D. Vi- llarello.—1905.—51 pp., 3 lám. Nos Xal la pazcos del Estado de Puebla por el Ing. E. Ordóñez.—1? parte. —54 pp., 5 lám. INSTITUTO AO ESCICO DE MEXICO BOLETIN NUM. 21 Publicaciones del Instituto Geológico de México. ISO IES * Núm. 1.—Fauna Fósil de la Sierra de Catorce, por A, del Castillo y J. G. Agulo ra.—1895.—56 pp., 21 lám. * Núm. 2.—Las Rocas Eruptivas del S. O. de la Cuenca de México, por E. Ordóñez. —1895,—46 pp., 1 lám. Núm. 3.—La Geografía Física y la Geología de la Península de Yucatán, por C. Sapper.—1896.—58 pp-, 6 lám. * Núnms. 4, 5 y 6.—Bosquejo Geológico de México.—1897.—272 pp., 5 lám. * Núms. 7, 8 y 9. —El Mineral de Pachuca.—1897.—184 pp., 14 lám. Núm. 10.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Agui- lar y Santillán.—1898.—158 pp. Núm. 11.—Catálogos sistemático y geográfico de las especies mineralógicas de la República Mexicana, por José G. Aguilera.—1898.—158 pp. * Núm. 12.—El Real del Monte, por E. Ordóñez y M. Rangel.—1899.—108 py, 26 láminas. Núm. 13.—Geología de los alredepores de Orizaba, con un perfil de la vertiente orien- tal de la Mesa Central de México, por Emilio Bóse.—1899.—54 pp., 8 lám. Nú. 14.—Las Rhyolitas de México (Primera parte), por E. Ordóñez.—1900.—78 pp.. 6 lám. Núm. 15.—Las Rhyolitas de México (Segunda parte), por E. Ordóñez: —1901.—78 pp., 6 lám. Núm. 16.—Los Criaderos de fierro del Cerro del Mercado en Durango, por M. Ran- gel, y de la Hacienda de Vaquerías, Estado de Hidalgo, por J. D. Villarello y E. Bóse.—1902. —144 pp., 5 lám. Núm. 17.—Bibliogratía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Aguilar y Santillán. —1904. [En prensa. ] Núm. 20.—Reseña acerca de la Geología de Chiapas y Tabasco por E. Bóse.—1905.— 116 pp., 9 lám. Núm. 21 —La faune marine du trias supérieur de Zacatecas par le Dr. Carlos Burck- hardt en collaboration avec le Dr. Salvador Scalia.—1905.—44 pp., 8 lám. * Agotado. E * PARHIERGON ES. Tomo L N2 1.—Los temblores de Zanatepec, Oaxaca.—Estado actual del Volcán de Tacaná, Chiapas, por Emilio Búse.—1903.—25 pp., 4 lám. No 2.—Fisiogratía, Geología € Hidrología de los alrededores de la Paz, Baja Califor- nia, por E. Angermann.—El área cubierta por la ceniza del Volcán de Santa María, Octubre de 1902, por Emilio Bóse.—1904.—26 pp, 3 lám, N? 3.—El Mineral de Angangueo, Michoazán, por E. Ordóñez.—Análisis de una mues- tra de granate del Mineral de Pihuamo, Jalisco, por Y. D. Villarello.—Apun- tes sobre el Paleozoico en Sonora, por E. Angermann.—1904.—34 pp., 2 lám. N? 4.—Estudio de la teoría química propuesta por el Sr. Andrés Almaraz para expli- car la formación del petróleo de Aragón, México, D. F., por J. D. Villarello.— El fierro meteórico de Bacubirito, Sinaloa, por E. Angermann. —Las aguas sub- terráneas de Amozoc, Puebla, por E. Ordónez.—1904.—24 pp., 1 lám. N0 5.—Informe sobre el temblor del 16 de Enero de 1902 en el Estado de Guerrero, por los Dres. E. Búse y E. Angermann.—Estudio de una muestra de mineral asbestiforme procedente del rancho del Ahuacatillo, Distrito de Zinapécuaro, E. de Michoacán, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—26 pp. N% 6 —Estudio de la hidrología subterránea de la región de Cadereyta Méndez, E. de Querétaro, por el Ing. =J. D. Villarello.—1904.—58 pp», 2 lám. No 7.—Estudio de una muestra de grafita de Ejutla, Oax,. por el Ing. J. D. Villarello. —Análisis de las cenizas del volcán de Santa María, Guatemala, por el Ing. E. Ordóñez.—1904.—22 pp. No? 8.—Hidrología subterránea de los alrededores de Querétaro, por el Ing. J. D. Vi- llarello.—1905.—51 pp., 3 lám. No 9.—Los Xalapazcos del Estado de Puebla por el Ing. E. Ordóñez.—1? parte. —1905. —b54 pp», 5 lám. CEDULAS PARA CATALOGO DE BIBLIOTECA. Burckhardt (Dr. Carlos). —La Faune Marine du Trias Su- périeur de Zacatecas, en collaboration avec le Dr. Sal- vador Scalia.— Boletín del Instituto Geológico de México, núm. 21, 44 pág., 8 láminas. Paléontologie.—La Faune Marine du Trias Supérieur de Zacatecas par le Dr. Carlos Burckhardt en collabora- tion avec le Dr. Salvador Scalia— Boletín del Instituto Geológico de México, núm. 21, 44 pág., 8 láminas. Zacatecas, (México).—La Faune Marine du Trias Supé- rieur de Zacatecas par le Dr. Carlos Burckhardt en co- llaboration avec le Dr. Salvador Scalia.— Boletín del Instituto Geológico de México, núm. 21, 44 pág., 8 lá- minas. Instituto Geológico de México.—Boletín. Número 21. La Faune Marine du Trias Supérieur de Zacatecas, par le Dr. Carlos Burckhardt en collaboration avec le Dr. Salvador Scalia. México, Imp. y Fototip. de la Secretaría de Fomento. 1905, 44 pág., 8 lámes. 42 ' > AS A ¡ ag Ao ha A 3 G . y , E Z " INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. Sir, L have the honour to forward herewith a copy of the Bulletin 0f the Geological Institute of Mexico. Kindly acknowledye receipt upon the accompanyny card. duly signed and dated. Failure to acknowledge pu- blications will be looked upon as an indication that fur- ther exchanges are not desired. Contributions in exchange for the Library of the Ins- titute, are respectfully solicited. LT am, Sir, Four obedient servant, YES EG A quis eta, Director. Address: Instituto Geológico de México. 57 Ciprés 2728, México, D. F,. México. 3 se E Z KT E ñ aba de TIN Su ao EraO OE ALOO DI ME IDAS O DirEcToR, JosÉ Gr. AGUILERA. LA FAUNE MARINE DU TRIAS SUPERIEUR DE ZACATECAS PAR a DS OAISAMOS ISU IO IYD E EN COLLABORATION AVEC LE DR. SALVADOR SCALIA. (avec 8 PLANCHES). MÉXICO IMPRENTA Y FoTOTIPÍA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO. Callejón de Betlemitas núm. S 1905 IMBARMIES INTRODUCTION Les fossiles décrits dans ce mémoire ont été découverts par nous aux environs de la ville de Zacatecas, au cours d'investigations, qui avaient pour but de préparer les exenursions du prochain Congrés Géologique In- ternational qui aura lieu au Mexique en 1906. Nous avons déjáa donné ailleurs (voir l'article: ““Environs de Zacatecas dans le Livret-guide des excursions du X* Congrés Géologique Internatio- nal”) une description géologique de la région d'ou proviennsnt les fossi- les. Tout en renvoyant le lecteur au travail cité nous nous contentons ici de rappeler avec quelques mots les faits géologiques observés. Les couches d'ou proviennent les fossiles triasiques décrits se trouvent a louest de la ville de Zacatecas dans la vallée de 1 Arroyo Calavera ou Pi- mienta. Ce sont dans une localité, pres du '““Puente del Ahogado,”” des schistes siliceux noirs et des couches argileuses grisátres, dans une seconde localité, aux pentes d'une colline située au sud de 1 Arroyo Calavera,' des eres verdátres, qui nous ont fourni les fossiles. Ces couches, alternent avec une roche diabasique et des tufs (roca verde), recouvrent en discor- dance une série puissante de schistes á séricite anciens et sont surmontées par une nappe étendue de roca verde. Les couches fossiliferes ne sont pas tres—puissantes, et il est probable qu'elles appartiennent á une seule zone du Triasique supérieur comme nous le démontrerons ci-dessous. Les fossi- les triasiques de ces localités sont assez nombreux; les Bivalves, qui forment la plus grande partie de la faune, sont aussi assez bien conservées tandis que les Ammonites sont malheureusement rares et tres—fragmentaires. Les paléontologues connaissent les difficultés que présente un travail 1 Les deux localités fossiliferes sont indiquées sur la fig. 9 de notre travail cité sur la géologie des environs de Zacatecas (Livret guide du X* Congrés). No 21,—1 6 LA FAUNE MARINE paléontologique dans ces pays d'outre—mer, ou les bibliothéques sont incomplétes et les matériaux de comparaison font souvent completement défaut. Nous n'avons done pas besoin d'invoquer l'indulgence de nos confréres, si notre travail présente peut-étre quelques imperfections. Si nous avons entrepris une étude paléontologique de la faune, c'est d'abord parce que cette faune présente un intérét tout particulier. Des couches marines du Trias étant en effet complétement inconnues jusqu'a ce jourau Mexique, nous avons erú que c'est notre devoir de faire connaítre au plutót la faune intéressante de Zacatecas. D'autre part nous sommes heureux que plusieurs savants nous ont prété leur précieux Concours dans notre enmtreprise difficile. Ainsi nous devons des communications importantes sur nos Ammonites á M. Ed. von Mojsisovics á Vienne et M. -J. Perrin Smith á Palo Alto (Californie). Nous nous permettons de remer- cier tout spécialement ces deux savants pour leurs renseignements précieux. En outre nous présentons tous nos remerciments á MM. F. Frech et F. Broili pour quelques communications sur les Bivalves; á notre honoré Direc- teur M. José G. Aguilera, qui nous a procuré la litterature nécessaire et nous a aidé aussi d'autre maniére; á M. L. G. Córdoba, Jefe Político de Zacatecas; á M. M. Villada, Professeur de Géologie et Paléontologie au Musée National de México, á M. P. Waitz, qui a bien voulu se charger des photographies de nos fossiles, enfin á M. E. Bóse et á M. Rafael Aguilar y Santillán. 29 PARTIE.—DESCRIPTION DES ESPECES. Il. AMMONOIDEA. GENRE SIRENITES E. vow Mossisovics. Sirenites Smithi n. sp. Planche 1, fig. 1 a, 1 b. Nous possédons seulement quelques petits fragments de cette espéce. Le meilleur de ces fragments est figuré sur la Planche I. La section trans- versale est assez basse, plus ou moins rectangulaire. De lombilic partent, en formant un bourrelet faible, des cótes simples assez fortes et distantes. Au milieu des flanes ces cótes portent un tubercule assez prononcé, au delá duquel elles se divisent réguliérement en deux cótes un peu plus faibles. Ces cótes externes sont dirigées obliquement en avant, surtout les an- térienres des deux cótes, tandis que les postérieures conservent presque la méme direction que les cótes primaires. Toutes ces cótes externes, qui sur notre fragment sont tres réguliéres, portent une premiére série de tu- bercules au milieu et une seconde série de tubercules un peu plus gros et bien marqués au bord externe, á la limite du sillon externe. Ce sillon est limité de chaque cóté par la série de tubercules externes. Les tubercules ne forment pas des cótes longitudinales bien prononcées, de maniére que la sculpture transversale est plus marquée que la longitudinale. M. le Prof. J. Perrin Smith a en la bonté de nous communiquer, que cette espéce ressemble beaucoup a Sirenites Lawsoni Hyatt de Smith (voir le travail: Triassic Cephalopod genera in America par Hyatt et Smith. Professional papers of the U. S. Geological Survey, maintenant sous pres- se) de l'étage carnien de la Californie. En placant cette espéce dans le genre Sirenites nous suivons une indi- cation de M. Perrin Smith; il convient cependant de mentionner, que M. E. von Mojsisovics pense, que notre espéce appartient au genre Trachyce- ras (Protrachyceras). Gisement: Puente del Ahogado. 3 fragments. 8 LA FAUNE MARINE = Gure TrRAacHYcERAs Lause (ProrTRACHYCERAS MoJSISOVICS). Trachyceras ( Protrachyceras) sp. ind. Y > Planche L, fig. 4 a, 4 b. Malheureusement nous possédons seulement un tout petit fragment de cette espéce. La section transversale des tours parait étroite, beaucoup plus haute que large. L'ornementation se voit surtout d'un cóté du frag- ment. L'on y observe (fig. 4 a) des cótes principales plutót faibles. qui sur les flanes et pas loin de l"ombilie portent un tubercule bien prononcé au dela duquel elles se divisent en deux branches. Ces cótes secondaires restent tresTapprochées, sont larges et assez fortes et traversent presque droites les flanes de la coquille jusqu'au bord externe od elles s'élargissent pour for- mer des tubercules marginaux allongés et bien prononcés. Aprés une inter- ruption par un sillon longitudinal apparaissent en suite, sur la partie ex- terne des tours, deux séries spirales dont les tubercules paraissent alterner. Ces tubercules externes limitent un sillon externe faiblement marqué. (Fig. 4 b.) Selon une communication de M. Ed. von Mojsisovics ce fragment ainsi que celui de l'espéce suivante appartient au sous-genre Protrachyceras. Gisement: Puente del Ahogado. 1 petit fragment. Trachyceras (Protrachyceras) sp. ind. J p Planche l, fig. 5a, 5 b. A Un tout petit fragment parait appartenir á une espéce avec tours com- primés, beaucoup plus hauts que larges. Vers le bord externe des flanes s'observent des cótes aplaties, tres-larges, peu saillantes et dirigées en avant. Ces cótes sont plus larges que les interstices intercostaux et se terminent au bord externe des flancs, étant coupées á angle droit par une caréne spirale suivie d'un sillon. Sur la partie externe des tours et separées des flanes par ce sillon se voient deux séries de tubercules allongés épineux, qui limitent le sillon externe peu prononcé. Gisement: Puente del Ahogado. 1 tres-petit fragment. GENRE CLIONITES E. vow Mossisovics. Clionites, sp. ind. Planche L fig. 3a, 3b. Le fragment de cette espéce parait appartenir á une forme assez évolute avec des tours un peu comprimés, plus hauts que larges. L'ornementation de la coquille consiste en cótes radiales assez plates et distantes, qui restent DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 9 généralement simples, et en cótes spirales noduleuses qui croisent les cótes radiales. Autant qu'on peut voir il y a quatre cótes spirales de chaque cóté, qui sont composées de tubercules allongés assez forts et présentent l aspect dun fil de perles. La premiére de ces séries spirales n'est pas tres-éloigné du bord ombili- cal, la seconde, qui porte des tubercules bien forts, se trouve á peu—prés au milieu des flancs. La troisiéme est á la méme distance de la seconde que de la quatriéme ou externe, qui borde le sillon externe assez large et bien marqué. La coquille est en outre couverte de stries longitudinales trés- fines. M. J. Perrin Smith a bien voulu nous communiquer, que cette espéce ressemble beaucoup aux especes de Clionites de 1'étage carnien de la Cali- fornie, sans qu'on puisse dire á laquelle de ces espéces (ils en existent plus ou moins 15) notre forme se rapproche le plus. Gisement: Puente del Ahogado. 1 fragment. Il est á remarquer que sur les figures 3 a, 3 b, Pl. I, les cótes spirales ne ressortent pas suffisamment. GrewNrE Juvavirtes (Awaromtres) E. von MoJsIsovros. Juvavites (Anatomites) Mojsvari n. sp. Planche 1, fig. 2 a, 2b; Planche VI, fis. 1. Cette espéce appartient selon une communication, que nous devons á la bonté de M. E. von Mojsisovics, au groupe des Anatomites scissi. Nous possédons un exemplaire assez complet, mais un peu comprimé. L'espéce est petite, globuleuse, trés-involute avec un ombilic tres-étroit. Les tours sont arrondis avec une section basse á peu-pres semicirculaire. La coquiile est munie de cótes serrées, qui forment des faisceaux de 54 7 cótes primaires, dont la plupart se divise en deux branches secondaires. Ces faisceaux sont séparés par des constrictions (paulostomes) assez profon- des et bien marquées, dirigées un peu obliquement en avant. L'on compte sur le tour visible de notre exemplaire 4 constrictions. Le faisceau de cótes le mieux conservé (voir Planche VI fig. 1 en bas) est composé de 7 cótes principales, qui prennent leur naissance sur un bourrelet commun au bord de l”ombilic. Six de ces cótes principales se divisent en deux branches, peu divergentes; les deux postérieures plus bas (la dernié- re pres du bord ombilical, avant derniére un peu plus haut) que les autres, qui se séparent un peu en dedans du milieu des flancs. La premiére cóte principale du faisceau reste simple; elle est plus forte et plus saillante que les autres et limite en arriére la constriction située en avant du faisceau. De la derniére cóte principale part en outre une branche postérieure, qui 10 LA FAUNE MARINE se sépare plus haut delle que la branche antérieure. En tout l'on compte dans le faisceau 14 cótes. Toutes ces cótes (principales et branches secon- daires) á exception de la premiere, qui est plus forte que les autres, S0J semblables, presque droites et passent par les flanes un peu inclinées en avant. Dans la constriction, qui suit en avant du faisceau décrit, se voit une cóte simple, qui a á peu pres la méme force que la plupart des cótes des faisceaux, étans V'autre part beaucoup plus faible que la premiére cóte du faisceau décrit. Quelgues uns des autres faisceaux sont composés d'un nombre plus res- treint de cótes; dans celui, qui suit en avant du faisceau décrit, 1”on obser- ve par exemple 5 cótes principales, dont la premiére, qui est la plus forte reste simple, tandis que les 4 postérieures se divisent en deux branches; cette fois la derniére d'elles se divise plus haut que les 3 autres, qui se sé- parent á la méme hauteur un peu en dedans du milieu des flancs. Les cótes -traversent la partie externe de la coquille sans interruption ni changement. (voir Planche I, fig. 2 a.) ' Notre espéce s'éloigne des espéces caractéristiques du genre Anatomites par plusieures particularités. D'abord les cótes sont continues et passent par la partie externe sans aucune interruption. Ensuite les cótes primaires restentséparées, sont simples ou se divisent en deux ou trois branches sans qwon puisse voir des ““cótes composées formant des chaines” (“Kettenrip- pen”). Gisement: Puente del Ahogado, 1 exemplaire. 11. LAMELLIBRANCHIATA. GENRE PALAEONEILO HaLL 1870. Le genre Palaeoneilo a été créé par J. Hall pour des coquilles du Dé- vonien et Waverly group des Etats Unis. (Prelim. Notice Lamellibranchia- ta 2, p. 6, 1870; Natural History of New York, Palaeontology, Vol. V, pt. I. Lamellibranchiata IL, 1885, p. XXVIL). Plus tard A. Bittner (Lamelli- branchiaten der alpinen Trias, I Theil, Wien. 1895. Abhandl. der K. K. Geologischen Reichsanstalt. Bd. XVIII, heft 1), y rattachait quelques for- mes du Trias de St. Cassian en démontrant que les espéces triasiques mon- trent les mémes caracteres essentiels que les formes dévoniennes de l'Amé:- rique du Nord. Tout récemment A. Borissjak (Die Pelecypoden der Jura—A blagerungen im europaeischen Russland I. Nuculidae, Mémoires du comité géologique de la Russie, nouvelle série, livr. 11, 1904, p. 29-33) vient de démontrer, 11 DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. que des représentants du genre Palaeoneilo existent aussi dans le Juras- sique supérieur (étage volgien inférieur). p Dans les couches supratriasiques de Zacatecas nous avons découvert de nombreuses coquilles, qui paraissent aussi appartenir au genre Palaeoneilo. En comparant nos formes avec les descriptions et figures des espéces de Palaeoneilo chez Hall et Bittner vous voyons en effet qu'elles correspon- dent bien aux caractéres de ce genre. Hall mentionne un sillon plus ou moins prononcé sur le talus umbonal. Ce sillon manque dans toutes nos espéces, ce qui n'empéche certainement pas de les réunir avec le genre, puisqu'on observe aussi chez plusieures especes décrites par Hall et Bittner, que ce sillon est complétement absent. Selon Hall la surface est ornée de stries concentriques d'accroissement qui forment souvent des cótes concentriques. La plupart de nos formes montre aussi seulement des stries concentriques, mais il existe en outre un groupe, dont les espéces sont ornées de fines cótes radiales. (Groupe de Palaeoneilo costata). Hall (1. ec. p XXVIII) dit, que le ligament est externe, situé dans une cavité étroite et peu profonde le long du bord cardinal mais il n'indique pas si le ligament est visible á 1"extérieur de ses coquilles. Chez plusieures de nos espéces nous avons pu observer contrairement a l'opinion de M. Borissjak' que les crochets s'écartent un peu en arriére donnant ainsi nais- sance á un écusson étroit, lancéolé et plus ou moins enfoncé. Chez ces es- péces on observe en outre immédiatement derriére les crochets une saillie oblongue, qui ne peut guére étre autre chose que le ligament externe (voir la description de Palaeoneilo Broilii, Burkarti, Aguilerae, inflata, circula- ris, rectangularis). Le caractére essentiel du genre Palaeoneilo, Vexistence d'une série de dents non interrompue sous les crochets par une fossette ligamentaire, a pu étre constaté chez la plupart de nos espéces. Dans ce but nous avons fait faire des plaques minces. de la partie centrale des coquilles,? qui ont été photographiées aprés, en les augmentant 32 fois (voir pl. VII). Pour faire ces préparations on a besoin de beaucoup de matériaux, car tres-souvent il y a des cristallisations qui ont détruit une partis des dents et générale- ment juste celles du centre, qui sont les plus importantes pour prouver la continuité de la série dentaire. En outre il est assez difficile d'obtenir la par- tie centrale de la coquille avec la série des dents; tres=souvent la charnié- re ne forme pas une ligne complétement droite mais un peu courbée, de maniéóre que Von ne peut pas obtenir la série compléte des dents a la fois. Ainsi dans plusieures de nos préparations on voit bien la partie centrale de 1 Dans son travail (1. c. p. 30) M. Borissjak prétend, que chez le genre Palaeoneilo manque tou- jours un écusson. Ce n'est cependant pas le cas pour plusieures de nos especes, comme nous le dé- _montrerons ci-dessous. 2 Ces plaques minces ont été faites par M. F. Rodriguez, employé de notre Institut. Nous le re- mercions de ce travail bien délicat. 12 LA FAUNE MARINE la série des dents, mais ils manquent quelques dents latérales des deux cótés. Heureusement cela n'a pas beaucoup d'importance, étant donné que la partie centrale est la plus importante. : La jonction des deux séries (antérieure et postérieure) des dents sous le sommet se fait selon Hall et Bittner de trois maniéres différentes. 1. Il y a changement de direction des dents et les premiéres dents de la série postérieure dirigées en bas, sont en discordance avec les premiéres dents de la série antérieure dirigées obliquement en arriére (par exemple * Palaeoneilo constricta Hall 1. e. pl. XLVIITI, fig. 15, et fig. 10). 2. Entre les deux séries s'intercalent quelques dents obliques (par exem- ple Palaeoneilo fecunda Hall, l. e. pl. XLLX, fig. 22). 3. Ilya un changement de direction comme chez 1, mais la premiére dent de la série antérieure est tres-forte et dépasse les suivantes qui sont plus petites (par exemple Palaeoneilo lineata Goldf, Bittner, 1. c. pl. XVI, fis. 13 et Palaeoneilo tenuilineata Klipst, Bittner, 1. ec. pl. XVI, fig. 24). Chez nos formes la jonction des deux séries se fait de la premiére manié- re, comme chez Palaeoneilo constricta. En résumant les faits constatés chez toutes nos espéces nOUÑs pouvons donner la description sommaire suivante de la dentition de nos Palaeoneilo. On observe presque toujours une série postérieure trés-longue et une série antérieure beaucoup plus courte. Les deux séries sont composées en majeu- re partie de dents nettement courbées en forme de croissant avec la con- vexité tournée du sens opposé: c'est á dire dans la série postérieure en avant et dans la série antérieure en arriére. Généralement les dents de la série antérieure sont beaucoup plus massives que celles de la série postérieure. Vers le sommet les dents des deux séries deviennent de plus en plus peti- tes, étroites et droites. A la jonction des deux séries llon observe générale- ment une position discordante trés nette de ces petites dents, celles de la série postérieure étant dirigées tout droit en bas, celles de la série anté- rieure au contraire obliquement en arriére. Il est bien difficile de dire si le genre Palaeoneilo doit étre réuni avec le genre Ctenodonta Salter, qui est certainement tres-voisin. Selon quel- ques auteurs ces deux genres sont différents,' selon d'autres ils doivent étre réunis sous le nom Ctenodonta.” Pour discuter cette question difficile, il faudrait avoir beaucoup de matériaux de comparaison; si nous avons réuni nos espéces avec le genre Palaeoneilo et non avec Ctenodonta, c'est parce- quw'elles ressemblent plus aux formes de ce genre qu'au type du genre Cte- nodonta. Palaeoneilo est le genre le plus abondant en individus et en espéces dans nos conches supratriasiques, tandisque Hall ne décrivait que 19 espéces de 1 Par exemple Oehlert, D. P.: Note sur quelques Pélécypodes dévoniens. Bulletin de la Société géologique de France 3* série, tome XVI, 1877-88. Paris, 1888, p. 653-654. 2 Par exemple Beushausen L.: Die Lamellibranchiaten des rheinischen Devon. Abhandlungen der Kónigl. preussischen geologischen Landesanstalt, neue Folge heft 17, 1895, p. 65-71. DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. ce genre nous ponvons en distinguer (sans compter les formes mal conser- vées) au moins 23 espéces, qui peuvent étre placées dans 6 egronpes diffé- rents, á savoir: 1.—(Groupe de la Palaeoneilo zacatecana, n. Sp. 1. Palaeoneilo longa, n. sp. Do sE zacatecana, Mm. sp. Se ss Broilii, n. sp. 2.—(Groupe de la Palaeoneilo triangularis, n. sp. 4. Palaeoneilo Burkarti, n. sp. D 5 Frechi, n. sp. 6. do Villadae, n. sp. Ue eS mexicana, N. sp. 8. So Cordobae, n. sp. ele 3 triangularis, n. sp. 3.—Groupe de la Palaeoneilo Aguilerae, n. sp. 10. Palaeoneilo Bósei, n. sp. lí, ne Aguilerae, n. sp. 19, E inflata, n. sp. 13. y Humboldti, n. sp. Lal. me circularis, n. sp. 1. a cordiformis, n. sp. 4.—GProupe de la Palaeoneilo quadrata, n. Sp. 16. Palaeoneilo Waitzi, n. sp. 17 2 rectangularis, n. sp. 18. Da quadrata, D. sp. 5.— Groupe de la Palaeoneilo costata, n. Sp. 19. Palaeoneilo ledaeformis, n. sp. 20. E costata, N. Sp- 2. de Ordoñezi. n. sp. 6.— Groupe des Palaeoneilo comprimées. N? 21.—2 14 LA FAUNE MARINE 1.—(GROUPE DE LA PALAEONEILO ZACATECANA N. SP. Planche IL fig. 1-8. Ce groupe se distingue "par la forme ovale ou allongée des coquilles beaucoup plus longues que hautes et par la position des crochets, qui se tronvent un peu en avant de la moitié des coquilles. L*'ornementation con- siste en stries concentriques. Les dents ont pu étre étudiées chez deux es- peces, tandis que la troisieme, représentée seulement par un exemplaire, n'a pas pu étre préparée. Le groupe se rapproche le plus du groupe de la Palaeoneilo triangularis, dont les formes se distinguent cependant géné: ralement par les contours triangulaires résultant d'une forme di fférente du bord cardinal. Tandis que chez le groupe de la Palaeoneilo triangularis le bord cardinal est trés anguleux parce que sa partie antérieure et posté:- rieure se réunissent sous un angle relativement prononcé, chez le groupe de la Palaeoneilo zacatecana au contraire ce bord est réguliéerement cont- ¡Dé TI y a cependant des formes, qui se placent entre les deux groupes comme Palaeoneilo Burkarti n. sp- et Palaeoneilo Frechi n. sp.; nous les avons rattaché au groupe de la Palaeoneilo triangularis. 1.—Palaeoneilo longa n. sp. Planche II, fig. 1a 1 b. Dimensions: IN sabes po lacra drasade 250.5 Tan IN Ra O oreba asadas SD m9 IAE dos ode aa ear bbsnidaacek DÍ os Nous possédons une seule coquille de cette espéce qui est assez bien conservée. C'est l'espéce la plus longue de nos Palaeoneilo, tres-allon- gée, trois fois plus longue que haute. Les deux valves sont égales avec des, contours réguliérement courbés; leur partie antérieure est beaucoup plus courte que la postérieure, qui s'amincit notablement en arriére. Les crochets, larges et peu proéminents, sont situés un peu en avant du premier tiers de la coquille. L'épaisseur des valves est considérable, la plus grande épaisseur se trouve un peu en arriére des crochets. La coquille est ornée de stries concentriques irréguliéres. Dans la partie postérieure la co- quille est un peu usée et laisse voir les deux séries postérieures de petites dents. Palaeoneilo longa parait voisine de la Palaeoneilo elongata Hall (Pa- laeontology of New York, 1. c. pl. 48, fig. 39, p. 345.) Cependant elle en différe par ses dimensions plus considérables, par sa forme plus allongée et moins haute et par la situation moins centrale des crochets, DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 15 Gisement: Puente del Ahogado, dans les schistes siliceux et argileux noirs. 1 exemplaire. 2.—Palaeoneilo zacatecana n. sp. Planche IL fig. 2a-f. Planche VIL fig. 1, 2. Dimensions: Lomancu (Ma. 2) pesdosasenens RA AS EE e A aa SI EA a eto dis a Cette espéce est voisine de la précédente par sa forme, qui est aussi trés allongée. Elle est cependant plus petite, relativement moins allongée et ses erochets ont une situation plus médiane. La coquille assez convexe, beaucoup plus longue que haute, a une for- me ovale-allongée, la partie antérieure est généralement plus large que la postérieure qui s'atténue en arriére: Le bord inférieur des deux valves éga- les est réguliérement arqué, le bord cardinal est presque droit et tres-long. Les crochets, larges et peu proéminents, sontsitués un peu en avant de la moitié, mais beaucoup moins excentriques que dans l'espéce précédente. La surface est marquée de stries concentriques serrées et un peu irrégu- liéres. La série des dents a pu étre préparée dans deux exemplaires (voir Planche VII, fig. 1 et 2.) Les dents nombreuses et serrées forment deux sé- ries tres longues, qui passent sans interruption insensiblement l'une dans autre. La série postérieure est formée d'environ quarante dents régu- liéres et serrées pas tout á fait droites mais un peucourbées, affectant une forme semilunaire avec le cóté convexe tourné en avant. Vers les crochets les dents deviennent plus droites et de plus en plus petites et passent in- sensiblement et sans interruption aux premiéres dents de la série anté- rieure, qui sont aussi tres petites et droites. En avantsuivent, dans la sé- rie antérieure, environ 25 dents de forme semblable que celles de la série postérieure mais un peu plus fortes. Ces dents sont aussi semilunaires mais avec la partie convexe dirigée en arriére. Il est á remarquer, que nous avons réuni dans cette espéce deux formes un peu différentes, qui devront probablement étre séparées plus tard, quand on disposera de plus nombreux exemplaires. La premiére de ces for- mes (fig. 2 b, 2 e pl. ID) estinéquilatérale avec les crochets situés en avant du milieu, la seconde (fig. 2 a, 2 d) au contraire posséde des crochzts pres- que médianes, un peu prosogyres, et leur partie antérieure s'amincit no- tablement en avant. Dans les deux formes s'observe un écusson lancéolé, bien prononcé. Cisement: Puente del Ahogado, dans les schistes siliceux et argileux noirs. 5 exemplaires. 16 LA FAUNE MARINE 3.—Palaeoneilo Broilii mn. sp. Planche IL, fig. 3 a-38 m. Planche VI, fig. 2. Planche VII, fig. 3. Dimensions: fig.3a. fig.3 2. fig.3h. fg.3 1. fig.3k. Longueur:...... 16 mm. 23 mm. (incompl.) 195mm. 18 mm. 18 mm. Hauteur:...... DS ME 12 y OATES SI Epaisseur:...... 7 SS Ss - UD (CA 5,5 ,, (incompl.) Cette espéce. qui est la plus abondante de toutes nos Palaeoneilo, a une forme ovale, un peu allongée, assez bombée; la hauteur des valves está peu pres la moitié plus petite que la longueur mais elle est beaucoup plus con- sidérable par rapport á la longueur que dans les autres espéces du grou- pe. Les crochets sont larges et généralement peu proéminents, situés un peu en avant du milieu de la coquille. Les erochets sont un peu prosogyres, der- riére eux s'observent deux carénes longitudinales qui limitent un écusson étroit, lancéolé et faiblement excavé, qui est divisé de chaque cóté par une seconde caréne oblique en deux parties, dont les postérieures sont plus éten- dues. Immédiatement derriére Jes sommets s'observe en outre une saillie oblongue, qui parait étre le ligament externe. (Voir Planche VI, fis. 2.) Quand la coquille est bien conservée les deux valves sont égales, quel- quefois il semble qu'une valve est plus grande et plus bombée que autre, mais cela tient á ce que dans ces cas les coquilles ont été comprimées. Les bords de la coquille sont réguliérement courbées. La plus grande épaisseur se trouve un peu en arriére des crochets. La coquille est ornée de stries concentriques irrégulieres. Souvent la série des dents est déjá visible sans préparation non seule- ment dans les moules internes (fig. 3 m;) mais encore dans les exemplajres avec le test conservé (fig. 3 e, 3 1.). On voit quelquefois clairement Val- ternation des dents des séries dentaires des deux valves. La préparation des dents (planche VIT, fig. 3) montre, que les dents for- ment deux séries inégales, une postérieure, tres longue, formée par environ 32 dents assez distantes, dont les postérienres sont courbées en forme semi- lunaire avec la convexité tournée en avant, tandis que les antérieures de- viennent plus petites et de plus en plus droites á mesure qu'elles s'appro- chent du sommet. Sans interruption sensible suit en avant du crochet la série dentaire antérieure, composée d'environ 16 dents (en réalité plus, car la coquille est incompléte), dont les premiéres sont petites, droites et diri- gées en arriére d'oú résulte une discordance avec les premiéres dents de la série postérieure, qui sont dirigées en bas. En avant suivent des dents semilunaires, dont la convexité regarde en arriére; elles sont tres fortes et plus massives que celles de la série posté- rieure. ¡ DU TRIAS SUPÉRIRUR DE ZACATECAS. 17 Palaeoneilo Broilii se distingue par sa forme plus ovale, moins allon- gée, plus haute et plus bombée des deux autres espéces du groupe: Palaeo- neilo longa et Palaeoneilo zacatecana. Elle montre beancoup de ressemblance avec Palaeoneilo praeacuta Klipst, des Pachycardientuffe de la Seiser Alp, décrite et figurée par Broili: p. 202, pl. 24, fig. 13. (F. Broili: Die Fauna der Pachycardientuffe der Sei- seralp. Palaeontographica. Bd. 50, Lieferung 4-5, 1903.) M. le Dr. F. Broili a eu la bonté de me communiquer les lignes suivan- tes sur les relations des deux espéces: ““J”ai comparé les photographies de la Palaeoneilo avec les originaux de ma Palaeoneilo praeacuta et je suis arrivé au résultat suivant: La forme mexicaime beaucoup plus grande se distingue de la forme européenne beaucoup plus petite par le bord postéríeur, qui est légérement courbé, tandis qu'il se dirige chez la forme alpine en ligne absolument droite du sommet en bas. Dans les au- tres caracteres les deux espéces montrent une grande ressemblance, qui est principalement démontrée par la méme forme bombée.”” * Gisement: Puente del Ahogado, dans les schistes siliceux et argileux noirs, trés abondant (plus de 25 exemplaires). 2.—(GROUPE DE LA PALAEONEILO TRIANGULARIS N. SP. Planche II fig. 4-6, Planche UL fig. 1-3. Ce groupe se rattache au précédent, quoique les formes typiques se dis- tinguent nettement des espéces du groupe de la Palaeoneilo zacatecana. En effet ces formes montrent des contours triangulaires parce que la ligne cardinale est tres anguleuse et la partie antérieure et postérieure de cette ligne forment á lenr jonction un angle bien prononcé. Dans les for- mes typiques la partie antérieure de la ligne cardinale est tres oblique et forme souvent un angle droit avec la partie postérieure. Les erochets sont généralement assez excentriques, situés en avant du milieu de la coquille, ?quelquefois presque terminaux. Derriére les cro- chets on observe chez plusieures espéces un écusson tres-étroit, limité par deux carénes assez marquées. Dans une espece (Palaeoneilo Burkarti) nous eroyons pouvoir constater le ligament immédiatement derriére les crochets. Les coquilles sont ornées de stries concentriques. 1 Notre espéce montre aussi une certaine ressemblance avec Palaeoneilo choroschowensis Boríis- sjale (1. e. Pl, TH, fig. 11) du Volgien inférieur de la Russie, quí est malheureusement insuffisam- ment connue. : 2 Dans un cas exceptionnel les crochets paraissent situés tres en arriére du milieu de la coquille (voir ci-dessous la description de Palaeoneilo triangularis, note infrapaginale). 18 LA FAUNE MARINE Si la plupart des especes de ce groupe se distingue nettement des formes du précédent, il y a cependant quelques especes qui forment une transi- tion entre les deux groupes. Chez ces especes (Palaeoneilo Burkarti et Palaeoneilo Frechi) la forme n'est pas encore nettement triangulaire car la ligne cardinale est plutót arquée yu'anguleuse et le sommet n'est pas tres-excentrique. -La dentition a pu étre étudiée chez trois espéces du groupe. 4.—Palaeoneilo Burkarti n. sp. Planche III, fis. 2 a-d, Planche VI, fis. 6, Planche VII, fig. 4. Dimensions: Planch III, fig. 2a, d. fig. 2 b-c. (comprimée.) IL OEUCUIA: sospos vascos 22 Im. 22,5 mm. TELE UQUIPE poososoosccco 14 de 18 AS IN OMTTCONES sossoso deseas SS 6,5 ,, (incompl.) La forme générale de cette espéce n'est pas encore nettement triangu- laire, mais plutót ovale, car la ligne cardinale est arquée; cependant la partie antérieure de cette ligne est déjá assez abrupte. La partie posté- rieure de la ligne cardinale est longue et faiblement arquée. Les bords in- férieurs de la coquille réguliérement courbés. Les coquilles sont assez hau- tes avec la plus grande épaisseur derriére les crochets plus ou moins au milieu des valves. Les crochets peu proéminents sont situés á peu prés au premier tiers de la longueur. Des crochets en arriére partent deux carénes qui limitent un écusson étroit, lancéolé et faiblement concave. Immédiate- ment derriére les crochets les bords cardinaux des valves s'écartent un peu et font voir une saillie oblongue au centre de l'écusson, probablement le ligament, tandis qu'en arriére s'apercoivent les séries postérieures des dents (voir Planche VI, fig. 6). La coquille est ornée de stries concentriques inégales et assez espacées. La préparation d'une coquille (pl. VII, fig. 4) montre une longue série postérigure composée de plus ou moins 35 dents, dont la plupart sont cout- bées, semilunaires avec la convexité tournée en avant, tandis que les anté- rieures, derriére et sous les crochets, deviennent petites, droites, et sont di- rigées en bas. En discordance avec ces dents suivent sans interruption en avant des crochets les premiéres dents de la série antérieure, aussi petites et droites, mais -dirigées obliquement en arriére; ensuite s'observent les dents anté:- rieures, de plus en plus fortes et courbées, tres-massives, semilunaires avec la convexité tournée en arriére. La série antérieure des dents est incompléte parce que la coquille est brisée en avant. Cette espéce, que nous dédions a M. Joseph Burkart, si bien mérité de la géologie de Zacatecas, ressemble encore aux espéces du groupe précé: DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 19 dent surtout á Palaeoneilo Broilii; elle s'en distingue cependant par la ligne cardinale plus anguleuse, dont la partie antérieure est plus abrupte, par sa forme moins bombée et par la position plus excentrique des crochets. Les rapports avec l'espéce suivante Palaeoneilo Frechi seront indiqués ci- dessous. Gisement: Puente del Ahogado, dans les schistes siliceux et argilenx noirs. 4 exemplaires. 5.—Palaeoneilo Frechi n. sp. Planche II, ig. 4a, 4 b. Dimensions: LA AN ÓN 19.8 mm. A iaa DÍ o; ASUS ltd aio cs (Ú E Cette espéce, qui forme avec la précédente un groupe de transition entre les groupes de la Palaeoneilo zacatecana et Palaeoneilo triangularis, a une forme ovale-allongée, elle est plus haute du cóté antérieur, atténuée, et subrostrée du cóté postérieur. Les bords inférieurs de la coquille sont ar- qués, le bord cardinal est légérement anguleux Les crochets sont situés tres en avant; la plus grande épaisseur s'observe derriére les crochets, au premier tiers de la coquille. Des stries concentriques irréguliéres couvrent la surface. Palaeoneilo FPrechi se distingue de V'espéce précédente par sa forme plus allongée, subrostrée en arriére et moins haute, elle ressemble beaucoup A Palaeoneilo sulcatina Conrad sp. du Waverly group, Ohio (comp. Hall 1. e. pl. L, fig. 44, 347) eta Palaeconeilo elliptica Goldf. sp. de St. Cassian (comp. Bittner.1. e. pl. XVI fig. 26-31.) Elle se distingue cependant des deux outre par ses dimensions différen- tes, par ses erochets moins proéminents et par la partie antérieure de la ligne cardinale. qui est plus oblique. Gisement: Puente del Ahogado, dans les schistes siliceux et argileux noirs. 1 exemplaire. 6.—Palaeoneilo Villadae n. sp. Planche II, fig. 5 a, 9 b. Dimensions ILOMSUSNE. esrvossos soonacrpdbRcoEO daBo sa sEonde 19 mm. ars coo asa 1 bs E ae Ade Cette espéce se distingue des deux précédentes par la forme nettement triangulaire et des suivantes du méme groupe parla situation presque mé- 20 LA FAUNE MARINE diane des erochets. La coquille est nettement triangulaire; les deux par- ties du bord cardinal sont presque droites et forment a leur jonction á peu prés un angle droit. La partie antérieure de ce bord s 'étend en ligne pres- que droite et oblique jusqu'au coin antéro-inférieur de la coquille, oú elle se joint directement au bord inférieur faiblement arqué de maniére dus chez cette espéce Von ne peut pas distinguer un bord antérieur. La coquille est assez mince, la plus grande épaisseur étant située au mi- lieu des valves un peu en arriére des crochets. Les crochets sont assez latr- ges, pas trop proéminents et situés un peu en avant du milieu de la coquille. La partie antérieure du bord cardinal de la coquille est un peu usée et laisse entrevoir une partie de la série dentaire. Nous dédions cette espéce a M. Villada, Professeur de Géologie et Paléon- tologie du Museo Nacional de México. Gisement: Puente del Ahogado. 1 exemplaire. “.—Palaeoneilo mexicana, N. Sp. Planche III, fig. 1 a-d; Planche VIL, fig. 16, 17. Dimensions: Rieslta ple: Fig. 1b,1 d. IL oMEmEWl?: 000 pmccodeo: 23 Mm. 19 mm. JEQUILGUI? cocos cosoovsaas 1D as 105 o, Epaisseur. ...... EE (RAEE CESA Cette espéce forme avec les deux suivantes un sous-groupe, qui se distin- gue par la forme nettement triangulaire et par la position des crochets, qui sont situés trés en avant et presque terminaux. Palaeoneilo mexicana est la plus longue espeéce de ce sous—-groupe, et se distingue par sa forme allongée, subrostrée en arriére, des deux suivantes. De celles-ci Palaeoneilo Cordobae se rapproche le plus á notre espéce, elle est cependant moins allongée, plus arrondie en arriére etses crochets sont plus terminaux. Enfin Palaeoneilo triangularis se distingue des deux autres espéces par la forme tresraccourcie et nettement trian gulaire. Palaeoneilo mexicana a une forme triangulaire-allongée, presque deux fois plus longue que haute. Elle est peu bombée, la hautenr et épaisseur de la coquille diminuent en arriére, d'ou résulte une partie postérieure subrostrée et atténuée. Le bord cardinal se compose d'une partie postérieu- re longue et presque droite et d'une partie antérieure courte, droite et oblique, qui se joint au coin arrondi antéro-inférieur de la coquille avec le bord inférieur réguliérement arqué. La partie postérienre du bord car- dinal se rénnit aussi directement avec le hord inférieur en formant avec lui un coin arrondi. Dans notre espéce il est donc guére possible de distin- guer un bord antérieur et postérieur et de cette disposition résulte la for- me triangulaire de la coquille. DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 21 Les crochets, peu proéminents, sont situés trés en avant, presque ter- minaux. Derriére les crochets s'observent deux carónes assez prononcées, qui limitent un petit écusson tres-etroit et lancéolé. La surface est ornée de stries concentriques assez réguliéres. Les préparations des dents (voir Planche VIT, fig. 16, 17) montrent une série postérieure longue, composée d'environ 30 dents serrées et une anté- rieure courte, formée par environ 15 dents plus distantes et beaucoup plus massives. La plupart des dents sont courbées et nettement semilunaires avec la convexité tournée en avant dans la série postérieure eten arriére dans la série antérieure. Les deux séries de dents deviennent de plus en plus petites et droites, á mesure qu'elles s'approchent des crochets, á leur jonetion on observe une discordance parce que les premiéres dents de la série antérieure sont diri- gées obliquement en arriére, tandis que celles de la série postérieure sont dirigées tout-droit en bas. La différence entre cette espéce et les voisines a déja été indiquée ci- dessus. Gisement: Puente del Ahogado. 5 exemplaires. $.—Palaeoneilo Cordobae, n. sp. Planche II, fig. 6 a, 6 b. Dimensions: on ue ut. coses ito 19.8 mm. Binter cosscnes cose es RI MI pad ejos 6 e Cette espece, assez plate, aune forme triangulaire allongée. Les crochets sont situés trés en avant, presque terminaux, peu proéminents et larges. Les parties antérieure et postérieure du bord cardinal, droites, se joignent en formant un angle droit; le bord inférieur de la coquille est réguliére- ment arqué et passe insensiblement dans le bord postérieur arrondi. Un petit écusson est limité par deux carénes. Les bords cardinaux des deux valves sont un peu usés derriére les crochets laissant entrevoir la longue série postérieure des dents. La surface montre des stries concentriques un peu irréguliéres et imé- gales. Pour les rapports de cette espéce avec les Palaeoneilo mexicana et trian- sularis voir la description de l'espéce précédente. Nous dédions cette espéce A M. Pingénieur Luis G. Córdoba, Jefe Polí- tico de Zacatecas. Gisement: Puente del Ahogado. 2 exemplaires. 22 LA FAUNE MARINE 9.—Palaeoneilo triangularis, n. sp. Planche III, fig. 3 a-h. Planche VIL fig. 6-7. Dimensions: Fix.3a,3€, Fig.3b,3£ Fig.3d,3h. onu ur 16 mm. 17.5 min. 19.3 mm ¡lO UIPsosnce cosas A LD os 13 A Epaisseul ...o.oocooo.. A Y La o Cette espéece est la plus raccourcie du groupe; elle posséde une forme triangulaire avec angles arrondis. Les deux parties du bord cardinal sont un peu courbees et se joignent au sommet sous un angle presque droit, la partie postérieure est longue, la partie antérieure courte, abrupte et obli- que. Le bord inférieur de la coquille est réguligrement arqué, il passe in- sensiblement dans les deux parties du bord cardinal en formant a la jone- tion avec elles des angles arrondis. L'épaisseur de la coquille varie selon les individus; chez celui figuré dans les fig. 3 b et 3 f, elle est plus consi- dérable que chez les autres. Les crochets sont larges et peu proéminents, situés tres en avant, pres- que terminaux; ils s*écartent en arriére en produisant ainsi une espece d'écus: son. Des stries concentriques irréguliéres ornent la coquille. La dentition a pu étre préparée chez trois exemplaires: (pl. VIL, fig. 6-7). La série postérieure des dents est longue (environ 30 dents semilu- naires avec convexité tournée en avant) la série antérieure plus courte (en- viron 16 dents assez fortes, ésalement semilunaires avec convexité tournée en arriére). Les dents du centre sont droites, étroites et assez longues et passent d'une série á autre sans discordance bien nette.' - Nous avons réuni avec cette espece une forme intermédiaire entre Pa- laeoneilo Burkarti et Palaeoneilo triangularis. (Planche II, fig. 3 d, 3 h). Cette forme ressemble beaucoup a P. Burkarti tant par la forme géóné: rale, que par la position des crochets et la présence d'un écusson étroif. Elle est cependant moins allon gée que cette espece et plutót triangulaire et ressemble par ces caracteres á la Palaeoneilo triangularis. Cette forme intermédiaire nous parait assez semblable á la Palaeoneilo brevis Hall (1. e plate L, fig. 24-83, p. 342) du Chemung group, cepen- 1 La description précédente s'applique á la forme typique figurée 3 a, e pl. III; provisoirement nous avons réuni avec cette espece une coquille, qui montre une forme semblable, mais qui semble se distinguer elle par la situation postérieure presque terminale des crochets et par suite par un raccourcissement inusité de la partie postérieure de la coquille. Chez cette forme les crochets sont prosogyres et derriére eux s' observe un écusson et des traces du ligament externe. Cette forme est figurée pl. MI ie. 3b, £ La forme typique de notre espece ressemble beaucoup á Palaconeilo microdonta Winchell (voir Kinderhook faunal Studies UL, by Stuart Weller p. 173 pl. XV fig. 15, 16. Transactions of the Aca- demy of Science of St. Louis, vol. XI n* 9, 1901). : DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 283 dant l'espece des Etats Unis s'en distingue par la présence d'un sillon ou d'une dépression oblique sur la partie postérieure des valves, qui manque complétement chez notre forme. Gisement: Puente del Ahogado, 7 exemplaires. 3.—(GROUPE DE LA PALAEONEILO ÁGUILERAE, N. SP. Planche IV, fig. 1-6 et Planche V, fig. 1 a, 1 b. Ce groupe se distingue facilement des autres par la forme arrondie ou ovale-arrondie plutót plate des coquilles ainsi que par la positión généra- lement presque médiane des crochets. Chez les formes typiques du groupe (Palaeoneilo inflata, Aguilerae, Humboldti et cireularis) la coquille est réguliérement circulaire ou ovale- arrondie avec longueur et hauteur á peu pres égales, bords presque régu- liérement arrondis et crochets á peu pres médianes. Chez Palaeoneilo Bó- sel, la forme est plus allongée, plutót ovale avec des crochets plus excen- triques situés en avant. Enfin Palaeoneilo cordiformis s'écarte des autres espéces par la forme extrémement raccourcie, un peu plus haute que large et les crochets terminaux trés-aigus. La dentition a pu étre préparée chez 5 espéces et chez la sixieme (Pa- laeoneilo cordiformis) on apercoit déjá á VPextérieur de la coquille la lon- gue série de dents. ) Toutes les espéces sont ornées de stries concentriques. 10.—Palaeoneilo Bosei, n. Sp. Planche IV, fig. 3 a=-e. Planche VII, fig. 8. Dimensions: Fig. 3a,3c. Fig.3b,3e. LOnMEnMSur ososconsconsooosdnor 24 mm. 19 mm. E MSUD. cocos qurinooABegsheS IAS eE IO MTUQUE oeusco sesos dssasases Ñ ee a Cette espéce n'a pas encore la forme typique du groupe, elle s'écarte au contraire des autres espéces par sa forme plutót ovale, quelquefois méme légérement triangulaire et par la situation des crochets un peu excentrique en avant du milieu. Elle présente par lá quelque ressemblance avec cer- taines formes des deux groupes antérieurs, cependant comme elle est inti- mement liée avec Palaeoneilo A guilerae par des formes intermédiaires nous avons crúl devoir la rattacher au groupe de cette espéce. La forme figurée, Planche IV, fig. 3 a, 3 c, s'éloigne le plus des espéces caractéristiques du groupe par la forme un peu allongée, ovale et la situa- 24 LA FAUNE MARINE tion antérienre des crochets larges et peu proéminents, qui se trouvent au premier tiers de la longueur totale. Les bords de la coquille sont presque réguliérement arqués, seulement le bord postérieur est faiblement tronqué. La coquille est plate, plus haute du cóté antérieur, un peu subrostrée mais trés peu atténuée en arriére. La coquille est ornée de stries concentriques inégales et irréguliéres, dont quelques unes sont beaucoup plus fortes que les autres. D'autres exemplaires (voir fig. 3 b, d, e) ressemblent déjá beaucoup plus a Palaeoneilo A guilerae et forment une transition graduelle entre les deux especes. Ces individus sont moins allongés, plutót ovale-arrondis, avec les erochets moins excentriques, situés tres peu en avant du milieu des valves. Tls sont plats, ont presque la méme hauteur en arriére qu'en avant, et sont munis de bords assez réguliérement courbés. La plus grande épaisseur est située au milieu des valves. Les coquilles sont ornées de stries concentri- ques irréguliéres. Derriére les sommets un écusson étroit est limité par deux caréenes faibles. La dentition a pu étre préparée tres-bien chez un exemplaire (voir Pl. VII, fig. 8); la série antérienre des dents est beaucoup plus courte que la postérieure et composée de 15 dents assez fortes dont les antérieures sont tres-massives et courbées avec la convexité semilunaire tournée en arriére. Les dents postérieures de la série antérieure deviennent de plus en plus petites et droites á mesure qu'elles s'approchent du centre oú elles sont dirigées en arriére. Sans interruption suivent alors les premiéres dents de la série postérieure composée de plus de 35 dents; elles sont serrées, étroi- tes, longues et droites, dirigées en bas, étant ainsi en discordanve avec les dents antérieures, En arriére suivent des dents de plus en plus fortes et courbées affectant une forme semilunaire avec la partie convexe tournée en avant. Gisement: Puente del Ahogado. 8 exemplaires. 11.—Palaeoneilo Aguilerae, n. sp. Planche IV, fig. 2a-f. Planche VI, fig. 5. Planche VIL fig. 10. Dimenstons: Planche IV, fig.2a, e. Fig. 2c. £ JOWAWUE UI o secosusscocades: 20.5 mm. ¡Ur oO IE UWONP oopodonosososcesos 10D ss 1D as h 7 ID OEVSIOTO? > cossocosocoaes Cette espéce a une forme ovale-arrondie, elle est assez plate et presque équilatérale, les crochets étant situés tres peu en avant du milieu des val- ves. Les bords de la coquille sont assez réguliérement arqués. L'épaisseur est faible, elle est le plus considérable au milieu de la coquille. Les cro- DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 25 chets, un peu prosogyres, s'éloignent en avant et en arriére et donnent ainsi naissance en avant á une faible lunule limitée par deux carénes peu prononcées et en arriére á un écusson étroit, lancéolé et faiblement concave, bordé par deux carénes assez bien marquées. Immédiatement derriére les sommets s'apercoit chez un exemplaire une saillie oblon- gue, qui parait étre le ligament; plus en arriére les bords cardinaux un peu usés laissent entrevoir les séries postérieures des dents (voir Planche NAL, Mic 5% La coquille est ornée de stries concentriques irréguliéres et inégales, dont quelques unes sont beaucoup plus fortes que les autres. Les dents ont pu étre préparées chez un exemplaire. Comme le démontre la fig. 10 de la Planche VII on observe dans la série postérieure environ 35 dents dont les 15 antérieures derriére le sommet sont tres-longues, étroites, serrées et dirigées tout droit en bas, tandis que les postérieures sont de plus en plus fortes faiblement courbées, de forme semilunaire avec la partie convexe tournée en avant. Les premiéres dents de la série antérieure en avant dusommet paraissent étre droites et dirigées en arriére. En avant suivent environ 15 dents plus courbées et plus massives que celles de la série postérieure, de forme semi- lunaire bien nette avec la convexité tournée en arriére. Cette espéca est tres-voisine des Palaeoneilo Bósei, inflata et Humboldti; de la premiére elle se distingue par la forme moins ovale et plus raccout- cie et par la situation plus médiane des crochets, de la seconde par la for- me moins bombée et tres-aplatie, et de la troisiéme, qui est la plus voisi- ne, par ses dimensions plus considérables et sa forme un peu plus longue. Gisement: Puente del Ahogado. 11 exemplaires. 12.—Palaeoneilo inflata n. sp. Planche IV, fig. 1 a-£f, Planche VI, fig. 4, Planche VII, fig. 11. Dimensions: Pl. IV, fig.1a, d. NENE ero ade boe a 15.5 mm. A aaa esse A Epaisseur: A OR A ANO SO as Cette espéce présente presque la méme forme que la Palaeoneilo Agui lerae, mais elle s'en distingue facilement par l'épaisseur beaucoup plus considérable. C'est lespéce la plus bombée du groupe. Les bords de la coquille ovale— arrondie sont réguliérement arqués, seuls les bords cardinaux sont plu- tót droits. La plus grande épaisseur de la coquille s'observe au milieu des valves, un peu en arriére des crochets, qui sont situés un peu en avant du “milieu. Les crochets sont larges et peu proéminents, ils s'écartent en avant 26 LA FAUNE MARINE et en arriére, donnant ainsi naissance en arriére' a un écusson étroit, lan- céolé et faiblement concave, qui est bordé par deux carénes bien mar- quées. Les bords cardinaux laissent/entrevoir les larges séries de dents en avant et en arriére, et immédiatement derriére les crochets s'apercoit le li- sament externe (fig. 4, Pl. VI). La coquille est ornée de stries assez régu- liéres mais inégales, quelques unes étant plus fortes que les autres. Plusieurs moules internes (fig. 1 b, e, e, f,) laissent parfaitement voir les séries dentaires. La préparation des dents (voir pl. VII, fig. 11) nous montre une série postérieure de plus de 30 dents tres réguliéres et presque droites, seule: ment les postérieures étant faiblement courbées Les premiéres de ces dents sont petites tout-a-fait droites, tres-étroites etserrées. En avant du sommet viennent les premiéres dents petites et droites de la série antérieure en dis: cordance avec celles de la série postérieure, car elles sont dirigées en arriére. Les dents antérieures de la série antérieure (environ 15) sont assez for- tes et beaucoup plus courbées que les dents de la série postérieure, affec: tant une forme semilunaire bien nette et tournant la convexité en arriére. Gisement: Puente del Ahogado. 9 exemplaires entre lesquels il y a plu- sieurs moules internes. 13.—Palaeoneilo Humboldti n. sp. Planche IV, fig. 5a-d. Planche VII, fig. 9. Dimensions: fig. 5betd. Noa bR ES do uaOdiocobode dono 13 mm. Hades ES LEA Epaisseur ..... a e o (a Cette espece se distingue de la Palaeoneilo Aguilerae par ses dimensions beaucoup moins considérables et par sa forme un peu plus courte. Dans, tous les autres caractéres elle se comporte exactement comme cette espéce, de maniére que nous pouvons nous passer de donner une description dé- taillée, qui ne serait que la répétion de la description de Palaeoneilo A gui: lerae. La préparation d'un exemplaire nous a donné de tres—bons résultats. C'est peut-étre chez cette espéce (voir fig. 9 Pl. VIE) ou Pon voit le plus clairement la continuité de la série des dents sous les crochets ainsi que la position discordante des dents á la jonction des deux séries postérieure et antérieure. La série postérieure est composée d'environ 28 dents tres—réguliéres, dont les postérieures sont courbées en forme semilunaire avec la convexité tournée en avant, tandis que les 10 antérieures sont tout-á-fait droites, dirigées en bas et de plus en plus petites á mesure qu'elles s'approchent DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 27 du sommet. Les dents centrales de la série antérieure, qui suivent sans in- terruption en avant (3-4) sont aussi petites el droites mais dirigées en ar- riére, étant ainsi en discordance trós-—nette avec les “premiéres dents de la série postérieure. Les onze dents antérieures de la série antérieure égale- ment réguliéres deviennent de plus en plus courbées et fortes en avant, elles sont beaucoup plus massives que celles de la série postérieure, plus courbées et plus nettement semilunaires avec la convexité tournée en at- riére. Gisement: Puente del Ahogado. 3 exemplaires: 14.—Palaeoneilo circularis n. sp. Planche IV, fig. 6 a, b. Planche VIL, fig. 5. Dimensions: fig. 6a, b. LONA aseado E IEEE 14 mm. E a A IA AA O a Cette espéce est bien caractérisée par sa forme circulaire aussi haute que longue et ses bords presque réguligrement arqués. Elle est légérement bombée avec la plus grande épaisseur située un peu en avant du milieu de la coquille. Les bords cardinaux sont moins courbés que les autres bords et presque droits. Les crochets sont situés au premier tiers de la coquille, nettement prosogyres et assez aigus. Immédiatement derriére eux est si- tuée une saillie oblongue, probablement le ligament, et derriére cette sail- lie les bords cardinaux sont un peu usés, laissant entrevoir la longue sé- rie postérieure des dents. Derriére les crochets s'observent deux carénes longitudinales qui limitent un petit écusson lancéolé assez enfoncé. La co- quille est ornée de stries concentriques irréguliéres et inégales. La série dentaire a pu étre preparée chez un exemplaire (Pl. VII, fig. 5). On observe une longue série postérieure, composée d'environ 30 dents serrées et treséguliéres, dont les postérieures sont courbées et nettement semilunaires avec la convexité tournée en avant, tandis que les antérieures deviennent de plus en plus petites et droites á mesure qu'elles s'appro- chent du crochet. Les 7 dents situées sous les crochets sont tout-droites, étroites et dirigées en bas, étant ainsi en discordance avec les premiéres dents de la série antérieure, qui suivent sans aucune interruption, ont une forme semblable, mais sont dirigées en arriére. La partie antérieure de la ligne cardinale estimcomplete dans notre pré- paration; 1'on voit cependant clairement que les dent droites centrales de la série antérieure font place en avant á des dents de plus en plus cour- bées et semilunaires avec convexité tournée en arriére. Gisement: Puente del Ahogado. 3 exemplaires. 98 LA FAUNE MARINE 15.—Palaeoneilo cordiformis n. sp. Planche V, fig. 1 a, 1 b. Dimensions: Eon cutis RR 10,8 mm. A ASES Cette espece est tres-caractéristique; c'est la seule de toutes nos Palaeo:- neilo, dont la forme est tellement raccourcie que la hauteur de la coquil- le est plus considérable que la longueur. La coquille est nettement cordi- forme, réguliérement arrondie et assez large en bas, mais amincie en haut dans la région umbonale. Les crochets sont terminaux et assez aigus, si- tués en avant de la moitié des valves et nettement prosogyres. Les bords _(e la coquille sont assez réguliérement courbés. La coquille est ornée de stries concentriques irrégnliéres et inégales. L'épaisseur de la coquille est assez considérable, mais ne peut pas étre mesurée, parce que la coquille ess un peu comprimée. Nous posédons seulement un exemplaire de cette espéce et n'avons pas pu préparer la dentition; cependant la partie posté- rieure de notre coquille, étant un peu usée, laisse voir déjá sans prépara- tion la série postérieure des dents, qui paraissent tresréguliéres et assez longues. On voit clairement l'alternation des séries dentaires des deux valves. Notre espéce montre une certaine ressemblance avec Ctenodonta interme- dia Ulrich du Silurien inférienr de Minnesota (voir E. O. Ulrich: The lo- wer Silurian Lamellibranchiata of Minnesota dans: Geological Survey of Minnesota, Vol. II, pt. Il of the final Report. Palaeontology Minneapo- lis, 1897, Chapter VI, p 601 pl. XLIT, fig. 95-97). Cependant elle s'en distingue facilement par son épaisseur beaucoup plus considérable. Gisement: Puente del Ahogado. 1 exemplaire. 4.—GROUPE DE LA PALAEONEILO QUADRATA N. SP. Planche V, fig. 2a-d, 3 a-d, 4 a et b. Les espéces de ce groupe se distinguent nettement des autres par la for- me rectangulaire ou carrée des coquilles. Les contours de ces especes sont quadrilatéres, étant donné que les quatre bords de la coquille sont presque droits et se joignent sous un angle droit. Les crochets sont terminaux, si- tués tout-á-—fait au bout antérieur de la coquille. Les deux parties du bord cardinal sont droites et se joignent au sommetsous un angle droit. La par- tie autérieure du bord cardinal, dirigée tout-droit en bas, remplace dans ces coquilles le bord antérieur. Les bords inférieurs et postérieurs des co- DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 29 quilles sont également droits et se joignent entre eux et avec les bords car- dinaux sous un angle droit. Les coquilles sont ornées de stries concentri- ques. Les dents ont pu étre préparées chez deux espéces. Les trois espéces, qui entrent dans ce groupe, se distinguent facilement par la forme générale. En effet Palaeoneilo Waitzi est rectangulaire et tres-allongée, Palaeoneilo rectangularis est aussi rectangulaire mais beau- coup plus courte et Palaeoneilo quadrata a une forme nettement carrée, étant presqu'aussi haute que longue. 16.—Palaeoneilo Waitzi n. sp. Planche V, fig. 2 a-d. Dimensions: Pl, V, fig.2a, C. fig. 2 b, d. Non ueur e: ponesóDAS 21,5 mm. (incompl.) 17,5 mm. ISO MBSTNPS sonouorsvecasos AS 9 pS JN AMACUIA osombonasaos 10.5 0 6 50 Les formes typiques de cette espéce (Pl. V, fig. 2 a, 2 c,) sont rectan- gulaires, tres-allongées, presque trois fois plus longues que hanutes. La hauteur est tres- réduite, l'épaisseur est assez considérable, la coquille étant fortement bombée. Les crochets proéminents sont courbés en dedans, ter- minaux et situés tout-á-Hfait au bout antérieur de la coquille. Les quatre bords de la coquille (comp. la caractéristique du groupe ci-dessus) sont presque droits et forment des angles droits á leur jonction de sorte que les contours de la coquille sont quadrilatéres. Derriére les crochets se mon- trent de faibles carénes, qui limitent une sorte d'écusson étroit. La coqui- lle est ornée de stries concentriques irréguliéres et inégales. La préparation des dents d'un exemplaire montre une série postérieure treslongue composée de plus de trente dents serrées dont les postérieures sont faiblement semilunaires avec convexité tournée en avant tandis que les antérieures sont tres-petites, droites et dirigées en bas. En discordan- ce suivent les premiéres dents de la série antérieure formant un angle droit avec elles, car leur direction est presque horizontale. Les dents, qui suivent en avant (environ 9) deviennent de plus en plus courbées, semilu- naires, et trés-massives, leur direction d'abord presque horizontale devient plus oblique en avant. D'autres exemplaires (Pl. V, fig. 2 b, 2d) s'éloignent du type par leur forme moins bombée st moins rectangulaire. Le bord supérieur de la co- quille (partie postérieure du bord cardinal) est dirigé obliquement en bas et en arriére. Gisement: Puente del Ahogado. 7 exemplaires. No 21.—4 30 LA FAUNE MARINE 17.—Palaeoneilo rectangularis n. sp. Planche V, fig. 3 a-d. Planche VI, fig. 3. Planche VII, fig. 12. Dimensions: fig.3a. Cc. fig. 3. b, d. LO MEE rosca ssbons EEES 18,4 mm. 15,5 mm. IEEE: odtosodonesadosaos 18 a 10,5 00 EPA SS as SD Cette espece se distingue de la précédente par sa forme moins allongée et plus haute. Elle est rectangulaire, car les crochets sont terminaux, si- tués tout-á—Hfait au bout antérieur de la coquille et les quatre bords se joi- enent sous un angle presque droit. Les deux parties du bord cardinal sont droits et se réunissent au sommet en formant un angle droit. La partie - antérieure du bord cardinal est dirigée tout droit en bas et remplace le bord antérieur de la coquille. Le bord inférieur est aussi presque droit, le bord postérieur légérement courbé. La coquille est assez bombée avec la plus grande épaisseur environ au milieu des valves. Les crochets sont as- sez larges, guére proéminents et prosogyres. Derriére les crochets s'obser- vent deux caréenes longitudinales bien marquées, qui limitent un écusson étroit, lancéolé et faiblement enfoncé. Immédiatement en arriére du som- met est située une saillie oblongue, qui parait étre le ligament. Plus en arriére les bords cardinaux sont un peu usés laissant entrevoir les séries dentaires postérieures des valves, dont les dents alternent réguliérement. (fig. 3, Pl. VID). La surface est ornée de stries concentriques irréguliéres et inégales. La série dentaire a pu étre préparée chez un exemplaire (voir Pl. VII, fig. 12), la série postérieure est composée de plus de trente dents droites et diminuant en grandeur á mesure qu'elles s'approchent du sommet. Elles ne sont pas tout-a—fait droites mais un peu obliques dirigées en arriére. La série antérieure ést composée de plus de 15 dents faiblement courbés et dirigées en arriére formant avec la série postérieure un angle bien marqué. Les dents de la série antérieure sont rélativement tres—fai- bles. Gisement: Puente del Ahogado. 4 exemplaires. 1S.—Palaeoneilo quadrata n. sp. Planche V, fig. 4a, 4 b. Dimensions: Lon O Se ae 19 mm. ¡SEE Ubuos assode csorgosónas ad an coESdo 1D y. Epa mA eo AnS A 6,8 DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 31 Cette espéce est la plus carrée du groupe, car la hauteur de la coquille égale presque la longueur et les quatre bords sont á peu pres droits for- mant á leur jonction des angles presque droits. La coquille est plate; les crochets larges et pas proéminents, sont terminaux, situés tout-aá—Hfait au bout antérieur de la coquille. La surface est ornée de stries concentriques inégales et irréguliéres. Gisement: Puente del Ahogado. 1 exemplaire. 5D.——GROUPE DE LA PALAEONEILO COSTATA N. SP. Planche V, fig. 5 a-d, fig. 6 a-e, fig. 7 a-d. Les espéces qui entrent dans ce groupe sont tres petites et en majeure partie assez mal conservées et comprimées. Néanmoins ce groupe est peut- étre le plus intéressant, car jusqu'ici on ne connaissait que des Palaeonei- lo ornées de stries concentriques, tandis que les coquilles de notre groupe sont munies de petites cótes radiales et divergentes, croisées sous angle droit par des stries concentriques plus fines. La forme des espéces est assez différente; la coquille de Palaeoneilo ledae- formis est tres—allongée avec crochets peu excentriques et la partie posté- rieure amincie et subrostrée rappelant ainsi la forme du genre Leda. La Palaeoneilo costata a une forme plutót triangulaire avec crochets termi- naux situés presqu' au bout antérieur de la coquille. Enfin Palaeoneilo Or- doñezi est tres-raccourcie, presque circulaire ou cordiforme, avec crochets terminaux, médianes. Les dents ont pu étre préparées chez toutes les espéces. 19.—Palaeoneilo ledaeformis n. sp. Planche V, fig. 6 a-e, Planche VII, fig. 14. Dimensions: fig. 6 a, d. ¡LOMA ios sosoccbtesesonsstasane 12 mm. (incompl.) ooo posee SoSae: Da ADT. cocscpos ocevedetociogas A Cette espéce rappelle par ses contours la forme des espéces du genre Le- da. La coquille presque trois fois plus longue que hante, est amincie et sub- rostrée en arriére. La hauteur est plus considérable dans la partie anté- rieure de la coquille, vers le bout postérieur elle diminue de plus en plus. Les bords de la coquille sont faiblement courbés; le bord cardinal est pres- que droit. Les crochets sont assez larges et situés un peu en avant du milieu de la coquille. L'épaisseur est peu considérable, elle atteint son maximum sous les crochets. Les crochets s'écartent en arriére donnant ainsi naissance á un écusson peu enfoncé au milieu duquel s'éléeve le bord cardinal en for- mant une saillie bien marquée. L'ornementation de la coquille est formée par de petites cótes rayonnantes, assez serrées et tranchantes, qui partent du sommet et sont nettement divergentes vers les bords inférieurs de la coquille. Ces cótes sont croisées par des stries concentriques assez régulieres, serrées et beaucoup plus fines. La préparation des dents (Planche VIT, fig. 14) montre que les deux sé: ries postérieure et antérieure sont composées de relativement peu de dents, tres massives. Les dents sont presque droites mais un peu obliques, celles de la série postérieure étant inclinées en avant, celles de la série antérien- re en arriére. Les dents du centre, á la jonction des deuxlséries, sont extré- mement petites, elles sont par suite tres-difficiles á voir, cependant Pon -constate que les deux séries sont continues et pas interrompues au centre. Gisement: Puente del Ahogado. 3 exemplaires. 20.—Palaeoneilo costata, N. Sp. Planche V, fig. 7a-d. Planche VII, fig. 15. Dimensions: Fig. 7a, c. amamos ossososroc: 11.3 mm. JE FNIENIe dadas: osobosooga (ED os PARC ne peut pas étre mesurée exactement. Cette espéce est assez réguligrement triangulaire, car on ne distingue que trois bords, un antérieur formé par la partie antérieure du bord car- dinal, un postérieur formé par la partie postérieure et un inférieur légére- ment courbé. Les bords antérieur et postérieur (bords cardinaux) sont pres- que droits et forment á leur jonction un angle á peu pres droit. Les crochets sont terminaux, situés presqu'au bout antérieur de la coquille et assez lar- ges. Ils s'écartent en arriére faisant ainsi naítre un écusson limité par deux carénes faibles. La coquille est ornée de cótes rayonnantes assez larges, qui partent du sommet et divergent nettement en bas; vers le bord inférieur de la coqui- lle elles se divisent généralementdans deux cótes plus fines. Les cótes sont croisées par des stries concentriques plus fines. La préparation des dents (voir Pl. VII, fig. 15) quoiqu” incompléte mon- tre cependant que les dents sont relativement peu nombreuses, trés-mas- sives et presque druites dans les deux séries. Gisement: Puente del Ahogado. 4 exemplaires. DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 33 21.—Palaeoneilo Ordoñezi, m. Sp. Planche V, fig. 5a-d. Planche VII, fig. 15. Dimensions: Fig.5a, C. Fiy.5b, d. ILONSUGUI soscoansasoocno ose: 7.5 mm. 9 mm. (incompl.) e als 1 A PA aos 5d de 4 da Cette espece est trés-raccourcie, cordiforme. La partie inférieure de la coquille est arrondie et plus large que la partie umbonale amincie. Les crochets sont terminaux, nettement prosogyres et assez aigus. Du sommet partent de petites cótes rayonnantes, nettement divergentes dans la partie inférieure de la coquille, et croisées par des stries concen- triques tres—fines. Une préparation (fig. 18, pl. VIE) montre des dents droites peu nom- breuses, exceptionellement longues et massives par rapport á la petitesse de la coquille. Malheureusement la partie centrale de la série dentaire ne se voit pas clairement. Dans la série postérieure on compte plus ou moins dix, dans la série antérieure environ huit dents. Gisement: Puente del Ahogado. 4 exemplaires. 6.—(GROUPE DES PALAEONEILO COMPRIMÉES. Planche III, fig. 4 a-e; 5 a, b. Les formes, qui rentrent dans ce groupe sont assez nombreuses, mais en général mal conservées et incomplétes. Si bien nous ne voulons pas décri- re Ces formes comme nouvelles espéces, étant donné leur état de conserva- tion peu satisfaisant, nous croyons utile de signaler au moins avec quel- ques mots l'existence de ce groupe, qui se distingue des autres par les coquilles trés-aplaties. Nous avons figuré deux espéces de ce groupe. La premiére (fig. 4 a-e) se distingue par sa forme plutót ovale et la situation presque centrale des crochets. Les dents ont pu étre préparées chez un exemplaire. On observe une série postérieure tres-longue et une série antérieure plus courte, composées en arriére et en avant de dents courbées, semilunaires. Au dessous du sommet on voit dans les deux séries des dents trés petites et droites, qui sont en continuation et pas interrompues au centre. La seconde espéce figurée (Planche III, fig. 5a, b) a une forme plutów triangulaire avec des crochets tres-excentriques, situés au premier sixiéme de la longueur totale de la coquille. Toutes les espéces de ce groupe ont été trouvées au Puente del Aho- gado. 34 LA FAUNE MARINE Especes indéterminées de la famille des Aviculidae. Planche VIIL, fig. 1-6. La seconde localité fossilifére, située aux pentes d'une colline au sud de 1” Arroyo Calavera, nous a fourni outre quelques moules de Palaeoneilo, sur- tout des espéces variées de la famille des Aviculidae. Ces especes présentent un aspect tres-ancien et ressemblent á des formes réputées jusqu'ici paléo- zoiques et surtout dévoniennes. Par—lá résulte une grande difficulté pour la détermination. Aussi pour le moment nous nous contenterons de quelques observations, que nous présentons sous toutes les réserves. Nous espérons que M. le Prof. F. Frech, publiera plus tard une communication plus détaillée sur ces formes si intéressantes et nous sommes heureux de pouvoir le re- mercier déjá maintenant pour 1"amabilité avec laquelle il a bien voulu nous promettre son conconrs précieux.' Des formes en question nous avons figuré les mieux conservées sur la Planche VIII. Entre les six espéces figurées nous mentionnons d'abord deux formes lisses La premiére (Planche VIII, fig. 2) est plutót arrondie avec une aile postérieure grande et pointue et ressemble aux formes des genres Leiopteria ou Leptodesma. La seconde (Planche VIII, fig. 5a, 5 b) est plus allongée, également avec une aile postérieure trés grande, et rap: pelle certaines espéces d'Avicula du Dévonien d'Allemagne (cfr. p. ex. Avicula Schenki Frech. Die devonischen Aviculiden Deutschlands. Abh. zur geol. Specialkarte von Preussen. Bd. IX, heft 3, 1891, Tafel IV, figs. 8, 8 a.) Les trois especes, qui restent (Planche VIII, fig. 3 a-e; 4 a, b; 6 ah) sont munies de cótes rayonnantes et montrent des dents bien mar- quées (voir Planche VIII, fig. 6 c, 6 e-h; fig. 3a, 3 d, 3 e), rappelant par leurs caracteres le genre paléozoique Pterinea Goldf., connu jusqu'ici surtout des terrains dévoniens. Enfin dans les couches argileuses du Puente del Ahogado nous avons trouvé quelques exemplaires d'une assez grande espece (voir Pl. VIII, fig. l a-c), qui présente une certaine ressemblance avec des espéces paléozoi- ques des genres Aviculopecten et Pterinopecten, mais qui, selon une com: munication récente de M. Frech, appartiendrait plutót au genre Halobia. 1 Ce travail de M. Frech sera présenté au X* Congrés géologique international en 1906 et publié dans le Compte-rendu de la session, accompagné de plusieurs planches, sous le titre: “Die Trias in Mexico in ihrer Bedeutung fúr Klima und Geographie der Triaszeit.”” 32 PARTIE—CONSIDERATIONS GENERALES. La faune triasique de Zacatecas, décrite dans ce mémoire, se compose surtout de Bivalves et de quelques restes d'Ammonites. D'autres classes d'animaux fossiles sont seulement représentées par quelques fragments mal conservés (Gastéropodes, Coraux, Brachiopodes). Jusqu'ici on ne connaissait aucune faune marine du Trias au Mexique, car les uniques dépóts de cette époque qu'on avait rencontré, sont des couches terrestres ou salobres du Rhétien. La fixation de l'4ge exact de nos couches a done un intérét tout particulier. Comme dans tous les dépóts mésozoiques ce sont surtout les ammonites qui peuvent nous donner des renseignements précis sur la question d'Age. Malheureusement la détermination de ces fossiles est rendue tres-difficile par leur état de conservation qui laisse beaucoup á désirer. Les restes d'ammonites sont conservés avec le' test, mais ils sont tous fragmentaires et quelques uns sont en outre un peu comprimés. Nous sommes heureux, que deux savants tres-compétents ont bien voulu nous préter leur concours précieux dans notre entreprise difficile de déter- miner ces restes. MM. Ed. von Mojsisovics et J. Perrin Smith nous ont fait des communications importantes sur ces restes et sur leurs rapports avec quelques Ammonites du Trias supérieur de Californie. Entre les Ammonites nous trouvons trois espéces, qui montrent des rap- ports avec des espéeces de l'étage carnien du Trias supérieur de Californie. Siremites Smithi, n. sp. est voisin du Sirenites Lawsoni Hyatt de Smith, Olionites sp. et Juvavites |. Anatomites] Mojsvart, n. sp. ressemblent beau- coup aux especes de ces genres rencontrées en Califoruie. Enfin deux restes tres—fragmentaires paraissent appartenir au sous-gen- re Protrachyceras du Genre Trachyceras. Aprés avoir étudié ces formes MM. Mojsisovics et Smith sont arrivés in- dépendamment á la conclusion, qu'elles proviennent de couches, qui dot- vent appartenir a Pétage carnien du Trias supérieur. En effet les relations mentionées avec des formes carniennes surtout de Californie nous donnent le droit d'en tirer cette conclusion. D*aprés une récente communication de 36 LA FAUNE MARINE M. Ed. von Mojsisovics les couches appartiennent probablement au sous étage Julien (Julische Stute). Les Bivalves sont tres-abondantes dans nos couches et bien conservées. Les coquilles, généralement conservées avec le test, montrent souvent des détails de structure, qu'on observe difficilement chez les coquilles fossiles (Ligament). Les Bivalves de nos couches appartiennent surtout á deux familles. La plupart des formes rentre dans le genre Palaeoneilo des Nuculidés, beau- coup d'autres appartiennent aux Aviculidés. D'autres familles sont seule- ment représentées par des exemplaires isolés et mal conservés. Ces Bivalves sont tres-remarquables par leurs rapports avec des formes pa- léozoiques. L'aspect ancien de nos coquilles est si surprenant, que nous avons d'abord pensé d'avoir á faire avec une faune paléozoique et que seu- lement en trouvant quelques ammonites nous nous sommes convaineu, que les couches doivent appartenir aux terrains mesozoiques. En effet, quicon- que visitera les localités fossiliféres de Zacatecas, sera certainement frappé du caractére paléozoique des Bivalves. Nous y trouvons en abondanee ex- traordinaire les espéces du genre Palaeoneilo. Ce genre a été décrit pour la premiére fois par J. Hall (1. e.), des cou- ches dévoniennes et du Waverly group des Etats Unis. Plus tard Bittner et Broili (1. e.) ont décrit quelques formes du Trias supérieur des Alpes, et Borissjak (1. c.) méme des couches suprajurassiques de la Russie, mais le genre paraissait néanmoins avoir eu son apogée dans les couches paléozoi- ques de 1” Amérique du Nord ou plusieurs paléontologues ont ajouté récem- ment de nouvelles espéces á celles décrites par Hall. D'aprés nos découver- tes nous voyons maintenant que le genre Palaeoneilo n'est pas seulement représenté par quelques espéces dans le Trias supérieur de Zacatecas, mais au contraire, qu'il y est encore plus riche en groupes et especes que dans les localités paléozoiques des Etats Unis. En effet, tandis que Hall connais- sait 20 espéces, nous en comptons au moins 23 sans tenir compte de nom- breuses formes insuffisamment conservées. En outre il est tres—remarqua- ble, que ces espéces appartiennent á 6 groupes différents, dont quelques uns comme celui des Palaeoneilo costulées étaient complétement inconnus jusqu'a présent. Quelques espéces de nos Palaeoneilo ressemblent á des formes paléozoiques des Etats Unis et á des espéces du Trias supérieur des Alpes orientales. Enfin il convient de mentionner que nous avons trouvé des Aviculidés, qui ressemblent aussi d'une maniére frappante á des formes réputées pa- léozoiques jusqu'á ce jour. Nous ne pouvons pas encore donner des ren- seignements détaillés sur ces formes intéressantes, mais nous espérons que M. le Prof. F. Frech, publiera plus tard une description détaillée de ces intéressantes coquilles, comme il a bien voulu le promettre.' 1 Comme nous avons déjáa annoncé ci-dessus le travail de M. Frech se publiera dans le Compte rendu du X* Congrés géologique international. DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 37 Nous arrivons done á la conclusion que certains groupes de bivalves pa- léozoiques se sont conservés au Mexique plus longtemps qu ailleurs et existaient dans ce pays encore pendant l'époque triasique supérieure, tandis quils avaient disparu autre part déja vers la fin de la période paléozoique. En comparant les bivalves de Zacatecas avec les faunes de bivalves des Etats Unis nous voyons, qu'un agroupement tres-semblable de genres y existait aux temps du Dévonien et encore du Waverly group, od nous ob- servons ensemble des représentants des genres Palaeoneilo, Aviculopecten, Pterinopecten, Pterinea, Leiopteria, Leptodesma et Avicula. Mais cette fanne y a complétement disparu avec la fin du Paléozoique et dans les Trias marin de Pouest des Etats Unis nous n'en trouvons aucune trace. Peut étre ces faits nous enseignent, que ces groupes ont émigrés á la fin du Paleozoique du nord vers les régions équatoriales pour sy conserver plus longtemps. Ne serait-il pas possible, que cette migration vers le sud soit en connexion avec la période glaciaire de l'époque Permo-carbonifére et que ces formes de bivalves, ne pouvant plus exister au nord par suite du changement de température, qui a dú accompagner cette période, se- raient venues se refugier alors dans des mers plus australes et plus chau- des. Il y aurait alors une analogie frappante avec lapparition des espéces boréales en Sicile á l'époque pliocéne par suite du refroidissement du cli- mat au commencement de la grande période glaciaire diluvienne. Il est un fait remarquable, que les coquilles de la faune de Zacatecas sont presque toutes petites. Ainsi les especes du genre Palaeoneilo ont des dimensions beaucoup moins considérables que les espéces de ce genre, qui ont été trouvées dans les couches paléozoiques des Etats Unis. Elles sont cependant encore un peu plus grandes que les formes de St. Cassian. On peut se demander pourquoi l'existence du Trias marin est resté si longtemps inapercue au Méxique. Nous croyons pouvoir expliquer cela par piusieurs causes différentes. En premier lieu ces dépóts paraissent étre peu—puissants au moins dans la région étudiée. Ce n'est pas une série triasique plus ou moins compléte qu'on observe á Zacatecas. Au contraire des couches fossiliféres relativement peu puissantes s'y rencontrent et paraissent appartenir á un seul étage du Trias supérieur (étage carnien). Ces couches reposent en discordance sur des schistes plus anciens probablement paléozoiquesou azoiques et sont recou- vertes aussi en discordance par une nappe étendue de roches diabasiques. Il est á remarquer en outre que les dépóts triasiques de Zacatecas ont un caractere littoral, annoncé aussi bien par la nature pétrographique des dé- póts (intercalations de grés et quarzites) que par le caractére de la faune (peu d'Ammonites, prépondérance de Bivalves entre lesquelles prédomi- nent les Aviculacés et le genre Palaeoneilo). Comme d'autre part le Rhétien est représenté au Mexique par des cou- No 21.—5 38 LA FAUNE MARINE ches terrestres ou saumátres nous arrivons á la conclusion qu'au moins dans les parties centrales du Mexique la série triasique franchement marine parait seulement représentée par des couches supérieures d'áge carnien plus ou moins. Ces couches peu puissantes se sont déposées dans des baies relative- ment peu profondes de la mersupratriasique, qui s'avancait en transgression sur un ancien continent, et qui parait s'étre retirée de nouveau peu de temps aprés. Tls se déposaient done seulement des couches relativement peu puissan- tes et ces couches ont facilement pu étre détruites dans beaucoup d'endroits pendant la période continentale, qui parait avoir existé au Mexique cen- tral avant le dépót du terrain jurassique supérieur. En outre les couches marines du Trias sont certainement recouvertes en beaucoup d'endroits par des sédiments plus modernes, surtout par les dé: póts crétaciques, qui, comme 1'on sait, ocecapent une partie tres-vaste du “Mexique, surtout de la région orientale.' J. Perrin Smith? a démontré que la faune marine supratriasique de Ca- lifornie montre des rapports plus intimes avec les faunes triasiques des Al- pes qu'avec celles des Indes. Néanmoins cet auteur émet 1opinion que la communication de la mer triasique de 1?” Amérique avec celle des Alpes passait par la région des Indes orientales. La découverte de la faune triasique marine au Mexique central parait nous enseigner, qu'il y avait tres probablement une communication direc- te entre les mers triasiques de la Californie et de la Méditerranée, qui pas- sait par le Mexique central. Ainsi s'expliqueraient certainement plus faci- lement les rapports plus intimes qui existent entre les faunes américaines et alpines qu'entre les faunes des Etats Unis et de l'Asie. Rappelons enfin que le Trias supérieur de Zacatecas est intermédiaire entre les dépóts marins supratriasiques de la Californie d'une part et ceux du Pérou d'autre part. Nous pouvons donc admettre qu'une mer continue baignait la partie occidentale des Amériques a l1'époque supratriasique. 1 Il parait d'ailleurs bien probable que des sédiments triasiques existent dans plusieurs autres endroits du Mexique. Nous mentionnons ici par exemple le district de Guanajuato, qui présente déja selon les observations de Humboldt les mémes terrains que la région de Zacatecas. 2 J. Perrin Smith. —The comparative stratigraphy of the marine Trias of Western America. Pro- ceedings of the California Academy of Sciences. Third Series. Vol. I, n* 10, 1904, p. 367, 341-342. EXPLICATION DES PLANCHES. PLANCHE 1. (Toutes les figures de cette planche sont un peu agrandies.) Fig. 1 a, b.—Sirenites Smithi, n. sp. p. 7. ,» 2a, b.—Juvavites (Anatomites) Mojsvari, n. sp. p. 9. ,» 3a, b.—Clionites sp. ind. p. 8. » La, b.—Trachyceras (Protrachyceras), sp. ind. p. 8. » 5a, b.—Trachyceras (Protrachyceras), sp. ind. p. 8. Tous les fossiles de la planche I proviennent du Puente del Ahogado. PLANCHE II. (Toutes les figures des Planches II 4 V sont a peu pres de grandeur naturelle compar. les mesures indiquées dans le texte). Fig. 1 a, b.—Palaeoneilo longa, n. sp. p. 14. 2 a f.—Palaeoneilo zacatecana, n, sp. p. 15. 3 am.—Palaeoneilo Broilii, n. sp. p. 16. 4 a, b.—Palaeoneilo Frechi, n. sp. p. 19. 5 a, b.—Palaeoneilo Villadae, n. sp. p. 19. 6 a, b.—Palaeoneilo Cordobae, n. sp. p. 21. Tous les fossiles de la Planche II proviennent du Puente del Ahogado. PLANCHE III. Fig. 1 a-d.—Palaeoneilo mexicana, n. sp. p. 20. 2 a-d.—Palaeoneilo Burkarti, n. sp. p. 18. 3 a h.—Palaeoneilo triangularis, n. sp. p. 22. 4 a-e.—Palaeoneilo, sp. ind. (Groupe des Palaeoneilo comprimées) p. 33. 5 a, b.—Palaeoneilo, sp. ind. (Groupe des Palaeoneilo comprimées) p. 33. Tous les fossiles de la Planche IT proviennent du Puente del Ahogado. ,” ve) eE) 40 LA FAUNE MARINE PLANCHE IV. Fig. 1 a f.—Palaeoneilo inflata, n. sp. p 25. 2 af. —Palaeoneilo Aguilerae, n. sp. p. 24. 3 a-e. —Palaeoneilo Bósei, n. sp. p. 23. 4 a-b.—Palaeoneilo sp. aff. Palaeoneilo Aguilerae. 5 a-d.—Palaeoneilo Humboldti. n. sp. p. 26. 6 a, b.—Palaeoneilo circularis, n. sp. p. 27. Toutes les espéces de la Planche IV proviennent du Puente del Aho- gado. PLANCHE V. Fig. 1 a, b.—Palaeoneilo cordiformis, n. sp. p. 28. 1, 2 a-d.—Palaeoneilo Waitzi, n. sp. p. 29. 3 a-d. —Palaeoneilo rectangularis, n sp. p. 30. 4 a, b.—Palaeoneilo quadrata, n. sp. p. 30. 5 ad. —Palaeoneilo Ordoñezi, n. sp. p. 33. 6 a-e. —Palaeoneilo ledaeformis, n. sp. p. 31. 7 a-d.—Palaeoneilo costata, N. sp. p. 32. Toutes les espéces de la Planche Y proviennent du Puente del Ahogado. PLANCHE VI Fig. 1.—Juvavites (Anatomites) Mojsvari, n. sp. grossi trois fois. p. 9. 082 2? ”, 2.—Palaeoneilo Broilii, n. sp. Ecusson et ligament externe grossi trois fois p. 16. 3.—Palaeoneilo rectangularis, n. sp. Ecusson et ligament externe erossi trois fois p. 30 4.—Palaeoneilo inflata, n. sp. Ecusson et ligament externe grossi trois fois p. 25. 5. —Palaeoneilo A guilerae, n. sp. Ecusson et ligament externe gros- si trois fois p. 24. 6.—Palaeoneilo Burkarti, n. sp. Ecusson et ligament externe grossi trois fois p. 18. PLANCHE VII. Préparations des dents (plaques minces), grossissement 37 fois. Fig. 1, 2.—Palaeoneilo zacatecana, n. sp. p. 15. eE) 2) 25), 2) 3.—Palaeoneilo Broilii, n. sp. p. 16. 4.—Palaeoneilo Burkarti, n. sp. p. 18. 5.—Palaeoneilo circularis, n. sp. p. 27. 6-7.—Palaeoneilo triangularis, n. sp. p. 22. DU TRIAS SUPÉRIEUR DE ZACATECAS. 41 ,, S.—Palaeoneilo Bósei, n. sp. p. 23. y, 9. —Palaeoneilo Humboldti, n. sp. p. 26. ,, 10.—Palaeoneilo Aguilerae, n. sp. p. 24. ,, 11.—Palaeoneilo inflata, n. sp. p. 25. ,, 12.—Palaeoneilo rectangularis, n. sp. p. 30. ,» 13. —Palaeoneilo Ordoñezi, n. sp. p. 33. ,, 14.—Palaeoneilo ledaeformis, n. sp. p. 31. ,» 15.—Palaeoneilo costata, n. sp. p. 32. ,, 16.—Palaeoneilo mexicana, n. sp. 20. ,, 17.—Palaeoneilo mexicana, n. sp. 20. PLANCHE VIII. (Fig. 1a;3b,3d,3e;4b;6a, b, 61, £, h, sont un peu agrandies, les autres figures á peu pres de grandeur naturelle). Fig. l a-c;2;3a-e;4a, b;5a, b; 6 a-h.-—Espéces indéterminées de la Famille des Aviculidae. p. 34. Les originaux des figures 1 a-e proviennent du Puente del Ahogado, toutes les autres espéces figurées sur cette planche de la colline au sud de 1"Arroyo Calavera. Mo B OL ETÍ ÍN Ne 21 IN ST ITU TO GEOL ÓG IC 0) DE ME ÉXI CO PL A A El 9a 1? ga o ; 3b 4.a 40 pa Gb Werr Winte er f am f BOLETÍN N*21. ES ga INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. PL.IL ga “gd ge 4a HT “Q BOLETÍN Ne21. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. PL.IIL. Je 40 ge ze 4d ge 3? ES ga 3h WemeraWinter Francfort $M SAURA IN BOLETÍN. N*21. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. PL IV ga Ba Bo 5a 62 A Y OR BOLETÍN N*21. ga ob 9. gd fu (03) lo) 3 INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. J Ya 4b 9 PL.V pa a BOL] ETÍN N*21. INSTITUTO GEOLÓGICO DE M1 ÉXICO. PL. VI ¡Y Le a BOLETÍN N*21. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. PL. VIL BOLETÍN N*21. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. PL. VIT DANNA a TABLE DES MATIBERES. Page lo Parma NEON: os oooccossooo osos obouon poses rocococoooaosVosoonos bs) 2 Paro IDR nON DES IA.coo.cueosoosesooscosesepoooocrocoponeoros U T. ARMINIA ooo dobra lO oc a Socia 7 COMMONS MA A E Seta 7 Sientes o eo: 7 Genre Piradigeccras Leromadw eras esos sosoosocoroooseoroerosonosoopo cos 8 Nrachyesrasiibrotraciyccias) ip 8 rachycsrias ro traciycia 8 CEPSA SS NE A a RIOT 8 Olaates q ls erp oo oso ao eoo ae poo aseo ae 8 Gene Jurovñes Leraaionmieslloosecsssuosserosooospecoooospeosoosoouooooot E) uyayitesi(Amatomites Mo a 9 IIA EARL io oe olo os Je laa Va/eDaS de 10 CEncraa la conc A doit 10 1.—Groupe de la Palaeoneilo zacatecana, NM. SPocoooconcnnican ca 14 1=—Balecomeilo lamen, me Doo cocoocororocorosponoooocooosopoosopecns 14 2—Pilacoaclo aqmeaaa, m1 Edoocoocosernoscooocoocoocoranocoronaos 15 3 Palacongillo Balli, mo Bdoovcocoscosocsooereroocaraosoo saco ccooos 16 2—Groupe de la Palaeoneilo triangularis, MN. SPorcooncornrnacra rare m7 ad—alecomeilo IBurkentil, Mo EjDoococoosonocororocoonoscocosoavocrosas 18 5 —2alecomalo Brea, m dsc. o0coroonserdoobroocccosoosonoo so cb os 19 G=Bailacomallo Villedas, m. deocoveocovossodoVccocososooooosacoseos 19 T1Ralecancillo mexicana, de dbovonoocorenocsroonosogesco oo conos dos 20 Sltilecomelo Coro, mdooosdusoooeucococosossoodocononoooooos 21 9 —Paleconcilo tmteamcullamta, Me Eldbodo soe secososoporocoorcorocrorbasos 22 3—Groupe de la Palaeonero Aguilerae, NM. SPoornconnanar rar 23 10=12lacomallo ISO) m do scsouodotooocorubocodsosspaVo asno oe so 23 1 —Mlsaalo Acuileme, me EjDoooooeoocooooosrcoroorscooosogocoenos 24 10 —Mlkcomallo múlelia, m. d0y. oo do cobbaeos opos coso abososdso bodegas 25 132=Palecomailo IStmaoolcit, Mm. Edocovcccoonnecogocooocorocoresaocose 26 14 —Bilecomallo cuore, mm. Edovecocodoesunocoocosobrss sons so casos. 27 Bo trltconcil contiene, mo Fdo cooooconoosoeneoooosebobe ce soso 28 4 —Groupe de la Palaeoneilo quadrata, NM. SProononinnrnaara e 28 16 =—2mlkeaadgilo WWE, mo EjDocoovosconocacoocoecroeoacooboscoosoyooc 29 Mm =—tlbecaalo mccmealant, 1 deooooososeso se oo rocoonpsonooUedos 30 18 =Mlbeonailo cuadiaia, mo DocoossosoosponooscocooDoraasdor oa oso o. 30 44 LA FAUNE MARINE 5—Groupe de la Palaeoneilo costata, n sp 19.—Palaeoneilo ledaeformis, n. sp 20.—Palaeoneilo costata, N. Sp 21.—Palaeoneilo Ordoñezi, n. sp 6.—Growpe des Palaeoneilo comprimées 3e PArTIE.—CONSIDÉRATIONS GÉNEÉRALES Explication des Planches ERRATA. P. 23. (23"" ligne) lisez “Bósei” au lieu du nom “Bosei.” » 35. (8"" ligne) lisez “saumátres” au lieu du mot espagnol “salobres.” Esptces indéterminées de la Famille des Aviculidés......o.ooo...... Ia 34 L' Institut Géologique National du Mexique recevra avec grand. intéret les publications concernant la (réologre, la. (réo- graphie physique et ' Histoire Naturelle en général, en échange de son BuL- LETIN qui se publie par cahiers in 4? avec figures et planches. Le numéro 1 de ce recueil. a paru en 1895 urec le títre de BoLerín DE La COMISIÓN Gronócica DÉ MÉxico. L Institut vient di étre installé définitivement dans son nouveau bátiment 5% DeL Crrrés NUM. 2728; on est prié de vouloír bien prendre note de sa nouvelle adresse, et aussi de son indépendance absolue de l École des Ingé- mieurs dont il a recu autrefois une gracieuse hospitalité. Adresse: Instituto Geológico de México. 5? del Ciprés, núm. 2728. MEXICO, D. F. MEXIQUE. Amérique du Nord. On est prié instamment d'accuser réception. Dans le cas ou cette formalité aurait été négligée, on serait considéré comme ne désirant plus continuer a recevoir les publications de l'Institut Géologique du Mexique. SECRETARÍA DE FOMENTO, COLONIZACIÓN É INDUSTRIA. BOLETÍN DEL INSTITUTO GEOLÓGICO DR AÉXICN ATI O) SOBRE ALGUNAS FAUNAS TERCIARIAS DE MEXICO POR EMILIO BOSE, DR. PHIT. (CON DOCE LÁMINAS). MÉXICO. IMPRENTA Y FOTOTIPÍA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO. Callejón de Betlemitas número 8. 1906 A A A A A son lar a siltu RT yA AS llo >, d — 26 1907 Ñ IS33ARk, o Aron SS X e X * * * * * Xx Publicaciones del Instituto Geológico de México. ¡EOS Núm. 1.—Fauna Fósil de la Sierra de Cutorce, por A. del Castillo y J. G. Aguile- ra.—1895.—56 pp., 21 lám. Núm. 2.—Las Rocas Eruptivas del S. O. de la Cuenca de México, por E. Ordóñez. —1895,—46 pp., 1 lám. Núm. 3.—La Geografía Física y la Geología de la Península de Yucatán, por C. Sapper.—1896.—58 pp-, 6 lám. Núms. 4, 5 y 6.—Bosquejo Geológico de México.—1897.—272 pp., 5 lám. Númos. 7, 8 y 9.—El Mineral de Pachuca.—1897.—184 pp., 14 lám. Núm. 10.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Agui- lar y Santillín.—1898.—158 pp. Núm. 11.—Catálogos sistemático y geográfico de las especies mineralógicas de la República Mexicana, por José G. Aguilera.—1898.—158 pp. Núm. 12.—El Real del Monte, por E. Ordóñez y M. Rangel.—1899.—108 pp., 26 láminas. Núm. 13.—Geología de los alrededores de Orizaba, con un perfil de la vertiente orien- tal de la Mesa Central de México, por Emilio Bóse.—1899.—54 pp., 3 lám. Núm. 14.—Las Rbyolitas de México (Primera parte), por E. Ordóñez.—1900.—78 pp., 6 lám. Núm. 15.—Las Rhyolitas de México (Segunda parte), por E. Ordóñez.—1901.—78 pp., 6 lám. Núm. 16.—Los Criaderos de fierro del Cerro del Mercado en Durango, por M. Ran- gel, y de la Hacienda de Vaquerías, Estado de Hidalgo, por J. D. Villarello y E. Bóse.—1902. —144 pp., 5 lám. Núm. 17.—Bibliogratía Geológica y Minera de la República Mexicana por KR. Aguilar y Santillán. —1904. [En prensa]. Núm. 20.—Reseña acerca de la Geología de Chiapas y Tabasco por E. Bóse.—1905.— 116 pp., 9 lám. Núm. 21 —La faune marine du trias supérieur de Zacatecas par le Dr. Carlos Burck- Núm. 22.—Sobre algunas faunas terciarias de México por Emilio Búse, Dr. Phil—= hardt en collaboration avec le Dr. Salvador Scalia.—1905.—44 pp., 8 pl. 1906.—96 pp., 12 lám. Núm. 23.—La faune jurassique de Mazapil, Zac., par le Dr. Carlos Burckhardt. [En prensa. ] PAT RGONHS. Tomo IL * N2 1.—Los temblores de Zanatepec, Oaxaca.—Estado actual del Volcán de Tacaná, Chiapas, por Emilio Bóse.—1903.—25 pp., 4 lám. * No 2.—Fisiogratía, Geología é Hidrología de los alrededores de la Paz, Baja Califor- nia, por E. Angermann.—El área cubierta por la ceniza del Volcán de Santa María, Octubre de 1902, por Emilio Bóse.—1904.—26 pp., 3 lám. N? 3.—El Mineral de Angangueo, Michoazán, por E. Ordóñez.—Análisis de una mues- tra de granate del Mineral de Pihuamo, Jalisco, por J. D. Villarello.—Apun- tes sobre el Paleozoico en Sonora, por E. Angermanu.—1904.—31 pp., 2 lám. * Agotado. INSTITUTO COOIOEICO DE MEXICO BOLETÍN NÚM. 22 MixisTERIO DE FOMENTO, fFoLonIzación E JNDUSTRIA, TIN Su TT EO E-XPOILÓSICO DIE MESE EDO DirEcrorR, José (+. AGUILERA. SOBRE ALGUNAS PAUN ds O Lale DE MÉXICO POR IMIMETIDLO. ISNÓSID. 1D Ines (con 12 LÁMINAS). MEXICO IMPRENTA Y FotoTIPÍA DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO. Callejón de Betlemitas núm. $ 1906 SOBRE ALGUNAS FAUNAS TERCIARIAS DE MEXICO, Por Emilio Búuse, Dr. Phil. PIMNISE PESA ESA RIE, PREFACIO. En las páginas siguientes doy la descripción de algunas faunas tercia- riassmexicanas; no dudo que este trabajo sea todavía defectuoso, pero debe tenerse en consideración las dificultades que he tenido que vencer para hacer las determinaciones; no he tenido casi nada de material de compara- ción, ni vivo ni fósil, y la biblioteca del Instituto Geológico que es todavía una institución reciente, carece de muchas obras especialmente antiguas; ereo que cualquier paleontologista comprenderá las dificultades con que he tropezado. Pero aunque fuera defectuosa la determinación y aunque algu- nas de las especies tomadas por mí como nuevas resultaran ser ya descritas, creo haber hecho un servicio á la ciencia por describir las formas, porque la composición de la fauna terciaria de México es todavía casi desconocida; más tarde espero poder añadir la descripción de algunas faunas más que ya están en mis manos. Las faunas cuya descripción sigue, fueron recogidas por mí personal- mente; sólo en el kilómetro 124 del Ferrocarril de Tehuantepec tuve la bondadosa ayuda de mi amigo y compañero Juan D. Villarello. Las loca- lidades de Santa Rosa y Tuxtepec me fueron indicadas por el Sr. Ingenie: ro Emilio Ebergényi á quien doy también aquí las gracias más expresivas. Los Sres. Rafael Aguilar y Santillán, Secretario de la Sociedad Cientí- fica '“Antonio Alzate,” y el Prof. Manuel M. Villada, Presidente de la Sociedad de Historia Natural, pusieron á mi disposición, con la mayor li- beralidad, las bibliotecas de sus respectivas sociedades; también á ellos me permito dar aquí las gracias más calurosas. No? 22.—1 ca O, 0 e AI TES IU DE LAS ABREVIATURAS DE LA LITERATURA CITADA EN ESTE TRABAJO. Bush, Blake Rep.—Bush, K. J., Report on the mollusca dredged by the ““Blake”” in 1880, including descriptions of several new species, (Bull. Mus. Comp. Zool. Harvard Coll. vol. 23, 1893). Conrad, App. Hodge's paper.—Conrad, T. A., Description of new shells. En “J. T. Hodge, Observations on the Secondary and Tertiary formations of the Southern Atlantic States.” (Amer. Journ. Sci. a. A. vol. 41, 1841). —— Foss. Med. Tert.—Conrad, T. A,, fossils of the Medial Tertiary of the United States with an introduction by W. H. Dall (Re- publication Philadelphia, 1893). — Cat. Mioc. shells.— Conrad, T. A., Catalogue of the Miocene shells of the Atlantic Slope Proc. [| Acad. Nat. Sci. 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H., Contributions to the Ter- tiary fauna of Florida with especial reference to the Silex beds of Tampa and the Pliocene beds of the Caloosahatchie River (Wag- ner Free Inst. Trans, vol. 3, 1890-1903). — Prel. Rep. Expl. Albatross.—Dall, W. H., Preliminary Report on ths collections of mollusca and brachiopoda obtained in 1887 1888. En “Scientific results of explorations by the U. S. Fish Com- mission Steamer Albatross (Proc. U. S. Nat. Mus., vol. 12, 1889). Emmons, Rep. N. Car. Survey. —Emmons, E., Report on the North Caro- lina Geological Survey (Raleigh, 1858). Fischer, Man. Conch.—Fischer, P., Manuel de Conehyliologie et de Pa- léontologie conchyliologique (Paris, 1887). Gabb, Geol. of Santo Domingo.—Gabb, W. B., On the topography and seology of Santo Domingo (Amer. Phil. Soc. Trans. vol. 15, 1872). Gould, Inv. Mass. ed. Binney.—Gould, A. A., Report on the Invertebrata of Massachusetts. 2nd. edition by Binney (Boston, 1870). 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Desde hace tienpo se conocen en México faunas terciarias de diferentes partes en la costa del Golfo; existe una faja terciaria á veces bastante an- cha, á veces muy angosta y según parece interrumpida entre Huatusco y Motzorongo, y ésta acompaña á toda la costa desde el límite de los Estados Unidos del Norte hasta la frontera de British Honduras. Hemos podido distinguir pisos de diferente edad, como el Eoceno, el Mioceno y el Plioce- no, mientras que el Oliogoceno todavía no se ha podido comprobar. Debe- mos confesar que esta clasificación es todavía muy defectuosa por falta de colecciones grandes de fósiles y un estudio adecuado de éstos; apenas exis- ten hasta ahora algunas listas de fósiles publicadas por Deshayes, Heilprin, Aguilera, Sapper, Dall y el autor, de éstas se refieren las primeras dos y la de Sapper únicamente al Plioceno de Yucatán y seguramente necesitan estas listas una rectificación conectada con una revisión de la estratigrafía en el campo. Descripciones de unos cuantos fósiles terciarios de México las ha dado sólo Dall; pero la mayor parte de las faunas especialmente las de Chiapas y Tabasco son todavía completamente desconocidas. Espero poder dar con el tiempo algunos estudios sobre ellas. Conocemos en el Estado de Veracruzuna localidad riquísima en fósiles terciarios en la Barranca de San- ta María Tetetla, pero casi todos los fósiles están conservados como moldes internos; otras faunas, mejor conservadas, provienen de Actopan, Ver., Tuxpam, Ver., y Teziutlán, Ver. Los fósiles que están descritos en este trabajo, provienen de varias localidades, á saber: del Istmo de Tehuantepec y de Tuxtepec: voy á tra- tar aquí, aparte, las dos regiones. 12 SOBRE ALGUNAS FAUNAS EL ISTMO DE TEHUANTEPEC. El fondo del Istmo de Tehuantepec, es decir, el llano poco ondulado de la costa del Atlántico, se compone principalmente de margas apizarradas de color gris azulado, que en la descomposición toman un color amarillo. Estas margas se encuentran desde Chinameca hasta el km. 146 del Ferro- carril de Tehuantepec y están cubiertos por arenas y areniscas apizarradas. Entre Santa Lucrecia (km. 127) y Chinameca se observa que las margas están plegadas en una bóveda colosal que tiene su eje cerca del kil. 70; la inclinación de los flancos no es muy grande (hasta 20%) pero muy uniforme. Al otro lado del Río Jaltepec (hacia el Sur) comienza un plegamiento algo más enérgico, de modo que las capas forman varios anticlinales y sinclina- les de menor extensión. Estas margas fueron llamadas '*“Coatzacoalcos for- mation”” por J. W. Spencer y nosotros cambiamos esta denominación en división Río Coatzacoalcos, por razones ya expuestas en un trabajo anterior. Villarello y yo hemos observado esta división en el Río Coachapa, en los alrededores de Chinameca, en Sayula, etc., y en toda la extensión del fe- rrocarril entre Chinameca y km. 146; generalmente no se encuentran fósi- les en estas capas, sólo algunos cortes de mayor tamaño que hace el ferro- carril permiten encontrar conchas y éstas no en cantidad muy grande porque la mayor parte de los cortes ya está cubierta por la vegetación tro- pical. Las margas están cubiertas por arenas y areniscas, como ya lo he di- cho, y en éstas encontré numerosos fósiles sólo en un lugar cerca de la finca de Santa Rosa en el ferrocarril de Veracruz al Pacífico, á 26 km. de Santa Lucrecia; abajo de estas capas se encuentran las margas con los mismos fósiles como en el Istmo. Estas capas arenosas las he denominado división Tuxtepec, porque según los fósiles son de la misma edad como las capas pliocénicas de Tuxtepec, cuya fauna describiremos más abajo. En la llanu- ra del Istmo vemos en varias partes, especialmente cerca de Chinameca, cerca del Rancho San Cristóbal (río Coachapa) y cerca de Medias Aguas (km. 98 del ferrocarril del Istmo) cerros de una caliza gris, impregnada con bitumen y asfalto, de los cuales creo que son arrecifes de edad preter- ciaria, probablemente cretácica. No he encontrado en ellos fósiles determi- nables, pero las calizas se asemejan completamente á las calizas con Rudis- tas de Paso del Buque (km. 164 del ferrocarril del Istmo) y en el terciario de la región no conocemos calizas semejantes; además salen estos cerros tan abruptamente de las capas terciarias que una posición normal no es acep- tablet: Encima de toda la serie descrita encontramos arenas y conglomerados probablemente de edad pleistocénica y post-pleistocénica y arriba de todo se halla una capa gruesa de tierra de descomposición y tierra vegetal. TERCIARIAS DE MEXICO. 15 LA FAUNA DE LA DIVISIÓN Río COATZACOALCOS. Después de esta ligera descripción, nos ocuparemos en la discusión de las diferentes faunas. Como ya lo hemos mencionado es la división río Coat- zacoalceos el horizonte más antiguo. Dall ha dado una lista de los fósiles encontrados por Spencer' en los kils. 70 y 124 del Ferrocarril de Tehuantepec. Esta lista contiene las siguientes especies: Conus (semejante á leoninus). Pleurotoma albida, Perry. = (semejante á ostrearum, Stearns). E (semejante á cedonulli, Reeve.). = (semejante á Henikeri, Sow.). Scaphella dubia, Brod. Marginella (semejante á cineracea, Dall). — (semejante á suecinea, Dall). Olivella mutica, Say. Niso interrupta, Say. Scala retifera, Dall. Phalium globosum, Dall. Glyphostoma Gabbi, Dall. Metulella fusiformis, Gabb. Trophon (semejante á triangulatus, Cpr.) Mitra (semejante á fulgurita, Rve.) — striolata, Lam. Cancellaria (semejante á modesta). = centrota, Dall. Natica (semejante á canrena, L.) Xenophora caribbaea, Petit. Pecten (semejante á glyptus, Verr.) (ignalá €. cactaceus Dall?) Amussium Lyoni, Gabb. Astarte opulentora, Dall. Arca Spenceri, Dall. Leda acuta, Conr. A esta lista puedo añadir las siguientes especies. Amussium pourtalesianum Dall. Limopsis Aguilari n. sp. Dentalium rimosum n. sp. 1 Spencer, Great changes of level, pag. 24, 1898, No 22.—2 14 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Dalium Dalli n. sp. ? Trophon isthmicus n. sp. Pleurotoma veracruzana n. sp. == Angermanni n. sp. —= zapoteca n. sp. =— Scaliae N. Sp. Natica heros, Say. — Ccanrena, L. — gulcatula n. sp. Sigaretus mexicanus hn. sp. Oliva subplicata n. sp. Además de estas especies tengo todavía una cantidad de ejemplares en lo general mal conservados que no están descritos hasta ahora. Vemos desde luego de la lista de Dall que sus especies no han sido estu- diadas detenidamente, sino que la lista representa determinaciones provi- sionales. Ya me ha sido posible describir algunas de sus formas que han resultado nuevas. Por lo pronto debemos utilizar las determinaciones de Dall así como están publicadas. Dall tomó la división Río Coatzacoalcos en sus publicaciones como Plioceno, pero Spencer dice que Dall considera los fósiles como del Mioceno Superior ó del Plioceno. Para llegar á una con- clusión discutiremos los fósiles citados por Dall y los determinados por mí. Pleurotoma albida, Perry se encuentra en todas las capas desde el Eoce- no Superior hasta la actualidad, Pleurotoma ostrearam, Stearns se conoce desde el Oligoceno hasta la actualidad, Pleurotoma cedonulli, Rve. se re- fiere probablemente á una de las Pleurotoma descritas por mí, quizá á Pl. veracruzana; Pl. Henikeri, Say, no la conozco pero creo que se trata de un error, será Pl. Henikeri, Sow. del Oligoceno de Jamaica y Haiti. Scaphel- la dubia, Brod. es seguramente idéntica con S. mutabilis, Conr. y así es que se conoce la especie desde el Mioceno Superior hasta la actualidad. Mar- ginella cineracea es una forma actual del Atlántico pero se encuentra tam- bién en el Plioceno de Tuxtepec. Marginella succinea, Conr. es una forma reciente de la costa de los Estados Unidos. Olivella mutica, Say se encuen- tra en todas las capas desde el Mioceno hasta la actualidad, además se cono- ce una forma muy semejante en el Oligoceno de Jamaica. Niso interrupta, Sow. es una forma reciente de la costa atlántica de Norte y Centro America, pero es una forma muy poco característica. Scala retifera, Dall es también una forma de la costa atlántica de los Estados Unidos. Phalium globosum, Dall se conoce sólo del Eoceno Superior y del Oligoceno, Glyphostoma Gab- bi, Dall en el Plioceno y las aguas del Golfo de México. Metulella fusifor- mis, Gabb se encuentra en el Mioceno (Oligoceno?) de Haiti, Mitra fulgu rita, Rve. en la costa norteamericana del Atlántico; Mitra striolata, Lam. será probablemente Mitra striatula, Lam. y en este caso es una forma del TERCIARIAS DE MEXICO. 15 mar de las Antillas pero debo decir que tengo una Mitra de Santa Rosa que es del grupo de M. striatula pero no idéntica con esta sino se asemeja más á M. silicata, Dall. Natica canrena, L. se conoce desde el Oligoceno hasta la actualidad; Xenophora caribbaea, Petit es una forma reciente, Pecten elyptus, Verr. lo mismo, Amussium Lyoni, Gabb. se encuentra en todas las capas desde el Oligoceno hasta el Plioceno, Astarte opulentora, Dall y Ar- ca Spenceri, Dall son conocidas sólo de Tehuantepec, Leda acuta, Conr. se conoce desde ei Oligoceno hasta la actualidad. Las especies que yo añado son por su mayor parte nuevas; Amussium pourtalesianum, Dall es una especie reciente pero se asemeja á algunas del Eoceno, Limopsis Aguilari mihi se asemeja á la reciente L. plana, Verrill y algo á Limopsis subangularis del Oligoceno; Dentalium rimosum mihi es muy semejante á D. megathyris Dall, una especie del Océano Pacífico, Da- lium Dalli mihi se acerca á Dalium solidum, Dall una especie reciente, Pleurotoma Angermanni mihi pertenece á un grupo que en Europa se en- cuentra sólo en el Mioceno y Plioceno, Natica heros, Say se conoce desde el Mioceno hasta la actualidad; N. sulcatula es pariente de N. hemicrypta, Gabb. del Mioceno. Reuniremos ahora las especies encontradas en un cuadro, para hacer ver más claramente en cuáles capas se encuentran ellas en otros lugares ó don- de se trata de especies nuevas, cuáles son sus parientes más próximos y de qué capas provienen. Especie, Especie vecina. Observaciones. — Oligocemo. Mioceno, Plioceno. A Recionta: 1 Pecten aff. elyptus, Verr. (P. cactaceus, Dall?) .... — 2 Amussium Lyoni, Gabb... - = 3 — pourtalesianum, — f Parientesen DA e a l. el Eoceno. 4 Arca Spenceri, Dall...... -- : 0 Leda acuias, COmiPo..s osos. = = + 6 Limopsis Aguilari n.sp... Lo. plana, Verr. 7 Astarte opulentora, Dall.. A. Smithii, Dall. — 8 Dentalium rimosum n.sp.. D. mega- ñ thyris Dall. 9 Xenophora caribbaea, Pe- Dúo = — - =F 10 Natica canrena, L........ as =- y] == EOS Sóyaocecos. — — - - 12 — sulcatula n.sp.... N.hemicryp- ta, Gabb. — =]- =L Es pee iO 13 Sigaretus mexicanus n. sp, — 14 Scala retifera, Dall....... — z z => 16 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Postplio- Especie. Especie yecina, Observaciones. Oligoceno. Mioceno. Plioceno. ceno. Reciente. 15 Dalium Dalli. m. sp....... D.solidum, Dall. — — — — — =. 16 Niso interrupta, Say ..... — - - - 17 Phalium elobosum, Dall.. = en el Eoceno también. + - — = — 18 Metulella fusiformis Gabb. — — ? = 19 Trophon aff. triangulatus, COP AO NA — - - + 20 Trophon isthmicus n, sp... - — 21 Mitra atf. fulgurita. Rve... = 2% == muaa, LEN: cono. — - 23 Marginella aff. cineracea, 24 Marginella atff. succinea, Conta cat Ade AECE — - ar 25 Scaphella dubia, Brod.... — 26 Olivella mutica, Say...... = =- = Sie ] 27 Oliva subplicata n. sp..... O. plicata, Guppy. 28 Cancellaria aft. modesta, 29 Cancellaria, centrota, Dall. — 30 Pleurotoma albida, Perry... — en el Eoceno también. + + + + 3 31 — aff. ostrearum, SECAS = = =F =F =p + + 32 Pleurotoma veracruzana n. 33 Pleurotoma Angermanni le Grupo de COlinura. — = + ++ —= — 34 Pleurotoma zapoteca h. sp. — 39 — Scaliae n. sp.. - 36 = aff. Henikeri, 37 Glyphostoma Gabbi, Dall. — - - 5) + 38 Conus atff. leoninus. ...... - = : =- Queriendo obtener una idea de la edad probable de nuestra fauna debe: mos dividir las especies en tres grupos: las conocidas, las que solamente se acercan á especies conocidas y las nuevas. Del mayor valor son naturalmen- te las conocidas, de las cuales tenemos 16, casi la mitad de toda la fauna. De estas conocemos 6 sólo de la época actual, 1 del Plioceno y la actualidad, 3 del Mioceno hasta la actualidad, 1 solo del Mioceno, 1 solo del Oligoceno, 1 del Oligoceno hasta el Plioceno. De esto resulta que solamente 37 por ciento de las especies conocidas se encuentran únicamente en la actualidad, mien- tras yue 6 por ciento son de capas del Oligoceno al Plioceno, 19 por ciento se TERCTARIAS DE MEXICO. 7 encuentran desde el Mioceno hasta la actualidad y sólo 6 por ciento del Plio- ceno hasta la actualidad. Tomando las formas que se acercan á especies conocidas y las nuevas juntas como nuevas, entonces encontramos 63 por ciento de toda la fauna desconocida en la actualidad y de estas formas se asemejan 31 por ciento de la fauna total á especies vivas. El resultado de este cálenlo me parece ser que nuestra fauna pertenece al Terciario moderno, pero las formas antiguas que se encuentran en ella indican que la fauna todavía será del Mioceno y como estas capas están cu- biertas por una fauna netamente pliocénica podemos considerarla como del Mioceno Superior. Por supuesto es este resultado sólo provisional; para obte: ner un resultado más seguro necesitamos esperar que se estudien también las formas hasta ahora no bien determinadas. Llama la atención que nuestra fauna es de todo diferente de la del Mio- ceno Superior de los Estados Unidos, pero esto se explica en parte por la facies diferente y quizá en parte porque los horizontes no serán completa- mente iguales. En vez del Amussium Mortoni que en México se halla en un piso superior que el nuestro tenemos A. pourtalesianum, en vez de las nu- merosas Scapharca de N. Carolina tenemos una sola; el género Limopsis es desconocido en el Mioceno y Plioceno de los Estados Unidos; las Astarte se asemejan á nuestra forma pero en lo general sabemos que las especies de este género no son muy características. Los Dentalium de los Estados Uni- dos son completamente diferentes de la especie frecuente de Tehuantepec; iguales son más ó menos las especies de Xenophora y las de Natica; el gé:- nero Dalium se presenta fósil primeramente en nuestra fauna; Niso inte- rrupta sustituye á Niso lineata, Conr., Phalium globosum, Dall al contrario se encuentra en Norteamérica en capas más antiguas (semejante á Laevi- cardium sublineatum, Conr., véase abajo), Metulella fusiformis es desco- nocida en el Terciario del Norte, pero se encuentra en el Mioceno de las An- tillas, que en lo general tienen en su fauna muchas semejanzas con la de México. En vez de Mitra striatula, aff. fulgurita y la especie no descrita, encontramos en el Norte sólo Mitra Carolinensis que es un tipo diferente y se asemeja más á M. lineolata, Heilpr. Scaphella dubia y Olivella mutica se encuentran en el Mioceno del Norte también, Oliva idonea, Conr. sustituye á O. subplicata. Pleurotoma albida y ostrearum son formas pertenecientes á las dos regiones, pero las otras especies del género que citamos del Istmo de Tehuantepec son formas extrañas al Mioceno septentrional, y en vez de Glyphostoma Gabbi encontramos en el Norte Gl. gohnsoni, una forma bas- tante difereute. No nos debe llamar la atención que algunas de nuestras es- pecies se encuentren en capas más antiguas del Norte y otras en capas más modernas ó en las aguas actuales; seguramente ha habido migraciones de una y de otra dirección, aunque en lo general se puede decir que las for: mas se encuentran en el Sur generalmente en capas más antiguas que en el Norte. Dall ha llegado á la conclusión que nuestra fauna ha vivido en una pro- 18 SOBRE AUGUNAS FAUNAS fundidad de 100 á 400 brazas, de modo que representa una facies de agua profunda, lo que explica muchas de las diferencias con el Mioceno y Plio- ceno septentrional faunas que seguramente han vivido en agua baja. La FAUNULA DE SANTA Rosa. Lo que sorprende en la localidad que hemos llamado Santa Rosa es el gran número de individuos fósiles, no osbtante de un número tan pequeño de especies. La mayor parte de los individuos pertenece á Amussium Mortoni que se encuentra en miles de ejemplares. Entre éstos encontramos en núme- ro menor la Anomia simplex, D'Orb. y sólo en unos cuantos ejemplares Pecten santarosanus, Laevicardium sublineatum y Pyrula papyratia. Un cuadro indíquenos lá distribución de estas especies en otras localidades. Especie. Observaciones. Oligoceno. Mioceno Plioceno. Postplioceno. Keciente, Pecten santarosanus A pais == Amussium Mortoni ( A. papyraceum Grabb. to- MVA O ETA Ll. mado como variedad... E Ál ES cn L Anomia simplex, DIO — ? + + + ES Laevicardium subli- f Mioceno Superior de Ca- mena, Comos. so ll lies ac oo noe Vo ne —- + Pyrula papyratia Say. — — — ES + Jh Las sspecies son pocas, más de la mitad se encuentra en las aguas actua- les pero éstas también en las capas del Terciario; una de las especies sólo se conoce en el Mioceno, pero como veremos en lo sucesivo se encuentra ésta en un depósito del Plioceno Inferior de México; Pyrula papyratia, Say comien- za en el Plioceno (inferior) de los Estados Unidos. Creo que podemos con- siderar también nuestra faunula como Plioceno Inferior, trataremos á com- probar esto más tarde después de haber discutido la fauna de Tuxtepec. La Fauna DE TuxtTEPEC, OAXACA. La geología de la región donde se ha encontrado la fauna que describi- remos más abajo es extremadamente sencilla. En la superficie de unas pe- queñas elevaciones que acompañan al Río Papaloapan en su lado derecho vemos conglomerados compuestos principalmente de rocas arcaicas; bajo este conglomerado se encuentran arenas poco solidificadas que contienen cerca del río en el punto llamado Paso Real, es decir, donde pasa el cami- TERCIARIAS DE MEXICO. 19 no real de la estación El Hule (Ferrocarril de Veracruz al Pacífico) á Tux- tepec, la cabecera del Distrito. Los bancos son horizontales y contienen fó- siles en un gran número y de un estado de conservación perfecto. Encontré hasta ahora las siguientes especies: Pecten santarosanus n. sp. Pecten Bowdenensis, Dall. Laevicardium sublineatum, Conr. Venus Ebergenyii n. sp. Calliostoma limulum, Dall. Solarium Villarelloi n. sp. Turritella A guilerae n. sp. = Tuxtepecensis n. sp. Vermetus? virginicus, Conr. —Ñ pulcher n. sp. Xenophora efr. conchyliophora, Born. Natica canrena, L. 18. == perspectiva, Rogers. 14 Strombus pugilis, L. 15 Sconsia sublaevigata, Guppy. 16 Pyrula papyratia, Say. 17 Phos mexicanus n. sp. 18 Cominella plicatilis n. sp. 19 Melongena Mengeana, Dall. 20 Marginella Willcoxiana, Dall. Pp CS VS 0 “OO 0omwNAa eo wa 21 == cineracea, Dall var. quadriplicata mihi 22 = Dalli n. sp. 28 —= cordiformis n. sp. 24 —= latior n. sp. 25 Oliva cfr. litterata, Lam. 26 Pleurotoma alesidota, Dall var. magna mihi. 2 —— inaudita n. sp. 28 Conus A gassizi, Dall var. multiliratus mibhi. 29 == Burckhardti n. sp. 0. ==. Realia Ej 31. Cfr. verrucosus, Brug. De estas 31 especies son conocidas 17; éstas nos servirán para poder de- terminar la edad de nuestra fauna. Pecten (Euvola) Bowdenensis, Dall es nua forma del Oligoceno de Jamaica. Laevicardium sublineatum, Conr. pertenece al Mioceno Superior de las Ca- rolinas; Calliostoma limulum, Dall proviene del Plioceno de Florida, Verme- tus? virginicus, Conr. del Mioceno antiguo de los Estados Unidos. Xeno- 20 SOBRE ALGUNAS FAUNAS phora conchyliophora, Born se encuentra en todos los horizontes desde el Eoceno hasta la actualidad, Natica canrena, L. desde el Oligoceno hasta la actualidad, Natica perspectiva se halla en el Mioceno Medio y Superior de Norteamérica, Strombus pugilis en las aguas del Golfo, Sconsia sublaeviga- ta, Guppy proviene del Mioceno Inferior (Oligoceno?) de Jamaica, Pyrula papyratia, Say se conoce desde el Plioceno hasta la actualidad, Melongena Mengeana sólo en el Plioceno, Marginella Willcoxiana, Dall del mismo pi- so. Marginella cineracea es una especie del Atlántico; Oliva litterata, Lam. es una forma que está distribuída en el Mioceno de Santo Domingo, Florida y North Carolina, en el Plioceno de las Carolinas y Florida y en el Post- plioceno de la misma región, además se encuentra viva en el Atlántico. Pleurotoma alesidota es una especie que se encuentra en el Plioceno de Flo- rida y además en el Golfo de México, Conus A gassizi es una forma del mar de las Antillas. Vemos de todo esto que nuestra fauna se acerca principalmente á la del Terciario de las Antillas; formas como Pecten Bowdenensis, Dall, Sconsia sublaevigata, Guppy, los Conus surcados son tipos del Terciario antillano, mientras que especies como Laevicardium sublineatum, Conr., Calliostoma limulum, Dall, Natica perspectiva, Rog., Melongena Mengeana, Dall, Pleu- rotoma alesidota, Dall indican una inmigración del Norte. A estas formas extrañas se junta una cantidad de especies propias y de las cuales algunas se han conservado en los mares actuales cercanos, de modo que la fauna conserva siempre un carácter especial no obstante de la presencia de for- mas norteamericanas y antillanas; varias de las especies propias son segu- ramente descendientes de especies de las Antillas, omo Strombus pugilis, Pl. inaudita, los Conus, Phos mexicanus, Vermetus pulcher y Solarium Vi- lMarelloi; las últimas dos especies tienen parientes también en los Estados Unidos. Para poder determinar mejor la edad de nuestras capas vamos á reunir las especies en un cuadro comparativo que nos indica en qué horizonte se encuentran las especies conocidas y los parientes de las especies nuevas. . Pariente más cercano de a _Post- 3 Especies. la nueva especie. Observaciones. Oligoceno. Mioceno. Plioceno. plioceuo. Reciente. Pecten santarosanus n. ( Pecten ebor- ra ui | eus, Conr. — = + + — — Pecten Bowdenensis, DU = -- = Laevicardium sublinea- ; mua (OO? sosoconos = = 2. =— k - — = Venus Evergenyiin.sp. V. glyptocy- ma, Dall. = ES Calliostoma — limulum, TERCIARIAS DE MEXICO. Especies Pariente más cercano de la nueva especie. Solarium Villarelloi n. ( S. granula- Doo a Turritella Tuxtepensis N. Sp. Turritella Aguilerae n. Vermetus pulchern. sp. Xenophora cfr. conchy- liophora, Born...... Natica canrena, L..... Natica perspectiva, Strombus pugilis, L... Sconsia sublaevigata, (CUAD vonaca osas Pyrula papyratia, Say . Phos mexicanus n. sp.. Cominella plicatilis n. Dall. N. Sp. DI a Marginella cineracea, Marginella Dalli n. sp.. Marginella cordiformis, Marginella latior n. sp. Oliva cfr. litterata, Lam. Pleurotoma Dall . alesidota, | ¡ l tum, Lam. T. apicalis, Heilpr. V. sculptu- ratus, Lea. Phos Moorei, Guppy. M. ballista, Dall. M. cassis, Dall. M. latissima, Dall. Pleurotoma inaudita n. ( Pl. squamo- EjDao e Conus Ayassizi, Dall.... Conus Burckhardti n./ C. planilira- Conus Scaliae n. sp.... Conus cfr. verrucosus, l | sa, Gabb. tus, Sow. C. solidus, Sow. Observaciones. Se encuentra tam- bién en el Oretá- ceo Sup. y el Eo- ceno. 21 Post- Oligoceno. Mioceno. Plioceno. plioceuo. Reciente. HH CH + + == == + => H? EoO+ o y | FR q+ — + LE E E IU a == +3 ! == | E =— + ==, == + =— e == = == | qa == +— = SE = ++ + + + +? | = + = - E N? 22.—83 92 SOBRE ALGUNAS FAUNAS De las formas conocidas se encuentran tres sólo en las aguas actuales (0.96%); todas las otras se encuentran también fósiles y de ellas llegan 6 hasta la actualidad, de modo que las especies que se encuentran en las aguas actuales son S, ó 29% de la fauna total. Sólo en el Plioceno se en- cuentran 3 especies, desde el Plioceno hasta la actualidad llegan 2; única- mente en estado fósil se han encontrado 8 especies, de las cuales pertene- cen 3 al Plioceno, 3 al Mioceno, y 2 al Oligoceno. De las especies que se asemejan más á las formas nuevas pertenece sólo una á la actualidad, otra llega desde el Oligoceno hasta la actualidad, 10 se han encontrado en es- tado fósil y de estas pertenecen 5 al Oligoceno, 2 al Oligoceno-Mioceno, 1 al Mioceno-Plioceno y 2 al Plioceno. Creo que podemos concluir de esto que nuestra fauna pertenece al Plio- ceno y por la predominancia de formas antiguas al Plioceno Inferior. Comparando esta fauna con la de Santa Rosa vemos que de las cinco es- pecies de la última localidad 3 se encuentran también en la de Tuxtepec, de modo que es seguro que las dos faunas son de la misma edad y que las diferencias han de contribuirse á facies diferentes. Podemos decir que las dos faunas son de agua poco profunda; la de Santa Rosa ha vivido en aguas de 0-60 brazas, la de Tuxtepec en profundidades de 60-250 brazas y esto explica perfectamente la diferencia entre las dos faunas. Como ahora sabemos que la fauna de Santa Rosa pertenece al Plioceno Inferior y yace sobre la división río Coatzacoalcos tenemos en esto una comprobación más que la última división pertenece al Mioceno Hnferior. PARTE JA EONTO LOGICA FAUNA DE SANTA ROSA, VER. LAMELLIBRANCHIATA. Pecten (Chlamys) santarosanus nm. sp. Lam. I, figs. 1 y 4. Concha suborbicular, algo inequilateral, bastante convexa, tiene 234 25 costillas bajas, planas en la parte superior, casi de corte rectangular; los intersticios están cubiertos de numerosas lamelas concéntricas de las cua- les pasan solamente algunas también sobre las costillas. Las orejas son desiguales, el anterior tiene un surco poco profundo. La oreja posterior tiene sólo una ornamentación fina correspondiente á las lamelas concéntri- cas de la concha; la oreja anterior muestra además de estas líneas, costi- llas radiantes, especialmente cerca del surco del byssus. Se ve que en todo esto nuestra forma essemejante al P. eboreus Conr. ' y que se asemeja especialmente á la variedad comparilis T. a. H.? particular- mente por la forma de las costillas. Nuestra forma se distingue de todas las variaciones del P. eboreus por la forma de la oreja y por ser los inters- ticios más largos que las costillas; la diferencia no es muy grande pero muy constante; conozco la forma de dos localidades y en la mayor parte de los ejemplares son los instersticios decididamente más largos que las costi- llas, sólo en un ejemplar de Santa Rosa son casi de igual tamaño. La for- ma es en lo general pequeña, el ejemplar más grande tiene 25 mm. de lar- go por 26 mm. de ancho y 8 mm. de grueso; otro ejemplar tiene 15 mm. por 14 mm. por 4 mm. El P. eboreus es una forma que pertenece principalmente al Mioceno, pe- ro algunas variedades llegan hasta el Plioceno, es decir, en las variacio- nes solarioides Heilpr. y senescens Dall. Es de sentirse que la primera va- 1 Conrad, Foss, Med. Tert. pág. 48 lám. 23 fig. 2, lám. 24 fis. 3, 1840 (1895.) 2 Tuomey a. Holmes, Pleioc. Foss. S. Car., pág. 29, lám. 11, figs. 6-10, 1855. Dall, Tert. Fauna of Florida pág. 750. 1898. 24 SOBRE ALGUNAS FAUNAS riedad no esté figurada, es verdad que el autor' indica en su texto una fig. 34 como la de su especie, pero no he podido encontrar esta ilustración en las láminas, parece que ha sido olvidada por el dibujante. Seguramen- te son las dos citadas variaciones diferentes de nuestra especie. Amussium Mortoni, Rav. Jlgas Ma 13 8, 6, 7 O 1844 Ravenel, Foss. Org. Rem. Eoc. S. Car., p. 96. 1857 Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car., p. 27, lám. 9 y 10. 1898 Dall, Tert. Fauna of Florida, p. 718, 757. Concha circular ó casi circular, plana, delgada, casi equivalva, equilate- ral; en la parte exterior lisa ó cubierta con finas líneas concéntricas, muchas veces se ven por trasparencia las costillas del interior. En el interior exis- ten entre 32 hasta 42 costillas finas radiantes colocadas en pares; estas son apenas distinguibles cerca de la charnela pero se hacen más fuertes hacia el margen de la concha. Los márgenes posterior y anterior están lisos, allí y en la base de las orejas se refuerza la concha. Las orejas tienen estrías finas que corresponden á las líneas concéntricas de la concha. La especie alcanza un tamaño bastante grande; en Santa Rosa pude recoger sólo ejem- plares relativamente pequeños, pero ví por los fragmentos que existían allí ejemplares del tamaño doble y triple del más grande que encontré. Doy aquí las dimensiones de algunos ejemplares: I II III y Ni ve LAO as te 85 79 86 (al 64 56 mm. ININCINO y a009sonocose 85 Y1 88 (12 63 55 mm. La especie fué descrita por Ravenel pero no figurada, Tuomey y Holmes describieron y figuraron más tarde ejemplares de las mismas localidades como los descritos por Ravenel. Dall distingue entre 4. Mortoni, Rav. y A. papyraceum, Gabb; esta úl- tima especie fué descrita por Gabb, “pero considerando la variabilidad de Amusstum Mortoni me parece imposible separar las dos especies sólo por- que la de Gabb es generalmente menos orbicular y de menor tamaño, ade- más, no se debe aceptar la especie de Grabb porque no fué nunca figurada y la sola descripción no es suficiente para establecer una especie. Dall com- para el 4. Mortoni, es decir, probablemente el 4. papyraceuwm, porque an- tes determinó la especie reciente del Golfo de México como 4. Mortoni, con A. pleuronectes, L. y hasta dice*que apenas se pueden distinguir ejempla- 1 Heilprin, West Coast of Florida, pág. 99, 1887. 2 Geology of Santo Domingo, 1872 pág. 257. 3 Dall, Blake Rep. II, 1889, pág. 438. TERCIARIAS DE MEXICO. 25 res de las dos especies, particularmente cuando se trata de aquella varie- dad de 4. pleuronectes que tiene las costillas en pares. Entre nuestros ejemplares se encuentra tanto la forma orbicular como la oval, de modo que esto no puede servir para distinguir las especies. Creo que se debería reunir la especie de Grabb con la de Ravenel, tratando aqué- lla como simple variedad. Así se encontraría 4. Mortoni Rav. desde el Oligoceno hasta la actuali- dad, pero la forma típica pertenece al Mioceno y Plioceno. En Santa Ro: sa forma nuestra especie la predominante y casi compone un banco grue- so de la roca. Anomia simplex D'Orb. Lam. II. Fig. 18-33. 1845 A. ephippium, var., Conrad Foss. Med. Tert. pág 75, lám. 43, ; fig. 4. 18945 A. simplex, D'Orbigny, Moll. Cub., pág. 371, lám. 28, fig. 31-33 (ed. española). 1857 A. ephippium, Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car., pag. Islam o fio: 4 0. 1858 A. ephippium, Holmes Postpl. Foss. S. Car., pág. 11, lám. 2, ileso TULo 1870 A. eléctrica Gould, Inv. Mass, ed. Binney, pág. 205, fig. 499. 1889 A. simplex, Dall, Cat. Moll. a. Brach SE. U. $. pág. 32, lám. 53, ma aL. Concha transparente, orbicular ó alargada, muy irregular, con estrías concéntricas; la valva izquierda es á veces bastante convexa, pero otras ve: ces casi plana y muestra un umbón algo sobresaliente. No encontré una valva derecha, probablemente por la fragilidad de ésta. La especie ha sido confundida frecuentemente con 4. ephippium, L. pe- ro es distinta.en todo su carácter; muestra una variabilidad extraordina- ria, como se ve comparando las figuras de los diferentes autores y las nues- tras. La especie se encuentra quizá ya en el Oligoceno pero seguramente des- de el Mioceno Superior hasta la actualidad. Laevicardium sublineatum, Conr. 1841 Cardium sublineatum, Conrad, App. Hodge's paper, pág. 347, lámi 2 Mg. 18; 1845 (1893) Cardium sublineatum, Conrad, Foss. Med. Tert., pág. 66, lám. 37, fig. 4. 2 1857 Laevicardium sublineatum, Tuomey and Holmes, Pleioc, Foss. S. Car., pág. 64, lám. 19 fig. 3. 26 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Concha de forma suboval, oblicua, moderadamente abovedada,; la super- ficie está cubierta, en su parte inferior especialmente, de estrías finas ra- diales, hacia el umbón desaparecen éstas muchas veces por completo y en su lugar se observan finas estrías concéntricas; en la parte posterior obser- vamos una región completamente lisa y lustrosa, que está separada de la región del umbón y de la parte central por medio de una cresta obtusa; la parte lisa llega casi hasta el borde inferior. En el borde anterior vemos una región lisa semejante á la posterior. sólo que es mucho más pequeña y apenas ocupa el tercio superior de la concha. El interior de la concha está ligeramente estriado. El borde del interior de la concha está crenula- do en su mitad inferior. La charnela corresponde á la de Cardium, hay dos dientes cardinales y un diente posterior en cada valva. Las impresio- nes de los músculos son ovales. La especie tiene mucha semejanza con Lacvicardium serratum, L., pero este es más grande, más abovedado y tiene el margen inferior más fuerte- mente crenulado; además, es más ancho que nuestra forma. La descripción de Conrad es algo defectuosa así como sus figuras y como no tengo material de comparación puedo identificar mis ejemplares con la forma de Conrad, sólo comparándolos con las láminas y la descripción ori- ginal. Comparando éstas con las de Tuomey y Holmes encuentro una di- ferencia bastante grande, especialmente en la forma de la concha, la espe- cie de Tuomey y Holmes está mucho más cortada en el margen inferior y por esto parece menos oblicua que la de Conrad. De la nuestra se distin- gue por la crenulación de todo el margen; Conrad no indica claramente si la crenulación se encuentra en todo el borde. La especie fué encontrada hasta ahora en el Mioceno Superior. De Santa Rosa tengo sólo un ejemplar mutilado, pero en Tuxtepec no es la especie muy rara, aunque frecuentemente rota por la delgadez de la concha. GASTROPODA. Pyrula papyratia. Say. Lám. IV. Fig. 13. 1822 Pyrula papyratia Say, Journ. Acad. Nat. Sc., I ser., pág. 238. 1885 Pyrula papyratia ryon, Man. Conch., VII, pág. 266, lám. 6, fig. 35. 1890.- Pyrula papyratia Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 163. Concha piriforme, bastante abovedada, con espira baja. La ornamenta- ción consta de líneas espirales, de las cuales están 6-7 más finas entre dos más elevadas; éstas están cruzadas por líneas finas transversales que tienen intersticios tan grandes como los entre las líneas espirales. TERCIARIAS DE MEXICO. 27 La especie se encuentra viva en el Golfo de México, además en el Post- plioceno y el Plioceno. En Santa Rosa encontre sólo unos ejemplares mal conservados. FAUNA DE TUXTEPEC, OAX. LAMELLIBRANCHIATA. Pecten (UChlamys) santarosanus, Bose. Lám. IL fig. 2, 5. De esta especie encontré un solo ejemplar que corresponde en todas sus partes bien á P. santarosanus descrita en pág. 28 de este trabajo; el ejem- plar es bastante pequeño, sus dimensiones son: longitud 16 mm., ancho 16 mm., graeso 4 mm. Pecten (Euvola) Bowdenensis, Dall. Lám. I, Fig. 8, 10. 1898 Dall, Tert. Fauna of Florida pág. 713, lám. 29, fig. 1. De esta especie he encontrado sólo tres valvas izquierdas. Estas tienen entre 13 y 17 costillas bajas, arredondadas, algo planas arriba, que están separadas por intersticios planos, más anchos; los submárgenes son anchos y lisos; la concha está cubierta de finas estrías concéntricas; las orejas son casi iguales, algo cóncavas, lisas, cubiertas sólo con las líneas de crecimien- to. En el interior de la valva se ve que las partes correspondientes á los intersticios del otro lado tienen en el margen de la base dos bordes arre- dondados salientes que están separados por una depresión poco profunda, mientras que las costillas del lado exterior forman intersticios hondos en el interior. La valva es ligeramente cóncava. Las dimensiones del ejemplar más pequeño son: AU 26 mm., ancho..... Ds 29 mm. de otro: IND eoococ vasos 20 Mimo, EME .ovsooocon. 39 mm. Esta especie fué descrita del Oligoceno de Jamaica; la descripción y la figura del original están en todos puntos de acuerdo con los individuos de Tuxtepec, de modo que no dudo de la identidad, no conozco alguna espe- cie semejante de esta parte de América. 28 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Laevicardium sublineatum, Conr. Lam. IT. Fig. 1-3. Esta especie fué descrita ya en pág- 25 de este trabajo Los ejemplares de Tuxtepec están en parte perfectamente conservados y parece que la es- pecie allí no es muy rara; he encontrado diez ejemplares. Las dimensiones de los mejor conservados son: I II III 1V AM 39 35 30 28 mum MECO ssacos dzacóvone 27 29 26 A TAS Crue aaa el! 10 9 es Venus (Chione) Ebergenyii n. sp. Lám. IL Fig. 417. Concha medianamente grande, subtriangular, moderadamente convexa, - con umbones encorvados hacia delante, bajos y elegantes sobre una lunu- la cordiforme alargada que está limitada por un borde marcado; la lunula está cubierta de estrías finas. Los umbones están cubiertos por numerosas costillas concéntricas, en la concha misma son las costillas anchas y de nú- mero variado; están reunidas de varias lamelas, las que se reconocen en las estrías concéntricas que se encuentran en toda la longitud de cada cos- tilla, y además, en las hojas en las cuales las costillas se disuelven hacia los lados posterior y anterior. Estas hojas se elevan en la parte posterior en una faja triangular, muy alargada, que comienza casien la punta del umbón y que acaba en el mar- gen inferior; en el margen posterior se encuentra al lado de esta faja de lamelas, una área, limitada de un borde bastante marcado, que forma una especie de corselete, y que está cubierto de estrías sencillas. En la parte anterior encontramos al lado y abajo de la lunula una faja semejante de lamelas pero menos bien limitada; parece que en la parte posterior las lá- minas se pliegan en lo general hacia abajo, en la anterior hacia arriba. El número de costillas es entre 20 y 23. Como las costillas se componen de lamelas, los intersticios vienen á ser verdaderos surcos, sólo en algunos ejemplares se ven intersticios anchos. Las costillas están cruzadas por es- trías débiles radiales que están visibles también generalmente en los in- tersticios. La curva del margen inferior está plegada muy poco hacia aba- jo allí donde la toca la faja posterior de lamelas. El borde interior está dentado, en el lado posterior hasta el margen lateral, en el borde anterior hasta el umbón, estando dentada también la lunula. La charnela es not- mal, consiste de tres dientes cardinales fuertes y divergentes, las impresio- nes de los músculos son subiguales, el seno palial es triangular y corto. (59) Ro) TERCIARIAS DE MEXICO. Las dimensiones son: L E pS el de e AU 25 927 30 19 25 22 INNENO: cosococos 32 34 38 26 30.5 929 h Grueso - ....... 9 (18 9 (18) 11,5 (23) 7 (14) 9 (18) 7(14) Esta especie pertenece á la sección Lirophora, Conr. y especialmente al grupo de la V. Burns Dall. Es un tipo que pertenece principalmente al Terciario antiguo y que parece desaparecer en los depósitos más moder- nos. De la variedad acostillada de V. Burnsii, Dall” se distingue nuestra especie por las numerosas costillas en el umbón, de la Y. yglyptocyma, Dall* por el margen inferior encorvado posteriormente para abajo y el mayor número de costillas, también hay una diferencia en la forma de los inters- ticios. Las otras formas de la misma sección se distinguen todavía más. Nuestra especie es la más importante de la fauna de Tuxtepec, he podi- do recoger unos 150 ejemplares; de otras partes de México me la es cono- cida sólo de Santa María Tatetla, Ver. La dedico al Sr. Emilio Ebergényi que descubrió la localidad fosilífera de Tuxtepec. GASTROPODA. Calliostoma (Leiotrochus) limulum, Dall. Lám. IL. Fig. 2, 8. 1892 Dall, Tert. Fauna of Florida pág. 404, lám. 18, fig. 7% Concha pequeña, cónica, con 5 (62) vueltas, esculpturada espiralmente; protoconeo muy pequeño y liso, el resto de la concha tiene de 38 á 5 hilos fuertes compuestos de gránulos, que aumentan por intercalación comen- zando los nuevos hilos como líneas muy finas que poco á poco se hacen gra: nulosas, de modo que en ciertas secciones los hilos parecen alternantes. El hilo inferior de la vuelta es siempre más fuerte que los otros. En la perife- ria se observan abajo del hilo granuloso uno ó dos hilos lisos. Los hilos de la base algo convexa están hacia la periferia menos fuertemente granula- dos que en el centro. El ombligo es pequeño y profundo, la apertura cua- drada arredondada. Las dimensiones son: altura 7 mm., diámetro de la ba- se 7 mm. Esta especie no está perfectamente conservada, falta probablemente una vuelta, por esto no está conservada la apertura. Se asemeja bastante á Cal- hostoma limulum, Dall, aunque difiere algo en la ornamentación; parece Las cifras en paréntesis se refieren á la concha completa de dos valvas. Dall, Tert. Fauna. of Florida pág. 1294, lám. 41, fig. 4, 11; lám. 42, fig. 5a., 19083. Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 1296, lám. 55, fig. 21. DRA (Y) N92 22,—4 30 SOBRE ALGUNAS FAUNAS que el hilo inferior de cada vuelta en la especie de Dall no se distingue tanto en fuerza de los otros hilos como en la nuestra. Las vueltas del tipo limulum parecen algo arredondadas, mientras que las de nuestra forma no lo son; pero en lo general hay bastante semejanza en el carácter de las dos formas y quizá será la nuestra sólo una variedad de la de Dall. No he en- contrado más que un solo ejemplar que está aquí descrito y figurado. La especie de Dall se encuentra en el Plioceno de Florida. Salarium Villarelloi n. sp. Lam. II. Fig. 4-11. Concha cónica, depresa, de seis vueltas sin el protoconco que ocupa una vuelta y es liso; las vueltas están algo arredondadas, especialmente la más grande; la base es muy poco convexa, casi plana, el ombligo profundo y moderadamente ancho. La ornamentación es muy complicada. En las vuel- tas más pequeñas que siguen al protoconco se observa lo siguiente: en la base cerca de la sutura se encuentran dos hilos espirales granulosos delga- dos, después sigue un cordón más ancho también granulado, después sigue separado por un intersticio algo más ancho y profundo un par de cordones granulados, después otro intersticio más ancho y cerca de la sutura otro cordón algo más angosto que el par mencionado; las granulaciones no son redondas sino tienen la forma de un rombo. En la última vuelta, la que forma la periferia, se pierden las granulaciones casi por completo y la or- namentación es allí la siguiente: en la base un cordón liso, mucho más an- cho que el primero de las otras vueltas, después sigue un cordón fino, liso y otro más ancho; un intersticio algo más ancho separa de éste un par de cordones anchos y planos, otro intersticio ancho las limita al otro lado y al fin viene un cordón plano y ancho. En la periferia de la base vemos un borde arredondado que está separado del resto de la base por un surco pro: fundo, de modo que el borde sobresale á la base. Después del surco viene en la base un hilo granuloso delgado y otro más grueso. Sigue un anillo ancho que ocupa casi la mitad de la superficie de la base; está cubierto de costillas radiantes que se hacen más débiles hacia la periferia. Mas hacia el centro siguen dos surcos profundos, anchos y casi de corte rectangular, entre los cuales se observa un cordón ancho plicífero. La parte interior y al mismo tiempo el límite del ombligo lo forma un cordón ancho fuerte- mente plicífero. Nuestra forma se asemeja á S. granulatum, Lam., pero se distingue por la ornamentación de las vueltas; también la de la base es algo distinta, es- pecialmente por el cordón doble alrededor del cordón umbilical. Lo que Tuomey y Holmes describen como Architectonica perspectiva? se asemeja 1 Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car. pág. 120 lám. 26, fig. 6, 1857. TERCIARIAS DE MEXICO. 31 también á nuestra especie, especialmente en la base, pero la ornamenta- ción de las vueltas es diferente en cuanto uno puede juzgar de la mala fi- sura, la descripción es muy defectuosa; ereo que la especie de Tuomey y Holmes no es idéntica con 5. granulatum Lam. como lo quiere Dall, *la or- namentación de las vueltas es ¡exactamente como la de S. perspectivum, L. aunque el ejemplar no llegue al tamaño de aquella especie que en lo ge- neral es más grande y más lisa que S. granulatum, lo que indica también Quenstedt.* Tampoco creo que S. quadriseriatum, Sowerby” fuera idénti- co con S. granulatum, el autor mismo dice que sólo por los pliegues del ombligo se asemeja á S. granulatum y que difiere en todas las otras partes de las especies conocidas entonces. Especialmente me parece que el núme- ro de vueltas es menos grands, la ornamentación de la base es bastante di- ferente de S. granulatum y parece que se distingue también en la orna- mentación de las vueltas. Hoernes* identificó el S. guadrisertatum, Sow. con S. moniliferum, Bronn y creo que lo hace con justicia, la forma es se- guramente más pequeña, tiene una base más convexa que el 5. granula- tum, y se asemeja tanto por la ornamentación de la base como la de las vueltas á S. moniliferum. Todas las especies últimamente citadas se distinguen de la nuestra; no he podido obtener un ejemplar completo, pero parece que la forma es bas- tante grande; el ejemplar de mayor tamaño tisne las siguientes dimensio- nes: altura 21 mm., diámetro de la base: 37 mm., pero le falta un cuarto de una vuelta. Turritella Tuxtepecensis n. sp. Lám. TIT. Fig. 15-16. Concha maciza, cónica, aguda, de más de 7 vueltas (no está conservado el ápice); la ornamentación es sencilla, cerca de la sutura hay tres costillas espirales, altas y separadas por surcos anchos; siguen después de un surco ancho cuatro costillas más finas separadas por surcos más angostos, y un surco profundo y ancho las separa de la sutura. Tanto:las costillas como los surcos están cubiertos de estrías finas espirales. La base muestra 5 costi- llas pareciendo á ondulaciones, y está cubierta de estrías espirales. Orna- mentación transversal no existe. La sutura es bien profunda. La boca de la concha no está conservada, se ve solamente al labio. No he podido encontrar una especie muy parecida á la nuestra, quizá se le asemeja la 7. Gatunensis, Conr.? por la ornamentación, pero el corte Dall, Tert. Fauna of Florida pág. 329, 1892. Quenstedt, Petrefaktenk. VII, pág. 322, 1881-84. Sowerby, Foss. shells San Domingo, pág. 51, lám. 10, fig. S, a, b, e, 1850. Hoernes, Tertiaerb. v. Wien II. pág. 426, lám. 46, fig. 5, 1856. Dall, Tert. Fauna of Florida, pág, 310, lám. 17, fig. 10, 1892. Da también la sinonimía, DR 0ltmA 32 SOBRE ALGUNAS FAUNAS de las vueltas es completamente diferente. En el corte se asemeja más á Turritella Gabbiana, Grzyb. ' pero la ornamentación es del todo diferente. Hasta ahora hallé sólo un ejemplar de esta especie en Tuxtepec, en to- dose puede decir que las Zurritella son bastante raras en el Terciario mexi- cano. Turritella Aguilerae n. sp. Lám. TIL Figs. 12-14. Concha delgada, cónica, aguda, de más de 7 vueltas (falta el ápice); la elegante ornamentación consiste de 4 costillas espirales granuladas que es: tán ordenadas en dos pares, entre las cuales hay un surco ancho; la costi- lla interior del par posterior es siempre más fuerte que las otras tres; los eránulos de los dos pares tienen diferente orientación, lo que se explica por la forma de las líneas de crecimiento; las vueltas están cubiertas por estrías finas, encorvadas, transversales, y además, se ven en los surcos es- trías espirales extraordinariamente finas. En la periferia de la parte ante- rior de la vuelta vemos inmediatamente al lado de la sutura una costilla casi lisa, apenas distinguible, que forma al fin el borde de la periferia de la base de la concha; un surco poco hondo y no bien definido la separa del resto de la base que está cubierta sólo por estrías finas en forma de $ abier- ta. El labio es muy poco calloso. Esta especie se asemeja algo á 7. apicalis, Heilprin var. tensa, Dall*? pe- ro la ornamentación es diferente especialmente en cuanto al ancho de los surcos. De nuestra especie he encontrado sólo 3 ejemplares no completos, de los cuales dos pueden pertenecer al mismo individuo. Vermetus (Petaloconchus) pulcher n. sp. Lám. III. Fig. 22-23. Concha torcida, gruesa, en espirales, formando una torre irregular; el corte es un polígono de nueve ángulos y cada esquina de este corresponde á un cordón de gránulos los que cubren espiralmente la superficie de la con- cha; generalmente sólo 4 de estos cordones de gránulos son visibles. Esta concha es muy semejante á Vermetus sculpturatus, Lea,” sólo que éste parece tener menor número de cordones de gránulos. Encontré nuestra forma en dos ejemplares, uno pequeño y uno grande en Tuxtepec, de otras partes de México no la conozco. 1 Grzybowski, Tertiárabl. nórdl. Peru, pág. 646, lám. 20, fig. 11, 1899. 2 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 317, lám. 16, fig. 13, 1892. 3 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 305, 1892; allí se encuentra la sinonimía. TERCIARIAS DE MEXICO. 33 Vermetus? (Anguinella) virginicus, Conr. Lám. IL. Fig. 17. 1839. Serpula virginica Conrad, Md. Tert. tercera parte del forro de parte de las ediciones de N9 1 y 2. 1845. Anguinella virginica, Conrad, Med. Tert., pág. 77, lám. 44, figu- ra 4. 1857. Vermetus anguina, Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car. pág. 123, lám. 26, fig. 12. 1892. Vermetus? virginica Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 306. Concha tubiforme alargada, adornada con estrías finas transversales, y de corte redondo. Creo que la forma de Tuxtepec es idéntica con Anguinella virginica, Conr., pero dudo mucho que ésta sea Vermetus, sino según mi opinión per- tenece á Protula. Dall cree también que A. virgínica es la concha de un anélido tubicular. Encontré dos ejemplares en Tuxtepec, de los cuales está uno figurado aquí. La especie de Conrad se halla en el Mioceno, pero no sería sorpren- dente encontrarla también en el Plioceno Inferior; no me es conocida otra especie del Terciario américano que se asemeja á la nuestra. Xenophora cfr. conchyliophora, Born. 1834 (?) Trochus leprosus, Morton, Syn. Org. Rem., pág. 46, lám. 45, fig. 6. 1881-1884 Trochus conchyliophorus Quenstedt, Petrefaktenk., VII, pág. 20, 1éjms TE ME O, 1405 1890 Xenophora humilis Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 182, lám. 4. fig. 10, 104. 1892 == conchyliophora Dall, ibid, pág. 360, con la sinonimia. No encontré más que un ejemplar de Xenphora, y éste no está bien con- servado; la esculptura de la base corresponde bastante bien con la de X. con- chyliophora, la que se encuentra en todas las capas desde el Cretáceo Supe- rior hasta al período actual. Natica canrena, Linné. Lám. IT. Fig. 24. 1857 Natica canrena, Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car., pág. 115, lám. 25, fig. 17. 1881-84 Natica pellistigrina, Quenstedt, Petrefaktenk, VII, pág. 239, lám. 194, fig. 3. 1892 Natica canrena Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 364. 34 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Concha de cuatro vueltas, de las cuales la última es muy grande; la su- perficie está cubierta de surcos angostos transversales yue representan las líneas de crecimiento; el ombligo muestra una columna con costillas inter- nas. La sutura está bien visible. La espira de la concha es bastante baja. Las Vatica apenas se pueden determinar sin el conocimiento del opérculo, porque las especies del Pácifico y del Atlántico casi no se distinguen por la concha; para las formas fósiles resulta así una dificultad grande, porque ac: tualmente el opérculo no se encuentra en lo general con la concha. Ahora se usa el nombre V. canrena casi exclusivamente para las formas del Atlántico, aunque se encuentre todavía algunas veces que se designe la V. ala—papt- lionis de la India con el nombre de V. canrena. Se debe considerar que ape- nas será posible distinguir las dos formas por la concha, sólo el opérculo es distinto. N. canrena es bastante común en el Golfo de México y el mar de las An- tillas, fósil se encuentra desde el Oligoceno hasta el Plioceno. En Tuxtepec no he encontrado más que un ejemplar de esta especie, en la división Río Coatzacoalcos del Istmo de Tehuantepec, V. canrena parece hallarse más frecuente. Natica (Lunatia) perspectiva Rogers. Lám. TIT. Fig. 18-21, Lám. V. fig. 15. 1839 Natica perspectiva Rogers, Trans. Am. Phil. Soc. 2d Series, VI, lám. 26, fig. 3. 1841 Natica Caroliniana Conrad, App. Hodge's paper, pág. 347, lám. 2, fig. 18. 1892 Polynices perspectivus Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 373. Concha pequeña bastante robusta de cuatro vueltas de las cuales las pri- - meras casi desaparecen, mientras que la última es muy grande; está cubier- ta de estrías finas transversales y se reconocen todavía fajas transversales de color pardo y blanco. La espira de la concha es muy característica sien- do completamente lisa, las vueltas casi no son perceptibles y la sutura casi desaparece por ser muy apretada. El ombligo es ancho abajo y cubierto de estrías finas espirales, la columela muestra un callo grande, bajo el cual se ve en la pared del ombligo una pequeña costilla espiral. Dall compara la especie con V. triseriata, Say; pero me parece que la for- ma es bastante diferente dejando aparte el ombligo, la V. triseriata se ase: meja mucho más á NV. heros, Say, aunque sea mucho más pequeña que ésta. AÑ. triseriata se asemeja mucho la V. caroliniana, Tuomey y Holmes* (non Conr.) quese distingue de V. carolímiana, Conr. ó mejor dicho VW. perspec- 1 Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car., pág. 116, lám. £5, fig. 18, 1857. TERCIARIAS DE MEXICO. 35 tiva desde luego por la forma de su espira y por su ombligo, mientras que se acerca en estos sentidos bastante á NV. triseriata* aunque la forma de la última vuelta parece algo distinta. Dal? compara la especie de Tuomey y Holmes también con Vatica hemi- crypta, Gabb., y me parece que realmente será idéntica con ésta. N. perspectiva ge encontró hasta ahora sólo en el Mioceno; en Tuxtepec la hallé en sólo dos ejemplares pequeños. Strombus pugilis Linné. Lám. IV. Fig. 1-6. 1890 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 177 (da la sinonimia). Concha medianamente grande, maciza, con espira cónica; se compone de 8 vueltas y un protoconco que en nuestros ejemplares no está bien conser- vado. La última vuelta es muy grande y amplia. La ornamentación consis- te en las primeras 4 vueltas de costillas tranversales que en la cuarta se con- vierten en nudos en el hombro de la vuelta; arriba en el hombro se ven 6 cordones espirales, anchos y planos, separados por depresiones muy angos: tas y marcadas. En las siguientes vueltas se pierden casi por completo las costillas transversales y se quedan sólo los nudos en el hombro de la vuelta, los cordones espirales son más claros y están cubiertos de finas líneas espi- rales. En la última vuelta se pierden poco á poco también los nudos, se ven sólo las líneas de crecimiento y los cordones espirales, de los cuales los pos- teriores son siempre los más fuertes. En la parte anterior de la última vuel- ta se ven varios cordones lisos, planos, espirales, poco claros. La sutura es bien marcada pero no está hundida sino está generalmente directamente abajo de los nudos, sólo en la última mitad de la última vuelta se aleja la sutura de los nudos para acercarse á ellos de nuevo cerca de la abertura. La abertura es alargada y bastante ancha, el labro saliente, delgado y liso en el interior, el labio es poco calloso pero ancho. Abajo está la abertura oblicuamente cortada y escotada. La columela está ligeramente torcida y muestra una fasciola sifonal muy débil. Los ejemplares jóvenes se distinguen bastante de los adultos porque las vueltas están completamente cubiertas por cordones planos, espirales y con intersticios casi lineales y los nudos en la última vuelta son todavía bastan- te fuertes aunque se pierden algo cerca del labro; la parte posterior del la- bio muestras también estrías espirales. La forma descrita aquí corresponde en todos sus detalles al Str. pugilis, Linné, del cual he podido comparar una serie grande conservada en el Mu- seo de la Comisión Geográfico-Exploradora. Los ejemplares fósiles son más 1 Gould, Inv. Mass. ed, Binney, pág. 340, fig. 610, 1870. 2 Dall, l. c. pág. 371. 36 SOBRE ALGUNAS FAUNAS pequeños que los recientes, pero puede también ser que ejemplares grandes no se hayan encontrado todavía. Hemos observado que el labro de nuestros ejemplares no es plicífero pero encontré un solo molde que muestra un la: bro fúertemente plicífero. Además, dice Dall, que nunca ha visto un ejem- plar del Mioceno con el labro plicífero y sólo excepcionalmente en el Plio- ceno. Encontré en Tuxtepec 9 ejemplares no completos, pero por comparación se llega á tener una buena idea de la especie.. Sconsia sublaevigata, Guppy. Lam. IV. Fig. 9, 10. 1866 Cassidaria sublaevigata Guppy. Tert. moll. Jamaica, pág. 287, lám. Ju, ie 310 Concha pequeña, robusta, maciza, subglobosa, con dos vueltas del proto- conco y 4 siguientes; la esculptura consiste de estrías finas espirales muy numerosas que están cruzadas por numerosas estrías transversales todavía más finas. Existe una varice casi invisible. El labro tiene una varice muy poco elevada y no tiene surco detrás de sí; en el interior está dentado, sien- do los surcos más anchos que los dientes, de los cuales existen unos veinte, que no son pares; en el centro faltan algunos y los surcos son muy anchos. El labio es algo calloso, reflejado y liso, la columela está excavada, no ple- gada ni carenada; el borde de la columela tiene algunas elevaciones parie- tales. El canal es angosto, corto y poco recorvado. Las dimensiones son: al- tura, 34.5 mm.; altura de la apertura, 27.5 mm.: diámetro, 22 mm. He identificado la especie de Tuxtepec con la de Guppy y las diferencias son insignificantes, quizá es la espira de nuestra forma todavía un poquito más baja que la de S. sublaevigata tipo, pero esta diferencia no me parece suficiente para establecer una variedad; también puede ser que el labro fue- ra un poquito más encorvado. Nuestra especie tiene bastante semejanza con la Cassis Hodgii, Conr. así como éste la figura' especialmente por la forma general, la de la abertura y especialmente del labio y labro así como por la ornamentación. La forma de Conrad parece tener la espira algo más depresa y menos esbelta. Puedo juzgar en esto sólo por la figura de Conrad y su descripción que es dema- siado lacónica; parece también que las vueltas de la especie de Conrad son algo más convexas que las de nuestra forma. Pero esta figura de Conrad di- fiere en todo de la que dan Tuomey y Holmes? de la misma especie, esta tiene una espira mucho más alta que la forma de Conrad, la abertura es más 1 Conrad, App, Hodge's paper, pág. 346, lam. 2, fig. 10, 1841. 2 Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss, S. Car., pág. 138, lám. 28, fig. 10, 1857. TERCIARTAS DE MEXICO. 37 pequeña y de forma diferente por completo; el labio está dentado de otro modo, el labro parece tener una varice mucho más grande, el número de vueltas es seguramente también más grande que en la especie de Conrad. Ultimamente publicó Cossmann*' una nueva figura de O. Hodgii y esta se- gún un ejemplar de North Carolina, la localidad no está indicada. Esta co- rresponde perfectamente á la forma de Tuomey y Holmes. Es una especie mucho más grande que la nuestra y de espira más alta. Hay ahora el pro- blema: cuál fué la especie descrita por Conrad como Cassis Hodgi? O se trata de una figura extremadamente mala ó existen en North Carolina dos especies diferentes de Sconsia, de la cual una (la de Conrad) sería proba- blemente una pariente muy cercana de la S. sublaevigata. Otra especie pariente de la nuestra es la Sconsia striata, Lamarck, pero ésta se distingue desde luego por una espira mucho más alta. Sconsia sublaevigata fué descrita del Oligoceno de Jamaica, sería pues fácil que se encuentre una variedad todavía en el Plioceno inferior. En Tuxtepec he encontrado un solo ejemplar perfectamente conservado. Pyrula papyratia, Say. Lam, IV. Fig. 11, 12. 1885 Pyrula papyratia, Tryon, Man. Conch., VII, pág. 266, lám. 6, fig. 35. 1887 — reticulata?, Heilprin, West Coast of Florida, pág. 87. 1890 — papyratia, Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 168. Concha piriforme, bastante abovedada con espira baja, un protoconco liso de dos vueltas, 4 vueltas ornamentadas, convexas; la ornamentación consis- te de líneas espirales y transversales; las estrías espirales consisten de 16 más fuertes (en la última vuelta) y entre las cuales se ven 3-5 más finas que aumentan hacia el lado anterior. Todas estas líneas están cruzadas por es- trías elevadas transversales, que producen en el espacio entre las estrías lon- gitudinales más fuertes una ornamentación reticulada, los intersticios entre las líneas transversales son algo más grandes que los entre las líneas finas espirales. Como la última vuelta de mi ejemplar no está conservada, no pue” do decir nada sobre la abertura. La sutura está bien marcada. Tryon ha distinguido la especie de Pyrula que se encuentra en la costa del Sur de los Estados Unidos y el mar de las Antillas de la que se encuen- tra en el Pacífico y que se designa con el nombre de P. reticulata, Lam. El indica que la sola diferencia consiste en la figura algo más esbelta y la or- namentación más delicada de la especie del Atlántico. Ya Heilprin dice que la ornamentación de los ejemplares fósiles de Florida se parece más á la de P. reticulata que á la de P. papyratia y me parece que tampoco es la forma tan esbelta como la de 2. papyratia. Creo que tenemos en los ejemplares 1 Cossmann, Paléoconch, comp., V, pág. 133, lám. 6, fig. 3, 19083. N? 22.—5 38 SOBRE ALGUNAS FAUNAS fósiles una forma que está entre P. reticulata y P. papyratia. No debemos olvidar que en el Mioceno hubo todavía un paso abierto entre los dos conti- nentes americanos y que nuestra especie actual puede ser muy bien un des- cendiente de una forma que inmigró del Océano Pacífico y que allí conservó más tiempo su carácter original. De todos modos se puede distinguir la for- ma fósil como una variedad de la viva. Dall dice que sus ejemplares fósiles son perfectamente idénticos con los vivos, lo que no quiero dudar, pero tam- poco puedo dudar de la exactitud de la observación de Heilprin que está de acuerdo con la mía, de modo que quizá se podría distinguir una variedad robusta entre los ejemplares del Plioceno. Según Dall, la P. papyratia se encuentra en el Plioceno, Pleistoceno y en las aguas del Atlántico. Quiero añadir que la especie que se encuentra en el Mioceno de Viena y que Zittel todavía designa como Ficula reticulata, Lam., nombre que con- serva también Pilsbry' en la edición inglesa del manual de Zittel, se dis- tingue de la P. reticulata del Pacífico mucho más que ésta de la P. papy- ratía, Say; Bronn distinguió ya la forma de Viena y de la Touraine bajo el nombre de Pyrula cingulata” de la P. reticulata, Lam. Phos mexicanus sp. n. Lam. IV, Fig. 18-21. Concha sólida, de tamaño mediano y forma oval-oblonga con espira có- nica, 7 vueltas algo escalonadas y convexas, adornadas con costillas espira- les que están cruzadas por costillas transversales, de modo que se forma una esculptura reticulada. El protoconco no está bien conservado. En la úl- tima vuelta se cuentan 14-15 y en las otras 4-5 costillas espirales gruesas, entre las cuales se ve siempre una línea más fina. Las costillas no están sim- plemente cruzadas sino parece como si las de dirección axial estuvieran de- bajo de las espirales. La última vuelta tiene una altura que equivale más ó menos á la mitad de la longitud total; su hombro es algo saliente. El re- borde basal es saliente y reticulado. La abertura es sub-romboidal, sin ca- nal posterior, termina con un cortísimo canal anterior algo recorvado. El labro tiene en su parte anterior un seno bastante pronunciado; no tiene va- rice pero es grueso en el interior y cubierto de 10 pliegues. El borde de la columela es poco calloso. Dimensiones: - 1 II 1II AM Sade 26.5 25,3 30 mm. AMENA Ra 5 13.5 13.5 16 mm. Zittel, Textbook of Palaeontology, Vol. I, pág. 479, fig. 958, London, 1900. 1 2 Hoernes, Tertiaerb. v. Wien. III, pág. 676, 1856. TERCIARIAS DE MEXICO. 39 Esta elegante especie tiene un pariente muy cercano en el Phos Moorei, Guppy' de Jamaica. Este muestra el mismo seno pronunciado en el labro, tiene en lo general la forma de nuestra especie y se distingue principalmen- te por el mayor número de vueltas, las que son algo más convexas, y la for- ma algo más esbelta. Phos Mooret se encuentra en el Oligoceno de Jamaica. Otra forma semejante á la nuestra es Phos Candei, D'Orb.? que se dis- tingue por la falta del seño en el labro y el menor número de costillas. También Phos metuloides, Dall* y Phos Gabbi, Dall* tienen cierta seme: janza con nuestra especie pero les falta el seno del labro, además tiene 2. metuloides, Dall., la abertura más baja y la figura en lo general más alta, mientras que 2. Gabbí tiene también la abertura más baja pero una figura más ancha y menor número de costillas. Estas dos especies se encuentran también en el Oligoceno de Santo Domingo, el primero también en el Istmo de Panamá, el segundo en Jamaica. Según Dall confundió Gabb” la últi- ma especie con P. elegans, Guppy, P. Moorei, G. y P. Veraguensis, Hinds (una forma reciente del Pacífico), pero Dall insiste en que P. elegans y P. Moore son especies excelentes. En Tuxtepec encontré cuatro ejemplares bien conservados de nuestra es- pecie. Cominella plicatilis n. sp. Lam. IV. Fig. 22-94. Concha sólida, medianamente alargada, espiralmente canaliculada con espira bastante aguda; el número de vueltas es 7 además del protoconco que se compone de 3 vueltas con un núcleo arredondado; las vueltas son con- vexas y algo deprimidas cerca de la sutura, tendiendo á formar un hombro, especialmente en la última vuelta. La esculptura espiral consiste de costi- llas planas, en cada vuelta 8-9, en la última 26-28 separadas por intersti- cios en parte más anchos, en parte más angostos; en las vueltas posteriores se ve una costilla más ancha cerca de la sutura, en la última vuelta se en- cuentra ésta en el centro. En los intersticios de la abertura se ven también á veces algunas estrías espirales. La eseulptura transversal consiste sólo de líneas de crecimiento en las vueltas posteriores; en la última cerca de la abertura hay cinco ó seis que tienden á formar granulaciones allí donde se eruzan con las costillas espirales, especialmente en la parte deprimida abajo de la sutura. La sutura es muy marcada; la abertura es oval pero algo con- 1 Guppy, Tert. moll. Jamaica, pág. 290, lam. 16, fig. 11, 1866. D'Orbieny, Moll. Cub., pág. 228, lám. 21, figs. 24-25, 1845. Guppy and Dall, Tert. Foss. Ant. Reg., pág. 310, lám. 28, fig. 15. Guppy and Dall, ibid., pág. 310, lám. 29, fig. 4. Gabb, Geol. of Santo Domingo, pág. 212, 1872. O HR 01) 40 SOBRE ALGUNAS FAUNAS traída en la región posterior por la depresión de la última vuelta; el labro es delgado y en el interior cubierto de 15 á 20 pliegues delgados; el canal es ancho, muy corto, recorvado y torsionado hacia la izquierda, la fasciola si- fonal angosta, el borde columelar angosto y poco calloso, la columela en- corvada, en su parte anterior con un quillo. Dimensiones. Altura. Altura de la abertura. Ancho. Ancho de la abertura. 200 15 15.6 Eo IT 28 12 12.5 2 JUL e 7 la (8 He quedado dudoso en cuanto al género de esta especie; en la primera revista la había registrado como Vassa, especialmente por la espira aguda, pero después cuando estudié las especies observé desde luego la falta del labio ancho y calloso que caracteriza este género. Ahora la he puesto en el género Cominella que quizá no es más que un subgénero de Buccimum, pe- ro advierto que no conozco en éste formas con una espira tan aguda; tam- bién parece que en la mayor parte de las formas el labio es más grande y más calloso. Además debemos considerar que quizá nuestra forma todavía no es adulta y se sabe que las formas jóvenes de muchas Buccinidae tienen un labio pequeño ó casi ninguno. Nuestra especie tiene cierta semejanza con Buccinum bullatum, Phil. * particularmente con la fig. 1. Cierta seme- janza tiene también Buecinum suturosum, Nyst* pero tiene una forma más robusta todavía. Entre las formas americanas no conozco parientes íntimos de nuestra es- pecie, sólo que se tomarían como tales las especies de Ptychosalpinz del Mioceno y el Peychosalpine globulus, Dall* del Golfo, pero éstos no tienen las líneas elevadas en el interior del labro. Encontré de nuestra especie tres ejemplares en Tuxtepec, de los cuales 2 están casi perfectamente conservados. Melongena (Pugilina) Mengeana, Dall. Lam. IV. Fig. 25-26. 1890 Solenosteira Mengeana, Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 122. lá- mina 9, fig. 1 1903 Melongena == Cossmann, Paléoconch. comp., V. pág. 194, lám. 5, fig. 6. Concha sólida, pequeña, algo piriforme y rechoncha con espira corta y de corte conoidal. La concha se compone de 5 (62?) vueltas, el protoconco no es- pa Philippi, Tertiaervers. v. Magdeburg. pág. 76, lám. 10, fig. 14, 15, 1851. v. Koenen, Nordd. Unter-Oligocán, LI, pág. 287, lám. 21, fig. 1-9, 1889. v. Koenen, 1. c., pág. 242, lám. 21, fie. 10-11, 1889. 9) 3 Dall, Blake Rep., pág. 175, lám. 35, fig. 12%, 1889, TERCIARIAS DE MEXICO. 41 tá conservado. La esculptura se compone de 10 costillas transversales arre- dondadas y gruesas que comienzan en ó cerca de la sutura y continúan sobre la periferia; las líneas de crecimiento son muy finas; además de las costillas transversales se observan en las vueltas costillas espirales agudas, 5 en ca: da una de las primeras vueltas y 14 en la última; en los intersticios se ven generalmente 2 y á veces 4 líneas finas espirales que acompañan á las cos- tillas. Las costillas espirales cubren las transversales y pasan también por los intersticios entre éstas; mientras que las costillas espirales son en lo ge- neral de la misma fuerza, varían éstas en el canal. La sutura es marcada, ondulada por las costillas transversales, no acanalada; las vueltas son re- dondas, la última está estrechada en la base. La abertura es piriforme y ocupa con el canal las dos terceras partes de toda la altura de la concha; el canal es angosto y profundo, un poquito recorvado; el labio es algo calloso y un poco crenado por la esculptura de la última vuelta, encierra junto con la fasciola sifonal una depresión umbilical bastante larga pero no muy pro- funda. El labro es grueso, convexo y contiene 12 pliegues en el interior. Dimensiones: altura, 31 mm.; altura de la abertura con el canal, 22mm.; diámetro, 23 mm. Nuestra concha es algo más grande que el original de Dall y esto trae como consecuencia probablemente algunas pequeñas diferencias más, como en el número de las costillas y en la forma de las vueltas, pero en lo gene- ral corresponde nuestro ejemplar muy bien á los caracteres de M. Mengeana. Cossmann ha cambiado el nombre genérico Solenosteira en Solenostira porque el diftongo existe solamente en el griego. Dall había establecido So- lenostira como género nuevo, pero Cossmann? dice con razón que apenas se puede ver en él más que una sección de Pugilina que es un subgénero de Melongena. Creo que apenas hay más diferencia que en la ornamentación, porque como ya lo dice Cossmann, la abertura es exactamente la misma co- mo en Pugilina y además vemos que nuestro ejemplar ya tiene las vueltas un poquito más distintas que las del original de Dall y no creo que esta diferencia sea suficiente para crear una especie nueva. Dall encontró la M. Mengeana en el Plioceno del S. W. de Florida. Yo en- contré un solo ejemplar en Tuxtepec. Marginella Willcoxiana, Dall. Lam. IV. Fig. 27228. 1890 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 50, lám. 5, fig. 7. Concha alargada, subcilíndrica, angosta, con el ápice cubierto del callo, pero no cubierto por la última vuelta; abertura angosta y tan larga como la concha, casi derecha, excepto la curva fuerte de la comisura posterior. 1 Cossmanmn, Paléoconch. comp., IV, pág. 91, 1901. 42 SOBRE ALGUNAS FAUNAS El labro tiene una varice ancha, derecha, con un borde exterior; en el inte- rior está el labro muy finamente dentado; el labio es muy calloso, exten- diéndose el callo á la espira á la cual cubre en parte; en la parte anterior se encuentran cuatro pliegues fuertes, subiguales, siendo el pliegue poste- rior menos oblicuo que los otros tres. La superficie de la concha está muy pulida sin trazos de colores. Dimensiones: altura, 24; ancho, 12 mm. Nuestra especie corresponde en todo á los caracteres de la M. Wilcoxia- na, Dall, que proviene del Plioceno de Florida, la forma es notablemente es- belta, angosta y casi cilíndrica, sólo un poco atenuada en la parte anterior; lo que se ve también en la figura de Dall. Se distingue principalmente por el tamaño, siendo nuestra forma mucho más larga que la del Plioceno de Florida, pero las relaciones de las dimensiones parecen las mismas, siendo la altura más ó menos el doble del ancho. Muy semejante á nuestra forma es también la Marginella Lamonensis, Dall,' pero se distingue principalmente por no tener la abertura tan larga como la de M. Willcoxiana y por ser el labro liso en el interior; la altura es más grande que la de nuestra forma. Según Dall recuerda la M. Limonensis á M. antigua, Redfield del Mioce- no Superior de Duplin County, North Carolina; esta es idéntica con Por- cellana oliviformis, Tuomey y Holmes? pero esta forma es todavía más gran- de que las anteriores y tiene un labro dentado mucho más fuertemente, probablemente se puede ver en esta forma el precursor de las citadas plio- cénicas. Es posible que la forma de Tuxtepec tenga un labro con una dentición todavía más fina que la forma de Florida, pero creo que esto apenas daría el derecho de separarla como una variedad; es de sentirse que no se haya encontrado en Tuxtepec más que un ejemplar, de modo que una ampliación de la descripción no es posible; todos los otros ejemplares de aquella loca- lidad que pertenecen al género Marginella son de una forma completamen- te diferente. Marginella cineracea, Dall. var. quadriplicata Bose. Lam. V. Fig. 1-2. 1889 M. cineracea, Dall, Prel. Rep. Expl. Albatross, pág. 310, lám. 11, fig. 6. 1889 — — Dall, Cat. Moll. a. Brach. SE. U. $., pág. 106, lám. 42, fig. 6. Concha delgada, opaca, lisa, oval, de cuatro vueltas; la espira es baja, forma de cúpula, no cubierta con callosidad; la sutura es distinta, no ca- naliculada, algo apretada. La superficie es lisa mostrando únicamente lí- 1 Guppy and Dall, Tert. Foss. Ant. Reg. pág. 309, lám. 29, fig. 12, 1897. 2 Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car., pág. 181, lám. 27, fig. 12 y 183, 1857. TERCIARIAS DE MEXICO. 45 neas finísimas de crecimiento; la vuelta del cuerpo está un poco satinada pero no es callosa, tiene cuatro pliegues oblicuos distintos, de los cuales los dos posteriores son los más débiles, tienen una dirección oblicua, el poste- rior es algo más oblicuo que los otros, el anterior está en continuación con el labro por la curva alrededor del canal. Una fasciola sifonal no existe; el labro es delgado apenas reflejado en su borde exterior y no dentado; el mar- gen está encorvado hacia adelante y afuera; la abertura es ancha. Dimen- siones: altura, 12; ancho, 7mm.; otro ejemplar más pequeño: altura, 7.5; ancho, 3.5 mm. Nuestros ejemplares son en toda su forma y en sus caracteres idénticos con M. cineracea, Dall, la única diferencia es la presencia de un pliegue más en la vuelta del cuerpo, pero ereo que esto apenas puede servir como distinción específica tomando en cuenta que varias Marginella y. e. M. aurora, Dall, tienen diferente número de pliegues. Característicos de esta forma son la ausencia de un labio calloso, la presencia de un labro perfectamente delga- do y liso y la delgadez de la concha. Dall dice que no recuerda ninguna especie del mismo tamaño que se pue- da comparar con ésta y yo tampoco conozco una. Según una lista que publica Spencer * se encuentra una especie muy se- mejante si no idéntica con M. cineracea en el kil. 70 del Istmo de Tehuan- tepec; no he encontrado allí esta especie y no existe descripción de aquella forma, pero esta fué determinada por Dall, lo que da suficiente seguridad que no puede diferir mucho del tipo, quizá es aquella forma idéntica con la variedad descrita aquí. El género Marginella es bastante frecuente en Tuxtepec, pero entre to: dos los ejemplares he encontrado sólo dos que pertenecen á nuestra especie. El tipo descrito por Dall fué encontrado en la altura de Cape Fear, North Carolina en 731 brazas de profundidad; pero Dall” indica que la forma se encuentra en profundidades de 294 á 781 brazas y que se halla entre Cape Fear y Fernandina, Marginella Dalli n. sp. Lam. V. Figs. 3-6. Concha pequeña, sólida, poco alargada, arredondada, consistiendo de cuatro vueltas, espira corta casi incluída por la última vuelta, lados con- vexos, algo comprimida cerca del centro de la varice; el labro grueso, dife- renciado por un surco detrás de él, arqueado en la dirección de la vuelta y también hacia el labio; la callosidad del labro es muy ancha, y se reune con la del labio en el ápice y el canal de la concha; interiormente el labro está ligeramente dentado. La abertura es alargada y medianamente angosta, es 1 Spencer, Great changes of level, pág. 24, 1897. 2 Dall, Cat. Moll. a. Brach, SE. U. S. pág. 106. 44 SOBRE ALGUNAS FAUNAS casi tan larga como la concha; el labio es calloso y muy ancho cubriendo la mitad de la espira ó más, y se reune con el labro; en la parte anterior del labio se encuentran cuatro pliegues oblicuos; de los cuales el primer par es más oblicuo que el posterior. Dimensiones: Altura. Ancho. Longitud de la abertura. I 16 10 15 mm. TI 14 9 18 3 TI 14 8.8 1 IV 13 8.2 12.2 120) Nuestra forma se asemeja algo á M. ballista, Dal, * que se distingue prin- cipalmente por el labro no dentado interiormente, quizá es también algo más robusta y tiene la abertura un poco más ancha. Más difiere la M. ba- llista var. Tampae Dall (1. c.), especialmente por su espira más elevada. Es- ta especie y su variedad citada se encuentran en el Oligoceno de Florida. Cierta semejanza tiene también la M. coniformis, Sow.* pero es más alta y más esbelta, además tiene la abertura más angosta y la posición de los pliegues es diferente. Casi lo mismo se podrá decir de M4. amina, Dall, * que se distingue de nuestra forma por la abertura relativamente más angosta, por la forma más cilíndrica y la diferente posición de los pliegues. También estas dos últimas se han encontrado en el Oligoceno (Haiti). Nuestra especie no es muy rara en Tuxtepec, he encontrado allí 5 ejem- plares bien conservados. Marginella cordiformis n. sp. Lam. V. Fig. 7-8. Concha pequeña, sólida, piriforme, arredondada, componiéndose de cua- tro vueltas; la espira es muy baja, cónica y no está completamente inciuída en la última vuelta; tampoco está cubierta por la callosidad del labio; la sutura es clara pero apretada y no surcada; los lados son convexos, el labro es medianamente grueso, tiene un reborde marcado que está separado por un surco del resto de la vuelta; la parte interior del labro es lisa; el labro está encorvado en la dirección de la vuelta, la callosidad es muy angosta y no llega hasta el ápice. La abertura es alargada y muy aucha, casi tan lar- ga como la concha; el labio es poco calloso y pequeño, tiene en su parte an- terior 4 pliegues oblicnos, el par anterior es más oblicuo que el posterior. Dimensiones: altura, 17.5 mm.; ancho, 13 mm.; altura de la abertura, 17 mm. 1 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 47, lam. 4, fig. 6, 1890. 2 Guppy, Tert. Moll. Jamaica, pág. 288, lám. 17, fig. 2, 1866. Sowerby, Foss. shells San Domingo, pág. 45, 1850. 3 Guppy and Dall. Tert. Foss. Ant. Reg. pág. 309, lám. 29, fig. 15, 1897. TERCIARIAS DE MEXICO. 45 Esta especie se asemeja algo á M. cassis, Dall, ' especialmente por su for- ma triangular, su abertura ancha y por sus dimensiones, pero se distingue de ella por el labro no dentado, el labio menos fuerte y la espira mas baja, también es la última vuelta algo más convexa. M. cassis se encuentra en las aguas del Golfo de México especialmente cerca de las Antillas, á 101 bra- zas de profandidad. Entre las Marginella fósiles se acerca á nuestra especie y también á M. cassis particularmente M. precursor, Dall,? pero en ésta está la espira inva- dida por el callo del labio, el labro está dentado y los pliegues son cinco, también parece nuestra especie ser algo más ancha. M4. precursor proviene del Plioceno de Florida. Hay todavía unas especies más que se acercan al grupo de la nuestra, es- tas son M. apicina. Menke var. pardalis? y M. limatula, Conr. *; la primera se distingue por la callosidad del labio, la abertura más angosta y el labro dentado y por la forma del contorno. Mucho más se acerca M. limatula, Conr., pero Dall dice que las figuras de Conrad son demasiado angulares y realmente la que dan Tuomey y Holmes? difiere mucho de las de Conrad. La especie se distingue de la nuestra por su figura menos ancha y por el labro dentado. M. apicina var. pardalis proviene del Plioceno de Florida; M. limatula se encuentra en todas las capas, desde el Oligoceno hasta el Plioceno, y además en las aguas de South Carolina. Nuestra especie parece ser rara en Tuxtepec, encontré allí un solo ejem- plar, pero está perfectamente conservado. Marginella latior n. sp. Lam. V. Fig. 9-14. Concha pequeña, muy sólida y bastante ancha, exteriormente lisa y pu- lida; la espira es corta, baja, y se compone de tres vueltas; abertura me- dianamente ancha, casi tan larga como la concha, los lados de la abertu- ra son paralelos. El labro es muy grueso y ancho, tiene un surco detrás del reborde y un callo en el hombro detrás de aquel surco, en el interior está el labro dentado en toda su longitud. El labio es muy ancho y calloso, este callo cubre el ápice de la espira y se reune con el del labro; el límite del ca- llo en el cuerpo es oblicuo. En su cuerpo se observan cuatro pliegues obli- cuos, fuertes, de los cuales el par posterior es menos oblicuo que el ante- rior; el primer pliegue está conectado con el reborde del labro; del par pos- terior es el pliegue posterior el más largo, pero el otro más ancho, del par anterior es el pliegue anterior más fuerte y más largo. Dall, Blake Rep. IL, pág. 139, lám. 35, fig. S, 1889. Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 47, lám. 5, fig. Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 49, lám. 5, fig. Conrad, Foss. Med. Tert., pág. S6, fig. 11 (no fig. 09). Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car. pág. 130, lám. 21, fig. 10-11, 1857. LR 0NAa 46 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Dimensiones: I 11 TI IV v AM e a ES Aa 26 19 19.5 18.1 16.5 Ancho o RO 19 14 14.2 10 18 Altura de la abertura. ...... 924 16.5 17,1 17 14.5 Nuestra especie es una de las más anchas y cortas de las Marginella ame- ricanas; se asemeja hastante á M. latissima, Dall, * pero esta es todavía más ancha y más corta, tiene un labro dentado sólo en el centro, la forma y el tamaño de los pliegues es diferente y la concha en general mucho más pe- queña. No obstante de estas diferencias es el pariente más cercano de nues: tra especie. M. latissima se ha encontrado en el Plioceno de Costa Rica y en Santo Domingo. Algo se asemeja también M. precursor, Dall,? del Plioceno de Florida, pe: ro tiene el contorno menos arredondado, más vueltas, más pliegues, y el ca: llo del labio es de forma completamente diferente. Nuestra forma se descascara de manera que presenta costillas paralelas al eje, cosa que cita Dall también de M. precursor; pero estas costillas no son más que las zonas de crecimiento, y se observa lo mismo también en otras especies de Margíinella y. e. M. Dalla. M. latior es la especie más frecuente de su género en Tuxtepec, tengo siete ejemplares bien conservados además de varios completamente desgas- tados; es también la forma más grande que se encuentra en aquella locali- dad. Oliva cfr. litterata, Lam. 1841 Oliva litterata, Conrad, App. Hodge's paper, pág. 345, lám. 2, fig. 1. 1857 Strephona literata, Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car., pág. , 140, lám. 28, fig. 18. 1858 Oliva litterata, Emmons, Rep. N. Car. Survey, pág. 264, fis. 130. 1860 Strephona litterata, Holmes, Postpl. Foss. S. Car., pág. 75, lám. 11, is 1863 Dactylus Carolinensis, Conrad, Cat. Mioc. shells, pág. 568. 1890 Oliva litterata Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 44. 1899 Oliva Carolinensis, Cossmann, Paléoconch. comp., II, págs. 46, lám. 2, fig. 20-24. No tengo más que la mitad de un ejemplar de una Oliva grande, pero no dudo que ésta pertenece á Oliva litterata. Se asemeja especialmente á la figura dada por Conrad en 1841 y á la de Cossmann. Conrad corrigió su de- terminación en 1863 pero, como me parece, sin necesidad. Dall dice también 1 Guppy and Dall, Tert. Foss. Ant. Reg., pág. 308, lám. 29, fig. 11, 1897. 2 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 47, lám. 5, fig. 4. TERCIARIAS DE MEXICO. 47 que no puede distinguir la O. Carolinensis, Conr. de O. litterata. Conrad había unido con su O. Carolinensis también la Sirephona litterata de Tuo- mey y Holmes, pero ésta también es seguramente una Oliva litterata. Esta especie se conoce desde el Mioceno hasta el Postplioceno y se encuen- tra también en la costa de North Carolina así como en el mar de las Antillas. Pleurotoma (Drillia) alesidota Dall, var. magna Bose. Lam. V. Figs. 30, 31, 38 y 45. 1889 Drillia alesidota Dall, Blake Rep. Il, pág. 84. — = — var. macilenta, idem, ibid. pág. 85, lám. 36, fig. 1. 1889 — =- — — Dall, Cat. Moll. a. Brach. SE. U. $. pág. 96, lám. 36, fig. 1. 1890 — = — perspirata Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 31. Concha larga, esbelta, consistiendo de 10 vueltas, con un protoconeo de unas dos vueltas; la espira es alta y ligeramente turriculada, las vueltas son convexas y de dirección hacia adelante; están separadas por una fascio- la ligeramente cóncava á la cual acompaña una faja angosta que tiene en su borde hacia la fasciola un hilo delgado, elevado. La escultura espiral consiste de varios hilos elevados angostos, separados por intersticios más anchos; en las vueltas anteriores los hilos se hacen más anchos y los intersti- cios más angostos; en el canal vuelven á ser los hilos más angostos; la escul- tura transversal consiste de numerosas (27 en la penúltima vuelta) costillas ligeramente oblicuas que comienzan en la fasciola, donde son más fuertes, pasan sobre la vuelta y se hacen más débiles en la base; el margen de la su- tura está á veces ondulado por ellas. La abertura es larga y angosta, el seno es arredondado y no muy profundo. El labro es delgado, encorvado hacia adelante, no está angulado para el canal; el labio es sencillo con un ligero callo, más grueso en la parte posterior frente al seno; la columela es dere- cha, atenuada, y adelante algo torcida, el canal es ancho y algo recorvado. Entre el labio y la fasciola sifonal se ve en el ejemplar más grande una pe- queña depresión. Dimensiones: Longitud. Longitud de la última vuelta. Dela apertura. Ancho. I 54.5 29 23 15 mm. TI 37 sinel protoconco..... 20 16 OSA Las diferencias con la forma reciente son muy ligeras; la forma fósil tie- ne una figura algo más robusta, las vueltas son algo más cortas, la escul- tura espiral es algo más gruesa y redonda; de la var. perspectiva se distin- gue la nuestra por su fasciola algo más ancha y por su tamaño mayor, quizá bay también una diferencia en la faja entre la fasciola y la sutura. Nues- tra variedad es más grande que el tipo y que todas las otras variedades. 48 SOBRE ALGUNAS FAUNAS No conozco una especie americana que se asemeje mucho á esta forma elegante y esbelta; tampoco cita Dall una especie parecida. El tipo y la variedad macilenta de P. alesidota se encuentran en la costa atlántica de los Estados Unidos y en el Golfo de México, más ó menos en las mismas profundidades: el tipo fué recogido entre 63 y 107 brazas, la va- riedad macilenta entre 95 y 111 brazas, la variedad perpirata proviene del Plioceno de Florida. De la variedad magna encontré sólo dos ejemplares en Tuxtepec. Pleurotoma (Drillia) inaudita n. sp. Lam. V. Fig. 18-19. Concha pequeña, fusiforme, robusta, de 7-8 vueltas arredondadas, pro- toconco desconocido; una escultura espiral falta por completo con excep- ción de la fasciola anal; la escultura transversal consiste de costillas fuer- tes algo oblicuas (12 en la penúltima vuelta), éstas son bastante salientes y arredondadas, tienen la mayor altura en la mitad de la altura de la vuel- ta y están separadas por intersticios mucho más anchos. La sutura está algo ondulada por las costillas. La fasciola anal forma una constricción bastante marcada que corta casi las costillas detrás de ella. La abertura no está con- servada, parece haber sido corta y ancha con un canal corto y ancho; pa- rece que el seno no es profundo. El labro parece haber sido delgado. El labio es angosto y poco calloso, la fasciola sifonal tiene un reborde agudo pero delgado. Dimensiones: altura, 28.5mm.; altura de la abertura, 13 mm.; ancho, 14 mm. (Estas dimensiones se refieren al ejemplar figurado que no está com- pleto como se ve en la figura). Esta concha pequeña y elegante es de un tipo bastante raro entre las Pleiwrotoma de América. Su pariente más cercano es Drillia syuamosa Gabb, del Oligoceno de Haiti. * Esta se distingue sólo por la forma del labio, la fignra algo más alargada y el tamaño un poco más grande, quizá también hay menor número de cos- tillas transversales. No me parece imposible que nuestra especie sea sola- mente una variedad de P/. squamosa. Otras formas que pertenecen al mismo grupo son Drillia lissotropis, Dall, * y Drillia perpolita, Dall.* La primera se distingue principalmente por su forma más esbelta y más alargada, por las estrías espirales finísimas que se ven generalmente entre las costillas, por las costillas más numerosas y la fasciola casi imperceptible. Pero debo mencionar que la forma de los ejemplares jóvenes de Drillia lissotropis, Dall, (véase 1. c. fig. 3), se asemeja mucho á nuestra forma, mientras que 1 Guppy, Mioc. foss. Haiti, pág. 527, lám. 29, fie. 7. 2 Dall, Blake Rep. pág. 91, lám. 11, fig. 3-4, 1889. 3 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 36, lám. 2, fig. 2, 1890. TERCIARIAS DE MEXICO. 49 los adultos (l.c. fig. 4) se alejan bastante. Drillia lissotropis se encuentra viva en el Golfo de México entre 73 y 248 brazas de profundidad. Dall describe como variedad dudosa de Drillia lissotropis una forma, la que llama perpolita; me parece que esta se distingue tanto de la especie ci- tada que se deberá separarla bajo un nombre específico, de modo que yo la llamo Drillia perpolita, Dall. Esta se distingue de Drillia inaudita espe- cialmente por su forma más alargada y por la constricción menos grande producida por la fasciola anal. La semejanza más grande se encuentra en la ornamentación, particularmente en la falta de estrías espirales. D. per- polita se encuentra en el Plioceno de Florida. Una especie que pertenece al mismo grupo es Drillia Verrilli, Dall,* que vive en el Golfo de México; esta difiere de D. lissotropis que para mí es el ti- po del grupo, por su tamaño más pequeño, sus vueltas más bajas, sus costi- llas más fuertes y por la ausencia de estrías espirales. Este último carácter la acerca á nuestra forma, de la cual se distingue por su figura más alarga- da y menos robusta y por el mayor número de costillas. Encontré un solo ejemplar de nuestra especie en Tuxtepec. Conus Agassizi, Dall, var. multiliratus, Bose. Lám. V. Fig. 34-38. 1886 Conus Agassizi, Dall, Blake Rep., I, lám. 9, fig. 3, 84. 1889 — = Dall, Blake Rep., Il, pág. 68. 1889 — — Dall, Cat. Moll. a. Brach. SE. U. $S., pág. 94, lam. OL SSA Concha pequeña, forma de huso, componiéndose de 10 vueltas y un nú- cleo de 2 (2) vueltas. La espira es elegantemente cónica, sin adorno espiral pero con numerosas estrías finas de crecimiento; la quilla es lisa, la sutura muy distinta, casi canaliculada. La última vuelta está cubierta con nume- rosas (20) costillas espirales arredondadas, separadas por surcos más angos- tos. La abertura es larga y angosta; el labro es delgado, encorvado hacia adelante, el seno profundo y arqueado. Dimensiones: I 11 111 AU O 98.5 25 20? mm. IN e SA 15.5 12.5 10 Nuestra especie corresponde bastante bien á los individuos jóvenes del tipo, pero se distingue de los ejemplares adultos principalmente por los sur- cos en la última vuelta; mientras que C. Agassizi está surcado sólo en la parte anterior de la última vuelta, ésta está en nuestra variedad completa- 1 Dall, Blake Rep. pág. 93, lám. 11, fig. 2. 1889. 50 SOBRE ALGUNAS FAUNAS mente cubierta por los surcos. En la fig. 8? de Dall parece ser indicado que la quilla tiene incisiones, pero en la descripción el autor no dice nada so- bre esto, sino menciona solamente manchas de color pardo rojizo. Como no hay diferencias más grandes que éstas creo que debemos considerar nuestra forma sólo como una variedad fósil de (. Agassizi, Dall. Este fué encon- trado hasta ahora solamente vivo en el Golfo de México y á una profundi- dad entre 10 y 115 brazas. Nuestra forma parece pertenecer el grupo de los Conus surcados de las Antillas como €. planiliratus, Sowerby,* y €. gracilissimus Guppy, * pero se distingue del primero por la espira más alta y las costillas más redondas, del segundo por la figura más ancha, más robusta y por la espira más de- primida y lisa. Más se acerca á nuestra especie todavía Conus Burckhardti mihi que se distingue por la espira más alta y más esbelta, por la forma más larga, las costillas planas y los tubérculos que se encuentran en el margen de estas costillas en la parte anterior de la última vuelta. Algo se asemeja Conus cruzianus, Dall,? del Terciario (Plioceno) de la isla de Santa Cruz en las Indias Occidentales, pero se distingue luego por su espira más baja con vueltas convexas. Dall compara su €. Agassizi con C. Peali, Green y C. pygmaeus Reeve creyendo primero que fuera una forma de transición que reuna las dos espe- cies; pero no tenía más que un ejemplar joven. La mayor parte de los Conus surcados citados se conocen del Oligoceno de las Antillas, el Conus Burkhardti se encuentra en el Plioceno de Tuxte- pec; éste y la variedad aquí descrita forman la transición al tipo de C. Agas- sizd, Dall. O. Agassizi var. multiliratus no es muy raro en Tuxtepec, he encontrado tres ejemplares casi completos, y varios más que están menos bien conser- vados. Conus Burckhardti n. sp. Lám. V, fig. 39-40. Concha alargada, forma de huso, compuesta de 9 vueltas y un núcleo de 2 vueltas, con espira medianamente elevada y cónica. La espira no tiene más adorno que una línea apenas visible casi en el centro entre la quilla y la sutura. Las primeras tres vueltas de la espira están adornadas con pe- queños gránulos ó costillas transversales, las otras son lisas con excepción de finas estrías de crecimiento; la quilla es marcada y está granulada en las primeras 4 vueltas mientras que en las otras está lisa. La última vuelta está 1 Sowerby. Foss. shells San Domingo, pág. 44, 1850. Guppy. Tert. Moll. Jamaica, pág. 287, lám. 16, fig. 7, 1866. 2 Guppy, Tert. Moll. Jamaica, pág. 288, lám. 16, fig. 4, 1866. 3 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 25, lám. 5, fig. 12. TERCIARIAS DE MEXICO. 51 cubierta de 20-25 costillas planas separadas por surcos angostos, en los cua- les se ven perfectamente las estrías de crecimiento; en la mitad anterior de esta vuelta se ven en el margen posterior de cada costilla un gran número de granulaciones. La abertura no está conservada, pero debe haber sido alargada y angosta. Dimensiones: altura, 25 mm.; ancho, 10 (2) mm. Esta especie se acerca mucho á la que hemos descrito antes, pero se dis- tingue de aquélla por su figura más alargada y esbelta, la espira más alta con adornos en la parte posterior, por las costillas anchas y planas con gra- nulaciones en el margen posterior (en la parte anterior de la última vuelta). La forma de las costillas pone esta forma en la vecindad de C. planilira- tus, Sow.,* pero éste se distingue por su figura más robusta y la espira más corta. Por la forma se asemeja nuestra especie todavía más á €. gracilissi- mus, Guppy, * el cual se distingue principalmente por la quilla adornada con tubérculos. 4 Parece que nuestra especie pertenece á un grupo que tuvo, en América á lo menos, su desarrollo más grande en el Oligoceno, pero que se continúa hasta la actualidad donde está representado por el €. Agassizt, Dall. Noencontré más que un ejemplar de €. Burckhardti en Tuxtepec. Conus Scaliae n. sp. Lam. V. Fig. 41-43. Concha pequeña, forma de huso, compuesta de 6 vueltas y un protocon- co de probablemente 3 vueltas. La espira es medianamente alta, la quilla está adornada con gránulos, la superficie de la espira no tiene otros ador- nos. La sutura está casi invisible, no canaliculada sino formando sólo una línea delgada que por las granulaciones de la quilla parece algo ondulada. En la última vuelta vemos en la parte anterior unas nueve costillas espira- les, bajas, redondas, apenas perceptibles. La abertura es larga y angosta, el labro delgado y sencillo (no completamente conservado). Dimensiones: altura, 16mm.; ancho, 7.2 mm. Nuestra forma se parece por su adorno á €. solidus? y €. stenostoma* pe- ro se distingue luego por su forma y la altura y ornamentación de estas es- pecies. Encontré un solo ejemplar en Tuxtepec. 1 Sowerby, Foss. shells San Domingo, pág. 44, 1850. Guppy, Tert. Moll. Jamaica, pág. 287, lám. 16, fig. 7, 1866. 2 Guppy, Tert. Moll. Jamaica, pág. 288, lám. 16, fig. 4. 3 Sowerby. Foss. shells San Domingo, pág. 45, 1850. Guppy. Tert. Moll. Jamaica, pág, 287. lám. 16, fig. 1, 1866. 4 Sowerby, loc. cit. pág. 45, 1850. Guppy, loc. cit. pág. 287, lámina 16, fig. 2, 1866. 52 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Conus cfr. verrucosus, Brug. Lám. V. Fig. 43-44. El ejemplar que comparo con Conus verrucosus, es sólo un fragmento que se distingue por una espira con quilla adornada de tubérculos, mientras que la última vuelta tiene numerosos gránulos que forman tanto líneas es- pirales como líneas transversales, elegantemente encorvadas; estas últimas corresponden á la dirección de las líneas de crecimiento. La abertura es angosta y alargada, el seno poco profundo, el labro es sencillo, delgado y arqueado hacia adelante. He comparado esta especie con C. verrucosus especialmente por la orna- mentación de su última vuelta. No encontré en Tuxtepec más que un ejem- plar mal conservado. ALGUNAS ESPECIES DE LA DIVISION RIO COATZACOALCOS DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC. LAMELLIBRANCHIATA Amussium (Propeamussium) pourtalesianum Dall. Lam. I. Fig. 12-15. 1886 Dall, Blake Rep. I, pág. 211, lám. 4, fig. 3, lám. 5, fig. 12, con sino- nimia. 1889 Dall, Cat. Moll. a. Brach. SE. U. $., pág. 34, lám. 4, fig. 3, lám. 5, - fig. 12. Concha pequeña, delgada, transparente, suborbicular, algo oblicua, po- eo convexa, en el lado exterior cubierta con finas estrías concéntricas, en el interior adornada con 9 costillas radiantes, altas y delgadas, que co- mienzan como hilos finos cerca de la charnela, se ensanchan y se hacen más gruesas hacia el borde cerca del cual terminan en forma de masa, la oreja posterior es corta, la anterior está destruida. Dimensiones: altura, 15 mm.; ancho, 14.5 mm,; grueso, 2mm. A nuestra especie se asemeja principalmente el 4. lucidum, Jeffr. pero se distingue por su mayor tamaño y su forma más larga y oblicua; 4. luci- dum se conoce del Atlántico oriental y 4. pourtalesianmum del mar de las In- dias Occidentales. jonocemos algunos parientes de nuestra forma en el Terciario, especial mente en el Eoceno, como ÁAmussúum squamula, Lam.' y Amussíum Alaba- 1 Harris, Lignitic stage, I, pág. 236 (44), lám. 7, fig. 2, 2a. 3, 1897. TERCIARIAS DE MEXICO. 53 mensen, Aldr.' pero las dos formas son mucho más pequeñas que nuestra forma y mucho menos oblicuas. Nuestra forma es la conexión entre los Pro- peamussium del Eoceno y las especies recientes. Localidad: Km. 124 del Ferrocarril de Tehuantepec. Limopsis Aguilari n. sp. Lam. I. Figs. 11, 16. Concha relativamente grande para el género, moderadamente convexa y muy oblicua, con un margen de charnela corto y recto y una área liga- mentaria triangular, baja, interrumpida en el centro por una foseta trian- gular angosta para el ligamento. El margen dorsal derecho es menos de un quinto de la circunferencia de la concha, el margen posterior es muy obli- cuo, el margen ventral es arredondado. El umbón es poco prominente. La concha está adornada con líneas radiantes y concéntricas. El ornamento ra- dial consiste de incisiones finas, el concéntrico de ondula siones muy débiles. Las líneas radiantes se pierden en el umbón; en los márgenes, especialmente el margen posterior, ganan en fuerza. La charnela consiste de una lámina derecha y angosta con ocho dientes adelante de la foseta ligamentaria y 4 atrás, que aumentan en tamaño desde la foseta, sólo el último es más pe- queño. Dimensiones: altura, 15 mm.; ancho, 14.5 mm. (?); grueso, 4mm. Nuestra forma se asemeja á L. plana, Verrill” especialmente por la for- ma, su área ligamentaria ancha y su ornamentación; pero se distingue por su Charnela, el contorno es más oblicuo y el borde de la charnela más corto. En el Terciario de América hay muy pocas especies del género Limopsis y éstas pertenecen todas al Eoceno y Oligoceno. Guppy describió del Oli- goceno de Trinidad una Limopsis subangularis? que se acerca algo á nues- tra especie pero sólo en su carácter general porque en los detalles se distin- gue por completo; su contorno es menos oblicuo, su umbón más fuerte, los dientes son diferentes, etc. Limopsis Aguilari n. sp. se encuentra en dos localidades, el ejemplar más completo lo encontré en la estación Santa Lucrecia (Km. 127) del Ferroca- rril de Tehuantepec, inmediatamente detrás del edificio de la estación, mien- tras que otro ejemplar roto proviene del Km. 136. 1 Harris, Midway Stage, pág. 162 (48) lám. 2, fig. 3, 1896. 2 Verrill, Moll. of New England Coast. pág. 441, 1885. Bush, Blake Rep. pág. 240, lám. 2, fig. 19, 20, 1893. 3 Guppy and Dall, Tert. Foss. Ant. Reg. pág. 325, lám. 30, fig. 2, 1897. 54 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Astarte opulentora, Dall. Lám. 1 Figs. 13, 14, 17, 18. 1903 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 1494, lám. 57, fig. 11. Concha pequeña, arredondada, atrás más ancha que adelante; umbones pequeños, bajos, generalmente algo corroídos y recorvados algo hacia ade- lante; la lunula es corta, lanceolada, ligeramente deprimida; el escudo es más largo, más angosto, y limitado por una quilla en el lado exterior; las valvas son moderadamente convexas, arredondadas abajo y adornadas con- céntricamente con 35-40 costillas redondadas y surcos poco profundos que se pierden algo hacia el margen posterior; las costillas y los surcos cambian generalmente en fuerza. Las costillas están divididas en su parte más alta por un surco débil y además están onduladas por numerosas estrías concén- tricas. En lo general son los surcos de primer orden más angostos que las costillas, sólo en la región de los umbones son aquellos más anchos. La char- nela es normal, la lamela de la charnela angosta, los márgenes interiores están fuertemente crenados, pero en ejemplares un poquito desgastados falta el borde crenado. Dimensiones (de una valva): 1 11 TI IV v Aura 19 19 el 10 iS AM CO: 13 15 13 11.5 SN (CHAO: voobesdos 39.5 4 3.5 3 sn Cuando determiné por primera vez los fósiles terciarios del Istmo de Te- huantepec me quedé sorprendido de no encontrar entre mis especies la 4s- tarte ¡Smithii, Dal, que fué citada por Spencer' de una localidad (Kil. 124) donde la forma más frecuente es una Ástarte. Más tarde encontré que Dall se había equivocado en la determinación de esta especie la que describió en 1903. A. Smithii? se distingue de nuestra forma particularmente por la forma del umbón, que está más encorvado ha- cia adelante, por el menor número de costillas, por el mayor ancho de los Surcos y por su tamaño menor. Dall no menciona en su descripción de nues- tra especie que las costillas están divididas y cubiertas por estrías finas con- céntricas (lo que es aparentemente también el caso en A. Smithii), pero en su figura se nota este detalle. La 4. nana, Jeffr.* se asemeja más á nuestra forma por su umbón más derecho, pero se distingue por su forma más triangular y menos ancha pos: 1 Spencer, Great changes of level, 1898, pág. 24. 2 Dall, Blake Rep. L, pág. 259, lám. 7. fig. 5a, 5b, 1886. 3 Dall, Blake Rep. l, pág. 261, lám. 7, fig. 6, 6a. TERCIARIAS DE MEXICO. 55 teriormente. Dall compara también 4. lens, Stimps. con nuestra especie, pero se distingue por su forma más ancha, menos arredondada, tiene me: nor número de costillas y los surcos más anchos. 4. lens nunca fué descrita y Dall' la identificó últimamente con A. subaequilatera Sowerby y descri- bió una variedad nueva. A. opulentora es una de las especies más comunes en Km. 124 del Ferro- carril de Tehuantepec, encontré ocho ejemplares bien conservados y ocho rotos, además vi fragmentos de muchos en el terreno; Dall cita la especie también de Km. 70. GASTROPODA. Dentalium rimosum n. sp. Lám. III. Fig. 1. Concha notablemente robusta y sólida, moderadamente encorvada, igual- mente en toda su longitud; la superficie está adornada con costillas aplas- tadas, longitudinales, que tienen de centro á centro una distancia de un mi- límetro; los intersticios son surcos marcados con lados perpendiculares y el fondo horizontal; más ó menos en la mitad de la concha empieza la mayor parte de las costillas á bifurcarse, pero algunas empiezan ya en una parte más posterior, otras más adelante y otras quedan enteras hasta donde se nota que ha habido una interrupción de crecimiento, en cambio empiezan allí unas costillas no divididas que en la parte posterior ya se habían bifur- cado. Numerosas líneas finas algo elevadas y un poco irregulares forman una escultura transversal. Tanto la parte posterior como la anterior tienen un corte completamente circular. Dimensiones de un fragmento: longitud, 86 mm.; diámetro posterior, 5 mm.; diámetro anterior, 12.5 mm. Dall* ha comparado esta especie con su Dentalium megathyris? y real- mente se le asemeja bastante, pero se distingue según la descripción de Dall por el corte anterior más oblicuo, el mayor encorvamiento en la parte posterior y la bifurcación uniforme de las costillas en la mitad de la con- cha en D. megathyris. Además me parece que la especie del Istmo de Te- huantepec es todavía más esbelta y elegante. También se acerca algo D. ceras, Watson* pero tiene las costillas menos planas. Nuestra especie es una de las más bonitas de todo el género y es notable porque se acerca á una especie del Pacífico, el D. megathyris que fué en- 1 Dall, Syn. Astart., pág. 938, 948, lám. 62, fig. 7-12, 1908. 2 Dall en Spencer, Great changes of level, pág. 24, 1898. 3 Dall, Prel. Rep. Expl. Albatross, pag. 293, lám. 9, fig. 1 (la figura es muy defectuosa). 4 Watson, Chall. Gastr. pág. 3, lám. 1, fig. 4, 1885. 56 SOBRE ALGUNAS FAUNAS contrado cerca de las Islas Galápagos, cerca de Chiloe Island y al S. W. de Chile. Nuestra especíe es bastante común entre Km. 125-124 del Ferrocarril de Tehuantepec, Dall la cita también de Km. 70. En Kil. 136 se encuentran algunos Dentaliuwm más, pero encontré sola- mente fragmentos pequeños, de modo que una determinación no es posible. Natica (Lunatia) heros, Say. Lam. III. Fig. 30. 1841 (1870) Lunatia heros, Gould, Inv. Mass. ed. Binney, pág, 338, fig. 608. 1889 = — Dall, Cat. Moll. a. Brach. SE. U.S.. pág. 154, let Bal, die al y TL, 1899 — — Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 373. Concha relativamente grande de cinco vueltas con estrías distintas de crecimiento; las vueltas son muy convexas, un poco aplastadas en la parte posterior, de modo que la espira baja presenta un aspecto algo escalonado; la sutura está bien marcada; la abertura no está conservada pero debe ha- ber sido oval; el labio poco calloso pasa sobre un lado del ombligo, se ex- tiende lateralmente y cubre una parte de la concha cerca de la abertura. El ombligo es relativamente angosto, arredondado sin costillas y muy pro- fundo. Altura de uno de los ejemplares: 24 mm. Los ejemplares recogidos por mí no son muy grandes, pero he visto frag- mentos mucho más grandes. No dudo que mis ejemplares sean idénticas con V. heros, se distinguen por su ombligo liso de V. interna, Say, y de NW. Caroliniana, Conr. por su espira escalonada. Encontré dos ejemplares en el km. 136 del Ferrocarril de Tehuantepec, Natica canrena, Linné. Lám. III. Fig. 25. Algunos ejemplares de una Vatica s. s. no me parecen distinguirse de la NV. canrena, L., más que por el tamaño, pero se trata seguramente de indivi- duos jóvenes. La concha es pequeña, el ombligo muestra unas costillas in- ternas así como en NV. canrena sólo menos desarrolladas, la superficie está cubierta de estrías de crecimiento. E Dall cita de Km. 70 del Ferrocarril de Tehuantepec también una Vatica semejante á NV. canrena, quizá se trata de cosa igual. He encontrado dos ejemplares en Km. 136 y uno en Km. 124 del Ferro- carril de Tehuantepec. TERCIARIAS DE MEXICO. 57 Natica sulcatula n. sp. Lam. [IL Fig. 26-27. Concha pequeña de forma oval, frágil, consistiendo de cuatro vueltas; la espira es cónica, poco elevada, la sutura es distinta, ligeramente canalicu- lada; las vueltas son poco convexas (en la espira), la última es muy grande, la abertura de forma semilunar; el labio cubre casi todo el ombligo, espe: cialmente la parte superior; el labio tiene allí donde cubre el ombligo dos pequeños tubérculos, el ombligo es angosto y profundo. En la parte poste- rior de todas las vueltas se observan cerva de la sutura surcos angostos, po- co profundos, transversales, asemejándose los intersticios á costillas planas transversales; hacia la parte anterior se borran los surcos. Dimensiones: altura, 11mm.; ancho, 9 mm. Nuestra especie se asemeja por su forma y el labio grandeá Lunatia nana, Sars,* pero parece que el labio de esta última especie cubre todo el ombli- go. También se acerca á NV. hemicrypta, Gabb, * pero en esta parece el labio ser más pequeño y cubrir menor parte del ombligo; lo mismo es el caso con N. eminuloides, Gabb, que Dall* toma como sinónimo de V. hemicrypta, pe- ro la que Harris* distingue. Además se distinguen todas estas especies por la falta de los surcos transversales en las vueltas. Encontré tres ejemplares en el Km. 136 del Ferrocarril de Tehuantepec. Sigaretus mexicanus n. sp. Lam. TIL Fig. 28-29. Lam. V. Fig. 32. Concha pequeña componiéndose de cuatro vueltas, de las cuales son dos del protoconco liso; la última vuelta es muy grande y tiene la abertura gran- de, oval y oblicua; el labio es angosto y poco calloso, un ombligo no existe. La escultura consiste de hilos obtusos, rugosos, espirales; entre dos más an- chos se encuentra siempre uno más fino, los intersticios son del tamaño de los hilos anchos; toda esta escultura está ondulada por las líneas de creci- miento. Dimensiones: altura. 9 mm.; ancho, 3.5 mm. Esta conchita elegante se parece algo á S. chipolanus, Dall,? pero se dis- gue por su labio angosto y probablemente por su ornamentación. Encontré un solo ejemplar en el Km. 124 del Ferrocarril de Tehuantepec. 1 Verrill, Cat. Moll., pág. 516, lám. 42, fig. 9, 1882. 2 Whitfield, Moll. a. Crust. New Cersey, pág. 118, lám. 22, fig. 1-5, 1894. 3 Dal, Tert. Fauna of Florida, pág. 371, 1892. 4 Harris, Neocene Moll. of Texas, pág. 24 (106), lám. 4 (10), fig. 18, 1895. 5 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 379, lám. 17, fig. 7, 1892. 58 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Dalium Dalli n. sp. Lam. IV. Fig. 7-8. 21898 Dalium aff. solidum, Dall en Spencer, Great changes of level, pág. 24. Concha robusta, sólida, con espira obtusamente aguda. La sutura es mar- cada, ligeramente canaliculada. La escultura se compone de arrugas trans: versales y en distancias irregulares que serán señales de crecimiento, y de costillas espirales delgadas: de estas últimas se encuentran en la penúltima vuelta 11 en frente del margen sutural y éstas están separadas de un hilo sencillo por un surco ancho y poco profundo, en anchura igual á dos de las costillas anteriores y sus intersticios correspondientes. En la última vuelta se ven unas 35 costillas anchas con la superficie plana, separadas por surcos mucho más angostos que las costillas; éstas están separadas por un surco ancho y poco profundo de 2á 3 hilos que quedan cerca de la sutura; todas estas muy uniformes. La abertura debe haber sido relativamente pequeña, en nuestro ejemplar se encuentra sólo el comienzo del labro que debe haber sido sencillo y poco grueso; en la última vuelta se observan dos bocas ad- venticias Ó varices marcadas y altas; según éstas el canal debe haber sido corto, ancho y casi derecho. El labio calloso, liso, bastante extendido ade- lante de la abertura cubre la mitad interior de la columela; esta es lisa y torcida; como ya lo dice Dall la faja antesutural hace suponer la existencia de un seno pleurotomoide, pero éste seguramente no existe. Nuestra forma se asemeja bastante á Dalium solidum' pero se distingue desde luego por el mayor número de costillas espirales, por el surco ante- sutural de corte más rectángular y la espira más corta. Es muy difícil colocar el género Dalium; Dall mismo lo compara con Oóocorys Fischer* y es cierto que tiene una semejanza grande con éste, espe- cialmente en cuanto á la forma de la columela, el labio, la ornamentación, etc., pero Dall lo compara también con Liomesus y es verdad que la colume- la y la abertura son casi como en Liomesus. Cossmann* no decide tampoco la posición de nuestro género, pero parece que inclina á juntarlo con Lio- mesus. Decididamente tanto él como Dall lo separan de Cassis (Sconsia) y como yo creo con justicia. La presente forma es la primera especie fósil de su género; parece ser bastante rara; yo no encontré más que un ejemplar en el Km. 136 del Fe- rrocarril de Tehuantepec; Spencer encontró probablemente otro en Kil. 124. 1 Dall, Blake Rep., IL, pág. 230, lám. 19, fig. 10d. 2 Fischer, Man. Conch, pág. 769, fig. 5836, 1887. 3 Cossmanmn, Paléoconch. comp., V. pág. 122, 19083. TERCIARIAS DE MEXICO. 59 ?Trophon isthmicus n. sp. Lam. IV. Fig. 1417. Concha de tamaño mediano, forma fusoide algo abultada, escalonada, compuesta de 5-6 vueltas, la espira es bastante corta, las vueltas son con- vexas y angulosas, la sutura es lineal; la última vuelta es muy grande. La ornamentación consiste de nódulos, transversalmente alargados en la penúl- tima vuelta y además de hilos delgados sobresalientes espirales (11 en la penúltima vuelta); en los nódulos los intersticios entre los hilos espirales son más anchos que cerca de la sutura; en la última vuelta los hilos se ha- ceh muy débiles en la parte anterior. El labro no está conservado, la aber- tura tampoco, pero debe haber sido oval con un canal algo alargado, el la- bio es algo calloso y liso, la columela es lisa y torcida. He puesto provisionalmente esta especie en el género Zrophon, porque no tengo ejemplar completo á mi disposición y la forma se asemeja bastan- te á formas como Zrophonopsis; ejemplares completos tendrán que decidir sobre el género. Encontré varios ejemplares de esta especie en el Km. 136 del Ferrocarril de Tehuantepec. Oliva subplicata n. sp. Lám. V. Fig. 16-17. Concha pequeña cilíndrica con espira cónica muy baja; las vueltas son cuatro y un protoconeo de 2 (?) vueltas con un núcleo obtuso; la sutura es- tá fuertemente canaliculada; en la columela se ven en la parte anterior cua- tro pliegues fuertes oblicuos, en el resto seis á siete pliegues menos fuertes, el último está á poca distancia de la ranura sutural; la abertura es angos- ta cerca de la sutura lineal, pero ensanchándose algo anteriormente, pro: fundamente escarbado en la base; el limbo basal es calloso. Dimensiones: altura, 7 mm.; ancho, 3.2 mm. Cuando encontré los primeros ejemplares creí haber hallado Olivella mu- tica, pero limpiando un individuo vi que era probablemente una Oliva. No ignoro que es muy difícil distinguir ejemplares fósiles de Oliva y Olivella, porque los distintivos se refieren á la anatomía del animal. la existencia de un opérculo, etc., mientras que nosotros no tenemos más que la concha. Las diferencias entre las conchas de Oliva y Olivella no son ni muy gran- des ni muy constantes, pero siempre pueden servir para la distinción de los dos géneros; los dos caracteres más importantes son para mí la menor al- tura de la espira de Oliva y la presencia de los pliegues parietales en la co- lumela de este género; lo que Cossmann cita además de esto, es decir, la excavación de la columela abajo de los pliegues y la existencia de una zona menos lustrosa abajo del limbo basal en O/ívella, puede ayudar en la de- terminación del género pero es menos importante y menos seguro. 60 SOBRE ALGUNAS FAUNAS O. subplicata tiene bastante semejanza con Oliva plicata, Guppy*' del Oli- goceno de Jamaica, pero se distingue por su espira mucho más baja y su menor tamaño. Por lo mismo se distingue también de O. /itíerata, Lam,, especialmente por su forma pequeña. No creo que mis ejemplares sean in- dividuos jóvenes, porque he encontrado en todas partes sólo indivduos de este tamaño de nuestra especie; O. subplicata no es de ningún modo raro, sino uno de los fósiles más frecuentes, pero generalmente se rompen los ejemplares entre las manos del colector; al presente no tengo más que cua: tro ejemplares que recogí en la división Río Coatzacoalcos, cerca de la fin- ca Santa Rosa, estación del Ferrocarril de Veracruz al Pacífico. Pleurotoma (Surcula) veracruzana n. sp. Lam. V. Fig. 20-21. - Concha pequeña, cónica, turriculada, semejante á un tornillo, el proto- conco de pocas vueltas. Las vueltas son seis, muestran una quilla adornada para atrás con una cresta dentada, fuera de esto no hay más ornamentación que un hilo espiral al lado de la sutura; este hilo es bien visible en la últi- ma vuelta, y separa allí la parte lisa de la parte anterior que está espiral- mente estriada. La abertura no está conservada, pero debe haber sido trian- gular y tenido un canal algo alargado; el seno debe haber estado (según las estrías de crecimiento) entre la quilla y la sutura y haber formado un semicírculo no muy profundo; el borde de la columela es delgado y liso. Altura del fragmento: 11 mm. Nuestra forma se asemeja algo al grupo que Dall distingue bajo el nom- bre de Ancistrosyrine” pero se distingue por la sencillez de la ornamenta- ción. Encontré un solo ejemplar en Km. 136 del Ferrocarril de Tehuantepec. Pleurotoma (Sarcula) Angermamni. n. sp. Lám. V. Fig. 22-25. Concha pequeña, alargada, turriculada, de seis vueltas. La espira es bas- tante larga; las vueltas tienen una quilla que en la última y penúltima vuelta está lisa, en las otras granulada; en el lado anterior las granulacio- nes están limitadas por un hilo espiral elevado. La sutura es clara, algo ca- naliculada; el borde sutural de la vuelta está adornado con una corona de eránulos que se pierden en las dos últimas vueltas, donde queda sólo un borde elevado. En la última vuelta vemos además del hilo que limita el lado anterior de las granulaciones de la quilla, dos hilos elevados, espirales, y 1 Guppy and Dall, Tert. Foss. Ant. Reg., pág. 308, lám. 30, fig. 12, 1897. 2 Dall, Blake Rep. Il, pág. 77, 1889. TERCIARIAS DE MEXICO. 61 en la parte anterior unos ocho hilos espirales menos fuertes que los últimos dos. La abertura no está conservada, pero debe haber sido triangular con un canal algo alargado, el seno (según las estrías de crecimiento) debe ha- berse encontrado en forma de semicírculo entre la quilla y la sutura. El borde columelar es liso y está separado por un surco fino, oblicuo, de la or- namentación de la última vuelta. Altura de los fragmentos: 13 y 14mm. Nuestra forma pertenece á aquel grupo que Bellardi ha reunido bajo el nombre de Clinura y que es conocido del Mioceno y Plioceno de Europa. De América no conozco un tipo semejante. Encontré dos ejemplares en el Km. 136 del Ferrocarril de Tehuantepec. Pleurotoma (Borsonia?) zapoteca n. sp, Lám. V, fig. 26-27. Concha pequeña, alta, coniforme, componiéndose de 6 vueltas y un pro- toconco (mal conservado); las vueltas tienen una quilla granulada, en la última las granulaciones se están perdiendo algo; además de unas estrías es- pirales sumamente finas no se ve ornamentación en las vueltas; la sutura es bien distinta. La abertura no está conservada pero debe haber sido trian- gular alargada con un canal no muy largo, el seno (según las estrías de cre- cimiento) se encuentra entre la quilla y la sutura. La columela tiene un pliegue oblicuo. En realidad se colocaría esta especie entre Borsonia y Rouaultia, por- que en su exterior se asemeja más á Rouaultia, mientras que el pliegue de la columela y el seno son más semejantes á los de Borsonia; pero debo con- fesar que la subdivisión en grupos ó secciones de esta clase no me parece de mucha importancia, porque es imposible sostenerlos para los fósiles en los cuales se borran muchos de los caracteres que nos sirven para distinguir formas recientes; además, con cada localidad nueva se borran más los lími- tes entre las secciones y los subgéneros, de modo que ya ahora nos encon- tramos frente á un sinnúmero de grupos, subgéneros y géneros de un valor muchas veces muy dudoso. Según me es conocido no hay especie semejante descrita en América; en- contré un sólo ejemplar en el Km. 136 del Ferrocarril de Tehuantepec. Pleurotoma (Borsonia?) Scaliae n. sp. Lam. V. Fig. 28-29. Concha pequeña robusta, coniforme en escalones, que se compone de 47 vueltas, protoconeo desconocido; las vueltas tienen una quilla que en las primeras vueltas está adornada de gránulos, en las últimas es lisa; entre la eranulación y la sutura se ven en la parte anterior de cada vuelta dos hilos finos espirales; en la base se ven unos doce hilos elevados muy delgados, No 22.—8 62 SOBRE ALGUNAS FAUNAS espirales; además de esta ornamentación se ven sólo estrías de crecimiento. La abertura no está conservada, pero debe haber sido subtrigonal; las es- trías de crecimiento indican que el seno poco profundo haya estado entre la quilla y la sutura. En la columela hay un pliegue alto pero delgado. Esta forma se acerca á Pl. zapoteca, pero tiene la espira más baja y la ornamentación diferente. Encontré un solo ejemplar en Km. 136 del Ferrocarril de Tehuantepec. OBSERVACIÓN GENERAL. Todo el grupo de Pleurotoma que está descrita en las últimas páginas se puede dividir en dos secciones, una con columela lisa, la otra con un plie- gue en la columela; el seno está en todos los ejemplares entre la sutura y la quilla; en las dos últimas especies parece el seno ser algo menos profun- do y más oblicuo. Ya he dado á entender que la forma de las dos últimas especies no se parece á Borsonia sino más á Rouaultia; quizá tenemos aquí un subgénero nuevo de la forma de Rouaultia con seno entre la quilla y la sutura y un pliegue en la columela. SOBRE ALGUNAS FAUNAS TERCIARIAS DE MEXICO. SEGUNDA PARTE. LA FAUNA PLIOCÉNICA DE LA BARRANCA DE SANTA MARIA TATETLA, VER. Lista DE LAS ABREVIATURAS DE LA LITERATURA CITADA EN ESTE TRABAJO. Agassiz, Rev. Ech.—Agassiz, A., Revision of the Echini. En “Tllustrated catalogue of the Museum of Comparative Zoology at Harvard Col- lege.?? Cambridge, Mass. 1872-1873. Bóse, Fauna terc. Méx.—Bose, E., Sobre algunas faunas terciarias de Mé- xico. Bol. d. Inst. Geolog. de México. Núm. 22, 1905, primera parte. Conrad, Cat. Mioc. shells.—Conrad, T. A., Catalogue of the Miocene shells of the Atlantic slope. Proc. Acad. Nat. Sci. Philadelphia 1862 (1868). — App. Hodge's Paper.—Conrad, T. A., Description of new shells. En “J. F. Hodge, Observations on the Secondary and Tertiary for- mations of the Southern Atlantic States.?? Am. Journ. Sci. a. A. XLI. 1841. —— Foss. Tert. Form.—Conrad, T. A., Fossil shells of the Tertiary Formations of North America. Republication by G. D. Harris. Washington, 1893. == Foss, Med. Tert.—Conrad, T. A., Fossils of the Medial Tertiary of the United States, with an introduction by W. H. Dall. Repu- blication, Phiiadelphia, 1893. Cossmann, Paléoconch. comp. —Cossmann, M., Essais de paléoconchologie comparée: I—V, Paris, 1895-1903. Dall, Cat. Moll a. Brach SE. U. S.—Dall, W. H., A preliminary Catalo- gue of the shell bearing marine mollusks and brachiopods of the south-eastern coast of the United States, with illustrations of many of the species. Bull. U. S. Nat. Mus. No. 37, 1889. —— Tert. Fauna of Florida.—Dall, W. H., Contributions to the Ter- tiary fauna of Florida with special reference to the Silex beds of Tampa and the Pliocene beds of the Caloosahatchie River. Wagner Free Inst. III, 1890-1903. 64 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Emmons, Rep. N. Car. Survey. —Emmons, E., Report on the North Caroli- na geological Survey. Raleigh 1858. Gould, Inv. Mass. ed. Binney.—Gould, A. A., Report on the Invertebrata of Massachusetts, 2nd. edition by Binney, Boston, 1870. Heilprin, Tert. Ostr.—Heilprin, A., North American Tertiary Ostreidae. En “A review of the fossil Ostreidae of North America, etc.?? by Ch. A. White. 4th. Ann. Rep. U. S. Geol. Surv. for 1882-1883 (1884). _—-= West Coast of Florida. —Heilprin, A., Explorations on the West Coast of Florida and in the Okeechobee Wilderness. Wagner Free Inst. Sci. Trans., Philadelphia, I, 1887. Holmes, Postpl. Foss. S. Car. —Holmes, F. S., Post-pleiocene fossils of South Carolina. Charleston 1858-1860. Orbigny, Moll. Cub.—Orbigny, A. D”, Moluscos (de Cuba). En “Historia física, política y natural de la Isla de Cuba”” por Ramón de la Sa- era. II parte, Tomo V, 1845. Ravenel, Foss. Org. Rem. Eoc. S. Car.—Ravenel, E., Description of some new species of fossil organic remains, from the Eocene of South Carolina. Proc. Acad. Nat. Sci. Philadelphia 11, 1844-45 (1846). Spencer, Great changes of level. —Spencer, J. W., Great changes of level in México and the Interoceanic connections, Bull. Geol. Soc. Ame- rica IX, Rochester, 1888. Tryon, Man. Conch.—Tryon, G., Manual of Conchology, Structual and Systematic. Philadelphia. Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car.—Tuomey, M. and F. S. Holmes, Pleiocene fossils of South Carolina. Charleston 1857. Verrill, Inv. An. Vineyard Sd.—Verrill, A. E., Report upon the Inverte- brata animals of Vineyard sound and the adjacent Waters, with an account of the physical characters of the region. First Rep. U. S. Comm. of Fish and Fisheries. Washington, 18783. Whitfield, Moll. a. Crust. New Jersey. — Whitfield, R. P., Mollusca and Crustacea of the Miocene Formations of New Jersey U. S. Geol. Survey Monogr. XXIV, 1894. OBSERVACIONES ESTRATIGRAFICAS Y TECTONICAS SOBRE LA BARRANCA DE SANTA MARIA TATETLA. Santa María Tatetla es un pueblo de indígenas en el Cantón de Huatusco del Estado de Veracruz; está situado en el fendo de una barranca profunda en una altura de 342 m. y al lado del Río de Santa María, que des¡ués de haberse reunido con varios arroyos forma al Este de Puente Nacional el Río Antigua que desemboca en el Golfo cerca de la Antigua. El carácter ge- neral de la región es el de una mesa grande casi perfectamente plana, algo inclinada hacia el Este y cortada por numerosas barrancas. Hacia el Nor- te y el Oeste se levanta la montaña en sierritas, consistiendo principal- mente en calizas del Cretáceo Medio y rocas eruptivas modernas. La mesa se compone en su parte superior principalmente de conglomerados de rocas eruptivas, los cuales están estratigraficados horizontalmente y son según toda probabilidad una formación marina del Plioceno Superior y Postplio- ceno. En y bajo los conglomerados se notan en varios lugares arrecifes del Cretáceo Medio, especialmente de la división Escamela, así por ejemplo al Sur de Apasapan y cerca de Santa María Tatetla, donde se encuentran ban- cos de caliza llena de Rudistas, Actaeonella, Nerinea, etc. Sobre estas ca- pas se notan conglomerados calcáreos, margas y arenas algo solidificadas y areniscas que contienen la fauna descrita abajo. Sobre estas capas fosilífe- ras yacen los referidos conglomerados de rocas eruptivas modernas. La capa fosilífera se encuentra en una altura de 280 m. sobre el mar, unos 4 kil. abajo de Santa María en el fondo de la barranca; sigue hacia el Este y se encuentra de nuevo en Puents Nacional en una altura de unos 150 m. con exactamente la misma fauna pero en una caliza algo más dura. Las capas están algo inclinadas hacia el E. lo que no se nota en la naturaleza pero lo que está probado por la altura de las localidades fosiliferas. Antes de entrar en consideraciones sobre el carácter y la edad de la fau- na, debo rectificar algunas noticias publicadas por J. W. Spencer.' Este autor dice que en el camino de Veracruz á Jalapa se ven frecuentemente las calizas y margas blancas del Terciario, que las calizas están más ó menos 1 Spencer, Great changes of level. 1898, pág. 20 y 26. 66 SOBRE ALGUNAS FAUNAS plegadas y cubiertas por lechos delgados de margas blancas y que más arri- ba las margas con un espesor de 2 á 6 pies yacen sobre la superficie de ba- saltos destruídas por erosión; las calizas llegan hasta el Palmar. Todo esto es completamente erróneo; las calizas del Palmar pertenecen al Cretáceo Medio, lo que prueban los fósiles (Caprina) que aquéllas contie- nen; las liamadas margas blancas son solamente tobas calcáreas, deposita: das por manantiales; las capas de Chavarrillo no son margas marinas sino tobas volcánicas (rhyolíticas) y no existe ninguna superficie de basalto des- truída por erosión, sino lo que Spencer tomó por esto son pedruzcos de una andesita antigua encerrados en las tobas rhyolíticas. Con esto caen también las especulacionos atrevidas de Spencer sobre los cambios de nivel en esta parte. Las capas terciarias marinas no muestran en ninguva parte de es- ta región plegamientos y nunca llegan á alturas muy grandes. De las espe- culaciones fantásticas de Spencer sobre el Istmo de Tehuantepec ya me he ocupado en otra parte (Bol. d. Inst. Geol. de México, Núm. 20). Los bancos de areniscas y arena de la Barranca de Santa María se pue- den dividir en dos partes; en la parte inferior predominan los géneros Os- trea, Amussium y Encope, en la parte superior se encuentran numerosos bivalvos de otros géneros y gastrópodos, mientras que los generos citados, con excepción de Amussium, son relativamente escasos. No obstante de esto se debe tomar las dos partes como de la misma edad, porque hallazgos ais- lados muestran que las dos partes tienen muchas formas comunes, sólo que diferentes géneros predominan, lo que estará en conexión con ligeros cam- bios de nivel que habrá habido en aquella época. La fauna se compone de las siguientes especies: 1. Encope Tatetlaensis nov. sp. (frecuente). 2. Pecten aztecus n. sp. 3. — santarosanus, Bose. 4. Amussium Mortoni, Rav. (frecuente). 5. Pinna serrata, Sow. (frecuente). 6. Anomia simplex, D'Orb. 7. Ostrea virginica, Gmelin (frecuente). 8. — seulpturata, Conr. 9. Arca taeniata, Dall. 10. Lucina quadrisulcata, D'Orb. 11. — pectinata Gmelin. 12. Laevicardium sublineatum, Conr. (frecuente). 13. — serratum, Linné (frecuente). 14. Dosinia elegans, Conr. (frecuente). 15. — acetabulum, Conr. (frecuente). 16. Venus Ebergenyii, Bóse (frecuente). 17. Solecurtus Cummingianus, Dunk. 18. = gibbus, Spenagl. TERCIARIAS DE MEXICO. 67 19. Semele perlamellosa, Heilpr. 20. Panopaea floridana, Heilpr. 21. Xenophora conchyliophora, Born. 22. Sigaretus cfr. multiplicatus, Dall. 23. Turritella A guilerae, Bóse, 24. Cerithium Caloosaense, Dall. 25. Strombus pugilis, Linné (frecuente). 26. Pyrula papyratia, Say. (frecuente). 27. Dolium cfr. galea, Linné. 28. Oliva litterata, Lam. (frecuente). - 29. Balanus eburneus, Gould. Casi todos estos fósiles ocurren en el estado de moldes, y cierto número de especies no se ha podido determinar, porque los moldes no muestran la ornamentación superficial ó porque son especies nuevas que no se pueden describir sin tener un material mejor conservado. Se ve que en la fauna predominan los lamelibranquios; los gastrópodos existen en cantidad mucho menor; si tomamos en consideración las especies que no han podido ser determinadas la relación queda la misma ó por lo menos casi la misma. La fauna representa una facies litoral, lo que está de acuerdo con la clase de la roca que es arena y arenisca, incluyendo guija- rros de mayor tamaño. La especie que se acerca más á Encope Tatetlaensis n. sp. es E. Michelini, y ésta se encuentra en aguas de poca profundidad (0-11 brazas). La variedad actual de Amussium Mortoni, Rav., vive en una profundidad de 30 á 60 brazas; Pinna serrata, Sow., es también una forma de agua de poca profundidad. Anomia simplex vive en una profundidad de 0-12 brazas; Ostrea virginica vive inmediatamente á la costa; Lucina qua- drisulcata se encuentra en aguas de 30 y 80 brazas; Lucina pectinata se en- cuentra como la mayor parte de las especies de Lucina frecuentemente en agua poco profunda. Laevicardium serratum vive tanto en agua profunda como cerca de la costa (30 brazas hasta 150 brazas), Dosinia elegans se en- cuentra cerca de las costas, Solecurtus Cummingianus vive en aguas de 10 á 111 brazas, Xenophora conchyliophora se encuentra frecuentemente en aguas poco hondas (10-250 brazas), Strombus pugilis es una especie litoral, Pyrula papyratia lo mismo y Oliva litterata se encuentra sólo muy cerca de la superficie del agua (0-2 brazas). Podemos, pues, decir que nuestra fauna vivió en profundidades de 0-30 brazas, lo que corresponde perfectamente al hecho que apenas 4 kilómetros al Oeste ya encontramos la línea de la costa, el límite del mar terciario. El fondo de este mar debe haber sido muy plano, de modo que la profundidad aumentó muy lentamente, lo que comprueba la existencia de la misma fauna en Puente Nacional. El levan- tamiento postpliocénico ha sido bastante considerable, porque levantó las capas á una altura de unos 300 metros sobre su posición anterior. Sabemos que este movimiento continúa todavía en la actualidad, lo que está proba 68 SOBRE ALGUNAS FAUNAS do por el hallazgo de buques en la playa detrás de la ciudad de Veracruz. Parece que este movimiento no ha llegado á formar pliegues en las capas sino que consistió sólo en un levantamiento continuo de la costa. Parece tambien que el movimiento ha sido muy desigual; mientras que en el Istmo de Tehuantepec y cerca de Tuxtepec levantó el Plioceno apenas unos 30m. sobre el nivel del mar, llegó á levantarlo en Santa María Tatetla á unos 300 m. y lo mismo parece ser el caso cerca de Papantla. Nuestra fauna se asemeja bastante á la de Tuxtepec y á la de Santa Rosa (Istmo de Tehuantepec); es verdad que la primera contiene mucho más gas: trópodos y que la segunda es muy pobre, pero no obstante de esto es la se- mejanza realmente muy grande. El adjunto cuadro comparativo nos permi- tirá ver esto más claro. De las 29 especies de las capas de Santa María Tatetla se encontraron 8 en Tuxtepec, que tiene casi un número igual de especies; hay que tomar en cuenta que la fauna de Tuxtepec fué colectada por mí en unas 3 á 4 horas, mientras que á Santa María se han hecho varios viajes, tanto por el Sr. J. D. Villarello como por mí. Cuando se habrá hecho una colección más gran- de en Tuxtepec, la semejanza será probablemente tadavía mas grande; hay que mencionar que las especies comunes son de las más frecuentes en Santa María; además habrá que tomar en consideración que la facies es algo di- ferente, porque la fauna de Tuxtepec vivió seguramente en aguas más pro- fundas que la de Santa María (véase la parte primera de este trabajo, Bol. Núm. 22). Esta cireunstancia se hace todavía más clara cuando compara- mos nuesira fauna con la de Santa Rosa, que debe haber vivido más ó me- nos en aguas de igual profundidad como la nuestra; las 5 especies de Santa Rosa se encuentran también en Santa María; hay que notar que en las dos faunas Amussium Mortoni, Rav., es uno de los fósiles más frecuentes. Creo que no se puede dudar que nuestra fauna sea de la edad de las de Tuxtepec y de Santa Rosa, es decir, que pertenece al Plioceno inferior, pero también el estudio de nuestra fauna sola nos haría llegar al mismo resul- “tado. En el cuadro comparativo adjunto hemos indicado en qué pisos se en- cuentran nuestras especies en otros lúgares. Dejando aparte las dos especies nuevas vemos que 16 de las 29 especies se encuentran en las aguas actua- les (55%); pero todas éstas con excepción de dos se han encontrado tam- bién en el Plioceno, 9 de éstas se encuentran ya en el Mioceno y 3 llegan hasta el Oligoceno. Más importante es todavía que 8 de las 29 especies ó sea 28% son características para el Plioceno, 2 se encuentran en el Mioce- no y Plioceno, y una se encontró hasta ahora sólo en el Mioceno. El resul- tado es que la fauna debe pertenecer al Plioceno, y como 12 de las especies se encuentran también en el Mioceno, 3 en capas todavía más antiguas, po- demos aceptar como probable que nuestra fauna representa al Plioceno in- ferior. Antes se había tomado nuestra fauna como la transición del Mioceno al Plioceno ó como perteneciente al Mioceno, pero esto siempre sin un estudio TERCIARIAS DE MEXICO. 69 detenido de los fósiles. Creo que podemos abandonar esta opinión definiti- vamente y establecer la división de Tuxtepec como el representante de nues- tro Plioceno Inferior. Hasta ahora nuestro conocimiento del Plioceno ma- rino de México es todavía 'muy limitado, conocemos sólo 53 especies, que es un número muy pequeño en comparación á casi 700 especies conocidas del Plioceno de Florida. Pero debemos tomar en cuenta que el Terciario de los Estados Unidos está ya conocido desde hace casi un siglo y que muchas personas han hecho colecciones en Florida; además los fósiles deben ser muy abundantes allí. En las continuaciones de este trabajo aumentará el número de las especies pliocénicas de la costa atlántica de México todavía considera- blemente, tendré que describir aún localidades ricas de Yucatán, Tabasco, Chiapas, además una fauna de Papantla (Veracruz) y una de Tuxpan (Ve- racruz). Según una revisión provisional de estas faunas parece que hay grandes semejanzas entre ellas, no obstante particularidades locales, y creo que podré demostrar que existe una fauna pliocénica bastante uniforme en una faja casi continua desde la frontera de Guatemala y British Hon- duras hasta el puerto de Tuxpan. Localidades mexicanas. Especie, Especie más cercana, Tuxtepec. Sta.Rosa. Oligoceno. Mioceno. Plioceno. Postplioceuo. Reciente. Encope Tatetlaensis, al OCIO E. Michelini Ag. Pectenaztecus,n,sp... P. hemicyclicus, Rar — santarosanus, Anomia simplex, DO dde - + +? + Ostrea virginica, Grme- +- + + E +- 7 Arca taeniata. Dall.... Lucina quadrisulcata, DOT... ceca Lucina pectinata, Canción o. ono sdoo o. - Ae Laevicardium subli- : neatum, Conr...... -- e = + E = — Laevicardium serra- can —- — + 1 Var. papyraceus Gabb. No 22.—9 70 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Localidades mexicanas. Especie. Especie más cercana. Tuxtepec. Sta. Rosa. Oligoceno. Mioceno. Plioceno. Postplioceno. Reciente. Dosinia elegans, Conr. Sl ar an — acetabulum, Solecurtus, Cummin- gianus, Dunk...... Solecurtus, gibbus, Sismalos sousoboeos RIA Sl Semele perlamellosa, ai Panopaca, floridana, ooo as =F Xenophora conchylio- pLora Bon SF >p + + == ar sde Sigaretus cfr. multipli- catas DA | Turritella Aguilerae, + + + + | + Cerithium Caloosaen- sI - + = Strombus pugilis, Lin- DA Pyrula papyratia, Say. Doliwn cfr. galea, Lin- qe + | | + Oliva litterata, Lam... =F = = =P =P Balanus eburneus, 5 + ++ ++ Se encuentra también en el Cretáceo Superior y el Eoceno. Se encuentra en el Plioceno de Yucatán. SA PARTE PALOMO LO ECHINODERMATA. Encope Tatetlaensis n. sp. Lám. VI. Fig. 1, 2. Lám. VII Fig. 1, 2. Concha grande, aplastada, de contorno subpentagonal arredondado; pos- teriormente truncada. Los petales ambulacrales son de diferente forma, el par posterior es más angosto y más largo que los otros, que tienden á una forma oval. En la prolongación de los petales ambnulacrales se encuentran ex- cotaciones bastante prolongadas pero anchas; entre el par posterior de peta- les ambulacrales se encuentra un agujero cerrado que en la parte inferior es más ancho que en la superior, donde está limitado por un reborde, la for- ma del agujero es casi rectangular. La superficie está cubierta de tubércu- los mínimos, siendo los de la parte superior más pequeños que los de la parte inferior; particularmente grandes son los tubérculos del reborde del agujero (lúnula). Cerca de los surcos ambulacrales de la parte inferior no hay tubérculos sino pequeños miliares. Los surcos son bastante ramificados y se asemejan algo á los de E. emarginula, Leske.' El vértice está anterior- mente excéntrico así como el peristoma; las aberturas genitales son 5. La abertura anal se encuentra algo distante del borde de la lúnula interambu- lacral, pero en un surco ancho y poco profundo que forma una prolonga- ción de la lúnula. La parte inferior de la concha es plana, la superior lige- ramente convexa. Dimensiones: Long. ambul. Long. ambul. Long. lúnula Ancho lún. Altura, Diam. transy. Diam. logn. post. par. anter. post. post. 3.6 105 107.2 39 34.2 10 7.8 Nuestra especie que es una de las pocas Mncope conocidas en estado fósil se asemeja bastante á £. Michelini, Ag.” tanto por su contorno como por 1 Agassiz, Rev. Ech., pág. 325, lám, XII, fig. 14-24; lám. XII b, fig. 1-3; lám. XII d, fig. 2-3, 7 -J 153) SOBRE ALGUNAS FAUNAS la forma de sus petales ambulacrales. Se distingue principalmente por la figura y tamaño de la lúnula interambulacral, por la proporción en el tama- ño de los pares anterior y posterior de los petales ambulacrales y por la dis- tancia entre el ano y la lúnula. Es verdad que Agassiz' dice que esta dis- tancia cambia, pero esto es el caso sólo en los diferentes estados de edad; pero si se compara p.e. lám. XI[ >, fig. 4, con nuestra forma se ve luego la diferencia en la situación del ano. Muy diferente es también la forma de los surcos ambulacrales; en nuestra especie son los ramales principales casi curvas sencillas, mientras que en E. Michelini son angulosos. Creo que tenemos razón en tratar nuestra forma como especie diferen- te de E. Michelini, pero casi es seguro que muestra especie es el precur- sor directo de la actual. 4. Michelini se encuentra en los mares calientes de la costa oriental de América, especialmente las Indias Occidentales y el Bra- sil, en una profundidad de 0 á 11 brazas. Encope Tatetlaensis es una especie bastante común en la Barranca de San- ta María Tatetla; tengo sólo 5 ejemplares rotos y uno casi completo, pero en la localidad citada vi muchos ejemplares, los queno pude sacar de la roca. LAMELLIBRANCHIATA. Pecten aztecus n. sp. Lám. VIT. Fig. 3, 4. Concha sub-semicircular, muy convexa, equilateral, cubierta de 22-23 costillas de ancho algo diferente; las costillas son planas, anchas y están se- paradas por surcos angostos, redondos y poco profundos; hacia los márge- nes laterales una ó dos de las costillas están divididas; estos márgenes son lisos. Estrías finas concéntricas; se observan principalmente en los intersti- cios entre las costillas; sólo en el par inferior y cerca del margen pasan las estrías también sobre las costillas. Las orejas son casi iguales, la anterior tiene algunas estrías radiantes y apenas tiene un surco para el byssus, la posterior muestra sólo estrías finas correspondientes á la ornamentación concéntrica de la concha. Dimensiones. L altura, 44 mm,; ancho, 50 mm.; grueso, 13.3 mm. II. altura, 43.8 mm,; ancho, 48.2 mm.; grueso, 14.7 mm. Esta descripción se refiere sólo á la valva derecha, la valva izquierda no la he encontrado hasta ahora. La especie se acerca á Pecten hemicyclicus, Rav.” pero es más pequeña, menos ensanchada y no tiene las costillas sur- cadas, cerca del margen también la convexidad es algo diferente. 1 Agassiz, loc. cit., pág. 327. 2 Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car., pág. 25, lám. 8, fig. 14, 1857. TERCIARIAS DE MEXICO. 713 Algo se asemeja también el Pecten Raveneli, Dall, * pero se distingue por las costillas surcadas cerca del margen. Pecten hemicyclicus, Rav., se conoce del Mioceno de South Carolina y Pec- ten Raveneli, Dall, del Plioceno de Florida y en el mar cerca de la costa de North Carolina. Nuestra especie no es muy frecuente en las capas pliocénicas de la Ba- rranca de Santa María, no encontré más que dos valvas derechas. Pecten (Chlamys) santarosanus, Buse. Lám. VI. Fig. 3, 4. 1905 Bóse, Faunas Terc. Mex., pág. 23, 27, lám. I, fig. 1, 2, 4, 5. He descrito esta especie en la primera parte de este trabajo, pero encon- tré en las capas de Santa María Tatetla unos ejemplares más grandes y más completos que me permiten amplificar la diagnosis: Concha suborbicular algo jnequilateral y oblicua, bastante convexa, cubierta de 21-25 costillas; estas son'bajas, cerca de los umbones (y en ejem- plares pequeños) planas, pero cerca del margen inferior redondas, separa: das por intersticios angostos, que están cubiertos por numerosas estrías con- céntricas, que sólo cerca del margen inferior pasan sobre las costillas. En el interior las partes que corresponden á los intersticios de la parte exterior forman cerca del margen inferior costillas planas separadas por intersticios angostos y profundos, pero á poca distancia del margen casi desaparecen los intersticios, de modo que las costillas apenas son visibles. Las costillas de la parte exterior son notablemente más cortas que los intersticios. Las orejas son desiguales; la oreja anterior es mucho más grande que la poste- rior; en la oreja anterior de la valva derecha se nota un surco profundo para el byssus; las dos orejas tienen costillas radiantes. Dimensiones: Altura. Ancho. Gruesodela valva derecha. Grueso de la valva izquierda. E o 8.4 $ mm. 1 28 US 6.7 mm. Ya he indicado en la primera parte de este trabajo que nuestra especie se asemeja mucho á Pecten eboreus, Conr., lo que se ve todavía mejor en los ejemplares más grandes. Encontré 4 ejemplares de esta especie en la Barranca de Santa María Tatetla. 1 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 721, lám. 29, fig. 10, 1898. 74 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Amussium Mortoni, Ray. Lám. VIIL Fig. 1, 2. Lám. IX. Fig. 8. 1844 Ravenel, Foss. Org. Rem. Eoc. S. Car., pág. 96. 1857 Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car., pág. 27, lám. 9 y 10. 1898 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 718, 757. 1905 Bóse, Faunas terc. Mex., pág. 24, lám. I, fig. 3, 6, 7, 9. Esta forma fué descrita ya en la primera parte de este trabajo, pero de Santa María tengo ejemplares más completos y mejor conservados. Hay que añadir que la valva derecha es algo más convexa que la izquierda, que el contorno es casi circular y más ancho que alto, como lo indican las medidas siguientes: Altura. AMCHOo: Grueso; TAO DES 102.6 15.2 mm. (las dos valvas juntas). TT. 82.4 85.7 TIT. 88.8 SL O) Amussium Mortoni, Rav., es una forma muy frecuente en las capas de la Barranca de Santa María Tatetla. Pinna (Atrina) serrata, Sowerby. Lam, IX. Fig. 1, 2. 1858 Pinna muricata, Holmes, Postpl. Foss. S. Car., pág. 15, lám. 3, fig. 3. 1898 Atrina serrata, Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 664. (con la sino- nimia). No he encontrado ni un ejemplar completo, la mayor parte de los indi- viduos colectados en la Barranca de Santa María son fragmentos de moldes, sólo en unos cuantos parte de la concha está conservada. La concha ha sido larga y delgada; la mitad dorsal está cubierta de ra- dios granulados (estos estuvieron cubiertos de espinas), que son más nume- rosos que en 2. rígida, Dillwyn (la Pinna muricata de la mayoría de los autores americanos pero no de Linné). Esta especie se ha encontrado en el Plioceno de Costa Rica, en el Post: plioceno de South Carolina y Florida y vive en las aguas de la costa desde North Carolina y Florida hasta el mar Caribe. En el material de la Barran- ca de Santa María Tatetla la especie no es rara, encontré 12 ejemplares de diferente estado de edad. TERCIARIAS DE MEXICO. 75 Anomia simplex, D'Orb. Lám. VIL Fig. 5. 1845 1345 . ephippiunm, var. Conrad, Foss. med. Tert., pág. 75, lám. 43, fig. 4. . simplex, D'Orbigny, Moll. Cub., pág. 371, lám. 28, fig. 31-33 (ed. española). . ephippium, Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car, pág. 18, ¡Eme 6, Ma. dle ld A A 1857 A 1858 A. =— Holmes, Postpl. Foss. S. Car., pág. 11, lám. 2, fig. 11. A A A 1870 A. electrica, Gould, Inv. Mass., ed Binney, pág. 205, fig. 499. 1889 A. simplex, Dall, Cat. Moll. a. Brach. SE. U. $., pág. 32, lám. 53, ás 3, 1898 A. — Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 784. IOODAS — Bóse, Faunas terc. Mex., pág. 25, lám. 2. fig. 18-38. No encontré más que un ejemplar algo bien conservado en el material de la Barranca de Santa María Tatetla, pero tampoco puede la especie ser muy rara porque vi un número de fragmentos en la roca de la localidad. La es- pecie no está conservada como molde sino se encuentra la concha. El ejem- plar que figuro aquí es una valva izquierda, hasta ahora no he encontrado una valva derecha fósil. La especie se encuentra en todas las capas pliocé- nicas de México, la volveremos á citar todavía de Yucatán, de donde ya fué citada por Heilprin. Ostrea virginica, Gmelin. 1858 O. fundata, Holmes, Postpl. Foss. S. Car., pág. 11, lám. 2, fig. 10. — 0. virginiana, Holmes, ibid., pág. 9, lám. 2, fig. 9. — var. procyon, ibid., pág. 10, lám. 2, fig. Ya. 1884 — virginica, Heilprin, Tert. Ostr., pág. 314. 1895 — = Dall, Tert. Fauna of Florida, pág, 687. Ostrea virginica es una forma muy frecuente en las capas de la Barran- ca de Santa María y se encuentra en casi todas las variedades posibles, de las más grandes hasta las más cortas. La forma de esta especie es tan cono- cida que una descripción nueva es inecesaria. Según Dall se encuentra O. virginica fósil sólo desde el Plioceno y las formas miocénicas pertenecen generalmente á otras especies; en el Plioce- no de México es esta forma muy distribuída, se encuentra principalmente en grandes cantidades en el Plioceno de Chiapas y Tabasco, una fauna que tiene muchas semejanzas con las de Yucatán y Santa María. 76 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Ostrea seulpturata, Conr. Lám. IX. Fig. 4. Lám. X. Fig. 1, 2. 1832 O. virginiana, Conrad, Foss. Tert. Form., pág, 28, lám. 14, fig. 2, (1893). 1840 — subfalcata, Conrad, Foss. Med. Tert., p. 50, lám. 25, fig. 2 (1893). — — seulpturata, Conrad, ibid., pág. 50, lám. 25, fig 3, (1893). 1857 — virginiana, Tuomey a. Holmes, pleioc. Foss. S. Car., pág. 20, lám. 5, fig. 7-9 (non fig. 6). 1884 — subfalcata, Heilprin, Tert. Ostreidae, pág. 313, lám. 68 fig. 1-2. — — seulpturata. Heilprin, ibid. pág. 314, lám. 70, fig. 2. 1887 — meridionalis, Heilprin, West Coast of Florida, pág. 100, lám. 14, fig. 35, 35ba. 1898 — sculpturata, Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 686. Concha suborbicular, alargada lateralmente; los ejemplares jóvenes mues- tran pliegues fuertes que se notan hasta en el interior de la concha. En los ejemplares grandes se borran los pliegues y casi desaparecen y la concha se alarga lateralmente; los pliegues no se notan en el interior. El area de la charneia es bastante alargada en los adultos, la fosa central ancha y pro: funda. En un ejemplar grande y completo es la valva superior bastante cóncava. Dimensiones: ATOUTa: Ancho: Grueso. 15 LA 84.7 21.5 (una sola valva). EOS 144.0 62.5 (ejemplar completo). Tuve duda al principio si se podría reunir nuestra especie con O. sculp- turata, Conr., pero el ejemplar más pequeño está bien de acuerdo con la figura de Heilprin, y también este autor dice que en los adultos los plie- gues se van borrando. Por lo pronto dejo, pues, esta concha con O. sculp- turata, quizá con más material se podrá ver si se trata de una especie nueva. Encontré en la Barranca de Santa María Tatetla 2 ejemplares, de los cua- les el más grande es completo. Arca (Barbatia) taeniata Dall. Lám. XI. Fig. 1. 1898 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 631, lám. 25, fig. 1, la. Concha alargada, arqueada, abovedada, en el centro comprimida; los um- bones cerca del quinto anterior; término anterior corto y arredondado; térmi- no posterior más alto, inclinado hacia abajo y saliente, la base encorvada en TERCIARIAS DE MEXICO. TI medio; el área cardinal es corta y ancha frente á los umbones, angosta y lar- ga detrás de ellos; la ornamentación del área no está conservada. La escul- tura de la concha consiste de costillas finísimas, planas, radiales, que están ordenadas en pares con intersticios más angostos y entre cada grupo de dos pares y el siguiente se ve un intersticio más ancho. Estas costillas cubren toda la concha, pero en la parte dorsal posterior se encuentran en menor can- tidad; están cruzadas en intervalos anchos pero no completamente regula- res por líneas concéntricas y planas. El margen interior de la concha es liso, la línea de la charnela ocupa dos tercios de la longitud de la concha; los dientes no están conservados. Dimensiones: Long. de la línea Altura. de la charnela. Lon. de la concha, Diam. IL. 20.7 mm. 34.2 mm. 8 mm. (una sola valva). IL 2 SODA 13.2 ,, (dos valvas). Aunque mis ejemplares sean moldes y más pequeños que los individuos descritos por Dall no dudo que pertenezcan á 4. taeniata, porque en cuan- to á la forma general y especialmente la ornamentación muy particular co- rresponden perfectamente á los individuos de Florida. Los móldes han con- servado perfectamente la ornamentación superficial de la concha, además pude tomar un molde de una impresión en la roca. 4. taeniata, Dall, se en- cuentra en el Plioceno de Florida y North Carolina; entre el material de la Barranca de Santa María Tatetla encontré 6 ejemplares. Arca sp. Hay varias otras especies de Arca, especialmente una que parece perte- necer al grupo de 4Á. ¿ncongrua, Say, pero por falta de ejemplares buenos y especialmente moldes con las dos valvas por lo pronto no me es posible describir estas especies. Lucina (Divaricella) quadrisulcata, D'Orbigny. Lám. XL Fig. 2, 3. 1840 Lucina divaricata, Conrad, Foss. Med. Tert., pág. 39, lám. 20, fig. 3. (1893). LL. —= = Gould, Inv. Mass., pág. 70. 1845 — quadrisulcata, D'Orbigny, Moll. Cub., pág. 329, lám. 27 fig. 34-46 (ed. española). 1 La medida de la primera concha no es muy segura porque el ejemplar está algo mutilado y dentro de un pedazo de roca. N2 22.—10 78 SOBRE ALGUNAS FAUNAS 1857 Lucina divaricata, Tuomey and Holmes, Pleioc. S. Car. pág. 59, lám. 18, fig. 10, 11. 0. == => Holmes, Postpl. Foss. S. Car., pág. 27, lám. 6, o ale 1873 Cyclas dentata, Verrill, Inv. An. Vineyard Sd. pág. 686, lám. 29, fig. 911. 1889 Lucina (Divaricella) quadrisulcata, Dall, Cat. Moll. a. Brach. SE. US pág Do 1903 Divaricella quadrisulcata, Dall, Fauna of Florida, pág. 1389, lám. Lale En el material de Santa María Tatetla encontré varios moldes que tienen los siguientes caracteres. La concha fué pequeña, subcircular, arredondada atrás y adelante, equi- lateral con úumbones no muy prominentes; la lunula es larga. Las estacio- nes de interrupción de crecimiento son vaviables y bien visibles. La línea de la charnela es larga, casi derecha y forma ángulo con los márgenes late- rales de la concha. Los márgenes están finamente dentados. La escultura consiste en líneas concéntricas de crecimiento y de estrías escarbadas arquea- das en dos direcciones que forman un ángulo en una línea radiante del um- bón. El margen dorsal no parece ser dentado exteriormente. Dimensiones. altura, 22.9 mm. ancho, 24.1 mm. Parece que estos son los primeros ejemplares de L. quadrisulcata encon- trados en el Plioceno; la forma se conoce del Mioceno de Maryland, Virgi- nia, North Carolina, Florida y Texas, del Postplioceno de South Carolina y vive en 10 450 brazas de profundidad en los mares en las costas de Mas- sachusetts, Indias Occidentales y del Brasil. No es, pues, muy sorprendente que la encontremos en el Plioceno de México. La forma no es muy frecuente, pero yi una docena de fragmentos además de algunos moldes que pude re- coger. Moldes que hice de impresiones reproducen perfectamente la escul- tura de la concha. Conozco esta especie sólo de Santa María Tatetla. Lucina (Phacoides) pectinata, Gmelin. 1905 Phacoides pectinatus, Dall, Tert. Fauna of Florida, pag. 1363 (con la sinonimia). Algunos moldes y algunas impresiones en la roca que encontré en el ma- terial de Santa María Tatetla me permiten añadir L. pectinata á la lista de nuestra fauna. La concha es lenticular, bastante plana, el área dorsal an- terior bien defiuida, en frente de la cual hay un ligero seno; el área dorsal posterior grande, larga y separada por un surco del resto de la superficie. La ornamentación consiste de lamelas concéntricas distantes y bastante re- gulares. —I o) TERCIARIAS DE MEXICO. Esta forma se cita generalmente bajo el nombre de Lucina Jamaicensis, Chem., pero como el autor de esta denominación no aceptó la nomenclatu- ra binominal, Dall la designa con el nombre que le damos aquí. La especie se conoce del Plioceno de Florida, del Pleistoceno de Florida, y las Anti- llas y la costa septentrional de Norte América, vive todavía en la costa de Florida, el mar de las Antillas y la costa oriental de Sud América. Heilprin la cita también del Plioceno de Yucatán. En las capas de Santa María Ta- tetla encontré 5 ejemplares. Laevicardium sublineatum, Conr. Lám. XI. Fig. 4. 1841 Cardium sublineatum, Conrad, App. Hodge's paper, pág. 347, lám. Y LS 1845 Cardium sublineatum, Conrad. Foss. Med. Tert., pág. 66, lám. 37, fig. 4 (1893). 1857 Cardium sublineatum, Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss. S. Car. pág. 64, lám. 19, fig. 3. 1900 Cardium sublineatum, Dall, Tert. Fauna of Florida, págs, 1111. 1905 Laevicardium sublineatum, Bóse, Faunas terc. Méx. pág. 25 y 28, lám. 2, fig. 1-3. De esta forma tengo también sólo unos moldes, pero éstos están de acuer- do con los ejemplares bien conservados de Tuxtepec. En la primera parte de este trabajo he dado una descripción de ia especie que se aplica perfec- tamente á los referidos moldes. Estos tienen la forma oblicua, esbelta y com- primida de los ejemplares de Tuxtepec, el borde del margen anterior y basal está finamente crenado, las áreas lisas se distinguen perfectamente, especialmente la posterior. He podido cemparar esta especie con una cantidad de individuos de L£. serratum, L., del Golfo (Col. de la Com. Greogr. Expl. de México) y veo que el mejor distintivo es la forma de la concha; L. serratum es más gran- de, más ancho, menos esbelto, menos oblicuo que L. sublineatum, Conr., es- pecialmente el margen posterior es más redondo. Las dimensiones de los moldes son: Altura. Ancho. Grueso. 31.6 IS) 2 22.8 mm. 371.4 SY DOTA 34.1 30 26 5 229 20 16.9 En el material de la Barranca de Santa María Tatetla se encuentra una docena de individuos de nuestra especie. S0 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Laevicardium serratum, L. ILÉNna A IE E 1900 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 1110 (con la sinonimia). Un cierto número de moldes de Laevicardíum se distingue de los que he identificado con L£. sublineatum, se distingue principalmente por la figura más ancha cerca de los ambones, menos oblicua y relativamente más con- vexa, también parece que el tamaño es mayor. L. serratum se conoce de to- das las capas desde el Oligoceno hasta la actualidad. En la Barranca de Santa María Tatetla encontré unos 20 ejemplares. Dosinia elegans, Conr. Lám. XI. Fig. 6. 1857 Venus concentrica, Tuomey and Holmes, Pleioc. Foss, S. Car., pág. 82, lám. 21, fig. 7. 1858 Artemis transversus, Emmons, Rep. N. Car. Survey, pág. 295, fig. 993, 294. 1903 Dosinia elegans, Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 1231. Dall ha puesto orden en la confusión acerca de Dosinia concentrica y ha separado las tres especies D. elegans, D. discus, y D. concentrica, que han sido citadas generalmente bajo el último nombre. Una cantidad de moldes me parece pertenecer á 2. elegans. Sus caracteres son los siguientes: El contorno de la concha es suborbicular, algo oval transversalmente, mo- deradamente convexa con umbones agudos, encorvados hacia adelante. La ornamentación consiste en finos surcos cocéntricos. Dimensiones: Altura. Ancho. Grueso. I. 54.8 63.1 26 ÚL DA 61.8 94.2 TIT. 44,4 50 Dat IV. 41.9 ARS 19.5 Creo que esta especie es D. elegans y no D. concentrica, porque la orna- mentación parece ser uniforme en toda la concha, y probablemente la con- cha habrá sido menos convexa que 2. concentrica. De D. discus se distin- gue por la forma y por la ornamentación más tosca. De D. acetabulum se distingue también por la forma. Esta forma es conocida del Mioceno de Florida y South Carolina, del Plio- ceno de Florida y del Pleistoceno de la misma región; actualmente se en- cuentra en las costas de las Carolinas, Florida, Texas, México hasta Yuca- TERCIARIAS DE MEXICO. 81 tán y Santo Tomás. En la Barranca de Santa María Tatetla se encontraron unos 15 ejemplares. Dosinia acetabulum, Conr. Lám. XI. Fig. 7, 12. 1832 Artemis acetabulum, Conr. Foss. Tert., Form. pág. 20, lám. 6, fig. 1 (1893). 1838 — — Conrad, Foss. Med. Tert., pág. 29, lám. 16 fig. 1 (1893). 1838 Cytherea obovata, ídem, íbid., pág. 14, lám. 8, fig. 4, (1893). 1894 Dosinia acetabulum, Whitfield, Moll. a. Crust. New Jersey, pág. 73. lám. 13, fig. 2. 118 —= = Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 1,230, lám. 54, fig. 13. Molde de una Dosinia que es quizá la especie más frecuente de las capas de la Barranca de Santa María, me parecen pertenecer á D. acetabulum, Conr., especialmente por su forma y ornamentación. Sus caracteres son los siguientes: El contorno es suborbicular pero muchas veces más alto que ancho, el margen basal es oblicuamente saliente, raras veces es el contorno algo trans- versalmente suborbicular. La ornamentación consiste de surcos concéntri- cos que parecen ser algo más numerosos que los de D. elegans. Los umbo- nes son altos y relativamente poco encorvados hacia adelante. Dimensiones: : Altura. Ancho. Grueso. 65.4 SÓ 25.5 59.3 59.8 2 52.1 55 22.2 59. 54.3 23.2 50.2 39.2 21.6 44.5 43.5 2 44.6 43.2 18.5 31.8 35,6 2 35 30.4 2 Nuestros ejemplares se asemejan principalmente á la var. obligua, Dall; se distinguen de D. discus por su escultura menos fina y de las otras espe- cies del Plioceno por su forma alta. D. acetabulum se ha encontrado en el Mioceno de New Jersey, Maryland, Virginia y Florida. De la Barranca de Santa María tengo unos 50 ejemplares. 82 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Venus Ebergenyii, Búse. Lám. XI. Fig. 8, 9. 1905 Bóse, Faunas, terc. Mex., pág. 28, lám. 2, fig. 4-17. En el material de Santa María encontré cierto número de moldes, que se asemejan bastante á la Venus Ebergenyú que describí en la primera parte de este trabajo; logré además tomar unos moldes de impresiones de ejem- plares pequeños y estos comprobaron la identidad. Como los moldes están mal conservados no se puede ampliar la descripción que ya di en la parte citada. En la Barranca de Santa María Tatetla se encontraron unas docenas de Venus Ebergenyit. Solecurtus Cumingianus, Dunk. Lám. XII. Fig. 5. 1898 Macha multilineata, Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 938, lám. 28, fis. 15. 1900 Psammosolen Cumingianus, Dall, ibid, pág. 981 (con la sinonimia). Una serie de moldes me parece pertenecer á Solecurtus Cumingianus, Dunk. La concha ha sido alargada, los bordes ventral y dorsal son subpa- ralelos, los umbones distan un tercio de toda la longitud del margen ante- rior. La ornamentación consta de estrías de crecimiento y como se ve en al- gunos ejemplares, de incisiones oblicuas algo irregulares que se distinguen principalmente en las partes central y posterior de la concha. En algunos de los ejemplares se distinguen bien los dos dientes cardinales. Dimensiones: Altura. Ancho. Grueso de una valva. 94.7 61.8 6.4 mm. (valva izquierda). 20.4 50.8 ANNA A Solecurtus Cumingianus se ha encontrado ya en el Plioceno de Costa Rica, donde fué descrito por Gabb. como Tagelus lineatus, y en el de EFlori- da, cuya forma fué llamada por Dall Macha multilineata,; más tarde rectificó Dall su determinación y reunió las dos formas bajo el nombre de Psammoso- len Cumingianus, Dunk. Para mí Psammosolen es únicamente una sección del género Solecurtus é idéntico con Macha, Oken, por esto prefiero en este caso el nombre Solecurtus Cumingianus, Dunk. Tanto Zittel como Fischer han tomado Psammosolen como sinónimo de Solecurtus, Blainville, y como este nombre es seguramente más antiguo, tiene la prioridad. En la Barranca de Santa María Tatetla encontré una docena de valvas aisladas de nuestra especie. TERCIARIAS DE MEXICO. 88 Solecurtus (Tagelus) gibbus. Spengler. Lám. XII, fig. 2. 1841 Solecurtus caribaeus, Gould, Inv. Mass. ed. Binney, pág. 45, fig. 367 (1870). 1858 Siliquaria caribaea, Holmes, Postpl. Foss. S. Car. pág. 54, lám. 8, fig. 14. 1889 Tagelus gibbus, Dall, Cat. Moll. a. Brach SE. U. $S., pág. 58, lám. 55, fig. 3, lám. 56, fig. 3. 1900 — — Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 983 (con la sino- nimia). Tengo varios ejemplares de un Solecurtus que se asemejan bastante á So- lecurtus gibbus, Spengl. y especialmente á la variedad Carolinensis, Conr.? que es algo más corta y robusta que el tipo. La concha es lateralmente algo alargada pero relativamente alta, los um- bones son subcentrales, pero se encuentran ya en la mitad anterior, el cen- tro de la valva muestra un triángulo aplanado y casi cóncavo. De la orna- mentación se ven sólo las líneas concéntricas de crecimiento. Dimensiones: Altura. Longitud. Grueso dejuna valva. 94? 47.9 4.2mm. (valva derecha). 24.5 50.4 4.3 ,, (valva izquierda). Los ejemplares corresponden bastante bien á Solecurtus gibbus var. Caro- linensis; he podido comparar algunos ejemplares recientes del tipo y nues- tra forma se distingue sólo por su figura más corta y más robusta, en cuanto se puede ver en los moldes. En el material de la Barranca de Santa María Tatetla encontré unos seis ejemplares, pero he visto en la localidad que la especie es bastante frecuente. Semele perlamellosa, Heilprin. Lám. XII. Fig. 1, 4. 1887 Heilprin West Coast of Florida, pág. 92, 102, lám. 11, fig. 28. 1900 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 992. Varios moldes de una concha se asemejan tanto á Semele perlamellosa que no dudo que pertenezcan á esta especie. 1 Conrad, Foss. Med. Tert. pág. 75, lám. 43, fig. 1 (1845). Conrad, Cat. Mioc. shells, pág. 571, 1868. Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 983. 84 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Concha, probablemente delgada, transversalmente alargada, oval, casi equilateral, los umbones están en el centro, son agudos y algo prominentes. La superficie está cubierta de numerosas lamelas concéntricas, que están recorvadas en ángulo ligero en la parte posterior donde existe una área bas: tante bien visible; parece que entre las lamelas ha habido tabiques trans- versales á ellas, de modo que la ornamentación fué reticulada. El lado an- terior de la concha es regularmente redondo, mientras que el posterior parece haber sido cortado ligeramente. Dimensiones: STO: A aho; Grueso. 1 32.8 47.2 13.7mm. (Las medidas se refierenámoldes. ) TI. 49,4 58.6 ORO Naturalmente es difícil determinar moldes; pero como éstos dan, aunque imperfectamente, la ornamentación del lado exterior y el contorno se asemeja bastante á el de S. perlamellosa, la identifico provisionalmente con esta es- pecie, hasta que se encuentren en otras partes ejemplares bien conservados. ¡S. perlamellosa se encontró en el Plioceno de Florida; en la Barranca de Santa María Tatetla hallé 3 ejemplares. Panopaea floridana, Heilprin. Lám. 12, Fig. 8. 1887 Panopaea floridana, Heilprin, West Coast of Florida, pág. 91, lám. 10, fig. 21. == Menardi, idem ibid., pág. 90, lám. 9, fig. 19. — — navicula, idem, ibid., pág. 91, lám. 10, fig. 22. 1898 = floridana, Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 831. Tengo + moldes de Panopaea que se asemejan bastante á P. floridana, así como Dall la limita. En la mayor parte de los ejemplares los umbones están bastante para adelante y se asemejan por esto á la Panopaea navicula de Heilprin, otros se asemejan algo á la P. Menardi, Heilprin, y se debe decir que la diferencia entre nuestras formas y la verdadera Panopaea Menardi, Desh., es bastante insignificante. P. Aorídana se conoce del Plioceno de Florida. En la Barranca de Santa María Tatetla encontré 4 ejemplares. Nora. Además de los bivalvos descritos encontré bastante material pertenecien- te á los géneros Venus, Cytherea, Mactra, Cardium y Lucina; pero están conservados como moldes y éstos no representan la ornamentación superfi- TERCIARIAS DE MEXICO. 85 cial como muchas de las especies descritas y por esto no se pueden deter- minar las especies; probablemente se encontrará con el tiempo material me- jor conservado, de modo que más tarde podremos completar la descripción de la fauna. GASTROPODA. Xenophora conchyliophora, Born. 1892 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 360 (da la sinonimia). 1905 Bóse, Faunas terc. Mex., pág. 33. Varios moldes pertenecen seguramente á X. conchyliophora; éstos no muestran un ombligo perforado, de modo que no pueden pertenecer á Tu- gurium caribbaeum; en la forma corresponden bien á X. conchyliophora aun- que hayan perdido la cubierta de conchas. La especie tiene una vida muy larga, se encuentra ya en el Cretáceo Su- perior y vive todavía en los mares actuales. En el material de Santa María Tatetla encontré cuatro ejemplares. Sigaretus cfr. multiplicatus, Dall. Lám. XI. Fig. 10, 18. 1892 Dall, Tert. Fauna of Florida, pag. 379, lám. 20, fig. 12, 12b. Dos moldes de un Sigaretus se asemejan por toda su forma, especialmen- te la base muy plana hasta algo convexa entre el ombligo y la periferia, por su espira muy baja, su abertura alargada, la columela callosa, á Sigaretus multiplicatus pero por falta de ornamentación no se puede hacer una deter- minación exacta. Dimensiones: altura, 19.8 mm.; longitud máxima, 28.6mm.,? (quizá más de 30 mm., el ejemplar está roto). Encontré dos ejemplares en el material de Santa María Tatetla. S. mul- tiplicatus, Dall, se halla en el Plioceno de South Carolina y Florida. Turritella Aguilerae, Búse. 1905 Bóse, Faunas terc. Méx., pág. 32, lám. 3. fig. 12-14. Algunos moldes que conservan en algo la ornamentación, así como algu- nas impresiones me han permitido identificarlos con 7. Aguilerae, descrita por mí en la primera parte de este trabajo; corresponden al original tan- to por su modo de crecimiento como por su ornamentación. Entre el material de Santa María Tatetla encontré cuatro ejemplares. N? 22.—11 86 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Cerithium (Clava) Caloosaense, Dall. 1892 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 219, lám. 14, fig. 3a. Algunos moldes artificiales que pude tomar de unas impresiones en la la roca corresponden por su forma y ornamentación perfectamente á C. Ca- loosaense, Dall; muestran la faja antesutural granulosa más ancha que los otros cordones espirales, que son vuatro en las vueltas más grandes y alter- nan en tamaño. La escultura transversal consiste sólo en ondulaciones de los cordones espirales, y várices en las últimas vueltas, especialmente la úl- tima. La mayor diferencia que parece existir entre mis ejemplares y el tipo es el tamaño. Mientras que Dall indica que la longitud de su especie es de 21 mm., encontré en el material de Santa María Tatetla un ejemplar de más de 56 mm. Strombus pugilis, Linné. 1890 Dall, Tert. Fauna of Florida, pag. 177 (da la sinomimia). 1905 Bóse, Faunas, terc. Méx., pág. 35, lám. 4, fig. 1-6. Numerosos moldes se pueden determinar con seguridad como Str. pugi- lis, Linné; se observan generalmente los caracteres que he descrito en la primera parte de este trabajo; hay ejemplares con el labro plegado interior- mente y otros cuyo labro es completamente liso. Los ejemplares fósiles que encontré (unas dos docenas) no alcanzan el tamaño de la forma reciente, pero esto puede ser una casualidad. Esta es- pecie se encuentra en el Mioceno de las Antillas y de Costa Rica, en el Plio- ceno de Costa Rica y Florida, y en el Postplioceno de Florida y las Carolinas. Pyrula papyratia, Say. Lám. XI. Fig. 11, 1822 Pyrula papyratia, Say, Journ. Acad. Nat. Sci. II, pág. 238. 1885 — a Tryon, Man. Conch. VII, pág. 266, lám. 6 fig. 35. 1890 — 16 Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 163. 1905 :.— a Bóse, Faunas terc. Méx., pág. 26 y 37, lám. 4, fig. ll, Esta especie, cuya descripción he dado en la primera parte de este traba- jo, es una de las conchas frecuentes en la Barranca de Santa María Tatetla, encontré más de una docena que representan los estados más diferentes de edad. Todos estos son moldes pero conservan en parte perfectamente la or- namentación de la concha. He podido comparar mis ejemplares con indivi- duos recientes del Golfo y con P. reticulata, Lam., del Pacífico; creo que no TERCIARIAS DE MEXICO. 87 será posible distinguir las especies, porque las diferencias son tan peque- ñas que apenas bastarán para establecer una variedad. Dolium cfr. galea, Linné. Encontré algunos moldes que se acercan por su forma y ornamentación á Dolium galea, pero como no poseo un ejemplar completo, no puedo hacer una determinación exacta. Oliva litterata, Lam. Lám. XI. Fig. 14. 1841 Oliva litterata Conrad, App. Hodge's paper, pág. 345, lám. 2, fig. 1. 1857 Strephona literata Tuomey and Holmes, Pleioc Foss. S. Car., pág. 140, lám. 28, fig. 13. 1858 Oliva literata Emmons Rep. N. Car. Surv., pág. 264, fig. 130. 1860 Strephona literata Holmes, Postpl. Foss. S. Car., pág. 75, lám. 11. fig. 7. 1863 Dactylus Carolinensis Conrad, Cat. Mioc. shells, pág. 5683. 1890 Oliva litterata Dall, Tert. Fauna of Florida, pág. 44. 1899 Oliva (Neocylindrus) Carolinensis Cossmann, Paléoconch. comp. III, pág. 46, lám. 2, fig. 20 y 24. 1905 Oliva cfr. litterata Bóse, Faunas terc. Méx., pág. 46. De esta especie hay numerosos moldes entre el material de Santa María Tatetla; de una impresión pude también tomar un molde artificial. Es cier- to que la determinación es algo difícil porque O. reticularis, Lam., apenas se distingue de nuestra especie, consistiendo la diferencia casi únicamente en el color; pero O. litterata es Mn poco más cilíndrica que la especie refe- rida, que también se encuentra en el Plioceno, y nuestros ejemplares mues- tran en realidad una forma bastante cilíndrica, de modo que por esto se distinguen de la O. reticularis. O. litterata se ha encontrado en el Mioceno de Santo Domingo, Florida y North Carolina, en el Plioceno de Florida y de las Carolinas, en el Post- plioceno de Florida y South Carolina. La especie vive en las aguas de North Carolina y de las Indias Occidentales en una profundidad de 0-2 brazas. En el material de Santa María Tatetla encontré varias docenas de ejem- plares; parece ser una de las especies más comunes de aquella localidad. Conus. En el material de Santa María Tatetla hay un gran número de Conus, pero como todos están conservados como moldes, la determinación es im- 88 SOBRE ALGUNAS FAUNAS posible, pero no quiero dejar de mencionar que hay entre el material una forma que se acerca bastante á O. planiceps; algunas especies pertenecerán probablemente á las que deseribí de Tuxtepec, pero como ya lo mencioné, una verdadera determinación de los moldes es imposible. Nora. Además de las especies descritas encontré ejemplares de una Zurritella probablemente nueva, una Bulla sp., una Cypraea sp. y varios otros gas- tropodos que no se pueden determinar genéricamente. CIRRIPEDIA. Balanus eburneus, Gould. Lam. XII. Fig. 6. 1858 Holmes, Postpl. Foss. S. Car., pág. 7, lám. 2, pág- 5, 5a (con la si- nonimia), Encontré dos ejemplares sueltos de un Balanus liso y cónico y además algunos ejemplares sobre una Ostrea; creo que no hay diferencias entre es- ta especie y el B. eburneus, que vive en el Océano Atlántico. ARENDICE: Pág. 36. —SCoNSIA SUBLAEVIGATA, Guppy. Esta especie se encuentra, según Gabb' también en el plioceno de Costa Rica. Pág. 49.—Conus AGassiz1, DALL, VAR. MULTILIRATUS, Bóse. Gabb* describe bajo el nombre de Conus regularis, Sowerby, una especie que pare- ce ser idéntica con la nuestra; como el verdadero Conus regularis, Sow., es liso, habrá probablemente que cambiar el nombre de la es- pecie de Costa Rica. Pág. 53.—LimoPsIs PLANA VERR. He comparado £L. Aguilari, m. sp. con £. plana, Verrill, pero el nombre de esta última especie debe ser aban- donado porque ya existe una Limopsis plana, Roemer, en el Seno- niano. Roemer describe esta forma bajo el nombre de Pectunculus planus,? pero Griepenkerl rectificó la determinación del género y la describe como Limopsis plana.* Propongo para la forma americana el nombre Limopsis Bushi, nov. nom. 1 Gabb, Descriptions of new species of fossils from the Pliocene clay=beds between Limon and Moen, Costa Rica, etc.—Journ. Acad. Nat. Sci. Philadelphia, Tomo 8, 2* serie, 1881, pág. 356. 2 Gabb, loc. cit. pág. 359, lám. 46, figs. 15-48. 3 Roemer, Versteinerungen des norddeutschen Kreidegebirges, pág. 69, lám. 8, fig. 24. 4 Griepenkerl, Die Versteinerungen des senonen Kreide von Koónigslutter im Herzogthum Braun- schweiz, —Paleont. Abh. herausgeg. v. Dames und Kayser, Tomo IV, 1889, pág. 56. == —— —— y AS DS AS al OS 65 o a AS 37 c11a rl A ÍNDICE DE GÉNEROS Y ESPECIES. Amussium Alabamense, 52. Lyoni, 13, 15. lucidum, 52. Mortoni, 17, 18, 24, 66, 67 68, 69, 74. papyraceum, 18, 24. pleuronectes, 24, 25. — pourtalesianum, 13, 15, 17, 52. — squamula, 52. Ancistrosyrinx, 60. Amguinella virginica, 33. Animia elétrica, 25, 75. — €ephippium, 25, 75. simplex, 18, 25, 66, 67, 69, 75. Arca sp., 77. incongrua, 77. — Spenceri, 13, 15. taeniata, 66, 69, 76. Architectonia perspectiva, 30. Artemis transversus, SO. acetabulum, 81. Astarte, 17. lens, 55. — nana, 54. — opulentora, 13, 15, 54. Smithi, 15, 54. subaequilatera, 55. Atrina serrata, 74. Balanus eburneus, 67, 70, 88. Barbatia taeniata, 76. Borsonia, 61, 62. Scaliae, 61. Zapoteca, 61. Buccinum, 40. = bullatum, 40. = suturosum, 40. Bulla, sp., 88. Calliostoma limulum, 19, 20, 29. Cancellaria centrota, 13, 16. modesta, 18, 16. Cardium sublineatum, 25, 79. | Cassidaria sublaevigata, 36. | Cassis, 58. Hodgi, 36, 37. Cerithium Caloosaense, 67, 70, 86. | Chione Ebergenyii, 28. Chlamys eboreus, 23. =- santarosanus, 23, 27, 73. Clava Caloosaensis, 86. Clinura, 61. Cominella, 40. plicatilis, 19, 21, 39. Conus, 20, 50, 87. Agassizi, 19, 20, 21, 49, 51. var. multiliratus 19, 49, 89. Burckhardti, 19, 21, 50. cruzianus, 50. gracilissimus, 50, 51. leoninus, 13, 16. Peali, 50. planiceps, 88. planiliratus, 21, 50, 51. pygmaeus, 50. regularis, 89. Scaliae, 19, 21, 51. solidus, 21, 51. — stenostoma, 51. — verrucosus, 19, 21, 52. Oyclas dentata, 78. Cypraea, sp., 88. Cytherea obovata, 81. Dactylus Carolinensis, 46, 87. Dalium, 17, 58. Dalli, 14, 15, 16, 58, Solidum, 15, 16, 58. 92 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Dentalium, 17, 56. = ceras, 90. — megathyris 15, 55. — rimosum, 13, 15, 55. Divaricella quadrisulcata, 77. Dolium galea, 67, 70, 87. Dosinia, acetabulum, 66, 70, SO, 81. — var. obliqua, 81. — concentrica, 80. — discus, SO, 81. — elegans, 66, 67, 70, 80. Drillia alesidota, 47. = — var. magna, 47. macilenta, 47, 48. — — perspirata, 47, 48. — inaudita, 48. — lissotropis, 48, 49. — perpolita, 48, 49. — Ñsquamosa, 48. — Verrilli, 49. Encope enarginula, 71. — Michelini, 67, 69, 71, 72. — Tatetlaensis, 66, 67, 69, 71. Euvola Bowdenensis, 27. Ficula reticulata, 38. Glyphostoma Gabbi, 13, 14, 16, 17. — Jobnsoni, 17. Laevicardiun serratum, 26, 66, 67, 69, 79, 80. — sublineatum, 17, 18, 19, 20, 25, 28. 66, 69, 79, SO. Leda acuta, 13, 15. Leiotrochus limulum, 29. Limopsis, 17, 58. .—- Aguilari, 13, 15, 53, 89. — Bushi, 89. — plana, 15, 53, 89. — subangularls, 15, 58. Liomesus, 58. Lirophora, 21. Lucina divaricata, 77, 78. — Jamaicensis, 79. — pectinata, 66, 67, 69. 78. — quadrisulcata, 66, 67, 69, 77. Lunatia heros, 56. —_- nana, 57. — perspectiva, 34. Macha multilineata, 82. Marginella, 42, 43, 45, 46. = amina, 44. —= antiqua, 42. =— apicina var. pardalis, 45. Marginella | Melongena, aurora, 43. ballista, 21, 44. — var. Tampae, 44. cassis, 21, 45. cineracea, 13, 14, 16, 19, 20, 21, 42. = var. quadriplicata, 19, 42. coniformis, 44. cordiformis, 19, 21, 44. Dalli, 19, 21, 43, 46. latior, 19, 21, 45. latissima, 21, 46. limatula, 45. Limonensis, 42. precursor, 45, 46. succinea, 13, 14, 16. Willcoxiana, 19, 20, 21, 41. 41. Mengeana, 19, 20, 21, 40. Metulella fusiformis, 18, 14, 16, 17. | Mitra Carolinensis, 17. — fulgurita, 18, 14, 16, 17. — lineolata, 17. — silicata, 15. — striatula, 14, 15, 16, 17. Nassa, 40. | | | — striolata, 13, 14. | | Natica, 17, 34, — ala-papilionis, 34. — Canrena, 13, 14, 15, 19, 20, 2138, 56: — Caroliniana, 34, 56. — eminuloides, 57. — hemicrypta, 15, 35, 57. — heros, 14, 15, 34, 56. — interna, 56. —= pellistigrina, 33. — perspectiva, 19, 20. 21, 32. == sulcatula, 19, 15 57% — triseriata, 34, 35. Neocylindrus Carolinensis, 87. Niso interrupta, 13, 14, 16, 17. — lineata, 17. | Oliva, 59. — Carolinensis, 46, 47, 87. — idonea, 17. — litterata, 19, 20, 21, 46, 60, 67, 70, 87. — plicata, 16, 60. — reticularis, 87. — subplicata, 14, 16, 17, 59. Olivella, 59. — mutica, 18, 14, 16, 17, 59. Oócorys, 58. Ostrea fundata, 75. -— meridionalis, 75. — sculpturata, 66, 69,76. — subfalcata, 76. — virginiana, 75, 76. -— virginica, 66, 67, 69, 75. Panopaea floridana, 67, 70, 84. =— Menardi, 84. — navicula, S4, Pecten aztecus, 66, 69,72. — Bowdenensis, 19, 20, 27. — Cactaceus, 18, 15. — eboreus, 20, 23, 73. — — var. comparilis, 23. — — — senescens, 23. = = — solarioides, 28. — glyptus, 15, 15. — hemieyclicus, 69, 72, 73. — ¡Raveneli, 73. Pectunculus planus, 89. Petaloconchus pulcher, 32. Phacoides pectinatus, 78. Phalium globosum, 13, 14, 16, 17. Phos Candei, 39. — elegans, 39. — Gabbi, 39. — metuloides, 39. — mexicanus, 19, 20, 21, 38. — Moorei, 21, 39. — Veraguensis, 39. Pinna muricata, 74. — rigida, 74. — serrata, 66, 67, 69, 74. Pleurotoma albida, 13, 14, 16, 17. = alesidota, 19, 20, 21, 47. var. magna. 19, ¿7. = Angermanni, 14, 15, 16, 60. — cedonulli, 13, 14. — Henikeri, 13, 14, 16. — imaudita, 19, 20, 21, 48. = ostrearum, 13, 14, 16, 17. == Scaliae, 14, 16, 61. = squamosa, 21, 48. — veracruzana, 14, 16, 60. — zapoteca, 14, 16, 61, 62. Polynices perspectivus, 34. Porcellana oliviformis, 42. Propeamussium pourtalesianum, 52. - Protula, 33. Psammosolen Cumingianus, 82. TERCIARIAS DE MEXICO. 93 | Ptychosalpinx, 40, = globulus, 40. Pugilina, 40. — _ Mengeana, 40. Pyrula cingulata, 38. — papyratia, 18, 19, 20, 21, 26, 37. 67, 70, 86. — reticulata, 37, 38, 86. ' Rouaultia, 61, 62. | Scala retifera, 13, 14, 15. Scapharca, 17. | Scaphella dubia, 13, 14, 16, 17. = mutabilis, 14. | Sconsla, 58. — striata, 37. — sublaevigata, 19, 20, 21, 36, 89. | Semele perlamellosa, 67, 70, 83. Serpula virginica, 33. | Sigaretus chipolanus, 57. — santarosamus, 18, 19, 20, 23, 27, 66, 69, 78. | — mexicanus, 14, 15, 57. — multiplicatus, 67, 70, 85. Siliquaria caribaea, 83. Solarium granulatum, 21, 30, 31. — moniliferum, 31. — perspectivum, 31. —- quadriseriatum, 31. — Villarelloi, 19, 20, 21, 30. Solecurtus, caribaeus, 83. — Cumingianus, 66, 67, 70, 82. = eibbus, 66, 70, 83. — — var. Carolinensis, 88. Solenosteira Mengeana, 40. Solenostira, 41. Strephona litterata, 46, 87. | Strombus pugilis, 19, 20, 21, 35, 67, 70, 86. Surcula, Angermanni, 60. — veracruzana, 60. Tagelus gibbus, 83. — lineatus, SO. Trochus conchyliophorus, 33. — leprosus, 33. Trophon, 59. = isthmicus, 14, 16, 59. — triangulatus, 13, 16. Trophonopsis, 59. | Tugurium caribbaeum, 85. Turritella Aguilerae, 19, 21, 32, 67, 70, 85. = apicalis, 21, 32. = = var. tensa, 32. — Gabbiana, 32. == Gatunensis, 31. 94 Turritella Tuxtepecensis, 19, 21, Dile Venus Burnsii, 29. Ñ — concentrica, 80. — Ebergenyii, 19, 20, 28, 66, 7, 8 EA glyptocyma, 20, 29. , Vermetus anguina, 33. — pulcher, 19, 20, 21, 32. ZA 1D) A INDICE DE MATERIAS. PRIMERA PARTE. EáBs: Eo | Xenophora cfr. conchyliophora, Born... 38 ARA ni a cont 3) NARCNCIRANA A 33 LISTA DE LAS ABREVIATURAS DE LA LITERATU- Natica [Lunatia] perspectiva, Rogers.. 34 RA CITADA EN ESTE TRABAJO... 7 Strombus pugilis, LAMMÉ 0oooonconanonos 35 ESTRATIGRAFIA DE LOS TERRENOS TERCIARIOS | Seonsia subluevigata. GUPPY-..oooommoooo 36 DEL ÍsTMO DE TEHUANTEPEC Y DE LA REGIÓN | PRUIIPAPII 37 DENU AEeEr me 11 | EROS ELCANUS iS 8 El Istmo de Tehuantepec oooocnnoioiacinos 12 | Cominella plicatilis, Me SPrcncninniccinns 39 La fauna de la división Río Coatza- | Melongena [Pugilina] Mengeana, Dall. 40 CAOS sas 13 | Marginella Willcoxiana, Dall............ 41 La faunmula de Santa ROS ooo... 18 Marginella cineracea, Dall, var. quadri- La fauna de Tuxtepec, O4udCd ooo... 18 | ¿olieatia, O ccccocosoghabacaccpranononas 49 PARTE DEN LOLI 23 | MoarganclaD a RS 43 Fauna de Santa Rosa, Welioincicnninnncoss: 23. | Marginella cordaformás, De SP... 44 LOIRE Mata cocorocsssensucosenebosass 281" Marginella lati0r, DM. SPorccnoniciccnncnnos 45 Pecten [Chlamys] santarosanas, d. sp 2 (aj Uniaroia, Ienona posacconeoonaacos 46 Amussuum Mortont, Rav. ..ooooocooo.. 24! Pleuwrotoma [Drillia] alesidota, Dal, A momia sampler DO aos 25 | EW MATI 1 rocoooncoscousocoscinto 47 Laevicardium sublineatum, Cont... 251 Pleuwrotoma [Drillia] inaudita, n. sp... 48 Gastropodar sanos 26 | Conus Agassizi, Dall, var. multiliratus, PYrulO PAPpyrata AN iaa 26 donan ceseib uo teo Lai pcs iaOcaN 49 Fauna de Tuxtepec, OULACl inn... 21 CONUSABUICAA MAI 50 Lana daa ss cusaocosopuiecdenonons 27 CONUS ESCENAS 51 Pecten [Chlamys] santarosamus, Bose. 27 Conus cfr. verrucosus, BIUBiiiinniocc.. 52 Pecten [Buvola] Bowdenensis, Dall.... 27 | Algunas especies de la división Río Coatzacoal- Laevicardium sublineatum, Cont....... 28 cos dell Istmo de Tehuiamtepecooooonnninocano: 52 Venus [Chione] Ebergenyii, mM. Sp...... 28 anaconda Mete! sasooVosenoncurocrodecosues 92 Calliostoma | Leiotrochus ] limaulun, | Amussium [Propeamussium)] pourtale- Das taes 29 | A O O 02 Solarium Villarellod, DM. SP... 30 | TAMOPSIS AQUI e 58 Turritella Tuxtepecensis, Me SP... 31 Aistante opulentora, Dallas D4 Tiurmtella Aguilera Proteo 32 | Castropoda nds onde Do Vermetus [ Petaloconchus ] pulcher, n. | Dentalium 1iMOsuM, De SPrriniininnnnso D5 EjDs o aocococspooano9o9o sos oRobobsodoVVVoncnoba 32 Natica [ELunatia] heros, SaY.o.ooooo..... 96 Vermetus? [Anguinella] virginicus, NAC CR A 56 O o 33 Sigaretus Mexicanas, De BPocciicincocos. 57 96 SOBRE ALGUNAS FAUNAS Páurr. SRA Dallium Dalla, DM. SPerrooinicoococroooos 58 DOS ato doso oe aadaS el 2 Trophon isthmicus, D. BPeccoooceoo- 59 Lucina [ Divaricella] quadrisulcata, Oliva subplicata, DM. BPecocnonicinrananroso 59 0 OM coscocodenosodoavencanpcotodanas 77 Pleurotoma [Surcula] veracruzana, n. Lucina [Phacoides] pectinata, Gmelin. 78 reos 60 Laevicardium sublineatum, COnT........ 79 Pleurotoma [Surcula] Angermanna, Laevicardium serratum, Lion... s0 O ERE ROREDS 60 Dosimia elegans, COMP .ococococcaconononos s0 Pleurotoma [Borsonia?] zapoteca, n.sp. 61 Dosinia acetabulum, COMP.oconnnnninnn s1 Plewrotoma [Borsonia?] Scaliae, mn. sp. 61 Venus Ebergenyid, BOSE. .ooooomocccicicco 82 Solecurtus Oumingianus, Dunk.......... 82 SEGUNDA PARTE. Solecurtus [Tagelus] gibbus, Spengler. S3 LIsTA DE LAS ABREVIATURAS DE LA LITERATU- Semele perlamellosa, Heilprin...........- 83 RA CITADA EN ESTE TRABAJO...oooooooccccoocoos 63 Panopaea floridana, Heilprin.. s4 OBSERVACIONES ESTRATIGRÁFICAS Y TECTÓNI- (CREMA ssscocoocouoccorasegasgacoceciososas 85 CAS SOBRE LA BARRANCA DE SANTA María Xenophora conchyliophora, Born....... 85 IVATSSMLN coocouocbooobsdanopnsonsccnbnodicas donas 65 Sigaretus cfr. multiplicatus, Dall......... 85 PARTE PALEONTOLÓGICA. cooooocncnconcenrenerernos 71 | Turritella Aguilerae, BOSl ono... 85 Ecol ase 71 Cerithium [Clava] Caloosaense, Dall... 86 Encope Tatetlaensís, M. Sp Y1 Strombus pugilis, LAOMÉ ..0ooooococoocooo> s6 Lamellibranchiata 72 | Pyrula papyratla, DaYococcnccocinranars 86 Pecten aztecus, Mm. 72 | Dolium cfr. galea, LD .ooooocoococncon 8e7 Pecten [Chlamys] santarosanus, Bóse.. 73 | ONO MEN LEN ssocccacacobesancnocasa sí Amussium Mortoni, RaVeniocnnnnicnooo.. 74 Cons as 87 Pinna [Atrina] serrata, Sowerby...... 74 | COMP ooo dteASS EAS 88 Anomia simplex, D'Orb 15 | Balanus eburneus, Gould 88 Ostrea virginica, Gmelin INM osas aepdo sopa a ccogosadsdascho == SS Ostrea sculpturata, CONT. .ooooooocccoo- TO | Indice de los géneros y especies 89 Arca [Barbatia] taeniata, Dall.......... 67lodica de maten ES 95 Jl IA E. Pág. 17, línea 8 ascendiendo. Dice Gl. gobmsodl..oooom...o.o.. Debe decir Gl. Johnson1. 21, ,. 4descendiendo. .. Turritella Puxtepensis .. e .. Turritella Tuxtepecen- Has 8 descendiendo. AS AU tt A Solarium. AD 7 descendiendo. so UE WED osscsonecres a . M. Willcoxiana 49, ., 18 descendiendo. on ML, EUMUÍEDAS cossscosacoososas de .» M. antiqua, 47, ., ascendiendo. sa Perspectiva. ooo ze .. perspirata. 48, .. 6 descendiendo. ., perpirata.. perspirata. A 1 descendiendo. .. Inensen mensis. 2“. 70, ,, 14 descendiendo. ., Panopaca, floridana..... A .. Panopaea floridana. Fig Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. LAMINA I. . 1 y 4 —Pecten | Chlamys | santarosanus, N. sp., pág. 285.—División Tux- tepec, Plioceno. —Santa Rosa, Ver. Fig. 1, tamaño uatural; Fig. 4, el interior del mismo ejemplar un poco amplificado. 2 y 5.—Pecten | Ohlamys| santarosanus, m. sp., pág. 27.—División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. 3, 6, 7 y 9, —Amussium Mortoni, Rav., pág. 21.—División Tuxtepec, Plioceno.—Santa Rosa, Ver. Fig. 6, representa una valva izquierda. 8 y 10.—Pecten | Buvola| Bowdenensis, Dall, pág. 27. —División Tux- tepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 8, es una valva izquierda al tamaño natural; Fig. 10, el interior del mismo ejemplar algo amplificado. 12 y 15.—Amusstum pourtalesianum, Dall, pág. 52.—División Río Coat- zacoalcos, Mioceno Superior. —Km. 124 del Ferrocarril de Te- huantepec. Fig. 12, el interior al tamaño natural; Fig. 15, el exte- rior del mismo ejemplar algo amplificado. 11 y 16.—Limopsis Aguilart, n. sp., pág. 58.—División Río Coatza- coalcos, Mioceno Superior.—Santa Lucrecia, Ver., Istmo de Tehuantepec. Fig. 11, exterior á un tamaño algo menos grande que el natural, Fig. 12, interior del mismo ejemplar al tamaño na- tural. 13, 14, 17 y 18.—Astarte opulentora, Dall, pág. 54. —División Río Coat- zacoalcos, Mioceno Superior.—Km. 124 del Ferrocarril de Te- huantepec. BOLETÍN N*22. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. LÁM. 1 Viernera Winter Franciort SM e 4 pe mE ZE < S [—) 2 < A E LAMINA II. Fig. 1-3 —Laevicardium sublineatum, Conr., pág. 28.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 1, exterior de una valva algo amplificada; Fig. 2, in- terior del mismo ejemplar al tamaño natural; Fig. 3, valva derecha al tamaño natural. Fig. 4-17.— Venus | Chione] Ebergenyit, n. sp., pág. 28.—Paso Real cer ca de Tuxtepec, Oax. Las figuras representan la especie en diferentes estados de desarrollo; Fig. 6, 7, 15 y 16, representan conchas enteras por atrás y por delante; Fig. 14, es una variedad con muy po- cas costillas concéntricas. Fig. 18-23.—Anomia simplex, D'Orb., pág. 25.—Santa Rosa, Ver. Las figuras representan las variedades más comunes en- contradas en la localidad; Fig. 23, da una vista del lado. Todos los fósiles pertenecen á la división Tuxtepec del Plioceno. BOLETÍN N*22. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. LÁM 1. 5/0 A Ly Un SO e E E Ad Jas LÁMINA IIL. Ñ Fig. Fig. Fig. Fig. LAMINA TIT. . 1.—Dentalium ríimosum, d. sp., pág. 55.—División Río Coatzacoalcos, Mioceno Superior.—Km. 124 del Ferrocarril de Tehuantepec. . 2y 3. —Calliostoma limulum, Dall, pág. 29.—División Tuxtepec, Plio- ceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. '. 4-11.—Solarium Villarelloi, nm. sp., pág. 30.—División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 4, 6, 8 y 10, representa la espira de diferentes ejem- plares desde arriba; Fig. 5, 7, 9 y 11, la base de los mismos ejemplares algo amplificados. 12-14.—Turritella Aguilerae, m. sp., pág. 32. —División Tuxtepec, Plioceno. —Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 12, tamaño natural; Fig. 13, el mismo ejemplar, un poco amplificado; Fig. 14, tamaño natural. 15 y 16.—Turritella Tuxtepecensis, n. sp., pág. 31. —División Tuxte- pec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 15, tamaño natural; Fig. 16, el mismo ejemplar al- go amplificado. 17.—Anguinella | Protula | virginica, Conr., pág. 33.—División Tux- tepec, Plioceno. —Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. 18-91.—Vatica | Lunatia | perspectiva, Rog., pág. 84.—División Tux- tepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 18 y 20, tamaño natural; Fig. 19 y 21, los mismos ejemplares un poco amplificados. .22 y 23.— Vermetus pulcher, n. sp., pág. 32.—Division Tuxtepec, Plio- ceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. . 24. —Vatica canrena, L., pág. 38.—División Tuxtepec, Plioceno.—Pa- so Real cerca de Tuxtepec, Oax. . 25.—Vatica canrena, L., pág. 56.—División Río Coatzacoalcos, Mio- ceno Superior.—Km. 124 del Ferrocarril de Tehuantepec. . 26 y 27.—Vatica sulcatula, n. sp., pág. 57. —Divisivn Río Coatzacoal- cos, Mioceno Superior.—Km. 136 del Ferrocarril de Tehuan- tepec. ', 28 y 29.—Sigaretus mexicanus, d. sp., pág. 57. —División Río Coatza- coalcos, Mioceno Superior.—Km. 124 del Ferrocarril de Te- huantepec. '. 80. —Vatica heros, Say, pág. 56.—División Río Coatzacoalcos, Mioce- no Superior.—Km. 136 del Ferrrocarril de Tehuantepec. BOLETÍN N* 22. Werner Winter Franciori 3/4 es SS e ¿0 ey ¿ Mí ¡ye Ñ LÁMINA IV. No 22,—14 Fig. Fig. LAMINA IV. 1-6.—Strombus pugilis, L., pág. 35.—División Tuxtepec, Plioceno. —Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. Ll, tamaño natural; Fig. 2, el mismo ejemplar algo amplificado, las otras figuras sou al tamaño natural; Fig. 4, demuestra la impresión del labro dentado; Fig. 5 y 6, indivi- duos jóvenes. ig. 7 y 8—Dalium Dalli, u. sp., pág. 58.—División Río Coatzacoalcos, Mioceno Superior. —Km. 136 del Ferrocarril de Tehuantepec. 2. 9 y 10.—Seonsia sublaevigata (Guppy), pág. 26.—División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 9, tamaño natural; Fig. 10, el mismo ejemplar un poco amplificado. '. 11 y 12.—Pyrula papyratia, Say, pág. 37. —División Tuxtepec, Plio- ceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. . 15.—Pyrula papyratia, Say, pág. 26.—División Tuxtepec, Plioceno. —Santa Rosa. Ver. . 14-17.—? Trophon isthimicus, m. sp., pág. 59.—División Río Coatza- coalcos, Mioceno Superior.—Km. 136 del Ferrocarril de Te- huantepec. . 18-21.—Phos mexicanus, Mm. sp., pág. 38.—División Tuxtepec, Plio- ceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. p) ', 22-24.—Cominella plicatilis, n. sp., pág. 34.—División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. . 25 y 26.—Melongena | Pugilina] Mengeana, Dal, pág. 40.——División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 25, tamaño natural; Fig. 26, el mismo ejemplar un poco amplificado. 27 y 28. —Marginella Willcoriana, Dall, pág. 41.—División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 25, tamaño natural; Fig. 26, el mismo ejemplar un poco amplificado. BOLETÍN N*22. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. LÁM TV. ES 27 28 Wemer4Winter Francfori5M NANMIIENA VE . 1 y 2.—Marginella cineracea, Dall, var., guadriplicata, Bóse, pág. 42. —División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxte- pec, Oax. '. 3-6.—Marginella Dalli, m. sp., pág. 43.—División Tuxtepec, Plio- ceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. :. 7 y 8.—Marginella cordiformíis, n. sp., pág. 44.—División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. '. 9-14.—Marginella latior, m. sp., pág. 45.—División Tuxtepec. Plio- ceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. '. 15.—Vatica perspectiva, Rogers, pág. 34.—División Tuxtepec, Plio- ceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. —Amplificación del ejemplar figurado en lám. III, fig. 20. ', 16 y 17.—Oliva subplicata, n. sp., pág. 59. —División Río Coatzacoal- cos, Mioceno Superior. —Santa Rosa, Ver. '. 18 y 19.—Pleuwrotoma inaudita, n. sp., pág. 48.—División Tuxtepec, Plioceno. —Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 18, tamaño natural; Fig. 19, el mismo ejemplar un poco amplificado. . 20 y 21. —Pleurotoma veracruzana, mM. sp., pág. 60. —División Río Coat- zacoalcos, Mioceno Superior.—Km. 136 del Ferrocarril de Te- huantepec. g. 22-25. —Pleurotoma Angermanni, 1. sp., pág. 60.—División Río Coat- zacoalcos, Mioceno Superior. —Km. 136 del Ferrocarril de Te- huantepec. Fig. 26 y 27.—Pleurotoma zapoteca, n. sp., pág. 61-—División Río Coatza- coalcos, Mioceno Superior. —Km. 136 del Ferrocarril de Te- huantepec. Fig. 28 y 29. —Pleurotoma Scaliae, m. sp., pág. 61.—División Río Coatza: coalcos, Mioceno Superior.—Km. 136 del Ferrocarril de Te- huantepec. Fig. 30, 31, 33 y 45.—Pleurotoma alesidota, Dall, var. magna, Búse, pág. 47.—División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tux- tepec, Oax. Fig. 31, tamaño natural; Fig. 30, el mismo ejemplar al- go amplificado; Fig. 33, tamaño natural; Fig. 45, el mismo ejemplar un poco amplificado. Fig. 32. —Sigaretus mexicamus, n. sp., pág. 57.—División Río Coatzacoal- cos, Mioceno Superior.—Km. 124 del Ferrocarril de Tehuante- pec.—Amplificación del ejemplar figurado en lám. II, fig. 29. Fig. 34-38.—Oonus Agassizi, Dall, var. multistriatus, B0se, pág. 49.— División Tuxtepec, Plioceno. —Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 34, tamaño natural; Fig. 35, el mismo ejemplar un poco amplificado; Fig. 36, tamaño natural; Fig. 37, el mismo ejemplar un poco amplificado; Fig. 38, tamaño natural. Fig. 39 y 40.—Conus Burckhardti, mn. sp., pág. 50.—División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 39, tamaño natural; Fig. 40, el mismo ejemplar un poco amplificado. Fig. 41 y 42.—Conus Scaliae, n. sp., pág. 51.—División Tuxtepec, Plioce- no. —Paso Real cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 42, tamaño natural; Fig. 41, el mismo ejemplar un poco amplificado. Fig. 43 y 44—Conus cfr. verrucosus, Brug., pág. 52.—División Tuxtepec, Plioceno.—Paso Real, cerca de Tuxtepec, Oax. Fig. 43, tamaño natural; Fig. 44, el mismo ejemplar un poco amplificado. BOLETÍN N*22 INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. LÁM.V. LÁMINA VI. LAMINA VI. Fig. 1 y 2.—Ancope Tatetlaensis, m- sp., pág. 71. Fig. 1, visto de arriba; Fig. 2, el mismo ejemplar de abajo. Fig. 3 y 4. —Pecten santarosanus, Bóse, pág. 73. Los fósiles provienen de la División Tuxtepec, Plioceno, de la Barranca de Santa María Tatetla, Ver. BOLETÍN N*22. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. LÁMM LÁMINA VII A) LAMINA VII. Fig. 1 y 2.—Ancope Tatetlaensis, n. sp., pág. 71.—Fragmentos de dos ejem- plares diferentes. Fig. 3 y 4.—Pecten aztecus, n. sp., pág. 72. Fig. 5.— Anomia simplex, D'Orbigny, pág. 75. Los fósiles provienen de la División Tuxtepec, Plioceno, de la Barranca de Santa María Tatetla, Ver. BOLETÍN N*22. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. LÁM VI Wemer2Winter Francfort SM a ¿A LÁMINA VIII. No 22,—15 LAMINA VII. Fig. 1 y 2.—ÁAmusstum Mortoni, Ravenel, pág. 74.—División Tuxtepec, Plioceno.—Barranca de Santa María Tatetla. Fig. 1, valva derecha; Fig. 2, valva izquierda. BOLETÍN N*22. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. LÁM. VII. Es ¿Winter Francfori SM LAMINA IX. Fig. 1 y 2.—Pinna serrata, Sow., pág. 74. Fig. 3.—Amussium Mortoni, Rav.. pág. 74. Fig. 4.—Ostrea sculpturata, Conr., pág. 76. Los fósiles provienen de la División Tuxtepec, Plioceno, de la Barranca de Santa María Tatetla, Ver. BOLETÍN N*22. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO LÁM. IX WernergWinrer, Francfort 5M o En Ñ k A Ú 2 , . , -. > , ES , Y r < á S p, 2 LAMINA X. Fig. 1 y 2.—Ostrea sculpturata, Con. var., pág. 716.—División Tuxtepec, Plioceno.—Barranca de Santa María Tatetla, Ver. Fig. 1, valva inferior; Fig. 2, valva superior del mismo ejemplar. OLETÍN N*22 INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. LÁM.X. WerneráWinter, Francfort 5M peto A E ñ e Y 15% ; os Y Fo + ES DI ESOA PL. Lys EOS PL. e DP. ((x1c a buLe PL. t Fr 12370 ANS IEEE Ue DS: / .s ES na Sp Es A a) Es E ón ta 3o y Ar NS? UE t £ E) LU SR S PAD EN _, DN ay AN 72 E MEAN A, XL. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. Fig. LAMINA XI. 1.—4Arca | Barbatia| taeniata, Dall, pág. 76. 2 y 3—Lucina quadrisulcata, D'Orbigny, pág. 17. Fig. 3, representa un molde de cera. 4.—Laevicardium sublineatum, Conr., pág. 79. 5.—Laevicardium serratum, L., pág. 80. 6.—Dosinia elegans, Conr., pág. 80. 1 y 12.—Dosinia acetabulum, Conr., pág. 81. 8 y 9.— Venus Ebergenyit, Bose, pág. 82. Fig. 8, representa un molde de cera. 10 y 13.—Sigaretus cfr. multiplicatus, Dall. pág. 85. 11.—Pyrula papyratia, Say, pág. 86. 14.— Oliva litterata, Lám., pág. 87. Los fósiles provienen de la División Tuxtepec, Plioceno, de la Barranca de Santa María Tatetla, Ver. INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉ N*22. ÍN q 1 BOLE LÁMINA XII. N? 22.—16 LAMINA XII. Fig. 1 y 4.—Semele perlamellosa, Heilpr., pág. 83. Fig. 2.—Solecurtus gibbus, Spengl., pág. 83. Fig. 3.—Panopaea Aoridana, Heilpr., pág. 84. Fig. 5.—Solecurtus Cumingianus, Dunk., pág. 82. Fig. 6.— Balanus eburneus, Gould, pág. 88. Los fósiles provienen de la División Tuxtepec, Plioceno, de la Barranca de Santa María Tatetla, Ver. BOLETÍN N*22 INSTITUTO GEOLÓGICO DE MÉXICO. LÁM XIL WerneráWinter, Francfort 3M S Publicaciones del Instituto Geológico de México. SORA * Núm. 1.—Fauna Fósil de la Sierra de Catorce, por A. del Castillo y J. G. Aguile- ra.—1895.—56 pp., 21 lám. * Núm. 2.—Las Rocas Eruptivas del S. O. de la Cuenca de México, por E. Ordóñez. —1895,—46 pp., 1 lám. * Núm. 3.—La Geografía Física la Geología de la Península de Yucatán, por €. S y 8 >» P Sapper.—1896.—58 pp., 6 lám. * Núnms. 4, 5 y 6.—Bosquejo Geológico de México.—1897.—272 pp., 5 lám. * Núms. 7, 8 y 9. —El Mineral de Pachuca.—1897.—184 pp., 14 lám. * Núm. 10.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Agui- * lar y Santillán.—1898.—158 pp. Núm. 11.—Catálogos sistemático y geográfico de las especies mineralógicas de la República Mexicana, por José G. Aguilera.—1898.—158 pp. * Núm. 12.—El Real del Monte, por E. Ordóñez y M. Rangel.—1899.—108 pp., 26 láminas. Núm. 15.—Geología de los alrededores de Orizaba, con un perfil de la vertiente orien- tal de la Mesa Central de México, por Emilio Bóse.—1899.—54 pp., 3 lám. Núm. 14.—Las Rbhyolitas de México (Primera parte), por E. Ordóñez.—1900.—78 Pp», 6 lám. : Núm. 15.—Las Rhyolitas de México (Segunda parte), por E. Ordóñez: —1901.—78 pp., 6 lám. Núm. 16.—Los Criaderos de fierro del Cerro del Mercado en Durango, por M. Ran- gel, y de la Hacienda de Vaquerías, Estado de Hidalgo, por J. D. Villarello y E. Bóse.—1902. —144 pp., 5 lám. Núm. 17.—Bibliografía Geológica y Minera de la República Mexicana por R. Aguilar y Santillán.—1904. [En prensa]. Núm. 20.—KReseña acerca de la Geología de Chiapas y Tabasco por E. Bóse.—1905.— 116 pp., 9 lám. Núm. 21 —La faune marine du trias supérieur de Zacatecas par le Dr. Carlos Burck- hardt en collaboration avec le Dr. Salvador Scalia.—1905.—44 pp., 8 pl. Núm. 22.—Sobre algunas faunas terciarias de México por Emilio Bóse, Dr. Phil. Núm. 23.—La faune jurassique de Mazapil, Zac., par le Dr. Carlos Burckhardt. [En prévaration]. * Agotado. Tomo IL. N? 1.—Los temblores de Zanatepec, Oaxaca. PA RHRGON HS. Estado actual del Volcán de Tacaná, Chiapas, por Emilio Bóse.—1903.—25 pp., 4 lám. N? 2.—Fisiogratía, Geología é Hidrología de los alrededores de la Paz, Baja Califor- via, por E. Angermann.—El área cubierta por la ceniza del Volcán de Santa María, Octubre de 1902, por Emilio Bóse.—1904.—26 pp., 3 lám. N? 3.—El Mineral de Angangueo, Michoazán, por E. Ordóñez.—Análisis de una mues- tra de granate del Mineral de Pihuamo, Jalisco, por J. D. Villarello.—Apun- tes sobre el Paleozoico en Sonora, por E. Angermann.—1904.—34 pp., 2 lám. N? 4.—Estudio de la teoría química propuesta por el Sr. Andrés Almaraz para expli- car la formación del petróleo de Aragón, México, D. F., por J. D. Villarello.— El fierro meteórico de Bacubirito, Siualoa, por E. Angermann.—Las aguas sub- terráneas de Amozoc, Puebla, por E. Ordóñez.—1904.—24 pp., 1 lám. N? 5.—Informe sobre el temblor del 16 de Enero de 1902 en el Estado de Guerrero, por los Dres. E. Bóse y E. Angermann.—Estudio de una muestra de mineral asbestiforme procedente del rancho del Ahuacatillo, Distrito de Zinapécuaro, E. de Michoacán, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—26 pp. N? 6.—Estudio de la hidrología subterránea de la región de Cadereyta Méndez, E. de Querétaro, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—58 pp., 2 lám. N? 7.—Estudio de una muestra de grafita de Ejutla, Oax,. por el Ing. J. D. Villarello. —Análisis de las cenizas del volcán de Santa María, Guatemala, por el Ing. E. Ordóñez.—1904.—22 pp. N* 8.—Hidrología subterránea de los alrededores de Querétaro, por el Ing. J. D. Vi- llarello.—1905.—51 pp., 3 lám. N? 9.—Los Xalapazcos del Estado de Puebla por el Ing. E. Ordóñez.—1? parte.—1905. —ó4 pp., 5 lám. N? 10.—Los Xalapazcos del Estado de Puebla por el Ing. E. Ordóñez.—2* parte.— 1906.—45 pp., 3 planos y 8 láminas. N? 4.—Estudio de la teoría química propuesta por el Sr. Andrés Almaraz para expli- car la formación del petróleo de Aragón, México, D. F., por J. D. Villarello.— El fierro meteórico de Bacubirito, Sinaloa, por E. Angermann. —Las aguas sub- terráneas de Amozoc, Puebla, por E. Ordóñez.—1904.—24 pp., 1 lám. N? 5.—Informe sobre el temblor del 16 de Enero de 1902 en el Estado de Guerrero, por los Dres. E. Búse y E. Angermann.—Estudio de una muestra de mineral asbestiforme procedente del rancho del Ahuacatillo, Distrito de Zinapécuaro, E. de Michoacán, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—26 pp. N? 6.—Estudio de la hidrología subterránea de la región de Cadereyta Méndez, E. de Querétaro, por el Ing. J. D. Villarello.—1904.—58 pp., 2 lám. N? 7.—Estudio de una muestra de grafita de Ejutla, Oax,. por el Ing. J. D. Villarello. — Análisis de las cenizas del volcán de Santa María, Guatemala, por el Ing. E. Ordóñez.—1904.—22 pp. N? 8.—Hidrología subterránea de los alrededores de Querétaro, por el Ing. J. D. Vi- llarello.—1905.—51 pp., 3 lám. N? 9.—Los Xalapazcos del Estado de Puebla por el Ing. E. Ordóñez.—1? parte.—1905. —54 pp., 5 lám. N? 10.—Los Xalapazcos del Estado de Puebla por el Ing. E. Ordóñez.—2? parte.— 1906.—45 pp., 3 planos y 8 láminas. l'Institut Géologique National du Mexique recevra avec grand intéret les publications concernant la (réologie, la (réo- graphie physique et 1 Histoire Naturelle en général, en échange de son BuL- LETIN qui se publie par cahiers in 42 avec figures et planches. Le numéro 1 de ce recueil a paru en 1895 avec le títre de BoLerín DE LA COMISIÓN GroLócica DÉ Mxico. L' Institut vient d' étre installé défimtivement dans son nouveau bátiment 9* DEL CiprÉS NUM. 2728; on esti prié de vouloír bien prendre note de sa nouvelle adresse, el aussi de son indépendance absolue de l' École des Ingé- mewrs dont 1 a recu autrefois une gracieuse hospitalité. Adresse: Instituto Geológico de México. 5% del Ciprés, núm. 2728. MEXICO, D. F. MEXIQUE. Amérique du Nord. On est prié instamment d'accuser réception. Dans le cas oú cette formalité aurait été négligée, on serait considéré comme ne désirant plus continuer a recevoir les publications de l'Institut Géologique du Mexique. E ea LCR a EC ELE SS > Ñ O SN j ha OT GM 74 ( CATA ATA Sa 1 4 il a UN ETE COMA e E cc Cad ss ad € Es AS o aca EEES G ECC € | A LA CO : (E Cáú CE G A Son — CE, LEE SMITHSONIAN INSTITUTION LIBRARIE: LM 088 01224 2442 a